Carolina Rojas Quezada
Carolina Rojas Quezada
Profesora Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Postdoctorado, MC Master University, Canadá, 2015; Doctora en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2008; Master, Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2006; Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2002; y Licenciada en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2001.
Actualmente se desempeña como docente e investigadora en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, participando como investigadora principal en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS. Su formación académica de pre y post grado se suman un Diplomado en Docencia Universitaria (2021) y su reciente Diplomado en Género y Políticas Públicas (2024), ambos por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Su carrera se ha centrado en la investigación de aspectos fundamentales de la sustentabilidad de las ciudades y la movilidad urbana sustentable, poniendo especial atención en la interacción entre las personas, la urbanización y los ecosistemas naturales, sobre todo en lo que respecta a los humedales urbanos. Su enfoque incluye la mejora de la accesibilidad de las personas a espacios abiertos y verdes, así como investigación del impacto ambiental de las ciudades (huella de carbono) y las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación de las ciudades al cambio climático.
Valentina Cortés Arancibia
Valentina Cortés Arancibia
Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2018; Diplomada en Estudios Socioambientales, Universidad de Chile, 2015; Licenciada en Historia, Universidad de Chile, 2015.
Desde el año 2020 se desempeña como editora asistente de la Revista EURE, la Colección de Libros Estudios Urbanos UC – RIL Editores y las Series de Documentos publicadas por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT). En 2024 asume como Encargada de Publicaciones del IEUT y Editora General de la Revista PLANEO.
Natalia Aravena Solís
Natalia Aravena Solís
Estudiante de Doctorado en Geografía, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Geógrafa, Universidad de Concepción, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la geografía humana, la planificación urbana y territorial, las ciencias regionales, y los estudios de género y academia.
Macarena Cabrera Román
Macarena Cabrera Román
Diseñadora, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Sus principales áreas de investigación incluyen el patrimonio cultural, la artesanía y las humanidades digitales.
Jaime Vargas Villafuerte
Jaime Vargas Villafuerte
Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Comunicador, Universidad de Lima, Perú.
Sus principales líneas de investigación son la estigmatización territorial, la gentrificación y el espacio público.
Juan Jara Ortega
Juan Jara Ortega
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Sociólogo, Universidad Andrés Bello, Chile.
Comprometido con el estudio de la movilidad urbana, la vivienda, la periferia y la marginalidad.
Javier Miramontes Figueroa
Javier Miramontes Figueroa
Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecto, Tecnológico de Monterrey, México.
Sus principales líneas de investigación son la planificación urbana, la normativa y los desastres socio-naturales.
Ignacia Zurita Contreras
Ignacia Zurita Contreras
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecta, Universidad del Bío-Bío, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la accesibilidad a la vivienda y el mercado inmobiliario.
Fabián Todorovic Karmelic
Fabián Todorovic Karmelic
Ilustrador, Dibujante de historietas, Arquitecto y Magíster en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Autor de las novelas gráficas “Mecha Selknam Sorren”, ganadora en los premios International Latino Book Awards, y “Santiago Desierto”, ganadora del premio Medalla Colibrí 2019 Ibby Chile como mejor cómic y novela gráfica. Finalista de los Premios Festival Internacional del Cómic Santiago 2019 y 2020. Ganador del Urban Design Competition de UN-HÁBITAT, 2015.
Ha colaborado en el campo editorial con Ediciones Origo y Editorial ZigZag, ilustrando libros y novelas.
Paula Bravo Marchant
Paula Bravo Marchant
Magíster en Diseño Avanzado, Pontificia Universidad Católica de Chile; Diseñadora gráfica, École Professionnelle Supérieure d’Art Graphiques et Architecture (EPSAA), Francia.
Especialista en diseño editorial y comunicación visual.
Comprender el territorio es comprender el riesgo
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Daniela Fava Callejas. Psicóloga, egresada de Magíster en Psicología Comunitaria. Investigadora independiente]
Yo quiero al Volcán. Lo quiero
¿Y si me voy a bajarlo?
Cuentan, mamá, que es persona
y es brujo y manda de lo alto.
Quiero llegar donde está
y lo quiero de padrazo
(Volcán Villarrica, Gabriela Mistral)
Las comunidades que viven aledañas a un volcán son una de las formas de asentamiento más antiguas, aun cuando la historia ha demostrado, en algunos casos, la desaparición de poblados completos (como es el caso de Armero, Colombia). En la actualidad, hay grupos de personas –y comunidades– que deciden vivir en las faldas de un volcán y están habituadas a vivir con estos macizos. Ellos han decidido instalarse allí donde su forma de vida y sus prácticas se relacionan con el entorno, existe un vínculo, una convivencia con el riesgo, beneficiándose de las manifestaciones del macizo. Están en su hábitat. La reflexión a continuación proviene de observaciones realizadas a ciertas comunidades volcánicas e invita a poner en interrogación el riesgo volcánico cuando son los habitantes quienes han decidido habitar dichos territorios.
La convivencia es una forma de reciprocidad, según lo planteado por Rivera Cusicanqui (2010), una forma en que los habitantes se disponen en el encuentro con el macizo. La aceptabilidad implica haber tejido –ir tejiendo– un saber con el entorno, un saber en torno. Este es sostenido por una memoria colectiva, creencias, historias de los abuelos que transmiten el estado de latencia –el sueño–, posibilitando saber cuándo está dormido, cuándo podría despertarse, si se enoja y porqué. Es así como el volcán, un miembro de la comunidad, es un ser vivo –en algunos casos una deidad– que expresa emociones, formando parte del imaginario de los habitantes.
Buscar entender los movimientos del hábitat abre la posibilidad a estar habituados, a hacer su cotidianeidad adaptados a los ritmos, a acercarse a las formas de manifestación del volcán haciendo uso de ello, recolectar frutos, trabajar la leña, así como admitir que existen peligros. En este sentido, se entenderá el riesgo como la probabilidad de sufrir un daño producto de una amenaza (García Acosta, 1995). Aquí, la naturaleza no es la amenaza en sí, sino que son las condiciones de vida que nos exponen ante las manifestaciones naturales.
Entonces, considerar la percepción de riesgo de los habitantes, es referirse a las emociones que definen esa relación, al juicio emitido sobre la situación de riesgo, si este está influido por el miedo y el temor. Conviene revisar qué emociones guían este juicio previo a una erupción. Lo que se recoge de los habitantes de, por ejemplo, Ensenada, es que el miedo, la preocupación, está localizada en lo ocurrido posterior a la evacuación, en los albergues, en el imaginar sus vidas en otro territorio, en que los “saquen”, sean desplazados, de su territorio.
Similar situación crítica fue vivida por los habitantes de Chaitén posterior a la erupción del volcán. Una vez que fueron evacuados, la ciudad fue declarada inhabitable y los habitantes no pudieron retornar. Durante el tiempo que vivieron como desplazados, existió “una percepción de desorientación y abandono por parte de los habitantes, a la vez que de maltrato y violencia psicológica” (Arteaga et al., 2014). Sin embargo, con el paso del tiempo, fueron los habitantes quienes decidieron repoblar su territorio y volver a convivir con el riesgo.
Convivir en riesgo es considerar las (múltiples) amenazas que impactan en la subjetividad como forma de afectación, es decir, los afectos y la potencia que produce la situación crítica en la experiencia de los habitantes. Es allí donde se observa la fragilidad en salud mental. El padecimiento se aprecia en la sensación de destierro, basada en el estar en la incertidumbre al desconocer cómo continuar hacia el futuro respecto del territorio que habitan, la desesperanza ante el desconocimiento, la pérdida de sentido al no poder retomar sus prácticas, la frustración respecto de lo vivido y una situación de duelo por aquello que se dejó y se desconoce si volverá. Esta forma de estar conduce a alteraciones del estado de ánimo, del sueño, de adaptación, las cuales son vividas tanto a nivel individual como a nivel grupal. Un (mal) estar común se reconoce en los diferentes hogares. Se produce un malestar en la habitabilidad.
La manifestación del Calbuco depositó un manto gris sobre un entorno siempreverde. Las familias habitantes sabían que algún día despertaría. Esta seguridad arraigada en la naturaleza demostró que los habitantes, conocedores de su territorio, no se verían sorprendidos por su despertar. Lo esperaban. Y, cuando despertó, supieron cómo actuar: evacuación autoconvocada de los habitantes, quienes se subieron al vehículo más cercano a tomar la vía de escape logrando llegar a salvo, sin heridos ni fallecidos. Lo que no supieron era que el volcán traería un desastre consigo, uno que tuvo que desenterrarse y requerir más que palas, carretillas, máquinas, médicos y casas nuevas. Requiere pensar a los habitantes como sujetos agentes de su forma de vida y de su territorio.
Tomar la decisión de evacuar es una decisión política respecto de qué hacer con sus vidas cuando se ha elegido convivir con el riesgo, situación que es una elección personal y razonada. En cambio, al decidir dejar el territorio, bajo el supuesto de estar a salvo, es cuando se cuestiona la noción de seguridad. Esa sensación tienen los habitantes al buscar otro lugar, o es la evaluación que realizan quienes deciden por sobre los territorios, respondiendo a medidas administrativas de control y seguridad interior, generando las condiciones para convivir en riesgo.
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Referencias bibliográficas
Arteaga, C., Pérez, S., Castro, F., Fava, D., Molina, G., & Ramírez, C. (2014). Recursos, estructura de oportunidades y subjetividades en contextos de desastre. Análisis a partir del caso de Chaitén. En C. Arteaga & R. Tapia (Eds.), Vulnerabilidades y desastres socionaturales. Experiencias recientes en Chile (pp. 101-116). Editorial Universitaria.
García Acosta, V. (1995). La construcción social del riesgo. Desacatos.
Rivera Cusicanqui, S. (2010). Un mundo ch’ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis. Tinta Limón.
El día después de mañana. El caso de Chaitén y los desafíos de la relocalización en zonas de riesgo
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: José Miguel Fuentes Zuleta. Sociólogo, estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago]
Imagen 1: Vista actual de Chaitén, con el nuevo curso del Río Blanco.
Fuente: La Tercera.
En mayo del año 2008, luego de casi 9.000 años de inactividad, el volcán Chaitén hizo erupción, arrojando cenizas, gases y flujos piroclásticos que cubrieron en su totalidad la comuna de Chaitén, arrasando completamente con la ciudad. A más de una década de este evento, el caso de Chaitén deja importantes observaciones y lecciones sobre la urbanización en zonas de riesgo.
Uno de los grandes dilemas que surgió tras la erupción fue si la ciudad debía ser reconstruida en su ubicación original o si los habitantes debían ser relocalizados en un sitio más seguro. Esta decisión no sólo era técnica, sino que profundamente política y social, ya que en dicha acción se tocaba directamente la relación entre la comunidad y su territorio.
Sólo un par de meses después de la catástrofe se planteó como solución la relocalización de los habitantes de Chaitén, sugiriendo la creación de una nueva ciudad que funcionaría como cabecera provincial, cuyo nombre sería Nueva Chaitén. La relocalización de la comunidad es una solución que, en el papel, parece lógica para mitigar y evitar los riesgos de futuras catástrofes. Sin embargo, como sucedió en Chaitén, no siempre es fácil de implementar, debido principalmente a dos factores que se detallan en las siguientes líneas.
Por un lado, existe una asincronía entre Estado, academia y comunidad. El plan de relocalización fue propuesto a través de un Plan Maestro cuya elaboración estuvo a cargo de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad Austral. Ambas universidades elaboraron una “Consultoría para el desarrollo de lineamientos estratégicos de reconstrucción/relocalización y plan maestro conceptual post-desastre Chaitén”, en la cual hicieron un plan para una ciudad más armónica, homogénea y sustentable. No obstante, las soluciones propuestas en este plan, como también las soluciones propuestas por el gobierno, se hicieron desde una visión top-down, sin consultar a los afectados, por lo que no se involucró a la comunidad en los procesos de decisión post-desastre. Entre el gobierno, la academia y la comunidad había temporalidades e intereses distintos. Mientras que los primeros querían construir una suerte de ciudad modelo, un lugar de entrada a la Patagonia chilena, los habitantes desplazados de Chaitén sólo querían un lugar donde volver a habitar.
Por otro lado, relacionado con lo anterior, hubo una resistencia de la comunidad a la relocalización, ya que el sentimiento de identidad con el territorio era muy fuerte, tanto cultural como económicamente, ya que las fuentes de trabajo y el estilo de vida que los habitantes tenían estaba en la ciudad de Chaitén. Entre los factores que explican esta resistencia se pueden mencionar principalmente los factores emocionales, culturales, económicos y sociales.
Lo anterior nos lleva a cuestionar cómo se debe gestionar la urbanización en zonas de riesgo. Si bien la relocalización, como se mencionó anteriormente, puede parecer una solución lógica –técnicamente hablando–, se deben considerar también las dinámicas sociales y culturales que atraviesan a la comunidad con su territorio, es decir, las relaciones de estas con su entorno.
La resistencia de la comunidad afectada a la relocalización no es algo inusual. En el caso de Chaitén, muchos habitantes tenían un apego emocional con su ciudad. En este sentido, para muchos habitantes, la ciudad no sólo era un espacio físico, sino también una parte integral de su identidad. Esta identidad está ligada a la memoria colectiva de sus habitantes producto de las relaciones y experiencias vividas a lo largo del tiempo, tanto individuales como colectivas.
Además de los factores identitarios-culturales, también jugó un rol fundamental el factor económico. Antes de la erupción, la economía de la ciudad estaba basada principalmente en la pesca, el turismo y la ganadería, actividades que estaban profundamente vinculadas con la ubicación geográfica de la ciudad y con la relación directa que tenía esta con su entorno natural.
En este sentido, Chaitén, aunque devastada por el desastre, seguía siendo, en el imaginario colectivo, el hogar de muchas familias. Producto de esto, varios de sus habitantes regresaron a sus tierras, asumiendo los riesgos potenciales de vivir en una zona de riesgo de erupción, evidenciando las tensiones entre la seguridad y el arraigo con el territorio.
Conclusiones
La resistencia a la relocalización en el caso de Chaitén refleja la complejidad de los procesos post-desastre, donde las decisiones que parecen racionales desde una perspectiva técnica pueden chocar con la identidad de las comunidades afectadas, tanto en un sentido socioeconómico-cultural como también emocional.
Siguiendo esta idea, el proceso de adaptación a un nuevo asentamiento puede ser difícil, ya que implica no sólo aprender a convivir con un nuevo entorno, sino también ajustarse culturalmente a este nuevo lugar. Muchas veces, el sitio propuesto para la relocalización no ofrece el mismo entorno cultural y social que la comunidad afectada tenía en su lugar de origen, lo que genera rechazo y resistencia a la idea del traslado.
Para que los procesos de relocalización sean exitosos, es fundamental que las autoridades comprendan y respeten estas dinámicas, involucrando a las comunidades en la toma de decisiones y ofreciendo soluciones que estén acordes a los intereses de esta. Las soluciones planteadas por las autoridades estuvieron enfocadas principalmente en la oferta de nuevas tierras o viviendas, pero sin entender las necesidades y preocupaciones de la comunidad.
En este sentido, la participación ciudadana en la planificación urbana es clave para generar confianza y asegurar que las soluciones adoptadas sean sostenibles a largo plazo. Sólo de esta manera es posible generar un cambio duradero y sostenible, donde las personas puedan sentirse seguras sin sacrificar su identidad y su modo de vida.
Entrevista a Benedetto Schiavo: "Se estima que alrededor de 500 millones de personas viven en áreas volcánicas, por lo que es crucial comprender cómo las partículas volcánicas, como las cenizas, afectan la salud humana de manera más profunda"
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Javier Miramontes Figueroa. Arquitecto, Tecnológico de Monterrey, México; estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Entrevistado: Dr. Benedetto Schiavo
Benedetto Schiavo es investigador en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especializado en riesgos volcánicos, monitoreo ambiental y contaminación. Cursó la Licenciatura en Ciencias Geológicas y una Maestría en Ciencias y Tecnologías Geológicas en la Universidad de Palermo, Italia, y obtuvo un Doctorado en Ciencias de la Tierra por la UNAM, México. Su trabajo se centra en evaluar el impacto de las emisiones volcánicas y los contaminantes en la salud y el ambiente, así como en desarrollar tecnologías para el monitoreo de estos fenómenos.
Trayectoria y motivación
PLANEO (Javier): A lo largo de tu carrera has investigado temas que van desde la contaminación ambiental hasta el monitoreo de volcanes. ¿Qué te llevó a especializarte en estos temas y qué te motivó a enfocarte en el estudio de los riesgos volcánicos y su impacto en la salud y el ambiente?
Dr. Benedetto: Bueno, se podría decir que mi pasión por los volcanes comenzó desde la licenciatura. Estudié en Italia, en la ciudad de Palermo, en el sur del país. Durante la carrera universitaria, en varias ocasiones nos llevaron a visitar diferentes áreas volcánicas, como por ejemplo el Etna, que es el volcán más grande de Europa.
Italia tiene muchos volcanes alrededor. Visité, por ejemplo, el Etna, el Vulcano y el Stromboli, todos ellos áreas volcánicas que actualmente están activas. Mi tesis y mi investigación se centraron principalmente en estudios sobre las emisiones de gases volcánicos, con el fin de determinar el origen del magma y monitorear el estado del volcán.
Luego, durante mis distintas estancias postdoctorales, sobre todo al terminar mi doctorado, me enfoqué principalmente en el estudio del dióxido de azufre del volcán Popocatépetl. Esto me permitió estudiar más de cerca la contaminación ambiental, no sólo relacionada con volcanes, sino también en áreas urbanas y rurales. En particular, en zonas mineras, donde me enfoqué más en problemas ambientales y de salud pública.
Lo que más me interesa de las áreas urbanas es la conexión entre la investigación y una disciplina llamada geología médica, que se relaciona con la salud de las personas y, en general, del ecosistema, incluyendo plantas y animales. Esta disciplina estudia las relaciones entre la salud pública y la geología, considerando factores como la composición, la forma y el tamaño de los minerales, y cómo influyen en la salud humana. Las investigaciones en este campo se enfocan, sobre todo, en zonas urbanas densamente pobladas, como Ciudad de México, Santiago de Chile o Beijing, y en áreas particularmente contaminadas por industrias, plantas energéticas, o refinerías de petróleo.
Actualmente, existen diferentes formas de evaluar el riesgo para la salud y el medio ambiente. Algunas de ellas involucran el uso de fórmulas empíricas desarrolladas por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos), mientras que otras son más específicas, evaluando aspectos como el estrés oxidativo y la bioaccesibilidad de los materiales contaminantes. El estrés oxidativo evalúa el balance entre agentes oxidantes y antioxidantes, mientras que la bioaccesibilidad mide cuánto de estos materiales pueden ser absorbidos por el cuerpo tras el contacto con fluidos corporales, como los pulmonares o gastrointestinales.
Una parte de estos materiales se disuelve en fluidos que, en algunos casos, tienen una composición ligeramente ácida, lo que permite su absorción en el cuerpo, llegando al torrente sanguíneo. De esta manera, los metales pesados contenidos en estos materiales pueden afectar órganos vitales.
En cuanto al riesgo volcánico, la Protección Civil y otras instituciones gubernamentales emiten medidas preventivas, como la evacuación en caso de erupciones o la recomendación de evitar la exposición a gases volcánicos y cenizas. Sin embargo, en mi opinión, el estudio del riesgo volcánico va mucho más allá de estas medidas preventivas, que, aunque son útiles, no abordan completamente el impacto de la exposición continua a los materiales volcánicos. Se estima que alrededor de 500 millones de personas viven en áreas volcánicas, por lo que es crucial comprender cómo las partículas volcánicas, como las cenizas, afectan la salud humana de manera más profunda.
Comprendiendo el impacto de la actividad volcánica
PLANEO (Javier): En algunos de tus estudios has explorado cómo la actividad volcánica puede tener efectos significativos en el ambiente y en la salud humana. Considerando que varias comunidades viven cerca de volcanes activos, ¿cómo se manifiestan estos efectos y qué tan preparadas están estas comunidades para enfrentar estos riesgos?
Dr. Benedetto: Actualmente, mis investigaciones principales se enfocan en el estudio de metales pesados en el medio ambiente, emitidos tanto por fuentes naturales, como los volcanes, como por fuentes antropogénicas, y sus efectos en la salud. Recientemente, hemos publicado varios artículos relacionados con la exposición a la ceniza emitida por el volcán Popocatépetl y sus efectos en la salud.
La ceniza volcánica se presenta en diferentes formas, tamaños y composiciones químicas. Los tres parámetros más importantes para caracterizarla son la forma, el tamaño y la composición química. La principal vía de exposición a la ceniza es a través del tracto respiratorio, ya que al ser inhalada, puede afectar los pulmones. Otra vía de exposición es el tracto gastrointestinal, al consumir alimentos o agua contaminados por ceniza que cae por gravedad.
Decíamos que es menos “importante” hacer una comparación entre los efectos en el sistema respiratorio y el sistema gastrointestinal. En lo que se refiere a la vía respiratoria, la ceniza volcánica es particularmente preocupante debido a su capacidad de penetrar en los pulmones, dependiendo de su tamaño.
La diferencia entre los tractos respiratorio y gastrointestinal es que cuando comemos alimentos contaminados por ceniza, o incluso cuando respiramos por la boca, distintas partículas de diversos tamaños pueden llegar al tracto gastrointestinal. Esto no ocurre de la misma manera en el sistema respiratorio, ya que hay filtros naturales, por lo que no todas las partículas de ceniza llegan a los pulmones. La capacidad de la ceniza para llegar a nuestros pulmones depende principalmente de su tamaño. Cuando hablamos de ceniza volcánica, nos referimos a partículas menores a 2 milímetros. Si fueran de 2 mm, no serían un problema, ya que no podrían penetrar en los pulmones. Sin embargo, las cenizas finas producidas en erupciones volcánicas pueden tener tamaños mucho más pequeños, de 10 micras, 5 micras, o incluso tamaños nanométricos.
Estas partículas finas pueden penetrar fácilmente en los pulmones, alcanzando los alvéolos. Las partículas mayores a 10 micras se conocen como fracción inhalable, y afectan las vías respiratorias superiores, como nariz, boca y laringe. Las partículas menores a 10 micras forman la fracción torácica y, por último, las más pequeñas, con tamaños menores a 2.5 micras, forman la fracción respirable, que puede llegar hasta los alvéolos. Estas partículas, al ser materiales muy duros, como sílice, no se disuelven fácilmente y permanecen en los pulmones, lo que puede generar inflamación, estrés oxidativo y problemas respiratorios agudos o crónicos, dependiendo de la concentración y el tiempo de exposición.
La exposición prolongada a la ceniza, por ejemplo, en erupciones que duran semanas o meses, puede provocar enfermedades respiratorias obstructivas, como la silicosis, que es común en mineros que están expuestos a estos materiales durante años. Las recomendaciones en estos casos son cubrir nariz y boca con un pañuelo, evitar salir de casa y cerrar ventanas para evitar la entrada de ceniza. También es importante proteger los tanques de agua, ya que la ceniza puede contaminar el agua potable.
En el caso del volcán Popocatépetl, Protección Civil ha implementado un sistema de alerta volcánica con semáforos (verde, amarillo y rojo) que indica el nivel de peligrosidad. Este sistema se basa en el monitoreo constante del volcán, que incluye exhalaciones, explosiones y tremores volcánicos. Dependiendo de los resultados, el Comité Técnico Científico toma decisiones y recomienda acciones a la población, como prepararse con kits de emergencia y estar atentos a las rutas de evacuación.
Un ejemplo reciente fue en 2023, cuando el Popocatépetl emitió una columna constante de gases y ceniza durante tres semanas, llevando el semáforo volcánico a fase amarilla 3, acercándose a la fase roja, que implicaría evacuación.
Monitoreo de emisiones y tecnologías emergentes
PLANEO (Javier): Has trabajado en el desarrollo de tecnologías para el monitoreo de emisiones y riesgos ambientales, aplicándolas en contextos locales. ¿Cómo crees que estas tecnologías pueden mejorar la gestión de riesgos en áreas vulnerables y ayudar a proteger mejor a las comunidades?
Dr. Benedetto: Recientemente hemos estado trabajando en varios estudios enfocados en el monitoreo de metales pesados y nanopartículas presentes en las cenizas del volcán Popocatépetl. Además, estamos implementando tecnologías como las que mencioné antes, con una alta sensibilidad para monitorear el volcán y evaluar el riesgo potencial por exposición a las cenizas.
El trabajo que estamos realizando tiene como objetivo evaluar estos parámetros en cada erupción del volcán. Es importante estudiar tanto la composición del magma como el estado del volcán, ya que su comportamiento no es siempre el mismo. Sin embargo, esto no significa que cada vez que emite gases también emita cenizas. En este caso, la composición puede variar en algunos compuestos y elementos químicos, dependiendo, por ejemplo, del tipo de explosión y de la fragmentación del magma. Esto afecta la cantidad de partículas finas o gruesas, que influyen directamente en la salud de las personas.
Los datos que obtenemos son clave para entender los efectos que pueden experimentar las personas al entrar en contacto con las cenizas. Por ello, estudiamos los metales pesados y las nanopartículas, evaluando su bioaccesibilidad, especialmente por vías de exposición respiratorias y gastrointestinales.
Como mencioné antes, hay que entender que las cenizas están compuestas por diferentes elementos y se consideran un material muy reactivo, ya que los materiales volcánicos emitidos recientemente tienen muchos radicales libres que pueden afectar la salud al entrar en contacto con nuestro cuerpo.
Estos elementos, que pueden ser muchos de la tabla periódica, nos llevan a concentrarnos especialmente en los metales pesados, ya que son los que más afectan a las personas una vez que ingresan al cuerpo, generando reacciones adversas. Es crucial conocer qué reacciones pueden causar y a qué niveles de bioaccesibilidad se encuentran, no sólo en el sistema pulmonar.
En el laboratorio realizamos experimentos in vitro, ya que no usamos animales o seres vivos. Simulamos las condiciones internas de los pulmones con diferentes compuestos y analizamos cómo la ceniza afecta estos fluidos pulmonares. Lo que buscamos es identificar la fracción que puede disolverse y ser absorbida por el organismo, llegando al torrente sanguíneo.
Nuestros estudios han evidenciado que las partículas de ceniza tienen una baja bioaccesibilidad, ya que son materiales geológicos volcánicos poco solubles. En promedio, su solubilidad oscila entre el 10% y el 14%, lo cual es muy bajo en comparación con las partículas emitidas por actividades humanas, que pueden alcanzar hasta el 100% de biodisponibilidad en algunos casos. Esto implica que las partículas volcánicas y las antropogénicas son mundos completamente diferentes en cuanto a su comportamiento y sus efectos en la salud.
Cuando estas partículas entran en contacto con nuestro cuerpo, se quedan en los pulmones, generando inflamación y estrés oxidativo. Las nanopartículas, debido a su tamaño, son especialmente peligrosas porque pueden atravesar nuestras barreras biológicas. Al ser menores de 100 nanómetros, penetran fácilmente en los pulmones, llegan a los alvéolos y luego atraviesan las barreras celulares, accediendo al torrente sanguíneo.
Otras partículas, como las submicrométricas, que son ligeramente más grandes (menores a una micra), también pueden alcanzar los alvéolos, especialmente si hay grandes emisiones, como en el caso de ciertas erupciones volcánicas. Las nanopartículas suelen agruparse en partículas más grandes, pero en un ambiente ácido, como el de los alvéolos, tienden a desagregarse, facilitando su transporte en el sistema respiratorio.
En resumen, las partículas más grandes funcionan como vectores de transporte para las nanopartículas, lo que nos lleva a estudiar caso por caso cómo estas afectan la salud. Nuestra meta es implementar esta metodología para el monitoreo continuo de volcanes, evaluando los efectos en la salud humana según el tipo de erupción y la exposición a las cenizas.
Prevención y mitigación de riesgos para la salud en comunidades vulnerables
PLANEO (Javier): En tus investigaciones has abordado el impacto de la exposición a diversos contaminantes presentes en el aire. ¿Qué medidas de mitigación recomendarías para reducir los riesgos de salud asociados con estos contaminantes, especialmente en comunidades vulnerables?
Dr. Benedetto: Bueno, según varios estudios que actualmente están publicados, sabemos que las personas más vulnerables a la contaminación ambiental en general son los adultos mayores, los niños y aquellas con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer o diabetes. Todas estas personas son muy vulnerables, tanto en el mundo en general como en México.
Los principales contaminantes que se estudian y que se monitorean constantemente en las grandes ciudades, especialmente en las megaciudades, incluyen el material particulado en diferentes tamaños, especialmente PM10 y PM2.5, el ozono (un gas de origen secundario que puede afectar gravemente la salud), el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno y el monóxido de carbono, que proviene principalmente de las emisiones vehiculares y algunas industrias.
Para reducir los riesgos a la salud causados por estos contaminantes, especialmente en las comunidades vulnerables, se podrían implementar varias medidas. En primer lugar, un monitoreo constante de la calidad del aire, instalando estaciones de monitoreo en áreas críticas para detectar niveles peligrosos de contaminantes. Es crucial que los organismos de gobierno y protección civil informen a la población cuando las concentraciones de ciertos contaminantes superen los límites seguros, como sucede en la Ciudad de México con las alertas de contingencia ambiental.
También sería recomendable crear “zonas de amortiguación”, estableciendo áreas verdes o barreras naturales que ayuden a reducir la dispersión de estos contaminantes. Asimismo, es fundamental mejorar el acceso a atención médica, facilitando el diagnóstico temprano de enfermedades respiratorias o cardiovasculares relacionadas con la exposición a estos contaminantes.
Otro aspecto clave es la educación y sensibilización de la población, especialmente en comunidades vulnerables, sobre prácticas que puedan reducir la exposición. Por ejemplo, el uso de cubrebocas o mascarillas, algo que vimos mucho durante la pandemia de COVID-19, o el uso de filtros de aire en los hogares.
Fortalecer la regulación ambiental también es vital, asegurando que las industrias y las fuentes de contaminación, como el tráfico vehicular, cumplan con normas estrictas. Aunque estas normas existen en muchas ciudades, su cumplimiento es a menudo insuficiente debido a la dificultad de regular el enorme número de vehículos e industrias, lo que a su vez afecta a la economía y a las dinámicas urbanas.
Conciencia ambiental y el papel de la ciencia
PLANEO (Javier): Desde tu perspectiva, ¿qué mensaje crees que es importante transmitir a las nuevas generaciones sobre el impacto de la contaminación y la importancia del monitoreo ambiental?
Dr. Benedetto: Bueno, en mi opinión, el mensaje clave para esta nueva generación es que la contaminación tiene un impacto profundo en nuestra salud, en el ambiente y, en general, en todo el planeta. La contaminación, ya sea del aire, cuerpos de agua (mares, lagos, ríos) o suelos, afecta negativamente los ecosistemas, la biodiversidad y la calidad de vida de las personas.
Debemos recordar que, incluso si un lugar aparentemente no está contaminado, como una granja donde se crían animales o se cultivan alimentos, si el suelo está contaminado, esto puede trasladarse a lo que comemos, ya sean vegetales o productos de origen animal. De este modo, también podríamos estar contaminándonos, y todo esto afecta directamente nuestra salud. Todo está interrelacionado.
Es esencial que las nuevas generaciones comprendan que las acciones que tomamos hoy influyen en el futuro del ambiente. Además, es fundamental enfatizar la importancia del monitoreo ambiental, ya que es esencial para identificar los problemas y desarrollar soluciones que mitiguen los efectos, ya sea en el ambiente, en la salud o en los ecosistemas de nuestro planeta en general.
Finalmente, es crucial practicar activamente la protección del medio ambiente. Esto incluye adoptar prácticas más sostenibles, reconociendo quién tiene la responsabilidad de implementarlas, ya que estas acciones pueden marcar una gran diferencia a largo plazo para nuestro planeta.
Entrevista a Felipe Aguilera: "Para proteger a las personas de manera efectiva, es necesario un enfoque participativo, escucharlas. Las decisiones no pueden tomarse únicamente desde un nivel central, sin comprender bien la realidad local"
VerEntrevista a Felipe Aguilera: "Para proteger a las personas de manera efectiva, es necesario un enfoque participativo, escucharlas. Las decisiones no pueden tomarse únicamente desde un nivel central, sin comprender bien la realidad local"
Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Javier Miramontes Figueroa. Arquitecto, Tecnológico de Monterrey, México; estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Entrevistado: Dr. Felipe Aguilera
Felipe Aguilera es director del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, doctor en ciencias mención geología, licenciado y geólogo de la Universidad Católica del Norte. Reconocido volcanólogo chileno, con más de 20 años de experiencia investigando los volcanes más activos de Chile y Latinoamérica. Ha participado en proyectos con volcanólogos de Estados Unidos, Italia, España y Perú, entre otros. Es académico de la carrera de geología en la Universidad Católica del Norte. Sus especialidades son la geoquímica de fluidos en sistemas volcánicos y geotermales, la detección de actividad volcánica mediante técnicas remotas, la volcanología física, los riesgos volcánicos y las erupciones volcánicas en Chile y el mundo.
Trayectoria y motivación
PLANEO (Javier): Has dedicado tu carrera al estudio de los volcanes y a comprender el impacto que estos fenómenos tienen en la sociedad. ¿Qué te motivó a especializarte en este campo y qué te llevó a interesarte en el estudio de los volcanes en Chile?
Dr. Felipe: Bueno, esa es toda una historia de vida. Tengo el recuerdo de cuando era niño, alrededor de los 10 años, de haber manifestado un interés por los volcanes. Hace poco descubrí algunas imágenes que me recordaron esa fascinación. Siempre recordaba haber visto esos ríos de lava fluyendo durante una erupción. Y me llamaba mucho la atención, pensaba: “¡Uf! Esto es algo increíble”, como si fuera algo loco, quería echarme una zambullida como cuando entras al mar.
También recuerdo claramente haber visto un documental en el que un bote de plástico flotaba sobre las cenizas en el lago de un volcán. Esa imagen quedó grabada en mi mente. Aparte de eso, hay otro motivo. Cuando tenía alrededor de 8 años, me mudé con mi familia a Puerto Montt. Allí, los días soleados sin nubes despertaban mi curiosidad. Desde mi casa, podía ver tres volcanes en la distancia, Puntiagudo, Calbuco y Osorno, una imagen super bonita y fascinante.
Antes de mudarnos, también tuvimos la oportunidad de visitar los alrededores de un volcán, donde recogí una roca volcánica y me la llevé conmigo. Ese tipo de experiencias fueron despertando mi interés. Sin embargo, debo reconocer que fueron las imágenes de los documentales lo que me impulsó definitivamente a estudiar volcanes. También recuerdo ver los documentales de Jacques Cousteau, que solían transmitir en televisión en los años 80 en Chile, y uno de ellos mostraba a los Krafft, quienes realizaban investigaciones científicas increíbles.
Esas imágenes me impresionaron tanto que supe que quería estudiar volcanes. Ya en mi último año de escuela, le pregunté a mi hermano, que ya estaba en la universidad, qué debía estudiar para especializarme en volcanes. Él me dijo: “No sé, quizás geología”. Desde entonces, supe que quería estudiar geología.
Durante la carrera, siempre me mantuve enfocado en buscar un camino que me llevara a estudiar volcanes. Así que, en resumen, mi interés siempre estuvo allí, alimentado por diversas experiencias, y he tenido la fortuna de poder dedicarme al estudio de los volcanes, algo que realmente me apasiona.
Vivir en un entorno volcánico
PLANEO (Javier): Sabemos que muchas comunidades en Chile viven cerca de volcanes activos, y en algunos de tus trabajos has explorado cómo estos volcanes afectan a su entorno. Desde tu perspectiva, ¿qué significa convivir con un volcán en términos de seguridad y planificación, y qué aprendizajes pueden sacar quienes no tienen experiencia directa con este tipo de entorno?
Dr. Felipe: Respecto a la primera pregunta, me gustaría comenzar desde mi experiencia personal y profesional. Convivir al lado de un volcán implica varios desafíos. Si lo enfocamos desde una perspectiva positiva, podríamos lograr un buen nivel de desarrollo como país, siempre y cuando contemos con una excelente planificación territorial. Y eso es clave en Chile.
La planificación territorial actualmente proviene de las municipalidades, las cuales deben trabajar de la mano con expertos en la materia, cosa que no pasa. Sin embargo, en un ideal, se debe identificar de manera precisa las áreas seguras para la construcción y aquellas que presentan mayores riesgos. Este proceso requiere retroceder en el tiempo, por así decirlo, para entender la evolución del volcán en cuestión. Se necesita estudiar su historia geológica, que puede abarcar miles de años, para poder prever su comportamiento futuro.
Es fundamental realizar un trabajo geológico detallado, que incluya la identificación de eventos pasados, el mapeo de unidades geológicas, la toma de muestras y el análisis químico para comprender la composición del volcán. Además, es crucial determinar la edad de los eventos volcánicos, ya que esto nos permite estimar con qué frecuencia podrían ocurrir erupciones, como con los terremotos. Entonces, hacer ese trabajo requiere de años y de un nivel técnico super alto para poder conocerlo bien. Imaginemos que esta municipalidad invierte en eso, que eso sería lo ideal.
Bueno, el siguiente paso es modelar el peligro volcánico, ese es uno de los aspectos clave. Ya que los peligros son diferentes, un terremoto es peligro natural, un tsunami es un peligro natural, aluviones, etc., son peligros naturales. Pero hay que entender que estamos tratando con un entorno de peligro volcánico que su peculiaridad es que los volcanes tienen varios eventos. Por ejemplo, puede salir un flujo de lava o de lahar, puede haber una parte explosiva, emisiones de gases volcánicos. Esto significa que puede haber múltiples eventos simultáneos y eso tú lo puedes modelar.
Con la información de los eventos volcánicos históricos, es posible hacer proyecciones y clasificar estos eventos según su magnitud: A, B, C, etc. Esto nos permite evaluar las posibles rutas de los flujos volcánicos y sus zonas de impacto, lo cual es fundamental para el desarrollo urbano seguro. Por ejemplo, si sabemos que un flujo de lava o lahar sigue ciertas rutas, podemos diseñar infraestructuras para canalizarlos y minimizar el impacto en áreas habitadas.
Luego viene la última derivada, que tiene que ver con el riesgo, que significa convivir con un volcán. Convivir con un volcán implica aceptar que ya hay infraestructura existente donde tu ya no te hiciste cargo de lo que se te venia advirtiendo antes, tú tienes que mitigar cualquier efecto negativo. Es esencial elaborar mapas de riesgo que indiquen evaluaciones de riesgo y, sobre esa base, decidir qué plan vas a ejecutar. Por ejemplo, de evacuación, imaginemos que hay que evacuar, hay que ver cuáles son las vías principales, evaluando si es viable colocar vehículos o no, o si deben diseñarse rutas alternativas para peatones, etc. Se debe mantener una estructura.
Entiendo que este proceso es complejo, ya que la reacción humana ante desastres naturales no siempre es predecible. Sin embargo, contar con un plan claro y detallado facilita el desarrollo y la seguridad de las comunidades en estas áreas. Esto nos lleva a una segunda derivada que tiene que ver con la educación.
Se tiene que educar adecuadamente a la población de lo que implica vivir con un volcán, porque cuando pasa algo es como en el cuento de “Pedro y el lobo”. Por ejemplo, el caso de Villarrica en los dos últimos años, con las alertas de que hace o no erupción, imagínate que son décadas de familias que viven ahí, que la gente puede terminar ignorando las advertencias si no comprende el riesgo real. La gente se cansa, entonces si tú no la educas al respecto, sobre los niveles de alerta, puedes tener niveles de tensión que al final la gente termina ignorando.
En algunos sectores, como en localidades que conviven con volcanes, los habitantes a menudo reclaman, porque no les enseñan por dónde hay que evacuar si pasa algo, lo cual es legítimo. Sin embargo, si no hay una preparación adecuada y una estrategia de contingencia bien comunicada desde la municipalidad, la situación puede volverse crítica. Por eso es fundamental que la planificación no sólo considere las medidas físicas de mitigación, sino también la educación de la comunidad sobre cómo actuar ante estos eventos.
La clave está en la combinación de una buena planificación y educación. Estos elementos pueden aplicarse en otros lugares, aunque cada sitio tenga sus particularidades. Un punto clave son las autoridades en el fondo, lamentablemente como hay mucho centralismo hay decisiones que no se toman con el conocimiento local. Las lecciones aprendidas de la convivencia con volcanes pueden ser útiles para el desarrollo de políticas de manejo de riesgos en diversas áreas, incluidas aquellas de interés turístico. Por ejemplo, un centro turístico como Pucón, que recibe muchos visitantes, puede beneficiarse de estas prácticas de educación, adaptando las estrategias de seguridad y comunicación a sus necesidades específicas.
Lecciones del pasado volcánico
PLANEO (Javier): Mencionas que al estudiar depósitos antiguos podemos anticipar comportamientos futuros de los volcanes. ¿Podrías explicarnos cómo el pasado de un volcán puede ayudarnos a prepararnos para su futuro y qué tan confiables son estos registros para anticipar su actividad?
Dr. Felipe: Existe un principio fundamental en geología llamado “actualismo”, que se basa en la idea de que el pasado es la clave del futuro. Este enfoque nos indica que los eventos volcánicos del pasado, o una serie de ellos, pueden ofrecer un marco para comprender mejor los posibles escenarios futuros. Es fundamental analizar estos eventos históricos, ya que nos permiten entender cómo ha sido la evolución del volcán y, por ende, modelar con mayor precisión su comportamiento futuro.
Para anticipar la actividad volcánica, debemos estudiar su “historia clínica”, por así decirlo. Al igual que en la medicina, es necesario conocer el historial previo para poder predecir lo que podría suceder en el futuro. La recopilación de datos históricos es, por lo tanto, esencial para confirmar nuestras proyecciones y asegurar que estamos modelando escenarios con base en evidencias sólidas.
Y son absolutamente confiables, siempre y cuando contemos con técnicas analíticas adecuadas para examinarlos. Por ejemplo, inicialmente podemos conocer las características físicas del volcán a través de la geología, pero es posible obtener un nivel más profundo de información mediante análisis químicos. Esto nos permite identificar la composición del material volcánico, su antigüedad, y determinar con precisión cuándo ocurrieron los eventos pasados.
A medida que incrementamos la cantidad de información analítica, la confiabilidad de nuestros modelos también aumenta. Por ejemplo, si determinamos la edad exacta de un evento, podemos evaluar la frecuencia con la que ocurren las erupciones y comprobar si existe un patrón de recurrencia. Cuanta más información recojamos y analicemos, mejor será nuestra capacidad para proyectar la actividad futura del volcán o de cualquier otro fenómeno geológico.
Preparación ante el riesgo volcánico
PLANEO (Javier): ¿Qué medidas y que prácticas recomendarías para proteger a las personas vulnerables y la infraestructura frente a este tipo de fenómenos?
Dr. Felipe: Estamos abordando dos temas importantes aquí. Primero, en términos conceptuales, proteger a las personas requiere, ante todo, educación. Es necesario que las personas sepan dónde están ubicadas, cuál es su nivel de exposición al riesgo y qué medidas pueden tomar en su entorno inmediato. La educación informativa es clave para que la población se familiarice con la infraestructura vulnerable y con los riesgos específicos de su área.
Por ejemplo, en Chile, hay casos como el del volcán Chaitén, donde muchas personas ni siquiera sabían que era un volcán activo. Algunos incluso lo visitaban los fines de semana sin tener conciencia del peligro que representaba. Este es un tipo de conocimiento básico que debería estar al alcance de todos.
En cuanto a la evacuación, es crucial definir claramente cuándo y cómo evacuar, así como las rutas seguras y los elementos básicos que se deben llevar, como kits de emergencia. Un aspecto poco regulado, pero igualmente importante, es el tema de la inclusión de mascotas en los planes de evacuación, porque por lo general te dicen que las dejes, pero ya que son consideradas parte de la familia por muchas personas, es complejo, porque hay un tema social de por medio que es super importante de considerar. Esto es especialmente relevante en comunidades del altiplano, donde los animales no sólo son mascotas, sino también parte fundamental de su economía y cultura.
Para proteger a las personas de manera efectiva, es necesario un enfoque participativo, escucharlas. Las decisiones no pueden tomarse únicamente desde un nivel central, sin comprender bien la realidad local. Cuando tú conoces esta realidad puedes mejorar tus planes de prevención. Involucrar a las comunidades, conocer sus particularidades y respetar sus costumbres culturales son elementos esenciales para un plan de protección integral.
Y en cuanto a la infraestructura, la protección de la infraestructura es más compleja y debe abordarse desde la planificación. En primer lugar, es necesario considerar lo que ya existe y luego integrar nuevas medidas de protección y mitigación. Por ejemplo, en áreas propensas a flujos de lodo o lahares, se pueden implementar canales de contención para dirigir estos flujos y minimizar el impacto en edificios y otras estructuras.
Si se presenta un flujo de lava, su poder destructivo es inevitable, y no hay medidas preventivas que puedan cambiar la naturaleza del evento. Por lo tanto, hay que tomar decisiones estratégicas en torno a la protección. En primer lugar, se debe identificar qué elementos de la infraestructura pueden protegerse y cuáles deben ser abandonados debido al riesgo inherente de un evento tan devastador.
En segundo lugar, es posible mejorar la infraestructura para aumentar su resistencia ante fenómenos volcánicos. Por ejemplo, al diseñar techos, es necesario considerar la carga que pueden soportar ante la acumulación de ceniza. Cuanto más inclinado sea el techo, mayor será su capacidad de soportar estos elementos. También se pueden hacer modificaciones en la estructura, como cambiar la textura de las superficies para facilitar el desprendimiento de la ceniza o mejorar los sistemas de drenaje.
Por ejemplo, si un puente está diseñado para soportar flujos de lodo, puede ser necesario modificar su infraestructura para mejorar su capacidad de resistencia. Esto puede implicar rediseñar sus pilares para permitir un mayor flujo de material volcánico. Aunque en teoría es posible adaptar la infraestructura, siempre estará limitada por la magnitud de los eventos que enfrenta y por la historia del lugar.
El tercer ámbito tiene que ver con la relocalización de la infraestructura y de las personas. Este es uno de los pasos más difíciles, ya que implica el desarraigo de la población, que suele tener un fuerte vínculo con su territorio y desea regresar después de un evento. La dimensión social de la planificación no puede ignorarse, ya que incluso la infraestructura más resistente puede no ser suficiente si no se tiene en cuenta el aspecto humano.
En última instancia, la clave está en una buena planificación territorial que respete el conocimiento sobre la actividad volcánica. Pensando en el futuro, es fundamental integrar esta información en los diseños urbanos para minimizar los riesgos y proteger tanto a la infraestructura como a las personas.
El riesgo volcánico y las nuevas generaciones
PLANEO (Javier): ¿Qué te gustaría que las nuevas generaciones entiendan sobre la importancia del riesgo volcánico y cómo esto puede afectar su vida cotidiana?
Dr. Felipe: Primero, me gustaría aclarar que no hablamos solamente de las nuevas generaciones, sino también de quienes ya están tomando decisiones en el presente. No se trata sólo del futuro, sino de lo que está ocurriendo ahora mismo y cómo impacta a todos nosotros.
Una de las claves para enfrentar estos riesgos es la educación y la información. Es fundamental incorporar el conocimiento sobre el riesgo volcánico en los currículos escolares para generar conciencia desde una edad temprana. En Chile, por ejemplo, ya existe una conciencia bien desarrollada sobre los terremotos y tsunamis, en parte porque estos eventos tienden a afectar vastas áreas del país, abarcando varias regiones y ciudades a la vez. Sin embargo, los eventos volcánicos pueden ser más puntuales, afectando a miles o incluso decenas de miles de personas en áreas más reducidas. Esto podría generar la percepción de que son menos importantes, pero no debería ser así.
Para cambiar esta mentalidad, es necesario crear un interés más amplio en los distintos tipos de riesgos naturales, no sólo los sísmicos. Por ejemplo, en 2015 hubo un evento extremo de precipitaciones en Atacama, pero la conciencia generada no se extendió mucho más allá de las ciudades afectadas. Hay que insistir en la protección frente a distintos tipos de desastres, especialmente en un país tan expuesto a fenómenos naturales como Chile.
¿Y qué impacto tiene en la vida cotidiana entender estos riesgos? Afecta absolutamente todo. Estos eventos pueden interrumpir la vida de manera drástica y, si no hay una preparación adecuada, las consecuencias pueden ser muy graves. La clave está en la educación y la formación continua. Si las personas no están preparadas, los desastres naturales las tomarán por sorpresa, sin saber cómo reaccionar.
En Chile, con una esperanza de vida de alrededor de 80 años, es casi inevitable que una persona experimente al menos un terremoto o erupción volcánica significativa a lo largo de su vida. La preparación para estos eventos no sólo ayuda a mitigar el impacto inmediato, sino que también puede servir para enfrentar otros tipos de conflictos o emergencias.
En resumen, en un país como Chile, donde los eventos naturales son tan frecuentes y transversales, entender y estar preparado para los riesgos volcánicos y otros desastres es crucial para vivir con mayor seguridad y resiliencia.
PLANEO (Javier): Perfecto, muchísimas gracias por brindarnos esta entrevista. ¿No sé si hay algo más que quisieras agregar?
Dr. Felipe: Quizás sólo quisiera recordar a las personas que en Chile hay ciertas instituciones estatales encargadas del monitoreo y la gestión de riesgos, y que es importante confiar en ellas. Aunque a veces hay críticas sobre su actuación, es fundamental reconocer que estas instituciones están allí para protegernos.
En un país relativamente joven, como Chile, es natural que aún se estén ajustando los mecanismos de respuesta y gestión, pero se están haciendo esfuerzos significativos para mejorar. Por eso, es clave mantenerse informado a través de los canales oficiales. Instituciones como CIGIDEN (Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres), SENAPRED (Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres) y otras agencias tienen información actualizada y relevante en caso de emergencias.
Mi mensaje final sería que la población confíe en las autoridades competentes y preste atención a sus indicaciones, especialmente en situaciones de emergencia, donde la información precisa y oportuna puede marcar la diferencia. Mantenerse atento a estos canales de información es crucial para actuar de manera adecuada y segura.
Inundaciones, desastres y deudas: ¿quién paga en Honduras?
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Ixchel Ayes Rivera. Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente (IEUT UC). Docente del Departamento de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)]
Imagen 1: Inundación en el Valle de Sula tras el paso de Eta e Iota en 2020.
Fuente: Primicia Honduras.
A inicios de noviembre de 2020, en plena crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, Honduras recibió el impacto de las Tormentas Tropicales Eta e Iota, principalmente en la zona noroccidental del país. Según el Banco Mundial (2021), 99 personas perdieron la vida y más de un millón fueron evacuadas, más de 4.5 millones de personas se vieron afectadas por la interrupción de servicios básicos y daños a la infraestructura y, en términos económicos, las pérdidas se estimaron en USD 1.900 millones.
El sector productivo fue el que sufrió el 68% de los daños y las pérdidas económicas, principalmente el subsector del comercio y la industria (78% del total de este sector), seguido de la agricultura. En el sector social, el subsector vivienda concentró el 74% de los daños (BID & CEPAL, 2021). Honduras fue el país centroamericano más afectado durante los desastres derivados de estos eventos. Lo mismo sucedió años atrás, cuando en 1998, el huracán Mitch desató un desastre al encontrarse con una sociedad altamente vulnerable (dos tercios de los daños en la región se concentraron en Honduras); 5,657 personas murieron y 8,052 desaparecieron y, para mayo de 1999, se calculó el monto de pérdidas en USD 3.794 millones, equivalentes al 81.6% del PIB. El total de pérdidas económicas representaba un 343.9% de la inversión bruta que se hacía en el país y también el 94.1% de la deuda externa de aquel momento (D’Ans, 2008). Adicionalmente, a finales de 1998 la pobreza aumentó en al menos 5.5 puntos porcentuales (PNUD Honduras, 2013).
Además de estos grandes eventos que han sido hitos históricos para el país, entre 1980 y 2014, con un estimado de 39 desastres socio-naturales contabilizados, 17.79 personas por cada mil habitantes se vieron afectadas de manera directa, sumando la pérdida de 15,539 vidas humanas, incluyendo las antes mencionadas durante el paso del Mitch (UNICEF Honduras, 2016). Es pertinente cuestionar si pudimos estar mejor preparados para responder ante la amenaza y disminuir el desastre de 2020. Según la plataforma desinventar.net, en un análisis con datos de todo un siglo en relación con los impactos de los desastres desatados por amenazas naturales en todo el territorio nacional, incluyendo sequías, tormentas tropicales, huracanes, deslizamientos, lluvias e inundaciones, sólo estas últimas causaron el 68% de muertes, el 62% de damnificados y el 77% de las viviendas destruidas y afectadas. ¿Por qué siguen persistiendo las afectaciones directas de las inundaciones en poblaciones humanas?
Según los datos del Índice de Exposición al Cambio Climático de 2018, entre 1997 y 2007 Honduras fue el segundo país más afectado por desastres de origen climático, sólo por debajo de Haití (Eckstein et al., 2018). A pesar de ello, nuestros asentamientos humanos siguen estando expuestos, permaneciendo incluso en planicies de inundación de ríos de alto caudal. El Valle de Sula, ubicado en la zona noroccidental del país, presenta “de forma masiva” un alto grado de susceptibilidad a inundaciones. Las zonas de alta susceptibilidad a la inundación se entienden como aquellas “con pendientes inferiores o iguales al 2% y situadas hasta 3 m de altura por encima del cauce de los ríos” (IHCIT, 2020). Seis municipios del Valle concentraron el 95% de viviendas afectadas por la inundación (BID, 2024).
El Valle de Sula fue la región del país donde hubo mayor población afectada en 1998, junto con el sur del país, concretamente el departamento de Choluteca (PNUD Honduras, 2013). Este valle tiene un área aproximada de 2,500 km2 y es irrigado por el río Ulúa y el río Chamelecón. Esta es una de las regiones que ha sido de las más fértiles y productivas a lo largo de la historia del país. Actualmente se le conoce como la Capital Industrial, siendo el “principal centro de desarrollo económico del país” (BID, 2024). Esta condición es uno de los motivos por el cual la inversión económica para rehabilitar la infraestructura que permita reactivar rápidamente la economía del país se prioriza en esta región. Pero, ¿qué sucede con sectores minoritarios de la economía y sectores vulnerados de la población?
Entre 1993 y 2009, a nivel nacional, fue posible cubrir las pérdidas en infraestructura en un 86%, mientras que el sector agrícola “apenas pudo recuperar un 10% de los daños causados a su capital productivo” (Díaz, 2021). Posterior al Mitch, no existieron estrategias bien definidas e integrales que garantizaran la recuperación económica de la población afectada, especialmente de los productores agrícolas, y se generó una percepción (no oficial) entre la población hondureña de que el Estado no tuvo la fuerza para liderar y coordinar con una visión clara los procesos de reconstrucción y transformación: el control fue asumido por organizaciones no gubernamentales y “tuvo más énfasis en la reconstrucción que en la transformación” (PNUD Honduras, 2013).
En 2012, el Estado de Honduras asumió un crédito de USD 30 millones para llevar a cabo el “Proyecto de Gestión de Riesgo de Desastres”, focalizado en 20 municipios del Valle de Sula (Banco Mundial, 2012). El proyecto finalizó en 2019 con una serie de insumos técnicos para comprender el comportamiento de las cuencas del río Ulúa y Chamelecón. Sin embargo, un año después, Eta e Iota dejaron en evidencia la alta exposición en la que se encontraban muchos barrios y colonias de estos municipios, y lo poco preparados que estamos para gestionar el riesgo. El mismo Banco Mundial estimó las pérdidas y daños de estas tormentas en USD 1.900 millones. Para ese entonces, y sólo durante 2020, en el contexto de la pandemia COVID-19, el Banco Mundial ya había prestado al Estado hondureño USD 139 millones, más otros USD 145 millones para inversión en los servicios de agua en municipios urbanos, municipios rurales del Corredor Seco Centroamericano, y para adaptar los servicios de educación preescolar (Banco Mundial, 2020).
En relación con el Cambio Climático, sólo en el período entre 2003 y 2016, Honduras recibió el 33% (USD 70.2 millones, aproximadamente) de todos los fondos climáticos aprobados desde los organismos internacionales para toda Centroamérica. Esto representa más del doble de lo recibido por El Salvador y más de cuatro veces de lo recibido por Guatemala (Fraga, 2020). A pesar de todo esto, para 2020 todo el Valle de Sula se vio afectado: las zonas más expuestas, y además con la población más vulnerable, se vieron con su infraestructura completamente sumergida, obligando a las personas a resguardarse por días en los techos, siendo la única superficie de sus viviendas donde podían mantenerse fuera del agua.
Recién en 2022, el Estado, ahora bajo una nueva administración, recibió dos préstamos para proyectos relacionados con el mejoramiento de la prestación de servicios de salud (con enfoque en las mujeres e infancias) y, de nuevo, para “consolidar su marco para gestionar desastres y riesgos relacionados con el clima”, todo ello por un monto de USD 185 millones (Banco Mundial, 2022). Ahora, en 2024, el BID también ha prestado USD 20 millones para incrementar la resiliencia ante inundaciones, concretamente en el Valle de Sula.
Nuestra historia está marcada por inundaciones, pero si vemos todo el dinero que ha tenido disponible el Estado, podemos asegurar que la vulnerabilidad no es un problema de dinero, pero sí de cómo se administra: un problema de transparencia, de planificación, de ordenamiento territorial y también de gobernanza y participación. ¿Tiene la institucionalidad hondureña las capacidades para hacer un uso eficiente de dichos presupuestos? ¿Cuánto es el impacto fiscal de las deudas asumidas a 25 y 30 años para los diferentes sectores de la sociedad? ¿Cuáles son los costos y los efectos secundarios de seguir creyendo que para generar desarrollo requerimos de dinero y para obtenerlos debemos asumir deudas que pagarán las próximas generaciones?
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Referencias bibliográficas
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) & Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2021). Evaluación de los efectos e impactos de la tormenta tropical Eta y el huracán Iota en Honduras. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/91034cc8-b36b-4dd0-aeda-ddf90e655d15/content
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (2024). Programa para incrementar la resiliencia ante inundaciones del Valle de Sula en Honduras: propuesta de préstamo. https://ewsdata.rightsindevelopment.org/files/documents/44/IADB-HO-L1244.pdf
Banco Mundial. (2012, diciembre 13). Honduras: gestión del riesgo de desastres. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/loans-credits/2012/12/13/honduras-disaster-risk-management
Banco Mundial. (2020, diciembre 18). El Banco Mundial apoya la respuesta de emergencia y los esfuerzos de reconstrucción en Honduras tras los huracanes Eta e Iota. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2020/12/18/banco-mundial-respuesta-emergencia-reconstruccion-huracanes-eta-iota-honduras
Banco Mundial. (2021, enero 11). Una respuesta inédita ante un desastre sin precedentes en Honduras. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2021/01/11/respuesta-honduras-desastre-huracanes-eta-iota
Banco Mundial. (2022, junio 17). El Banco Mundial apoya a Honduras a fortalecer la preparación para emergencias de salud y reducir la vulnerabilidad. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2022/06/17/el-banco-mundial-apoya-a-honduras-a-fortalecer-la-preparacion-para-emergencias-de-salud-y-reducir-la-vulnerabilidad
D’Ans, A.-M. (2008). Honduras después del Mitch: ecología política de un desastre (primera edición). Centro de Documentación de Honduras.
Díaz, W. (2021, mayo). Notas económicas regionales. Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, No. 120. https://www.secmca.org/wp-content/uploads/2021/05/Los-fen%C3%B3menos-climatol%C3%B3gicos-y-la-paradoja-del-crecimiento-econ%C3%B3mico-en-Honduras.pdf
Eckstein, D., Künzel, V. & Schäfer, L. (2018). Global Climate Risk Index 2018. https://www.germanwatch.org/sites/default/files/publication/20432.pdf
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) Honduras. (2016). El Cambio Climático en Honduras: la infancia en peligro. https://www.unicef.org/honduras/media/501/file/El-Cambio-clim%C3%A1tico-en-Honduras-estudio-2016.pdf
Fraga, F. (2020). Corredor Seco Centroamericano: una visión exploratoria sobre el contexto, las razones y el potencial de una estrategia de creación de empleo en Guatemala y Honduras (Strengthen – Documento de trabajo No. 23). Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT). (2020, noviembre). Boletín especial: exposición a inundaciones y movimientos en masa para Honduras. https://www.unah.edu.hn/dmsdocument/10500-boletin-especial-sobre-inundaciones-y-movimientos-de-masa-en-honduras-pdf
Unidad de Medio Ambiente y Gestión de Riesgo, PNUD Honduras. (2013). Construyendo resiliencia en Honduras: transformación de las capacidades en Honduras para lograr mayor resiliencia frente a los desastres. PNUD. https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/migration/hn/Construyendo-Resilencia-en-Honduras-2.pdf
Peligros por fenómenos de remoción en masa en una reactivación volcánica de un volcán activo: Municipio de Cacahoatán, Complejo Volcánico Tacaná (CVT), Chiapas, México
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Dr. Juan Carlos Mora Chaparro. Investigador Unidad Morelia, Instituto de Geofísica UNAM, Responsable Científico Geoparque Comarca Minera]
Imagen 1: Derrumbe en una ruta de evacuación en el Complejo Volcánico Tacaná (CVT), 2020.
Fuente: Diario del Sur.
Volcán activo, Complejo Volcánico Tacaná (CVT)
Los volcanes son estructuras en la corteza de la tierra que, durante su historia evolutiva, han acumulado a su alrededor diferentes tipos de materiales, como rocas volcánicas producto de erupciones efusivas que formaron flujos de lava y domos, depósitos volcánicos producto de erupciones explosivas, flujos piroclásticos y depósitos de caída, y depósitos de lahares, producto de la combinación de depósitos volcánicos y flujos de agua. Todos estos materiales volcánicos predominan en las laderas de los volcanes, con diferentes espesores, y, en su mayoría, son poco o nada compactos. Sobre estos se han desarrollado suelos muy fértiles y permeables, lo que permite que haya agua en abundancia y que se desarrolle abundante vegetación y fauna asociada, aunado a que los materiales que arrojan son buenos para la construcción, lo que los convierte en lugares muy atractivos para vivir. Por ello, en sus faldas, se ha desarrollado una intensa actividad económica y social, que aprovecha sus paisajes, sus fuentes de agua, sus materiales y principalmente sus suelos fértiles. Un claro ejemplo de esto es el Complejo Volcánico Tacaná (CVT), en cuyas laderas se ha desarrollado una intensa actividad económica y social, relacionada principalmente al cultivo del café (Imagen 2).
Imagen 2: Localización del Complejo Volcánico Tacaná, compuesto por cuatro estructuras volcánicas: San Antonio, Las Ardillas, Tacaná y Chichuj, en el estado de Chiapas, México.
Fuente: Elaboración propia.
Acompañando al desarrollo social y económico, se construyeron diferentes vías de comunicación, que van desde carreteras pavimentadas, caminos de terracería, hasta veredas, que sirven para la comunicación y transporte de todo tipo de mercancías y materiales entre los diferentes poblados. Estas vías se edificaron sobre los materiales que componen las laderas del CVT, y dejaron taludes con diferente grado de inclinación y altura, predominando, en muchos casos, alturas mayores a 2 metros y pendientes mayores a 60°, es decir, taludes inestables con materiales semicompactos y nada compactos. La inestabilidad de estos materiales ha quedado de manifiesto en la época de lluvias, con la generación de derrumbes, caída de rocas, flujos de lodo y deslizamientos que afectan las vías de comunicación. Las autoridades continuamente trabajan limpiando las vías, para no dejar incomunicados a los pobladores, y para que continúe su desarrollo (Imagen 3).
Imagen 3: Dibujo esquemático de una ladera con clasificación de inestabilidad muy alta, alta, media, baja y muy baja, que fue afectada por la construcción de un talud y los materiales inestables que quedaron sobre los mismos. Acompaña una fotografía de una terracería en el CVT, con evidencias de derrumbes y caída de rocas.
Fuente: Elaboración propia.
Desafortunadamente, las vías de comunicación existentes han sido identificadas, en los programas de prevención ante una reactivación volcánica, como las rutas de evacuación que deberían utilizar los pobladores. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se desconocen los peligros que enfrentaría la población al utilizarlas en una evacuación (Imagen 4).
Imagen 4: Vías que comunican a todos los poblados, y que están identificadas como rutas de evacuación en caso de una reactivación del CVT.
Fuente: Elaboración propia en base a Bue y Mora (2023).
Si el CVT, o cualquier volcán activo, comienza una reactivación de su actividad volcánica, uno de los principales fenómenos que se incrementa es la actividad sísmica: los tremores volcánicos van a incrementar en cantidad, intensidad y magnitud (Valdés et al., 2008). Este incremento va a provocar vibraciones en todo el terreno alrededor de la estructura volcánica, por lo que va a afectar los materiales de los taludes inestables en las vías de comunicación, provocando caídas de bloques de roca de diferentes tamaños, rodado de bloques de rocas, derrumbes y deslizamientos en las vías de comunicación (Bue & Mora, 2023). Al aumentar la actividad sísmica, se van a incrementar las dimensiones y la magnitud de estos fenómenos de remoción en masa, lo cual representa un peligro para la población, ya que, al utilizar los caminos como rutas de evacuación, se van a exponer durante todo su trayecto a estos fenómenos. Los derrumbes y deslizamientos pueden bloquear totalmente las rutas de evacuación e impedir el flujo de vehículos y personas, por lo que quedarán expuestos al peligro por los diferentes fenómenos de remoción en masa, y a los fenómenos de la actividad volcánica cuando esta inicie (Imagen 5).
Imagen 5: Mapa que muestra algunos de los sitios donde se han presentado fenómenos de remoción en masa en la época de lluvias y han afectado la comunicación en diferentes poblados del municipio.
Fuente: Elaboración propia.
Conclusiones
En el CVT y en los volcanes activos, es indispensable que existan mapas de susceptibilidad a la inestabilidad de laderas, los cuales van a servir para indicar las zonas naturales propensas a fenómenos de remoción en masa. Además, se deberá de contar con mapas que tengan la cartografía y la ubicación exacta de los sitios afectados por estos fenómenos, generados en época de lluvias. Lo anterior servirá a las autoridades locales, ya que, con base en esa información, podrán diseñar y construir rutas alternas de evacuación, en caso de una reactivación volcánica, y disminuir la vulnerabilidad y la exposición de la población ante una evacuación.
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Referencias bibliográficas
Bue García, S., & Mora Chaparro, J. C. (2023). Peligro volcánico y por fenómenos de remoción en masa en el municipio de Cacahoatán, Chiapas, México. Revista de Estudios Latinoamericanos sobre Reducción del Riesgo de Desastres REDER, 7(2), 168-186. https://doi.org/10.55467/reder.v7i2.131
Valdés, C. M., Puente-Espinosa, L. F., & Osorio-Chong, M. A. (2008). Volcanes. Peligro y Riesgo Volcánico en México. CENAPRED.
Rocas Brújulas: polifonías bioculturales del habitar el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda
VerRocas Brújulas: polifonías bioculturales del habitar el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda
Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Carolina Opazo Riveros. Artista investigadora, Master of Arts in Public Spheres (HES-SO, Suiza). Profesora colaboradora del Magíster de Arte y Patrimonio de la Facultad de Humanidades y Arte, Universidad de Concepción]
Los volcanes migran y se reproducen en el tiempo.
Están todos conectados subterráneamente por los conductos del magma.
Al extinguirse un volcán, emerge otro.
(Segundo Naupa, miembro de la Agrupación Nehuentue-che, Antuco)
Presentación
Rocas Brújulas es un proyecto interdisciplinario de investigación y creación entre arte, geología, antropología y comunidades, orientado a explorar el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda, en la cordillera del Biobío, como un sistema vivo de relaciones ecológicas y culturales. El proyecto se fundamenta en la investigación de campo, desarrollando una metodología colaborativa que prioriza el intercambio de saberes y experiencias en un contexto de exploración creativa abierta y horizontal.
Como responsable del proyecto, articulo una colaboración con Verónica Oliveros, geóloga y académica de la Universidad de Concepción (UdeC), y Germán Sepúlveda, antropólogo de Quilleco. Además, gracias al apoyo del Instituto Milenio Ckelar-Volcanes, Verónica facilitó la participación de Sebastián Guerrero y Miguel Ancamán, estudiantes de geología, quienes integraron conocimientos de las artes, la antropología y los saberes de la comunidad de Antuco en el desarrollo de sus memorias de grado.
Este tejido de colaboración lo sostienen, además, comunidades locales de Antuco, incluyendo arrieros, miembros de la agrupación pehuenche Nehuentue-che, estudiantes del Liceo Dr. Víctor Ríos Ruiz y vecinos del sector rural Rucue Alto, quienes desde sus diversas perspectivas, historias y prácticas nos han permitido acercarnos a una visión compartida y orgánica del territorio volcánico.
Orientación
El título y las bases teóricas del proyecto Rocas Brújulas se inspiran en el hallazgo de una roca que invirtió la orientación norte-sur de una brújula que llevaba Germán durante una exploración artística que realizamos a fines de 2018 en la cordillera del Biobío. Así como el “norte” y el “sur” son contingencias del magnetismo, también lo son de una colonialidad que clasifica y fija los puntos de referencia de nuestro conocimiento y nuestras pertenencias, delimitando territorios y saberes de manera jerárquica. Pero, ¿cómo podemos crear nuevas vías de conocimiento y construir nuevas narrativas que reflejen la complejidad de los territorios que habitamos?
Responder a ello exige una revisión profunda de los instrumentos teóricos que utilizamos, así como una gramática relacional diferente que nos permita un acercamiento sensible a la red de interrelaciones entre los fenómenos naturales y nuestras construcciones culturales, para así, conseguir proponer una relectura de las fuerzas que nos orientan y desorientan.
El proyecto Rocas Brújulas, busca, entonces, explorar las relaciones semióticas entre naturaleza y cultura que se manifiestan de manera particular en el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda, desarrollando una metodología en la que el conocimiento artístico y científico dialogue en horizontalidad con los saberes locales. Reconocer la importancia de estos saberes comunitarios en la exploración implica entender que ni el conocimiento artístico ni el científico son suficientes por sí solos para abarcar la complejidad viva del territorio. En el caso del paisaje volcánico, los saberes de las comunidades representan una manera de leer el territorio desde lógicas y relaciones propias que se han desarrollado durante generaciones de convivencia con los volcanes, mediante prácticas, rituales, historias y cuidados que sostienen la vitalidad del lugar. Como nos relató Margarita Naupa, presidenta de la Agrupación Nehuentue-che:
La montaña es celosa. Debemos no elevar la voz y pedir permiso antes de adentrarnos en ella. Estar en contacto y hablar con la montaña trae paz y bienestar. La Sierra Velluda nutre los cultivos y en sus faldas crecen plantas medicinales como la parámela, que alivia el enfriamiento y los dolores estomacales, o el maqui, que baja la temperatura y cura heridas.
La fuerza de este mensaje, junto con otros relatos que surgieron a lo largo de la investigación, nos ayudaron a comprender capas más profundas de la convergencia entre el universo de la montaña y las comunidades que la habitan. Buscamos estas experiencias de vida y estos relatos porque nos guían hacia una relación distinta con el mundo y porque nos permiten ahondar en los significados del territorio desde sus propias particularidades, ya no como un objeto externo de estudio, sino como un espacio vivido y compartido.
Contexto
Ubicados en la cordillera de la región del Biobío, el volcán Antuco y el volcán Sierra Velluda son puntos de referencia cultural significativos para las comunidades locales. Los fenómenos geológicos y climáticos alrededor de ellos se explican desde una dimensión espiritual, especialmente para la comunidad pehuenche, quienes ven en los volcanes a sus antepasados, los ngen pillan, encargados de resguardar los equilibrios entre naturaleza volcánica y cultura. Como narra Eduard Poeppig en sus crónicas sobre su viaje a Antuco, cada pehuenche se encomienda al dios que habita en el interior del volcán antes de morir. Esta cosmovisión se hereda incluso entre los habitantes no pehuenches, manifestándose, por ejemplo, en la orientación de las tumbas en el cementerio de Antuco, donde todas las cruces están alineadas hacia los volcanes, mientras que las camas de los vivos están en dirección opuesta.
Por otro lado, los volcanes han modelado un intrincado sistema de rutas y desplazamientos en el interior de la cordillera, utilizado por pueblos trashumantes y arrieros que, hasta el día de hoy, no reconocen las fronteras geopolíticas impuestas entre Chile y Argentina. En las conversaciones que hemos mantenido, resuena con fuerza la noción de un territorio transcordillerano, un espacio compartido y de intercambio de experiencias, saberes y prácticas.
En particular, la Sierra Velluda es reconocida, en un radio bastante amplio del territorio, como la regenta de las aguas. En su cumbre se encuentra un glaciar que alimenta las subcuencas del río Laja y del río Duqueco, y que, a pesar de la alta intervención hidroeléctrica, sigue facilitando el riego de cultivos en las zonas rurales y la preservación de los ecosistemas naturales. También, hacia las faldas de la Sierra, hay familias que sólo tienen acceso al agua gracias a las vertientes que emergen de ella. La lava volcánica, por su parte, fertiliza el suelo, lo que permite sostener prácticas medicinales ancestrales, como nos contaba Margarita Naupa.
En este sentido, los volcanes Antuco y Sierra Velluda, por más que se encuentren al interior del área protegida del Parque Laguna del Laja –que excluye a las comunidades locales en la gobernanza y habitabilidad de dichos espacios–, siguen siendo actores socioecológicos relevantes en la construcción de las identidades y modos del habitar. Al estudiar estas interrelaciones, es fundamental reconocer que los saberes locales son el resultado de una larga historia de interacciones con el entorno, que incluyen prácticas agrícolas, sistemas de riego, medicina tradicional y formas de organización social. Son conocimientos que también representan formas de resistencia cultural frente a las presiones del capitalismo y la globalización, especialmente en la Cordillera de los Andes, tan intervenida por la industria hidroeléctrica y forestal.
Investigación de campo
El contexto señalado se fue revelando a lo largo de un año de investigación de campo, en el que de manera gradual fuimos profundizando en las áreas de dominio de los volcanes sin muchas ideas preconcebidas o guiones rígidos, más bien preparados para una exploración abierta que también pudiera acoger lo inasible, lo que escapa a la lógica o se siente desde el cuerpo y las afectividades. Desde esta disposición inicial, antes de acercarnos a las comunidades locales, entendimos como esencial enfrentarnos a la magnitud del paisaje volcánico en relación a nuestros propios cuerpos y sentidos, en un ejercicio de humildad y orientación sensible.
Para ello, buscamos formas colectivas de orientarnos, a menudo dejándonos guiar por rutas que surgían espontáneamente o deteniéndonos a contemplar formaciones geológicas de miles o incluso millones de años que nos asombraban. Nos permitimos escuchar el viento, los sonidos de nuestros pasos sobre las rocas, y dejarnos desbordar por la inmensidad temporal y espacial del paisaje. Estos primeros pasos fueron esenciales para situarnos e interiorizarnos en el lugar con mayor proximidad y respeto.
Luego, para iniciar un diálogo con los miembros de la comunidad local, fue fundamental reflexionar sobre cómo podíamos hacerlo sin caer en prácticas extractivistas. Pese a los tiempos acotados de investigación que permite un proyecto Fondart, fue una toma de posición comprometernos a respetar el tiempo y los ritmos que requería la construcción de un espacio de confianza, accediendo a las narrativas locales sólo en la medida en que se nos abriera este espacio de manera mutua y genuina.
En base a ello, las actividades de intercambio con miembros de la comunidad local, incluyendo arrieros, miembros de la agrupación pehuenche Nehuentue-che, vecinos del sector rural Rucue Alto y estudiantes de enseñanza media, se enfocaron en la escucha activa y la interrelación entre distintas experiencias e historias, dando prioridad a lo que la comunidad tenía que decir sobre su paisaje volcánico antes de proponer nuestras propias perspectivas. En los talleres y encuentros, planteamos nuestras preguntas como invitaciones para explorar colectivamente la memoria y las transformaciones del paisaje volcánico, permitiendo que fueran los propios habitantes quienes fueran orientando, a través de sus propios ritmos y temas, aquellas zonas de dominio socioecológico de los volcanes.
También, la participación de los estudiantes de geología, Miguel y Sebastián, fue un aporte significativo, ya que establecieron interrelaciones entre lo que la comunidad compartía y los conocimientos geológicos que ellos poseían. Esto nos permitió comprender que, por generaciones, en el territorio se desarrolla una ciencia geológica “otra”, una multidimensional que no hace distinciones entre el mundo espiritual, las prácticas de subsistencia y el territorio que se habita.
Co-creación
Considerando la relación afectiva de la comunidad con su paisaje volcánico, hacia el final de nuestro proceso de investigación de campo, organizamos un encuentro en las faldas del volcán Antuco y Sierra Velluda, en el cual nos conectamos con las aguas que brotan del interior de los cuerpos rocosos del paisaje de los ríos de lava volcánica mediante una acción sonora colectiva. A través de tentáculos en forma de tubos equipados con hidrófonos, contamos nuestras historias a las aguas del volcán, estableciendo un diálogo en el que también pudimos escuchar el sonido que el agua nos devolvía.
Finalmente, las visualidades y relatos recogidos fueron traducidos en una exposición artística instalativa, en la Sala Federico Ramírez del Punto de Cultura de Concepción, para abrir estos hallazgos a nuevos públicos. La instalación integró dispositivos sonoros, objetuales, gráficos y editoriales, dentro de los cuales incluimos una topografía volcánica que recoge la diversidad de percepciones que los estudiantes del Liceo Dr. Víctor Ríos Ruiz tienen del paisaje Antuco y Sierra Velluda. También creamos un afiche plegable, pensado como un dispositivo geomediador que pone en circulación los relatos de las propias comunidades, y propone modos alternativos de representar el paisaje volcánico.
Así, el proyecto se erige como un esfuerzo por escuchar y co-crear con el paisaje volcánico Antuco y Sierra Velluda, rescatando las memorias y narrativas locales. En este contexto, la “(des)orientación” nos permitió descubrir nuevas maneras de desplazarnos, habitar y contar este paisaje, donde el “norte” y el “sur” se redefinen según las historias y experiencias resonantes del propio territorio. En efecto, las coordenadas en Antuco van de “este” a “oeste” y viceversa.
Rocas Brújulas es un proyecto financiado por el Fondart Nacional en la línea de Creación Artística Interdisciplinaria. Además, cuenta con el apoyo del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, y de la carrera de Geología de la Universidad de Concepción.
Imagen 1: Vista de la exposición Rocas Brújulas (2024).
Fuente: Foto de Óscar Concha.
Imagen 2: Acción sonora colaborativa con comunidades de Antuco de Rocas Brújulas (2023).
Fuente: Foto de David Romero.
Imagen 3: Investigación de campo de Rocas Brújulas (2023).
Fuente: Foto de Felipe Oliver.
Imagen 4: Investigación de campo de Rocas Brújulas.
Fuente: Foto de Carolina Opazo.
Imagen 5: Volcán Antuco en Rocas Brújulas (2024).
Fuente: Foto de Felipe Oliver.
Sobre el amor por la naturaleza y la sed de conocimiento | "Volcanes: La Tragedia de Katia y Maurice Krafft" (2022)
VerSobre el amor por la naturaleza y la sed de conocimiento | "Volcanes: La Tragedia de Katia y Maurice Krafft" (2022)
Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Matías Arce. Sociólogo, Universidad Alberto Hurtado, Chile]
Título: Volcanes: La Tragedia de Katia y Maurice Krafft
Formato: Documental
Directora: Sara Dosa
Año: 2022
Duración: 1 h 33 min.
Tráiler: https://www.disneylatino.com/video/volcanes-la-tragedia-de-katia-y-maurice-krafft-trailer-oficial-disney-plus
Disponible en: Disney +
Imagen 1: Portada de «Volcanes: La Tragedia de Katia y Maurice Krafft».
Fuente: Disney +.
¿Hasta qué punto el amor por la naturaleza y la sed de conocimiento pueden llevarnos a situaciones límites en donde la materialidad de nuestro cuerpo y la reflexión sobre la condición humana pierden sus fronteras?
Sobre la cinematografía
En un diálogo íntimo y seductor, la documentalista Sara Dosa presenta un documental profundamente filosófico que explora la vida y la obra de dos de los más reconocidos vulcanólogos franceses: Katia y Maurice Krafft. A lo largo de esta obra, se destaca no sólo la naturaleza emocional e impetuosa de estos científicos, sino también su incansable pasión por los volcanes y su dedicación a la investigación. Este enfoque íntimo permite al espectador sumergirse en el fascinante mundo de los fenómenos volcánicos, al tiempo que se conecta con la humanidad de sus protagonistas. El documental se enriquece con las imágenes producidas por Katia y Maurice, utilizadas magistralmente para narrar cada hito significativo de sus vidas. Desde videos que documentan incidentes puntuales, como la avería de su auto en medio de una expedición, hasta un emotivo clip final en el que aparecen antes de su trágica muerte, estas imágenes aportan una dimensión personal a la historia. Esta forma de relatar los acontecimientos hizo que el documental fuera merecedor de dos premios y diversas nominaciones, incluyendo una en los Premios Óscar.
Visualmente, el documental es un verdadero festín para los sentidos. La cinematografía captura la majestuosidad de los volcanes con tomas impresionantes que muestran tanto su belleza como su poder destructivo. La edición entrelaza imágenes poéticas con fragmentos biográficos, creando una narrativa fluida que mantiene al espectador cautivado. La música complementa perfectamente las imágenes, intensificando las emociones y subrayando la conexión espiritual que los Krafft sentían con los volcanes. Además, el uso de recursos narrativos, como la voz en off, proporciona una profundidad reflexiva que invita a meditar sobre el significado del amor y la ciencia.
Sobre el contexto en el que se produce el documental
La historia se sitúa en un período en el que la vulcanología comenzaba a ganar reconocimiento e interés. Katia y Maurice Krafft fueron pioneros en su campo, realizando expediciones a algunos de los volcanes más activos del mundo, como el Etna y el Stromboli. Su trabajo no sólo contribuyó al conocimiento científico sobre las erupciones volcánicas, sino que también planteó preguntas sobre la relación del ser humano con los fenómenos naturales.
En un momento donde los desastres naturales son temas candentes, Katia y Maurice enfrentaron la incomodidad de llamarse a sí mismos vulcanólogos, sobre todo en un ambiente donde los volcanes tienden a generar problemas a la población a nivel nacional e internacional. Al haber vivido lejos de los volcanes y de las comunidades humanas, desarrollaron un profundo amor por estas fuerzas de la naturaleza. Maurice, de manera metafórica y poética, afirmaba que “al vivir lejos de los volcanes o de los humanos, terminas amándolos”, dejando de manifiesto su interés por el conocimiento y por la grandeza de los volcanes. Este sentimiento se tradujo en su trabajo, donde las grandes tomas de sus documentales capturaban tanto la belleza como la furia de los volcanes.
Además, su enfoque no se limitó a la observación; también buscaron formas de aplicar su conocimiento para ayudar a las comunidades vulnerables. Por ejemplo, realizaron estudios en Colombia para prever evacuaciones y erupciones, con el objetivo de salvar vidas en regiones propensas a desastres volcánicos. Sin embargo, Katia señalaba que los informes técnicos elaborados en su campo no eran accesibles para quienes no eran vulcanólogos, lo que los llevó a crear una película sobre riesgos volcánicos, con el fin de comunicar su mensaje de manera más efectiva al público en general. Para Maurice, el sueño más importante era que los volcanes dejaran de matar, lo que refleja su compromiso con la seguridad de las personas, buscando mantener el cuidado y el respeto hacia estos gigantes naturales. Su legado no sólo reside en el conocimiento científico que aportaron, sino también en la forma en que conectaron a la sociedad con la comprensión de los riesgos volcánicos, buscando siempre un equilibrio entre la admiración poética por los volcanes y la necesidad de control sobre su devastadora fuerza.
Producto de las condiciones devastadoras de los volcanes, decidieron llevar su investigación un paso más allá y acercarse más a los volcanes, con la finalidad de descubrir y también investigar, aún más, cuáles son las condiciones necesarias para que se produzcan las erupciones. Esto los llevó al monte Unzen, uno de los volcanes más activos de Japón y el que, finalmente, producto de una erupción, les quitó la vida en el año 1991.
Algunas implicancias adicionales
El trabajo de estos dos vulcanólogos, perpetuados en este documental, tuvo implicancias tanto a nivel científico como a nivel social. En este sentido, el sacrificio de los Krafft fue clave para poner de manifiesto la urgencia por la educación de la población respecto de los volcanes, tanto a nivel de métodos preventivos como de actuación en caso de una erupción. Gracias al trabajo que realizaron se tomaron distintas medidas en Europa. Por otra parte, desde un punto de vista investigativo y científico, la producción de imágenes y videos, como también la posición de Katia y Maurice sobre la academia geológica y su conceptualización sobre volcanes, provocó la emergencia de conceptos manufacturados por ellos mismos, como son los “volcanes rojos” y los “volcanes grises”, y también un diálogo estructurado y científico con otros geólogos y vulcanólogos.
Finalmente, la historia de Katia y Maurice es una historia que se da en medio de los elementos desatados. Una historia de amor por la naturaleza y por la propia existencia de la humanidad.
Imagen 2: Katia y Maurice Krafft en un volcán.
Fuente: Programme.tv.
Territorio y comunidad en riesgo volcánico en Chile: una discusión necesaria
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Ana María Ugarte Caviedes. Psicóloga, Doctora en Estudios Latinoamericanos y Magíster en Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Investigadora Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.
María Paz Lillo Guzmán. Psicóloga, Magíster en Psicología Comunitaria, Universidad de Chile. Coordinadora Monitoreo, Evaluación, Rendición de Cuentas y Aprendizaje, Programa Medio Ambiente, Gestión del Riesgo y Emergencias, Caritas Chile]
Imagen 1: Fotografía de Arpillera Comunitaria, creada por mujeres de Chaitén.
Fuente: Pino y Ugarte (2015).
Chile se sitúa en uno de los márgenes tectónicos más activos del planeta, con una gran cantidad de volcanes distribuidos a lo largo de su territorio. Su presencia es especialmente relevante en la zona central y sur (33°-46°S), donde más de 90 volcanes están activos, varios de ellos próximos a áreas densamente pobladas (SERNAGEOMIN, 2018). Si bien actualmente disponemos de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV) y del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS), y hemos avanzado en la gestión del riesgo de desastres (GRD) con la creación del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) en reemplazo de la Oficina Nacional Emergencias (ONEMI), todavía enfrentamos desafíos críticos en la comprensión, gobernanza y capacidad para la gestión del riesgo a nivel local.
Si bien la Política Nacional y el Plan Estratégico Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (PNRRD, 2020) declaran que las particularidades territoriales y las diversidades de las comunidades deben ser consideradas en la GRD, el enfoque predominante en la evaluación del riesgo volcánico se basa principalmente en variables geológicas (historia eruptiva, zonas afectadas, magnitud y recurrencia de erupciones) y de exposición (población y cercanía de infraestructura crítica) (SERNAGEOMIN, 2018), omitiendo aspectos fundamentales como las creencias, conocimientos, capacidades y vínculos de las comunidades que habitan en los territorios amenazados. Las percepciones y formas de habitar el territorio son esenciales para entender cómo las comunidades interpretan, reaccionan y se adaptan ante esta y otras amenazas. Si estos factores no son considerados, corremos el riesgo de agravar un desastre, maximizando sus impactos y generando nuevas vulnerabilidades.
La vulnerabilidad de Chile frente a las erupciones volcánicas, así como ante otras amenazas, no se explica únicamente por variables geográficas o de origen natural, sino también por nuestras condiciones ambientales, socioeconómicas, políticas y culturales. Factores como la degradación del medio ambiente, la pérdida de biodiversidad, la alta desigualdad social, un modelo de desarrollo neoliberal y extractivista, la escasa formación ciudadana en gestión de desastres y el centralismo en la toma de decisiones actúan como barreras estructurales que obstaculizan el fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los territorios. Cabe señalar, además, que en la actualidad, la situación se ha vuelto considerablemente más compleja debido a la triple crisis ambiental planetaria –cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación– que incrementa la vulnerabilidad de los territorios.
Cuando hablamos de territorios, nos referimos no sólo al espacio físico amenazado por la erupción volcánica, sino también al espacio cotidiano que encierra el sentido y la experiencia de habitar. Es allí donde se entrelazan dinámicas socioculturales, ecológicas, psicológicas, físicas y biológicas, donde se materializan representaciones sociales del habitar a través de estructuras que se crean y recrean, lenguajes particulares, disposiciones de los cuerpos y materialidades que dan cuenta de nuestra vida social (Aliste, 2010; Bourdieu, 2014; Arteaga, 2017).
Proponemos entender el territorio como un espacio de consolidación de relaciones, tanto con nosotros/as mismos/as como con el resto de la naturaleza. Como plantean Svampa (2008) y Federici (2018), en el territorio se produce y reproduce la vida, lo que conlleva la posibilidad de emergencia y resignificación de lo común, así como también su disputa. En términos generales, la GRD ha fallado en integrar el territorio en su dimensión simbólica y socioafectiva. A pesar de que la Política Nacional y otros instrumentos de gestión de riesgo reconocen su importancia, se aborda como una variable que se limita al alcance geográfico y político-administrativo de las intervenciones, omitiendo o minimizando la fuerza de las dinámicas de construcción de identidad y los vínculos socioafectivos que emergen en estos espacios y que impulsan a las personas a permanecer en ellos.
Las erupciones volcánicas provocan profundas transformaciones en los territorios, impactando múltiples ámbitos de la vida de las distintas especies que los habitan. Los desplazamientos forzados son un claro ejemplo de estas transformaciones, y aunque son una realidad recurrente en Chile, no han sido suficientemente abordados en las políticas de GRD. Casos como el desplazamiento humano y bovino por la erupción del volcán Hudson en 1991, la relocalización de Chaitén en 2008 y la evacuación masiva por la erupción del volcán Calbuco en 2015, evidencian que una respuesta institucional enfocada exclusivamente en las pérdidas materiales y económicas, que desatiende las particularidades de los territorios, puede ser devastadora. La falta de preparación y coordinación en un desplazamiento compromete significativamente la recuperación, daña el tejido social e incrementa la vulnerabilidad de las comunidades (Wilson et al., 2012; Ugarte & Salgado, 2014; Espinoza et al., 2015; Romero Toledo & Romero Aravena, 2015; Lainez & Fava, 2024). Proteger los vínculos que se establecen entre las comunidades y los territorios que habitan y respetar su propia capacidad de agencia es fundamental para fortalecer la resiliencia comunitaria ante erupciones volcánicas.
Si bien en muchos casos no es posible evitar los desplazamientos forzados, sí es posible mitigar sus efectos negativos. ¿Cómo hacerlo? A través de un enfoque que combine conocimiento técnico y científico con los saberes locales y ancestrales de las comunidades expuestas, llevando a cabo procesos de análisis participativos y de formación que fomenten una profunda comprensión del riesgo. Involucrar a las comunidades en riesgo en la creación de los procedimientos de respuesta a emergencias es vital para diseñar planes de acción que respondan a las realidades territoriales y sociales. Si los planes son comprendidos por las personas que los deben seguir, reflejan sus preferencias y consideran sus capacidades, serán más exitosos. Las personas estarán más preparadas para actuar y adherirse a ellos cuando sea necesario.
También es fundamental reconocer que el impacto de un desplazamiento no es igual para toda la población. Diferentes grupos tienen necesidades y capacidades específicas que deben ser anticipadas, tales como requerimientos especiales de protección, acceso a medios de vida, educación o salud. Comprender estos factores y planificar en consecuencia es clave para reducir la vulnerabilidad y no profundizar las brechas ya existentes.
Hoy Chile se encuentra en un momento social y político favorable para renovar no sólo la institucionalidad de la GRD, sino que también el enfoque reactivo y excesivamente técnico que la ha caracterizado. Para construir respuestas más efectivas y justas ante los riesgos, que sean pertinentes y sostenibles en sus propios contextos, es crucial incorporar de forma efectiva la dimensión simbólica y socioafectiva de los territorios y reconocer tanto las dinámicas sociales y culturales como las capacidades organizativas locales, aprendiendo de ellas. En este contexto de múltiples amenazas, considerar estos elementos para fortalecer la resiliencia de las comunidades en situación de riesgo se vuelve una prioridad.
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Referencias bibliográficas
Aliste, E. (2010). Territorio y ciencias sociales: trayectorias espaciales y ambientales en debate. En E. Aliste & A. Urquiza (Comps.), Medio ambiente y sociedad: conceptos, metodologías y experiencias desde las ciencias sociales y humanas (pp. 55-76). Santiago de Chile: RIL Editores.
Arteaga. C. (2017). Las redes sociales asociativas como alternativas de desarrollo para América Latina. En M. E. Alvarado, L. Correa & E. Costilla (Coords.), Experiencias universitarias de los movimientos sociales y la acción colectiva. Una mirada al pasado y al futuro desde el presente (pp. 83-101). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Bourdieu, P. (2014). Sobre el Estado. Cursos en el College de France (1989-1992). Barcelona: Anagrama.
Espinoza, A., Espinoza, C., & Fuentes, A. (2015). Retornando a Chaitén: Diagnóstico participativo de una comunidad educativa desplazada por un desastre socionatural. Magallania, 43(3), 65-76. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22442015000300006
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Lainez, P., & Fava, D. (2024). El impacto psicosocial y en salud mental de afectados por una erupción volcánica: Reflexiones sobre la experiencia subjetiva, caso Ensenada, Chile. Revista de Estudios Latinoamericanos sobre Reducción del Riesgo de Desastres REDER, 8(1), 75-90. https://doi.org/10.55467/reder.v8i1.139
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Wilson, T., Cole, J., Johnston, D., Cronin, S., Stewart, C., & Dantas, A. (2012). Short- and long-term evacuation of people and livestock during a volcanic crisis: lessons from the 1991 eruption of Volcán Hudson, Chile. Journal of Applied Volcanology, 1, 2. https://doi.org/10.1186/2191-5040-1-2
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Diego Álvarez Arancibia. Periodista]
Título: Vecinos del volcán
Formato: Documental
Director: Iván Tziboulka
Año: 2014
Duración: 1 h 46 min.
Disponible en: OndaMedia
Imagen 1: Portada de «Vecinos del volcán».
Fuente: Miradoc.
Madrugada del 2 de mayo de 2008. El volcán Chaitén, tras 700 años de tranquilidad, anunció su despertar con una violenta erupción, levantando una nube de cenizas que rápidamente cubrió el cielo del pueblo del mismo nombre. Los chaiteninos nunca se imaginaron que esto ocurriría, o que sus vidas desde ese momento ya no serían las mismas.
Ante el riesgo de más erupciones y flujos piroclásticos que amenazaban con sepultar completamente al pueblo, el gobierno ordenó la evacuación forzosa de sus más de 7 mil habitantes, reubicándolos en otras localidades dentro de la Región de Los Lagos. Así comenzó una diáspora que marcaría para siempre a la comunidad chaitenina y que el documental Vecinos del volcán (2014), dirigido por Iván Tziboulka, retrata.
La erupción no solo transformó físicamente al territorio, desviando el cauce del río Blanco y dividiendo al pueblo en dos. También afectó profundamente las vidas de familias acostumbradas a vivir en comunidad, forzadas a abandonar sus casas, costumbres, historias e identidad profundamente arraigadas a Chaitén. Buscando explorar la insistencia por parte de los chaiteninos de volver a un lugar inhabitable, Tziboulka sigue a tres familias que enfrentan de maneras distintas este desplazamiento: la del locutor radial y concejal Bernardo Riquelme y su esposa (también concejala) Jenny Barrientos; la del pescador Luis Cárdenas y su esposa María Fernández; y la de José Ascencio y Carmen Barrientos.
Entre segmentos que siguen a las tres familias mientras enfrentan esta nueva vida, el documental también aborda las tensiones entre los habitantes relocalizados y el Gobierno de Chile que, tras declarar la zona como inhabitable, decidió levantar el pueblo en una nueva ubicación a diez kilómetros de su sitio original. Oponiéndose a la idea, varios de ellos comienzan a repoblar la zona y reconstruir, una acción de rebeldía que eventualmente termina favoreciéndolos; con el cambio de gobierno se declara a la zona norte del pueblo como habitable, y se les permite volver.
Cuando Iván visita el pueblo tres años después de la catástrofe, Chaitén parece haber vuelto a la normalidad. Pero como señala en un segmento uno de los residentes, la normalidad solo se dará cuando vuelva toda la familia, encapsulando así el desarraigo persistente enfrentado por aquellos cuyos lazos familiares han quedado dispersos entre Chaitén y las ciudades donde fueron reubicados. Y las familias Riquelme y Ascencio tristemente ejemplifican este fenómeno. Mientras Bernardo y Carmen permanecen en Chaitén, impulsados por su apego al pueblo y las responsabilidades laborales que tienen con él, el resto de sus familias ya se han adaptado a su nueva vida en las ciudades donde fueron relocalizados. Esta separación física y emocional, otra consecuencia de la erupción, culmina en el distanciamiento definitivo: al cierre del documental, ambos matrimonios se encuentran separados.
Vecinos del volcán cumple el propósito del director de explorar las razones por las cuales las personas vuelven a zonas inhabitables, pero la mayor fortaleza del documental yace en su capacidad para adentrarse en las consecuencias más íntimas de la tragedia: las fracturas emocionales, familiares y comunitarias que provocó.
Vulnerabilidad ante fenómenos volcánicos en la comunidad de Los Queñes, Región del Maule, Chile
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Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024
[Por: Amiel Nieto-Torres, Alfredo Esquivel, Álvaro Aravena, Yuvineza Gómez-Leyton, Ivonne Martínez, Vicente Troncoso-Chacón, Vicente Astudillo-Quiroz, Pablo Salazar-Reinoso y Felipe Aguilera-Barraza. Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, Antofagasta, Chile y Facultad de Ciencias Básicas, Universidad Católica del Maule, Talca, Chile]
Introducción
Desde el año 2022, el Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, reúne a un equipo multidisciplinario de expertos enfocados en la volcanología pertenecientes a la Universidad Católica del Norte, la Universidad de Concepción y la Universidad de Chile. Este grupo de científicos y científicas desarrolla investigación de excelencia desde diversas disciplinas. Nuestro trabajo de investigación volcánica incluye la volcanología física, geoquímica de fluidos, geofísica volcánica, sensores remotos, petrología, geología estructural, peligros volcánicos, gestión del riesgo volcánico, vulnerabilidad ante erupciones volcánicas, resiliencia, trabajo con las comunidades y comunicación de la ciencia volcánica.
Los Institutos Milenio son centros con autonomía jurídica que desarrollan investigación científica y tecnológica que se encuentra en la frontera del conocimiento de sus respectivas disciplinas. A través de estos Centros de Excelencia, se impulsa el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas de excelencia a nivel nacional e internacional, y la difusión y transferencia del conocimiento a los distintos sectores de la sociedad. Los Centros de Excelencia se enfocan en desarrollar proyectos de investigación científica de avanzada, con líneas de desarrollo en la frontera del conocimiento y en un marco de trabajo colaborativo, multidisciplinario y de sinergia. Los investigadores de los Institutos Milenio se proyectan como referentes nacionales en sus disciplinas e impulsan de forma activa, la divulgación y la transferencia del conocimiento y del quehacer científico que desarrollan hacia la sociedad y el ámbito productivo. Milenio es un programa de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), perteneciente del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile.
Contexto
Entre el 21 y el 24 de junio de 2023, una serie de inundaciones y flujos de lodo provocados por una perturbación atmosférica dejaron a la comunidad de Los Queñes, ubicada en la provincia de Curicó, región del Maule, sin comunicación por varios días. Además, seis viviendas que se encontraban en la ribera del río fueron destruidas, sin que se reportaran víctimas. Esto motivó a nuestro grupo de trabajo a evaluar el riesgo en Los Queñes para enfrentar amenazas naturales como las de origen volcánico, mediante la evaluación de la vulnerabilidad y de las actitudes que asume la población ante las manifestaciones de los fenómenos naturales.
La comunidad de Los Queñes se ubica a 55 km al noroeste de Curicó, en la comuna de Romeral, Chile. Su nombre significa “gemelos” en mapudungún, rinde homenaje a los ríos Teno y Claro, que convergen en esta zona (Imagen 1). El asentamiento de Los Queñes se produjo en 1864, con la construcción de las actuales instalaciones de la Aduana de Los Queñes para controlar el tránsito de ganado y personas en ambos lados de la cordillera. Con el tiempo, la zona se convirtió en un corredor minero, ya que las actividades mineras prevalecen en la zona (Municipio El Romeral, 2021). Los Queñes se destaca actualmente como una localidad turística de montaña, con bellos paisajes y áreas de enorme valor natural. A lo largo de los años, la población permanente de Los Queñes ha experimentado fluctuaciones significativas, que van desde los 150 hasta los 300 habitantes. Sin embargo, durante los meses de verano la población aumenta hasta los ~1.000 habitantes (Municipio El Romeral, 2021).
La comuna de Los Queñes ha enfrentado los impactos de varios fenómenos naturales a lo largo de su historia, entre los que se encuentran, por ejemplo, erupciones volcánicas del volcán Planchón-Peteroa, flujos de lodo, inundaciones, deslizamientos y desprendimientos de rocas. Algunos de estos fenómenos han sido catastróficos. Una erupción en 1837 en el complejo volcánico Planchón-Peteroa produjo flujos de lodo y rocas en el río Claro, que fluye desde el complejo volcánico hasta Los Queñes. En 1986, una inundación catastrófica desencadenada por intensas lluvias provocó la reubicación de los residentes en la parte occidental de la comuna.
Imagen 1: Localización de la comunidad de Los Queñes en la confluencia de los ríos Teno y Claro, a 32 km del complejo volcánico Planchón-Peteroa.
Fuente: Ckelar-Volcanes.
Acciones, estrategias y desafíos
A inicios del 2024, investigadores del Instituto Milenio en Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, viajamos desde Talca y Antofagasta a Los Queñes, con el fin de llevar a cabo una evaluación de vulnerabilidad de la comunidad ante fenómenos volcánicos y otras amenazas naturales. Se llevaron a cabo evaluaciones de diferentes aspectos de la vulnerabilidad (Imagen 2). La evaluación de la vulnerabilidad física se basó en indicadores sobre las condiciones de las construcciones (Nieto-Torres et al., 2021). Esto incluye aspectos sobre la edad, el material de construcción, la forma y el estado de la estructura, la mano de obra y la calidad de la construcción, ayudando así a predecir el rango de daños, pérdidas y costos de reconstrucción que pueden resultar tras el impacto de un fenómeno natural (Blong, 1984).
Imagen 2: Trabajo en terreno llevado a cabo para evaluar la vulnerabilidad física de las viviendas.
Fuente: Ckelar-Volcanes.
Este trabajo en terreno fue más sencillo de realizar gracias a la colaboración de la Radio Comunitaria Los Queñes, quienes facilitaron en gran medida el acercamiento del grupo de trabajo con la población. Además, fue posible participar en una serie de charlas en las instalaciones del mercado de comida y artesanías, lo que nos permitió sensibilizar a los miembros de la comunidad sobre la importancia de conocer y entender el comportamiento y el impacto de los fenómenos naturales (Imagen 3).
Imagen 3: Fotografía de una de las dos charlas sobre riesgo volcánico desarrolladas en el mercado de comida y artesanía por científicos del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes.
Fuente: Ckelar-Volcanes.
En el caso de la vulnerabilidad social, consideramos las características de la población de acuerdo a las necesidades funcionales y de acceso (por ejemplo, proporción de niños menores de 5 años, adultos mayores de 70 años y discapacitados), así como a la presencia de minorías étnicas (personas que se distinguen por sus diferentes orígenes culturales), desempleo y analfabetismo. Cuanto mayor sea la proporción de población en condiciones de vulnerabilidad, mayor será la vulnerabilidad asociada (Fothergill et al., 1999).
Encontramos que de las 514 edificaciones que posee Los Queñes, 240 son viviendas. Sin embargo, el número de residentes permanentes es de alrededor de 250. Esto se debe a que la mayoría de las edificaciones son casas de veraneo. Durante el verano, la población residente aumenta hasta ~1.000 habitantes, a los que se suman decenas de turistas. Las edificaciones restantes comprenden otros elementos urbanos como la escuela de educación básica, varias casas comunitarias, las estaciones de bomberos y policía, el centro de salud, iglesias, tiendas de artesanías y abarrotes, almacenes, establos para ganado, restaurantes y facilidades de hospedaje como cabañas y hostales.
La ubicación de Los Queñes en la confluencia de los ríos Teno y Claro ha sido fundamental para su desarrollo, pero también presenta desafíos. El riesgo de inundaciones y flujos de lodo y rocas se dan principalmente en la zona cercana a la ribera del río Teno, y la amenaza de remoción masiva en zonas escarpadas son aspectos para considerar en la planificación urbana. Aunque el pueblo se encuentra a ~32 km del complejo volcánico Planchón-Peteroa, que ni siquiera se puede ver desde Los Queñes, existe una amenaza volcánica asociada a la potencial caída de ceniza volcánica y flujos de lodo y rocas, como sucedió en 1837, 1991, 2010-2011 y 2018 (SERNAGEOMIN, 2023).
El reducido tamaño de la comunidad y su ubicación remota y aislada dificultan la redundancia y accesibilidad de la infraestructura crítica. Las fallas en las telecomunicaciones y la electricidad son recurrentes en la región, especialmente durante la temporada de lluvias y el invierno. Esto sucedió durante las inundaciones de junio de 2023, cuando la comunidad quedó completamente aislada. Durante el trabajo de campo realizado en enero de 2024 se observó que algunos tramos de los caminos aún no habían sido reparados. Estos aspectos contribuyen a que la vulnerabilidad sea particularmente alta.
Por otro lado, la vocación turística natural de Los Queñes, debido a la topografía montañosa y a sus hermosos paisajes, dificulta la diversificación de las actividades económicas. Las actividades asociadas al turismo (por ejemplo, restaurantes, albergues, sitios para acampar, guías turísticos, artesanías) son una de las principales fuentes de ingresos para los residentes permanentes, lo que se traduce en una vulnerabilidad económica elevada. Otras actividades económicas, como aquellas asociadas a la agricultura, son escasas y están controladas estacionalmente, lo que también afecta negativamente la vulnerabilidad económica en Los Queñes. La actividad minera está presente en la zona, pero los beneficios directos para Los Queñes son escasos. En este sentido, el camino que conecta Los Queñes con el valle central a lo largo de la ladera norte del río Teno recibe regularmente mantenimiento por parte de empresas privadas, y ellas se encargan de restablecer esta ruta cuando se ve afectada por procesos de remoción en masa. Sin embargo, no se reconocen esfuerzos públicos o privados relacionados al desarrollo de obras de ingeniería mayores capaces de proteger a la comunidad, como barreras contra inundaciones y flujos de lodo y rocas, o el desarrollo de sistemas de alerta temprana para este tipo de amenazas naturales. Estas características se traducen en una elevada vulnerabilidad social y una escasa capacidad de respuesta ante desastres naturales.
La segunda parte de nuestra investigación, que aún se encuentra en fase experimental, consiste en el diseño e implementación de una estación con un sistema de monitoreo de inundaciones y flujos de lodo y rocas, con el fin de implementar en el futuro un sistema de alerta temprana ante estos fenómenos. Este es un trabajo que representa grandes desafíos, ya que requiere del conocimiento y la caracterización de los eventos que han ocurrido en el pasado, así como la instalación de instrumentos sofisticados que requieren de una constante calibración y mantenimiento. Los instrumentos instalados para monitorear estos fenómenos consisten en sismómetros de bajo costo para detectar los movimientos del suelo asociados al paso de los flujos de agua, lodo y rocas, y una cámara de video que permite el registro visual de estos fenómenos (Imágenes 4 y 5).
Imagen 4: Pruebas para la instalación de la estación experimental para el monitoreo de inundaciones, flujos de lodo y rocas.
Fuente: Ckelar-Volcanes.
Imagen 5: Estación experimental en fase de prueba. Equipo de científicas y científicos de Ckelar-Volcanes durante la instalación.
Fuente: Ckelar-Volcanes.
Los resultados finales de estas investigaciones serán publicados en una revista internacional enfocada en la reducción del riesgo. Si quieres saber más sobre las actividades de investigación y divulgación del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico, Ckelar-Volcanes, puedes contactarnos y/o seguirnos en nuestras redes sociales:
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Referencias bibliográficas
Blong, R. J. (1984). Volcanic Hazards: A Sourcebook on the Effects of Eruptions. Sydney: Academic Press. https://doi.org/10.1016/C2009-0-21853-8
Fothergill, A., Maestas, E. G. M., & Darlington, J. D. (1999). Race, Ethnicity and Disasters in the United States: A Review of the Literature. Disasters, 23(2), 156-173. https://doi.org/10.1111/1467-7717.00111
Municipalidad El Romeral. (2021). Plan Regulador Comunal. https://muniromeral.cl/romeral/
Nieto-Torres, A., Guimarães, L. F., Bonadonna, C., & Frischknecht, C. (2021). A New Inclusive Volcanic Risk Ranking, Part 1: Methodology. Frontiers in Earth Science, 9, 697451. https://doi.org/10.3389/feart.2021.697451
Servicio Nacional de Geología y Minería [SERNAGEOMIN]. (2023). Complejo Volcánico Planchón-Peteroa. https://rnvv.sernageomin.cl/complejo-volcanico-planchon-peteroa/
Soluciones Basadas en la Naturaleza para la planificación de ciudades resilientes a las inundaciones
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Carolina Rojas Quezada. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) y Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), UC.
Teresita Eggers. Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT), UC]
Las ciudades chilenas enfrentan crecientes desafíos debido a la rápida urbanización en áreas de riesgo, la desigualdad, el cambio climático y la impermeabilización del suelo, lo que aumenta significativamente el riesgo de inundaciones. En este contexto, las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) han surgido como una estrategia innovadora y eficaz para la planificación urbana más resiliente, ofreciendo múltiples beneficios ambientales, sociales y económicos a la vez (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023; Rojas et al., 2023), además se caracterizan por ser soluciones multifuncionales en contraste con la infraestructura gris o tradicional que es de carácter monofuncional (Vásquez, 2016). Estas soluciones protegen, gestionan y restauran ecosistemas naturales o modificados, abordando desafíos urbanos de manera efectiva y adaptativa, proporcionando beneficios tanto para el bienestar humano como para la biodiversidad (IUCN, 2017).
Uno de los principales beneficios de las SbN es su capacidad para gestionar el agua de manera sostenible. Los humedales urbanos, por ejemplo, actúan como esponjas naturales, absorbiendo el exceso de agua durante eventos de lluvias intensas y liberándola lentamente, reduciendo así el riesgo de inundaciones. Además, estos humedales mejoran la calidad del agua al filtrar contaminantes y proporcionar hábitats para la vida silvestre (Dodman et al., 2022). Los parques inundables son otra forma efectiva de SbN. Si bien aun hay pocos en Chile, estas áreas verdes están diseñadas para retener el agua durante las precipitaciones intensas y liberarla gradualmente, mitigando así las inundaciones. Además de su función principal, estos parques también ofrecen espacios recreativos para la comunidad, mejorando la calidad de vida y fomentando la cohesión social. Además, la vegetación en estos parques ayuda a reducir el efecto de isla de calor urbano, contribuye a la purificación del aire y proporciona sombra, creando microclimas más agradables y saludables (Faivre et al., 2017).
Las SbN no solo abordan las inundaciones, sino que también contribuyen a la resiliencia urbana frente al cambio climático. Estas soluciones también fomentan la biodiversidad, creando corredores ecológicos que conectan diferentes especies vegetacionales y permiten el movimiento de especies (Raymond et al., 2017). Las ciudades chilenas por sus diferencias geográficas son particularmente vulnerables a las inundaciones debido a la alta concentración de personas, la desigualdad socioeconómica, la falta de infraestructura y las actividades económicas dependientes del clima, como la agricultura. Las SbN ofrecen una forma de mitigar estos riesgos mediante la incorporación de elementos naturales que puedan ayudar con los impactos de eventos climáticos extremos. Por ejemplo, las soluciones basadas en el suelo, como los jardines de lluvia, pueden ayudar a manejar el exceso de agua (Kabisch, Frantzeskaki & Hansen, 2022).
Para que las SbN sean efectivas, es crucial la participación activa de la comunidad y una gobernanza inclusiva y adaptativa. Involucrar a los ciudadanos en el diseño y mantenimiento de estas soluciones aumenta la conciencia ambiental y el sentido de pertenencia, asegurando que las SbN sean sostenibles a largo plazo (IUCN, 2017). Además, una gobernanza inclusiva que considere múltiples sectores y disciplinas es esencial para integrar las SbN en la planificación urbana de manera efectiva. La participación comunitaria no solo fortalece la implementación de las SbN, sino que también garantiza que estas soluciones respondan a las necesidades y preferencias locales. La inclusión de diversos actores en el proceso de planificación y decisión puede llevar a soluciones más equitativas y efectivas (Faivre et al., 2017).
Para invertir en Soluciones basadas en la Naturaleza en ciudades chilenas, es fundamental considerar las evidencias internacionales que indican que la efectividad de las SbN puede variar significativamente según el contexto urbano específico. Por ejemplo, en áreas densamente pobladas, donde el espacio es limitado, soluciones como techos verdes y jardines en terrazas de edificios pueden ser particularmente efectivas para gestionar el agua. En ciudades costeras, estimaciones del WRI et al. (2018) señalan que las pérdidas mundiales por inundaciones podrían alcanzar los US$52 billones anuales en promedio para 2050. Además, en estas ciudades, las SbN proporcionan hábitats críticos para la vida marina y ayudan a proteger la biodiversidad costera (Dodman et al., 2022). Las SbN orientadas a la restauración de humedales y dunas actúan como barreras naturales contra las precipitaciones intensas y el aumento del nivel del mar, estabilizando las costas y atenuando las olas para reducir los impactos por inundación y erosión. Estas soluciones pueden ser hasta cinco veces más económicas que construir infraestructura gris, como rompeolas. En este contexto, la pérdida de ecosistemas implica la pérdida de beneficios cruciales. En Chile, una de las pocas evidencias disponibles señala que, debido a la pérdida de superficie del Humedal Rocuant-Andalién en Concepción, se estima que para un periodo de retorno extremo (500 años), el volumen de agua almacenada por el humedal disminuiría en más del 38% y el área inundada del humedal en un 30%, incrementando así las inundaciones y la vulnerabilidad del área urbana (Rojas et al., 2022).
A pesar de sus numerosos beneficios, la implementación de SbN no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la falta de financiamiento y recursos, especialmente en Latinoamérica. Las SbN a menudo requieren una inversión inicial significativa, y los beneficios pueden no ser inmediatamente evidentes, lo que puede dificultar la obtención de apoyo financiero y político. Otro desafío es la necesidad de conocimientos técnicos y científicos específicos para diseñar y mantener efectivamente las SbN. Esto puede requerir capacitación adicional y la colaboración entre diferentes disciplinas y sectores. Además, la planificación y gestión de SbN deben ser adaptativas y flexibles para responder a los cambios en las condiciones ambientales y sociales (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023). Las SbN también deben ser equitativas y justas. Es importante asegurarse de que los beneficios de estas soluciones se distribuyan de manera equitativa y que no perpetúen o exacerben las desigualdades existentes. La participación inclusiva y la consideración de diversos valores y perspectivas son cruciales para lograr este objetivo (IUCN, 2017).
Por ejemplo, para el diseño de parques en humedales urbanos, que son potenciales SbN, es fundamental considerar criterios que favorezcan la biodiversidad, como la cobertura vegetal y su composición, la superficie, la proporción y cercanía de las intervenciones, y la capacidad de carga de estos ecosistemas en cuanto al número de visitantes y las actividades que se lleven a cabo (Eggers, 2024). La investigación científica respalda la idea de que un diseño cuidadoso puede mejorar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que estos parques proporcionan. Además, es crucial que el diseño de estos parques incorpore principios de sostenibilidad y resiliencia, asegurando que las intervenciones no solo sean beneficiosas a corto plazo, sino que también contribuyan a la salud y viabilidad a largo plazo de los ecosistemas de humedales urbanos (Eggers, 2024).
Las Soluciones Basadas en la Naturaleza representan una oportunidad única para transformar nuestras ciudades en espacios más resilientes, sostenibles y habitables. Integrar estas soluciones en la planificación urbana, puede aportar a resolver múltiples problemas a la vez, pues no solo mitigamos los riesgos de inundaciones, sino que también mejoramos la calidad de vida de los habitantes y promovemos la conservación de la biodiversidad, entre otros. Es hora de que las ciudades adopten un enfoque más ecológico y colaborativo, utilizando la naturaleza como aliada en la construcción de un futuro urbano resiliente (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023). Las SbN, al incorporar elementos naturales en el entorno urbano, ofrecen una forma eficaz de abordar los desafíos ambientales y sociales. Sin embargo, su implementación requiere una planificación cuidadosa, recursos adecuados y una participación comunitaria activa. Con el apoyo y la colaboración adecuados, las SbN pueden contribuir significativamente a la creación de ciudades resilientes y sostenibles, preparadas para enfrentar los desafíos como las inundaciones.
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Referencias bibliográficas
Dodman, D., Hayward, B., Pelling, M., Castan Broto, V., Chow, W., Chu, E. et al. (2022). Cities, settlements and key infrastructure. En Climate Change 2022: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press.
Eggers, T. (2024). Biodiversidad y Diseño: Relaciones para favorecer la biodiversidad en Parques en Humedales Urbanos. Tesis Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Faivre, N., Fritz, M., Freitas, T., de Boissezon, B., & Vandewoestijne, S. (2017). Nature-based solutions in the EU: Innovating with nature to address social, economic and environmental challenges. Environmental Research, 159, 509-518.
International Union for Conservation of Nature (IUCN). (2017). Definición de Soluciones Basadas en la Naturaleza.
Kabisch, N., Frantzeskaki, N., & Hansen, R. (2022). Principles for urban nature-based solutions. Ambio, 51, 1388-1401.
McPhearson, T., Kabisch, N., & Frantzeskaki, N. (2023). Nature-Based Solutions for Cities. Edward Elgar Publishing.
Raymond, C. M., Frantzeskaki, N., Kabisch, N., Berry, P., Breil, M., Nita, M. R., Geneletti, D., & Calfapietra, C. (2017). A framework for assessing and implementing the co-benefits of nature-based solutions in urban areas. Environmental Science and Policy, 77, 15-24.
Rojas, C., Rojas, O., Munizaga, J., Jorquera, F., & Novoa, V. (2023). Soluciones basadas en la Naturaleza para la mitigación de inundaciones. Documento PP CEDEUS.
Rojas, O., Soto, E., Rojas, C., & López, J. (2022). Assessment of the flood mitigation ecosystem service in a coastal wetland and potential impact of future urban development in Chile. Habitat International, 123, 102554.
Vásquez, A. E. (2016). Infraestructura verde, servicios ecosistémicos y sus aportes para enfrentar el cambio climático en ciudades: el caso del corredor ribereño del río Mapocho en Santiago de Chile. Revista de Geografía Norte Grande, (63), 63-86.
WRI, Ozment, S., Ellison, G., & Jongman, B. (2018). Nature-based Solutions for Disaster Risk Management. World Bank Group.
La red de pluviómetros comunitaria de Honduras y su rol en la gestión del riesgo agroclimático en redes de innovación agrícola
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Acción Climática, de la Alliance Bioversity International-Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Honduras]
Imagen 1: Instalación de pluviómetro comunitario en InnovaHub de Occidente, Honduras.
Fuente: Fotografía de Jaime Leal.
Introducción
El proyecto Sistemas de Innovación Agroalimentaria Resilientes en América Latina y el Caribe (AgriLAC Resiliente) es una iniciativa regional del CGIAR (Consultative Group for International Agricultural Research, por sus siglas en inglés). En Honduras, específicamente, un modelo de innovación agrícola desarrollado en México por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha sido adaptado al contexto local, en apoyo a la Alliance Bioversity International-Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). A través del proyecto AgriLAC Resiliente, dos Innovahubs han sido apoyados en su formación, uno en el oriente (departamento de El Paraíso) y otro en occidente (Copán, Lempira y Santa Bárbara), con el propósito de conectar personas e instituciones del sector agroalimentario que estén interesadas en generar y compartir conocimientos, experiencias, innovaciones y también interrogantes. Una de estas innovaciones es el instrumento de medición de la lluvia, un pluviómetro en finca que permite a las personas medir y comprender su clima local, pero principalmente interiorizar los pronósticos meteorológicos y estacionales que el servicio meteorológico nacional genera, para con esto mejorar la adaptación a corto y mediano plazo. Democratizar la información meteorológica y ampliar la cadena de servicios climáticos en Honduras es un reto, pero tiene el potencial de apalancar acciones de adaptación.
Contexto
Uno de los países latinoamericanos catalogado como de alta vulnerabilidad ante el cambio climático, Honduras, depende fuertemente de su sector agrícola de secano. Este tipo de agricultura, al no contar con sistema de riego y ser principalmente para el autoconsumo y mercado local, es susceptible a la propia variabilidad climática natural, variabilidad que, de acuerdo con algunos estudios, se está modificando en toda Centro América (Hidalgo et al., 2023). Generar información, comunicarla y gestionar opciones para enfrentar los cambios en el sector agrícola requiere, entonces, de un cambio de paradigma y de cambios en cómo percibimos las innovaciones. En una época en que la tecnología digital y la inteligencia artificial está marcando el paso, una herramienta de medición de plástico está innovando en ciertas regiones de Honduras.
La innovación, como lo define la Real Academia Española, es una acción o efecto de innovar. De ahí que un pluviómetro que ha sido ampliamente utilizado en la meteorología, puesto en las manos de las personas que trabajan la tierra, donde nunca ha estado, tiene el potencial de generar cambios y, por tanto, de innovar. Estos cambios pueden ir desde lo personal –al generar conocimientos del clima de su territorio y entender que la finca y los medios de vida en ella no solo dependen del tipo de suelo, su pendiente y su disponibilidad hídrica, sino también de su variabilidad climática– a lo comunitario –al conectar grupos de personas, como son las juntas de aguas locales y los comités de emergencia locales, generando mayor cohesión en el tejido social–, también a lo regional –al proveer información para monitorear los pronósticos estacionales que se generan en el servicio meteorológico nacional (Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos [CENAOS], de la Secretaría de Gestión de Riesgo de Honduras) a través de las Mesas Agroclimáticas Participativas [MAP] (CCAFS, s.f.)– y, finalmente, a lo nacional –al dar un ejemplo de intercambio de información meteorológica para la toma de decisiones, diseñadas a las necesidades diferenciadas de los usuarios sectoriales–.
El ejercicio de medición de pluviómetros comunitarios surgió como una práctica académica para que las personas en comunidades del denominado corredor seco de Honduras comenzaran a interpretar pronósticos y boletines de alerta del CENAOS y tomar decisiones en base a dicha información. Sin embargo, a dos años de haber iniciado este ejercicio en un proyecto de desarrollo que ya finalizó, muchas personas siguen compartiendo sus datos a grupos de WhatsApp y haciendo comparaciones con años anteriores. Un ejemplo de ello es el de Ingrid, en la comunidad de Huatales del departamento de El Corpus, quien el 6 de junio de este año en dicho grupo de WhatsApp comentó: “En mayo de este año (2024) llovió 189 mm, así es que las lluvias este año son pocas, en comparación al 2023 que llovió 373 mm”. En Honduras la época lluviosa inicia a finales de abril/inicios de mayo en la región del Pacífico, donde se ubica El Corpus, extendiéndose a mediados de mayo hacia el resto del país. Sin embargo, no fue hasta la última quincena de mayo que se tuvieron las precipitaciones de inicio de época lluviosa, con lo que en muchas regiones del país la siembra se retrasó para el ciclo de primera de 2024.
Debido al interés y al voluntariado de personas como Ingrid, corporaciones municipales como las de Yauyupe, Liure y Trojes, en el departamento de El Paraíso, continúan con el monitoreo. En el caso de Yauyupe, se ha incorporado la lectura de los pluviómetros en centros básicos de educación y esta información, a su vez, se ha integrando a la información municipal de monitoreo. Lo anterior es un ejemplo de ciencia ciudadana y un ejercicio de democratizar la información meteorológica: como ha expuesto la señora Victoria de la comunidad de Linaca en Choluteca, “puede venir cualquier persona de cualquier institución a consultar los datos de nuestro pluviómetro y con gusto compartimos”.
Imagen 2: Estudiantes del Centro Básico Adán Canales del municipio de Yauyupe, El Paraíso.
Fuente: Fotografía de Ángel Rubio (vicealcalde).
El modelo del Innovahub es un método de trabajo para mejorar la gestión del conocimiento en forma de buenas prácticas y tecnologías agrícolas en el campo, de forma participativa, que a su vez generen alianzas de co-creación e innovación (CIMMYT, 2023). En los departamentos del occidente del país, específicamente en Copán, Lempira y Santa Bárbara, y en El Paraíso en el oriente del país, dos hubs se han apoyado a formar. Se tomaron como base, en algunos casos, las redes de actores de las MAPs. Estas iniciativas han sido clave para conectar innovaciones al sector agroalimentario de ambas regiones, tomando en consideración aspectos de medición de la lluvia y distintos pronósticos y boletines de alerta.
Uno de los mayores desafíos que hemos visto es mantener la motivación para continuar con las mediciones. En el momento en que las personas interiorizan y se dan cuentan que más allá de ser un dato para compartir, es un dato que les permite a ellos tomar decisiones locales, ahí es cuando una de las metas se ha logrado. Como bien lo decía un señor en el municipio de El Corpus, «es información que nos puede servir para dar alertas de crecida de la quebrada por donde cruzan nuestros niños para ir a la escuela».
El otro gran desafío es dar sostenibilidad ante cambios en los proyectos que apoyan y financian este tipo de iniciativas, por lo cual hemos tratado de escalar las acciones con otros socios locales y nacionales. ONGs que trabajan en temas de gestión de riesgo y están apoyando actualmente redes de monitoreo y sistemas de alerta temprana multiamenazas en distintas regiones del país, son clave para conectar la red actual. Tocar puertas en las universidades nacionales también puede permitir gestionar la base de datos que se genere, para analizar espacialmente la información y proveerla para la misma academia e investigación.
Si quieres saber más sobre AgriLAC, la Alliance-CIAT y el CIMMYT, te invitamos a visitar sus páginas en internet: https://www.cgiar.org/initiative/agrilac-resiliente-espanol/ – https://alliancebioversityciat.org/ – https://www.cimmyt.org/
Y si quieres saber de un ejemplo en Chile, los pluviómetros ciudadanos en Santiago, iniciativa del departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, son un buen ejemplo: http://pluviometros.dgf.uchile.cl/
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Referencias bibliográficas
CYMMYT. (2023). Innovación y resiliencia. Una mirada al impacto de los Hubs en México. https://repository.cimmyt.org/server/api/core/bitstreams/81e31cf6-a9b1-40c1-b730-b74abf11be98/content
CCAFS. (s.f.). Mesas Técnicas Agroclimáticas. https://ccafs.cgiar.org/es/mesas-tecnicas-agroclimaticas-mta
Hidalgo, H. G., Amador, J. A., Alfaro, E. J., Calderón, B., & Mora, N. (2023). Central America. En P. Bissolli, C. Ganter, A. Mekonnen, A. Sánchez-Lugo & Z. Zhu (Eds.), State of the Climate in 2022. Regional climates [Bulletin of the American Meteorological Society, 104(9)], S382–S384. https://doi.org/10.1175/2023BAMSStateoftheClimate_Chapter7.1
Parques inundables: espacios públicos que recolectan y conectan
VerParques inundables: espacios públicos que recolectan y conectan
Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Vania Reyes Muñoz. Equipo editorial PLANEO, geógrafa, Santiago de Chile]
Imagen 1: Construcción de obras Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara – ex Parque La Aguada.
Fuente: Arrigoni Ingeniería y Construcción. https://arrigoniconstruccion.cl
Introducción
Un parque inundable es una infraestructura verde diseñada específicamente para manejar el exceso de agua durante eventos de lluvia intensa que derivan en inundaciones o crecidas de ríos, combinando funciones de recreación y conservación ambiental con la gestión sostenible del agua (en su versión ideal). Estos parques se caracterizan por la capacidad para almacenar y retrasar el escurrimiento de aguas pluviales, reducir la carga en los sistemas de drenaje urbano y minimizar el riesgo de inundaciones en áreas urbanas.
Actualmente, las características principales de estos parques tienen que ver con su diseño y cuánto contribuyen a generar espacios de recreación y esparcimiento para la ciudadanía, incorporando el almacenamiento temporal de aguas lluvias, aumentando la infiltración y la permeabilidad del suelo y, por supuesto, reduciendo el escurrimiento superficial o encausándolo a través de senderos y áreas verdes. También algunos diseños consideran adaptabilidad al cambio climático, al reducir los efectos de islas de calor urbano, la recuperación −post inundación− y elementos de conservación de biodiversidad en sectores con mayor fragilidad ambiental.
En los próximos párrafos revisaremos algunos ejemplos de este tipo de obras que tienen reconocimiento internacional. Les invitamos a imaginar prácticas que puedan hacer que estos tipos de espacios públicos, que proveen infraestructura y paisajismo, denominados parques inundables, tengan mayor impacto y visibilidad en la ciudadanía.
Parques inundables
El Parque Aguas de Zaragoza, España, es un parque de escala metropolitana con una extensión aproximada de 120 hectáreas en un meandro del río Ebro, en un sector que colinda con el recinto donde se celebró la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008, tema “Agua y Desarrollo Sostenible”. Tiene cuencas de retención de agua, lagos y estanques, incluyendo un sistema de drenaje natural para filtrar aguas lluvias. Cuenta con áreas verdes y plantaciones de árboles y vegetación nativa que contribuyen a la biodiversidad local y a la mitigación del efecto de isla de calor, además de jardines botánicos, senderos y zonas de picnic e instalaciones para actividades deportivas al aire libre, como canchas de tenis y fútbol. También se usa para eventos culturales, exposiciones y actividades educativas enfocadas en la sostenibilidad y el medio ambiente. [Ver imagen 2].
Imagen 2: Vista Parque Aguas de Zaragoza.
Fuente: https://www.turismodearagon.com/2015/04/30/el-parque-del-agua-luis-bunuel-proyecto-modelo-en-eeuu/
Bishan-Ang Mo Kio Park, República de Singapur, se localiza en los barrios de Bishan y Ang Mo Kio en el centro de Singapur (ciudad-Estado) y cuenta con una superficie aproximada de 62 hectáreas. El parque fue inaugurado en 2012 como parte del programa Active, Beautiful, Clean (ABC) Waters de la Junta de Utilidades Públicas de Singapur (PUB). Es una obra que reconvirtió un canal de concreto a un río natural, con prados de inundación, zanjas de infiltración y zonas de retención para manejar y filtrar aguas lluvias. El parque tiene extensas áreas verdes y rutas transitables (peatonales, de correr y bicicleta), junto con zonas de juegos, picnic, instalaciones deportivas al aire libre e incluso pesca recreativa. Las técnicas utilizadas de biofiltración y los sistemas de drenaje sustentable en la obra mejoran la calidad del agua antes de que esta ingrese al río Kallang y a los cuerpos de agua adyacentes, generando con ello un incremento en la biodiversidad (¡se pasa de un canal de concreto a un hábitat natural!). [Ver imagen 3].
Imagen 3: Bishan-Ang Mo Kio Park.
Fuente: https://www.dreiseitlconsulting.com/bishan-ang-mo-kio-park
El Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara – ex Parque Inundable La Aguada, Chile, se extiende por las comunas de San Joaquín, San Miguel, Santiago y Pedro Aguirre Cerda, alcanza los 4,7 km y cuenta con más de 40 hectáreas de superficie. Es una obra de ingeniería y paisajismo mandatada por la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas que busca conducir las aguas lluvias al Zanjón de la Aguada. Una obra que a más de 10 años de su creación ha mostrado el uso de la ciudadanía. El parque cuenta con áreas verdes, juegos infantiles, equipamiento para realizar actividades deportivas al aire libre y mobiliario urbano para la recreación, además de senderos peatonales y ciclovía. También cuenta con un cierre perimetral para regular el ingreso y uso del parque en horario nocturno. [Ver imagen 4].
Imagen 4: Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara.
Fuente: Fundación Víctor Jara.
Parques, espacio público y ciudadanía
Los parques y plazas en general se entienden como espacios públicos abiertos y de libre acceso, lugares de encuentro y socialización en una versión ideal –también y gracias al trabajo de geógrafas y arquitectas feministas, sabemos que envuelven y reflejan jerarquías de uso y de cuerpos en su diseño–. En el caso de los parques inundables, se trata de espacios que, abiertos y de libre acceso, han incorporado en su diseño medidas que contribuyen a solucionar problemas de infraestructura pública. El aumento de precipitaciones y las potenciales inundaciones derivadas tanto de las formas de urbanización como el cambio climático, pueden ser mitigadas por parques inundables que encaucen, absorban y retengan las aguas, constituyendo esta gestión del agua un aspecto adicional al parque como dimensión social de encuentro y socialización. No obstante, ¿cómo podríamos actuar para que este tipo de infraestructura fuese cada vez más recurrente en el diseño urbano y más utilizada por la ciudadanía (en su amplio sentido)?, ¿cuáles otros elementos podemos demandar para un diseño más integral que considere diferencias de género, raza, discapacidad, edad, entre otras?
Cierre
Los parques inundables son fundamentales en términos de infraestructura púbica y podrían dar soluciones integrales a los desafíos urbanos contemporáneos, combinando la gestión eficaz del agua con espacios recreativos, de sociabilidad y de conservación ambiental. Estos parques no solo mitigan los riesgos de inundación y mejoran la calidad del agua (en algunos proyectos), sino que también proporcionan áreas verdes esenciales para el bienestar de las comunidades urbanas.
La participación ciudadana en el diseño y cuidado de estos parques es crucial, ya que asegura que las necesidades y los deseos de la comunidad se reflejen en el proyecto, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida. Involucrar a la ciudadanía en estos procesos no solo enriquece el diseño y funcionalidad de los parques, sino que también fortalece la cohesión social y la educación ambiental, creando un entorno urbano más resiliente y sostenible para futuras generaciones.
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Referencias bibliográficas
Ahern, J. (2011). From fail-safe to safe-to-fail: Sustainability and resilience in the new urban world. Landscape and Urban Planning, 100(4), 341-343.
Mell, I. C. (2016). Green infrastructure: reflections on past, present, and future praxis. Landscape Research, 41(8), 701-706.
Sitios web
https://arrigoniconstruccion.cl
Aprendizajes en torno a la vulnerabilidad socioambiental por riesgo de desastre | "La gran inundación (Wielka woda)" (2022)
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: José Miguel Fuentes Zuleta. Sociólogo, estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago]
Título: La gran inundación (Wielka woda)
Formato: Serie
Director: Jan Holoubek
Año: 2022
Disponible en: Netflix
Imagen 1: Portada de «La gran inundación (Wielka woda)».
Fuente: Netflix.
Introducción
«La gran inundación (Wielka woda)» es una serie polaca, que ocurre mayormente en la ciudad de Breslavia (Wrocław por su nombre original en polaco), basada en un hecho histórico ocurrido en el año 1997, conocido como la inundación de Europa Central de 1997 o la inundación del Oder de 1997, cuando el río Oder (Odar por su nombre en polaco) se desbordó debido a las altas precipitaciones ocurridas durante el mes de julio de ese año, inundando varias localidades en Alemania, Polonia y República Checa, afectando considerablemente a estos dos últimos, donde los daños se estimaron en unos 3.300 millones de dólares, muriendo 56 personas en Polonia y 54 en República Checa. Además, se estima que cerca de 40.000 personas lo perdieron todo, siendo así la inundación del Oder el mayor desastre ocurrido en Polonia desde la Segunda Guerra Mundial.
Contexto histórico-geográfico
El río Oder nace en República Checa y es el segundo río más grande de Polonia, fungiendo como frontera sureste entre Alemania y Polonia durante 187 km, desembocando finalmente en la laguna de Szczecin.
Imagen 2: Cuenca del río Oder.
Fuente: Wikipedia.
Durante julio de 1997 se experimentaron dos periodos de grandes lluvias, el primero entre el 3 y el 10 de julio, y el segundo entre el 17 y el 22 de julio, afectando la zona suroeste de Polonia y el norte de República Checa (Kundzewicz, 2007). El 5 de julio en República Checa y el 6 de julio en Polonia, comenzaron las inundaciones, donde los niveles de agua se elevaron de 2 a 3 metros por encima del promedio en temporada de lluvia.
En la segunda etapa de la inundación, debido al agua acumulada por la lluvia, una ola producto de la crecida del agua bajó por el río Oder desde República Checa, sumergiendo a su paso sucesivas ciudades de la zona (Szamalek, 2000). Estas inundaciones comenzaron el 10 de julio hasta llegar finalmente a Breslavia el 12 de julio, inundando completamente la ciudad junto con las ciudades de Rybnik y Głogów.
Cronología de una tragedia
La serie comienza con una reunión del consejo de expertos para evaluar cómo controlar una eventual mega inundación, presentándose una discusión entre dos expertos. Por un lado, el profesor Jan Nowak cree que el agua no se va a desbordar, ya que en la zona es frecuente que haya inundaciones cada una década, lo que considera como normal. Por otro lado, la protagonista de la serie, la doctora en hidrología Jaśmina Tremer, señala que deben liberar el agua de la presa y crear un corredor para que el río se libere, ya que los diques aumentan el nivel del agua, por lo que sólo sirven para inundaciones menores, pero no para una gran inundación como la que podría ocurrir.
En esta primera discusión dentro de la serie se puede observar un problema al momento de plantear algún plan de mitigación o adaptación ante un riesgo de desastre. Mientras que para el profesor Nowak no era necesario hacer nada, ya que la inundación sería, dentro de los estándares, normal, para la doctora Tremer sí era necesario realizar y activar un protocolo de control de inundaciones. Dentro de esta tensión también ocurre que desde la municipalidad mienten con la información de la inundación –con la intención de evitar que se desate una ola de miedo generalizada en la población—, señalando que la ciudad no se inundará, sino que habrá solamente pequeñas inundaciones locales y algunos apagones.
Finalmente, se accede a la propuesta de la doctora Tremer, sin embargo, ocurren dos problemas. Primero, debido a que los mapas hidrográficos estaban desactualizados, se realiza una detonación en un sitio incorrecto que no altera en nada el curso de la inundación. Segundo, una vez que se esclarece cuál es el lugar apropiado para realizar la detonación, ocurre una ola de protestas en un pueblo aledaño a este sitio, el pueblo de Kęty, que no quiere que se detone el dique, ya que esto podría inundar el pueblo.
Conclusión
La serie nos presenta algunos desafíos claves en la gestión de riesgos de desastres. Primero, la falta de información actualizada puede ser perjudicial a la hora de evaluar posibles medidas. Segundo, las opiniones diferentes entre distintos expertos pueden desencadenar una catástrofe. Tercero, la manipulación de la información y la no entrega clara de esta puede producir riesgos mayores, ya que como ocurrió en la serie, al no ser claros con el peligro que implicaba la inundación, no se pudo realizar una evacuación adecuada hasta que fue demasiado tarde. Cuarto, la planificación urbana es una arista importante, ya que como se ve en la serie, el hospital, que debería funcionar como un centro de refugio en caso de desastre, fue uno de los primeros edificios en inundarse debido a que este estaba cercano al río. Por último, también nos enseña la importancia de la participación ciudadana al momento de elaborar una estrategia de mitigación, ya que uno de los momentos más álgidos que ocurre en la serie es cuando quieren detonar el canal aledaño a Kęty, pero la población local no quiere que esto ocurra, señalando que no se les avisó ni consultó antes sobre esta acción, empezando así un enfrentamiento con las autoridades y la policía.
Imagen 3: Registro real de la inundación en Breslavia, 1997.
Fuente: Wikipedia.
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Referencias bibliográficas
Kundzewicz, Z. (2007). Summer 1997 Flood in Poland in Perspective. En O. F. Vasiliev, P. H. A. J. M. van Gelder, E. J. Plate & M. V. Bolgov (Eds.), Extreme Hydrological Events: New Concepts for Security (pp. 97-110). Springer Science & Business Media.
Szamalek, K. (2000). The Great Flood of 1997 in Poland: The Truth and Myth. En J. Marsalek, W. E. Watt, E. Zeman & F. Sieker (Eds.), Flood Issues in Contemporary Water Management (pp. 67-74). Springer Netherlands.
Licantén bajo el agua: Testimonios de resistencia | "Río arriba, pueblo abajo" (2023)
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Juan Jara Ortega. Sociólogo, estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago]
Título: Río arriba, pueblo abajo
Formato: Documental
Autor: Liceo Bicentenario Augusto Santelices Valenzuela de Licantén
Año: 2023
Duración: 30 min.
Lugar de publicación: Licantén, Chile
Disponible en: https://youtu.be/hk1r8RiHMhM?si=xk9y8lSDJn7NWFSd
Imagen 1: Portada de «Río arriba, pueblo abajo».
Fuente: @liceo_asv (Instagram).
El documental «Río arriba, pueblo abajo», realizado por el Liceo Bicentenario Augusto Santelices Valenzuela de Licantén, es un conmovedor testimonio de la capacidad de resistencia y la determinación de una comunidad frente a las adversidades naturales. Este proyecto, cuya misión es salvaguardar la historia local, ofrece una visión profunda y emotiva de los desafíos enfrentados por los habitantes de Licantén debido a las recurrentes inundaciones, agravadas por el cambio climático y la falta de instrumentos de planificación que aborden las emergencias.
Desde el inicio, el documental sitúa a los espectadores en el contexto de un problema de larga data: las inundaciones que, a pesar de su frecuencia y severidad, nunca han sido abordadas adecuadamente mediante un plan regulador efectivo. A través de relatos de los residentes, se destaca cómo estas catástrofes han marcado la vida de varias generaciones.
A lo largo del documental, se presentan una serie de testimonios impactantes de personas mayores que han vivido múltiples inundaciones en Licantén. Estos relatos recurrentes revelan recuerdos de su niñez, donde sus padres luchaban por proteger sus hogares del agua. Durante los años 80, la situación se agravó, con el agua entrando en las casas y causando estragos. Estas experiencias no solo ilustran la magnitud de las inundaciones, sino también la fortaleza de la comunidad para enfrentarlas.
La narración del documental avanza hasta 2008, cuando la comunidad de Licantén enfrentó nuevamente la amenaza de una inundación. A través de imágenes y grabaciones de la época, se documenta la inquietud y los esfuerzos del Comité de Emergencia Comunal para prepararse ante la posible crecida del río Mataquito. Las cifras presentadas durante la reunión municipal, como el alarmante aumento del caudal del río, subraya la gravedad de la situación.
El documental destaca cómo la comunidad se preparó para lo peor: se establecieron albergues temporales, y se aconsejó a los residentes de las zonas más expuestas al riesgo que elevaran sus pertenencias. Sin embargo, la llegada de inundaciones en junio de 2023 mostró que la naturaleza podía ser implacable. Las imágenes de casas inundadas, personas navegando en botes por las calles y los esfuerzos de los equipos de emergencia reflejan la devastación y el caos causado por la crecida del río.
Uno de los momentos más emotivos del documental es el testimonio de una estudiante del mismo liceo que produjo el documental. Ella relata cómo la comunidad trató de salvar sus pertenencias, muchas personas se refugiaron en segundos pisos y la desesperación se apoderó de aquellos que no estaban preparados para la magnitud del desastre. Las palabras de la estudiante, acompañadas de imágenes de rescates, capturan la angustia y solidaridad que caracterizaron esos días difíciles.
El documental no solo se centra en los eventos catastróficos, sino que también en las secuelas en las inundaciones. Se muestra cómo familias tuvieron que enfrentar la dolorosa tarea de desechar las pertenencias destruidas, y cómo muchas familias se vieron obligadas a separarse. Las escenas de calles llenas de barro y basura, junto con los esfuerzos comunitarios por limpiar y reconstruir, subrayan la resiliencia y determinación de Licantén.
En agosto de 2023 fueron golpeados nuevamente por las inundaciones, las cuales superaron en severidad a las de junio, poniendo a prueba una vez más la capacidad de recuperación de los licanteninos. Las imágenes del río avanzando por las calles y las protestas de los habitantes, exigiendo un plan de emergencia y mayor apoyo del Estado, revelan una comunidad que, aunque desamparada, no pierde la esperanza ni la voluntad de luchar por su futuro.
El documental concluye con una reflexión sobre el futuro incierto de Licantén. A pesar de la adversidad, la mayoría de los residentes siguen arraigados a su tierra, viendo en el río no solo una fuente de destrucción, sino que también parte integral de su identidad y cultura. La capacidad de resistencia de los licanteninos, aunque puesta a prueba una y otra vez, sigue siendo un testimonio de su fortaleza.
Gestión del paisaje: el mejor recurso para el combate de incendios forestales extremos
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol. 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Jorge Ignacio Faúndez Pinilla. Ingeniero Forestal. Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza y Magíster (c) en Geomática, Teledetección y Modelos Espaciales Aplicados a la Gestión Forestal. Jefe de Sección de Análisis y Predicción de Incendios Forestales. Gerencia de Protección Contra Incendios Forestales. Corporación Nacional Forestal]
Resumen:
La ocurrencia de incendios forestales extremos ha sido más frecuente en el mundo y el caso de Chile no se encuentra ajeno a esta realidad. Este tipo de fenómenos provoca daños y efectos significativos en el patrimonio natural, en la población y otras consecuencias ambientales y económicas. El tamaño de las llamas, la intensidad, la rápida e impredecible propagación son manifestaciones de este tipo de eventos extremos y que generan un escenario donde los medios de extinción no tienen efectos de supresión efectivos. En este escenario, la forma de controlar estos incendios no pasa por la incorporación de más medios de combate, y es aquí donde la gestión del paisaje juega un rol fundamental. Algunas acciones involucradas para alcanzar un territorio mejor preparado deben apuntar a interrumpir la continuidad de grandes extensiones cubiertas por masas forestales, al manejo de la carga del combustible y a la intervención de zonas urbanas inmersas en áreas cubiertas por vegetación. Las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios probablemente se mantendrán en el futuro, por ello es clave estar preparados de la mejor manera para enfrentarlos y entender que son catástrofes que nos tienen que encontrar lo suficientemente bien preparados para evitar pérdidas irremediables.
Palabras clave: incendios forestales extremos, capacidad de extinción, gestión del paisaje.
“Todo apunta a que en los próximos años en el mundo y en lo particular en nuestro país, las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios se puedan mantener o incluso incrementarse, sobre todo en lo asociado a la presencia de fenómenos meteorológicos extremos y en la mayor predisposición de la vegetación a la ignición”.
Figura 1. Longitud de llama superior a los 50 metros al interior de un incendio forestal. Imagen térmica y visible capturada por avión de observación de CONAF. Fuente: CONAF.
En el mundo, día a día, ha sido más frecuente la ocurrencia de incendios forestales extremos con daños y efectos significativos en el patrimonio natural, en la población y otras consecuencias ambientales y económicas en las zonas afectadas. Australia, Estados Unidos, Grecia, Portugal, Canadá, entre otros países, durante los últimos años, han sido escenarios de incendios forestales extremos con importantes pérdidas (bosques, viviendas, vidas humanas, infraestructura crítica, entre otras). Este tipo de fenómenos y su aumento se atribuye en parte a las variaciones en el clima que ha sufrido el planeta en los últimos años.
Nuestro país no se encuentra ajeno a esta realidad y este tipo de eventos extremos han aparecido con mayor frecuencia en el último periodo. Algunos casos relevantes son el megaincendio forestal las Máquinas en la Región del Maule, con más de 150.000 hectáreas afectadas, en el año 2017; el megaincendio Santa Ana-Butaco 3-Quillota (Región del Biobío y Región de la Araucanía), en el año 2023, que afectó una superficie total de 95.963 hectáreas; y en el año 2024, el incendio Complejo Las Tablas-Reserva Lago Peñuelas, con más de 8.500 hectáreas afectadas. En este contexto, y con el objeto de aclarar cómo ocurren estos fenómenos, es importante revisar cuáles son las condiciones que tienen que existir para que ocurra un evento de incendio forestal extremo, comprender qué es lo que define un evento de incendio extremo, entender cuál es la forma más eficiente para abordar este tipo de eventos y cuál es el rol del paisaje para enfrentarse ante la presencia de este tipo de eventos. A continuación, se revisarán algunos antecedentes que aportarán a comprender de mejor forma este tipo de fenómenos y el camino para enfrentarlos.
En términos simples, al analizar los eventos de incendios forestales extremos en Chile, se han observado una serie de condiciones que han aportado en el desarrollo de estos fenómenos. Estas condiciones principalmente responden a características de la vegetación, que son favorables para el inicio y la propagación del fuego, a la presencia de eventos meteorológicos extremos, y a las condiciones topográficas del área afectada. Al ahondar en las características de la vegetación (o combustible, en este contexto), tres son las variables que tienen mayor efecto y que pueden contribuir al comportamiento extremo del fuego. Estas son: la alta continuidad de la vegetación (cercanía entre los combustibles), la alta carga del combustible (cantidad de combustible en un espacio determinado) y la condición de estrés del combustible. Respecto a la alta continuidad y carga del combustible, muchas áreas del territorio nacional presentan estas características que son inherentes a nuestro país, dada la gran superficie cubierta por bosque nativo y plantaciones (cerca del 24% del territorio nacional). En el caso del bosque nativo, árboles de gran diámetro, la presencia de diferentes estratos en una misma área (pastos, matorrales, árboles, etc.) son ejemplos de sectores con alta carga. Mientras que el caso de las plantaciones, densidades altas de individuos por unidad de superficie, son uno de los factores que aportan al aumento de esta variable. En relación con la condición del combustible, esta se asocia a una respuesta de la vegetación ante condiciones desfavorables que impiden que esta mantenga sus condiciones óptimas. Efectos acumulados en el tiempo dado esencialmente por el cambio en el régimen de precipitaciones, como las sequías prolongadas, conllevan a una reducción del aporte hídrico en diferentes ecosistemas, lo cual tiene un efecto significativo en el estado de la vegetación. Estas condiciones generan un deterioro en las plantas, lo cual se manifiesta a través de la pérdida de vigor (menor contenido de humedad y pérdida de clorofila) y se traduce en una mayor disponibilidad de la vegetación a la ignición.
En relación a los eventos meteorológicos extremos, condiciones extremas en las variables meteorológicas que tienen relación directa con el comportamiento del fuego (viento, humedad relativa y temperatura del aire), estas aportan significativamente a la propagación de este tipo de incendios, como las olas de calor. Por último, las condiciones topográficas son otro de los factores relevantes que aportan al desarrollo de este tipo de eventos. Zonas montañosas, presencia de quebradas, valles estrechos, laderas con pendientes pronunciadas, son características que promueven el avance del fuego.
Eventos bajo el escenario mencionado anteriormente pueden terminar siendo un incendio forestal con un comportamiento extremo. Características como altas tasas de expansión (superficie afectada por unidad de tiempo), altas tasas de propagación (distancia que avanza un incendio por unidad de tiempo), generación de múltiples pavesas y/o pavesas[1] con una amplia distancia recorrida (ambas con capacidad de generar otro foco de incendio lejos del frente de avance principal del fuego), longitudes de llama sobre los 10 metros (Figura 1), altos niveles de energía liberados por el fuego (intensidad del incendio), entre otros factores, forman parte de los parámetros y manifestaciones de este tipo de fenómenos[2].
Estas manifestaciones de un incendio con comportamiento extremo hacen que durante los periodos de mayor actividad del fuego se generen las condiciones para que este tipo de incendios se encuentre fuera de capacidad de extinción. Este último concepto es importante de entender y tener claridad en sus implicancias. En palabras simples, encontrarse fuera de la capacidad de extinción de un incendio es cuando el tamaño de las llamas, la intensidad del fuego, la rápida e impredecible propagación generada por las múltiples pavesas y focos secundarios generan un escenario donde los medios de extinción (medios de combate terrestres y medios de combate aéreos) no tienen efectos de supresión efectivos y a su vez no permiten que el personal de combate pueda trabajar en algunas zonas del incendio dado el riesgo que conlleva para la seguridad de los combatientes.
Es habitual la tendencia a pensar que el mejor camino para enfrentar este tipo de eventos va por aumentar los recursos en medios de extinción para intentar apagar el incendio, más brigadistas o más “súper aeronaves” con amplias capacidades de descarga de agua o retardante. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, ante este tipo de eventos extremos los medios de combate no tienen mucha efectividad para poder controlar estos eventos extremos. Es aquí donde la gestión del paisaje juega un rol fundamental e integrar los incendios como parte de la ordenación del territorio debe ser considerado como una prioridad.
La gestión del paisaje como herramienta para estar mejor preparados contra los incendios forestales conlleva múltiples acciones y, a su vez, la participación de múltiples actores de diferentes sectores. No es el objetivo de esta columna indicar con detalle las acciones a seguir y tampoco quienes son los actores responsables e involucrados en ejecutar estas acciones, sino más bien comenzar a integrar esta idea y los cambios asociados a ella. Algunas de las acciones involucradas para alcanzar un territorio mejor preparado y reducir la vulnerabilidad del país ante incendios forestales extremos deben apuntar a interrumpir la continuidad de grandes extensiones cubiertas por masas forestales (por ejemplo, grandes extensiones exclusivamente con presencia de plantaciones forestales). Para lograr este objetivo existen muchas opciones, y estas se basan esencialmente en buscar una mayor diversidad estructural en el paisaje. A modo de ejemplo, amplias extensiones de viñedos u otros cultivos agrícolas pueden ser áreas que interrumpen la continuidad de zonas boscosas y que contribuyen a la desaceleración del avance de un gran incendio. Por otra parte, el manejo de la vegetación que permita reducir la carga del combustible es una acción preventiva para prepararse de mejor manera ante el desarrollo de un gran incendio. Esto apunta a la aplicación de silvicultura preventiva, específicamente gestionar la vegetación (viva y/o muerta) a través de tratamientos prescritos (i.e. quemas prescritas, podas, entre otras) que permitan reducir la carga y la continuidad horizontal y vertical de los combustibles. En consecuencia, al aplicar estas medidas preventivas es posible disminuir la intensidad del comportamiento del fuego y la severidad (efectos) de la propagación en grandes extensiones. Otro factor importante para reducir la vulnerabilidad ante los incendios forestales y que forma parte del paisaje está asociado a las zonas urbanas cercanas o inmersas en áreas cubiertas por vegetación (Figura 2). Este factor es abordable desde diferentes áreas, que van desde la construcción de viviendas preparadas y más resilientes al paso del fuego (materiales de construcción más resistentes al fuego), hasta la prohibición de edificar en zonas de alto riesgo de incendios forestales.
Figura 2. Incendio cercano a zonas urbanas inmersas en áreas cubiertas por vegetación. Imagen visible capturada por avión de observación de CONAF. Fuente: CONAF.
Finalmente, todo apunta a que en los próximos años en el mundo, y en lo particular en nuestro país, las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios se mantendrán o incluso podrían incrementarse, sobre todo en lo asociado a la presencia de fenómenos meteorológicos extremos y en la mayor predisposición de la vegetación a la ignición. Por ello es clave estar preparados de la mejor manera para enfrentarlos y entender que son catástrofes que nos tienen que encontrar lo suficientemente bien preparados para evitar pérdidas irremediables.
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Referencias bibliográficas
Tedim, F., Leone, V., Amraoui, M., Bouillon, C., Coughlan, M. R., Delogu, G. M., Fernandes, P. M., Ferreira, C., McCaffrey, S., McGee, T. K., Parente, J., Paton, D., Pereira, M. G., Ribeiro, L. M., Viegas, D. X., & Xanthopoulos, G. (2018). Defining Extreme Wildfire Events: Difficulties, Challenges, and Impacts. Fire, 1(1), 9. https://doi.org/10.3390/fire1010009
[1] Material combustible incandescente que vuela y es transportado al interior de una columna de humo en un incendio en conjunto con el efecto del viento que promueve la dispersión de estos objetos.
[2] Para más antecedentes de eventos extremos de incendios, ver Tedim et al., 2018.
Entrevista a Xavier Úbeda: “Nos enfrentamos a un escenario de cambio climático y social muy importante, y esta conjunción a nivel incendio, lo que hace es elevar el riesgo”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos
Presentación entrevistado
Licenciado en Geografía (1990) y Doctor en Geografía Física (1998) por la Universidad de Barcelona (UB). En la actualidad Catedrático de Geografía en el Departamento de Geografía de la UB. Especializado en el estudio de la dinámica de los incendios forestales y sus efectos en el suelo, la vegetación y las aguas, ha investigado sobre la aplicación de las quemas prescritas como herramienta de gestión forestal y en la actualidad trabaja en un proyecto (Holisoils) sobre la gestión forestal postincendio para la conservación del suelo. Coordina el grupo de investigación GRAM (Grupo de Investigación Ambiental Mediterráneo) www.ub.edu/gram.
Palabras clave: cambio climático, incendios, gestión, interfaces urbano-rural
Im 1. Xavier Úbeda / Fuente: Facilitada por la entrevistado
“Hay que demandar a la sociedad que sea corresponsable, y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante la situación de los múltiples incendios forestales”
P (PLANEO): Desde tu formación inicial en Geografía ¿Cómo te interesaste y especializaste en el fenómeno de los incendios?
XU: Soy geógrafo de formación y profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona. Me dedico a dar una asignatura que se llama “Hidrología y Suelos”, y luego me encargo del Laboratorio. En el Master doy la asignatura de “planificación territorial y gestión ambiental” y de “planificación y gestión forestal”. Acá en el Mediterráneo, el tema de los incendios no se puede obviar, pues es imposible no hablar de bosques y microclimas, sin tener en cuenta los incendios.
Yo empecé en los años 90 con mi tesis trabajando sobre incendios, dedicándome a ver los efectos de los incendios en el suelo, en el agua, en procesos erosivos. Pero con el cambio de siglo, con los incendios devastadores de los 90, se hablaba de los “incendios de alta intensidad”. Se trata de fenómenos que los propios bomberos y gente del territorio no conocía, y donde era necesario invertir en prevención. No solo en extinción, porque está comprobado que los incendios pasan la capacidad de extinción.
Entonces, a partir de los años 2000, empecé a trabajar con bomberos que hacían gestión del territorio, con quemas prescritas o controladas[1], lo que era muy revolucionario en ese entonces. Nosotros creemos que siempre va a ver incendios, que siempre va a ver una chispa que lo inicie, y eso es controlable hasta un cierto punto. Con educación, prevención, comunicación, se puede minorizar, pero siempre va a ver una chispa. Y ahí nosotros, desde la academia, y bomberos sobre todo, lo que tenemos que intentar es que no haya ese connato, y que su evolución no sea de un gran incendio forestal.
Acá en Cataluña, tenemos una sequía de más de 4 años, pero no podemos controlar los inicios de los incendios, aunque si podemos controlar lo que se está quemando, la gran cantidad de combustible. Eso si lo podemos hacer, y eso es gestión.
Por eso te digo que ahora mismo no nos dedicamos a ver los efectos, sino que también a decidir qué tipo de gestión es mejor para el bosque y cada lugar; comprobar los índices de riesgo y la capacidad del gran incendio
P (PLANEO): ¿Como se pueden explicar los incendios desde una perspectiva global de crisis climática? ¿Cómo se conjuga aquí la relación critica entre naturaleza y sociedad?
XU: Nosotros creemos que los incendios son naturales, y que el fuego siempre ha existido y existirá. Es un factor ecológico de muchos tipos de ecosistemas y tipos de vegetación, que asimismo, tienen estrategias propias para sobrevivir y reproducirse después de variados tipos de siniestros.
Si esto es así, no podemos pensar en eliminar el fuego del ecosistema. Eso es a nivel global, porque ya no hablamos de cambio climático, hablamos de cambio global, de los cambios rápidos de la sociedad y de las formas de habitar. La manera en que se vivía desde unas décadas hasta ahora con la mirada en lo rural, ha cambiado muchísimo. Con toda la información que tenemos de lo que es rural, que aún es muy poca, y desde las ciudades más todavía.
Entonces pensamos que tiene que haber un cambio en lo que es la percepción de lo que es natural, rural y forestal, desde las ciudades. Porque realmente donde vive concentrada la gente es en la ciudad, y eso pasa en todos los lugares. No es un hecho que pase en un lugar concreto. Si no fuese así no estaríamos hablando de un tema que nos afecta a todos. Creemos que la soluciones pueden ser aplicadas globalmente, con sus distinciones, pero en lugares como Chile o Europa, el problema es el mismo respecto a los incendios
Nos enfrentamos a un escenario de cambio climático y social muy importante, y esta conjunción a nivel incendio, lo que hace es elevar el riesgo.
P (PLANEO): ¿Cuáles podrían las particularidades y principales problemáticas que se establecen en los incendios de territorios rurales?
XU: Los incendios forestales son un problema socio-económico y ambiental cuando se pierden hectáreas de bosque, porque estamos perdiendo muchísimo valor, servicios ecosistémicos, que luego perjudicarán a otras variables como el suelo y el agua.
Pero cuando mediáticamente hablan de incendios es cuando afecta a la sociedad y a las personas, principalmente a zonas de interface urbano-rural, lo que es el gran problema. Chile ha tenido la desgracia de lo ocurrido en Viña del Mar donde ha muerto mucha gente: ese es un problema social.
El incendio es el causante material de que se hayan quemado las viviendas y de que las personas se hayan visto afectadas, pero evidentemente ese es un problema que podemos solucionar, seguramente a largo plazo, planificando y gestionando.
Cuando hubo el gran incendio de Torres del Paine del 2003, aquí no nos enteramos de nada. ¿Porque no llegaba la noticia?: Porque no se había afectado a nadie y no había víctimas, y eso pasa en todos los lugares. De que fue una desgracia ecológica lo de Torres del Paine, hasta cierto punto, porque seguramente se recuperó la vegetación, lo que no es drástico como cuando muere gente.
El problema del gran incendio forestal es cuando afecta zonas urbanas. Así que si se van a poner recursos económicos debería ser para solucionar este problema. Acá lo que nos encontramos en países como el nuestro, es la pregunta por ¿dónde acaba lo rural y donde empieza lo urbano? ¿dónde acaba el bosque?.
Cuando estuve en Concepción, la ciudad está metida en el bosque o el bosque en la ciudad, o sea, en el campus Universitario de la Universidad de Concepción, miras por la ciudad y está el bosque, o más bien, plantaciones que nos hacen pensar en la variable económica. Luego, yendo más al sur de Chile, pasamos por terrenos quemados, y todo eso eran plantaciones que se habían quemado. Visualizar eso muy duro. Pero el problema en Concepción es cuando el incendia llega a la ciudad: el problema es ese límite, la interface. Lo mismo en Valparaíso, Barcelona y en muchos lugares. Es un tema que es difícil de gestionar.
P (PLANEO): ¿Como se previene o gestiona este riesgo más allá del saber experto? ¿Cómo se pueden emplazar esos saberes científicos en el territorio y su cotidianidad?
XU: Para evitar incendios de interfaz urbana como los cerros de Valparaíso y lugares muy peligrosos, desde la Universidad, siendo frio, te diría que en esos cerros no pueden haber viviendas. Nunca en la historia se había vivido en lugares donde se está viviendo. Los pueblos y las ciudades vivían en lugares estratégicos donde tenían los recursos del agua, campos de cultivo, etc. Ahora eso está desorbitado, y evidentemente ahí hay un problema social.
Pero lo que yo no te puedo decir, es que para solucionar el tema de los incendios y de la sociedad, haya que erradicar a las personas que viven en esos lugares, porque además ocurre que las personas más afectadas con este tipo de incendios, es la gente más vulnerable; que seguramente viviría en otro lugar, pero no puede. Entonces es un problema.
Cuando estuve en Chile pude hablar con mucha gente y me decían que donde tu vives, es tu “ombligo del mundo”. Seguramente mucha gente está bien viviendo donde vive, incluso algunos me decían, que lo que ocurrió ya había ocurrido y volvería a pasar, que eso lo sabía todo el mundo. Ahora de la manera que ha ocurrido y tan grave, no.
Incluso algunos me decían, que cuando habían tenido problemas al día siguiente estaban reconstruyendo la casa con los vecinos. La resiliencia de la gente es muy grande en Chile, pero los que se han muerto se han muerto, y como sociedad debemos pensar en esas personas también.
Tenemos que informar a toda la gente que está viviendo en estos lugares, de que están viviendo en una zona de riesgo. Se debe ser conscientes de eso, como quien vive en una llanura fluvial, que tiene que saber de qué si el rio crece, se va a llevar su casa por delante.
En vuestro caso con los tsunamis, la gente es consciente de esto, y tienen una serie de estrategias más desarrolladas. El tema de incendios es lo mismo, que la gente sea consciente de que vive en una zona de riesgos, y luego dotar a las comunidades de herramientas para reaccionar en caso de incendios. Lo que no puede ocurrir, es asumir de que el bombero vendrá y hará el rescate. Entonces a la gente se le debe dotar de prevención en una zona de riesgo, y también enseñar que hacer en caso de incendio.
A veces se escucha que la gente no quiere salir de su vivienda, porque si estás ahí no va a pasar nada, y no es así, eso es un riesgo muy grande. También hay que dotarlos de un tipo de infraestructuras, que pueda minimizar los casos de incendios, y el que este se desarrolle.
Está comprobado de que cuando los incendios llegan a una zona urbana, son las viviendas las que hacen continúan el fuego: ya no es la vegetación. El caso por ejemplo de este verano cuando yo estaba en Chile, y lo ocurrido desde Agosto en el archipiélago de Hawái, el incendio empezó en el bosque y entró a la ciudad, y ahí no había nadie preparado; el turista nunca piensa de que puede estar en una zona de riesgo.
En paralelo y en corto termino eso se puede implementar ya. A largo termino, se trata de evitar que la zona de interfaz aumente; que la gente que vive en estas zonas pueda reubicarse. Esto se ha hecho en otros lugares, por ejemplo acá en Barcelona hay barrios enteros que desaparecieron, para hacer otro tipo nuevo de infraestructura. Evidentemente eso es problemático, y para el gobierno de turno que le toque será impopular, porque estas tocando las viviendas de las personas. Pero a veces hace falta replanificar, y ordenar el territorio porque llevamos muchos años de caos.
Nosotros desde la Fundación Pau Costa[2] hicimos una declaración sobre los incendios forestales, y son 15 puntos, y el primero, que es aplicable a cualquier lugar dice: es necesario que la sociedad sea consciente de que los servicios de extinción no pueden hacer frente ellos solos a los grandes incendios forestales que muchas veces se sitúan fuera de la capacidad de extinción.
Hay que demandar a la sociedad que sea corresponsable, y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante situación de los múltiples incendios forestales. Tenemos nosotros que hacer llegar este mensaje, que yo creo que es clave.
En paralelo, concientizar a la gente de que cada uno de nosotros es un foco de incendio. Respecto a las zonas no habitadas de bosque y matorral, las quebradas que estén lo más despejadas, limpias. Si hay un problema de residuos, hay que mantenerlo sin combustible que pueda quemar. Ahí tenemos que participar todos.
P (PLANEO): Por ultimo (y tomando el caso de Chile si es posible): ¿cómo vislumbra el fenómeno de los incendios? ¿Qué alternativas y precauciones reales tenemos como sociedad para sobrellevar esto?
XU: Creo que hay acciones que se pueden hacer a corto plazo, que serían las más inmediatas, es decir, que llegue la información a la gente, que sean conscientes de las zonas de riesgos donde se habita, dotarles herramientas, saber que hacer en caso de incendios; alertas por celular, que todo el mundo esté conectado, que se sepa que hacer en cada momento, y luego, tener despejado.
Aquí por ejemplo, lo ves y dices, esto es imposible, hay casas en medios del bosque con un jardín con muchos árboles, lo que es bonito pero no es sostenible de ninguna manera. Hay que ser conscientes de que en climas como los que tenemos, hay que plantear de que no podemos tener tanta vegetación como hemos tenido hasta ahora. Esto es muy grave de decir pero tenemos que hacer simulaciones de nuestros suelos, que están estresadísimos de agua, ver qué capacidad tienen nuestros suelos para poder soportar la vegetación, que estes sanos, porque si estos están secos y enfermos, esto es un problemas adicional.
Quizás ya no podremos tener tanta vegetación como teníamos hasta ahora. Aquí hay que hacer gestión forestal y bajar la densidad. Te aseguro que los árboles que nosotros decidamos que se queden lo van a agradecer, van a estar más vigorosos, pero esto es algo que tenemos que hacer con el tiempo. Evidentemente no podemos gestionarlo todo.
En Chile la gran cantidad de plantaciones es un problema de tipo económico, pero no podemos decir que vamos a sustituir todas las plantaciones por bosque nativo. Eso es irreal porque hay una economía detrás, hay mucha gente que ahí trabaja. Ahora, limitarlo quizás sí. Luego de eso limitar y reducir la densidad de las plantaciones, porque además estas son de eucaliptus y de pino, que son dos especies que conviven con el fuego fantásticamente. Hay que reducir y cuando estas plantaciones estén llegando cerca de la ciudad, quizás hacer mosaico, es decir, que no llegue justo la plantación a la ventana de los vecinos. Esto yo lo he visto en Valparaíso y es importante proyectar a largo termino todo esto. El que esté gobernando y se enfrente a todo esto, tendrá una “patata caliente”, pero debería ser así.
[1] Quemar combustible de forma controlada, para gestionar distintos puntos estratégicos.
Fondo Común: regenerar y restaurar los ecosistemas
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Fundación Lepe, Chile
Resumen:
Fundación Lepe fue fundada en 2006 en el Valle del Aconcagua por Roberto Lepe, con el objetivo inicial de mejorar el desarrollo social y comunitario de Curimón. En 2022, la Fundación evolucionó en su enfoque para abordar la crisis climática y ambiental, adoptando el desarrollo regenerativo como su nuevo propósito. Sus programas principales son Vivo Curimón, que promueve el desarrollo regenerativo en el Valle del Aconcagua y Fondo Común, un fondo concursable que apoya prácticas comunitarias vinculadas al desarrollo regenerativo a nivel nacional.
Palabras clave: desarrollo regenerativo, apoyo técnico, soluciones basadas en la naturaleza
“Se trabaja con un enfoque teórico práctico para acelerar e implementar acciones comunitarias de desarrollo regenerativo que permitan enfrentar y adaptarse a los desafíos derivados de la crisis climática”.
Im1. Rebrota, proyecto que fomenta la salud mental a través del contacto con la naturaleza. 2022 / Fuente: Fundación Lepe.
Introducción
Fundación Lepe nace en 2006 en el Valle del Aconcagua, región de Valparaíso gracias a Roberto Lepe, empresario que destinó gran parte de su patrimonio a construir la Fundación. En sus inicios, la Fundación tuvo como objetivo aportar al desarrollo social y comunitario de la localidad de Curimón, a través de proyectos que contribuyeran a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Es a partir de 2022 y de un profundo análisis de la realidad del país, cuando Fundación Lepe decide enfocar sus esfuerzos en hacer frente a la crisis climática y ambiental que está afectando a las comunidades más vulnerables del territorio nacional. De este modo, acoge el concepto de desarrollo regenerativo como enfoque teórico y práctico y se construye su nuevo propósito: “Acelerar e implementar acciones comunitarias de desarrollo regenerativo que permitan enfrentar y adaptarse a los desafíos derivados de la crisis climática”.
Contexto
Fundación Lepe recoge demandas de organizaciones afectadas por eventos socio naturales de diversa índole, de ahí su presencia en 10 regiones y 25 localidades en Chile, a través de sus dos programas. En cada región, se puede observar cómo las consecuencias de la crisis ambiental y climática se hacen presente y afectan a las comunidades rurales y urbanas del país. En Coquimbo, por ejemplo, la crisis hídrica ha afectado la agricultura, así como también el acceso al agua potable en escuelas y viviendas; lo que se repite en Chiloé, donde en los meses de verano, cada municipalidad debe abastecer de agua a través de camiones aljibes a las comunidades rurales. Los incendios, indudable y tristemente, están cada vez más presentes en territorios rurales o de interfaz urbana-rural, como es el caso de la región de Valparaíso este año o de la región del Biobío el 2022.
Im 2. Proyecto Restaurando aguas y bosques del Lavkenmapu. 2022. Imagen de Fundación Lepe.
Método
La Fundación realiza su labor a través de dos programas principales: Vivo Curimón y Fondo Común. Vivo Curimón promueve el modelo de desarrollo regenerativo en el Valle del Aconcagua diseñando y desarrollando acciones colaborativas en las áreas del turismo responsable y sustentable, educación del patrimonio biocultural y restauración ecosistémica.
Fondo Común, por su parte, es un fondo concursable abierto a las organizaciones sociales a nivel nacional cuyo objetivo es consolidar, ampliar o replicar buenas prácticas comunitarias y colaborativas vinculadas al desarrollo regenerativo que contribuyan a mejorar la calidad de vida de diversas comunidades y los ecosistemas con los que se relacionan.
A través de ambos programas, Fundación Lepe busca consolidar y visibilizar experiencias comunitarias y colaborativas que estén dando respuestas a los desafíos ambientales que tenemos como país.
Para lograr esto, trabaja en apoyar económica, técnica y comunicacionalmente a distintas organizaciones sociales que están implementando proyectos en sus territorios vinculados a temáticas de agua, seguridad alimentaria, patrimonio biocultural, economía circular, soluciones basadas en la naturaleza y turismo responsable y sustentable.
Im 3. Proyecto Restaurando aguas y bosques del Lavkenmapu. 2022.Imagen de Fundación Lepe.
Cierre
El trabajo que ha desarrollado Fundación Lepe en apoyo a distintas iniciativas locales nos han enseñado sobre importantes diferencias en el territorio nacional, pero también sobre lugares y desafíos comunes. Estas experiencias son faros que iluminan el camino, inspirando a otras organizaciones sociales y demostrando que, frente a la crisis climática, no estamos solos y sí podemos tomar acción. El reto ahora es tejer una red sólida que permita multiplicar estas experiencias y proyectos a lo largo de Chile y más allá. Juntos, podemos hacer la diferencia.
Si quieres saber más sobre Fundación Lepe, te invitamos a visitar su web: https://www.fundacionlepe.cl/ y @fundacionlepe en Instagram.
Entrevista a Myriam Mellado: "En Chile, se puede no tener incendios, pero para eso necesitamos asumir un rol”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Presentación entrevistado
Myriam Mellado, Jefa de Vinculación y Comunicación de la Red de Prevención Comunitaria, con amplia trayectoria en temas de sostenibilidad. De profesión periodista ha trabajado en medios de comunicación como editora y en distintas empresas ejerciendo roles de comunicación y vinculación con el medio. En esta entrevista da cuenta de cómo a través de la sociedad civil se puede lograr un cambio cultural en prevención y disminuir la ocurrencia de incendios en Chile.
Palabras clave: Prevencion comunitaria, incendios, actores sociales
Myrian Mellado. Fuente: Facilitada por la entrevistada
“Para la Red de Prevención Comunitaria los incendios se apagan en invierno. O sea, durante todo el año preparamos a las comunidades para que lleguen a un verano más seguro”
P (PLANEO): ¿En qué consiste la labor de la Red de Prevención Comunitaria cuyo objetivo es reducir los incendios forestales? ¿Cuáles son las principales estrategias y acciones que desarrollan?
MM: Nacimos en 2017 después del primer megaincendio que tuvo Chile en la comuna de Santa Olga. De hecho, fue la primera “tormenta de fuego” que vivío el país. En ese contexto varios “cerebros” se juntaron para preguntarse ¿qué podemos hacer para evitar este tipo de tragedias en Chile? Se conocieron programas de prevención de otros países, se analizaron cerca de 400 zonas de interfaz en el centro sur del país, y, tras varios análisis, nació la Red de Prevención Comunitaria.
El objetivo de la Red es que los vecinos desarrollen la capacidad para prevenir incendios; que sepan lo que tienen que hacer, y no solo reacciona; sino que, lo más importante: sepan cómo evitarlos.
De ahí empieza a crecer este modelo, que nace en primera instancia con dos empresas forestales como patrocinadoras. Hoy ya son cuatro: Arauco, CMPC, Forestal Vista Hermosa y Comaco. Queremos que otros muchos más se sumen y no sólo forestales. Nos encantaría, eléctricas, agrícolas, vitivinícolas, etc.
¿Y por qué las forestales patrocinan? Porque este modelo nace en las zonas de interfaz urbano-rural, donde hay patrimonio forestal, agrícola, bosque nativo.
Es un modelo de trabajo pionero en Chile que se creó con metodología aplicada en otros países, y que se amoldó para el caso de Chile. Se trata de una prevención comunitaria en donde empoderas a los vecinos en acciones de prevención de incendios, y después generas y aplicas esta metodología de manera permanente y por todo el año. Esto tiene ciertos hitos, en Marzo-Abril comienza el análisis de las causas ¿qué pasó?, ¿llegó o no el incendio?, ¿nació de ahí? Luego de esto empezamos a levantar en conjunto los riesgos que existen en el territorio y un trabajo permanente.
Aquí lo importante es ver con otros ojos tu entorno, y eso ha significado un cambio en la forma de aprender del territorio. Los vecinos cuentan que ahora andan viendo riesgos, o sea, van caminando y ven que el tendido está en riesgo por alguna vegetación. Aprendieron a mirar de una forma distinta los riesgos y aprendieron a gestionarlos. Esto significa que si el vecino ve que hay un poste con vegetacion, anota el número de poste y llama a la eléctrica que le corresponde para que haga limpieza. Si necesita que se haga un cortafuego tiene que ubicar a la forestal de la zona para que haga uno si corresponde. Si hay un “microbasural” debe contactar al municipio. Entonces, lo que hacemos es que los actores del territorio conversen y trabajen por bajar la ocurrencia de incendios.
Esa es básicamente la forma de trabajar. Durante el año el vecino ve sus riesgos, levanta un plan de prevención y con eso va haciendo check. Para esto, se arma un comité de prevención que reúne a las juntas de vecinos, a las empresas del sector, gobierno local, etc. Cada uno con un rol y responsabilidad y la mayoría de las medidas a mejorar son implementadas por los vecinos y el mismo se encarga de coordinar con los demás actores del territorio.
Para este 2024 estamos trabajando con 455 comités de prevención y un mínimo de 6.000 vecinos en seis regiones del país, 89 comunas y 15 provincias. Las comunidades levantan su plan local, con los riesgos el entorno, y empiezan a gestionar. Nosotros como Red orientamos, acompañamos y ayudamos. Si tiene que redactar una carta lo ayudamos. Lo que nos importa es que genere esa capacidad ante el riesgo, que vea como mitigarlo.
En este proceso es clave el involucramiento del municipio. El gobierno local debe sumarse con fuerza a la prevención para que todo fluya. Trabajamos harto con los alcaldes. Hacemos presentaciones, vamos informando cómo va la gestión, las medidas de mejora que se han levantado, etc.
Las empresas también tienen un rol para implementar mejoras en el paisaje y entorno. Este 2024 se levantaron 5.872 medidas en los 455 comités, y ya llevamos un cumplimiento del 79%. La mayoría de esas medidas las hace el comité de prevencion, es decir la hace el vecino. Luego vamos viendo cuantas le corresponden a las forestales, eléctricas, al municipio, etc. ahí nosotros vamos haciendo seguimiento de eso, y si están entrampados, buscamos solución. Esa es la forma de trabajar: empoderar al vecino para que gestione sus riesgos.
P (PLANEO): ¿Cómo despliegan su trabajo en relación a los territorios rurales en el país?
MM: Lo que vemos es que el vecino está muy solo. La ruralidad en Chile no tiene rostro. Cuando llegas a un lugar y ves a los vecinos hay anonimato. A muchas comunidades les toma años convencer a autoridades para que, por ejemplo, haga un camino. Y lamentablemente nos acordamos de lo rural cuando vemos una emergencia, cuando hay una inundación o un incendio grave, como fue el año pasado en Santa Juana.
Cuando formamos un comité, vamos entregando conocimiento al vecino. Respecto a la ocurrencia de incendios ellos aprenden mucho con charlas y talleres sobre incendios, de cómo se generan y cómo se detienen. Luego ellos se empoderan y logran mitigar el riesgo en su entorno.
La mayoría de nuestros comités están en zonas apartadas. El año pasado empezamos a trabajar en 6 nuevas comunas de La Araucanía (Lumaco, Vilcún, Toltén, Renaico, Traiguén, Lautaro). En Ercilla años atrás hubo un vertedero que tuvo que haberse cerrado hace tiempo, pero nunca se hizo y la comunidad ya no daba más. Nosotros la ayudamos, fueron al Municipio y al día siguiente llegaron con retroexcavadora a limpiar. Entonces tú dices ¿habrá incidido la organización que mostró la comunidad? ¿al no verlos solos el Municipio actuó?
Otro ejemplo en sector Camán, Paillaco, justo al límite con el Municipio de Valdivia, rodeados de plantaciones, hay distintas empresas. Los vecinos hicieron su comité de prevención y solicitaron tener una piscina para el combate de incendios. Tras un año de trabajo se construyó una piscina de 365.000 litros y eso fue porque insistieron, hablaron con municipios de Valdivia y Paillaco, y donde el gestor de la Red fue clave para aunar actores, lograron hacer esa piscina, la primera de la Región de Los Ríos. Una empresa hizo la piscina, otra hizo el cierre, el Municipio entregó en comodato el terreno, por lo tanto, hubo voluntades. Cuando se visibiliza el requerimiento se pueden lograr interesantes resultados.
Hoy, como Red de Prevención más del 50% de nuestros comités no ha tenido incendios, siendo que todos estos nacieron en comunas con mucha ocurrencia de siniestros. Y el 80% tiene 3 o menos incendios.
P (PLANEO):¿Como se conjuga reconstrucción o restauración de los asentamientos dañados por incendios y la prevención de los mismos? ¿Cómo se puede realizar esto de manera multisectorial?
MM: Cuando se entra a un territorio donde ha habido incendios, es mayor el interés de los vecinos por participar y aprender. Obviamente, no quieren que vuelva a suceder otra tragedia.
La empatía con los incendios no se vive hasta que tu estás en la desgracia. Eso lo hemos visto harto. El municipio de Los Ángeles está liderando un cambio importante. Su alcalde decidió replicar el modelo de la Red porque ha dado buenos resultados. Crearon 14 comités de prevención en zonas donde no está la Red, y el resultado ha sido muy interesante. Los vecinos que son más urbanos se sumaron a los comités de la Red. Así que se ve diferencia cuando la gente vive el riesgo, porque se suma con mucha fuerza.
De esta forma, el modelo de la Red funciona si se involucra el gobierno local; ellos son clave en los resultados de la Red. Además, es un aporte para su plan de emergencia, porque nosotros trabajamos con el vecino para que sepa lo que tiene que hacer, y ya con ese conocimiento puede mitigar. Y si hay una emergencia también los apoyamos para que reaccionen; les preparamos protocolos, cartografías para que vean las zonas vulnerables, las personas discapacitadas, los puntos de agua.
En este Plan Local de Prevención que crea cada comunidad hay tres grandes áreas de trabajo: 1) Silvicultura preventiva. Todo lo que sea el manejo del combustible, lo tenemos que mitigar, hacemos cortafuegos, construcción de líneas, etc. 2) Educación. Esto lo hacemos con los vecinos para que sepan que hacer, realizan cursos; trabajamos también con niños. 3) Reacción coordinada. En caso de una emergencia ¿qué tenemos que hacer? Ahí preparamos el territorio.
Para la Red de Prevención Comunitaria los incendios se apagan en invierno. O sea, durante todo el año preparamos a las comunidades para que lleguen a un verano más seguro.
También realizamos actividades de fortalecimiento entre vecinos y los otros actores, haciendo mateadas, trekking, etc. El viernes, por ejemplo, estuve en un sector que se llama el Pino, que queda a la salida de Concepción, camino a Cabrero. Ahí el año pasado no tenían incendios, y hoy tienen 19. Entonces hay una persona que está provocando incendios, y llegaron personas de los distintos comités, y lo más lindo fue que se conocieron, y quedaron coordinados para mitigar emergencias. Tenían que hacer más patrullaje y empezaron a hacerlo, porque tenemos que buscar fórmulas para frenar incendios. Ahora el siguiente paso es lograr que estos comités, que son más bien atomizados, tengan una mirada territorial, lo que es un paso mayor, que se puede lograr en la medida que los comités vayan teniendo menos incendios.
P (PLANEO): Por último: ¿Cómo se observa el futuro de los incendios en el Chile rural? ¿Cómo se puede prevenir o gestionar estos riesgos de forma efectiva?
MM: Hoy día la gente sabe que estamos en riesgo, o sea que independiente de que vivas en una zona muy urbana el incendio es un caos. Lo que vivimos en Valparaíso fue tan impactante, que yo creo que a mucha gente le llegó, y ahora piensa que hay que prepararse.
Entonces, hoy estamos ante un contexto que fortalece el trabajo en prevención. Los Municipios, tienen que armar su plan de emergencia y su plan de riesgo y desastre que les solicita SENAPRED. En la medida que los Municipios cuenten con estos planes van a ir levantando los riesgos que tiene el entorno. Esa es una oportunidad para que los vecinos y la autoridad que corresponda empiece a gestionar sus riesgos. Porque a veces nos pasa de que el vecino mantiene limpio su entorno, pero el que está al lado es un privado que no quiere hacer nada. Y si él no limpia, no va a tener impacto hacerlo solo.
La autoridad tiene que estar preparada y viene la “Ley de Incendios” que también va a ser una oportunidad, porque va a obligar a los pequeños propietarios que no se suman a la prevención a que lo hagan manejando su entorno, teniendo cortafuego.
Si la persona conoce su entorno y sabe cómo gestionar sus riesgos, podrá no tener incendios. En Chile, se puede no tener incendios, pero para eso necesitamos asumir un rol. La prevención es un cambio de conducta, en donde yo no voy a ir a un camping y hacer fuego, sabiendo que hay un viento gigante. Si yo aprendo eso, voy a tener menos incendios, y no voy a ser causante negligente de un incendio. Aún falta mucho más, para ir al meollo del asunto, es decir, de cómo cambiamos nuestra conducta, de cómo logramos que la persona que no ve los riesgos de un entorno los vea y, luego, gestione.
Hay harto que hacer y en Chile están dadas las oportunidades para liderar un cambio cultural en materia de prevención.
Incendios forestales en la Chiquitanía boliviana: Explorando la relación entre el tipo de aprovechamiento forestal y la resiliencia del ecosistema frente al fuego
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Tamara Araujo Justiniano. Ingeniera Ambiental de la Universidad Católica Boliviana San Pablo. Cochabamba, Bolivia]
Resumen:
La Chiquitanía en Bolivia enfrenta una creciente amenaza de incendios forestales, impulsados por cambios climáticos y alteraciones en el uso del suelo para ganadería y cultivos. En una investigación del año 2022 comparé suelos quemados en bosques chiquitanos y chaparrales, revelando una sorprendente mayor conservación en los primeros debido a su menor historial de quemas. A pesar de sus diferencias históricas y ecológicas, ambos ecosistemas sufren incendios indiscriminados. Estos hallazgos resaltan cómo las decisiones históricas modelan la respuesta del ecosistema al fuego. La reflexión final enfatiza la responsabilidad colectiva hacia la tierra y plantea interrogantes sobre el equilibrio entre desarrollo económico y preservación ambiental.
Palabras clave: incendios forestales, aprovechamiento forestal, Chiquitanía boliviana
“Al adentrarnos en la complejidad de los incendios forestales en la Chiquitanía, no sólo observamos las consecuencias directas de la transformación del uso del suelo, sino también cómo las decisiones históricas moldean el comportamiento de los ecosistemas frente al fuego”.
Im 1. Fuente: Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (2019)
Contexto y problema
En los últimos años, el Estado Plurinacional de Bolivia se ha convertido en uno de los países con mayor incidencia de incendios forestales en el mundo, de gran magnitud y localizados predominantemente en la Chiquitanía, departamento de Santa Cruz (IPCC, 2019). A pesar de ser una región naturalmente adaptada al fuego, las condiciones sociopolíticas actuales y las condiciones climáticas de sequías acentuadas están ocasionando incendios forestales de mayor intensidad y magnitud (Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, 2020).
En la Chiquitanía boliviana, históricamente y desde el siglo XVII al menos, se practicaba la ganadería extensiva de ramoneo en el monte. Sin embargo, ahora el mayor problema radica en el cambio de uso de suelo donde poco a poco se están transformando los diferentes ecosistemas nativos hacia pastizales con especies de gramíneas exóticas, destinados a la ganadería semi-intensiva a gran escala o bien a cultivos comerciales introducidos. Las principales presiones resultantes de este cambio en el aprovechamiento y uso de suelo son la combinación de deforestación y desmonte acompañados de incendios para su posterior ocupación destinada a la actividad ganadera (Villaseñor, 2012).
¿La respuesta del ecosistema frente a los incendios varía según el aprovechamiento que se le haya dado?
Esta fue una de las preguntas que pretendí explorar en una investigación llevada a cabo el año 2022. Para ello comparé el grado de perturbación de diferentes suelos quemados, pertenecientes a los dos tipos de ecosistemas nativos de mayor extensión en la región, respecto a su estado original (Araujo y Navarro, 2023).
En uno de ellos, al que nos referiremos como “Bosque chiquitano”, el aprovechamiento a lo largo de la historia ha sido principalmente de extracción forestal (Gobierno Municipal de Concepción, 2000; Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, 2020), por lo que tradicionalmente se fomentaba el desarrollo de la vegetación y la posterior extracción de recursos maderables.
En cambio, el otro ecosistema, que llamaremos “Chaparral”, está ecológicamente adaptado al fuego, lo necesita para preservar la dinámica del hábitat y estratégicamente la población ha optimizado su aprovechamiento forrajero a lo largo de los años (Osorio, 2019). La vegetación de los chaparrales es útil para la alimentación de ganado por ramoneo, es decir, que se alimentan de las hojas, ramas y brotes tiernos, por lo que, desde la introducción de las misiones jesuitas, las quemas controladas han permitido sabanizar estos ecosistemas para renovar nutrientes y obtener los brotes de interés (Gobierno Municipal de Concepción, 2000).
Evidentemente los bosques y chaparrales cuentan con importantes diferencias, tanto históricas como ecológicas, pero a pesar de ello ambos están sufriendo incendios considerables de manera indistinta.
Analizando los resultados de la investigación, pude concluir que los suelos quemados pertenecientes a bosques chiquitanos se encontraban mejor conservados que los suelos quemados de chaparrales. La explicación más probable se basaría en que, históricamente los bosques se han quemado menos que los chaparrales a lo largo de los años. Debido a su tipo de aprovechamiento, no sólo era inconveniente quemarlos en lugar de permitir su desarrollo, sino que además la vegetación, al estar menos expuesta al fuego, ha desarrollado una menor capacidad de recuperación (Osorio, 2019).
Por su parte, los chaparrales han sufrido incendios desde mucho antes y probablemente la perturbación en los suelos ha ido escalonando, por lo que el grado de conservación respecto a su estado original es menor; sin embargo, al estar la vegetación más expuesta y adaptada al fuego, tiene una capacidad de recuperación mucho mayor (Mostacedo et al., 2022).
De esta manera, al adentrarnos en la complejidad de los incendios forestales en la Chiquitanía, no sólo observamos las consecuencias directas de la transformación del uso del suelo, sino también cómo las decisiones históricas moldean el comportamiento de los ecosistemas frente al fuego. La historia de aprovechamiento de los bosques chiquitanos, preservando su integridad, contrasta con la adaptación de los chaparrales, cuya resiliencia se ha forjado a través de generaciones de exposición al fuego controlado.
Reflexiones finales
Considero importante invitar a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva que tenemos hacia nuestra tierra y sus habitantes. ¿Cómo podemos equilibrar la necesidad de desarrollo económico con la preservación de ecosistemas cruciales? Las respuestas no son sencillas, pero la comprensión de la historia y la ecología de estos lugares nos proporciona valiosas y necesarias lecciones.
En la encrucijada de los incendios forestales, la gestión sostenible, respaldada por la ciencia y el respeto a la historia local, se presenta como la clave para construir un futuro donde la coexistencia entre la ruralidad y la preservación ambiental sea armoniosa.
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Referencias bibliográficas
Araujo, T. y Navarro, G. (2023). Impacto de los incendios forestales en el estado natural de suelos afectados en la Chiquitanía (Santa Cruz, Bolivia) y propuesta de índices para su evaluación. Acta Nova, 11(1), p. 51-64. [https://n9.cl/wmvyh]
Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. (2020). Plan de recuperación de zonas afectadas por incendios en el departamento de Santa Cruz. Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia. Santa Cruz, Bolivia. [https://n9.cl/mkebn]
Gobierno Municipal de Concepción. (2000). Plan de Desarrollo Municipal 2000 – 2004. Viceministerio de Planificación Estratégica y Participación Popular. Santa Cruz, Bolivia.
IPCC: Instituto Privado sobre Cambio Climático. (2019). Boletín Informativo: Los incendios en la Amazonía en 2019. Año 9, No. 3. El Salvador.
Mostacedo, B., Viruez, A., Varon, Y., Paz-Roca, A., Parada, V. y Veliz, V. (2022). Tree survival and resprouting after wildfire in tropical dry and subhumid ecosystems of Chiquitania, Bolivia. Trees, Forests and People. Vol. 10. 100327. [https://doi.org/10.1016/j.tfp.2022.100327]
Osorio, D. (2019). Causas que amenazan a la Ecoregión de la Chiquitanía, Santa Cruz, Bolivia. Universidad Tecnológica Boliviana. La Paz, Bolivia.
Villaseñor, V. (2012). El clima cambia, cambia tú también: opciones de adaptación al cambio climático y mitigación desde la perspectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales en función a la diversidad biológica. Estudio de caso. Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano. Santa Cruz, Bolivia. [https://n9.cl/0twj9].
Entre los intereses comprometidos y el desarrollismo: ley de incendios lista, pero incompleta
VerEntre los intereses comprometidos y el desarrollismo: ley de incendios lista, pero incompleta
Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [José Miguel Fuentes Zuleta: Sociólogo de la Universidad Diego Portales, Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente UC].
Resumen:
La columna discute sobre las razones detrás del rechazo del apartado que impedía los cambios de uso de suelo en zonas afectadas por incendios forestales, señalando que entre estas razones estarían los intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios, como también un discurso que promueve el desarrollo económico por sobre la protección de zonas críticas de incendio.
Palabras clave: Incendios, desarrollismo, inmobiliaria
“En una posición típica de la derecha, se prioriza el desarrollo económico por sobre la regeneración de vegetación e instalación de cortafuegos que ayudarían a evitar eventuales incendios”.
Figura 1. Vista de casas en Viña del Mar afectada por el incendio. Fuente: El país (2024)
A comienzos del mes de marzo del presente año fue aprobada en la Cámara de Diputados la Ley de Incendios presentada e impulsada por el ejecutivo en octubre del año 2023. En términos concretos, el objetivo principal de la ley mencionada es fortalecer la prevención de incendios, tanto forestales como rurales (con especial énfasis en aquellas áreas con un nivel de amenaza de incendio alto o crítico), a través de dos grandes medidas: una mejor planificación territorial –poniendo así el foco en los municipios y las condiciones locales—y de un fortalecimiento de la regulación a la actividad forestal en materia de incendios, proponiendo un enfoque preventivo y coordinado entre los distintos actores.
De esta manera, la normativa establece la obligatoriedad de hacer cortafuegos y de establecer zonas de interfaz urbano-rural, además de otorgar facultades a los Planes Reguladores Comunales (PRC) e Intercomunales (PRI) para poder reestablecer normas para adecuarse a lo anteriormente mencionado.
Si bien esta medida resulta fundamental para prevenir el riesgo de incendio, hubo un apartado de la ley que no fue aprobado y que hace alusión a la limitación al cambio de uso de suelos afectados por incendios, el cual buscaba evitar que privados, particularmente la industria inmobiliaria, pudiera construir en los terrenos siniestrados, para en cambio promover la recuperación y restauración de la cobertura vegetal y arbórea[1].
Rechazado en su mayoría por votos de la derecha, este rechazo deja entrever la presencia de intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios, a la vez que surge un discurso que promueve una suerte de desarrollismo que, para la derecha, pareciera ser más importante que la creación de cortafuegos o iniciativas de regeneración y restauración.
El discurso del desarrollo a la orden del día
El relato que se repitió a menudo por parte de la derecha tenía una clara incongruencia: por un lado, se planteaba que el proyecto era insuficiente para enfrentar los incendios, pero, por otro lado, estaban en contra del que quizás era el punto más importante: el que impedía a inmobiliarias construir en zonas siniestradas. Las opiniones en contra hacían referencia a que este impedimento afectaría el desarrollo de industrias como la inmobiliaria o la forestal.
La diputada por la región de la Araucanía, Gloria Naveillán del Partido Republicano, aseguraba que la legislación “mata la industria forestal y las prácticas agrícolas” (El Desconcierto, 2024). En una línea similar, el también diputado por la Araucanía, Andrés Jouannet de Amarillos, señalaba que el proyecto de ley tiene “muchos ripios que distorsionan el sentido necesario de una discusión que integre la protección del bosque con el desarrollo y prevención de incendios”, agregando que “no entrega suficientes elementos para la articulación público-privada para la recuperación del bosque, ni fomento productivo para las pequeñas y medianas empresas forestales clave para el desarrollo del territorio” (El Desconcierto, 2024).
Por último, el senador por la Región del Bio Bio, Enrique Van Rysselberghe, también señaló que “la prohibición total de uso de un terreno puede afectar no sólo a sus dueños, sino que el desarrollo de una serie de oportunidades de desarrollo productivo como la agricultura, la ganadería u otras actividades, que son propias de la Región donde ocurra el incendio” (Diario Concepción, 2024).
En el discurso de estos tres parlamentarios podemos observar un punto en común: que la restricción en el cambio de uso de suelo podría afectar al desarrollo de distintas actividades fundamentales para el territorio. En una posición típica de la derecha, se prioriza el desarrollo económico por sobre la regeneración de vegetación e instalación de cortafuegos que ayudarían a evitar eventuales incendios.
No obstante, detrás de ese discurso típico de la derecha, que Alarcón (2016) define como la ideología de los recursos naturales, también hay intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios. Como sostiene Pablo Parra (2023), presidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), utilizar incendios forestales como herramienta de planificación indirecta se suele dar cuando la normativa es muy restrictiva en cuanto a la protección ambiental de especies de carácter nativo, como también a los altos costos que implica el despeje de suelo o las medidas compensatorias por corte de vegetación.
Lo anterior se evidencia en la investigación de Jonathan Caviedes (2017), donde por medio de imágenes satelitales se logra observar que existe una correlación casi perfecta entre la ocurrencia de incendios forestales con la posterior aparición de zonas urbanizadas.
Como señala Alarcón (2016), el modelo chileno ve a los ecosistemas como algo accesorio, como un espacio destinado a explotar y sacar provecho de él, fomentando los proyectos de inversión de distintos sectores productivos.
Ley aprobada, pero insuficiente ¿ahora qué?
El caso de la Villa Botania de Quilpué es ejemplificador cuando se trata de mostrar la importancia de los cortafuegos para evitar la propagación de incendios hacia zonas residenciales. La medida implementada por la villa consistió en capacitaciones a la comunidad, promoviendo la gestión territorial y participativa para la reducción del riesgo de incendios.
Este caso nos enseña que, para evitar o al menos reducir su impacto, es necesario medidas multiescalares, poniendo el foco en el ordenamiento territorial, pero también en la educación comunitaria, otorgándole a las habitantes de los territorios las herramientas para que puedan enfrentar por ellos mismos los riesgos de desastre. Además, resulta importante añadir la producción forestal, es decir, el qué se va a producir y qué no, ya que esto también determina la propagación o no de los incendios.
Retomando el rol de los privados, que abunda en el discurso de la derecha, es importante que estos asuman compromisos en función de la gestión en post de la prevención de incendios forestales. Sectores como el agrícola tienen una gran responsabilidad en la perdida de ecosistema nativo. Es necesario que los ordenamientos territoriales que se modificarán a partir de esta ley logren promover un desarrollo armónico, pensando no sólo en el bienestar económico, sino en el bienestar futuro del territorio y las personas que habitan en él.
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Referencias bibliográficas
Alarcón, C. (2018). Conflictividad social-ecológica, ecología política del capitalismo neoliberal e ideología de los recursos naturales en Chile. PROPUESTAS DESDE LA ECONOMÍA, 133.
Diario Concepción (9 de marzo 2024). La importancia de una buena ley de incendios. https://www.diarioconcepcion.cl/editorial/2024/03/09/la-importancia-de-una-buena-ley-de-incendios.html
El Desconcierto (6 de marzo 2024). Ok ley de incendios con pero de derecha: Inmobiliarias podrían construir en zonas incendiadas. https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2024/03/06/ok-ley-de-incendios-con-pero-de-derecha-inmobiliarias-podrian-construir-en-zonas-incendiadas.html
El país (4 de febrero 2024). Viña del Mar tras los incendios que han arrasado 3.000 casas, en imágenes. https://elpais.com/chile/2024-02-04/vina-del-mar-tras-los-incendios-que-han-arrasado-3-mil-casas-en-imagenes.html
Parra Soto, Pablo (12 de enero 2023). Ley de prohibición de cambio de uso de suelo. Un paso importante para la regulación del territorio. El mostrador. https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2023/01/12/ley-de-prohibicion-de-cambio-de-uso-de-suelo-un-paso-importante-para-la-regulacion-del-territorio/
[1] Resulta importante destacar que no existen normativas respecto a cómo se debe realizar la reconversión del suelo en terrenos afectados por incendios forestales, lo que deja camino libre a que los proyectos de restauración sean elegidos por presiones políticas o económicos, más que por criterios técnicos.
Prevención y adaptación: claves para enfrentar los incendios en la interfaz urbano-forestal chilena
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Carolina Ojeda Leal: Profesora de Historia y Geografía, Universidad de Concepción. Magíster en Desarrollo Regional y Medio Ambiente, Universidad de Valparaíso. Doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile].
Resumen:
Los últimos años han marcado un punto de inflexión en la percepción y el impacto de los incendios forestales en Chile, particularmente en las áreas donde la urbanización se encuentra con la naturaleza. Este fenómeno, lejos de ser episódico, es el resultado de una compleja interacción entre el cambio climático, la expansión urbana desenfrenada y una transformación del uso del suelo que ignora principios socioecológicos fundamentales. La región central de Chile, un área destacada por su rica biodiversidad y su papel crucial en la agricultura, ahora se enfrenta a un futuro marcado por sequías extendidas y una creciente vulnerabilidad a los desastres naturales. Esta columna analiza cómo la ausencia de una cultura de prevención y adaptación está creando un escenario donde los incendios forestales se vuelven más frecuentes y destructivos, subrayando la urgencia de replantear nuestras estrategias hacia una gestión más sostenible del territorio.
Palabras clave: Prevención, Adaptación, Incendios Forestales
“La prevención y adaptación emergen como pilares fundamentales para mitigar el riesgo de incendios. Estrategias como la gestión adecuada del uso del suelo, la creación de zonas de amortiguamiento entre áreas forestales y urbanas, así como la implementación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles pueden reducir significativamente la vulnerabilidad de estas zonas ante el fuego”.
Fuente: Archivo personal de autor
En los últimos años, Chile ha sido testigo de un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, particularmente, en las zonas de interfaz urbano-forestal (Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 2020). Esta tendencia, lejos de ser un fenómeno aislado, refleja una realidad compleja en la que convergen el cambio climático, la rápida urbanización y la transformación del uso del suelo. Este país, conocido por su biodiversidad y su importancia agrícola, enfrenta ahora un futuro incierto, marcado por sequías prolongadas y una vulnerabilidad creciente a desastres. En este contexto, la presente columna examina cómo la falta de conciencia sobre la prevención y adaptación está configurando un escenario en el que los incendios forestales se vuelven cada vez más comunes y peligrosos.
Los incendios de interfaz urbano-forestal, aquellos que ocurren en la zona de transición entre áreas rurales y urbanas, presentan desafíos únicos, debido a la proximidad de asentamientos humanos y recursos naturales valiosos. Estos eventos no solo resultan en pérdidas económicas significativas y daños ambientales irreparables, sino que también ponen en riesgo vidas humanas.
La creciente incidencia de estos incendios en Chile puede atribuirse, en parte, a la expansión urbana descontrolada y a la transformación del uso del suelo sin considerar criterios socioecológicos. La conversión de terrenos forestales en áreas para el desarrollo urbano o la agricultura intensiva altera el equilibrio natural y reduce la capacidad del ecosistema para resistir y recuperarse de los incendios. Entonces, la urbanización acelera el cambio de usos tradicionales de la tierra hacia modelos no sostenibles en donde se aprecia un aumento en el abandono del campo, el éxodo rural hacia las ciudades que ha dejado numerosas tierras en desuso y fomenta la creación de interfaces urbano-forestal sin un control real del uso de suelo.
En ese sentido, los vicios que presentan muchos planes de desarrollo actuales que se realizan en Chile se dan porque quienes planifican utilizan “estrategias de copiar y pegar”, las cuales se importan o exportan a otras localidades sin considerar un hecho relevante, porque las metas a lograr son completamente diferentes para cada zona del planeta. Muchas veces los/as planificadores/as urbanos/as o arquitectos/as pasan por alto que la visión de futuro o vocación territorial que tienen las ciudades del sur no es la misma que las de otros lugares del mundo. Como lo expresa David Wong (2014) de la revista online Cracked, existe una diferencia sustancial entre lo que tratamos de decir con la palabra “quiero”:
- Una intencionada acción, por ejemplo, “Quiero llegar a mi casa antes de que llueva y me moje.”
- Una preferencia general o particular a futuro, por ejemplo, “Quiero tener una casa para vivir feliz junto a mi familia.”
Paralelamente, el cambio climático está exacerbando este problema (Ministerio del Medio Ambiente, 2016). La zona central de Chile ha experimentado sequías más frecuentes y prolongadas, la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas agravan la desecación de la vegetación, incrementando la cantidad de material combustible disponible aumentando la vulnerabilidad creando condiciones ideales para la propagación de incendios (Barton y Irarrázaval, 2016).
En ese sentido, una forma en que las regiones del sur están desarrollando su distribución territorial y que afecta la forma en que se debe planificar ciudades o territorios al crear intencionadamente interfaces urbano-forestales es el conflicto que se genera entre la creación de áreas de conservación de biodiversidad con fondos privados y las parcelas de agrado. Por ejemplo, en Chile, las áreas protegidas públicas cubrían en 2015 alrededor 14.2 millones de hectáreas en donde las áreas protegidas privadas adicionaban a esta cifra 325.000 hectáreas (Sin considerar el parque privado Pumalín que cubría otras 300.000 hectáreas). Al 2023, se cuenta con alrededor de 18 millones hectáreas en áreas protegidas públicas (Fundación Terram, 2024).
Frente a este panorama, la prevención y adaptación emergen como pilares fundamentales para mitigar el riesgo de incendios. Estrategias como la gestión adecuada del uso del suelo considerando las proyecciones del cambio climático (Barton y Irarrázaval, 2016), la creación de zonas de amortiguamiento entre áreas forestales y urbanas, y la implementación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles pueden reducir significativamente la vulnerabilidad de estas zonas ante el fuego.
La educación y concienciación de la población también juegan un rol crucial. Es imperativo que las comunidades locales comprendan los riesgos asociados a los incendios forestales y participen activamente en la prevención de los mismos. Esto incluye desde la adopción de buenas prácticas en la gestión de residuos hasta la participación en programas de reforestación y conservación de ecosistemas.
La creciente amenaza de los incendios forestales en la interfaz urbano-forestal de Chile es un recordatorio urgente de la necesidad de adoptar un enfoque más holístico y sostenible en la gestión del territorio. La prevención y adaptación no solo requieren de políticas públicas efectivas y de la implementación de prácticas de gestión de riesgos, sino también de un cambio en la conciencia colectiva sobre nuestra relación con el medio ambiente.
Es fundamental reconocer que el bienestar de nuestras comunidades y la preservación de nuestros ecosistemas están intrínsecamente ligados (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 2022). Solo a través de una acción colectiva y coordinada, basada en el respeto por la naturaleza y en la adopción de prácticas sostenibles, podremos enfrentar los desafíos que los incendios forestales presentan para la sociedad chilena. En última instancia, la capacidad de Chile para adaptarse y mitigar los efectos de estos desastres naturales dependerá de nuestra voluntad para actuar.
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Referencias
Barton, Jonathan R, y Irarrázaval, Felipe. (2016). Adaptación al cambio climático y gestión de riesgos naturales: buscando síntesis en la planificación urbana. Revista de geografía Norte Grande, (63), 87-110. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34022016000100006
Fundación Terram (19/01/2024). Chile sumó 240.000 hectáreas de parques nacionales en 2023 pero denuncian falta de presupuesto https://www.terram.cl/2024/01/chile-sumo-240-000-hectareas-de-parques-nacionales-en-2023-pero-denuncian-falta-de-presupuesto/#:~:text=“Este%20insignificante%20aumento%20no%20se,una%20superficie%20de%20242.360%20hectáreas.
Instituto Nacional de Estadísticas (INE). (2020). Reporte de incendios forestales en Chile. https://www.ine.gob.cl/sala-de-prensa/prensa/general/noticia/2022/12/28/informe-anual-de-medioambiente-superficie-dañada-por-incendios-forestales-aumentó-en-temporada-2021-2022
Ministerio del Medio Ambiente. (2019). Plan de Acción Nacional de Cambio climático 2017-2022. https://estrategia-aves.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2023/03/MMA-2017-Plan-de-Accion-Nacional-de-Cambio-Climatico-2017-2022.pdf
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2022). El estado de los bosques del mundo 2022: Las vías forestales hacia el desarrollo sostenible. https://www.fao.org/publications/home/fao-flagship-publications/the-state-of-the-worlds-forests/2022/es
Wong, David (August 11, 2014), “5 Ways you’re Sabotaging Your Own Life (Without Knowing It)”, Cracked Magazine, New York. Available at http://www.cracked.com/blog/5-ways-youre-sabotaging-your-own-life-without-knowing-it/#ixzz3B9KbNtNp
El imaginario del fuego en "Fahrenheit 451": sobre la combustión de libros, asentamientos y predios | “Fahrenheit 451 (1953)”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
[Por B. Salvador Álvarez Osorio. Estudiante de Pregrado en Sociología, Universidad de la Frontera, Temuco]
Libro: Fahrenheit 451
Autor: Ray Bradbury
Año: 1953
Resumen. «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury es una distopía que se desenvuelve en una sociedad futurista donde los libros son prohibidos y quemados por bomberos, como Montag, el protagonista. La narrativa de la obra sigue su transformación, inicialmente un servidor complaciente, pero que pronto comienza a cuestionar su realidad y buscar un significado más profundo en la vida. En este camino conoce a Clarisse, una joven que desafía las normas establecidas y que lo mueve a unirse a un grupo de rebeldes que memorizan libros para preservar su contenido. La novela explora temas de censura, alienación y la pérdida de la individualidad, culminando en una guerra que destruye la ciudad. Juega con los conceptos de tecnologías futuristas como las grandes pantallas interactivas o sabuesos mecánicos y también con el concepto de fuego como un elemento de doble significancia; en su carácter utilitario, como instrumento de dominación; y en su sentido simbólico, como posibilidad del renacimiento y esperanza de reconstruir una sociedad basada en el conocimiento y la libertad intelectual.
Palabras Clave. Incendios, estandarización urbana, políticas públicas.
Im1. Portada del libro | Fuente: Editorial Editorial DEBOLSILLO.
Introducción.
En «Fahrenheit 451» el fuego es el control sobre la información y la manipulación de la verdad ejecutado por políticas de censura e hipervigilancia. Así, el fuego se convierte en un medio para ejercer autoridad y limitar la libertad de pensamiento, manteniendo a la población ocupada bajo un continuum de estímulos sensoriales producidos por mega pantallas y “familiares” virtuales interactivos. La quema de libros representa la supresión de ideas divergentes, heterogéneas, diversas y su contraparte la imposición de una narrativa única, es decir de la estandarización del conocimiento en sus formas comunicativas, tanto que la misma escritura está prohibida en este modelo de sociedad. La dicotomía propuesta en esta reseña en cuestión tiene que ver con el equilibrio entre estos dos conceptos de diversidad y estandarización.
Imaginario del fuego como artefacto de homogenización.
Creo que es relevante partir con la premisa de la obra de Bradbury de que en esta sociedad se ha alcanzado a desarrollar y masificar la construcción incombustible, una materialidad estandarizada, pero también estéticamente homogénea, como podemos visualizar en algunas de las adaptaciones homónimas al libro.
Esta distopía nos sumerge en un mundo donde el fuego proyecta su sombra sobre los cimientos de la sociedad y sus estructuras materiales. Exploraremos cómo el imaginario del fuego se manifiesta de facto como un principio de homogenización urbana.
En dicho contexto planteamos la analogía con los asentamientos recientemente afectados, en Valparaíso y sus alrededores, los cuales basan su identidad territorial en aquella anatomía material diversa, fragmentada y que son producto de un levantamiento no planificado, de la auto construcción y el crecimiento orgánico de lo conurbano. El espacio es hostil, no está preparado para el fácil acceso de bomberos o la rápida acción preventiva, sumado a una distribución de las construcciones diseñada por una arquitectura sin arquitectos: Funcionales, pero menos eficientes; Prácticos, pero frágiles frente a la catástrofe. En ese contexto las construcciones livianas imitarían al papel, combustionando tan rápido como lo haría una pila de libros. Así la diversidad de formas, colores y materialidad que le rodea también se rinde ante la flama, reduciéndose al estado de cenizas, provocando inevitablemente la inmolación de la diferencia, la heterogeneidad sacrificada.
Así nos encontramos con dos políticas públicas completamente antitéticas, por un lado, la normativa de control absoluto y por otra, una política pública más bien reactiva. Ambos conducirían a un eventual acontecimiento catastrófico, sea este previsible o no, planificado o accidental.
Estos accidentes llevan consigo la capacidad de remodelar la realidad física-social de una comunidad. Así la reconstrucción posterior a los incendios ofrece la oportunidad de imponer una visión uniforme – prediseñada – del espacio eliminando la diversidad social y cultural que le sostenía en favor de una estructura que refleje los intereses normativos establecidos por la política regulativa, o en el caso de los cambios de uso de suelo, por el interés particular de quien lo patrocina. Surgen las preguntas ¿cómo afecta esta futura posibilidad de estandarización a la identidad barrial originaria?, ¿La uniformidad en el diseño urbano afecta la identidad distintiva de sus comunidades?
Resiliencia a largo plazo, la resistencia urbanística.
Si en el libro de Bradbury se nos presenta la alienación y dependencia a las pantallas como un factor des-vinculante de los acontecimientos reales de muerte, sacrificio y catástrofe ¿Cómo se resiste nuestra sociedad a la morbosidad en los medios de comunicación masivos?, ¿cómo escapa de la contemplación vacía? Esto, asumo, es posible mediante la acción directa o coordinada de la ciudadanía, es decir en su capacidad de resiliencia y cooperación.
Para integrar los términos de resiliencia, gobernanza y políticas públicas en este análisis sobre la quema de asentamientos urbanos, podemos considerar los siguientes puntos en debate y abrir interrogantes como: ¿Cómo se adaptan y se recuperan las comunidades después de la destrucción? La resiliencia pro social y la capacidad de la gobernanza urbana para implementar políticas públicas efectivas son fundamentales para esta cuestión. La prevención de incendios, la gestión de crisis y la participación ciudadana se erigen como elementos determinantes para construir ciudades que no solo resisten las llamas, sino que resisten la adversidad. Esta triada de elementos bien diseñados pueden desempeñar un papel fundamental en la re-construcción de comunidades urbanas más fuertes y diversas. Este enfoque permitirá una comprensión más completa de cómo estas dimensiones interaccionan en el contexto de la planificación y reconstrucción urbana.
Conclusión.
En «Fahrenheit 451», el fuego actúa como un agente de homogenización. Al trasladar este imaginario a la realidad urbana contemporánea, vemos cómo los incendios de asentamientos y predios informales reflejan este principio. La gobernanza efectiva y las políticas públicas bien diseñadas se perfilan como contrapesos esenciales para contrarrestar la tendencia a homogeneizar el tejido social y urbano. La integración de «Fahrenheit 451» en este debate no solo enriquece la discusión, sino que también plantea preguntas críticas sobre la naturaleza misma de la estandarización en nuestras ciudades, incitando a una reflexión más profunda sobre cómo diseñamos y vivimos nuestros entornos.
La estandarización puede contribuir a una estética más cohesiva y a la creación de una identidad urbana más fuerte. Las ciudades con una apariencia más uniforme a menudo se perciben como resultado del orden y la modernidad. Además, una estructura urbana estandarizada facilita la seguridad y el control, ya que permite una mejor vigilancia y respuesta a emergencias. Por otro lado, la diversidad permite la flexibilidad y la adaptabilidad frente a desafíos económicos, sociales y ambientales, promueven el desarrollo identitario y cultural de las comunidades que le habitan. Este debate es esencial para la reconstrucción de asentamientos a futuro. En última instancia, encontrar el equilibrio adecuado entre la estandarización y la diversidad urbana es esencial para crear entornos urbanos vibrantes, sostenibles e inclusivos ¿Cómo podemos garantizar la preservación y promoción de la diversidad de ideas en el diseño urbano?, ¿Es posible encontrar un equilibrio entre la eficiencia que proporciona la estandarización y la riqueza cultural que emerge de la diversidad urbana?, ¿Cómo podemos diseñar ciudades que sean eficientes sin sacrificar la esencia única de cada comunidad?
Lo que queda entre las cenizas: consecuencias de los monocultivos forestales en la zona centro sur del país | “Llamas del despojo (2022)”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
[Por Catalina Elizabeth Tropa Ramírez. Socióloga, Universidad de Chile, Santiago]
Documental: Llamas del despojo: incendios del negocio forestal
Autores: Ojo de Treile & Resumen
Año: 2022
Disponible en: https://youtu.be/1-kVhdavxDw?si=33VYQepbf6OU46MU
Resumen. El documental aborda las diferentes repercusiones que los incendios forestales de monocultivos han tenido sobre las comunidades y ecosistemas de la zona centro sur de Chile y Wallmapu. Para ello se recopilan testimonios de habitantes de las localidades colindantes y diferentes especialistas en el tema. Se revisa en un primer momento los factores de riesgo asociados a la presencia de monocultivos para la flora, fauna y comunidades que habitan el sector. Posteriormente, se sitúa históricamente esta problemática a través del proceso de ocupación del territorio desarrollado por parte del régimen militar durante la década de los 70’s y se da cuenta de las repercusiones actuales de este para la población. Finalmente, se revisan las medidas propuestas por parte de los actores participantes en el cortometraje.
Palabras Clave. Conflictos ambientales, biodiversidad, empoderamiento territorial.
Im1. Portada del documental | Fuente: Ojo de Treile & Resumen, 2022.
“Lo que sí tiene que haber un cambio de paradigma. Un cambio de sistema (…) centrado en el medio ambiente y en las personas como eje fundamental” (Ariana Bertín, Bióloga Molecular y Celular)
El documental profundiza en la visión que los actores de la región guardan sobre la presencia de monocultivos en la zona. A partir de sus discursos, es posible reconocer una serie de factores que causan que los monocultivos comprendan un riesgo para la población, flora y fauna colindante colindante. Las especies utilizadas para los monocultivos (pinos provenientes de Norteamérica y eucaliptos provenientes de Australia) son altamente inflamables debido a las resinas que los componen. Asimismo, la gran extensión de áreas destinadas a su desarrollo presenta mayoritariamente una distribución uniforme, lo cual facilita su propagación durante los incendios. Finalmente, a ello se suma la alta absorción de agua que los cultivos de pinos y eucaliptos ejercen sobre los suelos, lo cual disminuye su disponibilidad. La baja cantidad de agua no únicamente dificulta el combate de los incendios, sino que hace a los territorios proclives a estos. Debido a ello, su presencia se considera un peligroso catalizador de incendios.
De esta forma, la masificación de las áreas destinadas al monocultivo dentro de la zona durante los últimos 50 años ha propiciado un aumento sostenido de los incendios forestales durante las últimas décadas. Ello ha repercutido gravemente en la reducción drástica de la biodiversidad, pérdida de suelos y erosión de la zona. La magnitud de esta problemática ha llegado a tal extremo que se ha acuñado el término de mega incendios para referirse a aquellos que superan las 10.000 hectáreas. La dimensión de estos es tan considerable que puede llegar a afectar las condiciones meteorológicas de la zona. Y, junto a los claros efectos sobre la población, flora y fauna nativa, también liberan grandes cantidades de gases invernadero, lo cual aumenta enormemente la contaminación de las áreas afectadas. Entre 2010 y 2018 se han registrado 16 mega incendios que han arrasado con 444.000 hectáreas. Actualmente se considera que no existen sistemas ni protocolos de acción que puedan garantizar su combate efectivo.
Llegado a este punto, es posible evidenciar claramente los factores de riesgo que se presentan en relación al desarrollo de plantaciones de monocultivos. Sin embargo, el alcance de esta problemática se magnifica cuando se toma en consideración el contexto histórico bajo el cual esta tuvo lugar.
Este corresponde al desplazamiento forzado de las comunidades campesinas y mapuches por parte del régimen militar durante la década de los 70’s. En el caso de estas últimas, ello representó su expulsión de territorios con una ocupación de carácter ancestral. Lo anterior fue precedido por la tala masiva y posterior quema de bosque nativo por parte de las empresas forestales CMCP y Arauco. Empresas subsidiadas por parte del Estado durante aquel período mediante el Decreto Ley 701, que mantuvo vigencia hasta el año 2015.
En la actualidad, los campesinos no pueden regar sus plantaciones debido a la baja cantidad de agua disponible. Asimismo, la destrucción de zonas de cultivo y bosque nativo ha repercutido gravemente sobre la actividad agrícola y recolección de las comunidades. Lo cual incide potencialmente en un aumento de la pobreza.
Sin embargo, esta no corresponde a la única implicancia negativa para las comunidades. Ya que la presencia de los monocultivos ejerce un desafío central a nivel habitacional. No únicamente como un peligro para las comunidades locales, sino como un límite directo de las áreas destinadas a la habitabilidad debido al gran porcentaje de la zona ocupado por parte de monocultivos. Ante ello, organizaciones de recuperación territorial surgen como consecuencia directa de este proceso, como corresponde al caso de la recuperación territorial campesina Mundo Nuevo de Curanilahue.
Por parte del sector forestal se hace hincapié en el rol que desempeñan las acciones de vandalismo y la presencia de condiciones climáticas proclives en la propagación de incendios. Y, a partir de esto, se alude a la inversión en infraestructura y equipamientos destinados a la prevención y combate de los incendios forestales. Dentro de lo cual se considera la presencia de aeronaves destinadas al control de incendios y la creación de “cinturones” o “anillos” de protección destinados a interrumpir el avance de las llamas a través de la eliminación de vegetación o deshechos en zonas claves. En conjunto con la labor de monitoreo por parte de Fuerzas Armadas. Sin embargo, se desconocen los hechos asociados a la ocupación forzada declarada por parte de las comunidades de la zona. En su lugar, se alude a la presencia de problemáticas con respecto a la propiedad de los territorios previamente al inicio de actividades de explotación forestal en la zona.
De esta manera, el Estado y las empresas forestales focalizan su discurso en relación a la responsabilidad individual y la criminalización. En desmedro de la consideración del rol de los monocultivos forestales. A lo cual se han sumado casos de colusión por parte de algunas de las empresas destinadas al combate de estos incendios, a través de la generación de focos intencionados por parte de brigadistas.
Ante esto, la postura tomada por parte de los sectores afectados para la mitigación de esta problemática se aborda a través de una serie de medidas. En primer lugar, se alude a la defensa de los marcos legales que regulan la actividad forestal por parte de las empresas. Y, junto a ello, al fortalecimiento integral de los marcos regulatorios que apunten a garantizar que la actividad forestal no afecte negativamente ni comprenda un riesgo para las comunidades y ecosistemas adyacentes. Finalmente, se enfatiza la importancia de la restauración de la flora y fauna nativas de la zona como mecanismo de restauración de los asentamientos hídricos. Estas medidas convergen en la institución de un paradigma que posea como eje central al medio ambiente y las personas por encima de la maximización de la productividad económica. Y que posibilite el desarrollo de una industria forestal compatible con la biodiversidad, la conservación y el desarrollo territorial de las comunidades autóctonas.
Im2. Monocultivo vs Bosque nativo | Fuente: Ojo de Treile & Resumen, 2022.
VULNERABILIDAD URBANA A PARTIR DE UN ANÁLISIS SISTÉMICO: EL CASO DE LA UNIDAD HABITACIONAL AMALUCAN, PUEBLA, MÉXICO
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Revista Planeo Nº53| Escasez hídrica y comunidades | Septiembre 2022
Por: Sergio Luis García Jaramillo; Profesor investigador, Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México.
Norma Leticia Ramírez Rosete; Profesora investigadora, Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México]
Recibido en agosto del 2022, publicado el 18 de marzo de 2024.
DOI: 10.7764/plan.053.122
Resumen
La vulnerabilidad urbana es un concepto que se refiere a las condiciones de vida en las ciudades que no son propiamente identificadas como marginación o pobreza, pero que afectan a un gran número de personas que habitan, por ejemplo, unidades habitacionales en México. Por ende, este trabajo introduce el concepto de vulnerabilidad urbana y su construcción teórica desde una perspectiva sistémica, identificando los componentes o dimensiones del sistema, así como sus riesgos y mecanismos de adaptación para comprender la interacción entre el espacio y la sociedad en la unidad habitacional Amalucan. Para ello, se propone un análisis cualitativo y cuantitativo que identifique variables relacionadas con las dimensiones que componen la vulnerabilidad urbana dentro de la unidad habitacional: vulnerabilidad sociodemográfica, socioeconómica, residencial y subjetiva. Se utilizarán datos obtenidos de los censos poblacionales realizados por INEGI en las primeras décadas del siglo XXI, además de visitas de campo y entrevistas a los habitantes. Asimismo, se analizarán posibles riesgos (sociodemográficos y socioeconómicos) como parte del estudio sistémico de la vulnerabilidad.
Palabras clave: vulnerabilidad urbana, vulnerabilidad socioeconómica, análisis territorial.
Abstract
Urban vulnerability is a concept that pertains to living conditions in cities which are not specifically identified as marginalization or poverty but affect a significant number of people residing in, for instance, housing units in Mexico. Therefore, this paper introduces the concept of urban vulnerability and its theoretical construction from a systemic perspective, identifying the components or dimensions of the system, as well as its risks and adaptation mechanisms to understand the interaction between space and society in the Amalucan housing unit. To achieve this, a qualitative and quantitative analysis is proposed, identifying variables aligning with the dimensions composing urban vulnerability within the housing unit: sociodemographic, socioeconomic, residential, and subjective vulnerability, using data obtained from population censuses conducted by INEGI in the early decades of the 21st century, alongside field visits and interviews with residents. Additionally, potential risks (sociodemographic and socioeconomic) are analyzed as part of the systemic study of vulnerability.
Keywords: Urban vulnerability, socioeconomic vulnerability, territorial analysis.
Cartografías colectivas por el Derecho a la ciudad
VerCartografías colectivas por el Derecho a la ciudad
Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
Por: Magdalena Moreno [geógrafa, académica, Esp. Prof. UNTREF (Universidad de Tres de Febrero), Provincia de Buenos Aires, Argentina. Email: magdalena.moreno@uab.cat]
Resumen
El texto recoge la experiencia de dos talleres de cartografía colectiva llevados a cabo en la Provincia de Buenos Aires, Argentina El primer taller fue organizado en el marco del curso bimodal titulado “Ciudades para todas y todos: construir espacios urbanos inclusivos”, que se desarrolló en la ciudad de La Plata y fue convocado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La segunda experiencia se enmarca dentro del Seminario “Geografía y género” del Departamento de Geografía de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), también ubicada en la Provincia de Buenos Aires.
Para ambos casos se comenzó presentando posibles modos de abordar los espacios urbanos desde las sexualidades a través del análisis de casos en los que se vulneraba el derecho a la ciudad por motivos de clase social, de identidad de género, de orientación sexual, de discapacidad, entre otros. Esta actividad se realizó con el objetivo de ir sensibilizando la mirada sobre el acceso a los servicios urbanos, así como las características del sujeto para el cual está pensado la ciudad.
Palabras claves: geografía feminista; derecho a la ciudad; cartografía colectiva
Introducción
“Un Mapamundi que no incluye utopía,
no vale la pena mirarlo siquiera” (Oscar Wilde)
Este escrito presenta una reflexión acerca de dos talleres de cartografía colectiva llevados a cabo en la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Ambos se organizaron en torno a la enseñanza del concepto de “derecho a la ciudad” desde la perspectiva de las Geografías de género y de las sexualidades. Este campo de la ciencia geográfica viene desarrollándose desde la década de 1970 en países de habla anglosajona y desde 1980 en países hispanohablantes. La propuesta central de estas geografías es considerar las relaciones de género en los análisis espaciales y territoriales. Es decir, se buscan explicar los fenómenos geográficos desde una perspectiva que incluya al sistema de sexo-género como una variable analítica fundamental. Además, a partir de la incorporación de los aportes de la interseccionalidad, las Geografías de género y de las sexualidades han complejizado su perspectiva integrando nuevas variables que permiten explicar las realidades espaciales y territoriales de los diferentes actores sociales involucrados en los conflictos estudiados.
Para las dos experiencias se ha propuesto la concepción del espacio geográfico de Doreen Massey (2011), quien lo conceptualiza como un producto de las interrelaciones sociales, una posibilidad para la existencia de la multiplicidad, la heterogeneidad y la pluralidad. El espacio, al entenderse como constituido por las relaciones sociales, no es un producto acabado, sino que siempre está haciéndose por los actores que componen a la sociedad.
Por su parte, estudiar los espacios urbanos es un proceso que puede desarrollarse a través de enfocar el análisis en diferentes aristas como pueden ser los simbolismos de género en las ciudades; los imaginarios urbanos que las sociedades construyen sobre cada lugar de la ciudad a partir de las vivencias que han tenido en esos espacios; o los actos de resistencias y estrategias colectivas de ocupación y transformación de las ciudades (por ejemplo, las masivas manifestaciones que se han vivido en diferentes partes del mundo, pero mayoritariamente en América Latina, para reclamar la sanción de leyes que garanticen derechos vinculados a los movimientos feministas y de disidencia sexual).
Método
Desde estas perspectivas se han desarrollado dos encuentros de elaboración de cartografías colectivas para visibilizar las diversas reivindicaciones que puede contener el concepto de “derecho a la ciudad”. La elección de la metodología se fundamenta en la posibilidad de crear un espacio de diálogo sobre las vivencias espaciales cotidianas que experimentan las personas que participaron de los talleres. Además, “la construcción de un mapa constituye una manera de elaborar relatos colectivos en torno a lo común, monta una plataforma que visibiliza ciertos encuentros y consensos sin aplanar las diversidades, pues también quedan plasmada.” (Iconoclasistas, 2013: 8).
El primer taller fue organizado en el marco del curso bimodal titulado “Ciudades para todas y todos: construir espacios urbanos inclusivos”, que se desarrolló en la ciudad de La Plata y fue convocado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La segunda experiencia se enmarca dentro del Seminario “Geografía y género” del Departamento de Geografía de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), también ubicada en la Provincia de Buenos Aires.
Para ambos casos se comenzó presentando posibles modos de abordar los espacios urbanos desde las sexualidades a través del análisis de casos en los que se vulneraba el derecho a la ciudad por motivos de clase social, de identidad de género, de orientación sexual, de discapacidad, entre otros. Esta actividad se realizó con el objetivo de ir sensibilizando la mirada sobre el acceso a los servicios urbanos, así como las características del sujeto para el cual está pensado la ciudad. A continuación, se han mostrado algunas cartografías tradicionales y otras innovadoras para inspirar la creatividad al realizar la cartografía colectiva. En el taller brindado de manera bimodal se trabajó con una plataforma virtual que permitió recuperar las ideas de las personas participantes acerca de qué compone al espacio urbano (imagen 1).
Imagen 1: nube de palabras sobre el espacio urbano según habitantes de La Plata / Elaborado por la autora.
Al momento de elaborar la cartografía colectiva, se brindaron consignas amplias que permitieran la libertad de elección del contenido del mapa y de los materiales a utilizar. Se preguntó acerca de los recorridos cotidianos que cada apersona hacía por la ciudad y se pidió que se reconocieran los motivos de esos recorridos, los obstáculos y sus posibles soluciones, las personas con las que se cruzaban, los lugares de disfrute y los sentimientos que les generaban.
Desarrollo
El grupo de la ciudad de La Plata ha elaborado una cartografía colectiva que se centró en identificar los diversos inconvenientes con los que se encontraba cotidianamente ya sea por la dificultad en el acceso para personas con visibilidad reducida, por zonas que percibían como inseguras para transitar por la noche o por la insuficiente frecuencia del transporte público. Es interesante recuperar que el grupo pudo identificar con facilidad los diferentes obstáculos que encuentran en la ciudad (señalizados en el mapa con diferentes texturas), pero no identificó los lugares de placer o recreación del espacio urbano como pueden ser las plazas, que sí habían sido mencionadas en el ejercicio anterior. Es decir, el derecho a la ciudad para este grupo se evidenciaba en la intención de poder modificar las situaciones de malestar a través de la intervención colectiva y de la reivindicación de una ciudad para todas y todos.
Imagen 2: cartografía colectiva elaboradora por un grupo de habitantes de La Plata / Elaboradora por un grupo de habitantes de La Plata
Por su parte, el grupo de la UNTREF decidió cartografiar la sede la facultad en la que estudian Geografía y sus alrededores. En este caso también utilizaron diferentes texturas para marcar los obstáculos (como son las vías del tren señalizadas por una línea negra de la parte superior de la imagen 3) y los espacios de placer (las dos sedes de la universidad marcados con algodón blanco). La reflexión colectiva de este grupo y la elaboración de la cartografía permitió la identificación de sensaciones compartidas que antes no habían sido percibidas como comunes: el apuro por llegar a horario a las clases de la universidad (marcado por un reloj) y los sentimientos de placer y aprendizaje dentro de la misma. Además, el diálogo posterior a la realización de la cartografía logró que las personas que la hicieron pudieran reconocer la posibilidad de accionar colectivamente para modificar aquello que les impedía sentir como propia a la ciudad.
Imagen 3: cartografía colectiva elaboradora por estudiantes de Geografía de la UNTREF / Elaboradora por estudiantes de Geografía de la UNTREF
Conclusiones – cierre
Por una cuestión de espacio no se han podido recuperar todos los debates que se han generado a partir de estas dos experiencias. Sin embargo y a modo de cierre, interesa destacar que el proceso colectivo de construcción de cada cartografía ha permitido evidenciar la capacidad de toma de decisión sobre los espacios urbanos cotidianos. Esto ha posibilitado vivenciar la potencia del derecho a la ciudad para proponer, diseñar y producir espacios plurales para todas las personas, con sus multiplicidades.
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Bibliografía
Butler, J. (1990). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona, España: Paidós.
Crenshaw, K. W. (1991) Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color. Stanford Law Review, 43 (6), pp. 1.241-1.299. Traducido por: Raquel (Lucas) Platero y Javier Sáez
de Craene, V. (2017) Geographies of sexualities: bodies, spatial encounters and emotions. Division of Geography and Tourism, Department of Earth and Environmental Sciences, University of Leuven, Celestijnenlaan 200E bus 2409, 3001 Leuven, Belgium.
Massey, Doreen (2011) For Space. Los Angeles: SAGE.
Grandes centros comerciales en núcleos patrimoniales | “Los grandes centros comerciales y el porvenir de nuestras ciudades (2022)”
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Pedro Bannen Lanata. Arquitecto. Doctor en Urbanística, UGR. Profesor Titular FADEU UC.]
Libro: Los grandes centros comerciales y el porvenir de nuestras ciudades.
Autor: José Luis Gómez, David Cabrera, Luis Moya, Fernando Osuna, José María González.
Año: 2022
Páginas: 160.
Im1. Portada del libro | Fuente: Editorial Universidad de Granada.
Resumen. La experiencia urbana de implantación de un gran centro comercial en el casco urbano de la ciudad de Granada se constituye en oportunidad de debate y reflexión de que implica la instalación de estos cuerpos edificados de gran escala y programa para el funcionamiento de la urbe y los comportamientos de sus ciudadanos. Una secuencia de ensayos breves y registros de imágenes que pone en evidencia los efectos de estas instalaciones del consumo inserta en un núcleo patrimonial. Una mirada que recoge visiones sobre el pasado, presente y posibles futuros, tanto de la propia ciudad como del nuevo cuerpo edificado anexado.
Palabras Clave. Granada, Centros comerciales, Impactos urbanos.
Introducción
En oportunidades la realidad compleja y siempre pronta a escabullirse se puede ver atrapada por la clara y limpia forma de un procedimiento de laboratorio. El libro en cuestión condensa en 160 páginas un hecho urbano recurrente en tantas ciudades del planeta y en tantas expresiones de la globalización y la sociedad de consumo como probablemente nunca se ha dado con tal nitidez y crudeza, tanto el fenómeno expuesto como el discurso que lo pone en evidencia.
Un cuerpo de cuatro académicos y un fotógrafo plasman en una serie de textos breves y una serie fotográfica la experiencia de la implantación de un gran centro comercial en el casco urbano de la ciudad de Granada. Uno de aquellos recurrentes artefactos símbolo de un modelo económico y de sociedad expandido por todo el mundo irrumpe en la realidad urbana de una ciudad que, en su tamaño, su configuración y su implantación protege y da testimonio de lo esencial de un cuerpo urbano rico y complejo a pesar de su pequeña escala en el despliegue de las grandes conurbaciones metropolitanas o los grandes polos de atracción del turismo masivo mundial.
Un texto que, a la manera de una disección anatómica sobre el espacio y el tiempo de Granada, dan cuenta de la gestación e implantación de un cuerpo extraño que la viene a poner a prueba, a contaminar, a riesgo de desfigurar. Desde el primer momento en el prólogo, los autores declaran su abierta preocupación y oposición hacia la llegada de este cuerpo extraño al lugar. Luego, paso a paso, irán uno tras otro asumiendo y engrosando los argumentos que el tiempo ha depositado en la ciudad de Granada para demostrar que la iniciativa del nuevo equipamiento nace equivocada, mal concebida y peor implementada en su ejecución definitiva.
Ensayos de la ciudad y los centros comerciales
José Luis Gómez-Ordóñez en un ensayo breve pero contundente acopia los mejores argumentos de la expresión más trascendental de la condición urbana de la ciudad granadina existente, desde su propio origen hasta la cristalización en su realidad de algunas de las mejores expresiones de lo urbano lenta y trabajosamente acopiado por la cultura occidental europea en el conjunto de sus variados núcleos y exquisitas esencias urbanas totales.
David Cabrera Manzano se interna en un preciso análisis de las condiciones que proyecto y ciudad ponen en juego al momento de concebirse la propuesta del nuevo centro comercial, el que sin duda estuvo más incitado por la inversión y la ambición económica que por su posible impacto urbano. Los argumentos expuestos irán dando cuenta de esa renuncia magnífica que traerá como consecuencia el resultado obtenido y constituido hoy en día como nueva realidad.
Luis Moya González, en el texto más breve, concentra su argumento cual punción sobre el cuerpo extraño en la escala y localidad de los cuerpos de los centros comerciales. Unos programas y unas localizaciones que desbaratan el orden urbano urdido por siglos para con su aparición poner a dura y arriesgada prueba todo lo ocurrido con anterioridad en las ciudades afectadas.
Nuevamente Gómez-Ordóñez, en otro ensayo medido gira la mirada hacia el tiempo futuro, delineando horizontes posibles para dar sentido y lugar en el buen discurso de la historia urbana de Granada al nuevo cuerpo recientemente incorporado. De la mano de expresiones como la destrucción creativa hasta la desamortización ambiental, se da paso a la voluntad proyectual de definir y declarar la oportunidad abierta de creación de una nueva puerta para la ciudad.
Fernando Osuna Pérez levanta la vista del caso en estudio y sale a explorar experiencias en el mundo y en numerosas ciudades donde los cuerpos de los grandes centros comerciales ya van dando señales no sólo de envejecimiento sino de evidente deterioro y colapso. Tomas de posición y estrategias necesarias para asumir la nueva etapa se hacen tan necesarias como urgentes.
José María González López en lo que titula Serie Fotográfica, captura en una secuencia de imágenes sensibles y cargadas de contenido un discurso que se deja tanto atrapar por el encanto abrasador de la sociedad de consumo en las expresiones del centro comercial como por la delicada realidad patrimonial, viva y vigente, de las calles y plazas, sombras y reflejos del centro de la ciudad histórica. De alguna forma nos coloca en ese difícil trance de elegir, que tan bien atrapa Italo Calvino en su relato de Maurilia (en Las ciudades invisibles) cuando el visitante de la ciudad se ve conminado a escoger, entre la ciudad que tiene delante o la capturada en las viejas postales que le presentan.
El trabajo del cuerpo de autores del texto da cuenta de una crónica que se inicia mucho antes de la aparición del nuevo cuerpo edificado. Ellos participan directamente en etapas de desarrollo del proyecto dando visiones y advertencias de su futuro impacto, en instancias judiciales que tensionan el proceso de implementación y cuestionan la aplicación normativa del mismo, en instancias académicas donde se debate el sentido y la oportunidad de un proyecto de esa escala y su gravitación sobre el comportamiento general del cuerpo de la ciudad como totalidad.
Conclusión
El libro se constituye en una bitácora que recoge y sintetiza un proceso urbano repetido y reiterado en múltiples ciudades con resultados diferentes, con percepciones diferentes, con impactos diferentes pero todos unidos en esa sensación incómoda y amarga de una oportunidad pérdida para cada una de aquellas ciudades de hacer algo mejor, que en cambio han debido acoger estos cuerpos extraños en el transcurso de las últimas décadas. Una ciudad como Granada rica en su patrimonio urbano acumulado por siglos y un cuerpo de personas atentas, reflexivas y actuantes ante el proceso desencadenado en su realidad cotidiana, queda plasmado en este registro breve pero intenso, que captura pasado, presente y futuro en una mirada integradora que da aire y esperanza a los convulsos y confusos momentos que viven nuestras propias ciudades en tan distintas latitudes y derroteros históricos y culturales.
El libro se constituye en un hecho político en el sentido más primigenio y original del término, es decir, un libro que da cuenta de la preocupación y ocupación de velar por el buen gobierno de la ciudad, en manos de sus propios habitantes.
Entrevista a Miguel Almeyda: "Frente a la situación de pobreza que enfrentamos, nos organizamos con el fin de resolver nuestras carencias, donde cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones"
VerEntrevista a Miguel Almeyda: "Frente a la situación de pobreza que enfrentamos, nos organizamos con el fin de resolver nuestras carencias, donde cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones"
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Gianfranco Borjas Cordero: Arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en Lima – Perú. Cursando el Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile
[Retatro] Miguel Almeyda Morales. Fotografía de Rafael Virhuez.
Miguel Almeyda Morales es actor, director, dramaturgo, escritor y docente, formado en la Escuela de Teatro y la Facultad de educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Ha trabajado con importantes grupos de artes escénicas como: Yuyachkani, Vichama, CIJAC, Teatre Parminou de Quebec, Odin teatret de Dinamarca y el elenco de la PUCP. Colaboró con el área social del Cirque du Soleil, en Montreal, Canadá. Ha sido miembro de la UNEQ, Unión de Escritores de Quebec, Canadá.
Creador del método MAO (Motivación Activa Orgánica) Enseña teatro para el desarrollo humano a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en varias ciudades del país. Actualmente es director de la Escuela Itinerante de Teatro y participa en CIJAC, Casa infantil Juvenil de Arte y Cultura de Villa el Salvador como director creativo.
Ha publicado dieciocho libros en español y dos en francés: obras de teatro, cuentos, metodología, poemas, novelas sociales y policiales. Su literatura tiene como móvil las injusticias sociales del Perú, el racismo, la violencia política, la pobreza y la desesperanza de vivir en un estado continuo de crisis, donde los pobres son los mas afectados.
«Uno de los fenómenos presentes en la formación de Villa El Salvador, es la interculturalidad, generado por la presencia de personas provenientes de distintas partes del país, esto hizo que la situación de pobreza que enfrentamos, nos organice con el fin de resolver nuestras carencias, cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones.»
Palabras clave: Villa, Salvador, pueblo, joven, interculturalidad, identidad, organización, demanda.
PLANEO (P): Habiendo formado parte de la creación de Villa El Salvador y conocer de cerca su demanda social por el derecho a la vivienda ¿Podrías contarnos el contexto en que se gestó este movimiento social y su importancia para la historia del Perú?
Miguel Almeyda: Consideró que es necesario entender el contexto en el que se dio el origen de Villa El Salvador, en su primer momento llamado pueblo joven, nombre característico de los asentamientos informales que aparecían en Lima. Matos Mara menciona la historia de migración del interior del país hacia Lima, entre los años 50 ‘s y 60’ s, en gran parte por la centralización de los bienes, servicios, instituciones políticas, empleabilidad y la cultura que se encontraba en Lima. Por otro lado, a finales del año 1970 el gran terremoto en Huaraz ocasionó muchas pérdidas de vidas y materiales, en este contexto se agudiza el fenómeno de migración hacia la capital.
Durante ese momento el Centro de Lima se encontraba tugurizado, habían muchas familias ocupando los cerros de San Cosme en el distrito de El Agustino, en general Lima afrontaba un déficit habitacional que se agudizaba y que generaba más informalidad. En el año 1968 se da el golpe militar por el General Velazco Alvarado, un momento histórico para el Perú ya que se instaura en el estado un sentido político nacionalista, en busqueda de construir una nueva nación con ideas afines a las políticas yugoslavas y cubanas. Considero que en ese momento nace un nuevo movimiento político de izquierda, que desarrolla y ejecuta políticas con el fin de reformar la manera en que el estado había venido administrando las actividades de agricultura, educación, acceso a la vivienda y otras demandas sociales.
En ese momento, mi familia y yo vivíamos en una casa de madera, muy pequeña y precaria, construida en la azotea de una vivienda en el distrito de Jesus María, por esto nos encontrábamos en búsqueda de una vivienda digna. En el año 1971, se dio una reunión entre traficantes de terreno y las asociaciones de personas en búsqueda de vivienda, yo pude conversar con Epifanio Perez Llarasca, él era un organizador de la asociación de personas en búsqueda de vivienda y tenían un objetivo, tomar posesión de terrenos que pertenecían al estado para ocuparlos como residencia. En este caso se tomaron terrenos frente a la urbanización de Monterrico, cerca a la universidad Ricardo Palma.
En ese conflicto, se genera una lucha por retirar a las personas que tomaron estos terrenos y se da la muerte de Edilberto Ramos. A partir de esa muerte cambia la actitud del gobierno frente a nuestras demandas y se detienen los intentos por retirarnos. La iglesia católica y sus representantes, muestran apoyo por la muerte de este joven y realizan actividades litúrgicas en apoyo a la familias y personas cercanas por la pérdida de Edilberto. Creo que este acto simbólico de reunión entre la sociedad civil y la iglesia, hizo que el gobierno del General Alvarado muestre interés en nuestras demandas, como personas en búsqueda de vivienda. Así el gobierno crea el plan de traslado de estas personas hacia el desierto de Lurín, lugar que posteriormente se conforma como Villa El Salvador.
P: Mencionas el derecho a la vivienda como la principal demanda y motivo de lucha de la comunidad de Villa El Salvador, ¿Cómo se resuelve esta demanda social en los primeros años habitando esta comunidad?
Como toda América Latina, para los peruanos, el derecho a la vivienda siempre estuvo relacionado con la necesidad de una vivienda digna, ordenada, segura y con servicios básicos. Frente a esto, el proyecto de reubicación del gobierno, consistió en entregar lotes habitacionales de 160 m2, con un sistema de planificación que organizaba las manzanas con 24 lotes y cada 16 manzanas conformaban un grupo residencial; además, el equipamiento para cada grupo residencial consiste en: un local comunal, un local para niños y espacios deportivos como canchas de fútbol. Este modelo de planificación tuvo mucho reconocimiento e interés por más personas que se encontraban en búsqueda de vivienda, haciendo que la comunidad crezca rápidamente, expandiéndose y repitiendo el modelo de organización inicial.
Inicialmente Villa el Salvador no contaba con agua potable, servicios de transporte público, infraestructura vial y seguridad ciudadana, pasaron 5 años antes de contar con estos servicios. En un segundo momento, viene el tema de la organización comunitaria; Villa El Salvador alberga personas de distintas partes del país y mucha diversidad cultural, sobre eso se sostuvo el Sistema de Modelo de Organización Social, buscando la representatividad de los habitantes, eligiendo secretarios por manzanas para representar necesidades sobre temas como el deporte, cultura y seguridad. Esto les permitía organizarse con otras manzanas y así en escalas más grandes, esta organización desde la autogestión mejoraba la resolución de conflictos que afectan a toda la comunidad.
Este modelo de ciudad y organización social se volvió la perla del gobierno de Velazco Alvarado, siendo el primer asentamiento de gran escala y con proyección en el sur de Lima, así fue hasta el año 1975 donde ingresó a la presidencia Morales Bermudes y sus intereses respecto a Villa El Salvador cambiaron.
Lamentablemente a la fecha no existe una política de vivienda verdadera y los intentos que los gobiernos han ejecutado, poco o nada representan frente al déficit habitacional nacional, menos aún en calidad sobre la ciudad que habitamos.
P: ¿En qué crees que radica el éxito de la planificación de Villa El Salvador durante esos primeros años?
«Creo que el arte y la cultura han sido elementos unificadores en Villa El Salvador, el proyecto de una ciudad con una planificación de carácter socialista, hizo que se formen líderes y discusión en torno a la utopía del socialismo»
Uno de los fenómenos presentes en la formación de Villa El Salvador, es la interculturalidad, generado por la presencia de personas provenientes de distintas partes del país, haciendo que debido a la situación de pobreza que enfrentamos, nos organizamos con el fin de resolver nuestras carencias, donde cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones. Creo que, a diferencia de los guetos en Lima que delimitan los territorios, en Villa el Salvador las personas aportan su riqueza cultural y la intercambian; por ejemplo: se heredó la minka y la reciprocidad, herencia de la cultura andina, gracias a esto se pudieron establecer jornadas para que los vecinos participen en la construcción de espacios comunales o ayudando en la construcción de otras viviendas. Creo que en la historia de formación de Villa El Salvador, todos pusimos nuestra cultura al servicio colectivo, en contraste con lo que pasa ahora con las manifestaciones de las comunidades del sur del país que vienen a Lima y no reciben apoyo.
En el año de 1983 lo que era un barrio popular, un pueblo joven, se convirtió en un distrito, el gobierno reconoce que por su tamaño y población requiere ser convertido en distrito y aunque el primer alcalde es de una postura política de izquierda, la organización comunal pierde fuerza con la aparición del municipio como ente regulador y administrador del distrito. Por otro lado, el ingreso del grupo terrorista Sendero Luminoso en el año 1983 penetra las sociedades y organizaciones comunitarias para poder ganar su guerra. Esos dos aspectos cambian la organización comunitaria y participación activa de los habitantes, sin embargo, se mantienen movimientos y espacios culturales para el arte.
P: Mencionas a la “interculturalidad” como una de las características importantes en la historia de creación de Villa El Salvador, desde tu rol de artista ¿Crees que los artistas y su arte son una forma de preservar esa historia?
Creo que el arte y la cultura han sido elementos unificadores en Villa El Salvador, el proyecto de una ciudad con una planificación de carácter socialista, hizo que se formen líderes y discusión en torno a la utopía del socialismo, ahí se gestaron grupos de personas que apoyaban la lucha contra la dictadura del presidente Morales Bermudez, recuerdo mucha educación en torno a la política y las revoluciones del mundo. En ese contexto iniciamos creando música de protesta contra la dictadura y en el año 1983 se crea el primer grupo profesional de teatro de Villa El Salvador, como parte del Centro de Comunicación Popular. En el año 1985 se estrena la primera obra de la historia del nacimiento de Villa El Salvador, “Diálogo entre zorros”, marcado por una historia política sobre el socialismo, esta obra hace 700 funciones en todo el país.
Considero que el origen de este lugar, bajo la utopía del socialismo, nos dio a todos y todas una identidad de lucha y activismo social, destacando el rol de la mujeres, de los niños y los jóvenes. A pesar de, las derrotas políticas de los grupos de izquierda en democracia, los grupos culturales se mantuvieron vigentes al no estar politizados y por no pretender tomar el poder del gobierno, sus objetivos eran generar memoria, generar espacios de reflexión y sentimiento de ciudadanía, esos objetivos se mantienen aún en el presente y dan lugar a la formación de nuevos grupos de teatro, como una acción en cadena de experiencias en torno al canto, danza y música. Villa ha tenido ese fenómeno sobre la cultura que ha generado liderazgo, ahora muchos de los líderes que iniciaron en la cultura, son líderes en otras áreas importante para la organización y planificación de la ciudad, ellos vienen ejerciendo cargos políticos y de representatividad de los ciudadanos, creo que el fenómeno cultural ha generado un fin también político.
Yo decidí estudiar teatro en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica del Perú, al finalizar mis estudios volví al barrio y formé un grupo de teatro con jóvenes, los cuales ahora han dado origen a otros grupos de teatro, como un efecto en cadena. Creo que los artistas deben conservar la memoria de las comunidades, a partir de la danza, la música, los murales y todos los productos culturales. Frente a esto creo que los artistas de Villa vienen haciendo todo por conservar su historia, memoria e identidad, pero también imaginando el futuro de Villa El Salvador.
P: ¿Crees que la historia y tus vivencias en Villa El Salvador han determinado parte de tu identidad?
Para mi la experiencia de haber crecido aquí me dio 3 cosas: 1) memoria, ser parte de la historia me ha brindando una memoria imborrable sobre la comunidad; 2) identidad, yo jamás he dicho: “soy de Lima”, siempre he dicho que soy de Villa el Salvador, para mi Lima es una ciudad que está a 20 km de Villa, esa identidad está relacionado con las formas de solidaridad de cómo se organiza y entiendo la ciudad, con los comedores populares, organizaciones de jóvenes trabajadores, de artistas comunitarios o con la parroquia, siempre he estado en algún nivel de organización comunitaria, eso me ha permitido creer en la democracia de la organización comunal; 3) solidaridad, para mi es un tema de supervivencia, la solidaridad de lo que no tengo, por eso debo organizarme con los demás para ver qué es lo que me falta, para mi la solidaridad es un modelo de, sin ningún principio cristiano, simplemente creo que si alguien no tiene, se debe compartir y yo soy solidario perse; 4) ciudadanía, cuando tienes un proyecto colectivo con miras de una ciudad justa para todos, creo que la ciudadanía resuelve los derechos y también las responsabilidades.
P: Hacia dónde crees que va el futuro de Villa El Salvador ¿Cuáles crees que son las nuevas demandas sociales?
Tenemos muchas tareas ahora, la recuperación de la historia de la comunidad, una nueva propuesta política, la economía solidaria, la ecología, la creación de huertos comunitarios y el tema de recuperar nuestra participación política en el Perú, considerando que, actualmente las personas no creen en la representatividad de la política.
Yo he escrito una trilogia de libros que hablan de Villa El Salvador, del asesinato de Maria Elena Moyano por el terrorismo, temas muy duros hasta hoy sobre el conflicto armado interno y creo que han servido para recuperar y preservar nuestra identidad. Ahora otra vez estoy escribiendo obras de teatro sobre el barrio y mi experiencia de cómo me hacía sentir, esperando las nuevas generaciones puedan leerlas, interpretarlas y volver a vivir la historia. Tenemos a un cineasta que ha recuperado testimonios de líderes que participaron en la formación del barrio. Una de las cosas más importantes que Villa ha dejado en sus habitantes, es la memoria sobre su historia y los artistas nos hemos ocupado de conservar y preservar.
Actualmente, aún hay jóvenes que reconocen la historia de Villa y buscan preservarla, de igual manera los líderes comunitarios, escritores, grupos musicales y artistas plásticos, todos ellos son importantes porque la memoria de la ciudad se mantiene viva y se renueva con las nuevas generaciones, ahora tenemos chicos con los que he trabajado y que se están formando en carreras profesionales relacionadas al arte, la sociología, la antropología y comunicaciones. Confío firmemente que esas nuevas generaciones van a mantener la memoria de esta ciudad que apareció en un desierto y que siempre estuvo ligada a la organización social y comunitaria.
Resistencia y lucha en la Población La Victoria: Explorando la dinámica social durante la dictadura militar en Chile | Cabros de Mierda (2017)
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Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Juan Jara Ortega: Sociólogo, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile]
Resumen:
La película chilena «Cabros de mierda» (2017) de Gonzalo Justiniano cuenta la historia de Samuel Thompson, un joven misionero estadounidense que llega a la casa de Gladys en la Población La Victoria de Santiago en 1983, durante la dictadura de Pinochet. La película explora temas como la resistencia colectiva, la desconfianza y la lucha por sobrevivir en un entorno represivo. La película sugiere que la resistencia colectiva es posible incluso en las circunstancias más difíciles. Los residentes de La Victoria, a pesar de las adversidades, encontraron formas de unirse en su lucha contra la dictadura.
Palabras clave: Población La Victoria, Dictadura Militar, Confianza
Introducción
“Cabros de mierda” es una película chilena del director Gonzalo Justiniano que se estrenó durante el año 2017. El filme se desarrolla durante la dictadura militar de Pinochet en el año 1983, donde un misionero estadounidense llamado Samuel Thompson llega a la Población La Victoria, un barrio popular de Santiago.
Samuel experimenta el choque cultural de convivir con una familia chilena liderada por Gladys, mientras intenta llevar la palabra de dios a la comunidad. En el barrio se encuentra con la dura realidad de la marginalidad y la represión, donde se exploran temas como la lucha colectiva por liberarse del régimen dictatorial y la desconfianza en el espacio público. A medida avanza la historia, se muestra la resistencia y la lucha de algunas personas contra la dictadura, a través de pinturas en las calles con consignas políticas en contra del régimen. En este contexto se hace presente la represión ejercida por la CNI y los militares, la aparición en las calles de personajes sospechosos para los protagonistas y situaciones de persecución.
La película retrata la vida cotidiana en un barrio marginal de Chile durante un periodo oscuro de la historia del país. A través de los ojos de Samuel y la interacción con la familia de Gladys, se exploran las dificultades, el miedo y la esperanza de las personas que vivían bajo la opresión de la dictadura. “Cabros de mierda” es un retrato íntimo y conmovedor de la lucha colectiva y la resistencia.
Contexto histórico
La toma La Victoria, surge desde la migración campo-ciudad en Santiago, donde la promesa de la industrialización les dio la esperanza de tener una vida mejor. Llegaron a la ciudad y se encontraron con desempleo y una crisis de vivienda sin precedentes en la historia de este país, razón por la que decidieron crear un asentamiento informal en la chacra La Feria durante el año 1957, como una solución a los problemas habitacionales que vivían. Aquí surgió el primer movimiento de pobladores en Chile que luchaban por obtener una casa propia, propósito que lograron (medianamente) cuando les otorgaron los títulos de propiedad en el año 1965 de los terrenos que se habían tomado. Los pobladores decidieron distribuir los terrenos a la mayor cantidad de familias posibles, por lo que el espacio público se vio disminuido.
La llegada de la dictadura de Pinochet en el año 1973 afectó profundamente en el movimiento de pobladores. Las fuerzas militares concentraron su represión en La Victoria, dando muerte y desaparición a dirigentes, haciendo detenciones masivas, invasión a la propiedad privada, entre otros crímenes contra los derechos humanos. Esto provocó que el movimiento se desarticulara, debido a que las personas preferían buscar soluciones individuales en lugar de colectivas. Fue recién a principios de la década de los 80, donde el descontento por la represión de los habitantes del sector generó algunos puntos de resistencia (Cortés, 2014).
Un vistazo dentro de “Cabros de Mierda”
El filme muestra la configuración espacial de la población La Victoria durante la dictadura, como un lugar que se caracterizaba por una serie de particularidades que reflejaban las condiciones precarias en las que vivían sus habitantes. El tejido urbano estaba conformado principalmente por casas autoconstruidas, evidenciando la falta de recursos y apoyo del estado en la planificación de la comunidad. Estas viviendas, muchas veces construidas con materiales improvisados, se distribuían en un entorno marcado por la escasez de áreas verdes, la presencia de basurales en las calles y en general, la falta de espacios públicos para la reunión de sus vecinos. Este paisaje urbano reflejaba la informalidad y la marginalidad en la que se encontraban los residentes de La Victoria, quienes se enfrentaban diariamente a condiciones adversas que influían en su calidad de vida y en la configuración de sus relaciones sociales.
En la película se evidencia que las redes personales desempeñan un papel fundamental en la población La Victoria durante la dictadura militar. Las redes personales implican vínculos más cercanos y profundos entre individuos, como familiares y amigos cercanos. Esto significó que el espacio público perdió importancia para las personas de la población, por la falta de espacios comunes y por el contexto represivo en el que se encuentran, lo que induce a la desconfianza en los otros desconocidos (y no tan desconocidos). En la imagen 3 se presenta una escena reveladora que ilustra la desconfianza y la fragilidad de los lazos con los desconocidos en el barrio. Gladys, uno de los personajes principales, recibe una llamada telefónica desde el almacén del barrio alertándole sobre la detención de algunos de sus amigos. Mientras ella habla, el locatario del almacén la observa en silencio, generando en ella una sensación de inseguridad y desconfianza. Esta escena encapsula una dinámica donde la comunicación y las interacciones cotidianas están sometidas a la sospecha y el miedo en un contexto represivo. El acto de recibir una llamada telefónica se convierte en una situación potencialmente peligrosa, donde la presencia de un observador desconocido amenaza la seguridad y la confianza en los lazos sociales existentes.
Por el contrario, se observa que las relaciones familiares, amistosas y las redes vecinales se desarrollan predominantemente en espacios privados, es decir, dentro de las casas de los habitantes del barrio. La intimidad del hogar se convierte en un refugio de lo que está sucediendo afuera, lo que consolida las redes personales y la vivienda como un lugar de encuentro. En la imagen 4 se puede observar la organización de las mujeres en la población La Victoria. Estas mujeres se encontraban reunidas por motivo de las ollas comunes, una iniciativa comunitaria para enfrentar la escasez de alimentos y las difíciles condiciones de vida impuestas por el régimen. En el patio de una casa, se les ve cocinando, compartiendo los recursos disponibles y asegurando la alimentación de sus familiares y vecinos, mientras dentro de la vivienda otro grupo de mujeres se dedicaban al cuidado compartido de sus hijos. Todo esto sucediendo en la clandestinidad. Estas formas de organización reflejan la cooperación y el apoyo mutuo en tiempos de crisis, donde las mujeres encontraron en la unión y la colaboración una forma de resistencia y solidaridad.
Cabros de Mierda también revela la lucha colectiva por recuperar un barrio que les fue arrebatado. Es por ello que Gladys y Samuel, junto con otros vecinos, se organizan para expresar sus ideales y resistir la opresión a través de la pintura de consignas políticas en las paredes del barrio (ver imagen 5). Esta acción no solo representa una manifestación pública, sino que también un intento de reconstruir la comunidad perdida en el barrio, recuperar el sentido de pertenencia y la identidad comunitaria que fueron afectadas por las políticas represivas.
Conclusión
En la película, las limitaciones de la población La Victoria en cuanto a su configuración espacial y el contexto represivo, reforzaron en cierta medida la sensación de marginalidad y dificultaron la construcción de lazos de confianza entre los vecinos. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, la comunidad encontró formas de solidaridad y apoyo mutuo en su lucha contra la dictadura. El constante temor a la represión estatal obliga a los personajes a adaptarse y encontrar formas creativas de resistencia. De este modo, “Cabros de mierda” destaca que la lucha colectiva puede surgir incluso en entornos desfavorables con apoyo de las redes personales en el barrio.
La (des)confianza es parte fundamental para comprender la película. Por un lado, se observa una desconfianza generalizada en el espacio público entre los habitantes de La Victoria, mientras que por otro, se muestra que la comunidad logra construir lazos de confianza entre sus miembros a través de las redes personales, donde generan solidaridad y apoyo mutuo.
Las lecciones que la dictadura ha dejado deben ser aprendidas y recordadas. En este sentido, es crucial preservar la memoria histórica, en la cual películas como «Cabros de mierda» contribuyen a que las futuras generaciones comprendan lo que sucedió en aquel tiempo en la historia de Chile. Solo así, se puede asegurar que esta nunca se repita.
Referencias
Cortés, A. (2014). El movimiento de pobladores chilenos y la población La Victoria: ejemplaridad, movimientos sociales y el derecho a la ciudad. Revista EURE, 40(119), pp. 239-260.
Justiniano, G. (2017). Cabros de Mierda. Sahara Films. Recuperado de: https://ondamedia.cl/show/cabros-de-mierda
Montaje y ciudad en la dictadura uruguaya | Mentiras Armadas (2021)
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Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | Octubre 2023
[Por: Juan Jara Ortega: Sociólogo, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile]
Resumen:
El documental “Mentiras Armadas” se centra en la dictadura uruguaya que comenzó en 1973 y su colaboración con la dictadura argentina en 1976. Ambos regímenes propagaron una retórica antimarxista que generó miedo y represión en la sociedad uruguaya. El documental aborda el caso de 24 uruguayos que fueron secuestrados y torturados en Buenos Aires y Montevideo, y luego obligados a participar en un montaje propagandístico elaborado por los militares para justificar la represión en el país. Este oscuro episodio dejó una profunda huella en la historia uruguaya.
Palabras clave: Montaje, prensa, dictadura uruguaya
Introducción
El 27 de junio de 1973 quedó marcado en la historia de Uruguay como el punto de partida de la dictadura militar de aquel país, un periodo de represión y violencia que se extendió durante 12 años. Este año 2023, al igual que en Chile, ha transcurrido medio siglo desde que ambos países cayeron bajo el yugo de regímenes autoritarios, los cuales hasta entonces habían sido considerados como sociedades con una larga tradición democrática, pero que también tenían problemas de desigualdad y represión política.
En este contexto histórico tan complejo, el documental “Mentiras armadas” se centra en el año 1976, un momento crucial para la dictadura uruguaya. En este periodo se fortaleció considerablemente gracias al apoyo brindado por la incipiente dictadura argentina. Esta colaboración no solo consolidó el régimen uruguayo en términos políticos e institucionales, sino que también influyo de manera significativa en la cultura de la época. Se propagó una retórica que identificaba la subversión y al marxismo como los enemigos públicos de la patria, perpetuando así una atmósfera de miedo y represión que afectó profundamente a la sociedad uruguaya.
Secuestro y tortura
El documental comienza con un crudo relato sobre la relación de la ciudad de Buenos Aires y Uruguay. En las playas del país aparecieron cadáveres humanos sin vida, hinchados por el paso del tiempo. Al principio, se pensó que eran asiáticos procedentes de barcos pesqueros que operaban en la zona, sin embargo, a medida que aparecieron más cuerpos, comenzaron a circular rumores que señalaban a las fuerzas represivas de Buenos Aires como posibles responsables.
Antes del inicio de la dictadura en Argentina en 1976, la resistencia al régimen autoritario uruguayo operaba desde la Ciudad de Buenos Aires. Durante julio de ese mismo año, 24 uruguayos fueron secuestrados por los poderes coercitivos de Argentina y Uruguay, llevados a instalaciones clandestinas en Buenos Aires y torturados cruelmente. Muchos de ellos fueron llevados al borde de la muerte.
En el documental hay testimonios de las víctimas de la dictadura uruguaya, que incluyen descripciones vívidas y detalladas de las torturas que sufrieron. Narran cómo fueron trasladadas a Montevideo a un centro de detención y tortura conocido como “Infierno Chico”. Al llegar, los militares les dijeron que las habían “salvado” de los argentinos, quienes las querían matar, pero no pasó mucho tiempo para que la tortura regresara.
Montaje
Al inicio de la dictadura uruguaya, los medios de comunicación fueron cerrados y la prensa sometida a censura. El objetivo de estas medidas era crear un discurso único, antimarxista y optimista sobre el presente y el futuro del país.
En agosto de 1976, las víctimas fueron trasladadas a las celdas colectivas del Servicio de Información y Defensa (SID) en Montevideo. Allí, los militares las obligaron a participar en un montaje propagandístico cuyo fin era presentar a Uruguay como un país que estaba amenazado por la guerrilla. El montaje consistió en decir que los secuestrados llegaron en barcazas desde Buenos Aires a Río Negro, para reunirse en el “Chalet Susy” y conspirar contra la dictadura. Entonces, mientras estuvieran reunidos, un gran operativo de fuerzas especiales los detendría.
El operativo fue diseñado para que lo viera un gran número de personas. Una vez realizado, se llevó a muchos periodistas en un ómnibus al “Chalet Susy”. Allí, se mostraron las armas que supuestamente habían ocultado bajo la chimenea. Luego, se hizo salir a las víctimas de secuestro una por una para que fueran grabadas por la prensa. Posteriormente, fueron juzgadas por los tribunales y sentenciadas a prisión.
Conclusión
Enrique Rodríguez Larreta, un periodista uruguayo que había sido secuestrado y torturado por la dictadura militar de Uruguay, presentó en 1977 una denuncia que exponía los crímenes y mentiras del régimen, entre ellas, el montaje del “Chalet Susy”.
Con este documental, se puede observar la manera en que las ciudades fueron apropiadas por parte de las fuerzas represivas de Argentina y Uruguay, poniendo su infraestructura al servicio del secuestro, la tortura y el montaje de falsos eventos propagandísticos. A medida que se avanza en la narración de los hechos, es evidente que la colaboración entre las dictaduras argentinas y uruguayas no se limitaron solo a la represión directa, sino que también se extendió al terreno de la manipulación mediática.
La historia que cuenta “Mentiras armadas” es un recordatorio doloroso de cómo los regímenes autoritarios distorsionaron la realidad de las ciudades y de sus habitantes, con el único fin de utilizarla para su beneficio. Es una visión cruda y necesaria de una época marcada por la represión, la violencia y la manipulación, una lección de la historia que nunca se debe olvidar.
Desplazamiento forzado en Colombia: impactos territoriales y (re)producción de desigualdades
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Revista PLANEO N°57 |Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia| octubre 2023
[Por:Javier Eduardo Serrano Besil: Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, magíster en Estudios Sociales Latinoamericanos de la misma universidad e historiador de la Universidad Industrial de Santander. Becario postdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales-UBA]
Resumen:
Un análisis sobre las ciudades colombianas no puede estar exento de una reflexión sobre los impactos territoriales de la violencia. Por un lado, la población urbana creció aceleradamente, en buena medida, como resultado de las migraciones forzadas. Las condiciones dramáticas en las que se realizan estos desplazamientos dificultan el acceso al hábitat. Las periferias crecieron a través de la autoproducción de asentamientos de origen informal. Por otro lado, se observó la autosegregación en espacios fragmentados a pequeña escala. La aparición de los conjuntos residenciales como tipología de vivienda característica de las clases medias en las ciudades colombianas es la imagen visible de la lógica del mercado en la producción inmobiliaria. Estas formas urbanas contradictorias conviven en una ciudad cuarteada en la cual se (re)producen nuevas desigualdades socioespaciales. La transición a la paz y la justicia requiere de reflexiones frente a estos procesos para posibilitar una mejor distribución de la estructura de oportunidades a través de la estructura urbana.
Palabras clave: Desplazamiento forzado, urbanización, violencia
Uno de los fenómenos más devastadores de la violencia en Colombia lo han producido los desplazamientos forzados. En 2016, el país ocupaba el segundo lugar a nivel mundial con aproximadamente seis millones de personas que habían sido obligados a abandonar sus hogares. La incidencia sobre el total se incrementa entre la población indígena y afrodescendiente de las cuales el 10% y el 15% respectivamente han sido expulsadas de sus territorios por el conflicto armado (CNMH, 2020). Estos desplazamientos, a diferencia de las migraciones, se dan en un contexto de urgencia y, por tanto, están exentos del cálculo y la previsión que influyen en la decisión de migrar (Arango, 2003).
Las condiciones dramáticas en las que se da el desplazamiento empobrecen a la población y acentúan sus necesidades habitacionales. Se observan dificultades de inserción en los mercados de trabajo, lo que magnifica la presión sobre las políticas públicas de las ciudades receptoras. Las ciudades intermedias han sido el destino del éxodo rural que generó la violencia en el país. El movimiento inicial es, como consecuencia de la emergencia y el carácter familiar en el que se desarrolla, de corta distancia, hacia ciudades cercanas. Sin embargo, en muchos casos, después de la estabilización se evidencia un movimiento posterior hacia las ciudades capitales de los departamentos o la capital nacional en busca de mejores oportunidades (Torres, 2009). En consecuencia, el crecimiento urbano del país no se concentró solo en Bogotá, Medellín y Cali, pues algunas ciudades intermedias crecieron más rápidamente que los principales centros metropolitanos (Buchnell, 2017, p.419).
La continua llegada de población desplazada y empobrecida por el conflicto armado ha generado dificultades enormes para las ciudades receptoras incapaces de satisfacer, a través de la acción pública, sus necesidades profundizando la (re)producción de desigualdades. La pobreza y la violencia son dos realidades que acompañan el proceso de urbanización en el país (UNFPA, 2008) De tal manera, un análisis del crecimiento urbano y la urbanización en Colombia da cuenta de la relevancia que adquiere la violencia como factor de transformación de las ciudades desde la segunda mitad del siglo XX. Se destacan dos formas en las que este fenómeno ha dejado una huella permanente en el territorio. En primer lugar, el desplazamiento forzado llevó a que gran parte del tejido residencial urbano en la actualidad esté constituido por asentamientos auto producidos de origen informal; y, en segundo lugar, por la presencia de conjuntos cerrados (Torres, 2009).
La población desplazada se localizó principalmente en las periferias de las ciudades mediante la toma de tierras y la autoconstrucción. Estas zonas fueron generando espacios con enormes problemas de calidad. Si bien estas formas de acceso, en las que la lógica de la necesidad se sobrepone o articula a la lógica del mercado son preponderantes en América Latina (Abramo, 2009), en el caso colombiano el fenómeno se recrudece como consecuencia de las décadas de violencia y el carácter forzado y urgente de los movimientos rural-urbanos. En la contracara de este proceso, las clases medias han protagonizado procesos de autosegregación sin trasladarse necesariamente a la periferia a través de otras tipologías de vivienda. La aparición de los conjuntos cerrados como forma de vivienda cercada perimetralmente con seguridad en sus accesos y zonas comunes se ha complementado con el auge de los centros comerciales de grandes superficies (Lulle y Paquette, 2006). Estos rasgos urbanísticos impuestos por la lógica privada producen nuevos espacios que han llevado las formas de consumo y sociabilización hacia adentro de sus límites y, por tanto, alejadas de la inseguridad que representan los espacios públicos.
Como resultado de estas formas particulares y contradictorias de producción del espacio urbano, la traza de las ciudades se ha fragmentado en pequeñas escalas dando lugar a un espacio cuarteado y, al mismo tiempo, muy segregado. Estas características espaciales reproducen, profundizan y generan nuevas desigualdades porque la estructura urbana influye directamente en la distribución de oportunidades. El tipo de hábitat y su localización establecen formas de acceso diferenciado al suelo, los servicios y equipamientos urbanos de uso colectivo. Estos están en relación, además, con las posibilidades de circulación e interacción a través del sistema de transporte urbano (Di Virgilio y Perelman, 2014).
Por lo tanto, uno de los retos significativos de Colombia en la transición a la paz es disminuir las inequidades socioespaciales a través de la integración de sus ciudades posibilitando una equitativa distribución de la estructura de oportunidades. No solo es necesario ejecutar políticas de mejoramiento de las viviendas y barrios, sino buscar la integración de la estructura urbana a través de la inversión en los equipamientos urbanos y la prestación de servicios públicos. Si la ciudad capitalista es una máquina de generar desigualdades (Soja, 2008), la transición hacia la paz en Colombia no puede darse sin la intervención urbana. Esta debe ejecutarse con el objetivo de disminuir, a través de las prácticas territoriales, la (re)producción de las desigualdades sobre las que se sustentan las distintas formas de violencia en el país.
Referencias bibliográficas
Abramo, P (2009). La producción de las ciudades Latinoamericanas: mercado inmobiliario y estructura urbana. OLACCHI.
Arango, J. (2003). La explicación teórica de las migraciones: luz y sombra. Migración y desarrollo, 1: 1-30.
Buchnell, D. (2017). Colombia, una nación a pesar de sí misma. Ariel
Calderón, J. (1998). Los mercados ilegales e informales de tierra urbana en América Latina. Estado de la cuestión. Debates en Sociología, n.° 23-24.
Comisión Nacional de Memoria Histórica, CNMH (2015). Una Nación desplazada. Informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia. CNMH.
Di Virgilio, M. y Perelman, M. (2014). Ciudades latinoamericanas. Desigualdad, segregación y tolerancia. CLACSO.
Lulle, T. y Paquette, C. (2006). Los grandes centros comerciales y la planificación urbana. Un análisis comparativo de dos metrópolis latinoamericanas. Estudios Demográficos y Urbanos, 22(2): 337-361.
Radio Nacional de Colombia (2023). Desplazamiento masivo en Segovia: más de 300 personas víctimas de la violencia. Disponible en: https://www.radionacional.co/actualidad/paz/desplazamiento-en-segovia-crisis-humanitaria-afecta-mas-de-300-personas
Ruiz, N. (2011). El desplazamiento forzado en Colombia: una revisión histórica y demográfica. Estudios demográficos y urbanos, 26(1): 141-177.
Soja, E. (2008). Postmetrópolis. Estudios críticos sobre las ciudades y las regiones. Traficantes de sueños
Torres, C. (2009). Ciudad informal colombiana. Barrios construidos por la gente. UNAL.
UNFPA (2008). Ciudad, espacio y población: el proceso de urbanización en Colombia. Universidad Externado de Colombia, Bogotá.
Repensar la integración local a partir de las estrategias de autogestión comunitaria: las mujeres, sus resistencias y luchas como aporte central
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Revista PLANEO N°57 |Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia| octubre 2023
[Por: Nataly Giraldo: Trabajadora social, especialista en política pública y justicia de género del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y magister en Desarrollo Humano de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Argentina. Docente de cátedra de la Universidad de Antioquia, del pregrado de Ciencia Política]
Resumen:
Las estrategias de autogestión comunitaria, especialmente las construidas con las diferentes formas de resistencia y lucha lideradas por las mujeres, agregan nuevos significados a la categoría de integración local y permiten asociarla a perspectivas como el derecho a la ciudad y a escenarios de transición hacia la paz, problematizando su carácter político y territorial. De esta manera se propone trascender su definición como una solución duradera del desplazamiento forzado, un lugar común de enunciación del marco internacional y nacional de protección de la población desplazada y refugiada, que en las experiencias cotidianas de organización y movilización comunitaria se amplía y redefine permanentemente. En el contexto colombiano, las mujeres han venido siendo el rostro más visible y protagónico en los procesos integración y de paz territorial en los lugares de acogida o recepción. En consecuencia, el objetivo de esta columna es proponer como línea de reflexión la revisión de la categoría de integración local a partir de su asociación con procesos de autogestión comunitaria y de paz territorial, en los que las mujeres, sus formas de resistencia y lucha, representan un aporte central.
Palabras clave: autogestión comunitaria, integración local, paz territorial
Reflexión inicial
En Colombia, las demandas de inclusión de la población que se asienta mayoritariamente en las laderas de los centros urbanos de las ciudades capitales e intermedias como producto de desplazamientos forzados internos y de población proveniente de Venezuela, obligan a repensar la integración local desde otras perspectivas que profundicen en su contenido y alcance político y territorial. Las organizaciones de base comunitaria, y especialmente las mujeres como actor clave, han ensayado y apropiado diferentes experiencias de autogestión y organización comunitaria que enfatizan el sentido político de estos procesos.
De esta manera, con sus experiencias organizativas de memoria, resistencia y planeación participativa territorial agregan nuevos contenidos que trascienden la definición de la integración local como una solución duradera para la población desplazada que, por diferentes razones, no puede retornar a sus lugares de procedencia y para quienes la única alternativa es reconstruir sus proyectos de vida en los lugares de recepción, enfrentando condiciones de vida adversas y diferentes formas de exclusión y discriminación (Bello, 2001). Por esta vía, aportan a la construcción de ciudad (Giraldo, 2022), especialmente cuando hacen visible, exigen y proponen a diferentes actores (sociales, institucionales, académicos y privados) otras necesidades y alternativas de inclusión y reconocimiento.
Sumado a esto, en el contexto colombiano, los estrategias y alternativas que vienen promoviendo las comunidades para consolidar iniciativas de paz territorial en escenarios urbanos también reafirman la necesidad de ampliar y profundizar el carácter político y territorial de la integración local y su necesaria vinculación con la concreción de los escenarios de transición hacia la paz. Especialmente, las mujeres víctimas de desplazamiento forzado interno han promovido diferentes acciones de resistencia a la violencia armada y han promovido escenarios de diálogo y acciones colectivas en sus comunidades para denunciar y disminuir la ocurrencia de graves violaciones a los derechos humanos y, de esta manera, evitar que sean revictimizadas.
La autogestión comunitaria
Las experiencias de autogestión comunitaria se soportan en estrategias autónomas que surgen, muchas veces de manera espontánea, en medio de los procesos de poblamiento urbano y como respuesta a las necesidades básicas insatisfechas. Esto como producto de una fuerte desagregación territorial, profundizada por experiencias previas de desarraigo, afectaciones de todo orden y graves afectaciones y restricciones al ejercicio de derechos. Esta realidad la comparten la población desplazada internamente, migrante o en situación de refugio que se ve obligada a migrar y a asentarse mayoritariamente en sectores urbanos marginados.
La autonomía, así como el trabajo colaborativo y solidario, aparecen valores comunes de enunciación en los procesos de autogestión comunitaria. En el caso de las mujeres, las iniciativas de memoria, de cuidado, memoria y de reparación simbólica son elementos integradores que interpelan y dotan de otro sentido y contenido la construcción de ciudad. La lucha por permanecer en la ciudad y la resistencia a todas las formas de negación de este derecho se encuentra en la base de las agendas de las comunidades. En materia de paz, las mujeres han apelado a acciones colectivas soportadas en actos de denuncia pública y de resistencia mediante el arte y la movilización social. También se han involucrado activamente en los procesos de autoconstrucción de barrios.
Asimismo, las estrategias de autogestión comunitaria han incluido acciones de visibilidad de los saberes y prácticas culturales como una forma de mitigar los actos de discriminación y xenofobia; puesto la persona desplazada, refugiada y migrante se ha asociado históricamente con un factor desestabilizador del “orden” de la ciudad o como una suerte de competencia por los servicios que debe garantizar el Estado.
Nuevos lugares de comprensión de la integración local
Estas formas de autogestión comunitaria están mediadas y atravesadas por disputas y tensiones, puesto que interpelan y entran en discusión con otras visiones y políticas de ciudad y, sumado a esto, confrontan los intereses de actores armados ilegales que perviven en los territorios y que terminan incidiendo en la cotidianidad de las comunidades. Por tanto, la integración local bajo la perspectiva del derecho a la ciudad es una conquista permanente que no es ajeno a las dinámicas y expresiones del poder armado ni a la imposición de otros intereses y perspectivas de ciudad. No puede entenderse como la demanda “ciudadana por el acceso a bienes y servicios urbanos básicos” (Giraldo, 2023, p.11), sino como un derecho vinculado al ejercicio de ciudadanía (Borja, 2013).
Las estrategias de autogestión comunitaria también enseñan que la integración local no es un proceso de adaptación y aceptación de la realidad actual, cualquiera que sea esta. De allí la importancia que adquieren los procesos de participación social y política, en tanto ponen agendas alternas por medio de las cuales se problematizan y visibilizan otras realidades y propuestas de transformación que exigen replantear políticas e incluso construir nuevos marcos institucionales y políticos.
En el caso de ciudades como Medellín, los procesos organizativos fueron liderados por la población desplazada, mayoritariamente constituidos por mujeres, que sentaron las bases para que se crearan políticas y una institucionalidad local para canalizar las necesidades de atención y reparación que demandaban a la ciudad. Ahora, tras las oleadas masivas migratorias de población de proveniente de Venezuela que iniciaron aproximadamente en el 2015, las ciudades capitales del país que pasaron a convertirse en las principales receptoras también se han visto en la necesidad de adecuar y crear mecanismos para dar respuesta no solo en términos humanitarios.
Para concluir, la integración local no es un proceso político y territorializado que no pueda generalizarse. Ocurre y responde a un contexto territorial e histórico determinado y las diferentes agendas que se derivan de los procesos de autogestión comunitaria. Tampoco es ajeno a las relaciones de género, dado que hombres y mujeres encuentran posibilidades, oportunidades y formas diferentes de integrarse en los lugares de asentamiento.
El camino que sigue es profundizar en esta línea de reflexión, máxime en el contexto actual colombiano en el que cobra relevancia repensar la integración local de cara a los retos que supone la persistencia del desplazamiento forzado interno, sumada al arribo constante y en crecimiento de la población proveniente de Venezuela, y los esfuerzos de diferentes sectores (institucionales y no institucionales) por transitar hacia la paz territorial. Tal reflexión no podrá dejar por fuera, las experiencias de las mujeres, sus demandas de integración y sus invaluables aportes.
Referencias bibliográficas
Bello, N. (2001). Desplazamiento forzado y reconstrucción de identidades. Ministerio de Educación Nacional e Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior.
Borja, J. (2013). Revolución urbana y derechos ciudadanos. Alianza Editorial S.A.
Giraldo, V. N. (2023). Imaginar y construir ciudad desde las estrategias de las mujeres víctimas de desplazamiento forzado interno. Política y Cultura, 59, pp. 83-104.
Prácticas de resistencia y construcción de memoria feminista en el Ex Centro de Detención Venda Sexy.
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Revista PLANEO 57°|Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Francisca Molinos Moyano, Planificadora Urbana y Magíster en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
Las prácticas generadas por los colectivos de Venda Sexy surgen como una respuesta ante las lógicas de una ciudad neoliberal que impide la recuperación de todos los sitios de memoria. Ante la disputa, las comunidades del sitio de memoria Venda Sexy han generado formas de construir memoria desde el territorio, desde lo individual a lo colectivo y de lo privado a lo público, reflejado en las diferentes conmemoraciones que realizan a las afueras del inmueble. Por otro lado, estas construcciones están enfocadas en crear una memoria de futuro, para las próximas generaciones, para mujeres, por lo que fomentan un diálogo intergeneracional y feminista en todas sus conmemoraciones, trasmitiendo sus memorias y generando una posmemoria en las nuevas generaciones.
Palabras claves: Sitios de memoria, Feminismo, Resistencia, Patrimonio
Introducción
El Ex Centro de Detención Venda Sexy ubicado en Macul, fue declarado Monumento Histórico el año 2016. Dentro de las principales razones por la cual fue declarada es debido a que “es un testimonio de la discriminación de género aplicado en las torturas sexuales por parte de los agentes de Estado” (CMN, 2016). Quienes lideraron el proceso de declaratoria fueron la Asociación de Memoria y Derechos Humanos de Macul y el Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, fundamentando como principal demanda la recuperación del inmueble como un acto de justicia reparatoria hacía las mujeres frente a la violencia política sexual ejercida de manera sistemática durante la dictadura cívico – militar (Facebook CMSSR 12 de mayo 2016). Así, también plantean la necesidad de que el sitio de memoria debiese ser entregado a las mujeres, considerando que el sitio una vez comprado por el Ministerio de Bienes Nacionales debe ser asignado a una organización para que haga cargo de la gestión. Esta demanda nunca se concretó debido a que el propietario del inmueble no es el Estado, si no que un privado quien rechazó la oferta propuesta, por lo que hoy sigue viviendo con su familia en Venda Sexy, dándole un uso meramente residencial.
Legalmente, no existen facultades para darle otro uso al espacio. Ante esto, Bienes Nacionales busca comprar el inmueble, pero el propietario se niega y finalmente no se logra concretar una venta. Sin embargo, en el año 2019 el sitio de memoria es vendido a una inmobiliaria perteneciente al mismo dueño del inmueble por una cantidad mucho menor (Reyes, 2019), pese a que de acuerdo a la ley, los denominados sitios de memoria no pueden ser alterados o modificados sin la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. Finalmente, lo que se produce es una especulación inmobiliaria con el patrimonio, en específico un sitio de memoria, donde al ponerle valor a la memoria, generó que los colectivos de Mujeres Sobrevivientes y Memorias de Rebeldías Feministas ya no quisieran recuperar la casa.
La disputa entonces va más allá del inmueble y de sus características. Los colectivos buscan un espacio donde se pueda materializar la memoria y poder contar con un espacio de memoria físico que permita crear memoria tanto para los colectivos, como sobrevivientes, en conmemoración por las víctimas y sus familiares y para las generaciones futuras.
Construir memoria desde el territorio
Memorias de Rebeldías Feministas y Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes son los colectivos que han resistido ante la venta de Venda Sexy, conformado tanto por mujeres sobrevivientes a la dictadura, como por mujeres feministas que apoyan la causa. Estos colectivos, en conjunto con agrupaciones feministas implementan diferentes estrategias para visibilizar la memoria histórica del país, generando una construcción de memoria en las ciudades neoliberales a través de diversas conmemoraciones y resistencias en el espacio público.
El año 2011 fue la primera instalación de la placa conmemorativa a las afueras de Venda Sexy. Sin embargo, esa sería una de las 3 instalaciones, dado que cada cierto tiempo es destrozada por grupos anónimos. Ante esto, se han producido actividades y conmemoraciones fuera del inmueble como una forma de resistencia por parte de los colectivos para mantener activa la memoria. Además, en cada fecha conmemorativa como el día internacional de la mujer el 8 de marzo o la conmemoración del golpe militar el 11 de septiembre, son fechas en que se reúnen a las afueras del inmueble ubicado en Irán #3037, como forma de resistencia y que en palabras de los colectivos es “Volver a hacer propio el ejercicio de memoria como forma de contar nuestras historias de lucha y así hacer frente al olvido selectivo” (Facebook CMSSR 3 de septiembre de 2018).
Los colectivos generan patrimonio más allá de la materialidad, sino desde las prácticas y conmemoraciones, en ese sentido el espacio público cobra vital importancia, donde este ha sido un lugar de encuentro de las diferentes conmemoraciones que se han realizado en el recinto, donde se han dado a conocer y han podido establecer lazos con los transeúntes y con los mismos vecinos.
Ante la imposibilidad de recuperar el sitio, los colectivos proponen la construcción de un memorial en la Plaza Arabia (ubicada a metros del recinto), por tanto, el memorial es la nueva construcción del discurso patrimonial por parte de los colectivos de Venda Sexy, siendo la forma de dejar una huella material en el espacio urbano ante una disputa con el inmueble, situando una memoria desde lo público, una construcción de memoria con el barrio y con las diferentes generaciones de la sociedad.
Memoria intergeneracional y feminista
La memoria hoy en día no pertenece solamente a las y los sobrevivientes de la dictadura militar, si no que mediante la recuperación de los centros de detención se ha desarrollado una memoria de carácter intergeneracional: una posmemoria, lo que Hirsh (2012) define como “la relación con las experiencias que recuerdan a través de los relatos, imágenes y comportamientos en medio de los que crecieron. Pero estas experiencias les fueron transmitidas tan profunda y afectivamente que parece construir sus propios recuerdos” (p.19). En ese sentido, las juventudes se han apropiado de la lucha de recuperar los centros de detención, tal como ocurre en Venda Sexy, donde se ha vuelto una lucha colectiva, feminista e intergeneracional.
Una de las principales luchas de los colectivos, corresponde a la visibilización de la violencia político sexual como una práctica de tortura que ocurrió en el inmueble y que es hoy es parte de la historia y de la memoria de las mujeres, de su historia de mujeres luchadoras y sobrevivientes de una dictadura que incorporó de manera sistemática una violencia de género, por lo que han fomentado ese diálogo desde el feminismo, formando alianzas con organizaciones de derechos humanos y feministas. Las mujeres de los colectivos de Venda Sexy le dan una importancia al diálogo entre mujeres de distintas generaciones, plantean una memoria que no sea para ellas, si no que para las mujeres del futuro.
Referencias Bibliográficas
Brodsky, C. (2012). Memoria y Monumento El memorial en la recuperación de la historia de la represión 1973- 1990 en Chile. Universidad de Chile. Facultad de Artes.
Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes (12 de mayo, 2016). “Venda Sexy: Sitio de Memoria con énfasis especial en género”. Facebook. https://web.facebook.com/profile.php?id=100064911961705
Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes (3 de septiembre, 2018) “Volver a hacer propio el ejercicio de memoria como forma de contar nuestras historias de lucha”. Facebook. https://web.facebook.com/profile.php?id=100064911961705
Decreto 277 (2016). Consejo de Monumentos Nacionales.
Elgueta, G. (2018) Institucionalización y patrimonialización de sitios de memoria en Chile. Una lectura desde la experiencia de Londres 38. Aletheia, 16, 1-17.
Hirsch, M. (2012). The generation of Postmemory. Writing and Visual Culture After the Holocaust. New York: Columbia UnivErsity Press.
Maceira, L. (2017). Género y memoria en las ciudades. Polítiques de memòria, gènere i ciutat, 105-157.
Quílez, L. (2014). Hacia una teoría de la posmemoria. Reflexiones en torno a las representaciones de la memoria generacional/Towards a Theory of Postmemory. Reflections on the Representations of Generational Memory. Historiografías, 57-75.
Reyes, R. (2019, 11 septiembre). La venta de Venda Sexy: La pelea por construir una Memoria Feminista. The Clinic – Reportajes, columnas, entrevistas y humor. https://www.theclinic.cl/2019/09/10/la-venta-de-venda-sexy-la-pelea-por-construir-una-memoria-feminista/
Simao, K. (2023, 22 agosto). Nancy Guzmán por venta de monumento histórico ex venda sexy: “El Estado tiene que protegerlo”. El Mostrador. https://www.elmostrador.cl/braga/2023/08/22/nancy-guzman-por-venta-de-monumento-historico-ex-venda-sexy-el-estado-tiene-que-protegerlo/
Memorias, ciudad y planificación: una exploración urbana de Santiago a cincuenta años del Golpe Militar
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Revista PLANEO 57°|Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Giovanni Vecchio, planificador urbano, Doctor en Planificación Urbana, Políticas y Diseño, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Christian Paulo Matus Madrid, antropólogo social, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Se presentan reflexiones y aprendizajes generados en una clase abierta realizada en el marco del curso de Exploraciones Urbanas, titulada “Memorias urbanas para el futuro: una exploración de Santiago en el contexto de los cincuenta años”. La clase constituye una práctica pensada para llegar a un público amplio, a través de una exploración urbana que tiene como objetivo recuperar la memoria de diferentes momentos de la historia del urbanismo y la planificación de Santiago. Estos momentos son rescatados en un contexto de reflexión que permite problematizar la ciudad actual reconociendo cómo se construye a partir de diferentes capas de sentido que se contraponen, producto de la disputa de diferentes actores y visiones de ciudad. Se abordan en el recorrido la memoria de las transformaciones que se han generado en los espacios de la ciudad, y cómo influyen en las formas que la vida ciudadana adquiere en el espacio urbano, teniendo consecuencias permanentes en las formas de comprender la vida en común.
Palabras clave: Exploraciones urbanas, Memorias, Planificación, Ciudad
Introducción
El contexto de la conmemoración en 2023 de 50 años del Golpe Militar nos plantea a las y los urbanistas el desafío de entender cómo las memorias se plasman materialmente en huellas que se pierden en el contexto del desarrollo cotidiano de la ciudad como “máquina de crecimiento” (Molotch, 1976). En el marco de la discusión más amplia que coloca la memoria en el centro de la agenda pública, surge nuestra inquietud como docentes de aportar a la discusión desde un cruce interdisciplinar entre historia, estudios urbanos y planificación. La idea motor es reflexionar sobre cómo los espacios de la ciudad llevan las marcas de los cambios que se han sucedido en diferentes momentos históricos. Como demuestran algunos lugares emblemáticos del casco histórico de Santiago, los edificios, las calles, las fachadas y los espacios públicos nunca se quedan iguales, sino que en ellos se superponen diferentes usos y además diferentes visiones de lo que debería ser la ciudad y sus espacios. De esta manera, podemos observar cómo los mismos lugares van cambiando de función e identidad, y se pone de manifiesto cómo fue, cómo es, cómo podría haber sido y cómo será la ciudad que habitamos.
En ese contexto nace la idea de desarrollar un recorrido por el centro de la ciudad que articule en una exploración urbana la recuperación de memorias de diferentes momentos del urbanismo y la planificación. Es así como en el marco del curso de Exploraciones Urbanas, curso de formación general de la Pontificia Universidad Católica de Chile abierto a estudiantes de todas las carreras de la universidad, se organiza una clase abierta titulada “Memorias urbanas para el futuro: una exploración de Santiago en el contexto de los cincuenta años”. Se coloca el acento en elaborar como dupla docente el rescate de las memorias urbanas no como un objeto de contemplación nostálgica del pasado como lo ya acontecido, sino como herramienta activa de futuro que permite problematizar la ciudad actual reconociendo cómo se construye a partir de diferentes capas de sentido que se contraponen, configurando un Santiago Actual, que es siempre producto de la disputa de diferentes actores y visiones de ciudad.
La clase abierta se realiza en terreno, con un recorrido que se desarrolla en el centro de Santiago, en un acotado sector a lo largo de la Alameda. Las finalidades son múltiples. En primer lugar, visualizar en los espacios de la ciudad las consecuencias de diferentes visiones de la sociedad y la ciudadanía. Desde sus orígenes, la planificación urbana ha estado vinculada al ejercicio del poder, ya que “la planificación espacial como técnica y el gobierno del territorio como práctica de gobierno nacen de una necesidad general de orden social y espacial que se transfiere y satisface en el orden del espacio” (Mazza, 20145, p. 9). En segundo lugar, incluir en la memoria también las transformaciones que se han generado en los espacios de la ciudad, influyendo a distancia de décadas en las formas que la vida ciudadana adquiere en el espacio urbano y teniendo consecuencias sutiles pero permanentes en las maneras de vivir en común. A esto se suma también la necesidad de analizar las ciudades desde la mirada de la ecología integral, ya que el curso tributa al área de formación general en Ecología Integral y Sustentabilidad, permitiendo así reconocer las interconexiones entre diferentes fenómenos – no solo ambientales, sino también sociales y políticos – que dan forma a los espacios que habitamos y a cómo enfrentamos los desafíos comunes vinculados a ciudades y territorios. Y finalmente, rescatar las diferentes visiones que, en el tiempo, han contribuido a moldear la identidad de Santiago y de Chile: visiones a menudo olvidadas y hasta escondidas, con un olvido “que niega las enormidades de nuestra historia, y que entierra juntos los aluviones violentos del pasado y las defensas construidas para atajarlos” (Franz, 2001, p. 17).
La salida a terreno como método
El curso de Exploraciones Urbanas ha sido tradicionalmente dedicado a entender la ciudad y comprender el territorio a través de la experiencia urbana (Bergamini et al., 2022). Por esto, la exploración quiere promover el aprendizaje basado en terreno, vinculando cada etapa del recorrido a específicas memorias de la ciudad.
Plaza Benjamín Vicuña Mackenna (entorno de la Biblioteca Nacional) Se eligió como punto de partida esta plaza, ubicada a un costado del cerro Santa Lucía y frente a la Biblioteca Nacional, por ser un lugar escondido y olvidado, que refleja el permanente cambio de usos de la ciudad y vincula la memoria de la Ciudad Colonial con la primera Ciudad de la República post Independencia. Construida en 1901 en honor a Benjamín Vicuña Mackenna configura un lugar sujeto a múltiples procesos de transformación: terreno de propiedad de Rodrigo de Quiroga, en el siglo XV pasa a ser un lugar de descanso para carretas, en 1608 acoge una hermita en honor a San Saturnino, en el siglo XVIII una “casa de acogida” de la Iglesia Católica, y finalmente un banco de sangre y un cuartel de artillería a comienzos del siglo XIX. En el terreno de la plaza acontece el Motín de Urriola efectuado el 20 de abril de 1851, un levantamiento contra el gobierno conservador de Manuel Bulnes y la candidatura de Manuel Montt como su sucesor, primera revuelta urbana de la época republicana protagonizada por parte de los miembros de la Sociedad de la Igualdad y jóvenes liberales. En ese levantamiento participó también el joven Benjamín Vicuña Mackenna, que luego en 1908 volverá al mismo espacio ya no como protagonista sino como objeto de homenaje y monumento público. La plaza adquiere nueva visibilidad al ser remodelada en 2012 junto a la calle Miraflores como parte del «Plan de Recuperación del Casco Histórico de Santiago».
Sitio de Memoria Ex Clínica Santa Lucía. El sitio de memoria da cuenta de un espacio que, a pesar de no ser objeto de profundas transformaciones físicas, ve cambiar su uso y significado de manera radical. La que aparece como una vivienda más al lado del Cerro Santa Lucía es construida con fines residenciales en el 1934, pasa a ser sede del MAPU – Movimiento de Acción Popular Unitaria en 1972, y es utilizada como lugar de detención y tortura por la DINA – Dirección de Inteligencia Nacional entre 1974 y 1977. En 2016 es declarada como monumento nacional y termina siendo la sede de la Comisión Chilena de Derechos Humanos. Además de mostrar las diferentes funciones que un espacio puede alojar a pesar de mantener intacta su apariencia, el sitio de memoria muestra cómo lo extraordinario puede encontrarse también en lo ordinario: un edificio aparentemente anónimo, parecido a muchas otras casas patrimoniales de la misma época, un estado de excepción (en la definición de Giorgio Agamben) es llevado hasta sus extremas consecuencias. Mientras el espacio físico no es alterado, su función y el significado que reviste para la colectividad cambia radicalmente en un periodo de tiempo limitado.
Barrio Lastarria. Este espacio de la ciudad configura, junto con Yungay, uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Su estructura inicial es definida por sus particulares condiciones históricas y geográficas, determinadas por los límites naturales del Santiago Fundacional (1541): el cauce del río Mapocho, un afluente de este, La Cañada (hoy Alameda Bernardo O’Higgins) y el cerro Santa Lucía. Se trata de un espacio configurado inicialmente por chacras y solares localizados al oriente del Santa Lucía, donde los primeros colonos españoles producían vino y otros productos agrícolas. Es a partir de la subdivisión de dichos predios y la construcción de un conjunto de primeras casas, junto con la edificación de la iglesia de la Veracruz (1857), que Lastarria constituyó uno de los primeros barrios de Santiago. Con la declaratoria patrimonial como Zona Típica de la parte central de Lastarria (1996) y del entorno del Parque Forestal (1997), el barrio empieza a adquirir una nueva visibilidad, asociada a un atributo cultural crecientemente valorado en tanto elemento de distinción, como es el patrimonio. Para la puesta en valor del barrio, ha sido fundamental la valoración del rico patrimonio material acumulado en su arquitectura desde su constitución a fines del siglo XIX. La obra ecléctica de Kulczewski , y la presencia de los denominados ‘edificios modernistas’ construidos a ambos costados del eje José Miguel de la Barra y en calle Ismael Valdés Vergara frente al Parque Forestal, consolidan y proyectan el carácter del barrio, expresando cómo la llegada de la modernidad a la arquitectura chilena se refleja en la identidad arquitectónica de Lastarria y Bellas Artes (Matus, 2017).
Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). El GAM muestra cómo diferentes visiones de la sociedad puedan manifestarse en un mismo espacio, involucrando directamente también al espacio público. Después de un rápido proceso de construcción en la que participa también la ciudadanía, el GAM se inaugura en el 1972 para albergar a la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD III); después de la cumbre, se transforma en un espacio cultural intitulado a Gabriela Mistral, con arte público y espacios de encuentro. Solo un año después, la Junta Militar lo transforma en la sede del Poder Ejecutivo y Legislativo, denominándolo Edificio Diego Portales. Después de la dictadura, el lugar alberga congresos y encuentros, para finalmente ser reinaugurado como centro cultural y ser nuevamente dedicado a Gabriela Mistral en 2010. En el GAM no se observa solo la disputa por un mismo espacio emblemático, que va cambiando de nombre y funciones, sino también quedan en evidencia diferentes maneras de concebir el espacio público: es un espacio inicialmente pensado como lugar de encuentro y disfrute de la cultura para toda la sociedad, que vuelve a su destinación original después de haber sido el lugar del ejercicio del poder y de la represión.
Remodelación San Borja. La remodelación es una intervención urbana que muestra la “ciudad que habría podido ser”. Se trata de una intervención de renovación urbana promovida por la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), con la finalidad de proveer un sector céntrico de Santiago con viviendas y equipamientos. La remodelación se puede considerar como el primer intento de realizar una nueva ciudad, desde la perspectiva social y espacial: por un lado se ofrecen viviendas accesibles y bien equipadas en un sector urbano central, y por el otro se adoptan todos los postulados del Movimiento Moderno, realizando viviendas en altura (con 10 torres residenciales), utilizando los terrenos liberados por las viviendas para diferentes espacios públicos (incluso un parque) y separando los flujos peatonales y automovilísticos (gracias a una red de recorridos elevados) (Pérez de Arce, 2016). La remodelación muestra una manera de intervenir en la ciudad que asumen la integración (de los habitantes y los espacios) como principio guía y entrega además un rol protagónico a un sujeto público, con una postura profundamente diferente respecto al desarrollo urbano orientado al mercado que se habría consolidado durante la Dictadura.
El rescate de las memorias urbanas como propuesta innovadora para la enseñanza abierta de la historia de la ciudad y su planificación
La exploración urbana dedicada a las “memorias urbanas” es solo una de las múltiples actividades desarrolladas, también en el ámbito universitario, en el marco de los cincuenta años del Golpe de Estado. Afortunadamente, a lo largo del 2023 han sido muchas las ocasiones de reflexión acerca de los temas de la memoria, el patrimonio y los derechos humanos, incluyendo visitas a lugares emblemáticos como diferentes sitios de memoria. Sin embargo, la actividad aquí descrita se toma del aniversario para proponer una reflexión más amplia sobre la memoria y la historia urbana, con la intención de leer superposiciones, permanencias y remociones de diferentes visiones de ciudad. Se trata de una iniciativa pensada intencionalmente para un público amplio, con la intención de presentar conceptos e hitos fundamentales en un ámbito acotado de la ciudad. Al tratarse de una clase abierta, la actividad ha sido pensada no solo para los estudiantes de pregrado del curso Exploraciones Urbanas – que están cursando diferentes carreras, normalmente no vinculadas a temas urbanos – sino también para un público más amplio. En la actividad han participado estudiantes de otros cursos y personas externas a la universidad, mientras que en todas las etapas del recorrido algunos transeúntes se han acercado para escuchar las explicaciones de los lugares visitados. Por esto, la exploración urbana es una actividad fácilmente replicable a futuro, también lejos de aniversarios emblemáticos, y es posible involucrar en ella públicos diferentes por procedencia, formación y nivel de conocimiento de las temáticas urbanas.
Después de realizar la exploración urbana, quedan algunos elementos de reflexión acerca de su eficacia y replicabilidad. Los y las estudiantes valoran las salidas a terreno, como demuestran sus comentarios en vivo como también en las evaluaciones del curso; lo mismo se puede hipotetizar acerca del público externo que participó en la instancia. La exploración urbana constituye una herramienta importante para el aprendizaje basado en terreno, metodología en la que salir de la sala de clase permite conocer y analizar determinados fenómenos y problemas directamente en los espacios en los que se manifiestan, además de ofrecer a cada estudiante la oportunidad de tener una experiencia en primera persona que no sea mediada exclusivamente por el docente. En este caso, la exploración urbana permite detectar reflejos de la teoría y la historia de la planificación en los espacios de la ciudad, ofreciendo una lectura compleja de los contextos urbanos y entregando una dimensión experiencial a contenidos que normalmente son abordados solo a través de clases lectivas. Las exploraciones urbanas son entonces un método activo de enseñanza que podría ser adaptado también a otros elementos propios de la planificación y los estudios urbanos. Si bien se trata de iniciativas cuya continuidad en el tiempo depende del compromiso de las personas encargadas de desarrollarse, el aporte a la enseñanza y la replicabilidad hacen que las exploraciones urbanas sean una importante herramienta para la docencia y no solo, gracias a la posibilidad de vincular los espacios de la ciudad a los fenómenos y las ideas que históricamente han contribuido a su formación y transformación.
Referencias
Bergamini, K., Vicuña, M., Moris, R., Ojeda, C., Araya, M.J. (2022). Exploraciones Urbanas: territorio sustentable. Manual para la enseñanza de Sustentabilidad Urbana como Formación General en Educación Superior mediante estrategias de aprendizaje activo. Santiago: Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC
Franz, C. (2001). La muralla enterrada. Santiago: Planeta
Matus, Christian. (2017). Estilos de vida e imaginarios urbanos en nuevos residentes de Lastarria y Bellas Artes: el barrio patrimonial como escenario de diversidad, distinción y movilidad. EURE (Santiago), 43(129), 165-186. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612017000200008
Mazza, L. (2015). Spazio e cittadinanza. Roma: Donzelli
Molotch, H. (1976). The city as a growth machine: Toward a political economy of place. American journal of sociology, 82(2), 309-332.
Pérez de Arce, R. (2016). El jardín de los senderos entrecruzados: La remodelación San Borja y las escuelas de arquitectura. ARQ (Santiago), (92), 50-67.
Entrevista a Carolina Aguilera, Académica e investigadora sobre sitios de memoria en Chile
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PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Carolina Aguilera es Licenciada en Ciencias con mención en Matemáticas y Socióloga por la Universidad de Chile y Doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Realizó un posdoctorado en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales y la Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como asesora en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para la Conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, y es académica part-time de la Escuela de Sociología UDP y profesora del Magíster de Patrimonio Cultural de la Universidad Católica de Chile. Ha investigado y trabajado en torno a los sitios de memoria marcados por el terrorismo de Estado, publicando sus resultados en las revistas Political Geography, Space and Culture, y Memory Studies, entre otros. Junto a co-autoras y co-autoreas, ha publicado en los volúmenes colectivos «DECOMMEMORATION. Making Sense of Contemporary Calls for Tearing Down Statues and Renaming Places», editado por Sarah Gensburger y Jenny Wüstenberg; y en el «Handbook on Memory Activism», de Routledge, editado por Yifat Gutman y Jenny Wüstenberg; entre otros.
PLANEO(P): ¿Cómo empezaste a abordar la relación entre ciudad y memoria? ¿Cuáles fueron esos acontecimientos, enfoques o lineamientos que te estimularon a observar la ciudad pos-dictatorial?
Carolina Aguilera (CA): Mi trabajo en este tema comenzó de manera indirecta, a través de la invitación que nos llegó cuando trabajaba en FLACSO, para investigar sobre memoria de la Dictadura. Desde el Ministerio de Bienes Nacionales nos pidieron, al Programa en el que me desempeñaba como investigadora, un catastro de todos los memoriales que estaban ubicados en el espacio público. De ese trabajo salió un libro muy lindo con fotografías de Álvaro Hoppe y un documento de trabajo. A continuación, nos pidieron un estudio de públicos para el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que en ese momento estaba en construcción. Todo esto por ahí por el 2007-2008. En ese contexto, con las colegas que trabajábamos en ese entonces Daniela Jara, Manuela Badilla y Mireya Dávila, nos dimos cuenta de que el tema de la memoria de la Dictadura en Chile era un tema muy profundo, en el sentido que marcaba mucho a la sociedad chilena, pero al cual en ese momento no se le daba gran importancia. Las Ciencias Sociales en esos años se dedicaban a estudiar estratificación social, clases sociales, y las clases medias eran un tema central, porque -se suponía- que ya habíamos salido de la pobreza. También estaban emergiendo otros temas, como las desigualdades, y en el PNUD por ejemplo ya se estaba comenzando a estudiar el tema del conflicto, porque se veía que la sociedad tenía una “olla a presión”, o los temas de género, o migraciones, que de a poco también estaban entrando. Pero el tema de la Dictadura estaba completamente ausente, era como si nunca hubiésemos vivido una; y nosotras nos dimos cuenta de que la sociedad chilena estaba muy marcada por ese periodo, los crímenes, el silencio y el conflicto político, y que era un gran tema que había que investigarlo. Así me quedé en ese tema hasta el día de hoy.
Parte de este trabajo en FLACSO también implicó dirigir la Mesa de Trabajo para el traspaso del inmueble de Londres 38 desde el Ministerio de Bienes Nacionales a la organización que hoy está a cargo. Esa fue mi primera aproximación a la pregunta por el espacio y por los lugares en términos muy concretos. ¿Qué se hace con un lugar que fue un centro de torturas y desaparición? ¿Cómo este se transforma en un espacio que sirva a la democratización del país? Preguntas gigantes que había que responder.
Luego de esa experiencia en FLACSO salió la posibilidad de trabajar en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, dirigiendo un proyecto para desarrollar un Museo en este espacio. La Corporación a cargo quería hacer un Museo al lado del parque, para lo que consiguieron un fondo importante de la Unión Europea y de la Fundación Böell, y necesitaban un/una jefe de proyecto para que desarrollara un programa museológico que fuera participativo, e hicieron un concurso donde salí seleccionada.
En el desarrollo del proyecto participaron personas desde distintas disciplinas. Loreto López, quién es ese momento estaba a cargo de la coordinación de proyectos en la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, ya había invitado a arquitectos y urbanistas de la Universidad de Chile y la Católica, para que ayudaran a pensar en esta idea de museo; un equipo del IEUT, con Gonzalo Cáceres, Valentina Rozas, Pía Montealegre, Gonzalo Millán, entre otros, por un lado. Y en el INVI estaba Claudio Pulgar y Walter Imilan. Entonces empezamos a ver esto desde un punto de vista más urbano e hicimos dos seminarios internacionales, gracias a la Fundación Heinrich Böll. En ese contexto invitamos a un académico de la Universidad de Bauhaus, quien era a su vez chileno exiliado en Alemania, Max Welch, quien para mi formuló la clave del asunto: el museo ya estaba ahí, ya existía, ¿porque querían hacer uno?, si el sitio era el museo, solo faltaba darle un giro a la gestión del espacio. Brillante. Tan simple. Entonces me di cuenta de dos cosas: En primer lugar, de que todo el desarrollo sobre sitios de memoria (hasta ese momento), estaba en general articulado a partir de testimonios, de lo narrativo, en torno a las representaciones culturales de los sobrevivientes, pero se elaboraba muy poco el tema a partir de la pregunta por el espacio desde un punto de vista más arquitectónico/urbanístico, donde se piense el espacio desde la importancia que tiene para el visitante, para la ciudad, para el entorno. Desde ahí surge mi interés por estudiar el vínculo entre memoria y espacio, memoria y ciudad, memoria y memoriales. Una vuelta larga, como vez.
P: ¿Qué elementos y continuidades, a nivel urbano-territorial, se observan desde la Dictadura al presente? Y en medio de esto: ¿Cuál es el papel o rol de los monumentos en la memoria de la ciudad?
CA: Tal como lo han investigado urbanistas en Chile y otras partes, la ciudad de Santiago y otras del país, quedaron marcadas por el desarrollo neoliberal de la Dictadura. La desregulación urbana que se impulsó, más las políticas de erradicaciones, implicaron que el dónde vive cada uno/a estuviese marcado por una trayectoria de clase que lleva a que la ciudad está segregada socioeconómicamente. Una división social que se fue acentuando con las políticas de la dictadura, y que no resolvió desde los años 90 en adelante, sino que quedó en su devenir, igual. Y eso no tiene que ver con la memoria, sino que, con el mercado del suelo, en dónde quienes pueden pagar pueden definir dónde vivir, y así también se ubican en general las viviendas sociales. Esta segregación no tiene que ver con las representaciones sino con cómo se ubican las distintas clases sociales en la ciudad. De ahí que la ciudad quedó arrojada al mercado y con muy poca intervención.
Sin embargo, esto sí se vincula finalmente con la memoria. En mi trabajo de Doctorado[1] pude comprobar que la memoria de la violencia política de los años 1970 y la Dictadura, sigue esa misma ruta, porque no se ven memoriales de víctimas de la dictadura en el llamado “cono de alta renta”, salvo dos excepciones desde el 2016 en adelante. Como se pudo ver en un estudio que salió recientemente publicado en el diario la Tercera[2], esto no tiene que ver con que en ese lugar no hayan existido hechos de violaciones a los DDHH, porque la represión se distribuyó más o menos homogéneamente en la ciudad (salvo en algunos sectores como las poblaciones en que hubo allanamientos masivos). Al contrario, la “memorialización” tiene que ver con cómo los diferentes grupos han elaborado representaciones sobre la violencia en el espacio público. Eso fue lo que intenté comprender en mi trabajo de Doctorado y luego de Posdoctorado.
Las prácticas conmemorativas y la construcción de monumentos no son homogéneas, se interrelacionan con otras dinámicas urbanas de la ciudad, como son las relaciones de clase y las distintas capacidades que tienen los grupos sociales para incidir en el diseño urbano de su entorno. Esto no es propio de la memoria, pensemos en otro ejemplo, como son las autopistas urbanas, ¿dónde se construyen y dónde no? Volviendo al tema de la memoria, de lo que he podido investigar, hay comunidades que habitan la ciudad considerando lo sucedido en Dictadura o la Unidad Popular, y movilizan prácticas conmemorativas para marcar el espacio, para significarlo con estas narrativas, con murales, animitas, placas, memoriales, monumentos, etc. Así, en los sectores de la periferia de los años 1960s y 1970s, se pueden encontrar memoriales colectivos a víctimas de dichos territorios que están marcados por las luchas de pobladores esa época; como estudié en mi Doctorado. Sin embargo, otros grupos, no necesariamente van a participar de la ciudad de esa forma y ello no depende del nivel de politización de estos. Son formas diferentes de vivir o hacer ciudad. Por el contrario, en el cono de alta renta pareciera que se ha privilegiado un habitar que evita hacer pública la memoria de las víctimas de la dictadura, y esquivar así un supuesto conflicto que ello podría traer, al menos así lo pude observar en los estudios que he realizado. Sin embargo, es en este sector, donde se ubican los monumentos a las otras víctimas del periodo 1970 – 1991 como son los monumentos a Carol Urzúa, Jaime Guzmán y Edmundo Pérez Zujovic. Se observa entonces, que la segregación socioespacial de Santiago se espeja en términos de la memoria. En ese sentido uno podría pensar incluso que hay muchas ciudades en un mismo espacio.
Por otro lado, está la pregunta sobre si la existencia de memoriales en si misma va a transformar las posiciones frente al pasado que tienen las personas, o si estos elementos ayudan a que esta memoria se perpetúe en el tiempo y se transmita. A mi entender si, aunque ello no es necesario ni suficiente. De hecho, existe una larga discusión en el campo de la arquitectura y de los estudios urbanos al respecto, sobre qué tanto impacto tienen o no los monumentos públicos. Ya es un cliché a esta altura citar a Robert Musil o Louis Mumford quienes dijeron respectivamente que “No hay nada en este mundo tan invisible como un monumento.” y “… si es un monumento no es moderno, y si es moderno no puede ser un monumento”. En general, desde la arquitectura moderna pareciera que aún se dice que la ciudad no necesita de monumentos, pero la sociedad se ha encargado de decir que la ciudad si los necesita, o al menos éstos no le son indiferentes. En mi tesis Doctoral lo que argumenté era que más allá de que los arquitectos modernistas habían dado por muerto el monumento, en la sociedad contemporánea sí recurrimos a ellos y les asignamos un valor a lo hora de abordar ciertos temas, como la violencia política.
Un buen ejemplo de la significancia de los monumentos políticos lo pudimos ver en el “estallido social” del 2019. Este movimiento demostró que teníamos más memoria de lo que pensábamos, a nivel urbano y de marcas, de monumentos. En Santiago se vio que muchas personas sabían quién era el personaje a caballo en Plaza Italia, y el que no sabía se enteró y le importó. Ese fenómeno lo estudiamos con una colega para las ciudades de Valdivia y Concepción, mostrando que lo que sucede con los monumentos en las ciudades varía, y depende de cómo los grupos que construyen las ciudades, generalmente las élites, imaginan los relatos que le dan una identidad urbana a estas[3].
Entonces, hay un debate en torno hasta qué punto los monumentos impactan o no el entorno, quién los mira, quién no, si sirven o no, pero al menos en los momentos de crisis políticas estos sí importan.
P: ¿Cómo pensar la ciudad chilena a 50 años del Golpe? ¿Podemos pensar un futuro en común en la ciudad, más allá del fantasma de la dictadura?
CA: Son muchas preguntas, y yo lo pondría así, ¿Qué hacer con el conflicto en torno a la memoria en el espacio a 50 años del Golpe de Estado? En un trabajo reciente[4] nos hicimos está pregunta y voy a responder siguiendo esas claves.
Por un lado, ya la misma pregunta da cuenta que somos una sociedad bastante memoriosa, aunque esta afirmación no genera mucho acuerdo; pero si nos comparamos con otras sociedades, incluyendo a la Uruguaya, estamos dentro de las sociedades más memoriosas del mundo occidental, junto con Alemania y Argentina. Y no sólo a nivel de representaciones culturales; como sociedad y país hemos sido capaces de juzgar a criminales de lesa humanidad, meter gente a la cárcel, aunque sea tarde, 50 años después. Pero en la mayoría de los países no se ha hecho justicia nunca. Tenemos sitios de memoria, aunque se considera que aún son insuficientes.
A mi entender, pareciera entonces que somos una sociedad bastante dada a la recordación. Y para entenderlo, es importante considerar que se trata de formas de generar identidad colectiva. Diversos estudios han mostrado que la memoria de los caídos en Dictadura remite a una memoria más larga: se está recordando una lucha social que parte en el siglo XIX -luchas que el Estado una y otra vez ha aplastado- pero que ha vuelto a resurgir de diferentes formas. Entonces, al estudiar las memorias puestas en el espacio por parte de los grupos sociales que movilizan estas narrativas, uno se da cuenta que no se trata de memorias de un pasado acotado al 1973-1990, sino que hay una narrativa de memoria de muy larga duración. Esto se puede observar en cosas concretas, como en la importancia que tiene el “Canto General” de Pablo Neruda, como fuente de relato para los proyectos de memoria de la izquierda en Chile. Los versos del “Canto General” se usan mucho para memoriales, como es: “aunque los pasos toquen mil años este sitio, no borrarán la sangre de los que aquí cayeron”. Ese es un verso que se suele encontrar en memoriales dedicados a los caídos en dictadura, pero refiere a la masacre de Plaza Bulnes de 1946, en que fue asesinada Ramona Parra, joven comunista que se volverá un símbolo de la represión. Esta idea la he tomado siguiendo planteamientos de Elizabeth Lira. De tal modo que pareciera que en términos de identidad colectiva la memoria es de más larga duración, y eso puede explicar también la durabilidad del conflicto en torno a la memoria.
Volviendo entonces la Conmemoración de los 50 años del Golpe. Hemos visto que se ha revivido una gran conflictividad, pero frente a ello, pienso que tal como plantea nuestro artículo, no debiésemos aspirar a esa reconciliación que se anheló en los años 90, que postulaba que había que dejar de pelear por esto. Más bien, siguiendo el desafío que planteaban Chantal Mouffe y Ernesto Laclau -quienes sitúan la comprensión de los conflictos políticos en vinculación con las identidades colectivas- más allá de asumir que sí son crímenes de lesa humanidad que todos/as deberíamos condenar, vamos a tener que aprender a vivir en este conflicto en torno al pasado. Este es un gran desafío ya que como ha mostrado esta Conmemoración pareciera que estos consensos mínimos -que pensábamos ya que habíamos alcanzado-, no eran tales.
[1] Aguilera, Carolina “El retorno del monumento : forma urbana y espacio vívido de la memoria pública de la violencia política en ciudades posconflicto : el caso de Santiago de Chile”, tesis para obtener el título de Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. 2016. https://repositorio.uc.cl/handle/11534/21394
[2] https://chilevisualizado.latercera.com
[3] Badilla, M., & Aguilera, C. (2021). The 2019–2020 Chilean anti-neoliberal uprising: A catalyst for decolonial de-monumentalization. Memory Studies, 14(6), 1226-1240. https://doi.org/10.1177/17506980211054305
[4] Aguilera, C. & Badilla Rajevic, M. (2022). Human rights memorials in turmoil: Antagonistic memories in contemporary Chile, Political Geography, 98, https://doi.org/10.1016/j.polgeo.2022.102731.
Entrevista a Cristián Correa, abogado especializado en justicia transicional
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PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Cristián Correa es un experto en justicia transicional y en políticas de reparación a violaciones masivas a los derechos humanos. Es asesor sénior del Global Survivors Fund en temas de reparación a y con sobrevivientes de violencia sexual en conflictos armados. Previamente, se desempeñó en el Centro Internacional para la Justicia Transicional y, antes, en la Comisión Valech y en la implementación de políticas de reparación a violaciones de los derechos humanos en Chile. Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tiene un magíster en Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame, EE.UU.
PLANEO (P): ¿Cómo llegaste a ser abogado de víctimas de violaciones a los derechos humanos? ¿Qué experiencias o procesos marcaron tu entrada a este campo?
Cristián Correa (CC): Estudié Derecho porque crecí durante la Dictadura y las violaciones a derechos humanos era algo que me impactaba, y sentía que necesitaba involucrarme en su defensa. En esos años el activismo de Derechos Humanos y de lucha por la Democracia, me llevó al “Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo”, donde denunciamos estas prácticas, en tanto crímenes que reflejaban la naturaleza opresora de la Dictadura. Pero no es fácil encontrar trabajo en estos temas, y luego de estudiar un Magíster en Estados Unidos, regresé a trabajar en otra dimensión de los derechos humanos; la pobreza y el acceso de los pobres a la justicia. Trabajaba en una parroquia dando asistencia jurídica y ahí te das cuenta de la tremenda barrera, de lo ineficiente y poco accesible que son los tribunales para los pobres. El recurso teórico de la igualdad ante la justicia en verdad no existe para ellos. Trabajé 10 años en acceso a la justicia, intentando resolver conflictos mediante mediación y promoviendo soluciones alternativas a los tribunales. Un problema común que encontrabamos era que, ante la dificultad de obtener la posesión efectiva de la herencia, muchas propiedades quedaban sin titulación, generando conflictos familiares. Propusimos una ley que simplificara eso y, a pesar de la resistencia del Colegio de Abogados, fue aprobada y ahora puedes obtener la posesión efectiva de la herencia ante el registro civil, sin necesidad de abogados o jueces.
Cuando el Presidente Lagos creó la comisión Valech postulé y asumí el cargo de secretario de la comisión, siendo esta mi entrada desde lo profesional a las violaciones a DDHH. Ahora, no creo que soy abogado de víctimas, tal como dice la pregunta, porque jamás he llevado un caso en tribunales, pero en cierta parte sí lo soy, pues intento encontrar soluciones en diversos paises para que las víctimas de violaciones a los derechos humanos accedan a justicia y reparación. Se trata de contribuir a desarrollar formas de reparación que sean efectivas y que realmente se puedan cumplir. En el caso de la Comision Valech, cuando hablabamos de números masivos de víctimas (28 mil), 30 años después de sufrir torturas y violaciones con métodos sistemáticos: ¿Cómo llegas a cada una de esas personas? ¿Qué puede hacer un gobierno responsable para reparar, cuando el daño es devastador y cuando los 30 años de silencio son quizás más devastadores que las sesiones de tortura?
Cuando tú asumes ese desafío desde el gobierno es muy fuerte, porque te sientes responsable, porque eres Estado. Y te preguntas ¿cómo cumplir lo que es justo?, cuando las condiciones son imposibles, y cuando los estándares que dicen lo que tengo que hacer en derecho nacional e internacional, son imposibles de cumplir. Cuando hay gente que ni siquiera puede hablar de lo que le pasó por el miedo y el trauma, o por miedo a la estigmatización, que en materia sexual es aún mayor. ¿Cómo evaluar la magnitud de la tortura y de la violencia sexual?. Es complejo, pues no se limita sólo a actos de indescriptible violencia, sino que va seguido de desempleo y estigmatización al estar en las listas negras y no tener trabajo o no poder darle educación a tus hijos. Entonces, ¿qué se debe hacer para reparar tanto sufrimiento? El Estado, después de esto, está en deuda de por vida con esos compatriotas y no es posible reparar. Pero debes hacer algo que reconozca el daño causado; debes asumir y expresar la responsabilidad por ello, e implementar una serie de medidas que expresen ese reconocimiento y mejoren en algún aspecto algunas condiciones de vida, como el acceso a la salud o a la educación. Y eso fue lo que tratamos de hacer en la comisión Valech, pero sé que quedamos cortos. Así es como entro a justicia transicional.
P: En el caso de Chile: ¿Cómo se repara o reconcilia desde la institución jurídica o desde el poder judicial ?
CC: En materia de reparación no basta con proveer de medidas materiales. Aquí el reconocimiento es fundamental. Por eso la negativa de las fuerzas armadas de reconocer y a colaborar con plenitud, después de 30 años, es un gran obstáculo. Los discursos negacionistas que han surgido recientemente también son una gran dificultad. Pero a pesar de ello, existiendo reparación material, es difícil que las víctimas se sientan reparadas si no hay justicia. Tú puedes decir que vamos a investigar hasta donde más podamos; vamos a usar interpretaciones del derecho que nos permitan determinar la responsabilidad de quienes ordenaron o controlaron la operación, o de quienes fueron cómplices o encubridores. Pero tú no puedes asegurar que vas a encontrar esas personas, juzgarlas y condenarlas, porque eso va a depender de la evidencia que puedas encontrar, además el tiempo transcurrido afecta la capacidad de la justicia. La obligación de hacer justicia es de medios, no de fines, de hacer el máximo esfuerzo posible. Pero no puedes garantizar que la justicia llegue, siempre va a ser insuficiente reparar con las personas que fueron víctimas. ¿Cómo orientas la política? Primero, reconociendo que vas a quedar corto. Segundo, escuchando a las víctimas y abriendo espacios de participación. Ello puede ayudar a hacer que un proceso sea lo más reparatorio posible, pues mientras más se escuche y reconozca la dignidad, la participación; más posibilidades tienes de que las víctimas se sientan reconocidas en su dignidad. Se habla de que la reparación puede ser material o simbólica, pero todas las formas de reparación son, a la vez, materiales y simbólicas. La forma en como yo te escucho y entrego reparación, es tan importante como la beca o la atención en salud que se entrega.
P: ¿Cómo pensar o practicar la justicia transicional en la actualidad? ¿Cómo pensar la violencia más allá de las dictaduras, para abordarlas también desde sus conexiones con el presente?
CC: Una dimensión importante en justicia transicional es la mirada hacia al futuro. Aquí examinamos el pasado para aprender de él y para evitar la repetición de las violaciones cometidas. No hay mejor lección que la que nuestro propio pasado nos ofrece, respecto a lo que nos llevó a usar la violencia como método de acción política, o lo que nos llevó a justificar la represión. Se trata de considerar un elemento fundamental de la reparación en derechos humanos: La “garantía de no repetición” y la necesidad de interrumpir ciclos de violencia. Esto es muy marcado en países en conflicto armado. En Etiopía, por ejemplo, es posible identificar un continuo de opresión estatal. Cuando un grupo está en el poder ejerce el poder estatal para reprimir a los miembros de otros grupos étnicos, y cuando cambia el Gobierno el nuevo grupo “hace justicia”, y termina cometiendo los mismos abusos. La pregunta que surge allá es ¿cómo buscar un sistema de justicia transicional que reconozca las violaciones sufridas por los distintos grupos étnicos y cometidas por los distintos gobiernos? ¿Cómo incluir y dar reconocimiento en su dignidad e interrumpir los ciclos de violencia a víctimas de diferentes posiciones politicas, y de diferentes grupos etnicos?. ¿Cómo reparas o reconoces sin pensar en que no importa que grupo sea?.
Por eso es muy destacable que en el Museo de la Memoria haya una sección donde muestran a Carol Urzúa, Intendente asesinado por un comando del MIR. Esto no significa hacer equivalente un asesinato político y una ejecución sumaria por organismos del Estado, pero sí reconocer la común dignidad de quién es víctima. Hay una diferente responsabilidad cuando hay un grupo armado que cuando eres Estado, pero hay una común dignidad ¿Cómo llegas a eso?. Bueno, en la comisión Valech nos encontramos con el mismo desafío. ¿Qué hacemos con gente que fue detenida y torturada, pero que luego se convirtieron en agentes, delatadores o torturadores de sus antiguos compañeros?. Y la respuesta de la comisión fue que estas personas fueron víctimas de prisión política y tortura, y fueron reconocidas como tales. Porque los derechos humanos son inalienables, es decir, lo que hiciste antes o después de la tortura es irrelevante, a la hora de ser reconocida como víctima de violaciones de derechos humanos.
Otro dilema complejo es: ¿qué hacemos con las continuidades de violaciones del pasado que surgen con posterioridad, o que se proyectan en el presente?. Por ejemplo, en Perú, la violencia del Estado, las limitaciones de la participación política centralizada en Lima y en una clase, y la represión policial de los últimos años, de cierta forma, fueron advertidas por la Comisión de la Verdad hace 20 años. Dicha Comisión concluyó que no era casual que la violencia de los ‘80 se haya generado en la sierra, en las comunidades indígenas. Después viene un tipo como el Presidente Castillo, que representa el malestar de la exclusión social y política, y que es forzado a renunciar. La Comisión identificó este problema y denunció la exclusión social, racial y geográfica, pero el país hizo muy poco por hacerse cargo de ella. Entonces estamos volviendo a lo mismo. En Colombia se han repetido ciclos de lo mismo, cuando un grupo se desarma y luego sus miembros se recomponen en otro, ya sea de carácter político o criminal, de tráfico de drogas o de extorsión violenta. Otro ejemplo de actitudes reaccionarias ante el reconocimiento de responsabilidades por violaciones a derechos humanos, es representado por Bolsonaro y su negacionismo en Brasil, ¿qué paso con la comisión de la verdad ahí? ¿Qué pasa en Chile o Argentina ahora?. Después de dos comisiones de verdad y un Museo de la Memoria, y de monumentos a las víctimas por todo el país, hay que hacerse esas preguntas ¿cuáles son esas continuidades de las violencias y de esos negacionismos?
En Chile, la derecha ha intentado utilizar argumentos humanitarios para obtener reducción de sentencias o condenas menos lesivas en contra de responsables de torturas, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas. Esto me hace recordar un artículo que leí que decía que en la izquierda y el progresismo siempre han estado por el no punitivismo, cuestionando el punitivismo del Estado y exigiendo abordar el crimen de forma alternativa, buscando formas no retributivas, justicia restaurativa, acuerdos de reparación, y políticas sociales de prevención. Pero cuando se cometen violaciones a los DDHH, la tendencia es de extremo punitivismo de parte de aquellos que defienden los DDHH. Y por otra parte tenemos a una derecha que históricamente ha tenido un discurso muy punitivista, planteando de que si hay crimen hay que aumentar las penas. Pero cuando se trata de violaciones a los DDHH, se oponen a la justicia retributiva y plantean que hay que tener misericordia, de que hay que entender el contexto general que dió lugar a la práctica de tortura. Quizás aquí hay una oportunidad para buscar acuerdos que rescaten lo positivo de las necesidades de uno y otro lado, detrás de sus posturas por punitivismo y por justicia restaurativa. Aquí podemos explorar bajo qué condiciones es necesaria la sanción, y como ella puede ser definida de forma que de espacio al reconocimiento, a unas disculpas sinceras y la ayuda para encontrar desaparecidos o clarificar hechos, así como reconocimiento de aquellas situaciones en la que se actuó con limitada capacidad de discernir, y aplicar esos principios también a la criminalidad común.
Pero no todo es respuesta penal, sino que se requiere abrir espacios de diálogo en torno al reconocimiento de las violaciones, pero también, el reconocimiento de un contexto que no se justifica, pero que permite comprender ciertas acciones individuales y dar espacios para que perpetradores reconozcan responsabilidades. No deja de ser interesante lo que está intentando la Jurisdicción Especial de Paz, en Colombia, donde se generan espacios de justicia restaurativa, incluso para crímenes atroces. En ese sentido el concepto de “reconciliación” puede llevar a confusiones y a resistencias, porque pareciera forzar a desconocer las violaciones y el dolor causado o deslegitimar la demanda de justicia y sanción, en aquellos casos en que ella es necesaria. Me parece que el énfasis debe estar, en dejarnos confrontar por nuestras propias responsabilidades como sector político. Dicho reconocimiento debiera estar basado en ciertos principios, como lo es la común dignidad del ser humano y el rechazo a la violencia, ya sea como método de acción política, como medio de protesta, o como medio de represión, aunque sin por ello afirmar la existencia de equivalencias entre ellas.
En el caso de Chile, las protestas de Octubre de 2019 nos ofrecen una oportunidad para examinar las continuidades de las exclusiones y el malestar social que estaba presente en la lucha política en los 60’s, la violencia política y la represión que la siguió, y que dió origen a un período de represión sin precedentes en la historia del país, que deja deudas pendientes de inclusión social y política, a pesar de 30 años de democracia. Implica, en definitiva, tomarnos en serio los derechos que proclamamos en los instrumentos internacionales que firmamos y ratificamos, incluídos el derecho a la vida y a la protección judicial, como tambien el derecho a la vivienda, educación, salud, y a vivir en una ciudad amable, saludable, segura, con espacios de encuentro ciudadano y recreación.
P(PLANEO): ¿Cómo has visualizado el vínculo entre derechos humanos y ciudad?
CC: Cuando entregamos el informe Valech, nos enteramos de que el Ministerio de Vivienda, por su cuenta, estaba dando puntaje adicional a quienes habían sido víctimas. Esto fue una acción espontánea de un sector del Gobierno que no tiene responsabilidad directa en políticas de reparación, pero que tomó una iniciativa a partir de una recomendación de la Comision. En materia de ciudad tiene que ver con el programa de monumentos y memoriales que por muchos años se trabajó, desde el programa de derechos humanos del Ministerio del Interior, y que ahora está en Justicia. Aquí la pregunta es ¿Cómo intervenir el espacio público para que haya un reconocimiento?. Si haces un mapa de estos memoriales en la ciudad o en el país, te das cuenta de que es bastante extenso. Ese programa incorporaba la visión de víctimas, la comunidad y de artistas. Quizás el más hermoso es el de Paine, que es un bosque de postes, 70 ausencias que son los desaparecidos de Paine. Ahí la comunidad de víctimas podía hacer un mosaico en donde podía representar algo, pero las familias se reunían y conversaban en como representar al que desapareció. Villa Grimaldi también es significativo, al ser administrado por la asociación. Necesitamos algo visual tangible de algo tan intangible como la desaparición forzada. De ahí que es muy importante el cómo intervenir los espacios públicos, con procesos participativos entre víctimas y comunidad. Sobre esto, recomiendo un libro magnífico que trata el tema de espacios públicos como parte del fomento de emociones políticas democráticas e inclusivas, titulado: “Political Emotions: Why love matters for justice”, de Martha Nussbaum. En esa relación y en el encuentro en la diversidad, que nos permite reconocernos, se puede hacer ciudad.
Por ultimo, creo que uno de los legados mas nefastos de la dictadura y su enfoque economicista relativo a la ciudad es la segregacion social y las erradicaciones. La politica de erradicaciones fue un extremo de la poltica economicista y la sobrevaloracion de ciertos terrenos. Esto no sólo impuso el desarraigo de comunidades pobres que vivían y trabajaban en barrios de clase alta, sino que impuso una segregacion que tiene nefastas consecuencias en el presente. Creo que es indispensable buscar formas de hacerse cargo de esas consecuencias. Eso pasa por el reconocimiento de las erradicaciones como algo nefasto, por garantizar su no repeticion, y por asegurar una inversión extraordinaria para crear ciudad en los barrios perifericos, lo que implica cambios en la forma en como se distribuyen los recursos a nivel municipal, así como políticas regionales de inversión en infraestructura social y recreativa. Tratar eso como una exigencia de justicia a una violación del pasado puede ayudar al reconocimiento, pero tambien a vincular los derechos del presente con las violencias del pasado.
P: De acuerdo a tu trabajo y lo conversado ¿Que reflexiones te generan estos años conmemorativos de golpes de estado y vueltas a la democracia en L.A? ¿Cómo abordar el trabajo hacia el futuro?
CC: Así como lo peor que hay es el negacionismo, lo peor que puede haber ahora es el silencio, es decir, necesitamos ese debate de ideas, examinar de nuevo los informes de verdad, que aquellos que se resisten a reconocer los revisen, y a partir de ahí, sostener un diálogo abierto y no enjuiciador con los mismos. El informe de la Comisión Rettig lo escribió en buena parte Gonzalo Vial. En ese momento hubo una reflexión seria y no partidista sobre los temas. La reflexión de la comisión Valech también fue seria. La identificación de 1200 lugares de detención en el país nos llevó a concluir que existió tal masividad en la práctica de detenciones arbitrarias y de tortura que, refleja un involucramiento institucional a todo nivel. El examen de la reacción del poder judicial, nos permitió concluir también que había un involucramiento institucional, el que fue rechazado por la Corte Suprema, pero que, luego de una década, fue reconocido, y es más profundo. El tratamiento dado a la tortura por la prensa de la época también refleja cierto nivel de aceptación, al menos tácita. El titular de la Segunda “Se matan como ratas” cuando la operación Colombo informó sobre los 119 detenidos desaparecidos que se habrían matado entre ellos en Argentina y en Brasil, es muy elocuente sobre el trato dado por la prensa a las violaciones a los derechos humanos. Tenemos una responsabilidad como sociedad. No es que estemos divididos entre los buenos y los malos, las víctimas y los cómplices. La discusión no puede ser binaria, sino debe enfocarse en reconocernos unos a otros como seres humanos, que nos equivocamos pero que podemos superar nuestros errores.
Esa discusión hay que tenerla con la altura de miras también en Perú, Brasil, Argentina, así como en Venezuela. No es revisionismo histórico, sino reexaminar los hechos con perspectiva de tiempo, reconocer las responsabilidades que pudiesen ser menos amenazantes, como lo hizo la Asociación de Magistrados del Poder Judicial, en relación con la responsabilidad de ese sector. Debemos preguntarnos ¿qué nos dice el informe Retting 30 años después?, ¿Cuál es el ámbito que no podemos seguir negando? y también ¿en que quedó corto?, ¿Qué tipo de violaciones no fueron reconocidas?.
Lo que quisiera es que esas conversaciones sean serias, y que se actualicen con otros temas, por ejemplo, con el conflicto mapuche y la demanda por autonomía, o el tema de los migrantes o la dimensión de la pobreza. No podemos hablar de derechos civiles si no hablamos de derechos económicos y sociales, o de derechos culturales. Hay una noción de rescatar los derechos humanos, como derechos inalienables de todos, y de destrabar la noción de derechos humanos como discurso de izquierda solamente.
Por ultimo, he visto los debates sobre Punta Peuco, y creo que el problema no es ese recinto, sino las condiciones de indignidad de las demás cárceles. Creo que el problema no es tanto bajar las condiciones que ofrece una cárcel sino subir las demás, o darles cierta paridad. El problema es ¿Cómo tratamos a los demás presos?. En fin, creo que necesitamos examinarnos y reconocer responsabilidades para comenzar a tratarnos unos a otros como seres humanos con igual dignidad y derechos, sin manipular estas nociones o aplicarlas solo a un sector. Esa creo que es la invitación y el desafío.
La última entrevista a Miguel Eyquem Astorga. Arquitecto responsable del plan de la Ex Villa San Luis
VerLa última entrevista a Miguel Eyquem Astorga. Arquitecto responsable del plan de la Ex Villa San Luis
PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Paulo Álvarez Bravo: Historiador. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos ]
Un día de junio de 2019 en su departamento ubicado en Cerro Castillo, en Viña del Mar, entrevisté a Miguel Eyquem Astorga. Era el inicio de mi investigación doctoral, razón por la cual la temática giro en torno a un exclusivo contenido: la Villa San Luis de Las Condes. Antes de dar inició a la conversación prefirió que tomara apuntes y declaro que no quería hablar más allá del golpe civil-militar de 1973 porque le generaba hondo dolor. De esa manera, mientras él iba relatando, transcribí hasta que me dieron las fuerzas, procurando no extraviar el sentido eco de sus reflexiones y recuerdos, incluido los guiños a la actualidad.
Miguel Eyquem Astorga falleció casi dos años después de realizada está entrevista, el 21 de marzo de 2021. En su trayectoria destaca haber recibido el premio nacional de urbanismo en 1971. Tiempo antes, participó de la fundación de Ciudad Abierta de Ritoque donde se desempeñó como profesor del Instituto de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Hizo de la arquitectura, del diseño aeronáutico y del urbanismo su oficio. Quizá fue desde el aire, como el aviador apasionado que era, en donde se enamoró del espacio y en donde a no dudar, tal como aquí lo refiere, imaginó “el gran San Luis»
Agradezco a Teani Cortés Lizama por revisar la redacción de está entrevista y a Claudio Leiva por la fotografía de Miguel Eyquem.
PLANEO (P): ¿Qué es la Villa San Luis de Las Condes (VSL) para usted?
Miguel Eyquem (ME): Es un trozo del urbanismo chileno. Sin darme cuenta de cómo sucedió, preví que se trataba de un proyecto de urbanismo muy grande para albergar a miles de personas. Sucedió por un concurso, un cruce de caminos entre Allende y el golpe militar.
P: Pero viene desde antes.
Claro, el proyecto proviene del gobierno de Frei Montalva. En el momento en que la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) comienza a funcionar, me invitan a participar. Su primer director o vicepresidente fue Gastón Saint Jean. Bueno, a mí me invitaron a participar como urbanista. En ese tiempo la CORMU tenía sus talleres de trabajo en Pedro de Valdivia norte, en una sala de exposiciones que regaló el gobierno de México a Chile, con el nombre de México. A ese lugar me llevo mi amigo Jaime Villalta, al borde del cerro, y me dijo ¿ves para allá? Sí respondí, qué linda vista. Bien me dijo ¿ahora ves ese paño verde que se ve allá? (me indicaba el oriente) Si contesté. Bien, ahora son tuyos, la CORMU los compró. Y entonces comencé. Luego, bajo el gobierno de Allende Goosens, tuve la suerte de que el director ejecutivo de dicha entidad fuera Miguel Lawner.
P: ¿Por qué dice que tuvo suerte de que Miguel Lawner fuera el director de CORMU?
ME: Es una historia larga, proviene del tiempo en que vivíamos entre Matta-Portugal, cuando Avenida Matta era la cintura sur del límite de Santiago y la calle República era el extremo poniente. Él sostuvo que yo tenía que seguir ahí, haciéndome cargo del trabajo más grande, desde el punto de vista urbano, que había en Chile en ese momento. Al sur de Matta comenzaba el campo, con grandes casas, donde había una gran huerta, ahí había una viña que se llamaba Viña San Miguel, que era de mi abuelo de origen francés. La situación era muy bonita, ahí nací yo. Mi abuelo, achilenado, hizo una casa con dos corredores, norte y sur, ¡Un corredor! ¿qué hace un francés viviendo bajo esa tipología? Delante de la casa que da hacia la avenida, se hacía un gran jardín. Al centro tenía un gran chorro de agua, a mi entender simbolizado con una palma chilena preciosa, lisa. Todavía existe rodeada por un estacionamiento de autos.
Yo nací y crecí entre diez tíos franceses que nunca quisieron achilenizarse, en cierto modo retirado de la ciudad. Cuando nací ya había muerto el abuelo y habían loteado la viña. Miguel Lawner provenía de una familia de origen judía pobre, llegó a la casa de mi tío Alberto. Para Lawner yo era un viejo conocido en quien confiar y para mí ese hombre, militante comunista, era mi amigo. A mi entender lo que CORMU tenía en sus manos era más grande que ellos. Lawner resistió las quejas de que yo no fuera un político y me ratificó en la conducción del proyecto de San Luis.
P (PLANEO): Entonces hablemos del proyecto de Villa San Luis. De lo que era y de vuestra propuesta.
ME: Lo que tenía en mis manos eran dos kilómetros de Avenida Kennedy, setenta hectáreas. Son cosas que pasan solo en Chile. Tierra sin cultivar para que se produjeran canchas de futbol, o sea, para que produjera polvo. Sé que partió por un grupo de médicos ¿Cómo llego a ser un terreno tan grande? No tengo ni la menor idea, una dimensión como esa no se puede lotear. Es interesante que no tenga que hacerse un plano, hay que trazar no más: las grandes avenidas, Manquehue y Presidente Riesco. Era importante entonces el terreno, el terreno mismo estaba jugado, entonces había que prolongarlo. Yo no me preocupé de eso, pero debí haberlo hecho porque hacer la primera autopista urbana de Avenida Kennedy que choca con Vespucio y a través de Tabancura se une con Las Condes, otra avenida no era menor. En ese lugar, Avenida Las Condes va caracoleándose ¿sabes por qué? Porque va siguiendo un canal del río Mapocho.
El inmenso paño se regaba con aguas del Mapocho, Avenida Kennedy estaba justo en el eje del Plomo, pura coincidencia. Los que la trazaron no pensaron ni una cosa de éstas. Para mí, que tengo una visión aérea, era fundamental entonces que las vías debían ser una suerte de paralelas a Kennedy. Eso tiene como eje al [cerro] Plomo a la vista, se trataba de que la arquitectura preservara el valle de Santiago. Ahora, en otro sentido, terminaba en la virgen del cerro San Cristóbal, lo que me indujo a ir a la virgen y me dije “yo no sé si los rascacielos lo permitirían”. Teniendo todo eso en cuenta tracé las principales ideas.
P: ¿Cuáles fueron esas principales ideas?
ME: Creo que las imaginé desde el aire. Yo vuelo en planeador, desde ahí considere cardinalmente el espacio del San Luis. Primero tomé en consideración que mirando hacia el sur está la calle San Diego que es una avenida que llega a San Bernardo, prácticamente una sola recta. Ahí está el parque Subercaseaux, formando una línea verde. Luego, mirando un poco al oeste, estaba la pista aérea de Cerrillos que entonces funcionaba comercialmente y también la Internacional, una gran hoja pasa por encima de la virgen y aterrizas en otro punto verde, la aproximación pasa por el Club Hípico y el parque O’Higgins, más allá el Matadero. Después, un poco más al poniente aun, camino a Pajaritos, orientado a esa cumbre del cerro que termina en el santuario de la Virgen. Ahí, sobre el santuario, recomiendo la vista que ofrece Santiago, una vista preciosa, estoy hablando hace muchísimos años, la altura ha cambiado. Entonces el gran San Luis se conectaba con los jardines del cerro y el borde del río, actualmente camino de Vitacura. A continuación, estaba el Club de Golf y luego comenzaba propiamente el terreno del San Luis. Al norte, Kennedy ofrecía una zona despejada como para hacer un parque o una primera gran franja, en consideración a que proyectaba que en esa zona hubiera edificios altos, de altura indefinida, de hecho, lo conversamos con la Municipalidad de Las Condes, por eso es por lo que está ahí el Marriot. Hacía el este, San Luis formaba parte del eje que iba directo al Plomo. Pasaba una cosa muy linda, el Plomo pertenece a una cadena de cerros llamada Esmeralda. La Villa San Luis debía quedar mirando el valle que presidia Santiago de Chile, el Plomo con sus cinco mil metros, era el Montt Blanc. Corresponde a la altura de los cerros de frontera, el Plomo se salía hacía el valle. Cuando vuelo en planeador paso por ahí, por el cerro Juncal y voy por el San Ramón para seguir hacía el Maipo, el Plomo se ve que se escapó de la cadena principal que está en el límite. Son cosas del azar muy especiales, que hacen que el valle de Santiago sea privilegiado, maravilloso, entonces no hay problemas técnicos que resolver, sino que simplemente cuidar el espacio para que no desaparezca el valle.
El proyecto de conjunto lo visualicé en tres franjas. El sector de Kennedy respondiendo con edificios residenciales altos a los ya altos edificios ubicados al frente. Propuse bloques que al interior tuvieran una cosa especial: a cierto nivel bajaban en ángulo al centro del terreno para asegurar la pendiente, había entonces una rasante para asegurar el horizonte de tres franjas. En la zona mediterránea debían alojarse los servicios generales, incluido los servicios municipales, estaría el centro cívico del barrio oriente, una plaza que tendría servicios fiscales, oficinas de abogados y de profesionales, un museo, un auditorio, un cine, cosas del centro de una ciudad y a continuación una proposición del verdadero mall que debería tener Chile, un mall a tajo abierto y edificios que se escalonaban, todo eso tendría un eje interior periférico para que no tuviera más tráfico en el interior hasta Bilbao, que se encontraba en el centro deportivo -creo que era el Country Club- y por el otro terminaban en el Mapocho, frente al cerro. La tercera franja era de edificios residenciales de cuatro pisos, para que no tuvieran ascensor y fuera barato, pero los edificios por fuera eran iguales, se integra la casa eso era bonito.
P: Todo lo que describe asemeja la ciudadela a gran escala con la que se ha definido el proyecto San Luis y la idea de ser un punto de fuga en el oriente de la capital
ME: Solo en la franja media, aparte de lo ya mencionado, había presupuestado una plaza de tres cuadras de trescientos metros, un nivel de estacionamiento de mil autos arriba, veredas, paseos con centros comerciales. Por el interior podía comunicarse entre pisos, podría haber una tienda inmensa. Yo había hablado con las tiendas que estaban en el Faro de Apoquindo, con Falabella y París, ellos estaban dispuestos a instalarse, de modo que éste verdadero mall pudiera hacer circular continuamente a la gente con cafés en medio y estacionamientos. En el patio, donde el auto participaría, había árboles, que desde abajo atravesaban para arriba. Se hizo una maqueta de madera y acrílico y con esa misma maqueta el Comité Olímpico chileno (manejado por el PDC) partió a Ecuador donde se iban a decidir la sede de los juegos Panamericanos. “ustedes tienen todo listo” les dijeron, no hablamos más[1]. Esa fue una jugada que conseguí, porque de esa manera, lográbamos pavimentar la Avenida Manquehue en la franja central, tenía cierto hundimiento porque arriba de ella, iba a pasar el centro cívico. Todo eso era una manera de hacer partir en Chile, somos campeones, pero ninguno es iniciador. Entre el equipamiento había diseñado un centro ecuménico, es decir un centro donde había un templo para todas las religiones. Hacia el sur comenzaría el barrio, el jardín que soportaba muy bien los cuatro pisos, de los edificios residenciales, no los ofendía ni les daba sombra. Esto tenía importantes espacios verdes, los jardines de una urbanización son más caros que un edificio, son de un costo horrible. Cuando yo trabajaba en el Ministerio les dije a los abogados que estudiaran organizar la creación de una cooperativa para que administre aquello ¿Qué es lo que sucedería? Se acabarían las pistas del golf que gastaban el agua potable, esa era una idea que viene de los vuelos que yo tenía. Y en vez de eso proyectamos unos campos largos con todo tipo de cultivo en permanente trabajo, huertos, a modo que el jardín no gastara, sino que produjera ganancias que la gente aprovechara y que ayudara a solventar los gastos comunes a pesar de que eran bajos. Era bonito que el propio suelo se trabajara. La acera de peatones tendría una fila de nogales, es oro, con eso financiábamos el jardín entero. Las nueces son duras como la piedra, la orden era que antes de que cayeran al suelo las sacaran.
P: Un proyecto multiescalar, integrado e integrador.
ME: ¡Todo lo que se pensó con el gran San Luis buscaba unir el todo! Por supuesto dentro de la Villa había un cuadrado grande de canchas. Invité a la Universidad de Chile[2] ofreciendo que la construcción de la terraza tuviera una pista de entrenamiento, aunque no olímpica, sino que, con una piscina olímpica, que estaría orientada por el cerro Manquehue, de modo que la gente veía la imagen. Se hizo la piscina inclinada con cincuenta metros. En la Municipalidad de Las Condes en tanto se aprobó una especie de plan regulador, se estaba previendo todo lo que se necesitaba y se comenzaron a abrir las calles y ponerles nombres. Por ejemplo, se hizo la calle que llamé Cerro el Plomo. Desde el oriente vendrían también otras calles como Cerro Altar o Cerro Colorado, calle Presidente Riesco.
Desde el inicio del proyecto, como buen ingeniero que soy, me fui a los campos, al campo del San Luis. Quería conocer su dimensión, pero también a la gente e integrar. Eran terrenos muy peligrosos porque se los podían tomar en cualquier momento. Así, fui haciendo camino con los futuros pobladores. Fui directamente a conocer sus condiciones de vida, gente de la ribera del río Mapocho. Algunas familias habían conseguido, con mucho esfuerzo, hacer mejoras. Había familias que tenían un pequeño parrón, un gallinero, un chancho, una gruta con una virgen. O sea que, en sus terrenos, donde estaban votados de la ciudad, en el río, tenían un pequeño parque. Les dije a los pobladores que tendrían una sola obligación: hacer funcionar el campo, mantener su campo verde. Eso fue porque en ese tiempo a mí me tocó vivir en los Domínicos, en la segunda casa. Como dueño de fundo me sentía, me iba recorriendo, bajando por Las Condes, preocupado de cuánta agua caía. Todo constructor, lo primero que hacía, era tapar las aguas y me hice pasar por inspector municipal para defender el agua con el objetivo que llegara a mis tierras (San Luis). Fue muy bonito, una cosa surrealista, de locos.
P (PLANEO): Era un proyecto increíble para Santiago de inicios de los setenta ¿Qué sucedió con el proyecto de conjunto?
ME: Como la economía estaba en el suelo consideramos partir por la zona residencial sur. La más económica pero también la más urgente. A Miguel Lawner se le ocurrió una idea brillante, realizó un sistema de concurso-oferta donde las empresas constructoras proponían ejecutar el trabajo con diferentes formas de producción. El concurso fue un éxito, pero para mi gusto hubo un pecado mayúsculo, responsabilidad de la arquitectura. La mayoría de los proyectos fueron realizados por malos arquitectos, creyendo que la economía consistía en que la arquitectura debía achicarse. Paralelo a eso, Luego de entregados los primeros departamentos los fui a ver y muchas de esas familias estaban llenas de cosas que no tenían dónde poner: el baño era un guardadero, no tenían dónde guardar sus cosas, era una infamia. Me dio una pena terrible. Sentí que les fallamos, me equivoqué. Yo esperaba mucho de amigos que estaban trabajando en la ejecución de las obras, trabajaban con técnica de hormigón, en moldaje en altura, hicieron unos departamentos con esta idea, pero el resultado fue el más miserable de todos. Yo responsabilizo de eso directamente a los arquitectos.
Yo estaba a cargo del trabajo urbano más grande que había en Chile en ese momento. Descubrí cosas horrendas, como por ejemplo que los estudiantes de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Santiago que hicieron su practica en San Luis realizaron bloques de cemento muy pocos estudiados, tan malos que después los transformé en otra cosa. Descubrí que los estudiantes no se interesaron jamás por lo que habían hecho, no estudiaban ni iban a terreno. Entonces hice, con la ayuda de Víctor Rivera, un calculista, un edificio de bloque, es el que está hoy al oriente de Manquehue. El proyecto con la PUC fue un fracaso, los estudiantes deberían haber estado en la obra misma, pero como siempre hay quienes se transformaron en administrativos y funcionarios que se transformaron en arquitectos. En la franja centro, el parque Araucano está muy mal ubicado, pegado a Américo Vespucio, que es una circulación periférica que junta los suburbios. El parque actual fue hecho por exalumnos nuestros, no es un proyecto de ingeniería para hacer andar Chile. El parque Arauco y Alto Las Condes y otro centro más deberían estar en lo que imaginé como centro cívico, lo que le daría una densidad de gran ciudad, inaudita, para más de un millón de habitantes. En cuanto al centro ecuménico, me comuniqué con el arquitecto que había levantado uno similar en Suiza, le envié un anteproyecto dibujado por mi propia mano, él estaba feliz, pero tampoco se construyó. En cuanto al parque, no tenía nada que ver con lo que yo pensaba debía tener un parque; el equipamiento, la piscina que no se si la destruyeron, una brutalidad increíble, que una cosa hecha, lograda, no se les ocurra darle curso, una piscina es un tesoro en este país. El gran San Luis era un lugar donde los pobladores podían ver la cordillera, pero con la ayuda de la arquitectura se perdió completamente.
P: ¿Qué pasó después del golpe civil-militar de septiembre de 1973 con usted y con el proyecto del San Luis?
ME: Seguí trabajando en la CORMU después de 1973. Colocaron como director de la institución a un cuidador de cementerios, que no ayudó en nada a la continuidad del proyecto. Los militares, pero también los funcionarios civiles, estaban sospechosos de todo. Un día invité a Pérez Yoma, que tenía una gran empresa constructora a conversar sobre el tema y me preguntó con incredulidad ¿alguna vez van a edificar lo que te propones? Mira, le contesté, mi proyecto es la capital de América, aislado y de grandes proporciones. “Eres un iluso” me dijo. Esa respuesta demuestra la pobreza del empresario chileno. «¿Te das cuenta -le dije- que a mí no me cabe que tengas la cabeza tan achicada?»
P: Usted conoce el aciago destino de casi mil familias pobladoras despojadas de sus departamentos en la Villa San Luis entre 1976 y 1980.¹
ME: Evidentemente y hasta el día de hoy me genera un dolor terrible, me es difícil hablar de aquello. Lo que hubo ahí, lo que realmente paso fue un robo de parte del ejército. Durante el gobierno militar la CORMU no hizo nada, ellos estaban sospechosos de todo, esperando a los “chicago boys”. Estuvo todo paralizado por mucho tiempo, las empresas habitacionales sin iniciativa; el crédito, el mercado, los bancos, las hipotecas, todo. Aquí hay un problema humano profundo. Era evidente que los vecinos del barrio, viendo a estos “primitivos” que les ponían al frente, no les iba a gustar nada. Pero lo que destruyo esto, en definitiva, fue otra cosa; fue el negociado. Cuando se dieron cuenta del tremendo espacio, centro de la comuna, el ejército con los “chicago boys” mostraran el horizonte en el que ellos confiarían.
P (PLANEO): El año 2017 un pequeño pedazo que contiene dos edificios semi derruidos, dentro del lote 18, fue declarado Monumento Nacional ¿Cuál es el destino que a su parecer debiera tener?
ME: Justamente es la lucha por aquellos quienes quieren derrumbar y quienes quieren conservar. Lo que sé es que no quiero ir a verlos porque me da mucha pena. No creo que resulte preservarlos tal como están porque es como conservar lo triste. Hoy está todo carcomido por el negocio inmobiliario que es el más grande de los negocios, es el más grande robo. Villa San Luis a pesar de los errores que tuvo y de mis equivocaciones era una de las arquitecturas buenas que había, sin embargo, la destruyeron sin contemplaciones. A las familias que llegaron, pobladores que conocí, se les otorgó los departamentos para que fueran propietarios, eso no lo soportaron, tampoco creo que soporten la memoria de lo que realmente ahí sucedió.
[1] La Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) designo en Ecuador a Santiago de Chile como el país anfitrión de los juegos Panamericanos a realizarse en 1975.
[2] Se refiere al club deportivo.
Ley de Ordenamiento Territorial y uso de suelo de la Provincia de Buenos Aires. Efectos en aspectos territoriales vinculados al desarrollo
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Revista Planeo Nº52| Vivienda en la Ciudad | Junio 2022
Por: [Solange Yesica Lemarchand. Departamento de Ingeniería, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina]
Resumen
La normativa de ordenamiento territorial y uso del suelo es un instrumento de la política pública que permite orientar el proceso de producción del espacio, cuya finalidad es organizar y planificar la ocupación de este en función del modelo de ciudad que se pretende alcanzar. Esta investigación pretende analizar los efectos que produce la implementación de la normativa de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelo de la Provincia de Buenos Aires, en los aspectos territoriales vinculados al desarrollo, considerándolo como el incremento del bienestar y disminución de la desigualdad, relacionado con el acceso a la tierra, la vivienda y un hábitat justo, que son algunas de las principales necesidades sociales.
El trabajo comienza con el concepto de desarrollo y territorio utilizados, y la importancia de la política pública en materia de ordenamiento territorial y uso de suelo. Se presenta la normativa existente a nivel nacional y la correspondiente a la Provincia de Buenos Aires, en cuanto a dimensiones mínimas de parcelas e infraestructura. Finalmente, se pone de manifiesto las desigualdades entre los barrios cerrados y los barrios de vivienda social. Como resultados, se pueden mencionar la falta de cumplimiento del objetivo de ciudad compacta y aumento de la segregación socioespacial.
Palabras clave: Política Pública, Segregación residencial, Desigualdad, Subdivisión del suelo
Abstract: Land use and territorial planning regulations are an instrument of public policy that guides the process of spatial production. Its purpose is to organize and plan the occupation of space according to the city model to be achieved. The objective of this paper is to analyze the effects produced by the implementation of the Land Use and Land Use Planning regulations of the Province of Buenos Aires in the territorial aspects related to development, considering it as the increase of welfare and the decrease of inequality, related to the access to land, housing and habitat, one of the main social needs. The paper begins with the concept of development and territory used and the importance of public policy on land use and land use planning. It explains The existing regulations at the national level and those corresponding to the Province of Buenos Aires, in relation to the minimum dimensions of piece of ground and infrastructure. Finally, the inequalities between gated communities and social housing neighborhoods are highlighted. As results, the lack of compliance with the objective of a compact city and the increase in socio-spatial segregation can be mentioned.
Keywords: Public Policy, Residential segregation, Inequality, Land subdivision
Atributos del modo de habitar mapuche en conjuntos de viviendas con pertenencia indígena de las principales Áreas Metropolitanas de Chile.
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Revista Planeo Nº52| Vivienda en la Ciudad | Junio 2022
Por: [Catalina de Cortillas Torres . Arquitecta y Magíster en Proyecto Urbano, PUC – Chile. Depto. de Asesoría Urbana, Municipalidad de Providencia, Chile]
Resumen
En el siglo XIX tardío, el pueblo mapuche migró masivamente a las ciudades debido a la reestructuración económica regional y conflictos de tierras con el Estado chileno (Carmona, 2017). Aunque la literatura explora el problema de la vivienda mapuche, se centra en la arquitectura de viviendas tradicionales – espacios urbanos creados por poblaciones mapuche (Fontana & Caulkins, 2016). Surge la pregunta ¿qué atributos del modo de habitar tradicional se mantienen en las viviendas mapuche de Áreas Metropolitanas en Chile?
Este artículo busca destacar similitudes entre los atributos del modo de habitar mapuche y viviendas construidos en 2007 bajo un convenio MINVU- CONADI en las Áreas Metropolitanas de Santiago y Gran Valparaíso, en cuatro dimensiones: (i) orientación de las edificaciones, (ii) espacios de encuentro, (iii) límites entre lo público y privado y (iv) la condición urbana del conjunto residencial. El análisis muestra que el cumplimiento de atributos que refuerzan el modo de habitar mapuche no es absoluto en ninguna Área Metropolitana de Chile.
Es urgente conocer el estado de los pueblos originarios en las ciudades chilenas y que el ámbito académico y estatal continúe investigando las necesidades de los pueblos originarios en la cultura, arquitectura y ciudad contemporánea del siglo XXI.
Palabras clave: Mapuche urbano, Vivienda indígena, Áreas Metropolitanas
Abstract
During last half of 19th century, people of mapuche culture began to experience a migration to big cities, mainly due to the reconversion of the regional rural economy and land conflicts with Chilean State (Carmona, 2017). Although problem of mapuche housing and its geographical quantification in Metropolitan Areas are topics widely explored in literature, most of the researches focuses either on architecture of traditional housing, or on spaces produced by mapuche population that have been organized in the urban form (Fontana & Caulkins, 2016). Given this affirmations, the question arises to what attributes of traditional way of living are found in houses with mapuche belonging in Metropolitan Areas of Chile?
The objective of this article aims to highlight the main coincidences between attributes of mapuche way of living and six residential complex built under a MINVU-CONADI agreement in 2007 in the Metropolitan Areas of Santiago and Gran Valparaíso, according to four dimensions raised by literature: (i) orientation of buildings, (ii) presence of a meeting place, (iii) limits between public and private, and finally (iv) urban condition of residential complex.
Keywords: Urban mapuche, Indigenous housing, Metopolitan Areas
Entrevista a Anaclaudia Rossbach, Directora para América Latina y el caribe en el Lincoln Institute of Land Policy
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos UC]
Anaclaudia Rossbach trabajó en proyectos como el diseño de uno de los principales programas de mejoramiento de asentamientos precarios a nivel de ciudad, liderado por la Ciudad de São Paulo. Fundadora y directora de una ONG que desarrolló proyectos de alto impacto en comunidades en Brasil y Bolivia. Trabajó como especialista senior en vivienda para el Banco Mundial, BID y otras organizaciones internacionales tanto en Brasil como en otros países, como Filipinas, China, India, Sudáfrica, Nigeria, Mozambique, Perú, entre otros. Como consultora de alto nivel ofreció asistencia técnica para el desarrollo e implementación de la política brasileña de subsidio a viviendas y asentamientos informales, programas de alto impacto como el “PAC Favelas” y el programa de vivienda, Minha Casa, Minha Vida.
Fue Gerente Regional para América Latina y Caribe y del Programa Global de Informalidad Urbana junto a Cities Alliance, actuando en el fomento de plataformas de conocimiento, asistencia técnica por demanda y comunidades de práctica con enfoque en la región de América Latina y Caribe, y países de otras regiones como Sudáfrica e India. Actualmente, como Directora para América Latina y el Caribe en el Lincoln Institute of Land Policy, está a cargo de las actividades de capacitación, investigación y asistencia técnica en la región.
PlANEO (P): Desde tu formación inicial en el campo de la economía ¿Cómo podrías describir tu acercamiento al ámbito de la ciudad y sus injusticias? ¿Qué claves críticas y políticas nos podría entregar la economía para observar la ciudad contemporánea?
Anaclaudia Rossbach (AR): Creo que hay tres aspectos relevantes. En primer lugar, tiene que ver con la “economía espacial urbana”, es decir, con el desarrollo de los mercados de suelos que tienen un impacto muy importante en la ciudad, ya sea a nivel formal o informal. Si no hay procesos de planificación urbana, de establecimiento de estrategias de futuro y diseños de instrumentos de regulación urbanística y gestión de suelo en la ciudad, los mercados se van desarrollando de manera caótica, bajo a una tendencia a la segregación y exclusión, apalancando la informalidad. La intensidad de los procesos de exclusión va a depender del grado de inequidad y pobreza que tenga tu país o ciudad, o bien, bajo al panorama macroeconómico que puede intensificar las brechas estructurales en un determinado período de tiempo. Vale resaltar que simplemente tener procesos de planificación y regulación urbana no garantiza la promoción de equidad ya que, en América Latina, hemos replicado muchos modelos que no son nuestros. Replicamos modelos de Alemania, Francia, España y Norteamérica, con regulaciones urbanísticas que siguen parámetros inalcanzables para nuestras realidades; explayamiento de la ciudad con desarrollos inmobiliarios suburbanos tipo condominios cerrados para los hogares de altos ingresos, acompañados de la autoproducción o proyectos habitacionales públicos para los segmentos de más bajos ingresos. En este escenario, la óptica de la planificación urbana más técnica ha sido muy en función del aspecto productivo o económico de la ciudad, y no necesariamente centrado en actuar (desde la inclusión o derechos) en torno a las brechas sociales y de infraestructura, así como la segregación espacial que enfrentamos. Pensamos mucho en crear empleos y oportunidades económicas, pero poco en inclusión y calidad de vida, lo que también tendría un efecto positivo en los mercados de suelo e inmuebles, con el desarrollo de nuevas centralidades y oportunidades de negocios
El segundo aspecto, tiene que ver con el impacto indirecto del propio contexto macroeconómico del país, que orienta los niveles de empleo e informalidad laboral, y por lo tanto del acceso a la vivienda o la exclusión de esta, lo que también trae consecuencia en la expansión de situaciones de irregularidad e informalidad. Dicho de otra forma, el contexto macroeconómico aliado a las condiciones socioeconómicas de la población va a permitir o no, la entrada de determinadas familias al mercado inmobiliario formal, que en realidad es muchísimo limitado en la región. Lo mismo pasa en políticas públicas, que muchas veces para llevar a cabo sus proyectos, requieren de un cierto grado de ahorro y de contribución por parte de las personas. Ahora, si no hay una planificación estratégica para la periférica, que es donde el suelo está más accesible, se excluye a muchas familias del mercado formal, experimentándose ocupaciones informales en áreas centrales ociosas, o bien, una expansión informal en la periferia. Es por esta razón que, hay un tema de contexto macroeconómico y condiciones socioeconómicas estructurales que tiene impacto directamente en el territorio.
El tercer aspecto, es el tema fiscal de las finanzas públicas y la inversión en el territorio (Latinoamericano), es decir, de cómo están orientadas o como llegan las inversiones de infraestructuras y subsidios en el territorio, en términos de la plusvalía generada en el suelo. Las decisiones o la capacidad de inversión nacional es muy importante, puesto que las ciudades dependen mucho de este tipo de inversiones para las grandes transformaciones urbanas. Sin embargo, hay una asimetría de información desde la toma de decisión de una gran infraestructura en una ciudad, y los actores/gobiernos locales que no tienen toda la información disponible. Entonces es muy difícil planificar para capturar también los beneficios de estas inversiones nacionales, lo que tiene un impacto gigante en el territorio, ya sea en el valor del suelo, o en la propia dinámica de expansión de la ciudad. En resumen, son esos tres aspectos en que yo me centraría: el aspecto de la economía espacial urbana, la planificación urbana orientada al desarrollo económico, y las finanzas e inversiones públicas.
(P): Desde tu experiencia investigativa y profesional: ¿Cuáles han sido los casos más significativos y complejos que te ha tocado trabajar? ¿Cuáles han sido las claves y posicionamientos para hacer converger epistemologías, territorios y actores divergentes?
AR: Desde mi experiencia personal y profesional, lo más significativo fue apoyar la política nacional de vivienda en Brasil. Esta fue una política de mejoramiento de asentamientos precarios a escala nacional combinada a una política de subsidios para nuevas viviendas. Participé del proceso de elaboración del programa “Minha Casa, Minha Vida”, en donde se generaron casi 5 millones de viviendas en todo el territorio nacional. El programa de mejoramiento de asentamientos precarios – PAC Favelas -. En general se trataba, en un territorio tan diverso como Brasil, de intentar manejar la regularización de suelos, mejorar la infraestructura y hacer un tratamiento de áreas de riesgo de asentamientos informales. El modelo fue muy adecuado, porque fue muy abierto en un contexto donde no hay muchas directrices nacionales. Se trataba en particular, de fondos que se pasan a municipios y que se pueden aplicar siguiendo directrices mínimas, aprovechando la expertise, la cultura y los procesos de participación locales. Esto es muy complejo, porque se trata de coordinar ciertos servicios y conexiones de infraestructura, agua, etc., con aspectos culturales, de educación, salud, integración y movilidad a la ciudad. Esta coordinación se da de forma holística, planificada e integrada a la ciudad de forma participativa. Pero hay una dicotomía en esto, y que se da no sólo por el desface entre los procesos de participación y la velocidad de los proyectos y la financiación pública, sino porque siempre hay una tensión muy fuerte entre empresas, consultores contratados, tiempos políticos del gobierno nacional, y los territorios locales. Tener todo esto compatibilizado con un resultado positivo en el territorio es muy complejo, y obviamente el resultado es bien diversificado, tiene pocas evaluaciones, y en realidad conocemos muy poco del resultado de este programa. “Minha casa, Minha Vida” es un programa con fondos del presupuesto público nacional y de fondos de ahorro de los trabajadores, financiados o intermediados (en muchos casos el subsidio llega a 95% del costo de la vivienda) por la banca pública nacional, con empresas u organizaciones sociales que pueden operar en todo el territorio, pero con un rol necesario del municipio de articular la integración con la planificación urbana, y ejecutar finalmente esos servicios. Hay muchas críticas con relación a la localización periférica en donde se implementó en algunas ciudades, de la falta de integración con la propia ciudad y servicios, es decir de la dificultad en el acceso al derecho a la ciudad. Pero por otro lado creo que en algunos territorios se logró tener proyectos de vivienda más sostenidos e integrados, lo que nos ayudó a romper la tradición de segregación y fragmentación que tenemos. Creo que, tanto en el programa de mejoramiento, como en el programa de vivienda, no logramos romper la inercia de la segregación en la ciudad, lo que es una tensión que enfrenta Chile y todos los países de América Latina, pero también todo el Sur Global diría yo. Las brechas de infraestructura que tenemos en nuestra ciudad son muy significativas, tenemos los precios, grandes brechas de ingreso, así como precios de suelos tan divergentes y altos. Por otro lado, las dificultades culturales de promover la integración socioeconómica de los pobladores de la ciudad es un fenómeno muy prevalente, y ahí creo que estamos hablando de un fenómeno global, porque realmente la población no quiere mixturas. Entonces yo creo que, al volver a mi experiencia, hay dos aspectos muy interesantes a observar: Por una parte, creo que se generó una mejora de vida para millones de personas en Brasil, pero, por otro lado, una frustración por la ineficiencia de estos programas a ayudarnos a superar brechas estructurales de nuestras ciudades.
P: Respecto al tema del difícil habitacional en Latinoamérica: ¿Cómo se debe abordar esta compleja crisis? ¿Cómo pensar, desde la política institucional o de otra forma, un “derecho a la ciudad” que no solo se limite al acceso a la vivienda, sino que lo piense desde sus múltiples entradas?
AR: Siempre hay que buscar innovación y solución a la política habitacional y en los programas, porque claramente el modelo de vivienda en Latinoamérica está obsoleto. Si bien esta producción de vivienda subsidiada por el gobierno, solucionó la vida de muchas personas en la periferia, también generó segregación, pero si no fuera por esas políticas, tendríamos muchas más personas viviendo en situación precaria. Es por esto que, no hay que tirar estas políticas en la basura, ya que funcionaron para millones de personas, pero llegó a una obsolescencia, porque no podemos seguir expandiendo la ciudad así en la periferia; tenemos que preservar los entornos naturales, ya que la crisis climática nos presiona a todos. De hecho, la parte más representativa del déficit habitacional es cualitativa y no cuantitativa. En un foro que ocurrió el año pasado en el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) se presentó y validó esto: En los últimos años el 90% de las inversiones han sido para el déficit cuantitativo, en razón de que este déficit representa sólo el 6% del déficit, a diferencia del 94% del déficit que es cualitativo. Tenemos que hacer ese cambio, salir de la producción de solamente vivienda nueva, del mejoramiento del stock y/o trabajar los espacios vacíos ociosos de los centros urbanos. No podemos seguir con el ritmo de expansión urbana que hemos seguido, sea impulsado por la informalidad o por vivienda social, pública o por viviendas de altos ingresos, los condominios cerrados, etc. Tenemos que cerrar ese movimiento de expansión urbana desordenada, y preservar los entornos naturales y rurales, para pensar el abastecimiento de la población, garantizar vínculos urbanos rurales que sean sostenibles, y que al mismo tiempo ofrezcan el derecho a las ciudades para poblaciones rurales. Pero más que cambiar el modelo, yo creo que la gran transformación o solución, va a ser en el ¿cómo vamos a hacerlo? ¿qué procesos van a estar en curso? Esto porque hasta ahora los procesos de toma de decisión han sido muy “arriba/abajo”, lo que estimula a crear esquemas de gobernanzas participativas, multinivel, con procesos colectivos de co-creación, donde los actores puedan tomar decisiones activas, y que sean parte del proceso de las decisiones sobre las políticas nacionales. Eso nos va a posibilitar el rediseño del modelo que hoy tenemos de vivienda social, y poder repensar nuevos modelos de políticas del programa de vivienda, más conectados con el Derecho a la ciudad. Esto implica, ser parte de la ciudad, tener acceso, disfrutar de todas las oportunidades, sean culturales, de ocio, educación o salud. Se trata de disfrutar de todas las oportunidades de la ciudad de una manera equitativa, pero creo que eso es solamente posible en sistemas donde muchos son parte del proceso de decisión.
Un reconocimiento más pleno del derecho a la ciudad traería efectos en 1): cómo la política nacional va a impactar el territorio, y 2) como el territorio de la ciudad se va a desarrollar hacia el futuro, desde una visión de ciudad que funcione a todos. La intersección de estos dos puntos es lo que hace la diferencia. Pero ¿qué dicen los ciudadanos? ¿qué dice la sociedad? ¿cómo puede la sociedad ser parte de un modelo que funcione para todas y todos? Yo creo que se trata de cambiar el paradigma de producción de la vivienda periférica, lo que requiere transformaciones estructurales en la manera por la cual manejamos el suelo en las ciudades; igualmente repensar los grandes modelos de urbanización y aprovechamiento de los territorios construidos de manera más informal porque los grandes programas de asentamientos precarios, holísticos o integrales son muy complejos, requieren mucha coordinación y mucha inversión fiscal. Hay que pensar todo eso, pero la real transformación va a ser en cómo pensamos e involucramos a los actores locales de una manera estratégica, sean gobiernos como sociedad civil, porque desde ahí podemos realmente identificar soluciones, ir co-creando modelos que viabilicen el reconocimiento de la función social y ecológica del suelo, un derecho a una ciudad que funcione para todos y todas.
Creo que la gobernanza participativa es todo, porque permite abrir espacios para el diálogo a nivel de comunidades y la ciudad, y así pensar las políticas públicas nacionales. Pero si no abrimos esto es muy difícil, porque las políticas de planificación siguen siendo enseñadas por pequeños grupos técnicos sin conexión con las múltiples expresiones y desigualdades de la ciudad. Necesitamos espacios públicos para jóvenes, niñez y adultos mayores, pero si esta perspectiva que es múltiple no está comprendida, el límite de la acción técnica es muy corto y acotado. Entonces para extender esta acción e innovación técnica a la altura de toda esa perspectiva rica, multidimensional y multiactor en la ciudad, es necesario tener espacios de gobernanzas participativas en donde se genere un diálogo real con las comunidades.
P: Respecto al derecho a la ciudad y lo jurídico: ¿Es posible pensar el derecho a la ciudad desde una perspectiva universalista? ¿es posible operacionalizar visiones y tecnologías jurídicas de realidades tan antagónicas como sucede con el norte y el sur global?
AR: El derecho a la ciudad estuvo muy presente en el debate de la nueva agenda urbana, (2016, en Quito). Fue uno de los temas más escuchados y fue muy interesante acompañar esos debates, porque iban desde la comprensión del derecho a la ciudad como derecho colectivo y difuso, al derecho del patrimonio cultural, medioambiente versus su comprensión base a derechos individuales. Hubo también una discusión entre el derecho de la población rural vis a vis con el derecho a la población urbana, como si fuera una competencia entre los habitantes de la ciudad contra lo rural; en realidad no es este el tema, sino más bien de ¿qué es lo que la ciudad puede ofrecer a toda la población del planeta? Esto porque hay cosas que solamente la ciudad puede ofrecer dada la concentración de escala, y por las posibilidades que hay ahí, porque, por ejemplo, la riqueza cultural y patrimonial que hay en las ciudades que no se repite en las áreas rurales. Toda la oferta de servicios de salud o educación sofisticada, o de alto nivel, no se replica en todas partes, aunque se podría dispersar geográficamente la presencia de las universidades, centros de salud, etc. A pesar de todas las dificultades que enfrentan las mujeres en las áreas urbanas, principalmente las más empobrecidas y migrantes, estar en un territorio cerca de oportunidades o con conexión a transporte público, es muy transformador y empoderador. Entonces hay cosas proporcionadas por la ciudad, que deben ser en beneficio de todos y todas las que viven ahí y fuera de estas, a los que la habitan de forma temporal o de manera definitiva. Muchas de esas discusiones seguidas después de la conferencia Hábitat III, generaron masa crítica y un poco más de consenso, principalmente a partir de un trabajo importante desde la Plataforma Global para el Derecho a la Ciudad. Mientras yo no sabría contestar a tu pregunta, pienso que un elemento fundamental al derecho a la ciudad, es el reconocimiento de la función social del suelo, y en ese aspecto yo veo un avance importante en América Latina, porque tenemos muchos países que incorporaron la función social del suelo, otros incluso la función ecológica del suelo en sus marcos legales nacionales. El ejemplo más reciente es la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) de Perú que se aprobó el 2021, pero también la actualización a la Ley de Asentamientos Humanos de México, que reconoce el derecho a la ciudad y su función social. La LOTUS en Ecuador, con la constitución de ese país que reconoce la función social y ecológica del suelo. Entonces si hay en América Latina una tendencia que empieza a fines de los 80´, 90´principalmente con Colombia y Brasil y que se ha ido replicando en otros países inspirados obviamente en Lefebvre, Francia. Pero si hay algo que se podría replicar y reconocer en todos los países del sur global, sería reconocer la función social como algo relevante para promover el acceso igualitario al suelo, y de esa forma tener un acceso equitativo a la vivienda, reconociendo además los asentamientos informales que ahí están, y que conforman gran parte de nuestras ciudades. Esto también es muy relevante desde el punto de vista económico-social de las ciudades, pues tener ese reconocimiento es fundamental para garantizar acceso a servicios, procesos y dinámicas de mejoramiento integral de esos espacios. Además, sirve para maximizar y aprovechar inmuebles ociosos y espacios vacíos en la ciudad, atendiendo así a las necesidades sociales, de vivienda social, pero también de espacios públicos, equipamientos de servicios, infraestructura, etc. Entonces por el nivel de segregación, pobreza e informalidad que tenemos en América Latina, tener este elemento de la función social es muy relevante para que los municipios puedan diseñar ciudades con modelos de planificación y gestión del suelo, y en ese sentido ayudarnos a superar la desigualdad de los territorios que tenemos.
P: Para cerrar, si pudieses dar una reflexión que sintetice lo conversado y que tenga una proyección de futuro sobre el derecho a la ciudad en América Latina.
AR: Yo creo que estamos llegando a un consenso en la región de América latina, del punto de vista de políticas públicas como de percepción social, en torno hacia dónde queremos ir, porque al menos sabemos que no podemos vivir en esta situación de segregación en la ciudad. Ahora, lo que nos falta es ampliar la manera en cómo se están haciendo las cosas, con procesos o modelos de gobernanzas más incluyentes, multinivel, reconociendo el protagonismo local, fortaleciendo la capacidad y el poder de los municipios y diferentes actores locales. Cambiar esto presupone un gran cambio cultural, pues implica además entender de que, si no cambiamos esto, no logramos desarrollarnos mucho como sociedad. Si pensamos en ciudades que sean diferentes, más justas, ecológicas, accesibles y equitativas para todos y todas, tenemos que cambiar un poco la manera en cómo hacemos las cosas a nivel técnico, incluyendo activamente las voces sociales, y por otro lado revisar el aspecto cultural en donde aún tenemos que caminar un poquito más como sociedad, ya que hoy estamos muy polarizados.
Trenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario.
VerTrenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario.
Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Trenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario
[Por: Daniela Gutiérrez Crocco, arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Directora de Trenzando;
Pablo Alvarado, sociólogo de la Universidad de Chile, Magíster en Biología-Cultural de la Escuela Matríztica y Universidad Mayor, Profesional colaborador de Trenzando
Fotografías: Josefina Astorga Ugarte]
Resumen.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el desarrollo del sistema ferroviario en Chile fue una política de Estado no sólo vinculada al progreso, también fue parte del acto fundacional de muchas localidades no metropolitana cuyas comunidades forjaron su identidad en torno al tren. Así, la red ferroviaria no es sólo la infraestructura de rieles, trenes y carros, involucra también a múltiples comunidades que han visto en el desuso y deterioro de sus estaciones una fuga de oportunidades y la demostración de un centralismo excesivo que no las considera.
A partir de estas premisas, hace casi una década, nace Trenzando: una plataforma de colaboración territorial, basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario, que busca mejorar las oportunidades de desarrollo en localidades no metropolitanas. A través de una infraestructura itinerante que circula por las líneas del tren y la implementación de múltiples actividades, diseñadas en conjunto con las comunidades, Trenzando vuelve a vincular a las localidades que son parte de esta red, para promover el intercambio de experiencia y conocimientos, e impulsar la rehabilitación de las estaciones en desuso, como espacios para el desarrollo cultura y comunitario.
Palabras Clave: Trenes, plataformas colaborativas, estaciones ferroviarias
Entrevista a Luis Enrique Longhi Traverso, Arquitecto, Escenógrafo y Museógrafo peruano
Entrevista a Luis Enrique Longhi Traverso, Arquitecto, Escenógrafo y Museógrafo peruano
Revista PLANEO N°56 | La Ciudad como Derecho | Julio 2023
[Por: Gianfranco Borjas Cordero: Arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en Lima – Perú. Cursando el Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile.]
Longhi Traverso es arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en 1980, Escultor, Escenógrafo y Museógrafo. Ha cursado en simultáneo las maestrías Diseño Arquitectónico y Bellas Artes mención en Escultura de la University of Pennsylvania en 1984, Diplomado Animación por Computadora aplicado al diseño Arquitectónico y Paisajista GSD Harvard 1991. Como estudiante conoció a BV Doshi quien lo invitó a trabajar en su estudio de Amhedabad, India, donde pasó seis meses diseñando sistemas de alojamiento y visitando los proyectos en que Doshi colaboró con Le Corbusier y Louis Khan. En el año 2010, el Colegio de Arquitectos del Perú le entregó el Hexágono de Oro. Actualmente es Catedrático en las facultades de arquitectura de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Universidad de Ciencias y Artes de América Latina. La entrevista se ha desarrollado en la actual vivienda del Arq. Luis Longhi, en el Valle de Pachacamac – Lurín – Lima – Perú.
PLANEO (P): Considerando que llevas casi 5 años viviendo fuera de Lima, en tu casa de Pachacamac, rodeado del valle y desde donde nos encontramos haciendo esta entrevista. ¿Qué podrías comentar de tu experiencia de habitar fuera de la ciudad? Considerando además que este número de la revista se ha titulado “La Ciudad como derecho”
Luis Longhi (LL): Creo que los derechos en la ciudad son una batalla perdida, pienso en la naturaleza que se ha visto afectada por la ocupación de las ciudades y su gestión sobre los territorios, la naturaleza humana sobre todo; por esta razón ahora vivo aquí, en Pachacamac, lugar que escogí para huir de todos los conflictos presentes en Lima (ciudad), y que actualmente a pesar de estar lejos de la ciudad empiezan a aparecer. Ahora el pueblo tiene problemas de tráfico, densificación, especulación del valor del suelo, etc., en gran parte por la extensión e influencia de la ciudad y el sistema económico que ejerce.
Considero que en la dicotomía urbano – rural los seres humanos deberían tratar de no tener ningún derecho a la ciudad, las ciudades nos han robado el derecho a la naturaleza y por el contrario nos hacen participes de un sistema mucho más grande que ofrece calidad de vida a partir de indicadores que no representan los intereses de todos y se muestran para compensar ese derecho que nos robaron. Además, el poder que ejercen las ciudades y los sistemas urbanos sobre las personas y los territorios que la rodean es abrumador, actualmente el pueblo que habito se ha convertido en una extensión de la ciudad, los que viven en la ciudad no están contentos con la ciudad, los que vivimos en el campo tampoco estamos felices con el campo.
Pero, como me gustan los extremos, tengo una respuesta mucho más positiva respecto a la ciudad y sus habitantes, yo espero que los sistemas urbanos empiecen a humanizarse y se hagan las cosas con amor, en todo sentido, que se entienda a las personas y su esencia como parte de la naturaleza para recuperar ese derecho que se nos arrebató. Siempre pienso: ¿Cuánto de la naturaleza original se va a recuperar con tu presencia en la ciudad?, yo espero que ese acto de recuperación sea para bien, solo que, al contrastar con mis experiencias al volver a Lima, empiezan a aparecer problemas que hacen insostenible mi permanencia ahí.
P: Mencionas la idea de “vivir bien” como un derecho y hacer las cosas con amor como un fundamento que podría resolver los conflictos presentes en la ciudad, ¿Cómo se traduce esto en la idea de habitar fuera de la ciudad?
LL: La pandemia del Covid-19 paralizó los sistemas urbanos y en esa circunstancia de vida uno toma las opciones que ofrece el mundo para vivir, frente a esto yo decidí por mi derecho de vivir bien y para mí el derecho de vivir bien estaba aquí, habitando mi casa del valle, cultivando la esencia de Dios que nos ha creado para vivir bien y alejarnos de aquello nos dificulta ese bienestar, sobre todo frente a los problemas que se agudizaron en la ciudad por la pandemia.
Salvador Rueda habla de las tres crisis del mundo, la crisis demográfica, social y climática, considero la primera como responsable de los problemas sociales en los territorios, siendo relacionadas con la superpoblación y las crisis demográficas, generando desplazamientos de población en distintos niveles, pero sobre todo reconociendo que no todos los sistemas urbanos pueden contener a las personas o por lo menos no garantiza un bienestar para todos y todas, de ahí se desprenden fenómenos regionales y de escala mucho más complejos como la migración y la crisis de desabastecimiento.
Frente a estas crisis de ciudad, creo que los arquitectos, los urbanistas, los planificadores y políticos se han alejado de ese acto de amor por el vivir bien, estoy convencido que, si hubiese amor para concebir el planeta sería distinto. Yo soy un extremista y creo que, lo que controla las ciudades es la falta de amor en las intervenciones de la naturaleza, desde mi esencialismo, la falta de amor en la política que pretende organizar el territorio, esa falta de amor en la concepción de las intervenciones. Alguna vez dije mi famosa frase sobre “hacer el amor al entorno”, refiriéndome al ejercicio de una intervención con amor, en contraposición y como crítica a la labor que guía actualmente a los arquitectos y el ejercicio de la profesión que se ha delimitado por el dinero, generando una prostitución del oficio. Las obligaciones del día a día han hecho que se pierda la esencia del oficio, cuando se trabaja por amor se trabaja desde otro nivel, en una condición de lo justo y necesario, cada quien tiene su propio sueño y lo más peligroso es soñar sueños ajenos.
P: ¿Hacia dónde crees que va el futuro de las ciudades? Habiendo mencionado que las ciudades no solo afectan a sus habitantes, sino ejercen poder incluso sobre aquellos que no la habitan.
LL: Después de haber vivido en el campo durante casi 5 años, me doy cuenta de que los problemas de la ciudad también empiezan a aparecer en este pueblo, el tráfico en horas punta, la falta de un orden y respeto por los demás, la sobrepoblación en un territorio, la delincuencia que parece ocupar todos los espacios habitables, me vuelven a enfrentar a los problemas que yo creí se habían quedado en la ciudad. Frente a esto pienso en ideas, por ejemplo, como la arquitectura verde se ha posicionado como una postura necesaria y presente, pero que, considero son solo paliativas frente a crisis y conflictos mucho más complejos por resolver. También reflexiono en quienes ejercen el poder en las grandes ciudades como Lima, cuestionando el rol de los arquitectos, la policía y los políticos como parte de una solución, siendo esta también el problema por la corrupción como el mayor responsable de haber destruido este sistema, cuando se hace lo que sea con el fin de cumplir objetivos fuera del sentido más humanista.
Considero que la llegada de la Inteligencia artificial acelerará la idea de cerrar un ciclo y empezar uno nuevo en el mundo, frente a nuestra situación actual me pregunto ¿Qué está aprendiendo esta IA?, esta sensación de confusión muy presente en la ciudad, sobre todo post pandemia, donde la sanidad mental viene representando todos los conflictos no resueltos de los ciudadanos, me hace pensar que el final es pronto.
En mi caso y desde una visión más soñadora, creo que actualmente encuentro en Pachacamac el recuerdo de la ciudad como una situación de cobijo, como cuando yo era niño y viví en Puno, recuerdo el espacio público, sin disputa sobre a quién le pertenece, la multiculturalidad emergente, los usos diversos sin juicios éticos y dinámicas de ocupación sin planificación, todo muy naif desde su emergencia, creo que actualmente esta sensación le suma valor a mi experiencia de habitar este territorio y es el punto donde conecto con su valor.
P: Finalmente, ¿Tienes alguna propuesta sobre la forma en que venimos haciendo ciudad o frente a la manera en que ocupamos los territorios?
LL: En contraposición con este contexto sobre el futuro de las ciudades, yo también he propuesto el diseño de ciudades, basadas en las cosas que invento y pienso en mi esencialidad, creo que la arquitectura debería estar formado por tres naturalezas: 1)la naturaleza original, en su estado más primitivo; 2)la naturaleza que está hecha por el hombre, como el resultado de las necesidades del habitar, las ciudades por ejemplo; y la 3)naturaleza que vuelve a su estado original, esta con el fin de mantenerse neutra y sana de cualquier intervención que haga el hombre.
Mis propuestas de ciudades crean un sistema de ocupación del territorio donde hasta las ciudades son naturaleza, un poco en respuesta a las predicciones de lo que podría pasar con Lima y las zonas que se verían devastadas frente a un terremoto, las consecuencias que traería para la ciudad y sus edificaciones, pienso en esas zonas, los restos de esa ciudad y los métodos que aplicaríamos para enfrentar esta situación. A diferencia del mundo prehispánico, donde se asumían los ciclos de la vida y la muerte como parte del ciclo natural y se construían estos espacios para la muerte, creo que la modernidad ha dejado de lado estas ideas que podrían ayudarnos a resolver los conflictos de la ciudad. Actualmente la academia y su ventaja intelectual sacan provecho de cosas que probablemente no entiende en su esencia, dejando este conocimiento en la museografía o como escenografía para crear nuevas propuestas que no responden a la realidad de cada territorio.
Entrevista a Alexis Cortés, Sociólogo, miembro de la comisión experta del proceso constitucional de Chile
Entrevista a Alexis Cortés, Sociólogo, miembro de la comisión experta del proceso constitucional de Chile
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos UC]
Alexis Cortés es profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado desde 2014, fue director del Magíster en Sociología y vice-presidente del Colegio de Sociólogos y Sociólogas de Chile (A.G.). Es doctor en sociología por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (IESP-UERJ), máster en sociología (IUPERJ-Brasil) y sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente dirige el proyecto FONDECYT: “Radiografía del pensamiento crítico latinoamericano: Las antologías de CLACSO como aproximación a un canon regional”. Es autor de: 2018. Favelados e pobladores nas ciências sociais: A construçao teórica de um movimiento social. EdUERJ, Rio de Janeiro.
PLANEO(P): Para partir quisiera consultarte ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo, corrientes o epistemologías que te han estimulado desde la sociología o las ciencias sociales, a pensar a nivel teórico/metodológico y/o ideológico, las desigualdades e injusticias de la ciudad actual?
Alexis Cortés (AC): Las principales corrientes que he abordado y que me han influido para abordar una perspectiva de desigualdades urbanas, las fui adquiriendo en mi formación de pregrado con los cursos que hice en el Instituto de Estudios Urbanos con Francisco Sabatini, Gonzalo Cáceres, Carlos Sierralta, donde el estudio de la “segregación socio-espacial” me permitió fortalecer un interés en la cuestión urbana. Esto me hizo extender un puente entre estos objetivos de investigación, y mi propia biografía como alguien que se crio en poblaciones emblemáticas de Santiago como la Victoria, La Legua, La Santa Adriana, la Villa O’Higgins, donde la que más me marcó fue la población la Victoria. Entonces, fue en estos cursos que yo hice de mi propio barrio un objeto de estudio, lo que me llevó a postular a un Magister, y ahí dedicarle a la identidad territorial de la población la Victoria, mi tesis de Maestría. En eso también fue importante el trabajo de Francisca Márquez, con quien tuve la oportunidad de ser asistente de investigación. También fui asistente en un proyecto Anillos 2, donde estaba Sabatini, Rodrigo Salcedo, Guillermo Wormald y Alejandra Rasse. Luego estando en Brasil, en mi tesis de Doctorado realice un análisis comparativo del movimiento de pobladores en Santiago, y el movimiento de favelados en Río de Janeiro, en donde los trabajos del CIDU fueron muy importantes, a pesar de que de todas esas perspectivas, siempre traté de hacer un abordaje crítico, pero sin duda los trabajos de Manuel Castells, Franz Vandershuerren y de Eder Sader, entre otros, fueron importantes. En el caso de Brasil la lectura de la “geografía crítica”, sobre todo la escuela de Niterói en la Universidad Nacional Fluminense, con Milton Santos como referente, fueron significativas. Y de São Paulo, hay una corriente que tiene un abordaje marxista, que para mí sigue siendo sugerente para comprender las desigualdades sociales o las desigualdades urbanas. Ahí está Lucio Kowaric que habla de la “espoliación urbana”, que es un concepto que sigue siendo provechoso para entender como hay expresiones específicas de la explotación, a partir de la externalización de lógicas de mantención de la condición de reproducción de la vida de las trabajadores, que se dan por medio de lógicas de acumulación, y donde se ocupa la idea de “acumulación por desposesión”, pensando en una idea marxista más clásica que ha fortalecido David Harvey. Por último, tengo que mencionar a mi propio profesor guía, Luiz Antonio Machado Da Silva, que es uno de los fundadores en estudios sobre favelas en Río de Janeiro, que con su perspectiva pragmática, desde la perspectiva de los actores, en este caso, de los favelados, marcó bastante mi formación y mi modo de aproximarme a las ciudades y a los actores que, dentro de ella, van produciéndola.
P: Desde tu experiencia investigativa o política: ¿Cuáles crees que son las principales características de los movimientos sociales de pobladores en Chile?. ¿Cómo crees que convive una perspectiva de clase (revolucionaria, si así fuese), con una lógica de acuerdos, concreciones y funcionalidades políticas a corto plazo? ¿Qué discordancias, rupturas o conflictos ves ahí?
AC: Diría que el movimiento de pobladores es un movimiento que se define por el papel que juega dentro de la ciudad, y que se puede combinar desde dos definiciones. Por un lado, que es lo que M. Castells moviliza, aunque excluyendo esta idea de “contradicción secundaria”, es la definición de movimiento de poblador basado en una contradicción de consumo, pero que por las dinámicas de poder está enfrentado a las lógicas del Estado. Pero, lo que sí es provechoso del abordaje que él tenía, es la definición de la “cuestión urbana” y de los actores que son productores de la ciudad, donde por un lado están los “actores públicos”, siendo el Estado fundamental, pero también, en segundo lugar, el mercado, los actores inmobiliarios, y un tercer factor, que son los “movimientos sociales urbanos”, que es la definición que sigue siendo provechosa, porque los pobladores se definen, más que por la lucha del techo, por el papel que juegan en la construcción de una ciudad más democrática. Por eso rescato esta idea de Castells, pero también creo que son importantes las definiciones espaciales de los pobladores que en los años 80 en Chile se empiezan a producir. Ahí destaco el trabajo de Bernardita Gallardo, en FLACSO, pero también de Francisco Sabatini, porque creo que lo que define a los pobladores, es que este es indisociable de la territorialidad que va produciendo. El movimiento de pobladores no se reduce a la casa, “es una lucha más grande que una casa” dicen los pobladores del MIR en los años 70, tanto es que buena parte de los pobladores de los años 80, protagonizan una página muy significativa en la historia de Chile en la resistencia a la dictadura. La población la Victoria, La Legua, la Bandera, que se destacaron durante las jornadas de movilización popular contra la Dictadura, eran gente que ya habían conquistado su casa, pero que seguía demandando en un sentido amplio, un “Derecho a la ciudad”, que tenía un componente ciudadano y de soberanía bien potente en el espacio urbano, movilizando la idea de Justicia Social ligada a ese propio accionar.
Entonces diría que es eso lo que a grandes rasgos define al movimiento de pobladores, que tiene un repertorio de acción colectiva en donde la lucha por la vivienda juega un rol central, porque la toma de terrenos en su momento fue su rasgo más distintivo, pero es un movimiento que está en constante metamorfosis, y ya no es sólo la toma de terrenos lo que lo define, sino más bien la interacción con otros actores urbanos, sobre todo con el Estado y el mercado. Y eso creo que es la experiencia que movilizan movimientos como el de “pobladores en lucha” (MPL) o Ukamau, al proponer nuevas formas de gestión urbana que aprovechen los intersticios entre lo público y lo privado, para producir alternativas de habitación y barriales que permiten cierta reconquista de esta soberanía territorial que los pobladores pueden ejercer. El último elemento que yo mencionaría, es esta tensión entre Estado y acción de los pobladores, que las Ciencias Sociales han tendido harto a problematizarlo de un modo que no ha sido atento a la propia práctica del movimiento, que si lo tiene más claro y asumido. De hecho el movimiento de pobladores en lucha (MPL) rescata la idea del “con, contra y por fuera del Estado”, donde el Estado es un aliado, pero es alguien que hay que demandar, porque es la contraparte, por eso es contra y también -dada su ineficiencia o insensibilidad ante demandas- por fuera de ese espacio, afirmando así su propia autonomía.
P: Desde tu opinión ¿Cómo pasamos desde esa potencia destituyente del estallido social a una propuesta de constitución? ¿crees tú que los movimientos de pobladores emancipados siguieron automáticamente esa línea de salida institucional, o eso mismo vehiculizó nuevas perspectivas críticas de lucha o sospecha en torno al proceso?
AC: El “estallido social” abre la ventana a lo que en mi libro yo denominaba, siguiendo un concepto de Jaime Gajardo Falcón, de “ruptura constituyente”. Aquí se llevó a cabo el proceso de cambio constitucional, porque hubo un “estallido”, de lo contrario esa puerta hubiese seguido cerrada. Por otro lado, es cierto de que en la derecha hay una reivindicación, por ejemplo de la propuesta de Michelle Bachelet de constitución, pero esa fue una propuesta que en su momento fue desahuciada con entusiasmo por la propia derecha, por el ex Ministro de Interior, Hernán Chadwick, cuestión que permitió que el problema constitucional siguiera presente. Ahora, es claro que la movilización que propicia el estallido tiene motivaciones múltiples, hay causas que son inmediatas que tiene este efecto gatillador de la movilización, pero que terminan moviendo una narrativa que es mucho más integral en lo que problematiza o cuestiona. Esto incluye parte del modelo y funcionamiento económico, las deficiencias del sistema democrático, y donde el tema constitucional nunca es visto como la solución de los problemas. Pero, la constitución sí era vista como uno de los problemas, probablemente uno que condiciona posibles soluciones a los problemas con los que nos enfrentamos, y donde hay cierta “pedagogía constitucional” ante el hecho que el texto vigente ha sido un impedimento para que las mayorías democráticas puedan implementar reformas sociales, que den respuesta a algunas de las grandes deudas que tiene el país en temas sociales. Entonces, si bien la constitución no soluciona mágicamente las cosas, no puede ser problema o impedimento para el funcionamiento de la democracia, cosa que fue patente como la mejor salida institucional posible, es decir, la de abrir un nuevo proceso institucional.
Es cierto de que hubo desconfianza y escepticismo por parte de los movimientos respecto del “Acuerdo por la paz y una Nueva Constitución” (2019). Sin embargo, ello no fue impedimento para que estos movimientos después fueran parte de este proceso constitucional que llevó a que en la convención se eligieran una mayoría de independientes y de convencionales ligados a los movimientos sociales en sus distintas expresiones y de otros actores como los del Colegio de Arquitectos, lo que quedó plasmado en la propuesta de la Convención de forma muy bien lograda en materia de vivienda adecuada. Ahora, si bien técnicamente estaba muy bien hecho el texto, el trabajo colectivo de los movimientos y de los profesionales ligados a los temas urbanos, fue justamente uno de los blancos que se utilizó para desvirtuar la propuesta constitucional, y contribuir a su rechazo con el mito de que la propuesta constitucional iba a permitir la expropiación de la vivienda de modo arbitrario e indiscriminado. Algo que no se podía desprender de ninguna manera del texto, pero que, sin embargo tuvo un efecto, que aún no sobemos cómo cuantificar, pero que fue claro. Con el nuevo proceso constitucional que se abre por el “acuerdo por Chile” (2022), se permite que se mantenga abierta la posibilidad de tener un texto hecho en democracia, pero el escepticismo es aún mayor que en el proceso anterior, al punto que muchos grupos han visto con distancia este proceso, no sintiéndose convocados por él, estando a días de que se cierre el proceso de firmas. Una de las normas que más ha concitado apoyo y que podría asociarse al mundo progresista, es la iniciativa al tema de vivienda. Esto nos habla de que el déficit habitacional sigue siendo uno de los temas que tiene el país, dada la lógica de mercantilización de los derechos sociales, que implica que el principal modulador urbano es la especulación, produciendo ciudades fuertemente segregadas, donde la posibilidad de que las personas accedan y disfruten de los beneficios de la vida colectiva en concentraciones urbanas, no se dan de acuerdo a cómo se establece en tratados internaciones en esta materia.
P: Con respecto a lo mismo: ¿qué pudiste reflexionar en torno a la constitución fallida y lo que proponía en derecho a la ciudad? ¿piensas que la experimentación y puesta en marcha de este intento, es parte de un proceso histórico que en algún momento decantará, o es el triunfo de las viejas oligarquías que defendieron y actualizaron su racionalidad de gobierno? ¿Cómo lo ves?
AC: Yo creo que abordarlo desde una perspectiva histórica, supone pensar en ciclos más amplios, y eso quiere decir que no hay que circunscribirlo a coyunturas electorales específicas. Hoy estamos en una coyuntura que ha sido favorable para los sectores conservadores y para la derecha, pero eso no es algo permanente. Estamos en un proceso de ajuste de tendencias que todavía no son del todo claras, pero que están marcadas por el hecho de que hubo un estallido social que moduló ciertos aspectos de la política, porque que haya un gobierno de las características como el de Gabriel Boric, se explica porque hubo un estallido, así como dos procesos constitucionales. Ambos momentos han actualizado la demanda por cambios sociales y la demanda por estabilidad y por orden. Y la manera de intersectar ambas demandas, es la construcción de un orden justo, y sobre todo en eso creo que hay un ajuste de la izquierda y de la derecha, siendo la izquierda la que propone cambios y la derecha la que propone orden.
En estos vaivenes se refuerza la idea del paso de un imaginario instituyente -que moviliza nuevas ideas, expectativas, deseos y demandas, nuevas coordenadas de derechos – que es difícil que pase a un imaginario instituido, que se calcifique en acuerdos más permanentes, o sea que logre una expresión institucional. La constitución era una manera de lograrlo, pero no se pudo, y ahí las explicaciones son muchas y múltiples. La clave que más se ha reforzado últimamente, a propósito del nuevo proceso, es que la propuesta de la convención si bien recogió demandas históricas de movimientos sociales, demandas sentidas por la población, entre ellos los temas de vivienda, cuidado del medio ambiente y la naturaleza, la demanda por paridad por ejemplo, no se incorporó a un sector de la sociedad que sigue siendo relevante, y que por la circunstancia coyuntural que llevó a la conformación de la convención, quedó en una posición muy minoritaria, me refiero a la derecha.
Por otro lado, creo que si bien yo no comparto esta idea de que los movimientos sociales debieron haberse inhibido de proponer sus demandas en la convención, con lo que sí estoy de acuerdo, y de hecho los propios movimientos han hecho la autocrítica, es que no se logró pasar de la agregación de demandas a la elaboración de un relato integrador de ellas, lo que dificultó las posibilidades de aprobación del texto porque no se logró conectar la propuesta con el sentido común de ese momento. Se trata de una población que si bien quiere cambios, estaba fatigada en términos de sus expectativas biográficas, por la tensión producida por el estallido y sobre todo por la pandemia. A todos nos pasaba que nos éramos capaces de organizar nuestra vida de aquí a un mes o dos, se vivía muy a corto plazo y había una demanda en el mundo en general de poder recuperar esa capacidad de estabilizar expectativas, lo que también dificultó la posibilidad de aprobación del texto. También hubo influencia de las fake news, de las distorsiones, de las lecturas mañosas del texto, lo que afecto la propuesta en términos de vivienda. Se trataba desde el punto de vista técnico, de una redacción muy bien lograda y legitimada por los movimientos, pero en donde lo técnico-racional no fue capaz de lidiar con la posición más emocional basada en el miedo de que te quitaran lo poco de lo conquistado de las personas, entre ellas, su vivienda. Ese salto le quitó la posibilidad de que el texto fuera exitoso.
P: Por último, si pudieras hacer una síntesis de lo conversado e intentar proyectar esto hacia un futuro deseable o crítico en términos del derecho a la ciudad ¿Cuál es tu horizonte de sentido en estos temas?
AC: Ahí podría hacer mención al proceso actual, porque estamos en un proceso que si bien ha sido visto con indiferencia, y hasta con reluctancia por parte de la sociedad, en particular por los movimientos que fueron muy activos en el proceso anterior. Creo que, por un lado, se ha permitido mantener abierta la posibilidad de tener un texto hecho en democracia, porque Chile necesita una constitución democrática. Y en ese largo proceso constituyente, que incluye no solo la convención, sino el proceso de Bachelet, pero también a los cuestionamientos que surgen casi de inmediato, con la imposición del texto vigente en plena dictadura, hay conquistas que llegaron para quedarse, y una de ellas y la principal es el estado social y democrático de derechos, que es un giro en las lógicas estatales que han permitido la mercantilización de los derechos sociales. En ese marco, el anteproyecto constitucional elaborado por la comisión de expertos que me toco participar, creo que tiene varios avances y entre ellos está la consagración de la vivienda adecuada, que está en el Art. 16 en el número 28. Esto es importante porque si uno lo compara con el texto de la convención, se podrá decir que es inferior a él, pero en realidad el parámetro de comparación es el texto vigente, y ahí no hay mención a la vivienda a lo largo de él, lo que es bastante deficiente en términos comparativos, porque el derecho a la vivienda está en los pactos internacionales de derechos humanos. En esta propuesta se consagra el derecho a la vivienda adecuada y, aunque si bien no profundiza en que lo que es, se tiene que leer a la luz de los tratados internacionales, ya que la propia jurisprudencia asume los tratados internacionales a nivel suprainstitucional.
Además, en la propuesta del anteproyecto, se propone que se debe leer a la luz de los tratados internacionales, siempre buscando el mayor beneficio para las personas, en cuanto a tenencia, asequibilidad, accesibilidad, entre otras cosas. Es importante porque establece que el estado promoverá, desde entidades públicas y privadas, acciones que tiendan a la satisfacción de este derecho, con preferencia de la vivienda propia de conformidad a la ley. Aquí hay una respuesta a las interpretaciones torcidas que se instalaron en la convención respecto de la expropiación y de que nadie iba a tener vivienda propia, pero sin comprometer la posibilidad por parte del estado, en políticas públicas que no se limiten únicamente a la tenencia en propiedad. Es decir, esta norma es habilitante, promueve la seguridad de que la vivienda propia va a ser una prioridad por parte del Estado, pero no impide que el Estado establezca otras políticas. Y en la letra b, lo anterior era la a, el Estado se orientará a generar un acceso equitativo de servicios básicos, bienes y espacios públicos, movilidad segura y sustentable, conectividad y seguridad social. Estos elementos pueden ser leídos como un embrión de lo que en la teoría se conoce como derecho a la ciudad, a saber, la posibilidad del usufructo de toda la sociedad de los beneficios de la vida urbana, con justicia y participación. Desde esta perspectiva, las problemáticas que vivimos, como la segregación socio-espacial, deben ser abordadas desde la gestión de lo urbano, y a la luz de un Estado social y democrático de derecho, que dialogue con otros componentes de la propuesta como el derecho al medio ambiente sano y libre de contaminación, la protección del medioambiente y la biodiversidad, donde además hay un componente de justicia ambiental y desarrollo sustentable. Es así como el anteproyecto habilita la posibilidad de que podamos construir un ordenamiento territorial distinto que favorezca el ejercicio pleno de los derechos. También esto hay que leerlo a la luz del capítulo sobre descentralización, que es un apartado que quedó por sobre las expectativas que yo tenía en esta materia. Este capítulo contó con la unanimidad de quienes participaron de la comisión de expertos, tanto de la derecha como la izquierda, porque establecieron esto como una cuestión prioritaria para la gestión y consolidación de gobiernos locales, a nivel de toma de decisiones más cercanas a los ciudadanos, con un punto de vista territorial y heterogéneo, además con la necesidad de transferencia de recursos y atribuciones para que los gobiernos puedan efectivamente ser gobiernos, y no solo administradores de recursos. Por lo tanto, uno podría asumir que esta propuesta de anteproyecto que ahora va a estar en proceso de revisión, de complementación y enriquecimiento, pero también de elementos que se pueden sacar por parte del consejo constitucional, es una propuesta habilitante para que se pueda imaginar una ciudad más democrática e integrada, donde el derecho a la ciudad no sea una cuestión de unos pocos, sino que efectivamente algo que la sociedad pueda ejercer. Eso es lo que rescataría de ese proceso, que a pesar de que hay escepticismo y distancia desde los movimientos, ha habido un consenso que ha permitido que en este texto se consagre el derecho a la vivienda adecuada, y un embrión de lo que podríamos llamar como derecho a la ciudad. Con todo, sin la labor que han jugado los movimientos durante todos estos años, esto no hubiera sido posible.
Aproximación a las geografías feministas a partir del derecho a la ciudad. Talleres en las asociaciones vecinales de Valladolid (España)
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
Por: [Eva Consuelo Cano Plaza: Geógrafa, profesora asociada de la Universidad de Valladolid (España) y técnica de animación sociocultural de la Federación Vecinal Antonio Machado de Valladolid]
Resumen:
El proyecto ¡La igualdad una tarea en común! financiado por el Ayuntamiento de Valladolid (España) en 2022, comprende diferentes actividades, entre las que se encuentra el desarrollo de 7 talleres por el Derecho a la Ciudad en clave feminista, por parte de la Federación Vecinal Antonio Machado. Los talleres se realizaron el último trimestre del año pasado con la intención de reforzar la democratización ciudadana, abordando el activismo, la participación y toma de decisiones desde los barrios, atendiendo al visionado del espacio urbano con perspectiva de género y considerando la situación de cambio climático en la que nos encontramos.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, feminismo, asociaciones vecinales, cambio climático
Ubicación y contexto expositivo.
La experiencia de los talleres por el Derecho a la Ciudad realizados por la Federación Vecinal Antonio Machado y financiados por el Ayuntamiento, han tenido lugar durante el último trimestre del 2022 en Valladolid. Dicha ciudad está ubicada en el cuadrante noroeste de la península Ibérica. Es capital de su homónima provincia y de la comunidad autónoma de Castilla y León. Se encuentra a 690 msnm y dispone de una superficie de 197,91 km2. Su clima mediterráneo continentalizado y seco, estima una precipitación anual es de 433 mm durante los equinoccios, con una fuerte oscilación térmica que deriva en una temperatura media anual de 12,7ºC.
Según el Instituto de Nacional de Estadística de España (INE) y bajo sesgos binarios, Valladolid (2022) registra 157.212 mujeres y 138.417 hombres con una densidad de 1.514, 4 hab./km². La ciudad comprende 12 distritos que se distribuyen a ambos lados del río Pisuerga, como límite natural, y a las lindes antrópicas de la vía del ferrocarril. Esta disposición urbana es relevante en el diseño del proyecto ¡La igualdad una tarea en común!
La Federación Vecinal Antonio Machado presentó el proyecto mencionado a la convocatoria del Ayuntamiento de Valladolid (2022), y de su aprobación emergió la realización de 7 talleres vecinales por el Derecho a la Ciudad en clave feminista, durante el último trimestre del año pasado, a fin de elaborar cartografías colaborativas desde los distintos barrios.
La metodología empleada comprendió un procedimiento híbrido entre lo digital y lo analógico, sobre la plantilla del “Mapa del Miedo”[1] bajo tres premisas:
Ubicación- determinada por la distribución de los barrios según su proximidad, para reunir a los mismos en torno a la actividad a realizar. La estrategia de agrupación pretendía fortalecer los lazos con los distritos más próximos al propio, y también ampliar el visionado de la acción cotidiana vecinal con el entorno.
Etaria- que responde a la composición demográfica actual de la ciudad [2], a la media de edad de quienes integran las asociaciones vecinales, 55 años[3], y a la consideración de brecha digital. Una de las mayores preocupaciones de las agrupaciones barriales es su continuo envejecimiento sin relevo generacional.
Feminista- La utilización de las plantillas del “Mapa del Miedo” en los talleres pretendía justificar la imperiosa necesidad de perspectiva del género en los espacios públicos bajo este enfoque, frenando el androcentrismo urbano y promoviendo una ciudad más inclusiva.
A efectos participativos, colaboraron 17 asociaciones vecinales con la siguiente secuencia distrital:
- 1º sesión: Barrio Rondilla , barrio España, barrio San pedro y barrio del Hospital
- 2º sesión: Barrio Delicias, barrio de Pajarillos, barrio Belén y barrio Pilarica
- 3º sesión: Zona centro, Vadillos, San Juan, Circular, San Andrés, Ribera de Curtidores y Paseo Zorrilla
- 4º sesión: Barrio de Parquesol
- 5º sesión: Barrio de La Overuela
- 6º sesión: Barrio de La Victoria, barrio Girón, barrio Huerta del Rey y Villa del Prado
- 7º sesión: Barrio de La Rubia, Covaresa, Arturo Eyries, 4 de Marzo, La Farola y zona Sur
La cuestión y aspectos etarios mencionados han marcado la utilización de los materiales, procurando el empleo de herramientas analógicas combinada con proyecciones digitales que permitieran la participación intergeneracional.
También se procuró que el espacio elegido para desarrollar las actividades fuera lo más accesible posible, y es por lo que se propusieron equipamientos sociales de gestión municipal, ubicados en distintos barrios: Centros Cívicos, Centros de Iniciativas Vecinales, el Centro Municipal de Igualad y el local de la Federación Vecinal.
La participación[4] resultante fue de un 66% de mujeres frente a un 33% de hombres.
Además de las cartografías impresas en DIN A3, se utilizaron dispositivos electrónicos (computadoras conectadas a red Wifi y un proyector) y materiales fungibles como gomets (adhesivos) y rotuladores de colores para la señalización y creación de los “Mapas por el Derecho a la Ciudad”.
Los talleres comprendían una duración de 2 horas por sesión con una parte inicial dinámica, seguida de un bloque teórico a modo de conversatorio crítico, y finalmente una parte íntegramente práctica y participativa. El guión de actuación fue:
- Dinámica de presentación de grupo (10 minutos)
- Vulnerabilidades, emociones y derecho a la ciudad (15 minutos).
- Urbanismo feminista (15 minutos)
- Valorar el Miedo de Valladolid de 2018 desde lo cotidiano.(15 minutos)
- Pautas de creación del mapa actualizado en clave cotidiana y de cuidados (10 minutos)
- Construcción colectiva del mapa por barrios (40 minutos)
- Tras lo realizado: propuesta de intervención desde el Ayuntamiento (15 minutos)
Tras la parte teórica y expositiva, que partía de las consideraciones del Derecho a la Ciudad de Henri Lefevbre, se hizo una contraréplica a partir de las emociones, la resiliencia, el empoderamiento y la puesta en valor de las vulnerabilidades como parte del ciclo vital de las personas y en los espacios urbanos. En este sentido, posteriormente las personas participantes construyen e identifican colectivamente las detecciones que perciben en sus barrios, elaborando un primer diagnóstico de la ciudad, con materiales identificativos (gomets) a través de siguiente leyenda:
Conclusiones, resultados y perspectivas
El abordaje del Derecho a la Ciudad en los talleres hizo emerger en los grupos participantes los conceptos de cuidados y la interdependencia (Herrero, Y., 2021) como la hoja de ruta de la regeneración urbana ecofeminista, con propuestas de acción resilientes, instrumentándose de mapas colaborativos como una herramienta democrática para crear otras maneras de vivir la ciudad, mediante códigos de seguridad, sororidad y alianzas colectivas.
En este sentido también se evidenció que los espacios públicos urbanos deben reforzar y facilitar lo comunitario y, en parelelo, el desarrollo personal, acrecentando los espacios de placer como vínculos para el empoderamiento de población en situación de desigualdad. En esto último, los talleres también subrayaron la relevancia de los espacios públicos como favorecedores del intercambio de miradas, perspectivas, metodologías y acciones para el bienestar ciudadano, poniendo en valor el autocuidado (Col-ectiu Punt 6, 2019 :96) e interpelando a la administración pública a implicarse con los mecanismos de actuación política con perspectiva feministas e interseccionalidad, para incrementar la calidad de vida de la población, en toda su diversidad y etapas vitales.
También los grupos apuntaron los puntos vulnerables que emergen de nuestras vidas cotidianas en el marco del Derecho a la Ciudad, en tándem con las geografías feministas, reclamando la necesidad de espacios públicos de descanso, zonas con baños públicos, acceso al suministro de agua potable, zonas de disfrute sin aire contaminado ni ruidos, áreas de diversión intergeneracional (sin necesidad de consumo económico alguno), tramos de resguardo frente a la lluvia, espacios de actividades de encuentro y actividades vecinales, etc.
También se subrayó la imperiosa necesidad de adaptación de los espacios públicos a los efectos del cambio climático en las ciudades, mostrando la necesidad de más zonas verdes, ajardinadas y carriles- bici que contrarresten la polución. A su vez, se propuso aumentar los puntos de agua potable en la ciudad, ante las inclemencias climáticas que ocasionan las altas temperaturas y, también la creación de espacios públicos sotechados a modo de refugio, ante las acuciantes lluvias que se presentan de forma repentina.
Las sesiones dejaron de manifiesto que el Derecho a la Ciudad, desde el activismo, propicia el ejercicio democrático de la ciudadanía como agentes de cambio: poniendo en valor su capacidad de observación en clave de ciudad cuidadora.
En la actualidad, la Federación Vecinal de Valladolid está pendiente de las apreciaciones percibidas desde el Consistorio, tras la entrega de los materiales cartográficos elaborados por las agrupaciones vecinales.
Referencias
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https://www.cccb.org/es/multimedia/videos/espacio-lugar-y-politica-en-el-momento-actual/211471
Crenshaw, Kimberlé W. (1991). Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color. Stanford Law Review, 43 (6), pp. 1.241-1.299. Traducido por: Raquel (Lucas) Platero y Javier Sáez
https://www.uncuyo.edu.ar/transparencia/upload/crenshaw-kimberle-cartografiando-los-margenes-1.pdf
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https://www.viruseditorial.net/paginas/pdf.php?pdf=urbanismo-feminista.pdf
El Mundo de Valladolid. (22 sept. 2019). Las asociaciones vecinales llaman a los jóvenes a involucrarse en sus barrios.
https://diariodevalladolid.elmundo.es/articulo/valladolid/asociaciones-vecinales-llaman-jovenes-involucrarse-barrios/20190922093400292596.html
Federación Vecinal “Antonio Machado” de Valladolid
https://www.vecinosvalladolid.org/la-federacion/directorio/
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https://www.researchgate.net/publication/238619511_The_Right_to_the_Gendered_City_Different_Formations_of_Belonging_in_Everyday_Life
Gómez Hernández, V. (2020) “Cuidados y vida cotidiana: aportes para pensar la dignidad de los barrios desde una perspectiva feminista”, TIF de Ciencias Políticas, Universidad Nacional del Rosario
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Gonzalo Morell, Constantino (2013). Democracia y barrio: el movimiento vecinal en Valladolid (1964-1986), Universidad de Valladolid
Herrero, Y. (2021) “Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible”, Revista de Economía Crítica, 2(16), pp. 278–307.
https://revistaeconomiacritica.org/index.php/rec/article/view/334
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https://monoskop.org/images/3/3c/Lefebvre_Henri_El_derecho_a_la_ciudad.pdf
Little, J., Peake, L. y Richardson, P., (1988) Women in cities: Geography and gender in the urban environment, Palgrave Macmillan
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https://onuhabitat.org.mx/index.php/la-nueva-agenda-urbana-en-espanol
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Valdivia, B. (2018). Del urbanismo androcéntrico a la ciudad cuidadora. Hábitat y Sociedad, 11, 65-84.
http://dx.doi.org/10.12795/HabitatySociedad.2018.i11.05
Zaragocin, S. (2020) Geografía feminista descolonial, Geopauta, Vitória da Conquista,
ISSN: 2594-5033, V. 4, n.4, 2020, p.(18-30)
https://orcid.org/0000-0002-0190-1439
http://periodicos2.uesb.br/index.php/geo
[1] El Patio Herreriano presenta el “Mapa del miedo. Repensando el espacio público desde una perspectiva de género | Portal Web del Ayuntamiento de Valladolid: https://www.valladolid.es/es/actualidad/valladolid-7b/patio-herreriano-presenta-mapa-miedo-repensando-espacio-pub
[2] La población vallisoletana dibuja una pirámide Regresiva o de Bulbo, caracterizada por una cúspide más ancha en comparación con su base, debido al descenso abrupto de la natalidad y el contínuco envejecimiento de la población, con una alta esperanza de vida, siendo el porcentaje de ancianos mayor que el de nacimientos (tendencia de los paises con un sistema de bienestar desarrollado).
[3] Datos contemplados de la justificación de la actividad “Generar un mapeo inicial por el Derecho a la Ciudad a partir de las vivencias cotidianas”
[4] No se manifestó ninguna identidad no binaria.
Recuperación de la memoria urbana feminista: Plaza de bolsillo Aurora Feminista
Recuperación de la memoria urbana feminista: Plaza de bolsillo Aurora Feminista
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Valentina Saavedra Meléndez. Arquitecta y Magíster en Urbanismo de la Universidad de Chile. Doctoranda de Geografía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Académica Instituto de la Vivienda, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Integrante de Vértice Urbano.
Luciana Pastor Martínez. Diseñadora de la Universidad de Chile y Magíster en Estéticas Americanas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Académica del Departamento de Diseño, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Integrante de Vértice Urbano.
María Paz Rodríguez Parada. Arquitecta y Diplomada en Derecho a la Ciudad y al Territorio con Perspectiva de Género de la Universidad de Chile. Revisora de Proyectos, SERVIU Metropolitano. Integrante de Vértice Urbano]
Resumen
Esta práctica presenta un ejercicio de memoria urbana desde una perspectiva feminista, aplicada en un proyecto convocado por el Gobierno Regional de Santiago para la primera Plaza de Bolsillo con enfoque de género, que tiene como objetivo la generación de actividades de emprendimiento y recreación de baja escala. Esto a través de una estrategia de reutilización de espacios centrales de la ciudad – base de urbanismo feminista -, mediante el uso de mobiliario urbano desmontable y administración de mujeres.
En el marco de una investigación llevada a cabo por Vértice Urbano y financiada a través de FONDART Nacional del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, se espera contribuir a la reparación de los momentos y lugares olvidados de la memoria feminista. Así, esta Plaza de Bolsillo viene a relevar, a través de sus estrategias de diseño, la sede del periódico “Aurora Feminista”, uno de los lugares donde agrupaciones feministas difundieron publicaciones a favor de los derechos educacionales y laborales de las mujeres a principios del siglo XX.
En algunos meses, en el número 63 de la calle San Diego, se inaugurará la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género que llevará por nombre “Aurora Feminista”.
Palabras clave: Plaza de Bolsillo, Memoria Urbana, Urbanismo Feminista, Santiago de Chile
Introducción
Las ciudades no son espacios neutros, reproducen los sesgos, beneficios y discriminaciones de la sociedad, frente a lo cual el urbanismo feminista ha manifestado la importancia de (re)pensar el espacio urbano desde una óptica feminista (Massey, 1998; Falú, 2009; Valdivia, 2018). Es decir, poner en valor las necesidades, intereses y contribuciones de las diversas realidades que habitan las ciudades, con énfasis en las mujeres, que a pesar de conformar más de la mitad de la sociedad, se nos sigue invisibilizando.
Esta invisibilización afecta la vida cotidiana desde incomodidades por las dimensiones de los espacios y mobiliarios pensados generalmente para un prototipo de hombre europeo sin responsabilidades de cuidados, hasta las sensaciones de inseguridad por la generación de zonas monofuncionales en la ciudad dedicadas a actividades masculinizadas (Kern, 2021).
A continuación, presentaremos un proyecto en el que participamos como Vértice Urbano, donde se vinculan dos ámbitos de la ciudad en que las mujeres son escasamente consideradas: la memoria urbana y los espacios laborales.
Memoria Urbana Feminista
La memoria urbana es un proceso de reconstrucción del pasado vivido por un determinado grupo que se estructura por un marco temporal y uno espacial, asociando un momento, fechas y periodos a lugares, objetos y construcciones donde aconteció un hito histórico. Este permite evocar el recuerdo de lo que sucedió en un determinado espacio (Halbwachs, 2002). Ahora bien, en nuestra sociedad existe una memoria oficial que sostiene una versión selectiva de la historia, por ejemplo, a través de símbolos o monumentos patrios, mayoritariamente masculinos y bélicos en las ciudades (Pollack, 2006), frente a lo cual se encuentran las “contramemorias”, que hacen reaparecer aquello que se ha intentado borrar (Calveiro, 2006).
Para los estudios de género y feministas, la práctica de recordar y visibilizar es una tarea central que busca construir relatos silenciados, debido a que el poder ha despojado a las mujeres de sus propias memorias (Troncoso y Piper, 2015). Según lo señalado por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (2021), tan solo el 4,8% de los monumentos públicos de la Región Metropolitana son dedicados a mujeres. En cuanto a las de calles, estaciones de metro, hospitales y aeropuertos con nombres de personas, como Vértice Urbano detectamos que sólo el 17% son femeninos. Cabe destacar que los escasos reconocimientos que existen a mujeres en el espacio urbano se centran en historias individuales, encontrando en reiteradas ocasiones la conmemoración, por ejemplo, a Violeta Parra y Gabriela Mistral, no así a momentos relevantes de la historia política y colectiva de las mujeres en Chile.
A partir de estos antecedentes, como Vértice Urbano estamos realizando el proyecto de investigación “Memoria urbana feminista: Espacios simbólicos de la conquista de ciudadanía de las mujeres en Santiago de Chile durante el siglo XX”[1], que tiene como objetivo estudiar los espacios urbanos que cobran relevancia para la conquista de derechos de las mujeres, de manera de contribuir a la construcción de una memoria urbano-espacial que reivindique los derechos de las mujeres como avances fundamentales de nuestra historia. Para ello, realizamos un catastro de aproximadamente 230 momentos históricos que geolocalizamos. Estos van desde los espacios de reunión de las mujeres del movimientos obrero y sufragista a inicios de siglo, hasta lugares intervenidos por las agrupaciones feministas en favor de los derechos humanos y de las mujeres en la década de los 80’.
Los resultados de esta investigación aún están en proceso, sin embargo, hemos identificado que uno de estos lugares se ubica casualmente a sólo tres cuadras del sitio baldío que la Gobernación de Santiago ha querido recuperar con la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género.
Aurora Feminista: la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género
La distribución de los espacios laborales en la ciudad ha significado una dificultad para la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo formal. La responsabilidad social de los cuidados muchas veces imposibilita acudir a centros laborales ubicados a grandes distancias o desarrollar emprendimientos por situarse en espacios poco aptos para la infancia o personas mayores. Esto genera una limitante para la autonomía económica o la adopción de formas informales e inestables de ingreso.
A partir de lo anterior el Gobierno Regional de Santiago convocó a proyectos para una Plaza de bolsillo a construirse en calle San Diego N°63 que pusiera en el centro la autonomía económica y oportunidades laborales para las mujeres[2].
La estrategia de Plazas de Bolsillos es una activación de predios en desuso que son cedidos temporalmente a la administración pública para la generación de actividades de baja escala con mobiliario urbano desmontable y trasladable “en el bolsillo”. Esta tipología de plazas se ha expandido por la Región Metropolitana desde el año 2016, aportando notablemente a la recuperación de pequeños espacios en deterioro (GORE Metropolitano y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2018).
Esta estrategia se condice con una de las bases del urbanismo feminista: la reutilización de los espacios centrales de la ciudad. Es decir, que sin derribar edificios para volver a construirlos se aprovecha el espacio de la ciudad para mejorar la vida cotidiana (Col Lectiu Punt 6, 2021).
La primera Plaza de Bolsillo con enfoque de género está a cargo de la oficina Ciudad de Bolsillo [3] , Arquitectura Más Studio, Otra Ciudad y Antropología UC y recibió la asesoría de género de Vértice Urbano y recibió la asesoría de género de Vértice Urbano. La plaza se basa en la compatibilización de espacios laborales con zonas de cuidados que permitan a las mujeres tanto activarse económicamente, como descansar. Esta contempla un área de cuidados con un tratamiento de suelo para evitar que niñas y niños se dañen al jugar, un área de lactancia y un muro de juegos que evita la generación de espacios ciegos. Además, la plaza contempla un Huerto Urbano pensado también en la generación de alimentación de proximidad y administración de las mujeres del barrio, además de stands de emprendimientos y camiones de comida (Foodtrucks).
Recuperación de espacios a través de la memoria
Uno de los hallazgos de nuestra investigación da cuenta que en el número 364 de la calle San Diego, a principios del siglo XX se ubicaba la sede del primer periódico feminista de la Región Metropolitana, “La Aurora Feminista”. Este defendió los derechos de las mujeres desde 1904, principalmente derechos educacionales y laborales, como herramientas de autonomía de las mujeres (Memoria Chilena, 2023). A partir de esto, en algunos meses en el número 63 de la misma calle, se inaugurará la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género “Aurora Feminista”.
En miras de aportar a la reconstrucción de la memoria colectiva de las mujeres en el espacio público, como Vértice Urbano hemos propuesto la realización de un mural de mujeres literatas y medios literarios feministas del siglo XX, que han sido fundamentales para la conquista de derechos de todas las mujeres de Chile.
Bibliografía
Calveiro, P. (2006). La memoria como futuro. Actuel Marx/ Intervenciones, 3, 61-76.
Col Lectiu Punt 6 (2021) Urbanismo Feminista: por una transformación radical de los espacios de vida. Barcelona: Virus
Consejo de Monumentos de Chile. (2021). Estudio de monumentos públicos de mujeres. Santiago de Chile: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Falú, A. (2009). Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos. Santiago de Chile: Ediciones SUR
GORE Metropolitano y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (2018). Plazas públicas de bolsillo. Nuevas experiencias en generación de espacios públicos. Santiago de Chile: Intendencia Región Metropolitana de Santiago. Disponible en https://www.gobiernosantiago.cl/wp-content/uploads/2018/03/GUIA-PLAZAS-PUBLICAS-DE-BOLSILLO.pdf
Halbwachs, M. (2002). Fragmentos de la memoria colectiva. Athenea Digital, 2, 1-11.
Kern, L. (2021). Ciudad Feminista: La lucha por el espacio en un mundo diseñado por hombres. Manresa: Bellaterra Edicions.
Massey, D. (1998). Espacio, lugar y género. Debate Feminista, 17, 39-46.
Memoria Chilena (2023) La Aurora Feminista (1904). www.memoriachilena.cl, consultado el 11 de julio de 2023 en http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-97167.html
Pollak, M. (2006). Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. La Plata: Al margen.
Troncoso, L. y Piper, I. (2015). Género y memoria: articulaciones críticas y feministas. Athenea Digital, 15(1), 65-90.
Valdivia, B. (2018). Del urbanismo androcéntrico a la ciudad cuidadora. Hábitat y Sociedad, (11), 65-84
[1] Proyecto FONDART Nacional, Línea Arquitectura, Modalidad Investigación, Folio Nº636701 (Convocatoria 2022).
[2] https://corporacionrm.cl/wp-content/uploads/2022/08/BASES-POSTULACION-DISEN%C5%BDO-PRIMERA-PLAZA-ENFOQUE-GENERO.pdf
[3] https://www.ciudaddebolsillo.com/
Transformación urbana y humana de la ciudad inglesa de Sheffield bajo el relato de la película Full Monty | “Full Monty (1997)”
VerTransformación urbana y humana de la ciudad inglesa de Sheffield bajo el relato de la película Full Monty | “Full Monty (1997)”
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Soledad Bravo Salgado. Socióloga, Universidad de Chile. Mgs. En Ciencias del Trabajo, Universidad estatal de Milano. Lic. En análisis económico, Universidad estatal de Roma III. Docente y Directora de Proyecto Fundación Clotario Blest]
Resumen
Esta reseña analiza brevemente sobre la recualificación de los espacios urbanos ante la necesidad humana en las posibilidades de sobrevivencia, en situaciones de crisis económica. Esto no sólo despliega un cambio en los usos urbanos, sino que también implica una resignificación en el sentido de la vida, los valores y de los roles que se dan en la reproducción social y material de la existencia.
Palabras Clave: Transformación urbana, crisis económica, roles de género.
Introducción.
Este relato se desarrolla en la ciudad de Sheffield, norte de Inglaterra, región de Yorkshire. Escenario de una ciudad en proceso de transformación que fue protagonista, desde 1960, de un periodo de prosperidad económica debido a la pujante actividad industrial metalúrgica, lo que se provocó niveles de bienestar en la economía local inglesa y, en particular, europea antes de la relocalización industrial asiática. La película Full Monty representa los eventos de necesaria recalificación laboral de una serie de protagonistas que se encuentran ante el desafío de crisis económica local, replanteando sus trayectorias de vida a nuevos espacios de sentido y sobrevivencia.
En esta circunstancia, como suele ocurrir en los asentamientos urbanos colindantes a importantes actividades económicas con dedicación exclusiva, exigen cierta planificación urbana que se traduce enteramente a constituir una comunidad cómoda, en torno a una jornada laboral que acomode los horarios domésticos con aquellos públicos y laborales.
Se identifican así barrios unificados, territorial y estéticamente bajo el signo del ladrillo, en grupos habitacionales uniformes, que acogían espacios unifamiliares y discretos. Un ordenamiento vial que dirigía los cuerpos ordenadamente entre tiempos de labor y descanso. En ejemplos como estos se reconocen espacios comunitarios de ocio como estadios, cines, teatros, plazas con una fuerte identidad barrial y local. Ejemplos de este tipo de ordenamiento también lo tenemos en Chile, tanto en Chuquicamata como en Tomé, así como en barrios cercanos a las actividades ferroviarias en Santiago.
Declive urbano y resiliencia en Sheffield.
El relato fundamental de la película descansa precisamente en la circunstancia histórica y social posterior al periodo de pujanza económica, donde se representa el declive urbano, que se observa en el degrado, en la subutilización de los espacios de sus usos originales, tanto por el abandono, como por falta de un nuevo sentido. En el caso de Sheffield, esto responde a la circunstancia histórica de la liberalización económica, la supresión industrial local por su relocalización territorial y por el desempleo que empiezan a sufrir gran cantidad de ciudades inglesas. Este periodo de decadencia industrial, llevado a cabo por el gobierno conservador de Margaret Thatcher, se observa -de modo paralelo- una práctica y defensa de organizaciones sindicales, fuertemente debilitadas. Es en esta circunstancia que el paisaje de unificación de comunidad económica empieza a vaciarse, a fragmentarse. Donde antiguamente había un barrio ahora se perfila un campo de golf (como ocurre con los basureros en China).
Otro ejemplo visivo es la refuncionalidad del cine de barrio, donde se produce el estreno de la “nueva actividad” de los protagonistas. El cine degradado de su original función se presta para nuevas actividades de múltiples nuevos desocupados que se recalifican en nuevos oficios. Proliferan las bandas, los comediantes y diversos varietés, como expresión de nuevas formas de sobrevivencia. Todo esto en un espacio recalificado, en un necesario y nuevo estilo de ocio, el cual adquiere un carácter fundamental ante un ambiente que requiere de resiliencia y ante un sentimiento generalizado de angustia y alienación por la desocupación generalizada.
Aquí también hay un pequeño relato que se dirige a nuevas posiciones del género. El empleo masculino, a contrato fijo, con una jornada determinada que reconfigura una identidad masculina se ve un poco perdido de sentido cuando la estabilidad en la provisión queda al sustento femenino. Las mujeres protagonistas (casi todas empleadas en oficios de servicios. Situación tradicionalmente femenina hasta ahora) conservan sus empleos, y se replantean como figuras de la provisión material. Esta identidad masculina queda un poco a la deriva y se observa en la situación de vida de los diferentes protagonistas masculinos. Ahora es la evaluación (por lo tanto, una posición de poder) queda ante la mirada femenina. La exposición del cuerpo desnudo de los hombres delante de la mirada femenina, en su expresión más extrema (ancianos, delgados, gordos y gays) ante una “eventual” mirada de deseo femenino. Reconfigura toda la tradicional situación de los tiempos de la industrialización en un nuevo espacio, desde un cine (un espacio prefabricado) a un escenario (un espacio a la improvisación), delante de una nueva mirada, la femenina.
Otro ejemplo de recalificación es el lugar de ensayo de los protagonistas, una ex fabrica desocupada: vacía y sin incumbente ocupación ante tan vergonzosa y arriesgada actividad para tan circunstanciales personajes. Las escenas del transporte público también explicitan la situación social, el degrado, la desocupación la incumbente nueva pobreza. La observación urbana ante la nueva situación social tiene múltiples expresiones.
Conclusiones.
Hay testimonio de eso, no sólo en la utilización del suelo sino en la expresión cultural, sobre todo en la expresión de la escena musical de la época como el nacimiento y evolución del Punk y el pop industrial (como nostalgia) presente en la película como banda sonora.
Es así que se reconfiguran los espacios, lo que vuelve a ser tratado en la actual “serie”, secuela de la película reseñada que explicita espacios de gentrificación que en la película reseñada se presentan como degradados. En la serie, se infieren nuevos actores como por ejemplo. “El Estado” que se encarga de recrear escuelas públicas, modernas e integradoras, en escenarios que anteriormente se presentaron como degradados.
Esta es una obra que se representa no sólo por el viaje interior de sus protagonistas, sino además se refleja en las representaciones urbanas y públicas de un escenario local que transita desde el capitalismo industrial a aquel financiero y especulativo que necesariamente explicita nuevos actores como el Estado.
Referencias.
Cattaneo, P. (1997). Full Monty. 20th Century Fox.
Travesías en las paradas de buses en Chile: Migración, luchas y encuentros en la ciudad | “Un Viaje Espacial" (2019)
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, IEUT – UC.]
Resumen. “Un viaje espacial: Conversaciones bajo un mismo techo” es un documental dirigido por Carlos Araya y retrata la diversidad de personas que viven en Chile y las experiencias de espera que comparten. El documental se enfoca en los paraderos de buses en distintos lugares de chile, donde las personas de todas las edades, orígenes y estatus socioeconómicos se reúnen para esperar el transporte público, ahondando en las tensiones que se producen, pero también en las posibilidades de sociabilidad que entregan los paraderos.
Palabras Clave. Derecho a la ciudad, vida Cotidiana, migración.
Introducción.
El documental muestra cómo los paraderos son lugares de encuentro donde convergen personas migrantes y nativas. Aquí las personas pueden socializar, compartir historias y aprender sobre la cultura de los demás. Sin embargo, también muestra cómo los paraderos pueden ser lugares de tensión, donde las personas pueden ser objeto de discriminación o violencia.
De esta forma, se convierte en un llamado a la acción para que todas las personas trabajen juntas para construir una ciudad que sea justa y equitativa para todos, sirviendo de recordatorio de que los paraderos son más que solo lugares donde las personas esperan el autobús. Los paraderos son lugares donde las personas pueden construir comunidad, luchar por sus derechos y crear un futuro mejor para la ciudad.
Sin poder llegar a casa.
El documental se desarrolla en diferentes paraderos a lo largo de todo Chile, cada uno con su propia historia y dinámica. En uno de ellos se presenta un caso conmovedor de un hombre de nacionalidad haitiana, quién se encuentra perdido con su guitarra en la ciudad de Santiago. Este hombre desorientado y sin dominar el idioma español, se ve enfrentado a un desafío al intentar regresar a su hogar en la comuna de Pudahuel. Ante esta situación, decide esperar en un paradero de buses, buscando la ayuda y la orientación de quienes pasan por allí.
Con miradas de incertidumbre, algunas personas se acercan al hombre para tratar de entender su situación, sin embargo, la barrera del idioma y la falta de conocimiento específico sobre la ruta que lleva a Pudahuel dificultaban la comunicación y la ayuda que se le podía brindar.
En otra escena, un grupo de jóvenes se acerca a él para intentar ofrecerle ayuda. Los jóvenes le hacen preguntas sobre cómo se llama el sector donde vive, nombres de calles y le muestran un mapa, sin embargo, el hombre no conoce las respuestas a estas preguntas y no puede ubicarse a través de un mapa. Luego le preguntan si tiene algún familiar o conocido al que pueda llamar para obtener ayuda, pero desafortunadamente las personas con las que vive no cuentan con un teléfono. En ese momento, le aconsejan que no se vaya, ya que es tarde y puede resultar peligroso. El hombre argumenta que ya lo sabe, expresando su miedo en respuesta a este consejo.
Tratando de brindarle apoyo, le sugieren que no tenga miedo y le preguntan si tiene algún lugar donde pueda quedarse. Lamentablemente, el hombre tampoco tiene un lugar seguro donde acudir. Los jóvenes le indican la dirección de un restaurante de McDonald’s cercano y le informan que está abierto toda la noche, ofreciéndole la posibilidad de pasar la noche allí.
En este momento, se destaca una escena en la que le animan a tocar su guitarra. A través de esta invitación, se intenta crear un ambiente de calidez y conexión, permitiéndole expresarse de una manera que va más allá de las barreras del idioma.
Este caso es representativo de lo que quiere retratar el documental, trayendo a la luz la complejidad de la experiencia migratoria y las dificultades que enfrentan aquellos que se encuentran en un entorno que les parece ajeno. Esta historia particular en el paradero de buses es solo una de muchas que se presentan en el documental “Un viaje espacial”. A medida que la narrativa se desarrolla, se revelan más experiencias de migrantes y personas que se encuentran en situaciones similares, compartiendo un sentimiento de vulnerabilidad y la lucha por ser comprendidos encontrar un lugar en la ciudad.
Conclusión.
El paradero se convierte en un microcosmos de la ciudad, reflejando la diversidad, la cultura y las experiencias de quienes lo habitan. A través de este retrato, el documental pone de relieve la importancia del derecho a la ciudad. Las historias presentadas ejemplifican las dificultades que enfrentan muchas personas migrantes y vulnerables al tratar de incorporarse a las dinámicas de la ciudad. La falta de acceso a la información, las barreras del idioma y la falta de redes de apoyo pueden convertirse en obstáculos para la plena participación en la vida urbana. Además, el miedo y la incertidumbre se suman a las dificultades, generando una sensación de vulnerabilidad y exclusión. En conclusión, el documental invita a reflexionar sobre el derecho a la ciudad y la importancia de construir una ciudad más inclusiva, promoviendo que todas las personas puedan encontrar un lugar y sentirse parte de ella.
Referencias.
Araya, C. (2019). Un viaje espacial: Conversaciones bajo un mismo techo. María Una Vez.
Más allá derecho de la ciudad: hacia la vida buena y la defensa de la comunidad
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Carla Carabaca Videla. Licenciada en Sociología (Universidad Nacional de Cuyo). Diplomada en Estudios Agrarios Latinoamericanos (Universidad de la República del Uruguay). Diplomada en Jóvenes y Ruralidad (Corporación Claretiana Norman Pérez Bello). Maestranda en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en Sociología (Universidad Nacional de Quilmes). Investigadora del SIIP-UNCuyo. Docente de nivel secundario (Dirección General de Escuelas). Profesional Técnica, Oficina de Ordenamiento Territorial (Municipalidad de Lavalle, Gobierno de Mendoza, Argentina). También se ha desempeñado como profesora de las cátedras Procesos Sociales Contemporáneos y Mendoza: territorio, población, estructura y conflicto (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo).
Roberto Ignacio Lobos Villaseca. Profesor de Filosofía en la Universidad Santander en la Línea de Arte, Cultura y Humanidad e investigador en la Universidad Nacional de Cuyo. Encargado del departamento de Estudios de Fundación Plebeya y Miembro de la Asociación de Filosofía y Liberación]
Resumen:
El derecho a la ciudad tuvo la potencialidad de transformar de manera profunda la forma de producir el espacio. Hoy es indispensable que estas apreciaciones sean problematizadas con la intención de ir más allá de lo planteado por Lefebvre. Si desplazamos la idea de ciudad y nos centramos en su teoría de la espacialidad y la categoría de “utopía concreta”, heredada de Ernst Bloch, podemos trazar nuevas líneas desde otro locus enunciativo. Hay una serie de saberes nuestroamericanos propios que se han desarrollado en la búsqueda de una alternativa al capitalismo neoliberal. El Buen Vivir de los pueblos originarios ha sido retomado por las fuerzas mestizas como un nuevo horizonte utópico para el continente. Así, quizás sea posible un “espacio diferencial” para una geocultura propia el punto de encuentro entre la utopía concreta de Lefebvre y el derecho a la ciudad con las perspectivas comunitarias de un vivir transmoderno, descolonial y anticapitalista neoliberal de los movimientos comunitarios, sea esta “ciudad” o no.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, vida buena, comunidad
Introducción
La noción “derecho a la ciudad” en su momento fue planteada como la posibilidad de construir una ciudad en la que se pueda vivir de forma digna, para la buena vida de todos y todas. Sin embargo, creemos que “pensar la ciudad” retomando la herencia de Henri Lefebvre implica trascender las discusiones que se reducen solamente al reconocimiento jurídico (y, por lo tanto, formal) del derecho a la vivienda, el hábitat, el ambiente y la centralidad residencial.
En el siguiente artículo pretendemos plasmar algunas ideas fuerza producto de un diálogo sostenido en los últimos tres años en torno al habitar. La pregunta que nos ordena es la siguiente, ¿Es acaso la ciudad centro neurálgico del capitalismo la solución para una forma de vida distinta? Los retos de construcción de una forma de vida, más allá de la modernidad y desde una crítica descolonial y anticapitalista, han aparecido como alternativa a la crisis sistémica en los momentos en la que el mundo comienza a agonizar tras la depredación del capitalismo sobre la naturaleza y el ambiente. Sin dudas, el colapso ambiental ha puesto la problemática del territorio y del espacio en el centro del debate.
I
Como afirman Carrión y Dammert-Guardi (2019), generalmente se plantea el derecho a la ciudad de forma abstracta, sin hacer referencia a los modos de producción y de reproducción de un tipo particular de ciudad: la ciudad capitalista, que es una máquina productora de exclusión, diferenciación y desigualdad. Esto hace de esta noción una categoría que es simultáneamente de comprensión de una realidad urbana específica (analítica) y de reivindicación de lo que se aspira: un proyecto urbanístico distinto (utopía). De este modo se plantea como una categoría política, no jurídica, aunque sí de legitimidad.
En su origen, tal como lo planteó Lefebvre (1969), el derecho a la ciudad es más que una necesidad social insatisfecha. Lefebvre entendía el derecho a la ciudad como el derecho de los habitantes urbanos a construir, decidir y crear la ciudad, espacio privilegiado en su concepción para la lucha contra el capitalismo. En las últimas décadas, esta categoría ocupó un lugar en el centro del debate político y su popularización ha hecho necesario disputar la precisión conceptual del concepto ante su uso oportunista. No obstante, la popularidad del concepto no ha venido acompañada de mayor precisión conceptual, sino todo lo contrario, de una banalización del término constituyéndose en un eslogan general y una categoría polisémica (Gnecco Quintero, 2020) profundizada por el “consumismo intelectual y académico” (Borja, 2017, p. 26). Se habla de construir ciudad y se da por hecho de que se busca un solo tipo de ciudad equivocadamente.
Nuñez (2013) sostiene que la banalización del término proviene de una apropiación de posicionamientos disímiles. El vaciado del término habilita un uso propagandístico, un formalismo sin materia, al punto de poder escuchar a sectores neoliberales hablar de la necesidad del derecho a la ciudad, como si se tratara de más y mejores espacios verdes. Además, la autora sostiene que la incomprensión del corpus total y complejo de la propuesta de Lefebvre se convierte en un obstáculo epistémico, bloquea el campo de posibilidades del concepto y su dimensión política, pero también estratégica, dejando fuera la propuesta político-revolucionaria del intelectual francés (Nuñez, 2013).
El término derecho a la ciudad apareció en 1968, cuando Lefebvre escribió su obra de título homónimo tomando en cuenta el impacto negativo sufrido por las ciudades en los países capitalistas, con la conversión de la ciudad en una mercancía al servicio exclusivo de los intereses de la acumulación del capital. Como contrapropuesta a este fenómeno, Lefebvre (1969) construye un planteamiento político para reivindicar la posibilidad de que las y los trabajadores puedan adueñarse de la ciudad. Frente a los efectos causados por el neoliberalismo, se propone esta perspectiva política como una respuesta posible.
Conforme al mismo marco teórico con el que abordó en términos generales el tema de la producción social del espacio, Lefebvre (1970, p. 36) analizó la producción del espacio urbano al proponer que cada modo de producción produce un tipo de ciudad que “lo expresa” de manera inmediata (visible y legible sobre el terreno) al tornar sensibles a las relaciones sociales más abstractas -jurídicas, políticas e ideológicas. Además, por un lado, analizó cómo a lo largo de la historia los cambios en el modo de producción dominante generaron una secuencia de producción del espacio urbano que se expresó, sucesivamente, en la ciudad política, la ciudad comercial, la ciudad industrial, para culminar en la fase “neocapitalista” en la sociedad urbana. Y, por el otro, destacó cómo en esta secuencia es posible identificar los cambios que se produjeron en las respectivas funciones, formas y estructuras urbanas, los cuales son los que establecieron las diferencias entre uno y otro tipo de ciudad a lo largo de la historia.
Sobre esta base, Lefebvre (1970) sostuvo que la realidad urbana modifica las relaciones de producción sin llegar a transformarlas. Se convierte en fuerza productiva, como ocurre con la ciencia. El espacio y la política del espacio “expresan” las relaciones sociales, al tiempo que inciden sobre ellas (Lefebvre, 1970, p. 25). Este constituye uno de los aspectos claves de la explicación lefebvriana, desde que muestra que el espacio cumple un papel instrumental crucial en la reproducción de las relaciones sociales capitalistas, donde la ciudad, no es un lugar pasivo de la producción o de la concentración de los capitales, sino que ‘lo urbano’ interviene como tal en los medios de producción.
Al centrar su atención en los efectos de la industrialización, Lefebvre concluyó que el crecimiento y expansión de la industria incidió en el desencadenamiento de una revolución urbana, que ha estado generando un tipo de espacio urbano que se diferencia, cada día en mayor grado, de los tipos de ciudad que existieron en el pasado: con la industria, la extensión del mercado, el mundo de la mercancía, con la importancia de lo económico y el capitalismo, la ciudad histórica, atacada de todas partes deja lugar a otra cosa (Lefebvre, 1974). En otras palabras, la interrelación entre industrialización y urbanización intensificó y aceleró la transición desde “la ciudad” (tal como había sido concebida hasta entonces), hacía un fenómeno diferente que se manifiesta a través de la “urbanización completa de la sociedad” a escala planetaria; esto es, la “urbanización consumada”. Ésta prolonga la tendencia fundamental del presente a través y al seno de la ‘sociedad burocrática de consumo dirigido’ (Lefebvre, 1970, p. 11; citado por Mattos, 2015, p. 7). La sociedad urbana está en gestación.
II
El derecho a la ciudad tuvo en su momento la potencialidad de transformar de manera profunda la forma de producir el espacio y, además, trae consigo la constitución de un sujeto social colectivo productor de la espacialidad. Hoy es indispensable que estas apreciaciones sean problematizadas con la intención de ir más allá de lo planteado por Lefebvre, teniendo presente que el autor desarrolló sus ideas antes de la caída de los socialismos reales. Sin embargo, si desplazamos la idea de ciudad y nos centramos en su teoría de la espacialidad y la categoría de “utopía concreta” –heredada de Ernst Bloch–, podemos trazar nuevas líneas desde otro locus enunciativo.
Más allá de Lefebvre, hay una serie de saberes nuestroamericanos propios que han ido desarrollándose en la búsqueda de una alternativa al capitalismo neoliberal. Estas proposiciones parten primeramente del reconocimiento de nuestro continente como el punto de inicio del desarrollo del capitalismo global, así como de la modernidad y la colonialidad que configuraron las formas y los ritmos de un mundo urbanizado.
Desde la teoría de la dependencia, la teología de la liberación, la filosofía de la liberación, la pedagogía del oprimido, el pensamiento descolonial, etc., se han articulado una serie de conocimientos autóctonos posibles de articular con la propuesta lefebvriana de ciudad y espacio diferencial. Los movimientos sociales del siglo XXI han ido en búsqueda de una utopía concreta, ya no centrada en la productividad cientificista a la que fue reducido el comunismo europeo, sino a una posibilidad de transformación que apela a un comunalismo local y las experiencias históricas de una geocultura propia. El punto de encuentro con el comunismo marxista se encuentra más cercano al Marx de los cuadernos Kovalevsky y las cartas con Vera Zasúlich que la experiencia histórica real.
El Buen Vivir de los pueblos originarios ha sido retomado por las fuerzas mestizas como un nuevo horizonte utópico para el continente y los movimientos comunitarios en defensa de la Madre Tierra nos han señalado otra forma de comprender el territorio y el espacio. La utopía concreta de Lefebvre puede articularse a su vez con la “utopía posible” de Franz Hinkelammert para pensar desde la vida el problema nuestro americano junto a la concepción del Buen Vivir, pero con el hincapié en la factibilidad. A la par, el filósofo Enrique Dussel también nos ha marcado un horizonte preguntándose ¿cómo aplicar la vida buena en la ciudad para el hommo urbanus? (Dussel, 2018), indicando que no hay aún una asimilación del Buen Vivir para la ciudad urbanizada, neoliberal, excluyente y desigual. Quizás sea posible un “espacio diferencial” para una geocultura propia el punto de encuentro entre la utopía concreta de Lefebvre y el derecho a la ciudad con las perspectivas comunitarias de un vivir transmoderno, descolonial y anticapitalista neoliberal de los movimientos comunitarios, sea esta “ciudad” o no. La vida buena como espacio diferencial es una posibilidad concreta, real, geo-culturalmente situada y con tradición histórica de las y los vencidos locales.
Referencias bibliográficas
Alvarado-Alegría, N. (2014). El derecho a la ciudad como derecho humano emergente. DigitalCiencia@UAQRO. https://www.uaq.mx/investigacion/revista_ciencia@uaq/ArchivosPDF/v7-n1/07Articulo.pdf
Borja, J. (2017). Contra la injusticia espacial, por los derechos ciudadanos, la igualdad y la sostenibilidad. Folios (32), 4-21.
Carrión, F. y Dammert-Guardia, M. (et al.) (2019). Derecho a la ciudad: una evocación de las transformaciones urbanas en América Latina. CLACSO, Flacso-Ecuador, IFEA.
Dussel, E. (2018, mayo 31). Enrique Dussel-Buen Vivir. [Archivo de video]. https://www.youtube.com/watch?v=DLIEm_6Smds
Gnecco Quintero, C. (2020). El derecho a la ciudad. La ciudad hacia el derecho: una mirada desde las actuaciones urbanísticas de la Bogotá humana (Tesis doctoral). Universidad Libre de Colombia https://repository.unilibre.edu.co/handle/10901/17933
Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Barcelona: Península.
Lefebvre, H. (1970). La revolution urbaine. Éditions Gallimard.
Lefebvre, H. (1974). La producción del espacio. Papers. Revista de Sociología (3).
Mattos, C. (2015). Lefebvre, producción del espacio, revolución urbana y urbanización planetaria. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Pontificia Universidad Católica de Chile. https://www.researchgate.net/publication/292978596_Lefebvre_produccion_del_espacio_revolucion_urbana_y_urbanizacion_planetaria
Nuñez, A. (2013). Del derecho a la ciudad, al derecho al espacio diferencial. VII Jornadas Santiago Wallace de investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas.
Autoconstrucción como bien común
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Sasha Chumpitaz Martínez [1]. Arquitecta y urbanista. Candidata a Magister en Ciudad y Urbanismo por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Arquitecta de la Dirección de Ordenamiento e Integración de Centros Poblados – Ministerio de Vivienda y Construcción (MVCS) Perú]
Resumen:
Durante las últimas décadas, diversas ciudades latinoamericanas han apostado por resolver los déficits de vivienda, a través de un enfoque economicista, priorizando la construcción masiva de proyectos habitacionales que posteriormente serán adquiridos mediante créditos hipotecarios. A consecuencia de ello, el déficit cualitativo (calidad de la vivienda) no forma parte sustancial de las políticas públicas de vivienda. Por ello, en función a una lógica de necesidad, los sectores con ingresos medios y bajos sostienen procesos de autoconstrucción para conseguir el “sueño de la casa propia”. Esto sin tomar en cuenta criterios respecto al contexto urbano territorial. En respuesta a ello, en el año 2021 se aprobó la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo (MVCS, 2021) en Perú, que reconoce como principal problema público a la habitabilidad de la población, refiriéndose a las características físicas (internas) de la vivienda y las características externas a ella, como las del entorno urbano. Frente a ello, la presente columna recoge los debates iniciales e investigaciones parciales acerca de la autoconstrucción como bien común y el ejercicio del derecho a la ciudad, en el marco del desarrollo del Trabajo Final del Máster en Ciudad y Urbanismo de la autora.
Palabras clave: Autoconstrucción, bien común, política pública
El debate académico, técnico y político ha confirmado el fracaso de la regulación de tierras como única política de vivienda para los sectores con menores ingresos. Desde la aprobación de la Ley N°13517 Ley de Barriadas, el pacto urbano social que se institucionalizó en el Perú se tradujo en una separación de la regulación legal del suelo (titulación) y la regulación para el mejoramiento urbanístico de los barrios, entiéndase calidad de la vivienda y del entorno urbano donde se ubiquen. Riofrío (2009), certeramente, lo resumió en la frase: “Yo te doy suelo, y tú no me pides vivienda”. Con ello, la población asumió enteramente la producción masiva de viviendas, poniendo en marcha un conjunto de agencias, prácticas y expresiones que surgen desde la lógica de la necesidad (Abramo, 2011). Esto se constituyó en el proceso de autoconstrucción.
En esa línea, la modalidad autónoma que posibilita construir los espacios donde se habita se ha convertido en la principal alternativa de acceso a una vivienda; al mismo tiempo, en la forma de consolidación de los barrios autoproducidos. Turner (2018) afirmó que los procesos de autoconstrucción forman parte del desarrollo progresivo del hábitat popular, el cual se caracteriza por la capacidad colectiva de construir barrios y comunidades. En tanto, dichos procesos permiten usar, gestionar y producir la ciudad de manera autónoma, pero colectiva a su vez. Así se reconoce una complejidad relacional (Borch y Kornberger, 2015) que es el punto de partida para entender la autoconstrucción como bien común.
Riofrío y Driant (1987) señalaron que la autoconstrucción y la autourbanización son modalidades que permitieron construir un sistema popular que admitió que el capitalismo continúe produciendo viviendas. Lo que trajo consigo la dificultad de constituir un sistema nacional productor de viviendas populares con apoyo del Estado para institucionalizar o en su defecto masificar las prácticas y agencias comunes alrededor de la autoconstrucción. Contrariamente, el Estado se concentró en intentar acortar las brechas que genera el déficit cuantitativo de la vivienda, priorizando la construcción de viviendas nuevas en suelo nuevo.
Todo ello acrecentó el porcentaje de unidades habitacionales que presentan un déficit cualitativo y promovió indirectamente la precariedad de las condiciones físico-espaciales del hábitat popular. Esto debido a que al contener viviendas construidas sin asistencia técnica no se garantiza adecuadas condiciones de habitabilidad [2] y además se presenta mayor riesgo frente a eventos climáticos, sísmicos y/o sanitarios. En concordancia a la realidad, la reciente Política Nacional de Vivienda y Urbanismo de Perú (MVCS, 2021) reconoce como problema público nacional, las inadecuadas condiciones de habitabilidad de la población, refiriéndose a las características físicas (internas) de la vivienda y las características externas a ella, como las del barrio o entorno urbano donde se ubique.
En ese marco, se establece el Servicio N°24 (S24) que lleva por denominación “Fortalecimiento de capacidades para la construcción asistida y construcción de viviendas progresivas”. Dicho servicio pretende fortalecer las capacidades de profesionales y trabajadores de la industria de la construcción. De tal manera, estos últimos se encargarán de realizar el seguimiento y brindar la asistencia técnica de los procesos arquitectónicos, constructivos y estructurales de las viviendas que son materia de construcción asistida y construcción progresiva (PNVU, 2021).
Para hacer operativa la implementación del S24, se propone concebir la ciudad y los procesos de autoconstrucción como bienes comunes. Ello permitiría validar el conocimiento colectivo que se aplica en el territorio producido por diversos agentes comunitarios, sociales y económicos. De los cuales resaltan los maestros de obra, albañiles y operarios que se han convertido en agentes de lo común en la ciudad. Si bien la aplicación de sus conocimientos en el proceso de autoconstrucción no proviene de facultades de arquitectura o ingeniería, sí se distingue un acumulado de prácticas, experiencias y voluntades que han permitido sostener procesos socioculturales alrededor del parque habitacional popular y son la expresión casi totalitaria del ejercicio del derecho a la ciudad. Para Harvey (2012), estas dinámicas permiten transformar el espacio a partir de nuestros anhelos más profundos.
A este respecto, se requiere superar las metodologías tradicionales para el diseño de las políticas públicas de vivienda. Esto se sustenta en la necesidad de cambiar los paradigmas de la focalización de beneficiarios y los requisitos de acceso a un programa de vivienda que tenga por objetivo el mejoramiento de la habitabilidad. Por ello, se debe tomar como base los procesos actuales de autoconstrucción que deberán ser asistidos técnicamente para garantizar mejores condiciones de vida de la población.
En tal sentido, se propone incluir, desde un enfoque territorial, una diversidad multidimensional de criterios urbanos, culturales, sociales, ambientales y económicos que nos acerque a la inclusión residencial. Por lo que, no bastará preguntarnos: ¿quiénes serán los beneficiarios prioritarios?, sino que complementariamente se deberá responder a la pregunta: ¿Dónde se ubican las zonas de intervención prioritarias?
- Focalización poblacional
- Criterio socioeconómico
- Criterio de vulnerabilidad
- Focalización territorial
- Criterio habitacional del espacio edificado
- Criterio habitacional de las condiciones del entorno
- Criterio social organizativo
Cabe resaltar que, de acuerdo con la aplicación del criterio social organizativo, se han identificado los principales agentes de lo común en los procesos de autoconstrucción; así como, las estrategias de cogobernanza habitacional que posibilitan el ejercicio del derecho a la ciudad. Entre ellos resaltan: hogares autoconstructores, agentes sociales autoconstructores, agentes técnicos y académicos, agentes institucionales, agentes económicos locales y agentes financieros. Estos últimos son los que tradicionalmente ejercen poder sobre los territorios.
A modo de cierre, pero con la clara intención de iniciar un debate amplio acerca del cambio de paradigma en el diseño de las políticas públicas, se señala la necesidad de validar la autoconstrucción como modalidad de acceso a la vivienda y como una gran caja de herramientas que permita disputar las lógicas “correctas y regulares” de construir el hábitat popular. De tal manera, se podrá dar paso a las agencias y prácticas colectivas que transforman -bien o mal- la ciudad, entendiéndola como resultado de los deseos y anhelos colectivos y particulares de la ciudadanía. En tal sentido, la ciudad como derecho debe reconocer los procesos de autoconstrucción como bienes comunes.
Referencias bibliográficas
Abramo, P. (2011). La producción de las ciudades latinoamericanas. Mercado inmobiliario y estructura urbana. OLACCHI.
Driant, J. C, & Riofrío, G.. (ed.). (1987). ¿Qué vivienda han construido? Nuevos problemas en viejas barriadas. Institut français d’études andines.
Cubillos, R., Trujillo, J., Cortés, O., Rodríguez A. y Villar, M. (2014). La habitabilidad como variable de diseño de edificaciones orientadas a la sostenibilidad. Revista de Arquitectura, 16, 114-125. https://www.redalyc.org/pdf/1251/125138774013.pdf
Riofrío, G. (2020). Polistic Urban Lab – Civitic Estudios Urbanos (2020, 14 de octubre) Entrevista Gustavo Riofrío sobre producción social del hábitat y asentamientos informales. [vídeo en línea]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=WUs2GyBNAg0
Turner, J. (2018). Autoconstrucción. Por una autonomía del habitar. Pepitas de calabaza.
Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Decreto Supremo N° 012-2021-VIVIENDA que aprueba la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo, con horizonte temporal al 2030, 15 de julio. Boletín del El Diario Oficial El Peruano (2021).
Harvey, D. (2012). Ciudades rebeldes. Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Akal
Borch C. & Kornberger M. (2015). Urban Commons: Rethinking the City. Routledge. https://zajednicko.org/mreznabibliografija/wp-content/uploads/sites/2/2018/04/Urban-Commons-Rethinking-the-City.pdf
[1] Esta columna es parte del desarrollo del Trabajo Final de Máster (Ciudad y Urbanismo, UOC): “Autoconstrucción como bien común”
[2] Se entiende el concepto de “habitabilidad” como la capacidad que tienen los espacios construidos o autoconstruidos, como las viviendas, para garantizar condiciones mínimas de confort y salubridad a sus habitantes (Cortés, 2014). Por tanto, se refiere a la calidad físico, estructural, espacial, funcional de la vivienda y los servicios básicos con los que esta cuenta: agua, desagüe, energía, internet, gas domiciliario.
El derecho a la ciudad justa y resiliente
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: José Miguel Fuentes Zuleta. Sociólogo por la Universidad Diego Portales, Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Actualmente, la ciudad sufre una serie de problemas causados por la desigualdad, la sobrepoblación, la segregación, el cambio climático, entre otros. Estos problemas nos hacen pensar en que es necesario transformar la ciudad hacia una que sea más justa y contemple los derechos de sus habitantes; que considere la participación ciudadana y que el Estado tenga un real compromiso con este proceso y que sea un proyecto-ciudad con resiliencia socio-ecológica. Para lograr esta transformación es necesario primer preguntarnos cómo, para quién y qué ciudad queremos construir, especialmente considerando los desafíos globales que implica el Capitaloceno[1] y sus consecuencias en el medio ambiente
Palabras clave: Derecho a la ciudad, ciudad justa, resiliencia.
¿Hacia una nueva ciudad?
Debido a la situación por la que pasa el mundo en el siglo XXI, a saber, mayor frecuencia e intensidad de eventos naturales asociados a la crisis climática y los problemas sociales propios del modelo capitalista, han surgido agendas que plantean formas de adaptarse y enfrentar estos problemas propios del presente siglo.
Desde la conferencia de Estocolmo de 1972 hasta el Acuerdo de Paris de 2015, se ha levantado un discurso que señala la urgencia y necesidad de cambiar el modelo de producción y consumo insostenible que existe actualmente, el cual destruye el hábitat natural, agota los recursos y genera desigualdades. Sin embargo, en un periodo de casi cincuenta años no ha habido mejoras sustantivas respecto al cambio climático. La temperatura sigue en aumento y los gobiernos, incluidos el chileno, no se han atrevido a tomar medidas drásticas para mitigar el cambio climático. Los cambios estructurales han estado enfocados principalmente en el transporte y la energía, pero no en los sistemas económicos ni tampoco en los modelos de producción y consumo, que son las causas de base de la crisis.
En estas agendas se plantean objetivos enmarcados principalmente en una sustentabilidad débil o superficial; es decir, que busca combatir la contaminación y el agotamiento de los recursos, “pero no se hace cargo de las causas políticas, sociales, económicas y culturales de la crisis ambiental (Elizalde, 2009, p. 58). Si bien estos objetivos son importantes para lograr una ciudad más resiliente con la crisis climática, no representan un cambio real en el modelo imperante que ya ha demostrado que es insostenible con el medio ambiente. Resulta complicado enfrentar problemas como la sequía y las inundaciones mientras se sigan incentivando actividades productivas que consumen grandes litros de agua o mientras se siga construyendo en las riberas de ríos o cerca de humedales.
El derecho a la ciudad justa como respuesta al capitaloceno
A partir de estos problemas, propongo que una forma de lograr esta transformación de la sociedad es mediante el derecho a la ciudad justa.
El derecho a la ciudad y la ciudad justa son dos conceptos distintos, pero que lejos de divergir, convergen (Conolly y Stein, 2009). Como propuso Lefebvre (1969) hace ya poco más de medio siglo, el derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya está, a la ciudad tradicional, sino el derecho a una ciudad renovada. Respecto a la ciudad justa, este concepto acuñado por Susan Fainstein (2013) remarca la importancia de la justicia social en la planificación de las ciudades.
Prefiero hablar de derecho a la ciudad justa en lugar de ciudad justa a secas, entendiendo que se incorporan los principios del derecho a la ciudad en la búsqueda de esta nueva ciudad, poniendo énfasis en que la transformación urbana juega un rol central en la lucha por redefinir derechos y libertades y reconfigurar los procesos sociales que ocurren en la ciudad.
La inequidad y la injusticia social –que son dos aspectos por los que lucha la ciudad justa—, y la crisis climática están intrínsecamente relacionados, ya que ambos tienen un impacto significativo en la vida de las personas y en la sostenibilidad de las ciudades. Por un lado, el cambio climático no afecta a todos por igual, sino que afecta de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables de la sociedad. Por otro lado, la ciudad justa plantea un enfoque basado en los derechos humanos, poniendo sobre la mesa, en este caso, la justicia climática como un elemento fundamental a considerar en la planificación de la ciudad.
El derecho a la ciudad justa promueve la equidad, la participación ciudadana y el acceso a servicios básicos, mientras que el cambio climático exige la adopción de medidas para reducir las emisiones, adaptarse a los impactos y proteger a los grupos más vulnerables. Ambos conceptos convergen en la construcción de un futuro urbano más sostenible y habitable.
¿Podrán sobrevivir nuestras ciudades?
El célebre geógrafo catalán Jordi Borja abrió la pregunta sobre si “¿La ciudad puede ser el medio de la transformación política y en consecuencia la socio-económica, cultural y ambiental?” (2019, p.57). A partir de lo plasmado en este escrito la respuesta podría ser afirmativa o negativa, dependiendo completamente de qué tipo de ciudad y bajo que modelo la queremos construir.
La ciudad no sólo depende de los planificadores urbanos, sino que depende de la cooperación de diversos actores económicos políticos y sociales. A fin de cuentas, es el urbanismo el que determina las condiciones de vida de la ciudadanía y como tal debiese incorporar a todos los actores relevantes. Se necesita no solo un Estado o municipio comprometido con el cambio, sino también a la comunidad que habita en el territorio.
Se necesita una planificación que tenga en consideración que los procesos sociales, económicos, tecnológicos y culturales son globales, pero que la ciudad es local y como tal tiene sus propias especificidades políticas, jurídicas, culturales, ambientales y sociales. “Pensar global, actuar local” como reza la proclama.
Se necesita una ciudad sostenible y resiliente que vaya más allá del capitalismo verde y de las soluciones antropocénicas. La esencia de la nueva ciudad, por un lado, será su capacidad de adaptación al sistema socio-ecológico ante las nuevas situaciones propias de la crisis ambiental actual; su capacidad de poder adaptarse al riesgo, aprender de su historia y estar más preparados ante futuros escenarios de desastres; y su capacidad de estar estrechamente imbricada con su territorio, buscando el equilibrio territorial entre la ciudad y la naturaleza.
Referencias bibliográficas
Borja, J. (2019). Ciudadanía, derecho a la ciudad y clases sociales. O la Democracia versus el Derecho. Derecho a la ciudad, una evocación de las transformaciones urbanas en América Latina, 25-59.
Conolly, J. y Steil, J. (2009). Introduction. Finding justice in the city en P. Marcuse, Connolly, J., Novy, J., Olivo, I., Potter, C. & Steiil, J. (ed) Searching for the Just City. Debates in urban theory and practices. Routledge.
Elizalde, A. (2009). ¿Qué desarrollo puede llamarse sostenible en el siglo XXI?: la cuestión de los límites y las necesidades humanas. Revista de educación.
Fainstein, S. (2013). Planificación, justicia y ciudad/Planning, justice and the city. Urban, (06), 7-20.
Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Península.
Torunczyk, D. (2019). Anthropocene or Capitalocene? Nature, History and the Crisis of Capitalism. Utopía y Praxis Latinoamericana, 24 (84), 125-129
[1] Escojo el concepto de Capitaloceno en lugar de Antropoceno para referirme a este periodo socioambiental; ya que, como señala Jason Moore, el Antropoceno refiere más bien a un proceso geológico, no sociohistórico, por lo que no permite explicar las múltiples relaciones sociales e históricas que nos han llevado a la crisis planetaria actual (Torunczyk, 2019). De esta manera, al hablar de Capitaloceno, se excluye la idea de que la actual crisis es un problema exclusivamente tecno-político para, en cambio, establecer que la acumulación de capital y la racionalidad capitalista son los causantes de la crisis, no la actividad humana per se.
Educación y derecho a la ciudad: una propuesta de formación ciudadana
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Marcelo Mardones Peñaloza. Licenciado y Magister en Historia, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Escuela de Historia Universidad Diego Portales]
Resumen:
¿Cómo y para qué promover el derecho a la ciudad en las comunidades educativas? A partir de la revisión de algunas experiencias recientes realizadas en diversos establecimientos del Área Metropolitana de Santiago, Chile, el autor reflexiona sobre la necesidad y las posibilidades que los ejercicios sobre memoria e historia local ofrecen para la comprensión de hacia qué apuntamos cuando discutimos sobre la promoción de un derecho de nueva generación. A pesar que este se entrelaza a varias de las luchas, las comunidades locales la han dado por cuestiones como la vivienda y el habitar desde el siglo XX. Se propone así una observación sobre las posibilidades que ofrece la academia para extender sus discusiones y análisis hacia la ciudadanía mediante la auto comprensión de la experiencia en la ciudad y sus posibilidades.
Palabras clave: Educación; historia local; derecho a la Ciudad
Creo necesario partir esta reflexión con una pregunta: ¿Quiénes tienen derecho a la ciudad? Durante el mes de mayo recién pasado, tuve la oportunidad de realizar una serie de talleres sobre Historia Local y Patrimonio para estudiantes de octavo básico en distintos establecimientos educacionales pertenecientes a la red de la Sociedad de Instrucción Primaria. Ubicados en distintos puntos de Santiago, la actividad buscaba conectar a las comunidades escolares con su entorno en un ejercicio que permitiera conocer el desarrollo histórico de los barrios donde se encontraban los establecimientos. Además, se buscaba promover la reflexión respecto a las carencias y problemáticas que los afectaban. Había en ello un desafío mayor; ya que, si bien algunos colegios se encontraban en áreas donde se podían identificar elementos arquitectónicos y urbanísticos de carácter patrimonial que reforzaban el discurso más tradicional respecto al valor histórico y la conservación de la ciudad, otros parecían alejarse en forma radical de estos criterios.
El caso donde esta cuestión se hizo más notorio fue en un establecimiento ubicado en la población José María Caro de la comuna de Lo Espejo, uno de los municipios con menos recursos y más desigualdades urbanas de la capital chilena. El establecimiento mostró inicialmente dudas respecto al valor de una actividad en un sector que, según algunos de sus docentes, “no tenía nada que mostrar”. En la comunidad escolar parecía prevalecer el paradigma de la seguridad, donde su principal opuesto era el espacio público: identificado como agreste, peligroso y de poco interés para el aprendizaje de las y los estudiantes. Estos últimos realizaban sus actividades hacia el mundo contenido en el perímetro del establecimiento. Es imposible negar que muchas de estas impresiones se apoyaban en la presencia de grupos delictuales y hechos de violencia que ocurren en diversos sectores periféricos de Santiago. Estos reforzados por los medios de comunicación y sus discursos que amplifican los temores de la población.
Sin embargo, tras algunas conversaciones con directivos y docentes respecto a la actividad, logramos coincidir en un hecho: si la propuesta buscaba reforzar la relación del estudiantado con el territorio y darle una relectura a la noción de patrimonio, no limitándola a las áreas primadas de la ciudad ni a hitos arquitectónicos ajenos a la realidad local, debíamos realizarla en el entorno inmediato al colegio. La actividad debía constar de dos instancias. La primera era un taller donde el expositor daría cuenta de la evolución urbana del sector ligándola a los grandes procesos de transformación urbana que experimentó Santiago desde la década de 1930. En ella hablamos de algunos elementos que habían determinado el crecimiento urbano en la zona, como el aeropuerto de Cerrillos o la feria de Lo Valledor, un poco más al norte. Además, se habló de la conformación de la misma población José María Caro, hito de la ciudad popular como uno de los mayores proyectos de vivienda social construidos a inicios de la década del sesenta.
Acá surgió una cuestión de relevancia para la reflexión que nos convoca: ¿Es posible educar respecto al derecho a la ciudad sin una memoria histórica de la misma? La pregunta no es menor cuando observamos que un grupo importante del estudiantado en barrios populares de Santiago son de origen migrante que necesitan profundizar los lazos con el entorno urbano que los acoge, como también para sus pobladores históricos. Según la experiencia de los talleres de Lo Espejo y otros sectores de Santiago, como en San Bernardo[1], la integración de las comunidades migrantes, la contención de conflictos sociales, la discusión de los problemas del territorio y el levantamiento de propuestas para una mejor calidad de vida local surgían de la memoria territorial. Tanto la metodología aplicada en San Bernardo como la experiencia de Rosa Elvira de Matte permitió conectar la experiencia de distintos grupos etarios respecto a las problemáticas observadas, uniendo a estudiantes, docentes y apoderados en una discusión común sobre los conflictos urbanos y el valor de la identidad local.
Esto se hizo notorio al desarrollar la segunda actividad en Lo Espejo. Mediante un recorrido por el entorno del colegio donde, además de identificar puntos de interés y sentido para la comunidad, se discutieron cuestiones como el aislamiento respecto a infraestructuras de transporte como el metro y las fronteras que representaban otras (autopistas urbanas, líneas férreas), la ausencia o limitaciones de acceso a áreas verdes y de la gestión de residuos. La memoria de los apoderados respecto a sus experiencias durante la dictadura, o cuando se convivía con un cercano paisaje rural, se combinaba a la observación de niños y niñas que asumían una mirada crítica con respecto a donde crecían. A mi juicio, la consolidación del derecho a la ciudad como horizonte común y vital para una sociedad donde la población urbana, según estimaciones del INE, debería bordear el 90% al final de la década, debe necesariamente partir de una reflexión de base a las cuales pueden contribuir estas experiencias.
El riesgo de no desarrollar estrategias de este tipo extiende la posibilidad de separar a las comunidades de los discursos teóricos que los pretenden representar en la materia. En tal sentido, no puedo ignorar en este cierre una mirada a la cuestión del derecho a la ciudad y el habitar presentados en el fallido proyecto constitucional plebiscitado el 2022. Empantanados en una discusión sobre la vivienda mediatizada, las interesantes propuestas sobre la ciudad contenidas en el artículo 52 no lograron congregar el interés para la ciudadanía. Personalmente, creo que esta ausencia de conexión entre las discusiones teóricas y el interés de la población demostrado en este episodio puede ser contrarrestado mediante una labor donde memoria, historia y ciudad, así como una relectura a la noción de patrimonio, puedan ser entendidas como herramientas para el desarrollo social de las comunidades urbanas.
[1] Se desarrollaron cartografías colectivas durante el año 2021 en el colegio Carlos Condell de San Bernardo, ubicado en uno de los mayores conjuntos de vivienda social de los años noventa y hoy caracterizado por la vulnerabilidad social y urbana.
El derecho a la ciudad frente a la segregación socioespacial. Una reflexión sobre la accesibilidad económica en los centros históricos
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Ximena Salazar-Guamán. Arquitecta con un Máster en Ordenamiento Territorial. Candidata al Doctorado en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible por la Universidad Nacional del Cuyo, Mendoza, Argentina. Docente Investigadora de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo e integrante del Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca.
Bernarda Patricia Martínez Reyes. Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca.
Karen Elizabeth Chica Cobos, Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca]
Resumen:
La visión integrada de conceptos como el derecho a la ciudad, la segregación socioespacial y el desarrollo de actividades económicas en los centros históricos presenta un panorama complejo. El derecho a la ciudad, un concepto acuñado por Henri Lefebvre, promueve la equidad en el uso y producción del espacio urbano. Sin embargo, en muchas ciudades latinoamericanas, este derecho se ve amenazado por la segregación socioespacial, un fenómeno que intensifica la desigualdad social. Los centros históricos, espacios de integración y encuentro, han sufrido una revalorización económica que ha excluido a ciertos grupos socioeconómicos. Además, la proliferación de ciertas actividades económicas como restaurantes y bares, ha limitado aún más el acceso a estos espacios. En conclusión, es imperativo resistir estos procesos de segregación y trabajar hacia la creación de ciudades que sean inclusivas y equitativas, en línea con el espíritu del derecho a la ciudad.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, segregación socioespacial, centros históricos
El derecho a la ciudad y la segregación socioespacial en centros históricos
El derecho a la ciudad, un término acuñado por Henri Lefebvre (Lefebvre, 2016), se ha convertido en un pilar fundamental en las discusiones sobre planificación y política urbana. Este derecho defiende la posibilidad de los habitantes de la ciudad, tanto presentes como futuros, de utilizar, ocupar y producir espacio urbano de manera justa y equitativa. No obstante, en muchas ciudades de América Latina se ve amenazado por procesos que intensifican la fragmentación y desigualdad entre diferentes estratos sociales, conocidos como segregación socioespacial (Linares & Lan, 2007).
La segregación socioespacial, un fenómeno que alude a las disparidades sociales dentro de un grupo poblacional y a la separación en categorías con un grado de distinción jerárquica o valorativa, se manifiesta en el espacio en el que se desarrollan (Linares & Lan, 2007). En el contexto latinoamericano, los procesos de producción y apropiación del espacio urbano han exacerbado estas disparidades, dando lugar a una mayor fragmentación socioespacial. Este fenómeno, consecuencia intrínseca de los modelos de producción capitalista, se manifiesta principalmente como expresión espacial de las diferentes clases sociales según el tipo de actividad económica que realicen (Linares, 2009).
En este escenario, los centros históricos, espacios simbióticos caracterizados por ser lugares de integración, articulación, encuentro y conectividad, adquieren un significado especial en la vida colectiva (Carrión, 2005). Sin embargo, en los últimos años se ha experimentado una revalorización del espacio urbano, como las centralidades históricas (Escamilla Galindo et al., 2022). Este cambio en el uso del suelo, reflejo de la producción capitalista del espacio, ha llevado a la exclusión de ciertos grupos de la población, especialmente aquellos con menos recursos económicos, limitando su acceso a estos espacios y su capacidad de participar en su producción y gestión. En este contexto, a continuación, se esbozan algunas reflexiones sobre cómo la segregación socioespacial y la revalorización económica de los centros históricos pueden limitar el derecho a la ciudad.
Segregación, derecho a la ciudad y economía en entornos patrimoniales
La relación entre segregación, derecho a la ciudad y entornos patrimoniales ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, desde la sociología urbana hasta la planificación y gestión del patrimonio (Fainstein, 2014; Marcuse, 2009; Smith, 2017). Se ha observado que la segregación socioespacial puede limitar el derecho a la ciudad, especialmente en los centros históricos revalorizados económicamente (Atkinson & Bridge, 2005; Lees, 2008).
Además de la vivienda, otros estudios han examinado la segregación en relación con diversas actividades económicas, incluyendo los servicios de alimentos y bebidas. Así, Zukin (1996) y Lloyd (2010) han analizado cómo la gentrificación y la revalorización de los centros históricos han llevado a la proliferación de restaurantes y bares de alta gama, lo que puede excluir a los residentes de bajos ingresos, limitando su derecho a la ciudad. Empero, a pesar de la creciente atención a este tema, aún existen brechas en nuestra comprensión de cómo estos procesos interactúan y pueden ser abordados para promover una mayor justicia espacial. Además, se ha dado menor atención a como los entornos patrimoniales -centros históricos-, pueden utilizarse para resistir la segregación y promover el derecho a la ciudad (Graham, 2002; Zukin, 2011).
El derecho a la ciudad y el desarrollo de actividades económicas en los centros históricos
El derecho a la ciudad, según Lefebvre (2016) y como lo define David Harvey (Harvey, 2013), no es el simple derecho a acceder a lo que han decidido los especuladores de la propiedad y funcionarios estatales, sino el derecho activo a hacer una ciudad diferente, adecuarla según nuestros anhelos y rehacernos también nosotros de acuerdo a una imagen diferente.
Las actividades económicas se refieren a los procesos mediante los cuales las personas producen bienes y prestan servicios para satisfacer necesidades poblacionales en función de las lógicas del mercado y ser recompensados financieramente (Banco Central de Reserva de El Salvador, 2017). Los usos de suelo considerados como “más rentables” se refieren a aquellos destinados a la prestación de un servicio, los cuales se han ubicado en el centro histórico debido al aumento de la actividad turística en la zona. Como resultado, se ha incrementado la cantidad de hoteles y restaurantes en este espacio (Astudillo et al., 2017).
En este sentido, el patrimonio ha sido absorbido por el mercado, las inversiones realizadas en los centros históricos han provocado cambios significativos en distintos ámbitos, como el económico, urbano, cultural y social, lo que ha llevado a una revalorización de su base material: los precios del suelo, los alquileres y la propiedad inmobiliaria (Carrión, 2011). Además, las políticas que actualmente se implementan para conservar estos lugares no solo buscan mantener o mejorar su aspecto urbano, sino también se enfocan en transformarlos en zonas altamente productivas donde priman los intereses económicos y privados de un grupo de la población (Escamilla Galindo et al., 2022). Esto mediante el cambio de usos de suelo hacia actividades rentables, aprovechando el patrimonio para fines de reproducción del capital (Pauta, 2019).
Por consiguiente, la interrogante radica en hasta qué punto las nuevas actividades económicas en los centros históricos constituyen un limitante para que la ciudad sea un espacio para satisfacer necesidades humanas, ya que los costos de estos servicios, específicamente restaurantes, representan barreras reales para poder acceder a estos espacios.Principio del formulario
Efectivamente, en los centros históricos se evidencia una fuerte tendencia al aumento del número de servicios asociados a restaurantes, bares, etc., en general a la prestación de servicios de alimentos. Esto para aprovechar su estratégica localización, así como su entorno patrimonial para elevar su categoría, lo que lleva consigo un incremento de los costos de dichos servicios a los usuarios. Estos altos costos de acceso constituyen un desafío para el derecho a la ciudad, ya que estas barreras limitan la capacidad de las personas para participar plenamente en la vida de la ciudad y acceder a sus beneficios de manera equitativa. En este sentido, el derecho a la ciudad no es simplemente un derecho legal o formal, sino es un derecho que se realiza y se lucha en la práctica. Por ello, su realización requiere no sólo cambios en las políticas y prácticas de planificación y gestión urbana, sino también la construcción de movimientos sociales y políticos que luchen por la justicia espacial y la democratización del espacio urbano.
El análisis de la segregación socioespacial y el derecho a la ciudad en los centros históricos nos lleva a reflexionar sobre la complejidad y los desafíos inherentes a la urbanización contemporánea. La revalorización económica de estos espacios, impulsada por la lógica del mercado, ha exacerbado las desigualdades existentes, limitando el acceso y la participación de ciertos grupos en la vida urbana; sin embargo, el derecho a la ciudad, entendido como una expresión social cambiante y variable que busca satisfacer las necesidades humanas fundamentales y mejorar la calidad de vida, nos ofrece una perspectiva esperanzadora. Este derecho nos recuerda que las ciudades son, en última instancia, construcciones sociales y que todos los habitantes tienen el derecho a influir en su forma y función (Peñafiel-Mora et al., 2020). Por lo tanto, es imperativo que busquemos formas de resistir y contrarrestar los procesos de segregación, trabajando hacia la creación de ciudades que sean inclusivas, justas y equitativas. En síntesis, en búsqueda del bien común.
Referencias bibliográficas
Astudillo, S., Siguencia, M. E., Forero, J., Auquilla Zambrano, S., & Rey Pérez, J. (2017). Paisaje urbano histórico: La aplicación de la recomendación sobre el paisaje urbano histórico (PUH) en cuenca (Ecuador). Una nueva aproximación al patrimonio cultural y natural. Universidad de Cuenca. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=719767
Banco Central de Reserva de El Salvador. (2017). Glosario de términos técnicos y conceptos económicos. https://www.bcr.gob.sv/documental/Inicio/vista/Glosario_terminos_tecnicos_y_Conceptos_economicos1.pdf
Carrión, F. (2005). El centro histórico como proyecto y objeto de deseo. EURE (Santiago), 31(93), 89–100. https://doi.org/10.4067/S0250-71612005009300006
Carrión, F. (2011). El laberinto de las centralidades históricas en América Latina: El centro histórico como objeto del deseo. Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Escamilla Galindo, L. O., Díaz Núñez, V. L., Napoles Franco, D., Guevara Zárraga, M. E., Garcia Ramirez, B. E., Atencio Atencio, M. M., Madrigal Figueroa, G. G., Navarro Serrano, J. A., Acosta Pérez, E., Chong Garduño, M. C., Velázquez Ruiz, A., Meneses Sánchez, C. L., Mercado Villalobos, A., Arroyo Rojas, L., Zazueta Hernández, M. G., Paredes Avilés, F. L., Flor Granda, M. V., Godoy Carrera, I. M., & León Torres Guisella, A. Z. (2022). Efectos socio espaciales en centros históricos y barrios consolidados. Universidad de Guadalajara.
Fainstein, S. (2014). The just city. International Journal of Urban Sciences, 18(1), 1–18. https://doi.org/10.1080/12265934.2013.834643
Graham, B. (2002). Heritage as Knowledge: Capital or Culture? Urban Studies, 39(5/6), 1003–1017. https://doi.org/10.1080/00420980220128426
Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes: Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Ediciones AKAL.
Lefebvre, H. (2016). El derecho a la ciudad. Capitán Swing Libros.
Linares, S. (2009). Espacio urbano y segregación socioespacial: Aportes teóricos para el debate [Congreso]. Universidad Nacional de La Pampa, La Pampa, Argentina.
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Lloyd, R. (2010). Neo-Bohemia: Art and Commerce in the Postindustrial City.
Marcuse, P. (2009). From critical urban theory to the right to the city. City, 13(2–3), 185–197. https://doi.org/10.1080/13604810902982177
Pauta, F. (2019). La vivienda y la renovación urbana en los centros históricos. Un estudio de caso sobre Cuenca (Ecuador). Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, 8(15), 197–228. https://doi.org/10.18537/est.v008.n015.a10
Peñafiel-Mora, M., Peralta-Peñaloza, C., & Salazar-Guamána, X. (2020). Lectura espacial del derecho a la ciudad. El Caso de Cuenca, Ecuador. Bitácora Urbano Territorial, 30(1), 61–74. https://doi.org/10.15446/bitacora.v30n1.82583
Smith, N. (2002). New globalism, new urbanism: gentrification as global urban strategy. Antipode, 34(3), 427-450.
Zukin, S. (1996). The Cultures of Cities.
Zukin, S. (2011). Naked City: The Death and Life of Authentic Urban Places.
Derecho a espacios públicos de calidad | “La humanización del espacio urbano: La vida social entre los edificios (2022)”
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Tomás Artaza Covarrubias. Licenciado en Sociología, Universidad de Concepción]
Resumen
Existe una gran relación entre la calidad de los espacios públicos y la cantidad, duración y tipos de actividades sociales que en ellos se puedan desarrollar. Influyen diferentes componentes en la disposición física que fomentan o inhiben el contacto asociado principalmente a los sentidos de la visión y audición. El libro invita a reflexionar principalmente sobre la escala y forma en que se diseña y construye la ciudad. La presente reseña indica brevemente la estructura del libro para luego detenerse en dos elementos que agrupan el mensaje central del autor: la importancia de un entorno físico de calidad, es decir, un espacio público que reúna las condiciones para el desarrollo de las interacciones y actividades sociales; y también la especial atención que le presta a los sentidos y como entendiendo éstos desde su funcionamiento, es que diversas disposiciones físicas pueden facilitar la comunicación y las actividades sociales en sus distintos niveles. Se concluye estableciendo el nexo entre la “humanización del espacio urbano” y el derecho a la ciudad, en donde es pensar y proyectar la ciudad a escala humana una vía para que vuelva a consolidarse la cohesión social y con ello la seguridad, participación ciudadana y política, entre otras.
Palabras Clave: Espacio público, actividades sociales, derecho a la ciudad
Introducción
Se propone una relación entre el Derecho a la Ciudad y el libro presentado por Jan Gehl (1936), quien analiza cómo se deteriora la calidad de vida en la ciudad a partir de las nuevas formas de pensar y diseñar la urbe orientada a los grandes edificios y el uso del automóvil, como los espacios públicos pierden su capacidad de ser un punto que favorezca las actividades e interacciones sociales. El libro se compone de diecinueve capítulos repartidos entre cuatro partes: I. La vida entre los edificios, II. Requisitos para proyectar, III. Agrupar o dispersar: proyectos de ciudad y de conjuntos y IV: Espacios para caminar, lugares para estar: proyectos de detalle. La presente reseña se centra en dos elementos que aúnan gran parte de su mensaje respecto a la relación de la configuración del espacio urbano con el comportamiento social, concluyendo luego de manera breve su complementariedad con el derecho a la ciudad.
Espacio público de calidad
La ciudad en su complejidad cumple diversas funciones, una de ellas es la dimensión socializante en donde toma relevancia sobre todo el diseño del espacio público para que favorezca la aparición de la vida social en la ciudad. Identifica tres tipos de actividades exteriores: las necesarias, ligadas a un mayor grado de obligatoriedad como traslados a lugar de trabajo o estudio; las opcionales, según deseo o disposición de tiempo y lugar; y las sociales o actividades resultantes, dependen de las dos anteriores. Existe una “estrecha relación entre la calidad de los espacios y las actividades exteriores” (Gehl, 2022, p.45), la que es determinante sobre todo en las actividades opcionales y, por consiguiente, en las sociales.
La calidad del entorno físico urbano influye también en la cantidad de personas que hacen uso de ese espacio, en la duración de cada actividad y cuáles son los tipos de actividades que puedan ser llevadas a cabo. Esto es clave ya que esas mismas personas y sus interacciones propician el desarrollo de nuevas actividades, como señala Gehl (2022), “la gente se siente atraída por la gente. Se juntan y deambulan con otras personas y tratan de situarse cerca de ellas. Las nuevas actividades empiezan en las proximidades de lo que ya está sucediendo” (p.31). Actividades en las que varía el grado de intensidad, desde lo más alto con personas íntimas, amigos cercanos o familiares, contactos casuales, hasta los contactos pasivos (de ver y oír) que sería la intensidad más baja. Es importante tener en cuenta incluso aquellas actividades de intensidad más baja, el estar cerca de otras personas “es al parecer más gratificante y está más solicitada que la mayoría de las otras atracciones que se ofrecen en los espacios públicos de las ciudades y los barrios residenciales” (Gehl, 2022, p. 37).
Ciudad desde los sentidos.
La experiencia, percepción de la ciudad y sobre todo las posibilidades de contacto y desarrollo de interacciones de calidad entre las personas es tremendamente sensorial (nuestra visión es considerablemente más amplia en un sentido horizontal que vertical), en donde la altura de los edificios y la ciudad pensada para el transporte en automóvil son factores claves en desmedro de las posibilidades de contacto, como era señalado recientemente, incluso aquellas de baja intensidad cumplen un rol en el sentirse parte de la ciudad y su comunidad. El conjunto de maneras en que se fomenta el contacto (en función de la visión y audición) indica que para el desarrollo de actividades sociales significativas, experiencias intensas, las conversaciones e incluso caricias se requiere estar de pie, sentados, tumbados o caminando, requiere cierta calma, proximidad y orientación. En palabras de Gehl (2022), “solo a “pie” puede funcionar una situación como oportunidad significativa para el contacto y la información, en la que el individuo se sienta a gusto y pueda tomarse su tiempo para experimentar, parar o participar” (p.82).
Conclusiones
Pensar la ciudad desde un enfoque humano (comprendiendo la escala en la que actúan sus sentidos) y desde una perspectiva como es el derecho a la ciudad presentan diversas conexiones, las más estrechas en temas de seguridad y calidad del entorno físico. El sexto componente del derecho a la ciudad establece que “una ciudad/asentamiento humano con espacios y servicios públicos de calidad que mejoren las interacciones sociales y la participación política, promuevan las expresiones socioculturales, abracen la diversidad y fomenten la cohesión social” (PGCD, 2019, p.9). El autor por su parte a lo largo de todo el texto plantea diversas características que debe tener un espacio público para que propicie el desarrollo de actividades sociales, que realmente invite a la mayor cantidad de gente primero a asistir o transitar por determinado lugar, que luego pueda permanecer por más tiempo y que la disposición física entre otros factores permitan una amplia gama de actividades e interacciones sociales. “Cuando todos los factores tienen la posibilidad de actuar conjuntamente (…), el resultado es una sensación de bienestar físico y psicológico: la sensación de que un espacio es, en todos los aspectos, un lugar agradable para estar” (Gehl, 2022, p.195).
Por el contrario, aquellos espacios públicos que no resultan en un lugar agradable, concentran una menor cantidad de personas, las estancias son más cortas y las actividades opcionales y sociales se ven disminuidas casi por completo. El hecho de que haya menos gente y actividades en ese espacio, no invita a que nuevas personas se acerquen, generando un proceso de auto refuerzo negativo.
En definitiva, indica Gehl (2022) que “los edificios bajos situados a lo largo de una calle están en armonía con el modo en que la gente se desplaza y con la manera en que funcionan los sentidos” (p.111), en contraparte, “los conjuntos edificatorios con espacios grandes, calles anchas y edificios altos se consideran a menudo fríos e impersonales” (p.79).
Referencias.
Gehl, J. (2022). La humanización del espacio urbano, la vida social entre los edificios. Editorial Reverté, 2da. Reimpresión, Barcelona Esp. ISBN: 978-84-291-2109-4
PGDC. (2019). Agenda del derecho a la ciudad. Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad. Recuperado de: https://www.right2city.org/wp-content/uploads/2019/09/A6.1_Agenda-del-derecho-a-la-ciudad.pdf
La desregulación de la norma urbana: el último bastión del urbanismo neoliberal en Chile. El caso de la comuna de Ñuñoa en Santiago
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
Por: [Aarón Jiménez Quezada. Arquitecto PUCV y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente. Secretaría de Planificación de la comuna de Ñuñoa]
Resumen
La desregulación de la norma urbana tiene un efecto inmediato en cómo se van configurando las ciudades, donde la densidad es un factor determinante al momento de analizar los impactos y su entorno. La comuna de Ñuñoa es un ejemplo de cómo los procesos con hiper densificación residencial y verticalización del espacio urbano han generado proyectos fuera de escala de barrio, generando nuevas cargas sobre la infraestructura urbana existente, lo que traerá como consecuencia efectos negativos en la habitabilidad urbana y residencial, en desmedro de la calidad de vida de los vecinos del sector.
Palabras claves: Desregulación, Urbanismo Neoliberal, Norma urbana
Introducción
La desregulación de la norma urbana y la producción de edificios fuera de la escala de barrio: un análisis de la comuna de Ñuñoa y su antiguo PRC.
A partir de la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979, donde se relega el rol del Estado en la planificación de la ciudad para entregar mayor libertad a la inversión privada (De Mattos, 2008), en Chile existieron reformas que fueron configurando la ciudad con un enfoque proempresarial que marcaría el desarrollo urbano y la producción del espacio de las siguientes décadas. El urbanismo neoliberal encontraba en la desregulación y la mercantilización del desarrollo urbano una oportunidad para expandir la ciudad más allá de los límites urbanos, transformando la rentabilidad de los privados en el motor de desarrollo de las ciudades por sobre el bien común y los propios problemas sociales (Vergara-Perucich et al., 2020, pp. 85-86).
Dentro de estas cuatro décadas de políticas de desarrollo neoliberal se hace necesario identificar etapas de acuerdo con las particularidades dadas por los escenarios políticos, económicos y geográficos (Brenner y Theodore 2002). Dentro de estas etapas, se destaca el denominado periodo de desmantelamiento, periodo en el cual vemos cómo a partir del 2010 las políticas urbanas neoliberales se han intensificado de la mano de desregulaciones en pro de incrementar la eficiencia del mercado a favor de los privados (Navarrete-Hernandez & Toro, 2019, pp. 18-19).
Dentro de este proceso de transformación de las ciudades a través de estas políticas proempresariales, los municipios tienen un rol relevante a través de sus funciones privativas ligadas al ámbito del ordenamiento territorial[1]. A una escala comunal, los gobiernos locales en Chile tienen por ley un importante rol dentro del desarrollo urbano de las ciudades, ya que son los encargados de planificar y regular las comunas a través de distintos instrumentos de planificación territorial como son los Planes Reguladores Comunales (PRC), de carácter vinculante y normativo; Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO), instrumento de carácter referencial y no normativo. Dentro de estos Instrumentos el PRC es el que más cobra importancia dentro de un contexto de políticas de desarrollo neoliberales, donde se ha relegado la participación del Estado en los procesos de desarrollo urbano. Debido a su característica de vinculantes y normativos dentro del territorio, estos pueden constituir un elemento de resistencia al modelo actual de mercantilización del desarrollo urbano, ya que permite a los municipios estar mejor preparados ante dinámicas de inversión privadas (Orellana et al., 2017, pp.16).
De esta forma, los Planes Reguladores Comunales cumplen una labor importante al momento de planificar la ciudad, ya que logran materializar decisiones de actores estructuralmente posicionados, mediante disposiciones referidas a zonificaciones, usos de suelos y normas urbanas. Estas últimas son importantes ya que van configurando el tejido urbano al regular los volúmenes teóricos[2] de cada manzana o predio. Por ejemplo, dentro de un uso de suelo habitacional pueden dar forma a los edificios a través de un conjunto de indicadores como densidades, Índices de ocupación de suelo o construcción, rasantes, distanciamientos, alturas, entre otras.
De estas disposiciones, la densidad, entendida como la cantidad de vivienda por unidad de superficie, es uno de los índices más evidentes de la inversión de capitales financieros en suelo y vivienda dentro de la ciudad (De Mattos 2016); debido a que, por ejemplo, procesos como la densificación residencial o verticalización hacen posible la atracción, anclaje y movilidad de capital privado invertido en la renovación urbana (López-Morales et al., 2012). Por otro lado, es importante destacar que existen distintos estudios con respecto a los efectos que tienen los proceso de verticalización del espacio urbano y de hiper densificación residencial intensiva en el tejido social de los barrios: por ejemplo, generar espacios urbanos sin vida alterando el sentido de identidad y pertenencia de los barrios densificados (Scussel & Sattler, 2010); afectando de forma negativa la capacidad de socialización (Jacobs, 1961); dando espacios a los “no barrios” donde no prevalece el sentido de pertenencia con el territorio ni los vínculos comunitarios, predominando una concepción del barrio como un espacio meramente funcional (Señoret, 2018).
Análisis del tejido urbano
En este contexto de desregulación en las políticas de desarrollo urbano, el texto busca identificar a través del análisis de una porción de tejido urbano dentro de la comuna de Ñuñoa los efectos de la desregulación de la norma urbana en proyectos habitacionales en altura. Se analizará la comuna de Ñuñoa, dado que la modificación 16 de su PRC cuenta con zonas con índices de norma urbana “libres”, esenciales a la hora de configurar los volúmenes teóricos de los proyectos dentro de la trama urbana, como es la Densidad (Viv/ Ha.), Altura (Metros) y Constructibilidad (M). Esta porción de tejido urbano, de 150 mts. de radio, será el sector de Américo Vespucio con Irarrázaval, límite con la comuna de La Reina, dentro de este radio podemos destacar 4 proyectos habitacionales en altura que se encuentran aprobados actualmente por la Dirección de Obras de la Municipalidad de Ñuñoa y que aún no inician obras, o que se encuentran en proceso de construcción. Estos representan nuevas cargas sobre la infraestructura urbana existente, lo que impactará en la habitabilidad urbana y residencial. Este análisis tiene un carácter cuantitativo ya que se revisarán fuentes como Planes Reguladores Comunales y los respectivos Permisos de Obras generados en la Dirección de Obras de la comuna.
Proyecto | Dirección | Zona | Número de unidades | Metros cuadrados construidos | Altura edificación | Densidad |
Proyecto A PE: 246 del 11/09/ 2019 |
Irarrazaval N° 5567 – 5587 |
Z-1 | 147 Deptos. | 11.652,06 m2 | 15 pisos | 2.809,91 Hab/ha |
Proyecto B PE: 104 del 21/04/ 2017 | Irarrazaval N° 5455 | Z-1A / Z- 3B | 492 Deptos. | 41.546,26 m2 | 26 pisos | 4.556 Hab/Ha |
Proyecto C PE: 242 del 10/12/2021 | Irarrazaval N° 5497 | Z-1A / Z-3B | 1008 Deptos. | 67.913,86 m2 | 28 pisos | 5.737 Hab/ha |
Proyecto D PE: 296 del 12/10/2018 | Irarrazaval 5631 – 5651 | Z-1A / Z-2A / Z-3A | 1928 Deptos. | 178.801,94 m2 | 32 pisos | 4619,02 Hab/ha |
Tabla 1. Análisis de norma urbana, densidad, altura y constructibilidad, a partir de Permisos de Obras de la Dirección de Obras de Ñuñoa. Elaboración Propia
Actualmente en el sector Sur Poniente de Américo Vespucio con Irarrázaval (Fig. 1) se encuentran aprobados distintos proyectos inmobiliarios que generarán una transformación sustancial en el tejido urbano, caracterizado por una hiper densificación residencial y verticalización del espacio urbano. Estos proyectos sumados constituyen un aumento de 3.399 unidades de viviendas o departamentos, lo que se traduce en un aumento de 13.596[3] habitantes en un sector acotado de la comuna, de la mano con torres que superan los 25 pisos en un barrio donde el promedio de pisos era de tan solo dos pisos. Por otro lado, cuando se comparan las densidades de los 4 proyectos analizados, se destaca como los ubicados dentro de la zona Z1A, la cual tiene densidad “libre»[4], tienen índices que superan los 4.500 Viv/há.; números similares a los encontrados en de Villa Israel en Comuna de Estación Central, donde las torres residenciales pueden superar los 30 pisos y las 4.000 Viv/há, las cuales se produjeron en un contexto de desregulación, ya que la comuna no contaba con Plan Regulador Comunal (Vicuña, 2021). Por último, se destaca el índice de constructibilidad en la Zona Z1A los que superan los 40.000 m2 construidos, cuando el promedio de una torre de 25 pisos son 10.000 – 15.000 m2, como es en la zona Z-1.
Hiper densificación, rompiendo la escala del barrio.
De los permisos analizados y sus respectivas normas urbanas se puede concluir que cuando se liberan índices como la altura, densidad y constructibilidad dentro de los instrumentos de planificación territorial, como los planes reguladores comunales, esto logra generar una maximización en el aprovechamiento de los metros cuadrados construidos, así como en las unidades de departamento proyectadas, rompiendo con toda escala barrial preexistente. Por otro lado, cabe destacar que los índices de densidad resultantes de los proyectos analizados en la comuna de Ñuñoa, aun teniendo un PRC, son similares a los analizados en comunas como Estación Central donde no existía un PRC vigente.
Es importante destacar que la desregulación se puede dar aun existiendo un Instrumento de Planificación ya que son los índices de norma urbana los cuales pueden liberarse. Esta forma de desregulación en los PRC es un repliegue por parte de los municipios en sus funciones privativas ante la inversión privada, mercantilizando el desarrollo urbano, yendo en desmedro de principios básicos como es generar una planificación participativa, integrada y sostenible.
Bibliografía
Brenner, N. y Teodore, N. (2002). Cities and the Geographies of “Actually Existing
Neoliberalism”. Antipode, 34(3), 349-379. http://dx.doi.org/10.1111/1467-8330.00246
De Mattos, C. A. (2008). Globalización, negocios inmobiliarios y mercantilización del desa-
rrollo urbano. En: P. Pereira y R. Hidalgo (eds.), Producción inmobiliaria y reestructuración metro-politana en América Latina (pp. 23-40). Santiago: Pontifcia Universidad Católica de Chile.
De Mattos, C. (2016). Financiarización, valorización inmobiliaria del capital y mercantilización de la metamorfosis urbana. Sociologías, 18(41), 24–52. https://doi.org/10.1590/15174522–018004202
Jacobs, J. (1961). The death and life of great American cities. Nueva York: Modern Library.
López-Morales, E., Klett, I. R. G., & Corvalán, D. M. (2012). Urbanismo pro-empresarial en Chile: políticas y planificación de la producción residencial en altura en el pericentro del Gran Santiago. Revista Invi, 27(76), 75–114. https://doi.org/10.4067/s0718-83582012000300003
Navarrete-Hernandez, P., & Toro, F. (2019). Urban Sistems of Accumulation: Half a Century of Chilean Neoliberal Urban Policies. Antipode, Vol 0(No. 0), pp. 1-28.
Orellana, A., Vicuña, M., & Moris, R. (2017, Mayo 12). Planificación urbana y calidad de vida: aproximación al estado de la planificación local en Chile. Cuadernos de vivienda y urbanismo, Vol. 10(N° 19), pp. 106.
Scussel, M. & Sattler, M. (2010). Cities in (trans) formation: The impact of verticalization and densification on the quality of residential space. Ambiente Construido, 10(3), 137-150.
Señoret, A. (2018). La vida entre grandes edificios Densificación urbana, espacio público y vida cotidiana en el centro de Santiago. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales Pontificia Universidad Católica de Chile. https://estudiosurbanos.uc.cl/exalumnos/la-vida-entre-grandes-edificios-densificacion-urbana-espacio-publico-y-vida-cotidiana-en-el-centro-de-santiago/
Vergara-Perucich, F., Aguirre, C., Encinas, F., & Truffello, R. (2020). Contribución a la economía Política de la vivienda en Chile. RIL editores.
Vicuña, M. (2021). Impacto de la densificación residencial intensiva en la re-Estructuración espacial de la ciudad neoliberal: Morfología y normativa urbana en el área Metropolitana de Santiago. FONDECYT, 11170501.
[1] Art. 3 Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades establecido en el Ley N° 18.695
[2] Art. 1.1.2 Ordenanza General de Urbanismo y Construcción. “volumen teórico”: volumen o envolvente máxima, expresado en metros cúbicos, resultante de la aplicación de las disposiciones sobre superficies de rasante, distanciamientos, antejardines y alturas máximas, cuando las hubiere, en un terreno determinado.
[3] La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) define que por cada unidad habitacional se debe considerar cuatro habitantes.
[4] Conforme el art. 2.1.22. de la OGUC solo tienen existencia y validez, las referencias a densidad bruta y densidad neta. Adreucci & Torrejón, Informe Actualización Inmobiliario N° 4.598 (2023)
El fenómeno migratorio en campamentos: Desafíos para las políticas públicas urbanas en Chile
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Revista Planeo Nº51| Espacios y trayectorias migratorias | marzo 2022
Por: [Ray Anderson; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Paula Dastres; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Florencia Vergara; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Ignacio Silva; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Paz María Zúñiga Pérez; Analista en el equipo de suelos DDU – MINVU
Pía Palacios; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda ]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
El número de familias viviendo en campamentos ha aumentado significativamente entre los años 2018 y 2020. A su vez, la migración se ha convertido en un tema relevante en la discusión pública, ya que muchas familias llegan anualmente a Chile en busca de nuevas oportunidades. Esta investigación de carácter interdisciplinario, que combina un análisis de políticas públicas con un modelo Probit, sostiene que el actual Programa de Asentamientos Precarios no ha intervenido de manera exitosa en los campamentos que tienen mayor probabilidad de recibir a familias migrantes. El estudio concluye que estas familias tienden a establecerse en campamentos que presentan características opuestas a aquellos asentamientos que el Programa ha logrado gestionar de forma satisfactoria.
Palabras clave: Campamentos, Migración, Políticas Públicas Urbanas
Abstract
The number of families living in slums has increased significantly between 2018 and 2020. In parallel, migration has become a relevant issue in public discussion because thousands of families come to Chile in search of new opportunities every year. By means of an interdisciplinary work that combines a public policy analysis with a Probit model regression analysis, the document argues that the current Slum Settlement Program has not successfully intervened in slums most likely to receive migrant families. The study concludes that migrant families tend to settle in camps with opposite characteristics to those satisfactorily intervened by the Program.
Keywords: slums, migration, urban policy
La percepción de gestores municipales brasileños sobre el uso de la bicicleta como transporte post Política de Movilidad Urbana
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Revista Planeo Nº49| Elites y ciudad | Septiembre 2021
Por: [Cristiane Silva de Carvalho; Centro de estudios de los recursos energéticos | Universidad de Magallanes (CERE-UMAG)
Eriane Fialho Carvalho; Faculdade de Engenharia e Ciências | Campus guaratinguetá UNESP
Milithza Rodriguez Rivera; Comunidades Portal de las áreas protegidas Patagonia Chilena
Inti Gonzalez Ruiz; Centro Regional Fundación CEQUA
Mauricio César Delamaro; Faculdade de Engenharia e Ciências | Campus guaratinguetá UNESP]
Recibido el 6 de agosto de 2021, publicado el 21 de junio de 2023
Resumen
Motivados por la Política Nacional de Movilidad Urbana, los municipios brasileños inician un proceso de implementación de medidas que faciliten el uso de la bicicleta como transporte en sus territorios. Es de gran relevancia caracterizar las condiciones del uso de este medio de transporte y, a la vez, evaluar cómo los municipios afrontan el desafío planteado a nivel federal para la movilidad urbana. Este trabajo discute las capacidades municipales destinadas a la planificación y gestión de la bicicleta como transporte. Para esto, se analizaron documentos oficiales y se entrevistaron a los responsables de transporte de 11 municipios de la Región Metropolitana do Vale do Paraíba e Litoral Norte. Los resultados muestran que la política y sus directrices han logrado permear en la gestión y planificación municipal resaltando la importancia de la bicicleta como medio de transporte. Sin embargo, sigue siendo la capacidad institucional municipal la brecha a subsanar en la implementación de medidas
Palabras clave: Movilidad, Política urbana, Planificación urbana
Abstract
Motivated by the National Urban Mobility Policy, Brazilian municipalities begin a process of implementing measures to facilitate the use of bicycle as a transport in their territories. Characterizing the conditions of use of this mode and assessing how municipalities face the challenge posed by federal level in relation to urban mobility, become a matter of great relevance. This article discusses the capacities of municipalities to plan and manage the bicycle as a transport. To do so, a document analysis and semi structured interviews have been carried out to municipal public servants in charge of transport from 11 cities of Vale do Paraíba e Litoral Norte Metropolitan Region. Results show that the policy and its guidelines have succeeded in permeating into municipal management and planning, giving importance to bicycles as a means of transport. Nonetheless, municipal institutional capacities continue being a gap to overcome for implementing measures.
Keywords: Mobility, urban policy, urban planning
Piura, Tacna e Iquique. Experiencias de adaptación en los espacios públicos vecinales en tiempos del Covid-19
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Revista Planeo Nº48 | Cuidados, crisis y ciudad | julio 2021
Por: [Stella Schroeder; Universidad de Piura
Elizabeth Abanto; Sánchez Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Geotecnia
Alberto Prado Diaz; Facultad de Ingeniería y Arquitectura, Universidad Arturo Prat. Chile
Keili Medina Bejar; Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Geotecnia, Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Tacna, Peru
Edsmilda Martinez Hidalgo; Escuela de Arquitectura Facultad de ingeniería Universidad de Piura, Perú
Isabella Paredes Fuentes; Facultad de Ingeniería y Arquitectura Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile]
Recibido el 11 de mayo de 2021, publicado el 21 de junio de 2023
Resumen
Las ciudades están experimentado un importante proceso de transformación socio-espacial, que se ha acrecentado durante la pandemia COVID-19. Un fenómeno global, que está afectando la forma en que vivimos y cómo nuestros espacios públicos están atendiendo las necesidades únicas de nuestras comunidades. A tal efecto, tres preguntas principales orientan el objetivo del trabajo: ¿Cómo ha cambiado el uso del espacio público en los vecindarios? ¿Hay cosas que estamos haciendo ahora que se convertirán en parte de la “nueva normalidad”? ¿Qué podemos aprender del uso de los espacios públicos durante la crisis para un mejor futuro urbano? La metodología del trabajo se basó en datos empíricos de estudios de casos, recopilando información mediante cuestionarios y observaciones in-situ en los vecindarios de estudio de tres ciudades: Piura, Tacna e Iquique. Los resultados evidenciaron similitudes y particularidades, tanto en términos de la vida pública cotidiana durante el tiempo de cuarentana por covid-19, así como en aspectos espaciales dependiendo de las condiciones socio-economicas en los lugares de estudio. En ese sentido, reflexionar las transformaciones de la vida cotidiana en los espacios públicos de las ciudades, considerando los activos sociales de los habitantes, puede dar respuestas adecuadas para la reconfiguración del vecindario post pandemia.
Palabras clave: COVID-19, Estrategias de adaptación, Espacio público
Abstract
Cities are experiencing an important socio-spatial transformation process, which has increased during the COVID-19 pandemic. A global phenomenon, which is affecting the way we live and how our public spaces are serving the unique needs of our communities. Three main questions guide the objective of the work: How has the use of public space in neighborhoods changed? Are there things we are doing now that will become part of the «new normal»? What can we learn from the use of public spaces during the crisis for a better urban future? The work methodology was based on empirical data from case studies, collecting information through questionnaires and in-situ observations in the study neighborhoods of three cities: Piura, Tacna and Iquique. The results show similarities and particularities, both in terms of daily public life during the quarantine due to covid-19, as well as in spatial aspects depending on the socio-economic conditions of the study places. In this sense, reflecting the transformations of daily life in the public spaces of the different cities, considering the social assets of the inhabitants, can provide adequate responses for the reconfiguration of the post-pandemic neighborhood.
Keywords: COVID-19, Adaptation strategies, Public space
La transición energética justa y la pobreza energética en Argentina: ¿Qué rol juega el territorio?
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Revista Planeo Nº47 | Transiciones energéticas | abril 2021
Por: [María Florencia Zabaloy; Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina
María María Ibañez; Martín Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina
Carina Guzowski; Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
Los debates actuales sobre la política energética giran en torno al fenómeno de la transición energética, impulsados principalmente por la preocupación por el cambio climático. Sin embargo, el impacto de la transición energética sobre la equidad social y el territorio es menos discutido. En este contexto, el objetivo del presente trabajo es indagar preliminarmente cuál ha sido la consideración de los pobres energéticos en las transiciones energéticas de Argentina a partir del año 2000, como también evaluar si estos procesos han reducido la desigualdad territorial que la pobreza energética evidencia en el país. A partir del análisis exploratorio basado en datos secundarios se encuentra que en Argentina, a pesar de contar con indicadores de acceso energético relativamente buenos, aún existe un gran problema vinculado a la existencia de pobreza energética, con un efecto desigual sobre el territorio nacional. Estos hallazgos implicarían que la transición energética en Argentina no necesariamente es justa y que la política energética debería incorporar objetivos de equidad social en el corto plazo.
Palabras clave: transición energética, pobreza energética, territorio
Abstract
Current debates on energy policy revolve around the phenomenon of the energy transition, driven mainly by concerns about climate change. However, the impact of the energy transition on social equity and the territory is not always debated. In this context, the aim of this research is to analyze preliminarily what has been the consideration of the energy poor in the energy transitions of Argentina since 2000, as well as to evaluate if these processes have reduce the territorial inequality of energy poverty in the country. From the exploratory analysis based on secondary data, it is evident that in the country, despite having relatively good energy access indicators, still exists a severe problem linked to the existence of energy poverty, which is not distributed equally in the national territory. This would imply that the energy transition in Argentina is not necessarily just and that energy policy should incorporate social equity objectives in the short term.
Keywords: energy transition, energy poverty, territory
Envejecer con el lugar. Adecuaciones conceptuales y herramientas metodológicas para el análisis espacial de residir en un lugar deteriorado en la edad mayor
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Revista Planeo Nº46 | Ciudad Constituyente | enero 2021
Por: [Georgina Cárdenas Pérez Universidad Autónoma de Yucatán, Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi Unidad de Ciencias Sociales.]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
La investigación sobre el tópico de envejecimiento poblacional inició hace más de cien años, pero los estudios urbanos tienen una participación más joven, data de las tres últimas décadas, y se diferencia por regiones. En países desarrollados existe vasta literatura sobre el concepto “Aging in Place”, para estudiar la relación que establece la persona mayor y el lugar en que habita. El presente artículo, busca discutir la pertinencia del uso del concepto en el contexto de Latinoamérica y El Caribe, considerando estudios que han documentado el gradual deterioro de los inmuebles y barrios al tiempo que avanza el ciclo de vida, generando una suerte de envejecimiento paralelo, el primero biológico, el segundo, debido a la imposibilidad de costear el mantenimiento y reparaciones continuas de espacios deteriorados, y a la falta de políticas públicas para atender esta problemática emergente. Por lo cual se propone un abordaje conceptual y metodológico a partir de la categoría “Envejecer con el lugar” para el análisis de la relación que establecen personas mayores al residir en un lugar con deterioro físico o social, ello con el interés de sumar a la reflexión sobre los retos del Urbanismo Gerontológico en nuestro contexto.
Palabras clave: Envejecer en el lugar, Envejecer con el lugar, análisis espacial de barrios deteriorados
Abstract
Research on the topic of population aging began more than a hundred years ago, but urban studies have a younger participation, dating from the last three decades, and differing by region. In developed countries there is vast literature on the concept of «Aging in Place», to study the relationship established by the elderly person and the place where they live. This article seeks to discuss the relevance of the use of the concept in the context of Latin America and the Caribbean, considering studies that have documented the gradual deterioration of buildings and neighborhoods as the life cycle progresses, generating a kind of parallel aging, the first biological, the second, the deterioration of properties due to the inability to pay for maintenance, and the lack of public policies to address this emerging problem. Therefore, a conceptual and methodological approach is proposed from the category «Aging with the place» for the analysis of the relationship that older people establish when residing in a place with physical or social deterioration, this with the interest of adding to the reflection on the challenges of Gerontological Urbanism in our context.
GOBERNANZA DEL AGUA: HETEROGENEIDAD Y PODER EN TERRITORIOS EN CONFLICTO EN EL SUR DE CHILE
VerGOBERNANZA DEL AGUA: HETEROGENEIDAD Y PODER EN TERRITORIOS EN CONFLICTO EN EL SUR DE CHILE
Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Johanna Höhl Heidelberg, Center Latin America, Heidelberg University, Santiago, Chile
Sebastián Igor Rodríguez Leiva, Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht – Karls – Universität Heidelberg, Alemania
Jo Siemon Heidelberg, Center Latin America, Heidelberg University, Santiago, Chile.
Angélica Videla; Laboratorio de Estudios Territoriales, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
A nivel mundial, los problemas relacionados con la gestión y organización de los recursos hídricos configuran escenarios territoriales complejos. En el sur de Chile, la construcción de pequeñas centrales hidroeléctricas en territorios indígenas ha tensado las relaciones Estado – comunidades mapuche – empresas del sector hidroeléctrico. Este trabajo analiza dichas relaciones en el proceso de consulta indígena, para ver en qué medida, la institucionalidad del Estado, y el marco en el que se desarrollan las relaciones, son un factor que permite o no acciones colectivas. En base a una metodología de carácter cualitativo basada en el estudio de caso, los resultados permiten identificar retos para la gobernanza, relacionados con el grado de heterogeneidad de las comunidades, las relaciones de poder en el proceso, y el contexto histórico-territorial, aspectos que dan forma a estructuras formales e informales y procesos de toma de decisiones en torno al agua.
Palabras clave: gobernanza, consulta indígena, agua
Abstract
Globally, problems related to water resource management and organization shape complex territorial scenarios. In southern Chile, the construction of small hydroelectric plants in indigenous territories has strained state relations – Mapuche communities – companies in the hydroelectric sector. This work analyses these relationships in the Indigenous consultation process to see to what extent, the regulations of the State, and the framework in which relations develop, are a factor that allows or does not allow collective actions. Based on a qualitative methodology using a case study, the results allow to identify challenges for governance, related to the degree of heterogeneity of communities, power relations in the process, and the historical and territorial context, aspects that shape formal and informal structures and decision-making processes around water.
Keywords: indigenous consultation process, water, governance
EL AGUA Y LA PRIVATIZACIÓN EN LATINOAMÉRICA: EL CONTEXTO POLÍTICO-NORMATIVO Y LAS PERSPECTIVAS PARA BRASIL, CHILE Y MÉXICO
VerEL AGUA Y LA PRIVATIZACIÓN EN LATINOAMÉRICA: EL CONTEXTO POLÍTICO-NORMATIVO Y LAS PERSPECTIVAS PARA BRASIL, CHILE Y MÉXICO
Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Andrea Bianca Chong Ribeiro; Urbanista de la Universidad del Estado de Bahía. Especialista en Administración Pública Municipal de la Universidad del Estado de Bahía. Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctoranda en Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Rebeca Moreno; Ingeniera Bioquímica del Instituto Tecnológico de Tijuana. Magíster de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Especialista en Gestión Ambiental por la Universidad Autónoma de Baja California, México.
Arturo Orellana Ossandón; Profesor Asociado, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctor en Geografía Humana de la Universidad de Barcelona. Magíster en Desarrollo Urbano de la Universidad Católica de Chile. Ingeniero Comercial y Licenciado en Economía de la Universidad de Chile ]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
Dada la problemática del agua en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas en 2012 promulga el derecho humano al agua, con prioridad al acceso seguro salubre y asequible. Por un lado la literatura apunta que los servicios del agua deben ser considerados una política pública que recae como responsabilidad del Estado, por tratarse de un bien público, por otro lado, algunos estudios valoran positivamente los procesos de privatización de este vital elemento. Este trabajo busca entender los cambios en el marco político-institucional de Brasil, Chile y México, a partir del impulso de la privatización de los servicios de agua potable y alcantarillados en las grandes ciudades. Para tal propósito, se analiza el rol de los principales actores, las posibles mudanzas en sus relaciones dentro del sistema correspondiente, a través del mapeo y medición de la incidencia de los stakeholders antes y después del proceso de privatización en cada caso. El rol del Estado en la gestión y planificación del servicio de agua se ve fragmentado por el proceso de privatización en ciernes en Brasil y México, mientras en el caso chileno, el estado ha reducido su papel solo a fiscalizar y regular el funcionamiento del mercado del agua.
Palabras clave: servicios de agua, privatización, gobernanza
Abstract
Given the problem of water in the world, the United Nations Organization in 2012 promulgated the human right to water, with priority to safe, healthy and affordable access. If, on the one hand, the literature points out that water services should be considered a public policy that falls under the responsibility of the State, since it is a public good, on the other hand, some studies positively assess the privatization processes of this vital element. In this sense, this work tries to understand the changes in the political-institutional framework of Brazil, Chile and Mexico, from the impulse of the privatization of drinking water and sewerage services in large cities. For this purpose, the role of the main actors is analyzed, the possible changes in their relationships within the corresponding system, through the mapping and measurement of the incidence of the stakeholders before and after the privatization process in each case. The role of the State in the management and planning of the water service is fragmented by the privatization process in the making in Brazil and Mexico, while in the Chilean case, the state has reduced its role only to supervising and regulating the operation of the water market.
Keywords: watr services, privatization, governance
Sociedades vinculadas a su entorno Conocimientos técnicos locales para la gestión sustentable del agua
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Rosa Chandia-Jaure; Universidad Tecnológica Metropolitana]
Recibido en octubre del 2020, publicado el 29 de diciembre de 2022
Resumen
Chile enfrenta un escenario de escasez hídrica, provocado por el cambio climático y la gestión poco eficiente de los recursos hídricos. Los asentamientos urbanos se encuentran vulnerables y deben adaptarse para garantizar la disponibilidad hídrica futura para sus habitantes y para los ecosistemas cercanos. En la búsqueda de posibles mecanismos de adaptación para enfrentar este desafío, se reflexiona sobre los aportes provenientes del conocimiento técnico heredado de antiguas sociedades sobre la gestión del agua. Se observa en estas sociedades, el reconocimiento de la cuenca hidrográfica como unidad territorial determinante de las intervenciones. El uso de materiales locales y el reconocimiento del entorno, posibilitó la construcción de un paisaje y la gestión eficiente del agua disponible, permitiendo la estabilidad de las sociedades por extensos periodos de tiempo.
El conocimiento técnico ancestral, ya sea el que desarrollaron grandes civilizaciones, como también el de comunidades indígenas que aún hoy se mantienen vigentes, constituye un cuerpo integral de saberes de bajo impacto en el medio ambiente y de alta resiliencia frente a los cambios. Constituye un modelo para reorientar las estrategias para el reconocimiento del entorno y la gestión sustentable del agua, desde la gestión local de los recursos disponibles.
Palabras clave: Cultura hídrica, hidráulica tradicional, agua y paisaje
Abstract:
Chile faces a scenario of water scarcity, caused by climate change and inefficient management of water resources. Urban settlements are vulnerable and must adapt to ensure future water availability for their inhabitants and for nearby ecosystems. In a search for possible ways to face this challenge, the contributions of old societies on water management are presented. In these societies, the recognition of the hydrographic basin as a determining territorial unit of the interventions, the use of local materials and the recognition of the environment, made possible the construction of a landscape together with the efficient management of available water. All this allowed the stability of these societies for long periods of time.
Ancestral technical knowledge -developed by great civilizations, as well as that developed by indigenous communities still in force- constitutes a comprehensive body of knowledge about low impact on the environment and high resilience in the face of changes. This knowledge constitutes a model to reorient the strategies for the recognition of the environment and the sustainable management of water from the local management of the available resources.
Keywords: Water culture, traditional hydraulic systems, water landscape
PLANIFICACIÓN URBANA Y CAPITAL NATURAL: REVISIÓN Y REFLEXIÓN SOBRE MOMENTOS HISTÓRICOS Y PROCESOS URBANOS PARA LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA DEL RÍO RÍMAC
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Jean Paul Kaiser; Universidad San Ignacio de Loyola]
Recibido en octubre del 2020, publicado el 29 de diciembre de 2022
Resumen
El Río Rímac como principal fuente hidrológica de la triple cuenca sobre la cual se asienta la ciudad de Lima es, al mismo tiempo, la más degradada por la actividad humana. La intención del artículo es ofrecer una reflexión inicial sobre las oportunidades de restaurar el Capital Natural (CN) del Río Rímac. Para ello se desarrollará el concepto de Capital Natural en función del bienestar humano estableciendo la importancia y oportunidades de su restauración en las zonas ribereñas urbanas. Estos conceptos se aprovecharán para filtrar la discusión sobre las oportunidades de restaurar el CN en el Río Rímac tomando en consideración sus etapas o momentos históricos así mismo como la manera en que los diferentes planes y proyectos que han intentado ordenar el crecimiento de la ciudad de Lima a partir del siglo XX abordan el río.
Palabras clave: ríos urbanos, capital natural, restauración ecológica
Abstract
Rimac River as the main hidrological source in the triple basin where the city of Lima sits is, at the same time, by far the most degradated by human activity. The intention behind this article lies in offering an initial relflexion on the oportunities which come from the restoration of Rimac River’s Natural Capital. For this, the concept of Natural Capital concerning human wellfare will be developed also estabishing it’s importance in urban riverside areas. These concepts will be used tu discuss the oportunities of restoring Rimac River’s Natural Capital considering it’s historical moments as well as how the different plans and projects which have been developed for the city of Lima during the 20th century approach the river.
Keywords: urban rivers; natural capital; ecological restoration
LAS BASES MATERIALES DE LA DESIGUALDAD. CARACTERIZACIÓN SOCIO-ESPACIAL DE LAS REDES DE SERVICIOS URBANOS BÁSICOS EN LA ZMVM
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Celia Elizabeth Caracheo Miguel: Urbanista, Maestra y Dra. en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) | Sergio Armando Flores Peña: Programa de doctorado en Urbanismo de la UNAM]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 01 de septiembre de 2021
Resumen
El punto de partida de este trabajo es la noción de que la vida en las ciudades es en esencia una condición socio-técnica, entendida como la forma en que los elementos tecnológicos condicionan la vida humana. Planteamos que las redes de servicios públicos particularmente de agua potable y saneamiento son el soporte fundamental de las actividades urbanas y que de ellos dependen, en buena medida, el vigor de los intercambios, flujos e interacciones de todos los órdenes, que distinguen, en intensidad y sentido, la vida urbana en diferentes lugares. El objetivo por tanto es, identificar los arreglos institucionales que se gestan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) para mejorar la cobertura de los servicios urbanos básicos y qué relación tienen con la satisfacción de los usuarios.
Se revelan diferencias sustanciales de cobertura y calidad, entre la Ciudad de México, el Estado de México e Hidalgo, que dan cuenta de la poca efectividad de la supuesta administración metropolitana. Se plantea como indispensable modificar la arquitectura institucional de los entes locales como condición básica para propiciar una mejor prestación de los servicios, y modificar los mecanismos de coordinación en el ámbito metropolitano.
Palabras clave: Gestión metropolitana, Servicios urbanos, Desempeño gubernamental
Abstract
In this research the starting point is that the life in the cities depends of a socio technical condition, this term is the way that technological elements are conditioning the human life. In this particular case we are refering to the basic municipal urban services: drinking water and sanitary drainage. We propose that public services are the fundamental support of urban activities and that they depend, the exchanges and interactions in the urban life in different places. The objective in that way is to identify the institutional arrangements that are developed in The Metropolitan Zone of the Valley of Mexico to improve the coverage of basic urban services and how they are relating to user satisfaction.
The conclusion is that there are substantial differences in coverage and quality between Mexico City, the State of Mexico and Hidalgo, as a result of the ineffectiveness of the alleged metropolitan administration. It is proposed that is essential to promote better provision of services, It modify the institutional architecture of local authorities and the coordination mechanisms in the metropolitan area.
Keywords: metropolitan management, urban services, government performance
REFLEXIONES SOBRE EL IMPULSO DE LA MOVILIDAD INFANTIL A PIE Y EN BICICLETA COMO RESPUESTA A LA EMERGENCIA SANITARIA, EL CASO DE LOS NIÑOS DE LA ZONA CENTRO DE SAN ANDRÉS CHOLULA PUEBLA
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Revista Planeo Nº44: Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: René Cuautle Gregorio; Becario CONACYT en el Doctorado en Procesos Territoriales, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Porfirio Eduardo Lugo Laguna; Profesor Investigador, Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
María Lourdes Guevara Romero; Profesora Investigadora y Secretaria de Investigación y Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México]
Recibido el 5 de agosto de 2020, publicado en diciembre de 2022
Resumen
Este artículo tiene como objetivo determinar la importancia de una planificación urbana que considere una movilidad activa de los niños a pie y en bicicleta. Tal planificación urbana debe tomar en cuenta las necesidades de recreación y actividad física saludable de los niños, que pueden tener incidencia directa en problemas como mantener un peso saludable. Los patrones de movilidad sostenible son necesarios ahora más que nunca para los niños que asisten a la escuela todos los días en un mundo que enfrentará nuevos y crecientes desafíos de salud pública. El estudio de caso para este artículo son los estudiantes de la Escuela Primaria Abraham Sánchez, quienes participaron en una investigación realizada en 2018 y que ahora, debido a las medidas sociales requeridas para contener la pandemia, adquieren una nueva relevancia y ponen en evidencia la necesidad de fomentar estos medios de movilidad y de replicarlos en otros entornos urbanos como un mecanismo de bajo riesgo para prevenir el contagio en circunstancias como la crisis recientemente experimentada.
Palabras clave: Infancia, salud, movilidad
Abstract
This paper aims to determining the importance of an urban planning which accounts for children’s active mobility by walking and bike riding. Such urban planning should consider children’s needs for recreation and healthy physical activity that can have direct incidence in issues like staying on a healthy weight. Sustainable mobility patterns are necessary now more than ever for children attending school daily in a world that will face new and increasing public health challenges. The case study for this paper are the students of Abraham Sánchez Elementary who were participants in research done in 2018 and that now, due to the social measures required to contain the pandemics, acquire new relevance and make a case for fostering such means of mobility and replicating them in other urban environments as a low risk mechanism for preventing contagion under circumstances like the recently experienced crisis.
Keywords: Childhood, health, mobility
Plataforma 9 ¾: tren desde King Cross, Londres, al mundo mágico de J.K. Rowling | Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Plataforma 9 ¾: tren desde King Cross, Londres, al mundo mágico de J.K. Rowling | Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
[Por Nicolás Gonzáles Peña, Geógrafo, Universidad de Chile & Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano IEUT – UC]
Película: Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
Dirigido por: Chris Columbus
Duración: 152 minutos
Elenco: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, John Cleese, Robbie Coltrane, Warwick Davis, Richard Griffiths, Richard Harris, Ian Hart, John Hurt, Alan Rickman, Fiona Shaw, Dame Maggie Smith, Julie Walters
Disponible en HBOmax – https://www.hbomax.com/cl/es/feature/urn:hbo:feature:GYY7NkAImuJzDwgEAAAAL?countryRedirect=1
Resumen.
En esta reseña se presenta la película «Harry Potter y la Piedra Filosofal», que cuenta la historia de un joven huérfano llamado Harry Potter quien descubre su verdadera identidad como mago y comienza su educación en la prestigiosa Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts. La trama se centra en la experiencia de Harry descubriendo el mundo mágico al abordar el icónico Expreso de Hogwarts, así como su amistad con Ron y Hermione y la manera en que juntos enfrentan los desafíos de su primer año en la escuela. Se destaca el simbolismo del Expreso de Hogwarts como una conexión vital entre el mundo muggle y el mundo mágico, lo que agrega profundidad a la trama y refleja la complejidad del universo de Harry Potter.
Palabras Clave. Trenes, revolución industrial, imaginarios ferroviarios.
Introducción.
En noviembre del 2021 por motivo de su vigésimo aniversario se reestrenó en los cines chilenos Harry Potter y la Piedra Filosofal. La película fue dirigida por Chris Columbus basada en la novela de fantasía creada por la escritora británica J.K. Rowling durante los años 90’. Desde su estreno niños, niñas y adolescentes embarcaron un viaje al mundo mágico que duró 10 años tras la distribución de otras 7 secuelas por la productora Warner Bross. El fin del viaje llegaría en 2011 con el estreno de la segunda parte del último libro de Harry Potter escrito por la autora del universo mágico.
La historia sigue a Harry Potter (Daniel Radcliffe), un niño huérfano que descubre que es un mago y se matricula en la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts. La trama comienza con la infancia de Harry, que ha vivido con sus crueles tíos y su primo malcriado durante toda su vida. La vida de Harry como un niño muggle (sin magia) fue muy triste y gris. Desde que sus padres murieron en manos del temido mago oscuro, Voldemort, Harry ha sido obligado a vivir con sus tíos, que lo trataban como un sirviente en su propia casa. Los tíos de Harry, Vernon (Richard Griffiths) y Petunia Dursley (Fiona Shaw), despreciaban todo lo relacionado con la magia y lo mantenían alejado de todo lo que pudiera ser considerado como «diferente».
Cuando Harry recibió su carta de invitación a Hogwarts, estaba muy emocionado. Por fin había descubierto que existía un mundo mágico lleno de maravillas y aventuras. Una vez en Hogwarts, Harry se sorprendió gratamente al descubrir que era famoso en el mundo mágico debido a que había sobrevivido a un ataque mortal de Lord Voldemort. A medida que pasaba el tiempo en Hogwarts, Harry se sumergió en su aprendizaje de la magia y se enamoró del ambiente mágico que lo rodeaba. Con la ayuda de sus nuevos amigos, Hermione (Ema Watson) y Ron (Rupert Grint), Harry enfrentó las pruebas y tribulaciones de su primer año en la escuela, incluyendo la búsqueda de la Piedra Filosofal, un objeto mágico que otorga la vida eterna.
Pero el momento más significativo para Harry en su transición del mundo muggle al mundo mágico, fue cuando abordó el Expreso de Hogwarts. Este tren mágico no solo lo llevó a su nueva escuela, sino que también simbolizó un quiebre entre su vida anterior llena de tristeza y su nueva vida llena de maravillas. Así, el Expreso de Hogwarts se convirtió en un vínculo crucial entre el mundo muggle y el mundo mágico, y en un símbolo del comienzo de una nueva vida para Harry y para todos los magos y brujas que se unen a la comunidad mágica. Con el Expreso de Hogwarts como su puerta de entrada, Harry estaba a punto de comenzar una aventura mágica como ninguna otra.
Viaje al mundo mágico.
La trama de «Harry Potter y la Piedra Filosofal» es cautivadora y mágica, y Rowling crea un mundo convincente lleno de personajes memorables y lugares fascinantes. La trama es absorbente y los escenarios son ricos en detalles, lo que permite a la audiencia ubicarse fácilmente el mundo mágico.
Los personajes principales son encantadores y bien desarrollados, y es fácil sentir empatía por Harry y sus amigos en su búsqueda para proteger la Piedra Filosofal de Lord Voldemort. La relación de amistad entre Harry, Ron y Hermione es particularmente conmovedora y es una de las razones por las que la serie ha sido tan popular entre los espectadores.
Un aspecto relevante por considerar es que el Expreso de Hogwarts va más allá del mundo mágico, ya que también refleja los imaginarios sociales de los territorios ferroviarios. La conexión se debe, en gran parte, a la presencia de la estación de King’s Cross de Londres, donde Harry debe tomar el tren a Hogwarts. La estación de King’s Cross es una de las más antiguas y emblemáticas de Londres, por lo que su elección como punto de partida para el viaje de Harry a Hogwarts puede ser vista como una forma de conectar la historia de Harry Potter con la rica historia del ferrocarril en Gran Bretaña.
Harry es llevado a la plataforma 9 ¾ en la estación King’s Cross. Esta plataforma, en la que solo pueden ingresar magos y brujas, está ubicada entre las plataformas 9 y 10, y es uno de los lugares más emblemáticos de la película. Los espectadores pueden observar fácilmente el choque cultural que experimenta Harry al descubrir un mundo mágico oculto detrás de la estación de trenes que ha conocido toda su vida.
A bordo del tren expreso a Hogwarts, Harry conoce a su amigo Ron Weasley y Hermione Granger. Juntos, los tres se aventuran a través del tren y se encuentran con varios personajes interesantes. Los detalles del tren y su ambiente, así como los encuentros en su interior, son elementos que agregan emoción a la trama y que transportan al público a bordo de la locomotora. El tren que lleva a Harry es una locomotora a vapor clásica, que se asemeja a los trenes que solían ser comunes en la era dorada de los ferrocarriles en el Reino Unido entre el siglo XIX y XX.
Después de un largo y emocionante viaje en el Expreso de Hogwarts, Harry llega finalmente a la estación de tren Hogsmeade. Allí es recibido por Hagrid (Robbie Coltrane), el guardián de las llaves y las criaturas mágicas de Hogwarts. Hagrid lleva a Harry en un bote por el río hasta el castillo de Hogwarts, que se eleva majestuoso en lo alto de una colina. Harry se queda maravillado ante la vista del castillo, con sus torres altas y su impresionante arquitectura gótica. Una vez dentro, Hagrid lo lleva a través de los pasillos del castillo, mostrándole los salones comunes, la Gran Sala y los dormitorios. Harry queda asombrado ante la belleza y la magnificencia de la escuela de magia y hechicería. Desde ese momento, Harry sabe que su vida nunca volverá a ser igual. Ahora tiene la oportunidad de aprender la magia, de explorar el mundo mágico y de hacer amigos para toda la vida.
Conclusiones.
El tren Expreso de Hogwarts en Harry Potter no solo es un medio de transporte hacia el mundo mágico, sino que también simboliza el avance y el progreso tecnológico que significó la locomotora durante la Revolución Industrial. El quiebre que experimenta Harry al descubrir el mundo mágico detrás de la estación de tren King’s Cross, también puede ser comparado con el quiebre que muchas personas experimentaron durante la Revolución Industrial cuando la tecnología cambió drásticamente la forma en que vivían y trabajaban.
Además, estos elementos se han convertido en parte fundamental de la cultura popular de Londres y el mundo. Sin ir más lejos, en la actualidad es posible encontrarse con la plataforma 9 ¾, en King’s Cross, donde los fans pueden tomarse fotos empujando un carrito de equipaje que parece estar atravesando la pared hacia el mundo mágico, lo que ha consolidado dicha estación como un destino turístico. Esto demuestra el impacto que pueden tener las películas y libros sobre el espacio y la cultura. En este sentido, desde la plataforma 9 ¾ hasta el tren expreso a Hogwarts, pasando por Hogsmeade y Hogwarts, J.K. Rowling crea un mundo vivo y emocionante que es fácilmente imaginable. Los espectadores se encontrarán transportados a un mundo maravilloso de magia y aventuras a través de estos territorios ferroviarios imaginados.
Referencias.
Columbus, C. (2001). Harry Potter y la piedra filosofal. Warner Bros. Disponible en: https://www.hbomax.com/cl/es/feature/urn:hbo:feature:GYY7NkAImuJzDwgEAAAAL?countryRedirect=1
Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia. Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Carolina Rojas Quezada
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Profesora Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Postdoctorado, MC Master University, Canadá, 2015; Doctora en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2008; Master, Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2006; Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2002; y Licenciada en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2001.
Actualmente se desempeña como docente e investigadora en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, participando como investigadora principal en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS. Su formación académica de pre y post grado se suman un Diplomado en Docencia Universitaria (2021) y su reciente Diplomado en Género y Políticas Públicas (2024), ambos por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Su carrera se ha centrado en la investigación de aspectos fundamentales de la sustentabilidad de las ciudades y la movilidad urbana sustentable, poniendo especial atención en la interacción entre las personas, la urbanización y los ecosistemas naturales, sobre todo en lo que respecta a los humedales urbanos. Su enfoque incluye la mejora de la accesibilidad de las personas a espacios abiertos y verdes, así como investigación del impacto ambiental de las ciudades (huella de carbono) y las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación de las ciudades al cambio climático.
Valentina Cortés Arancibia
VerValentina Cortés Arancibia
Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2018; Diplomada en Estudios Socioambientales, Universidad de Chile, 2015; Licenciada en Historia, Universidad de Chile, 2015.
Desde el año 2020 se desempeña como editora asistente de la Revista EURE, la Colección de Libros Estudios Urbanos UC – RIL Editores y las Series de Documentos publicadas por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT). En 2024 asume como Encargada de Publicaciones del IEUT y Editora General de la Revista PLANEO.
Natalia Aravena Solís
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Estudiante de Doctorado en Geografía, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Geógrafa, Universidad de Concepción, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la geografía humana, la planificación urbana y territorial, las ciencias regionales, y los estudios de género y academia.
Macarena Cabrera Román
VerMacarena Cabrera Román
Diseñadora, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Sus principales áreas de investigación incluyen el patrimonio cultural, la artesanía y las humanidades digitales.
Jaime Vargas Villafuerte
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Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Comunicador, Universidad de Lima, Perú.
Sus principales líneas de investigación son la estigmatización territorial, la gentrificación y el espacio público.
Dossier Rondônia: una actualización
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Bruno Bins; Colaborador en el Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio (LAIT) vinculado al Programa de Posgrado en Arquitectura (PPGArq) de la PUC-Rio
Marcos Favero; Docente de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) ]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
Con el 80% de su área original deforestada, ocupando el segundo lugar en el ranking de conflictos agrarios del país, Rondônia, estado considerado un gran “laboratorio territorial”, se encuentra al borde de una catarsis. Realidad que moviliza esta investigación: una (re)interpretación de este territorio metamórfico, que tiene como punto de partida la investigación de Hervé Théry, “Rondônia: Mutações de um Território Federal na Amazônia Brasileira”, que analiza la producción y uso del territorio de Rondônia en la década de 1970. Itinerario marcado, en nuestros días, por la emergencia de protociudades, al parecer el dispositivo espacio-temporal más reciente y nebuloso, configurando el frente más avanzado de lo que se caracteriza, según Bertha Becker en “Geopolítica da Amazônia”, como una selva urbanizada.
Palabras clave: Rondônia, Selva urbanizada, Hinterland
Abstract
With its original área being 80% deforested, occupying second place in agrarian conflicts ranking in the country, Rondônia, considered the great “territorial laboratory is at the brink of catharsis. This is the reality which triggers this investigation: a (re)interpretation of this metamorphic territory that has as its starting point the research of Hervé Théry, “Rondônia: Mutations of a Federal Territory in the Brazilian Amazon” in which the production and the use of the territory of Rondônia in the 1970s is analyzed. An itinerary marked, nowadays, by the emergence of proto cities, seemingly, the most recent and nebulous spatiotemporal device which configures the most advanced front, as characterized by Bertha Becker in “Amazon Geopolitics”, of an urbanized forest.
Keywords: Rondônia, Urbanized forest, Hinterland e
Derecho a la ciudad y redes comunitarias: El caso del cerro de Las Tres Cruces en San Miguel de Allende, México.
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Francisco Mota Cervantes; Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ]
Recibido el 7 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
En este artículo se presenta el caso del cerro de Las Tres Cruces en la ciudad de San Miguel de Allende. En esta localidad mexicana, un reciente boom turístico alimenta una expansión urbana sin precedentes: mega desarrollos turísticos e inmobiliarios de lujo consumen territorios cargados de connotaciones simbólicas para las comunidades que los habitan. En este contexto, se articulan redes comunitarias que reclaman la capacidad de decisión colectiva sobre el territorio. Estas vislumbran formas de reclamar activamente y ejercer una agencia colectiva frente a procesos de despojo y privatización del espacio común.
Palabras clave: Territorio, Derecho a la ciudad, Redes comunitarias, Comunalidad
Abstract
The agency of capitals in the production of the urban space takes particular tones in cities of tourism such as San Miguel de Allende, where it is visible that cultural heritage is used to obtain economic benefits for the real estate-touristic industry by bending the local authorities.Thus, emerge urban reactions that point to a citizen network that exercises the Right to the city based on the defense and appropiation of the places that forge a sense of community.
Keywords: tourism, territory, cultural heritage, right to the city
La (des)caracterización del espacio público: residualidad urbana y estigmatización socio-espacial en São Gonçalo, Rio de Janeiro
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Fernando Espósito Galarce; Dr. docente e investigador del Programa de Pos graduación en Arquitectura (PPGArq), del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio
Vanessa Galvão; Becaria de Iniciación Cientifica. Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio (graduanda)]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
Este artículo activa los conceptos de residualidad y estigmatización socioespacial, observados en dos plazas públicas de la ciudad de São Gonçalo, en el Estado de Río de Janeiro: la plaza Leonel de Moura Brizola y la plaza Chico Mendes. A la luz de la discusión, estas plazas pueden ser interpretadas como “espacios residuales” al no cumplir su función social urbana, y al serles atribuidas características negativas que impiden su vivencia plena. A partir de un análisis cualitativo desde la perspectiva de la residualidad urbana y la estigmatización socioespacial, de la recopilación de datos con entrevistas, cuestionarios y artículos periodísticos, es posible afirmar que estos espacios públicos evidencian el descuido administrativo del poder público, espacial y especialmente social con las personas vulnerables que en ellos habitan, principalmente personas en situación de calle y dependientes químicos. Estas dos plazas observadas pasaron por reformas mal estructuradas que, sumadas a la inseguridad y a la omisión de la administración municipal, las dejaron en una condición de degradación y abandono. Este articulo también observa la importancia de los espacios públicos, principalmente durante el período de pandemia, debido a la necesidad de lugares que posibiliten actividades colectivas al aire libre de manera segura y saludable.
Palabras clave: Espacios residuales, Estigmatización, Espacio público
Abstract
This article mobilizes the concepts of residuality and socio-spatial stigmatization, observing these concepts in two squares in the city of São Gonçalo, State of Rio de Janeiro: Leonel de Moura Brizola Square and Chico Mendes Square. These squares can be characterized as “residual spaces” by not fulfilling their social function, being attributed negative characteristics that distance and/or divert the full experience of these places due to the presence of stigmatized elements. Based on a qualitative analysis and data collection, such as interviews, forms and journalistic articles, from the aforementioned public squares that underwent poorly structured and decontextualized revitalization works, together to the common characteristics between them, such as insecurity and the omission of municipal management, it is possible to affirm that these factors implied the depletion and deterioration of these public spaces, evidencing the neglect of people in socio-spatial vulnerability. In addition, due to the moment when the city’s collective spaces are crossing, mostly degraded and emptied, it was possible to discuss the importance of public squares and their democratic values, highlighting, especially in the pandemic period, the need to offer public spaces that support collective activities, outdoors, in a safe way
Keywords: Residual Spaces, Stigmatization, Public Space
¿Es el sonido una materia del espacio arquitectónico? El caso de la estimulación auditiva en la infancia.
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Enrique Rivadeneira Barrios; Escuela de Arquitectura Universidad de Valparaíso , Valparaíso, Chile ]
Recibido el 4 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
El presente artículo aborda la posibilidad de considerar el sonido como materia que forma parte del espacio arquitectónico. Esto significa no sólo reconocer su presencia en el espacio, sino que su diseño incluye darle forma al sonido y su aparición. Esto se realiza mediante un caso de estudio, la participación en el diseño conjunto de un espacio lúdico de estimulación para la infancia temprana. La propuesta para este espacio es una intervención sonora, que pueda contribuir en la estimulación auditiva temprana, evaluada desde tres condiciones. Los resultados muestran que la interacción con elementos sonoros contribuye no sólo a la estimulación auditiva, sino que se inserta con las componentes motora y socio-emocional, avanzando hacia una estimulación integral. Por último, la naturalización del sonido como elemento de juego permite suponer una inclusión de éste como parte constituyente del espacio, ampliando las posibilidades de juego para los niños y contribuyendo de manera positiva a la consideración formal del sonido como parte del espacio arquitectónico.
Palabras clave: Vacío lúdico, Estimulación auditiva, Primera infancia
Abstract
This article addresses the possibility of considering sound as a matter that is part of the architectural space. This means not only recognizing its presence in space, but its design includes shaping the sound and its appearance. This is done through a case study, the design of a playful stimulation void for early childhood. The proposal for this space is a sound stimulation module, whose design process fundamentally requires including sound as a core part of living. The results show that this is a complex process in which the architecture profession does not have many skills. The role of sound within architecture is reconsidered, establishing points of contact with other trades that could contribute positively to the formal consideration of sound as part of the architectural space
Keywords: Playful void, Acoustic stimulation, Early childhood
Degradación y olvido: Cementerio Patrimonial N°2 del Cerro Panteón de Valparaíso y la problemática de su conservación.
VerDegradación y olvido: Cementerio Patrimonial N°2 del Cerro Panteón de Valparaíso y la problemática de su conservación.
Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Montserrat Rojas del Río; Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile ]
Recibido el 25 de noviembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
En una meseta a 30 metros a nivel del mar, coexisten en la actualidad los tres cementerios patrimoniales más antiguos de Valparaíso, declarados Monumentos Históricos por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile en el año 2005. Los dos primeros fueron fundados en 1825 y el tercero en 1845, junto con la cárcel que se ubicó en el cerro contiguo.
Con el paso del tiempo los Cerros Panteón y Cárcel, que solían estar en la periferia, quedaron insertos en medio de la ciudad, por lo que han debido reinventarse y revitalizarse mediante nuevos usos e infraestructuras, como por ejemplo el caso del Parque Cultural de Valparaíso ubicado en los terrenos de la ex Cárcel Pública: el edificio de una antigua cárcel puede pasar a tener otras funciones, pero un cementerio no. Estos sitios son parte de un circuito urbano al cual ya no pertenecen, y se encuentran sumidos en una desvaloración patrimonial que se traduce en el abandono, deterioro y vandalización de sus sepulturas e infraestructuras en general. Este artículo analiza tres variables que explican el porqué de este espiral de degradación, sin salida aparente, enfocándose en particular en los Cementerios Municipales N°1 y N°2.
Palabras clave: Cementerio Patrimonial, Conservación, Valparaíso, Ruina, Fragmento Urbano
Abstract
The three oldest heritage cemeteries in Valparaíso currently coexist on a plateau 30 meters above sea level, declared Historical Monuments by the Council of National Monuments of Chile in 2005. Two of them were founded in 1825, and the third in 1846 along with the jail that was located on the adjacent hill.
Over the years, the Panteón and Cárcel Hill that used to be in the periphery, got trapped in the middle of the city, with which, they have had to reinvent and revitalize themselves through new uses and infrastructures, among them, the Valparaíso Cultural Park located in the grounds of the former Prison. The building of an old prison may become something else, but not a cemetery. These sites are part of an urban circuit to which they no longer belong, and have been submerged into a heritage devaluation that results in the abandonment, deterioration and also the vandalization of their graves and structures in general. This article analyzes three variables that explain the reason for this spiral of degradation with no apparent exit, focusing on the particular case of Municipal Cemetery No. 2.
Keywords: Heritage Cemetery, Conservation, Valparaíso., Heritage Cemetery, Conservation, Valparaíso
Juan Jara Ortega
VerJuan Jara Ortega
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Sociólogo, Universidad Andrés Bello, Chile.
Comprometido con el estudio de la movilidad urbana, la vivienda, la periferia y la marginalidad.
Paisajes de Sequía. Respuesta Municipal a contracorriente
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Revista Planeo Nº 53 | Escasez Hídrica y comunidades | Septiembre 2022
Paisajes de Sequía. Respuesta Municipal a contracorriente
[Por: Rodrigo Aynol Gallardo, Cientista Político UAH, Mg. en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente IEUT- UC
Cecilia Osorio Gonnet, Académica Facultad de Gobierno UCHILE, Dra. Ciencias Políticas y Sociales, Universitat Pompeu Fabra. MSc Social Policy and Planning in Developing Countries LSE, Cientista Política UC, Licenciada en Historia UC
Antoine Maillet,Profesor Asociado Facultad de Gobierno UCHILE, Dr. Ciencia Política, Sciences Po-París – UC Chile, MSc Investigación Política Comparada, Especialidad Latinoamérica, Sciences Po-París. Master Profesional Carrières Internationales, Sciences Po-París]
Resumen.
El régimen jurídico en Chile instala un mercado de aguas caracterizado por una desigual distribución del elemento. En Petorca, el auge de la industria de la palta ha ocasionado una acumulación y acaparamiento del “recurso hídrico” para solventar los flujos de exportación a mercados globales, dejando a las comunidades locales con un acceso restringido al agua.
La situación de la crisis en las comunidades se ha evidenciado en algunos casos, por ejemplo, a través de prácticas de abastecimiento mediante camiones aljibe, lo que manifiesta explícitamente la magnitud de esta crisis.
Las empresas han mantenido sus negocios principalmente en torno a la exportación de palta gracias a un marco normativo e institucional que favorece sus intereses económicos. Por otra parte, las municipalidades, particularmente la de Petorca, enfrentan un escenario altamente complejo para sobrellevar los impactos de la escasez hídrica. Sin embargo, en el año 2016 se generó una respuesta municipal a esta crisis: la creación de la Oficina de Asuntos Hídricos.
A través de este ensayo visual, exponemos y problematizamos sobre las asimetrías de la escasez hídrica en Petorca. Mostramos el contraste entre los inmensos paisajes secos de Petorca y la respuesta municipal a la crisis, materializada en un contenedor.
Palabras Clave: Petorca, crisis hídrica, asimetría.
Entrevista a Claudia Soto: "La actual Constitución tiene una ausencia del concepto de lo rural y del medio ambiente con su complejidad como sustento de vida, de toda actividad económica y de las relaciones humanas entre las personas y su entorno"
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Revista Planeo Nº 53; Crisis hídrica y comunidades, Septiembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Claudia Soto Acuña, Geógrafa, Mg en Planificación Territorial Rural, Integrante de la actual Directiva de Geógrafas Chile; fue asesora de la ex Convencional Constituyente Gloria Alvarado Jorquera.
Im1. Claudia Soto
Es importante la configuración del país como Estado regional, con un fuerte énfasis en el desarrollo y en la incorporación del concepto de cuencas que proporcionan el recurso hídrico, para que se puedan generar actividades económicas diversas y la vida misma. Esto implica pensar y respetar el ciclo hidrológico que existe y que depende de otros factores.
1. De acuerdo a tu formación inicial en geografía ¿Cómo surge el interés por trabajar en torno a tópicos o líneas de acción como la ruralidad, medioambiente y el ordenamiento territorial?
Primero que todo, muchas gracias de parte de Geógrafas Chile por invitarnos a esta entrevista. Nosotras trabajamos por ejes temáticos y hay un eje de ruralidades, del que formó parte, y otro de medio ambiente, que podríamos decir actualmente son los más activos.
En el eje de ruralidades más que situarse en una línea teórica de la geografía, ha sido la experiencia, en eso coincidimos muchas y a mí también me pasa porque mi experiencia de vida al final está relacionada con que soy de una zona rural y me tocó ir a estudiar a Santiago. En ese contexto, me tocó ver muchos conflictos socio ambientales, desde afuera, problemáticas territoriales, hasta que en un momento siendo estudiante de geografía tuve que ser protagonista porque en mi territorio se quiso instalar una termoeléctrica, y ahí fui parte activa del movimiento de defensa de mi localidad (Pataguas Cerro), ante esta amenaza y logramos que no se instalara.
Después fui profesional Servicio país, entonces mi experiencia me ha llevado a estar más ligada a las comunidades, a los territorios. En Geógrafas Chile, particularmente en el eje de ruralidades, con las compañeras compartimos experiencias de vida, lo que ha sido una gran motivación e interés para trabajar en estos temas, los que podríamos asociar a la geografía rural, cultural, porque hay geografía para todo.
2. Nos podrías contar, desde tu experiencia, cómo observas la realidad del mundo rural respecto al conflicto actual de la escasez hídrica. ¿Qué estrategias existen o se están pensando para sobrellevar esta situación? ¿Hay algún caso o experiencia que te llame la atención?
Desde mi experiencia, soy de un territorio afectado por el monocultivo de paltos y olivos. Nuestra estrategia, luego de visibilizar el conflicto a través de redes sociales y algunos medios que se interesaron por nuestra problemática, tuvo que ver con lograr incidir en el proceso constituyente; que alguien de nuestro territorio y que conociera nuestra problemática, pudiese llegar a representarnos en ese espacio, y fue así que logramos que Gloria Alvarado llegara a integrar la Convención, porque creemos que el problema se tiene que resolver de manera mucho más estructural.
Nuestra localidad todavía tiene agua, entonces ha sido difícil visibilizar el tema, hemos intentado a través de la vía judicial, con la institucionalidad local y convocando también a otras organizaciones, para que el movimiento se amplíe. Así la comunidad en conjunto con el municipio, presentaron en el año 2021 un recurso de protección y la Corte Suprema falló a favor de la comunidad, mandatando paralizar todas las obras de todas las empresas señaladas en el recurso de protección, mandatándoles además ingresar una consulta de pertinencia al servicio de evaluación de impacto ambiental, lo que podríamos calificar como un avance, pues los monocultivos agrícolas actualmente no ingresan a evaluación de impacto ambiental.
Con esto se va generando jurisprudencia y los monocultivos se están analizando ahora desde un punto de vista ambiental, aunque la ley de bases del medio ambiente no los considera como tipología susceptible de causar impacto ambiental. Súper bien lo logrado, pero queda en evidencia la carencia y dificultad para las comunidades de realizar estas gestiones y además estar atentos a que se cumpla lo mandatado por el fallo, y que efectivamente estas empresas no sigan deforestando. Entonces, conociendo la experiencia de Pichidegua Unidos por el agua y de otras causas, se hace necesario contar desde lo institucional con una defensoría de la naturaleza y de apoyo a procesos de defensa, porque todo el trabajo de las comunidades es muchas veces voluntario, faltan recursos y conocimientos técnicos. En esto el proceso constituyente, más allá del resultado, abrió una puerta y desde Geógrafas Chile buscamos contribuir visibilizando estas problemáticas y posicionándonos como un actor relevante con opinión en el debate público.
3. Desde tu rol como activista de la sociedad civil en estas temáticas, y en particular respecto a tu apoyo técnico a la propuesta de nueva constitución: ¿Qué es lo que hay en la actual constitución que vehiculiza un deterioro socioambiental del territorio rural? Y quizás en respuesta a eso: ¿Cómo podemos retratar y describir el horizonte de sentido y transformación de los artículos que apoyaste?
La actual Constitución tiene una ausencia del concepto de lo rural y del medio ambiente con su complejidad como sustento de vida, de toda actividad económica y de las relaciones humanas entre las personas y su entorno. Relacionado con los espacios rurales, con el medio ambiente y la naturaleza, hay ausencia del ordenamiento territorial, y esta fue una de las principales normas en las que trabajamos como Geógrafas Chile (a través de la constituyente Gloria Alvarado). Esto porque en la actual Constitución se establece una visión “antropocéntrica” del medio ambiente en cuanto a la no afectación de la salud de las personas por contaminación. Pero más allá de eso, la salud de las personas y cautelar que no exista contaminación, es insuficiente. Y lo es porque el medio ambiente lo componen las personas en la naturaleza, las relaciones humanas, la cultura, la identidad, que es mucho más amplio que considerar que la contaminación es lo único que puede afectar el medio.
En ese sentido, creo que la propuesta de Constitución instauraba totalmente otro paradigma que parte su discusión declarando que nos encontramos en una emergencia climática y ecológica. Este enfoque se extiende en el desarrollo de todo el texto constitucional. Materializar todo esto es un gran desafío, y de largo plazo también, porque el ordenamiento territorial en la Constitución actual se nombra, pero no lo mandata con la fuerza necesaria para que se implemente desde los gobiernos regionales. El paradigma actual entiende el ordenamiento territorial desde el punto de vista de la urbanización más que del territorio en su conjunto, con la diversidad y particularidad que hay. Por ende, como planificador no te puedes inmiscuir en zonas que estén sometidas a la planificación urbanística, y eso ya excluye muchas zonas, por ejemplo la región de O’Higgins que tiene 33 comunas, y alrededor de 18 están sometidas a un instrumento de planificación urbanística plan regulador intercomunal. Hay como 10 en proceso, entonces de las 33 tengo 28, o sea no se puede implementar un ordenamiento territorial en esta región. Por lo tanto, el enfoque que ofrece la nueva Constitución y desde el Estado Regional, es que se debe implementar en todo el territorio nacional, o sea, no solamente en las zonas urbanas. Se incluyen las partes altas de las cuencas y el establecimiento de condiciones adecuadas de localización de los asentamientos humanos y de las actividades económicas, con criterios regionales.
Además de eso se intentaba constitucionalizar la existencia de la ruralidad desde su diversidad, de la importancia para la soberanía alimentaria, la producción de alimentos, con la protección también de las pequeñas actividades que muchas veces se ven afectadas por actividades de mayor escala que finalmente las van «arrinconando». Es por esto que la propuesta de constitución, intentaba cautelar que exista equilibrio entre usos y actividades. Lo otro relevante, y relacionándolo con la pregunta anterior, es que se establecía para el ordenamiento territorial un criterio hídrico en donde se considere la disponibilidad del recurso. Eso no existe hoy en día.
4. De acuerdo a las diversas identidades del mundo rural: ¿Cómo interpretaste la recepción de las comunidades rurales respecto a la propuesta de nueva constitución? ¿Cómo conviven las recepciones de grupos tradicionales, y las visiones más contemporáneas o en resistencia? ¿Es fundamental la variable de edad y de género para pensar es esta propuesta, y adherir o no?
De acuerdo a la realidad que conozco la variable género no era tan importante a la hora de adherir o rechazar esta nueva propuesta. Pero sí, como te podrás imaginar, las posturas son bien diversas y los temas de género obviamente le interesan a los más jóvenes. Hay más adhesión ahí, sobre todo en los temas de derechos sexuales y reproductivos, el reconocimiento al trabajo doméstico y de cuidados, educación sexual integral. Pero hay otro sector más apegado a las tradiciones, por decirlo así, a la que prácticamente lo único que les preocupaba era el rodeo, por diversos motivos. Entonces, ahí no ha habido mucha posibilidad de diálogo, porque por muchos derechos fundamentales y sociales que se puedan garantizar, o la protección a la naturaleza para que estos mismos animales tengan agua y alimentos, para ellos tiene mucha más relevancia lo otro (rodeo), que se siente como una amenaza directa a la identidad o a su actividad económica, entendiendo y haciendo la salvedad que la Constitución no decía que el rodeo va a desaparecer. La propuesta de nueva Constitución no estaba prohibiendo nada, no quitaba tradiciones, sino más bien, abría la puerta a un debate que se va a tener que seguir dándose en el Parlamento y que de hecho, ya se empezó con la ley de tenencia responsable de animales domésticos, “la ley cholito”.
Por otro lado, también hay mucha gente adulta y agricultores de muchas localidades que tienen su origen en la reforma agraria, que tienen un componente identitario y de amor a la tierra súper fuerte. Con respecto al tema del agua, también hay un sector importante de pequeños agricultores que saben que no serán sujetos de redistribución, pero también hay otros que esto les genera demasiada incertidumbre y nosotros, desde el equipo de la constituyente Alvarado, hemos señalado que la mejor certeza es contar con agua y por ello la redistribución, esto implica que el agua deje de ser un bien de mercado y que sea un bien común natural inapropiable. Entonces es muy diverso también porque las ruralidades son complejas, son diversas y se habita de distintas maneras y diferentes intereses. También ha sido importante ver que mucha gente sí está interesada, que apoyaban el texto, entendiendo que es en beneficio finalmente de nuestras propias comunidades.
Anamuri por ejemplo, fue muy activa en el proceso de elaboración de las normas de la ruralidad. También desde el equipo de Gloria Alvarado, compartimos en el proceso el articulado propuesto con pequeños agricultores y tuvo súper buena acogida. Es súper necesario bajar la información y discutirla, porque hay mucha información falsa dando vueltas; era importante difundir que la nueva Constitución establece los circuitos cortos de producción, el fomento de las ferias libres locales, porque son los que generan los alimentos para la mesa nacional.
La recepción ha sido bien diversa y responde mucho sí, a género, edad, pero también a podríamos decir, a ocupación o estrato socioeconómico, nivel educacional.
5. Por último, si pudieses hacer una breve síntesis de la conversación que tuvimos.
Este es un proceso que no termina, se termina una etapa en 4 de septiembre y parte otra que no sabemos cuál va a ser. Pero me parece súper relevante que podamos abrir los caminos para mayor participación y tener incidencia en las decisiones que se toman en los territorios, y que la naturaleza y el medio ambiente tengan un espacio fundamental, de lo contrario no hay vida ni economía que se sustente. Además, creo que es importante la configuración del país como Estado regional, con un fuerte énfasis en el desarrollo y en la incorporación del concepto de cuencas que proporcionan el recurso hídrico, para que se puedan generar actividades económicas diversas y la vida misma. Esto implica pensar y respetar el ciclo hidrológico que existe y que depende de otros factores. Entonces que eso estuviera en el texto a mí me parece una posibilidad única de hacernos cargo de avanzar en una línea que vaya en sintonía también con la crisis climática y ecológica global, y así aminorar ciertos impactos y afectaciones que la población más vulnerable generalmente es la que sufre.
Me parece muy importante también relevar las normas rurales; la protección a la gestión comunitaria del agua potable rural «el Estado deberá promover y proteger la gestión comunitaria del agua potable rural y saneamiento, especialmente en áreas de territorios rurales y extremos, en conformidad a la ley», para que el Estado garantice condiciones justas y dignas en el trabajo de temporada, que estén presentes sus derechos laborales y de seguridad social, la violencia a la que muchas veces se encuentran sometidas las niñas y mujeres rurales, entre otros.
Me llena de orgullo que muchos temas que estaban en la propuesta de Constitución fueron impulsados por mujeres, porque la paridad posibilitó también visibilizar temas como los trabajos domésticos y de cuidado e incluirlos en el sistema de seguridad social, cuestión también revolucionaria porque es una cosa que no existe y prácticamente no se valora. La descentralización, profundizarla con este nuevo texto me parece muy bien, porque implica un proceso de fortalecimiento real de las regiones; todavía tenemos un delegado presidencial, todavía tenemos decisiones que se toman a nivel central que no necesariamente tienen que ver con la realidad regional. También me parece importante la diversidad de miradas, expresado con la presencia de los pueblos originarios, la diversidad de actores que componen nuestra sociedad; niños, niñas, adultos mayores, mujeres, grupos históricamente excluidos, lo que implica construir a través de esta nueva constitución una sociedad y territorios mucho más amorosos y conscientes.
Colombia sobre rieles: Una historia de cultura, conflicto y memoria | Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia (2020)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Colombia sobre rieles: Una historia de cultura, conflicto y memoria | Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia (2020)
[Por Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano IEUT – UC]
Podcast: Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia.
Autor: Radio Nacional de Colombia
Año: 2020
Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Resumen.
«Caminos de Hierro» es un programa de diez capítulos de la Radio Nacional de Colombia emitido durante el año 2020, que ofrece un recorrido por la historia y la cultura de las regiones del país que fueron atravesadas por el ferrocarril. Se entrevistan a expertos, investigadores, artistas y habitantes de las zonas ferroviarias, y se acompañan sus relatos con música, sonidos y testimonios que recrean el ambiente y la memoria de los trenes. «Caminos de hierro» es un programa que rescata el valor patrimonial, social y económico del ferrocarril en Colombia, invitando a los oyentes a conocer, apreciar la diversidad y la riqueza del país a través de sus vías férreas.
Palabras Clave: Ferrocarril, cultura, memoria.
Introducción: La construcción del tren en Colombia.
A pesar de que el tren ya no es una forma de transporte común en Colombia, su legado y su importancia histórica siguen vigentes. Antes de la llegada del tren, los ríos eran la principal vía de transporte. En Neiva, un tipo de bote llamado «champán», el cual era tripulado por 12 personas, fue utilizado para conectar el pueblo con otras regiones del país. El tren fue construido en muchos lugares de Colombia para mejorar la conectividad y llegar a lugares a los que no se podía acceder por río. Su construcción fue todo un desafío para los ingenieros, debido a la geografía colombiana, fragmentada por montañas y ríos. A modo de ejemplo, la infraestructura férrea de Medellín es muy particular debido a su topografía. Por un lado, la construcción de la línea de tren comenzó en el río Magdalena, mientras que por otro, se inició desde Botero. Entre los dos puntos se encontraba una montaña, lo que dificultó la unión de las líneas de inmediato. Para resolver este problema, se construyó un túnel, que fue una de las primeras grandes obras de ingeniería de Colombia.
El ferrocarril se instala en Colombia.
La llegada del tren marcó un hito en la historia de Colombia, al permitir la conexión entre distintas localidades y el surgimiento de pequeños comerciantes que dieron vida a muchas ciudades del país. No obstante, la construcción del ferrocarril estuvo impulsada por la necesidad de industrializar la producción bananera, cafetera y de caña de azúcar, acelerando la entrada y salida de mercancías y abriendo Colombia hacia el mundo. Este rápido desarrollo económico no estuvo exento de conflictos, como el descarrilamiento de un tren en Cisneros, considerado una masacre, y la matanza de obreros ligados a la industria bananera en la estación de La Ciénaga. En la actualidad, existe un monumento en memoria de los trabajadores fallecidos en este trágico episodio. En la región de La Guajira, el tren es considerado un elemento extraño que contrasta con la ruralidad del lugar. Para los Guayu, población indígena que habita en la zona, el ferrocarril ha representado una interrupción en sus actividades cotidianas de pastoreo y ha tenido consecuencias negativas para su ganado. El sentido de territorio de los Guayu está profundamente ligado a la movilidad de sus animales, la cual se ha visto afectado por la presencia del tren en la zona.
“El tren llega como historia y melancolía, trae el desarrollo comercial, trae la inversión, trae el penoso progreso tecnológico, llegan los capitales, e infortunadamente, como ha pasado siempre en este país, se termina con la corrupción” (Radio Nacional de Colombia, 2020)
Culturas ferroviarias: El legado del tren.
El tren ha sido un elemento fundamental en el intercambio cultural en Colombia, ya que su capacidad de conectar las localidades con los centros permitió la difusión de diversas expresiones artísticas. La música es un ejemplo claro de esto: en San Juan del César, el vallenato, que tiene sus raíces en la tradición oral de la región, se popularizó gracias al tren. De manera similar, en Medellín la trova ha sido una influencia importante en la cultura local. Estas expresiones artísticas han trascendido el ámbito musical y han dejado una huella profunda en la literatura, que ha incorporado elementos y temáticas de estas tradiciones populares, contribuyendo a la riqueza cultural del país. La intención de hacer universal lo cotidiano de la oralidad y la literatura se impone, tal como el tren conectó lo local con lo global.
En los lugares donde hoy en día ya no existe el tren, hay distintos modos de apropiación. Algunas estaciones se han convertido en centros culturales, han sido consideradas patrimonio nacional o son casas, mientras que otras han sido transformadas en terminales de buses. Las antiguas líneas férreas han sido robadas, convertidas en calles o reutilizadas por los habitantes con nuevos usos. Ejemplos de ello son las motobrujas en Buenaventura, los motorrodillos en Medellín o el ferrobús en Barrancabermeja, los cuales han dado vida a las líneas después del tren.
Conclusión.
El legado del tren en Colombia ha sido relevante en la conectividad entre localidades y el surgimiento de pequeños comerciantes. Sin embargo, también ha sido objeto de conflictos y ha tenido consecuencias negativas en algunas poblaciones indígenas. «Caminos de Hierro» es una invitación a reflexionar sobre el impacto que tienen las decisiones en la cultura, la economía y la sociedad en general, así como a valorar el papel que juega el patrimonio ferroviario. Este programa rescata la historia del ferrocarril en Colombia y, a través de sus relatos y testimonios, muestra cómo el tren ha sido un elemento clave en la conformación de la identidad colombiana, ya sea a través de la música, la literatura o la reutilización de sus antiguas líneas.
El legado ferroviario es una parte valiosa de la historia de Colombia y debe ser preservado para las generaciones presentes y futuras. Este patrimonio cultural representa la diversidad del país, y su conservación en los imaginarios es fundamental para comprender sus conexiones con el pasado, el presente y el futuro.
Referencias.
Radio Nacional de Colombia (2020). Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia. Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Chiloé, mar interior
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Chiloé, mar interior | Y de pronto el amanecer (2017)
[Por María José Águila Díaz, Geógrafa UdeC, Diploma Superior en Ambiente y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Analista en Institut Cerdà]
Película: Y de pronto el amanecer (2017)
Dirigido por: Silvio Caiozzi
Premios: Mejor Película (2017) Festival des Films du Monde de Montréal. Festival de Sao Paulo, premio del público, FIC Viña, mejor música, Festival Patagonia, mejor largometraje.
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=JCiU5BZxivY
Disponible en Ondamedia [www.ondamedia.cl]
Resumen.
La película trata sobre el presente de Pancho -personaje principal- y los constantes recuerdos que revive al regresar a Chiloé después de 45 años sin visitar su tierra natal. A medida que va visitando viejos lugares conocidos, los recuerdos van apareciendo en orden cronológico, pasando por su infancia y adolescencia chilota. Rememora la historia de amor que se da con Rosa, quien es novia de un militar que al momento del Golpe de Estado en Chile (1973) se encarga de desplegar las fuerzas armadas en la localidad rural donde se ambienta la historia. En este contexto, Pancho se ve obligado a huir lejos de aquello que él conocía como su hogar, y ahora regresa para encontrar inspiración para su próxima crónica.
Palabras Claves. Chiloé, memoria, ruralidad, infancia, huilliche.
Introducción.
Francisco (Pancho), poeta y escritor, regresa a visitar Chiloé después de estar 45 años fuera. Las imágenes de la película parten por transmitir el contraste urbano de Santiago, caracterizado con la autopista y el sol que se filtra en el aeropuerto, desde donde Pancho emprende rumbo a su viejo hogar en el lluvioso sur del país. Al llegar, se traslada a su pueblo -un espacio rural y con influencia huilliche aún presente- en donde inmediatamente comienza a recordar su niñez, y la magia tan característica de Chiloé, donde los mitos son parte del imaginario colectivo que alimenta las infancias de todo quien habite este territorio.
Los recuerdos van avanzando en el tiempo a medida que Pancho, o Pingüino como le dicen sus amigos, va visitando los diversos espacios que frecuentaba en su juventud. La película va intercalando estas memorias mientras Pancho avanza en su reencuentro con antiguas amistades y viejas experiencias, siendo el Golpe de Estado el punto de inflexión que modifica las relaciones y dinámicas del pueblo, y con ello también los anhelos y deseos de los personajes. La película está marcada por los cantos al lado de las estufas de leña, los paseos en lancha, la comida típica chilota, la arquitectura y decorado de tejuelas, los bosques de helechos y árboles endémicos que se muestran en las escenas, y que con ello caracterizan las vivencias de los personajes en un fiel retrato de una parte del cotidiano chilote.
Habitar el maritorio.
Silvio Caiozzi y su equipo aciertan en enfocar la importancia del elemento “mar” dentro de la película. Ciertamente sería inevitable ignorarlo, pero el viaje de Pancho a un islote alejado, los recuerdos del abuelo huilliche en el bote, entre otras escenas, marcan este elemento como uno importante dentro del habitar chilote. El concepto maritorio, entendido como “aquel espacio marítimo que a lo largo del tiempo ha sido habitado, confiriéndole la condición cultural donde algo tiene lugar o puede tenerlo” (Sannazzaro et.al, 2017) es coherente con aquello que se presenta en el desarrollo de la película. Los orígenes de la sociedad chilota actual tienen sus raíces primeramente en los pueblos huilliches y chonos, quienes navegaban las aguas del archipiélago, raíces que aún persisten a pesar del proceso colonizador de España y otros países europeos como Holanda. La cultura chilota proviene entonces de la constante interacción de su pueblo mestizo con el mar y la tierra, identificando en las costumbres y tradiciones como la minga, la gastronomía rica en recursos marinos, y los oficios como la carpintería de ribera, junto con el uso de los canales y del mar como fuente de estas acciones.
La memoria que no muere.
El viaje de Pancho a Chiloé es un viaje de memoria y reencuentro, es volver al pasado a redescubrir emociones y orígenes. En la película el sacerdote católico del pueblo descubre el talento de Pancho por la escritura, razón por la que lo recluta para escribir los epitafios de las cruces de las tumbas, llegando a ser conocido en el pueblo como “el poeta de los muertos”. Pancho, con una sensibilidad especial por su territorio, menciona en el funeral de don Oledario que aquello que persiste en el corazón mientras ahí se quede no morirá, haciendo alusión al ejercicio de memoria que debería ser llevado por los y las habitantes. A pesar del gran lapso de tiempo fuera del archipiélago, la identidad y arraigo de Pancho seguía en Chiloé, siendo este territorio esencial para su existencia. El regreso a su antiguo hogar representa también el paso del tiempo y los cambios que tanto él cómo el poblado sufrió de manera natural, pero donde aún existen vestigios de lo que fueron y de lo que sigue identificando de manera única al archipiélago, donde el constante rescate del pasado es esencial para la sobrevivencia de la identidad.
Conclusión.
“Y de pronto el amanecer” representa de manera sincera las vivencias y dinámicas propias y genéricas de los pueblos chilotes que habitan el mar interior. Si bien cada comuna y territorio tiene sus particularidades, las acciones y relaciones que se expresan en el guion y la escenografía, así como la dirección creativa de la película, evidencian características únicas de esta tierra, resaltando la cooperatividad, lo local, el pasado, e influencia y presencia del pueblo huilliche. La historia de amor de Pancho y Rosa en medio de la dictadura, fluye a la par en trama e importancia con la relevancia que se le da a la naturaleza y los misterios que habitan en ella, entrelazando los vínculos humanos de los personajes, con el determinismo geográfico que de manera inexorable influencia a quienes nacen en Chiloé.
Referencias.
Sannazzaro, J., Campos, M., Mondaca, E., Gajardo, P., & Santibáñez, P. (2017). El proyecto de electrificación de las islas interiores del archipiélago de Chiloé y la desechada autonomía energética. CESCH, Sur Territorio: Archipiélago de Chiloé.
Melbourne Central: proyecto de reutilización adaptativa del patrimonio industrial y ferroviario
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Melbourne Central: proyecto de reutilización adaptativa del patrimonio industrial y ferroviario
[Por: Andrea Ortega. Doctora Ph.D. en Patrimonio y Conservación por la University of Melbourne. Arquitecta y Magíster en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). Académica de la Escuela de Arquitectura, Universidad Diego Portales (UDP)]
Resumen
Melbourne Central es una estación ferroviaria que se articula como un nodo multifuncional en la ciudad, al albergar actividades comerciales y turísticas que operan en conjunto con la red ferroviaria subterránea. La estación Melbourne Central es un proyecto arquitectónico y urbano que valora el patrimonio ferroviario y lo adapta al crecimiento, necesidades y desarrollo de la ciudad.
Palabras Clave: Melbourne, Ferrocarril, Patrimonio Industrial, reutilización adaptativa
Melbourne Central es una estación ferroviaria, centro comercial y turístico en la actual red ferroviaria electrificada subterránea en pleno corazón de la ciudad de Melbourne, Estado de Victoria, Australia. Es una de las tres estaciones subterráneas del City Loop, o ferrocarril de circunvalación, que recorre el norte y el este del centro de Melbourne (Central Business District – CBD). El proyecto del Melbourne Central fue diseñado por el arquitecto japonés Kisho Kurokawa y fue inaugurado en 1991. El complejo incluye el Melbourne Central Shopping Centre, que fue proyectado en 2005 por los arquitectos ARM Architecture; Estación de tren Melbourne Central (parte del tren subterráneo City Loop y anteriormente llamada Museum Station); y la Torre de la Oficina Central de Melbourne de 211 metros (692 pies) de altura con su distintivo par de mástiles de comunicaciones. El centro comercial cuenta con un gran cono de vidrio, que alberga en su interior el edificio de la Torre Coop’s Shot (Coop’s Shot Tower), catalogada como patrimonio por el estado de Victoria (Heritage Council Victoria, 2008).
El proyecto del ferrocarril de circunvalación subterráneo de Melbourne (originalmente llamado Melbourne Underground Rail Loop o MURL) se planificó en la década de 1920 y comenzó a construirse hasta la década de 1960. The Loop incluye tres estaciones de metro: Flagstaff, Melbourne Central (anteriormente Museum) y Parliament. Se conecta con las dos estaciones más concurridas de Melbourne, Flinders Street y Southern Cross, y junto con el viaducto de Flinders Street forma un anillo de cuatro vías individuales alrededor del CBD. El proyecto ferroviario subterráneo de Melbourne de 1970 finalizó el diseño y estableció una autoridad para supervisar su construcción. Los trabajos de túneles comenzaron en 1972 y el Loop comenzó a operar en 1981 con la apertura de la estación Museum, ahora Melbourne Central. El bucle se completó en 1985 con la apertura de la estación Flagstaff (Bowen, 2021). Museum Station fue establecido en honor al Museo Nacional de Victoria y al Museo de Ciencias de Victoria adyacentes, en el complejo de la Biblioteca Estatal de Victoria en el lado opuesto de Swanston Street. Fue la primera estación en abrir en el City Loop.
La Torre Coop’s Shot y el edificio flanqueante fueron construidas entre 1889-1890. Consisten en una estructura de ladrillo de dos pisos y una torre de cincuenta metros de altura. La torre se utilizó para la fabricación de perdigones de plomo hasta su cierre en 1960. Permaneció desocupada hasta que se incorporó al centro comercial Melbourne Central a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990. La Torre fue uno de los edificios más altos de Melbourne durante muchos años y siguió siendo un hito importante de Melbourne mucho después de su cierre. El edificio está cuidadosamente construido con su torre central de estilo campanile sobre la fábrica de dos pisos con finas aberturas arqueadas (Heritage Council Victoria, 2008). Estas estructuras son evidencia de un proceso industrial temprano, lo que refleja lo que fue el paisaje construido en la ciudad del siglo XIX, en la que los usos residenciales, comerciales e industriales existían en estrecha proximidad (Heritage Council Victoria, 2008).
A partir de la década de 1970, el desarrollo en el área que rodeaba la Torre Coop’s Shot congeló mientras el ayuntamiento exploraba el potencial del sitio. La torre fue catalogada como patrimonio en la década de 1970, reconocida como «un hito único y peculiar», por lo que cuando la City Loop Authority requirió el sitio, sabían que tenían que excavar con cuidado alrededor y debajo de la imponente estructura (Melbourne Central, 2014). La remodelación a gran escala de la manzana delimitada por las calles Lonsdale, Swanston, La Trobe y Elizabeth se desarrolló con cierto detalle durante las décadas de 1960 y 1970, y estuvo estrechamente relacionada con el ferrocarril subterráneo City Loop. Este proyecto refleja la integración y reutilización adaptativa del patrimonio ferroviario activo para el transporte de pasajeros, la conservación del patrimonio industrial y nuevos usos asociados al centro de negocios, incluyendo una constante actividad cultural y turística (Wilkinson, 2012). El nuevo edificio del arquitecto japonés Kisho Kurokawa es de estilo posmoderno y posee la estructura de vidrio más grande de su tipo en el mundo. El Glass Cone tiene 924 cristales y se limpian mediante un sistema mecánico especialmente diseñado. Tras la apertura del centro, se lo denominó «Cono Mágico» (Magic Cone). Este espacio que integra la protección interior del patrimonio industrial y ferroviario alberga a su vez una serie de usos culturales y turísticos itinerantes, reflejando la activa vida urbana y multicultural de la ciudad de Melbourne.
Referencias:
Heritage Council Victoria (2008). Coops Shot Tower And Flanking Building. Recuperado de https://vhd.heritagecouncil.vic.gov.au/places/768
Melbourne Central: A Case Study in Post-Modern Urbanization (1995). Recuperado de https://web.archive.org/web/20110928082127/http://users.tce.rmit.edu.au/e03159/IndST/Ind1_1.htm
Wilkinson, S. (2012) Back to the future: Heritage buildings, adaptation and sustainability in the Melbourne central business district. Historic Environment, 24(2), 7–13. Recuperado de https://search.informit.org/doi/abs/10.3316/ielapa.127440707040695
Heritage trains and trams https://www.visitmelbourne.com/see-and-do/art-and-culture/history-and-heritage/heritage-trains
Melbourne Central (2014) Melbourne Central’s Heritage The Coop’s Shot Tower In 1889. Recuperado de https://www.melbournecentral.com.au/visitor-info/our-heritage
Bowen, D. (2021) 40 years of the City Loop. Recuperado de https://danielbowen.com/2021/01/24/city-loop-forty-years/
Enfoque integrado en el diseño participativo de plazoletas de captación de aguas. El proyecto Jardín Central, Renca
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Enfoque integrado en el diseño participativo de plazoletas de captación de aguas. El proyecto Jardín Central, Renca
Rosa Chandia-Jaure, Andrés Cataldo-Cunich, Nora Donoso-Valenzuela
Resumen
El escenario hídrico actual para la zona central de Chile impone desafíos para el diseño urbano desde la necesidad de adoptar nuevos criterios para la toma de decisiones, que permitan resguardar la calidad de vida urbana para las personas, optimizando los recursos hídricos disponibles y valorando la realidad local para la inclusión. El artículo presenta uno de los casos de estudio donde se han implementado experiencias de investigación aplicada para integración de la comunidad barrial con los organismos técnicos y la academia, en un diálogo que permite la toma consensuada de decisiones desde la premisa básica de reducir los consumos hídricos y recuperar los excedentes de aguas lluvias para favorecer la recarga de acuíferos. El resultado fue materialización de un piloto construido que permitió evidenciar los alcances de cada etapa de todo el proceso, que culmina en un espacio público de pequeña escala y bajo costo que aporta beneficios multidimensionales a la comunidad beneficiaria.
Palabras clave: Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, Diseño participativo, Diseño urbano sensible al agua.
Introducción
La tendencia al incremento de episodios de olas de calor y la reducción de las precipitaciones anuales, junto a los problemas de ineficiencia en la gestión hídrica y el incremento en la demanda de agua, han propiciado un escenario de vulnerabilidad socioambiental en la Región Metropolitana. En el caso de la Cuenca del Río Maipo, resulta especialmente significativo el hecho de que el 83% de los problemas que enfrenta la gestión hídrica en esta zona tienen un origen antrópico (EH2030, 2022). En este contexto, constituye un enorme desafío definir sistemas de gobernanza, estrategias y soluciones de diseño urbano que faciliten la adaptación de las ciudades y los barrios, a los efectos del cambio climático en la calidad de vida urbana y a la eficiencia hídrica local.
En este sentido, el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (UNEP) ha estado impulsando iniciativas que implementan el enfoque integrado para barrios sostenibles en la planificación urbana, diseño y gestión, a través de un sistema que permite aplicaciones en contextos locales, del diseño e integración comunitaria (Gallego Gamazo, 2015). El enfoque integrado, multi-escalar y multisectorial, pone en valor la escala del vecindario para la toma de decisiones sobre el diseño y la planificación de los barrios. Esto implica dar importancia al reconocimiento de las cualidades locales propias de cada lugar, sean físicas, espaciales, sociales o culturales a través de distintos procesos de vinculación con los diversos actores del territorio y mecanismos de progresiva incidencia en la toma de decisiones. Al reconocerse estas particularidades locales, el diseño del espacio es más eficiente, ya que da respuesta efectiva a las propias necesidades y se acerca a los imaginarios propios de sus habitantes. Además, la integración de miradas entre los distintos actores públicos, privados y el diálogo entre equipos técnicos y la comunidad local, buscan nuevos mecanismos para obtener mayor coherencia, transparencia y accesibilidad a la participación de la comunidad en las decisiones del diseño de los espacios públicos (Salat, 2021).
En el año 2021, se materializó un convenio de colaboración con Ilustre Municipalidad de Renca y Universidad Tecnológica Metropolitana, para el pilotaje de iniciativas desde una perspectiva integral de barrio en la comuna según las directrices de UNEP, a través del proyecto “Construcción de Área Verde Resiliente al Agua con Enfoque Participativo”, el cual exploró estrategias metodológicas para la inclusión y la participación barrial, desarrollando mecanismos para el diálogo con unidades técnicas municipales, vecinos y la academia, en torno al diseño del espacio público desde una nueva perspectiva, integrando Soluciones Basadas en la Naturaleza y Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), para la adaptación a la escasez hídrica, considerando la experiencia previa desarrollada en el proyecto FIC-R Aguas de Barrio (GORE RM, 2018-2020). Tras un proceso de participación barrial, que incluyó actividades formativas en torno a la gestión sustentable del agua lluvia urbana, definición de consensos sobre posibles lugares de intervención que permitieran mejorar la resiliencia hídrica, validación de ideas de proyectos, seguimiento del proceso constructivo especialmente en la implantación de SUDS y plantación colaborativa de especies vegetales, se obtuvo como resultado, dos proyectos de pequeña escala que transforman platabandas subutilizadas en espacios públicos multifuncionales: que recuperan el agua lluvia, dotan de espacios para el encuentro vecinal, crean ambientes climáticos favorables, y propician el cultivo de especies nativas de bajo requerimiento hídrico.
Imagen 1 Difusión de las distintas etapas del proceso participativo. (2021)
El proyecto Jardín Central
El lugar de intervención fue inicialmente propuesto por el municipio como parte de un plan de renovación del eje Balmaceda. Como primer punto de acercamiento a la comunidad participante, se realizó un diagnóstico urbano espacial, hidrológico, hidráulico y de suelos, junto con una evaluación social sobre el uso del espacio.
A partir del diagnóstico se plantea como desafío dotar de un diseño innovador y adaptado, que permita usos diversos, creando espacios para la gente, enriqueciendo el entorno construido preexistente y que trabaje con el paisaje mezclando usos y formas, en concordancia con las Directrices del Diseño de UNEP Barrios Sostenibles. Esto lleva a la búsqueda de elementos y materiales que fuesen capaces de construir un diálogo entre lo innovador y lo funcional, mientras que, al mismo tiempo, tuviese estándares de calidad y resistencia necesaria para implementarse en el espacio público.
La comunidad participa en el proceso, validando los lugares de posible intervención y aportando con criterios de diseño complementarios a la implementación SUDS como premisa inicial de intervención. Del mismo modo, la comunidad define la paleta vegetal, priorizando el bajo requerimiento hídrico y la valoración de la flora nativa. Estos criterios constituyen insumos para que el equipo de estudiantes de arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana, participante del proyecto, genere propuestas de diseño del espacio público.
El equipo desarrolló tres posibles alternativas de intervención en el mismo emplazamiento, las cuales fueron expuestas a la comunidad en distintas instancias para su validación y posterior selección de alternativas de construcción. Hubo una valoración positiva de las tres alternativas, optando finalmente por aquella que, desde el conocimiento local, pudiese ser más duradera en el tiempo, considerando aspectos propios del uso del espacio público que la experiencia de vida local reconocía para este lugar. Tras esta definición de la propuesta, el proyecto avanza en el desarrollo de expedientes técnicos y planos ejecutivos, teniendo en consideración numerosas variables técnicas y ajustes para llegar a consensos entre los equipos técnicos municipales, la comunidad barrial y otros criterios, como materialidad, costos y complejidad de la obra. (Gráfico 1)
Gráfico 1 Diagrama del proceso de desarrollo del proyecto Jardín Central, Renca.
La implementación de SUDS en el espacio público.
Los estudios técnicos relativos a propiedades hidráulicas y de suelos, permitieron definir los tipos de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible adecuados a las condiciones del proyecto, cuya implementación permitiera captar, filtrar, e infiltrar las aguas pluviales.
Se resolvió la implementación de un sistema que actúa por acción de la gravedad para que el agua lluvia pueda ser captada en las jardineras, filtrada a través de las especies vegetales y las capas de áridos que actúan como filtro, conducidas hacia una franja filtrante para unirse en el punto más bajo del sistema, donde se construye un pozo de infiltración de 3,2 mt de profundidad, el cual se rellena con áridos de distinta granulometría y con celdas filtrantes para crear un sistema que permita la infiltración de las aguas y recarga del freático. La capa superficial es rellenada con bolón de piedra de canto rodado, para evidenciar las posibilidades que la piedra como material de bajo costo puede permitirse en el uso del espacio público naturalizando la intervención.
Imagen 2 El proceso de montaje de las celdas drenantes en el pozo de infiltración. (2021)
Elementos del paisaje natural y paisaje construido.
La incorporación de flora nativa seleccionada en el proceso participativo permite experimentar en la factibilidad sobre el uso de especies nativas de bajo requerimiento hídrico, tanto en cubre-suelos, hierbas, árboles y arbustos. La propuesta incorpora piedra de canto rodado como elemento preexistente en el paisaje, componente esencial del lecho y del paisaje fluvial de la cuenca del Río Mapocho; construyendo de manera implícita un diálogo en el área de intervención, trayendo la presencia de una cuenca, los conocimientos ancestrales y visibilizando el agua y su acción gravitacional, la escorrentía y el drenaje a través del uso de bolones de piedra a la vista para las zanjas filtrantes.
Imagen 3 Montaje de Zanja filtrante con bolón de piedra de canto rodado, que conecta jardineras filtrantes con pozo de infiltración. (2021)
Por su parte, el desafío del diseño innovador de bajo costo implicó la exploración modular de materiales y formatos que permitieran obtener espacios de rápida fabricación, de múltiples usos, de imagen innovadora y dialogante en una lógica modular. Una de las respuestas fue la construcción de nuevas terrazas multiuso que pudieran contener los elementos obsoletos del mobiliario preexistente resignificándolos como parte de un sistema integral mayor.
Imagen 4 Proceso de construcción de jardineras en terrazas (2021)
El elemento constructivo seleccionado para las terrazas fue la solera prefabricada de hormigón tipo A1, elemento de bajo costo, alta resistencia y durabilidad; originalmente diseñado para construir los bordes de calzadas, canalizar las escorrentías superficiales y demarcar el espacio peatonal del vehicular. A pesar de que las soleras tipo A1 tienen alta demanda, siguen siendo empleadas en la manera tradicional. Es por esto que el diseño propone cambiar su distribución tradicional y montarlas en aparejo, para construir un paisaje urbano nuevo con estas piezas prefabricadas, que es capaz de aprovechar las aguas pluviales desde la lógica de la gestión local de la escorrentía.
Imagen 5 Las jardineras que integran soleras A1 montadas en aparejo, y conteniendo al mobiliario obsoleto (2021)
En la propuesta de intervención del espacio definido en el eje Balmaceda se pone a prueba el éxito de las metodologías utilizadas y de las decisiones de diseño consensuadas a través de procesos participativos que recogen en la materialización del proyecto, las necesidades, usos, cultura y clima local, poniendo en el centro de la discusión la mejora de los entornos construidos, y con ellos de la calidad de vida de sus habitantes desde la escala barrial.
Esta experiencia permite abrir posibilidades para utilizar de modo no convencional otros materiales existentes, desechados o de ámbitos lejanos a la construcción y al espacio público. De esta manera, se multiplican los servicios en el entorno en dónde se emplazan, sumándose al catálogo de experiencias en la búsqueda de soluciones que permitan crear espacios públicos adaptados al cambio climático, de usos diversos, sensibles al agua, de bajo costo y replicables. La experiencia piloto realizada permite caminos de exploración futura, cuestionando cómo se puede medir y cuantificar la efectividad de la plazoleta como dispositivo urbano multifuncional, con un enfoque multidisciplinar que permita valorar ámbitos sociales, culturales, materiales, ecológicos y urbanos.
Imagen 6 Plantación comunitaria. (2021)
Ficha Técnica:
Proyecto Jardín Central
Encargo. Ilustre Municipalidad de Renca
Financiamiento: ONU
Ejecución : Universidad Tecnológica Metropolitana.
Ideas de proyecto: Benjamín Laura y Carlos Bustamante Espina.
Diseño de Paisaje: Mario Villagrán Escobar y Francisca Fernández Cano.
Construcción: Vanessa Acevedo, Nathalie Miño, Edder Castillo, Francisco Cabello, Diego Medina, Bryan Lobos, Jhannelly Huamán y Sussy Valenzuela.
Estudios Hidráulicos: Boris Zúñiga Lucero.
Estudios de Suelo: Enzo Ramírez y CENIM-UTEM.
Apoyo en gestión: Claudia Jara Durán.
Modelo Participativo: Nora Donoso Valenzuela.
Coordinación: Andrés Cataldo Cunich
Dirección general: Rosa Chandia-Jaure.
Superficie: 136 m2
Año, 2021
Ubicación: Av. José Miguel Balmaceda, esquina Ignacio Carrera Pinto, Renca
Bibliografía
EH2030. (2022). Cuencas regenerativas, de la crisis a la seguridad hídrica. Hoja de ruta Maipo y Maule. https://escenarioshidricos.cl
Gallego Gamazo, C. (2015). EL ENFOQUE INTEGRADO EN LOS PROGRAMAS DE REGENERACIÓN URBANA DE BARRIOS DESFAVORECIDOS: UNA VISIÓN RELACIONAL [Universidad Politécnica de Madrid]. http://oa.upm.es/39311/1/CRISTINA_GALLEGO_GAMAZO.pdf
Salat, S. (2021, July). Integrated Guidelines for Sustainable Neighbourhood Design. United Nations Environment Programme. https://www.neighbourhoodguidelines.org/green-and-resilient-areas-renca
DATOS DE AUTORES:
Rosa Chandia-Jaure. Arquitecta, Doctora y Magíster en Arquitectura, energía y Medio Ambiente, Universidad Politécnica de Cataluña. Directora Programa Innovación y Transferencia en Arquitectura y Territorio. Académica Universidad Tecnológica Metropolitana
Andrés Cataldo Cunich. Arquitecto, Magíster en Intervención Sostenible del Medio Construido. Universidad Politécnica de Cataluña. Director Ciudad Sostenible. Docente Universidad Tecnológica Metropolitana.
Nora Donoso Valenzuela: Trabajadora Social, Magíster en Investigación Participativa y Desarrollo Local Universidad Complutense de Madrid. Candidata a Doctora en Educación. Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Docente en Universidad Tecnológica Metropolitana, Flacso-Chile, y Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Entrevista a Cristóbal Pineda: "El tren genera mucha expectativas en la ciudadanía"
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
[Por: Diego Carvajal]
Cristobal Pineda, Ingeniero Civil en Transporte de la Universidad de Chile y Master en Planificación Urbana de la University College London (Reino Unido). Cuenta con nueve años de experiencia en el ámbito de la planificación del transporte, desempeñándose tanto en instituciones públicas como en el sector de consultoría. Hasta marzo del 2023, fue Subsecretario de Transportes del gobierno del presidente Gabriel Boric. Además, cuenta con publicaciones académicas en las temáticas de modelación del transporte, y en la satisfacción y bienestar subjetivo
Desde tus estudios en Ingeniería civil en transporte y planificación urbana, ¿Cuál ha sido el campo específico de interés dentro del amplio espectro (entre estudios o prácticas) entre movilidad y el transporte?
En el año 2007 estaba toda la discusión sobre el Transantiago. Justo entré en la Universidad de Chile al plan común de ingeniería, pues yo quería ser ingeniero civil estructural, y no sabía que existía esta carrera de ingeniería civil en transporte. Me llamó la atención este campo porque es muy interdisciplinar: además de la ingeniería, está presente la economía, sociología, psicología, arquitectura, entre otras disciplinas. Así que fue algo bien fortuito, no muy planeado, pero me fui encantando con esta temática, así que tome la decisión de cambiarme de mención dentro del mismo departamento. Ahí empecé a desarrollar el lado más urbano del transporte, porque la ingeniería de transporte que se enseña en la Universidad de Chile tiene que mucho que ver con esto. En transporte todos somos usuarios en algún momento del día, ya sea caminando, en transporte público, etc. Es por eso que las voces aquí son bien diversas, porque todo el mundo tiene una opinión respecto al transporte, es por eso vale la pena estudiarlo y generar conocimiento.
Cuando egresé de la Universidad hice el Magister en Ingeniería del Transporte, que me dio más herramientas en ese ámbito. Sin embargo, cuando empecé a trabajar en Metro de Santiago, también vi que aparte de la ingeniería, hay un campo interdisciplinar que vincula el transporte con la planificación urbana. Desde la ingeniería, siempre hemos dicho que los mejores sistemas de transporte parten por una buena planificación del sistema de actividades, que haga reducir las distancias de viaje y la necesidad de viajar. Por eso después terminé desarrollándome a nivel profesional y académico en el ámbito de la planificación urbana, que viene de una corriente más cercana a las ciencias sociales, lo que fue un buen complemento para ver lo que había aprendido en ingeniería, pero yéndome a las raíces de lo que es hacer planificación en la ciudad, y como esto también apalanca un buen sistema de transporte.
Así que fue un buen complemento el Master que hice en Londres en a planificación urbana, que me dio una mirada desde ciencias sociales y también de arquitectura, lo que se constituyó como una perspectiva complementaria, en ningún caso algo contradictorio, ya que todos apuntamos a tener ciudades amables, inclusivas, eficientes, sustentables, ya por la planificación o por la ingeniería del transporte.
Basándose en lo anterior y a propósito de tu pasada experiencia en el gobierno de Gabriel Boric: ¿Cuáles fueron los principales nudos críticos o mayores necesidades que observaste e intentaste abordar en tu cargo como subsecretario de Transporte? y ¿cuáles son los principales desafíos y pendientes que se pueden abordar desde las políticas públicas, en relación a movilidad y transporte en Chile?
El Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT) es bien amplio, porque usualmente se conoce de la planificación de los sistemas de transporte público, pero se hacen muchas más cosas, como la gestión de tránsito a través de la UOCT, la planificación de infraestructura de transporte por medio de SECTRA, temas de logística portuaria y terrestre, entre otros. Ahora, las mayores necesidades están en el transporte público, y uno de los mandatos que nos dio el Presidente en marzo del 2022 fue el de mejorar los sistemas de transporte público en regiones. Hoy en día tenemos una brecha bastante grande, dado que por una parte tenemos el sistema Red en Santiago, que más allá de sus problemas de frecuencia, cobertura, o de tarifas, que como vimos desencadenó el estallido social, es un sistema suficientemente maduro, y eso es sumamente relevante para una ciudad que tiene casi 6, 5 millones de habitantes. Porque si uno lo compara con otros sistemas en el contexto latinoamericano, Santiago es un referente para otras ciudades, y otros países vienen a aprender de nosotros, tanto de los aciertos como de los errores. Tampoco hay que perder de vista que el 2007, cuando se implementa el Transantiago, hubo un problema tremendo, en donde quedó esa marca casi impregnada negativamente, que ha marcado la percepción que tienen las personas con respecto al transporte público. Es cierto que esos primeros días hubo caos, las personas no conocían los servicios, no conocían la integración tarifaria en donde podían saltar del bus al metro. Todo eso marcó el devenir del sistema de transporte antiguo, ahora Red.
Pero si uno mira objetivamente lo que está ocurriendo ahora, el 2023, es un sistema maduro y que funciona, y que hay que seguir mejorándolo, no solamente en los buses sino también en la parte del Metro y trenes, que son una parte fundamental del sistema. Pero en general, lo que tenemos hoy es un buen sistema de transporte público. En cambio, si nos vamos a regiones, eso no pasa, ya que no hay algo parecido a lo que tenemos en Santiago. Mas bien lo que tenemos fuera de la capital son sistemas que se parecen al de las micros amarillas, que son altamente precarizados, donde los conductores no tienen contratos de trabajo, usualmente son dueños de sus propias máquinas y la tecnología es muy poca. Recientemente, el MTT ha estado en un plan de implementación de GPS a los buses, para generar información que pueda serles útiles a las personas y también es útil para fiscalizar en línea, pero en cuanto a tecnología e infraestructura es muy básico lo que se tiene. Hay algunas ciudades que tienen ciertos planes de infraestructura dedicada para el transporte público, como en Concepción, y ahora el MTT lo está haciendo en el caso de Valparaíso, pero a nivel general, lo que existe en regiones es una brecha bastante grande con respecto a Santiago.
Cuando trabajamos en el programa en transporte del presidente Gabriel Boric, lo planteamos justamente de esa manera, en el sentido de ir reduciendo las brechas existentes entre Santiago y regiones. Y yo creo que gran parte de eso tiene que ver con el financiamiento, ya que el transporte necesita de subsidios, y esto es algo que no lo decimos nosotros, sino que lo hemos aprendido en el caso de Transantiago, pero también existe un consenso a nivel mundial. No hay sistemas de transporte público que no requieran de subsidios, salvo en Asia por los volúmenes de pasajeros que transporta, pero en el resto del mundo se necesitan subsidios. Hoy en día lo que tenemos en Chile es un problema de financiamiento, donde solo Santiago se lleva casi US$900 millones, que suena como una cifra bastante grande. Pero si vemos cual es el tamaño del sistema de Santiago y lo comparamos con otras ciudades del mundo, no son cifras muy exageradas que se arranquen del promedio mundial en cuanto a sistemas complejos. Sin embargo, los sistemas en regiones en su conjunto equivalen a unas 3 veces el parque vehicular de buses que tenemos en Santiago, y tenemos un financiamiento que es un tercio a lo que se gasta en la capital, alrededor de US$300 millones. Esto constituye un problema basal, y mientras no cambie esta brecha de financiamiento, es difícil tener mejores sistemas de transporte público en regiones. Por eso lo que hicimos nosotros en el MTT fue enfocarnos en ciertas ciudades y en hitos específicos, de tal manera de empezar a mostrar cual es el estándar al que queremos apuntar en materia de transporte público. Y ahí habían casos quizás pequeños, como el caso de Ovalle o de Angol, que fueron algunos de los proyectos que anunciamos el año pasado, pero también sistemas muchos más grandes como el caso de Valparaíso, que es el segundo sistema más grande que tenemos en Chile, que iniciará operaciones con un nuevo estándar hacia fines del 2025. Si logramos mostrar buenos sistemas de transporte público en regiones, teniendo a Santiago como referente, yo creo que vamos a lograr también esa transversalidad en cuanto a la necesidad que tenemos de financiamiento al transporte público.
El segundo desafío tiene que ver con movilidad activa, mediante el uso de la bicicleta y la caminata. Tenemos que tener infraestructura adecuada para estos pequeños e importantes viajes, que son los más cotidianos. La caminata a nivel nacional ocupa casi un tercio de los viajes del transporte urbano, aunque son viajes que son bastante invisibilizados. En eso creo que estamos bastante al debe, ya que hoy en día vemos condiciones que no son las mejores: históricamente se le ha entregado más espacio a los automóviles en desmedro de los peatones, y por ejemplo, vemos que se han desarrollado barrios con aceras muy angostas que no tienen más de un metro de ancho.
Los nuevos proyectos de desarrollo urbano ya lo tienen internalizado, donde la caminata necesita de veredas más anchas para albergar, por ejemplo, sombra y mobiliario urbano, pero cuesta que este lineamiento se aplique en zonas más antiguas o consolidadas. Desde el punto de vista local siempre hay presiones y reticencias a hacer cambios. Ahí es donde entran ciertos planes que está generando el MTT para generar circuitos peatonales de alto estándar.
También se apunta a un mayor uso de la bicicleta, que dependiendo de la ciudad, va entre un 1% a un 5% en ciudades que son ciclistas, lo que sigue siendo un porcentaje bajo, pero no por eso menos importante, y lo que es mucho más relevante aún, existe potencial para que las personas utilicen en bicicleta mucho más. Cuando vemos la distribución de los viajes en vehículos motorizados, casi la mitad de los viajes son menores a cinco kilómetros, que es una distancia que se puede recorrer perfectamente en bicicleta, y no en automóvil. Se trata de fomentar los viajes locales en bicicleta mediante mejor infraestructura, pero no solo en términos de ciclovías. No es necesario tener todas las calles con una ciclovía al lado, sino que se trata de segregar o compartir la calle cuando según sea necesario. Lo que interesa es que los ciclistas tengan la seguridad de que van a poder moverse en el espacio público sin temor a ser atropellados o perder la vida, es decir, que se sientan seguros en el espacio público. Aquí el programa de gobierno era bastante ambicioso, proponía 2000 kilómetros de ciclovías nuevos en 4 años. Espero que el Ministerio lo pueda hacer en estos tres años que quedan.
El tercer gran desafío era la seguridad vial. Hoy tenemos casi 1700 muertes al año por siniestros viales, lo que nos pone en una situación no tan buena, ya que cualquier perdida de vida no es justificable, y si lo vemos a nivel internacional, no estamos en una buena posición respecto a la cantidad de población que tenemos. Por ejemplo, España nos triplica en población y tiene menos de 1000 muertes al año, y eso solo se logra con medidas de seguridad vial, logrando disminuir la velocidad en zonas urbanas y con más fiscalización. Celebro que se haya promulgado la ley CATI (Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones) que es una ley que se estuvo discutiendo 9 años en el congreso, y que es muy distinto a los fotorradares que se conocieron años atrás, porque esto tiene por lógica salvaguardar la vida de las personas que circulan por el espacio público. La idea es que las personas respeten la Ley del Tránsito y las velocidades máximas, y no llenar de multas a los usuarios. Después de 9 años logramos aprobar esta ley desde el Congreso, así que es una tremenda noticia para la seguridad vial. La implementación va a tardar un par de años probablemente, pero yo espero ver una caída en las muertes anuales en el mediano plazo.
El cuarto desafío es ampliar la red ferroviaria de trenes, porque sabemos que el tren es parte del desarrollo de movilidad sustentable, ya que tiene bajas emisiones, tiene eficiencia para moverse, y tiene mucha credibilidad desde el punto de vista de los usuarios, ya que genera certidumbre en los tiempos de viaje. Hay un tremendo desafío para este gobierno en el desarrollo de trenes de pasajeros y también de carga, ya que ambos van aparejados.
Con respecto a la discusión actual sobre la expansión de la red ferroviaria como clave para el desarrollo y la cohesión social: ¿cuáles han sido las principales tensiones o facilitadores para abordar y concretar nuevas rutas o trazos a nivel nacional/regional?
En primer lugar, cabe indicar que no hay grandes tensiones en torno a los trenes, ya que nadie va a oponerse a contar con un tren en su ciudad, o cerca de su vivienda. El tren genera mucha expectativas en la ciudadanía, así que grandes trabas en términos políticos o sociales no hay ese sentido. Lo que si existe es una falta de facilitadores para que eso ocurra. Lo primero que debemos concordar bien es hacia donde llevar el desarrollo de los trenes y el financiamiento respectivo, porque de por si son infraestructuras caras, de gran inversión y que necesitan de subsidios para la operación. Por ello, hay que analizar muy bien que la expansión de la red ferroviaria sea sustentable desde el punto de vista económico. Soy defensor de ampliar y consolidar la red ferroviaria apuntando principalmente a los viajes de cercanías en una primera instancia, porque hay necesidades que son cotidianas, pensando en la gente que se mueve todos días para trabajar o estudiar. Si pensamos por ejemplo en la RM, hay comunas o localidades que tienen relación estrecha con el Gran Santiago, tales como Buin, Paine, Colina, Batuco, etc. En esos casos, la solución pasa por contar con trenes como el de Alameda-Nos, el Alameda-Batuco o el Alameda-Melipilla, que estará en operación al 2027. En la región de Valparaíso se está pensando en extender el metro desde Limache a Quillota, y luego hacia Los Andes y San Felipe. Es decir, con estos proyectos de cercanías se comienzan a formar redes de alcance regional, apuntando a otro nicho distinto al transporte urbano, pero que siguen siendo viajes cotidianos. La cartera de proyectos de EFE está enfocada de esa manera, dado que son trenes de uso diario y no de largo alcance, así que el beneficio es más directo. En etapas posteriores, es posible pensar en interconectar estas redes regionales entre sí para generar servicios interregionales o de más largo alcance, tal cual fue la lógica detrás del anuncio del tren Santiago-Valparaíso. Creo que la estrategia que está tomando EFE es la más asertiva, porque hace crecer la red ferroviaria de manera sustentable y no de manera tan inorgánica, como fue hace un par de décadas atrás.
Por último, ¿Cuáles son tus expectativas respecto del futuro de las movilidades ferroviarias en Chile?
Me gustaría que tratáramos los temas ferroviarios como políticas de Estado. El Metro es un buen referente, ya que cuando se anuncia una línea nueva, los gobiernos que vienen posteriormente toman los proyectos y los siguen desarrollando, aún cuando sabes que muchas veces no te va a tocar el corte de cinta. Eso en materia de trenes no ha pasado hasta aquí: usualmente ha ocurrido que un gobierno anuncia una cartera de proyectos, y luego viene el siguiente gobierno y la reformula en otra lógica. Eso es lo que no nos pude pasar con este tipo de iniciativas, ya que son proyectos de largo aliento. Por tanto el gobierno que venga ojalá tome la cartera de proyectos que está vigente actualmente y la siga desarrollando, para llegar al 2030 o el 2035 con estos proyectos ya implementados. Deben crearse las capacidades para desarrollar estos proyectos de manera continua en el tiempo, que es algo que no había pasado hasta ahora. Hoy si está ocurriendo: EFE está conformando buenos equipos, y han tenido una capacidad altamente profesional para abordar esta cartera de proyectos. Creo que las empresas del Estado lo hacen bien cuando hay un claro y transversal respaldo político detrás y eso es lo que tenemos que cuidar.
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Álvaro Román: Profesor Asociado del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas de la Universidad de Los Lagos. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente y Sociólogo. Su investigación aborda los sistemas de gobernanza territorial en contextos de aislamiento y de reestructuración espacial. En particular, analiza las relaciones de poder que dan paso a formas de habitar el territorio, a fin de identificar las estructuras que inciden en los procesos de desarrollo. Es secretario Académico en el Doctorado de Ciencias Sociales en Estudios Territoriales de la Universidad de Los Lagos. Editor General de Revista LIDER, orientada a promover discusiones teóricas y metodológicas sobre el desarrollo regional.
Aquí tienes una barrera muy clara que implica una comprensión del mundo, marca biográficamente a las personas de un modo tal que establecen un sentido de pertenencia que se vuelve más desafiante, sobre todo para quien viene desde afuera
Desde su formación en sociología y luego especializándose en estudios territoriales ¿Cómo describiría el interés o estímulo por el estudio en territorios insulares? ¿Cuál sería la potencialidad o especificidad de estudiar de estudiar estos territorios en el escenario (académico/político) actual?
Vengo de una isla, por lo tanto, cuando entre a estudiar mi carrera, tenía muy claro que quería también conocer mejor y eventualmente contribuir a los procesos de desarrollo del lugar de donde venía. Estudié una carrera sin comprender mucho, yo no tenía antecedentes de ciencias sociales cuando entré a la universidad, no sabía que era ser un sociólogo, realmente, y no tenía idea que la geografía era una carrera que se estudiaba aparte. Por lo tanto, cuando entro a estudiar de manera bien torpe, digamos, tratando de identificar cómo podía conocer un poco mejor mi lugar de origen. Ahí comencé a hacer todos mis trabajos de la universidad sobre este lugar, convencí a mis grupos de trabajo para que trabajáramos sobre este lugar y de algún modo funcionaba. Y cuando llegó el momento de hacer mi tesis, después comprendí que estaba haciendo una tesis muy geográfica y en la carrera con justa razón me dijeron: aquí no te podemos guiar eso, busca otro tema, por lo tanto, la carrera de sociología no fue un espacio donde yo desarrolle una visión territorial, ambiental o como quieras verlo. Me entregó un montón de fortalezas metodológicas y teóricas, eso sí, pero ahí comprendí que el magister tenía que ser ese espacio, por lo tanto me fui a estudiar este magister en asentamiento humanos y medioambiente en la Universidad Católica y ahí se abrió un mundo, ósea ahí tenía gente de enfoques más físicos con los que nunca había estado familiarizado, gente que estaba reflexionando sobre planificación u ordenamiento territorial y las categorías más geográficas, de la geografía económica, la geografía cultural.
Por lo tanto, en ese momento se comienza a producir esta noción de que había un campo de estudios que estaba asociado al territorio y ahí también, con torpeza, comencé a identificar qué es lo que me interesaba, ¿Me interesaba más bien una investigación anecdótica? En el sentido de recoger mucha información de un lugar específico, y aquí viene la fortaleza teórica que tuve en mi formación, o: ¿Apostaba a crear generalizaciones analíticas? Me gustó más ese segundo camino, por lo tanto, en los años siguientes tuve una vuelta larga para volver a las islas, ósea del magíster y el doctorado no lo hice solamente de esta isla de dónde venía, sino que lo empecé a extender a otros sectores económicos, a otros territorios donde fortalecí, nuevamente, la parte conceptual. Luego cuando comienza el momento de postular proyectos estuve siempre pensando en proyectos de desarrollo propiamente tal, más bien en cómo generar espacios para que visiones de desarrollo diferentes a la de la zona central tuvieran cabida, y en mi segundo proyecto, recién ahí noté que llevaba mucho tiempo investigando islas y le estaba haciendo el quite al concepto de “islas” porque quería evitar el determinismo geográfico, pero ya a esas alturas siento que tenía alguna herramientas que tenía para poder abordar ese eventual cuestionamiento, de que tú estás haciendo determinismo geográfico, no estás haciendo investigación geográfica.
Bueno, una vez que tenía más resuelto ese punto me lance a estudiar islas de manera abierta tratando de reconocer qué es lo que se ha hecho en otros países y sobre todo tratando de identificar cómo es la experiencia que tenemos en Chile y particularmente en el sur de Chile, donde casi el 20 % de la población viven en islas, dialogando con investigación sobre insularidad asociada a la polinesia con micro estados, asociada a otros fenómenos insulares como el de países que son islas y también con otros fenómenos que aquí tampoco se dan que son los de colonialismo propiamente tal. En ese cruce se fueron generando debates que me han mantenido entretenidísimo hasta ahora y la potencialidad que veo de esto pasa, porque en las islas vamos a encontrar varios elementos que son diferentes de otros territorios, sin caer en el determinismo geográfico, esto tiene que ver con una trayectoria histórica, tiene que ver con un abordaje que se ha hecho de las islas como territorios que son “menos capaces” que los continentales por distintas razones, tienes menos capital humano, menos personas, por lo tanto es posible que en un momento dado no tengas suficiente gente para gobernar estos territorios, o bien que teniendo gente allí no tengan suficientes competencias y herramientas para gobernar un territorio. Esta idea de centralismo que involucra un desdén o falta de consideración, por los planteamientos que se hacen desde estos territorios, donde están los elementos geográficos, que aquí sí que es esta barrera natural que es el mar, que no la puedes obviar, no es una cosa subjetiva, no es que después de esta curva esta zona cambia; aquí tienes una barrera muy clara que implica una comprensión del mundo, marca biográficamente a las personas de un modo tal que establecen un sentido de pertenencia que se vuelve más desafiante, sobre todo para quien viene desde afuera.
Y luego tenemos en Chile una característica que atiende al último punto que habías planteado, o sea porqué estudiar islas en vez de territorios urbanos, la verdad es que las islas son super urbanas, alguien me puede decir “no son urbanas”, aquí tenemos localidades de 800 personas, de mil personas, de dos mil personas, son urbanas no porque tengan un plan regulador, son urbanas porque son territorios tan complejos de habitar que la gente que allí habita lo hace a través de la especialización. Tu viviendo en Santiago tienes un trabajo específico que te impide tener un huerto, por ejemplo, bueno en las islas pasa exactamente lo mismo, un pescador que tiene un trabajo super especifico, super demandante que no le permite dedicarse a otras actividades. No pensemos en la isla como un lugar donde la gente vive del monte y del mar necesariamente, eso puede pasar en alguna medida, pero la mayoría de los territorios insulares en Chile vamos a encontrar altísima especialización y en definitiva una necesidad de agrupación de gente, concentraciones de personas que no van a tener 7 millones de habitantes, pero que van a tener habitantes que tienen todas las características de una pequeña ciudad.
¿Cómo podrías definir las principales tensiones y problemáticas producto de la relación (discordante o asimétrica) entre la lógica del habitante e institucionalidad en torno a estos territorios? ¿Qué ejemplos le llaman la atención?
A mí me encanta la aproximación que hace Tuan cuando habla de visitantes y habitantes, en una entrevista una persona le pregunta ¿Qué significa para usted este lugar?, y se queda pensando, porque no se había hecho esa pregunta y dice “este lugar es mi vida” …. Bajo esta conceptualización vamos a encontrar esta idea de que para el habitante el territorio que habita es sumamente evocativo, no puedo separar este lugar en distintos fragmentos, no puedo describirlo con claridad, porque involucra un pasado y un futuro. En cambio, para el visitante, se enfrenta con la experiencia de conocer un nuevo lugar, distinguiéndolo a través de las anécdotas y de la diferencia, por lo tanto, yo puedo llegar a un lugar nuevo y en pocos minutos establecer dos o tres conceptos que hacen este lugar diferente, único, especial. El habitante no puede hacer eso, entonces cuando tenemos la relación de centralismo, la relación de una verticalidad en la toma de decisiones, se vuelve casi performativo esto de que el visitante es aquel que tiene el conocimiento experto del que tiene la autoridad, y por tanto puede de manera muchos más rápida y expedita ofrecer soluciones y dar respuestas, el habitante no tiene soluciones porque no puedo descomprimirlo, y ¿Cuál es la dificultad cuando estamos hablando de territorios insulares? Que la experiencia cotidiana de habitar estos lugares es muy diferente, por ejemplo el acceso a la salud, es complejo, tú puedes decir no hay problema esta isla está a dos horas del hospital de alta complejidad más cercano, claro, pero si tengo mal tiempo esas dos horas se pueden convertir en tres días, tenemos problemas de abastecimiento, tú puedes decir ahora se puede comprar todo a medida que llega, perfecto, pero si en mi isla no tengo un muelle y hay mal tiempo, mis productos pueden estar a días de distancia estando frente a mi costa. Están las dificultades cotidianas por ejemplo de educación, de nacimientos y este es un dato que no solo involucra a las islas, pero en las islas se vuelve especialmente notorio, porque se asocia a muchos otros problemas del servicio de salud, pero que las familias y las mujeres en particular tienen que irse de su lugar habitual de residencia para esperar el nacimiento en los últimos dos meses en otro lado y ese tipo de cuestiones son vistas como algo que se puede hacer, porque son pocas personas y están en un lugar lejos. Esto suena como un justificativo para dar soluciones que son injustas, porque son arbitrariamente diferentes de las que se le da a un habitante de una gran concentración urbana.
Y una segunda tensión que también encuentro muy atractiva para entender esto tiene que ver con la injusticia hermenéutica de Miranda Fricker, que plantea que generamos condiciones de exclusión y de arbitrariedad cuando no damos espacio para que se expresen voces divergentes, ni siquiera disidentes, sino una voz que está diciendo algo que yo no comprendo porque yo no vivo, como no vivo ese espacio no tengo acceso a ese conocimiento y además tampoco tengo noción que estoy generando esas arbitrariedades, esa exclusión por lo tanto se genera un bucle de exclusión que impide el mínimo posible de comunicación, impidiendo que se expresen puntos de vistas que podrían alimentar un debate sobre política pública, sobre desarrollo, sobre institucionalidad.
Desde esa perspectiva: ¿Es posible pensar una relación entre maritorio y política pública? ¿Existen políticas o formas de gobierno que excedan la regionalidad o los límites administrativos, y piensen este tipo de territorio?
Chile, país centralizado creó hace varios años una ley de zonas contiguas que buscaba bypasear una ley anterior, ley de pesca del año 1991, planteó que los pescadores solo pueden pescar en la región donde ellos viven, donde ellos están registrados, pero algunos productos del mar se mueven no saben que hay un límite regional. Los pescadores de peces han hecho este reclamo habitualmente, hay otros recursos que no tienen esa misma capacidad de movilización, pero durante la década del 2000 hubo varios conflictos relacionados con pesca de bentónicos en la región de Aysén, por parte de pescadores de la región de los Lagos. Y aquí quiero plantear un punto interesante sobre esta noción de regionalidad que podría verse superada por la realidad; entonces se crea en Chile una ley para todo el país, pero que rige solamente a una zona contigua en Chile que es este espacio donde se permite una excepción a la ley de pesca, donde los pescadores de los Lagos pueden cruzar a la región de Aysén, no viceversa, básicamente porque no hay más recursos en la región de Los Lagos. Esta zona contigua tiene varias cosas interesantes, una es una dimensión histórica, porque fue un espacio de encuentro de intercambio entre pescadores de ambas regiones, pero también tiene que ver con lo arbitrario del establecimiento de regiones, por ejemplo, el norte de la región de Aysén, donde está la comuna de Guaitecas que era un poblamiento fundamentalmente chilote, pero quedo al otro lado de la región, y el habitante de Guaitecas está a cinco horas de la ciudad más cercana de la región de Los Lagos, y está a 26 horas de su capital regional, pero los problemas de salud, los problemas de educación, etc, etc., los tiene que resolver su capital regional, entonces aquí nos vamos a encontrar con varias características que hacen que pensar desde esta lógica centralista y compartimentada.
En Chile tenemos este esquema anidado de una comuna que está dentro de una provincia que está en una región, y que no se comunica con otra región, sino que ahí rinde cuenta directamente al nivel central, lo que hace que territorios como estos, extremos difíciles de habitar, con problemas de conectividad, se vuelvan más difíciles de habitar todavía, incluso la toma de decisiones se vuelve compleja. De ahí que una cosa que me ha sorprendido es la medición de la pobreza de esos lugares; en algún momento me puse a recabar los datos de pobreza de algunas comunas insulares y tenía el dato, pero al final de la ficha aparecía un asterisco que decía “esta comuna debido a su dificultad de acceso ha sido calculada usando datos de comunas similares para construir un dato”. Entonces me pongo a buscar cuáles eran esas comunas similares y todas las comunas tenían la misma nota y al final te das cuenta de que todas las comunas insulares su pobreza es calculada desde tres comunas y las comunas insulares son muy diferentes unas de otras. Hay una tendencia a agrupar estos territorios, por ejemplo, en los años 90 cuando se intentó analizar sobre zonas aisladas en Chile, se construyó sistemas indicadores y la intención de generar un índice para comprender el aislamiento de Collahue, de Puerto Williams, de Rapanui, pero finalmente las dimensiones son subjetivas más que objetivas en muchos casos, estas tienen problemas de objetividad, pero probablemente eso lo vas a encontrar en todo el territorio nacional.
Los problemas que dificultan el habitar estos territorios son mucho más específicos, por tanto más complejos y esto también pone en jaque esta idea de generar aproximaciones institucionales, porque termina siendo, y esto hay que reconocerlo, super costoso abordar la insularidad o la lejanía cuando tienes que comenzar a comprender caso a caso, solo para poner un ejemplo: dos comunas insulares que están en zonas extremas del país que son de una población similar, pero que tienen diferencias enormes entre ellas, Cabo de Hornos y Guaitecas. Cabo de hornos tiene 2063 habitantes según el último CENSO, Guaitecas tiene 1800, 200 personas de diferencia, una de esas comunas, ambas comunas son muy dependientes de la pesca, pero una de estas comunas tiene la mitad de su población como parte de la armada, por lo tanto, son habitantes que no pueden estar más de cinco años ahí. Por lo tanto la noción de desarrollo que puedan tener estas personas probablemente es diferente al de alguien que vive permanentemente en ese lugar, tienen además una población indígena que es importante, tienen además una cabecera provincial, por lo tanto tienen muchos servicios públicos, pero Guaitecas una comuna que depende principalmente de la pesca, crecientemente está dependiendo de la salmo cultura, pero a través de la prestación de servicios, no a razón de mano de obra directa, entonces te das cuenta que las formas de ordenar el territorio, las formas de propiedad de la tierra, las formas de dinamizar las economías de estos lugares se vuelven super diferentes, teniendo dos comunas con habitantes más o menos similares, ambos localizados en lo que se denomina como Chile zonas extremas, ósea son dos lugares que suena muy tentador agruparlos, son dos comunas insulares, por lo tanto las podemos tratar del mismo modo, pero cuando comienzas a comprender cuales son las particularidades de aislamiento, de condiciones atmosféricas, de poblamiento, te das cuenta que las soluciones que puedes ofrecer a cada una de ellas pueden ser bien diferentes.
Asimismo: ¿Es posible pensar y ordenar el territorio, más allá de la clásica lógica del aislamiento y la marginalidad insular? ¿Es posible hacerlo desde la complejidad multiescalar e intersectorial de este tipo de territorios?
Yo creo que no hay muchas sorpresas respecto a otros campos de estudio, como por ejemplo la ruralidad; yo llegue a Osorno hace unos tres años, después de vivir muchos años en Santiago y en un paseo un fin de semana, vi una imagen que me dejó marcando ocupado un buen rato, en una cuesta del camino que va de la costa de Osorno, había un camino de ripio lateral y junto al camino de ripio por la carretera, habían tres niños jugando con un skate y estaban ahí esperando a que los autos pasen para poder andar en skate en la carretera con autos a 100 km por hora y en ese momento pensaba, claro tenemos nociones de desarrollo rural que están asociadas a que estos niños cuando crezcan se queden trabajando en el campo, pero no estamos pensando en cómo esta gente va a trabajar en la ciudad, que tengan buen transporte público, en que tengan parques, en seguridad, etc, etc., Entonces por qué razón cuando muchas veces se piensa en estos territorios, ¿Un skate park queda fuera de la discusión? ¿Por qué un cine queda fuera de discusión, por qué un mall queda fuera de discusión? ¿Por qué no podemos pensar en el desarrollo de estos territorios orientado a personas que quieren desarrollar un proyecto de vida?, en donde a lo mejor un mall no es un mejor modelo de desarrollo, pero tampoco lo sabemos.
En estos territorios se tiende a dar por sentado que sabemos lo que las personas quieren y ahí creo que tenemos que considerar elementos estructurales más importantes, como por ejemplo que en Chile particularmente nos hemos creído al pie de la letra que el único modo de movilidad social es la educación universitaria, el trabajo de oficina, pero en muchos de estos territorios vamos a encontrar gente que trabaja un montón, que gana bien, pero que no está asociada a un estilo de vida urbano. Pensemos que, en la Universidad Católica que fue bien vapuleada, aunque creo que hicieron su merecida autocritica, con el ejemplo de Santa Barbara cuando ocurre lo del volcán Chaitén donde se intenta crear un modelo de sociedad sostenible que no tenía nada que ver con la forma de habitar de estas personas; era un modelo de ciudad que probablemente era muy atractivo para un profesor universitario, pero no tenía mucho que ver con lo que estas personas esperaban de su propio territorio, entonces el primer paso necesario para poder pensar en desarrollo territorial es reconocer que no hay una sola forma de desarrollo.
Hay carencias básicas que es necesario abordar, por ejemplo, el agua potable y electricidad, porque las actividades productivas en las zonas aisladas, a diferencia de Santiago que, si yo quiero poner un restaurant, simplemente saco mis permisos y funciono, en zonas aisladas tiene que correr de tu propio bolsillo el poner alcantarillado, pues con la politización del agua, debes comprar un generador de luz para que tengas electricidad las 24 horas del día. Pero al margen de eso, cabe la pregunta: ¿Toda zona lejana de Chile debiera de aspirar a convertirse en Santiago?, o podemos reconocer que hay formas de habitar el territorio, que hay expectativas de vida que pueden ser diferentes a las que tiene un habitante urbano. De hecho, yo creo que podemos coincidir que incluso en Santiago las políticas públicas no consideran al habitante normal, sino que están pensadas por gente del ministerio que viven en zonas de la ciudad muy cómodas con expectativas de desarrollo social muy específicas.
Por último, si pudiese hacer una síntesis de la conversación que tuvimos e intentar proyectarla hacia un futuro posible.
Creo que hay un escenario muy favorable en Chile en particular, para investigar con una perspectiva critica los problemas de desarrollo. No estoy hablando de centralismo, ni de economía, si no de cómo permitimos que en cada territorio una personas pueda emprender su propio proyecto personal, y ahí probablemente la dimensión individual ha sido muchas veces olvidada, omitida o comprendida como algo que se puede agrupar, pero a mí me gusta pensar que el desarrollo lo debiésemos evaluar a nivel individual, si una persona no está teniendo las posibilidades de desarrollarse, significa que alguien más se está desarrollando a costa de esa persona y eso involucra ponernos más críticos, sobre cuáles van a ser nuestras unidades de medidas para decir: ¿Estamos alcanzando bienestar para la gente?, ¿La gente está siendo feliz?.
En términos conceptuales creo que el abordaje de zonas aisladas también ha tenido cambios y ahí pienso inmediatamente en los casos, por ejemplo, de Andrés Núñez y en general de ese equipo que en la última década hizo un esfuerzo por comprender el aislamiento no como algo negativo sino como una circunstancia. Entonces ahí empiezas a valorar que el aislamiento es incluso deseable, permite cosas, ralentiza procesos, da visibilidad a otras formas de desarrollo, pero además creo que es importante ser más críticos también sobre cuál es el rol que le vamos a dar a la particularidad peri-rural, es decir si solamente pensamos en números, en estrategias de desarrollo, insisto con esto, pensadas desde el centro, claramente no vamos a ser capaces de comprender las expectativas de las personas en estos lugares y se genera un fenómeno bien perjudicial, y es que cuando comenzamos a cargar de expectativas centralistas a las zonas aisladas, lo más probable es que les estemos poniendo una mochila que no van a poder cargar.
Por lo tanto, después de cualquier evaluación vamos a decir: estos territorios lejanos insulares efectivamente no se la pueden, no son capaces de desarrollarse por sí solos, no tienen habilidades para gobernarse a sí mismos, no tienen competencias. Eso es producto de imponer estrategias de desarrollo que no tienen mucho que ver con lo que la gente quiere, y con lo que el territorio puede dar en si también. Entonces yo veo que en los últimos años ese tipo de aproximación está validado, está siendo utilizado; me ha tocado leer tesis, por ejemplo de pregrado y esto ya es un tema que se discute abiertamente, hace 15 años una tesis de pregrado podía tener perfectamente por título “ Por qué está zona lejana no se desarrolla”, hoy en día el título que podría tener “ Las expectativas que tiene este territorio para desarrollarse”, ósea ahí ha imperado un cambio de paradigma que está permeando en todos los niveles de producción de conocimiento, y probablemente va a tardar un poco más en llegar a los tomadores de decisión, pues hoy día mismo tenemos un gabinete super santiaguino, por mucho que digan que vienen de regiones fuera de la metropolitana, pero llevan 20 años viviendo en Santiago, por lo tanto son santiaguinos. Sin embargo, yo creo que a través de la tecnología, a través de un cambio generacional que permite que haya mayor expresión de variedad y disidencia en zonas lejanas, se va a operar esta transformación más crítica y que eventualmente permite recoger otras visiones de desarrollo.
El ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro.
VerEl ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro.
Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
El ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro
[Por: Melina Yuln. Doctora en Arquitectura y Urbanismo. Instituto de Desarrollo Sostenible, Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA)]
Resumen:
La columna plantea la relación entre la infraestructura territorial y la gestión de los recursos patrimoniales, especialmente los ferroviarios. Se destaca, por un lado, la relevancia de una planificación estratégica del territorio para proteger y promover estos recursos y, por el otro, menciona la necesidad de un abordaje multidisciplinar, así como la incorporación de procesos participativos. Además, se argumenta el rol del ferrocarril en los territorios y su papel en la conectividad y el desarrollo sostenible de las regiones que atraviesa.
Palabras clave: Territorio, patrimonio, ferrocarril
Las infraestructuras territoriales son esenciales para mejorar la conectividad y el acceso a servicios básicos y a oportunidades económicas en una región. También tienen incidencia en el desarrollo sostenible y la competitividad territorial. Estas infraestructuras incluyen carreteras, aeropuertos, puertos, ferrocarriles, líneas de transmisión de energía, sistemas de agua potable y alcantarillado, entre otros. Los recursos patrimoniales, por otro lado, son recursos naturales y culturales que se encuentran en una determinada región geográfica. El uso y la gestión de estos recursos reportan al desarrollo económico y social de una región y pueden tener implicaciones ambientales y culturales significativas.
En el caso de los ferrocarriles, pueden ser vistos tanto como infraestructura territorial y recurso patrimonial. Los ferrocarriles han desempeñado un papel central en el desarrollo económico y social de muchas regiones al mejorar la conectividad y el acceso a los mercados. Al mismo tiempo, muchas líneas ferroviarias tienen valor histórico y cultural; ya que, representan una parte importante del patrimonio de una región (Yuln, 2022). El desafío es encontrar formas de preservar este patrimonio, mientras se moderniza y mejora la infraestructura ferroviaria para satisfacer las necesidades actuales.
El ferrocarril ha desempeñado un papel fundamental en la sociedad y la economía al facilitar el transporte de pasajeros y carga, contribuir al asentamiento y dinamización productiva del vasto territorio nacional y fomentar el crecimiento demográfico. La llegada de trenes a diferentes partes de la región trajo cambios en las vidas y perspectivas de las comunidades, permitiendo la expansión de mercados, la explotación y provisión de materias primas a menor costo y el aumento de construcciones e infraestructura. El crecimiento de las rutas y el desarrollo del conglomerado ferroviario requería de construcciones, equipamientos e instalaciones que contribuyan al correcto funcionamiento del sistema. Las estaciones eran la cara visible de esta red, pero junto con esta tipología característica se construían instalaciones de apoyo y otras edificaciones que completaban el entramado ferroviario. Además, estos puntos de detención obligatoria experimentaron un crecimiento y desarrollo, debido al flujo de bienes y personas generado por la estación, lo que dio lugar al surgimiento de nuevos pueblos.
Desde el punto de vista histórico-cultural, la infraestructura ferroviaria constituye un acervo del patrimonio industrial que merece ser valorado y conservado. Claro que esta infraestructura se ha renovado y actualizado durante su uso como tal, aunque siempre conservando atributos técnicos originales como la trocha (el ancho entre rieles). Incluso, la energía que genera la locomoción ha introducido técnicas y artefactos que fueron modificando la infraestructura ferroviaria y la cultura ligada a la movilidad: la propulsión a vapor, la electrificación, el motor diesel y la utilización de energías renovables. Además, los pueblos y urbanizaciones crecieron con su paso o desaparecieron con su cierre, abandono o desmantelamiento. Es decir, el ferrocarril reescribió su propio palimpsesto a lo largo de los años, en un lapso que ya abarca tres siglos. En cada reescritura transforma los territorios involucrados y deja huellas, restos, ruinas, de lo que alguna vez fue y significó para su zona de influencia.
En esa tensión, entre el desarrollo y la revalorización patrimonial, se encuentra la infraestructura ferroviaria en América Latina. En el camino entre ambos extremos coexisten diversos matices[1]. Por un lado, el estado del sistema ferroviario en cada país y de las conexiones internacionales que los vinculan. En este sentido, el panorama histórico es aproximadamente similar, con sus inicios a mediados o finales del siglo XIX, su apogeo durante el primer tercio del siglo XX y su declive o desaparición, acentuada desde el último tercio del siglo XX, así como los anuncios de reactivación en lo que va del siglo XXI. Por otro lado, está la cuestión del patrimonio ferroviario, en clave de activo cultural, cumplido un ciclo de aproximadamente 150 años desde la implantación de las primeras vías férreas en Latinoamérica. Esta valorización del patrimonio se basa en acciones aisladas, no sistematizadas, de abajo-arriba, motivadas por el abandono de edificios, vías y material rodante, por degradación o procesos de desterritorialización, en donde se ha optado por proyectos museísticos, turísticos o de re-funcionalización[2]. Ya se dijo que el panorama tiene matices, aunque en líneas generales es compartido por todos los países de la región.
Una forma de abordar este tema es considerar las infraestructuras territoriales como recursos patrimoniales en busca de soluciones sociotécnicas. Esta idea permite un enfoque más holístico en la planificación y gestión de estas infraestructuras, considerando tanto sus aspectos técnicos como sus implicaciones culturales, históricas y ambientales. La combinación de disciplinas como arquitectura, planificación territorial, desarrollo regional, gestión cultural, sostenibilidad y cambio climático puede proporcionar un enfoque multidisciplinario para el desarrollo de soluciones orientadas a infraestructuras territoriales. Asimismo, el enfoque puede ayudar a fomentar una mayor conciencia y apreciación por parte de la comunidad sobre la importancia de preservar y cuidar estos recursos. Esto puede contribuir a una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones.
En síntesis, América Latina cuenta con una rica historia ferroviaria que ha dejado un importante patrimonio cultural y arquitectónico. Sin embargo, la preservación de este patrimonio ha sido un tema controversial en muchos países, debido a tensiones entre la necesidad de desarrollar infraestructuras modernas y la importancia de proteger la historia y el patrimonio cultural. Además, muchos de estos edificios y estructuras ferroviarias han sufrido un deterioro significativo y requieren de inversiones importantes para su restauración y mantenimiento. A pesar de esto, algunos países han implementado políticas de protección y restauración del patrimonio ferroviario, reconociendo su valor cultural y turístico. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para asegurar la preservación y el uso sostenible de este importante legado histórico.
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Evidencias sobre el potencial de la Camanchaca como recurso hídrico en la Caleta de Camarones.
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Evidencias sobre el potencial de la Camanchaca como recurso hídrico en la Caleta de Camarones.
Diego Rivera, Constanza Vargas, Francisco Abarca[1][2][3]
Resumen
La Caleta de Camarones corresponde a una comunidad de alrededor de 30 familias, ubicada en la desembocadura del Río Camarones, al sur de la Región de Arica y Parinacota, con condiciones de vida altamente precarias producto de la escasa disponibilidad de agua potable. La localidad se emplaza en un área geográfica excepcionalmente favorable para la cosecha de agua de niebla. El texto describe la proyección del uso de atrapanieblas para proveer agua potable a la comunidad de Caleta Camarones. Los rendimientos preliminares calculados para el mes de Julio de 2022 bordean los 4,3 litros 𝑚2/ día. Se estima que un parque compuesto por 50 atrapanieblas de 16 𝑚2 cada uno, podría suplir gran parte del déficit de agua en esta localidad. Finalmente, se plantean algunas consideraciones en torno a la relevancia de la comunidad en la implementación de este tipo de soluciones, en base a las experiencias observadas en Peña Blanca y la Caleta Chungungo.
Palabras clave
Niebla – Camanchaca – Atrapaniebla – Escasez de agua
Introducción
La Comuna de Camarones se ubica al sur de la Región de Arica y Parinacota entre los -18,6º y -19,2º N y los -70,2º y -69,1º E en uno de los climas más áridos y secos del planeta (McKay, et al., 2003). Posee una población de 1.255 habitantes (INE 2017), que se distribuyen en múltiples asentamientos humanos ubicados a lo largo de las terrazas fluviales del Río Camarones. La ocupación de estos territorios es datada a partir de las momificaciones humanas más antiguas encontradas por el hombre hasta la fecha y que corresponden a los años 5050 aC. atribuidas a los pueblos Chinchorros (Aufderheide, et al., 1993), alcanzando la categoría de Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO en el año 2021.
[1] Centro del Desierto de Atacama (CDA).
[2] Estudiantes del programa de doctorado en Geografía UC.
[3] Financiado por: Proyecto Ciencia Pública Ayün Uma (CP21-E031): “Agua. Un recurso Finito”. Financiado por la
División Ciencia y Sociedad del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación / FONDECYT N°
11200789 / FONDECYT N.o 1201786
El curso hidrográfico que en gran parte da paso a la vida en este valle, nace de la confluencia de los ríos Caritaya y Ajatama en los 2900 m.s.n.m. y es alimentado principalmente por las precipitaciones de orden estival conocidas comúnmente como invierno altiplánico. Desde el año 1935 con la construcción del Tranque Caritaya, el Río Camarones suministra agua de regadío suficiente como para que la agricultura sea la actividad económica predominante en la comuna con 700 ha. de tierras cultivadas (Díaz y Melendez, 1957), pero que permanecen en constante disminución (Municipalidad de Camarones, 2012).
Sin embargo, el agua del Río presenta elevadas concentraciones de Arsénico y Boro (MOP, 2016), que son lixiviados desde depósitos geológicos naturales presentes en la zona altiplánica y que son acumulados en cuerpos de agua tributarios como la Laguna Roja, Laguna Verde y Laguna Amarilla, altamente tóxicos para el ser humano y que imposibilitan su uso doméstico. Inclusive se han encontrado parte de estos contaminantes en los tejidos de momias chinchorro (Figueroa, et al., 1988), demostrando que la contaminación natural del agua de escorrentía ha sido un problema permanente para la ocupación de estos territorios (Véase Figura 1).
Figura 1 Área de estudio
Localización de la Comuna de Camarones y sus múltiples asentamientos humanos a lo largo de la quebrada del Río Camarones. Fuente: Elaboración propia.
En la zona suroeste y precisamente en la desembocadura del Río Camarones se encuentra la Caleta Camarones, cuya población alcanza unas 80 personas, distribuidas en aproximadamente 30 familias, que hasta el día de hoy mantienen condiciones de vida precarias. Cuentan con luz eléctrica de forma intermitente, generada a partir de un motor a combustible gestionado de forma comunitaria, y el agua potable es suministrada por un camión aljibe que debe recorrer más de 100 km desde Arica a Camarones para llegar con únicamente 10.000 litros, dos a tres veces por semana, según los antecedentes proporcionados por los propios pobladores, contando a la fecha con únicamente 45 litros promedio de agua por persona diaria, muy por debajo de los umbrales mínimos de bienestar.
Desde la óptica de la geografía, las condiciones geomorfológicas donde se emplaza la Caleta congregan una serie de prometedoras particularidades que podrían dar solución al problema del agua. Estas características fueron utilizadas ancestralmente por los primeros habitantes del desierto, prevaleciendo en el tiempo como etnónimos de los habitantes de estos territorios conocidos como Camanchacos (Escobar y García, 2017), existiendo antecedentes de que estos pueblos la colectaron mediante cuero de animales y grandes rocas que facilitaban su precipitación, para ser almacenadas en vasijas de cerámica (Larraín, et al., 2004). En efecto y considerando un enfoque práctico, este artículo pretende dilucidar, de forma preliminar, el potencial de abastecimiento de agua de niebla a esta localidad.
La Camanchaca
La niebla corresponde a una nube de baja altura formada por pequeñas gotas de agua (típicamente con un diámetro de 1 a 40 μm) las que al ser tan livianas no precipitan, sino que se mantienen suspendidas en la atmósfera en constante contacto con el suelo (Klemm et al., 2012). La Camanchaca corresponde a un tipo de niebla de origen oceánico que cubre desde el sur de Ecuador hasta el centro-sur de Chile y que por efecto de la capa de inversión térmica toma contacto con la superficie terrestre mediante la fuerza advectiva del viento (Véase Figura 2). Hoy existe una gran variedad de precedentes que describen las contribuciones de la niebla a los ecosistemas (Cereceda, P., et al., 1999, Latorre, et al., 2011; Koch, et al., 2022) y a las personas que viven en zonas de extrema aridez (Bruijnzeel, 2005; Morichi, et al., 2018). La cosecha de agua de la niebla se ha estudiado en más de 20 países de los seis continentes (Rivera, 2011; Carvajal, et al. 2022; Klemm, et al. 2012; Tu, et al., 2018) y suele darse en zonas que cumplen con condiciones geográficas y meteorológicas específicas que permiten la formación de niebla (Abdul-Wahab y Lea, 2008).
Figura 2 Diagrama ilustrativo de la Camanchaca
Ilustración del proceso de interrelación entre la nube estratocúmulo baja y la superficie terrestre como proceso formador de la Camanchaca. Fuente: Elaboración propia.
En efecto, la niebla no es un fenómeno climático constante y continuo (Wanner y Kunz, 1983). La niebla tiene un comportamiento altamente dinámico, su ciclo diario presenta una tendencia basada en la ocurrencia de eventos con un horario esencialmente nocturno y matinal, disipándose al mediodía producto del aumento de la temperatura ambiental y radiación solar (Weston y Temimi, 2020; Farias, et al., 2005), además, su magnitud tiene un amplio rango de variabilidad (Gandhidasan, et. al, 2018). La mayoría de las veces que se dispone de estadísticas detalladas sobre la niebla, incluida la información sobre el momento y la duración, ocurre para los lugares provistos de estaciones meteorológicas de alta especificidad, como es el caso de los aeropuertos, pero raramente en el de las estaciones meteorológicas rutinarias (Bruijnzeel, 2005). Esto provoca una falta de datos sistemáticos, continuos y espacialmente distribuidos sobre la niebla que permitan describir adecuadamente su aporte de agua (Walmsley, et al., 1996), por lo cual, su potencial real como recurso permanece aún desconocido.
La colecta de niebla
En Chile la historia de la captación de agua de niebla tiene su inicio en el año 1956 donde se realizaron los primeros ensayos con redes de mosquito (Acosta, 2003). Posteriormente, en el año 1980 el Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile inició estudios sobre la niebla en la Región de Coquimbo, específicamente en el cerro El Tofo y en Caleta Chungungo. Ya en el año 1987 el Centro Internacional de Investigaciones de Canadá (CIID) financió la construcción de 100 atrapanieblas en la comunidad de Chungungo con el objetivo de dotar a 90 casas con grifos abastecidos de agua de niebla (Cereceda, et al., 2014). Los atrapanieblas fueron instalados a una altura de 780 m.s.n.m. en el Cerro El Tofo logrando abastecer a la comunidad durante 10 años con aproximadamente 14.000 litros de agua diaria, cuando el sistema de captación funcionaba de forma óptima; otorgando 420 𝑚3 de agua mensuales (Cereceda, et al., 2000). Con el pasar de los años, producto de la carencia de financiamiento para el mantenimiento del sistema de colecta, la ausencia de proyectos estatales de financiación y la falta de vinculación con la comunidad, el parque de atrapanieblas desapareció y solo algunos vestigios permanecen aún en pie.
En la actualidad existen proyectos comunitarios asociados a la niebla como recurso hídrico, un caso emblemático es el proyecto “Atrapanieblas Comuneros” en la comunidad de Peña Blanca, Región de Coquimbo, que desde el año 2005 con diversas fuentes de financiamiento han logrado abastecer a la comunidad, que incluye a 85 familias (Angel, 2014; Dall’ Osteria, 2018; Un alto en el desierto, 2018). Una de las características fundamentales de este proyecto es la estrecha vinculación que tienen con sus pobladores, lo que da cuenta de la importancia de que este tipo de proyectos se desarrollen con la comunidad y no solo para ella.
La Camanchaca en Camarones
La Caleta de Camarones se emplaza precisamente en el pie del farellón costero, el cual alcanza hasta los 1200 m.s.n.m. aprox. Esta zona está en constante contacto con la Camanchaca de acuerdo con los habitantes del sector, lo que se condice con el rango de oscilación altitudinal descrito (800-1100 m.s.n.m.) en la Región de Tarapacá (Osses, et al., 2016; Del Río, et al., 2021). Adicionalmente, dada la cercanía entre el Farellón, el océano y la comunidad, la Caleta presenta condiciones aparentemente ideales para el desarrollo de un parque de atrapanieblas. Sin embargo, actualmente no se sabe con certeza cuales son los rendimientos de colecta, únicamente gracias al proyecto “Agua, un recurso finito” financiado por Ciencia Pública (CP21-E031) para el desarrollo de espacios públicos regionales de divulgación y socialización del conocimiento 2021 y desarrollado por el Instituto de Alta Investigación (IAI) de la Universidad de Tarapacá en colaboración con el Centro Desierto de Atacama (CDA) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se ha logrado instalar la primera estación de monitoreo de agua de niebla “Ayün Uma” en el sector, sobre el farellón costero a los 911 m s.n.m. La estación se encuentra operativa desde el 16 de junio de 2022 mostrando desde entonces rendimientos de colecta que alcanzan los 4,3 litros diarios según la medición estándar realizada con un Standard Fog Collector (Schemenauer y Cereceda, 1994) compuesto por una malla raschel de 1m cuadrado de superficie y a una altura de 2 m. (Véase Figura 3).
Figura 3 Estación Ayün UMA
Instrumental meteorológico de la estación Ayün UMA financiada por el proyecto de Ciencia Pública CP21-E031 con una vista panorámica de la Caleta de Camarones. Fuente: Elaboración propia.
Si bien este promedio para un único mes de medición es insuficiente para generar una estimación adecuada de los rendimientos de colecta en el sector, se puede al menos evidenciar que el potencial existe, y raudamente, se podría asumir que para abastecer a las 80 personas que habitan la caleta durante pasado mes de julio de 2022, se pudieron utilizar 50 atrapanieblas de 4m x 4m para reemplazar la provisión de los camiones aljibe (Véase Figura 4).
Aún muchas preguntas siguen latentes en esta investigación, obtener mayor consistencia estadística a lo largo del año y conocer los rangos altitudinales donde la niebla se presenta con mayor frecuencia, son solo algunas de las cuestiones necesarias para avanzar en un diseño preliminar de un eventual parque de atrapanieblas. Así mismo, la experiencia de proyectos anteriores nos muestra que no solo las condiciones físicas son necesarias, sino que la importancia de generar vínculos comunitarios fuertes y duraderos en el tiempo, es la base para asegurar el funcionamiento de este tipo de proyectos que requieren de cuidados y mantenimientos de baja complejidad.
Figura 4 Diagrama ilustrativo del parque de atrapanieblas para la Caleta Camarones
Diagrama ilustrativo de las condiciones geomorfológicas donde se podría emplazar un eventual parque de atrapanieblas. Fuente: Elaboración propia.
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Tras bambalinas Ferroviario del Disco “Barrio Estación” de Los Bunkers | Barrio Estación (2008)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Tras bambalinas Ferroviario del Disco “Barrio Estación” de Los Bunkers | Barrio Estación (2008)
[Por Ignacia Mc-Lean Wolleter, Arquitecta Universidad del Bío-Bío, Máster MBArch – especialidad Urbanismo, Universitat Politècnica de Catalunya, Consultora urbana independiente]
Disco: Barrio Estación (2008)
Autor: Los Bunkers.
Sello: Universal Music Group, México.
Resumen.
La banda emblemática Los Bunkers por medio de su álbum Barrio Estación hace tributo al emblemático barrio bohemio que lleva el mismo nombre del disco. El tras bambalinas, revaloriza el lugar de sus inicios musicales y abre camino a conocer un fragmento de la ciudad que ha sufrido un proceso de recuperación urbana de Concepción.
Palabras Clave: Los Bunkers, Barrio Estación, Recuperación Urbana, Concepción.
El disco Barrio Estación es el quinto álbum de la banda penquista Los Bunkers. Compuesto por 13 temas musicales, los cuales fueron lanzados en dos hitos, el 19 de junio de 2008 en México y en agosto del mismo año en Chile. Las canciones de este disco vislumbran a los oyentes parajes del habitar juvenil de Concepción, además para aquellos conocedores del mítico y bohemio barrio estación, un sello conmemorativo para la ciudad dentro del proceso de recuperación del barrio.
El barrio estación, disco, historia y recuperación urbana.
El nombre del disco posee gran carga cultural para la ciudad de Concepción, asociada a ser la cuna del rock Chileno e identidad territorial de la banda (Imagen 1). Sobre las 13 canciones que posee el álbum, una de ellas lleva por nombre “Andén” un nombre sugerente al contexto del disco.
A la vez habla del barrio estación, uno de los antiguos límites de la ciudad perteneciente al territorio ferroviario y una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad mediante el tren. La estación Central de Trenes de Concepción fue construida en 1874, siendo uno de los símbolos de progreso y desarrollo de la ciudad en términos económicos y urbanos creando un polo comercial, de vivienda y hoteles. El terremoto de 1939 abatió la estación llevándose a cabo la nueva construcción de la estación a 1941, la cual funcionó activamente hasta que en la década del noventa comenzó su declive y cerró sus puertas en 2002 del emblemático edificio modernista.
El barrio sufrió un proceso de transformación desde su icónica estación de tren a un barrio bohemio, habitado por clubes de ocio nocturno a modo de escenario para la música de la ciudad emplazándose en las antiguas construcciones de hoteles y locales comerciales. En el año 2008 la bohemia en barrio aún mantenía su auge cuando fue lanzado el disco, sin embargo, en paralelo desde el año 1995 se dio inicio oficial al Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte (PRURN) (Baeriswyl y Salinas, 2017). Uno de los objetos urbanísticos de acción del programa apuntaba a las edificaciones públicas a modo de incentivadores para la valorización del área, de este modo se plantea el Barrio cívico de la ciudad. Fruto de lo anterior, se planteó el cambio de uso de aquella estación de tren icónica del lugar que actualmente alberga el edificio de la Gobernación Regional del Biobío (Imagen 2) y la estación se reubicó en el mismo barrio en un nuevo recinto. Sumado al proceso de recuperación, es dable señalar que el terremoto del año 2010 derribó y acabó con varios locales bohemio del barrio, lo cual bajó la dinamización de la vida nocturna del sector.
Desde el imaginario social el disco Barrio Estación está marcado del sonido del rock penquista y la identidad territorial del grupo, plasmaron en la carátula un sello ferroviario. En la gráfica del disco predomina el amarillo de fondo y el negro con matices de blanco. Estos colores no son coincidencia en Barrio Estación, más bien se inspiran en los colores del equipo de fútbol de marcada tradición e historia del gremio ferroviario de Concepción “Arturo Fernández Vial”, del cual uno de los integrantes Mauricio Basualto, baterista, es hincha y señala al disco como “Vialino” (Almanaque Bunkero, 2022, 26m45s).
Conclusiones.
Los barrios poseen identidades y funciones diversas dentro de la ciudad, que a lo largo de los años sufren transformaciones urbanas que van construyendo, aportando historia, constituyendo relatos urbanos, vivencias y dinamizaciones diversas para sus habitantes. Barrio Estación ubicado en Concepción, Chile, tiene diferentes significados para sus habitantes. Para el grupo musical Los Bunkers es la puesta en valor del lugar de origen de la banda, realza sus raíces e inicios musicales y un patrimonio bohemio. Para los habitantes de la ciudad una marcada historia de transformación de la dinámicas sociales y territoriales, movilidad urbana, una recuperación de un espacio que intenta poner énfasis en el cambio de la ciudad. Barrio Estación vive en la memoria de la escena musical de los músicos y penquistas, y para la ciudad una transformación en proceso del lugar ferroviario.
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Entrevista a Alejandra Lazo: "Es un territorio formado por mar y tierra, un maritorio"
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Alejandra Lazo Corvalán. Antropóloga social, Universidad de Chile. Magister en Antropología e Historia, École des Hautes études en Sciences Sociales. Doctora en Geografía y Planificación Territorial, L’Université Toulouse II Le Mirail, Francia. Investigadora y docente de la Carrera de Antropología de la Universidad de los Lagos
«Son también movilidades que se dan en diversos soportes, aquí no es solo el bus y el automóvil, se requiere también de lanchas, animales y también de objetos que van posibilitando los desplazamientos y su organización»
Desde tu formación inicial en antropología y luego especializándote en geografía ¿Cómo describirías el interés por el estudio de las movilidades en territorios insulares?
El interés por estudiar las movilidades en territorios insulares se relaciona con mi trayectoria académica e investigativa, dado que yo había hecho una tesis de doctorado en Francia que tenía como foco las movilidades metropolitanas, específicamente la relación entre movilidad y proximidad en tres barrios de Santiago de Chile. Luego, a partir de conversaciones y encuentros con investigadores del sur de Chile, específicamente con la Universidad de los Lagos, surge la posibilidad de postular a un proyecto Fondecyt Posdoctorado y enfocar mis temas en un contexto archipelágico e insular. En este escenario, la idea era poder trasladar lo que había hecho en Santiago al archipiélago de Chiloé, en particular en las islas de Quinchao. Esto fue en la época del Transantiago, donde la movilidad y el transporte estaban en la palestra de la opinión publica. La idea de este proyecto fue ver como los subsidios de transporte que venían de contextos metropolitanos se aplicaban en zonas remotas e insulares y como esto podría impactar positiva o negativamente en estas realidades. A partir de esto, surge el interés por conocer las movilidades en contextos no metropolitanos, insulares y archipelágicos, y desde ahí nacen otros proyectos que he venido ejecutando como el proyecto FONDEF ID18I10284 GEMOVI donde se diseñó un modelo de gestión para la movilidad cotidiana archipelágica en la Comuna de Quinchao, y actualmente el proyecto Fondecyt Regular 1220762 “Movilidades Adaptativas”, el cual aborda la movilidad desde una perspectiva interdisciplinaria en 4 sistemas archipelágicos.
Desde tu experiencia investigativa en el territorio ¿Cuáles serían las particularidades de las movilidades insulares, que las diferencian de las movilidades en ciudades metropolitanas?
Creo que la movilidad insular tiene semejanzas con lo metropolitano, pero también tiene sus diferencias y particularidades que la hacen única y distinta a lo que se conoce que ocurre en las ciudades y metrópolis. Se trata de territorios diversos y fragmentados, donde el territorio no es un continuo, sino que es un territorio formado por mar y tierra, un “maritorio”, y aquí las movilidades juegan (y han jugado) un rol muy relevante para sobrepasar las barreras y fricciones de la insularidad.
Son también territorios donde existe una permeabilidad entre el mundo rural y lo urbano, así mismo son territorios que tienen una historia e identidad particular, donde cada isla y archipiélago tiene una forma de moverse histórica, lo que además repercute en las movilidades del presente.
Son también movilidades que se dan en diversos soportes, aquí no es solo el bus y el automóvil, se requiere también de lanchas, animales y también de objetos que van posibilitando los desplazamientos y su organización. Por lo mismo, se trata de prácticas multimodales, donde los cambios de medios de transporte son importantes para acceder a los servicios, muchas veces dispersos en el territorio. Se trata además de movilidades que se dan en territorios y espacios muy extensos que traspasan la escala del pueblo de origen o la ciudad, y que ocurren entre comunas, regiones y también entre países vecinos. Por último, otro elemento característico es el conocimiento práctico, el “saber moverse” o “savoir-faire” que se observa en cosas tan cotidianas como el saber subirse a una lancha, saber cuándo el mar está bueno o las mareas no permiten, por ejemplo viajar. Todo esto, construye un saber del territorio único que termina condicionando, programando y posibilitando estas movilidades.
¿Cuáles serían los principales problemas de las movilidades en este tipo de territorios? Y si ¿crees que estas experiencias cotidianas pueden dar luces para mejorar planificaciones territoriales?
Creo que los problemas tienen que ver con el territorio mismo, con su disposición y característica fragmentada, por lo tanto resolver o gestionar los problemas de la movilidad de una manera más optima requiere abordar aspectos territoriales, funcionales y también de distribución de oferta de servicios. El tema de los recursos económicos es sin duda otro elemento importante dentro de la gestión de los municipios que gobiernan estos territorios.
Por otro lado, las condiciones climáticas juegan un papel fundamental para que se efectúe o no una determinada movilidad, y es difícil cambiar este factor, pero si se pueden cambiar o modificar algunas condicionantes que pudiesen influir o actuar como barreras en la movilidad. Un ejemplo podria ser la movilidad por motivos de salud, donde el servicio de salud y sus profesionales son los que puedan llegar a los territorios o implememtar telemedicina, etc., y no que sean los habitantes quienes deban desplazarse largas distancias
para sus atenciones. Es importante generar mejoras con pertinencia territorial a la hora de resolver los diversos y multifactoriales problemas relacionados con los desplazamientos.
Asi mismo, cuando se requieren hacer mejoras en estos territorios no solamente son importantes los tiempos de viajes, los costos, las distancias, etc., sino también los factores subjetivos y cualitativos relacionados con cómo los /las habitantes experimentan su propia movilidad, lo que también arroja luces para implementar políticas públicas con rostro humano.
Por ejemplo en el caso de habitantes de territorios insulares, los tiempos de espera es algo que tienen incorporado en su cotidianidad, sin embargo saber que cuentan con transporte disponible, o con recursos para poder acceder a ciertos servicios, es también importante para ellos y para la valoración que tienen del servicio de transporte. En este sentido, se requiere de políticas públicas que se piensen desde y con los territorios y sus habitantes.
Entrevista a Hernán Riquelme: "El Ferrocarril es un medio de cohesión social"
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
[Por: Diego Carvajal]
Hernán Riquelme Brevis es sociólogo, máster en Dinámicas de Cambio en las Sociedades Modernas Avanzadas y doctor en Ciencias Sociales. Actualmente se desempeña como académico de la Universidad Autónoma de Chile. Es director del magíster en Patrimonio y Turismo (UA) e investigador del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (UA). Sus intereses de investigación son Movilidad cotidiana, Patrimonio ferroviario y Exclusión socioespacial
Desde tu formación inicial en el ámbito de las Ciencias Sociales ¿Cómo describes tu interés (a nivel personal, teórico o metodológico, etc.) por el estudio de las movilidades cotidianas, y en particular con las prácticas y experiencias sociales que se dan en ferrocarriles?
Yo estaba cursando el doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de General Sarmiento en Buenos Aires, que lo dicta con el IDES (Instituto de Desarrollo Económico y Social), y a mí siempre me interesaron los temas urbanos, desde el pregrado, cuando leíamos a Simmel y Lefebvre en el marco de los estudios urbanos. Entonces, cuando estaba haciendo mi plan de tesis conocí al profesor Ramiro Segura, que es un antropólogo argentino que investiga la movilidad cotidiana, y tras algunas conversaciones, y viendo el escenario nacional, me llamó la atención la relación entre la movilidad cotidiana y dispositivos de transporte que tienen una condición patrimonial, en este caso el ferrocarril, que es entendido como un objeto de investigación interesante para analizar las prácticas de movilidad de las personas en tiempos actuales. Así me interesé por cómo los usuarios viven sus experiencias cotidianas, cómo se mueven en las ciudades, pero sumándole este factor que es muy particular que tiene que ver con el papel del ferrocarril, que permite la conexión de habitantes de pequeñas ciudades y localidades, con ciudades intermedia, o incluso metropolitanas.
Así surge en mi tesis el interés por este tema. Hice mi trabajo de campo en la Araucanía con el tren que une Temuco y Victoria, ahí estuve viajando en el tren por años, entrevistando, haciendo acompañamientos, mapas mentales, lo que me permitió entender la movilidad cotidiana e interurbana desde la visión de los usuarios. Así que ahí inicia mi interés por las movilidades cotidianas y por dispositivos de transporte como el ferrocarril.
Desde tu experiencia investigativa, y desde el contexto territorial que más te haya llamado la atención: ¿Cuáles son las principales características de las prácticas de movilidad que podemos observar en o desde los ferrocarriles, y que las distinguen de otras experiencias de viaje?
Esa pregunta es interesante porque nos abre a pensar en el ferrocarril, y a recuperar y revitalizar el ferrocarril en la historia nacional. Cuando pensamos en la movilidad cotidiana, cuando revisamos los estudios, generalmente, las infraestructuras de transporte que más se trabajan son aquellas que nos hablan del transporte público en metrópolis, por ejemplo, los autobuses, el transporte particular, los desplazamientos pedestres o la bicicleta. El ferrocarril en el escenario nacional empieza lentamente a parecer en los estudios de la movilidad como enfoque u objeto de investigación, pero no tan evidente desde ciudades medianas o pequeñas. De hecho, si hacemos un poco de historia, nos encontramos con tres momentos que son claves para pensar la historia del ferrocarril en Chile: El auge, que es de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, donde el ferrocarril tiene un papel importante en la movilidad de personas, de objetos y de materiales mineros. Después empieza la privatización del servicio en la década de los 80 cuando en plena Dictadura, el servicio es desmantelado y queda cada vez menos injerencia del Estado en lo ferroviario. El tercer periodo que yo lo veo más claro en los 2000, cuando quedan muy pocos servicios de pasajeros operativos a nivel nacional, la red ferroviaria se ve muy afectada, en donde prácticamente el ferrocarril se ha venido perdiendo, en donde ya casi para algunas personas es un hito más folclórico que real o material.
Los servicios como de Temuco a Victoria, o el Ramal de Talca a Constitución, que es mucho más histórico, son los que más me han interesado, también en el Biobío o en la Región Metropolitana hay otros servicios, que son representativos de este tipo de movilidad, y ahí entonces pensamos este factor patrimonial, o patrimonio ferroviario en movimiento, en función de cómo se vive este viaje en tren.
Y yo he detectado que el viaje en tren tiene otro ritmo, entrega otras experiencias, formas y espacios de socialización que son muy particulares en relación con otros medios de transporte público convencionales. Tenemos elementos como el paisaje visual de estas movilidades interurbanas, que también desdibujan lo que son las distinciones entre lo urbano y lo rural. En los viajes ferroviarios se pierden un poco esas distinciones entre los pasajeros. También el ferrocarril es un medio de cohesión social y de inclusión de personas que están aisladas del transporte público, por vivir en pequeñas localidades y que viven alejadas de este “progreso urbano”, por decirlo de alguna forma.
Entonces, ahí está la relevancia de los estudios del patrimonio ferroviario en movimiento, donde calza perfecto la categoría de la movilidad cotidiana e interurbana. Cuando viajamos en tren y hacemos este ejercicio metodológico de carácter etnográfico, nos damos cuenta que las personas tienen otra disposición al viaje, otros ritmos y tiempos, otras formas de entender el movimiento que va muy de la mano con los territorios. Creo que esta riqueza que hay para pensar en estas movilidades ferroviarias aporta innovadoramente a los “métodos móviles”, pues se torna un desafío para el desarrollo metodológico con otros ritmos de viaje y otras necesidades, que no necesariamente dialogan con las experiencias de movilidad en las grandes ciudades. Ello invita a pensar la reorganización espacio-temporal de los mismos territorios, en función de un elemento clave a nivel nacional, en términos económicos y culturales, como lo es el ferrocarril. Por ahí se puede ir pensando esta relación entre movilidad y el ferrocarril.
¿Cómo conviven la escala de las experiencias más sutiles del viaje, como infraestructuras, materialidades o normatividades (tiempos, seguridades, etc.)?
Yo creo que ahí hay una tensión por la necesidad de moverse rápido, de llegar rápido al destino bajo el imperativo de la inmediatez, como una forma de vida, de querer todo ahora, lo que influye en una forma de moverse por las ciudades o los territorios, y por otro lado tenemos estos ferrocarriles que son más lentos, que están un poco más “atados al tiempo”, si es que lo vemos de esa perspectiva.
Evidentemente entra en el juego la disposición para viajar en tren que tienen sus usuarios, yo creo que parte por la necesidad del pasajero, y ahí hay que hacer la distinción entre una movilidad que es turística, es decir, cuando me subo a estos trenes para pasear y voy con esa carga del descubrir y conocer, de autorrealizarme con esa práctica de viaje, o cuando yo tengo la necesidad de ocupar el tren para llegar a mi trabajo, para llegar al hospital o al colegio.
Si pensamos en la primera, en la de ocupar el tren como practica de esparcimiento y de ocio, claramente la disposición del pasajero estará abierta a estas temporalidades más lentas, que son distintas al espacio de vida habitual. Pero si lo pensamos desde una perspectiva más crítica, en torno a una persona que vive en una pequeña localidad, que necesita llegar a la ciudad intermedia para ir al hospital, ahí el tren como el único medio de transporte a disposición, tiene una carga emocional negativa.
Estar dos o tres horas viajando para llegar a un lugar, es complejo y habla de la precariedad del sistema de transporte en Chile, porque tenemos trenes que pueden ser turísticos y que rememoran el viaje, pero también trenes más acordes a los nuevos tiempos y necesidades, que requieren de cierta inmediatez para llegar a servicios con urgencia.
Entonces, hacer calzar el tren con la inmediatez o con algo conmemorativo, es donde creo que está esa tensión, porque las pequeñas localidades también necesitan transporte publico eficiente, efectivo y asequible en un Chile desigual.
Chile tiene la necesidad, por su geografía, de contar con un servicio de trenes que sea trascendental, pero también está al debe en la actualización de incorporar elementos tecnológicos, en incluir a las personas de las pequeñas localidades hacia las nuevas ciudades en una red de transportes eficientes, ahí el tren tiene un espacio muy grande. Entonces está ese matiz y desafío que yo observo, que también he escuchado de personas que viajan en tren, que les gusta pero que también quisieran que fuese más eficaz.
¿Cómo se podría definir y caracterizar los territorios que cuentan con movilidades con ferrocarriles? ¿Cómo influyen aquí variables económicas, políticas, culturales o de género?
Durante los últimos diez años he investigado en La Araucanía y en el Maule, en el Ramal Talca/Constitución, que es el único Ramal activo en Chile, que es monumento histórico nacional desde el 2007 y el tren Victoria-Temuco.
Yo he viajado en estos dos servicios con fines investigativos, lo que me ha permitido pensar en estas movilidades ferroviarias, y en función a tu pregunta creo que son varios elementos. Se puede pensar o caracterizar estos territorios a partir de estas movilidades ferroviarias. Yo creo que en la zona centro Sur de Chile se instala el ferrocarril, y cuando se instala los fines eran en el marco de la soberanía, la vigilancia y el control territorial, pues se trata de un territorio de frontera, complejo, en donde se necesitaba el tren que venía de norte a sur para generar esta soberanía nacional. Hoy el escenario es otro.
Hay un libro interesante de Verniory, ingeniero belga que ayuda en esa época a construir esta red ferroviaria, y leerlo es un poco ver cómo la Región de la Araucanía es muy influenciada por el tren, creándose asentamientos humanos, comercio, ciudades alrededor del tren, formándose este nuevo Chile. Y estas ciudades que se van instaurando poseen mucha carga simbólica, cultural y también económica a partir del tren.
Entonces, Chile, un país joven que tiene poco más de 200 años, nos hace pensar que el tren sigue muy vigente en la memoria de las personas. Cuando pensamos en ciudades como Victoria o Lautaro, el tren está muy presente, hay algún abuelo, bisabuelo, amigo o alguien que trabajo en alguna estación en la memoria de sus habitantes, lo que hace que ese relato sea muy interesante porque permite conocer el pasado, el presente y un posible futuro de la región respecto al papel que cumple el ferrocarril. Se crean oficios espacios artísticos y políticos en función del tren. De ahí que la región y estos territorios se pueden caracterizar en función de la movilidad ferroviaria, por cuestiones como la memoria histórica y el paisaje visual. Entonces el tren tiene una carácter multifactorial, que creo que lo hace único, porque no es solo el transporte, sino que también configura las ciudades y da vida social, cultural y económica.
Viajar en tren no es solo desplazarse de un punto a otro, sino que es importante analizar qué ocurre en la estación o en el espacio circundante, qué oficios, prácticas, actividades o elementos emergen en estos viajes. De ahí que estas movilidades influyen en la identidad y en el desarrollo territorial de las regiones.
Con respecto al tema de género es interesante porque con las personas que he podido conversar, se puede observar que las mujeres hacen más viajes en tren para cuestiones vinculadas al espacio doméstico, reproductivo, pero también hay un número importante que lo usa para trabajar, para ir a la universidad. Entonces es interesante ver esa lógica.
Lo que también llama la atención, es cómo la mujer percibe y le da importancia al espacio público, cuando hace el recorrido para llegar al tren o cuando se baja de la estación. Al preguntarle ese tipo de cosas ellas identifican lugares más inseguros en relación con los hombres, zonas más peligrosas, a diferencia de los hombres que más se preocupan por el tiempo, por llegar, por estar, por acceder a estos servicios.
Y en relación a esto, en un estudio que hicimos el año 2019-20 en la Araucanía, las personas creen que el servicio que ofrece el tren es excelente, con un 62% del total. Otro dato que es relevante, es que las personas demandan ampliar el recorrido ferroviario. Un 60% de las personas quiere que el ferrocarril tenga más recorrido, y dentro de las fortalezas que destacan es la comodidad del servicio, que es un servicio económico que está subsidiado por el Estado, y también dentro de las debilidades son los destinos que creen que son muy pocos, que se podría ampliar la red de ferrocarriles. Este punto creo que también es importante, y me voy a detener un poco acá, para recalcar, a propósito de las 200 personas que encuestamos, los factores patrimoniales que ellos más observan en el tren, por ejemplo, lo que más destaca como tema material son las estaciones, con un 38% de respuesta. Le sigue después el paisaje visual, porque cuando se viaja en tren también se observa el paisaje y el entorno, que es distinto a cuando se viaja en buses interurbanos o en automóvil particular. Otros elementos patrimoniales son los recuerdos, las ciudades, las familias y la publicidad.
Ahora, un poco para cerrar la pregunta y volver a las cuestiones de género, el viaje en tren, que además es un espacio más amplio que otras infraestructuras, hace que no haya tanto contacto corporal y los viajeros y viajeras no están tan “apretados” viajando, lo que termina siendo un factor positivo en mujeres, porque se sienten más resguardadas corporalmente en el tren. Lo que ellas identifican en las entrevistas que hicimos es que en los alrededores a la estación existe cierta inseguridad, especialmente cuando la hora de llegada calza con la noche, lo que implica cuidarse en el espacio público.
Por último y pensando hacia el futuro: ¿Es posible pensar en unas movilidades en ferrocarril a nivel nacional? ¿Esa es una escala posible? ¿o habría que pensar en movilidades regionales con más énfasis en conmutaciones y en las diferentes intermodalidades?
Comparto también esta idea de que hay un “nuevo aire” en la última década en la agenda política nacional para pensar el papel del ferrocarril. Con la idea de los “trenes para Chile” aparecen cosas interesantes que pueden ser una oportunidad, claramente.
Ahora, yendo a lo más preciso, el ferrocarril es un agente histórico indiscutible, a nivel cultural y económico, que implicó en la segunda parte del siglo XIX y comienzos del XX la generación de localidades y desarrollo territorial, dejando un legado inconmensurable y muy potente en la vida cotidiana hasta el día de hoy, con oficios, expansión urbana, lenguajes, artes, un montón de prácticas que se generan desde el tren. Pero sí siento que hay una especie de contradicción porque en países occidentales muy cercanos al nuestro, el tren si es un medio de transporte fundamental, porque tiene un montón de cualidades que hacen que las movilidades y los desplazamientos sean efectivos. Pensando en la geografía de un país largo y angosto, soy un convencido de que se requiere de los trenes como medio de transporte fundamental.
Ahora, más allá de la folclorización que pueda tener el tren y sus sentimientos de nostalgia, sí debemos pensar al tren como un medio de transporte que se debe de revitalizar y que se tiene que recuperar, porque no es solamente el tren como te decía al principio, es el tren y lo que este construye a partir del viaje. Y ahí tenemos un elemento muy particular respecto a otro medio de transporte que no tienen esa cualidad.
No es solamente el viaje, sino este y sus posibilidades económico-culturales que ofrece. Si entramos en la perspectiva de los usuarios que hemos entrevistado o acompañado en sus viajes, se argumenta que si es un viaje placentero, pero que si se puede mejorar. Es decir, lo que hay suma pero también se debe mejorar, por ejemplo, insertar nuevos servicios, que sean sustentables, acordes a las necesidades de las personas, y que estén en directo dialogo con las necesidades de las personas y también con cómo las ciudades necesitan de este tren. Un servicio que dialogue con la ciudad y que no solo sea visto como un medio de transporte. Es complejo porque hay un montón de cuestiones económicas y trabas políticas que hacen que el tren siga siendo un transporte secundario en la agenda política nacional, pero insisto, este nuevo aire y los tiempos actuales hacen que el tren cada vez tenga más protagonismo.
Para cerrar la idea y revisando PLADECO, los planes de Desarrollo Sostenible y la Agenda Urbana, coinciden en mejorar la calidad de vida, y ahí el tren parece que es un elemento perfecto y que se acopla con esta idea de equidad, incluyendo a las personas que viven en territorios no metropolitanos y rurales, porque incide en mejorar la movilidad, haciéndola un derecho más latente, y también porque mejora la calidad de vida de la población.
Con todos estos elementos estamos en un buen momento para pensar el tren como un agente que requiere revitalizarse y recuperarse, y que también va a permitir mayor desarrollo tecnológico y mayor conectividad, en definitiva, el acceso de todos y todas a los lugares de frecuentación cotidiana desde una mirada sostenible e inclusiva.
Entrevista a Mayarí Castillo y Consuelo Biskupovic: "La desigualdad en términos de distribución del uso y usufructo del agua en Chile es importante, alrededor del 70% del volumen de agua es usada para la agricultura, y dentro de este sistema, el 1% de los titulares de agua concentra el 79% del volumen total del agua"
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Revista Planeo Nº 53; Crisis hídrica y comunidades, Septiembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Mayarí Castillo es académica del Centro de Economía y Políticas Sociales, Universidad Mayor, Chile. Es Master en Ciencias Sociales por la Facultad de Estudios Latinoamericanos (FLACSO – México) y Doctora en Sociología por la Freie Universität Berlin. Sus áreas de conocimiento son desigualdad y pobreza, conflictos urbanos/ambientales y justicia ambiental, pueblos indígenas y metodologías cualitativas. Es también investigadora del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), fellow en The Maria Sibylla Merian Center for Advanced Latin American Studies (CALAS) e investigadora asociada al Observatory for Socioeconomic Studies Max Planck. Actualmente se desempeña también como Directora de Doctorados de la Universidad Mayor.
Consuelo Biskupovic es Socióloga y Antropóloga, Université París X, Nanterre. Master en Ciencias Sociales, mención Sociología, Ecole Normale Supérieure. PhD en Antropología, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales y Universidad de Chile. Desde el 2006 sus investigaciones se centran en las relaciones entre sociedad civil y medio ambiente. Actualmente, investiga sobre participación y cambio climático. También se interesa por la escritura etnográfica y metodologías cualitativas. Es profesora asistente del Centro de Economía y Políticas Sociales de la Universidad Mayor, investigadora de la Línea 4 del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres e investigadora responsable del Proyecto Fondecyt Iniciación Nº11200545 y del Proyecto ECOS-ANID C20H01. También es co-investigadora del Fondecyt Regular Nº1210858.
Mayarí Castillo
Las cuencas en donde hay crisis y conflictos, como sucede en el norte, son territorios extractivizados y, por ende, están muy presionados, afectando a las comunidades, por ejemplo, atacameñas en el norte, con la explotación del litio de la gran minería, y perjudicando practicas prehispánicas, como las labores de los pequeños agricultores y regantes
¿Cómo se manifiesta el interés por investigar desde la antropología los “recursos naturales”, y en especial los hídricos?
Consuelo: No estamos tan de acuerdo con el concepto de “recursos naturales”, porque esto implica seguir viendo la naturaleza como un recurso que sirve a los humanos. Nos gusta pensar, en tanto investigadoras, en las relaciones humanas con sus entornos, las que transcurren un mismo plano, incluyendo distintas entidades. Desde un enfoque antropológico, pensamos entonces lo hídrico en relación con lo social, y los “hidropoderes”.
En el proyecto FONDECYT regular en el que estamos, trabajamos con una conceptualización que incluye la perspectiva social, lo “sociohídrico” o “hidro social”, que justamente da cuenta de esta relación entre los distintos elementos en relación con la naturaleza e interacciones humanas. De ahí que los enfoques teóricos con los que estamos trabajando son de carácter interdisciplinar. Al trabajar sobre manejo de agua en riego y escasez, necesitamos un enfoque como este que incluya a la vez distintas perspectivas, desde lo comunitario, hasta las ingenierías. También nos gusta pensar la importancia de la dimensión comunitaria y de cómo las labores que se realizan desde ahí son sumamente importantes para el cuidado del agua y la mantención de ella.
Pensando en el agua como entidad explotable, pero también como fuente de interacción social en comunidades rurales, por ejemplo. ¿Cómo se van transformando las prácticas comunitarias y el territorio en zonas de escasez?
Mayarí: Hay una transformación del mundo comunitario y en los territorios de larga data, en la cual la escasez es uno de los elementos en un contexto de cambios productivos y sociales a nivel general. La escasez en Chile tiene que ver, por un lado, con falta de precipitaciones, pero también con estas transformaciones en la matriz productiva desde hace un tiempo ya largo, que han empujado usos más intensivos del agua, una mayor concentración de la tierra y una concentración de los derechos de agua. Y en ese marco podemos ver dos tipos de transformaciones comunitarias frente a la escasez. Por otro lado, vemos una un fortalecimiento de la red comunitaria en torno a la administración de cuenca y fuentes de agua. Hay casos que son bien emblemáticos de eso, como la cuarta región Petorca, Chiloé, Aconcagua, donde las situaciones críticas han empujado, en el fondo, a una mayor red organizacional y una respuesta comunitaria importante frente a la crisis.
En otros lados lo que hemos podido observar es un aumento de la conflictividad de los actores, porque evidentemente cuando hay menos agua hay también un mayor conflicto entre ellos, gatillados en algunos casos por ciertas conductas ilegales o poco éticas por parte de ciertos actores del sistema, como lo que han sido los robos de agua que han sido documentados en varias cuencas, y que evidentemente tensionan la convivencia. Pero en ambos escenarios, creemos que podemos resumir los cambios de más larga data en la forma de producir, en la importancia que tiene la agricultura en el ingreso familiar, pero también en la mayor importancia que algunos elementos culturales y organizacionales en torno al agua comienzan a adquirir, como pueden ser la limpieza comunitaria de canales o las comunidades de regantes, que hoy en día frente a la crisis son claves para asegurar el manejo de la poca agua que queda.
¿Cómo se pueden describir las desigualdades y tensiones sociales que se dan en contextos de alta explotación y de precariedad por acceso? ¿Existen recepciones críticas y/o resistencias en las zonas de crisis hídrica?
Mayarí: Antes de hablar de las resistencias, es bueno plantear el escenario de donde estas nacen. La desigualdad en términos de distribución del uso y usufructo del agua en Chile es importante, alrededor del 70% del volumen de agua es usada para la agricultura, y dentro de este sistema, el 1% de los titulares de agua concentra el 79% del volumen total del agua. Eso quiere decir que estamos observando una desigualdad por dos lados, por una parte, el agua se concentra en un cierto sector, que en este caso tiene que ver con la agricultura intensiva y extensiva para la exportación, primordialmente. Por otro lado, se concentra también en ciertos usuarios de este sistema de producción agrícola que son los grandes productores. Esta concentración del agua impacta, no solo en términos del acceso que tienen las comunidades al agua, sino también en desigualdades de acceso de poder y de influencia en la toma de decisiones respecto a qué es lo que se va a hacer con el agua. Eso creemos es súper relevante: los diferenciales de poder de los actores. Esto se ha observado también en tanto en las discusiones de la reforma del Código de agua, como en las discusiones de la reforma de la ley de riego, en donde hemos visto actores que tienen una visibilidad mucho mayor, un poder de lobby y un acceso a los tomadores de decisiones, que es bien distinto de lo que tienen otros actores.
Consuelo: Para complementar, un punto importante es que las cuencas en donde hay crisis y conflictos, como sucede en el norte, son territorios extractivizados y, por ende, están muy presionados, afectando a las comunidades, por ejemplo, atacameñas en el norte, con la explotación del litio de la gran minería, y perjudicando practicas prehispánicas, como las labores de los pequeños agricultores y regantes. Entonces, la misma cuenca que abastece a la pequeña agricultura, con huertos familiares, hoy provee mayoritariamente de agua a la explotación del litio. Entonces ahí está la desigual distribución del agua, en un contexto de extrema fragilidad, además.
Mayarí: Respecto al tema de la organización y la resistencia, creemos que lo que estamos observando es que cada vez hay comunidades más organizadas en torno al uso del agua, proceso que va aparejado de un nivel de conflictividad importante que se manifiesta en la última década. Chile es uno de los países que tiene mayor cantidad de conflictos socio ambientales según EJAtlas, y eso tiene mucho que ver con esta presión extractiva sobre agua, la tierra, los bosques, las zonas costeras. El caso del agua ha sido bien emblemático porque precisamente esta conflictividad se hizo evidente en el espacio público el 18 de octubre, en donde pudimos ver que una de las cosas que se levantó con fuerza en ese ciclo de protestas, fue la demanda por el agua. Esto se vio también en el proceso constituyente, en donde independiente del resultado, la cantidad de firmas que obtuvieron durante el proceso constituyente las iniciativas que tenían que ver con el derecho al agua, siendo de las más votadas y luego consagradas en varias secciones del escrito. Esto fue producto de un trabajo importante que se hizo a nivel comunitario para tratar de incidir en espacios de toma de decisiones.
¿Existen alternativas o estrategias para sobrellevar esto desde los diferentes actores involucrados? ¿hay sinergias entre entidades institucionales, comunitarias o académicas?
Mayarí: Justamente el proyecto que tenemos es sobre la “interfaz” entre política pública y los distintos actores en relación con la escasez. La principal herramienta del Estado hasta ahora se ha concentrado en aumentar el acceso riego tecnificado o revestimiento de canales para enfrentar la crisis. Sin embargo, eso sabemos que no ha beneficiado de igual manera la pequeña agricultura y a la agricultura indígena. Para tratar de aumentar la cobertura de la pequeña agricultura, y protegerla frente a los efectos de la escasez, hay algunas iniciativas exitosas de coordinación entre INDAP; CONADI y CNR en la novena, cuarta y séptima región. También hay experiencias bien importantes de colaboración entre actores comunitarios, estatales y actores de otros tipos, en torno a los programas de agua potable rural, que finalmente es ahí donde nosotros podemos ver también comunidades organizadas con instituciones estatales para mejorar el acceso y ahí hay casos r en todo el país. En términos del acceso de agua potable rural este es un programa que, si bien no tiene tanto “bombo”, por así decirlo, es súper exitoso en términos de la colaboración frente a las problemáticas de la escasez y los problemas en el acceso al agua.
Finalmente, pudimos ver en el proyecto, que también hay otras instituciones que tienen coordinaciones con organizaciones de la IV región, donde también se han intentado estos manejos utilizando ciertas instituciones a nivel estatal, pero a nivel municipal, donde hay un apoyo decidido de ciertas autoridades municipales en realizar acciones que protejan a población frente a la amenaza de la escasez, que en esta zona en particular es bien grave. En la región de la Araucanía y también del Maule, también hemos visto una gestión de distintos actores de distintas escalas de producción que también participan o que son parte de las “Asociaciones de Canalistas”, que son muchas organizaciones de usuarios del agua, donde todos tienen una participación diferente obviamente, pero les permite de alguna manera tener acceso al agua en momentos de crisis.
¿Cuál es la incidencia y el rol de las políticas públicas en Chile en contextos de escasez hídrica? ¿existen lógicas o trabajos intersectoriales en materias tan transversales?
Mayarí: Lo que sucede con el Estado es que en Chile hay poco trabajo para enfrentar la escasez hídrica como un tema que llegó para quedarse, y donde también hay poco trabajo de prevención frente a los efectos que esto tiene en las comunidades. Más allá de los subsidios de riego y los decretos de escasez, no existen planes orientados a esto. Eso es un problema porque finalmente lo que esto implica es que no existen hoy día políticas públicas orientadas a pensar en temas de agua en miras de los cambios que vamos a observar en la próxima década en relación con el cambio climático. Creemos que aquí hay un diagnóstico y una acción que viene tardía, por ejemplo, el año pasado, que fue uno de los años más graves de sequía y que fue muy crítico en las zonas que hemos documentado, se hizo un plan que se llamó el “plan sequía”, que básicamente consistía en fortalecer las asignaciones de riego y algunas formas de revestimiento temporal de canales. Pero esto llega tarde a las comunidades que ya está con problemas de escasez declarada.
Consuelo: Por otro lado, una falta de precipitación sostenida, no se soluciona necesariamente solo con el “riego tecnificado”. Entonces, quizás falta una política a nivel estatal con capacidad de mirar la matriz productiva y agrícola que tenemos y ver cuáles son las posibilidades reales de “producir”, de intervenir los territorios. Necesitamos una política más comprensiva orientada a la adaptación a una escasez sostenida. Quizás ahí podemos destacar el hecho que el Estado ha tenido un rol también importante en producir y reproducir ciertas situaciones de injusticia hídrica porque en las instituciones domina “la mirada ingenieril”, donde básicamente se hacen los proyectos más baratos y de menor costo, no pensando el problema de base que se da en la experiencia y gestión comunitaria del agua. La “mirada ingenieril” predomina hacia producir un riego tecnificado y macro-intervenciones, siendo la lógica que ha dominado las políticas públicas.
Para cerrar si pudieran hacer una síntesis de lo conversado y pensar en cómo proyectan estos temas hacia el futuro
Consuelo: Lo primero, lo fundamental, es cambiar la Constitución, para que el agua deje de ser un “recurso” privado, y sea un derecho el acceso al agua, y que, en el fondo, en la gestión del agua pueda intervenir el Estado, pero desde una perspectiva diferente a la que hemos hablado respecto a la gestión hídrica, que se focaliza en el riego. Apuntar también a conciliar y revertir mejor el diagnóstico que ya existe, y que están viviendo hace varios años las comunidades. No podemos hacer que llueva más, pero si podemos pensar en la articulación de los distintos actores que están en el territorio y en particular apuntando a una mirada hacia él, sobre todo, en los contextos de mayor tensión, como el contexto minero, forestal, agrícola. Es ahí donde hay que apuntar y poner más apoyo desde las políticas públicas.
Mayarí: Hay que observar en qué estamos usando el agua, y sí es que realmente queremos seguirla usando en lo que la estamos usando, porque básicamente casi toda el agua que tenemos hoy día la estamos dedicando a la agricultura intensiva y de agroexportación, lo que nos plantea una pregunta que va más allá del uso del agua ¿cuál es el modelo de desarrollo que queremos instalar? ¿cuál es el tipo de agricultura que queremos? Porque hay una arista que también estaba súper vinculada a los temas de agua, y que tiene que ver con la producción de alimentos. Por eso es que es importante pensar en que tipo de agricultura queremos, porque el agua hoy en día no se está usando ni para ducharnos en menos de tres minutos, ni para ni para regar el pasto, sino que para esto.
Esa maraña también tiene que ver con que los actores del sistema hoy se encuentran en una situación muy asimétrica en términos de poder. Entonces es difícil pensar una redistribución de usos del agua en un contexto de crisis, sino modificas dos aspectos fundamentales: por un lado, el modelo de desarrollo, es decir, para qué quieres usar el agua y, por otro, la legislación que tenemos. Sobre el segundo punto, la reforma al código de aguas ayudó, pero sigue siendo el agua un bien que se vende en un mercado y eso implica que, cuando tú tengas muy poca agua, vas a tener que decidir a quién tienes que entregársela y mientras exista un derecho de propiedad inviolable sobre ella, es difícil que tú puedas redistribuir a quien más lo necesita. De manera adicional, código de agua no es una reforma retroactiva, por lo que aplica sobre alrededor de un 6% que tú todavía puedes entregar.
Otro de los desafíos es comprender rol que tiene el agua, no solo en temas productivos, sino también en temas culturales y en temas ecosistémicos, como ha quedado referido en los artículos del borrador de la nueva Constitución que están específicamente pensados en como garantizar no solo el agua para el uso humano, sino también el para el uso los ecosistemas. Creemos que eso es clave, porque finalmente eso tiene que ver con los efectos que esto va a tener en la población que vive en estos ecosistemas. Sin duda que el cambio constitucional es, no sé si es la solución definitiva al tema de escasez, pero son los primeros pasos decididos a hacer eso posible, porque yo creo que todos sabemos que esto no va a pasar de un día para otro, pero finalmente son los primeros pasos que se deben tomar, antes que esto empiece a afectar el acceso de agua potable a la población de manera grave.
Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario
[Por: Diego García Guerra. Arquitecto. Máster en Arquitectura avanzada, paisaje, urbanismo y diseño y Máster universitario en transporte territorio y urbanismo por la Universidad Politécnica de Valencia. Laboratorio Ciudad y Territorio, Universidad Diego Portales]
Resumen
La presente columna propone una reinterpretación del patrimonio ferroviario a través de la categoría de hechos territoriales a fin de reconocer su potencial propulsor para el desarrollo local. Se hace hincapié en el rol estructurador de los componentes ferroviarios desde una perspectiva multi-escalar, focalizando en la vitalidad de sus permanencias. En este sentido, se reivindica el rol central de la participación continua de la comunidad en las diversas acciones de revalorización de estos bienes comunes, fortaleciendo la sostenibilidad local.
Palabras clave: Hechos territoriales, sistema ferroviario, patrimonio
El medio natural siempre ha sido un factor que ha condicionado los asentamientos humanos, las actividades económicas, los movimientos migratorios o la creación de vías de comunicación. Por lo tanto, para analizar la difusión del ferrocarril en las diferentes regiones es necesario tener en cuenta el papel que jugó el medio físico en este proceso.
Territorio desde el punto de vista de la sostenibilidad
Analizar el territorio supone evaluar los procesos que en él tienen lugar e implica aproximarse a las distintas culturas territoriales, así como profundizar en los procesos que conservan, modifican o transforman el territorio. Considerando que el territorio no es un espacio en blanco, sino un complejo físico con numerosos elementos que lo conforman, ya sean naturales y artificiales. Es decir, se trata de un espacio construido, resultado de una práctica proyectiva realizada por el hombre. El territorio evidencia las diversas formas de organización del espacio en relación con la utilización y explotación de la naturaleza, y su grado de desarrollo social y técnico siempre es reflejo de la sociedad que lo ha construido y diseñado.
La multitud de elementos que lo componen (caminos, carreteras, puentes, viaductos, túneles, canales, acueductos, presas, puertos, etc.) es un legado territorial de carácter histórico, en el que podemos contemplar las actividades de la sociedad en los distintos periodos históricos, siendo, por tanto, una fuente histórica sobre la sociedad del pasado donde se reflejan las condiciones sociales y económicas.
El ferrocarril, el primer medio de transporte de la era del vapor y emblema del progreso y modernidad durante el siglo XIX y XX, ha sido desde entonces el medio que más ha transformado el territorio, estructurándolo, creando nuevas vías de comunicación, incentivando el comercio y el intercambio. El ferrocarril y el territorio son dos elementos absolutamente indisociables. Las exigencias de pendientes de un trazado ferroviario obligan, en terrenos quebrados, a desarrollar grandes movimientos de tierra o singulares obras de fábrica.
Sobre este escenario fueron disponiéndose los trazados y construyéndose estaciones sujetas a un programa concesional en el que la iniciativa privada y los intereses económicos regionales forzaban el modo en cómo se iban tendiendo. En este sentido, hay que tener en cuenta que en la época inicial del ferrocarril la mayoría de los trazados ferroviarios utilizaron, para salvar los obstáculos que oponía el relieve de su trazado, aquellos pasos que ofrecían menor dificultad para rentabilizar los gastos de construcción. Aunque, anteponiéndose la función comercial y de negocio a la función social. De esta manera, la orografía, los desniveles, la capacidad económica, etc. fueron, entre otros, elementos que decidirían el trazado futuro del ferrocarril y crearían jerarquías.
El concepto de recuperar. Reciclaje y sostenibilidad
La sostenibilidad territorial se perfila como un planteamiento avanzado para gestionar racionalmente la riqueza patrimonial, el capital natural y el acervo de las culturas locales, a fin de permitir que cada comunidad y cada lugar puedan aprovechar los recursos y las capacidades endógenas, preservar su identidad y seguir beneficiándose de los bienes y servicios de los ecosistemas de forma racional y perdurable.
Efectivamente, se parte de la premisa de que el desarrollo sostenible se basa en la identificación, la incorporación y la valoración de las culturas locales en la planificación y la gestión territorial. La integración de estas manifestaciones patrimoniales en la planificación territorial supone un avance hacia una nueva concepción de la cultura del territorio. Además, el conocimiento y puesta en valor del patrimonio natural, cultural y paisajístico es una necesidad de nuestra sociedad para poder alcanzar un desarrollo sostenible.
La recuperación de vías de comunicación en general, y vías de ferrocarril en concreto, supone recuperar la identidad de un territorio, su esencia y el paisaje que lo caracteriza. Así, las vías o estaciones, con su materialización y técnicas constructivas, reflejan un momento histórico de desarrollo tecnológico, de nuevas tipologías arquitectónicas e industriales y de nuevas formas de comunicación sobre un territorio transformado. Se trata de llevar a cabo, por tanto, no un inventario de elementos, sino una valoración del conjunto de unos recursos determinados para que, mediante su reutilización, se conviertan en productos que aporten beneficios sociales, ambientales y económicos.
Patrimonio ferroviario arquitectónico
A lo largo de su historia, las vías férreas han necesitado no sólo de elementos similares a los caminos o canales como los puentes, los viaductos, los almacenes, talleres, sino que han desarrollado nuevos tipos de edificios como las estaciones, los apeaderos, las rotondas de locomotoras, etc.
El patrimonio es, sin duda, un instrumento y un recurso importante en la planificación, la ordenación y la gestión territorial. La noción de patrimonio ha variado mucho en las últimas décadas. Desde el sentido estricto que designaba los vestigios más monumentales de las culturas, se ha pasado a una ampliación del concepto con la incorporación de nuevas categorías procedentes, en muchos casos, de sectores no artísticos, como el patrimonio industrial. Además, también ha sido modificado para poder dar cuenta de la diversidad de las formas culturales y, sobre todo, de aquellas en las que se muestra la relación del hombre con el medio. Naturaleza y cultura aparecen íntimamente ligadas en la formulación de la noción de paisaje cultural.
El patrimonio ferroviario es uno de los más valorados dentro del patrimonio industrial. Su valor es de gran variedad y riqueza, constituyendo un auténtico legado cultural e histórico de nuestra civilización. No sólo como sistema de transporte, sino también por la importancia de los elementos de ingeniería, de arquitectura o tecnológicos que ha generado a lo largo de estos dos siglos. A la gran variedad de sus elementos, tales como, puentes, viaductos, túneles, estaciones, material rodante y artefactos técnicos, hay que sumarle la variedad de sus materiales, los diferentes sistemas constructivos, las soluciones técnicas para su adaptación al medio y a la geografía del lugar, etc. Es decir, todo un legado técnico y científico que hay que conocer y valorar.
La recuperación de estas estaciones y puentes abandonados supone una revalorización de un patrimonio industrial y arquitectónico único. Los nuevos usos, acordes con las actividades de las vías verdes, suponen un impulso y un reconocimiento al patrimonio industrial y arquitectónico. Además, las estaciones, al ser puertas de entrada a las poblaciones, suponían el límite y a la vez la conexión de las vías con el ámbito urbano, por lo que un reciclaje de éstas supondría un impulso al uso de las vías verdes, así como una revalorización del paisaje urbano y periurbano. Su posición estratégica no hace más que sumar valor y posibilidades de futuro al nuevo uso que allí se albergue. Por otro lado, los puentes y viaductos se convierten en excelentes miradores sobre el territorio, así como una muestra del desarrollo ingenieril de la época.
Encontrar la sal, habitar la sal.
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Cristian Morales Pérez. Antropólogo. Docente de la carrera de Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano]
Resumen
El presente artículo expone brevemente sobre la historia y la cultura de la sal de mar en el mundo humano, desde lo general a lo particular. Se presentan hitos de la historia universal asociados a los usos de la sal, así como datos históricos de la implementación de la producción salinera en Chile, con acento en las comunidades salineras del Chile central, portadoras de una tradición invaluable, habitantes de y con el mar
Palabras Clave: Salinas, Antropología, historia
Encontrar la sal, habitar la sal. La sal nos habita, es parte fundamental de nuestro organismo, sin ella, falla el sistema nervioso, el organismo completo se deteriora y colapsa. (Dastre, 1903; Bloch, 1963; Lemonier, 1996).El más temprano asentamiento humano asociado a la sal se remonta al 6000 A. C. en Zigong, China, incluso antes de la dinastía Han ya se extraía sal en esta ciudad, y se sigue haciendo. Ya hacia el 3000 A.C podemos hablar de cultura material y rutas de la sal. En torno a su uso para la conservación de cuerpos, humanos y no humanos, se data de 2000 A.C y se asocia a Egipto. (Kurlansky. 2003: 13)
Harlan Gilmore describe cómo sociedades enteras han decidido “salir de lo local” para obtener sal. Un recurso que ha abierto y ampliado los límites de muchas culturas, pero a su vez esto ha derivado, enfatiza el autor, en sociedades enteras adictas a esta roca (Gilmore, 1955:1004)
Históricamente han existido sociedades más cercanas a la sal que otras, Dastre en un estudio de 1903, titulado “Salt and its physiological uses”, explica cómo las sociedades con una dieta más cercana a la carne, a la leche, y a los pescados no tienden a salar sus alimentos, por otro lado las sociedades agrícolas tienden a depender mucho más de la sal. (Dastre, 1903:22834)
En América los imperios, azteca e Inca, producían sal. Particularmente el imperio Inca reconocía entre sus categorías censales trabajadores de salinas (Murra, 1984:65). Entre los mapuche, según las crónicas de Rosales, existe la voz chadi (‘sal’), aun así, según el cronista – explica José Toribio Medina (1882:184)- la sal, no era tan consumida por los mapuche como por los Incas. Además es muy probable que el consumo mapuche se viera influenciado producto de la relación con el Inca, nótese la similitud entre los vocablos quechua “Kachi» también “chachi” y el término mapuche “chadi”. Moulian et al (2015), dan otros ejemplos similares en las relaciones lingüísticas Quechua y Mapuche.
La primera crónica sobre Chile, de Jerónimo de Vivar, publicada en 1558, relata cómo la conquista del territorio estuvo en entredicho, producto de las mermas de sal en las tropas invasoras. Al alcanzar la zona central de Chile, los españoles habían agotado la sal recolectada en la zona norte, por lo cual se ven obligados -no sin su cuota de miedo- a buscarla en tierras inexploradas, hacia el mar, un lugar que llamaban Topocalma, donde según le informan sus guías indígenas, hay lagunas cercanas al mar donde se extrae la sal.
“Así los españoles iban temerosos que no la hallarían […] viendo que era invierno y que le parecía ser imposible haber sal, caminaron todos juntos, puesto que la duda iba oculta, aunque iba repartida entre todos, porque cada uno llevaba su parte”. (Vivar, 1966: 74-75)
Culmina el episodio con la descripción de un método que realizan los indígenas, de extracción de sal a mano, y la celebración del español ante la «suerte de hallar la sal». La sociedad europea a estas alturas dependía de un alto consumo de sal, siguiendo la retórica de Gilmore, una sociedad adicta a la sal[1]. Prontamente se implementaron salinas en toda la costa central, la distribución de estas salinas fue cambiando en el tiempo, pero nunca han dejado de existir.
Las últimas salinas de la costa central funcionando, se encuentran en las actuales regiones de O’Higgins y El Maule. En las localidades de Cáhuil, Barrancas y la Villa (Pichilemu). Lo Valdivia (Paredones). Y Yoncavén (Vichuqen). Entre la desembocadura de la laguna Cáhuil y la desembocadura del estero San Pedro de Alcántara, Boyeruca. Constituyen un territorio común; están relativamente cerca, con un paisaje similar, emparentados familiarmente y con una misma tradición. No tan lejos de Topocalma.
Un paisaje cautivador, como de otro planeta, el blanco radiante de la sal acumulada contrasta con el rojo de los cerros, la disposición geométrica de las piscinas salineras, y las herramientas de madera, anuncian la presencia humana, y evidencian un conocimiento transmitido por generaciones. (Sarovic, 2002: 48. Morales, 2019:07).
El sistema de piscinas y las herramientas son de origen europeo, (Quiroz, et al. 1986:118). Aún es posible encontrar en España y Francia sistemas de piscinas muy similares y herramientas casi idénticas. Todas estas, son salineras de tradición romana (Morére, 1994:235. Di Fraia, 2011:31). Ahora bien, todo indica que la población indígena local ya manejaba espacialmente los mejores sectores para implementar la extracción de sal, por eso el reconocimiento de Topocalma como un sector de sal, y producto de su relación fronteriza con el Inca, muy probablemente con conocimientos en torno a la producción salinera y sin duda en conocimiento del valor de la sal. Esto explicaría la pronta identificación de los beneficios del sistema romano y finalmente la adopción de este a su favor. Las poblaciones indígenas adoptan prontamente la técnica de evaporación por piscinas y las herramientas salineras, porque ya extraían sal antes. Cabe mencionar que parte de la comunidad salinera actual se identifica con esta población indígena que apropia inteligentemente una tecnología foránea en su beneficio. (Morales, 2019:21).
Hay una herramienta, que según nuestra consideración, cristaliza las condiciones históricas y culturales específicas en que se implementó el actual sistema de extracción salinera, durante el siglo XVI en el territorio. Hablamos de la Angarilla, herramienta de madera para trasladar sal, que aún se ocupa esporádicamente y que hasta hace una década, se ocupaba aún de forma extensa. La voz angarilla es de un castellano en desuso, cuya primera acepción es ‘camilla para transportar a pulso enfermos, heridos o cadáveres’ (RAE. 1.f. angarilla). Se asocia a una camilla simple e improvisada. (cf. Léxico Oxford; Diccionario Collins). Esto nos hace pensar, sobre la razón detrás de no ocupar simplemente carros para trasladar la sal y ocupar en su lugar camillas. Bueno, creemos que esto se explica por el contexto bélico de la conquista, un entorno en donde era mucho más probable encontrar camillas que carros. Hoy la Angarilla se ocupa muy poco, ha sido reemplazada por la carretilla, pero es sorprendente la cantidad de tiempo que se ocupó de forma sistemática, tomando en cuenta la variedad de opciones tecnológicas para resolver el traslado de sal. Según nuestra observación, esto en parte se explica por el alto apego que tiene el salinero por su trabajo y sus herramientas. (Morales, 2019: 21) Las familias de salineros y salineras del Chile central en algunos casos habitan frente al mar, en otros no, pero siempre cerca, siempre con el mar. Son portadores de una tradición invaluable, asociada a los albores de la historia en el territorio, y que continúa hasta nuestros días. Hoy esa continuidad está en entredicho, las condiciones económicas de salineras y salineros son complejas, año a año muchos deben acumular su sal a la espera de un precio justo de venta. Esto afecta en el recambio generacional salinero, los jóvenes miembros de familias salineras aprecian su actividad tradicional, pero les preocupa sus condiciones actuales y sienten incertidumbre por las futuras.
Bibliografía
Bloch, M. (1963). The social influence of salt. Scientific American, 209(1).
Dastre, M. A. (1903). Salt and its physiological uses. Scientific American Supplement, (1425).
De Augusta, F. (1916). Diccionario araucano-español y español-araucano. Santiago: Imprenta Universitaria.
Di Fraia, T. (2011). Salt production and consumption. En A. Vianello (ed.), Exótica in the prehistoric Mediterranean (pp. 26-32). Oxford: Oxbow Books.
Gilmore, H. (1955). Cultural diffusion via salt. American Anthropologist, New Series, 57(5), 1011-1015.
Kurlansky, M. (2003). Salt: A world history. Nueva York: Penguin.
Lemonier, P. (1996). Sal. En P. Bonte y M. Izard (eds.), Diccionario de etnología y antropología. Madrid: Akal.
Marius-Tiberiu, A. (2015). Anthropology of salt: Challenges of a new discipline. First International Congress on the Anthropology of Salt, 20-24 August, 2015. University of Iași, Rumania.
Medina, J. T. (1882). Los aborígenes de Chile. Santiago: Imprenta Gutenberg.
Mella, J. (1996). Historia urbana de Pichilemu: Origen y crecimiento. Pichilemu: Bogavantes..
Morales, C. (2019). Sal y salinas en Pichilemu. De la sal como materia a la cultura material de la sal. Bajo la Lupa, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Morére, N. (1994). La sal en la Península Ibérica. Los testimonios literarios antiguos. Hispania Antiqua, XVIII, 235-250.
Moulian, R., Catrileo, M. y Landeo, P. (2015). Afines quechua en el vocabulario mapuche de Luis de Valdivia. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 53(2), 73-96.
Murra, J. (1984). Andean societies before 1532. En L. Bethell (ed.), The Cambridge history of Latin America. Volume I: Colonial Latin America. Cambridge: Cambridge University Press.
Quiroz, D. (2010). Los salineros de las costas del Chile Central. Historia, sistema productivo y herramientas. Santiago: CDBP.
Quiroz, D., Poblete, P. y Olivares, J. (1986). Los salineros en la costa de Chile Central. Revista Chilena de Antropología, (5), 103-120.
Sarovic, M. (2002). Los trazados de la sal. Lugar y paisaje: Transformaciones culturales, Cáhuil, VI Región. ARQ, (50), 46-49.
Vivar, J. de. (1996). Crónica y relación copiosa y verdadera de los reynos de Chile. Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina.
[1] El tratado sobre la sal “Commentariorum de sale, libri quinque” escrito en 1579 por Bernardino Gómez Miedes, ensalza sus usos económicos, sus usos en la medicina, asi como atribuciones magico-religiosas.(Marius-Tiberio, 2015, p. 1)
Puesta en valor del ferrocarril Antofagasta Bolivia: Visión Patrimonial de FCAB
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Puesta en valor del ferrocarril Antofagasta Bolivia
Visión Patrimonial de FCAB
[Por: Jaime Henríquez Valenzuela. Gerente de Sustentabilidad y Desarrollo Territorial de FCAB. Abogado de la Universidad de Chile y Magíster en Desarrollo Urbano y Gestión Ambiental, en donde desempeñó su tesis en Patrimonio Ferroviario. Postítulo en Antropología Jurídica y Derecho Indígena]
Resumen
FCAB busca activar y valorar los recursos patrimoniales ferroviarios a partir de una gestión participativa y colaborativa, con el fin de integrarlo a la vida urbana a través de un uso permanente y cotidiano, en las 5 comunas de la Región de Antofagasta en las que opera la compañía.
Palabras clave: Desarrollo, Legado, Historia, Patrimonio material, Patrimonio inmaterial, Ferrocarril.
El Patrimonio ya no es considerado solo como símbolo de conservación de los vestigios del pasado. Hoy se alza como una herramienta poderosa de redes integradas. Ya no es suficiente solo resguardarlo, se requiere vivirlo, activarlo y regenerarlo a través de su uso cotidiano y ciudadano, lo que requiere una gestión participativa y colaborativa de sus protagonistas.
El Ferrocarril de Antofagasta constituye un testimonio de los elementos patrimoniales con que cuenta la región y la dimensión internacional que caracterizó a la industria del salitre en el norte del país. En la actualidad, aún existen barrios e inmuebles que dan cuenta de la vida que transcurría en aquellos tiempos del salitre y luego con la industria del cobre.
Con orgullo, FCAB cuenta con una de las estaciones mejor conservadas del patrimonio ferroviario chileno, y eso es lo que deseamos para el resto de las instalaciones patrimoniales de la región. Por lo anterior estamos trabajando basándonos en la Estrategia de Patrimonio de FCAB, que busca activar y valorar los recursos patrimoniales ferroviarios a partir de una gestión participativa y colaborativa, con el fin de integrarlo a la vida urbana a través de un uso permanente y cotidiano, en las 5 comunas en las que operamos. Esto lo hacemos a través de tres ejes estratégicos:
- Activos Ferroviarios: Busca desarrollar planes de activación, revitalización y rescate de inmuebles patrimoniales. (material rodante, edificios y estaciones) (Ej. Ex hospital inglés)
- Patrimonio y territorio: Plantea rescatar y proyectar los valores ferroviarios (compromiso con la sustentabilidad), que forjaron a las ciudades e identidades barriales de los territorios donde somos parte.
- Educación y fomento cultural: Posicionar a FCAB como un actor regional que apalanca la formación escolar, los desafíos sociales, culturales, productivos y tecnológicos de la Región de Antofagasta.
La historia de la Región de Antofagasta está profundamente conectada con FCAB y sus 134 años de trayectoria. El tren nace como medio de transporte y es parte de la cadena logística para el desarrollo económico de la región, la industria necesitaba un medio para sacar su producción y las ciudades se formaron y crecieron en torno a las instalaciones ferroviarias.
El crecimiento de la actividad ferroviaria y portuaria trajo consigo el desarrollo que necesitaba las ciudades para erigirse como capital minera de Chile. El paso del tren acarreó consigo no solo la riqueza del mineral, sino que también se transformó en un motor de construcción social, que llenó de vida a la zona.
Este desarrollo se transformó no solo en la cara de las ciudades, sino también es parte de cada una de las vivencias de los hombres y mujeres que, con su esfuerzo, construyeron el ferrocarril que es hoy, dejando un gran legado en la identidad en cada uno de los territorios en donde operamos.
Para el Ferrocarril el patrimonio es la huella que ha dejado en el territorio y en las personas que han sido parte del crecimiento de nuestra región. Un legado que se ha traspasado de generación en generación.
Para quienes vivimos en la Región de Antofagasta es común encontrarnos con variados elementos físicos que son parte de la historia y que se asocian a la actividad propia del ferrocarril, como lo son las estaciones de trenes, maestranzas, talleres mecánicos, grúas, cocheras, parrillas de líneas férreas, acueductos e inmuebles patrimoniales.
Algunos ejemplos de ello:
- La Estación de FCAB: Construida entre 1885 y 1887, ubicada en calle Bolívar, fue Declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto Supremo N° 74, el 12 de enero de 1981. El edificio tiene con un balcón corrido que permite comunicar sus distintas dependencias, en donde actualmente funcionan las oficinas administrativas. Lo rodean casas de estilo inglés y conforman el edificio del FCAB.
- Coche histórico N°48: Fue reacondicionado por FCAB e instalado en la comuna de Sierra Gorda. Entre 1907 y 1940, el FCAB contaba con vagones destinados a transportar pasajeros de primera clase, que luego pasaron a ser parte del patrimonio ferroviario.
- Locomotora 34: Del año 1927 (restaurada el 2004), diseñada en Mejillones por los ingenieros británicos Hilary Hood y Eduard Gerrard. El año 1927 la fabricó North British Locomotive & Co LTDA en Glasgow, Escocia. Prestó servicios desde los años 1927 a 1962 entre Antofagasta y las fronteras con Bolivia y Argentina. Finalmente, el año 2004 fue reparada y puesta en servicio para viajes especiales. La cual hoy se encuentra en un nuevo proceso de reacondicionamiento.
- Ex Edificio Patiño: El edificio ubicado en la calle Washington 490, colindante al ex Banco Mercantil de Bolivia, forma parte del Barrio Histórico de Antofagasta y es reflejo de lo que fuera la época de auge experimentado por la ciudad, en el marco de la economía salitrera. Aunque no existen datos concretos sobre su edificación, se estima que data de la década de 1920, coincidente con las obras del edificio del ex Banco Mercantil de Bolivia. Fue declarado Monumento Histórico en 1991 por sus méritos arquitectónicos y por conformar, junto al edificio del Ex Banco Mercantil de Bolivia, una perfecta unidad estructural que enriquece el patrimonio cultural del Barrio Histórico.
- El Paseo Estación en Calama: Ubicado en pleno centro de Calama, constituye un espacio de encuentro para la comunidad, integra rieles, durmientes, una tornamesa, un mini museo y coches restaurados y habilitados para que emprendedores de la zona puedan dar muestra de sus creaciones.
- Viaducto de Conchi: Se encuentra ubicado aproximadamente a 66 kilómetros de la ciudad de Calama, a una altura de 3.048 metros sobre el nivel del mar, y fue construido entre los años 1886 y 1888 por la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. La construcción de este bien se enmarca en el desarrollo de la minería en la Región de Antofagasta, que desde mediados del siglo XIX generó un crecimiento económico sin precedentes para el país apoyado necesariamente por un sistema de transporte como el ferrocarril, que permitía desplazar grandes cantidades de material desde su lugar de extracción a las plantas de refinerías y “oficinas” y desde allí a los puertos en donde se embarcaba para ser distribuido al resto del mundo. Fue declarado Monumento Histórico a través del Decreto N.º 156 en el año 2015.
- Ex – Hospital Inglés: Conocido como Ex colegio inglés o Ex Colegio Antofagasta, fue inaugurado en 1907, su servicio médico iba dirigido inicialmente a los funcionarios de la compañía ferroviaria, siendo el primer hospital “moderno” con el que contó la ciudad, a partir de ese momento y fue conocido en aquel entonces como el Hospital Inglés de Antofagasta. En 1926, los niveles superiores fueron reacondicionados y convertidos en las dependencias educativas del Antofagasta British School, el célebre Colegio Inglés de la ciudad, disponiendo sus salas para los hijos de los ejecutivos de la Compañía de Ferrocarriles y algunos de la colonia británica en la ciudad. Actualmente, a través de un trabajo colaborativo, se entregó a la Sexta compañía de Bomberos, Bomba Ferrocarril, en una asociación pública-privada que busca volver a dar vida al edificio a través de la habilitación de un nuevo cuartel para la compañía y espacios de uso público.
Para FCAB el trabajo mancomunado con la comunidad, trabajadoras y trabajadores, es clave, pues son el espíritu de todas las iniciativas que tengan como objetivo reactivar y poner en valor los espacios patrimoniales.
Con ellos seguiremos construyendo valor, porque tenemos un testimonio vivo, que es nuestro patrimonio material e inmaterial, y que habita en el norte de Chile. Es el propio territorio y nuestra gente quienes narran cómo fue la vida a la usanza de las salitreras y el nacimiento de las localidades adyacentes a la línea del tren.
Somos pueblo, somos agua
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Somos pueblo, somos agua | Secas, el río sueña (2021)
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa UdeC, Mg. en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente – IEUT, Estudiante Doctorado en Geografía UC]
Documental: Secas, el río sueña (2021)
Dirigido por: Galut Alarcón
Participación en Festivales: 28º Festival Internacional de Cine de Valdivia; 15º Festival Internacional de Cine Polo Sur Latinoamericano
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=RqLbjS_f7D0
Disponible en CineChile – https://cinechile.cl/pelicula/el-rio-suena/
Im.1 Póster Documental | Fuente: CineChile
Resumen.
Constituyendo una de las partes de una trilogía de documentales titulados “Secas”, el documental El río sueña aborda la escasez hídrica en comunidades rurales, desde la cordillera hasta el valle, en la zona central de Chile. Personifica a los ríos, glaciares y lagunas, entregando su relato a través de sus comunidades defensoras, y relacionando la escasez de agua no sólo a la sequía, sino que a diferentes actividades extractivas como la minería, la generación energética, la agricultura de exportación y el turismo intervencionista. Ofrece una mirada desde la cosmología diaguita sobre la capacidad del río para soñar, anunciando que vendrá escorrentía, y asimismo hace referencia directa a la necesidad urgente de un cambio constitucional que permita un nuevo Código de Aguas y el fin de la privatización del recurso hídrico.
Palabras Clave. Agua, explotación, sequía.
Introducción.
De acuerdo con su guionista y director, Galut Alarcón, El río sueña surge a partir de conversaciones con comunidades del río Choapa (Chile) y su conocimiento ancestral acerca del agua y del comportamiento del río. La vinculación de la vida y el agua es directa, es por eso que su disponibilidad y acceso es fundamental para dichas comunidades, lo que justificaría la lucha que perdura para asegurar el agua a las próximas generaciones.
El documental hace un recorrido por diversas comunidades en la zona central de Chile: en el Cajón del Maipo, Panguecillo, Quelén, Cabildo, Salamanca, Pirque, Paine, la Laguna de Aculeo y Cuncumén. El agua en sus diferentes formas geográficas (glaciar, río y laguna) resulta personificado por las comunidades vinculadas a ella, reconociendo sus formas, sus espacios, su sonido, y la falta de ellos como respuesta a la intervención de actividades económicas extractivistas.
Sagrada Cordillera.
Se expone la Cordillera de los Andes, y en ella el glaciar Mesón Alto en el Cajón del Maipo, para ejemplificar cómo la Cordillera es fuente y soporte del agua que se debe proteger. El agua es fundamental para ecosistemas sanos, y la construcción de Alto Maipo se plantea como una amenaza para la disponibilidad de agua, ya que fracturó el glaciar callando la voz del agua que alimenta al río Maipo. Este tipo de intervenciones en un espacio sagrado como lo es la Cordillera, son los que ponen en peligro la vida en toda la cuenca, y podrían silenciar la voz de los ríos.
Im.2 Glaciar Mesón Alto | Fuente: CineChile
Silencio y el río.
En otro caso se presenta el convento de Carmelitas Descalzas, a las que una empresa que planeaba desarrollar un proyecto de generación eléctrica intentó de convencer para que cedieran parte de su terreno para encausar el río en tuberías subterráneas. Sin embargo, las religiosas reconocen que antes escuchaban solo el sonido del silencio y el sonido del río, y eso les generaba un espacio de paz y reflexión. Pero luego llegaron los camiones, y el río empezó a silenciarse, y con ello se acabó la paz.
Luego de negarse al proyecto de la hidroeléctrica, las Carmelitas Descalzas tuvieron que reponerse a incendios en sus terrenos y desde su creencia piensan que es obra de la Virgen del Carmen, madre y reina de las montañas y de las aguas, quien las protege y protege la tierra para que no pase nada malo.
Im.3 Carmelitas Descalzas | Fuente: CineChile
Recuperar el agua, recuperar la memoria.
Un último caso, y uno de los ejemplos más impactantes a nivel nacional de los efectos del uso y explotación del agua, sumado a la extensa sequía que ha padecido la zona central del país, es la Laguna de Aculeo. Este cuerpo de agua se muestra completamente seco, incluyendo el inexistente caudal de sus afluentes, y resulta de acuerdo con el documental tanto un espacio que debe ser recuperado para la comunidad, como un espacio de memoria por la recuperación del agua.
Sumado a ello, se muestra la explotación del suelo de lo que era la Laguna de Aculeo mediante una actividad de extracción de áridos que mantiene el modelo de explotación de recursos naturales que permite la Constitución vigente en Chile, por lo que se indica la necesidad de un nuevo modelo de justicia hídrica que prohíba la privatización de este recurso.
Im.4 Laguna Aculeo | Fuente: CineChile
Conclusión.
El documental El río sueña ofrece una visión general de cómo la escasez hídrica afecta a comunidades rurales en la zona central del país, y cómo estas comprenden desde sus propias creencias su relación con el agua, lo que de cierta forma le da sustento a su lucha contra la explotación, para poder acceder al agua que sostiene la vida y su supervivencia como comunidad.
Lo que tienen en común, es que todas quieren que el río vuelva a soñar, para escuchar ese sonido que augura buenas noticias: que viene agua, agua que es parte de la tierra, que permite ecosistemas sanos, y que necesitamos que fluya libre por la tierra.
Patrimonio ferroviario: Reinterpretar las permanencias de los hechos territoriales
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Patrimonio ferroviario: Reinterpretar las permanencias de los hechos territoriales
[Por: Cecilia Inés Galimberti. Doctora en Arquitectura, Investigadora Adjunta del Centro Universitario Rosario de Investigaciones Urbanas y Regionales (CURDIUR) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)]
Resumen
La presente columna propone una reinterpretación del patrimonio ferroviario a través de la categoría de hechos territoriales a fin de reconocer su potencial propulsor para el desarrollo local. Se hace hincapié en el rol estructurador de los componentes ferroviarios desde una perspectiva multi-escalar, focalizando en la vitalidad de sus permanencias. En este sentido, se reivindica el rol central de la participación continua de la comunidad en las diversas acciones de revalorización de estos bienes comunes, fortaleciendo la sostenibilidad local.
Palabras clave: Hechos territoriales, sistema ferroviario, patrimonio
Los componentes ferroviarios resultan estructuradores del proceso de territorialización y se configuran en marcas que condicionan las diversas variables y dinámicas posteriores a su constitución, incluso a pesar de su desafectación o cambio de uso. El ferrocarril ha sido clave tanto en la organización territorial, como en la reestructuración de las redes de las ciudades, obteniendo protagonismo y grandes impactos en su crecimiento y desarrollo (Capel, 2007). Especialmente en América Latina, el proceso de infraestructuración ferroviaria, que toma lugar mayormente entre la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, transforma radicalmente no solo las ciudades preexistentes, sino también resulta motor de generación de poblados y es causante de nuevas lógicas territoriales. Gran cantidad de urbanizaciones surgen alrededor de las estaciones ferroviarias, así como se establecen nuevas divisiones catastrales tanto urbanas como rurales en torno al sistema férreo.
En las últimas décadas, se reconoce el valor del patrimonio ferroviario como clave de identidad local, por lo cual, se realizan numerosas refuncionalizaciones en diversas ciudades del mundo. No obstante, si bien frecuentemente se registran intervenciones y restauraciones de componentes a escala urbana o piezas arquitectónicas aisladas, resulta fundamental comprender el rol multiescalar de los territorios ferroviarios. Esto implica comprender no solo su rol urbano, sino la conexión posibilitante entre distintas regiones, territorios y lugares que le confiere una identidad común, con diferencias y particularidades, pero mancomunadas en una misma historia y un gran potencial de revalorización conjunto respondiendo a las demandas contemporáneas.
La permanencia vital de los hechos territoriales
Aldo Rossi en su famoso libro “La Arquitectura de la ciudad”, al analizar la estructura de la ciudad, focaliza en los hechos urbanos, en su forma, en el rol de la permanencia, la historia, la memoria: “muchas veces estos hechos permanecen, están dotados de vitalidad continua, y a veces se destruyen; queda entonces la permanencia de las formas, los signos físicos del locus” (Rossi, 2010, p. 99). Pero la permanencia de dichos elementos puede darse de dos variantes, dado que pueden ser elementos patológicos o, de lo contrario, elementos propulsores. La diferencia refiere a la forma en que experimentamos el pasado. En el primer caso, estos hechos tienden a quedar aislados de las dinámicas contemporáneas de la ciudad, que no se puede modificar; mientras que, en el segundo, el pasado se experimenta de una manera diferente, en la cual puede cambiar su función, pero continúa presentando esa asociación indisoluble con el lugar.
Bajo ese espíritu, proponemos el concepto de hechos territoriales, entendidos en su escala ampliada, que abarca diversas jurisdicciones y distintos usos del suelo. El ferrocarril, en muchos casos, resulta un factor infraestructural antecesor a los desarrollos urbanos, cuya presencia introduce un factor territorial especial, dado que irá marcando la vocación de diversos sectores espaciales (Fernández de Luco, 1987). Es así como, a pesar de que se modifique su función (siendo desafectados y/o reutilizados sus componentes para otros usos), dichos elementos continúan permaneciendo tanto en su forma, condicionando otras dinámicas, como también en la memoria de los habitantes, en la imagen, el paisaje territorial. De ello deriva el potencial propulsor de estos hechos, entendiéndolo como un sistema capaz de crear relaciones territoriales (Eizaguirre & Grijalba, 2020). En este sentido, cobra particular interés la perspectiva de abordar el territorio como patrimonio, a través de la reinterpretación y de las reapropiaciones de las huellas territoriales, a fin de conservar sus caracteres identitarios, pero reactualizados en el presente (Galimberti, 2015).
Hacia la revalorización de los territorios ferroviarios
Son numerosos los componentes ferroviarios en distintas partes del mundo que han sido restaurados y refuncionalizados para nuevas actividades. Si bien mayormente estas intervenciones suelen realizarse sectorialmente en obras de arquitectura, como estaciones, galpones, talleres, entre otros, el potencial es mucho mayor cuando se aborda desde una estrategia multiescalar de los hechos territoriales. Por un lado, nos referimos sobre la relevancia de la revalorización de las identidades territoriales, mediante acciones integrales que respeten las particularidades de cada lugar, de su memoria colectiva. Siguiendo a Magnaghi (2011), el patrimonio territorial es un sistema vivo de alta complejidad y debe ser tratado como recurso para producir riqueza. Esto significa atribuirles nuevos alcances a través de la producción de nuevos actos territorializantes, pero sin destruir su valor de existencia. Es decir, debe ser entendido como bien común, como recurso para las generaciones futuras, pero dicho legado no significa convertirlo en un patrimonio intacto, inmutable, sino enriquecido con funciones y nuevos valores para la comunidad (Carta, 2004).
Por ello, estas iniciativas deben surgir y contar con el apoyo y la participación plena de la propia sociedad. Es decir, que ésta sea protagonista de sus reapropiaciones y que posibilite su legado en el tiempo. Si dichas acciones resultan ajenas a la comunidad local y responden a intereses exógenos, como la simple atracción de turistas o su uso para visitantes o consumidores externos, tienden a resultar meras escenografías carentes de valores cualitativos en sintonía con el locus. En cambio, como plantean Dematteis y Magnaghi (2018), el “retorno al territorio” implica el crecimiento de la conciencia del lugar, que conduce tanto al conocimiento profundo de sus componentes ambientales, paisajísticos, culturales y sociales. Así, atendiendo a los sujetos socioeconómicos locales y resultando insumo para producir bienes orientados al bienestar de las comunidades locales.
Referencias bibliográficas
Capel, H. (2007). Ferrocarril, territorios y ciudades. Revista bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XII, 717. http://www.ub.es/geocrit/b3w-717.htm
Carta, M. (2004). Strutture territoriali e strategie culturali per lo sviluppo locale. Economia della Cultura, 1, pp. 39-56. DOI: 10.1446/12382
Dematteis, G. & Magnaghi, A. (2018). Patrimonio territoriale e coralità produttiva: nuove frontiere per i sistemi economici locali. Scienze del territorio, 6, 12-25.
Eizaguirre-Iribar, A. & Grijalba, O. (2020). A methodological proposal for the analysis of disused railway lines as territorial structuring elements: The case study of the Vasco-Navarro railway. Land Use Policy, 91, 104406. https://doi.org/10.1016/j.landusepol.2019.104406
Fernández de Luco, M. (1987). El Plan Director como estrategia de acción. En Municipalidad de Rosario (Ed.) Jornadas de divulgación sobre ordenamiento urbano y aspectos ferroportuarios de la ciudad de Rosario, pp. 24-48.
Galimberti, C. (2015). El patrimonio territorial como mirada integrada del ambiente. Análisis del frente fluvial metropolitano de Rosario. Revista Apuntes, 28 (2), 56-67, doi:10.11144/Javeriana.apc28-2.ptmi
Magnaghi, A. (2011). El proyecto local: Hacia una conciencia del Lugar. Barcelona: Universitat Politécnica de Catalunya.
Rossi, A. (2010). La arquitectura de la ciudad. Barcelona: Gustavo Gili.
Playa Guanaye de Mejillones: la construcción de un espacio intercultural
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Ignacia Álvarez Barros. Antropóloga Social de la Academia de Humanismo Cristiano, cursó un diplomado en Derecho a la ciudad y producción social del espacio]
Resumen:
A pesar de los estigmas y prejuicios en torno a la Playa Guanaye de Mejillones y la poca intervención de políticas públicas y municipales para mejorar y acercar este espacio a la comunidad, la población migrante del campamento ha logrado resignificar este lugar extrapolando y proyectando parte de las dinámicas socio culturales del campamento en el balneario, haciendo uso mediante lo recreacional, como mecanismo de resistencia de sus prácticas culturales y de apropiación de un lugar deshabitado, estigmatizado y segregado.
Palabras clave: Interculturalidad, Mejillones, Guayane, Balneario, Campamento internacional
La comuna de Mejillones, ubicada 65 kilómetros al norte de Antofagasta, polo industrial y portuario del país, desde sus orígenes, centro de la extracción de recursos como el salitre y testigo del auge del desarrollo ferroviario nacional a través del traslado de materias de primas para la minería. A pesar de sus paradisiacas playas, cómo se esbozó anteriormente, se ha caracterizado por su actividad industrial, en sus inicios por la industria del salitre y ferrocarriles de Chile, posteriormente la construcción de puertos y la consolidación de la industria pesquera, en los años 90’ posterior al auge y caída de la industria de la harina de pescado, se consolida el parque industrial, la llegada de las termoeléctricas a carbón, almacenamiento de ácidos y químicos industriales, la creación de puertos para el transporte de insumos para la minería, entre otros, los que conforman más de 13 kilómetros de sector industrial; actividad económica que ha impactado directamente en el desarrollo de la comuna, condicionándose a los requerimientos del polo industrial en servicios y habitabilidad, restando espacio a lo residencial por sobre lo industrial, primando el arriendo y subarriendo de piezas, primando el espacio para el uso habitacional de carácter dormitorio para esta población flotante solicitada por la actividad económica primaria de la comuna, la industrial.
El uso de tipo dormitorio del espacio por sobre lo residencial ha encarecido los precios de los arriendos e imposibilitado el acceso a precios justos. Los requerimientos del campo industrial conllevan la modificación de las viviendas para el subarriendo de piezas lo que dificulta el arriendo para familias. El aumento de los precios de los arriendos, el encarecimiento del metro cuadrado en la región y la demanda de la industria ha incidido en la conformación de campamentos en la región, lo que se consolidó y aumentó exponencialmente con la llegada de la población migrante al país y por sobre todo al norte grande de Chile. A partir del boletín Estimación y caracterización del Déficit Habitacional de Políticas Públicas UC (Déficit Cero, 2022) en la región de Antofagasta existe un déficit habitacional de 37.099 viviendas, número de viviendas requeridas por la región representa el 5,8% con respecto al total nacional del déficit.
El incremento de la población migrante es directamente proporcional al aumento de los campamentos, ante la dificultad para acceder al derecho a la vivienda, ‘‘radicarse en un campamento hoy aparece para una parte de la sociedad como una solución factible a un mercado ‘‘formal’’ privado de arriendo de vivienda que para muchos es inaccesible económicamente ’’ (Morales, Flores Pineda, & Orozco Ramos, 2018, pág. 164). La dificultad para acceder a la vivienda es mucho más compleja para la población migrante, considerando también la burocracia detrás de los procesos de regularización en el país lo que los va privando de posibilidades, ‘‘La amenaza que a priori el inmigrante supone lo va dejando fuera de la posibilidad de alguna igualdad que lo dignifique’’ (Tijoux y Riveros, 2019, p.402).
Relacionado a lo anterior y según los datos expuestos con respecto al déficit de vivienda en la región de Antofagasta, la comuna de Mejillones posee un gran campamento conformado casi en su totalidad por población migrante, la ocupación de terrenos en esta zona industrial de la comuna comenzó en el año 2015, sitios deshabitados donde finalizaba el sector residencial de Mejillones. En la actualidad este espacio de asentamiento informal y autoconstrucción se ha ido densificado aceleradamente, a pesar de que el polígono del campamento no puede aumentar, esto ha propiciado la construcción y ampliación vertical de las viviendas, debido al fenómeno de reunificación familiar; parte de las motivaciones de la autoconstrucción es poder tener la posibilidad de ampliar para recibir a familiares y amigos extranjeros. La apropiación de estos terrenos de manera informal ya no se limita a una ‘‘toma’’, es la conformación de un espacio y uso de suelo habitacional (aunque informal) que se posiciona como una manera de hacer hogar en contexto de vulnerabilidad y precariedad.
La marginalidad urbana en la que viven los migrantes en los campamentos es sin duda alguna una realidad substancialmente económica, pero también social, racial y cultural. ‘‘La inmigración involucra un proceso de resignificación de la experiencia individual’’ (Imilan et al. 2016:344)
A partir de la densificación de este espacio y el crecimiento de la población migrante en la comuna, este asentamiento, qué simbólicamente fue denominado ‘’Villa Internacional’’ mediante una asamblea llevada a cabo por habitantes en su mayoría Bolivianos y Colombianos, vive otras prácticas culturales, el habitar y uso de este espacio responde a la singularidad de las culturas y las dinámicas asociadas se van configurando como mecanismos de resistencia y de auto reconocimiento entre pares en contexto de informalidad y exclusión.
La similitud de las trayectorias y vivencias de los migrantes en contextos de informalidad incide en la conformación de un tejido social en particular donde cohabitan comunidades de diversas nacionales pero a la vez configuran comunidad que los va acercando a la población que no los reconoce como parte sustantiva de la comuna. Esta búsqueda de espacio en su calidad de migrante y residente del campamento incide en que estas prácticas culturales se proyecten en el uso de la Playa Guanaye, balneario que colinda con el límite industrial de la comuna y que está más cercana al campamento, esta playa históricamente ha sufrido el estigma por su cercanía con el polo industrial pesquero, específicamente y cuando aún existía la planta de harina de pescado y el antiguo astillero de las embarcaciones. Los antiguos residentes de Mejillones y antes de la conformación del campamento, tenían ciertos prejuicios con este balneario por los residuos del proceso que eran vertidos en el mar mediante emisarios de la misma planta, lo que emitía un fuerte olor a pescado e impregnaba todo el lugar. Existían ciertos estigmas socio económicos en torno a los que hacían uso de este espacio, al ubicarse en el límite entre lo residencial e industrial, también al estar en la difusa línea entre lo privado y lo público se ha ido dejando de lado este lugar, careciendo siempre de mobiliario y luminaria adecuada lo que profundiza más aún el estigma entorno a ella, anteriormente por ser un espacio de consumo de drogas y en la actualidad por la conformación de rucos de personas situación calle.
‘‘A mi no me dejaban ir para la Playa Guanaye porque tenía fama de peligrosa, la usaban mayoritariamente gente del sector que colindaba a la playa’’ (Daniel Rojas, 36 años)
‘‘La diferencia es que entre la playa de la costanera y la playa Guanaye era de cómo se bañaba la gente, en la playa de la costanera las chiquilllas se bañaban con bikini, en la Guanaye se bañaban con polera. A los de la costanera les daba miedo venir a la Guanaye, era de barrio pero sigue siendo de barrio, hoy es la playa de los parceros’’ (Carlos Trujillo, 32 años)
A pesar de los estigmas en torno a la Playa Guanaye y la poca intervención de políticas públicas y municipales para mejorar y acercar este espacio a la comunidad, la población del campamento ha logrado resignificar este lugar extrapolando y proyectando parte de las dinámicas socio culturales del campamento en el balneario, haciendo uso mediante lo recreacional, como mecanismo de resistencia de sus prácticas culturales y de apropiación de un lugar deshabitado, estigmatizado y segregado.
Tal como planteó Pierre Bordieu (1989) con su noción de habitus, personas de contextos sociales similares, expresados en el presente territorio con prácticas culturales homogéneas, prácticas laborales comunes, problemáticas situacionales compartidas y trayectorias de vida similar, buscan el compartir con pares que compartan estas similitudes y vivencias. De esta manera el uso y apropiación de un espacio determinado, en este caso la Playa Guanaye, responde a la necesidad de las comunidades migrantes de estratos sociales más bajos de la comuna de Mejillones a satisfacer necesidades básicas, tal como el Campamento Villa Internacional responde a una necesidad habitacional, Playa Guanaye responde a la válida necesidad de recreación y esparcimiento.
A lo anterior, podemos expresar que la apropiación de un territorio específico conlleva la respuesta de diferenciarse con un otro, entregando como producto un fenómeno que no concibe resolución, por un lado encontramos que históricamente el habitante que se identifica como “Mejillonino”, es decir, con ascendencia de parientes que hayan habitado generacionalmente la comuna, no identifican a las comunidades del Campamento Villa Internacional como un par. En la otra vereda, encontramos que las comunidades que habitan el Campamento Villa Internacional han comenzado un proceso de encapsulamiento en la forma en que se relaciona con el resto de la comuna, orientando su interacción social “hacia dentro”, reforzando lazos con sus pares próximos y desagregarse de los acontecimientos y actividades del resto de la comuna en vista de la limitada recepción e integración.
Como producto de lo anterior, las comunidades del Campamento Villa Internacional al obviar la oferta de actividades recreativas y extra programáticas que entrega el resto de la comuna, buscan generar espacios de esparcimiento y encuentro común como el uso costero de una playa en los márgenes de la comuna.
Bibliografía:
- Bourdieu, Pierre. (1989), Prólogo: Estructuras sociales y estructuras mentales en: Bourdieu, Pierre. La nobleza de Estado. Grandes Ecoles y espíritu de cuerpo, Paris: Minuit, s/n.
- Centro UC Políticas Públicas. Déficit Cero. (2022). ¿Cuántas familias necesitan una vivienda y en qué territorios? Boletín 1: Estimación y caracterización del déficit habitacional en Chile. https://deficitcero.cl/pdf/Minuta_EstimaciondelDeficit.pdf
- Ernesto López Morales, P.F. (2018). Inmigrantes en campamentos en Chile: ¿Mecanismo de integración o efecto de exclusión?. INVI, 159-185.
- Imilan Walter, Stefoni Carolina y Márquez Francisca. (2016). Rutas migrantes en Chile. Habitar, festejar y trabajar. EURE. Vol 42. N°127. PP. 341-345.
- María Emilia Tijoux & María Gabriela Córdova (2015) “Racismo en Chile: colonialismo, nacionalismo, capitalismo”, Revista Latinoamericana, Volumen 14, Nº 42, 2015, p. 7-13. Disponible en https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v14n42/art_01.pdf
Escasez hídrica con perspectiva de género
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Escasez hídrica con perspectiva de género | Guardianas del Agua: (in)seguridad hídrica en la vida cotidiana de las mujeres (2022)
[Por Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente IEUT – UC]
Libro: Guardianas del agua: (In)seguridad hídrica en la vida cotidiana de las mujeres
Autor: Macarena Salinas Camus y Isaura Becker Rodríguez
Año: 2022
Editorial: Fundación Heinrich Böll Cono Sur
Disponible en: https://cl.boell.org/es/2022/03/18/guardianas-del-agua
Im.1 Portada Libro | Fuente: Salinas y Rodríguez, 2022
Resumen.
Las mujeres de comunidades rurales trabajan largas jornadas en su vida cotidiana para buscar agua limpia, son ellas las principales encargadas de llevar agua potable a sus hogares y comunidad. Esta tarea cada vez se hace más complicada, no sólo por la mega sequía y el déficit hídrico, sino también por el llamado “mal desarrollo” y sus prácticas extractivas que disminuyen el acceso al agua. En el libro las autoras nos invitan a reflexionar sobre la importancia de analizar la (in)seguridad hídrica desde múltiples dimensiones, permitiendo comprender a las mujeres como fuente de la capacidad de resiliencia, cuidados y resistencia que sostiene la vida de muchas comunidades.
Palabras Clave. Escasez hídrica, gestión del agua, género.
Introducción.
En el Abya Yala (o territorio americano) nos encontramos frente a un creciente escenario de escasez hídrica, situación que se ha visto agudizada con el aumento de conflictos asociados a la priorización de usos productivos, en menoscabo de los usos sociales y ambientales.
Macarena Salinas Camus y Isaura Becker Rodríguez en su obra Las Guardianas del Agua (2022) visibilizan desde las voces de 31 mujeres, de entre 26 y 98 años, que provienen de 16 comunas desde la región de Coquimbo al Maule. Con los relatos de las mujeres y sus argumentos personales, las autoras nos muestran la larga injusticia que viven, quienes a pesar de tener un rol clave en la sequía, pocas veces se ha indagado respecto a su lucha y vivencias.
En Chile y en el mundo, las mujeres de comunidades rurales trabajan largas jornadas en su vida cotidiana para buscar agua limpia. Ellas, al ser las principales encargadas de las labores del hogar, perciben cotidianamente en sus cuerpos la escasez del agua, por lo que se involucran activamente en la protección de este elemento. En este contexto, las Guardianas del Agua se vuelven expertas en reconocer los problemas de infraestructura comunitaria y en sus viviendas, como también en identificar las necesidades específicas de sus vecinas, familiares, plantas y animales.
Las autoras nos invitan a pensar los impactos del cambio climático y la crisis ambiental del mundo desde una perspectiva de género, la que permita considerar la triple labor (doméstica, laboral y comunitaria) que realiza las mujeres, y su conocimiento, experiencias y acciones colectivas. A su vez dar cuenta de que la crisis ambiental tiene mucho que ver con las profundas desigualdades socioeconómicas, políticas y territoriales enmarcadas en un modelo de desarrollo excluyente e insostenible.
Im.2 Las mujeres de Rungue estamos empoderadas | Fuente: Salinas y Rodríguez, 2022.
“Me saco el sombrero por las mujeres que trabajan en el campo” (Gloria Alvarado, Pichidegua).
La escasez hídrica se ha convertido en una temática urgente de tratar, sobre todo en los planes, políticas y programas. En Chile los problemas de acceso al agua se han concentrado principalmente en las zonas rurales aisladas que no poseen la capacidad técnica, económica, social y de infraestructura para abastecer a la comunidad. Adicionalmente, en territorios rurales, la falta de agua afecta directamente a los modos de vida, sobre todo a las familias que sostienen su alimentación y economía doméstica con agricultura familiar.
Esta situación ha generado que actualmente 8 de cada 10 mujeres sean las principales encargadas de llevar agua potable a sus hogares y comunidades. Juana, jefa de hogar de la comuna de Navidad comenta que son ellas quienes desde “chicas” aprenden a acarrear el agua con baldes y botellas sobre los hombros. Esta tarea cada vez se hace más complicada, no sólo por la mega sequía y el déficit hídrico, sino también por el llamado “mal desarrollo” y sus prácticas extractivas que disminuyen el acceso al agua, haciendo que las comunidades deban competir por el derecho humano al agua, especialmente en Chile, donde el agua es un bien económico privatizado.
Im.3 Retornando al mundo campesino, experiencias de resistencia | Fuente: Salinas y Rodríguez, 2022.
A pesar de que las mujeres son protagonistas de la gestión hídrica a nivel doméstico y comunitario, dado el machismo fuertemente arraigado en nuestra cultura, a nivel institucional y en espacios de toma de decisiones las experiencias y saberes de las mujeres no es reconocida ni valorada. Pese a esta situación, las mujeres acuerpan y enfrentan la falta de agua generando diversas estrategias, las que, de ser escuchadas y tomadas en consideración, podrían permitir un mejor desarrollo de políticas públicas más efectivas y sostenibles.
A lo largo del texto, las autoras muestran con los relatos de 31 mujeres la forma en que estas Guardianas del Agua corporizan la inseguridad hídrica. Además, dado que en el documento los relatos están ordenados por regiones, se puede apreciar que territorialmente la escasez hídrica se encarna en la cotidianidad de estas mujeres de diversas maneras. Pese a esta situación las mujeres narran una historia común, en sus comunidades el agua no segura, confiable, ni adecuada y/o asequible, mientras que para las actividades extractivistas “rentables” económicamente, el agua es un recurso que pareciera inagotable.
Im.4 En la época de invierno sale muy “rubia” como le dicen aquí, porque su color es similar al de un café poco cargado | Fuente: Salinas y Rodríguez, 2022.
En este contexto, las mujeres y sus comunidades deben reestructurar completamente sus vidas para abastecerse de este elemento vital escaso. Esto no sólo implica generar “nuevas” estrategias para ir a recolectar agua, sino que también rearticulan sus jornadas de trabajo remunerado y doméstico, para que este “calce” con, por ejemplo, la llegada de los camiones aljibes o los cortes de suministro. De manera similar, dada la escasa o nula ayuda de las instituciones estatales, las mujeres generan medidas de mitigación colectivas y comunitarias, como es el caso de los bingos o mingas por el agua de Alto del Puerto en la comuna de Vichuquén.
Im.5 El acarreo de agua es cruel | Fuente: Salinas y Rodríguez, 2022.
Adicionalmente, en estas actividades comunitarias las mujeres se unen a los liderazgos y comienzan a adquirir de forma autónoma conocimientos técnicos y jurídicos respecto a la operación, administración y mantención de los sistemas de abastecimiento. Sin embargo, optar por labores dirigenciales en contextos de escasez hídrica, para las mujeres significa aumentar su carga laboral y de cuidados, debido a que es una actividad estresante y altamente demandante. Esta situación trae importantes consecuencias a la salud mental de las mujeres, como angustia, rabia, tristeza, estrés e impotencia, inclusive muchas mujeres han vivido hostigamiento por involucrarse en un espacio masculinizado. Y, también sufrido afecciones a su salud física, como agotamiento, dolores de cabeza, brazos y manos.
Con los relatos de las mujeres, las autoras reflexionan más allá de las razones ambientales y económicas de la crisis hídrica, señalando la importancia de considerar los sistemas de abastecimiento en los territorios. Las comunidades que no posean infraestructura segura y en buen estado, que permita captar, transportar, almacenar, desinfectar y distribuir el agua, no pueden acceder a la seguridad hídrica. De la misma forma, si las comunidades no cuentan con capacidades técnicas, administrativas y de gestión, estas no podrán desarrollar estrategias exitosas que les permitan mitigar los efectos adversos de la falta de suministro de agua potable.
También reflexionan sobre la importancia de analizar la (in)seguridad hídrica desde múltiples dimensiones, que muchas veces son invisibilizadas por visiones academicistas o enfocadas únicamente en el medioambiente. Las autoras y los relatos de las mujeres nos muestran que la escasez hídrica trae consecuencias tanto para la salud mental como la física, a su vez, sobre los estilos de vida y las actividades cotidianas.
Escuela Superior Campesina de Curaco de Vélez: construir reciprocidad y mantener la memoria
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Escuela Superior Campesina de Curaco de Vélez, Vania Reyes Muñoz]
Resumen:
La Escuela Superior Campesina de Curaco de Vélez es un proyecto comunitario, autónomo, autogestionado, cultural y político, profundamente territorializado en Quinchao y el Archipiélago de Chiloé, en la región de Los Lagos. La Escuela imparte una formación técnica y profesional en desarrollo rural, planificación local e historia desde una perspectiva crítica. Se comprometen en el respeto a la diversidad cultural, ecológica y social del territorio. Sus objetivos apuntan a reconstruir y potenciar la cohesión social a nivel local y fortalecer la organización en el campo, para desincentivar la migración de la población joven de las islas hacia el continente o hacia otras regiones dentro del país o fuera y, por supuesto, preservar saberes locales e identidades archipelágicas.
Palabras clave: Desarrollo rural, educación popular, archipelágico
La Escuela Superior Campesina de Curaco de Vélez está constituida como Fundación de formación para el “Trabajo Autónomo y Comunitario, Organización Ambiental y Diálogo de Saberes”; el equipo de gestión y parte de la docencia es integrado por exestudiantes y exprofesores de la Escuela Superior Campesina Águila Sur. Igualmente, la componen profesionales que se han incorporado en el transcurso del tiempo -2016 a la fecha- a su proyecto educativo y compromiso social. Su historia data de finales de la década del ´80 cuando la Escuela Águila Sur legó a hijas e hijos de campesinos y productores agrícolas a pequeña escala, una forma de organización en cooperativas para fomentar la producción a escala local y un hacer desde lo común. El activismo de las y los estudiantes de esa época y su participación en distintas organizaciones sociales y territoriales permitió una vida social y económica alternativa a la que dictaba la junta nacional de Gobierno durante la dictadura cívico militar en Chile (1973- 1990), sobre la base del modelo neoliberal. Lo que sigue siendo parte fundamental de la apuesta educativa: generar alternativas comunitarias y sustentables para jóvenes y adultos en el archipiélago, promoviendo el involucramiento para el desarrollo con sentido territorial rural, agrícola y acuícola.
En agosto 2016 se inaugura la Escuela con un grupo de 20 estudiantes para su programa de diplomado, en un evento social que contó con la participación de diferentes actores y vecinos/as/es de la comunidad; desarrollando de manera simultánea el primer Encuentro Internacional de Diálogos Saberes en sus dependencias. Su malla curricular, como los encuentros y actividades que realizan se perfilan en distintos ejes, que incluyen la historia de los movimientos campesinos e indígenas, el desarrollo del pensamiento crítico, género y ruralidad, ecología política, marcos jurídicos en derechos humanos e, invasión territorial y resistencia -vinculadas al cuestionamiento y la construcción de alternativas al modelo de extracción de la industria pesquera, agrícola y, últimamente, inmobiliaria-; Sus metodologías se basan en la investigación acción participativa para la cogeneración de proyectos de impacto comunitario y en la promoción de la dimensión artística. La apuesta es porque las, les y los estudiantes sean parte del territorio y tengan un involucramiento activo en Curaco de Vélez y en las organizaciones de las cuales provienen.
La Escuela Superior Campesina de Curaco de Vélez también se define como un Espacio Cultural donde se desarrollan actividades culturales en modalidad de talleres, seminarios -locales, nacionales e internacionales-, charlas, encuentros musicales, poéticos, de teatro y danza. Vinculaciones con festivales a nivel archipelágico y nacional. Alojan una Biblioteca Comunitaria que facilita la formación de las y los estudiantes en áreas artísticas, pensamiento crítico y desarrollo territorial. Todas las actividades son autogestionadas, no reciben financiamientos públicos, docentes trabajan de manera voluntaria y la formación es gratuita para todes les estudiantes. Para su funcionamiento arriendan la infraestructura de la Escuela, organizan actividades como venta de Plato Único y de la Canasta Campesina, entre otras.
Sus redes sociales son
Web: www.fundacioncuracodevelez.cl
www.radiominga.org/ radio Comunitaria Minga
correo electrónico: escuela.culturaturismo@gmail.com
Facebook: Biblioteca comunitaria Escuela Superior Campesina Curaco de Vélez
Instagram: @Biblioteca_comunitaria_ESC
La crisis hídrica, una respuesta desde las acciones feministas
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Revista Planeo Nº 53
[Por: Maria Christina Fragkou, Departamento de Geografía, Universidad de Chile. Carolina Rojas, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
En medio de la crisis hídrica, surgen soluciones de adaptación desde el Estado, las cuales son criticadas desde el feminismo por propiciar el desarrollo de infraestructuras que perpetúan el modelo neoliberal y las desigualdades socioeconómicas, de género y el daño a las comunidades. En la columna se reflexiona sobre estrategias justas e inclusivas desde la acción de las mujeres, las cuales promueven la autonomía climática, para una sociedad que cuida a las personas y el ambiente.
Palabras clave: crisis hídrica, feminismo, infraestructuras, autonomía, Estado.
Img portada. Fuente: www.elespanol.com/ciencia/medio-ambiente/20160517/125487689_0.html
Hoy sufrimos una crisis hídrica y también climática sin precedentes, la cual afecta a los territorios y las comunidades del país. La crisis hídrica se expresa con cambios en los caudales, erosión, escasez y contaminación hídrica, agotamiento de las fuentes subterráneas, riesgo desastres y también crisis alimentarias, afectando a miles de personas, donde las más vulnerables, justamente son las mujeres y las niñas, más aún si ellas viven en asentamientos informales, o bajo la línea de pobreza.
En el camino a una sociedad más resiliente a la escasez de agua, concordamos que se necesitan medidas de adaptación. Sin embargo, estas generalmente han sido lideradas por el Estado, e incluyen leyes, infraestructuras, planes de adaptación, entre otros. Las teorías feministas ponen en duda la efectividad de estas estrategias adaptativas, dado que la desigualdad de género persiste y es un rasgo estructural histórico de Chile. La inequidad de género es una de las bases que sustenta el por qué no podemos avanzar hacia un modelo de desarrollo sustentable, así lo demuestran las décadas de deterioro ambiental y sobre todo en los efectos nocivos de las zonas de sacrificio, donde las mujeres han ofrecido resistencia (Bolados & Cuevas, 2017). En este sentido, desde un Estado patriarcal, una de las respuestas ante esta crisis hídrica, es el desarrollo de infraestructuras gris y de nuevas tecnologías para la captación de nuevas fuentes de agua, por ejemplo, se propone la creación de embalses, plantas desalinizadoras y la construcción de pozos cada vez más profundo para extraer aguas subterráneas, sin hacer cuestionamientos al cómo las megainfraestructuras perpetúan el modelo neoliberal, la desigualdad socioeconómica, de género y el daño a las comunidades.
Si queremos soluciones transformadoras ante la crisis hídrica, podríamos partir con tomar más en serio las acciones feministas, que incluyen prácticas, estrategias y técnicas inclusivas, justas, y/o promovidas por mujeres, como por ejemplo las “soluciones basadas en la naturaleza”, para transitar a una sociedad que cuide a las personas y no siga dañando los ecosistemas. Además muchas de estas se producen al margen del Estado y también del mercado, promoviendo una mayor autonomía climática, por ejemplo los atrapanieblas hechos de bambú y/o materiales locales, que ya están dando buenos resultados en comunidades que sufren la escasez en África. Entonces, al margen de la acción estatal centralizada, se ha observado cómo las mismas personas y las comunidades desarrollan estrategias locales y autónomas para su adaptación al cambio climático (Tuihedur Rahman et al., 2021). Estas estrategias suelen surgir de conocimientos y recursos locales, y en función con las condiciones sociopolíticas, culturales, económicas y ecológicas locales (Tuihedur Rahman et al., 2021). Para Bulkeley et al. (2014) las acciones comunitarias no solo funcionan al margen del Estado y el mercado, pero “ganan gran parte de su impulso precisamente por su oposición a los valores y prácticas dominantes” (Bulkeley et al., 2014). Este tipo de autodeterminación es primordial cuando hablamos de justicia energética, por lo tanto climática (Castán Broto et al., 2018), puesto que las soluciones centralizadas y de resiliencia neoliberal hacen que los hogares pierdan su autonomía y que dependan de multinacionales o el Estado (Hamilton et al., 2021). Estas observaciones indican que se debe fortalecer la autonomía de las comunidades en adaptarse a las crisis, algo que se reconoce como primordial para garantizar la equidad y eficacia de las estrategias de adaptación al cambio climático (Pisor et al., 2022).
En la antípoda de las acciones estatales, las estrategias situadas y autónomas para la adaptación al cambio climático se caracterizan como feministas, inclusivas y anticolonialistas (Pisor et al., 2022). Hablar de políticas, acciones o estrategias feministas no se trata simplemente de qué tipo de cuerpos toman decisiones, sino de las “tendencias, lógicas, hábitos e ideologías y formas de pensar según los géneros, que son viables en momentos de toma de decisiones y planificación” (Siemiatycki et al., 2020). Según (Hamilton et al., 2021), una respuesta explícitamente feminista al cambio climático atiende a las 3 principales preocupaciones propias del feminismo: i) el encarnamiento (embodiment); o sea se incluye la escala del cuerpo en el análisis de los impactos y eficiencia de políticas (Truelove, 2019), ii) las prácticas y políticas de la vida cotidiana; su estudio permite relevar vulnerabilidades que no se detectan en mayores escalas (Fragkou et al., 2021; Truelove, 2011), y iii) la diferencia e interseccionalidad; entendidas como factores que generan patrones de desigualdad e injusticias (Sultana, 2009). Las propuestas feministas ante el cambio climático subsanan las estrategias centralizadas que excluyen e incluso dañan a ciertos sectores de la sociedad; “los modelos de pensamiento y acción feminista tienden a hacer hincapié en la toma de decisiones participativa, la colaboración, la creación de equipos, el reparto de poder, la resolución de conflictos y el razonamiento en función del contexto” (Siemiatycki et al., 2020). En este sentido, las estrategias autónomas y feministas de adaptación al cambio climático aseguran a la justicia ambiental y climática y se nutren por “una larga historia de luchas de justicia social intrahumana: anticolonial, antirracista, feminista, crip y queer” (Hamilton et al., 2021). Dialogan, además, con una postura postcolonialista a las transiciones y la adaptación al cambio climático, donde se requiere entender y considerar la heterogeneidad de las condiciones sociopolíticas, económicas e históricas (Castán Broto et al., 2018). De hecho, las mujeres cumplen un rol fundamental en la conservación de la biodiversidad, así a lo largo del país hemos visto en nuestras investigaciones a muchas luchando por la preservación de los humedales y/o organizadas por el agua potable rural, a las cuales perfectamente podríamos fomentar sus capacidades de liderazgo y toma de decisiones.
En esta transición hídrica, no solo necesitamos infraestructuras y tecnología, sino que cambios profundos en las prácticas económicas, sociales y culturales, así como políticas ambientales con perspectiva de género, así mismo creemos que esto solo pueden lograrse en una sociedad que protege a las mujeres defensoras del agua y del ambiente y por supuesto en una sociedad que no discrimina y no reproduce la desigualdad.
Bibliografía
– Bolados García, P., & Sánchez Cuevas, A. (2017). Una ecología política feminista en construcción: El caso de las» Mujeres de zonas de sacrificio en resistencia», Región de Valparaíso, Chile. Psicoperspectivas, 16(2), 33-42.
– Bulkeley, H., Castán Broto, V., & Maassen, A. (2014). Low-carbon Transitions and the Reconfiguration of Urban Infrastructure. Urban Studies, 51(7), 1471-1486. https://doi.org/10.1177/0042098013500089
– Castán Broto, V., Baptista, I., Kirshner, J., Smith, S., & Neves Alves, S. (2018). Energy justice and sustainability transitions in Mozambique. Applied Energy, 228, 645-655. https://doi.org/10.1016/j.apenergy.2018.06.057
– Fragkou, M. C., Tapia, T. M., Alonso, M. C., & López, J. C. (2021). Injusticias hídricas asociadas al agua desalinizada para consumo humano en la ciudad de Antofagasta. Planeo, 12.
– Hamilton, J. M., Zettel, T., & Neimanis, A. (2021). Feminist Infrastructure for Better Weathering. Australian Feminist Studies, 36(109), 237-259. https://doi.org/10.1080/08164649.2021.1969639
– Pisor, A. C., Basurto, X., Douglass, K. G., Mach, K. J., Ready, E., Tylianakis, J. M., Hazel, A., Kline, M. A., Kramer, K. L., Lansing, J. S., Moritz, M., Smaldino, P. E., Thornton, T. F., & Jones, J. H. (2022). Effective climate change adaptation means supporting community autonomy. Nature Climate Change, 12(3), 213-215. https://doi.org/10.1038/s41558-022-01303-x
– Siemiatycki, M., Enright, T., & Valverde, M. (2020). The gendered production of infrastructure. Progress in Human Geography, 44(2), 297-314. https://doi.org/10.1177/0309132519828458
– Sultana, F. (2009). Fluid lives: Subjectivities, gender and water in rural Bangladesh. Gender, Place & Culture, 16(4), 427-444. https://doi.org/10.1080/09663690903003942
– Truelove, Y. (2011). (Re-)Conceptualizing water inequality in Delhi, India through a feminist political ecology framework. 10.
– Truelove, Y. (2019). Rethinking water insecurity, inequality and infrastructure through an embodied urban political ecology. WIREs Water, 6(3). https://doi.org/10.1002/wat2.1342
– Tuihedur Rahman, H. M., Albizua, A., Soubry, B., & Tourangeau, W. (2021). A framework for using autonomous adaptation as a leverage point in sustainable climate adaptation. Climate Risk Management, 34, 100376. https://doi.org/10.1016/j.crm.2021.100376
Redes sociales y comunitarias: aprendizajes para la Defensa Punta Fraile
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Movimiento Defensa Punta Fraile, Algarrobo, Pillán Wechun, Vania Reyes Muñoz]
Resumen:
El Movimiento Defensa Punta Fraile, Algarrobo, Pillán Wechun es un ejemplo de una asociación entre diferentes grupos sociales en torno a una preocupación común: proteger los reducidos espacios verdes de uso público y gratuito de la comuna de Algarrobo. De forma más bien espontánea surgió un sólido movimiento ciudadano que ha logrado articularse, tener voz y voto en un proceso cuyo alcance ha sido inédito en la historia comunal: lograr más de 2.200 observaciones a las imágenes objetivo de una solicitud de cambio de uso de suelo para el sector en cuestión. Hoy este Movimiento está expectante de las posibilidades que el Municipio u otros actores institucionales y/o privados puedan generar para acoger sus demandas y construir un paisaje costero habitable desde la preservación de la naturaleza y el uso comunitario por sobre la especulación inmobiliaria.
Palabras clave: movimiento ciudadano, preservación de la naturaleza, proyecto de Ley de Costas.
El Movimiento Defensa Punta Fraile, Algarrobo, Pillán Wechun surge hace más de un año y medio (mayo 2021) tras un llamativo mensaje que posteó un vecino del sector en disputa en la red social Facebook, cuenta “Yo Soy de Algarrobo”. Esa fue la alerta que se necesitaba para despertar el interés común y articularse en pos de conocer qué era lo que estaba sucediendo y cuáles eran las implicancias que podría traer a uno de los pocos sectores que permanecen abiertos a la comunidad en la comuna: Punta Fraile. La imagen de la red social circuló rápidamente entre algunos conocidos de movimientos ambientales, exintegrantes del Comité Ambiental de Algarrobo y otros vecinos y vecinas del sector que comenzaron a reunir antecedentes y, rápidamente, se dieron cuenta del estudio de suelo encargado por la Inmobiliaria Transinmobiliria en el terreno de propiedad del holding Tánica, hasta ese momento abierto a la comunidad, el cual fue posteriormente cerrado perimetralmente, con sistemas de seguridad y guardias permanentes.
El movimiento lo conforman personas con diversos orígenes que viven en Algarrobo, se identifican como oriundos, gente de siempre, de muchos años y recientes, que albergan un gran cariño por el paisaje en el que se vincula el mar con su día a día, un espacio relativamente natural o al menos lejos de proyecto de alta densificación como los que existen en otros sectores de la comuna. Semanalmente, parte de quienes se reconocen en este movimiento distribuyen tareas de activismo, campañas informativas, levantamientos técnicos de flora y fauna, entre otras actividades. Su trabajo permea la comunidad desde diferentes ángulos e incluyó la solicitud de cambio de uso de suelo ingresada al Municipio el 15 de marzo del 2022 con el respaldo de más de 1.700 firmas ciudadana y de organizaciones sociales y territoriales de la comuna. Proceso del cual sienten no hay vuelta atrás en el impacto que generó en términos de participación ciudadana, al levantar luego más de 2.200 observaciones (individuales fundadas desde la vivencia o desde lo técnico) quedando registrada como la participación más grande de la historia municipal.
El proceso aún está en desarrollo y el Municipio no ha definido fecha de resolución, a la fecha hubo dos audiencias públicas para informar a las, les, los vecinos de Algarrobo. La Inmobiliaria ha ingresado dos anteproyectos de edificación, el primero retirado por la propia empresa y el segundo aprobado por la Dirección de Obras Municipales.
Quienes participan activamente del movimiento han hecho el trabajo de difundir cada una de las etapas asociadas a la iniciativa y de las posibilidades que vislumbran en base a otras historias de protección y resguardo de espacios naturales por activistas y movimientos locales en el territorio nacional. Su quehacer se basa en una concepción amplia de comunidad, de la cual ellas/es/os también forman parte.
El objetivo del movimiento es crear un parque comunal que sea de resguardo de la naturaleza a perpetuidad, con acceso libre y gratuito para toda la comunidad y, que se una al ecosistema protegido de la península que incluye el Parque Canelo-Canelillo, el Santuario de la Naturaleza Islote Pájaros Niños y el Santuario Peñón Peñablanca. Igualmente, buscan el resguardo apropiado al sitio ceremonial de la comunidad indígena Tralka Lafken.
En noviembre del 2022 ingresó al Senado de Chile el Proyecto de Ley de Costas – Modifica Ley 19.300 (Boletín N°15.513-12) cuyo objetivo es establecer lineamientos generales para la protección de la zona costera, a partir de la definición de ésta y sus principios, como la modificación a la Ley 19.300 sobre proyectos industriales e inmobiliarios como susceptibles de ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental cuando se realicen en zonas costeras. Sin duda, esta modificación se posiciona como un precedente a la protección y restauración de los ecosistemas marinos y terrestres, el acceso y uso público y el resguardo de su patrimonio natural y cultural. A los ojos del Movimiento Defensa Punta Fraile, Algarrobo, Pillán Wechun, una posibilidad de que sus prácticas de activismo y compromiso con su entorno natural y la comunidad sea reconocida y respaldada por la institucionalidad pública.
Sus redes sociales son
Web: www.defensapuntafraile.cl
correo electrónico: defensa.puntafraile@gmail.com
Facebook: Comunidad Defensa Punta Fraile
Instagram: @defensa.puntafraile
Referencias
Boletín N° 15.513-12 Proyecto de ley, iniciado en moción de los Honorables Senadores señor De Urresti, señoras Núñez y Provoste y señores Lagos y Latorre, que modifica la ley N° 19.300, sobre Bases Generales de Medio Ambiente, en materia de protección de zonas costeras.
Acceso a servicios sanitarios rurales: Una deuda pendiente
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Revista Planeo Nº 53
[Por: Pilar Phillips; Trabajadora Social. Directora Ejecutiva Mesa N°1 Compromiso País: Personas que no cuentan con agua potable ni servicios sanitarios básicos]
Resumen
En la actualidad, según la última encuesta CASEN, más de un millón de personas en Chile no cuentan con servicios sanitarios básicos como agua potable o alcantarillado domiciliario. Esto significa un desafío muy importante para la construcción de un país que busca el desarrollo y la reducción de desigualdades basales de nuestra sociedad, cómo lo es el acceso a servicios sanitarios básicos en el hogar.
Para esto, la mesa de Agua Potable y Servicios Sanitarios de Compromiso País ha levantado un diagnóstico sobre la problemática, y planteado líneas de trabajo para su solución. En términos generales hay una deuda especial con las localidades rurales dispersas, quienes se ven enfrentadas al desafío de no cumplir los parámetros necesarios para ser parte de los programas existentes. Quienes sí pueden acceder a agua potable mediante el programa de Servicios Sanitarios Rurales (SSR), ex de Agua Potable rural (APR) [1]enfrentan trámites que pueden llevar hasta 5 años promedio, sin que estos programas contemplen la entrega de servicios sanitarios básicos.
Este es un desafío enorme, y su responsabilidad no recae exclusivamente en el Estado. Se requiere una articulación de actores y voluntades desde el diálogo y el trabajo colectivo para superar de manera conjunta esta tremenda deuda nacional.
Palabras claves: Servicios sanitarios básicos, Programa Agua Potable Rural, desigualdad territorial.
[1] Regulado por la ley N°20.998
Localidad de Piure. Fuente: elaboración propia
Hoy en Chile existen más de un millón de personas que viven sin servicios sanitarios básicos. Son cerca de 400.000 hogares que carecen de acceso a agua potable o a alcantarillado en sus hogares. Son familias cuyas necesidades más esenciales no están resueltas, y sobre las que rara vez leemos en la prensa o vemos en la televisión.
Esa fue la dura realidad que la Mesa N° 1 – de Agua Potable y Servicios Sanitarios – de Compromiso País se abocó a analizar. La instancia, liderada por el Ministerio de Obras Públicas y que está integrada por representantes de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Fundación Huella Local, Quiñenco y la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó un crudo diagnóstico que permite tener mayor claridad del origen del problema y, por lo mismo, las potenciales soluciones que están disponibles.
Aunque parezca increíble, actualmente más de la mitad de la superficie que se encuentra dentro de los límites urbanos a nivel nacional no cuenta con una concesión sanitaria, dejando a más de 67 mil hogares urbanos con un acceso deficitario a los servicios sanitarios básicos. Evidentemente, la situación es aún más crítica en el sector rural, donde cerca de 311 mil hogares registran un acceso deficitario a los servicios sanitarios básicos.
Si bien la sequía y los efectos del cambio climático han profundizado esta problemática, la realidad es que el problema es de larga data y preexistente al contexto hídrico actual. Un ejemplo claro de ello es que la región con mayor déficit de acceso a agua potable y servicios sanitarios es La Araucanía, la cual no está priorizada dentro de los catastros de estrés hídricos a nivel nacional y, por otra parte, es una de las regiones más pobres de nuestro país. [1]Situación similar ocurre en las regiones de Biobío y Los Lagos, tal como se visualiza en el siguiente gráfico:
[1] Desde perspectivas de pobreza multidimensional y con brechas de acceso y calidad en otros derechos fundamentales como educación, salud entre otros.
Img 1. Distribución regional de personas sin acceso a agua potable. Fuente: Diagnóstico Mesa 1 Compromiso País: Personas que residen en una vivienda sin servicios sanitarios básicos, 2019
[1] Desde perspectivas de pobreza multidimensional y con brechas de acceso y calidad en otros derechos fundamentales como educación, salud entre otros.
Lo mismo ocurre con la situación de alcantarillado domiciliario:
Img 2. Distribución regional de personas sin acceso a sistema de eliminación de excretas. Fuente: Diagnóstico Mesa 1 Compromiso País: Personas que residen en una vivienda sin servicios sanitarios básicos, 2019
Esta radiografía, que se puede revisar en mayor detalle en el libro de diagnóstico elaborado por la Mesa, [1] nos lleva a la primera gran conclusión: la falta de acceso a agua potable o baño no está relacionada exclusivamente con la creciente escasez hídrica en el país, sino con problemas en la capacidad de gestión del agua y de los procesos administrativos asociados a las soluciones disponibles, como los sistemas de SSR – APR.[2]
El programa de SSR, si bien ha disminuido ampliamente la brecha existente desde antes de su creación, es insuficiente para atender la demanda y presenta problemas de gestión importantes. El primero de ellos, dice relación con los tiempos de tramitación. Según el diagnóstico levantado, el desarrollo de un APR/SSR MOP toma, en promedio, cinco años, correspondiendo más de la mitad de este período a trámites administrativos y el resto a la ejecución de las obras. Además de la burocracia asociada a su desarrollo, tampoco existe una unificación de los criterios de diseño respecto al programa, por lo que las distintas entidades involucradas (MOP – MIDESO – SALUD), operan con fundamentos autónomos, complejizando y ralentizando el trámite.
Adicionalmente, la Mesa N°1 de Compromiso País evidenció que existen importantes brechas de acceso a los recursos destinados a estos programas. Los costos asociados a las postulaciones, las capacidades técnicas requeridas para levantar la información de base o las características geográficas de las localidades dificultan que municipios rurales de menores recursos puedan postular a este programa, siendo que son justamente los más afectados por esta realidad.
[1] Disponible en http://www.compromisopais.cl/mesa1.html
[2] El programa de agua potable rural se ejecuta en Chile desde el año 1964, en dónde el Ministerio de Obras Públicas, ejecuta infraestructura que permite el acceso a agua potable para comunidades rurales concentradas y semi concentradas a lo largo del país.
A lo anterior se añade que existe un número importante de familias y localidades dispersas que ni siquiera pueden optar a un sistema de SSR. Éstas son localidades que abundan en el campo chileno, cuyas características demográficas y geográficas hacen que la implementación de estos sistemas no sea factible dado los criterios utilizados por los organismos gubernamentales para aprobar su ejecución. Al no existir otro programa similar, esas familias quedan fuera de las posibilidades de acceso a agua vía política pública, significando no solo una merma en su calidad de vida, sino también altos costos para los municipios rurales donde residen estas comunidades.
La normativa hídrica existente, no facilita el escenario. Existe escaso o nulo incentivo a la innovación o a probar otro tipo de sistemas y tecnologías, y la normativa es poco flexible en torno a la reutilización significativa de las aguas grises para consumo humano. Esto genera que los costos de implementación de infraestructura adecuada, no sean equiparables con los beneficios de reutilización asociados. Además, impide reutilizar el agua para consumo domiciliario. Esto es especialmente complejo dado el contexto de sequía actual, en dónde no abunda el recurso, y esta alternativa pudiese solucionar y/o aminorar a largo plazo el problema en comunidades que hoy no cuentan con fuente disponible.
Sin duda nos enfrentamos a un escenario de profundos desafíos. El acceso a agua potable y servicios sanitarios es un derecho humano básico según consignan los tratados internacionales firmados y ratificados por el gobierno de Chile, tales como el pacto internacional de derechos civiles y políticos y el pacto internacional de derechos sociales, económicos y culturales en sus artículos 11 y 12 (1966), además del art. 11 del protocolo San Salvador de la convención Americana de Derechos Humanos (1988), y resulta un criterio ineludible para el desarrollo de las naciones en condiciones de dignidad y justicia mínimas, por lo que, pese a los esfuerzos, Chile está claramente al debe. Si bien se han hecho avances significativos, como la conformación de una mesa nacional del agua, que está tratando de manera intersectorial y coordinada muchos de estos problemas presentados, y los proyectos impulsados por la mesa de N°1 que van en la línea de solucionar las problemáticas previamente enunciadas, queda un largo camino por recorrer para permitir que el agua y el saneamiento sean un bien incuestionable para todos los chilenos, especialmente para aquellos más vulnerables. Creemos de manera ferviente, que la única manera de poder hacer esto, es desde el diálogo y desde la articulación de todos los actores de la sociedad en soluciones innovadoras y colaborativas.
Entrevista a Darinka Czischke: La vivienda en propiedad individual, muchas veces está en tensión con la copropiedad colectiva que es uno de los modelos más predominantes en el cooperativismo en vivienda.
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La Dra. Darinka Czischke es profesora asociada en la Facultad de Arquitectura y el Entorno Construido de la Universidad Tecnológica de Delft. En 2014, la Dra. Czischke recibió la ‘Delft Technology Fellowship’ para desarrollar su investigación sobre Vivienda Colaborativa. Es la fundadora del grupo de investigación Co-Lab Research en la TU Delft y cofundadora del grupo de trabajo ‘Vivienda colaborativa’ en la Red europea para la investigación de la vivienda (ENHR). Previamente, se desempeñó como Directora de World Habitat (anteriormente Building and Social Housing Foundation, BSHF); Directora de Investigación del Observatorio Europeo de la Vivienda Social en CECODHAS Housing Europe; y como Investigadora Asociada en el LSE Cities programme de la London School of Economics and Political Science. Ha publicado extensamente sobre vivienda social, asequible y colaborativa en una perspectiva internacional comparada. Actualmente es líder de Project Together!, una iniciativa intersectorial centrada en movilizar el potencial de las formas de vivienda colaborativa en los Países Bajos.
La vivienda en propiedad individual, muchas veces está en tensión con la copropiedad colectiva que es uno de los modelos más predominantes en el cooperativismo en vivienda.
Las cooperativas no son la solución para la crisis de vivienda, porque más allá de las virtudes del cooperativismo, pensar en la crisis de la vivienda es pensar en una crisis estructural. Es pensar que hay decisiones que son de carácter político, en relación con el mercado.
1.- De acuerdo a su formación en Arquitectura y en Sociología ¿Cómo surge el interés por investigar en torno al fenómeno de las viviendas y en particular de las cooperativas en la ciudad?
Partí estudiando Arquitectura en la Universidad Católica en Santiago a comienzos de los años 90. En ese entonces, la enseñanza de la Arquitectura era muy convencional y se quedaba corta en términos de entender la ciudad como un fenómeno complejo que tiene dimensiones sociales, culturales, etc. Para mí la Arquitectura se trataba de entender la relación recíproca entre la sociedad, los seres humanos como grupo, los procesos sociales, institucionales y la forma construida. Cuando estudié Arquitectura, los cursos que más me fascinaron fueron los cursos y talleres de vivienda y de Sociología Urbana. Estos cursos me indicaron que mi camino en realidad no era por el diseño propiamente tal, sino que por un estudio más sociológico de la ciudad. Esto me hizo decidir por estudiar esa carrera, y flash forward, después estudié Planificación Urbana y su respectivo Magíster en Londres en búsqueda de estas conexiones.
Todo esto es fruto también de decisiones profesionales, movilidad, etcétera. Trabajé en Bruselas como Directora del Observatorio de la Vivienda Social, Cooperativa y Pública en Europa, lo que me llevó a conocer en profundidad la forma en que se provee de vivienda asequible en distintos contextos geográficos, económicos y políticos. Siempre a lo largo de la Unión Europea, me decidí a hacer un Doctorado para entender los procesos de toma de decisiones de las empresas sociales que proveen vivienda social. Así, al final de mi aventura me surgió la inquietud de entender la crisis de vivienda como un problema que ya era de carácter crónico en sociedades avanzadas. Entonces me dije a mi misma, bueno, tal vez esto no es una crisis, sino que es un problema estructural en donde emergen colectividades, grupos y asociaciones para poder resolver este tema.
Esa pregunta también se gatilló con la visita de Raquel Rolnik a Inglaterra en esa época, justo cuando yo estaba trabajando como directora de una ONG internacional. Ahí tuve la oportunidad de participar en una reunión con ella y otros actores del mundo de la vivienda en Inglaterra. Entonces, ella pregunto a los participantes, qué sucedía con las colectividades, ante el desastre de las políticas de vivienda en este país. Porque en Europa muchas veces hay una cultura que curiosamente es muy asistencialista, pero desde abajo, o sea, se espera que el Estado resuelva muchos problemas. Y para una que creció en Chile, es lo contrario, pues somos sociedades que no esperamos mucho del Estado y hacemos las cosas por nosotros mismos, ya sea a través del mercado o de la economía social. Esas preguntas me gatillaron las ganas de entender ¿qué estaba haciendo la gente? Partí por Europa porque era el lugar donde llevo 20 años como profesional, y personalmente mi vida está acá. Y me di cuenta de que había un resurgimiento de grupos organizados que empezaron a buscar modelos asociativos y cooperativos para proveerse de vivienda. Con eso inicié una nueva línea de investigación sobre la organización colectiva en vivienda, asociada con otros académicos de Europa que también estaban viendo este tema. Organizamos el primer grupo de trabajo de la Red Europea de Vivienda Social[1](European Network for Housing Research, ENHR) focalizado en lo que llamamos la “vivienda colaborativa”. Esto ha servido como un “término paraguas” que engloba toda esta variedad de modelos de personas que tienen una visión común sobre cómo quieren vivir, lo que incluye compartir tareas, responsabilidades y espacios, es decir en donde se congrega una dimensión social, organizacional, y espacial/arquitectónica. Eso es lo que me ha tenido ocupada durante los últimos 7 años.
2.- ¿Cuáles serían los abordajes teórico-metodológicos que Ud. considera pertinentes y relevantes para pensar a las cooperativas de vivienda en la ciudad?
Ha habido mucha investigación con metodologías cualitativa-etnográfica, visual y espacial en relación a casos de estudio. Pero lo que nos hace falta ahora es un mapeo cuantitativo, porque existen supuestos en torno al crecimiento de este tipo de movimientos cooperativistas, pero no tenemos cifras concretas, o sea, no tenemos información, datos confiables y comparables nacionalmente e internacionalmente. Entonces en este vacío, el conocimiento que hemos tratado de llenar gradualmente con mi grupo de investigación en la Facultad de Arquitectura y del Ambiente Construido de la Delft University of Technology, tiene que ver con hacer un esfuerzo de clasificación de distintos modelos, porque si queremos contar cuántos proyectos de vivienda hay de cada tipo, primero tenemos que hacer un esfuerzo teórico por conceptualizar categorías abstractas que sean medibles, como, por ejemplo, una cooperativa. Entonces empezamos a revisar la literatura de los respectivos conceptos, y donde está la información cuantitativa, y qué tan confiables son esos datos. El resultado de este esfuerzo está reflejado en una plataforma digital que es accesible públicamente[2], y que es como una especie de wiki, donde llamamos constantemente a la gente que tiene información para que la comparta y nosotros poder verificarla en función de las conceptualizaciones con que trabajamos. Testeamos que realmente cumplan con los indicadores que nos llevan a clasificar estas formas. Entonces, en relación a tu pregunta de ¿cuáles son las metodologías? Estas han sido principalmente cualitativas, como decía la etnografía, la etnografía visual también fotos y diagramas, pero las nuevas metodologías son de carácter cuantitativo: esa es la frontera que estamos experimentando.
3.- ¿Cómo se podría definir el aporte de las cooperativas de vivienda al modelo de gestión de política habitacional? ¿Podría contarnos de su experiencia en el país que trabaja y en términos comparados con otras realidades que conozca?
Lo que yo he aprendido en los últimos años sobre cooperativas, es que es una categoría muy amplia donde caben muchos subtipos y variantes que tienen que ver con que minuto de la historia surgieron o se desarrollaron, y también con los distintos modelos culturales y geográficos. Las cooperativas escandinavas son distintas a las suizas, o las distintas cooperativas en Italia o Portugal también tienen su sello. Pero lo que tienen en común, diría yo, es que para para llamarse cooperativas tienen que cumplir con los principios básicos que se han establecido en el cooperativismo internacional, y que no solamente se limitan a la vivienda, sino que se expresan también en el contexto agrícola, de energía, de lo que tú quieras. Hay una serie de principios, uno de ellos por ejemplo es la “solidaridad”, la “ayuda mutua”. Hay otro principio que es el «proselitismo” desde donde se generan nuevas cooperativas, y de ese modo ampliar el movimiento.
Un punto interesante es que en vivienda el tema del modelo de tenencia es muy diferente a una inmobiliaria, y se diferencia de esta idea de que una vivienda pueda ser un bien de uso y un bien de cambio al mismo tiempo. A este modelo de capital y propiedad de la vivienda se le ha dado mucho énfasis, intentado situarlo como un mecanismo de movilidad social, como un mecanismo que eventualmente va a ayudar a las personas a tener acceso a bienestar, cuando no hay un Estado de bienestar que provee salud, pensiones o educación. En ese contexto, la vivienda en propiedad individual, muchas veces está en tensión con la copropiedad colectiva que es uno de los modelos más predominantes en el cooperativismo en vivienda. Ahí tienes a lo largo de la historia y en distintos países, distintas configuraciones de cómo los gobiernos locales, principalmente los municipales, han tenido un rol cooperativo respecto a la vivienda. El caso de la ciudad de Zúrich, en Suiza, por ejemplo, se cita mucho porque ahí el movimiento de cooperativas de vivienda surgió hace más de 100 años. Ahí hubo una intención deliberada del municipio de apoyar a las cooperativas, porque se las vio como partners asociados en generar vivienda asequible a largo plazo y de buena calidad para gran parte de los habitantes de la ciudad.
El caso de Dinamarca, por ejemplo, es distinto, porque dependiendo de la política del gobierno nacional, las cooperativas han tenido que adaptarse en términos de su modelo de tenencia a gobiernos que a veces han sido más de izquierda, en el sentido de que le dan un rol más importante a la intervención del Estado en la provisión de vivienda y, en ese sentido favorecen la vivienda pública social de alquiler. En cambio, los gobiernos de derecha o neoliberales están de acuerdo con que las cooperativas existan, siempre y cuando estas adopten modelos de propiedad individual, es decir, que se mantiene la asociación cooperativa pero la propiedad de una vivienda es del individuo, y eso genera distorsiones. ¿Por qué? Porque la vivienda que era cooperativa, ha pasado a transarse en el mercado con una inflación de precios que no se conlleva con del sentido original del cooperativismo, que es mantener la vivienda asequible a sus miembros, y el libre mercado la vuelve inasequible. Lo que es interesante de ver y que lo hemos estudiado nosotros como la Red Europea de Investigación en Vivienda (ENHR), es que las cooperativas con su grado de flexibilidad también suscitan el riesgo de perder su valor original, es por eso que hay que estar siempre atentos, para poder mantener estos valores fundacionales.
4.- Desde lo que ha observado: ¿Cómo se podrían describir los procesos de transformación socio-espaciales en comunidades, a partir de experiencias cooperativas en vivienda?
Lo que se ha observado es que hay efectos positivos. En lugares como Austria o Suiza, por ejemplo, se observa que el hecho de que haya ciudadanos comprometidos con el lugar donde van a vivir, es visto favorablemente por los municipios, porque hay gente que participa activamente en todo el proceso de diseño, concepción, construcción y gestión de la vivienda. Estos son conjuntos de vivienda con bastantes hogares, son proyectos de tamaño importante que tienen un impacto positivo en el barrio, dado que se pone especial interés en la arquitectura de la cooperativa, en estándares ambientales muy altos, incluso más altos que la vivienda regulada o de propiedad individual. Porque es parte del ethos que haya cuidado del medio ambiente, cuidado de sí mismo, bienestar, etc. Esto implica que tiene un efecto positivo y de influencia en la política local, en donde el Municipio pueda estar planificando en términos de la disponibilidad de autos eléctricos, en torno al privilegio de la bicicleta por sobre el auto, etc. En efecto, hay un hay un impacto de los valores que traen los cooperativistas en el medio ambiente. Al mismo tiempo, esto se ve en proyectos emblemáticos como Kalkbreite o Mehr als Wonen (Zúrich), o en Sargfabriek (Viena), donde se ve que hay una preocupación por conectarse con el barrio y su economía social en vez de atraer a grandes cadenas comerciales. También hay experiencias en donde se desarrollan teatros comunitarios, por ejemplo, que acogen actividades con la comunidad. A veces, sin embargo, estas actividades terminan desarrollando procesos de gentrificación, sin proponérselo. Eso es una crítica que ha surgido en algunos contextos, por lo menos en Europa, donde la gente que está en condiciones de armar una cooperativa, tiene un capital cultural y social bastante elevado con cierto estilo de vida que conllevan ciertos tipos de actividades económicas que se instalan ahí, como restaurantes, boutiques, etc. Cooperativas de ese estilo pueden resultar en el desplazamiento de hogares de menores recursos por la subida de los arriendos creada por esta nueva oferta comercial. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto ocurre en ciudades con estándares de vida muy elevado, en donde es muy influyente la composición sociodemográfica del barrio y de la cooperativa.
5.- ¿Son las cooperativas de vivienda agencias exclusivas de territorios acotados o bien se pueden desarrollar de forma interconectada a nivel barrial, comunal o intercomunal?
Muchas veces las cooperativas se agregan en meta cooperativas o en asociaciones ‘paragua’ de cooperativas, que se ocupan para diseñar un nuevo proyecto, construir o gestionar vivienda. El foro de estos proyectos está compuesto por miembros de cada una de las cooperativas individuales, entonces tienes cooperativas a distintas escalas como resultado de esta asociación. En Escandinavia tú tienes conjuntos de varios edificios que forman una cooperativa, pero cada edificio tiene su propia administración. En Suiza, por ejemplo, el proyecto Mehr als Wohnen (Zúrich) es un conjunto de cooperativas que consiste en varios edificios con su administración propia, con un consejo para esto, y donde además son parte de un proyecto urbano de regeneración, que fue diseñado no solo con arquitectos, sino también con los habitantes de cada edificio y de acuerdo a la visión de lo que ellos querían en tanto “plan maestro” de su barrio. Querían una plaza al centro, con cierto tipo de servicios en la planta baja, educación, menos estacionamientos a los que la municipalidad estipula, considerando la preferencia de los habitantes por la electromovilidad o más espacio para las bicicletas. Entonces estas son decisiones sobre el ambiente y de cómo construir a una escala un poco mayor, cambia la forma en que tú ves la ciudad, y de cómo se planifica la ciudad desde sus diferentes escalas. Imagínate que tuviéramos toda una ciudad de cooperativas así, sería un mundo utópico en donde podríamos pensar de manera mucho más sostenible y eficiente la ciudad.
6.- Por último, y desde su experiencia, ¿Cómo podríamos proyectar las prácticas de cooperativismo en vivienda ante el déficit habitacional de sociedades como la chilena? ¿Cómo podríamos integrar la variable de género e intercultural en esta discusión?
En cualquier sociedad que esté enfrentando una crisis de vivienda, como puede ser el caso de Chile o de varios países europeos, una política de vivienda tiene que ser diversificada y comprensiva. Sin embargo, nunca diría que las cooperativas son la solución para la crisis de vivienda, porque más allá de las virtudes del cooperativismo, pensar en la crisis de la vivienda es pensar en una crisis estructural. Es pensar que hay decisiones que son de carácter político, en relación con el mercado. Ahora, no se trata de que el Estado construya y entregue vivienda, sino de que ofrezca un marco que permita más opciones en términos de tenencia de propiedad, y que facilite una oferta que entregue a los distintos tipos de usuarios una solución adecuada a sus necesidades. Debería haber un sistema equilibrado y suficiente de vivienda para la gente que requiere una propiedad individual. Yo no tengo nada en contra de eso, si una familia quiere vivir en su propia casa y puede comprarla a un precio al alcance de sus ingresos, debería tener la opción de hacerlo. Ahora, esto no es una solución para todos, y ese es el problema, pues hay gente que preferiría la opción de vivir en una cooperativa. Por ejemplo, los adultos mayores, gente que es viuda y que está sola, podrían ser miembros de una cooperativa, como acá en Europa, donde hay un boom con los modelos cooperativos y el ‘cohousing’ para seniors. Gente que llega a una etapa en su vida, en que dice yo no quiero vivir sola y quieren tener más más actividades sociales que por motivos de movilidad no realizan. Son cooperativas que privilegian el encuentro de proximidad y donde se propician distintas actividades en espacios comunes. Ese modelo, como te digo, está siendo muy exitoso aquí en Europa, porque es una sociedad que envejece rápidamente, y Chile va para allá también, a excepción de los inmigrantes. Y ahí entra otra variable, otro modelo de vivienda colaborativa que se está explorando aquí, que es el modelo Startblok, que propone juntar en un mismo conjunto de vivienda a gente con relativamente mayores recursos y gente con menores recursos, haciendo que compartan espacios y actividades de manera que se ayuden mutuamente. Esto se ha hecho con inmigrantes, se ha hecho con jóvenes, con gente que está experimentando problemas económicos, divorcios, problemas en su vida personal, o gente que se queda sin hogar por distintos motivos. La experiencia en modelos colaborativos como estos ha demostrado que las personas pueden sobrellevar sus problemas psicosociales conviviendo con otras personas en un contexto común de vivienda.
Entonces, yo veo los sistemas de vivienda como una configuración en donde tú tienes distintos modelos de vivienda, para distintas situaciones socioeconómicas en diferentes momentos de la vida. Al mismo tiempo tiene que haber suficiente vivienda en alquiler de buena calidad y con seguridad de tenencia, para la gente que está en transición. Esto para darles seguridad y un lugar donde puedan rearmar su vida si quieren, o mientras están buscando trabajo, en el caso de los jóvenes. La respuesta corta es que debe haber una buena política de vivienda que contenga todas estas opciones, que esté en sintonía con la demanda de la población y que evite este sesgo exclusivo en la casa propia. Porque esto es una utopía que ni siquiera es algo que todo el mundo desea ni necesita, es una ideología y ha probado no dar resultado, ya que en ningún país en que se ha insistido en esa política tenemos un mercado de vivienda equilibrado. No tenemos que perder de vista la función principal de la vivienda, la de dar un hogar a cada persona. Porque el problema comienza cuando esto desboca en una inversión que se convierte en exclusión para gente que está con necesidad de vivienda.
[1] https://enhr.net/collaborative-housing-2/
[2] https://mapping.co-lab-research.net/
Entrevista a Danitza Vymazal: “Con la pandemia también hubo un cambio, porque también ahí se incrementa el miedo en las viviendas, la percepción de inseguridad es mucho más alta, y esto afecta a la infancia. En Chile siempre ha habido más percepción de seguridad, que de la infancia”
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Arquitecta urbanista, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, doble título en Politécnico de Torino, Italia, máster en desarrollo urbano y territorial de la Politécnica de Cataluña, España, diplomada en políticas públicas de la UC. Se ha desempeñado en el ámbito de las políticas públicas en desarrollo urbano y vivienda social desde el sector público y la consultoría. Se reconoce una amplia experiencia en procesos de participación con enfoque pobreza urbana e infancia.
“En relación a campamentos que es donde tengo experiencia, uno de los problemas que yo veo es que se mira como un problema de déficit habitacional y no se mira como un problema urbano”
“Con la pandemia también hubo un cambio, porque también ahí se incrementa el miedo en las viviendas, la percepción de inseguridad es mucho más alta, y esto afecta a la infancia. En Chile siempre ha habido más percepción de seguridad, que de la infancia”
1.- De acuerdo a su formación inicial como arquitecta, su experiencia profesional y también social: ¿Cómo podría definir el interés por abordar temáticas relacionadas con las diversas formas y posibilidades de pensar el fenómeno de la vivienda en la ciudad?
El interés es muy personal y viene desde el querer hacer algo con un mayor impacto que trabajar desde la arquitectura, que es desde donde partí. Vengo de una formación más enfocada en lo social, ya que empecé trabajando en el TECHO para Chile, lo que impactó importantemente mi desarrollo profesional hacia adelante, ya que no había tenido nunca antes experiencia en voluntariado, ni trabajo en campamentos. Esa fue mi primera aproximación en el interés de entender la política pública relacionada a vivienda social. Estudié en Valparaíso toda la vida y me fui a Italia un tiempo donde empecé a trabajar más en la línea del Urbanismo. De ahí ya me fui a Santiago, primero en una oficina de arquitectura, donde me di cuenta de que no quería seguir la línea de la arquitectura y me fui después al TECHO porque ya había conocido en Italia algunos que trabajaban ahí, desde una perspectiva más en la línea de vivienda definitiva y no asociada a la media agua. Eso fue el primer interés en involucrarme al tema de la vivienda. Es impresionante como a lo largo de la vida profesional uno se encuentra con mucha gente que partió desde el TECHO y luego se ha ubicado desde distintos ámbitos, tanto de la inclusión social, en educación, o en fundaciones de desarrollo económico.
2.- Desde su perspectiva y experiencias de trabajo: ¿Cuáles son los principales desafíos y también tensiones existentes a la hora de pensar y diseñar conjuntos urbano-residenciales, viviendas sociales y/o campamentos? ¿Cuál ha sido el caso de estudio o de trabajo que más le ha llamado la atención?
Una de las principales tensiones que tiene Chile para para poder solucionar su déficit habitacional expresado en campamentos, es que no existe el proyecto urbano como tal, es decir, no existe la capacidad desde el Estado para desarrollar grandes proyectos urbanos. Existen proyectos de gran escala de tamaño que piensan en la vialidad estructurante de la vivienda, y otros que realmente son de un gran esfuerzo para el Estado para poder hacerlo. Con todo, no existe la institucionalidad real e instalada para hacer proyectos urbanos como corresponde, en donde se puedan gestionar todas las aristas de un proyecto. Los proyectos grandes que una ve son esfuerzos titánicos que un equipo hace por querer aglutinar proyectos. Es que es tan atomizado a la hora de gestionarse, que cada uno tiene su línea de financiamiento y sus decretos. Eso hace que los vaivenes políticos, los cambios, lineamientos y los cambios de equipo no logren llegar a los resultados que hoy día Chile podría tener. Porque este país en política habitacional está muy por encima de otros países de Latinoamérica, pero no así en las herramientas de gestión urbana. El Estado está muy atado de manos para poder hacer proyectos de alto impacto.
En relación a campamentos que es donde tengo experiencia, uno de los problemas que yo veo es que se mira como un problema de déficit habitacional y no se mira como un problema urbano. El campamento en sí mismo no es solamente gente que no tiene vivienda, sino que hay varios factores que hacen que se genere este campamento, tanto desde la gestión de suelo, de la planificación urbana de esas ciudades, exclusión social propiamente tal, y otros factores que se van dando en distintas zonas. Los campamentos son muy distintos también, pero como hay una problemática de precariedad que le pusieron un nombre, se hace muy difícil gestionarla, es decir, hay campamentos muy distintos en Arica que en Punta Arenas, Araucanía donde problemáticas de temas indígenas que están bajo este paraguas del campamento que no se solucionan con las herramientas que hoy tiene el Ministerio de Vivienda.
Respecto de los casos emblemáticos que a mí me gustan y que me enseñaron mucho, están las dos grandes reconstrucciones de terremoto del último tiempo. También trabajé en Valparaíso en el incendio del 2014, en donde pude ver todo lo que falta y que se mantiene al día de hoy para poder hacer proyectos de gran envergadura en Valparaíso. Para hacer un gran proyecto urbano ahí, faltaban herramienta y se vio de manera disociada lo que es vivienda, lo que es escala, barrio y lo que eran los grandes proyectos urbanos que no se pudieron ejecutar; porque finalmente si no se ve como un todo y solo se observa desde las partes, no se da rentabilidad social a un proyecto. Es como el gran impacto que se podía tener y cambiar también ciertas realidades que se dan en Valparaíso, pero que son muy difíciles de realizar por esta forma fragmentada de gestionar proyectos. Esto una lo relaciona con otros casos de estudio, como el de Barcelona en España, donde hay un caso muy conocido allá, que es el barrio de la Mina, donde se entiende por qué no funcionan acá la cosa. Este era un barrio que tenía altos grados de exclusión social, problemas de drogadicción, de desempleo y todos los indicadores que se pueden medir. Había sido además resultado de la operación de asentamientos precarios, que en los años 70 en Barcelona se intentó reorganizar. Trátese de un conjunto habitacional de alrededor de 1000 viviendas, que, bajo un concepto de ciudad, se intentó incorporar en la trama urbana. Entonces se hizo vivienda, pero vivienda de integración social y también se hizo espacio público. Se hicieron programas sociales para poder bajar los índices de drogadicción, de delincuencia, deserción escolar, etc. Un proyecto que ataca todas las aristas que se pueden ver en un conjunto habitacional con esos grados de exclusión, lo que nos habla de que esa es la única forma de generar impacto, y en eso no caer en la misma dinámica de solo generar vivienda.
De ahí que el trabajo intersectorial es muy importante en estas intervenciones, porque en general una ve que hay mucha “masa crítica” en Chile, hay ciudadanía experta, muchos congresos, hay equipos públicos también donde hay gente super preparada y con mucha experiencia en la academia también. Sin embargo, diría que esos mundos funcionan bien en sí mismos, porque de repente se hacen llamados a hacer mesas intersectoriales, pero no llegan a concretarse realmente proyectos que impacten la política pública, que es donde tiene que influir para que se generen los cambios. Lo que he visto, es que todo radica en espacios personales, en donde existe un gran líder o una lideresa que impulsa estas instancias, pero eso no logra permear a la operación misma de los distintos programas, Ministerio o servicios que operan dentro del territorio mismo.
3- ¿Cómo observa el visible incremento de campamentos irregulares y de personas en “situación de calle” en ciudades de Chile? Si es que es posible: ¿Como sería un abordaje idóneo para intentar ayudar a solucionar esto?
El aumento en Santiago es impactante porque ahí no existían macro campamentos desde el año 2008. Uno de los últimos era el campamento Olga Leiva (Peñalolén), donde había 400 familias y eso ya se había reducido notablemente. Eran campamentos mucho más pequeños, pero hoy en día hay campamentos de más de 1000 familias. En toda el área metropolitana del Gran Valparaíso y Viña del Mar también al inicio del estallido social, ya había un aumento de alrededor de un 30%, y es absolutamente notorio el aumento de familias en situación de asentamiento precario en la zona de Villa alemana, por ejemplo. Es muy complejo, porque como te decía, está por un lado el tema del déficit habitacional que se está tratando de paliar, pensando en que unos de los grandes problemas es la disponibilidad de suelo para construir vivienda social. Para eso se requiere poder tener suelo a un precio asequible para que ese segmento social pueda pagar. Pero también se están viendo temas de campamento, proyectos de muy largo aliento, que no son proyectos de vivienda social propiamente tal, dado que estos grandes campamentos tienen muchas aristas. En el norte están marcados por problemas de migración importante y otros que tienen problemas de seguridad, de nivelación de estudios, etc. En general, en la zona centro se está tratando de ver intervenciones multisectoriales, con tecnologías de construcción más acelerada, de modo de poder acceder a esa vivienda en menos tiempo. Una familia de campamento en promedio, se demora alrededor de 7 años en salir de ahí, pero yo conozco campamentos que llevan más de 15 años en ese proceso sin una salida. Entonces se están viendo distintas líneas y con distintos actores trabajando con el Ministerio de Vivienda.
Pero aún no está la solución y no va a ser una única solución. Yo creo que una las soluciones para el problema de ciudad en general, es poder mirar a estos proyectos urbanos más integrados y poder ir mejorando la calidad de ciudad con vivienda social, de manera de asegurar una integración socio-urbana de las familias de campamento y poder también gobernar los territorios; porque también pasa que como las familias van mucho más rápido que la política Urbana, muchas veces se responde con urbanización. Aquí en Viña, está el campamento Manuel Bustos, que es un caso grande y que lleva muchos años. Yo fui encargada del campamento cuando se firmó el Convenio para que se urbanizara, pero hasta el día de hoy no se han generado las primeras licitaciones de urbanización. Ahí tú ves que tampoco es que se genere mejor ciudad, ni se están eliminando los factores de exclusión social de esas familias, ya que todo ese sector de Viña es muy precario. Desde el programa campamento (Minvu), se han regularizado ciudades, pero con viviendas que no cumplen con los estándares actuales, donde las calles tampoco cumplen con estándares mínimos de seguridad, sin equipamiento ad hoc a las demandas habitacionales que tienen las familias en esos sectores. Entonces, quizás se soluciona la informalidad, pero sigue siendo un sector de la ciudad muy precario. Y si sigue este aumento exponencial sin una política socio urbana, el déficit se va a entender y vamos a seguir generando ciudades de menor calidad.
4.- En particular, cómo nace el interés por abordar el asunto de la infancia en la ciudad ¿Cuáles son las principales líneas de abordaje teórico/metodológico para abordar territorios con tal énfasis? ¿Cómo trabajar o pensar en torno a la experiencia corporal de los niñoss y las estructuras sociales que también ordenan el territorio?
El interés tiene que ver con mi experiencia personal, ya que después de estar en la reconstrucción, me fui a estudiar a España. Yo había tenido un hijo en Chile, tuve otra hija en España, y el ver como una ciudad que no es el ejemplo urbano en temas de infancia, pero sí incorpora mucho más que Chile, fue notorio en mi experiencia de ser Mamá de niños chicos en Chile versus haberlo tenido en España, en Barcelona en particular. Esto me generó un shock y me llevó a pensar que había que hacer algo que apunte a la igualdad de género, y facilitarle la vida a los cuidadores y a los niños pequeños, para hacer una ciudad más agradable de vivir.
Los niños son mucho más autónomos, más felices simplemente porque tú sales de tu casa y siempre hay algo, hay una red plazas, calles que son mucho más amables, gente que tiene un enfoque hacia la infancia distinto, que se preocupan de ellos, que los miran, que les conversan, pero no como un como un niño chiquito, sino como un igual. De ahí que me preguntaba: ¿Hay otra visión de la infancia en la ciudad? Entonces dije, obvio, aquí hay que hacer algo, porque una ciudad amable con la infancia es una ciudad mucho más agradable para todos.
Y ese fue el interés de cuando volví, ya que precisamente estoy en este mundo de cuidadores y niños pequeños y da pena volver a Chile y ver que el niño se encapsula. Esto se observa en Viña, por ejemplo, donde el transporte público no es para coches, tampoco es para que un Papá o Mamá que vaya parado con un fular. Son ciudades peligrosas en el sentido de que la gente no está mirando la información, no hay calles que son de velocidad reducida, espacios y plazas de movimiento más libre, o en donde estén contenidos todo ese tipo factores relacionados con los cuidados.
Con la pandemia también hubo un cambio, porque también ahí se incrementa el miedo en las viviendas, la percepción de inseguridad es mucho más alta, y esto afecta a la infancia. En Chile siempre ha habido más percepción de seguridad, que de la infancia. En conversaciones que una tiene, es impresionante que adolescentes de octavo básico o primero medio incluso, se vayan en un bus escolar, en vez de transporte público a los colegios. Nadie está mirando la infancia, nadie se preocupa por eso, y ese fue uno de los principales llamados que estamos haciendo fundaciones como “Escala Común”. Si bien en Chile la niñez es súper atractiva para trabajarla, e incluso hay poca gente que se niega a trabajar en esto, es distinto saber trabajar con niños, porque hay muchas metodologías y actividades que se pueden hacer con ellos, pero muchas veces esas actividades no son vinculantes. Pinta el barrio, tus sueños o cosas similares, pero a veces eso es muy difícil de vincularlo a un proyecto urbano. En ese contexto, pensamos en como generar metodologías que inviten a una participación vinculante, es decir, que efectivamente los resultados de esa experiencia con niños sean llamativa también para el que diseña la ciudad. Y en eso hemos estado trabajando de a poco, sabiendo que todos estos procesos son largos.
5.- Por último, si pudieras hacer una síntesis de la conversación que tuvimos e intentar proyectarla hacia un futuro deseable en torno a las diferentes variables de interés en torno a la vivienda.
Yo creo que en temas de vivienda Chile tiene buenos estándares, pero falta vincular la vivienda a un proyecto de ciudad y poder tener herramientas de gestión de proyectos urbanos que busquen mejor calidad de ciudad con mayor integración social y con mejores oportunidades para que familias puedan acceder a vivienda. Hay proyectos urbanos que he observado, donde hay un montón de estudios que se hacen, y que tienen esta lógica de no poder enganchar con el modelo de gestión que se necesita. También se está mirando todo el déficit habitacional, pero yo creo que hay que hacer ese ese vínculo de pensar el problema de campamentos, por ejemplo, como un problema de ciudad y vincularlo a grandes proyectos urbanos. Yo creo que ese sería el futuro ideal para Chile para poder de verdad mejorar los distintos indicadores de exclusión que viven las familias de campamento y no solamente a paliar el déficit.
Una ley y un anuncio presidencial en pro de la casa propia: ¿Se hará realidad?
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Por Carmen Catán, Arquitecta, MRICS, Magister en Desarrollo Urbano UC. Gerente Real Estate, BDO
Resumen:
Uno de los hitos importantes del discurso del presidente Boric en su cuenta anual fue abordar el déficit “de 650 mil viviendas en Chile”, dato que se liga a la ley 21.540 recientemente aprobada en el Senado, sobre integración social en la planificación urbana, gestión de suelo y plan de emergencia habitacional. ¿Este anuncio y ley harán realidad o sólo se unirá a la larga lista de anhelos de muchos chilenos? La columna reconoce el avanze y la señal que constituye la nueva ley de integración urbana, sin embargo, propone medidas para que esta pueda ser efectiva y tener efectos.
Palabras clave: Vivienda, integración urbana, déficit habitacional
Durante las últimas décadas la política urbana chilena ha puesto énfasis en el déficit habitacional Gracias a esto contamos con los subsidios, el ahorro familiar y acceso al crédito. Pero en forma paralela las ciudades han crecido bajo condiciones desiguales que no satisfacen a los habitantes más vulnerables sus necesidades básicas de acceso a servicios públicos, seguridad, conectividad y equipamiento. En 2014, la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), constató la segregación, diagnosticando que “en la mayoría de las grandes ciudades chilenas está presente la desigualdad urbana y la segregación socioespacial” (Minvu, 2014, p. 23).
Según datos de la Casen (2020) el déficit habitacional es de 512 mil unidades, pero una actualización en el estudio “Déficit habitacional: ¿cuántas familias necesitan una vivienda y en qué territorios?” del Centro de Políticas Públicas UC junto a Techo-Chile, concluye que éste es de 641.621 viviendas; ósea más del 10% de chilenos no tiene acceso a una vivienda. Las regiones que concentran esta carencia son la Metropolitana, Valparaíso, Biobío, Antofagasta, Tarapacá y el Maule. El acceso al crédito y los valores de arriendo se han vuelto cada vez más inaccesibles para la población vulnerable.
Por otra parte, para los inmobiliarios la construcción de este tipo de viviendas se encarece frente al alza de los materiales y mano de obra de los últimos años por lo que hay menos oferta disponible y si a esto le sumamos el proceso de desaceleración económico en que nos encontramos y el aumento de la inflación la búsqueda de la casa propia se hace cada vez más inalcanzable.
La semana pasada fue publicada en el diario oficial. la Ley N° 21.450, sobre integración social en la planificación urbana, gestión de suelo y plan de emergencia habitacional que entrega una serie de herramientas al Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), para fomentar la organización y desarrollo de comités habitacionales y los sistemas de autoconstrucción; implementar políticas y programas habitacionales orientadas a enfrentar el déficit en vivienda y desarrollo urbano de las familias más vulnerables e implementar políticas de suelo que tengan por objeto reducir y contener este déficit .
En lo central la ley se traduce en lo siguiente:
- Perfeccionar las atribuciones y responsabilidades del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en el ámbito de la integración social y urbana.
- Establecer obligaciones de los instrumentos de planificación comunal e intercomunal de considerar criterios de integración social y urbana.
- Establecer los Planes de Regeneración Urbana como una herramienta de gestión para intervenir en sectores deteriorados.
- Ampliar los criterios para la aplicación de los incentivos urbanísticos.
- Disponer de atribuciones para la gestión de suelo y la conformación de un Banco de Suelos estableciendo, además, criterios de disponibilidad presupuestaria.
- Proporcionar mecanismos excepcionales para habilitar terrenos para el desarrollo de proyectos de vivienda con financiamiento público.
- Establecer un plan de emergencia habitacional para abordar la situación de alto déficit y urgencias habitacionales.
Es importante señalar que esta ley es un gran avance por la urgencia actual y además históricamente en el contexto de las políticas públicas ya que se consideran variables como la inequidad urbana y no tan solo la producción de viviendas para solucionar un problema que se arrastra hace décadas. Podemos visualizar una política enfocada no sólo en la cantidad de viviendas, sino también en la calidad e integración de su entorno, en cuanto a accesibilidad de equipamiento.
Sin embargo, se debe considerar que la ley debe ir línea con el plan de emergencia habitacional, que tiene que ser capaz de impulsar inversión pública y privada para que la ciudad se desarrolle de manera orgánica, como hemos visto la producción habitacional masiva, si bien resuelve el déficit habitacional, no resuelve el déficit urbano. Debemos recordar que los problemas de infraestructura, equipamiento, áreas verdes y accesibilidad afectan directamente a la calidad de vida de sus habitantes.
Las soluciones deben ser diversas, desarrollando subsidios de arriendo para clases medias y medias bajas efectivos, nuevos modelos de financiamiento, gestión y participación que logren adaptarse a la realidad dinámica, tanto en los ámbitos urbanos y económicos.
Otro punto relevante es que esta ley se aplique de manera descentralizada, aunque la Región Metropolitana lidere el déficit, existen otras regiones con estas mismas dolencias.
Finalmente, la coordinación de los principales actores es clave en la correcta implementación de la ley, ya que, si bien el MINVU podrá agilizar procesos de postulación, adjudicación y construcción de vivienda, es esencial que la ley se aplique teniendo claridad como participarán desarrolladores inmobiliarios, familias vulnerables y autoridades locales. Es relevante considerar cuáles serán los roles que tomen estos actores en el diseño e implementación para los proyectos urbanos y habitacionales.
La aprobación de esta ley es de suma importancia para el país tanto en lo inmaterial como lo palpable. Desde lo intangible representa un símbolo de cambio en el entendimiento de ciudad y soluciones habitacionales, además de ser formulado durante el gobierno anterior y aprobado por el congreso actual. En lo tangible, tiene efectos directos en la calidad de las políticas habitacionales y el futuro de las ciudades chilenas.
Miopía, Tercer Sector y crisis habitacional. Una reflexión frente a la nueva Ley de Integración Social y Urbana.
VerMiopía, Tercer Sector y crisis habitacional. Una reflexión frente a la nueva Ley de Integración Social y Urbana.
Giovanni Patrocinio Guida Piqueras. Arquitecto y Sociólogo; Magíster en Sociología, Transformación social e Innovación. Doctorando, investigando sobre Sistemas de Gobernanza y Políticas de Vivienda, entre la Universidad de Barcelona y la Universidad de Chile.
Resumen
Frente a un contexto tensionado, en transición, la nueva Ley de Integración Social y Urbana puede significar el primer paso hacia la comprensión de un adecuado sistema de gobernanza multinivel en Chile. Regular el mercado de suelos, descentralizar las políticas y abordar nuevos sistemas de tenencia de vivienda, son líneas estratégicas claves para ampliar la mirada de un Minvu, con demasiada competencia reactiva y muy poca capacidad de previsión. Ampliando la mirada en lontananza y con el apoyo del Tercer Sector, se puede superar una situación entrampada en la focalización de la pobreza, donde se evidencia que, quien no llora, no mama.
Palabras Clave: gobernanza, descentralización, tercer sector, políticas de vivienda, municipalismo.
En el imaginario colectivo, la sintomatología que evidencia la crisis frente a la vivienda es fácilmente diagnosticable, pues está a la vista de todos. Las plazas y alamedas en su creciente y flexible loteo informal diario, desdibujan el rampante skyline del centro de Santiago, a cota cero, con conjuntos de carpas que impregnan la visión del paseante. Parece que la pandemia (Angelcos et al., 2020) hace florecer un terreno que se pensaba yermo, socialmente superado; con un crisol de nuevas tomas informales ante la mirada de todo un desarrollo histórico de políticas de vivienda centradas precisamente en eso, el déficit (Arriagada et al., 2004; Castillo & Hidalgo, 2008). Y aquí está el error, una miope perspectiva que actúa frente lo que se ve, el síntoma evidente, una cura en forma de subsidio que, en un sistema sin planificación ni intención de prevención, difícilmente se adecuará a la problemática real. De nuevo, el Plan de Emergencia Habitacional[1] publicitado por el ministerio pretende actuar de manera reactiva, con esa visión que limita el cortoplacismo político, frente a una situación de excepción (Fuster-Farfán, 2021). Es comprensible, porque conecta la opinión de ese peatón comentado, con la del gobierno; sin necesidad de diálogo, ciudadanía y política se ponen de acuerdo ante la necesidad de actuar. Pero, ¿es este un proceso adecuado para el diseño e implementación de políticas públicas?
Para encarar realmente la noción de vivienda digna (Pérez, 2019) como un derecho constitucional, será necesario dejar de parchear ese casco neoliberal que siempre termina haciendo aguas. Hay que reflexionar sobre el modelo centrado exclusivamente en la demanda, que, si bien ha ido evidentemente mejorando con los años, mantiene algunos cimientos difíciles de driblar. Ante el recuerdo vivo de lo que ocurrió durante los 90s, sería imperdonable repetir en el proceso actual las mismas debilidades (Rodríguez & Sugranyes, 2005; Tapia, 2011). Esta es la intención del marco que establece la nueva Ley de Integración Social y Urbana[2], donde parecen aprendidas algunas lecciones del pasado.
Pero, para que esta vez la política de vivienda soporte el chaparrón, es necesario aclarar todas esas palabras, programas y símbolos que recoge, demostrar que esta vez la voluntad es de cambio y va más allá del chequeo burocrático. Para ello, la presente reflexión pretende ensalzar ciertas líneas estratégicas con las que vehicular la transición hacia un nuevo modelo más flexible y descentralizado. Una hoja de ruta innovadora y valiente, que choca de frente con la cultura de la casa propia, para establecer algunas referencias a largo plazo, a partir de las cuales ir evaluando su trayectoria.
Tres aspectos, algo descuidados en las políticas imperantes, chocan con esa noción tradicional que ensalza la vivienda en su faceta más mercantil. Aunque aparecen de uno u otro modo en la nueva Ley y existe bastante consenso por parte de todos los actores implicados, es necesario reflexionar de una manera más profunda y realista sobre: la total libertad del mercado de suelos; la centralización y jerarquía del aparato de gobierno; y la casi exclusiva noción de tenencia en propiedad dentro del parque de vivienda social construido.
Desde la liberalización de suelos de finales de los 70s, no ha existido una planificación territorial consensuada frente a la explosión urbana consecuente, ni hay una ley de suelos que haya regulado este crecimiento. Las dinámicas para la ordenación de suelos han sido bien diversas, ya que suelen provenir de planes reguladores que los municipios externalizan y que terminan conformando realidades urbanas producto de negociaciones, de transparencia y evaluación relativas, entre sectores privados (Vergara Cabrera, 2018). Se trata del negocio del suelo, íntimamente ligado al sistema de financiarización de la economía mundial (Gasic Klett, 2021). Es necesario repensar a escala urbana la ciudad del medio plazo, establecer un planeamiento desde una perspectiva integral e integradora, que ordene su crecimiento y dinámica, e intervenir de manera pública sobre el mercado del suelo. Esto, dotará al sistema público de algo de vital importancia, capacidad de previsión. Un cierto orden y control sobre los suelos permitiría al Minvu[3] superar su capacidad reactiva actual, hacia un modelo más preventivo y de planificación.
Otro aspecto de crucial relevancia, es el tránsito de un modelo de gobierno centralizado en el Minvu, que es prácticamente autónomo, a uno más plural, flexible y descentralizado. Esto representa el paso de un gobierno tradicional a un sistema de gobernanza multinivel. Supone principalmente dos cuestiones: repartir la función de gobierno a nivel municipal, regional y central, estableciendo una estructura más horizontal; y asegurar la participación de todos los actores involucrados en las dinámicas de vivienda. La estructura de gobierno ya existe, para reorganizar su funcionamiento vertical se necesita voluntad de consenso, un reparto de funciones y recursos más equitativo, y ensalzar las dinámicas de gobernanza locales (González Rodríguez, 2018). Así se podrá asegurar que el diagnóstico responde a la realidad frente a la vivienda y no solamente a aquello que se ve, que es excepcional o una situación de emergencia (Fuster-Farfán, 2021). Esto, ayudará a evitar el clientelismo político, estableciendo un sistema más transparente en cuanto a sus capacidades reales, y, sobre todo, que demuestre un avance hacia un modelo más justo frente a la competencia en el acceso a los recursos públicos[4].
La tercera cuestión, está estrechamente ligada a lo que se conoce como la cultura de la vivienda en Chile. En la explosión neoliberal y la elevación del individualismo, está la raíz del sueño de la casa propia. Hay una evidente racionalidad entre los más vulnerables en la búsqueda de la propiedad frente a la carencia de un sistema de protección social alternativo. Es la comprensión de la vivienda como un bien patrimonial, un refugio frente a la incertidumbre del bienestar. Por eso, es necesaria una profunda labor de pedagogía que evidencie la insostenibilidad de un sistema de vivienda centrado en la propiedad, que siempre será por definición limitado. Atendiendo a buenas prácticas contrastadas en otros contextos, las políticas de vivienda pueden flexibilizarse hacia tenencias alternativas, donde el arriendo toma cierto protagonismo. Pero, esto necesita de un fuerte ente público que garantice su seguridad, estabilidad y asequibilidad, dejando a un lado los colores políticos cambiantes.
En una sociedad tan mercantilizada como la chilena, parece realmente complejo establecer algo que en el ámbito de la vivienda es crucial, la colaboración público-privada. Un primer paso para ello, es empezar a reconocer la función bisagra del Tercer Sector, legitimarlo como tal. En forma de corporaciones y fundaciones es capaz de mediar entre las partes y devolver la capacidad de actuación al ente público (Rasse Figueroa & Lin Muñoz, 2020), que ha ido menguando hacia un modelo centrado en la demanda, pero subyugado a la oferta. Sin recuperar el rol activo del Estado, difícilmente puede emerger la participación civil.
Como siempre, la experiencia internacional puede servir de ayuda en este sentido, con prácticas contrastadas enfocadas en la “des-financiarización” de la vivienda (Vergara Cabrera & Silva, 2022). En Barcelona, se están implementando unas líneas estratégicas similares a las comentadas en la presente reflexión. La comparativa con Santiago es factible, pues no son ciudades tan diferentes conforme a su trayectoria en políticas de vivienda (Sepúlveda Ocampo & Larenas Salas, 2010). A partir de la crisis de 2008, se produce un giro en el que la agrupación de entidades del Tercer Sector ligadas a la vivienda comienza a tomar protagonismo, a situarse en esa posición intermedia necesaria. Aunque en Barcelona el porcentaje de vivienda social de titularidad pública no llega al 2%, muy por debajo de la media europea, se están dando pasos agigantados hacia ello, pues es la única manera de controlar un nuevo ciclo especulativo, que, esta vez, concentra la inversión internacional en la vivienda de alquiler.
Entidades como la Fundación Hàbitat3[5], son claves para la gestión de la “Xarxa d’Habitatges d’Inclusió[6]”, red de viviendas ofertadas a precio asequible y que administran asociaciones sin ánimo de lucro en estrecha relación con la Agencia de la Vivienda de Cataluña (Guida Piqueras et al., 2021). No solo se encargan de la gestión y suponen una garantía para todas las partes involucradas, sino que además desempeñan una función social de acompañamiento en las viviendas vital para que los programas sociales se adecuen a las realidades de sus protagonistas.
En Chile, la función del Tercer Sector es todavía relativa, aunque es notable su incidencia real en situaciones de campamento. Frente a la conflictiva situación actual, están reivindicando su participación activa dentro de las políticas de vivienda. El último catastro nacional de campamentos (CES. Centro Estudios Socioterritoriales, 2021) de la Fundación Techo-Chile[7], junto con la estimación del déficit habitacional realizada por Déficit Cero[8] (Déficit Cero y Centro UC. Políticas Públicas, 2022), lo demuestran. Su pretensión es mayor, la voluntad es mostrar que la alternativa es factible, que el Minvu no está solo y la vivienda social se puede ampliar más allá de la política de vivienda. Su influencia en la publicitada situación de emergencia habitacional actual es evidente. Esta institución, tiene la estructura y trayectoria suficiente como para conformar una red horizontal de entidades que supondría un apoyo importante para el brazo ejecutor público, bisagra entre sectores. Por ejemplo, para la administración y acompañamiento de un auténtico sistema público de vivienda, que todavía no existe.
Cabe ensalzar, además, la gran importancia que tienen fundaciones que, sin la magnitud de la anterior, desempeñan dinámicas innovadoras y se sitúan en primera línea frente a la promoción del cambio. La Fundación Alcanzable[9] es un excelente ejemplo de ello, volcados hacia un nuevo modelo o concepción de vivienda social que representa la tenencia en arriendo. Aprovechan el subsidio que promueve el Minvu para este fin y diagnostican la realidad, difícil de materializar, que este supone. Tienen algunos proyectos interesantes, pero su incipiente labor destaca por la voluntad de cambio, la promoción de alternativas a la propiedad y, sobre todo, el trabajo de pedagogía y difusión que comienzan a desempeñar. No solo aquellos que se sitúan a la cabeza de las marchas representan la vanguardia de la lucha social.
En conclusión, para que esa voluntad de cambio frente a la nueva crisis habitacional se materialice en políticas públicas y dinámicas compartidas realmente adecuadas, es necesario reflexionar en profundidad sobre esos aspectos que sí recoge la nueva Ley de Integración, pero frente a los cuales no existe un consenso sobre la manera de llevarlos a la práctica. Supone una transición de modelo, superar el diagnóstico a vista de caleidoscopio donde solamente llaman la atención las luces más brillantes, esas que ocultan el resto.
BIBLIOGRAFÍA
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CES. Centro Estudios Socioterritoriales. (2021). Catastro Nacional de Campamentos 2020-2021. Informe Ejecutivo. TECHO-Chile y Fundación Vivienda.
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Fuster-Farfán, X. (2021). Exception as a government strategy: contemporary Chile’s housing policy. International Journal of Housing Policy. https://doi.org/10.1080/19491247.2021.1910784
Gasic Klett, I. R. (2021). Producción inmobiliaria, intermediación financiera y reservas de suelo en Santiago de Chile. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 25(1). https://doi.org/10.1344/sn2021.25.32242
González Rodríguez, M. (2018). Política de vivienda social en El Bosque. Municipio y experiencias de comités de vivienda en el contexto del estado subsidiario (2006-2014). Espacios, 7(14), 40. https://doi.org/10.25074/07197209.14.876
Guida Piqueras, G. P., Pareja Eastaway, M., & Simó Solsona, M. (2021). Diseñando una herramienta integral para mejorar la eficiencia de las Políticas de Vivienda Social: el caso de Sant Eloi en Barcelona. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, 53(209). https://doi.org/10.37230/cytet.2021.209.08
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Vergara Cabrera, F. (2018). ¿Hacia un nuevo modelo de gobernanza urbana en Chile? Análisis territorial y relacional de los Planes Maestros PRES Constitución y Calama PLUS. Memoria para optar al título de Geógrafa. Universidad de Chile.
Vergara Cabrera, F., & Silva, I. (2022). La “des-financiarización” de la vivienda: una alternativa ante la crisis habitacional. EnlaCES. Edición 8. Centro de Estudios Socioterritoriales (CES).
[1] https://diariousach.cl/plan-de-emergencia-habitacional-minvu-anuncia-construccion-de-260-mil
[2] https://www.gob.cl/noticias/congreso-aprueba-proyecto-de-integracion-social-y-urbana-y-se-convierte-en-ley-de-la-republica/
[4] https://www.latercera.com/opinion/noticia/rehacer-la-fila/OVTBZI266VDCFNNYLX6YQ5YOUY/
Casa, familia y cerro: prácticas de autoconstrucción en Valparaíso, Chile
VerCasa, familia y cerro: prácticas de autoconstrucción en Valparaíso, Chile
Gustavo Alejandro Valenzuela Merino
Cientista Político de la Pontificia Universidad Católica de Chile, estudiante de Magister en Antropologías Latinoamericanas en la Universidad Alberto Hurtado.
Resumen:
Los procesos de autoconstrucción en Latinoamérica han sido ampliamente documentados en las ciencias sociales, principalmente asociado a los movimientos de pobladores. En Valparaíso, dichas prácticas se han manifestado de manera extendida, pero no exclusivamente a partir de estrategias colectivas de tomas ilegales de terreno. Este texto tiene por objetivo indagar en esas otras maneras en que la autoconstrucción se ha hecho presente como práctica habitual de poblamiento en algunos cerros de la ciudad puerto y la vinculación que dichas prácticas mantienen con la condición de posibilidad del incendio y con ciertas maneras en que el parentesco cobra forma.
Palabras clave: autoconstrucción, familia, incendios.
La literatura en ciencias sociales sobre autoconstrucción en Latinoamérica ha ocupado numerosos volúmenes, de lo cual Chile no es la excepción. Desde las tomas de terrenos llevadas a cabo por pobladores durante la década de 1960 que dan cuenta de la formación de movimientos sociales y políticos (Sepúlveda, 1998) hasta lecturas más recientes que vinculan los movimientos de pobladores con demandas amplias de acceso a una vida digna (Pérez, 2022), dicha literatura ha vertido sus esfuerzos en procesos de movilización social colectiva y contenciosa. Sin embargo, las prácticas de poblamiento en los márgenes del Estado, al decir de Veena Das y Deborah Poole (2008), son capaces de dar lugar a múltiples formas de creatividad.
En Valparaíso, en cerros como La Cruz, dicha creatividad expresa otras maneras en que esa agencia indeterminada desafía los límites de la legalidad y la ilegalidad (Das y Poole, 2008)[1]. En este texto pretendo indagar sobre cómo aquellas prácticas de autoconstrucción, sus movimientos y modificaciones, habilitan formas de entender el parentesco como una mutualidad del ser (Sahlins, 2013), esto es, como una pertenencia mutua a partir de la participación intrínseca en la vida de cada uno. Además, que esta mutualidad del ser involucra un proceso de objetificación (Miller, 2015) donde casas y habitantes se constituyen consustancialmente a partir de prácticas de autoconstrucción periféricas que tienen su propia agencia y temporalidad (Caldeira, 2015). Todo esto, en un contexto donde la precariedad que presentan estos tipos de construcción en distintos niveles cobra relevancia debido a la condición de posibilidad permanente del incendio estructural. Para hacerlo, echaré mano de mi propio trabajo etnográfico realizado en los cerros La Cruz y El Litre desde el segundo semestre del 2020 hasta principios de 2022. Específicamente, de una de las historias que mis interlocutores narraron durante mis viajes y que da cuenta del cerro, una vivienda y su familia, como de la relación que mantienen con los incendios.
Claudia[2] es una joven habitante del cerro La Cruz. Cuando sus abuelos llegaron a vivir al cerro hace aproximadamente setenta años, no había absolutamente nada más que árboles y distintas formas de vegetación a su alrededor. En ese contexto, los abuelos de Claudia decidieron asentarse y construir su casa en un no tan pequeño trozo de tierra que le habían comprado a una familia europea acomodada de la ciudad puerto. En principio construyeron con madera, material que producto de factores ambientales se fue deteriorando con el tiempo y que comenzaron a proteger con el uso de latones de zinc, esos mismos que el día de hoy ocupan las coloridas postales de Valparaíso. El uso de estos latones tenía, en ese sentido, un doble objetivo: por un lado, buscaba proteger a la madera de la humedad y el viento y retrasar su deterioro; por otro, buscaba proteger a la casa de los incendios que de tanto en tanto se dan en la ciudad puerto y con quien mantiene una relación histórica (Marthland, 2017; Arango, 2021).
Así como ellos se instalaron en el cerro, luego con el tiempo “la familia se fue haciendo” (Claudia, comunicación personal). Pronto comenzaron a llegar los hermanos de los abuelos de Claudia, quienes decidieron construir tanto hacia los costados como hacia la quebrada desde donde se había puesto la casa original. De igual manera, la casa de los abuelos de Claudia se fue modificando en la medida que las condiciones económicas lo permitían, pero también en la medida que nuevos integrantes, usos y contingencias afectaron el inmueble. Posterior a un terremoto durante la década de 1980 que destruyó gran parte de la vivienda, los abuelos de Claudia reconstruyeron la casa original con materiales sólidos, y luego la fueron ampliando nuevamente con el uso de madera y latones de metal, a la vez que tuvieron hijos y que estos necesitaron sus propias habitaciones.
Al llegar a la adultez, algunos de los hijos de los abuelos de Claudia emigraron a otras partes del cerro o de la capital. Por su parte, el padre de Claudia, Manuel, decidió quedarse viviendo cerca de su madre, motivo por el que construyó un segundo piso que es en verdad una segunda casa que se erige quebrada arriba. En principio esta vivienda consistió, al igual que la de sus padres, en un living comedor, dos habitaciones (una para él y su pareja y otra para Claudia) una pequeña cocina y un baño. Más adelante, con el nacimiento de uno de los hermanos de Claudia, la casa se siguió expandiendo y lo que antes era una de las habitaciones pasó a ser una sala de estar seguida de tres piezas para cada uno de los integrantes de la familia. El antiguo baño se convirtió en la oficina que Manuel usa para trabajar desde su casa y, finalmente, durante los últimos años construyeron una amplia terraza que tiene vista hacia los cerros y el mar. Los materiales privilegiados en la construcción y ampliación de toda esta casa fueron también la madera y el latón metálico, razón por la cual Manuel es plenamente consciente de que, por más que las planchas de zinc puedan evitar marginalmente que su casa se queme en un incendio, la posibilidad de que esto último ocurra sigue siendo muy alta. Respecto de la ampliación, cuenta Manuel, la mayor parte de esta no tiene un proceso de regularización formal.
La casa en el cerro, tal como muchas otras autoconstrucciones[3] del sector, permite observar una serie de cualidades distintivas y otras que se repiten a lo largo y ancho de Latinoamérica (Caldeira, 2017). Primero, destaca la relación entre legalidad e ilegalidad con un Estado en los márgenes, donde la tenencia legal de una tierra no implica necesariamente que todos los usos que se le den se mantengan dentro de estos mismos límites y, por lo tanto, desdibuja las fronteras entre uno y otro régimen. Segundo, da cuenta la relación con el fuego en tanto condición de posibilidad de manera ambigua: a la vez que se utilizan materiales para protegerla de sus efectos catastróficos, se utilizan otros de carácter inflamable a plena conciencia de las consecuencias que esto puede llegar a tener. Finalmente, demuestra la consustancialidad de la casa con la familia dado que sus modificaciones y ampliaciones tienen, entre otras razones, directa relación con las modificaciones en el grupo familiar. Esto último hace pensar en el parentesco como una mutualidad del ser (Sahlins, 2013) parte de un proceso de objetificación (Miller, 2015) donde casa-cerro-familia son mutuamente constitutivos.
Bibliografía
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Armas-Pedraza, T., Gascón-Martín, F. y Muñoz-Salazar, P. (2017). Percepción de riesgos socioambientales en tomas de terreno de Playa Ancha, Valparaíso (Chile). Los casos de Pueblo Hundido y Vista al Mar. Papeles de población, (93), 181-206. https://doi.org/10.22185/24487147.2017.93.026.
Armas-Pedraza, T., Gascón-Martín, F. y Muñoz-Salazar, P. (2018). El riesgo socio-ambiental en los procesos de urbanización de América Latina. El caso de Vista al Mar, un campamento emplazado en los cerros de Valparaíso. Quid 16, (17), 25-51. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6237055.
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Das, V. y Poole, D. (2008). El estado y sus márgenes. Etnografías comparadas. Cuadernos de Antropología Social, (27), 19-52. http://www.scielo.org.ar/pdf/cas/n27/n27a02.pdf.
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Pérez, M. (2022). The Right to Dignity: Housing Struggles, City Making, and Citizenship in Urban Chile. Stanford: Stanford University Press.
Sahlins, M. (2013). What Kinship Is – And Is Not. Chicago: Chicago University Press.
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[1] Para lecturas sobre campamentos en Valparaíso y la relación con los incendios, léase Armas-Pedraza et al, 2017; 2018.
[2] Claudia es un personaje ficticio creado a partir de las narraciones de diferentes personas que habitan tanto el cerro La Cruz como El Litre.
[3] Cabe destacar que este tipo de autoconstrucción no es el único que hay en el cerro, pero sí el más habitual. La Cruz ha sido testigo en los últimos años del emplazamiento de tomas colectivas en sus partes más altas, cuya indagación excede completamente este texto.
Feminismo comunitario en la lucha por la vivienda y la soberanía territorial en Alto Fucha - Ecoterritorio colombiano
VerFeminismo comunitario en la lucha por la vivienda y la soberanía territorial en Alto Fucha - Ecoterritorio colombiano
Milena Rincón, arquitecta, magister en Geografía y docente de la Pontificia Universidad Javeriana Sede Bogotá, Colombia, Doctora © en Arquitectura y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
RESUMEN
El texto busca visibilizar las prácticas de feminismo comunitario de mujeres mayoras del Alto Fucha, en la periferia urbana de Bogotá. Para ello se conceptualiza brevemente el feminismo comunitario como lugar de enunciación y acción, luego se reflexiona sobre las estrategias de descolonización, el autorreconocimiento y otras epistemologías para observar, involucrarse y elevar las prácticas de la vida cotidiana de mujeres del Alto Fucha en la construcción del Ecoterritorio y en la resignificación del habitar lo que ha sido definido por otros -institucionalidad pública y academia- como lo informal, ilegal e inferior. En este proceso las prácticas de la minga, del círculo de la palabra, del pagamento y el mambeo no solo se encauzan a la vivienda, sino a la totalidad del habitar.
PALABRAS CLAVES: feminismo comunitario, vida cotidiana, mayoras
Este escrito parte del reconocimiento a la insistente, desafiante, ardua y formadora acción política de todas las mujeres que han actuado y que han movido su corporalidad para instalar las demandas feministas en las agendas políticas. Una arista central es la fuerza y sabiduría que en las mujeres de América Latina yace para pensarse como ser político desde su propia corporalidad y experiencia situada. Esta forma de ser y habitar que emerge de las mujeres indígenas y afrodescendientes, y que en su vínculo con la academia se configuran como feminismos comunitario, autónomo y decolonial, apunta a pensar la relaciones entre hombres y mujeres en un marco basado en otras ontologías y epistemologías (Ulloa, 2020) como aquella que involucra los sentipensares (emoción, lenguaje y pensamiento relacional). Por considerar que la organización de las mujeres en la urbanización popular comparte la esencia de estos feminismos, aunque en esta realidad se identifica más como feminismo popular, se toma como referente teórico reflexivo para comprender el sentido de la lucha de las mujeres por la vivienda en la periferia urbana de Bogotá.
Adriana Guzman (2019) feminista indígena boliviana precisa el feminismo comunitario como la expresión desde una horizontalidad que exige resistir a categorías impuestas y arbitrarias que el capitalismo y el patriarcado han construido sobre los cuerpos de las mujeres. Incluso, cuestiona las diferencias jerárquicas que existen entre las mujeres y que el feminismo también ha reproducido, -feminismo blanco burgués-. El feminismo comunitario busca construir un feminismo que no solo se estudie, sino que se viva activamente, que no solo se construya desde los libros, sino que se instale desde los cuerpos, porque una cosa es estudiar el feminismo y otra muy diferente es ser feminista. De esta forma, el cuerpo toma el lugar central en la práctica de resistencia constituyéndose un canal de manifestación. Por tal razón, es necesario salir de la lógica de identidad colonizadora en un primer paso reconocer los discursos de dominación que categorizan y clasifican en vulnerables y victimas a las mujeres, algo que puede resultar habitual en la institucionalización de las demandas e incluso en la academia. Pero también requiere creer en la propia experiencia con una fuente de valor, resistiéndose a pensarse desde esos lugares de inferiorización que hegemónicamente se construyen. El feminismo comunitario es un movimiento en Abya Yala que denuncia las demandas de opresión que sostiene el sistema patriarcal, configurándose desde el autoreconocimiento como estrategia central de descolonización, y que manifiesta que la política más profunda de opresión es la identidad que se impone a los cuerpos de las mujeres de Abya Yala.
El accionar político que precisa Guzman (2019) sobre el autoreconocimiento se trata de actuar desde un proceso de descolonización que implica una resistencia política colectiva que recupere la memoria desde las ancestralidades, desde las mayoras (mujeres que representan sabiduría y experiencia). En las mayoras se reconoce una identidad que se construye a partir de subjetividades que proponen un lugar horizontal para construir comunidad, es decir, no hay una sola Mayora, sino muchas mujeres que son reconocidas y se reconocen como tales. Descolonizar la mente y el cuerpo es entender el patriarcado y su forma de operar en los territorios desde la experiencia, las opresiones vividas, los mecanismos de empobrecimiento y las imposiciones heteronormativas. Esto es creer en el pensamiento propio, resistiéndose a pensar que las categorías creadas por otros y por otras (institución y academia) permitirán avanzar el desmantelamiento de las desigualdades. Este autoreconocimiento parte del sentido de que las palabras no se privatizan, por lo tanto, defiende una autonomía que apunte a realizar rupturas epistémicas, así, defiende la comunidad como estrategia de vida, no es igualdad, no es diferencia, es comunidad autoorganizada y autodeterminada. Se piensa desde este proyecto de vida con el fin no caer en demandas sin propuestas, que terminan apoyando de nuevo al sistema.
En las palabras Wangari Mathai (2020), primera mujer africana que ganó el Premio Nobel es posible apreciar el sentido y la naturaleza que esta descolonización plantea, cuando expresa en su discurso de aceptación del Premio Nobel que el trabajo más difícil es abandonar la identidad impuesta desde la categoría de pobreza, puesto que esta hace referencia no solo a una falta de dinero, sino a la falta de conocimiento y capacidad para afrontar los problemas. Entonces pensarse fuera de las fronteras de identidades se subordinación es una conquista política y el camino para levantar nuevas formas de pensamiento. Esto porque las narrativas que se construyen desde los marcos normativos reproducen categorías identitarias vinculadas íntimamente con una victimización y, además, el discurso que representa al sujeto político desde una categoría esencialista y pasiva -víctima, vulnerable- no solo articula una mirada de verse a si mismo desde un padecimiento y carencia, sino que corrompe las posibles formas de relaciones dignificantes (Blandon y Arcos, 2019).
Así, el desafío central está en generar rupturas epistémicas de las categorías que hablan en términos de jerarquía y dicotomía para poder observar la realidad desde las prácticas de habitar de las mujeres desde una perspectiva situada. Ver en las prácticas de habitar esas rupturas epistémicas y nuevas formas de pensamiento implica no solo entender a las mujeres desde su realidad situada, sino también, desde mi lugar de privilegio, en este caso la academia, debo hacer ese proceso de descolonización que me lleve también a buscar mis propias rupturas epistémicas.
Pensar en la lucha por la vivienda desde el nuevo escenario que las mujeres han venido configurando no se trata solo de acceder una vivienda, es la defensa de habitar un territorio en condiciones de equidad, sin discriminaciones, sin violencias, sin desigualdades. Y las pistas para comenzar a repensar este habitar está en las mujeres de los barrios populares, quienes nos enseñan desde sus experiencias y prácticas de la vida cotidiana una construcción social pensada desde una horizontalidad: los círculos de mujeres (orgánicas para definir acciones sobre el habitar en distintos ámbitos). Es importante aclarar que la vida cotidiana que se lee como si fuera solo una cuestión poco importante, se trata de la vida misma, exigiendo así un cuestionamiento para llevar esta vida y su lugar central. La construcción de categorías dicotómicas ha incidido en pensar la vida fragmentada separando incluso la vida de la vida cotidiana. Desde esta vida, las mujeres se enfrentan a la institución al ocupar inicialmente un terreno identificado como informal o ilegal, pero también tienen como desafío pensarse y resistir que su reconocimiento sea a partir de la definición de carencia que hace esta misma institucionalidad.
Se podría mencionar brevemente, que la configuración socioespacial de la ciudad informal en Bogotá es explicada a partir de las dinámicas migratorias internas y externas que han moldeado un crecimiento urbano marcado por una fuerte segregación socioespacial. Estructura que conserva más que diferencias, posiciones jerarquizadas heredadas de la conquista española, en donde el dominio de la élite blanca se ubica en La Plaza Mayor y los indios y mestizos pobres en la periferia (Torres, 1999; López, 2003), omitiendo del relato a las poblaciones afrodescendientes. Hoy, la ciudad es reconocida por una periferia informal, aunque esta se mezcla en algunas partes con urbanización formal.
En este contexto urbano la organización social y política de las mujeres de la urbanización popular avanza en el proceso de autodeterminación accionando desde los círculos de mujeres como estrategia central para configurar espacios contrahegemónicos con el objetivo de romper jerarquías, incluso dentro de nosotras mismas. Esto significa partir del reconocimiento de las mujeres como sujetas políticas que habitan el territorio desde sus subjetividades como mujeres campesinas y citadinas que re-existen tejiendo y danzando la sabiduría, la ancestralidad y lo político. Es comenzar a pensarse fuera de los lugares de subordinación, y desde este lugar de enunciación gatillar una acción política que va más allá de la lucha por la vivienda, es la lucha por una soberanía territorial.
En este proceso de descolonización que apunta a una soberanía territorial, las mujeres que allí habitan están escribiendo e investigando sobre su territorio, denuncian conflictos y crean espacios de contención en donde las diferentes formas de violencia que las mujeres han vivido tienen un lugar para ser conversado. Se hacen preguntas que también desde la academia se vienen formulando sobre su habitar, sobre sus memorias y cuestionan la naturaleza jurídica que las normas imponen en estos territorios. Sus investigaciones, junto con sus encuentros locales que buscan reunir la diversidad barrial, representan una re-escritura del territorio que les permite acercarse a la soberanía territorial con conocimiento, experiencia y autodefinición. A la vez, representa ese puente y paso obligado para conocer y entender su pensamiento.
En este marco de autoreconocimiento y, en relación con la disposición geográfica y su configuración como borde urbano rural, las mujeres denuncian la expulsión de sus habitantes como un conflicto central entre las comunidades y las acciones políticas de intervención -el reasentamiento- desencadenando esto un desarraigo con los vecinos y su entorno natural. Como respuesta a esta acción, en defensa de lo común, existen colectivas jóvenes como es el caso de Huertopía en Alto Fucha, que han desarrollado una red de huertas comunitarias como estrategia de agroecología urbana para recuperar tanto predios que quedan desocupados luego del reasentamiento, como la regeneración de espacios dentro de las viviendas. En esta práctica no solo se siembran plantas, sino palabras que enraízan procesos emancipatorios para cultivar un Ecoterritorio que teje comunidad superando fronteras barriales constituyéndose esto en una apuesta política direccionada al derecho a la ciudad (Beltran, 2019)
Esta lucha por la soberanía territorial anima a un pensamiento libertario que no es posible sin la adopción de principios ancestrales y la autoreferenciación. La ancestralidad como acción para recuperar la memoria y la identidad emerge desde el reconocimiento, el cuidado y defensa del territorio a través de prácticas que hilvanan la construcción de una sociedad solidaridad, fraterna y por lo tanto, le apuesta a la política de la no violencia. La práctica comunitaria desde la huerta hasta los diferentes encuentros colectivos guiados por el arte y el deseo de expresar la inconformidad y la injusticia constituye un proceso de territorialización y de invención cultural que se desarrolla en medio de la minga, del circulo de la palabra, del pagamento y el mambeo. La minga como ese trabajo colectivo que surge en torno a una causa constituye una fiesta de unidad que inicia con un rito o pagamento (meditación de gratitud) culminando con un círculo de palabra que se sostiene desde un diálogo de saberes. El mambeo el arte de la palabra dulce, el arte de la descontaminación de la palabra, el pensamiento y el corazón (Rojas y Ome, 2022), puede ser el mayor desafío para todos y todas las que habitamos esta tierra.
Estas prácticas que son parte del proceso de autoreferenciación claman entornos urbanos para el encuentro y el desencuentro. Los encuentros se dan a través del bordado, del arte y la palabra oral y escrita donde las mujeres se piensan de seres individuales a colectivos, en donde el cuerpo de la otra es pensado desde el propio, el territorio de la otra confluye con el propio desde las experiencias vividas, en donde cada una se vuelve un refugio para la otra (Luna, 2020). Experiencias que les permite hablar del cuerpo como ese territorio habitado por marcas de violencia física, sexual y simbólica desde la infancia, ahí se reconocen y valoran el sentido y el trabajo que desde las tareas domésticas y de cuidado han aportado en la construcción del territorio, pensándose así, como mujeres creadoras, hacedoras y gestionadoras (Blanco, 2020). Habitando el territorio como un ser político, como una mayora cuya sabiduría parte del reconocimiento de una herencia de tradición libertaria de otras mujeres y de la descolonización propia, resistiéndose de verse individualizada en la categoría de lideresas, víctima, vulnerable y pobre (Navas, 2022).
Conclusiones
Sabemos que estas prácticas aun no son expandidas a todas las mujeres, ni a todos los territorios, y por supuesto, tampoco al lugar de las instituciones, pero si hay que destacar que este hacer político siembra acciones contrahegemónicas que dan cuenta de procesos de resistencia que precisan nuevas concepciones sobre la construcción social y ciudadanía que surge desde la informalidad urbana y lo popular. El hacer político de las mujeres desde una colectividad, autoreferenciación y cuidado del territorio, el sujeto político que configura se piensa y se siente desde el “cuerpoterritorio”, un territorio de conocimiento que se configura y reconfigura en la relación con su entorno y sus partes (Valdez, 2020). La soberanía territorial comienza entonces por la descolonziación del propio cuerpo.
Expreso mi agradecimiento a las mujeres que habitan el Borde Sur Oriental de Bogotá por su sabiduría compartida en sus viviendas, en el río y en la montaña y por mostrame el camino hacia una práctica descolonizadora encarnada con algo de insolencia, el camino hacia la soberanía territorial. Porque en ellas no es un discurso, es una práctica encarnada que se sostiene en medio de procesos afirmativos y transformadores y contradictorios también.
Bibliografía
Blanco, M. (2020). Festival circulo de mujeres usmeñas por sus derechos libres de sexismo. [Tesis de pregrado Universidad Pedagógica]. Repositorio institucional – Universidad Pedagógica.
Blandon, M. y Arcos, A. (2019). Afrodescendencia: herederos de una tradición libertaria: Bogotá D.C: Desde Abajo.
Guzman, A. (2019). Desolonizar la memoria, descolonizar los feminismos. Bolivia: Tarpuna Muya.
Luna, D. (2020). Surcos en la Piel. [Tesis de pregrado Universidad Distrital Francisco José de Caldas]. Repositorio institucional – Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
López, B. (2003). Origen de la Informalidad urbana en Bogotá, años cincuenta. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Mathai, W. (2020). Plantar árboles, sembrar ideas. España: Akiara Books.
Navas, L. (2022). Recorrido comentado Alto Fucha. En persona. Bogotá.
Rojas, C. y Ome, T. (2022). Ecobarrios en Bogotá, ¿cómo crear una comunidad ecológica? En. A. Ruz. B. Arjona (Eds). Ecobarrios en América Latina. Alternativas comunitarias para la transición hacia la sustentabilidad urbana, (pp. 90-103). Bogotá: Editores S.A.
Sanchez, J. (2019). Aportes desde la agroecología para el habitar el Alto Fucha desde la noción de Ecoterritorio. [Tesis de pregrado Universidad Pedagógica]. Repositorio institucional – Universidad Pedagógica.
Torres, A. (1999). Identidades barriales y subjetividades colectivas en Santafé de Bogotá. Folios, 10, 1-22.
Ulloa, A. (2020). Mujeres indígenas en su relación con la categoría de género y los feminismos. En: A. Ulloa (ed.) Mujeres indígenas haciendo, investigando y reescribiendo lo político en América Latina. (pp, 29-62). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Valdez, M. (2020). Cuerpoterritorio: territorios de conocimiento. Memoria y movilidad en el agenciamiento de pu zomo mapuce en el sur del actual territorio argentino. En: A. Ulloa (ed.) Mujeres indígenas haciendo, investigando y reescribiendo lo político en América Latina. (pp, 157-194). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Ciudades ¿para invertir o habitar? | Push: Für das Grundrecht auf Wohnen (¿Quién puede seguir permitiéndose vivir en la ciudad?)
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[Por Pablo Durán Romero, Trabajador Social Universidad de Concepción, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC. & Alejandra Ignacia Vejar Rivas, Trabajadora Social Universidad de Concepción, Magíster en Trabajo Social y Políticas Sociales Universidad de Concepción.]
Documental: Push: Für das Grundrecht auf Wohnen (2019)
Dirigido por: Fredrik Gertten
Premios: Ganador Politiken’s Audience Award – CPH: DOX (2019); Ganador Justin Louis Award Best Documentary – Freedom Film Festival (2019); Ganador Open Eyes Jury Award – Nuremberg International Human Rights Film Festival (2019).
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=zJkFyVVQ5tE
Disponible en YouTube, mediante SE VA Buenos Aires: https://www.youtube.com/watch?v=HMERPRKsdb0
Entrevista con Fredrik Gertten mediante El Mostrador: https://www.youtube.com/watch?v=qcSQe1aOyk8
Resumen. El documental Push: Für das Grundrecht auf Wohnen (2019) o en Latinoamérica “¿Quién puede seguir permitiéndose vivir en la ciudad?” refleja el impacto de la crisis urbana en el mundo, observando ciudades en distintos continentes, centrando su atención en los procesos de mercantilización de la vivienda y cómo la inversión de los sectores más privilegiados en las ciudades, va en desmedro del derecho a la vivienda, afectando en mayor medida a la población más vulnerable. Ante ello, se ofrece una mirada al caso chileno, en el contexto coyuntural actual.
Palabras Clave. Crisis urbana, vivienda digna, mercantilización.
Introducción.
Este registro muestra el viaje de Leilani Farha, Relatora Especial sobre Vivienda Digna de Naciones Unidas (2014-2020), quien en su travesía buscó ahondar en la realidad de las personas que han sufrido procesos de expulsión de barrios que han habitado toda su vida. Los lugares visitados son el barrio de Notting Hill (Inglaterra), Berlín (Alemania), Seúl (Corea del Sur), Harlem (EE. UU) y Valparaíso (Chile).
Se puede apreciar que, pese a las diversas realidades, existe una problemática transversal que se expresa de múltiples formas, pero que finalmente recae en la incapacidad para acceder a la vivienda de ciertos grupos de la población, que no pueden permitirse vivir en estos centros urbanos dado el costo que implica. La socióloga Saskia Sassen, el economista Joseph Stiglitz y el escritor Roberto Saviano, explican el proceso de mercantilización de la vivienda, el que ha desatado una crisis social mundial que afecta a toda la población.
Invertir v/s Habitar.
El documental plantea una de las grandes problemáticas que se vive en las ciudades, que es el acceso a la vivienda digna, siendo este un hecho que afecta directamente a las familias de más bajos ingresos. Hoy, la especulación inmobiliaria produce un aumento en el precio de las viviendas, que el salario de gran parte de la población no alcanza a cubrir, viéndose marginada de los centros urbanos, desplazada a las periferias y/o en la obligación de migrar a otros sitios.
Esta problemática introduce a un debate ético – político sobre el desarrollo urbano de las ciudades, en el que una pregunta incómoda pero necesaria, es la de cuestionarse para qué y para quiénes son las ciudades. Esto plantea un claro dilema: ¿Construimos ciudades para invertir o para habitar? Sin duda existen varios matices, pero ante el nivel de crisis habitacional que se enfrenta en la actualidad, que impide un claro respeto al derecho a la vivienda adecuada; en el documental, Leilani Farha afirma que «hay una gran diferencia entre la vivienda como mercancía y el oro como mercancía. El oro no es un derecho humano, la vivienda sí». Por lo tanto, es fundamental preguntarse qué está primero.
Mehta (2016) invoca la crucial pregunta que plantea Shakespeare ¿Qué es la ciudad sino la gente?, esta pregunta permite una aproximación de fondo al dilema planteado con anterioridad. El desplazamiento de personas de las ciudades ante la imposibilidad de pagar los altos precios de las viviendas atenta precisamente con la comprensión de la ciudad como espacio habitado y contenedor de la vida social que potencia el desarrollo de la población.
El documental muestra una serie de situaciones como es el caso de familias que no cuentan con electricidad, calefacción y óptima conexión de agua potable, sufriendo además por la presencia de plagas. Por otro lado, se expone cómo afecta el mercado inmobiliario a la población, provocando que una construcción de departamentos de lujo amenace a una familia con un posible desalojo y, por último, cómo la búsqueda para expulsar de la ciudad puede traer consecuencias fatales como el caso del incendio de un edificio de viviendas sociales en Londres que se presume intencional. Todas estas situaciones afectan la forma de habitar la ciudad, dado que las personas no cuentan con los recursos para costear otro lugar donde vivir y están a la espera de soluciones que lamentablemente no han llegado.
Esta crisis urbana – habitacional, tiene un reflejo en la realidad nacional, en la que de acuerdo con el estudio del Centro UC Políticas Públicas UC & Déficit Cero (2022) más de 640 mil hogares en Chile no tienen acceso a una vivienda digna. Este déficit habitacional, tiene dentro de sus causas la alta demanda, una oferta que excluye a la clase media y aún más a la de mayor vulnerabilidad, además, de una política pública desbordada. Por otro lado, el rubro inmobiliario que carece de regulación por parte del Estado ha acrecentado el flujo de inversiones en la ciudad donde el alto precio de las viviendas está sobre endeudando a la clase media y empuja a muchos pobres de vuelta a las periferias.
Conclusiones.
La vigencia y relevancia de la pregunta central que nos plantea el documental ¿Quién puede seguir permitiéndose vivir en la ciudad?, se ve expresada en dos hitos relevantes de la agenda pública chilena. Por un lado, hace unos días el presidente Gabriel Boric Font, en su cuenta pública anunció una serie de medidas para enfrentar la emergencia habitacional, entre estas se encuentra la construcción de 65 mil viviendas dignas, la ampliación del Banco de Suelos, el aumento de las viviendas en arriendo a un precio justo, y la inversión en asentamientos informales en el país.
Por otro lado, el proceso de cambios estructurales que vive el país avanza hacia un resguardo en estas temáticas, buscando garantizar el derecho a la vivienda, la ciudad y el territorio en el Artículo 4 y Artículo 7 de la Propuesta de Nueva Constitución Política de la República de Chile. Dentro de algunos aspectos relevantes, se puede señalar el que se consagre que todas las personas tienen derecho a una vivienda digna y adecuada, a habitar y participar en ciudades con condiciones apropiadas e integradas socialmente. Esto plantea el desafío de ser traducido en políticas públicas que materialicen esta hoja de ruta, transformando las ciudades en un lugar que todas las personas puedan habitar.
Referencias.
Centro UC Políticas Públicas & Déficit Cero (2022). Déficit Habitacional: ¿Cuántas familias necesitan una vivienda y en qué territorios? Boletín 1: Estimación y Caracterización del Déficit Habitacional en Chile. Santiago de Chile.
Mehta, S. (2016). La vida secreta de las ciudades. Penguin Random House.
Viviendo en una ciudad cambiante | “UP: Una aventura de altura”
VerViviendo en una ciudad cambiante | “UP: Una aventura de altura”
[Por Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC. & Lesley Ayala Calero, Arquitecta Universidad de El Salvador, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC.]
Película: UP: Una aventura de altura (2009)
Dirigido por: Pete Docter
Elenco: Ed Asner, Christopher Plummer, Jordan Nagai, Bob Peterson, Delroy Lindo, Jerome Ranft
Duración: 1 hora 36 minutos.
Tráiler: https://youtu.be/ORFWdXl_zJ4
Disponible en Disney Plus
Resumen. “UP: Una aventura de altura” es un largometraje animado, producido por Disney Studios/Pixar y estrenado el 2009. La película tiene como protagonista a Carl Frederickse, Russell un pequeño niño explorador y Dug un perro que habla. Una historia que gira en torno a los sueños de Carl y Ellie por vivir junto a las Cataratas del Paraíso, este sueño es el sostén de sus proyectos de vida, sin embargo, dadas las circunstancias no logran cumplirlo juntos. Tras la muerte de Ellie, y frente a la inminente amenaza de las inmobiliarias y el perder su hogar junto con su estilo de vida, Carl inicia un viaje lleno de aventuras y autodescubrimiento, que cambian su noción de hogar.
Palabras Clave. Vivienda, presión inmobiliaria, envejecimiento.
Introducción.
Las películas de Disney y Pixar comúnmente están asociadas al público infantil, sin embargo, la historia y la narrativa de algunos de sus proyectos, explícita o implícitamente, dan cuenta de fenómenos sociales complejos y polisémicos.
“UP: Una aventura de altura” producida por Disney Studios/Pixar y estrenada el 2009, tiene como protagonista a Carl Fredericksen, un anciano que tras la muerte de su esposa Ellie, decide cumplir el sueño de su vida y visitar “Cataratas del Paraíso”, ubicado en una región poco explorada de América del Sur. Para viajar, Carl elabora un complicado plan y hace volar su casa con globos, y por error, se lleva al niño explorador Russell, quien insistentemente se había acercado a Carl para ayudarlo y así obtener una insignia de “ayuda a los ancianos”. A partir de ahí, al dúo más improbable se le suma un ave de gran tamaño a la que llaman Kevin, y un golden retriever que puede hablar gracias a un collar especial fabricado por el explorador e ídolo de Carl y Ellie, el señor Muntz.
Una historia de amistad, compañerismo y aventura, “UP” resulta también en una conmovedora trama, que trata las problemáticas del envejecimiento, la presión inmobiliaria, el sistema económico neoliberal en la ciudad.
La “decisión” de Carl.
Carl y Ellie habían planificado y ahorrado toda su vida para poder viajar a Cataratas del Paraíso, sin embargo, la decisión final de Carl estuvo gatillada por las constantes presiones de una inmobiliaria que deseaba comprar su terreno para construir edificios. Dadas estas recurrentes insistencias, y al ver su barrio y estilo de vida en peligro, Carl tuvo una crisis y golpeó al profesional de la inmobiliaria. Tras esta situación, Carl fue considerado una amenaza pública y se le iba a llevar a la casa de retiro “Shady Oaks” en contra de su voluntad. “¿Ahora qué hago Ellie?” dice Carl y elabora su plan, con el que logra cambiar su destino.
“Up” expone cómo la vida en entornos urbanos evoluciona en paralelo y a diferentes ritmos, ya que mientras la infancia de Carl y Ellie se desarrolla en ambientes donde las extensiones de vegetación son el paisaje (predominantemente rural), con el transcurrir del tiempo, este paisaje se transforma poco a poco en un paisaje urbano consolidado. En la adultez de los protagonistas, se distinguen hitos característicos del desarrollo postfordista, como el auge del automóvil, la expansión de la ciudad, con el incremento de número de viviendas (ciudad difusa) y la densificación urbana, con edificios y apartamentos. Una ciudad en donde la vida se desarrolla puertas adentro, que trae consigo presiones para quienes no logran acoplarse a su velocidad de evolución y desarrollo.
La disputa del suelo en el que habita Carl, con la insistencia de compraventa por parte de la inmobiliaria, representa una amenaza directa a los recuerdos de su vida con Ellie, tanto que, al verse acorralado entre la empresa constructora y el hogar de ancianos, decide migrar en búsqueda de las aventuras que faltaron por vivir, con su casa a cuestas y todas las ilusiones que representan las Cataratas del Paraíso. Carl se va desprendiendo de su pasado mientras transcurre su aventura, dando espacio en su vida a Russel y a Dug, y junto con ellos, la apropiación de un nuevo lugar de residencia en los suburbios. Carl demuestra que la vida no es estática, al igual que la ciudad se encuentra en constantes cambios y que es posible construir un nuevo hogar.
Conclusiones | Construyendo un paraíso.
En “Up” el planteamiento de la historia y la evolución de los protagonistas es sorprendente. Son personajes opuestos no sólo en edad, sino que también en sus personalidades, intenciones de vida, ingenuidad y recursos. Se introducen elementos llenos de humor y emoción, que sumergen al espectador en la aventura, y lo hacen reflexionar constantemente sobre el valor de nuestras relaciones cotidianas y del lugar que ocupamos en el mundo.
Esta icónica historia continuó en 2021 con una serie de 5 cortos animados que siguen la historia de Dug y Carl, una vez que volvieron del Paraíso a la ciudad. En esta se muestra la vida de Carl, quien tiene un nuevo hogar en los suburbios de la ciudad, e invita a reflexionar sobre el envejecimiento, y la vida urbana. Está vez, Carl vuelve a vivir a una ciudad similar a la que le fue arrebatada por los grandes edificios.
Referencias.
Docter, P. (2009). UP: una aventura en altura, [película]. Disney Studios/Pixar.
Peterson, B., Asner, E., & Nagai, J., (2021). La vida vida de Dug [Serie]. Producida por Kim Collins. Disney Studios/Pixar.
Entrevista a Joyce Araujo: Licenciada en Comunicación Social Universidad Arturo Michelena Valencia- Venezuela. Trabaja en el CFT San Agustín como Analista de Formación e Identidad y es Coordinadora Diocesana de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Talca
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Joyce Mariel Araujo Pérez. Licenciada en Comunicación Social Universidad Arturo Michelena Valencia- Venezuela. Trabaja en el CFT San Agustín como Analista de Formación e Identidad y es Coordinadora Diocesana de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Talca
1.- De acuerdo a su trayectoria personal y profesional: ¿Cómo surge el interés por abordar y trabajar en temáticas relacionadas con las migraciones?. ¿Cuáles son las principales líneas de acción o de trabajo en red? ¿Cuáles son los puntos y experiencias más complejas de abordaje?
Bueno, yo particularmente soy migrante venezolana, tengo 29 años, y esto se dio respecto a los procesos que tenemos que vivir, en donde en un principio teníamos redes de apoyo, pero como que nos hacía falta el punto de vista de la iglesia, y por eso es que se forma la “Pastoral de movilidad humana” en donde por discernimiento empiezo ha tomar este puesto como coordinadora y así entrar a las parroquias y ver cómo podríamos ayudar a los migrantes en sus procesos, pero no sólo desde una perspectiva asistencialista, porque eso no era lo que se quería, lo que se intentaba era que ellos pudieran contar con información, con apoyo psicológico, con ese apoyo social que nunca está demás y el apoyo jurídico. Todo eso que era lo fundamental para que nosotros nos pudiéramos establecer acá, dado que ya teníamos la experiencia, dado los procesos que yo había realizado como migrante. Con todo, para todos estos procesos jurídicos hay que estudiar, analizar, hay que ir aprendiendo, hay que informarse y esto se da gracias a INCAMI que nos aporta para poder organizar la organización entre las parroquias, para que hubiese un delgado de pastoral de movilidad humana y que cada parroquia también esté preparada para entender las dinámicas, que por cierto, no deberían ser tan distintas para las demás pastorales. Pero si queríamos ir un poco más allá, había que atender y tener un seguimiento de ese migrante que llegaba a la oficina o la atención online, y así incrementándonos, para después postular a los proyectos. Luego empezamos a hacer estos trabajos formativos para ver y que ellos vieran que, las otras Diócesis tenían esta mirada, y que no es nada más atención, pues también hay una parte económica relativa a los fondos que tenemos, a quienes se aportan y que todo eso se tenía que rendir debidamente también. Dicho de otra forma, había que contar con esta serie de pasos para la formalidad de los proyectos o de aquellas personas que nos aportaran para que la pastoral de movilidad humana fuese creciendo poco a poco como lo es ahora.
Te puedo decir que primero comenzamos con una persona diaria, y por semana diez, pero ahora ya podemos atender diariamente 10 personas, y semanalmente podemos llevar el seguimiento de esas personas, no somos un equipo muy grande, porque esto es un trabajo que requiere voluntariado, que requiere tiempo y la pandemia nos perjudico un poco, porque la mayoría de las gentes pastorales son personas mayores, entonces nos vimos perjudicados, porque obviamente teníamos que cuidar a nuestra gente de la pastoral de movilidad; sin embargo ellos pudieron acompañarnos igual, con sus postulaciones, con los casos que les llegaban, pudieron transmitirlos, pudimos contar con personas dentro del equipo ahora ya no están, pero hicieron su gran trabajo y es por eso que nació esta iniciativa de poder trabajar con el hermano migrante. A mi como migrante venezolana, la Iglesia, de la cual estoy muy agradecida, es quien me da la confianza para poder llevar a cabo este trabajo pastoral, dándome el cargo de coordinadora de Diócesis, es decir ser una portavoz en las reuniones que ella tenía con otras regiones. Todo se ha ido aprendiendo poco a poco, porque tienes que aprender culturalmente cómo es o cómo se hace, porque yo podría haber estado dentro de un grupo pastoral en mi país, pero la logística es muy diferente, entonces quizás el punto de animación, el punto de organización iba a ser completamente diferente, ya que las responsabilidades son diversas también.
En específico el trabajo de la pastoral de movilidad humana es acompañar al hermano migrante que llega a la Diócesis de Talca en busca de una mejor oportunidad y calidad de vida, ya sea en la parte de educación que también los podemos ayudar, en la parte jurídica, social, psicológica y espiritual. La parte jurídica es la que más nos solicitan, la espiritual siempre tratamos de llevarla, pero tratamos de responder a las necesidades primordiales del migrante. Ahorita la parte social también es clave, pero siempre tratamos la parte jurídica para poder acompañarte luego en lo social, porque si no sé cómo te llamas, cuál es tu proceso, y te voy a dar una ayuda por dártela, ese no es el “deber ser”, el deber ser es que yo te acompañe debidamente, y en eso tratamos de responder a los cuatro verbos del papa Francisco, para poder promover, proteger, acoger e integrar al hermano migrante. Entonces son esas cuatro líneas divididas también en esas acciones y que si no me equivoco son cinco, seis, contándolas, porque siempre empezamos con dos, con tres y después terminamos abarcando diferentes, porque a medida que vamos aprendiendo vamos respondiendo, o a la medida que se van presentando las dificultades, vamos teniendo esa manera de poder responder. También contamos con las postulaciones al proyecto, porque sino no, no podríamos llevar a cabo ciertas acciones, como la parte de alimentación, o la parte de servicios o pago de arriendo. De otro lado está la articulación que tenemos con las organizaciones, ya sea con la línea migrante, gubernamental, puede ser PDI, extranjería y Municipalidad.
Nuestras oficinas están en Talca y Curicó, en Talca tenemos las atenciones netamente online, porque no tenemos un lugar físico, lamentablemente quemaron la oficina el año pasado, con esto de las revueltas de las manifestaciones en la cuatro oriente. En ese hogar estaba la pastoral carcelaria, la pastoral social, la pastoral juvenil y la pastoral de movilidad humana, así que lamentablemente no tenemos ahorita un lugar, pero igualito seguimos respondiendo y canalizando a medida que se pueda, porque no es que nos vamos a quedar de brazos cruzados, porque podemos guiar al migrante de igual manera y con esto de la pandemia tenemos que cuidarnos todos.
2.- Desde su experiencia en la temática: ¿Cómo describiría las movilidades humanas de migrantes en el territorio Chileno y Latinoamericano? ¿Cuáles son las principales complicaciones que estos movimientos ofrecen?
La vulnerabilidad que presentan estas personas es la principal característica, en cuanto a sus derechos, la parte económica y también la parte familiar. Una vulnerabilidad que pueden tener porque pasaron y se movieron por caminos no permitidos al país. Movilidad humana que presenta las distintas características del migrante también, y ahí quiero hacer hincapié, porque tenemos distintas historias y miradas dentro de una migración, tenemos migrantes que lo hicieron porque quisieron, porque tienen cómo llegar a un país y están aventurados para conocer nuevas cosas, también tenemos migrantes que están dentro de su país y presentan algún acontecimiento y vienen a otros países a probar suerte, o porque son perseguidos políticos. Vulnerabilidad también podemos llamar a aquellas personas que están en sus países y que, por ciertas circunstancias de naturaleza, también son perjudicados y son recibidos en países adyacentes o países donde ellos quieran llegar. Por ejemplo en Chile ahorita la mayor migración que vemos es la venezolana, igual está la colombiana que llega, está el peruano, el boliviano, pero en su mayoría son los venezolanos; personas que se van de su país porque están pasando por situaciones económicas, políticas y sociales complicadas. La parte económica es que un sueldo en Venezuela puede estar publicado en el diario oficial como diez dólares, pero en realidad son dos, entonces tres dólares, ¿qué puedes hacer en tu país con eso? Nada, entonces cómo un profesional va a estar ganando 20 dólares en su país, cuando una canasta básica equivale a doscientos dólares, y ahí es cuando tu vas viendo los motivos de esta migración que viene bajando por diferentes transiciones de países como Venezuela, Colombia, Brasil y Perú se establecieron, Ecuador también, pero como están presentando crisis de xenofobia, de discriminación, suelen venirse al país siguiente que en este caso sería Chile. Pero ahorita con la nueva ley de migración todo cambia, porque está la reconducción que es cuando el migrante llega y es observado por algún oficial de la PDI, y esto de la reconducción consiste en devolver al país desde donde se venía. Por ejemplo, si vienes de Perú, la reconducción te devuelve a ese país, si hay algún vuelo o lo que son los “vuelos humanitarios” que son lo que hizo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con los vuelos llamados “vuelta a la patria”. Pero las “movilidades humanas” con la que llegan son muy dificultosas, porque tenemos mujeres que han sido violadas en fronteras por las mismas personas que son los “coyotes”, que son los que hacen que ellos puedan acceder, pero también hay una violación a sus derechos humanos, los niños que vienen súper chiquitos, mujeres embarazadas, son diferentes historias y diferentes rostros de la migración que podemos ver. Padres que vienen solamente con sus hijos o parejas, o Padres que están ahí esperando a sus mujeres que vengan con sus hijos, hijos en manos del tío, del amigo, son tantas las cosas que se pueden ver, que una se dice a si misma ¿de verdad puede llegar a circunstancias de esa manera? Por otra parte, puedes ver mujeres que han sido violadas y tienen que tener un acompañamiento para llevar ese embarazo a feliz termino, cuando en realidad quieren hacer otra cosa, y ahí es donde empieza el trabajo de nuestra iglesia, nuestra misión.
3.- ¿Cómo se podría describir a los grupos humanos que migran y con los cuales Uds. trabajan? ¿Qué pasa y cómo se abordan las migraciones cuando son realizadas en grupo o en familia? ¿Cómo se aborda el tema de la vivienda?
Mira eso es súper complejo, porque a nosotros nos encantaría ayudarlos a todos, pero los recursos no están y lamentablemente no todo depende de una pastoral o de una organización migrante, porque nosotros no nos podemos ocupar de todo eso, también es un Estado que debe ver cómo se comunican y articulan las organizaciones que somos los que realmente atendemos esta parte migratoria con las organizaciones y fundaciones que trabajan directamente con estos grupos. Nosotros recibimos llamadas de agentes gubernamentales diciendo que tienen a una familia en la calle, pero no tenemos respuesta para todos, no tenemos espacios para todos, entonces ¿porqué no aliarnos y buscar soluciones entre todos?, y vamos buscando soluciones, porque esto ya es algo más serio, ya es un migrante que tú los ves en la calle, y los ves acampando en la calle con niños y con mujeres embarazadas. De tal modo que lo que hacemos nosotros cuando ellos llegan a la oficina, es realizar un acercamiento preguntándoles sus nombres, edades, de dónde vienen, si vienen de Venezuela, si fueron transitorios en los países anteriores o habían tenido alguna residencia en algún otro país, y así poder ver sus posibilidades, porque en realidad no tienen muchas respecto a la regularización.
Como hace tres años que el país permitió una regularización extraordinaria para todos, pero este año no hemos podido regularizar a todos, porque no puede ser algo así como “no, ya sé que dentro de tres años lo vuelvo hacer”….De ahí que también tenemos que entender eso y además que el chileno quiere una migración segura y ordenada, pero ¿Cómo lo haces?: A través de las organizaciones que son las primordiales que te apoyan, que son las que están dando la cara en realidad, porque gubernamentalmente traspasas toda la información, pero quiénes estamos abajo haciendo ese trabajo, lo hacemos en red y con las herramientas de las otras organizaciones como INCAMI, fundación Scalabrini, el Servicio Jesuita Migrante, Fundación Madre Josefa, Sur Maule que también esta aquí en Talca, Humanitar que es una Fundación sin fines de lucro que también que está en Talca. ¿Pero como se hace?: entre todas las organizaciones nos unimos y hacemos las respuestas, hacemos grupo de WhatsApp y nos comunicamos, hacemos todo, tenemos las regiones a través de INCAMI que somos sus delegados, que nos aportan; ellos hacen lo humanamente posible para que nosotros estemos informados, pero ahorita estamos pasando por un déficit de información, porque con todo este cambio y bajadas de información, las subcategorías que vienen de la visa son sumamente fuertes; entonces, de nuevo ¿cómo haces para ayudar cuando el resto todavía esta en una teoría que no se convierte en práctica?. Es sumamente compleja la situación.
4.- ¿Cómo ha influido la pandemia en estas formas de vida?, ¿De qué forma la pandemia ha influido en estas movilidades humanas y en las formas de asentarse en el territorio?.
Mira, pastoralmente te hablo desde dos puntos de vista, te puedo decir que la pandemia nos ayudo a trabajar un poco más unidos con otras organizaciones y a intercambiar información, porque también teníamos que ayudar de una manera efectiva, no de la manera de que si le ayudo a una persona le vas a ayudar de la misma manera tres veces a la semana, no, también en ese grado de conciencia con el migrante, si yo te estoy ayudando y otra organización, dilo, pues las ayudas son para todos. De tal modo que, tenemos que multiplicar las ayudas para todos y ese grado de conciencia también lo estuvimos haciendo para el migrante, para que ellos supieran que estábamos todos comunicados, que todos estábamos alineados en pro de poder ayudarlos. Esto nos sirvió para ser mas responsables con estas respuestas hacia Caritas, hacia INCAMI como te lo mencionaba, hacia las organizaciones que nos prestan su ayuda, y que nosotros buscamos fortalecer ese vínculo, para que también estén siempre con nosotros, y que digan, si, vale la pena poder apoyar estas organizaciones que realmente dan respuesta al hermano migrante de una manera efectiva. En cuanto al segundo punto del migrante, creemos que igual tuvimos cómo responder y gracias a la SEREMI de Salud y Desarrollo Social, por ejemplo, porque al estar en pandemia lo que mas requiere es cuidado y formación para la comunidad, para que vean que no era un juego, y porque esto que comenzó como “está pasando por allá” empezó luego a encerrarnos. Y ahí el trabajo pastoral estuvo fuerte, porque también tuvimos que encerrarnos, porque tampoco contábamos con permisos para poder salir a pesar de que estamos en la línea de apoyo, igual no contábamos con ciertos permisos, pero aun así tratamos de responder en la “medida de lo posible”, para que ellos estuvieran informados, atendidos e involucrados en todo esto, y así pudieran ser atendidos psicológicamente e ir al hospital también las mujeres embarazadas. Cuando llegó el invierno, ver albergues de invierno para tener por lo menos la tranquilidad de que iban a poder estar allá, o cuando se enferman también existen las residencias sanitarias, donde pudieron contar con estos apoyos, pero igual fue fuerte porque tuvimos inconvenientes en el camino con personas que no podíamos integrar en un hogar, ya que no teníamos los recursos o quizás ellos tenían un recurso, pero después en el otro mes ¿quién te garantiza que lo va a poder pagar…?. Por tanto, es súper complejo porque sigue siendo compleja la parte del arriendo, ya que todavía seguimos viendo gente en la calle, en las plazas, entonces tu te preguntas ¿Cómo dar una respuesta? Porque no todo lo podemos hacer, ya que no contamos con los canales idóneos y el recurso que se requiere, además somos un grupo pequeño, así que: ¿De que sirve tener un grupo grande si no tenemos cómo darle respuestas a toda una comunidad? que hoy en día es muy diversa, que tiene niños, bebecitos, mujeres embarazadas y adultos mayores. Este ultimo grupo es súper complejo, porque psicológicamente necesitan muchísimo. Es una realidad, ya están. Antes eran pocos, porque antes migraban con su carnet, llegaban a la frontera, pasan los días y aquí hacían sus trámites, pero ahora los migrantes al ver que no van a tener ninguna posibilidad de ver a sus familiares por un tiempo, dicen “no, vente de manera irregular”; lo que ha tenido por consecuencia de que ha habido vida y muerte en las fronteras, así que imagínate a esas personas que están esperando a sus familiares y nunca llegó por esto. Es compleja la situación.
5.- Por último, si pudieras hacer una síntesis de la conversación que tuvimos, y tratar de hacer una reflexión hacia el futuro de estos temas
Como instituciones eclesiales, usted podría hablar con alguien de la Pastora de Movilidad humana, como recibimos apoyos de INCAMI, CARITAS, quizás no monetariamente todo el tiempo, pero si de apoyo, acompañamiento, formativo, y ahí vemos a que seguir dando respuestas. Trabajamos día a día para que esto se pueda seguir haciendo, para seguir acogiéndolos acá, acompañándolos y que su integración no sea una barrera. La migración viene aportar, y queremos que se vea la migración como eso, como personas que migran no porque quieren, sino porque deben hacerlo, y en ese contexto somos un canal para que ellos puedan integrarse de manera efectiva a toda la comunidad y que podamos sensibilizar a la comunidad en general, para que podamos ser uno, porque en realidad nadie elige cómo va a ser tu vida, como va a ser tu migración. Una lo que puede dar es lo mejor para que te vean bien, para que te vean que eres una persona que puede venir aportar a través de tu profesión a parte de tus habilidades, de que si vienes a parar acá, pensar en cómo puedes aportar a partir de tus conocimientos y habilidades al país que te abrió las puertas; ser un canal para que los migrantes vean y sean portadores de buenas cosas.
Es así como entonces políticamente no te podría responder, dado que no creo que es el momento todavía, porque estamos en la espera, ya que venimos del periodo de Piñera, y bueno en mi caso venía también con una reforma migratoria que no sabíamos cuando yo llegue, y hemos tenido cambios, un proceso de regularización, que fue bueno para muchos, malo para otros, porque aún hay personas que siguen esperando su primer proceso de regularización, y que bueno, gracias a este vamos a ver si logran obtener alguna respuesta para su proceso migratorio.
Entrevista a Daisy Margarit: Académica Instituto Estudios Avanzados IDEA de la Universidad de Santiago de Chile. Doctora y Magíster en Sociología Universidad Autónoma de Barcelona. Magister en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile
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Daisy Margarit. Académica Instituto Estudios Avanzados IDEA de la Universidad de Santiago de Chile. Doctora y Magíster en Sociología Universidad Autónoma de Barcelona. Magister en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha participado en investigaciones y publicaciones sobre inmigración y ha trabajado en el diseño e implementación de políticas sociales de integración social en barrios vulnerables, vivienda social y pobreza. Sus actuales investigaciones se focalizan en el estudio de las movilidades cotidianas de los migrantes en zonas urbanas y las dinámicas de integración en barrios vulnerables. Miembro de la Red CLACSO GT Migración Sur Sur e investigadora adjunta del Núcleo Milenio Movilidades y Territorios MOVYT.
1.- De acuerdo a tu formación inicial en el campo de las Ciencias Sociales ¿Cómo surge el interés por abordar temáticas relacionadas con los estudios sobre migración en la ciudad?, ¿Qué contextos o articulaciones de la ciudad chilena o Latinoamericana estimularon la entrada a este tipo de estudios?
Trabajé por varios años en políticas públicas, estuve en programas orientados a la superación de la pobreza, específicamente en temas de vivienda social y en programas de erradicación de campamentos. También trabajé en el programa “Chile Barrio”, en donde empieza a surgir el interés por comprender los procesos de integración social en nuevos territorios, aún cuando haya homogeneidad de las características de las personas. Pero esa percepción de no integración y de no ser del lugar me llamó siempre la atención, de ahí que me interesó cómo poder estudiar las movilidades de las erradicaciones de los campamentos, cuando se erradicaban en ocasiones en la misma comuna a una villa, observar qué ocurría ahí; cómo se construían o se reconstruyen los lazos, los vínculos y cómo dialogaban en esos espacios las diversas prácticas culturales, a veces bastante diferenciadas. En ese contexto, me interesaba el cómo se integran las nuevas personas a un espacio territorial ya conformado con dinámicas particulares.
A partir de mi tesis doctoral empiezo a trabajar la temática de la inmigración, en el contexto de mi propia experiencia como migrante. Yo estudié en la Universidad Autónoma de Barcelona y esa sensación de no ser del lugar, aunque hablemos el mismo idioma, es como los pobladores del campamento que podían ser de la misma comuna, pero no del mismo lugar. Es decir, estaba en Catalunya, se hablaba Catalán, pero estaba en España, además no era de ahí, lo que me llevó a reconstruir identidades múltiples, porque en la Universidad era la estudiante “becada chilena”, en el barrio era la Sudamericana chilena y con los chilenos reconstruía mi identidad de origen con los chilenos que vivían en Barcelona. Entonces de una u otra forma, las aproximaciones a las migraciones parten desde el interés de conocer cómo se construyen y reconstruyen los vínculos, las redes y las identidades en los nuevos espacios territoriales. Desde allí me voy interesando, porque en España y en Europa en general el Estado de Bienestar te garantiza ciertos derechos básicos, ciertos derechos mínimos, por ello, los procesos de integración son de orden estructural, las personas tenían garantizadas el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho a estar en los espacios públicos, al ocio. Sin embargo, había una subjetividad respecto al no ser de ese lugar y al no estar integrados. A partir de ese punto, inicie el estudio por las diversas integraciones de los extranjeros en espacios territoriales ajenos. Desde una mirada Latinoamericana esto me motivó a conectarlo con lo que ocurría en las ciudades en Chile, a propósito de la erradicación de los campamentos. Estudiamos el programa “Favela barrio” y previo a ellos también analizamos lo que ocurría en las “Villas miseria”, preguntándonos el cómo se construían y se gatillaban procesos de integración o procesos de cierres sociales que no permitían la circulación de recursos en las redes en los nuevos territorios en donde habitaban las personas, posterior a la implementación de programas de regeneración urbana o erradicaciones.
2.- ¿Cuales son las principales líneas teóricas con las cuales desarrolla su investigación académica? ¿Cuales serían las potencialidades de estos enfoques de cara a las exigencias actuales del habitar migrante?
He transitado por distintos ejes teóricos, pero hoy estoy trabajando desde el “enfoque de la movilidad”, comprendiendo este enfoque no como un sinónimo de la migración, esto es importante de aclarar porque por ejemplo la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y desde otros campos de estudio se hace una relación entre las movilidades humanas y la migración como si fueran sinónimos. Pero si analizamos las migraciones desde el “enfoque de la movilidad” el estudio del espacio toma un rol central, ya que las migraciones son algo más que esa idea de la movilidad desde un origen-destino y la relación con el Estado Nación. Desde esta comprensión, la movilidad no tiene solo que ver con la movilidad de las personas, tiene también que ver con la movilidad de las estéticas, las movilidades de los objetos, las movilidades de la música, y la movilidad de la gastronomía, entre otros, aspectos que hemos observado que ocurre en Chile tal vez de forma más evidente, en el caso de la gastronomía, con la incorporación de nuevas comidas, sabores u olores.
De una u otra forma, el “enfoque de la movilidad” a partir de la centralidad en el estudio del espacio como una dimensión en la vida de las personas que se produce a través de las prácticas cotidianas y que en su construcción posibilitan el encuentro con otras personas tanto humanas como no humanas. A eso me refiero con el tema de los objetos, pero sobre todo la experiencia que se tiene en el espacio, en esa vida cotidiana que va ir formando y modelando procesos de construcción de identidades. En ese sentido la particularidad de este enfoque de la movilidad, enfatiza en que el movimiento es la principal fuerza de producción social que se desarrolla en la experiencia cotidiana. No obstante, el enfoque de la movilidad no solo pone atención sobre el movimiento en sí mismo, y aquí es donde me seduce entrar en esta línea de estudio, porque no solo es objeto de estudio el movimiento de los sujetos, de las personas, sino también es el movimiento de objetos, de las ideas; es una forma de comprender la vida social en las dimensiones (móviles), para ir develando ciertas conexiones y aristas que no son consideradas en los estudios migratorios. En ese sentido los estudios recientes sobre las migraciones en Latinoamérica han estado enmarcados en esta relación del migrante relacionado al binomio Estado-Nación, por ejemplo, los estudios de acceso a derechos, y a la vulneración de los mismos. Pero esta otra arista de la movilidad pone su foco de atención en las transformaciones que ocurren de forma cotidiana en los espacios a partir de las movilidades, lo que ha sido poco estudiado.
En esa línea teórica es en donde estoy trabajando actualmente. En ella hay dos elementos que me interesa remarcar respecto del enfoque de la movilidad con relación al estudio de las migraciones: 1) concepto de la vida cotidiana, y 2) el concepto de la “relacionalidad”. La vida cotidiana tensiona la tendencia de fragmentar la vida de las personas, por ejemplo, cuando vemos los estudios respecto de la vulneración de derechos que tienen los migrantes, o cuando el foco se pone en la ciudadanía y el acceso a derechos, la vida se ve fragmentada, porque el foco está en los derechos de salud, derechos de educación, los derechos de acceso a la vivienda, los derechos a permanecer en un lugar (visas de residencia), derecho a una vivienda digna, etc. Sin embargo desde el enfoque de la movilidad no estudiamos la vida fragmentada, sino que observamos la vida como un todo, de este modo se develan las prácticas cotidianas en los territorios, que se van construyendo en forma a veces invisible para la mirada mas tradicional de los estudios migratorios, como por ejemplo las observaciones que hemos realizado acerca de la informalidad en la dimensión de los cuidados, del trabajo o el hacinamiento que hemos analizado en el habitar migrante, en donde nos hemos dado cuenta que las redes que se construyen en esos espacios permiten justamente enlazar estrategias de subsistencia, generando circulación de recursos, prácticas de cuidado, información, recursos emocionales de contención y de sustento. En resumen, esa es un poco la línea teórica en la que estoy trabajando.
3.- En términos generales: ¿Cómo queda el lugar de la frontera después de la transformación que la pandemia ha generado en los límites del territorio a nivel global y local? ¿Cómo se observa esto en la región y en particular en Chile?
En términos contextuales, la pandemia y el cierre de las fronteras generó un aspecto que es parte también de la movilidad: la inmovilidad. El 2020 muchos migrantes que estaban en Chile, quisieron retornar a sus países de orígenes ante la amenaza y así lograr estar en familia. De ahí que, si una pudiera analizar lo que ocurrió ese año, primero con un cierre de frontera que inmoviliza, se gatilla una movilidad de retorno, una migración de retorno (como se denominaba en términos migratorios). A lo anterior, visto como obstáculo para la movilidad, se sumó en Chile (además del cierre de fronteras por la pandemia) una política migratoria restrictiva, que impide el ingreso de personas migrantes si no se cuenta con una visa consular, obtenida en el país de origen. Se podría decir que, bajo estos dos escenarios, el socio-sanitario, pero también el de las políticas restrictivas, nos vamos a situar en una nueva plataforma para las movilidades que se expresan en forma evidente a través del tránsito por los pasos no habilitados.
Chile nunca había tenido un incremento tan enorme de personas por pasos no habilitados como lo tuvimos durante el 2021, este llegó a un incremento de un 300% de acuerdo a los datos de la PDI, que analizo en un estudio del Servicio Jesuita Migrante (SJM). Entonces el tránsito por los pasos no habilitados da inicio a la construcción de nuevas rutas, nuevas fronteras que van más allá de la mirada del Estado Nación o de la mirada geopolítica de la frontera. Se comienzan así a construir o dibujar “fronteras” sociales, culturales, etc., en las cuales distinguimos la generación de territorios de tránsito, territorios de espera y de destino.
Respecto a las fronteras, hay un elemento necesario de incorporar, para su comprensión del actual fenómeno migratorio, este tiene que ver con los aportes de Rogério Haesbaert (2013) respecto a la “multiterritorialidad”. Este autor nos invita, a partir de la mirada de la “multiterritorialidad”, a pensar más allá de esta frontera física geopolítica, y observar las expresiones territoriales alejándose justamente de estas miradas dicotómicas y tradicionales del origen-destino, para avanzar hacia una mirada de una territorialidad múltiple y compleja que van a construir los migrantes con sus trayectorias y con sus vivencias, evidenciando que estos grupos no están conectando naciones con fronteras, sino que están conectando territorios y experiencias.
Hoy en Chile está predominando una mirada de las fronteras en términos geopolíticos del Estado-Nación, esto se refuerza con la nueva normativa migratoria, porque restringe el acceso a la única posibilidad de ingreso a Chile para quienes tengan una visa consular.
4.- En este contexto. ¿Cuales son las principales tensiones y fricciones que los migrantes Latinoamericanos encarnan en sus viajes y rutas? ¿Cuáles son las principales prácticas y estrategias colectivas de movilidad e inmovilidad que se van hilvanando en el camino?
Una de las principales tensiones que tienen los migrantes hoy, tiene que ver con lo que Enrique Santa María denomina “los discursos flotantes” (2003). Este autor nos señala que este imaginario que se construye alrededor del migrante, tiene que ver con el conocimiento, las ideas, los prejuicios y las convicciones que son reforzadas a través de los discursos públicos, de autoridades, y también con los discursos de la sociedad civil, la opinión pública y los medios de comunicación, que por cierto refuerzan esta construcción social del inmigrante a través de discursos asociados con la imagen de amenaza y de “otredad estereotipada”. En los medios hay imágenes y discursos asociados a “lo peruano”, a “lo colombiano”, a “lo venezolano” y “lo haitiano”, en donde se mezcla y refuerza la amenaza con el discurso del “enemigo público”. Así que yo creo que esa es la principal tensión que viven los migrantes en su trayecto y en sus movilidades. A eso hay que sumarle que estos discursos van encarnando vulnerabilidades y precarizaciones en la vida, que de una u otra forma se asocian a la amenaza de un pobre; lo que nos habla que el miedo no es a la migración, sino mas bien es un miedo a la pobreza, ya que estos imaginarios se conectan con problemáticas económicas, políticas, sociales, y también con un elemento que no es menor, que son los “campos emocionales”, es decir, lo que me provoca un sentimiento, ya sea de miedo, incertidumbre o desconfianza. Esto va dando lugar justamente a la categoría del migrante que amenaza, pero también al del “migrante bueno”, es decir, del “migrante dócil” muchas veces “racializado” como pasa con la población haitiana, en el cual operan dispositivos de caridad, construyendo ahí a un nuevo oprimido en el cual caritativamente tenemos que apoyar y tenemos que ayudar, pero que de una forma u otra asimilo, porque instrumentalizo, ya sea como mano de obra o como alguien que no es amenazante.
Ahora respecto de las tensiones de las prácticas y las estrategias, diría que estas están bastante vinculadas a lo que hablamos al inicio, porque justamente estas prácticas relacionales donde visualizamos que la migración al ser un fenómeno altamente dinámico, también ha cambiado todo el patrón migratorio de establecimiento, ya que es mucho más móvil que lo que era cinco años atrás, y para qué decir lo que era a principios de este siglo y durante los años 90`. Pero creo que hay un elemento que es muy característico de estas prácticas que se van hilvanando, como tú me preguntabas, y tiene que ver con estas relaciones que se van construyendo en la informalidad, ahí donde se van construyendo comunidades en tránsito que van permitiendo el surgimiento de ciertos soportes institucionales, pero donde también van apareciendo otras redes de apoyo, relaciones con la sociedad civil y organizaciones, aparecen también actores claves que van permitiendo dar soportes a estos tránsitos irregulares. Entonces creo que lo que ha caracterizado estas prácticas de rutas migratorias, tiene que ver con estas comunidades informales, que van construyendo estos soportes de arquitecturas institucionales o sociales que, permiten justamente estrategias de sobrevivencias y de instalación, aunque sea de tránsito.
5.-En torno a las personas migrantes Latinoamericanos que ya se van asentando en las ciudades: ¿Cuales son las principales dinámicas o prácticas de integración social a la hora de empezar a residir en algún lugar? ¿Cómo funciona la asociatividad, el intercambio y las redes territoriales aquí?
Si una pudiera pensar en etapas y dimensiones de la integración, podríamos ver que hay una dimensión que tiene que ver con lo socio-jurídico y que se puede denominar como la “integración estructurada”, en donde te incorporas o integras en la medida en que hay un reconocimiento del sujeto a nivel jurídico, es decir, de un estatus legal dado por el carnet de identidad y el permiso de residencia: documentos que son “llaves de acceso” a los derechos formales. En ese contexto, y en específico con la “nueva ley migratoria” hay una integración que cada vez más ha ido avanzando en reconocimiento de derechos, pero siempre y cuando sea un migrante que tenga un permiso en una residencia con un estatus regularizado. Pero paralelo a eso hay una dimensión también de la informalidad a la cual pueden acceder tanto los migrantes que están regulares con permiso de residencia, pero que por sobre todo acceden aquellos que están en un estatus de irregularidad dentro del país, y esa informalidad es la que se construye a partir de las redes de contacto, a través de los contactos cara a cara, a través de los recursos que empiezan a circular en esas redes, los recursos de información, los recursos emocionales, los recursos económicos también, la información de datos de trabajo, datos de quién puede cuidar a los niños mientras se está en el trabajo o coinciden con los horarios de los colegios, y que claramente nos va marcando la presencia o la evidencia de un “territorio red” en el cual los migrantes articulan conocimientos y articulan redes que, les permite la instalación y proyección de un proyecto migratorio; un plan migratorio que se plasma con la reagrupación familiar y con la llegada de las familias, de las comunidades o los vecinos de toda la vida. No quiero hablar de los vecinos chilenos como una forma dicotómica de “los nacionales” como en algún momento se hablaba en los estudios migratorios de “los autóctonos”, porque hoy ya los migrantes peruanos que llegaron los 90`ya son los migrantes, es decir hoy son los vecinos de toda la vida en la comuna de Santiago. Entonces esa articulación del otro a través de las redes es lo que permite justamente alcanzar una nueva forma de integración, y es a través de la informalidad.
6.- Por último, si pudieras hacer una síntesis de la conversación que tuvimos e intentar proyectarla hacia un futuro deseable.
Desde la mirada académica, pero que también traspasa el ámbito académico, es interesante comprender la migración desde la perspectiva de la movilidad y no solo acotarla al reconocimiento de una ciudadanía, asociada al Estado-Nación y de los derechos. Comprender la migración desde la movilidad, nos permite pensar en los sujetos migrantes como colectivos que conectan territorios y que permiten la movilidad de comunidades, objetos, prácticas y estéticas que van transformando cotidianamente los territorios que habitan. Estas transformaciones materiales y espaciales se llevan a cabo en dimensiones “multiterritoriales”, en tanto se expanden formas de habitar a las personas no migrantes, en espacios que ellos comparten y transitan. De esta forma es posible poder des-estereotipar a los migrantes de esa mirada negativa que se ha instalado en algunos territorios a partir de imágenes socialmente construidas como amenazas, para empezar a comprender y visibilizar también desde lo móvil, aquellas oportunidades o elementos positivos que tiene la inmigración, como por ejemplo, la revitalización de los barrios a propósito de la llegada de vecinos migrantes. De hecho, hay bastantes barrios que estaban degradados, pero que con la llegada de migrantes, se le ha dado una nueva vida barrial. En un estudio que hicimos en la comuna de Santiago, las personas entrevistadas nos señalaban lo positivo que traía consigo la llegada de nuevos vecinos, por ejemplo nos decían, no me da miedo llegar tarde en la noche, porque están los negocios abiertos, o ahora se ven personas jugando en la calle, en la calle hay gente con las parrillas, etc. Y todo ello da sentido de comunidad, percepción que dista mucho del discurso estereotipado de los medios de comunicación. Lo principal es el conocimiento del “otro” a través de los espacios de dialogo que se dan en la vida cotidiana.
El derecho a la ciudad En el momento constituyente, mujeres migrantes construyendo la primera ciudad latinoamericana de Chile
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Elizabeth Andrade (*) y Ana Sugranyes (**)
Resumen
Para incidir en el abordaje del derecho a la ciudad en el proceso constitucional, organizaciones de habitantes de la ciudad – pobladoras, vecinas, ciudadanas, trabajadoras, estudiantes y académicas – se articulan en la plataforma Ciudad Constituyente. Para precisar el concepto del derecho a la ciudad, las autoras reportan el proceso autogestionario de mujeres migrantes, Rompiendo Barreras, desde el Macrocampamento Los Arenales, con sus dos mil familias, en la ciudad de Antofagasta: estas mujeres formularon su entendimiento del derecho a la ciudad, la ciudad ideal, de cuya construcción y transformación emancipadora ellas quieren ser partícipes.
Palabras clave: derecho a la ciudad – migrantes en la ciudad – interculturalidad
Abstract
To reach the right to the city approach in the Chilean constitutional process, organizations of urban citizen – dwellers, neighbors, activists, workers, students and academics – are working in the Constituent City platform. To specify the concept of the right to the city, the authors report the self-managed process of migrant women, “Rompiendo Barreras”, from the slum Los Arenales, with its two thousand families, in the city of Antofagasta: these women formulated their understanding of the right to city, the ideal city, in whose construction and emancipatory transformation they want to be protagonist.
Keywords: Right to the city – Migrants in the city – Intercultural development
(*) Elizabeth Andrade, profesora de parvulario; es peruana, residente en Chile desde hace 25 años. Es presidenta de la Corporación Rompiendo Barreras; lidera el Macrocampamento Los Arenales y es vocera del Movimiento de Pobladoras y Pobladores Vivienda Digna, MPVD-Antofagasta; forma parte de la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes en Chile; es representante electa de organizaciones de vivienda en el Consejo de la Sociedad Civil del Gobierno Regional de Antofagasta. Forma parte de la plataforma Ciudad Constituyente.
Email: lichakim@hotmail.com
(**) Ana Sugranyes, arquitecta y doctora, es catalana, chilena y ciudadana del mundo. Sus experiencias sociales en materia del hábitat urbano se tejieron en Guatemala (de 1975 a 1990) y en Chile (desde 1991), habiendo trabajado en distintos espacios de cooperación local e internacional. Es defensora de los derechos humanos y del derecho a la ciudad. Es presidenta de la red Housing and Land Rights Network (HLRN-HIC), vicepresidenta de Ciudad Común, secretaria del Comité Hábitat del Colegio de Arquitectas de Chile. Forma parte de la plataforma Ciudad Constituyente.
Email: anasugranyesbickel@gmail.com
Introducción
La formulación de la nueva constitución se ha conquistado en todas las ciudades de Chile. Desde la ciudadanía, desde la calle, el espacio público y la cotidianidad, tenemos el desafío de construir y hacer prevalecer el derecho a la ciudad, esta bandera política que nos permita a todas y a todos ser protagonistas de la transformación de la ciudad para llegar al buen vivir, el respeto del bien común y para hacer la vida sostenible en este planeta amenazado.
Frente a esta aspiración emancipadora, vemos que, a la estructura actual del poder político, económico y mediático, no le interesa el tema de la ciudad. Tengamos conciencia de que, a la lógica del poder, más le interesa mantener la disposición fragmentada y segregada de la ciudad; la división del espacio urbano en administraciones comunales bien diferenciadas, la insostenibilidad de la desregulación territorial, así como las ganancias inmediatas para una élite a través de negocios cortoplacistas.
El flujo migratorio, constante y en fuerte aumento desde 2015, crea espacio de transformación. La presencia de comunidades latinoamericanas marca pauta en varios ámbitos de la sociedad chilena, en términos culturales, también en el hecho barrial y urbano, en la participación de mujeres y hombres en la construcción de otra ciudad posible, más centrada en sus habitantes que en los negocios inmobiliarios.
Esta columna se enmarca entre las actividades de Ciudad Constituyente[1], una plataforma de articulación entre unas treinta organizaciones del pueblo de Chile, de quienes habitamos la ciudad, pobladoras, ciudadanas, vecinas y trabajadoras. Nos reúne el principio de que la ciudad sea un espacio de dignidad, de defensa del patrimonio, de redistribución de la riqueza y de los cuidados, y de construcción del buen vivir para todas y todos.
Con este texto, queremos compartir la propuesta de la organización Rompiendo Barreras, liderada por mujeres bolivianas, chilenas, colombianas, ecuatorianas y peruanas para construir el espacio por ellas denominado ‘la primera ciudad latinoamericana de Chile’. Se basa en una práctica de convivencia solidaria, el Macrocampamento Los Arenales, ahora con dos mil familias ahí progresivamente asentadas desde 2016 en diez hectáreas, en la periferia de la ciudad de Antofagasta. Es la demostración de praxis de la utopía del derecho a la ciudad.
El Macrocampamento Los Arenales
La propuesta de construir la llamada ‘primera ciudad latinoamericana de Chile se está concretando, bajo la bandera del derecho a la ciudad, innovando alternativas de políticas habitacionales, respondiendo a una situación de emergencia habitacional haciendo ciudad y aprovechando la oportunidad intercultural del momento migratorio. Está dada en el Macrocampamento Los Arenales, en Borde Cerro, a unos diez kilómetros del centro de la Ciudad de Antofagasta (ver figura 1).
La historia de este asentamiento precario remonta a 2015, cuando familias del sector inician la toma de 10,5 ha de terrenos fiscales, de los cuales 3 ha son del Municipio y constan en el Plan Regulador Comunal, PRC como área de servicios (Vergara Perucich, 2018). Al cabo de 6 a 7 años de asentamiento progresivo, la densidad se ha multiplicado: por ejemplo entre 2018 y 2021, la población de Los Arenales se ha duplicado, pasados de mil a dos mil familias. El auto-censo, organizado por el Movimiento de Pobladoras y Pobladores Vivienda Digna, MPVD-Antofagasta en diciembre de 2020, contabiliza a alrededor de 6.000 personas, pertenecientes a 2.000 familias de diverso tipo y que habitan en unas 1.800 viviendas.
[1] Ver en https://ciudadconstituyente.cl
La organización territorial del Macrocampamento está establecida en torno a 14 Comités de Vivienda.[1] Desde 2017, siete de estos Comités optaron por una estrategia general de asentamiento definitivo, o radicación del campamento. A tal efecto, se reagruparon y formaron la organización Rompiendo Barreras, para desarrollar y empoderar la capacidad autogestionaria, para la formación permanente de cuadros locales, la educación extra escolar de niñas y niños, y la creación de empleo, especialmente girado al sector de la alimentación procesada en el sector. Rompiendo Barreras está afiliada a dos instancias sociales nacionales: Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes en Chile[2] y del Movimiento de Pobladoras y Pobladores Vivienda Digna, MPVD-Antofagasta.[3] La riqueza intercultural de la población de Los Arenales proviene del encuentro y convivencia entre familias bolivianas, colombianas, ecuatorianas y peruanas (de 75 a 80%) con las chilenas.
En cuanto a las características socio económicas de la población de Los Arenales prevalece la diversidad. El 65% de la población, especialmente por los niveles de educación, supera los requisitos formales para ser beneficiario de aportes estatales para resolver el problema habitacional, principalmente, el D.S. N°49 que regula el Programa Fondo Solidario de Elección de Vivienda – único instrumento del que se vale el Estado de Chile para atender el déficit habitacional de las y los más vulnerables.
Los seis años de desarrollo del Macrocampamento Los Arenales están marcados por su capacidad de organización y autogestión. Los principales hitos de este proceso son:
- La construcción de 11 centros comunitarios;
- Formación permanente de dirigentes en espacios de interculturalidad;
- La Cooperativa Intercultural de Trabajo, o Panadería CINTRA – Rayito de Sol, que produce cada domingo un pan de otro país;
- Agua conectada a las matrices del sector; alcantarillado y/o fosas sépticas;
- Guardería para 25 niñas y niños (2017-2018);
- Levantamiento topográfico con apoyo aéreo fotométrico (2018 y 2020);
- Propuestas comunitarias de urbanización en el marco del proyecto SDI (2018);
- Formación de delegados por Comité como 56 monitores de salud;
- Ollas Comunes (a partir de 2020), con siete cocinas y capacidad de 770 almuerzos por día;
- Auto censo de diciembre de 2020; en un día, a través de 65 monitores locales
- Escuela Popular Los Arenales (2021), para 50 niñas y niños, a cargo de jóvenes locales;
- Iluminación pública y remarcador en cada casa, en todo el Macrocampamento, a favor de las 1.800 casas de los 14 Comités; en negociación directa con la empresa (2021);
- Estatutos y registro de la Corporación Rompiendo Barreras (2021);
- Representación de organizaciones por la vivienda en el Consejo de la Sociedad Civil, Cosoc, del Gobierno Regional de Antofagasta (a partir de 2021);
- Participación como Corporación de desarrollo en el Programa Sector La Bonilla del Gobierno Regional (a partir de 2021);
- Auto censo de enero de 2022 para la identificación de tipos de construcciones;
- Mecánica de suelo (marzo 2022), como parte del Programa Borde Cerro del Servicio Regional de Vivienda y Urbanismo, a través de la Fundación Superación de la Pobreza.
[1] “El Comité de Vivienda” es la única figura jurídica disponible para la organización de familias en un asentamiento precario. Una figura que corresponde al modelo de intervención del Minvu en los campamentos. El Estado considera esta población como eventuales beneficiarios del programa de acceso a vivienda en propiedad individual, llave en mano, definido por el subsidio habitacional en su versión Decreto Supremo, DS.49, o Programa de Vivienda Solidaria.
[2] Ver en https://m.facebook.com/redmigranteschile/
[3] Ver en https://m.facebook.com/elallegado/
imágenes 2, 3 y 4: Los Arenales, Antofagasta. Fotos de Ana Sugranyes (2018)
Imágenes 5 y 6: Los Arenales, Antofagasta. Fotos de Ana Sugranyes (2021)
La opción de la organización Rompiendo Barreras, en términos habitacionales y urbanos para la radicación definitiva en los terrenos de Los Arenales, se basa en una definición de integración social y urbana, otorgando a todas y todos quienes habitan asentamientos precarios las capacidades de transformar el ‘fragmentos de ciudad sin estatutos de ciudad’ (Cravino, 2018) en un espacio de vida sostenible, bajo la bandera del derecho a la ciudad.
El derecho a la ciudad
El derecho a la ciudad se entrelaza entre la quimera y la praxis, la teoría y la experiencia, un lema, un debate académico y una receta. Ante todo, se construye en la calle o, como lo vemos aquí, desde la cotidianidad de la convivencia en un macrocampamento, entre conflictos y frustraciones, entre conquistas y formulación de alternativas.
Es así como las dirigentas de Rompiendo Barreras, todas de distintos países suramericanos, realizaron un ejercicio grupal de definición del concepto de derecho a la ciudad y escribieron el texto que se reproduce a continuación:
Soñando nuestra ciudad ideal en “Los Arenales” (Los Arenales, Antofagasta, 2017)
“En nuestra ciudad, tenemos buena comunicación con las vecinas. Hay paz, no se ven peleas.
Vivimos en tranquilidad, se pasa bien, nos respetamos mutuamente.
No hay racismo, vivimos plenamente la diversidad.
Hemos dejado de sobrevivir para comenzar a vivir y tener bienestar.
Las viviendas son dignas, amplias y permiten intimidad, estando refugiadas del exterior con privacidad. Nuestra ciudad es ordenada, limpia, digna. Hay áreas verdes, buenos colegios y servicios de salud apropiados a nuestras necesidades; el comercio está cerca; tenemos seguridad gracias a la cercanía de agentes del orden público con quienes mantenemos relaciones fluidas y de respeto. En nuestra ciudad, todxs tenemos acceso a la cultura y a la información.
Las niñas y los niños pueden asistir a varios talleres para encontrar nuevxs amigxs e intereses.
En esta ciudad, nos conocemos todxs. Algunxs se caen bien, otrxs mal, pero siempre predomina el respeto mutuo.
Podemos encontrar espacios de recreación, llenos de alegría, ideales para que podamos reconocernos como vecinxs.
Esta ciudad aún no existe, pero queremos que se haga realidad.”
Desde el espacio en disputa por el derecho a un lugar donde vivir en seguridad, paz y dignidad, sin apoyo explícito del Estado, las pobladoras están luchando en la primera línea de batalla – antes de que estallara la revuelta en todo Chile, aquel 18 de octubre de 2019 –.
Formulan un documento centrado en las posibilidades de ir recuperando la dignidad humana en espacios compartidos, públicos y privados (Sugranyes, 2019). Es un grito, inspirado ante todo por el valor de la convivencia sin discriminación, sin referencia a la mercantilización del bien común o al consumismo, reconociendo la dinámica intercultural y, de modo implícito, también la desigualdad.
La frase final del texto “Esta ciudad aún no existe, pero queremos que se haga realidad” refleja la convicción de las pobladoras de hacerse parte del proceso de transformación de la ciudad y de asumir un rol activo en la producción y gestión del hábitat; o sea, una definición concreta y localmente aterrizada del derecho a la ciudad.
Referencias
Cravino, Cristina (2018) “La ciudad (re)negada. Aproximaciones al estudio de asentamientos populares en nueve ciudades argentinas”, Ediciones UNGS, Los Polvorines, 2018. 320 p.
Sugranyes, Ana (2019) “Hacia la declaración de derechos de pobladores” en Revista Critica Urbana N°8, ver en http://criticaurbana.com/hacia-la-declaracion-de-los-derechos-humanos-de-pobladores
Vergara Perucich, Francisco (2018) “Macrocampamento Los Arenales, de Antofagasta para el mundo”, 5ver en https://regionalista.cl/columna-macrocampamento-los-arenales-de-antofagasta-para-el-mundo/
“La Pequeña Bolivia en Buenos Aires”: Siete años después.
Ver“La Pequeña Bolivia en Buenos Aires”: Siete años después.
Jair Marín Alaniz, Psicólogo, Estudiante del Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos UC. Investigador asociado del Instituto de Estudios Internacionales INTE – Universidad Arturo Prat
Resumen
La columna aborda a través de un enfoque etnográfico las prácticas de comerciantes bolivianos en el barrio Liniers de Buenos Aires, conocido como “la pequeña Bolivia”. A partir de los conceptos de trayectoria y habitus se concluye que a pesar de los esfuerzos normativos y policiales para desplazar el comercio ambulante, los migrantes han desplegado prácticas tendientes a la producción de un espacio transnacional, que resiste los procesos de aculturación mientras permite su inclusión social
Palabras clave: Migración – comercio ambulante – Buenos Aires
En año 2015, realicé una etnografía en barrio Liniers, que junto a los barrios de Mataderos y Parque Avellaneda conforman la Comuna 9 de la ciudad de Buenos Aires. Este barrio es conocido como “La Pequeña Bolivia”. Al respecto Parra (2021) sostiene que durante la década de 1980 Bolivia enfrentó una de sus peores crisis políticas y sociales, en contraposición a una particular estabilidad que caracterizó a la economía argentina durante el mismo periodo. Esto dinamizó el sector de la construcción demandando una gran cantidad de mano de obra. Lo anterior estimuló la llegada de numerosos trabajadores bolivianos a Buenos Aires, quienes se establecieron en las áreas del pericentro de la ciudad. Así, el barrio Liniers se transformó en el espacio urbano de referencia para la comunidad boliviana.
En un primer momento, muchas familias bolivianas se instalaron en el Mercado de Liniers, donde comenzaron a desarrollar un circuito inferior del comercio asociado a la venta de frutas y verduras. Sin embargo, en el año 1984 se decretó el cierre del Mercado, con el objetivo de construir un nuevo centro comercial orientado al ámbito del retail. Como consecuencia, algunas familias bolivianas comenzaron la venta ambulante en las veredas cercanas al Mercado. Con el paso de los años este ejercicio de apropiación del espacio le permitió a este colectivo posicionarse con diversos comercios establecidos, convirtiéndose en propietarios de números locales comerciales y consolidando de este modo un enclave urbano de relevancia material y simbólica para esta comunidad (Cárdenas, 2020).
De este modo, se constituyó “La Pequeña Bolivia” que puede entenderse como un fenómeno de entrecruzamiento entre culturas locales y redes globalmente articuladas. En este escenario, la colectividad boliviana tiende a ser excluida del circuito superior de la economía, pues no siempre cuentan con el capital, la tecnología y la organización necesaria. Sin embargo, logra insertarse en el circuito inferior, caracterizado por la informalidad a través de la participación comercial en ferias, ventas ambulantes, locales comerciales, albañilería, entre otros (Escobar y Di Nucci, 2012).
Durante mi primera visita al barrio logré conocer el proceso de articulación de este espacio de representación para los migrantes bolivianos, quienes conviven en el lugar hace más de tres décadas, logrando construir un pasar próspero y creando nuevas redes de apoyo para los migrantes recientes que enfrentan peores condiciones de vida. Sin embargo, durante mi regreso en el verano del año 2022, logré identificar que el barrio enfrentó numerosas transformaciones. El comercio ambulante que caracterizaba al barrio fue erradicado casi en su totalidad, numerosas propiedades se encuentran a la venta y los espacios de apoyo colectivo como organizaciones y radios comunitarias cerraron sus puertas. Por su parte, la pandemia por coronavirus obligó al cierre de las fronteras, por lo que la estación de buses donde solían llegar los migrantes desde Bolivia, disminuyó considerablemente su flujo de pasajeros.
En las entrevistas con los actores claves, estos me señalaron que hace algunos años comenzó a aumentar la vigilancia policial y con ello la erradicación del comercio ambulante, lo que derivó en numerosos episodios de conflicto. Por ello, algunos migrantes se trasladaron a otras áreas como Villa Celina. Sin embargo, la fuerza de la apropiación del espacio se resiste y los vecinos bolivianos han establecido diversas estrategias que derivan en disposiciones que les permiten enfrentar las nuevas condiciones impuestas desde la regulación estatal.
Todos estos cambios y desafíos que desde su llegada ha enfrentado la comunidad boliviana en Liniers, nos invitan a centrar la atención en el concepto de trayectoria. En esa dirección, Bourdieu (1998) sostiene que algunos agentes pueden mostrar un cambio entre la posición original y la actual dentro del espacio social, lo que da cuenta de un proceso de una gran variabilidad. En consecuencia, entendemos que la trayectoria corresponde a una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente o un mismo grupo, pero en un espacio social en constante movimiento y sometido a incesantes transformaciones, donde el dinamismo de las disposiciones de los agentes jugará un rol preponderante.
Siguiendo esta discusión, Friedman (2016) problematiza sobre el dinamismo que atraviesa la configuración del habitus a largo de la trayectoria, dando cuenta del impacto las huellas emocionales de la movilidad social sobre los agentes. El autor sostiene que este dinamismo puede afectar desde las relaciones sociales, familiares e íntimas, hasta la propia coherencia ontológica del ser. Por tanto, esta noción del habitus llevada al ámbito de los estudios migratorios, contribuye a comprender su carácter dinámico y atemporal, pues se logra identificar un constante arrastre emocional de fidelidad hacia la clase social, los aspectos culturales o la memoria de los lugares de origen, lo que podría mantener a los migrantes anclados a las afinidades de su pasado, manteniendo el vínculo afectivo con las disposiciones anteriormente desplegadas.
En consecuencia, la trayectoria del colectivo boliviano en Liniers da cuenta de complejas y dinámicas estrategias para apropiarse y producir el espacio urbano, pero también del modo en que las espacialidades migrantes develan diversas prácticas para resistir a las barreras impuestas desde la cultura dominante en los lugares de destino, confrontado los procesos de aculturación y trabajando para alcanzar una mayor participación e inclusión social sin renunciar a los rasgos identitarios que lo caracterizan. Así, el habitus de los migrantes impactaría directamente sobre el hábitat y el proceso de reconfiguración del espacio urbano, alcanzado un carácter transnacional. Por tanto, en un contexto de constantes cambios e incertidumbre, quizás la única pertenencia es nuestra propia trayectoria que nos acompaña y se resiste a ceder ante las nuevas demandas del campo social.
Referencias
Bourdieu, P. (1998): La distinción. Criterio y bases sociales para el gusto. Madrid: Editorial Taurus.
Cárdenas, L. (2020). Los curanderos andinos de la Pequeña Bolivia, Liniers, Buenos Aires. Anduli, 19, 153-173.
Escobar, M. y Di Nucci, J. (2012). Circuitos de la economía urbana en la ciudad de Buenos Aires: el comercio étnico de la colectividad boliviana en el barrio de Liniers. Revista de geografía, 12, 99-122.
Friedman, S. (2016). Habitus Clivé and the Emotional Imprint of Social Mobility. The Sociological Review, 64(1), 129-147.
Parra, H. (2021). La colectividad boliviana en Buenos Aires: ensamblajes populares en la globalización. Buenos Aires: Editorial Teseo.
AMPRO: (re)acciones situadas, para una crisis en movimiento
VerAMPRO: (re)acciones situadas, para una crisis en movimiento
por Diego Carvajal y Vania Reyes
Resumen: Acciones divergentes al relato oficial son las que realiza la Asamblea abierta de migrantes y promigrantes de Tarapacá, AMPRO, para acompañar, orientar y asistir a quienes han debido realizar el ingreso al país por pasos no habilitados debido a la imposibilidad de obtener un visado que les permita el ingreso regular. En contra de la criminalización y marginalización de las corporalidades migrantes y solicitantes de refugio, AMPRO encarna la propuesta constituyente de un Estado social y democrático de derechos, de carácter plurinacional, intercultural y solidario.
Entre “nuevas normalidades”, neofascismos y consensos antimigrantes, la asamblea abierta de migrantes y promigrantes de Tarapacá, AMPRO, se posiciona como un referente y órgano visible de las principales reivindicaciones y líneas de acción que se dan en el norte grande, para poder dar visibilidad, respuesta o amortiguar de alguna forma, a la situación actualmente crítica, intersectorial y política que implica la migración desde esos limites fronterizos. Partiendo de la lógica y comprensión humanista del “derecho a migrar”, así como de las dignidades mínimas que migrantes y familias deben tener, esta asamblea hace un esfuerzo colectivo y en red por estar atentos y operativos a la conjunción conflictiva entre inmigración y racismo en territorios, asentamientos y refugios del norte grande, en particular en la región de Tarapacá. Todo esto en una pandemia que ha complejizado las cosas y que ha dificultado las trayectorias migratorias y solicitudes de refugio de estos grupos, y en donde el lugar de la frontera y de lo que conocíamos de esto se ha venido transformando a propósito de sus cierres, situándose ahora dentro de sus propias “nuevas normalidades” a los pasos no habilitados e informales que hace que estos grupos y corporalidades estén susceptibles de cualquier circunstancia trágica y al limite con sus vidas. Lo mismo cuando, tal cual se ha visto se instalan de forma temporal y precaria en las ciudades, son rechazados y expulsados violentamente por una ciudadanía que se niega a pensar de que se trata de un problema complejo de variadas aristas y articulaciones, y no de un conflicto unilateral propiciado por la suspensión de toda normativa, así como de la ausencia de una visión de derechos al respecto.
En este contexto de tensión, actual y de “movimiento” en curso, podríamos decir que lo que hace esta Asamblea, es precisamente hacerse cargo del carácter polisémico y multidimensional del asunto, ya sea desde acciones directas y presenciales en el territorio (asesorías y conversatorios), así como a partir de lo desplegado en medios y redes sociales. En efecto, y en el entendido de que los medios de comunicación formales, convencionales y cercanos al mercado del espectáculo televisivo, se han posicionado como una plataforma de irradiación de discursos de soberanía territorial y rechazo focalizado al migrante, promoviendo la xenofobia y el racismo, la Asamblea trabaja activamente y a nivel mediático, por visibilizar problemáticas, hacer sensibilización y diagramar puntos centrales para la discusión y apoyo de las realidades migrantes en estos territorios. Todo esto en un contexto de urgencias y de colaboraciones que se tornan vitales.
Es así como, desde la perspectiva del derecho y la justicia social, un tema de tantos que se ha abordado, en clave de comunicado, dice relación con la violencia que han sufrido los migrantes en la ciudad de Iquique, instalando aquí algunos principios básicos de racionalidad y entendimiento: “Rechazamos todo tipo de formas de violencia. ¿Acaso se olvida la piedad? ¿Acaso el raciocinio no hace entender que mientras nosotros los pueblos se matan, estos personajes que dicen regir el poder disfrutan de este espectáculo?” [1]En efecto, las brutales y consensuadas expulsiones que han vivido las comunidades de tránsito en la ciudad de Iquique[2], muestran como no sólo la relación entre inmigración y racismo nunca estuvo tan unida en mucho tiempo, sino también como grupos y organizaciones como AMPRO, deben agenciar acciones y (re)acciones inmediatas para poder incidir y proponer nuevas alternativas a las no dadas por la institucionalidad Regional y Estatal. Es así como luego de las expulsiones asociadas a una suerte de “legitimidad de la violencia”, se haya instalado un nuevo refugio a las afueras de la ciudad, para así alejarlos de la visibilidad de los iquiqueños, y de tal modo poder silenciar cualquier tipo de vulnerabilidad que en estos refugios pueda existir. En ese plano es que desde su posición (horizontal), se están haciendo cargo de lo que sucede con el “refugio de Lobito” observando de forma sensible lo que ahí acontece desde su gravedad. Tal como la Asamblea menciona, este refugio ha sido habilitado bajo la responsabilidad de la delegación presidencial de la región de Tarapacá y no cuenta con agua ni los demás servicios básicos, pero como se encuentra afuera de la ciudad, parece a nadie importarle. Plantean: “Albergue, si, pero con garantías…que sea de primera acogida y transitoria, que no se convierta en un centro de detención para expulsiones”[3] que son legitimadas por un grupo ciudadano y político no menor de la región.
[1] En: https://www.revistadefrente.cl/declaracion-de-ampro-tarapaca-frente-a-los-sucesos-en-iquique-contra-poblacion-migrante/ 2021
[2] Respecto a los ataques en la ciudad de Iquique, véase otro comunicado de la Asamblea: “Los ataques de odio hacia la población migrante vienen produciéndose desde septiembre de 2021 en Iquique, un día después de la ejecución del violento desalojo de un campamento improvisado en una plaza pública de la ciudad. La plaza “Brasil” fue ocupada durante nueve meses por numerosas familias migrantes venezolanas que transitaban por la ciudad en búsqueda de regularización, trabajo, salud y reunificación familiar. Al momento del desalojo realizado por el gobierno, en el que la Policía junto a la Municipalidad de Iquique desterraron las carpas, destruyendo sus pocas pertenencias y alimentos, habitaban ahí aproximadamente unas 200 personas, la mitad niños, niñas y adolescentes. Al día siguiente se convocó a una marcha ciudadana antimigrantes que, con toda la violencia avalada por el Estado, imitó el actuar de las autoridades persiguiendo y desterrando campamentos improvisados en distintos puntos de la ciudad, llegando a quemar carpas, colchones, ropa y juguetes pertenecientes a migrantes en situación de calle. Este triste episodio no fue el único, pues se dio otro ejemplo por parte de las autoridades: el lienzo del Gobernador de Tarapacá. El 25 de enero pasado, el edificio de la Gobernación regional amaneció con un gran lienzo en su frontis que decía: “Crisis migratoria, inseguridad y delincuencia nunca antes vivida en Tarapacá. Gracias presidente Piñera por el legado.” Disponible en : https://revistacomun.com/blog/un-nuevo-marcador-social-racial-para-migrantes-en-chile-del-lienzo-antimigrante-a-las-pulseras-del-albergue-lobito/
[3] https://www.instagram.com/ampro_tarapaca/
Pero sus comunicados no son sólo realizados por ellas, sino también en conjunto con otras entidades de tipo académico, por ejemplo, en el marco de un proyecto de investigación en conjunto con la Universidad Arturo Prat y la Universidad de Tarapacá, donde publicaron el “Diagnóstico de Salud de la Población Migrante Venezolana Irregularizada en Iquique” [1] que visibilizó que la situación de niños, niñas y adolescentes (NNA) es de particular cuidado en el contexto de los asentamientos informales callejeros, habiendo carencias respecto de la alimentación, a los espacios que habitan, no habiendo aquí ningún elemento básico y universal para habitar, exponiéndose a todo tipo de enfermedades a propósito de vivir en la calle. Otra articulación de tipo académico se da en el marco del proyecto Fondecyt 1210602 “Refugio en Chile: producción de corporalidades e impacto en la salud de los cuerpos en movilidad” [2], donde parte de sus resultados y discusiones criticas, han sido publicadas también en la prensa, planteando que la población venezolana ha “sido racializada” en los diferentes lugares en donde llevan a cabo sus tránsitos y cruces, ocurriendo episodios como lo sucedido en Iquique, lo que las lleva a pensar de que lo que ha sucedido ahí responde a un racismo complejo llevado a cabo a propósito de la “humillación, la segregación, la exclusión y la muerte”.
En el estudio plantean que el refugio de playa Lobito, es el lugar en donde se sigue “marcando” a esta población: “Lobito es un albergue financiado por ACNUR, ubicado a 22 km al sur de la ciudad de Iquique, en el desierto costero del norte de Chile. Cabe recordar las condiciones de aridez extrema del paisaje y del clima desértico, con una alta radiación diaria y bajas temperaturas nocturnas, que dificultan la habitabilidad. Sólo se puede llegar al sector del albergue en vehículo particular, pues no hay transporte público en esa dirección que lleva, coincidentemente, al aeropuerto en el que se han ejecutado varios operativos de deportación de migrantes. De acuerdo a información entregada por personal a cargo, actualmente habrían 140 hombres, 78 mujeres, 15 lactantes y 77 niños/as dentro del recinto y 47 hombres, 24 mujeres, 11 lactantes y 25 niños/as acampando afuera. Personas que han debido huir de la ciudad tras las últimas manifestaciones de odio de las que han sido víctimas”.
Lobito por tanto, como advierten en este estudio, es un territorio propicio para la expulsión e individualización de estas familias, disciplinando sus corporalidades con racionamientos carcelarios de comida, alejándoles de cualquier posibilidad de interactuar con la ciudad y sus oportunidades económico-humanitarias. Asimismo, tal cual ha sucedido en las cárceles chilenas en tiempos de pandemia, estos refugios, por sus condiciones de precaria habitabilidad y saneamiento se convierten en posibilitadores de contagios masivos. Además como se plantea en este estudio, quienes están en Lobito deben llevar una pulsera que los marca, delimita y censura a priori como existencias ilegales, bajo el consenso y veracidad instalada del migrante-delincuencia. Lo que nos lleva a pensar de que este refugio no es más que un centro de detención temporal para una posterior expulsión, que al mismo tiempo nos habla de “nuevas normalidades” carcelarias, ahora de tipo transitorio, no solamente continuas en el tiempo, y de tipo grupal (familiar), antes que individual.
[1] https://edicioncero.cl/2021/09/informe-y-diagnostico-de-salud-de-la-poblacion-migrante-venezolana-irregularizada-en-iquique/ este trabajo fue realizado por Nanette Liberona, Carlos Piñones , académicos de la UTA, Marioly Corona egresada de la UTA y Eduardo García, estudiante de la misma casa de estudios.
[2] https://revistacomun.com/blog/un-nuevo-marcador-social-racial-para-migrantes-en-chile-del-lienzo-antimigrante-a-las-pulseras-del-albergue-lobito/ Columna para este medio de prensa, realizado entre el AMPRO Tarapacá, Nanette Liberona Concha (Universidad de Tarapacá, responsable del proyecto Fondecyt 1210602), Camila Pérez Gallo (Fondecyt 1210602)
En todo este escenario de conflicto y de emergencia político-humanitaria, la Asamblea también trabaja en temáticas cotidianas de todos y todas las migrantes que pisan este territorio realizando acciones en conjunto, por ejemplo, para proporcionar asesorías jurídicas para eventuales procesos de regularización (extraordinaria) que surjan en este nuevo ciclo político. También trabajan en la orientación y asesoramiento de procesos laborales, dado que existe mucho abuso en esta temática, a propósito de la irregularidad migratoria y la vulnerabilidad institucional que ésta perpetúa[1]. Desde esta perspectiva asociativa, también véase como se articulan con juntas de vecinos, haciendo “jornadas de agitación y propaganda de las desigualdades laborales en la ciudad de Iquique”. Dado todo el sensible escenario, AMPRO también está involucrada, en conjunto con “Chile Migra”, con el quehacer de la nueva constitución, estando anclados a una plataforma de organizaciones migrantes y pro migrantes en Chile y de chilenos/as en el exterior – promoviendo la “iniciativa popular de norma constitucional N° 11.906 por el derecho a migrar en la nueva constitución”, donde se establecen 4 ejes centrales: derecho a migrar y al refugio.; plurinacionalidad e interculturalidad; nacionalidad y ciudadanía; derechos cívicos y políticos.
[1] https://www.lemondediplomatique.cl/orientacion-migratoria-en-tiempos-de-crisis-desde-tarapaca-campana-la-humanidad.html
Para cerrar, podemos decir de que la participación de estas ciudadanías activas y críticas de la institucionalidad migratoria actual, son fundamentales en el avance y consolidación de los cambios que el proceso constituyente en curso delinea en la conformación de un Estado social y democrático de derechos, de carácter plurinacional, intercultural y ecológico, como una República solidaria, democrática y paritaria. Empero, sobre todo porque Asambleas como AMPRO cuestionan y complejizan discursos y situaciones que son presentadas de manera unidireccional y oportunista por la institucionalidad pública y el anterior gobierno de Piñera, en contextos políticos inestables, para focalizar en la otredad, en este caso migrantes y solicitantes de refugio, asociatividades que marcan sus corporalidades como criminalizables y marginalizables, deshumanizándoles al punto de abandonarles en el medio del desierto más árido del mundo.
De ahí que la importancia que revisten asambleas como AMPRO en el contexto que hoy enfrentan migrantes y solicitantes de refugio en el norte grande de Chile es fundamental, porque generan un relato alternativo y proporcionan acciones de asistencia para quienes producto de una crisis política, social y económica en sus países de origen han emprendido trayectorias migratorias con la esperanza de generar mejores condiciones de vida para sí y sus familias.
Links de Internet y redes sociales consultadas:
https://www.uchile.cl/noticias/180118/especialistas-u-chile-acusan-racismo-en-politica-migratoria
https://www.revistadefrente.cl/declaracion-de-ampro-tarapaca-frente-a-los-sucesos-en-iquique-contra-poblacion-migrante/ 2021
https://www.instagram.com/ampro_tarapaca/
https://edicioncero.cl/2021/09/informe-y-diagnostico-de-salud-de-la-poblacion-migrante-venezolana-irregularizada-en-iquique/
https://www.lemondediplomatique.cl/orientacion-migratoria-en-tiempos-de-crisis-desde-tarapaca-campana-la-humanidad.html
Infancia Migrante | Adú (2020)
VerInfancia Migrante | Adú (2020)
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa UdeC, Mg© en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente – IEUT, Estudiante Doctorado en Geografía UC]
Película: Adú (2020)
Dirigido por: Salvador Calvo
Premios: Ganador Goya 2021 Mejor Director, Mejor Actor Revelación (Adam Nourou), Mejor Sonido y Mejor Dirección de Producción. Ganador Medalla del CEC 2021 Mejor Música.
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=FxQ7Y3mgfec
Disponible en Netflix
Resumen.
Con tres historias basadas en hechos reales, Salvador Calvo cuenta en Adú (2020) la historia de millones de migrantes en el mundo. Cruda y real, la película presenta las perspectivas de los actores involucrados en los que entendemos como crisis migratoria: el migrante deseable como el turista y el activista europeo en África, la guardia civil en la frontera evitando el ingreso indocumentado y el migrante infante que por necesidad, peligro y abuso necesita protección, pero no la obtiene. Adú permite darle nombre y rostro a la migración, pero en especial le pone nombre y rostro al racismo, a la ceguera por comodidad y a la crueldad humana.
Palabras Clave. Migración, Infancia, Racismo.
Introducción.
¿Migrar es un derecho? O más bien, ¿para quién es un derecho migrar? Situada en África central, involucrando a los países Somalia, Camerún, Senegal, Mauritania, Marruecos en su historia e incluyendo las últimas ciudades españolas del continente africano, Adú (2020) muestra la cruda realidad de la migración en esta región del mundo, permitiéndonos cuestionar nuestro rol como espectadores de una realidad que está presente en todos los territorios.
¿Migrante Deseable?
La historia de Gonzalo y su hija Sandra se siente de pronto fuera de lugar, no porque sea algo difícil de creer, sino porque pareciera no coincidir con el mundo que la película presenta. Pero es real. Es el mismo mundo.
Kabila (guardia de la reserva de elefantes en Camerún) le señala a Gonzalo, que él no les agrada, porque pese a aportar dinero y ser un “migrante deseable” al ser europeo y animalista, que busca mejoras en la conservación de la vida silvestre africana, Gonzalo no ve a los seres humanos que le rodean, ni empatiza con su sufrimiento, sino que sólo se preocupa de los elefantes. Es un migrante poderoso, que pasa al lado de niños y no es capaz de llevarlos en su camioneta. Pareciera que la pared que indica el significado de racismo en Melilla es una definición de todos los gabrieles, y por eso su historia más molesta que inspira.
De fronteras y vallas.
La Guardia Civil (policía fronteriza) no tiene las herramientas, conocimiento ni apoyo para enfrentar la situación de todos los migrantes que intentan pasar la valla. Esa valla es la frontera… en otras partes del mundo es una muralla, una zanja, un río o un puente, pero esta frontera es siempre un obstáculo cruel. Una valla que dice no son bienvenidos, no son iguales a nosotros y no los dejaremos pasar, sin importar la situación que los aqueje.
Más allá de las intenciones de quienes trabajan como Guardia Civil, la violencia contra los migrantes es sistemática, y el mejor ejemplo de aquello son las devoluciones en caliente, como la de Massar en la película.
El derecho de migrar.
Migrar es parte de la condición humana. De acuerdo con la película 70 millones de personas migraron en el mundo en 2018, y la mitad de ellos fueron niñas y niños. La infancia sufre en mayor medida la migración, tanto por la falta de protección, los abusos y la incapacidad propia de su edad. Adú, Ali y Massar huyen del peligro, atravesando fronteras a pie, subiendo en la zona de carga de un avión, en camiones e incluso nadando. Adú pierde a toda su familia, su hermana y Massar, y termina en un centro de menores en Melilla… y hasta ahí sabemos, pero por la crudeza del relato hace pensar que su sufrimiento no ha terminado. Vendrá la discriminación, el extrañar lo cotidiano y por sobre todo el sentirse solo en el mundo, después de su separación forzada de Massar. ¿Qué derechos tiene este y todos los niños?
Conclusión
Adú (2020) resulta un relato crudo, pero necesario. Es recomendable verla acompañados en el caso de menores, pero igualmente verla, comprenderla y empatizar con los millones de niños, niñas y seres humanos migrantes. Cuestionarse si algunas personas tienen más derecho a migrar que otras, si un conflicto armado en cualquier país significa que los demás estén dispuestos a acoger a sus ciudadanos o si solo pasa si son migrantes europeos, caucásicos y de alta escolaridad. Y por sobre todo preguntarnos si queremos que exista la valla y que esto siga pasando.
Refugiados: migración y pobreza forzada | Tres canciones para Benazir (2021)
VerRefugiados: migración y pobreza forzada | Tres canciones para Benazir (2021)
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa UdeC, Mg© en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente – IEUT, Estudiante Doctorado en Geografía UC]
Documental: Tres canciones para Benazir (2021)
Dirigido por: Elizabeth Mirzaei & Gulistan Mirzaei
Premios: Nominado a Óscar Mejor Cortometraje Documental (2022)
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=A51kP2EjuG0
Disponible en Netflix
Resumen. Tres canciones para Benazir (2021) es un cortometraje documental sobre una pareja casada joven, de una tribu afgana que vive en un campamento de refugiados es Kubul (Afganistán), un campamento para desplazados por la guerra. Shaista y Benazir Khan esperan a su primer hijo, en un ambiente hostil y sin oportunidades. Ante eso, Shaista decide unirse al ejército afgano, como una oportunidad, pero esta idea no es aceptada por su familia, así que debe dedicarse a recoger opio, lo que culmina en su adicción.
Palabras Clave. Afganistán, desplazados, amor.
Introducción.
Entre las malas razones para migrar, la migración como desplazados por la guerra debe estar entre las peores. Combinado con una necesidad general, pobreza en todos los sentidos, un estado de vigilia permanente ante las amenazas bélicas y la sensación de estar amenazados tanto desde lo externo como lo interno (“o nos bombardean los extranjeros o nos matan los talibanes”). Shaista solo llegó hasta tercer grado en su educación mientras vivía en Helmand, pero obligado a migrar a Kutul a causa de la guerra en Afganistán, sus opciones para trabajar y mantener a Benazir se reducen a hacer ladrillos que nadie compra o recoger opio.
El amor.
El cortometraje muestra a Shaista cantando en tres oportunidades a Benazir, quien en la primera ocasión se avergüenza como joven enamorada, y en la última parece más sufrir por la situación de su marido y sus hijos descalzos que preocupada de su amor. ¡Que haré contigo Afganistán! Exclama Shaista, ante las pocas esperanzas que tiene por vivir en su propia tierra.
La motivación de Shaista para mejorar su situación laboral es darle una mejor vida a Benazir, porque la ama, y eso se aprecia cuando le canta, cuando ríen y cuando disfrutan juntos de la caída de la nieve.
Las opciones.
Ante esta necesidad de mejorar sus vidas, Shaista decide enlistarse al ejército, pero para ello necesita que su familia lo apoye y no lo consigue. Sus opciones son escasas: o se dedica a hacer ladrillos y recoger opio, o entra al ejército y a su familia la matan los talibanes. Y peor aún, nadie quiere hacerse cargo de Benazir si algo le pasa a él.
Su familia le dice que los pobres como ellos no sirven para el ejército, que los afganos desplazados no tienen ni esa opción. El desplazado entonces no tiene opciones, más que intentar sobrevivir.
Conclusión
Tres canciones para Benazir (2021) muestra un problema no existe para nosotros fuera de las fronteras de esos otros países en conflicto como Afganistán: se trata de una migración forzada, pero es un desplazamiento intranacional que es conocido por países que han intervenido la región, como Estados Unidos.
El desenlace es lo más doloroso: las ilusiones destruidas por el miedo y la violencia, la adicción al opio y el amor aun permanece, impulsando a Shaista aún a querer mejorar. Y a cantarle a Benazir.
Bonus Track
Migrante (2019) Corto Animado, dirigido por Daniel Lezzi y Ezequiel Dalinger. Basado en testimonios reales y animado por latinoamericanos. En solo 5 minutos proyecta la diversidad cultural del continente y muestra los diversos motivos de los latinos para migrar: por educación, para conocer el mundo, por necesidad, por hambre, por falta de oportunidades. Asimismo, expone las dificultades de la migración, como no poder trabajar en tu profesión, la discriminación y extrañar la familia, los amigos, el hogar y lo cotidiano.
Disponible en Ondamedia.
(In)movilidad de migrantes en el Norte Grande de Chile
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Aline Bravo Antropóloga y Magíster en Estudios Internacionales. Proyecto FONDECYT 1201130 y Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES)
Josefina Palma Abogada y estudiante de Magíster en Sociología, Universidad Alberto Hurtado. Proyecto FONDECYT 1201130, Colectiva Rizoma Intercultural.
Resumen:
Ante el aumento de la migración en Chile y el ingreso por pasos no habilitados, el norte del país ha sido objeto de políticas de seguridad nacional como la militarización en frontera o los estados de excepción constitucional, las que intentan frenar el flujo de personas. Estas medidas ponen el foco en la protección de la frontera y dejan a los territorios aledaños que reciben a las personas migrantes, al margen de los canales de inclusión. En un contexto de pandemia que suma a este escenario las restricciones sanitarias, se observan dinámicas de inmovilidad (detención-confinamiento) y de movilidad (desplazamiento– desalojo) que van configurando un escenario de vulneración de derechos humanos y un terreno fértil para la xenofobia y el racismo. Se requieren medidas de inclusión social que superen el imaginario bélico y la ficción de detener la migración, y que atiendan a las necesidades de las personas migrantes y de los territorios a lo largo y ancho del país.
Palabras clave: crisis – migrantes – Iquique
Las migraciones se han vuelto un elemento central de la agenda pública en los medios de prensa chilenos durante los últimos meses. La emigración desde Venezuela sigue en aumento, alcanzando los 6 millones de personas que han salido de ese país durante la última década. Ante este hecho, los estados de América Latina han tomado distintas estrategias; por ejemplo, Colombia, que instauró el Estatuto Temporal de Protección; o Perú, que creó el Permiso Temporal de Permanencia (PTP). En el caso de Chile, las medidas se han enfocado en disminuir sin éxito la migración irregular y el ingreso por pasos no habilitados en el norte de Chile. Estas decisiones políticas, más las medidas sanitarias, generan situaciones de inmovilidad cuyos efectos son nocivos para la convivencia en los territorios más afectados por la migración.
Desde los medios de comunicación y las políticas de gobierno, la atención ha estado centrada en las ciudades del Norte de Chile que comparten frontera con Perú y Bolivia. Lo que históricamente se ha denominado “Norte Grande”, nomenclatura que responde a cualidades geográficas y administrativas y que constituyen las cinco regiones naturales de Chile, recientemente ha comenzado a ser llamado “Macrozona Norte”. Esta nomenclatura instala, desde los discursos oficiales, un léxico de estrategia bélica acompañado de medidas que involucran a actores militares en la toma de decisiones. Mismo léxico que durante los últimos años se ha utilizado para denominar a la Región de la Araucanía y sus alrededores como “Macrozona Sur”, instaurando en ambos territorios estados de excepción constitucional que amplían la capacidad de intervención militar.
La migración es un asunto de seguridad, pero no de seguridad nacional sino de seguridad humana, en términos tales que no puede ser limitada por una visión dicotómica nosotros/otros, nacionales/migrantes. El deber de garantía de derechos que tienen los Estados aplica a todos sus habitantes, entre los que están las personas que han sido objeto de la migración forzada. En tanto su país de origen no otorga las condiciones necesarias para que desarrollen una vida bajo ciertos mínimos de bienestar, la alternativa es migrar a pie hasta el Cono Sur de América Latina.
Es innegable que la ciudad de Iquique y las demás comunas cercanas a la frontera con Bolivia se han visto afectadas por el aumento de la migración que ingresa por pasos no habilitados en la zona, principalmente cerca del paso fronterizo Pisiga-Colchane. El territorio ha recibido una cantidad de personas mayor a la habitual, con necesidades propias de quienes migran de manera forzada, lo que genera presión respecto de los servicios y prestaciones públicas que ya eran escasos y deficientes, aumentando las tensiones entre quienes han visto alterada su vida cotidiana en esos sectores.
Cuando visitamos Iquique en julio y luego en noviembre del año 2021, en el marco de nuestro trabajo académico, nos acercamos a distintas historias de desplazamiento y también de inmovilidad.
Uno de los casos emblemáticos fue la Plaza Brasil, espacio público ubicado en el centro de la ciudad, que sirvió de hogar provisorio para los recién llegados desde fines del año 2020. Se instalaban con lo puesto y armaban sus carpas siguiendo cierta organización que le daba al lugar una dinámica de convivencia, la cual se iba manteniendo a pesar de los recambios de quienes lograban seguir camino hacia el sur o conseguir alguna alternativa habitacional en tomas de terreno en Alto Hospicio, comuna ubicada en los altos de la ciudad de Iquique. Los niños y niñas jugaban con bicicletas que les donaban: “Plaza Brasil es calidad”, nos comentó uno de los niños, “acá jugamos, tenemos amigos”; estaba junto a su abuelo, el mayor de los habitantes de la plaza, con quien cruzó las fronteras para encontrrarse con su mamá en Santiago. En septiembre de 2021, tras ser declarada zona de riesgo sanitario, las autoridades lograron el desalojo por la fuerza pública y la Plaza Brasil quedó cercada por una reja, impidiendo el paso de los transeúntes.
Conocimos a una familia que llevaba varios días intentando desplazarse de Iquique hacia Concepción. La primera vez que los vimos, la familia recorría las calles en busca de la organización que les entregaría pasajes al sur. La segunda vez que nos encontramos, días después, estaban en un semáforo afuera de la histórica Escuela de Santa María de Iquique; el dinero ya se les había acabado y no podían moverse de la ciudad porque sus certificados de PCR se habían vencido de tanto esperar. “Es como si quisieran que nos quedemos acá”, dijo la mujer.
La permanencia en situación de calle ha generado reacciones negativas de parte de los transeúntes, quienes ven cómo la ciudad se va poblando de personas supuestamente “en tránsito”, pero que enfrentan dificultades de moverse a otros lugares del país.
Frente a la crisis generada por la falta de políticas públicas, a fines de 2021 la autoridad estableció dos albergues: uno de tránsito en Colchane y el otro a las afueras de Iquique, en Lobito. Este último está pensado como un albergue nocturno, por lo que solo se otorga una comida diaria; sin embargo, queda a cuatro horas caminando desde la ciudad de Iquique, ante lo cual las personas permanecen día y noche en el lugar. El albergue tiene capacidad para 300 personas y se ha encontrado varias veces en su máxima capacidad, por lo que fuera de él se han instalado a pernoctar otros/as migrantes, en carpas o viviendas improvisadas con cartones y otros materiales. En una visita el 17 de febrero de 2022 se identificaron: 170 personas durmiendo en la intemperie, 50 de ellas menores de edad, 11 de ellas gestantes -una de ellas con apendicitis, que debió ser trasladada de urgencia en ambulancia-, un adulto y un adolescente viviendo con VIH, personas con infecciones de diverso tipo y enfermedades crónicas sin tratamiento, como asma, y personas con discapacidad. No hay control de contagios de COVID.
Alejado de la ciudad, sin conectividad ni transporte público y sin las condiciones mínimas para la habitabilidad, este refugio arriesgaba convertirse en un centro de detención alejado de los servicios humanitarios y de seguridad, con imposibles vías de inclusión social, tal como lo denunciaran las organizaciones de migrantes antes de implementarse esta medida.
Frente a la exclusión, esperanza
Frente a las fantasías excluyentes de quienes creen que se puede detener la migración con expulsiones en caliente o estados de excepción, al costo humano que sea, creemos importante activarnos desde soluciones que respondan a las necesidades del país para dejar atrás los escenarios de xenofobia y criminalización que se han vivido en los últimos meses. Dos propuestas son las que el nuevo gobierno de Gabriel Boric presentó en el marco de su campaña. La primera, el mecanismo de empadronamiento de las personas que, aplicado desde un enfoque de derechos humanos, será sin duda una puerta hacia la inclusión social; la segunda, el apoyo en el traslado hacia las ciudades que más requieren del trabajo que pueden aportar quienes vienen a Chile en busca de una mejor vida para ellos y sus familias. Se trata de compromisos de campaña que nos hicieron soñar con que las cosas pueden ser distintas. Esperamos que durante este gobierno la esperanza le gane al miedo de ser migrante en Chile.
Referencias
https://www.latercera.com/nacional/noticia/una-comida-al-dia-y-a-cuatro-horas-a-pie-de-la-ciudad-las-condiciones-de-lobito-el-albergue-para-los-migrantes-irregulares-de-iquique/TL7PADRA3NB4BABBZELD3YDPLY/#:~:text=Iquique-,Una%20comida%20al%20d%C3%ADa%20y%20a%20cuatro%20horas%20a%20pie%20de,los%20migrantes%20irregulares%20de%20Iquique&text=En%20medio%20de%20dunas%20y,irregulares%20que%20se%20han%20autodenunciado.
Fragmentos Urbanos | Revista PLANEO y su caleidoscopio urbano - territorial
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Patricia Fernández Vicente, Trabajadora Social Universidad del Bío-Bío, Magíster Interdisciplinario de Intervención Social, Universidad Alberto Hurtado]
Libro: Fragmentos Urbanos
Autoría: Piera Medina & Arturo Orellana (Eds.)
Ilustraciones: Fabián Todorovic
Editorial: RIL Editores – Santiago de Chile
Año: 2019
Disponible en https://rileditores.com/tienda/fragmentos-urbanos/
Im. 1 Portada Libro
Resumen.
Fragmentos Urbanos presenta un caleidoscopio de experiencias y aprendizajes que se han desarrollado durante 5 años de historias, entrevistas, pensamientos e investigación cautelosa, con una prospectiva sobre diferentes temáticas que involucran lo urbano y territorial. Incluye aspectos políticos e institucionales, culturales, históricos y patrimoniales, identificando derechos y deberes entorno a la persona en el barrio, ciudad o territorio donde habita y su participación, comunicación y vínculos entre vecinas y vecinos. Así también, permite comprender que las instituciones públicas, autoridades y profesionales deben y requieren una visión a largo plazo, escucha y procesos participativos multisectoriales e integrales.
Palabras Clave. Ciudad, Urbano, Reflexión
Introducción.
En Fragmentos Urbanos cada apartado contiene un conjunto de relatos que capítulo a capítulo componen y validan comportamientos, actitudes y aprendizajes que por un momento fueron normalizadas, y como éstos, se transformaron en mecanismos educativos, sociales, culturales, políticos y muchos otros que componen lo urbano – territorial.
Im. 2 PLANEO 7 Políticas e Instrumentos | Fuente: Fragmentos Urbanos (2019)
Se desarrolla un relato más allá de la escritura, para dar paso a la ilustración y arte, con una dosis de realidad e ironía que no dejan de estar en el mismo plano. Ejemplificando con gran agudeza las diferentes acepciones sociales, medioambientales, accesibles, interculturales y sobre todo estructurales en las que se encuentra el territorio, ciudad y barrio que se desfragmenta para su mejor comprensión en el cómo habitar y cómo mejorar.
El Caleidoscopio.
La sinergia que se genera entre los relatos, ilustraciones y revalorizaciones de lo urbano, se presenta de una manera orgánica, permitiendo una aproximación a conocer, en detalle, aquellas cosas que nos son obvias, lógicas y típicas, sino que, quizás ahora durante la pandemia por COVID-19, se han abierto desde cuestionamientos contingentes a la forma en que se planifica lo urbano – territorial.
Así también, se propone en Fragmentos Urbanos, una necesidad de participación en lo urbano con conciencia del poder y conocimiento que se tiene, vinculando una mayor capacidad de observación y reconocimientos de los usos que le son asociados a los diferentes territorios. Así también, permite reconocer a quienes pertenecen esas voces y que características tienen, ya que existe una relación intrínseca entre el paisaje vivido, la realidad, y la subjetividad que cada persona le otorga a un mismo espacio. Esos diálogos, deben saber leerse, para que nadie quede fuera de la conversación y de poder observar todas las facetas del Caleidoscopio.
Im. 3 PLANEO 2 Participación en Disputa | Fuente: Fragmentos Urbanos (2019)
Se van sumando cada vez más y más características que nos conducen hasta la planificación urbana de la ciudad, y cómo esta, debe dejar de ser vista de manera aislada, sino como parte del territorio. Hoy en día se requiere una mayor complejidad, en la que se construyan estándares comunitarios de habitar, capaces de administrar sus residuos domiciliarios, reciclaje y la noción del medio ambiente.
Conclusión.
Fragmentos urbanos permite un acercamiento a la discusión urbana – territorial, con un lenguaje que permite a disciplinas de la salud, educación y ciencias sociales explorar una comprensión compleja y multisistémica que se han elaborado durante este proceso. El resultado: un caleidoscopio que mientras más lo observemos, nuevos patrones se presentan, nuevas temáticas, nuevos cuestionamientos y ante ello una mirada siempre fresca hacia lo urbano – territorial.
El Comienzo de la Vida y El Comienzo de la Vida: allá afuera
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC.]
Documental: El comienzo de la vida (2016) El Comienzo de la vida 2: La Naturaleza (2020)
Dirigido por: Estela Renner | Renata Terra
Producción: María Farinha Filmes, Estela Renner, Luana Lobo y Marcos Nisti | Ana Lúcia Villela, Estela Renner, Marcos Nisti y Luana Lobo
Trailers: https://www.youtube.com/watch?v=0OCT6rh3WQs https://www.youtube.com/watch?v=-DKMDrKA0TE
Disponible en Netflix
Im.1 Póster Documental | Fuente: Netflix, 2016.
Resumen.
Se presentan familias de diferentes países, culturas y niveles socioeconómicos, y diversos expertos, desde educadores a científicos, invitan a reflexionar sobre la importancia de considerar los primeros años de vida de los “pequeños humanos”. Las/os niñas/os prestan mucha atención y son sensibles a su entorno emocional, físico, social, y ambiental. A partir de la experimentación, ellos van tomando esa información para resolver patrones y ver lo que funciona en el mundo. En este contexto, como comunidad, debemos pensar y actuar para que los primeros años formativos de los pequeños humanos sean significativos, y así puedan ser ciudadanos conscientes.
Palabras Clave. Infancia, Medio Ambiente, Ciudad.
Im.2 Póster Documental | Fuente: Netflix, 2020.
Introducción.
Diversos avances científicos han relevado el papel central que tienen los primeros años de vida en la formación de futuros ciudadanos conscientes en todas sus dimensiones: social, política y ambientalmente. Bajo esta temática se centran los documentales de Maria Farinha Filmes El Comienzo de la Vida y El Comienzo de la Vida 2: La Naturaleza, estrenados en 2016 y 2020 respectivamente.
Se nos van mostrando familias de diferentes países, culturas y niveles socioeconómicos, y diversos expertos, desde educadores a científicos, quienes nos invitan a reflexionar sobre la importancia de considerar los primeros años de vida de los “pequeños humanos”. En este sentido, los documentales tienen como objetivo mostrar que las acciones que realizamos como sociedad durante las infancias tendrán grandes repercusiones positivas o negativas en el futuro de la humanidad.
Im.3 El Comienzo de La Vida 2 | Fuente: Netflix, 2020.
Cuando ponemos atención en el comienzo de una historia podemos cambiar todo para bien.
El Comienzo de la Vida inicia distintas madres en su proceso de parto, y continua con la potente frase de Vea Vecchi “cada niño que nace es una especie de sorpresa para la humanidad, y para mí ese es el espíritu con el que debemos darle la bienvenida a un niño”. Nos invita a eliminar la preconcepción adultocentristas en que las/os niñas/os son irracionales y egocéntricos, mostrándonos la espectacular capacidad de asombro que poseen los infantes, convirtiéndoles en los mejores científicos y alumnos en el universo.
En la segunda entrega El Comienzo de la Vida 2: La Naturaleza el tópico sigue siendo el mismo, sin embargo, a diferencia de la primera, esta prioriza las experiencias de las/os niñas/os. Específicamente, va explorando la importancia de la interacción temprana con la naturaleza para aprender a amarla, cuidarla y, sobre todo, para entender que somos parte de ella.
Las/os niñas/os prestan mucha atención y son sensibles a su entorno emocional, físico, social y ambiental, a partir de la experimentación ellos van tomando esa información para resolver patrones y ver lo que funciona en el mundo. Ambos documentales argumentan que las/os niñas/os no son contenedores vacíos que los adultos llenan de conocimientos, sino que desde el momento en que ellos nacen van recopilando distintas experiencias que les permiten ir generando conocimientos valiosos para la vida.
En las ciudades las/os niñas/os sufren una reducción de sus horizontes de infancia, es decir, que en la actualidad los niños en la vida cotidiana tienen menores libertades. Las lógicas de urbanización vertical y de zonificación de espacios, ha generado que las/os niñas/os no tengan donde jugar, pierden espacios de compartir con adultos y otras niñas/os. Ante ello, se deben ofrecer espacios en la ciudad a los pequeños humanos para que puedan experimentar su propia existencia, los adultos deben dejar que las/os niñas/os vayan y prueben cosas.
La naturaleza está llena de partes sueltas, ramas, hojas, hormigas, entre otros elementos, que ayudan a las/os niñas/os a moverse, tocar, sentir el planeta y jugar, crecer y percibir la naturaleza. Un infante que interactúa con la naturaleza tiene un entorno de juegos vivo y orgánico, aunque los espacios sean seminaturales como las plazas en la ciudad. La naturaleza le permite a las/os niñas/os experimentar una relación diversa, todas las cosas son de formas y sentidos que pueden explorar y sentir, desde una perspectiva naturalista, ética, moral, de belleza, y de los sentidos.
Im.4 El Comienzo de la Vida | Fuente: Netflix, 2016.
Conclusión. Se necesita una aldea para criar un niño.
Existen distintas experiencias de familias, de diversos países, culturas y nivel socioeconómico, van elocuentemente mostrando que el cuerpo del niño/a necesita estar en movimiento, y que sus madres, padres y cuidadores, deben permitir que ellos experimenten el entorno natural y artificial que los rodea.
Para criar a las/os niñas/os se necesitan tiempo y espacio, por lo que se debe des-institucionalizar la ciudad para que esta sea amigable con las infancias, por ello es necesario que toda la comunidad, niños, otros padres y otras personas apoyen en este proceso. Además, nos invitan a pensar desde la perspectiva de los niños, y a cuestionarnos la forma en que se está construyendo el entorno. Hay que preguntarse cómo hacemos para que la naturaleza y los espacios de la ciudad estén ahí, con sus propios lenguajes y colores, y para que las/os niñas/os puedan experimentarla, sentirla y visitarla diariamente.
Finalmente, nos invitan a reflexionar sobre las prioridades de la sociedad: invertimos en lazar cohetes al espacio, en explorar Marte, pero no invertimos en el principio de la vida. El entorno de las ciudades no está planificadas para que las/os niñas/os elijan, observen y experimenten. Como comunidad, debemos pensar y actuar para que los primeros años formativos de los pequeños humanos sean significativos, y así puedan ser ciudadanos conscientes.
Cochas de Peine | Diseño de un espacio de desarrollo local para la comunidad indígena de Peine
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Piera Medina Ziller: arquitecta urbanista, co-directora Centro de Estudios Territoriales ANTIS, y directora ejecutiva Fundación Escala Común.
Daniela Fullerton Moreno: arquitecta urbanista, co-directora Centro de Estudios Territoriales ANTIS, y profesora adjunta facultad de arquitectura, Universidad de Valparaíso
Resumen:
El proyecto consiste en el diseño arquitectónico para el mejoramiento del entorno de Cochas de Peine y nuevo Centro de Oficios comunitario. Se plantea como estrategia para el fortalecimiento del desarrollo local de la comunidad atacameña, inscrita dentro de un contexto de turismo intensivo, y pretende mediante el mejoramiento de la calidad de servicios, accesibilidad y espacios de reunión y encuentro, potenciar este hito de gran valor para la comunidad, como un enclave dentro de la ruta turística de Atacama. El proyecto se plantea desde una perspectiva sustentable, que integra la cultura ancestral tanto en su arquitectura propuesta, como en la conformación de un centro de oficios que articule el turismo con la pertinencia indígena y desarrollo de artesanía tradicional.
Palabras clave: Desarrollo local; pertinencia cultural; Cochas de Peine.
El contexto andino de Peine
La localidad de Peine se ubica en la región de Antofagasta, a 2.400 msnm en una zona geográfica comprendida como piedemonte altiplánico, mediando entre la Alta Puna (sobre 4.000 msnm) y el Salar de Atacama, alineada al igual que los principales poblados, a la desembocadura de los cañones de quebrada y alejada de la ajetreada zona turística de San Pedro de Atacama.
Im1 Esquema localidades andinas; Fuente: Libro Saberes Arquitectónicos
Posee un paisaje cultural único, de enorme valor patrimonial y belleza en su forma construida, propia del legado de saberes constructivos y de las formas de habitar de las culturas originarias. Esto le otorga un carácter especial al poblado, con una cultura viva reflejada en su identidad arquitectónica, la cual se expresa en su dimensión material y territorial, que ha dado forma a un hábitat particular, en consonancia con el espacio territorial original (Bustos, 1999), y evidenciando inventivas de alto arraigo a su entorno que aparecen gestadas en conjunto entre las personas y su lugar. Para los likan antai, el territorio es entendido en toda su extensión, en tanto provee de alimento para los animales, materiales para sus obras, suelo para los huertos y agua para permanecer y vivir allí.
Esta identidad arquitectónica se caracteriza por el uso de piedra como expresión propia de los atacameños de piedemonte, y otras técnicas vernáculas basadas en el uso de la tierra, tales como albaliñería con piedras y uso de barro hecho con agua salada, mezcla de barro con guano de aves para alivianado e impermeabilizado del adobe, y la utilización de la madera de cactus y/o chañar en sistemas de entramado de techumbres, muros, y puertas (Fullerton & Medina, 2017).
Fotos técnicas constructivas / Fuente: Libro Saberes Arquitectónicos, autoras
Peine forma parte del sistema de ayllus de la comuna, y se caracteriza por el trabajo de tierras agrícolas comunitarias, aspecto que determina las lógicas funcionales locales en la distribución y organización del poblado. Este se emplaza en una ladera en pendiente y próximo a la quebrada que lo provee de agua, lo cual favorece el aterrazamiento y aprovechamiento de las tierras para el cultivo, y el ordenamiento del poblado según distinas funciones: huertos comunitarios, viviendas, y refugio para los animales (Fullerton & Medina, 2017). Para las culturas originarias, toda fuente o lugar donde nace el agua es comprendida como un lugar sagrado, que provee vida y permite sostener la vida en contextos de gran escasez.
Im 3. Foto poblado Peine – Plano ubicación cochas / Fuente: autoras
Cochas de Peine: un enclave para su desarrollo local
En el límite entre la quebrada y el sistema “urbano” de Peine, se emplazan las Cochas de Peine: piscinas naturales características de esta localidad, y que poseen un gran valor para sus habitantes. Si bien Peine se encuentra próximo a las principales rutas turísticas presentes en la comuna, se mantiene aún en una condición periférica ante el desarrollo turístico local, principalmente por la accesibilidad y la falta de equipamiento que soporte las actividades de turismo. Este lugar emblemático requiere de un reacondicionamiento que permita nuevas actividades, mayor accesibilidad y mejores condiciones de comodidad para sus visitantes.
Im 4. Foto Cochas de Peine / Fuente: autoras
El proyecto Cochas de Peine surge como respuesta a una necesidad de la comunidad indígena de Peine, para dar forma al desarrollo local sostenible desde el mejoramiento de este hito para la comunidad. Como base para el desarrollo del proyecto, se planteó un proceso colaborativo entre el equipo técnico del Centro de Estudios Territoriales ANTIS y la comunidad, desglosado en actividades de levantamiento de necesidades y requerimientos en terreno, procesos de co-creación y definición de estrategias de desarrollo.
Como resultado se genera el diseño arquitectónico para las obras de mejoramientos del entorno de las Cochas de Peine, entregando a este valioso lugar comunitario, un mejor estandar de servicios, accesibilidad, lugares de descanso y reunión, así como apoyo y asesoría técnica en los pasos a seguir para la obtención de permisos y resoluciones que lleven a integrar la red turística de la comuna. Además, se incluye el diseño de un espacio nuevo denominado Centro de Oficios, con talleres y salas de trabajo para el desarrollo de artesanías locales. Mediante el diseño y mejoramiento de este hito, la comunidad busca acercar el turismo a la zona, pero de forma sostenible con las capacidades de la localidad y sin generar un uso exponencial que ponga en riesgo el pulso propio del pueblo.
Im 5. Vista aérea proyecto completo / Fuente: autoras
Así es como, junto con la plaza, la iglesia patrimonial, y la casa de huéspedes de Peine, todas ellas ubicadas en la parte alta del poblado, el proyecto de las Cochas, emplazado junto a los demás equipamientos, consolidaría un eje que invite a los turistas a disfrutar y a potenciar el trabajo artesanal de oficios ancestrales como parte de sus atractivos y puesta en valor.
El proyecto se plantea entonces como parte de un sistema urbano que no irrumpe en el paisaje, sino más bien, potencia sus atributos y el paisaje natural del salar y de la quebrada que situa la mirada desde lo alto de las Cochas. Para ello, se proyecta una arquitectura basada en el uso de técnicas arquitectónicas tradicionales, que definen su identidad edificada acorde al paisaje construido, y que además, podrán ser ejecutadas por los cultores locales de piedra y cantería.
En respuesta a la norma, se definió una estrategia que plantea la construcción subterránea de gran parte del edificio del Centro de Oficios, y en su parte alta, una explanada que se va elevando sobre este techo habitable para culminar en un mirador hacia el Salar de Atacama, generando de esta manera una nueva altura para el entorno, con una inclinación suave que no irrumpe en el paisaje, sino que se integra continuando el suelo existente, creando espacios de encuentro y acceso a los talleres a través de un patio comunitario
Im 6. Vista Explanada proyectada
A nivel programático, el proyecto con 390 m2 útiles, considera el diseño de nuevos espacios que complementan el uso de las Cochas, como cafetería, mejoramiento de baños y boletería.
Estos se plantean acompañados de un diseño de obras exteriores de accesibilidad universal y paisajismo propio de la zona climática, las cuales incluyen lugares de descanso, sombreaderos, conchanas, miradores, entre otros.
El diseño del nuevo Centro de los Oficios Artesanales de Peine de 250 m² útiles, contempla espacios para la ejecución de talleres de tradición artesanal y gastronómico, enseñanza y transmisión de saberes, y sala de venta de los productos de artesanía, específicamente de artesanía en piedra, madera, tejidos, y gastronomía local.
Una vez terminados los proyectos de especialidades, se espera que esta iniciativa pueda llevarse a cabo a través de diversos financiamientos que permitan a la comunidad atacameña de Peine contar con un espacio comunitario y recreativo de calidad, que facilite y fomente el turismo sustentable, y su incorporación a la ruta turística de la comuna desde una perspectiva respetuosa con el medio ambiente y con la identidad, permitiendo el desarrollo local.
Este proyecto fue financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Fondart Nacional Creación en Arquitectura.
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Referencias
Bustos, A. (1999); “Etnografía atacameña”; Facultad de Educación y Ciencias Humanas, Editorial Universidad de Antofagasta; Dirección de Extensión y Comunicaciones, Facultad de Educación y Ciencias Humanas. Instituto de Investigaciones Antropológicas, primera edición.
Fullerton D., Medina P. (2017): “Saberes Arquitectónicos: las formas vernáculas del altiplano” Colección Estudios Urbanos UC, Ril Editores.
OH! Stgo, fomentando el vínculo entre ciudad, aprendizaje y cuidados
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Magdalena Novoa Echaurren. Doctora en Arquitectura, Profesora Asistente, Departamento Planificación Urbana, Universidad de Illinois Urbana-Champaign y Codirectora de Fundación Aldea y OH! Stgo]
Resumen
Open House Santiago (OH! Stgo) es un evento anual de celebración de la ciudad contemporánea organizado por Fundación Aldea. Una vez al año, abrimos las puertas de numerosos edificios y espacios en diversos sectores de Santiago que habitualmente no son accesibles para el público. En este texto, invitamos a reflexionar sobre uno de los objetivos principales de OH! Stgo, que se centra en la relación entre aprendizaje y ciudad, entendida como productora de sentidos y de derechos, que permite a las personas, a partir de la experiencia directa con el entorno urbano, pensar críticamente la ciudad y la manera en que podemos influir en su construcción. En el contexto de la crisis sanitaria global y los crecientes procesos de transformación social que vive Santiago, planteamos la importancia de considerar sus espacios urbanos como entornos que atienden y educan en el cuidado, como un principio y capacidad que todos/as, mas allá del género, debemos aprender.
Palabras clave: ciudad, aprendizaje, cuidado
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Los entornos urbanos definen el desarrollo de las personas, su calidad de vida y la manera en que se construye la sociedad. Organizaciones como las Naciones Unidas han avanzado en proponer medidas para fortalecer la toma de conciencia en la manera en que planificamos y construimos nuestras ciudades, promoviendo el derecho a la ciudad. Es decir, el derecho de todas las personas a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar entornos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, como bienes comunes para una vida digna (ONU, 2020). El derecho a la ciudad nos exige construir ciudades para todas las personas incluyendo, las mujeres, las personas que viven en la pobreza o en situaciones de riesgo ambiental, trabajadores de la economía informal, grupos étnicos y religiosos, personas LGBTQ+, personas con discapacidad, la niñez, jóvenes, personas mayores de edad, migrantes, personas refugiadas, habitantes de la calle, víctimas de la violencia y pueblos indígenas (ONU, 2020). Cuando pensamos en el derecho a la ciudad y en la inclusión de todos y todas en cómo diseñamos y planificamos nuestros entornos, la participación activa y vinculante de sus habitantes adquiere especial importancia, ya que sin ellos/as no es posible construir un diálogo político que permita desarrollar soluciones adecuadas a la diversidad de problemas que existen en nuestras ciudades.
En este contexto, OH! Stgo nace para fomentar la relación entre aprendizaje y ciudad, para contribuir a la elaboración de reflexiones y argumentos críticos sobre la ciudad y la manera en que podemos influir en su construcción[1]. Esta relación formadora se inspira en “la ciudad educadora”, enfoque que comprende a esta como escenario de aprendizaje que impregna fuertemente la dimensión subjetiva de los habitantes (AICE, 1990). Con las propuestas emanadas de la Unesco en 1972 y la carta que emerge del congreso internacional de ciudades educadoras realizado en 1990 en Barcelona, se abrió una perspectiva que hizo posible que en algunos países de América Latina se desarrollaran políticas y programas educativos utilizando a la ciudad como plataforma educativa (Llano y Chavarro, 2017). En Colombia, por ejemplo, la Ley General de Educación propone la idea de ciudad educadora como un complemento a la educación formal (Llano y Chavarro, 2017). Sin embargo, en Chile, a pesar de que más del 87% de la población vive en zonas urbanas, y cerca de un 40% en Santiago, la ciudad no forma parte del curriculum escolar y existen escasas instancias para enseñar dentro de la educación formal la importancia del urbanismo, la arquitectura y la planificación en la construcción de sociedades más democráticas e inclusivas.
OH! Stgo, por lo tanto, se conforma como una plataforma de aprendizaje interdisciplinar e inclusiva que intenta dar cuenta de la pluralidad de las comunas, barrios, calles, poblaciones, villas, infraestructura y espacios que le hacen bien al habitar en la capital. Una vez al año, más de 150.000 personas participan de visitas y recorridos guiados por los mismos actores que participaron en su diseño, gestión y/o construcción para aprender de manera directa de estos espacios. De esta forma, creamos espacios de mediación, aprendizaje colectivo y diálogo entre la ciudadanía, activistas, profesionales y actores públicos que influyen en la forma en que se decide y materializa nuestro medio ambiente construido. Así, permitimos a un público amplio agudizar la mirada crítica sobre la ciudad contemporánea como un importante factor de desarrollo cultural y social. Por ejemplo, un 49% de les participantes encuestados en la versión de OH! Stgo 2018, manifiestó que gracias a este evento ha podido conocer por primera vez una comuna de la capital que de lo contrario no habría visitado y un 97% afirma haber mejorado su percepción sobre Santiago.
Entender la ciudad como plataforma de aprendizaje que contribuye al fortalecimiento de la identidad urbana y la formación ciudadana, nos ayuda a comprender el significado e importancia de la vida pública y la convivencia, así como también el valor de la diversidad, de la memoria colectiva, y de la mirada crítica respecto a cómo se han construido e inscrito las narrativas históricas en el entorno urbano. OH! Stgo al ofrecer oportunidades para aprender cómo se materializan y funcionan los espacios que habitamos y cómo estos influyen en nuestro diario vivir, también nos entrega un espacio para entender las tensiones que existen en nuestra ciudad, la producción social y cultural de los entornos, las decisiones políticas y la importancia del derecho a la ciudad para crear prácticas más democráticas en su construcción.
La quinta versión de OH! Stgo que se realizará en enero de 2022, busca aprender y reflexionar sobre los cuidados y la ciudad, tema que ha emergido con gran fuerza en los últimos dos años. La crisis sanitaria global nos ha mostrado que no todas las personas sufrimos las consecuencias de la pandemia de la misma manera. Quienes han sido desproporcionadamente más afectados por los impactos en la salud, el trabajo, el ingreso económico, la educación, la movilidad, la seguridad de la vivienda, y la responsabilidad del hogar es el sector de la población Santiaguina más vulnerable: estratos socioeconómicos mas bajos, las personas mayores de edad, las mujeres, la niñez y migrantes (PNUD, 2020). Esta realidad nos ha mostrado los tremendos desafíos urbanos que aún tenemos pendientes en Santiago.
La falta de valorización del cuidado que caracteriza a las sociedades occidentales contemporáneas se expresa también de forma espacial (The Care Collective, 2020). Por ejemplo, la poca valoración del espacio público como lugar donde poder congregarse, dialogar con otros y participar, o la falta de atención y cuidado del medio ambiente, cuyas consecuencias saltan a la a la vista ante la emergencia climática sin precedentes (Chinchilla, 2020). Estos espacios y consideraciones son fundamentales para incentivar la participación en la toma de decisiones sobre nuestros entornos y construir una ciudad que promueva el cuidado, el respeto y la colaboración.
En tiempos de tensiones y transformaciones, OH! Stgo nos invita a reflexionar sobre estos entornos que atienden y educan en el cuidado, como un principio y capacidad que todos/as, mas allá del género, debemos aprender. Fortalecer el valor del cuidado en la construcción de Santiago promueve un urbanismo más inclusivo, intercultural, diverso y democrático en el que sus habitantes se sientan seguros y partícipes sin importar su procedencia, género, orientación sexual, etnia, raza o edad. La mejora de la calidad de vida urbana es posible cuando nos informamos y aprendemos de ella con el fin de exigir, proponer e implementar diseños y políticas que nos permitan no solo subsistir en la ciudad, si no que vivir bien en ella.
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Referencias:
Asociación Internacional de Ciudades Educadoras. (1990). Carta de Ciudades Educadoras. Ajuntament de Barcelona.
Chinchilla, I. (2020). La Ciudad y los Cuidados. Editorial Catarata.
Llano, F. y Chavarro Gutierrez, C. (2017). Pedagogía y ciudad: De las representaciones urbanas a la enseñanza de la ciudad en las Ciencias Sociales. Uni-pluri/versidad, (17)1, 39-49.
The Care Collective. (2020). The Care Manifesto: The Politics of Interdependence. Verso books.
ONU Habitat. (2020). Componentes por el Derecho a la Ciudad. Recuperado de https://onuhabitat.org.mx/index.php/componentes-del-derecho-a-la-ciudad el 24 de Noviembre 2021.
PNUD-MDSF. (2020). Impactos socioeconómicos de la pandemia en los hogares de Chile. Resultados de la Encuesta Social Covid-19. Primera fase: julio 2020. Santiago de Chile.
Imágenes:
Foto 1: Recorrido por Villa Antumalal diseñada por la oficina Elemental a partir de la gestión de los campamentos Mapumahuida, Juan Alsina, Villa Esperanza, Lo Boza y un comité de allegados. Visita guiada por dirigentas sociales. OH! Stgo 2017.
Foto 2: Recorrido arquitectónico por el Museo de la Memoria guiado por Miguel Lawner. OH! Stgo 2018.
Foto 3: Encuentro Manifiesto Joven: Arquitectura en la Emergencia Climática. Parte de las actividades de la línea de voluntariado de OH! Stgo 2021.
[1] Más información en https://ohstgo.cl/ y https://www.somosaldea.org/.
Ciudades y regiones resilientes, inteligentes, colaborativas y dinámicas
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Roberto Moris Profesor Escuela de Arquitectura y del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC]
Im 1: Plano microregional, región IV-B, Santiago de Chile. 1960. Ministerio de obras públicas. En Juan Parrochia (2016) “Los primeros planes intercomunales metropolitanos de Chile”.
Resumen:
A 10 años del artículo “Chile sin política, Santiago sin plan” se reflexiona sobre el devenir de la política urbana en la década. Se revisan los principales hitos en esta materia, los nuevos instrumentos y reformas implementadas en la época. Se concluye que la activación de nuevos gobiernos regionales, el traspaso de competencias a estos y las nuevas áreas metropolitanas abren la oportunidad de una planificación y gestión dinámica, multiescalar, en que los instrumentos de planificación colaboren.
Palabras Clave: Ciudades, planificación, escalas
El artículo inaugural de Revista Planeo de marzo de 2012 titulado “Chile sin política, Santiago sin plan”, llamaba la atención sobre la falta de una política nacional de desarrollo urbano y de un plan estratégico para la ciudad de Santiago. Al mismo tiempo, invitaba a avanzar en el fortalecimiento del sistema de planificación territorial para estar a la altura de un país que daba sus primeros pasos como integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El texto daba cuenta de una serie de iniciativas fallidas en la búsqueda de una nueva política de desarrollo urbano y de la insuficiencia de la planificación normativa para enfrentar los desafíos que el país enfrentaba y donde las ciudades deberían jugar un rol clave.
Ese mismo año el gobierno de Sebastián Piñera dio inicio al proceso de discusión de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) que vio la luz a través de su promulgación en octubre de 2013. La nueva política sentó las bases de un ambicioso proceso de modernización que ha sido tibio en su implementación, con un Consejo Nacional de Desarrollo Urbano que en sus distintas configuraciones ha sido reflejo del contexto institucional y de las fuerzas que lo condicionan. Parece necesario que el próximo gobierno revise su rol, estructura y recursos necesarios para avanzar en las acciones transformadoras que se requieren.
En país que se está reconfigurando a partir del Estallido Social, la Pandemia y la Realidad Climática exigirá tener una política en concordancia con la Nueva Constitución. Este panorama de renovación se ve potenciado por la puesta en marcha de los nuevos gobiernos regionales, la Política Nacional de Ordenamiento Territorial, la Ley que establece el Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, la Ley de Aportes al Espacio Público, la nueva Ley Marco de Cambio Climático, la Hoja de Ruta de Economía Circular, y la Ley de Transformación Digital del Estado, entre otras políticas públicas.
En este nuevo escenario, la implementación de la planificación y gestión integrada planteada en la PNDU no tolera nuevas postergaciones. En especial en lo que se refiere a la gobernanza territorial multinivel, la coordinación multisectorial, la confluencia de inversiones y el involucramiento comunitario en la coproducción y ejecución de políticas públicas. En el caso de la Región Metropolitana de Santiago la actualización de sus instrumentos de planificación se presenta como una gran oportunidad de hacer carne la nueva sensibilidad urbana, territorial, ambiental y ciudadana de la nueva era.
En esta línea parece pertinente citar a Neuman y Zonneveld en su promoción del diseño regional como aproximación estratégica a los territorios metropolitanos:
“Las nuevas condiciones de urbanización que resultan de la convergencia de varios factores resaltan la necesidad de la formación y aplicación de estrategias espaciales a escalas supra-metropolitanas. Estas nuevas condiciones incluyen la globalización y el cambio climático junto con todos sus impactos, así como el auge de la población urbana propiciado por una mayor movilidad e interconectividad, junto con nuevas tecnologías de infraestructura. Estas fuerzas que impulsan la urbanización hoy y en el futuro se manifiestan en una nueva escala urbana, que se engloba cada vez más en la ciudad-región. Las soluciones a los impactos y problemas que causan estas fuerzas deben ser abordadas por el urbanismo a una escala que coincida. Las soluciones estratégicas a esta escala de urbanismo pueden denominarse diseño regional”. (Michael Neuman & Will Zonneveld, 2020)
Este diseño regional multiescalar sensible a las dinámicas territoriales se complementa con la idea de Nuevo Localismo planteada por Katz y Nowak (2017) donde “el poder se ha movido hacia abajo desde los gobiernos nacionales hacia las ciudades y las áreas metropolitanas. También desde el sector público hacia las redes de actores públicos, privados y cívicos, y globalmente a través de capital, comercio e innovación”.
La convergencia de los procesos citados configura una posibilidad de integración de instrumentos bajo un modelo de colaboración en 360 grados. La activación de los nuevos gobiernos regionales, la transferencia de atribuciones desde la estructura sectorial y la creación de nuevas áreas metropolitanas se cruza con la necesidad de establecer procesos de planificación y gestión dinámicos construidos desde los territorios comunales y sus potenciales asociaciones. Comunidades dinámicas en territorios dinámicos exigen capacidades de planificación y gestión dinámicas, con modelos de gobernanza sensibles, alertas y tecnológicos.
En el caso de Santiago, el Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS) y el Plan Microregional de Santiago de 1960 sentaron las bases estructurales de la actual metrópolis. Desde un Ministerio de Obras Públicas que integraba capacidades de planificación y gestión directa en el territorio se proyectó una ciudad central rodeada de un cinturón verde, con ciudades satélites y una estructura urbana en base a vías, centralidades y zonificaciones. También las bases del transporte público metropolitano que visualizaba una ciudad de redes y conexiones subterráneas.
La siguiente mirada integral llegó de la mano del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) de 1994 y sus posteriores versiones con las adiciones de las provincias de Chacabuco y Talagante. Este plan desarrollado por la Secretaría Regional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo entregó una visión de ordenamiento territorial y ocupación del suelo de la región, incorporando también las zonas y proyectos de desarrollo urbano condicionado.
El MINVU ha seguido generando actualizaciones del PRMS, lo cual es siempre necesario, como es el caso de la urgente incorporación de temáticas clave como lo relacionado a la Falla San Ramón. Sin embargo, también se requiere volver a tener una mirada integral evitando experiencias como la actualización número 100 que se concentró en la generación de 10.000 hectáreas de suelo urbano en la periferia y potenciales áreas verdes aún sin la implementación proyectada. El estudio desarrollado a través de una consultoría sin procesos de participación tomó el mismo tiempo en realizarse que el Plan Estratégico de Londres que ha sido un ejemplo de trabajo participativo y que ha guiado la gestión de la metrópolis durante administraciones muy disimiles en ideología e intereses.
El futuro de la ciudad-región puede ser guiado por un codiseño regional transversal que venga desde los territorios donde el Gobierno Regional opere como articulador y facilitador. El plan de la ciudad-región no es más que la adecuada vinculación coherente de los instrumentos disponibles, partiendo por la Estrategia Regional de Desarrollo, el Plan Regional de Ordenamiento Territorial, el Plan Regulador Metropolitano, los Planes Reguladores Comunales y los Planes de Desarrollo Comunal. Entender el Plan Santiago Ciudad-Región como un proceso de construcción de confianzas que ayude a navegar en la incertidumbre puede entregar la gobernabilidad que las estructuras jerárquicas tradicionales no han logrado. Las comunas organizadas en grupos temáticos y/o territoriales (macrozonas) podrían generar las bases de diagnósticos dinámicos, visiones consensuadas, lineamientos estratégicos y acciones multisectoriales con sentido de urgencia y perspectiva de futuro. Todo esto en un sistema de monitoreo de indicadores consciente de los factores críticos que afectan y condicionarán el desarrollo de la región y de sus habitantes. Es el momento de aprovechar avances del CNDU/INE como es el Sistema de Indicadores de Desarrollo Urbano (SIEDU) y el Índice de Deterioro Urbano y Social (IDUS) de MINVU/MDS, junto a muchos otros antecedentes, bajo un sistema de gestión de datos inteligente al servicio de la gestión integrada, y en definitiva de las personas.
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Referencias
Katz, B., & Nowak, J. (2017). The new localism. How cities can thrive in the age of populism. Washington DC: Brookings Institution Press.
Neuman, M., & Zonneveld, W. (2020). The Futures of Regional Design. En M. Neuman, & W. Zonneveld (Edits.), The Routledge Handbook of Regional Design. Routledge.
Parrochia, J., & Pavéz, M. I. (2016). Los planes para Santiago de Chile 1960-1994. Santiago de Chile: Universidad de Chile. Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Ingeniería y territorio: un replanteo desde la sustentabilidad
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Felipe Gutiérrez-Antinopai: Constructor Civil y MSc. Asentamientos Humanos y Medio Ambiente Estudiante de Doctorado en Recursos Naturales de la Universidad de Cornell.
Fabián Rodríguez Salvo: Ingeniero Ambiental y MSc. Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, asociado a ONG Ají Verde y Co-fundador de Consultora SimCustom Ltda]
Resumen: El cómo se abstrae y operacionaliza el desarrollo territorial puede ser lugar donde la interdisciplina pierda valor a cambio de visiones herméticas y excluyentes como podría ser la ingeniería. La siguiente columna, por tanto, estima replantear la ingeniería considerándola como un lente primordial y complementario, pero a la vez limitado en un contexto de deterioro socio-ambiental.
Palabras claves: Ingeniería, territorio, sustentabilidad.
Imagen 1: Elaboración propia
Cortar sesgos mono-disciplinarios, es quizás, uno de los grandes desafíos que podemos encontrar en ciencias interdisciplinares y principalmente en aquellas asociadas al desarrollo territorial. Ingeniería, ciencias sociales y ciencias naturales, son algunos de los grandes campos que explican fenómenos, especializan y socializan propuestas y ejecutan actividades y sin embargo, la ingeniería toma la delantera en cuanto a la demanda (sobre todo ligadas al management, véase EMOL, 2019; Tremendas, 2021; Araya Pizarro, 2019), a sueldos proyectados (Universia, 2021) y a la diversificación en las especialidades que se ofrecen. Es posible argumentar que las ingenierías en Chile pueden abarcar cada uno de las ramas que se desprenden de las ciencias naturales e incluso sociales: Ingenierías geográficas, de economía, social, ambiental, en turismo, geomensura y cartografía, en prevención de riesgos, marina, en estadística, en comercio exterior, en marketing y en recursos humanos; son algunos de los campos que caen ante el calificativo ingenieril, llevando a cabo esa mirada operativa y resolutiva.
Su formación ligada a variables en total control, contextos post-fordistas, monetizados y potencialmente productivos, devela cierta alienación para con el medio o naturaleza. Ciñéndonos a procesos unitarios, en un marco de dinámicas y flujos dentro de un sistema cerrado rígido, matices geográficos, climáticos, de entorno, de escala son atributos que tienen baja preponderancia en la formación ingenieril. En efecto, -muchas de – las titularidades en pasillos de departamentos o facultades ingenieriles coinciden en que lo social o lo ambiental se califique como mera- “externalidad” y/o al profundo compromiso con lo técnico-legal. De esta forma la pertenencia desde la ingeniería pasa primeramente por prismas axiomáticos y herméticos que levemente pueden interactúan con el paisaje vocacional en el marco de desarrollo regional. Se levantarían así, expertos “aplicando conocimientos a problemas definidos para aquellos que se encuentran en el poder” (Zizek, 2013).
No obstante, las ingenierías, al surgir de esa mano llena de optimismo en la producción, direccionadas por órdenes de procesos y eficiencia de recursos limitados, no constituyen bajo ningún punto de vista un problema en sí mismo. Todos nos hemos visto beneficiados por materialización de carreteras, distribución de energía en nuevos barrios, descubrimientos en técnicas de procesos constructivos o de monitoreos ambientales; pero al momento que los ciclos productivos en expansión no se replantean desde un entorno se produce un estado de alta entropía social y ambiental. Este “replanteo”, común en las guías de escuelas de construcción e ingeniería civil, está aún lejos de concentrarse en cómo se lleva a cabo con otras disciplinas y más bien enfatiza en un “ culto a la eficacia” que bien planteó Mishan (1967): “Así como el marinero hoy en día debe estar atento al horno y no a la brisa, y conoce mejor las ondas caloríficas que las corrientes marinas, lo mismo sucede con los demás oficios”. Este imaginario se expone a miradas técnicas y meramente eficientes que favorece una derivada de ingenieralización del territorio y de las disciplinas que lo componen como asignación correcta de recursos al menor costo social posible, imposibilitando anticiparse a proyectos que ulteriormente podrían significar un deterioro mayor del territorio.
En cuanto a la formación ingenieril, son varias las generaciones que han concebido a la sustentabilidad como una reducción de asignaturas de índole legal, o conceptual, más que a una visión del territorio o del cómo el sistema territorial y de gobernabilidad se encuentra espacialmente determinado por variables que interactúan constantemente y que, muchas de ellas, no pueden ser controladas sin generar “externalidades” en el proceso, o monetizadas desde su rol biológico. Todo lo anterior lleva a una serie de preguntas desde la menor unidad concebida, la personal, a una cuestión más orgánica: ¿Cómo situarnos como sujetos, profesionales y trabajadores en general en un contexto de inversión y deterioro ambiental? ¿Cómo llevar a las escuelas profesionales hacia una comprensión del territorio más allá del cumplimiento legal? ¿Cuánto ha permeado esta lógica en el desarrollo territorial?
Sería iluso sugerir soluciones institucionales definitivas, pues ellas no pasan únicamente por una macroestructura de poder sino también por la responsabilidad que se plasma y experimenta desde los individuos, quienes (re)alimentan constantemente ciertos ciclos. Pero negar al menos propuestas de soluciones, también sería un contrasentido. Por lo mismo, creemos que el rol público de las facultades de ingeniería y contactos entre profesorado y alumnado de diferentes especialidades (no sólo entre diferentes ingenierías), podrían ayudar no sólo a advertir qué es lo público sino también quién son individuo que residen en áreas de conflicto.
En el contexto de desarrollo territorial quizás, algunos optarán por una visión de planificación arraigada en la libertad individual y naturalista como la de David Henry Thoreau, otros libertarias y de justicia consensuada como John Rawls, otros en cambios, seguirán una línea más directa de urbanistas de renombre como Jane Jacobs, Kevin Lynch (ingeniero); otros darán énfasis a lo cualitativo y otros en cambios a lo cuantitativo. Todos, sin embargo, seguiremos conviviendo en un mismo espacio y por ello mismo, a pesar de nuestras diferencias, el reconocer mínimos comunes, como que los recursos son limitados, que hay una crisis ambiental, que cualquier variable afecta a control emplazada territorialmente, deriva de un sistema abierto (véase por ejemplo Meadows, 2008), resulta la piedra angular para nuestros roles ingenieriles.
Lo técnico-alfanumérico no está sobre el entendimiento territorial, tampoco sobre disciplinas mal llamadas “blandas”, menos sobre diagnósticos y/o soluciones de carácter cualitativo; todo ello forma una amalgama de materias complementarias y multivariables para el entendimiento de las complejidades del territorio. Si bien la ingeniería y su arraigo en ciencias matemáticas y físicas han sido refugio para la incorporación de valoraciones monetarias, desconocer su rol en el desarrollo territorial sería una apuesta de ficción. Por ello, el problema en sí mismo no es la ingeniería sino al momento que ella acapara mecanismos rígidos y aislados de contexto de deterioro ambiental, o bien, cuando la ética sólo se somete al plano legal; es allí, cuando tenemos que sin duda replantearnos que el “ingenio” forma parte de un cambio individual y también estructural.
La ingeniería es parte de un lenguaje universal que otorga también una mirada sistémica territorial donde se espera que aquellos índices e indicadores no sólo pasen por un prisma crematístico sino sustentable, sabiendo de antemano que no toda particularidad y atributo físico y, principalmente, propósitos y juicios humanos están afectos a la conmensurabilidad. Aun cuando sepamos aplicar matemáticas en diferentes grados, aun cuando se esté acostumbrado a trabajar con máquinas en sistemas cerrados, las herramientas con que contamos son limitadas en función y acción a los sistemas naturales; tal como diría K. Gödel: “o las matemáticas son demasiado grandes para la mente humana, o la mente humana es más que una máquina”.
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Referencias:
Araya Pizarro, S. (2019). Motivaciones y preferencias en la elección de la carrera predilecta de Chile. CPU-e. Revista de Investigación Educativa, 29, 154–178.
EMOL. (2019). Las carreras universitarias con más y menos matriculados en la educación superior. https://vcm.emol.com/4104/noticias/carreras-universitarias-con-mas-y-menos-matriculados/
Meadows, D. (2008). Thinking in Systems (D. Wright (ed.)).
Mishan, E. J. (1967). The costs of economic growth. Staples Press London.
Tremendas. (2021). Una educación solo para valientes: ¿Por qué las carreras mejores pagadas en Chile no son las humanistas? https://www.elmostrador.cl/braga/2021/05/18/una-educacion-solo-para-valientes-por-que-las-carreras-mejores-pagadas-en-chile-no-son-las-humanistas/
Universia. (2021). Las carreras con mejores sueldos en Chile. https://www.universia.net/cl/actualidad/orientacion-academica/las-carreras-con-mejores-sueldos-en-chile.html
Zizek, S. (2013). Nadezhda Tolokonnikova of Pussy Riot’s prison letters to Slavoj Žižek (4 Abril 2013). https://www.theguardian.com/music/2013/nov/15/pussy-riot-nadezhda-tolokonnikova-slavoj-zizek
Entrevista a Tironi: “Me parece que de alguna manera estos eventos disruptivos que estamos viviendo y gestionando sobre la marcha, apuntan a una crisis de los sistemas representación y lógicas dualistas de mirar las cosas”
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Diego Carvajal]
Martin Tironi. Sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Master en Paris Descartes, PhD en Centre de Sociologie de l’Innovation (CSI), Escuela de Minas de Paris, y Post-Doctorante de este mismo centro de investigación. Durante el 2018 fue Visiting Fellowship en el Centre for Invention and Social Process de Goldsmiths, University of London. Académico de la Escuela de Diseño, y dicta los cursos Diseño Critico (pregrado), De la Smart City a la Social City: diseño y futuros emergentes (Magister) y Ecología, tecnologías y prácticas urbanas: aproximaciones desde los Estudios de Ciencia y Tecnología (Doctorado).
“El diseño crítico y especulativo lo veo cumpliendo un rol exploratorio, abriendo conversaciones y preguntas más que cerrando respuestas y soluciones, convocando públicos, relaciones y alternativas que propicien los cambios socio-ecológicos necesarios. Obviamente no podemos predecir ni calcular el futuro, pero desde el presente podemos imaginarlo y tensionarlo para no padecer los problemas que se vislumbran”
1.- De acuerdo a tu formación inicial en el campo de las Ciencias Sociales ¿Cómo surge el interés por abordar temáticas relacionadas con la CTS, los estudios urbanos y el diseño? ¿Cuáles fueron esas conexiones interdisciplinarias de mayor influencia en su momento?
Muchas gracias Diego por invitarme a conversar contigo. Mi aproximación a los Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad o STS en inglés (science and technologies studies), surge en Francia. Primero hago mi máster, tomando cursos de “antropología de la técnica”, “filosofía de la ciencia”, “cultura material”. Luego, cuando hago mi doctorado en el Centre de Sociologie de l’Innovation (CSI), de la École des Mines de Paris, donde derechamente adoptó enfoques STS. Se trata de un centro bastante interdisciplinario y donde se fraguó la Actor-Network Theory. Para que te hagas una idea, ahí se desarrollaban seminarios doctorales con personas como Bruno Latour y Michel Callon, Antoine Hennion, Madelaine Akrich. Entonces mi aproximación a los STS viene de esa formación doctoral.
El tema urbano y de diseño emerge cuando me enfrento al problema de tesis, que tenía que ver con comprender la producción a gran escala de la infraestructura de bicicletas públicas en París. En los años 2010/2012, lo urbano en los estudios STS no era un tema relevante sobre el cual hubiese muchas personas trabajando. Estaba el libro de Bruno Latour “Paris: ville invisible” (2009), que acaba de ser reeditado, pero emergen después algunas perspectivas que serán claves para mi tesis. En esta línea, hay tres conceptos que sirvieron como caja de herramientas.
El primero, tiene que ver con una sensibilidad de carácter mas bien metodológica, en torno a idea de mantención y reparación. En ese momento surge una preocupación por las prácticas de mantención, reparación y cuidado. Las Ciencias Sociales siempre habían mostrado mayor preocupación por la fragilidad del orden social, de ahí conceptos como (“integración”, “cohesión”, “orden social”), pero muy poca atención había recibido la fragilidad del mudo “material”. Por tanto, la apuesta de este giro por la mantención tiene ver con extender la premisa de la fragilidad hacia los objetos e infraestructuras, es decir, entender como los objetos están, al igual que el orden social, constantemente en un proceso de deterioro o desgaste. Gran parte de la vida de los objetos e infraestructura consiste en mantenerse, hacer posibles sus condiciones de existencia. Esta aproximación me llevó a hacer una etnografía de 6 meses acompañando el trabajo de los agentes de mantención, tratando de comprender esos inmóviles de la movilidad, aquellas prácticas distribuidas que articulan situadamente la producción y mantención de la movilidad.
El segundo concepto importante en mi aproximación a lo urbano durante mi tesis tuvo que ver con la idea de “pluralidad ontológica”, que se vincula con la idea de “modos de existencia” de Latour. Aquí también autores como John Law, o el trabajo compilatorio que hizo Ignacio Farías en torno a la noción de ensamblaje urbano, fueron importantes en la mirada a lo urbano. De tal modo que la idea de pluralidad ontológica me permitió dos operaciones: por una parte, ahondar en la relevancia que tenía examinar esta infraestructura urbana desde el registro ontológico de las prácticas de mantención, interrogando ahí los discursos predominantes de la “ciudad innovadora”, “creativa”, “Smart”, etc.
La segunda utilidad de este concepto fue permitirme hacer visible el co-funcionamiento o “interdependencias” entre elementos “humanos” y “más que humanos” que se enredan y se agencian en una determinada infraestructura. Y el tercer concepto fue el de “experimentación”, muy discutido en los STS, pero que me permitió entender de que manera la ciudad está siendo intervenida por proyectos de innovación o transformación en diferentes escalas. Por eso mi tesis se llamaba “La ciudad como experimentación”, y trataba de analizar diferentes ensamblajes de la experimentación en la ciudad, ya sea desde “arriba”, o desde las prácticas de los mantenedores y los usuarios.
2.-Desde tu perspectiva y lo que has estado pensando en estos tiempos de crisis: ¿Podríamos pensar en algún tipo de ensamblaje o conexión entre la crisis socio-política del 2019 y la sanitaria del COVID-19?
Honestamente no había pensado una relación posible entre pandemia y estallido social, pero me parece muy interesante ensayar relaciones posibles entre ambas crisis que vivimos en un lapso tan rápido de tiempo. Uno podría sugerir que a pesar de la naturaleza disímil de estas crisis (una sanitaria, producida por un agente invisible como es un virus, y otra social producida por un agente bastante mas visible como es un malestar acumulado); hay un elemento común, que tiene que ver con una crisis en los modos de co-habitar, de co-existir entre humanos y “otros que humanos”.
De alguna manera ambos eventos desestabilizaron de manera radical lo construído por un determinado grupo de humanos, una cierta élite política-económica cerrada y muy orientada por el relato modernizador. Estas disrupciones, directa o indirectamente, han obligado repensar cómo estamos haciendo las cosas, a “ralentizar la marcha” como diría Isabelle Stengers, convocado nuevos afectos, relaciones y lógicas de pensamiento que antes estaban invisibilizadas o renegadas. Lo que es evidente es que estas crisis no pueden ser explicadas usando las mismas lógicas que la produjeron, y por eso emerge un llamado, diría que casi urgente, a buscar nuevos conceptos, relatos, y a no dar por sentado los modos en que organizamos la vida social, las formas de establecer relación con el medio ambiente.
Creo que la crisis sanitaria como la político-social que vivió Chile, es una suerte de emplazamiento a mirar con ojos críticos los modos en que estamos cohabitando nuestro planeta, nuestras ciudades, comunas, barrios. Y a medida que los grados de complejidad e incertidumbre vayan aumentando, producto de las múltiples crisis a nivel medioambiental socia-económicas o tecnológicas, vamos a tener que aprender a vivir en un estado de incertidumbre permanente. Pero estos espacios hay que tratar de entenderlos como auténticos “laboratorios” de prueba de soluciones y conversaciones colectivas. Frente la proliferación de problemas cada vez más complejos, no se pueden usar recetas pre-hechas. No es posible seguir apelando a una suerte de criterio o principio único rector o un regreso a una estabilidad pérdida conducida por el crecimiento ilimitado. Más bien tenemos que aprender a vivir juntos “en los problemas” como dice Haraway, en un mundo que tenemos permanentemente y porfiadamente recomponer, o bien, futuros que ver cómo reparar.
Lo que une a ambas crisis, buscando otra manera de decirlo, es la crisis del relato modernizador, que ha informado no sólo el desarrollo de Chile sino también el del resto del mundo occidental, basado en una sobreeconomización del mundo. Pero ese relato de la modernidad, que se pretende por cierto universal y racional, se ha venido desmoronando, como muchos autores lo han venido sosteniendo, no sólo por la cuestión ambiental, sino también por una incapacidad política para comprender las alteridades, las nuevas demandas y desigualdades, las “renovadas expectativas subjetivación” como diría Danilo Martuccelli.
Como muchas personas lo están advirtiendo, se podría decir que la crisis del coronavirus tiene que ver con una crisis en el modo en que se ha concebido el desarrollo y la forma instrumental de relacionarse con el entorno. Algunos argumentan que la crisis sanitaria es parte de una crisis mayor, la crisis socio-ambiental, y no hay vuelta atrás a una normalidad y debemos reflexionar cómo habitar en este estado de crisis que se volvió una condición estructural. No es casualidad que, a propósito de estas dos crisis, estemos inmersos en uno de los procesos constituyentes más relevantes de nuestra historia, donde lo que se está conversando no sólo tiene relación con los principios de convivencia que deberán regirnos a nosotros los humanos, sino también con la manera en que deberíamos relacionarnos nosotros los humanos con la naturaleza.
En fin, estas crisis a las que haces alusión en tu pregunta, relevan la importancia del ejercicio especulativo que hace poco tiempo propuso Bruno Latour en el Le Monde. Invitó a tomarse en serio la pausa forzada que nos regaló el confinamiento y pensar qué pasaría si renunciamos a ciertas cosas que creíamos intransables de nuestro relato modernizador y modelo de desarrollo. En otras palabras, y si creemos realmente que el mundo no está definido de antemano y es algo a componer colectivamente, la pregunta es: ¿qué cosas deberíamos repensar, abandonar o cancelar para proyectar una coexistencia y futuro mas inclusivo y justo?
3.- Pensando en el contexto pandémico y en la crisis de representación de la política: ¿Crees que es posible posicionarse desde una “racionalidad otra” a la hora de observar las diversas formas de habitar? ¿Tienen las teorías híbridas y/o interdisciplinarias algo que decir sobre esto?
Me parece que de alguna manera estos eventos disruptivos que estamos viviendo y gestionando sobre la marcha, apuntan a una crisis de los sistemas representación y lógicas dualistas de mirar las cosas. Pero me gustaría insistir que no se tratan de crisis coyunturales o circunstanciales, como si fuera posible volver a un estado de certidumbre y estabilidad anterior. Más bien el estado de alerta y crisis se volvió constitutivo de un modo de hacer mundo, pero sobre todo reflejan un punto de inflexión de nuestro modelo civilizatorio, donde en parte lo que está en juego son nuestros sistemas de escucha, atención y representación. Una crisis de escucha no sólo de las expectativas o necesidades de las personas, sino también de otros seres vivientes, animales, bosques, etc. Estos agentes están insistentemente recordándonos que deben ser incorporados como personas no humanas, porque no hay posibilidad de seguir pensando en representación política alguna sino hay condiciones materiales para la habitabilidad del mundo. Como dice Anna Tsing, tenemos que aprender a desarrollar un arte de observar y escuchar un mundo en ruinas, y para eso se necesita revisar los mecanismos y diseños que utilizamos para hacer visible, dar voz, a los problemas de las personas y no humanos. Hay una distancia cada vez más problemática entre la clase política y el de las personas a nivel cotidiano, pero también una distancia en la manera en que hemos proyectado y organizado el planeta, y las necesidades de un planeta que entro en una zona de riesgo cada vez más irreversible. En ese sentido, hay una forma de arrogancia de ciertas elites dirigente vis-à-vis el resto de la sociedad y el planeta que se ha buscado diseñar, bajo la impronta de un excepcionalísimo humano desatado. Este punto lo aborda muy bien Latour en su libro “Dónde Aterrizar”(2019).
Me gustaría imaginar que el rol del de la convención constituyente no sólo apunta repensar nuestro contrato social (“estallado” en la crisis del 18-0), sino más profundamente nuestro contrato socio-natural. Me gusta especular que el proceso constituyente tiene ese doble desafío, o mandato como se suele decir hoy. Por una parte, encarar y resolver las demandas del presente, como una suerte de palanca que nos permita pensar los temas de las pensiones, de salud, vivienda, educación. Pero por otra parte, el problema constituyente tiene una dimensión que me interesa aún más, que tiene que ver con ser capaz de proyectar un futuro, construir un horizonte común e imaginar el tipo de sociedad que queremos, considerando eventos y disrupciones que van a ocurrir, y que de cierta forma hay que prospectar, reconociendo las responsabilidades de toda la sociedad.
Entonces creo que la convención constituyente debe tomarse en serio este ejercicio que podríamos llamar “proyectual”. Es decir, no solo reducirse a pensar una “casa común” desde el presente y la contingencia política electoral, sino que tiene que articular de manera proyectar un horizonte de futuro capaz de ofrecer claves de lectura adecuadas al mundo que estamos viviendo. En ese sentido hay una dimensión ficcional en este ejercicio constituyente, que tiene que ver con ser capaz de ir mas allá de la contingencia y proponer futuros que abran futuros, es decir, valores, políticas o símbolos que no queden caducos al poco tiempo, y que aporten con principios de co-habitación sintonizados con los nuevos tiempos. Esto me parece relevante en un momento de profunda polarización y degradación de la democracia producto de las fake news. Co-diseñar futuros o símbolos mas o menos compartidos, es importante para no caer en un “presentismo”, o en la fatalidad de un presente continuo que nos impide mirar lo emergente y confrontar las crisis medioambientales y tecnológicas.
Y volviendo a tu pregunta sobre el papel de las Ciencias Sociales, muchas veces uno observa como el mundo político banaliza ciertos términos y aproximaciones, tratándolas de “anti-modernas”, de “fanáticas ecologistas”, “anti-patriotas”, “conversadoras”, etc. Y ahí el mundo de las humanidades, las Ciencias Sociales, tiene que ver con mostrar las trayectorias y naturaleza multi-sistémica estas crisis y la necesidad de renovar los conceptos que nos hacen pensar y actuar. Sin esa capacidad inventiva que ofrece el trabajo interdisciplinario para crear otros modos de ser, ver y habitar la realidad, difícilmente tendremos las herramientas para comprender y responder con soluciones oportunas a este particular momento histórico.
Hoy más que nunca se necesitan otras cosmovisiones y saberes, otras prácticas y conceptos que permitan afrontar los efectos irreversibles del cambio climático, la penetración de la inteligencia artificial, etc.
4.- Antes de consensuar y diseñar la llamada “ciudad pos-pandemia” ¿Qué nos podrían aportar diseños alternativos, especulativos o experimentales sobre las diferentes posibilidades de futuro que se han ido mostrando en la pandemia?
Creo que es muy difícil pensar en la instalación de “ciudades post-pandemia” como un proyecto tabula rasa, porque se requiere de un conocimientos y diagnósticos, de experiencias de pilotaje, de prototipos, de ensayo y error. Pensar detenidamente que implica “ciudades post pandemia”, requiere inteligencia para reconocer de qué cosas tenemos que deshacernos, y que cosas tenemos que desarrollar, y no permitir por cierto que el pensamiento sanitario o económico imponga una sola matriz de interpretación.
Y quizás aquí, tal como lo sugiere tu pregunta, lo mas interesante a reflexionar es cómo podrían aportar las aproximaciones de diseños experimentales o especulativos, algo muy marginal en la planificación urbana y en la política publica en general, pero que yo he venido trabajando hace varios años en un plano investigativo en la Escuela de Diseño. De alguna manera lo que se ha puesto en evidencia, y tomándome de tu ejercicio de tomar estas dos crisis como pretexto para pensar, es que estamos enfrentados a problemas que son “wiki problems”, es decir problemas que no pueden ser abordados por el solucionismo tecnológico reinante, en el cual todo es traducido al lenguaje de la innovación y del algoritmo.
Estos son problemas multisistémicos, donde se conjuga una multiplicidad de actores y variables; estoy pensando en el antropoceno, la automatización, sequía generalizada, perdida de biodiversidad, las noticas falsas, obsolescencia programada, hiperconsumo, etc; que son problemas de tal nivel complejidad que no pueden seguir siendo pensados desde el mismo paradigma que han estructurado nuestros modos de pensar, y donde yo me incluyo…. Son problemas modernos para los cuales, como dice Boaventura de Sousa Santos, no existen soluciones modernas, en el sentido de que esas soluciones no logran responder, no dan el ancho, a los problemas que mencionábamos.
En esa dirección, tiendo a pensar que deben abrirse espacios que no sean resolutivos o de generar leyes cerradas, acomodando respuestas rápidas, precipitadas y populares. Es necesario desarrollar espacios transitorios y experimentales de “prototipado”, acciones pilotos que permita testear nuevas lógicas y prácticas, y así poder aumentar las probabilidades de producir futuros deseables para todas.
Hay un trabajo progresivo y cuidadoso de reacomodación de nuevos lenguajes y visiones, modos de hacer y ser, que me parece central para prepararse a escenarios inciertos. Aquí el diseño especulativo, o más generalmente el arte, pueden jugar un rol súper importante. El diseño especulativo, al menos en el modo que me gusta enseñarlo, tiene que ver con proponer escenarios que activen reflexiones y acciones que permitan habitar los problemas futuros y generar condiciones para un mundo más habitable. Una suerte de laboratorio de futuros posibles y deseables, que oponga resistencia y crítica a la idea de mundo-único que describen Arturo Escobar y Marisol De la Cadena, y donde se puedan plantear preguntas incómodas y desestabilizadoras que ayuden a avanzar hacia espacios más justos y sustentables.
El diseño crítico y especulativo lo veo cumpliendo un rol exploratorio, abriendo conversaciones y preguntas más que cerrando respuestas y soluciones, convocando públicos, relaciones y alternativas que propicien los cambios socio-ecológicos necesarios. Obviamente no podemos predecir ni calcular el futuro, pero desde el presente podemos imaginarlo y tensionarlo para no padecer los problemas que se vislumbran.
5.- Pensando en las diferentes escalas y corporalidades que se han puesto en relieve en estos tiempos. ¿Cuáles serían las claves o posibilidades de sentido que nos entrega la proximidad, las interacciones mínimas o las relaciones de cuidado? ¿Cómo podríamos ir trazando nuevas políticas, diseños y formas de habitar a partir de estas nuevas configuraciones?
Creo que hay un consenso bastante transversal en la necesidad de pensar los problemas urbanos como problemas interconectados con dimensiones domésticas, subjetivas, biológicas, vegetales, tecnológicas, económicas, políticos, etc. Por lo tanto, requieren ser pensados, como señalas tú, desde diferentes escalas de intervención. Como decíamos antes, estamos enfrentados a futuros imposibles de anticipar, con nuevos actores y escenarios que van a irrumpir con igual o mayor fuerza que lo hizo el Covid-19. Entonces, tenemos que estar equipados de nuevas herramientas conceptuales, políticas y culturales, y nuestro rol como investigadores es ofrecer esas herramientas para pensar críticamente el presente y sus problemas.
De ahí el interés de esas agendas de transición que están emergiendo desde diferentes disciplinas, que están abriendo transformaciones vinculadas conceptos como el post desarrollo, buen vivir, “economías del cuidado”, o incluso a la idea de “descrecimiento” que tanto alarma y malentendidos genera en ciertos círculos. Agendas que empiezan a pensar la co-habitación desde otras claves analíticas, y que están empujando un pensamiento hacia un futuro que toma el dato radical de un deterioro irreversible del planeta. Agendas que permitan avanzar hacia espacios urbanos y sociales más justos y habitables, y que desplazan de cierta forma la ontología moderna dominante basada en el dualismo naturaleza/sociedad que tanto problema ha generado; generando proyectos y acciones que puedan hacer o deshacer modos más sostenibles de vivir. Obviamente esto entra en un plano de tensión y fricción al no existir acuerdo sobre los valores que hay que defender, pero percibo que estas agendas de transición están teniendo cada vez más cabida, y mostrando que el camino no puede seguir siendo esta suerte de santificación de lo nuevo, de la innovación disruptivas, ciudades inteligentes, etc.
Por ejemplo, volviendo a tu pregunta sobre el cuidado, uno podría preguntarse qué pasaría si en lugar de pensar la ciudad desde la matriz de la producción e innovación permanente, lo hacemos desde las practicas de rehabilitación, mantención, cuidado, y así proveer continuidad al mundo que vivimos. Hay efectivamente varios trabajos que están pensando abordar y relevar la dimensión del cuidado, como una suerte de plataforma que permita pensar una ciudad más ética y sustentable.
Uno de los aportes interesantes de las perspectivas feministas es justamente abrir la práctica del cuidado como un articulador ineludible en la vida social. Acá pienso en el trabajo de Puig de la Belac Bellacasa, donde invita a pensar con cuidado, a reconocer en esta ética del cuidado no solo una cuestión individual, sino colectiva que puede ser cultivada y articulada a través de servicios públicos e infraestructuras. Por eso insisto en estas perspectivas feministas, porque de cierta forma ponen en jaque la idea de “ciudades inteligentes” que he estudiado, que descansa en esta matriz conquistadora, patriarcal y arrogante, que busca conformar individuos y espacios para la optimización en vez de individuos y espacios para la colaboración.
La pandemia ayudó muchísimo a relevar la importancia del cuidado como pilar de nuestra vida social. La humanidad no hubiera podido subsistir, permanecer, sin cuidado. La pandemia contribuyó a ponernos en un lugar de cuidado y fragilidad, reconociendo que somos seres en relación, que co-devinimos con otras y otros. El cuidado está a la base del sentido de comunidad, porque contiene todas esas prácticas mundanas, relacionales y cotidianas que hacemos para mantener y reparar nuestro mundo. Pero esos lazos de reciprocidad y redes de cuidado no pueden darse por sentados, requieren de corporalidades, infraestructura, políticas públicas, diseños, materialidades. Esto es relevante, porque el cuidado no es solamente el reconocimiento de lo frágil y precario, que es inherente a todo lo vivo, sino también es la posibilidad de generar colaboración, sociedad, actos de cuidar y de ser cuidado. Desde esta tradición feminista y estudios de los cuidados, hay en cierta forma un trabajo de visibilización política de todas esas labores invisibles y vulnerables, muchas veces consideradas como inútiles y alienantes por cierto patrón patriarcal, y que suelen celebrar esas labores así llamadas creativas e innovadoras, emprendidas por hombres emprendedores y autodeterminados.
Parece que un ejercicio especulativo interesante para la política publica, sería dejar de abordar la ciudad solamente como una máquina de producción de símbolos y mercancías, y comenzar a pensar los espacios y relaciones urbanas desde las redes de cuidado extendidos que se producen. Asumir la ciudad no solamente desde la lógica de los emprendedores e innovaciones, sino también desde las complejas y heterogéneas prácticas de cuidados que hacen posible la existencia y perdurabilidad de los espacios y relaciones urbanas. Qué pasaría si se empieza a ensañar el diseño, la planificación urbana, la arquitectura desde esta “ética del cuidado”, desde este enfoque relacional o “ética de las interdependencias”, convirtiendo los cuidados en el sustrato ético y proyectual sobre el cuál se diseña una vivienda, una mesa o una plaza; y sobre el cuál se renuevan y reparan las relaciones con las otras especies que habitan nuestro planeta.
6.- Por ultimo, si pudieras hacer una síntesis de la conversación que tuvimos e intentar hacer una conexión de esto con el futuro político que se abre con el nuevo presidente electo, Gabriel Boric.
Quizás una de las líneas investigativas que me ha obsesionado, y que cruzan mis investigaciones actuales y pasadas, tiene que ver con poner atención a los efectos que presentan esta cosmovisión desarrollista del mundo. Podría decirse que es una crítica a la idea de innovación. Aquí sitúo mis investigaciones sobre la circulación de la noción de “Smart City”, los procesos de “automatización”, la “dataficación”, y ahora último, todo lo que tiene que ver con el desarrollo de aplicaciones basado en Inteligencia Artificial. Se trata de una suerte de colonialidad del discurso de la innovación tecnológica, que se propaga con la promesa de mayor prosperidad para la humanidad, mayor progreso y racionalidad. Sin embargo, lo que he tratado de investigar a nivel teórico y empírico son esos espacios que quedan fuera, las discontinuidades, fricciones y controversias que surgen a través de momento de resistencia, reinterpretación, fallas y reimaginación, relevándose la ambivalencia y límites de estos discursos.
Creo que es fundamental dejar de pensar solamente desde la matriz productiva de la innovación tecnológica, que sigue anclada a la idea un planeta infinito, como receptáculo de todas las acciones humanas. Y quizá hay que empezar a preguntarse menos sobre los futuros que queremos abrir e innovar, y comenzar a realizar el inventario de aquellos futuros desfuturizantes – usando el término de Fry – que debemos desechar. Me refiero a esos diseños, tecnologías, servicios, infraestructuras, etc., que no necesariamente van a mejorar la habitabilidad, la inclusión, la calidad de vida de humanos y otros que humanos. No se trata de retornar a un pasado romántico sin huellas humanas sobre el planeta o desconocer el rol de la técnica y el progreso tecnológico, sino más bien dejar de comprender el planeta cómo algo que sólo los humanos diseñamos y contralamos, y que por lo tanto debemos reaprender a co-habitar con las otras entidades de manera menos arrogante.
Ante la interrogante de cómo enfrentar a la dinámica destructora que ha generado el desarrollo capitalista y los efectos negativos que advierten diferentes actores internacionales, me parece importante tomarse en serio ese protocolo de renunciamiento que proponía Latour. Analizar hasta que punto deberíamos desplazarnos de esta cosmovisión desarrollista que permanentemente está enfatizando la innovación intensiva y las tecnologías de “terraformación”, usando el concepto de Bratton; y empezar a pensar de manera más humilde y realista en aquellos futuros que hay que clausurar para seguir teniendo un mundo habitable.
Y sobre tu pregunta, me parece que la generación que representa el nuevo presidente Boric, así como el liderazgo que ha mostrado por el momento en temas de cuidado, derechos, feminismo y crisis medioambiental, está muy nutrido de estas agendas de transición de las que hablábamos antes, pero queda abierto saber cómo se implementan sin pasar la “retroexcavadora”. Por lo tanto, espero que se abra un futuro donde la política vaya mucho más de la mano con la reflexión ética y cultural sobre cómo queremos cohabitar en un país y planeta dañado.
Entrevista a Giovanni Vecchio: "Esto nos lleva a pensar la movilidad y la accesibilidad junto a otras variantes y no sólo como los únicos elementos que determinan la calidad de vida de las personas, como sucede en las ciudades urbanas donde se utiliza solo ese criterio”
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Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Diego Carvajal]
Giovanni Vecchio. Profesor asistente del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile. Urbanista de la Universidad Politecnico di Milano, Magister Urban Planning and Policy Design, y Doctorado en Urban Planning, Design and Policy, ambos de la Universidad Politecnico di Milano. Su foco de investigación y desarrollo académico ha estado centrado en las implicaciones sociales de la planificación territorial, especialmente en el campo de la movilidad urbana, en relación con grupos y territorios vulnerables, desigualdades socio-espaciales y políticas urbanas.
“eso creo que es lo interesante, ir viendo cómo cada territorio da respuestas diferentes de acuerdo a las necesidades. Esto nos lleva a pensar la movilidad y la accesibilidad junto a otras variantes y no sólo como los únicos elementos que determinan la calidad de vida de las personas, como sucede en las ciudades urbanas donde se utiliza solo ese criterio”
1.- De acuerdo a tu formación inicial y a los lugares donde has residido ¿Cómo surge el interés por abordar temáticas relacionadas al territorio, y en particular en torno a la movilidad urbana?
Mi interés en temas urbanos y de movilidad, tiene que ver con la experiencia personal de vida, desde el lugar donde crecí que era un sector periférico del área metropolitana de Milán, hacia fuera de la ciudad central. Este era un barrio marginal de migración de personas del sur de Italia y que justo venía de la transición de esos procesos. De ahí que vivía en un contexto que era de alguna manera estigmatizado, pero que también estando ahí me daba cuenta que el tema de la movilidad era clave, porque cuando uno ya empieza a buscar más autonomía, se da cuenta de que si quiere ir a la ciudad de Milán a buscar lugares donde salir o ver cosas nuevas como adolescente, hay que hacer un esfuerzo porque no hay conexiones directas, así que de acuerdo al transporte publico debes programarte bien, porque hay transporte hasta cierta hora, y también depende de tus Papás y de esas negociaciones incómodas. En el fondo de como los espacios y los territorios dan oportunidades a las personas para hacer lo que quieran hacer expresar y desarrollar en cuanto a experiencias personales.
Esto después se ha ido confirmando, ya que he tenido la suerte de vivir en otros lugares antes de llegar a Chile y ver situaciones muy distintas. Holanda por ejemplo, es un país súper bien planificado, con ordenamiento territorial y con buena organización de la movilidad y transporte público con las bicicletas. Una ciudad hecha para que esta disposición sea para todos de manera muy fácil y ordenada. Esto al contrario en Bogotá donde estuve un tiempo por mi tesis doctoral, y si bien la situación era mucho mas compleja, era posible pensar políticas no solo pensando en la ciudad como un lugar de oportunidades, sino que a través del transporte, como un tema muy técnico abordado desde lo social y con una mirada muy explícita. Esto me pareció muy importante, lo que me motivó llegar ahí y pasar un tiempo.
Después de la primera semana viviendo ahí, se perdió un poco el encanto, porque uno ve lo que significa en el día día vivir en estos lugares, y que la ciudad y el transporte, pensado bajo estos principios, no cumple necesariamente con sus promesas. Pero eso fue lo que me fue llamando la atención, de que los lugares tenían harto que decir sobre las oportunidades de las personas y la calidad de vida de las personas.
2.- La crisis político-sanitaria ha evidenciado que los diferentes tipos de movilidades e inmovilidades se tornan clave para interpretar el territorio, las diferentes formas de habitar y sus desigualdades. En este contexto: ¿Cuales serían las principales transformaciones y tensiones que se han venido sucediendo en la ciudad y en la movilidad?
Un tema que me llamó mucho la atención, fue cómo cambió el valor de la movilidad y la inmovilidad, porque normalmente consideramos que moverse es positivo, que a mayor movimiento mayor libertad. Pero con la pandemia pasó lo contrario, es decir, a mayor libertad y oportunidad, mayor la inmovilidad. Se es más libre y se tiene más oportunidades, si puedo trabajar desde casa, si puedo descargar una App, y que alguien más vaya al supermercado y me traiga a compra. Ahí hubo un cambio no menor.
De otro lado creo que se valora, en parte, la experiencia de ir a trabajar porque por lo menos esto tiene una separación clara, entre el espacio-tiempo doméstico y el espacio-tiempo laboral. Esto, a pesar de que el tiempo de traslado no siempre es agradable y tiene un costo, pero por lo menos permitía esta separación entre la casa y el trabajo, en donde el mismo trabajo está una pieza más allá del dormitorio. Entonces, se mezclaron varias cartas pero en distintas direcciones, tanto describiendo el valor de la movilidad, pero al mismo tiempo de inmovilidad. Ahí creo que se vio un cambio interesante , pero no sabría decir cuánto de esos cambios se va a quedar.
De otro lado, se instala como un concepto clave todo lo que tiene que ver con la “proximidad”, porque para satisfacer ciertas necesidades es mejor tener estas oportunidades cerca desde mi casa, en una distancia alcanzable o en una distancia que te permitiera moverte en las dos horas de los permisos. Esto sobretodo en las grandes ciudades y en sus barrios periféricos donde estas oportunidades son pocas, se ofrecen menos alternativas y en algunos casos están presentes sólo en algunos momentos. Estoy pensando en comunas que no tienen bancos, que tienen solo uno, o barrios que para abastecerse se va a el local de la esquina, pero que como almacén tienen oferta limitada. Entonces, por ejemplo desde la academia todos estos temas de proximidad ganaron mucha relevancia con lo de la “ciudad de los 15 minutos”, pero también desde la experiencia de las personas, donde se han empezado a valorar y también ver que quizás lugares que ofrecen una vivienda de alta calidad, pero con todo muy encerrado, ofrecen oportunidades hasta cierto punto.
El tercer punto tiene que ver con el espacio de la ciudades y de las calles, que se ha visto que estaba distribuido de manera muy desigual a favor de los vehículos motorizados, y que ha sido necesario transformarlo, por ejemplo, ensanchando veredas para los restaurantes. Pero queda la duda de cuanto estos cambios realmente se puedan volver permanentes, porque ha sido muy fácil volver atrás con respecto a este tema, ya que ha aumentado el número de autos circulando y algunas de estas intervenciones de emergencia se han removido. Lo que habla de que para abordar la ciudad desde la proximidad, se requieren hacer cambios estructurales. Entonces la pandemia ha puesto en evidencia los desafíos que es necesario afrontar, ha mostrado que si se pueden implementar soluciones alternativas, pero ahora queda la duda de que forma habrá una toma de iniciativa y de decisiones para abordar escenarios alternativos que la pandemia muestra que son posibles.
3.- De otro lado y con respecto al entusiasmo de la academia por trazar o pre-figurar la “ciudad pos-pandemia”: ¿Crees que es posible hacerlo desde ya? ¿o habrá que esperar un tiempo más de recomposición de la vida cotidiana?. Y si es así ¿qué cosas podríamos ir pensando en torno a nuevos diseños, metodologías o políticas (públicas)?
Ahí creo que necesario esperar. Esto lo demuestran ciertas opiniones que con mucha seguridad y de manera ligera decían “no, la ciudad murió” “vamos a trabajar solo desde nuestras casas” “todos nos vamos a ir al campo, porque va ser lo mismo desde donde trabajemos”. Pero esto ha sido así solo en parte, porque no ha habido un éxodo masivo desde las ciudades. Quienes han podido irse, han sido una parte muy pequeña y acomodada de la población, personas que han podido hacer teletrabajo de forma continua. Al contrario, muchos trabajos y sectores dejaron de funcionar y volvieron a trabajar presencial a penas se dieron las oportunidades, por tanto el teletrabajo intensivo fue realidad de una parte menor de la población. Entonces habría que ver que va a quedar de esta organización, por ejemplo si las oficinas van a volver presencialmente o solo algunos días a la semana.
Lo anterior también hay que verlo en relación con el cambio climático, sobretodo si la situación va empeorando de manera cada vez mas acelerada. Creo que ahí es posible que algunos cambios que la pandemia ha mostrado ser posibles, más algunos cambios que el cambio climático muestra, nos dejan frente a algunos escenarios extremos. Y ahí me acorde de un artículo que escribió Jhon Urry llamado «Climate change, travel and complex futures» (2008), donde se llega a un ejercicio de imaginación muy exagerado, pero que quizás pensándolo ahora con la pandemia, creo tiene algo de sentido. Aquí él se imagina dos futuros, un futuro como el de “Mad Max” (1979), es decir un futuro insular, muy de guerra, de barrios aislados donde la gente se mueve sola, donde todos están en contra de todos y cada persona se las “ve” por conseguir sus recursos. Y uno podría pensar que con la pandemia nos hemos acercado a eso realmente, porque pasamos mucho en nuestras islas, en la proximidad, perdiendo la dimensión más colectiva con los lugares, realizando actividades a distancia para sobrevivir solos. El otro escenario que veía Urry era más Orwelliano, está basado en las tecnologías del panóptico, en la difusión masiva de tecnologías y en el uso de herramientas que llegaron a controlar nuestra vida, como sucede con el uso masivo de aplicaciones zoom del teletrabajo que también van en esa dirección. Los escenarios que plantea son terribles porque para él, en primer lugar, estamos en contra del otro, y en segundo lugar, estamos todos bajo el control de una autoridad que todo ve y que todo puede determinar.
Pero claro, me llama la atención este ejercicio de imaginación que él hace más de 10 años, viendo algunos elementos que con la pandemia se han acelerado y acercado a nuestra vida cotidiana. Así que lo que se plantea como desafío, es que no lleguemos a estos dos escenarios, sino más bien a algo más deseable, intermedio, sacando sólo lo bueno de esas dos posibilidades.
4.-En el marco de las transformaciones socio-territoriales, muchas veces las realidades rurales, costeras o insulares quedan fuera de la discusión por políticas publicas, ciudadanía y academia. ¿Cuál es tu opinión respecto a eso? ¿Hacia dónde crees que debería avanzar la discusión política-metodológica en torno a este tipo de territorios?
Creo que es clave mirar a este tipo de territorios, teniendo en cuenta la gran variedad de territorios en este país, lo que investigas tú por ejemplo en contextos insulares, otros en el norte, el sur, o en zonas rezagadas. Ahí creo que es fundamental mirarlas desde dos perspectivas, por un lado creo que en algunos ámbitos son parte de las metrópolis aunque uno no se de cuenta. Por ejemplo en el litoral central hemos observado con algunos colegas que, hay un alto porcentaje de población mayor, y que este aumento constante se debe también a que una buena parte de ellos llega desde Santiago. Entonces eso te muestra que hay nuevas fronteras de lo metropolitano y de que el Gran Santiago llega también hasta la playa con una población que no te imaginas que es tanta. De ahí que pensando en la movilidad, se plantean nuevas necesidades porque van a ser grupos que necesitarán servicios en comunas donde no se proveen tantos servicios de salud o para trámites. De otro lado, con su movilidad van a establecer nuevas relaciones entre Santiago y la costa, quizás porque van a votar a Santiago o se atienden ahí. Eso quizás como una primera opción.
En segundo lugar, están los lugares que guardan menos relación, y ahí creo que es interesante entender sus lógicas a través de las políticas, dado que son lugares que tienen un peso político menor, donde uno podría decir, como plantea el geógrafo Andrés Rodríguez-Pose, que se trata de lugares marginales o “que no importan”, y que su venganza se da a la hora de votar. En efecto, creo que en la primera ronda vimos algo de ese tipo, territorios ignorados por el poder central que contribuyen a estos votos de protesta, que también implican una señal para entender cuales pueden ser las políticas para esos territorios. Por ejemplo, si hablamos de movilidad sustentable o de dependencia del auto, preguntarnos ¿que significa en estos lugares? ¿cómo se mueven aquí?. En resumen, ver como podemos replantear esto en territorios que tienen otra lógica o funcionamiento, que no son metropolitanas y donde la movilidad responde a lógicas que no son iguales a las grandes metrópolis, en donde prima la reducción de los tiempos de viaje.
Entonces el desafío es entender cuantos de esos conceptos que nos sirven mucho a nivel técnico para abordar contextos urbanos más consolidados, nos sirven también en contextos que nos hablan de otras necesidades y otras formas de vida. Eso creo que es lo más interesante, todo lo que se puede descubrir de estos territorios, más allá de los análisis tradicionales que se realizan desde arriba y que se pierden de lo que ocurre desde abajo en la cotidianidad de las personas.
5.- Respecto a lo anterior. ¿Cuáles serían los lineamientos básicos que deberíamos seguir para pensar la planificación territorial en estos lugares? ¿Cual es el papel de la movilidad aquí? ¿Será importante a priori? ¿o habrá que revisar antes las particularidades y prácticas sociales de cada lugar?
Si, me parece fundamental revisar las particularidades de los territorios, porque si lo miramos desde los conceptos importantes que manejamos, creo que estos nos dicen solo una parte de lo que ocurre y de lo que debería ocurrir. Por ejemplo nos podríamos acercar a estos lugares desde su “marginalidad” o como “zonas rezagadas”, en donde uno de los principios o criterios que se ocupa es el criterio espacial, es decir, que tan lejos se está de un hospital, establecimiento de educación, o de una infraestructura del transporte, etc. Y esto es importante, pero si sólo nos movemos en base a este criterio de accesibilidad y distancia espacial, vamos a seguir haciendo lo mismo en territorios que son muy distintos en cuanto a otros criterios y prácticas.
Entonces la pregunta sería ¿o nos acercamos a ese lugar donde están las oportunidades o les llevamos las oportunidades ahí donde faltan?. Pero igual siento que esto nos hace perder algo porque se basa en una manera de entender el “territorio de la movilidad”, donde este puede ser positivo, como algo necesario, que es parte de nuestras vidas, que se tiene que realizar y ojalá de manera eficiente. Mientras que las prácticas de movilidad implican y determinan varias barreras por los costos que las personas tienen que enfrentar, por las dificultades, por los temas de organización, etc.. Pero me imagino que hay algo más que eso, que no hay solo un sufrimiento o malestar, y por eso es necesario entender las prácticas, para entender como las personas finalmente resuelven sus necesidades a pesar de las barreas aparentes, y también del valor que terminan dando a su territorio a pesar de esto, porque al final son personas que deciden no irse de ahí como podría pensarse. Es por eso que el diagnóstico como la solución no es algo estándar, sino mas bien, se tiene que entender lo que se mueve y construye a partir de la movilidad, dando cuenta de elementos que no sólo se pueden entender mapeando lo que se encuentra en un solo territorio y responder a priori a ciertas preguntas. Ahí no tengo la respuesta, pero eso creo que es lo interesante, ir viendo como cada territorio da respuestas diferentes de acuerdo a las necesidades. Esto nos lleva a pensar la movilidad y la accesibilidad junto a otras variantes y no sólo como los únicos elementos que determinan la calidad de vida de las personas, como sucede en las ciudades urbanas donde se utiliza solo ese criterio.
6.- Por ultimo, si pudieras hacer un cierre o síntesis de la conversación que tuvimos.
Pensando en la conversación que tuvimos, hemos abarcado varios desafíos de la ciudad y sus problemas estructurales frente al futuro, la pandemia, cambio climático y también los desafíos de diferentes contextos de la movilidad urbana, insular, rural y más aislados. Ahí creo que el desafío de fondo es entender la movilidad como un tema clave para entender los territorios, pero también como un tema muy político, porque al conversar nos podemos dar cuenta de que no sólo hay una solución a la mano, y que depende de cómo definamos los temas de movilidad, de nuestra visión de territorio y sociedad, de que es lo que queremos impulsar. Eso es clave porque a veces se considera que la movilidad es un asunto técnico de hacer las cosas bien de acuerdo a un modelo y tecnologías correspondientes, para solucionar problemas de sustentabilidad ambiental y de discusión social. Pero eso no es así, puesto que la misma realidad territorial depende de cómo la definamos a partir de lo que queremos.
De ahí que lo que se muestra en las elecciones, es que se puede observar el territorio de formas muy diferentes. Entonces yo rescataría esto, los diferentes marcos para los distintos territorios, también en el contexto de una nueva constitución que podría descentralizar y dar más espacios frente al cambio climático y a la pandemia. Esto va a implicar desafíos muy distintos para una comuna del norte, o una isla del sur o una comuna de la región metropolitana. Por eso es clave que nos planteemos frente a los temas de movilidad desde una postura política que, tome en cuenta los territorios en la toma de decisiones, así como también a los académicos y ciudadanos. Pensar de que no es un tema neutral, ya que pensando en la naturaleza del desafío que se nos viene, es necesario darle un giro político que sea explícito a estos temas.
Javier Miramontes Figueroa
VerJavier Miramontes Figueroa
Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecto, Tecnológico de Monterrey, México.
Sus principales líneas de investigación son la planificación urbana, la normativa y los desastres socio-naturales.
Ignacia Zurita Contreras
VerIgnacia Zurita Contreras
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecta, Universidad del Bío-Bío, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la accesibilidad a la vivienda y el mercado inmobiliario.
Nicolás del Canto
Nicolás del Canto
Pamela Valdebenito
Pamela Valdebenito
Pablo Gonzalez
Pablo Gonzalez
Luis Rojas
Luis Rojas
Catalina Marshall
Catalina Marshall
Carmen Gloria Troncoso
Carmen Gloria Troncoso
Beatriz Mella
Beatriz Mella
Entrevista a Walter Brites: "Vinculados a la elite también aparecen otras figuras, (...) que están habilitadas para actuar en el mercado, y para producir ciudad para los sectores de mayor poder económico y político"
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por: Diego Carvajal]
Walter Brites es Doctor en Antropología Social y Master en Políticas Sociales (Universidad Nacional de Misiones). Investigador en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Instituto de Estudios Sociales y Humanos (IESyH-UNaM). Investigador asociado a CLACSO. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Investiga sobre ciudades, políticas urbanas y ocupación del espacio, efectos de grandes proyectos de desarrollo, medioambiente y hábitat en sectores populares. Profesor de grado y posgrado en las áreas de Metodología de la Investigación, Sociología y Desarrollo Urbano-Territorial.
“Vinculados a la elite también aparecen otras figuras, las figuras de los desarrolladores inmobiliarios, empresarios de la construcción, operadores turísticos, fideicomisos, asociaciones empresariales que están habilitadas para actuar en el mercado, y para producir ciudad para los sectores de mayor poder económico y político”
1.- De acuerdo a su formación inicial ¿Cómo surge el interés por abordar temáticas relacionadas al territorio, y en particular en torno a la estratificación y las clases sociales en la ciudad?
Me viene el interés por esto hace unos veinte años, cuando en la ciudad donde resido, en la ciudad Posadas en el norte de Argentina, se comienzan a sufrir los efectos del Proyecto Hidroeléctrico Yacyretá (EBY), construido sobre el río Paraná a 90 km., de las ciudades de Posadas, Argentina y Encarnación, Paraguay. Estas ciudades se vieron totalmente transformadas, eran ciudades donde había una mixtura de clases sociales, sectores altos, medios y bajos conviviendo en el espacios urbanos. Pero después de estos proyectos de infraestructura y desarrollo, se tuvo que generar una revaloración urbana, un reordenamiento socio-espacial de la ciudad, ya que la ciudad quedo estratificada en términos de la ocupación del espacio urbano. Un centro urbano muy aburguesado, centralizado una nueva línea de costa en la costanera en la ciudad de Posada y Encarnación, y después una gran extensión urbana con todo un proceso de periferización, donde se extiende la mancha urbana, las políticas de vivienda y se van extendiendo las viviendas sociales y los conjuntos de viviendas para población relocalizada de estos grandes proyectos urbanos.
Después comienzo a indagar sobre la experiencia de otras ciudades y voy viendo que hay un panorama general en toda América Latina sobre estas experiencias, sea un gran proyecto hidroeléctrico, por una reposición de una infraestructura, programa de revalorización urbana, o por obras publicas y privadas que más o menos tienen los mismos efectos, generando una periferización, un desplazamiento y una revalorización. Aburguesamiento y elitización de algunos sectores de la ciudad . Así que le vengo siguiendo a este tema tanto en mi ciudad, como en otras ciudades y también compartiendo con otros colegas sobre experiencias de este tipo
2.- Desde el contexto de las desigualdades urbanas en la región ¿Cómo podría definirse a una elite en el contexto urbano? ¿Cuáles podrían ser los principales elementos que nos servirían para entender a estos grupos en el desarrollo de la ciudad?
Sobre teorías de la élite hay muchas cuestiones controversiales. Generalmente cuando se habla de una élite, se hace referencia a la cúpula del grupo de los ricos, un grupo muy selecto donde se imbrica el poder económico, social y político por sobretodo. Recuerdo que leí un libro de Grace Mills, es un libro viejo de los 50 y se llamaba “la elite del poder”, es un clásico ese libro donde estudia el funcionamiento de la élite norteamericana, donde se ve toda la imbricación entre los ámbitos y los miembros de una sociedad, hay ligazones de parentesco, de amistad, intereses económico y sociales. Tejen negociaciones con el poder político de turno, o sea independientemente de los gobiernos, las élites toman decisiones a las sombras de los gobiernos y de las ciudadanías. Yo creo que hoy en día, pensando a las élites que tienen las ciudades, las regiones, los países, hay varios elementos que nos permiten pensar a estos grupos, por un lado tenemos la construcción de grandes entornos embellecidos de la ciudad, grandes espacios de revalorización de lugares que son más seguros, que es donde viven los sectores sociales mas altos y donde se construyen espacios de homogeneidad social.
Cuando hablo de homogeneidad social no me refiere sólo a cuando la gente piensa en el country en que están todos viviendo ahí, sino que hay nuevas formas de construcción. Hoy en día están esas torres, estos emprendimientos residenciales que funcionan como un barrio privado, donde hay desarrollos inmobiliarios en altura, que tienen todo adentro, tienen gimnasios, salones de usos múltiples, cines, piletas, lavandería, estacionamientos de cortesía, etc. Se crea una especie de burbuja en estos grandes edificios que son lujosos, que muchas veces están cerca de la centralidad urbana o cerca del sector financiero de la ciudad, y que también son formas de pensar la acumulación de plusvalía que se generan en la ciudad.
Es decir, estos espacios de homogeneidad social sirve como criterio para pensar como la élite se repliega y se consolida. Vinculados a la elite también aparecen otras figuras, las figuras de los desarrolladores inmobiliarios, empresarios de la construcción, operadores turísticos, fideicomisos, asociaciones empresariales que están habilitadas para actuar en el mercado y para producir ciudad para los sectores de mayor poder económico y político. Y hay una cuestión interesante al menos yo lo vengo observando en la región de Argentina en donde estoy trabajando, donde hay funcionarios que devienen en empresarios y empresarios que devienen en funcionarios que son parte de la élite, y que por supuesto producen ciudad y espacio residencial.
3.- Por lo general, entendemos la “gentrificación” desde los efectos adversos que deja en los pobladores que deben salir, pero pocas veces desde las élites que se emplazan a estos territorios. Desde su experiencia ¿Cómo podríamos describir a las élites que llegan a habitar estos territorios?
Es una buena pregunta esta, porque siempre cuando investigamos en Ciencias Sociales, en sociología urbana, siempre estudiamos de la forma más fácil y accesible que es estudiar a los pobres urbanos, pero es difícil estudiar a las élites. Hay algunos autores como Smith, para quien le resulta llamativo y acertado el planteamiento de que la “gentrificación” es más precisamente el retorno del capital a la ciudad que de personas, es decir junto con personas que ocupan unas zonas residenciales, también aparece el capital inyectando dinero, inversiones. Y concretamente las ciudades han generado y consolidado nuevas centralidades urbanas, fragmentando el espacio urbano en su conjunto, así entonces el fenómeno de la “gentrificación” también aparece de la mano de la periferización y la segregación socio-espacial de forma muy notoria y marcada.
La “gentrificación” tiene diferentes formas de aproximarse, como un proceso de transformación del espacio urbano donde hay sustitución social, inmovilidad residencial, es decir hay gente que se va y gente que viene, gente que deja algunos espacios y gente que comienza a ocupar esos espacios. Y también desde el punto de vista de las grandes élites, los grandes grupos económicos crean estos espacios para la acumulación del capital. Hay un arquitecto que hizo un trabajo muy importante en Colombia que se llama Jaramillo, el habla acerca del desarrollo de plusvalías urbanas y de rentas por monopolio de segregación, es decir, cuando los ultraricos se distancian, se diferencian en espacios exclusivos y el ingreso residencial a esos espacios tiene un plus o sobreprecio por los inmuebles.
También vinculado a esto me llama la atención y me atrae bastante unas ideas de David Harvey, él habla de la destrucción creativa y de la “acumulación por desposesión”, que son aplicables a las operatorias de cualificación urbana, los cambios en los perfiles de la ciudad, reinversión y revalorización funcional al mercado inmobiliario que genera inversión. Entonces esta noción de “acumulación por desposesión”, por un lado refiere a este proceso de desplazamiento de las fuerzas mercantilizadoras y privatizadoras que determinan la perdida de un espacio. Una desposesión y destrucción tiene una dimensión de clase, en la medida que la reestructuración urbana genera una violencia sobre los pobres, consolidando desigualdades socio-urbanas, es decir, cuando se comienza un proyecto urbano, se remodela una parte de la ciudad y los que son despojados de eso, son despojados del derecho a ocupar esas zonas de la ciudad.
Entonces hay sectores sociales que son desposeídos de la ciudad y otros sectores que acumulan esos espacios. Supongamos cuando uno piensa una familia que fue relocalizada de un lote urbano que tenía dimensiones de diez metros de frente por treinta de largo, 300 metros cuadrados, viene una torre y se construye, saca plusvalía urbana por piso a eso a una altura indefinida. Luego entran otros elementos a generar valor, la vista al río, la cuestión paisajista y medioambiental, mientras tanto el pobre ocupa otros espacios residenciales en la ciudad. Entonces la dimensión de la “acumulación por desposesión” es interesante para entender estas operaciones de reactualización urbana, llamada de “gentrificación”.
4.- Pensando en la relación de influencias entre política publica urbana, élite y mercado inmobiliario ¿Cuáles son las principales tensiones y desafíos que se deben tener en cuenta a la hora de planificar mejor nuestras ciudades?
Yo creo que hoy en día es necesario pensar a las ciudades desde las desigualdades urbanas y los efectos que estos generan, en lo que muchos llaman el “urbanismo neoliberal”. Aquí la entrada en escena del mercado torna más critica la accesibilidad al espacio urbano, cuando construye entornos urbanos residenciales, clasistas y elitistas, generalmente desfavoreciendo a los sectores populares y favoreciendo proyectos de rehabilitación y renovación urbana que reproduce estructuras urbanas precarias. Se ahonda la distancia entre clases en la ciudad, es decir, cuando se generan un conjunto habitacional en la periferia, a una o dos horas del centro urbano, se está generando una distancia física y social que obstaculiza la interacción entre las clases sociales. Esa es una gran cuestión para tener en cuenta.
Yo planteo que los valores del mercado dejan su impronta en el “urbanismo neoliberal”, generando nuevas materialidades urbanas que son residenciales, inmobiliarias, inclinadas más a la idea del consumidor que del ciudadano. De esta manera se reestructura un nuevo orden social, en donde la gran tensión tiene que ver con el “derecho a la ciudad”. Hoy muchos seminarios hoy hablan del “derecho a la ciudad” y el espacio urbano, y la producción inmobiliaria causa en este sentido un desmoronamiento del orden socio-espacial y de la planificación urbana tradicional, porque las intervenciones de este nuevo urbanismo crean y aprovechan las estructuras de oportunidades generadas en sinergia con la recualificación del suelo urbano, es decir, la apertura de una gran intervención urbana que genera la revalorización de la tierra y una acción pública que genera conciliación con la acción privada y su actuar sobre suelo urbano.
Y acá hay una cuestión en la que me quiero detener con esta especie de planificar la ciudad al servicio de sectores más aburguesados, donde comienzan a aplicar la idea del “plan estratégico”. Suena mucho lo del “plan estratégico” que pasó a tener más importancia que el “plan maestro”, es decir, no se piensa más a la ciudad en su conjunto, en su totalidad como en otros tiempos, sino que se piensa solamente en partes. Algunos hablan de la “acupuntura urbana” o el “urbanismo a la carta”, donde se construye una parte de la ciudad para dejarla al mercado, y por tanto a las personas que tienen mayor poder adquisitivo para acceder a esos espacios. Hay una cosita en esto que uno puede a nivel ideológico pensar, porque las ciudades no sólo son materialidades urbanas, físicas, arquitectónicas, son construcciones sociales, económicas e ideológicas.
Acá hay una cuestión a tener en cuenta, que en este proceso aparece la legislación urbana y muchas veces son las élites las que transgreden la legislación urbana o más bien la dirigen o la construyen de acuerdo a sus intereses, poniendo su ideología dentro de la construcción urbana. Por ejemplo a veces se impone dentro del discurso técnico unas ideas peyorativas que construyen el habitar de los pobres conllevando potenciales acciones de desalojo, cuando se habla de “intrusos e ilegales” como una práctica de amedrentamiento legal y jurídico que vuelve más incierta la vida en algunos sectores de la ciudad.
Pero por otra parte los ultra ricos muchas veces son transgresores de las legislaciones urbanas y no son vistos como intrusos ilegales, cuando ocupan espacios físicos territoriales de distinción. Hay algunas veces en la ley Argentina, supongamos, esta el camino de sirga, son unos veinte, treinta metros de costa que deben ser públicos, sean arroyos, ríos, o el mar. Y por ahí uno ve una política urbana que va y con topadoras sacan a un asentamiento, los relocalizan, pero por otro lado vez una urbanización privada que establecieron la pileta y cerraron la salida al río, con sus propios muelles, Yate Club, y no son vistos como ilegales. Entonces se trabaja a nivel de la legislación, y los ultra ricos construyen las legislación urbana a su imagen y semejanza. Hay una selectividad en la aplicación de las normas urbanas.
5.- Pensando en el contexto de los movimientos sociales actuales y su critica al “neoliberalismo urbano” ¿Se observa algún proceso de rearticulación o deslegitimación de las élites que genere cambios futuros en la producción de la ciudad?
Esta es una pregunta bastante polémica, hay que ver desde que punto de vista. Yo creo que hay resistencia a estas formas de producir la ciudad, pero son experiencias muy aisladas y depende de cada caso, cada país, cada región, de cada proyecto. Yo creo que la ciudadanía debe concientizarse en la construcción de un espacio urbano mas democrático, accesible e inclusivo para todos los ciudadanos. Y los movimientos sociales urbanos tienen la posibilidad de generar eso, pero yo creo que ahora están en retracción frente al avance de la ciudad del mercado. Hay varios autores en América Latina, para mi hay uno en México que hace una observación muy importante, su nombre es Víctor Delgadillo. Para él resulta llamativo que a pesar de las características específicas que tiene cada ciudad y la orientación política de los diferentes gobiernos, se aplican las mismas políticas urbanas, planes y proyectos, más allá que las ciudades tengan un gobierno mas de derecha, más de izquierda, o de centro de izquierda, o centro derecha.
Mas o menos se viene aplicando esta misma lógica de producción de ese orden urbano, entonces uno ve frente a esto, que es un panorama complejo que está en desarrollo y en avance. Incluso por ahí, para ser mas pesimista, la otra vez estaba viendo un documental de la cadena alemana DW muy interesante, llamado “La lucha de la vivienda en China”, donde se cómo los sectores mas desposeídos en Pekín van perdiendo tierra frente a la demolición, la destrucción y el avance de grandes desarrolladores que, necesita el suelo urbano para ultra ricos y para el capital. Así que ahí mi punto de vista sobre esa pregunta, no es tan optimista, creo que se necesita generar más conciencia ciudadana sobre el derecho a la ciudad, frente a esta forma de producir fragmentada y elitizada del espacio urbano.
Por último, si pudieras hacer un cierre de la conversación que tuvimos
Si, yo creo que la urbanización y la forma de producir la ciudad, está generando un paisaje más homologado en todo el mundo, hay un paralelismo en lo que sucede en Puerto Madero, Buenos Aires, proyectos en Río de Janeiro, Bogotá y también en otras partes como Sydney, donde se ve el mismo proceso, la misma forma de producir ciudad. Uno ve algunos elementos, el embellecimiento estratégico o la revalorización, la cara oculta de la ciudad, también hay espacios muy degradados que no son vistos, un proceso de purificación de la ciudad, la “ciudad como marca” y como modelo de vinculación ligado a eso.
Creo que estamos asistiendo a un panorama muy complejo, donde también tenemos que ver la cuestión ambiental, porque cuando la segregación no sólo es urbana, sino de espacios de medio ambiente, los lugares más degradados y contaminados, son lastimosamente lo que ocupan los sectores más pobres, más deprimidos, y los espacios de mayor calidad del entorno residencial, lo terminan ocupando los sectores que tienen mayor poder adquisitivo. Este tipo de desigualdad se reproduce tanto en países en desarrollo como en países en vía de desarrollo, y eso es una cuestión para tener en cuenta al planificar la ciudad y tratar de integrar un punto medio en la construcción de materialidades urbanas para la ciudad de todos.
Colectivo “Iconoclasistas”: Alteraciones al poder y territorios alternativos
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por Diego Carvajal]
RESUMEN:
Se parte de la perspectiva del mapa y la cartografía colaborativa del colectivo Iconoclasistas, para ver cómo se interroga al poder y sus representaciones en diferentes espacios de la región y del mundo. Véase como este colectivo se empalma en diferentes luchas y discursos, hilvanando prácticas contra-hegemónicas de debate en torno a la construcción de ciudades y territorios. Hacia el final del texto, se reflexiona brevemente en torno a las articulaciones del colectivo, y los posicionamientos e influencias de la élite en las transformaciones urbanas.
Iconoclasistas, es un colectivo Argentino conformado por Julia Risler y Pablo Ares que desde el ámbito de la geografía, las artes y la política, realizan posters, mapeos y cartografías desde una perspectiva crítica y situada en Latinoamérica. Desde el 2006, generan practicas de investigación colaborativa desde conexiones y charlas con la sociedad civil, la academia, organizaciones o colectivos a nivel urbano como rural. Cada una de sus practicas e intervenciones esta tramada desde el concepto de “dispositivo”, como estrategia a la hora de posicionarse en un territorio, para observar relaciones de fuerza, discursividades y formas de enunciación institucional, posiciones y también resistencias (Castro, 2018).
Im 1. Mapa “Soyización”. Fuente: https://iconoclasistas.net
El mapa y el taller se presenta aquí como una herramienta práctico- metodológica, que instala una posibilidad de experimentación en diferentes espacios y escalas del territorio: cuerpo, calles, barrios, ciudad o continente. Desde estas consideraciones, en este colectivo se plantea que el hecho de “mapear” es un asunto hermenéutico que funciona como un “móvil” del sentido, que se potencia con las “inteligencias colectivas” puestas en juego, en donde se pone en relieve la sensibilidad, afectos, experiencias y emociones.
Sus influencias teórico-reflexivas van en la línea desde el “situacionismo” y la “deriva” (Debord, 1998; Berenstein, 2003) evidenciando la relación entre arte, vida y urbanismo; la “psicogeografía”(Barreiro, 2015, ) para ver como se percibe y siente el territorio; las “geografías criticas”(Ramírez, 2011) que observan políticamente y deconstructivamente el territorio; la “investigación-acción” (Borda, 1991) para entender el sentido colaborativo y participativo de la instancia del taller; la “cultura libre” y las “licencias libres” para los flujos e intercambios tecnológicos; y por último una gran influencia del feminismo como lucha y saber clave para entender los conflictos micro-corporales y las violencias histórico-estructurales.
Im 2. Mapa “Cuerpo y territorio”. Fuente: https://iconoclasistas.net
Han producido y publicado varios trabajos a nivel artístico (“poéticas de producción” y “dispositivos de producción”), a nivel político (“activismo territorial y derivas institucionales”) y a nivel académico (“pedagogías criticas e investigación participativa”). En eso, el 2013 sacaron el “Manual de mapeo colectivo” para socializar registros y articulaciones de diferentes países en Latinoamérica como en Europa. En este manual, no especializado, se entiende el territorio y la articulación de los mapas, como un espacio que se construye socialmente (Santos, 1971), como una acción colectiva donde se deslizan nuevos relatos que, contrastan con los discursos oficiales del poder y de las élites que ordenan, mapean y privatizan el territorio. En los talleres hay una variedad de temas que van desde los conflictos migrantes, los agro-negocios, el mega-extractivismo, desalojos de pobladores en contextos de especulación inmobiliaria, la “gentrificación”, y “perifización”, entre otros.
Im 3, Mapa “Valpo”. Fuente: https://iconoclasistas.net
En “Crónicas de un mapeo” (2016) se enuncia de forma minuciosa la trayectoria de un mapeo, entendiéndolo como una construcción donde participan diferentes agentes, y que tiene una condición experimental donde se van gestionando primeramente estas relaciones sociales, al tiempo que se van consiguiendo los materiales para construir pictogramas, mapas y fichas que trabajan. En particular se muestra la convocatoria de “Casa Gallina” donde se trabajó en la experiencia del barrio de Santa María La Ribera (Ciudad de México). En primer lugar se visibiliza como fundamental el hecho de reconocimiento del territorio: Conocer previamente el lugar es fundamental, ir y interactuar con los vecinos, ver las tensiones y contrastes de los emplazamientos inmobiliarios de este barrio. En segundo lugar se exponen los talleres, su experiencia, sus estados de ánimo y la sensibilidad como forma de localizar tensiones. En tercer lugar se exponen mapeos y entrevistas en lugares clave del barrio. Como novedad metodológica, las encuestas eran en base a recursos gráficos de localización, socialización y movimiento en el territorio. Por último, se exponen unos encuentros libres con los talleristas, para seguir ahondando en cuestiones que se iban instalando en la trayectoria de los talleres. Estas reuniones, al ser principalmente con mujeres, trabajan temas específicos en torno a territorios y violencia de género.
Im 4, Mapa “financiarización”. Fuente: https://iconoclasistas.net
Es así como la temática y la practica de Iconoclasistas, es atingente a las diferentes disputas de poder que se generan en la construcción y transformación de la ciudad. Es por esto que en este colectivo están atentos a los emplazamientos mineros, a las hidroeléctricas, a las lógicas de “renovación urbana” y a las consecuencias de nuevos reordenamientos y desplazamientos humanos. De ahí que la practica y crítica de los Iconoclasistas, se inscribe de alguna manera en esta “ciudad neoliberal” que los propios movimientos sociales han puesto en evidencia desde la lucha por la vivienda, pero también en la critica al desarrollo inmobiliario de altura como símbolo de poder, es decir, como forma de acumulación y plusvalía (absoluta y relativa), donde se evidencian asociaciones empresariales que son parte de la élite y de una institucionalidad heredada, con fuerte influencia y jerarquía en el mercado (Brenner, & Theodore, 2002). Véase entonces, como en los Iconoclasistas estas articulaciones son interrogadas constantemente, desde las múltiples imágenes graficas de los mapas, y también desde la perspectiva participativa y colectiva que genera impacto en los propios territorios en donde se han emplazado.
Bibliografía
Barreiro, B.(2015), «Psicogeografía y ciudad: Iconografía de la ciudad Surrealista» [en línea]. En: Ángulo Recto. Revista de estudios sobre la ciudad como espacio plural, vol. 7, núm. 1, pp. 5- 12. En: http://www.ucm.es/info/angulo/volumen/Volumen07-1/articulos01.htm.
Berenstein, P. (2003), “Apologia da Deriva: Escritos Situacionistas sobre a Cidade”. Resenha, vol. 5, núm. 1, pp. 88-90.
Borda, F, (1991), Acción y conocimiento: Rompiendo el monopolio con la IAP, Rahman, Bogotá
Brenner, N. y Theodore, N. (2002) Spaces of Neoliberalism: Urban Restructuring in North America and Western Europe. Blackwell, Londres.
Castro, E. (2009), Diccionario Foucault, Siglo XXI Editores, Argentina
Debord, G, (1998), La sociedad del espectáculo, Ediciones Naufragio, Santiago de Chile,
Ramírez, B, (2011), “Geografía critica: territorialidad, espacio y poder en América latina”, Investigaciones geográficas 77, 151-155
Santos, M. (1971), Le métier de Géographe, Paris, OPHRYS 1971; (Trad. portuguesa: O trabalho do géograto no Terceiro Mundo, Sao Paulo, HUCITEC.
Pagina de Internet del colectivo y de donde se sacaron los mapas: https://iconoclasistas.net
Integración, una extrañeza espacial de la elite
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por: Paulo Álvarez Bravo; Historiador, Magíster en Antropología. Dr. (c) en arquitectura y estudios urbanos]
Resumen
La integración social urbana otorga valor al espacio porque releva la importancia de la convivencia, de lo que es común, de hecho enriquece un territorio porque no solo le da diversidad sino que lo humaniza. En ello se juega el habitar, el compartir, se establecen vínculos generadores de confianza, reconocimiento e identidad colectiva. Esos valores se intentaron llevar a cabo con la construcción de la Villa San Luis de Las Condes, su devenir sin embargo es clausurado con la expulsión de cientos de pobladores a la periferia de la capital y con la conversión de ese espacio en el símbolo de la elite económica de Chile.
Palabras Clave: integración, elite, diversidad
Im1. Villa San Luis / Fuente: la Nación.cl
Se dice que la diversidad es riqueza, también para el espacio urbano lo es. La diversidad de las formas, actividades, recursos y usos no puede quedarse en las distintas operaciones urbanas que hay o coexisten en un territorio. Necesariamente debe acompañarse por grupos humanos compuestos por orígenes, paradigmas, experiencias, mentalidades y formas de habitar diferentes. Aquello es en el fondo lo que constituye su principal patrimonio y otorga riqueza al espacio. Una comunidad humana de diferentes que interactúan y coparticipan de una experiencia tanto vivida como por vivir, es capaz de generar integración en la diversidad. En Chile las experiencias en ese sentido no solo son exiguas sino que han carecido de continuidad. Uno de los casos emblemáticos es el de la Villa San Luis de Las Condes, ubicada en el corazón de una de las comunas de alta renta de la capital, su trayectoria da cuenta de la dificultad real de la sociedad chilena por hacer de la integración urbana un valor.
Villa San Luis de Las Condes comenzó a ser pensada de la mano de La Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) quien hacia 1968 nombró a Miguel Eyquem como responsable del proyecto, denominado en ese entonces como Parque San Luis. La envergadura del plan en una extensión de 153 hectáreas cautivó al arquitecto quien, junto a su equipo, tenía como meta ir dando forma al sub centro oriente de la capital y de asentar ahí a 70 mil habitantes provenientes de sectores económicos medios. Al inicio del gobierno (1970) de la Unidad Popular (UP), el nuevo director de CORMU, Miguel Lawner, ratificó tanto a Miguel Eyquem como las directrices del proyecto. El principal cambio sin embargo, sería que los moradores de ese lugar no serían solo las familias de sectores medios sino que, la primera parte del proyecto habitacional, estaría destinada a los pobladores de la propia comuna de Las Condes quienes vivían en poblaciones y asentamientos informales.
La visión se ajustaba al programa de gobierno de la UP y a la promesa del presidente electo Salvador Allende, en cuanto hacerse cargo de la falta de viviendas sociales en el país, en particular con los pobladores de los campamentos de la comuna de Las Condes que hasta ese entonces, y hasta a inicios de los ochenta, era una de las comunas con mayor presencia de este tipo de asentamientos. Para CORMU entonces la ejecución del proyecto de Villa San Luis entre 1971-73 significó mucho. Por una parte paliaba el déficit histórico de la construcción de viviendas, entregando diseños, dimensiones y materiales de un alto estándar y por otra parte ejecutaba estos proyectos en espacios cuya meta era revertir los procesos de segregación urbana, tanto desde el punto de vista del equipamiento como desde lo social. De paso contenía el creciente proceso de tomas de terreno, dinamizaba la actividad económica y generaba empleos en medio de un contexto adverso, marcado por la polarización socio-política y el boicot económico.
En menos de dos años se entregaron 1038 departamentos en el sector uno de Villa San Luis de Las Condes, ubicados entre Presidente Riesco por el norte, Los Militares por el sur, Manquehue por el oriente y Américo Vespucio por el poniente. Desde ahí se avistaban los cerros y cumbres cordilleranas de donde soplaban las brisas que deslizaban los frutos de las siembras vecinas, que junto a grandes casas y la Escuela Militar rodeaban el conjunto. Las familias llegaron con sus enceres a uno de los 27 edificios que distintas empresas constructoras habían levantado. La organización de los pobladores en comités o en cooperativas fue clave para que el proceso fuera ordenado y para que el acuerdo del pago de “cuotas CORVI”, canceladas mensualmente a la Corporación de Habitación y Vivienda (CORHABIT), se desarrollará de forma ágil y responsable. Los pobladores continuaron en sus trabajos, los varones por lo general se desempeñaban en la construcción, en los jardines, como mayordomo, chofer, empleados de casas aledañas o empresas de la misma comuna. Las mujeres trabajaban en el servicio doméstico, cuidando niños ajenos o haciendo ambas labores en las casas de los patrones con quienes compartían el espacio comunal.
Colegios, consultorio, iglesias, parques y plazas, calles y pasajes públicos. Servicios estatales y privados. Infraestructura y obras urbanas diseñados para el habitante del territorio. Ampliación de calles, apertura de avenidas, creación de paraderos y estaciones de metro, centros comerciales y paseos para los hombres y mujeres que viven en una comuna que paulatina e irreversiblemente se volvía más urbana. Con enormes casas pertenecientes a los grupos pudientes del país, algunas quintas, la reciente adquirida casa presidencial de Tomás Moro. Un todo aledaño a espacios rústicos y campestres, con caminos de tierra, ranchos y campamentos de por medio, que se orientan hacia la zona alta del río Mapocho y del macizo andino. En medio de ello, Villa San Luis de Las Condes asomaba como un icono de la integración social urbana del país, demostrando que era posible que grupos humanos de condición y origen diferente se integraran y convivieran. Aquello generaba un efecto virtuoso; democratizaba la calidad y acceso al espacio y los servicios urbanos, generaba interacción, propiciaba vínculos y relaciones de respeto, ayudaba a que las personas se (re)conocieran como parte de un territorio compartido forjando identidad.
A partir del 11 de septiembre de 1973 los esfuerzos de integración se detuvieron. Los lazos y acercamientos, los procesos de convivencia basadas en el respeto y encuentro entre los pobladores y su alrededor fueron gravemente hipotecados. Los departamentos de las Villa San Luis fueron allanados, muchos pobladores detenidos, la incertidumbre primero y el dolor después se apodero de sus vidas. Un par de años más tarde (1975), se terminó la construcción que por ejecución-directa la CORMU había iniciado en el sector 2 de Villa San Luis, ubicado hacía Manquehue oriente. El resto del conjunto, el proyecto de ciudadela, centro cívico, parque y centro comercial fue cancelado. No solo eso, entre 1976-80 cerca de ochocientas familias fueron expulsadas de forma ignominiosa hacía la periferia de la ciudad de Santiago. Sus casas fueron ocupadas por funcionarios militares hasta que a fines de la década del ochenta el Ejército dio la orden de retirar a su gente a otros lugares. En el año 1997, mientras en el alrededor surgía un rápido cambio del paisaje urbano, con la instalación de edificios de última generación y la plusvalía del suelo crecía, el Ejercito concretó la venta de los terrenos del otrora conjunto habitacional a empresas inmobiliarias.
Las operaciones urbanas que se han realizado en lo que va de este siglo en el espacio que perteneciera a la Villa San Luis de Las Condes han sido de tal envergadura, que buscar los cimientos de la ejecución original sería, a no ser por los dos arruinados edificios que yacen en un mezquino cuadrante, un trabajo de arqueólogos. Seguramente entonces sí dejáramos que la arqueología realice su trabajo, escudriñaría sobre los edificios que son los símbolos actuales de la elite comercial y financiera del país, y nos advertiría sobre lo ido. La arquitectura y los estudios urbanos podrían agregar, que no han sido más las formas que los valores, sentidos y la vocación de proyectos de integración los que yacen ateridos. Sin miedo podrían afirmar que las políticas públicas en materia de vivienda y urbanismo demuestran escasa vocación por revertir la homogenización del espacio urbano. En este caso, a favor de una elite económica que se apropió de la comuna e hizo de la diversidad e integración social un slogan de campaña política, una extrañeza espacial.
Desarrollo Urbano Condicionado y segregación: las periferias de élite en el desarrollo urbano y neoliberal de Santiago
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por Diego Irizarri, Geógrafo Uchile y Magister en Asentamiento Humanos y Medio Ambiente UC]
RESUMEN:
La normativa de planificación urbana en Santiago de Chile, en las últimas décadas, ha avalado una expansión residencial desigual que se sustenta en gran medida en una serie de desarrollos inmobiliarios privados que configuran nuevos suburbios de élite, empujando los límites de la segregación socioespacial y propiciando nuevas realidades urbanas. En este contexto, se plantea una discusión teórica sobre los efectos socioespaciales del “urbanismo neoliberal” y su expresión local en la zonas de desarrollo urbano condicionado creadas en los años 90 en Santiago. A partir de ello, se reflexiona en torno a los efectos de estas transformaciones y posibles caminos a seguir para lograr ciudades más integradas y justas.
PALABRAS CLAVE: elites, zonas de desarrollo urbano condicionado, segregación
La planificación urbana en Chile ha ido evolucionando a lo largo de la historia nacional desde un conjunto de normativas dispersas e inconexas, a un cuerpo consolidado de instrumentos normativos que han perfilado no solo la forma urbana, si no que las relaciones sociales dentro de las ciudades. Espacio y sociedad, íntimamente relacionados, han devenido en las ciudades chilenas en un proceso fuertemente neoliberalizado en donde las normativas urbanas actúan sobre todo como certezas jurídicas para el desarrollo inmobiliario privado, impactando en la calidad de vida de las personas en diversos frentes, pero también potenciando las posibilidades de especulación inmobiliaria. Con ciertos matices, las últimas décadas han visto surgir extensas zonas urbanas en las periferias de las ciudades chilenas, integrando gran cantidad de suelo desarrollado bajo la premisa del “conjunto habitacional”, muchas veces sin mayor reflexión en torno a los impactos ambientales y sociales de este desarrollo “suburbano”.
En este contexto, cabe detenerse en las ZODUC (Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado), instrumento de planificación incorporado en la década de los 90 en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, que suma no menos de 14.000 hectáreas de suelo urbanizable en zonas rurales de la región Metropolitana. A ellas, se incorporan en 2003 las ADUC (Áreas de Desarrollo Urbano Condicionado). Este tipo de zonas, que incorporan condiciones de densidad y equipamiento, entre otras, se han configurado no sólo como un instrumento inocuo o neutral de expansión urbana (siempre necesaria), para el área metropolitana de Santiago, si no que principalmente como un mecanismo dirigido a la habilitación de grandes proyectos de desarrollo inmobiliario, en donde las elites han encontrado también nuevas formas de apropiación del espacio.
Im1. Las ZODUC en el territorio metropolitano de Santiago. Fuente: Hidalgo, R. & Bordsdorf, A. (2007).
Tal como sostienen Hidalgo & Borsdorf (2007), la tendencia de expansión urbana habilitada por estos instrumentos, ha consolidado un modelo de “ciudades valladas”, dirigidas a sectores particulares de la elite que agudizaron los procesos de segregación socioespacial. No es nuevo este proceso, que ha sido promovido por el Estado y sus políticas sociales e instrumentos de planificación territorial al propiciar una dualidad urbana entre zonas pobres y zonas ricas, altamente segregadas. Sin embargo, las elites han encontrado en la expansión urbana condicionada aún mayores posibilidades de autosegregación. Escindidas de la urbe “central”, y con el apoyo de infraestructura territorial ad-hoc, como autopistas, caminos, y equipamientos exclusivos, las elites expanden su espacialidad más allá del tradicional “cono de alta renta”.
En este sentido, y considerando el contexto territorial de Santiago, la creación de estos enclaves de alta renta ha devenido en las últimas décadas en una importante reestructuración no sólo de la forma urbana sino que también de las relaciones sociales, en un marco de neoliberalización de la ciudad. En este sentido, Respecto a la forma urbana, de Mattos (2013) señala que la forma en que hoy se manifiestan las ciudades latinoamericanas se relaciona con la irrupción y consolidación de un modelo neoliberal que acentúa la segregación, pero que por sobre todo incide en la conformación de nuevas ciudades-regiones caracterizadas por la fragmentación y la dificultad de precisar sus límites, conformando territorios funcionales cada vez más complejos. En ese sentido, estaríamos ante una metamorfosis de la ciudad generando una “nueva forma urbana” anclada en el neoliberalismo global (de Mattos, 2013). En este contexto, las grandes transformaciones neoliberales sobre la ciudad fueron evidentes a partir de los años 80’ en las grandes metrópolis y capitales del continente, como es el caso de Santiago.
Im2. Laguna de Piedra Roja, ZODUC en la comuna de Colina, al norte de Santiago.
Junto con lo anterior, las dinámicas económicas que más han permeado sobre la configuración de la ciudad tienen relación con la liberalización de los mercados de suelo y la financiarización de la vivienda como vehículos clave de los cambios que han llevado a una nueva forma urbana segregada y fragmentada (de Mattos, 2016; Fernandez & Aalbers, 2016; Rolnik, 2017). En este ámbito, la provisión de vivienda, y el derecho mismo a esta, se ve ampliamente cooptado por las lógicas financieras globales, destrabando este nicho para su libre disposición ante los mercados, y generando así un poder de transformación socioespacial sin precedentes, consolidando un modelo que se traduce en espacios urbanos con desigual distribución de riquezas, cualidades y calidades ambientales, o como fue conceptualizado por Hidalgo et al. (2008) como la “precariópolis estatal” y la “privatópolis inmobiliaria”, aludiendo explícitamente al rol del Estado y de los privados en la construcción de la desigualdad urbana.
Las estrategias de transformación de la ciudad, según expresan Brenner et al. (2015), incluyen la creación de nuevos espacios de consumo de elite, megaproyectos urbanos para la atracción de inversión, levantamiento de ‘gated communities’, gentrificación, segregación, y la instalación de principios de productividad máxima a la hora de establecer usos de suelo. Todos estos elementos son visibles hoy como parte constituyente de las periferias urbanas en Chile, bajo las posibilidades que ofrece el esquema de planificación urbana. En este caso, de acuerdo con Heinrichs et al.(2011) los discursos que sustentan la producción de espacios suburbanos o post-suburbanos se relacionan con el argumento de que la expansión urbana genera trabajo y desarrollo social, la noción anclada de que el crecimiento urbano no se puede controlar, entre otros aspectos.
Asimismo, se debe considerar que los productores del espacio suburbano componen una red interescalar de actores públicos, privados, y de la sociedad civil, así como un conjunto de instituciones que los vinculan, junto con un proceso de toma de decisiones que incluye aspectos de participación política, relaciones verticales-horizontales, y cultura que los enmarcan y que dan cuenta de las dinámicas de desarrollo en el espacio periurbano (Heinrichs et al., 2009). En ese sentido, esta interrelación de dimensiones que conforman un sistema o régimen de gobernanza, responde a una serie de condiciones político-económicas y culturales, y es en ese sentido que , de acuerdo con Heinrichs et al. (2009, 2011), los desafíos de la gobernanza multinivel requieren de una coordinación intersectorial, la aplicación de instrumentos integrados de planificación, y readecuación de los desequilibrios de poder entre los distintos niveles, dado que actualmente los modelos de desarrollo urbano resultan ser un apoyo a la inversión inmobiliaria y el interés privado por sobre la capacidad de decisión de los niveles locales y de la sociedad civil. Esto es, tal como también señalan Brenner et al., (2015), el urbanismo neoliberal.
Im3. Desarrollos inmobiliarios de elite en las periferias de Santiago. Fuente: Google Earth.
El desarrollo de este tipo de espacios se ha centrado eminentemente en la monofuncionalidad de, consolidando una paradoja en cuanto a la provisión de actividades y servicios: extensos suburbios residenciales que fomentan la segregación y la auto-segregación residencial. Barrios autocontenidos, de cierta forma independizados de las dinámicas urbanas tradicionales, y por otra, barrios que expresan carencias de servicios que van en detrimento de su calidad de vida. Esta situación emerge como una respuesta propia de los entes inversionistas ante las oportunidades de desarrollo liberadas por los instrumentos de planificación existentes, los cuales se adaptaron inicialmente para facilitar los mercados de suelo urbano con un enfoque en la extensión de los límites urbanos, pero que hoy sufre de las consecuencias en su sistema de movilidad y espacios públicos. Esto, paradójicamente, no implica una situación normativa estática ni rígida, sino que una orientación hacia la facilitación de la construcción privada de la ciudad (de Mattos, 2013; Hamel & Keil, 2016; Heinrichs et al., 2011; Janoschka, 2002),
Cabe preguntarse, ante este fenómeno, cuál es el tipo de ciudad que, como sociedad, buscamos construir, quiénes y para quiénes están configurando las actuales normativas de planificación urbana, y cómo se están distribuyendo las externalidades de este modelo de desarrollo. Conocer las formas en que se ha producido y fomentado la urbanización neoliberal de las ciudades y sus periferias permite establecer caminos alternativos para la construcción de ciudades acordes a los deseos y necesidades de todos sus habitantes y no sólo de las élites económicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Brenner, N., Peck, J., & Theodore, N. (2015). Urbanismo Neoliberal. La ciudad y el imperio de los mercados. In Observatorio Metropolitano de Madrid (Ed.), El mercado contra la ciudad. Sobre globalización, gentrificación y políticas urbanas. (Primera ed). Traficantes de Sueños
- de Mattos, C. (2013). Reestructuración económica y metamorfosis urbana en América Latina. In J. Noyola, C. A. De Mattos, & A. Orellana (Eds.), Urbanización en tiempos de crisis: Impactos, desafíos y propuestas (pp. 13–44). Pontificia Universidad Católica de Chile.
- de Mattos, C. (2016). Lógica financiera, geografía de la financiarización y crecimiento urbano mercantilizado. In A. Orellana, F. Link, & J. Noyola (Eds.), Urbanización Planetaria y la reconstrucción de la ciudad. RIL Editores/Colección de Estudios Urbanos UC.
- Hamel, P., & Keil, R. (2016). Governance in an emerging suburban world. Cadernos Metrópole, 18(37), 647–670. https://doi.org/10.1590/2236-9996.2016-3702
- Heinrichs, D., Lukas, M., & Nuissl, H. (2011). Privatization of the Fringes – A Latin American Version of Post-suburbia? this. In N. Phelps & F. Wu (Eds.), International Perspectives on Suburbanization. A Post-Suburban World ? Palgrave MC Millan.
- Heinrichs, D., Nuissl, H., & Rodríguez, Y. C. (2009). Dispersión urbana y nuevos desafíos para la gobernanza (metropolitana) en América Latina: el caso de Santiago de Chile. Eure, XXXV(104), 29–46. https://doi.org/10.4067/S0250-71612009000100002
- Hidalgo, R. & Borsdorf, A. (2007). Hacia un nuevo tejido rururbano. Los megaproyectos de ciudades valladas en la periferia de Santiago de Chile. Ciudad y Territorio Estudios Territoriales, 39 (151), 115-137.
- Hidalgo, R., Borsdorf, A., & Zunino, H. M. (2008). Tipologías de expansión metropolitana en Santiago de Chile : precariópolis estatal y privatópolis inmobiliaria. In P. Pereira & R. Hidalgo (Eds.), Producción inmobiliaria y reestructuración metorpolitana en América Latina. Pontifica UNiversidad Católica de Chile / Serie GEOlibros n°11.
- Janoschka, M. (2002). El nuevo modelo de la ciudad latinoamericana: Fragmentación y privatización. Eure, 28(85), 11–29. https://doi.org/10.4067/s0250-71612002008500002
- Rolnik, R. (2017). La guerra de los lugares. La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas. LOM Ediciones.
기생충 (Parásitos) | Bong Joon Ho y la ciudad de más abajo
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa U. de Concepción, Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Película: Parásitos (2019)
Dirigido por: Bong Joon Ho
Premios: Ganadora Palma de Oro en el Festival de Cannes (2019), Ganadora Golden Globes Mejor Película Extranjera (2020), Ganadora Critics’ Choice Movie Award Mejor Director y Mejor Película Extrajera (2020), Ganadora de Oscar Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Película Extranjera (2020).
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=cR05bEhbWAs&t=4s
Disponible en Netflix
Im.1 Póster Película | Fuente: www.filmaffinity.com
Resumen
Parásitos (2019) es indudablemente una obra cinematográfica extraordinaria, reconocida en múltiples premiaciones y que ha puesto en la palestra el cine surcoreano. Su propuesta, cargada de simbolismos, humor negro y tensión, se construye interesante y divertida de mano de Bong Joon Ho con una historia que podría ser real: las diferencias al habitar la ciudad no son exclusivas de los sistemas urbanos asiáticos y sus sótanos, sino que esta división de quién está más arriba y quién está más abajo es una decisión de las elites e implica una oposición directa, que la película hace más evidente en los tránsitos entre ambos escenarios. No cambia solo de locación, pareciera cambiarse de ciudad.
Palabras Clave. Oposición, ciudad, elites.
Introducción.
Con una paleta de colores fría, una música que lleva al suspenso, humor negro sorpresivo, un guión fascinante y simbolismos encabezados por la roca decorativa que les regala Min-hyuk, Parásitos presenta a la familia Kim en su semisótano en un hábitat normal, común en Corea del Sur. De bajísimos ingresos y con una habitabilidad pésima, los Kim parecen estar acostumbrados a depender del internet de vecinos, vivir en hacinamiento, trabajar doblando cajas de pizza y convivir con insectos. Sin embargo, al presentarse la oportunidad para Ki-woo él comienza a ser tutor de Da-hye, hija de la familia Park, lo que traerá cambios para la vida de todos.
Im.2 Luz y oscuridad, simbolismos | Fuente: www.filmaffinity.com
Los Park, pertenecientes a la elite, parecieran habitar otra ciudad: con una espaciosa casa, un enorme jardín que no permite observar la “otra ciudad”, servicio doméstico e intenciones de mantener su reproducción social. La oposición es evidente, pero se necesita una segunda mirada e interpretación para identificar que en su oposición son similares, aun cuando perciban que huelen diferente.
Oposición y Escaleras.
La oposición entre la familia Kim y los Park, entre vulnerables y la elite, se construye desde los tonos de oscuridad y luz. El semisótano donde habitan los Kim tiene ventanas que dan a la calle, y está en el subsuelo de las zonas más bajas de la ciudad, es un espacio pequeño, cerrado y húmedo, al que es posible acceder por transporte público.
La casa monumental de los Park, diseñada por un famoso arquitecto es una edificación de amplios ventanales, con espacios amplios y abiertos, al que solo acceden en vehículos particulares.
Im.3 Más arriba y más abajo | Fuente: Art Work Pinterest
Esta oposición desemboca en el elemento que puede conectar lo de más arriba y lo de más abajo: escaleras. Innumerables escaleras que bajan los Kim para regresar a su hogar luego de huir al casi ser descubiertos por los Park en su hogar, escaleras que debe subir Geun-sae para obtener comida, escaleras que suben los Kim para llegar a trabajar a la casa de los Park y mejorar sus condiciones de vida.
Ciudad y olor.
Los Kim, que identifican sus diferencias, igualmente se vuelven “cercanos” a los Park, pero estos últimos ponen el límite a la clase social de los Kim, especialmente hacia Ki-taek a quien el Sr. Park reconoce que hace bien su trabajo, pero tiene un olor diferente “como rábano cocido, como los que toman el transporte público”. Pese a la cadena de recomendaciones que construyen los Kim para acercarse a los Park, ellos se diferencian y autosegregan de quienes no pertenecen a su misma clase.
Por su parte los Kim reconocen que los Park son agradables, pero son amables porque son ricos, porque la ciudad que habitan es otra, la vida que conocen es diferente. Mientras los Kim tenían su hogar inundado por las lluvias, los Park estaban felices de tener un día soleado y sin polución gracias a la lluvia, lo que les permitía tener una fiesta en el jardín.
Im.4 “Mucha gente vive bajo la tierra” | Fuente: www.filmaffinity.com
Conclusión.
La decisión de Ki-woo de tener que bajar más abajo, con un desenlace fatídico para su familia, constituye un momento de tensión que expresa una oda al odio de clases, impulsado por la segregación, desigualdad y privilegios por parte de la elite. La occidentalización de la cultura surcoreana y las cadenas de recomendaciones son costumbres de la elite que permitieron a los Kim influir en su casa y en sus decisiones.
¿Quiénes son los parásitos? La respuesta del director, que debió argumentar ante el estudio a quienes no convencía el título, es una pista de la profundidad en la construcción artística de su obra: lo obvio es que los Kim parasitan a los Park, así como también los parasita Moon-gwang y Oh Geun-sae. Pero una segunda mirada es que los Park son parásitos de la sociedad, se quedan con lo mejor de la ciudad, y parasitan a quienes trabajan para ellos: no son capaces de cocinar, de lavar, de hacer una fiesta, de estudiar, ni de manejar por sí mismos. Por lo tanto, las elites, que deciden quien está más arriba y quien puede o no subir sus escaleras no solo determinan quienes y donde habitan la ciudad, sino que también parasitan la necesidad de los más vulnerables. Una obra que merece ser vista, y más de una vez.
Entrevista a María Luisa Méndez: “Las elites no pueden ser solamente individuos que se destacan, sino personas que están insertas en familias, redes, instituciones”
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por: Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo; Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
María Luisa Méndez Layera es directora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), donde también es investigadora principal en la línea Geografías del Conflicto. Profesora asociada del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es socióloga por la Universidad Católica, Máster en Antropología y Desarrollo por la Universidad de Chile, Máster en Estudios Culturales y Sociología por la Universidad de Birmingham (UK) y Doctora en Sociología por la Universidad de Manchester (UK). Sus temas de investigación incluyen: aspectos subjetivos de la movilidad y estratificación social, construcción de pertenencia en barrios urbanos y conflictos urbanos.
- ¿Cómo surge el interés por abordar los temas relacionados con la estratificación social, la movilidad social y su conexión con el territorio?
Podría decir que fue cuando hice mi tesis de Magister en Antropología en la Universidad de Chile, hacia fines de los años noventa. En ella, realicé historias de vida con personas de clase media que vivían en la comuna de La Florida. Desde ahí, me interesó estudiar el tema de la movilidad social desde un punto de vista cualitativo, entendiendo cuáles habían sido las narrativas que las personas fueron construyendo sobre sus procesos de ascenso social y qué aspectos querían destacar sobre esa trayectoria. En ese momento, de acuerdo a los hallazgos y a la literatura que fui encontrando, entendí que el espacio tiene un lugar clave en esas narrativas y en la forma en que se entiende la movilidad social. Buena parte de esas historias tiene que ver con la movilidad socioespacial, es decir, una movilidad en términos ocupacionales, de estatus, económica, educativa, pero con una fuerte relación con el espacio; por ejemplo, dónde vivían antes, dónde viven ahora o dónde les gustaría vivir, como un marcador de clase.
Después estudié mi doctorado en Inglaterra, donde había un grupo de personas —incluido mi profesor guía Mike Savage— con un gran interés en realizar un análisis cultural de clase social, que significa entenderla desde el punto de vista simbólico, como mecanismo de distinción. En ese sentido, mi tesis doctoral la desarrollé un poco con esa lectura. Esta vez, sobre cómo distintos sectores de la clase media en Santiago iban erigiendo su identidad barrial en relación con una identidad de clase que querían ir construyendo. Pero una identidad de clase que tomaba elementos de su biografía personal y que también proyectaba hacia el futuro cómo querían ser vistos.
Si bien el espacio se puede entender desde muchas aristas, desde entonces, a mí me ha interesado comprenderlo como un lugar de disputas de recursos materiales y simbólicos; como un lugar de encuentro y pertenencia, por supuesto, pero también de distinción. En esta trayectoria, desde hace algunos años estoy trabajando en los sectores medio-altos y más acomodados. De hecho, tengo un libro escrito con Modesto Gayo que lo cristaliza, Upper Middle Class Social Reproduction: Wealth, Schooling, and Residential Choice in Chile, y que básicamente trata sobre el cono de alta renta y las clases medias altas en Santiago. En él, desarrollo el concepto de trayectorias socioespaciales en profundidad, mirando cómo el espacio es uno de los elementos que van articulando las biografías de distintos segmentos de estas clases.
Cuando estoy trabajando más con elites, me interesa pensar en cómo se va construyendo el espacio simbólicamente en una disputa entre las elites políticas, económicas y sociales —sociales en el sentido más de liderazgo, dentro y fuera de la política—. Una disputa donde las distintas elites van ubicando nodos de poder en ciertos lugares de la ciudad. En este sentido, lo que quiero trabajar ahora es en la disputa del centro cívico de Santiago y el polo de Las Condes. Las formas en que se va construyendo el espacio en términos económicos, políticos y culturales, particularmente cuando existe una suerte de apropiación de ciertos atributos culturales y artísticos en disputa por convertirse en nodos donde gira el poder, en centros gravitacionales.
- Con base en su experiencia, ¿cómo podría definirse a una elite en el contexto actual de Chile? ¿puede hablarse de la elite como un grupo homogéneo?
Elite es un concepto bien complejo en sociología y en ciencia política, pero para sintetizar un debate que es muy amplio, en la Agenda de elite del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión social (COES) hacemos una lectura de la elite como una definición posicional. En un primer momento, no tanto por la acumulación de recursos —que también es un punto importante— sino más bien por posiciones que son exclusivas, distintivas y que tienen gran capacidad de incidencia en la toma de decisiones y administración del poder. Por ejemplo, en un estudio que desarrollamos sobre elites en Chile, en lugar de abordar a las elites económicas, políticas y culturales a partir de cuánto dinero tienen en cada campo, decidimos realizar un mapa de posiciones en cada una de estas esferas.
En un segundo momento, se puede considerar la capacidad que tiene un grupo social de acumular recursos valiosos en su determinado campo. Por ejemplo, la elite económica acumula recursos económicos, la política capital político y la cultural una serie de recursos que también pueden ser materiales, pero que inciden en la tensión que hay al interior de ese campo, entendiendo que siempre hay una disputa por los recursos escasos. Por ejemplo, recursos para proyectos culturales, administración de instituciones o incluso cuestiones más simbólicas como la capacidad que tienen para incidir en el valor de la belleza o lo patrimonial; es decir la capacidad que tienen para generar una jerarquía de atributos. Y ahí por supuesto, nuevamente mi perspectiva es que esto está en tensión. No es que todos tengan la misma capacidad, sino que unos tienen más y otros menos, y constantemente se está en disputa sobre cómo distribuir el acceso diferenciado a recursos valiosos.
Respecto a si existe una sola elite, podemos decir que en general la literatura trabaja con estos tres dominios: elites políticas, económicas y culturales. Aunque si se hace una lectura más detallada se podrían encontrar elites en los distintos ámbitos de la vida social: eclesiásticas, militares o científicas, y que depende de cuan grande o pequeño es el campo que se desea estudiar. Sin embargo, desde el punto de vista más sociológico esto más complejo. Por ejemplo, si se entiende a una elite más desde una noción de clase social, entonces las elites pueden estar en esos tres campos. Por ejemplo, hay sectores de la clase alta chilena cuyas familias, amistades, redes y entornos están en las tres elites. Los y las hijas estudian en los mismos colegios, aun cuando los ubiques en diferentes elites. Entonces, lo que yo trato es de combinar las miradas, porque si uno separa mucho las esferas se pierde de vista esta noción de clase social.
Me gustaría recomendar y citar como ejemplo el libro Alpha City, de Rowland Atkinson. En él, el autor estudia cómo unas elites en transformación en Londres han ido configurando unos barrios de ultra ricos a nivel global, donde llegan a vivir fortunas de Rusia, celebridades o futbolistas. Esto es muy interesante porque Atkinson va mostrando una elite que se distingue por su excentricidad y su acumulación de recursos. Pero una de las críticas que le he hecho al libro es que nos falta entender el entramado de la clase social en donde está asentada esta elite. Porque las elites, desde mi punto de vista, no pueden ser solamente individuos que se destacan, sino personas que están insertas en familias, redes, instituciones. De forma que, en mi próximo libro buscaré abordar, desde un punto de vista más sociológico, ese entramado más amplio en donde se insertan dichas posiciones.
- Se reconoce que Santiago presenta unos de los patrones de concentración territorial de la elite más acentuados dentro de las ciudades de la región. Desde su investigación, ¿cuáles podrían ser algunas de las principales manifestaciones e implicaciones de esta autosegregación en relación a la noción de ciudad y comunidad?
El caso de Santiago tiene una particularidad bien interesante; si bien hay un grupo de clase alta muy acomodada y muy exclusivo —por la forma de la ciudad, la ubicación del barrio alto, el tipo de oferta educativa y otras razones más complejas y estructurales— a diferencia de otros casos, aquí no hay estrictamente una separación espacial entre la clase media alta y la clase alta. En otros lugares esto sí ocurre y se visibiliza, por ejemplo, en el caso de los internados de las escuelas exclusivas, o en sectores que viven totalmente fuera de la ciudad en propiedades que son históricas y heredadas de esa clase social.
En relación con esto, en el libro Upper Middle Class Social Reproduction elaboramos una tipología de cuatro fracciones del grupo acomodado de Santiago, en la que identificamos ciertas características de sus trayectorias socioespaciales, pero también de lo que nosotros llamamos repertorios sociales, culturales y políticos. Sobre esta tipología, me gustaría enforcarme en dos de estas fracciones.
Por un lado, identificamos un grupo que era el más históricamente heredero y que puede considerarse como el más tradicional de clase alta. Este se destaca por lo que nosotros planteamos como un pragmatismo en red; es decir, presenta cierta disposición a hacerse cargo de determinados aspectos del cambio social y político para adaptarse a tiempos de transformación, a modo de asegurar una cierta posición de liderazgo en la toma de decisiones. En este grupo vemos cómo hay una reconversión intergeneracional de las elites, o una visión “crítica” o “contracultural” de ciertos grupos, pero que desde el punto de vista sociológico son las mismas fracciones que están en disputa. Pragmatismo, porque observamos que hay ciertos aspectos donde hay una mayor apertura y otros donde no. En aspectos económicos, por ejemplo, son mucho más restrictivos y conservadores en temas como la redistribución de recursos, en cambios relacionados con reformas tributarias y en visiones sobre tipos de impuestos. Y, en red, porque desenvuelven toda su vida en torno a una noción de lo común. Una comunidad de iguales que comparte actividades deportivas, religiosas, políticas en un contexto que es muy denso desde el punto de vista de los contactos sociales.
Por otro lado, existe un grupo que también se disputa el espacio y que nosotros denominamos los achievers, los orientados al logro. Este está compuesto por personas que han tenido un ascenso social, pero también por herederos que han cambiado un poco su lógica de cómo desenvolverse en los sectores más privilegiados. En vez de actuar dentro de esta orientación de la comunidad y el capital social, se inclinan más hacia valores individuales. Tienen también una autopercepción más cosmopolita, que busca salir un poco de los límites del estado-nación y ver el mundo no solo respecto de otros países, sino que de otras identidades.
En este sentido, vemos que hay una cierta disputa y fragmentación dentro del sector privilegiado que puede ser interesante y que también está relacionada la participación política que han mostrado los sectores más altos en estas últimas elecciones. Si bien hubo tres comunas que votaron mayoritariamente por el Rechazo, hay otras comunas que también son bastante privilegiadas que estuvieron mayoritariamente a favor del Apruebo. Incluso en esas comunas donde ganó el Rechazo hubo una votación, nada trivial, por el Apruebo. Ahora, tampoco vamos a ser ingenuos y pensar que son revolucionarios, sino que podemos considerarla como una cuestión adaptativa en relación a cómo navegar en estos momentos más turbulentos, con la expectativa de tener más participación, nuevamente, en posiciones de poder.
- En el marco del proceso sociopolítico que se ha detonado en Chile desde octubre de 2019, ¿cuáles considera que son los principales desafíos y oportunidades para conectar a los grupos de elite con la ciudadanía?
Justo acabamos de publicar un informe sobre clases medias postpandemia-post estallido social, en el que planteamos es que estamos en un momento donde se vuelve urgente desarrollar un diálogo tendiente a un nuevo pacto social. Recogiendo tanto nuestra investigación como la literatura que se está articulando en torno a este tema, hay un argumento que es central: un pacto social en las condiciones en las que estamos a nivel global y nacional, con un periodo histórico altamente contencioso, tiene que involucrar desde luego a las elites de diferentes tipos. Pero no puede avanzar si es que no hay una parte de esas elites que esté dispuesta a tener una posición más decidida en las transformaciones que se vuelven necesarias. En los casos donde esto ha funcionado de alguna manera o donde se puede procesar el conflicto de forma política, es donde hay segmentos de la elite que toman “más en serio” el desafío, y no solo se quedan en esta idea de “navegar la ola”. Es hacerse parte de las transformaciones y entender que es necesario hacer cambios más permanentes orientados un estado de derecho más garante y a políticas universales.
Esto se sale un poco de la lógica de que la gente quiere ser de clase media para tener acceso al consumo. Considero que en esta idea hay una frontera que separa posiciones de forma drástica, al menos en el caso de Chile, porque hay unas elites que no quieren salir de ese discurso y que creen que esto es interpretable nuevamente con las mismas promesas que se hicieron durante las últimas décadas. Lo que nosotros vemos en los estudios del COES es que eso es justamente lo que estalló, una promesa no cumplida de movilidad social, de meritocracia. Pero no una promesa caricaturizada de una clase media que quería consumir, sino más bien de la movilidad social con un sentido de dignidad, de respeto, de derecho a proyectarse como personas formadas, con empleos de calidad, con derecho a tener un horizonte de realización y satisfacción no solo de aspectos materiales, sino también de necesidades relacionadas con los proyectos personales, ya sea de clase, de género o culturales.
Entonces, yo creo que el desafío de Chile es cómo poner a dialogar a distintos sectores de la elite que ahora están en disputa. Incluso, hay más división dentro de la elite que en la propia población. Si uno observa las encuestas, no es que haya tan alta polarización entre la población, es más bien que las elites tratan de tironear esta interpretación del proceso político-histórico. Nosotros en COES estamos tratando de promover ese tipo de diálogo.
- Desde su perspectiva, ¿podría decirse que la academia forma parte de los grupos de elite? En el caso chileno, ¿cómo podría evaluar el papel de la academia en la comprensión de las elites y, particularmente, de sus relaciones socioespaciales?
Creo que depende del lente con que uno mire para poder delinear campos donde determinados grupos son elite. Yo creo que la academia es una elite en la medida que tiene una posición privilegiada para la construcción de conocimiento, para la elaboración de contenidos simbólicos, culturales, políticos, y por su posición en las instituciones, por supuesto. Pero tiene un privilegio respecto de la población en términos amplios, que ha sido altamente cuestionado en la academia y que ha detonado un proceso autorreflexivo importante. Sobre todo, me parece, a propósito del estallido social, del movimiento feminista y de las reivindicaciones de los pueblos originarios, entre otros. Considero que esto obliga a las posiciones que han tenido mayores privilegios en la producción de conocimiento o elaboración de contenido simbólico, político o cultural, a plantearnos cómo seguimos desarrollando este conocimiento con mayor conciencia de este privilegio. Pero además plantearnos el desafío de cómo ceder parte del mismo a sectores que han estado históricamente excluidos. Considero que ahí hay varias vías, que por supuesto están a discusión.
Una de ellas, podría ser la propia movilidad social hacia las elites culturales o académicas, que implica justamente que más mujeres, minorías étnicas, diversidades sexuales y diversidades territoriales formen parte de estas elites presentes y futuras. Y para ello, debe haber políticas de discriminación positiva, acción afirmativa, acompañamiento, becas, entre otros. Es decir, un entramado institucional que considero que la academia está más abierta a desarrollar, a diferencia de otras elites. Y lo más probable es que sea así porque —aunque no podría decir que somos espejos de la sociedad— la academia tiene elementos más diversos de la sociedad respecto de otro tipo de elites; y porque estamos en contacto con nuestras y nuestros estudiantes que también nos movilizan como un vector que nos está desafiando constantemente.
La otra vía, es en nuestro ejercicio cotidiano, que es construir en conjunto con. Y que nuestro conocimiento esté desde un comienzo pensado con y para una incidencia hacia el bienestar de la población. Entonces implica pensar desde el comienzo una investigación no tan ensimismada, sino más bien en diálogo con las necesidades, problemas, inquietudes de la sociedad. Como ejemplo de esta vía está el Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias (Fondap), que es el programa que financia al COES. Este fondo tiene la exigencia de que la investigación de excelencia tenga al mismo tiempo incidencia en políticas públicas y en el debate público, en y con las comunidades y territorios. Esto también es hacerse cargo de ese gran desafío.
- Para finalizar la entrevista, ¿quisiera agregar algo más?
Sí, quisiera recomendar dos libros en relación con lo que hemos conversado. El primero, Clase y cultura: Reproducción social, desigualdad y cambio en Chile, de Modesto Gayo, que es un estudio de prácticas culturales y consumo cultural, pero que tiene un capítulo en donde estudia las biografías de una élite cultural que recorre el siglo XX en Chile. El autor sitúa a estas biografías en el espacio: qué lugares de Santiago han sido habitados por esta elite, dónde han desarrollado sus prácticas culturales, cómo se van disputando ciertos espacios del centro y que también se van moviendo hacia el cono de alta renta.
El segundo libro, que lanzamos hace poco y donde estoy involucrada, se llama Nuevo régimen de las prácticas culturales. En este, nosotras hacemos entrevistas con familias de Buenos Aires, Montevideo y Santiago, para estudiar dónde y cómo han desenvuelto sus prácticas culturales y su consumo cultural durante varias generaciones. Este libro lo recomiendo porque también hay una reflexión importante sobre unas elites tradicionales que le dieron forma a los centros cívicos de las tres ciudades. En él pueden identificarse ciertas nostalgias de esas elites que, al menos desde esta narrativa, eran grupos más sensibles a la importancia de la infraestructura y la institucionalidad cultural, de las universidades, de la cultura en las instituciones educativas, y que están muy vinculadas a la formación del Estado de comienzos del siglo XX.
En este sentido, identificar de qué elites estamos hablando, en qué momento y cuál es su relación con la configuración de la ciudad me parece fascinante. Y eso es justo que lo quiero abordar en mi proyecto ad portas, lo que distintas elites hacen para fijar el centro gravitacional del poder en determinados momentos de la historia.
Reproducción social de la clase media alta | Riqueza, escolaridad y elección residencial
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Revista Planeo Nº 49 Elites y ciudad; Septiembre 2021
[Por Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Libro: Upper middle class social reproduction. Wealth, Schooling, and Residential Choice in Chile
Autor: María Luisa Méndez & Modesto Gayo
Editorial: Palgrave Macmillan
Año: 2019
Ciudad: Santiago, Chile
Disponible en: https://www.palgrave.com/gp/book/9783319896946
Resumen.
Upper middle class social reproduction de Méndez y Gayo posiciona el foco en la clase media alta como el segundo grupo más privilegiado de Chile, profundizando en la forma en que este grupo articula, moviliza y acumula diversos recursos cotidianamente: capital social y económico, la educación, la elección de residencia, entre otros. Las estrategias de reproducción social, entonces, no sólo involucran la trayectoria socioespacial, sino que también está fuertemente imbricada con prácticas sociales cotidianas, las que definen las expectativas de la clase media alta, las prácticas de crianza y los repertorios político-culturales. Con una metodología y análisis novedoso, nos llama a pensar nuevas formas de investigar la ciudad y sus habitantes.
Palabras Clave. Clase media alta, reproducción social, estrategias.
Im.1 Portada Libro | Fuente: Méndez & Gayo, 2019
Introducción.
A partir de los años 80´ el sector de altos ingresos en Santiago de Chile, se ha ido consolidando en una periferia exclusiva, el barrio alto o “cono de altos ingresos” que incluye las comunas de La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Providencia y Vitacura. Este proceso no sólo ha involucrado un distanciamiento espacial, sino que es un proyecto en progreso a largo plazo, el que incluye infraestructura, expectativas y aspiraciones de las personas.
Upper middle class social reproduction. Wealth, Schooling, and Residential Choice in Chile intenta desenredar la intricada red institucional por la que las personas de clase media alta navegan para permanecer en la cúspide de la pirámide social chilena. Para lograrlo, deben realizar una serie de elecciones complejas que los lleva a tener “vidas frenéticas” enfocadas en desarrollar la mayor cantidad de habilidades en sus hijos, para así mantener su posición privilegiada.
Im.2 Segregación socioeconómica en el Área Metropolitana de Santiago, Cono de altos ingresos |Fuente: Méndez & Gayo, 2019. Traducción propia
Las Clases Medias Altas de Santiago de Chile.
Para Méndez y Gayo, a diferencia de otras clases privilegiadas en Latinoamérica, en Chile y específicamente en Santiago el foco de las clases altas es fortalecer su posición ventajosa. Para lograrlo, deben desarrollar una serie de elecciones complejas respecto a la articulación, movilización y acumulación cotidiana de recursos, tales como el capital social y económico, la educación, la elección de residencia, etc.
La reproducción del privilegio no es una norma ni una regla: las clases medias altas contemporáneas se han visto obligadas a combinar sus disposiciones heredadas, derivadas del habitus, con una agenda para diversificar sus estrategias y prácticas. En este proceso de construcción de barreras sociales y afectivas, las familias de clase media alta realizan una serie combinada de estrategias afinadas y cuidadosamente programadas para acumular simultáneamente todo tipo de capital, lo que explicaría su “obsesión” o exceso de control de los espacios de la crianza y la educación, lo que lo hace aún más complejo y eleva su costo económico, social y psicológico.
La movilidad social ascendente crea profundas expectativas en los padres. La lucha por hacer realidad esas expectativas es el telón de fondo de las familias que intervienen en la educación, la vivienda y otras formas de entrenamiento o prácticas que permitirían a sus hijas/os desarrollarse intelectual, social, física y emocionalmente, siendo más exitosos en la vida social. Estas elecciones llevan a los padres a vivir una “vida frenética”, debido a que requieren una gran inversión de tiempo, energía, dinero y compromiso emocional, y sobre todo de las madres que son las principales cuidadoras.
Méndez y Gayo reconocen la clase media alta como un “grupo social”, en el cual es posible identificar patrones de conducta bastante homogéneos, sin embargo, existe heterogeneidad interna que muestra su fragmentación, tanto en sus trayectorias de movilidad socio-temporal, procesos de socialización cultural y social durante la infancia, y orientaciones políticas y culturales. En este contexto, proponen una tipología de 3 grupos: los herederos, achievers y los incomers y settlers, mostrando como los primeros, por haber nacido en la clase social en la que se encuentran tienen mayores privilegios para reproducir sus posiciones, conocen reglas del juego y confían en el conocimiento que les fue traspasado intergeneracionalmente, mientras que los dos grupos restantes enfrentan limitaciones materiales, culturales y políticas.
Dada la dificultad y la cantidad de variables involucradas en la red construida cotidianamente por las clases altas, los autores desarrollan una novedosa metodología que combina perfectamente métodos cuantitativo y cualitativo, utilizando encuestas, análisis espacial y estadístico, datos longitudinales georreferenciados y análisis multietápico de conglomerados. Se enfocan en sujetos, por un lado, pertenecientes al “cono de altos ingresos”, y por otro, miembros de las otras clases sociales del Área Metropolitana de Santiago.
Conclusión.
Elocuentemente Méndez y Gayo caracterizan las prácticas de reproducción de clases, los repertorios político-culturales y las trayectorias de la clase privilegiada de la sociedad chilena. Muestran las similitudes y fragmentaciones en la vida social, tanto a nivel macro como microsocial, lo que da cuenta que dentro de esta clase privilegiada hay grupos que pueden reproducirse socialmente más cómodos, mientras que otros –achievers e incomers– deben realizar una serie de actividades mucho más calculadas y desgastantes para mantener su posición.
Sin embargo, pese al conocimiento de las reglas del juego y el apoyo de las generaciones anteriores, el grupo de “los herederos” es consciente de que debe estar constantemente adaptándose a los tiempos actuales, y, por tanto, “hacer más” que sus padres para mantener su posición, por lo que al igual que achievers e incomers deben vivir “vida frenética”, llena de elecciones que van transformando la ciudad.
Al ser relevante la ubicación residencial, el tiempo y las expectativas en el proceso de reproducción social y acumulación de capitales, se abren una serie de posibilidades e interrogantes, no sólo enfocadas en la forma en que los grupos privilegiados se vinculan con los otros habitantes de la ciudad, sino que también sobre las propias transformaciones y trayectorias futuras de estos grupos.
De esta manera, el libro es un buen punto para adentrarse en las formas en que las clases altas habitan y se reproducen socialmente, e invita a pensar en nuevas formas de investigar la ciudad y sus habitantes, planteando un enfoque metodológico que permite observar a la clase media alta como un grupo complejo, con el que se vinculan distintos tipos de ocupaciones, saberes, prácticas, expectativas y comportamientos que, combinados, dan un bloque de creencias y formas de habitar la ciudad particular.
Méndez, M.L. and Gayo, M. (2019) Upper Middle Class Social Reproduction: Wealth, Schooling, and Residential Choice in Chile, Palgrave Pivot Series, New York.
Entrevista a Amparo Bravo, de Cooperativa Desbordada: “Necesitamos poner la prioridad en las actividades de sostenibilidad de la vida versus las actividades de acumulación”
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por:Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Amparo Bravo Arias, Cooperativa de Economía Feminista Desbordada
Licenciada en Ciencias Económicas de la Universidad de Chile, integrante de la Cooperativa de Economía Feminista Desbordada, se desempeña en la investigación de temáticas relacionadas a la economía feminista, así como a los debates en torno al desarrollo y a las políticas públicas con perspectiva de género. La Cooperativa de Economía Feminista Desbordada es un colectivo compuesto por mujeres provenientes de diversas disciplinas –en su mayoría economistas-, dedicado a la investigación, (auto)formación y difusión de saberes y prácticas que ayuden a entender y transformar el mundo frente a la crisis permanente provocada por el sistema capitalista y patriarcal.
- ¿Qué es la Cooperativa Desbordada y cómo surge el interés por abordar el tema de los cuidados?
La cooperativa nace como un grupo de estudios de egresadas de Ciencias Sociales —específicamente de Economía— quienes decidimos reunirnos a falta de espacios de Economía Crítica y sobre todo con perspectiva feminista. Con el tiempo, este grupo de estudios pasó a ser un espacio de trabajo cooperativo en el que actualmente estamos apostando por autogestionar nuestros recursos con miras a organizar de manera colectiva los salarios, los tiempos y también nuestras formas de consumo.
En este sentido, el abordaje del tema de los cuidados nace desde diferentes dimensiones y escalas dentro de la cooperativa. Por un lado, en la escala de nuestro trabajo de investigación, los cuidados son un concepto central que ha guiado la mayor parte de los debates en la Economía feminista en las últimas décadas. Por lo tanto, el tema de los cuidados nace de una manera muy natural en las reflexiones ligadas a nuestra formación académica y de investigación. Por otro lado, este concepto se hace presente en nuestra esfera de la vida cotidiana: en la manera en que nos relacionamos entre la cooperativa, en la forma en la que nos intercuidamos, en la manera en la que queremos trabajar y también en las posturas políticas y acciones que tomamos en torno a los procesos de transformación social que existen hoy día en el país.
Frente a esto, hemos apostado por la articulación y el trabajo en red entre organizaciones de cuidadoras, principalmente en la Red feminista por los cuidados. Esta es una organización en la que se abordan los cuidados desde una aproximación holística e integral, que no solo incluye los cuidados directos —como los que entendemos como cuidados a personas dependientes—, sino el cuidado al medioambiente, a los cuerpos, a la autodefensa, entre otros
- Ante la actual crisis de los cuidados, agudizada además por la pandemia, ¿cuáles consideras que, al día de hoy, son los principales desafíos de política pública en Chile en torno a este tema?
Creo que para nadie es una sorpresa que la crisis ha dejado en evidencia las fracturas de la organización social, y en particular cuando hablamos del territorio chileno. Las formas de vida —como las dinámicas de trabajo y de movilidad— se vieron completamente transformadas, demostrando en gran medida cuáles eran los tiempos vinculados a los cuidados. Ante esa mayor notoriedad de los cuidados, pudimos ver de manera más clara que son actividades que están en la base del sistema económico y son necesarias para poder vivir.
Durante la pandemia, por ejemplo, se ha puesto en evidencia que la intensa carga de trabajo de los cuidados no remunerados al interior de los hogares es sostenida principalmente en los hombros de mujeres; intensificada, además, por el cierre de las escuelas y por la mayor demanda de cuidados de la salud producto del virus. Asimismo, se ha constatado que existen trabajos que están más expuestos al desarrollarse en el marco de la informalidad, como es el caso de las trabajadoras de casa particular.
En ese contexto, creemos que la política pública es uno de los rangos de acción que pueden incidir en la crisis de los cuidados, pero la magnitud de esta crisis excede las posibilidades de ser solucionada solo a través de este mecanismo. Porque cuando hablamos de los cuidados también nos referimos a otras muchas dimensiones que están fuera de ese marco de acción; como por ejemplo las relaciones que están detrás de la defensa de los territorios y las aguas, el trabajo de cooperativas de abastecimiento local o a las redes de defensa de las disidencias sexo-genéricas
Ahora, en el rango de acción de la política pública hay una serie de desafíos en torno al cuidado remunerado y no remunerado que se pueden ir esbozando desde las mismas organizaciones de cuidadoras y los movimientos feministas. Por ejemplo, está el caso de las trabajadoras de casa particular, quienes han estado levantando una agenda incansable, incluso antes de la pandemia, para poder promover su formalización, ser consideradas como trabajadoras de igual categoría al empleo asalariado, poder acceder al seguro de desempleo y, en general, mejorar sus condiciones laborales.
Otro ejemplo, es la agenda que han ido planteando las cuidadoras no remuneradas con respecto a la necesidad de un sistema plurinacional de cuidados. En este caso, puede reconocerse que existe un trabajo a escala local, en el que las cooperativas de cuidadoras han presentado propuestas directas a sus gobiernos municipales sobre cómo se puede abordar el tema de los cuidados. A escala nacional, puede pensarse en propuestas que abarquen una visión integral de los cuidados en todo el territorio, en las que el gobierno central pueda destinar recursos a los cuidados, considerándolos como un cuarto pilar de la protección social y ya no solo como una política aislada.
Así, las respuestas en las que podemos pensar desde la cooperativa se orientan en las iniciativas que desde los movimientos puedan ir configurándose, para luego proponer políticas que, eventualmente, transformen las relaciones de producción y reproducción que se dan en estas esferas.
- ¿De qué manera la construcción de una nueva Constitución puede contribuir a transitar a una sociedad que ponga al centro los cuidados? ¿qué aspectos clave deberían abordarse?
Como mencionaba anteriormente, nosotras estamos organizándonos en torno a la Red feminista por los cuidados. A través de esta articulación, tratamos de juntar a trabajadoras de los diferentes ámbitos del cuidado para pensar y discutir cuáles son las posibles vías de salida a esta crisis; tanto aquella provocada por la pandemia, como la crisis social que venía evidenciándose en Chile a partir de la revuelta social del 2019 y las revueltas de los años previos.
Recuerdo que en un cabildo al que asistí en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile —en el contexto de la revuelta—nos invitaron a reflexionar en cómo nos gustaría criar, envejecer o alimentarnos. Justamente esa es la oportunidad que vemos en una nueva Constitución, que nos invita a imaginar en qué país queremos cuidar y cómo queremos hacerlo.
En la articulación feminista Elena Caffarena —otro espacio que también se ha armado para incidir desde la agenda feminista a la Convención Constitucional—nos hemos planteado cómo incorporar el tema de los cuidados en la nueva carta magna. Al respecto, hemos reflexionado en la posibilidad de incluirlo, primero, como un principio de Estado que rija la nueva Carta Magna. Luego también como un derecho: el derecho a cuidar, a ser cuidado y al autocuidado, así como abrir espacios para discutir sobre el derecho a no cuidar y que tal vez muchas mujeres con sobrecarga de estos trabajos podrían exigir.
También nos hemos planteado la posibilidad de integrar una visión transversal de los cuidados en normas y leyes particulares relacionadas con la educación, salud, seguridad social, defensa de las aguas o la idea de la familia. Por ejemplo, un sistema plurinacional de cuidados o un mecanismo de reparación dentro de los sistemas de pensiones con respecto al trabajo no remunerado realizado por las mujeres durante toda su vida.
- Desde una aproximación territorial, ¿cómo crees que la calidad de las ciudades y los territorios puede influir en un modelo más justo de cuidados?
Nosotras nos relacionamos y discutimos los temas vinculados a los cuidados con diversas investigadoras y activistas feministas que están trabajando directamente en ellos. En los temas de ciudad y territorio, trabajamos con Ciudad Feminista y con los movimientos por el agua y los territorios que también forman parte de la articulación de la Red feminista por los cuidados. Estas organizaciones han levantado sus demandas y su trabajo militante a partir de las experiencias cotidianas y también de la investigación sobre estos temas, que es desde donde nosotras nos inspiramos.
En esa línea, podemos decir que los contextos en los que se desata con mayor fuerza la crisis de los cuidados son importantes para pensar en más dignidad y justicia. Una ciudad que cuida es una donde el transporte está pensado para las personas con movilidad limitada, donde las calles y veredas están pensadas para la vejez y la niñez. Es una ciudad que piensa en la cercanía de los centros de cuidados para destrabar la sobrecarga de tiempo que implica llevar y trasladar a las personas en situación de dependencia permanente. También es una ciudad que piensa en los tiempos y espacios seguros para que en los barrios, por ejemplo, se puedan articular las actividades del cuidado.
Esto también tiene sentido en los territorios. Desde hace mucho tiempo, las luchadoras medioambientales han venido planteando que la sequía y la apropiación de las aguas no solo ataca la dignidad de las personas, sino que también aumenta la necesidad de acarrear agua y los tiempos necesarios para poder acceder a ella diariamente. O que la contaminación de la tierra ataca los cultivos que podrían permitir la autogestión y abastecimiento de las comunidades en territorios rurales.
Por tanto, existe la necesidad de cambiar el paradigma en el que pensamos el desarrollo de los territorios y de las ciudades fuera del modelo extractivista, que ha cambiado las formas de consumo y producción y ha conducido a las comunidades a desarrollarse en un contexto de ataque a la vida. Necesitamos pensar en una lógica del cuidado para devolver la dignidad a la mayoría de las personas. Es decir, poner la prioridad en las, hoy invisibilizadas, actividades de sostenibilidad de la vida versus las actividades de acumulación que se hacen en desmedro de las condiciones de vida.
- En este trabajo por el reconocimiento de los cuidados, y desde su perspectiva actual, ¿qué tendría que venir después del proceso de integración de la nueva Constitución?
A nosotras nos gusta pensar en el proceso constituyente y también en los procesos que van fuera de este proceso constituyente-destituyente. Porque si bien hay un marco donde la política puede operar y donde el Estado puede hacer un trabajo importante, urgente y muy necesario, también existen procesos que no se rigen bajo estas lógicas y que nos parece necesario observar; tal es el caso de las redes de cooperativas de abastecimiento o de gestión de los recursos a nivel local.
Es por esto que creemos que se necesita una distribución del poder de forma paralela o posterior al proceso constituyente. Y es algo que los pueblos y los movimientos vienen demandando desde hace mucho tiempo. Necesitamos distribuir el poder y los recursos para poder desencadenar los procesos que mejoren nuestras condiciones de vida. Es muy probable que en los próximos años tengamos otro sistema político, de salud, protección social, educación o cuidados de la vejez. Con eso en mente, lo que queremos y esperamos es que exista una mayor agencia de las comunidades para configurar sus propias estrategias de vida y para gestionar los cuidados.
Como referencia podemos encontrar experiencias en América Latina que han empezado a visibilizar, por ejemplo, cómo se gestionan los cuidados a nivel local a través de sistemas de indicadores georreferenciados. Desde estos trabajos y visiones se puede pensar en política, no imponiendo sistemas desde el gobierno central o desde las metrópolis En tal sentido, para nosotras es clave que los nuevos sistemas tengan como base y orientación la organización territorial; pero también que fortalezcan, por ejemplo, las formas de gobierno local y de participación popular en su configuración y su posterior gestión. Esto, además, se relaciona con los desafíos que están más allá de la escala nacional y que probablemente nosotras no podemos destrabar al 100%, pero que son líneas necesarias para cambiar la forma en que el sistema económico se desarrolla.
Por ello he mencionado anteriormente al extractivismo y el ataque de la tierra y los territorios, porque necesitamos avanzar hacia actividades económicas fuera de la lógica extractivista y de que existe un mundo inagotable. Para América Latina esto implicaría, por ejemplo, pensar en relocalizar nuestras cadenas de producción, que actualmente permiten que las emisiones por consumo de ciertos productos sean muy altas porque vienen del otro lado del planeta, cuando en realidad a veces son producidos dentro de nuestro propio continente. En conclusión, existen una serie de cosas que necesitamos pensar y transformar ya no solo a nivel nacional, sino que urgen otros tipos de acuerdos para cambiar estas lógicas de producción y reproducción que una sola franja de tierra no va a transformar.
Una ciudad que acompaña a la infancia, acompaña a todos
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por: FUNDACIÓN ESCALA COMÚN
Carole Gurdon; Arquitecta urbanista, Directora de Estudios Fundación Escala Común; Master en Urbanismo Escuela de Ciencias Políticas de París, Phd (c) en Estudios Urbanos FADEU Pontificia Universidad Católica de Chile / Laboratorio LVMT Paris-Est Sup.
Piera Medina; Arquitecta urbanista, Directora Ejecutiva Fundación Escala Común; Magister en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile, Diplomada en Arquitectura Sustentable UC]
Resumen:
En un contexto donde la crisis de la pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto las dificultades que ejerce el actual modelo de desarrollo productivo y urbano en relación a los cuidados en la ciudad, la presente columna reflexiona en torno a la relación entre el cuidado y la relevancia de la espacialidad en el desarrollo cognitivo de la infancia, aspectos que en conjunto entregan claves para avanzar hacia una planificación urbana con mayor pertinencia infantil en el diseño de los espacios públicos y de las lógicas funcionales de las ciudades. Desde una lectura de los sistemas urbanos actuales que sostienen la gestión del cuidado infantil en la ciudad, se señala la relevancia que tiene para la niñez la dimensión territorial en su desarrollo integral como un derecho que requiere ser visibilizado, y entendido como una oportunidad para avanzar hacia ciudades más integradas, saludables, y socialmente activas.
Palabras clave: Cuidado, geografías de la infancia, planificación urbana, espacio público
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La gestión de los cuidados en la ciudad comienza por una ciudad que cuida y entrega garantías para facilitar y fomentar las dinámicas cotidianas de las personas que habitan en ellas. Sin embargo, el modelo de desarrollo productivo y la mercantilización de los espacios urbanos han afectado tanto la morfología de las ciudades, como la vida cotidiana de las personas que las habitan (De Mattos, 2012; Ascher, 2007; Capel, 2002). Esto ha conducido a una disminución importante de la presencia de los niños/as en los espacios urbanos, aspecto que se ha visto reforzado en el contexto de la pandemia, impactando fuertemente su autonomía en términos de movilidad y uso de los espacios públicos. En un contexto en el cual el 88% de la población infantil de Chile (INE, 2017) habita en entornos urbanos, existe aún una gran brecha respecto de las garantías territoriales que se le otorgan a la niñez en las ciudades del país.
Adicionalmente, la llegada de la pandemia de Covid-19 ha evidenciado aspectos cruciales en la gestión de los cuidados de la infancia en la ciudad, generalmente afectando a la maternidad y equidad de género respecto al equilibrio entre lo laboral y lo doméstico. Estamos frente a una crisis respecto a los cuidados de la niñez que evidencia la importancia de la ciudad como una plataforma no sólo de encuentro, sino también, de soporte de actividades de cuidado fundamentales para la crianza.
Pero, ¿Qué implica todo ello?. ¿Por qué es importante incluir la mirada y las prácticas de los niños/as en la planificación urbana?
Entenderlo requiere traer a presencia la importancia que tiene la espacialidad en el desarrollo de la niñez desde una temprana edad. Los relatos de la cotidianeidad en los niños/as asientan un parámetro fundamental en la dimensión territorial de la infancia. Es a partir de su forma de relacionarse con los espacios urbanos que los niños/as activan habilidades tales como: la capacidad de autonomía y movilidad, la elaboración de mapas cognitivos, la construcción de una memoria de los lugares, el sentido de integración social y de pertenencia, entre otras. Se trata así de reconocer la trama de las rutinas cotidianas de los niños/as en los distintos espacios urbanos, más allá del espacio de juego en la plaza. Al desarrollar sus habilidades cognitivas y espaciales, los niños/as comienzan a enlazar sus experiencias con su percepción del mundo que los rodea (Medina, 2016). Si bien la autonomía es clave para el fortalecimiento de habilidades sociales del niño/a en el camino hacia su madurez, se entiende ésta como el resultado de un proceso continuo que busca como tal, ir progresivamente aumentando los grados en que el niño/a comienza a desenvolverse en las distintas esferas espaciales, según las etapas de crecimiento (Piajet, 1970; Muntañola, 1984). Permitirle a los niños/as desarrollarse en relación a su medio es un derecho que requiere así ser visibilizado.
Im1. Fuente: https://civicplan.ca/the-right-to-play-in-our-public-spaces/
En la actualidad, se está desarrollando a nivel internacional un número creciente de iniciativas enfocadas en otorgar mayor espacio a la experiencia de los niños/as en la ciudad y sus espacios públicos[1]. Todas ellas dan cuenta que, la localización del colegio respecto de las viviendas, la forma de desplazarse, los lugares de trabajo de los padres, así como el entorno urbano y las calles en los cuales se insertan las rutas infantiles, juegan un rol crucial en la gestión del cuidado infantil, y tienen consecuencia directa en la experiencia urbana de los niños/as, su desarrollo emocional y la manera que tienen de relacionarse con el mundo y construirse como seres sociales. Todas estas dimensiones implican remirar las lógicas de planificación urbana, poniendo énfasis en la vida cotidiana y el uso de los espacios desde un enfoque multidimensional que pone no solo a los niños/as, sino que a los sistemas familiares y de cuidado como componentes claves, ante lo cual se vuelve necesario diseñar y planificar desde una perspectiva inclusiva con la infancia y sus cuidadores como un primer eslabón de nuestra sociedad.
Más allá de la movilidad, el desplazamiento, y la seguridad vial, –aspectos fundamentales–, la planificación urbana debe tomar en cuenta la experiencia y emociones que surgen desde las prácticas sociales asociadas a la movilidad activa en la ciudad, y su aporte en el desarrollo cognitivo, motor, sensorial, espacial, y social de los niños/as. La infancia abre espacios sociales que son totalmente distintos a los de otras etapas de vida, ya que a partir de sus vínculos espontáneos se convierten en motores de activación de la sociabilidad; los niños/as tienen la habilidad de abrirse a lo desconocido a través del juego, donde surgen vínculos sin juicios y con un gran sentido de equidad. Esto genera inclusión y entrega elementos que son necesarios para generar sociedad. La cultura del juego tiene que ver con unas de las principales cualidades de la ciudad: la exploración, el disfrute, y el encuentro, todas ellas necesarias para la condición urbana. Por otra parte, a través del juego infantil los lugares se resignifican, adquieren distintos y nuevos sentidos e interpretaciones, no solo para los niños/as, sino que también para las comunidades que los habitan. No obstante, sin sistemas urbanos que permitan el despliegue de tales habilidades, la ciudad pierde su capacidad de acompañar el proceso de crianza y desarrollo infantil.
Una ciudad más inclusiva y amigable para todos –una ciudad que cuida– es aquella que piensa en las lógicas y prácticas cotidianas de sus habitantes y que incorpora a la infancia y a los sistemas familiares y comunitarios como componentes claves de la vida cotidiana en la urbe y sus espacios públicos. Una ciudad que cuida debe incorporar las prácticas y también la escala corporal de todas las personas que habitan en ella.
Im2. Fuente: Fundación Escala Común
Para la infancia, la dimensión de la proximidad cobra relevancia, y sitúa al barrio como espacio natural para el encuentro y la sostenibilidad del cuidado. “Sobre el espacio cotidiano, operan las prácticas infantiles” (Delgado, 2007: 267) posicionando al barrio como un eslabón significativo para comprender aquellas dimensiones del cuidado de los niños/as en la ciudad. La dimensión barrial permite una aproximación hacia espacios de lo cotidiano, aquellos lugares que relacionan el contexto inmediato con las prácticas de la niñez, permitiendo el desarrollo de redes que estructuran el crecimiento de la persona (Riviere, 2012). El barrio se configura entonces, como el espacio natural de la infancia, aquel lugar que ordena los espacios que ellos reconocen en un radio cercano a su casa y que les otorgan sentido de pertenencia desde una edad temprana: parques, plazas, calles, locales y vecinos; espacios en los que transcurren sus vidas, donde crecen, y adquieren hábitos y habilidades (Martinez, 2005; Medina, 2016). El barrio es para el niño/a su ámbito de vida, el lugar donde se define fuera del tiempo de clases, donde se puede mover seguro. La escala de lo próximo es así fundamental para la construcción del conocimiento e identidad (ibídem; Tonucci, 2006). Desde ahí surge la ‘noción de barrio’, vinculado a esa experiencia primera, que tuvo lugar en ese espacio que vivimos cuando chicos (Delgado, 2007). En efecto, como consecuencia de la pandemia, el barrio ha vuelto a recuperar ese espacio social y cotidiano para las personas y las familias, reactivando en muchos casos, el sentido comunitario que los niños/as requieren para desarrollar sus habilidades socioemocionales. Quizás aquí está, y ha estado siempre, la clave a una mayor inclusión infantil y de los cuidados en la ciudad.
Por ello, el uso, la presencia y el cuidado de los niños/as en las ciudades, no sólo viene a ser una clave en el bienestar infantil y desarrollo de habilidades cognitivas fundamentales en su desarrollo integral, sino que además, entrega claves para avanzar hacia ciudades más seguras, amigables, inclusivas para todos, siendo un indicador de calidad de los espacios urbanos, desafíos que se hacen aún más urgente durante y luego de la pandemia.
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Referencias bibliográficas
Ascher F. (2007); “Los nuevos principios del urbanismo”; Ed. Alianza ensayo, España.
Bourdieu P. (2010); “Efectos de lugar”; en P. Bourdieu: La miseria del mundo. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, pp.119
Capel, H. (2002); “La morfología de las ciudades: La sociedad, cultura y paisaje urbano”; Ediciones del Serbal, Barcelona.
Delgado, M. (2007); “Epílogo: en busca del espacio perdido”. En “Sociedades movedizas: pasos hacia una antropología de las calles”
De Mattos, C. (2012); “Gobernanza neoliberal, mercantilización de la vida social y metamorfosis urbana en América Latina”, (PUC), Santiago de Chile.
Martinez N. (2005); “Reflexión sobre los espacios de los niños en la ciudad. Revista Arquitectura y Humanidades. Disponible en: http://architecthum.edu.mx/Architecthumtemp/ensayos/norma- martinez.htm
Medina P. (2016); “Geografías de la Infancia: morfología barrial: accesibilidad y autonomía de los niños/as en la ciudad”; Tesis de Magister en Desarrollo Urbano UC, Disponible en: https://estudiosurbanos.uc.cl/exalumnos/geografias-de-la-infancia-morfologia-barrial-accesibilidad-y-autonomia-de-los-ninos-as-en-la-ciudad/
Muntañola J. (1984); “El niño y la arquitectura: Manual introductorio sobre la enseñanza de la arquitectura y el urbanismo en las escuelas”; Colección didáctica del medio ambiente, Serie B, Ciencias Sociales y Medio Ambiente. Oikos-Itau
INE (2017); “Estadísticas demográficas” Instituto Nacional de Estadísticas
OCDE (2021); “PwC Women in Work Index 2021 Chile”; https://www.pwc.com/cl/es/publicaciones/PwC-Women-in-Work-Index-2021-Chile.pdf
Piaget, J. (1970); “Teorías de Piaget: Psicología de la inteligencia”, (Editorial Psique), Buenos Aires.
Riviere C. (2012); “Children’s autonomy and our relationship with public spaces”. Revista Metropolitiques No7, Noviembre 2012
Tonucci F. (2006); “La ciudad de los niños; un nuevo modo de pensar la ciudad”, (Fundación Germán Sanchez R.), España.
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Notas:
- [1]El proyecto “The City at Eye Level for Kids” de la Fundación Bernard Van Leer que se constituye como una plataforma abierta de difusión de iniciativas locales enfocadas en la creación de espacios urbanos amigables para los niños/as (2018-2019): https://thecityateyelevel.com/app/uploads/2019/06/eBook_CAEL_Kids_Book_Design_Kidsgecomprimeerd.pdf
- La guía de diseño y planificación “Cities Alive. Diseñando para la Infancia” de ARUP (2017)
- La guía de diseño y planificación “Streets for kids” de NACTO (2020)
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Entrevista Paula Soto: "La dimensión territorial y espacial ha estado un poco desdibujada dentro de la discusión de los cuidados"
VerEntrevista Paula Soto: "La dimensión territorial y espacial ha estado un poco desdibujada dentro de la discusión de los cuidados"
Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por:Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Paula Soto Villagrán (Chile) es Maestra y Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa. Realizó una estancia de investigación post-doctoral en Geografía Humana en el Depto. Sociología, donde se desempeña como Profesora investigadora en la Licenciatura en Geografía Humana. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores/as. Sus principales temas de investigación son: la relación entre la ciudad, la movilidad y el género, el hábitat urbano y la vivienda, la construcción espacial del miedo, las geografías feministas y los métodos cualitativos para el estudio del espacio urbano. Actualmente es investigadora responsable del proyecto “Una mirada de género-interseccional a las prácticas de movilidad cotidiana de mujeres de la Ciudad de México. Aportes para la construcción de ciudades cuidadoras e inclusivas” de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECTEI) de la Ciudad de México.
- Nos enteramos que has sido reconocida por la Transformative Urban Mobility Initiative (TUMI) como una de las cincuenta mujeres más relevantes en el mundo del transporte. ¿Podrías contarnos cómo desde tu formación inicial en Trabajo Social empezaste a relacionarte con los estudios urbanos desde una perspectiva de género?
Considero que un aporte fundamental del Trabajo social en mi formación ha sido el poder reconocer la importancia de poner a las personas en el centro de los procesos de planificación. De hecho, en el poco tiempo que ejercí como trabajadora social, me desenvolví en el ámbito de las políticas de género de un municipio, y desde ahí pudimos construir proyectos colaborativos con organizaciones de mujeres para su incorporación en distintos ámbitos de ciudadanía dentro de los procesos urbanos.
Por otro lado, la maestría y el doctorado que hice en Antropología sin duda fueron un hito fundamental en mi formación. Desde esa visión encontré en las dimensiones espacio-temporales un argumento para pensar las ciudades y la vida cotidiana. A partir de ello, pude comprender que el espacio es una categoría que ha permitido separar, excluir y jerarquizar a grupos dentro de la sociedad; y que el tiempo es una representación recíproca del espacio. Por lo tanto, había que considerarlos como categorías analíticas para cualquier fenómeno social, pero sobre todo para las relaciones de género, particularmente, si se considera que el orden social del género se legitima en una estructura espacio-temporal que asigna un lugar a las mujeres dentro de la sociedad. Pensar a partir de estas categorías me ayudó a entender ámbitos como lo rutinario o el proceso de reproducción social de la vida cotidiana; pero también identificar algunos recursos de transgresión y de ruptura de la vida cotidiana, a partir de la agencia y el capital espacial de las mujeres.
Posteriormente, el postdoctorado en Geografía humana permitió ubicarme mucho más disciplinariamente en las reflexiones de la Geografía humanista y después en la Geografía feminista como un renovador proyecto epistemológico, teórico y metodológico. Y eso me ayudó a asentar un poco más las reflexiones en torno a las diferencias que implica el género en el análisis espacial y también a desarrollar una mirada mucho más situada.
- Sabemos que recientemente tu investigación ha puesto en valor el tema de los cuidados y su relación con la ciudad. ¿Podrías explicarnos cómo se expresa esta relación y porqué es importante estudiarla?
Yo diría que el recorrido investigativo me ha llevado de manera fluida al tema de los cuidados a partir de reconocer cómo el cuidado contribuye a la reproducción, la gestión y el mantenimiento de la vida cotidiana, y también como una parte fundamental de la existencia y bienestar de las personas a lo largo del ciclo de vida.
Las teóricas feministas han logrado revelar la contribución económica, social y política del trabajo no remunerado y su importancia dentro de la reproducción y la sostenibilidad de la vida. Además, las distintas disciplinas influenciadas por el pensamiento feminista, como la Economía feminista o la Antropología feminista, han ayudado a situar a los cuidados como objeto de investigación y también como un elemento central dentro de cualquier reflexión de las ciencias sociales. Sin embargo, considero que la dimensión territorial y espacial ha estado un poco desdibujada o se da por sentada dentro de la discusión de los cuidados.
Por lo tanto, desde mi perspectiva, es fundamental incorporar las aportaciones que realizan disciplinas que tematizan el espacio, como son el Urbanismo o la Geografía feminista, en esta mirada sobre los cuidados. Estas, por un lado, han permitido reconocer las infraestructuras, equipamientos y relaciones urbanas como aspectos materiales que son necesarios en la vida cotidiana; y por otro, han revelado cómo las prácticas del cuidado siempre están localizadas en algún lugar. Incluso, en la última década, estas discusiones se han ido complejizando, pues algunas geógrafas feministas han ampliado la atención más allá de la localización de los espacios del cuidado, buscando entender también cómo en estas prácticas se involucran espacios, poderes, temporalidades, redes y sujetos.
En este contexto, lo que he buscado aportar es profundizar una discusión teórica que fundamente la importancia de pensar los cuidados dentro de la geografía y del análisis espacial. Y recientemente, en un proyecto más específico, estamos buscando identificar lo que significa cuidar a diferentes personas en una ciudad tan grande y tan compleja como es la Ciudad de México (CDMX). Es decir, comprender las prácticas del cuidado móviles de diferentes sujetos dentro de la ciudad; personas mayores, niñez, personas con alguna discapacidad, conceptualizando las movilidades y sus espacialidades como parte fundamental de las relaciones sociales y materiales del cuidado que se dan en los espacios urbanos.
De la mano con esto, estamos en el proceso de edición de un libro sobre los cuidados en la CDMX. Es una publicación que reunirá algunas reflexiones teóricas de quienes consideramos las exponentes más importantes sobre la ciudad, los cuidados y la movilidad actualmente: Paola Jirón, Inés Sánchez de Madariaga, Elena Zucchini y Blanca Valdivia. Y a nivel de la CDMX, participaremos alrededor de nueve estudiantes e investigadoras que hemos realizado proyectos sobre las diferentes formas móviles y las espacialidades de los cuidados. Esperamos que el libro pueda estar publicado en diciembre.
- Con base en los estudios que has realizado sobre la movilidad en la Ciudad de México, ¿qué principales hallazgos y lecciones puedes destacar al abordarla desde la mirada de los cuidados?
Diría que uno de los primeros hallazgos importantes, en su momento, fue identificar que uno de los factores que afecta directamente la movilidad cotidiana de las mujeres es el miedo a la violencia. La construcción social y espacial del miedo desde una perspectiva feminista nos ha demostrado que esto tiene un efecto diferencial inmediato en los patrones de viaje de las mujeres, como en las características y los tiempos en que se realizan estos viajes, pero sobre todo en las formas performativas corporales de las movilidades de las mujeres.
En este sentido, en diferentes investigaciones hemos documentado que el miedo a la violencia sexual, en cualquiera de sus formas, restringe la movilidad de las mujeres configurando sus recorridos. Por un lado, modela la percepción y uso del espacio y el lugar; y por otro, el temor puede ampliar o constreñir los límites de nuestro cuerpo y nuestros paisajes cotidianos. En algunos textos he planteado que el miedo es una forma de violencia, porque las mujeres como parte de los mecanismos de autocuidado, dejan de ir a ciertos lugares, pagan más por el transporte, modifican su vestimenta o prefieren viajar acompañadas, con la pérdida de autonomía que esto significa. En cualquiera de estas formas, es imposible hablar de reacciones ante el miedo sin considerar las relaciones sociales y políticas que estructuran tanto los espacios físicos como la vida cotidiana de las mujeres. Por lo tanto, lo que hemos buscado demostrar es que el cuidado también se relaciona con las formas de autocuidado que las mujeres van desarrollando a lo largo de su cotidianidad y en el curso de la vida, fundamentalmente, a partir de esta construcción del miedo que afecta directamente a la movilidad.
Por otro lado, a través de varias investigaciones y de estudios que hemos realizado en los Centros de Transferencia Modal (CETRAM) de la Ciudad de México, también hemos encontrado otras entradas interesantes respecto a la relación entre movilidad, género y cuidados. La primera tiene que ver con la desventaja que tienen las mujeres en el acceso y uso del transporte en la CDMX. Por ejemplo, que el automóvil es utilizado en menor medida por las mujeres y que no es un recurso principal para la realización de labores del cuidado. O que las mujeres tienen prácticas de movilidad que las hacen más dependientes del transporte público y de sistemas informales de transporte que se producen en la movilidad interna de los barrios. Otro aspecto es que, si bien los viajes en bicicleta han aumentado significativamente en la CDMX de acuerdo a la última encuesta origen-destino, las mujeres hacen un menor uso de este medio en comparación con los hombres; lo que indica, entre otros aspectos, que no se ha logrado romper con las barreras estructurales y culturales que tienen las mujeres para el uso de estos medios no motorizados. Estas y otras características distintas en los viajes de mujeres y hombres hacen cuestionar la pertinencia de la universalidad y la neutralidad del sujeto que generalmente está detrás de las políticas de transporte.
Una segunda entrada que podemos destacar, es la asignación diferencial y extendida de las tareas del cuidado y reproducción social hacia las mujeres. Si bien la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo de 2019 indica que los hombres se involucran cada vez más en las tareas del cuidado, aún se aprecia una gran brecha en el tiempo que los hombres destinan a esas tareas. La división sexual del trabajo que se expresa en una distinción entre las labores remuneradas y no remuneradas, incide en que las mujeres usen la ciudad de una manera más diversificada. Por ejemplo, al tener que realizar distintos trayectos para moverse entre los servicios de salud, escuelas, compras de alimentos, entre otros. En el caso particular de los CETRAM —que concentran distintos modos de transporte— identificamos que estos tienen un papel fundamental en la realización de las tareas de cuidado por parte de las mujeres. Si bien el trabajo es el propósito principal del uso del transporte público, las labores de cuidado son la segunda prioridad para las mujeres, lo que implica poner atención en el uso diferencial que hacen las mujeres de los servicios de la ciudad y también en cómo acceden a estos.
Otra entrada que nos ha permitido comprender la relación entre movilidad, cuidados y ciudad tiene que ver con el diseño de los espacios de movilidad y del transporte. Particularmente cuando estos espacios son pensados para el flujo, el paso o la circulación, no se tiene en cuenta que existen muchas prácticas de estar en el espacio, para las cuales son importantes aspectos materiales. Por ejemplo, las características de las aceras para llevar carriolas, la disponibilidad de baños con cambiadores en los espacios de transporte o la existencia de áreas de descanso o de recreación que pueden facilitar o dificultar estas prácticas. Pero es necesario ir más allá, porque el cuidado también se realiza en movimiento. Por ejemplo, cuando una madre lleva a su hijo a la escuela va cuidando durante el viaje, no es solo un desplazamiento con un propósito de cuidado, sino que las prácticas de cuidado se hacen presentes desde antes del viaje y también a lo largo del mismo.
Una cuarta entrada sería considerar que un elemento importante en la movilidad de los cuidados es el viajar acompañando a personas dependientes, lo que es mucho más común en el caso de las mujeres. En este sentido, las mujeres generalmente no toman decisiones tan racionales en torno a sus viajes, sino que dependen constantemente de una red de sujetos que requieren de la compañía o del cuidado de una persona adulta, como son la niñez y personas con alguna discapacidad o personas mayores. Esto implica que las relaciones de interdependencia en los cuidados se hagan más presentes cuando se trata de moverse dentro de la ciudad y, por tanto, desencadenen en una serie de decisiones de movilidad: la elección de modos de transporte, la temporalidad para realizar las actividades o pensar en la comodidad y la seguridad de las personas a quienes se cuida, implicando ya no solo la seguridad de las propias mujeres, que a veces pasa al segundo plano.
- ¿Cuáles dirías que son los principales desafíos de la planificación urbana y del transporte en México y en otros países latinoamericanos, respecto a los cuidados y la perspectiva de género?
Yo diría que es considerar en serio el análisis feminista de la ciudad y el análisis de género en la movilidad y el transporte, que hasta ahora no han logrado instalarse en el centro de la planificación urbana. En este sentido, es importante comprender que el género es un elemento estructurador en todas las sociedades y que no solo define roles, sino muchas veces prácticas, comportamientos y formas diferenciales de movernos en la ciudad.
Incluso, mirar desde una perspectiva de género interseccional nos permite identificar que dentro del género están imbricadas otras formas de opresión que pueden ser múltiples —como la edad o la etnicidad— y que tienen una expresión en la movilidad. Es decir, para una mujer con alguna discapacidad, la movilidad puede representar uno de los temas más importantes de su vida cotidiana. O para las mujeres que vienen de comunidades indígenas a la Ciudad de México, la movilidad también puede implicar una dificultad mayor, por ejemplo, para acceder al transporte público de manera más equitativa.
En este sentido, creo que es importante deconstruir la universalidad en las políticas de transporte, y no solo la del sujeto masculino, sino también la del sujeto universal femenino. Por tal, considero fundamental retomar una de las aportaciones más importantes del análisis feminista dentro de la movilidad: reconocer que la forma en que las personas se mueven no solo es diferente y heterogénea, sino profundamente desigual. Tomarse en serio esta afirmación, nos permitirá desarrollar una planificación que realmente atienda las necesidades de las mujeres en su diversidad.
- Últimamente, se reconoce una tendencia en el diseño urbano de buscar soluciones tipo para integrar los cuidados y la perspectiva de género en los proyectos. ¿Cuál sería tu reflexión respecto a esto?
Yo diría que en el transporte, e incluso en el tema de seguridad, existe una cierta tendencia a pensar que las soluciones de diseño van a cambiar el entorno contruido y con ello las relaciones de género. No obstante, las ciencias sociales han enfatizado la naturaleza social y política de las relaciones de género; por ejemplo, en el caso del miedo es importante considerar que está inevitablemente incrustado en las relaciones de poder de género, y el cambio en el espacio no implica necesariamente que modificamos la estructura que sostiene las desigualdades. Por tanto, considero que se debe pensar en una comprensión más compleja de las relaciones de género.
Lo mismo pienso para el cuidado. Bajo este boom de las ciudades cuidadoras, yo diría que hay que mirar con sigilo las respuestas que tienden a dar soluciones tipo de infraestructura, equipamiento o de diseño para incorporar a los cuidados. Particularmente, cuando sabemos que lo que sostiene la distribución inequitativa de los cuidados es una estructura social, un orden social de género. Siguiendo a Nancy Fraser, sino logramos reconocer el trabajo de cuidados, reducirlo de manera más comunitaria y colectiva, y redistribuirlo entre los distintos géneros, podremos construir calles o transportes cuidadores, pero finalmente van a seguir cuidando las mujeres. Por tanto, es fundamental considerar también la estructura de poder de género en la que se sustenta esta inequitativa distribución de los cuidados que ha normalizado la carga de los cuidados, la inseguridad, las violencias, etc.
Repensar los espacios públicos como espacios de cuidado en la post-pandemia
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por: Paz Concha Méndez; PhD en Sociología y Máster en Cultura y Sociedad (London School of Economics and Political Science); Antropóloga Social (Universidad de Chile) Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile y Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).
Consuelo Banda Cárcamo; Magíster en Desarrollo Urbano (Pontificia Universidad Católica de Chile); Licenciada en Teoría e Historia del Arte (Universidad de Chile). Ex Becaria COES]
Resumen
La pandemia ocasionada por el COVID-19 ha puesto en discusión el rol de los cuidados en la ciudad y en el espacio público. Las experiencias surgidas durante estos últimos dos años de confinamientos y la profundización de la crisis de los cuidados en Chile, que afecta principalmente a mujeres, nos invitan a discutir las posibilidades de transformación del espacio público en espacios de cuidados colectivos post-pandemia. Para esto, es fundamental repensar el espacio privado y el espacio público desde el enfoque de la interdependencia, viendo a cuidadores y quienes requieren cuidados como parte de una red de relaciones múltiples y simultáneas que se desenvuelven tanto en el hogar como fuera de éste. Esta mirada, nos permite atender la diversidad de usos que acontecen en el espacio público desde el cuidado, buscando estrategias que mejoren principalmente la experiencia cotidiana de mujeres, niños, adultos mayores y personas con capacidades diversas en la ciudad.
Palabras clave: espacio público, cuidados, interdependencia.
Una de las consecuencias que nos ha traído la pandemia ha sido la profundización y visibilización de la crisis de los cuidados que las familias han estado viviendo en sus espacios íntimos, especialmente en relación con el cuidado de la niñez, personas mayores y enfermos y su impacto en la salud de quienes cuidan. Junto con la amenaza del COVID-19, el empeoramiento de la salud mental dada las medidas de confinamiento ha afectado desproporcionadamente a las mujeres, sobre todo, las que realizan labores de cuidado. Según la encuesta Termómetro Social (2020) las mujeres entre 35-45 años son quienes más han sufrido deterioro de su salud mental a causa de la pandemia; la combinación del trabajo doméstico, el teletrabajo, el cuidado de menores y otros adultos en confinamiento han sobrecargado a este grupo.
Im1. Parque Botánico antes de la cuarentena de Junio 2021, Ñuñoa / Fuente: Registro personal Paz Concha, 2021.
Los impactos de la crisis de los cuidados y los efectos del confinamiento nos invitan a repensar la relación entre el espacio privado y el espacio público, así como en su interdependencia. El enfoque de la interdependencia nos permite observar a cuidadores y personas que requieren cuidados como parte de una red de relaciones múltiples y simultáneas que se desenvuelven tanto en el hogar como fuera de éste. Desde esta perspectiva, la desigualdad en el acceso y uso de los espacios públicos es uno de los elementos que debe repensarse al alero de mejorar la calidad de vida de quienes utilizan estos espacios para el cuidado, especialmente las mujeres cuidadoras y las personas a quienes cuidan.
Los espacios públicos para el cuidado en las ciudades post-pandemia deben considerar en su diseño y mantenimiento actividades que se hagan cargo de estas múltiples necesidades; desde el ocio hasta la actividad física, el descanso o la recreación. De igual manera, es necesario considerar los trayectos y actividades asociadas al cuidado que no se limitan a lugares específicos, pero que también acontecen en el espacio urbano. En su libro Ciudad Feminista, Leslie Kern (2020) narra desde la experiencia de la maternidad, cómo las ciudades están desprovistas de infraestructuras y servicios que faciliten desplazamientos con niños; la ausencia de baños públicos, veredas que contemplen el paso de coches e incluso, los tiempos destinados al cruce peatonal son algunos de estos factores, y que también están presentes en la experiencia de adultos mayores, personas con restricciones de movilidad o capacidades diversas.
Además, debemos agregar la inseguridad que las mujeres experimentan en las ciudades, lo que también afecta la participación y disfrute en el espacio público. Tras casi dos años de cuarentenas y toques de queda, la relación entre las mujeres y las personas a quienes cuidan con la calle se vuelve cada vez más compleja. La implementación de franjas horarias ha permitido reconectar a parte de la población con los espacios públicos para el deporte y la recreación, sin embargo, no es una medida aplicable en todos los casos, principalmente dentro de los grupos que mayoritariamente viven situaciones de violencia, discriminación y acoso. Debemos ser capaces de mejorar todas las condiciones espaciales que propicien la confianza, la salud, equidad y la dignidad en el uso de los espacios públicos.
Im2: Personas descansando en Parque Inés de Suarez con distanciamiento físico. Fuente: Registro personal Paz Concha, 2020.
La experiencia acumulada de activistas y académicas feministas en la materia nos enseña que mejorar estas y otras condiciones de las ciudades no significa “ayudar a las mujeres con las tareas de cuidado”, sino hacer de la ciudad misma un espacio de cuidados colectivos. Esto requiere también a la par, hacer cambios sociales importantes en cuanto a la distribución de tareas para el cuidado. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2015 (2016) antes de la pandemia las mujeres dedicaban 5,89 horas diarias a realizar labores domésticas, casi el doble de las que destinan los hombres a las mismas tareas (2,74). Esta inequidad afecta el día a día de las mujeres, restringiendo sus elecciones y otorgando mayor atención al tiempo de descanso de los demás, y menos a sus propios deseos, necesidades y cuidados.
Algunas experiencias internacionales que han comenzado a repensar el espacio público como espacio de cuidado en la ciudad post-pandemia, apuntan primeramente a levantar conocimiento no sólo acerca de las barreras de acceso a los espacios sino también de los usos de estos espacios para el cuidado. Es de común acuerdo que algunas de las barreras que dificultan a las mujeres y niñas el disfrutar de los espacios públicos son la inseguridad, acoso y falta de tiempo. Sin embargo, la información acerca del uso y la experiencia del espacio público diferenciado por género no es suficientemente relevada. Así, levantar instrumentos que nos permitan mejorar estos espacios y hacerlos más inclusivos y equitativos es una de las tareas pendientes a futuro.
La fundación inglesa Make Space For Girls (2021) (“Crear lugar para las niñas”) destaca que algunas de las medidas ya probadas para generar más participación en el espacio público en el caso de las niñas y mujeres adolescentes tienen que ver con el diseño urbano, como mejorar la iluminación, aumentar las áreas donde sentarse, habilitar baños públicos o mejorar la vigilancia. Pero sobre todo, preguntarles cuáles son sus experiencias y qué es lo que desean de estos espacios. Junto con esto, ONU Mujeres (2019) propone cuatro áreas de acción que deben ser consideradas para diseñar espacios públicos seguros y empoderadores para mujeres y niñas libres de violencia; identificar soluciones que involucren a la población local; mejorar leyes y políticas, invertir en seguridad y viabilidad económica de los espacios públicos; y “fomentar normas sociales transformadoras que promuevan los derechos de mujeres y niñas a utilizar los espacios públicos libres de acoso y otras formas de violencia sexual.” (p.7)
Im3: Encuentro de mujeres patinadoras (rollerskate, skate y BMX) en Skatepark de Placilla, Valparaíso. Fuente: registro personal Consuelo Banda, 2020.
Otras acciones deben considerar medidas que ayuden a los adultos mayores a reintegrarse a los espacios públicos de manera segura, no sólo por ser un grupo vulnerable al contagio de COVID-19, sino también porque incluso antes de la pandemia las ciudades tampoco han considerado sus realidades y necesidades. Las académicas Setha Low y Anastasia Loukaitou-Sideris (2020) analizan para el caso de Estados Unidos algunas propuestas implementadas por espacios comerciales, como los horarios exclusivos para adultos mayores, pero que definitivamente podrían ir más allá; modernizar áreas donde se generen filas con más asientos y sombra para que personas mayores puedan esperar cómodamente; redistribuir asientos en las plazas donde puedan compartir pero también sentirse resguardados; destinar vagones y espacios del transporte público para poblaciones vulnerable; o liberar calles para uso peatonal para poder respetar el distanciamiento físico durante la pandemia.
Para el caso chileno, el diseño de espacios públicos para el cuidado se podría materializar en mejorar las condiciones de seguridad para personas mayores, niños, niñas y mujeres, aumentando la dotación de espacios públicos de calidad, con mejores accesos en términos de distancia y horarios; rediseñándose como espacios múltiples que alberguen distintas actividades y públicos y que involucren a la ciudadanía en su diseño y mantención. Sin duda, estos importantes desafíos para hacer de los espacios públicos y las ciudades espacios de cuidado colectivo deben abordarse desde el conocimiento técnico y territorial, siempre comprendiendo los usos y necesidades de los usuarios, y con una activa participación de la ciudadanía.
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Bibliografía:
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Kern, L. (2020). Ciudad feminista: La lucha por el espacio en un mundo diseñado por hombres. Buenos Aires: Godot.
Low, S y Loukaitou-Sideris, A. (2020). Public Spaces for Older Adults Must be Reimagined as Cities Reopen. Disponible en: https://nextcity.org/daily/entry/public-spaces-for-older-adults-must-be-reimagined-as-cities-reopen
ONU Mujeres (2019). ONU MUJERES (2019). Iniciativa insignia mundial Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros para las Mujeres y las Niñas: Compendio Internacional de Prácticas. Nueva York: ONU MUJERES. Disponible en: https://www.unwomen.org/es/digital-library/publications/2019/01/safe-cities-and-safe-public-spaces-international-compendium-of-practices
Walker, S y Clark, I. (2020). Make Space for Girls: Everything you need to know in one (relatively) easy document. Make Space for Girls. Disponible en: http://makespaceforgirls.co.uk/research/
Crisis sanitaria y la organización social de los cuidados: hacia una ciudad del cuidado
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por: Roxanna Ríos, Arquitecta (UC), Magíster en Desarrollo Urbano (IEUT UC), Profesional Laboratorios Urbanos, Unidad de Política y Práctica, Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS).
Martín Álvarez, Sociólogo (UC) Magíster en Desarrollo Urbano (IEUT UC), Profesional Laboratorios Urbanos, Unidad de Política y Práctica, Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS).]
RESUMEN
La crisis sanitaria ha agudizado la carga de trabajo reproductivo y de cuidado(s), y profundizado desigualdades estructurales y simbólicas asociadas al rol de cuidado que histórica y culturalmente se ha asignado a las mujeres. Las desigualdades de género se expresan en la construcción binaria de la ciudad actual, que separa las funciones productivas de las reproductivas, invisibilizando las tareas de cuidado. El enfoque de género sobre la ciudad ha contribuido a visibilizar los cuidados y la interdependencia como fundamentales para la reproducción de la vida, y, por lo tanto, claves para el derecho a la ciudad y la calidad de vida urbanas. La desigualdad de género en la responsabilidades reproductivas y domésticas se encarnan en la movilidad e inmovilidad del cuidado, las que limitan la autonomía de las mujeres, al reducir los espacios y tiempos de movilidad, e impedir el acceso a oportunidades y servicios que ofrece la ciudad. La nueva convención constitucional, plantea una oportunidad para repensar nuestras ciudades e integrar el derecho a la ciudad y la organización social de los cuidados.
Palabras clave: Cuidados / Movilidad / Pandemia
Emergencia sanitaria y trabajo reproductivo
La crisis sanitaria tiene efectos dispares en nuestra sociedad, impactando con mayor fuerza en las mujeres. Se ha agudizado el trabajo reproductivo y de cuidado(s), asociado histórica y culturalmente al sexo femenino.
Con respecto a las labores de cuidado, el informe Movid 19 (Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas COVID-19 en Chile, 2020) señala que un 42% de las mujeres son cuidadoras de otros/as, tarea que deben compatibilizar simultáneamente con otras labores (situación también conocida como triple jornada laboral). En comparación, mientras un 22% de las mujeres ha aumentado más de 8 horas su carga diaria de cuidados, solo 13% de los hombres lo ha hecho. La brecha de género para el resto de las actividades domésticas (cocinar, aseo, hacer las compras, entre otros) es similar, intensificando la carga de trabajo femenina. A modo de ejemplo, el coronavirus provocó el cierre masivo de establecimientos educacionales, pero el rol de educadores ha sido asumido casi exclusivamente por las mujeres. Tal como destaca el estudio del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, realizado en conjunto con ONU Mujeres y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (Bravo et al., 2020), el 71% de los hombres dedicó cero horas semanales al acompañamiento de sus hijos en deberes escolares.
La pandemia también impactó en mayor medida a la ocupación y a las condiciones laborales de las mujeres. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2020), las ramas de actividad económica donde se observa una mayor ocupación femenina han sido las más golpeadas. Durante la pandemia, 900.000 mujeres han perdido sus puestos de trabajo en Chile. Entre ellas, un 88% reporta que les es imposible volver a buscar un empleo. El fenómeno anterior se manifiesta en que la tasa de participación laboral femenina en el año 2020 fue de 45,3%, la más baja desde el año 2010.
Estas desigualdades estructurales y simbólicas se (re)conectan con el trabajo reproductivo. Gran parte de las mujeres (33,9% de acuerdo con el INE, 2020) declara como razón principal para no insertarse en el mercado laboral, el tener que realizar labores familiares permanentes, como el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en sus hogares.
La insostenibilidad de la organización doméstica y social de los cuidados tensiona otras inequidades preexistentes que afectan a las mujeres. El estudio “Termómetro de la Salud Mental en Chile” (2021) ha señalado que la prevalencia de síntomas de salud mental muestra una clara brecha entre hombres y mujeres (8,5% en hombres versus un 25,7% en mujeres). Respecto a la salud física, las mujeres están más expuestas al contagio del coronavirus en comparación con los hombres (más del 70% de la fuerza laboral en salud son mujeres); además, el evidente riesgo producido por los confinamientos ha desembocado en el aumento exponencial de los casos de violencia intrafamiliar (VIF) (CIPER, 2021).
(In)movilidad de los cuidados
La “movilidad del cuidado” (Sánchez de Madariaga, 2009) identifica la importancia que cobran los viajes asociados al cuidado, que suelen ser invisibilizados tanto en el cálculo de las políticas urbanas, como en la planificación urbana. La ciudad contemporánea separa las funciones de trabajo y de habitar de forma binaria, al ser pensada desde la experiencia de un sujeto tipo que es “hombre, blanco, de clase media y con vehículo propio” (Colectivo Punt6, 2019). La planificación del transporte también se encuentra construida siguiendo esta lógica, al priorizar viajes laborales y lineales por sobre los demás.
Los viajes femeninos asociados al cuidado son complejos, concatenados y poligonales. Los hombres, en cambio, tienden a realizar viajes lineales que, histórica y culturalmente, se vinculan a las actividades productivas y autónomas. Este contraste se basa en un modelo de familia nuclear, que asume la existencia de “hombres champiñón”. En otras palabras, hombres libres de cargas o necesidades de cuidado y completamente disponibles para el empleo (Pérez, 2006). Atendiendo a esta perspectiva, el enfoque de género sobre la ciudad ha contribuido a visibilizar la interdependencia como una de las características principales de los cuidados. La economía feminista plantea una visión amplia del cuidado, reconociendo que todos y todas somos seres interdependientes a lo largo de nuestra vida y que alternamos posiciones continuamente, pero con diferentes grados de dependencia.
La interdependencia es expresada en el par dicotómico de movilidad-inmovilidad. En primer lugar, la inmovilidad de muchas mujeres permite el privilegio de la movilidad de otras personas. En segundo lugar, la movilidad del cuidado no es una decisión individual; diferentes negociaciones y organizaciones ocurren dentro de “los miembros del hogar y las redes en las cuales se insertan” (Jirón & Gómez, 2018). La desigualdad en la responsabilidad del cuidado —que recae principalmente en mujeres y se encarna en la movilidad e inmovilidad del cuidado— limita la autonomía de las mujeres, al reducir los espacios y tiempos de movilidad, e impedir el acceso a oportunidades y servicios que ofrece la ciudad.
Además del género, otras características personales (ej. etnia, edad, religión, clase y discapacidad) influyen en cómo las personas experimentan el espacio y requieren de una mirada interseccional, que visibilice la exclusión urbana de colectivos de sujetos (Soto, 2018). Las mujeres vulnerables experimentan más desigualdades en su movilidad cotidiana. Por un lado, deben sortear obstáculos a diario —entre ellos, barreras físicas (urbanas), culturales (patriarcado), perceptuales (victimización) y económicas (precarización)—, en entornos urbanos deprivados y muchas veces sin contar con una red de apoyo ni recursos para facilitar sus trayectos. Por otro lado, la pandemia ha profundizado su inmovilidad, a partir de limitaciones al desplazamiento, el cierre de establecimientos educacionales, y de las diversas medidas autoimpuestas por el miedo al contagio.
Reflexión: hacia una ciudad del cuidado
La nueva convención constitucional plantea una oportunidad para integrar el derecho a la ciudad y la organización social de los cuidados. El derecho a la ciudad se debe garantizar a través de un cambio de paradigma con el que planificamos y construimos ciudades. Necesitamos ciudades que pongan en el centro la vida de las personas, sin homogeneizar los usos o actividades que estas pueden desarrollar (Valdivia, 2018). Una ciudad del cuidado requiere de su visibilización y de otorgar espacios y tiempos para este (Colectivo Punt6, 2019), en línea con una visión “universal y multidimensional” (Serey y Giaconi, 2020), que implique tanto el derecho a recibir cuidados, como el derecho a elegir si se desea cuidar o no (Pérez, 2006).
Es tanto la movilidad como la inmovilidad del cuidado, las que permiten la ilusión de un sujeto productivo y autónomo. Reconocer la interdependencia como algo universal, requiere asumir su responsabilidad no como algo individual y privado, sino social y político (Carrasco, Borderías y Torns, 2011, en Valdivia, 2018). La falta de apoyo y co-responsabilidad en los cuidados —tanto por parte de otros miembros de familia y redes sociales, como por instituciones y políticas públicas— implica que las mujeres que cuidan, subsidian con su calidad de vida el deber de la sociedad de contribuir a la reproducción de la vida.
Avanzar hacia una ciudad cuidadora implica transformarla para la sociabilización de los cuidados (Rico & Segovia, 2017). Y, a través de planificación urbana y políticas públicas, integrar las necesidades de grupos que hoy no son considerados, para generar ciudades más justas e inclusivas para todas las personas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Colectivo Punt 6 (2019). Urbanismo feminista. Por una transformación radical de los espacios de vida. Barcelona: Virus Editorial.
Jirón, P. & Gómez, J. (2018). Interdependencia, cuidado y género desde las estrategias de movilidad en la ciudad de Santiago. Tempo Social, 30(2), 55-72. https://doi.org/10.11606/0103-2070.ts.2018.142245
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Pérez Orozco, A. (2006). Amenaza tormenta: la crisis de los cuidados y la reorganización del sistema económico. Revista de Economía Crítica [Asociación de Economía Crítica], (5), 7-37. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1972567
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Sánchez de Madariaga, I. (2009). Vivienda, movilidad y urbanismo para la igualdad en la diversidad: ciudades, género y dependencia. Ciudad y territorio: Estudios territoriales, 41(161-162), 581-598. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3105978
Segovia, M., Pérez, G. (9 de marzo de 2021). Violencia contra la mujer en la cuarentena: denuncias bajaron 9,6% y llamadas de auxilio aumentaron 43,8%. CIPER. Recuperado en https://www.ciperchile.cl/2021/03/09/violencia-contra-la-mujer-en-la-cuarentena-denuncias-bajaron-96-y-llamadas-de-auxilio-aumentaron-438/.
Serey, M., Giaconi, C. (2020). ¿Por qué debe incorporarse el derecho al cuidado en la futura Constitución? Una reflexión desde el cuidado no remunerado de personas en situación de dependencia. Intervención, 10(1): Reflexiones para tiempos de incertidumbre, pandemia y revuelta social, 111 a 118. https://intervencion.uahurtado.cl/index.php/intervencion/article/view/94
Soto Villagrán, P. (2018). Hacia la construcción de unas geografías de género de la ciudad. Formas plurales de habitar y significar los espacios urbanos en Latinoamérica. Perspectiva Geográfica, 23(2). https://revistas.uptc.edu.co/index.php/perspectiva/article/view/7382
Valdivia, B. (2018). Del urbanismo androcéntrico a la ciudad cuidadora. Hábitat y sociedad, (11), 65-84. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6695842
¿Cómo nos cuidan las ciudades? Algunas experiencias y aprendizajes
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por: Fernanda Gorrini, Psicóloga Social Comunitaria. Estudiante Magister Hábitat Residencial, Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile y Coordinadora Social Fundación Urbanismo Social]
Resumen:
Durante este último tiempo han surgido varias reflexiones y aportes sobre la importancia de los cuidados en la forma en que planificamos y hacemos ciudad, en particular porque la crisis sanitaria ha hecho evidente que necesitamos de cuidados para sostener nuestras vidas. La forma en que vivimos día a día ha cambiado; situaciones como el teletrabajo, el desempleo, el aumento de las labores domésticas y la limitación de contar con redes de apoyo, entre otras, han dado cuenta que una de las mayores problemáticas actuales tiene que ver con la forma en que reproducimos la vida y cuidamos de otros. Ante esta situación, urge pensar en las formas de los cuidados más allá de la corresponsabilidad familiar, dando cuenta del rol que cumplen las instituciones y los espacios que construimos y habitamos cotidianamente: Nadie se cuida solo/a, siempre requerimos de una persona, lugares y herramientas que sean soporte para nuestras vidas. Si los asentamientos humanos se crearon para el resguardo de las personas ¿De qué manera las ciudades y nuestros territorios nos cuidan? ¿Qué elementos y prácticas debemos promover para que los lugares donde habitamos y ocurre nuestras vidas sean espacios pensados para cuidarnos?
Palabras clave: Cuidados, Urbanismo Social, Ciudad y Territorio
Los cuidados se definen como la gestión y el mantenimiento cotidiano de la vida, la salud y el bienestar de las personas, siendo esencial para la existencia de la vida y su sostenibilidad. Todos los seres humanos necesitamos cuidados a lo largo de nuestras vidas, y somos dignos de recibirlos, es una condición indispensable para la propia existencia y la continuidad de nuestra sociedad (Comas D’Argemir, 2017).Si bien los cuidados son parte indispensable de nuestra vida, su invisibilización pareciera tener relación con un modelo de sociedad que pone en valor la producción y lo económico por sobre otras formas de relacionarnos; los cuidados son asociados a los afectos y a la obligación moral, bajo la idea de que el amor todo lo puede, y por consiguiente se vuelve difícil catalogarlos como forma de trabajo para sostener nuestra vida. Además, se inscriben dentro de la concepción de familia mononuclear, desconociendo otras formas de sostener relaciones sociales. Por último, los cuidados se asumen como responsabilidad del ser mujer, al creer que es una práctica natural de su condición de género.
La planificación de las ciudades materializa dicha invisibilización y poca valorización de las prácticas de los cuidados, un ejemplo que se ha estudiado estos últimos años dice relación con la movilidad dentro de la ciudad (Jirón y Zunino Sinh, 2017), experiencia que no es homogénea, y en donde llama la atención que en general las personas cuidadoras, en su mayoría mujeres, realizan más viajes en el transporte público (Encuesta Origen – Destino, 2019). Estas rutas, no son caminos de la casa al trabajo, sino una serie de trayectos que dan cuenta de la importancia de los servicios y equipamiento dentro de una ciudad, estos caminos no son azarosos, sino que implican una serie decisiones y estrategias que se utilizan para hacer más eficiente los trayectos, evitar lugares o espacios que se perciben como inseguros, entre otras. Esto complejiza, otros aspectos, como el sistema de cobro de los pasajes, se piensa en trayectos lineales, de la casa al trabajo, como si entremedio no ocurriera la vida; la compra de alimento, la necesidad de servicios, el dejar a niños y niñas en sus establecimientos educacionales o la necesidad de acceder a espacios de recreación.
Desde la Fundación Urbanismo Social, hemos intentado visibilizar la perspectiva de género como un aporte para comprender el rol que cumplen los cuidados dentro de nuestros territorios, sin lugar a dudas nos queda mucho por avanzar y aprender, sin embargo en la apuesta por construir ciudades más humanas y equitativas, hemos reconocido la importancia de avanzar hacia intervenciones y diseños que le den mayor relevancia a las prácticas de cuidado y se resguarden estos espacios.
Algunas iniciativas que podemos destacar que es el proyecto de Mujeres de Renca por el Derecho a la Ciudad, financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y que surge del trabajo articulado con la Junta Vecinal Villa La Montaña de la comuna de Renca, que fue ganadora del Fondo Chile Compromiso de Todos. Si bien este se encuentra suspendido por la crisis sanitaria, destacamos la experiencia del Encuentro de Mujeres realizado en marzo del 2020, en donde se convocó a más de 40 mujeres diversas y se trabajó en temáticas de ciudad, memoria, acceso a la vivienda, proceso constituyente y sexualidades. Se buscaba en este espacio reflexionar sobre la importancia de la apropiación del espacio público por parte de mujeres diversas, para vivir la ciudad de forma más democrática, equitativa y segura.
Im1. Encuentro Mujeres de Renca por el Derecho a la Ciudad, 2020
La instancia se realizó por estaciones de trabajo, donde cada participante podía elegir temas de interés, y contó con un espacio de cuidados para niños, niñas y personas dependientes, y así permitir, a quienes cumplen con sus labores de cuidados, de participar de forma activa en las diversas actividades, espacio fundamental para toda actividad que implica participación ciudadana. Resultó muy valioso destinar un espacio de reflexión sobre temas que pareciera ser que no son temas para las mujeres y reconocer las experiencias y prácticas comunes y compartidas en la forma de hacer ciudad[1].
Otras experiencias que nos han aportado son los Talleres de Sensibilización y Prevención del Acoso Callejero con constructoras e inmobiliarias, quienes hoy ocupan un lugar relevante en la forma de hacer ciudad, y donde su involucramiento puede marcar la diferencia en la forma en la que se insertan con su entorno. Lo interesante de este tipo de instancia es que interpela a todos los ejecutivos de las empresas, dado que los cambios de conducta y sensibilización sobre la importancia de sostener relaciones de respeto y en armonía con los territorios donde se sitúan, tienen que ser una práctica de la organización en su conjunto[2].
Im2. Taller Sensibilización y Prevención del Acoso Callejero, 2020
Otros proyectos que nos han entregado grandes aprendizajes fue la Red Comunitaria en Prevención de la Violencia hacia la mujer, del Fondo Nacional de Seguridad Pública, proyecto realizado en Talca, y que logra posicionar la importancia de responsabilidad colectiva y el rol de las comunidades como protagonista en la prevención de la violencia, tanto en el traspaso de información entre pares y como en la necesidad de fortalecer las redes de apoyo locales, sobre todo en un contexto de crisis sanitaria que interpela a pensar en nuevas formas de sostener el vínculo con otras personas.
Las experiencias aquí enunciadas son algunas de las miles de prácticas presentes en nuestro país que buscan de alguna forma, dar lugar a la reproducción de la vida, y por tanto de visibilizar los cuidados en nuestras ciudades.
Im3. Intervenciones Red Comunitaria en Prevención de la Violencia hacia la mujer
Es importante reconocer estas prácticas y compartir experiencias y aprendizajes que aporten y nos ayuden a responder la pregunta sobre la forma en las ciudades y territorios se vuelven lugares que nos cuidan.
A continuación, algunos aprendizajes a partir de distintos intentos por poner esto en práctica:
- No existen recetas, cada territorio es diverso y las prácticas de cuidado si bien son transversales a las personas, las necesidades y formas en que se resuelven depende del contexto en que nos encontremos. Por consiguiente, el diseño de las ciudades y de espacios que promuevan el cuidado no pueden ser estandarizados, desde aquí se desprende la importancia de los procesos de participación ciudadana y la construcción del hábitat.
- Los cuidados no son un tema de mujeres, es importante involucrar a diferentes actores en esta discusión, estratégicamente es necesario sensibilizar y capacitar a quienes hoy en día toman decisiones en relación a la planificación territorial y al crecimiento de la ciudad, en su mayoría hombres y empresarios.
- Fortalecer el rol del Estado y gobiernos locales en la implementación de una normativa que reconozca el valor de los cuidados, estos no pueden quedar en la voluntad o buena práctica asociada a la construcción de ciudades. Los instrumentos de planificación urbana existente son insuficientes, son los procesos de participación asociados los que deben velar por visibilizar otras voces, nuestras experiencias y necesidades en/de las ciudades son diversas, no podemos seguir estandarizando nuestra vida cotidiana, nuestros territorios deben avanzar hacia espacios que sean inclusivos y diversos.
- Urge generar indicadores que permitan no sólo medir el impacto de los cuidados en nuestra vida cotidiana, sino reconocer aquellos soportes que son esenciales para sostener los cuidados, como servicios y equipamientos.
En este sentido, damos cuenta que los cuidados no son una tarea de familias, no tienen que ver sólo con el amor y no es cuestión de mujeres; los cuidados son el soporte de nuestra vida, y permite que las personas en su diversidad puedan ser autónomas. Los cuidados son públicos, una responsabilidad del Estado y como ciudadanía tenemos que avanzar, de cara al proceso constituyente, en su visibilización y consideración en nuestras vidas.
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Referencias Bibliográficas:
- Comas d’Argemir, D. (2017). Cuidados, género y ciudad en la gestión de la vida cotidiana. En coordinadora. Ramírez Kuri, P. (Ed). La erosión del espacio público en la ciudad neoliberal (pp.59-90). Ciudad de Mexico, Mexico: Universidad Nacional Autónoma de México.
- Jirón, Paola; Zunino Singh, Dhan Dossier. Movilidad Urbana y Género: experiencias latinoamericanas Revista Transporte y Territorio, núm. 16, 2017, pp. 1-8 Universidad de Buenos Aires Buenos Aires, Argentina
[1] Más información en https://urbanismosocial.cl/noticias/primer-encuentro-de-mujeres-por-el-derecho-a-la-ciudad/
[2] Más información en https://www.latercera.com/la-tercera-sabado/noticia/obra-en-contra-del-acoso-callejero-como-la-construccion-quiere-erradicar-los-incomodos-piropos/XP3ACH6CEVDNBASA5Q6N5HRORY/
COOPERATIVISMO DE VIVIENDA Y DIVERSIDAD SEXUAL EN MÉXICO. “POR UN HÁBITAT POPULAR PARA LA DIVERSIDAD SEXUAL Y DE GÉNERO”
VerCOOPERATIVISMO DE VIVIENDA Y DIVERSIDAD SEXUAL EN MÉXICO. “POR UN HÁBITAT POPULAR PARA LA DIVERSIDAD SEXUAL Y DE GÉNERO”
Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por: Cooperativa Xochicalli, México]
Resumen:
La Cooperativa Xochicalli, con el fin de generar un proyecto de vivienda para la población de alto riesgo y minorías LGBT+, trabaja para eliminar las formas de discriminación más comunes, que a decir de la OCDE son: ser indígena, ser moreno y pertenecer a la diversidad sexual y de género. En México, el 61% de la población LGBT+ rentan la casa que habita y en muchos casos bajo hacinamiento o situaciones desfavorables de habitabilidad, en el año 2019, quienes formamos parte de esta población iniciamos los trabajos para conformar la primera cooperativa de vivienda de la comunidad LGBTIQ+, teniendo en cuenta la descripción de cooperativa de la Alianza Cooperativa Internacional que dice: las cooperativas son empresas centradas en las personas, que pertenecen a sus miembros, quienes las dirigen de forma democrática para dar respuesta a sus necesidades y aspiraciones socioeconómicas comunes. Xochicalli trabaja para garantizar el acceso igualitario al derecho a una vivienda digna, decorosa en espacios libres de discriminación.
Palabras clave: social, diversidad, cooperativa
Los orígenes de las sociedades cooperativas en la República Mexicana se remontan al año de 1870, cuando las corrientes de pensamiento cooperativistas que permeaban en Europa, y el éxito que éstas habían tenido en el viejo continente, llegaron a México por parte de Don Juan Mata Rivera, fue este personaje quien se dedicó a difundir la ideología cooperativista y logro conformar en el año de 1873 a un grupo de sastres que se unieron para abrir el primer taller de sastrería cooperativista en la capital del país (Olvera, 2001), a partir de este momento el movimiento cooperativista tuvo un empuje y una aceptación en la sociedad mexicana logrando popularizarse y trascender la dictadura de Porfirio Díaz, en donde el libre mercado era la principal forma económica, y la Revolución Mexicana y los cambios políticos y económicos que ésta trajeron. Para 1938 con la necesidad de normativizar las sociedades cooperativas nace la primera ley de cooperativas llamada ¨Ley General de Sociedades Cooperativas¨, actualmente esta ley sigue vigente y ha sufrido diferentes modificaciones que no terminan de adecuarse a la contemporaneidad.
En esta ley se pondrían las bases para la viabilidad de las cooperativas de producción y de consumo, aunque esta ley no alcanza a cubrir las condiciones para generar una cooperativa de vivienda, la sociedad civil encontró la forma de adaptarla a partir de una cooperativa de consumo. De esta forma, en los años sesenta, comenzaron los primeros ejercicios para promover una auténtica cooperativa de vivienda.
En 1969 y 1970 surge [aunque no es la primera cooperativa de vivienda, pero sí la más representativa] ¨Cooperativa Palo Alto¨, nombre oficial “Unión de Vecinos de Palo Alto”, que en 1972 logra organizarse para adquirir el suelo donde ya vivían, una mina de arena agotada, cuyo dueño original de apellido Ledezma, quien buscaba expulsarlos después de emplearlos como mineros y cobrarles por más de 30 años una renta por vivir en casas de cartón. (Rodríguez, 2019)
La Ciudad de México actualmente es un campo de desarrollo urbano implacable, la situación actual para adquirir una casa aun teniendo las condiciones favorables es compleja; es decir, que un trabajador tenga un salario por encima del promedio y que cuente con las facilidades crediticias que por derecho le corresponden, además, si es casado y tiene la fortuna de que su pareja cuente con derechos laborales que igualmente le permitan acceder a un crédito, puede aspirar a hacerse de un patrimonio mancomunado, patrimonio que muchas veces se traduce en un departamento de interés social [un inmueble con una o dos habitaciones, cocina, baño y una sala-comedor, espacio que difícilmente llega a los 45 metros cuadrados].
Las cooperativas de vivienda actualmente se conforman por personas, que, como trabajadores no cuentan con prestaciones y que buscan alejarse de estas casas de interés social. Es importante señalar que una gran parte de la población en la Ciudad de México no cuenta con acceso a la vivienda, ni a mecanismos que favorezcan la adquisición de un inmueble, dentro de estas poblaciones se encuentran quienes pertenecen a la diversidad sexual, que viven bajo la discriminación por parte de la sociedad, que si bien han existido políticas públicas y reformas legales encaminadas a desaparecer la desigualdad en la población de la diversidad sexual, aun se sigue considerando una población prioritaria.
La población de la diversidad sexual conformada por Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Intersexuales y Queer (LGBTIQ+) es una de ellas, pues según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tiene un 7% menos de posibilidades que el resto de la población de conseguir un empleo y cuando trabajan ganan un 4% menos. Además, dichas personas se ven limitadas por un “techo de cristal” en sus carreras profesionales. No solo tenemos un panorama de discriminación física si no también económica y laboral que contribuye a la violencia ejercida de manera inconsciente y sistemática hacia la comunidad y las juventudes que se concentran en la capital del país, cuyo gobierno no garantiza derechos plenos. En la Ciudad de México los jóvenes que encabezan una jefatura de hogar pagan hasta un 65% de su salario por un alquiler, y son especialmente de estratos sociales bajos. (ENIGH, 2018)
Es en este panorama desalentador, y sumado a que El 61% de la población LGBT+ en México rentan la casa que habita (MUSAS DE METAL, s/f) y en muchos casos bajo hacinamiento o situaciones desfavorables de habitabilidad, en el año 2019, quienes formamos parte de esta población iniciamos los trabajos para conformar la primera cooperativa de vivienda de la comunidad LGBTIQ+ bajo el nombre de Xochicalli, teniendo en cuenta la descripción de cooperativa de la Alianza Cooperativa Internacional que dice: las cooperativas son empresas centradas en las personas, que pertenecen a sus miembros, quienes las dirigen de forma democrática para dar respuesta a sus necesidades y aspiraciones socioeconómicas comunes. Xochicalli trabaja para garantizar el acceso igualitario al derecho a una vivienda digna, decorosa en espacios libres de discriminación.
Im 1. Constitución legal de la cooperativa
La Cooperativa Xochicalli con el fin de generar un proyecto de vivienda para la población de alto riesgo y minorías LGBT+ trabaja para eliminar las formas de discriminación más comunes que a decir de la OCDE son: ser indígena, ser moreno y pertenecer a la diversidad sexual y de género. Para ello la organización dentro de la cooperativa es de forma horizontal, a pesar de que la ley de cooperativas nos exige un organigrama, es por ello que las asambleas y el trabajo se reparten de manera equitativa, todos los miembros tienen voz y voto y todas las opiniones son válidas.
Un objetivo por el cual trabajamos es lograr vivienda social, pero no de espacios mínimos, sino un proyecto integral que conjunte a la vivienda y los usuarios y a su vez la relación de éstos con la ciudad, tal como lo determina la Carta de la Ciudad de México por el derecho a la ciudad, este documento es vanguardista en teoría, pero es corto en ejecución.
Otro objetivo de la cooperativa es impulsar proyectos de mejoramiento barrial a fin de ir recuperando espacios públicos que procuren la regeneración del tejido social. Se instalará un centro de integración comunitario LGBTIQ+ donde se ofrezcan actividades culturales, educativas y sociales, garantizando la economía social, el emprendimiento y los derechos culturales de los habitantes. Es por ello que creemos que la visibilidad del proyecto será de mayor fuerza y estratégicamente más poderosa si logramos ubicarlo en una zona de alta concentración demográfica o dentro de un centro barrial, al trabajar con y para la protección de los vecinos y al mismo tiempo contrarrestaremos los estigmas sociales que se tiene con la población LGBTIQ+.
Actualmente la política del Gobierno de la Ciudad de México está encaminada a regularizar a las cooperativas en materia de vivienda, con base en ese apoyo trabajamos en mesas de debate con el Movimiento Urbano Popular, que es un conjunto de organizaciones y colectivos que trabajaron por conseguir mejores condiciones de vivienda al igual que Xochicalli.
Im 2. Miembros cooperativistas
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REFERENCIAS BIBLOGRÁFICAS
- Olvera López, Adriana. El Sistema Cooperativo Industrial Mexicano, 1929-1958, UNAM-FE, México, 2001, pág. I-II)
- Rodríguez Buendía, Abrahán. Palo Alto y las cooperativas de vivienda en México, 2019 disponible en: https://centrourbano.com/2019/08/12/palo-alto-y-las-cooperativas-de-vivienda-en-mexico/
- Alianza cooperativa internacional. Disponible en: http://www.coopera.cl/cooperativismo/
- 2da Encuesta de discriminación, CDMX (EDIS 2017 – COPRED) disponible en: https://inegi.org.mx/programas/enadis/2017
- Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) disponible en: https://emol.com/noticias/Economia/2019/03/27/942563/Estudio-OCDE- Personas-LGTB-tienen-menos-acceso-al-mundo-laboral-y-ganan-4-menos.html
- Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) (2018). Nueva serie. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. México: inegi. https://wwinegi.org.mx/ programas/enigh/nc/2018/. Y EVALUA CDMX (2018). Medición de la Pobreza y la Desigualdad en la Ciudad de México (MMIP) Periodo 2012-2018. evalúa cdmx. ttps://www.evalua.cdmx.gob.mx/ principales-atribuciones/medicion-de-la-pobrezay- desigualdad, Presentados en La situación inquilinaria en México en el contexto de la contingencia sanitaria por COVID-19 por la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC-AL) disponible en: https://hic-al.org/wp-content/uploads/2021/05/Informe-situacion- inquilinaria.pdf.
- MUSAS DE METAL disponible en: https://musasdemetal.org/
La vida de los cuidados, un mundo que contar | La Vida Ante Sí
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por Eliana Lisset Alfaro Hernández, Arquitecta U. Autónoma de Nuevo León, Estudiante Magíster en Proyecto Urbano, ARQ – UC]
Película: La Vida Ante Sí (2020)
Dirigido por: Edoardo Ponti
Premios: Nominada al Oscar Mejor Canción Original (2021), Ganadora Golden Globes Mejor Canción Original Ganadora AARP (2021), Ganadora Movies for Grownups Awards – Mejor Actriz Sophia Loren (2021), Ganadora Alliance of Women Film Journalists (2021), Ganadora Capri, Hollywood (2020), Ganadora CinEuphoria Awards (2021), Ganadora David di Donatello Awards (2021).
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=A9axbMEvsRE
(Disponible en Netflix)
Resumen.
La Vida Ante Sí (2020) es una película italo-estadounidense dirigida por Edoardo Ponti, que muestra la vida cotidiana de Madame Rosa una mujer de edad avanzada, sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz y exprostituta, que se dedica a la labor de cuidado de hijos de otras trabajadoras sexuales, a quienes frecuenta en un barrio popular del sur de Europa. Conoce a Momo, un huérfano originario de Senegal, un niño problemático que llegó a su vida a través del Dr. Coen, quien le pidió ayuda a Madame Rosa para cuidar a Momo, un buen niño que sólo necesitaba de una figura materna que lo ayudara en su formación y crecimiento. Si bien la historia se cuenta desde el punto de vista de Momo como protagonista, el fuerte personaje de Madame Rosa revela la importancia de las mujeres que cumplen un rol de cuidadoras como labor cotidiana en una sociedad, valiéndose de sus propios recursos para estar al pendiente de las necesidades físicas, emocionales, educativas, y recreativas de los niños, ¿qué importancia le damos como sociedad al trabajo de los cuidados en una ciudad?
Palabras Clave. Mujeres, Cuidados, Ciudad
Im.1 Póster Documental | Fuente: https://www.filmaffinity.com/
Introducción.
De acuerdo con Chatzidakis et al. (2020), en las últimas cinco décadas, las ideas del bienestar social y de la comunidad (welfare), han sido desplazadas por un concepto de individualismo resiliente, en donde estar bien (wellness) y la superación personal, se volvió premisa en los objetivos sociales. Aunado a esto, el libro explica cómo el cuidado ha sido desvalorizado por mucho tiempo, esto debido a su asociación con lo femenino y con el concepto de improductividad incorporado a estos trabajos de cuidado. Es así como queda invisibilizado todo lo que concierne este tipo de labores: los espacios exteriores e interiores donde se efectúan, el mobiliario y objetos que se requieren para su función óptima, los alimentos para su consumo, así como la vestimenta que se emplea. Todos estos elementos que integran una labor de cuidado son planificadas, coordinadas y efectuadas por una sola persona, la mujer y en el caso de La Vida Ante Sí son responsabilidad de Madame Rosa, la cual no se encuentra catalogada dentro del sistema económico neoliberal como un elemento productivo en la sociedad. En ese sentido, ¿cómo se observa la invisibilidad de las labores de cuidado en las ciudades basado en este sistema neoliberal?
Im.2 Mujer y Cuidado. Fotograma La Vida Ante Sí | Fuente: https://www.netflix.com/
Cuidados y Productividad.
Para el sistema neoliberal, la productividad se define como una medida económica que calcula cuántos bienes y servicios se han producido por cada factor utilizado (trabajador, capital, tiempo, tierra, etc.) durante un periodo determinado (Sevilla, 2016). En ese sentido, entre más produzcas, más eficiente eres, y más valor tienes en el sistema. ¿Quién es el mayor representante de esta conceptualización? Desde el origen de los tiempos, el hombre se ha caracterizado por cumplir el rol de proveedor y productor, mientras que la mujer ha adquirido el rol del cuidado de los hijos. Esto ha provocado una polarización en la valorización de los roles en la sociedad, una visión sesgada que invisibiliza a la mujer como capital humano y productora económica, por no catalogar el cuidado como un bien y servicio, aún y cuando se le invierte el factor del tiempo.
Im.3 Solicitud de cuidar a Momo. Fotograma La Vida Ante Sí | Fuente: https://www.netflix.com/
Sin embargo, a pesar de ser una labor no valorada y en la mayoría de las veces no remunerada, dentro del imaginario social y colectivo, la mujer es símbolo de fuerza, carácter y liderazgo que se vale de sus recursos propios para solventar las problemáticas que surgen en la crianza y en el cuidado de los niños, tal cual como se visualiza en la escena de la película La Vida Ante Sí, cuando el Dr. Coen busca a Madame Rosa para cuidar a Momo, porque la valida y la reconoce como una persona importante entre los vecinos, por su labor en el cuidado de los hijos de otras mujeres. Esta película enfatiza la importancia que tiene el rol de la mujer como cuidadora para el desenvolvimiento de la vida de Momo y las decisiones que va tomando en cada aventura que atraviesa durante la historia. Es así, como la trama visibiliza algo que queda implícito o devaluado en una sociedad.
Im.4 El cuidado como un rol social. Fotograma La Vida Ante Sí | Fuente: https://www.netflix.com/
El espacio de los Cuidados.
Si bien el tema de los cuidados del relato ocurre principalmente en la casa de Madame Rosa y en los espacios comunes del condominio donde habitan, así como el sótano donde se sitúan las últimas escenas de la película, un contexto que se vivió en la realidad durante el confinamiento por la pandemia, hemos de recordar que es en los espacios públicos donde ocurren estos encuentros de cuidado: la mamá o la niñera que cuida a los niños en los juegos infantiles, la enfermera encargada de pasear a personas de la tercera edad en los pasajes peatonales de los parques, los comedores comunitarios en las entradas de los hospitales para procurar a las familias que esperan noticias de sus familiares, entre otros. Estos ejemplos de motivos de cuidado, así como muchos otros, requieren de una buena infraestructura y un buen diseño de espacio público que permita la vida comunal entre vecinos y la sociedad.
Im.5 El cuidado como encuentro. Fotograma La Vida Ante Sí | Fuente: https://www.netflix.com/
Conclusión.
Por muchos años, las ciudades han sido planeadas para la población productiva –los hombres-, en donde la prioridad es la eficiencia de los recorridos entre el trabajo y el hogar, olvidándose de los espacios intermedios que permiten estos espacios de cuidado, esto a través del acaparamiento de los automóviles sobre los espacios públicos, restándole espacialidad a la infraestructura de aceras, parques y espacios de permanencia que promuevan una diversidad de dinámicas sociales. A través de La Vida Ante Sí, podemos concluir que el rol de la mujer como autora de la labor de cuidados ocupa uno de los trabajos más importantes dentro de la formación y educación de la sociedad, sea antes de su entrada al sistema laboral neoliberal, o incluso después de su salida en la etapa de jubilación, por lo que es imprescindible atender sus necesidades sociales, de infraestructura y de movilidad en la planificación de las ciudades.
Referencias.
Sevilla, A. (2016) Productividad. Economipedia. Disponible en https://economipedia.com/definiciones/ productividad.html
Chatzidakis, A., Hakim, J., Littler, J., Rottenberg, C. & Segal, L. (2020) The Care Manifesto: The Politics of Interdependence. Verso.
Desatender, una mirada desde la vejez y su soledad | El Agente Topo
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Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por Lesley Fiorella Ayala Calero, Arquitecta U. de El Salvador, Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Documental: El Agente Topo (2020)
Dirigido por: Maite Alberdi
Premios: Nominado al Oscar Mejor Documental (2021), Ganador Mejor Película Europea Festival de Cine de San Sebastián (2020), Ganador Cinema Eye Honors Awards, US (2021), Ganador Festival de Cine de Lima PUCP (2020), Ganador National Board of Review, US (2021).
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=a5gHV3dQsuA
(Disponible en Netflix)
Resumen.
Los cuidados, que normalmente identificamos como parte única de la formación de pequeños niños, también lo son propios de la tercera edad. Como demuestra El Agente Topo ambos extremos de la vida son importantes dentro del ejercicio de cuidar, con todas sus aristas: desde brindar cariño, satisfacer necesidades básicas, hasta la seguridad de poder obtener una vejez digna, respetada y no relegada al olvido, tanto familiar como institucional. La reseña aborda una reflexión acerca de cómo institucional y socialmente se manifiesta el cuidado, el olvido y la soledad a la que se someten los adultos mayores, y cómo se expresa el desatender en el documental de Maite Alberdi.
Palabras Clave. Vejez, cuidados, soledad.
Im.1 Póster Documental | Fuente: https://www. https://www.sensacine.com/
Introducción.
El documental El Agente Topo nos muestra una realidad molesta, una verdad que como sociedad escondemos tal cual polvo bajo la alfombra, que de vez en cuando aparece para recordarnos que esta ahí, y que no nos hemos hecho cargo de ella. Esta realidad es la desvaloración del “otro” sea adulto mayor, de mediana edad o infante, y es que, la pérdida del valor, tanto humano como el determinado por su aporte social y económico, está tan internalizado dentro de nosotros que lo vemos y ejercemos de forma natural en nuestro comportamiento. Se expresa cuando somos apáticos, insensibles, poco solidarios y hasta aporofóbicos con aquellos que nos han dado tanto hasta la vida o nos ha guiado a lo largo de esta.
Cuidado Social.
El sistema de previsión social que presenta El Agente Topo actúa deficientemente en el cuidado de los pensionados, ya que dentro de la trama acuden cinco adultos mayores a la entrevista laboral y uno de los argumentos que más se mencionan como razón de su interés para obtener el trabajo, es la falta de ingreso económico percibido, que no alcanza para vivir. Una segunda razón para aceptar la propuesta es la falta de afecto recibido que se transforma en soledad, una soledad que se vive no solo por el abandono y olvido familiar, sino también el abandono estatal, que posteriormente se refleja en la calidad y condiciones del inmueble de hogar de ancianos.
Im.2 Entrevista de Trabajo de Sergio | Fuente: https://caaci-iberoamerica.org/
Se evidencia un déficit de atención al ciudadano por parte del sistema de previsión social, que en vez de dignificar la vida, la humilla con pensiones inferiores a los 120.000 pesos chilenos o 200 dólares americanos, y asimismo existe un Estado (independientemente de la nación que sea) que formula políticas públicas de previsión social que no aterrizan en el territorio y que terminan siendo propuestas utópicas que solo funcionan para un determinado grupo social, con sistemas de protección al adulto mayor que no cumplen con la fiscalización de los centros de cuidados, ejemplificado de forma cómica por el documental, en la contratación de don Sergio como espía, para cumplir con un rol que institucionalmente no le corresponde.
Cuidado Familiar.
En la trama se observa una cadena de irrespeto, desde la forma en la que el contratante se refiere a don Sergio, hasta la forma en la que son tratados los adultos mayores por parte de sus familiares. Los residentes del hogar manifiestan que no han recibido visitas desde un año atrás, sin embargo, el caso familiar de don Sergio, cuya familia profesa un cariño y preocupación sincera por él, es un caso que sorprende a los residentes. Cuidar también significa brindar amor y cariño, gestos y afectos que no deben de negársele a ninguna persona. Como menciona una de las ancianas “antes de estar más vieja di todo por ellos, ya cuando empecé a enfermarme dijeron: Ya no da más la vieja entonces…. Métela en algún lugar”, frase que contextualiza todos los aspectos de cuidado y su ingrato ciclo.
Im.3 Asistentes a Funeral en el Hogar de Ancianos | Fuente: https://www.bbc.com/
Se menciona que en el hogar “habitan cuarenta mujeres y cuatro hombres contándolo a él (a Don Sergio)” ¿pero que tenían en común todas esas mujeres, aparte del género? La mayoría fueron madres, habían ejercido como cuidadoras principales, habían laborado para poder llevar el sustento a sus hogares. Sin embargo, todas compartían el abandono y el olvido de aquellos que cuidaron, en este sentido la valoración del cuidado comienza en casa y se amplifica acorde a la escala. El abandono comienza por la familia misma y luego se refleja en el abandono institucional, que se proyecta en las malas condiciones habitacionales e insalubres a las que se someten los adultos mayores que son enviados, muchas veces en contra de su voluntad, a los hogares de ancianos. La calidad de vida pareciera recaer en satisfacer alimentación y abrigo, pero se deja a un lado la salud mental, la cual no es abordada de forma responsable por las instituciones que albergan a adultos mayores bajo su cuidado, así como también la inexistencia del seguimiento familiar sobre la persona que ingresa como residente, sumido en la soledad y el encierro.
Libertad.
Estos centros de cuidado se convierten en lugares donde se desechan las personas cuando ya no son útiles y son vistos como una carga, convirtiéndose en depósitos o centros de retención. El estado degenerativo de los ancianos les impide vestirse, comer y salir de forma autónoma, siendo una carga laboral más para los cuidadores o solo otorgándole permisos a aquellos quienes aún gozan de autonomía para poder transitar desde el mundo de la privación (por ser muy mayor) al mundo exterior de la ciudad. Es así como ir a al banco se convierte en una aventura liberadora, que a pesar de encontrarse otro lado de la plaza frente al hogar de ancianos, es un gozo de libertad y de alimento al propio autoestima. La ciudad, entonces, también forma parte del auto cuidado, transitarla y vivirla es una forma de recordar la autonomía y reforzar el valor propio, derecho que se va agotando conforme la edad avanza.
Conclusión
La desvalorización del cuidado, que es visto como una actividad no remunerada, femenina y sin importancia, es en El Agente Topo una acción cuya consecuencia es el abandono, el mal agradecimiento y la soledad. Las personas que cuidan al llegar a la vejez no son cuidadas, sea por su familia, las instituciones o la ciudad misma.
El Agente Topo es un documental que tiene que ser visto, así como es: una imagen de la realidad, ya que, debido a la normalización de la soledad en la vejez, el abandono en los hogares de ancianos y la invisibilidad de los cuidados produce la sensación de ser una película con excelentes actuaciones. Pero no es así, es la vida misma, Maite Alberti no tuvo guión cuando la rodó y don Sergio Chamy no actuaba cuando nos decía que lo que en verdad mata, es la soledad.
Economía Feminista. Desafíos, propuestas y alianzas | Solidaridad, Cuidado y Ecología
VerEconomía Feminista. Desafíos, propuestas y alianzas | Solidaridad, Cuidado y Ecología
Revista Planeo Nº 48 Cuidados, crisis, y ciudad; Julio 2021
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa U. de Concepción, Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Libro: Economía Feminista. Desafíos, propuestas y alianzas (Carrasco C. & Díaz, C. (Eds.))
Editorial: Entrepueblos/Entrepobles/Entrepobos/Herriarte
Año: 2017
E-book Disponible: https://www.entrepueblos.org/wp-content/uploads/2017/07/Libro-Economia-feminista_web.pdf
Resumen
Economía Feminista, editado por Cristina Carrasco y Carme Díaz, en una recolección de los planteamientos de diez autoras que pretenden explorar los nuevos retos y desarrollos de la economía feminista desde diferentes áreas. La economía feminista surge entonces como una respuesta a la crisis energética, alimentaria, climática, ecológica, política y a la crisis de los cuidados hacia la que se dirige el mundo, impulsado por el capitalismo. Se presenta como un movimiento teórico y activista, que se puede desarrollar en la práctica con la propuesta de políticas u acciones concretas que asocien el feminismo a la economía, con el desarrollo de experiencias a menor escala en regiones como América Latina y creando redes con otras economías críticas alternativas, como la economía ecológica, social, solidaria entre otras.
Palabras Clave. Feminismo, economía, cuidados.
Im.1 Portada Libro | Fuente: https://www.entrepueblos.org/
Introducción.
La economía feminista se contextualiza en el marco de la red de Economía Feminista del Estado Español, utilizándose dicho enfoque, ya que existen múltiples enfoques de la economía feminista, y difiriendo de la economía de género. Surgen sus ideas originales en conjunto con la primera ola del feminismo (primera mitad siglo XX) que discutió la división sexual del trabajo, la carencia de categoría económica de las actividades domésticas, la falta de conceptualización del cuidado como trabajo, la discriminación laboral de la mujer y el patriarcado presente en los hogares a través del rol “masculino proveedor”, cuyas consecuencias se traducían en diferencias de poder de decisión dentro y fuera del hogar. Resulta esclarecedor que cerca de un siglo después dichos problemas siguen presentes, tanto para la economías europeas como para las latinoamericanas. A través de una revisión conceptual y analítica, las autoras presentan la economía feminista como una respuesta y contra postura a la invisibilización de las mujeres en la sociedad y su rol de cuidados.
Im.2 Lo público y lo privado de la economía | Fuente: http://es.permaculturescience.org/
Feminismo y Economía.
¿Qué tan próxima es la relación entre las mujeres y la economía? Muy próxima. La economía depende del trabajo de cuidado que se realiza por las mujeres en sus hogares, sin el cual el sistema no podría subsistir. De tal manera, existe una explotación por parte del sistema capitalista hacia quienes ejercen el rol de cuidados y esa condición constituye una parte relevante del proceso de acumulación. Las autoras cuestionan si esta relación directa es conflictiva para la economía feminista de diferente manera en Europa en comparación con América Latina, ya que en esta última región los movimientos feministas son más recientes, pero la situación no es muy disímil.
De acuerdo con Silvia Federici, en esta relación entre el feminismo y economía, la economía feminista puede convertirse en un nexo entre movimientos sociales e instituciones, ya que los primeros son los que pueden cambiar el mundo, lo que explicaría la importancia que han tenido las olas feministas. Según Amaia Pérez el objetivo de la economía feminista es subvertir la economía, enfrentando al capitalismo, construyendo una economía distinta que ponga la sostenibilidad de la vida en el centro, como un proceso ecológico (del cuidado del hogar común). Para ello se requiere crear espacios de subversión feminista, experimentando formas de responsabilidad colectiva, considerando siempre los límites del planeta u hogar común.
Im.3 El capitalismo depende del trabajo doméstico | Fuente: https://magis.iteso.mx/
Cuidado en América Latina.
El cuidado es la experiencia femenina dedicada al cuidar de las personas a lo largo de todo su ciclo vital, desde la temprana infancia hasta la adultez mayor. El cuidado no es sólo un aporte al sistema económico, sino que también resulta ser de necesidad vital, ya que constituye el centro de la reproducción social, y son las mujeres quienes sostienen el sistema social y económico, por tanto, la vida misma.
Corina Rodríguez analiza la situación de los cuidados en América Latina, profundizando en la organización social de los mismos. La falta de institucionalidad en los cuidados, así como la nula provisión de servicios públicos de cuidado son los avances más lentos en la región, destacándose únicamente el caso uruguayo como un país de mayor preocupación de los cuidados.
Uruguay mantiene la implementación, lenta y embrionaria según la autora, de distintos componentes de un sistema nacional de cuidados, gracias a los movimientos sociales que visibilizaron la crisis de los cuidados, la sobrecarga del trabajo de cuidado no remunerado para las mujeres y sus consecuencias para la sociedad en términos de bienestar y desarrollo. El desafío entonces, para América Latina, está en la visibilización del cuidado como un derecho básico para las personas y en la igualdad de género en cuanto a oportunidades económicas.
Conclusión.
La economía feminista no se reduce a una propuesta exclusivamente económica, sino que responde a una manera específica de entender el mundo y construir una estructura económica que permita ofrecer mecanismos para dar respuesta a las necesidades de todas las personas, sin distinción de ningún tipo.
Es una estructura más bien humanista, centrada en la vida de las personas como objetivo último, contraria a la injusta organización del cuidado que promueve la economía capitalista. La institucionalización precaria del cuidado limita las opciones, especialmente para los hogares de menos recursos, transformándose en un vector de reproducción de la desigualdad.
Economía feminista es una obra breve, pero muy completa, que incluye discusión teórica, propuestas de aplicación y revisión de casos. Sin duda una oportunidad para profundizar en una propuesta que es claramente ecológica, solidaria y opuesta al opresivo sistema socioeconómico de cuidados, imperante en nuestra sociedad.
SISTEMAS HÍDRICOS EN LA INTERFASE DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE CHILE Y LA CORDILLERA DE LOS ANDES
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por: Margarita Jans; Arquitecta, Master en Renovación y rediseño de áreas urbanas de la Universidad Técnica de Delft, Holanda. Coordinadora de Internacionalización de la Universidad Diego Portales.
Pamela Zuñiga; Arquitecta, Magíster en Arquitectura del Paisaje de Pontificia Universidad Católica de Chile. Académica del Magíster de Territorio y Paisaje de la Universidad Diego Portales.
Cristina Felsenhardt; Doctora en Arquitectura, Master en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Politécnica de Cataluña. Profesora tItular de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad Finis Terrae]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 30 de junio de 2021
Resumen
Este artículo pretende restaurar el valor y reconocimiento de los procesos naturales del territorio, con enfoque en la relación entre el sistema hídrico y la ciudad de Santiago dada la preexistencia natural de la precordillera andina. Desde esta aproximación, el desafío actual de adaptación de ciudades al cambio climático exige definiciones e intervenciones en el territorio piemontano que trascienden en la protección ambiental del territorio natural y la planificación estratégica sustentable. El objetivo es relevar la importancia estructural de las aguas cordilleranas para la relación urbana-natural del piedemonte, que permitan establecer bases de una estrategia territorial para la reconexión del tejido urbano y el paisaje primigenio en este territorio de transición, caracterizado por las quebradas precordilleranas, que facilite la adaptación del uso de este territorio al cambio climático desde la diversidad de los procesos naturales de la cordillera a la complejidad urbana. Se demuestra la oportunidad del sistema hídrico natural y artificial para la simbiosis de ambas circunstancias, urbano y natural, para abordar las problemáticas de pérdida de biodiversidad, sequía, disminución de la infiltración de aguas, aumento de temperatura y riesgo socio-natural, e identificando las quebradas como áreas de interés para la resolución de conflictos en el estudio y protección de las aguas cordilleranas.
Palabras clave: aguas urbanas, simbiosis urbano-natural, piedemonte andino
Abstract
This article intends to restore the value and identification of the natural processes of the territory, focusing on the relationship between the hydric system and the city of Santiago, given the natural presence of the Andean foothills. From this approach, the current challenge of adaptation of cities to climate change demands definitions and interventions in the foothills territory that transcend in the environmental protection of natural territory and the sustainable strategic planning. The main goal is to reveal the structural importance of the mountain waters for the urban-natural context in the foothills, which will allow to establish the basis of a territorial strategy for the reconnection of the urban fabric and the original landscape in this transitional territory characterized by the foothill ravines, which will allow the adaptation of the use of this territory to the climate change since the diversity of the natural processes of the mountain range to the urban complexity. The opportunity of the natural and artificial water system for the symbiosis of both circumstances, urban and natural, is demonstrated, confronting the problems of loss of biodiversity, drought, decrease of water infiltration, increase of temperature and socio-natural risk, identifying ravines as areas of interest for conflict resolution in the study and protection of mountain waters.
Keywords: urban waters, urban-natural symbiosis, Andean foothills.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA ANTICIPADA EN PROYECTOS DE RIEGO EN CHILE
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por: Javiera Herrera Pérez; Ingeniera en Recursos Naturales Renovables, Universidad de Chile Magíster (c) en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago de Chile]
Recibido el 27 de septiembre de 2020, publicado el 30 de junio de 2021
Resumen
En los proyectos desarrollados por el Estado, como los proyectos de riego, se consideran procesos de participación ciudadana anticipada, los cuales pueden ser una excelente manera de lograr que el diseño de los proyectos sea acorde con las necesidades de sus potenciales beneficiarios y adecuados para la realidad de los territorios en los que se emplazarán. De esta misma forma, los procesos participativos pueden ser una adecuada forma de canalizar las controversias existentes en los territorios, la percepción de pocas instancias de participación e involucramiento de los habitantes en la toma de decisiones, y así gestionar adecuadamente los potenciales conflictos socioambientales asociados a obras de infraestructura hídrica, las cuales se presentan potencialmente conflictivas por su naturaleza. El presente artículo da cuenta de algunas experiencias y de la evolución de los procesos participativos desarrollados por la Comisión nacional de Riego en sus estudios y proyectos y la disminución de las conflictividades en los territorios.
Palabras clave: riego, infraestructura, participación ciudadana
Abstract
In the State’s projects, such as irrigation projects, anticipated citizen participation processes are considered, which can be an excellent way to ensure that the design of the projects will be in accordance with the needs of their potential beneficiaries and adequate for the local reality. In the same way, participatory processes can be an adequate way to management existing controversies in the territories, the perception of few instances of participation and involvement of the inhabitants in decision-making, and thus adequately manage the potential socio- environmental conflicts associated with water infrastructure, works potentially conflictive due to their nature. This article gives an account of some experiences and the evolution of the participatory processes developed by the National Irrigation Commission (CNR) in its studies and projects and the reduction of conflicts in the territories.
Keywords: irrigation, infraestructure, citizen participation
VULNERABILIDAD DEL SISTEMA DE ABASTO POPULAR ALIMENTARIO ANTE LA CONTINGENCIA SANITARIA POR COVID-19: Los mercados públicos de Nezahualcóyotl
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Revista Planeo Nº44: Ciudades ante las enfermedades | Julio 2020
[Por: Damarix Sarai Murillo Cuevas; Estudiante de Maestría en Arquitectura Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Querétaro Querétaro, México
Francisco Javier de la Torre Galindo; Profesor-investigador del Área de Estudios Urbanos del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco Ciudad de México, México]
Recibido el 05 de agosto de 2020, publicado el 30 de junio de 2021
Resumen
El presente artículo analiza la desigualdad urbana en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), haciendo hincapié en el proceso histórico que conformó al municipio de Nezahualcóyotl -uno de los municipios con mayor densidad poblacional de la federación, que ha encabezado los primeros lugares de mayor número de contagios y decesos por coronavirus en el país- así como, el papel de los mercados públicos municipales, para identificar los aspectos de vulnerabilidad del sistema de abasto popular. A partir del discurso derivado de la contingencia sanitaria por COVID-19, resalta el desprestigio surgido por las ineficiencias sanitarias de los mercados, señalados como zonas de alto riesgo de contagio, que han favorecido el desarrollo económico de otros formatos comerciales oligopólicos que agudizan la crisis de seguridad alimentaria de la población más vulnerable del municipio. Al mismo tiempo, representa una oportunidad de cambio si se asume el papel protagónico de estos equipamientos en los procesos de recuperación tras la pandemia.
Palabras clave: emergencia sanitaria, mercados públicos, desarrollo desigual
Abstract
This article analyzes urban inequality in the Metropolitan Area of the Valley of Mexico (ZMVM), emphasizing the historical process that formed the municipality of Nezahualcóyotl -one of the municipalities with the highest population density in the federation, which has led the first places with the highest number of infections and deaths from coronavirus in the country – as well as the role of municipal public markets, to identify the vulnerability aspects of the popular supply system. From the discourse derived from the health contingency due to COVID-19, the discredit arising from the health inefficiencies of the markets stands out, indicated as areas of high risk of contagion, which have favored the economic development of other oligopolistic commercial formats, which exacerbate the already a food security crisis for the most vulnerable population in the municipality. At the same time, it represents the great opportunity for change, if the leading role of these facilities is assumed in the recovery processes after the pandemic.
Keywords: health emergency, public markets, unequal development
ENVEJECER CON EL LUGAR: Adecuaciones conceptuales y herramientas metodológicas para el análisis espacial de residir en un lugar deteriorado en la edad mayorGeorgina Cárdenas Pérez Investigadora postdoctoral del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, Unidad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Yucatán, Yucatán, México
VerENVEJECER CON EL LUGAR: Adecuaciones conceptuales y herramientas metodológicas para el análisis espacial de residir en un lugar deteriorado en la edad mayorGeorgina Cárdenas Pérez Investigadora postdoctoral del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, Unidad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Yucatán, Yucatán, México
Revista Planeo Nº46; Ciudad Constituyente | Enero 2021
[Por: Georgina Cárdenas Pérez; Investigadora postdoctoral del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, Unidad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Yucatán, Yucatán, México]
Recibido el 17 de diciembre de 2020, publicado el 30 de junio de 2021
Resumen
La investigación sobre el tópico de envejecimiento poblacional inició hace más de cien años, pero los estudios urbanos tienen una participación más joven, data de las tres últimas décadas, y se diferencia por regiones. En países desarrollados existe vasta literatura sobre el concepto “Aging in Place”, para estudiar la relación que establece la persona mayor y el lugar en que habita. El presente artículo, busca discutir la pertinencia del uso del concepto en el contexto de Latinoamérica y El Caribe, considerando estudios que han documentado el gradual deterioro de los inmuebles y barrios al tiempo que avanza el ciclo de vida, generando una suerte de envejecimiento paralelo, el primero biológico, el segundo, debido a la imposibilidad de costear el mantenimiento y reparaciones continuas de espacios deteriorados, y a la falta de políticas públicas para atender esta problemática emergente. Por lo cual se propone un abordaje conceptual y metodológico a partir de la categoría “Envejecer con el lugar” para el análisis de la relación que establecen personas mayores al residir en un lugar con deterioro físico o social, ello con el interés de sumar a la reflexión sobre los retos del Urbanismo Gerontológico en nuestro contexto.
Palabras clave: envejecer en el lugar, envejecer con el lugar, análisis espacial de barrios deteriorados
Abstract
Research on the topic of population aging began more than a hundred years ago, but urban studies have a younger participation, dating from the last three decades, and differing by region. In developed countries there is vast literature on the concept of “Aging in Place”, to study the relationship established by the elderly person and the place where they live. This article seeks to discuss the relevance of the use of the concept in the context of Latin America and the Caribbean, considering studies that have documented the gradual deterioration of buildings and neighborhoods as the life cycle progresses, generating a kind of parallel aging, the first biological, the second, the deterioration of properties due to the inability to pay for maintenance, and the lack of public policies to address this emerging problem. Therefore, a conceptual and methodological approach is proposed from the category “Aging with the place” for the analysis of the relationship that older people establish when residing in a place with physical or social deterioration, this with the interest of adding to the reflection on the challenges of Gerontological Urbanism in our context.
Keywords: aging in the place, aging with the place, spa- tial analysis of deteriorated neighborhoods
CONTRADICCIONES, RIESGOS Y VULNERABILIDAD EN LA PROVISIÓN DE SANEAMIENTO BÁSICO EN ÁREAS DE ASENTAMIENTO PRECARIAS: El problema del agua en la favela Rocinha, Río de Janeiro, Brasil
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Revista Planeo Nº45; Agua y Territorios | Octubre 2020
[Por: Rachel Coutinho Marques da Silva; Arquitecta, Doctorado en Planificación Urbana y Regional (Ph.D.), Cornell University, Estados Unidos de América, Profesor Asociado, Programa de Posgrado en Arquitectura, Departamento de Arquitectura y Urbanismo, Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro
Milena Zainotte; Arquitecta, estudiante de maestría en Arquitectura, Programa de Posgrado en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro]
Recibido el 5 de enero de 2020, publicado el 27 de diciembre de 2020
Resumen
Este artículo tiene como objetivo analizar las contradicciones y riesgos asociados con la provisión de saneamiento básico en las zonas de asentamientos precarios de la ciudad de Río de Janeiro, teniendo como caso de referencia la Favela Rocinha, víctima de un deficiente suministro de agua potable y la falta de una red de alcantarillado. Además, Rocinha también sufre los efectos provocados por las lluvias torrenciales, que inducen deslizamientos de tierra y derrumbes de viviendas. Metodológicamente este trabajo se desarrolla en base al análisis del Programa de Aceleración del Crecimiento – Urbanización de Asentamientos Precarios, que destinó recursos para la urbanización de barrios marginales en Brasil entre 2007 y 2016 y en el Informe de la Comisión de Encuesta Parlamentaria, realizado después de las inundaciones de enero de 2019. Este último identifica una serie de fallas en las obras públicas y políticas relacionadas con áreas de riesgo. Los resultados muestran que las políticas públicas orientadas a la urbanización de asentamientos precarios no priorizan ni el saneamiento básico, ni la contención de pendientes y quebradas, ni el mejoramiento de las condiciones habitacionales en zonas de riesgo, evidenciando la falta de integración entre estas políticas a nivel federal, estatal y municipal.
Palabras clave: aguas urbanas, asentamientos precarios en Río de Janeiro, saneamiento básico
Abstract
This article aims to analyze the contradictions and risks associated with the provision of basic sanitation in squatter settlements of the city of Rio de Janeiro. The reference case is Favela Rocinha, which has a precarious supply of drinking water. This situation is aggravated by the lack of a basic sanitation and a sewer system. Rocinha also suffers the effects caused by torrential rains, customary in the city, which provoke landslides and the downfall of buildings. This research is based on the analysis of the Growth Acceleration Program – Urbanization of Precarious Settlements, aimed at the urbanization of marginal neighborhoods in Brazil between 2007 and 2016 and in the Report of the Parliamentary Survey Commission, carried out after the flooding occurred in January 2019. The latter identifies a series of failures in public works and policies related to risky areas. The results show that public policies aimed at the urbanization of squatter settlements do not give priority to basic sanitation, slope containment or the improvement of housing conditions in hazardous areas, thus demonstrating the lack of integration between these policies at the federal, state and municipal levels.
Keywords: urban waters, squatter settlements in Rio de Janeiro, basic sanitation
Ciudad hostil, asentamientos irregulares en torno al río Mapocho
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente; Enero 2021
[Felipe Lira Bustamante; Constructor Civil, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ítalo Quintanilla Cepeda; Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Máster en Estéticas Americanas, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Fotografías: Constanza Bravo Granadino; Fotógrafa, Instituto Arcos. Máster en Fotografía, Centro de la Imagen, Lima, Perú]
El plebiscito constituyente: las ciudades de las filas
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente; Enero 2021
[Iván Ojeda Pereira; Lic. Sociología y estudiante de Mg. en Ciencia Política, Universidad de Chile. Laboratorio de Sociología Territorial, Departamento de Sociología de la Universidad de Chile.
Fernando Campos Medina; Sociólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile; Mg. en Urbanismo, Universidad Politécnica de Cataluña ; Phd. en Sociología mención en Sociología Ambiental y Geografía Humana, Friedrich Schiller Universidad de Jena; Phd. en Urbanismo mención en Sociología Urbana, Universidad- Bauhuas Weimar, Alemania. Profesor Asistente y Director del Laboratorio de Sociología Territorial, Departamento de Sociología de la Universidad de Chile]
El derecho a la ciudad y su discurso constitucional: Xalapa, Veracruz, México
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente; Enero 2021
[Por Pedro Martínez Olivarez; Profesor de asignatura. Doctor en diseño y estudios urbanos, Facultad de Arquitectura Región Xalapa Universidad Veracruzana]
“NOSOTROS TOMAMOS AGUA DE MAR” Injusticias hídricas asociadas al agua desalinizada para consumo humano en la ciudad de Antofagasta
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Revista Planeo Nº45; Agua y Territorios | Octubre 2020
[Por: Maria Christina Fragkou; Profesora Asociada, Departamento de Geografía, Universidad de Chile, Santiago de Chile
Tamara Monsalve Tapia; MSc. (c), Asistente de Investigación, Departamento de Geografía, Universidad de Chile
Miguel Contreras Alonso; Profesor Asistente, Departamento de Geografía, Universidad de Chile
Javiera Crisóstomo López; MSc., Universitat de Barcelona]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 01 de marzo de 2021
Resumen
La escasez hídrica que vive el país, y la consecuente presión a sus fuentes continentales de agua, ha resultado en la consolidación de la desalinización de agua de mar como estrategia principal del Estado chileno para abastecer con agua potable a poblaciones costeras en zonas áridas. A pesar de la creciente expansión de esta tecnología, todavía no se han estudiado las implicancias sociales de la distribución de agua desalinizada en ciudades chilenas para consumo humano. En este trabajo cubrimos este vacío analizando el caso de Antofagasta, ciudad que se abastece tanto por fuentes cordilleranas como por agua desalinizada, proveniente de la mayor planta desalinizadora para consumo humano en América Latina. Para nuestro análisis usamos el marco teórico de justicia hídrica, el cual operacionalizamos a partir de las dimensiones de reconocimiento, participación, y distribución. Nuestros resultados, basados en una encuesta aplicada a 1.150 hogares antofagastinos, revelan que existen injusticias en las 3 dimensiones analizadas, que se asocian tanto a dinámicas regionales, las cuales resultan en la privación de la ciudad de sus fuentes cordilleranas, como domésticas, que demuestran que los habitantes de Antofagasta viven distintas realidades hídricas según la fuente del agua que reciben y su nivel socioeconómico.
Palabras clave: justicia hídrica urbana, desalinización, consumo doméstico
Abstract
The increasing water shortages along Chile, and the consequent pressure on the country’s continental water sources, has resulted in the consolidation of seawater desalination as the Chilean State’s main strategy for supplying drinking water to coastal populations in arid areas. Despite the growing expansion of this technology, the social implications of desalinated water distribution for human consumption in Chilean cities have not yet been studied. In this work we fill this gap by analyzing the case of Antofagasta, a city that is supplied both by mountain sources and by desalinated water from the largest desalination plant for human consumption in Latin America. For our analysis we use the theoretical framework of water justice, which we operationalize through the dimensions of recognition, participation, and distribution. Based on a survey applied on 1,150 households, our results reveal that there are injustices in all 3 dimensions analyzed, associated with both regional dynamics, which result in the city of Antofagasta being deprived of its mountain sources, and domestic dynamics, which show that Antofagasta’s inhabitants live different water realities according to the water sour- ce they receive and their socioeconomic level.
Keywords: urban water justice, desalination, house- hold consumption
EL CONFINAMIENTO POR COVID, UNA OPORTUNIDAD PARA REVALORIZAR EL JUEGO INFANTIL EN EL ESPACIO PÚBLICO El caso del barrio La Concha en Chiautempan, Tlaxcala, México
VerEL CONFINAMIENTO POR COVID, UNA OPORTUNIDAD PARA REVALORIZAR EL JUEGO INFANTIL EN EL ESPACIO PÚBLICO El caso del barrio La Concha en Chiautempan, Tlaxcala, México
Revista Planeo Nº44; Ciudades ante las enfermedades | Julio 2020
[Por: José Manuel Reyes Rugerio; Becario CONACYT en la Maestría en Ordenamiento del Territorio, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México
Porfirio Eduardo Lugo Laguna; Profesor Investigador, Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México]
Recibido el 05 de agosto de 2020, publicado el 01 de marzo de 2021
Resumen
El juego libre en la vida de los niños es una necesidad básica para su desarrollo integral. Actualmente siguen encontrando muchas dificultades como la pérdida y la negación del espacio público para poder jugar y la pandemia ha venido a incrementar esta exclusión. El caso del barrio la Concha en Chiautempan, Tlaxcala, México es una muestra de cómo se dio este proceso en un sinnúmero de barrios y colonias urbanas que han tenido que abandonar el espacio público, trayendo como consecuencia que los niños vivan el encierro en casa la mayor parte del tiempo y totalmente en tiempos de pandemia. El juego libre es universal, creador de conocimiento, imaginativo, autónomo, espontáneo y social; el niño para jugar no necesita más que amigos, espacio disponible y tiempo. Por ello, la labor de los adultos debe ir encaminada a favorecer estos tres aspectos ya que, en caso contrario, puede traer severas consecuencias a los niños: físicas, emocionales y vivenciales, pero sobre todo se le estará privando del placer de jugar.
Palabras clave: juego libre, infancia recluida, espacio público
Abstract
Free play in children’s lives is a basic need for their integral development. Currently they continue to encounter many difficulties such as the loss and denial of public space to play and the pandemic has increased this exclusion. The case of the La Concha neighborhood in Chiautempan, Tlaxcala, Mexico is an example of how this process took place in count- less neighborhoods and urban colonies that have had to abandon public space, bringing as a consequence that children live confinement at home most of the time and totally in times of pandemic. Free play is universal, creative of knowledge, imaginative, autonomous, spontaneous and social; the child only needs friends, available space and time to play. For this reason, the work of adults must be aimed at favouring these three aspects, since, otherwise, it can have severe consequences for children: physical, emotional and experiential, but above all we will be depriving them of the pleasure of playing.
Keywords: free play, childhood in seclusion, public space
SINIESTROS VIALES EN LA ZONA METROPOLITANA DEL VALLE DE MÉXICO: Dimensión urbana de una pandemia ignorada
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Revista Planeo Nº44; Ciudades ante las enfermedades | Julio 2020
[Por: Jorge Alberto Juárez Flores; Maestro en Gestión Territorial, Especialista en Planeación en Centro EURE S.C., México
Kevin Alfonso Hernández Ortiz; Licenciado en Planeación Territorial, Departamento de Planning en TDG+Ciudades, México]
Recibido el 05 de agosto de 2020, publicado el 01 de marzo de 2021
Resumen
Los siniestros viales constituyen una de las pandemias con mayor mortalidad del siglo XXI. En 2018, perdieron la vida 1.35 millones de personas en el mundo a causa de traumatismos por siniestros viales, registrándose 155,000 muertes en la región de América Latina y el Caribe, y 16,725 en México por este hecho. En la región y en la Zona Metropolitana del Valle de México, los siniestros viales se encuentran dentro de las diez causas de muerte en población general, junto a enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes y el riesgo cardiovascular; superando en letalidad al VIH/SIDA, tuberculosis o enfermedades diarreicas. El objetivo del presente artículo es mostrar a la Zona Metropolitana del Valle de México, como punto clave donde se desarrollan de manera prominente, los efectos de los siniestros viales; debido a su alta densidad poblacional, nivel de movilidad elevado, medios de transporte compartidos e infraestructura vial limitada. Lejos de mostrar los datos como hechos, se busca reconocer los siniestros viales como pandemia ignorada, evidenciar su magnitud e impacto en México y la región, de tal modo de buscar medidas para reducir muertes en población general y particularmente en grupos vulnerables: peatones, ciclistas y motociclistas.
Palabras clave: siniestros viales, pandemia, dimensión urbana
Abstract
Road accidents are one of the pandemics with the highest mortality in the 21st century. In 2018, 1.35 million people in the world lost their lives due to trauma from road accidents, in the Latin America and the Caribbean region there were 155,000 deaths and 16,725 in Mexico due to this fact. In the region and in the Metropolitan Area of Mexico Valley, road accidents are among the ten causes of death in the general population, together with chronic non-communicable diseases such as diabetes and cardiovascular risk; beating lethality to HIV / AIDS, tuberculosis or diarrheal diseases. The objective of this article is to show the Metropolitan Area of Mexico Valley, as a key point where the effects of road accidents are developed prominently; due to its high population density, high level of mobility, shared means of transport and limited road infrastructure. Far from showing the data as facts, this article seeks to recognize road accidents as an ignored pandemic, to demonstrate their magnitude and impact in Mexico and the region, in such a way, to seek measures to reduce deaths in the general population and particularly in vulnerable groups: pedestrians, cyclists and motorcyclists.
Keywords: road accidents, pandemic, urban dimension
EL PAPEL DE LAS PANDEMIAS EN LA PLANIFICACIÓN URBANA El caso del cólera en Chile (1886-1888)
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Revista Planeo Nº44; Ciudades ante las enfermedades | Julio 2020
[Por: Gabriela Mardones M.; Arquitecta, Magister en Historia y Crítica de la Arquitectura, el Urbanismo y el Diseño Docente del Instituto de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Austral de Chile]
Recibido el 05 de agosto de 2020, publicado el 01 de marzo de 2021
Resumen
En la actualidad el mundo es afectado por la pandemia del virus COVID-19, que ha sido vista como un problema para la planificación de las ciudades. Al respecto, el analista de la intersección del diseño urbano y la salud pública, Michele Acuto (2020), señala que aún es temprano para aprender las lecciones de este nuevo virus, pero que las historias de las ciudades siempre han sido las de las enfermedades infecciosas. Es por esto que hoy resulta útil estudiar, con la suficiente distancia temporal, experiencias anteriores que pudieran ayudarnos a proyectarnos hacia el futuro con lecciones aprendidas y retos por lograr. El presente artículo es una reflexión en torno a la relación histórica entre la planificación urbana y las enfermedades, mediante el estudio del caso de Chile ante la primera pandemia de cólera ocurrida entre 1886 y 1888. Se plantea que el cólera transformó la manera de planificar la ciudad, lo que se vio reflejado en el surgimiento del “urbanismo higienista”.
Palabras clave: cólera, urbanismo higienista, Chile
Abstract
The world is currently affected by the COVID-19 virus pandemic, which has been seen as a city planning problem. In this regard, the analyst of the inter- section of urban design and public health, Michele Acuto (2020), points out that it is still early to learn the lessons of this new virus, but that the stories of cities have always been those of disease infectious. That ́s because today it is useful to study, with sufficient time distance, previous experiences that could help us project ourselves into the future with lessons learned and challenges to be achieved. This article is a reflection on the historical relationship between urban planning and diseases, by studying the case of Santiago de Chile in the context of the first cholera pandemic occurred between 1886 and 1888. It is proposed that cholera transformed the way of planning the city, which is reflected in the emergence of “hygienist urban planning”.
Keywords: cholera, hygienist urbanism, Chile
Entrevista a Renata Moreno y Ricardo Moreno: Participación ciudadana en la transición energética, el caso de Jamundí en Colombia
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Ricardo Moreno se desempeña como profesor e investigador en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali (UAO), Colombia. Ha desempeñado actividades de consultoría en empresas del sector energético en Colombia. Actualmente lleva a cabo actividades enfocadas en comunidades energéticas a través de recursos energéticos distribuidos a nivel regulatorio, financiero y de operación. Obtuvo su título de doctor en ingeniería de la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia. Ha realizado pasantías académicas en la Universidad Técnica de Munich, Universidad Libre de Berlín, Instituto de Ciencia y Tecnología Skoltech en Moscú, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y en el Instituto de Protección del Clima, Energía y Movilidad (IKEM).
Renata Moreno se desempeña como profesora e investigadora en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali, Colombia. Es socióloga y obtuvo su título de doctorado en Política Ambiental en la Universidad del Estado de Nueva York SUNY-ESF. Su trabajo de investigación se enfoca en temas de sostenibilidad urbana, gobernanza del agua y comunidades energéticas.
- Colombia ha sido reconocido internacionalmente por su compromiso con la transición energética. Desde su experiencia en la materia, ¿cuáles dirían que son los principales aciertos y pendientes en este proceso?
Ricardo Moreno: Consideramos que algunos de los pendientes de la transición energética en Colombia consisten en reconocer que existe una multiplicidad de ejes que deben ser tomados en cuenta para llevar a cabo este proceso, y dentro de los cuales explícitamente es fundamental tomar en cuenta las relaciones de la energía con los territorios. Por ejemplo, las comunidades que habitan los territorios y la diversidad de ecosistemas que tenemos en el país, que usualmente no son contemplados en la toma de decisiones del planeamiento energético.
Asimismo, creemos que otro de los pendientes es poder reconocer a la energía como un bien común, lo que supondría una base para elaborar un proceso de transición energética mucho más democrático, equitativo y justo. Actualmente, el discurso dominante en Colombia está basado en la descarbonización como parte de las metas de reducción de CO2 al 2030. Sin embargo, se concibe desde un punto de vista puramente técnico-económico, el cual consideramos que nos llevará a repetir los mismos errores que se cometieron en materia energética en el siglo XX.
Por ejemplo, en Colombia, como en varios países en Sudamérica que comparten la Cordillera de los Andes, contamos con un potencial hídrico importante; sin embargo, ha existido una sobreexplotación de este recurso. Al día de hoy contamos con treinta centrales hidroeléctricas con represa —y en Colombia se siguen construyendo a gran escala—con una serie de impactos sociales y ambientales sobre las comunidades y la diversidad de los ecosistemas terrestres y acuáticos. Por tanto, uno de los ejes necesarios para la transición energética es reconocer que la participación ciudadana es crucial en este camino, de forma que los colombianos podamos participar activamente en el proceso.
Como un acierto reciente en la transición, podríamos decir que en el país se ha impulsado un marco regulatorio para la autogeneración de energía eléctrica. Sin embargo, ese marco regulatorio aún tiene posibilidades de mejora en cuanto a la cantidad de energía que se puede autogenerar o los límites en la capacidad de conexión, que consideramos son limitantes para la participación colectiva, como el caso de las comunidades energéticas.
Renata Moreno: Nuestra crítica de la transición energética en Colombia es que hasta ahora parece estar muy centrada en fortalecer proyectos de energías renovables a gran escala. Entonces, es posible ver cómo van apareciendo granjas solares, con una gran cantidad de paneles que se disponen en una extensión amplia de territorio, y donde ya no es posible generar otra actividad. Lo mismo sucede con el apoyo acentuado a las centrales hidroeléctricas, dado que se consideran una forma de energía limpia. Estos proyectos se basan en una utilización extensiva del territorio, pero la tierra en Colombia ha sido un punto central del conflicto social y político que hemos vivido. Entonces las soluciones se siguen centrando en una apropiación de los territorios, los cuales nunca están vacíos, pero que desde el planeamiento y los mapas pareciera que no son habitados por nadie, considerándolos como zonas factibles para implementar estos proyectos.
Sin embargo, lo que hemos encontrado en la historia de Colombia es que existen muchas comunidades y ecosistemas muy frágiles en esos territorios, lo que ha llevado a una conflictividad social muy grande asociada, por ejemplo, a la instalación de megaproyectos de extracción petrolera o de hidroeléctricas; los cuales han tenido un impacto devastador para las comunidades indígenas, campesinas y negras.
Por tanto, creemos que la transición no puede ser solo un asunto de cambiar de tecnología, porque seguiremos repitiendo lo mismo que hemos hecho en el pasado, aunque con otras tecnologías. La transición energética significa pensar en cómo la energía puede ser apropiada por las comunidades en sus territorios, para apoyar o impulsar procesos de autonomía territorial y sus propias iniciativas productivas. Es una forma distinta de pensar la energía que no está siendo contemplada en la planeación energética que se hace en Colombia.
2. Sabemos que recientemente recibieron una distinción de la Rural Sociological Society por un proyecto de investigación en torno a la participación ciudadana y la transición energética en el país. ¿Podrían contarnos de qué trata y por qué abordarlo desde un enfoque interdisciplinario?
Renata Moreno: El proyecto empieza por una iniciativa de la comunidad rural de Jamundí en el Valle del Cauca. A partir de un encuentro afortunado entre esta organización social y nosotros, empezamos a platicar sobre energía y nos plantearon el interés de fortalecer su sistema de finca tradicional, con energías renovables, aprovechando los recursos que hay en el territorio.
Al respecto, hay que mencionar que en dicha zona existe un monocultivo de caña que se traduce en un paisaje muy homogéneo. Sin embargo, esta organización viene de una comunidad negra que todavía mantiene el sistema tradicional de fincas, y que permite tener una mayor agrobiodiversidad a través de policultivos. Pero, además, ha permitido la permanencia de humedales y parches de bosques seco-tropicales que casi en todo el territorio del valle hemos acabado. De manera que su trabajo y forma de vida han generado una suerte de oasis en esos territorios. De hecho, esto también nos beneficia a todos, ya que los sistemas agroforestales son reconocidos internacionalmente como una de las principales formas de mitigar el cambio climático, debido a sus beneficios para la conservación de los suelos, la biodiversidad, el agua y la retención de carbono.
En este marco, la comunidad se encuentra en el proceso de persistir en el territorio con sus formas tradicionales de vida. En esta lucha, están tratando de ser autónomos para que su desarrollo no dependa de otros, pero también buscan fortalecer esas formas propias y hacerlas un poco más atractivas para las nuevas generaciones. Dentro de este proyecto conjunto, consideran que las energías alternativas son una oportunidad para fortalecer sus procesos productivos, así como hacerlos más viables y rentables para no tener que vender sus fincas, y que eventualmente sean transformadas en monocultivos de caña de azúcar.
El proyecto, por ejemplo, está evaluando el potencial de las macrófitas como residuos orgánicos que ellos necesariamente tienen que sacar de los humedales —y que no se están aprovechando del todo— para la producción de biogás. Aunque sin proponérselo, ellos ya cuentan con prácticas muy relacionadas con la transición energética. Hemos encontrado que, por su forma tradicional de producción, ellos aprovechan todos los residuos que producen en las fincas para hacer compost o realizar adiciones al suelo, desarrollando una economía circular de la cual en la academia apenas estamos hablando. Por lo cual, también estamos aprendiendo mucho de ellos.
Ricardo Moreno: Como mencionó Renata, parte de este proyecto surge por un acercamiento con la comunidad, y también desde la reflexión de las experiencias que han existido en Colombia en cuanto a opciones energéticas en territorios rurales. Estas se han basado en la lógica de llevar tecnologías a un territorio, ya sea un sistema fotovoltaico, una pequeña central hidroeléctrica o biodigestores, entre otros. No obstante, la participación comunitaria es escasa y de allí que los proyectos a mediano plazo queden abandonados. Es por ello, que en este proyecto estamos trabajando el tema de participación ciudadana, lo que implica que todo el proceso —desde el diseño o la elección de las tecnologías, por ejemplo—, se construya de forma conjunta y colectiva con la comunidad.
Este camino ha sido muy interesante porque a través de la comunidad hemos logrado conocer la variedad de recursos que hay en el territorio, la diversidad de prácticas socioambientales, así como oportunidades que desde la lógica convencional no se ven. Entonces, si bien comenzamos el proyecto con unos objetivos iniciales, el mismo proceso con la comunidad nos está mostrando otras perspectivas y un trabajo que realmente podríamos llamar de participación colectiva.
Fuente: Proyecto Energías Renovables para el fortalecimiento de la resiliencia de comunidades afrodescendientes en Jamundí, Colombia, UAO.
3. Hasta ahora, ¿cuáles son las principales lecciones y resultados que podrían destacar de este trabajo con la comunidad rural en Jamundí?
Ricardo Moreno: Primero, el proceso en sí mismo ha sido muy enriquecedor por todo lo que ha sucedido a partir de la interacción con la comunidad. Tanto para mí, como profesor de ingeniería, como para los estudiantes de ingeniería que están en pregrado, maestría y doctorado.
En este sentido, hace poco discutíamos que quizás la principal lección para todos ha sido darnos cuenta de la diferencia de los paradigmas académicos y gubernamentales sobre lo que significa la ruralidad, la energía y la participación de la energía en los territorios, respecto a las realidades de las comunidades y en particular de la comunidad del Valle del Cauca con la cual colaboramos. Usualmente, desde el punto de vista gubernamental y académico en Colombia, llevar energía al territorio significa transportarla, instalarla y brindar algo de capacitación. Sin embargo, hemos visto que existen más opciones sobre la forma en que la energía puede participar en los territorios, y que no necesariamente es energía eléctrica. Por ejemplo, puede ser el uso de biogás como una oportunidad para el uso doméstico, u otros usos de la energía para el riego de cultivos, entre otros.
Adicionalmente, este tipo de paradigmas desconocen la realidad cultural de las comunidades. En este caso de Jamundí, existe una comunidad rural afrodescendiente que ha vivido en la región por años, con un imaginario particular de lo que significan el territorio, los humedales o las montañas que están alrededor de ellos. Lo cual es diferente al imaginario que podría tener otra comunidad en Colombia, como en la zona desértica de la Guajira, en el Pacífico o en la región andina. Pero el paradigma energético desconoce la diversidad social y ecosistémica, por tanto, los proyectos no toman en cuenta ese tipo de diferencias.
Renata Moreno: Cuando en la literatura se habla de las comunidades energéticas siempre se parte de la idea de que primero debe haber una organización fuerte y, que tanto los roles como los liderazgos, deben estar bien definidos para que se puedan implementar proyectos de energías comunitarias. Pero cuando analizas las comunidades en Colombia, es muy común encontrar que estas han enfrentado procesos muy desintegradores de violencia, desplazamientos, conflicto armado o presiones sobre sus territorios. Por tanto, es muy difícil encontrar esa “comunidad ideal” tan organizada y fuerte para que implemente estos proyectos de energía. Lo que se encuentra más bien, son comunidades débiles con procesos organizativos muy difíciles, con mucha desconfianza hacia el Estado e incluso hacia las organizaciones externas, porque les plantean proyectos, pero difícilmente han regresado a implementarlos. Son comunidades en muchos casos con procesos más bien individuales, y no tanto con una fortaleza colectiva.
Sin embargo, no podemos partir de que “como no hay una organización fuerte no vamos a hacer nada”. Es necesario entender que este tipo de proyectos alrededor de la energía pueden servir también para fortalecer los procesos colectivos y empezar a restablecer los lazos que se han perdido. En este sentido también es muy importante el trabajo en red. Nosotros hemos encontrado que para promover este tipo de energías y comunidades energéticas es fundamental apoyarnos en otras organizaciones y crear redes. Así, la transición también implica restaurar esos vínculos que se han perdido entre el campo, la ciudad, universidades, comunidad y las organizaciones sociales.
Im3. Fuente: Proyecto Energías Renovables para el fortalecimiento de la resiliencia de comunidades afrodescendientes en Jamundí, Colombia, UAO.
4. Con base en lo anterior, ¿qué recomendaciones de política pública podrían hacer para Colombia? ¿qué consideraciones podrían sugerir a otros países de la región en sus procesos de transición energética?
Ricardo Moreno: Consideramos que la recomendación principal a la política pública relacionada con el tema energético está relacionada con la participación ciudadana. Pues la política de transición energética en Colombia desconoce aún la participación tanto en la gestión, uso y autogeneración de energía eléctrica. De hecho, uno de los objetivos de proyecto del cual hemos hablado, es formular recomendaciones de políticas al respecto.
Por otro lado, creemos que es fundamental pensar en la energía como un bien común, a partir de ese reconocimiento puede ser que la forma en que consumimos, usamos y gestionamos la energía eléctrica realmente contribuya a un uso más eficiente de los recursos, y también a enfrentar algunos de los desafíos del cambio climático. Por esto, pensamos que los marcos regulatorios deben impulsar de manera definitiva todo lo que se conoce como recursos energéticos distribuidos. Tradicionalmente, a nivel mundial, el sector energético está basado en grandes centrales de producción de energía, como hidroeléctricas, nucleares, térmicas, entre otras. No obstante, los recursos energéticos distribuidos nos dan una oportunidad a todos de participar activamente en la transición energética. Y el impulso de opciones como la autogeneración de energía, pueden ser alternativas importantes para Colombia y otros países de la región.
Renata Moreno: Otra de las recomendaciones que agregaría, es que es necesario reconocer lo que está sucediendo en los países desde las bases. A partir del trabajo con la red de organizaciones que promueven estos temas como la red Biocol y Censat Agua Viva, nos hemos dado cuenta de la gran cantidad de experiencias que existen en el país. Si bien en Colombia aún no hay comunidades energéticas, hay muchas iniciativas impulsadas por pequeños productores de comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas, que están desarrollando inventos e innovaciones para producir su energía con recursos locales. Su trabajo es un aporte importante en la transición energética, en el sentido de que están planteando un cambio en la forma en que vivimos, producimos y consumimos cotidianamente, que es donde realmente está la transformación profunda y significativa de una transición energética. Sin embargo, desde las políticas, no se le está prestando atención a lo que se hace en estos lugares.
Finalmente, otro punto importante es vincular las políticas energéticas con el territorio y, en particular, con la tenencia de la tierra. Porque las comunidades que están haciendo este aporte tan grande a la transición energética están peligrando debido a que no tienen la garantía de un territorio estable. Es decir, sus zonas de vida están siendo continuamente amenazadas. Por ejemplo, las comunidades con las que trabajamos no tienen territorios colectivos, y sus fincas se reducen cada día más por la expansión agrícola y el desarrollo urbano. Por lo que estamos en riesgo de perder
Alumbrar las contradicciones del sistema eléctrico mexicano y de la transición energética: Colectivo GeoComunes
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Yannick Deniau: Geógrafo; Maestro; Colectivo GeoComunes / Universidad Autónoma de Barcelona (UAB); Susana Isabel Velázquez Quesada: Geógrafa, Maestra en Estudios Latinoamericanos; Colectivo Geocomunes / Universidad Nacional Autónoma de México; Luis Fernando Pérez Macías: Geógrafo, Doctorando en Estudios Latinoamericanos; Colectivo Geocomunes / Universidad Nacional Autónoma de México; Jorge Adrián Flores Rangel: Doctor en Geografía, Colectivo Geocomunes / Universidad Anáhuac]
Resumen:
En años recientes, la expansión del sistema eléctrico mexicano ha sido promovido como un área de oportunidad para el capital privado y difundido como algo “necesario” económica y ambientalmente. Este artículo sintetiza algunos de los resultados de la investigación cartográfica “Alumbrar las contradicciones del sistema eléctrico mexicano y de la transición energética”, un estudio y base georreferenciada de descarga libre dirigida a brindar información clave para sumar a población especializada y no especializada a la discusión y reformulación de la cadena de actividades e infraestructura que sostiene el abasto eléctrico en nuestro país y para brindar argumentos que pongan en cuestión la utilidad pública de esta infraestructura. En particular, la investigación y las herramientas de discusión que la componen buscan ser una plataforma de información y análisis eficiente para las comunidades que enfrentan la expansión de esta infraestructura.
Palabras clave: Electricidad, Infraestructura, Transición Energética, Desigualdad energética
Esta investigación realizada por el colectivo GeoComunes, presenta un análisis del subsector eléctrico en México a partir de la revisión de la situación actual de la infraestructura del sistema eléctrico y de algunas de las contradicciones que muestra la llamada “transición energética” en el país. La investigación busca aportar elementos para una reflexión amplia y colectiva en torno a la dimensión técnica y política que subyace a los momentos que componen la producción de este valor de uso: la generación eléctrica (distribución, tecnología, empresas asociadas y dimensión territorial implicada), distribución (ubicación de las líneas de transmisión y crítica al mapa de consumo desigual y altamente contrastante que posibilita) y consumo (principales actividades consumidoras de electricidad, su distribución en el país, y crítica a la utilidad pública de las mismas).
Los mapas, en tanto una herramienta útil para analizar la lógica espacial de procesos complejos, se torna un instrumento aún más potente cuando se emplea para dinamizar la discusión colectiva sobre los procesos que, a distintas escalas, está detonando y sosteniendo un agente constructor del espacio, como el sistema eléctrico. Por ello, los resultados de esta investigación se exponen en un geovisualizador (o mapa digital dinámico) de acceso libre que contiene más de cincuenta capas de información geográfica relacionadas al sistema eléctrico mexicano y repartidas en nueve temas, que ilustran tanto elementos directamente relacionados con el sistema eléctrico, como elementos que ayudan a explicar la lógica que su despliegue ha seguido hasta ahora (áreas de exploración y explotación de hidrocarburos, minerales metálicos en general y otros recursos con relevancia actual, como litio), además de los conflictos asociados al despliegue de la infraestructura energética que han sido documentados en el Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas) de la Universidad de Barcelona. Con todo esto, la investigación busca exponer de manera directa una crítica al modelo energético mexicano así como ser una plataforma para articular la discusión amplia sobre la urgencia de construir modelos civilizatorias no sólamente técnicamente viables y sustentables, sino ante todo políticamente distintos al modelo de explotación y de consumo que este sistema energético sostiene.
Im1. Geovisualizador, consultable en: http://geocomunes.org/Visualizadores/SistemaElectricoMexico/#
A continuación presentamos algunos de los principales hallazgos y reflexiones de la investigación.
Privatización y gasificación de la generación eléctrica
Desde 1992 se han impulsado distintas reformas neoliberales al Sistema Eléctrico Nacional en México que han reforzado el control privado sobre la generación eléctrica. De esta manera, el 75% de las centrales eléctricas que comenzaron a operar en los últimos 20 años han sido promovidas por el sector privado, quien controla actualmente el 43% del total de la capacidad eléctrica instalada en México. Con este proceso se ha configurado un oligopolio de empresas privadas, en el que 8 empresas (entre las cuales resaltan Iberdrola, Mitsui, Enel Green Power y Naturgy por su peso en el control de capacidad instalada) controlan un cuarto de la toda la capacidad instalada a nivel nacional. Este proceso de privatización está asociado a la gasificación del sector eléctrico y al incremento de los hidrocarburos en la matriz eléctrica que resultó de la firma del Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN), al grado en que, en 2018 el 77 % de la electricidad se produjo consumiendo hidrocarburos, principalmente en centrales de ciclo combinado abastecidas con importaciones de gas natural extraído en Estados Unidos bajo la técnica de fracking (Geocomunes, 2016).
Un aumento continuo del consumo eléctrico fomentado por actividades industriales
Es común pensar que el aumento del consumo de energía se relaciona con el crecimiento de la población, sin embargo, en México el consumo energético relativo por cada millón de habitantes se ha duplicado en los últimos cincuenta años, lo que muestra que el consumo de electricidad depende de otros factores y sectores. En las dos últimas décadas el consumo eléctrico a nivel nacional prácticamente se ha duplicado, pasando de 559 a 1,000 petajoules de 2000 a 2018. El mayor consumidor de electricidad es el sector industrial, que actualmente consume más del 60% del total de la electricidad, lo que representa cerca de tres veces el consumo del conjunto de los usuarios domésticos (22%).
IM2. Evolución del consumo eléctrico por sectores y millón de habitantes, 2000-2018 (en Petajoules / Millones de habitantes (Fuente: elaboración propia de los autores con base en SIE e INEGI)
México es el único país de América Latina donde el sector industrial consume más de la mitad del consumo total de electricidad. Eso se explica, en parte, por el dinamismo de la economía de exportación, ligada principalmente al modelo de producción exportador de especialización productiva dinamizado por el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN, hoy T-MEC) y moldeado bajo la proyección hegemónica regional de Estados Unidos: en 2018, en México se exportaron mercancías con un valor de 441,000 millones de dólares, del cual el 70% fue hacia Estados Unidos.
Im3. Peso del consumo eléctrico industrial y exportaciones en América Latina, 2018 (Fuente: elaboración propia de los autores con base SieLAC-OLADE y Banco Mundial)
Además del subsector maquilador, la industria minera y cementera aparecen como las principales actividades consumidoras dentro de las actividades industriales. Dos actividades extractivas que, en conjunto, en 2018 representaron el 8% del consumo nacional de electricidad, lo que equivale al consumo doméstico de 46 millones de personas.
Un acceso desigual e injusto a la electricidad
El gran peso de algunas ramas industriales en el consumo de electricidad contrasta con el acceso desigual de la población a este bien común. En 2018 había 1.8 millones de personas sin acceso a electricidad a nivel nacional y 269 mil viviendas habitadas seguían acceso a este recurso en 2020. Un tercio de esas viviendas sin electricidad están concentradas en los estados de Veracruz, Chiapas y Oaxaca, a pesar que estos concentran una gran cantidad de centrales eléctricas (Chiapas concentra el 41% de la capacidad hidroeléctrica operando a nivel nacional y Oaxaca el 46% de la capacidad eólica en operación) que han generado graves conflictos y procesos de despojo para la población local. Esos datos evidencian que el aumento de centrales eléctricas no garantiza el acceso universal a la electricidad y cuestiona la supuesta utilidad pública que acompaña la promoción de nuevos proyectos. El sistema eléctrico mexicano prioriza el flujo de energía en función de la acumulación de capital, relegando a un segundo plano el consumo de las regiones que resultan menos trascendentes al patrón particular de acumulación. La electricidad es un bien común que no ha dejado de privatizarse y es una mercancía con una función estratégica para la industrial lo que condiciona la forma en que se despliega territorialmente.
Las contradicciones y mitos del proceso de transición energética
La forma hegemónica de la llamada “transición energética” ha articulado un conjunto de mecanismos de mercado que promueven el despegue de una “economía verde” dentro del sector energético, lo que ha sido fuertemente criticado por ser promovida desde una lógica corporativa y generar las siguientes contradicciones:
Busca ampliar la proporción de “energías renovables” en la matriz eléctrica, sin reducir el consumo real de hidrocarburos. Las metas de reducción de consumo de fuentes fósiles a las que se comprometen los países, son establecidas en términos relativos y no en términos absolutos, esto es, son metas a las que se llega sin reducir el consumo absoluto de fuentes fósiles a razón de aumentar únicamente la generación eléctrica a partir de fuentes renovables. En el caso de México las energías renovables no están reemplazando la generación eléctrica basada en fósiles sino que se están sumando al aumento continuo de generación eléctrica. A pesar de duplicar la capacidad instalada de energías renovables en México entre 2005 y 2019 (con 123 nuevas centrales principalmente eólicas y solares), la generación fósil ha aumentado en un 30% durante este mismo periodo (de 191 mil a 253 mil GWh). Las energías renovables no tienen la capacidad, ni en México ni en el mundo, de cubrir una demanda siempre creciente de electricidad. Mientras no existan acciones concretas para limitar el aumento del consumo eléctrico y para definir sus usos prioritarios en pro de la justicia y el bienestar colectivo, no habrá posibilidades reales de alcanzar una disminución absoluta y no sólo relativa en el consumo de energía fósil.
Es una política que evalúa las tecnologías “adecuadas” únicamente a partir del volumen de gases de efecto invernadero emitidos durante la generación eléctrica, y no durante todo el proceso de instalación y producción de la propia tecnología (paneles solares, aerogeneradores, etc.). De esta manera no considera el conjunto de impactos que estas tecnologías tienen, como eliminación de cubierta vegetal, erosión por aplanamiento de terreno, cambios de usos de suelo etc. Se puede cuestionar el término de energías “limpias” por los graves impactos socioambientales generados por proyectos de energías renovables en México, y por el hecho que este modelo de transición energética termina fomentando el extractivismo minero. Las centrales eólicas y solares actualmente en proyecto en México van a requerir, por ejemplo, aproximadamente 1.5 millones de toneladas de minerales para su construcción. La transición energética actual es una apuesta corporativa que pretende aplazar la solución de la crisis ambiental y climática fomentando una de las actividades industriales más nocivas en términos de impactos socio ambientales y de consumo de energía (agua, electricidad).
Conclusión
Una transición energética alternativa real tiene que empezar por cuestionar el modelo capitalista de acumulación y la geopolítica de dominación de la energía. Debe dirigirse hacia el abandono del patrón de explotación producción y consumo basado en energías fósiles, y hacia su reemplazo por un modelo social y energético completamente diferente. Un modelo que priorice las necesidades reales de reproducción de los pueblos (no del capital) y que se construya sobre el debate permanente sobre los valores de uso necesarios para cada comunidad, localidad y ciudad, así como sobre las tecnologías local y culturalmente adecuadas. Esta otra transición energética, que los pueblos han dado en llamar popular o comunitaria, se ha venido construyendo con la crítica y la determinación de pueblos, organizaciones e individuos que se han opuesto a la expansión de proyectos energéticos en su territorio, con las reflexiones que sobre el consumo y la explotación laboral existen en varias ciudades, y con los proyectos de abasto energético que a nivel local y regional han realizado los distintos pueblos organizados.
Referencias Bibliográficas
- Geocomunes. Alumbrar las contradicciones del Sistema Eléctrico Mexicano y de la transición energética. Preguntas clave para entenderlos y construir otros modelos energéticos. Geovisualizador y texto de análisis descargable en http://geocomunes.org/Visualizadores/SistemaElectricoMexico/#
- 2016. Territorialización de la Reforma Energética: el control privado de la explotación, el transporte y la transformación energética en el noroeste de México. Texto descargable en: http://geocomunes.org/Analisis_PDF/Territorializacion_RE_GeoComunes.pdf
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y EFICIENCIA ENERGÉTICA: PALABRAS CLAVE PARA ABORDAR LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA CON ÉXITO
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Javier Andrés Piedra Fierro, Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad de Concepción. Director Ejecutivo en Fundación Energía para Todos y docente en Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Concepción; Catalina Paz Brieba Metzger, Periodista de la Universidad Diego Portales, Encargada de Comunicaciones en Fundación Energía para Todos.]
Resumen:
Los problemas de acceso, equidad y calidad en el abastecimiento de las necesidades energéticas, junto con el impacto de la generación y uso de la energía sobre el medioambiente, se han convertido en un tema importante para Chile en los últimos años. Según ONU-Hábitat, las ciudades y localidades son altamente vulnerables a los efectos del cambio climático, es por eso, que la innovación en modelos de negocio sostenibles, la colaboración público-privada y la cooperación de la sociedad civil, son elementos clave para alcanzar las metas de Desarrollo Sostenible a nivel mundial. Desde hace 5 años, Fundación Energía para Todos, se encarga de realizar consultorías y asesoramiento multidisciplinario a Municipalidades y distintos organismos públicos, con el fin de diseñar y ejecutar proyectos energéticos sostenibles que se enfoquen en la superación de la pobreza energética y marquen el acento en la participación de la ciudadanía.
Palabras clave: Energías Renovables, Eficiencia Energética, Participación Ciudadana
1. Desarrollo Energético Local a partir de las necesidades ciudadanas
El potencial de Energías Renovables en Chile es inmenso: proyectos solares, eólicos, de biomasa o geotermia, se pueden desarrollar a partir de las condiciones naturales que posee nuestro país, permitiendo proyectar un futuro 100% renovable. Sin embargo, aún existen más de 50.000 hogares sin acceso a electricidad y 1.800.000 personas que no disponen de sistemas de Agua Caliente Sanitaria. Eso, sumado a que más del 66% de los hogares presentan problemas de Eficiencia Energética debido a la falta de aislación térmica, y otro 30% que gasta excesivamente energía en sus viviendas, crean un desafío potente a la hora de hablar de la tan anhelada Transición Energética.
Fundación Energía para Todos, nace como una iniciativa de tres ex compañeros de la Universidad de Concepción, motivados por la misión de promover desde la ciudadanía, la implementación de acciones y estrategias de mitigación del cambio climático en torno a la Eficiencia Energética y las Energías Renovables. A la fecha, Energía para Todos, ha trabajado en más de 30 comunas, colaborando con 21 municipios, más de 80 Organizaciones Sociales, y beneficiando a miles de vecinas y vecinos que, a partir de sus necesidades, diseñan en conjunto ideas innovadoras, concretas, con impacto social e incluso, que tienen potencial de ser replicadas para abordar problemáticas energéticas a lo largo del país.
En Chile, para avanzar en medidas de mitigación del cambio climático, progresar en la resiliencia de los territorios e impulsar la competitividad y productividad del sector energía, el Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética, llevan a cabo el programa Comuna Energética, que se encarga de promover el Desarrollo Energético Local Sostenible, desde el fortalecimiento en la gestión energética a nivel municipal e impulsando la participación ciudadana, levantando soluciones energéticas que impactan positivamente en la sociedad y el medioambiente.
De esta manera, a través de impulsar en los municipios el desarrollo de Estrategias Energéticas Locales (EEL), que establecen una misión, objetivos y metas, dentro de un plan de acción a corto, mediano y largo plazo, se avanza en la sensibilización de la población, llegando a la implementación de proyectos energéticos afines. En este contexto, la Fundación Energía para Todos, se ha especializado en el diseño de Estrategias Energéticas Locales, trabajando en cinco regiones del país, analizando el escenario energético, estimando el potencial de Energías Renovables y Eficiencia Energética que se pueden aprovechar en los distintos territorios, e involucrando activamente a la comunidad.
Im1. Etapa de participación ciudadana en el desarrollo de la Estrategia Energética Local de Dalcahue, comuna de la Isla Grande de Chiloé, en la región de Los Lagos, Chile.
2. Eficiencia Energética: reduce el impacto medioambiental y mejora la calidad de vida
Entre las iniciativas que hoy está desarrollando la Fundación Energía para Todos, se destacan: “Mapas de Calor en la Región de Aysén”, el cual generará insumos para un posterior estudio de prefactibilidad de Calefacción Distrital y Aislación Térmica de Viviendas en las localidades de Chile Chico, Puerto Aysén, Puerto Chacabuco y Puerto Cisnes; “Gestión Integral de Residuos”, permitiendo que el Liceo Paula Jaraquemada, en la comuna de Recoleta, se haga cargo de los residuos orgánicos generados en el casino, transformándolos en biogás utilizado en la cocina del establecimiento, y fertilizante para un invernadero medicinal comunitario; y “Mejoramiento de la Eficiencia Térmica Residencial en Dalcahue”, que tiene como objetivo principal reducir el excesivo consumo de leña -y otros combustibles- a través de la aislación térmica en el hogar, lo que genera beneficios, tanto para el medioambiente, como para la salud y el bolsillo de las personas.
En cuanto a “Mejoramiento de la Eficiencia Térmica Residencial en Dalcahue”, es un proyecto co-financiado por el 4to Concurso de Inversión Energética Local del Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética. La iniciativa impulsa la aislación térmica de viviendas, agregando demanda para el reacondicionamiento de la techumbre de los hogares, sellando infiltraciones de aire en puertas y ventanas, y capacitando a los participantes, con el fin de hacer un uso eficiente y responsable de la energía, logrando así, reducir el consumo de combustible hasta en un 45% por hogar. Según el diagnóstico de Energía para Todos, el 94% de las familias en Dalcahue dependen de la leña, y el 54% no tiene aislación térmica. Esta es una realidad que se repite en muchos pueblos y ciudades del centro y sur de Chile, generando graves problemas ambientales, asociados a la calidad del aire, y lo que conlleva en materia de salud para los habitantes, pero también, develando que existe una gran cantidad de hogares que habitan en viviendas precarias desde el punto de vista energético.
Im2. Especialistas de Fundación Energía Para Todos explicando las medidas de aislación térmica que se llevarán a cabo en el proyecto “Mejoramiento de la Eficiencia Térmica Residencial en Dalcahue”
3. Conclusiones y reflexiones finales
La descentralización energética y la participación de nuevos actores son fundamentales para desarrollar una matriz energética más limpia y económicamente competitiva. De la misma forma, la Eficiencia Energética se debe impulsar con fuerza, desarrollando proyectos que contribuyan desde lo local a la Transición Energética, utilizando todos los beneficios de las Energías Renovables de la forma más eficiente, beneficiando a las comunidades, reduciendo emisiones y aportando al Desarrollo Sostenible. Sin lugar a dudas, para que la Transición Energética avance con éxito, debe tener una mirada social, colaborativa e inclusiva.
Entrevista a Anahí Urquiza: “Tenemos serios problemas de pobreza energética que hacen que la transición energética sea mucho más compleja que en otros países”
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
La Dra. Anahí Urquiza es Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, investigadora del Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia (CR2) y Coordinadora de la Red de Pobreza Energética. Es Antropóloga Social y Magister en Antropología y Desarrollo, de esta misma Universidad. Se doctoró en Sociología en la Universidad Ludwig Maximilian de Munich y en el Programa Environment and Society, del Rachel Carson Center, ambas instituciones alemanas. Experta en teoría de sistemas, sus áreas de investigación se concentran en la relación medio ambiente y sociedad, especialmente en vulnerabilidad hídrica, pobreza y transiciones energéticas, relación ciencia-sociedad, gobernanza y resiliencia frente al cambio climático.
- Sabemos que tu formación inicial fue en Antropología ¿podrías compartirnos cómo fue que empezaste a establecer una vinculación con los temas de energía y cambio climático?
Efectivamente, no es tan común encontrar antropólogos que estén trabajando en los temas socioambientales a la par que los ingenieros o los climatólogos, por ejemplo. Pero gran parte del espíritu inicial de la Antropología parte de la preocupación sobre cómo los seres humanos se adaptan a su entorno ecológico y a partir de esto desarrollan culturas específicas. Además, hice un doctorado en Sociología, con un enfoque muy orientado a la comprensión sistémica de los desafíos contemporáneos. Entonces, cuando se mira los problemas que enfrenta la sociedad contemporánea desde estos enfoques, podría plantearse que se relacionan con la forma en que estamos tomando las decisiones y de qué manera estamos asumiendo que estas decisiones configuran el futuro.
En el contexto de una sociedad diferenciada por funciones hiper especializadas, con mucha autonomía del sistema económico, con lógicas propias del sistema político y limitaciones importantes de gobernanza global, una de las inquietudes que surgieron desde mi formación fue ¿cómo hacemos para que la sociedad, dentro de su complejidad, se haga cargo de dilemas colectivos como el cambio climático, pero también de temas como el envejecimiento de la población, la inteligencia artificial o la eugenesia del ser humano?
Así es cómo desde mi orilla disciplinaria me he aproximado a los temas ambientales, en los cuales ha sido fundamental poder trabajar con otras disciplinas para realizar abordajes más integrales, que permitan articular soluciones mucho más completas y nos permitan hacernos cargo de estos grandes problemas. Desafíos que, en alguna medida, también son consecuencia de tener miradas ultra reduccionistas, orientadas a la eficiencia y con soluciones puntuales.
En este sentido, he trabajado principalmente en dos líneas de investigación. Por un lado, la de vulnerabilidad hídrica, buscando entender cuáles son las dificultades que tenemos en Chile para enfrentar la escasez hídrica frente al cambio climático. Y, por otro lado, la de energía y mitigación, puesto que es necesario avanzar en una transición energética frente a las nuevas condiciones climáticas, pero también reducir las emisiones que las generan para que la adaptación sea viable y podamos proteger sobre todo a las poblaciones más vulnerables.
Al trabajar en el tema de energía, rápidamente me di cuenta de que la discusión estaba dominada por una perspectiva muy ingenieril, orientada en gran medida a soluciones de transición hacia energías renovables, pero sin mirar sus implicaciones en la dimensión social. Ya sea en los impactos que tienen las mismas energías renovables o los cambios que se generan por las transiciones energéticas —como las transformaciones en el mundo laboral— y que se relacionan con la transición justa.
Pero también nos dimos cuenta de que tenemos serios problemas de pobreza energética, y que las dificultades para cubrir las necesidades de energía de nuestra población hacen que la transición energética sea mucho más compleja que en otros países con ingresos más altos y donde la mayoría de la población no tiene dificultades de acceso a la energía. En este sentido, surge la Red de Pobreza Energética como una serie de esfuerzos interdisciplinarios para abordar estos vacíos.
- ¿Podrías contarnos de qué trata la pobreza energética y por qué es importante abordarla en un contexto de cambio climático?
La pobreza energética se ha trabajado desde los noventa en Europa y yo diría que el mayor avance se ha centrado en dos líneas. Por un lado, en los países más ricos, el foco se ha orientado en abordar cuanta carga para el presupuesto familiar implica cubrir los servicios energéticos. Es decir, si las familias están gastando demasiado o si logran cubrir suficientemente bien las necesidades de combustible que requieren para los inviernos, sobre todo en los países fríos. En esta línea se trabajó mucho con la regla del 10%, la cual planteaba que si gastaba más de ese porcentaje del presupuesto del hogar en energía, se estaba en una condición de pobreza energética, pues se limitaba el resto de los gastos y por tanto la cobertura de otras necesidades.
Por otro lado, en África, Asia, América Latina y Oceanía, los trabajos estaban más enfocados en la electricidad y en los esfuerzos que se han desarrollado para conectar a las diferentes comunidades al sistema. Sobre todo, por las implicaciones que esto tiene en las capacidades para utilizar las tecnologías de la información o como un recurso básico para poder vivir en el mundo en el que hoy estamos.
Entonces, hasta hace unos años se podía decir que uno era pobre energéticamente cuando no tenía acceso a la electricidad, no estaba conectado o cuando gastaba demasiado en energía. Pero nos dimos cuenta que en los países latinoamericanos teníamos más problemas que esos, y no contábamos con los lentes adecuados para mirarlos. Porque las conceptualizaciones se habían hecho desde Europa, donde las soluciones habitacionales ya estaban resueltas, había Estados de bienestar que cubrían ciertas necesidades y en donde se miraba a los países del tercer mundo como aquellos a los que había que darles acceso.
Sin embargo, en América Latina, los países tienen en general buenos porcentajes de acceso que están sobre el 90% de conectividad eléctrica. Y, por otro lado, el gasto en energía tampoco es tan alto, considerando por supuesto la limitada información que se tiene. Pero había algo que no calzaba, porque claramente tenemos un problema. En nuestro país, la gente pasa mucho frío en el invierno, tenemos ciudades saturadas de contaminación por el uso de leña y a la gente se le hace muy difícil pagar la electricidad. Por lo tanto, nos dimos cuenta de que necesitábamos construir un concepto más complejo y fue por eso que creamos la Red de Pobreza Energética, y nos propusimos construir el concepto con la participación de diferentes disciplinas y sectores.
Después de un año trabajando en ello, partimos de que efectivamente, una de las condiciones de la pobreza energética es cuando el gasto en energía representa una carga muy pesada para el presupuesto del hogar, o cuando decididamente los hogares renuncian a cubrir los servicios energéticos por la incapacidad para pagarlo, y pasan frío, no tienen agua caliente sanitaria o iluminación suficiente.
Una segunda condición, tiene que ver con el acceso a la energía, pues dada la diversidad geográfica de los países latinoamericanos, existen poblaciones y territorios aislados con dificultades para conectarse a la red general. A diferencia de Europa, por ejemplo, donde existen asentamientos más próximos y concentrados.
Una tercera condición de la pobreza energética se relaciona con la calidad de la energía. Porque podría ser que los hogares no gasten tanto, que cubran de forma suficiente sus servicios energéticos, pero que, al mismo tiempo, estén expuestos a grandes niveles de contaminación. Por ejemplo, por el tipo de combustión que generan para cocinar, calentarse, etc., como es el caso de la leña.
Con base en lo anterior, planteamos que una mirada más integral sobre la pobreza energética y la capacidad que se tiene para cubrir las necesidades de energía implica al menos tres dimensiones: i) la equidad, que se relaciona con el peso que el gasto de energía tiene en el presupuesto y las posibilidades que se tienen para pagar; ii) el acceso, que tiene que ver con umbrales tecnológicos, físicos y geográficos, vinculados con las posibilidades de conectarse a la red de energía; y iii) la calidad, que no solo se relaciona con la calidad de energía eléctrica sino también de otros combustibles.
- ¿Cuál dirías que es el panorama general de la transición energética en Chile y cuáles han sido los principales desafíos?
La transición energética tiene muchas oportunidades en Chile porque es un país muy rico en recursos naturales y con una gran potencialidad solar y eólica, pero también de energías que aún no hemos explorado como la geotérmica o la mareomotriz. En los últimos años dimos un salto muy rápido que, por un lado, podría relacionarse con el abaratamiento en los costos de las tecnologías; y, por otro, con el esfuerzo de construir una política energética de largo plazo—Energía 2050— que tuvo un impacto muy positivo al fomentar el trabajo colaborativo entre investigadores y actores del sector público y privado.
En general, podría decirse que el proceso de transición energética ha sido destacable en varios ámbitos, aunque seguimos teniendo algunos desafíos. Uno de ellos, es que Chile aún tiene una matriz energética muy sucia, dado que las plantas a base de carbón siguen siendo muy importantes. Esto ha implicado que existan zonas de sacrificio, con serios impactos ambientales y para la salud de la población, pues muchas personas han sido condenadas a vivir en ambientes tóxicos. Por tanto, no solo es necesario cerrar las plantas lo antes posible, sino además hacer una recuperación de las personas y los territorios.
Y esto tiene que ver con una mirada más amplia de la transición justa, que no solo se enfoca en ofrecer soluciones laborales a quienes se quedarían sin empleo por la transición, lo cual es importante por supuesto. Sino que también implica hacerse cargo de los pasivos ambientales y del daño que se ha producido a la población cercana. Asimismo, tiene que ver con asegurarse de que la transición energética no aumente los costos de energía para los hogares. Lo que es un desafío en el contexto de la institucionalidad que tenemos y de los mecanismos con los que se definen los precios.
- ¿Cómo evaluarías el abordaje de estos temas en Chile por parte de las instancias gubernamentales y qué orientaciones propondrías?
Considero que hasta hace poco tiempo no había preocupación en estos temas. Y me atrevería a decir que se empezó a hablar de pobreza energética, y recientemente de transición justa, en la definición de la política energética de largo plazo. Me parece que este proceso nos ha dejado varias enseñanzas. Primero, la importancia de abrir espacios de reflexión y planificación de largo aliento en las políticas públicas. Segundo, lo fundamental de promover la conversación entre los investigadores, tomadores de decisiones, sociedad civil y el sector privado para tener visiones más integrales y visibilizar aspectos que desde miradas sectorizadas no son posibles.
Por otro lado, en el proceso ha habido una reticencia a asumir que la pobreza es mucho más de la que se estaba midiendo y que hay dimensiones de la pobreza que hasta hace poco no estaban siendo consideradas. Incluso, al iniciar el gobierno de Piñera, existía una resistencia a hablar sobre pobreza energética, porque cuando se amplía el concepto de pobreza las estadísticas muestran que no se está reduciendo, sino que las cifras aumentan, y eso es algo que no se está en disposición de decir. En esos momentos, por ejemplo, nos cortaron toda la comunicación y los esfuerzos que habíamos hecho en la Red para poder trabajar sobre el tema con dichas instancias. Por suerte, después del estallido social llegó un remezón importante al nivel de los tomadores de decisiones y el Ministerio de Energía nos volvió a buscar para pedirnos que trabajáramos en el tema. Por supuesto, nosotros ya teníamos un gran avance, así que los sumamos a los espacios que ya estábamos trabajando. Inclusive, ahora, hemos tenido una importante participación en la actualización de la política energética, la cual tendrá un fuerte componente de pobreza energética.
Igualmente, ha existido una suerte de “miopía”, al no valorar lo que se genera en las universidades chilenas. La tendencia de los gobiernos ha sido traer organismos internacionales para recibir asesoramiento, cuando en muchos casos los grupos locales de trabajo —como la Red de Pobreza Energética— cuentan con mucho más trabajo desarrollado que dichos organismos.
- Desde tu experiencia, ¿qué aportan las ciencias sociales al estudio de fenómenos tradicionalmente asociados a las ciencias exactas, como el clima o la energía? ¿cómo trabajar en perspectivas inter o transdisciplinarias?
Yo diría que esto es lo más importante para nosotros, y si bien en la entrevista nos hemos concentrado en la pobreza y la transición energética, estos son algunos de varios temas que implican desafíos complejos.
El primer desafío es cómo logramos articular diferentes conocimientos disciplinares —ya sea entre las ciencias naturales y sociales, e incluso dentro de cada una de estas ciencias— para tener visiones más completas de los fenómenos.
El segundo, cómo logramos que ese conocimiento sea útil para la sociedad y que no se quede solo en papers científicos, sino que los tomadores de decisiones se den cuenta de todo el conocimiento que se está generando y exista una articulación entre las diferentes formas de conocimiento. Con esto, no solo me refiero al conocimiento científico y el de tomadores de decisiones, sino los conocimientos ancestrales y la memoria de las comunidades, que son fundamentales para tomar decisiones sobre sus territorios.
El tercero, tienen que ver con que efectivamente, en las ciencias sociales no hemos estado muy presentes en la comprensión de los fenómenos ambientales, tecnológicos, genéticos y otros que están más dominados por las ciencias duras. Que, sin embargo, tienen una dimensión social tremendamente relevante que debe ser estudiada y articulada con los conocimientos de estas otras especialidades para que podamos hacernos cargo de sus desafíos.
Otro de los desafíos, tiene que ver con el papel que desempeñamos las personas de las ciencias sociales en los equipos interdisciplinarios. Cuando uno empieza a trabajar con personas de otras ciencias, rápidamente se da cuenta de que tenemos técnicas de trabajo y habilidades para articular diferentes perspectivas, generar metodologías de conversación, síntesis u otras, que son muy distintas a las que se tienen en otras disciplinas. Sin embargo, por un problema de jerarquías de la ciencia, y de desvalorización de las ciencias sociales respecto a las naturales, rápidamente nos relegan a ser los facilitadores de los procesos. Entonces es muy curioso, porque de un momento a otro podemos pasar de ser invisibles a ser ultra necesarios para apoyar la comunicación entre la ciencia y la política. Como es el caso de la construcción de escenarios, empoderamiento comunidades para tomar decisines sobre sus territorios, o simplemente la divulgación científica, entre otras instancias. Y bueno, claro que tenemos algo que aportar ahí, pero al mismo tiempo tenemos problemas más graves de los cuales hacernos cargo y en donde es crucial nuestro papel como investigadores. Sin duda el desafío que tenemos es dantesco.
Atlas del Carbón. Hechos y Cifras de un combustible Fósil | Las salvajes bocaminas como bestias fugitivas
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Natalia Aravena Solís, Geógrafa U. de Concepción, Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Libro: Atlas del Carbón
Editorial: Fundación Heinrich Böll, Friends of the Earth international y Terram.
Año: 2020
E-book Disponible: https://www.terram.cl/descargar/energia/termoelectricas/Atlas-del-Carbon-Latinoamerica.pdf
Im.1 Portada Libro | Fuente: https://www.terram.cl/publicaciones/
Resumen
Contrario a lo que podamos pensar, el carbón sigue siendo un recurso muy utilizado en el mundo, tanto en la generación de energía eléctrica, como en otros procesos productivos. Atlas del Carbón (2020), en su versión para Latinoamérica, se plantea como una contribución para sensibilizar acerca de la urgencia de frenar la quema de combustibles fósiles, especialmente el carbón. Mediante gráficos, diagramas y mapas, en conjunto con información precisa y actual, es una lectura que motiva la comprensión de la descarbonización como un hito en el camino para desfosilizar nuestras sociedades. Publicado originalmente en inglés, se ofrece esta versión en español a la que se agregan dos casos de interés latinoamericano: Colombia y Chile.
Palabras Clave. Descarbonización, contaminación ambiental, GEI.
Introducción.
La utilización del carbón daña el medioambiente en varias etapas de su proceso productivo: en su extracción, sea en mina subterránea o a tajo abierto, se destruye la naturaleza, se contamina el agua e impulsa migraciones forzosas de comunidades. En su combustión emite a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono y metales pesados, perjudiciales para todo el ecosistema (incluyéndonos). Las centrales de carbón son de baja eficiencia y, pese a ello, después del petróleo, sigue siendo la segunda fuente de energía más importante en el mundo. El consumo de carbón sigue aumentando, incluso en Europa, cuyos mayores exponentes son Alemania, Polonia y Gran Bretaña.
Entre sus consecuencias está la delgada línea de des-equilibrio ambiental del cambio climático, que, si aumenta en 1,5°C más la temperatura terrestre, no podremos contener. Para alcanzar ese objetivo el 88% del carbón debe permanecer bajo tierra, sin embargo, la Unión Europea sigue financiando proyectos cuya fuente de energía es el carbón, un rubro altamente privatizado, con lobby y que paga a escépticos climáticos. ¿Qué hacemos entonces? La oposición a proyectos que involucren carbón ha ganado más adeptos, y el objetivo común es crear sistemas de generación y producción que realmente dependan de energías renovables, más que de combustibles fósiles.
Im.2 El carbón como recurso en el mundo | Fuente: https://www.terram.cl/publicaciones/
Carbón, pasado y presente de la bestia fugitiva.
El carbón se origina de vegetación a alta temperatura y presión, sin contacto con aire, por lo mismo hay depósitos en todos los continentes (Im.2). Mientras más antiguo el carbón, más carbono y energía contiene. Impulsó la Revolución Industrial y la transformación de las economías y sociedades durante los últimos dos siglos. Aunque se aprovecharon sus beneficios, sus consecuencias han sido ignoradas, siendo el carbón uno de los factores más importantes del cambio climático, ya que su extracción y combustión aporta gases de efecto invernadero (GEI) de alto impacto y contaminación ambiental.
Los efectos geológicos de la minería del carbón tampoco han sido menores: la minería a rajo abierto destruye el paisaje y la superficie por sobre las minas subterráneas se hunde.
Las centrales termoeléctricas a carbón generan gases tóxicos y material particulado, responsables de cientos de miles de muertes alrededor del mundo cada año, por lo que la contaminación atmosférica y ambiental del carbón cuesta miles de millones en gastos de salud.
Socialmente, el sector está empleando menos personas, aunque aumente su producción y la minería subterránea sigue siendo uno de los trabajos más peligrosos. Las comunidades locales pueden ser afectadas por migraciones forzosas y represión, para permitir la explotación del carbón.
Desde lo político-económico, la industria del carbón utiliza dinero de los contribuyentes para mantener sus precios bajos y no ofrece compensación por los costos relacionados con el cambio climático o las enfermedades. Mientras que cavar minas, construir centrales termoeléctricas y proveer infraestructura cuesta miles de millones, los países subdesarrollados no pueden costearlo, por lo que las agencias de crédito y los bancos privados ofrecen fondos para financiar el carbón.
En la actualidad, pese a que supongamos que va a la baja, la construcción de centrales termoeléctricas a carbón se reanuda silenciosamente (ver el caso de Japón), ¿para cuándo la descarbonización?
Las salvajes bocaminas en Latinoamérica.
Im.3 Generación eléctrica en Chile | Fuente: https://www.terram.cl/publicaciones/
En el mundo se presenta un fuerte aumento de la energía renovable, por lo que el uso del carbón está poniendo en peligro el ambicioso objetivo de reducir las emisiones de GEI. En Latinoamérica, Chile sigue utilizando el carbón en la generación de electricidad, siendo de este origen el 40% de la electricidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) (Im.3), a pesar del anuncio de la no construcción de nuevas centrales y la fuerte entrada de energías renovables no convencionales, así como también la promesa de cerrar todas las termoeléctricas para el 2025. El costo de esta combustión repercute en las personas, que habitan las denominadas Zonas de Sacrificio: un ejemplo de ellas es la central Bocamina I y II con sus repercusiones por más de 30 años en Coronel, Bio Bio.
Mientras, en Colombia la explotación del carbón ha implicado la expansión de territorios en sacrificio, donde comunidades vulnerables (campesinos, indígenas y afrodescendientes) y las futuras generaciones deben lidiar con los impactos.
Conclusión.
Siempre que se quiere discutir acerca de cambio climático y energía, la industria del carbón con su poderoso lobby no quiere ceder. Suelen conseguirlo, sin embargo, todos podemos ser parte del cambio.
La participación de las energías renovables dentro de la matriz energética global está creciendo rápidamente. Naciones, organizaciones, compañías y personas estamos cambiando. No es una tarea fácil, ni tampoco se alcanza a ver en el horizonte a este fugitivo derrotado, ni si su caída será próxima. Lo que sí está en nuestras manos es informarnos, informar a otros y juntos crear conciencia. Atlas del Carbón es un paso para lograrlo.
“El niño que domó el viento”
Ver“El niño que domó el viento”
Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC & Caleb Yunis Lizana, Antropólogo Pontificia Universidad Católica de Chile, Estudiante de Magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad Alberto Hurtado. Asistente de investigación del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR)]
Película: El niño que domó el viento (2019)
Dirigido por: Ejiofor Chaiwetel
Premios: British Independent Film Awards (BIFA): 3 nominaciones, incluida Mejor Director Debutante
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=nPkr9HmglG0
Disponible en Netflix
Im.1 Póster Película | Fuente: https://www.filmaffinity.com/
Resumen
“El niño que domó el viento” (2019) es una película basada en un hecho real a cargo del director Ejiofor Chaiwetel. Esta se centra en la temática de la sequía y la transición energética desde la innovación tecnológica. El protagonista decide construir un molino de viento con materiales que tenía a su alcance, con la finalidad de darle energía a una bomba de agua conectada a un pozo y así tener este recurso disponible para los cultivos todo el año. Esta película nos invita a reflexionar sobre el interior de la “caja negra” de la innovación y los beneficios que tiene el uso de energías renovables en comunidades de menores recursos y alta vulnerabilidad socioambiental.
Palabras Clave. Energía eólica, sequía, innovación.
Introducción.
En la actualidad, hemos sido espectadores de las consecuencias que el cambio climático tiene en nuestras vidas, contribuyendo a la transformación los modos de vivir de distintas comunidades, en especial aquellas que subsistían a través de la agricultura, al ser afectadas por fenómenos como sequías y aluviones. Bajo esta temática se centra la película basada en un hecho real, titulada “El niño que domó el viento” (2019) a cargo del director Ejiofor Chaiwetel.
Ambientada en el año 2001, la película nos narra la historia del niño William Kamkwamba y su familia, que habitan en Malawi, país de África Oriental. Este se encuentra atravesando serias dificultades climáticas y políticas que afectan a la producción y abastecimiento agrícola, lo que perjudica fuertemente a la familia del protagonista y a su comunidad, dado que su actividad económica principal es el cultivo de maíz.
Dicho contexto se evidencia en las peripecias que deben atravesar en su vida cotidiana, como fuertes hambrunas que derivan en robos, violencia y migración en busca de nuevas oportunidades. Dada esta situación, el protagonista decide construir un molino de viento con trozos de basura, un dinamo (pequeño generador eléctrico que funciona a través del movimiento) de su profesor de ciencias y la bicicleta de su padre, con la finalidad de darle energía a una bomba de agua conectada a un pozo y así tener este recurso disponible para los cultivos todo el año.
Im.2 Cosecha | Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=nPkr9HmglG0
Mphero – Viento.
Las catástrofes naturales y problemáticas sociopolíticas desencadenan una serie de eventos que aquejan al protagonista y su familia, siendo catalizadores del proceso de elaboración del aerogenerador que les serviría posteriormente para poder sobrevivir. Específicamente, el contexto de sequía provocó que la producción agrícola disminuyera de manera significativa, lo que empujó a que los campesinos a vender sus tierras a la industria tabacalera de la localidad. Estos terrenos originalmente estaban cubiertos de árboles, pero tras su venta pasaron a ser talados y utilizados para la producción de tabaco.
Posteriormente, abundantes lluvias provocaron un gran aluvión que arrasa con los cultivos de los agricultores y deteriora sus tierras; ello es un evento irónico para la comunidad debido a que, de no haberse talado los árboles, la inundación podría haber sido retenida de mejor manera. Finalmente, estos hitos producen un quiebre social, manifestado en robos entre vecinos, emigración de la juventud hacia otros pueblos, hambruna y una sensación de permanente desesperanza. Frente a todas estas dificultades, William decide buscar soluciones a la sequía, innovando con los escasos recursos con los que cuenta.
Es así como esta historia nos invita a reflexionar sobre el interior de la “caja negra” de la innovación, viéndola como un proceso no-lineal, ni definido previamente, que se construye en base a problemáticas locales, y es abordado desde condiciones socio-materiales específicas. Esto se muestra en la película a través del recorrido que sigue William, las conexiones y relaciones que genera primero, con su familia, amigos, comunidad; segundo con los artefactos tecnológicos desechados por la empresa tabacalera local (tales como baterías de auto descompuestas, fierros oxidados, trozos de cable, entre otros); y, por último, con el conocimiento que adquiere a través de su educación en la escuela.
Estas relaciones que va estableciendo el protagonista son articuladas de manera simétrica y terminan manifestándose en la misma materialidad del molino de viento. En específico, en el aerogenerador que les permite superar la hambruna y el quiebre social es co-construido a través de materialidades, que se encuentran cargadas de simbolismos significativos para la comunidad.
Es decir, primero por la madera de los árboles que estaban siendo comprados y talados por la tabacalera y que servían como protección de los cultivos frente a las lluvias. Segundo, por el techo de lata de la casa de William que usaron para las astas del molino. Tercero, por las baterías de auto, cables, y mangueras que recolectó de la basura. Por último, por el dinamo de la bicicleta del profesor de ciencias del protagonista, el que es utilizado, junto a la bicicleta que su padre usaba para transportarse y que tuvo que ser destruida para utilizar su marco, cadena y rueda como mecanismo que moviliza las aspas y generar energía eólica.
Estos materiales por separado se relacionan simbólicamente a la protección de la comunidad, a su capacidad de adaptación y resiliencia, y a sus mismas relaciones. En conjunto, siguen representando estos aspectos de la comunidad, pero son reordenados y transformados en una nueva composición que responde a la problemática que les aqueja, y para la que deben colaborar de formas innovadoras.
Im.3 Domando el viento | Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=nPkr9HmglG0
Conclusión.
La película concluye ofreciéndonos un rápido vistazo a la vida actual de sus personajes principales. William puede ingresar a la universidad y se especializa en estudios medioambientales, trabajando en la visibilización de los beneficios que tiene el uso de energías renovables en comunidades de menores recursos y alta vulnerabilidad socioambiental.
También, se nos muestra cómo todo el pueblo de William se pudo beneficiar del aprovechamiento de la energía eólica. Actualmente el aerogenerador original del protagonista sigue siendo utilizado y es acompañado de otros que fueron construidos posteriormente y que han sido elaborados con materialidades similares.
De esta manera, El Niño que Domó el Viento es una inspiradora historia que nos permite valorar cómo la transición energética puede surgir desde iniciativas modestas y procesos de innovación que integran recursos y relaciones locales, llegando a tener impactos significativos en los modos de vida de comunidades con grandes necesidades.
Una transición de los saberes y competencias, el desafío para construir el futuro energético
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Paz Araya Jofré, Magíster en Economía Energética, Investigadora Red de Pobreza Energética, Investigadora doctoral IRI THESys, HU Berlin.
Mónica Zamora Zapata, PhD in Engineering Sciences, Prof. Asistente, DIMEC, Universidad de Chile]
Resumen
Las acciones y estrategias para la transición energética pueden llegar a contradecirse entre las que son establecidas por quienes centran su foco de la transición en las soluciones tecnológicas y quienes comprenden la transformación desde una perspectiva socio técnica. El reconocimiento de estas diferencias y el subsecuente posicionamiento del debate será clave en el desarrollo de planes, y en ese sentido, debemos entender las perspectivas desde distintas disciplinas, distintos territorios y distintas instituciones. Esto significa que es necesario un diálogo multiescalar, multi-institucional, multi-territorial y multidisciplinar. Pero, ¿cuentan hoy los distintos actores con las herramientas y competencias necesarias para llevar este diálogo? En esta columna reflexionamos sobre los desafíos en la formación de saberes y competencias para alcanzar una transición energética desde una visión integral de ella.
Palabras clave: Transiciones socio-técnicas, Capital humano, Energía
Im 1. Talleres de planificación enérgetica en 2011. Fuente: Mónica Zamora
Los acuerdos internacionales en torno al cambio climático y la descarbonización han facilitado que, en los años recientes, el debate en torno a la transición energética se haya instalado como un tema central en los espacios conformados por los llamados “expertos y expertas” en energía de nuestro país. En la medida que el concepto de transición energética se va enmarcando en los discursos de estos expertos, comienzan a establecerse diferencias sobre la comprensión del concepto, y en su concreción por medio de acciones y estrategias para su implementación en Chile. Ciertamente, cuando enfrentamos problemas complejos no es factible pretender que exista un acuerdo en torno a una conceptualización única y rígida, pero a la vez es necesario entender que es justamente en estos disensos conceptuales donde pueden surgir objetivos disímiles y hasta contradictorios entre sí. En la discusión sobre energía, las acciones y estrategias para descarbonizar la matriz productiva pueden llegar a contradecirse entre las que son establecidas por quienes centran su foco de la transición en las soluciones tecnológicas y quienes comprenden la transformación desde una perspectiva socio técnica, esta última implicando cambios sistémicos tanto en las tecnologías como en las prácticas, regulaciones, infraestructura y cultura (Geels F. W., 2002). Creemos que el reconocimiento de estas diferencias y el subsecuente posicionamiento será clave en el desarrollo de planes para la transición energética, y en ese sentido, debemos entender las perspectivas desde distintas disciplinas, distintos territorios y distintas instituciones.
El planteamiento socio técnico no es nuevo, y ha existido una trayectoria de aprendizaje desde las primeras experiencias de proyectos energéticos de pequeña escala. Inicialmente, estos proyectos estaban centrados únicamente en introducir tecnologías renovables para avanzar hacia un desarrollo sustentable, pero proyectos más recientes han involucrado cada vez más a las comunidades en su desarrollo (Hernandez & Ubilla, 2013). En la primera década del 2000, una primera ola de proyectos de electrificación con tecnologías renovables no tuvo el éxito esperado: algunos proyectos tuvieron un rendimiento deficiente o fueron abandonados por dificultades técnicas (ESMAP, 2005). Este tipo de proyectos apuntaban a aumentar los índices de electrificación rural, solucionando problemas de acceso a la energía, o la distribución y producción de alimentos, y su enfoque técnico estaba influenciado por proyectos de ayuda humanitaria realizados en décadas anteriores cuestionadas el día de hoy (Grafham & Lahn, 2018). Los fracasos ocurridos terminaron por darle importancia al involucramiento de comunidades en el desarrollo de las soluciones y la apropiación tecnológica, generando una alternativa al paradigma de los individuos y su rol como meros consumidores. Si bien este es un gran avance, queda la duda de si es suficiente hoy, puesto que nuevos desafíos van tomando fuerza: la adaptación al cambio climático y los cuestionamientos al modelo de planificación energética nacional serán también parte de las nuevas dinámicas entre las comunidades y los trabajadores de la energía para el desarrollo energético.
Pensar la transición energética en un marco socio técnico va más allá de hacer partícipes a actores sociales en los procesos de desarrollo energético; requiere de nuevos diálogos para tomar las decisiones de manera descentralizada. La mirada socio técnica sobre la transición energética desplaza el foco de análisis hacia la co-evolución de las instituciones, infraestructura, tecnologías, comportamientos, saberes y competencias (Geels, Schwanen, Sorrell, Jenkins, & Sovacool, 2018). No habrá un cambio sustancial si sólo se modifican las tecnologías de generación energética mientras se mantienen las tomas de decisiones centralizadas y la concentración de agentes de mercado. La transición energética trae consigo cambios sociales y de infraestructura que a su vez cambian las relaciones de poder (Bues & Gailing, 2016) abriendo la posibilidad de repensar la configuración de los sistemas energéticos hacia un paradigma de descentralización energética, en la que los intereses y visiones de futuro de las comunidades se alineen con la producción y el consumo de energía. Esta descentralización implica una desconcentración a nivel tecnológico, institucional y de toma de decisiones, lo que requiere, a su vez, de una articulación que dé cuenta de las prioridades y diagnósticos que emerjan desde los mismos territorios. Esto significa que es necesario un diálogo multiescalar, multiinstitucional, multiterritorial y multidisciplinar. Pero, ¿cuentan hoy los distintos actores con las herramientas y competencias para llevar este diálogo?
Hay diferentes transformaciones que serán necesarias en la formación de capital humano para una transición socio técnica. En primer lugar, podemos ampliar el fortalecimiento de saberes de las disciplinas relacionadas tanto directa como indirectamente con la producción y suministro de energía. Las disciplinas directamente relacionadas a la energía corresponden a aquellas preparadas para ofrecer servicios relativos a la infraestructura de generación y/o consumo energético y por lo tanto requieren adquirir competencias relacionadas con su funcionamiento. Por otra parte, que las disciplinas indirectas pueden incidir en la producción y/o consumo de energía aún cuando no se tengan conocimientos sobre su infraestructura. La actualización curricular enfrenta los mismos dilemas que enfrenta la comprensión de la transición energética, es decir, las instituciones educativas pueden limitarse a actualizar solo el conocimiento tecnológico, incorporando por ejemplo contenidos sobre tecnologías limpias y energías renovables, o bien pueden considerar la transición energética en su complejidad y actualizar sus programas más allá del conocimiento tecnológico para fortalecer competencias con una visión más integral. Las actualizaciones curriculares para la transición energética no pueden dejar de lado formar competencias para desarrollar aprendizajes que aborden las decisiones a ser tomadas por el capital humano en su conjunto, involucrando conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes, con un actuar inter y transdisciplinario. Este actuar debe, por un lado, integrar a disciplinas tecnológicas de la mano de las ciencias sociales; y por otro, integrar a técnicos, profesionales, e investigadores, así como también integrar a instituciones educativas, las que hoy llevan a cabo labores de forma fragmentada. Para fortalecer estos saberes se requerirá ampliar el foco de enseñanza hacia una comprensión del impacto que tendrán las decisiones de los futuros trabajadores en la operación de la infraestructura y las tecnologías energéticas, decisiones que tienen a su vez implicancias sobre las comunidades y los territorios. En términos concretos, una institución educativa puede limitarse a incorporar en sus programas contenidos sobre tecnologías energéticas sostenibles, o bien puede ir más allá, buscando trayectorias de aprendizajes que se hagan cargo de las relaciones de las acciones en el campo laboral, con el entorno social y natural.
Indudablemente, los esfuerzos de coordinación y diálogo entre los trabajadores, instituciones y comunidades van más allá de las instancias de formación de capital humano. La participación de las comunidades en proyectos energéticos se forjará desde la construcción de confianzas, para lo cual se requerirán nuevas herramientas e instancias de participación, incluyendo canales accesibles para una comunicación efectiva con distintas instituciones que permitan el acceso a información adecuada sobre aspectos técnicos, financieros, ambientales; y se requieren Estas necesidades generan no solo aprendizajes sino también oportunidades de innovación y desarrollo donde los gobiernos locales pueden tomar un rol protagonista al educar, acompañar y documentar estos procesos
Declarar que la mitigación del cambio climático es tarea de todos, implica proveer de competencias y herramientas para todos actores y comunidades involucradas, y la transición energética no puede quedar al margen de esta discusión. Coordinar una tarea de todos implica descentralizar y desconcentrar la toma de decisiones, integrando a las comunidades que usan la energía con un capital humano capaz de dialogar y tomar decisiones en conjunto, uniendo a diferentes disciplinas y trabajos. Esto nos permitirá avanzar en una transición de una manera más justa, sustentable y resiliente, pero queda en evidencia que para lograrlo requerimos replantearnos la manera en la que formamos el capital humano necesario. Son grandes y complejos desafíos que tomarán tiempo y esfuerzo, pero que también ofrecen oportunidades únicas para proponer nuevos modos de desarrollo de proyectos y de formación educativa.
Referencias
Bues, A., & Gailing, L. (2016). Energy Transitions and Power: Between Governmentality and Depoliticization. In L. Gailing, & T. Moss, Conceptualizing Germany’s Energy Transition: Institutions, Materiality, Power, Space (pp. 69-91). London: Palgrave Pivot.
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Geels, F., Schwanen, T., Sorrell, S., Jenkins, K., & Sovacool, B. (2018). Reducing energy demand through low carbon innovation: A sociotechnical transitions perspective and thirteen research debates. Energy Research & Social Science, 40, 23-35. doi:https://doi.org/10.1016/j.erss.2017.11.003
Grafham, O., & Lahn, G. (2018). The costs of fueling humanitarian aid. London: Chatman House. Retrieved from https://www.chathamhouse.org/sites/default/files/publications/research/2018-12-10-Costs-Humanitarian-Aid2.pdf
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Derechos Humanos y Derecho a la energía
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Julián Cortés Oggero, Abogado, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile. Estudiante Magister Governance of Risk and Resources, Universidad de Heidelberg. Investigador, Red de Pobreza Energética (RedPE), Programa de Energía, Agua y Sustentabilidad (EneAS), Universidad de Chile. Correo: julian@dgf.uchile.cl]
Resumen
En estas líneas buscamos trazar directrices que intersectan la evolución de los derechos humanos, particularmente los de “tercera generación” y su nexo con problemática de la energía a través de cuestionamientos tales como: las condiciones para concebir a la energía como un derecho humano, y su potencial contribución como herramienta de justicia energética.
Palabras claves: derecho humano, energía, pobreza energética, vulnerabilidad energética territorial.
Imagen de portada. Fuente: Pixabay.com
Crisis, pobreza energética y vulnerabilidad energética territorial
La crisis generada por el virus SARS-CoV-2 ha evidenciado no sólo nuestras fragilidades sociales, económicas y sanitarias, sino que ha mostrado lo endeble de gobiernos, sistemas jurídicos, instituciones, mercados, etc., obligados a improvisar respuestas para hacer frente a eventos extremos y de poca probabilidad de ocurrencia (Cortés et al, 2020).
Para plantear el debate más allá de la contingencias sociales y sanitarias, debemos señalar que, los fenómenos más acentuados en los contextos antes mencionados han sido las discusiones respecto a la “pobreza energética” (RedPE, 2017) y la “vulnerabilidad energética territorial” (RedPE, 2020a), los cuales, han tomado fuerza producto de las crecientes demandas por servicios energéticos derivados de las medidas de confinamiento (RedPE, 2020c).
Si bien ambas nociones han logrado posicionarse en las políticas energéticas de varios países, en Latinoamérica es un fenómeno de recientes estudios (RedPE, 2018a, 2019b); no obstante, los contenidos y conceptos que ofrecen resultan sumamente pertinentes para discusión sobre un “Derecho humano a la energía” por cuanto, apuntan directamente al debate respecto a la naturaleza del bien jurídico susceptible de protección, es decir, la energía: ¿es un bien público o un bien de mercado?
La energía y los derechos humanos
Como hemos señalado, nuestras sociedades se encuentran enfrentadas a grandes transformaciones en su entorno biofísico con consecuencias aún ignotas. No es casual que, nociones como “cambio ambiental global” (Stern, Young, & Druckman, 1992) o “Antropoceno” (Steffen, Crutzen, Mcneill, & Events, 2007) dejen en evidencia el papel del ser humano respecto de los problemas ambientales, así como la posibilidad de transitar hacia modalidades más sustentables (Feola, 2015). En este contexto, un paso indispensable es discutir un “nuevo contrato” en la gobernanza Estado-sociedad-entorno ambiental, reconociendo dichos problemas en su complejidad, interdependencia y multi escalaridad.
A este respecto, resulta interesante la aplicación de un enfoque basada en Derechos Humanos, noción que, sin duda, es una de las construcciones filosófico-jurídicas más importantes en la historia de la humanidad, no sólo por la relevancia de poner al ser humano y su dignidad como su eje, sino por que marcó un hito en la relación Estado-ciudadano-sociedad: primeramente como límite a cualquier actividad (estatal o privada) en protección de los individuos y, posteriormente como obligaciones de respeto y protección de su entorno biofísico.
Dicho esto, podemos resumir la evolución de los derechos humanos bajo las siguientes consideraciones (Vasak, 1977):
Im2. Fuente: elaboración propia
Conforme a lo anterior, todo el sistema de los Derechos Humanos se basa en garantizar la dignidad del ser humano, a través del reconocimiento jurídico por su sola condición de ser humano. Estos derechos son consagrados como universales, indivisibles e inalienables. De esta forma, la idea original de los derechos individuales se fortalece y pasa a constituir una categoría especial de derechos subjetivos, con protección no sólo nacional, sino que internacional (Nash, 2012)
En este tránsito hacia su consolidación, un pilar fundamental ha sido la materialización de su tutela efectiva y/o protección, lo que ha implicado un cambio de paradigma en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, donde paulatinamente no sólo las personas, sino también su entorno biofísico pasa a ser un tema de interés para el sistema jurídico, escapando inclusive de los límites de la soberanía nacional.
En relación con el proceso de gestación de las normas internacionales en materia de derechos humanos, en un primer momento, estas normas nacen fruto de un amplio debate intelectual y luchas de carácter social y política que persiguen la aceptación social de un determinado derecho moral como un derecho subjetivo. Por tanto, esta fase se da en el ámbito de lo metajurídico, como pretensiones morales positivizadas con una fuerte influencia de las realidades sociales e históricas. Un segundo momento, consiste en el reconocimiento de estos derechos a través de instrumentos de derecho interno por parte de los Estados (Constitución, leyes, decretos, políticas sociales, etc) o de Derecho Internacional (declaraciones, tratados). Una vez establecida y/o reconocida la existencia de obligaciones positivas, surge el tercer momento: la aplicación de estos derechos por parte de los órganos jurisdiccionales.
Respecto de la energía, queremos brevemente referirnos a las condiciones que eventualmente nos podrían llevar a discutir su configuración como derecho humano, al menos al nivel de derecho “In Status Nascendi”. Como desprendemos del Gráfico 1, cada generación amplía el catálogo de derechos extendiendo las fronteras de los derechos humanos, no sólo respondiendo a necesidades del ser humano, sino reconociendo el problema del desequilibrio ambiental provocado por su injerencia. Este nuevo paradigma también ha dejado sentir su influencia en la teoría de los derechos humanos, orientándolo hacia problemas y necesidades concretas de una nueva categoría de actores aparecidos en la escena nacional e internacional que, en nuestro caso concreto, son los problemas derivados de la energía, su generación, uso, gobernanza y transición justa.
Sobre la normativización internacional, los instrumentos normativos que más han influido en las problemáticas relacionadas con la energía son aquellos emanados de las “Cumbres” organizadas por las Naciones Unidas, de las cuales destacamos, entre otros: Cumbre de la Tierra (1972) en Estocolmo, Conferencia sobre Fuentes de energías nuevas y renovables (1981) en Nairobi, la Cumbre de la Tierra (1992) en Río de Janeiro, la Resolución 65/151 de la ONU que declaró el año 2012 como el Año Internacional de la Energía, y más recientemente en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS N°7
En el plano nacional, si bien la legislación no se pronuncia directamente sobre un derecho a la energía, es posible advertir influencias de los instrumentos internacionales en documentos técnicos nacionales tales como: el Programa Nacional de Electrificación Rural de 1994 y las políticas energéticas y estrategias nacionales de 2009, 2012 y 2015, particularmente en el desarrollo del acceso a la energía y la transición energética.
Producto de estos nuevos actores y escenarios, la discusión en torno a esta nueva generación de derechos humanos no ha sido pacífica, existiendo reticencias y debates. Por tanto, para hablar de la “Energía como un Derecho Humano” debemos comprenderlo apoyado por los estudios sobre pobreza energética y vulnerabilidad energética territorial, pues, ese contexto le brinda los insumos para sustentarlo como un derecho humano “in statu nascendi”.
La reflexión sobre este asunto, creemos que nos brindaría una oportunidad de debatir la consagración normativa de estas premisas propias de la protección no sólo de la naturaleza humana, sino de su entorno y, privilegiar aquellos que deben ser garantizados en el presente y en el futuro.
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Referencias
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Feola, G. (2015). Societal transformation in response to global environmental change: a review of emerging concepts. Ambio, 44, 376–390. https://doi.org/10.1007/s13280-014-0582-z
Nash, C. (2012). Derecho Internacional de los Derechos Humanos en Chile. Recepción y aplicación en el ámbito interno. Santiago de Chile: Universidad de Chile. Facultad de Derecho. Centro de Derechos Humanos.
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Steffen, W., Crutzen, P. J., Mcneill, J. R., & Events, P. (2007). The Anthropocene: Are Humans Now Overwhelming the Great Forces of Nature? Ambio, 36(8), 614–621.
Stern, P. C., Young, O. R., & Druckman, D. E. (1992). Global environmental change: Understanding the human dimensions. National Academy Press.
Vasak, K. (1977) «Human Rights: A Thirty-Year Struggle: the Sustained Efforts to give Force of law to the Universal Declaration of Human Rights», UNESCO Courier 30:11, Paris: United Nations Educational, Scientific, and Cultural Organization.
El esquivo horizonte de la sostenibilidad en las transiciones energéticas latinoamericanas. Reflexiones a partir de los casos de Antofagasta (Chile) y La Guajira (Colombia)
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Simón Ladino Cano; Sociólogo de la Universidad de Nacional de Colombia. Becario Erasmus Mundus. Estudiante del master LAGLOBE ofertado conjuntamente por la Université Sorbonne Nouvelle – Paris 3, Stockholm University y la Universidad de Salamanca]
Resumen
La preocupación creciente por la adopción de estrategias de mitigación del cambio climático dentro de un horizonte de desarrollo económico ha convertido a la transición energética sostenible en uno de los principales desafíos del siglo XXI. Los países de América Latina no son la excepción. En este contexto, sobre todo mediante la incorporación de energías renovables no convencionales a sus matrices energéticas, los países ponen en juego sus estrategias y despliegan sus recursos para insertarse en esta tendencia global. En esta columna, se propone una lectura general de estos procesos, variables en escala, velocidad, actores y motores, a través del prisma de las trayectorias territoriales de dos regiones centrales en la transformación de los sistemas energéticos de sus respectivos países: la región de Antofagasta en Chile y el departamento de la Guajira en Colombia. Finalmente, se observan algunos desafíos claves para encauzar los procesos de transformación en curso por un sendero de transición ecológica profunda.
Palabras clave: transición energética; energías renovables no convencionales; economías andinas.
Im1.: Parque Eólico Windpeshi Maicao, en La Guajira (Fuente: evwind.com) Imagen inferior: Planta de Energía Solar Cerro Dominador, en el desierto de Atacama (Fuente: World Energy Trade).
Una creciente preocupación por mitigar el cambio climático de origen antrópico sin renunciar al progreso material de la humanidad ha dado origen a la búsqueda de una transición energética sostenible a escala global. El acuerdo de París, suscrito por 195 países en el marco de la COP21 de 2015, marcó un hito en este sentido (Yergin, 2020). Sin embargo, lejos de asistir a un gran cambio coordinado a nivel planetario, los países siguen senderos disímiles de transición. La desalineación de las políticas energéticas a nivel global, regional y nacional (Rivera Albarracín, 2019) así como las diferencias en los perfiles energéticos de los países y sus desigualdades macroeconómicas y geopolíticas (Carré & etc., 2013) hacen que estos procesos varíen en sus velocidades, actores y motores.
América Latina no escapa a esta tendencia. Algunos países de la región han sido destacados por sus avances en esta materia. En 2020, Colombia y Chile, las principales economías andinas, ocuparon respectivamente los puestos 25 y 29 a nivel mundial en el Energy Transition Index (World Economic Forum, 2020). A pesar de que Chile es un importador neto de energía mientras más de la mitad de las exportaciones de Colombia están representadas por commodities energéticos, en ambos países los espacios geográficamente alejados de los grandes centros de consumo empiezan a adquirir centralidad en la modificación de los sistemas energéticos nacionales.
Es el caso de la región de Antofagasta, en Chile, y el departamento de La Guajira, en Colombia. Pese a la diferencia significativa de sus indicadores socioeconómicos, éstas comparten una característica que las ubica como nuevas centralidades en el mapa de las transiciones energéticas en América Latina: las zonas desérticas en el extremo norte de Colombia y el norte de Chile, tienen un potencial eólico (World Bank Group, 2021b) y de radiación solar (World Bank Group, 2021a) excepcional. La disponibilidad de recursos naturales como el sol y el viento, sumada a la adecuación de marcos normativos para incentivar la proliferación de energías renovables no convencionales (ERNC), les han convertido así en destinos predilectos para la inversión en nuevos proyectos energéticos.
En el caso de Antofagasta, 26 proyectos de ERNC se encuentran en construcción: 19 fotovoltaicos, 1 de concentración solar de potencia (CSP), 5 proyectos eólicos y 1 geotérmico (Ministerio de Energía de Chile, 2021). En el caso de La Guajira, se adelanta la construcción de 16 parques eólicos con los cuales Colombia aspira a apalancar un salto cuántico en la participación de las ERNC en la matriz eléctrica, pasando de menos del 1% a más del 12% en 2022 (Ministerio de Minas y Energía de Colombia, 2021). No obstante, el tecno-optimismo desatado por la implementación de nuevas fuentes de energía renovable contrasta con los conflictos socioambientales irresueltos que se encuentran inscritos en las trayectorias territoriales de estas regiones. Pese a constituir una pieza indispensable en las transiciones energéticas de sus respectivos países, quedan serias dudas sobre el encaje de estos nuevos territorios energéticos (Carrizo & Velut, 2020) en el rompecabezas de la sostenibilidad.
Por una parte, se trata de “regiones-commodity” (Bustos-Gallardo & Prieto, 2019), ancladas en cadenas globales de valor a través de la explotación de sus recursos mineros y cuya orientación extractiva ha generado tensiones en el pasado. En ambos casos, se observa la proliferación de conflictos relacionados tanto con las actividades de extracción minera como con los sistemas de generación eléctrica. La contaminación del aire, la concentración del recurso hídrico, el desplazamiento de sistemas agropecuarios, al igual que la amenaza a los modos de vida de las comunidades indígenas y la destrucción de ecosistemas desérticos, sobresalen entre los impactos negativos del extractivismo a escala territorial (EJAtlas, 2021). Pese a contemplar acciones como el cierre de las centrales termoeléctricas en Antofagasta, las políticas actuales de transición energética no ofrecen soluciones plausibles a las problemáticas socioambientales mencionadas y se concentran en los planes de expansión de las ERNC.
Por otra parte, no parecen ofrecer todavía respuestas claras a otros aspectos críticos de los sistemas energéticos regionales. Fenómenos asociados a la pobreza energética tienen lugar en La Guajira y Antofagasta. Ejemplo de ello es que, por un lado, el índice de cobertura de energía eléctrica en la primera llega sólo al 58,8% (Ministerio de Minas y Energía de Colombia, 2021) y, por el otro, que en la segunda una preocupación reiterativa de la población es el costo elevado de la electricidad para los hogares. En ninguno de los casos, pese a la retórica de los actores gubernamentales y corporativos, se cuenta con planes de corto plazo para superarlos dentro un horizonte de transición justa (Bertinat, 2016).
Para finalizar, el examen de las transiciones energéticas, a través del prisma que ofrecen las trayectorias de los nuevos territorios energéticos, revela la magnitud de los desafíos que comportan estos procesos de transformación. La dependencia respecto a las actividades extractivas ha cavado ya el sendero sobre el cual transitan las transformaciones del presente; sin embargo, en la perspectiva de superar los “path dependencies” (Stein, 2017) de los combustibles fósiles y la minería, al menos tres grandes retos pueden extraerse de las experiencias chilena y colombiana:
El primero es la ampliación de la perspectiva de sostenibilidad ambiental. Es preciso correlacionar la incorporación de nuevas tecnologías de generación de energía con la exploración de alternativas económicas sostenibles al extractivismo minero-energético. El segundo es la adopción de planes consistentes para resolver la pobreza energética en estas regiones. En la ruta de una transición justa, es imprescindible no sólo asegurar el acceso de la población a una energía moderna sino también contemplar la disminución de los precios para el consumidor final (en especial, para los pequeños consumidores). Por último, el tercero es el establecimiento de una gobernanza energética sólida. La legitimidad y eficiencia de los cambios introducidos depende del involucramiento decisivo de los actores locales, sus intereses y demandas, en la co-construcción de las redes energéticas junto a instituciones públicas y empresas privadas. En la superación de tales retos se hallan algunas claves para encaminar las transformaciones en curso por un sendero de transición ecológica profunda y no de simple ajuste técnico (Theys, 2017).
Bibliografia
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Bustos-Gallardo, B., & Prieto, M. (2019). Nuevas aproximaciones teóricas a las regiones-commodity desde la ecología política. Eure, 45(135), 153–176. https://doi.org/10.4067/S0250-71612019000200153
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Covid-19 y consumo energético doméstico: desafíos y oportunidades para la transición energética en cuatro ciudades del centro-sur de Chile
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Revista Planeo Nº 47 Transiciones Energéticas; Abril 2021
[Por: Carolina Rojas Quezada, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC – CEDEUS; François Simon, CEDEUS; Caroline Stamm, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC – COES; Marc Quitana, Biobío Recicla, Investigador equipo Huella COVID; Felipe Irarrázaval, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC – COES; Benedita Santos, Investigadora equipo Huella COVID]
Resumen:
La columna busca aportar elementos a la pregunta ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en el consumo energético de los hogares y qué desafíos implica para la real transición energética chilena? A partir de datos generados el marco de un proyecto financiado por ANID sobre el COVID, se discuten de los cambios que ha implicado la pandemia en el consumo energético de los hogares, debido a la implementación de políticas de restricción de la movilidad, del desarrollo del teletrabajo y del cierre de los establecimientos educativos, entre otros, en el caso de las ciudades de Temuco, Coronel, Osorno y Valdivia. Se plantea que el contexto sanitario actual es una oportunidad para acelerar las acciones y políticas públicas para la transición energética, con un enfoque en los hogares, y a través de tres ejes: apoyar e incentivar la implementación de energías limpias, trabajar en la eficiencia energética, y actuar contra la pobreza energética.
Si bien Chile ha logrado avances en cuanto a su transición energética, a través, entre otros, de la política de descarbonización y de la fuerte incorporación de energías renovables en su matriz energética, el camino por recorrer todavía es largo, más aún en el caso de las ciudades del Centro-Sur del país. Estas ciudades, por sus condiciones geográficas, climáticas, socio-económicas, y sus patrones energéticos (distribución y consumo), están dentro de las más contaminadas del continente y plantean desafíos urgentes en relación a la transición energética. Estos desafíos merecen ser analizados a la luz de la crisis sanitaria actual, la cual ha tenido consecuencias medioambientales en curso, tanto en relación con la contaminación del aire como las emisiones de gases con efecto invernadero a distintas escalas, incluido al nivel de los hogares.
La pregunta que planteamos en esta columna es: ¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en el consumo energético de los hogares de cuatro ciudades del Centro-Sur de Chile y qué desafíos implica para la transición energética chilena? El COVID-19 ha implicado cambios en las emisiones de los hogares, y en particular en relación al consumo energético, debido a la implementación de políticas de restricción de la movilidad, del desarrollo del teletrabajo y del cierre de los establecimientos educativos, entre otros. Parece lógico pensar que, en cuarentena, se necesita más electricidad para conectar dispositivos electrónicos, para acceder a internet o simplemente para tener luz, que se requieren horarios extendidos de calefacción cuando los niños cursan clases a domicilio o los adultos teletrabajan, y también, que se consume más gas para cocinar dos o tres veces al día.
Gracias al proyecto Impactos del COVID-19 en la huella de carbono de hogares de Chile, financiado por la ANID en el marco del Concurso para la Asignación Rápida de Recursos para Proyectos de Investigación sobre el Coronavirus (Covid-19), hemos podido analizar en detalle cómo la pandemia ha modificado los consumos de los hogares antes y durante la pandemia, a partir de los datos generados por una encuesta aplicada a 1200 hogares de Temuco, Coronel, Osorno y Valdivia en agosto-septiembre 2020.
Los datos arrojan resultados interesantes, de los cuales comentaremos aquí tres. Primero, en cuanto al uso de energéticos para la calefacción, el diagnóstico es preocupante y unívoco: 82% de los hogares entrevistados en Osorno, 80% en Coronel, 80% en Valdivia, y 66% en Temuco usan leña para calefaccionarse. Dentro de la leña, el uso del pellet se declara en cerca del 10% de los hogares en Osorno, Temuco y Valdivia, pero sigue representando un porcentaje bajo y asociado a hogares con ingresos más altos. La parafina es el segundo energético más importante con un 11% del consumo en Temuco y un 7% de media en las cuatro ciudades de estudio. El tipo de combustible utilizado para la calefacción, que además se lleva buena parte del presupuesto familiar, es así uno de los principales desafíos para las políticas públicas a nivel de los hogares, principalmente para descontaminar estas ciudades, conociendo que la percepción de la contaminación por parte de los ciudadanos es alta. También es un desafío saltar de las energías contaminantes como la leña, el gas licuado, la parafina, el petróleo, el carbón (hoy usado solo en Coronel) hacia las limpias como la electricidad solar. El programa Recambia tu calor, que apunta al cambio de sistemas de calefacción que usan leña y combustibles fósiles por sistemas eléctricos, implementado en 10 ciudades chilenas en 2020 (incluido Osorno y Temuco) es un paso en este sentido, 7% de los hogares lo solicitaron, pero necesita escalar y ser complementado con otros incentivos y/o subsidios para los hogares.
Segundo, la encuesta indica que, entre el invierno 2020 y el invierno 2019, ha aumentado la demanda por electricidad (+29% para la calefacción, +16% para otros usos domésticos, por ejemplo se ha incorporado el refrigerador con congelador para los alimentos) y por otros combustibles como la parafina (+27% para la calefacción) y el gas (+16% para otros usos domésticos). Esta variación ilustra cambios de consumos energéticos domésticos frente a las cuarentenas obligatorias. Considerando que un 59% de los hogares entrevistados ha declarado haber tenido una baja de sus ingresos desde el inicio de la pandemia, cuestiona el impacto del COVID-19 a nivel económico en los hogares. Se une a preocupaciones sobre la pobreza energética en estas ciudades del Centro-Sur del país.
Tercero, en cuanto a la eficiencia energética de los hogares, si bien 69% de los entrevistados declararon que su vivienda no contaba con aislamiento térmico, un número importante de los hogares ha aislado sus viviendas durante el invierno 2020: 31% en Coronel, 33% en Temuco, 28% en Valdivia y 31% en Osorno. Las familias han implementado estrategias para que sus casas sean más eficientes energéticamente en el contexto de la pandemia. Cabe destacar que este dato es aún más relevante considerando que en ciudades como Osorno o Valdivia, más del 40% de los hogares entrevistados viven en casas con estructura de madera. Estas cifras revelan la importancia de implementar acciones a nivel de los hogares para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, a través de incentivos y de nuevas regulaciones.
Estos resultados comprueban que el COVID-19 ha implicado cambios en los comportamientos y las prácticas de los hogares en relación a la energía. Las familias se han enfrentado al aumento de la demanda energética de sus hogares, a pesar de la reducción de sus ingresos, asumiendo los costos asociados y desarrollando estrategias adaptativas. El contexto sanitario actual nos parece ser, en este sentido, una oportunidad para acelerar las acciones y políticas públicas para una transición energética, con un enfoque en subsidiar los hogares, por ejemplo en la implementación de aislación térmica y técnicas de renovación que permiten disminuir las pérdidas de calor y la permeabilidad al aire, en la instalación de paneles solares, en el cambio de calefactores entre otros. Hace falta recordar aquí que el uso residencial representa el 69% del consumo energético en Chile y que su uso principal es la calefacción (Ministerio de Energía, 2018). Es más que nunca necesario avanzar en el mejoramiento de la calidad constructiva de las viviendas en términos de eficiencia y rendimiento térmico, en la electrificación de los servicios energéticos domésticos, en el desarrollo de sistemas de generación de electricidad limpia para la descarbonización de la red eléctrica, y en actuar contra la pobreza energética, sobre todo en los hogares de las ciudades de estudio, los cuales tienen una demanda de calefacción durante 7 y 8 meses al año.
Habitar la memoria: arte y entorno
VerHabitar la memoria: arte y entorno
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios; Septiembre 2020
[Por Carlos Huitzil, Carlos Abreu Maravilla Santos; Artista visual. Ciudad de México 1984]
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios; Septiembre 2020
[Por Carlos Huitzil; Carlos Abreu Maravilla Santos; Artista visual. Ciudad de México 1984]
«BUENO, BONITO Y BARATO»: Los comedores peruanos en la ciudad de Córdoba (Argentina)
Ver«BUENO, BONITO Y BARATO»: Los comedores peruanos en la ciudad de Córdoba (Argentina)
Revista Planeo Nº43; Territorios gastronómicos | Abril 2020
[Por: María Lis del Campo; Profesora adjunta semidedicada, Escuela de Nutrición, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Luis Darío Salcedo Okuma; Profesor ayudante simple, Facultad de Ciencias de la Comunicación, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina]
Recibido el 16 de marzo de 2020, publicado el 15 de enero de 2021
Resumen
Como parte de un proceso global de revalorización de las cocinas regionales, típicas o étnicas, la cocina peruana alcanza su mayor expansión como síntesis de identidad, tradición y sabor al consagrarse como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En Córdoba, como correlato de este fenómeno, la culinaria peruana ha ganado visibilidad y prestigio integrando el circuito gastronómico local. No obstante, identificamos modalidades diferenciales de participación: restaurantes de alta y media cocina, comedores populares y ferias callejeras. Esta investigación se enfoca en los comedores populares, concentrados principalmente en barrios pericentrales donde se asienta la mayor cantidad de migrantes, que se constituyen como espacios ‘populares’ de comida típica a precios accesibles. En esta investigación analizamos los sentidos sobre la comida en los comedores peruanos al inscribirse en la oferta gastronómica cordobesa. Durante 2018 y 2019 realizamos observación participante y entrevistas a propietarias/cocineras y comensales. La ‘comida típica peruana ́, como selección arbitraria de alimentos y preparaciones, se desplaza al territorio cordobés mediante operaciones de neutralización, diferenciación y ordenamiento de comidas y comensales. Así la ‘peruanidad’ se trama de manera compleja en la búsqueda de inserción en el circuito gastronómico y de perdurabilidad de memorias, saberes y afectos en la conflictividad del escenario urbano actual.
Palabras clave: gastronomía, Perú, sentidos
Abstract
As a global revalue process of regional, typical or ethnic cuisine, peruvian-cuisine adquires its major expansion as a syntesis of identity, tradition and flavor by esta- blishing into the world intangible cultural heritage. In Cordoba, related with this phenomena, peruvian cu- linary have won visibility and prestige by entering the local gastronomy circuit. However, we identify differen- tial modalities of participation: gourmet restaurants, working-class eateries and street-food trade fairs. This research focuses on working-class eateries in pericentral neighborhoods, where most peruvian inmigrants live. Those are constituted as ‘popular’ spaces of typical food at affordable prices. The objective of this research was to analyze the senses about food in peruvian eateries when it is included in local gastronomic market. At 2018 and 2019 we conducted participant observation and in- terviews with proprietor/cooks and diners guests. ‘Typi- cal Peruvian food’ is a food and preparations arbitrary selection that is moved to the Cordoba territory through neutralization, differentiation and ordering of meals and diner guests. In order to be inserted in the gastro- nomic circuits and to preserve memories, knowledge and affections, the ‘peruanity’ integrate as a complex weave into the urban scene.
Keywords: gastronomy, Perú, senses
URBANISMO DE PROXIMIDAD EN BARCELONA. Una ciudad saludable a 15 minutos del hogar
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Revista Planeo Ciudades ante las enfermedades | Julio 2020
[Por: Adriana Sansão Fontes; (Brasil) Profesora Asociada PROURB-FAU, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Brasil.
Fernando Espósito Galarce; (Chile) Profesor Asistente DAU, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, Brasil]
Recibido el 5 de Agosto de 2020, publicado el 15 de Enero de 2021
Resumen
Desde diciembre de 2019, ciudades de todo el mundo han sido impactadas por la pandemia de la Covid-19, enfermedad que se expandió rápidamente gracias a su facilidad de transmisión por contacto directo entre personas, situación que ha impuesto un distanciamiento físico como medida para minimizar su propagación. En ese contexto, gobiernos han sido desafiados a pensar soluciones para garantizar el uso de los espacios públicos de forma segura durante la pandemia. Este artículo observa una relación contemporánea entre ciudad y salud, presentando tres casos en la ciudad de Barcelona: el sistema de patios internos de manzana del Ensanche, el programa Superilles y las medidas locales de emergencia en respuesta a la Covid-19. En esos casos es posible percibir el papel que juega el espacio público en una ciudad saludable, como parte de las estrategias de respuesta a la pandemia. Metodológicamente, el trabajo articula investigación en campo, referencial teórico-conceptual y referencial bibliográfico de los casos, esos últimos como soporte de la discusión. En esa coyuntura socio espacial, de importantes desafíos para la planificación de las ciudades, se revela el urbanismo de proximidad: una ciudad de menores desplazamientos y mayor diversidad de espacios y servicios a 1 Km de distancia de los hogares.
Palabras clave: salud, espacio público, Barcelona
Abstract
Since December 2019, cities around the world are being impacted by the Covid-19 pandemic, a disease that spreads rapidly due to its easy transmission based on direct contact between people, a situation that has imposed physical distancing as a measure of protection. In this context, governments are being challenged to present solutions to guarantee the safe use of public spaces during the pandemic. This paper focus on a contemporary relationship between city and health, presenting three cases in Barcelona: the system of internal courtyards of Ensanche, the Supe- rilles program and the local emergency measures in response to Covid-19. In these three cases, it is possible to understand the role played by public space in a healthy city, as part of the pandemic response strategies. Methodologically, the work articulates field research, theoretical-conceptual references and bibliographic references of the cases, the last ones as a basis for the discussion. In this challenging socio- spatial context for the urban planning, a vicinity urbanism is revealed: a city with fewer displacements and a great diversity of spaces and services 1 km far from homes.
Keywords: health, public space, Barcelona
7 Propuestas para la Nueva Constitución en Chile: la hoja en blanco y el consenso
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa U. de Concepción, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Libro: 7 Propuestas para la Nueva Constitución en Chile
Editores: Pamela Figueroa Rubio & Tomás Jordán Díaz
Editorial: USACH Santiago, Chile.
Año: 2020
E-book Disponible: https://www.editorialusach.cl/ebooks/
Resumen
Con la participación de especialistas en derecho constitucional y ciencia política, Figueroa & Jordán (2020) se aproximan a responder ¿de qué debe tratar la Nueva Constitución? Los artículos, que se remiten tanto a la historia constitucional, como al proceso participativo constitucional (2016-2017), señalan, argumentan y proponen sobre temáticas que representan un gran déficit en la constitución vigente, de acuerdo con la priorización ciudadana. Como resultado, se sostienen 7 propuestas para la Nueva Constitución, que pese a partir en blanco, no partirá de cero, porque existen ya ciertos elementos que se incluyen en el debate constitucional de la ciudadanía: el fin del Estado subsidiario, fin al hiperpresidencialismo, derechos fundamentales, pueblos indígenas, participación ciudadana, regionalización – descentralización y fin al Tribunal Constitucional. En la presente reseña se destacan tres de estas propuestas, dejando al lector la oportunidad de buscar las otras cuatro.
Palabras Clave. Nueva Constitución, debate constitucional, propuesta.
Introducción.
De acuerdo con los autores, todo proceso constituyente tiene como requisito la legitimidad social, de modo que los acuerdos generados (consenso) y los procesos de cambio estructural sean apoyados por la ciudadanía. Teniendo como punto de partida para la legitimidad de las propuestas el proceso participativo constitucional del gobierno de Bachelet, se destacan tres, que apuntan a el reconocimiento de los pueblos indígenas, la participación ciudadana como oportunidad de rearticular el funcionamiento político del Estado y la regionalización y su discusión como elemento base para abordar la descentralización. Estos elementos pretenden argumentar y propiciar el debate, siempre con la finalidad de alcanzar el consenso, única forma de legitimar el proceso constituyente.
Pueblos Indígenas.
Capitulo abordado por Minda Bustamante (p. 97-120), que analiza los procesos jurídicos, políticos y participativos acerca de los derechos indígenas, como un insumo fundamental para el debate constitucional al que se enfrentará el país. Aborda las iniciativas legislativas de reconocimiento constitucional, la importancia del Convenio 169 de la OIT, y la participación indígena en el proceso de consulta constituyente (2016 – 2017).
Im.2 Representación de Pueblos Indígenas en Manifestaciones / Fuente: https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/10/11/pueblos-originarios-y-la-constitucion/
Los desafíos del proceso constituyente sobre temas indígenas incluyen la discusión de temas complejos y determinantes, como la plurinacionalidad, reconocimiento de territorios y recursos naturales, reconocimiento del idioma y cultura, y ejercicio de derechos colectivos en el debate. La autora logra sintetizar estos elementos, en un requerimiento central para el proceso constituyente: se requiere la presencia de los pueblos indígenas en los espacios de poder que generarán la Nueva Constitución, tanto en el proceso como en el cuerpo legal resultante.
Participación Ciudadana.
Propuesta de Carolina Meza (p. 121-140), descrita con un lenguaje simple y explicativo para quienes se aproximan por primera vez a los conceptos de participación ciudadana. Se concentra en los mecanismos de democracia directa (MDD), cómo implementarlos en el proceso constituyente y cómo deben éstos transformarse en un derecho fundamental para las personas, quedando fijas sus bases en el texto de la Nueva Constitución.
Un cambio en la participación ciudadana podría rearticular la relación entre las personas y el Estado, otorgando mayor legitimidad a las decisiones adoptadas: ello permitiría tanto recobrar la confianza en las instituciones, como generar mecanismos de control ciudadano hacia las actividades de los poderes del Estado. La Nueva Constitución debe hacerse cargo de la demanda ciudadana por una mayor y mejor participación, en ese sentido los MDD resultan ser elementos claves para la democracia.
Descentralización.
Temática desarrollada por Claudio Fuentes & Egon Montecinos (p. 141-168), quienes parten de la discusión de la división política del país y la regionalización para aproximarse a su propuesta de descentralización del debate constitucional, y distribución del poder a escala regional.
El debate acerca de la Nueva Constitución se ha orientado a elementos como la salud, la educación, la participación, pensiones, vivienda y empleo, por lo que poco se discute acerca de regionalización fuera del mundo académico, mientras que la descentralización sí está, al menos presente, en el debate público. Sin embargo, ambos procesos no sólo deben abordarse en conjunto, sino que tienen una relación causal directa. Por lo tanto, se propone que es necesario discutir acerca de la regionalización, que permita una distribución efectiva del poder hacia una descentralización no sólo económica, sino también fiscal y política.
Conclusión.
La compilación de artículos, como propuestas para la Nueva Constitución, de Figueroa & Jordán (2020) tiene como resultado un libro que aborda no sólo temáticas presentes en la discusión pública, sino que además agrega elementos ampliamente discutidos en el mundo académico, fundamentados en procesos comparativos con otras constituciones sudamericanas y manteniendo un ánimo propositivo y tendiente al consenso, para el mejor resultado posible. Lo interesante del texto, en su conjunto, es que nos demuestra que pese a partir de una hoja en blanco, la Nueva Constitución no parte desde cero: existen elementos, temáticas y actores que deben estar en el debate constituyente, y no solo se presentan argumentos suficientes para sustentar dicha idea, sino que además se enriquece la discusión al proyectar a futuro como se resolverán tales aspectos. Lectura necesaria, útil y clarificadora.
TAKE IT OR MAKE IT (2016-2017) | El despertar de los Mestizos (2019): La coreografía social y lo performativo en tiempos de una Nueva Constitución
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Gianna Salamanca, Artista Visual Universidad de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Proyecto Artístico: Take it Or Make It (2016-2017) | Ana Vujanović & Marta Popivoda + Colectivo Editorial TkH [Walking Theory]
Documental: El despertar de los mestizos (2019)
Dirigido Por: Dan Espinoza (NadieSabePro)
Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=9FAEQ9pIGmU
Resumen
Take It or Make It es parte de un largo proceso teórico y experimental artístico sobre la coreografía social y lo performativo en la esfera pública democrática. Su lógica está influenciada por las representaciones masivas de la ex Yugoslavia socialista, los disturbios civiles de la década de 1990 y la transición a una nueva economía de mercado. Busca repensar sobre lo común y la unidad, evidenciando la necesidad de cuestionar si eventualmente, ¿Tenemos nosotros, las personas, la voluntad, las habilidades y el poder para hacer de la democracia nuestro principio organizativo? ¿Somos capaces de hacerlo, en lugar de tomarlo (o dejarlo)? Como respuesta a ello se presenta el documental El despertar de los mestizos (2019), el cual reúne las principales demandas del estallido social en Chile, y la coreografía social que se expresa en las manifestaciones, resumiendo las principales demandas para una Nueva Constitución mediante las performances de sus protagonistas anónimos.
Palabras Clave. Coreografía social, espacio público, Nueva Constitución.
Im.1 Póster Reestreno Documental (http://octubre.elradarrenca.cl/el-despertar-de-los-mestizos)
Introducción.
En el marco de la residencia TkH [Walking Theory] How To Do Things By Theory en Les Laboratoires d’Aubervilliers (2010-2017), las artistas y teóricas Ana Vujanović y Marta Popivoda inician la investigación sobre performance, coreografía social, espacio público y política cultural. Toman como ejercicio de estudio las representaciones masivas de ideología en la antigua Yugoslavia socialista, junto a la exploración del trabajo colaborativo en un contexto de manifestaciones ciudadanas contra las formas de dominación capitalista en tiempos de una democracia especulativa. El manifiesto de la obra, a modo de fragmentos, se divide en una serie de textos, ensayos, prácticas colectivas y material audiovisual, que se pueden encontrar bajo los títulos de: Public Sphere By Performance (2012-2015), Social Choreography: The “Black Wave” In The Yugoslav Slet, Performance And The Public (2011-2013), Examining Communitas (2011-2016), Yugoslavia, How Ideology Moved Our Collective Body (2013) y Take It Or Make It (2016-2017).
Pensar en las artes escénicas como segmentos sociopolíticos y espaciales, acarrea una dimensión crítica performativa que gira en torno al acto de representación participativa y al propio oscurecimiento de las diferencias que existe entre la actuación y la política. Proximidad que suele converger en la afirmación de cierta teatralidad presente en el fundamento político del procedimentalismo de la democracia formal. Ejemplos explícitos de lo mencionado han sido los activismos políticos, las protestas provocadas por el descontento masivo y una presunta conducta virtuosa de una ciudadanía comprometida, como se aprecia en El despertar de los mestizos (2019), expresiones de la necesidad de un cambio estructural (constitucional) desde la teatralidad, las prácticas participativas, las políticas de identidad y el uso espontáneo del espacio público, lo que tensiona la esfera pública y la privada, convocando a la organización de un orden social y a la construcción de un imaginario colectivo (Brishop, 2019, p 14).
Im.2 Fotograma Documental “Yugoslavia, How Ideology Moved Our Collective Body” (adkdw.org)
Coreografías Sociales y Experimentación.
“Si el cuerpo con el que bailo y el cuerpo con el que trabajo y camino son uno y el mismo, necesariamente debo abrigar la sospecha de que todos los movimientos de mi cuerpo son, en mayor o menor medida, coreografiados”.
A través de un proceso artístico experimental basado en la premisa de trabajar en grupo, las autoras investigan sobre el tema de la democracia como organización real de la situación social, tomando como punto de partida la partitura cinematográfica del cineasta Heinz Emigholz para su película Schenec-Tady I (1973), reemplazando la mirada humana por una secuencia de movimientos generados artificialmente, y bajo un plan de montaje organizado matemáticamente, convierte las imágenes de un entorno natural en un truco de lógica que ya no obedece al acto de mirar, sino más bien, como instrumento que descompone la realidad. De esta forma, el método consistió en el diseño de un esquema elíptico junto a un sistema de coordenadas cuyo centro representa la posición donde se sitúa la cámara y la producción de los fotogramas. Estas imágenes representan un punto de vista y un momento determinado en una dimensión espacial específica, donde lo individual de las figuras van desapareciendo gradualmente, y lo que prevalece es la secuencia producto de una máquina.
El experimento realizado durante el año 2016 tuvo dos instancias representativas; la primera realizada en Teatro Polski (Polonia) con una producción teatral, y la segunda a modo de taller performativo realizado en el centro cultural de Valparaíso y Nave (Santiago). Junto a la iniciativa de Movimiento Sur (2016), la obra Take it or Make it basada en partituras compartidas, compuso acciones en grupo donde la libertad de interpretación oscila entre la voluntad individual, la colaboración y los antagonismos de las propias estructuras colectivas. Los universos, creados por mundos autosuficientes son restringidos por las propias partituras en un contexto de territorialidad común, aspectos que fuera de evidenciar situaciones armónicas, ejercen la confrontación del propio idilio con el cuestionamiento de lo que conlleva el “vive y deja vivir”. La instancia fue acompañada de charlas sobre la coreografía social de las democracias, y reflexiones en torno a la esfera pública en la actualidad y cómo se revela su ideología a través de formas concretas.
Coreografía y Estallido Social en Chile.
El despertar de los mestizos es un documental breve (20 minutos) que podría parecer la expresión de múltiples voces acerca de los cambios necesarios para Chile, teniendo como objetivo el establecimiento de una Nueva Constitución. Sin embargo, al observarlo tras el prisma de Take it or Make it se puede apreciar una coreografía social, que no partió el 2019, que está organizada, pero sin liderazgos claros, sino que ofrece una meta clara: es necesario cambiar las reglas del juego. Pero ¿tenemos nosotros la voluntad, habilidades y el poder para hacer de la democracia nuestro principio organizativo?
Se muestra la marcha, la expresión y coreografía social, el estallido en sí como un acto de liberación y la certeza de que todos juntos lograrán el cambio. Ese cambio se sostiene en exigir al Estado un cambio estructural del modelo neoliberal, hacia uno que permita una menor desigualdad. ¿Cuál ha sido el resultado de esta coreografía de los que no tienen miedo?
Im.3 Guía de Coordenadas Take it or Make it y Experimento realizado en Chile (anavujanovic.net)
Conclusión.
Con el propósito de cuestionar la democracia en sus múltiples dimensiones, tanto desde la propia esfera pública a través de lo performativo, como desde la discursividad de la sociedad, las acciones y movilizaciones ciudadanas como formas de articular ideologías o expresiones, que necesitan del espacio público para su intervención o dominio, sí se expresa en ambos casos la necesidad de cambios estructurales, que en el caso de Chile comienza con el proceso de una Nueva Constitución.
Ante ello, la coreografía social sirve como análisis de los procesos sociales conflictivos, los cuales se retroalimentan de la esfera pública. Esto refiere al reflejo de un orden social, que no solo se representa, sino que también se ensaya, por medio de gestos, movimientos corporales, la organización de los cuerpos en el espacio, las reuniones públicas y masivas, que van otorgando una reconfiguración de la comunidad. Esta reconfiguración seguirá siendo necesaria en todo el proceso constituyente, y más aún, cuando se establezca un nuevo modelo más democrático.
Referencias.
Brishop, C. (2019). Infiernos artificiales. Arte performativo y políticas de la espectadiría. Taller de Ediciones Económicas (2016-2019), 11-461.
Fisher, T., & Katsouraki, E. (2017). Performing Antagonism Theatre, Performance & Radical Democracy (First ed., Performance Philosophy).
Encuentro y diálogo desde la Geografía en el proceso constituyente: Mesas de trabajo por la Nueva Constitución
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Cristina Bonilla Araya, Geógrafa y Magíster en Políticas Territoriales y Ambientales, Geógrafas Chile: Lorena Mondaca Guajardo, Geógrafa y Magíster en Urbanismo, Geógrafas Chile; Natalia Ramírez, Geógrafa y Magíster en Geografía, Geógrafas Chile; Vania Reyes Muñoz, Geógrafa y Magíster en Hábitat Residencial, Geógrafas Chile]
Resumen
Mesas de Trabajo por la Nueva Constitución es una articulación de profesionales y estudiantes de Geografía y carreras afines que surge en respuesta a la demanda por espacios de diálogo y encuentro desde la disciplina, con miras al cambio constitucional y el momento político a partir del estallido social en octubre de 2019. En éstas se ha debatido el rol de los profesionales de la Geografía en el ámbito disciplinar y académico, en la construcción de una nueva sociedad para el país, en generar un ordenamiento territorial sustentable, la necesidad de participación ciudadana representativa y vinculante, nuevas redes de gestión comunitaria, descentralización y poder local, entre otras temáticas, para plasmar en la nueva Constitución. Se han desarrollado cinco encuentros en los que se ha problematizado la situación, generando diagnósticos y propuestas, una campaña con material informativo crítico para difundir -previo al Plebiscito de entrada- y actualmente en desarrollo, un programa de temáticas a considerar dentro de la redacción de la nueva carta magna. Estos encuentros han sido coordinados desde la plataforma de la Asociación Geógrafas Chile y la red de trabajo colaborativo, horizontal y con alto nivel de compromiso de cada una/e/o de quienes participan.
Palabras clave: Proceso constituyente, encuentro disciplinario, nueva constitución, geografía
El texto refiere brevemente a la Asociación Geógrafas Chile, a modo de situarnos como narrativa y luego da cuenta de las memorias de cada uno de los cinco encuentros masivos realizados. Finalmente, reflexionamos sobre la importancia del momento constituyente, su condición paritaria y el valor de este tipo de articulación en la discusión y construcción de un nuevo país.
En primer lugar, la Asociación Geógrafas Chile es una red de geógrafas que busca posicionar y relevar la disciplina y su rol en la sociedad desde una perspectiva feminista, con el fin de aportar en la toma de decisiones, informadas y pertinentes, considerando la diversidad territorial del país, en pos de contribuir a una sociedad más justa e igualitaria.
En ese sentido, desde la Asociación, se considera a la geografía como una herramienta para la democratización del territorio: el espacio geográfico se construye y se produce a partir de los distintos usos del territorio y los diferentes intereses y poderes que convergen en él. Es por esto que, desde una perspectiva histórica, se puede señalar que la disciplina también fue capturada por la Dictadura y reservada con intereses estratégicos para organizar el territorio y controlar fronteras. Esto último, aún es visible en las políticas territoriales y de ordenamiento que fueron implementadas en ese periodo y luego actualizadas o reformadas mínimamente durante los sucesivos gobiernos hasta hoy. Por esto y más, es importante reencauzar la disciplina con los fines planteados, y en el margen del proceso constituyente, es clave incorporar nuevamente el debate geográfico desde una perspectiva de la geografía crítica y feminista.
Por consiguiente, y a raíz del estallido social, desde Geógrafas Chile se generó una red de trabajo no separatista, con colegas, para discutir a nivel disciplinar diferentes temáticas y enfoques que puedan contribuir en el cambio constitucional. El objetivo fue, por un lado, hacerse cargo de un debate pendiente en el cuerpo académico y profesional de la geografía nacional -que fue también en parte captado por círculos profesionales poco integradores y con lógicas verticales-, y, por otro, construir un espacio de convergencia como gremio para encontrarnos y participar democráticamente entre profesionales y estudiantes.
Im 1 – Cronología y evolución de las jornadas de trabajos de les geógrafes.
El primer encuentro fue el Cabildo realizado el 09 de noviembre de 2019, en el que participaron 224 personas y se conformaron 13 grupos de trabajo para responder a preguntas sobre el origen del conflicto social, las razones del malestar ciudadano y las oportunidades de la movilización social en pos de avanzar hacia una mayor justicia social. Respecto al origen del conflicto, se señaló mayoritariamente la Constitución de 1980 como la causa de las desigualdades, y se evidenció sus trabas y restricciones en el rol del Estado y su despliegue territorial. Como oportunidades, se visualizó un cambio de modelo de desarrollo, en lo económico, político y social; el repensar el territorio considerando las diferencias; y el potenciar la vinculación de la población y construir un nuevo tejido social. Además, se habló de la justicia social que debía propiciarse a través del cambio del carácter subsidiario del Estado a uno garante de derechos; de la atención de demandas a corto plazo; de una mayor autonomía territorial para una democracia más directa y vinculante. En esta instancia se priorizaron las demandas sociales más bulladas, como el cambio en el sistema de pensiones, reforma tributaria, nuevo sistema de salud y su fortalecimiento, educación y vivienda como derecho, fin a las zonas de sacrificio ambiental y Estado Plurinacional.
El segundo encuentro, realizado el 30 de noviembre del 2019, se constituyeron tres mesas de trabajo por área, que han seguido trabajando hasta hoy: Socio Ambiental, Ordenamiento Territorial y Descentralización. En cada una se discutió el rol de geógrafas/es/os en el proceso constituyente, la importancia de cada uno de estos ejes temáticos y sus distintos enfoques.
Las temáticas discutidas fueron, en la mesa Socio Ambiental, la consideración de las comunidades con mirada integradora y multiescalar, también el valor y respeto a los saberes comunitarios, la gestión horizontal del medioambiente y el lenguaje universal para referirse a éste. En la mesa de Ordenamiento Territorial, se discutió sobre la planificación con perspectiva de género, nuevas formas de planificar, el derecho a la ciudad, el paisaje y los riesgos en la planificación urbana y como una forma de dar solución a las desigualdades, al desarrollo local, la sustentabilidad y la resiliencia. Por último, en Descentralización, se discutió el rol de este proceso en sus dimensiones cívica y administrativa, la necesidad de espacios de participación vinculante para la ciudadanía y de la planificación desde lo local, redistribución de riquezas y poder, reconocimiento constitucional y restitución de derechos a pueblos originarios y pueblo tribal Afrodescendiente y escaños reservados para estos pueblos.
Tras este encuentro, y debido a las condiciones instaladas por la pandemia COVID-19, las actividades de las mesas de trabajo fueron postergadas hasta septiembre de 2020. En ese mes, y mediante recursos online, se comenzó a trabajar en la campaña a favor de la opción del Apruebo en el Plebiscito de entrada para el cambio constitucional del 25 de octubre. En este periodo y tras el tercer cabildo, se generó material interactivo para publicar en diferentes redes sociales sobre múltiples problemáticas tales como: la ausencia del derecho al agua, el impacto de las zonas de sacrificio, la centralización y concentración de la toma de decisiones y de los recursos económicos, así como de servicios; la necesidad de incorporar el derecho a la ciudad y al territorio, derecho a la vivienda y la planificación territorial con enfoque feminista. En total fueron 28 publicaciones en un mes, correspondientes a 15 videos con participación de les geógrafas/os/es, junto a actorías locales y organizaciones de base con las que se ha trabajado en red, articulando saberes; 13 infografías desarrolladas por las mesas, todo ello bajo el nombre de “Geógrafes por el Apruebo”.
Im 2 – Afiches, publicaciones y fotos de las diferentes jornadas
Ahora que el proceso constituyente es una realidad, las actividades realizadas buscan construir un discurso a favor de la redacción de una nueva Constitución y que aporte al debate nacional. El 16 de noviembre de 2020 se realizó la cuarta instancia de reunión para que cada una de las mesas pueda trabajar de manera paralela y en sintonía en los meses venideros, durante la redacción de la nueva carta magna. Así, el 03 de diciembre se realizó la quinta reunión con el fin de acordar los alcances del programa de trabajo de cada mesa y los principios comunes que guiarán las actividades que se desarrollarán en el futuro.
La intención de esta red de trabajo es propiciar instancias de diálogo y consulta en los temas donde tenemos competencias profesionales a lo largo del territorio nacional. Para les geógrafes es una prioridad incidir en el debate de la nueva Constitución, e incorporar una visión integral sobre el territorio, que contemple procesos de gestión ambiental, participación ciudadana, intersectorialidad y una perspectiva de género que permita construir un nuevo país basado en la justicia social y espacial. Este proceso se abre como una oportunidad única en la historia del país, donde mujeres y hombres en igual proporción pueden escribir una nueva carta magna en democracia, entre todes.
C80: Una experiencia de diseño de información para el debate cívico sobre el cambio constitucional
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Ricardo Vega M., Diseñador, artista. MFA Design & Technology Parsons. Docente Escuela de Diseño PUC.;
Daniela Moyano D, Diseñadora. Estudiante de Magister Sociología PUC;
Daniel Zegers, Periodista Universidad Santo Tomás;
Jorge Loayza Ch., Comunicador, APie;
Pablo Selín C., Artista, PUC.;
Ernesto Riffo, Abogado]
Resumen:
En años recientes presenciamos el debate sobre una nueva Constitución en Chile. Luego del estallido social de octubre de 2019 y de las movilizaciones ciudadanas siguientes, el debate se saldó con una abrumadora votación por el Sí a una nueva constitución en octubre de 2020. Durante todo el proceso anterior y posterior, diversas organizaciones y grupos ciudadanos han planteado la necesidad de contar con mecanismos para generar una ciudadanía informada. Sin embargo, la Constitución del 80, como otros textos legales, plantea diversos retos. Es percibido como un documento distante, de lenguaje experto, lo que se suma a un origen cuestionado. Esto configura un escenario donde la constitución aparece como desconectada y descontextualizada con el acontecer diario de las personas. Desde la necesidad de promover el cambio constitucional informado surge la pregunta: ¿Si queremos cambiar la constitución, sabemos lo que queremos cambiar? Y si lo que dice nos afecta, ¿Cómo este texto se vincula con nuestra vida diaria? Desde estas y otras preguntas surge el proyecto C80.cl, como una propuesta de contenidos con uso de tecnologías digitales y herramientas de diseño, con el objetivo de mostrar información compleja de manera fácil, permitiendo reconocer y contextualizar los temas presentes en la actual Constitución.
Palabras Clave: Constitución, Diseño de Información, Participación informada, Lectura distante
C80.cl es una plataforma web que busca “acercar” la Constitución Política a personas no-expertas, mostrando que lo que “está escrito” en ella sí influye en varios aspectos de la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Desde esa perspectiva, el proyecto pretende contribuir al debate cívico, brindando información estructurada, accesible y compatible, con énfasis en formatos visuales.
El proyecto surge de la inquietud del diseñador, artista visual y académico, Ricardo Vega, quien desde la visualización de datos y la visualización de información sentía la necesidad de aportar al debate constitucional que, de manera tímida en un inicio, comenzaba a levantarse por parte de diversas organizaciones con la intención de enfrentar el impacto que el modelo impuesto por la Constitución de 1980 provocaba y sigue provocando en nuestra sociedad.
De esta manera y tras conformar un primer equipo base, aparece la primera edición de C80.cl en el año 2015, gracias al Fondo de Cooperación Local de la Embajada de Finlandia en Chile,. El cual se mantiene hasta el 2017, al terminar los recursos del fondo. La plataforma cumple su objetivo en medio del proceso que con posterioridad al inicio del proyecto, impulsa el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, con una campaña de educación cívica y la promoción de diálogos ciudadanos para iniciar un proceso constituyente que se vio truncado por el segundo gobierno de Sebastián Piñera.En una segunda etapa el equipo participa ad honorem en la mantención de la plataforma, entre mediados del 2017 a finales del 2019, año en que el proyecto se adjudica un Fondo de Cultura para continuar a una tercera etapa enfocada en visualizar temas relevantes.
Desde un inicio, el proyecto ha tenido un equipo base multidisciplinario que ha enriquecido tanto la mirada, como las metodologías disponibles para su desarrollo. De esta manera, C80 cuenta hoy con diseñadores, periodistas, desarrolladores, abogados, comunicadores y cientistas sociales, desarrollando un camino y metodologías propias al servicio de una experiencia que se circunscribe en el ámbito de la comunicación, entendiendo que las tecnologías pueden ser aliadas en la comprensión y generación de opinión ciudadana.
En esta perspectiva, a partir de los hechos de impacto social registrados a partir del 18 de octubre del 2019, la discusión constitucional, percibida hasta entonces como un tema lejano a los ciudadanos comunes y corrientes dejándola relegada a los “analistas” cobra un vuelco inesperado, haciéndose masiva y relevante, lo que obligó al equipo a reorientar los objetivos con el fin de aportar de manera más eficiente en este nuevo contexto, facilitando herramientas que permitan la búsqueda y consulta rápida de temas constitucionales, intencionando siempre su vínculo con la vida cotidiana de las personas. Buscamos desarrollar una serie de herramientas de diseño que permitan facilitar el acceso y comparación de temas constitucionales de manera interactiva, accesible y visual. También se busca ampliar el alcance del proyecto mediante la implementación de estrategia de difusión y seguimiento de impacto de los contenidos.
Uso estratégico de redes sociales
Las redes sociales han sido un medio fundamental para masificar los contenidos e involucrar a los y las seguidores en la discusión de temas, aportando al debate informado mediante posts en noticias y artículos en Facebook, Instagram y Twitter. La difusión en redes sociales se desarrolla de acuerdo con la siguiente lógica: Se escribe un post sobre este tema, luego se vincula dicho tema con los artículos correspondientes de la Constitución que tratan dicho tema, difundiendo estos artículos y post por una o dos semanas. Finalmente, se analizan los resultados y se rastrean posibles nuevos temas de la contingencia noticiosa o que surjan del debate. En ciertos casos, se pide a líderes de opinión desarrollar colaboraciones en formato columna sobre algún tema pertinente, o bien de reciben colaboraciones que estos líderes de opinión desarrollan por iniciativa propia.
La importancia del diseño y la visualización
El diseño y sus métodos permiten crear estructuras visuales para simplificar la complejidad. La visualización exploratoria de textos permite facilitar la exploración y acceso a las constituciones usando recursos visuales interactivos, como líneas de tiempo, infografías, sonido y video. Son visualizaciones altamente interactivas, permitiendo a usuarios explorar los datos y la información en contexto, según sus propios intereses, y en diferentes niveles. El diseño y las herramientas de programación y comunicación que utiliza el proyecto son verdaderos traductores de las complejidades (de lenguaje, de acceso, disponibilidad, etc,) de los textos de la Constitución, ayudando a disminuir la brecha entre expertos y audiencia general, facilitando buscar, encontrar, comparar y comentar el contenido.
Actualmente el proyecto continúa fortaleciendo el debate informado en temas cívicos a través de tres herramientas:
- Constitución On-line: presentación actualidad y dinámica del texto constitucional, vinculada en cada capítulo con los temas que han marcado la contingencia en este ámbito, a través de posts, artículos y otros contenidos asociados. https://c80.cl/constitucion/
- Línea de Tiempo Constitucional: a través de una investigación cruzada con diseño de información (imagen 1 y 2). https://c80.cl/linea/
Im1 – Vista de un periodo de la Línea de Tiempo Constitucional
Im2 – Vista de un hito en la Linea de tiempo
- Visualización historia, alcances y puntos críticos del Tribunal Constitucional (imagen 3 y 4) https://c80.cl/tribunal-constitucional/
Im3 – Vista de la sección que ilustra las funcionalidades del Tribunal Constitucional
Im4 – Vista de la sección que visualiza la composición del Tribunal Constitucional.
Por último, se hace necesario aclarar que si bien el proyecto se plantea poner a disposición estas herramientas para que la más amplia y diversa ciudadanía las utilice para formar y compartir opinión activa en el debate constitucional, también se plantea con una postura crítica frente al texto normativo y los actores que lo sustentan. En este sentido el proyecto no se considera como “neutral”, sino que asumiendo una posición pro cambio constitucional, a través de un debate informado y la participación activa de las y los ciudadanos con mecanismos democráticos que se han ido definiendo y acordando en base a consensos.
Comprendo el beneficio, luego redistribuyo. Aprendizaje para el proceso constituyente chileno, a partir de la aplicación de la ley de participación de plusvalías en el municipio de Manizales, Colombia
VerComprendo el beneficio, luego redistribuyo. Aprendizaje para el proceso constituyente chileno, a partir de la aplicación de la ley de participación de plusvalías en el municipio de Manizales, Colombia
Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Sebastián Andrés Ahumada Vargas. Arquitecto UC. Estudiante del Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente]
Resumen:
Ante el aumento progresivo del valor del suelo, y en un escenario de discusión constitucional y procesos eleccionarios, se explora el caso de una política pública colombiana de participación de Plusvalías que busca capturar este aumento de valor que se produzca por acciones del estado para redistribuirlas en necesidades sociales, y que ha tardado más de 20 años en poder aplicarse en el municipio de Manizales. Se analizan las razones tras los problemas de eficacia de la ley, y de cómo las presiones de privados y la falta de comprensión de los beneficios de la ley pudieron afectar las decisiones políticas de su aplicación. Finalmente se reflexiona sobre el caso chileno y la posibilidad de cuestionar políticas sustantivas en torno a la propiedad en el contexto de la elaboración de una nueva constitución, y de la importancia de destrabar los impedimentos políticos en su eficacia.
Palabras clave: Participación de Plusvalías, Valor del Suelo, Políticas sustantivas, Propiedad.
Im1. Manizales [Fotografía], por dumpecita, 2003 / Fuente: (https://flic.kr/p/2bs5r6). CC BY 2.0
Las políticas en torno al acceso a la vivienda y al suelo urbano han estado muy presentes en la actualidad, sobre todo por el aumento significativo del valor del suelo en la última década. Si bien los factores que determinan el aumento son variados, es posible establecer que existen acciones del Estado sobre el territorio que contribuyen a estas alzas, como la construcción de un metro o el aumento de la densidad permitida producto de cambios en la norma de construcción.
Al respecto, y a junto al debate constitucional en torno a la propiedad, han surgido ideas para poder capturar parte de ese incremento en el valor del suelo donde el Estado haya influido en su alza, lo que significaría un cambio sustantivo en la forma que entendemos la producción de la ciudad. No obstante, este cambio implica no solo una dificultad para que, eventualmente, se aprueben leyes de este tipo, sino también un marco normativo complejo que puede poner en riesgo la correcta aplicación de la ley.
Tal es el caso que ocurre actualmente en algunos municipios de Colombia. A fines del siglo XX se enfrentaron a esta discusión concluyendo que sí debían participar de las ganancias. Lo denominaron Participación de Plusvalías, por medio de la Ley 388 de 1997, la que se encargaría de recuperar los aumentos de valor producto de la acción del Estado, como los cambios en zonificación o densidad y que generan ganancias para los propietarios (Barco y Smolka, 2007), destinando esos fondos a proyectos de vivienda social e infraestructura (Congreso de Colombia, 1997). Pese a ser una política con nivel constitucional y estar aprobada hace más de 20 años, sigue con problemas en su aplicación. Entender las razones de su ineficacia, podría permitir entrar al debate constitucional con más herramientas.
El caso de Manizales.
Una de las ciudades colombianas que recién el 2019 pudo reglamentar esta ley, es el municipio de Manizales, capital del departamento de Caldas y parte del área metropolitana del centrosur de Caldas. Este municipio, que posee de una estructura administrativa supramunicipal como gobierno metropolitano autónomo (a diferencia de la institucionalidad intermunicipal descentralizada del caso chileno) (Fuentes & Orellana, 2013), tiene la obligación, de acuerdo al Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales, de aplicar la ley a través de un marco normativo elaborado por el Concejo Municipal.
Al respecto, aunque existieron muchas reuniones para normar la aplicación del instrumento, este solo en 2019 tuvo su primer reglamento a través del decreto N° 644, debido a múltiples presiones de agentes inmobiliarios y a la asociación existente entre cobro de plusvalía como un impuesto hacia la población. Tan solo en mayo de este año el municipio pudo liquidar el primer cobro de plusvalías desde entrada la ley en 1997. Esto implica más un problema político que práctico (Munévar et al., 2018), pese a que su objetivo es controlar la especulación con el suelo y dotar de recursos para infraestructura que satisfaga necesidades sociales (Munévar & Hernández, 2017).
Aunque “no es propiamente un impuesto, (…) es una participación” (Moncayo, 2011, 224), la participación de la plusvalía contiene “por un lado, un amplio desconocimiento popular e institucional acerca de la figura; y por el otro, una confusión respecto a su alcance” (Munévar et al., 2018), cuestión que desde el punto de vista político sería un desincentivo para el municipio respecto de sus votantes, pese a ser una política redistributiva y localizada, ya que los beneficios no serían entendidos como tales (Livert & Gainza, 2018).
Los impactos de que el municipio no cobre la plusvalía urbana repercuten directamente al interés general ya que, como política redistributiva, el destino de esos fondos va dirigido a la creación de vivienda de interés social, infraestructura vial y equipamiento público. Su rango constitucional como política sustantiva, incluso, tenía por objeto que se entendiera no solo como una política económica, sino profundamente social (Munévar et al., 2018)
Es por esto que no solo basta con considerar como criterio de eficacia la regulación estatal desde el punto de vista de la legalidad, sino que es necesario incorporar criterios de legitimidad, que permitan comprender y valorar la satisfacción del interés colectivo (Munévar et al., 2018)No considerar a la política dentro del diseño de esta política pública pareciera, entonces, ser una de las principales debilidades de su gobernabilidad social (Lahera, 2004), ya que no incorpora la relación de afinidad entre los municipios y sus residentes, dificultando la comprensión global y favoreciendo el surgimiento de conflictos (Orellana et al., 2012).
Cabe preguntarse si, entonces, el modelo de administración chileno podría enfrentar de otra forma la aplicación de este tipo de leyes. Aunque las políticas que reducen inequidades regionales, pueden ser ineficientes a nivel nacional, es importante considerar la motivación electoral en la medida de que la población logre comprender la asignación de beneficios por sobre las metas de equidad o eficiencia (Livert & Gainza, 2018), a través de leyes que sean aplicadas para cumplir un fin político y social comprensible. (Munévar et al., 2018).
Conclusiones para el contexto chileno.
Comprender la captura de plusvalía como una participación y no un impuesto, destrabar la relación entre quién lo cobra, de sus votantes y grupos de interés, y permitir la identificación del beneficio parecieran ser los puntos clave de este problema. La traducción al contexto chileno no es literal. Nuestro modelo de administración no permite que los municipios elaboren este tipo de normativa, pero al mismo tiempo no contamos con gobiernos regionales que permitan localizar los beneficios.
Este tipo de políticas también aborda cuestiones como la propiedad y la participación del Estado en el mercado del suelo. En este sentido, propone complejas modificaciones de políticas sustantivas que se abren completamente de cara a un nuevo proceso constituyente. Es precisamente este nuevo escenario, junto con el próximo proceso eleccionario, los que permiten enfrentar esta discusión con menos trabas legales, pero no menos discusiones ideológicas.
Es por esto por lo que se vuelve fundamental entender las distintas dinámicas sociales y políticas que permitan la comprensión de un fenómeno complejo, con mucha presión de grupos de interés, pero que pareciera ser un camino obligado a transitar ante el aumento del valor del mercado habitacional y la voluntad de generar un nuevo pacto que dispute el sentido de lo público.
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Referencias bibliográficas
Barco, C., & Smolka, M. (2007). “Desafíos para implementar la participación de plusvalías en Colombia”. En: Perspectivas urbanas. Temas críticos en políticas de suelo en América Latina. Ed. Smolka, M., Mullahy, L. Cambridge, MA, USA: Lincoln Institute of Land Policy. https://www.lincolninst.edu/publications/books/perspectivas-urbanas?pubid=1180
Congreso de Colombia. (1997). Ley 388 de 1997. Diario Oficial, 43.091, 24 de julio de 1997. https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=339#0
Fuentes, L., & Orellana, A. (2013). Gobernabilidad metropolitana en Bogotá y Santiago: institucionalidad divergente, resultados convergentes. Ciudad y Territorio: Estudios Territoriales, 45(175), 131–145. https://repositorio.uc.cl/handle/11534/43404
Lahera, E. (2004). Política y políticas públicas. CEPAL, División de Desarrollo Social. https://repositorio.cepal.org/handle/11362/6085
Livert, F., & Gainza, X. (2018). Distributive politics and spatial equity : the allocation of public investment in Chile Distributive politics and spatial equity : the allocation of public investment in Chile. Regional Studies, 52(3), 403–415. https://doi.org/10.1080/00343404.2017.1309013
Munévar, C., & Hernández, N. (2017). La naturaleza jurídica de la plusvalía urbana. Un análisis desde los derechos colectivos y la función social de la propiedad. Opcion, 33(82), 280–297. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31053180012
Munévar, C., Hernández, N., & Cardona, A. (2018). La eficacia de la participación de la plusvalía urbana en el municipio de Manizales-Colombia. Revista Republicana, 2018(24), 41–60. https://doi.org/10.21017/Rev.Repub.2018.v24.a39
Orellana, A., Allard, P., Néspolo, R., & Mercado, J. (2012). Gestión urbana municipal a escala metropolitana: modelos en competencia. Revista de Geografía Norte Grande, 80(51), 67–80. https://doi.org/10.4067/S0718-34022012000100004
Planificar territorios locales inclusivos requiere de la representación de las mujeres
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Marión Díaz Paredes, Socióloga, candidata a Maestría en políticas públicas para el desarrollo con inclusión social, FLACSO Argentina]
Resumen:
Esta columna busca aportar a la discusión exponiendo algunos argumentos que concitan a implementar políticas públicas que promuevan la participación e incidencia de las mujeres en la planificación de los territorios locales, pues estos no son neutrales al género y requieren de un posicionamiento del Estado como garante de espacios inclusivos. La oportunidad que se constituye con la construcción paritaria de una nueva Constitución Política en Chile, significa un aporte manifiesto para la disminución de las desigualdades de género, a modo de gran marco contractual que releve las opiniones, miradas y experiencias de las mujeres en virtud de un cambio de paradigma para el desarrollo del país.
Palabras Clave: Participación, planificación local, desigualdades de género.
El nuevo proceso constituyente que se abre en Chile contiene un valor histórico de mucha significancia para nosotras, las mujeres. La paridad reconoce de manera explícita que la construcción de este documento fundante debe representar las miradas, voces y experiencias de ciudadanas y ciudadanos, sustento que debiese permear todo el ciclo de políticas públicas.
Actualmente, el artículo 1° de la Constitución dicta que es deber del Estado “asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional” y explicita en el artículo 19 que hombres y mujeres somos iguales ante la Ley. No obstante estas disposiciones, se argumentará en esta columna la necesidad de ir más allá de esta declaración y promover la justicia de género como fundamento, ya que considera el principio de igualdad diferenciada, esto es el reconocimiento de la subordinación histórica vivida por las mujeres en desmedro de los hombres, debido a la definición que se ha hecho de sus roles en los ámbitos públicos y privados.
En este contexto, el Centro Latinoamericano para el desarrollo Rural RIMISP (2016) indica, en base a lo señalado por el Banco Mundial en su Informe del año 2012, que son los asuntos de género llamados de “segunda generación” como la participación y capacidad de decisión de las mujeres en las esferas públicas y privadas, entre otras problemáticas, las que aún persisten generando desigualdad en América Latina. Con ello, si las necesidades de las mujeres y sus opiniones respecto de las realidades que viven en los diversos territorios, no son visibilizadas, será imposible implementar políticas públicas diferenciadas, ni menos transformar las relaciones de subordinación.
CEPAL (2016) plantea en este sentido, que los territorios son construcciones sociales que no son neutras al género, por lo tanto, tal como se conformen, determinarán las dinámicas que ejerzan sus ciudadanas/os y esto a su vez, dará cuenta del nivel de desigualdades de género presentes. Incorporar el enfoque de género en la planificación se torna vital, pues permite posicionar a mujeres y hombres en sus respectivos puntos de partida, identificando las brechas existentes para luego, implementar acciones que permitan aminorar esas desigualdades en virtud de la transformación estructural de las relaciones de subordinación de género.
A su vez, el espacio local debido a su cercanía con las ciudadanas y ciudadanos, permite un contacto más directo y estratégicamente puede ser más viable identificar un diagnóstico que devele las desigualdades de género, sin embargo, la estructura del gobierno local no siempre se constituye como facilitador para la participación política de las mujeres, normalmente porque presenta resistencias al poner en tensión costumbres, creencias, estereotipos, etc., con lo que la proximidad y cercanía aducidas, no garantizan por sí mismas el acceso igualitario a espacios de toma de decisiones (PNUD, GTZ, FISDL, 2006).
La planificación territorial local, en particular, está encabezada por las Municipalidades, las que según la Constitución deberán definir en su Ley Orgánica las formas y modalidades que tendrá la participación de la comunidad en las actividades municipales (art.118), con lo que no se hace explícita la promoción del componente de género en ese marco, quedando estas cuestiones al arbitrio de los gobiernos locales.
Las mujeres en el ámbito local se vinculan con la institucionalidad mayormente desde un rol doméstico, lo que se entrecruzaría con factores más estructurales como la subestimación del trabajo doméstico y de cuidados, menor acceso a la propiedad de activos, menor representación en cargos políticos, entre otros, todo lo cual las excluye de espacios de toma de decisiones (ART, RIMISP, ONU Mujeres, 2017). Todos estos factores conllevan invisibilización o ausencia de su opinión y decisiones para definir qué aspectos consideran importantes en la organización del territorio, por tanto, al hablar de participación en los procesos locales aludidos, es debido entenderla como incidencia en las decisiones, no únicamente en la minimización a su sola presencia en espacios de consulta.
Así es que la estructura del Estado y las políticas públicas presentan sesgos de género, es decir, reproducen desigualdades, por ello es primordial que el enfoque de género permee las dinámicas internas de la institucionalidad pública, pues en la implementación de políticas se identifican los mayores desafíos debido a la resistencia al cambio (Alfama, 2017). Britton citada en Rodríguez (2008:115) establece que “(…) las mujeres lograrían ejercer más plenamente sus derechos sociales, civiles y políticos si se producen transformaciones en la lógica generizada masculina del Estado”. Esto nos muestra una forma de entender las relaciones de género también al interior de la institucionalidad pública, lo que se constituye en un obstaculizador al momento de intentar promover la participación de las mujeres en espacios decisionales, por ejemplo, cuando se trata de planificar un territorio común.
Con lo anterior y en relación al rol del Estado frente a estas prácticas, la CEDAW[1] en su artículo 7 mandata a los Estados parte a promover la participación de las mujeres en el diseño e implementación de políticas públicas. Por su lado, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing[2] promueve en sus artículos 181 al 195 la incorporación de la mujer en espacios de poder y toma de decisiones, inclusive la Agenda 2030[3] propone como eje central la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y además plantea la necesidad de incorporar los ODS en los sistemas de planificación nacional y territorial.
Planificar con enfoque de género entonces, permitiría avanzar hacia ese desarrollo, fortaleciéndose la gobernanza democrática, es decir, en la toma de decisiones de los territorios confluiría la mayor diversidad posible de actorxs que lo conforman, haciendo frente a las desigualdades. Resulta de suma relevancia la participación de las mujeres en estos procesos, por lo que requerimos de una institucionalidad local y nacional abierta a estas transformaciones que cambien el paradigma de desarrollo y la “lógica generizada masculina del Estado”.
El proceso constituyente es así, fundamental para establecer estos cambios estructurales, pues no va más construir los territorios sin el reconocimiento y representación de todas/os sus ciudadanas/os.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Alfama, E. (2017). ¿Transformando el Estado? Avances y obstáculos en la implementación del mainstreaming de género (Tesis Doctoral). Universitat Autònoma de Barcelona. Recuperado de https://ddd.uab.cat/pub/tesis/2017/hdl_10803_458542/eaig1de1.pdf
Agencia de Renovación del Territorio ART, Centro Latinoamericano para el desarrollo Rural RIMISP, ONU Mujeres (2017). Enfoque de género para la planeación territorial. Bogotá: ART, RIMISP, ONU Mujeres.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL (2016). Territorio e igualdad. Planificación del desarrollo con perspectiva de género: Manuales de la CEPAL N°4. Santiago, Chile: CEPAL.
Constitución Política de Chile. 21 de octubre de 1980 (Chile).
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, Cooperación Técnica Alemana GTZ y el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local FISDL (2006). Reflexiones Desarrollo local con equidad de género. San Salvador, El Salvador: PNUD, GTZ, FISDL.
Centro Latinoamericano para el desarrollo Rural RIMISP (2016). Pobreza y desigualdad. Informe latinoamericano: Género y Territorio. Santiago, Chile: RIMISP.
Rodríguez, A. (2008). Las políticas sensibles al género: variedades conceptuales y desafíos de intervención. Temas y debates, N°16, pp. 109-129. Recuperado de https://rephip.unr.edu.ar/handle/2133/1546
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Notas:
[1] La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, adoptada el año 1979 por la Asamblea General de la ONU, es un instrumento rector para los Estados partes que la han ratificado, quienes deben adoptar compromisos en virtud de esa erradicación.
[2] Declaración de compromisos fijados en la IV Conferencia Mundial de la Mujer de 1995, la cual es considerada una guía para la igualdad de género a nivel mundial.
[3] Agenda aprobada por los Estados miembros de Naciones Unidas el año 2015, que establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a ser alcanzados para el 2030 en el marco de un nuevo paradigma de desarrollo, el sostenible. El ODS 5 alude a la igualdad de género.
Entrevista a Mónica Tapia: “El proceso constituyente no se acaba con la Constitución. Después hay una gran tarea”
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Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Mónica Tapia es directora de Ruta Cívica, organización ciudadana dedicada a promover ciudades sustentables y justas, a partir de redes y campañas cívicas. Es egresada de El Colegio de México, la Universidad de Oxford y la London School of Economics, especialista en política social y desarrollo. Tiene experiencia como funcionaria pública en el gobierno federal y local de México, y trabaja con alianzas multisectoriales, liderazgo colaborativo y sistémico para la resolución de problemas complejos. Ha sido co-fundadora de organizaciones de la sociedad civil como Alternativas y Capacidades, Fondos a la Vista y campañas como #CIUDADania19s, #Verificado19s, #ObraChueca, #Corruptour, #TúConstituyente y la #wikibanqueta. Asimismo, es autora de diversas publicaciones sobre ciudades sustentables, relaciones Estado-sociedad, políticas públicas, sociedad civil e inversión social. Desde México, Mónica Tapia nos comparte su perspectiva y experiencia ciudadana en torno al proceso de creación de la Constitución de la Ciudad de México (2016-2017).
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- ¿Podrías contarnos brevemente el contexto en el que surge la primera Constitución de la Ciudad de México?
La Ciudad de México (CDMX) por muchos años había sido un Distrito Federal (D.F.), lo que quiere decir que estaba subordinado al Gobierno Federal del país. Esto significaba que, a diferencia de otros estados de la República, en la CDMX no había gobernadores, alcaldes y regidores, es decir, no existía una democracia local. México es una República Federal, donde por diseño institucional hay una mayor autonomía de sus estados o regiones, comparado por ejemplo con el caso de Chile.
En este sentido, por cerca de treinta años, la ciudadanía en CDMX había estado demandando una mayor democratización y una reforma política para poder elegir a sus propios gobernantes y no solo tener al presidente de la República Federal como autoridad, sino a una especie de gobernador, que ahora se llama Jefe de Gobierno. También se había demandado poder elegir a las autoridades locales, las llamadas alcaldías; y que el Congreso para la CDMX no fuera solo el Federal, sino que existiera un Congreso Local que no hiciera solo reglamentos, sino leyes que se aplicaran en este territorio. Finalmente, tras muchos años de exigencia y de gradualismo, las fuerzas políticas pactan darle un estado, un estatus especial y se crea la Constitución de la Ciudad de México.
La Constitución se crea a partir de un artículo transitorio en la Constitución nacional para elegir la Asamblea Constituyente; sin embargo, de una manera muy poco democrática. Más de la mitad de la Asamblea estuvo integrada por nombramientos directos por la Presidencia de la República, la Jefatura de Gobierno, la Cámara de diputados y la de Senadores. El resto fue elegido mediante votación, aunque por listas cerradas decididas por los partidos políticos, lo cual también fue poco democrático. Entonces surgieron muchos cuestionamientos: ¿por qué vamos a votar por la mitad de la Asamblea? ¿para qué va a servir? ¿qué costo va a tener? ¿vale la pena? Me parece que la manifestación de estas inquietudes fue positiva porque representó un factor de presión para que el proceso constituyente se abriera de otras formas, las cuales ya te contaré más adelante.
- Sabemos que estuviste muy involucrada en este proceso a través del colectivo #Tú Constituyente ¿podríamos compartirnos cuál fue su rol en el marco de la construcción de una nueva Carta Magna para la CDMX?
#Tú Constituyente fue un colectivo de “intentos” de candidaturas independientes https://www.rutacivica.org/project/tuconstituyente/. Estaba tan cerrada esta forma de participación que era necesario conseguir 84 mil firmas en menos de un mes, lo que por supuesto, fue una tarea sumamente difícil. Esto nos hizo salir a la calle, platicar con las personas y pedirles su firma para postularnos como Constituyentes. Sin embargo, fue interesante saber que la gente no estaba familiarizada con lo que era la Constitución, ni lo que era ser Constituyente. Era algo muy lejano a la realidad ciudadana. Al final, ninguna candidatura independiente ciudadana llegó a ser electa por estas barreras tan altas que se habían establecido. Y eso, sumado a los cuestionamientos derivados de los nombramientos directos y la partidocracia en la integración de la Asamblea, influyó en que hubiera una mayor apertura durante el proceso constituyente.
Al respecto, valdría la pena hacer un reconocimiento a la efectividad de la Unidad de Transparencia durante el proceso, encabezada por Maricarmen Nava, pues logró que todas las discusiones fueran fácilmente consultables a través de minutas y dictámenes. Pero además, que todas fueran transmitidas en vivo y en directo, incluso las discusiones más mínimas que se realizaban a las 3:00 am. Igualmente, uno podía presentarse a las sesiones de las comisiones a escuchar, opinar o darles documentos a los constituyentes y escuchar en vivo el debate en el pleno. Quizás lo bueno de este proceso constituyente es que como no existían protocolos de seguridad muy estrictos y muchos de los integrantes de la Asamblea no estaban familiarizados con estas prácticas parlamentarias muy cerradas, se generó un ambiente de mucha interacción que posibilitó el cabildeo ciudadano. Al respecto, fue muy remarcable que la ciudadanía pudiéramos presentar iniciativas y que valieran casi lo mismo que cualquier iniciativa de otro constituyente. Por supuesto, eran iniciativas que requerían de la capacidad técnica de ciertos colectivos para redactarlas de la forma más adecuada.
Lo que hicimos como colectivo fue buscar que nuestras propuestas estuvieran respaldadas con las firmas de un grupo de constituyentes. Luego, hubo audiencias ciudadanas y con ellas la posibilidad de participar opinando en las Comisiones Legislativas. Si bien no participamos en el debate del Pleno, en las Comisiones pudimos argumentar las iniciativas propuestas, y posteriormente ayudar a defenderlas o meter reservas cuando los propios constituyentes las discutían. Entonces este proceso fue muy útil, e incluso pienso que hasta la fecha nos dejó como “mal acostumbrados” a las posibilidades de incidencia que representa un congreso o un parlamento abierto.
También puedo decir que la experiencia fue muy didáctica para los ciudadanos que hacemos activismo de calle. Entrar a estos espacios y escuchar las discusiones ofrece otra perspectiva sobre lo que es posible lograr y sobre cómo se negocian los acuerdos. Hubo muchas cosas que a nosotros no nos gustaron; pero hasta la fecha entendemos por qué se redactó así, como se argumentó y negoció (y de todo hay un registro histórico): había cincuenta iniciativas diferentes y la forma de que todos quedáramos “semi contentos” se materializó en un diseño muy complejo.
- ¿Qué papel tienen la ciudad y el territorio en el contenido de la Constitución de la CDMX? ¿Consideras que fue la aproximación más adecuada?
Hay un buen avance en los artículos 12, 15 y 16 de la Constitución de la CDMX que son ejemplares en términos del derecho a la ciudad, la planeación y el ordenamiento territorial. Se habla del agua, suelo, espacio público, de movilidad, de tecnología, infraestructura, vivienda, gestión de riesgos, con un sesgo muy progresista respecto a la redistribución y el acceso universal a estos satisfactores. Es un texto muy inspirador, pero cuando uno consulta la Ley de Vivienda, la del Sistema de Planeación, la de Movilidad o la de Gestión de Riesgos es un poco decepcionante encontrar que no están empatadas en su totalidad con los principios y conceptos que plantea la Constitución. La Ley de Espacio Público aún no existe, y ni se diga la de Tecnología, Infraestructura o Regulación de plusvalías. Me atrevería a decir que muchos de los contenidos de estos artículos son aspiraciones porque la legislación secundaria y los instrumentos que “aterrizan” estas visiones, hasta ahora, son muy limitadas o las vuelven “letra muerta”. Es bonito tener una Constitución muy bien redactada, pero hay una enorme brecha cuando “bajan” a legislaciones y políticas públicas, que no las hacen realidad. Y ni se diga de la práctica….
- Sabemos que la Ciudad de México tiene integrado el Derecho a la ciudad en su Constitución. ¿Por qué dirías que fue importante integrarlo y cuáles son los principales desafíos para materializar el pleno ejercicio del Derecho a la Ciudad de México?
El Derecho a la Ciudad es uno de los 42 derechos (y otras tantas libertades) que integran la Carta de Derechos de la Constitución de la CDMX. Hubo una comisión redactora dedicada a trabajar en su primer borrador, así como muchos foros y discusiones. Incluso, me parece que esta carta es lo más progresista que se conoce en América Latina y vale la pena tomarlo como un buen referente. Sin embargo, considero que también es necesario hacer políticas públicas y diseños institucionales que respalden y garanticen esos derechos, porque si no solo se quedan como buenas intenciones. Me parece que hay una tendencia por redactar cosas maravillosas que, por supuesto, sirven después para litigar o ganar causas en lo judicial, pero no es suficiente.
Entonces, yo juntaría el Derecho a la Ciudad con la planeación, con el sistema de indicadores, el sistema de seguimiento a los derechos humanos y con un sistema mucho más robusto de evaluación. En estos momentos, y a dos años que entró en vigor la Constitución, me cuesta trabajo decir que este derecho está implementándose y haciéndose realidad. Por supuesto, es un buen ideal y las discusiones se prestaron para reflexionar y aprender que el Derecho a la Ciudad es mucho más que los derechos individuales, civiles o de primera generación. Involucra derechos políticos, colectivos, sociales y económicos. Pero como advertencia para futuros constituyentes, diría que plasmar eso no es suficiente. En paralelo hay que dar una batalle grande para bajar esos derechos a instituciones y políticas públicas; y sobre todo a la ciudadanía, para que tenga la conciencia de exigirlos y volverlos realidad, sino serán letra muerta.
Por otro lado, la planeación del territorio de la ciudad está pensada a veinte años, junto con un entramado institucional bastante complejo sobre qué le compete al gobierno de la CDMX -que sería una especie de gobierno estatal o regional- y qué les corresponde a los gobiernos de las alcaldías. Al respecto hicimos muchas propuestas, pero me parece que una de las más interesantes fue que la planeación no se centralizara ni se sectorizara en ningún área. Así, las aprobaciones de estos planes tienen que pasar por el Congreso y en algunos casos por las alcaldías; y dentro de las alcaldías hay un Concejo -una suerte de “pequeño parlamento”- que es una figura nueva para la CDMX, derivada de la Constitución. Nosotros propusimos mucho de las funciones de dicho Concejo; por un lado, porque nos parecía que representaba un contrapeso para el alcalde; y por otro, porque los concejales tendrían que ser los representantes más cercanos a los vecinos y la ciudadanía.
Propusimos también que en el Instituto de Planeación de la CDMX la representación ciudadana, académica y del sector privado estuviera a nivel de su Consejo más alto –es decir, de Junta de Gobierno–, pero que además hubiera una oficina de participación ciudadana y el uso de metodologías participativas para la generación de planes. Si bien esto representa un entramado bien complejo, implica que ante cualquier iniciativa de plan deba existir un consenso previo desde muchos espacios. Y si no, que el proceso pueda ser litigable; es decir, que cualquier ciudadano pueda llevarlo a un juicio para exigir el derecho a la ciudad e incluso pueda ampararse.
En este sentido, consideramos que el titular de este organismo de planeación tendría que ser alguien que promueva la discusión y busque los consensos, ya sea que esto tome tres o cuatro años. Sobre todo, porque el titular tendrá el poder y el legado para incidir sobre asuntos que tendrán impacto durante muchos años, y posiblemente por varias generaciones; por ejemplo, determinar qué suelos se conservan o qué usos se le darán al agua. Sin embargo, como colectivo estamos un poco decepcionados sobre cómo se ha concretado el tema de la planeación en estos dos años en la Ciudad de México; e incluso sobre a quién se nombró como titular del Instituto hace unas semanas. Y ya lo comenzamos a litigar, usando justamente los derechos que nos da la Constitución.
- Como sabes, Chile se encuentra en el proceso de cambiar la Constitución actual de la República, como resultado de una significativa demanda social. Desde tu experiencia cercana al proceso constituyente mexicano, ¿qué le dirías a los chilenos?
Siempre es difícil dar consejos a otros contextos, pero me parece que uno podría ser construir colectivos interdisciplinarios. Nosotros trabajamos con grupos interesados en el medio ambiente, el desarrollo urbano y la movilidad, pero también con derechos humanos, justicia, educación y otros derechos y temas. A partir de esto, pudimos armar una agenda interdisciplinaria que ayudó a posicionarnos frente a los constituyentes. Incluso, a partir de esta agenda varios de ellos ya nos reconocían como “los del librito” (porque publicamos todas las propuestas en un cuadernillo www.rutacivica.org/wp-content/uploads/2019/11/TuConstituyente-Agenda-web.pdf).
En el caso de Chile, no estoy segura si habrá un borrador y un grupo redactor como hubo en la CDMX, pero si fuera así recomendaría estar involucrados desde el principio, conocer muy bien y participar en todas las etapas del proceso. Incluso, tener aliados en el grupo redactor y desde ahí “poner el pie en la puerta, para que no la cierren”. En nuestra experiencia, esas redes y articulaciones fueron muy importantes durante todo el proceso, porque aun cuando la redacción no fue totalmente como la esperábamos, hubo muchas oportunidades para la incidencia: en la redacción del borrador, con las iniciativas, con la audiencia, en la discusión, e incluso con las reservas en comisiones y en el pleno.
También aconsejaría considerar que el proceso constituyente no se acaba con la Constitución. Después hay una gran tarea, que es elaborar los artículos transitorios y calendarizarlos de manera óptima. Estos transitorios implican la creación de leyes secundarias e instituciones necesarias para seguir incidiendo en la agenda, por lo que son tan importantes como el propio texto de la Constitución.
Finalmente, recomendaría ser pacientes. Y comprendo que a Chile no le gustaría ser paciente nunca más, pero las instituciones que se construyen con trabajo y consensos son las más perdurables. Si bien en México a dos años de la Constitución de la CDMX vemos con cierta decepción muchas cosas, también es importante reconocer que estamos viendo el corto plazo. Es fundamental tener paciencia y persistencia, visualizar horizontes y transformaciones de derechos e instituciones en el mediano y largo plazo, porque ahí es donde veremos realmente el impacto de la Constitución. Así se lo explicábamos a la gente en la calle, la Constitución es un legado de instituciones que nos dejaron generaciones anteriores que se pusieron de acuerdo.
Entrevista a Lake Sagaris: “Las juntas de vecinos, como reivindicación histórica del pueblo chileno, pero también como necesidad para el futuro, deberían ser piedra angular de la gestión territorial”
VerEntrevista a Lake Sagaris: “Las juntas de vecinos, como reivindicación histórica del pueblo chileno, pero también como necesidad para el futuro, deberían ser piedra angular de la gestión territorial”
Revista Planeo Nº 46 Ciudad Constituyente, Enero 2021
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Lake Sagaris es una reconocida experta internacional en temas de desarrollo de la sociedad civil, participación y democratización de la gestión urbana-territorial, y transporte sustentable, enfocando procesos de cambio que potencien la caminabilidad, cicloinclusión, el transporte público y un transporte más justo. En 2019 fue seleccionada como Mujer Notable del Transporte por la Agencia Alemana GIZ y su iniciativa de Transformative Urban Mobility Initiative. Es Profesora Asociada de Ingeniería de Transporte y de la Cátedra de Sustentabilidad, trabajando como investigadora asociada al Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS, y el Centro de Excelencia en BRT+, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Dirige el Laboratorio de Cambio Social (www.cambiarnos.cl), una colaboración entre estos centros y la organización de urbanismo ciudadano, Ciudad Viva. El Laboratorio convoca a socios líderes de los sectores públicos, ciudadanos, académicos y privados para colaborar en la creación de sistemas de vida cada vez más sustentables y justos. Su investigación interdisciplinar emplea métodos cualitativos y cuantitativos en el marco de la investigación participativa para la acción. Colabora con organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y colegas en América Latina, Europa, India, Canadá y EEUU. Revisa y publica artículos en revistas académicas y ha editado varios manuales sobre transporte sustentable, incluyendo el GTZ Handbook on Cycle-Inclusive Planning (2009) y el Plan Maestro Bicentenario de Ciclorutas de Santiago. Ha recibido diversos premios por su trabajo como dirigenta social (1990-2010), profesora e investigadora, y escritora profesional. Es fellow de la red global de Ashoka (emprendedores sociales) y de Synergos (senior civil society leaders).
- Sabemos que eres una experta en temas de planificación urbana, ¿podrías compartirnos qué te llevó a interesarte en el vínculo entre la ciudad y la participación ciudadana?
Yo creo que es un poco especial mi camino hacia la Planeación y también hacia la academia. Yo fui escritora, corresponsal y editora por muchos años, pero aprendí Urbanismo a la fuerza en la campaña ciudadana contra el proyecto de la Costanera Norte. De este movimiento nació la organización Ciudad Viva, en la cual tuvimos experiencias extraordinarias de colaboración con el mundo académico. Y fue entonces que se me ocurrió hacer un magíster y después un doctorado en Planeación urbano-regional en Toronto, Canadá. En los países de habla inglesa la planificación es una disciplina bastante más amplia que el Urbanismo como se conoce en Chile. Desde esa perspectiva, se examina la práctica de la planificación desde distintas miradas, y también se cuestiona la teoría subyacente. Además, no separa lo urbano de lo rural o lo silvestre, sino que se aborda el territorio de una manera más integral. Y considera la “planificación” como el ciclo completo de diagnóstico, evaluación de alternativas, consultas, implementación y re-evaluación, y no solo como un punto en el proceso. Al respecto, pienso que a Chile en este momento le está haciendo una muy mala jugada esta diferencia, de pensar que “planificamos lo urbano porque somos urbanistas, pero no miramos el resto”. Desde la perspectiva de la formación que recibí, eso se llamaría la “no planificación”, es un tipo de planificación que excluye temas importantes (vida rural, áreas silvestres, etc.) y por lo tanto no constituye una buena estrategia frente a los desafíos actuales.
- ¿Qué oportunidades representa una Nueva Constitución en Chile para repensar la ciudad y mejorar la calidad de vida de sus habitantes?
Es una oportunidad vital, central. Estamos viviendo con una institucionalidad tremendamente rígida. Una especie de camisa de fuerza -por no decir un sarcófago- que no permite evolucionar, acoger las inquietudes de la sociedad, tener una participación ciudadana vinculante, ni integrar las miradas de los nuevos movimientos ciudadanos en la planificación territorial. Por lo tanto, se genera mucho conflicto, pues el conflicto es lo que le queda a los actores sociales para hacerse escuchar. No es una buena forma de gestionar el territorio para nadie, ni para las juntas de vecinos, inmobiliarias, técnicos o planificadores gubernamentales.
La Constitución es una oportunidad para transformar esto. Hoy en día no tenemos una participación arraigada en lo democrático, y eso es lo que realmente hace falta. Es difícil, pero es lo que permite crear sistemas, políticas, protocolos y una nueva institucionalidad capaz de canalizar los conflictos de una manera mucho menos dramática. Porque frente a la rigidez, toda diferencia de opinión pasa a ser conflicto. Se decide según desequilibrios de poder, lo que es particularmente grave en este siglo que comienza. Si bien los países del Norte Global han presentado desafíos profundos en sus democracias posguerra, estas se han demostrado capaces de evolucionar. Canadá, Nueva Zelanda, Dinamarca, Holanda, Suecia, Francia o Alemania nos están mostrando caminos para crear sistemas de planeación que trascienden los modelos anteriores; lo cual, por supuesto, para ellos también fueron procesos de debate, contestación y conflictos a veces duros.
- Entendiendo que la nueva Carta Magna será producto de un proceso constituyente demandado por gran parte de la ciudadanía ¿cuáles son los principales desafíos?, ¿qué papel consideras que tendrían que jugar las y los ciudadanos en este camino?
Esta situación surge porque muchos movimientos ciudadanos -grandes y pequeños- convergieron tras el 18 de octubre. Antes de esto, el movimiento estudiantil, el de la vivienda, el movimiento pro-bici -por citar algunos- andaban por su propio camino. Cada uno probaba por su lado todas las posibilidades que le daba la institucionalidad para encontrar soluciones. Y todos se encontraron con una institucionalidad que no ofrecía soluciones, pero tampoco reconocía su condición de ciudadanos/as; es decir, su derecho a opinar de forma vinculante en las decisiones que afectan su calidad de vida, la equidad, los derechos sexuales, entre otros. En este sentido, el proceso constitucional es un gran logro, un gran camino que, sin embargo, no estará ausente de desafíos.
Considero que el primer gran desafío será cuán bien las personas elegidas para la Convención Constituyente -ya sean de partidos o independientes- puedan relacionarse con los movimientos y la ciudadanía en general. Y esto será trabajo tanto de quienes sean electo/as, como también de la sociedad y sus organizaciones. Deberá haber un vínculo bien diseñado, abierto, fluido y eficiente, pues lo que quiere la gente son personas que escuchen y reflejen sus demandas en la nueva Constitución. Cualquier persona elegida que no responda a las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía va a representar un problema mayor.
Si el proceso constituyente no cumple con las necesidades y aspiraciones de los movimientos ciudadanos, vamos a repetir este ciclo hasta lograr algo que sí lo permita. Entonces lo que está en juego es enorme, porque no tenemos mucho tiempo. Con la crisis global, climática y de pérdida de biodiversidad el tiempo se nos acorta. No tenemos una historia, un futuro infinito o un horizonte eterno. Si no tomamos decisiones ahora frente a cada crisis que nos va a tocar, vamos a irnos para abajo. Y está en riesgo incluso la sobrevivencia, si no de la humanidad, por lo menos de muchos aprendizajes de la civilización que creo que valdría la pena salvar.
Por otro lado, una Constitución es una declaración de principios; por lo que su redacción deberá ser general y específica al mismo tiempo. En este sentido, el segundo gran desafío del proceso constitucional será plasmar los aprendizajes de todo aquello que no funciona en la institucionalidad actual, y abrir el camino hacia un rediseño profundo. Incluso de manera más profunda que las reformas que hizo la dictadura sobre las reglas del juego en Chile. Reglas que no fueron positivas para la integración social, la equidad, la igualdad de derechos, el reconocimiento de minorías o de mayorías, como las mujeres o los pueblos originarios, entre otros.
Y dentro de esto, existe un tercer desafío: el territorio no está presente en la Constitución. Además, las instituciones que tenemos que reformar para mejorar la gestión territorial no están tan consensuadas. Si bien existe cierto consenso sobre la descentralización, habrá que preguntarse qué tipo de descentralización. Actualmente nos están ofreciendo gobiernos regionales, parcialmente elegidos, sin poderes financieros o de gestión territorial, y sin autoridad sobre la policía, lo que es una reforma central para transparentar y ordenar el trabajo policial como corresponde en una democracia que respeta los derechos humanos. Necesitamos gobiernos regionales plenamente facultados para gestionar el territorio, democráticamente elegidos y transparentes en sus procedimientos, y facultados para que todas las decisiones de gestión del territorio puedan estar en sus manos. Aunque esto es algo que no se define específicamente en una Constitución, su redacción debería abrir el camino para que esto sea posible.
- A partir de tu amplia experiencia desde el activismo vecinal, ¿qué rol deberían tener estas organizaciones en la Nueva Constitución? y más allá, ¿qué espacio deberían tener en la ciudad y su gestión?
Yo valoro mucho los activismos diversos, creo que son la fuente de cambios necesarios en la sociedad. No estaríamos aquí dos mujeres conversando de estos temas, si no fuera por muchas generaciones de activismo de todo tipo. Y creo que las juntas de vecinos, como reivindicación histórica del pueblo chileno, pero también como necesidad para el futuro, deberían ser piedra angular de la gestión territorial. Las experiencias en pandemia han confirmado que el gobierno nacional tiene muy poca capacidad de gestionar directamente el territorio.
Desde mi experiencia personal, en la planificación y a través del conocimiento de otras transformaciones socio-territoriales, puedo decir que la unidad básica de la ciudad -grande o pequeña- es el barrio. Porque el barrio tiene la cantidad justa de personas; su escala permite acceder a la salud y la educación básica; y ofrece la posibilidad de moverse a pie o bicicleta, que son modos con beneficios para la salud y la calidad del aire; entre otras razones. El barrio es el ladrillo fundamental de una ciudad sustentable y de comunidades resilientes.
Durante la pandemia en Chile, hemos visto que los municipios que tienen buenas relaciones con sus organizaciones vecinales llegaron muy rápido con ayuda para las personas enfermas, que quedaron cesantes, que estaban pasando hambre o tenían problemas. Los municipios que no quisieron trabajar con las juntas de vecinos hicieron lo que pudieron, pero en muchos casos su apoyo fue menor a lo que debería haber sido. En Independencia, la municipalidad coordinó el servicio de salud y las pruebas de PCR con las ollas comunes y otras instancias que organizaban las y los vecinos. No es que el municipio las haya controlado, si no que apoyó y reconoció si había alguna falencia.
En cambio, la municipalidad de Providencia hizo un gran esfuerzo por apoyar, pero no quiso trabajar con las juntas de vecinos. O por lo menos en el Barrio Bellavista, que fue el caso que conocí en detalle. En un primer momento, las cajas de ayuda con alimentos se entregaron en una parte del barrio, pero no en otras, dejando a mucha gente sin apoyo. Por suerte, e incluso antes de la entrega de estas cajas, ya nos habíamos dado cuenta que la gente que conocíamos por las redes vecinales estaba quedando cesante y estaba pasando hambre. Como junta de vecinos pedimos apoyo a los vecinos que aún tenían trabajo y pudimos canalizar directamente esa ayuda con casi setenta hogares. Los cuales no fueron pocos para una junta vecinal que ni siquiera tiene una sede, porque la municipalidad no ha cumplido con esa obligación. Sin duda esta experiencia permitió cimentar lazos sociales en el barrio de una forma que no había sucedido antes.
Uso estos ejemplos para ilustrar cómo las juntas vecinales son cruciales en el marco de los grandes desafíos del siglo XXI y de la supervivencia de la humanidad. Por lo que estas organizaciones tendrían que recibir financiamiento acorde, no menor a unos $20 millones anuales, tener cierta autonomía, representar la diversidad de voces del territorio y colaborar críticamente con los municipios y autoridades regionales en la gestión territorial.
De hecho, hay antecedentes que sustentan esta mirada. En Estados Unidos existen varias ciudades cuya gestión territorial funciona a través de un convenio de largo aliento con asociaciones locales que reciben financiamiento del municipio, tienen planificadores e incluso terrenos, y con las cuales existe una relación de colaboración crítica. En Europa hay un megaproyecto de investigaciones que también está demostrando que los barrios son la piedra angular para una buena gestión territorial. Incluso para temas como la generación de empleos y redes de seguridad social, que no se limitan solo a la seguridad frente al delito.
- Finalmente, siendo también académica, ¿en qué medida crees que la academia está involucrada actualmente en este proceso constituyente? ¿consideras que es suficiente?
Creo que se necesita mucho más; sin embargo, ha habido avances increíbles. Yo puedo hablar del CEDEUS, del Centro de Excelencia en BRT, de la Cátedra de Sustentabilidad o de Ingeniería del Transporte de la Universidad Católica, que son algunos espacios donde me he desempeñado como investigadora y docente. Me parece que hay un tremendo acercamiento, una preocupación constante e incluso cambios para construir un lenguaje común con la sociedad. Las organizaciones ciudadanas con trabajo avanzado y los académicos quienes se están acercando, también se están potenciando. Esto no significa que nunca haya existido un acercamiento del mundo académico al mundo ciudadano o territorial, pero era más bien individual o aislado. Entonces creo que ha habido un avance sumamente valioso en los últimos años, que también es posible ver en el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR, por sus siglas en inglés), el Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN) o el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), entre otros.
No obstante, debemos enfrentar al reto de ponernos al día muy rápido, y no solo en los temas de investigación, sino en cómo interactuamos con la realidad. Sobre todo, cuando en Chile aún predomina la idea del investigador como un técnico que cuantifica, pero que no piensa o analiza. Tenemos que democratizar nuestros métodos y metodologías, y plantearnos varias preguntas al respecto: ¿devolvemos lo que descubrimos? ¿permitimos que las y los participantes nos cuestionen nuestras conclusiones como “investigadores iluminados”?
Es decir, empezar a incorporar la investigación participativa para la acción, que ni siquiera es un árbol con muchas ramas, sino un bosque con muchos tipos de árboles y tipos de prácticas. Pienso, entonces, que es necesario mejorar la capacidad del mundo académico de interactuar en condiciones de igualdad con la comunidad y con las organizaciones territoriales, porque ese es nuestro Talón de Aquiles. Entonces la tarea no solo es investigar, sino investigarnos a nosotres mismes y nuestras metodologías también; sobre todo ahora que las organizaciones y movimientos ciudadanos empoderados nos están demandando eso.
perspectivas metodológicas para abordar el fenómeno ciclo del agua: natural y artificial
Verperspectivas metodológicas para abordar el fenómeno ciclo del agua: natural y artificial
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios; Septiembre 2020
[Por Bryan Williams Castillo Mendoza; Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; asistente de investigación en CEDEUS.
Pablo Masquiarán Lewis; Licenciado en Letras Hispánicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile; estudiante de licenciatura en Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Botón de Nácar: voces y memorias del agua
VerBotón de Nácar: voces y memorias del agua
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Marcelo Jara Ruiz, Psicólogo Universidad Central de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC; Coordinador de Desarrollo Organizacional Euroholding]
Documental: Botón de Nácar (2015)
Dirigido Por: Patricio Guzmán
Premios: Mejor fotografía documental – Premio Iberoamericano de Cine Fénix 2016, Oso de Plata Mejor Guión – Festival de Berlín 2015, Premio del jurado Ecuménico – Festival de Berlín 2015, Mejor documental – Premios Platinos 2016
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=m8kdxpJZEj4
Disponible: https://ondamedia.cl/#/player/el-botn-de-ncar
Im.1 Selk´nam siglo XX / Fuente: http://tierradelfuegochile.com/ruta-selknam
Resumen
El Botón de Nácar presenta las múltiples voces y sonidos que adquiere el agua en la historia humana: el devenir de los pueblos indígenas de la Patagonia Occidental, su relación con el agua y las estrellas y el exterminio del cual fueron protagonistas. De forma paralela, se presenta un recorrido histórico sobre Chile y los graves acontecimientos que hablan de tortura, muerte y asesinato, ocurridos durante la dictadura militar. En ambos escenarios, se establecen semejanzas sobre los distintos genocidios vividos por diferentes pueblos pero que tienen en común la violencia y la imposición de un sistema por sobre otro, en donde la aniquilación del Otro une las historias. Es en la memoria y voz del agua, donde se puede escuchar la voz de los indígenas y los desaparecidos.
Palabras Clave. Pueblos Indígenas, Desaparecidos, Genocidio
“El agua es una fuente de música”
Claudio Pereita, Botón de Nácar (2015)
Introducción
¿Qué es el agua? ¿Cuál es el vínculo del planeta con este elemento? ¿Cuál es la interrelación del agua y la tierra? ¿Y las estrellas?
El agua es un elemento que se presenta de manera ubicua en las galaxias y planetas observados por el ser humano. El agua se expresa de distintas maneras en el cosmos: como vapor, en forma de hielo, como manantial o duro cristal.
Es a través de la lectura cósmica que el autor da cuenta que las estrellas y el agua están íntimamente relacionadas; es a través y a partir del agua que los seres vivientes se comunican con el universo. Aquellos trémulos reflejos del cosmos en la superficie del mar, de lagos y ríos, permiten tal conexión y dicha vía es exclusiva para comunicar la tierra, el agua y el universo. “El agua es un órgano mediador entre las estrellas y nosotros”, dice Patricio Guzmán.
No obstante, tal conexión no se puede entender mediante un mero influjo del presente. Al contrario, este vínculo es tal por la historia que se ha trazado entre el medio ambiente, la relación de los seres vivientes con este y el componente histórico que allí se ha dibujado.
El Botón de Nácar presenta el devenir de los pueblos indígenas de la Patagonia Occidental, su relación con el agua y las estrellas y el exterminio del cual fueron protagonistas. De manera paralela, se presenta un recorrido histórico sobre Chile y los graves acontecimientos que ocurrieron durante la dictadura militar con los detenidos y desaparecidos de dicho periodo. De esta manera, se establecen semejanzas sobre los distintos genocidios vividos por diferentes pueblos pero que tienen en común la violencia y la imposición de un sistema, en donde la aniquilación del Otro une las historias.
La voz del agua
Los crujidos del hielo, el sonido del arroyo, el susurro de las nubes, el bramar del vapor y la agitación del mar, son todas voces que remiten al agua y el territorio, a las fábulas y mitologías que comunidades han narrado en torno a sus límites y siluetas.
Así, los antiguos habitantes y pueblos originarios que llegaron al territorio patagónico hace más de 10.000 años, vivían en torno al agua, eran los “nómades del agua”. La comunión del agua y la tierra era evidente: seres humanos viajaban por el agua, comían lo que el agua traía, se vestían del agua y “todos caminaban sobre el mar”.
Sin embargo, esta historia milenaria se ve trastocada por la colonización de territorios, costumbres y cosmovisiones; es decir, la colonización hace extraviar y desaparecer la intimidad con el mar y el agua.
De esta forma, se visualiza que, dadas las condiciones geográficas de Chile, el país no posee una tradición marítima: las actividades propias del territorio se han construido tierra adentro. No se ha sabido aprovechar el agua que tiene, el océano que lo circunda. A la misma vez, se puede ver que hay olvido y negación del mar; son pocos los que han cantado y bailado en torno a él.
No así para los indígenas, para quienes la inmensidad del agua es un concepto, una idea y una reflexión inseparable de la vida. En este sentido y relacionado a la cosmovisión indígena, la actividad de pensar se parece al océano. Las leyes del pensamiento son las mismas del agua. Siempre está dispuesta a amoldarse a todo. ¿Será esta la explicación de que estas comunidades indígenas vivieron milenios con temperaturas extremas? ¿Es el vínculo de la tierra, el agua y las estrellas una explicación plausible para poder comprenderlos?
Im.2 Glaciar de la Patagonia Chilena / Fuente: Documental El Botón de Nácar
Años de Plomo.
No obstante, la historia comienza a verse trastocada producto de innumerables acontecimientos. Uno de los principales se atribuye al navegante y explorador Fitz Roy, quien en su época generó los mejores mapas sobre tierra del fuego, mapas que a la postre, sirvieron de puertas de entrada para los colonos europeos.
A partir de 1883 llegaron colonos, los buscadores de oro, los militares, los policías, los ganaderos y misioneros católicos. Así, después de convivir siglos con el agua y las estrellas, los indígenas sufrieron el eclipse de su mundo. El gobierno chileno declaró que los nativos eran corruptos, ladrones de ovejas y bárbaros. Les quitaron sus creencias, su lengua y sus canoas, y con ello la vida en el agua.
Im.3 Escuela católica en Isla Dawson: Misioneras junto con jóvenes indígenas
Fuente: Documental El Botón de Nácar
A la vez, quedaron expuestos a los llamados “cazadores de indios”, los cuales eran recompensados por masacrar a los pueblos originarios y arrancar partes de su cuerpo a cambio de dinero.
Im.4 Cazadores de indios en el siglo XX / Fuente: Documental El Botón de Nácar
Aquellos pueblos que estaban enraizados a la tierra y el agua, con sus características medioambientales fueron despojados de lo material, de lo simbólico y de su vínculo con el universo. Estos pueblos marítimos serían arrojados de sus canoas y costumbres fuera del mar, fuera de su hogar.
Por otro lado, en el territorio chileno durante 150 años la libertad estuvo a cargo de un grupo de hombres quienes ostentaban el poder y la riqueza de la nación. Así, en la década de 1960, la revolución de Salvador Allende rompió ese silencio y estalló un gran movimiento social que abarcó la mitad del país. Se oyeron voces que nunca se habían escuchado. Durante este gobierno, se comenzaron a devolver las tierras que habían sido usurpadas épocas anteriores a los pueblos indígenas. No obstante, esta libertad duró poco tras la llegada de la dictadura militar, la cual permaneció 16 años, durante los cuales se cometieron graves crímenes a la humanidad: presos fueron descuartizados vivos, mujeres violadas, hombres y mujeres fueron colgados del techo, se les quemo la piel con ácido, se les aplicó electricidad, se les drogo, se les fusiló. Un nuevo eclipse se posa sobre la tierra.
En Dawson, la isla donde murieron cientos de indígenas en las misiones católicas fue transformada en un campo de concentración para los ministros y todo aquel que fuera seguidor del gobierno de Allende.
Por aquellos años de crimen y encubrimiento, el mar comenzó a hacer visibles cuerpos que habían sido torturados y arrojados en toda su extensión. El océano que antes era la morada de los indígenas, ahora se convierte en un cementerio de cuerpos fragmentados, mutilados. Al igual que los sueños resquebrajados de los pueblos originarios.
Conclusiones.
La palabra “Humano” proviene de humus, de tierra. De alguna manera, estos pueblos originarios, y lo que queda de ellos en nosotros, puede asociarse a que somos reflejos de la tierra, una semilla de ella, que conecta a cada instante con el universo a través del agua, siempre a través del agua, la única posibilidad de existencia de la vida.
La memoria y la añoranza traen consigo una inmensa nostalgia por re-encontrarse, por interpelar-nos con el agua, con el universo, con la tierra, con nosotros mismos.
¿Qué es lo que contiene el agua? ¿Qué nos dicen sus voces?
Im.5 Selk´nam siglo XX / Fuente: Documental El Botón de Nácar
LA ORGANIZACIÓN POPULAR Y SU DINÁMICA EN TERRITORIOS EXPUESTOS A RIESGO AMBIENTAL: El caso de Ingeniero White (Buenos Aires, Argentina)
VerLA ORGANIZACIÓN POPULAR Y SU DINÁMICA EN TERRITORIOS EXPUESTOS A RIESGO AMBIENTAL: El caso de Ingeniero White (Buenos Aires, Argentina)
Revista Planeo Nº42: Ciudades Rebeldes | Enero 2020
[Por: Valentina Viego; Doctora en Economía por la Universidad Nacional del Sur (UNS) y Magister en Impactos Regionales de la Globalización por la Universidad Internacional de Andalucía. Desde 2013 se desempeña como profesora adjunta de las asignaturas Econometría y Economía y Política Social en la UNS.]
Recibido el 30 de diciembre de 2019, publicado el 29 de octubre de 2020
Resumen
Se presenta un estudio de caso que ilustra los modos en que ocurre, se vuelve un hecho público y se “gestiona” la degradación del ambiente urbano y las perspectivas y obstáculos que presenta cada curso de acción emprendido por los diversos actores. El análisis se centra en la localidad de Ingeniero White, ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires en Argentina, donde viven unas 12 700 personas y lindante con el puerto homónimo donde funciona un polo petroquímico y varias empresas cerealeras de gran porte. Allí se registran impactos sanitarios, ambientales y económicos originados en las actividades de las empresas documentados por diversas fuentes. El caso constituye un sitio con experiencias de riesgo ambiental y negligencia estatal para resguardar las condiciones de vida de las poblaciones afectadas. El objetivo del trabajo es analizar las formas de organización popular que rechazan el padecimiento ambiental y su dinámica. Se parte de un marco conceptual que adhiere al enfoque clasista de la economía ecológica. El análisis se basa en fuentes periodísticas, documentales y entrevistas en profundidad a actores de la localidad.
Palabras clave: sufrimiento ambiental, organización popular, Ingeniero White
Abstract
We illustrate the ways in which environmental degradation occurs, it is published and “managed” in urban settings and the perspectives and obstacles presented by each course of action undertaken by the various actors. The analysis is based on a case study focused on the town of Ingeniero White, located in the South of Buenos Aires province in Argentina with a population of about 12700 inhabitants. Next to the town a petrochemical pole and several large- scale grain traders operate in the homonymous port facilities. The local environment faces sanitary, environmental and economic impacts emerging from firms operations documented by various sources. The case constitutes a site which experiences environmental risk and State negligence to guard the living conditions of the affected populations. The objective of the work is to analyze the forms of popular organization refusing environmental suffering and its dynamics, based on a conceptual framework that adheres to the class approach in ecological economics. The analysis is grounded on available research, reports, press articles and in- depth interviews with local actors.
Keywords: environmental suffering, popular organization, Ingeniero White
FLOW: las historias de vida paralelas de un río
VerFLOW: las historias de vida paralelas de un río
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa U. de Concepción, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC]
Documental: Flow (2018)
Dirigido Por: Nicolás Molina
Premios: Mejor Película Nacional (Competencia Cine Chileno. Sanfic, 2018) Mejor Película Nacional y Premio Docs Barcelona Del Mes (Festival DocsBarcelona. Valparaíso, Chile, 2018)
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=9U8h0ZGMOPY
Disponible: https://ondamedia.cl/#/result?query=flow
Resumen:
FLOW muestra el flujo y relación morfológica de un río con su entorno, tanto desde lo funcional como desde lo simbólico, desde el tramo cordillerano hasta el estuario, guiando al espectador por un recorrido que se explica a si mismo en dos contextos disímiles, que, sin embargo, contiene paralelismos y analogías desde lo humano. Se desenvuelve el relato como un flujo constante, y cambia intempestivamente entre el cauce del Ganges en la India y el Biobío en el sur de Chile. ¿Qué tanto tienen estos territorios en común? ¿Es nuestra relación con el agua una dinámica que acerca a las sociedades o resultan relaciones simbólicas que nos distancian? La propuesta resulta interesante, en particular porque no se propone una voz guía ni se entregan explicaciones más allá de las imágenes, música, el propio ritmo del río y las historias de vida paralelas a él. Tampoco se indica qué territorio o qué río nos están mostrando, como sí un solo río existiese al mismo tiempo en dos territorios diferentes, cuyas historias me mimetizan y entrecruzan, pero si se pone la suficiente atención, también es posible observar desigualdades.
Palabras Clave. Río, Historias de Vida, paralelismos
Im.1 Póster Documental / Fuente: http://www.flowdoc.cl/
Introducción
La relación del ser humano con su entorno y cómo las formas espaciales modifican los procesos sociales resulta, en la actualidad, un pensamiento ya instalado para quiénes estudian los territorios. Pese a ello, la observación de dos ríos tan diferentes como el Ganges (originado en los Himalayas, y del cual dependen 600 millones de personas) y el Biobío (originado en los Andes, y del cual dependen 500 mil personas) en FLOW, ofrece no sólo analogías territoriales asociadas a la morfología del río y a la relación simbólica con él de sus comunidades y sus historias de vida, sino que se van desdibujando los paralelismos acompañados por una fotografía emocionante y una musicalización que se entremezcla con sonidos de agua y sonoridad social ¿el resultado? Un montaje que permite, a momentos, la creencia de observar un solo río, creencia que se desdibuja al apreciar sus oposiciones.
Esta reseña pretende identificar tanto similitudes como oposiciones en los relatos y observaciones que ofrece FLOW, brindando a quien no lo ha visto la oportunidad de apreciar sus detalles y buscarlos en su montaje, como también a quien ya lo vio, la opción de revisitar su construcción escénica y valorar el relato, que, pese a parecer pausado, no hace más que imitar el flujo de un solo gran río.
Similitudes.
El primer paralelismo símil, y el más evidente, es el morfológico: inicia con el tramo cordillerano del río, avanza hacia el tramo medio, atraviesa el tramo urbano y termina con la llegada del río al mar, en el estuario, lo que demuestra el esfuerzo en el proceso de grabación (Im.2).
Im2. Grabaciones en India / Fuente: http://www.flowdoc.cl/
Un segundo paralelismo es la expresión de actividades religiosas y su relación con lo fluvial, más directo en el caso de Varanasi (India), pero con un cementerio en San Rosendo a orillas del Biobío, o las adoraciones religiosas en el Ganges que se entrecruzan con misas y cantos evangélicos frente al río en Chile.
En el tramo medio, tercero, se muestran dos medios de transporte asociados al río. La barcaza, como transporte fluvial, y el tren, como línea terrestre paralela al río (minuto 42).
Luego, cuarto, se presenta el río en un entorno urbano, con puentes automovilísticos de gran afluencia, conectividades e industria, efluentes de contaminación y aún así el uso del río y su borde como espacio de trabajo, recreación y relación social.
Finalmente, quinto, un elemento que puede pasar desapercibido si no se pone suficiente atención, pero que tanto se menciona como se observa durante todo el relato: {des} igualdad de género y empoderamiento femenino. Desde una mujer que le reclama a su marido que además de trabajar debe cocinar, mujeres lavando ropa a la orilla del Ganges, hasta mujeres haciendo ejercicio, siendo observadas en la calle en San Rosendo, Biobío.
Oposiciones.
La primera oposición que surge es la diferenciación en historias de vida: en el Biobío pasamos de historias de conocimiento indígena, a historias rurales (Im.3), luego entorno urbano y finalmente hacia pescadores. En cambio, en Ganges la historia de vida va variando desde trabajo cordillerano, problemas con el gobierno, pobreza, viviendas informales al borde de las líneas férreas, inseguridad alimentaria hasta la observación del mar.
Im.3 Mujer viaja a través del Biobío, para llegar a su casa / Fuente: http://www.flowdoc.cl/
Una segunda oposición son las preocupaciones de la juventud al borde de rio, en Biobío se nos presenta una fiesta en Concepción, un juego mecánico (“Kamikaze”) y congestión vehicular, mientras que en el Ganges se nos muestran poblaciones informales al borde de la línea del tren, preocupados de la pobreza y de qué solo les alcanza para comprar pepinos, luego un matrimonio de jóvenes en Rishikesh y la fiesta que se mezcla con la observada en Concepción, que son paralelas, pero muy diferentes en origen.
Finalmente, una tercera oposición está en las barcazas, vacías en el Biobío, esperando que alguien cruce, y colapsadas de personas en el Ganges, con niños embarrándose para pedir propina a los viajeros. Esto se relaciona no sólo con la forma de habitar y las historias de vida, sino también con los niveles de intervención y baja naturalidad de ambos cuerpos fluviales, por uso excesivo y sobre poblamiento en el Ganges y las enormes plantaciones forestales en el Biobío.
Conclusión.
Resulta interesante en FLOW que las observaciones no las hace un narrador, no se ofrecen directamente a la audiencia, sino que emergen al ritmo al que el río sigue su curso. Asimismo, no nos indican los nombres ni las historias de vida de quiénes van apareciendo, lo que permite el entrecruce de relatos y deducir con ello sus desigualdades.
La morfología del río, entonces, sí produce similitudes en territorios divergentes, pero al mismo tiempo la relación funcional y simbólica con el río es capaz de ofrecer elementos que nos distancian culturalmente. Lo esencial es común a todo río en el mundo: la humanidad depende de ellos, construimos nuestras historias de vida en su borde y en esa relación dinámica subyace nuestra identidad socioterritorial.
Entrevista a Rodrigo Mundaca: “Es determinante para nosotros hacer del agua un bien común y de su acceso un derecho humano”
VerEntrevista a Rodrigo Mundaca: “Es determinante para nosotros hacer del agua un bien común y de su acceso un derecho humano”
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Rodrigo Mundaca, es ingeniero agrónomo y vocero nacional del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA), una organización nacida en 2010 en la provincia de Petorca, en la Región de Valparaíso, que ha denunciado y visibilizado los conflictos por el agua a nivel local, regional y nacional. En 2019, Rodrigo Mundaca recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg, en Alemania. En ese mismo año, también fue galardonado con el premio Danielle Mitterrand, en París, Francia.
- Gran parte del trabajo de MODATIMA ha sido denunciar las implicaciones socioambientales de la privatización del agua en Chile y visibilizar cómo esta ha sido favorecida por la Constitución y la normativa actual. En el marco del proceso constituyente que viene para Chile, ¿qué aspectos consideras que son clave de discutir y proponer en torno al agua para la integración de una nueva Carta Magna?
Sin duda, Chile es el único país del mundo que tiene privatizadas sus fuentes de agua y también la gestión de las aguas. La privatización de las fuentes tiene como antecedente a la Constitución Política del 1980, que en su artículo 19, numeral 24, señala que los derechos de los particulares sobre las aguas ―reconocidos o constituidos en conformidad de la Ley― otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ella. Es decir, en Chile constitucionalmente se encuentra consagrado el régimen jurídico privado de agua.
A renglón seguido, el Código de Aguas de 1981 es un dispositivo teórico-institucional de administración de las aguas que se encarga de separar la propiedad del agua del dominio de la tierra. Por lo que hoy, existen propietarios de tierra que no tienen agua y viceversa. El Código reconoce al agua como un bien nacional de uso público, pero también como un bien económico. Le confiere la prerrogativa al Estado de conceder el derecho de aprovechamiento de agua de forma gratuita y perpetua a los particulares. Quienes amparados en las garantías constitucionales del artículo 19, incorporan ese derecho de aprovechamiento de agua a su patrimonio y pueden, por tanto, concurrir al mercado a vender, comprar o arrendar agua.
Otra característica del Código de Aguas es que creó dos categorías de derecho de aprovechamiento: consuntivo ―de aguas que se consumen― y no consuntivo ―que no se consumen―. Y dado que el último balance hídrico se realizó en 1987, las aproximaciones a las propiedades de consuntivos y no consuntivos solo pueden ser estimadas. En el caso de las primeras, se calcula que el 73% está en manos del sector irrigado, básicamente forestal y agrícola; entre 10 y 13% en manos del sector minero; entre 2 y 3% en propiedad del sector sanitario; y el saldo restante en el sector industrial. Y es muy probable que la proporción de los derechos en el sector minero sea mucho mayor, puesto que en el artículo 56 del Código de Aguas se mencionan las “aguas del minero”. Esto significa que, si se encuentra agua en un sitio de explotación minera en un territorio, no se pide el derecho de aprovechamiento de agua, ni se inscribe en el Conservador de Bienes Raíces. Simple y llanamente esa agua encontrada se superpone a cualquier otro tipo de uso. Por otro lado, los derechos de agua de usos no consuntivos, que se destinan principalmente a la generación de hidroelectricidad, están en manos de Enel, una empresa público-privada italiana; de AES Gener, de propiedad norteamericana; y del grupo Colbún, que es un grupo nacional.
Dicho esto, no se saca nada con alterar los artículos del Código de Aguas, sin antes terminar con la norma jurídica que se superpone, que es la Constitución Política de 1980, y su artículo 19, numeral 24. Es determinante para nosotros hacer del agua un bien común y de su acceso un derecho humano.
Adicionalmente a esto, creemos que es fundamental establecer prioridades de uso del agua: primero, para salvaguardar la vida de las comunidades, para la preservación y funcionamiento de los ecosistemas, para la producción de alimentos y, después, para el resto de los usos. También es importante construir una nueva institucionalidad hídrica. Una institucionalidad que ahora es corrupta y responsable de haber sobre otorgado más del 80% de las 101 cuencas en el país: lo que significa haber entregado más derechos de agua que el agua disponible en las cuencas.
Es fundamental restituir la propiedad del agua y el dominio de la tierra, y también plantear la necesidad de nuevas organizaciones de usuarios de agua. En el país, las Juntas de Vigilancia ―en el caso de aguas superficiales― o las CASUB, ―Comisiones de Agua Subterránea― se estructuran en torno a la propiedad. Es decir, el presidente de una Junta de Vigilancia es aquel personaje que tiene más acciones de agua; y en el caso de las CASUB, quien tiene más litros por segundo. Nosotros creemos que eso es completamente antidemocrático, y nos gustaría poder avanzar hacia una figura de Consejos de Cuenca. Esto significaría que no necesariamente debo tener una titularidad con respecto a un derecho de agua, sino que tengo la potestad y facultad de opinar sobre qué se hace con el agua en mi territorio. Cuando del agua depende la vida de las personas, de los vegetales, el funcionamiento de los ecosistemas y el desarrollo de las economías locales, es completamente impropio que sean los propietarios los que definan qué hacer con el agua en el territorio.
Asimismo, es primordial plantearse la reapropiación social de aquello que fue público: terminar con la propiedad privada de las sanitarias. En la práctica, las sanitarias en Chile son un coto de caza, un negocio opaco donde las empresas sanitarias financian a parte de la casta política y ofrecen sillones en sus directorios a aquellos parlamentarios que en la historia concurrieron con su voto a privatizar las sanitarias. Por ejemplo, Luis Mayol, quien fue intendente de Piñera hasta el 2018 en la Araucanía, y tiene responsabilidad política en el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca. Después de que deja la Intendencia, ahora ocupa un sillón en el directorio de Aguas Andinas, que es la sanitaria más grande del país y cuyos propietarios son el grupo Suez. Por otro lado, Guillermo Pickering, quien fue subsecretario de los gobiernos de Frei Ruiz-Tagle y de Lagos, era presidente de la empresa Essal. La sanitaria que el año pasado provocó una crisis ambiental al derramar petróleo en el principal cuerpo de agua de la ciudad de Osorno, dejando a más de cien mil personas sin agua durante once días. A esto me refiero cuando hablo del maridaje en las empresas sanitarias.
Además, hoy en Chile, pagamos las tarifas más altas de América Latina por consumir agua potable. El 89,2% de los clientes totales que consumen agua potable en el país dependen de tres grandes empresas transnacionales: el grupo Suez, Ontario Teachers y Marubeni. Las empresas transnacionales se apropiaron de las sanitarias en el primer periodo de Frei Ruiz-Tagle, a propósito de un proceso de privatización a ultranza, a fardo cerrado, de las empresas ESSAL, ESVAL, ESSBIO y EMOS. Y después, durante el gobierno de Lagos, se cambió esa figura de privatización a la de concesiones de las sanitarias por treinta años. Esto en la práctica, también es una privatización encubierta, porque al concesionar durante ese tiempo a una sanitaria parece prácticamente imposible poder recuperarla como propiedad pública. Yo diría que esos elementos son centrales en una nueva Constitución.
- Pensando en otras escalas, ¿qué papel juega la globalización en el caso de Petorca y en otros conflictos socio-ambientales, como los relacionados con la industria minera y forestal? ¿hay elementos a otras escalas que también sean importantes de tomar en cuenta?
Juega en un elemento central. En Europa hay un creciente consumo de aguacate: restaurantes temáticos, licores, farmacéuticas y desarrollo bioquímico en base al furano que tiene el cuesco de este fruto. En septiembre del año pasado estuve en Nüremberg, Alemania para recibir un premio, y después en París, invitado por la fundación France Libertés, para recibir otra distinción. Y es curioso, porque esta pregunta me la hicieron varias veces y yo les decía lo siguiente: ¿es posible que la Comunidad Económica Europea (CEE) ―que se aprecia de tener un consumidor ético, que le importa la sustentabilidad y que tiene estándares rigurosos para proteger el medio ambiente― le siga comprando paltas a productores de la provincia de Petorca que le roban el agua a las comunidades? ¿Es posible que la CEE siga soslayando la necesidad de tener mecanismos de trazabilidad sobre esta fruta que se produce en el campo y que llega a las mesas de los restaurantes gourmet? Mucha gente se quedaba pensando y me respondía: “es verdad, no somos rigurosos; nos gusta la palta y la consumimos, pero no nos preocupamos de la rastreabilidad del producto”.
Objetivamente, hay un mercado que demanda fruta, hortalizas, granos, cereales. Y los países de América Latina somos eternos proveedores de productos primarios y hortofrutícolas, sobre todo en Europa Central. Y aunque hoy está cambiando la balanza comercial hacia China, la Comunidad Económica Europea sigue siendo uno de los socios comerciales importantes de Latinoamérica y de Chile, particularmente con el aguacate. Entonces creo que sí, la globalización juega un rol bastante importante. Porque además la palta en Chile está acuñada como el oro verde: tiene buenos retornos y hay una cadena de valor que se encuentra bastante desarrollada. Pero en la práctica, lo que no es posible, es que los europeos consuman palta que proviene de territorios donde se viola sistemáticamente el derecho humano al agua o donde la producción de aguacate se encuentra vinculada al narcotráfico, como ocurre en México. Ese consumidor ético debería exigir que hubiera mecanismos de trazabilidad para verificar in situ que esa palta se ha producido de forma racional, sustentable, democrática y sin alterar un derecho humano que es esencial.
- En el caso de Petorca ¿qué ha revelado el Covid-19 como problemas y desafíos frente al agua, considerando la escasez hídrica que tienen ahora?
Yo diría que si hay algo que la pandemia ha puesto de manifiesto de manera brutal en Chile es la privatización y mercantilización de las aguas. Porque todos los salubristas a nivel mundial y todas las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalan que el lavado frecuente y continuo de manos impide el avance del Covid-19. En la provincia de Petorca, que tiene poco más de setenta mil habitantes, aproximadamente la mitad de la población depende del suministro de agua a través de camiones de aljibe, particularmente los sectores rurales de la provincia. Aquí la pregunta sería: ¿es posible que con cincuenta litros de agua por persona se pueda satisfacer la demanda de agua para bebida, para funciones fisiológicas y también para higienizarse las manos de forma continua y frecuente? Es imposible. Incluso en el escenario de pandemia, el gobierno de Piñera, a través de su Secretario Regional Ministerial de salud (Seremi) de la V Región, el 8 de abril del 2020 formuló el decreto el 456, que señalaba “aumentar la dotación de agua vía camiones de aljibe de cincuenta a cien litros de agua por persona”. Pero ocho días después, formularon un segundo decreto, el 458, que dejaba sin efecto al anterior, manteniendo la primera cantidad. Y cuando se le preguntó al Seremi de salud el porqué de la medida, dijo que de acuerdo al gobierno y a la OMS ―plagiando a esta organización― con cincuenta litros era suficiente para satisfacer todas las demandas de agua. Pero a renglón seguido lo volvieron a interpelar y finalmente declaró que tenían problemas presupuestarios.
El gobierno actual y los anteriores tienen facultad expropiatoria en un escenario de pandemia como el que estamos viviendo y ellos podrían expropiar agua. Sin embargo, no ejercen esa facultad y mantienen el mercado del agua en un escenario como el actual, que francamente es dantesco en aquellas comunidades rurales. Pero, además, también hay que decir que es completamente impropio y es un conflicto de intereses feroz que al interior del gobierno de Piñera haya un gabinete hídrico, liderado por el ministro de agricultura, Antonio Walker Prieto. Pues él y su familia tienen más de 29 mil litros por segundo, lo que equivale al suministro permanente y continuo de 14 millones de personas. El ministro es uno de los zares del agua. Y si bien tiene que cuidar el buen uso de los bienes naturales comunes ―particularmente de la tierra y del agua― y formular una política pública que preserve el rol societario de la agricultura, en la práctica lo que hace es velar por el interés privado asociado al negocio del agua.
Por tanto, hoy Petorca es conocido planetariamente como el epicentro más nítido de la violación del derecho humano al agua. Las cosas no han cambiado, no hay escurrimiento superficial del agua en los ríos desde hace ya quince años. El río Petorca entró en restricción en 1997 y el Ligua en 2004. De acuerdo con la institucionalidad, esto significa que no se pueden seguir entregando derechos de aprovechamiento de agua en esos ríos. Sin embargo, se siguen entregando. Pero, además, el negocio de los paltos sigue creciendo en otros territorios, los cerros se siguen deforestando y se sigue eliminado la flora y fauna nativa. Porque tampoco hay instrumentos de ordenamiento territorial y espacial asociados a las capacidades de uso agrícola de los suelos. Por tanto, un empresario que compra cerro puede deforestar, destruir todos los reservorios de humedad, todos los sumideros de carbono y poner paltos, pues el negocio del monocultivo ―ya sea de aguacates, uvas de mesa o carozos― no pasa por sistemas de evaluación de impacto ambiental. Simple y llanamente se echa adelante sin ningún tipo de fiscalización ni regulación.
- ¿Qué lecciones sobre el poder de las comunidades pueden dejarnos los años de lucha en Petorca?
Hemos sido muy perseverantes. Yo diría que la batalla por el agua en Chile y en el planeta, se instala con mucha fuerza desde Petorca, no obstante que también hay otros movimientos que vienen luchando desde hace mucho tiempo en este tema. De hecho, el 20 de agosto de este año, Leo Heller, Relator Especial de la ONU sobre el derecho humano al agua y el saneamiento se pronunció sobre la situación en Chile y señaló: “no es posible que en Chile la electricidad y la producción de aguacates sean más importantes que la vida de las comunidades”. Y cuando habla de la electricidad, se refiere al movimiento No Alto Maipo en la Región Metropolitana, que defiende el principal cuerpo de agua de ese territorio: el río Maipo. Y cuando habla de aguacates, se refiere a nosotros, Petorca. Por primera vez, un Relator Especial le plantea al gobierno de Piñera la necesidad de que se pronuncie sobre la necesidad de cautelar el derecho humano al agua. Y el gobierno tiene sesenta días desde el pronunciamiento de Leo Heller, para responder a ese requerimiento. Y esto ha sido fruto de la presión, del trabajo internacional que hemos desarrollado con mucha fuerza.
Hasta el año 2016 el modelo privado del agua en Chile, si bien es cierto que tenía ciertas referencias en los foros internacionales, yo diría que estalla con los reportajes internacionales. El reportaje de The Guardian, que hablaba sobre cómo los villorrios en Chile se secaban con el negocio actual; el titulado “Paltas: ¿super alimento o asesino ambiental”, de la televisión alemana; o “Lágrimas Secas de Chile”, de radio y televisión rusa. Hasta The New York Times reaccionó ante lo que señaló Leo Heller el 20 de agosto. Periódicos como El País, France-Presse y France 24 han reaccionado a la situación que ocurre en Chile y realizado sendos reportajes. Entonces creo que desde el punto de vista comunitario logramos instalar esta batalla planetariamente y hoy se conoce lo que sucede en nuestro territorio.
En términos concretos, no hemos avanzado nada, porque si bien es cierto que el régimen de Piñera tiene un compromiso abierto, manifiesto y declarado en torno al modelo privado de agua, el problema de agua en Chile tiene un contexto histórico, pues llevamos cuarenta años con esta situación. Los gobiernos anteriores se han caracterizado por un “gatopardismo” en materia de agua. Aseguraron que iban a cambiarlo todo y al final todo sigue igual; no ha habido ningún cambio estructural. La única reforma que se ha hecho al Código de Aguas, fue en 2005, en la cual se estableció el pago de multas por la no utilización de los derechos de aprovechamiento de agua. Y eso, que se pensó inicialmente como un avance, se transformó en un retroceso, porque finalmente se concentró aún más la propiedad del agua. Solo entre 2005 y 2008 se realizaron veinte mil transacciones de aprovechamiento de agua con un equivalente a 4,5 billones de dólares.
Yo diría que en materia legislativa no hemos avanzado nada. En el último periodo legislativo del 2019, que concluye en enero del 2020, se presentó en el Senado un proyecto de ley para hacer del agua un bien nacional de uso y dominio público. Veinticuatro senadores votaron a favor de ello, pero doce en contra, y se impuso el veto de la minoría porque para proyectos de esa naturaleza ―que requieren reforma constitucional― se precisa de quorum calificado; por tanto, el proyecto no prosperó. Pero curiosamente, de los doce que votaron en contra, cuatro eran propietarios de agua y participan del debate público. Entonces, en términos legislativos no se ha podido avanzar prácticamente nada, porque hay bancadas “pretorianas” del modelo privado de agua al interior del Congreso y que están ahí para obstaculizar cualquier avance.
Yo creo que nuestras ganadas son morales. Las comunidades lograron instalar el tema, pero a un costo muy alto también, en términos de censura, persecución, amenazas de muerte, migración ambiental forzada, destrucción de los identitarios culturales, territoriales y de los sitios ceremoniales. En fin, los costos han sido muy altos.
- Ayer nos enteramos sobre la propuesta de tu candidatura para la Gobernación Regional de Valparaíso. Al respecto ¿cuáles son las principales oportunidades y desafíos que implicaría la gubernatura para abordar los temas territoriales y socioambientales de la región?
Nuestra organización MODATIMA, de la cual soy vocero nacional, surge en la provincia de Petorca, aquí en la V Región. Nace como una expresión organizada de resistencia ante el despojo del agua, el monocultivo, el uso intensivo e irracional de bienes naturales y finitos, y la sobreutilización de los medios de cultivo. Durante mucho tiempo hemos batallado en este territorio, pero desde el 2016, en el que dimos un salto dialéctico, yo diría que estamos prácticamente en todo el país. MODATIMA tiene una Mesa Nacional integrada por compañeras y compañeros, que durante mucho tiempo ―y aquí voy a utilizar una metáfora futbolística― “estuvimos en la galería del estadio gritando que el árbitro era saquero, que no era imparcial”. Este año entramos en una discusión muy intensa sobre lo que se avecina: el proceso constituyente y los procesos electorales. Discutimos en torno a la necesidad de disputar y de participar de espacios de deliberación popular, pero ya de forma institucional, no como partido sino como movimiento. Y bueno, los independientes tenemos serias barreras de entrada para poder participar. Porque en un escenario de pandemia en el que vivimos, la posibilidad de presentarte como independiente en una candidatura constituyente significa recaudar firmas y llevar a los que van a firmar por ti a la notaría para que puedan patrocinar tu candidatura, lo que parece prácticamente imposible.
Dicho esto, estuvimos conversando con distintos movimientos y partidos, y en el Frente Amplio nos ofrecieron un cupo de independientes, que era lo que nos acomodaba, pues siempre dijimos que nos interesaba mantener nuestra independencia y autonomía. Tomamos la decisión de levantar candidatas a constituyentes, que van a dar dura batalla en distintos distritos. También tenemos candidatos a concejales, candidatas a alcaldesas y se planteó la posibilidad de disputar la gobernación de la V Región. Puedo decir con mucha sinceridad que mi propósito inicial era ser constituyente porque me interesaba esa batalla, pero soy un tipo disciplinado, pertenezco a una a un movimiento y en la Mesa se impuso el criterio de que debíamos disputar la gobernación regional.
Ahora, ¿por qué sí? Bueno, pues hay un montón de argumentos. En Chile existe un centralismo exacerbado que deja todo en la metrópolis. Por ejemplo, las empresas que explotan recursos naturales en territorios como el nuestro, tributan en Santiago. Entonces ahí existe una tremenda demanda para impulsar una Ley de rentas territoriales. Es importante el respeto de la democracia y las diversidades territoriales. Nosotros hace mucho tiempo hablamos de la lucha por el agua, pero también de la necesidad construir nuevos paradigmas de desarrollo a nivel regional, que armonicen la relación con la naturaleza, que prioricen el cuidado del medio ambiente, el buen uso de los bienes naturales comunes y que apunten también al buen vivir de la región.
En este proceso de descentralización lo único que se ha ganado hasta ahora es la elección de los gobernadores y la transferencia de competencias locales. Pero en el caso del ejercicio del cargo, tiene facultades muy acotadas, y por tanto se apertura un proceso de discusión que es muy relevante. Asimismo, representa una batalla épica que, en la práctica, significa devolverle la posibilidad a los territorios de ser quienes definan el derrotero de sus propios destinos. Una batalla que se encuentra indirectamente imbricada con la lucha por el agua, por la recuperación de la tierra, por terminar con las zonas de sacrificio y acabar con la privatización de los recursos y la pesca de arrastre. Hay muchos temas que están en el centro de la discusión, y por esos argumentos mis compañeros me convencieron de que había que disputar. Y lo haremos con argumentos, ideas y sueños, porque cuando estás en una disputa de esta naturaleza tienes un parlante mucho más grande.
Entrevista Maria Christina Fragkou: “Existe una negación de la multinacionalidad del territorio por parte de los gobiernos chilenos, que oscurece las distintas relaciones que tiene la población con el agua”
VerEntrevista Maria Christina Fragkou: “Existe una negación de la multinacionalidad del territorio por parte de los gobiernos chilenos, que oscurece las distintas relaciones que tiene la población con el agua”
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Maria Fragkou es Profesora Asociada en el Departamento de Geografía de la Universidad de Chile. Estudió Química en la Universidad Aristotélica de Thessaloniki (Grecia), tiene un magister en Tecnología Ambiental del Imperial College London (Reino Unido), y un doctorado en Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabaja temas socioambientales con una mirada crítica y desde la ecología política, la economía ecológica y la geografía ambiental. Sus investigaciones se centran en los procesos físico-políticos que contribuyen en la construcción de escasez en los territorios rurales y urbanos de Chile. Mediante análisis multiescalares con énfasis en el nivel doméstico, la vida cotidiana de las personas y con un enfoque de género, sus estudios apuntan a la justicia ambiental y social.
Im. Maria Fragkou
- ¿Cómo es que desde tu formación inicial en Química te interesaste en abordar temas socio ambientales a escalas más amplias, como la urbana y la territorial?
Desde pequeña tuve una fascinación por las ciencias básicas que, en conjunto con ciertas motivaciones personales e inquietudes ideológicas, me llevaron a interesarme por el tema ambiental. A través de la Química pude comprender y describir un poco más sobre cómo está conformado el mundo. Luego, con el magíster y el doctorado, mis inquietudes ya iban más allá de lo descriptivo. Usando como ejemplo el caso de la contaminación de una laguna: la Química me permitía observar y describir la existencia de ciertos metales pesados o la presencia de menos oxígeno disuelto en ella. Pero con el posgrado, ya no sólo quería comprender cómo se generaba la contaminación a nivel de moléculas o compuestos químicos, sino también entender cuáles eran otros procesos más amplios -políticos, sociales o legales- que permitían o causaban esa contaminación. Creo que este interés de los estudios moleculares a los estudios territoriales se debe en gran medida a que he podido desarrollar una mayor sensibilidad a los procesos sociopolíticos, y también a una búsqueda constante de justicia socioambiental, la cual es el motor de cada investigación que hago. Quizás por esta razón es que también encontré en la Geografía un nicho para materializar estas preocupaciones en investigaciones o propuestas más concretas.
- Parte de tu investigación se ha desarrollado en torno a la escasez hídrica y a las diferentes dimensiones de este concepto, ¿podrías comentarnos un poco más de esto y si esta comprensión multidimensional está integrada en las políticas nacionales?
Me gustaría abstraer un poco la respuesta y salir un poco de la escasez. Nuestra visión de la escasez hídrica debería ser multiescalar, multidimensional e interdisciplinar en lo posible, pero esto aplica a todos los fenómenos que existen a nuestro alrededor. No es que la escasez hídrica tenga algo en particular que requiera verla de esta forma, sino que todos los problemas socioambientales son de alta complejidad. Los procesos naturales y sociales, los rasgos culturales de la población, los intereses políticos y económicos, así como el marco legal de un país configuran las dinámicas territoriales. En consecuencia, condicionan la escasez hídrica, la contaminación atmosférica, la pérdida de biodiversidad o la pobreza energética. Por lo tanto, y como lo plantea la postura epistemológica de la Ecología política, desde la cual trabajo, considero que es importante comprender que lo social es parte del entorno natural y lo natural también es parte de lo social.
Sin embargo, esta multidimensionalidad no está incorporada en las políticas nacionales. Por un lado, porque en Chile prevalece un modelo de desarrollo basado en el extractivismo y la explotación en donde la vida humana y de los ecosistemas tiene muy poco valor. Y, por otro lado, porque existe una negación de la multinacionalidad del territorio por parte de los gobiernos chilenos, que oscurece las distintas relaciones que tiene la población con el agua. Es decir, es muy diferente la relación que tenemos nosotras como ciudadanas urbanas y clientas de Aguas Andinas, a la relación que tienen las personas que están en un Comité de agua rural, o las personas de una comunidad aymara o mapuche. Nuestra cotidianidad con del agua es muy distinta según nuestra clase social, género, etnia y carga cultural. En este sentido, considero que las políticas son profundamente inadecuadas para gestionar el agua de manera efectiva y garantizar un acceso justo y continuo a la población. Y así como se homogeniza la población, también se homogeniza el territorio, pues existe el mismo Código de Aguas y políticas tanto para territorios secos, áridos, húmedos o mediterráneos a lo largo del país.
Entonces, la escasez hídrica tiene varias dimensiones que van más allá de la sequía, que es un fenómeno físico. Puede ser socialmente construida y ser atribuida a factores políticos o burocráticos, que además de estar vinculados con la forma en que se entiende nuestra relación con el agua, también tienen que ver con cómo se entiende la propiedad o incluso los usos de suelo. Particularmente cuando los cambios de usos suelo resultan en una menor disponibilidad del recurso hídrico.
Creo que la institucionalidad chilena no está lista para lograr una gestión hídrica integral. Primero, porque ni la gestión ni la burocracia chilena son muy visionarias. Segundo, porque hay muchas empresas e intereses económicos involucrados. Tercero, porque hay muy poca transparencia. Y mientras el tejido de la vida en Chile sea tan capitalista, creo que habrá muy poco margen de acción y de cambio.
- A partir de tus estudios en el norte de Chile ¿qué podrías comentarnos de los procesos de desalinización en las experiencias locales? ¿consideras que son una alternativa sostenible para el abastecimiento futuro de los territorios?
Creo que no es posible hacer un juicio cerrado para la desalinización ni para cualquier otra tecnología. No sé si se puede decir que la desalinización o la energía nuclear son malas y que la recolección de agua de lluvia o los parques eólicos son buenos. Porque puede haber casos en que existan más conflictos con los segundos que los primeros. El impacto o el uso de las tecnologías depende de su modo de gestión, gobernanza, escala de aplicación, grado de descentralización y también de sus beneficiarios.
Yo estudié el caso de Antofagasta, que es la región con la mayor extracción de cobre en el país. A partir de un plan que inició en los años 2000 para garantizar su abastecimiento hídrico, se ha ido construyendo una planta desalinizadora con el fin de abastecer a Antofagasta y Mejillones de agua potable para consumo humano. Lo que pasa ahí es que la producción y distribución de agua desalinizada para la población permite simultáneamente que el agua fresca de la cordillera quede libre para ser vendida a la minería, a través de los derechos de agua de la única empresa sanitaria de la región: Aguas Antofagasta. Entonces, en este caso, quien gana con la desalinización del agua es la industria minera. Y si bien esto ha sucedido durante los últimos veinte años de manera muy legal y transparente -incluso desde que esta empresa era pública- el problema es que a la población nunca se le consultó si quería sustituir su abastecimiento de agua fresca con agua desalinizada. Los estudios que estamos realizando demuestran que las personas no tienen confianza en el agua desalinizada, aunque tampoco en el agua fresca, dado que tiene un historial de alta concentración en arsénico. Sin embargo, en términos de todos los parámetros organolépticos, como el sabor, olor o pesadez en el estómago, prefieren el agua fresca.
Al contrario de Antofagasta, en donde se impuso a la comunidad este cambio de fuentes de agua, se encuentra el caso de La Ligua. En esta comuna, se construyó una desalinizadora de pequeña escala, por parte de la municipalidad, en donde la población puede llenar sus botellas con agua potable y de manera gratuita, en horarios prestablecidos. De esta manera, se les está liberando del gasto de comprar agua embotellada o de esperar a los camiones de aljibe. Y aunque en estos dos ejemplos no hubo procesos de participación, en Antofagasta fue una imposición, mientras que en La Ligua es algo opcional.
En Chile, parece inevitable que se popularice la desalinización, sobre todo en lugares que son áridos, costeros y no hay precipitaciones. Hasta ahora las únicas fuentes alternativas son la reutilización de aguas grises o el agua desalinizada, y esta última es más aceptada socialmente para ser bebida. Entonces para que la desalinización pueda ser algo sostenible, y sobre todo para consumo humano, pienso que es necesario considerar varios aspectos. Por un lado, la participación de las comunidades en la gestión y las decisiones de la infraestructura hidráulica; por otro lado, el conocimiento de las fuentes del agua que utilizamos; y finalmente, la generación de una normativa de calida de agua potable para el agua desalinizada de consumo humano, puesto que la normativa actual solo considera fuentes superficiales o subterráneas de agua fresca.
- En los últimos años han surgido iniciativas sociales y académicas que buscan visibilizar el rol histórico de las mujeres en la gestión de los recursos hídricos, tanto a nivel doméstico como comunitario. ¿Por qué es importante pensar al agua desde una perspectiva de género?
Creo que es importante pensar la vida y nuestros roles en la sociedad desde el género, la etnia, la edad y clase social. Es inevitable llevar estas consideraciones en temas ambientales, porque nuestra relación con la naturaleza, así como la propiedad de sus recursos u oportunidad de su explotación, dependen en gran medida de estas características interseccionales. Por años, las mujeres y las minorías han sido marginalizadas en el reparto de los recursos naturales, en la gestión de la naturaleza y también en la oportunidad de estar en los lugares de toma de decisión en el ámbito ambiental.
Mirar el agua desde el género permite comprender el rol de las mujeres en la sociedad y sobre todo en la reproducción de la vida. La provisión de suficiente cantidad y calidad de agua ha sido parte del cuidado integral y cotidiano del cual han estado a cargo las mujeres, tanto en áreas urbanas como rurales. Desde acarrear agua, juntarla, hervirla o comprarla, el aseguramiento de este recurso ha sido cargado mayoritariamente a las mujeres. Entonces, pensar al agua desde el género permite revelar injusticias, violencias y desigualdades cotidianas que son invisibles o a las que nos hemos acostumbrado.
- Finalmente, desde la planificación urbana la dimensión hídrica pareciera centrarse en gran medida en la disposición de infraestructura y de servicios. ¿Crees que esta aproximación es suficiente para lograr una gestión del agua más sostenible, como lo sugiere la agenda internacional, o es preciso considerar otros aspectos?
Considero que para pensar el agua urbana debemos mantener una mirada multiescalar e integrada. Es decir, tener presente los diferentes niveles: el hogar, el edificio, la ciudad y las urbes en relación con su entorno. A nivel doméstico creo que es necesario incentivar el ahorro y buen uso del agua, a través de mecanismos que reduzcan el despilfarro y que proporcionen oportunidades de reutilización. Por otro lado, más allá de la conectividad de la gente al servicio de agua potable, también es importante evaluar la provisión de agua. Existen numerosas investigaciones que están abordando temas como el acceso profundo, la seguridad y justicia hídrica, los que no sólo tienen que ver con la conexión de los hogares a la red, sino también con el hecho de recibir agua en suficiente cantidad y calidad. Por ejemplo, en el norte rural de Chile, la mayoría de los hogares no tiene un abasto continuo de agua en el día o no cuenta con la suficiente presión para poner a funcionar la lavadora o el calefont. Entonces, también es importante considerar otros aspectos, además de la expansión de la infraestructura hídrica y su conexión a ésta.
A nivel de edificio, se pueden encontrar oportunidades de reciclaje o aprovechamiento de agua de lluvia según el clima de la ciudad. A escala ciudad, el diseño urbano sensible al agua es primordial para controlar los flujos de agua pluvial: ya sea para aprovechar este recurso o para evitar inundaciones; por ejemplo, a través de la conducción de aguas pluviales a parques diseñados como recipientes. En esta escala, también es fundamental la reutilización de aguas grises. Incluso hay esfuerzos a nivel nacional para generar una nueva normativa al respecto, lo que es muy importante dado que en algunos años podría ser una fuente alternativa al agua fresca, sobre todo en áreas desérticas.
Finalmente, hay que pensar la ciudad no sólo en su interior, en su infraestructura o conectividad, sino también como parte de un ecosistema más amplio. La ciudad es un organismo que forma parte inherente del territorio y la naturaleza, y para sobrevivir debe estar alineado con su entorno. Por ello, es importante considerar los recursos naturales disponibles, así como el cuidado y gestión integrada de las cuencas y de todas las fuentes de agua que existen desde la cordillera hasta la costa. Asimismo, deben tomarse en cuenta todos los usos de agua que se hacen alrededor de las ciudades, como lo es la actividad agrícola y que es fundamental para alimentar a la población. Es decir, pensar el territorio a través de los nexos urbano-rurales puede garantizar una mayor sustentabilidad del agua y de las mismas ciudades en el tiempo.
El Humedal actor-actuado: El caso del Humedal Las Salinas de Huentelauquén
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Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Caleb Yunis Lizana, Antropólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile; Estudiante de Magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad Alberto Hurtado. Asistente de investigación del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR)]
Resumen:
Frente a un contexto de ‘megasequía’ nacional, los modos de vida campesinos basados en la agricultura se han visto seriamente amenazados, dada la disminución de las capacidades de regadío y alimentación del ganado. Huentelauquén, una localidad rural que organiza su territorio de manera comunitaria a través de la representación de su Comunidad Agrícola ha sido una de las tantas afectadas por esta problemática. Para poder mantenerse en la localidad, los comuneros se plantean como estrategia adaptativa el recurrir al Humedal ‘Las Salinas de Huentelauquén’ y su nombramiento como Sitio Ramsar como foco que permitirá generar una nueva oferta turística. De esa manera, como requisito la Comunidad debe transformar sus modos de relacionarse con el Humedal siguiendo los criterios de la Convención Ramsar. En esta columna, reflexionamos que dichas transformaciones se pueden entender en términos del concepto de actor-actuado ya que nos permite comprender cómo tanto el Humedal como la Comunidad se co-construyen mutuamente de manera fluida y relacional.
Palabras clave: Humedal; Comunidad Agrícola; Actor-actuado.
Im. 1. Humedal Las Salinas de Huentelauquén. Fuente: Elaboración propia
Durante más de 10 años, en Chile hemos sido testigos de una desoladora ‘megasequía’, la que ha sido especialmente devastadora para el sector rural del país al verse mermada la capacidad de regadío de los cultivos y la alimentación del ganado (Paúl, 2019). Este tipo de crisis ejemplifican cómo nuestros modos de vida son construidos desde una miríada de interconexiones con otros fenómenos, eventos y actores. En ese sentido, conceptos como el actor-actuado que desarrollan Law & Mol (2008) nos invitan a visibilizar y analizar de qué maneras se constituyen estas relaciones. Dicha noción nos muestra cómo las entidades- sean humanas o no humanas- se co-construyen en sus acciones y en los múltiples modos por los cuales permiten ser actuados por otros. Al pensar desde esta perspectiva, nuestros análisis y visiones respecto a las relaciones que tenemos con el medioambiente se transforman, volviéndose más simétricas. Es decir, nos invita no solo a preguntarnos cómo debemos actuar frente a éste, sino que también a cómo somos actuados nosotros mismos en esta relación. Para poder comprender mejor este punto, mostraremos el caso de Huentelauquén, una de las múltiples localidades afectadas por la ‘megasequía’.
Ubicada en comuna de Canela, en la IV región de Chile y dividida en sectores norte y sur por el río Choapa, la mayor parte del terreno de esta localidad es propiedad de la Comunidad Agrícola de Huentelauquén, entidad que agrupa y representa a los comuneros o personas titulares que tienen derecho a ocupar, explotar y/o cultivar las tierras (Ley de Comunidades Agrícolas, 1968). En ese sentido, este tipo de instituciones han sido comprendidas como sistemas de resiliencia humana que permiten que sus miembros puedan, solidariamente, adaptarse frente a las presiones medioambientales, escasez hídrica y a la disminución y envejecimiento de su población producida por la migración campo-ciudad de sus integrantes más jóvenes (Alexander, 2008). De esa manera, los comuneros pueden mantener un estilo de vida campesino a través de prácticas y estrategias colaborativas.
Dichas estrategias han sido minadas por la ‘megasequía’, viéndose en la reducción de sus capacidades de cultivo y crianza de animales, y obligando a que dirijan sus recursos a otras medidas de emergencia, como la compra de fardos de pasto para alimentar al ganado y a proyectos estatales que les permitan construir un estanque para acumular agua. Frente a este panorama, han emergido sentimientos de desesperanza entre los comuneros respecto a poder mantener un estilo de vida campesino, quedando en jaque su permanencia en la localidad.
Sin embargo, la Comunidad Agrícola se ha planteado otra estrategia para que sus comuneros y vecinos puedan subsistir en la localidad: recurrir al humedal ‘Las Salinas de Huentelauquén’, ubicado en las tierras de la Comunidad y declarado el año 2015 como Sitio Ramsar[1], como eje central que les permitirá generar una atractiva oferta turística[2]. Con ello en mente, los vecinos de Huentelauquén tienen grandes expectativas en poder establecer diversos emprendimientos en un futuro cercano, tales como alojamiento, alimentación típica de la zona, artesanías, experiencias de vida campesina, visitas guiadas, entre otros. Dichos negocios irían acompañados de la implementación de infraestructura básica que les permita asegurar ciertas comodidades y seguridad para sus visitantes como senderos, señaléticas, baños públicos, espacios de reciclaje, etc.
Ahora bien, como parte de esta nueva estrategia, la Comunidad debe dar un paso previo: elaborar un Plan de Manejo del Humedal que considere la voz de los huentelauquinos, a expertos en medio ambiente y al municipio de Canela. En palabras de uno de los comuneros encargados de coordinar la elaboración de este Plan, esperan que este proceso “(…) nos de pistas para lo que viene, para el desarrollo ya de un plan de negocios que la gente pueda recibir renta por su Humedal, digamos. Sin afectarlo, por cierto. Que sea un turismo sustentable, 100% digamos.”
En este sentido, como parte de esta estrategia, la Comunidad huentelauquina debe transformar sus modos de relacionarse con el Humedal, siguiendo los criterios y recomendaciones provenientes desde la Convención Ramsar. Ello se manifestaría en la protección de su flora y fauna, prohibiendo la caza, regularizando la quema de excedentes de cosecha en su cercanía y educación de la población y visitantes. Simultáneamente, la oportunidad que brinda el Humedal ha permitido que parte de los comuneros puedan repensar sus relaciones mutuas y apuntar hacia una mayor participación en las actividades y deberes comunitarios.
Es en estas transformaciones de las interrelaciones entre la Comunidad y el Humedal que podemos entenderlos como actores-actuados que se encuentran interrelacionados de manera simétrica, sin una dominación de uno por sobre otro, co-construyéndose constantemente; es decir, el Humedal y la Comunidad son actuados y actúan en sus relaciones (Law & Mol, 2008). De esta manera, es posible comprender las múltiples relaciones descritas bajo la etiqueta de ‘protección del Humedal’, dando cuenta de cómo el Humedal y la Comunidad actúan y son actuados en dichos términos.
Por una parte, podemos ver que la Comunidad actúa para proteger al Humedal, su territorio, agua y habitantes, siguiendo los criterios de expertos y la Convención Ramsar; de manera inversa, se puede decir que el Humedal es actuado como un protegido por la Comunidad y sus acciones. Por otra parte, simultáneamente, el Humedal actúa como protector de la Comunidad al ser actuado como una entidad reconocida internacionalmente y que es atractiva turísticamente; en ese sentido, la Comunidad es actuada por la protección del Humedal, permitiéndoles establecer una estrategia adaptativa a la sequía, basada en una transformación de sus actividades hacia el emprendimiento turístico sustentable.
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Referencias bibliográficas
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Alexander, W. (2008). Resiliency in Hostile Environments. A Comunidad Agrícola in Chile’s Norte Chico. Bethlehem: Lehigh University Press.
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Law, J., & Mol, A. (2008). El actor-actuado: La oveja de la Cumbria en 2001. Política y Sociedad, 45(3), 75-92. Obtenido de https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/view/POSO0808330075A
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Paúl, F. (11 de Octubre de 2019). «Megasequía» en Chile: las catastróficas consecuencias de la mayor crisis del agua de los últimos 50 años. Recuperado el 10 de Septiembre de 2020, de BBC Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49825857
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(2016). Introducción a la convención sobre los humedales. Gland: Secretaría de la Convención de Ramsar. Obtenido de https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/handbook1_5ed_introductiontoconvention_s_final.pdf
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Zuleta, C., & Piñones, C. (2014). Propuesta de conservación Sitio Ramsar. Las Salinas de Huentelauquén. La Serena: Universidad de La Serena. Obtenido de https://www.researchgate.net/publication/283333200_Ficha_Informativa_de_los_Humedales_de_Ramsar_FIR_Las_Salinas_de_Huentelauquen
Notas:
[1] Categoría establecida por el tratado intergubernamental denominado Convención sobre los Humedales, del año 1971 y firmado en la ciudad iraní de Ramsar. Este acuerdo, al que Chile está suscrito desde el año 1981, compromete a los países firmantes a la conservación y uso racional de los humedales reconocidos como Sitio Ramsar en todos sus aspectos mediante acciones locales y nacionales que contribuyan al desarrollo sustentable (Ramsar, 2016).
[2] El Sitio Ramsar referido abarca una superficie de 2.772 hectáreas y contempla la desembocadura del río Choapa, playas, sistemas dunarios y quebradas litorales (Zuleta & Piñones, 2014).
“Conservación de la biodiversidad urbana en ciudades intermedias: Hacia modelos locales de desarrollo sostenible como respuesta a la crisis planetaria”
Ver“Conservación de la biodiversidad urbana en ciudades intermedias: Hacia modelos locales de desarrollo sostenible como respuesta a la crisis planetaria”
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Adrián Fernandez, geógrafo, Encargado de Diseño e Impacto, Fundación Legado Chile; Tomás Gárate, arquitecto, Jefe de Programas de Conservación, Fundación Legado Chile]
Resumen:
En el contexto de urbanización planetaria, cambio climático y pérdida de biodiversidad, los humedales urbanos -a través de sus múltiples contribuciones al bienestar humano- tienen un gran potencial para mejorar la calidad de vida urbana y el funcionamiento de las ciudades. Fundación Legado Chile lleva 4 años impulsando un proceso de puesta en valor y recuperación de humedales urbanos de la ciudad de Llanquihue, mediante una metodología participativa de planificación para la conservación de la biodiversidad, basada en un proceso dinámico y adaptativo. En el proceso, se han sumado voluntades de diversos actores de locales de la comuna, región y nación, implementando estrategias para abordar un amplio espectro de temáticas socioambientales que atraviesan los humedales urbanos.
Palabras clave: ciudades, humedales, conservación
Los desafíos socioambientales de la urbanización planetaria
América Latina y El Caribe es considerada como la región más urbanizada del planeta, ya que sus centros urbanos concentran a más del 80% de su población (Steiniger et al. 2020). Por lo tanto, el crecimiento, la gestión y la planificación de sus ciudades significan un foco prioritario y urgente para responder a los objetivos de desarrollo sostenible hacia el 2030[1]. Como resultado de esta transformación global, nuestra sociedad está enfrentando desafíos inéditos: la reducción de la pobreza y la desigualidad, la redefinición de los sistemas institucionales, económicos y democráticos, la crisis climática y la pérdida de la biodiversidad, entre muchos otros. Para Fundación Legado Chile, organización no gubernamental y sin fines de lucro fundada en 2014, estos últimos 2 desafíos cobran especial relevancia, al actuar como condiciones habilitantes necesarias para la agenda de desarrollo sostenible hacia el 2030. El régimen climático planetario presente en los últimos 10.000 años se encuentra críticamente desestabilizado por la actividad industrializada y globalizada del Antropoceno. Con tasas de reducción de poblaciones silvestres y extinción de especies sin precedentes, estamos poniendo en jaque el funcionamiento biofísico de los ecosistemas y, por lo tanto, la viabilidad de nuestra especie.
Los humedales como oportunidad para impulsar el bienestar humano en la ciudad
Como respuesta local a este desafío, Fundación Legado Chile busca impulsar proyectos de conservación de la biodiversidad que contribuyan al bienestar de personas y comunidades en Chile. Precisamente, las ciudades concentran las mayores necesidades sociales, la mayor desconexión de sus habitantes con la naturaleza y al mismo tiempo, son responsables de grandes impactos medioambientales y ecológicos. En Chile, las ciudades han experimentado drásticas transformaciones espaciales, crecimiento demográfico y cambios en el uso del suelo. Como parte de este fenómeno, tradicionalmente ha existido escasa sensibilidad hacia las contribuciones estéticas, espirituales y funcionales de la naturaleza a las ciudades, alejando -espacial y conceptualmente- la naturaleza de la vida cotidiana de los habitantes urbanos. Si bien la noción de sustentabilidad y la importancia de conservar la naturaleza han permeado en el subconsciente colectivo en las últimas décadas, plasmar tangiblemente estas nociones en la estructura, forma y funcionamiento de las urbes chilenas es aún un enorme desafío.
Im1. Parque Humedal Baquedano. Fuente: Fundación Legado Chile
En este contexto, los espacios ocupados por el agua significan una importante oportunidad para la reincorporación de la naturaleza a la vida cotidiana de la población urbana y para la restauración de funciones ecológicas clave. Como parte de estos espacios se reconoce a los humedales, ecosistemas que se cuentan entre los más biodiversos y productivos del planeta. Al mismo tiempo, estos contribuyen de múltiples maneras al bienestar humano, siendo pilares fundamentales para la resiliencia y sostenibilidad de los asentamientos urbanos. Sin embargo, se estima que desde el siglo XVIII se han perdido el 87% de los humedales del mundo, y solo entre el siglo XX y el XXI se han perdido el 64% (Davidson, 2014). Las ciudades son parte de esta tendencia, ya que en estas los humedales han sido considerados como espacios residuales e improductivos, siendo masivamente drenados y rellenados para su urbanización.
La ciudad de Llanquihue: construyendo una agenda de conservación socioecológica de espacios del agua
La ciudad de Llanquihue (14.072 habitantes), región de Los Lagos, Chile, se encuentra en un contexto hidrológico deslumbrante: emplazada a orillas del lago Llanquihue, el segundo más grande del país, la ciudad es atravesada por el nacimiento del río Maullín, Santuario de la Naturaleza y un corredor biológico de 85 kilómetros de largo, que alberga el principal remanente de bosque pantanoso en la depresión intermedia del país. Asociados a estos dos cuerpos de agua, la ciudad presenta un complejo sistema de humedales y cauces urbanos, que en total suman 80 hectáreas de espacios naturales. Estos espacios albergan una gran diversidad de aves, además de poblaciones de anfibios y mamíferos acuáticos al interior de la ciudad. No obstante, el crecimiento urbano de Llanquihue en las últimas décadas ha empobrecido múltiples aspectos de su funcionamiento hidrológico y ecológico, perdiendo muchos de los beneficios que los sistemas naturales entregaban a la comunidad local. De hecho, desde 1962 se ha perdido 47,5% de la superficie original de humedales. Esta superficie ha sido reemplazada por densas viviendas sociales, con espacios públicos mínimos y sin respeto por la naturaleza preexistente, reproduciendo el modelo de urbanización que se ha implementado en todo Chile en los últimos 30 años.
Dada esta realidad, Fundación Legado Chile y la Ilustre Municipalidad de Llanquihue han impulsado desde hace 4 años un proceso participativo para la recuperación de los espacios del agua, con diversos actores comunitarios, gubernamentales y privados del territorio. Este ha sustentado la elaboración del Plan de Conservación “Llanquihue, ciudad de humedales”. Esta planificación estratégica se desarrolló en base a los Estándares de Conservación, metodología de planificación de programas de conservación basada en un proceso dinámico y adaptativo de cinco etapas (evaluar, planificar, implementar, analizar, y compartir). Como primer hito del proceso participativo, que ha involucrado a más de 500 asistentes en 29 sesiones desde 2016 a la fecha, se definió como (1) visión futura para la ciudad “un Llanquihue donde la naturaleza y los espacios del agua prosperan, gracias a la participación transversal de una comunidad activa en torno a la protección de su patrimonio natural y cultural”. A partir de esta imagen objetivo, se identificaron (2) objetos de conservación biológica, los cuales buscan representar a los principales ecosistemas, especies y procesos ecológicos del territorio. Para el caso de Llanquihue, incluimos los distintos elementos de la red hidrológica de la ciudad: Vegas, Lagunas, Bosques pantanosos (hualves), Río, Quebradas, Esteros y las riberas del lago Llanquihue. Para determinar el estado de salud de estos ecosistemas a lo largo del tiempo (y por tanto la efectividad de las medidas de conservación) se establecieron (3) Atributos Ecológicos Clave e Indicadores de Viabilidad Ecológica que nos permitirán ir evaluando la evolución de la salud ecosistémica en el tiempo. Algunos de estos atributos son: calidad de agua, monitoreada mediante un indicador multiparámetro fisicoquímicos; Fauna, medida como riqueza de especies de distintas taxas; la superficie de los ecosistemas y la cobertura y riqueza de vegetación nativa.
Im 2. Participación de la comunidad en la restauración de humedales urbanos de Llanquihue. Fuente: Fundación Legado Chile.
Por otra parte, en atención al contexto urbano en el cual opera el plan, resultó fundamental acordar (4) objetivos de bienestar humano, los cuales se verán afectados por la conservación y restauración de la red de humedales urbanos: las identidades culturales y espirituales asociadas a los espacios del agua; la salud mental de las comunidades locales; la educación para la sustentabilidad basada en la comprensión del entorno inmediato; el desarrollo económico local a partir del patrimonio natural y el turismo sostenible; y la mitigación frente al cambio climático y eventos meteorológicos extremos.
Los distintos objetos de conservación y objetivos de bienestar humano se encuentran gravemente afectados por ciertas conductas antrópicas propias de un entorno urbano, también definidas como (5) amenazas. En Llanquihue se identificaron 7, las cuales se jerarquizaron en orden de importancia en base a su alcance geográfico, severidad e irreversibilidad. Las amenazas son (en orden decreciente de importancia): relleno de humedales y modificaciones de cauces; tala ilegal de vegetación riparia; vertimiento de aguas servidas; presencia de especies exóticas invasoras de flora y fauna; contaminación difusa movilizada por aguas lluvias; vertimiento de residuos industriales líquidos y disposición de residuos sólidos domiciliarios y voluminosos.
Para abordar dichas amenazas se desarrolló una Teoría de Cambio, que integra 14 (6) estrategias de conservación en un plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo. A la fecha se han implementado múltiples estrategias habilitantes, las cuales tienen por objetivo aminorar factores sociales, económicos o políticos que estén a la base de una o más amenazas. Entre estas se encuentran la implementación de planes de educación socioambiental con escuelas públicas y privadas de la ciudad, para la comprensión y el monitoreo interescolar de los humedales. También hemos ejecutado programas de capacitación para emprendedores turísticos locales, orientado a la generación de capacidades en Turismo de Intereses Especiales basado en la naturaleza.
Como estrategias de conservación, actualmente se está trabajando en un piloto de eficiencia energética domiciliaria que busca disminuir el consumo de leña nativa no regulada. En términos de planificación y diseño urbano, se está implementando un Sistema de Infraestructura Verde Urbana, en conjunto al Magister de Arquitectura del Paisaje UC. Este busca activar espacios naturales en su condición de espacio público mediante una red de parques urbanos que aumentará de 2,9 a 48 metros cuadrados de área verde por habitante. A la fecha se ha construido el parque el humedal Baquedano (2018) y el circuito patrimonial Camina Llanquihue (2020), con 31 hitos patrimoniales naturales, culturales e identitarios. Por último, se confirmó la construcción de otros dos parques-humedales, significando una inversión total de $800 millones de pesos a la comuna. Como parte de este sistema, se está diseñando un plan de drenaje urbano sostenible, que busca demostrar el potencial de los humedales como solución basada en la naturaleza a la gestión de aguas urbanas, uno de los principales problemas urbanos en la macrozona sur de Chile. Por último, estamos ejecutando un plan de restauración ecológica comunitaria, mejorando directamente el estado de conservación de los humedales. Junto a vecinas, vecinos y la municipalidad, hemos retirado cerca de 300 toneladas de escombros y residuos desde los humedales, además de plantar cerca de 500 individuos de especies nativas en las últimas dos temporadas.
Im3. Ciudad de Llanquihue y el nacimiento del río Maullín. Fuente: Fundación Legado Chile
Conclusiones y reflexiones finales
Las diversas iniciativas ejecutadas por Fundación Legado Chile en el marco del Plan de Conservación “Llanquihue, ciudad de humedales” responden a una comprensión de los humedales de Llanquihue como objetos de conservación dentro de sistemas socioecológicos complejos. En las ciudades se superponen y retroalimentan los elementos físicos y bióticos con las concepciones culturales, marcos institucionales, prácticas cotidianas y necesidades de los habitantes.
A lo largo de estos cuatro años, los humedales urbanos de Llanquihue se han ido posicionando en el imaginario colectivo de los habitantes de la ciudad y de un contexto regional mayor. No se trata solo de la transformación de las concepciones de estos espacios específicos, transitando de sitios baldíos y microbasurales a parques-humedales y refugios de biodiversidad. Más aún, son los propios imaginarios de la ciudad como tal los que se han visto resignificados, desde una identidad netamente industrial, al de una “ciudad de humedales” con riqueza natural y atractivo turístico.
De entre los numerosos aprendizajes a lo largo de estos cuatro breves e intensos años, destacamos la importancia de generar vínculos de confianza con los distintos actores del territorio, partiendo por los vecinos, y habitantes, así como el cuerpo de funcionarios municipales y de organismos públicos estatales, además de actores privados. Para ello, resulta clave la presencia constante en el territorio. Finalmente, la aplicación de estándares que permitan planificar, sistematizar y democratizar la práctica de la conservación en contextos sociales y políticos complejos como una ciudad, involucrando explícitamente el bienestar humano de sus comunidades en las estrategias de conservación y restauración ecológica.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Banco Interamericano de Desarrollo. (2020, junio). Bases generales para el desarrollo de estudios de reducción de riesgos hidroclimáticos en ciudades: lecciones aprendidas de la iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles ante el reto del cambio climático en Latinoamérica y el Caribe (N.o 771). https://doi.org/10.18235/0002128
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Steiniger, S., Wagemann, E., de la Barrera, F., Molinos-Senante, M., Villegas, R., de la Fuente, H., Vives, A., Arce, G., Herrera, J.-C., Carrasco, J.-A., Pastén, P. A., Muñoz, J.-C., & Barton, J. R. (2020). Localising urban sustainability indicators: The CEDEUS indicator set, and lessons from an expert-driven process. Cities, 101, 102683. https://doi.org/10.1016/j.cities.2020.102683
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Davidson, N. C. (2014). How much wetland has the world lost? Long-term and recent trends in global wetland area. Marine and Freshwater Research, 65(10), 934. https://doi.org/10.1071/mf14173
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Ilustre Municipalidad de Llanquihue. (2019, enero). Plan de Desarrollo Comunal Llanquihue 2019 – 2022. S/N.
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Conservation Measures Partnership. (2020). Open Standards for the Practice of Conservation. https://cmp-openstandards.org/wp-content/uploads/2020/07/CMP-Open-Standards-for-the-Practice-of-Conservation-v4.0.pdf
Notas:
[1] García,E., Suárez, G., Esquivel, M., Ruiz, A., Zuloaga, D., Chevalier, O. (2019). Bases generales para el desarrollo de estudios de reducción de riesgos hidroclimáticos en ciudades: lecciones aprendidas de la iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles ante el reto del cambio climático en Latinoamérica y el Caribe /. p. cm. — (Monografía del BID ; 771)
Construcción de políticas públicas en relación al agua de la provincia Neuquén. Procesos participativos generados a partir de la ley de alerta hídrica ambiental
VerConstrucción de políticas públicas en relación al agua de la provincia Neuquén. Procesos participativos generados a partir de la ley de alerta hídrica ambiental
Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Anahí Membribe, Profesora en Geografía. Universidad Nacional del Comahue;
Germán Gabriel Perez, Doctor en Geografía graduado en la Universidad Nacional de La Plata; Miriam Ambrosio, licenciada en Geografía. Universidad Nacional del Comahue. Especialista en Desarrollo Territorial. Universidad Politécnica de Valencia]
Resumen:
El presente artículo intenta demostrar los avances generados en cuanto a la protección de los recursos hídricos a partir de la sanción de la Ley 3076/17 y la posterior conformación del Comité de Alerta Hídrico de la provincia del Neuquén, República Argentina. Se destacan en esto los avances logrados en cuanto a la participación ciudadana y el aporte activo de los diferentes actores y sectores que componen el Comité.
Palabras Clave: Agua, Participación, Políticas Públicas
Origen y puesta en marcha de la normativa
Una serie de demandas ciudadanas en relación a situaciones de contaminación en los cursos de agua en el área más urbanizada de la región patagónica, fue el punto de partida desde donde se comenzó a gestar la Ley 3076/17 que declara el Alerta Hídrico-Ambiental en los cursos y cuerpos de agua, y acuíferos existentes en la Provincia del Neuquén, Patagonia Argentina. Desde su sanción, y posterior reglamentación en 2018, se comenzó a trabajar en la conformación de un Comité de Alerta Hídrico Ambiental (CAHiA) integrado por representantes designados tanto por organismos gubernamentales asociados al uso, manejo y gestión del agua a nivel provincial e interprovincial; como por representantes legislativos y de organizaciones de la sociedad civil.
Las características del trabajo realizado por el comité que se tratarán en los siguientes párrafos responden a la participación de los autores de este artículo en sus labores de acompañamiento y asesoramiento científico-metodológico realizado durante el año 2019 en el marco de la elaboración de un Plan Estratégico Hídrico-Ambiental Provincial (PEHiA), el cual tiene como objetivo instrumentar el uso y aprovechamiento del agua en la provincia con un enfoque de manejo y gestión integral de cuencas desde una visión intercultural e intersectorial.
El comité de alerta hídrico ambiental y sus funciones
La iniciativa y accionar de un colectivo social preocupados por la contaminación de los ríos de la provincia de Neuquén, marca un puntapié a partir del cual se inicia un proceso de reclamos ante las máximas autoridades gubernamentales que permitió el tratamiento y la posterior aprobación de la normativa de Alerta Hídrico Ambiental. Desde el inicio, las organizaciones sociales vinculadas a las problemáticas ambientales y los representantes del poder legislativo, comienzan a elaborar un proyecto de ley para la creación de un comité de articulación multisectorial encargado de definir, identificar y prevenir situaciones conflictivas en relación al uso y manejo del agua en la región. Se crea así el CAHiA que inicia su funcionamiento en el año 2018, una vez reglamentada la Ley. Cada uno de los actores sociales que lo conforman, asumen su representatividad, que por reglamento les otorga voz y voto en igualdad de condiciones.
El comité inicia la discusión y análisis en relación a las diferentes acciones vinculadas al aprovechamiento y vertido de aguas de las actividades económicas y humanas en todo el territorio provincial. Asumiendo el compromiso formal de elaborar el PEHiA constituyéndose en un ejemplo de co-construcción de una política pública participativa y del accionar y control de dichas políticas.
- Avances en las estrategias de participación del Comité.
Desde febrero de 2019 se comienza el trabajo con un equipo consultor cuya principal función fue la de realizar un acompañamiento metodológico en las actividades a cargo del Comité. Desde ese lugar se proponen algunas fases metodológicas más que organizaron el trabajo a lo largo del año (imagen 2).
Im2. Fases metodológicas de trabajo propuestas en marzo 2019
A partir de diferentes talleres y actividades realizadas durante las reuniones de comité se avanzó en la construcción en conjunto de los principales componentes del Plan como la visión y misión, Las secciones del plan y una serie de objetivos generales entre los que se destacan los siguientes:
- Establecer un diagnóstico sobre el estado actual de los cursos, acuíferos y cuerpos de agua de la provincia incorporando los aspectos conflictivos o problemas vinculados a esto, con el fin de construir líneas de acción dentro del plan.
- Recomendar acciones o pasos a seguir dirigidos tanto al funcionamiento del comité como a organismos y organizaciones en general, en pos de mantener o mejorar las condiciones ambientales de los cursos, acuíferos y cuerpos de agua de la provincia.
Un trabajo que se realizó paralelamente fue el de estudio y selección de los indicadores que mejor se adecuaran a los objetivos de la Ley y del Plan. Esto se realizó a partir de reuniones de de una comisión de indicadores cuyo principal objetivo era el de seleccionar información y proponer indicadores ambientales que se ajusten a las acciones presentadas en la ley. Luego de varias reuniones con la participación de especialistas regionales en diversas temáticas ambientales se fue avanzando en agrupamientos de indicadores de Presión Estado y Respuesta, recomendados por la OCDE para el abordaje de problemas vinculados al agua. Las actividades más destacadas que se presentan como novedosas en el marco de todo el proyecto son las formas en la que se piensa la participación ciudadana. La misma, como se demostró en las fases 5 y 7 de la metodología propuesta, están enfocadas en la consulta consenso y retroalimentación a partir de la vinculación con diversos actores.
Durante el año 2019 se avanzó en la organización y efectivización de instancias de participación tanto con actores sociales de diversas regiones como con organismos y gobernantes de los municipios de la provincia. Se busca así lograr una vinculación con los sectores más diversos involucrados en la temática del agua a escalas diversas a partir de distintos niveles de participación (imagen 3)
Im3: Niveles de participación efectivizados en el marco del CAHiA.
Una de las actividades que más enriquecieron la visión del comité y el diagnóstico inicial fue la realización de talleres de participación comunitaria denominados mesas regionales. Las mesas regionales configuraron una instancia de participación ciudadana en un estadio temprano de la construcción del Plan. A diferencia de otros procesos aquí el diagnóstico inicia con la participación. Se resalta la importancia de estas instancias no solo para dar la posibilidad a la comunidad de plantear las situaciones conflictivas, sino también exponer las respuestas propositivas y/o soluciones concretas. En total las mesas lograron reunir la opinión, comentarios y sugerencias de 206 personas, agrupadas en una zonificación previamente establecida del territorio de la provincia (Este, Centro, Sur y Norte).
Im4: Actores sociales participantes en las convocatorias.
El siguiente mapa general (Imagen 5) muestra brevemente el nivel de participación por localidad.
Im5: Nivel de participación en las Mesas Regionales por localidad.
Es indiscutible que las localidades donde se realizan las mesas logran una mayor participación ciudadana, sin embargo, la representatividad territorial por zona ha sido amplia. En cada mesa se recogió a partir de planillas tanto la percepción de los problemas vinculados al agua de los participantes como las posibles soluciones y actores identificados en las situaciones conflictivas (imagen 6).
Im6. Mesa regional participativa Zona Sur, realizada en la localidad de Junín de los Andes.
Reflexiones
El proceso, hoy paralizado por el contexto de pandemia, llevado adelante por el comité demuestra un ejemplo de política pública de participación amplia y diversa, con asistencia técnica-científica. No sólo en los momentos de finalización del plan sino durante todo el proceso de construcción de este y de la ley, en los cuales además se identifica una construcción conjunta de las actividades propuestas.
Creemos que el plan y el comité tiene grandes posibilidades de lograr efectos positivos sobre el territorio y sobre el uso y manejo del agua, con un nivel de consenso amplio.
Ley de Humedales Urbanos, una oportunidad para planificar ciudades más sustentables
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Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Dra. Carolina Rojas Quezada; Profesora Asociada Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC; Investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable CEDEUS]
Resumen:
La promulgada Ley de protección de humedales urbanos durante el 2020, se encuentra a la espera de la toma de razón de su reglamento por Contraloría para estar completamente operativa. Esta ley, la primera que cambia el enfoque de la Ley de Bases de Medio Ambiente, pone el foco en el ecosistema y no en la tipología de proyecto de inversión, además tiene un impacto directo en planificación urbana, modificando la Ley de Urbanismo y Construcciones, dando una nueva oportunidad a los humedales localizados en ciudades que usualmente son rellenados, construidos y presionados por proyectos de viviendas e infraestructuras de transporte. La Ley en uno de sus artículos exige el reconociendo de los instrumentos de planificación territorial como zonas de valor natural, además mediante un reglamento expedido por el Ministerio de Medio Ambiente se definen los criterios mínimos de sustentabilidad que permitirán regular el uso racional de más de 500 mil hectáreas de humedales que aún permanecen en la ciudades de todo Chile, ofreciendo una herramienta de protección más acorde a los desafíos de sustentabilidad y cambio climático que enfrentamos.
Palabras clave: Ley, Humedales Urbanos, Planificación Urbana, Protección, Sustentabilidad.
Vivimos en ciudades que no han respetado, ni valorado la naturaleza en su desarrollo, uno de sus máximos valores naturales son los humedales, reconocidos como grandes aliados ante el cambio climático. Los “humedales urbanos” son ecosistemas únicos que favorecen el equilibrio ecológico y el ciclo hidrológico de la ciudad, sin embargo han sido muy maltratados en las últimas décadas; tanto que en Chile y Latinoamérica están desapareciendo. Actualmente, nuestro continente lidera su pérdida mundial debido al aumento de la urbanización y la erosión costera, también a la deficiente y débil planificación, incluyendo la gobernanza urbana, que en muchas ocasiones no es coherente con los valores ambientales y con la protección de áreas de biodiversidad urbana por falta de instrumentos con una adecuada zonificación o por exceso de los mismos; que incluso en territorios con figuras legales de protección no impiden el avance de diversas presiones y amenazas como los proyectos inmobiliarios y las infraestructuras de transporte.
En Chile, el pasado jueves 23 de enero de 2020, celebramos con mucho entusiasmo y esperanza la promulgación de la inédita Ley de Protección de Humedales Urbanos, liderada por el Senador Alfonso de Urresti, la primera que pone énfasis en protegerlos y conservarlos, y la primera que cambia el enfoque de la Ley de Bases de Medio Ambiente, poniendo el foco en el ecosistema y no en la tipología de proyecto de inversión.
Estos ecosistemas, a pesar de estar muy intervenidos, proporcionan muchos beneficios ambientales como la mitigación de inundaciones, la protección ante la erosión costera, el hábitat para diversas especies, la amortiguación de islas de calor y el secuestro de carbono entre otros. No obstante, en la ciudad tienen la particularidad de haber sido y estar siendo rellenados, secados y alterados; además de ser absolutamente, solo con algunas excepciones, desaprovechados como espacios abiertos, ante los claros déficits de áreas verdes que hay en el país, e ignorados como oportunidades para incrementar la resiliencia para enfrentar el aumento de inundaciones, marejadas u otros desastres en las ciudades chilenas.
Esta Ley es pionera en Chile y en Latinoamérica al definir un “humedal urbano” y asociarlo a estar ubicados total o parcialmente dentro de los límites que establece un instrumento de planificación territorial como un Plan Regulador. En muchas ocasiones, y cuesta creerlo, el instrumento de planificación territorial era la gran traba para proteger un espacio de este tipo, ya que no tenía las competencias y/o habían reiteradamente zonificados humedales como áreas de expansión urbana o de desarrollo industrial entre otras. Ejemplos encontramos muchos; la construcción de proyecto inmobiliario en zona de inundación y humedal costero en Los Molles en la Región de Valparaíso, donde fue modificado el Plan regulador intercomunal, o en el humedal Rocuant Andalién en Concepción Metropolitano parte del proyecto GEF Humedales Costeros (Ver Foto), ecosistema que incluso ayudó a la mitigación del tsunami del 27F 2010, lamentablemente en el plan metropolitano vigente parte de su superficie está destinada a zona comercial de expansión residencial y de infraestructura de transporte, ligada al uso portuario y con la actualización, tan solo una proporción podría ser un parque; mismo caso para la desembocadura del Río Elqui, donde una porción del humedal fue construido y la propia desembocadura del río es zona de expansión, de acuerdo al actual plan regulador; así suma y sigue en ciudades de norte a sur, siendo casos emblemáticos la destrucción en Algarrobo, Coquimbo, Concepción, Valdivia, Puerto Montt entre otras; demostrando que los planes urbanos que tienen competencia en las asignaciones de suelo, están totalmente al debe, no consideran la biodiversidad de los ecosistemas del lugar y menos su rol como variables para la resiliencia y el cambio climático.
Im. Humedal Rocuant Andalién en estudio por el proyecto FONDECYT Nº 1190251 -URBANCOST y uno de los cinco humedales del proyecto GEF de Humedales Costeros del Ministerio de Medio Ambiente, Fecha: Julio de 2020 / Fuente: URBANCOST
Si bien, el Ministerio de Medio Ambiente realizará la declaración de “humedal urbano”, la solicitud será efectuada por el Municipio, que ahora sí dispondrán de una herramienta para incorporar los humedales urbanos en su planificación y sin excusas podrán darles un destino más creativo que el relleno y la construcción de viviendas y carreteras. Dentro de los artículos de la Ley, destacan los artículo Nº2 y Nº5 que tendrán el mayor impacto en cómo planificamos las ciudades, el primero referente al reglamento que definirá los criterios mínimos para la sustentabilidad de los humedales urbanos, y el segundo que modifica la Ley de Urbanismo y Construcciones para la incorporación de los humedales como zonas de valor natural en los instrumentos de planificación territorial.
El reglamento que define los criterios mínimos establece el resguardo de las características ecológicas, el funcionamiento y la mantención del régimen hidrológico, tanto superficial como subterráneo de los humedales urbanos, integrando las dimensiones sociales, económicas y ambientales, es decir la sustentabilidad a la ciudad, siendo tremenda oportunidad para la creatividad que se necesita y señalé anteriormente. A partir de esta ley podremos dar un uso racional a los humedales urbanos, que según el nuevo inventario nacional del Ministerio de Medio Ambiente corresponden a más de 500 mil hectáreas, por ejemplo usos con un enfoque de infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza para las ciudades. A su vez, el reglamento incluye criterios para su gestión sustentable y gobernanza respecto a la participación efectiva y gobernanza en la protección de estos espacios, la gestión adaptativa y la educación ambiental como espacios para la formación integral y la promoción de la investigación de estos valiosos espacios.
Mediante la aprobación del reglamento, exigido por el artículo Nº2, hoy firmado por el Presidente de la República y que actualmente se encuentra en la Contraloría para su toma de razón, por fin podremos dar el lugar que corresponde a los humedales con una herramienta muy potente para mejorar la planificación urbana. Tal cual es el mandato del destacado artículo Nº5 que modifica la Ley general de Urbanismo y Construcciones, agregando que: “Todo instrumento de planificación territorial deberá incluir los humedales urbanos existentes en cada escala territorial en calidad de área de protección de valor natural, para efectos de establecer las condiciones bajo las que deberán otorgarse los permisos de urbanizaciones o construcciones que se desarrollen en ellos”. De esta forma, de aquí en adelante se evitará las zonificaciones erróneas en usos mixtos residenciales entre otros, o los permisos arbitrarios como claramente señaló el fallo de la Corte Suprema para el humedal Llantén en Puerto Montt.
Para quienes trabajamos en sustentabilidad y planificación urbana, las herramientas que dispone esta Ley abre enormes posibilidades para lograr ciudades más sustentables por medio de planes y proyectos y ponernos a la altura de los desafíos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y los escenarios de cambio climático para lograr ciudades con asentamientos humanos más inclusivos, seguros, resilientes y sustentables, enorgulleciendo a todas y todos quienes participamos de este gran hito.
La apropiación de la naturaleza y los territorios de sacrificio
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Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Sofia Ortega Olivetti; Socióloga Universidad Diego Portales]
Resumen:
Actualmente la inquietud ciudadana sobre temáticas relacionadas al cuidado del medio ambiente ha generado practicas con un impacto, no sólo en el sector privado de producción, sino también en el aparato político que se encarga de regular y salvaguardar el correcto uso de los recursos. La visibilización ciudadana de un sistema viciado pone en tela de juicio el correcto funcionamiento político-empresarial, dejando entrever como el extractivismo, el aprovechamiento de las aguas y la privatización de estas habla de un conflicto en donde unos pocos gozan de sus beneficios económicos y muchos otros deben sociabilizar sus costos. La apropiación de la naturaleza con fines productivos hoy en día es una razón de movilización social, con fundamento en la injusticia social.
Esta columna busca visibilizar como la apropiación del agua por parte de proyectos privados nacionales y extranjeros han llevado a la forzosa reconfiguración de estilos de vida locales y han devastado el medio ambiente nativo, provocando una respuesta ciudadana que busca justicia.
Palabras clave: medio ambiente, derecho al agua, movilización social
En las última décadas nuestro país se abrió paso a una serie de transformaciones estructurales tanto sociales como políticas y económicas, las cuales quedaron plasmada en nuestra actual constitución. En la década de los ochenta gran parte de ellas se materializaron, como es el caso del uso del agua. La mercantilización del recurso convirtió al agua -que debiera ser un derecho universal para todos- en un bien de consumo que puede ser tranzado como cualquier mercancía.
Esto marcaría un precedente único al convertirnos en uno de los primeros países en privatizar absolutamente nuestra agua potable en el transcurso de unos pocos años (Larraín & Poo, 2010). Y a su vez, el uso desenfrenado de sus derechos por parte de megaproyectos de inversión nacional y extranjera han puesto en tela de juicio la ética de estos y el rol del Estado como agente mediador.
Los conflictos desencadenados por el uso de derechos de agua enfrentan a actores con capacidades asimétricas de enfrentar la problemática. Por un lado, comunidades manifestándose por alejar de sus territorios proyectos mineros, hidroeléctricos, forestales, etc. Por otro, entidades privadas con la facultad de manejar derechos de agua y con grandes habilidades de movilizar el poder local y por último el Estado y su cuestionado rol.
Im 1. Afiche VI marcha plurinacional por el agua y los territorios 2018/Fuente: Mapuexpress.org
Es el caso de la comunidad de Caimanes, situada en el Valle del Pupío en el norte de Chile. Esta comunidad vivó en conflicto con minera Los Pelambres por 20 años, debido a la construcción del tranque de relaves (El Mauro) a pocos kilómetros de la Comunidad, en donde se depositarían 1.700 millones de toneladas de desechos tóxicos (Lawrence & Ortega, 2016). Este amenazaba con contaminar el agua potable de la localidad, contribuir con la sequía de la zona, no contar con las medidas de seguridad necesarias al estar tan cerca de una zona poblada, entre otras. Y el mayor problema radicaba precisamente en los derechos de agua que poseía la minera y legitimaba su accionar:
“… puesto que aquellos derechos que estaban constituidos sobre aguas superficiales que corrían en cauces naturales, a partir de la autorización de la Dirección General de Aguas, pasaban a ser derechos sobre fuentes artificiales de propiedad de Minera Los Pelambres” (Coordinadora por la defensa del agua y la vida, s.f: 3)
Finalmente, el proyecto se llevó a cabo a pesar de la fuerte presión social que ejerció la comunidad y tras múltiples enfrentamientos legales y negociaciones monetarias hoy en día el tranque se encuentra en funcionamiento.
Im 2. Foto de mural en Comunidad de Caimanes/Fuente: autora
Asimismo, en el sur de nuestro país, el proyecto HidroAysén también amenazó con resquebrajar la paz de la Patagonia chilena. Su proyecto contaba con la construcción de cinco centrales hidroeléctricas en la región de Aysén. Cabe destacar que las compañías de electricidad, bajo el amparo de la Ley Eléctrica (1982) y la actual constitución, contaron con la transferencia a perpetuidad y sin ningún costo de los derechos de agua(Romero & Sasso, 2014). Nuevamente el proyecto contaba con todas las condiciones legales a su favor, sin embargo, esta vez la oposición ciudadana se convirtió en la voz no sólo de las comunidades pequeñas sino también del medio ambiente que amenazaba devastar.
Ambos casos legitimados por un discurso político de progreso y el respaldo de leyes enmarcadas en la neoliberalización de mercado, que tanto en el caso de la Ley Minera (1983) como la Ley Eléctrica (1982), deja de manifiesto la profundidad y complejidad del problema.
No sólo tiene que ver con megaproyectos de inversión enfrentados a comunidades, sino más bien a un sistema que le da fundamento a una legislación que ampara este tipo de prácticas y hace posible la baja fiscalización y prácticamente nula protección de comunidades y su medio ambiente.
Conclusión
Estos son sólo algunos ejemplos de los conflictos socioambientales que nuestro país enfrenta y seguirá enfrentando. El desplazamiento forzoso, la contaminación del agua potable y sus consecuencias para la salud, la sequía, el desabastecimiento de agua para el uso de la pequeña agricultura y ganadería, el impacto medio ambiental negativo para la flora y fauna autóctona de estos lugares no deberían ser tema de discusión en la actualidad. Las personas deberían tener un derecho garantizado al agua potable para su uso personal o comunitario. Las personas no deberían salir a marchar y manifestarse en la vía pública porque el agua de sus grifos tiene minerales pesados o porque ya no pueden abastecer de bebida a sus animales en los esteros de su zona.
Cada día son más los nuevos casos, todos con similares características, comunidades alejadas amenazadas por proyectos de gran envergadura que buscan los recursos naturales que estas localidades ofrecen, sin medir el impacto socio ambiental de la intervención. Legitimados por un discurso de desarrollo que promete acceso a empleos, superar la pobreza, el agua como energía limpia. ¡Chile país minero! y todo enmarcado en la promesa del desarrollo sustentable.
Si los costos de estas comunidades pudieran servir de algo debería ser para que los proyectos de esta naturaleza sean éticamente fiscalizados y poniendo en frente el bienestar de las personas y sus estilos de vida, quizás ese día podríamos siquiera empezar a hablar de desarrollo sustentable.
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Referencias:
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Coordinadora por la defensa del agua y la vida. (Sin fecha). Tranque el Mauro de Minera Los Pelambres destruye los derechos de agua de Caimanes. http://www.derechoalagua.cl/mapa-de-conflictos/tranque-el-mauro-de-minera-los-pelambres-destruye-los-derechos-de-agua-de-caimanes/ [Consulta 21-09-2020]
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Larraín, S. & Poo, P. (2010). Conflictos por el agua en Chile. Entre los derechos humanos y las reglas del mercado.. Santiago, Chile.: Programa Chile sustentable.
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Lawrence, N, & Ortega, S. (2016). Análisis del conflicto entre minera Los Pelambres y la Comunidad de Caimanes (Tesis de pregrado). Universidad Diego Portales, Chile.
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Romero, H. & Sasso, J. (2014). Proyectos hídricos y ecología política del desarrollo en Latinoamérica: Hacia un marco analítico (pp 55-74). Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe.
Del Límite al Espacio
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Revista Planeo Nº 45 Agua y Territorios, Octubre 2020
[Por Paulina Espinosa Rojas; Arquitecta; Master de Ordenación Territorial y Medioambiental, Universidad de Zaragoza, España; PhD © En Urbanismo de los Paisajes, Universidad de Leuven, Bélgica]
Resumen:
La primera parte de la columna hace una reflexión de cómo es la relación de los ríos y las ciudades y de cómo esa relación habla de la sociedad que tenemos, para ello se establece un dialogo con las ideas de David Blackbourn elaboradas en su libro La Conquista de la Naturaleza. Luego se expone el caso del río Andalién, sus conflictos y especificidades en relación a la ciudad de Concepción elaborando la idea de habitar el o al límite. La definición de este límite está basada en la geografía, los riesgos y las políticas de desarrollo llevadas adelante. La columna finaliza con algunas muestras del cambio de paradigma en el diseño urbano necesario para tener ciudades resilientes en base a los resultados de un concurso internacional de diseño urbano organizado por la autora y que es parte de su tesis doctoral desarrollada en la Universidad de Leuven (KU Leuven).
Palabras clave: Urbanismo de los paisajes, Restauración fluvial, Diseño urbano resiliente
Im_1 Primer lugar, El Río en Tres Secuencias. Autores: Cummings, Malcolm, Pirks, Priore y Urgelles.Calvet
Para nadie es un misterio que los ríos tienen un rol crucial como parte del sistema natural, han sido explotados para el uso humano desde tiempos inmemoriales y en las últimas décadas este hecho se ha intensificado. Se contaminan, se modifican las coberturas de su territorio, se cambia el curso natural y se consumen recursos que son parte de un balance dentro del sistema. Todo esto no solo afecta el sistema natural, sino que también a los valores sociales que tienen los ríos (Honey-Rosés et al. 2013; Palmer and Richardson 2009).
Proyecciones demográficas para las décadas que vienen predicen un sustancial crecimiento de la población urbana (Angel et al. 2011; Seto et al. 2011) y esto lo único que hace es incrementar la presión sobre todos los ecosistemas, incluidos los fluviales. Además, si pensamos en lo devastadores que pueden ser los efectos del cambio climático (Davies 2010), nos queda claro que los ríos están enfrentando un futuro, al menos, incierto.
A lo largo de la historia nos damos cuenta que hay muchas razones por las cuales destruir un río, algunas de ellas hasta parecen ser justificadas. En el libro The Conquest of Nature (La Conquista de la Naturaleza), David Blackbourn (2006) explica de manera fascinante y dramática el rol que ha jugado la transformación del paisaje natural en la historia de Alemania y cómo esto cambió una nación completa. Cuando se acomete la idea de dominar la naturaleza, si bien se alteran o destruyen sus dinámicas, se hace generalmente para potenciar la economía de un país y mejorar el bienestar general, que es lo que se describe en el libro para el período de post guerra de los cincuentas y sesentas (Blackbourn 2006:6645, 6652).
Este hecho puede sugerirnos que el esfuerzo que ponemos en desarrollar un territorio y la calidad de vida de sus habitantes podría justificar intervenciones en los ríos, aunque causen serios daños, pero ¿Es realmente ese el caso de Chile? Mientras canalizamos ríos, destruimos la llanura de inundación, cambiamos las coberturas haciendo desaparecer la biodiversidad y alteramos los caudales y cursos ¿Mejoramos la calidad de vida de los habitantes de ese territorio? No necesariamente. Uno se puede preguntar también, para quién se conquistan los ríos en Chile o qué tipo de conquista se lleva adelante. Los resultados son similares a lo que observaba Blackbourn, la destrucción del paisaje natural, pero en este caso los beneficios se quedan en el sector privado y no el interés general. No por nada Blackbourn termina su libro reflexionando y dando cuenta que la conquista de la naturaleza en Alemania era también claro reflejo de la conquista de unos por sobre otros (Blackbourn 2006:7464).
Esta última idea ronda también la historia del Río Andalién, que es un actor secundario de la historia de la industrialización de Concepción y que lo posicionó como uno de los territorios donde se asentaron muchas de las personas que venían a trabajar por allá por los años 60. Y si, hablaremos del río Andalién y no del Bio Bio. Al río Andalién no se le respeta, a veces se le olvida, se le arrincona contra el cerro y se le canaliza como si viviéramos en pleno siglo XIX y esa fuera única opción posible. Por otro lado, es un río que conserva su Club de Regatas, contiene en su historia a cooperativas de vivienda de los tiempos de la operación sitio, sus gentes ganan demandas contra el Estado como su agrupación Inundados, e inspira nuevos grupos como el que busca salvar el lago Nonguén, el humedal Rocuant y más recientemente el humedal Pichi-Mapu.
En Concepción, estamos acostumbrados a vivir en el o al límite, habitamos ese límite entre la cordillera y el mar, vivimos al límite en zonas peligrosas, ocupamos un límite histórico entre las fuerzas que venían del occidente y el conocimiento ancestral de los pueblos originarios y también, (hasta ahora) habitamos en el límite de zonas naturales y zonas construidas.
Im 2_ (Izquierda y Centro) Redibujado de Aguayo, M. and Dresdner, R. EULA 2008 Formación del territorio y procesos de sedimentación. Autores: Naulers, Damarsin, Espinosa 2015.
Se dice que el río Andalién provoca problemas, o al menos eso pensaba yo antes de investigar en profundidad. En realidad, los ríos no provocan problemas porque sean peligrosos, es simplemente porque ponemos nuestras ciudades en un lugar incorrecto o de una forma incorrecta. Investigando de manera proyectiva su territorio dejé de creer que habitábamos el límite o al límite como aquel elemento a definir entre la ciudad y l territorio del río, y empecé a entender y visualizar el espacio del río o territorio fluvial, y ese límite se transformó en transición, en funciones y dinámicas naturales, y me di cuenta que al tratar de definir ese borde o límite lo que hacemos finalmente es negarlo y de ahí a destruirlo hay un solo paso.
Im 3_Inundación 2006. Río Andalién camino a Penco. Autor: Didier Rousset 12-06-2006
La investigación que da cuerpo a esta columna es una tesis doctoral de la Universidad de Leuven, llevada a cabo en los ámbitos de urbanismo de los paisajes y de la restauración fluvial utilizando ejercicios de diseño basados en datos científicos, como medio de investigación, abordando las distintas escalas de comprensión tanto urbanas como fluviales. El ejercicio de conclusión de esa tesis fue un Fondart Nacional de Creación, llamado Concepción, Habitando el (al) Límite (ideasandalien.com) y fue un concurso internacional de ideas en diseño urbano para mantener vivo el río Andalién.
De esa investigación se concluye que para que el río se mantenga vivo necesita un espacio con determinadas características que apelan a lo híbrido entre la tierra y el agua, un espacio que es rugoso, que absorbe agua que deja que las dinámicas estacionales ocurran. A partir de esas características ¿Es posible construir un nuevo paradigma de diseño urbano para la ciudad?
A continuación, presentamos cuatro diseños que redefinen ese espacio:
Libertad para el río entendiendo su variabilidad estacional.
Im_4 Primer lugar, El Río en Tres Secuencias. Autores: Cummings, Malcolm, Pirks, Priore y Urgelles.Calvet
Un programa híbrido que agrega flexibilidad al espacio fluvial.
Im 5_Primer lugar, Siembra Ribera. Autores: Boza Wilson, Zamagni, Treimun, Magrini, Pedraza, Seguel, Meza, Venegas y Piñones.
Un territorio fluvial productivo y generador de otras economías basadas en la cooperación.
Im 6_Tercer lugar, Red de Mecanismo Cooperativo. Autores: Peng, Liu y Ruan
Un espacio construido de parches que cumplen distintas funciones y que aportan una mirada realista de aproximación.
Im 7_mención Honrosa, Rio Andalién como Infraestructura Verde para la Ciudad de Concepción. Autores: Castro, Briones, Silva y Samur
Con los nuevos aires que corren es posible visualizar oportunidades para entender nuestro paisaje y trabajar para construir una relación armónica con sus habitantes, donde se celebre la vida en la ciudad y no se tenga que vivir bajo amenazas y riesgos, y donde se rescate una belleza negada por años, una belleza que está ahí a la mano, basada en un paisaje que no hay que conquistar, sino que dignificar.
Referencias
-Honey-Rosés, J., Acuña, V., Bardina, M., Brozović, N., Marcé, R., Munné, A., Sabater, S., Termes, M., Valero, F., Vega, Á., Schneider, D.W., (2013). Examining the demand for ecosystem services: the value of stream restoration for drinking water treatment managers in the Llobregat River, Spain. Ecological
-Palmer, M., Richardson, C., 2009. Provisioning services: a focus on fresh water. In Levin, S.A. (Ed.), The Princeton Guide to Ecology. Princeton University Press, Princeton, 625-633.
-Angel, S. , Parent, J., Civco, D. L., Blei, A., & Potere, D. (2011). The dimensions of global urban expansion: Estimates and projections for all countries, 2000–2050. Progress in Planning, 75(2), 53-107. https://doi.org/10.1016/j.progress.2011.04.001
-Seto, K.C., Fragkias, M., Guneralp, B., Reilly, M.K. (2011). A meta-analysis of global urban land expansion. Plos One 6, 9.
-Blackbourn, D. (2006). The Conquest of Nature. Kindle version.
-Concurso Internacional de Diseño Urbano. Espinosa, P., Agurto, L., Jaque, E., Santa Cruz, J.C., Muñoz, M.D. Asesores: De Meulder, B. Shannon, S., Ollero, A., Horacio, J. (2017-2019). Concepción, Habitando el (al) Límite. El río Andalién, Restauración Fluvial y Diseño Urbano. Fondart: Creación en Arquitectura. Ministerio de las Culturas, Artes y Patrimonio del Gobierno de Chile. www.ideasandalien.com
-Tesis Doctoral. Living in the Edge. River Restoration as a New Urban Design Strategy. University of Leuven (KU Leuven). Tutores: Bruno de Meulder, Alfredo Ollero, Kelly Shannon
IMPACTO SOCIO-TERRITORIAL ANTE LA INSTALACIÓN DE AUDI EN PUEBLA: Ciudad Modelo
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Revista Planeo Convocatoria Abierta; Segundo Semestre 2019
[Por: Norma Leticia Ramírez Rosete; Doctora en Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio por la Universidad de Valladolid, España (UVA). Profesora investigadora de tiempo completo y Coordinadora del Doctorado en Procesos Territoriales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México (BUAP)]
Recibido el 6 de junio de 2019, publicado el 28 septiembre de 2020
Resumen
A principios del siglo XXI el ser humano toma conciencia del deterioro medioambiental y la transformación de los usos y destinos del suelo a causa de la expansión y crecimiento irracional de las ciudades. En este sentido, las políticas urbanas que avalan los programas y proyectos urbanos con la justificación de impulsar un crecimiento orientado a un “desarrollo sostenible” de los municipios más vulnerables del Estado de Puebla, representan solo los intereses de ciertos grupos. El objetivo de esta investigación es describir el proceso de expansión urbana en la zona agrícola del municipio de San José Chiapa y su contexto inmediato, cuyo detonante es el establecimiento de la empresa Audi, así como el impacto de nuevas áreas no funcionales en la fallida Ciudad Modelo, cuya finalidad es atraer inversión extranjera ser competitiva dentro del mercado global. Sin embargo, este proceso de expansión urbana constituye uno de los problemas más agudos que enfrenta el desarrollo de la sociedad, siendo necesario analizar estas nuevas centralidades que transforman el uso del suelo y agudizan la especulación y conflictos sociales, donde la tendencia de ciudad difusa a través de redes de comunicación nos conduce a una nueva forma de entender a la ciudad.
Palabras clave: expansión urbana, proyectos urbanos, conflicto social
abstract
At the beginning of the 21st century, the human being becomes aware of environmental deterioration and the transformation of land uses and destinations due to the expansion and irrational growth of cities. In this sense, the urban policies that guarantee ur- ban programs and projects with the justification of promoting growth oriented towards a “sustainable development” of the most vulnerable municipalities of the State of Puebla, represent only the interests of certain groups. The objective of this investigative is to describe the process of urban expansion in the agricultural zone of the municipality of San José Chiapa and its immediate context, whose trigger is the establishment of the Audi company, as well as the impact of new non-functional areas in the failed Model City, whose purpose is to attract foreign investment to be competitive within the global market. However, this process of urban expansion constitutes one of the most acute problems facing the development of society, being necessary to analyze these new centralities that transform land use and sharpening speculation and social conflicts, where the diffuse city trend through communication networks leads us to a new way of understanding the city.
Keywords: urban expansion, urban projects social conflict
EVALUACIÓN DE PUENTES PEATONALES DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA, MÉXICO: Un estudio descriptivo sobre caminabilidad y accesibilidad universal
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Revista Planeo Nº41; Movilidad Activa; Septiembre 2019
[Por: Sergio Andrade-Ochoa; Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional. Ciudad de México, México
Valeria Ivonne Chaparro-Gómez; Departamento de Arquitectura, Instituto Tecnológico de Chihuahua II. Chihuahua, México
Edgar Ezequiel Martínez-García; Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Universidad del Bío Bío. Concepción, Chile
Francisco René Pérez-Fuentes; Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, México]
Recibido el 31 de agosto de 2019, publicado el 15 de octubre de 2020
Resumen
Ante los problemas de seguridad vial y de congestión vial en las urbes se han construido puentes peatonales como una posible solución a estas problemáticas, bajo la primicia que, al segregar a los peatones en estructuras elevadas sobre las vías de tránsito vehicular, se beneficiaría la movilidad y la seguridad de todos los transeúntes. Sin embargo, en la actualidad el número de peatones atropellados sigue en aumento, junto con reportes de transeúntes atropellados a cortas distancias de puentes peatonales. El presente trabajo tiene como objetivo evaluar los puentes peatonales de la ciudad de Chihuahua, México, sus banquetas adyacentes y las vías sobre las que se encuentran, con la finalidad de evaluar los atributos del entorno al que los transeúntes se enfrentan al usar los puentes peatonales. Para ello se evaluaron descriptores de caminabilidad, accesibilidad universal y velocidad sobre los puentes peatonales e infraestructura adyacente existente en la ciudad de Chihuahua. Los resultados obtenidos evidenciaron que el 43% de los puentes peatonales en Chihuahua están ubicados en zonas de riesgo. Por otro lado, el 33% de los puentes hacen triplicar los recorridos peatonales, un 14% cuadriplica la distancia y un 4% la quintuplica. En general, se concluye que los puentes peatonales en la ciudad de Chihuahua favorecen la velocidad de los automóviles y no cuentan con infraestructura adecuada que garantice la seguridad, movilidad y accesibilidad de los peatones.
Palabras clave: accesibilidad universal, caminabilidad, seguridad vial
Abstract
Pedestrian bridges have been built as a possible solution for road safety and road congestion problems in cities, justified on the premise that segregation of pedestrians in an elevated structure over the ro- ads would benefit thier mobility and security. Howe- ver, pedestrian strucks are increasing, along with reports of pedestrians hit by cars at a short distan- ce from pedestrian bridges. This paper aims to evaluate pedestrian bridges’ walkability and universal accesibility in the city of Chihuahua, Mexico, the sidewalks around them and the roads where they are located, in order to assess the environmental at- tributes that pedestrians face when they use them. For this, descriptors of walkability, universal accessibility and car speed under the pedestrian bridges were evaluated. Results obtained showed that 43% of pedestrian bridges are located in risk areas. On the other hand, 33% of bridges triple the pedestrian routes, 14% quadruples the distance and 4% quintuples it. Finally, the conclusion was that pedestrian bridges in Chihuahua city promote the speed of cars over the mobility, safety and accessibility of pedestrians, resulting in infrastructure perceived as a hostile space that does not invite to be used.
Keywords: universal accessibility, walkability, road safety
PAISAJES PATRIMONIALES, PRÁCTICAS CONMEMORATIVAS Y LUGARES DE LA MEMORIA en la ciudad de Berisso, provincia de Buenos Aires
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Revista Planeo Nº41; Movilidad Activa; Septiembre 2019
[Por: Daniela Rotger; Arquitecta. Doctora en Arquitectura y Urbanismo. Magíster en Paisaje Medio Ambiente y Ciudad (FAU-UNLP). Investigadora CONICET en el Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales (CIUT-FAU-UNLP). Docente del Área Planificación Territorial en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata.
Noelia Yanina Vallejo; Licenciada y Profesora en Geografía (FaHCE-UNLP). Magíster en Paisaje, Medio Ambiente y Ciudad (FAU-UNLP). Docente en el Instituto Superior del Profesorado Verbo Divino y en escuelas de nivel medio]
Recibido el 28 de enero de 2019, publicado el 28 de septiembre de 2020
Resumen
Este trabajo se aboca al reconocimiento de los paisajes patrimoniales, las prácticas conmemorativas y los lugares de la memoria en la ciudad de Berisso, provincia de Buenos Aires. En esta localidad argentina, la valoración ciudadana de los símbolos identitarios, acontecimientos históricos y paisajes referenciales, mantienen vivo el relato del lugar, asociado a la identidad fabril y a la inmigración. Estos tópicos propician eventos de rememoración y resignificación que invitan a la ciudadanía a construir y reconstruir memorias colectivas.
Palabras clave: Berisso, paisajes patrimoniales, prácticas conmemorativas, lugares memoriales
Abstract
This paper focuses on the recognition of heritage landscapes, commemorative practices and places of memory in the city of Berisso, province of Buenos Aires. In this Argentine locality, the citizen’s valuation of identity symbols, historical events and refe- rential landscapes, keep alive the story of the place, associated with factory identity and im- migration. These topics encourage events of re- membrance and resignification that invite citi- zens to build and reconstruct collective memories.
Keywords: Berisso, patrimonial landscapes, commemo- rative practices, memorial places
Monumentos Históricos y epidemias en clave patrimonial. Reflexiones en torno a su consideración como recursos de aprendizaje.
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por Pia Acevedo; Dra. © en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigadora Instituto de Estudios Patrimoniales.
Trinidad Briso Pérez; Estudiante de Magíster en Salud Pública, Universidad de Chile. Fonoaudióloga, Hospital del Salvador; Servicio de Salud Metropolitano Oriente (SSMO)]
Resumen:
La presente columna intenta vincular las acciones de patrimonialización de diversos centros hospitalarios de la ciudad de Santiago de Chile, reconocidos actualmente como Monumentos Nacionales en su carácter de Históricos, y su condición como recurso educativo para la motivación de aprendizajes y cuestionamientos en torno a fenómenos sociales tan relevantes como las epidemias o enfermedades de alto impacto. Así, a través de casos concretos se reconocerán algunos emblemáticos recintos hospitalarios de la Región Metropolitana que resultaron trascendentales para el control de enfermedades como la tuberculosis y la viruela y que en la actualidad, producto del contexto de pandemia que enfrenta el país, han copado la atención de miles de chilenos debido a su rol en el control del coronavirus. Con todo, este trabajo es un ejercicio vinculante entre patrimonio, ciudad y epidemias para contribuir a la reflexión sobre estos tópicos, que poseen un importante grado de relación que merece ser relevado.
Palabras claves: Epidemias, hospitales, patrimonio.
La historia de la salud pública en Chile, tal como en gran parte del mundo, ha estado marcada por la necesidad de responder a crisis sanitarias de gran envergadura destacándose, para el caso chileno, terremotos y epidemias. En relación a estas últimas, las grandes ciudades del país han sido escenario de importantes focos de enfermedad que determinaron su devenir, teniendo que acogerse a importantes transformaciones urbanas para su respectivo control (Zárate, 2008). Algunas de las transformaciones que experimentaron diversas ciudades chilenas entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX se destacan acciones de higienización como la construcción de alcantarillados, la dotación de agua potable y la enseñanza sobre higiene a diversos sectores de la población, entre otros (Fernández, 2015).
A la luz de lo señalado, en la diada salubridad y ciudad aquellos espacios que resultan más significativos para los habitantes de las urbes en esta materia son los hospitales, sanatorios o centros de atención de enfermos. En estos establecimientos aquellas iniciativas destinadas al cuidado y recuperación de los pacientes poseen mayor reconocimiento cuando la población se ve expuesta a epidemias o enfermedades de alto impacto. Así, para el caso de Santiago, los hospitales de mayor complejidad y destinados a la atención de miles de pacientes tienen su origen, en su mayoría, en grandes epidemias que aquejaron a la ciudad. Haciendo una pequeña revisión histórica, ya en la época colonial se construyeron en la capital dos recintos hospitalarios: El Hospital San Juan de Dios a inicios del siglo XVII, para recibir pacientes masculinos y el Hospital San Francisco de Borja para las mujeres a fines del siglo XVIII. Desde mediados del siglo XIX, debido a la necesidad de contar con espacios para el cuidado y asilo de pacientes infectocontagiosos se construyó el Hospital San José (1841), contiguo al Cementerio General, el extinto Hospital San Vicente de Paul (1871), el Hospital del Salvador (1872) y el Hospital Barros Luco (1888) lugares que, dado los escasos avances de la Medicina, contaban con una limitada capacidad curativa, otorgando más bien condiciones que los pacientes no podían replicar en sus domicilios: una cama por persona, al menos una comida al día y ventanas por donde circulara el aire fresco (Mac-Clure, 2012). Traspasando los límites de la ciudad de Santiago y en la zona cordillerana de San José de Maipo se construyó y acondicionó desde fines del siglo XIX hasta la década de 1930 el Sanatorio Laennec destinado al tratamiento de enfermos de tuberculosis y que funcionó hasta fines de 1970. Por su parte, en la misma zona cordillerana se ubicó la Casa de Salud de Mujeres Carolina Deursther, la que también tuvo como destino el tratamiento de la tuberculosis, inaugurándose como sanatorio en 1911. Este establecimiento fue el primero dedicado exclusivamente al tratamiento de tuberculosis desde su origen y en la actualidad es parte del complejo hospitalario de San José de Maipo.
Considerando la variable patrimonial, varios de los hospitales detallados anteriormente experimentaron durante la segunda mitad del siglo XX y comienzos del siglo XXI procesos de patrimonialización que les permitieron ser reconocidos como Monumentos Históricos (MH), intentando con esto relevar su aporte e importancia en la historia de la salud pública nacional. Asimismo, este acto de valoración pretendió, además, situarlos en la memoria colectiva, integrándolos al corpus patrimonial de la nación para evocar, entre otros fenómenos, los avances en medicina, la profesionalización de la salud, los hallazgos científicos, así como también el control y, a su vez, erradicación de epidemias que afectaban gravemente a la población nacional. A mayor abundamiento, el reconocimiento de centros hospitalarios como Monumentos Históricos podría ser interpretado como una intención de visibilizar aquellos espacios que, de pronto naturalizados por los habitantes de las ciudades, han resultado fundamentales para la promoción de un “estado de completo bienestar físico, mental y social; aludiendo a la misma no sólo como ausencia de enfermedad sino como calidad de vida” (OMS, 1986).
En definitiva, desde la perspectiva de esta revisión, las epidemias son experiencias que se enraízan de manera profunda en las sociedades y sus espacios urbanos, dejando importantes secuelas y transformaciones en la memoria de las mismas. Considerando lo anterior, resulta fundamental que hombres y mujeres internalicen dichas experiencias y, desde los más diversos lugares y contextos, desarrollen acciones de educación que propicien aprendizajes que permitan mitigar las consecuencias de estos grandes fenómenos infecciosos. De esta forma, una interesante oportunidad es que la presenta la educación patrimonial y la patrimonialización de algunos centros hospitalarios, toda vez que mediante estas acciones de valoración y reconocimiento se ha instalado la idea de que estos espacios son, por una parte, significativos en cuanto al objetivo de su creación –cura y control de enfermedades- y, por otra, como soportes de memoria en los cuales se alojan aquellas experiencias más bien traumáticas en el pasado, pero que, desde una lectura en clave patrimonial, se configuran como símbolos significativos de avance en materia de salubridad. Finalmente, considerando el contexto actual y la pandemia que aqueja al mundo y a Chile, el patrimonio y los estudios patrimoniales se perfilan como un significativo espacio de aprendizajes y cuestionamientos en torno a estas temáticas desde los cuáles resulta plausible elaborar estrategias, motivar reflexiones colectivas y repensar el presente y el futuro en materia de salud pública y bienestar de la población y de las generaciones venideras.
Referencias bibliográficas
Fernández Domingo, Enrique. (2015). Estudio sobre la Génesis y la realización de una estructura urbana: La construcción de la red de alcantarillado de Santiago de Chile (1887-1910). Historia (Santiago), 48(1), 119-19
Mac Clure, Óscar (2012). En los orígenes de las políticas sociales en Chile 1850-1879. Santiago: Universidad Alberto Hurtado.
OMS (1986). Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud. Recuperado el 23 de marzo de 2020, de http://www.paho. org/Spanish/AD/SDE/HS/OttawaCharter Sp.pdf.
Zárate Campos, María Soledad (2008). Por la salud del cuerpo. Historias y políticas sanitarias en Chile. Santiago: Universidad Alberto Hurtado.
Sopa de Wuhan: desde una mirada urbana
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por Vicente Inostroza, Cientista Político U. Diego Portales. Magíster en Desarrollo Urbano, IEUT-UC]
Título: Sopa de Wuhan. Pensamiento Contemporáneo en Tiempos de Pandemia
Año: 2020
Editorial: APSO
Resumen
La pandemia de la COVID-19 no solo ha dejado consecuencias económicas y sociales, sino que también ha generado reflexiones en el mundo intelectual. Sopa de Wuhan es un recopilatorio de diferentes intelectuales acerca de los pensamientos que emergen a raíz del coronavirus. Sin embargo, destacando el rol de la ciudad, ¿cuáles son las reflexiones urbanas que se pueden encontrar del texto?. Se destacan tres grandes temáticas que se presentan en el recopilatorio: a) capitalismo y ciudad (David Harvey); b) biopolítica urbana (Paul Preciado y Byung-Chul Han); y c) autogestión urbana latinoamericana (María Galindo). Existen interesantes miradas encontradas sobre el rol de la ciudad, como las conexiones y flujos de capitales, desigualdades e insurgencia urbana, y planificación territorial desde el poder. Se hace un llamado a realizar esta iniciativa recopilatoria, pero desde la intelectualidad de los estudios urbanos, que permitan re-pensar la ciudad post-coronavirus.
Palabras claves: coronavirus, capitalismo, estudios urbanos.
Introducción
La pandemia de la COVID-19, incrementada a principio de año, ha dejado múltiples consecuencias económicas, sociales, políticas y territoriales en diversos países en el marco de una crisis global. También ha repercutido en el pensamiento intelectual que está sometiéndose a un profundo proceso de reflexión desde diversas disciplinas académicas. La compilación de ensayos “Sopa de Wuhan: Pensamiento Contemporáneo en Tiempos de Pandemias” entrega un primer panorama global sobre los pensamientos que se revisan y emergen por el contexto del coronavirus.
Sin embargo, el virus es eminentemente urbano en su nacimiento, propagación y visualización de falencias urbanas ¿Cuáles son las reflexiones sobre la ciudad que se pueden encontrar en este recopilatorio? La presenta reseña se concentrará en cuatro textos de los siguientes autores recopilados en Sopa de Wuhan que tienen pensamientos interesantes a nivel urbano: David Harvey, Paul Preciado, Byung-Chul Han y María Galindo. Finalmente, realizaré una breve conclusión sobre el rol del pensamiento intelectual en las ciudades a raíz de la pandemia.
Capitalismo y ciudad
David Harvey (2020), en “Política aniticapitalista en tiempos de COVID-19”, busca replicar su obra respecto al funcionamiento del capitalismo en la crisis actual. Su principal paradigma, para comprender la situación de las ciudades, se basa en dos modelos que se entrecruzan: una cartografía de las contradicciones internas en la circulación y acumulación del capital, y una comprensión operativa del capitalismo como forma social distintiva. En el primero, Harvey (2020) dejaba en cuestión que la resistencia del modelo económico sobre flujos de capital dependía de la duración y propagación de la pandemia. De esto, no hubo conciencia de la gran interdependencia espacial que caracteriza a las ciudades del mundo. No solamente en la propagación del virus, sino que en las formas de consumo capitalista instantáneo que requieren masivas infraestructuras (aeropuertos, hoteles, etc.) y que ahora están en abandono.
Mientras que en el segundo tipo de modelo, dentro de esta relación entre el virus y el capitalismo, “las repercusiones económicas y demográficas de la difusión del virus dependen de grietas y vulnerabilidades en el modelo económico hegemónico” (Harvey, 2020, p. 84). Acá se desprenden tres visualizaciones urbanas y socioespaciales desde el autor: a) una relación de la propagación del virus en poblaciones con elevada densidad, b) una “nueva clase trabajadora” que está en primera fila de la fuerza laboral expuestos a la enfermedad y c) un evidente sesgo demográfico que termina afectado a las pirámides de edad.
Biopolítica urbana
Paul Preciado (2020), en “Aprendiendo del virus”, aborda la propagación del COVID-19 desde la biopolítica. Su hipótesis forma una interesante ecuación: “dime cómo tu comunidad construye su soberanía política y te diré qué formas tomarán tus pandemias y cómo las afrontarás” (Preciado, 2020, p. 167). Son tres autores que se sustenta este argumento: Michael Foucault, desde el poder que se extiende desde el territorio hasta el cuerpo; Roberto Espósito, con las diferentes etimológicas entre comunidad e inmunidad; y Emily Martin, en su argumento de que la inmunidad también se construye colectivamente con criterios sociales y políticos.
A través de este texto, desde la biopolítica y el territorio, abordaré dos consideraciones urbanas: el rol de la vivienda y la reconfiguración espacial del poder. Por un lado, la vivienda se instala como el nuevo centro de producción y control biopolítico en un espacio central de la economía y cibervigilado, una suerte de prisión blanda según Preciado (2020). Por otro lado, y desde la biopolítica en la ciudad, existe una reconfiguración espacial de poder biopolítico, tomando como referencia a Foucault en la gestión de la lepra.
A modo de paréntesis, este último punto de cibervigilancia ha sido destacado en otros textos del recopilatorio, como los argumentos de Byung-Chul Han sobre el control tecnológico de Asia versus la torpe idea de fronteras en Europa para gestionar la pandemia. Han (2020) aborda la eficacia del big data para combatir el virus, en vez de los cierres en las fronteras, resultando una biopolítica digital que se combina con la psicopolítica digital que ha trabajado en sus obras.
Autogestión urbana latinoamericana
En el texto “Desobediencia, por tu culpa voy a sobrevivir” de María Galindo su argumento central se basa en una desobediencia en las medidas de confinamiento y trazabilidad en la propagación del contagio: “más que una enfermedad, parece ser una forma de dictadura mundial multigubernamental policíaca y militar” (Galindo, 2020, p. 120). De esta visión escéptica ante las estrategias, emergen tres consideraciones urbanas según la autora: 1) la eliminación de la calle, uno de los espacios más democráticos, sociales y vitales; 2) restitución absurda y con tintes fascistas de la frontera; y 3) una arma de destrucción a la protesta social como un instrumento de tapar los problemas estructurales de la sociedad.
Ahora, María Galindo se pregunta por estas medidas copiadas desde países coloniales en Bolivia (o América Latina) que no se ajustan a una sociedad proletarizada que convive con otras enfermedades no expuestas en los medios de comunicación. Por eso, la importancia renace de la autogestión social como resistencia para que los cuerpos estén bien alimentados para recibir el virus. Esto viene a sustentar teóricamente, desde el Sur Global, la transversalidad latinoamericana en el tema de la creciente hambruna y la estrategia territorial de las ollas comunes autogestionadas por la misma gente.
Conclusión
El texto recopilatorio nos deja muchas miradas sobre el rol de la ciudad en esta pandemia de una mirada intelectual, como los movimientos y flujos de capitales entre ciudades, desigualdades urbanas, y formas de planificación urbana en la COVID-19, recordando que el poder es sumamente relevante. Tenía un pensamiento de que este libro no tenía una visión espacial y que la discusión se centraba hacia el modelo económico y social en general, pero tiene pistas muy interesantes acerca del rol de la ciudad. Aún así, estas consideraciones no son sistémicas en el recopilatorio, porque quizás su objetivo no es meramente en la intelectualidad de los estudios urbanos. Hago un llamado a que los estudios urbanos tengan un libro recopilatorio de referencia como debate intelectual sobre las causas y consecuencias de la COVID-19 en nuestras urbes.
Solivid: registrando y mapeando la solidaridad en tiempos de pandemia
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), editor revista PLANEO y estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente (U. Católica de Chile)]
Resumen:
La crisis por Covid-19 es un desafío global que ha visto emerger una enorme diversidad de iniciativas y acciones de carácter colectivo a nivel de barrios como respuesta ciudadana ante las problemáticas sociales y económicas que esta situación ha impuesto sobre los grupos más vulnerables. En este contexto, Solivid es un proyecto colaborativo que busca registrar y mapear a escala global aquellas iniciativas solidarias de carácter altruista, colectivo y que satisfagan necesidades colectivas como producto de la crisis actual. Con el apoyo de diversos grupos y de estudios y organizaciones de 10 países, la plataforma ha iniciado en abril la construcción de un mapa y un repositorio de recursos que permita visibilizar y conectar a las distintas iniciativas, y disponer de una base de datos abierta que sirva para conocer cómo surgen y se movilizan las iniciativas colectivas y ciudadanas frente a la crisis.
Palabras clave: Covid-19, Solidaridad, Mapa Global
Los momentos de crisis económica y social suelen ser puntos de inflexión en los que las capacidades y valores tanto de las instituciones como de la sociedad son puestas a prueba, y se manifiestan como caldo de cultivo para el desarrollo de iniciativas y movimientos de base para hacer frente a las diversas necesidades y problemáticas que deben ser enfrentadas por la población. En ese sentido, la actual crisis sanitaria, social y económica por el virus del Covid-19 ha visto emerger no cientos, si no miles de iniciativas de solidaridad a lo largo del globo, desde pequeños grupos que espontáneamente han buscado dar solución a los problemas más inmediatos de una comunidad o un barrio, hasta organizaciones que, ya existiendo previamente, han volcado sus esfuerzos a resolver necesidades clave ante una situación que ha mantenido durante meses a muchas personas en situación de incertidumbre frente a su futuro económico y su salud.
En este contexto, SOLIVID[1] se conformó como una red global de personas e instituciones que busca registrar y mapear las distintas expresiones de solidaridad que han emergido en este tiempo como respuesta a la pandemia como un desafío que va más allá de cada país, y que se sitúa como un fenómeno global que podemos visualizar desde la perspectiva de las acciones que las personas, barrios y ciudades han construido para resolver problemáticas de distinta índole: salud, apoyo a colectivos vulnerables, alimentación, violencia de género, insumos y material sanitario, educación, infancia y adolescencia, vivienda, entre otros desafíos.
Im 1. Inicio de la Plataforma Solivid (www.solivid.org)
El origen de esta iniciativa se encuentra en la Universidad Autónoma de Barcelona, específicamente en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP), el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERM), y el Grupo de Estudios sobre Energía Territorio y Sociedad (GURB), quienes ya contaban con el antecedente de “Barrios y Crisis”, una investigación que se había interrogado sobre los efectos de la crisis económica de 2008 en Catalunya y la emergencia de iniciativas y acciones de carácter local y barrial como expresión de la innovación social. Una “geografía de la solidaridad” que puede ser rastreada esta vez a partir de la pandemia global. Desde este punto de partida, Solivid se planteó como un proyecto colectivo para la construcción de un mapa y un banco de recursos en línea para todo tipo de iniciativas solidarias contra el Covid-19, a partir de un llamado a la recogida de información que considera como criterios esenciales aquellas iniciativas de carácter altruista, colectivo, y que satisfagan necesidades colectivas como producto de la crisis del coronavirus.
Si bien la plataforma se inicia en Barcelona, rápidamente fueron sumándose instituciones y centros de estudios de distintos países de Europa y Latinoamérica, contando hoy con 30 grupos de 10 países que aportan constantemente a la actualización del mapa global. A partir de los aportes de diversas organizaciones, hoy el mapa de iniciativas solidarias cuenta con un acervo de información relevante, con una base de datos abierta a cualquier persona, y que permite la consolidación de al menos dos grandes objetivos. Por una parte, servir de plataforma de visibilización e intercambio de experiencias entre grupos y colectivos de distintas regiones y países y, por otra parte, servir de insumos para el estudio de las respuestas locales y ciudadanas ante situaciones de crisis, relevando la innovación social y la capacidad de acción de las organizaciones de base. Además, se plantea la posibilidad de generar alianzas que impulsen la creación de políticas transformativas ante un escenario global en el que hoy más que nunca se necesitan alternativas capaces de dar respuesta a las urgencias sociales, políticas, ambientales y económicas en un contexto donde la acción ciudadana parece superar la inacción institucional en muchos países.
Im 2. Mapa global de iniciativas solidarias
La plataforma Solivid supone un reto no menor al integrar y coordinar a instituciones y personas de diversas regiones del mundo, donde la comunicación virtual – que hoy ha corrido sus fronteras y se ha normalizado como una vía excepcionalmente importante para mantener en marcha todo tipo de procesos y proyectos – ha sido un recurso clave para poblar de manera progresiva los contenidos de la misma. Otra característica de la plataforma es el Banco de Recursos, una sección dedicada visibilizar la gran cantidad de plataformas que hoy se plantean el mismo propósito que Solivid. De esta forma, la “ofensiva solidaria” puede ser rastreada y estudiada, mientras se hacen visibles las diversas redes que emergen a distintas escalas y con distintos focos de acción. En Chile, la recopilación de iniciativas se ha anclado en el Núcleo de Investigación en Gobernanza y Ordenamiento Territorial del IEUT, desde donde se han recopilado experiencias que apuntan sobre todo a la emergencia de ollas comunes y asambleas territoriales populares, que han venido consolidándose desde el estallido social de octubre. Estas experiencias, enraizadas en las comunidades locales, demuestran cómo los colectivos más vulnerables son capaces de levantar iniciativas potentes para la resolución de los problemas más cotidianos de las desigualdades que se muestran con fuerza en el contexto del país: el hambre, la falta de recursos y empleo, y el difícil acceso a la salud.
En un escenario en el que el mundo ya estaba viendo cambios geopolíticos y socioambientales relevantes, la crisis del coronavirus pareciera venir a reforzar el hecho de que nos encontramos ante una disyuntiva global acerca de los caminos a seguir, y la solidaridad que emerge desde las ciudadanías como forma alternativa de organización es una fuente de saberes territorialmente situados y políticamente posicionados, que deben ser promovidos y valorados para la construcción de vínculos sociales más fuertes y participativos, tomando así la crisis actual como una oportunidad.
*Agradecemos especialmente a Oriol Nel·lo, profesor de la UAB y uno de los gestores de Solivid, por su disposición a contarnos acerca de esta experiencia.
[1] www.solivid.org
repartidores de plataformas digitales y dinamicidad de la ciudad en covid-19: ¿precarización laboral o funcionalidad urbana?
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades; Julio 2020
[Por Iván Ojeda Pereira; Departamento de Sociología, Universidad de Chile]
Entrevista a Alejandra Vives: "La salud general, la carga de enfermedades crónicas, el riesgo de morir por enfermedad, tienen un patrón social y socioeconómico"
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Alejandra Vives Vergara es Médico por la Universidad de Chile, Especialista en Salud Pública por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Master en Salud Pública y PhD por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España. Actualmente se desempeña como profesora asociada del Departamento de Salud Pública UC, y como investigadora asociada del CEDEUS, de SALURBAL y del grupo GREDS-EMCONET en la Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona. Investigadora en epidemiología social, sus líneas principales de investigación son la epidemiología del empleo, esto es, la relación entre las condiciones de empleo con la salud y las desigualdades sociales en salud; salud urbana, regeneración urbana, y las desigualdades territoriales en salud y sus determinantes.
Im 1. Alejandra Vives
- ¿Cómo siendo médico te surgió el interés por la salud pública y, sobre todo, su articulación con lo socio-territorial?
Al salir de la universidad trabajé como médico de la atención primaria, y al cabo de un tiempo de trabajar en ello me encontré con una doble frustración. Por un lado, una frustración intelectual y personal, pues me gusta más dedicarme a la investigación social que al ejercicio propio de la medicina, que es muy bonito y gratificante en algunos sentidos, pero era un área donde sentía que no me desarrollaba como esperaba. Pero más importante que eso, existía la frustración de ver que los problemas de salud que yo atendía eran más bien problemas sociales vinculados al entorno de los pacientes: en el trabajo, en la casa, en el barrio de las familias, que estaban relacionados a las distintas formas y manifestaciones de la pobreza urbana. Y, además, que los recursos de la práctica clínica no te permiten resolver esos problemas.
Por otro lado, el interés socio-territorial en la investigación surge al especializarme en salud pública. Surge al darme cuenta cómo muchas acciones de salud pública se apoyan en las familias, entregando recomendaciones sobre las conductas saludables que deben adoptar para alcanzar un buen estado de salud y evitar la enfermedad, por ejemplo. Como mujer, chilena y santiaguina, me era claro que asumir conductas saludables dependía fuertemente de las condiciones de vida y del entorno en que las personas viven. Criando a mi hija mayor, me resultó evidente que existía una gran diferencia en hacerlo con parques o plazas cercanos a la vivienda; con otros niños, madres y padres con quiénes acompañarse y de quiénes aprender; en una comuna segura donde los niños no tienen que estar encerrados para efectos de seguridad o donde la oferta alimentaria es saludable y variada. Esto se combina con el nivel socioeconómico familiar y los conocimientos que vienen con el acceso a la educación superior, que se distribuye tan desigualmente como lo anterior. Entonces entendí que la salud pública no iba a resolver los problemas de salud de la población, ni revertir las desigualdades en esta materia a través de un mensaje de conductas saludables o de la transferencia del cuidado a las mujeres sin un entorno que habilite esas prácticas. Se necesita una mirada más amplia y estructural sobre cómo hacemos sociedad, cómo hacemos ciudad, entregamos cuidados, organizamos el trabajo y la educación.
- Además de la salud pública sabemos también que tu área de investigación se ubica en el campo de la epidemiología social, ¿podrías explicarnos brevemente qué trata este concepto?
La epidemiología tiene muchas ramas, pero en general es la disciplina investigativa que aporta evidencia científica a la salud pública. La epidemiología investiga desde cuestiones moleculares hasta cuestiones sociales en niveles micro, meso y macro. La epidemiología social justamente trata de entender la distribución de la salud y la enfermedad en la población, en función de condiciones que se construyen socialmente. Miramos desde los modelos de estado de bienestar hasta la forma en que se hace ciudad, el trabajo o cómo se organiza el cuidado. Entiende, además, que hay ejes de desigualdad en la población y posiciones en la estructura social que te ponen en desventaja en diversos contextos y que están relacionadas con el género, la clase social, la condición migratoria o el territorio. Es decir, pueden ser ejes que inciden en la distribución de la adversidad o el privilegio y, por lo tanto, en condiciones de riesgo para la salud o situaciones que la promueven. La epidemiología social mira lejos. Por ejemplo, su foco no es primariamente si las personas fuman o no fuman, sino que trata de entender cuáles son los contextos que promueven que las personas dejen de fumar o cuáles son los contextos en los que las personas lo hacen con más frecuencia. En Chile eso es paradojal, si bien todavía fuman más personas de niveles educacionales altos -que se relaciona con niveles socioeconómicos altos- la adicción tabáquica se presenta más en niveles educacionales bajos. El consumo de alcohol, la conducta sedentaria y la alimentación de menor calidad también tienen un patrón socioeconómico. La salud general, la carga de enfermedades crónicas, el riesgo de morir por enfermedad, tienen un patrón social y socioeconómico. Entender cómo se producen esos patrones y qué factores de la estructura social y vida cotidiana de las personas los promueven, es parte de la tarea de la epidemiología social. Alejarse de la mirada individual de las conductas y acercarse más a cómo construimos sociedad.
- En tu investigación abordas las relaciones que existen entre las condiciones laborales y la salud de las personas con énfasis en el trabajo informal, el cual tiene una significativa representación en las ciudades latinoamericanas. ¿Podrías platicarnos de qué manera las diversas condiciones de empleo inciden en la calidad de la salud?
Claro, llevo muchos años investigando cómo el empleo es un determinante social de la salud. Por un lado, he estudiado mucho el empleo precario, el trabajo formal asalariado y precarizado, dentro de un marco regulatorio que varía en cada país. Estos marcos regulatorios están empujados hoy día por procesos globalizadores y de flexibilidad laboral en sus distintas expresiones, como una fuerza de precarización del empleo formal en todas partes. Por otro lado, he investigado al empleo informal, el cual ocurre fuera del marco regulatorio, es decir, donde no existe una regulación que lo precarice o no. En Latinoamérica lo que existe es mucho trabajo informal, incluso diría que en algunos países es más prevalente que el empleo formal.
¿Y cómo afecta esto a la salud de las personas y las familias? Yo diría que de múltiples maneras. La más directa es a través de los ingresos, es decir, de la cuantía y estabilidad de ingresos que el empleo genera. Si los ingresos son insuficientes, los patrones de consumo probablemente no contribuirán tanto a la construcción de salud y expondrán a las personas a más riesgos. Esto va a definir cuestiones como la calidad de la vivienda, ropa, alimentación, así como la seguridad o inseguridad del entorno, la presencia de áreas verdes o la calidad de la escuela. Existe una gran cantidad de determinantes de la salud que está muy definidas por los ingresos, sobre todo en países como el nuestro, donde se compra casi todo y se paga por la calidad en muchas de las cosas.
Luego, tenemos el empleo mismo en tanto trabajo precario, inseguro o desprotegido, con implicancias importantes para el bienestar psicológico, la salud mental y la salud física, como la cardiovascular o la músculo-esquelética. Esto tiene que ver con distintos tipos de seguridad: por un lado, contar con un empleo estable con cierta tranquilidad hacia el futuro, es muy distinto que tener empleos de corta duración que están siempre en riesgo de acabarse. Esto último instala una condición de incertidumbre persistente que produce un estrés crónico y que tiene un efecto de desgaste psicológico y en el cuerpo y consecuencias en la salud de las personas. En países más ricos y desarrollados, existen mecanismos de protección y seguridad social que son clave para asegurar la estabilidad de los ingresos en periodos no laborales. Estos permiten, por ejemplo, tomar reposo durante una enfermedad, para recuperar adecuadamente la salud, y mantener los ingresos a través de licencias médicas. O el poder tener ingresos durante el embarazo y el postparto, en la vejez, en la presencia de enfermedades limitantes que no permitan a las personas continuar trabajando o en periodos de desempleo, y que ello no signifique que la familia quede carente de ingresos. Toda esa red de protección aporta certezas, de manera que, por ejemplo, no es lo mismo un trabajo con seguro de desempleo, que un trabajo inseguro sin esta protección. En este sentido, el empleo precario, y sobre todo el informal, no otorgan seguridad.
Hay un siguiente nivel, que puede estar presente en todas las relaciones salariales precarizadas, ya sean formales o informales, en el que los trabajadores no tienen la capacidad de exigir condiciones de trabajo seguro. En estos casos es muy probable que se les otorgue menos capacitación o equipos de protección personal, frecuentemente en trabajos más penosos, duros y riesgosos con posibles daños a la salud. A esto se suma una limitada capacidad de negociación, ya que suelen no estar organizados colectivamente, ni tener capacidad de negociar individualmente; por lo que son más susceptibles de formas de trato inadecuado, de que se les exija más allá de lo pactado en su contrato o acuerdo verbal, o que sean sujetos de discriminación o acoso sexual en el trabajo. Esto es más frecuente en trabajadores precarios, en gran medida porque no cuentan con las protecciones debidas del empleo y son susceptibles de amenazas frente al despido, lo que debilita su posición frente al empleador. En este sentido, las leyes y las regulaciones del trabajo están puestas justamente para equilibrar esa desigualdad de poder que existe entre las partes y que se acentúa en la precariedad del empleo.
Por otro lado, como habíamos comentado, contar con empleo tiene un beneficio evidente que es tener un ingreso, pero también hay otros beneficios menos evidentes. Estos tienen que ver con tener una rutina que organiza el día, con desarrollar una actividad que puede ser satisfactoria, con el estatus, la identidad y las relaciones sociales estables y solidarias con los compañeros del trabajo. Todas estas cuestiones se van rompiendo cuando se precariza el empleo, cuando hay desempleo o cuando se tienen empleos temporales que no permiten establecer estos vínculos estables, significativos y solidarios con otros.
- En el mismo sentido, ¿cómo se da la relación salud-trabajo en la esfera de labores no remuneradas y que son cargadas en gran medida hacia las mujeres, como es el cuidado de otras personas y de mantenimiento del hogar?
En el trabajo de la esfera no remunerada -que incluye al trabajo de cuidados y el trabajo doméstico- representa aquella porción de trabajo total que se ha dejado históricamente en manos de las mujeres, a través de lo que antes se llamaba división sexual del trabajo, hoy división de género del trabajo. La esfera no remunerada de las labores domésticas y de cuidado es indivisible del trabajo remunerado o de la esfera llamada productiva, por contraposición a la llamada esfera reproductiva. Porque desde la perspectiva del trabajo, es la que garantiza la reproducción de una fuerza de trabajo saludable, sin la cual la esfera productiva no podría funcionar. A la vez, es un importante consumidor de los productos generados por el trabajo productivo.
En este sentido, la esfera doméstica y de cuidados es un trabajo sin remuneración, de forma que las mujeres que se dedican a ello no cuentan con autonomía económica, y esto tiene implicancias para su bienestar. Es un trabajo sin protección social, es decir, sin un ingreso garantizado en la vejez, que no permite, por ejemplo, contratar una ayuda en caso de que no se pueda seguir trabajando, y que no cuenta con los beneficios sociales que el empleo otorga. Es una labor que suele implicar jornadas muy largas, relacionadas generalmente con la cantidad de miembros del hogar a quienes se cuida, así como su edad y situación de salud. Además, en este tipo de trabajo, generalmente se realizan actividades muy repetitivas y en contacto con sustancias tóxicas, por lo que se producen problemas músculo-esqueléticos o en la piel. Finalmente, se realiza -y considero que cada vez más- en condiciones de aislamiento social, lo que limita las oportunidades que tiene el trabajo remunerado de establecer vínculos sociales, afectivos, significativos y solidarios. En resumen -y más allá de las satisfacciones propias que da el cuidar de la familia- no otorga a las mujeres autonomía económica, oportunidades de desarrollo laboral, posibilidad de establecer relaciones sociales estables. Y en este sentido, la investigación muestra que a pesar de la doble jornada que desarrollan las mujeres que trabajan, el contar con una actividad remunerada es mejor que no hacerlo en términos de salud, puesto que otorga otros beneficios que el trabajo doméstico contemporáneo en hogares unifamiliares no ofrece.
- Hace unos meses desarrollaste, en conjunto con otros investigadores, un estudio en el que se buscó conocer de qué manera algunos factores sociales y urbanos podrían tener incidencia en las desigualdades de salud en Santiago, sobre todo para las mujeres. ¿Cuáles han sido los principales hallazgos de esta investigación?
Este fue un estudio que condujo Usama Bilal, un investigador de la Universidad de Drexel, en Filadelfia, y que forma parte de un proyecto de investigación que se llama Salud urbana en América Latina (SALURBAL)1. El proyecto busca, entre otras cosas, hacer análisis comparados entre países en temas de salud, vinculados con lo urbano. Lo que se hizo en este caso fue un estudio de la esperanza de vida, como un indicador sintético de calidad de vida desde la infancia hasta la vida adulta. En el caso de Chile, el análisis territorial fue a través de sus comunas, pues representan las unidades administrativas para las cuales existen datos de mortalidad y natalidad, entre otros. Lo que se hizo, fue realizar una comparación entre las comunas que tenían la esperanza de vida más corta y larga en cada ciudad para ver cuál era la brecha. Y resultó ser que, de las seis ciudades en estudio, Santiago de Chile era la que presentaba la mayor brecha para las mujeres. El nivel socioeconómico de los habitantes de las comunas -que se midió a través del nivel educacional con los datos censales- explicaría parte de este resultado. Este hallazgo yo lo leo en distintos niveles:
Primero, tiene que ver con que las personas de niveles socioeconómicos más bajos tienen peores condiciones de salud, dado que su vida acumula mayor adversidad. Esto se expresa, entre otras cosas, en una mortalidad prematura y, por tanto, una esperanza de vida más corta. Como existe una segregación socio-territorial tan marcada en Santiago, las personas de nivel socioeconómico bajo se concentran de manera importante en algunas comunas y, más aún, las de nivel socioeconómico alto se concentran en unas pocas. Entonces, lo que esos resultados ponen de manifiesto, en primera instancia, es una esperanza de vida diferente entre distintos niveles socioeconómicos y que puede apreciarse muy bien dada la segregación del territorio.
Lo segundo, es cuando existen territorios muy homogéneos en donde solo viven personas de niveles socioeconómicos bajos, las oportunidades económicas y laborales son mucho más limitadas. Por tanto, existen muy pocas oportunidades de mejora en la situación socioeconómica, con todas las implicancias que esto tiene para la salud, desde la perspectiva de los patrones de consumo familiar. Y esto tiende a reproducir la pobreza inicial, sobre todo en los territorios donde se ha distribuido la vivienda social, en el caso de Santiago.
Y el tercer elemento, es que estos territorios -a cargo de los gobiernos locales o municipios- dependen de la recaudación de impuestos para suplir las necesidades que la población no puede cubrir. Sin embargo, el modelo de recaudación y distribución de recursos en Chile, y sobre todo en Santiago, hace que los municipios que atienden a la población de más bajos recursos sean a su vez los municipios más pobres, los que no tienen capacidad de gasto para mejorar las condiciones de vida de las personas que ahí viven. Así, se combinan la pobreza familiar, la del colectivo y la del municipio, con los impactos en la salud que observamos.
En el caso de la inequidad territorial en la esperanza de vida de las mujeres -que fue el resultado más llamativo en Santiago- no se conocen con exactitud las causas, pero se puede pensar que son las más afectadas al vivir lejos de las oportunidades de empleo. Al tener que combinar el trabajo remunerado y el no remunerado de cuidados son quienes tienen más dificultades para acceder a buenos empleos y obtener ingresos. Asimismo, la carga de cuidados puede ser muy alta y difícil, y mucho mayor en territorios adversos o inseguros. Además, las mujeres suelen tener empleos más precarios que los hombres, aún si pertenecen al mismo nivel socioeconómico. Por otra parte, las mujeres suelen pasar más tiempo en los territorios en los que viven, en sus viviendas, por lo que si estos ofrecen condiciones adversas para la salud, supondrán una mayor acumulación de dichos daños.
- Entrando en materia de la contingencia actual, ¿qué implicaciones a la salud consideras que puedan surgir con la transformación de las dinámicas de trabajo -productivo y de cuidados- detonada por la Covid-19?
El confinamiento tiene efectos negativos sobre la salud mental de las personas y también altera el comportamiento de los niños. Los niños de aquellos hogares con mayor dificultad para enfrentar el confinamiento, que tienen recursos menores educativos en el hogar, son quiénes van a sufrir mayores retrasos en su formación, y esto tendrá ciertas consecuencias en la salud en el futuro. También el sedentarismo y el aislamiento social pueden tener consecuencias presentes y futuras en su bienestar.
En el caso de los adultos, hay que considerar aquellos casos en los que no se puede teletrabajar, y en los cuales las personas siguen saliendo a laborar con el riesgo de enfermar y llevar la enfermedad a su familia, lo cual es un estresor adicional permanente. Asimismo, está el caso de las personas que se encuentran desempleadas, lo que tiene consecuencias económicas para la familia e implicancias para el bienestar, la tranquilidad, la salud física y mental.
Por otro lado, está el teletrabajo. Las personas que deben quedarse en casa pierden algunos beneficios importantes que el trabajo otorga en condiciones normales: la rutina, el levantarse obligadamente a salir, el que la jornada empiece y termine en un horario, la separación entre casa y trabajo, el encuentro con los otros, el estar en movimiento. El teletrabajo además se está dando en un contexto en que toda la familia está en casa, lo que significa una doble jornada simultánea para las mujeres, principalmente. La preparación de alimentos, la limpieza y el trabajo doméstico, en general, se vuelven mucho más intensos que en otras circunstancias. A esto se suma el que los niños requieren apoyo para realizar sus estudios en casa, sobre todo en el caso de familias con niños pequeños. Es decir, tener que acompañarlos en la realización de las tareas, en algunos casos compartir el computador para que puedan acceder a sus clases, así como supervisar la rutina y la realización de los trabajos escolares. Entonces, el estar todos confinados en casa, con los cambios laborales -en sus distintas variantes- tiene o puede tener implicancias para la salud física y el bienestar psicológico de las personas.
- Finalmente, ¿cuál crees que podría ser el impacto principal de la Covid-19 en las ciudades y qué orientaciones deberían considerarse en las políticas públicas?
Por un lado, pensando en la situación post Covid-19, imagino una ciudad arrasada por una crisis económica muy ostensible. Una ciudad que probablemente estará limitada de manera importante en todo lo que se refiere actividades de reunión social: comercios, restaurantes y otros lugares de encuentro. Ya que es probable que sigamos requiriendo del distanciamiento físico por bastante tiempo.
Lo segundo, es que el riesgo de contagio en el transporte público se ha convertido en un promotor del uso de automóvil entre quiénes pueden usarlo. Esto sería un retroceso lamentable, puesto que llevamos mucho tiempo tratando de que quienes usan el auto se cambien al transporte público, dado sus efectos en el cambio climático, consumo de petróleo, uso del espacio en la ciudad, tiempo sedentario y riesgo de accidentes, entre otros. Al respecto, es preciso mencionar que una de las causas de muerte que ha disminuido en los distintos países durante este periodo de confinamiento es la de lesiones externas por accidentes de tránsito. La promoción del transporte activo es una cuestión clave, que hoy se vuelve aún más urgente.
Otra manera de mirar el impacto sería plantearse qué cosas no pueden seguir igual. Creo que en Chile, y en particular en Santiago, se visibilizó con mucha fuerza la segregación socio-territorial. Producto de una política vinculada al precio del suelo y de una política de vivienda social que lamentablemente expulsa de manera sistemática a las personas de menores recursos a la periferia. Así como en viviendas pequeñas, frías y húmedas en invierno, donde frecuentemente habitan muchas personas. Esto facilita el riesgo de infección, lo que se suma a las dificultades para realizar una adecuada cuarentena. Esta situación hace recordar lo ocurrido en epidemias a lo largo de la historia, lo que es muy triste, y que tiene que ver con el modelo de ciudad que tenemos y cuya fragilidad ha quedado en evidencia.
Igualmente, es esperable que se transformen las condiciones vinculadas con el transporte, las oportunidades de empleo y la provisión de servicios básicos. Es decir, otra de las injusticias para quienes viven en la periferia urbana es tener que transportarse a través de mayores distancias para acceder no sólo al empleo, sino que a muchos servicios básicos. Esto limita el acceso y se relaciona con el uso del tiempo, lo que hoy hace más difícil evitar el uso del transporte público para reducir el riesgo de infección. Entonces hay una situación relacionada con la construcción de ciudad que debe permitir que los servicios y trabajos estén más cerca de la gente. Esto además, debería ir de la mano con estrategias que promuevan el transporte activo, el cual facilita el acceso en distancias medias, de una forma no contaminante, con menos ocupación de espacio urbano y que es favorable para la salud. Se podría esperar, entonces que la Covid-19 genere acciones transformadoras de las ciudades y de la forma en que pensamos en ellas.
1 Para conocer más sobre este estudio, puedes consultar el siguiente enlace: https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(19)30235-9/fulltext
Entrevista a Elisa Pozo: "El entorno en donde vivimos tiene la capacidad de prevenir enfermedades y mejorar la salud, así como de empeorarla y de afectarnos de forma negativa"
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Elisa Pozo Menéndez es arquitecta-urbanista con especialización en Medio ambiente y Sostenibilidad por la Universidad Politécnica de Madrid. Ha realizado los estudios de master “Villes Durables” (Institut Français d’Urbanisme,2014) y “Arquitectura Bioclimática y Medio Ambiente” (UPM, 2019). Es investigadora de doctorado en salud urbana y envejecimiento saludable. Desde 2018 forma parte del grupo de investigación ABIO (UPM), coordinando los proyectos europeos UNI-Health (2019) y URB-HealthS (2020), que siguen su línea de trabajo dentro del marco EIT Health. Trabaja con distintos estudios de arquitectura y urbanismo en proyectos diversos aportando su visión interdisciplinar y experiencia internacional. Desde 2017 es profesora de herramientas digitales y fIujos de trabajo en el Instituto Europeo de Diseño de Madrid. Desde2006 participa y colabora con numerosas asociaciones y ONG’s en proyectos de inclusión social con distintos colectivos en situación de vulnerabilidad.
- ¿Cómo es que llegaste a interesarte en la relación entre ciudades y salud?
Vengo de una familia que está vinculada al mundo de la medicina. Desde pequeña la salud ha estado presente de alguna forma. Al comenzar la carrera de Arquitectura, las ramas que más me interesaban estaban relacionadas con el urbanismo, la sostenibilidad, el diseño bioclimático y la reducción del impacto ambiental de las edificaciones. Con esto y a través de conferencias y congresos empecé poco a poco a escuchar hablar sobre la relación entre el diseño y la salud. Por otro lado, yo soy de Asturias y al llegar a vivir a Madrid surgió la intuición de que la vida en una gran ciudad puede estar carente de espacios verdes. Hace un par de años tuve la oportunidad de poder empezar a colaborar como investigadora en el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid en el equipo del catedrático José Fariña, Emilia Román y Ester Higueras, mi directora de tesis, con quien empecé a trabajar en los temas de Urbanismo y Salud y Envejecimiento activo.
- En los últimos años, se ha identificado un incremento de enfermedades que comúnmente son asociadas al ámbito urbano, como es el caso de la obesidad, los problemas respiratorios o el estrés. Desde tu experiencia de investigación, ¿consideras que las ciudades inciden en la generación o prevención de enfermedades? ¿de qué forma?
Sin duda el entorno en donde vivimos tiene la capacidad de prevenir enfermedades y mejorar la salud, así como de empeorarla y de afectarnos de forma negativa. Es cierto que si vivimos en un barrio tranquilo, seguro, con tiendas de proximidad que ofrecen productos locales y saludables, si estamos en contacto con la naturaleza, tenemos espacios cercanos para hacer deporte o si podemos ir al trabajo caminando o en bicicleta, entonces contamos con más facilidades para llevar un estilo de vida saludable. De otra forma, si solo tenemos cerca puertas de garaje opacas y cerradas, establecimientos de comida rápida, calles de múltiples carriles con tráfico constante, aceras estrechas o un ambiente de inseguridad, se dificulta el poder llevar una vida sana. Si bien es cierto que hay una responsabilidad individual de elegir un estilo de vida saludable, también es cierto que el entorno facilita la posibilidad de acceder a estos recursos. Por mucho que queramos llevar una dieta variada, rica y equilibrada, si no tenemos acceso a comercios de proximidad, esto se vuelve muy difícil. Si queremos promover que la gente haga ejercicio y deporte, pero no hay un entorno agradable y cercano para realizarlo, entonces también existe otra limitante. De alguna forma, la ciudad tiene que proveer un entorno que facilite el tener un estilo de vida saludable. En este sentido, la obesidad, la diabetes, la salud mental, los problemas respiratorios, la calidad y esperanza de vida son distintas a nivel de barrio en función de estas condicionantes. Así, es que en una misma ciudad podemos encontrar hasta diez años de diferencia en la esperanza de vida, lo que no solo está dado por temas socioeconómicos, sino por el factor del diseño de la ciudad. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud ya identifica al diseño del entorno donde vivimos como una de las causas de las enfermedades en la población. Entonces está claro que si tenemos ciudades que favorezcan el uso del auto, por ejemplo, habrá más contaminación y ruido, problemas respiratorios, estrés y ansiedad.
- Respecto a este último punto, la ONU y la OMS emitieron un documento en el que se insta a los diferentes gobiernos y actores sociales a integrar la salud y el bienestar -humano y planetario- en la planificación urbana. En este sentido, ¿cuáles crees que son algunos aspectos necesarios de considerar tanto en la planeación y gestión urbana para generar asentamientos más saludables?
Idealmente, tendría que ser un compromiso a distintas escalas -internacional, nacional, regional y local- y con una amplia coordinación. Además de este documento, existen otras publicaciones, guías y ordenanzas; sin embargo, el reto es lograr una coordinación eficiente y garantizar la continuidad en los planes.
Ahora, por ejemplo, en la Universidad Politécnica de Madrid estamos realizando un proyecto sobre cómo adaptar la promoción y prevención de la salud en los planes estratégicos urbanos. Esto, en colaboración con la Universidad de Newcastle, la Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid (FIIBAP), la Universidad de Coimbra, el Instituto Politécnico de Coimbra y la consultora internacional ARUP. En esta investigación, hemos identificado a la multidisciplinariedad como uno de los elementos clave para implementar de manera efectiva los criterios de salud en la planeación. Para ello, tiene que haber equipos de varios profesionales y técnicos que puedan trabajar de forma transversal y complementaria: expertos en sanidad, epidemiología, cultura y promoción de la salud, diseño del paisaje, urbanismo, arquitectura o derecho. Es decir, abordar la salud desde perspectivas múltiples que permitan mejorar y establecer regulaciones para un desarrollo urbano saludable.
Además, también es importante el consenso y la negociación con vecinos, organizaciones no gubernamentales, instituciones y empresas, para que el diálogo se enriquezca y se genere un ambiente de transparencia, sensibilidad e involucramiento de las personas en la promoción de la salud. También es cierto que la complejidad de las ciudades requiere que estos espacios de participación sean lo suficientemente flexibles para acoger la diversidad y los distintos intereses de los actores. Entonces la participación permitirá plantear estrategias y líneas de acción consensuadas y con diferentes plazos, para tener una hoja de ruta común. De esta manera, después de diez o quince años se podrán ver los impactos más notables de estos planes y operaciones estratégicas, lo que será bueno no solo para la salud, sino para el medioambiente y la economía, al atraer talento e innovación.
En el trabajo en el que colaboré con los investigadores José Fariña, Emilia Román y Ester Higueras para el Ministerio de Sanidad y la Red Española de Ciudades Saludables, se definieron tres líneas estratégicas para la promoción y prevención de la salud en las ciudades. Primero, la calidad “paseable” de una ciudad, es decir, si la calle es atractiva, segura, y confortable para caminar. Segundo, la proximidad y calidad de los espacios verdes y la naturalización de la ciudad, porque necesitamos de alguna forma el contacto con la naturaleza dado los múltiples beneficios que tiene. Finalmente, los espacios de convivencia para que pueda combatirse, sobre todo, el problema de la soledad no deseada, que es característico de los entornos urbanos en Europa. A estas tres líneas, añadiría incluso a la cultura, porque es posible observar otras experiencias de ciudades en la que se tienen mediadores culturales que acompañan los procesos de regeneración o desarrollo urbano. De esta manera se puede contribuir a que la población se sienta más incluida, ya sea a través de talleres, charlas, conferencias e incluso aplicaciones (apps) si se buscara ser más “smart”. Lo que es cierto es que estos recursos ayudan, de alguna forma, a comunicar el mensaje de que se está apostando por un modelo, y cuando la gente percibe esa transparencia y entiende este tipo de proyectos, por lo general cambia bastante la manera en que las personas pueden concebir una calidad de vida distinta.
- La emergencia sanitaria que implica la Covid-19 ha visibilizado y agudizado las desigualdades sociales y territoriales que vive la población a nivel global. Al respecto, ¿qué cuestionamientos críticos consideras que detona la Covid-19 respecto a la forma en que se producen tanto el hábitat residencial como el urbano?
Creo que al estar en España la perspectiva que puedo compartir es de lo que hemos vivido aquí. Sin embargo, he platicado con unos amigos y compañeros de Latinoamérica y la situación es completamente distinta, el confinamiento en muchos casos no es una opción porque las personas tienen que salir día a día a asegurar los ingresos familiares. El teletrabajo, por otro lado, pareciera ideal, pero sólo es posible para un sector de la población, y sobre todo para las clases medias-altas. Incluso habría que pensar en los impactos que trabajar en casa tiene en la salud. Por ejemplo, considerar si la vivienda es luminosa, si está expuesta a ruidos, si hay una mesa y una silla que son cómodas o si tenemos a niños, personas mayores o dependientes a cargo. Las desigualdades se han evidenciado aún más con esta crisis sanitaria, y esta diferencia no se presenta solo entre países, sino entre zonas y barrios en una misma ciudad, y también visibiliza las desigualdades de género.
Por otro lado, antes de la crisis sanitaria ya se contaba con bastante evidencia sobre los problemas de salud asociados a las ciudades, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, obesidad, golpes de frío y calor por el cambio climático o salud mental. Entonces, si las personas con afecciones respiratorias son más vulnerables a los efectos de la Covid-19, y se puede mejorar la calidad del aire para prevenir esta vulnerabilidad, parece entonces que hay alguna relación. Si nos enfocamos a que nuestros espacios sean más saludables en general, sin necesidad de que haya pandemia, entonces podremos hacer que las sociedades sean más resilientes y sanas en general.
- Desde una perspectiva histórica, se sabe que la organización de las ciudades y sus infraestructuras ha buscado prevenir o controlar ciertas enfermedades (p.ej. cólera). ¿Consideras que la Covid-19 tendrá incidencia en los modelos de planificación urbana de ahora en adelante? ¿De qué manera?
Creo que deberíamos aprender de esta crisis, y sino aprendiésemos de ella, algo estaría fallando. Igual que se han intentando remediar las crisis anteriores, en ésta deberíamos plantearnos qué no ha funcionado, aprender de ello y transformarlo. De cierta forma, considero que las crisis sirven para eso. Históricamente, en los entornos urbanos ya se ha implementado normativa para mejorar la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, las fábricas contaminantes se han llevado fuera de las ciudades, están asentadas en donde la dirección del viento no puede afectar a la población que está cerca. También se han integrado árboles en las calles o las viviendas intentan tener luz, ventilación y algunos estándares que se han mejorado con crisis producidas por otras epidemias y problemas de salud. Desde luego que esto no es una situación generalizada, porque hay otros muchos factores como el mercado y la especulación.
Si se hace una comparación entre ciudades y barrios, e incluso entre manzanas y bloques en algunos lugares del mundo, es posible encontrarse con muchas diferencias en materia de salud, sostenibilidad y calidad de vida. Creo que esta crisis puede incidir en una mayor la sensibilidad en torno a la influencia de la vivienda y los barrios en la salud, y probablemente ponga mayor presión sobre los gobiernos para mejorar la calidad de vida.
También será necesario plantearse cómo los distintos sistemas sanitarios están organizados a nivel de regiones y de países. No es lo mismo el sistema sanitario de España, que el de Inglaterra, China o Latinoamérica. En este sentido, puede que se haga más evidente la necesidad de trabajar de forma coordinada y complementaria con los sectores sanitarios; y que se entienda también que la prevención – a través del entorno urbano- puede reducir los costes sanitarios y contribuir a que la gestión de la salud sea más efectiva y optimizada.
Finalmente, considero que, así como se han desarrollado normativas y penalizaciones para alejar las industrias de las ciudades o se les han impuesto protocolos de emisiones, también es necesario penalizar otras situaciones. Por ejemplo, el que haya un local de comida rápida a las afueras de un colegio o que existan residencias de personas mayores aisladas y en un contexto marginado. Porque si bien es cierto que hay un componente de responsabilidad individual, los hábitos de vida están muy influenciados por el diseño y el entorno en el que nos movemos día a día, tanto en el caso de espacios interiores como exteriores. Y esto hay que pensarlo siempre según el contexto local y cultural, dada la complejidad de cada ciudad.
- La población mundial se enfrenta a un proceso creciente de envejecimiento que supone una serie de desafíos en dimensiones como la salud y los cuidados. En este sentido, ¿cómo deberíamos estar preparando a nuestras ciudades y sociedades para esta transición demográfica, considerando, además, la integración de la Covid-19 en nuestra vida cotidiana?
Es necesario pensar que habrá un gran porcentaje de población que será mayor de 65 años en algún tiempo, pero también es interesante considerar que no todos serán jubilados, ni todos tendrán problemas auditivos o andarán con bastón. Creo que esto es lo principal que debemos tener en cuenta, reconocer que no existe un único patrón de personas mayores. Por otro lado, si estamos valorando que los entornos sean más saludables, entonces hay que garantizar que lo sean para todas las personas y todas las edades. También considero que es importante replantear la visión que como sociedad tenemos del envejecimiento, pues el hecho de que podamos disfrutar más tiempo de la gente que queremos, de sus enseñanzas y de su experiencia, es realmente un logro.
En Europa, la mayoría de las muertes por Covid-19 han sido en residencias de adultos mayores, lo que se explica al ser sector de la población más vulnerable a esta enfermedad y al vivir de manera conjunta. Sin embargo, no podemos pensar que la Covid-19 es el único factor de riesgo, también están las gripes, las olas de calor o incluso las muertes por soledad. En este sentido, uno de los aprendizajes que podrían surgir de esta situación son las relaciones de generosidad y de apoyo en los barrios, es decir, la manera en que las propias comunidades son capaces de estar pendientes de otros y de integrar los cuidados en el día a día. Al respecto, hay investigadores que han indagado sobre la forma en que el cuidado está incluido o no en la organización las ciudades y esto abre un camino de trabajo muy interesante para plantear
Resiliencia cooperativa: huellas verdes frente a la pandemia
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Bruna Garretón Karzulovic, Ingeniera agrónoma y Magíster en Ciencias de la Agricultura mención Recursos Naturales y Gestión Ambiental. Cátedra de Sustentabilidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile;
José Aliste Prieto, Ingeniero matemático y Doctor en ciencias de la ingeniería. Departamento de Matemáticas, Universidad Andrés Bello;
Valentina Jara Contreras, Ingeniera agrónomo y Magister en Recursos Naturales]
Resumen
La resiliencia de un sistema alimentario frente a impactos como los de una pandemia es objeto de estudio e interés en la actualidad. El fortalecimiento y surgimientos de sistemas complementarios y alternativos que se rigen por principios cooperativos en medio de la crisis sanitaria es un fenómeno emergente que ha ganado protagonismo como objeto de estudio. Para eso, es interesante conocer casos que estén desarrollando respuestas atingentes a los desafíos de abastecer a la población con alimentos saludables y sustentables, vinculados a la soberanía alimentaria. Huellas Verdes es una cooperativa agroecológica de consumidores que lleva más de 8 años abasteciendo a más de 100 familias de la Región Metropolitana con alimentos orgánicos, saludables, estacionales y locales. En este artículo se comparten aquellos principios que le han permitido una respuesta resiliente frente a la crisis sanitaria, sumando socias y socios nuevos, adaptándose a los requerimientos de las autoridades sanitarias mientras ha mantenido el suministro de alimentos a su comunidad y el vínculo solidario de comercio justo con sus productores.
Palabras clave: Cooperativa, Agroecología, Soberanía alimentaria
La crisis sanitaria por pandemia del COVID-19 así como el Estallido Social de Octubre en Chile, han presentado distintos desafíos para el abastecimiento de alimentos de la población. La resiliencia de los sistemas alimentarios se ha puesto a prueba para responder oportunamente a distintas problemáticas derivadas de cadenas alimentarias lineales, abiertas y con muchos intermediarios. Sistemas complementarios o alternativos como las Cooperativas cobran especial relevancia en momentos críticos, en donde la cooperación y un vínculo solidario expresado en mediano y largo plazo, son la clave para una adaptarse a los desafíos. Durante la crisis actual, en la cual los sistemas tradicionales de abastecimiento se han visto gravemente afectados, un paradigma de colaboración y cuidado comunitario se transforma en un complemento y fortalecimiento vinculante entre centros de producción y consumo de alimentos. La FAO estima que para fines del 2020 más del 80% de la población en Latinoamérica vivirá en ciudades. El desplazamiento de la población a zonas urbanas aleja los centros de producción de alimentos de donde éstos son consumidos. El transporte y las cadenas de insumo y suministros alimentarios se ven amenazadas ante escenarios de alta incertidumbre como pandemias e impactos derivados de la crisis climática. Frente a esto, circuitos de comercialización cortos, con menos intermediarios, responden robustamente a los embates antes mencionados.
Pandemias como las del COVID-19 son una de las aristas que conforman la crisis socioambiental por cambio climático y desafíos de sustentabilidad a escala global. El IPCC y la comunidad científica llevan más de una década informando sobre los embates de la crisis climática, y el aumento en la frecuencia de pandemias es uno de los efectos pronosticados. Los sistemas alimentarios forman parte crucial en los impactos de la humanidad. Entre un 20 y un 30% de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) se asocia a lo que se encuentra en nuestro plato, considerando el efecto agregado de toda la cadena alimentaria. Frente a toda la problemática antes mencionada, modelos cooperativos han demostrado responder resilientemente a la pandemia actual. Cadenas de comercialización cortas, con comercio justo y solidario, en donde se vive y practica la Agroecología, con total transparencia de la cadena de valor e incorporación plena de los miembros de la comunidad, permiten sociabilizar los aciertos de cara a la pandemia por COVID-19.
Im 1: Entrega de canasta desde el origen / Fuente: Andrés San Martín
Huellas Verdes es una cooperativa de consumidores que nace el 2011. Lleva más de 8 años abasteciendo a más de 100 familias en la Región Metropolitana. Su misión es abastecer a sus socias y socios de productos agroecológicos, como parte del movimiento de comunidades que sustentan la agricultura (CSA). Como Cooperativa, Huellas Verdes hace más accesible el consumo de alimentos saludables, estacionales y locales, en el marco de las redes de Comercio Justo Transparente. Huellas verdes busca transformarse en una opción económicamente sostenible, que permita la distribución a costos cada vez menores, consiguiendo que sus productos tengan precios competitivos en el mercado. De esta forma, se proyecta como una alternativa real de acceso a alimentos saludables para todas las personas que estén dispuestas a comprometerse con su alimentación a través del trabajo cooperativo.
Huellas verdes funciona gracias a la asociación solidaria, donde el consumidor asume riesgos y beneficios de la actividad agrícola local. Se han desarrollado acuerdos con productores locales de verduras, frutas, legumbres, huevos y otros productos agroecológicos. Funciona con inscripción contínua, en donde sus miembros aportan con dinero y trabajo cooperativo. Huellas verdes se basa en los principios cooperativos así como en principios de las Comunidades que Sustentan la Agricultura (CSA) y del comercio justo transparente. Se organizan en una Asamblea General de Socios, un Consejo de Administración, una Junta de Vigilancia y Gerencia.
Im 2. Organización de una entrega quincenal en Melipilla / Fuente: Andrés San Martín
Actualmente cuenta con 100 familias socias, de las cuales el 76% son socias mujeres, y un 20% son socios extranjeros (Francia, Canadá, España, Italia, EEUU, Argentina, Suiza y Alemania). Además, el trabajo cooperativo se conforma en equipos y comisiones de Educación, Comunicaciones, Mingas, Eventos y Verduleros. El principio central en la organización de Huellas Verdes es el principio de autodistribución. Este principio consiste en que la distribución de los productos sea realizada por el/la agricultor(a) o los consumidores, minimizando la participación de intermediarios y/o empresas de transporte. Además es una Cooperativa sin fines de lucro, lo que se refleja en que el 82% de los ingresos van directo a los productores.
Huellas Verdes se organiza mediante la entrega de canastas semanales o quincenales, las que se componen de una canasta base de verduras que contiene entre 7 y 12 productos aproximadamente. La canasta base se puede complementar añadiendo porciones extra de frutas, granos, cereales, paltas, huevos y pan. Su promedio de entrega es de 45 canastas semanales, y el 2019 entregaron 2.243 canastas. Cuenta con una red de más de 15 productores, los cuales se distribuyen en la zona central de Chile y están ubicados en las localidades de Vicuña, Llay-Llay, La Cruz, Curacaví, Salamanca, Lampa, Santiago, San Bernardo, Melipilla, Paine, El Monte, Cabrero, Pelarco y Linares. Dentro de sus principios, Huellas Verdes busca poder sociabilizar y mostrar su experiencia, pues desde el compartir y el cooperar es posible brindar alternativas para transitar a un sistema alimentario más sustentable, resiliente y regenerativo.
Im 3. Socias y socios en una de las entregas modalidad pandemia / Fuente: Andrés San Martín
Por lo mismo, poder difundir aquellas prácticas, acuerdos y adaptaciones que han desarrollado para enfrentar los desafíos del funcionamiento ininterrumpido frente a cuarentenas, aislamiento y pandemia hoy es fundamental. Los principales ajustes realizados fueron la entrega de canastas cada dos semanas para toda la Cooperativa, pudiendo respetar los periodos de cuarentena recomendados. Debido al principio de autogestión y autodistribución, se organizó y optimizó un sistema de despacho cooperativo por rutas, donde un grupo reducido de socias y socios que respetan las cuarentenas, entregan las canastas a los integrantes de la cooperativa próximos y vecinos. Esto permite que la mayoría de sus miembros mantengan su acceso alimentario respetando la cuarentena. Los turnos de reparto fueron bonificados y se contabilizaron dentro de las horas de trabajo que cada socia y socio debe cumplir para la Cooperativa.
Al estar legalmente constituida, la Cooperativa Huellas Verdes ha podido tramitar en forma efectiva permisos y salvoconductos colectivos para continuar con el abastecimiento de su comunidad. Incluso frente a dificultades por contagios, ya sea de socias, socios o productores, el principio de autoayuda mutua prevalece para no discontinuar la entrega de canastas, y asegurar así los ingresos para sus productores y el alimento para sus socias y socios. Su compromiso con la comunidad y principio de autonomía e independencia han otorgado los criterios de flexibilidad necesarios para adaptarse a las dificultades cambiantes durante la crisis sanitaria.
Por último, uno de los puntos fuertes para la respuesta resiliente de Huellas Verdes ante la crisis ha sido el trabajo de coordinación que el Comité de Administración ha podido conducir. Un liderazgo flexible y fiel a los principios, que permite a la comunidad activarse rápidamente ante cada invitación o pedido de auxilio que se comunica. Una organización interna basada en la confianza, que ha sido forjada con transparencia, prudencia y participación. Finalmente, Huellas Verdes es un ejemplo vivo de cómo un paradigma cooperativo del cuidado fortalece a la comunidad y a la vez, aumenta la resiliencia de sistemas alimentarios urbanos frente a la crisis socioambiental, transformándose en una alternativa real, viable y robusta ante la incertidumbre.
Squatters in the Capitalist City : Housing, Justice, and urban politics
VerSquatters in the Capitalist City : Housing, Justice, and urban politics
Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Gabriel Espinoza Rivera, Sociólogo, Universidad de Playa Ancha. Magíster en Antropologías Latinoamericanas, Universidad Alberto Hurtado. Miembro del Proyecto Fondecyt 1180352 “Ruinas urbanas. Réplicas de memoria en ciudades latinoamericanas. Santiago, Quito y Bogotá”]
Autor: Miguel Martínez
Año: 2019
Editorial: Routledge
Resumen:
Erráticos, corruptos, problemáticos, inseguros, abandonados. No son pocos los adjetivos que logran dar cuenta del problema de las ocupaciones ilegales de inmuebles en las ciudades dominadas por las lógicas de rentabilización y especulación del ambiente construido. La propuesta de Martinez en Squatters in the Capitalist City apunta a evidenciar los límites de la gobernanza urbana, y de la noción de valor en la ciudad, precisamente demostrando cómo las ocupaciones ilegales de inmuebles son convertidas en un problema para hacerlas desaparecer. A través de un recorrido por ciudades europeas y sus edificios ocupados por ciudadanos que entablan relaciones asociativas rentabilizando el abandono en bienes colectivos, el libro caracteriza las diferentes operaciones políticas para expulsar ocupantes indeseados o proteger el abandono.
Palabras claves: neoliberalismo, justicia urbana, abandono
A través del análisis de los squat en ciudades europeas de tinte metropolitano (Barcelona, Ámsterdam, Berlín entre otras), Martínez establece un itinerario de acciones desplegadas por los gobiernos locales, en conjunto con inversores privados, para erradicar la ocupación de edificios abandonados. El binomio de edificios ocupados/desocupados deviene un problema en dos sentidos. El primero es como señala Bennett (2017), debido a la noción liberal lockeana de propiedad. La tierra es útil por su uso, y la dilapidación reside en el abandono. Desde ahí, los inmuebles deben estar produciendo y siendo ocupados. Sin embargo, hay un espectro específico de usos que debe sostener el ambiente construido de la ciudad. Y dentro de estos, se excluyen los informales, ilegales y precisamente, aquellos que disputan la noción de propiedad como un bien ejercido, contra aquel que sitúa a la propiedad como un bien alienado del uso público y, por lo tanto, excluyente.
No todos los edificios ocupados tienen el mismo objetivo, ni tampoco despliegan un contingente homogéneo de acciones para producir la ocupación. Pero sí todos los edificios levantan la sospecha de un mal vivir, siembran el manto de la duda de la correspondencia entre sus habitantes con el territorio, y al mismo tiempo, tensionan los objetivos del gobierno de la ciudad para rentabilizar el espacio mediante venta, renta o especulación.
En este sentido, un juicio moral es el que tiñe a los inmuebles. Como señala Matless (1994) al analizar las formas de enjuiciar el territorio y sus habitantes en el distrito de Norfolk, al este de Inglaterra: “el mismo vocabulario es desplegado para hablar de las personas como de los edificios: ruidosos, impúdicos, indisciplinados, vulgares, un repugnante estropeo del paisaje de Broadland” (p.133). Hay edificios que tienen una carga simbólica que homologa la materia a sus habitantes. O en un sentido del fetiche de la mercancía: hablar mal y castigar los objetos, como si tuvieran vida propia, esconde un juicio y desprecio hacia los individuos que los producen. Producción en el sentido de Guggenheim (2009), quien caracteriza a los edificios como mutables inmóviles: objetos procesuales definidos por su lugar topográfico, que es inamovible, y las acciones humanas que los valorizan, signan, modifican y constituyen.
En el caso de los Squat estudiados por Martínez, hay una geografía moral que recubre estas ocupaciones y las anormaliza y estigmatiza. Estos dos últimos procesos, generan la idea de que los Squat, en el sentido de Cresswell (1996), son un representante de las cosas fuera de orden y lugar en la ciudad.
Desde la disposición del “fuera” de lugar, de lo anormal y corrompido, los Estados mediante los gobiernos de ciudad levantan disposiciones punitivas frente a las ocupaciones. Disposiciones que se entablan en disputas económicas y legales que favorecen a los intereses de la ciudad, y eliminan el disenso a las formas de gobernanza urbana que representan estas ocupaciones.
Aunque no todo es castigo, también hay relaciones instrumentales. El autor contrasta los Squat de tipo artístico frente a los políticos. Si bien ambos pueden compartir elementos performativos de ocupación, y el hecho de ser ilegales, los de tipo artísticos tienen la posibilidad de ser normalizados. Sin embargo, los Squat políticos concentran un capital simbólico negativo a los ojos de la ciudad. Son quienes no solo usan un espacio en abandono, sino que disputan la noción mercantil de la ciudad y los bienes.
Gracias a su despliegue estético, y capacidad de producir una narrativa cool y cultural, las ocupaciones artísticas son normalizadas. Para Martinez, estos Squat son de fácil domesticación porque hay una afinidad en las tendencias de producción de ciudades cultural y el contingente de acciones y prácticas que ofrecen estos edificios: talleres, conciertos y actividades artísticas por sobre político-activistas.
Im 2. Fuente: Thomas Quine/Flickr
En contraposición, los Squat políticos son severamente castigados, perseguidos y criminalizados. Son lugares abyectos desde sus ocupantes, objetos y objetivos; representan la antítesis de una ciudad que se define por la acumulación por desposesión, y la rentabilización y especulación del espacio. Los Squat políticos se definen por su agencia y acción situada, por la idea de valor mediante acciones colectivas que abogan por la horizontalidad y el recuperar la ciudad sin miramientos o afinidades instrumentales con las fuerzas policiales, y los gobiernos locales.
Finalmente, en tiempos de pandemia, la lectura del trabajo de Martínez resulta incisivamente relevante. Si la anormalización y la exclusión son acciones políticas, con fundamentos económicos que definen una geografía moral del territorio ¿Cuál sería el lugar de los enfermos y enfermedades de la ciudad? El texto de Martínez nos permite evidenciar las disposiciones de gobernalidad (en el sentido de la administración del territorio) y de gubernamentalidad (en relación al universo simbólico que define la ideología y acciones del gobierno del territorio) sobre cómo se construye el espacio urbano mediante exclusiones tanto simbólicas, materiales y espaciales de sus habitantes.
Los squat, a los ojos del capital y los gobiernos de las ciudades, se presentan como cuerpos no-humanos enfermos. Depredadores de las bondades de la ciudad y arruinadores de la misma. El peligro que presentan es el del temor reificado en límites claros y materializados en edificios. Límites materiales que ahuyentan a los usuarios disciplinados y docilizados a consumir su lugar en la ciudad, ponen en tensión la legitimidad del sistema de rentas y hacen desplegar al Estado policial sus recursos para extirpar estos cuerpos enfermos. Acá, la enfermedad se levanta como un dispositivo de control que justifica medidas técnicas, congregando argumentos de una ciudad homogénea mediante la eliminación simbólica y material del disenso.
Im 3. Gabriel Maulén en base a fotografía de / Fuente: Thomas Quine/Flickr
Para los usuarios de los squat el problema es la producción de ciudad mediante la especulación inmobiliaria y la desposesión del espacio público. Lo anterior, un problema ubicuo, un mal al acecho, una monstruo que atemoriza y no tiene límites. La enfermedad es la forma de organizar de manera desigual y excluyente la ciudad, y para esto, es preciso actuar guareciéndose, generando cobijos y resistiendo, incluso desde las ruinas.
En este sentido, la pandemia actual es invisible y ubicua, como los procesos de especulación y desposesión del espacio público que genera y promueve el Estado. Como señala Viveiros de Castro (2012), los límites del temor y el miedo ya no son referenciables y escaparon a las fronteras del resguardo. Las fronteras han sido históricamente espacios geográficos o imaginales donde es posible distinguir la seguridad de la inseguridad, el conocimiento de la ignorancia, el cobijo frente al desahucio. Desde la ausencia de fronteras claras sobre los peligros, el miedo se convierte en una actitud inmanente que nos permite vivir. El miedo frente a algo que está siempre acechando comienza a organizar nuestras formas de vivir y ser en el mundo. Nos obliga a estar siempre atentos, ser cautos y establecer nuevos marcos de acción y quizás, otros límites. Al mismo tiempo, la inmanencia del peligro refuerza la idea que la acción colectiva es el espectro de acciones donde podemos enfrentar los problemas que nos envuelven. En este punto, tanto Martínez como Viveiros se encuentran. Ambos apuntan a que la inmanencia de la acción estatal se convierte en un agente del terror y de la precariedad. El estado, a través de su acción policial y marco normalizador, implanta una agenda que atemoriza y pone en constante peligro las formas de producción que le son ajenas o contrarias.
De esta manera, la situación de los usuarios y productores de squat nos convoca a profundizar, en tiempos de desgobierno y crisis sanitarias, acciones de resguardo material y espacial, cobijo afectivo y fortalecimiento de lazos solidarios entre nosotros, miembros de la ciudadania.
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Referencias
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Viveiros de Castro, E. (2012). Immanence and fear. Stranger-events and subjects in Amazonia. HAU: Journal of Ethnographic Theory 2 (¡). pp. 27 – 43.
Agradecimientos a Gabriel Maulén (Ilustrador – Gimes.maulen@gmail.com ), por la ilustración y discusión sobre el texto.
Nueva a-normalidad: la otra pandemia. Reflexiones desde Rio y Barcelona
VerNueva a-normalidad: la otra pandemia. Reflexiones desde Rio y Barcelona
Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Fernando Espósito Galarce; Dr. Arquitecto. Profesor del Programa de Posgrado en Arquitectura (PPGArq), Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU), Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro (PUC-Rio). Becario (2020) de la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) y Fundación Carolina, España.
Julia Alves Meira; Estudiante de arquitectura y becaria del Programa de Iniciación Científica (CNPq). Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU), Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro (PUC-Rio)]
Resumen
El COVID-19, enfermedad surgida a fines del 2019 y que rápidamente alcanzó el carácter de pandemia en marzo del 2020, hizo que nuestras actividades cotidianas se vieran bruscamente interrumpidas. El espacio doméstico absorbió varias de las actividades que antes eran realizadas fuera, en la ciudad y en nuestros lugares de trabajo. En medio de la amenaza del virus, aquellos que pudieron quedarse en casa fueron los privilegiados, pues otros no tuvieron esa posibilidad de elegir. La pandemia ha hecho más visible esa extrema desigualdad social, económica y habitacional, mostrándonos, además, que sus efectos no son iguales para todos, con algunos más vulnerables que otros en esta crisis. Esa visibilidad de la vulnerabilidad hace también más urgente la necesidad de responderle a esa población desfavorecida. En este trance, es necesario reflexionar acerca de cómo éramos y, principalmente, como seremos, realizando cambios profundos que resuelvan la crisis de la injusticia social, la desigualdad y la estigmatización de los más vulnerables.
Palabras clave: Nueva normalidad, estigmatización, pandemia.
Im 1. Persona en situación de calle, en un improvisado refugio para pasar la noche. Ubicado en una céntrica calle del Eixample de Barcelona, se apropia de la fachada de un centro deportivo, cerrado temporalmente durante la cuarentena sanitaria / Fuente: Fernando Espósito
Introducción
Escribimos esta reflexión conectando dos ciudades. Rio de Janeiro (Brasil) y Barcelona (Cataluña, España). La primera, ciudad de residencia permanente de los autores. La segunda, ciudad de residencia temporal donde a uno de ellos le ha sorprendido la pandemia.
El COVID-19, enfermedad surgida a fines del 2019 y que rápidamente alcanzó el carácter de pandemia en marzo del 2020, nos ha hecho replantearnos varias dimensiones de nuestra sociedad.
Los servicios de salud han estado sobre una presión extrema y con su capacidad de respuesta en muchos casos sobrepasada. La vida que llevábamos hasta ese momento, con las fragilidades propias de un sistema híper capitalista, disminuyó considerablemente su ritmo. El escenario es de miedo e incertidumbre, pero también, de reflexión. El aislamiento social, estrategia adoptada por la mayoría de los gobiernos para contener la pandemia e intentar disminuir la letalidad del virus, trajo otros cuestionamientos importantes al campo de la arquitectura y el urbanismo. En algunos países europeos, como Italia y España, naciones occidentales donde el virus golpeó primero, el aislamiento fue aplicado de forma bastante rígida, con cuarentenas severas, aislando algunas regiones del territorio, cerrando fronteras internas y externas, restringiendo la libre circulación y aplicando elevadas multas e incluso prisión en caso de que los ciudadanos no respetasen las medidas. Actualmente (junio de 2020) en España, ya en la recta final de la llamada “desescalada” de las medidas restrictivas y ad-portas de la “nueva normalidad”, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas y de desinfectantes es obligatorio en espacios públicos.
La pandemia hizo que nuestras actividades cotidianas se vieran bruscamente interrumpidas. El espacio doméstico absorbió varias de las actividades que antes eran realizadas fuera, en la ciudad y en nuestros lugares de trabajo. Así, en medio de la amenaza del virus, aquellos que pudieron quedarse en casa fueron los privilegiados, pues otros no tuvieron esa posibilidad de elegir. Dentro de ese grupo están los marginalizados, los “residualizados” por el sistema, personas que ya observábamos en la ciudad pre pandémica, víctimas de una histórica estigmatización social y territorial, y que, sin más alternativas, habitan los lugares negligenciados, llenos de preconceptos, y que, algunas veces más cerca de lo que creemos, son invisibles a nuestras miradas. A esos “otros”, Goffman (2011 apud SIQUEIRA; CARDOSO) les llama los “anormales” del sistema, identificando el origen de esa estigmatización en nosotros, los supuestos normales, responsables por la construcción de esos preconceptos y estereotipos que imponemos a esos extraños y diferentes.
El problema de la nueva a-normalidad
Durante la pandemia la situación de estas personas ha sido compleja, pues no han tenido más opción que continuar circulando por la ciudad y seguir sobreviviendo de lo que el sistema les deja, con trabajos informales y precarios (en el mejor de los casos), pero ahora exponiéndose al virus. Resguardándose en espacios que la ciudad ignora y muchas veces desprecia, en su situación de calle, han quedado aún más vulnerables.
Según los datos de la Defensoría Pública del Estado de Rio de Janeiro (2019), la cantidad de personas en situación de calle bordea las 15 mil en la ciudad carioca. En Barcelona, según datos de la Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar, esa cifra bordea las 2.500, en su mayoría extranjeros comunitarios (Unión Europea), habiendo aumentado en un 72% en la última década. Esta pandemia, ciertamente, traerá un dramático aumento en esas cifras.
El virus ha hecho más visible esa extrema desigualdad social, económica y habitacional, mostrándonos, además, que los efectos de la pandemia no son iguales para todos. Los ciudadanos históricamente estigmatizados “por la ciudad” son los más vulnerables en esta crisis. En palabras de Fajardo (2020), «los invisibles se hicieron más visibles gracias al maldito Covid-19”. Esa visibilidad hace también más urgente la necesidad de atender a esa población vulnerable, lo que por otro lado incomoda a un sistema pensado no para ellos, sino que para los normales que “son parte” de él. En un contexto de emergencia sanitaria y de alta demanda de los servicios de salud, esa estigmatización de los “anormales”, como dice Goffman, se fortalece. Si esos seres invisibles antes eran ignorados, ahora corren el riesgo de ser rechazados una vez más. En Brasil, son acciones de organizaciones como Médicos Sin Fronteras las que intentan superar la insuficiente y cuestionable calidad de los servicios proporcionados por el Estado (fig.1).
Im 2. Asistencia de los Médicos Sin Fronteras en de São Paulo a personas vulnerables / Fuente: https://www.msf.org.br/noticias/medicos-sem-fronteiras-comeca-acao-contra-covid-19-no-brasil.
En Barcelona, a pesar de existir un estado de bienestar mayor y de asistencia social más eficiente, es la ciudad, también en sus lugares residuales, la que acaba cobijando esas injusticias (fig.2).
Im 3. Personas en situación de calle compartiendo en una plaza del centro de Barcelona, en el barrio del Raval / Fuente: Fernando Espósito
Entre marzo y mayo, segun Ling (2020), se evidenció claramente el fracaso de las grandes ciudades “construidas a base de contacto, de aglomeración, de densificación y verticalización”, y también de desigualdad e injusticia.
El COVID-19 nos puso a todos bajo la misma amenaza, pero con diferencias abismales en nuestras posibilidades de protección y preservación física, mental y económica. Las medidas de combate al virus que no consideraron esas diferencias, acabaron agudizando la estigmatización de los más vulnerables. La pregunta que surge entonces es, ¿cuál será la nueva normalidad? Pero, ¿y qué hacemos con la nueva a-normalidad?
Desde su aparición, el virus trajo un aire de estigmatización evidente, primero con los orientales, a quienes se le relacionó absurda, injusta e ignorantemente con el “virus chino” (SANTOS, 2020). Sin embargo, ese sesgo estigmatizador se ha infiltrado, y cualquier persona más allá de la puerta de casa es tratada como una amenaza, incluso a aquellos que antes de la pandemia eran “tan normales como yo”. Se trata de “un otro que debe ser evitado” (SIQUEIRA, 2016). Esa noción de alteridad es usualmente depositada en los marginalizados, pero debido a la constante amenaza de contagio pasó a incluir cualquier cuerpo extraño, y en el caso del espacio urbano, cualquier lugar que no sea “el mío”. Pero esto no es nada nuevo. Rio de Janeiro posee un largo historial de estigmatización socio espacial con sus favelas. Europa, en general, con los inmigrantes, principalmente los venidos del otro lado del Mediterráneo. Hoy, esa infiltración estigmatizadora ha alcanzado nuevos niveles, al punto de hablar de la “madrileñofobia”, concepto que singulariza el miedo de contagio proveniente de Madrid, una de las ciudades más afectadas por el COVID-1. Supuestamente, esta podría representar un riesgo de nuevos brotes del virus producto del movimiento de sus ciudadanos a otras comunidades españolas, más ahora, ya iniciada la temporada vacacional.
Irónicamente, fue necesaria una crisis global para que el modelo de ciudad fragmentada, repleta de barreras (visibles e invisibles) impuestas a los más vulnerables, fuese vista como ineficaz y para que el contacto con extraños fuese más valorizado y percibido como esencial en la vida de la ciudad.
Conclusión
La pandemia nos ha enrostrado que existe un espacio habitado que muchas veces no percibimos, y que, hipócritas, evitamos reconocer y observar. Espacios y personas que no queremos ver porque nos incomodan. Espacios residuales de los marginalizados y que esta pandemia visibilizó más que antes. Consecuencia de una extrema desigualdad, de un sistema que se sustenta en esos seres humanos explotados y que ahora, paralizado por la cuarentena, nos revela con más evidencia nuestras miserias y la crueldad de la indiferencia. Cuando el sistema está en marcha, ellos sobreviven de los restos, de lo que sobra, y por eso no nos incomodan, porque desaparecen en esa máquina capitalista de la supervivencia, en un «estado de excepción permanente» que normaliza lo anormal. ¿Como superar esta otra pandemia? Hoy, habitantes de los espacios temporalmente abandonados como museos (fig. 3, 4 y 5), teatros, y cajeros electrónicos de sucursales bancárias, esperan para continuar sobreviviendo, paradojalmente, en el mismo sistema que los estigmatiza.
Im 4 y 5. Refugio improvisado por una familia en situación de calle, instalado en las estructuras de acceso al museo Can Framis, de la Fundación Vila Casas, ubicado en el distrito 22@, Poble Nou, Barcelona / Fuente: Fernando Espósito
Im 6. Un hombre en situación de calle duerme en la puerta principal del Museo Marítimo de Barcelona, uno de los museos más visitados de la ciudad, cerrado durante la emergencia sanitaria / Fuente: Fernando Espósito
Según Solnit (2020), tal vez el desafío desde ahora sea reflexionar acerca de cómo éramos, revalorando los contactos próximos y con una nueva sensación de pertenencia, descubriendo un nuevo respeto por aquellos “anormales” de Goffman, muchos de los cuales, sin siquiera darnos cuenta, “producen nuestros alimentos, los llevan a nuestras mesas” y que, de alguna forma y sin saberlo, nos ayudan a tener lo que tenemos y estar donde estamos.
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Bibliografia
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Desigualdades sanitarias en la ciudad neoliberal. Reflexiones a partir de la salud pública colectiva
VerDesigualdades sanitarias en la ciudad neoliberal. Reflexiones a partir de la salud pública colectiva
Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Pablo González. Licenciado en Historia, Universidad de Chile. Magíster en Desarrollo Urbano, Universidad Católica de Chile.
Pamela Espinoza. Cirujano Dentista, Universidad de Chile. Estudiante Magíster en Salud Pública, Universidad de Chile]
Resumen
La actual pandemia por Covid-19 ha traído al debate la estrecha relación entre las desigualdades sanitarias y la configuración del espacio urbano neoliberal. Si bien la importancia del pensamiento salubrista en el desarrollo de las ciudades es de larga data, se sostiene que la coyuntura actual ha vuelto a posicionar a la salud pública como un factor trascendental al momento de planificar las ciudades, a fin de propiciar una distribución más equitativa de las condiciones sanitarias y ambientales. Esta columna busca visibilizar la perspectiva de la salud colectiva en su doble propósito de comprender los procesos de salud-enfermedad como fenómenos socioespacialmente construidos, así como también vincular a diversos actores locales en la gobernanza de la salud.
Palabras claves: ciudad neoliberal – desigualdad sanitaria- salud colectiva
Desde comienzos del siglo XX, las condiciones sanitarias de la población urbana, fueron de vital relevancia para establecer relaciones entre la naciente salud pública y la distribución del medio ambiente urbano (Ibarra, 2016). El acceso al agua potable, habitaciones higiénicas, atención primaria y medicina preventiva, marcaron la agenda de la salud pública, lo cual permitió sedimentar la relación entre planificación urbana y condiciones sanitarias. Por ejemplo, mientras Salvador Allende era ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, la provisión de vivienda se entendía como un asunto estratégico para mejorar las condiciones sanitarias de la población (Amar, 2008).
Con todo, el modelo económico chileno configurado en la Dictadura de Pinochet y profundizado en los gobiernos de transición, ha entendido a la salud como un bien de consumo por sobre su acceso universal, lo que ha generado fragmentación del modelo sanitario (Goyenechea & Sinclaire, 2013). Por tanto, los procesos de salud-enfermedad no se distribuyen de forma ecuánime entre la población; siendo una dimensión relevante de las desigualdades sociales. De esta manera, el panorama actual de pandemia por SARS-CoV-2 (Covid-19) evidencia que las dinámicas infecto-contagiosas, lejos de entenderse como procesos estrictamente biológicos, están directamente relacionados con estructuras institucionales y condiciones socioeconómicas, lo que se ve reflejado en factores sanitarios distribuidos de forma inequitativa en la ciudad neoliberal.
El 18 de octubre pasado en Chile, emergió espontáneamente un movimiento social, que articula una serie de demandas colectivas, entre ellas exigencias de derechos sociales e igualdad de oportunidades en cuanto a educación, vivienda, salud, entre otros. En medio de esta coyuntura de revuelta social, la desigualdad sanitaria se ha relevado a partir de perspectivas socioterritoriales emanadas desde la salud colectiva, la cual considera nuevas formas de comprender y actuar ante las consecuencias provocadas por la distribución desigual del espacio urbano. Ejemplos de esto son mapas de contagio que develan desiguales índices de prevalencia en la Región Metropolitana (INTERFERENCIA, 2020). También se ha destacado la reconversión de las brigadas de primeros auxilios que atendían a manifestantes heridos de la revuelta social, en comités de salud territoriales que responden comunitariamente a la pandemia (LAB, 2020). De esta forma, el conocimiento que emana desde la salud colectiva pone en relieve la determinación social en salud para considerar nuevas dimensiones socio-biológicas de la desigualdad. Es por ello que se ha puesto el foco en entender la ‘enfermedad’ no solo como un desequilibrio biofísico, sino que también como expresión de trayectorias históricas y procesos socioespaciales.
Si bien con el enfoque de los determinantes sociales elaborados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha producido un avance al vincular condiciones económicas y políticas en los procesos de salud-enfermedad, este concepto deja de lado las dinámicas territoriales y las relaciones de poder que se conjugan en los espacios urbanos. Por otro lado, tampoco cuestiona el modelo de acumulación capitalista que es la base de las inequidades en salud en Latinoamérica. En ese sentido, es necesario considerar la dimensión territorial y profundizar en las desigualdades espaciales en salud desde el modelo de determinación social que propone la corriente de salud colectiva (Morales-Borrero et al., 2013).
La salud colectiva pone en valor el agenciamiento de los actores locales y de la apropiación de los espacios habitados mediante la territorialización de los problemas urbanos (imagen 1). Esto queda de manifiesto en las experiencias de autoorganización territorial que han emergido como respuesta a las necesidades en salud de la población frente a las deficiencias de la política pública (Borde y Torres-Tovar, 2017).
Im 1. Organización de salud colectiva / Fuente: gentileza de comité de emergencia Asamblea Popular Metro La Granja.
La violencia que ejerce la ciudad neoliberal (Hidalgo & Janoschka, 2014) sobre las personas y sus hábitats, configura espacios urbanos sin derecho a la salud. Las ciudades son escindidas y fragmentadas, y su consecuencia es la generación de zonas de sacrificio social, expresada en marginalización, guetificación, hacinamiento, dificultad para desplazarse y desarticulación de la organización comunitaria; todos factores que inciden directamente en la salud de las poblaciones (Firpo-Porto, 2013).
Barrios, villas y poblaciones divididas por la construcción de autopistas concesionadas (Stamm, 2016), son también los territorios donde existe mayor exposición y vulnerabilidad debido a la crisis sanitaria por Covid-19; esto permite dar cuenta de los factores sanitarios presentes en la injusticia ambiental-urbana, lo cual hace patente las contradicciones del modelo urbano neoliberal. Entre los determinantes sociales que influyen en este fenómeno se identifican condiciones de vivienda, hacinamiento y alta densidad poblacional; esto sumado a la precariedad laboral, la cesantía y el trabajo informal, características que cruzan también a estos territorios y que les impide llevar adelante una cuarentena efectiva (Escuela de Salud Pública UCH, 2020).
Por tanto, la pandemia está afectando en mayor medida a los espacios marginados de la ciudad, desde una perspectiva epidemiológica al presentar las mayores tasas de incidencia, pero también desde la perspectiva de los derechos sociales al verse vulnerados los derechos en salud pública. Esto quedó de manifiesto en las protestas ocurridas en un sector de la comuna de El Bosque, en que la comunidad levantó demandas en relación al derecho básico de alimentación.
Sin embargo, estos espacios también albergan un componente de autoorganización popular. Tal como lo fue en la dictadura de Pinochet, reemergen memorias de resistencia y de autoorganización social (Gatica, 2017). Así es como en poblaciones de las comunas del Gran Santiago, Valparaíso, Iquique, Antofagasta, entre otras, se instala la olla común, que en algún momento fue una respuesta frente a un problema de salud pública como la desnutrición infantil, y que hoy resurgen como experiencias de autogobernanza local frente al hambre. En este sentido, la respuesta organizativa a nivel territorial ha sido fundamental en responder a las necesidades alimentarias y paliar las desigualdades socioeconómicas (imagen 2).
Im 2. Organización vecinal en comuna de La Granja. Fuente: gentileza de Comité de emergencia Asamblea Popular Metro La Granja.
Conclusiones
Se requiere de un entendimiento profundo entre territorios, actores sociales y procesos de salud-enfermedad. El modelo de determinantes sociales de la OMS no lo considera así, ya que entiende a la población como un conjunto de entes sin historias, geografías y culturas. Desde la salud colectiva se encuentran valiosas experiencias de gobernanza territorial, pero aún sigue siendo necesario considerar a los actores locales en su capacidad de agenciar transformaciones urbano-sanitarias. En conclusión, las desigualdades sanitarias y su correlato urbano, deben exhortar a la planificación de las ciudades con el propósito de abordar procesos de salud-enfermedad entre los problemas territoriales, considerando por tanto la historicidad y espacialidad de las comunidades involucradas.
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Bibliografía
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Cómo abordar el uso seguro de los espacios públicos. Criterios y definiciones sobre el regreso de los niños/as a la ciudad
VerCómo abordar el uso seguro de los espacios públicos. Criterios y definiciones sobre el regreso de los niños/as a la ciudad
Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Piera Medina Ziller; Arquitecta urbanista, Magister en Desarrollo Urbano UC; Editora General Revista Planeo; Directora Ejecutiva Fundación Escala Común]
Resumen:
La pandemia del Covid-2019 que hemos enfrentado en lo que va de este 2020 ha cambiado nuestra vida de forma abrupta y radical. Nuestra relación con la ciudad y los espacios públicos se ha visto paralizada, las calles se han vuelto un espacio vacío frente a la ausencia de los cuerpos que cohabitan los espacios públicos, quedando de manifiesto el rol de las ciudades en nuestras vidas cotidianas, soporte de actividades, encuentros, movilidad, y el juego. Así como también, las brechas socio territoriales que se han incrementado durante los últimos meses. Atónitos frente a un evento que pensábamos propio de los libros de historia, nos enfrentamos a un escenario difuso y nuevo, en un tiempo de pausa que nos permite remirar con nuevos lentes nuestra relación con la ciudad, y resignificar los espacios que acogen nuestra vida, allá afuera. El presente texto se refiere al regreso de los niños/as a la ciudad y el uso de los espacios públicos cuando la pandemia termine. Se plantea una reflexión en torno a la manera en cómo abordamos y qué criterios se deberán tener en consideración para establecer condiciones seguras para los niños/as en nuestras ciudades.
Palabras Clave: Espacios Públicos; Infancia; Pandemia
La situación a nivel global de confinamiento, ha evidenciado desigualdades que requieren ser abordadas con urgencia, una de ellas tiene que ver con las brechas existentes en el acceso e integración de la infancia en la ciudad. Si bien previo a la pandemia resultaba un ámbito de gran relevancia por la escasa inclusión de la infancia en términos del desarrollo urbano, la situación actual profundizó aún más la invisibilización de las voces de miles de niños, niñas y adolescentes. Y esto no sólo desde la perspectiva de la propagación del virus en casos de menores de 18 años, sino también, desde el enfoque del cuidado y protección de su bienestar en todo orden, ya sea durante la cuarentena, como por los aspectos que definan el regreso seguro a la ciudad y sus equipamientos, y cómo abordar el uso de los espacios públicos para los niños/as una vez que la crisis termine.
Im 1. Dibujo de un espacio público hecho por niño de 9 años / Fuente: Escala Común
Para la infancia esta crisis ha tenido una serie de manifestaciones directas en su bienestar. Según un estudio realizado por Unicef (2020), las más conocidas han sido el estrés por falta de actividades sociales con sus pares y familiares queridos, la ansiedad por el encierro, el miedo a contagiar a sus abuelos, y en gran parte, el no poder realizar actividades en su barrio y su ciudad.
Y es que para la infancia, la ciudad juega un rol fundamental para su desarrollo integral, incluyendo aspectos cognitivos, psicosociales, psicomotores, de salud física, mental, de aprendizajes simbólicos, espaciales, etc. Hacer actividades al aire libre de forma cotidiana genera beneficios directos en la disminución de obesidad, sedentarismo, problemas a la visión; a la vez que, realizar prácticas cotidianas de los niños/as en el espacio público genera beneficios en su autonomía, en su construcción de identidad como individuo, en la cohesión social, y la calidad de vida de los entornos donde los niños/as participan (Medina & Mucientes, 2019).
Im 2. Niños/as jugando en plaza Las Lilas antes del Covid-19 / Fuente: autora
El cómo abordamos el regreso seguro de los niños/as a la ciudad debe reconocer la importancia que tiene esta plataforma para su desarrollo, y por tanto es necesario insistir en la idea que, entendiendo que estamos frente a una realidad compleja, los niños/as deben salir a la ciudad y hacer uso de los espacios públicos como una medida recreativa, y necesaria para el bienestar y salud infantil.
La manera en que enfrentamos esta situación, debe ir de la mano con medidas que permitan reintegrar el juego en la ciudad, de forma paulatina, responsable, y coordinada. Pero sobre todo, con voluntad para restablecer y mantener la dimensión lúdica de los espacios públicos. Urge abordar estas dinámicas en la vida pública, en tanto la necesidad que tienen los niños/as de volver hacer uso de los espacios públicos de sus ciudades y barrios, como también, el cómo nos co-responsabilizamos como sociedad para brindar condiciones seguras a ellos, sin limitar (nuevamente) sus acciones y prácticas lúdicas en la ciudad.
Todo lo anterior implica el desarrollo de nuevos criterios urbanos y medidas más pertinentes con la infancia en la ciudad, que permitan garantizar el bienestar urbano infantil y una mayor inclusión de los niños/as y adolescentes en los espacios de juego, equipamiento, y la movilidad urbana infantil. Como una forma de abordar esta problemática, ya pre-existente a la pandemia, se han desarrollado una serie de recomendaciones, lineamientos, e indicadores para una mayor pertinencia en el diseño de espacios públicos vinculados con la infancia, denominado SIPIC: Set de Indicadores para la Pertinencia Infantil en la Ciudad, desarrollado por Escala Común, y el Observatorio de Ciudades UC (para revisar en detalle ver: http://www.sipic.cl). SIPIC plantea una propuesta que permitiría hacerle frente a los requerimientos de la infancia en el espacio público, e implementar medidas coherentes a las nuevas demandas que surgirán luego de la pandemia. Este instrumento plantea una serie de indicadores que permitirán evaluar la pertinencia e inclusión de la infancia en las ciudades, a su vez, presenta una serie de proyectos y criterios para implementar en las ciudades en miras de una mayor inclusión, seguridad, y calidad de los espacios públicos.
Im 3. Percepciones, y propuestas de los niños/as sobre la ciudad que imaginan tener en el futuro, y cómo eso implica un mejor manejo de la sustentabilidad de parte de los adultos responsables / Fuente: Escala Común
Integrar todo aquello, es una oportunidad enorme para avanzar hacia ciudades más inclusivas, equitativas, y amables con la infancia y adolescencia, que permitirían sentar un precedente, quizás único, de velar y poner realmente a los niños/as primero; pues si antes, en ese mundo anterior al Covid-19, no existían las condiciones formales y la voluntad para una mayor inclusión infantil en el diseño de espacios públicos, hoy no será posible hacerlo más sin ellos.
Im 4 – 5. Taller de participación ciudadana infantil con niños/as de 1º a 4º básico / Fuente: Escala Común
Es imprescindible ahondar desde una perspectiva holística lo que todo esto va a significar para la infancia, e incluir todo aquello en cómo se piensan las ciudades, para adaptar de una vez por todas los lugares a las necesidades de los niños/as, y así, dejar de pedirle a la infancia que siga adaptándose a los lugares que hemos creado para los adultos. Sólo incluyendo a los niños/as en la forma en que pensamos y hacemos las ciudades, podemos aspirar a espacios más prósperos y saludables, pues como afirma Tonucci, si una ciudad es amigable, inclusiva, y apta para los niños/as, lo será también para todos.
Y no debemos olvidar las brechas entre los distintos territorios, que hoy más que nunca deberán avanzar a una mayor equidad. Es necesario actuar con mayor énfasis en aquellos sectores donde la desigualdad se hace palpable, y los espacios públicos así lo revelan. Esta misma desigualdad ha puesto enormes barreras en la inclusión infantil en el contexto urbano.
Se deberá asumir entonces, el desafío de garantizar entornos de convivencia seguros que promuevan el desarrollo y bienestar infantil de forma plena, pues los niños/as volverán a salir a jugar, y los padres también requerirán de estos espacios como complemento de la crianza, especialmente en aquellos lugares donde la cuarentena ha dejado en evidencia la falta de espacio y habitabilidad que permita el juego y convivencia al interior de los hogares. Deberán existir garantías territoriales que permitan que el regreso a la ciudad se dé de forma óptima y segura, pero por sobre todas las cosas, que se pueda dar.
Garantizar espacios seguros para la infancia en la ciudad, es proporcionar condiciones para que puedan ejercer su derecho a la ciudad y al juego, parte de los derechos ratificados por la Convención de Derechos de los Niños/as. Por ello, escuchar las voces de los niños/as y adolescentes es clave para el proceso de reinvención urbana que deberemos enfrentar, que provea entornos que protejan y aseguren su desarrollo pleno en la ciudad. Pensar en la prosperidad de la niñez en la ciudad entrega una hoja de ruta que fija una visión prospectiva de la ciudad a la cual debiéramos aspirar, más amigable, más saludable, y más inclusiva.
Im 6. Talleres de urbanismo y activación ciudadana para jóvenes «Yo También» realizados junto a Fundación Aldea, en el Museo Benjamín Vicuña Mackenna año 2017 / Fuente: Escala Común
Este desafío requiere una coordinación de todos los actores que se vinculan al derecho pleno del bienestar infantil (Unicef, 2020), donde las ciudades y sus espacios públicos juegan un rol crucial en su desarrollo, y hoy quizás más que nunca, se deben convertir en espacios más inclusivos y saludables. Esta coordinación será clave para brindar recursos y acciones que velen por el bienestar de toda la población, pero principalmente, cumplan con las condiciones para prevenir nuevos y más contagios de este virus.
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Referencias:
Berasategi N.; Idoiaga N. et al. (2020); “Las voces de los niños y de las niñas en situación de confinamiento por el covid-19”; Universidad del País Vasco, ISBN: 978-84-1319-229-1
Medina P. & Mucientes C. (2019); “Geografías de la infancia: derribando muros del gigante egoísta. Análisis de la pertinencia infantil en el diseño de espacios públicos”. Proyecto financiado por Fondart Nacional, línea de investigación en Arquitectura: https://issuu.com/pieram/docs/geografias_de_la_infancia_sipic
Unicef (2020); “CUADERNOS PARA LA ACCIÓN LOCAL: Medidas para la creación de entornos protectores de cuidado y recreación para la infancia y adolescencia en el post-confinamiento”
SIPIC (2019): “Set de Indicadores para la Pertinencia Infantil en la Ciudad, SIPIC”; disponible en: www.sipic.cl / http://escalacomun.cl/portfolio/sipic-sistema-de-indicadores-de-la-pertinencia-infantil-en-la-ciudad/
La pandemia y la ciudad improvisada en Ecuador
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Gina Rivera Torres, Arquitecta, Magister en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Erick Renato Serrano Fernández de Córdova, Arquitecto, Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
La presente columna busca evidenciar como, desde siempre, las personas en su manera improvisada de asumir las crisis, han sido quienes han dado respuestas a los problemas que de ésta se derivan; transformando radicalmente la forma de concebir, planificar y gestionar las ciudades. La pandemia entonces debe pasar de ser vista como un problema, a pensarse como una oportunidad de cambio estructural para las ciudades; que apunte a una sociedad más equitativa y justa, a una economía sostenible y a una gobernanza centrada en el bien común.
Palabras claves: crisis sanitaria, modelo de ciudad, gobernanza
La crisis sanitaria que ha surgido en los últimos meses del presente año tras la expansión a nivel mundial del COVID-19; declarada por la OMS como una pandemia; ha derivado en una serie de estrategias emergentes que tanto desde el sector público como de la sociedad civil han presentado diferentes matices que han puesto en la palestra del debate a la forma tradicional de concebir a la ciudad.
El confinamiento constituyó hasta un momento dado en la mayor estrategia empleada por los gobiernos locales y nacionales para reducir y contener la pandemia. En Ecuador esta estrategia ha ido acompañada de restricciones en la movilidad de la población, como la regulación en la circulación vehicular, la suspensión del transporte urbano, inter-cantonal, e interprovincial; la suspensión presencial de la jornada laboral, el toque de queda, la prohibición de asistencia a espacios de uso masivo, entre otros.
Estrategia que en pocas ciudades surtió efecto pues frente a las necesidades cotidianas de la población, aceleradamente se abandonó el confinamiento lo que a más de acrecentar el número de contagios evidenciaron un modelo de ciudad obsoleto, ineficiente e insostenible; con una imperante necesidad de espacios públicos, áreas verdes, viviendas adecuadas y dignas, movilidad alternativa, medios de abastecimiento y consumo sostenibles, organización social, entre otros aspectos que, para los gobiernos locales se han convertido en una problemática difícil de abordar, sobre todo con la rapidez y efectividad que ha requerido la crisis sanitaria.
Hoy mientras un estrato de la población puede hacer efectivo el eslogan “Quédate en casa”; miles de personas han debido improvisar, adaptarse y construir aceleradamente una “nueva normalidad”, con el único propósito de sobrevivir. Así, en los últimos meses hemos podido ver a cientos de comercios formales e informales tomando cada retiro, cada estacionamiento, cada calle, vereda, esquina, para poder cumplir con el obligatorio distanciamiento social (Imagen 1). Hemos presenciado la adaptación de nuevos carriles destinados al uso de la bicicleta que se ha convertido en un modo de transporte seguro empleado por la población ante la pandemia.
Im 1. La pandemia y la improvisación de actividades económicas en Cuenca-Ecuador / Fuente: Erick Serrano, junio 2020
Hemos visto diversos equipamientos deportivos, sociales, educativos, etc., siendo adaptados para atender la emergencia ya sea como albergues, para recuperación y cuarentena de pacientes; para entrega de kits de alimentos y medicinas, para la adaptación de mercados, entre otros. Hemos visto cómo los pequeños comercios y servicios de cercanía, han favoreciendo la reactivación de los barrios al mantener abastecido a los miles de hogares que residen en éstas unidades, así como la creación de redes de apoyo e intercambio que han jugado un rol sustancial en estos tiempos de crisis.
Como éstas son varias las iniciativas que desde la sociedad civil han surgido de manera intuitiva y que de cierta forma construyen esta nueva normalidad; pero que, sin embargo, dejan entrever la necesidad de nuevas formas de gobernanza urbana y territorial, así como de un nuevo orden morfológico, organizacional y funcional de las ciudades. Ello exige que desde la planificación, se asuma que el mundo está cambiando aceleradamente y que es necesario revertir los actuales modelos de crecimiento urbano, de manera que éstos aporten a la construcción de ciudades habitables, saludables y resilientes, enfocadas necesariamente en sistemas de movilidad alternativa y sostenible, que ponga en valor a los sistemas sanitarios públicos universales, que disponga de sistemas de abastecimiento cercanos y seguros, que fomente la diversificación de usos de suelo, que incentive la participación ciudadana, la colaboración y el liderazgo.
Si bien es cierto que la pandemia ha traído consigo importantes conflictos que han opuesto en jaque a muchas ciudades del mundo, también se ha convertido en un catalizador de iniciativas que demuestra que es posible cambiar, adaptarse y construir nuevas formas de vivir y gestionar las ciudades; para ello es importante aprovechar y fomentar el trabajo conjunto entre los diferentes actores ya sean del sector público como privado, que permita concretar acciones en beneficio de la ciudadanía; creando corresponsabilidad en la construcción de las ciudades.
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Bibliografía:
– Costas, A. (2020). La pandemia como oportunidad. Recuperado en Junio 2020 de: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20200313/articulo-anton-costas-pandemia-coronavirus-como-oportunidad-economia-crisis-7888379
– Egger, T. (2020). Volver a la calle: soluciones innovadoras para el nuevo común urbano sostenible, resiliente e inclusivo con distanciamiento físico. Recuperado en Junio 2020 de: https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/volver-a-la-callle-soluciones-innovadoras-nuevo-comun-sostenible-resiliente-inclusivo-distanciamiento-fisico-coronavirus-covid19-pospandemia-poscovid-espacio-publico/
– Larrain, I. (2020). Adaptar espacios urbanos a nuevos usos: de prácticas históricas a innovaciones en tiempos de crisis. Recuperado en Junio 2020 de: https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/adaptar-espacios-urbanos-nuevos-usos-practicas-historicas-innovaciones-tiempos-crisis-pandemia-coronavirus-covid19/
– Mateo, C. (2020). La crisis de la COVID-19 apunta a un tiempo nuevo en la ciudad. Recuperado en Junio 2020 de: https://theconversation.com/la-crisis-de-la-covid-19-apunta-a-un-tiempo-nuevo-en-la-ciudad-135719
– Nieuwenhuijsen, M. (2020). Enseñanzas del coronavirus: 8 medidas para hacer ciudades más habitables y saludables. Recuperado en Junio 2020 de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-52526190
Lecciones de la cuarentena: ¿Qué aporta el caminar a nuestra vida en la ciudad?
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Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Soledad Martínez; Antropóloga, Universidad de Chile; PhD en Geografía, University College London; Investigadora postdoctoral del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Los Lagos]
Resumen:
En esta columna se reflexiona sobre el rol del caminar en las ciudades a partir de la experiencia del confinamiento impuesto a causa de la pandemia por COVID-19. La situación de confinamiento se concibe como una forma de laboratorio urbano que permite explorar las formas de habitar y de moverse por la ciudad. En específico, a través de la experiencia de los caminares de la autora en una ciudad confinada, se revisa la idea de que el caminar es un elemento de composición de las ciudades que permite generar diversas formas sensorialmente intensas de encontrarse con los otros seres humanos y no humanos y con la materialidad que componen las ciudades. Se propone el caminar como una práctica fundamental para pensar una ciudad post-pandemia, ya que permite crear una sensorialidad de la vida en común y reconocer nuestra condición de interdependencia. En esta columna se reflexiona acerca de lo que la cuarentena nos enseña respecto del caminar y su potencial para construir ciudades en las que se reconozca nuestra condición de interdependencia.
Palabras clave: caminar, cuarentena, interdependencia
Introducción: el confinamiento como laboratorio urbano
Uno de los posibles impactos de la pandemia por COVID-19 en relación con la vida urbana es que las situaciones extraordinarias a la que nos expone, como el confinamiento, nos permiten observar y replantearnos nuestras formas de habitar y movernos en las ciudades. En esta columna recurro a mi propia experiencia caminando por una ciudad confinada como material desde el cual reflexionar acerca del caminar cotidiano y su potencial para mejorar nuestras vidas en las ciudades.
Im 1. Ensanchamiento provisorio de aceras en un pueblo cercano al Área Metropolitana de Barcelona, junio 2019.
La pandemia me sorprendió viviendo en España[1]. Aquí, hace algunas semanas que hemos salido del confinamiento, el que se extendió por casi dos meses. Observo que la vida en la ciudad vuelve a practicarse en forma similar que antes de la pandemia. Además de llevar mascarillas y cambiar algo nuestra proxemia, no aprecio grandes cambios. Sin duda que transformaciones más profundas requerirán de tiempo para concretarse. Una señal auspiciosa es, quizás, el ensanchamiento provisorio de algunas aceras para facilitar la circulación de peatones y ciclistas (ver imagen). ¿Será esta una señal de la ciudad postpandemia por venir? Para contribuir a aprovechar lo que hemos vivido como una forma de laboratorio urbano que potencie la transformación de las ciudades en ambientes más sostenibles, saludables y justos, comparto algunas reflexiones a partir de mi propia experiencia de la ciudad bajo el confinamiento. Me enfoco, particularmente, en los beneficios sociales del caminar. Caminar de manera cotidiana nos da la posibilidad de sentirnos y reconocernos mutuamente y de crear una sensorialidad de la vida en común. En función de esto, propongo que el caminar es una práctica fundamental para crear una ciudad postpandemia en la que nos reconozcamos como seres interdependientes de otros seres humanos, no humanos y del entorno.
Caminar en la ciudad
El confinamiento me dio la oportunidad de experimentar cómo es una ciudad en la que casi no se camina y, por contraste, me permitió aprender acerca de su relevancia para la vida en las ciudades.
La socióloga Rachel Thomas (2007, p. 9) dice que el caminar “es un elemento de composición de la ciudad”. Es decir, la ciudad se realiza en el caminar de sus habitantes. A través de sus pasos toma forma y adquiere realidad. Thomas nos cuenta también que el caminar nos permite un anclaje “práctico, social, perceptivo y afectivo” a la ciudad (p. 2). Un ancla sujeta algo a un lugar, permite arraigarse. Cuando nos movemos a pie, la percepción del entorno es intensa y detallada ya que nos hacemos parte de los lugares, algo que no ocurre necesariamente cuando nos movemos transportados por un vehículo. Al caminar nos movemos a la vez que estamos en los lugares (Martínez, 2018, p. 55).
Sin duda, no todas las situaciones que se viven al caminar son positivas. Dependiendo de las condiciones de los lugares y de nuestras características subjetivas (género, edad, etnia, condición socio-económica, capacidades físicas, etc.) ese anclaje puede incluir sensaciones desagradables, de miedo, sentimientos de exclusión, riesgo, etc.
En mi intento por justificar la necesidad de cuidar y fomentar el caminar, suelo preguntarme cuán fundamental es para la vida en las ciudades. El confinamiento me dio la oportunidad para explorar de forma empírica estas concepciones al ofrecerme justo lo contrario: una ciudad en la que casi no se caminaba.
Caminar durante el confinamiento: lecciones aprendidas
Aunque salir a la calle no estuvo prohibido del todo, las razones por las cuales alguien podía moverse fueron estrictamente limitadas. En mi caso, caminar se redujo a salir una vez por semana para comprar alimentos y siempre llevando un carrito o una bolsa. Las calles estaban casi vacías, solo me encontraba a una que otra persona, uno que otro automóvil. ¿Qué revela sobre el caminar recorrer una ciudad en la que casi nadie camina?
Anclarse sensorialmente: Caminar sin ruido y sin estar atenta al tráfico me permitió apreciar elementos del paisaje en los que nunca había reparado: los colores de algún edificio, un gomero gigante, las rosas trepadoras de algún jardín. También me permitió tomar rutas nuevas que suelo descartar para evitar el ruido de los vehículos. Al participar de un ambiente diferente, pude percibirlo de formas distintas y hacerme parte de él de nuevas maneras. Esta experiencia muestra el tipo de anclaje sensorial que el caminar permite y, particularmente, muestra que se interrelaciona con lo que sucede en el entorno, es decir, depende del resto de elementos que conforman los lugares.
Hacerse parte de los lugares: Al salir por primera vez para ir a comprar tras la primera semana de cuarentena, me sentí nerviosa. Por una parte, no sabía cómo comportarme en las tiendas para evitar contagiar o contagiarme, pero, sobre todo, me sentía ansiosa por ver lo que me había estado oculto esa semana: ¿Qué ciudad estaba ocurriendo allí afuera? ¿Qué ciudad se componía en ausencia del caminar? Si bien las ciudades siguen siendo y haciéndose aunque nuestros movimientos estén restringidos[2], la casi imposibilidad de salir a caminar me hacía perder una forma de hacerme parte del lugar en el que vivía; el lugar se convertía en una incógnita. La restricción para salir me hizo sentir en la piel que el caminar es una vía para participar de la ciudad y apropiarnos de ella.
La necesidad de encontrarse: Al dejar de caminar hay encuentros que dejaron de ocurrir. El primer día que pudimos salir a caminar durante una hora al día, la persona que barre mi calle saludaba a todo el mundo. Al pasar a su lado y devolverle el saludo, me comentó que ya era hora de ver gente. Él había estado en la calle trabajando durante todo el confinamiento; sin embargo, extrañaba la posibilidad de encuentro que permite el caminar junto a otros, esa sensación de una vida en común.
Conclusión
El caminar suele ser considerado como una forma de movilidad ambientalmente sostenible, beneficiosa para la salud física y mental de las personas y, también, para la vida social. Respecto a esto último, no siempre resulta evidente en qué consiste, ya que caminar en una ciudad no implica necesariamente generar relaciones interpersonales duraderas con las personas a las que se encuentra por la calle. Entonces, ¿qué tipo de relaciones beneficiosas para la vida social de las ciudades genera el caminar?
Las experiencias que he contado hablan del potencial del caminar para crear una sensorialidad de la vida en común: sientes a alguien moverse, escuchas una conversación, ves a otras personas haciendo cosas, a otros seres no humanos en sus faenas diarias, hueles lo que se cocina en las casas, etc. El caminar como actividad social crea posibilidades para sentirnos unos a otros, hacernos parte de los lugares y encontrarnos; nuestras experiencias de la vida en la ciudad se diversifican, la ciudad se expande y se puebla de sensaciones y encuentros. Nos anclamos al lugar a través de las relaciones que creamos al movernos.
La pandemia ha resaltado la necesidad de reconocer que nuestra vida y salud dependen de nuestras relaciones con otros seres humanos, no humanos y nuestro entorno. El caminar puede ser una herramienta que potencie el reconocimiento de nuestra condición de interdependencia en la ciudad postpandemia, lo que es fundamental para generar relaciones de cuidado que ayuden a transformar las ciudades en mejores lugares para vivir.
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Referencias
Martínez, S. (2018). Más que poner un pie delante del otro. En M. Tironi & G. Mora (Eds.), Caminando. Prácticas, corporalidades y afectos en la ciudad (pp. 35–58). Santiago de Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
Thomas, R. (2007). La marche en ville. Une histoire de sens. L’Espace Géographique, 36(1), 15–26. https://doi.org/10.3917/eg.361.0015
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Notas:
[1] Más concretamente en un pueblo de casi 30.000 habitantes cercano al Área Metropolitana de Barcelona. Aun así, mis reflexiones tienen por horizonte la realidad de las ciudades chilenas en las que trabajo investigando el caminar urbano.
[2] Ver el video ‘A Pandemia e a Cidade Cheia’ de Susana de Noronha.
Chinatown 2.0: la “autenticidad” étnica de comida china en barrio Meiggs, Estación Central
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Revista Planeo Nº 44 Territorios Gastronómicos; Abril 2020
[Por Alexandra Marie Bobet; Economista. Magister en Urbanismo Universidad de Chile]
Resumen:
Existe una percepción común para la mayoría de los occidentales sobre el Barrio Chino. Uno imagina arcos tradiciones de paifang y leones dorados, el penacho aromático de especias exóticas, gyozas al vapor y a menudo lechona al horno. Otros piensan que equivale a una colonia étnica, proporcionando un espacio auténtico para la cultura china.
paisajes sub-reales: viviendas bajo la calle en la periferia de Santiago
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Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes; Enero 2020
[Por Paisajes en Movimiento; Cristián Rodríguez Leiva: Estudiante de Filosofía de la Universidad de Chile; Cofundador y director del área Filosofía en Paisajes en Movimiento.
Sebastián Rodríguez Leiva: Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; Cofundador y director del área Geografía en Paisajes en Movimiento]
Resumen:
En la periferia de Santiago, se encuentra la comuna de Maipú, espacio en el cual se puede visualizar claramente las desigualdades estructurales existentes, la marginalidad urbana en la que viven algunas personas, y la demanda por una vivienda digna. Este es el argumento central del presente ensayo visual, el cual pretende dar a conocer una realidad a veces olvidada en Santiago, pero que, considerando el conflicto actual del que hemos sido testigos en los últimos meses, adquiere gran relevancia para la discusión y para visibilizar este fenómeno y problema urbano.
LA GENERACIÓN DE INFORMACIÓN GEOESPACIAL. Elemento emergente para la planeación en el ordenamiento territorial y urbano en el Estado de Hidalgo, México
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Revista Planeo Nº41; Movilidad Activa; Septiembre 2019
[Por: José Iván Ramírez Avilés; Profesor investigador de El Colegio del Estado de Hidalgo y parte del Sistema Nacional de Investigadores (CONACyT, México)]
Recibido el 01 de junio de 2019, publicado el 30 de marzo de 2020
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo mostrar los retos y oportunidades en la generación, uso y gestión de información geoespacial como apoyo en el diseño y aplicación de programas de ordenamiento territorial y urbano en el Estado de Hidalgo, México. Para sostener lo anterior se recurre a un análisis conceptual del Ordenamiento Territorial (OT) como instrumento y como política pública, con importantes impactos a nivel social y ambiental. Se analizan los principales programas en sus diferentes escalas regionales y locales, así como las herramientas geo-tecnológicas usadas, la información generada y gestionada para la elaboración de diagnósticos y escenarios, además de las principales metodologías usadas. Se muestra que la participación conjunta entre academia, empresas consultoras y ayuntamientos ha resultado en procesos de éxito en la realización de OT, en especial con la aplicación de Sistemas de Información Geográfica (SIG). Lo anterior se presenta como una alternativa frente a las desventajas en recursos económicos, humanos y de tiempo administrativo de la mayor parte de los municipios. Los SIG y el correspondiente uso de información geoespacial se vuelve trascendente en estos procesos, sobre todo en el seguimiento de estrategias y la aplicación de instrumentos técnicos y normativos.
Palabras clave: Ordenamiento territorial, municipios, SIG
Abstract
The present work has as objective to show the challenges and opportunities in the generation, use and management of geo-spatial information as sup- port in the design and application of territorial and urban planning programs in the State of Hidalgo, México. To solve the above, a conceptual analysis of Land Use Planning (OT) is used as an instrument and as a public policy, with significant social and environmental impacts. The main programs in their different regional and local scales are analyzed, as well as the geo-technological tools used, the information generated and managed for the elaboration of diagnoses and scenarios, as well as the main methodologies used. It is shown that the joint participation between academia, consulting firms and town halls has resulted in successful processes in the realization of OT, especially with the application of Geographic Information Systems. This is presented as an alternative to the disadvantages in economic, human resources and administrative time of most of the municipalities. The Geographic Information Systems and the corresponding use of geospatial information becomes transcendent in these processes, especially in the monitoring of strategies and the application of technical and regulatory instruments.
Keywords: Territorial planning, municipalities, GIS
Guía Patrimonial Mercados de la Chimba
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Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Equipo Fundación Patrimonio Sustentable]
Resumen:
El texto da cuenta de los procesos de creación, investigación y diseño de la Guía Patrimonial Mercados de la Chimba diseñada por Fundación Patrimonio Sustentable junto a las organizaciones de locatarios de los mercados de abastos (Tirso de Molina, Vega Chica y Vega Central) y Pérgola de Flores Santa María, ubicados al norte del río Mapocho en la comuna de Recoleta de la ciudad Santiago, en el sector conocido tradicionalmente como La Chimba. La reseña busca resaltar los objetivos y motivaciones de la publicación, definiciones resultantes del proceso de co-creación realizado en el territorio, metodología que Fundación Patrimonio Sustentable desarrolla en cada uno de los barrios y ciudades donde ha desarrollado publicaciones de similares características. Fruto de las diversas y complementarias aproximaciones al concepto de patrimonio que la publicación propone, esta cuenta con el apoyo del Área del Diseño del Ministerio de las Cultura, las Artes, el Patrimonio, el Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales de Sercotec y la Corporación Recoleta Innova.
Palabras claves: Guía, mercados, La Chimba.
La Guía Patrimonial Mercados de la Chimba nace de la invitación que la agrupación que reúne a los locatarios del sector hace a Fundación Patrimonio Sustentable, buscando a través de este producto editorial hacer visible la voluntad de los diferentes mercados de trabajar de manera colaborativa en el desarrollo futuro de esta tradicional área comercial ubicada al norte del río Mapocho, en el territorio conocido como La Chimba o lo que está al otro lado del río.
En una primera etapa se desarrollan diferentes experiencias de co-creación con representantes de los mercados Tirso de Molina, Vega Chica, Vega Central y Pérgola de Flores Santa María. A partir de la introducción a los conceptos de interpretación del patrimonio y memoria local, se realizan mapeos participativos de bienes e hitos culturales e históricos, levantamiento de relatos locales y la definición una imagen barrial e identidad visual afín.
Imagen 1: Portada Guía Patrimonial Mercados de la Chimba / Autor: Manuel Aguirre, cartelista bulevar Salas, responsable de portada y portadillas de la publicación.
Por medio de este proceso, la comunidad de locatarios orienta los ejes transversales que desean visibilizar y plasmar en la publicación:
- Las diversas opciones de conectividad que hacen de este lugar un espacio para todo tipo de público y escalas de compra.
- La amplia gama de productos presentes en cada uno de los mercados que enriquecen y complementan su oferta.
- Su diversidad cultural, resultado de las sucesivas migraciones campo ciudad, presentes en los relatos de antiguos locatarios, y de la llegada de trabajadores de diferentes países latinoamericanos durante los últimos años.
- Una reflexión sobre qué se entiende por patrimonio en un espacio vivo, dinámico y complejo, que posee un uso intensivo.
- Y por último, la invitación a descubrir nuevos productos y espacios comerciales que en su conjunto hacen de este un territorio gastronómico único en la ciudad de Santiago, que funciona las 24 horas del día.
Imagen 2: Cocinería Coma y Punto. Vega Chica / Fotografía: José Miguel Méndez
La guía plasma en sus páginas el nacimiento, desarrollo y presente de este tradicional espacio comercial, marcado por la circulación de productos agropecuarios y oferta gastronómica, cuyos inicios se remontan a la proliferación de comercio ambulante sobre los puentes y riberas del río Mapocho, además de en los carros de transporte público que por el sector circulaban, historias familiares que son parte de la memoria de sus actuales locatarios. La formalización del comercio que allí se desarrolló desde la colonia está dada por la creación de la Vega Central en 1895, hito que da inicio a la construcción de los primeros galpones, proceso que se consolidará con el nacimiento de la Vega Chica en 1948 y el traslado de las pérgolas de las flores desde la antigua Alameda de las Delicias.
La publicación tiene un componente visual que transporta a sensaciones, olores y temperaturas, que va más allá de un simple componente estético, siendo la puerta de entrada a sus historias y protagonistas. A través de relatos breves, cercanos y testimoniales, y un diseño gráfico y fotografía que atraen a primera vista, la guía busca que la experiencia comercial de visitantes y clientes sea complementada con información práctica relevante, elementos que dan perspectiva histórica al lugar y la visibilización de bienes patrimoniales desde la valoración que sus protagonistas hacen de ellos.
Imagen 3: Cargador Vega Central / Fotografía: José Miguel Méndez
Como todas las guías construidas por Fundación Patrimonio Sustentable, a través de procesos participativos con comunidades locales, es la experiencia del usuario la que determina su estructura. Su redacción requiere de un ejercicio de selección y priorización de contenidos, que guardan relación con las señas de identidad que definen el territorio y con las experiencias que propone. Su estructura es simple y su tamaño funcional, con el fin de ser usada en terreno, recorriendo los mercados y sus espacios intermedios, como el pasaje El Baratillo y los bulevares Salas y Gandarillas, que actúan como red de circulación y como complemento de la actividad comercial.
Lejos de ser un catastro o inventario de bienes patrimoniales en un sentido tradicional o un listado de servicios, la publicación busca ser una herramienta que dinamiza el territorio económica y culturalmente, por ello los emprendimientos, con sus productos, insumos, historias y personas son los protagonistas.
Imagen 4: Verduras Juanita, Mercado de Abastos Tirso de Molina / Fotografía: José Miguel Méndez.
Con un tiraje de 5000 ejemplares la Guía Patrimonial Mercados de la Chimba, cuenta con el apoyo del Área del Diseño del Ministerio de las Cultura, las Artes, el Patrimonio, el Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales de Sercotec y la Corporación Recoleta Innova. Su distribución se realiza a través la comunidad local, las instituciones participantes y puedes ser revisada en formato digital.
Guía Patrimonial Mercados de la Chimba
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Contested Markets, Contested Cities: Gentrification and Urban Justice in Retail Spaces
VerContested Markets, Contested Cities: Gentrification and Urban Justice in Retail Spaces
Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Paz Concha M.; Antropóloga Social, Universidad de Chile; MSc in Culture and Society, London School of Economics and Political Science; PhD in Sociology, London School of Economics and Political Science. Profesora adjunta, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigadora postdoctoral Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES)]
Reseña: Sara González (editora); 2018; Routledge; Abingdon.
Resumen
Este libro editado por Sara González reúne el trabajo de investigadores de disciplinas como la sociología, planificación urbana y geografía que estudian mercados de comida en ciudades en Europa y Latinoamérica tales como Londres, Madrid, Sofía, Leed, Santiago, Buenos Aires, Ciudad de México y Quito. Los autores resaltan la importancia de los mercados como un objeto de estudio relegado por la sociología y los estudios urbanos, uno que siempre se asume está en proceso de desaparición de los paisajes de retail de las ciudades. El libro propone que los mercados están más vivos que nunca y la investigación es necesaria para comprenderlos como espacios de resistencia a las fuerzas del capitalismo global y la gentrificación comercial. La principal contribución del libro es posicionar y validar los mercados de comida y retail como importantes formas urbanas a partir de distintos casos y descripciones de su rol en la vida de las ciudades, especialmente las del denominado Sur Global o en países en vías de desarrollo.
Palabras clave: mercados de comida, retail, gentrificación.
Este libro abre una importante discusión acerca de cómo los mercados son espacios que contribuyen a las economías locales y la sociabilidad de las comunidades, especialmente las más vulnerables. En la introducción se declara que los mercados son vistos como espacios para las relaciones sociales en que las personas pueden conectarse más allá de los intercambios económicos. El libro se enfoca en tres marcos analíticos que los distintos casos de alguna manera comparten: los mercados como escenarios de procesos de gentrificación diversos; como espacios de resistencia hacia estos procesos; y como espacios alternativos para la producción y el consumo de bienes. Aquí, la contribución del libro es explorar procesos de gentrificación más allá de lo residencial y discutir su impacto en el ámbito del retail. La gentrificación comercial es definida como un proceso en que áreas comerciales que normalmente sirven a población de bajos ingresos son transformadas para atender a clientes más afluentes; aquí, suele ocurrir la expulsión de los comerciantes debido al incremento del precio de las rentas. Aun cuando los procesos de gentrificación comercial son diversos, los capítulos demuestran una conexión entre el cambio en el comercio y fases de abandono y desinversión. Luego, comienzan a desarrollarse proyectos de remodelación o regeneración liderados por municipalidades o empresas como cadenas de supermercados. En muchos de estos casos, estos procesos son resistidos por los comerciantes locales y sus clientes.
Por ejemplo, en el capítulo “Resisting gentrification in traditional public markets. Lessons from London”, Gonzalez y Dawson revisan protestas y campañas recientes que han emergido para defender los mercados tradicionales de la gentrificación y otras amenazas. Utilizando el caso de Queen´s Market, Seven Sister’s Market y Shepherd’s Bush Market en el Reino Unido, se describe cómo los mercados en áreas relativamente empobrecidas con una mezcla étnica han pasado por períodos de abandono y descuido y ahora están siendo sujetos a proyectos de renovación. Se muestra cómo estos procesos publicitados como mejoras y desarrollo tienden a cambiar la mezcla social existente en los mercados y su rol público para atraer a población con mayores ingresos. Se analizan las distintas etapas de abandono, especulación, generación de planes de mejora, incremento de la renta y los precios, y en algunas ocasiones la expulsión de comerciantes y clientes habituales. En este caso, las campañas para mantener los mercados públicos abiertos y para el bien común son mencionadas como relevantes y necesarias.
El libro también muestra cómo se pueden encontrar prácticas de inclusión social en estos espacios donde personas de distintas edades, clases, culturas y etnicidad se mezclan, y los grupos excluidos o marginalizados pueden encontrar un lugar para trabajar y vivir. La informalidad de los mercados se transforma en una de las características más importantes cuando se trata de solidaridad y generación de espacios inclusivos. Por tanto, los autores resaltan la importancia de atender a la vulnerabilidad de estos espacios y hacer su valor social más visible.
Un ejemplo de ello es el capítulo de Schlack, Turnbull y Arce, “Learning from La Vega Central” en Santiago que muestra cómo este mercado a pesar de ser privado cumple un importante rol público para los grupos vulnerables en el área circundante. Los inmigrantes y clientes habituales más empobrecidos usan este espacio para encontrarse con otros y para encontrar alojamiento, oportunidades de trabajo y comida a bajos precios. Este mercado genera un espacio público que se basa en la cultura de la clase obrera que trabaja, compra y usa este espacio para abastecimiento de alimentos y otros fines. Aun cuando el mercado congrega un amplio rango de clientes de distintos orígenes, los planes de regeneración urbana actuales lo están poniendo en riesgo, especialmente dados los cambios en el uso y regulación del suelo en los alrededores, y la transformación del mercado como un destino turístico que aparece en varias guías internacionales.
A pesar del hilo conductor patente en el libro, los autores analizan su caso desde distintos ángulos y con diferentes grados de profundidad lo que hace la comparación entre los estudios un tanto improductiva. Se hace un esfuerzo por poner estos capítulos en un diálogo con la introducción y conclusión, pero las partidas conceptuales y teóricas distintas al igual que los distintos objetivos y alcances de cada estudio hacen difícil hacer una lectura teórica o narrativa coherente para el estudio de los mercados de comida. Este libro es más bien útil para ilustrar la diversidad de formas que toman los procesos de gentrificación comercial, los distintos actores involucrados, y los distintos resultados de este proceso, especialmente en el Sur Global con sus propias historias económicas y de desarrollo urbano distintas a las capitales globales del Norte.
Territorios gastronómicos: la apropiación del espacio público en calles y esquinas de Santiago
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Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Camila Muñoz Navarrete; Antropóloga de la Universidad de Chile; Profesora de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en Colegio San Fernando de Peñalolén.
Sebastián Rodríguez Leiva; Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, MSc Gobernanza del Riesgo y Recursos de la Universität Heidelberg, Alemania; Director del área Geografía en Paisajes en Movimiento]
Resumen: En el último tiempo se ha observado un aumento considerable de puestos de venta y compra de comida en las calles y esquinas de Santiago. Ello, representa el punto central de la presente columna, donde se discute cómo este fenómeno urbano, representa una manifestación de la manera en que la ciudadanía se apropia del espacio público y lo transforma: produciendo espacios de encuentro con el otro, de interacciones y diálogos de carácter espontáneo. Así, la recuperación del espacio público a través de la generación de estos territorios gastronómicos da cuenta de su valor como lugar de encuentro, más aún, considerando el contexto actual, en el que cada vez más grupos utilizan la calle como espacio de encuentros y demandas sociales, volcando la lógica de la vida en privado y recuperando el carácter público del espacio.
Palabras clave: espacio púbico, territorio gastronómico, Santiago
Al recorrer las calles de la comuna de Santiago solo bastan un par de minutos para darse cuenta del gran número de personas que vende y consume en puestos de comida en la calle. Este fenómeno ha aumentado considerablemente en el último tiempo, en parte importante por la llegada de inmigrantes a nuestro país, quienes han enriquecido la oferta gastronómica, dotando de nuevas experiencias las calles y esquinas; y ahora más, como consecuencia del estallido social del que hemos sido partícipes desde octubre del año pasado, donde un número no menor de personas han ocupado el espacio de las manifestaciones y se han instalado en las esquinas céntricas para vender comida a los transeúntes, recurriendo a nuevas fuentes de ingreso.
Bajo este escenario, planteamos que la venta y consumo de comida en las calles y esquinas de Santiago, representa una manifestación de la manera en que la ciudadanía se apropia del espacio público y lo transforma: produciendo espacios de encuentro con el otro, de interacciones y diálogos de carácter espontáneo. Lo anterior puede entenderse como una forma de “evasión” a la lógica de consumo gastronómico en espacios privados, donde existe la obligación de consumir para ocupar el espacio y la interacción se realiza entre pares que se conocen, siendo prácticamente nulo el diálogo con los demás comensales o con los locatarios. En definitiva, la recuperación del espacio público a través de la generación de estos territorios gastronómicos lo entendemos como uno de los eslabones necesarios para el desarrollo de la conciencia colectiva y el ejercicio ciudadano.
Im1. Comercio de venta y compra de comida en la calle
Fuente: Herrera, 2019
La comprensión del espacio público necesariamente debe ser a partir de la existencia de diferentes dimensiones de análisis y que son de gran relevancia para el presente caso. Así, desde la perspectiva funcional y morfológica, las calles y esquinas permiten la instalación de puestos de comida, carritos de comida rápida o comercio ambulante y a la vez es el espacio donde los transeúntes se desplazan, conversan, negocian y compran productos, todo ello como acciones o actividades articuladoras en una ciudad (Carrión, 2005). Ello puede ser vinculado al rol que posee el espacio público como elemento constitutivo de ciudadanía. Al respecto, Borja y Muxi (2000) sostienen que es el lugar donde las personas se pueden expresar, donde se produce y se construye el encuentro con el otro y lo diverso, es decir, en las calles y esquinas donde se vende y compra comida es el lugar donde se genera la integración, articulación, encuentro y conectividad con lo distinto (Salcedo Hansen, 2002).
En esta línea, el espacio público se presenta como el lugar donde las personas pueden formar, a través de conversaciones cotidianas, lazos de convivencia que, aunque sean itinerantes, contribuyen a la conciencia de vivir en comunidad. Aún más, no sería raro que a partir de estos encuentros comenzaran a articularse voluntades e incluso demandas, de manera colectiva. Tradicionalmente, el acceso a servicios gastronómicos en locales o espacios privados (restaurantes, cafés, etc.) resultan en una lógica de interacción restringida a las convenciones sociales de lo individual o familiar. Se visitan con un otro familiar o cercano, con quien voy a interactuar y en mínima medida existe un diálogo con los trabajadores o locatarios. En esta oposición de espacios público/ privado para la oferta gastronómica, se refleja la lucha social entre la lógica de “lo privado” y la libertad individual frente a la conciencia del vivir en sociedad y compartir espacios con otros ciudadanos. Como consecuencia, el fenómeno del comercio de comida “informal”, frente a la configuración de espacios privados de oferta gastronómica, resulta en un mecanismo de “evasión”, tanto del sistema de propiedad privada como de las lógicas de interacción desarrolladas por ésta, a través de lo que se ha discutido como el escenario de confrontación entre grupos antagónicos por la ocupación del espacio (Springer, 2011).
Esto último, puede llevar a la visión de que el espacio público sea considerado como un espacio de contestación y apropiación, no sólo de forma consciente (cuando se utiliza con propósitos de manifestación y propaganda) pero también a partir de la apropiación de las calles y esquinas para el desarrollo de servicios como la cocina y alimentación. Debería observarse este fenómeno a partir de la definición básica de territorio ya que además del espacio físico donde se desarrolla la actividad de venta y compra de comida, se estrenan nuevas formas de apropiación simbólica y material que las personas realizan en el espacio (Bello, 2011). Así, la calle y la esquina experimentan un proceso de apropiación del espacio por parte de las personas que están en él, construyendo, además, identidades locales basadas en la comida y las costumbres provenientes de personas que, en muchos casos, han inmigrado a nuestro país.
Finalmente, se entiende que la venta y compra de comida se desarrolla en el espacio público, bajo lógicas propias de este, como el desplazamiento de transeúntes, diálogo, la interacción y el encuentro, lo que ha transformado a la calle y las esquinas de Santiago en verdaderos territorios gastronómicos. Ello, contrasta con la visión pesimista planteada en la literatura y en la discusión mediática sobre el fin de los espacios públicos y la pérdida de identidad como consecuencia de la globalización. En este caso, queda de manifiesto cómo en la actualidad, este fenómeno gastronómico en Santiago, muestra un panorama diametralmente opuesto, donde la apropiación del espacio por personas y comerciantes ha puesto en valor no solo la gastronomía ofertada allí, sino que también, la apropiación del espacio respecto a su valor como lugar de encuentro, resignificando el rol del espacio público. Por último, esto cobra especial relevancia en nuestro contexto actual, en el que cada vez más grupos utilizan la calle como espacio de encuentros y demandas sociales, volcando la lógica de la vida en privado y recuperando el carácter público del espacio.
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Referencias
Bello, Álvaro (2011). “Nampülkafe: El viaje de los mapuche de la Araucanía a las pampas argentinas”. Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco.
Borja, J. y Muxi, Z. (2000). El espacio público, ciudad y ciudadanía. Recuperado de http://www.esdionline.com/repositori/public/dossiers/DIDAC_wdw7ydy1.pdf
Carrión, F. (2005). El centro histórico como proyecto y objeto de deseo. EURE, 31 (93), 89 – 100. https://doi.org/10.4067/s0250-71612005009300006
Salcedo Hansen, R. (2002). El espacio público en el debate actual: una reflexión crítica sobre el urbanismo post-moderno. Revista EURE, 28(84), 5-19. https://doi.org/10.4067/s0250-71612002008400001
Springer, S. (2011). Public space as emancipation: Meditations on anarchism, radical democracy, neoliberalism and violence. Antipode,43 (2),525-562. https://doi.org/10.1111/j.1467-8330.2010.00827.
Cocinerías Callejeras: Prácticas culturales en el Barrio Maruri
VerCocinerías Callejeras: Prácticas culturales en el Barrio Maruri
Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Constanza Javiera Urbina Contreras, Arquitecta Universidad de Chile]
Resumen:
En la presente columna, discute sobre las tensiones provocadas en el espacio público del barrio Maruri de la comuna de Independencia entorno a una práctica gastronómica típica Peruana: las cocinerías callejeras. Si bien la venta de comidas típicas peruanas en el Barrio Maruri es considerada una actividad común para sus residentes, para la administración municipal consiste en una actividad fuera de lo permitido. En este sentido, se aborda a través de este caso como numerosas prácticas ciudadanas son restringidas en la medida que transgreden los límites de los marcos institucionales. Estas ocupaciones crean situaciones excepcionales en el espacio público, generando una dialéctica entre aquellas prácticas sociales y las normas que las regulan. Esta dialéctica puede generar procesos de negociación, los que serían necesarios para abrir espacios en los que puedan coexistir estas prácticas de apropiación junto con el orden institucional al que se oponen.
Esta columna busca compartir una mirada del Barrio Maruri de la comuna de Independencia entorno a una práctica tradicional de sus habitantes: la venta de comidas típicas a través de cocinerías callejeras. Esta práctica constituye una transgresión a la normativa que regula ese espacio y por lo tanto genera un conflicto de uso. Frente a esta situación surgen las siguientes inquietudes: ¿Cómo se negocian los espacios públicos frente a estas prácticas? ¿Cómo se equilibran estos intereses antagónicos sobre su uso?
La diversidad de habitantes y de visiones del espacio público hacen que sobre éste converjan diferentes intereses y formas de uso. Si bien esta diversidad muchas veces es enriquecedora, otras veces genera conflictos. Cuando surgen estos conflictos de uso existen varias alternativas: la prohibición, el desplazamiento o la negociación. En un contexto de institucionalidad democrática y de apertura de la ciudad a las expresiones sociales, el espacio público debería tender a negociarse entre los que regulan su uso y los que lo habitan. Esta dialéctica entre la estructura del espacio y el uso que le dan los actores, re-significa su sentido, viéndose como necesario la negociación para poder compatibilizar aquellas visiones.
En este sentido, este relato se construye a través de un análisis cualitativo que busca explorar la actividad del barrio y sus conflictos para luego caracterizar posibles procesos de negociación del espacio público, lo anterior a través de tres variables: los actores y sus prácticas, el lugar, y la regulación.
Los actores y sus prácticas
A principios del año 2000 comenzó a consolidarse el barrio Maruri como un nuevo barrio peruano, donde llegarían a vivir inmigrantes atraídos por la cercanía con el centro, el mercado de la Vega y la gran actividad comercial de la zona (Ducci & Rojas, 2010). Es así como el sector ha revivido con la oferta gastronómica de comida peruana, y junto con ello, abriendo el camino a la instalación de diferentes puestos de ventas ambulantes de comidas tradicionales.
Fue cerca del año 2005 cuando comenzó a ser frecuente la venta ambulante de comida peruana en el barrio. Los habitantes se instalaban afuera de sus casas a ofrecer lo que ellos mismos preparaban en sus viviendas. Esta actividad, además de una expresión cultural, consistía un medio de supervivencia económica pues generaba un ingreso adicional. Es más, en su mayoría fueron mujeres las optaron por ejercer esta actividad, ya les permitía mantenerse cerca de sus hogares y de sus hijos al mismo tiempo que solventaban sus necesidades económicas.
Esta manifestación es una adaptación cultural de una actividad típica de la vida urbana de sus lugares de origen. En Perú, debido a la gran importancia de la gastronomía, la venta de comida callejera es una práctica común y sus restricciones no son tan rigurosas como lo son en Chile:
“Allá en el Perú en todas las esquinas hay un carrito vendiendo raspadillas (…) allá no se molestan, es normal que la gente venda, acá no porque no quieren nada, no quieren ni que vendan sopaipilla en la calle” Adela, mujer peruana que vende raspadilla[1]
Desde el año 2012 la fiscalización municipal comenzó a ser más estricta, desplazando a las personas que no contaban con permiso e incluso requisando sus productos. Esto se ha transformado en un problema para los que trabajan informalmente, ya que no pueden instalarse perjudicando sus ingresos económicos. Respecto a la fiscalización, señalan que se han aplicado distintos criterios frente a la regulación de la actividad, indicando que no siempre es posible conseguir los permisos y que la regulación varía según la administración.
Cabe señalar además que, a pesar de que esta actividad es realizada por un número significativo de personas, entre ellas no existe un común acuerdo ni organización, es decir actúan de acuerdo a sus necesidades e intereses individuales a pesar de que realicen la misma actividad y tengan un fin común: trabajar. Esta dispersión podría favorecer entonces la relación dispar frente a un posible proceso de negociación.
En este sentido, es evidente que esta práctica es una actividad necesaria para los habitantes del barrio, sin embargo, genera un conflicto con la institucionalidad que regula el espacio público, la cual objetivamente se ampara en la normativa vigente. De acuerdo a lo anterior, la negociación de este conflicto se desarrollaría entorno a la obtención de un permiso, sin embargo, este proceso no necesariamente califica como una dialéctica, más bien corresponde a una imposición.
Por un lado, tenemos a los habitantes de un barrio y por otro, a la administración municipal, ambos actores con intereses opuestos sobre el uso del espacio público. La conjugación de ambas fuerzas generaría distintos procesos de conflicto que sólo podrían ser mediados a través de los acuerdos. Independientemente de que esta negociación no se desarrolle horizontalmente, la negociación podría ser una vía de salida para que estas prácticas no se extingan y puedan convivir con la regulación actual.
El lugar
El uso de este espacio público resulta clave para la reproducción social y económica de la comunidad peruana. Por un lado, resguarda ese carácter identitario en donde la gente se siente cómoda vendiendo al resto del barrio por la existencia de relaciones sociales de cercanía. Por otro lado, el comercio revela una relación de espacio-recurso (Garcés, 2012), ya que, la utilización del espacio se transforma en un medio de supervivencia que al mismo tiempo cumple como un lugar para articular redes sociales. Además, dada la escala, la oferta y el público al que está dirigida la venta, ésta no resultaría conveniente de realizar en otros barrios.
En este sentido, esta apropiación informal del espacio público resignifica el uso del espacio público de esta población inmigrante. De acuerdo a lo anterior, es posible ver las posibilidades que otorga el espacio público para el desarrollo económico y social de estas personas, precisamente pues constituye su escenario para desarrollar sus prácticas culturales y laborales. En consecuencia, el espacio público no sólo es un escenario de conflicto, sino también de oportunidades.
Sumado a lo anterior, la escala y ubicación de estos espacios públicos con respecto a la ciudad, influyen en cómo se desarrollan estas prácticas transgresoras. Los espacios centrales son por lo general los más regulados y vigilados, en cambio, los espacios alejados de borde y de escala barrial se perciben más flexibles frente a esta regulación institucional. En este sentido las características del barrio Maruri, permitirían que las ventas callejeras se mantengan resistentes a pesar de la fiscalización. Debido a esto y al carácter local de la práctica, la vigilancia es ocasional y rápidamente percibida.
En consecuencia, la situación espacial de estas prácticas constituye un elemento clave para su desarrollo, pues genera códigos y límites, dando cabida en primer lugar a que estas actividades se manifiesten y luego moldeando como éstas se adaptan y permanecen. La ubicación del barrio Maruri favorece que las cocinerías callejeras se mantengan ocultas en la medida de lo posible. Por otro lado, este ejercicio parcial se privilegia como alternativa, evadiendo aún más la opción de enfrentarse a solicitudes de permiso. Es decir, para sus habitantes resulta más factible ejercer la actividad al margen que enfrentarse a eventuales procesos de negociación para formalizar su situación.
La regulación
Si bien ya se ha mencionado que la posición del barrio flexibilizaría la fiscalización, de igual manera el uso del espacio público se encuentra regulado por la normativa nacional y las respectivas ordenanzas municipales. De acuerdo a esto, el marco normativo al cual se adscribe esta práctica está determinado por la regulación del comercio ambulante y de las normas sanitarias. De esta forma, la posibilidad de que se formalice la venta de comida se resuelve actualmente con la solicitud de un permiso municipal. No obstante lo anterior, muchos residentes comentan las dificultades que han tenido para adquirirlos. Por este motivo, mientras hay quienes pagan la patente municipal respectiva, otros aún no han conseguido que la municipalidad les otorgue el permiso y operan ilegalmente.
Una de las causas del fracaso de obtención de estos permisos podría deberse a la falta de organización en la comunidad. Actualmente cada individuo debe gestionar personalmente su permiso, lo cual significaría una desventaja frente a la autoridad que ejerce el poder sobre el espacio público, por lo tanto, más que darse un proceso de negociación, se plantea una relación asimétrica que termina con una imposición unilateral.
La negociación
De acuerdo a lo señalado, se puede entender que, para que los espacios públicos sean lugares de representación de los deseos de sus actores, éstos deben estar regulados para asegurar la convivencia civil. Sin embargo, normar el espacio público es una forma de expresión del poder que condicionaría ciertas prácticas ciudadanas. El resultado que se quiere exponer con el caso de estudio presentado es la convergencia entre ambas visiones, es decir, la comprensión del espacio público como uno dialéctico entre norma y uso. La negociación en este sentido es una forma de diálogo, un acuerdo en el que se decide cómo se establecen y flexibilizan los límites.
La negociación entre actores opuestos es una forma válida para llegar a acuerdos a favor de la coexistencia de diversas prácticas. En este sentido, para que estas actividades puedan desenvolverse en los espacios públicos, deben necesariamente negociarse pues, mientras estén sujetas a las disposiciones del derecho público y transgredan normas, no pueden desarrollarse con total libertad. La negociación se plantea entonces como una vía para pactar la tolerancia entre ocupantes y autoridades y así equilibrar los usos.
De acuerdo a lo anterior, sin negociación, es posible ver dos caminos para el futuro de las cocinerías callejeras del barrio Maruri. El primero es que se prohiban y desplacen a otros espacios, o el segundo, que se sigan desarrollando bajo la ilegalidad. Los actores del barrio se encuentran en desventaja pues al actuar de manera aislada e individual, la administración municipal puede aplicar la norma unilateralmente sin abrirse al diálogo. Si estos esfuerzos individuales se consolidaran en una organización social con participación activa, se podrían generar mayores avances. De esta manera es posible destacar la importancia en que las comunidades inmigrantes se organicen con un fin común: ganar espacios en estas ciudades extranjeras. Lo anterior además traería múltiples beneficios para la ciudad, pues las diversas expresiones multiculturales dinamizan los espacios públicos, en especial cuando giran entorno a la gastronomía.
Finalmente, hasta que no se reconozcan estas prácticas como una forma legítima de apropiación de los espacios públicos, éstas seguirán resistiendo en los márgenes y buscando los resquicios legales para poder operar. Por ahora la negociación es sólo una estrategia que permite conquistar paulatinamente estos espacios y una posibilidad para transformar los lugares que se habitan.
Bibliografía:
Ducci, M. E., & Rojas Symmes, L. (2010). La pequeña Lima: Nueva cara y vitalidad para el centro de Santiago de chile. EURE, (Santiago), 36(108), 95-121. Recuperado en 28 de noviembre de 2013, de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_ arttext&pid=S0250-71612010000200005&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0250-71612010000200005.
Garcés, A. (2012). Localizaciones para una espacialidad: territorios de la migración peruana en Santiago de Chile. Chungará, (Arica) 44(1), 163-175. Recuperado en 28 de noviembre de 2013, de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717- 73562012000100012&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0717- 73562012000100012.
[1] La raspadilla es una elaboración peruana que consiste en la mezcla de hielo con concentrados de frutas, resultando una especie de granizado
AMAP (ASOCIACIONES PARA LA CONSERVACIÓN DE LA AGRICULTURA CAMPESINA) UNA PRÁCTICA DE AGRICULTURA, ECONOMÍA LOCAL Y ENCUENTRO ENTRE PRODUCTORES Y CONSUMIDORES EN FRANCIA
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Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente UC]
Resumen:
Las asociaciones cooperativas de producción y consumo de productos agrícolas sustentables son un modelo de gestión cada vez más reconocido en el mundo como alternativa ante la producción agroindustrial, reconociendo el valor intrínseco de una agricultura sustentable, la creación de valor mediante encadenamientos productivos locales y con base en una economía solidaria. Las AMAP, son asociaciones parte de un modelo de creciente popularidad iniciado en Francia a principios de la década del 2000, que ha crecido hasta contar con miles de asociaciones locales. Esta práctica busca informar acerca de sus principales características, su historia y los beneficios que estas traen, considerando los actuales desafíos que hoy se presentan en cuanto a las tensiones de consumo y producción entre los espacios urbanos y rurales del planeta.
Palabras Clave: agricultura campesina, producción y consumo cooperativo, economía local
Los vertiginosos procesos de industrialización de la producción agrícola experimentada en todo el globo en las últimas décadas, aún con mayor fuerza en los países del norte global, se han afianzado como una condición casi inexorable para el consumo de alimentos a escala masiva, sostenida en gran parte por intrincadas cadenas de producción que conectan territorios lejanos a través de la mecanización de las prácticas agrícolas y el procesamiento y transporte de productos alimenticios a grandes distancias. Esto ha llevado a la consolidación de prácticas de alimentación de las que incluso hoy desconocemos a ciencia cierta sus efectos sobre la salud humana y del planeta, dada la potente adición de productos sintetizados en nuestras dietas, químicos y pesticidas en nuestros suelos y aguas, y dióxido de carbono en nuestro aire.
Ante este panorama, surgen en Francia, alrededor del año 2001, agrupaciones ciudadanas que buscaron alternativas de consumo basado no solo en la alimentación saludable, sino en la creación de economías alternativas que dieran valor a la producción agrícola de los campesinos locales, generando un ciclo virtuoso sobre la economía local, a la vez que fortalece lazos entre las comunidades. Se trata de las AMAP (Association pour le Maintien de l’Agriculture Paysanne), en español “asociaciones para la conservación de la agricultura campesina”, que buscan, en un contexto de crecimiento de la agroindustría y de reducción del número de explotaciones agrícolas familiares, defender las granjas de pequeña escala, respetuosas del medioambiente y detentoras de un savoir-faire agrícola local. Hoy en día suman una gran cantidad de organizaciones en todo el territorio francés, sumando más de 1.500 de ellas, incluso en territorios de ultramar.
Im 1. Número de AMAP establecidas en las distintas regiones de Francia
Fuente: www.reseau-amap.org
Las AMAP son experiencias de escala local que involucran un modelo de gestión comunitario, donde la agricultura local rural se sostiene por el consumo de la comunidad, generalmente urbana, buscando establecer “circuitos cortos” de producción y consumo. Sin embargo, no son una idea nueva, ya que estas se nutren de un conjunto de experiencias previas surgidas en tiempos que la industrialización de la agricultura en el norte global (durante los años 60) se volvía la norma, como es el caso de las asociaciones Teikei[1] en Japón o más recientemente, de los Community-Supported Agriculture en Estados Unidos.
Las AMAP se estructuran en una “Carta de las AMAP”, que es una suerte de hoja de ruta, con los principios generales para su funcionamiento, aprobada por las distintas AMAP del país en 2014, si bien estas comienzan su funcionamiento en 2001 tras una fructífera reunión eco-ciudadana en la ciudad de Aubagne, en el sur-este de Francia. Esta carta sienta las bases de funcionamiento de las AMAP, que se componen de un grupo no mayor a 50 “consumidores” organizados (bautizados por las organizaciones como ‘consumactores’ por rol activo en la gestión), que contratan a un productor local para que les surta de productos producidos localmente y bajo preceptos ecológicos. Su funcionamiento es así: el grupo de consumidores se organiza y compra de antemano, a modo de suscripción, la producción de uno o varios campesinos instalados a proximidad de la ciudad de residencia de los consumidores, asegurando que éste la producirá y que ellos recibirán los productos.
Imagen 2. distribución de la producción agrícola entre los “consumactores” de una AMAP
Fuente: https://france3-regions.francetvinfo.fr/bourgogne-franche-comte/agriculture-pionniers-amap-temps-transmission-arrive-1622817.html (©Pascal Pavani, AFP)
Se generan así vínculos de reciprocidad y, sobre todo, la circulación de los beneficios se mantiene en la escala local, así como también se fortalecen los vínculos entre los miembros de la asociación. En ese sentido, corresponde a una forma de cooperativismo, directamente abocado a la generación de una economía solidaria y de beneficio mutuo, que además permite mejores prácticas agrícolas y una mejor alimentación. Estos contratos entre comunidad y productor tienen también una implicancia directa en cuanto a que se fundan en un compromiso de solidaridad , la implicación de los socios en el mantenimiento de la asociación, la fijación de precios justos, la producción de calidad, transparencia y un esfuerzo por incorporar instancias pedagógicas por parte de los campesinos en cuanto a producción agrícola, entre otros.
Imagen 3. “Del productor al consumidor”
Fuente: https://urgenci.net/france/
La “carta de las AMAP expresa entre sus principios generales que su objetivo principal es preservar la existencia y continuidad de las explotaciones agropecuarias, próximas a los mercados, y bajo principios de sustentabilidad (López, 2015). Un elemento relevante del sistema tiene relación con los costos compartidos, es decir, tanto el productor como los asociados, bajo la lógica del establecimiento de un contrato y precios que son abonados de forma anticipada, comparten los riesgos de la producción, tales como pérdida de cosechas por eventos climáticos, u otros, implantando así una lógica de solidaridad entre productor y consumidor.
La lógica de las AMAP resulta muy relevante para la discusión entre agricultura, ciudad y sustentabilidad en diversos sentidos. Por una parte, promueve la diversidad agroecológica, al promover que los productores campesinos dediquen su tierra al policultivo, produciendo distintas hortalizas y frutales que además se adecúan a la estacionalidad, lo que permite que los consumidores cuenten con diversos productos. Esto tiene directa relación con la mantención de la calidad de los suelos frente al avance de las explotaciones de monocultivo. Por otra parte, genera encadenamientos productivos que se mantienen dentro de ciertos límites territoriales, disminuyendo la huella ecológica de la actividad agrícola y de las prácticas de consumo de los asociados, sobre todo debido a las menores emisiones por transporte. Además, permite establecer diversas experiencias de contacto y organización social, y un vínculo más directo entre habitantes urbanos y rurales con objetivos comunes, propiciando redes y fortaleciendo así economías solidarias locales.
De esta manera, los beneficios de las cooperativas de producción y consumo pueden ser herramientas de gran poder para incluir otras lógicas en el entramado urbano-rural de interdependencias, las que se manifiestan sobre todo en el ámbito del abastecimiento de alimentos, por una parte, y por otro lado en la disminución de los impactos del consumo urbano sobre los territorios rurales. Las AMAP son uno entre varios modelos que hoy se desarrollan en el mundo, y pueden ser un ejemplo para pensar en clave sustentable el futuro de la alimentación de las ciudades.
Referencias bibliográficas:
- Bravo G: (2019). Las AMAP de Francia: el círculo virtuoso de una agricultura a escala humana. En: País Circular (https://www.paiscircular.cl/consumo-y-produccion/las-amap-de-francia-el-circulo-virtuoso-de-una-agricultura-a-escala-humana/)
- F. (2019). Agriculture : pour les pionniers des AMAP le temps de la transmission arrive. En: FRANCE 3 (https://france3-regions.francetvinfo.fr/bourgogne-franche-comte/agriculture-pionniers-amap-temps-transmission-arrive-1622817.html)
- López García, D. (2015) Reproducir alimentos, reproducir comunidad. Redes alimentarias alternativas como formas económicas para la transformación social y ecológica. Ed. Ecologistas en acción , Madrid. ISBN: 978-84-944051-3-6.
- Réseau des AMAP en Ile-de-France. http://www.amap-idf.org/index.php
[1] Teikei es un sistema asociativo de producción agropecuaria que nació en Japón en la década de 1960, mediante el cual los consumidores compran los alimentos directamente de agricultores locales y de producción sustentable, del cual hoy en día participan millones de personas en el país. Teikei, en idioma japonés, significa, literalmente, cooperación.
AGRICULTURA, COMUNIDAD Y ESPACIO PÚBLICO: LAS HUERTAS URBANAS DE LA REINA
VerAGRICULTURA, COMUNIDAD Y ESPACIO PÚBLICO: LAS HUERTAS URBANAS DE LA REINA
Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por: Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente UC]
Resumen:
Fue en los años 80 que Julia María Franco, fundadora de los huertos urbanos de La Reina, imaginó la posibilidad de implementar un sistema de huertos comunitarios similares a los que vió en su paso por Inglaterra y Estados Unidos, donde distintas comunidades de vecinos se organizaban y mantenían diversas tipologías de huertos productivos en espacios públicos de la ciudad. Algo poco conocido y muy ajeno a las formas hegemónicas de planificación urbana y comunitaria existentes en Chile en ese momento, y que incluso hoy no cuentan con suficientes espacios y mecanismos para ser implementados. Así, pasarían décadas antes de que este proyecto se concretara gracias al apoyo de la gestión municipal de Fernando Castillo Velasco en la década de los 2000. Con estos antecedentes, y desde la curiosidad e ímpetu de Julia María, lentamente se fue fraguando un proyecto que terminaría siendo uno de los huertos urbanos de referencia en el país, el cual en casi 20 años de existencia ha logrado establecer un modelo de gestión y organización que permite a los vecinos de la comuna de La Reina cultivar sus propios alimentos y disfrutar de los beneficios de la colaboración colectiva y el contacto con la naturaleza.
Palabras Clave: Agricultura urbana, gestión colectiva, espacio público
La emergencia de los huertos y la agricultura orgánica urbana en los espacios urbanos ha seguido distintos caminos y formas en Europa, Estados Unidos, y Latinoamérica. Europa, por un lado, ha sido pionera en el establecimiento de huertas municipales desde mediados del siglo XX, proceso que fue impulsado inicialmente por la necesidad de los habitantes urbanos de contar con suministro de alimentación durante la segunda guerra mundial, pasando hoy a ser parte integral de la planificación urbana y de los programas de bienestar de diversas ciudades en ese continente. Por otra parte, en Estados Unidos los huertos urbanos vieron su emergencia en ciudades golpeadas por crisis económicas que llevaron a su desindustrialización en los años 70, fomentando movimientos ciudadanos para implementar medidas paliativas, no siempre con apoyo municipal o estatal. Ya en Latinoamérica, la agricultura urbana fue durante mucho tiempo un hecho en gran parte de las ciudades en proceso de expansión urbana, especialmente en países de menores ingresos. Chile, por otra parte, ha tenido en si historia de planificación urbana un escaso acercamiento a la agricultura como elemento de planificación y de integración con la trama urbana y social, lo cual ha aumentado las brechas y dicotomías entre usos considerados urbanos y usos considerados rurales, limitando las posibilidades para la emergencia de la agricultura urbana.
Imagen 1. ¿Qué son las Huertas Urbanas de La Reina?
En este contexto, Julia María Franco, vecina de la comuna de La Reina, impulsó y dirigió la implementación de uno de los huertos urbanos de mayor relevancia del país, bajo dos grandes pilares que se complementan entre sí y que dan cuenta de la relación constante entre ciudad y alimentación: Por una parte, el espacio público como sostenedor de proyectos comunitarios, y por otra parte, la alimentación sana como forma de vida alternativa para los habitantes urbanos. La historia de los huertos urbano de La Reina se remonta a principios de la década de los 2000, cuando Julia presenta al alcalde de la época, Fernando Castillo Velasco, un proyecto que implicaba la activación de un espacio público residual para la agricultura, de carácter abierto, integrado a la ciudad y que pudiera ser transitado y disfrutado por sus habitantes. El proyecto de ese entonces fue aprobado por unanimidad por el concejo municipal, y tuvo un importante apoyo del municipio antes de que conformara la corporación Aldea del Encuentro, donde hoy se ubican las huertas. Sin duda, el proyecto se anclaba muy bien a la visión de ciudad y comunidad que sostenía el alcalde, quien fuera históricamente el impulsor de diversos proyectos urbanos de gran trascendencia para la comuna.
Imagen 2. Huertas urbanas en invierno. Créditos de la imagen: Julia María Franco, 2020.
El huerto se planteó desde su inicio como un espacio para los vecinos, que sirviera de base para fortalecer la red de relaciones entre personas de origen, edad y profesión diversos. Así, se planificaron 6 sectores de cultivo y lotes de 16 metros cuadrados por vecino, así como un conjunto de espacios comunes para el tránsito de las personas, permitiendo una permeabilidad que aumentara su potencial como espacio público para la comuna. Sin embargo, el huerto se vio enfrentado a los vacíos normativos en cuanto al uso del espacio público municipal por parte de los vecinos, lo cual frenó durante años el proyecto, y que da cuenta de una de las principales trabas para la consolidación de estos espacios a nivel comunal y urbano: no existen protocolos, y la gran mayoría de los municipios no tienen ordenanzas ni incentivos para la implementación de huertos urbanos en suelo público. Al no existir antecedentes previos respecto a la figura que permitiera a los vecinos hacer uso del suelo público para producción de alimentos, se logró implementar en 2006 un sistema de mediería en que el 50% de la producción queda a disposición del programa para su comercialización, y el 50% a disposición de los huerteros. Adicionalmente, se implementó un protocolo de trabajo por etapas que asegurara la participación de los vecinos y se consolidara un sistema de trabajo que velara por la continuidad del proyecto y la responsabilidad compartida de su mantención, donde cada vecino debe disponer de un conjunto de horas para trabajo comunitario (desmalezar, podar, obras de carpintería, entre otros), y un periodo de prueba para cada miembro para luego pasar a formar parte del programa, que se consolidó como un programa municipal con continuidad independiente de cada gobierno de turno. Asimismo, con la implementación de la Ecoferia de la Reina, en el mismo terreno donde se emplazan las huertas, los miembros participan de la venta semanal del plantas y semillas como ingreso adicional para el proyecto, lo cual también ha fortalecido el sentido de responsabilidad comunitaria.
Imagen 3. Las Huertas de La Reina están cruzadas de senderos públicos que lo hacen permeable a toda la comunidad.
Todo lo anterior da cuenta de la importancia central de la gestión colectiva como pilar fundamental de las experiencias de huertos urbanos, la cual debiera ser flexible y adaptable a cada caso en particular ya que en Chile cada municipio y cada comunidad tiene condiciones diferentes. Julia María, al respecto, comenta sobre la importancia de que se experimente con modelos diversos capaces de dar respuesta a las diferencias de contexto en las que se producen estas experiencias, especialmente en un contexto nacional donde existen cuestiones estructurales de desigualdad que pueden impedir el desarrollo de este tipo de proyectos en comunas y comunidades vulnerables que, justamente, son las que se pueden ver mayormente beneficiadas en distintos frentes: seguridad alimentaria y alimentación sana, fortalecimiento de las redes sociales, mejor salud (especialmente para adultos mayores), y participación. Lamentablemente, hay una escasa difusión y conocimiento de los beneficios de la agricultura urbana, y no existen políticas públicas que la aborden como parte integral de la planificación y del bienestar social, a diferencia de otros países que la promueven de forma activa.
Imagen 4. Venta de plantas del vivero comunitario en la Ecoferia de La Reina, atendida por los vecinos que cultivan en las huertas.
La implementación de proyectos como el de las huertas urbanas de La Reina permite ver de modo concreto cómo es posible integrar de forma efectiva espacios para el beneficio de la comunidad en un cruce multidimensional entre oficios agrícolas, espacio público urbano, regeneración ambiental, participación comunitaria, salud pública, sustentabilidad y soberanía alimentaria. Las actuales políticas municipales en esta materia son escasas y requieren de una actualización y esfuerzo por facilitar la agricultura urbana para el beneficio de sus comunidades. La experiencia de La Reina releva no sólo el valor de la agricultura urbana per se, si no también la importancia de contar con una organización sólida pero flexible, que integre a la mayor diversidad de personas, activando las redes sociales locales y la generación de vínculos entre vecinos, lo cual podría decirse que es uno de los más importantes valores de este tipo de espacios. Así, la agricultura urbana puede ser entendida como un motor para el bienestar social en las ciudades, y a los huertos urbanos como un espacio público que no solo cumple un rol ornamental sino también un espacio productivo social, ambiental y económicamente.
NOTA: este artículo fue escrito con base en una entrevista realizada a Julia María Franco, fundadora de las huertas urbanas de La Reina, a quien agradezco por su colaboración.
ENTREVISTA A GUÉNOLA CAPRON: "ESTUDIAR LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS URBANOS ES INDISPENSABLE PARA ENTENDER CÓMO LAS CIUDADES FUNCIONAN Y, PARTICULARMENTE CÓMO SON SENSIBLES ANTE LAS CRISIS"
VerENTREVISTA A GUÉNOLA CAPRON: "ESTUDIAR LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS URBANOS ES INDISPENSABLE PARA ENTENDER CÓMO LAS CIUDADES FUNCIONAN Y, PARTICULARMENTE CÓMO SON SENSIBLES ANTE LAS CRISIS"
Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
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Guénola Capron es profesora-investigadora titular C en la UAM-Azcapotzalco en el departamento de Sociología. Es miembro del SNI, nivel 2. Es doctora en Geografía por la Universidad de Toulouse-2 le Mirail. Anteriormente fue investigadora en el CNRS en Francia y en el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos en México. Su trabajo de investigación está centrado en el estudio de la transformación del espacio público y de la urbanidad en ciudades como Buenos Aires y México, vinculado con cambios en la movilidad cotidiana y en la seguridad pública. Ha coordinado proyectos de investigación sobre estos temas. Más recientemente se ha integrado en un proyecto sobre la inseguridad alimentaria y los sistemas comerciales en ciudades del Sur global. Ha coordinado varios libros: La urbanidad en las Américas (con Jérôme Monnet, 2000), Vínculos y lugares de la movilidad (con Hélène Guétat y Geneviève Crotès, 2005), Cuando la ciudad se cierra: barrios residenciales con seguridad (Bréal, 2006), El espacio público urbano (con Nadine Haschar-Noé, 2008), La (in)seguridad en la metrópoli. Territorio, segurización y espacio público, (coordinado (con Cristina Sánchez-Mejorada, 2015) y Satélite, el libro (2011). Es autora de más de 80 artículos y capítulos de libros dictaminados.
Im1_ Guenola Capron / guenola.capron@gmail.com
- Participas del proyecto llamado Hungry Cities que aborda la seguridad alimentaria de las ciudades, ¿qué significa y porqué es importante este tema en la actualidad? ¿cuáles son los principales resultados del proyecto?
Me gustaría compartir que inicialmente no trabajaba el tema de la alimentación. Sin embargo, la apuesta del equipo canadiense que dirige la investigación Hungry Cities era invitar a gente que no era especialista en el tema, pero que sí trabajaba sobre las ciudades -en particular geógrafos- con la intención de aculturarse poco a poco sobre el ámbito de la alimentación y la seguridad alimentaria.
Esta es una iniciativa que está coordinada por un consorcio liderado por la universidad Wilfried Laurier en Canadá -cerca de Toronto- en conjunto con la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. El proyecto está coordinado por el investigador Jonathan Crush y financiado por el Social Sciences and Humanities Research Council of Canada (SSHRC). El nombre del consorcio se inspira en el libro de la arquitecta e investigadora inglesa Caroline Steel, en el cual estudia cómo la alimentación da forma a nuestras ciudades. Una de las ideas es que la inseguridad alimentaria urbana/rural en relación son los sistemas alimentarios ha sido subestudiada. Sin embargo, estudiar los sistemas alimentarios urbanos es indispensable para entender cómo las ciudades funcionan y, particularmente cómo son sensibles ante las crisis, justamente como la que estamos viviendo respecto al Coronavirus. Con la contingencia, vemos que las compras de pánico provocan que algunas tiendas y supermercados se queden sin alimentos, lo que demuestra que las poblaciones urbanas somos muy dependientes de estos elementos del sistema alimentario, porque nosotros no producimos nuestra comida, necesitamos de otras entidades para alimentarnos.
El proyecto de investigación de Hungry Cities, en particular, se dirige al estudio de la alimentación en ciudades del Sur global, como es el caso de la Ciudad de México, México; Kingston, Jamaica; Ciudad del Cabo, Sudáfrica; Maputo, Mozambique; Nairobi, Kenia; Bangalore, India; y Nanjing, China. Considero que esto es importante por dos razones: porque es necesario conocer lo que puede pasar en tiempos de crisis y porque es relevante conocer cómo los sistemas alimentarios se adaptan en las ciudades que crecen de manera acelerada por efecto de las migraciones rurales.
Respecto al caso de la Ciudad de México, o más bien la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), puede decirse que es un poco diferente a lo que pasa en las ciudades africanas, porque el crecimiento urbano más acelerado se dio hace ya un par de décadas y la ZMVM no está creciendo significativamente en términos de cantidad de población. El rastreo histórico muestra que a finales de los años cincuenta, por un lado, el regente del Departamento del Distrito Federal creó 150 mercados para agrupar inicialmente al comercio que se encontraba en la vía pública, aunque actualmente la función principal de estos lugares es alimentar a la población de la metrópolis. Por otro lado, en la misma época, se desarrollaron los primeros supermercados en la Ciudad de México, que posteriormente se irían implementando en las principales ciudades del país. En este sentido, considero positivo que el desarrollo de los mercados y supermercados haya sido paralelo al crecimiento poblacional de esta ciudad en particular.
En la investigación de la ZMVM empezamos por hacer una encuesta, con una muestra representativa de 1.200 hogares, para medir y describir tanto los niveles como determinantes de la seguridad e inseguridad alimentaria. La medición se hizo a través de cuatro índices que, siguiendo la metodología FANTA, de la Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). Estos índices miden cuatro dimensiones: la disponibilidad de alimentos, el acceso físico y económico a estos, la diversidad de la dieta y, finalmente, la estabilidad en el tiempo del aprovisionamiento. Lo que encontramos, según el índice de acceso físico y económico, fue que 26,8% de los hogares de la ZMVM tienen inseguridad alimentaria severa: se preocupan de que a veces no podrán comer, consumen una variedad limitada de alimentos y comen cosas que no desearían. En comparación, la mitad de la muestra tiene seguridad alimentaria, es decir, una cuarta parte de la población tiene inseguridad alimentaria severa, lo que es propio de una ciudad con fuertes desigualdades socioeconómicas, como también sucede en el caso de Bangalore en India.
El problema de la inseguridad alimentaria en la ZMVM no reside en el acceso a los alimentos tal cual, sino más bien en el acceso a una oferta diversa y en la obesidad. En la investigación también tratamos de entender otras partes del sistema alimentario -que, por cierto, considera la producción, distribución, consumo, desecho y recuperación de los alimentos- y nos centramos en dos actores del proceso del sistema alimentario: los supermercados y los vendedores informales de alimentos. En el proyecto se planteaba que el sector informal juega un papel importante en la alimentación de muchos habitantes, en particular de los sectores más pobres y las clases medias. Por un lado, porque los precios de la comida en la calle son más accesibles que en otros tipos de dispositivos; por otro, porque es una opción de alimentación en una ciudad tan grande como la ZMVM, donde la gente tiene que desplazarse mucho para ir a su trabajo, y donde muy a menudo no hay alimentos accesibles cerca de sus lugares de empleo. De hecho, hace muchos años en una investigación que hicimos con Jérôme Monnet y Angela Giglia, notamos que el desarrollo del comercio ambulante no solo se vincula con la falta de empleos, sino también con la movilidad urbana dentro de la ciudad.
- Actualmente, cuando la mayor parte de la población mundial es urbana, podría pensarse que las personas tienen un “mayor acceso” a fuentes de alimentación debido a las ventajas de vivir más cerca de la diversidad comercial y de servicios que supone una ciudad. ¿Es cierta esta suposición o vivir en la ciudad no resuelve por sí mismo el acceso de la población a los alimentos?
Lo que pensamos es que resuelve, pero no necesariamente. Hay estudios en países del norte, particularmente en Inglaterra, que han mostrado que en estas ciudades existen “desiertos alimentarios”, en los que la población no tiene un acceso físico y económico a establecimientos que proveen alimentos. Principalmente porque donde la gente vive no hay tiendas ni supermercados, y se necesita un auto para poder llegar a ellos. Sin embargo, en la investigación de Hungry Cities se demostró que en dos ciudades que fueron tomadas como casos de estudio -la Zona Metropolitana del Valle de México y Nairobi- en realidad no existen desiertos alimentarios. Esto probablemente se deba a que existen formas autóctonas de distribución que penetran la mayor parte de la ciudad. Por ejemplo, si tomamos el caso de la ZMVM, existe una red muy densa de tiendas de abarrotes y tianguis, que son mercados ambulantes de origen prehispánico que venden productos a buen precio y tienen presencia en muchas colonias. De hecho, en esta metrópoli hay casi 1.500 tianguis, lo que es una cantidad importante. Haciendo un mapa de supermercados, identificamos que estos no existen en algunas zonas muy periféricas, pero ahí hay otros tipos de establecimientos comerciales. El problema tal vez es que los precios de los alimentos en las tiendas de abarrotes son mucho más caros que en los supermercados, pero aquí tal vez se trata de un tema de injusticia socioespacial.
- Podríamos decir que los procesos de globalización han modificado en cierta medida los patrones de consumo alimentario de la población mundial, particularmente en Latinoamérica que cuenta con una importante tradición indígena. ¿Consideras que la introducción de nuevos mercados -como el de la comida rápida- ha transformado también la forma en que se configura la ciudad?
Considero, porque hice mi tesis doctoral hace muchos años en Buenos Aires, es que las situaciones son muy variadas según los países en América Latina. Me imagino que no es lo mismo lo que está pasando en Buenos Aires o en Santiago de Chile que en las ciudades bolivianas, por ejemplo. La penetración de este sector no debe ser la misma según los contextos.
Sin embargo, el dato que tengo presente es que en la encuesta sobre seguridad alimentaria que realizamos en la ZMVM, el 8% de los hogares con seguridad alimentaria y el 0.6% de los hogares con inseguridad alimentaria severa, había comprado en establecimiento de fast food. Esto lo podemos comparar con el porcentaje de gente que compró alimentos en la calle, que es mucho más elevado, pues varía de 15 a 18% según el nivel de seguridad alimentaria. Entonces vemos que en el caso de la ZMVM la comida rápida no es lo más fuerte.
Por otro lado, considero que no es la comida rápida la que transforma la ciudad, sino más bien los lugares donde se encuentran estas cadenas de comida rápida, que generalmente son los centros comerciales.
- En estas investigaciones que se han realizado en el Sur global, ¿qué rol desempeña el mercado informal en el sistema de alimentación de las personas? ¿difiere de la situación en el Norte global?
Yo creo que es muy diferente, definitivamente. No es que no haya comercios o alimentos en la vía pública en las ciudades del Norte global, pero en comparación con el sur es realmente muy poco. Por otro lado, el Sur global tampoco es muy homogéneo. Nosotros encontramos situaciones muy diferenciadas entre las distintas ciudades que construyen el panel de ciudades estudiadas en el proyecto Hungry Cities. Va desde ciudades asiáticas, como el caso de Bangalore, donde hay mucho más comercio en vía pública que en la Ciudad de México, y otras, como Nanjing, donde no lo hay realmente. Lo que sí encontramos en esta ciudad es lo que llaman los “wet markets” que son mercados cerrados, como el del que surgió toda la crisis del Coronavirus. De las visitas que hicimos en Ciudad del Cabo, identificamos que hay menos comercio informal en vía pública que en la Zona Metropolitana del Valle de México, por lo que tenemos situaciones bastante contrastadas de un país a otro.
En la encuesta sobre seguridad alimentaria en la ZMVM, nos llamó mucho la atención que el comercio informal en vía pública es bastante resiliente frente al desarrollo de supermercados. A cambio, las tiendas de abarrotes, a diferencia de los tianguis, sufren mucho más la competencia de estas grandes cadenas. Tal vez en otros contextos, como en Buenos Aires donde hay mucho menos comercio en vía pública o mercados, los sistemas son menos resilientes a la instalación de supermercados.
También vemos, para el caso de México, que el comercio informal alimentario es muy heterogéneo: están los tianguis o el comercio ambulante. En el último, se pueden vender desde dulces o botellas de agua hasta “comidas corridas” en la cajuela de un auto o en la banqueta (acera). Las comidas corridas resultan otra manera de alimentarse, bastante sana, de hecho.
Dentro del proyecto Hungry Cities se llevó a cabo una encuesta a 1.200 trabajadores en la vía pública de la ZMVM. Se pudo comprobar que el sector informal alimentario es una actividad de sobrevivencia muy atomizada, con empresas generalmente familiares o con pocos empleados, pero con un quehacer extraordinario. La gente vende sus platillos con recetas que se heredan, que tienen sus propios secretos. También se identificó que se necesita un capital económico muy bajo para poder empezar esta actividad, lo que explica que es un sector muy vulnerable. En particular, porque pagan permisos a la alcaldía o a alguna entidad, pero la autoridad local los puede desalojar fácilmente, es decir no tienen un verdadero derecho sobre el uso del espacio público. Y esto no es propio de México, existen otros países de América Latina donde sucede lo mismo.
- La obesidad es una pandemia creciente en las sociedades urbanas, como es el caso de México y Chile en Latinoamérica. En este sentido, ¿qué papel juegan las ciudades en este fenómeno?
Considero que las ciudades no son las responsables, sino los sistemas alimentarios. Y no solo del tema de la obesidad, sino también de los padecimientos relacionados a una alimentación desbalanceada, como son las enfermedades cardiovasculares o la diabetes. Lo que logramos identificar en México, es que el problema de la inseguridad alimentaria tiene que ver con la falta de diversidad de alimentos, y eso está relacionado con dichas enfermedades. En particular, el dato que obtuvimos es que 1 de cada 5 hogares encuestados comió menos de 4 grupos -de 12 grupos de alimentos- el día anterior a la aplicación de la encuesta. Estos 4 grupos de alimentos fueron harinas, azúcares, carnes y verduras. Las frutas, por ejemplo, se posicionaron en quinto lugar.
Por otra parte, podríamos considerar que las nuevas aspiraciones de consumo de la población, los cambios en los modos de vida, el acceso a la compra del refrigerador, el acceso al automóvil y el trabajo creciente de las mujeres -aunque en México es todavía más bajo que en otros contextos- generan las condiciones para el desarrollo de los supermercados. Y yo considero que los supermercados en cierta medida son responsables de la pandemia de la obesidad, porque han provocado cambios en los hábitos de consumo. Sobre todo, a partir de los años noventa, cuando entraron las grandes empresas de supermercados de Europa y de Estados Unidos, y particularmente el grupo WalMart, que cubre la mitad de los supermercados existentes en la ZMVM.
A través de la encuesta identificamos que el 40% de la población con severa inseguridad alimentaria hace sus compras de alimentos en estos lugares y eso se eleva al 70% para el grupo que tiene seguridad alimentaria. Hay una diferencia entre grupos, pero igual el 40% es significativo. Y sabemos que los productos industrializados como las frituras y las bebidas azucaradas son parte de la alimentación de los grupos más pobres. De hecho, cuando se planteó prohibir la venta de gaseosas fuera de las escuelas, la reacción del sector de las bebidas azucaradas fue decir que estas proveían de carbohidratos baratos a los pobres. Resulta preocupante escuchar este tipo de declaraciones.
Sin embargo, encontramos también el tema en la venta informal de alimentos en la vía pública: el 83% de los comerciantes venden alimentos procesados como golosinas, refrescos, pero también el 20% vende chicharrones o frituras. Aunque aquí es importante mencionar que “lo natural” tampoco es sinónimo de una alimentación balanceada, en particular, para el caso de los jugos de frutas, que se venden por medio litro o por litro. Considerando que una persona puede ingerir un litro de jugo de naranja, estaría consumiendo 95 gramos de azúcar, cuando la recomendación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son 25 gramos diarios. En este sentido, identificamos que las raciones los alimentos vendidos en la calle también es un problema. Sin embargo, son cuestiones que no se abordan, por lo que sería importante abrir una discusión pública acerca de este tema.
- ¿Cuáles son para ti los principales desafíos de la alimentación en las ciudades de América Latina, tanto a nivel de investigación como de políticas públicas?
Respecto al sector alimentario informal, considero que habría que apoyarlo porque proporciona un servicio, pero sí regularlo mejor. Principalmente, porque los gobiernos no consideran a este sector como una opción para los grupos más pobres. En el caso mexicano, la actitud hacia el comercio en vía pública, puede variar entre la prohibición, la tolerancia, autorización e incluso la formalización, pero muchas veces es todo a la vez. Entonces me parece que es algo que tendría que coordinarse entre las distintas instituciones.
También está el problema de la sanidad e inocuidad de los alimentos, que es algo que contribuye a que los vendedores en vía pública estén muy estigmatizados. Lo cierto también, es que ellos tienen un acceso muy complicado al agua limpia, a baños y sistemas de almacenamiento. Esto es algo en lo que podría apoyar el gobierno, así como en capacitar a los comerciantes para manipular los alimentos y apoyarlos en la gestión de sus negocios.
Sé que actualmente hay investigaciones en la Ciudad de México sobre la Central de Abastos, que es la segunda más grande del mundo después de Rungis en Francia. Considero que sería muy importante entender cómo funciona, sobre todo porque se han reducido sus actividades a raíz de la apertura de centrales de distribución propias para los supermercados. Además, sería relevante considerar el impacto del narcotráfico y de las mafias sobre el funcionamiento de esta central.
También creo que sería importante desarrollar investigaciones sobre los supermercados, porque muchos de los productores con los que trabajan son grandes proveedores, como el caso de Bachoco en México. Casi todo el pollo que comemos en México está distribuido por esta empresa, que tiene prácticas agrícolas nada sustentables.
En ese sentido, considero que es relevante entender y potenciar otras prácticas más sustentables dentro de los sistemas alimentarios, como es el caso de los productos orgánicos, que todavía tienen un costo muy elevado en México, por lo que habría que contribuir a que sean accesibles a una mayor parte de la población. De la misma forma, es importante promover la agricultura urbana, aunque no resuelva por sí misma el problema del hambre o la inseguridad alimentaria, sino como un mecanismo que sensibiliza a la población respecto a formas de producción alternativas. En particular, pensamos que en la ZMVM hay muchos techos en los que se podría desarrollar esto.
Finalmente, podrían promoverse mucho más los “bancos de alimentos”, que son organizaciones que reciben alimentos que están a punto de caducar de la central de abastos y de supermercados, para ser dignificados en un proceso de selección, y vendidos posteriormente a las comunidades a precios muy bajos. Cuando estudiamos los supermercados identificamos que entre 3 y 4% e incluso hasta el 10% de los alimentos manejados por los supermercados se desechan, y que algunos de estos trabajan con bancos de alimentos. Nosotros hicimos una entrevista con el banco de alimentos más grande de México, que se llama “Alimento para todos”, el cual provee de alimentos sanos y económicos a 50.000 personas en la ZMVM, lo que es muy poco, considerando que la zona metropolitana tiene una población de más de 20 millones de personas. Esta organización nos compartió que no tienen la capacidad operativa para vender alimentos a más personas, y me parece que con apoyos públicos podrían mejorar esta situación.
En general, creo que hay que entender mejor los sistemas alimentarios de las ciudades latinoamericanas, reconociendo, como te comentaba anteriormente, que no son tan homogéneos.
ENTREVISTA A JAVIER VERGARA: "CUANDO UNO HACE USO DE LA COMIDA, NO SOLAMENTE COMO UN INSUMO PARA ALIMENTARSE [..] PUEDE ENTREGARTE MUCHAS OPORTUNIDADES, AL MENOS EN EL TEMA DE PLANIFICACIÓN DE LA CIUDAD"
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Revista Planeo Nº 43 Territorios Gastronómicos, Abril 2020
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
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Javier Vergara Petrescu es Co-fundador y Director Ejecutivo de Ciudad Emergente. Se ha especializado en combinar proyectos de innovación social, emprendimiento, participación ciudadana y tecnologías aplicadas a la ciudad. Ha trabajado en diversos proyectos de urbanismo táctico y ordenamiento territorial en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. Es también Co-fundador de Plataforma Urbana y Plataforma Arquitectura y CitiSent. En 2006 fue elegido uno de los 100 Jóvenes Líderes de Chile por Revista El Sábado y el Centro de Liderazgo Estratégico de la UAI. Actualmente, es un docente activo impartiendo cursos en la UDP, UDD y el Magíster en Proyecto Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha expuesto ponencias sobre Urbanismo Táctico en la Universidad Autónoma de México, Columbia University y el Latin GSD de Harvard.
Im1_ Javier Vergara / javier@ciudademergente.org
@vergarapetrescu
- Hemos escuchado que en Chile, los malones eran fiestas realizadas tradicionalmente en espacios privados y Ciudad Emergente ha impulsado en los últimos años el desarrollo de estos eventos en el espacio público, ¿por qué proponer a la calle como nuevo escenario de esta actividad?
Cuando comenzamos con el Malón Urbano en 2012, fue uno de los primeros proyectos de Ciudad Emergente, la cual fundamos en 2011, ya hace nueve años. En ese entonces, estábamos en un centro de emprendimiento en Nueva York, pero nuestros proyectos empezaron a desplegar en Chile porque gran parte de nuestras redes estaban acá. Algunos de los cofundadores son chilenos, algunas personas de Estados Unidos y otros han viajado por distintos lugares. Por lo tanto, siempre ha habido una visión más bien “glocal”, es decir, con una mirada más global, pero con un actuar bien local.
Una de las primeras iniciativas que empezamos a desplegar en Chile fue el Malón Urbano y lo titulamos así pensando en una forma de recuperar una práctica que existía en Chile y que se había ido perdiendo. De hecho, el tema de los malones es algo que viene de cientos de años atrás. En la conquista española y el periodo de colonia, los malones eran estrategias mapuches que se utilizaban para poder desmantelar los campamentos españoles como tácticas de guerra, como una intervención rápida y sorpresiva que lograba transformar o destruir, básicamente, dichos asentamientos. En el siglo XX, el concepto de malón se empezó a utilizar de otra forma: eran fiestas de media tarde, de fines de semana, donde la gente se reunía a compartir las nuevas tendencias musicales o convivir con sus vecinos. Esta actividad se hizo un hábito a mediados del siglo XX, sin embargo, se perdió durante la dictadura porque durante este periodo -de 1973 a finales de los años 80- a las personas se les prohibía reunirse. Había toques de queda y la gente no se podía encontrar, por lo tanto, el hábito de realizar los malones se fue perdiendo.
En 2012, se nos acercó una organización chilena llamada Ciudad Viva, que es una corporación de participación con mucha experiencia en el barrio de Bellavista. Esta nos invitó a idear una forma de hacer participación con los vecinos que fuera innovadora y creativa, tras identificar el desafío de involucrar a las personas. Nosotros, que estábamos con muchas ideas en la cabeza en ese momento, les propusimos hacer algo que recuperara la tendencia antigua del malón, pero de una forma más pública. De esta manera, las reuniones de participación ciudadana podrían realizarse en un lugar diferente a una sede vecinal entre cuatro paredes, donde muchas de las veces la asistencia es muy baja. Fue así que les propusimos hacer algo público, en la calle: sacar mesas y sillas para que la participación también lograra dar cabida a más personas y no solo a los mismos de siempre.
- De alguna forma, el Malón Urbano nos recuerda que la comida tiene un importante componente de integración social, no sólo en una escala doméstica sino también en una escala pública. En este sentido, ¿cuál consideras es el papel de la comida en la sociabilidad urbana? ¿crees que ha cambiado en los últimos años?
No sé si ha cambiado durante la última época, pues la comida ha estado ahí por siglos, pero sí tiene un componente muy empático. Cuando uno hace uso de la comida, no solamente como un insumo para alimentarse sino cuando le empiezas a dar otras miradas, puede entregarte muchas oportunidades, al menos en el tema de planificación de la ciudad. Cuando trabajas con otras disciplinas que no son necesariamente la planificación urbana o la arquitectura y empiezas a mezclarlas con otras áreas, comienza a enriquecerse el proceso de planificación. La gastronomía es una entrada muy atractiva para las personas: todos de alguna forma se sienten a gusto con ella, lo que resulta en un muy buen rompehielos. De hecho, en Ciudad Emergente hemos estado trabajando con el concepto de la comida para otros proyectos, y a veces es un muy buen acceso para problemas muy complejos que uno no sabe desde dónde abordar. Cuando entras desde ahí, se abre una puerta de conversación, distención y generación de empatía e interés. Por lo tanto, vemos que la comida no solo tiene el atributo de nutrirnos o de mantenernos en pie, sino que tiene que ver con otras miradas también.
- ¿Identificas otras posibilidades de encuentro social en las ciudades que estén relacionadas con la comida?
Existen varias iniciativas vinculadas a la comida más allá del Malón Urbano. Hay festivales gastronómicos que buscan cambiar el mundo a través de la gastronomía, como el Festival Ñam que ya va a cumplir diez años. En esta iniciativa han trabajado, por mucho tiempo, con chefs y cocineros de distintas partes de Latinoamérica para recuperar ciertas raíces que se perdieron en las culturas locales y reconocer la diversidad de las sociedades a partir de la cocina. De hecho, es muy interesante eso, trabajar problemas de integración social desde la comida porque es desde ahí donde también se manifiesta culturalmente la diversidad de migración y de los países que acogen esa migración.
Uno de los proyectos que hemos realizado últimamente es una versión del malón más enfocada a la migración que se llama Mesa Latina. Lo que hace es generar un encuentro de convivencia pacífica entre migrantes y personas de los países de acogida para tratar de atacar los brotes de xenofobia que se han producido con las olas de desplazamientos en el mismo continente. Actualmente, hay una cantidad nunca antes vista de venezolanos que han tenido que emigrar en muy poco tiempo a otros territorios por problemas políticos, buscando refugio y acogida en países como Colombia, Perú, Chile, México y en Centroamérica. Y claro, esa xenofobia y esos prejuicios a veces es muy difícil atacarlos.
Por otro lado, existen iniciativas de trabajo con refugiados a partir de la comida. Como un proyecto alemán bien interesante que se llama Más allá de tu plato y que tiene que ver con relatar las historias que hay detrás de la gastronomía. En el fondo, alguien que trae una arepa viene con una historia o alguien que trae un kebab viene de algún lugar. Por lo que esta iniciativa ha trabajado para sensibilizar a las personas sobre la migración y los refugiados.
- Sabemos que, en algunas ciudades, estos procesos migratorios y de integración cultural también favorecen una transformación respecto al uso del espacio público en relación al acto de comer. ¿Consideras que en las ciudades chilenas el uso de la calle ha cambiado a través de estos procesos?
Sí, de hecho uno lo puede confirmar cuando habla con vecinos de comunas donde hay mayores índices de migración. Puedes escuchar, ver y evidenciar que la calle se usa más, o de una forma distinta que como lo hacen los chilenos. Los venezolanos vienen con otros hábitos: de una vida más pública, de generar encuentros en lugares donde los chilenos no solían hacerlo. No podría dar un porcentaje de cuánto más se utiliza el espacio público, pero sí hemos identificado una percepción de cambio en el uso del mismo.
- Al respecto de los Malones y Mesas Latinas, ¿cuál dirías que ha sido la participación de las mujeres en las dinámicas de ocupación del espacio público y de convivencia que implican estas actividades?
Es interesante esa mirada, porque desde una perspectiva de género lo que hemos identificado, en el caso de los malones, es que las personas que los lideran son más mujeres que hombres. De hecho, no estoy seguro si fue en 2018 o 2019, el 60% de quienes los organizaron fueron mujeres y sólo el 40% hombres. Esto puede hablar de un interés más cercano de la mujer a este tipo de actividades. En general, desde nuestras perspectivas, en el tema de participación ciudadana siempre están liderando más las mujeres que los hombres.
- ¿Han indagado más sobre este aspecto?
Hemos tenido conversaciones internas del porqué se puede dar eso. En general, en las comunidades donde hemos trabajado, los hombres son quienes laboran fuera del hogar. En el barrio y en la vecindad donde hay que impulsar un proceso, tu contraparte es quien está en la casa y, por lo común, es la jefa de hogar. El hombre sale en la mañana y llega en la noche, y cuando regresa lo hace cansado, no quiere ir a una reunión o no le interesa. Por lo que en varias ocasiones nos ha pasado que hay muchas más mujeres que hombres en la organización de tácticas o reuniones vecinales. Los hombres quizás participan más de otro tipo de actividades que tienen que ver más con la liga del futbol, o lisa y llanamente no quieren participar. De hecho, en los malones ha sucedido que quienes llevan adelante la actividad son las mujeres, mientras sus maridos están dentro de la casa viendo televisión. Les cuesta más salir.
- Finalmente, dentro de los malones y mesas en las que has estado presente ¿cuál podrías decir que es tu recuerdo más destacado, incluyendo la dimensión culinaria?
Una de las cosas que me llamó mucho la atención en Perú -donde estuvimos trabajando con un piloto de la Mesa Latina- era el sentimiento de orgullo que le producía a las personas participar de la organización de una actividad de la mesa: la Cocina colectiva. Esta la lideraba un vecino que no era necesariamente un tomador de decisión, un alcalde o concejal. Era una persona que había tenido que emigrar y a quien se le invitaba a organizar una actividad en la que enseñara a otras personas sus recetas de cocina. Me llamaba la atención, y me emocionaba personalmente, el sentimiento de orgullo que esto le generaba, así como el protagonismo que tomaba en el desarrollo de la actividad. La invitación era a que ellos generaran el cambio ahí: como sacar los prejuicios sobre la comida, las personas y su historia de migración.
Rayados de ciudad: un estallido gráfico y territorial
VerRayados de ciudad: un estallido gráfico y territorial
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes; Enero 2020
[Por (texto) Rosario Palacios; PhD, MSC en Planificación Urbana. Académica Escuela de Antropología Universidad Católica de Chile.
Fotografías: Ismael Aguirre, Carla Bravo, Fernán Herrera, Emmanuelle Gottleland, Macarena Pérez, Amanda Toro, Natalia Urban; Estudiantes Escuela de Antropología Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Reconocimos cinco tipos de espacios en la ciudad que se han visto intervenidos de manera distinta por los rayados ocurridos en las manifestaciones de la actual crisis chilena y los recorrimos por cinco días. A continuación presentamos las imágenes que nos hablan no sólo de demandas sociales, sino que de distintas formas de significarlas en relación a los territorios en que fueron construidas. Vemos cómo las formas barriales son parte de la configuración de los rayados en la ciudad; estos no existen por sí solos, sino que se activan en un espacio- tiempo particular, en diálogo con su entorno.
ilustrando el conflicto social con la ciudad
Verilustrando el conflicto social con la ciudad
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes; Enero 2020
[Por Nicolás Ahumada; Ilustrador. Estudiante de Diseño UC. (imágenes y texto)
Sebastián Ahumada; Arquitecto UC]
Resumen
La ilustración ha estado recogiendo diversas dimensiones de las protestas del llamado “estallido social” chileno, ya sea como medio de agitación y propaganda o como reflexión sentida ante la represión policial. Estas distintas formas en que se han expresado varios artistas, reconocen un escenario cargado de símbolos que nacen de las calles y que surgen desde las protestas. Símbolos que se convierten en arquetipos de personajes heroicos, o en ideas que superan las fronteras como la evasión simbolizada en el salto del torniquete. Los elementos con los que se nutre esta ilustración se construyen sobre una ciudad caótica pero reconocible en su espacio público, como campo de acción. Los personajes aparecen en la calle y es ahí donde se validan y reivindican. Es la ciudad y su infraestructura la que ha servido como telón de fondo para la elaboración de un relato gráfico en torno a la protesta.
LAS BASES RELIGIOSAS DE LAS ORGANIZACIONES DE MIGRANTES GUATEMALTECOS EN ESTADOS UNIDOS: Casos en Omaha, Nebraska y Los Ángeles, California
VerLAS BASES RELIGIOSAS DE LAS ORGANIZACIONES DE MIGRANTES GUATEMALTECOS EN ESTADOS UNIDOS: Casos en Omaha, Nebraska y Los Ángeles, California
Revista Planeo Nº40; Ciudad Informal; Junio 2019
[Por, Aracely J. Martínez Rodas; Directora de la Maestría en Desarrollo de la Universidad del Valle de Guatemala Ciudad de Guatemala, Guatemala]
Recibido el 01 de junio del 2018; Publicado el 13 de marzo de 2020
Resumen
Este artículo presenta hallazgos de una tesis doctoral sobre las organizaciones de migrantes guatemaltecos en Estados Unidos, cuyo enfoque de estudio es la estructura de las redes organizativas, la conformación de capital social y el impacto político y comunitario de dichas redes. La investigación se realizó en dos ciudades: Los Ángeles, California y Omaha, Nebraska, entre 2013 y 2015. Para este artículo se destaca la base religiosa en la conformación de organizaciones de migrantes guatemaltecos y se propone una tipología de vinculación con la iglesia.
Palabras clave: Guatemala, organizaciones migrantes, bases religiosas
Abstract
The following article presents findings on the Gua- temalan migrant organizations in two cities: Los An- geles, California and Omaha, Nebraska in the USA. The data comes from the doctoral dissertation that focuses on their organizational network, their social capital, and their political and community impact. This article highlights their religious background and proposes a typology of religious affiliation.
Keywords: Guatemala, migrant organizations, religious background
COMERCIO INFORMAL EN SANTIAGO. Pistas etnográficas para el reconocimiento de una práctica urbana
VerCOMERCIO INFORMAL EN SANTIAGO. Pistas etnográficas para el reconocimiento de una práctica urbana
Revista Planeo Nº40; Ciudad Informal; Junio 2019
[Por, Christian Matus; Profesor Asistente Adjunto, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile
Martín Montes; Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Recibido el 4 de junio de 2019, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
El presente artículo constituye una reflexión sobre la persistencia del comercio informal como práctica urbana que forma parte relevante de la vida de los centros de las ciudades chilenas y latinoamericanas. Se fundamenta en una aproximación etnográfica al tema desarrollada por los autores en el marco de un estudio realizado en 2015 para el Ministerio de Economía, que tuvo como escenario la comuna de Santiago. En base a una metodología cualitativa, que combinó observaciones etnográficas, entrevistas semi-estructuradas y grupos de conversación con comerciantes informales y otros actores asociados, se indagó en las motivaciones que dan sentido al trabajo informal, y las múltiples estrategias con las que operan los comerciantes informales para eludir las políticas de control que los persiguen. Se plantea que un abordaje exitoso del comercio informal, por parte de la política pública, requiere de una comprensión integral de sus dimensiones económicas, históricas y culturales, que valore su aporte a la economía e impacto positivo en el espacio público. Como conclusión se propone establecer una estrategia de convivencia con el comercio informal, más que una política de control y represión, de modo de reconocer su aporte económico, social y cultural, haciéndolo partícipe del ordenamiento del espacio público.
Palabras clave: economía informal, uso y apropiación del espacio público, control
Abstract
This paper constitutes a reflection about the resilience and persistence of the informal street trade such as a relevant part of the urban life on the urban centers on chilean and latin american cities. The article is based on a study case requested by the Ministry of Economy on 2015 that focused in Santiago district. From an qualitative approach the methodology used combines ethnographic observations, semi structured interviews and focus groups with informal traders and other relevant associated actors and focused on the motivations that maintains this practice and the multiple strategies implemented by the informal traders to elude the control policies. It propose that a successful public policy approach of the informal trade requires an integral understanding that consider the economic, historical and cultural dimensions of this phenomenon and values its contribution to the economy and positive impact in activating public space. In conclusion, it is proposed to establish a strategy of coexistence with informal trade, rather than a policy of control and repression, in order to recognize its economic, social and cultural contribution, ma- king it a participant in the planning of public space.
Keywords: informal economy, use and appropriation of the public space, control policies
DE LA CIUDAD INFORMAL A LA CIUDAD COMÚN: El caso de los cerros urbanos de Santiago
VerDE LA CIUDAD INFORMAL A LA CIUDAD COMÚN: El caso de los cerros urbanos de Santiago
Revista Planeo Nº40; Ciudad Informal; Junio 2019
[Por, Omaira Catherine Arboleda Velásquez; Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
Carolina Moore. Estudiante de doctorado en Planificación y Desarrollo en The Bartlett, University College London
Fernanda Ruiz Briano; Fundación Cerros Isla.
Francisco Vásquez Rodríguez; Investigador independiente]
Recibido el 4 de junio de 2019, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
A partir del caso de tres cerros de Santiago, el artículo aborda los comunes urbanos como una categoría analítica que sirve para reinterpretar prácticas y usos considerados frecuentemente como informales. El argumento central busca promover un cambio de lente que permita entender la informalidad urbana como una oportunidad para la emergencia de la ciudad común, la cual posibilita e impulsa ejercicios democráticos en el marco de un derecho a la ciudad. La discusión se apoya en los resultados preliminares de una investigación cualitativa que toma como casos de estudio los cerros Quimey, La Ballena y Renca. Las distintas prácticas sociales estudiadas permiten la comprensión de estos cerros como articuladores de comunes urbanos para toda la ciudad. Situación que se sustenta en la conformación de distintas agrupaciones y colectivos organizados que comparten objetivos por la defensa, recuperación y disfrute de los cerros como espacios colectivos. Todo lo cual desafía las racionalidades de los discursos dominantes e invita a nuevos modos de pensar, habitar y transformar la ciudad.
Palabras clave: comunes urbanos, cerros de Santiago, informalidad
Abstract
Drawing on the case study of three of Santiago’s hills, this article addresses urban commons as an analytical tool to recalibrate daily as well as collective practices more often than not understood as in- formal. The argument seeks to promote a new lens which allows the understanding of urban informality as an opportunity for the emergence of the common city; which, in turn, enables and boosts democratizing modes of exchange and socialization within the right to the city framework. The discussion relies on the preliminary results of a qualitative research which takes Quimey, La Ballena and Renca hills as a case study. The different social practices happening on them make it possible to understand these three hills as articulators of urban commons that belong to the city as a whole. The latter is supported by the fact that during the last few years diverse groups have gathered and organized around the objective of defending, recovering and enjoying the hills as collective spaces. All of which defies the rationalities of dominant discourses and opens new ways of thinking, inhabiting and transforming the city.
Keywords: urban commons, Santiago’s hills, informality
DE LA INFORMALIDAD A LA CONSOLIDACIÓN DE LAS COLONIAS POPULARES EN LA CIUDAD DE MÉXICO: El habitar de los arreglos residenciales en el Pedregal de Santo Domingo
VerDE LA INFORMALIDAD A LA CONSOLIDACIÓN DE LAS COLONIAS POPULARES EN LA CIUDAD DE MÉXICO: El habitar de los arreglos residenciales en el Pedregal de Santo Domingo
Revista Planeo Nº40; Ciudad Informal; Junio 2019
[Por, Luz Cecilia Rodríguez Sánchez; Profesora investigadora adscrita a la Facultad de Arquitectura “5 de Mayo”, Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, México. Arquitecta y Maestra en Ciencias y Artes para el Diseño por la Universidad Autónoma Metropolitana y Doctora en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora.
Emma Yanet Flores Zamorano; Profesora adscrita a la Facultad de Diseño de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos , Cuernavaca, México. Lic. en Planeación Territorial con Maestría y Doctorado en Ciencias y Artes para el Diseño por la Universidad Autónoma Metropolitana]
Recibido el 4 de junio de 2019, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
El artículo presenta un estudio respecto al proceso de consolidación de las viviendas informales que implica su transformación de vivienda unifamiliar a plurifamiliar, bajo el esquema de autoconstrucción en las colonias populares de la Ciudad de México; es parte de una investigación más amplia sobre las formas de tenencia y su actual papel en la problemática habitacional de dicha urbe. De manera específica se muestran los resultados obtenidos en un estudio de caso en la Colonia Pedregal de Santo Domingo, a fin de identificar cuáles son los principales arreglos residenciales entre los hogares a partir del tipo de tenencia que detentan, en la medida que éstos reflejan la manera en cómo satisfacen sus necesidades habitacionales e influyen en sus condiciones de habitabilidad, organización y utilización de los espacios que conforman la vivienda en asentamientos populares consolidados.
Palabras clave: vivienda informal, habitar, formas de tenencia, arreglos residenciales
Abstract
The article presents a study on the process of consolidation of informal housing that involves its trans- formation from single-family to multi-family housing, under the scheme of self-construction in the popular neighborhoods of Mexico City, is part of a broader re- search on forms of tenure and its current role in the housing problem of that city. Specifically, the results obtained in a case study in Colonia Pedregal de Santo Domingo are shown in order to identify which are the main residential arrangements between households based on the type of tenure they hold, insofar as they reflect the way in which they satisfy their housing needs and influence their conditions of habitability, organization and use of the spaces that make up the dwelling in consolidated popular settlements.
Keywords: restorative environments, well-being, accessibility, nature, public space
LAS ACCIONES SOBRE EL COMERCIO EN LA VÍA PÚBLICA EN EL CENTRO DE SANTIAGO: Una práctica normativa-institucional desacertada
VerLAS ACCIONES SOBRE EL COMERCIO EN LA VÍA PÚBLICA EN EL CENTRO DE SANTIAGO: Una práctica normativa-institucional desacertada
Revista Planeo Nº40; Ciudad Informal; Junio 2019
[Por, Arturo Orellana; Profesor Asociado, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile
Christian Matus; Profesor Asistente Adjunto, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile
Paula Altamirano; Geógrafa, Master Global Urban Development and Planning, University of Manchester, profesional de la Dirección de Extensión y Servicios Externos, Pontificia Universidad Católica de Chile
Martín Montes; Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Recibido el 4 de junio de 2019, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
El presente artículo, desarrolla un contrapunto entre el enfoque histórico normativo-institucional que ha primado por casi cinco décadas en el propósito de regular el comercio en la vía pública en las áreas centrales de Santiago, y una caracterización del perfil de los jefes de hogar y familias que practican esta actividad en el casco histórico de la misma comuna. Sobre la base de un levantamiento de información primaria a través de focus-group y encuestas aplicadas en un estudio previo, se logra determinar lo desacertado que resultan ser las actuaciones que realiza la autoridad en su propósito de alejar de las áreas centrales este forma de comercio, en consideración al carácter estructural que tiene esta problemática y que es ajeno a las posibilidad de abordaje por parte de los gobiernos locales.
Palabras clave: comercio informal, políticas públicas, Santiago de Chile
Abstract
This article develops a counterpoint between the his- torical normative-institutional approach that has prevailed for almost five decades in the purpose of regulating trade on public roads in the central areas of Santiago, and a characterization of the profile of heads of household and families who practice this ac- tivity in the historic center of the same commune. On the basis of a survey of primary information through focus-group and surveys applied in a previous study, it is possible to determine how misguided the actions carried out by the authority are in order to move this form of trade away from the central areas, in consi- deration of the structural nature of this problem and that is foreign to the possibility of approach by local governments.
Keywords: informal comerce, public policies, Santiago de Chile
IDEOLOGÍAS CONTEMPORÁNEAS EN LA URBE: Análisis de las intervenciones a los monumentos históricos del Centro de Santiago
VerIDEOLOGÍAS CONTEMPORÁNEAS EN LA URBE: Análisis de las intervenciones a los monumentos históricos del Centro de Santiago
Revista Planeo Temáticas Libres asociado a Nº42; Ciudades Rebeldes; Enero 2020
[Por, Nicolás Aguirre; Investigador independiente]
Recibido el 31 de diciembre de 2018, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
El presente artículo analiza las intervenciones y adulteraciones que sufren las estatuas de próceres y figuras nacionales en la Alameda o Av. Libertador O ́Higgins. Ubicadas desde el paseo Bulnes hasta Av. Ricardo Cumming, en este recorrido se incluye el “Monumento al Roto Chileno”, emplazado en el barrio Yungay, que comienza precisamente desde Av. Ricardo Cumming hacia el poniente. A medida que se desarrolla el texto, se describirán i) las principales intervenciones y adulteraciones que muestran las estatuas y monumentos posterior a las marchas en Alameda; ii) los grupos que adhieren a las manifestaciones y que se desplazan, estudian y residen en esta zona de la capital; por último, iii) las principales proclamas de esto grupos, que se manifiestan en la urbe a través de las intervenciones, los rayados o murales en fachadas, la destrucción del mobiliario urbano y de los locales de comercio formal. Se pretende, con este análisis, aventurar ciertas hipótesis plausibles acerca de las implicancias de estas intervenciones urbanas, y los discursos ideológicos que las acompañan.
Palabras clave: intervenciones urbanas, grupos urbanos, discursos e ideologías
Abstract
In this article the main objective is to analyse the interventions and adulterations suffered by the statues of national heroes in Alameda or Av. Libertador O’Higgins. These interventions are located from Paseo Bulnes to Ricardo Cumming Avenue, and the “Monumento al Roto Chileno”, located in the Yungay neighborhood, starting precisely from Ricardo Cum- ming Avenue towards the west, is included in this tour. As the text develops, it will describe i) the main interventions and adulterations shown by the statues and monuments after the marches in Alameda; ii) the groups that adhere to the demonstrations and that move, study and reside in this area of the capital; finally, iii) the main proclamations of these groups, which manifest themselves through these interventions to the statues, the scratches or murals on facades, and the destruction of public equipment and formal commerce premises. The intention with this analysis is to venture certain hypotheses about the implications of these urban interventions and ideological discourses in the chilean contingency.
Keywords: urban interventions, urban groups, discourses and ideologies
MIRAR EL TERRITORIO LATINOAMERICANO A TRAVÉS DEL PAISAJE ¿Tarea trivial?
VerMIRAR EL TERRITORIO LATINOAMERICANO A TRAVÉS DEL PAISAJE ¿Tarea trivial?
Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por, Gabriela Mijal Orihuela; Universidad de Flores Sede Comahue, Docente Investigador, Cipolletti, Argentina Instituto Patagónico de Estudios en Humanidades y Ciencias Sociales CONICET-UNCo, Becaria doctoral, Neuquén, Argentina]
Recibido el 31 de agosto de 2018, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
El desarrollo de propuestas de ordenamiento territorial requiere una comprensión cabal del territorio, el cual implica aspectos ambientales, patrimoniales e identitarios, entre otros. Dicha perspectiva holística puede alcanzarse a través del desarrollo de lecturas en clave de paisaje. Sin embargo, nos preguntamos sobre la pertinencia de este enfoque en el ámbito latinoamericano, cuyas ciudades se caracterizan por la existencia de grandes desigualdades socioterritoriales a su interior. Al hacerlo, explicitaremos el modo en que definimos los conceptos de territorio y paisaje. Ya que, ambos constituyen categorías polisémicas, por lo que es fundamental explicar el sentido en el que se los utiliza y articula. Esto se debe a que la perspectiva desde la que se abordan los fenómenos socioterritoriales impacta sobre las metodologías aplicadas para su estudio y, por tanto, en los resultados obtenidos. A partir del marco teórico construido, daremos algunos ejemplos donde la comprensión del paisaje ha sido de utilidad a los procesos de gestión urbana o regional. De este modo, verificaremos la pertinencia de dicha categoría en el contexto de Latinoamérica.
Palabras clave: paisaje, territorio, gestión
Abstract
Developing land planning proposals requires a broad understanding of the territory, which includes, among others, environmental, heritage and identity aspects. The needed holistic perspective can be achie- ved through the development of landscape analysis. Nevertheless, in this article we will question lands- cape studying and planning relevance in Latin Ame- rican cities, characterized by the existence of large social and territorial inequalities. In doing so, we will explain how we define territory and landscape. Since both are polysemic concepts, it is essential to explain the meaning they are given. The perspective from which socio-territorial pheno- mena are approached impacts on the methodologies applied for their study and, therefore, on the results obtained. Once we have constructed a theoretical framework, we will exemplify with cases in which landscapes understanding has been useful to urban or regional management processes. As a result, we will verify the category ́s relevance.
Keywords: landscape, territory, land management
EL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD EN CONFLICTO: La Comuna 13 de Medellín
VerEL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD EN CONFLICTO: La Comuna 13 de Medellín
Revista Planeo Nº38; Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por, Vianey Alejandra Macías Esparza; Maestra en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Analista de Oferta Inmobiliaria en Tasvalúo S.A. de C.V.]
Recibido el 1 de diciembre de 2018, publicado el 15 de enero de 2020
Resumen
Medellín, elegida en 2013 como la ciudad más innovadora del mundo en el concurso City of the Year organizado por The Wall Street Journal y Citigroup, se configura como la urbe que adquirió (de manera ex post a los marcados hechos de violencia generados por la guerra de guerrillas), los atributos tecnológicos, educativos, urbanos y culturales necesarios para otorgarle a sus habitantes, el sentido de pertenencia e inclusión para poder participar en las decisiones de la ciudad. Las modificaciones en el espacio público y la modificación estructural en la organización social de los habitantes de la Comuna 13, fungen como un detonante para el desarrollo en el lugar. En este artículo se explica la innovación y la transformación social de la Comuna 13 de Medellín a partir de los cambios producidos por la recuperación de los espacios violentados por la guerrilla en los años 80. Finalmente, se realiza un análisis del proceso de planeación consolidado en 2014 y la continuidad del desarrollo en la zona hasta la época actual, además de sus perspectivas de crecimiento y mejora proyectados para el futuro.
Palabras clave: Medellín, Comuna 13, Regeneración Urbana, Violencia Urbana.
Abstract
Medellin, chosen in 2013 as the most innovative city in the world in the City of the Year contest or- ganized by The Wall Street Journal and Citigroup, is configured as the city that acquired (ex post way to the pronounced acts of violence generated by the war of guerrillas), the necessary technologi- cal, educational, urban and cultural attributes to grant its inhabitants a sense of belonging and in- clusion to participate in the decisions of the city. The modifications of the public space and the structural modification in the social organiza- tion of the inhabitants of the Commune 13, act as a trigger for the development in the place. This article explain the innovation and social trans- formation of Comuna 13 in Medellín, based on the changes produced by the recovery of spaces that were violated by the guerrillas in the 1980s. Finally, an analysis is made of the consolida- ted planning process in 2014 and the continui- ty of development in the area up to the current time, in addition to its prospects for growth and improvement mapped out for the future.
Keywords: Medellín, Comuna 13, Urban Regeneration , Urban Violence.
Monumentos en el estallido social como expresión material del derecho a la ciudad
VerMonumentos en el estallido social como expresión material del derecho a la ciudad
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Claudia Oliva Saavedra, Arquitecta, Universidad de Chile]
Resumen:
En la ciudad moderna los monumentos han surgido como elementos fundamentales que pertenecen a la trama urbana y que determinan un rol simbólico esencial en la construcción de la memoria colectiva. Según su raíz etimológica, monumento deriva de la palabra monere, que significa advertir o recordar; la memoria se configura como un factor estructural del significado del término, ubicándose en el centro de la función de los monumentos. A partir de los eventos ocurridos en Chile desde el 18 de octubre hasta hoy, en distintas ciudades ha aparecido un nuevo paisaje que deviene de la destrucción. El derecho a la ocupación de la ciudad, a las protestas, a la expresión gráfica, se han vuelto símbolos de una sociedad que despierta de un estado de reposo en cuanto a su participación política, para poner en práctica la re-apropiación del espacio urbano a través de las prácticas ciudadanas insurgentes. En este contexto la validez de los monumentos como objetos de memoria ha sido puesta en duda, siendo sujetos de intervención por parte de los manifestantes, transformándose en el símbolo del quiebre transversal entre las sociedad civil y sus instituciones.
Palabras clave: Memoria, monumento, ciudad.
Im1. Collage monumentos Noviembre, 2019 / Fuente: Autora
La intervención de los espacios urbanos.
Los hechos recientes en Chile sugieren que existe una crisis de representación y una deslegitimación de las instituciones de gobierno y de orden. La sociedad civil ha sido protagonista de una serie de revueltas que buscan mejorar las condiciones de vida de gran parte de la población. Esta crisis se refleja, en parte, a través de la transformación de monumentos históricos y espacios significativos que forman parte del contexto urbano.
La ciudad se ha convertido en el escenario donde se ha volcado el descontento social con toda su fuerza, la imagen urbana de lugares emblemáticos ha sido transformada de manera radical y repentina. El paisaje de las ciudades es intervenido por los manifestantes, tanto los monumentos que reflejan victorias pasadas, como las fachadas de los edificios se tornan lienzos donde se plasman los deseos de una sociedad cansada y expectante de un futuro diferente. Los monumentos, el patrimonio histórico o las instituciones se ven particularmente afectados en tanto elementos representativos de los valores que dan forma al constructo socio cultural actual.
Al ser objetos de memoria, es fundamental entender el contexto en el que se inserta la aparición de los monumentos, que generalmente son símbolos de poder que inmortalizan nuestra historia. Para Sigfried Giedion los monumentos funcionan como un “vínculo entre el pasado y el futuro”[1], sin embargo, si el pasado que se pone en valor no es representativo del presente, estos se vuelven anacrónicos. La validez de los atributos históricos y estéticos de estos hitos, al ser subjetiva, depende en gran medida de quien le otorga valor y del sujeto que lo observa.
Im2. Stalin monument, Hungarian revolution 1956 / Fuente: https://rarehistoricalphotos.com/stalin-monument-budapest-1956/
La componente estética de la noción de monumento.
La apreciación de los distintos actores de la sociedad con respecto a su percepción del entorno construido, tiene sentido únicamente cuando existe sentido de apropiación. Ya mencionaba Alois Riegl en 1903 que desde el punto de vista moderno, el valor artístico de un monumento se establece por la voluntad de arte en una época y tiempo determinados, que él define como kunstwollen[2]. Los requerimientos del kunstwollen no están completamente definidos porque varían de sujeto a sujeto y de momento a momento; la percepción de monumento, así como su valorización está determinada por el contexto sociopolítico en el que se inserta.
Alois Riegl propone que la valoración de los objetos de arte ha dejado de ser considerada exclusivamente desde un punto de vista conmemorativo o promovido por una élite ilustrada, sino más bien, plantea que desde la concepción moderna, “histórico” podría ser considerado cualquier objeto que fue y no será nunca más[3]. Esta nueva aproximación provocó la relativización del concepto de monumento y, en consecuencia, una constante proliferación de los mismos. El valor del monumento se vuelve subjetivo y considera al observador como factor fundamental en la valoración de los objetos de arte. En el libro “La Invención del Monumento Histórico”[4], Francoise Choay plantea que fue Alberti el primer teórico que inició la transformación progresiva del ideal de monumento, sustituyendo el concepto de memoria (estructural del origen de la palabra monumento), por el de belleza.
La componente estética de la noción de monumento ha devenido en el aumento progresivo de los objetos declarados como tal, y en consecuencia, la trascendencia simbólica de los mismos se ha subjetivizado. La alteración de objetos o lugares de valor histórico podría implicar que estos ya no serían objetos estáticos, sino más bien responden a las visiones dinámicas que los observadores establecen de ellos, otorgándoles una re significación constante.
Im3. Monumento a Manuel Balmaceda, Noviembre 2019 / Fuente: Autora
El derecho a la ciudad.
A través de la transformación del patrimonio histórico y los monumentos, la sociedad civil cuestiona la validez de los mismos como objetos de memoria. La alteración de estos emblemas constituye un recurso que persiste a lo largo de la historia como símbolo de protesta. Las expresiones de descontento a través de barricadas, de grafitis y de afiches, han tomado cuerpo desde el 18 de octubre en Chile, como forma de alterar la vida cotidiana, un llamado de atención gráfico que se entrecruza con lugares consolidados claves para el funcionamiento de las ciudades.
Henri Lefebvre postula la relación entre las expresiones de protesta con la noción que denomina “espacio público democrático”[5], donde propone la reivindicación del derecho a la ciudad a partir del valor de la apropiación del espacio público, que corresponde a la presencia activa del sujeto que interactúa socialmente dentro del marco urbano y encuentra su condición natural en el espacio público.
En el caso de Santiago, la apropiación de la re nombrada Plaza de la Dignidad (Plata Italia), podría ser el ejemplo más radical de la re significación del espacio colectivo, así como la intervención de los monumentos que permanecen como puntos de reunión. A través de innumerables intervenciones, la plaza ha transformado su imagen de manera incesante estos últimos meses, y se ha convertido en el ícono del derecho a la ciudad a través de la aparición de nuevos símbolos que le dan sentido a la lucha popular. Así, textos que representan emblemas y cantos populares, rostros de personajes olvidados en la historia convencional, consignas e imágenes, aparecen, desaparecen y reaparecen conforme los días pasan y la protesta va evolucionando.
Las expresiones surgidas en las periferias urbanas populares han migrado hacia la denominada zona cero y han transformado la imagen de este lugar de forma radical. Los monumentos, como piezas urbanas, han adquirido un nuevo valor histórico, a través del significado que la sociedad les ha promovido.
Im4. Estación de metro Baquedano Santiago de Chile, Noviembre 2019 / Fuente: Autora
Conclusiones
La intervención de monumentos durante el estallido social responde, en parte, a la subjetivación propia causada por la estetización de la noción de monumento y su proliferación desde la modernidad. La falta de sentido de apropiación por gran parte de la población genera un descontento con los símbolos urbanos, que se transforman en figuras de represión y poder por parte de las clases sociales dominantes.
Las expresiones urbanas que intervienen la ciudad de Santiago y en particular la ex Plaza Italia, se podrían considerar como actos legítimos de reapropiación del espacio público y el consecuente derecho a la ciudad que propone Henry Lefebvre.
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Bibliografía:
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Molano, F. (2016). El derecho a la ciudad: de Henri Lefebvre a los análisis de la ciudad capitalista contemporánea. Folios, (44), 3–19.
Riegl, A. (1982). The modern cult of monuments : its character and its origin. Oppositions, (25), 21–51.
[1] Giedion, S. (1958). Architecture you and me, nine points of monumentality. Cambridge, Massachusetts, United States: Harvard University Press, 48.
[2] Riegl, A. (1982). The modern cult of monuments : its character and its origin. Oppositions, (25), 21–51.
[3] Riegl, A. (1982). The modern cult of monuments : its character and its origin. Oppositions, (25), 21–51.
[4] Choay, F. (1992). The invention of the historic monument. Cambridge, United Kingdom: Cambridge University Press, 32.
[5] Lefebvre, H. (1975). El derecho a la ciudad (3rd ed.). Barcelona, España: Peninsula., 123-139.
Reconquistando la ciudad como espacio de disputa política
VerReconquistando la ciudad como espacio de disputa política
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Pablo Valenzuela Gutiérrez. Licenciado en ciencias políticas y gubernamentales, Magíster en ciencia política de la Universidad de Chile y estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica pavalenzuela5@uc.cl]
Libro: Promises of the political. Insurgent cities in a post-political enviroment.
Autor: Erik Swyngedouw
Editorial: The MIT Press, Cambridge, MA.
Año: 2018
Resumen
Desde el 18 de octubre en Santiago hemos visto una ocupación insurgente del espacio mediante varios repertorios de protesta. Esta reconquista de la ciudad ha resignificado lugares y ha repolitizado lo urbano en un proceso de profundo cuestionamiento a un modelo neoliberal que ha buscado avanzar hacia una sociedad post-política en la que la mayoría de las decisiones son asumidas por agentes técnicos. Promises of the political es un libro que busca generar un marco conceptual para entender estas irrupciones políticas que se producen en el espacio urbano y que da lugar a disturbios violentos. Se trata de un cuestionamiento del orden consensuado por el neoliberalismo ejercido por quienes las instituciones excluyen de la discusión pública. La ciudad en ese contexto emerge como un lugar profundamente político que expresa en el espacio los antagonismos sociales.
Palabras clave: Post-democracia, insurgencia, post-política, neoliberalismo, gobernanza
Desde el 18 de octubre Santiago y otras ciudades de Chile han experimentado una ruptura en sus rutinas urbanas tradicionales, iniciando un ciclo de protestas inédito por su extensión y masividad, y por los repertorios de protesta que se han usado, cuyo impacto urbano ha sido incuestionable. Por un lado, lugares sacudidos por la violencia y la anomia, incluyendo los ataques a estaciones de metro y saqueos a centros comerciales y supermercados; por otro lado, espacios que se han resignificado, siendo el más emblemático el caso de Plaza Italia o Plaza Dignidad. Los muros también se han convertido en lienzo de esta protesta y expresan los antagonismos políticos que se han emergido.
Swyngedouw en el libro Promises of the political. Insurgent cities in a post-political enviroment (The MIT press, 2018) pone el lente en este proceso de despolitización de las sociedades contemporáneas, cuyos antagonismos políticos han sido reemplazados por una “gobernanza tecno-administrativa” (techno-managerial governance). Estos dispositivos de administración han reducido el conflicto político sobre futuros posibles a una ultra-política radical y violenta de rechazo al orden neoliberal o bien un para-política en la que son incluidas todas las opiniones, siempre que no cuestionen la actual configuración económica. Siguiendo a Žižek el autor pone el énfasis en que la idea de gobernanza, como un concepto que busca ampliar la política más allá del Estado, es más una parte del proceso de despolitización, donde la política es reemplazada por diversas tecnologías de administración del orden social, económico o ambiental, que buscan implementar la gobernanza tecno-administrativa.
Una distinción central del trabajo es la diferencia entre la política y lo político, conceptos provenientes de Rancière y Laclau, y que destacan la especificidad de los procesos políticos fuera de las instituciones políticas tradicionales. Lo político es una expresión más pura de los conflictos que emergen en la sociedad, como feminismo, ambientalismo, diversidad sexual, migración, pueblos originarios, etc, que tensionan el discurso político tradicional de la izquierda y posicionan el cuestionamiento estructural al modelo capitalista neoliberal en el marco de una estructural social compleja y diversa.
Lo que hemos visto en Santiago y en otras ciudades de Chile en los últimos meses ha sido la irrupción de un cuestionamiento fundamental al sistema neoliberal chileno. Este cuestionamiento se sitúa por fuera de los marcos que han sido consensuados en los últimos 30 años y cuyos dispositivos han sido progresivamente eliminados de la esfera pública y posicionados en el espacio técnico. El alza del pasaje del transporte público en Santiago, el detonante del actual estallido se decidió mediante opacos mecanismos por un comité de expertos que carece tanto de responsabilidad política como de mecanismos de accountability. Esa decisión de orden técnico, en la semana previa al 18 de octubre, fue la que rápidamente transformó las estaciones de metro en espacios de disputa política.
Desde el punto de vista urbano, este proceso de despolitización conlleva el fin de la ciudad como un espacio de encuentro político (el fin de la polis) y el debilitamiento del espacio público. Bajo este paraguas post-político, la ciudad se transforma en una estructura funcional a la etapa actual de acumulación capitalista y a la vez en resultado de un modelo de sociedad propiamente neoliberal. La ciudad es el espacio donde se expresan una serie de antagonismos de clase, de género, de etnia o de identidad, pero carece de instancias que puedan canalizar o responder políticamente a estos antagonismos, dado que las decisiones respecto de la ciudad han sido situadas en un espacio técnico-administrativo.
Recuperar lo político en la ciudad significa, desde el argumento de Swyngedouw, recuperar la ciudad como lugar de encuentro y deliberación acerca de lo político. Por esta razón en los disturbios urbanos que hemos visto en los últimos años en distintos lugares del mundo: París, Londres, Madrid, Santiago, Hong Kong, la protesta irrumpe de forma violenta y ocupa el espacio público y lo resignifica. Así hemos visto la ocupación de plazas, parques y avenidas por movimientos insurgentes, en un proceso de democratización de la polis que implica una ruptura con el orden de las cosas (p. 130). Lo político, nos dice Swyngedouw (p. 144) no puede ser suprimido y pese a los artefactos y dispositivos técnicos que buscan despolitizar el espacio público, lo político regresa y lo hace como insurgencias urbanas que reclaman la ciudad como un campo político de descuerdo democrático.
Una hipótesis interesante respecto al inicio del actual movimiento social el 18 de octubre –que por cierto no se me ocurrió a mi– es decir que el cierre total de las estaciones del metro y la suspensión del servicio de buses aquel viernes en torno a las 5 de la tarde obligó a miles de personas a caminar por las avenidas principales de Santiago. En ese deambular se produjo una recuperación de facto del espacio público como lugar de encuentro con el otro y progresivamente fue emergiendo lo político. En este conversar de las personas que caminaban a sus casas se generó el encuentro y la deliberación habermasiana y muchos se dieron cuenta que el malestar que sentían era compartido con otros. El espacio se repolitizó, emergió disruptivamente en las horas y días siguientes al 18 de octubre y permitió la emergencia de varios antagonismos que no han sido capturados totalmente por las instituciones políticas y democráticas actuales. De ahí, entonces, el cuestionamiento estructural al modelo de sociedad que se ha construido en Chile al alero de instituciones profundamente neoliberales.
La Plaza de la Dignidad se ha convertido en un lugar simbólico de reconquista y resignificación del espacio público, no solo por el cambio de nombre, sino porque allí se expresa de forma casi diaria el clivaje entre quienes protestan y el poder político representando en la represión de la fuerza pública. Aquel espacio hoy cobra un significado mucho más profundo que ser solo una pieza urbana. La ciudad se transforma así en un espacio de co-diseño y co-producción colectiva (p. 145).
El libro de Swyngedouw ofrece un marco conceptual desde la teoría política contemporánea para pensar los movimientos sociales urbanos desde la repolitización de la ciudad. Esto significa ir contra la consolidación y construcción de la ciudad neoliberal y recuperar el espacio público como lugar de encuentro y deliberación. Hemos terminado entendiendo la ciudad solo como un artefacto productivo-económico y no como un espacio político. Es fundamental entonces buscar formas para incorporar en la ciudad esta nueva pulsión política y dotar del significado correcto el espacio público, no solo para acoger los antagonismos de una sociedad diversa, sino también para que la ciudad recupere el estatus político y democrático de la cual el neoliberalismo la ha despojado.
El Reemplazante: entre la exclusión y la resistencia en el espacio urbano
VerEl Reemplazante: entre la exclusión y la resistencia en el espacio urbano
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Sharun Uttamchandani Mujica, Cientista Político, Universidad Diego Portales, estudiante de magister en Políticas Públicas Universidad Diego Portales]
Serie: “El Reemplazante”
Productores: Sergio Gándara y Leonora González
Año: 2012
Productora: Parox
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=kx3nlND7wEI
Resumen
El conflicto socioeconómico tiene escenarios predilectos para desarrollarse. Entre estos, la población, unidad territorial de la mayoría de las comunas vulnerables toma significancia como escenario de dichos nudos de tensión y conflicto. El Reemplazante, reciente serie televisiva chilena, logra ofrecer un retrato certero de los contextos visuales que van acompañando un relato certero de experiencias en choque constante. La historia relata la convivencia habitual de un grupo de estudiantes de enseñanza media de un colegio vulnerable. La poca esperanza futura del grupo, y la conversión vocacional de un agente bursátil devenido en profesor de matemáticas componen un desafío al destino esperado. En El Reemplazante se compilan escenas de violencia, abandono, narcotráfico y otras precariedades sin escapar del vínculo territorial-espacial: La Población Dávila. Al tiempo que se padece, se resiste el despojo urbano, retratando fielmente a La Dávila, como una ciudad en rebeldía.
Palabras clave: precariedad escolar, organización juvenil, exclusión urbana
En El Reemplazante resultan graficados todos los nudos de conflicto y exclusión que disputan la contingencia más reciente. Y su importancia no radica solamente en la presentación aislada de contextos de precariedad y pobreza multidimensional, sino que el impacto de la obra excede la pantalla, y se cuela como re-significancia de una realidad que no deja de mimetizarse con el drama presentado.
Esta re–significancia solo tiene lugar en tanto la presentación de los lugares comunes de la serie son los mismos de quienes existen natural y diariamente en el cuadro de la grabación: Población Dávila, comuna de Pedro Aguirre Cerda. A pesar de no haber sido el único esfuerzo audiovisual desarrollado en la comuna[1], El Reemplazante tiene una relevancia especial por ser un relato dramático concomitante a los conflictos sociopolíticos que tienen lugar en el Chile actual, y en el contexto socioespacial determinado. El espacio elegido por la producción no es casual, La Población, es una unidad cargada de importancia política, que aborda conflictos situados entre la exclusión y la resistencia urbana.
Dramáticamente, la obra comienza en el apogeo de la carrera financiera del personaje principal, Carlos Valdivia (quien comienza la transición a profe Charly) en el mercado bursátil de Santiago. Los primeros 15 minutos de la serie son una muestra inicial del antagonismo que serán presentados escenarios y realidades. El primer encuentro- temeroso y frustrado- del personaje, devenido en profesor en el “Colegio Príncipe Carlos”[2], núcleo del desarrollo narrativo en la población, contrasta violentamente con las oficinas de Sanhattan[3], donde el personaje viviera una suerte de precuela obviada.
Así, la trama escapa rápidamente del barrio oriente capitalino, luego de que las circunstancias narrativas separen al protagonista de dicho mundo. El tránsito del personaje aborda un paso por la Antigua Penitenciaría de Santiago (luego de haber infringido leyes asociadas a la operación de la bolsa de comercio) con destino a San Miguel y Pedro Aguirre Cerda. Geográficamente, la ruta indicada está marcada de simbolismos. Toda vez que la interpretación del camino queda comprendida a partir de lo que pasa desde Plaza de La Dignidad hacia arriba[4], y lo acontecido desde Plaza de La Dignidad hacia abajo[5], se entiende que la dirección del tránsito del personaje es decididamente hacia abajo, un Santiago Sur que envuelve todo un retrato de exclusiones y vulnerabilidades que le son impresas a cada conflicto en la narración.
El contexto cultural en que tiene lugar la obra hace muy difícil discriminar entre el escenario retratado y el real. Por ello, resulta necesario dar cuenta que las tensiones urbano-políticas que la Población Dávila- y otros asentamientos de Pedro Aguirre Cerda- se contextualizan en una zona pericentral, con conexiones favorables al centro capitalino. En un contexto de urbanismo pro-empresarial marcado por la imposibilidad de pensar la vivienda social en el radio pericentral y céntrico (López-Morales, Gasic y Meza 2012), La Dávila se disputa entre lo que Lefebvre situó como lo imaginario del hábitat, y la lógica del pabellón (Lefebvre 2018 [1968]). Así, el pensamiento de la oficina pública, que introduce tanto alojamiento como sea posible, con la funcionalidad burocrática como norma, conflictúa con la necesidad cualitativa del encuentro y reconocimiento mutuo. Así, el espacio comunal se encuentra fuertemente asechado por el creciente oligopolio inmobiliario capitalino.
Con lo anterior, El Reemplazante no aparece sino como un nítido reflejo de la resistencia y rebeldía de una juventud arrinconada a un limitado sistema de oportunidades. En este sentido, los hitos de la serie dan cuenta de ciertas tipologías que retoman una y otra vez el conflicto económico. El colegio, cuadro principal- de administración mixta- es propiedad de Raúl Jorquera, empresario educacional e inmobiliario. Las tensiones estructurales se desarrollan en torno a la precariedad de las condiciones materiales y académicas del establecimiento. Dicho conflicto ebulle con la muerte de un estudiante por deficiencias en las condiciones eléctricas del lugar.
Además de lo anterior, el contexto social que impregna los capítulos de El Reemplazante está constantemente redundando el mismo sistema de marginalidad y exclusión: El comercio ilegal de narcóticos, el porte de armas, el embarazo juvenil, la discriminación sexual, exclusión étnica y el paradigma neoliberal en el sistema de educación escolar son solo una muestra de una acertada intención narrativa, cargada de crudeza y realidad.
Sigue haciendo mucho sentido la capacidad de la serie para saltar de la pantalla. A propósito de la convulsión política que Chile ha experimentado, diferentes impulsos organizativos- algunos más espontáneas que otros- han tenido lugar en los diferentes territorios. Las asambleas autoconvocadas han sido un espacio oportuno para la participación y encuentro de jóvenes en las poblaciones. Es este auge de organización el que retoma las formas políticas de pensar el espacio, como el nudo de significados más potente disponible de las condiciones de existencia en comunidad. Esto hace sentido con la organización y movilización protagonizada por los personajes de la serie en el entorno escolar.
El Reemplazante es una pieza útil de ser revisitada, una suerte de parangón entre un relato realista, indeseable -pero inocultable-, y un escenario social con impulsos de cambio cada vez más álgidos, que entienden como urgente e impostergable el fin de la segregación y la miseria del habitar. En definitiva, al cuadro de las <<satisfacciones>> que la disimulan, convirtiéndose en medios para eludirla y evadirse de ella (Lefebvre 2018 [1968]: 126).
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Referencias
Gándara, Sergio y Leonora González (Productores). 2012. El Reemplazante. [Serie de Televisión]. Santiago de Chile: Parox.
Lefebvre, Henri. 2018. El Derecho a La Ciudad. Santiago: Taller de Arquitectura Praxis (año de publicación del libro original: 1968).
López-Morales, Ernesto, Ivo Gasic y Daniel Meza. 2012. Urbanismo Pro-Empresarial en Chile: Políticas y Planificación de la Producción Residencial en Altura en el Pericentro del Gran Santiago. Invi N°76, pp: 75-114.
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Notas
[1] Película Mala Leche (2004), serie Sudamerican Rockers (2014).
[2] En la realidad, el inmueble del Colegio Príncipe Carlos es la Escuela Consolidada Dávila Carson. Para mayor referencia sobre el sentido histórico y comunitario de dicho establecimiento ver:
Leonora, María Isabel Toledo y María Loreto Egaña. 2013. Políticas Identitarias y Subjetividad Histórica: El Caso de la Escuela Consolidada Dávila Carson. Contexto histórico-historiográfico. Paulo Freire. Revista de Pedagogía Crítica, Año 12, N°13, pp: 87-103. Disponible en: http://revistas.academia.cl/index.php/pfr/article/view/412/546
[3] Denominación informal del distrito bursátil de Santiago. Ubicado en los límites entre las comunas de Providencia y Las Condes.
[4] Al oriente de la Plaza de La Dignidad.
[5] Hacia el poniente, norte, y sur de Plaza de La Dignidad.
ENTREVISTA A DORIS GONZÁLEZ: "LAS COMUNIDADES Y EL CONOCIMIENTO SITUADO QUE EXISTE AL INTERIOR DE LOS BARRIOS Y LAS POBLACIONES NO ESTÁN SIENDO TOMADOS EN CUENTA Y ESO TIENE UN VALOR QUE ES TREMENDAMENTE RICO EN SABERES Y EN CAPACIDADES"
VerENTREVISTA A DORIS GONZÁLEZ: "LAS COMUNIDADES Y EL CONOCIMIENTO SITUADO QUE EXISTE AL INTERIOR DE LOS BARRIOS Y LAS POBLACIONES NO ESTÁN SIENDO TOMADOS EN CUENTA Y ESO TIENE UN VALOR QUE ES TREMENDAMENTE RICO EN SABERES Y EN CAPACIDADES"
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Denisse Larracilla; Editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Doris González Lemunao es vocera nacional del Movimiento de Pobladores Ukamau. Licenciada en Trabajo Social y estudiante del Magíster en Hábitat Residencial en la Universidad de Chile.
Im1. Doris González / Fuente: Doris Gonzalez
1. ¿Podrías contarnos qué es el movimiento Ukamau? ¿Cómo surge esta organización?
Ukamau es una organización que tiene una larga data. Nace a partir de la resistencia de la dictadura en 1987 como un grupo de jóvenes de la época que se organizaban en diferentes espacios. Primero en la comunidad cristiana, luego se fue desalojando ese espacio y se fueron arrendando casas y lugares para poder organizar las protestas y las actividades culturales, hasta que en algún momento a través de una ONG sueca se compró una propiedad en la población Santiago de la comuna de Estación Central. Desde ahí nace Ukamau, que en un principio se llamaba Ukamau ATC -Asociación de Talleres Culturales- y desde entonces se ha mantenido como la Casa Ukamau, que es el espacio donde se aglutinan y desarrollan actividades muy diversas, como talleres culturales, de mujeres, infantiles, malabarismo, zancos e incluso hasta una fábrica de zapatos tuvimos en algún momento, zapatos libres de explotación. También hubo un proceso de terminación de estudios, exámenes libres, preuniversitarios populares con el que nació una camada de profesionales, pues algunos de nosotros crecimos al alero de la organización.
En el año 2011, después de todo este recorrido y ciclo histórico que nos tocó vivir, es que nace el Movimiento de Pobladores Ukamau, que le da vida y encarna la lucha por el derecho a la vivienda y la ciudad. Esto se transforma en un ícono de este tiempo y, además, visibiliza y mediatiza una lucha que se venía dando de manera bastante silenciosa, pero que cobra absoluta relevancia en este Chile tan neoliberal, tan excluido para nosotros los pobladores y sobre todo a las mujeres de las poblaciones y los barrios que son aún más invisibilizadas como mujeres, pobres y habitantes de lugares muy precarios donde la ciudad es negada. Esa es la historia de Ukamau contada de manera muy resumida.
Hoy día, Ukamau se transforma en una organización que si bien tiene su lucha y su reivindicación más mediática está en el tema de la vivienda, también habla de la democratización de la ciudad. La ciudad como el espacio de encuentro, de movilidad, donde trabajamos, nos educamos, convivimos. La ciudad que es un espacio que se encuentra absolutamente dividido y fragmentado. Por eso no solo luchamos por la vivienda, sino por un espacio mucho más democrático. En eso está la lucha de los jóvenes -que es el espacio de la juventud popular- el espacio de mujeres Ukamau, el espacio de niñez. Así vamos articulando las diferentes luchas que tienen que ver con la democratización de la ciudad o las luchas medioambientales en las que también hemos estado presentes y en las que nos estamos articulando como organización, no solo acá en Santiago sino también en regiones, algo que nos parece muy interesante y que también nos plantea muchos desafíos y mucho trabajo por realizar.
2. ¿En cuántas regiones tiene presencia el movimiento?
En este momento en tres regiones y estamos creciendo hacia el norte -Coquimbo, La Serena- en donde nos encontramos reforzando algunos lazos que se habían perdido hace algún tiempo y que nos va a permitir ir avanzando poquito a poco en esta larga y angosta faja de tierra que se llama Chile.
3. ¿De manera particular cómo está participando Ukamau del movimiento social actual?
Estamos participando en diferentes esferas del movimiento social. Hemos estado estos más de dos meses movilizados en la calle en las diferentes convocatorias que se hacen, no solo en la Plaza de la Dignidad, sino también en los espacios más territoriales y comunales. De manera más nacional, estamos trabajando en la Mesa de Unidad Social, que es el espacio de articulación de más de 200 movimientos y organizaciones sociales. Ahí estamos tratando no de conducir, sino de encauzar lo que esta movilización y estallido provocó, que sin duda tiene mucho sentido con la exclusión que se venía viviendo desde las mismas organizaciones en la falta de derechos y de garantías que no brindaba el Estado de Chile; ese es el espacio de articulación más grande que tenemos hoy día. Además de eso, en los diferentes espacios -tanto el espacio juvenil y el de pobladores- estamos vinculándonos también con actores en torno a la lucha particular del medioambiente. En los territorios donde nos encontramos en las comunas también nos articulamos con los diferentes movimientos y no nos negamos a participar con nadie, sino que en este momento creemos que la lucha que se está dando tiene que ser el reflejo de lo que estamos intentando levantar desde los movimientos. En ese sentido, el trabajo que podamos realizar con las diferentes organizaciones y colectivos es totalmente relevante para que en Chile podamos proponer una alternativa al modelo de cual somos tan críticos, un modelo neoliberal que ha producido tanta pobreza y segregación -sobre todo en el tema urbano- y que a nosotros nos toca tanto, pues se nos han negado derechos de manera histórica en este país. Como dice por ahí la consigna: “no son 30 pesos, son 30 años”, e incluso yo diría que son más de 30 años. La vuelta a la democracia donde se suponía que nos garantizarían derechos, donde la democracia volvería a ser el Estado en el que íbamos a construir una sociedad distinta nunca pasó. Se siguió segregando, dividiendo lo social de lo político, y siempre eran los técnicos los que terminaban tomando las decisiones en los espacios políticos cuando el resto de la sociedad nos quedábamos al margen de esas decisiones. Fuimos fomentando, lamentablemente, la desafección de la política y la desconfianza, que es el reflejo de la actual movilización sin ninguna duda. Hoy día la gente no confía en las instituciones -con justa razón- y en muchos de los casos no creen que haya una alternativa distinta, pero nosotros creemos que sí y tenemos posibilidad de hacerlo, tenemos una propuesta que tiene que ver particularmente con modificar la forma de hacer la política y cambiar el paradigma que se ha instalado sobre esta división. Acá, las comunidades y el conocimiento situado que existe al interior de los barrios y las poblaciones no están siendo tomados en cuenta y eso tiene un valor que es tremendamente rico en saberes y en capacidades. Si esto lo conjugamos con las políticas públicas que hay que flexibilizar y si quienes están en los espacios de decisión se ponen también al servicio y a escuchar esas voces, sin duda que muchas cosas cambiarían. Podríamos hablar de que hay una sociedad que por lo menos dialoga y que es algo que hoy día no existe: no hay un diálogo entre la ciudadanía, la gente o la calle -como se dice- y quienes están tomando las decisiones en los espacios más políticos. Eso es una necesidad, y para nosotros es vital el encontrarnos con otras y otros en espacios de articulación en diferentes esferas, también con diversas instituciones y movimientos, porque de esa manera enriquecemos también nuestra mirada.
4. El año pasado publicaron el Manifiesto por el derecho a la vivienda y la ciudad ¿podrías contarnos cuáles son los principales planteamientos de este documento y por qué el movimiento considera importante integrar estos dos conceptos?
Lo primero es que debe existir una política que de cuenta de la realidad y del Chile actual. Lamentablemente las instituciones que elaboran las políticas de vivienda y planificación de la ciudad -que lamentablemente no existe- no están mirando de manera holística el problema. Se sigue construyendo de la misma forma en la que se hizo recién de vuelta a la democracia, cuando había un déficit habitacional gigantesco. Se priorizó construir unidades habitacionales, más que barrio y más que ciudad, y se envió a vivir a los pobres a la periferia a través de los subsidios, en este rol subsidiario que solo busca aportar a las familias más vulnerables. En ese sentido, nosotros creemos que es un error pensar que en el Chile actual la única solución para las familias más vulnerables es entregar patrimonio. La misma movilidad nos lleva a pensar, por un lado, que las familias no tienen la misma constitución que hace 10 o 15 años, que son absolutamente distintas en nuestra sociedad actual. Por otro, que la gente ya no se queda viviendo en el mismo lugar durante 30, 40 o hasta 50 años, sino que el mismo ejercicio del trabajo nos plantea la posibilidad de tener que cambiarnos de ciudad o comuna; la movilidad es una realidad. Entonces, por ejemplo, que el estado cuente con vivienda para arrendar y que el arriendo tenga un precio proporcional al salario, es una necesidad. Y eso no se está mirando como debiera hacerse desde la institucionalidad, como son el MINVU (Ministerio de Vivienda) y el SERVIU (Servicio de Vivienda y Urbanización). Esa es una de las posibilidades, porque hoy día la gente siente que el arriendo es una pérdida de plata, dice: “estoy botando mi plata si estoy pagando un arriendo, en cambio podría tener una casa, que sería mía, sería propietaria”. Porque la dictadura nos instaló la idea de la propiedad privada, la casa propia y que no importan las condiciones en las que vivas si tienes tu casa; sin embargo, importan mucho las condiciones en las que vivas.
Lo otro, tiene que ver con una política de suelos: que el Estado pueda comprar suelos sin tener que buscar una figura anexa o que sean siempre los privados los que puedan adquirir el suelo bien ubicado en los centros urbanos y que eso niegue la posibilidad de construir vivienda social al interior de la ciudad. Que la lógica no sea seguir mandando a los pobres a vivir a la periferia, lo que es un error tremendo. Hay gente que vive en la Región Metropolitana, en Puente Alto -Bajos de Mena, particularmente- que se demora mucho más en llegar a Santiago que gente que vive en Rancagua, e incluso en Valparaíso, viviendo supuestamente “en la misma ciudad”. Esa falta de visión respecto del desarrollo de la ciudad ha sido nefasta y ha creado bolsones de pobreza, verdaderos ghettos donde la violencia, el narcotráfico y un montón de cuestiones que no queremos que existan en los barrios, son una realidad. Si hubiera habido una política de vivienda adecuada, un espacio de desarrollo de ciudad, sería absolutamente distinto. Ahí es donde nosotros decimos que no solo basta con tener una casa, por eso nuestra lucha no es solo por la vivienda, sino también por la ciudad. Porque sin duda las condiciones en las que vivas en una casa y bajo las cuales sea construida afectan tu desarrollo humano, pero también influye en dónde se encuentre y las condiciones de infraestructura y servicios con los que cuente. No es lo mismo tener una casa a dos o tres horas del centro de Santiago, sin parques, plazas, hospitales y colegios, que vivir en el mismo lugar, pero tener fuentes laborales cercanas y espacios públicos. Por eso decimos que la tarea es democratizar la ciudad, porque no es solo reparar el daño y comenzar a construir y planificar de mejor manera. Eso hay que hacerlo, pero también reparar el daño de aquellos que les tocó vivir una política de vivienda que fue nefasta, que construyó vivienda precaria en la que no solo se llovía por el techo sino también por los muros, viviendas que quedaron al borde, al margen de todo desarrollo. Hoy día la ciudad tiene que llegar a esos lugares, tenemos que dotarla de infraestructura y servicios, porque no solo sirve demoler viviendas -con esta idea de la “Segunda Oportunidad” que plantean desde la política de vivienda- y quizás construir un par de metros cuadrados más, si las condiciones de vida van a seguir siendo las mismas.
Por eso, nosotros hablamos de democratizar, y para ello las comunidades que habitan los lugares tienen que participar en el desarrollo y diseño de manera activa, no solo bajo esta idea de que la participación ciudadana es un “listado de asistencia” de que fuiste a una reunión y te informaron lo que la autoridad iba a hacer, sino que efectivamente se recojan las inquietudes, los aportes que tiene esa comunidad. Porque ellos saben dónde se mueve esa comunidad, cuáles son las condiciones en las que viven, las virtudes con las que cuenta un barrio y también sus adversidades. De esa manera se pueden construir mejores políticas públicas, nosotros creemos firmemente en eso. En ese sentido, consideramos que el proyecto Maestranza San Eugenio -proyecto autogestionado que es la obra póstuma de Don Fernando Castillo Velasco- aporta a ese desarrollo de la ciudad, con la participación activa de sus habitantes. Con la aportación de aquellas y aquellos que van a vivir en ese territorio y que diseñaron su proyecto, que decidieron dónde querían vivir y que no fueron expulsados a la periferia, sino que se aprovecharon los servicios, recursos e incluso las redes con las que esas familias ya contaban.
5. ¿Podrías contarnos a qué desafíos se ha enfrentado el desarrollo del proyecto Maestranza? ¿Qué lecciones han podido identificar en este ejercicio colaborativo de producción del hábitat?
Primero, la dificultad es que la política en general -pero sobre la toda la política de vivienda- es demasiado rígida en nuestro país. Las instituciones son impermeables, por mucho de que hablen de la ciudadanía y la participación ciudadana. Cuando nosotros llegamos a presentar este proyecto como una iniciativa de autogestión en la cual la comunidad quería y necesitaba participar, hubo un “no” rotundo de parte de todas las instituciones, desde SERVIU, el MINVU y la comuna donde esta iniciativa se construye. No estaban preparados para eso y tampoco había la voluntad política para que el proyecto se pudiera desarrollar con la participación activa de su comunidad. Y lamentablemente la única forma que nosotros tuvimos de hacernos escuchar y visibilizar esta situación fue salir a la calle, manifestarnos de manera muy radical, teniendo que cortar la Alameda a las siete de la mañana y poniendo nuestros cuerpos como la única arma de defensa ante la represión, que era un poco menos intensa que estos últimos dos meses. Tuvimos cientos de detenidos durante estos años, golpes, represión brutal y persecución. Entonces cuando se busca innovar en política se tienen costos altos, pero también beneficios tremendos cuando uno logra mostrar que sí es posible y lo hace de manera responsable, consciente y coherente.
Nosotros hemos logrado, incluso, que los funcionarios de una institución que era muy rígida hoy día comiencen a flexibilizarse, que se respeten a las organizaciones, al movimiento de pobladores. Hemos logrado que la gente modifique esa visión de que “los que necesitan vivienda social son los más pobres de los pobres y tienen que conformarse con lo que el Estado les regala”, porque el subsidio no es un regalo, es una devolución de nuestros propios impuestos. Por lo que comenzar a cambiar eso ha tenido beneficios no solo para los que van a habitar este barrio, quienes además son familias que participaron en el diseño, que se apropian de su lugar, lo defienden y sienten que son sujetos y sujetas de derechos. Son personas que dicen “yo sí valgo, mi opinión es tomada en cuenta” y quieren participar y aprender más, politizándose en ese camino. Y la politización -hay que explicarlo en el contexto en el que estamos viviendo- no es lo mismo que “partidizarse”. La politización es tremendamente relevante, para que las personas comiencen a comprender cómo funcionan los procesos que se viven en las instituciones, cómo funciona la política de vivienda, la historia del movimiento de pobladores y que no somos solo nosotros los que hemos luchado por el derecho de la vivienda y la ciudad, sino que hace siglos que comenzó esa lucha, como la Ley de Habitaciones Obreras que fue impulsada por el movimiento sindical. Ese tipo de aprendizajes no se pueden cuantificar, pero de manera cualitativa nos sirven para crecer, hacer una sociedad mucho más informada, que tiene mayor conocimiento, capacidad de dialogar -y no de confrontarse solamente-, de debatir y de ser tolerante a la frustración, que no se rinde fácilmente. Una sociedad que además ha ido creando una red importantísima de trabajo conjunto, una forma de mirarse de manera colectiva y decir “no solo estoy luchando por mi casa y mis metros cuadrados” sino que hay una construcción mucho más amplia que tiene que ver con la recuperación del barrio. Esto es importante dentro del contexto chileno en donde esta vorágine del neoliberalismo nos impone miedo y nos dice constantemente que tenemos que desconfiar del otro, que debemos encerrarnos en nuestras casas porque nos pueden asaltar, que podemos perder la pega, que nos podemos enfermar. De todas esas cosas nos vamos dando cuenta porque estamos mirando a la persona de al lado que está luchando conmigo, que también está aportando y que quizás tiene los mismos problemas que yo. Eso fortalece colectivamente y hace que el grupo sea mucho más cohesionado, que sea capaz de levantar un proyecto de vivienda autogestionado, pelee por él, lo defienda y siga aportando en este proceso. Esto permite que no sean solo los profesionales quienes tengan a cargo este proyecto, sino también sean las más de 1.300 personas que van a vivir en ese barrio, que es para 424 familias. Además, esto que se vive de manera interna sirve para que otras personas en otros lugares digan “sí es posible”, “podemos replicarlo” y esta experiencia se ponga a disposición de aquellas y aquellos que quieren construir ciudad y que quieren aportar al desarrollo.
6. ¿Piensan documentar todo este proceso de alguna manera para poder replicarlo en otros contextos?
Sí, de hecho, a través de la Fundación Feman y uno de los compañeros que se encuentra ahí, se está elaborando un libro que cuenta la historia de lo que es el Proyecto Maestranza. También hay varias tesis que hablan del proyecto y de la lucha que hemos dado a lo largo del tiempo, que no ha sido fácil para nada. Hay algo que hemos dicho varias veces y no solo yo, sino muchas compañeras, porque más del 90% somos mujeres: aunque no tuviéramos la casa, aunque no lo hubiéramos logrado -cosa que sí hicimos- todo lo que hemos aprendido a lo largo del tiempo, todo ese conocimiento es algo que nadie nunca en la vida nos va a quitar.
7. Claro, y seguro este aprendizaje pasará de generación en generación…
Por supuesto, las niñas y los niños Ukamau son increíbles. La mayoría de ellas y ellos son lideresas y líderes en sus cursos, en sus colegios. Son niños que asumen capacidades que quizás nosotros mismos ayudamos a potenciar. El tomarlos en cuenta, el hecho de que sí puedan opinar, de que se sientan parte de todo esto los hace mirar también la vida de manera distinta y atreverse a hablar, a dialogar.
8. Por último y abordando un poco el tema de los profesionales que mencionabas anteriormente, ¿qué función consideras que debe desempeñar la academia en los procesos de conformación de ciudad, barrio y vivienda?
Yo creo que la academia todavía tiene una deuda, porque no basta solo con sistematizar, con contarlo y luego escribir un texto sobre los sucesos, sino que también tiene que haber profesionales que se pongan a disposición de las comunidades y del trabajo que se está desarrollando ahí. Como el caso de nuestro proyecto, en el cual los arquitectos Don Fernando Castillo Velasco, Cristian Castillo, Emilio Becerra y Pamela González dijeron “sí nos ponemos a disposición y trabajamos” y ahora ellos son parte de la organización, no son un ente externo que solo nos viene a asesorar. En mi caso particular, soy trabajadora social de profesión, pero yo soy una proletaria ilustrada. Creo que lo que debiéramos intentar es que los profesionales tengan que trabajar con las organizaciones y los movimientos, no con esta visión vertical que se tiene del “voy a ayudar a esta gente”, sino de cómo el conocimiento que se tiene en las organizaciones se puede conjugar con el que se adquiere en la academia. Esto es algo muy interesante, algo que en Ukamau hemos logrado muy bien. Esas ideas, esos conceptos que llevamos a la cotidianidad y a la realidad nos ayudan incluso en temas formativos: en que las vecinas y vecinos, compañeras y compañeros aprendan mucho más. Por otro lado, también hemos intentado abrir la academia: hacer foros, talleres, incluso algunos congresos de pobladores con universidades porque para muchas de nuestras compañeras -que en su mayoría son dueñas de casa o no asistieron a la academia- la universidad es un espacio privado y lejano para ellas. Entonces ese tipo de intercambios sirven para ir acercándonos y ver que no somos tan distintos, que tenemos conocimientos diversos y que la academia nos sirve también para el desarrollo de nuestros proyectos, de nuestra ciudad, a pensar la ciudad de manera distinta.
9. ¿Existe en puerta algún encuentro o congreso en este sentido?
Este 2020 lo estamos reorganizando, porque con toda la convulsión que nos ha tocado vivir en los últimos meses tuvimos que dejar encuentros, talleres y otras cosas en stand by, pues no podemos quedarnos ajenos a lo que está pasando. Con un proceso constituyente aportas algo que es muy importante y sin duda vamos a participar de él. No nos vamos a negar porque creemos también que ese es un espacio de disputa que tenemos que ir a dar. No podemos dejar que el plebiscito se gane por poco, tiene que haber una manifestación contundente respecto de lo que queremos, como el cambio constitucional. Estamos pensando en algunos cabildos y encuentros, aunque no sabemos si este año vamos a poder realizar el Congreso de Pobladores en el primer semestre por lo mismo, pues además es un año de elección municipal que tensiona la organización sí o sí. Nosotros también participamos de los procesos electorales porque creemos que ahí también debemos existir, tenemos que estar y manifestar nuestra opinión. En ese sentido, aún no tenemos todas las fechas, pero estamos tratando de calendarizar por lo menos todo el primer semestre, en el que tendremos encuentros, talleres de formación, algunas actividades enfocadas en la niñez -aprovechando las vacaciones de enero y febrero- y en un par de meses más esperamos poder inaugurar el barrio ícono de la Maestranza.
ENTREVISTA A JAVIER RUIZ-TAGLE: "SI UNO QUIERE DETENER LA SEGREGACIÓN TIENE QUE HACERLO CON MEDIDAS FUERTES Y TAN FUERTES COMO LAS QUE GENERARON LA SEGREGACIÓN"
VerENTREVISTA A JAVIER RUIZ-TAGLE: "SI UNO QUIERE DETENER LA SEGREGACIÓN TIENE QUE HACERLO CON MEDIDAS FUERTES Y TAN FUERTES COMO LAS QUE GENERARON LA SEGREGACIÓN"
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Denisse Larracilla; editora Revista Planeo, estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Javier Ruiz-Tagle es PhD en Planificación y Políticas Urbanas por la Universidad de Illinois en Chicago (2014), Magister en Urbanismo (2006) y Arquitecto (2004) por la Universidad de Chile. Actualmente es profesor asistente en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se ha especializado en temas de segregación residencial, políticas de vivienda, efectos de barrio, sociología urbana y estudios comparativos. Ha publicado, presentado y ganado premios con su trabajo en Chile, Estados Unidos y Europa.
1. Las contingencias sociales que se han vivido durante los últimos meses en distintos puntos de Latinoamérica, y de manera particular en Chile, podrían considerarse manifestaciones de un descontento social cuyas variadas causas están relacionadas con la desigualdad y la precarización de la vida de la población. ¿En qué medida crees que las condiciones históricas y actuales de la ciudad han influido en este estallido?
Hay varias formas de responderlo, uno podría decir “claro, la ciudad es fiel reflejo de la desigualdad”, pero hay mucha de esta que no es visible en la ciudad y eso cuesta entenderlo también. A pesar de que es tremenda la desigualdad que uno puede mirar entre un Costanera Center y una parcela en La Pintana, es mucho más que eso en términos económicos. Por un lado, uno puede vivir algunos problemas urbanos que empezaron a ocurrir a propósito del estallido social, como la dependencia de que haya o no servicio de metro, que exista gente que se lleve ya no una hora sino dos o tres para llegar al trabajo y otros casos así. Lo otro, es ver cómo los elementos urbanos han construido y contribuido a esto, lo que también tiene otras dimensiones. El tema de los 30 pesos de la tarifa del metro es un tema urbano -de transporte público- y eso fue la gota que rebalsó el vaso respecto a los presupuestos familiares y al costo de la vida, pero en general, entre las cosas que más se hablan respecto del estallido social no están ni lo urbano ni lo habitacional metidos en el centro del tema. A mí me tocó organizar una actividad en la Universidad de Chile donde tratamos de abordar el asunto, tratando de autoconvencernos de porqué debería ser un problema, sobre todo la cuestión de la vivienda; pero si uno lo lleva a los números, este tema no abarca a toda la gente, como lo son las AFP (Administradores de Fondos de Pensiones) porque en este caso si no tienes un problema hoy lo vas a tener en el futuro, todos lo van a tener. Con la salud todos lo tienen -ya sea privada o pública- y con la educación también, o bien sucede con el tema feminista o medioambiental. Pero con la vivienda pasa que sólo el 25% se arrienda en Chile y es esta la que ha subido cada vez más de precio. El resto son propietarios a los que, por supuesto, les ha costado llegar a tener esa propiedad también, pero la tienen, entonces no es algo que les complique tanto. Ahora, ¿si existe explotación en la vivienda y a través de la vivienda? Por supuesto que sí. Hay gente que compra mucha vivienda y esas son las desigualdades económicas que no son visibles. El hecho de que existan personas que tienen un edificio entero o muchísimos departamentos aquí y allá no es algo que uno vea en la ciudad porque esos generalmente son edificios de clase media que se arriendan, de forma que no es tan perceptible. Así, hay mucha producción de desigualdad a través de lo urbano y lo habitacional que está poco visibilizada, porque no es tan tangible. Cuando la gente sabe que le suben los precios, pero no tiene tanta claridad respecto de porqué ni quién se ha beneficiado con esto, entonces ahí hay un foco por destapar que podría hacer que el tema urbano y el habitacional se metan en el centro de esto.
2. ¿Tienes conocimiento sobre si esta situación de alza de precios y de desigualdad urbana en Chile es muy distinta a la de otros países latinoamericanos? Si fuese así, ¿qué lo hace diferente?
No, no son muy distintas, de hecho, en otros países son peores. Ahí está el juego entre lo urbano visible y las cosas que están invisibles. Mucha gente dice que va a Bolivia, Brasil, Colombia y ve mucho asentamiento informal y de pronto ve una ciudad muy rica. En cambio, acá, como no parecieran haber muchos asentamientos informales, la gente dice que no estamos tan mal; sin embargo, la desigualdad está puesta en otros lugares. En términos de números, Latinoamérica es la región más desigual del mundo y Chile es el país más desigual de todos. Sólo que las desigualdades urbanas están puestas en otros lugares, como gente que tiene muchas viviendas y en diversos lugares de la ciudad y no necesariamente es que tenga un montón de viviendas grandes o mansiones. No pasa por tener muchas mansiones, sino por tener muchos inmuebles, viviendas, mucho negocio y que es algo no muy tangible de observar. Entonces sí, en Latinoamérica hay un montón de desigualdades en lo urbano y en lo habitacional, pues también está entrando fuerte el tema de los fondos de inversión en vivienda o del arriendo a propósito de los altos costos de la misma, es decir, son bastante generalizados los temas. Igualmente hay mucha corrupción a nivel de gobiernos locales -probablemente más que acá- con la entrega de subsidios, de títulos de dominio, en la formalización de tierras y de asentamientos informales, así como otros asuntos similares. Acá en Chile se ha ido escapando la corrupción en los últimos 5 o 10 años, pero en Latinoamérica hay historias más grandes respecto a eso.
3. En algunos de tus trabajos abordas los conceptos de integración y segregación. En términos generales ¿cómo consideras que se han entendido estos en las políticas urbanas de Chile? ¿Crees que deban replantearse en el contexto de un esperado proceso de transformación constitucional e institucional?
Sí, yo encuentro que se han abordado de manera muy superficial y demasiado tergiversada, y ahora pasa hasta con el concepto de derecho a la ciudad. Se ha tomado el término de integración simplemente como una palabra, como un discurso. Esto es un tema de manejo simbólico de un montón de discursos que está ocurriendo constantemente en el gobierno de Piñera y en gobiernos anteriores también. En el fondo se dice “sí, hemos escuchado a la ciudadanía, “sí, ya entendimos el llamado” y van y hacen lo mismo de siempre. Ahora plantean proyectos de ley o nuevos programas y hablan de “integración”, le ponen “la palabra”. Sin embargo, el resto es puro negocio inmobiliario con una nueva palabra y un nuevo simbolismo adelante, lo cual confunde mucho a la gente. No obstante, la gente está cada vez más despierta para no confundirse tan rápido con ese tipo de cosas. Ha sido muy mal tomado el tema de la integración, los conceptos han sido muy trastocados y llevados a su mínima expresión para transformarlos en negocio inmobiliario. Básicamente este último ha utilizado conceptos progresistas para su propio provecho y eso ha ocurrido en todos los países del mundo donde se ha tratado, incluyendo Chile.
4. ¿Cómo propondrías que fuera entendido este concepto?
Trataría de ser más radical. La ley de cuotas que tienen en Francia, por ejemplo, en donde cada municipio debe tener un mínimo de 20% de vivienda social es una idea de cancha que pone a todos en un mismo plano; todos tienen que cumplir esto y sino lo cumplen tienen que pagarlo. No estoy diciendo que sea algo ideal, pero es algo radical y fuerte. Así todos tienen que cumplir y tiene que funcionar, pero no con incentivos “por si a alguien se le ocurre ser buena persona y ojalá poner algo de vivienda social”, eso la verdad es que no funciona. Si uno quiere detener la segregación tiene que hacerlo con medidas fuertes y tan fuertes como las que generaron la segregación, que fueron muy fuertes.
5. Hace unas semanas publicaste -en colaboración con otros académicos- los documentos “Poniendo las cosas en contexto” I y II, en los que se exponen algunas cifras de los costos estimados por evasiones al metro, saqueos y daños al patrimonio entre el 18 y 25 de octubre, comparados con los costos históricos de “saqueos institucionalizados”, evasiones, elusiones, fraudes al fisco, colusiones y otras fuentes de desigualdad. Respecto a este último concepto abordas el caso de la vivienda que se adquiere como un mecanismo de inversión y ya no como un lugar para habitar, y que además en muchos de los casos se encuentra exenta del pago de impuestos. ¿Consideras que esta última situación es sostenible en el tiempo? En caso de que no ¿cómo debiera regularse esta situación?
Pagando los impuestos que se deben. Hay toda una discusión respecto a los impuestos y eso pasa mucho en Latinoamérica en general, que los impuestos son muy regresivos. Por ejemplo, el impuesto al valor agregado (IVA): yo me compro un café y ese café me vale lo mismo a mí, que soy del 10% más rico, que a la persona que es del 10% más pobre. No hay ninguna distinción. Pagan el 19% ambas personas. Sin embargo, un impuesto progresivo es uno que se le cobra más al rico y menos al pobre. Una de las cosas que apareció, por ejemplo, en los referéndums comunales que se hicieron hace poco -los plebiscitos- era bajar el IVA a los bienes de primera necesidad. En realidad, hay muchos países que tienen un IVA muy bajo y para pocas cosas, y las cosas en general tienen precios más bajos, por lo que comprar algo en la calle o en el supermercado resulta más barato que acá. Entonces mejor poner impuestos a las cosas que sí marcan diferencias, por ejemplo, la propiedad. La persona que es más pobre no tiene propiedad, la persona que es más rica sí tiene propiedades y esos impuestos deben estar gravados para que los que tienen más, paguen más y los que tienen menos, paguen menos. En Chile pasa que hay dos formas de evadir impuestos, aunque en realidad no es que se estén evadiendo porque la ley igual lo permite, pero son formas muy regresivas. Una, que se eximen de impuestos las viviendas que están por debajo de los 33 millones de pesos de avalúo fiscal, y eso está pensado para quienes compran una vivienda barata y que se supone son los más pobres. Pero hoy en día hay gente comprando viviendas baratas para arrendarlas, personas que tienen muchísima plata, por lo que se transforma en un impuesto regresivo. Y otra, es el DFL2, que exime de impuestos a la vivienda ya no por su precio sino por el tamaño, asumiendo que las viviendas más chicas deberían pagar menos impuestos por 10, 15 o 20 años. Entonces pasa que hay viviendas de 139 m2 -que es un lujo gigante, enorme- que no pagan impuestos. Acá en Chile lo que uno más paga de impuestos es un 1% anual del valor de la propiedad, mientras que en los países que conforman la OCDE se encuentra entre 3 y 5%, y donde hay muy bajo IVA, pero muy alto impuesto a la propiedad. Es decir, un impuesto más progresivo y que debe hacerse de manera más radical porque si no en el fondo la gente va a seguir enriqueciéndose a costa de encarecerle la vida al resto. A nivel local, por ejemplo, el municipio de Santiago con el repoblamiento y la construcción de torres ha recibido un montón de población, pero como esos departamentos están exentos de impuestos -ya sean con gente que arrienda o que compra- la municipalidad recibe más población, aunque menos ingresos, por tanto la calidad de vida que puede ofrecer a los residentes es cada vez menor y no es sostenible en el tiempo. Y esto es el caso de un solo municipio, si se lleva a lo global el hecho de que se recauden pocos impuestos de los ricos y muchos impuestos que encarecen la vida de las personas -como comprar un café, fruta o verdura- es muy poco sostenible.
6. Respecto a lo que nos has compartido anteriormente, ¿consideras que en la academia nos estamos formando o estamos participando de manera efectiva frente a la producción de una ciudad desigual?
Uff, difícil decir eso. Con mucho oficio, porque de alguna manera nosotros tenemos la orientación de tener un impacto en lo público, sobre todo en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Y como queremos lograr algún tipo de incidencia trabajamos en “lo que se puede hacer”, en “lo que se puede cambiar”, en las pequeñas cosas que se podrían transformar. Pero meterse en ese tipo de racionalidad significa trabajar siempre “en la medida de lo posible”. Entonces cuando uno se mete en esta dinámica termina coartando su propia capacidad de imaginarse un país más justo, el país que debería ser. Lo que pasó ahora nos viene a remecer la idea de que en realidad lo que hemos hecho constantemente no ha sido suficiente y que hemos estado trabajando en la racionalidad que nos ha impuesto un Estado que está coartado por las leyes, la constitución, el neoliberalismo. De forma que no hemos tenido suficiente ambición como para dar un salto y pensar que en realidad lo que se necesita no es ir a hablarle a tal ministerio, municipio o persona, sino quizás ir a hablarle a la ciudadanía y que sea esta quien presione de manera mucho más fuerte para hacer los cambios que se necesitan, porque lo que se requiere es mucho más radical de lo que hemos hecho hasta ahora.
7. Finalmente, ¿cómo percibes el rol de la academia para este año ante los desafíos sociales, políticos e institucionales que impone el movimiento social?
Yo creo que tenemos tremendos desafíos, a lo que le tengo miedo es a la sensación -y a mí también me pasa- de querer “volver a la normalidad”. En el sentido de cuándo regresaremos a trabajar normalmente y seguir con la producción de conocimiento, alumnos, títulos, graduaciones. El tema es que debemos transformar eso y nuestra capacidad de poder hablar. Como lo que te comentaba recién, cada proyecto de investigación generalmente determina de qué forma se pretende impactar la política pública. Qué pasaría si decimos: en vez de querer impactar la política pública deseamos hacerlo con el movimiento social; no queremos hablar con el Estado porque nunca nos escuchó o para este tipo de cosas el Estado no nos va a escuchar, queremos impactar al movimiento social, deseamos entregarles elementos a ellos. Considero que salir un poco de esa mecánica y esa racionalidad en la que hemos estado metidos durante mucho tiempo nos va a costar, por más ambición que haya y por más discurso que exista ahora, porque siento que hay una gran inercia de mantenerse en lo que hemos hecho siempre y en lo que sabemos hacer. Entonces el desafío de auto-cambiarse, de poder dar saltos más grandes y de hacer cosas más ambiciosas y transformadoras es fuerte.
Geo Constituyente: Cabildos y Asambleas Autoconvocadas. La recuperación de espacio público por parte de la organización popular
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Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Catalina Verónica Zambrano Leiva. Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Directora Creativa y Ejecutiva de Geo-Constituyente;
Valentina Consuelo Huaiqui Hernández. Estudiante de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Co-Directora Ejecutiva Geo-Constituyente]
Resumen
En Chile, desde el estallido social de octubre pasado, la ciudadanía se ha organizado, teniendo como base los cabildos y asambleas auto convocadas. Es así como en todo el territorio nacional se han generado espacios de discusión y reflexión en relación a las distintas problemáticas que enfrenta el país. En este documento se presenta parte del trabajo realizado por un grupo de geógrafas y geógrafos, que ponen la información territorial al servicio del acontecer nacional desde la ciencia geográfica. Geo Constituyente se consolida como una plataforma virtual que permite visualizar y acceder a la información de la organización de dichas instancias, mediante autogestión y cooperación ciudadana, se logra nutrir un mapa que recopila los datos de convocatoria, a lo largo de todo el país. En el presente artículo se detallan datos de distribución de cabildos y asambleas en Chile, conforme con la base de datos recopilada por Geo Constituyente, y cómo estos reestructuran la conceptualización del espacio público.
Palabras clave: Cabildos, Asambleas autoconvocadas, Geo Constituyente.
Introducción
Los cabildos han tenido gran importancia en la historia democrática de Chile. En la época colonial fueron un organismo representativo de la comunidad que tenía jurisdicción sobre el territorio de la misma y, que velaba, a grandes rasgos, por el buen funcionamiento y justicia de la ciudad. En Chile, tras el estallido del 18 de octubre del 2019, y ante un escenario de crisis de representación política, se retoman estas prácticas y comienzan a gestionarse cabildos y asambleas auto convocadas por la población, que tienen como objetivo principal organizarse y discutir sobre lo que acontece en el país y, en conjunto, encontrar posibles soluciones a estas problemáticas.
La revuelta social, surge desde las bases, logrando la representatividad de muchos sectores, independiente de su clase social o color político. La mayoría de los movimientos sociales que registra la historia de Chile, no ha llegado a ejercer, por completo, su “poder constituyente”, aunque sí han echado mano, en medida variable, a una u otra dimensión de su soberanía (Salazar, 2012). En relación con esto último, la soberanía ejercida por el pueblo, a través de cabildos y asambleas autoconvocadas, ha tenido representación a lo largo de todo Chile. Gracias a la iniciativa de Geo Constituyente, ha sido posible espacializar y dimensionar los alcances de la soberanía popular, en todo el territorio nacional.
A continuación, se realizará una presentación del trabajo realizado por Geo Constituyente y ,un breve análisis y reflexión de la distribución de dichas instancias, entre el período comprendido desde 22 de octubre y hasta 30 de noviembre del presente año.
Plataforma Geo Constituyente:
En días posteriores al “estallido social”, se crea la iniciativa de Geo Constituyente. Plataforma virtual que a través de difusión por redes sociales y la utilización de un mapa interactivo en Google Maps, recopila la información de cabildos, asambleas y reuniones autoconvocadas, permitiendo a las personas difundir sus iniciativas de manera voluntaria y visualizarlas en el mapa. Geo Constituyente tiene como fin sistematizar y georreferenciar la información de estas reuniones a nivel nacional e internacional, poniendo a la ciencia geográfica al servicio de la población y así también participar en el desarrollo del proceso ciudadano nacional.
Mediante la recolección de los datos de las reuniones, “fecha, hora, lugar y quién convoca”, se logra nutrir el mapa y levantar durante los meses de octubre y noviembre, un total de 1047 asambleas y cabildos auto convocados de diferentes temáticas.
Im1_ Infografía de Geo Constituyente / Fuente: Elaboración propia, Compartida en Redes Sociales de Geo Constituyente. 2019.
Resultados
- Análisis espacial de Cabildos y asambleas autoconvocadas[1]
Como se menciona anteriormente, los cabildos y asambleas surgen de forma espontánea por parte de la comunidad y, en algunos casos, son dirigidos por organizaciones o instituciones, que orientan el trabajo según el interés de las temáticas de quién convoca. Entre el período del 22 de octubre al 30 de noviembre, se recopilaron un total de 1047 cabildos y asambleas autoconvocadas a lo largo de todo Chile, tanto continental como insular.
Im2. Distribución de Cabildos y Asambleas Auto convocadas en Chile entre 22 de Octubre al 30 de Noviembre del año 2019 / Fuente: Elaboración propia en base a información recopilada por Geo Constituyente.
En relación a su distribución (imagen n°2), se destaca que el territorio nacional en su totalidad ha tenido representación de participación y organización ciudadana. Desde el inicio de la revuelta, el espacio social, se ha reconfigurado y su valor, para lo sociedad Chilena ha cambiado. En la mayoría de los casos, las instancias de organización han tenido lugar en plazas, pasajes o lugares significativos para cada localidad.
Tal como se muestra en la imagen anterior, los puntos espacializados estuvieron concentrados en la región Metropolitana, en los siguientes lugares significativos; la plaza 18 de octubre (comuna de La Florida), el pasaje Granada (Santiago Centro), la plaza Inés de Suárez (Providencia) junto con la Plaza Ñuñoa, la plaza de Maipú en cuanto a organización y homenaje de una de las víctimas del estallido social, y el Parque Forestal. En cuanto a los puntos de encuentro fuera de Santiago, se destacan el centro cultural ex cárcel de Valparaíso, el puerto de Dalcahue en Chiloé, la plaza de Punta Arenas y el Parque Brasil de Antofagasta, entre otros.
Si bien se destacó la organización en distintos puntos del país, la mayoría de estos cabildos y asambleas se regían por temáticas específicas. En el primer periodo del estallido social, que se refiere a las últimas semanas de Octubre, se realizaron cabildos dirigidos a discutir sobre el acontecer nacional y el futuro de este. Sin embargo, con el transcurso de los días y principalmente los primeros días de Noviembre, se recopiló información sobre organizaciones populares respecto a temáticas específicas, tales como la organización de encuentros medioambientales, encuentros feministas y de disidencias, encuentros para niños y niñas sobre la percepción del estallido social desde la infancia, encuentro o trawun de los distintos grupos indígenas del país discutiendo sobre la plurinacionalidad y principalmente encuentros de formación cívica, dirigidos mayoritariamente por personas con experticia en derecho para discutir sobre las reformas de la Nueva Constitución y el plebiscito para Abril de 2020.
En cuanto a la distribución y la cantidad de encuentros en territorio nacional, y conforme a los datos registrados por Geo Constituyente, se destaca la zona centro, la cual concentra la mayor cantidad de cabildos y asambleas auto convocadas registradas, con un total de 444 encuentros en la Región Metropolitana y la región de Valparaíso con 200 instancias. Respecto a la zona norte se destaca la región de Antofagasta, con 46 instancias y la región de Coquimbo, alcanzando un valor de 90 de encuentros. En cuanto al extremo sur del país, la región de Magallanes y Antártica Chilena, específicamente en la ciudad de Punta Arenas, se destacan la cantidad de eventos organizados, siendo la ciudad de la zona sur con mayor representatividad de organización en el mapa, alcanzando un aproximado de 70 instancias registradas durante el período de análisis.
A modo general, en relación al escenario regional, todas las capitales regionales registran la mayor cantidad de cabildos y asambleas auto convocadas.
A pedido de la población Chilena que reside en el extranjero, se creó también un mapa específico para registrar instancias de discusión en torno a la contingencia nacional, en el extranjero[2]. Se registraron 25 cabildos y asambleas territoriales en el extranjero, convocadas por residentes chilenos en distintos países. respecto a las cifras: un total de 15 cabildos realizados en continente europeo, 5 en Estados Unidos, 1 en Costa Rica, 2 en Argentina, 1 en Nueva Zelanda y 1 en Australia (ver imagen 3).
Im3. Registro de cabildos y asambleas auto convocadas por chilenos residentes en el extranjero durante Octubre y Diciembre 2019 / Fuente: Elaboración propia en base a información recopilada por Geo Constituyente.
En Chile, respecto a la información levantada, se destaca que los cabildos y asambleas actuaron como agentes de reestructuración del espacio público, volviendo a utilizar la infraestructura pública como escenario de discusión y de organización.
Volviendo a los datos enviados por la población de manera voluntaria a las redes sociales de Geo Constituyente, la mayor cantidad de puntos espacializados han sido en la región Metropolitana. Destacando la comuna de Santiago y Providencia, como las comunas que más colaboraron con datos para nutrir el mapa interactivo[3].
Im4. Registro de cabildos y asambleas autoconvocadas en la Región Metropolitana durante el 22 de octubre al 30 de noviembre del 2019 / Fuente: Elaboración propia en base a información enviadas de Geo Constituyente.
Es Importante destacar que el proceso de organización social y las discusiones en los cabildos y asimbleas, hasta ahora, no son vinculantes con el modelo democrático que hoy rige en Chile. Por lo tanto, es una desafío para las y los entendidos en el territorio velar por un proceso que trabaje en un desarrollo en cuanto a la organización del territorio vinculante, con el fin de entender los espacios públicos como escenarios para fortalecer vínculos horizontales, considerando las discusiones ya levantadas en los cabildos y asambleas auto convocadas en el país.
Conclusión
Se destaca que la revuelta social ha otorgado valor a muchos espacios antes desapercibidos por la población, pero que hoy son puntos icónicos de discusión, catarsis y encuentro en las comunidades. Ejemplificación de aquello es la “ex Plaza Italia”, hoy denominada “Plaza Dignidad”, la que se proyecta como lugar de encuentro, de resistencia, de enfrentamiento o de esperanza, según la posición en que se encuentren los distintos actores.
Por otro lado, podemos destacar que la revuelta social, ha variado respecto de las formas de organización. Los meses de octubre y noviembre fueron fechas peak de los espacios de reunión y conversación para etapa de diagnóstico. Diciembre, en tanto, ha tenido un giro respecto de la forma de la movilización, lo que se comprueba en la disminución de aportes para el registro, considerando también que, a la fecha, la atención está focalizada en la discusión parlamentaria respecto al proceso de la reforma constitucional del país y la educación cívica por parte de la ciudadanía.
Finalmente, como equipo de Geo Constituyente, adherimos a la idea de realizar un proceso constituyente participativo y vinculante con la información recogida en los distintos cabildos y asambleas auto convocadas. Creemos que es fundamental re pensar el territorio desde la equidad social para desarrollar un país más justo e inclusivo, considerando a todos los actores y actoras que sean parte del territorio nacional.
Referencias
Salazar, G. (2012). Movimientos Sociales en Chile. Capítulo III: Formas históricas del movimiento social -ciudadano en Chile. Santiago de Chile: Uqbar Editores. Recuperado el Diciembre de 2019
[1]La información trabajada, en el mapa y para el proceso de análisis espacial, corresponde a una muestra del levantamiento de información, que la población envía de forma voluntaria a “Geo – Constituyente”, no se globaliza el total de asambleas y cabildos autoconvocadas a nivel nacional e internacional. Para efectos de la publicación, se considera el período del 22 de octubre hasta el 30 de Noviembre y se excluyen los datos de diciembre, puesto que estos están en constante actualización.
[2] Link de acceso a los mapas, se encuentra en las redes de Geo Constituyente.
[3] Los mapas correspondientes a la espacialización de datos en cada región, pueden ser solicitados en las redes sociales de Geo Constituyente.
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REDES SOCIALES DE GEO CONSTITUYENTE
Correo electrónico: geoconstituyente@gmail.com
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Colectivo Por un Habitar Digno: poniendo a la vivienda y al rol de los arquitectos en el centro del debate actual
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Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Equipo editorial Revista PLANEO, con base en entrevista al colectivo ‘Por un Habitar Digno’]
Resumen:
La explosión del malestar social en Chile tiene diversas facetas, todas ellas ancladas de alguna manera a las políticas subsidiarias que han limitado la acción pública y desregulado la acción del mercado, donde la vivienda ha sido objeto de una constante precarización, afectando la vida y la dignidad de las personas. Sin embargo, en el contexto actual de lucha y reivindicaciones en todo ámbito, la vivienda y la ciudad no han sido elementos tan centrales en el debate público, lo cual llevó a un conjunto de estudiantes y docentes de arquitectura a replantearse cómo desde esta disciplina es posible generar una acción concreta para visibilizar y generar propuestas por un habitar digno. En ese contexto esta práctica expone las reflexiones en torno a una intervención del espacio público llevada a cabo por el colectivo “Por un Habitar Digno”, instalando la vivienda como tema de debate y replanteando el rol de los arquitectos en ello.
Palabras Clave: Vivienda, Dignidad, Arquitectura
El pasado 30 de octubre de 2019, a dos semanas del “estallido” social chileno, aparecieron en plaza Italia – hoy plaza de la dignidad- una serie de intervenciones gráficas a escala real que denunciaron de forma potente el estado actual de las políticas habitacionales chilenas, impactando sobre el debate público en torno a las diversas causas del gran malestar sociocultural y económico del país, cuando el tema de la vivienda no se había señalado aún como uno de sus elementos centrales. Esta intervención, fugaz pero efectiva, fue realizada por el colectivo ‘Por un Habitar Digno’, el cual se conformó de manera autoconvocada por un conjunto de estudiantes, docentes y profesionales de la arquitectura, de distintas universidades del país.
Este colectivo, sin mayores pretensiones que aunar orgánicamente a los estudiantes de arquitectura de diversos ámbitos, generó un conjunto de dibujos a escala real de las plantas de los departamentos sociales y nanodepartamentos ofertados hoy en el país como producto de las políticas habitacionales subsidiarias y de la escasa regulación del mercado inmobiliario, invitando a la gente a reflexionar acerca de las condiciones materiales a las que una parte importante de la sociedad se ve enfrentada producto del desmantelamiento del estado de bienestar de los 60 y 70 (con la CORVI como mejor ejemplo en el ámbito de la vivienda), y la irrupción del modelo de mercado bajo un estado subsidiario.
Im1. Intervención plaza de la dignidad / Fuente: Colectivo Por un Habitar Digno
Con frases como “La arquitectura quiere viviendas dignas pero el sistema neoliberal no lo permite: Nueva Constitución Ahora”, junto con detalles del metraje y los valores de este tipo de viviendas, el colectivo tuvo la intención de instalar en el debate público una temática escasamente nombra durante los primeros días del estallido, y que incluso hoy, a casi 3 meses, no ha logrado posicionarse en la discusión como una de deudas más importantes del Estado con la sociedad chilena. Sin embargo, para el colectivo este tema es central, y el rol de los arquitectos en este debate debiera ser revisitado.
Al respecto, el colectivo convocó a estudiantes y arquitectos con el fin de tomar un espacio dentro de la contingencia para instalar desde la arquitectura una discusión sobre la vivienda digna. En una primera instancia abierta e independiente de toda institución se reunieron más de 150 personas, donde surgió la iniciativa de realizar la intervención en plaza de la dignidad, dibujando una planta de una vivienda Serviu y otra de una inmobiliaria, con datos clave como su superficie y su precio comercial. El objetivo principal de esta intervención fue el de transparentar pruebas en torno a la distancia que existe entre la arquitectura y la gente. Mediante el uso de estas herramientas visuales, se logra así traspasar el tema hacia la gente, con una crítica hacia el Estado subsidiario y su efecto en el déficit y calidad del habitar de las personas. En ese sentido, se hace patente que el rol del Estado en la provisión de vivienda social no ha logrado solucionar los problemas de vivienda en el país, e incluso los ha acentuado, considerando las importantes experiencias pre-dictadura, cuando el país fue uno de los mejores proveedores de vivienda social en Latinoamérica.
Im2. Intervención en Persa Víctor Manuel: mapa de erradicaciones de pobladores de campamentos
/ Fuente: Colectivo Por un Habitar Digno
Una reforma fundamental que debe ser realizada en torno a la vivienda tiene que ver no solo con la provisión de vivienda digna sino que también el mejoramiento de las viviendas existentes, las cuales fueron entregada con un bajo estándar constructivo y que hoy se encuentran en un estado deplorable, lo cual sin duda ha ayudado a generar condiciones de precariedad y vulnerabilidad que aportan al malestar social. De esta forma, existe un doble trabajo: por una parte, regular el mercado de la vivienda con mayor presencia del Estado, y por otra parte mejorar la vivienda social existente, lo cual no es posible de abordar bien con las políticas actuales.
En este contexto, la dignidad como palabra y como necesidad no es una palabra que tenga sentido únicamente para la vivienda, y refiere a lograr un mínimo aceptable, para el cual existen múltiples referentes hoy en día que no están siendo tomados en cuenta por la política habitacional. La respuesta es simple, mirar y tomar las recomendaciones existentes en cuanto a metros cuadrados y estándares constructivos, entre otros. Es una necesidad alcanzar estos mínimos de acceso a vivienda, áreas verdes, transporte, etc., considerando el contexto chileno.
Los arquitectos, como profesionales llamados a estar especialmente involucrados en estos temas, debiesen tomar un rol mucho más protagónico. El foco principal de la discusión llevada a cabo en esta experiencia tiene que ver con demostrar la capacidad del arquitecto de estar presente y de servir a la gente, así como otras profesiones han jugado su rol. A los arquitectos les ha costado siempre tener una conexión directa y sencilla con la población, lo cual sugiere una crisis del rol de la arquitectura hoy en la sociedad. Esta intervención da cuenta de la necesidad de salir de la zona de confort, del ámbito teórico y del diseño, para darse cuenta de que la arquitectura ha perdido terreno en la sociedad.
Hoy las nuevas generaciones de arquitectos están conscientes de los problemas a la vez que no saben cómo acercarse a ellos, surgiendo las preguntas sobre ¿cómo deberíamos involucrarnos para ayudar a solucionar los problemas actuales?, ¿cómo salirse de la lógica de la arquitectura por encargo, para transitar hacia una arquitectura al servicio de la gente?, ¿cómo relacionarnos con la gente que necesita de forma urgente soluciones habitacionales dignas? Ante estas preguntas, las instancias provocadas en este contexto de estallido social permiten abrir nuevas posibilidades de acción desde la disciplina, más allá de los discursos académicos dominantes, y más allá de la arquitectura institucional y para las elites.
Im3. Intervención sobre un cerro de Santiago / Fuente: Colectivo Por un Habitar Digno
Si bien existe una vocación humanista en la arquitectura, existe un distanciamiento entre la voluntad y las herramientas que la formación académica entrega hoy a sus estudiantes, generando una brecha entre los profesionales y las necesidades sociales, dado el hermetismo de la academia, del mundo privado y también del sector público, por lo que se debiera crear un tercer “mundo” que permita reducir esas distancias, mutar la profesión del arquitecto hacia la dignificación del territorio, ser parte de los actores que demandan soluciones dignas, con herramientas que las escuelas todavía no enseñan.
Este es el camino que debiera ser potenciado por las nuevas generaciones de arquitectos y planificadores, más allá de intervenciones gráficas y visuales sobre el espacio, que han devenido en una suerte de cliché de los arquitectos, evolucionar hacia nuevas formas de acción concreta, como ferias de servicios de arquitectura gratuita para comunidades que necesitan soluciones constructivas, prototipar, planificar y diseñar con las personas, y trabajar directamente con la población, no sólo en vivienda sino que en todo ámbito de la arquitectura, transformando la práctica profesional hacia el mundo real, más allá de los muros de las universidades.
La desigualdad territorial como eje central en las poblaciones en Puerto-Príncipe
VerLa desigualdad territorial como eje central en las poblaciones en Puerto-Príncipe
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Edward Sultant. Director Fundación An Nou Pale ]
Resumen
Hablar de la ciudad de Puerto-Príncipe desde el punto de vista urbano no es una tarea fácil porque implica una mirada multifacetica sobre la capital, de cómo se relacionan los temas de corrupción, desigualdad y la disfuncionalidad del Estado con la ciudad, cómo se distribuye la justicia, la pobreza y las oportunidades en el territorio. De este modo, “Les Quartiers Populaires” o “Las Poblaciones” son el centro de debate de esta columna, particularmente la Población de “Cité Soleil” cómo un territorio que se convirtió en un escenario explícito de las controversias y disputas sociopolíticas en Haití desde hace más de veinte años, en una combinación entre violencia social, política económica inexistente, estructura urbana infrahumana y un fuerte armamento de los sujetos de esta población. Frente a este panorama, la población Cité Soleil nos permite entender el territorio no solamente en la dimensión urbana, sino como un enclave de clase donde los sujetos se han reflejado en distintas formas de categorización, marginalización y el territorio de nuevo como expresión de exclusión. A esto se suma una mirada del territorio desde una posición de rebeldía, de re-significación de la palabra convivencia, solidaridad entre los sujetos de este lugar y como espacio de competencia, de conflicto para el liderazgo de este territorio.
Palabra Clave: Urbano, Territorio, desigualdad.
Im. 1. Cité Soleil. Fuente: http://www.sakala-haiti.org/cite-soleil
En el departamento Oeste se ubica Puerto-Príncipe la capital de Haití, capital que ha conocido un crecimiento exponencial a principios de la década de los 90 debido a la destrucción del mundo agrícola y diversos motivos como el acceso a estudios superiores. Esto dio luz a una fuerte migración campo-ciudad a lo largo de toda la capital provocando un crecimiento que ha tocado la puerta de la octava circunscripción de Puerto-Príncipe “Cité Soleil”.
Una de las características de este denso asentamiento informal es el hacinamiento de sus habitantes, debido a la necesidad de buscar un hogar donde vivir y de satisfacer sus necesidades de subsistencia básica, además de la búsqueda de una fuente de ingreso. De esta manera; en este territorio no existe una estructura urbana estable con reglas y normas claras elaboradas por el gobierno, porque la cotidianidad de los sujetos se desarrolla en virtud de un sistema no codificado, pero coherente y respetuoso de reglas no escritas pero compartidas (Goulet, 2004). En este contexto, Cité Soleil como territorio aparece como adjetivo de estigmatización y no una delimitación territorial donde los sujetos viven con dignidad. Este adjetivo se constituye como consecuencia de las desigualdades entre capital y trabajo con las formas propias en que sus habitantes reproducen, transforman y representan sus condiciones de trabajo y de vida (Acevedo, 2014).
Desde 2004 en adelante los 34 barrios que conforman Cite Soleil han sido el escenario de los “Chimè” una nueva forma de poder y trabajo de los jóvenes bajo la influencia de la política y la corrupción. Este nombre dio luz en el segundo mando del Presidente Jean Bertrand Aristide, al verse amenazada la continuidad de su gobierno por la sociedad civil y el mundo empresarial, armó a jóvenes en las poblaciones con el fin de proteger su mandato, sobre todo en la Cité Soleil.
Esta estrategia fue el principio del caos de todas las poblaciones que rodean Puerto-Príncipe. Los Gobiernos posteriores a 2004 han estado en una tensión constante en Cité Soleil, entre procesos de des-armamento en este territorio, control de las fuerzas de órdenes para la seguridad de los habitantes de esta población y los conflictos armados entre las bandas rivales que luchan para tener el control de este territorio. Aquellas bandas que controlan este territorio controlan además las ferias que rodean este sector incluyendo a los empresarios que tienen empresas cerca. También se suman otros problemas de orden urbano como; falta de abastecimiento de agua y comida, transporte poco accesible, la inexistencia de áreas verdes, y muy poco espacio público, configurando un espacio urbano saturado. En este escenario, el armamento en Cité Soleil ha provocado aún más tensiones entre el control del Estado y los “Chimè”.
“El Chimè” es aquella persona que creció dentro de una población en situación de pobreza extrema y que ha recurrido a las armas como una forma de resistencia para existir. A causa de la ausencia del Estado y el crecimiento de los “Chimè” Cite Soleil se ha convertido en un territorio en donde la impunidad reina. De este modo, los Chimè se han transformado en una herramienta útil en la política haitiana, sobre todo en las campañas electorales donde se puede observar que los Chimè brindan apoyo a su candidato debido al control total que ejercen en su respectiva población y controlan el centro de votación debido al miedo que infringen en la población de su sector
Cuando la opinión pública cuestiona esa situación, los chimè se ven amenazados por la justicia, sin embargo, la configuración urbana de esas poblaciones impide el control de la policía porque la planificación urbanística no ha incluido a esas poblaciones. Calles oscuras y estrechas que no permiten la libre circulación de los vehículos policiales, casas construidas en lugares de riesgo, muchos callejones sin nombre, en definitiva, una ausencia del plan urbanístico, razón por la cual es imperativo que la policía cuente con un guía local para no perderse en esa población.
El Chimè es una categorización de sujetos caracterizados principalmente por las siguientes acciones; robo, secuestro, sicario. Eso ha impactado la seguridad de algunas comunas cercanas a esas poblaciones. A su vez, esto ha generado violencia en las manifestaciones actuales haciendo disturbio ya que los Chimè son manipulados por grupos influentes en la sociedad. A su vez, estos grupos les confieren cierta legitimidad para actuar porque saben que están protegidos.
Lo dicho anteriormente, es el resultado de la disfuncionalidad del Estado y sus malas decisiones en materia urbanística que ha provoca diseños que no permite una combinación entre naturaleza y orden social en toda los barrios de la capital. Por ende, Cité Soleil ha tomado una forma a través de sus dinámicas que ha incluido; tipos de asentamiento precario que se caracteriza por un proceso de expansión en las tierras de las planicies de la periferia del centro o a orillas del mar, en los terraplenes o antiguos depósitos de basura (Anzano, 2010). Una dificultad de tal magnitud que se presenta los sujetos de Cité Soleil afecta directamente a su calidad de vida teniendo un impacto negativo en su bienestar.
Para concluir, la cualidad urbana de la población debe ser un asunto de Estado porque cuando la estructura falla, el territorio actúa en una intersección de clases sociales, limitando a los que son, sujetos de derechos y los que no son. Esto se traduce en un conjunto específico de derechos que el Estado debe garantizar y que son reconocidos como DDHH que algunos/as sujetos no podrán ejercer. Por ende, no son parte de la ciudadanía. De este modo, los sujetos de las poblaciones territoriales están a la merced del incertidumbre, las ganas de sobrevivencia que gana la precariedad del sistema urbano, y el viento de esperanza que mantiene la cotidianidad de esos territorios, eso es parte de la realidad de Cite Soleil.
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Referencias
Acevedo, P (2014). Revisiones necesarias y urgentes en torno a los sujetos de la intervención profesional: ¿merecedores de ayuda o titulares de derechos? En:Derechos, Políticas sociales y problemáticas sontemporáneas. Debate desde Trabajo Social. Directora: Susana Cazzaniga.Editorial EDUNER, Argentina.
Manzano (2010). El proceso de urbanización en el mundo. El sistema urbano. Tipos de urbanismo. Repercusiones ambientales y económicas.
Goulet.J (2004) Barrios periféricos al centro de la ciudad. Sobre los cerros de Puerto-Príncipe: Vivir en el laberinto.
Más que treinta años. Desigualdad espacial y transporte colectivo en Santiago.
VerMás que treinta años. Desigualdad espacial y transporte colectivo en Santiago.
Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Marco González Martínez]
Resumen
Las protestas sociales iniciadas el día 18 de octubre del 2019 a causa de las alzas de los precios de los pasajes del Metro de Santiago desencadenaron una serie de manifestaciones de rebeldía urbana. Los hechos descritos, encuentran en el pasado experiencias similares que hacen reconocible una persistencia histórica del fenómeno. El escrito propone que mediante un diálogo entre las acciones pasadas y presentes es posible observar como la histórica desigualdad espacial santiaguina operó como un factor determinante en los conflictos del transporte colectivo.
Palabras claves. Transporte colectivo, desigualdad espacial, protestas sociales.
Im1. Estación de Metro y paradero de buses del transporte público dañados por las protestas sociales iniciadas el día 18 de octubre / Fuente: el autor
La vigencia del pasado en las luchas del presente.
El viernes 18 de octubre del 2019 después de más de una semana de manifestaciones en rechazo al incremento del valor de los pasajes del Metro de Santiago, se inició en la capital un intenso periodo de protestas sociales que con rapidez comenzaron a ser replicadas en otras ciudades del territorio nacional. Al calor de la consigna no son treinta pesos son treinta años, la ciudadanía movilizada en las calles del país sancionaba que las causas que explicaban el creciente conflicto urbano poseían una temporalidad más extensa que la contenida en una impopular decisión ministerial o en una equivocada administración estatal. De este modo, ante la evidencia desplegada un sector del mainstream académico comenzó a reconocer en los acontecimientos de rebeldía popular urbana, como ya había sucedido en el análisis de experiencias internacionales precedentes, los efectos inevitables de un tinglado de prácticas depredadoras que durante décadas habían consolidado una economía de desposesión masiva (Harvey, 2019). Es decir, los sucesos de octubre podían ser circunscritos a un momento particular de una problemática general que evidenciaban los resultados de un capitalismo salvaje que había empobrecido y precarizado la vida cotidiana de millones de personas.
Ahora bien, en complemento a los antecedentes estructurales señalados, en nuestra consideración es posible sostener que la consigna popularizada socialmente que indicaba no son treinta pesos son treinta años contenía una segunda posibilidad analítica. En efecto, la subordinación del problema económico que supone el alza de las tarifas del transporte colectivo santiaguino a una dimensión temporal permitía trazar conexiones con procesos urbanos pretéritos de más larga data. Así los últimos treinta años en los que fueron situados el inicio de los conflictos del presente, aparecían como el pasado de otros pasados que permanecían vigentes. Dicho en palabras benjaminianas, se podía reconocer en las luchas por las cosas toscas y materiales desplegadas en la primavera capitalina motivaciones que “repercutían retrospectivamente en la lejanía del tiempo” (2009: p. 134). En definitiva, el tránsito de ida y vuelta sobre aspectos presentes y pasados en las protestas sociales hacían emerger prácticas urbanas poseedoras de una profunda impronta histórica.
Las luchas por el transporte colectivo. La desigualdad espacial en el pasado.
Una de las características más reconocible dentro de las luchas urbanas en la historia nacional, está relacionada con la permanencia que poseen las manifestaciones contra el alza de los precios del transporte colectivo santiaguino. Por tal motivo, durante los últimos meses fueron discutidos debido a su fuerte condición conmemorativa, los sucesos protagonizados los días 16 y 17 de agosto de 1949 en la denominada popularmente “Revolución de la chaucha”. En concreto, las protestas sociales registradas hace 70 años, se llevaron a cabo debido al incremento de los pasajes de autobuses y trolebuses, medida que sumada a la precarización económica que experimentaba la población como efecto de la segunda post guerra, dibujaron las condiciones para que la rebeldía popular se desplegara por la ciudad (Castillo, Mardones, Vila, 2017). Dicha situación desencadenó una serie de enfrentamientos callejeros entre los sectores descontentos con el alza de las tarifas y las fuerzas policiales, hechos que para el periódico La Segunda de las Últimas Noticias fueron perpetrados por “elementos comunistas y simpatizantes surgidos de las poblaciones “callampas” del sector El Salto y Cerro Blanco” (1949: p. 1). Más allá de las evidentes similitudes sociales y políticas señaladas por el discurso periodístico, resulta significativo considerar que la evidencia histórica permite identificar en un pasado más amplio la existencia de lo que las investigaciones urbanas actuales han denominado una movilidad cotidiana de exclusión y desigualdad espacial (Jirón, Lange, Bertrand, 2010). En otras palabras, que los manifestantes del pasado y del presente provengan desde territorios distantes, marginalizados y precarizados hace que sus demandas por el valor del pasaje del transporte colectivo posean un componente amplificador. Aunque parezca una perogrullada decirlo, los medios de transportes urbanos históricamente han sido utilizados casi exclusivamente por los más pobres de la ciudad.
Recogiendo todo lo antes descrito, es dable volver a considerar que los dispositivos de movilidad y las infraestructuras del transporte no establecen ellas mismas los comportamientos urbanos ni determinan de forma inmediata las prácticas sociales (Miralles-Guasch, 2002). Si bien, los desplazamientos cotidianos son realizados en el interior de microbuses, buses y vagones del metro, la profunda desigualdad espacial que experimentaron los usuarios del transporte colectivo santiaguino en el pasado aún moviliza las acciones de rebeldía urbana del presente. En continuidad con Edward Soja (2014), si aceptamos que lo social no solamente comprende lo espacial, sino que también está en él, las desigualdades sociales no son comprensibles sin sus correspondientes desigualdades espaciales pasadas, presentes y futuras. En conjunto, a pesar de que, es innegable sostener que las luchas por el transporte colectivo son originadas por un componente económico vinculado al aumento del precio de los pasajes, las condiciones subjetivas son abonadas silenciosamente por una extensa temporalidad de desigualdad espaciales que irrumpen periódica y violentamente.
En síntesis, se puede establecer que mucha de las luchas presentes en las protestas sociales iniciadas el 18 de octubre poseen más de treinta años, luchas que, para el caso del transporte colectivo, tienen sus antecedentes directos en la histórica construcción desigual de la ciudad. Al parecer después de las protestas urbanas de octubre, lo que más incomoda a la sociedad nacional es que quienes presumiblemente quemaron y destruyeron las estaciones del metro no han vuelto a sus casas, y más grave todavía, aún es posible encontrarlos merodeando por nuestra ciudad.
Bibliografía
Benjamin, W. (2009). Estética y Política. Buenos Aires: Editorial Los cuarenta.
Castillo, S. Mardones, M. Vila, W. (2017). El Estado sobre ruedas. Transporte público, política y ciudad. La ETCE 1945-1981. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
Jirón, P. Lange, C. Bertrand, M. (2010). Exclusión y Desigualdad Espacial: Retrato desde la movilidad cotidiana. Revista INVI 8, 15-57.
Harvey, D. (2019). Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Madrid: Akal.
La Segunda de las Últimas Noticias. “En la mañana de hoy prosiguieron los incidentes. Reprimen con energía desmanes comunistas”. Santiago de Chile, miércoles 17 de agosto de 1949.
Miralles-Guasch, C. (2002). Ciudad y transporte. El binomio imperfecto. Barcelona: Editorial Ariel.
Soja, E. (2014). En busca de la justicia espacial. Valencia: Tirant humanidades.
Participación ciudadana post-18-O: desafíos para profundizar la democracia desde los territorios
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Revista Planeo Nº 42 Ciudades Rebeldes, Enero 2020
[Por Núcleo Participación Ciudadana y Territorio, del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, UC (Caroline Stamm, Christian Mattus, Alejandra Lunecke, Paz Concha)] (1)
Resumen:
La movilización social de los últimos meses en Chile ha dado lugar a varias formas de participación ciudadana en los territorios, a través de cabildos auto-convocados y asambleas territoriales. La columna busca proponer pistas de reflexión para comprender y proyectar la participación ciudadana en los territorios en un contexto post 18 de octubre. Insiste en la importancia y la necesidad de instalar, en el escenario constitucional actual, un debate público sobre cómo fortalecer la democracia desde los mismos territorios.
Palabras clave: Participación ciudadana, democracia, territorios
Im1_ Cabildo abierto Plaza Sotomayor, Antofagasta / Fuente: Christian Matus, 2019
Desde el 18 de octubre hemos asistido a una verdadera explosión de la participación ciudadana en Santiago y en gran parte de las ciudades de Chile. Nos alejamos de la idea de una ciudadanía apática, desinteresada por los asuntos públicos, para presenciar marchas multitudinarias en las plazas y calles del país, así como una emergencia de múltiples formas de participación no sólo a través de manifestaciones, cacerolazos, ocupación y performances colectivas en el espacio público, sino también de cabildos auto-convocados y asambleas territoriales. Es indudable que la participación ciudadana, bottom-up, informal, insurgente, ha estallado estos últimos meses en Santiago y en Chile, pero ¿cómo, en este contexto post-18 de octubre, podemos comprender y proyectar la participación ciudadana en los territorios de cara al futuro?
David Harvey, en su libro Rebel Cities (2012), vuelve sobre los movimientos urbanos anti-capitalistas, desde la Comuna de París en el siglo XIX hasta los más recientes Occupy Wall Street o los Indignados, y analiza su relación con las particularidades de la vida urbana, es decir de la experiencia urbana cotidiana bajo el alero del capitalismo. Este anclaje urbano es central: las luchas populares y obreras mostraron que la organización de los barrios ha sido igual de importante en las luchas laborales como la organización en el lugar de trabajo (p.132). El tema de la organización de la ciudad y de los ciudadanos se vuelve entonces de primera importancia en el marco de las luchas anti-capitalistas. Harvey se pregunta ¿cómo organizar la ciudad?, y si bien no responde directamente, escribe: “Se deben construir formas democráticas alternativas (además de la existente democracia del poder del dinero) como las asambleas populares si es que queremos que la vida urbana sea revitalizada y reconstruida fuera de las relaciones de clase dominantes” [traducción propia] (Harvey, 2012, p.137).
La idea de democracia directa, el rol de las asambleas y del debate en la vida social y pública, son temas que se están discutiendo, más allá de la academia, en muchas partes del mundo. La visión burguesa de la ciudadanía, nacida durante la Revolución Francesa en 1789, que implicaba la representación del pueblo por élites de la burguesía, ha sido discutida repetidamente a lo largo de la historia, partiendo por los sans-culottes durante la Revolución Francesa. La democracia representativa, articulada en torno a los partidos políticos, está siendo cuestionada en pos de nuevas formas de organización, en reemplazo o, en suma, para responder a la frase muchas veces escuchada: “no nos sentimos representados”. Esta búsqueda se fundamenta, por supuesto, en la idea de que la gente es capaz de tomar buenas decisiones.
En su reciente visita a Chile, James Holston, teórico de la ciudadanía insurgente, conversó sobre la democracia directa y las críticas al concepto de ciudadanía. Evocó la necesaria re-democratización de la democracia, con el argumento de que la ciudadanía insurgente es clave para la democracia, así como la necesidad de incluir una disrupción en ella. Insistió en la necesidad de experimentar nuevas formas de democracia, implementando nuevas formas de asambleas en el escenario urbano y evitando la acumulación de poder.
En Chile, el escenario institucional actual está limitado en cuanto a participación ciudadana. En el Núcleo Participación Ciudadana y Territorio del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, hemos realizado una revisión, pre-18 de octubre, de los mecanismos de participación ciudadana implementados a nivel municipal y regional en dos regiones del país: la Región Metropolitana de Santiago y la región del Biobío. Si bien existe una obligación de implementar mecanismos de participación ciudadana en varios de los ámbitos urbanos, incluyendo la planificación urbana, el único instrumento vinculante es el plebiscito comunal, el que ha sido usado sólo cinco veces desde los años noventa y que tiene como requisito, para ser vinculante, que al menos un 50% de los inscritos en el padrón electoral voten. Además de los Consejos de la Sociedad Civil, consagrados por la ley 20.500, promulgada en 2011, hemos podido identificar una diversidad de experiencias de participación ciudadana relacionadas con la planificación, de lo urbano, del transporte y del medioambiente entre otros, así como con proyectos de diseño urbano. Sin embargo, el estudio muestra una gran dispersión y discontinuidad de estas iniciativas en los territorios, lo que da cuenta que estos mecanismos tienen que ser reforzados por nuevas formas de organización desde los territorios.
La discusión pública sobre la necesidad de profundizar la democracia, tanto a nivel nacional como a nivel territorial, es aún bastante discreta en Chile. Si bien es cierto que ha habido trabajos como el del Consejo Nacional de Participación Ciudadana, encargado de proponer modificaciones a la ley 20.500 sobre asociaciones y participación ciudadana en la gestión pública, falta aún una reflexión pública más amplia sobre los mecanismos de participación ciudadana y la organización vecinal y territorial. En el contexto del proceso constituyente por venir, nos parece importante conversar desde ya sobre cómo queremos que estén organizadas nuestras ciudades y qué rol queremos tener como ciudadanos en la vida pública de nuestro país. Las diversas experiencias y conversaciones que se están implementando desde los territorios nos pueden entregar pistas sobre la manera para lograrlo. La ciudadanía debe poder expresarse fuera de las urnas, de manera permanente y con incidencia en sus ciudades.
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(1) Miembros del Núcleo:
- Caroline Stamm. Profesora asistente. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, UC.
- Christian Mattus. Profesor adjunto. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, UC.
- Alejandra Lunecke. Profesora asistente. Instituto Estudios Urbanos y Territoriales, UC. Investigadora Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS).
- Paz Concha. Profesora adjunta. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, UC. Investigadora postdoctoral Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES).
NUEVOS PAISAJES URBANOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO: Propuestas de intervención en el espacio público para la promoción del bienestar
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por, Karla Selene Arellano Hernández; Maestra en Psicología por la UNAM y Arquitecta por el Instituto Tecnológico de Durango Actualmente cursa el Doctorado en Urbanismo en la UNAM
Karina Landeros Mugica; Doctora en Psicología por la UNAM Profesora de tiempo completo de la Facultad de Psicología de la UNAM
Francisco Javier Urbina Soria; Maestro en Psicología por la UNAM. Profesor de tiempo completo y Coordinador Académico de la Maestría en Psicología con Residencia en Psicología Ambiental de la UNAM]
Recibido el 29 de Agosto de 2018, publicado el 15 de julio de 2019
Resumen
Dentro del campo de estudio de la relación persona- ambiente se han desarrollado diversas investigaciones acerca de los denominados ambientes restauradores, entornos naturales y construidos que promueven beneficios importantes para la salud. Se ha encontrado que la presencia de elementos naturales, construidos y sociales en el espacio público urbano impactan positivamente en el bienestar de las personas que los utilizan. En el presente estudio se utilizó la evaluación de un modelo de intervención urbana para conocer su relación con la promoción de bienestar y restauración psicológica. Estas dos variables mostraron una relación significativa con los componentes de naturaleza y presencia de otras personas; además, los elementos de accesibilidad y naturaleza resultaron los de mayor relevancia sobre la decisión para utilizar el espacio.
Palabras clave: ambientes restauradores, bienestar, accesibilidad, naturaleza, espacio público.
Abstract
In the field of study of the relationship between per- son and environment, several researches have been carried out about the called restorative environ- ments, which are natural and constructed environ- ments that promote important health benefits. It has been found that the presence of natural, constructed and social elements in the urban public space has a positively impact to the well-being of the people who use them. For the present study it was used the evaluation of an urban intervention model to know it is relation with the promotion of well-being and psychological restoration. These two variables showed a significant relation with the components of nature and the presence of other people; besides, the elements of accessibility and nature were the most relevant about the decision to use the space.
Keywords: restorative environments, well-being, accessibility, nature, public space.
GEOGRAFÍA DE LA MEMORIA: Narrativas locales en la consolidación urbana de la localidad de Kennedy (Bogotá-Colombia)
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por, Natalia Isabel Gil Grandett; Licenciada en Ciencias Sociales Universidad Pedagógica Nacional Magíster en Geografía Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-Instituto Geográfico Agustín Codazzi]
Recibido el 30 de noviembre de 2018, publicado el 15 de julio de 2019
Resumen
El siguiente artículo contribuye a la reflexión acerca de las narrativas del territorio como instrumentos claves en la representación espacial, esclareciendo la relación entre: memorias colectivas, narrativas locales y representaciones espaciales, por medio del estudio de la geografía de la memoria aplicada al caso concreto de la localidad de Kennedy ubicada en la ciudad de Bogotá en Colombia. Metodológicamente la investigación se realizó a través de la recolección de historias de vida de actores claves, la construcción de cartografías participativas del territorio y análisis de investigaciones historiográficas.
Palabras clave: geografía de la memoria, memorias colectivas, narrativas locales.
Abstract
The following article contributes to the reflection about territorial narratives as key instruments in spatial representation clarifying the relationship between: collective memories, local narratives and spatial representations through the geography of memory, applied to the concrete case of the inhabi- tants of the locality of Kennedy located in the city of Bogotá in Colombia. Methodologically, the re- search was carried out through the collection of life histories of key actors, the construction of partici- patory cartographies of the territory and analysis of historiographical studies of the place of study.
Keywords: geography of memory, collective memories, local narratives
MEMORIA Y SENSIBILIDADES EN EL PATRIMONIO EDIFICADO. Hacia una conservación activa
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Revista Planeo Nº38; Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por, José Ignacio Stang; Arquitecto (FAUD-UNC). Doctor en Arquitectura y Urbanismo (FAU-UNLP). Becario Posdoctoral (CIECS, CONICET y UNC), Programa de Investigación “Estudios sobre los lugares del habitar y de la memoria” (CIECS, CONICET y UNC). Profesor en la cátedra Introducción a la historia de la arquitectura y el urbanismo A (FAUD-UNC)
María Belén Espoz; Licenciada en Comunicación Social, con especialidad en Investigación y Planificación de Proyectos (FCC-UNC). Doctora en Semiótica (CEA-UNC). Investigadora Adjunta del CONICET, Directora del Programa de Investigación “Ideología, Prácticas Sociales y Conflictos en escenarios urbanos contemporáneos” (CIECS-UE CONICET y FCS UNC) Profesora (FCC-UNC)]
Recibido el 31 de Agosto 2018, publicado el 2 de Septiembre 2019
Resumen
El patrimonio edificado en un contexto de mediatización de la experiencia, se presenta como una realidad con la que cual se ha vuelto difícil vincularse a través de otros sentidos que escapen a la predominancia de lo visual. Como consecuencia, la interacción con los bienes culturales se diversifica favoreciendo su protección en algunos casos y desentendiéndose su cuidado, en otros. El presente trabajo propone analizar el vínculo patrimonio-memoria-sentidos y la construcción que se genera entre ellos, a partir de la experiencia espacial de personas con discapacidad visual. Al no poder establecer persona-edificio una relación visual, se indaga qué sucede con aquellos cuyo campo perceptivo es diferente y tensionan la relación memoria- hecho edificado. Dicha experiencia permite establecer una reflexión que busque recuperar otras dinámicas de conservación patrimonial, evidenciando cuales son las posibilidades de relación mediante otros sentidos a partir de la(s) discapacidad(es) visual(es), y qué memorias emergen/se activan e imprimen en el patrimonio a través de dichas experiencias que van más allá del orden ocular. El enfoque desarrollado para el patrimonio edificado en este trabajo, recupera la idea/práctica de conservación activa, señalando su importancia para el enriquecimiento de la memoria colectiva, el reconocimiento de su autenticidad y carácter variable de su valor, así como también la importancia en la apropiación por parte de toda la comunidad.
Palabras clave: patrimonio edificado, memoria, conservación activa
Abstract
The built heritage in a context of mediatization of experience, is presented as a reality with which it has become difficult to link through other senses that escape the pre- dominance of the visual. As a consequence, interaction with cultural assets is diversified, favouring their protection in some cases and neglecting their care in others. The present work proposes to analyze the link heritage- memory-senses and the construction generated between them, from the spatial experience of visually impaired people. Since a visual relationship cannot be established between a person and a building, it is investigated what happens to those whose perceptive field is different and they stress the memory-built relationship. This experience allows us to establish a reflection that seeks to recover other dynamics of heritage conservation, showing which are the possibilities of relation through other senses from the visual disability(s), and which memories emerge/are activated and imprinted in the heritage through these experiences that go beyond the ocular order. The approach developed for the built heritage in this work recovers the idea/practice of active conservation, pointing out its importance for the enrichment of the collective memory, the recognition of its authenticity and variable character of its value as well as the importance in the appropriation by the whole community.
Keywords: built heritage, accessibility, active conservation
"¿Rampa o escalera? Apuntes sobre política de la discapacidad"
Ver"¿Rampa o escalera? Apuntes sobre política de la discapacidad"
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Luis Campos Medina, Doctor en Sociología. Académico del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile.
Rebeca Silva Roquefort, Doctora en Arquitectura y Urbanismo. Académica del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile.
Macarena Espina Díaz, Licenciada en Diseño. Universidad de Chile]
Resumen
En el gesto habitual de instalar una rampa al costado de una escalera se expresan, materialmente, concepciones de la discapacidad y de las relaciones que se establecen entre las distintas personas que pueblan los espacios públicos. En este texto se alude a los efectos representacionales que este tipo de intervención genera y se reflexiona en torno a los aspectos políticos involucrados en ellos, mostrando la alta densidad de significados que se materializa en estas intervenciones y dando cuenta de las consecuencias en la relaciones con la alteridad que van de la mano.
Palabras clave: Accesibilidad; discapacidad; política.
Imagen nº1: Conjunto de rampa accesible y escalera. Parque Quinta Normal, Santiago de Chile
Fuente: Macarena Espina.
¿Rampa o escalera? La pregunta es sencilla. Sin embargo, su respuesta tiene consecuencias importantes. Decidir situar una rampa al costado de una escalera, como es la solución más usual que podemos observar en Santiago -cuando la hay-, tiene efectos relevantes y en cierta medida insospechados que nos gustaría dilucidar en este breve texto.
La rampa es probablemente la solución más clara y evidente del paradigma que entiende que el problema de la discapacidad es un problema de accesibilidad. A este paradigma le podríamos llamar “accesibilista”. De acuerdo a este paradigma, el problema de la accesibilidad remite a las dificultades y barreras que privan -o dificultan- que las personas con discapacidad motriz se desplacen de manera autónoma, o al menos con cierta facilidad, por la ciudad, particularmente por sus espacios públicos.
Desde la perspectiva del paradigma accesibilista, entonces, enfrentar el problema de la discapacidad remite a un asunto de infraestructuras físicas y soportes materiales. Unos soportes e infraestructuras a ser utilizados por un tipo particular de población que se ha vuelto visible (Butler 2017) a través de un proceso de categorización (Desrosières 2004) que enfatiza su condición deficitaria.
En este punto es preciso reconocer que el paradigma accesibilista implica un avance en el tratamiento de la discapacidad. En efecto, podríamos plantear que el paradigma accesibilista constituye la expresión, a nivel urbano-arquitectónico, del modelo social de la discapacidad que se opone y, en cierta forma, sucede al modelo médico que prácticamente iguala discapacidad y enfermedad, y que entiende a la primera como un problema exclusivamente centrado en el individuo. En el caso chileno el modelo médico de la discapacidad dio espacio para el uso, abundante y generalizado, de la noción de “minusválido”, que implica una subvaloración de los individuos afectados por la discapacidad y una restricción del problema a sus variables médicas, adoptando un tono asistencialista. En efecto, lo que aquí hemos llamado paradigma accesibilista tiene a su haber ciertos logros, puesto que consigue mostrar que el problema no es del individuo, sino que, de su relación con un entorno, vale decir, un problema “relacional”.
Evidencias del paradigma accesibilista en el ámbito urbano, son las modificaciones introducidas a la OGUC a través del DS n° 50, para hacerse cargo y estar en concordancia con la actual Ley 20.422. Producto de esto es que en lugares céntricos y/o concurridos, en algunas avenidas y el metro de Santiago, por ejemplo, se han incluido elementos como huellas podotáctiles, cambios de textura en el pavimento al inicio de rampas o rebaje de veredas (art. 2.2.8, incisos 1, 2 y 5 DS N° 50), así como rampas de acceso y rutas accesibles en calles y parques cuyas características están definidas en detalle en la legislación (art. 1.1.2, inciso 1.1 DS N°50) (Minvu, 2016). Cambios que, bien o mal ejecutados, dan cuenta de la intensión incipiente por recoger necesidades espaciales diversas y mejorar la autonomía de las personas en situación de discapacidad (Silva et al. 2019).
Sin embargo, este avance se ha ido fijando en ciertas ilusiones ópticas que tienen efectos en la manera en que nos representamos el problema de la discapacidad. Entre esas ilusiones ópticas destacamos el que se considere que los problemas de accesibilidad remiten a las personas con discapacidad motriz, y no a las personas afectadas por otras formas de discapacidad, por ejemplo, sensorial. Derivado de esto, se genera la ilusión de que la solución al problema tiene que ver con la construcción y presencia de infraestructuras, como rampas, vados, pasamanos, entre otros.
Sin salir del ámbito urbano y a modo de ejemplo, ¿cómo entiende un semáforo una persona que no diferencia rojo y verde? ¿Cómo transita una persona con epilepsia fotosensitiva por una ciudad saturada de estímulos lumínicos? ¿Cómo, por dónde y a qué hora se trasladan las personas sensibles al contacto físico o la proximidad? En definitiva, ¿cómo se enfrenta una persona con diversidad o discapacidad no motriz a la ciudad y cómo recibimos a esa persona y nos hacemos partícipes de su condición?
El efecto representacional, de conjunto, es que se llega a pensar que el problema de la discapacidad es un problema que se resuelve localmente. Dicho de otra forma, el paradigma accesibilista y su conceptualización de la situación instala la imagen de que existe una persona que se encuentra de manera aislada con un entorno construido, el que a su vez ofrece o no las condiciones para una correcta accesibilidad y movilidad. El problema se queda ahí. No hay referencias al Estado, a las políticas públicas o a la acción ciudadana. No se alcanza a dar cuenta de los discursos y estructuras de poder que sostienen el problema en el tiempo y que evitan mostrar su recurrencia y sistematicidad a nivel de la sociedad en su conjunto, vale decir, no muestran su expresión simultánea y permanente en muchos y muy variados lugares, así como la inacción social y estatal por resolverlos. Hay aquí una cuestión política de primer orden, en la medida que hay una obliteración de los mecanismos causales que están detrás de: i) la ausencia -o presencia desigual- de infraestructuras y equipamientos para personas con discapacidad en los territorios; ii) de la azarosa disponibilidad presupuestaria para invertir en dichos equipamientos e infraestructuras; y iii) de la aleatoria voluntad de las autoridades políticas y administrativas para dar solución a estos problemas.
Pero hay otra consecuencia política menos evidente. Al incentivar soluciones específicas para personas con discapacidad, que escinden las modalidades de acceso y uso de los espacios públicos entre dichas personas y las no-discapacitadas, se separa también las experiencias de uso del espacio, así como las representaciones sociales que se construyen a partir de esas experiencias: representaciones del espacio y de los otros. En esto la decisión por escalera y rampa es ejemplar. En efecto, instalar una rampa, al costado de una escalera, en una superficie circunscrita y generalmente menor a la de la escalera, constituye un poderoso dispositivo de gestión de las prácticas cotidianas, puesto que materializa la señal de que hay dos tipos de usuarios: los de la escalera y los de la rampa. Esto implica que los usuarios de ese espacio escindido entre rampa y escalera, particularmente los usuarios de la segunda, no requieren poner en cuestión sus propias prácticas: concretamente, no tienen que preguntarse por la eficacia, eficiencia, rendimiento o adecuación de subir una escalera por sobre avanzar por una rampa. No tienen que interrogarse respecto de las representaciones que poseen de los otros, vale decir, preguntarse quiénes son los que usan la rampa, por qué lo hacen y qué los diferencia de quienes utilizan la escalera. Todo lo contrario de lo que ocurre con una intervención como la de la rampa para todos.
Pero la realidad es que esa rampa se diseña al lado de la escalera visibilizando el hecho de que no todos pueden acceder de la misma manera a los distintos niveles del espacio urbano. Es en este sentido que esa rampa -al lado de la escalera- pone en evidencia la desigualdad en la ciudad. Si bien el diseño de la rampa aporta a resolver las diferencias de nivel, corrigiendo una situación de acceso que no resuelve el diseño de la escalera, es una medida paliativa que se transforma en un “parche” al proyecto de origen de ese espacio urbano y arquitectónico. Estas intervenciones en nuestros territorios son un reflejo de cómo entendemos el mundo, cómo lo representamos y cómo influimos en él (Beveridge y Koch 2017).
En este sentido, resulta fundamental para nuestro argumento subrayar que la intervención de la escalera más la rampa a su costado, instituye realidad, vale decir, esta intervención hace pensable y gestionable la realidad (Augé 1999) y hace que los efectos representacionales se vuelvan también efectos pragmáticos. La intervención de la escalera más la rampa a su costado lleva a pensar y reforzar la existencia de dos modalidades de uso, la existencia de individuos que deben ser asistidos por sus maneras diferentes de hacer las cosas.
Desde la gubernamentalidad foucaultiana (1994, 2006) podemos entender lo anterior como una intervención destinada a guiar y controlar a la población, con el objetivo de que discapacitados y no-discapacitados hagan lo que les corresponde, de la forma que les corresponde, en el lugar y mediante las infraestructuras que les corresponden.
Aquí la idea de la “ciudad con rampa”, en tanto ciudad que borra las escaleras, constituye una metáfora para aludir a un modo concreto de enfrentamiento y reducción de las desigualdades. Una ciudad que considera la rampa como una solución igualitaria para permitir que todas y todos puedan acceder a los distintos niveles de la ciudad y que, de esta forma, instale la referencia a la comunalidad de usos de los espacios urbanos.
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Referencias
AUGÉ, M. (1999) Los no-lugares. Barcelona: Gedisa.
BEVERIDGE, R. & KOCH, P. (2017). What is (still) political about the city? Urban Studies Vol. 54 (1) 62-66.
BUTLER, J. (2017). Cuerpos aliados y lucha política. Barcelona: Paidós.
DESROSIERES, A. (2004). La política de los grandes números. Barcelona: Melusina.
FOUCAULT, M. (1994). Hermenéutica del Sujeto. Madrid: La Piqueta.
FOUCAULT, M. (2006). Seguridad, territorio y población. Buenos Aires: Fondo de cultura económica.
MINVU (2016). DTO-50 04-MAR-2016 MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO – Ley Chile – Biblioteca del Congreso Nacional. [online] Ley Chile – Biblioteca del Congreso Nacional. Disponible en: https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1088117&idParte=9680536&idVersion=2016-03-04 [Accessed 28 Aug. 2019].
SILVA, R., GAETE, M., & CAMPOS, L. (2019). Inclusividad y arquitectura. Perspectivas actuales sobre una relación incipiente.. AUS [Arquitectura / Urbanismo / Sustentabilidad], (25), 62-67. doi:10.4206/aus.2019.n25-10
Entrevista Carme Miralles-Guasch: "Tenemos que repensar las dimensiones de la propia ciudad, haciendo ciudades más mixtas y multifuncionales, donde los orígenes y destinos tengan distancias recorribles"
VerEntrevista Carme Miralles-Guasch: "Tenemos que repensar las dimensiones de la propia ciudad, haciendo ciudades más mixtas y multifuncionales, donde los orígenes y destinos tengan distancias recorribles"
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Arturo Orellana, Director de la Revista Planeo]
Carme Miralles-Guasch es doctora en Geografía y profesora titular de Geografía humana en la Universidad Autónoma de Barcelona. Participa como docente en programas de doctorado y en posgrados en distintas universidades españolas y extranjeras. Ha dirigido numerosos proyectos relacionados con la movilidad y el transporte en ámbitos urbanos y metropolitanos. Entre 2004-2008 ha sido la directora del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB). Ha publicado artículos en revistas de reconocimiento internacional y libros especializados, entre los que destaca Ciudad y transporte. El binomio imperfecto, publicado por Ariel y galardonado con el premio Joan Sardà que otorga la Revista Económica de Cataluña.
Im1_ Carme Miralles / Fuente: www.horapunta.tmb.cat
¿A partir de qué momento el concepto de movilidad se posiciona en el debate actual como un factor esencial para determinar la calidad de vida en la sociedad? ¿Y por qué emerge, por qué no hablamos de accesibilidad, por ejemplo, en vez de movilidad?
Entre finales de los noventa y principios del siglo XXI. El término de movilidad se sitúa cuando cambiamos el sujeto de análisis. Durante todo el siglo XX habíamos focalizado nuestros estudios en los transportes, en sus infraestructuras y servicios, es decir, en la oferta. Y en un momento determinado pensamos que con la oferta no teníamos suficiente, debíamos integrar a la demanda como aquella que debe guiar los análisis y políticas públicas, porque a través de esta podemos determinar los desplazamientos en la ciudad.
¿Por qué no accesibilidad? Porque al menos en ese momento, en el norte, era un concepto que estaba muy relacionado con personas con alguna dificultad de movimiento, un término nos remitía a la accesibilidad universal.
En las conferencias y trabajos que has ido publicando en esta materia hablas de movilidad activa. ¿Cómo entendemos este concepto?
La movilidad hace referencia a los tipos de transporte que utilizamos cuando nos desplazamos, cuando le ponemos “activo” estamos enfocándonos en los desplazamientos a pie y en bicicleta, es decir, aquellos en los que uno mismo se transporta, en los que hay una actividad personal e individual en el hecho de desplazarse.
¿Pero esta movilidad activa uno la puede entender ajena a los medios de transporte?
La movilidad activa remite a dos medios de transporte: ir andando y en bicicleta, que es cuando nos mantenemos activos en el momento de desplazarnos. De hecho, este término ha cambiado: antes la distribución modal se repartía en tres grandes bloques: transporte privado, transporte público y transporte no motorizado, y precisamente este último hacía referencia al andar a pie y en bicicleta. Ahora el término ha cambiado al de transporte activo, porque hace mucha más referencia a la actividad física relacionada con la salud.
Cada uno de nosotros, como parte de una sociedad, tiene derechos y deberes. ¿Cómo se conjugan ambas cosas desde el punto de vista de la movilidad? Es decir, ¿cuáles son nuestros derechos y deberes en materia de movilidad activa?
Primero debemos saber que la movilidad activa es la que menos contamina, así como la que menos recursos no renovables y espacio público utiliza, por lo cual, dentro del paradigma de la sostenibilidad y de la emergencia climática en la que estamos situados, es la que debemos priorizar más. Por tanto, tendríamos el derecho de utilizarla e incluso el deber de hacerlo. Así como el derecho de poder ir andando a pie y en bicicleta de forma confortable en nuestros desplazamientos cotidianos, por lo que la ciudad nos tendría que ofrecer esa posibilidad. ¿Qué es lo que pasa en este momento? Estamos en un cambio de paradigma, en un cambio de coordenadas urbanas y ambientales. Lo que nos valía hace cincuenta años ahora ya no nos vale, sin embargo, al estar en una época de transición, aunque queramos usar esos medios de transporte existen partes de las ciudades que no nos permiten hacerlo porque sus espacios públicos aún no están formalizados dentro de este nuevo paradigma.
En segundo lugar, esas movilidades activas tienen un rango de velocidad que va de 4 km/h (a pie) a 15 km/h (en bicicleta). Ese rango de velocidad requiere que los orígenes y los destinos, utilizando estos medios de transporte, no puedan ser enormes. Si yo pongo los lugares de trabajo muy lejanos a los de residencia nunca podré utilizar transporte activo, no me va a dar el tiempo. Entonces no es solamente hacer ciclovías o aceras cómodas para caminar, ni que la ciudad nos ofrezca una seguridad integral en estos desplazamientos. No es sólo eso, sino tenemos que repensar las dimensiones de la propia ciudad, haciendo ciudades más mixtas y multifuncionales, donde los orígenes y destinos tengan distancias recorribles a esas velocidades.
En ese sentido, parece ser que en Europa nos llevan una ventaja importante en la materia respecto a Latinoamérica. A tu juicio, ¿qué factores son los que determinan que la movilidad sea en Europa un tema con mayor agenda o importancia en la agenda pública actualmente?
Yo creo que Europa le lleva ventaja porque no transformó tanto sus ciudades en la Modernidad. Eso hace que las ciudades o partes de muchas de las ciudades europeas aún sean caminables. En cambio, en Latinoamérica esas ciudades desaparecieron, quedaron enterradas en medio de autopistas urbanas o bajo una inseguridad en la que se hace imposible caminar por ellas. Pero actualmente en las ciudades latinoamericanas la movilidad es un factor que está presente de forma central en sus agendas académicas y políticas. Lo que pasa es que nada en la ciudad es inmediato, entonces, la ubicación de la movilidad en las agendas públicas por sí, no hace que las ciudades se transformen al instante, aunque sí presentan cambios en este sentido.
A propósito de la Modernidad, esta y en especial el desarrollo tecnológico buscan en teoría simplificarnos la vida, ya sea a través del teletrabajo, transportes que reducen nuestros tiempos de viaje (como el tren bala), grandes infraestructuras para el comercio y el entretenimiento -aprovechando las economías de aglomeración- o aplicaciones diversas que dan servicio de mensajería, entre otras. En un escenario en donde la Modernidad tiene como factor significativo a la tecnología ¿cómo es que esta afecta a la movilidad activa?
Recordemos, la movilidad activa se refiere a los desplazamientos que utilizan dos medios de transporte y nada más. Todas las tecnologías que nos ahorran ciertos desplazamientos nos incrementan otros. Por ejemplo, nos ahorran algunas compras o algunas gestiones administrativas, es cierto, pero a la vez incrementan nuestro nivel de información y al tener más información se generan más actividades fuera de nuestras casas. Por tanto, las nuevas tecnologías no disminuyen desplazamientos, sino transforman los motivos que nos hacen salir de casa.
En esta visión que planteas, todo debiera estar a favor de promover a la movilidad como un factor determinante en la política pública y particularmente a la movilidad activa, ¿pero debe haber alguien a quien le favorece tener una sociedad sedentaria y carente de una cultura de movilidad? Si es así, ¿a quién favorece?
Buena pregunta, ¿a quién favorece que estemos aislados? Porque la movilidad en sí misma no tiene ningún valor, desplazarnos por desplazarnos no nos genera nada más a no ser que lo relacionemos directamente con la salud pública y sea un desplazamiento a pie o en bicicleta, en el que generamos una actividad física que beneficia en sí misma. Pero si no es en este contexto, ¿por qué son importantes los desplazamientos? Lo son porque a través de ellos se genera comunidad y sociedad, es cuando nos encontramos con otra gente, cuando podemos ir a trabajar o ir a ver libros en las librerías. Pero es cierto que desde el siglo XX hay una tendencia que nos aísla, que nos separa de nuestras unidades familiares o no nos permite encontrarnos con nuestros semejantes, sean conocidos o no. Es una pregunta que me he hecho muchas veces ¿a quién favorece esto? A nosotros no, a las personas no, porque las personas no somos animales aislados, somos animales sociales. Entonces cuando nos aíslan nos empequeñecen, limitan, decrecen. Es una estrategia que las ciudades no sean comunidad, que separen a sus ciudadanos en unidades muy pequeñas, que no creen espacios donde puedas encontrarte a gente que es distinta a ti. No sólo son ciudades frágiles, sino sociedades frágiles. Y eso es una intención, una intención política. Por tanto, la movilidad no solo es una actividad cuantitativa donde sumamos los distintitos desplazamientos; eso es una parte, pero lo importante de entender es cómo a partir de la movilidad entendemos a las sociedades a través de sus ciudades.
¿Consideras que en el futuro que nos espera las nuevas generaciones serán más o menos sedentarias y de qué depende eso?
Considero que van a ser menos sedentarias, porque ya nos estamos dando cuenta que tenemos que vivir en sociedad, y que vivir en sociedad significa encontrarnos a aquellos que no son iguales que nosotros. Esto implica levantarse del sofá, caminar, ir en bicicleta, encontrarnos y hablarnos frente al sedentarismo; no en el sentido estricto de inactividad física, sino también en un sentido social y emocional. Por ello espero, o deseo, que las nuevas generaciones serán menos sedentarias.
ENTREVISTA A GEORGINA ISUNZA: “LA CRISIS DE MOVILIDAD AFECTA A TODOS, PERO NO POR IGUAL”
VerENTREVISTA A GEORGINA ISUNZA: “LA CRISIS DE MOVILIDAD AFECTA A TODOS, PERO NO POR IGUAL”
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Arturo Orellana, Director de la Revista Planeo]
Georgina Isunza Vizuet es doctora en Planificación Territorial por la Universidad de Barcelona, economista por la Universidad Nacional Autónoma de México y profesora-investigadora del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional de México. Actualmente es profesora-investigadora del doctorado en Innovación en Ambientes Locales y de la Maestría en Economía y Gestión Municipal.
Im1_ Giorgina Isunza / Fuente:Instituto Politécnico Nacional
¿Cómo le explicarías a un ciudadano (a) cualquiera lo que debe entender por el concepto de movilidad?
En primer lugar, la movilidad es un hábito cotidiano de desplazamiento, una práctica reiterada y, por lo tanto, se relaciona con el transporte, pero también con referentes territoriales y personas que se cruzan cotidianamente en nuestros itinerarios. Generalmente, esos desplazamientos se originan y terminan en el hogar: el principal referente socio-territorial para la realización de un viaje. La movilidad implica tiempo, un tiempo obligado que empleamos para llegar a nuestros diferentes destinos, así como implica recorrer distancias en uno o varios modos de transporte, sean estos públicos, privados, motorizados o no, incluso, caminando. La movilidad nos expone a diferentes experiencias de viaje que pueden afectar nuestra calidad de vida.
¿Por qué crees que la cuestión de la movilidad está más presente que nunca en el debate de la ciudad?
La movilidad está inserta con mucha fuerza en el debate público de la ciudad por varias razones. En primer lugar, es un elemento de articulación territorial que se relaciona íntimamente con el espacio público, tanto con los derechos y obligaciones de los ciudadanos. Para dar alguna idea de la importancia de la movilidad en las grandes aglomeraciones urbanas, como es la propia Ciudad de México y su Área Metropolitana, la encuesta origen-destino aplicada en 2017 registró 15.6 millones de personas que realizaron al menos un viaje entre semana, lo que equivale al 80% de la población de 6 años y más. La cantidad de personas que se desplazan diariamente por la ciudad están expuestas a un gran conflicto urbano por el espacio público: congestionamientos viales, empleo de tiempo, esfuerzo y estrés implicados en los mismos, así como la exigencia de llegar a tiempo a sus destinos. Poco se ha explorado este impacto del estrés cotidiano en la productividad laboral o como parte del efecto de la movilidad cotidiana en la salud pública.
Por otro lado, el transporte público en general es ineficiente y no se distribuye de manera que permita la accesibilidad, conectividad, seguridad y confort, atributos de una movilidad urbana sustentable. Además, en las grandes aglomeraciones del planeta existe una preocupación derivada de las emisiones de gases de efecto invernadero, cuya fuente principal es el transporte motorizado. Como dato ilustrativo de esta situación puede reconocerse que en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se registraron en 2018 cerca de 10 millones de vehículos automotores en circulación. El 53% de los hogares disponía de al menos un vehículo para transportarse, el 77% de un automóvil particular y el 36% de bicicleta. Estos datos dan cuenta de una ciudad bastante motorizada y, en consecuencia, de contingencias ambientales recurrentes que afectan la salud pública y ponen en cuestionamiento la capacidad de gestión de los gobiernos locales o del gobierno de la Ciudad de México. En pocas palabras, podríamos decir que existe un acceso inequitativo a los beneficios de la ciudad, derivado no solo de la desigual dotación de infraestructuras y de sistemas de transporte, sino también de los procesos de segregación residencial asociados al modelo de urbanización dispersa que está predominando actualmente en varias ciudades latinoamericanas. Estos rasgos también sugieren que la movilidad urbana está atravesando una crisis severa.
Particularmente en el caso de Ciudad de México ¿Cómo se expresa el problema de la movilidad? ¿Cómo afecta a los ciudadanos? ¿Los afecta a todos por igual?
La crisis de movilidad afecta a todos, pero no por igual. Afecta más a quienes tienen que desplazarse a través de grandes distancias en un transporte público ineficiente, insuficiente, inseguro, no confortable. A las mujeres -expuestas a diversas formas de violencia-, a las personas con alguna discapacidad o a los adultos mayores que van perdiendo su movilidad, personas que de por sí enfrentan algún tipo de exclusión. Afecta más a las personas que viajan cotidianamente en el transporte público que a quienes se desplazan en su automóvil particular, puesto que están más expuestas a asaltos y a la inseguridad que prevalece en la ciudad. Igualmente, a quienes residen lejos de su lugar de trabajo o cuyos hogares se ubican lejos de los beneficios de la centralidad urbana. También tiene una afectación a las empresas, porque la frecuencia de retardos de sus trabajadores tiende a aumentar. Los repartidores de mercancías recorren itinerarios más complejos e inseguros, lo que implica mayores tiempos y costos de operación, así como impactos en sus sistemas logísticos. Pero indudablemente, uno de los efectos más graves es el consumo energético implicado en la operación cotidiana del transporte público y privado.
¿Consideras que el tema de movilidad también tiene un carácter segregador en la sociedad? ¿Por qué?
Sí, creo que la segregación es un tema muy vinculado a la movilidad. Se relaciona con el modelo de urbanización basado en la construcción de enormes conjuntos habitacionales, principalmente en la periferia urbana -cada vez más lejana- en donde las grandes empresas inmobiliarias disponen de suelo a bajo costo, proveniente de agricultores arruinados. Gran parte de los nuevos residentes de esos conjuntos habitaciones provienen de áreas centrales e intermedias de la gran ciudad, esto implica severos problemas porque generalmente se construye vivienda, pero no se construye ciudad; es decir, dichos espacios están desprovistos de conectividad, accesibilidad, infraestructuras o servicios de transporte eficientes, lo que representa severos obstáculos al ejercicio de sus derechos ciudadanos: el derecho al espacio público, a un medioambiente sano, al uso de su tiempo y a los beneficios de la ciudad, en general.
¿Tú crees que cuando se avanza en mejoras en los sistemas de transporte público se mejora lo relativo a la movilidad? ¿Por qué?
Se ha avanzado por parte de los gobiernos en fortalecer la gestión de una movilidad urbana sustentable e incluyente como parte de los acuerdos internacionales fundamentalmente derivados de Hábitat III, sin embargo, estos avances no son suficientes. Parece ser que se ha adoptado solamente el discurso, pero existen muchas dificultades, inercias y factores estructurales cuya reversión implicaría una construcción social de largo plazo y alcance. Se avanza, por ejemplo, en colocar a la movilidad más allá del transporte, como parte de un derecho a la ciudad; en poner en marcha programas de bicicleta pública; convertir vialidades en calles exclusivamente peatonales; construir algunos parques lineales que permiten una noción de ciudad completa en donde los peatones y ciclistas transitan de manera más segura. También se avanza en reconocer e incorporar en el transporte público algunos dispositivos para personas con discapacidad o personas con problemas de movilidad: algunas rampas en autobuses articulados o elevadores en el metro. En el mismo sentido, es importante identificar que se reconoce la problemática de la movilidad cotidiana y de los derechos que portan los diferentes grupos sociales que la ejercen; sin embargo, esta gestión de la movilidad y del transporte público avanza a cuentagotas, se torna insuficiente para revertir los graves efectos del modelo de urbanización adoptado, frenar la creciente motorización, desincentivar el uso del automóvil privado, proporcionar condiciones seguras y saludables para el desplazamiento de los ciclistas y peatones e, incluso, para fomentar la actividad económica local, la cual representa un elemento de proximidad que tendería a oponerse al paradigma de la velocidad y las grandes vialidades. Al respecto, debe considerarse que la proximidad es importante al generar condiciones para la construcción de espacios de vida cercanos al hogar.
Por otro lado, se cuenta con evidencia de una crisis ambiental creciente y de que los gobiernos no cuentan con las suficientes competencias y atributos para manejar esta crisis; se ven rebasados en su afán de frenar los efectos ambientales. Adicionalmente, prevalece una desarticulación de los programas de movilidad con otros programas y agencias gubernamentales que podrían tratar de manera transversal este problema tan complejo que se relaciona con la economía de la ciudad, contaminación del aire, salud pública, educación ambiental, seguridad pública y perspectiva de género, por citar solo algunos.
¿Cómo puede aportar una perspectiva de género en el diseño de políticas públicas hacia la movilidad? ¿En tu país crees que es urgente? ¿Por qué?
La perspectiva de género no ha sido enfrentada de manera adecuada en México. En general, enfrentamos un gran problema de violencia, especialmente hacia las mujeres, la cual se traduce en un incremento alarmante de feminicidios. Este panorama llega al transporte público, en donde viajamos las mujeres. De las 15.6 millones de personas que viajan diariamente en la ZMVM, el 50.6% somos mujeres; el 67% de las que utilizan diariamente el transporte público dicen haber sido víctimas de alguna forma de agresión sexual: acoso, groserías, fotografías sin consentimiento y otras más violentas como el maltrato físico o el tocamiento, de acuerdo con un estudio del Gobierno de la Ciudad de México a través del Instituto de la Mujeres. Si bien se han instrumentado algunas medidas como la puesta en marcha del autobús exclusivo para mujeres -como el autobús rosa-, la apertura de una sección exclusiva del metro para mujeres o la dotación de un silbato en caso de que la mujer sea víctima -esto es, para llamar la atención-, estos mecanismos han resultado insuficientes. Esto es un ejemplo de que en el transporte público se refleja la violencia y el deterioro social que prevalece en la ciudad. El tema de la violencia en el transporte público se debe tratar de manera transversal: es un tema de seguridad ciudadana, de género y derechos sociales, pero que también habría que abordar en función de las distintas necesidades de los grupos sociales, para garantizar el derecho y la inclusión.
¿Podría decirme finalmente cuándo la movilidad se hace parte sustantiva del derecho a la ciudad?
Desde el momento en que la crisis ambiental de escala planetaria -consecuencia del cambio climático- obliga a las naciones a colocar en la agenda de las ciudades el tema de la movilidad. De ahí emana, por ejemplo, la Carta del Derecho a la Ciudad -en Barcelona, 2012- o los acuerdos de Hábitat III plasmados en la Nueva Agenda Urbana, en donde se establecen diversos acuerdos relacionados con la movilidad urbana sostenible e inclusiva: impulsar infraestructuras de transporte público accesible, seguras, eficientes, asequibles y sostenibles; fomentar las opciones no motorizadas como la circulación peatonal y en bicicleta. Al respecto, en la Ciudad de México se han desarrollado programas y cambios importantes, por ejemplo: antes, quien se encargaba de los problemas de movilidad era la Secretaría de Transporte y Vialidad, es decir, se consideraba a la movilidad como parte del transporte. Ahora, se ha avanzado en reconocerla como un derecho a la ciudad, en tanto se ha plasmado en programas y políticas orientados a modificar los hábitos de movilidad y el comportamiento del viaje con la finalidad de aumentar la eficiencia del transporte público. Asimismo, en el impulso de los desplazamientos alternativos no motorizados de corta distancia que fomentan la proximidad, como es el caminar o el usar bicicleta; o el fortalecimiento el transporte público masivo por sobre el privado y la generación de esquemas de calles caminables, completas, etc. Sin embargo, como mencionaba anteriormente, considero que, si bien son proyectos que se han instalado en las agendas y han generado acciones, para revertir los efectos de una movilidad perniciosa se requiere una gran participación de la ciudadanía, educación ambiental, combate a la violencia y políticas urbanas transversales.
Otras maneras de abordar la ciudad: la movilidad activa de las mujeres como experiencia urbana
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Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Juliana Rocha, Magister Proyecto Urbano UC, Miembro CMlab UC, Co-creandora de Ciudad de Trapo]
Resumen: Moverse a través de caminatas, el temor al crimen y la necesidad en adoptar medidas precautelares cuando se desplazan, limita el dónde, el cuándo y el cómo se mueven las mujeres por la ciudad. Generalmente la movilidad femenina en el contexto anteriormente mencionado es motivada por actividades de cuidado del hogar y de la familia, ocurre en el propio barrio donde viven, o en su entorno inmediato. El tipo de movilidad realizado por estas mujeres apunta a recorridos no tan prefijados y constantes, sino a recorrido más espontáneos; y, así como los tiempos de viaje, estos movimientos están estructurados con relación a sus necesidades y la necesidad de los que dependen de ellas. La movilidad activa de las mujeres como experiencia urbana es una potente forma de abordar la ciudad y también una nueva forma de aportar a los estudios de género.
Palabras claves: movilidad activa, género, habitar la ciudad.
Im1: Collage movilidad femenina en El Bosque (Santiago, 2018) / Fuente:
Archivo fotográfico de la autora
En “Notas para un análisis cultural de la movilidad como experiencia urbana”, Dhan Zunino (2018) propone examinar la naturaleza de la movilidad y las prácticas y experiencias cotidianas de movimiento de las personas en la ciudad viéndolas como un habitar en movimiento (dwelling-in-motion), referencia a Sheller y Urry (2006) que, en sus escritos sobre el llamado “nuevo paradigma de movilidad”, plantean distintos recursos teóricos para la investigación de la movilidad en el ámbito de las ciencias sociales.
“Moverse es habitar en movimiento” parece una noción interesante al abordar la ciudad (o más bien lo urbano) y su impacto en la calidad de vida de las personas, por poner en evidencia la necesidad tanto de profundizar la noción del sentido del habitar para el entendimiento de lo qué es habitar la ciudad, como también de comprender la movilidad cotidiana de los sujetos como una experiencia de este habitar.
Más allá de ocupar un espacio, habitar la ciudad implica el libre derecho de los habitantes urbanos a construir, decidir y crear la ciudad (Lefebvre, 1967), lo que puede explicarse también por lo que plantea Heidegger en “Construir, habitar, pensar” (1994), al afirmar que nosotros habitamos en nuestro quehacer cotidiano, señalando elementos fundamentales como el “cuidado”, el “arraigo” y el “encuentro” al sentido del habitar; pensar el moverse como una forma de habitar hace que los conceptos de habitar y movilidad se enlacen en el discurso, dando cuenta de tratar la movilidad no solo como objeto de estudio sino también como enfoque teórico-metodológico para comprender fenómenos sociales (Jiron y Imilán, 2018) como las relaciones desiguales de género, por ejemplo.
Abordar el tema de la movilidad activa de mujeres en barrios socio-espacialmente segregados en base a los levantamientos etnográficos permite expandir y complejizar las prácticas que se dan en el espacio urbano. No solo desde la descripción del fenómeno de la movilidad, es decir, mirando las tendencias, conductas y patrones de desplazamiento de estas mujeres. También desde la observación de sus prácticas cotidianas de cuidado, en especial las que se dan en movimiento, para comprender comportamientos sociales en el ámbito de las relaciones desiguales de género. Esto pone al espacio público y sus elementos como agentes significativos de esta estructura.
En un primer acercamiento a la variable de la movilidad asociada a los factores sociodemográficos entregados por la Encuesta Origen Destino Santiago 2012 (SECTRA, 2012), es posible extender el análisis sobre movilidad y transporte a una perspectiva más social[1] y así confirmar que la movilidad cotidiana de fuerte componente peatonal está altamente asociada al contexto socioeconómico en el cual se despliega y que la motivación de estos viajes coinciden, en su mayoría, con actividades otras – que no trabajo y/o estudio – motivadas por las prácticas de cuidado: cuidado del hogar, crianza, cuidado de la salud y actividades de ocio, realización de diligencias, compras etc., supliendo necesidades de la propia mujer y/o de su la familia, reforzando su condición socialmente construida.
De esta manera, la movilidad como objeto aporta al cambio de la noción del viaje cotidiano limitado al tiempo, incorporando este las prácticas sociales y culturales del sujeto al espacio (Jirón y Imilan, 2018). Así es posible comprender que la red de infraestructura que compone la ciudad no sólo es el soporte de la vida en la ciudad, o solo sirve para conectar un punto A al B, sino que produce espacios y experiencias urbanas (Zunino, 2018). Estas experiencias, en el caso de mujeres que viven en comunas de menores ingresos, son más difíciles y a veces limitadas.
El fuerte carácter peatonal de la movilidad de estas mujeres, además de obligarlas a hacer más viajes y experimentar grandes dificultades en la realización de su desplazamiento, o a incorporar múltiples actividades en un único viaje a fin de reducir el tiempo de viaje, las pone en una situación de mayor enfrentamiento con las amenazas del espacio público. Sea por el riesgo de sufrir con el acoso verbal y/o físico en la calle, o por el miedo de que un hecho delictivo común como un robo se transforme en un delito sexual por el solo hecho de ser mujeres. La experiencia cotidiana de estas mujeres al moverse por la urbe, que exige un diseño de rutas y desplazamientos considerando la calidad y condiciones del espacio público en función de una caminata más segura, nos permite problematizar las barreras físicas y simbólicas de la ciudad y cuestionar la manera en que la planificación urbana puede potenciar la desigualdad y exclusión al no considerar los distintos modos de habitarla.
A la vez, el enfoque de la movilidad en las prácticas cotidianas observadas en la caminata de las mujeres permite incorporar dimensiones espaciales a los estudios sociales, como a los estudios de género, por ejemplo, utilizando los mismos conceptos y metodologías aplicadas en la observación de las experiencias de movilidad para debatir las relaciones desiguales de género: el por qué y cómo el asunto de la seguridad en el medio urbano sigue siendo todavía una implicación muy seria en las experiencias de movilidad de las mujeres y a veces un limitante de la accesibilidad urbana de ellas, o como explorar el tema de la seguridad en la calle mediante la dependencia y restricciones es un enfoque paternalista, o indicar incluso que la movilidad segura mediante la autonomía y libertad de la mujer resulta en un proceso de empoderamiento y fortalecimiento de sus capacidades, movilidad, accesibilidad y redes de cuidado, poniéndolas así como parte de la solución y no como causa de los problemas.
La movilidad cotidiana de las mujeres como una experiencia del habitar la ciudad no sólo sirve para problematizar cómo abordar los estudios de movilidad urbana – que por lo general se confunde con los estudios de transporte – incorporándoles relaciones más complejas (sociales, simbólicas y técnicas), sino también nos sirve para extrapolar el análisis de la movilidad, reflexionando sobre ésta desde distintas aristas, sea desde el potencial analítico que entrega las observaciones de las experiencias del moverse, sea por el componente espacial que se incorpora a los estudios de género.
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Referencia Bibliográfica:
Heidegger, Martin: (1994). “Construir, Habitar, Pensar”. En Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones Serbal.
Jirón, P. y Imilan, W. (2018). Moviendo los estudios urbanos. La movilidad como objeto de estudio o como enfoque para comprender la ciudad contemporánea.
Mansur Garda, Juan Carlos. (2017). Habitar la ciudad. Revista de filosofía open insight, 8(14), 9-24.
Sectra. (2012). Encuesta Origen Destino de Viajes 2012 de Santiago. (Santiago).
Sheller, M., & Urry, J. (2006). The new mobilities paradigm. Environment and planning A, 38(2), 207-226.
Urry, John. (2007), Mobilities. Cambridge, Polity.
Zunino Singh, Dhan. (2018). Ciudades, prácticas y representaciones en movimiento. Notas para un análisis cultural de la movilidad como experiencia urbana. Tempo Social, 30(2), 35-54.
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Notas
[1] Los datos entregados por la Encuesta Origen Destino Santiago 2012 (SECTRA, 2012) informan que 38,5% del total de los viajes generados en un día hábil en la Región Metropolitana se refieren a los viajes no motorizados – a pie o en bicicleta – y que los viajes efectuados exclusivamente a pie es el modo más usado – aproximadamente 35%. La caminata es también el modo de transporte más empleado en los viajes con propósitos otros que no trabajo y/o estudio, y en los sectores Sur y Poniente de la ciudad – sectores de mayor vulnerabilidad socioeconómica – llega a sobrepasar el uso del transporte motorizado.
LA PRODUCCIÓN DE LA MOVILIDAD URBANA ACTIVA EN LA CIUDAD DE LIMA: UNA EXPERIENCIA DESDE EL GÉNERO
VerLA PRODUCCIÓN DE LA MOVILIDAD URBANA ACTIVA EN LA CIUDAD DE LIMA: UNA EXPERIENCIA DESDE EL GÉNERO
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Franco Antunez Evans Morales, Sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú, asociado a TODO SOCIAL E.I.R.L]
Resumen: La movilidad urbana representa un elemento estructurador de la vida cotidiana, vinculada a un conjunto de prácticas de desplazamiento en el territorio para la satisfacción de necesidades, no obstante, dicho fenómeno no es homogéneo ni posee los mismos fines en todos los estratos socioeconómicos y en las relaciones de género principalmente en Lima Metropolitana. Este escrito reflexiona sobre las implicancias que tiene el género dentro de las capacidades de desplazamiento y movilidad que tienen las mujeres para los fines productivos y reproductivos.
Palabras claves: movilidad urbana, género, mujeres.
Im1: La deriva situacionista / Fuente: Beto López (2019)
El desarrollo de políticas urbanas y de ordenamiento en el territorio sumados a los cambios demográficos, sociales y económicos implementados en el Perú han ocasionado que las estructuras de las ciudades transiten por mutaciones a nivel físico y urbano, generando ciertos fenómenos como la dispersión urbana y la fragmentación socioespacial, donde ciertas actividades zonificadas se concentran exclusivamente en determinados espacios y áreas de la ciudad. Dicha situación presenta implicancias y efectos en los peatones, residentes y ciudadanos(as) de los distintos sectores de la ciudad, no solo a nivel social y económico, sino también en el desplazamiento y en la experiencia de la movilidad placentera.
Parte del derecho a la ciudad precisamente es la capacidad para movilizarse y desplazarse por los espacios locales y metropolitanos, aquí la figura del peatón se convierte en el actor básico para descubrir y hacer suyo el espacio (Vega Centeno, 2003), pues es ya bien conocido que los peatones y ciudadanos(as) organizan su vida cotidiana lejos de sus espacios residenciales, donde si bien el sujeto inserto en la escala local como el barrio o vecindario satisface parte de sus necesidades allí, también el espacio metropolitano se ha constituido en un elemento para desarrollar las dimensiones del ser humano, de hecho tener derecho a la ciudad requiere la capacidad de movilizarse según su propia voluntad o necesidad (Alegre, 2013), más aun en la ciudad de Lima donde existe prioridad por el auto privado y la fluidez de su circulación que en los desplazamientos a pie de las personas.
Según el último informe de Lima Cómo Vamos (2018a) el 81.1% de habitantes en Lima Metropolitana piensa que el principal problema es la inseguridad ciudadana, mientras que el 49.4% considera que es el transporte público, además hay que tener en cuenta que según el último reporte de la Fundación Transitemos existieron aproximadamente 26 millones 709 mil viajes diarios durante el año 2018 en Lima y Callao (Lima Cómo Vamos, 2018b), evidenciando un incremento en los patrones de movilidad activa de las personas, puesto que en el año 2004 el volumen de desplazamiento fue de 16.5 millones de viajes en Lima y Callao (Dextre y Avellaneda, 2014).
La movilidad urbana activa es un elemento ordenador y estructurador de la vida cotidiana que tiene incidencia en la calidad del hábitat urbano de las personas, debido a que no todos ni todas tienen la capacidad de desplazarse por los centros urbanos y espacios locales por factores como la edad, el género, las condiciones sociales, los ingresos económicos o las destrezas físicas, por ende, resulta un elemento con accesibilidad diferenciada (Jirón, 2007). Se suele confundir tránsito con movilidad, mientras el primer concepto busca adecuar al auto como medio de transporte dentro de la circulación vial, la movilidad va mucho más allá, aquí la preocupación no son los medios de transporte, por el contrario el centro de atención se concentra en la persona, discutir cuales son las motivaciones que tienen para desplazarse, las facilidades y dificultades que tienen en sus patrones movilidad, la capacidad de satisfacer sus necesidades mediante el viaje y la autonomía personal (Avellaneda, 2008), bajo la misma perspectiva analítica Gutiérrez (2012) menciona que existe una definición ontológica de la movilidad al considerarla como “una práctica social de desplazamientos en el territorio que conjuga deseos y necesidades de desplazamiento y capacidad de satisfacerlos” (p.67), si bien es una definición que toma como variable al territorio y al espacio, también existe un enfoque teleológico que define a la movilidad como un elemento para conocer las trayectorias personales que buscan concretar sus necesidades personales, poniendo atención efectivamente en la satisfacción de objetivos y fines concretos, más que la preocupación por llegar a lugares. Esta definición es proporcional a lo que expresa Lima Cómo Vamos (2018a) en donde el 49.6% de encuestados(as) afirma utilizar la caminata como medio de desplazamiento para recoger a las y los niños, mientras que el 47.6% va a pie para realizar compras del hogar.
Uno de los factores en los diversos patrones de movilidad entre hombres y mujeres se vincula con las relaciones sociales de género existentes dentro del ámbito doméstico, específicamente con el desarrollo de las actividades productivas, reproductivas y la división de roles en el hogar. Mientras los hombres en su mayor parte realizan desplazamientos hogar-trabajo y trabajo-hogar, las mujeres realizan un conjunto de subregistros en su movilidad cotidiana, vale decir deben dejar a los hijos a la escuela, realizar las compras, ir al centro de salud y que en el trayecto no necesariamente se logren concretar. Dichos patrones de movilidad heterogéneos se sustentan en las relaciones desiguales de poder y en el control de los recursos existentes, situaciones que se exacerban si se toman en cuenta que las desigualdades de género impactan en dimensiones físicas, organizacionales, temporales y socioeconómicas de las mujeres (Jirón, 2007).
Según Lima Cómo Vamos (2018a) el 89% de encuestadas mujeres se desplazan para realizar compras para el hogar, no obstante, son ellas quienes se movilizan en mayor proporción por motivos de compras, asistencia médica y cuidado de los hijos, mientras que son los hombres quienes más se desplazan por fines recreativos, trámites personales o con fines de compañía. Entonces los procesos de movilidad urbana de las mujeres son heterogéneos y están condicionados si bien por la fragmentación del espacio urbano también por las relaciones de poder desiguales dentro del espacio familiar y la inequidad en el control de recursos, teniendo impacto potencial en la percepción y apropiación del espacio público y en las prácticas de desplazamientos generalmente inseguras y vulnerables, ya que muchas de ellas se encuentran expuestas a ejercicios de violencia física y sexual mientras se movilizan por la ciudad.
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Bibliografía
Alegre, M. (2013). Una ciudad al servicio de los autos. Ideele Revista, (229). Recuperado Agosto 2019 de: https://revistaideele.com/ideele/content/una-ciudad-al-servicio-de-los-autos
Avellaneda, P. (2008). Ciudad popular, organización funcional y movilidad. Cuadernos de Arquitectura, (10).
Dextre, J. & Avellaneda, P. (2014). Movilidad en zonas urbanas. Lima, Perú: Fundación Transitemos.
Gutiérrez, A. (2012). ¿Qué es la movilidad? Elementos para (re) construir las definiciones básicas del campo del transporte. Bitácora Urbano Territorial, 2(21), 61-74.
Jirón, P. (2007). Implicancias de género en las experiencias de movilidad cotidiana urbana en Santiago de Chile. Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, 12(29), 173-197.
Lima Cómo Vamos (2018a). Encuesta Lima Cómo Vamos 2018. IX Informe de percepción sobre calidad de vida en Lima y Callao. Recuperado Agosto 2019 de: http://www.limacomovamos.org/cm/wp-content/uploads/2018/12/EncuestaLimaComoVamos2018.pdf
Lima Cómo Vamos (2018b). Evaluando la Gestión en Lima y Callao. VIII Informe de resultados sobre calidad de vida. Recuperado Agosto 2019 de: http://www.limacomovamos.org/cm/wp-content/uploads/2018/11/InformeGestion2017.pdf
Vega Centeno, P. (2003). Movilidad (espacial) y vida cotidiana en contextos de metropolización. Debates en sociología (PUCP), (28), 19-51.
“Pedaleable: movilidad activa para la cohesión social. Repaso de proyectos y experiencias en el ámbito urbano-rural”
Ver“Pedaleable: movilidad activa para la cohesión social. Repaso de proyectos y experiencias en el ámbito urbano-rural”
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Diego García Guerra y Alejandra McMillan Castañeda, arquitectos, Fundación Pedealeable]
Resumen:
Pedaleable nace como corporación en el año 2013 como una respuesta natural a las nuevas exigencias de una ciudad que comenzaba a tener auge en la movilidad activa. Cada vez más viajes en bicicleta son realizados a diario en Santiago; sin embargo, no siempre se cuenta con la infraestructura suficiente para lograr una experiencia segura y eficiente para consolidar a la bicicleta como medio de transporte. Es ahí donde Pedaleable busca incidir con proyectos, gestión entre distintos actores, campañas de difusión y educación, etc., que ayuden a transformar la manera de desplazarnos y vivir nuestro entorno. Además, estamos convencidos de que las regiones son la clave del desarrollo del país, por lo que se ha puesto especial énfasis en proyectos que contribuyan al desarrollo de las áreas rurales, brindándoles una mejor conectividad, reactivando su economía local y potenciando la biodiversidad con el paisaje natural. En este contexto se hará un breve repaso de algunos proyectos e intervenciones en las que se ha participado, el aprendizaje que ha dejado cada uno y los retos hacia el futuro que tendrá la corporación.
PALABRAS CLAVE: movilidad, bicicleta, infraestructura, reciclaje, territorio, medio ambiente.
Mapocho Pedaleable, el origen de la fundación.
La génesis de Pedaleable, en 2013, se gesta en un espacio de cowork ubicado entonces en la comuna de Providencia, donde profesionales de distintas áreas que se encontraron en ese tiempo y espacio, decidieron trascender al ámbito académico del proyecto de título de uno de ellos, proponía la creación de una ciclovía en el costado sur del río Mapocho. Con este afán se conformó la nueva corporación y se comenzó a desarrollar un proyecto mucho más ambicioso. El proyecto Mapocho Pedaleable es una propuesta para rehabilitar la caja del río Mapocho como un corredor urbano para medios de transporte no motorizados. El objetivo es doble:
1) Recuperar un lugar abandonado como espacio público ciudadano, ofreciendo una infraestructura de traslado más amigable y eficiente para peatones y ciclistas; y
2) Crear un parque fluvial inundable dotado de servicios para conectar la ciudad y las personas a través del río.[1]
El proyecto contempla una longitud total de 5.1 kms, abarcando desde la Estación Mapocho al poniente, hasta el Costanera Center en el oriente considera además, 9 accesos en distintos puntos con escaleras y rampas, lo que garantiza una accesibilidad universal al río.
En el año 2014 Pedaleable obtuvo el Primer Lugar en el Tercer Concurso de Proyectos de Desarrollo Urbano e Inclusión Social de la Corporación Andina de Fomento (CAF), logro que permitió obtener de los recursos necesarios para desarrollar todos los estudios de factibilidad y detalles técnicos que permitieron levantar el proyecto Mapocho Pedaleable y gestar el movimiento ciudadano que derivó en una serie de activaciones e intervenciones, de las cuales, la más conocida es, sin duda, la activación YO VIVO MAPOCHO, que se desarrolló cada año entre el 2013 y 2016. Este proyecto piloto, que buscaba testear y socializar el proyecto Mapocho Pedaleable, consistió en abrir el río al público con rampas y escaleras provisorias; además, se lograron pavimentar 3km gracias al apoyo de la empresa Bitumix. Cada año que se abrió el río por unos días, aumentó progresiva y considerablemente la cantidad de personas que hicieron uso de esta infraestructura temporal, con lo que se corroboró la creciente necesidad de la ciudad de hacer uso del río como espacio público y de movilidad activa para la ciudad.
Im. 1. Mejoramiento pavimento para evento #YoVivoMapocho2016, Autor: Carlos Hevia Riera.
En el año 2016, se realizó en Santiago el V Foro Mundial de la Bicicleta, por lo que se aprovechó este evento como oportunidad para lograr abrir el río durante 6 días, más que cualquiera de los años anteriores, lo que convirtió al Mapocho en el espacio central de las actividades desarrolladas en dicho foro. Consecuencia del impacto mediático de esta actuación, el proyecto recibió prioridad presidencial con el apoyo de la entonces presidente Michelle Bachelet. En ese momento tan optimista, se creyó que el proyecto iba a desarrollarse de manera completa y satisfactoria. Sin embargo, poco después, el proyecto entró en un difícil proceso de estancamiento donde además se corrompieron las intenciones originales, politizándose de una manera tal, con el resultado que Santiago aún no tiene un Mapocho Pedaleable. Entendemos que esta iniciativa trasciende a la gestión de una sola organización y que se requiere de la voluntad política y participación de muchos actores, por lo que esperamos que en un futuro cercano se logre consumar este proyecto tan importante para la ciudad.
De lo urbano a lo rural, Elqui Pedaleable
Una vez terminada la experiencia de un proyecto urbano, la organización decide trasladarse al norte del país, específicamente al Valle del Elqui, zona privilegiada por su clima, geografía y paisaje. Ahí se identificó el gran potencial del antiguo ramal de tren La Serena a Rivadavia, el cual cuenta con una extensión de 90 km. En la actualidad, se encuentra desmantelado y funciona solo como una vía de servicio en gran parte de su trazado.
Gracias a la subsecretaría de Turismo, pudimos hacer un estudio de prefactibilidad, para estudiar el estado actual a través de un levantamiento técnico, social y patrimonial. Encontramos un enorme potencial de transformación de infraestructura ferroviaria en desuso en un nuevo corredor verde o vía verde que permite conectar diversas localidades a lo largo del trazado de tren que se encuentra desvinculado por la ausencia del ferrocarril.
Esta experiencia nos permitió percibir con otros ojos el territorio, ya que identificamos diferentes ámbitos en donde la movilidad cabe gracias a la creación de infraestructura de movilidad activa o no motorizada. El rescate patrimonial de estaciones, puentes y túneles, la democratización de los desplazamientos, el vínculo con el medio ambiente, nuevos emprendimientos asociados a servicios de cicloturistas y baja huella de carbono en los traslados hacen que este proyecto se pueda abordar desde diferentes perspectivas.
Im. 2. Señalética y activación de la ruta, Autor: Pedaleable.org
Una vez identificado el territorio, procedimos a evaluar la viabilidad de prototipar tramos en buena condición y cercanos a localidades que pudieran utilizar esta nueva vía. El gran problema que tiene este trazado es el Embalse Puclaro, que divide en 2 partes el ramal, volviéndose un importante obstáculo en esa parte del trazado. Tomando en cuenta esas dificultades, decidimos desarrollar diversas actuaciones para visibilizar e involucrar a la ciudadanía a recuperar la antigua vía como una ciclovía que integre y vincule al Valle del Elqui en sus primeros 90 kilómetros. Desarrollamos cicletadas nocturnas para potenciar el valor astronómico que tiene esa zona, jornadas de limpieza y construimos en El Molle una estación de la biodiversidad, permitiendo dar a conocer las especies de flora y fauna que acompañan el paisaje del territorio estudiado. El aprendizaje fue el factor ambiental y de biodiversidad que tiene este tipo de proyectos, virtudes de otros ramales a lo largo del país que pueden ser transformados bajo la misma operatoria realizada en el Elqui Pedaleable.
Plan nacional de Vías Verdes
Después de comprender el potencial que tienen las infraestructuras ferroviarias en desuso, decidimos estudiar el territorio nacional para hacer un catastro de la situación actual de la infraestructura ferroviaria en Chile, indentificando más de 3500 kilómetros en abandono y 2000 kilómetros en operación, desde Arica hasta la isla grande de Chiloé. Por lo tanto, se identifica un enorme potencial para desarrollar Vías Verdes.
La vía verde como primera concepción se registró como una solución de infraestructura con funciones y objetivos asociados a actividades recreativas y conservación ecológica. Durante los últimos 30 años, la idea se ha desarrollado ampliamente añadiendo un componente funcional asociado al transporte orientado a diferentes propósitos e intereses. La recuperación de espacios en desuso para la implantación de vías verdes ha añadido a este concepto otra característica hacia la sostenibilidad. En estos términos, no sólo las áreas naturales tienen que ser vistas como corredor no motorizado o activo, sino también otros espacios adecuados, producto de la infraestructura ferroviaria.
En este ámbito, se pueden identificar muchas experiencias exitosas internacionales, así como organizaciones afines, destacando por ejemplo los casos “Rail to Trails” en Estados Unidos y Vías Verdes en España. Chile, es un país donde el desarrollo ferroviario tuvo su apogeo a finales de 1800 y principios de 1900, cuenta hoy con más de 3.693 kilómetros de líneas ferroviarias abandonadas equipadas con diversas infraestructuras anexas de patrimonio asociado, como estaciones, puentes y túneles. En este catastro se propuso una metodología de evaluación multicriterio[2] diseñada para definir el potencial de las líneas de ferrocarril abandonadas a ser mejoradas y/o transformadas en vías verdes, priorizando al desarrollo social y a la conservación de los ecosistemas. Este primer catálogo se traduce en 56 líneas con un potencial de ser reconvertidas en Vías Verdes, con 3500 kms, desarrollando un plan de 3 etapas con un costo de 420 millones de euros.
Plan nacional ciclista #ChilePedaleable, acercamiento a las políticas públicas en movilidad
ChilePedaleable busca analizar e identificar la infraestructura ciclista de Chile para proponer un plan a nivel nacional que defina e incentive a utilizar modos de transporte activos, creando una red de desplazamientos de corta, media o larga distancia. Se busca, por medio de la tecnología SIG[3], identificar los diferentes tipos de infraestructuras de conectividad terrestre, como autovías, carreteras, caminos de tierra, Vías verdes, senderos, etc.
A su vez, esta investigación analiza las variables relativas al desarrollo territorial que han fomentado el uso y auge de la bicicleta, comprendiendo la evolución de las políticas e iniciativas privadas de países europeos como actores protagónicos en el desarrollo como parte de un sistema integral de movilidad.
Complementariamente al enfoque investigativo, donde la idea es plasmar los beneficios derivados del uso de la bicicleta, esta investigación analiza la red vial de comunicaciones de Chile como oportunidad para que la bicicleta se convierta en un medio de transporte más, permitiendo recorrer de manera segura el territorio nacional.
Una vez identificadas las infraestructuras viales en el territorio, se procederá a definir la Red Nacional Ciclista, Chile Pedaleable (RNC-CHP), a través de un mapa nacional del plan maestro de la propuesta, configurando una serie de recorridos de manera longitudinal y transversal, generando itinerarios nacionales, interregionales y regionales; vías verdes y senderos pedestres, entre otras infraestructuras a reutilizar que conecten y articulen el territorio chileno de manera sostenible.
Comunicación como herramienta de educación
En paralelo al desarrollo de proyectos de movilidad sostenible y reciclaje de infraestructura, Pedaleable se ha dedicado a la divulgación de contenido educativo desde distintas plataformas. Creemos que la educación es la base para cualquier transformación social, por lo que se busca realizar un aporte también en ese ámbito. Una de las campañas educativas más representativas que se han realizado en Santiago es #CompartamosLaCalle, proyecto del año 2014 que se realizó de la mano de la municipalidad de Providencia y con la financiación de la conocida marca Levi’s. El objetivo de esta campaña fue promover el respeto y la empatía entre los distintos modos de transporte, esto a través de infografías que incluían mensajes cortos pero precisos del comportamiento que cada uno debe tener para transitar de manera segura y respetuosa. Se instalaron afiches en la comuna y se realizó una campaña digital en redes sociales que tuvo un gran éxito y que sigue circulando hasta el día de hoy.
Im. 3. Estación de la Biodiversidad del Valle del Elqui, Autor: Pedaleable.org
También se han realizado campañas educativas en región, donde el principal aporte en materia de educación que se ha logrado es, sin duda, un pequeño libro dedicado a la biodiversidad de la zona del valle del Elqui, el cual incluye un levantamiento técnico con ilustraciones artísticas de la flora y fauna endémica del lugar. Esto en el marco del Fondo de Protección al Medio Ambiente, de la Subsecretaría de Medio Ambiente, adjudicado en el 2016, cuyo objetivo es difundir y poner en valor la biodiversidad de la zona. Está dedicado a todo público y ha contribuido a que las personas que habitan y que visitan la comunidad conozcan mejor el entorno natural que las rodea y así tomen mayor conciencia sobre él. Estos son algunos aportes educativos que como corporación buscamos realizar constantemente por convicción propia y también para complementar de manera integral los proyectos de movilidad.
Conclusiones y retos a futuro.
En octubre Pedaleable cumple 6 años de mucho esfuerzo y colaboración en proyectos que, aunque no tienen mucha visibilización, desde nuestro nacimiento podemos constatar cómo se han incrementado las políticas públicas asociadas a la movilidad sostenible, el gran aumento de ciclistas y una mayor preocupación social por el bienestar físico y ambiental de nuestro país, haciendo que nuestro trabajo sea cada vez más valorado por la ciudadanía. Estamos convencidos que debemos seguir trabajando para materializar los cambios y aportar a la sociedad con políticas públicas que apoyen el uso de la bicicleta y proponiendo más proyectos estratégicos orientados al cambio de la mentalidad para convertirnos en un país de referencia a nivel latinoamericano con una política pública asociada a nuevas infraestructuras y más orientado a la movilidad sostenible.
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Notas
[1] www.pedaleable.org
[2] Criterios económicos, sociales, medioambientales y patrimoniales.
[3] Sistemas de Información Geográfica
Caminabilidad e inclusión urbana. Experiencias de mujeres del barrio de San Pablo Xalpa en Azcapotzalco, México.
VerCaminabilidad e inclusión urbana. Experiencias de mujeres del barrio de San Pablo Xalpa en Azcapotzalco, México.
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Acoyani Adame Castillo, Magíster en Desarrollo Urbano por la Universidad Pontificia Católica de Chile y consultora urbana en WRI México.
Amparo Ortega Gutiérrez, comunicóloga política por la Universidad Nacional Autónoma de México y coordinadora de comunicación de Liga Peatonal A.C.]
Resumen
El programa Caminatas con Perspectiva de Género forma parte del proyecto Caminito de la Escuela, metodología de participación ciudadana para mejorar la seguridad vial en los entornos escolares, impulsado por Liga Peatonal,organización mexicana que busca incentivar la movilidad activa en México. La aplicación del proyecto en San Pablo Xalpa, Azcapotzalco, Ciudad de México, comenzó en 2018 ante la solicitud de madres de familia del jardín de niños Emma Godoy. La principal preocupación de las y los habitantes fue que un acceso a la unidad habitacional fue cerrado para permitir el acceso de vehículos de carga de la empresa multinacional Bimbo. La empresa y autoridades “resolvieron” la problemática colocando un puente anti-peatonal (que limita la accesibilidad) al que se tiene acceso a través de un corredor enmallado, no se implementaron acciones como cruces peatonales a nivel ni reductores de velocidad. Desde ese entonces, se han aplicado auditorías de caminabilidad del entorno escolar a través de sesiones participativas, que ha permitido identificar problemas que afectan las condiciones de seguridad vial y caminabilidad de la zona, los cuales, deben atenderse mediante propuestas de transformación urbanas responsivas al género, que atiendan a la población que camina más en el barrio.
Palabras clave: Caminabilidad, Movilidad Activa Femenina, Metodología de Participación Ciudadana con Perspectiva de Género.
Introducción
Hablar de movilidad activa en México, es enfrentarnos a dos luchas, la del reconocimiento de la movilidad peatonal en la inversión pública y políticas públicas y, reconocer la dimensión de género asociada a ésta. De acuerdo a la Encuesta Origen Destino en la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD) 2017, el 47% de los tramos de viaje se hacen en medios no motorizados (caminando o en bicicleta) y el 36.3% se hacen en medios de transporte público colectivo. Además, somos las mujeres, las que más caminamos, por la variedad de motivos de viaje, horarios y por los viajes de cuidado, que es el principal motivo de desplazamiento entre las mujeres de la Ciudad de México (INEGI, 2014). Sin embargo, esta realidad no se ve reflejada, el 74% del gasto público para movilidad está dedicado a infraestructura vial y sólo un 20.89% a movilidad urbana sustentable (Anatomía de la movilidad en México,Hacia Donde Vamos, 2018).
Analizar la movilidad activa en las ciudades también debe considerar todas las dimensiones de la sustentabilidad, como indica Hanson (2010) la medioambiental y económica y la justicia social y la equidad, que en nuestro caso, es reconocer la movilidad con perspectiva de género. Ya que como señala Soto (2018) hay que cuestionar y comprender mejor la interrelación entre la caminata de las mujeres y la sosteniblidad, ya que la movilidad femenina muchas veces no es decisión propia, si no una imposición.
La perspectiva de género en el urbanismo ha demostrado que nuestra experiencia urbana no es neutra, en México, que las mujeres caminemos más se debe a los roles del cuidado que históricamente han sido depositados en nosotras. Madariaga (2009) ha definido la “Movilidad del Cuidado” como el desplazamiento diario asociado con el trabajo del cuidado (salud, compras, visitas, recoger a alguien). En México, la movilidad activa también refleja los altos niveles de desigualdad urbanos y la calidad de la caminabilidad de las mujeres depende de su lugar de residencia. Una mujer de la periferia urbana tendrá pautas diferentes a las de la mujer de un barrio central, por las características del entorno urbano que pueden aumentar o limitar la movilidad a ciertas zonas, horarios y espacios.
La caminata con perspectiva de género realizada el sábado 27 de julio de 2019, tuvo como objetivo identificar las percepciones que tienen las mujeres al caminar su barrio y al utilizar los espacios públicos. La metodología propuesta fue una caminata de ruta cotidiana acompañada de algunas preguntas para reflexionar sobre interseccionalidad del espacio urbano con el género. Caminamos de la vivienda de las vecinas hacia el sector escolar. Las participantes fueron mujeres vecinas, sus hijos, parejas y las Jefas de la Unidad Departamental de Desarrollo Urbano y de Perspectiva de Género. Las experiencias de caminata cotidiana se presentan a modo de relato colectivo.
Análisis de las reflexiones
Im1. Mapeo colectivo de experiencias / Fuente: autor
“Veo más mujeres caminando. Camino diario una hora por necesidad, para llegar al trabajo. Camino a comprar la comida, para recoger a los hijos de la escuela, para hacer ejercicio. Veo a muchas abuelas con sus nietos y pocos hombres jóvenes caminando. Veo a mujeres caminando hacia la universidad, o para tomar el transporte público, el metrobús (BRT)”, mencionan a la pregunta: ¿Veo cotidianamente a mujeres caminando o en bicicleta?
Im2. Recorrido de ruta cotidiana
El espacio que habitamos refleja dinámicas de poder, da prioridades y visibilidad a unos elementos sobre otros, como señala Falú (2014). Por ejemplo, ante la pregunta sobre la infraestructura para el cuidado o esparcimiento ¿Hay espacios para sentarse a darle de comer a los hijos, espacio para una carriola, bebederos para tomar agua? ¿Hay espacios que permitan el esparcimiento, juego,descanso, reunión? señalan … “Si, hay algunos juegos, pero son mejores los de la unidad habitacional de al lado, ya que son más completos, con mobiliario deportivo. No hay ningún espacio con sombra donde uno pueda descansar para esperar a los hijos. No hay espacios cómodos, ni de recreación para los niños. En la colonia no hay espacio para mujeres, adultos mayores ni niños y somos la población que más ocupa los espacios de la comunidad, pero nos adaptamos a lo que hay, o no salimos a la calle. En las banquetas no se puede usar la carriola, hay puestos de comida que estorban el paso, hay muchas partes donde no hay banqueta, o se encharca en temporada de lluvia y no podemos pasar”.
La seguridad, se expone en dos dimensiones, una sobre la violencia en el espacio público y otra sobre la infraestructura vial. Caminamos reflexionando: ¿El espacio es seguro para caminar de dia y de noche? ¿Hay espacios solitarios, calles cerradas, oscuras o muros ciegos? Las vecinas señalan “De noche no camino por aquí, prefiero no salir de noche, hay un grupo de delincuentes que se esconden entre los edificios, o en los puentes antipeatonales. Hay autos abandonados. La velocidad de los autos es peligrosa para caminar, no hay señalamientos, ni balizamiento para señalar el cruce peatonal, tampoco rampas para personas con discapacidad. La salida y entrada a la unidad y escuelas no tiene cruces seguros, no hay reductores de velocidad. A pesar de ser zona escolar, no hay alumbrado. Hay algunos talleres mecánicos que por la tarde venden cerveza.”
Caminar, reflexionar y encontrar respuestas ante la existencia o falta de seguridad desde la percepción de las mujeres, refleja la pertinencia social de incorporar su enfoque en las soluciones: “Yo pido a las vecinas que cuiden a mi hija o evito que mis hijas salgan a la calle solas. Me gustaría más organización vecinal, o una cuadrilla de patrullas. No hay botones de pánico. Ahora hay grupos de whatsapp que ayudan, o algunas rondas de guardia entre vecinos” mencionan a ¿Con qué tipo de vigilancia te sentirás más segura?
Im3. Corredor hacia el sector escolar
Algunas conclusiones
La caminata realizada, revela la urgencia de incorporar el análisis de género en los diagnósticos urbanos, dando prioridad a entornos escolares y territorios periféricos, a través de metodologías de participación ciudadana que respondan a la realidad de quienes habitan tal espacio. Las mujeres identifican dinámicas que muchas veces no son planteadas en proyectos urbanos y que dan como resultado proyectos no inclusivos, como el callejón cerrado que implementaron la empresa y autoridades en San Pablo Xalpa, Azcapotzalco.
Estas metodologías son claves para entender el contexto del barrio, en el que las mujeres tienden a atender todas las problemáticas y complejidades de su entorno, tanto en aspectos de movilidad, labores de cuidado y seguridad del espacio. Sin embargo como señala Falú (2014) se deben incorporar metodologías y soluciones que apunten a la descentralización de la toma de decisión y que, por encima de todo, contemplen las diferentes perspectivas de la relación de las personas con, y en, la ciudad, considerando las subjetividades. Eso presupone un cambio de paradigma en el que la ciudadanía (especialmente las mujeres) deja de ser considerada apenas como objeto, y pasa a ser ingrediente clave en el desarrollo de las políticas urbanas. Esto puede concretarse en términos de mayor inversión a la movilidad activa en las ciudades mexicanas, implementar los planes de movilidad y género actuales e incrementar el número de mujeres tomadoras de decisión en cargos públicos.
En el reconocimiento y esfuerzo por avanzar hacia ciudades inclusivas es imprescindible ver a la movilidad activa como un derecho, y, garantizar que los desplazamientos de las mujeres sean más inclusivos, seguros y asequibles. Nos queda mucho por hacer, para impulsar que los análisis de movilidad urbana sensitivos al género sean un eje rector de la planificación urbana y atiendan las necesidades de infraestructuras y espacio público priorizando a quienes más caminamos en la Zona Metropolitana del Valle de México, las mujeres.
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Referencias bibliográficas
De Madariaga, S. I. (2004). Infraestructuras para la vida cotidiana y calidad de vida. Ciudades, 8, 101–133.
De Madariaga, S.I. (2004). Urbanismo con perspectiva de género. Andalucia: Instituto Andaluz de la Mujer y Escandon Impresores.
Falú, A. (2014). Inclusión y derecho a la ciudad. El ejercicio de los derechos ciudadanos de las mujeres: La agenda de las Mujeres para Rosario, Argentina. Ciudad, Inclusión y Educación (pp. 58-67). http://www.edcities.org/wpcontent/uploads/2015/03/Ana-Falú.pdf
Hanson, Susan (2010) Gender and mobility: new approaches for informing sustainability, Gender, Place & Culture, 17:1, 5-23, DOI: 10.1080/09663690903498225
Soto Villagrán, P. (2018). Hacia la construcción de unas geografías de género de la ciudad. Formas plurales de habitar y significar los espacios urbanos en Latinoamérica. Perspectiva Geográfica, 23(2). 10.19053/01233769.7382
"Pequeño peatón imprudente: La imprudencia de caminar en la ciudad de los autos"
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Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Martín Ricardo Rocha Cervantes, Arquitecto, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), estudiante de la Maestría en Ciencias con Orientación en Asuntos Urbanos, UANL]
Título: Pequeño peatón imprudente
Año: 2016
Duración: 76 min.
Lugar de filmación: Monterrey, N.L., México
Idioma: Español
Dirección Enrique López Oropreza
Género: Documental
Documental entero: https://vimeo.com/203089174
Trailer:
Resumen
El documental tiene como objetivo mostrar la dificultad de caminar en una ciudad donde se privilegia a los automóviles, sin embargo, hay todo un trasfondo que se va desenvolviendo conforme avanza el filme, dándonos así una pequeña luz de esperanza ante una ciudad abrumadora como es la de Monterrey.
Palabras clave: Movilidad, dimensión humana, activismo urbano
Im1. Portada documental
«Hay una relación entre el ancho de las banquetas y el nivel de democracia de un país» por Claudio Sourrue Gutiérrez, con esta frase empieza el documental y no encuentro palabras más acertadas que describan el contenido del mismo, el título ‘Pequeño Peatón Imprudente’, «Pequeño» por su escala ante la magnitud de una infraestructura megalopolitana; «Peatón» la persona que se traslada caminando o en silla de ruedas, el usuario más vulnerable de la vía pública; «Imprudente» es un adjetivo calificativo muy utilizado en México que acompaña a los insultos que se les dirige a los peatones que son atropellados y/o violentados en el espacio público, porque a los ojos del conductor el peatón es el responsable de ser agredido. Estar en una ciudad para automóviles, caminar es un acto de imprudencia.
La ciudad de Monterrey es una de las metrópolis más grandes de México, situada en el noreste del territorio mexicano, históricamente industrial y con una notable influencia por Estados Unidos desde hace varias décadas, con el paso del tiempo el regiomontano/a (gentilicio del habitante de Monterrey) empezó a valorar al automóvil particular en su vida igual o más importante que una casa para el/ella, y las estadísticas no mienten, aunque a nivel nacional solamente el 28% de la población mexicana utiliza el transporte privado (INEGI, 2018), el caso de Monterrey es distinto porque es el 49% de las personas utilizan el automóvil particular como su principal medio de transporte (APDUNL, 2009) y Nuevo León es la entidad con más accidentes viales a nivel nacional ( CONAPRA, 2017). Caminar es peligroso y nada atractivo en una ciudad donde el auto es el rey.
La ciudad excluye a su población al no contar infraestructura para los peatones, esto es lo que se expresa en las entrevistas a estudiantes, vendedores, madres de familia, colectivos, personas de la tercera edad, con discapacidad, extranjeros, etc., que caminan en banquetas (aceras) obstruidas por autos estacionados, rampas de cocheras, mobiliario urbano, calles sin banquetas o en pésimo estado, ausencia de cruces peatonales, puentes (anti)peatonales, nula accesibilidad universal y agresiones por parte de conductores. Caminar en Monterrey no se disfruta cuando debería serlo.
Una parte fundamental del documental es mostrar los errores que ha cometido la arquitectura y el urbanismo en la segunda mitad del siglo XX, con sus autopistas, centros comerciales y estacionamientos, han cambiado por completo la forma de vida en las ciudades, a su vez, creando una desvinculación entre sociedad y gobierno, normalizando así las problemáticas y excluyendo al ciudadano de las soluciones y el desarrollo de la ciudad.
También se exhibe la incapacidad gubernamental en vigilar, multar, y mantener las banquetas en buen estado, así como realizar proyectos para mejorar el tema. Dentro del filme se muestra el testimonio de un servidor público del área de planeación urbana, donde dice abiertamente que buscan beneficiar al conductor que al peatón, así, como la incapacidad de revisar obras tanto en lo técnico como logístico.
Se invierten miles de pesos en anuncios de fomento de turismo, así como millones en infraestructura para el automóvil particular, una triple alianza entre el gobierno, la industria de la construcción y el de la automotriz, sin embargo, paralelamente se muestran los testimonios de la gente extranjera que vive en la ciudad y contrastan totalmente al discurso gubernamental y empresarial sobre la misma. Monterrey no es una ciudad que invite al foráneo a caminar.
Aun cuando la ciudad ha priorizado el valor económico sobre la vida humana, los ciudadanos no se quedan con los brazos cruzados, empiezan a organizarse para mejorar su hábitat y es cuando aparecen ONGs, colectivos, activistas y grupos vecinales para trabajar sobre el tema y colocarlo en la agenda pública. Actividades como las multas ciudadanas, manifestaciones artísticas, caminatas y urbanismo táctico, son objetivos alcanzables de estas organizaciones que entra en el rango de una gestión barrial.
Uno de los varios logros que se ha realizado en conjunto de varias organizaciones y colectivos que conforman La Liga Peatonal es la promulgación de los derechos de los peatones, que ha servido durante varios años para actividades de concientización del tema a nivel gubernamental, empresarial, escolar y vecinal. Estos derechos aparecen al final del filme.
Conclusión
El valor de este documental lo hace muy especial, filmado en una ciudad que ignora el caminar, colocarse frente a ella y decirle “¡hey mira!, ¡también caminamos!”, tiene toda una postura que transciende más allá de la política, nos hace pensar que el ser humano ha estado perdido y no se ha encontrado dentro de su hábitat, este trabajo fílmico provoca que quienes en su vida se encuentren a una velocidad mayor de los 30 km/hr., se detengan unos instantes y vean que no todo está sobre 4 ruedas y una carrocería. Mientras se siga caminando por esas calles la ciudad seguirá estando viva.
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Referencias:
Agencia de Planeación de Desarrollo Urbano de Nuevo León (APDUNL). (2009). Plan Sectorial de Transporte y Vialidad 2008-2030. Plan Sectorial de Transporte y Vialidad 2008-2030. Monterrey, México.
Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (CONAPRA). (2017). Informe sobre la situación de la seguridad vial, México 2017. Ciudad de México, México. Recuperado de http://conapra.salud.gob.mx/Interior/Documentos/MasCiclistas_MasSeguros.pdf
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2018). Principales resultados. Encuesta Intercensal 2015. Encuesta Intercensal 2015. Ciudad de México, México.
“Caminando: Prácticas, corporalidades y efectos en la ciudad”
Ver“Caminando: Prácticas, corporalidades y efectos en la ciudad”
Revista Planeo Nº 41 Movilidad Activa, Septiembre 2019
[Por Fernando Cazco, Arquitecto de la Universidad de las Américas y Magíster en Desarrollo Urbano de la Universidad Católica]
Autor: Martin Tironi y Gerardo Mora
Año: 2018
Editorial: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Resumen
En el contexto de las nuevas tecnologías, donde nuestras prácticas cotidianas son cuantificadas por aplicaciones digitales con la finalidad de promover vidas más saludables, una mejor orientación en la ciudad y, entre otros factores, que promueven el concepto de Smart City. El presente ensayo se pretende generar reflexiones en torno a la pregunta ¿Qué pasa con las personas que no tienen acceso a la Smart city? Esto se presenta como modo de reseña del libro “Caminando: Prácticas, corporalidades y efectos en la ciudad. De esta manera, analizaremos la figura del caminante idiota que el autor propone en su libro, describiendo al personaje marginado de las comodidades tecnológicas y que genera un ruido silencioso que evidencia las fallas de la planificación urbana.
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Im. 1: Foto de portada del Libro
En el marco de una producción espacial bajo la lógica de políticas neoliberales, las ciudades desarrollan procesos intensivos de densificación (De Mattos, 2016). y con una movilidad que prioriza al automóvil (Miralles, 2011), hace que el funcionamiento de estas ciudades modernas sea ineficiente e insostenible. En este sentido, el concepto de la Smart City ha tomado importancia en los debates de la ciudad contemporánea que busca ser más inteligente, más eficiente y más sustentable. De esta manera, entidades públicas como privadas han apostado en invertir recursos en el desarrollo de aplicaciones digitales, programas pilotos o nuevas iniciativas que permitan mejorar el entorno de las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes.
En la búsqueda de esta ciudad sostenible, la movilidad urbana se ha convertido en el objeto de estudio y materialización de la Smart City. Así, el caminar es el modo de movilidad saludable y sustentable, que permite entender el entretejido invisible de los trayectos diarios que forman parte esencial de la estructura funcional de las ciudades, en este sentido, el caminar evidencia como se configuran y reconfiguran, se construyen y se deconstruyen los espacios con nuestras prácticas cotidianas.
El caminar se ha convertido el objeto cuantificable de las aplicaciones digitales, contando nuestro número de pasos, marcando nuestros recorridos e incluso permitiendo calificar nuestras sensaciones como la percepción de seguridad de las calles, sin embargo, ¿es posible entender el caminar como un mero objeto medible? El caminar es una experiencia única para cada individuo, por tanto, es más que un simple modo de movilidad porque es un acto que involucra todos nuestros sentidos y permite que nos apropiemos del espacio que transitamos.
El caminar hace que el individuo se reconozca como ciudadano, es así como la figura del flaneur de Walter Benjamin (1982), describe al sujeto que camina atento a su entorno experimentando cada paso con sus cinco sentidos, superando las atrocidades de la ciudad y apoderándose de las maravillas pasajeras. Además, el caminar es un acto de resistencia a la microfísica del poder que condicionan nuestros recorridos, en este sentido, la figura de hacedor de De Certeau (1980), describe a la persona que con pequeños actos de rebeldía en sus prácticas cotidianas evidencian las fallas del diseño urbano y generan nuevos espacios estructurado por un andar reflexivo y creativo.
En la actualidad surge la figura de caminante idiota, que contrario al flaneur, tiene un andar desatento y tampoco se parece a un hacedor porque sus recorridos son inciertos e improductivos. El caminar idiota es una figura marginada de los beneficios que brindan las nuevas tecnologías, su andar se re-elabora constantemente porque toma como puntos de referencia objetos deleznables por falta de lugares auténticos en las ciudades contemporáneas. En este sentido, el andar idiota evidencia las fallas del diseño urbano y es un murmullo que debe ser considerado por los planificadores urbanos.
El acto de caminar perdido en una ciudad te obliga poner tus cinco sentidos para poder ubicarte, para individuos que no tienen acceso a las herramientas tecnológicas actuales, tienen mayor dificultad en poder ubicarse y llegar a su destino. La figura del idiota es un desafío Smart City. Según Sennet (2012) debemos generar ciudades eficientes pero que sean abiertas a los cambios, incertidumbres y desórdenes que se presentan en la vida real. De esta manera, los proyectos de políticas públicas, no deben ser tomados bajo la lógica de algoritmos cuantificados de recorridos peatonales, sino de un comprendimiento más profundo de la experiencia del caminar, sobre todo, considerando el murmullo del andar idiota para generar alternativas que den un mejor acceso a los beneficios que brindan las nuevas tecnologías.
Referencias Bibliográficas
Benjamin, W. (1982). Toward an Ethics of Algorithms Convening, Observation, Probability, and Timeliness. Science, Tecnology & Human Values, 41 (1), 93-117.
De Certeau, M. (1980). La Invención de lo Cotidiano I: Artes de hacer. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 1996.
De Mattos, C. (2016). Lógica financiera, geografía de la financiarización y crecimiento urbano mercantilizado. Urbanización planetaria y la reconstrucción de la ciudad, 29-55.
Miralles, C. (2011). Dinámicas metropolitanas y tiempos de la movilidad. La región metropolitana de Barcelona, como ejemplo1. In Anales de geografía de la Universidad Complutense (Vol. 31, No. 1, p. 124). Universidad Complutense de Madrid.
Sennett, R. (2017). The fall of public man. WW Norton & Company.
Tironi, M. & Mora, G (2018). Caminando. Prácticas, corporalidades y efectos en la ciudad. Santiago: Editorial Universidad Alberto Hurtado
"Mi compañero Raco. La experiencia de movilidad en Santiago con un perro"
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por Sebastián Palma Gutiérrez; Arquitecto, vecino de Providencia]
Resumen
La decisión de tener un perro, no es lo mismo que vivir con uno. Yo vivo con mi perro de 9 meses, aunque también acepto que no fue una decisión, sino algo que sucedió… y sigue sucediendo. Finalmente adaptas y transformas tu rutina sin saber que al mismo tiempo, estás tomando la decisión de estar siempre acompañado, acompañado por un perro que sin pedirlo, te invita a disfrutar la ciudad desde su punto de vista.
Palabras clave
Animales domésticos
Entrevista a Mariano Puga: "Para mi el determinante de la pobreza era el espacio"
VerEntrevista a Mariano Puga: "Para mi el determinante de la pobreza era el espacio"
[Por Paulo Álvarez. Docente UMCE. Integrante del Comité de Defensa y Promoción de Derechos Humanos de La Legua. Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos.
Claudio Alvarado Lincopi. Comunidad Historia Mapuche. Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos.
Tai Lin Muñoz. Profesor asistente Escuela de Arquitectura PUC. Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Foto Portada. “La Bolsa de trabajo de Villa Francia” en faena, pintando la torre reloj de la Iglesia de San Francisco, en la Alameda. Década del 90. Fuente: Archivo Mariano Puga.
Está entrevista está hecha a modo Mariano; sin protocolo ni formalidades, sin ocuparse del tiempo ni de lo correcto, sin controles ni modos de uso. Fue hecha en dos días y en dos espacios distintos; El campus Lo Contador de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y su casa en Villa Francia, mesa compartida de liturgia entre medio. La conversación fue propuesta como un modo de conocer el encuentro con la ciudad informal del protagonista, pero nos insiste en hablar también de la formal. En rigor está llena de giros reflexivos e imágenes en torno a la ciudad, a las personas y comunidades concretas que van desde la alta burguesía de origen hasta la gente común y corriente, los históricamente despojados o tratados como irrelevantes, con quienes decidió hace mucho compartir su vida y sus causas, tal como Jesús de Nazaret lo hiciera. El formato que seguimos es fiel a lo que se fue sucediendo. Lo presentamos en dos partes (I y II) sin esconder las fisuras coloquiales y silencios emocionados, el asombro interpelado, el humor de alma y el amor enamorado del cura obrero, alguna vez estudiante de arquitectura.
I
Campus Lo Contador, PUC
(…)
Planeo: Mariano, hablemos de la ciudad informal.
M: En este campus, hablemos de lo formal y lo informal. Tu me preguntas por la ciudad informal, pero necesitamos también hablar sobre la formal. Yo creo que, en esta ciudad formal, nosotros no necesitábamos salir para ningún lado. El tamaño del jardín. Las invitaciones que hacíamos a nuestros primos, que venían a la casa o la casa a las que yo iba. Nosotros nos íbamos a pasear, por ejemplo, a la casa de mi tía Pilola[1] que era casada con Gustavo Ross[2]. En la Alameda, lo que es hoy el palacio Ariztía. Ahí jugábamos con el tren eléctrico. En el tercer piso había una mansarda. Si nos aburríamos ahí, nos íbamos a la casa de Agustín Edwards que hoy es la embajada de Brasil.
Yo entré al colegio a los 9 años. Pero una vez al mes teníamos con mis hermanos clase de piano, una vez al mes clase de francés, una vez al mes clase de inglés, una vez al mes clase de religión, una vez al mes charlistas que nos venían a dar charlas ¡a niños! Y nueve empleados en la casa, desde el caballerizo, el chofer, el mozo, el segundo mozo y las mamas.
P: Entonces donde y cuando te encuentras con la ciudad informal
M: Yo lo veía con los inquilinos en el campo de mi papá. En el sur, en Los Ángeles para las montañas. O en el tren, cuando salíamos del tren nocturno y veías las barriadas de Santiago cuando el tren ya iba agarrando ritmo. Y cuando éramos chicos, mi papá en la noche de navidad nos llevaba a un conventillo que se llamaba Matte Urrejola, donde está el canal 13 ahora, era la miseria. Entonces en la noche de navidad, mi papá nos agarraba y nos decía ya chiquillos “escojan el mejor regalito que ustedes tengan, que les trajo el niño Jesús y se lo va a llevar a esos niños que no tienen regalitos”. Te estoy hablando de 7 u 8 años.
P: Y eso me imagino que después se hace más intenso.
(…)
Después, con un grupo en el que estaba Alfonso Baeza[3], Jorge Eguiguren un amigo mío y Hugo Rech, que era compañero mío de arquitectura, dijimos, este tema no es habitacional, no es para ir a ver una casita. Juntémonos y salgamos a buscar un espacio donde podamos hacer algo más significativo y podamos hacer un trabajo más multidisciplinario. Dimos con el basural más grandote de Santiago. El de San Manuel, que estaba ahí entre Carlos Valdovinos y el Zanjón de la Aguada. Ahí eran 600 personas que vivían del basural. Y las casas de ellos era con el material que sacaban del basural, y sobre el basural. Ahí ya fue otra cosa. Ahí no íbamos a ayudar en una lógica asistencial a la gente. Íbamos unas 300 personas en torno al año 51. Empezamos a distribuir salud: enfermería y medicina; construcción: construcción y arquitectura; pedagógico: clases. Empezamos cada uno en forma primitiva, pero con una generosidad abundante. Y contábamos para eso con el apoyo del rector de la Católica.
(…)
El grupo de arquitectura, que éramos unos treinta, pensábamos que el gobierno no iba a sacar nunca a esa gente del basural. Así que mira la locura. Fuimos a hablar con el alcalde de Santiago. El alcalde de Santiago nos mandó a hablar con la Caja de Habitación. ¡Ninguna posibilidad! ¡Nada! Estaban recién empezando las poblaciones. Como el grupo coordinador veníamos de los ultraconservadores, entonces fuimos donde los dueños de fundo de Santiago para que nos dieran terreno para erradicar a esta gente. ¡Mira! Y partimos donde los Aldunate, los Ochagavía, los Errazuriz y con los Gandarillas. Cuatro fundos inmensos que eran los que rodeaban Santiago. Para el norte no fuimos donde los Riesco, no sé por qué. Íbamos y los interpelábamos. Le decíamos “¿Usted es católico? ¿Usted sabe en las condiciones que viven sus inquilinos?” Eran tiempos del padre Hurtado, que venía dándole fuerte a los patrones con respecto de sus inquilinos. Nosotros no venimos a hablar de los inquilinos suyos, sino que de la barriada y los que viven en la miseria más escandalosa de Santiago. “Nosotros venimos a hacerle un pedido. ¿Por qué no nos dan un terreno en su campo? Nosotros tenemos ya como financiar un proyecto de población”. “Ya…vamos a ver”, nos respondían.
Por mientras conocimos a Silvestre Ochagavía, a misia Elena Sánchez de Errazuriz, al papá del Pepe[4], don Carlos Aldunate Errazuriz. Y, por otro lado, el lado de mi papá le digo “Por qué no junta usted gente que nos de capital para hacer poblaciones en esos fundos”. Íbamos cinco, a propósito, éramos todos pariente de estos viejos. Después que nadie nos dio nada, nos dimos cuenta lo que era meter a los que vivían de la basura en estos fundos, cuando recién se iniciaban las inmobiliarias. ¡Cuándo! Se le iba a pique el negocio.
Im. 2. Mariano estudiando Arquitectura, es uno de los retazos que componen una gran arpillera regalada por los familiares de detenidos desaparecidos que cuelga en su casa de Villa Francia. Fotografía: Tai Lin M.
(…)
P: En el medio de la conversación, Mariano coincide con la hija de una amiga que se encuentra enferma, decide cortar el relato e irse con ella para verla. Nos despedimos, acordando seguir prontamente, de acuerdo con sus compromisos y su salud. Así sucedió, el domingo siguiente. Nos encontramos en su hogar compartido de Villa Francia, La Minga, por la mañana desayunamos y luego de acompañarlo a la misa, en la capilla Cristo Liberador, seguimos conversando.
II
Villa Francia
Nos juntamos un domingo a las 9:00, desayunamos en La Minga, su casa, no tenemos mucho tiempo, la misa comienza a las 10:30. Su hogar, que comparte con hermanos de vida, se encuentra rebosante de memoria, cada cuadro, cada fotografía, cada objeto guarda un sentido profundo, y no solo para la vida de Mariano. Las luchas del pueblo de Chile reverberan, los familiares de los detenidos desaparecidos, las luchas contra la dictadura, la Iglesia de los Pobres, las batallas por la buena vida. Una especie de Museo vivo de la dignidad de los pueblos. En aquel escenario continuamos la conversación.
Im. 3. Mariano en el comedor de La Minga, el hogar compartido en Villa Francia. Fotografía: Lorena Núñez.
P: Habíamos quedado en la ciudad informal, en tus primeros pasos y cómo la conociste, de San Manuel y de otras cosas. Habíamos quedado contigo cuando empezaste a ser cura…
M: Para mí el choque fue cultural, ¿cómo se puede vivir en una casa de 700 mt2 mientras otros viven de la basura y hacen sus casas de lo que encuentran?, yo creo que eso fue como una marca en el sentido de que mientras yo no viva algo así, yo no voy a saber quiénes son ellos. Para mí el determinante de la pobreza era el espacio. Ahí, les conté, lo de la mujer y el vómito, para mí es una marca para dentro, entonces mis primeros tiempos fue un soportar el espacio habitacional en que viví y lo soporté durante quince años.
(…)
Cuando llegué aquí (Villa Francia) estaba tomando desayuno igual que ahora y veía cómo pasaba la gente, hombre, hombre, hombre, señora con guagua, hombre, hombre, hombre, y me dije “¿Oye hueón que estay haciendo aquí, cuando toda la gente va al trabajo y tú te quedai en la casa?” Bueno entonces un buen día, me fui a emplear a la empresa que estaba construyendo aquí las casas definitivas. Cuando estaba en eso sucedió lo de mi partida a Chuqui junto a otros siete sacerdotes.
(…)
Chuqui era la gran empresa norteamericana, recién socializada por Allende, con casas magnificas para los obreros. Pero los que éramos de los subcontratistas, arrendábamos en casas donde vivían aymaras y quechuas que venían de Bolivia, obreros pobres que venían a ver con qué vivir. El que conducía el grupo, Caminada, vivía en Chiu-Chiu en casa de adobe, en piso de tierra, techo con planchas de zinc, con piedras arriba para que no se las llevara el viento, no había nada, ni luz, ni agua. Afuera había un tambor, en las mañanas para podernos lavar, había que pegarle con un palo porque la escarcha de hielo era grande. Después llegábamos a Chuqui y nos metíamos a las duchas calientes que tenían. Era condición de nuestros siete compañeros curas, vivir como vivía la gente de las callampas que había, como las de La Chimba actual en Antofagasta o de Alto Hospicio en Iquique.
Eso fue hasta el golpe, Ahí a mis compañeros, la mayoría extranjeros, los pusieron en un barco y los expulsaron. Yo, por ser chileno, me vine de vuelta a Estación Central. En ese momento, el Cardenal cambió el Seminario y los seminaristas que había aquí volvieron a la institucionalidad, y al gran Seminario lo reconstruyeron ahora en Walker Martínez. Y esta fue mi casa hasta el año 80, cuando volví ya habían puesto baño aquí, el Seminario puso baño mientras yo veía que la gente no tenía baño.
Me fui de aquí con uno de los cabros pobladores de Villa Francia a una formación que le llamábamos Seminario Obrero Popular, o sea a formar curas, pero en medio del pueblo. Para eso debíamos estar trabajando como obreros, vivir como obrero, tener condiciones de casa como obrero, por ahí pasaron como diez curas, de los cuales tres nunca pasaron por la institución del Seminario. De ahí ya empezó la locura, le compramos a un viejo que compraba en demoliciones, -les estoy hablando de Pudahuel a la orilla del Mapocho- una puerta, de las típicas casas del centro, de pino Oregón o de alerce, y ventanas con postigos y vidrios. Entonces nosotros compramos una casa que nos costó 14 mil pesos, te estoy hablando de una casa de mediagua que en el Hogar de Cristo valía 130 mil pesos. Nosotros juntando todo lo que ahorrábamos, juntamos 10 lucas. Fui al economato del Arzobispado y le dije “sabe nos vamos a construir una casa parroquial, no tenemos plata, así que queremos pedir un pie”. Me contestan que, para una casa, los padres deberíamos hacer una petición por escrito porque para un millón para arriba se necesita la intervención del equipo. “No, no, no, sí es mucho menos”, “¿y cuánto es?”, me pregunta. “Cinco lucas” (ríe). “Ahí las tiene po’ padre, no haga cola”. Bueno, es un chiste, pero era lo que queríamos.
Esa era La Penélope, uno de los cabros puso en el portón “Seminario La Divina Penélope. No se admiten mujeres, hay vacantes”. La Penélope tenía 3 x 8: 24 mt2. Le pusimos una división, había dos dormitorios, de 1.50 por 4, unas cortinas y una litera en cada pieza, las sillas y cortina que están aquí. En “La divina Penélope” viví junto a muchos otros 22 años porque después la llevamos a La Legua.
Im. 4. La casa de Mariano en Cerro Navia. Fuente: Archivo Mariano Puga.
Yo creo que en la Penélope se quebró todo mi esquema espacial, arquitectónico, todo. A mí me emociona esa parte de la vida, porque era compartir, compartir el vivir de la gente. Entonces yo volvía de la casa de mis padres en Santa María y bueno yo creo que el arquitecto que hay en mí, el espacio, me quebró eso, lo que es vivir en una ratonera donde nadie tenía intimidad para nada. Si alguien quería estar a solas no podía, porque de repente llegaban a golpear la puerta, “me están persiguiendo los pacos” lo teníamos que recibir, alojar y disfrazar. Otros venían a ver cómo vivíamos. Un día que no teníamos nada. La Penélope deslindaba con un vecino que era testigo de Jehová, y un día que no teníamos para comer, yo dije, hagamos papas cocidas, tal como mis compañeros de pega que trabajaban en la construcción hacían, papas cocidas. En una estufita que teníamos las echamos y de pronto golpean “¿Oye tu no tení vecino hueón? ¿Cómo vai a comer papas cocidas? ¡ya, metete pa allá pal fondo!”. Y me pasa una budinera con pollo, papas, costillar. “¡Tení vecinos po!.” Entonces te fijas, yo aprendí lo que es compartir la vida, el hambre, las luchas con ellos.
P: Más tarde, en la misa, Mariano volvería de otro modo al mismo tema, develando la profundidad humana de un “milagro”. Porque para Mariano la multiplicación de panes y peces gestada por Cristo, que fue el tema tratado en la liturgia, no fue producto de un poder divino, no fue algo sobrenatural, sino que estuvo conducido por algo mucho más humano: incentivar la solidaridad, ese fue el milagro de Cristo, según la lectura de Mariano, esa fue su radicalidad.
(…)
Im. 5. Mariano señala las fotos que cuelgan sobre la puerta de su pieza. De izquierda a derecha: su casa en Cerro Navia, la casa de sus papás en el fundo de Santa Bárbara y la casa de su abuelo Melchor en Pirque. Fotografía: Tai Lin M.
P: Oye, los rostros de esas personas que compartiste, sabemos que son los pobres, pero ¿cuáles son los rostros de esos pobres en aquella época, pobres que se extienden hasta este ahora?
Los que vivíamos en la casa era el guatón Ángel, que vivía en una población por aquí cerca y la mamá lo mandaba a lavarse en la mañana a la Pila del Ganso, porque en la población no había agua. Ahora, importa los zapallos en la feria de Antofagasta. El otro, Leo Villegas, era hijo de uno de los líderes formadores de la comunidad cristiana de aquí, ferrocarrilero conductor de tren. El otro era Juan Barraza, este es el cura que salió de ahí, era hijo de minero del norte, al papá lo veía muy poco porque el papá era pirquinero. Ese hizo todo el proceso y es cura sin haber puesto nunca un pie en un seminario, y es el mejor cura que hay en Copiapó. O sea que prueba la tesis de que se puede formar un cura en medio del pueblo. Y éste estudió teología con el Pepe Aldunate, con los mejores teólogos, porque los habían echado a todos en la dictadura, habían puesto al Cardenal Medina y ellos armaron una escuela teológica popular. Eh, otro es el que ahora está con diálisis, este era un hijo de minero de Lota, Arnoldo, fue después cura obrero, se jodió los riñones porque era carretillero, y lleva ahora cuánto, 24 años con diálisis. La vecina nuestra era una viejita que vivía en la miseria, al lado de nosotros. Más allá vivía la Nena, el marido alcohólico, los cabros, el Moise, son los que están en la foto de ahí. (ver Im. 6).
Im. 6 La comunidad cristiana de Cerro Navia se reúne para construir la capilla Oscar Romero. Fuente: Archivo Mariano Puga.
Mariano pide la foto, y nos enseña quiénes se encuentran en ella. Los observa, se emociona alegremente, nos cuenta sobre el momento, y sobre el devenir de alguno de ellos. En sus palabras hay amor y huellas de una profunda amistad.
Aquí estamos, mira, mira. Compramos dos mediaguas del Hogar de Cristo y las pusimos así, esa es la capilla. Es la proyección de las casas, nosotros dijimos que la capilla debe ser tan pobre como eran las casas. Entonces compramos dos mediaguas. Nos costaron $260.000 el año 81, cuando se gastaban en una capilla en una población 5 millones. Esta es la gente con la que levantamos en un día la capilla. Esta era la gente de la población. Y este cabro, el Moise, era el vecino mío, que lo mataron por las drogas. Encañonó a un carabinero, lo metió en la camioneta ahí atrás, el carabinero había sospechado que lo podían matar, ¡entonces tenía un revolver y Paj! lo mataron. Está el Vitoco y también éste otro cabro, los que iban a ser los líderes, el de Vitacura lo llamaba yo, porque la mamá se fue a emplear a Vitacura y se lo llevó, esas mamás, de los patrones de Vitacura. Bueno, te fijas, viviendo así, conviviendo así, tú lograbas esto.
P: A propósito de las personas que aparecen en la foto. ¿Qué rol tenían las mujeres en tu vida, y frente a la pobreza? Cuesta imaginar tu vida sin mujeres, pero contabas que afuera de la Penélope decía que no se admitían …
M: Pero se la pasaban metidas adentro de “La Penélope”. “No se admiten mujeres” era una talla. Así nos reíamos de los machismos y de todas las hueás. Algunas se atrevían a venir a lavar la ropa, “estay hediondo” me decían. Después estaban todos los problemas de ellas con los maridos, por ejemplo. En ese entonces, estamos hablando de los años 80, la droga no era tan fuerte como sucedió en los 90. En ese tiempo empezamos a cagarnos de hambre. Vino el POJH,[5] pero no bastaba. Entonces armamos el comité de pintores Villa Francia. Y convidábamos a toda persona que quiere comer, tenga papeles, o no tenga papeles, venga saliendo de la represión, a inscribirse. Y ahí trabajamos con las esposas de los detenidos desaparecidos. Y nos partíamos todos por igual. Y las mujeres, me acuerdo, empezamos por respeto a ellas, “ya, oye, usted se mete por adentro de la escala y pinta las ventanas”. Hasta que un día llegan las mujeres y nos dicen “oye ¿y ustedes qué se creen?, ¡nosotros rendimos más que ustedes! nosotras queremos salir al andamio también”. Y fue la vuelta más increíble, porque a las mujeres les cundía mucho más que a los hombres. Empezamos con las esposas de detenidos desaparecidos y después se fueron integrando en la construcción otras mujeres. El comité fue una experiencia única de organización popular y conducido por el pueblo.
En la iglesia, mujeres y hombres decíamos el culto, en Villa Francia primero y Pudahuel después. Había un grupo de monjas sensacionales. En cada una de estas poblaciones había monjas que vivían codo a codo con el pueblo. Ellas organizaban la protesta. Hacían fosas de 80 cm para que no pasaran las micros. También iban a recoger cadáveres del Mapocho. Me acuerdo de que había unas monjas gringas, que tenían que ver con todo el movimiento feminista de Estados Unidos. Entonces aparecía de pronto la Martita por la casa, que era la vecina nuestra, y ayudaba con las cosas de la casa. Un día estábamos conversando y de repente se le escapa la idea que tenía de Jesús. Me dijo «Mire, Jesús era hombre, así que hasta por ahí le creo yo – ¿Quién te dijo eso? – las monjas po”.
(…)
P: Mariano, y a propósito de compartir, qué piensas tú; ¿hay que esperar que los ricos en algún momento decidan éticamente repartir lo que tienen o más bien hay que arrebatárselos de alguna manera?
Sin revolución no hay posibilidad de cambio. Así de simple. El tema es quiénes van a hacer la revolución y de qué tipo va a ser. La revolución que hizo Jesús no era que esperen. ¿Cómo lo hizo Jesús? ¿Quién era Jesús? El pueblo de Jesús eran 200 personas. Nazaret. Un pueblo execrado porque estos no iban a las grandes peregrinaciones al templo de Jerusalén. Estos no mantenían las 139 normas que había que hacer. Jesús anuncia un proyecto político que se llama “sermón de la montaña”: felices los pobres porque de ellos es la tierra nueva, felices los que lloran, van a ser consolados, felices los hambrientos y sedientos de justicia, van a ser saciados. Felices los limpios, no los corruptos, ellos van a ver a Dios. Esto lo está diciendo frente al imperio romano, cada patricio de Roma tenía 400 esclavos. Los esclavos se compraban como se compra la carne, la mercadería.
A ese loco que era Jesús le decían “oye si sigues hablando así te vamos a matar”. Mátenme contestaba. Yo creo que hay algo en ustedes que llamaba espíritu, si me matan a mí el espíritu va a seguir. Es la revolución de Gandhi, de Mandela, de Martin Luther King. Pero mira quienes agarran eso, no son cristianos. Hay un famoso juicio a Gandhi, cuando estaba en África, lo toman preso por enésima vez, y lo mandan a la corte donde fue juzgado Pinochet, en Londres. Él abre las Bienaventuranzas, y lee delante de la corte: esto es lo que ustedes cristianos, que llegaron con su imperio, nos enseñaron a nosotros. Yo por ser fiel a buscar un mundo sin armas, sin odio, por la fuerza del amor, estoy haciendo una revolución con los pobres de India, con los consolados que ustedes explotan, con los sedientos de justicia, que esta tierra es nuestra no de ustedes. De los que juegan limpio, porque nosotros no vamos a matar a nadie. Un lord le responde, señor Gandhi, las reglas del imperio son para gente común, no para santos. Gandhi va pa delante y dice, usted tiene que someterme a las reglas del imperio, póngame las esposas. ¿Cuántos cristianos creemos en eso?
Cuando Dios habla, Dios habla como creador. Creador significa, el que creó con toda su realidad, y creador del hombre. Dios no puede hablar si no es política. Porque Dios no les habla a hombres que están separados del cosmos. Cuando les dijo “crezcan y multiplíquense por la faz de la tierra”. Dios está pensando que la humanidad es para todos, que no hay excluidos.
P: Y si el sermón en la montaña es un proyecto político, ¿Cuál sería el proyecto urbano del cristianismo? Comblin[6] escribió un texto, breve pero hermoso, que se llama “La ciudad, esperanza cristiana” ahí repasaba cómo la biblia es una historia de salvación, que partía en el campo, en el génesis y termina en la Jerusalén celeste, en la Ciudad, en el apocalipsis.
¿Qué hicimos para que la ciudad humana fuera celeste? El paso de lo humano a lo celeste es la caridad. Solo es la caridad la que puede hacer eso. Tu eres mi hermano… es la norma de Jesús. Haz con tu hermano lo que te gustaría que hicieran contigo. Y Cristo le va a preguntar ¿Qué hiciste por tu hermano o qué no le hiciste a tu hermano? ¿Qué hiciste para construir una ciudad de hermanos? La torre más alta de América Latina, mientras la barriada se queda con la violencia y la droga. Miren la torre, miren las poblaciones, ese es el juicio final. Estaba la Nueva Jerusalén y la ciudad de la gran prostituta, como llamaba el Apocalipsis a Roma. ¿Nosotros somos de la ciudad prostituta o de la Nueva? Santo Tomás decía que el cristianismo, la iglesia de Cristo, es una casta prostituta. Tiene algo de la Nueva Jerusalén y de la gran prostituta.
En Rio, donde yo viví el año 89, las favelas estaban en tierra de nadie. Ahí, no solo hay gente miserable, sino a los que les queda cerca su fuente de trabajo, a dos horas. Entonces arman unas casuchas ahí, en la quebrada donde cae el agua. Eso era el alcantarillado, con olor a mierda fuerte. Frente a mi estaba una torre circular que era el mejor hotel de Rio. Yo pensaba, que si él -un huésped- me está viendo a mí como yo lo veo a él, entonces, las dos ciudades estaban ahí. Y ahí está la iglesia de los pobres. Un domínico, profesor de teología, me enseñó que Cristo no hizo ningún milagro. Esas son lecturas que hacían los cristianos después. La intención de Cristo no era esa. No era un limosnero ni un milagrero. Felices los pobres: organícense para que salgan de su pobreza, felices los que tienen hambre y sed de justicia, organícense para que las cosas cambien. De ahí este viejo maravilloso decía “esos son los que tienen guardadas las alforjas”, y ahora las alforjas son el sistema económico que hace que ellos puedan vivir así, y ustedes asá.
Isaías decía, el ayuno que me gusta a mi es el que rompe toda cadena de injusticia, siglo VI antes de Cristo. Compartir tu pan con el hambriento, alojar al que está sin techo. Igual que ahora. ¿qué es lo que van a hacer en la cuaresma? Una señora me dice que recibe como 30 lucas mensuales y que le gusta comer carne, pero al frente de ella duerme hace unos días un drogadicto y le da vergüenza comerse su osobuco, así que ahora compra dos huesitos, uno pa’ él y otro pa’ ella. Esa es la calidad humana de la gente. Mirar desde abajo es totalmente diferente al que mira de arriba y encuentra fea la ciudad.
Aaaamén, aamén, amén, canta Mariano y termina diciendo “Eso pónganlo al final”.
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[1] María de la Luz Ossa Concha (1897-19??)
[2] Gustavo Ross Santa María (1879-1961). Ministro de Hacienda de Chile (1932-1937) y candidato presidencial en 1938. Derrotado por Pedro Aguirre Cerda.
[3] Alfonso Baeza (1931-2013) Más tarde sacerdote y Vicario de la Pastoral Obrera. Se despojo de las comodidades de origen para hacer su vida entre los pobladores de la población José María Caro.
[4] José Aldunate Lyon (1917-). Sacerdote Jesuita, creador de Movimiento contra la Tortura, más tarde bautizado como Sebastián Acevedo.
[5] Programa de Ocupación para Jefes de Hogar, creado por la dictadura cívico-militar en la década del ochenta.
[6] José Comblin (1923-2011), sacerdote y teólogo católico belga. Vivió en Chile y falleció en Brasil, fue profesor de la PUC y apoyó de cerca las reformas de la iglesia durante los sesenta y setenta.
PESCA ARTESANAL Y TURISMO: ¿COMPLEMENTARIEDAD O RIVALIDAD? El caso de la localidad de Pehuen Co (Coronel Rosales - Buenos Aires – Argentina)
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Revista Planeo: Convocatoria Abierta 2019
[Por, María Emilia Estrada; Licenciada en Economía y Doctora en Geografía. Docente-Investigador del Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur (UNS ), Argentina. Coordinadora del Programa de posgrado Maestría en Desarrollo y Gestión Territorial UNS.
Juan Pablo Arnaboldi; Alumno avanzado de la Licenciatura en Turismo. Departamento de Geografía y Turismo de la UNS, Argentina]
Recibido el 14 de febrero de 2018, publicado el 15 de julio de 2019
Resumen
El desarrollo de la actividad turística genera múltiples efectos en los actores y en las actividades productivas co-localizadas en el territorio, particularmente en las consideradas como más sensibles, tal como la pesca artesanal. Donde las relaciones que se establecen son complejas e involucran desde la rivalidad por la utilización de los recursos comunes y la existencia de externalidades negativas cruzadas; a otras de complementación y retroalimentación, tales como el aprovechamiento compartido de infraestructura y de los demandantes. La coexistencia de estas cuestiones genera efectos muy diversos tanto en las actividades productivas involucradas como en los actores en términos económicos, sociales, culturales y ambientales, los que se ven reflejados en dinámicas territoriales localizadas. Este trabajo aborda las distintas relaciones desplegadas entre la actividad turística y la actividad pesquera en la localidad Pehuén Co (Partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales-Buenos Aires-Argentina) buscando responder cuestiones tales como: ¿Cuáles son los puntos de conflicto y de complementación más relevantes entre las actividades/actores? ¿Las actividades vinculadas a la oferta de bienes y servicios para el turismo constituyen una salida real para mejorar situación de los pescadores artesanales o sólo representan labores de “refugio”/subsistencia que los mantiene en una situación de marginalidad? ¿El crecimiento del Turismo en Pehuén Co, está produciendo la desaparición de la pesca artesanal?
Palabras clave: pesca artesanal, turismo, recursos comunes
Abstract
The development of the tourist activity generates multiple effects in the actors and in the productive activities co-loca- ted in the territory, particularly in those considered as more sensitive, such as artisanal fishing. Where the relationships that are established are complex and involve rivalry through the use of common resources and the existence of negative externalities; to others of complementation such as the sha- red use of infrastructure and consumers. The coexistence of these issues generates very different effects both in the productive activities involved and in the actors in economic, social, cultural and environmental terms, which are reflected in localized territorial dynamics. This work deals with the different relationships between tourism activity and fishing activity in Pehuen Co (Coronel de Marina Leonardo Rosales – Buenos Aires – Argentina) seeking to answer questions such as: What are the points of conflict and complementation most relevant among the activities / actors? Do the activities linked to the offer of goods and services for tourism constitute a real outlet for improving the situation of artisanal fishermen or do they only represent subsistence tasks that keep them in a situation of marginality? The growth of tourism in Pehuen Co, is causing the disappearance of artisanal fishing?
Keywords: artisanal fishing, tourism, common resources
NUEVOS PAISAJES URBANOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO: Propuestas de intervención en el espacio público para la promoción del bienestar
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisaje, Septiembre 2018
[Por, Karla Selene Arellano Hernández; Maestra en Psicología por la UNAM y Arquitecta por el Instituto Tecnológico de Durango Actualmente cursa el Doctorado en Urbanismo en la UNAM
Karina Landeros Mugica; Doctora en Psicología por la UNAM Profesora de tiempo completo de la Facultad de Psicología de la UNAM
Francisco Javier Urbina Soria; Maestro en Psicología por la UNAM. Profesor de tiempo completo y Coordinador Académico de la Maestría en Psicología con Residencia en Psicología Ambiental de la UNAM]
Recibido el 29 de Agosto 2018, publicado el 15 de Julio 2019
Resumen
Dentro del campo de estudio de la relación persona- ambiente se han desarrollado diversas investigaciones acerca de los denominados ambientes restauradores, entornos naturales y construidos que promueven beneficios importantes para la salud. Se ha encontrado que la presencia de elementos naturales, construidos y sociales en el espacio público urbano impactan positivamente en el bienestar de las personas que los utilizan. En el presente estudio se utilizó la evaluación de un modelo de intervención urbana para conocer su relación con la promoción de bienestar y restauración psicológica. Estas dos variables mostraron una relación significativa con los componentes de naturaleza y presencia de otras personas; además, los elementos de accesibilidad y naturaleza resultaron los de mayor relevancia sobre la decisión para utilizar el espacio.
Palabras clave: ambientes restauradores, bienestar, accesibilidad, naturaleza, espacio público.
Abstract
In the field of study of the relationship between per- son and environment, several researches have been carried out about the called restorative environ- ments, which are natural and constructed environ- ments that promote important health benefits. It has been found that the presence of natural, constructed and social elements in the urban public space has a positively impact to the well-being of the people who use them. For the present study it was used the evaluation of an urban intervention model to know it is relation with the promotion of well-being and psychological restoration. These two variables showed a significant relation with the components of nature and the presence of other people; besides, the elements of accessibility and nature were the most relevant about the decision to use the space.
Keywords: restorative environments, well-being, accessibility, nature, public space.
GEOGRAFÍA DE LA MEMORIA: Narrativas locales en la consolidación urbana de la localidad de Kennedy (Bogotá-Colombia)
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Revista Planeo Nº38: Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por, Natalia Isabel Gil Grandett; Licenciada en Ciencias Sociales Universidad Pedagógica Nacional Magíster en Geografía Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-Instituto Geográfico Agustín Codazzi]
Recibido el 30 de Noviembre 2018, publicado el 15 de Julio 2019
Resumen
El siguiente artículo contribuye a la reflexión acerca de las narrativas del territorio como instrumentos claves en la representación espacial, esclareciendo la relación entre: memorias colectivas, narrativas locales y representaciones espaciales, por medio del estudio de la geografía de la memoria aplicada al caso concreto de la localidad de Kennedy ubicada en la ciudad de Bogotá en Colombia. Metodológicamente la investigación se realizó a través de la recolección de historias de vida de actores claves, la construcción de cartografías participativas del territorio y análisis de investigaciones historiográficas.
Palabras clave: geografía de la memoria, memorias colectivas, narrativas locales.
Abstract
The following article contributes to the reflection about territorial narratives as key instruments in spatial representation clarifying the relationship between: collective memories, local narratives and spatial representations through the geography of memory, applied to the concrete case of the inhabi- tants of the locality of Kennedy located in the city of Bogotá in Colombia. Methodologically, the re- search was carried out through the collection of life histories of key actors, the construction of partici- patory cartographies of the territory and analysis of historiographical studies of the place of study.
Keywords: geography of memory, collective memories, local narratives
LA COMPLEJIDAD CONCEPTUAL DEL PAISAJE EN ARQUITECTURA
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisaje, Septiembre 2018
[Por, Carlos Ríos-Llamas; Facultad de Arquitectura Universidad de La Salle Bajío, México]
Recibido el 31 de Agosto 2018, publicado el 15 de Julio 2019
Resumen
El paisaje, en el pensamiento arquitectónico, es portador de desafíos sociales y científicos que se generan desde las relaciones contemporáneas entre el ser humano, la naturaleza y los proyectos de intervención sobre el territorio. El anunciado fin de la territorialidad al que conduciría la globalización se ha visto contestado por el redoblado esfuerzo de volver al ámbito de lo local y reconstruirlo. Al mismo tiempo, la “vuelta al paisaje” y la “vuelta al territorio”, más que una repetición de la historia, disponen una oportunidad para la reconceptualización y actuación desde nuevos paradigmas y conceptos que permitan replantear la manera como se insertan los proyectos arquitectónicos en el medio natural. Por un lado, conviene revisar los fundamentos de la noción de paisaje que se nos revelan desde la historia, porque la historia corresponde con las diferentes maneras como el hombre ve el mundo. Por otra parte, desde la complejidad del paisaje en arquitectura, es importante reflexionar sobre las soluciones que se sugieren en el presente, y cómo las producciones constructivas participan en los procesos de transformación del espacio. En definitiva, se trata de cruzar las reflexiones teóricas con los procesos sociales y con los desafíos de la profesión del arquitecto, en aras de pensar la contemporaneidad de los paisajes desde la complejidad y su materialización arquitectónica.
Palabras clave: paisaje, complejidad, arquitectura, territorio
Abstract
Landscape, in architectural thinking, faces social and scientific challenges generated among the contemporary net of the human beings, nature and the design interventions on the territory. The so-called death of the territory in the global era has been contested with a renewed coming back to the local sphere and rebuild it. This “return to landscape” and “return to territory” does not imply repeating history, but a new conceptualization and action from new paradigms. The importance of the analysis of concepts such as landscape and territory, aims to rethink artificial interventions in the natural environment. On the one hand, it is convenient to re- view the foundations of the notion of landscape that are revealed to us from history, because history corresponds with the different ways that man sees the world. On the other hand, from the complexity of the landscape in architecture, it is important to think on the sketches of solutions that are suggested in the present, and how plastic productions participate in the processes of transformation of space. In short, tis paper is about crossing intellectual concerns with scientific processes and the challenges of the profession, in order to think about the contemporary from its own complexity.
Keywords: landscape, complexity, architecture, territory
ASENTAMIENTOS INFORMALES EN CUENCA: EL OTRO LADO DE LA MONEDA
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por: Gina Rivera Torres, Arquitecta, Magister en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Erick Renato Serrano Fernández de Córdova, Arquitecto, Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Las ciudades ecuatorianas han experimentado en las últimas décadas fuertes procesos de informalidad en la ocupación del suelo, que ha derivado en importantes inequidades socio-territoriales. En Cuenca esta problemática ha comenzado a tomar vital relevancia en las últimas décadas, donde junto con el acelerado crecimiento urbano se ha producido una importante reproducción de los denominados “asentamientos de hecho”, donde paulatinamente las intervenciones realizadas por las administraciones de turno, han legitimado una ocupación que lejos está de alcanzar el “Buen Vivir” o el anhelado “Derecho a la Ciudad”.
Palabras claves: asentamientos informales, derecho a la ciudad, informalidad.
Im. 1. Asentamientos informales emplazados en áreas de riesgo en la ciudad de Cuenca.
Fuente: Erick Serrano, 2018
En las últimas décadas por su rol de mediación e intermediación urbana y territorial, así como por sus estándares urbanísticos, la ciudad Cuenca se ha convertido en un referente para la región; permitiéndole inclusive a nivel Latinoamericano posicionarse como uno de los modelos de desarrollo para ciudades intermedias. Ello la ha convertido en un polo de atracción de un importante número de personas; quienes en su necesidad de “tener un techo”, han dado lugar a acelerados procesos de ocupación formal e informal. Si bien, estas segundas ocupaciones difieren en número, tamaño e intensidad respecto de las grandes metrópolis como Guayaquil y Quito; no dejan de ser preocupantes los problemas socio-territoriales, ambientales, políticos y económicos que de ello se deriva.
Con la promulgación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial Uso y Gestión del Suelo (2016), la informalidad en la ocupación del suelo ha tomado especial relevancia en la ciudad y en general en el Ecuador, al establecer la obligatoriedad de los Gobiernos Autónomos Descentralizados municipales o metropolitanos la gestión de los denominados “Asentamientos de Hecho”[1]; mismos que en Cuenca a más de situación “ilegal” se caracterizan por la manera improvisada y orgánica de ocupación principalmente de áreas en riesgo por pendientes que superan el 50%, áreas de inundación, de inestabilidad y en márgenes de protección de ríos y quebradas; donde la accesibilidad y conectividad son deficientes, los equipamientos comunitarios, espacios públicos e infraestructura en general son limitados y en los casos más comunes, éstos simplemente no existen.
Como señala Abramo (2012) estos asentamientos son resultados de la “lógica de la necesidad”, pues para la población de clase baja, la ocupación informal se ha convertido en casi la única solución para adquirir suelo a bajo costo y acceder a la añorada vivienda propia, que bajo regímenes legales como el incentivo a la vivienda social promovida por el gobierno desde los años 90, ha sido prácticamente imposibles de alcanzar. Primero porque los costos de las viviendas superan la capacidad de pago, y segundo porque las soluciones habitacionales se ubican en las áreas menos deseadas por el mercado, lejos de las zonas de empleo y estudios (Mena, 2010); lo que acentúa las inequidades socio-territoriales y fomenta la segregación socio-espacial.
Varias administraciones en su intención de mejorar las condiciones de habitabilidad de estos asentamientos, han emprendido proyectos principalmente dirigidos a la dotación de infraestructura básica, mitigación de riesgos y mejoramiento de la accesibilidad; pero que, al no ir acompañadas de una visión de integración urbana, ambiental y social; se han convertido en soluciones paliativas que, a más de favorecer la reproducción de estos asentamientos; han fomentado la inserción a un “mercado informal del suelo” (Jaramillo, 2008); que ha impulsado a sus habitantes a exigir paulatinamente al Estado la legalización de su situación, así como sus derechos a los servicios y demás oportunidades que brinda la ciudad; lo que ha conllevado importantes costes económicos, sociales, y ambientales.
Lo que han hecho las administraciones de turno con este proceso, es legitimar esta ocupación que transgreden todo lo establecido en las normativas vigentes y sobre todo en el modelo de territorio que se persigue; lo que ha derivado en una reconfiguración morfológica acompañada de una reorganización social (Torres, 2018); que en el caso de Cuenca, ha pasado de estar caracterizada por una heterogeneidad de estratos socio-económicos a evidenciarse en mayor grado, áreas completamente segregadas con importantes conflictos de inequidad.
Intervenciones que finalmente ponen en evidencia las visiones neoliberales que imperan al momento de actuar sobre estos asentamientos, y que no son más que la aplicación de las ideas impuestas por De Soto y generalizadas para todas las ciudades latinoamericanas desde la publicación del aclamado libro “El otro Sendero” (1987), en donde la informalidad no es concebida como un atraso, sino por el contrario, es una “solución” para las ciudades; al contribuir a una verdadera economía de mercadeo.
Planteamientos que tal como lo expone Pradilla (1995) han sido ampliamente criticados por diversos investigadores latinoamericanos, principalmente por su carácter “encubridor e ideológicamente burgués” (p. 7); que niega deliberadamente las verdaderas razones de ser de estos asentamientos, evidenciado con ello la incapacidad estatal para brindar condiciones de vida digna a los sectores más pobres.
Para Cuenca la informalidad en la ocupación del suelo se ha convertido en su talón de Aquiles, pues siendo una de las ciudades pioneras en los procesos de planificación urbana en el país iniciada en los años 40; la complejidad que conlleva el crecimiento urbano ha puesto en evidencia las limitadas herramientas de planificación y gestión urbana, la visión neoliberal que impera en las intervenciones, pero sobre todo, deja ver el grado utópico que tiene el concepto del “Derecho a la ciudad” promulgado en la carta magna del Ecuador (2008); pues en los últimos años, más allá de su mera declaración en los modelos territoriales, objetivos y visiones, éste no han logrado ser territorializado.
Si bien es cierto que las ciudades se construyen a través de narraciones, historias y visiones de un futuro sostenible, siendo prácticamente la imagen que se “vende” al resto del mundo; parte de entender la complejidad urbana, es reconocer que existen procesos que superan estos imaginarios y que requieren ser visibilizados, reconocidos y aceptados. En este sentido, es necesario como apunta Torres (2018), abordar la informalidad urbana como un modo de urbanización que existe y seguirá aumentando en el mismo grado e intensidad, de no encontrar los mecanismos que permitan, desde la planificación y gestión urbana, dar una solución real a los conflictos socio-territoriales.
Dejar de negar ese otro lado de la moneda, el de los asentamientos informales tildado como la “no ciudad”; es el primer paso que debe dar Cuenca, para alcanzar un crecimiento urbano sostenible y amigable con todas las formas de habitar la ciudad.
Bibliografía:
Abramo, P. (2012). La ciudad com-fusa: mercado y producción de la estructura urbana en las grandes metrópolis latinoamericanas. Revista Eure, 38(114), pp. 35-69
Escoffié, C. (2018). Mitos sobre la población en asentamientos informales. Recuperado Mayo 2019 de: https://www.animalpolitico.com/columna-invitada/prejuicios-sobre-la-poblacion-en-asentamientos-informales/
Harvey, D. (2007). Espacios del capital. Hacía una geografía crítica. Barcelona, España: Akal.
Jaramillo, S. (2008). Reflexiones sobre la “informalidad” fundiaria como peculiaridad de los mercados del suelo en las ciudades de América Latina. Territorios, (18-19), pp. 11-53.
Morales, J. (2016). Informalidad y Derecho a la Ciudad en Ecuador. Recuperado Mayo 2019 de: http://investigaciones.puce.edu.ec/handle/23000/966
Pradilla, E. (1995). El mito neoliberal de la informalidad urbana. Recuperado Mayo 2019 de: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Ecuador/ciudad/20121009040840/mito.pdf
Torres, D. (2018). Informalidad urbana en la era neoliberal ¿Una categoría en crisis? Recuperado Mayo 2019 de: https://www.researchgate.net/publication/332448963
[1] Art. 74 Asentamientos de Hecho: están conformados de lotes subdivididos sin autorización legal, consolidado por los posesionarios que no cuentan con título de propiedad individual, encontrándose en una situación irreversible y que necesitan legalizar la tenencia de la tierra y el desarrollo de obras de infraestructura; y no están dentro del margen y normas establecidas por las autoridades encargadas del ordenamiento territorial.
La autoconstrucción informal como proyecto de integración
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por: Tai Lin Muñoz; Arquitecto. Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos. Laboratorio 9×18 Escuela de Arquitectura P. Universidad Católica.
Resumen
La autoconstrucción asistida ha sido un antiguo tema de debate entre planificadores, políticos y profesionales. A pesar de que por ciclos es mejor o peor considerada, los pobres urbanos continúan autoconstruyendo informalmente, desde cero o modificando viviendas formales ya “terminadas”. La columna propone que la autoconstrucción debe ser mirada como una práctica de integración social, a través de la cuál los pobladores configuran formas de integrarse a la ciudad. En este sentido, los autoconstructores son planificadores urbanos y estudiar la autoconstrucción informal, es estudiar cómo el mundo popular entiende la ciudad.
Palabras Clave: Autoconstrucción – Informalidad – Ciudad
Presentación
El premio Pritzker a Alejandro Aravena el año 2016, reconocido a nivel mundial por sus “half houses” ha reflotado la mirada sobre la autoconstrucción asistida, o progresividad, como un camino pertinente para las políticas de vivienda (Kozak, 2016). La autoconstrucción asistida, tiene una larga vida desde mediados del Siglo XX, y ha tenido distintas versiones a lo largo de su presencia en el debate de políticas de vivienda, como el lote con servicio, la vivienda de ayuda mutua, participacionismo, entre muchas otras. En cualquiera de sus formas, la autoconstrucción asistida no ha dejado ni a la academia ni a la política indiferentes. En gran medida, porque siguiendo a sus éxitos -como la de un premio Pritzker- vienen por inercia las evaluaciones y críticas para la autoconstrucción asistida (Ward, 1982).
Más alejada de los laureles, la autoconstrucción informal, pura y dura, ha sido uno de los más persistentes fenómenos observados en el mundo en desarrollo. Alrededor del planeta, ha sido un repertorio de acción original del mundo popular. Su larga trayectoria y permanencia observable, así como su porfiada vigencia y actualidad, no solo como tema de debate, sino que principalmente como práctica, debe motivarnos a repensar el rol social que ha tenido como un tipo de planificación urbana basada en el aprendizaje social (Friedmann, 2001), con fines bien definidos.
Im. 1. Autoconstrucciones en viviendas «terminadas». La Pintana. Santiago de Chile
Fuente: el autor
La historia “formal”: las políticas de autoconstrucción asistida
La historia oficial de la autoconstrucción asistida tiene grandes consensos. Debido a su temprana urbanización en la primera mitad del Siglo XX, Latinoamérica pareció la primera -aunque no la única- vitrina de la autoconstrucción. El arquitecto inglés John Turner se volvió el gran promotor mundial de la autoconstrucción, después de trabajar en Perú en una de las numerosas agencias de vivienda que se multiplicaban bajo el gobierno del arquitecto Belaunde (1963 – 1968). Desde su paso por Perú, estudió sistemáticamente distintos tipos de experiencias, así como las relaciones comunitarias en las que se originaban (Turner, 1963; 1968). Al camino recorrido por Turner le debemos la inclusión de la progresividad en distintas políticas de vivienda alrededor del mundo (Gorelik, 2008).
Las ventajas de la autoconstrucción se visualizaron en dos ámbitos. Por un lado, ahorraba a los gobiernos y a los organismos financieros internacionales los recursos que requerirían viviendas “terminadas”. Recursos que además podían ir a otras de las múltiples prioridades que una nación en desarrollo requiere. Por otro lado, parecía una forma de capitalismo popular que abría las puerta de los pobres urbanos a poseer no solo una vivienda, también un capital desde el cuál insertarse al sistema económico (Davis, 2007).
También han existido críticas. Por un lado, las políticas de autoconstrucción han permitido a los Estados eludir su responsabilidad en la dotación de viviendas dignas. Por otro, ha sido observable que la conversión de los pobres a pequeños capitalistas por la entrega de un título sobre un terreno no ha ocurrido (Calderón, 2014).
La autoconstrucción informal
Más allá de logros y críticas, la persistencia de la menos laureada autoconstrucción informal como un repertorio de acción en el mundo en desarrollo, y en específico en Latinoamérica, debe llevarnos a cuestionar como se ha pensado desde sus versiones formales. Incluso en contextos de países que han sufrido profundas transformaciones producto de su inserción al sistema capitalista mundial. En un sentido similar a cómo los movimientos de pobladores han descrito trayectorias independientes de las interpretaciones académicas y políticas que se establece sobre ellos (Cortés, 2014), la autoconstrucción informal describe una aparente autonomía que requiere revisarse en su propio mérito.
La autoconstrucción abre las posibilidades de una vivienda. Es un proceso por el cual las edificaciones y los barrios van continuamente mutando. Incluso se hace presente en viviendas “terminadas”, las cuales al tiempo de ser entregadas empiezan rápidamente a ampliarse y modificarse. Pero sería simple afirmar que la autoconstrucción busca “aumentar el espacio”. En la suma de modificaciones de viviendas autoconstruidas se imbrican múltiples posibilidades que refieren a formas de relacionarse entre sujetos y la ciudad (Lin, 2011). Autoconstruir permite generar ingresos a través de dar servicios o incluir actividades productivas. Permite establecer espacios de mediación con los otros y con lo público, salvaguardando las distancias y estableciendo controles. La autoconstrucción también refleja complejas estructuras familiares y comunitarias a las que se les da cabida dentro de una vivienda.
Muy lejos de posiciones marginalistas, pero también guardado distancia de las economías políticas que ven solo las asimetrías en el proceso de urbanización, la autoconstrucción ha sido un medio de integración. Ha permitido a los pobres urbanos fundar un lugar desde el cual insertarse en la ciudad. La ciudad ha tenido para el mundo en desarrollo un rol fundamental. Mientras que los Estados fallan en proveer derechos políticos, sociales y económicos, los pobres urbanos los han ido a buscar a la ciudad, como si se tratara de un circuito paralelo de acceso a derechos y servicios. Así, mientras la autoconstrucción sea una práctica que se orienta a la integración social, los autoconstructores son en los hechos, planificadores urbanos que, a través de las posibilidades materiales de la vivienda, hacen ciudad.
Mirar la autoconstrucción como práctica social, y no como un mero concepto, permitirá abrir nuevos campos de investigación y comprensión para el problema de la vivienda y la pobreza urbana. La reproducción de repertorios de acción, los modos de vida, y la forma en que el mundo popular se lee a si mismo, a la informalidad, y a la ciudad.
Bibliografía
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Cortés, A. (2014). El movimiento de pobladores chilenos y la población La Victoria: ejemplaridad, movimientos sociales y el derecho a la ciudad. EURE, 239-260.
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Gorelik, A. (2008). La aldea en la ciudad. Ecos urbanos de un debate antropológico. Revista Museo de Antroplogía. Universidad Nacional de Córdoba, 1, 73-96.
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Lin, T. (2011). Evolución del espacio doméstico en «bloks» de vivienda social. Autoconstrucción y vulnerabilidad en conjunto de vivienda básica. Revista CIS, 3-23.
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La nueva-vieja pobreza y la persistencia de la informalidad urbana
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por: Felipe Valenzuela; Sociólogo, MSc Development Administration and Planning, Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos; Profesor Adjunto Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile
Resumen
La reducción del déficit habitacional cuantitativo en las últimas décadas en Chile, trasladó la discusión sobre los problemas de la pobreza urbana desde los antiguos asentamientos informales hacia las dificultades de integración de los nuevos conjuntos de vivienda social. Sin embargo, en los últimos años los campamentos y otras modalidades de la informalidad han aumentado, especialmente en algunas ciudades. Las limitaciones de la política habitacional y las restricciones impuestas por el mercado inmobiliario dificultan el acceso a la vivienda para los sectores populares, lo que lleva a que la nueva pobreza de los conjuntos de vivienda social conviva de manera creciente con la nueva-vieja pobreza de la informalidad.
Palabras clave: pobreza urbana, informalidad, campamentos
Ante la significativa reducción del déficit habitacional cuantitativo que había experimentado el país, durante la década de los 2000 cambió el foco de atención respecto a los problemas de la pobreza urbana en las ciudades chilenas. En 2003, Manuel Tironi describió la “nueva pobreza urbana” (Tironi, 2003), en 2005 Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes instalaron el concepto de “los con techo” (Rodríguez & Sugranyes, 2005) y en 2010 Rodrigo Salcedo se refirió al último “slum” de Santiago al estudiar el cierre de la Toma de Peñalolén (Salcedo, 2010). Esta nueva pobreza no correspondía a la tradicional idea de pobreza subdesarrollada que habita en los asentamientos informales, sino que a una pobreza que se generaba bajo los procesos de modernización que experimentaba la sociedad chilena y que, en términos residenciales, habitaba en los nuevos conjuntos de vivienda social.
Este cambio de enfoque se relaciona con la masificación de la política habitacional en Chile, que desde el retorno a la Democracia en la década de los 90’ logró reducir de manera importante los índices del déficit cuantitativo, pero significó también la aparición de nuevos problemas urbanos, asociados a la segregación, la escasez de servicios y problemas importantes de convivencia en los nuevos barrios de vivienda social. En este contexto, la discusión en torno al problema de la vivienda de los sectores populares se trasladó hacia las condiciones de integración social y urbana de estos nuevos barrios, dejando en un segundo plano los problemas relacionados a la informalidad, las tomas de terreno, la autoconstrucción y las “poblaciones callampa”, que tuvieron un rol central en la discusión sobre los problemas de la vivienda en décadas anteriores, y que hoy parecerían más bien una anomalía respecto al actual nivel de desarrollo de la sociedad chilena.
Sin embargo, durante la década del 2010 se ha observado un resurgimiento de los asentamientos informales en Chile. En 2011 el Ministerio de Vivienda realizó un Catastro Nacional de Campamentos, con el objetivo de “volver a poner en la palestra un tema que parecía superado o en vías de superarse en la última década” (MINVU, 2013, p. 6). Se contabilizaron 27.378 hogares viviendo en 657 campamentos a nivel nacional, para los cuales se definió posteriormente una estrategia de cierre. No obstante, siete años después un nuevo catastro contabilizó un total de 822 campamentos y 46.423 hogares habitando en ellos. Es decir, solamente entre 2011 y 2017 la cantidad de hogares en campamentos aumentó en 70%, pese a la aplicación de programas habitacionales especialmente orientados a atender a este grupo de la población.
El crecimiento de los campamentos se concentra especialmente en algunas ciudades del norte y en el Gran Valparaíso, y es mucho menos importante en Santiago. De hecho, las comunas de Antofagasta y Viña del Mar tienen por sí solas más familias en campamentos que toda la Región Metropolitana. De esta forma, el diagnóstico de la “nueva pobreza” es mucho más certero para el caso de Santiago (desde donde proviene el diagnóstico), pero no necesariamente para otras ciudades donde la informalidad persiste o incluso aumenta de manera significativa.
Im. 1. ‘Fotografía del campamento Felipe Camiroaga, tomada desde el campamento Leonardo Farkas, Viña del Mar’ / Fuente: El autor.
Pero la informalidad de la vivienda no se encuentra solo en los campamentos. Si definimos la informalidad urbana como la transgresión del marco normativo que regula el desarrollo urbano, podemos distinguir entre al menos cuatro modalidades de la informalidad que persisten en nuestras ciudades y que no existen solamente en los campamentos catastrados por el MINVU: la informalidad que tiene que ver con la construcción de la vivienda (autoconstrucción); la que se relaciona con la forma de ocupación del sitio (ocupación de hecho, cesiones de derechos, ausencia de título de dominio); la que tiene que ver con las normas urbanísticas (localización en zonas restringidas por los instrumentos de planificación; acceso irregular a servicios básicos); y la que proviene de un mercado informal (subarriendo de habitaciones; compraventa de sitios ocupados irregularmente).
Algunos ejemplos concretos donde se presentan estas modalidades de informalidad son los loteos irregulares definidos por la ley 16.741 de 1968, y que aún persisten sin ser regularizados, como sucede en los cerros de Viña del Mar; las viviendas autoconstruidas que han obtenido un título de dominio otorgado por Bienes Nacionales, pero mantienen condiciones de precariedad al localizarse en áreas de riesgo, como ocurre en las quebradas de Valparaíso; las subdivisiones irregulares de parcelas, a través de la cesión de derechos en áreas rurales (aunque con fines habitacionales urbanos), como las que han proliferado en la localidad de Laguna Verde; y las situaciones de arriendo de piezas sin contrato y en condiciones de hacinamiento, como ocurre en el centro y peri-centro de Santiago con población migrante.
En este escenario, la pobreza urbana continúa teniendo un componente importante de informalidad, y en algunos casos la tendencia parece ir incluso en alza. Ello coincide con las dificultades de la política habitacional para continuar reduciendo el déficit cuantitativo, que según la última Encuesta CASEN del año 2017, experimentó un alza significativa respecto a la medición anterior (Ministerio de Desarrollo Social, 2018). Por otra parte, acceder a una vivienda a través del mercado inmobiliario se hace cada vez más restrictivo, en la medida en que crece la brecha entre el precio de las viviendas y los ingresos económicos de las familias (IEUT, 2019). De esta forma, en vez de tratarse de una anomalía o un problema residual, la aparición de nuevos campamentos y la persistencia de otras modalidades de informalidad responden a un problema estructural respecto a la provisión de vivienda accesible para los sectores populares por la vía formal. La nueva pobreza de los conjuntos de vivienda social convive de manera creciente con la nueva-vieja pobreza de la informalidad.
Referencias
IEUT. (2019). La Tercera: Estudio revela creciente brecha entre precio de viviendas e ingresos familiares. Recuperado de http://estudiosurbanos.uc.cl/comunicacion/noticias-y-actividades/4630-la-tercera-estudio-revela-creciente-brecha-entre-precio-de-viviendas-e-ingresos-familiares
Ministerio de Desarrollo Social. (2018). Síntesis de resultados Vivienda y Entorno. Encuesta CASEN 2017. Santiago.
MINVU. (2013). Mapa Social de Campamentos 2011. Santiago: Secretaría Ejecutiva de Campamentos (MINVU).
Rodríguez, A., & Sugranyes, A. (2005). Los con Techo. Un Desafío para la Política de Vivienda Social. Santiago: Ediciones SUR.
Salcedo, R. (2010). The Last Slum: Moving from Illegal Settlements to Subsidized Home Ownership in Chile. Urban Affairs Review, 46(1), 90–118. https://doi.org/10.1177/1078087410368487
Tironi, M. (2003). Nueva pobreza urbana. Vivienda y capital social en Santiago de Chile, 1985-2001. Santiago: PREDES / RIL Editores.
Observatório de Remoções / Observatorio de Desalojos: investigación-acción en la “ciudad informal” de la Región Metropolitana de São Paulo (RMSP)
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por: Aluízio Marino, Doctorando en Planificación y Gestión del Territorio (Universidad Federal de ABC) e investigador del LabCidade, FAU/Universidad de São Paulo.
Raquel Rolnik, Arquitecta y Urbanista. Coordinadora LabCidade, FAU/Universidad de São Paulo.
Regina Dulce Lins, Arquitecta y Urbanista. Universidad Federal de Alagoas]
RESUMEN
Observatório de Remoções, surge como una experiencia voluntaria de profesores y estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidade de São Paulo (FAU/USP), en 2012, con el objetivo de reunir una base cartográfica que contuviera informaciones sobre los desalojos en curso en la ciudad de São Paulo, que hasta ese momento eran datos dispersos e inaccesibles al público. La segunda fase del Observatorio se inicia el año 2015, con financiamiento de la Fundación Ford, en esta etapa se incluye a la Universidade Federal do ABC y los municipios de São Paulo y los que componen el grande ABC. La naturaleza del proyecto se redefine como un proyecto de investigación-acción, permaneciendo el objetivo más amplio que era identificar, mapear y comprender las escalas, personas y grupos afectados por desalojos forzados tanto de sus viviendas como de su hábitat. El proyecto se estructuró en dos frentes de actuación: elaboración de mapas colaborativos y acciones colaborativas con las comunidades u observando de cerca[2].
PALABRAS CLAVE: desalojos, activismo cartográfico, derecho a la ciudad, São Paulo
El Observatorio de Desalojos -Observatório de Remoções (OR)- realiza, desde el año 2012, el mapeo de desalojos y amenazas de desalojos, un fenómeno históricamente invisible. Aquí se ha entendido el desalojo como un proceso colectivo de expropiación en que personas y/o familias, en general de bajos ingresos, son desplazadas de manera forzosa de sus lugares de alojamiento o lugar de residencia. Por tanto, el foco del Observatorio está en los procesos de desplazamiento forzado que afecta a grupos o a comunidades, o sea, desalojos o amenazas de desalojos de tipo colectivos. No son registrados en este banco de datos y en el mapeo los casos de desalojos individuales o unifamiliares.
Los primeros resultados cartográficos del Observatorio fueron publicados en el año 2012, dando visibilidad a los desalojos y amenazas de desalojos en la ciudad de São Paulo. Se utilizaron diversas fuentes de información sobre los eventos entre los años 2010 y 2012, entre ellos, recorte de noticias sobre el tema en medios de comunicación; trabajo de campo; bancos de datos públicos, datos de ONGs y movimientos sociales por el derecho a la vivienda, además de denuncias recibidas por la Relatoría Especial para el Derecho a la Vivienda Adecuada de la ONU[3].
Con el objetivo de ampliar el compromiso de los afectados con esta herramienta de denuncia, el Observatorio lanzó en 2017, la tercera y actual versión del mapeo (ver imagen 1). Esta versión: (i) amplía el territorio de análisis, pasando de 5 a 10 municipios en la RMSP; (ii) presenta cambios en la narrativa cartográfica, utilizando un lenguaje e iconografía de un “activismo cartográfico” (Santos, 2011); y (iii) simplifica una herramienta de denuncias disponible para la comunidad, por medio de un canal directo vía WhatsApp.
Imagen 1. Mapa de desalojos / Fuente: http://www.labcidade.fau.usp.br/mapa-denuncias/
Mapear los desalojos[4]: un desafío en la “ciudad informal”
Favelas, ocupaciones y otros territorios populares en la ciudad son generalmente definidos como ilegales. Las personas y las familias que residen en esos espacios son tratados por los medios hegemónicos y por buena parte de la opinión pública como invasores e incluso como criminales. La lógica de la ilegalidad justifica la ausencia de inversiones públicas, o la escasez de equipamiento social, servicios públicos e infraestructura urbana. Se trata de territorios con varias condiciones de vulnerabilidad y precariedad, blancos frecuentes de desalojos y violencias.
La criminalización de esos territorios y de los sujetos que allí habitan, producen que los desalojos sean prácticamente invisibles. Por ser considerados ilegales, ocupaciones y favelas son removidas en la mayoría de las veces sin ningún tipo de aviso previo o procedimiento jurídico.
“Al delimitar esos territorios como ´ilegales´, muchas veces sobreponiéndose a los tejidos urbanos preexistentes, las normas de planificación, construcción y ocupación de suelo definen una geografía de invisibilidad para la política urbana o clasifican una presencia constituida -pero nunca plenamente establecida- como excepción.” (Rolnik, 2015, p.193)”
La invisibilidad de los desalojos, el origen y motivación del mapeo realizado por el Observatorio, es, al mismo tiempo, el principal desafío. Esa “geografía de invisibilidad” impacta el levantamiento de datos e informaciones sobre los desalojos, transformándose en una tarea compleja.
Para transformar esta situación y construir una base de datos confiable, es necesario recurrir a diversas fuentes, lo que, a su vez, genera otros desafíos. Los datos incompletos o imprecisos también son fragmentados y de difícil georreferenciación, pues no poseen indicaciones de direcciones; o en otras ocasiones, el nombre del lugar adoptado por las comunidades, no corresponden a los registros oficiales o no se pueden constatar en las bases de datos institucionales utilizadas para el mapeo. Como resultado de esa geografía específica de buena parte de los desalojos, el banco de datos subestima el fenómeno, es decir, los datos representados en el mapa no corresponden a la totalidad de los desalojos y amenazas de desalojos existentes en el territorio estudiado.
La ausencia de estadísticas públicas sobre los desalojos y amenazas de desalojos, también representan un desafío considerable. La única base de datos que contiene dicha información y las pone a disposición del público es el banco de Sentencias del Tribunal de Justicia del Estado de São Paulo (TJSP); sin embargo, en él se registran sólo los casos que ya han sido procesados y tramitados en primera instancia. La mayor limitación con esta fuente de datos es: (i) la forma en que los datos están organizados, lo que imposibilita realizar recortes y diferenciar los desalojos colectivos de los desalojos individuales; y (ii) la visualización de los datos sólo permite un análisis de aquellos que están en proceso, imposibilitando el análisis a escala metropolitana.
Además de la invisibilidad, fragmentación e inexactitud de los datos relativos a los desalojos y amenazas de desalojos, el proceso de mapeo se enfrenta al dilema de denuncia o exposición. En el caso de amenazas de desalojos, es decir, cuando el desplazamiento aún no es concretado, el dilema sobre el mapeo de estas situaciones se convierte en un tema delicado. Nos preguntamos cotidianamente: ¿hasta qué punto identificar una determinada comunidad u ocupación como amenazada fortalece su resistencia y contribuye a su permanencia? O, al contrario, ¿en qué momento el mapeo puede aumentar la situación de vulnerabilidad de la ocupación?
Si, por un lado, las tecnologías de mapeo colaborativo tienen el potencial de fortalecer resistencias, cuando son apropiadas por comunidades y movimientos sociales, por otro, persisten las desigualdades de poder relacionadas con el dominio de la técnica, informaciones e infraestructura necesaria (computadores, conexión a internet, softwares). Una vez que las cartografías son producidas y diseminadas a partir de herramientas de mapeo digital, los grupos afectados o amenazados pierden el control sobre esta información, lo que implica riesgos (Sletto et al, 2013). El riesgo de exposición lleva a situaciones en que determinadas informaciones no pueden ser reveladas, o sea, es necesario delimitar la visibilización, pues el mapeo indiscriminado de amenazas de remoción puede ampliar los conflictos existentes o al mismo tiempo, exponer a las personas a situaciones de violencia. Es fundamental velar por la seguridad de las comunidades, esto es, la ausencia de informaciones es muchas veces una estrategia consciente. Un ejemplo de esa estrategia es preservar información y las decisiones de no mapear ocupaciones de vivienda, a menos que exista un claro indicio de amenaza de expulsión.
La estrategia adoptada por el Observatorio para enfrentar este dilema fue mapear sólo las amenazas latentes, adoptando los siguientes criterios de inclusión: (i) ocupaciones que son blanco de procesos de reintegración de propiedad o que fueron notificadas por las autoridades públicas; (ii) comunidades localizadas en áreas donde están planeadas intervenciones urbanas o grandes obras; (iii) asentamientos precarios en áreas de riesgo previamente señalados en bancos de datos públicos; (iv) favelas en listas de proyectos de reasentamiento; y (v) amenazas de desalojo informados por los medios de comunicación.
La importancia de un mapeo de los desalojos y amenazas de desalojos
Nos parece, que por sí mismo, la visibilidad de una problemática social históricamente invisibilizada -considerando los límites ya expuestos- es una contribución importante (ver imagen 2). Además de representar los desalojos y las amenazas de desalojos en el territorio, el mapeo identifica también: (i) el número de familias afectadas o amenazadas; (ii) las principales justificaciones de los actores responsables de las expropiaciones; (iii) la presencia de movimientos sociales; entre otras informaciones específicas en cada caso. La sistematización de esos datos en formato de mapa contribuye a la comprensión de la geografía, la dinámica de los desalojos y las amenazas de desalojos a escala metropolitana, identificando así, territorios con mayor presencia de conflictos de suelo e inmobiliarios. El mapeo también es una herramienta importante para la comprensión ampliada de la dinámica vinculada a la re-estructuración territorial de la metrópolis y su relación con los desplazamientos.
Imagen 2. Visibilidad de los desalojos y amenazas de desalojos en la RMSP / Fuente: http://www.labcidade.fau.usp.br/mapa-denuncias/
El banco de datos con las informaciones de los desalojos y las amenazas de desalojo que están en el mapeo es abierto y está disponible para que otros investigadores lo puedan utilizar. Las publicaciones con los resultados y análisis de los mapas están bajo la licencia creative commons. En este sentido el Observatorio contribuye para el desarrollo de otras investigaciones.
La herramienta de denuncia y el mapa son instrumentos en la lucha por la permanencia de las comunidades, y además, por la atención habitacional adecuada, cuando los desalojos son inevitables. Las informaciones y las denuncias recibidas por el Observatorio, en muchas ocasiones subsidian acciones de defensa y garantía de los derechos. Una de las prácticas adoptadas por el equipo responsable del mapeo, es entregar la información a la Asistencia Jurídica Pública (Defensoría Pública) o a instituciones que trabajan en la defensa del derecho a la vivienda, con el fin de garantizar apoyo jurídico a las comunidades amenazadas.
El mapeo de las remociones se inserta por tanto, en la perspectiva de un activismo cartográfico, en la medida que fortalece la lucha de los movimientos sociales y las comunidades, instrumentalizando procesos de resistencia y permanencia. La cartografía no es un conjunto de técnicas neutras, por el contrario, los mapas fueron utilizados a lo largo de la historia como instrumentos de control y manutención del poder hegemónico (Lacoste, 1988). El mapa, además de una forma de representación geográfica, es conocimiento y, por tanto, poder (Foucault, 1996). Los mapas representan además de territorios, intereses y visiones de mundo. A partir de la década de 1990, verificamos estudios y prácticas que denuncian la parcialidad de la cartografía institucional y evidencia la importancia de una cartografía crítica o social (Crampton; Kryeger, 2008; Acselrad, 2010).
Actualmente constatamos una efervescencia de producciones cartográficas que incorporan lecturas e interpretaciones que hasta entonces estaban ausentes en la producción institucional, en otras palabras, constatamos una proliferación de activismos cartográficos. La investigación-acción del Observatorio adopta esa perspectiva alternativa y descolonizadora de la cartografía. El mapeo de los desalojos es una herramienta de denuncia de las múltiples dimensiones de la situación de inseguridad habitacional y un instrumento de lucha por la vivienda y el derecho a la ciudad en la Región Metropolitana de São Paulo.
Referencias bibliográficas
- Acselrad, Henri. Mapeamento, identidades e territórios. In: Cartografía Social e Dinâmicas Territoriais: marcos para o debate. Rio de Janeiro: UFPR/IPPUR, 2010. p.9-46.
- Crampton, Jeremy; Kryeger, John. “Uma introduçao à cartografía crítica”. In: Cartografías Sociais e Território. Rio de Janeiro: YFRJ, 2008. pp. 85-112.
- Foucault, Michel. La arqueología del saber. Medellín: Siglo XXI, 1996.
- Lacoste, Yves. A Geografía – isso serve, em primeiro lugar, para fazer a Guerra. Campinas: Ed. Papirus, 1998.
- Rolnik, Raquel. “Informal, ilegal, ambiguo”: a construçao da transitoriedade permanente. In: Guerra dos Lugares: a colonizaçao da terra e da moradia na era das finanças. Sao Paulo: Boitempo Editorial, 2015. pp. 169-194.
- Santos, Renato Emerson dos. Ativismo cartográficos: notas sobre formas e usos de reprentaçao espacial e jogos de poder. Revista Geográfica de América Central. Número Especial EGAL, 2011 – Costa Rica. II Semestre 20111. p 1- 17.
- Sletto Bjorn I; Bryan, Joe; Torrado, Marla; Hale, Charles; Barry, Deborah. Territorialidad, mapeo participativo y política sobre los recursos naturales: la experiencia de América Latina. Cuadernos de Geografía, 2013, Vol. 22 (2), pp. 193-310.
[1] Este artículo se basa en parte del trabajo realizado por el Observatório de Remoções, disponible en: Lins, Regina Dulce; Rolnik, Raquel (org.) Observatório de Remoções 2017-2018: relatório bianual . São Paulo: FAU USP, 2018. 220 p. Disponible en portugués: http://www.labcidade.fau.usp.br/observatorio-de-remocoes-apresenta-o-relatorio-2017-2018/
[2] La actuación a partir de la escala “Observendo de cerca” en el ámbito de acciones colaborativas con las comunidades afectadas permitió comprender el significado de las remociones en la vida de las familias en medio de sus coyunturas; e incorporar el punto de vista de quien está en amenza de remoción. Además, en conjunto con los afectados, se produjeron contra propuestas de remoción. Ver el caso de Campos Elíseos:http://www.labcidade.fau.usp.
[4] Mapear los desalojos: un desafío, es un texto que forma parte de un artículo mayor de los autores: “Experiências de mapeamento das remoções e ameaças de remoção na RMSP”, de Aluizio Marino, Raquel Rolnik y Regina Dulce Lins. Disponible en Observatório de Remoções 2017-2018, org. Regina Dulce Lins y Raquel Rolnik.
comercio EN LA VÍA PÚBLICA: propuestas para una POLÍTICA de regulación en base a la experiencia de Santiago
Vercomercio EN LA VÍA PÚBLICA: propuestas para una POLÍTICA de regulación en base a la experiencia de Santiago
Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por: Paula Altamirano Estay, Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Chile, Jefa Área Proyectos, Ciudad y Territorio, DESE – Dirección de Extensión y Servicios Externos, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos
Christian Matus Madrid, Antropólogo Social, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Profesor Adjunto Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
El comercio informal que se desarrolla en los bienes nacionales de uso público constituye un desafío para los municipios en Chile. Muchas veces el estigmatizado comercio en la vía pública ha enfrentado diversas propuestas locales que van desde la tolerancia a la erradicación por parte de las autoridades. Un estudio aplicado permitió proponer definiciones y principios para una futura política de control y regulación. Como principal conclusión se propone reconocer este tipo de comercio respetando sus singularidades, y su relación con el espacio público, considerando su condición de actividad que forma parte de la economía informal que debe cumplir ciertos requisitos para ser legítima manteniendo ciertas libertades.
Palabras Clave: COMERCIO INFORMAL, REGULACIÓN, ESPACIO PÚBLICO
Im 1. Comercio en B.N.U.P autorizado en el Barrio Meiggs, Comuna de Santiago
Fuente: elaboración propia
2,5 billones de personas -poco más de la mitad de los trabajadores del mundo- trabajan en la economía informal (ILO, 2017). En Chile, según el Instituto Nacional de Estadísticas (2019) existe una tasa de ocupación informal de 28,6%, dentro de la cual el comercio ambulante en la vía pública constituye una de las manifestaciones más visibles, siendo la comuna de Santiago uno de los espacios que cuentan con mayor número de vendedores informales, planteándose que a 2015 (I.M. Santiago 2015) existían más de 2000 comerciantes en la vía pública, entre autorizados y comercio ilegal, incluyendo quioscos, puestos en la vía pública y ferias libres de la comuna.
Los comerciantes informales, ya sea autorizados o no, son vistos como un problema por las administraciones municipales del país, siendo considerados una competencia desleal hacia los negocios formales que deben cumplir con normativas más exigentes. El tema es tratado desde la perspectiva de la inseguridad, siendo el comercio informal frecuentemente relacionado con la presencia de delitos, y sus productos, asociados con artículos ilegales o fraudulentos, vinculados al contrabando y piratería. En términos de su abordaje a la problemática, los municipios han planteado distintas estrategias, que van desde su aceptación, en base a políticas de “tolerancia”[1], hasta su control y prohibición llegando a aplicar incluso multas al comprador.
El Comercio informal en la vía pública: evidencias desde la comuna de Santiago
En el año 2015, la Dirección de Extensión y Servicios Externos (DESE UC) desarrolló el estudio “Propuesta de regulación y control del comercio en la vía pública”, encargado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, teniendo como caso de estudio la comuna de Santiago. Con el objetivo de crear un perfil actualizado de los comerciantes que trabajaban en la vía pública y realizar un diagnóstico de su situación, se desarrollaron descripciones etnográficas, análisis de experiencias internacionales, veinte grupos focales con comerciantes y se levantaron 300 encuestas en terreno a comerciantes de la vía pública, con y sin permiso municipal, en los barrios Franklin, Meiggs y el centro de Santiago.
El estudio permitió reconocer los aspectos positivos del comercio informal reconociendo la perspectiva de los actores involucrados. Consultados por los beneficios de su actividad, los comerciantes informales, tanto autorizados como ilegales, coincidieron en valorar la libertad de tomar sus propias decisiones relativas al trabajo, de no tener un jefe y no cumplir horarios. Asimismo, fue relevante conocer cómo el comercio en la vía pública representaba una oportunidad laboral para personas con dificultad para entrar al mercado formal, por ejemplo, personas mayores, con poca educación, minusválidos o personas con enfermedades limitantes. Por otro lado, la encuesta evidenció que un tercio de los comerciantes eran habitantes de la misma comuna y que 75% tenían personas que dependían económicamente de ellos, develando que los permisos municipales ayudan al desarrollo de sus propios habitantes. Respecto de la compra de productos, la mayoría adquiría sus productos en negocios establecidos mayoristas (37%), importadoras (19%) y La Vega (12%). Por otra parte, la mayoría de los comerciantes poseían más de 15 años trabajando en la vía pública y 68% señalaron que no estaría dispuesto a trabajar fuera de ella, lo que demuestra que está lejos de ser una actividad provisoria.
A partir de los resultados del diagnóstico, la revisión y consideraciones sobre la base de la experiencia internacional, se propusieron las bases para desarrollar una política pública específica para atender las particularidades de este sector informal de la economía y su relación con el espacio público, reconociendo su aporte a la economía y el empleo. En tal sentido, se propuso como fundamento esencial de la definición de política el reconocer el comercio en la vía pública como parte de la economía informal pero legítima a aquellas actividades económicas ejercidas de forma ambulatoria sobre bienes nacionales de uso público, sea en la prestación de servicios o venta de productos, así como actividades artísticas, siempre y cuando tributen como contribuyentes, se generen a partir de una trazabilidad legal y se ejecuten de manera autónoma, es decir, sin empleador ni bajo subcontratación.
La propuesta de política se fundamentó en cuatro principios rectores: reconocimiento, singularidad, formalización y autorregulación. El reconocimiento del comercio que se desarrolla en la vía pública como positivo e importante, ya que genera empleo, dinamiza la economía y cubre un área de provisión de bienes y servicios complementario al comercio establecido. El principio de singularidad reconoce al comerciante como actor económico, quien hoy no está considerado debidamente en su aporte a la economía local y su complementariedad con la economía formal, pero tampoco en su condición de contribuyente ni en las estadísticas empleo, ingresos y/o producción. La formalización establece que todos los esfuerzos de la política deben estar orientados a la formalización del comercio ejercido en la vía pública en virtud que este tenga legitimidad institucional. Se debe pretender profesionalizar y modernizar su funcionamiento, además de lograr una mayor seguridad y protección social a aquellos (as) que ejercen esta actividad. Por último, la política debe promover la autorregulación de los que ejercen esta actividad, fortaleciendo su carácter asociativo en búsqueda de favorecer sus procesos de formalización y el diálogo con las instituciones de fomento y regulatorias.
La definición de fundamentos y principios para una política de regulación es un aporte fundamental para generar un acuerdo como país en la forma de relacionarnos con el comercio informal que se ejerce en la vía pública. Para esto se hace necesario un profundo cambio en la visión predominante en los municipios que la sigue asociando a la inseguridad, siendo necesario ampliar la mirada a un enfoque de abordaje multidimensional que reconozca el aporte que hace esta actividad a la vida económica de la ciudad en función de entender tanto sus aportes y ventajas como sus externalidades negativas.
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Instituto Nacional de Estadísticas. (25 de Mayo de 2019). Estadísticas de Informalidad Laboral (EFM 2019). Obtenido de https://www.ine.cl/docs/default-source/laborales/informalidad-laboral/publicaciones/2019/estad%C3%ADsticas-de-informalidad-laboral-2019.pdf?sfvrsn=3b635dd2_6
International Labour Office (ILO). (2017). Transition from the Informal to the Formal Economy Recommendation, Workers’ Guide. Geneva: ILO.
Subsecretaria de Prevención del Delito. (2015). Estudio del Comercio Ambulante no autorizado en Santiago y sus Impplicancias en la Seguridad Ciudadana. Santiago.
[1] Se trata de autorizaciones informales que daba la municipalidad, que implicaban que a las personas se les “toleraba” que vendieran en la calle, es decir, un “permiso para trabajar sin permiso”.
ENTREVISTA A KARINA Leitão: «ESOS ASENTAMIENTOS QUE CONFORMAN “LO INFORMAL” NO SON LUGARES SIN FORMA, NO SON LUGARES SIN REGLAS»
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por Arturo Orellana, Director Revista Planeo]
Karina Leitão es profesora de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo (FAUUSP). Licenciada en Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de Pará, Maestra por el Programa de Integración Latinoamericana de la Universidad de São Paulo y Doctora en Planificación Urbana y Regional de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la misma casa de estudios. Actualmente es investigadora y coordinadora de Investigación y Extensión, y del Grupo de Capacitación en Estudios Urbanos en el Laboratorio de Vivienda y Asentamientos Humanos de la FAUUSP.
Im1. Karina Leitão /
De acuerdo con lo que uno puede observar, has trabajado o has estado cerca de estudiar el impacto de proyectos en áreas propias de la ciudad informal. En esa experiencia, y en el contexto brasileño, ¿cómo se entiende y cómo se expresa la ciudad informal?
En Brasil existen muchas denominaciones para designar la ciudad informal, personalmente no me agrada el término “informal”, y mucho menos el término “irregular”. Esos asentamientos que conforman “lo informal” no son lugares sin forma, no son lugares sin reglas, son asentamientos que en América Latina -un mundo periférico dentro del capitalismo- representan la única opción para que muchas poblaciones de bajos ingresos puedan asentarse en condiciones de dignidad, una dignidad que ellos construyen. Hay un debate muy importante en Brasil y en el mundo sobre cómo denominar a estos asentamientos y ninguno de estos nombres representa perfectamente la compleja dinámica de producción del espacio que resulta de una generación de pobreza y falta de atención por parte del Estado y del mercado. Son una dinámica estructurante del Brasil capitalista, en la que se perciben condiciones de habitabilidad precaria que, en alguna medida, son homogéneas en el capitalismo, aunque con particularidades en cada lugar del mundo.
En Brasil, que es una nación de dimensiones continentales, me he dedicado a estudiar las particularidades de estos tipos de asentamientos, de los cuales existe una complejidad y diversidad tan vasta que nuestro propio país desconoce. Desde inicios del siglo XX, el país cuenta con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística que ha contabilizado esta forma de asentamientos populares, y que ha caracterizado mínimamente al número de personas que viven en ellos; sabemos que es una cantidad importante, pero que ha sido contabilizada de forma subestimada, ya que nuestras características son muy diversas. Por ejemplo, en el norte del país hay una predominancia de asentamientos en zonas bajas y anegadas, en donde los palafitos representan una de las tipologías más preeminentes, aunque menos conocidas (yo me he dedicado a este tipo más específico). Y es así, como en Brasil y en el mundo, que el tipo de asentamiento más conocido sea la favela, ubicada en un cerro, en un morro: la favela de Río de Janeiro que pobló el imaginario brasileño. Sin embargo, este tipo de asentamiento no es capaz de traducir la diversidad de formas de asentarse en las que existen dificultades para reproducir la vida con dignidad.
Una colega tuya señala que esta definición de ciudad informal -que está en debate en Brasil- responde fundamentalmente a que estos asentamientos no responden a las normativas y condición jurídica de los suelos. En la medida que eso se resuelve, ¿estos asentamientos dejan de ser parte de la ciudad informal, o bien lo siguen siendo?
Siguen siéndolo. Aun cuando se regulariza un asentamiento, no cambia completamente el estatus del mismo, no lo transforma de facto en un espacio de habitabilidad segura, ni el régimen de propiedad se vuelve una garantía de derechos para sus moradores. En Brasil tenemos experiencias de regularización que se desarrollan de forma cada vez más integrada entre una regularización urbanística formal del espacio y una regularización jurídica de la propiedad. La lucha ha sido por la integración de estas dos dimensiones en la acción del Estado para que la regularización sea multidimensional, trabajando tanto en el campo de la seguridad como de la propia fijación del territorio con alguna condición de acceso y de infraestructura. Pero la verdad es que después de los proyectos de urbanización y regularización, las favelas -como les gusta designar de forma general a todos los “asentamientos informales” de Brasil- no dejan de ser favelas, continúan siendo territorios que al principio fueron autoconstruidos y en alguna medida pasaron por un régimen de construcción que tiene mucho de la dinámica general del capitalismo, pero que al mismo tiempo tiene sus especificidades. En estos asentamientos, las condiciones de vida van mejorando en función de las acciones que la propia población desarrolla en torno a la construcción de ese espacio, de sus casas, infraestructura y de la propia ciudad, que es denominada como informal.
Previo a los procesos de regularización con una mirada integral, la pregunta que surge es si es legítimo o no que exista la ciudad informal. Es decir, desde el punto de vista jurídico no lo es, pero desde el punto de vista del derecho a la ciudad, ¿es legítimo que la respuesta ante la precariedad o la falta de vivienda sea la proliferación de asentamientos irregulares?
La ocupación en áreas irregulares, informales o precarias es legítima, porque es la única posibilidad en ciudades o países donde ese derecho no fue garantizado por el Estado. Por ejemplo, en el caso de Brasil y otros países latinoamericanos, los marcos constitucionales nacionales establecen como garantía el acceso a una vivienda adecuada, digna y salubre, pero en la medida en que el Estado no está cumpliendo con este derecho, a la población de bajos salarios y trabajos informales sólo le resta ocupar el territorio de una manera que no es considerada legal o formal ante los ojos de la ley, entonces es obvio que es legítimo. En este sentido, el Estado brasileño opera en una duplicidad: al mismo tiempo que considera como una amenaza la permanencia de estos lugares, se cuenta con un ejercicio histórico en el que se ha reconocido la legitimidad de estas ocupaciones. En el país aconteció un hecho histórico: llegó un momento en que el volumen de asentamientos irregulares precarios era tan grande, que el Estado -conservador o no- y las diversas instancias de gobierno, no pudieron asumir más la posibilidad de relocalizar a todas estas personas y reponer completamente el stock.
Aprovechando lo que señalas, es posible identificar que la ciudad informal es parte del tejido urbano de una gran porción de ciudades latinoamericanas y particularmente de Brasil, donde se expresa como fenómenos de gran escala que no se limitan a pequeños barrios, sino incluso a ciudades completas en términos de la población que concentran. Incluso podría decirse que -como se señala sobre el mercado informal- es resultado estructural de la economía de mercado, en la que no es posible que toda la gente acceda al mercado formal del trabajo porque hay procesos de tecnologización del empleo, bajos salarios, etc. Desde este punto de vista, ¿para quién crees que es una amenaza permanente la coexistencia entre la ciudad formal y la ciudad informal?
En primer lugar, quiero hacer un posicionamiento: yo no veo a la ciudad informal como una parte de la ciudad, la ciudad informal es la ciudad. Destacar a la ciudad informal del resto de la ciudad es entrar en un análisis de diferenciación de estos espacios que, en alguna medida, el pensamiento crítico brasileño ya ha contestado. Se ha intentado mirar a estos asentamientos como regímenes diferentes de producción del espacio, pero eso no significa que no sean una ciudad. Obviamente en la forma más corriente de referirse a ellas hay una visión dual sobre la ciudad. En Río de Janeiro, por ejemplo, es muy común hablar de la favela y el asfalto, pero la favela ya tiene asfalto; o distinguir entre barrio y favela, como forma de destacar estas diferencias que existen de facto. Pero mirar hacia estos asentamientos como diametralmente opuestos a la ciudad no es la realidad. Los regímenes de informalidad, irregularidad y no cumplimiento de la ley también se dan en la ciudad formal. Ahora, respondiendo con mayor especificidad a la pregunta, estos asentamientos amenazan a grupos de la sociedad que forman parte de la élite y que tienen intereses sobre la valorización de sus inmuebles; por ejemplo, cuando existen favelas cerca de barrios ricos o de clase media y que supuestamente los desvalorizan.
Uno podría responsabilizar al mercado, pero también al Estado por esta condición. Desde tu punto de vista, ¿cómo se reparten estas responsabilidades?
La verdad es que no se reparte la responsabilidad, considero que la responsabilidad -en términos de la prerrogativa de planeamiento- es totalmente del Estado. Corresponde al Estado reglamentar, proveer derechos e infraestructura y también regular al mercado; pienso que ese es su papel dentro del sistema capitalista. Creo que la coordinación de las políticas es un poder del Estado en todas sus esferas, que en el caso de Brasil están organizadas en un sistema federalista con entes que deben aplicar una política urbana de manera coordinada. A esto se suma que son estados donde gran parte de la riqueza que se produce internamente es expatriada, no permanece en el país para generar condiciones de acceso a una vida urbana más digna, por lo que son responsabilidad del Estado las condiciones de vida que se van produciendo. Es obvio que el mercado contribuye a la reproducción de desigualdades, pero para quien comprende que cabe al Estado condenar aquello, no es suficiente plantear que el mercado es el único culpable.
Ahora que señalas el papel del Estado en esta coordinación, ¿en qué medida consideras, para el caso brasileño, que las visiones ideológicas que sostienen las autoridades determinan las posibilidades de abordar el problema de una manera más integral?
Esa es la gran cuestión: la forma en cómo el Estado se posiciona frente a la reproducción de las condiciones de vida es un asunto de fondo ideológico, pero sobre todo económico. Esto ya ha sido muy explorado en la literatura académica científica y por la propia lucha popular en Latinoamérica. La reproducción de vida contra las condiciones de precariedad representa una periferia del capitalismo y este último va cediendo porque también le es funcional. Personas que viven con bajos salarios tienen una función dentro del sistema. En el mundo capitalista periférico se van rebajando las condiciones laborales, el trabajo es mal remunerado y no incorpora el valor de la vivienda. Los empleos cada vez más informales e intermitentes no posibilitan vivir en condiciones adecuadas.
Es este sentido, es importante que desde una perspectiva ideológica los gobiernos desarrollen acciones para mejorar de las condiciones de vida propiamente, pero lo es también, que actúen en torno a una redistribución de la renta, a la generación de empleo y a una política macroeconómica que permita condiciones de vida completamente diferentes. Es insuficiente pensar, apenas de una manera ideológica o progresista, que los programas en los territorios van a resolver los problemas. Resolver los problemas significa detener la máquina de generación de pobreza en países como Brasil y así, parar la generación de favelas.
Puede decirse que este fenómeno no es reciente, se funda en dinámicas de migración campo-ciudad en las que el progresivo aumento migratorio significó una proliferación de asentamientos periféricos precarios. Respecto a esto se ha escrito mucho, pero al parecer la acción específica y el trabajo con las comunidades es más reciente, ¿existe una deuda de la academia en esto?
Pienso que en términos sociológicos, geográficos y arquitectónicos no hay una deuda de la academia. Nos hemos dedicado a estudiar, hablar, problematizar, cambiar metodologías; tenemos una profusión y riqueza de estudios muy importante en Brasil y América Latina. Contamos con teorías y metodologías de abordajes muy diversos, cuya variedad es importante para el debate académico. Tal vez la deuda podría relacionarse con qué tanto la academia ha contribuido a su aplicación. En el contexto latinoamericano nos hemos conformado con una actuación del Estado que se ha focalizado casi de forma exclusiva en la producción de nuevas formas de vivienda que no han sido la solución a la pobreza.
Tal vez si nos hubiésemos dedicado a definir una agenda de urbanización de los asentamientos que ya se venían construyendo, veríamos realidades sociales diferentes. Entonces, puede que la deuda recaiga en la medida en que hemos contribuido a la elaboración políticas públicas en el campo de urbanización de las favelas, así como en el mejoramiento de barrios. Siendo muy honesta, la academia en países latinos -y en el caso brasileño- tiene muy poco poder en sus manos; a veces, llegamos a ser una élite que sólo discute dentro de los muros universitarios, aunque también es necesario reconocer que existen intelectuales e investigadores que se disponen a realizar esta apertura de forma más enfática e interdisciplinaria.
En un mundo cada vez más individual, ajeno a las ideologías, más populista y nacionalista, ¿qué te hace a ti esperanzarte de que podemos mejorar y abordar el desafío que significa mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad informal?
Pienso que hay esperanza en lo referente a la riqueza de la construcción social de la vida en estos lugares. No quiero de ninguna manera romantizar lo que es la vida en un ambiente precario, lo menciono en tanto que la formación del sujeto periférico que vive en estos asentamientos habla de una vida que viene aconteciendo en formas en las que se perciben articulaciones importantes: en asociaciones de barrios, movimientos culturales, colectivos periféricos que se van territorializando y que construyen posibilidades de una vida colectiva. De la misma forma en que uno percibe un proceso de individualización, existen muchas señales de esperanza en las formas de urbanización comunitaria. Además, el problema cobra una magnitud tan grande en el escenario urbano mundial que ya no es posible fingir que no existe y, en ese sentido, la esperanza también es posible en la medida en que un problema pasa a ser elucidado, visibilizado y la gente comienza a mirar a la sociedad como un todo. No creo que estemos en un momento histórico-político en que los gobiernos nacionales, departamentales y municipales estén destinando recursos para atender estos lugares, pero seguramente la academia, los movimientos sociales y culturales estén atentos a que estas fronteras se vayan borrando, ante una construcción política cada vez más clara sobre las condiciones de vida en estos lugares. Tal vez ahí está la semilla de esperanza.
“The Routledge Handbook on Cities of the Global South”
Ver“The Routledge Handbook on Cities of the Global South”
Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por Hernán Orozco, Arquitecto y Magíster en Urbanismo, Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial UTEM]
Autor: Susan Parnell y Sophie Oldfield
Año: 2014
Editorial: Routledge; Nueva York.
Im. 1: Foto de portada del Libro
Resumen
En el marco del giro poscolonial, entendido como la expansión de los estudios de la ciudad más allá de los “sospechosas de siempre” como una propuesta emancipadora, han surgido una serie de interesantes categorías relacionales, como la de “sur global”. El presente ensayo intentará establecer algunas reflexiones en torno a las pregunta ¿qué son y para qué sirven conceptos como “sur global” o informalidad? a modo de reseña del libro “The Routledge Handbook on Cities of the Global South” del año 2014. Las teorías provenientes del “sur” no pueden ser solo ejemplos de subalternidad, anomalía o diferencia (Roy 2014), ni menos ser entendidas sólo como respuestas dicotómicas (contra-geografías) a las teorías provenientes del “norte”, pues resultaría estéril intentar construir una teoría ‘abarcativa’ sin incluirlas. Por esto, conceptos como la informalidad y otras, deben ser consideradas como complemento para la acumulación de las ideas, que den forma a una teoría global, abierta y descentralizada, que descolonice el conocimiento sobre la ciudad, y que a su vez permita la creación de futuros urbanos más diversos, sustentables y justos.
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En el marco del giro poscolonial de la ciencia urbana, entendido como la expansión de los estudios de la ciudad más allá de los “sospechosas de siempre” (Londres, New York entre otras ciudades “desarrolladas”) y no solo por diversidad sino como una propuesta emancipadora, han surgido una serie de interesantes categorías relacionales como por ejemplo la de “sur global” y conceptos como el de la informalidad. El presente ensayo intentará establecer algunas reflexiones en torno a las pregunta ¿qué son y para qué sirven estas categorías conceptos? a modo de reseña del libro “The Routledge Handbook on Cities of the Global South” del año 2014.
Primero, cabe mencionar que se lamenta que esta excelente recopilación de artículos sobre las lecciones que dejan los estudios urbanos de los lugares mas insospechados, y en palabras de las más señeras académicas del mundo, se encuentre solo en idioma inglés y haya salido a la luz gracias a una de las editoriales que representan la mercantilización del conocimiento y la comodificación de la academia.
Ahora bien, en torno a la definición de términos, lo primero es aclarar que tanto “sur global” como “norte global” son denominaciones no geográficas, es decir, no corresponden específicamente a los hemisferios homónimos. Más bien se trata de denominaciones metafóricas que diferencian entre los supuestos países económica, social y políticamente más “desarrollados” (norte), y aquellos “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo” (sur).
En general se acepta que el concepto “norte” es símil de “primer mundo” o países desarrollados capitalistas, a los que se suma Rusia como país más importante del “segundo mundo” (o lo que fue la Unión Soviética). Así, los países periféricos de la órbita rusa y el resto de los países del “tercer mundo“ conformarían el “sur global”. Más interesante es aquella denominación del “sur” como una identidad que surge de los procesos de descolonización en contextos de mestizaje (donde las culturas colonizadoras se mezclan y no arrasan con las preexistentes) las que hoy se encuentran en crecimiento en todos los niveles (Miraftab y Kudva, 2015).
Aunque es importante reconocer que estos conceptos parecen nacer, o por lo menos estar ampliamente presentes, en la academia contemporánea del “norte” (Patel, 2014), sería muy difícil concebir que “sur global” es solo otra invención o intento de categorizar lo diferente por parte de Europa y Norteamérica. Sobre todo, porque su teorización permite prácticas emancipadoras tanto académicas como políticas. En el sentido de esto último, lo más relevante es entender la utilidad del concepto “sur global”, de los estudios que surgen a su alero y de las teorías que aporta a los estudios urbanos.
Un primer reconocimiento del aporte de los estudios desde “el sur” es la teorización sobre algunos conceptos que surgen de estos contextos de pobreza y condiciones adversas de reproducción social, como por ejemplo: la informalidad, la vulnerabilidad, la marginalidad o la dependencia. Estos conceptos son especialmente valiosos si reconocemos que en todo el mundo avanza la precarización de las economías contemporáneas, derivada en parte de la desindustrialización y la llegada de un sector laboral terciario altamente informal, sobre todo por su potencial de iluminar relaciones antes impensadas en el Norte Global.
Por ejemplo, si se reconoce a la informalidad como una relación aceptada entre los pobres urbanos y los Estados-nación, en la cual la desregulación también funciona como un mecanismo de control (Roy, 2014), es posible establecer que la informalidad es al mismo tiempo un modo de vida y una forma de neoliberalización de la ciudad. En este sentido, la “informalidad urbana”, como teoría que surge de la realidad de la mayoría de las ciudades del “tercer mundo”, emerge como un nuevo paradigma para entender una cultura urbana global precarizada (AlSayyad, 2004), al mismo tiempo que demuestra el traspaso de la que hasta poco era una “frontera urbana”.
Otra contribución de la teorización en el “sur global”, es la denuncia que se hace de la teoría del “norte” como vehículo para normativizar el desarrollismo y pro-empresarialismo de las ciudades en el resto del mundo. Un ejemplo de esto es la puesta en relieve del mal uso de las “buenas prácticas” urbanas como recetas de neoliberalización de la ciudad en Latinoamérica y otros contextos similares (Vainer, 2014).
En relación con lo anterior, otro aporte de los estudios urbanos poscoloniales es la revalorización de cada ciudad como un hecho específico y ordinario, en el sentido de reconocer a todas las ciudades como valiosas fuentes de información específica sin una estratificación de importancia de una sobre otra (Robinson, 2014). Esto también permite ampliar la teoría al mismo tiempo que imaginar caminos propios para cada contexto.
En definitiva, las teorías provenientes del “sur” no pueden ser solo ejemplos de subalternidad, anomalía o diferencia (Roy 2014), ni menos ser entendidas sólo como respuestas dicotómicas (contra-geografías) a las teorías provenientes del “norte”, pues resultaría estéril intentar construir una teoría ‘abarcativa’ sin incluir también a estas últimas. Se debe comprender la necesidad urgente de una epistemología plural.
Así, las teorías del “sur global” como la informalidad y otras, deben ser consideradas como un complemento para la acumulación y el asentamiento de las ideas (Mabin, 2014), que den forma a una teoría global, abierta y descentralizada, que descolonice el conocimiento sobre la ciudad, y que a su vez permita la creación de futuros urbanos más diversos, sustentables y justos (Oldfield y Parnell, 2014) alejados de toda normatividad y universalismo.
Referencias Bibliográficas
- AlSayyad, N. (2004). «Urban Informality as a «New» Way of Life.» In Urban Informality: Transnational Perspectives from the Middle East, Latin America, and South Asia, edited by Ananya Roy and Nezar AlSayyad, 7-30. Lanham, MD: Lexington Books.
- Mabin, A. (2014). «Grounding southern city theory in time and place.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 21- 36. New York, NY: Routledge.
- Miraftab, F, and Neema K. (2015). Cities of the Global South Reader. New York, NY: Routledge.
- Oldfield, S., and Susan P. (2014). «‘From the south.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 1-4. New York, NY: Routledge.
- Patel, S. (2014). «Is there a ‘south’ perspective to urban studies?» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 37-47. New York, NY: Routledge.
- Robinson, J. (2014). «New geographies of theorizing the urban: putting comparison to work for global urban studies » In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 57-70. New York, NY: Routledge.
- Roy, A. (2014). «Worlding the South: Toward a post-colonial urban theory.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 9-20. New York, NY: Routledge.
- Vainer, C. (2014). «Disseminating ‘best practice’? The coloniality of urban knowledge and city models.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 48-56. New York, NY: Routledge.
La ciudad informal desde los ojos de un niño: La historia de vida de Gregorio
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Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por Jasson Fernández Díaz, Geógrafo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, estudiante de magister en Asentamiento Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Película: “Gregorio”
Autor: Grupo Chaski
Año: 1984
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=A3ZtYkbjLrI
Resumen
La historia de la informalidad urbana en Lima se remota desde la conformación de sus barriadas producto de los grandes flujos migratorios campo-ciudad. Estas se pueden observar en el largometraje llamado Gregorio, la historia de vida de un niño que narra los dilemas de esta migración en la década de los 80. Desde sus ojos, se viven los motivos de una familia rural que decide migrar a la capital en búsqueda de oportunidades laborales ante la pérdida de la productividad agraria. Con expectativas de una mejor calidad de vida, Gregorio siente las grandes diferencias de vivir en el barrio y la ciudad: él, junto a toda su familia, deben convertirse en fuerza laboral mediante ocupaciones informales; alojarse en vivienda en situación de precariedad; cambiar el quechua por el castellano para ser entendido; emplear un nuevo modo de transporte de largos recorridos; y nuevas formas de sociabilizar con otros niños que trabajan en las calles de una ciudad caracterizada por la pobreza, marginalidad e inseguridad. Ante una serie de hechos desafortunados, Gregorio entra en conflicto con su familia y consigo mismo al ir adoptando nuevos hábitos como la drogadicción y el robo, construyendo un futuro todavía un incierto.
Palabras clave: informalidad urbana, migración campo ciudad, precariedad.
Im1. Foto portada Película Gregorio. Grupo Chaski
Argumentando que no existe antecedente, existe mucha expectativa por estudiar el fenómeno migratorio internacional en América Latina, omitiendo que los primeros grandes flujos migratorios se dieron al interior de los países: la migración campo-ciudad. Este hito, construye parte de lo que hoy son las ciudades, una dualidad entre ciudad formal e informal. Películas como Ciudad de Dios (2002) en Rio de Janeiro, Machuca (2004) en Santiago de Chile, o el Elefante Blanco (2012) en Buenos Aires, son instrumentos efectivos para mostrar la cara de la informalidad urbana que intentan invisibilizar en las ciudades. En el caso de Lima, Gregorio (1984), junto a otros largometrajes como Juliana (1989), da a conocer las características de una nueva Lima que va emergiendo a partir de sus barriadas producto de la migración campo-ciudad en la década de los 80, en el marco de una crisis política (aparición de guerrillas en las regiones andinas), económica (fracaso de la reforma agraria) y social (discriminación étnico racial).
A partir de la historia de vida de Gregorio, un niño que vivía con su papá y su mamá en el área rural del Perú, deciden migrar a la ciudad de Lima en búsqueda de mejores oportunidades laborales para mejorar su calidad de vida. Antes de migrar, Gregorio construyó un imaginario de la ciudad de Lima en el colegio, como un área asombrosa caracterizado por la intensa densificación, tanto que, su primer contraste fue maravilloso, al conocer por primera vez el océano, un simbolismo de inmensidad que representaba el agua en la capital para las personas rurales de la década de los 80.
Luego, se tiene que adaptar a distintas prácticas socioculturales y económicas, como la imposición del uso del castellano y desuso del quechua para ser entendido; la asignación de roles laborales dentro de un matiz socio-ocupacional por edad y género, siendo el padre el trabajador a tiempo completo (durante el día como cargador de objetos en mudanzas y el mercado, y durante la noche vigilante), la madre la cuidadora del hogar, y Gregorio como el niño lustrador de botas de la calle.
Además, se enfrentan a una escasez de suelo urbano para vivienda (pesimismo a la promesa estatal en la construcción de viviendas de interés social) y una elevada alza de precios de arriendo en los barrios obreros, optando por relocalizarse en “invasiones” (toma de terrenos) en una naciente Villa el Salvador. Frases como “la tierra sin luz y sin agua es tierra” (interpretando el suelo como valor de uso y no por su valor de cambio) fueron las principales motivaciones de muchos migrantes, que, junto a Gregorio y su familia, decidieron emplazar sus viviendas en base a esteras de manera informal, ante el miedo de los violentos desalojos de la policía.
Frases como “muchas veces el viento se llevaba los techos de sus viviendas precarias” … “por el viento, la comida y la casa se llenaban de arena” … “bien de temprano hay que levantarse. Primero para ir a buscar agua, de lejos se trae. Después para ir al Parque Canepa. El micro se demora casi dos horas de ida y dos horas de vuelta. Si regresas tarde es muy peligroso, hay rateros, en lo oscuro se esconden. Dos veces me han agarrado con cuchilla y me han quitado mi plata. Ni chicos ni grandes respetan”, empleaba Gregorio para caracterizar su vivienda y barrio como espacios de marginalidad, precariedad, inseguridad y violencia en una Lima que se expandía mucho más.
Tras la muerte de su padre, Gregorio asume el rol de trabajador a tiempo completo (hasta altas horas de la noche), apropiándose así de las plazas del Cercado de Lima como espacios de trabajo (ej. parque Canepa o plaza Dos de Mayo), conociendo a otros niños que trabajan como cómicos informales, que escaparon de sus casas por violencia familiar y barrial. Luego de resistirse a sociabilizar, decide integrase a ellos al descubrir que su madre iniciaba una relación sentimental, adoptando prácticas como la drogadicción y el robo, empezando así una transformación la cual no aceptaba su madre, pero que era inevitable para sobrevivir en la ciudad de Lima, trazando un futuro todavía incierto.
Esta película, ganadora del Festival de Cine de Bogotá, Festival de Cine Latinoamericano de Huelva, Festival de Cine de Quito, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Federación Internacional de Cine Clubes (FICC), Festival Internacional de Cine Latinoamericano, nos recuerda que Lima, al igual que toda área metropolitana, es una construcción histórica social de sus barrios, y que la diversidad de personas que la conforman provienen de estas barriadas producto del desborde popular (Matos, 2012). Hoy, ante la aparición de nuevas barriadas y/o “invasiones”, se tratan de separarlas, invisibilizarlas o erradicarlas de la imagen de Lima Metropolitana al considerarse como una patología urbana, acrecentando las brechas de desigualdad y evidenciando que Lima mantiene los mismos patrones de segregación, marginalidad, precariedad e inseguridad, pero con nuevos protagonistas de la ciudad.
Referencias
Matos Mar, J. (2012). Estado Desbordado y Sociedad Nacional Emergente. Lima: Universidad Ricardo Palma, Centro De Investigación.
Autoconstrucción. Por una autonomía del habitar. Escritos sobre vivienda, urbanismo, autogestión y holismo
VerAutoconstrucción. Por una autonomía del habitar. Escritos sobre vivienda, urbanismo, autogestión y holismo
Revista Planeo Nº 40 Ciudad Informal, Junio 2019
[Por Ural Espinoza, Arquitecta- Universidad Centroamericana, UCA; Magister en Asentamiento Humanos y Medio Ambiente, Instituto de Estudios Urbanos PUC]
Libro: Autoconstrucción. Por una autonomía del habitar. Escritos sobre vivienda, urbanismo, autogestión y holismo.
Editoras: John F. Turner, Luis Oyón, Kathrin Golda-Pongrastz & Volker Zimmermann
Editorial: Pepitas
Año: 2018
Resumen
En un momento en donde el acceso a la vivienda digna se instala nuevamente en un país que durante años se ha caracterizado por el alcance de su política habitacional, el libro Autoconstrucción. Por una autonomía del habitar estimula una relectura sobre la tesis de Turner en torno a los procesos de gestión habitacional. La obra se distribuye en dos partes, la primera refiere los textos que sustentan la tesis del arquitecto británico, y la segunda esboza el análisis de sus contribuciones por medio de perspectivas contemporáneas desarrolladas por los arquitectos Luis Oyón, Kathrin Golda-Pongrastz & Volker Zimmermann. En general, la obra conduce a pensar en estamos ante un punto de inflexión, donde se hace urgente reflexionar sobre los procesos entendidos como “informales” en especial al referirse a temas de hábitat residencial.
Palabras Clave: vivienda, informalidad, hábitat residencial.
Im1: Foto de portada Libro
Mientras la crisis habitacional se instala con el aumento del precio de la vivienda por encima del salario promedio, la diminución en la producción del parque habitacional, el deterioro de los conjuntos construidos en los 90s y el incremento de los asentamientos espontáneos, Turner invita a reflexionar una vez más sobre el valor de los procesos de gestión habitacional relacionados con la informalidad residencial. La obra del británico da prueba de que las prácticas denominadas como informales “son un vehículo para el cambio social [y que además] son una manifestación de procesos de crecimiento urbano normales bajo condiciones históricas anormales” (Turner, 2018:13).
Luego de publicar housing by people en 1977, a excepciones de algunos artículos, Turner no se involucra en otra publicación hasta este ejemplar. Al igual que en los 70´s Ivan Illich animó la escritura de sus primeros libros, el grupo de urbanista catalanes conformado por Luis Oyón, Kathrin Golda-Pongrastz y Volker Zimmermann impulsaron esta publicación con el objeto de incorporar perspectivas contemporáneas. La prosa del libro se desarrolla de forma sencilla y elocuente, precisamente porque la intención de los editores radicó en enfocarse en la claridad su mensaje y cuestionamiento. La fácil lectura lo convierte en un libro obligatorio para aquellos interesados en los temas habitacionales dentro y fuera de la academia.
La primera parte del libro se compone por textos en donde el autor desarrolla su tesis sobre la vivienda, además de escritos inéditos traducidos al castellano. En ellos postula que “los fracasos de las políticas y los programas de vivienda popular-y también de control del crecimiento urbano- son parcialmente debido a la mala interpretación de la naturaleza de la vivienda” (Turner, 2018:79). La influencia de Patrick Geddes en la obra de Turner desemboca en concebir el problema de la vivienda de forma relacional. Anteponer el valor de uso al valor de cambio lo lleva a concluir que la vivienda no es sino aquello que hace por las personas, descrito detalladamente a través de sus atributos mas importantes: cobijo, seguridad y localización. (Turner, 2018).
La segunda sección, referida a las nuevas perspectivas sobre la tesis del Turner es, a título personal, la más interesante. El grupo catalán esboza esta sección por medio de tres artículos basados en tesis doctorales. Luis Oyón, explica las contribuciones del británico enlazando sus obras con el contexto situacional en que estas emergieron, las dinámicas familiares, su trayectoria académica, el rol de su esposa y sus experiencias en Latinoamérica y Estados Unidos dan cuenta de la construcción de una práctica reflexiva en torno a la vivienda como proceso. Por su parte, Kathrin Golda-Pongrastz aporta un interesante artículo que posiciona los postulados de Turner por medio de una lectura contemporánea de las barriadas peruanas. Aquí se destaca la labor de la autora dentro de una de las barriadas en donde trabajó el arquitecto, «El Ermitaño”. Además de afirmar que el asentamiento informal es una arquitectura que funciona, Kathrin colabora en la restauración de un video, originalmente censurado en los años 70´s. Finalmente, el libro cierra de la mejor manera con el escrito de Volker Zimmermann quien analiza desde una perspectiva contemporánea la vivienda como verbo, housing. El arquitecto catalán desarrolla su ensayo teniendo como consigna la obra de Geddes quien postula que “la conexión es el origen de la realidad: los objetos en si mismo no tienen significados, sólo se hacen reales cuando se los concibe en relación” (Turner, 1948:43). Aquí la palabra vivienda está referida a la actividad del habitar, a la actividad existencial y central de la vida humana.
En general, la obra conduce a pensar que estamos ante un punto de inflexión y cambio de paradigma, donde se hace urgente reflexionar sobre los procesos de gestión entendidos como informales, principalmente en temas referidos al hábitat residencial. Este debate, también renueva las posiciones de otros autores como Espinoza (1988), Portes (1969), Martin-Baro (1986) y Freire (1971) quienes hicieron tambalear la tesis de la teoría de la marginalidad clásica en los años 70´s. Repasar las palabras de Turner en la actualidad, hace pensar en la coyuntura histórica en que se produjeron y en la necesidad de hacer un giro epistemológico dentro de academia. A diferencia de aquella época, en donde las contribuciones del arquitecto eran demasiado revolucionarias para la derecha y muy poco para la izquierda, hoy sus palabras están mucho más contextualizadas con la coyuntura que atravesamos dentro de nuestra región.
Contrario a lo que se pueda pensar, la rearticulación de los movimientos sociales en defensa su hábitat urbano ha puesto en relieve la reflexión sobre las practicas informatizadas e invisibilizadas de gestión habitacional. En este caso, las grietas dentro del sistema les han dado la oportunidad de utilizar estos intersticios como espacios fundamentales para instalar sus demandas habitacionales por medio de prácticas entendidas como informales. En consecuencia, el arquitecto británico asiste que estas “buenas experiencias de vivienda y urbanismo desde abajo, [estas] viejas prácticas comunitarias serán, confía Turner, una segura orientación en ese sendero ecológico que no debemos esperar para recorrer” (Oyon,2018:256).
Referencias
Oyón, José Luis (2018) John Turner: Los escritos, su contexto y la influencia Geddesiana. Turner, John. (Ed). Autoconstrucción: Por una autonomía del habitar. P. 195-256. La Rioja, España.
Turner, John; Oyón, Luis; Golda-Pongrastz, Kathrin & Zimmermann, Volker (2018). Una nueva visión del déficit de vivienda. Turner, John. (Ed). Autoconstrucción: Por una autonomía del habitar. Escritos sobre vivienda, urbanismo, autogestión y holismo. P. 79- 94. La Rioja, España.
Turner, John F. C. (1948). The work of Patrick Geddes. Freedom: Anarchist fortnightly, Volumen 9.
Entrevista a Alexis Castillo: "La Ley Cholito no es un avance, es un tremendo retroceso, ... Hay que hacer una ley que ataque directamente el abandono; que persiga, encuentre y sancione el abandono"
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por Vicente Inostroza]
Alexis Castillo es presidente de la Fundación EDRA Equipo de Defensa y Rescate Animal. Como fundación, han realizado varios cientos de jornadas de adopción, entregando sobre 4000 perros y gatos en adopción, tienen un refugio con 90 animales rescatados, y son denunciantes y querellantes en la causa contra el circo los Tachuelas (incautaron 25 animales: 15 monos, 8 tigres, 1 emú y 1 oso). También exportaron a «Chili Dog», el quiltro más afortunado del mundo, y montaron un refugio para vacas y caballos quemados durante los incendios del 2017. Además, Alexis es miembro del Comité de Bioética Animal de Chile, según ley 20.380 artículo 8 y 9, como representante de las organizaciones defensoras de animales de Chile y elegido por ellas.
«La Ley Cholito no es un avance, es un tremendo retroceso, … Hay que hacer una ley que ataque directamente el abandono; que persiga, encuentre y sancione el abandono»»
Se entiende que el proceso de urbanización no solo se ha extendido a zonas de uso animal en fauna, sino que en prácticas familiares de adoptar mascotas o en conflictos con estos mismos animales (por ejemplo, los perros). Es esto lo que denomina la ciudad animal, la convivencia de los habitantes urbanos con los animales que están en la ciudad. En general, ¿cómo se relaciona la fauna animal (especialmente las mascotas) en la ciudad tomando en relevancia la calidad de vida de la población Y los procesos de urbanización que ha tenido la ciudad?
R: Los animales siempre han estado presentes con las personas, sea como mascotas o como animales de granja. Pero, en términos de crecimiento y expansión de la ciudad, no lo hemos asumido bien. Ni los edificios ni las casas reconocen la existencia de los animales como parte de una familia. Si tú observas una casa, hoy día son todas hechas de forma estándar. No están pensadas para ver si la familia va o no tener animales, y lo mismo sucede con los edificios. Los edificios en general se entregan y los reglamentos de copropiedad son ambiguos o muy restrictivos en esta materia. Lo habitual es que las personas tendrán que acomodarse como puedan, y muchas veces se encontraran con sorpresas en el reglamento de copropiedad cuando ya están instalados.
En ese sentido, ¿qué críticas tiene no solo a la expansión de la ciudad, sino que al crecimiento en altura en relación con las mascotas y con los mismos animales?
R: El crecimiento en altura hoy en día está relacionado principalmente con la situación de vender metros cuadrados. Ese es el objetivo y no necesariamente mejorar la calidad de vida como lo hemos visto de manera más grosera en los guetos verticales que se han denunciado en la comuna de Estación Central, por ejemplo. O sea, si no están preocupados de la calidad de vida de los humanos, menos están preocupados de qué pasará con las mascotas. Cómo se va a relacionar la gente que tiene mascotas con la que no las tiene, los solucionar los conflictos que se generan en los espacios comunes, e incluso como solucionar los problemas entre espacios privados como son los ruidos o los gatos que puedan caminar de un departamento a otro.
¿Qué problema, específicamente, se genera en este crecimiento en altura con el mismo proceso de las mascotas, donde, en definitiva, ciertos dueños pueden tomar la decisión incluso de no tener los animales?
R: Hay varios problemas. Primero es el conflicto entre vecinos que tienen con los que no tienen mascotas o les molestan estas. Están los ladridos de mascotas que quedan solas todo el día en el departamento. Están los dueños de mascotas que creen que lo adecuado es encerrarlas todo el día en la terraza y ocasionan el malestar de otros vecinos ante un evidente maltrato animal. La instalación de mallas de seguridad en ventanas y terrazas para evitar caídas, no vienen pensadas de fábrica y cada cual debe solucionar su problema. Incluso hay gente que compra un departamento en verde sin conocer el futuro reglamento de copropiedad y cuando le entregan el departamento, se encuentran que este reglamento le pone problemas a la tenencia de las mascotas, y empiezan los conflictos porque son amenazados con multas, son hostigados por la administración, son hostigados por otros vecinos. Luego tenemos dos partes en conflicto dentro de la comunidad, o sea el edificio nace con un conflicto futuro. Es habitual que a nuestro correo nos lleguen preguntas de ese tipo, como: “oye, compré el departamento, pero resulta que ahora no puedo tener mascotas”.
Mira, te voy a dar un ejemplo. Cuando yo era chico en mi ciudad, Puerto Montt, crecí en un edificio que es de una arquitectura, creo que, del movimiento moderno, y en cada piso, hay un pequeño espacio ahí en medio del edificio, incluso en el último piso este espacio era más grande. En esos metros cuadrados jugábamos a la pelota, con autitos, construíamos “casas”, y eventualmente podíamos jugar con un perro. Eso es impensado en un departamento actual, porque el metro cuadrado es caro y lo que se busca es maximizar las utilidades. Entonces, ¿hay espacios en donde las mascotas puedan ser paseadas dentro del edificio? En general no las hay.
De cierta manera, hay ciertas visiones que abordan este problema que ocurre con la densificación y nuestra convivencia con las mascotas. Si quieres podemos profundizar con más detalle este tema, pero, en una siguiente pregunta, y especialmente referido a la ciudad de Santiago (u otras ciudades que han trabajado), ¿cuáles crees que son principales cambios o desafíos de nuestras ciudades en torno a la vida animal en las últimas décadas, tanto en la expansión de la ciudad en zonas donde hay mucha fauna, como también a las mascotas que no solo viven, sino que transitan por espacios urbanos?
R: El tema es tan amplio que lo separaría en áreas. Primero, hay un problema de la expansión urbana sin control y eso está empujado por la especulación inmobiliaria. Sabemos que todos los predios en el borde externo del límite urbano son comprados por inmobiliarias, por empresarios, incluso por políticos, que después pujan para que la ciudad se expanda y ese terreno multiplica su valor de inmediato por una decisión política. Entonces, en ese sentido, cada vez tenemos mayor intervención del ser humano a espacios que antes era rural. Eso es lo que hemos visto, por ejemplo, en Lo Barnechea, donde tenemos cóndores, pumas y quiques que están llegando a las casas, y en regiones está pasando lo mismo.
Tenemos también lo que es este resquicio legal de las parcelas de agrado que se supone que es campo, donde tenemos dos casas: una para el dueño de casa y otra para el supuesto cuidador, pero que en la práctica se transforman en dos casas de 250 metros cuadrados. Se hace “ciudad” disfrazada de campo, pero sin vacas, ni caballos, ni granjas. ¿Cuánto podría impactar en beneficio de la calidad de nosotros mismos como humanos si por ejemplo se exigiera que, por cada parcela de agrado, un 10% de esa superficie deba ser plantada de flora nativa? Y que además ese 10% colindara con el 10% de la parcela del lado y de atrás. Podemos generar pequeños espacios de 2000 metros cuadrados cada cuatro parcelas, de flora nativa. Por ejemplo, si hiciéramos ese cálculo podríamos impactar positivamente, continuando con las parcelas de agrado, pero, a la vez, potenciar lo que es la vegetación y la fauna nativa.
Otro cambio que pudiéramos pensar dentro de la ciudad… Hoy en día el MINVU y las inmobiliarias están constantemente inaugurando condominios y villas nuevas ¿Qué pasaría si se hiciera un catastro de toda la gente que va a llegar a esas casas y si se hicieran jornadas de adopción especialmente para ellos, priorizando dar en adopción los mismos animales que viven en la construcción? Porque cada vez que se instala una faena, llegan perros abandonados. Las constructoras se benefician de estos perros porque lo utilizan para cuidar en las noches, y el “pago” para los perros es algo de comida y cariño por parte de los trabajadores. Termina la construcción y los perros se transforman en un problema. O sea, al igual que en los edificios, las casas nacen con un conflicto futuro.
¿Qué pasaría si terminada la construcción, los perros se dan en adopción a las mismas personas que vienen a habitar las casas?
Otro problema habitual es cuando una inmobiliaria compra un terreno, y en este terreno viven animales. La inmobiliaria muchas veces (por no decir siempre) se desentienden de los animales y eso es algo súper habitual. Nosotros nos han llegado casos de colonias de gatos que viven en un terreno y como va a ser demolido, la constructora le da lo mismo porque el gato arranca a las casas vecinas. Por lo tanto, le genera un problema al barrio ¿Qué tal si las inmobiliarias tuvieran un plan de manejo de estas colonias para esterilizarlos y los que sean susceptibles de adoptar, se haga una jornada de adopción? Pero que aborden el tema como lo que es: una externalidad negativa de su negocio. Pero hoy malamente, lo que ocurre es que todos tratan de dejarle el problema a otro, sea buscando una fundación y ofrecerles un saquito de comida a cambio de llevarse los gatos, o simplemente que los gatos arranquen dónde los vecinos.
Entorno a otro cambio donde las ciudades la hacen los ciudadanos. En las últimas décadas, ¿cómo tú crees que (bueno, ustedes también son una organización de la sociedad civil)? pero ¿cómo tú crees que ha cambiado la mentalidad de la ciudadana con la tenencia responsables de animales o, en general, al tema animal? ¿Ha evolucionado o ha empeorado este asunto?
R: Yo creo que está en los dos extremos. Hay gente que sí efectivamente ha avanzado mucho. Hoy en día hay mucha gente que quiere adoptar. Hay mucha gente que incluso está dispuesta a adoptar perros y gatos adultos. Nosotros lo sabemos por experiencia. Pero también está el otro extremo. Mucha gente que no quiere adoptar… Yo creo el problema aquí no pasa por ellos. Aquí pasa por las autoridades. Nuestras autoridades en esta materia han sido absolutamente incompetentes y mediocres. Y te lo digo con conocimiento de causa. Llevo 10 años en esto y veo un nivel de tontera en la toma de decisiones, en la falta de planificación, en la falta de tomar conciencia del efecto que va a tener una decisión sobre una organización civil, por ejemplo, a nosotros cuando en el año 2014-2015 realizábamos jornadas de adopción en el Persa Biobío de forma masiva con autorización municipal. Entregábamos 120 a 160 animales mensuales con todo el sistema muy estructurado de protocolos, de entrevistas, contratos, muy bien organizado, con una recepción por parte de la ciudadanía maravillosa. Sin embargo, desde el municipio de Santiago (administración anterior) se nos puso solo dificultades y problemas, hasta el punto de expulsarnos de forma triste y vergonzosa ¿los beneficiados? La mafia de venta de perros en las calles, que recuperaron el espacio que nosotros le habíamos quitado. Entonces, a lo largo de los 10 años que llevo en este tema, he visto tantas decisiones erradas por la autoridad que ahí uno comprende por qué el país en temas del abandono animal no avanza. Sigue exactamente igual o peor.
Luego volveremos al tema de políticas públicas, en relación con las acciones que han ejercido desde Fundación EDRA, ¿cuál es su rol en la temática animal de las ciudades, desde el rescate de animales hasta la incidencia en políticas públicas que se ha promovido en este tema?
R: Nosotros en general hemos abordado varias áreas. Hemos dado miles de animales en adopción, en jornadas de forma sistemática y permanente, no como algo eventual, sino que transformarlo en algo habitual. Otra parte que tomamos muy fuerte es maltrato animal. Fuimos precursores en apoyar al Ministerio Público en la denuncia del maltrato animal y enseñar a que la gente entienda la labor que realizan. Hasta hoy seguimos haciendo charlas sobre eso creando material educativo. Y también con el tema de haber creado el refugio que estamos ahora, el rescate de animales de la calle ha sido bastante fuerte. No obstante, tener un refugio es siempre difícil, yo diría una de las cosas más difíciles que hay. Por la naturaleza de lo que hablamos, está lleno de animales abandonados y las autoridades en general no apoyan. Lo otro ha sido las situaciones de emergencia, de catástrofe, en donde montamos en una oportunidad un refugio para vacas y caballos quemados, y también en otras catástrofes hemos estado apoyando.
Respecto a la coordinación que han tenido ustedes como asociaciones defensoras de los animales, entre todas las organizaciones del sector civil, ¿han tenido posibilidad de coordinarse para incidir de mayor manera estos temas?
R: Dividiría el asunto en dos partes: el trabajo en terreno y el trabajo de lobby para influir en las decisiones políticas.
En terreno hay mucha colaboración entre organizaciones, sea en adopciones, prestándonos equipamiento, con datos, en actividades en conjunto, incluso entre distintas ciudades o regiones. En ese sentido hay más unidad de la que muchos creen. Pero lograr coordinar para influir en decisiones políticas es complejísimo. Creo que de forma deliberada los poderes políticos mantienen y generan división para mantener sus cargos y evitar competencia de nuevos liderazgos, más aún cuando el tema “animalista” genera tanto apoyo popular. Competir con políticos que tienen mucho poder y dinero, y que pueden influir sobre medios de comunicación para favorecer a una u otra persona, es muy difícil, agotador y desgastante.
En otra parte, hablando ya efectivamente de las políticas públicas y dos grandes noticias del mundo animal en la ciudad del último tiempo: fauna animal en sectores de altos ingresos de Santiago y Ley Cholito. Primero, ¿cómo consideras el avistamiento de estos animales como cóndores en estas zonas urbanas de altos ingresos como Lo Barnechea y cómo las políticas públicas deberían abordar este tema?
R: El problema somos nosotros, los humanos, los que nos hemos metido en el territorio de los animales. Pero aquí hay un tema que es súper delicado y súper triste que dice relación con el SAG, Servicio Agrícola y Ganadero, como institución encargada de nuestra fauna silvestre en general. ¿Qué tiene que ver con agricultura y ganadería un cóndor, un puma, un pudú, un tigre, un mono? ¿Por qué el SAG tiene que ver esa área? El SAG no tiene centros de rescate, no tiene centros de mantención, no tienen equipamiento (jaulas, mallas, dardos, trampas, etc.), básicamente no tienen capacidad de rescatar, rehabilitar ni mantener animales. Pero si revisas la prensa, verás muchos titulares que dicen “SAG rescata…” “SAG libera…”. Pero la realidad es más o menos así: un ciudadano de paseo encuentra una lechuza herida, llama a una ONG (por ejemplo, nosotros) que traslada a la lechuza al zoológico metropolitano dónde le dan tratamiento veterinario de primer nivel, luego se le lleva al CRAR (Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces) dónde la rehabilitan. Y cuando llega el momento de liberarla, el SAG la toma, llama a la prensa y la libera. ¿Qué dice el titular? “EL SAG LIBERA LECHUZA”. No pusieron ni un peso, y se llevan todos los laureles. Eso lo he visto docenas de veces en estos años, e incluso he visto cosas mucho peores. Dan vergüenza.
¿Qué papel debería tomar los actores del Estado?
R: El SAG debiera salir de la ecuación. El SAG es el Servicio Agrícola y Ganadero. No tiene nada que ver con una gaviota, no tiene nada que ver con un tigre. El SAG es el que le dio autorización al Circo Los Tachuelas para tener los animales que durante años sufrieron maltrato. Año a año le renovaban los permisos y los animales estaban en condiciones deplorables. Nosotros somos los denunciantes y querellantes del caso que llevamos dos años y medio, que, por ahora, concluyó con una pena ridícula de 2 UTM para el Tachuela Grande, pero recurriremos de nulidad ante la Ilustre Corte de Apelaciones. Pero ¿qué tiene que ver el SAG con un tigre? Nada. No hay una autoridad competente y proactiva para solucionar esto.
En relación con otro tema de La Ley Cholito, que también hay apariciones de la fundación en medio de comunicación respecto a esa ley también, sin embargo, la tramitación ha generado también polémica en muchos bandos, ¿en qué medida crees tú que estas políticas avanzan o no hacia una tenencia responsable de las mascotas?
R: Primero, la Ley Cholito no es un avance, es un tremendo retroceso. Nosotros fuimos detractores de la Ley Cholito porque está mal diseñada y su aprobación se consiguió en base a mentiras y a presiones indebidas en un año de elecciones parlamentarias.
Si dividimos a la gente en 3 grupos: los responsables con dinero, los responsables sin dinero y los irresponsables, veremos que la ley podrá ser cumplida principalmente por el primer grupo. En el segundo grupo caemos las organizaciones animalistas, que podemos ser multadas con hasta $3.000.000 en caso de reincidencia puesto que no tendremos como cumplir la ley, pero es fácil identificarnos. Pero la gente irresponsable, que es quienes generan el problema, no serán perseguidos porque no hay fiscalizadores ni voluntad para hacerlo.
A eso sumemos que el sistema de registro para el microchip es tremendamente deficiente y mediocre, con números de chip duplicados y triplicados, sin un sistema de trazabilidad y sin una base de datos única y confiable, sin una aplicación para el celular, sin diferenciar entre organizaciones animalistas y un particular. El chip es útil y necesario, pero requiere un sistema de registro eficiente.
Si tú me preguntas a mi, volviendo a lo que te decía anteriormente, en Chile las políticas públicas en esta materia dan vergüenza, el despilfarro de dinero es una brutalidad.
Y respecto a por ejemplo a las políticas o lo que falta pro hacer en torno de propuesta, respecto de los perros vagos, incluso hay criticasen el último tiempo que se señala a los perros vagos como un peligro latente para los habitantes urbanos, entonces, ¿cómo tú respondes a esas críticas, por un lado, pero también a lo que hay que hacer respecto a esas temáticas de los perros también mal llamados “perros vagos”?
R: Bien primero que todo no son perros vagos, son perros abandonados, la mayoría de los animales en la calle son todos con dueño, o tenían dueño. Ahora, de que son un problema, lo son, sería un disparate creer lo contrario. A mi me resulta molesto y doloroso escuchar a mucha gente que nos culpa a los animalistas por los perros en las calles. ¿acaso nosotros los abandonamos? ¿acaso nosotros los reproducimos? NO. Nosotros los rescatamos, los sanamos, los esterilizamos y los damos en adopción, la gran mayoría de las veces sin apoyo del estado, sin recursos de municipalidades, y muchas veces, a pesar del estado. Deberían darnos las gracias. Ahora, de que los perros en la calle son un problema lo son, pero aquí lo que tenemos que atacar es a la fuente, al origen. Si tuviéramos un barco, y está entrando agua nada sacamos con sacar y sacar agua si no tapamos el hoyo por el cual está entrando el agua, ese hoyo hoy se llama el abandono. Hoy en día, la gente que abandona un perro no tiene ninguna sanción real…
Por eso críticas que la Ley Cholito va más a los responsables que a los irresponsables. Y entorno a eso, ¿qué políticas públicas propones tú para solucionar este tema?
R: Exacto. Hay que hacer una ley que ataque directamente el abandono; que persiga, encuentre y sancione el abandono. Como punta de lanza de cualquier política pública que se haga en el país sobre cuidado de animales. Si tú no sancionas el abandono, nada más va a resultar, porque la gente irresponsable siempre va a optar por abandonar el animal, la gente irresponsable no va a ir a esterilizar, aunque sea gratis y le regalen un chocolate, siempre le será más fácil abandonar.
Por ejemplo, si tú haces una jornada de adopción y das 15 animales en adopción, corres el riesgo de volver con 20 ¿Por qué? Porque va una persona y te deja una caja con perritos, va otra y te deja una caja con gatos. Si una municipalidad tiene un centro de rescate canino, van y le dejan perros. Si una municipalidad está haciendo esterilizaciones, van y dejan al gato ahí. ¿has visto una organización animalista que publique su dirección? ¡¡No podemos!! Porque nos tiran animales por sobre la reja, nos dejan la perra preñada amarrada en la puerta, nos dejan el poodle toy pocket de bolsillo que creció y resulto ser un poodle-saurio (y se van a comprar otro “mini-toy). Y perseguir y sancionar a esa persona es tan engorroso y la sanción que tiene esa persona es tan vergonzosamente baja que al final no vale la pena. O sea, en nuestro refugio tenemos un vecino al frente que ya ha traído tres perros y dos gatos, y todos terminan en la calle y/o muertos. La ultima perra la tenemos nosotros, una perrita chica la compró, no la esterilizo (era gratis), pario 4 cachorros, la perrita andaba en la calle con los cachorros, uno murió atropellado (nos gastamos $110.000 tratando de salvarlo), los otros 3 los trajimos para acá, todos enfermos, uno murió a los días de haber llegado, y los otros dos recién ahora están sanos. Dime, ¿qué saco yo con denunciar a esa persona? Voy a perder tiempo, ir a la fiscalía, hacer la denuncia, presentar pruebas, además voy a tener problemas con el vecino y que sanción le van a dar, “dos palmadas en el poto y un chirlito”. Esa persona debería tener sanciones duras. El vecino de acá al lado, de la vulcanización, harto rato tuvo un perro cuidando el taller, hasta hace poco que compro un par de perros más finos, el perro empezó a aparecer en la calle, después ya no lo dejaron entrar más y hace dos semanas atrás el perro estaba muerto atropellado en la esquina. Entonces, si no castigamos a la gente que abandona, pero de forma real y contundente, cualquier política pública que hagamos en el país no va a tener efecto, porque siempre va a ser más fácil abandonar un animal que esterilizarlo, va a ser más fácil abandonar un animal que ponerle y chip y registrarlo, va a ser más fácil abandonar un animal que darlo en adopción, es porque la gente irresponsable siempre va a buscar lo más fácil, agarrar al perro y abandonarlo.
Hoy en día hay empresas controladoras de plaga que ofrecen retiro de perros, y las empresas los contratan. ¿Por qué? porque por un tema de buenas prácticas de manufactura no pueden tener perros en sus instalaciones ni gatos tampoco. He visto facturas y cobran entre 100 a 150 mil pesos por cada perro que retiren, y los protocolos son normalmente abandonar el perro a una distancia entre 5 a 10 kilómetros del punto de captura. Entonces, si este perro se pierde y llega una de estas empresas, la empresa llama a la controladora de plagas, lo atrapa, lo sube del auto y lo va a botar a 10 kilómetros: Cajón del Maipo, Maipú, Quilicura, a todas las comunas periféricas o al campo en regiones. Si es tu perro que se fue a meter allá, si se te escapó un día, mañana puede estar a 10 kilómetros de distancia. Entonces, haz la mejor campaña de estilización del mundo, pero la gente floja, mediocre e irresponsable va a seguir prefiriendo abandonarlo porque es más fácil y porque no tiene sanción.
Por último: ¿Qué papel deberían tener los actores desde diferentes ámbitos de la urbanización que convive con los animales? ya sea desde el mundo académico, el mundo político e incluso el mundo ciudadano. O ¿qué iniciativa debería tener? ¿Qué visión?
R: yo creo que tienen que atreverse, hoy en día estamos en una política en que es mejor no correr riesgos. Entonces, si viene una persona que les va a dar argumentos en contra, prefieren no invitarla. Invitan a la persona que cae bien, que es más simpatiquito y políticamente correcta. Si queremos cambiar esta problemática hay que hacer cosas nuevas. Las inmobiliarias, las constructoras que están planificando la ciudad que se den cuenta que aquí tienen una oportunidad de ser pionero que dentro de 10 años más va a ser una obligación. Yo creo que en 10 años van la situación no va a ser sostenible y aquellas empresas que hoy se atrevan van a cosechar los frutos. ¿Cuál es la lógica de hacer 10 veces lo mismo, esperando obtener un resultado distinto? Hay que innovar, hay que cambiar.
¿Y desde el mundo ciudadano?
R: que estudien, porque en realidad si la gente estudiara habrían leído la Ley Cholito y se habrían dado cuenta que era una mentira lo que les estaban diciendo. Por algo nos quitaron la educación cívica, nos quieren quitar la filosofía en los colegios para que la gente no entienda. No entiendan de leyes, no entiendan lo que leen, no entiendan de planificación urbana básica.
Bueno Alexis yo creo que, como una frase pequeña, si puedes dejar una invitación desde la fundación EDRA a participar de esta tenencia responsable de animales, no sé si quieres decir algunas palabras
R: Nos falta apoyo. Nos faltan recursos. Muchos creen que recibimos grandes donaciones por ser Fundación, por salir en la tele, por dar entrevistas, que nos financia el Estado o la Municipalidad. Mentira. La inmensa mayoría de las organizaciones animalistas batallamos el día a día, dependemos de la confianza y apoyo de gente anónima. Nuestra camioneta cumplió 100.000 Km transportando perros, gatos, chanchos, chivos, ovejas y hasta caballos. Y este es el 4° año que llevamos sin permiso de circulación. Al sistema no le importa si eres bueno, si tu labor es impecable. Solo le importa si tienes dinero.
Ayer rescatamos un perrito inválido, hoy un cachorrito a punto de morir. Y somos tan humanos como cada uno de los que lee esto. No esperen que otro lo haga, ayuden ustedes. Y nuestra realidad, es la misma que muchas organizaciones a lo largo de todo Chile. Recuerden siempre: no hay aportes pequeños, todo suma.
Diálogo de los oficios del arquitecto y el naturalista para la construcción de una arquitectura en cohabitación
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Bruno Marambio Márquez, Arquitecto, Mg.(c) en Arquitectura y Diseño, mención Ciudad y Territorio , Escuela de Arquitectura y Urbanismo, PUCV. Director de proyecto FONDART línea de investigación: “Arquitectura en Cohabitación: La construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza” y Sergio Elórtegui Francioli, Biólogo-Naturalista. Doctor en Ciencias de La Educación PUC. Postdoctorante Proyecto Anillos SOC 180040 PUCV.]
Resumen
Cuando la arquitectura se posiciona en un territorio tan característico naturalmente y con grandes valores medioambientales como lo es Chile, se hace necesario pensar el territorio y el paisaje. Desde esta perspectiva hemos adoptado una postura ética para crear una arquitectura que dialogue con el medio natural, no a través de grandes inversiones en tecnologías sustentables, sino que a partir de la observación de las entidades naturales que habitan ese territorio particular. Esto, con el fin de poder entender y comprender esos hábitos naturales que nos permitan pensar una arquitectura que se adapte al medio, no a través de la mimética, sino que reconociendo el propio valor formal de la arquitectura, pero que en su proceso creativo de diseño pueda incorporar y abrir lugar para la continuidad del habitar de estas otras entidades.
Palabras clave: arquitectura, naturaleza, cohabitación, paisaje
Introducción
En el contexto de la búsqueda de una postura para generar una arquitectura naturalista, abordamos la pregunta sobre cómo la arquitectura se posiciona y enfrenta ante el territorio y sus componentes. Esta pregunta contiene un carácter ético y político, ético en cuanto a práctica que reconoce a un otro, y político en el sentido de hacer parte a otros en lo que investiga y experimenta. Este enfoque no sólo reconoce un “otro” como sujeto-persona, sino que también a la naturaleza o el paisaje.
La propuesta nace del encuentro de dos oficios, por un lado la arquitectura que necesita de la realización y construcción formal para poder ser llevada a cabo en plenitud. Y por otra parte, el oficio del naturalista que realiza su investigación a través del trabajo de campo, con el cual deconstruye las relaciones de la extensión territorial para reconstruirlas comprensivamente.
Ante esta paradoja del construir y deconstruir, se produce el diálogo que nos lleva a la siguiente pregunta, ¿cómo construir un espacio que abra la posibilidad de habitar con otras entidades naturales?, entendiendo como entidades naturales, tanto a las biológicas (organismos), como a los fenómenos geofísicos (viento, lluvia, luz).
Para acceder a esta apertura teórica y ética, abordamos el concepto del ethos como punto de reflexión inaugural, desde su definición como, morada, guarida, lugar donde se habita con otros no humanos (Rozzi 2012). Es el lugar propio y seguro donde habitan seres humanos y naturaleza.
Esta cualidad espacial de sentirse propio en un lugar no sólo aborda un asunto de supervivencia, sino que se trata de enaltecer la vida, lo cual es exactamente la definición que acuñó Alberto Cruz y Fabio Cruz para arquitectura: “Extensión orientada que da cabida a los actos y oficios humanos, para que estos resplandezcan como en fiesta”.
Se establece una relación entre el habitar humano con el entorno natural desde la observación, reconociendo al paisaje como una dimensión que nos aborda, y con la cual hay que establecer una relación, no como una mera vía de supervivencia y preservación del medio ambiente, sino que como una forma de que la arquitectura resplandezca. La pregunta principal que aparece es ¿cómo se da cabida a la naturaleza en este lugar donde el territorio es importante? y ¿cómo la arquitectura responde a la cohabitación e integra a otras entidades?
El propósito de esta postura es poder observar y crear, diversas formas de habitar del ser humano en conjunto con la naturaleza, para ver en qué medida se puede pensar en un espacio que acoja al ser humano, pero que también pueda contener a estos otros seres a través de pensar un lugar que signifique una invitación a la naturaleza a relacionarse y a habitar, por ende, cohabitar en propiedad.
Desarrollo
Para entrar en el tema de la cohabitación, hay que comenzar por reconocer que somos entidades biológicas, y como dice Tim Ingold (2018), “ocupamos espacio dentro de un mundo”, es decir, somos “territoriales”. Esta condición de habitar un determinado espacio hace que nos veamos tremendamente influenciados en nuestra manera de ser y de relacionarnos por él en constante interacción. Esta relación con el territorio pareciera ser aún mayor en América donde aún se encuentran territorios en estado salvaje, Martignoni (2008, p.18) menciona el territorio latinoamericano como “paisajes únicos, caóticos e inspiradores que redefinen constantemente las sociedades que en ellos habitan”. Manuel Casanueva (2008, p.13) aprueba esta importancia de la geografía cuando dice “la verdadera identidad de Valparaíso es el barrio acantilado” y reconoce los valores geográfico-ambientales como elementos incidentes que forjan la identidad del habitante. En el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de 1933, donde participaron varios arquitectos de renombre como Le Corbusier, también se afirma esta relevancia que tienen los “elementos tierra y agua, que generan pastos o desiertos, y que modelan, a su vez, unas actitudes mentales que quedarán inscritas en las empresas y hallarán expresión en la casa, en el pueblo o en la ciudad” (CIAM, 1942). Así, “la geografía y la topografía desempeñan un papel de considerable importancia en el destino de los hombres” (CIAM, 1942).
Dada esta importancia es que podemos entender la ciudad como el sistema propio de una especie, el ser humano, pero que inevitablemente entra en relación con otros sistemas, como lo son la geografía, los vientos, los pisos de vegetación, las zonas de inundación y la biodiversidad biológica, entre otros. Si bien la ciudad está siempre en diálogo con estos sistemas naturales, la reacción que se puede tener, o el desconocimiento de estos puede significar un problema para la propia ciudad, como sucede en Valparaíso con los incendios (Castillo, M., Julio, G. y Quintanilla, V., 2011) o en Avenida Perú en Viña del Mar con las marejadas y tsunamis (Karlsruhe Institute of Technology, 2018).
En este sentido, si la arquitectura no obedece, responde o se funda en los sistemas naturales, es un sistema que tiene una fecha de término, porque si una ciudad y su arquitectura no tienen agua limpia, o no se enfrentan a los incendios ni se posiciona a favor de los vientos, o no tienen conciencia de los ciclos climáticos, es una ciudad que está destinada a desaparecer. El presente es el reconocimiento de la naturaleza como parte del ciclo fundamental que sustenta a la ciudad y la arquitectura.
¿Cómo la arquitectura responde y no simula la cohabitación integrando a otros no humanos?
Nuestra propuesta pretende sentar bases para un diálogo con el entorno natural, enlenteciendo la mirada sobre el territorio, atentos a lo que emerge de lo percibido y en diálogo con el oficio naturalista (Elórtegui, 2015), cuyo ojo trae a presencia y descubre lo que estaba frente a nosotros pero que hasta ese momento, invisible y nuevo, no tenía palabras para ser descrito. Esta acción “frente a frente” permite que estos “otros” resplandezcan en relación con “nos-otros” presentándonos las causas y destino de cohabitación.
La atención es al conocimiento de la cohabitación en una etapa previa al desarrollo de la arquitectura y que permita repensar la ciudad como un sistema en relación. La importancia de entablar estas relaciones no radica ya en que la naturaleza se pueda perder, sino porque la ciudad y la arquitectura debieran ser sistemas integrales insertos en los sistemas naturales.
Conclusiones
A partir de estas bases, creemos que la arquitectura que se posiciona en entornos naturales, debe sustentarse a través del diálogo-camino transdisciplinar para poder construir obras que colaboren y articulen el territorio. El encuentro de la arquitectura y el diseño junto con el oficio del naturalista, trabajan en un modo distinto de mirar la arquitectura del paisaje, no para simular o camuflar una convivencia, sino para celebrar la real cohabitación. El ethos del arquitecto y del naturalista se funde como punto de reflexión inaugural que da cabida a la obra como lugar de hospitalidad a sus cohabitantes. Desde esta mirada ya es imposible la obra como “espacio aséptico” exclusivo del hombre ya que su arquitectura participa de una nueva y necesaria relación ética con la naturaleza.
A partir de lo anterior, podemos establecer que no sólo es importante poder sustentarse en el tiempo y permitir la posibilidad de que las generaciones futuras gocen de nuestros mismos privilegios, sino que también es necesario abrir la posibilidad de habitar en parajes naturales como un beneficio directo hacia nuestra calidad de vida.
En este sentido, creemos fundamentar establecer un diálogo con el entorno natural para que los actos y oficios humanos puedan resplandecer como en fiesta, reconociendo al paisaje desde la arquitectura y estableciendo una relación ética mediante la cohabitación. Así, la arquitectura no se vuelve solamente una postal, sino que entra en un diálogo íntimo con el paisaje. En tal empeño nos encontramos.
Bibliografía
Casanueva, M. ( 2010). El Barrio Acantilado como identidad de Valparaíso . Valparaíso: Editorial Universidad Andrés Bello.
Castillo, M., Julio, G. y Quintanilla, V. (2011). Vulnerabilidad y daño potencial ocasionado por incendios en áreas de interfaz urbano-forestal, Provincia de Valparaíso. Chile Central. Revista Territorium, 18. p.247-254
CIAM. (1942). Carta de Atenas.
Elórtegui, S. (2015). Historia natural: La discusión. Una revisión del concepto, el conflicto y sus ecos a la educación de las Ciencias Biológicas. Estudios Pedagógicos XLI, N° Especial: 267-281.
Inglod, T. (2018). La vida de las líneas . Santiago de Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
Martignoni, J. (2008). LatinScapes: El paisaje como materia prima. Barcelona: Gustavo Gili.
Rozzi, R. (2012). Biocultural Ethics: Recovering the Vital Links between the Inhabitants, Their Habits, and Habitats. Enviromental Ethics, Vol. 34: p. 27-50.
Tsunamis Could Cause Beach Tourism to Lose Hundreds of Millions of Dollars Every Year. (2018). Karlsruhe Institute of Technology. Recuperado de https://www.kit.edu/kit/english/pi_2018_041_tsunamis-could-cause-beach-tourism-to -lose-hundreds-of-millions-of-dollars-every-year.php
¿Es la relación humano-naturaleza una de dependencia o únicamente de ocio?
Ver¿Es la relación humano-naturaleza una de dependencia o únicamente de ocio?
Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Felipe Gutiérrez-Antinopai: Constructor Civil y MSc. Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, asociado al Núcleo de Investigación y Docencia en Ambiente y Sociedad (NIDAS) y Fundación Newenko. Ingeniero de sustentabilidad en FIC – 2017 “Plataforma tecnológica de apoyo a la gestión de residuos y puntos limpios”]
Resumen:
Las transformaciones que se han desarrollado a lo largo de los siglos XX y XXI han ido constantemente absorbiendo elementos naturales en la forma de planificación y en las diámicas citadinas. Últimamente esto ha ido impregnando una sensación de dependencia del ser humano con la naturaleza que puede, efectivamente, tomar variadas aproximaciones e intereses.
Palabras claves: Dependencia, relación humano-naturaleza, ayuda mutua.
“Observa al caballo, noble animal que convive con el hombre; o al buey, que lo alimenta y trabaja para él, encorvado, pensativo. Mira su cara; ¡qué dulzura hay en ella, qué fidelidad a su dueño, a pesar de que éste le pega sin piedad; qué mansedumbre, qué confianza, qué belleza!” (Dostoyevsky, 2009:372)[1].
¿Cuántas imágenes podrían levantarse para validar una relación de dependencia hombre-naturaleza? Evidentemente una de ellas es la recientemente mencionada, donde el contacto físico con la naturaleza puede evidenciar una dependencia mutua. Esto lo entendió muy bien Kropotkin (2009) [2] con su concepto de “ayuda -o apoyo- mutua” que fundamentalmente explicaba la supervivencia entre los grupos y especies de la naturaleza
Esta visión puede atenderse como una relación intrínseca sin apelativos que naveguen en la incertidumbre ni enarbolen visiones subjetivas, muy por el contrario. Su visión se constituye una pieza fundamental en los quehaceres comunitarios, una pieza histórica en la construcción de sociedades y por supuesto en el asentamiento de ciudades. Así es que según Kropotkin (2009), los seres humanos estamos guiados por instinto de solidaridad que es capaz de obviar el concepto de amor y velar simplemente por una ayuda mutua: “No es mi amor por el vecino —a quien a menudo ni siquiera conozco— lo que me induce a tomar un balde de agua y correr a su casa cuando veo que ésta se quema; es un sentimiento o instinto de solidaridad y sociabilidad humana mucho más amplio, aunque también mucho más vago, lo que me mueve” (2009:11).
Claramente este marco releva dos puntos. El primero de ellos es la dependencia y la otra es que esa dependencia es intrínseca a las actividades con las cuales lidiamos día a día ¿Cómo se ha extendido el concepto de apoyo mutuo entre las especies y más aún en las visiones citadinas del siglo XX? ¿Alguna lección que sacar?
El sentido de dependencia, aunque pueda parecer obvio y a veces trillado sobre todo cuando gobiernos introducen lineamientos para un desarrollo más equitativo y respetuoso con el medio ambiente, es muchas veces gris. La verdad es que las nuevas generaciones tienen en cuenta de que el mundo es finito, pero concentran su atención en imaginarios e intereses que no suelen percibir la importancia de insectos, de animales y paisajes ajenos a lo urbano y por supuesto, tecnología. Los sentidos de dependencia parecen ser relacionales entre humanos, o bien entre humano y sistemas económicos que sirven para un uso efímero de acallar un deseo que intenta conectar con lo “natural”. Bien lo supo Lefebvre que con su agudeza ya a mediados del siglo XX refería a que ciertos tipos de planeación urbana consideraban la naturaleza como un valor de cambio: “Los ocios, comercializados, industrializados, institucionalmente organizados, destruyen esta «naturalidad» de la que se hace cuestión para traficarla y para traficar. La «naturaleza» o lo que se pretende como tal, lo que de ella sobrevive, se convierte en ghetto de los ocios…” (Lefebvre, 1978:137-138)
Este punto, de relegar a la naturaleza como espacio de ocio -ergo, mercantil- también puede ser amenazada por un singular hedonismo. En este caso la naturaleza sirve a los intereses propios del ser humano olvidando el impacto que puede desprenderse de ello produciendo fundamentalmente una especie de enajenación y desplazando esa concepción de “apoyo mutuo” por una, por ejemplo, de “sueño americano”. Algunas estadísticas obtenidas por investigadores de Rand Corporation y UCLA sitúan a los propietarios de hogares, persona de altos ingresos económicos y personas blancas como un grupo más proclive a tener mascotas (Herzog, 2017). Incentivados por justificaciones que van en la línea argumentativa de “mejorar la calidad de vida” (que ciertamente son útiles), las recomendaciones de expertos rozan una cierta relación unilateral entre dueño y mascota que, podría situarse perfectamente en el tope de la pirámide de aspiraciones en términos personales, cuestión que puede ser contraproducente por el hecho de crear una absoluta dependencia a sólo un animal o un par de ellos.
Sin embargo, este retrato de relación humano-naturaleza que bien podría caricaturizarse con las mascotas de celebridades de grandes ciudades globales como Los Ángeles o Nueva York cuenta con otras representaciones que consiguen trazar una línea de respeto y justamente, de dependencia. La diversidad de las ciudades provee de elementos que logran almacenar algunos espacios de entendimiento hacia la naturaleza. Las confluencias citadinas vuelven constantemente a un retrato de árboles, paisajes varios, insectos y animales que cobran vida, donde las visiones tradicionales puramente urbanísticas se olvidan para dar paso a un ecosistema mixto, cuya importancia es ofrecer oportunidades sociales y al mismo tiempo no olvidarse de la “belleza de la naturaleza”.
Esto bien lo predijo Ebenezer Howard a fines del siglo XIX con las ciudades jardín basadas en una planificación ultra estructurada y sistemática que, no obstante, la naturaleza era sólo un elemento complementario y útil y probablemente, no de sustento. Otras visiones como la del Bioregionalismo de Aberley (2005:35) -como uno de los principios- sería “redescubrir conexiones entre el mundo natural y la mente humana” añadiendo una “relación de soberanía dependiente”. Para ello las visiones estructuralistas o del top-bottom pasarían a tomar una relevancia menor que indudablemente serían sustituidas en mayor proporción por relaciones de dependencia entre humano-naturaleza. Los humanos pasaríamos directamente a relacionarnos con las funciones de la naturaleza, y así, las funciones naturales pasarían a ser pivote en las relaciones humanas. Concretamente, diversas expresiones de desarrollo local se empoderarían para pasar a modelos de transitions town, ecovillages, cohusing model y eco-municipalities (Salazar, 2013).
Huertos comunitarios, principios ecológicos desde gobiernos locales, comunidades ecológicas son convenciones con las cuáles un sometimiento mutuo entre humano-naturaleza pasa a ser centro en la vida del ciudadano. Las especies en este caso tomarían su lugar como un rol definitivo dado por la “naturaleza” de sus capacidades. Abejas, larvas, semillas, orugas, mariposas, caracoles estarían dentro de un sistema en el cual el ser humano es parte de él. O bien, conocimientos y prácticas sustentables recordarían la dependencia indisoluble entre humano y naturaleza.
Sea cuál sea la forma de aprehender la dependencia, existe al menos un consenso que podría resumirse en “la necesidad de conocer para amar”. Hoy en día la naturaleza necesita de un respiro y para ello necesitaríamos empezar por conocer sus funciones y apreciarlas no sólo a horas determinadas o relaciones unilaterales. Así el sentido de asombro no se perdería y será el motor que nos mantenga atento a nuestra relación de dependencia con la naturaleza. Tal como nos recuerda Rachel Carson (2012): “Cualquiera que sean las contrariedades o preocupaciones de sus vidas…Aquellos que contemplan la belleza de la tierra encuentran reservas de fuerza que durarán hasta que la vida termine” (2012:44). ¿Por dónde empezar? “Hay una belleza tan simbólica como real en la migración de las aves, en el flujo y reflujo de la marea…Hay algo infinitamente reparador en los reiterados estribillos de la naturaleza, la garantía de el amanecer viene tras la noche, y la primavera tras el invierno” (2012:45).
Bibliografía
Aberley, D. (2005). Interpreting bioregionalism: A story from many voices. En M. V. McGinnis (Ed.), Bioregionalism (págs. 13-42). Routledge. Recuperado Febrero de 2019, de http://library.uniteddiversity.coop/More_Books_and_Reports/Bioregionalism.pdf
Carson, R. (2012). El Sentido del Asobro (Castellano ed.). (M. Martín R-Ovelleiro, Trad.) Madrid: Ediciones Encuentro.
Dostoyevsky, F. (2009). The Brothers Karamazov. The Project Gutenberg EBook. Recuperado Marzo de 20129, de http://eremita.di.uminho.pt/gutenberg/2/8/0/5/28054/28054-pdf.pdf
Herzog , H. (3 de Julio de 2017). Large Study Finds Pet Owners Are Different. Obtenido de Psychology Today : https://www.psychologytoday.com/us/blog/animals-and-us/201707/large-study-finds-pet-owners-are-different
Kropotkin, P. (2009). La Ayuda Mutua. (E. Gasca, Trad.) Caracas: Editores Latinamericana. Recuperado Febrero de 2019, de https://abenzaide.files.wordpress.com/2014/08/la-ayuda-mutua.pdf
Lefebvre, H. (1978). El Derecho a la Ciudad (Cuarta (Castellano) ed.). (J. González-Pueyo, Trad.) Barcelona: Ediciones Península.
Salazar, G. (2013). Diseño ecológico comunitario: del consumo del usuario al producir del artesano. DISEÑA(6), 60-69.
[1] Fecha publicación original: 1879-1980.
[2] Fecha publicación original: 1902.
¿Que son las ciudades si no pueden dar cabida a todos sus habitantes de forma equitativa?
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Gina Rivera Torres. Arquitecta, Magister en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Junto con el crecimiento urbano, la población de animales de compañía en la ciudad de Cuenca-Ecuador también ha experimentado un importante incremento. Producto de la falta de normativas de tenencia, convivencia y reproducción, así como verdaderos procesos de control de la fauna urbana, ha llevado a que hoy existan más de 19.000 animales abandonados en las calles, lo que ha derivado en importantes conflictos sociales, ambientales y económicos.
Palabras claves: animales de compañía, crecimiento urbano, usos del suelo
Las ciudades sin duda deben poder satisfacer las necesidades, al menos básicas, de todos quienes habitan en ella. Tarea complicada pues en los últimos años junto al intensivo crecimiento poblacional, los animales principalmente de compañía también han experimentado un importante incremento, que por más absurdo que suene, al no existir las debidas normas de tenencia mucho menos de convivencia, han favorecido su abandono y maltrato, derivando en graves problemas socio-ambientales.
En Cuenca – Ecuador existen de acuerdo al Consejo Cantonal de Salud, más de 160.000 animales entre perros y gatos, de estos animales aproximadamente 15.000 perros y 4.000 gatos son callejeros, es decir que fueron abandonados o simplemente nacieron en las calles. A los que cabe sumar los más de 15.000 que viven en condiciones de semiabandono, esto principalmente en el área rural (Diario el Tiempo).
Datos alarmantes si los comparamos con los 505.585 habitantes que registra el censo de población, INEC 2010, pues el número de animales de compañía representaría un tercio de la población. Por otra parte, si comparamos con los 134.052 hogares registrados, existe un 19% de sobrepoblación animal; porcentaje que sin duda es mayor al considerar que no todos los hogares tienen mascota.
Problema que se intensifica en el mercado mayorista de la ciudad “El Arenal” donde bajo ninguna normativa son comercializados diferentes tipos de animales domésticos, siendo principalmente los perros y gatos que, al no ser vendidos en el día, son arrojados en los basureros o dejados a su suerte. Ello ha derivado en interminables conflictos entre los colectivos animalistas, los vendedores y en menor presencia, las autoridades.
Si bien es cierto que los colectivos animalistas de manera voluntaria han hecho frente a la problemática del abandono y maltrato de perros y gatos, gestionando por sus medios la creación de refugios; al emplazarse éstos en diferentes zonas de la ciudad, ha derivado en graves problemas debido a las incompatibilidades de uso y ocupación del suelo, así como conflictos sociales y ambientales en sus áreas aledañas.
Esto se debe a que la ordenanza vigente, que data del año 2003, la cual regula el uso y ocupación del suelo en el Cantón Cuenca, ha resultado ser obsoleta, puesto que al no registrar este tipo de uso de suelo derivado de las nuevas dinámicas urbano-territoriales, hace incompatible su emplazamiento en cualquier zona, tal como ha ocurrido con el Refugio de la Fundación ARCA, el mismo que con más de 400 perros rescatados, durante aproximadamente 15 años han debido cambiar reiteradamente su lugar de emplazamiento; al extremo de tener en la actualidad una disposición de desalojo por parte de la Comisión de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Cuenca.
En este sentido, tal como establece el Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización, siendo competencia de la Municipalidad de Cuenca el manejo de la fauna urbana, dentro de la cual se contemplan los animales de compañía, y amparado en la “Ordenanza para el control y manejo de la fauna urbana y la protección de animales domésticos de compañía del cantón Cuenca”, aprobada en junio de 2016, se dio paso al Proyecto denominado Centro de Acogida de Animales Domésticos del Cantón Cuenca, el mismo que tiene el objetivo de acoger temporalmente a un máximo de 1000 animales domésticos de compañía, que bajo circunstancias de vulnerabilidad se encuentra asilados en los refugios de tenencia particular de distintas fundaciones y demás colectivos animalistas.
Lejos de constituirse en una tarea fácil, la elección del sitio ha representado para Cuenca un paso importante, pues a más de superar el rechazo de la población civil a tener cerca un equipamiento de este tipo; tuvo que hacer frente al atomizado fraccionamiento del suelo resultado de los procesos de expansión y dispersión urbana que viene experimentando la ciudad en los últimos años, lo que ha llevado a que estos nuevos usos tengan que emplazarse en suelo rústico, transformado sustancialmente estos ecosistemas. Tal como ocurre con el sitio designado por la Municipalidad, el mismo que con una superficie estimada de 12,8 Ha y localizado en la parroquia rural de Cumbe; requirió modificar su categoría de uso de suelo, a fin de adaptarse a las actividades que en éste se desarrollará.
Proceso que, si bien pone en evidencia la voluntad política para hacer frente al abandono y maltrato animal, posicionando a Cuenca como referente para muchas ciudades del Ecuador; requiere abordar esta problemática de manera holística, donde a más de acciones de control en la reproducción, tenencia y convivencia de los animales de compañía, se incorpore campañas de educación y concientización.
Como mencionó Gandhi “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que sus animales son tratados”; en este sentido, las ciudades como sistemas complejos deben tener la capacidad de dar cabida de manera digna y con responsabilidad a todos quienes habitan en ella. Ello supone superar las visiones antropocentristas que impera en las ciudades, las cuales buscan única y exclusivamente satisfacer las necesidades de sus habitantes humanos.
Bibliografía:
Ecuador, R. (2010). Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización, COOTAD. Quito: Asamblea Nacional.
El Tiempo, (2016, Junio, 14). 19.000 mascotas viven en las calles de Cuenca. El Tiempo Diario de Cuenca. Recuperado de https://www.eltiempo.com.ec/noticias/cuenca/2/19-000-mascotas-viven-en-las-calles-de-cuenca
GAD Municipal Cuenca, (2018). Informe técnico para el establecimiento de la reserva y cambio de categoría de ordenación de suelo para la implementación de un centro de acogida de animales domésticos de compañía (Refugio de Animales). Cuenca
Hacerse cargo: componiendo textualmente un nuevo vínculo entre humanos y mascotas
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Luis Campos Medina, Doctor en Sociología. Académico del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile]
Resumen
Tanto la Ley nº21.020 como otros textos publicados en plazas y parques de la ciudad de Santiago sugieren un impulso por componer un nuevo vínculo entre mascotas y seres humanos. Este nuevo vínculo consistiría, fundamentalmente, en que los seres humanos, propietarios de las mascotas se hagan responsables, individualmente, por los comportamientos y efectos generados por sus mascotas. Los textos parecen tener un rol importante en conseguirlo, por lo que analizar algunos ejemplos puede arrojar pistas interesantes al respecto.
Palabras claves: Mascotas, humanos, responsabilidad.
Echando un vistazo a la Ley nº21.020 (http://bcn.cl/21jtr), conocida como ley de “Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía”, tuve la sensación de que ella posee una dimensión pragmática profunda, en el sentido de buscar provocar un cambio en el actuar cotidiano de los ciudadanos: el problema de fondo es que, en Chile, la gente no se hace cargo de sus mascotas, no se hace responsable de y por ellas. En la práctica, lo anterior se traduce en más o menos dos cosas: primero, en hacer frente al problema del abandono de mascotas y, segundo, en abordar el problema de la gestión de sus efectos “desagradables”, léase excrementos, parásitos, potenciales agresiones, etc.
Pareciera ser que el subtexto de la ley es que los animales, hasta ahora, han sido considerados como accesorios, herramientas, instrumentos, juguetes o pasatiempos de uso circunstancial y cuidado transitorio, y no como seres dependientes de la acción y cuidados humanos. Eso, de acuerdo a la ley, debiera cambiar: los individuos humanos y las mascotas en ciudad requieren de un nuevo vínculo o, al menos, de la re-composición del vínculo existente. Pero ese vínculo debe ser producido y, para ello, no basta sólo con el texto de la ley, sino que se necesita de otro tipo de textos que generen efectos en la práctica cotidiana de las y los habitantes de la ciudad.
En el caso de Santiago, y particularmente de los perros, un paseo por las plazas públicas de algunos sectores de la capital hace posible encontrar letreros con textos que van en esa dirección. Es el caso de un letrero instalado en la plaza La Comarca, una de las 24 plazas y parques de la comuna de Las Condes habilitadas con “zonas caninas”, esto es, como se indica en el sitio web de ese Municipio (https://www.lascondes.cl/las-condes-verde/parques-jardines/zonas-caninas-instructivo.html) con espacios delimitados “para que los perros puedan correr sin correa, conocer, jugar y socializar con otros perros, son lugares de esparcimiento y ocio, aumentar el vínculo humano-animal, enriqueciendo ambientalmente los espacios con juegos de Agility”[1].
En el mencionado letrero se lee: “Disfruta con tu mascota en el nuevo sector canino. Tú. Hazte cargo”. La primera parte del texto está en la mitad superior del letrero, escrita en letras blancas y fondo verde. La segunda parte se encuentra en la mitad inferior, en letras verdes sobre fondo blanco y entre “Tú” y “Hazte cargo” hay un dibujo de un perro en el mismo color de las letras. El pronombre personal se encuentra destacado, escrito en letras de mayor tamaño y encerrado en un recuadro que lo realza en la composición global.
Como queda en evidencia con el uso de la segunda persona del singular, el texto está dirigido a un individuo particular, un “tú” que puede ser cualquiera de los usuarios/as de la plaza, pero que a través de ese direccionamiento en la escritura se especifica y se singulariza (Campos, 2014; Fraenkel, 2007). No se trata, como en otros textos, de referir a un “nosotros” o de utilizar una forma impersonal del tipo “se debe prestar atención”. Además, como suele ser el caso con la señalética, el texto está escrito en el modo imperativo, lo que lo convierte en una orden, pero que, en este caso, tutea al destinatario de esa orden, generando una sensación de simetría y proximidad.
Esto se ve reforzado a nivel del manual de conducta en estos “espacios caninos” disponible en internet (https://www.lascondes.cl/las-condes-verde/parques-jardines/zonas-caninas-instructivo.html) y compuesto por un conjunto de 13 indicaciones, que dicen relación con el comportamiento esperado de los individuos responsables y en los que se repite el uso de la segunda persona del singular y este direccionamiento simétrico y próximo, como por ejemplo, la norma nº2, en la que se refuerza el aspecto criterioso de las y los humanos responsables de perros, incluso en lo relativo a sus estados de ánimo (“Antes de ingresar a un espacio canino visualiza la dinámica de él, cantidad de mascotas y como se encuentran para poder elegir si ese espacio es el más adecuado para ti y tu perro. si tu animal está muy ansioso de entran se recomienda bajar esa ansiedad dando un paseo antes de ingresar”); o la norma nº5, que indica que el humano usuario del espacio es quien debe asegurarse de los comportamientos de su perro (“Asegúrate de que tu perro constantemente responda a las órdenes de obediencia básica como ven, siéntate, quédate quieto y déjalo. Esto te ayudará a controlarlo en una situación potencialmente peligrosa”); o la norma nº12 que enfatiza el tipo de acción que debe realizar el o la cuidadora en relación con los excrementos del perro (“Recoge sus fecas, debes mantener limpio y aseado el lugar”).
Estas características textuales hacen del letrero y del manual de conducta comentados -y de otros similares- piezas dignas de atención y reflexión en cuanto a su vocación pragmática: conseguir, a través de su presencia y reiteración, que las y los usuarios de las plazas se hagan cargo de sus mascotas, buscando activar su conciencia respecto de la responsabilidad que les compete en su aparición en el espacio público, su circulación en la ciudad y su relación con otros animales humanos y no humanos. Se trata, en definitiva, de construir un vínculo individual en la relación con los animales no humanos porque ellos no se cuidan solos y no pueden responder por sus actos: eso le corresponde a su cuidador o propietario, un individuo responsable de ellos y que se debe hacer responsable por las consecuencias de sus actos. Ya no se trata del perro de la familia o del barrio o de algo así como un “otro generalizado”, sin forma y que suele convertirse en un “nadie se hace cargo” y una excusa para el descuido y el abandono. No. Se trata de que cada persona que decida ser propietario/a de una mascota, se haga cargo de ella. Pero eso requiere de persistencia y sistematicidad, porque modificar las prácticas no es cosa de un día, ni de un texto.
Referencias
Campos, L. (2014). “Espero tu ayuda” o el proceso de reconstrucción de Valparaíso desde la perspectiva de un habitante”. Territorio FAU n°1, 21-25.
Fraenkel, B. (2007). Actes d’écriture: quand écrire c’est faire. Langage et Société n°121-22, 101-112.
[1] En otra sección del mismo sitio se lee un texto similar, pero con algunas variantes dignas de atención pero que van en un foco diferente al propuesto para esta columna: “los perros pueden correr sin correa, jugar libremente, sociabilizando entre ellos, sin molestar a niños o adultos que sólo disfrutan del parque o plaza. Cuentan con unos novedosos bebederos que se activan con la lengua de las mascotas. Este verano se integraron juegos de agility”.
Aysén mira el mar: vinculando la conservación de cetáceos con el desarrollo de las localidades insulares
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Jacqueline Boldt, Geógrafa (U. de Chile), Máster en Ecología (U. Autónoma de Madrid); Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente (U. Católica de Chile)]
Resumen:
La costa, islas y fiordos de la Patagonia son un territorio que ha sido históricamente invisibilizado en cuanto a sus prácticas y modos de vida, del que suele decirse que sus localidades se encuentran “aisladas”. ‘Aysén Mira el Mar’ es una iniciativa local que, haciéndose cargo de la condición de ‘insularidad’ de estos asentamientos, propone la co-creación de un proceso comunitario de puesta en valor de su patrimonio natural, apoyándose en el reconocimiento, conservación y provecho económico de los cetáceos que cohabitan con las comunidades humanas patagónicas para un desarrollo sustentable de las localidades costeras e insulares de Aysén.
Palabras Clave: Comunidades Insulares, Cetáceos, Desarrollo local
Generalmente en Chile se suele enseñar en los colegios que el país se compone de cuatro grandes ‘macroformas geográficas’, sobre las que se regionaliza el conocimiento geográfico y que enmarcan el desarrollo de los territorios. Estas son: la cordillera de Los Andes, la cordillera de La Costa, la depresión intermedia y las planicies litorales. Sin embargo, existe un ‘quinto territorio’, particular a la Patagonia de Aysén y Magallanes, que no suele ser considerado: las islas, fiordos, y canales que existen en esta enorme extensión de archipiélagos que se extienden más de 2.000 km desde Melinka hasta Puerto Williams. No se consideran porque se dice de estos que “son cordillera de Los Andes hundida en el mar”, pero esta simplificación reviste una invisibilidad (Núñez, Molina, Aliste & Bello, 2016) de lo que es este particular espacio geográfico y social donde se desenvuelven diversas comunidades humanas y animales.
Este espacio es una red de archipiélagos, con una de las extensiones de litoral más grandes de todo el mundo y, curiosamente, en la región de Aysén estos lugares están poblados por asentamientos (caletas) de pescadores quienes fundaron sus pueblos y los han mantenido a través de formas de vida insulares que desconocemos y que tienen que ver con una forma particular de movilidad, desplazamientos vía navegación, temporalidades, organización comunitaria, organización del trabajo, modos de producción de la tierra y el mar, y usos consuetudinarios, entre otros (Martinic, 2005). En este territorio, una de las principales problemáticas es la invisibilidad insular que existe sobre el maritorio en la zona austral. Sumado a esta invisibilidad, se remarca siempre el “vivir aislado” como una condición negativa que se debe superar, desconociendo y juzgando la vida insular al medir su desempeño según los parámetros de los territorios continentales.
Por otro lado, se ha detectado una falta de acciones de gestión en la conservación del patrimonio natural y cultural que existe en Aysén insular. Gran parte (un 90%) del maritorio está destinado a la conservación de la naturaleza; si bien esto no significa una apuesta al desarrollo de las comunidades que lo habitan, ni a un interés por aumentar los recursos destinados a la investigación, turismo, educación ambiental y otras temáticas claves para hacer de este lugar un territorio de oportunidades. En ese contexto, la conservación puede ser una acción clave para potenciar el desarrollo de los asentamientos costeros e insulares de la región, y particularmente, a partir de la conservación de cetáceos.
En tal contexto ‘Aysén Mira el Mar’ es una iniciativa que busca desarrollar un polo de ecoturismo marino en la región de Aysén, activando la gestión de la conservación marina desde las comunidades locales del litoral hacia el resto de Chile y el mundo. Pero, ¿qué rol tienen los cetáceos en esto? Aysén Mira el Mar nació de una metodología concreta llamada “censo comunitario de cetáceos”. Esta metodología nos permite conectar con las personas que habitan el litoral y que constantemente ven el mar, ya sea por sus actividades económicas de pesca, o porque se trasladan de un lugar a otro en su vida cotidiana (Boldt, 2016). A través de esta actividad se pudo formar un grupo de personas que registraron sus avistamientos de cetáceos, y con esto, conformar la primera red de observación de mamíferos marinos en tiempo real utilizando una herramienta tan básica como Facebook el año 2015.
Los delfines y ballenas son especies ‘bandera’ o ‘carismáticas’, lo que quiere decir que son especies de animales capaces de movilizar a la sociedad por su protección y cuidado (Isasi, 2011). Esto, como consecuencia, permite que las personas conozcan el ecosistema marino en general, la importancia que tiene para la vida en el planeta y los servicios ecosistémicos básicos que nos brinda en relación con la alimentación y la regulación atmosférica, específicamente en la producción de oxígeno, entre otras relaciones más complejas. Por otro lado, los cetáceos son especies ‘paraguas’, es decir, son animales cuya presencia en el ecosistema da cuenta de una cadena trófica saludable, y con ello, permiten monitorear en forma básica la salud de los ecosistemas marinos, indicando la productividad y diversidad en el mar.
Ahora, en cuanto a las relaciones entre cetáceos y humanos, en general, en casi todos los pueblos originarios costeros o marinos del mundo existe una identificación y valoración a los cetáceos, ya sea en forma positiva o negativa. Para el caso de Chile, lo que más resalta en la historia de las relaciones con estas especies es un pasado reciente como país de gran relevancia en la industria ballenera mundial, la caza intensiva que impulsó la economía nacional es probablemente un capítulo que hoy no queremos recordar en términos ambientales, pero es un hecho ya estudiado la gran incidencia que tuvo esta actividad en el desarrollo costero del país. Específicamente en Aysén, la relación entre cetáceos y personas se identifica desde los pueblos nómades canoeros, que aprovechaban las varazones para alimentarse, hasta el día de hoy a través del desarrollo del ecoturismo y el turismo científico.
Hoy día la relación con cetáceos en general en Chile está normada por una ley que los protege, no podemos venderlos, cazarlos, ni explotarlos para fines de entretención. Esto ha significado un avance y transformación en la forma de relacionarnos con estos animales, ya que hoy sólo podemos observarlos en su estado salvaje. Lo que sigue después de esto es que las personas de las comunidades costeras se apropien de su rol como ‘protectores de cetáceos’, y es en esa línea que Aysen Mira el Mar se posiciona como una iniciativa importante para estos asentamientos, especialmente en la localidad de Puerto Cisnes, donde la comunidad ha dado el paso de trabajar en forma activa por la conservación de estos animales, apalancando fondos para su protección, desarrollando iniciativas que comprometen espacios físicos de educación ambiental y puesta en valor del patrimonio natural. Esto ha facilitado la vinculación con ONGs internacionales y a la institucionalidad a cargo de poner en valor el patrimonio natural, ayudando a la valoración positiva de su condición marina e insular. En ese sentido, la conservación cetácea con activa participación comunitaria se ha convertido, de manera incipiente, en una oportunidad creciente de desarrollo local y mejoramiento de la calidad de vida de las personas, tal como ya ha ocurrido en otros lugares del mundo donde el desarrollo territorial se ve vinculado fuertemente a estos animales (como Puerto Madryn, en Argentina, y Kaikoura en Nueva Zelanda).
El trabajo que desarrolla la organización se realiza desde la comunidad local, esto quiere decir que toda actividad se fundamenta desde un grupo de interesados en la comunidad, co-diseñando y co-ejecutando el proceso, con el apoyo de la institucionalidad local, agrupaciones locales, la Universidad Austral de Chile y el Museo Regional, entre otras instituciones clave de la región. En esta línea, se ha logrado implementar una red de ‘avisadores’ en tiempo real -comunicados con científicos expertos en cetáceos-, la realización de censos comunitarios y el monitoreo de impactos negativos del turismo y malas prácticas.
Para el caso de Puerto Cisnes, un impacto muy tangible ha sido la apropiación de los cetáceos (especialmente de los delfines), como animales emblemáticos del lugar por parte de la comunidad, lo cual ha significado un quiebre respecto a una ‘identidad Patagona’ pensada desde los asentamientos continentales. El surgimiento de una red de actores locales del litoral, activos en la conservación de cetáceos, es el resultado mas relevante de este trabajo, en conjunto con el surgimiento de una agrupación formal de prestadores de servicios turísticos de carácter náutico que se plantean en la línea del ecoturismo, y que buscan ser un aporte a la conservación de cetáceos y generando desarrollo económico local. Por otra parte, es relevante la visibilización del litoral como un espacio de oportunidades, como un lugar donde los habitantes se sienten afortunados de vivir ahí. En ese sentido, el enfoque ‘promocional’ de las islas es un resultado relevante para el diseño de políticas públicas con una triple intencionalidad: la conservación, el desarrollo económico, y el desarrollo social, pero aún falta mucho por hacer para que éstas flexibilicen el rigor con el que estos territorios son juzgados, para proyectarlos como polos de ecoturismo marino de relevancia nacional e incluso internacional.
La proyección de este tipo de experiencias en asentamientos como las caletas de Aysén puede aportar a crear un compromiso de los habitantes locales con el devenir del lugar en el que viven. La relación que se genera gira en torno al ‘cuidado’ del lugar, trasciende la idea del espacio como un hábitat humano y se vuelca a éste como un ecosistema donde viven también otras especies no humanas que se valoran, cuidan y desean, vinculándolas activamente en la creación de alternativas de desarrollo para los asentamientos costeros e insulares.
Referencias:
Boldt, J. (2016). Metodología de campo para el avistamiento de pequeños cetáceos desde tierra. El caso de Raúl Marín Balmaceda, región de Aysén. Revista de Aysenología, 2(1), 44-52.
Isasi, E. (2011). Los conceptos de especies indicadoras, paraguas, banderas y claves: su uso y abuso en Ecología de la Conservación. Revista Interciencia, 36, 31-38.
Martinic, M. (2005). De la Trapananda al Aysén: una mirada reflexiva sobre el acontecer de la Región de Aysén desde la prehistoria hasta nuestros días. Pp 45-62. Editorial Pehuén. Santiago
Nuñez, A.; Molina, R., Aliste, E.; Bello, A. (2016). Silencios geográficos en Patagonia-Aysén: territorio, nomadismo y perspectivas para re-pensar los márgenes de la Nación en el siglo XIX. Magallania 44(2), 107-130.
ISLE OF DOGS, O LOS PERROS COMO SUJETOS POLÍTICOS EN LA CIUDAD
VerISLE OF DOGS, O LOS PERROS COMO SUJETOS POLÍTICOS EN LA CIUDAD
Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente (U. Católica de Chile)]
Película: Isle of Dogs (Isla de Perros)
Año: 2018
Director: Wes Anderson
País: Estados Unidos
Resumen:
Los animales no humanos son actores vitales en la conformación de las ciudades contemporáneas, ya sea a través de su explotación económica, su exclusión, subordinación, invisibilización o, en otros casos, como símbolos de estatus y poder. Su capacidad agencial sobre la estructura y funcionamiento de las ciudades es una temática escasamente relevada y, así como ocurre con ciertos grupos sociales urbanos, se mantienen en la liminalidad, es decir, en un estado ambiguo de precariedad e invisibilidad, en los bordes del orden social. En un filme de animación de gran calidad técnica, Wes Anderson logra reflejar a través de los perros una problemática muy relevante de la sociedad y la ciudad contemporánea: la segregación social y la exclusión de las minorías, lo cual invita a cuestionarse, entre otras cosas, la naturalización de la idea de superioridad del ser humano por sobre otras especies, y lo que esto representa como desafío para los estudios urbanos.
Palabras Clave: Perros, Ciudad, Exclusión
Ante la idea del ser humano como cúspide de las especies, y en el actual contexto de cambios globales sin precedentes, cabe cuestionarnos acerca de los fundamentos sobre los que hemos construido la noción de superioridad que nos ha caracterizado ante nuestros modos de relacionarnos con otras especies, generalmente a través de la exclusión, la eliminación y la explotación (zoológicos, perreras y ‘carros de sangre’, entre algunos de los dispositivos más evidentes). La historia animal en las ciudades es una temática de poco desarrollo, pero sin duda que los animales han sido actores muy relevantes para la conformación y funcionamiento de la ciudad contemporánea. Existe una geografía animal en la ciudad, una geografía “más que humana” (Emel, Wilbert & Wolch, 2002), que nos habla de los animales como actores sociales y políticos, y como sujetos activos en la conformación de la identidad colectiva.
En tal contexto, en Isle of Dogs (que tomó cuatro años en ser producida), Wes Anderson, con su fascinante creatividad y, por primera vez, con un explícito sentido político, nos sitúa ante una compleja metáfora sobre la sociedad y la ciudad contemporánea, situándonos ante la pregunta: ¿Cuál es el espacio (físico y social) que ocupan los perros en la ciudad?
En esta historia animada, el alcalde de ‘Megasaki’, ciudad distópica y futurista en un Japón imaginario, ha decidido exiliar a todos los perros a la isla de la basura, una isla de extraña geografía donde van a parar todos los desechos de sus habitantes. El primer perro en ser exiliado es Spots, el perro de Atari, ahijado del alcalde, el que forma una comunidad de perros en la zona más alejada de la isla, surcada por montes de basura, fábricas abandonadas e intrincados andariveles y cintas transportadoras que sirven de vehículo para Atari y una jauría de perros que se aventurarán por este territorio para encontrar a Spots.
Mientras Atari y los perros se embarcan en una aventura seguida desde cerca por las fuerzas policiales y la prensa, en la ciudad un grupo de estudiantes inspirado por la valentía de Atari se organiza para luchar en contra de la despótica medida tomada por el alcalde Kobayashi, desentrañando una red de corrupción, manipulación, censura y asesinatos que, ante todo, busca mantener el poder de la familia dominante (algo muy animal, por cierto) y su profunda aversión por los perros.
Así, mientras en la isla se desentraña una búsqueda llena de sobresaltos, en la ciudad se desata una lucha por la reivindicación de los perros, ante la inercia de una sociedad silente y pasiva, subordinada a los caprichos y abusos de una elite privilegiada personificada por el alcalde. Allí, una estudiante intenta junto a sus compañeros ayudar a los científicos que trabajan en la cura para la ‘fiebre del hocico’, enfermedad que el alcalde usa como pretexta para desterrar a los perros, y que lo lleva a anular, a cualquier costo, los esfuerzos por encontrar una solución. En ese sentido, los perros adquieren una potente connotación política y se transforman en un campo de lucha social entre dos proyectos dicotómicos: el autoritarismo excluyente y la comunidad diversa. En esta disputa, la perseverancia y compromiso de la lucha de Atari, los perros, los estudiantes y los científicos, permiten que haya un desenlace satisfactorio para los canes de Megasaki, quienes vuelven a la ciudad a ocupar el lugar que les fue arrebatado.
Al ocupar a los perros como reflejo de las minorías excluidas y relegadas de la vida social, vida que se lleva a cabo y se desenvuelve en la mega-ciudad, Anderson no sólo nos recuerda que en ella, como orden político y social, no hay espacio para la expresión de todos sus habitantes, sino que también nos recuerda que en este escenario, los perros, y los animales en general, son también una minoría en tanto sus posibilidades de reconocimiento social e incluso político han sido bloqueadas por una sociedad antropocéntrica y antiecológica. De esta forma, perros y basura son homologados, son situados por los humanos en una misma categoría y por ende en un mismo nivel de valoración.
Por otra parte, la decisión explícita de Anderson de no traducir las conversaciones humanas, en contraposición a un texto protagonizado por los no-humanos, es una característica sutil pero poderosa de este filme, reforzando que aquí los ‘otros’ no son los perros, sino que los humanos.
No es casual (y esta es quizás la metáfora más directa) que los perros de Megasaki hayan sido desterrados, justamente, a la isla de la basura, ese espacio urbano residual por excelencia para representar aquello que no queremos con nosotros. En ese sentido, los perros son aquí representados en su liminalidad, es decir, en su condición de “borde”, de ambigüedad y precariedad dentro de un orden social que no logra lidiar con su diferencia y que por ende termina relegándolos a su periferia, tanto territorial como simbólicamente. Así, como ocurre con las minorías sociales, políticas, y sexuales, también ocurre con los perros en la ciudad, expresando segregación, confinamiento, e invisibilidad.
Desde esa perspectiva, ¿En qué forma estos sujetos no-humanos son actores con una capacidad agencial sobre la estructura y funcionamiento de lo urbano?, ¿En qué forma el urbanismo contemporáneo ha contribuido a conformar ciudades excluyentes para otro tipo de sujetos no humanos?
Las respuestas a estas problemáticas deberán ser dilucidadas desde un urbanismo que sensibiliza con la otredad y que se cuestiona de forma activa el lugar que ocupan los no-humanos en el entramado de la ciudad, en sus prácticas, imaginarios, economía e identidad. Ante la necesidad de repensar las ciudades como espacios de diversidad e integración, debe abrirse un camino que sea capaz de integrar, y no excluir, a todos los actores que participan de su reproducción, esto es un desafío de lograr una ética social y ecológica para la consecución de justicia social y ambiental en la ciudad, tanto para los humanos como para no-humanos.
Referencias:
Emel, J., Wilbert, C., Wolch, J. (2002). Animal Geographies. Society and Animals 10(4):407-412. DOI: 10.1163/156853002320936881
Vecinos Invasores
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Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Piera Medina Ziller; Editora General Revista Planeo; Arquitecta PUCV; Magister en Desarrollo Urbano UC, Diplomado en Arquitectura Sustentable UC ]
Película: Vecinos Invasores (Over the Edge)
Año: 2006
Director: Tim Johnson, Karey Kirkpatrick
Productora: DreamWorks Animation / Pacific Data Images (PDI)
Género: Animación infantil, comedia
Resumen:
La película que se presenta entrega una reveladora perspectiva sobre la coexistencia entre animales y humanos en la ciudad. Una comedia de animación infantil que da cuenta de la tensión entre el espacio animal y el rápido y explosivo crecimiento urbano. Esta problemática se presenta a partir de la búsqueda de alimento para la sobrevivencia animal, quienes al ver disminuido su entorno, se ven en la obligación de atravesar los límites impuestos por la urbanización para recolectar la comida ‘chatarra’ de consumo humano. Sus protagonistas, una familia animal compuesta por una tortuga, una ardilla, un zorrillo, y una familia de puerco espines, engañados por un astuto mapache, cruzan el muro construido para ir en búsqueda de alimento, sorteando los peligros que la vida humana les presenta, intolerante a la coexistencia con los habitantes originales de esas tierras.
Palabras clave: crecimiento urbano; sobrevivencia animal; invasión territorial
Las ciudades que hoy conocemos han sido, desde sus inicios, territorios de dominio animal. Los animales fueron quienes dieron forma y sentido a los lugares, ocupando los espacios y las bondades que la naturaleza les provee para configurar su hábitat. Porque al igual que los humanos, nuestros hermanos menores han sido desde siempre expertos en la construcción de sus hogares y refugios, teniendo como referencia territorial el alcance de sus alimentos y la capacidad de sobrevivir y defenderse frente a la presencia de otros clanes, depredadores, o incluso de quienes buscan quitarles el territorio ganado.
Con la llegada de la civilización y el afán de crecimiento urbano, las ciudades, el gran logro de la humanidad, se han expandido a ritmo acelerado desdibujando los límites entre el espacio humano y el espacio animal, quedando aquellos territorios de dominio animal disminuidos frente a la llegada del concreto y acotados a espacios simbólicos dentro de la trama urbana, como parques y plazas. Así lo hemos podido observar en los últimos meses, como Cóndores propios de los aires andinos y Pumas que históricamente se han ocultado del ojo humano, han ‘bajado’ a la ciudad buscando en ella alimento que en el acotado espacio disponible para su recolección, ya no encuentran. Quienes han sobrevivido a la llegada del ser humano, hoy deben ajustar sus prácticas a las demandas y al ritmo que la vida en la ciudad exige. Los demás ya emigraron, buscando nuevos lugares para vivir.
La película animada “Vecinos Invasores” presenta esta problemática de forma muy lúdica, evidenciando una realidad latente en las formas humanas de hacer lugar, quienes hemos arrasado con todo los territorios existentes sin respeto de la vida y los ecosistemas que habitan en ellos. Nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como invasores humanos, quienes hemos desarrollado un modo de vida prácticamente desarraigado del origen de esos territorios y el respeto a sus habitantes locales, los animales. La película se basa en el argumento de una familia de animales liderados por una tortuga llamada Verne, que al despertar de su hibernación ven como un gran muro ha acotado su espacio de recolección de alimentos para el próximo invierno; lo que antiguamente conocían como el bosque, ahora corresponde a un pequeño parque emplazado en el centro de un nuevo suburbio urbano de construcción simultánea.
La llegada de una astuta ardilla, ya acostumbrada a las prácticas humanas y a los alimentos ‘chatarra’ que los humanos consumen, los lleva a atravesar el límite impuesto para recolectar y robar el alimento a sus vecinos. La película transcurre en esta ambivalencia de dominio espacial, ¿quiénes son realmente los invasores?, ¿cuál es la plaga real? ¿a quién le corresponde el dominio de estos lugares?. En efecto, los humanos plantean que la presencia de esta ‘plaga animal’ afecta en el plusvalía de las viviendas, y por lo tanto se deben exterminar. Mientras los animales se defienden, encuentran las formas de sobrevivir a esta ‘inhumana’ forma de coexistencia. Pareciera ser que al final, la naturaleza siempre encuentra las formas de recuperar su lugar.
Entrevista a Cristian Bonacic: "Con la legislación actual se pone en peligro la calidad de vida, la salud pública, se generan daños ambientales y económicos de gran cuantía a lo largo del país"
VerEntrevista a Cristian Bonacic: "Con la legislación actual se pone en peligro la calidad de vida, la salud pública, se generan daños ambientales y económicos de gran cuantía a lo largo del país"
Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Dr. Arturo Orellana Profesor Asociado Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales Pontificia Universidad Católica de Chile ]
En general, en el mundo ¿Desde cuando la fauna en la ciudad empieza a ser un tema de importancia para la calidad de vida de la población?
La fauna entendida como los animales domésticos y silvestres han cohabitado con los seres humanos en la ciudades y ciudades medievales y castillos por siglos. Por ejemplo si uno mira la literatura y la pintura en diversas culturas siempre se ha visto la existencia de parques imperiales, parques de los Reyes y la utilización de espacios naturales alrededor de la ciudades o al interior de ellas tanto en Europa como en Asia.
Por otro lado en las culturas de América también existía una fuerte relación con la fauna al interior y alrededor de la ciudades. El valor simbólico de la fauna ha sido sin lugar a duda un aspecto muy importante desde las ciudades imperiales de la China hasta el imperio Inca en Machu Picchu y la zona altoandina.
Especialmente referido a la ciudad de Santiago ¿Cuáles son principales cambios que se han producido en la fauna de nuestras ciudades en las últimas décadas?
La ciudad de Santiago se ha caracterizado por sufrir un proceso de aumento de la edificación en altura y disminución de los espacios verdes de una manera vertiginosa sobre todo en los últimos 40 años. Los cursos de agua o canales antiguamente de riego también han sido cubiertos con losas de cemento lo que ha ido disminuyendo la presencia de hábitats disponibles para diversas especies de fauna.
En Europa se están removiendo las losas de cemento de los cursos de agua que atraviesan la ciudades y se está recreando los cursos naturales con vegetación y rocas permitiendo la existencia de fauna nativa que ha vuelto colonizar el interior de la ciudades mejorando la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la existencia de cerros como el cerro San Cristóbal y el cerro Santa Lucía y algunos parques de gran tamaño aún albergan fauna nativa fundamentalmente reptiles y en algunos casos incluso anfibios. Las especies que se han visto mas disminuidas o completamente extirpadas del ambiente urbano son los mamíferos silvestres y las especies que han logrado adaptarse a la existencia de grandes urbes se concentran en el grupo de las aves silvestres. Pero también en este grupo de las aves ha existido una fuerte presencia de especies exóticas o ajenas a las aves nativas de nuestro país.
De acuerdo a algunas investigaciones que has liderado, así como existe fuerte evidencia de un patrón de segregación urbana a escala metropolitana ¿Se puede decir que la fauna existente también tiene algún patrón de segregación según la comuna o barrio? ¿Qué lo explica?
Las aves de nuestra ciudad están fuertemente segregadas según nuestra investigación al comparar distintas plazas urbanas rodeadas por entornos construidos de diverso tipo. Por ejemplo, las zonas con edificación en altura y alta concentración de infraestructura presentan menor diversidad de aves y un aumento de las aves exóticas como las palomas o las cotorras argentinas y el gorrión. En la zona donde hay parques urbanos o cercanía a la precordillera de Santiago o al gran parque metropolitano se pueden observar especies nativas de gran valor como algunas aves rapaces y otra aves que son propias de la cordillera y el valle de Chile central. Pero en general nuestra avifauna se ha visto fuertemente disminuida por el rápido crecimiento de la ciudad. Otro aspecto que ha dañado mucho a la avifauna y a los reptiles nativos que aún existía en la ciudad en la presencia de gatos y perros sueltos que predan sobre los nidos o directamente ahuyentan a las aves nativas de la zona urbana y incluso alrededor de la ciudad.
Los episodios recientes donde se han avistado pumas o cóndores en áreas urbanas en domicilios de familias en sectores altos de la capital ¿Son solo resultado del fenómeno denominado “urbanización planetaria” o también existen otras razones? ¿Cuáles?
El factor primordial para que se pueda albergar fauna silvestre en la ciudad es la existencia de vegetación, dicha vegetación tanto arbórea como arbustiva permite la alimentación y reproducción de las aves y el establecimiento de ellas en zonas urbanas. Si se realiza podas o modificaciones estructurales Drásticas a la vegetación urbana, se pierde con ello los micro hábitats donde la fauna silvestre puede estar residiendo.
Por ejemplo una práctica habitual es mutilar a los árboles o simplemente derribar árboles muertos en pie y en ellos se alberga una gran cantidad de insectos que sirven de alimento para las aves insectívoras y además sirven de percha o lugar de posicionamiento para las aves rapaces que pueden así captura roedores y obtener un lugar del cual avistar a sus potenciales presas. En la lógica de la ciudades actuales y en particular en Santiago no se entiende que ese tipo de estructuras vegetales muertas también juegan un rol importante en la conservación de fauna. Del mismo modo troncos caídos al interior de un parque o vegetación túpida arbustiva permitirían albergar aves que nidifican en el suelo y protegerlas de las personas o de los perros y gatos que andan sueltos.
La presencia y avistamiento de zorros, esporádicamente pumas, y cóndores en vuelo ahora incluso posados en algunas casas en la zona precordillerana de Santiago, responde a dos grandes fenómenos. Por un lado, el avance de la urbanización hacia ambientes pre cordilleranos permite que la gente pueda avistar o estar en contacto con especies de fauna que siempre han estado en esa zona de nuestra ciudad
Por otro lado la disminución de la casa ilegal y la disminución de la ganadería en algunas zonas de la cordillera ha llevado a que estas especies también se internen más cerca a la ciudad de Santiago.
Recordemos que el nombre del cerro Manquehue significa lugar de cóndores, por lo tanto con una adecuada protección de esta especie debería ser posible ver cóndores sobrevolando la ciudad de Santiago en el futuro, si es que mantenemos una política de conservación de estas especies y no son casados o envenenados y ilegalmente. Otras especies como el águila y aves rapaces en general pueden permanecer o residir en árboles de gran altura que tengan el follaje suficiente que les permita protegerse y desde ahí capturar a sus presas. El tíuque, el Peuco y aves rapaces nocturnas ya existe en el interior de la ciudad. Lo que pasa es que la gente habitualmente no las ve o no las sabe diferenciar. Pero si se escucha con atención en zonas de mas vegetación estas aves están presentes..
Considerando la masiva y progresiva presencia de animales domésticos y la pérdida importante de la presencia de fauna nativa ¿En qué afecta esta situación la calidad de vida de la población urbana?
Lamentablemente, con la nueva legislación denominada ley cholito, que permite la existencia de jaurías de perros en las calles y alrededor de la ciudad y no hay un control de poblaciones de gatos que se están reproduciendo también en los parques y en la zona Suburbanas se ha llegado a que las aves silvestres incluso los reptiles y mamíferos como zorros chilla y culpeo junto al Quique están desapareciendo rápidamente de nuestra ciudad y sus alrededores. La desaparición de las aves silvestres, y estas especies nativas de mamíferos y reptiles van empobreciendo la biodiversidad y alejando al final a la gente de nuestra fauna nativa.
La costumbre de dejar alimento para perros en el suelo en las calles de la ciudad ha contribuido al aumento de las ratas, moscas y palomas entre otras especies que son plaga junto con mantener poblaciones flotantes de perros que producen diversos problemas a la vida de la gente ya sea por mordeduras, contagio de enfermedades, accidentes de tránsito e incluso afectan las conductas de desplazamiento de personas que si le tienen temor a los perros. Se ha visto también un aumento de ataque de esta jauría de perros a personas que sacan a pasear a sus mascotas y esto ha llevado a que muchas mascotas sobre todo pequeñas terminen muriendo o con graves heridas por mordedura. Esto también ha ido en aumento desde el punto de vista de las mordeduras a niños personas de la tercera edad y personas que salen a correr o hacer deporte en bicicleta lo que afecta la calidad de vida de las personas en la ciudad.
Hoy las políticas públicas apuntan a fortalecer la tenencia responsable de animales domésticos, especialmente de perros. No obstante, existe importante evidencia de investigaciones que has realizado con otros, donde adviertes el peligro de los perros vagos en las calles de nuestras ciudades y sobretodo en el mundo rural. ¿En qué medida crees que las políticas públicas que se están elaborando logran equilibrar debidamente la defensa de grupos animalistas y las necesidad de seguridad para las personas por la presencia de perros vagos, tanto en las áreas urbana como rurales?
La legislación actual es producto de la presión de grupo Animalistas y su lobby para que se permitiese la libre circulación de perros abandonados en las calles y zonas rurales. Los políticos en las cámaras de diputados y del Senado no le han tomado el peso a la gravedad de este problema que afecta a la gran mayoría de los chilenos tanto en zonas rurales como urbanas. Con esta legislación actual se pone en peligro la calidad de vida, la salud pública, se generan daños ambientales y económicos de gran cuantía a lo largo del país. Por ejemplo cada día mueren atacados animales domésticos por jauría de perros en las zonas rurales y parques nacionales desde Arica hasta la Patagonia hay especies de fauna silvestre en grave peligro de extinción declinando por el ataque de jauría de perros sobre ellas. Nuestra fauna silvestre no está adaptada para poder defenderse del ataque de jaurías de perros y esfuerzos de conservación que han tomado décadas se están viendo totalmente frustrados por la rápida declinación poblacional de las especies debido a la predación por perros. Por ejemplo el Huemul, pudu los gatos silvestres como la güiña y los zorros están sufriendo El impacto de la jauría silvestres porque depredan sobre estas especies nativas, las contagien enfermedades, y las desplazan de sus ambientes naturales.
Para avanzar en el enriquecimiento ambiental y aumentar la presencia de fauna nativa en nuestra ciudades se requiere una política integral que cambie la legislación actual y permita el control de animales plagas como los perros, gatos, roedores, cotorra argentina, avispas exóticas y se vaya reforestando y creando espacios naturales donde la vegetación nativa y la diversidad de ambiente generados con cuerpos de agua y distintos estratos de vegetación puedan permitir la recolonización natural a partir de la vegetación donde se alberga la fauna nativa existente en las zonas precordillerana y otras zonas que aún albergan fauna nativa. Sin embargo, las políticas actuales de manejo de parques y arias verdes en nuestro país y la planificación de los desarrollos inmobiliarios ven la existencia de áreas verdes como adornos que no cumplen un rol ecológico de proveer Servicios ecosistémicos, no pone en valor a la naturaleza en los ambientes urbanos.
Por último ¿Existe la posibilidad de avanzar en políticas públicas que logren regenerar la diversidad de la fauna silvestre al interior de nuestras ciudades? ¿Qué medidas debieran tomarse para ello?
Existe una gran deuda pendiente de las autopistas urbanas de nuestro país en particular en Santiago que no generaron espacios verdes o corredores biológicos con vegetación nativa a lo largo y alrededor de sus autopistas, si estas autopistas tuviesen vegetación nativa y fueron diseñadas correctamente permitirían proveer de diversos servicios ecosistémicos a la ciudad, por ejemplo la captura de material particulado, la disminución del ruido que sale de las autopistas, la presencia de hábitat para las aves silvestres nativas y el enriquecimiento ambiental y mejora de la calidad de vida de las personas que habitan alrededor de dichas autopistas o que utilizan esas autopistas para desplazarse. Está demostrado que las autopistas que tienen vegetación alrededor de ellas y en el centro muestran una disminución de la velocidad promedio de los conductores porque tienden a manejar más tranquilos. Del mismo modo el metro en altura o los pasos sobre nivel que hay en la ciudad podrían ser revestidos con vegetación para contribuir a la captura de ruido y material particulado y favorecer la presencia de reptiles nativos y aves que requieren vegetación y follaje verde y mejoraría la calidad de vida porque el embellecimiento que produce la vegetación en zonas que hoy día son concreto y acero.
En la ciudad de Fuzhou en China todos los pasos sobre nivel están cubiertos con vegetación.
El calentamiento global y las olas de calor que se están haciendo cada vez más frecuentes en la ciudad de Santiago tienen como su mejor solución el desarrollo de cubiertas verdes tanto en los muros como en infraestructura urbana Y el aumento de la reforestación con vegetación nativa adaptada al calor y que requiere menos agua que árboles exóticos. El no entender que el desafío de mejorar la calidad de vida y el fuerte ahorro de energía que se podría obtener por la mayor cobertura vegetal de nuestra ciudad, significa que no estamos tomando en serio el impacto del cambio climático en la ciudades de Chile.
Una recomendación práctica para mejorar la regulación de temperatura de una casa y disminuir drásticamente los gastos de aire acondicionado y calefacción en el invierno es poner árboles de hoja decidua en el costado este de la casa y poner árboles nativos de hojas permanentes en el costado sur poniente del jardín para que de esta forma el sol de la mañana en el verano esté tapado por el follaje abundante de los árboles de hoja decidua y en la tarde el sol esté tapado por la vegetación nativa Del lado poniente de la casa. En el invierno los árboles deciduos del sector oriental de la casa no van a tener follaje por lo tanto el sol para poder calefaccionar la casa y la posición del sol a la altura de la ciudad de Santiago por lo menos, permite que por su desplazamiento hacia el norte pueda irradiar el costado occidental de la casa contribuyendo a la calefacción. Ésta es una medida práctica y simple donde se utiliza la vegetación para poder termoregular una casa y generar ahorros energéticos importantes. Sobre todo ahora que cada verano tenemos más olas de calor.
Las enredaderas cubriendo los muros de la casa y cubriendo los bordes de la casa en el jardín permiten bajar rápidamente la temperatura al final del día en los días con mayor calor y se puede disminuir sustancialmente el riego al tener este tipo de estructuras verdes.
Es indudable la necesidad de que arquitectos e ingenieros civiles y constructores civiles tengan cursos de ecología y comienzan a integrar la naturaleza como un elemento fundamental en la construcción de la ciudades.
App Wolkie: hacia una ciudad animal inteligente
VerApp Wolkie: hacia una ciudad animal inteligente
Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Vicente Inostroza Sánchez, Cientista Político UDP y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Resumen:
En un contexto chileno de mayor urbanización y desafíos a las ciudades, este proceso ha ido acompañado de cambios en los modos de vida, tales como la tenencia y convivencia de animales (como las mascotas) en la ciudad, y el aumento de las TIC con la democratización del smartphone. Esto decanta en la constante irrupción de las ciudades inteligentes, con iniciativas que utilizan tecnologías en la ciudad para mejorar la calidad de vida de las personas y, en este caso, también de los animales. Una práctica urbana que relevar es Wolkie, iniciativa creada por realizadores chilenos que gestiona el paseo de mascotas a través de la aplicación, donde el paseador de perros va directo a tu casa y puedes visualizar el paseo de manera georreferenciada. Existen experiencias internacionales que permiten comparar el funcionamiento de estas aplicaciones en el paseo de mascotas en la ciudad. Si bien existen ciertas críticas al fenómeno (no directamente a la app) como la “uberización” de servicios en la ciudad y el realce de las desigualdades socio-urbanas que existen con estas prácticas inteligentes, esto avanza hacia la solidificación conceptual de la Smart City que podría considerarse en la calidad de vida animal y en la agenda pública que está realizando el Estado chileno en esta materia.
Palabras clave: Smart Cities, mascotas, paseadores de perros, ciudad animal inteligente
Chile es uno de los países con más porcentaje de población en zonas urbanas dentro de América Latina, donde también este continente posee una alta población urbana en comparación con otras regiones. Con este dato base, surgen muchos desafíos en las mismas ciudades y ciudadanías en la convivencia socio-urbana a medida que los modos de vida vayan mutando. Un modo de vida a destacar es la tenencia y convivencia de mascotas en la ciudad. Según un estudio de Adimark, un 64% de los hogares declara tener al menos una mascota dentro de su casa, donde la tenencia de mascotas es mayor en el nivel socioeconómico D (69%). No obstante, con datos de la CASEN 2017, son más las personas en zonas urbanas que han presenciado perros abandonados y plagas en comparación en los habitantes rurales, con un 22,8% y 19,4% respectivamente.
Otro fenómeno en la ciudad es el aumento de la tecnología en nuestra cotidianeidad como una suerte de democratización del smartphone e internet, donde el 82% de los chilenos usan su teléfono para navegar por internet, superando ampliamente a la cifra mundial del 50% (Google Consumer Barometer). Esto último, sumado con el desarrollo de las TIC (tecnologías de la información y comunicación), ha generado la irrupción creciente de las Smart Cities que “coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de la Información y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana” (Bouskela et al, 2016, p.16). Es tanto el impulso de este concepto que recientemente el CNDU (Consejo Nacional de Desarrollo Urbano) lo ha identificado como tema emergente para estudiar su incorporación a la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
¿Cómo se materializa estos dos modos de vida en la ciudad a través de una práctica urbana en el contexto de la ciudad animal y la Smart City? Una práctica urbana que se desarrolla en Santiago de Chile se relaciona a la aplicación Wolkie que ofrece paseadores de perros para las mascotas desde la puerta de tu casa. En el año 2017, desarrolladores chilenos lanzaron esta aplicación como iniciativa de paseo de perros en un uso smart, con paseadores certificados por las empresas, paseos geolocalizados en tiempo real y diversos métodos de pagos del servicio. Como señalan en su vídeo promocional, los pasos para pedir el servicio son: iniciar sesión en la app; encontrar un paseador cercano al hogar; agendar el paseo con la fecha, hora y precio; el paseador debe aceptar la solicitud; monitorear el paseo de la mascota con varios indicadores; y el paseador deja el animal en su hogar donde se debe pagar con el método de pago seleccionado.
Aunque esta iniciativa es novedosa en Chile desarrollado por creadores nacionales, existen experiencias internacionales anteriores que permiten diagnosticar de mejor manera estas prácticas, tales como Wag!, Petsitter, Care o Swifto. Estos casos comparados de “ciudad animal inteligente” ofrecen múltiples lecciones para los emprendimientos en Chile, como paseadores de perros que varían según razas, preparación de futuros paseadores en la aplicación, servicios complementarios para las mascotas (como peluquería o cuidadores), inclusión de paseo de otros animales como los gatos (aunque son más difíciles de pasear) e interacción fluida con otros amantes de los animales en la misma aplicación del celular. Además, hay otras experiencias de innovación en esta ciudad animal, incluida la implementación de chips a las mascotas para múltiples usos relacionado con la tecnología (como el big data) con la nueva “Ley Cholito”.
En conclusión, este aumento de la urbanización y el uso de la tecnología se traslada a distintos modos de vida de los habitantes urbanos, incluyendo a las mascotas que conviven en la ciudad. Esto se demuestra en la práctica con la aplicación Wolkie que “uberiza” el paseo de perros en la ciudad, donde un cuidador acreditado va al domicilio del usuario para pasear su mascota de manera inteligente desde su smart phone. Si bien esta práctica no busca criticar esta novedad implementada por desarrolladores nacionales, se pueden hacer apreciaciones críticas a este fenómeno. Por un lado, existe una creciente “uberización” de servicios o prácticas urbanas desde estas aplicaciones. Estas no son prácticas inocuas en el desarrollo urbano, sino que desafían a la planificación de las ciudades y a su desarrollo social en múltiples aspectos, como la informalidad en el empleo. Por otro lado, estas iniciativas revelan aún más las desigualdades socio-urbanas que existen en Santiago debido al perímetro exclusivo que operan estos servicios ubicados en las comunas con mayores recursos económicos, situación que contradice con el dato de Adimark que, a menor nivel socioeconómico, mayor es la tenencia de mascotas.
De todas maneras, esto avanza en cierta medida no solo a la calidad de vida, sino que al de las mismas mascotas en la ciudad, considerándose en la calidad de vida urbana. También ayuda a complementar y solidificar el concepto de las smart cities. De ahí emano una recomendación para las iniciativas estatales (como al nuevo Plan Nacional de Ciudades Inteligentes de la CORFO) en considerar de mayor manera a los animales en la ciudad dentro de la agenda de ciudades inteligentes. En una ciudad que crece en expansión y altura, las mascotas deben ser consideradas en su diseño y convivencia, inclusive en la perspectiva de una ciudad inteligente ¡A pasear nuestras mascotas con Wolkie!
Por la vida Siempre! La exposición inconclusa de la Universidad Técnica del Estado
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Mario Navarro Carvacho; Artista Visual, curador independiente, Profesor Titular Escuela de Arte P. Universidad Católica de Chile]
Resumen
A las 11 de la mañana del día 11 de septiembre de 1973, el presidente Salvador Allende iba a inaugurar las Jornadas Antifascistas con la exposición Por la Vida…Siempre! en la Universidad Técnica del Estado. La muestra consistía en 18 carteles de gran formato instalados frente a la Casa Central de la Universidad Técnica del Estado en Santiago . Se distribuyeron también en todas las sedes de la UTE, institutos tecnológicos, industrias, y centros comunitarios de todo el país, 500 set de afiches que reproducían las imágenes que estaban en Santiago y que fueron exhibidas simultáneamente. Todas ellas enviaban un fuerte mensaje a toda la nación para detener la inminente guerra civil que anticipaba el golpe de Estado de ese mismo día 11.
Palabras clave: Universidad Técnica del Estado, exposición, memoria
Si hay tras la muerte, amor
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Brian Espinoza Trujillo; Fotógrafo y artista visual peruano]
Resumen
Si hay tras la muerte, amor es un proyecto documental que busca investigar fotográficamente los dos cementerios más populares y concurridos de la ciudad de Lima. Ambos se encuentran en la falda de cerros. Uno de ellos es el cementerio Virgen de Lourdes, que se localiza en el distrito de Villa María del Triunfo, y el otro, es el Sauce en San Juan de Lurigancho.
Palabras clave: Memoria, Lima, cementerios
Memoria en la ciudad: Ele spacio de Memoria y Derechos Humanos en Buenos Aires
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[por Juliana Carvalho Cortes Silva, licenciada en Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais (Brasil), Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile y MBA en Gestión Estratégica de Proyectos y un Diplomado de post-título en Sistemas de Información Geográfica]
Resumen: Este breve relato busca contribuir a las reflexiones acerca de como resignificar espacios de nuestras ciudades de forma a garantizar la salvaguardia y puesta en valor de sitios y espacios de memoria, reconociendo, más allá de su valor histórico intrínseco, su centralidad ineludible en los procesos de consolidación de Estados democráticos. Asumiendo como punto de partida la idea de que «haber tenido lugar es tener un lugar», Gerard Wajczman, pero sin profundizar en las tensiones que emergen entre las distintas posiciones existentes – y en muchos casos divergentes – acerca de como construir memoria, se busca poner en destaque algunas de las estrategias que se han implementado en el Espacio de Memoria y Derechos Humanos de la ciudad de Buenos Aires, también conocido como EX ESMA, en la búsqueda por un equilibrio entre no-intervención o intervención mínima y re-significación del lugar a través de un breve recorrido fotográfico.
Palabras clave: Sitios de memoria; Buenos Aires; EX ESMA; Espacio Memoria y Derechos Humanos
El Espacio de Memoria y Derechos Humanos se ubica en el límite norte de la Capital Autónoma de Buenos Aires, en el barrio de Núñez. También se conoce el espacio como EX ESMA, haciendo referencia a que en el pasado reciente allí funcionaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El predio pasó a ser utilizado como un centro de instrucción militar en 1924, cuando por un decreto fue cedido por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires al Ministerio de la Marina. Vale destacar que desde este momento se estableció que “ante cualquier cambio de destino de las instalaciones el predio debería regresar al poder de la Ciudad” (Espacio de Memoria y Derechos Humanos, 2018).
Durante la dictadura cívico militar que tuvo lugar en Argentina (1976-1983), funcionó en este predio uno de los mayores y más emblemáticos centros clandestinos de detención, tortura y exterminio del pasado reciente de la región, en donde más de 5.000 personas fueron desaparecidas. “Una de las particularidades de este centro fue el funcionamiento de una sala clandestina de maternidad, donde nacieron al menos 34 bebés de detenidas-desaparecidas; la mayoría de ellos fueron posteriormente apropiados.” (Espacio de Memoria y Derechos Humanos, 2018).
Los esfuerzos por recuperar el predio pueden identificarse como política de Estado a partir de 2003, y siempre estuvieron ineludible e intrínsecamente vinculados a la lucha de los organismos de derechos humanos del país. En 2004 se anunció la creación del Espacio de Memoria y Derechos Humanos, y en 2007, después de la desocupación del predio por parte de los militares, se firmó el convenio entre el Estado de Argentina y la Ciudad de Autónoma de Buenos Aires para la creación de un ente público interjurisdiccional para la administración del Espacio.
Actualmente en el Espacio de Memoria y Derechos Humanos se encuentran:
- Archivo Nacional de la Memoria
- Canal Encuentro
- Casa de la Militancia-Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio- H.I.J.O.S.
- Casa por la identidad (Abuelas de la Plaza de Mayo)
- Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti
- Centro Internacional de Educación en Derechos Humanos de la UNESCO (próximamente en el Espacio)
- Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNHi) – Asociación Madres de Plaza de Mayo
- Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas
- Iniciativa Latinoamericana para la identificación de Personas Desaparecidas I.L.I.D.
- Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos del MERCOSUR
- Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
- Memoria Abierta
- Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur
- Sitio de Memoria ESMA
Finalizada esta muy breve presentación, en seguida se presentan algunas fotografías del Espacio de Memoria y Derechos Humanos: EX ESMA. En su función de registro y comunicación, estas fotografías figuran como una pequeña contribución a la construcción de memoria a partir de la idea de que «haber tenido lugar es tener un lugar»[1] y reconociendo que muchas veces si miramos historia de las ciudades como un palimpsesto, son necesarias acciones concretas para que eventos clave del pasado no se borren y caigan en el olvido.
El Museo Sitio de Memoria ESMA funciona en el edificio en donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y extermínio.
Es importante destacar, como nos indica el documento Principios Fundamentales para las Políticas Públicas sobre Sitios de Memoria, elaborado por el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR, que:
“La identificación, señalización y preservación de lugares donde se cometieron las graves violaciones a los derechos humanos y la creación de sitios de memoria constituyen herramientas a disposición de los Estados a los efectos de cumplimentar sus obligaciones en términos de justicia, verdad, memoria y reparación. Ello toda vez que dichos espacios pueden aportar información valiosa para reconstruir la verdad de lo ocurrido en torno a esas violaciones, y servir como material probatorio en los procesos judiciales en curso o los que puedan abrirse en el futuro en relación a esos hechos. Asimismo, los sitios de memoria son herramientas adecuadas para la construcción de memorias vinculadas con los crímenes de Estado cometidos en el pasado, para brindar reparación simbólica a las víctimas y para ofrecer garantías de no repetición a la sociedad en su conjunto.” (IPPDH, 2012, pp.7)
Como reflexión final, en tiempos que quedan en evidencia la fragilidad de la institucionalidad democrática en los Estados de la región, es importante recordar que “Ya no podemos permitirnos recoger del pasado lo que era bueno y denominarlo sencillamente nuestra herencia, despreciar lo malo y considerarlo simplemente como un peso muerto que el tiempo por sí mismo enterrará en el olvido.” (Arendt,1998, pp.427)
Referencias:
Arendt, Hannah (1998); Los orígenes del totalitarismo, Madrid, Taurus, Versión española de Guillermo Solana.
Espacio de Memoria y Derechos Humanos: ex ESMA (2018), Historia, disponible en: http://www.espaciomemoria.ar/origenes.php
IPPDH (2012), Principios Fundamentales para las Políticas Públicas sobre Sitios de Memoria, disponible en: http://www.ippdh.mercosur.int/wp-content/uploads/2014/08/Sitios_de_memoria_FINAL_ES_INTERACTIVO.pdf
Pablo Sztulwark (2005), Ciudad Memoria, Monumento, lugar y situación urbana, disponible en: http://www.memoriaabierta.org.ar/materiales/pdf/ciudad_memoria.pdf
[1] Expresión de Gerar Wajczman apud Pablo Sztulwark (2005)
Cuando el elefante se puso de cabeza
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Victor Zuñiga, Economista, Universidad de Chile]
Resumen
Desde 1938, el Estadio Nacional ha cobijado a las distintas expresiones del deporte nacional. Es un enorme espacio de convocatoria de la comunidad deportiva del país, especialmente de Santiago. También ha sido el espacio elegido para mostrar las más diversas expresiones culturales y políticas. En 1973, una lamentable decisión de la dictadura militar transformó este monumento al deporte nacional, en un campo de concentración durante 58 días, dejando una indeleble pátina de vergüenza en los opresores y el testimonio vívido de los que allí sufrieron prisión y tortura. Desde entonces, el Estadio Nacional retornó a su función original: servir de espacio privilegiado para la reunión de los ciudadanos de Chile, sin distinción.
Palabras claves: Estadio nacional, bienes nacionales, comunidad deportiva
Si bien no hay acuerdo en el origen del vocablo estadio, convencionalmente corresponde a un recinto, con graderías, donde se realizan y observan competiciones de distinto tipo. Desde luego, el Estadio Nacional cumple la función de proporcionar un escenario formidable para que los deportistas de múltiples disciplinas practiquen y compitan con sus congéneres o con deportistas invitados desde otras naciones. También a este espacio cívico concurren los ciudadanos a compartir eventos políticos y culturales (Ver Im 1).
Inaugurado en 1938, el Estadio Nacional se edificó sobre donaciones de terrenos realizadas por Noguera Eguiguren y por la Caja del Seguro Obrero. El Estado aportó los recursos públicos necesarios para construir este recinto magnífico, que Alessandri llamó elefante blanco. Fue pensado por el alemán Brunner como un gran centro deportivo y de esparcimiento para Santiago. Su diseño fue obra de los arquitectos Fuentealba, Cormatches y Müller, funcionarios del MOP.
Quienes viven en Ñuñoa, los que pasan hacia Peñalolén o hacia el Centro por la avenida Grecia, los que van y vienen por Pedro de Valdivia, Marathon, Guillermo Mann o Carlos Dittborn, tienen grabada la imagen robusta y cálida del Estadio Nacional de Chile. La estación homónima de la nueva línea del Metro, completan los modos de transporte disponibles para acceder al Estadio.
Es un espacio de encuentro privilegiado, referente, central, incidente, convocador. Fuente de emociones inconmensurables, alegrías y desolaciones.
Las múltiples competencias en tantos deportes, vinculan a ciudadanos de todo el país en torno a la tranquila silueta de nuestro paquidermo deportivo, que nos proporciona canchas de fútbol, court y canchas de tenis, piscina olímpica, el velódromo, el centro de alto rendimiento, un estadio de beisbol, pistas e infraestructura para atletismo.
El 12 de junio de 1962, con un público cercano a los 76.000 espectadores, Chile venció a Yugoeslavia y logró el tercer puesto del Mundial de Fútbol. El Estadio Nacional acunó esta hazaña deportiva, el más alto honor en la historia de nuestra selección de fútbol varones, sólo comparable a la Copa América obtenida en 2011.
En 1973, durante 58 días el Estadio fue dislocado de su función ciudadana, para servir de cárcel para más 40.000 prisioneros políticos que pasaron por allí, muchos de ellos torturados, muertos y desaparecidos. En medio de esta tragedia, se montó un patético remedo de partido de repechaje entre Chile y la Unión Soviética, que nos clasificó para el Mundial de 1974.
Es Monumento Histórico a partir de septiembre de 2003. Por muchas razones: su significado deportivo, su significado ciudadano y ese indigno significado brutal.
Y así ha quedado el Estadio Nacional, como símbolo de funciones en distintas esferas: deportiva -los deportes, las selecciones nacionales; política -centro de detención, tortura y asesinato; civil -centro de votaciones; cultural – centro de espectáculos y encuentros masivos.
Santiago, 11 de septiembre de 2018. Como siempre, al atardecer llegamos al Estadio en familia, desdoblados: amamos el deporte y a su continente, pero volvemos para recordar y condenar los 58 días de distorsión inexcusable. El 11 de septiembre el fútbol descansa y el estadio se torna en escenario patente que deja avizorar con sensibilidad y respeto, la vigencia de las atroces jornadas de ese último trimestre de 1973.
Es recordar una fecha dolorosa. Hacerlo en el Estadio Nacional nos pone en relación con aquellos que aquí sufrieron cárcel, tortura y muerte. Quienes vamos al Estadio regularmente a ver y a practicar deportes, nos sentamos en las mismas graderías (remozadas) en que padecieron presos políticos, muchos de ellos torturados, asesinados o desaparecidos (Ver Imagen 2).
Al atardecer, el verde de la cancha semi iluminada nos evoca un partido de fútbol; quienes estuvieron aquí presos, miraron este mismo césped, donde había movimientos, gestos y acciones violentas que extremaban el miedo y la incertidumbre. Hoy gritamos un gol como ellos gritaron en salas de tortura bajo las graderías. Esta situación antagónica expresa la magnitud de la tragedia de Chile en 1973. Y releva con nitidez que el Estadio Nacional no fue construido para esa función represiva y castigadora.
Cada 11 de septiembre, miles de personas, decenas de miles de personas, se reúnen al alero del Estadio Nacional, hay música, bailes, cantos, información histórica, muestras de arte de todo tipo, comidas, vendedores ambulantes, lienzos y pancartas por doquier, niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres de todas las edades, compartiendo un homenaje a los que simbolizan la represión social en 1973: los que estuvieron en el Estadio Nacional. Todos y todas conocemos y entendemos de distinta forma lo que allí pasó, pero compartimos nuestra afirmación con seguridad: no debe repetirse, nunca más.
El Estadio Nacional es dúctil, recoge las demandas ciudadanas y se deja aprovechar. Las funciones que cumple se han transformado, abriéndose a nuevas expresiones culturales. Por eso, cientos de miles de ciudadanos continuamos haciendo deportes, somos espectadores de competiciones y participamos en encuentros culturales, al tiempo que el Estadio mantiene un espacio para advertirnos acerca del horror irrepetible.
El Estadio Nacional, solemne y silencioso, continúa cobijándonos. A todos.
Referencias bibliográficas:
Patrimonio Ñuñoa (2008). Panorámica del Estadio Nacional. Recuperado el 6 de diciembre de 2018, disponible en: http://nunoapatrimonial.cl/los-origenes-del-estadio-nacional/
Memoria Nacional (2014). Un sufrimiento Nacional. Recuperado el 6 de diciembre de 2018, disponible en: https://memorianacional.wordpress.com/tag/patricio-sandoval/
Ferias libres: desarrollo a escala humana para el resguardo intergeneracional
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por
Felipe Gutiérrez-Antinopai, Constructor Civil y MSc. Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, asociado al Núcleo de Investigación y Docencia en Ambiente y Sociedad (NIDAS) y Fundación Newenko. Ingeniero de sustentabilidad en FIC – 2017 “Plataforma tecnológica de apoyo a la gestión de residuos y puntos limpios”.
Fabián Rodríguez Salvo, Ingeniero Ambiental y MSc. Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, asociado a ONG Defensoría Ambiental y Co-fundador de Consultora SimCustom Ltda]
Resumen:
Las ferias libres y sus dinámicas asidas a tiempos pasados emergen hoy en día como espacios de vínculos comunitarios. Sus rasgos, describen lo que muchas veces se tilda como “desarrollado” pero no desde un sentido macro-monetario, sino de un desarrollo a escala humana cuyas acciones resguardan lo intergeneracional por medio de acciones concretas.
Palabras claves: ferias libres, desarrollo a escala humana, memoria intergeneracional.
Definir espacios comúnmente calificados como expresiones de un “desarrollo” es algo que está afecto a matices. Mientras la escala espacial se aleja de la escala humana, la incertidumbre de calificar de “desarrollada” a una ciudad, por ejemplo, es algo que conlleva a ciertas paradojas o metamorfosis interminables siempre y cuando se considere el “desarrollo” como expresión integral entre progreso ético y material no sólo presencial, sino intergeneracional (de la definición de “sustentabilidad” en Daly y Cobb 1997).
Indudablemente que la perspectiva clásica recae en considerar al “desarrollo” como un constante flujo de pequeñas modificaciones al sistema existente, principalmente enfocados en lo económico, probablemente por su facilidad en la construcción de indicadores, pero no como un tangible, sino, sólo como una utopía a la cual se despega infatigablemente. Por el contrario, la consideración de desarrollo local o sustentable comunitario juega factores de tradición, de patrimonio, de cultura a una escala explícita. Por esta razón, autores como Mishan (1983), Schumacher (1983) y Max Neef, Elizalde y Hopenhayn (1998) han sido pioneros en que la escala para definir un desarrollo se supedita a un espacio de vínculos e interacciones humanas próximas, lejos de la macro-escala de planificación imperante. De este modo, aquellos barrios, mercados o espacios de generación de vínculos comunitarios, sería una expresión potencial de un desarrollo local o sustentable comunitario. Un ejemplo de ello son las ferias libres.
Desde el punto de vista de Salazar (2003:17), su irrupción de antaño contempló una forma de participación necesaria para la identidad ciudadana, donde “cada uno de los ciudadanos podían y debían participar deliberada y responsablemente en el diseño y la ejecución del proyecto histórico de su polis”. Junto con ello, estas ferias, también ofrecían “una relajada actividad social que sacaba a los aldeanos (y aldeanas) de sus ancestrales rutinas productivas, y que ellos mismos, a través de sus concejos y municipios, regían soberanamente” (Salazar, 2003:31).
Actualmente, las ferias tienen al menos 80 años de soberanía pública reconocida y legítima (Salazar, 2003), encarnando hoy en día una conglomeración inmediata que atrae actores no sólo a escala humana, sino, institucional trayendo un pedazo de lo rural a las urbes con los consiguientes beneficios de proximidad. Efectivamente, uno de los argumentos que ha sustentado la ayuda y/o el reconocimiento ha sido flagrantemente el intercambio económico. Según el primer catastro de ferias libres a nivel nacional realizado por SERCOTEC (2016) existen 1.114 ferias en Chile, cuyas ventas alcanzan en promedio $254,8 millones mensuales por feria. Con una aritmética sencilla, estas cifras se traducen aproximadamente a US$4,5 mil millones anuales, a diferencias de la ASOF (Confederación Gremial Nacional de Organizaciones de Ferias Libres, 2017), que las sitúa en US$3 mil millones anuales repartidas entre 933 ferias a lo largo de Chile. En tanto, su composición laboral es casi la mitad por género logrando cerca de 300 mil puestos de trabajo (SERCOTEC, 2016). Todo esto, sin considerar el mercado informal que trasciende más allá de sus perímetros.
Lo sustancial de ello es que tanto la tradición y la economía de las ferias libres se encuentran en un contexto de proximidad a la población, fortaleciendo el desenvolvimiento de estos espacios. Primero, porque los flujos frecuentes de personas que pueden acceder a ellas configuran un escenario permanente. Segundo, por los usos de movilización: si hay proximidad, hay accesibilidad mediante un potencial uso de transporte no motorizados o bien, de transporte público.
Uno de los estudios que ratifica esta afirmación fue el realizado por el Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, indicando que en el Gran Santiago el 59% de los hogares tiene una feria al menos a 600 metros, lo cual permite llegar en diez minutos caminando (Mora en Torres, 2016). Es más, esta proximidad parece resaltar espacios de un solvento económico condicionado, que a diferencias de los más pudientes, tienen más posibilidades de acceder “sustentablemente” a las ferias libres. En palabras del investigador “No significa que las comunas más ricas no compren en las ferias libres, sino que no tienen una feria próxima y que es probable que cuando vayan a una lo hagan en auto” (Mora en Torres, 2016).
Sin embargo, las ferias libres parecen no estar contempladas en un proyecto país. Según Max Neef et al. (1998:15) existen “espacios de sociabilidad concretos” que han estado sujetos a una fuerza generada desde un lente “macro” de las políticas públicas, a un proyecto único de verticalidad. De otra forma, las ciudades al estar expuestas a una excesiva concentración de la imagen o del fin en sí mismo (Sabatini y Soler, 1994)[1], supone que en Chile los proyectos instaurados no han sido capaces de reflejar la diversidad de comunidades que comparte la sociedad civil. Así, las ferias libres quedan desatendidas, y no a un proyecto colectivo que las impulse a lo largo de Chile (Mora en Torres, 2016).
Lamentablemente, este ambiente ha ido olvidando oficios y centros de proximidad y convergencia social como las ferias libres que al día de hoy se miran como algo nostálgico y lejano, relegadas sólo a una memoria colectiva. Por su parte, la noción de sustentabilidad se despliega en espacios académicos y comerciales, y en menor medida a quienes aún están condicionados materialmente, donde paradójicamente surgen las ferias libres como nidos para un desarrollo a escala humana, como catalizadores de patrimonio e imaginarios inmateriales, generando “memorias concretas” para el resguardo de las próximas generaciones.
Bibliografía
ASOF. (2017). Cifras ferias. Recuperado el 24 de Febrero de 2017, de http://asof.cl/cifras-ferias/
Daly, H., & Cobb, J. (1997). Para el bien común (Primera reimpresión español ed.). Distrito Federal, México: Fondo de Cultura Económica.
Max Neef, M., Elizalde, A., & Hopenhayn, M. (1998). Desarrollo a Escala Humana (Segunda ed.). Montevideo, Uruguay: Editorial Nordan-Comunidad.
Mishan, E. J. (1983). Los Costes del Desarrollo Económico (Español ed.). (F. M. Rubió, Trad.) Capital Federal, Argentina: Orbis.
Sabatini, F., & Soler, F. (1994). Paradoja en la Planificación Urbana en Chile. EURE, XXI(62), 61-73.
Salazar, G. (2003). Ferias Libres: espacio residual de soberanía. Santiago, Chile: Ediciones Sur.
Schumacher , E. F. (1983). Lo pequeño es hermoso (Español ed.). (Ó. Margenet, Trad.) Buenos Aires, Argentina: Orbis.
SERCOTEC. (2016). Primer catastro nacional de ferias libres. Ministerio de Economía, Fomento y Turismo . Recuperado el 24 de Febrero de 2017, de http://4w.sercotec.cl/Portals/0/Documentos/catastro%20ferias%20libres_baja.pdf
Torres, A. (18 de Mayo de 2016). La mayoría de los hogares en Santiago tienen una feria libre a 600 metros o menos. El Mercurio – Vida, Ciencia y Tecnología, pág. 13. Recuperado el 28 de Febrero de 2017, de http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=18-05-2016%200:00:00&NewsID=404912&dtB=28-02-2017%200:00:00&BodyID=1&PaginaId=13
El Tlatelolco de 68, las elecciones del 2018 y Andrés Manuel López Obrador
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Tania Ilian Rosales Reyes, Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha realizado diversos diplomados: “Indicadores Macroeconómicos de Coyuntura en México” por parte del Museo Interactivo de Economía (MIDE) en 2014; diplomado “Presupuesto Basado en Resultados” por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 2016; diplomado “Derecho para no Juristas” por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en 2016; y fue parte del Colegio de la Globalización 2015: Generación Octavio Paz del Instituto Mexicano de la Juventud.]
Resumen
Tlatelolco es un espacio que cuenta una historia cruel de México: la matanza de estudiantes en 1968 por parte del Estado mexicano. Este lugar emblemático recuerda la importancia de los valores democráticos y el respeto de los derechos humanos, pero, sobre todo, de la exigencia de escuchar a la sociedad cuando se gobierna. El triunfo de Andrés Manuel López Obrador –un hombre de izquierda- en las elecciones de julio pasado por la presidencia de la república muestra que, a cincuenta años, las secuelas de ese episodio se mantienen vigentes.
Palabras claves: Elecciones presidenciales México, movimientos estudiantiles,memoriales urbanos.
El movimiento estudiantil de 1968 tiene secuelas en la vida de los mexicanos a más de cincuenta años de su lucha. La Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco fue el escenario en el que se llevó a cabo la masacre por parte del Estado mexicano con el fin de reprimir diversas demandas de los manifestantes como la libertad de presos políticos, la desaparición del cuerpo de granaderos y la exigencia de un diálogo público entre el movimiento y el gobierno.
Aunque en ese mismo año se llevaron a cabo los Juegos de la XIX Olimpiada, la memoria colectiva sólo recuerda el episodio de la matanza como un momento doloroso de la historia de México que nunca debió haber ocurrido, pero que es necesario no olvidar. Diversos colectivos de estudiantes realizan marchas año con año desde entonces, para recordar que el “2 de octubre no se olvida”, y les reprochan a los medios que su cobertura se haya resumido en “un día soleado”.
Hoy, la Plaza de las Tres Culturas se ha vuelto en México un lugar emblemático, que sirve para recordar la existencia de un régimen autoritario controlado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que hasta hace poco seguía prevaleciendo en México. Quien acude ahí lo hace para entender, observar e imaginar; en otras palabras, como señala J. Estefanía en su libro Revoluciones “los que asisten ahí no lo hacen para ver la función, sino para ser la función misma”.
El nombre de la Plaza de las Tres Culturas hace honor a las etapas más distintivas de México: la era prehispánica, la conquista española y el México moderno. Es posible encontrar distintos vestigios ancestrales como pirámides, conventos católicos y hasta un edificio donde se desarrolló la vida administrativa contemporánea del país, como la ex sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Hoy, ese memorable lugar ha sido retomado como un espacio de encuentro que dignifica el valor del movimiento. Se ha vuelto un punto de encuentro de cultura y turismo, que también ha logrado reconstruir y enseñar que ante la apatía social el autoritarismo gana.
Asegurar que para todos los mexicanos este espacio representa algo en sus vidas es aventurado. Sin embargo, es innegable aceptar que las repercusiones han tenido secuelas en la vida democrática de México, comenzando con el reconocimiento que hoy existe a la diversidad de pensamiento y a los derechos humanos. Sin duda, aún hay un gran camino por delante para celebrar sin excepciones.
La clase política aprendió una lección que pronto sería una lección de Estado: los movimientos sociales provenientes de las universidades tienen un alto potencial de volverse demandas universales, y aunque pudiera pensarse que sólo son un par de voces rebeldes, se puede perder la estabilidad de una nación, o hasta la reputación de un presidente… o dos como lo fue con Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
Los valores democráticos persisten por espacios como éstos en la ciudad y la izquierda mexicana lo sabe. La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia, un personaje abiertamente combativo con el status quo, ha sido con probabilidad, la última piedra del peldaño que se presume como un knockout al sistema después de dos postulaciones fallidas y con sospecha de fraude. Su relación con Tlatelolco ha sido cercana, ahí llevó a cabo diversos mítines políticos que criticaron la falta de una democracia auténtica. Su discurso respecto al tema ha sido contundente: no reprimir como la mejor forma de honrar al movimiento.
El fenómeno “AMLO” en las elecciones mexicanas de Julio pasado arrasó en la renovación del cuerpo representativo del país. Su partido MORENA, consiguió la mayoría en la Cámara de Senadores y la de Diputados. Destaca que su modo de hacer política recupera algunas de las demandas del 68, por ejemplo, Claudia Sheinbaum Pardo, la nueva Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, perteneciente a ese partido anunció la desaparición de granaderos en la capital.
Los resultados de sus gestiones estarán por verse, sin embargo, el simbolismo que representa una izquierda en el poder es muy alto para aquellos que se mantuvieron en la lucha. Con seguridad se puede decir que la gente votó por una nueva dinámica de relacionar la política con la sociedad.
Y esto, no hay que olvidarlo, ha sido posible por Tlatelolco.
Referencias bibliográficas:
Estefanía, Joaquin.(2018). Revoluciones: Cincuenta años de rebeldía (1968-2018). Barcelona: Galaxia Gutenberg.
Entrevista a Elizabeth Subercaseaux: "La memoria no tiene que ver con el revanchismo ni con el rencor, sino con la superación de los pueblos "
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
Elizabeth Subecaseaux es Periodista y escritora chilena, radicada en Filadelfia, Estados Unidos.
“Una sociedad que no rescata su memoria pierde el rumbo hacia el futuro”
Tu historia ha estado marcada por el hecho de vivir en varias ciudades, en Santiago hasta finales de los ´60 en democracia, luego en Madrid en dictadura, regresando el 74 a otra dictadura, para luego irte a Estados Unidos y hoy en Filadelfia….¿Cómo se vive en lo personal la ciudad en contextos tan distintos?
Ha sido desde todo punto de vista una experiencia enriquecedora, sobre todo por los cambios que han ido experimentando los lugares donde he vivido. En los años sesenta Santiago era una ciudad relativamente pequeña de poco más de dos millones de habitantes, unos pocos edificios bajos, casas de uno y dos pisos, con una Alameda llena de micros amarillas, cascarrientas y bulliciosas, trolebuses y escasos vehículos donde resaltaban las citronetas. Pero lo más interesante para mí ha sido observar cómo en estos lugares se hay una constante: al expandirse, reconstruirse y modernizarse, la ciudad ha mantenido el espíritu de la sociedad que la habita.
Por ejemplo, en Santiago, una ciudad que ha sufrido un cambio fenomenal en los últimos 50 años, un espíritu lamentablemente clasista está latente en la manera como se ido progresando. Los edificios altos, azulados, de vidrio y materiales lujosos se encuentran solamente en el barrio alto, donde no vamos a ver (seguramente) ninguna de las torres conventillos que se han construido y siguen construyéndose cerca de la Estación Central.
Las diferencias que se observan en los distintos barrios santiaguinos hablan claramente de una división por clase que no es tan marcada ni en Madrid, ni tampoco en Philadelphia donde actualmente vivo, y esas diferencias son visibles también en la estética de lo que se construye, los materiales que se usan en unos y otros lugares, los precios de los departamentos, la calidad de sus jardines. Dicho en otras palabras, las abismales diferencias socio-económicas que atraviesan a la sociedad chilena se ven reflejadas en los criterios de modernización de la ciudad. El Barrio San Diego jamás se llamaría “Sanhattan” y ninguno de los edificios que se han construido allí pueden compararse con los del barrio El Golf.
¿Se puede ser la misma persona o crees que la dinámica de la ciudad logra incidir en tu socialización y valoración de otros (as)?
En Estados Unidos vivo fuera de cualquier cosa parecida siquiera a una ciudad, vivo en las afueras de un pueblo pequeño donde somos amigos de la cajera del banco, del zapatero y del hindú que atiende en la gasolinera. Mi marido toma desayuno todos los días con un grupo de amigos desde hace cuarenta años: un fontanero, un maestro de techos, un profesor de filosofía, un diplomático un abogado y un pintor de casas. Vivir en Wallingford, que así se llama mi pueblito, no solamente me ha cambiado a mí como ser humano sino por completo mi percepción del freno para el progreso de los pueblos que significan el clasismo y el racismo. En Estados Unidos hay un fuerte racismo (todavía), sin embargo, en ese sentido, este país es mucho más homogéneo y menos clasista que Chile.
¿De qué manera vivir en estas ciudades o rememorarlas te han aportado a tu tarea como periodista y luego como escritora?
Tanto Santiago, como Madrid y mi pueblo cerca de Filadelfia han sido un aporte en toda mi literatura. Santiago, desde luego. Mi libro vendo Casa en el Barrio Alto, una novela en clave de humor está basada, justamente, en la manera como la ciudad discrimina por barrios. Mi novela Las Confidentes está escrita desde Wallingford, como lugar estético y demográfico, los personajes viven aquí, son norteamericanos y representan muchas cosas que yo he aprendido de esta parte del país, su idiosincrasia, sus problemas políticos y sociales. Y España me ha nutrido toda la vida con la riqueza de su cultura y tal como decía Neruda, del oro que trajeron ellos a nuestros pueblos: el idioma, las palabras.
¿Podrías reconocer elementos tangible o intangibles que describen cómo está presente la memoria en la ciudad para ti?
Cuando cierro los ojos y pienso en Santiago, veo la calle Tobalaba, junto al canal San Carlos, yo voy caminando desde Colón hacia Apoquindo, doblo la cabeza hacia la derecha y veo la mole blanca recortada en un cielo limpio. Aunque parezca increíble, hoy, yo viví un Santiago en el cual desde cualquier parte que estuvieras veías una cordillera maravillosa, casi irreal en su gigantismo. Y el cielo azul. Esa imagen quedó en mi memoria para siempre.
De acuerdo a tu juicio ¿Se advierte ciertos patrones comunes entre las ciudades que has vivido, más allá de los acontecimientos que marcan su devenir o el hecho que tienen un origen distinto?
En todos los lugares donde he vivido hay un patrón que se repite con majadera ferocidad: los automóviles que amenazan con llegar a ser tantos como los seres humanos. Los celulares que amenazan y quizás en la actualidad llegan a ser más que los seres humanos. Y las torres para los celulares que ya se mezclan con los edificios como si fueran construcciones donde habita algo distinto de una amenaza cancerosa.
En particular, has vivido en Santiago en tres momentos significativamente distintos en términos sociales y políticos ¿Dirías que hoy la ciudad de Santiago es una expresión de su memoria pasada? ¿ Y por qué?
Para nada me parece Santiago una expresión de su pasado, si por pasado entendemos el Santiago de don Pedro Aguirre Cerda, los gobiernos radicales, Alessandri Rodríguez, luego Frei Montalva y Allende. Más bien creo que el Santiago de hoy es una expresión del modelo de libre mercado que se ha impuesto en prácticamente todo el mundo. La gran diferencia entre Santiago y las ciudades europeas, donde también se ha ido imponiendo el mismo modelo, es que en Europa existe un espíritu conservacionista de su cultura, en Chile, no. Tú caminas por Madrid, hoy, por ejemplo, y una gran parte de Madrid sigue exactamente igual a como yo la vi en los años sesenta. La Plaza Mayor no ha cambiado un ápice en siglos. Eso no te pasa en Santiago. Ni la Plaza de Armas es la misma de hace medio siglo. En Santiago no hay prácticamente nada de lo que hubo en la década de los cincuenta, los barrios tienen otro rostro, los barrios pobres han mejorado de manera notable y en los barrios ricos se han destruido casonas antiguas, coloniales o de los años cincuenta, plazas y parques para levantar cientos de miles de edificios de departamentos, unos más lujosos que otros dependiendo de cuán cerca esté el barrio de la cordillera.
Desde el punto de vista como sociedad ¿Nos hace bien que la memoria sobre los que nos puede avergonzar como sociedad esté siempre presente en diversas expresiones en la ciudad?
Yo creo que lo que nos hace mal, nos avergüenza como sociedad no debe estar expuesto ni en el nombre de una plaza ni en una estatua ni en nombre de una calle. Por ejemplo, en Berlín no habría jamás una plaza que se llame Adolfo Hitler. Y en el mismo Santiago yo no le pondría general Pinochet a la Alameda.
Para lo anterior ¿Requerimos testimoniar en lugares, mediante esculturas o monumentos en la ciudad?
Claro. Es importante la memoria en todo sentido, pero la memoria de lo que nos engrandece como pueblos. Los monumentos y estatuas que recuerdan a las personas que nos han hecho mejores seres humanos, más libres, más democráticos y más inclusivos deberían estar en todas partes. También son importantes los museos que preservan la memoria de los hechos traumáticos de la sociedad, cuya función principal, a mi juicio, es recordarle a la gente que tal o cual brutalidad no debe volver a ocurrir. Es el papel que juega en Santiago el Museo de la memoria, en Washington el Museo del Holocausto.
¿Qué es lo fundamental que nos perdemos como sociedad cuando no rescatamos la memoria?
La memoria no tiene que ver con el revanchismo ni con el rencor, sino con la superación de los pueblos y la posibilidad de preservar y aún profundizar los aspectos que los han hecho sentirse orgullosos de lo que son.
Por la memoria y el derecho a la vivienda. El despojo de la Villa San Luis
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Consuelo Banda, Licenciada en teoría e historia del arte, estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Libro: El despojo de la Villa San Luis de Las Condes
Autoras: Francisca Allende Celle & Scarlett Olave Vásquez
Editorial: Ceibo Ediciones
Año: 2018
Resumen
La historia de la Villa San Luis de Las Condes expone los más oscuros capítulos de la degradada evolución de la política habitacional en Chile durante los últimos 50 años. El único proyecto de vivienda de integración social en el país tuvo que sortear desde sus inicios, la oposición y asedio político y militar de parte de quienes jamás toleraron ni tolerarán vivir junto a un otro distinto. El libro “El despojo de la Villa San Luis de Las Condes”, escrito por las periodistas Francisca Allende y Scarlet Olave, expone varias de las aristas involucradas durante el largo y violento proceso de erradicación de sus pobladores hacia las periferias de Santiago. Proceso que funda los cimientos de la configuración y segmentación de la ciudad en la actualidad.
Palabras Clave: despojo, vivienda social, segregación, memoria
“Luis era parte de las 112 familias que fueron desalojadas de la Villa San Luis de Las Condes el 28 de diciembre de 1978, expulsadas de sus hogares y abandonadas en distintos lugares de la periferia de la capital” (p.14). Este es uno de los primeros relatos que aparecen en el libro El despojo de la villa San Luis de las Condes (Ceibo Ediciones, 2018) investigación acuciosa y prolija de las periodistas Francisca Allende y Scarlet Olave, donde se detallan las vivencias, hechos, políticas de asignación y anécdotas en torno a la construcción estatal de la villa durante el gobierno popular del presidente Salvador Allende y cómo sus legítimos pobladores fueron despojados de éstas por manos del Ejército de Chile.
Basándose en relatos de ex pobladores (en su mayoría mujeres) de la villa, reportajes y revistas de la época como Ercilla, El Mercurio, Hoy o Punto Final, registros de la Vicaría de la Solidaridad, documentos oficiales e investigaciones académicas y entrevistas con los distintos actores del proceso de construcción y defensa del espacio, las autoras articulan no solo la historia de la villa en sus distintos momentos de conflicto, sino la historia de las políticas habitacionales en Chile de los últimos 50 años.
El libro se divide en 8 capítulos, que transitan desde la constatación del fatídico primer masivo y violento despojo de las 112 familias, quienes literalmente fueron sacados en camiones de basura hacia potreros, canchas y terrenos baldíos de la periferia santiaguina, hasta el performativo intento del alcalde de Las Condes Joaquín Lavín de demoler las últimas torres del sector el 15 de julio del 2012, para dar paso a la construcción del nuevo centro de negocios de la comuna. El recorrido de los capítulos no es lineal en términos cronológicos, sino que se abre desde la raíz del problema del derecho a la vivienda en Chile y los diversos episodios que sitúan al proyecto de la Villa como protagonista, asumiendo que no fue el desalojo y posterior reubicación de los pobladores un único y gran suceso, sino que su historia alberga una serie de injusticias y vulneración sistemática de derechos que hasta el día de hoy permanecen sin reparación, y que, en definitiva han configurado la capital del país.
El texto no solo detalla de manera fiel y de fácil lectura, en base al recurso de la crónica, la brutalidad del despojo y todos los factores involucrados en él, sino también dota a quien lee de valiosos datos sobre historia de la arquitectura y el urbanismo en Chile; la creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo el 16 de diciembre de 1965 bajo el gobierno de Frei Montalva, el funcionamiento de la Corvi en sus primeros años, o las trampas que el Ejército y las inmobiliarias, amparados por la dictadura de Pinochet, utilizaron para hacerse del recinto y utilizarlo como complejo residencial de sus oficiales y posteriormente venderlo por 80 millones de dólares al grupo Parque San Luis S.A.
El libro visibiliza la política de erradicación de campamentos impuesta por la dictadura, la que juega un papel fundamental en las directrices del desarrollo urbano de la capital, y que hoy mantienen un modelo basado en el valor del suelo por sobre la integración socioespacial. En este sentido, la memoria y el relato de pobladoras y dirigentes víctimas de un proceso tortuoso, no deja de estar atravesado por una necesaria interpelación desde la actualidad.
Las autoras, Allende y Olave, son hábiles en la unión de dos puntos centrales en la configuración del relato: la memoria y el derecho a la vivienda. En un año donde el debate en torno a la preservación de la Villa ha logrado frenar la demolición de las torres que aún se mantienen en pie, la lucha por mejorar las políticas habitacionales en Chile también se ha reactivado, dotando de sentido a la importancia de ese patrimonio urbano. Mediante las manifestaciones de diversos movimientos de pobladores, la idea del acceso a una vivienda social de calidad, y dentro de sus lugares de origen, resuena en la experiencia de quienes alguna vez vieron materializado ese trato digno como política estatal en su paso por la Villa San Luis de Las Condes.
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Referencias
Allende, F. y Olave, S. (2018). El despojo de la villa San Luis de Las Condes. Santiago de Chile: Ceibo Ediciones
Entrevista a Alfredo Joignant: “No debe ser motivo de sorpresa que ciertos lugares de memoria provoquen molestia”
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Alfredo Joignant es Doctor en Ciencia Política de la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne, Francia. Ex Presidente de la Asociación Chilena de Ciencia Política (1998-2000), ha sido profesor visitante en la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne, París III (Cátedra de Estudios Chilenos Pablo Neruda) y en el Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, Francia. Actualmente es investigador principal de la línea Conflicto Político y Social e Investigador Responsable del Observatorio de Conflictos de COES, y Profesor Titular de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales.
Para partir, es necesario dilucidar lo importante de las ciudades a la hora de reflejar la memoria social y, especialmente, política. Las ciudades no son solamente cemento y piedra, sino que también lo hacen las personas, los ciudadanos. En esas relaciones sociales también se reflejan espacios donde se considera la memoria. Según esto, considerando su definición de memoria, ¿cómo se puede reflejar esto en la ciudad y los espacios públicos?
Efectivamente, las ciudades no son espacios neutros o, mejor dicho, carente de significado (como el significado político). Sobretodo en aquellas sociedades que atravesaron coyunturas traumáticas, esas ciudades, o muchas ciudades de sociedades traumatizadas, fueron marcadas y la marcación apunta a generar recuerdo de lo que allí pasó, especialmente destinado para las personas que no fueron contemporáneas del trauma, o que son hijas o nietas del trauma. Desde ese punto de vista, en una ciudad como Santiago, por ejemplo, los lugares de memoria están muy asociados a la tortura y la desaparición forzada de la dictadura, y hay varios centenares de lugares de memoria en Chile (en general) y en Santiago (en particular). Carolina Aguilera ha trabajado bien este tipo de investigaciones[1]. Desde el Estado hay un documento fotográfico en donde estos lugares de memoria están reseñados[2].
Pero, al mismo tiempo, estas marcas que toman fundamentalmente la forma de memoriales, monolitos, estatuas, monumentos, producen molestia en alguna parte de la población. Esto no son espacios consensuales. Entre otras cosas porque (a veces solemos olvidarlo) la dictadura tuvo apoyo y mucho más de lo que uno cree. Hoy día da la impresión de que nadie la apoyó. Pero mal que mal hubo un 44% de chilenos que votaron por Pinochet en el plebiscito del ’88. Hoy día nadie se acuerda. Por tanto, no debe ser motivo de sorpresa que ciertos lugares de memoria provoquen molestia.
El último que tengo en el registro visual es en la comuna de Providencia, a propósito de un memorial de donde fueron sacados los degollados en el barrio El Bergel, en donde muchos vecinos se opusieron y se molestaron, y fue una controversia importante. Eso trata el último artículo de Carolina Aguilera (buscar vínculo). Pero es un caso bien conocido porque uno lo viene rastreando -a esta altura como ciudadano- desde hace mucho tiempo.
Pero, al mismo tiempo, déjame darte otro ejemplo (ya no de Chile) para observar hasta dónde pueden llegar las paradojas en esto. Si mal no recuerdo este año, lo reseño y cuento la anécdota en mi nuevo libro Acting Politics[3], The Economist en el mismo número narra dos historias de significado opuesto. La primera en Manchester, Inglaterra, en donde se vive un revival, en el contexto de los 200 años del natalicio de Karl Marx, de la figura de Engels. Y hay todo un movimiento en dicha ciudad orientado a erigir un monumento a la memoria de Federico Engels. Ejemplo exactamente opuesto está en Rosario, Argentina. Hay un movimiento ciudadano destinado a erradicar y eliminar la estatua del Che en esa ciudad, dado que el Che es oriundo de Rosario. Mira la paradoja. En una ciudad importante Manchester, honor y gloria a Federico Engels; en otra ciudad, hay un movimiento ciudadano que apunta a borrar del espacio público la memoria y el recuerdo del Che.
Por tanto, este tipo de cosas son súper contradictorias, elusivas, con fenómenos de coyuntura histórica. Tengo la impresión de que, en el caso argentino, concretamente en Rosario, la propuesta de eliminación de la estatua del Che se inscribe en un movimiento revisionista; por lo tanto, en un movimiento que reescribe un poco el significado del Che en la historia argentina y latinoamericana, y así sucesivamente. Hay que estar muy atento a este tipo de cosas.
Sobretodo en el caso de Santiago y acudiendo a los cuatro pilares principales de la justicia transicional, entre ellos la garantía de no repetición, ahí la sociedad puede basarse en el vivir social con los pisos mínimos de la tolerancia social y convivencia democrática ¿Cómo se puede garantizar la memoria en los espacios urbanos?
No hay garantía. Es decir, definitivamente no hay garantía. Esto uno lo ve bien en materias de nombres de calles. (Alfredo me muestra la noticia “Las otras batallas por las calles 11 de septiembre”, publicada el 23 de junio de 2013 en La Tercera). Hay varias calles todavía en Chile que llevan el nombre de 11 de septiembre. Y el Estado central no puede hacer mucho, porque esas son decisiones de concejo municipal, salvo que cambiaran la legislación, cosa que dificulto que se vaya a hacer y menos con el gobierno de Sebastián Piñera. Estas son, inevitablemente, disputas y controversias, y que no hay garantías de que se resuelvan bien. Es más, suponiendo incluso que, en todas las ciudades de Chile, haya en alguna parte algún tipo de marcación de estatuas, monumental o de monolitos destinada a recordar a víctimas de la dictadura. Suponiendo que eso esté resuelto (cosa que no está y no lo va a estar), no hay ninguna garantía de que los transeúntes consuman el significado asociado a esa marcación. Lo más probable es que se imponga la diferencia. Te doy un ejemplo que conozco bien. Si hay un país y una ciudad en donde la marca memorial está presente es París. Allí donde murió un resistente, hay siempre (en las paredes de los edificios) una placa que recuerda que aquí murió, ponte tú, Marcial el 4 de marzo de 1943, resistiendo la ocupación nazi.
¿Y por qué crees se da esa diferencia?
Lo que pasa es que, ¿tú crees que todos los franceses consumen esa placa, produciendo emoción, memoria, y así sucesivamente, cuando ya han pasado 2 y 3 generaciones desde ocurrió el acontecimiento? La respuesta es no. Por eso que, respecto a tu pregunta, no hay garantía en esto. Lo que no tengo duda es que hay que hacerlo. De eso, no tengo duda. Pero yo no te puedo garantizar de que lo que quiso generar el productor de la marca, vaya a ser igualmente recibido.
El gran problema en este tipo de cosas es que sabemos mucho acerca del modo de producción de estas marcas, pero sabemos poco, dada a la dificultad de la investigación, en el modo de recepción de la marcación. Yo me doctoré con un profesor que se llama Phillipe Braud y le interesaba este tipo de cosas. Pensaba cómo es recepcionada Juana de Arco por los franceses, a sabiendas de que Juana de Arco se transforma en un símbolo de la extrema derecha en Francia, y cómo saber qué les produce a los franceses la estatua de Juana de Arco. Él proponía hacer algo como una anamnesis indirecta que el investigador tome nota de las personas que se detienen y describa lo que les ocurre, y eventualmente entrevistar una vez que la persona se aleje de la estatua. No es fácil hacer este tipo de cosas.
A propósito de las calles 11 de septiembre, dentro de tu amplia agenda de investigación, has trabajo el tema de la memoria, pero principalmente en la reflexión profunda sobre el 11 de septiembre de 1973 y sus consecuencias. En esa fecha, también se expresaba la polarización sociopolítica en las áreas urbanas. Respecto a eso, ¿cómo se involucró este momento político y hecho coyuntural en las ciudades? ¿Cuál fue su impacto posterior en estas mismas ciudades, pero también en otras, como por ejemplo el exilio político de miles de personas?
De dos formas. Básicamente porque el 11 de septiembre se inscribió en el nombre de ciertas calles. Sin ir más lejos, hasta no hace mucho tiempo, la avenida Nueva Providencia se llamaba 11 de septiembre. Es más, hace 4 o 5 días atrás, en un colectivo que tomé que va por Pedro de Valdivia, al llegar a Nueva Providencia, la señora dijo: “me deja por favor en 11 de septiembre”. El conductor le respondió: “Ud. querrá decir Nueva Providencia”. La señora señaló su equivocación. Te das cuenta de que es un reflejo aún condicionado de nombrar las calles bajo el antiguo nombre. Yo no te estoy diciendo que la señora sea o haya sido pinochetista, porque no tengo idea. Pero el nombre de 11 de septiembre no es neutro, no es algo que deje indiferente. Por lo tanto, esa es la primera forma en donde el 11 de septiembre ingresa, digámoslo así, a la cotidianidad de nuestras vidas, a través del nombre de calles.
Pero ingresó de otra forma. El 11 de septiembre, a partir de 1974, dio lugar a fiestas multitudinarias (esto lo trabajo en un libro que se llama Un Día Distinto[4]). Hay registros visuales y fotográficos sobre esto. En esto, no hay mentiras. Hubo mucha gente que se sintió inmensamente feliz por el 11 de septiembre. Ante los ojos del ciudadano del 2018, suena profundamente chocante. En 1974, no. Los años 1974 al 1976 eran carnavales. Es llegar y entrevistar a tus abuelos de aquel entonces, eventualmente a tus padres (dependiendo la edad), para que te cuenten lo que pasaba. Es llegar y ver las noticias de aquel entonces, pedir las grabaciones (yo lo hice cuando tenía programa en TVN y accedí un par de ellas de la época). Era impresionante, muy parecido a los antiguos clásicos universitarios, en donde se enfrentaban carnavalescamente la barra de la U. Católica con la U. de Chile, pero en marco de un contexto de alegría.
Poco a poco se pasó de la fiesta a la conmemoración, y cada vez más a la conmemoración casi silenciosa y sin estridencia. Es ahí donde uno va viendo, a través de la historia del 11, y sus fiestas y conmemoraciones, cómo esta fecha va cambiando su significado, se va transformado cada vez más en una memoria vergonzosa. En una fecha que, cuando uno hace la historia, empieza a ver que trató de competir el 11 de septiembre con el 18. Pinochet quiso hacer eso. La junta quiso hacer del 11 una fecha alternativa al 18 de septiembre. Algo demente. Pero bueno, así fue. De esa forma es que las fechas entran en la cotidianidad de las vidas. Esto no tiene nada de baladí, nada.
En el libro Un Día Distinto de su autoría, uno de los intereses principales que se busca investigar son las luchas por la memoria que han tenido diferentes actores en la sociedad. Aquí se da la batalla histórica donde se dan varias maneras de narrar y contar los hechos ocurridos desde el 11 de septiembre de 1973. Por ende, ¿dónde se pueden ubicar los principales hitos de estas batallas por la memoria en la ciudad? ¿Por qué son importantes estas luchas por la memoria dentro de esta agenda de investigación?
Yo creo que, en la nueva agenda de investigación sobre estas cosas, hay poco que decir sobre el 11 y la memoria espectacular del 11 de septiembre. Están los trabajos de Azun Cándida[5], por ejemplo, y muchos escritos sobre esto. Fíjate que cuando yo lancé este libro, me lo comentó Gabriel Salazar[6]. Gabriel tiró una hipótesis que creo tiene razón. Lo que cabe ahora por hacer es estudiar, pero esto lo digo yo, las contra-memorias del 11, entendido como la memoria más pinochetista, más extremista del 11 ¿Cómo se conmemora el 11 entre militares retirados, en la familia pinochetista, en la familia militar? Ese trabajo creo que hay que hacerlo de modo más sistemático. Hay otra, que ahí está el mérito de Gabriel, respecto a trabajar sobre la memoria popular del 11. Esa de la cual nadie habla. La memoria de los pobres, de las poblaciones, cómo se recuerda ahí el 11. Allí donde hay marcas en sectores populares, algo se puede hacer. Pero aquí estamos hablando sobretodo de una memoria más oral y, evidentemente, mucho más silenciada. Esa forma de recordar el 11 de septiembre en los sectores populares no tenemos idea en los medios de comunicación y, cuando aparece, es en un registro criminalístico y violentista. Pero sabemos muy poco al respecto. En eso, Salazar tiene razón.
Respecto a los hitos en la ciudad, ¿tienes alguna referencia de estas luchas de la memoria, ya sea en la contra-memoria como en la memoria popular?
A veces aparece, a través de redes sociales o de medios alternativos (como El Morrocotudo), pero en tono descriptivo, cómo se conmemoró el 11 en tal o cual población. Eso a mí me interesa. Ahí me detengo y leo. Pero nunca he hecho investigación sistemática al respecto. El que más se ha acercado a eso, además de Salazar, es Mario Garcés[7]. Pero no hay una investigación sistemática. Bueno, evidentemente que están los trabajos de Steve Stern[8] con su trilogía de la caja de memoria sobre Chile, donde tiene tanta información, ha leído tanto al respecto, que algo de eso hay. Pero yo creo que acá hay que hacer una cuestión un poquito más sistemática, mucho más de corte oral, más etnográfica, más difícil de cierto punto de vista, porque no se va a apoyar en soportes físicos. Necesariamente esto pasa por entrevistar a las personas que aún están vivas. Es un poco eso la agenda que aún queda por hacer.
Sobretodo en que esta revista la leen estudiantes de estudios urbanos y de diferentes disciplinas (como la arquitectura y la sociología), ¿cómo juegan los estudios multidisciplinarios en estudiar la memoria?
Juega mucho porque hay una cierta concepción urbana metida en esto, efectivamente. Hay incluso diseños arquitectónicos, sobretodo cuando hay memoriales. Los memoriales no se improvisan, se diseñan. Pero al mismo tiempo, hay cosas, incluso donde entran los psicólogos sociales.
A mí siempre me llamó la atención, aunque deje de seguir el tema, que allí donde estuvo localizada una casa de tortura, fue en una juguetería. Era el Castillo de Rochet ubicada, si mal no recuerdo, en José Domingo Cañas. Se armó una tremenda polémica hace 8 años atrás, hasta que Rochet se fue. Yo no sé en qué quedó. De hecho, los dueños de Rochet se enfrentaron a la casa de memoria, a los promotores de la idea de colocar ahí un lugar de memoria, porque no puede haber nada más terrible para un niño al saber que ahí, donde está comprando un juguete, se torturó. Yo recuerdo, dicho sea de paso, haber comprado juguetes ahí y era súper extraño, pero era el único lugar donde había un tipo de muñeca para mi hija y la tenía Rochet, y no tenía alternativa ¿Te das cuenta de que ese ejemplo es especialmente elocuente? Es casi una caricatura: en una juguetería, se torturó.
En ese sentido es donde hay muchas entradas posibles. Desde la psicología social, incluso desde la psicología infantil, el diseño urbano de la calle, el sociólogo. Por lo tanto, hay algo así como un autoanálisis o un socioanálisis por hacer en aquellos que iban a comprar juguetes, a sabiendas de lo que allí ocurrió. Es decir, las posibilidades multidisciplinares son infinitas.
Para finalizar, según tu opinión, ¿cómo evaluarías o cuál sería tu reflexión acerca de la construcción de memoria en los espacios urbanos respecto a las violaciones a los derechos humanos cometidas en dictadura? Aunque sé ahora que la memoria no está totalmente garantizada, ¿cuál crees que sería la forma más perduradera de mantener estos espacios de memoria en el espacio público?
Yo creo en una fórmula, pero es una fórmula que tiene algo de romántico, en donde la propia comunidad autogestiona. Estoy pensando sobretodo en Los Hornos de Lonquén, donde una parte los lugareños se involucran en la preservación del memorial. Creo que por ahí va. Eso te da algo más de garantía de duración, más allá de que el Estado se tenga que involucrar, como el caso del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos donde el Estado está involucrado, pero solo el Estado, hay personas de la sociedad civil que también se involucran. Es tan importante que se involucren los propios lugareños en esto. Ahora, eso no siempre va a ser posible.
[1] Doctorada en Arquitectura y Estudios Urbanos de la P. Universidad Católica de Chile. Ha trabajado en la agenda de espacios de memoria, tanto en la investigación como en la práctica (coordinadora de proyectos en la Corporación Parque por la Villa Grimaldi). Una de sus investigaciones se titula Santiago de Chile visto a través de espejos negros: la memoria pública sobre la violencia política del periodo 1970-1991, en una ciudad fragmentada, publicada en 2013 en la revista Bifurcaciones.
[2] Brett, S., L. Bickford, L. Ševcenko y M. Ríos. (2007). Memorialización y Democracia: Políticas de Estado y Acción Civil. Basado en la Conferencia Internacional de Memorialización y Democracia en Santiago de Chile, 20 y 22 de junio de 2007.
[3] Joignant, A. (2018). Acting Politics. A critical sociology of the political field. Londres: Routledge.
[4] Joignant, A. (2007). Un día distinto: memorias festivas y batallas conmemorativas en torno al 11 de Septiembre en Chile, 1974-2006. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
[5] Historiadora y Doctora en Historia, mención historia de Chile, de la Universidad de Chile. Su trabajo se relaciona con la memoria, el autoritarismo y la democratización, específicamente en un intento por contribuir al debate en temas como la convivencia democrática y la superación de situaciones históricas traumáticas. Uno de sus trabajos de esta agenda se titula “El día interminable: memoria e instalación del 11 de septiembre en Chile”, publicada en el libro Las fechas infelices de Elizabeth Jelin (2002).
[6] Historiador, filósofo, sociólogo, y Doctor en Historia Económica y Social por la University of Hull de Inglaterra. Se considera uno de los fundadores de la Nueva Historia Social ya que abre una nueva perspectiva de la historia “desde abajo”, considerando la relevancia de los sectores populares.
[7] Historiador y Doctor en Historia de la P. Universidad Católica de Chile. En su trabajo, ha contribuido en la recuperación de la memoria histórica oral y al estudio de los movimientos populares, particularmente en aquellas que surgieron por tomas de terreno entre los años ’60 y ’70. Una de sus obras se titula El Golpe en La Legua. Los caminos de la historia y la memoria, publicada el año 2012 junto a Sebastián Leiva.
[8] Ph.D. en Yale University y especializado Historia Latinoamericana. Entre uno de sus variados temas de investigación, están los estudios de memoria del trauma y violencia política. Uno de sus libros se titula Luchando por Mentes y Corazones. Las batallas de la memoria en el Chile de Pinochet, publicada en español el 2013 por Ediciones UDP.
Memoria y espacio público: El Memorial del 68 en México
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por: Edith Elvira Kuri Pineda, Doctora en Ciencias Políticas y Sociales, con orientación en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con un Posdoctorado en Geografía por el Centro Geo. Es profesora adscrita a la coordinación de Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México]
Resumen
El Memorial del 68 es un recinto edificado en la Ciudad de México con el objetivo de materializar la memoria colectiva sobre un movimiento social que desafió al régimen político mexicano posrevolucionario. Como todo espacio de memoria, este recinto es fruto del diálogo vivo entre el presente, el pasado y las expectativas del futuro en donde a través de un lenguaje multimedia se plasma la intencionalidad política, estética y axiológica de sus creadores. Con base en técnicas de investigación cualitativas –entrevistas a profundidad a los fundadores y ejercicios de observación participante- se realizará una interpretación sociológica sobre la forma en que el vínculo entre memoria y espacio se hilvanan y cristalizan en dicho sitio, partiendo de la premisa de que toda labor de rememoración es un proceso abierto, cambiante y marcado por el conflicto.
Palabras clave: memoria colectiva, espacio, violencia de Estado
El régimen político emanado de la revolución mexicana de 1910 se caracterizó por ser autoritario, corporativo, clientelar y presidencialista. Cualquier expresión opositora a dicho sistema político fue reprimida o bien cooptada. El movimiento social de 1968 fue el pináculo de una serie de acciones colectivas que le precedieron, así como el referente político, identitario y memorístico de movilizaciones posteriores –como la guerrilla urbana y campesina-. El 68 mexicano fue un movimiento social conformado por estudiantes de universidades públicas y privadas de casi todo el país, donde pese la heterogeneidad de edad, clases sociales e ideologías, el punto que lo articuló fueron seis demandas que se centraron en la defensa a las libertades democráticas, el alto a la represión y a la criminalización de la protesta sociopolítica (Jardón, 1998). La matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en el centro de la Ciudad de México, en el que participaron militares, policías y paramilitares permanece impune y constituye una fuente de agravio para generaciones viejas y nuevas que siguen reclamando justicia y, como tal, este acontecimiento se ha tornado en un referente de memoria colectiva ineludible para numerosos sectores sociales en el país (Ver Im 1).
En 2007, fue inaugurado dentro del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el Memorial del 68 dedicado a inscribir en el espacio público la historia y la memoria de los sucesos citados, convirtiéndose en el primer museo memorial en México. Como veremos, este sitio es un discurso memorístico en el que se imbrican componentes políticos, estéticos, pedagógicos y simbólicos pergeñados en la relación inquebrantable entre temporalidades.
La construcción del Memorial del 68: un dispositivo político y semántico
Tanto la memoria colectiva como el espacio son construcciones sociales abiertas y cambiantes que son objeto de disputa política y simbólica por numerosos actores. Diversos pensadores han reflexionado sobre el nexo estrecho e irrompible que existe entre la memoria y el espacio, partiendo del postulado que dada la fijeza y relativa estabilidad espacial, los recuerdos socialmente erigidos encuentran en los lugares un lienzo de anclaje y detonación. Es en el espacio público, justamente, donde se entablan luchas políticas, materiales y simbólicas encuadradas a desplegar diferentes visiones sobre el pasado (Kuri, 2017). En el caso del Memorial del 68, su edificación fue producto de un conjunto de transformaciones institucionales y sociopolíticas en el que la alternancia partidista por vez primera en la Presidencia de la República en el año 2000 y el arribo de un partido de centro al Gobierno de la Ciudad de México desde 1997 contribuyeron a su construcción. El equipo fundador de este recinto dio forma a un discurso memorístico orientado a materializar el origen, desarrollo y desarticulación del movimiento social del 68, enmarcándolo en la relevancia política y cultural que dicho año tiene en la historia reciente a nivel internacional. Los emprendedores de memoria (Jelin, 2012) encargados de concretar este museo fueron la Universidad Nacional Autónoma de México y el Comité 68 Pro Libertades Democráticas –actor colectivo constituido por exintegrantes del movimiento estudiantil-.
El Memorial del 68 está ubicado en lo que fueron las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, instancia perteneciente al gobierno federal, de forma contigua a la Plaza de las Tres Culturas (Im 2). Cabe señalar que Tlatelolco es un hito urbano y memorístico al haber sido un barrio prehispánico de gran importancia antes de la conquista española; en 1964 fue creada la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, símbolo urbano del proceso de modernización posrevolucionaria; en 1985 este conjunto urbano fue seriamente afectado por los terremotos. Los eventos señalados, junto con lo acontecido en 1968, permiten inferir que Tlatelolco, per se, constituye un lugar de memoria para los habitantes de la Ciudad de México quienes con sólo escuchar el nombre de esta región rememoran los hechos históricos citados, sucesos de notable resonancia emocional. Es importante recalcar que a diferencia de otros espacios de memoria en Latinoamérica, donde hubo regímenes dictatoriales o autoritarios, el Memorial del 68 no fue un lugar de detención ilegal o de tortura. Empero su ubicación –adyacente al locus de la matanza del 2 de octubre- le confiere al recinto un gran potencial simbólico.
Una de las partes medulares de la propuesta museográfica yace en el video facturado por el cineasta Nicolás Echevarría, donde se recoge el testimonio de 57 personas que participaron en esta movilización. Este material no sólo plasma la experiencia vivencial, política y cultural, sino que también orquesta al resto de la exposición que, mediante fotos, carteles, cédulas informativas retrata el desarrollo de este conflicto. La relevancia del video yace en el impacto emocional presente no sólo en los entrevistados, sino también en sus artífices, así como en los visitantes del memorial. Así, se puede señalar cómo la experiencia significada, revestida de emociones, es el corazón de todo ejercicio memorístico, en el que el nexo pasado-presente es un ingrediente transversal.
Conclusiones
Los espacios de memoria son marcas territoriales cargadas de intencionalidad estética, política, axiológica y afectiva por parte de sus creadores. Estos discursos son decodificados por una gran diversidad de actores que desde su experiencia, memoria, identidad, clase social y género interpretan los significados subyacentes. En el memorial del 68, sus artífices han buscado inscribir espacialmente a la rebeldía como motor de cambio, rescatando valores liberales democráticos. A cincuenta años del 68, la propuesta museográfica de este recinto ha sido modificada desde hace unas semanas con la finalidad de subrayar cómo la violencia estatal es una práctica política vigente. Los cambios experimentados permiten resaltar cómo los memoriales son dispositivos semánticos abiertos, sujetos a mutaciones de acuerdo a las necesidades políticas del presente y a las expectativas del futuro. Si bien estos lugares son una gesta en contra del olvido y la indiferencia, nada asegura que dichos fenómenos no se presenten, no hay que soslayar que al igual que la memoria, el olvido es una construcción social pergeñada por el poder. Pese a sus limitantes, desplegar discursos memorísticos sobre hechos sellados por la conflictividad sociopolítica es una necesidad histórica e identitaria marcada por la propia temporalidad.
Referencias
Jardón, R (1998). 1968. El fuego de la esperanza. Ciudad de México: Siglo XXI.
Jelin, E. (2002). Los trabajos de la memoria. Buenos Aires: Siglo XXI.
Kuri Pineda, E. (2017). La construcción social de la memoria en el espacio: una aproximación sociológica. Península. 12(1), pp. 9-30.
____________ (2018). Producción y recepción de espacios de memoria en México: un análisis comparativo. Espacialidades. Revista de temas contemporáneos sobre lugares, política y cultura. 8(1), pp. 4-23. Recuperado de: http://espacialidades.cua.uam.mx/vol08/2018/01/01_Kuri.php
Disputar la ciudad y el conflicto de la memoria
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por Vicente Inostroza Sánchez, Cientista Político UDP y estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Libro: Disputar la ciudad
Editoras: Pía Montealegre & Valentina Rozas-Krause
Editorial: Bifurcaciones
Año: 2018
Resumen
En base a la creciente agenda de la memoria junto a los estudios urbanos, Disputar la Ciudad de Pía Montealegre y Valentina Rozas-Krause buscan otorgar una aproximación alternativa del estudio de la memoria en la relación de los contextos urbanos y disputas de poder que producen espacios de memoria. El libro compilatorio ordena varios artículos de la revista Bifurcaciones en cuatro grandes ejes: sometimiento, resistencia, memorialización y reparación; otorgando un marco teórico y metodológico mediante el concepto de disputa del espacio y el entorno social del individuo. Si bien se sugiere ahondar en el rol del espacio urbano sobre las garantías de no repetición como pilar fundamental de la justicia transicional, este libro marca un importante aporte en esta agenda de investigación, debido a la correcta comprensión de disputa por la memoria que conecta de buena manera con los estudios urbanos
Palabras Clave: Memoria, Estudios Urbanos, Derechos Humanos, disputa
Dentro del contexto de los autoritarismos y totalitarismos que azotaron diversos países del mundo en el siglo XX y una ola democratizadora desde los ’80, los estudios de memoria política tomaron mayor fuerza en la agenda académica. El espacio cobró relevancia para los procesos de memoria en la ciudad. Ahí se ubicaron murales, museos, monumentos, entre otros, que cumplían esta labor. Por eso, los estudios urbanos han tomado la agenda de la memoria para analizar el rol del espacio en este proceso sociopolítico y sociocultural, en un contexto de desafíos a las democracias, avances de populismos y estrategias autoritarias.
El reciente libro Disputar la Ciudad de Pía Montealegre y Valentina Rozas-Krause (compiladoras) es un gran aporte a esta agenda de los estudios urbanos y memoria. Es un compilatorio de artículos académicos de la revista Bifurcaciones que propone entregar “una aproximación alternativa al estudio de la memoria al considerar los contextos urbanos y las disputas de poder entre la ciudadanía y regímenes autoritarios, como elementos constitutivos de las prácticas que producen espacios de memoria” (Montealegre y Rozas-Krause, 2018, p. 9). Por ende, busca un diálogo teórico y metodológico de los procesos de memoria y las mutaciones urbanas, a través de cuatro ejes: sometimiento, resistencia, memorialización y reparación.
Antes de detallar estos cuatro pilares de la obra, la construcción del libro batalló con tres grandes problemas, narradas por las autoras, que evitaban caer en el simplismo del estudio de la memoria y la categorización de los artículos por compilar. Primero, el título del libro sería otro (Recordar la Ciudad), pero no se quería reducir la memoria al recuerdo solamente como un ribete nostálgico. Esto también cae en un segundo problema, al comprender el pasado solamente como un piso común de resistencia a las disputas por la memoria. Tercero, reducir los ejes de la obra en ciclos cronológicos de temporalidad en la memoria llevaba al ocultamiento del problema del espacio, de lo mencionado en la introducción de la reseña. Se hace relevante destacar la relación entre el poder y el espacio de diversas miradas, según las autoras, como la de Michael Foucault (espacio como una forma de ejercicio del poder), Henri Lefebvre (el rol del poder en la producción del espacio) y Elizabeth Jelin (la memoria y la pugna de poder). Todo esto lleva a la configuración del libro en un ejercicio teórico y metodológico, mediante el concepto de disputa en el espacio (no solo como contenedor de memoria) y el poder en la relación entre la sociedad y su entorno.
Después de explicar los desafíos del libro, los cuatro ejes que se categorizan los capítulos dan contenido a la relación del espacio, el poder, la disputa y la memoria. En primer lugar, el sometimiento recae en la visión racionalista y moderna del urbanismo, al concebir la ciudad “como un cuerpo enfermo, como un enemigo del orden que debe ser dominado” (Montealegre y Rozas-Krause, 2018, p. 9). El poder jerárquico se relaciona en este eje en el reformismo urbano con la angustia de una parte de la sociedad del avance de la modernización y el papel contradictorio de los regímenes autoritarios (o post-autoritarios).
En segundo lugar, la resistencia a la violencia política y la marginalidad urbana se toma desde el poder ciudadano en contra de las estrategias jerárquicas, a través de tácticas de resistencia urbana al poder dominante, tales como las tomas de suelo y edificios públicos, conmemoraciones y protestas en el espacio público. De todas maneras, hay tácticas y prácticas de subversión más sutiles desde la vida cotidiana, desde la “olla común” en la dictadura chilena con la resistencia doméstica femenina (Soles, capítulo 4) hasta el arte callejero que revela la marginalidad y desigualdad urbana en São Paulo (Dias y de Almeida, capítulo 5).
En tercer lugar, se comprende que las ciudades se arraigan recuerdos de los antepasados que definen una identidad y pertenencia, donde el espacio cobra relevancia en la transformación del recuerdo personal a la memoria colectiva a través de la memorialización. Esto también se relaciona con el poder y la disputa (no solo con el recuerdo) en las formas de este eje que “conllevan una pugna política, ya que son portadoras de un verosímil que, en su concreción espacial, se vuelve definitivo” (Montealegre y Rozas-Krause, 2018, p. 13). Los capítulos que el libro selecciona abordan los contextos urbanos y la relación entre víctimas-victimarios de un conflicto en desarrollo entorno a los memoriales, dimensiones poco analizadas en la literatura según las autoras.
En cuarto lugar, la reparación responde a un proceso de cierre discursivo de la memoria (de cicatrización en el cuerpo urbano) en procesos traumáticos que fracturan no solo las relaciones sociales, sino que los espacios afectados por estos traumas. Como narra el texto, la reparación se inicia con las víctimas directas para superar el duelo y, luego, al cuerpo social. Este proceso también se da en el espacio, a través de memoriales y lugares conmemorativos, donde apoyan el sentido de superación que pasa de la reparación individual a la colectiva. Los capítulos de esta sección indagan este trance reparativo del trama desde los individuos hasta la proyección estratégica social respecto a la relación con el espacio fracturado.
Sin duda, este libro ofrece un marco teórico y metodológico que permite profundizar la relación entre la ciudad y la disputa de la memoria, no solo por el contenido del libro sino que por su estructura. Esto es un excelente vínculo de análisis en los estudios urbanos, ya que la ciudad debe ser entendida en constante mutación, pero en la base de la construcción urbana histórica de su pasado. Asímisma debe ser entendida la memoria y cómo esta disputa por la memoria encaja con los conflictos en los espacios urbanos.
Aún así, la reparación como último ciclo en las disputas por la memoria no permite profundizar un pilar fundamental que sustenta la justicia transicional, correspondiente a las garantías de no repetición. Si bien se deja claro en el eje de reparación que no es plausible imponer una forma efectiva de clausura discursiva de la memoria en los espacios, de todas formas se debe separar el análisis de la reparación a las víctimas del trauma urbano-social con la lucha de los lugares de memoria para que no se vuelvan a repetir estos procesos de trauma en la sociedad.
Se pueden sugerir dos proyecciones a partir del comentario anterior y del excelso marco de discusión que ofrece este libro. Primero, el rol del espacio y su producción juega un rol clave en las garantías de no repetición, debido a que permanece el proceso de memoria al resto de las generaciones para asegurar pisos de convivencia social que eviten, por ejemplo, violaciones a los derechos humanos. Segundo, este pilar de la justicia transicional también se ve tensionado por un contexto socio-político diferente, tales como: el avance de los populismos radicales de derecha junto a movimientos revisionistas de la historia; una desconfianza en las instituciones políticas que, a veces, administran las estrategias de memoria; y una falta de involucramiento comunitario en los procesos de construcción socio-política. Tal como señala el libro, esto también se refleja en el espacio y su relación con la memoria a la hora de disputar la ciudad.
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Referencias
Montealegre, P. y V. Rozas-Krause (eds.). (2018). Disputar la Ciudad: Sometimiento, Resistencia, Memorialización, Reparación. Santiago de Chile: Editorial Bifurcaciones.
Fundacion Proyecta Memoria: Activando el derecho a la memoria, en territorios vulnerables a desastres socio naturales.
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por: Patricio Mora, Fundador y Director Ejecutivo de Fundación Proyecta Memoria. Arquitecto de la Universidad de Concepción y Victor Orellana, Director de Fundacion Proyecta Memoria. Arquitecto de la Pontificia Universidad Catolice de Chile]
Resumen:
Tras el terromoto y tsunami del 27 de febrero del 2010 (27F) en Chile, Proyecta Memoria surge con el propósito de utilizar la memoria urbana y social, como herramientas de educación, para transformar comunidades vulnerables en resilientes. La sociedad de Chile antes del 27F, sufría de una amnesia sísmica, asimilando la identidad de desastres como un trauma y fomentando el olvido.
Durante 8 años nuestra ONG, ha trabajado en diversas prácticas como creación de memoriales, talleres educativos, intervenciones urbanas y sonoras, museos o conmemoraciones de desastres de distinto tipo, como aluviones, incendios, tsunamis, terremotos y erupciones volcánicas desde Arica a Chaitén. Nuestra metodología de acción participativa involucra a gobiernos locales, juntas de vecinos, asociaciones ciudadanas y universidades y ha impulsando mas de 70 proyectos de alto impacto y bajo costo.
Este año 2018, Proyecta Memoria está impulsando un proyecto de ley, para que cada 22 de mayo, se conmemore en Chile el Día Nacional de la Memoria y Educación ante Desastres.
Palabras claves: Intervenciones urbanas, memoriales, comunidades.
La memoria salva vidas
¿Cuál es el poder que puede tener un memorial en un espacio público? En el norte de Japón, en la aldea de Aneyoshi, su comunidad sufrió hace 600 años, un devastador tsunami.
¿Qué hizo la comunidad afectada tras las olas? Desarrollo una simple, pero trascendental acción en el espacio público: Levantó diversas piedras talladas en la línea donde llegó el tsunami, advirtiendo a las futuras generaciones sobre la vulnerabilidad del territorio: ¡No construyas tus casas debajo de este punto! ¿Qué pasó? Muchas familias se salvaron 600 años después, tras el tsunami del 2011 en Japón.
Chile a pesar de ser el país más sísmico del mundo, a lo largo de su historia, no ha generado intancias significativas de memorización en el espacio público tan eficientes como las de Aneyoshi. Tras el 27F, surge en Chile una necesidad desde la sociedad civil, de fomentar una cultura de prevención, utilizando la memoria como una herramienta de contención emocional, de información y que tiene el potencial de salvar vidas.
Antes del 27F, ya era posible encontrar espacios de memoria como los monumentos a las víctimas del incendio de la Iglesia de la Compañía de 1863 en Santiago o el memorial a Pedro Aguirre Cerda, que conmemora el terremoto de 1939. Ambos proyectos polémicos y discutidos en su época. El primero por que a la Iglesia Católica no les gustó el “estilo demasiado liberal” y el segundo por que, de acuerdo a las autoridades de la época, su diseño era muy abstracto. El año 2013 el paradigma es otro, y es ahora la sociedad chilena quien cuestiona otro espacio de memoria construido desde “la oficialidad” como lo fue el Memorial del 27F en Concepción. Este “memorial” quiebra todas las confianzas con las comunidades afectadas y su relación con la memoria. Su principal error, concebirlo sin la participación activa de las comunidades y en un momento inoportuno dado el poco avance de la reconstrucción. Capítulo aparte fue su excesivo costo: más de dos mil millones de pesos.
Proyecta Memoria, surge tras el 27F en Concepción para activar el derecho a la memoria con los ciudadanos y ciudadanas.
Sus objetivos son: hacer tangibles las memorias del desastre en la ciudad, para lograr proyectos exitosos, de arraigo en la comunidad y con ello mejorar su calidad de vida, donde la participación ciudadana es su pilar fundamental en la legitimación de la memoria. La Fundación aplica la “Metodología de Acción Participativa” donde: 1. Investiga sobre las historias y memorias del desastres en el territorio junto a sus comunidad. 2. Desarrolla instancias de educación, donde empodera a los vecinos para que accedan a esas memoria, acercando el conocimiento científico a las comunidades y 3. Co-crea acciones tangibles en el espacio público, para visibilizar la historia de la ciudad.
Desde el 2010, se han creado más de 70 proyectos desde Arica a Chaitén, utilizando el espacio público, la arquitectura e intervenciones urbanas.
La memoria es acción
Escombros simbólicos y espacio público.
En el año 2013, días antes de la inauguración del “memorial oficial”,y cuando se conmemoraba el Día Internacional de Reducción de Desastres, Proyecta Memoria junto a los sobrevivientes del ex edificio Alto Río[1], ubica frente a los Tribunales de Justicia y la Cámara Chilena de la Construcción en Concepción, un escombro simbólico del ex edificio de dimensiones de 1,5 x 1 x 0,6 metros.
Durante 3 meses los penquistas pudieron activar y empatizar con el caso de los sobrevivientes que estaban en pleno juicio contra la inmobiliaria que construyó el inmueble. Es la propia comunidad afectada quien utiliza la ruina como un espacio de memoria, denominado como el “memorial popular y ciudadano” (Roca y Cáceres, 2014) [i]
Esta intervención urbana tuvo un costo de $100.000, que se utilizaron para el traslado del escombro y una placa, lo cual contrastó de manera grosera con el costo del “memorial oficial”
Actualmente este escombro esta siendo exhibido en el Museo de Historia Natural de la ciudad y será parte de una futura sala de educación y memoria sísmica el año 2020.
Hipocentros y Alertas de Memoria
Chile cuenta con más de 25 desastres socio naturales relevantes y para recordar esto, la Fundación ha desarrollado más de 15 intervenciones urbanas llamadas Hipocentros de Memoria desde Arica a Chiloé. Hipocentro significa “foco” y la idea es poder visibilizar espacios o edificios que sean representativos del desastre tanto por su significado de resiliencia, solidaridad o reconstrucción, con la idea de romper con la monotonía de la ciudad y conocer los valores y atributos de esa memoria.
Junto a la comunidad, se pinta frente al lugar de memoria, círculos concéntricos, simulando una “alerta sísmica”, para que los peatones generen epicentros de conciencia y puedan acceder a esas memorias. En las líneas concéntricas de color amarillo hay textos sobre el desastre para que las personas puedan recorrer y leer la intervención.
Para ejecutar estas intervenciones, se desarrolla primero una investigación, luego talleres educativos junto a la comunidad sobre memoria y desastres, enfatizando que siempre tras una catástrofe surge la innovación, la oportunidad de aprender y prepararse ante los futuros desastres.
En el caso de la ciudad de Chillán, donde trabajamos junto a la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad, se han desarrollado cicletadas donde han participado más de 1000 personas, visitando diversos lugares simbólicos del terremoto de 1939 y terminando este recorrido con un Hipocentro frente a la Catedral, el símbolo más importante de la reconstrucción tras el 1939.
Luego a las 23:32 horas, se desarrolla la Alerta de Memoria, donde las campanas de todas las iglesias de la ciudad y sirenas de bomberos conmemoran el momento exacto del terremoto, activando y generando un momento de reflexión en toda la ciudad para recordar a los fallecidos y, además, la importancia de estar preparados ante futuros desastres, por que todavía no se pueden predecir y la memoria es fundamental para estar preparados.
Referencias
[i] CACERES, G; ROCA, A, Concepción monumental: incivilidades, memoriales y subjetividades en conflicto. En: RedSeca (2014) http://www.redseca.cl/concepcion-monumental-incivilidades-memoriales-y-subjetividades-en-conflicto/
Notas
[1] Chile posee una norma sísmica de primer nivel y es muy raro entrar tras un desastre como un terremoto un edificio que se desplome, por ello el ex edificio Alto Río genero tanto revuelo y se transformó en la zona cero donde fallecieron 8 personas.
Ruinas y memoria: kintsugi, la estética de lo imperfecto
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Revista Planeo Nº 38 Ciudad y Memoria, Diciembre 2018
[Por
Claudia Oliva Saavedra; Arquitecta Universidad de Chile.
Sebastián Laclabere Arenas; Arquitecto Universidad de Chile, Master in Architecture, Tohoku University, Japón.]
Resumen
Debido a sus condiciones geográficas y de ubicación a lo largo del Anillo de Fuego del Pacífico, Chile posee una historia marcada por sismos y tsunami, que han dado forma a nuestras ciudades a través de un continuo proceso de construcción y re construcción. Así, el concepto de memoria pasa a formar parte fundamental del constructo socio-cultural que subyace nuestros asentamientos urbanos.
A través del estudio de la técnica cerámica del kintsugi, podemos ver como Japón (otro país de marcado carácter sismico) pone en valor y destaca lo dañado e imperfecto, como una expresión estética y cultural significante. Esta manera de valorar lo dañado también se hace presente a escala urbana, a través de la conservación de ruinas y edificios destruidos como objetos de memoria y reunión de la comunidad.
La valoración y aceptación de la ruina como una manera de recordar sucesos traumáticos presenta un marcado contraste con la visión occidental y plantea preguntas de interés con respecto al como recordamos y hacemos presente la memoria de nuestras ciudades de cara al futuro.
Palabras clave: Memoria, Ruinas, Desastres naturales.
Kintsugi o unir con oro.
Kintsugi es un método Japonés tradicional de reparación de piezas cerámicas utilizando laca (kurushi) y polvo de oro o plata. La particularidad de éste método es que no se intenta ocultar el quiebre o el área dañada, sino que esta se pone en valor, otorgándole a la pieza un nuevo carácter y belleza, a partir del reconocimiento del daño como parte intrínseca del objeto y su historia. (Keulemans, 2016)
Esta técnica comienza a utilizarse en Japón durante el siglo 17, principalmente por antiguos maestros de la Ceremonia del Té (sadō), que influenciados por las enseñanzas del Budismo zen, comienzan a otorgar un nuevo valor significante y estético a objetos dañados. En particular existen dos conceptos de la filosofía zen que dan forma al método del kintsugi: wabi-sabi y mujo.
Wabi-Sabi es un concepto estético que trasciende multiples esferas de la cultura tradicional japonesa y que podría definirse como la belleza de la imperfección. Este concepto pone en valor tres ideas primordiales: nada dura, nada esta completado y nada es perfecto. (Juniper, 2003) Por otra parte, el concepto de mujo explica que nada en el mundo es permanente, todo pasa y cambia con el tiempo, dejando de lado la búsqueda de lo permanente.
De esta manera, a través de la incorporación de estas ideas en la reparación de cerámicas, el kintsugi busca no solo alcanzar una nueva expresión estética, sino cargar los objetos de significado como modo de reconstruir y rememorar su pasado, otorgándoles así una vida nueva.
Ruinas: Objetos de memoria a escala urbana.
Japón ha estado sujeto a lo largo de su historia a gran cantidad de eventos destructivos que han azotado de manera feroz sus ciudades como terremotos y tsunami, además de los trágicos casos de Hiroshima y Nagasaki bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial. Esta constante exposición a desastres de diversa índole ha influenciado profundamente la producción artística y cultural de Japón a lo largo de su historia. (Ferilli, 2016)
En el caso de Hiroshima, la primera ciudad afectada por la bomba atómica en Agosto de 1945, existe incluso hasta el día de hoy una ruina que permanece como vestigio y elemento memorial de este evento destructivo, se trata del “Domo de Genbaku”, ruina de un antiguo edificio administrativo que sobrevivió a la explosión y permanece en la actualidad como parte del Parque de la Paz de Hiroshima.
Es interesante como esta construcción nunca fue demolida totalmente, ni reemplazada por una construcción nueva para servir de memorial, en este caso es la estructura original y dañada la que sirve de memorial, la que carga el peso de la historia en sus muros agrietados e incompletos.
Este objeto dañado en medio de la devastación de Hiroshima sirvió en el año 1968 como inspiración a Arata Isozaki para la realización de su obra “Re-Ruined Hiroshima” donde sitúa a modo de montaje fotográfico ruinas ficticias de sus proyectos en un Hiroshima desolado por el ataque nuclear. Para Isozaki, arquitectura y ruinas son parte de lo mismo, en tanto cada obra, desde el momento de su concepción empieza un camino ineludible hacia el deterioro. (Isozaki, 2001)
El daño y el desgaste no son entonces un aspecto negativo, sino que, por el contrario, otorgan un nuevo valor y trascendencia a ciertos elementos arquitectónicos que a través de dichos daños adquieren una significación y valor nuevo.
El Terremoto del 3.11 y las Escuelas Básicas de Okawa y Arahama.
El 11 de Marzo de 2011 a las 14:46 horas, un terremoto de gran intensidad (9.0Mw) sacudió violentamente la región de Tohoku, causando posteriormente un tsunami que barrió con múltiples localidades costeras, particularmente en las prefecturas de Iwate y Miyagi causando enormes daños materiales y humanos.
En este contexto, dos escuelas básicas en la prefectura de Miyagi se convirtieron en símbolos de esta tragedia: La Escuela Básica de Okawa, cerca de Ishinomaki y la Escuela Básica de Arahama en Sendai. Ambas escuelas se encontraban localizadas cerca de la costa y sufrieron de manera directa el embate de las olas, con resultados diametralmente opuestos. (Center for remembering 3.11, 2015)
La Escuela Básica de Okawa sufrio un destino trágico, en tanto no logro ser evacuada a tiempo y 74 de los 77 estudiantes que se encontraban en la escuela en ese instante perdieron la vida. Hoy la escuela está deshabitada y la construcción se mantiene en estado de ruina, con pequeñas intervenciones y recordatorios que han dejado las familias a los niños que perdieron la vida en el lugar como juguetes y flores.
A pesar de su trágico destino, la comunidad y el gobierno han decidido no demoler estas estructuras sino transformarlas en un monumento y mantenerlas tal cual están hoy, como un espacio de memoria para las familias y un recordatorio del poder destructivo de la naturaleza para educar a las generaciones futuras.
Por otra parte, la Escuela Básica de Arahama presenta una historia similar, pero con un desenlace opuesto. La estructura de 4 pisos que albergaba a la Escuela sirvió como punto de evacuación vertical para estudiantes, profesores y pobladores cercanos, salvando la vida de 320 personas. Esta escuela también se conserva en estado de ruina, como monumento y lugar de memoria, incluso transformándose el año 2017 en un punto de exhibición del desastre, con muestras que relatan lo los eventos del terremoto y la historia de la comunidad de Arahama.
En éste caso particular, la comunidad se ha reunido en torno al edificio y lo identifica como parte de la memoria colectiva del lugar, haciéndolo propio y activándolo con distintas actividades, no solo generadas desde las autoridades sino también desde la misma comunidad, como manera de manifestar su apego y apreciación por el lugar. Resulta interesante desde esta perspectiva el caso de “HOPE FOR Project” una iniciativa espontanea de la comunidad de Arahama que organiza actividades culturales y artísticas en las salas de la ex escuela (Takayama, 2017). Según datos de la administración del recinto, desde que la estructura abrió sus puertas como memorial, ha conseguido una respuesta sumamente positiva, recibiendo aproximadamente 125.000 visitantes de Japón y el extranjero en alrededor de 18 meses
Conclusiones.
Cómo recordamos y damos cuerpo a la memoria colectiva de una comunidad es un tema latente en la construcción de la ciudad, sobre todo en un país de historia sísmica como Chile. El tiempo desgasta y daña de manera implacable las construcciones tangibles que dan cuerpo a nuestros asentamientos, pero la memoria, el constructo social en torno a ellos, permanece y merece ser preservado.
A través de la lectura del kintsugi como método de reparación y valoración de la dañado e imperfecto, podemos ver como ciertas expresiones arquitectónicas y urbanas en Japón toman un enfoque similar, influidos por el budismo zen, otorgando un valor estético y significante a las ruinas, como manera de recordar hitos importantes de su historia, como el bombardeo a Hiroshima y el gran Terremoto de Tohoku el año 2011.
Parece existir entonces en la ruina un valor trascendente como objeto de memoria, más allá de juicios estéticos o funcionales, relacionado estrechamente con la comunidad que la rodea y como ésta se apropia de sus espacios a través del uso, que nos permite cuestionar la manera en que entendemos, recordamos y proyectamos nuestras ciudades hacia el futuro.
Referencias:
Keulemans, G. (2016). The Geo-cultural Conditions of Kintsugi. The Journal of Modern Craft, 9(1), 15–34. https://doi.org/10.1080/17496772.2016.1183946
Juniper, Andrew (2003). Wabi Sabi: The Japanese Art of Impermanence. Tuttle Publishing. ISBN 0-8048-3482-2.
Ferilli, Guido (2016). Commitment to 3.11: Response to disaster through culture and creativity in Japan, AKAAKA Art publishing, Kyoto. ISBN 978-4-86541-033-4
Isozaki, Arata (2001). Unbuilt, Tokyo: TOTO Shuppan. 978-4-88706-195-8
Takayama, T. (2017). HOPE FOR project Practical Build Back Better Efforts, and the Course of Action Hereafter. Documento presentado en International Disaster and Risk Conference, Sendai, Japón. Recuperado de http://worldbosaiforum.com/2017/english/report/files/02-04_en.pdf
Center for remembering 3.11. (2015). Activity report of the Center for remembering 3.11. Recuperado de https://recorder311.smt.jp/wp-content/uploads/w_reports2015s.pdf
NÁPOLES EN LA DECLARATORIA DE SITIO DE PATRIMONIO MUNDIAL DE VALPARAÍSO: UN ANÁLISIS CRÍTICO Y EXPLORATORIO DESDE EL ENFOQUE DE PAISAJE URBANO HISTÓRICO
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisaje, Septiembre 2018
[Por, Andrea Ortega; Graduate researcher. University of Melbourne]
Recibido el 24 de Agosto de 2018, publicado el 28 de Octubre de 2018
Resumen
En el expediente de nominación de Valparaíso, Chile, como Sitio de Patrimonio Mundial (SPM) se hace referencia a Nápoles, Italia, como una ciudad que posee ciertos atributos urbanos, paisajísticos e históricos similares a Valparaíso. Este artículo busca analizar esta afirmación desde el enfoque de Paisaje Urbano Histórico (PUH), cuya Recomendación de la UNESCO está siendo implementada en Nápoles desde el año 2010. En el año 2016, la UNESCO recomendó a Valparaíso que implementara este enfoque en su gestión. Sin embargo, hasta el momento las acciones a este respecto han sido más bien de carácter discursivo a nivel municipal. Se realiza una revisión de la declaratoria del SPM de Valparaíso y la referencia a Nápoles, analizando críticamente cómo se plantea esta posible comparación. Se analiza además en qué medida ambos casos están implementando el enfoque de PUH en la gestión de su patrimonio urbano. Finalmente, se realiza una comparación exploratoria de ciertos rasgos históricos y culturales predominantes en ambos paisajes urbanos y su consideración para el desarrollo de perspectivas futuras.
Palabras clave: Valparaíso, Nápoles, Paisaje Urbano Histórico, patrimonio urbano
Abstract
In the nomination file of Valparaíso, Chile, as a World Heritage Site (WHS) a reference is made to Naples, Italy, as a city that has certain urban, landscape and historical attributes that are similar to Valparaíso. This article seeks to analyze this statement from the Historical Urban Landscape (HUL) approach, whose UNESCO’s Recommendation is being implemented in Naples since 2010. In 2016, the UNESCO recommended Valparaíso to implement this approach in its management. However, currently, the actions in this regard have been rather discursive from the municipal level. A review of the declaration of the WHS of Valparaíso and the reference to Naples is conducted, critically analyzing how this possible comparison arises. It is also analyzed to what extent both cases are implementing the HUL approach in their urban heritage management. Finally, an exploratory comparison is conducted about certain historical and cultural features that are predominant in both urban landscapes and their consideration for the development of future perspectives.
Keywords: Valparaíso, Naples, Historic Urban Landscape, urban heritage
PERCEPCIÓN DEL BIENESTAR Y EL PAISAJE VISUAL EN ZONAS DE INDUSTRIAS CELULOSAS: CASO DE ESTUDIO EN NUEVA ALDEA, CHILE
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Revista Planeo Nº37; Territorios y Paisaje, Septiembre 2018
[Por, Carolina G. Ojeda, Rodrigo Cancino, Camila Carabante, Jasna Cisterna, Daniela Díaz; Departamento de Historia, Universidad Católica de la Santísima Concepción.]
Recibido el 09 de Agosto de 2018, publicado el 28 de Octubre de 2018
Resumen
El bienestar y el paisaje son elementos cuya percepción normalmente es difícil de evaluar, pues son sus componentes subjetivos los que les dan sus características fundamentales. En este estudio se busca comprender cómo los procesos de la fabricación de la celulosa afectan a la calidad de vida de los individuos y el paisaje visual. El área de estudio se concentra en la ciudad de Nueva Aldea que alberga una planta de celulosa rodeada por el río Itata, en la región del Biobío (Chile) que corresponde a un ecosistema Mediterráneo de secano interior. Se realizó una encuesta breve tipo Likert a algunos/as habitantes del sector aledaño a la planta para conocer su percepción sobre el bienestar, calidad de vida y paisaje visual. Como resultados principales se obtienen altas cifras de afectación del bienestar producto de la planta de celulosa, un bajo conocimiento sobre normas ambientales chilenas y la percepción de un cambio visual notorio en el paisaje local. Finalmente, se discute sobre la importancia del monitoreo de la calidad de vida, el bienestar y los cambios en el paisaje de localidades rurales insertas en actividades industriales complejas como plantas celulosas o madereras.
Palabras clave: Chile, celulosa, paisaje, percepción ambiental, ambiente, contaminación
Abstract
Wellbeing and landscape are elements whose perception is usually difficult to evaluate since it is their subjective components that give them their fundamental characteristics. This study seeks to understand how the processes of cellulose manufacturing affect the quality of life of individuals and the visual landscape. The study area is concentrated in the city of Nueva Aldea, which houses a cellulose plant surrounded by the Itata River, in the Biobío region (Chile), which corresponds to a Mediterranean dryland ecosystem. A Likert-type brief survey was carried out to some inhabitants of the sector surrounding the plant to know their perception of well-being, quality of life and visual landscape. The main results are high levels of affectation of the well-being product of the cellulose plant, a low knowledge of Chilean environmental norms and the perception of a notorious visual change in the local landscape. Finally, the importance of monitoring the quality of life, well-being, and changes in the landscape of rural localities inserted in complex industrial activities such as wood or wood plants are discussed..
Keywords: Chile, cellulose, landscape, environmental perception, environment, contamination.
Paisajes en Movimiento: Una Mirada de Norte a Sur
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Sebastián Rodríguez Leiva; Cofundador y director del área Geografía en Paisajes en Movimiento; y Cristián Rodríguez Leiva; Cofundador y director del área Filosofía en Paisajes en Movimiento]
Resumen
En el presente ensayo visual se muestran diferentes fotografías del paisaje nacional, que van desde el norte hasta el sur del país, como un mecanismo de puesta en valor y también de transformación, en un marco de discusión del paisaje como dimensión de análisis del espacio. Esta corresponde a una de las líneas de trabajo de Paisajes en movimiento, plataforma virtual que discute en torno a la tríada Geografía, Filosofía y Cine.
Palabras clave: paisaje, movimiento, norte, sur.
Un Contragolpe del punto cero colonial
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Claudio Alvarado Lincopi; Comunidad historia mapuche; Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC]
Resumen
El paisaje construido como alabanza a la Patria. Una celebración de la historia nacional, hacer espacio para contemplar el devenir de Chile. Es que mirar desde los pies de Pedro de Valdivia es sentir su poderío fundador: el hecho de conquista como lugar de observación. Pareciese que el colonialismo todavía define nuestra mirada, conduce nuestros ojos, los adiestra para sentir la magnificencia eurocéntrica que da fisionomía a nuestras urbes latinoamericanas.
Desde la esquina nororiente de la Plaza de Armas se abre ante la mirada pública la arquitectura utópica de la historia patria, Chile y su existencia, lo que fue en un momento quimera de conquista hoy se nos presenta edificada, real, palpable. El punto cero colonial hasta hoy irradia su sentido histórico. El galope tranquilo y sereno del conquistador y su corsel, marcando el paso de siglos, desde el naturalismo de la Palma chilena hasta el acero, hormigón y vidrio de la arquitectura neoliberal, pasando, por supuesto, por el neoclásico de Toesca en la Catedral. Siglos resumidos en un paisaje, la patria contenida en un espacio.
Aunque claro, todo espacio utópico se desvanece en el aire. Las contradicciones se cuelan en cada paso. La heterotopía asoma, emerge constantemente el otro de la patria blanqueada, brota su cuerpo que determina el sentido último del paisaje fundador. Así, como Jameson cuando reflexiona sobre la “mutación del espacio construido” producto de la arquitectura posmoderna (1991), es factible pensar que la utopía nacional escenificada se desmorona cuando perforamos el primer paisaje, se fragmenta, vive una descomposición inevitable; se cuela el otro en la ciudad
Palabras clave: Paisaje, Otros, Santiago de Chile
Apropiación del espacio público. Diseño participativo en villa El Cabildo en el contexto del programa Quiero mi Barrio 2014
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por:
Víctor Hugo Lenin Acuña Jiménez, Sociólogo Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Magister en Psicología, Mención en Psicología Comunitaria Universidad de Chile
María Magdalena Barros McIntosh, Arquitecta PUC, Arquitecta del Paisaje PUC, Magister en Proyectos de Arquitectura y Urbanismo FUNIBER]
Resumen
El siguiente articulo propone una reflexión sobre las consecuencias de la participación de la comunidad en la ejecución del programa de Recuperación de Barrio “Quiero mi barrio” implementado en la Villa el cabildo de Pudahuel Sur y en la apropiación del espacio público.
Palabras clave: recuperación barrial, espacio público, diseño participativo.
Se habla mucho de la recuperación de Barrios, pero ¿Qué es lo que se recupera cuando se recupera un barrio? Bajo diversas perspectivas la recuperación de un barrio considera, a lo menos, dos dimensiones (MINVU, 2014): una física o espacial, donde recobramos un espacio que no tiene un uso, o tiene un uso no deseado, o no tiene un equipamiento apropiado, y una segunda dimensión más bien social, que se refiere a la re significación del lugar, de manera que aquello que es ajeno o no reconocido, se vuelva parte de aquello que reconocemos como parte de nuestra cultura, de nuestra identidad (Iñiguez, 2001), y que las personas se apropien de él.
Desde otro punto de vista, las intervenciones territoriales consideran varias dimensiones: estructural, urbana, rural, medioambiental y PAISAJÍSTICA (Visión integradora de las anteriores…). “Se trata de una diversidad que resulta de la articulación de lo físico, lo biológico y lo cultural en cada lugar…“ (Mata, 2006). Desde esta perspectiva, la intervención que exponemos reconoce esta complejidad de múltiples aspectos.
Una de las experiencias que consideramos exitosas en la recuperación de Barrio, dados las dimensiones anteriores, es la realización del programa Quiero mi Barrio en la Villa el Cabildo de Pudahuel Sur, que comienza el año 2014 con la instalación de iluminación peatonal por Av. Los Mares, para luego fijar proyectos de espacios públicos con la comunidad, a recuperar dentro del barrio: 1-. Recuperación de borde barrial, consiste en el mejoramiento de las platabandas que se encontraban abandonadas en todo el contorno del barrio, a través de elementos constructivos y de paisaje que dieran diversidad de usos pero continuidad espacial; 2-. Plaza La Estrella, que consistía en mejorar una plaza existente, pero que los vecinos no consideraban como propia. Se diseña un espacio que diversifica las zonas para el uso de diferentes actores, reconociendo los usos y tránsitos cotidianos preexistentes. Ambos proyectos se abordaron adaptándose a los contextos de la ciudad y permitiendo una apropiación de dichos espacios por parte de los vecinos/as, re construyendo o re modelando con ello su identidad.
El trabajo del programa Quiero mi Barrio instala una metodología participativa que permite generar por una parte, la definición física de los proyectos y por otra una apropiación significativa de los espacios que se reconocen por parte de los vecinos como lugares de encuentro cotidiano y de generación de vida de barrio.
A través de la utilización de las metodologías participativas, en este barrio consideramos al menos tres aspectos que creemos interesante relevar, tres aspectos que dan sustento al uso de dichas metodologías:
1-. Las diferentes instancias de participación (maquetas de propuesta, dibujos de preferencias significativas, conversaciones, juegos, etc.) permitieron que los vecinos reconocieran sus usos cotidianos, estos fueran valorados y, luego, respetados en el diseño y ejecución de los proyectos, de manera de explorar esas cotidianidades que construyen la propia historia;
2-. Parte de las metodología fue visitar otros barrios y espacios públicos que permitieran una apertura de miradas sobre la organización barrial así como las posibilidades de espacialidades novedosas para los vecinos de El Cabildo, las que facilitaron la amplitud de propuesta espacial de los proyectos y generaron una mirada positiva al trabajo comunitario;
3-. Se incorpora la participación de niños en la propuesta de diagnóstico que fue marcada por un gran interés en la recuperación de los espacios públicos, mientras que en los adultos la mirada era más bien de desapego de estos espacios y de valorización de los espacios privados. Este contrapunto fue trabajado con la comunidad permitiendo generar un cambio de mirada de los adultos en relación a estos lugares.
Hoy, con las obras ya construidas, los vecinos han generado nuevas acciones en su espacio de barrio y es posible observar las siguientes potencialidades del proyecto: A-. La iluminación permitió volver a recorrer los espacios en diferentes horarios, por lo que recuperó un uso que se había perdido, además de permitir mayor sensación de seguridad y en definitiva mayor confianza; B-. Se han generado nuevos puntos de encuentro entre vecinos y vecinas, diversificando los actores que hacen uso del espacio público, permitiendo conocerse entre ellos y generando un mayor sustrato de participación; C-. En una dimensión identitaria, la participación permitió que los vecinos y vecinas reconozcan como propias las decisiones que se tomaron en los procesos de diseño dando validación y apropiación a los nuevos espacios, lo que facilita los compromisos de cuidado y mantención, más allá de las responsabilidades estatales sobre ello; D-. Se ha promovido la belleza y la particularidad de los diseños y ejecuciones, generando con ello un estándar de excelencia que da un mayor valor económico y social, como una política de equidad, que también aumenta los estándares de la propia población hacia la entidad pública; E-. Se ha facilitado la valoración de especies nativas incorporadas a los proyectos; F.-Por último, los procesos participativos han permitido la articulación de los diversos actores comunitarios y estatales, en una relación directa que la hace sustentable en el tiempo más allá de la permanencia del programa y el equipo barrial, que ya en esta etapa permite que la comunidad se vincule directamente con las unidades municipales para coordinar o gestionar acciones de barrio.
Por último, tenemos la convicción que la recuperación en barrio El Cabildo se ha logrado por la apropiación e identificación de los espacios por parte de la comunidad, que han permitido tener nueva vida en espacios públicos antiguamente abandonados. Consideramos sin embargo, que más allá de la utilización de metodologías participativas, las cuales se constituyen como una herramienta, estas deben estar asociadas a una voluntad política, y práctica, para ejercer la gobernanza desde los insumos que las metodologías generan, adecuando los tiempos y procedimientos, dentro de lo posible, a los procesos comunitarios y a la madurez de las organizaciones existentes, alineando a todos los actores en mayor horizontalidad, de conocimiento y, en última instancia, de poder, no solo en la toma de decisiones sino en las practicas permanentes. Un nuevo trato en la aplicación de la política pública.
Conocer y actuar en el paisaje. Los catálogos de paisaje de Cataluña y su aplicación en la planificación
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por: Pere Sala i Martí, Director del Observatorio del Paisaje de Cataluña www.catpaisatge.net]
Resumen
En el marco del Observatorio del paisaje en Cataluña, comunidad autónoma de España, se aborda en la presente práctica cómo este elemento ha sido incorporado dentro de la gestión y planificación territorial como un activo a través de la discusión acerca de los catálogos de paisajes creados por esta entidad.
Palabras clave: paisaje, catálogo, planificación.
En diciembre del año 2000, el Parlamento de Cataluña se adhirió al Convenio Europeo del Paisaje (CEP), y en el 2005 se aprobó la Ley 8/2005, de protección, gestión y ordenación del paisaje. A través de la aprobación de esta Ley, el paisaje deja de tener una connotación exclusivamente estética para pasar a ser un elemento activo en la ordenación y gestión del territorio, como también un motor de desarrollo.
En paralelo a este proceso, se creó el Observatorio del Paisaje de Cataluña, entendido como un centro de pensamiento, estudio, documentación y acción sobre el paisaje, y un punto de encuentro entre todas aquellas instituciones, entidades y personas que, en Cataluña y fuera de Cataluña se preocupan y se interesan por esta temática. Una de las principales actividades del Observatorio del Paisaje desde 2005 ha sido la elaboración de los siete catálogos de paisaje de Cataluña, creados por la Ley del paisaje, encargados por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad de Cataluña, y pensados como instrumento de caracterización del paisaje con el fin de introducirlo en la planificación territorial y sectorial.
Los catálogos de paisaje, del conocimiento a la acción
El conocimiento es la base para poder tomar decisiones acerca del paisaje. Desde esta perspectiva, los catálogos constituyen el principal proyecto de generación de conocimiento, definidos por la Ley 8/2005 de protección, gestión y ordenaciones como los «documentos de carácter descriptivo y prospectivo que determinan la tipología de los paisajes de Cataluña, identifican sus valores y estado de conservación y proponen objetivos de calidad que deben cumplir». En este sentido, el principal objetivo de los catálogos es contribuir a la incorporación de objetivos paisajísticos en el planeamiento territorial y urbanístico, como también constituyen una referencia para estrategias sectoriales asociadas al paisaje (agrarias o turísticas, por ejemplo), o para campañas de sensibilización social sobre la diversidad paisajística de un territorio.
Los catálogos no son un mero inventario de elementos, espacios o valores, tal y como podría suscitar su nombre. Son mucho más que esto. Constituyen las herramientas que permiten conocer cómo es el paisaje y qué valores contiene, qué factores explican que tengamos unos paisajes determinados y no otros, cómo evolucionan estos paisajes en función de las actuales dinámicas económicas y sociales y, finalmente, qué tipo de paisaje queremos y cómo podemos conseguirlos. Actualmente, con el 100% de los paisajes de Cataluña identificados y caracterizados a través de los catálogos, su marco conceptual, metodológico y procedimental para la elaboración de los siete catálogos se publicó una vez terminados[1].
La implicación de los agentes públicos y privados, y de la ciudadanía
Los catálogos han intentado superar la clásica lógica sectorial y han articulado formas participativas y transversales de trabajar y de generar el conocimiento. Con el fin de incidir en todas sus fases de elaboración. Buscando la máxima representatividad, se combinaron diversas técnicas de participación pública, como entrevistas telefónicas, estudios de opinión, consultas a través de internet, entrevistas a los agentes ya expertos, talleres de trabajo, sesiones informativas, etc.
Las unidades de paisaje, nuevos ámbitos de referencia para la planificación
El principal resultado y el más visible de los catálogos ha sido el mapa de 134 unidades de paisaje, o 134 paisajes, que cubren todo el territorio de Cataluña, y que no son vistas como entidades político-administrativas, sino como espacios de vida, lugares de encuentro, contenedores de memorias colectivas o, incluso, ámbitos idóneos para repensar el gobierno del paisaje. No son sólo ámbitos de comprensión y descripción del carácter de un determinado paisaje, sino ámbitos de gestión, de ordenación y de intervención. A estas cualidades se les debe sumar su gran capacidad didáctica y de sensibilización.
Aplicación de los catálogos de paisaje en las políticas territoriales y sectoriales, y el ámbito local
Otra de las principales peculiaridades de los catálogos de paisaje es que de ellos se derivan las Directrices de paisaje, creadas por la Ley homónima, y que recogen los objetivos de calidad paisajística de los catálogos y los introducen normativamente en los planes territoriales aprobados por el Gobierno. El conocimiento aportado por los catálogos también empieza a ser utilizado en las políticas sectoriales. En el ámbito energético, por ejemplo, el Observatorio ha elaborado la guía «Orientaciones para una adecuada implantación de los aerogeneradores en Cataluña», dirigida a promotoras y profesionales, aportando orientaciones para colocar adecuadamente estas infraestructuras en el territorio en función de la diversidad de paisajes de Cataluña y de sus valores reconocidos en los siete Catálogos.
En paralelo, el mundo local se interesa cada vez más en el paisaje, y fruto de ello nacen iniciativas de gestión y ordenación de este lideradas o coliderada por la Administración y por la misma sociedad civil. Muchas de ellas, en forma de cartas (como la carta del paisaje del Priorat o del Lluçanès) o planes de paisaje (como el Plan de paisaje transfronterizo de la Cerdaña, o el plan de paisaje de Cervera), son experiencias que crean nuevos espacios de diálogo y concertación entre actores, promoviendo de esta forma la corresponsabilidad con la aplicación de las políticas y acciones de paisaje.
Para concluir
La función del Observatorio del Paisaje es la de actuar de punto de encuentro entre todas aquellas instituciones, entidades y personas que, en Cataluña y fuera de Cataluña, se preocupan y se interesan por el tema del paisaje, tanto desde el Administración, como desde el ámbito profesional, docente y de la investigación. Con su trabajo simultáneo de generación de conocimiento y de planificación del territorio desde el paisaje, intenta contribuir a hacer realidad la consolidación de un nuevo paradigma que instaure nuevas formas de democracia participativa en todo lo relativo al gobierno y la gestión del territorio.
En este sentido, los catálogos de paisaje han marcado un antes y un después en el conocimiento y la gestión del paisaje en Cataluña, tanto por su capacidad de documentar y orientar a las políticas públicas, como por su potencial pedagógico o de sensibilización a la sociedad. Estas iniciativas, cada vez están teniendo más utilidades que las contempladas por la Ley. Sobre todo, para aquellos territorios que buscan nuevos contenidos y nuevas respuestas, y para aquellas administraciones y entidades que ponen sobre la mesa nuevas formas de alcanzar acuerdos y de actuar, y donde el paisaje es visto cada vez más como un bien común, como un motor para su desarrollo, y como una vía para incrementar su nivel de autoestima, de identidad, así como la calidad de vida de la ciudadanía.
[1] Nogué, Joan; Sala i Martí, Pere; Grau, Jordi, Els catàlegs de paisatge de Catalunya: metodología = The Landscape Catalogues of Catalonia. Metodology. Olot: Observatori del Paisatge de Catalunya, 2016.
Infraestructura Verde e Instrumentos de Planificación territorial: una posibilidad de incorporar el paisaje fragmentado de la comuna de La Florida
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por: Aaron Jiménez Quezada, Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Departamento de Urbanismo Dirección de Obras Municipalidad de La Florida, Diplomado en Nuevas Tecnologias Digitales en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica]
Resumen
La presente práctica expone el estudio y mapeo de las áreas verdes en la Comuna de Florida, debido al alto déficit de estas, causado por la explosión urbana poco planificada de los últimos 30 años en las comunas periféricas de Santiago. Identificando espacios remanentes y sitios eriazos en la trama urbana con el potencial de vincularse como infraestructura verde con áreas verdes existentes. A partir de ello, se analizó y reflexionó sobre la oportunidad de poner en valor el paisaje precordillerano del valle central, actualmente fragmentado, a partir del manejo de los instrumentos de planificación territorial.
Palabras clave: Áreas verdes, paisaje fragmentado, instrumentos de planificación territorial
La Florida es una comuna ubicada en el sector sur-oriente de la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana. Debido a su gran envergadura colinda con 5 comunas: Puente Alto, Macul, Peñalolén, La Granja, San Joaquín y La Pintana. Dicha ubicación es privilegiada, no solo en términos de conexión con otras comunas de Santiago, sino que, por su proximidad a la precordillera, la cual le otorga diversos servicios ecosistémicos; se emplaza a pie de cerro de la Cordillera de los Andes, importante fuente de flora, fauna y recursos hídricos que alimentan al gran Santiago. Entre ellos se puede contar el Canal de Las Perdices, Canal San Carlos y Zanjón de la Aguada. Por otro lado, tiene dos cerros islas, Chequén y Jardín Alto, pertenecientes a la red de 26 cerros islas en Santiago.
Aun teniendo esta posición geográfica privilegiada en términos de biodiversidad, y de potenciales áreas verdes, esta comuna cuenta con un grave déficit de áreas verdes de 2.5 M2/hab (Centro de Políticas Públicas UC ,2017), muy por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de Salud (OMS), que son 9 m2/hab. Realidad que cobra mayor importancia al ubicar a la comuna de La Florida como la cuarta más poblada de Santiago con 366.916 habitantes (CENSO, 2017)
Para entender el déficit de áreas verdes que presenta la comuna, es necesario contextualizar la historia urbana de la zona sur oriente de Santiago entendiendo que, las comunas ubicadas fuera del anillo de Américo Vespucio, fueron las primeras en ser afectadas por el explosivo y poco regulado crecimiento que ha perjudicado a la Periferia en los últimos 30 años. Durante los años 90 se construyeron distintos proyectos de viviendas sociales y de estratos medios que fueron emplazados sin una planificación previa dejándolas en terrenos pocos conectados, sin el equipamiento necesario y áreas verdes recomendadas, aprovechando los bajos costos de terreno que ofrecía la periferia. Lo que produjo que esta expansión fuera desordenada, fragmentada y con una nula cobertura de bienes públicos urbanos. Obteniendo como resultado comunas desvinculadas de su contexto geográfico y territorial; con un paisaje fragmentado, sin consolidar ni reconocer su valor por parte del estado.
Hoy la comuna de La Florida está alcanzado su límite de expansión urbana, a pesar de ello, existen distintos predios dentro de la trama urbana: como áreas verdes privadas, sitios eriazos, corredores naturales y recursos fluviales, los cuales tienen el potencial de contrarrestar este déficit de áreas verdes y fragmentación del paisaje natural, para integrarlo y generar una ciudad más sostenible y resiliente en el tiempo.
Es bajo este criterio de urbanización en el cual es importante destacar la visión que tiene Vásquez (2018) sobre los espacios verdes, señalando que “Hay que dejar de ver los espacios verdes simplemente como tierras vacantes que aún no han sido urbanizadas y a la espera de serlo, para verlos como una tipología de uso por sí misma que entrega múltiples beneficios sociales, económicos y ecológicos, y que por lo tanto son un eje estratégico en el desarrollo urbano”.
Bajo esta premisa, a través de un análisis de la densidad predial (fig.2), con información del Departamento Catastro Municipalidad de La Florida y de acuerdo al Plan Regulador Comunal vigente, se realiza un mapeo de áreas verdes y recursos fluviales en la comuna, con el fin de identificar predios y espacios remanentes en la trama urbana, tanto públicos como privados, que tengan el potencial de conservación ecológica o de transformarse en nuevas áreas verdes públicas.
Al momento de catastrar, el criterio utilizado para de clasificación utilizado para identificar las áreas verdes de la comuna fue ordenarlas según su escala y junto a ello su radio de influencia con respecto a su entorno urbano. Es decir mientras mayores metros cuadrados tiene el área verde, mayor es el área de influencia en la ciudad. A partir de ello se denominan las siguientes escalas:
a) Escala Barrial (fig.3): Con un tamaño de 0 a 5 Ha. donde se pueden encontrar plazas, plazuelas y bandejones centrales.
b) Escala comunal (fig.4): Con un tamaño de 5 a 30 Ha, donde se pueden encontrar Centro de eventos, terreno religiosos, cerros islas y terrenos municipales no consolidados.
c) Escala metropolitana (Fig.5): Con un tamaño de 30 a más Ha. Terrenos privados y públicos con el potencial y el tamaño para transformarse en áreas verde intercomunales.
Parte de los resultados de este análisis es destacar la existencia de distintos sitios eriazos privados, protegidos como áreas verdes por el Plan Regulador Comunal (PRC) con el potencial de transformarse en áreas verdes públicas para la comuna. Está el caso del Cerro Isla Chequen de 39.1 Ha. y parte del Cerro isla Jardín Alto con 4.6 Ha. protegidos por el PRC como área verde. Por otro lado existe el caso del Parque La Salle un terreno eriazo de 61 ha., de las cuales 26 están protegidas por el PRC como Parque Intercomunal. Por otro lado el estudio nos revela que el área verde pública más grande de la comuna de La Florida es el Parque Frei con menos de 5 Ha. (fig.6)
Es así, como el concepto de Infraestructura Verde (Benedict y McMahon, 2002) surge como una aproximación para comprender cómo se puede compatibilizar el crecimiento urbano con la protección del medio ambiente, haciendo énfasis en los servicios y beneficios, tanto ecológicos como sociales; dentro de los cuales es posible destacar la capacidad de regular temperaturas, albergar especies nativas, proporcionar espacios para la recreación, mejorando la calidad de vida de muchas personas.
Debido a lo anterior, es posible señalar que se reconoce la oportunidad de vincular el paisaje fragmentado en la Comuna de la Florida a partir de la consolidación de distintos sitios eriazos, en conjunto con las existentes áreas verdes reconocidas en los instrumentos de planificación territorial, para propiciar el encuentro de ecosistemas precordilleranos con el fin de poner en valor el paisaje cordillerano del Valle Central.
Referencias
Centro de Políticas Públicas UC (2017), Informe de investigación Mesa de áreas verdes del proyecto ciudad con todos
CENSO (2017) comuna de La Florida, Santiago, Chile.
Vásquez (2016) Infraestructura verde, servicios ecosistémicos y sus aportes para enfrentar el cambio climático en ciudades: el caso del corredor ribereño del río Mapocho en Santiago de Chile
BENEDICT, M. & MCMAHON, E. (2002) Green Infrastructure. Washington: Island Press.
Departamento de Catastro (2018) Dirección de Obras Municipalidad de la comuna de La Florida, Santiago, Chile
Plan Regulador Comunal, PRLF-2/12 (2015) Comuna de La Florida, Santiago, Chile
Mapeamos Historias, Narramos Lugares: Corporación Cultura de Paisaje en Chile
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por: Romy Hecht Marchant, directora de proyectos Corporación Cultura de Paisaje en Chile, Arquitecta y Magister en Arquitectura Pontificia Universidad Católica de Chile y Ph.D. en Historia y Teoría de la Arquitectura Universidad de Princeton]
Resumen
En la presente práctica se aborda el concepto de paisaje desde la Corporación Cultura de Paisaje en Chile, una organización cuyo objetivo es poner en valor este elemento, así como también generar iniciativas y proyectos que promuevan su entendimiento, comprensión y resguardo.
Palabras clave: paisaje, patrimonio, corporación
El año 2016 se formó la Corporación Cultura de Paisaje en Chile (www.culturadepaisaje.com), una organización autónoma y sin fines de lucro dedicada de modo exclusivo e integral al desarrollo de proyectos de puesta en valor y conservación del paisaje en nuestro país. Cada uno de los proyectos incluyen publicaciones, exposiciones y difusión educativa que nos permitirán identificar, mirar, entender y valorar el paisaje que hemos construido para así superar su entendimiento habitual como naturaleza prístina y apartada del hombre. Consecuentemente, el objetivo central de la corporación es difundir la idea de paisaje chileno como una colección de obras humanas, como un registro de interacciones y diálogos históricos del hombre con su entorno y como una articulación entre recursos naturales y asentamientos humanos.
Entre los proyectos en proceso de desarrollo y gestión se encuentran la construcción de: un atlas cartográfico de los 25 volcanes más activos en Chile; la historia de paisajes productivos de valor patrimonial en Chile, identificados como territorios que han sido transformados de manera visible y permanente por oficios ancestrales desarrollados en un ámbito comunitario; un registro del potencial oculto en la reincorporación de los relaves mineros como áreas que pueden recomponerse y reinsertarse en torno a comunidades específicas; estrategias de reclamación de faenas mineras urbanas en condición de abandono, paralización y/o cierre como nuevos paisajes públicos; y la valoración del excursionismo desarrollado por el Club Alemán Andino de Santiago en los cerros de la Región Metropolitana.
Si bien Chile ofrece una peculiar configuración geográfica, su territorio no necesariamente ha sido ocupado considerando su condición dinámica, vale decir, no necesariamente se ha logrado construir una asociación funcional entre sistemas naturales y proyectos estratégicos en torno a la transformación de sitios, urbanos, complejos y relevantes. Por ende, la construcción de una cultura de paisaje no es una tarea sencilla, pues demanda al menos tres líneas de acción en la manera de presentar nuestros paisajes:
- Identificar, describir e interpretar sistemas pre-existentes. Hablar de paisajes en Chile obliga a superar divisiones político-administrativas y articular la conectividad, funciones ecológicas y programas de ocupación de, por ejemplo, áreas sometidas a períodos extensos de extracción minera y de áreas sometidas a riesgo inminente frente a movimientos telúricos o erupciones volcánicas, entre otros.
- Reforzar la investigación de patrones de transformación de los sistemas. Ello supone la construcción de inventarios tanto ecológicos como de intereses económicos, de cambios demográficos, de localización de recursos y de niveles de toxicidad, entre otros, cuestionando cómo y porqué se ha llegado al estado presente. Ello permitiría la elaboración de un catastro no sólo de áreas de riesgo, sino también de potenciales sitios de intervención y expansión a partir del entendimiento de las fuerzas interactuando en un sitio, revelando así su trayectoria hacia una condición futura.
- Cambiar el verbo mitigar por anticipar. Si se logra entender que la ocupación territorial es un proceso evolutivo análogo a la materialización de un proyecto de paisaje, entonces se entenderá también que su diseño implica anticipar y acomodar crecimiento, evolución y adaptación frente a perturbaciones inesperadas o nuevos programas de uso y eventos, formulando como resultados objetivos de transformación y no tan solo de mitigación que vuelven a crear una visión unitaria para una forma final preconcebida.
El paisaje en Chile es más que campo y ciudad, cordillera y mar, desierto y bosques: es el resultado de una articulación de sistemas ecológicos diversos, de infraestructura ya construida y de una memoria histórica y colectiva.
El paisaje en Chile es la suma de la multiplicidad de sistemas naturales que caracterizan a nuestro territorio y los asentamientos que hemos construido para utilizarlos y/o disfrutarlos. Por este motivo, necesita ser abordado como un proyecto complejo y potencialmente capaz de articular relaciones entre usos establecidos y futuros urbanos imaginados, de crear nuevos paisajes donde no hay “espacio oficial” para ello y de constituir modelos de urbanización y de reconversión de ecologías urbanas en desuso, estableciendo epistemológica y técnicamente una estructura base capaz de definir mejores lógicas de transformación de las formas urbanas.
Esperamos entonces contribuir a la construcción de nuevas narrativas de paisaje en Chile como oportunidades de desarrollo de nuestra identidad y patrimonio del mañana.
Entre paisajes de sobreacumulación y subsistencia. Continuidad, reducción y fragmentación en el espacio mapuche contemporáneo
VerEntre paisajes de sobreacumulación y subsistencia. Continuidad, reducción y fragmentación en el espacio mapuche contemporáneo
Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Mauro Camilo Fontana Flores, Arquitecto. Magister en Asentamientos Humanos y Medioambiente. Doctorando en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Resumen
Las transformaciones territoriales de las últimas cuatro décadas, producto del giro neoliberal del Estado, son la causa y el medio en que se gestan las condiciones, para que, a fines del siglo XX, estalle un proceso que se extiende hasta hoy, que la prensa y la discusión académica, han tendido a instalar como el “Conflicto Mapuche”.
Dicho concepto establece una connotación, así como un recorte temporal, territorial y demográfico intencionado, sobre un proceso más complejo, de más larga data y con más actores que sólo las comunidades mapuche que radicalizan su movilización desde fines del siglo pasado. Habitantes de áreas rurales del sur del país, fuertemente impactadas por el nuevo paisaje productivo que impone la recolonización mono-forestal, iniciada dos décadas antes, bajo la promoción del Estado y la inversión privada.
Sin embargo, tanto los pu mapuche de áreas rurales como urbanas, han sido impactados por estas transformaciones, las cuales ha sido acompañadas de permanentes cambios en las formas de reconocimiento estatal hacia el mundo indígena, a través de las cuales se perpetúa una comprensión reductiva y fragmentada de su condición de pueblo en el espacio, funcional a los nuevos paisajes de acumulación y subsistencia que produce el Estado sobre el territorio.
Palabras Clave: Continuidad, reducción, fragmentación, espacio mapuche
A la par de los arreglos estructurales que a mediados de la década de los 70´s propician la metropolización de Santiago, en las áreas rurales del sur del país, las comunidades reduccionales mapuche enfrentan otra serie de arreglos, que propician la llamada Contrareforma Agraria (Correa, Molina, & Yañez, 2005). Un proceso que marca una nueva etapa en las condiciones de desposesión sobre el pueblo mapuche (Pinchinao, 2015), bajo la imposición de una nueva estructura productiva extractivista, que insertará a parte importante de su población rural dentro de nuevos paisajes de acumulación y subsistencia que propicia el Estado.
Lejos de tratarse de dos procesos aislados, éstos se encadenan y configuran una continuidad en el espacio que permite articular nuevos flujos de capital, bajo una nueva concepción liberal totalizante del territorio (Harvey, 2007). El Estado fomenta nuevas formas de propiedad y uso de la tierra que permiten re-orientar recursos (forestales, mineros, hídricos, etc.) que vienen siendo explotados desde más largo aliento que los gobiernos de turno, en función de los nuevos procesos de acumulación y concentración de capitales.
Las primeras plantaciones mono-forestales hechas por el Estado datan de la década de los sesenta del S.XX y son muy acotadas en el territorio. Fueron emplazadas entre una compleja trama de latifundios, minifundios y reducciones mapuche, que configuró el propio Estado, para colonizar la Araucanía tras su ocupación militar en 1881 (Bengoa, 2014). Estas plantaciones forestales, en su origen, fueron concebidas como un complemento a las necesidades de subsistencia del minifundio y las reducciones indígenas (leña y madera), bajo la hegemonía productiva de un paisaje triguero latifundista, con el que se colonizó durante gran parte del S. XX, los otrora territorios mapuche.
Con la Contrareforma Agraria, se induce una liberalización absoluta del suelo rural, incluyendo las reducciones mapuche, las cuales permanecieron fuera del mercado de tierras, según los propios términos establecidos por los Títulos de Merced otorgados por el Estado entre 1881 y 1933. Áreas de confinamiento indígena, donde se redujo el reconocimiento comunitario e inalienable de las tierras que se les dejaron, según los polígonos definidos por los topógrafos del Estado. Operación con la que se fragmentó, física y legalmente, su reconocimiento político como pueblo, desarticulando toda aquella antigua estructura orgánica de comunidades o lof mapuche que habitaron en continuidad, entre lo que hoy es parte de Chile y Argentina, conformando un territorio propio llamado wallmapu. El cual sostuvo autonomía política, productiva y cultural por siglos, y que hoy, tanto los pu mapuche de áreas rurales como urbanas, vuelven a reivindicar activamente en su imaginario político y cultural (Marimán, 2014; Pairicán, 2014). Un territorio borrado del relato histórico y las cartografías del Estado, según una ecuación de ocupación territorial que planteó la reducción del espacio mapuche versus la expansión colona. Mediando el uso de la fuerza y la ley.
El boom forestal privado, que se desata desde la década de los ochenta del S.XX, reitera esta lógica. La expansión de los monocultivos forestales se hará sobre la concentración y continuidad espacial de latifundios, minifundios y ahora ex -propiedades comunitarias mapuche, que son adquiridas y acumuladas por unas pocas empresas, favorecidas por el Estado con la exención del pago de impuesto territorial. Así como también con el subsidio del 75% de las plantaciones, a través del DL 701 de 1978, vigente hasta hoy. En dos décadas estas empresas llegarán a concentrar alrededor de 2 millones de hectáreas mono-productivas a nivel país, 366.000 aprox. en la región de la Araucanía. Mientras que las comunidades reduccionales mapuche serán nuevamente fragmentadas por el Estado, mediante la individualización de sus tierras comunitarias, según lo dispuesto por el DL 2568. Entre 1978 y 1988 se desarticulará el total de las 2918 Mercedes de Tierras mapuche, que comprendían alrededor de 519.257 Há (Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de los Pueblos Indígenas, 2003).
La dramática precarización de las condiciones de subsistencia comunitaria, producto de la acción conjunta de estos decretos, somete a las ya reducidas comunidades mapuche, a los profundos impactos ambientales, productivos y culturales de esta mega-actividad. El reemplazo del bosque nativo que proveía de alimentos y medicinas; la desecación de las napas superficiales y subterráneas que proveían de agua; la escasa mano de obra requerida, por temporadas y bajo las peores condiciones de flexibilización laboral; la ruptura de relaciones comunitarias e intercomunitarias, producto de individualización de la tierra y las barreras físicas que configuran los extensos monocultivos custodiados por guardias armadas; entre otros, componen un conjunto de condiciones que gatillan la nueva etapa de movilización social y política de este pueblo frente al Estado a fines del milenio (Fontana, 2008). Un período de agencia que el historiador Fernando Pairicán (2014) llamará el tiempo del Malón, cuyos alcances se han extendido a más ámbitos con los años.
Pero estas condiciones de subsistencia también agudizan un silencioso y masivo desplazamiento económico hacia áreas urbanas del país, no cuantificado, y que los pu mapuche vienen desarrollando a través de todo el S.XX, con el fin de enfrentar las condiciones históricas de desposesión instaladas por el Estado en sus territorios originarios. Constituyendo a Santiago como el principal destino final de esta diáspora (Marimán, 1997; Antileo & Alvarado, 2018). Con la salvedad, que esta vez, quienes migran quedan legalmente desterrados, según lo dispuesto por el DL 2568, que dejaba sin propiedad titular a quienes no tuviesen presencia efectiva sobre la tierra.
La paradoja es que con este impulso, en poco más de una década, la actividad forestal pasará a convertirse en la segunda actividad exportadora del país, contribuyendo con sus tributaciones y ganancias a alimentar parte de la acumulación y concentración de capitales que permitirán el despegue fiduciario de la emergente metrópoli. Por otro lado, durante ese período, muchas y muchos pu mapuche desplazados por este proceso, llegaran a emplearse en esta misma ciudad, tal como generaciones anteriores lo hicieron, ocupándose principalmente como empleadas, panaderos y obreros, como recoge gran parte de la antropología urbana del cambio de siglo (Montencino, 1990; Aravena, 2003; Antileo, 2015). Una mayoría de ellas y ellos, trabajando invisiblemente en ese cono de alta renta, donde sedimentarán las ganancias de la comoditización forestal, pero habitando en los sectores más pobres y segregados de la metrópoli, bajo la impronta de nuevas políticas de vivienda social que los reciben y dispersan en la periferia. Así lo revelan las investigaciones (Rasse & Sabatini, 2013) y ratifican los propios censos realizados por el Estado a partir de la década de los noventa del S.XX en adelante.
Un momento en que se decide reestablecer el reconocimiento estatal sobre la población indígena, bajo un nuevo prisma multicultural basado en el individuo, la segmentación urbano-rural y con énfasis en lo cultural y el emprendimiento, como focos prioritarios de su intervención. Todo acompañado, de manera sutil, por los discursos de los gobiernos de turno que instalan la idea del reconocimiento de minorías étnicas y no de pueblos.
Bajo este nuevo enfoque, la vida cotidiana de las y los pu mapuche rurales y urbanos, durante las últimas dos décadas, transitará a través de nuevas políticas de reconocimiento, que volverán a visibilizar de manera reducida y fragmentada su condición de pueblo, ahora, en función de sujetos urbanos y rurales, objetos de subsidio. Políticas que facilitan su acceso a bienes y servicios, pero que no revierten las dinámicas de acumulación mediante las cuales se continúan reduciendo y fragmentando sus posibilidades de dominio colectivo sobre el espacio, bajo un Estado que perpetúa la colonización productiva de sus territorios de origen. Motor que sigue también alimentando su agencia histórica como pueblo, hoy desplegada tanto en áreas rurales como urbanas.
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Referencias
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Aravena, A. (2003). Los mapuches-warriaches; procesos migratorios contemporáneos e identidad mapuche urbana. América Indígena, 162-188.
Bengoa, J. (2014). Mapuche, colonos y Estado Nacional. Santiago: Catalonia.
Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de los Pueblos Indígenas. (2003). Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de los Pueblos Indígenas. Santiago: Gobierno de Chile.
Correa, M., Molina, R., & Yañez, N. (2005). La Reforma Agraria y las Tierras Mapuche. Chile 1962-1975. Santiago: LOM.
Fontana, M. (2008). Cuarenta años de transformaciones socio-espaciales en el territorio nagche de Lumaco. Tesis para optar al grado de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente. Santiago, Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile.
Harvey, D. (2007). Espacios del capital. Hacia una geografía crítica. Madrid: Akal.
Marimán, P. (1997). La Diáspora Mapuche: una reflexión política. Liwen n°4, 216-223.
Marimán, P. (2014). Situación histórica y contemporánea del Ngulumapu. En F. Escárzaga, Movimiento indígena en América Latina: resistencia y transformación social”. Volumen III (págs. 179-187). México D.F: UNiversidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco.
Montecino, S. (1990). Invisibilidad de la Mapuche urbana. Cuaderno Mujer y Límite, 23-24.
Pairicán, F. (2014). Malón, la rebelión del movimiento mapuche 19909-2013. Santiago: Pehuén.
Pinchinao, J. (2015). La mercantilización del mapuche mapu. Hacia la expoliación absoluta. En C. d. Mapuche, Awükan ka kuxunkan zugu wajmapu mew. Violencias coloniales en Wajmapu (págs. 87-105). Santiago : Ediciones Comunida de Historia Mapuche.
Rasse, A., & Sabatini, F. (2013). Alteridad étnica y socio-económica en las ciudades chilenas. En P. d. Desarrollo, Pueblos Originarios y sociedad nacional en Chile: la interculuralidad en las prácticas sociales (págs. 183-209). Santiago: Programa Conjunto Fortalecimiento de las Capacidades Nacionales de Prevención de Conflicto Intercultural.
Metodologías participativas: Instrumentos para la visualización y reflexión colectiva en torno al paisaje
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por: Catalina Loren Santana, Antropóloga Social, Universidad de Chile, Diplomada en Planificación y Gestión Urbana Integrada, Universidad Católica de Chile, ONG Observatorio CITé]
Resumen
El aumento y diversificación en el uso de metodologías participativas para el trabajo socio territorial ha surgido como respuesta a nuevos modos de conceptualizar y entender el entorno que habitamos. Es así como la perspectiva teórica del paisaje ha permitido vincular aspectos medioambientales, ecológicos y objetivos del territorio, con elementos subjetivos tales como valorizaciones sociales, patrimoniales o dinámicas locales, donde se hace necesario observar lo que no es evidente a simple vista. Es por esto que en el último tiempo se han desarrollado innovadores instrumentos para la implementación de procesos participativos territoriales, donde por medio de nuevos modos de visualizar y representar el espacio habitado, las personas logran generar una reflexión y consenso colectivo respecto a su hábitat. La técnica de “Construcción de Paisajes” desarrollada por Iconoclasistas ha resultado ser un instrumento esencial en esta labor, en la cual por medio de la utilización de fotografías y diversos recursos gráficos los habitantes logran representar problemáticas o temáticas de interés asociadas a su entorno, desarrollando procesos creativos y dinámicos que invitan a una vinculación entre razón e intuición, para lograr finalmente una planificación y gestión integral, sostenible y participativa del territorio
Palabras clave: Metodologías Participativas, Cartografía, Paisaje.
En el último tiempo hemos sido testigos de la apertura de instituciones públicas y privadas al desarrollo de cada vez más diversos procesos de participación ciudadana, además de la formulación de políticas y proyectos que vinculen de mejor modo a ejecutores y beneficiarios por medio de lógicas colaborativas. Es así como las intervenciones a nivel territorial no han quedado exentas de estos procesos, desplegándose así diferentes modalidades de trabajo con los habitantes, las cuales van del orden de mesas intersectoriales que buscan dialogar y llegar a acuerdos entre las partes, a iniciativas que los involucran activamente en la planificación y gestión de su entorno, empoderándolos y capacitándolos en esta labor. De este modo, los instrumentos y técnicas empleadas en estas instancias cada vez se han ido complejizando más, a partir de una mayor reflexión y vinculación teórica respecto a los contextos en los que se aplican, así como también, por los aprendizajes obtenidos en estas experiencias.
Es en relación a esta vinculación entre teoría y técnica que el concepto de paisaje ha resultado altamente provechoso, dotando de un carácter histórico, dinámico y escalar al territorio, permitiendo la exploración de nuevos modos de visualización y entendimiento del entorno por parte de sus habitantes. Tal como señalaba el geógrafo Milton Santos, el paisaje representa un conjunto de formas capaces de expresar las herencias sucesivas de relaciones localizadas entre naturaleza y ser humano, reuniendo objetos pasados y presentes, teniendo así un carácter transtemporal asociado a una geografía retrospectiva que recupera la memoria del pasado, en la cual el paisaje como instrumento de trabajo permite aproximarnos a esas etapas pretéritas desde una perspectiva de conjunto (SANTOS, 2000).
De este modo, incorporar la dimensión del paisaje ha permitido un cambio de paradigma en la planificación, que dinamiza la gestión del territorio al considerar enfoques cualitativos, participativos y propositivos, conociendo en profundidad sus historias, dinámicas propias y características de las comunidades que lo habitan, para lo cual los instrumentos que se aplican deben contar con una variedad de tipologías, ya sean estas cartografías, textos, relatos o imágenes que permitan ajustarse a cada contexto. Por otra parte, la reaparición de la idea de paisaje responde a la necesidad de atender problemáticas medioambientales y ecológicas, ya que su consideración permite el entendimiento de los lugares en una lógica escalar, la cual vincula procesos naturales con valoraciones sociales, patrimoniales y económicas de manera compleja. El paisaje presentaría territorios humanizados, al reunir lo natural, cultural e identitario, siendo el ser humano una parte integral del sistema ambiental que habita, logrando desarrollar así su protección, planificación y gestión de manera completa y sostenible (GARCÍA & BOROBIO, 2012).
Esta transformación en la conceptualización del territorio ha traído aparejado el desafío de explorar nuevas e innovadoras herramientas, instrumentos y técnicas para su aproximación y entendimiento en procesos de participación ciudadana, en los cuales se logre plasmar las interpretaciones sociales, culturales e identitarias de la población respecto a su experiencia de habitabilidad en ellos. Es así como la cartografía resulta ser un medio visual provechoso para estimular la intuición, creatividad y acción en el observador, al inducirlo a una lógica imaginativa, perceptiva y reflexiva sobre su entorno, haciendo aflorar aquello que no es evidente y posibilitando nuevas lecturas respecto a éste. Así, la cartografía permitiría resolver esta aparente contradicción entre razón e intuición, dado que por un lado presenta elementos objetivos del territorio, pero a su vez, hace emerger los aspectos subjetivos que se vinculan a ellos, permitiendo anticipar transformaciones en los paisajes e invitando a su proyección y apropiación por parte de sus comunidades. Es por esto que, para la utilización de la cartografía debemos recurrir a todos los recursos que complementen y complejicen el territorio, con el fin de realizar una caracterización toponímica y extensiva de ellos, que enfaticen en sus narrativas y singularidades, donde la idea de paisaje permite visibilizar la escala humana e histórica de los territorios (BOROBIO & GARCÍA, 2011).
Es a partir de esta aproximación conceptual y metodológica del paisaje que se rescata la experiencia del dúo argentino Iconoclasistas, los cuales tienen una vasta experiencia respecto investigación territorial colaborativa, uso de cartografías críticas y experimentación con arte gráfico de código abierto, invitando por medio de su aplicación a prácticas de resistencia y transformación social.
Dentro de sus múltiples herramientas, las cuales son presentadas en el “Manual de Mapeo Colectivo”, encontramos la técnica de Construcción de Paisajes la cual consiste en la elaboración de un collage fotográfico que presenta un relato visual respecto a panoramas urbanos, en el cual se problematiza y analiza determinada temática de interés en la comunidad a partir de recursos gráficos. Las fotografías utilizadas pueden ser obtenidas en una etapa previa de deriva o recorrido territorial, donde los participantes registran las escenas que para ellos se vinculan de mejor modo al tema a trabajar, o pueden corresponder a fotografías previamente capturadas, las cuales sean seleccionadas por los asistentes para la sesión de trabajo en función de sus objetivos y expectativas. Posteriormente, con estas fotografías se construyen colectivamente paisajes arquetípicos, los cuales no necesariamente reflejan la realidad del territorio, sino que buscan generar paisajes que reflejen situaciones emblemáticas, visibilizando conexiones, responsables, resistencias o transformaciones. Las fotografías se pueden combinar entre sí y también se pueden sumar nuevos recursos, tales como dibujos u otros elementos gráficos para su adecuada representación (RISLER & ARES, 2013).
La herramienta de la cartografía participativa o mapeo colectivo ha acompañado a este cambio de paradigma en la aproximación al territorio, donde se considera una nueva conceptualización, la del paisaje, modificando así también los modos de gestionarlo y planificarlo. De esta manera, a partir del análisis de las diversas escalas que representa un paisaje se logra vislumbrar los elementos históricos y patrimoniales del territorio, sus dinámicas y modos de habitar particulares, así como también, sus trasformaciones y proyecciones de una manera creativa, reflexiva y comunitaria. Es de esperar que a futuro nuevas herramientas surjan con el objetivo de continuar en la línea del trabajo territorial colaborativo, donde se logre llegar a procesos cada vez más inclusivos que logren atender la diversidad social de cada lugar, para que se implementen iniciativas que respondan y conecten de manera precisa con las necesidades y deseos de cada territorio.
REFERENCIAS
BOROBIO, M; GARCÍA, M. “Paisajes en transformación vs razón e intuición: la cartografía como herramienta de planificación y gestión sostenible del territorio” En: Transformaciones urbanas sostenibles (2011) 38-65
GARCÍA, M; BOROBIO, M. “El paisaje como medio para la planificación territorial”. Revista Ciudades N°15 (2012) 115-132
RISLER, J; ARES, P. “Manual de Mapeo Colectivo: recursos cartográficos críticos para procesos territoriales de creación colaborativa” (2013)
SANTOS, M. “Capítulo 3: El espacio geográfico, un híbrido” En: La naturaleza del espacio (2000)
Territorio y Paisaje: dos palabras en busca de lugar
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Pedro Bannen Lanata, Instituto de Estudios Urbanos – Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
Desde una sucinta revisión del proceso de configuración de un lugar como país –Chile- y otro como ciudad capital –Santiago- se intenta explorar la diversidad contenida en conceptos como territorio y paisaje, donde se entrecruzan las aproximaciones disciplinares con lo esencial de cada término. Territorio asumido como la voluntad de poder ejercida sobre una determinada porción de espacio, y paisaje como la modelación permanente de un lugar ejercida por la ocupación del ser humano en todas sus expresiones.
Palabras Clave: Territorio, Paisaje, Lugar
En una cultura dominante del fraccionamiento compulsivo del conocimiento en campos disciplinares y subdisciplinares que se multiplican de forma acelerada, cualquier palabra que aspira a la condición de concepto multiplica con igual velocidad los significados y las acepciones que se hacen cargo de la definición del mismo. Los términos de territorio y paisaje no son la excepción. Una aproximación muy general nos dirá que territorio apunta a la condición del poder sobre el espacio, es decir, un territorio aparece, se concibe o se configura como tal cuando existe una voluntad o una comprensión de dominio sobre el mismo. No basta la existencia previa del espacio en sí mismo, necesariamente debe existir esa expresión de voluntad sobre su existencia previa. Una aproximación equivalente al término de paisaje nos remite a la relación asumida entre la naturaleza de un lugar y cualquier expresión de asentamiento humano instalada en ella. La alteración humanizada de un cierto espacio natural, sea cual fuere su escala o grado de intervención, se ha constituido en un paisaje determinado. Las tantas veces que ese lugar sea modificado o alterado por la misma u otra expresión de instalación humanizada lo hará y rehará como paisaje.
La comprensión de un país como Chile, ya sea como territorio o como paisaje requiere de la lectura atenta de aquellos procesos de instalación de asentamientos humanos en su extensión. La etapa de sus pueblos originarios se hunde en un pasado de muchos siglos que acumulan y sobreponen comprensiones locales que van dando forma a modos de ocupación fragmentada que despliega grupos culturales que asumen secuencialmente las culturas de la caza, la pesca y la recolección, para abrir otros de precario diseño de cultivos o ganadería. Todos condicionados a una temporalidad dominada por la presencia/ausencia de factores claves para cada uno (agua, animales, especies vegetales, ciclos de las estaciones,…) Paisajes pixelados sobre micro territorios coincidentes, con excepción de la cultura mapuche que desde la precariedad de una estructura de clanes y subsistencia por recolección de piñones, configuran un territorio mayor al tener conciencia de la fuerza de una voluntad de asociatividad en caso de sentirse bajo cualquier amenaza. La llegada del inca con otra magnitud de comprensión del territorio elaborado en su cultura, podrá expandir su dominio incorporando a las configuraciones preexistentes en la medida que les traspasan el manejo de la autosustentación que garantiza la técnica de riego y las mejores semillas como alimento. Pero topando como frontera hacia el sur contra el territorio asumido por el poder de la cultura mapuche. Todos ellos construyen paisajes sucesivos sobre un mismo espacio que se asume y se comprende en escalas de distinta magnitud y complejidad, acorde a la envergadura de los imperios concebidos y las metrópolis que sirve cada uno. La caída del imperio inca en manos de la corona española es otra sustitución de poder donde la magnitud es intercontinental y donde el día que se conquista Cuzco, ha caído bajo el nuevo dominio todo el territorio inca, aunque la constatación de su extensión demore algunos años. Almagro avanza hacia el sur en las claves de su cultura de conquista europea que confía del borde costero como el derrotero por excelencia, cruzando un desierto de aridez insospechada y topografía accidentada que diezma la empresa. El paso por el valle de Santiago es casi accidental, ocurre de mar a cordillera y es incapaz de detectar la riqueza mineral que ostenta el lugar. Valdivia con pretensiones más ambiciosas y capacidad de leer los códigos locales del paisaje antes elaborado, emprende el mismo viaje por el pie cordillerano, es decir, por el camino del inca, establecido hace un siglo y con abastecimiento de agua y alimento en toda la extensión de su territorio dominado. La voluntad de llegar donde funda la ciudad de Santiago es establecer un punto a medio camino entre Cuzco y el Estrecho de Magallanes, su verdadero objetivo, del que pretende ser su administrador como capitán general en representación del rey, zafando su talento estratega de la pugna por dominar Cuzco. La llegada al valle de Santiago la hace por el camino preexistente y se asienta definitivamente sobre el tambo, hoy supuestamente bajo la catedral. Contacta al representante del inca, único habitante del valle que no somete a su dominio, el cual está establecido a los pies occidentales del actual cerro San Luis, es decir, en el punto con las mejores napas de agua subterránea del valle hasta hoy. Larga será la conquista del territorio pretendido inicialmente, que se encuentra parcialmente dominado por la cultura mapuche, la que será confrontada en guerras interminables y ofrendando la vida del conquistador, por modificar el poder sobre el territorio, y soslayada con la conquista del extremo sur por mar consecuente al sentido de su fin último, controlar la navegación mundial por el paso austral.
Para consolidar la conquista es necesario tanto someter las culturas anteriores activas en el lugar, como controlar la geografía que desbarata tanto las pretensiones de constituir un territorio como conformar un paisaje de cobijo. A modo de ejemplo, el torrente del Mapocho, hipotético proveedor del agua necesaria para los requerimientos de la ciudad y los cultivos y ganadería de sus alrededores, se debate entre las furiosas crecidas del invierno y los largos ciclos de sequedad de verano y otoño de cada año. Esfuerzos paralelos de construir defensas contra las crecidas, y de trasvasar aguas del Maipo hacia el cauce cercano, tomarán siglos para su culminación. Al momento de lograrlo, la ciudad es ya una capital republicana, donde el territorio nacional configura un dominio de poder y el paisaje del valle central es la expresión que acuñará por décadas, desafíos, sueños, privilegios y postergaciones que a dos centurias del evento se sigue intentando superar, al menos, de forma parcial. Razones tiene Parra para considerarnos apenas paisaje, cuando el territorio de país se hace difuso en los convulsos cambios de modelos que perpetúan las distancias (no geográficas) para alcanzar el noble rango de ciudadanos por todos sus habitantes. Y a cambio de configurar nuevos paisajes para el mismo lugar, donde se replican reconfiguradas las mismas limitaciones para verdaderamente hacer historia.
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Bibliografía
CARERI, Francesco. Walkscapes. O caminhar como prática estética. Barcelona. Editorial Gustavo Gili, 2013.
CORNER, James (ed.). “Recovering Landscape as a Critical Cultural Practice”. In: ___________. Recovering Landscape. Essays in Contemporary Landscape Architecture. New York. Princeton Architectural Press, 1999.
FAVERO, Marcos. “Urbanismo Infraestructural”. In: Revista Prumo. v. 2 n. 3 : Cidades Latino Americanas, 2017. Disponible en: https://issuu.com/revistaprumo/docs/prumo_3__vers__o_final___04_07_2017
LERNER J. Acupuntura urbana. Edit. Record. Rio de janeiro, São Paulo, 2011.
El lado oscuro de los territorios de extracción en Chile
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por:
María Inés Ramírez Silva, Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Geografía en de la Universidad de Chile; Asistente de Investigación en CEDEUS; Asistente de Investigación en Proyecto Fondecyt 1160848
Javiera Crisóstomo López; Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Intervención y Gestión Ambiental: Persona y Sociedad, otorgado conjuntamente por la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona; Asistente de Investigación en CEDEUS
Sebastián Rodríguez Leiva; Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht – Karls – Universität Heidelberg, Alemania; Consultor en Fundación Patrimonio Desierto de Atacama y Asistente de Investigación en CEDEUS]
Resumen
Las transformaciones económicas neoliberales en Chile cambiaron la matriz productiva hacia una de carácter extractivista. Es de conocimiento público el excelente rendimiento económico de la minería del cobre o la industria salmonera, las principales exportaciones que genera el país en la actualidad. No obstante, no se otorga el mismo énfasis a transformaciones a nivel local, como los cambios del paisaje o las dinámicas sociales, económicas o culturales de sus habitantes. En esta columna se realiza una lectura general sobre los efectos negativos de ambas actividades económicas en las macro-áreas donde se emplaza (norte y extremo sur del país, respectivamente), desde una mirada sobre las transformaciones territoriales, evidenciadas a través de cambios en el paisaje y las pautas socio-culturales de sus habitantes. Se concluye que, a través de un análisis territorial enfocado en la escala local, se observa la cara menos amigable de los territorios de exportación.
Palabras clave: Territorio, Minería, Salmonicultura
A lo largo de la historia, el desarrollo de Chile ha estado estrechamente relacionado con la extracción – exportación de recursos naturales. Dos sectores de gran relevancia no solo para el país, sino que también, para el contexto regional y local son la minería, en particular la minería del cobre en el norte; y, la acuicultura, específicamente la salmonicultura en el sur. A pesar de sus distintas características, distribución y medio de explotación, ambos sectores comparten los efectos que ejercen sobre el contexto local, desde la perspectiva de la modificación del paisaje, y la transformación en las pautas y dinámicas sociales de las comunidades locales.
Esto último representa el argumento central detrás de esta discusión. Más allá de los efectos positivos – principalmente económicos – de ambas actividades, lo cual ha sido ampliamente estudiado y discutido en el contexto nacional e internacional, se vuelve necesario cambiar de escala y de parámetro, desde lo nacional a lo local, y ver en qué medida los territorios de extracción han sufrido transformaciones, particularmente aquellas referidas a cambios físico – naturales, y socioculturales. Por ello, es que planteamos que dichas transformaciones representan el rostro menos “amigable”, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios de extracción.
La concepción de territorio juega un rol clave en esta discusión. Esto, ya que los territorios marcados por la extracción de recursos, representan espacios que se han ido construyendo y deconstruyendo en el tiempo, vinculado a la realidad físico – material como puede ser el paisaje natural existente y también, el carácter subjetivo, perceptivo y simbólico que las comunidades locales tienen de este espacio. Así, se plantea entonces, que el territorio es el resultado de la socialización del ser humano en un espacio, convirtiéndolo en un paisaje de significación que considera aspectos tangibles e intangibles (Bello, 2011).
Bajo esta mirada, los territorios de extracción, marcados no solo por instalaciones asociadas a la extracción minera y salmonera, sino que también, por la existencia de comunidades que habitan en estos espacios, se presentan como áreas sensibles, donde las múltiples dinámicas asociadas a dichas actividades han perturbado el paisaje próximo a los sitios de extracción, transformando las pautas sociales y culturales de las comunidades locales. Específicamente, desde la dimensión física del territorio, los impactos descritos se asocian, principalmente, con la transformación del paisaje y la perturbación de ecosistemas frágiles ambientalmente, la contaminación de los suelos, el aire y el fondo marino en el caso de la salmonicultura, daños en algunos casos irreversibles en la flora y fauna, entre muchos otros.
Desde la perspectiva sociocultural, al incidir un nuevo modelo económico sobre un territorio éste genera distintos tipos de impactos, unos cuantificables y otros subjetivos. Entre los primeros es posible encontrar incrementos de población no residente, desarrollando problemas sociales internos debido a diferencias de ingresos entre residentes y no residentes; sobrecarga de la infraestructura urbana, vivienda y servicios; y conflictos con población indígena, por mencionar algunos (Sincovich et al., 2018). Dentro de los segundos, se encuentran cambios en las relaciones comunitarias, así como impactos en los modos de vida que llevan al abandono de tradiciones antiguas del territorio (por ejemplo, en la zona salmonera de Chiloé), así como transformaciones en los símbolos e hitos espaciales, por ello en la percepción del territorio, entre otros. Estos cambios, más allá de ser entendidos como un escenario de devastación cultural, muestran cómo los paisajes se transforman, son dinámicos y están en constante construcción (Yañez, 2010), forzando la reinterpretación del territorio para sus habitantes.
En el norte del país, se puede apreciar cómo la actividad minera ha transformado el paisaje, impactando en las lagunas y vegas, en la flora y fauna, y en los suelos del Salar de Atacama, zona considerada frágil ambientalmente. Por su parte, los impactos en las comunidades indígenas que habitan la zona desde tiempos inmemoriales, han visto cómo la actividad minera ha modificado pautas sociales, referidas a actividades socioeconómicas como la recolección de recursos presentes en el Salar, y también culturales, asociadas a la transformación del territorio ancestral, donde sitios representativos de la identidad local y cargados de significado se han dañado con el tiempo y en algunos casos, hasta desaparecido, sin haber responsables de aquel perjuicio o transformación para los habitantes
La actividad salmonera, por su parte, es en sí misma un elemento disruptivo en términos de paisaje. En los fiordos entre Los Lagos y Magallanes abundan jaulas de cultivo y pontones, a los que se asocia contaminación de mares y playas. Los asentamientos también han sido transformados, producto del rápido crecimiento urbano asociado a migraciones intra e inter regional. Nuevos patrones de construcción, desarrollo de infraestructura vial y portuaria (Avilés, 2015), y problemas con la gestión de residuos acompañan este proceso. En términos culturales, labores asociadas al campo y la pesca han sido abandonados para desarrollar la salmonicultura, las estructuras tradicionales y roles en las familias cambiaron por la inserción laboral de la mujer, y el dinero ganó preponderancia como sistema de intercambio, producto del sistema de pago salmonero asalariado. Otras manifestaciones, como mingas chilotas, han sido relegadas en el proceso, y han aumentado problemas sociales, como el alcoholismo.
En definitiva, creemos que la perspectiva territorial permite comprender de mejor forma la relación entre actividad extractiva – exportadora y su medio, considerando aspectos tangibles relacionados con la modificación del paisaje natural, e intangibles, vinculados a transformaciones socioculturales en las comunidades locales. Finalmente, es en la escala local donde se plantea que, si bien las actividades extractivas han cumplido el rol de generar mayor dinamismo en las regiones donde se emplazan, muestra el rostro más crudo, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios marcados por las actividades mineras en el norte y la salmonicultura en el sur. Ello invita a analizar el impacto de las dinámicas económicas de manera multi-escalar, con especial atención a los hechos que son invisibilizados por los grandes números que acompañan a estas actividades.
Referencias
Avilés, D. (2015). Construcción de una economía política híbrida: análisis comparativo de las inversiones públicas y privadas desde una perspectiva neoestructural. En Revolución Salmonera. Paradojas y transformaciones territoriales en Chiloé (p. 276). Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
Bello, Á. (2011). “Nampülkafe: El viaje de los mapuche de la Araucanía a las pampas argentinas”. Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco.
Sincovich, A., Gregory, T., Wilson, A., Brinkman, S. (2018). The social impacts of mining on local communities in Australia, Rural Society, 27:1, 18-34
Yañez, R. (2010). “Transformaciones identitarias en el archipiélago de Chiloé: Una discusión en torno al concepto identidad y su relación con los procesos de cambio”. Tesis para optar al grado de Antropólogo Social. Universidad de Chile. Santiago, Chile.
Land-scape: ¿Protección o destrucción de nuestros paisajes?
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Eva Pulido Melcón, Geógrafa. Graduada en Geografía y Ordenación del Territorio por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)]
Resumen
El siglo XXI se enmarca en un paradigma de sostenibilidad que centra su atención en la protección, conservación y gestión del territorio bajo la óptica del desarrollo sustentable. Académicos, planificadores, investigadores y políticos, así como la propia ciudadanía, están más conscientes de los retos ambientales, económicos y sociales que se derivan del uso del territorio, en cuanto a su utilización e inevitable transformación se refiere.
Esta columna pretende que los lectores se cuestionen qué papel tenemos cada uno de nosotros en la conservación y transformación de nuestros paisajes, tensionando la relación entre las políticas que se diseñan desde los organismos públicos y privados y las opiniones que tenemos los ciudadanos. ¿Tenemos herramientas para decidir cómo cambia nuestro entorno, nuestro territorio, nuestros paisajes?
Palabras clave: Identidad, conflicto, participación
¿Qué imagen le viene a la mente si piensa en el concepto paisaje? Muchos autores han definido el paisaje desde distintos puntos de vista. Considerándolo, por ejemplo, como un producto social, como el resultado de una transformación colectiva de la naturaleza y como la proyección cultural de una sociedad en un espacio determinado (Nogué, 2007). Otros autores, por el contrario, consideran que el paisaje no es un objeto grande, tampoco es un conjunto de objetos configurados por la naturaleza o transformados por la acción humana, ni siquiera es el medio físico que nos rodea o sobre el que nos situamos. El paisaje es un constructo, una elaboración mental que las personas realizamos a través de los fenómenos de la cultura (Maderuelo, 2005).
No hay dos personas que perciban exactamente igual una misma realidad, y es que en la reacción a un lugar, a un territorio, a un paisaje, entran en juego nuestros sentidos: la visión, el oído, el olfato, el tacto, que se interiorizan de forma distinta según cada persona. Adicionalmente, los seres humanos sentimos y muchas veces experimentamos fuertes emociones con respecto a los lugares que hemos visitado o vivido (Tuan, 2007). Por lo que no es sólo la estética lo que define el paisaje, sino también las vivencias y el vínculo que tenemos o creamos hacia este.
El hombre siempre ha concebido la naturaleza – y el territorio – como algo para ser utilizado, algo que existe para el beneficio humano (Tuan, 2007). Lo hemos ido transformando y adaptando para vivir en él y de él. En este sentido, no hay duda de que, durante las últimas décadas, hemos modificado el territorio como nunca antes habíamos sido capaces de hacerlo y, ello, no ha redundado en una mejora de la calidad del paisaje, sino más bien lo contrario (Nogué, 2010).
La continua transformación del territorio ligada al proceso de globalización, ha facilitado que el espacio y el tiempo se hayan comprimido, que las distancias se hayan relativizado y las barreras espaciales se hayan suavizado. Este hecho ha permitido que nos podamos desplazar más lejos en un tiempo y con un coste accesible para gran parte de la población. Actualmente, viajar y conocer otros territorios, otras culturas y otros paisajes es muy recurrente: cada año, muchas familias nos desplazamos a distintos lugares con esta finalidad, lugares en los que, sin duda, somos agentes activos que potenciamos dichas modificaciones. Cada vez más, nuestros viajes dejan a su paso huellas que alteran la identidad de muchos paisajes y territorios para que podamos disfrutar de ellos. ¿Somos conscientes de los cambios que produce nuestro turismo estacional a las ciudades y comunidades que habitan los principales destinos?
El siglo XXI, sin duda, parece que sí. Los conceptos de sostenibilidad y resiliencia centran la atención de académicos, planificadores, investigadores, políticos y, también, de una ciudadanía cada vez más activa y empoderada (Flores, 2015). Estamos más conscientes de los retos ambientales, económicos y sociales que plantea este siglo. Esto se constata en diversos informes y proyectos, elaborados por organismos internacionales, en los que se repiensan e impulsan nuevas políticas para la protección, conservación y gestión de los paisajes, con el fin de preservar sus valores naturales, patrimoniales, culturales, sociales y económicos en un marco de desarrollo sostenible (Generalitat Catalunya, 2005).
Varios países, como es el caso de Chile, han considerado la importancia de la gestión y conservación del paisaje. El Instituto Chileno de Arquitectos Paisajistas (ICHAP), por ejemplo, se adhiere a la iniciativa de la Convención Global del Paisaje firmando la carta Chilena del Paisaje en 2011, cuyo objetivo es gestionar paisajísticamente todo el territorio nacional, para que los valores culturales, la biodiversidad y la calidad de vida sean preservados (ICHAP, 2011). A pesar de firmar su compromiso mediante la carta, y a pesar de contar con organizaciones no gubernamentales que se interesan en los temas de paisaje, no logra diseñar e implementar verdaderas políticas de gestión y conservación para la protección de su paisaje.
Estas políticas, además, deberían estar sustentadas por la participación de la comunidad y de las entidades públicas, ya que su implicación es fundamental para la recuperación, rehabilitación y conservación de dichos paisajes. Incluyendo esta participación, no se tienen en cuenta sólo los valores objetivos y tangibles del territorio, sino también las vivencias e identidades de la comunidad. La participación ciudadana es fundamental para la puesta en valor de los recursos naturales, históricos, culturales y patrimoniales y, a su vez, para potenciar un desarrollo local sostenible, el sentimiento de pertinencia y el compromiso con el lugar o con el paisaje.
En suma, el paisaje desempeña un papel fundamental, no sólo en el proceso de creación de identidades territoriales, a todas las escalas, sino también en su mantenimiento y consolidación (Nogué, 2010). Es por ello que el paisaje no cabe entenderlo sólo como fenómeno, sino como proceso dinámico en la construcción social de la realidad y como un modo de vínculo, de punto de contacto e interacción entre los fenómenos mundiales y la experiencia individual (Nogué, 2010).
En la actualidad se nos presenta una paradoja: estamos tomando conciencia del paisaje y de sus valores desde varias disciplinas, formando una sensibilidad que se va extendiendo a amplias capas de la sociedad, y, a la vez, estamos asistiendo a un deterioro irreversible del territorio que está siendo sometido a actuaciones como las urbanizaciones de la costa, el desordenado crecimiento de los suburbios de las ciudades, el abandono de la agricultura, la ocupación residencial del campo y la aparición de enormes infraestructuras que no sólo provocan fuertes impactos visuales, sino que producen auténticas heridas en el territorio de las que cada vez nos encontramos con más dificultades para suturar (Maderuelo, 2008).
Referencias bibliográficas
Flores, O. M. (2015). Paisajes en emergencia: Transformación, adaptación, resiliencia. Revista INVI, 30(83), 9–17. https://doi.org/10.4067/invi.v30i83.978
Generalitat de Catalunya. (2005). Consultado en http://web.gencat.cat/ca/temes/urbanisme/
ICHAP. (2011). Carta Chilena del Paisaje. Consultado en https://laliniciativablog.files.wordpress.com/2013/04/chile-carta-del-paisaje-2011.pdf
Maderuelo, J. (2005). El paisaje. Génesis de un concepto. Madrid: Abada Editorial.
Maderuelo, J. (2008). Paisaje y territorio. Madrid: Abada Editorial.
Nogué, J. (2007). La construcción social del paisaje. Editorial Biblioteca Nueva.
Nogué, J. (2010). El retorno al paisaje. Enrahonar, 45, 123–136. https://doi.org/eISSN 123-136
Tuan, Y.-F. (2007). Topofilia. Un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el entorno. España: Editorial Melusina. Consultado en https://es.scribd.com/doc/102293451/Fu-Tuan-Yi-Topofilia en fecha 10/08/2018
Alameda de Santiago de Chile: un territorio en tensión permanente
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Carolina Quilodrán Rubio, Geógrafo (U. Chile), Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC), Magister en Geomática (U. de Santiago de Chile), Profesora Asistente Instituto de Historia y Patrimonio (Facultad de Arquitectura y Urbanismo, U. de Chile)]
Resumen
Los fenómenos de la ciudad y la configuración de Santiago de Chile han sido un tema importante en la discusión de la transformación y las nuevas formas de organización espacial. La Alameda, como parte de la estructura primigenia, ha tenido un proceso histórico y un desarrollo que definió la forma en que el territorio y su entorno se fue transformando. Sus cambios urbanísticos desde una calle-camino de borde de la ciudad consolidada a una gran vía especializada han sido parte del registro de encadenamiento de operaciones urbanas en distintas etapas de su historia.
A modo de capas estratigráficas, se fueron superponiendo, en un mismo espacio, diversos procesos urbanos, desde la escala geográfica y territorial, en un claro emplazamiento de levante-poniente en el Valle del Mapocho, hasta el proyecto urbano en el arranque del periodo de modernización de la ciudad cuando se introducen nuevos programas, usos y tipos arquitectónicos.
Por lo tanto, la Alameda, como pieza urbana, ha evolucionado adquiriendo un carácter complejo, funcional y de identidad en la ciudad de Santiago, que parece indispensable revisitar en la celebración de su bicentenario.
Palabras Clave: Ocupación del territorio, proyecto urbano
La Alameda, a través del tiempo, ha sido parte de distintos procesos, cada uno de ellos de trascendencia urbanística y geográfica. Entonces cualquier renovación debiera entender cuáles son las lógicas de proyecto que derivan de su condición. Pero, ¿qué hay detrás de la configuración espacial, morfológica y funcional de la Alameda? Parece una paradoja, pero la principal avenida de la ciudad de Santiago de Chile está en constante tensión y, por qué no decirlo, en un proceso de consolidación permanente. Todas sus etapas de desarrollo han influido en su forma, función y relación con el territorio en el cual está inserta.
En este contexto, sobre ella se ha posicionado una secuencia de estratificaciones culturales, sociales y económicas, materializadas espacialmente en el sistema natural y los procesos de urbanización: proyectos paisajísticos, de vialidad y de arquitectura han estado constantemente en disputa en su espacio físico. Se entrelazan, además, en este lugar, inmuebles patrimoniales, formas de vida y memoria histórica de Santiago. De este modo, en la configuración de su trama se distinguen, de entre varias edificaciones en primera línea, tres operaciones urbanas importantes: la Iglesia y Convento San Francisco, el cerro Santa Lucía y La Casa de Moneda. No sólo son operaciones de arquitectura, sino que son intervenciones que influyen tanto en el ancho como en la extensión de la Alameda. Igualmente, es necesario considerar ciertos edificios que también fueron clave en su posicionamiento espacial y su uso: la Quinta Meiggs, la Estación Central y las edificaciones religiosas.
En este sentido, el emplazamiento de Santiago en el Valle del Mapocho, desde su periodo prehispánico, estuvo condicionado por el territorio geográfico: al norte, por el torrente del Mapocho y la movilidad de sus aguas; al oriente, el cerro Huelén, como promontorio que había que circunvalar para ir conformando el espacio urbano construido; al poniente, la chacra de Diego García de Cáceres, por la cual bajaban las aguas y al sur, La Cañada. Tal como planteó De Ramón (1978), la Alameda era un límite urbano y de segregación espacial de los estratos socioeconómicos más allá del radio de la ciudad central. Haciendo alusión a lo que pone de relieve Corboz (2015), el territorio no es aquí un dato, sino que es el resultado de diversos procesos. Y es, precisamente, en estos procesos donde la antigua Cañada, más tarde denominada Alameda, cambiaría su forma urbana. Es entonces cuando, además, la Alameda pasó de ser un borde al sur de la cuadrícula, en un territorio emplazado en sentido levante-poniente, a una calle-camino que sustentaba una actividad como un paseo público de las Delicias, apoyado en la conformación de alamedas. Para hacerlo más explícito, Miralbes e Higueras (1993) señalan que el espacio geográfico, al estar organizado, presupone la existencia de un orden lógico en el que concurren una infinidad de elementos de diversa naturaleza y magnitud, tanto físicos como humanos.
Por lo tanto, ¿cuáles son las cualidades físico-geográficas de la Alameda? Para esta discusión es necesario volver a su matriz genética desde ser una hondonada, un paseo, una vía emplazadora y una vía desplazadora y segregadora. Entonces, el comprender el ensamblaje y forma de la Alameda tiene varias particularidades en su concepto espacial y sus procesos. Siguiendo a Sassen (2010), es posible preguntarse sobre la Alameda: ¿en qué marco espacial, económico y social se entiende como fenómeno urbano? Una repuesta sería que “al analizar las transiciones históricas, el conocimiento sobre las dinámicas que les dan forma puede contribuir a elevar el nivel de complejidad para estudiar y comprender las transformaciones actuales” (p. 27).
Efectivamente, se podría decir que la Alameda tiene un origen diverso y una transformación compleja. No han sido pocos los proyectos urbanos que se han suscitado en su espacio físico. Claro ejemplo de ello es el Metro de Santiago, cuya construcción se inició en el año 1969 y se trabajó intensamente hasta 1980. Un trazado en el eje oriente-poniente en la avenida más significativa de la ciudad. Una intervención cardinal que, sin lugar a dudas, se une a lo realizado por Karl Brunner en el inicio del proceso de modernización de la ciudad de Santiago a partir de la década de 1930. En esta nueva organización espacial planteada por Brunner existiría una tensión entre la gran avenida de la ciudad capital y la gran vialidad especializada de la metrópolis. Más recientemente, el proyecto Alameda-Providencia nos advierte de un nuevo cambio en su territorio: la propuesta de rediseño de 12 kilómetros de su espacio público, de la infraestructura de transporte y el mejoramiento del espacio de circulación de los peatones.
Por lo tanto, el cambio de condición de la Alameda de un borde a una vía emplazadora oriente-poniente, tiene lugar ante un telón de fondo cultural y político. La aparición de nuevas disciplinas con la participación de arquitectos y urbanistas franceses; la renta inmobiliaria y el aprovechamiento del suelo y la urbanización y nuevas formas de vida (barrio París-Londres y San Francisco), son algunos ejemplos. Es, por tanto, un hecho de trascendencia urbanística de la ciudad de Santiago, un episodio notable, que en su origen y configuración ha sido parte del territorio geográfico y topográfico, que surge de las relaciones entre variables naturales y culturales, a su forma urbana, combinación de relieve y ciudad artificial.
Pero, cabe preguntarse: ¿está la Alameda en declinación? ¿Dónde está la delicia de caminar por ella? El espacio público, el lugar de encuentro y el paseo de las distintas clases sociales es una situación que resulta anodina en la Alameda de hoy. Es prácticamente imposible que se pueda romper con el ritmo, pausar y hacer sensible la presencia del mundo. La composición de la Alameda ha cambiado: la arborización de álamos ha dado paso a un bandejón central; no existe la acequia que cruzaba por el paseo de las Delicias, la avifauna y sus ruidos ya no son perceptibles, producto de la migración de las especies y por su disminución derivada de la contaminación de la ciudad de Santiago; el antiguo paseo de las Delicias se convirtió en una vía de movilidad y, hacia el oriente, la vista magnificente del siglo XIX de la Cordillera de los Andes ha sido interrumpida por la aparición de las edificaciones en altura en el tejido urbano.
Pero en cada transformación del territorio de la Alameda cada pieza constituyente es parte de la articulación total. Considerando las palabras de Massey (citado por Steane, 2015), es posible considerar a la Alameda como un lugar extrovertido, no estático, que no tiene una identidad singular; es algo reconstruido día a día a través de una referencia con muchos otros lugares. Son, como señala Yi FU Tuan (citado por Steane, 2015), pequeños mundos.
Referencias bibliográficas
Corboz, A. (2015). Orden disperso. Ensayos sobre arte, método, ciudad y territorio. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.
De Ramón, A. (1978). Historia urbana. Una metodología aplicada. Buenos Aires: CLACSO.
Miralbes, R. e Higueras, A. (1993). Reflexiones sobre el espacio geográfico. Geographicalia (30), 283-294.
Sassen, S. (2010). Territorio, autoridad y derechos. De los ensamblajes medievales a los ensamblajes globales. Uruguay: Pressur Corporation.
Steane, M. (2015). Recorrer Valparaíso: croquis y anotación como método de investigación urbana. En Jolly, D. La observación: urbanismo desde el acto de habitar (págs. 17-35). Valparaíso: Ediciones Universidad de Valparaíso.
Paisajes dominados por la infraestructura en Río de Janeiro
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Fernando Espósito Galarce, Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Dr. Arquitecto. Profesor del Programa de Posgrado en Arquitectura (PPGA) del Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil]
Resumen
Con ocasión del Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos Rio 2016, el Gobierno del Estado y la Prefectura de Rio de Janeiro ejecutaron una serie de obras de infraestructura de movilidad. Entre ellas, el BRT o Bus de Rápido Transito, que conecta gran parte de la ciudad, significó importantes inversiones y trajo para el paisaje urbano vistosas alteraciones, tanto en su percepción a distancia como en la vida próxima a esos objetos infraestructurales. En la ciudad contemporánea, tanto el urbanismo, el paisajismo como la arquitectura, se han visto en la necesidad de lidiar con los proyectos a escala infraestructural para poder enfrentar muchos de los desafíos que nuestras ciudades nos imponen, no siempre con los resultados esperados. Esta columna presenta una breve observación al paisaje urbano carioca modificado por la infraestructura de movilidad, específicamente del BRT, centrando esta mirada en la relación entre arquitectura e infraestructura, pues estas intervenciones, si bien han respondido en gran parte a las demandas del trasporte, también han afectado el paisaje y las diferentes relaciones entre este y sus habitantes.
Palabras Clave: Infraestructura; Paisaje; Movilidad.
Introducción
En las últimas décadas, los proyectos urbanos, paisajísticos y arquitectónicos, se han visto en la necesidad de lidiar con los proyectos a escala infraestructural para poder enfrentar muchos de los desafíos que nuestras ciudades nos imponen. Este tipo de proyectos, en mayor o menor medida, intervienen el paisaje y afectan nuestras vidas, algunos de manera más evidente y otros de formas menos visibles.
Una de las principales condiciones de toda infraestructura que se precie de tal es que debe funcionar. Tal vez por ese motivo es que no le exigimos a la infraestructura algunas condiciones que normalmente le exigimos a la arquitectura, entre ellas la “belleza”, o por lo menos algún sentido estético. Pero cuando la tienen, indudablemente que marcan una diferencia y la valoramos más allá de su solo funcionamiento y utilidad.
Así, aspectos propios de la arquitectura y el urbanismo como los sociales, culturales, y en general lo que podríamos denominar una cierta contextualización sensible y significativa de la noción de lugar, pueden verse afectados.
Favero (2017: 184), en la presentación de la traducción del texto de Stan Allen titulado Urbanismo Infraestructural[1], observa que este reconsidera y recalifica la infraestructura como un dispositivo de estructuración que opera a la escala de la ciudad, tanto a través de los sistemas más tangibles como de los menos visibles. En esa situación la arquitectura también puede expresarse, ya no necesariamente como significado u objeto, sino que como desempeño urbano y territorial, pues en esa coyuntura entre infraestructura, paisaje, territorio y ciudad es donde la arquitectura puede asumir un papel como proceso socio-técnico en beneficio de la vida urbana. Allen afirma que operando con ese tipo de estrategia la arquitectura puede recuperar su “capacidad de mejorar la condición humana”, en lugar de solamente ser una oportunidad para “expresar la condición humana”.
Por otro lado, si consideramos que “paisaje no es simplemente un reflejo de la cultura sino que un instrumento activo en la formalización de la cultura moderna” (Corner, 1999: 1), será fundamental para esa noción de lugar operar tanto en la escala infraestructural como arquitectónica, articulando, por un lado, la necesidad de la movilidad, con la necesidad de permanecer en los lugares.
Dependiendo de las variables comprometidas, los efectos del proyecto infraestructural determinarán gran parte de las oportunidades en que la arquitectura puede expresarse en la definición de la vida urbana.
Paisajes de la movilidad entre la arquitectura y la infraestructura.
Entre los campos en los que la infraestructura interviene, la movilidad se presenta como un complejo sistema que determina fuertemente la vida ciudadana. Los efectos que las redes y sistemas de transporte tienen en nuestro cotidiano determinan en gran parte la sensación de calidad de vida y la percepción que del paisaje urbano podemos tener (Imagen 1).
Con ocasión del Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos Rio 2016, el Gobierno del Estado y la Prefectura de Rio de Janeiro ejecutaron una serie de obras de infraestructura en Río de Janeiro. Desde el punto de vista de la movilidad, la implementación del VLT o Vehículo Liviano sobre Trilhos (rieles), que recorre diferentes puntos del centro de la ciudad, el BRT o Bus de Rápido Transito, que conecta el aeropuerto con la Zona Oeste (Barra de Tijuca), pasando por la Zona Norte, junto a la extensión del Metro hacia la Zona Sur y Barra de Tijuca, significaron grandes inversiones. Estos sistemas fueron fuertemente criticados en su momento y aún lo son, sin embargo y desde el punto de vista de su funcionamiento, aparentemente atienden gran parte de la demanda para la que fueron creados.
El problema es que si observamos estos sistemas y redes infraestructurales a una escala arquitectónica, urbana y paisajística, los resultados distan de ser los configuradores de un lugar de calidad (Imagen 2).
La principal dificultad para operar arquitectónicamente es la diferencia de escala entre el proyecto infraestructural y la escala arquitectónica, ya no como eficiencia y desempeño sino que como experiencia de habitar.
Para Francesco Careri, esa es la relación que existe entre arquitectura y urbanismo que muchas veces olvidamos. A través de lo que Careri denomina “transurbancia” (Careri, 2013: 33), la arquitectura expande su campo de acción al paisaje y al acto de recorrer. En esos espacios del recorrer la arquitectura puede reconocer una geografía y un medio en el cual se pueden crear nuevas formas de intervenir, acordes a las funciones a las que la escala infraestructural no responde. Es allí donde el habitar se hace susceptible a la arquitectura y necesita de ella para otorgarle un sentido de lugar. Esas formas de uso y de ocupación más sensibles al lugar finalmente acaban manifestándose espontáneamente, e muchas veces de manera efímera e insurgente para llenar aquellos vacíos que la infraestructura no planificó (Imagen 3).
La arquitectura en el campo de la infraestructura debe recuperar algo que según Allen (Favero, 2017: 189) aún está perdido, que es la capacidad de imaginar, de proponer y construir realidades alternativas, asumiendo que las problemáticas tal vez más complejas y difíciles del desempeño urbano territorial son inseparables del proyecto infraestructural a escala arquitectónica y paisajística.
Finalmente, a través de la arquitectura es posible responder a los desafíos que muchas veces la planificación y la infraestructura no atienden. Jaime Lerner (2011:37) denomina a ese tipo de acciones una acupuntura urbana. Pequeñas o grandes acciones que redefinen un contexto ciudadano a escala arquitectónica dentro de una escala mayor. Esta puede actuar identificando lo que falta, incorporando actividades y estimulando más vida.
[1] Allen, S. Infraestructural Urbanism. Points + Lines. Diagrams and projects for the city. Nova York: Princeton Architectural Press, 1999. p. 46-57. Traducido del inglés al portugués por Marcos Favero (prof. Programa de Posgraduación en Arquitectura, PPGArq, de la PUC-Rio); Lucas Di Gioia y Victor Cattete (alumnos DAU / becarios de iniciación científica).
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Bibliografía
CARERI, Francesco. Walkscapes. O caminhar como prática estética. Barcelona. Editorial Gustavo Gili, 2013.
CORNER, James (ed.). “Recovering Landscape as a Critical Cultural Practice”. In: ___________. Recovering Landscape. Essays in Contemporary Landscape Architecture. New York. Princeton Architectural Press, 1999.
FAVERO, Marcos. “Urbanismo Infraestructural”. In: Revista Prumo. v. 2 n. 3 : Cidades Latino Americanas, 2017. Disponible en: https://issuu.com/revistaprumo/docs/prumo_3__vers__o_final___04_07_2017
LERNER J. Acupuntura urbana. Edit. Record. Rio de janeiro, São Paulo, 2011.
Entrevista a Alejandro "Mono" Gonzalez: "En las poblaciones hay drogas y violencia, pero cuando llega el muralismo y el arte, se construye paz"
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[Por Patricio Aravena Torres; Antropólogo, Universidad Austral de Chile. Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile]
Alejandro “Mono” Gonzales (71) curicano, es un artista plástico reconocido tanto por sus obras como por su participación en distintos proyectos culturales desde 1960 hasta la fecha, entre los que destaca el muralismo, teatro y las artes escenográficas. Sus temáticas como sueños personales interpelan las injusticias sociales, a través del simbolismo busca invitar a la reflexión y la transformación de la sociedad. A través de líneas puras y planos llenos, cuenta la vida de obreros, trabajadores y pobladores relevándolos a la historia plástica del país. Dentro de sus obras destacadas están “Sin título” (71) en el hospital del trabajador, “Vida y trabajo “(2008) en la estación de metro parque Bustamante. Ha realizado varias obras en conjunto con otros artistas y generaciones de muralistas entre ellos Roberto Matta, como “El primer gol del pueblo chileno” (71), Su último reconocimiento es un Altazor, el año 2011 en la categoría diseño grafico e ilustración. Visite: http://galeriatallerdelmono.cl/
Alejandro, la ciudad parece una composición de fragmentos de historia, lugares, personas, emociones. Es necesaria cierta hermenéutica, en el sentido de buscar sus mensajes para poder entenderla y vivirla, cuéntanos ¿de qué forma el muralismo se ha implicado en la interpretación y los significados de la ciudad y en particular de los barrios?
Siempre he trabajado la identidad en los espacios territoriales, es un punto en común de las poblaciones o barrios en nuestro país, independiente de sus orígenes obreros, políticos, hay algunas que son de tomas de terreno, otras con origen en cooperativas de trabajadores y de las empresas como Yarur que construyeron para sus trabajadores. A pesar de eso, esa vida se perdió, dando paso a lo que llaman el periodo de la vivienda social de la CORVI. Fue un periodo en que se desarrolló una forma de ser con los demás. En algunas predomina el carácter de vivienda social, empobrecida que se ha visto deteriorada con el paso de las generaciones, puesto que la industria ya no está y es porque esas poblaciones tienen un punto de unión que eran trabajadores que compartían además del lugar de trabajo, una organización previa que era reconocible por el resto de la ciudad como trabajador de la industria, la cosa es que se fueron disgregando con eso se fue perdiendo la identidad. La población San Miguel es un buen ejemplo de eso, con el proyecto del muralismo “Museo cielo abierto”, comienza a resurgir la identidad territorial de población, esto es muy importante porque contradice una de las cosas que tenemos en este país es que la cultura y el arte, es lo último que se quiere hacer, es como resultado de todo lo demás, se relega. Por ejemplo, tenemos que la preocupación por las poblaciones es arreglar luminarias, calles, los espacios de seguridad, etc., con la San Miguel aprendimos lo contrario, empezó al revés y eso fue una lección, en sentido que se empezó a hacer murales antes que cualquier cosa , fueron diez al principio , eso exigió crear una organización local , fundándose el centro cultural Mixart que es la que movilizó a la comunidad su gente , su capacidad, dándole un carácter de continuidad en tiempo. Los pobladores territorializaron, el resultado primero fue pasar de 10 murales a 20 murales con el mismo presupuesto, ahora hay cincuenta y tantos murales. Se hablo de gestión y de unión para conseguir y sacar provecho de estos fondos, pero también del gran voluntariado por parte de los muralistas que, si bien se pagaron los diez primeros murales, todo lo demás ha sido la generosidad, participación de artistas. Los murales le dieron un prestigio, un nivel, un piso cultural y artístico que es un beneficio para los muralistas el ser parte de ese museo y su historia y tiene que ver con la calidad plástica pero también por el origen del proyecto, eso es lo interesante, por cómo se formó un museo a partir de distintos estilos, distintos temas, técnicas y distintos orígenes extranjeros y chilenos. La mayoría no vive en esa población, el único es Salazarte que hizo un mural sobre la feria en Tristán Matta, aunque el ya no vive ahí. Pero lo importante es que vienen de distintos lugares, pero además con su trabajo le dieron un valor agregado a la vivienda y experiencias con la comunidad. Yo nunca he estado metido en temas de plata, me preocupo por lo artístico, pero el museo cielo abierto empezó con $ 70 millones de pesos y de ahí para adelante ha sido todo autogestión, según entiendo, se han conseguido $2900 millones de pesos que se han invertido en la población en luminaria arreglo de las veredas, dos plazas, calles. Entonces la pregunta es como el arte y la cultura hizo cambiar la identidad , lo intangible de sentirse nuevamente parte de , y además logras atraer otros beneficios como los cambios en los techos, cambió el color de los blocks , todo el mundo decía cuando empezamos a pintar los primeros murales que sería un sueño algún día ver pintado todos los blocks, sueño que se está materializando , eso quiere decir que , con paciencia y pensando a largo plazo se van cumpliendo metas y eso ha tenido repercusión en la calidad de vida , tanto beneficios objetivos como la infraestructura y lo subjetivo en lo cultural . Yo pienso que hemos ido aprendiendo que esta forma de hacer las cosas es un referente para las viviendas sociales que se pueden construir en este país, porque no es caro hacer una inversión en obras de arte, o sea si hoy día todas las viviendas construidas por el SERVIU tuvieran este modelo, imagínese las posibilidades para la gente, pero se necesita un lugar un espacio físico propio y organizado. Yo siempre he soñado que el centro cultural Mixart debería tener una sede , que no tiene que ver con la junta de vecinos , con el club deportivo, debería ser autónomo , para que implemente una biblioteca , un archivo de graffitis , muralismo, donde se puedan hacer conversatorios , muestras de video, incluso sean los guías de los tours culturales que se dan en la población, hay muchas cosas que se van aprendiendo , lo otro también hay murales que hay que restaurar o cambiar todo eso lo hemos aprendido con el trabajo.
Celebración día del niño. “Museo Cielo Abierto”. Elaboración propia
De qué forma el muralismo chileno aborda el espacio público, considerando estas formas emergentes de recuperación de las poblaciones.
El arte urbano y el muralismo local difiere mucho del muralismo mexicano, este último, es de una calidad social muy importante y de alguna manera nos ha influido a todos en América Latina, pero es institucional, en el sentido que la obra responde al Estado en un determinado tiempo y condiciones. Por ejemplo, el ministerio de educación hace un encargo Diego Rivera. En Chile surge desde las poblaciones más que del Estado, de la calle, es la población la que genera la intervención urbana, se consiguen los fondos, pero son ellos los que le dan el uso, la razón y el fin, o sea, es el que, como y porqué. Es imposible entender el muralismo chileno si no hay una participación, no existiría el muralismo en Chile, es que es la base de la sociedad la que hace su territorio y la que interviene el espacio público, porque tiene saberes y conoce sus necesidades lo sueña y sabe lo que quiere.
¿Entiendo son Uds., los intermediarios? Me explico, es el artista urbano la persona de facilitar la participación en políticas de intervención estatal? : Yo diría que un poco de eso, pero no debemos olvidar que si bien es un espacio público que es de todos, se transforma en un trabajo colectivo con la acción cultural, porque una cosa he aprendido con mi participación en el museo cielo abierto, es que se conformó desde el espacio público , y lo público tiene que ver con lo colectivo, porque una cosa es hacer la obra y otra cosa es lo que sucede alrededor de la obra, una cosa es una galería en un espacio cerrado y otra que la gente pueda circular y mirar , porque eso busca transformar el ser humano , la obra abierta , libre , tiene la intensión de sensibilizar al ser humano , sensibilizando a la sociedad dándole una identidad a las comunidades , a través de la convivencia , la participación. Y es público porque el muralista convive cuando elabora su obra con la población, comiendo, estando con ellos, los vecinos conocen al artista, eso es el territorio del mural, el taller sale a lo público, es la circulación de la gente, que pregunte, converse, si les gusta o no, por eso hay una variedad de estilos como hay variedad de gente para mirarlo. Con la experiencia del museo cielo abierto en San Miguel, aprendimos que hay una estética que es intrínseca a la población, porque les penetra a través de la televisión , historias , hay gustos, y muchas veces nosotros escuchamos que quieren les pinten , nosotros reconocemos las influencias de la radio, la música por ejemplo, mi idea es tratar de influir en nuevos temas y nuevas estéticas, abrir el espacio público a través del dialogo y la conversación para llegar hacer la obra y crear una nueva iconografía , antes nos pedían casitas, pajaritos y arbolitos , pero ha llegado el momento en que no podemos transformar todo este espacio en solo eso , hay que dar un paso más, y ahí nacen la nueva iconografía del territorio, donde el arte popular contribuye cuando nos nutrimos de la diversidad de sus barrios, de los que habitan y de los que llegan a ese lugar mostrando su historia , lo que fue antes y lo que puede ser a futuro . Por eso el conocimiento local tiene mucha importancia en ese cambio de la población San Miguel, buscamos con otros muralistas, coincidir en un punto para hacer las cosas, es decir, es muy distinto trabajar y producir la obra en el taller individual y con solo la cultura que uno haya aprendido, puedo llegar con un boceto a pintar a un lugar y muchas veces no es ese boceto, se transforma en la medida que se produce el dialogo, se transforma en otra cosa.
Mencionaste el conocimiento local, el espacio público y el territorio, De Certeau escribía en su libro “La invención de los cotidiano “, sobre “las artes de hacer y saber hacer” como una forma de reprender el automatismo y la generalización de las practicas sociales. De qué manera se cruzan todo ese saber local, artes y oficios que se ha perdido con los cambios en la producción artística mucho más mediatizadas por la tecnología, las distancias, lo virtual.
Creo que estamos volviendo a retomar, si bien hay oficios que se han ido perdiendo como los pintores de letras que se cambiaron por la impresión digital junto con algunas artesanías. Hoy se está dando algo diferente, cuando el artista dialoga con la comunidad retomando la convivencia , porque estas cosas nunca se van a perder , el dialogo de persona a persona en el lugar donde vive , trabaja y eso tiene que ver con un oficio en la ciudad , con lo que se y lo intercambio, el jardinero, el gasfíter o el almacenero que intercambia su trabajo por el del vecino , eso tiene que ver con identidad, con la ciudad y con la ciudadanía, cooperación y solidaridad, eso es población. Cuando estuve pintando en la población Ramón Cortés en Valparaíso, que son block de vivienda social, la gente se saludaba en la escalera nada más, no compartía, no convivía, llegamos a pintar seis blocks, los muralistas comían un día en la casa de los vecinos, llevaban la información del proyecto en cada hogar haciendo convivencia al final les dio identidad, o sea ayudó a que la gente se conociera entre los blocks, ya en la inauguración estaban todos ahí. El punto en común era que el mural pintado en el edifico no era suyo solamente sino de todos, eso es lo interesante, ahí se da cuenta que el arte puede hacer un aporte a la convivencia.
Fíjate, este espacio de la galería del mono dentro del persa Víctor Manuel es como un mural, la gente pasa, conversa, no necesariamente compra, pero mira, hay una iconografía que es un espacio compartido entre varias personas, objetos y cosas,
¿Qué caracteriza esa iconografía ‘?
…depende, porque por ejemplo todas estas imágenes que tengo en la galería son de distintos murales que he pintado en distintos lugares
¿son fragmentos de distintas obras entiendo?
Son parte de ideas o conceptos que desarrollé
¿Cómo unificas esa iconografía, digo haciendo una analogía con la diversidad social, las experiencias, los diálogos que me hablabas?
Yo creo que es la preocupación por el ser humano, por la sociedad, la ecología y el entorno, la relación entre el hombre y la naturaleza, los cambios, las transformaciones que el hombre hace a su entorno. El paisaje es una transformación realizada por el hombre, implica un cuestionamiento ético y moral por su responsabilidad , que se relaciona con la construcción de la sociedad y sus valores , pero somos egoístas entre nosotros y egoístas con la naturaleza , les interesa lucrarse, ganar más que del cuidado de la vida , el mejor ejemplo es el agua, el 40% de la población mundial carece de agua , el agua es para consumo cierto, pero hoy en día es para la industria mañana será para la sobrevivencia, el trabajo del muralista debiese dar las alertas , invitar a la reflexión , no significa que pintar sobre ecología sea un fundamentalismo , el muralismo debiese ayudar a buscar el equilibrio con la naturaleza , la sociedad individualista está preocupada del hoy , el arte urbano muestra esos límites en la iconografía en la actitud solidaria al mañana.
De qué manera el arte popular se relaciona con la historia, podemos pensar una historia de la nación, quizás local y hasta personal:
A mucha gente no le gusta lo que voy a decir, todo el arte y la cultura está relacionada con el poder más que con la política, hay una actitud social que se expresa en el arte, en la participación que construye sociedad, porque es parte de su manifestación, por su iconografía, es además porque respira, es parte de la vida de la cotidianeidad del país. Uno contempla un muro en blanco también hay un contenido social, si miramos cualquier obra de arte sabremos que se puede analizar el contexto, tiene que ver con una línea de tiempo que está ahí, puede que mi obra no sea buena o no tenga una calidad artística, pero ha respirado la época en que le ha tocado vivir , ha sido parte del contexto social , una cosa es la obra y otra lo que sucede alrededor de la obra, me explico , una lo que produce los murales y lo que ha significado para las poblaciones y la ciudad, como por ejemplo la población San Miguel , no solo en lo cultural sino también en lo económico , el mural también es parte del valor de los edificios , antes de los murales era uno , pero después era otro. Eso ha derivado en cómo se levanta la autoestima de la gente, tanto el mural como el arte popular para la ciudad, tienen algo intangible, ambos son transformadores de la sociedad, vivir con la gente y crear es lo importante, insisto…una cosa es la obra y lo que significa la obra para la gente.
Fuiste miembro de la Brigada Ramona Parra que organizaba a estudiantes, profesionales y obreros en cuadrillas, trabajo que se caracterizó en un comienzo por ayudar a consolidar un proyecto político izquierda donde la “ciudad era una forma de comunicar los sueños colectivos” pasando luego a una “ciudad restringida” en el gobierno militar. Hoy podríamos decir que es una ciudad desigual, en este contexto ¿Cómo ves el intercambio generacional, encontrándote con el graffiti, las intervenciones urbanas a través de color y el encuentro con el muralismo de jóvenes emergentes con sus temáticas?
Hay encuentro y desencuentros, como te contaba el arte habla del contexto social , siempre habrán contradicciones , hay quiebres con el pasado, esto siempre será una lucha en el campo cultural, no se puede hablar hoy que es arte , que obra o que estética única, pero hay que reconocer que una evolución en el tiempo , uno hace un aporte en un contexto social en qué vivió , que va ayudar a desarrollar a lo que viene , porque nada empieza de cero, siempre se parte de algo, incluso aunque quiera romper no lo elimina , lo transforma , es una cadena que se relaciona , dentro de esa cadena se busca la originalidad , en ese sentido, la identidad del arte es muy importante, permite diferenciarse de los demás pero sumando desde la diversidad de ideas y en la medida que vamos aportando vamos a ir creciendo en al arte y en la forma de ver la sociedad y transformarla. Chile es un país relativamente joven y se enseña eso, pero se ha ignorado el pasado indígena. Yo estuve en Hanoi el año pasado que tiene más de mil años, pero tienen historia porque han sumado años a través de la cultura, las tradiciones. Nosotros siempre creemos en este país que las cosas están empezando recién, es sabio el dicho que la historia se escribe desde los vencedores, los dueños, los poderosos, no de los vencidos, de alguna manera lo que yo hago es pintar de los que han sido vencidos, de la pobreza, la ignorancia, la falta de educación, creo que ayudamos a superar esas dificultades, creando una cultura popular, que es integra, genuina.
PA: ¿Alejandro en este sentido, el muralista sigue teniendo la misma función social a pesar de los cambios? Si , es comunicar, el muralismo chileno es una forma de opinión en un lugar importante de la ciudad , en la calle esta la diversidad , lo genuino , en lo público ,en lo urbano se ven las diferencias , caminamos distinto, nos vestimos distinto , hablamos distinto, en la calle se expresan todas las ideologías y las creencias , el problema es que es un espacio que se quiere controlar por parte del municipio , el Estado y el mercado, regulándolo, un monumento por ejemplo , es una representación ideológica de los vencedores como el de O’ Higgins , con eso se ignora al soldado. Llevado al muralismo, nosotros lo que hacemos es dar voz a través de la pintura de los ignorados. El mural está más cerca de lo cotidiano y lo cotidiano lo hacen los hombres y mujeres y no las cosas.
Hagamos un ejercicio de imaginar: ¿Cómo ves la ciudad en 50 años más?
Me tiene preocupado la perdida de los barrios, la pérdida del sentido de comunidad, esos grandes edificios que son unos guetos, como invade el cemento en la tierra , el problema de la alimentación y del agua en la ciudad, viene de la sociedad que tenemos la falta de ética de sus antivalores que parecen valores , la ganancia rápida, el sálvese quien pueda , el individualismo no son para construir el futuro, la ciudad es imperfecta es una obra imperfecta porque no te hace vislumbrar la tranquilidad para el futuro, cuando alguien le falto algo o tenga sed, le va quitar al otro.
PA: Sabemos que tu legado artístico va a trascender, pintando un país y pregnando de imágenes y mensajes, dejándoles a las generaciones jóvenes la forma de sentir la ciudad y la sociedad, quiero hacerte una invitación ¿qué le dirías estas ves en palabras, a los jóvenes que habitarán en 50 años más esta ciudad.?
Uno siempre tiene que trabajar para otros más que para uno mismo, siempre hay que hablar en plural ¡nosotros!, aunque sea una sola imagen, ese nosotros son mi hijo, mi nieto, tus hijos, tus nietos, les diría que nunca te falte la comida, el abrigo, el agua, la educación, para eso luchamos. Estuve en un proyecto “Embajadores por la paz” muy bonito , pero la paz se construye antes que ocurra la guerra y solo se logra cuando hay una sociedad justa , todos tengan las mismas oportunidades , no cuando las cosas nos han sobrepasado, ahí los conflictos en África , Medio oriente , nunca se anticiparon a la paz , cada persona a través de lo que hace puede aportar y el arte que es lo último que se valora en esta sociedad , tiene que ver con el espíritu de la sociedad. En las poblaciones hay drogas y violencia, pero cuando llega el muralismo y el arte se construye paz, y no se pacifica con más violencia. El arte urbano, el arte popular puede movilizar esos valores.
Entrevista a Julián Sobrino Simal: "Ya no entendemos los paisajes sólo como una transformación morfológica y, por tanto material"
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Julián Sobrino es Doctor en Historia del Arte. Profesor Titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. Docente del Master de Arquitectura y Patrimonio y parte del Programa de Doctorado de Arquitectura de dicho centro de estudios. Sus investigaciones se relacionan con los paisajes industriales, el patrimonio cultural y las transformaciones territoriales a partir de las actividades productivas en España.
Posees una vasta trayectoria en torno a la tipología del patrimonio industrial y su relación con el territorio. ¿Cómo definirías el rol de la industria en la configuración del paisaje en España? ¿Cuál ha sido el impacto de este tipo de actividad económica desde la perspectiva social y espacial en el contexto español?
La industria, la producción, es parte constitutiva de la especie humana y por tanto los paisajes, como bien sabemos, han sido modificados desde el comienzo de las actividades productivas en diferentes grados. Desde el primer tecnopaisaje, a comienzos del Paleolítico, hasta hoy, el planeta Tierra y sus diferentes áreas geoculturales son el resultado de la acción humana, llegando incluso a la definición de una nueva Era como es en la actualidad la que la comunidad científica ha denominado como Antropoceno[1]. En nuestra época debemos combinar la visión global con la local, de modo que cuando hablamos del paisaje industrial en España no podemos obviar el contexto relacional histórico que, desde hace milenios, la noción de longue durée, nos permite explicar el actual estado del paisaje en el territorio español en contacto con diferentes procesos históricos, endógenos y exógenos, a lo largo de nuestra dilatada historia. Hoy el estudio del Patrimonio Cultural y, singularmente, el del Patrimonio Industrial, no deberían desligarse de sus estrechas implicaciones con la transformación del medio natural, partiendo de estos tres enfoques: 1. La influencia del medio en el desarrollo de las civilizaciones; 2. Las actitudes humanas respecto de la naturaleza; 3. El efecto de las civilizaciones sobre el medio natural.
En cuanto al impacto de la industria en el paisaje debemos comprenderlo desde una perspectiva del crecimiento exponencial en relación con los diferentes modos de producción. Ya que ésta, la aceleración histórica, es una de sus principales características en cuanto a la extensión, sus escalas, y en cuanto a la intensificación, sus impactos. Además debe ser comprendido el impacto de la industria sobre el territorio, entendido como paisaje de la producción, no sólo desde su dimensión física sino también desde su dimensión social. Ya no entendemos los paisajes sólo como una transformación morfológica y, por tanto material, sino que la variable perceptiva de carácter fenomenológico, inmaterial, conforma la definición poliédrica del paisaje. Conformando un palimpsesto de carácter cronoespacial: en el que en el espacio leemos el tiempo[2].
Considerando lo anterior ¿cómo podríamos definir un paisaje industrial? ¿Cuáles son sus elementos más característicos y que le permiten diferenciarse de otro tipo de paisajes?
El paisaje industrial constituye un sistema integral en el que la geología, la historia, los oficios, las infraestructuras y la sociabilidad han modelado diacrónicamente un territorio concreto. Y constatamos cómo, en este sistema complejo, es esencial distinguir las diferentes fases de los procesos productivos, desde la obtención de la materia prima hasta llegar al producto final, para descubrir un paisaje dinámico y evolutivo que, de carácter tradicional o innovador, constituye hoy la expresión territorial de la economía.
Pero al mismo tiempo que destacamos la historicidad del paisaje-materia, me gustaría insistir en la dimensión del paisaje-memoria. La noción de paisaje industrial, o de la producción en mi terminología, se inserta en la memoria de cada generación y, por tanto, se asocia a un tiempo histórico concreto, relacionándose, ineludiblemente, con las características que la economía, en estrecha vinculación con la técnica, tuvo en cada uno de sus periodos. Por tanto se deben establecer diversas categorías de paisaje de la producción en relación dialéctica con el tiempo y con el espacio, ya que es muy diferente la memoria de lo productivo, de su paisaje, como tecnopaisaje, del observado, según sea la edad de las personas que lo recuerdan. El paisaje-memoria de la producción es un paisaje vivido, entre su propia realidad y la subjetividad de las historias individuales.
Paisaje estructural de la producción. Es de escala regional, es el territorio de los recursos naturales, puede disponer de centros de transformación primaria, cuenta con capital técnico mixto, tanto obsoleto como avanzado, y los oficios se distinguen por la polivalencia. Generándose un paisaje productivo predominantemente extractivo y de transformación primaria de los recursos. En esta escala se observa como históricamente, desde la Edad Moderna, se ha ido acentuando una pérdida progresiva de autonomía de las escalas locales de microproducción en beneficio de su concentración en escalas locales de mesoproducción, como resultado del complejo y articulado sistema de ciudades así como del carácter acumulativo propio del sistema capitalista en sus modos de influir en la organización del territorio. Este ámbito estructural posee unas ventajas definidas fundamentalmente por la gran escala territorial, la disponibilidad de masa laboral de bajo coste y la localización de importantes y rentables recursos naturales. Esta escala nos ilustra acerca de la importancia que históricamente han tenido los recursos primarios de un extenso territorio que progresivamente se articuló en relación con los intereses radicados en el espacio funcional de la producción.
Paisaje articulador de la producción. Es de escala metropolitana, es el territorio de localización intensiva de las redes y las comunicaciones, es un lugar intermedio en el que se producen los intercambios de flujos entre el paisaje estructural y el funcional en relación con las materias primas, la tecnología y la energía, generando un paisaje en tránsito en el que predominan las infraestructuras con toda su capacidad, demostrada históricamente, de influir en la ordenación territorial: hacia la ciudad y desde la ciudad. Destacándose el proceso de intensificación que ha ido produciendo, como resultado de la constante sustitución o superposición de infraestructuras, un paisaje en permanente movimiento que hoy refleja a la perfección el concepto de ciudad difusa en su provisionalidad, en sus iconos y en su significado. Este ámbito territorial articulador posee unos atributos fundamentalmente instrumentales, logísticos y articuladores. Nos sirve para explicar el valor que las infraestructuras, los servicios y la reserva de suelo han tenido para el desarrollo de las actividades productivas desarrolladas en el paisaje funcional. Esta tipología suele tener connotaciones paisajísticas negativas, como todo lugar intermedio, espacio intersticial, territorio degradado, que hacen de él una asignatura pendiente para la ciudad contemporánea.
Paisaje funcional de la producción. Es de escala local, es el espacio del mercado, es el espacio del poder. Del nivel de interacción con la escala media, articuladora, y regional, estructurante, ha dependido históricamente el éxito de la ciudad capital. Observándose que su diversidad funcional constituye una ventaja comparativa frente a la especialización. De manera que podemos definir como habilidades urbanas aquellos sistemas de organización productiva de la ciudad que mantienen viva la complejidad de usos. El paisaje funcional de la producción está compuesto por sitios fósiles y activos y ha generado diversos modelos de urbanismo industrial en relación con cada etapa histórica. Este ámbito territorial funcional posee unos rasgos fundamentalmente operativos, tecnológicos y de mercado, y nos sirve para reconocer históricamente la importancia de la ciudad como artefacto que, desde su consideración urbanística, ha de ser entendida como un paisaje funcional de la producción que se caracteriza por: los factores de desarrollo endógenos propios de la evolución de los espacios urbanos, que se identifican con la acumulación de capital técnico y financiero, con la disponibilidad de recursos humanos y con la implantación de las estructuras de poder; los factores de desarrollo exógenos, basados en un mecanismo dual, que tiene en un extremo el control de las fuentes externas de riqueza que se concentran en su hinterland de influencia y, en el otro, la devolución de recursos por medio del mercado en forma de tecnologías, productos y gestión del territorio; y el establecimiento de un modelo evolutivo de crecimiento urbano en el que se pueden reconocer los efectos de las actividades económicas en la morfología urbana, en la red de comunicaciones, en la localización de los usos del suelo y en las tipologías arquitectónicas destinadas a la producción.
De acuerdo a tu experiencia, has desarrollado distintas iniciativas con foco en la activación de espacios industriales y la visualización de datos a través de sistemas SIG ¿Qué aspectos concretos aporta este cruce en la configuración de los paisajes industriales?
El concepto de Humanidades Digitales hace referencia a la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación por parte de los investigadores de las Ciencias Sociales en el marco de unos profundos cambios que afectan al modo de investigar y, lo que es más importante, como resultado de la aplicación de las nuevas herramientas de análisis digital al propio objeto de la investigación.
Partimos de la idea de que los medios digitales son una herramienta y no un fin y que el paradigma desde el que partimos se expresa con el concepto de “Investigar con datos para cartografiar sus relaciones”. En mis proyectos la investigación con datos se aplica desde los campos de la geografía, la historia, la antropología, la sociología y la literatura. Esta metodología de investigación activa, en tiempo real, permite conocer, evaluar, orientar y diseñar temáticas de estudio en simetría y sincronía con las necesidades y demandas de los investigadores.
La extraordinaria potencialidad para la detección de problemas, demandas y resignificaciones que permitan la formulación de nuevas hipótesis de investigación hace que esta metodología pueda transformarse en un Laboratorio Activo.
La importancia de esta metodología, que como he indicado, se inserta en la corriente de las Humanidades Digitales, consiste en la capacidad de analizar los paisajes de la producción a través de sus capas visibles e invisibles (geodatos, sociodatos, ecodatos, cliodatos[3]), sus iniciativas, sus potencialidades y la posibilidad de gestionar los espacios productivos hoy semi-utilizados o en desuso para uso ciudadano (cultural, productivo, habitacional) mediante la elaboración de un prototipo de mapa que los identifique, para generar un sistema espacial de iniciativas ciudadanas, una plataforma abierta, colaborativa y orientada a promover, difundir, analizar y apoyar otras iniciativas que tengan especial incidencia en el territorio, la ciudad y el espacio público. Como aplicación de estas metodologías y herramientas geodigitales debe destacarse la utilización de un nuevo avance tecnológico como es el de la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) que es, sintéticamente, una plataforma interactiva de combinación de recursos (estadísticos, aplicaciones, desarrollos, páginas web, servidores, metadatos y proyectos on-line) que permite el acceso y la gestión conjunta de datos, recursos y servicios geográficos desde Internet. Constituye un conjunto de tecnologías conectadas para adquirir, integrar, procesar, almacenar, distribuir y analizar cualquier tipo de información mediante los SIG y coexisten diversas normativas internacionales que, en el caso europeo, se denomina Directiva INSPIRE (Infrastucture for Spatial Information in Europe) la cual establece las reglas generales de los Estados miembros.
Frecuentemente vemos que la metodología de trabajo sobre paisajes industriales considera la figura del «LAB» ¿Cómo podríamos definir este tipo de metodología y qué ventajas ofrece esta para otros tipos de paisajes?
El patrimonio industrial nos ofrece la posibilidad de pensar el patrimonio (heritage and heridity) con unas nuevas herramientas: de carácter conceptual, de ensayo metodológico, de práctica instrumental y de gestión activa. Con la intención de generar un Laboratorio Activo capaz de convertirse en un escenario de acción transdiscipinar que encuentre su profunda razón de ser en el Laboratorio de los Paisajes Históricos de la Producción (LAB-PHPA), dadas las complejas variables que afectan a estos espacios, entre las que destacamos: los conflictos entre los distintos modelos sociales, las máquinas y la naturaleza; la dinamicidad como resultado de los constantes cambios que en ellos se operan; la variabilidad de escala; la ruptura de los límites administrativos convencionales; la cliodiversidad que en ellos existe; la ausencia de indicadores de caracterización consensuados; las dificultades para su protección.
Variables que conforman un territorio dialéctico, acerca del antes, el ahora y el después, de lo que convencionalmente entendemos como valores patrimoniales, y que, en estos espacios, ponen de manifiesto las contradicciones existentes entre los usuarios, los propietarios, los gestores, las empresas, las instituciones, los visitantes, las organizaciones conservacionistas, los académicos y los técnicos, en los ámbitos local, regional, nacional e internacional, y, todo ello, desde la propia esencia de los bienes culturales: desde su autenticidad, desde su integridad y desde su documentalidad.
El LAB-PHPA tiene un carácter dinámico, rodante, espiral, inductivo y deductivo a la vez. Aspira a ser un vehículo de ideas en transición, a incorporar a todos aquellos pasajeros que les apetezca iniciar juntos este viaje sin límites, a impulsar las iniciativas locales, a coordinar los enfoques sistémicos y a promover investigaciones radicales.
El LAB-PHPA pretende ofrecer un espacio de experimentación que permita la transferencia simultánea de conocimiento aplicado a la sociedad, con la intención manifiesta de mejorar la gobernanza de nuestros recursos culturales desde una posición ética que asegure tanto su disfrute armonioso como la resolución de los desafíos a los que se enfrenta la cliodiversidad.
En Chile existe un gran interés por el patrimonio industrial, tanto así que este año seremos la sede del congreso mundial de Patrimonio industrial organizado por TICCIH, y hemos podido avanzar de una visión monumental del patrimonio a una visión de conjunto, identificando un paisaje en las salitreras del norte de Chile, de la zona carbonífera, de una zona petrolera en el extremo sur, etc. Además de las ventajas de identificar y valorizar estos espacios ¿Qué dificultades puede traer aparejadas este ejercicio? ¿Qué elementos deberíamos considerar para su gestión teniendo en cuenta las herramientas que se han desarrollado en España como el Plan Nacional de Patrimonio Industrial?
Chile es un territorio en el que siguiendo a Benjamín Subercaseaux en “Chile o una loca geografía” (1940) encontramos toda la variedad climática y, por tanto de paisajes, lo cual nos lleva a la conclusión de que los paisajes de la producción chilenos son también extraordinariamente variados. Pudiéndose establecer seis grandes áreas de la cultura de la producción de Chile: 1. La cultura minera y metalúrgica; 2. La cultura agraria, ganadera y de la silvicultura; 3. la cultura de la pesca y de la navegación; 4. La cultura de los bienes de consumo urbanos y de las artesanías; 5. La cultura del agua y de la energía; 6. La cultura de los transportes y las comunicaciones. Entendido todo este sistema de la producción de Chile en la diacronía de su marco histórico, en las peculiaridades de las distintas áreas morfológicas del territorio chileno, en las iniciativas de innovación o inercia de los procedimientos tecnológicos, en las tendencias de cambio o tradición, en los usos sociales y en las permanencias y transformaciones de carácter simbólico.
Ante la situación actual pienso que Chille debería desarrollar una estrategia propia de patrimonio industrial basada en: Realización de un inventario general de patrimonio industrial, la catalogación de los archivos de las empresas históricas, la selección de los bienes más representativos y se promueva su conservación y rehabilitación, la monitorización experta de los lugares industriales declarados patrimonio mundial, la coordinación de proyectos en los que intervengan varias administraciones, el asesoramiento de las iniciativas locales, provinciales o regionales, tanto públicas como privadas, el establecimiento de programas y líneas de investigación y difusión, la creación del Sistema Chileno de Museos de la Industria, la Ciencia y la Etnografía y, por último, en este sintético diseño, la creación del Centro de Documentación de las Culturas del Trabajo en Chile.
Finalmente, a nivel mundial, ¿qué ejemplos de paisajes industriales te resultan más significativos y relevantes para la configuración del devenir actual de esas naciones?
Volvería a insistir en la caracterización tipológica que he enunciado para Chile basada en las culturas de la producción. En todo el mundo encontramos hoy en día numerosos ejemplos de regeneración y activación de áreas industrial que en este espacio de entrevista no podrían reseñarse dada su amplitud. Pero sí que recomiendo desarrollar una nueva actitud ante la industria y sus paisajes, dada la dificultad de comprensión de sus valores, que debería consistir en cuestionar el propio concepto de paisaje industrial, pues más allá de una apreciación idealista, nostálgica y fetichizada, nos encontramos, en numerosos casos, con paisajes del dolor, de la explotación del hombre por el hombre, de expolio de los bienes naturales y de graves impactos medioambientales. Problemas que deben ser registrados desde una visión renovada de un patrimonio cultural crítico. Los paisajes industriales son escenarios de conflictos, entre los seres humanos, entre la humanidad y la técnica y entre las variables anteriores y la naturaleza en perfecta ósmosis. Hoy, éste es el reto.
[1] https://www.sostenibilidad.com/desarrollo-sostenible/antropoceno-era-impacto-ser-humano-tierra/
[2] Schlogel Karl (2007) En el espacio leemos el tiempo (Sobre historia de la civilización y geopolítica). Madrid: Editorial Siruela.
[3] http://www.juntadeandalucia.es/cultura/archivos/web_es/detalleArticulo?id=3052618d-ff82-11de-8f67-000ae4865a5f
OVERVIEW: Una nueva perspectiva de la Tierra
VerOVERVIEW: Una nueva perspectiva de la Tierra
Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Marianne Bitsch Bidart, Arquitecto del Paisaje]
Libro: Overview
Autor: Benjamin Grant
Editorial: Amphoto Books
Año: 2016
Resumen
Los avances tecnológicos han permitido que hoy tengamos imágenes extraordinarias y detalladas de la Tierra, nos permiten apreciar las conexiones que hay dentro de ella, y nos ayuda de entender y evaluar el estado actual de nuestro planeta.
Overview de Benjamin Grant es una selección de más de 200 imágenes originales de fotografías satelitales de alta resolución que, junto a una pequeña reseña, explica la ubicación de la imagen, donde se pueden apreciar ciudades, carreteras, campos mineros, ríos y bosques, entre otros. Estas imágenes de asombrosa composición muestran la vitalidad de nuestro planeta hoy en día, a través de formas, colores y contrastes, pero al mismo tiempo muestra el impacto que ha ejercido el humano en él. El objetivo de Grant no es sólo inspirar una nueva perspectiva de nuestro planeta, sino también fomentar una nueva reflexión del impacto provocado en él.
Palabras Clave: Territorio, Paisaje, Fotografía
Introducción
Overview tiene como traducción al español el concepto de visión general o conjunta, y dicho por el autor, se refiere a la impresión que experimentan los astronautas cuando miran hacia la Tierra. Pero, ¿qué es lo que incluye esta visión general? Es el paisaje desde una escala que pocos han podido observar y analizar desde esa perspectiva.
Según la RAE, Paisaje se define como la parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado lugar, o en este caso la porción del espacio que ve el observador. Este paisaje que podemos observar en Overview, donde se incluyen las variables naturales y sociales que se van transformando en el tiempo dado su propio dinamismo. Se puede apreciar completamente el esplendor de las cosas que hemos construido, la gran complejidad de los sistemas que hemos desarrollado y el impacto que hemos tenido en nuestro planeta, que podemos observar clara y ampliamente desde la perspectiva del espacio.
A partir de las imágenes podemos identificar y entender varias situaciones a nivel global, que responden a dónde; como por ejemplo donde trabajamos, donde cosechamos, o donde nos movemos, ya que cada imagen nos ubica en un punto geográfico. Mientras que, al hacer un análisis de la imagen, podemos entender el cómo resolvemos esas situaciones.
Donde vivimos
Dentro de las imágenes que encontramos en el libro, muchas corresponden a áreas urbanas o periurbanas. En ellas podemos observar el desarrollo de las ciudades, la alta densificación o la fragmentación por causa de las autopistas, comparando diferentes situaciones de ciudades altamente densas como Tehran (Irán) que se contrapone con la baja densidad de los suburbios de Londres y sus parques. También se observa el desarrollo de ciudades en lugares geográficos curiosos, como el caso de Valparaíso (Chile), donde se observa la ciudad construida en los cerros con sus abruptas laderas, montándose sobre la geografía irregular y adaptándose a su geometría, colindando con el océano Pacífico y donde la naturaleza del mar parece amenazante.
Las imágenes de carreteras y autopistas representan el ícono de la intervención humana que fragmenta el paisaje natural. Como el paso de Los Caracoles (Chile), en la Cordillera de Los Andes hacia la frontera con Argentina, donde una fotografía perfectamente equilibrada permite observar el contraste de lo natural y lo construido, la verde cordillera, sus valles, con el gris de la carretera sinuosa y oscilante, y dentro de ella, los camiones trasladándose por esta vía. La imagen te permite reflexionar sobre el riesgo que corren quienes transitan por estos lugares y, a la vez, comparar situaciones similares a lo largo del mundo.
Además, el libro presenta fotografías de parques nacionales, reservas naturales o playas que maravillan por sus colores y formas, que finalmente se contradicen por la destrucción de otros lugares. Las imágenes mas inquietantes son las que relacionan la naturaleza impactada directamente por extracción de minerales o deforestación. La relación entre lo natural y artificial sensibiliza la belleza y fragilidad del paisaje al mismo tiempo, como, por ejemplo, la deforestación del bosque en Santa Cruz (Bolivia), impulsada por la agricultura. Se puede observar una geometría casi exacta de los polígonos de predios agrícolas, con distintos tonos de verdes, pero que a la vez está causando un daño irreparable a los bosques vírgenes de la selva.
Este paisaje general reconoce la parte por el todo y viceversa, la escala global de nuestra intervención en el territorio, del espacio que ocupamos y cómo ocupamos este espacio para vivir, para movernos y estar en la Tierra.
Conclusión
Entender el paisaje desde esta escala, nos ayuda a ser mas conscientes respecto a la situación del territorio y permite preguntarnos, ¿cómo surgieron estos sistemas?, ¿Dónde están los límites del impacto sobre la naturaleza a nivel global? ¿Cómo compartimos el territorio? Grant espera que uno tome conciencia e, idealmente, una motivación para actuar de una manera que asegure la prosperidad de la Tierra.
Es interesante observar cómo hemos habitado el planeta y entender que no somos únicos, que muchas problemáticas territoriales se repiten a nivel mundial y, para bien o para mal, somos responsables del impacto provocado, pero a la vez responsables en plantear soluciones para el futuro. En palabras de Rosa Barba “cada paisaje lleva impresa la huella de quienes lo han precedido y deja para el futuro otra huella que otros reconocerán en él. Por ello el paisaje continúa”. Tal vez aún estamos a tiempo de mejorarlo.
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Referencias
GRANT, Benjamin (2016). Overview: A new perspective of Earth. Amphoto Books. Londres.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html
K'urpay ¿Hacia la destrucción de los paisajes andinos?
VerK'urpay ¿Hacia la destrucción de los paisajes andinos?
Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Lesly Irina Pereira Camac, Arquitecta]
Película: Nuna, la agonía del Wamaní
Autor: Jimy Carhuas Tintaya
Año: 2016
Resumen
“Nuna, La Agonía del Wamaní”, prometedora película de animación peruana que viene obteniendo reconocimientos importantes a nivel nacional e internacional, donde se observa el mensaje colectivo que resalta el valor cultural de la sierra andina y de los relatos del escritor famoso José María Arguedas con la obra «La agonía de Rasu Ñiti». El misticismo presentado, desde la canción realizada en el idioma nativo quechua, van mostrando los asombrosos paisajes andinos conformados por nevados, valles, montañas y de las comunidades alto andinas distribuidas en el territorio, donde muestran las diferentes tipologías de viviendas y su integración con el entorno, así como de su biodiversidad. Sin embargo, en el trasfondo tiene un mensaje profundo sobre la importancia que tienen los paisajes andinos por protegerlos de las constantes amenazas que vienen suscitando por la intervención del hombre.
Palabras Clave: Paisaje andino, valor cultural, destrucción del paisaje
En la actualidad, podemos apreciar que muchos de los paisajes andinos peruanos están siendo vulnerados ante decisiones políticas, como el caso “La Montaña de Siete Colores” o Cerro Vinicunca, ubicado en Cuzco. Dicho lugar fue concesionado a una empresa minera, perjudicando a las comunidades andinas, tanto a los pobladores por los problemas de contaminación que se puedan suscitar y la pérdida de su principal sustento económico basado en el turismo, así como la destrucción del paisaje natural. Existió mucha polémica y preocupación por parte de organizaciones y la población local, donde mostraron su rechazo, nacional e internacional. Con esto, se consiguió la paralización del proyecto en esta zona y la solicitud para ser establecido como área protegida por el estado, así como las coordinaciones para poder declararlo ante Unesco. Actualmente, la empresa minera ha anunciado su decisión de ceder la concesión adquirida en este emblemático patrimonio natural y cultural reconocido por los auténticos paisajes Latinoamericanos.
Como este caso, existen muchos que no tienen esta condición de patrimonio y, por ello, presentan grandes transformaciones del paisaje junto a un gran impacto ambiental negativo dado por la minería legal e ilegal del país. Un ejemplo preocupante está ocurriendo desde hace varios años en la provincia de Cajamarca, debido a los continuos trabajos que realizan las empresas Newmont Mining Corporation y Minas Buenaventura, pues vienen extrayendo oro de la mina Yanacocha, la segunda mina aurífera más grande del mundo. Los problemas generados se están manifestando en la escasez del agua y el riesgo de contaminación de las lagunas, ríos y canales de irrigación para la agricultura local. Como consecuencia, estas problemáticas han afectado a las comunidades cercanas como Choropampa y, con ello, arrastró una cadena de pobreza expresada por los pobladores. Además, es impactante la gran destrucción del paisaje montañoso de la región reflejada en grandes superficies perforadas y excavadas que rompen con la armonía sinuosa del entorno natural de los Andes peruanos.
Ante estos hechos existe un profundo mensaje al transmitir el avance de película que va más allá de expresar los efectos animados. Pues muestra a personajes como El Wamani (espíritu de la montaña) o El Amaru (espíritu del clima) como representantes de la cosmovisión andina y la naturaleza, en donde se puede denotar la importancia que tienen por protegerlos para que las comunidades puedan vivir en equilibrio e integración con su territorio. Además, el largometraje expresa con cada paisaje representativo de los Andes que el valor histórico y natural merece ser protegido al momento de planificar e intervenir en el territorio. Si no ocurre un cambio de esta tendencia, se continuará con la destrucción de estos maravillosos paisajes que, en la actualidad, están siendo destruidos por el hombre y no miden los daños que pueden ocasionar en el tiempo.
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Referencias
De Echave, J., Hoetmer, R., & Palacios, M. (2009). Minería y territorio en el Perú. Conflictos, resistencias y propuestas en tiempos de globalización, 432
Diario Gestión. (2018). MEM inicia consultas técnicas para revertir concesión minera de la Montaña de Siete Colores. Disponible en: https://gestion.pe/economia/empresas/mem-inicia-consultas-tecnicas-revertir-concesion-minera-montana-siete-colores-236576 [Recuperado el 29 de agosto de 2018]
El Comercio. (2017). “Nuna”, la animación peruana que se presentó en Cannes. Disponible en https://elcomercio.pe/luces/cine/facebook-nuna-animacion-peruana-presento-cannes-video-425137 [Recuperado el 29 de agosto de 2018]
Hacia una nueva mirada del Paisaje en el Territorio
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Revista Planeo Nº 37 Territorios y Paisajes, Septiembre 2018
[Por Valentina Santander, Arquitecto del Paisaje. Diplomado en Planificación y Gestión Urbana Integrada]
Libro: El gran libro del Paisajismo Urbano
Autor: Alex Sanchez Vidiella
Editorial: Loft Publicaciones
Año: 2012
Resumen
La urbanización es uno de los fenómenos de transformación más importantes que ocurre sobre el territorio, donde el desarrollo de ciudades reemplaza las áreas rurales y naturales. Este fenómeno ha dotado a las ciudades de infraestructura en viviendas, comercio, servicios, oportunidades de empleo y crecimiento económico, comienza a ser un lugar atractivo para vivir, aumentando rápidamente su población y su tamaño. Actualmente podemos ver cómo este crecimiento poco planificado, en relación con el medio ambiente, ha provocado una transformación agresiva y muy evidente del medio natural, el paisaje, tanto en las zonas más urbanizadas como en las rurales. Hoy en día estas tendencias de poca valoración del paisaje se han visto disminuidas, dando paso a una mayor conciencia de protección hacia el entorno natural, haciéndose el hombre en las últimas décadas cargo de estos daños planteando nuevos desafíos de generar y regenerar estos espacios. Son estas tendencias contemporáneas con relación al paisaje y territorio las que El Gran Libro del Paisajismo Urbano recopila e invita a conocer
Palabras Clave: Territorio, Paisaje, Calidad de vida
En Chile se han manifestado las mismas consecuencias de la acelerada y poco planificada urbanización que se ha vivido en gran parte del mundo, dando paso al reemplazo de nuestro territorio nacional natural en ciudades densas y desiguales, sobre todo en las metrópolis. Hoy en día, en relación con el territorio y el paisaje en el espacio urbano, hay una alta inequidad en la distribución de las áreas verdes y el espacio público en la ciudad, donde no existen parámetros de calidad estandarizados y carecen de herramientas más innovadoras para intervenir el espacio en todas sus escalas. Estas características son señales de una escasa planificación, con escasa integración de los actores involucrados que, no solo deben generar proyectos, sino también lograr que perduren en el tiempo y ayuden a mejorar la calidad de vida de todos los habitantes y la calidad urbana sobre el territorio.
La arquitectura del paisaje contemporánea está llena de contrastes y colores, las que encontramos tanto en entornos urbanos como rurales. En el sentido más funcional y social, se están empleando nuevas herramientas que permitirán los desarrollos más innovadores como la diversidad biológica, el diseño sostenible y el menor consumo de recursos.El Gran Libro del Paisajismo Urbano muestra una visión amplia de cómo el paisaje y el territorio urbanizado convergen, interpretando el paisajismo como una disciplina multidimensional, donde la arquitectura, el diseño, la planificación, la gestión, la preservación y la rehabilitación del suelo, se integran para dar paso a proyectos en diversas escalas, que de forma armónica y responsable intervienen el territorio entregando espacios de calidad necesarios para sus habitantes. El libro plantea que el arte del paisaje evoluciona con la moda, las tendencias y hoy en día también con las necesidades.
El libro está compuesto por siete capítulos, de los cuales destacaré aquellos que inspiran en la transformación del territorio en diversas escalas donde el paisaje cobra vida y se valora su importancia para el bienestar humano, ambiental y urbano. Entre estos capítulos se encuentran: a) Intervenciones a Gran Escala, que abarca proyectos en lugares naturales sin perturbar su aspecto original, con una vocación de protección ambiental y patrimonial por una actual preocupación social mejorando sus condiciones existentes; b) Parques Urbanos, basado principalmente en intervenciones que aportan a mejorar la calidad de vida de los habitantes en la ciudad, en pro de un desarrollo sostenible y un aumento de la biodiversidad perdida; y c) Plazas, que recopila los proyectos más renovadores, donde la restauración, rehabilitación y rediseño juegan un papel importante, se plantea el desarrollo más innovador en el contexto urbano, para el bien estar de ciudadanos satisfaciendo las demandas en constante crecimiento. Este capítulo muestra las estrategias centradas en energías renovables, ecología urbana, tecnologías verdes, educación ambiental y arte.
Imagen 2 – Referencias capítulos destacados
Hoy las áreas verdes y el espacio público se han convertido en una necesidad, son los espacios de recreación, esparcimiento, integración, ambientales, educativos, artísticos, deportivos, que hoy los habitantes de las ciudades requieren para mejorar su calidad de vida. El Gran Libro del Paisajismo Urbano, a través de la recopilación de diferentes proyectos ilustrados con imágenes y planos, muestra las tendencias en espacios públicos y áreas verdes tanto en áreas urbanas como rurales de diferentes países del mundo que sirven como inspiración y aspiración de hacia donde debemos conducir nuestro desarrollo en estas materias. Esta es una recomendación e invitación para ampliar la perspectiva del paisaje, el territorio, la calidad de vida humana y urbana.
Violencias y Calidad de Vida Urbana. La localización de los delitos violentos y el hacer ciudad en Santiago
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Revista Planeo Nº35; Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por, Alejandra Lunecke Reyes; Profesora asistente Instituto de Estudios Urbanos Magister en Desarrollo Urbano, Cientista Político y Licenciada en Historia, Pontificia Universidad Católica.]
Recibido el 17 de abril de 2018, publicado el 09 de agosto de 2018
Resumen
Durante las últimas décadas, la violencia instalada en los márgenes urbanos ha sido parte del debate público en Chile y en el nivel internacional. Para explicar este fenómeno, diversos estudios muestran cómo la violencia se concentra en determinadas áreas de las ciudades, configurando el habitar en vecindarios más desventajados. A su vez, otras investigaciones constatan que no es posible explicar la violencia delictual si no se atiende a aquella violencia estructural que afecta a comunidades en estos barrios. Y es que, como destacan diversos autores, procesos macro y micro sociales se imbrican en la producción encadenada de múltiples violencias en cada espacio vecinal. Enmarcado en esta matriz de estudios, este artículo analiza de manera descriptiva cómo la localización de la violencia delictual en la ciudad Santiago se asocia con las condiciones de vida urbana. Para ello, se utilizan estadísticas policiales y el Índice de Calidad de Vida Urbana de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Así, se espera contribuir al debate sobre la violencia urbana a partir de una perspectiva que releva el lugar del desarrollo urbano integral en los procesos de producción de las violencias en los territorios.
Palabras clave: violencias, desigualdad territorial, calidad de vida urbana
Abstract
During the last decades, the violence installed in the urban margins has been part of the public debate in Chile and at the international level. To explain this phenomenon, several studies show how violence is concentrated in certain areas of the cities, configuring the inhabitation in more disadvantaged neighborhoods. In turn, other urban studies confirm that it is not possible to explain criminal violence if the structural violence that affects communities in these neighborhoods is not addressed. As several authors emphasize, macro and micro social processes are imbricated in the chained production of multiple violence in each neighborhood space. Framed in this matrix of studies, this article analyzes in a descriptive way how the location of the criminal violence in the city of Santiago is associated with the urban life conditions. For this, police statistics and the Urban Life Quality Index of the Pontifical Catholic University of Chile are used. Thus, it is expected to contribute to the debate on urban violence from a perspective that reveals the role of integral urban development in the production processes of violence in the territories.
Keywords: violence, urban inequality, urban life quality
Ciudad, desastre y religión. Incendio de la Iglesia de la Compañía en Santiago de Chile (1863)
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Revista Planeo Nº34; Territorios religiosos, Diciembre 2017
[Por, Macarena Ibarra; Licenciada en historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, M.A. en la Universidad de Leeds, Reino Unido y Ph.D en historia urbana en la Universidad de Cambridge, Reino Unido.]
Recibido el 26 de diciembre de 2017, publicado el 26 de Julio de 2018
Resumen
A raíz del conocido episodio del incendio de la iglesia de la Compañía de Santiago, el año 1863, este artículo analiza el proceso de mutación entre la concepción del desastre con un carácter divino hacia su comprensión como un fenómeno moderno y racional. Es más, se propone que esta tragedia se puede entender como un hito en el inicio de los debates sobre la prevención de riesgos y del avance en medidas más preventinas que derivarían en la creación de entidades y regulaciones a cargo de la gestión de la ciudad.
Palabras clave: Incendio de la Compañía, desastres, prevención y gestión urbana
Abstract
Following the well-known episode of the fire of the church of the Company of Santiago, in 1863, this article analyzes the process of mutation between the conception of disaster with a divine character towards its understanding as a modern and rational phenomenon. Moreover, it is proposed that this tragedy can be understood as a milestone in the beginning of discussions on the prevention of risks and progress in more preventive measures that would lead to the creation of entities and regulations in charge of city management.
Keywords: Company fire, disasters, prevention and urban management
"Centros comerciales en la región de Los Lagos, los templos de una nueva religión"
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Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Edward Rojas; Arquitecto, Premio Nacional de Arquitectura 2016]
Resumen
En el marco de la implementación de un sistema neoliberal en Chile, comienza por parte de inversionistas privados la construcción de los máximos representantes de este modelo: los Mall o centros comerciales, que han modificado no solamente las pautas de consumo de la sociedad, sino también han generado significativos impactos en la región de Los Lagos, Chile. Desde esta perspectiva, la presente columna pretende reflexionar en torno del proceso de instalación de estos Mall en la región, las irregularidades respecto de sus construcciones en zonas de valor de alto histórico y las externalidades que estas iniciativas han generado en términos urbanísticos y socioculturales para los habitantes locales.
Palabras claves: Mall, Región de los Lagos, consumo
La exitosa implantación del modelo neoliberal en nuestro país, posee como máximos íconos los grandes Mall o centros comerciales, que en el ámbito de la dimensión cultural a nivel nacional se han convertido en templos de una nueva religión llamada consumo, que rinde culto a un dios: el “mercado feroz”, y dónde sus profetas, se constituyen como ganadores inversionistas que practican el extractivismo y que en cuyas manos queda relegada la decisión de cómo y dónde deben emplazarse estas nuevas construcciones.
Los fieles de esta nueva religión somos los consumidores de los miles de productos que, como un nuevo credo, son abalorios que queremos tener y para ello contamos como devocionario con las tarjetas de crédito, que nos permiten adquirir aquello que la televisión nos alienta a consumir.
Ciudad de Panamá por ejemplo, donde regularmente viajo a hacer clases a ISTHMUS[i], está llena de centros comerciales de todos los tamaños y especializaciones. Dos de ellos son impresionantes; MULTICENTRO, ubicado en pleno centro de la ciudad moderna, llega a ser obsceno por la variedad de objetos dirigidos al mercado del lujo y donde una corbata de seda vale más que el sueldo del migrante que limpia el brillante e inmaculado piso de mármol.
El otro es ALBROOK MALL ubicado en el sector de la antigua ciudad americana, donde confluye una de las más grandes terminales de buses del Caribe, que trae a los habitantes del interior a consumir en este popular Centro Comercial, el cual debe ser el más grande de toda la región. Una verdadera ciudad donde es posible ver en el patio de comida o cargando bolsas de Dorian´s, a mujeres Kuna del Archipiélago de San Blas, con sus coloridos trajes, collares y pulseras.
Acá en el Archipiélago de Chiloé, en la región de Los Lagos, Chile, la revolución industrial llegó con un siglo de atraso, junto a la instalación de la Empresa Salmonera hace cuarenta años, lo que significó una gran transformación económica y cultural, en la medida que se pasó violentamente de un modelo de autoconsumo de pequeños propietarios agrícolas y ganaderos, al de trabajadores asalariados; con lo cual se perdieron y reacomodaron valores esenciales del habitar insular, sin considerar la contaminación cultural, visual y física de los canales.
Esta revolución fue la palanca que permitió la imposición y consolidación del modelo neoliberal que llevaría a la conversión de auto consumidores al de consumidores de los bienes del mercado.
Por lo mismo no fue extraño que a mediados de los ‘90 una empresa[ii] decidiera instalar en el centro de la ciudad de Puerto Montt un Mall de cuatro pisos, con estacionamientos subterráneos, una tienda y un supermercado ancla, algunos locales comerciales de cadenas y un gran patio de comida con una vista maravillosa al mar interior con su cordillera de fondo y sus islas que casi flotan en el paisaje.
Todo esto bajo un cielo de cristal, con escaleras mecánicas y un espacio climatizado, en cuyos pasillos había escaños donde muchas parejas se juntaban a pololear en mejores condiciones que en la lluviosa y ventosa Plaza de Armas.
El Centro Comercial Paseo del Mar, era la nueva Plaza climatizada de la ciudad; como lo reafirmaría el Premio Nacional de Urbanismo, el arquitecto Marcial Echeñique [iii] , uno de los costos que la ciudad tuvo que pagar fue “la presencia de fachadas mudas en cuanto a expresión física y muertas en cuanto a vida urbana de relación”. La que por otro lado, se vio favorecida por la conexión con la costanera mediante un paseo peatonal.
Esta construcción proponía una escala para la ciudad, que por aquellos años se debatía entre la mantención de sus grandes casonas de madera patrimoniales como parte de la memoria histórica del lugar y el cambio de escala que comenzaba a perfilarse con la construcción de edificios de nueve pisos como los del hotel Don Luis.
Este templo del consumo -a escala del lugar y entramado urbano- resultó funcional a la ciudad y un atractivo para los habitantes del Archipiélago, quienes los fines de semana hacían un largo viaje de cuatro horas en bus, incluidos los 45 minutos de transbordador, que los transportaban del fogón a la modernidad del futuro para volver a la Isla en la noche a la isla cargados de bolsas de supermercado y de retail.
Esta oferta se vuelve más extrema y la peregrinación más grande con la construcción de otro gran Centro Comercial, el Paseo Costanera perteneciente a la misma empresa, que cuenta con cines y muchos metros cuadrados de ofertas comerciales.
Un enorme Templo Comercial, que se construye en los terrenos de la antigua estación de ferrocarriles, olvidándose de ésta; convirtiéndose en un tapón de la ciudad, quitándole la vista al mar, dejando una espalda muerta y una calle sin espacio público. Y proponiendo con sus dos torres de 19 pisos, otra escala para Puerto Montt, que vuelve patente la sobredimensión del valor del suelo.
Im 1. Mall de Castro dentro de su contexto y escala urbana de la ciudad / Plataforma de arquitectura: https://www. plataformaarquitectura.cl/cl/ tag/mall-de-castro
Este Centro Comercial, novedoso aquí, antiguo y caduco en otros lugares del mundo, que podría ser un potencial aporte a la ciudad, no conforma espacio público, no se constituye en lugar de permanencia y encuentro ciudadano, no alberga al comercio local ni satisface las necesidades y anhelos de la comunidad. Y la falacia de «plaza calefaccionada» cae por su propio peso.
En el Archipiélago de Chiloé- el que a diferencia de Puerto Montt posee una tradición arquitectónica secular- la ambición sin límite de la misma empresa, promotora de los otros dos centros comerciales, lo pagaría muy caro la “muy noble y leal ciudad de Castro”, fundada hace 450 años por el adelantado Martín Ruiz de Gamboa, sobre una meseta bien resguardada con una extraordinaria vista sobre el fiordo.
En ella se desarrolló una ciudad provinciana donde el templo San Francisco de Castro, Patrimonio de la Humanidad , era el edificio más importante, destacándose en el paisaje de una ciudad que a comienzos del siglo XXI, pasaba de casas de dos pisos a edificios de cuatro pisos (10 metros de altura) más mansarda, construida bajo las rasantes, como lo permitía el plan regulador, pensado en función del tamaño de los predios, que tenían como imagen objetivo lograr la fachada continua de las cuadras les Champs Elysees en Paris.
Esta ingenua pretensión no consideró que un inversionista comprara y fundiera varios lotes pequeños hasta completar una manzana de las trazadas por Gamboa, podía construir bajo las rasantes un edificio de 15 pisos, fuera de toda escala y trama urbana.
Esto fue lo que pasó, ya que la misma empresa Pasmar, con la anuencia de la Municipalidad[iv], una débil legislación y la justa aspiración de los chilotes de hacer efectiva la ilusión de modernidad, llevaron a implantar en el corazón de la ciudad ancestral una obra absolutamente fuera de escala y lugar, que rompió la condición esencial de ser la Iglesia el edificio más relevante del lugar[v].
La judicialización de los permisos del Proyecto fue algo tardía, pensando que en el diálogo con el municipio y los vecinos, las razones imperarían. Al final, ni la corte suprema ni ninguna autoridad se responsabilizó de su labor fiscalizadora y de revisión de legalidad, haciendo la vista gorda para no resolver lo que podía causar incomodidad.
Así, el Mall de Castro es representación de la encrucijada entre el despliegue empresarial del Capitalismo Iluminista, los deseos de Modernidad de una comunidad alejada de las periferias metropolitanas y, la presencia de un contexto amigable en la dimensión político/ideológica de la administración estatal.
Esta última traza es fundamental en la acción de cristalizar proposiciones arquitectónicas capaces de romper los mundos patrimoniales de las comunidades locales, afectando las esferas identitarias y la pertinencia cultural.
Así, esta encrucijada materializa en el paisaje del archipiélago el gran cambio de religión con su nuevo templo principal, una obra impertinente que minimiza la iglesia, agrede el paisaje, afecta la vialidad y altera los modos de vida de los habitantes del lugar. Caso-Proyecto que hoy se estudia en las Universidades del mundo como un ejemplo de lo que no hay que hacer.
Im 2. Los templos de la ciudad neoliberal (Iglesia y mall de Castro) / Fuente: Biobio chile: https://www. biobiochile.cl/noticias/artes- y-cultura/actualidad-cultural/ 2017/12/01/estan-ampliando-el- mall-de-castro.shtml
Gracias a la acción y presión de un grupo de ciudadanos y el colegio de arquitectos, este edificio llegó sólo a los ocho pisos, y no a 15 como se pretendía al querer agregar al centro comercial, un hotel 5 estrellas, Centro Médico y centro de Formación Técnica y obligó a la Empresa a cambiar el material de las fachadas por uno más acorde con los materiales del lugar.
Sin embargo, el mal que dejó este Mall, está allí a la vista. Hoy sigue creciendo, sigue engordando en las alturas, ahora para recibir salas de cine, todo esto con los permisos y aprobaciones correspondientes, a pesar de sus evidentes infracciones a la normativa.
En Puerto Varas los arquitectos, vecinos y autoridades, a partir de lo sucedido en Castro y Puerto Montt, obligaron a la misma empresa a desarrollar, para el Centro Comercial Paseo Puerto Varas – emplazado a metros de la Iglesia- un edificio de acuerdo a la escala y las características arquitectónicas de la ciudad, el que de esta manera no impone si no que complementa la oferta comercial históricamente diseminada en sus casonas patrimoniales. Lo que permite convivir con cierta armonía a este templo contemporáneo del consumo con el tradicional templo religioso.
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Notas:
[i] ISTHMUS Escuela de Arquitectura y Diseño de América Latina y el Caribe.
[ii] Del empresario Jacob Mosa, cabeza del Grupo Económico Pasmar
[iii] En Encuentro: Jornada de Reflexión Técnica Intervención Mall de Castro, 10 de Agosto 2012.
[iv] El Consejo Municipal modificó el Plan Regulador de la ciudad de Castro para permitir la construcción del edificio
[v] El hecho de que las iglesias son el edificio más importante de poblados y ciudades, fue una de las condiciones por la cual 16 Iglesias de Chiloé fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO el 2010 y 2011. Situación que podría llevar a que las Iglesias de Chiloé sean declaradas por la UNESACO como patrimonio en peligro.
"Un parque para la ciudad minera: Las dos caras del Proyecto Parque Kaukari en Copiapó" *
Ver"Un parque para la ciudad minera: Las dos caras del Proyecto Parque Kaukari en Copiapó" *
Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Sebastián Rodríguez Leiva, Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht – Karls – Universität Heidelberg, Alemania.
Johannes Rehner, Doctor (Dr. oec. publ.) y Geógrafo, Ludwig-Maximilians-Universität München (LMU), Alemania. Instituto de Geografía y Centro de Desarrollo Urbano Sustentable CEDEUS, Pontificia Universidad Católica de Chile]
*Este trabajo se desprende de un artículo publicado en la revista de urbanismo: Rehner, J. y Rodríguez, S. (2018) “La máquina de crecimiento en una ciudad minera y el papel del espacio público: El proyecto Parque Kaukari, Copiapo.” Revista de Urbanismo no 38. 1-21
Resumen
Las ciudades del norte, marcadas por la minería del cobre, denominadas ciudades en auge en Chile poseen problemáticas asociadas al desarrollo urbano y ambientales, entre otros. Copiapó es un claro ejemplo, con un extenso espacio deteriorado en el lecho del río y en sus riberas, por lo que se planteó como solución la construcción del Parque Kaukari, un proyecto de gran envergadura, de característica abierta y evidentemente público. Sin embargo, si bien, se reconoce que la construcción del parque tendrá un impacto relevante en la ciudad, con nuevas áreas verdes, espacios de encuentro ciudadano, integración social – espacial de los habitantes, conectividad y áreas de control ante eventuales crecidas del río, resulta interesante ver cómo el discurso público detrás de la construcción del parque está estrechamente relacionado con el desarrollo de proyectos privados e inmobiliarios, lo cual lleva a pensar cómo un proyecto que representa el deseo local de la ciudadanía y es financiado por el Estado, genera un beneficio económica para el agente privado.
Palabras clave: Parque Kaukari, ciudad, desarrollo inmobiliario
Como consecuencia de la fase de auge en el precio del cobre y el aumento notorio en la exportación de este mineral desde comienzos del presente siglo, es que las ciudades del norte del país, marcadas por la actividad minera, han experimentado un crecimiento importante durante la última década (Rehner et al., 2018). Este crecimiento evidencia una pauta por sobre el panorama nacional, en términos demográficos, de empleo, ingresos y recambio de población, ya sea con la llegada de migrantes o conmutantes de larga distancia, por lo cual, estas ciudades son denominadas “ciudades en auge en Chile” (Rehner et al., 2018).
Sin embargo, aún con dicho nivel de crecimiento, estas ciudades muestran una serie de problemas y contradicciones internas (Ver Im 1). Un claro ejemplo de ello es Copiapó, ciudad que en la actualidad posee a) un extenso espacio deteriorado en el lecho del río y sus riberas, atravesando y dividiendo la ciudad de forma impactante; b) una marcada crisis hídrica, con la cuenca del río Copiapó en un déficit permanente, a excepción de eventos poco frecuentes asociados a lluvias en la zona cordillerana (Bitrán et al., 2014); c) un déficit en la superficie de áreas verdes con sólo 35 ha, por debajo de las 125 ha que establece la OMS o las 85,7 ha según el estándar nacional (PNUMA, 2007, p. 63); y d) una deficiente calidad urbana, especialmente de espacios públicos.
Im 1. Lecho del río Copiapó, atravesando y dividiendo la ciudad / Fuente: Colección propia.
Para dar respuesta a estas problemáticas ambientales y del desarrollo urbano en la ciudad, es que en 2010 se planteó como solución la construcción del Parque Kaukari, con un costo de $30.000 millones, financiado por el sector público a escala local y nacional principalmente por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo; y con una superficie de 58 ha (Ver Im 2). Así, este parque representa un proyecto de gran envergadura para Copiapó, superando ampliamente en superficie a otros parques a nivel nacional. En particular, se plantea que el Parque Kaukari será dos veces más grande que el Parque Bicentenario en la comuna de Vitacura y de un tamaño similar al Parque O´Higgins en la comuna de Santiago, ambos localizados en la Región Metropolitana (Plataforma urbana, 2014).
Im 2. Proyecto Parque Kaukari en la ciudad de Copiapó / Fuente: Colección propia.
En este contexto, una perspectiva o interpretación de este caso, es que se espera que la construcción del Parque Kaukari tenga un impacto significativo para Copiapó, dotando no sólo de nuevas áreas verdes a la ciudad, sino que también, desde la concepción del parque como espacio público, considerando la morfología y funcionalidad, este podría integrar zonas que se encuentran separadas por el lecho del río, permitiendo así, el tránsito de personas, el encuentro ciudadano, la opinión pública y el desarrollo de diferentes actividades de esparcimiento y actividades de ocio, transformado este espacio en un lugar atractivo para la comunidad. Asimismo, desde una perspectiva urbanística y gestión del riesgo, el parque contendrá un área de inundación para posibles eventos de crecida del rio.
Por su parte, se espera que el Parque Kaukari tenga un fuerte impacto en el desarrollo urbano de sus inmediaciones, ya que en el diseño de este aparecen explícitamente nuevas zonas para el desarrollo inmobiliario de mayor altura y densidad, en comparación al área construida actualmente (Ver Im 3). Esto, representa un elemento llamativo y permite ahondar en la interpretación que da lugar a la otra cara de este caso, discutiendo cómo la construcción del parque puede genera no sólo los efectos planteados anteriormente, sino que también, y desde una perspectiva económica, en la construcción de este parque está implícito el beneficio del sector inmobiliario en esta dinámica y por ende, del agente privado en una obra que surge como una demanda local y en la que el Estado se hace partícipe no sólo desde el nivel nacional, sino que también regional.
Im 3. Diseño del Parque Kaukari y desarrollo inmobiliario en su entorno / Fuente: Parqueurbanokaukari, 2012
En este sentido, es que, en el discurso de diferentes actores – principalmente provenientes del sector público – se encuentran elementos que sostienen lo anterior. En particular, el entonces Ministro de Vivienda y Urbanismo, Rodrigo Pérez Mackenna, planteaba que el Parque Kaukari se podría transformar en el articulador del desarrollo urbano en la ciudad (Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 2010). Esto, si se complementa con lo planteado por Pablo Carrasco Milla, el entonces Secretario Regional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en que la construcción del parque permitiría “recuperar 160 hectáreas de zonificación de suelo para la inversión inmobiliaria” (Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 2010), se puede vislumbrar cómo detrás de la construcción del parque está instalada la idea – discurso de actores públicos provenientes de la escala nacional y regional – de obtención de beneficios para el agente inmobiliario, de característica privada.
Asimismo, en el discurso público se hace mención de dos elementos de relevancia. Primero, se plantea la inclusión de la ciudadanía en la construcción del parque, pero también en el desarrollo de proyectos privados en este espacio y su entorno, donde Pablo Carrasco Milla plantea que “se ha instalado la importancia de la recuperación del río como espacio de desarrollo de nuevos proyectos tanto públicos como privados” (Ministerio de Vivienda y Urbanismo, 2010). Segundo, se recurre a aspectos como el orgullo y el simbolismo de este parque para los habitantes de Copiapó. En particular, se evidencia que, en el primer mandato de Sebastián Piñera, el presidente redujo lo cívico a símbolos nacionales y no al encuentro y debate político que tendría el parque para los habitantes, manifestando que “tendrá un significado muy especial, porque en él se instalará la Bandera Bicentenario, convirtiéndola en una gran plaza cívica, que nos hará recordar lo orgullosos que estamos de ser chilenos” (El Diario de Atacama, 2013).
Considerando lo anterior, es que si bien, la construcción del gran proyecto Parque Kaukari dará respuesta a una serie de problemáticas de carácter ambiental y de desarrollo urbano de la ciudad de Copiapó, resulta interesante ver cómo en los discursos asociados a su construcción, mensajes provenientes principalmente de actores públicos, recurriendo al sentimiento de orgullo y al deseo local de la ciudadanía, se encuentran elementos con un marcado énfasis en el desarrollo de proyectos de carácter privado en el parque mismo y en su entorno inmediato, generando posiblemente externalidades positivas para el agente inmobiliario.
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Referencias
Bitran, E. Rivera, P., & Villena, M. (2014). Water management problems in the Copiapó Basin, Chile: markets, severe scarcity and the regulator. Water Policy 16, 844–863.
El Diario de Atacama. (2013). Presidente Sebastián Piñera puso la primera piedra del proyecto Kaukari. (En Línea). Fecha de consulta: 25 mayo 2018. Disponible en: www.eldiariodeatacama.cl
Ministerio de Vivienda y Urbanismo (2010). Parque Urbano Kaukari. Seremi Región de Atacama: Fecha de consulta: 25 de mayo de 2018. Disponible en: http://www.minvuatacama.gob.cl/ opensite_det_20101203125650.aspx
Parque Urbano Kaukari (2012). El Parque Urbano Kaukari. (En Línea). Fecha de consulta: 30 de mayo de 2018. Disponible en: http://parqueurbanokaukari.blogspot.com/2012/05/bienvenidos-nuestro-blog.html
Plataforma Urbana (2014). Parque Kaukari: Este año se abrirá la 1° etapa del parque que recupera el río Copiapó. (En Línea). Fecha de consulta: 30 de mayo de 2018. Disponible en: http://www.plataformaurbana.cl/archive/2014/09/26/parque-kaukari-este-ano-se-abrira-la-1%C2%AA-etapa-del-parque-que-recupera-el-rio-copiapo/
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. (2007). Perspectivas del Medio Ambiente Urbano: Geo Copiapó. PNUMA, P.113.
Rehner, J., Rodríguez, S. & Murray, W. (2018). Ciudades en auge en Chile: Rol de la actividad exportadora en la dinámica del empleo urbano. EURE Revista Latinoamericana de Estudios Urbano Regionales, 44(131), 151 – 171.
“El Megaurbanismo en Chile: planificación urbana y financiarización de la vivienda”
Ver“El Megaurbanismo en Chile: planificación urbana y financiarización de la vivienda”
Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Fernando Cazco, Arquitecto (Universidad de las Américas), Ecuador. Estudiante Magister Desarrollo Urbano (P. Universidad Católica de Chile]
Resumen
Los megaproyectos de vivienda en altura se han convertido en el símbolo de una ciudad planificada, eficiente y sostenible; sin embargo, hacer efectivo el derecho a la vivienda es cada vez más difícil, en una urbe en la que coexisten edificios inteligentes de departamentos vacíos con campamentos informales periféricos saturados. En Latinoamérica, en los últimos años, la construcción de grandes proyectos inmobiliarios ha generado polémica, tal como sucede con el caso del megaproyecto inmobiliario, en el sector de Plaza Egaña, cuestionado por los vecinos de las comunas de Ñuñoa y La Reina, que abre una gran interrogante: ¿Cuál es el objetivo de la planificación urbana actualmente?
Palabras Clave: Vivienda, planificación, financiarización.
Las ciudades globales exitosas generan una mayor desigualdad, debido a que en los proceso de planificación se olvida a la población vulnerable y se prioriza la generación de utilidades para la inversión de capitales privados. Así, se ajustan a conveniencia las leyes, normativas y gobernanza local, se modifica el paisaje urbano, en beneficio de una lógica mercantil que nos ha encaminado a una nueva crisis urbana (Florida, 2017).
En Latinoamérica, este fenómeno se presenta de forma más polarizada, con desigualdades sociales y económicas extremas, debido, entre otros factores, a un acelerado crecimiento de las ciudades y a la falta de una adecuada planificación urbana. El proceso de urbanización en los países latinoamericanos tiene un patrón recurrente: se ha dado, primordialmente, alrededor de una única ciudad, cuyo crecimiento ha sido expansivo, disperso y acelerado. Esta situación ha planteado nuevos desafíos y nuevos retos a la planeación y gestión urbana (De Mattos, 2013).
En Santiago de Chile es evidente la gran inversión inmobiliaria. El proyecto de construcción de las torres en Estación Central es un ejemplo paradigmático de las consecuencias de la crisis de la planificación urbana que enfrentamos: gracias a un inadecuado y cómplice control normativo, las empresas inmobiliarias obtienen grandes utilidades, a costa del deterioro de la calidad de vida de las personas. A la luz de este caso, se ha abierto la discusión sobre las consecuencias que tendría la construcción del megaproyecto inmobiliario Plaza Egaña, de cuatro torres de más de 30 pisos, cerca de la parada de la Línea 4 y la futura Línea 3 del metro. En una entrevista reciente, Javier Ruiz-Tagle (24 horas, 2018), denuncia que este proyecto degradará la calidad de vida de los habitantes, tanto para los que vivirán dentro como los que vivirán en su área de influencia, ya que causará saturación de la infraestructura vial y una disminución de la calidad de las condiciones ambientales.
Este proyecto prioriza los departamentos tipo lofts, de un solo dormitorio, y prevé un aumento de 5000 habitantes en las comunas de Ñuñoa y La Reina; lo que evidencia el interés de la inmobiliaria de atraer una población joven y transitoria, y dejar fuera del proyecto a los habitantes oriundos de estas comunas, cuyas familias tienen un promedio de entre tres a cinco miembros. Según Martí (2005), el modelo inmobiliario de los lofts genera viviendas pequeñas y costosas, asequibles solamente para una clase emergente, que expulsa a los habitantes originarios; este modelo lo podemos ver operando en la realidad chilena, con todas sus externalidades negativas: el costo de los arriendos sube de forma rápida y desmedida, en relación a los ingresos familiares, haciendo que el sueño de los sectores de clase media y popular, de tener vivienda propia, sea cada vez más lejano.
La percepción ciudadana sobre la financiarización de la vivienda, se expresa en su preocupación por el alza de los precios de arriendo. “Chile caro, arriendo$ ¿caros?” es la consigna de protesta de los chilenos, frente al cada vez más difícil acceso a la vivienda. Varios reportajes sobre el tema, evidencian que los arriendos en Santiago han aumentado en un 100% este último año. Teodiso Cayo, miembro de Cayo y Arenas Tasaciones, asegura que el arriendo promedio en Santiago es de 200 mil pesos, siendo muy difícil encontrar vivienda a un precio inferior. (Ahora Reportajes, 2018).
El precio del arriendo representa aproximadamente el 50% al ingreso familiar, que en promedio esta en 517.540 pesos (INE, 2017), sin embargo, este porcentaje es mayor al 30% (Millar, 2010) que se recomienda destinar al pago de la vivienda. Según Marcos Kremerman (Ahora Reportajes, 2018), economista de la Fundación Sol, afirma que el 80% de la población de mayores de 18 años esta endeuda para poder pagar el arriendo, de esta población 4´400.000 personas están morosas y el 76% de ellas reporta ingresos menores a 500 mil pesos.
Por otra parte, si bien los programa de vivienda social en Chile, como el otorgamiento de subsidios habitacionales, han dado buenos resultados al facilitar el acceso a la vivienda. Según Rodríguez & Sugranyes, (2004), el resultado de veinte años de una política exitosa de financiamiento de vivienda social, no es solo de cantidad sino también de una calidad en la intervención del entorno.
Sin embargo, es necesario pensar en una nueva política de vivienda social, que cambie las reglas de juego (Smolka & Mullahy, 2007), a fin de insertar a los usuarios vulnerables dentro de la ciudad y no arrojarlos a la periferia. Esta nueva política se sustentaría en la inversión directa del estado en proyectos para vivienda en arriendo. Actualmente, iniciativas como las adelantadas en el mismo caso de Chile, en el sector de Recoleta, han sido planificadas para aportar a la solución de esta problemática. Jadue, alcalde de la comuna de Recoleta, está promoviendo la construcción de proyectos de vivienda en arriendo, con un costo no superior del 25% del ingreso familiar (La Tercera, 2018); de esta forma, el estado crea una base de competencia en calidad en precios, frente al desarrollo de proyectos privados en el mismo sector, lo que serviría como herramienta para regular el mercado de alquiler.
En este contexto, la nueva planificación urbana tiene como uno de sus principales retos el desmercantilizar la vivienda, a través de la priorización de proyectos de vivienda colectiva y corporativa, que garanticen la permanencia de los usuarios de los sectores intervenidos, sean estos propietarios o arrendatarios. Para ello, como lo afirma Rolnik (2017), es importante que los movimientos sociales y políticos exijan un cambio en las políticas públicas de desarrollo urbano y una mayor regulación del mercado, frente a las alzas de arriendo, y que se generen proyectos urbanos de innovación y experimentación a nivel local.
Si se continúa promoviendo megaproyectos que solo miran el beneficio de los inversionistas, que destruyen el tejido social y deterioran el medio ambiente de los sectores donde se implementan, el resultado a mediano plazo será precarizar, aún más, la calidad de vida de los habitantes, agravar la problemática social e incrementar el descontento popular.
En párrafos anteriores se resaltó la importancia de una mayor participación e involucramiento de la ciudadanía, en la solución de sus problemas y en la construcción de nuevas alternativas a la planificación urbana. En este sentido, es que el SEA (Servicio de Evaluación Ambiental) haya abierto espacios de diálogo con los vecinos, para debatir sobre el proyecto a desarrollarse en Plaza Egaña (La Tercena, 2018), genera muchas expectativas, tanto en los involucrados como en los investigadores de los procesos de planificación urbana: en estos espacios de diálogo debe construirse, participativamente, una solución consensuada entre todas las partes, ya que si bien este tipo de megaproyectos promueven el desarrollo económico de la ciudad, deben complementarse con proyectos de vivienda social local (Katz & Nowak, 2018) y/o con políticas que regulen el mercado inmobiliario y protejan a la población más vulnerable.
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Referencias bibliográficas
24 horas, (2018). Mega proyecto en Plaza Egaña: ¿Ícono del crecimiento de Ñuñoa o un despropósito? Recuperado de: http://www.24horas.cl/nacional/mega-proyecto-en-plaza-egana-icono-del-crecimiento-de-nunoa-o-un-desproposito-2686883
Ahora Reportajes, (2018). Aumentó en un 100% el valor de los arriendos en Chile. Recuperado de: http://www.ahoranoticias.cl/programas/reportajes/222196-ahora-reportajes-aumento-en-un-100-el-valor-de-los-arriendos-en-chile.html
De Mattos, C. A. (2013). De la Planificación a la Governance: implicancias para la gestion territorial y urbana.
Florida, R. (2017). The new urban crisis: How our cities are increasing inequality, deepening segregation, and failing the middle class and what we can do about it. Hachette UK.
INE, (2017). Instituto Nacional de Estadísticas. Recuperado de: http://www.ine.cl/prensa/detalle-prensa/2017/07/25/ingreso-laboral-promedio-mensual-en-chile-fue-de-$517.540-en-2016
Katz, B., & Nowak, J. (2018). The New Localism: How Cities Can Thrive in the Age of Populism. Brookings Institution Press.
La Tercera (2018). Torres Plaza Egaña: SEA abre participación ciudadana por un mes. Recuperado de: http://www.latercera.com/nacional/noticia/torres-plaza-egana-sea-abre-participacion-ciudadana-mes/109232/
La Tercera, (2018). Recoleta crea modelo de arriendo que costará el 25% del ingreso familiar. Recuperado de: http://www.latercera.com/nacional/noticia/recoleta-crea-modelo-arriendo-costara-25-del-ingreso-familiar/52238/
Martí, M. (2005, September). El proyecto 22@ bcn: glocal governance, renovación urbana y lucha vecinal en Barcelona. In VII congreso Español deficiencia Política y de la Administración. Democracia y buen Gobierno (pp. 89-104).
Millar, H. L. (2010). Re-housing street-involved youth in Metro Vancouver.
Rodríguez, A, & Sugranyes, A. (2004). El problema de vivienda de los «con techo». EURE (Santiago), 30(91), 53-65. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612004009100004
Rolnik, R. (2017). Guerra dos lugares: a colonização da terra e da moradia na era das finanças. Boitempo Editorial.
Smolka, M. O., & Mullahy, L. (2007). Perspectivas urbanas: Temas críticos en políticas de suelo en América Latina. Lincoln Institute of Land Policy.
"Bigger is better? La disyuntiva de los mega proyectos urbanos"
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Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Fernando Narváez Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente]
Libro: Megaprojects and Risk. An Anatomy of Ambition
Autores: Bent Flyvbjerg, Nils Bruzelius, Werner Rothengatter
Editorial: Cambridge University Press
Año: 2003
Resumen
Los mega proyectos urbanos surgen como herramienta política y de transformación urbana, éstos tienen su auge después de la segunda guerra mundial cuando los gobiernos buscaron estimular las economías a través del financiamiento de obras públicas de gran escala. El libro Megaprojects and Risk. An Anatomy of Ambition presenta los mega proyectos y enfatiza la necesidad de ellos, pero desde una perspectiva social y económica analiza el riesgo de la ejecución de los mismos.
Palabras Clave: Mega proyectos, riesgo, desarrollo económico
En un mundo globalizado caracterizado por una vertiginosa urbanización y un ambiente de desregulación, los mega proyectos urbanos surgen como herramienta política y de transformación urbana, los cuales se sustentan y justifican bajo la premisa de que a partir de ellos se potenciará el desarrollo económico. Los mega proyectos se orientan principalmente hacia obras de infraestructura, lo anterior debido a que se han convertido en el elemento principal de toda actividad económica: autopistas, aeropuertos, líneas férreas y túneles son algunos de los más recurrentes. Según los establecen Altshuler & Luberoff (2003), la era de los mega proyectos surge después de la segunda guerra mundial cuando los gobiernos buscaron estimular las economías a través del financiamiento de obras públicas de gran escala.
Actualmente, es común la “práctica” del mega proyecto; por ejemplo, en Europa destacan el puente Öresund que conecta Dinamarca y Suecia o el tren Maglev entre Berlín y Hamburgo que son proyectos de infraestructura de miles de millones de dólares. Dentro de Latinoamérica también es posible identificar algunos mega proyectos como el Gasoducto Sur Peruano, el Túnel de Agua Negra que constará de un paso fronterizo entre Argentina y Chile o el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. A partir de lo anterior, es posible afirmar que actualmente los mega proyectos de infraestructura tienen un rol clave en el orden mundial para la movilidad de información, bienes y personas, es decir, son fundamentales en la nueva política y para el territorio.
El libro Megaprojects and Risk. An Anatomy of Ambition presenta una conceptualización de los mega proyectos y enfatiza la necesidad de ellos, pero desde una perspectiva social y económica analiza el riesgo de la ejecución de los mismos. Megaprojects and Risk inicia con la definición de mega proyectos, se establecen como las obras de ingeniería civil más grandes, vastas y complejas. Es decir, son proyectos que se caracterizan por su gran dimensión lo cual plantea un reto para los instrumentos, la ejecución y el financiamiento. Por lo tanto, llevarlos a cabo requiere que se reúnan recursos de una región -o de la misma nación- durante un periodo de tiempo prolongado.
Sin embargo, es posible afirmar que durante la última década se generó un aumento de mega proyectos de infraestructura, debido a que viene respaldado por un trabajo en conjunto del gobierno nacional y supranacional, el capital privado y organizaciones que se relacionan con el desarrollo. Por ello, el libro lo que busca es invitar a la reflexión a partir de vincular la de mega proyectos con la idea de riesgo que existe. Es decir, se considera que la construcción de mega proyectos es una responsabilidad importante y que un lugar, región o país puede verse afectado por una deliberación inadecuada.
Los autores consideran que el principal error es que los estudios y evaluaciones que se hacen para predecir o asumir la factibilidad de los mega proyectos es que se fundamentan en un “mundo newtoniano predecible de causa y efecto”, donde todas las cosas y variables se comportan de acuerdo con lo que se planificó previamente. Pero la realidad es totalmente distinta, los megaproyectos son altamente riesgosos.
Es posible seccionar el libro en dos partes, en la primera parte se critica el enfoque que se tienen para el desarrollo de los megaproyectos. Establecen que dentro de un escenario donde se presenta cada vez más esta tipología de proyectos, la calidad y el desempeño de los mismos tiene grandes vacíos en términos económicos, de medio ambiente y social. En la segunda parte abordan una propuesta de solución que se basa en el riesgo y en las instituciones. Los autores afirman que los mega proyectos deben desarrollarse con base en una toma de decisiones más democrática y que a partir de ello se podrá encontrar crecimiento económico, político y social.
El libro permite comprender algunas aristas relacionadas con los mega proyectos; sin embargo, enfatiza en la viabilidad y riesgo, dejando otras aristas como el papel del Estado, los aspectos esenciales de los proyectos o los retos que tienen los mega proyectos que están insertados en la ciudad. Además, en su parte final presenta un ejemplo que se encuentra lejano a la realidad latinoamericana, por lo que se considera que su aporte no es sustancial.
En Latinoamérica existe un factor importante que no es mencionado en el libro, la corrupción. A partir de este factor, se ha generado que algunos proyectos presenten costos excesivos, redefinición y atraso de proyectos e impactos negativos no previstos. En consecuencia, el público en general se muestra con cierta incertidumbre o negativo ante este tipo de proyectos, pero cabe aclarar que los mega proyectos no solo son proyectos de infraestructura, sino que además pueden ser: la renovación del centro/casco histórico, la transformación de zonas industriales en nuevas zonas de uso mixto o proyectos que se relacionan con vivienda social. A manera de conclusión, los megaproyectos son herramientas útiles para generar un desarrollo económico, siempre y cuando el proceso de planificación y el financiamiento sea transparente, además deberá estar acompañado de beneficios o compensaciones sociales, ambientales, económicos y urbano/territoriales. La inserción de este tipo de proyectos siempre deberá privilegiar un enfoque integrado que aborde las necesidades de los diferentes actores del territorio.
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Referencias
Altshuler, A. & Luberoff, D. (2003). Mega Projects. The Changing Politics of Urban Public Investment. Brookings Institution Press and Lincoln Institute of Land Policy. Virginia.
"Fábrica de ciudades: de la fábrica 420 a ciudad 24"
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Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Edna Rojas; Magíster en Desarrollo Urbano por la Universidad Católica de Chile]
Película: Ciudad 24
Dirección: Jia Zhangke
Año: 2008
Resumen
Bajo un formato de documental y grandes dosis de sensibilidad, Jia Zhang-ke expone el costo social de los cambios que aborda China en la actualidad a través de entrevistas a trabajadores reales de la antigua fábrica 420; un recuento de experiencias que los unen emocional y materialmente a la planta. Abarca tres generaciones: los cincuenta, momento de arribo de la fábrica en Chengdu; finales de los setenta, década en la que la producción aeronáutica decae; y el presente, momento crítico en el que la fábrica es vendida a una empresa inmobiliaria para promover la rehabilitación física y económica del lugar.
Palabras Clave: Ciudad industrial, Globalización, Destrucción creativa
La película Ciudad 24 expone las situaciones generadas alrededor de la desmantelación de una fábrica obsoleta de componentes aeronáuticos para dar paso a la construcción de un complejo residencial, de oficinas y servicio de alta gama sobre los restos de la Fábrica 420 del Grupo Chengfa. Este lugar fue hogar de quienes en 1958 fueron trasladados a Chengdú desde muchos lugares del país para crear de la nada una ciudad industrial, para posteriormente ceder paso a la especulación inmobiliaria y los servicios financieros en un contexto de globalización y apertura económica que poco espacio deja para los habitantes tradicionales de la antigua ciudad industrial.
Al fin de la guerra civil china y como parte de una estrategia militar y política para preservar la fuerza de la nación y alejarse de la vulnerabilidad de la tierra costera, se inicia un proceso de migración de la industria pesada hacia el oeste del país y la construcción de más de 640 fábricas en una región remota y montañosa. Bajo el modelo de una economía planificada, y con la inversión de más del 80% del presupuesto nacional, Chengdú se logró posicionar como el comando central de la región suroeste, consolidando una fuerte industria aeronáutica albergada en talleres de gran escala que conformaban la Fábrica 420.
Este proceso de industrialización acarreó grandes obras de ingeniería e infraestructura que soportaba una amplia demanda de operarios y materiales. El sistema de operación especializado e intensivo logró rápidamente una gran rentabilidad, los operarios y sus familias recibían prestaciones sociales y beneficios como áreas residenciales, calefacción, educación, clubes de ocio, pensiones, hospitales y empleo permanente. La fábrica 420 funcionaba como un microcosmos autosuficiente, una ciudad dentro de la ciudad, en el que la vida diaria de los empleados y su familia se desarrollaban plenamente; sus vidas estaban indisolublemente ligados a la ciudad industrial.
Años mas tarde, y tras el fracaso de las fuertes medidas socialistas, el país comienza a enfrentar una profunda crisis desencadenando conflictos internos y como resultante, un estancamiento económico y una industria cada vez menos rentable. Tras la obsolescencia de la industria pesada armamentista se evidencia la transformación de la fábrica 420 hacia una industria ligera orientada a generar productos de consumo manufacturados; incorporándose nuevos métodos de trabajo intensivo (acotados a tiempos semi-globalizados de productividad horas hombre), como también los primeros indicios de la exportación en masa. Atestiguándose así la entrada de la nueva fábrica 420 en Chengdu, y de China al mercado global.
Paulatinamente se establece una apertura económica general, que logra el establecimiento de regiones económicas especializadas para captar la inversión extranjera, principalmente atraída por la mano de obra barata. En este contexto, la apertura al capitalismo global, así como la progresiva financiarización de la economía de la mano de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), condujo a una sostenida pérdida de competitividad de la Fábrica 420 de Chengdú que finalizó en su inminente cierre.
La clausura de la fábrica 420, escenario y punto neurálgico de la ciudad industrial, trajo consigo insoslayablemente el fin de un estilo de vida sostenido a lo largo de varias generaciones de habitantes, para quienes la fábrica y su ciudad asociada constituyeron los límites de la cotidianeidad en todas sus aristas: trabajo, ocio, educación, relaciones sociales, etc. El cierre de la fábrica condujo a la relocalización de su población y la inminente reconversión de sus terrenos para otras actividades, principalmente el desarrollo inmobiliario (y posterior especulación asociada al mismo) a través de fuertes procesos de destrucción creativa, alejándolos de la posibilidad de mantenerse en su ciudad, toda vez que la modernidad que se abre paso no permite lugar para ellos.
Chengdu City aún se encuentra en expansión, la fábrica 420 se ubicaba en el centro de la ciudad vieja la cual ya no es una zona adecuada para una fábrica (…) Pronto, una moderna zona residencial de viviendas denominada “Ciudad 24” se levantará en este lugar. La fábrica 420 utilizará las ganancias de esta venta para modernizar su tecnología, lo que asegurará que la industria aeronáutica será pionera en los próximos 50 años – (Zhao Gang en City 24, 2008)
Lo que el documental “Ciudad 24” indica, más que la caracterización precisa de cierta forma de industria es el proceso de evolución social y territorial durante el momento de destrucción creativa, la transformación del ambiente construido. Lo trascendental del relato es principalmente el componente humano o costo social existente como consecuencia de cada una de las macrodecisiones políticas o económicas del país en general, o bien de las estructuras financieras globales. Dentro de estas irrupciones consecutivas a la vida cotidiana, lo que en general persiste es el sentido de arraigo de la población al territorio, incluso ante la demolición física de un pasado común.
"Medios, Transparencia y el Nuevo Aeropuerto"
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Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Rosalba González Loyde; Maestra en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Licenciada en Comunicación por la UNAM. Profesora de Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México]
Resumen
Los aeropuertos son mega infraestructuras, su impacto no refiere únicamente al de la edificación del aeropuerto sino a la gran demanda de suelo que generan a su alrededor y el impacto en el territorio en el que se emplazan. El Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) ha sido cuestionado desde su presentación, ya que el proceso público ha sido poco transparente y dado el escenario electoral actual y el contexto social del territorio donde se emplaza el proyecto, podría generar movilizaciones sociales que frenen por completo el proyecto.
Palabras clave: megaproyectos, transparencia, participación ciudadana
Im 1. Render Proyecto Naim. Fuente: Gobierno Federal, México. 2014
América Latina es la región más urbanizada del mundo. Algo que el discurso de desarrollo nos ha vendido como algo positivo es, en realidad, resultado de la creciente desigualdad en las zonas rurales en la región (Corti, 2018). A pesar de ello, el discurso de los gobiernos de la región es el de la urbanización como sinónimo de desarrollo. Esto viene de la mano con la construcción de grandes infraestructuras que se convierten en hitos dentro de los territorios que las albergan, como los aeropuertos.
Para Sassen, los aeropuertos son infraestructuras que forman parte del medio ambiente de las ciudades globales, su función en el actual sistema económico no es sólo el de nodo de comunicación, sino también el de tarjeta de presentación dentro del esquema de ciudades competitivas. Ello implica que deben cumplirse una serie de atributos, lo que viene a articular el principio de homogeneización “de las ciudades y las regiones globales debido a la intensidad y rapidez de la reconstrucción urbana en tales áreas” (Sassen, 2007, 30). En esta línea, los aeropuertos están enmarcados en su función de terminal de transporte y conexión, así como indicador –espectacular- de desarrollo a nivel global.
Durante décadas la reubicación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue tema del gobierno federal, el crecimiento económico de México y su relevancia como destino financiero y turístico comenzó a obviar la necesidad de una renovación o reubicación de la infraestructura que permitiera mayor alcance. Sin embargo, crisis económicas y escenarios políticos adversos frenaron en diversas oportunidades la realización del proyecto, hasta esta última gestión del gobierno federal mexicano.
El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México[1] ha sido uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos sexenios en México. Una calificación que no está únicamente anclada al impacto global que es capaz de generar una infraestructura aeroportuaria para una región o incluso un país, sino también al impacto territorial que implica asentarse en colindancia con la zona más poblada y densa de todo el país: el oriente de la Zona Metropolitana del Valle de México y zonas semiurbanas como Atenco.
Pese a lo anterior, el proyecto fue presentado en 2014 con un discurso donde predominó la espectacularidad y el nacionalismo; y las explicaciones sobre los impactos que generaría el proyecto fueron de escasos a nulos. Esto permeó en gran medida sobre los medios de comunicación que replicaron el discurso de la espectacularidad invisibilizando los impactos que tendría la implementación del megaproyecto en la zona oriente de la ciudad.
Dada la escalaridad de estos grandes proyectos urbanos, los controles de transparencia y rendición de cuentas deben ser efectivos pues, en lo general, la implementación de éstas intervenciones supera los períodos de gobierno por lo que se requiere control financiero y de actores sociales. En este sentido, Flybverg (2012) expone que la participación ciudadana y los medios de comunicación son actores fundamentales en este proceso, pues no sólo funcionan como fiscalizadores de los proyectos sino que, dada una buena gestión, también lo legitiman y permiten su adecuada integración en el territorio.
Los medios de comunicación al participar como críticos y no como voceros de megaproyectos, permiten generar un ambiente para el diálogo, lo que hace posible que personajes antagónicos tomen postura de manera temprana y puedan ser identificados para negociaciones y evitar conflictos que mermen la capacidad de integración del proyecto o que, en casos extremos, frenen su realización.
Para el caso del NAIM los mecanismos de transparencia han sido limitados. En los primeros meses luego de la presentación del proyecto diversos organismos locales e internacionales realizarón observaciones sobre el proyecto, entre los que destaca el de la OCDE (2015) en donde, en temas de transparencia, se recomendó a los gestores del proyecto hacer públicos los informes de impacto ambiental, social y otros. Sin embargo, el sitio web (http://www.aeropuerto.gob.mx/), que ha sido modificado en múltiples ocasiones, eliminó en el segundo año del proyecto los discursos de presentación del proyecto y la información solicitada por distintos organismos fue presentada de forma parcial o simplemente no fue presentada.
A cuatro años de la presentación pública del proyecto del NAIM, la información continúa siendo escasa y este escenario, sumado al contexto político y social del país, genera incertidumbres que podrían provocar movilizaciones que reflejen el descontento existente para aquellos que han sido invisibilizados sistemáticamente en la planeación del proyecto y que hoy ya sufren las consecuencias de la reubicación del aeropuerto.
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Nota:
[1] Inicialmente tenía el nombre de Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pero dado que el proyecto ya no se encontrará dentro de la administración territorial de la Ciudad de México, el gobierno federal ha decidido denominarlo Nuevo Aeropuerto Internacional de México, sin embargo, la prensa ha continuado denominando al proyecto con su primer nombre. La aclaración no es nimia dado los conflictos políticos y territoriales que se han gestado desde hace ya varias décadas entre el hoy extinto Distrito Federal (Ciudad de México) y el estado que lo rodea: Estado de México.
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Referencias:
Corti, Marcelo (2018, 31 de mayo). El estado de las ciudades latinoamericanas. Revista Nueva Sociedad, Recuperado de https://bit.ly/2Jl9bKi.
Flyvbjerg, B. (2012). Why mass media matter to planning research: the case of megaprojects. Journal of Planning Education and Research, 169-181.
México. Gobierno Federal Mexicano (2017). Mecanismo de Información y participación pública del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Recuperado de: https://bit.ly/2kFvDQ9.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE. (2015). Desarrollo efectivo de megaproyectos de infraestructura. El caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudd de México. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1787/9789264249349-e
Sassen, S. (2007). El reposicionamiento de las ciudades y regiones uranas en una economía global: ampliando las opciones de políticas y gobernanza. EURE, 33 (100), 9-34.
Entrevista a María José Larrondo: “Un mega proyecto será productivo y será desarrollo en tanto se analicen las capacidades que posee la ciudad de soportar el proyecto donde quiere llevar a cabo y en base a eso desarrolla parte de la ciudad”
VerEntrevista a María José Larrondo: “Un mega proyecto será productivo y será desarrollo en tanto se analicen las capacidades que posee la ciudad de soportar el proyecto donde quiere llevar a cabo y en base a eso desarrolla parte de la ciudad”
Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Pia Acevedo; Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC). Becaria Conicyt. Magíster en Gestión Cultural (U.Chile). Licenciada en Historia (UDP)]
María José Larrondo es Arquitecta de la Universidad de Valparaíso. Directora del Departamento de Patrimonio, de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso.
“Un mega proyecto será productivo y será desarrollo en tanto se analicen las capacidades que posee la ciudad de soportar el proyecto donde quiere llevar a cabo y en base a eso desarrolla parte de la ciudad”
“Lamentablemente la plusvalía se mide en grandes inversiones económicas que traen retribuciones a corto plazo, midiendo impactos sólo desde la perspectiva económica o sólo desde una variable, como objetos en sí mismo, y no se mide el impacto a largo plazo”
1) En diciembre del 2017 la Corte Suprema de Valparaíso declaró ilegal la construcción del proyecto Mall Barón, situación que fue valorada por el municipio. Desde su perspectiva, ¿cuáles eran los principales perjuicios que este megaproyecto le generaría a la ciudad de Valparaíso?
Complicada pregunta. El mayor problema que tiene los proyectos en Valparaíso es verlos como objetos posados en una mesa, cada uno con sus complejidades y mundos separados, sin entender que cualquier proyecto genera una sinergia que puede ser positiva o negativa. Acá la discusión es que, por un lado, no es un pequeño proyecto, es un gran proyecto en magnitud y en inversión y, por otro lado, se desenvuelve entendiendo el valor de un inmueble como si este fuera por sí solo y, a pesar de la gran inversión, no se desarrolla en completitud y potencia de la ciudad existente; se trabaja como un galpón que en 30 años se puede demoler y no como la sinergia de una construcción que afecta a una ciudad completa. Sumando a toda esta problemática de pensar que el impacto por tamaño e inversión solucione los problemas de la ciudad, al no existir diálogo o acuerdo por grande que sea el proyecto no generará impactos que transformen la ciudad en una potencia.
2) Teniendo en cuenta este rechazo, ¿cómo definiría usted el rol de la ciudadanía en el fallo que dictó la corte suprema sobre este proyecto?
La ciudadanía evidenció la falta de diálogo, la falta de entender que la ciudad la componemos personas y edificaciones, que esta ciudad no es un puerto aislado del trasporte y que el mar es un objeto de observación. Esta es una CIUDAD PUERTO, que requiere la seriedad de diálogo y consenso al comprender que todo elemento y todo habitante tienen derechos y deberes y no que por ser una gran inversión se disponga de decidir hacer una ciudad distinta que se acomode a la decisión que se toma en una parte importante de la ciudad.
La ciudadanía vino a poner a la mesa la discusión de lo que entendemos por patrimonio, por nuestro patrimonio, a entender que la decisión de definir un área de la ciudad como Patrimonio Mundial, no era sólo una lista de concurso, era un compromiso de entender que, aunque tuviera límites, la influencia de ésta área en la ciudad y viceversa genera impactos positivos y negativos y si el Estado está a la altura de decidir inscribir en la lista de patrimonio mundial también está a la altura de preservar los valores y atributos que hicieron merecedora a la ciudad de dicho reconocimiento. Por lo tanto todo proyecto, independiente de su monto o tamaño, debe estar a la altura de la nominación y debe ser responsable con propender siempre a impactar a la ciudad de manera positiva y no negativa.
Lo más importante es que la discusión que nace de la ciudadanía es una voz de alerta, es el despertar de la letanía que gatilló de un empoderamiento de entender que el ser porteño implica ser parte del patrimonio y por ende se asume una gran responsabilidad y el poder de decisión que permite no sólo alertar, sino también denunciar y actuar.
3) La zona en donde estaba considerado levantar este centro comercial es un espacio muy significativo para los porteños. En este sentido, ¿cuáles son las expectativas y visión de desarrollo que tiene el municipio para con éste espacio?,¿existe alguna iniciativa concreta por parte del municipio y/o el Gobierno Regional para llevar a cabo en este espacio de la ciudad?
El espacio donde se desarrollaba éste proyecto es uno de los pocos elementos aún existentes y visibles del patrimonio industrial portuario de esta ciudad, es también el único nexo directo de la ciudad con el mar más allá de lo contemplativo, es el espacio con el mayor potencial de desarrollo urbano y de suelo disponible para el desarrollo de espacios comunes. Sin embargo, no se puede seguir pensando que éste potencial se explote sólo en su contexto espacial, es un componente más de nuestra ciudad oceánica, no en su contexto de borde costero, sino entendiendo el potencial marítimo que se presenta al país como ciudad oceánica. El borde costero asemeja a una línea en un plano, cuando en realidad la influencia de éste borde, de ésta ciudad puerto, de ésta ciudad con un área patrimonio mundial no se puede derrochar en un borde, requiere de un proyecto y compromiso país para lograr entender que los espacios urbanos no están configurados a partir de objetos museográficos, sino que son lugares de vida, de encuentros, de habitar. En definitiva, lo que más le hace falta a ésta ciudad son espacios de “ocio”, lugares que alberguen el potencial de ser ciudad puerto, capital cultural, patrimonio mundial y principalmente ciudad oceánica, pero se necesitan consensos ciudadanos, estatales, gubernamentales e internacionales para lograr cualquier proyecto de ciudad.
4) Para la escala de Valparaíso, el proyecto Proyecto Mall Barón podría ser considerado un mega proyecto, que involucraba a diversos actores y sectores de la sociedad. A su juicio, ¿cómo deberían conjugarse los intereses públicos y privados en proyectos de esta envergadura, que además en ocasiones, se ubican en lugares de alta plusvalía?
Lamentablemente la plusvalía se mide en grandes inversiones económicas que traen retribuciones a corto plazo, midiendo impactos sólo desde la perspectiva económica o sólo desde una variable, como objetos en sí mismo, y no se mide el impacto a largo plazo. En éste sentido, la ciudad no es un cuento que se escribe una vez, se escribe a diario y se escribe por muchos y el tamaño del proyecto tiende a hacer pensar que va a dinamizar e incitar a una transformación física de la ciudad. El problema está cuando reconocemos valores patrimoniales, culturales y naturales en una ciudad, pero seguimos pensando en el tamaño de la inversión en vez de reconocer lo que tenemos y analizar lo que se necesita para potenciar y fortalecer lo que hay, entregar nuevas perspectivas, desde una visión de desarrollo sostenible, a largo plazo y con impactos positivos por sobre los negativos. Un mega proyecto que llega volando como un OVNI y se posa no es la solución a una ciudad patrimonial, es desarmar esa ciudad y cambiarla, un mega proyecto será productivo y será desarrollo en tanto se analicen las capacidades que posee la ciudad de soportar el proyecto donde quiere llevar a cabo y en base a eso desarrolla parte de la ciudad.
Hace años toda obra de infraestructura de la ciudad pudo haber sido un mounstro, el ferrocarril, el molo, la bodega Simón Bolivar, y tantas otras más, pero ésta ciudad se paralizó en el tiempo y esas mega infraestructuras siguen funcionando y siguen vigente con desarrollos capaces de sostenerlos en el tiempo. Desde su origen no fueron proyectos que se pensaran para un corto plazo o para beneficio del sector donde se instalaron, sino que se desarrollaron y permitieron entender una ciudad armónica en su totalidad. Finalmente, el problema no es el proyecto de gran tamaño o gran inversión, es el cómo, dónde y para qué se instala.
5) Respecto al puerto de Valparaíso y el controversial proyecto del T2 y T3 que se proyecta para aumentar la capacidad portuaria; cuál es la perspectiva del municipio respecto del desarrollo de un proyecto de éstas características para la ciudad? ¿cuáles son las alternativas que se sortean para conjugar desarrollo económico con una planificación urbana que integre el valor patrimonial y social que reclama la ciudadanía respecto su borde?
El primer problema es pensar que el desarrollo económico no tiene relación o es ajeno al patrimonio o a la planificación urbana. Todo desarrollo es tal si en base a entender lo que se tiene, lo pasado valorado, el presente donde se proyecta y el futuro que planea es parte integral de entender la planificación en una ciudad que a la vez es patrimonial y que, como tal, no es una gran maqueta, sino que un lugar común de personas que desarrollan sus vidas y que pertenecen a ese lugar que no está compuesto por objetos aislados, sino que está enfrentándose cotidianamente siendo parte de un todo.
El desarrollo urbano no es entender objetos llámense T2, T3, Mall, ciudad, borde costero, etc, sino que debe apuntar a que estos dialoguen en un objeto común de ciudad que apunte a un vivir mejor de sus habitantes que, a la vez, reconocen en lo que tienen un patrimonio cultural amplio, rico, pero en riesgo, el que no se aplaca con hacer algo enorme al costado, sino por entender que la ciudad es un sistema inserto en una red de problemáticas diversas que deben dialogar, acordar y transar en un constante diario. Lo anterior no se soluciona sólo con inversión, sólo con grandes proyectos, sólo con bordes, sino que con redes que, en el caso de Valparaíso, tienen variables incluso internacionales para entender la ciudad, su patrimonio y el desarrollo.
6) Considerando que Valparaíso atraviesa una crisis económica y requiere atraer mayor inversión que beneficie la calidad de vida y el bienestar social de su población, de qué manera proyectos de esta envergadura podrían ser un aporte para el desarrollo económico y social de la ciudad?
Reiterando lo de la pregunta anterior, la crisis económica y el bienestar social no se solucionan con una gran alternativa, sino que con diversas alternativas que logren cruzar lo económico con lo social, donde la inversión más alta no necesariamente es la que gane como en una carrera, sino que ganará el desarrollo integral que solucione las problemáticas existentes y no solo traslade problemas. La pobreza no se soluciona cambiando de lugar a un mendigo, o trasladando la vivienda social a la periferia. La ciudad es un lugar común, donde todos debiésemos tener las oportunidades de surgir y donde el patrimonio cultural es de todos, no de unos pocos. Si bien se requieren recursos económicos para recuperar la infraestructura patrimonial, ésta no sirve si no la habito, ya que deja el sentido de ser patrimonio y pasa a ser objeto de culto y no soporte de vida.
7) Para concluir, a pesar de las resistencias que, en ocasiones, generan los proyectos de gran envergadura para las ciudades, ¿qué tipo de mega proyectos son necesarios en este momento para la ciudad de Valparaíso y para mejorar la calidad de vida de sus habitantes?.
Grandes proyectos que necesita la ciudad son miles y algunos ejemplos pueden ser: el saneamiento de todas las quebradas, un borde costero integrado a la ciudad, la comuna, la región y el oceáno, un hospital que, además de valorar una infraestructura digna y necesaria, soporte el peso histórico y del lugar donde está, el tratamiento de la basura en el desarrollo integral medioambiental, de disminución de carga y aumento de la reutilización. De otro lado, áreas verdes de calidad en toda la ciudad con protección de todas sus quebradas como corredores biológicos, un sistema integrado de transporte económico, no contaminante que incorpore los sistemas patrimoniales, recobrando los 30 ascensores más la incorporación de nuevos, instalaciones eléctricas públicas y privadas acordes a las condiciones de sostenibilidad ambiental, eficiencia energética y protección del patrimonio para todo Valparaíso, sacar todos los cables en desuso, viviendas dignas, de calidad y accesibles a todo porteño, salud y educación de calidad. Asimismo, emergen también las vías conectoras que continúen la potencia del camino cintura. Desde otra perspectiva aparecen los Museos de la ciudad en el territorio completo, de calidad mundial, con servicios de conservación, resguardo que permita construir la memoria de la ciudad para el mundo, etc. Estamos hablando de aproximadamente 1400 proyecto de PLADECO.
"La Vivienda como Mega Negocio"
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Revista Planeo Nº 36 Mega Urbanismo, Junio 2018
[Por Itzel Lovera Valencia; Licenciada en Planeación Territorial de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) CDMX. Ayudante de investigación Departamento de Métodos y Sistemas, UAM CDMX]
Resumen
Las políticas urbanas en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM O ZMVM) en México, han estado marcadas por tendencias vinculadas con cambios significativos en el papel que desempeña el sector público y privado en la producción y organización del espacio urbano estableciendo iniciativas de proyecto promovidos por instituciones financieras internacionales con el fin de promover la apertura de mercados y la competitividad del país. (Dahau y Giglia,2013). Sin embargo, estas políticas distan de alcanzar los objetivos sociales propios del ordenamiento territorial ya que no tienen interés en solucionar las carencias de la ciudad, en fomentar la inclusión, convivencia e identidad de todos sus habitantes, en la conservación del medio ambiente, sino más bien consolidar un negocio.
Palabras clave: vivienda; ordenamiento territorial; mega urbanismo
Introducción
Con el auge inmobiliario en la capital mexicana entre 90´s y el 2006, brota una nueva visión de país y sus ciudades concretándose con la llegada de empresas y el arribo de generaciones de profesionistas, muchos con influencia extranjera y una visión distinta de la ciudad respaldados por un gobierno promotor cuyo ideal de calidad de vida de los habitantes de una población está determinado por el nivel de competencia. (Dahau y Giglia,2013).
Según datos de la revista Sin Embargo: La construcción de proyectos de inversión en la CDMX, prospera durante las jefaturas de Gobierno de Andrés M. López Obrador (2000-2006 quien impulsó el bando[1] para repoblar el centro de la ciudad y disminuir la densidad en la periferia con un resultado al revés), Marcelo Ebrard (2006-2012 quien emitió la norma 26 para permitir la construcción de vivienda social en todas las delegaciones, pero las inmobiliarias vendieron en millones de pesos los departamentos dejando de lado la vivienda social y múltiples irregularidades) y Miguel A. Mancera (2012-2018 quien impulsó formas legales que permiten construir en grandes extensiones a través de fideicomisos que se mantienen en opacidad). Éstos gobernantes aprobaron y ejecutaron diversas reformas al marco normativo de la CDMX, para incentivar la construcción de proyectos inmobiliarios en reservas territoriales, barrios antiguos y áreas naturales.
Caballero señala que uno de los mercados que ha presentado mayor dinamismo y crecimiento en la última década es el inmobiliario. Eventos como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las próximas elecciones federales en México tendrán repercusiones en la economía nacional, este sector seguirá manteniendo una dirección positiva. Indica también que para enfrentar estos retos, el sector tiene diversos mecanismos de inversión que impulsan la inversión inmobiliaria, como los Fideicomisos de Inversión en Bienes Inmuebles y los Certificados de Capital de Desarrollo.
Con el auge inmobiliario, la condición de producción del espacio urbano está vinculado al desarrollo de una amplia oferta de financiamiento bancario centrado en la vivienda residencial de nivel medio y alto, a la realización de grandes proyectos vinculados con comercio y servicios financieros. Acompañado por formas específicas de regulación del desarrollo urbano centrados en la producción a través de modificaciones de uso y densidades de suelo, que en conjunto provocan que la normativa vigente no sea aplicada por la autoridad o que se apliquen discrecionalmente, tales como: no cumplir con el Programa Parcial de Desarrollo Urbano vigente, no cumplir con las especificaciones del dictamen del polígono de actuación, omitir los estudios de impacto urbano y ambiental y los programas internos de protección civil.
La necesidad más básica de la población es una vivienda, se refleja en el sector residencial que históricamente ha sido el segmento más grande del mercado de bienes raíces. Sin embargo se han enfocado a la construcción de viviendas residenciales de lujo y gran altura, aveces demoliendo vivienda que es patrimonio. Provocando incremento en la densidad de población, demanda de servicios básicos y un aumento considerable en la renta del suelo. Detonando procesos de gentrificación, donde quienes tienen mayor poder adquisitivo desplazan a los habitantes originales con menores recursos obligándolos a buscar algo más accesible.
Im1. Análisis costo de la vivienda en CDMX / Fuente: Propiedades.com, CNIC y SHT, 2017
Acceder a este estilo de vida en la capital será complicado para los trabajadores de clase media y baja, pues el ingreso de este sector oscila entre los $4,000.00 mensuales, lo que significa que un trabajador promedio tendría que haber ahorrado durante la última década cada mes al menos 30% de su ingreso para solicitar un crédito hipotecario, sin considerar el aumento constante del precio de la canasta básica, entre otros. Esto en relación a trabajadores formales, pero qué sucede con respecto a los trabajadores informales que perciben un salario insuficiente y que no pueden acceder a un crédito para adquirir una vivienda por lo tanto recurren a la vivienda informal en las periferias de la ciudad o estados, municipios como Querétaro, Cuernavaca, Ecatepec o Toluca. Que son casas unifamiliares sin servicios, alejadas de los centros de trabajo, en zonas de riesgo o en Áreas Naturales Protegidas (ANP).
Im.2 Una metrópoli más elitista / Fuente: sinembargo.com.mx
Suárez, Pantoja y Ramírez (2017) señalan que nos encontramos en un modelo lleno de contradicciones y desinformación del que se han beneficiado políticos y empresarios inmobiliarios al convertir a la vivienda en una mercancía, una forma de acumular riqueza y no como un derecho fundamental; generando proyectos que no se articulan con las demandas ciudadanas ni los instrumentos jurídicos-legales existentes en materia de manejo y ordenación del territorio, sino un desarrollo enfocado a la inversión, infraestructura para los autos, aumento del consumo y un crecimiento desmedido de la desigualdad.
Por lo que debe ser obligación del Estado Mexicano, impedir injerencias o incumplimientos en el goce del derecho a la vivienda, así como los promotores y desarrolladores inmobiliarios deben asumir la obligación de desarrollar vivienda accesible y adecuada.
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Referencias bibliográficas
Caballero, J. (2018, 28 de enero). El mercado Inmobiliario va al Alza. Milenio. Recuperado de http://www.milenio.com/negocios/el-mercado-inmobiliario-va-al-alza
Dahau E, Giglia ,A. (2008) coord. 2008. Las reglas del desorden: habitar la metrópoli, (1a ed.) CDMX, México: Siglo XXI editores.
Díaz Pérez , A. (2018, 28 de febrero). Los vacíos en la protección del derecho a una vivienda adecuada. Nexos. Recuperado de https://eljuegodelacorte.nexos.com.mx/?p=7736
Padilla A, Barragán D y Flores L, (2016, 20 noviembre). El apogeo de la vivienda de elite arroja a personas de sus casas y hasta de la CdMx. Sin Embargo. Recuperado de http://www.sinembargo.mx/20-11-2016/3117113
Suarez, J.E., Pantoja, Y.G., y Ramírez, J.C., (2017). Análisis contextual en torno al desarrollo de megaproyectos en México: Una perspectiva legal antes los efectos ambientales. En B.V Carrasco Gallegos (coord.), Megaproyectos urbanos productivos impactos socio territoriales. (1a ed.,pp. 59-64). México. Secretaria de investigación y estudios avanzados de la UAEM.
Unidad de Datos, (2016, 21 de noviembre). El auge inmobiliario del PRD en la CDMX deja anarquía y ganancias millonarias. Sin embargo. Recuperado de http://www.sinembargo.mx/21-11-2016/3117142
[1]Bando: Comunicado oficial emitido por una autoridad por lo general municipal, en el que se constan órdenes, indicaciones o consejos para que sean conocidos por la población.
"EL PERFIL Y LA INTELIGENCIA TERRITORIAL EN EL ORDENAMIENTO TERRITORIAL. Perspectivas teóricas, epistemológicas y técnicas en articulación con las comunas de la provincia de Córdoba, Argentina"
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Revista Planeo; CONVOCATORIA ABIERTA 2018
[Por, Vanesa Cristi Aloranti; Consejo Nacional de Investigación Científicas y técnicas. Centro Científico Tecnológico CONICET
José Ignacio Stang; Consejo Nacional de Investigación Científicas y técnicas. Centro Científico Tecnológico CONICET]
Recibido el 29.12.2017, publicado el 01.06.2018
Resumen
En el estudio y análisis del territorio se considera importante una visión sistémica-holística que aborde aquellas dimensiones sociales, económicas, culturales, político-institucionales y naturales, que resultan de la comprensión de lo territorial desde distintas escalas, jerarquizadas y en interacción. Si bien las investigaciones sobre el territorio incluyen un número cada vez mayor de temas, siguen existiendo aún vacíos importantes por la ausencia de un enfoque integral. En el afán de acercarnos a la consideración de las diferentes dimensiones que conforman el sistema territorial, se propone rescatar ciertas posturas teóricas, epistemológicas y técnicas en materia de ordenamiento territorial (considerando una relación con las categorías de inteligencia territorial y perfil territorial) y su articulación con las comunas (localidades menores a 2000 habitantes) de la provincia de Córdoba, Argentina. Se procura facilitar la interacción entre conocimiento científico, consenso social y poder político como nudo crucial para estimular los procesos de crecimiento y desarrollo en los territorios. Se considera que el aporte aquí desarrollado representa un material valioso posible de ser abordado para la formulación de lineamientos de ordenamiento territorial de las comunas a partir de la identificación de perfiles territoriales a escala regional en la provincia de Córdoba, Argentina.
Palabras clave: comunas, ordenamiento territorial, inteligencia territorial, perfil territorial
Abstract
The study and analysis of the territory, considered a systemic-holistic vision as important that addresses those social, economic, cultural, political-institutional and natural dimensions that result from the comprehension of the territorial from different scales, hierarchical and in interaction. Although research on the territory includes a growing number of topics, there are still major gaps due to the absence of a comprehensive approach. In the eagerness to approach the consideration of the different dimensions that make up the territorial system, it is proposed to rescue certain theoretical, epistemological and technical positions in matters of territorial planning (considering a relationship with the categories of intelligence and territorial profile) and its articulation with the comunas (localities smaller than 2000 inhabitants) of the province of Córdoba, Argentina. It seeks to facilitate the interaction bet- ween scientific knowledge, social consensus and political power as a crucial node to stimulate the processes of growth and development in the territories. It is considered that the contribution developed here represents a valuable material that can be approached for the formulation of territorial planning guidelines for communes based on the identification of territorial profiles at a regional scale in the province of Córdoba, Argentina.
Keywords: comunas, territorial planning, territorial intelligence, territorial profile
"CHAÑARAL, UN PROBLEMA AMBIENTAL INSOSLAYABLE. Intentos de solución en una ciudad bajo letargo"
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Revista Planeo; CONVOCATORIA ABIERTA 2018
[Por, Pablo González Castillo; Licenciado en Historia, Universidad de Chile. Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Recibido el 17.07.2017, publicado el 01.06.2018
Resumen
El presente artículo hace un breve repaso por los antecedentes que suscitaron el problema ambiental de Chañaral hasta su judicialización y término de vertido de relaves en 1990. Ante la ausencia de planes y proyectos que resuelvan el problema de fondo, se busca escudriñar cualitativamente en el fenómeno de la desigualdad socio-ecológica, estableciendo una relación entre el impacto ambiental por la acumulación de relaves y el letargo urbano de dicha ciudad. Las medidas promovidas en el territorio, solo se han traducido en malogrados intentos de mitigación de las sustancias nocivas transportadas por el viento hacia el interior de la ciudad, y en proyectos urbanos sobre el depósito de relaves con el fin de configurar una nueva imagen urbana. Sin embargo, estos intentos han fracasado al presentarse la realidad ambiental de Chañaral como un problema insoslayable.
Palabras clave: problema ambiental- desigualdad socioecológica- relegación urbana
Abstract
The present article briefly reviews the antecedents that gave rise to the environmental problem of Chañaral until its judicialization and cessation of tailings discharge in 1990. In the absence of plans and projects that solve the problem of substance, it is sought to qualitatively scrutinize in the phenomenon of socio- ecological inequality, establishing a relation between the environmental impact caused by the accumulation of tailings and the urban lethargy of said city. The measures promoted in the territory, have only resulted in failed attempts to mitigate harmful substances transported by the wind to the interior of the city, and in urban projects on the tailings deposit in order to configure a new urban image. However, these attempts have failed to present the environmental reality of Chañaral as an unavoidable problem.
Keywords: environmental problem – socioecological inequa- lity – urban relegation
"LA PÉRDIDA DE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO EN LA CALLE POSITOS"
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Revista Planeo; CONVOCATORIA ABIERTA 2018
[Por, José de Jesús Cordero Domínguez; Doctor en Arquitectura, Profesor-investigador de tiempo completo del Departamento de Estudios Culturales, División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus León, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México]
Recibido el 28 de agosto de 2017, publicado el 01.06.2018
Resumen
La declaratoria de la Ciudad histórica de Guanajuato como Sitio Patrimonio de la Humanidad en 1988 desencadenó una serie de transformaciones urbanas para convertirla en un destino turístico de México, inversiones privadas en la adquisición de inmuebles y cambio de uso habitacional a usos mixtos de comercios y servicios; así como la reactivación de una antigua calle denominada ahora Circuito de Arte Positos. El objetivo de este artículo es mostrar el proceso de pérdida del patrimonio a partir de la declaratoria de la UNESCO, caso de estudio la calle Positos. La metodología consistió en la búsqueda documental y bibliográfica del Circuito de Arte Positos; seguido del trabajo de campo donde se verificaron y registraron los cambios en el uso de los inmuebles y una tercera fase de cotejo de información con la base teórica consultada.
Abstract
The declaration of the historic town of Guanajuato as a World Heritage Site in 1988 generated series of transformations urbans investment to turn it into a tourist destination in Mexico, private investments in the acquisition of buildings and a change of housing use to mixed uses of stores and services; as well as the revival of an old street now called Positos Art Circuit. The aim of this article is to show the process of loss of heritage from the declaration of UNESCO, case study Positos street. The methodology consisted of documentary and bibliographic search of Positos Art Circuit; followed by fieldwork where the changes in the use of buildings were verified and recorded and a third phase of information collation with the theoretical base consulted.
Keywords: Positos, land use, loss of heritage
"ACCESIBILIDAD Y MOVILIDAD URBANA A ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS PÚBLICOS DE BOGOTÁ. Análisis de eficacia espacial del programa “Al Colegio en Bici”"
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Revista Planeo; CONVOCATORIA ABIERTA 2018
[Por, Angélica Moreno Calderón; Estudiante de la maestría de estudios urbanos en FLACSO- Ecuador. Especialista en economía urbana y regional y administradora pública]
Recibido el 29 de agosto de 2017, publicado el 01.06.2018
Resumen
La ubicación de los centros educativos en la ciudad de Bogotá anteriormente no obedecía a criterios de planeación urbana, sino que era el resultado de la utilización de lotes vacíos, incidiendo esto de manera negativa en la movilidad urbana, la congestión vehicular y el difícil acceso de los estudiantes a las instituciones. En el año 2013 se implementó el programa “Al colegio en bici” con el objetivo de facilitar el acceso de estudiantes a los planteles educativos mediante alternativas de movilidad sustentable. Se pretende identificar la incidencia del programa “Al colegio en bici” en el tránsito vehicular de los lugares aledaños a donde se ubican los colegios públicos de Bogotá, además de establecer la contribución del programa mencionado, a la accesibilidad de los estudiantes hacia los centros educativos. Para el desarrollo del mismo, se hace uso de los sistemas de información geográfica, que permiten realizar una representación espacial de los fenómenos, de manera que se toma la accesibilidad y la movilidad de las áreas de influencia de las instituciones públicas de la ciudad.
Palabras clave: Movilidad, accesibilidad, congestión vehicular, al colegio en bici
Abstract
The location of educational centers in the city of Bo- gotá previously did not meet urban planning criteria; instead, it was the result of the use of empty lots for this purpose, negatively affecting urban mobility, ve- hicular congestion and difficult access for students to institutions. In view of this, the Bogotá Department of Education implemented the “Al colegio en bici” program to ensure that students can easily access to schools thanks to sustainable mobility alternatives. This document seeks to identify the incidence of the program “Al colegio en bici” in the vehicular traffic of the neighborhoods where the public schools of Bogo- tá are located. Besides, establishing the contribution of the mentioned program to the accessibility of the students towards the schools. For the development of this paper, we attempt to use geographic information systems, which allow a spatial representation of the phenomena, so that the accessibility and mobility of the areas of influence of the public institutions in Bogotá.
Keywords: Mobility, accessibility, vehicular congestion, to the bike school
LAS EXPERIENCIAS DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN EN LOS TRÁNSITOS Y UMBRALES NARRATIVOS DEL CINE: ‘UMBERTO D.’ Y ‘BIUTIFUL’
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Revista Planeo Nº32; Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por, José Ignacio Vielma Cabruja; Dr. Arquitectura y Estudios Urbanos Profesor Asistente Departamento de Arquitectura de la Universidad de Chile]
Recibido el 07 de noviembre de 2017, publicado el 25 de abril de 2018
Resumen
Reconociendo que la pobreza es una forma importante de exclusión urbana y que está relacionada a percepciones y construcciones culturales, se ensaya un análisis simultáneo de la narración y las representaciones espaciales de dos obras fílmicas distintivas de un cine de la pobreza. Allí se presentan las experiencias de sujetos en procesos de inserción o transformación en la precariedad material. En Umberto D. (Vitorio de Sica, 1952) y Biutiful (Alejandro González Iñárritu, 2010) se identifican hechos narrativos y espaciales que pueden describirse como tránsitos y umbrales, donde respectivamente, los sujetos se preparan y se transforman en su experiencia en relación con la privación material de ellos u otros. Estos momentos narrativos son representaciones espaciales que involucran a las ciudades que localizan cada filme –Roma en 1952 y Barcelona en 2010- , mostrándose también cómo las sociedades urbanas participan en esos devenires alrededor de la pobreza. A partir de su análisis descriptivo se construye una interpretación donde el valor del otro es clave para la comprensión y la resolución de la transformación del sujeto en la pobreza, como se evidencia al quedar la resolución abierta en el primer filme, y positivamente resuelta en el segundo.
Palabras clave: pobreza, cine-ciudad, Biutiful, Umberto D., experiencia urbana
Abstract
Knowing poverty as an important form of urban exclusion and that is related to cultural perceptions and constructions, is attempted a simultaneous analysis of narrative and spatial representations of two distinctive film works of what is called cinema of poverty. Both present the experiences of subjects in processes of insertion or transformation in material precarious- ness. In Umberto D. (Vitorio de Sica, 1952) and Biutiful (Alejandro González Iñárritu, 2010) narrative and spatial facts that can be described as transits and thresholds are identified. There, respectively, the subjects are prepared and transformed in their experience in relation to material scarcity of them or others. These narrative moments are spatial representations involving the cities that host the films – Rome in 1952 and Barcelona in 2010 -, showing how the urban societies participate in those developments around poverty. Using a descriptive analysis, an interpretation is constructed where the value of the other is key to the resolution of the transformation of the subject in poverty, as evidenced by the resolution being left open in the first film, and positively resolved in the latter.
Keywords: poverty, cinema-city, Biutiful, Umberto D., urban experience
EXPLOSIÓN INMOBILIARIA EN ESTACIÓN CENTRAL Y PROYECTO NUEVA ALAMEDA PROVIDENCIA: posibilidades de contribución al espacio público
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Revista Planeo Nº35; Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por, Cristobal Díaz; Licenciado en Historia y Ciencias Sociales y Profesor de Estado de Universidad de Santiago de Chile. Magister en Desarrollo Urbano de Pontificia Universidad Católica de Chile]
Recibido el 07 de noviembre de 2017, publicado el 25 de abril de 2018
Resumen
El trabajo surge como resultado de reflexiones tras la realización del curso de pregrado “Planificación territorial y desarrollo sostenible” impartido en 2016- 2017 en Universidad de Santiago de Chile. Durante la asignatura, los estudiantes participaron de instancias consultivas del proyecto Nueva Alameda Providencia (NAP), trabajaron en salidas a terreno y estudios de caso sobre problemas urbanos en Santiago. La experiencia docente y las particularidades identificadas en la comuna de Estación Central son los insumos principales que motivaron el análisis de las posibilidades de NAP para contribuir a un espacio público particularmente deteriorado, y en ocasiones inexistente en el eje de mayor desarrollo inmobiliario de Estación Central. Se plantea que la visibilización del problema de densificación en altura en la comuna, sin retribución en accesos, espacios públicos y áreas verdes, ofrece un desafío al proyecto NAP en términos de su integración con las nuevas viviendas, los cuales deben ser abordados a través de una coordinación comunal-metropolitana, y considerando los diagnósticos, análisis y críticas propositivas que se realizan desde el mundo académico y ciudadano.
Palabras clave: densificación, espacio público, instrumentos de planificación territorial
Abstract
The present work arises as reflections after the completion of the undergraduate course “Territorial planning and sustainable development”, during 2016-2017 in Universidad de Santiago de Chile, in which students participated in consultative instances of Nueva Alameda Providencia Project (NAP), field work and case studies on urban problems in Santiago. The teaching experience and conflicts identified in the district of Estación Central are the main inputs that motivated the analysis of the possibilities that NAP has, to con- tribute to a particularly deteriorated public space, sometimes nonexistent on the new residential axis of Estación Central. It is proposed that the problem of densification in the district, without contribution in accesses, public spaces and green areas, presents a challenge to the NAP project in terms of its integration with the new dwellings, which must be approached through a local-metropolitan coordination, and considering the diagnostics, analysis and propositive critics that are made from the academics and citizens.
Keywords: densification, public space, district regulatory planning
GESTIÓN URBANA INTEGRAL Para mejorar la habitabilidad en el centro Histórico de Puebla
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Revista Planeo Nº33; Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por, Norma Leticia Ramírez Rosete; Profesora e Investigadora de la Facultad de Arquitectura en Benemérita Universidad Autónoma de Puebla]
Recibido el 11 de octubre de 2017, publicado el 25 de abril de 2018
Resumen
La declaración como Zona de Monumentos y Patrimonio Cultural de la Humanidad hace de Puebla una ciudad atractiva, sin embargo, falta una gestión urbana integral y mecanismos de inclusión ciudadana que fortalezcan la toma de decisiones y promuevan políticas públicas para la protección de la vivienda. Por lo tanto, la elaboración de estrategias de revalorización del núcleo central bajo el principio de sostenibilidad contribuirá a mejorar habitabilidad y la calidad de vida. Actualmente su patrimonio histórico está en riesgo por intereses que transforman el uso del suelo y la forma de vida de sus habitantes, por tanto, se debe considerar una redensificación que contemple una mixticidad social con la capacidad de infraestructura y servicios en una ciudad más inclusiva con proyectos inmobiliarios de acuerdo a la legislación actual donde finalmente la vinculación interinstitucional y participación social permitirá concientizar a todos los actores en la protección y conservación de su patrimonio.
Palabras clave: gestión integral, participación social, habitabilidad
Abstract
The declaration as a Zone of Monuments and Cultural Heritage of Humanity makes Puebla an attractive city, however, it lacks comprehensive urban management and citizen inclusion mechanisms that stren-gthen decision-making and promote public policies for the protection of housing. Therefore, the develop-ment of strategies for revaluation of the central core under the principle of sustainability will contribute to improving livability and quality of life. At present its historical heritage is at risk because of interests that transform the use of the land and the way of life of its inhabitants, therefore, the re-densification must consider a social mixticity with the capacity of infrastructure and services in a more inclusive city with real estate projects of According to current legislation. Finally, inter-institutional linkage and social partici-pation will make all stakeholders aware of the protection and conservation of their heritage.
Keywords: integral management, social participation, habitability
Entrevista a Norma Maray: "La violencia urbana se presenta en diversos escenarios: al interior de la familia, la escuela, el trabajo, la vecindad o el barrio, el transporte, e incluso en ocasiones proviene desde el Estado"
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Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Fernando Narvaez; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile]
Entrevista Norma Maray. Directora de Seguridad Ciudadana en Peñalolén y Coordinadora Cooperación Descentralizada / Encargada del departamento que diseña, implementa y evalúa el plan comunal de seguridad ciudadana, referente a la prevención social y situacional del delito.
«»La violencia urbana se presenta en diversos escenarios: al interior de la familia, la escuela, el trabajo, la vecindad o el barrio, el transporte, e incluso en ocasiones proviene desde el Estado»
Im 1. Norma Maray
- Pareciera que vivimos en un mundo que cada vez muestra más signos de intolerancia e inseguridad ¿de qué manera esto impacta en las ciudades?
En primer lugar, es cierto que la intolerancia e inseguridad –entre otras percepciones que determinan acciones– impactan a las ciudades de diversas formas, pero es importante considerar que las ciudades y su conformación afectan también el comportamiento humano, generando acciones y reacciones de intolerancia e inseguridad. En este sentido, lo planteado no es unidireccional, sino más bien un espiral de causas y efectos, que debemos mitigar en cuanto a sus efectos negativos.
Ahora bien, la convivencia no es fácil, más aun cuando el crecimiento de las ciudades es tan rápido como el que hemos visto no solo en Santiago, sino en las distintas ciudades del país durante los últimos 20 años. A ello se debe sumar la llegada de muchas personas a las grandes ciudades provenientes del sector rural o ciudades pequeñas del país, así como también de personas de diversas nacionalidades.
Por ello, las ciudades deben contar con estrategias que permitan mejorar los procesos de inserción y convivencia ciudadana de modo de evitar acciones y agresiones derivadas de la intolerancia en todo ámbito, ya sea racial, sexual, religioso, por nivel socioeconómico, etc., y también las incivilidades de todo tipo que pueden generar conflictos vecinales, afectando directamente la calidad de vida de los vecinos involucrados y con el pasar del tiempo del entorno cercano.
La convivencia se convierte entonces en el gran desafío para evitar la intolerancia y también la percepción de inseguridad, ya que este último se genera, entre otras cosas, por el temor a lo desconocido, a un otro que es “distinto”, y a la sensación de no contar con quien nos apoye y proteja en momentos de urgencia, y es probable que uno de los factores que fomentan la intolerancia sean los prejuicios que emergen del desconocimiento.
Este ha sido el móvil de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la municipalidad de Peñalolén durante muchos años: generar espacios de interacción y vinculación entre vecinos. Sobre todo, considerando el importante crecimiento de condominios cerrados que corren el riesgo de convertirse en barrios burbujas, sin ningún tipo de contacto con el entorno, perdiendo así los lazos de asociatividad comunitaria y aumentando la inseguridad e incluso el nivel de tolerancia a extraños. Y como la otra cara de la moneda, es posible observar los conjuntos habitacionales básicos, en donde el hacinamiento también aporta su grano de arena en los procesos de convivencia que determinan la seguridad que pueden sentir las personas en la vida cotidiana. Ambas realidades son parte de lo urbano, de la ciudad.
Finalmente, es evidente que el surgimiento de estos sentimientos, pueden llegar a convertirse en agresiones directas entre personas, pero el desarrollo urbano y la conformación de la ciudad –incluso su planificación– aportan a generar situaciones que permiten la proliferación de este tipo de sentimientos. El desafío es abordarlos adecuadamente desde diversas aristas, entre ellas aspectos situacionales que apuntan no solo al mobiliario urbano, sino al diseño de ciudad que construimos.
En este sentido, falta visión y colaboración estratégica entre
- ¿Cuáles son los factores físicos o espaciales que afectan la percepción de seguridad? ¿Existen otros? (por ejemplo, sociales o culturales)
Es posible diferenciar –entre otros– factores situacionales de aquellos de índole social. Los primeros tienen relación con cuestiones cotidianas, como luminarias en mal estado, sitios eriazos, espacios públicos deteriorados (como plazas, parques, calles, pasajes, etc.). Es decir, cuando el entorno en el cual habitan las personas no tiene una buena iluminación por las noches y existe basura o desuso de espacios públicos por su deficiente mantención, es normal la percepción de abandono e inseguridad. Si a ello se suma, por ejemplo, consumo problemático de alcohol u otras sustancias en espacios públicos, la percepción de inseguridad se acentúa aún más.
Sin embargo, los aspectos situacionales y de deterioro del entorno no son los únicos que aportan a la inseguridad. Existen factores de índole social o incluso de capacidades físicas, por esta razón la población con mayor inseguridad corresponde a grupos vulnerables como tercera edad.
En este contexto, es menester señalar que la percepción de inseguridad no se genera únicamente por delitos o violencias, sino también por la composición del entorno, en donde existen factores situacional, sociales y culturales que determinan la percepción de temor.
- ¿Podría definir el concepto de violencia urbana?
Seguramente existen múltiples definiciones de violencia urbana. Sin embargo, podría definirla como cualquier tipo de agresión y/o daño de tipo físico, psicológico, simbólico o emocional que en su causa tiene características de convivencia urbana. Por ejemplo, la violencia derivada de conflictos por hacinamiento, delitos violentos en zonas comerciales, violencia en transporte público, violencia producida por conflictos en el espacio público y una infinidad de focalización de violencia en espacios con características propias de una ciudad.
Con esto no se pretende minimizar las problemáticas de violencia que ocurren en zonas rurales, sino focalizar en las especificidades de la urbe y los tipos de violencia que emergen de ella.
- ¿Es la violencia urbana uno de los principales factores del abandono del espacio público tradicional?
Seguramente es uno de los factores, pero creo que existen muchos otros que han aportado al abandono del espacio público en igual o mayor medida: la percepción de inseguridad, el cambio de las dinámicas familiares (preferencia por visitar centros comerciales, por ejemplo), la mala utilización de los espacios con infinidad de incivilidades, o la falta de funcionalidad dependiendo el uso que quiera dar cada vecino en base a sus necesidades.
Ahora bien, cuando existen barrios en donde una de las principales problemáticas es la violencia urbana, efectivamente es esta la razón por la cual los vecinos dejan de utilizar el espacio público por los riesgos o conflictos que significa hacerlo.
- ¿En qué medida el Estado y la agenda pública han trabajado con el tema de la seguridad en las ciudades? ¿Es prioritario?
En el último período se ha iniciado un proceso de focalización en lo local que me parece correcta. Es decir, mirar lo que pasa en los territorios, lo que las personas que ahí viven perciben en cuanto a su seguridad, por sobre las estadísticas. Y en este sentido la modificación a la Ley Organiza Constitucional de Municipalidades y los Planes Comunales de Seguridad Pública me han parecido un aporte en la agenda en esta materia.
Sin embargo, existe una falencia importante en cuanto al abordaje de la seguridad de la ciudad, ya que en la actualidad quienes se hacen cargo de la seguridad son las instituciones de seguridad y justicia, además del Gobierno Central y Local, pero los Gobiernos Regionales, si bien tienen un rol simbólico y un pequeño presupuesto para estas labores, no asumen un rol de coordinación de las políticas de seguridad existentes en la ciudad, siendo esta una falencia importante.
El estado de Chile ha funcionado con una mirada centralista en cuanto a desarrollar programas que se ejecutan en lo local, pero la “mirada de ciudad” ha estado ausente, tanto en el desarrollo de proyectos, como en la asignación de recursos, en donde las comunas deben “competir” en vez de asociarse y “compartir”.
El intendente Orrego dio cuenta de esta situación y por ello fomentó la participación de diversos actores de la ciudad en los Consejos del Proyecto Santiago Resiliente. Ya que esta situación no se genera de forma exclusiva en materia de seguridad, sino en todo orden de cosas. Dando cuenta de la importancia de la coordinación y planificación de la ciudad y sus servicios, ya sean en materia de seguridad, vivienda o transporte.
Una de esas iniciativas será el trabajo conjunto en torno a la Alameda de la Comunas de Providencia, Santiago y Estación Central, cuyo proceso de trabajo se inició con tres Alcaldes (Josefa Errazuriz, Carolina Tohá y Rodrigo Delgado) y continúa con los Alcaldes actuales, (Evelyn Matthei, Felipe Alessandri y Rodrigo Delgado).
Ahora bien, respecto a si es prioritario abordar la seguridad desde una perspectiva de ciudad. Efectivamente es prioritario. Hoy nadie se preocupa de diseñar planes de prevención de violencia y delincuencia en paraderos del Transantiago, por ejemplo, porque nadie tiene una responsabilidad directa de la seguridad en estos espacios (menos al interior de los buses), y esto es un tema de ciudad, que lo debe abordar y coordinar la ciudad.
- ¿Cuáles podrían ser las externalidades de tener una ciudad con altos índices de violencia?
Las externalidades de una ciudad violenta son muchas, y van desde una baja en la inversión internacional hasta una disminución del interés turístico, que se traducen finalmente en impactos económicos negativos, además de su afectación a la imagen de la ciudad y el país.
Sin embargo, me parecen importantes aquellas consecuencias internas de la violencia urbana, que tienen relación con segregación social, apatía y desconfianza con las instituciones, afectación a la calidad de vida cotidiana de los ciudadanos, falta de oportunidades educacionales, de trabajo, de ocio y recreación, etc.
Cuando la ciudad posee altos índices de violencia su cohesión se ve afectada producto de la desconfianza constante.
- Respecto a lo anterior, ¿en qué escenario se encuentran las ciudades chilenas? ¿Son ciudades violentas o el Estado ha logrado dar respuesta ante esta problemática?
Existen distintos tipos de violencia. En término generales y en comparación con otras ciudades de la región, evidentemente la ciudad de Santiago goza de seguridad si la limitamos a la tasa de homicidios, que es la base sobre la cual se compara la seguridad de las ciudades.
Esto no quiere decir que Santiago no posea problemas de seguridad como cualquier ciudad: robos, incivilidades, maltratos, etc. Sin embargo, el nivel de violencia, que usualmente es el que provoca mayor percepción de temor en la población, no es tan alto como en ciudades de países vecinos.
Insisto, en que efectivamente tenemos problemas y grandes desafíos por abordar.
Ahora bien, respecto a la respuesta del Estado, siempre hay cosas por hacer y mejorar. Pero el gran desafío en la actualidad es generar un cuerpo policial efectivo y eficaz, capaz de atender las demandas de la ciudadanía.
En base a lo anterior, el Plan Cuadrante de Carabineros posee falencias importantes, las cuales son focalizadas, por la misma institución, principalmente en la dotación policial insuficiente. No obstante, estas falencias de eficiencia y efectividad también se vinculan a las capacidades y enfoques del modelo de actuación policial.
En este sentido, el trabajo que se realiza a través del Modelo de Interacción Policía Comunidad (MICC) es un avance en cómo el estado acerca a los cuerpos policiales (de control) a la ciudadanía desde una perspectiva colaborativa de coproducción de seguridad, que es justamente sobre la cual se basa la política de seguridad del municipio de Peñalolén.
Una policía de proximidad que cuente con la dotación adecuada podría incidir en la disminución de la violencia en la ciudad.
También falta realizar un fuerte énfasis en las causas de la violencia, y en ese sentido el estado está más que al debe. Cuando se analiza el presupuesto de la nación en materia de seguridad, se divide en un 90% para el ejercicio del control o de la persecución penal, que es el último eslabón en la cadena de la violencia y un 10% para incidir en las causas sociales que provocan y promueven la violencia.
- ¿Peñalolén cuenta con algún plan para la prevención de delitos o para el incremento de seguridad?
Peñalolén es una comuna que durante muchos años realiza un trabajo orientado a la prevención del Delito y las Violencia. En este contexto, la Dirección de Seguridad Ciudadana ha buscado constantemente mejorar y abordar diversas problemáticas de la comuna con el fin de incidir en las causas de ella.
Por otra parte se considera el enfoque del abordaje de la seguridad desde la coproducción, la articulación de las coaliciones asociadas a la prevención y control del delito y las violencias, especialmente el fomento de la participación y compromiso ciudadano para con su entorno. Sin embargo, hoy nos enfrentamos al desafío de una comuna muy diversa en cuento a nivel socioeconómico, lo que trae consigo características diferentes de los delitos que pueden ser víctimas nuestros vecinos, por lo cual se han desarrollados diversos programas de abordaje en base a las distintas problemáticas que se presentan dependiendo del sector. Por ejemplo, existen lugares en los cuales hay portonazos y lugares en los que su probabilidad de ocurrencia es mínima; en otros lugares, el problema son las incivilidades o el microtráfico de drogas con sus problemas asociados. Como así también existen delitos transversales.
En base a ello, Peñalolén se ha hecho cargo de su realidad generando acciones que puedan prevenir o disminuir la ocurrencia de ilícitos, violencias y sensación de inseguridad.
- ¿Cuál es el modelo de trabajo?
En la actualidad, la dirección cuenta con tres departamentos: Gestión para la prevención (que agrupa los diversos programas en una área de Atención Especializada y un área de promoción orientada a la prevención universal); Coordinación intersectorial y fiscalización (con un área de fiscalización móvil y sistema de televigilancia y otra de coordinación con instituciones de seguridad y justicia), y; la Unidad Técnico Metodológica (con tres áreas: un observatorio que se encarga de la gestión y análisis de datos, un área de asesoría técnica, para las diversas demandas y necesidades de áreas internas, y un área de innovación, encargada de vinculaciones y acuerdos de colaboración con otras instancias nacionales e internacionales, así como de presentar propuestas de trabajo innovadoras en la comuna)
- Finalmente, ¿cómo trabajar para la reducción de la violencia? ¿Es desde lo local? ¿O se da en escalas superiores?
La violencia urbana se presenta en diversos escenarios: al interior de la familia, la escuela, el trabajo, la vecindad o el barrio, el transporte, e incluso en ocasiones proviene desde el Estado. Por lo cual el trabajo para reducir su frecuencia también posee diversos puntos de partida.
Sin embargo, en términos generales, entendiendo la violencia como agresiones físicas o verbales directas, es necesario abordarla desde el espacio local. Cuando las agresiones no constituyen delito, las experiencias de la mediación comunitaria y vecinal son importantes, porque ayudan a nuestros vecinos a dialogar, empatizar y comprender al otro, a escucharse y en definitiva a resolver conflictos cotidianos de forma adecuada, es decir, sin violencia de por medio.
Pero también existen otras realizadas de violencia que son mucho mayores, vinculadas al crimen organizado en el caso de tráfico de drogas o de trata de personas que deben ser abordadas desde instancias superiores, como son las policías. En definitiva, es necesario generar categorías de violencia que permitan entregar lineamientos de abordaje pertinentes y oportunos, ya que la violencia urbana es un concepto demasiado amplio para encasillarlo desde un único enfoque.
Todo lo anteriormente dicho, tiene relación con un abordaje reactivo. Es decir, concretizada la violencia, en donde se pueden incorporar aspectos de acompañamiento psicológico, social, médico, jurídico, etc., según el tipo de violencia.
Y por otro lado, se encuentra el abordaje preventivo de las violencias. En este sentido, el trabajo con las familias es fundamental: la sensibilización sobre aspectos de convivencia, herramientas de crianza, espacios de utilización del tiempo, política de abordaje del hacinamiento, oportunidades de desarrollo personal y profesional, son algunos elementos que permiten el desarrollo de las personas de forma adecuada, fungiendo como factores de protección. Y estos elementos deben abordarse con una estrategia nacional que se adapte a las particularidades de los territorios y sus dinámicas cotidianas.
En cuanto a los delitos mismos, la estrategia debe ser territorial, ya que las características de los sectores son distintas, por esta razón la idea es agrupar a los vecinos de un mismo territorio que tienen problemas similares y en conjunto con las coaliciones asociadas al control y prevención del delito establecer un plan que de cuenta de la violencia urbana en ese territorio con el enfoque ya definido de coproducción de seguridad.
Entrevista a Nicolás Muñoz: ""El diseño es una de las principales herramientas para tener espacios públicos seguros y de calidad, tanto por la forma, como por los programas que se puedan proponer"
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Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Fernando Narvaez; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile]
Entrevista a Nicolás Muñoz; Director de Proyectos en Fundación DeporteLibre. Esta fundación se centra principalmente en el desarrollo de proyectos de arquitectura deportiva para el uso público en puntos conflictivos en la ciudad.
«El diseño es una de las principales herramientas para tener espacios públicos seguros y de calidad, tanto por la forma, como por los programas que se puedan proponer»
Im 1. Skatepark / Fuente: Elaboración propia
¿En qué situación se encuentran las ciudades chilenas desde la perspectiva de seguridad?
Chile es un país con realidades muy dispares tanto por geografía, demografía y recursos económicos entre otros, por lo que las situaciones deben ser abordadas caso a caso. Hemos participado en proyectos en varias regiones y sabemos que lo que enfrentan las ciudades del norte es tremendamente distinto a las problemáticas de las ciudades del extremo sur de nuestro país. Nuestra experiencia se basa principalmente en la Región Metropolitana, donde hemos podido intervenir no solo en diseño, sino que también participar en el diagnostico y posterior acompañamiento a las comunidades que componen el espacio intervenido y mas allá de lo que uno pueda extraer de las encuestas o denuncias, al trabajar con la gente en terreno nos damos cuenta que la sensación de inseguridad es un tema colectivo que se ve influenciado por medios de comunicación y experiencias personales. Sabemos que diariamente ocurren cientos de delitos, pero nuestra mirada es sumamente positiva en cuanto a la posibilidad de revertir las condiciones negativas que se enfrentan actualmente en nuestras ciudades y para esto es clave generar confianza en la gente y las relaciones que construyen en los lugares que habitan.
¿Qué es la violencia urbana? ¿Cómo afecta ésta a los espacios públicos?
La violencia urbana, parte en la desigualdad que hay en el acceso, calidad y oferta que existente en los distintos barrios que componen la ciudad. El espacio publico debiese ser un derecho garantizado, donde la persona pueda realizar la mayor cantidad de actividades y usos posibles. La violencia urbana lo vemos como un síntoma de que las cosas no se están haciendo bien desde un comienzo, desde la gestión de generar, crear y mantener espacios públicos de calidad. Tiene que ver con la voluntad de la gente que tiene capacidad de tomar decisiones política y financieramente, como también los ciudadanos de organizarse y recuperar sus espacios en la medida que sus recursos se los permita.
¿El diseño de los espacios públicos condiciona la percepción de seguridad de los ciudadanos?
De todas maneras. El diseño es una de las principales herramientas para tener espacios públicos seguros y de calidad, tanto por la forma, como por los programas que se puedan proponer ya que deben ser concordantes con el tipo de usuario del espacio público en particular, considerando desde el vecino que vive en el sector, el visitante, población flotante e incluso el que lo habita desde una condición de situación de calle.
Im 2. Boulder / Fuente: Elaboración propia
En grandes ciudades es común encontrar espacios residuales, ¿Qué tan negativo puede resultar esto?
Personalmente creo que lo mas negativo radica en los espacios con antiguas intervenciones o construcciones que se volvieron residuales, ya que estas generan una sensación de desconfianza y abandono por parte de los habitantes o personas que transitan y a su vez nos condiciona las relaciones humanas en un espacio en el que debiésemos sentirnos libres de convivir y desarrollarnos como ciudadanos. De alguna forma los espacios abandonados, son un lugar en estado “Salvaje” o volviendo a su estado original y que nos brindan la posibilidad de intervenirlos o habitarlos de manera mas libre que uno intervenido y condicionado a un solo uso específico. En Deportelibre somos conscientes de lo negativo que pueden ser estos espacios residuales, pero estamos convencidos del potencial que tienen y partiendo con pequeñas intervenciones se pueden transformar en una plaza o parque de primer nivel.
Im 3-4. Proyecto escala en recuperación de Silos / Fuente: Elaboración propia
¿Cómo surge la fundación DeporteLibre? ¿Cuál es su objetivo?
Nace por la motivación de jóvenes deportistas de desarrollarse profesionalmente realizando un aporte a la sociedad desde las distintas disciplinas de cada uno; arquitectura, Ingeniería, eco-turismo, sociología y comunicación audiovisual.
Creemos en el deporte como un agente de cambio social y esencial para tener una vida saludable y plena, además de tener la suficiente potencia para poder generar participación y apropiación de las comunidades entorno a la infraestructura deportiva que proponemos para recuperar el espacio público.
¿Cuál es su modelo de trabajo?
Con el tiempo nos hemos especializado principalmente en 3 líneas de trabajo:
A.- Intervenciones en espacio público: Plazas Deportelibre.
B.- Intervenciones en espacios educativos: PatiosLibres.
C.- Capacitación y formación: Cursos de iniciación deportiva y jornadas de activación deportiva.
Las dos primeras son trabajos colaborativos con municipalidades, instituciones educativas u organizaciones sociales que consiste en:
- identificar y caracterizar el lugar a intervenir
- Co-crear con los futuros usuarios y comunidad existente.
- Construir con participación de voluntarios en actividades de construcción “liviana”.
- Realizar un seguimiento basado en cursos, campeonatos y eventos deportivos con la finalidad de incentivar el uso y generar una cultura deportiva en la ciudadanía.
La tercera línea de trabajo nace como un servicio que la misma gente que frecuenta los Silos o conoce nuestras intervenciones, nos pide o consulta para poder capacitarse y mejorar sus conocimientos.
¿Qué opina de los espacios semi-públicos que funcionan bajo la premisa de “seguridad”? ¿Ayudan a la reducción de la inseguridad o fragmentan la ciudad?
Creo que en ningún caso reemplaza al espacio público y cumplen una función totalmente distinta. Si tomamos como ejemplo un centro comercial, son una alternativa que brinda servicios ligado al ocio, entretenimiento, recreación e incluso deportivo, pero siempre va a estar sujeto a la capacidad de consumo de la persona que lo visita. Es evidente que un espacio al estar con vigilancia constante y controles definidos, va a generar sensación de seguridad, pero tampoco está libre de actos violentos al igual que el espacio público. En esencia son lugares totalmente distintos, con condiciones físicas, situaciones y funciones distintas, lo que termina condicionando los comportamientos de la ciudadanía en cada uno de ellos.
¿Cuáles son las acciones propuestas o que se han realizado a partir del proyecto Fundación DeporteLibre?
La principal acción de Deportelibre es la recuperación del espacio público y descubrimos que es clave la autogestión, no esperar que las cosas lleguen, sino que tener el convencimiento de que una buena idea va a ser compartida por la gente y que es una manifestación colectiva sobre una problemática o necesidad común. En nuestro caso, es recuperar la ciudad a través del deporte con toda la riqueza y posibilidades que esto conlleva, en el que día a día se van sumando iniciativas y actores a un proyecto que paso a ser de todos.
¿Cuáles son las acciones desde la escala local que se podrían implementar para que lo urbano se transforme en un lugar más vivible?
Partir por vincularse y compartir con nuestros pares, vecinos o compañeros en torno a un espacio que nos vincule, ya que individualmente es muy difícil hacerse cargo de algo que nos incumbe a todos. Lo siguiente es definir el uso o programa que creemos que pueda ser indicado para intervenir nuestro espacio y lo mas importante es materializarlo, aunque sea con un pequeño gesto, pero con el tiempo los recursos van llegando de todas formas por que este tipo de iniciativas termina siendo contagiosa, masiva y apasionante.
Im 5. Trabajo con la comunidad / Fuente: Elaboración propia
"Seguridad pública en Río de Janeiro 2018. De ciudadanos a sospechosos"
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Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Fernando Espósito Galarce; Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro; Dr. Arquitecto. Profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil.
Amanda Senna Pettená; Becaria de investigación 2018 (Beca TEPP). Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil]
Resumen
La crisis política que actualmente vive la ciudad de Río de Janeiro ha derivado en una serie de problemas de orden económico, social y de seguridad, que se expresan finalmente en el espacio público. En ese escenario actual existe una realidad que no es nueva. La imagen de las favelas siempre ha estado asociada al narcotráfico y la violencia urbana, influyendo no solo en la forma en que las políticas públicas son aplicadas en esos territorios, sino que afectando en cómo los ciudadanos de las comunidades que los habitan son vistos tanto por las fuerzas policiales como por otros ciudadanos. Durante la última década y principalmente con ocasión del Mundial de Futbol 2014 y las Olimpiadas 2016, la política de seguridad sufrió grandes transformaciones. Entre ellas se destacan la implementación de las Unidades de Policía Pacificadora (UPPs) y la reciente intervención federal en la ciudad por parte de las fuerzas de seguridad y militar. Esto, sumado a la crisis del Estado de Río de Janeiro, ha llevado a que el panorama de violencia impacte principalmente en los favelados. Desde la perspectiva de los derechos ciudadanos, la intervención del estado basada solamente en la seguridad, se muestra insuficiente cuando lo que realmente se busca es la inclusión social y la disminución del estigma que afecta a las favelas y sus habitantes.
Palabras clave: Favela, violencia, seguridad pública, Río de Janeiro
Im 1. Observación: Vecinos de la favela de Dona Marta entrando y saliendo de ella. La favela es una profundidad de la ciudad, un territorio tratado como si debiese ser constantemente pacificado, recuperado y formalizado. La favela también es ciudad / Fuente: Fernando Espósito
Introducción
La actual crisis política que afecta a Brasil y específicamente a Rio de Janeiro, ha desencadenado una serie de problemas de orden económico, social y de seguridad. Corrupción a nivel Federal y Estatal, reformas económicas que agudizan la desigualdad social, recortes presupuestarios en salud y educación, son algunas de las caras de la crisis que de una u otra forma terminan manifestándose en la ciudad. En este escenario complejo actual existen realidades que no son nuevas.
El imaginario carioca de la violencia urbana siempre ha estado marcado por el binomio favela-narcotráfico. La asociación que se establece entre los territorios favelados y la violencia que se manifiesta en toda la ciudad, influye no solo en las políticas públicas asociadas a la seguridad, sino que también en la percepción que se tiene de la favela y principalmente de quienes allí viven.
A partir de la década de los ochenta, cuando la ciudad comenzó a experimentar un aumento exponencial de la violencia, y guiadas por la lógica de la “guerra al crimen”, las políticas de seguridad pública irrumpieron como otra forma de violencia arbitraria, teniendo como principal objetivo “eliminar al enemigo interno” (Duarte, 2017). Eso llevó a que las favelas se trasformaran en escenarios de permanentes conflictos, donde operaciones y enfrentamientos con armamento de guerra se trasformaron en parte de la vida cotidiana de la población.
A partir del 2007 y 2009, años en los que se anunció que Brasil y Rio de Janeiro organizarían la Copa do Mundo y los Juegos Olímpicos respectivamente, los procesos reestructuradores se apropiaron de la ciudad. Entre las políticas de urbanización aplicadas dirigidas a las favelas, el PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento), del Gobierno Federal, se planteó como objetivo incrementar la inversión en infraestructura, mejorar la calidad de vida y disminuir la desigualdad social en las comunidades. En conjunto con el PAC, las UPPs (Unidades de Policía Pacificadora) se hacían cargo de la seguridad pública en estos territorios. El concepto de policía de proximidad aplicado, fundamentado en la colaboración entre la población y las instituciones, consiste en unidades de policía instaladas dentro de las comunidades, con el principal propósito de recuperar territorios hasta entonces controlados por el narcotráfico y las milicias.
El uso del término “pacificación” cuando se refiere a las UPPs ha generado algunas tensiones desde que estas fueron implementadas. Hasta ahora son 38 unidades con alrededor de 10.000 efectivos. Las operaciones policiales que dieron inicio al programa de las UPPs contaron con un enorme despliegue de tropas policiales y militares y fueron ampliamente cubiertas por los medios de prensa, alimentando el carácter teatral y heroico de las intervenciones.
Hoy el programa cumple 10 años desde su implementación el 2008. Los cambios ocurridos principalmente una vez finalizados los Juegos Olímpicos 2016 colocaron en jaque su eficacia y continuidad, cuando en octubre del mismo año el Secretario de Seguridad del Estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, principal gestor del programa de las UPPs, renunciaba al cargo. Esto tuvo un impacto político inmediato, lo que se agravó aún más con la crisis financiera del Estado que a esa altura se hacía palpable.
Desde las primeras señales de fragilidad de la seguridad pública, diversos conflictos volvieron a manifestarse con mayor frecuencia e intensidad en la ciudad, impactando no solo a quienes viven en los “morros”, sino que también a los ciudadanos del “asfalto”[1]. Avenidas y autopistas cerradas, presencia de fuerzas armadas del ejército en las calles, incremento de muertes en las favelas como consecuencia de “balas perdidas” y enfrentamientos, son algunas de las consecuencias (Im 2).
Im 2. Gráfico que indica el número de homicidios violentos en Río de Janeiro, destacándose la disminución a partir de 2009 (con las UPPs siendo implementadas) y el aumento a partir de 2015 con su máximo en 2017. El gráfico fue divulgado por el periódico OGlobo basado en las estadísticas del Instituto de seguridad Pública de Río de Janeiro. (Fuente: https://g1.globo.com/rj/rio-de-janeiro/noticia/crise-falencia-de-upps-banalizacao-de-fuzis-violencia-na-folia-veja-motivos-que-levaram-a-intervencao-federal-no-rj.ghtml)
Finalmente, el detonante mediático de los conflictos fueron los arrastões [2] y asaltos ocurridos durante el reciente Carnaval 2018, los que revivieron la sensación de inseguridad de décadas anteriores, nuevamente en áreas “nobles” de la ciudad. Como consecuencia de toda esta inestabilidad política y de seguridad, el día 16 de febrero de 2018 fue anunciada la intervención del Gobierno Federal en la seguridad pública de Río de Janeiro. Ahora los ciudadanos de las favelas no solo deberán convivir con una policía de proximidad, sino que además con el ejército en sus puertas, como irónicamente lo representa una de las ilustraciones del periódico O Dia. (Im. 3).
Im 3. En la ilustración se lee. “Ustedes están rodeados de prejuicios por todos lados. Salgan con las manos en alto. Fuente: Periódico O Dia del 22 de febrero del 2018.
EL ESPACIO PÚBLICO EN LAS FAVELAS: VECINOS Y SOSPECHOSOS
Desde la implementación de las UPPs fue posible constatar que esa proximidad de la policía derivó en un control de la vida social y cultural, producto de la permanente observación en busca de potenciales actividades delictivas y ciudadanos sospechosos. La militarización gradual de las favelas se dio en nombre de la seguridad y toda la gestión del espacio social fue llevada adelante a través de un complejo proceso de vigilancia e inmovilización de la vida urbana (Haesbaert, 2014). La regulación de la rutina de los habitantes por parte de la policía se extendió a diversas actividades, como celebraciones y encuentros familiares, incluso dentro de las propias residencias. Un claro ejemplo de esto fue la prohibición de eventos como el baile funk y hip-hop en los primeros años de la intervención de las UPPs (los bailes fueron autorizados nuevamente en 2011). Acciones como esa estereotipan las expresiones identitarias de la comunidad, interpretándolas erróneamente como prácticas delictivas a partir de una visión asistencialista proyectada sobre las favelas, como si se tratase de ciudadanos que deben ser disciplinados y tutelados (Duarte, 2017). Durante el 2017 y 2018, esas interferencias han vuelto. (fig.4).
Figura 4: Titular del periódico independiente “Voz das Comunidades: “Policía impide que el bloco de carnaval Unidos da Grota [3] desfile por las calles de la comunidad”, en el que se denuncia policial de la UPP de la favela del Complexo do Alemão, durante el Carnaval 2018 / Fuente: http://www.vozdascomunidades.com.br/comunidades/complexo-do-alemao/policiais-impedem-bloco-unidos-da-grota-de-desfilar-pelas-ruas-da-comunidade/)
De la misma forma en que se asocia el narcotráfico a las favelas, muchas veces a los favelados se les estigmatiza como infractores. Son tratados como aquellos “otros” en comparación a los miembros legítimos de la sociedad, lo que los degrada en su humanidad, cuestionando sus derechos de ciudadanía. (Freire, 2014).
Así, la acción policial dentro de las favelas no solamente actúa en respuesta a los conflictos de seguridad, tráfico y violencia. Ella se ha transformado en un agente inhibidor de toda actividad que pueda ser interpretada como un riesgo potencial a la seguridad, lo que relativiza muchas veces los límites entre la función policial y los derechos de la ciudadanía para expresarse libremente en el espacio urbano, agravando aún más los procesos de estigmatización física y social.
Hoy, la intervención del Gobierno Federal en la seguridad pública del Estado de Río de Janeiro revela al mismo tiempo la fragilidad estatal frente a la complejidad del problema de la violencia urbana y expone la necesidad de constantes acciones paliativas. La permanente observación que intenta mitigar los riesgos y “eliminar el enemigo interno”, acaba teniendo efectos colaterales de censura sobre las comunidades y provocando una reducción en el uso del espacio público en esos territorios. Se corrobora así que la presencia policial como acción aislada no es suficiente. Mientras las políticas sociales e inclusivas asociadas a la seguridad pública continúen siendo tratadas como algo dispensable y como eventos de exposición mediática para el gobierno de turno, la disminución de la violencia, la desigualdad y la estigmatización no será posible. El ya clásico funk da felicidade [4] seguirá sonando como un llamado de atención desde las favelas:
“Eu só quero é ser feliz
Andar tranquilamente na favela onde eu nasci,
E poder me orgulhar
E ter a consciência que o pobre tem seu lugar.”
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Notas
[1] En Rio de Janeiro una de las forma para referirse a quienes viven en favelas se les denomina habitantes de los morros (cerro en español), diferenciándolos de los que viven en la ciudad formal y regulada, en la ciudad del asfalto.
[2] Se denomina arrastão a un robo en el que actúa un grupo organizado de personas, que de forma rápida y violenta se apodera de las pertenencias de otros. En Río de Janeiro estas prácticas proliferaron durante la década de 1980 y 1990, generalmente en playas.
[3] En Río de Janeiro, los blocos de carnaval son grupos organizados que desfilan festivamente por la ciudad durante la semana anterior y posterior al carnaval. Existen cientos de ellos y se identifican por la música, barrio, vestimenta, motivo o tema al cual le rinden algún homenaje.
[4] https://www.youtube.com/watch?v=qKkQjwji8LM
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Referencias bibliográficas:
Haesbaert R. (2014). Viver no Limite. Edit. Bertrand Brasil. 231 a 233p.
Duarte M. (2017). Las políticas públicas em las favelas de Río de Janeiro: Convergencias y tensiones en el desarollo de la ciudadanía (neo)liberal. Em: Edital Conferência Internacional Santiago 2017 Proyecto Muei, p.985-1000.
Freire J. (2014). ‘Violência urbana’ e ‘cidadania’ na cidade do Rio de Janeiro: Tensões e disputas em torno das ‘justas atribuições’ do Estado. Revista de Estudos de Conflito e Controle Social, Vol. 7, no.1- p.73-94.
"Violencia simbólica en Estación Central"
Ver"Violencia simbólica en Estación Central"
Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Rocío Andrade Castro, Arquitecta, Pontificia Universidad Católica de Chile, MSc Urban Development Planning, University College London]
Resumen
La construcción de torres hiperdensas en la comuna de Estación Central, en Santiago de Chile, durante los últimos años, generó una controversia urbana en la que se refleja cómo se ha ejercido la violencia simbólica para llevar el debate sobre el crecimiento urbano al ámbito técnico, legal y urbanístico, restando importancia a las experiencias de los habitantes del sector. Esta columna presenta las definiciones de controversia urbana y violencia simbólica que se han usado para analizar el caso, luego describe la situación que posibilitó la construcción de torres hiperdensas en Estación Central y comenta algunos aspectos de la violencia simbólica ocurrida durante el proceso.
Palabras clave: Violencia simbólica, controversias urbanas, Estación Central
En las ciudades confluyen y colisionan intereses diversos, son por naturaleza lugares de controversia. Drozdz (2012) define las controversias espaciales como debates sobre el curso de la acción colectiva en el espacio. Una controversia urbana puede entenderse entonces como un desacuerdo sobre el devenir de una ciudad.
No todos participan en el debate en igualdad de condiciones, pues algunos cuentan con mayores grados de poder o conocimiento necesario para incidir y, aunque es prácticamente imposible lograr la igualdad absoluta, lo que Habermas llamaría la situación ideal de habla, la búsqueda de condiciones justas de deliberación es necesaria y deseable (Flyvbjerg, 1998).
Uno de los impedimentos que tienen ciertos grupos para participar en una controversia urbana en igualdad de condiciones es lo que Bourdieu define como violencia simbólica. La violencia simbólica consiste en la imposición de ciertas convenciones discriminatorias, ocultando las relaciones de poder que permiten dicha injusticia (Castán Broto, 2013). Los individuos que sufren la violencia simbólica la aceptan, porque no la reconocen como tal (Castán Broto, 2013).
En una controversia urbana, quienes comprenden las normas que regulan la planificación urbana, las tendencias del mercado inmobiliario o la forma en que se diseña y construye una edificación, pueden excluir fácilmente a quienes no manejan estos temas. Pero además, estos individuos son los que establecen cuáles son los conocimientos necesarios para participar del debate, definiendo así quién queda en mejores condiciones para deliberar.
La construcción de torres hiperdensas en la comuna de Estación Central, en Santiago de Chile, durante los últimos años, es un caso que refleja la violencia simbólica que puede producirse en el marco de una controversia urbana.
La proliferación de torres se produjo en un sector de la comuna que estuvo regulado por el antiguo Plan Intercomunal de Santiago (PIS), plan que se elaboró antes de que se distinguieran los ámbitos de acción de la planificación comunal e intercomunal en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones. El PIS, establecía ciertas normas que hoy se definen a escala comunal y no intercomunal. Cuando este se derogó al publicarse el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), en el sector comprendido entre las avenidas Exposición, 5 de Abril, Las Rejas y Ecuador quedaron sin establecerse ciertas normas urbanísticas de nivel comunal, como la altura máxima permitida.
Luego, se aplicó en el sector una norma urbanística de forma errónea. Se autorizó la construcción de proyectos con un sistema de agrupamiento de edificación continua, que ocupa todo el frente predial, a pesar de que para que dicho sistema pueda aplicarse a un proyecto, debe estar definida la altura máxima permitida en la zona en la que se construye (División de Desarrollo Urbano MINVU, 2016). Esto significó la edificación de proyectos que ocupan prácticamente todo el terreno disponible, sin límite de altura. Las razones para buscar maximizar la constructibilidad de los proyectos se explica por la buena ubicación de los mismos en la ciudad y consiguiente la demanda por vivir en la zona.
La polémica sobre las torres hiperdensas se desató luego de que comenzaran a circular en redes sociales fotografías que mostraban la desproporción entre las nuevas construcciones y las edificaciones antiguas en los barrios en que se emplazan. A esto le siguió una serie de notas y reportajes sobre la vida en esas torres, evidenciando sus problemas de habitabilidad e impacto en la ciudad.
Las dificultades vividas por los habitantes de las torres y sus vecinos son violentas de diversas formas. Al poco tiempo de darse a conocer el caso, muchos pasaron a referirse a las torres como guetos verticales, término inexacto si se considera su origen (Wacquant, 2013) y estigmatizador. Si bien es cierto que las deficiencias en el diseño de las torres pueden fomentar problemas sociales necesarios de relevar, en este caso el uso del término quiso ser más que nada una advertencia, que marginalizó gratuita e innecesariamente a los habitantes del sector. A poco de iniciarse la discusión, los afectados ya partían con una desventaja.
Por otra parte, la discusión se ha centrado en la legalidad de los permisos de edificación otorgados y de las deficiencias de la planificación comunal. Sin duda es necesario aclarar este punto para evitar que la norma se vuelva a aplicar erróneamente y fortalecer la planificación en el área. Pero también hay que reconocer que llevar la discusión a este ámbito la transforma en un tema técnico y complejo, en que los afectados por la construcción o problemas de diseño de las torres son los que tienen las mayores dificultades para organizarse y contratar equipos legales, si los comparamos con inmobiliarias, constructoras o gobiernos locales, que cuentan con una estructura organizacional y recursos que facilitan la tarea.
También debe considerarse el problema de diseño que significa la construcción de torres hiperdensas. Las edificaciones presentan una serie de deficiencias como mala aislación acústica, hacinamiento, problemas de ascensores y manejo de residuos y afectan su entorno con mayor tráfico en las calles y veredas, falta de luz solar, insuficiencia de espacios públicos, entre otras. Todo esto ha sido ignorado por algunos defensores de los proyectos, arguyendo que las torres entregan la oportunidad a muchas personas de vivir en un sector bien localizado y que la única alternativa para ellas sería vivir en barrios de mala calidad en la periferia.
Entonces, se presenta el problema como legal en vez de ético, como si aquello fuera equivalente cuando no es así. No es justificable construir edificios que impactan tan negativamente su entorno y cuya habitabilidad es tan deplorable solo porque se creyó que la norma lo permitía, especialmente cuando no es el caso. Tampoco es aceptable argumentar que todo se hizo con la intención de entregar alternativas de buena localización a bajo costo, como si fuera una dicotomía, conformarse con condiciones paupérrimas o ser expulsado de la ciudad.
Estos razones hacen que las experiencias de los habitantes pasen a segundo plano, llevando la conversación hacia lo que una corte estima o no que es arbitrario, a lo que los especialistas en el mercado inmobiliario consideran o no una buena localización.
La densificación como forma de crecimiento urbano es deseable y necesaria, para alcanzar ciudades más sostenibles y mejorar el acceso a bienes públicos, pero, como propone Flyvbjerg, debemos trabajar en mejorar las condiciones de discusión sobre la trayectoria de nuestras ciudades, para que se proteja el derecho a la ciudad de todas y todos.
Referencias
Andrade Castro, R. (2014). The space of social movements: urban controversies in Santiago de Chile (tesis de maestría no publicada). University College London, Londres, Reino Unido.
Castán Broto, V. (2013). Symbolic violence and the politics of environmental pollution scienceX: The case of coal ash pollution in Bosnia and Herzegovina. Antipode, 45(3), pp.621–640.
Drozdz, M. (2012). Controverses Spatiales. [online] Disponible en: <https://sites.google.com/site/mdrozdzcv/controverses-spatiales> [consultado el 22 feb. 2018].
Flyvbjerg, B. (1998). Empowering civil society: Habermas, Foucault and the question of conflict. In: M. Douglass and J. Friedmann, eds., Cities for Citizens. John Wiley and Son, pp.185–211.
MINVU (2016). Circular DDU 313 [online] Santiago de Chile. Disponible en: <http://www.minvu.cl/opensite_20070212170027.aspx> [consultado el 22 feb. 2018].
Wacquant, L. (2013). Tres premisas nocivas en el estudio del gueto norteamericano. Revista INVI, 28(79), pp. 165-187.
"(In)Seguridad Pública"
Ver"(In)Seguridad Pública"
Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Fernando Narváez Rodríguez; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile]
Libro o publicación: The Urban Fabric of Crime and Fear
Autor: Vania Ceccato (Ed.)
Año: 2012
Editorial: Springer
Resumen
La seguridad es un factor que influye directamente en la calidad de vida de las personas. Actualmente una ciudad no puede ser vivible ni socialmente sustentable si la seguridad de los ciudadanos no es considerada como prioritaria. El libro The Urban Factory of Crime and Fear contextualiza al lector en el problema de la seguridad en las distintas escalas urbanas y muestra el escenario de algunas ciudades alrededor del mundo. Ante ello, cabe preguntarse: ¿cuáles son los factores para tener ciudades inseguras? Y ¿cómo podemos mejorar nuestras ciudades desde la perspectiva de seguridad?
Palabras clave: Seguridad, miedo, crimen
Im. Portada del libro
Las ciudades se han transformado en enormes núcleos que son contenedores de las actividades sociales de las personas. Por sus dimensiones y densidad poblacional se ha vuelto complejo “controlar” todo lo que pasa dentro de ellas. Uno de los temas que más difícil se ha vuelto su control y que ha surgido recientemente en las agendas públicas es la seguridad, debido a que es un factor que influye directamente en la calidad de vida de las personas. Según un estudio del BID (2015), las personas están dispuestas a gastar más en transporte privado con tal de sentirse seguras y cómodas, por lo tanto, una ciudad no puede ser vivible ni socialmente sustentable si la seguridad de los ciudadanos no es considerada como prioritaria.
El libro The Urban Fabric of Crime and Fear está orientado a profundizar en el tema de seguridad dentro de los núcleos urbanos. Éste documento desarrolla los conceptos “urban factory”, crimen y miedo para contextualizar al lector sobre el crimen y miedo dentro del contexto urbano. Además, muestra algunos estudios realizados en algunos barrios de Londres y Suecia sobre la relación de estos conceptos con el territorio y todo lo que conlleva. Se descataca que no solo existe un problema con los “agredidos” que sufren por asaltos o crímenes, sino que también hay otra mirada, por ejemplo la estigmatización de ciertas poblaciones, situación la cual podría moldear de una manera negativa a los jóvenes que ahí habitan.
Según la editora Ceccato, el crimen se concentra en las ciudades, pero no de una manera homogénea, esto se debe a que el crimen ocurre en distintos espacios y temporalidades. Pero cabría preguntarse: ¿cuáles son los factores que propician la actividad criminal o la inseguridad? Lo planteado en el libro es que los agresores aprenden de la experiencia y deciden cuales son los mejores lugares para delinquir: “Los crímenes ocurren donde el ambiente hace sentir seguro al agresor” (p. 13). Por ejemplo, los sistemas de transporte colectivos actualmente reúnen a una gran cantidad de personas en un solo punto, por lo cual se vuelven más propensas al crimen. Otro tipo de espacios son los lugares que se diseñan enclaustrados, que son obscuros y con pocas salidas ya que no permiten una visibilidad clara del entorno y por ende promueven estrés y una sensación de miedo.
Por lo tanto, el diseño del sistema de transporte, de las vialidades y de la ciudad en sí misma determina fuertemente el nivel de seguridad de las personas. El miedo y la violencia urbana han tenido externalidades que repercuten en la configuración de la ciudad. Una de las estrategias más habitual por la que han optado las personas para sentirse “seguras”, es la de aislarse en los barrios cerrados. Dicha situación ha generado una fragmentación de la ciudad porque este tipo de barrios funcionan como si fueran islas urbanas que no se relacionan con el entorno.
La sección II del libro Micro-Urban Environments of Crime and Fear se centra precisamente en este punto: la importancia del ambiente construido. De acuerdo con lo planteado en esta sección, múltiples factores afectan la percepción de miedo e inseguridad y pueden ser sociopsicológicos, sociodemográficos o el ambiente construido. Pero el factor que rescato como el más importante es ambiente construido, ya que el espacio puede generar limitaciones para poder sentirse cómodo en el entorno. Incluso el libro muestra una comparación entre dos barrios estigmatizados de Reino Unido y Brasil (P.16), el resultado que arrojó es que ambos barrios tenían un mal diseño, una mala imagen urbana derivada del poco mantenimiento, intersticios urbanos y de la escasez de espacio público de calidad.
El libro ofrece un marco conceptual robusto permitiendo una mejor comprensión de la problemática. Por otro lado, se esfuerza en mostrar el contexto del crimen y miedo en distintas ciudades a través de varios estudios, destacando el estudio realizado con jóvenes en un barrio estigmatizado de Newcastle. Dicho lo anterior porque afirman que los jóvenes son expertos en resistir los discursos estigmatizadores sobre el miedo, mientras que a la misma vez intentan apoyarse unos a otros y a la comunidad en general. Finalmente, el libro concluye con una parte de acciones para crear ambientes urbanos seguros, entre las cuales destacan las relacionadas con el transporte colectivo (planificación de sistemas de movilidad integrales “viaje completo” y no verlos como segregados), las de mejoramiento de la imagen urbana y la inclusión de grupos vulnerables en la planificación.
A manera de conclusión, se considera que el diseño de los espacios urbanos es gran parte del trabajo que se tiene que hacer para mejorar la sensación seguridad; es cierto que hay otros factores como los sociales y culturales que influyen en la seguridad urbana, pero sí el diseño apoya creando espacios abiertos, amigables y vivibles la tarea será menor: “Las ciudades solamente pueden ser llamadas vivibles cuando se pueda asegurar un ambiente de calidad para todos los que viven ahí, y esta calidad incluye seguridad” (p. 22) Como planificadores urbanos, las acciones deben plantearse desde una perspectiva de seguridad, debemos tener la convicción de que las estrategias, planes y proyectos tienen la finalidad de crear un ambiente seguro para todas las personas, solo así se podrán tener ciudades seguras, inclusivas y justas.
Referencia
Mojica, C. (2015). ¿Cuánto vale mi comodidad? Moviliblog. BID.
"Recuperando la ciudad para las mujeres"
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Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Alejandra Espinosa Vargas, estudiante de Diseño Urbano y del Paisaje en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí]
Libro o publicación: Buenas prácticas para prevenir y eliminar la violencia sexual contra las mujeres y las niñas en los espacios públicos. Programa global ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas
Autor: Ana Falú
Año: 2017
Im. Portada del libro
Resumen
En la actualidad nuestras ciudades sufren de eventos violentos hacia las mujeres y niñas tanto en nuestros espacios como en el transporte público. El trasladarse de un sitio a otro se ha vuelto un peligro para todas, el caminar por una acera pequeña o por una calle sin iluminación son factores que promueven las agresiones. Esta reseña se centra en el Programa Global Ciudades y Espacios Seguros para Mujeres y que ONU a implementado con el fin de dar respuesta a este problema social que enfrentan nuestras ciudades en cuestión de violencia y acoso sexual contra mujeres y niñas en nuestros espacios y transporte público.
Palabras clave: Violencia contra la mujer, espacio público, transporte público
Hoy en día nuestras ciudades son espacios que aglomeran personas, infraestructura, servicios, y espacios públicos, pero también aglomeran situaciones negativas como la desigualdad, la inseguridad y la discriminación de género. Como consecuencia de estos factores se produce la violencia en contra de la población, pero generalmente se violentan a mujeres y niñas. Según la autora Falú, esta una de las violaciones de los derechos humanos más graves y una de las más toleradas en todo el mundo: “las mujeres y niñas sufren de diversos tipos de violencia no solo en los hogares, ocurre en las calles, en el transporte público, en escuelas, universidades y lugares de trabajo y espacios públicos y en puntos de distribución de alimentos como lo son los mercados”.
Como mujeres, cada día nos enfrentamos a distintas formas de violencia que nos afectan a todas, independientemente de nuestras características físicas, sociales o culturales. La violencia puede ir desde un ligero silbido, un gesto, una frase e incluso llegar hasta el contacto físico, por lo tanto, se transforma en un problema de salud y seguridad.
Es precisamente dentro de este marco donde se desarrolla el libro de Buenas prácticas para prevenir y eliminar la violencia sexual contra las mujeres y las niñas en los espacios públicos. Tiene el objetivo de contextualizar y sentar los fundamentos conceptuales y normativos ante una problemática específica: la inseguridad. En la primera parte del documento, la autora desarrolla un marco conceptual y normativo, se profundiza en algunos de los instrumentos sobre materia de derechos humanos de las mujeres. En esta sección destacan La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) por ser el más amplio en materia legal y la Plataforma de Acción Bejing.
En particular estos dos instrumentos generan el marco conceptual, lo hacen de una forma precisa y clara, se detalla los tipos de acoso o violencia sexual que sufren las mujeres no solo en espacios públicos si no en cualquier ámbito donde se desarrolla. Este capítulo está orientado a la sensibilización sobre el tema de desigualdad entre género y la discriminación en contra de la mujer.
A partir de la lectura, se consideró que los apartados más significativos son “La violencia de género y acoso sexual en espacios públicos”, “La planeación urbana desde una perspectiva de género” por la estrecha relación entre violencia y la configuración espacial de las ciudades. Ante esto, invito a la reflexión: mujer… ¿cómo percibes tu espacio público? ¿qué tanto afecta tu cotidianidad el ambiente de violencia se vive actualmente? En primera instancia y hablando desde una perspectiva muy personal, puedo afirmar que la mujer vive con miedo; por ejemplo, el transporte público se ha convertido en una travesía que da temor, situación que impide que podamos desenvolvernos con toda seguridad.
El transporte público es todavía un espacio que está en proceso de incluir el acoso y abuso sexual como expresión de la violencia de género. En algunos países como México se ha iniciado con algunas acciones para intentar reducir esta problemática (el metro de la Ciudad de México incluye vagones que son exclusivos para mujeres para reducir el acoso y la violencia contra las mujeres). Sin embargo, es un problema que en algunas ocasiones puede ser poco visible, lo que obstaculiza el levantamiento de información y generación de antecedentes. Esto atenta contra la posibilidad de un diseño e implementación de políticas de transporte público más eficientes que aseguren la movilidad de las mujeres en condiciones de igualdad y seguridad (CEPAL, 2015).
La sensación de inseguridad en las mujeres y en la población en general, es un gran problema porque desincentiva el uso del transporte público y de los espacios abiertos, por consiguiente, se optan por otros servicios de transporte privados (taxi, Uber, Cabify, etc…) que brindan mayor seguridad. Sin embargo, esto repercute directamente en la funcionalidad de la ciudad, ya que se produce una reducción de los usuarios de transporte público, un aumento del tráfico vehicular y de las emisiones de contaminantes. Es por ello por lo que la violencia ha entrado al foco de atención de la agenda pública, y su relevancia es cada vez mayor en contextos de urbanización, desigualdades, discriminación y violencia contra las mujeres en el espacio público y privado.
La mujer se encuentra en un estado de vulnerabilidad, ansiedad y con sentimientos de impotencia, así se menciona dentro de la sección “Violencia en los espacios y transporte público”, afectando la seguridad y la libertad de transitar por el espacio público sin miedo. Como resultado de este miedo, reduce su participación en la escuela, el trabajo y la vida pública y limita su acceso a servicios esenciales y a disfrutar de oportunidades culturales y de ocio.
En este sentido son relevantes las preguntas planteadas por Harvey (2008): ¿de qué derechos hablamos? ¿y de la ciudad de quiénes? ¿Quién define y construye la ciudad? ¿Quiénes son los destinatarios de sus bienes públicos y de los servicios diversos que la componen? Lo anterior debido a que se debe reflexionar sobre cuál es la ciudad que queremos, en base a la respuesta de estas preguntas se podrá reflexionar en cómo dar respuesta a la problemática.
Las ciudades están en una constante tensión entre oportunidades y los efectos de una convivencia fragmentada y desigual, lo cual limita el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres. Generalmente, al planear las ciudades no se tiene en cuenta las necesidades de las mujeres y niñas. Esta planeación desigual está afectando el libre tránsito de las mujeres, cambios en sus trayectos y el cómo se desplazan dentro de la ciudad.
Hay que resaltar el esfuerzo están haciendo organizaciones para que todos tengan las mismas oportunidades, pero hay que recordar: la mujer dejó de disfrutar de los espacios públicos y de la ciudad, está en nosotros como planificadores, investigadores o ciudadanos recuperar el espacio público para ellas y todos lo demás ciudadanos.
Referencias
CEPAL (2015a). Violencia de género en el transporte público. Una regulación pendiente. Serie Recursos naturales e infraestructura. CEPAL, Santiago de Chile.
"Violencia urbana y percepcion de seguridad: el caso de los “portonazos”
Ver"Violencia urbana y percepcion de seguridad: el caso de los “portonazos”
Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Fernanda Huaracan; Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Chile. Diplomada en Diseño Evaluación y Gestión de Proyectos de Interés Público, Universidad de Chile. Analista Criminal-Territorial en Jefatura Santiago Este de Carabineros de Chile (2015 a 2017)]
Im1. Portonazo en La Florida / Fuente: Nunorktimes, 2018
De acuerdo a la Encuesta CEP (2017), el principal problema para el ciudadano chileno es la delincuencia. Esto, pese a que, el principal indicador de la violencia (el homicidio) sea el segundo más bajo de América[1], y que las cifras nos muestren que los delitos de mayor connotación social (DMCS) hayan disminuido progresivamente desde el 2014[2]. No obstante, una cosa es que se registren menos denuncias y otra distinta es la percepción de inseguridad, la cual aumentó sostenidamente entre 2012 y 2015 (CEAD, 2017).
¿Es justificada esta percepción de inseguridad?
En las últimas décadas la seguridad pública ha sido un tema político prioritario, por esto se han dedicado importantes esfuerzos desde el ámbito público (y privado) para abordarla. Desde el año 2004 a la fecha se han publicado políticas, planes y estrategias nacionales en esta materia, que han contemplado desde la creación del Ministerio del Interior y Seguridad Ciudadana y la Subsecretaría de Prevención del Delito; la modernización y profesionalización de sus policías[3] y la creación de los Consejos Comunales de Seguridad Pública (CEAD, 2017). Si consideramos que la violencia en las ciudades es variada y se percibe de acuerdo al contexto temporal y cultural, podemos entender que persista la percepción de inseguridad.
En estudios de opinión se ha comenzado a indagar sobre la principal fuente de información para el aumento de la delincuencia en el país (¿Cuál diría usted que es la principal fuente de información que le permite formarse esa opinión?). El resultado: el 65% cree que son los medios de comunicación (CEAD, 2016). Para ser justos, los medios de comunicación no son los principales responsables. Si bien los DMCS han disminuido en un 11%, la violencia ha aumentado. Reflejo de ello es el aumento de los homicidios en un 9,4%, otros robos con fuerza en un 8,5% y robos con violencia o intimidación en un 2.8% (CEAD, 2017).
El delincuente está cada vez más preparado y se inicia tempranamente en el uso de drogas y alcohol, y en la actividad delictual (por supuesto que el hecho de nacer y crecer en contextos de vulnerabilidad social son detonantes en esta relación). Frecuentemente integra bandas delictuales jerarquizadas y altamente especializadas, a veces entre vecinos, familiares o compañeros de colegio. Estas operan con un alto grado de violencia y especialización.
El caso de los denominados “Portonazos”.
Luego de una nueva exigencia gubernamental de importar vehículos más seguros, el robo de estos se vio fuertemente obstaculizado. De esta forma, el modus operandi más afectivo era robar el vehículo encendido, con el conductor presente, asegurando así la obtención de la llave.
Así fue como el robo de vehículos pasó a ser de un delito contra la propiedad a uno violento, ya que los delincuentes violentaban o intimidaba a su víctima con tal de alcanzar su objetivo. Como esto ocurría en el portón del inmueble, mientras la o las víctimas se disponían a entrar o a salir de su casa; los medios de comunicación lo llamaron “Portonazo” (CAODI, 2016). A partir de estos hechos, se realizaron numerosos esfuerzos al interior de Carabineros con la finalidad de dar solución a un delito que, aunque no está tipificado, es identificable y genera temor.
Desde las Oficinas de Operaciones de Carabineros, sus analistas criminales[4], (profesionales de distintas disciplinas capacitados en el análisis delictual, que han aportado a la toma de decisiones para el uso eficaz y eficiente de los recursos policiales[5]), (CEAD, 2017) han realizado análisis con los cuales fue posible: 1) generar y socializar una correcta definición del delito, 2) identificar patrones relevantes como días y horarios de mayor frecuencia, 3) identificar características de las víctimas y vehículos sustraídos, 4) determinar áreas de ocurrencia del delito o de hallazgo de los automóviles, y, 5) junto con esto (más el relato detallado de las victimas) determinar rutas de escape; entre otros.
Pese a su impacto mediático, el Portonazo ha disminuido de manera constante desde su aparición el año 2014. El peak tuvo lugar en octubre de 2015 y en la comuna de La Florida. Desde noviembre de 2015 y durante todo 2016, el delito disminuyó irregularmente.
Una de sus características principales fue la movilidad evidenciada, la que se debió, por una parte, al cambio en el objetivo (pasa de ser un delito asociado a vehículos de lujo o comunas de alto nivel de ingreso, a vehículos comunes en comunas de clase media) y a la disposición de servicios policiales focalizados. En este punto, la configuración urbana juega un rol fundamental, ya que permite conocer cuáles son los elementos o circunstancias facilitadoras del delito (CARRION, F. 2008).
Desde la mirada del ciudadano, que las cifras muestren una disminución del delito, o que, en el caso de los “Portonazos”, sepamos que si nos roban el auto lo más probable es que lo encuentren (la tasa de recuperación es cercana al 80%) (SEVB, 2015); no cambia la sensación de inseguridad. Porque el ser violentado en un espacio privados como la casa o el auto, es un hecho que marca, y donde la vida, propia o la de nuestra familia, se encuentra en riesgo.
Notas:
[1] CEAD (2014).
[2] Se ha registrado una disminución de 11% de casos de Delitos de mayor connotación socia (DMCS). De acuerdo a Carabineros de Chile (CEAD, 2017).
[3] Con el consecuente aumento de recursos y dotación de funcionarios. Carabineros actualmente cuenta con alrededor de 59 mil funcionarios, entre civiles y uniformados.
[4] El análisis delictual implica estudiar para identificar patrones, tendencias, causas y efectos. Se utiliza para describir y producir información sensible y valiosa, que permita investigar y aclarar delitos; distribuir eficientemente los recursos y prevenir la ocurrencia de hechos recurrentes y similares. La idea es diseñar estrategias que permitan reducir los delitos.
Existen supuestos y conocimientos de la criminología que ayudan a los analistas a reducir el delito. (Bruce, C. 2010)
[5] Programa parte del Plan de Operaciones de Carabineros de Chile (2014), el cual se enmarca en el “Plan Nacional de Seguridad Pública y Prevención de la Violencia y el Delito: Seguridad para Todos 2014-2017”. Corresponde al Programa 8 “Perfeccionamiento Oficina de Operaciones”.
BIBLIOGRAFÍA
Bruce, C. (2010). Fundamentos del análisis delictual. En Tudela, P. (Ed.). Análisis Delictual: enfoque y metodología para la reducción del delito. p. 27-55. Santiago, Chile: Fundación Paz Ciudadana, International Association of Crime Analysts. Recuperado de: http://www.pazciudadana.cl/wp-content/uploads/2010/12/analisis-delictual_enfoque.pdf
CAODI, (2016). Robo de Vehículos con Intimidación y/o Violencia: Portonazos. Reporte SBAR: Centro de Análisis y Operaciones de Investigación Criminal, n°4 2016.
CARRIÓN, F. (2008). Violencia urbana: un asunto de ciudad. EURE (Santiago), 34(103), 111-130. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612008000300006
CEAD – Centro de Estudios y Análisis del Delito, (2017). Balance Seguridad Pública 2014-2017. Recuperado de: http://www.seguridadpublica.gov.cl/media/2017/12/balance-2017-final.pdf
CEAD – Centro de Estudios y Análisis del Delito, (2017). Resultados ENUSC 2016 y serie comparada 2010-2016 Total País. Recuperado de: http://www.seguridadpublica.gov.cl/media/2017/04/00_Total-Pa%C3%ADs_ENUSC-2016.pdf
CEAD – Centro de Estudios y Análisis del Delito, (2017). Plan Nacional de Seguridad Pública y Prevención de la Violencia y el Delito: Seguridad para Todos. Recuperado de: http://www.seguridadpublica.gov.cl/media/2014/10/Plan-Nacional.pdf
CEP (2017). Estudio Nacional de Opinión Pública: Septiembre – Octubre 2017. Recuperado de: https://cepchile.cl/cep/site/artic/20171025/asocfile/20171025105022/encuestacep_sep_oct2017.pdf
NUNORKTIMES (2018). Portonazo la Florida. Recuperado de: https://nunorktimes.cl/wp-content/uploads/2017/10/Portonazo-en-La-Florida-1024×553-768×415.jpg
SEBV (2015). Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos de Carabineros de Chile. Recuperado de: http://www.emol.com/noticias/Nacional/2015/09/10/749275/Portonazos-delincuentes-son-en-su-mayoria-adolescentes-y-el-80-de-los-vehiculos-se-recupera.html
"El grafiti mural como estrategia de resignificación a la violencia urbana: intervenciones del Programa Juntos Más Seguros en sectores de alta complejidad sociodelictual"
Ver"El grafiti mural como estrategia de resignificación a la violencia urbana: intervenciones del Programa Juntos Más Seguros en sectores de alta complejidad sociodelictual"
Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Jorge Bottai Espinoza; Master of Science in Governance of Risks and Resources, Universität Heidelberg; Licenciado en Seguridad y Defensa, Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos del Ministerio de Defensa de la República de Chile; Licenciado en Educación, Profesor de Historia y Geografía, Universidad Arturo Prat; Diplomado en Prevención del Delito a Nivel Local, Instituto de Asuntos Públicos, Universidad de Chile]
Resumen
Esta práctica reflexiona sobre la intervención desarrollada por el Programa Juntos Más Seguros de la Subsecretaría de Prevención de Delito (Chile), su modelo integral de trabajo y de la importancia de la participación para resignificar la violencia urbana. El grafiti mural es una técnica que permite apropiarse simbólicamente de los espacios, contribuye a mejorar la sensación de seguridad asociada a potenciales peligros de la integridad física y material, en territorios de alta complejidad sociodelictual.
Palabras clave: grafiti mural, territorio, participación
Im 1: Mural Artistas y Músicos Chilenos, La Pintana 2016 / Fuente: Subsecretaría de Prevención del Delito, 2016
“He visto esos grafitis de gallos que están muertos, narcos que les hacen un gran monumento a los estúpidos. Y ver un grafiti de algo que es más importante, como cuando hicieron un grafiti de meteoritos aquí en la esquina. Los niños se quedan mirando y tú le puedes explicar lo que es, esos grafitis tienen algo de cultura y son bonitos, les muestra cultura a los chicos” (Anónimo [1], La Pintana, 2016)
La teoría de las ventanas rotas de Wilson y Kelling (2001), identifica el desorden social y las incivilidades físicas y sociales como causantes del temor en los espacios urbanos. Del mismo modo, Munizaga (2009, p.2) explica que “la concentración territorial de carencias y desventajas sociales, acumuladas a lo largo del tiempo, incide en que exista una mayor vulnerabilidad delictual en determinados barrios, ya que, por un lado, genera situaciones de exclusión social que aumentan la probabilidad de que la delincuencia se instale en ese territorio, tanto por el ejercicio de ella, como por la victimización que produce en los residentes del lugar” (Ver Im2).
En el contexto anterior, se introduce un elemento importante de la caracterización del problema de la violencia urbana, donde encontramos la coexistencia de víctimas y victimarios en el mismo espacio, vislumbrando una tensión social permanente, donde las expresiones de dicha violencia se ejercen desde los victimarios y su apropiación simbólica del territorio.
La apropiación simbólica del territorio, se puede definir como una construcción social y cultural de un grupo determinado de sujetos, basada en relaciones temporales del uso del espacio y su configuración de identidad, que en el contexto de la intervención desarrollada por el Programa Juntos Más Seguros (Subsecretaría de Prevención del Delito), se traduce en la vulneración socio- delictual de los espacios comunes, ejercida por bandas de microtráfico, grupos delictuales organizados y barras bravas; y que generan altos grados de temor y percepción de inseguridad en sus habitantes. Estos espacios en conflicto poseen características visibles, tales como la presencia de microbasurales, falta de mantención en los espacios públicos, murales ligados a las barras bravas, murales animitas, plazuelas abandonadas, caletas para el consumo de drogas, entre muchos otros (Blanco et al., 2014; Reyes & Martínez, 2015; Ministerio del Interior, 2017).
Im 2: El antes de las intervenciones, La Pintana 2015; Alto Hospicio 2016 / Fuente: Google Street, julio 2015 (ver los resultados en figura Nº 5).
El programa inició en octubre del 2014 en 17 barrios de cuatro regiones del país y alcanzó un total de 20 barrios a finales del 2017. Su objetivo se definió como “disminuir los factores causantes de la violencia, delincuencia e incivilidades en barrios vulnerables socio delictualmente, a través de la implementación de un plan de intervención integral con participación local” (Ministerio del Interior, 2017, p. 3).
En la implementación del plan de intervención integral participaron municipios, organizaciones comunitarias, vecinos e instituciones del gobierno central. Desde una perspectiva política, se propuso contribuir en aumentar la seguridad de los barrios focalizados y la sensación de seguridad asociada a potenciales peligros a la integridad física y material de sus habitantes.
Una de las estrategias de este plan de intervención, se asocia a la habilitación de equipamientos socio-comunitarios y la conformación de espacios públicos seguros. En ambos casos, se promueve el uso y ocupación positiva de los espacios comunes por parte de los vecinos, mediante un modelo de intervención participativo que vincula a la comunidad en el diseño e implementación de infraestructura y de grafitis murales. Para estos efectos, se establece la denominada “Mesa Barrial Tripartita”, instancia de participación social e institucional, orientada a fortalecer la alianza entre gobierno y comunidad, a fin de compartir información sobre el barrio, promover la movilización comunitaria y la apropiación de los espacios (Ministerio del Interior, 2014).
Esta instancia puede definirse como un espacio para la gobernanza territorial, donde la participación se define como una cuestión política y se plantea como desafío el superar las problemáticas asociadas a la apropiación simbólica del territorio (White, 1996).
La discusión de lo que se debía hacer en el territorio, fue abierta y programada, —para el caso de los grafitis murales — por un tallerista especializado (pintor de grafitis o murales), quien recogía las opiniones de los vecinos y elaboraba los diseños de acorde a las expectativas de estos. Las temáticas abordadas fueron muy variadas, entre ellas, conceptos de paisajismo y naturaleza, derechos de los niños y niñas, el concepto de inclusión, historia del barrio, cultura, etc. (Ver Im3)
Im 3: Discusión de lo que se debía hacer, La Pintana 2016 / Fuente: Subsecretaría de Prevención del Delito, 2016.
Con los diseños propuestos por los talleristas, modificados y aprobados por la comunidad, se comenzaron a pintar una serie de murallas en los distintos sectores de los barrios, asimismo, se incluyó la participación de vecinos, jóvenes, niños y niñas de los sectores en el desarrollo de las obras (Ver Im4).
Las obras demoraron entre dos y cuatro semanas en ser terminadas, y contaron con los aportes de los municipios, Instituto Nacional de la Juventud, organizaciones vecinales, agrupaciones de grafiteros y de los profesionales responsables del Programa Juntos Más Seguros en cada barrio.
Im 4: El proceso de trabajo, La Pintana 2016 / Fuente: Subsecretaría de Prevención del Delito, 2016.
La resignificación y apropiación simbólica que se generó en el territorio al plasmar los grafitis murales, impulsó a que los vecinos comenzaran a entregar valor a sus espacios públicos, esto se evidencia en sus relatos cotidianos y percepciones de seguridad. La evaluación de impacto desarrollada por Casarino (2017) al Programa Juntos Más Seguros (La Pintana), recogió estos testimonios y dio cuenta de la importancia concedida por los vecinos a los grafitis murales emplazados en el barrio (Ver Im5). En las narraciones de las entrevistas se destaca lo siguiente:
“He visto esos grafitis de gallos que están muertos, narcos que le hacen un gran monumento a los estúpidos. Y ver un grafiti de algo que es más importante, como cuando hicieron un grafiti de meteoritos aquí en la esquina. Los niños se quedan mirando y tú le puedes explicar lo que es, esos grafitis tienen algo de cultura y son bonitos, les muestra cultura a los chicos” (Anónimo, La Pintana, 2016).
“…eso la actividad de grafitis, antes se veía una imagen de un narcotraficante, pero ahora uno ve árboles y muchos dibujos distintos, me gustan los grafitis” (Anónimo, La Pintana, 2016).
“…cuando ves el grafiti dices oh qué bonito, podría agregarle esto y esto otro porque una siempre opina. Antes había muchos rayados” (Inés, La Pintana, 2016).
“Los grafitis a la gente les gustó, un buen trabajado y la gente decía píntenme mi muralla, ellos ofrecieron sus muros para que se entretuvieran y estuvieran 4 o 5 horas, y son muy bonitos los diseños hermosos, preciosos” (María, La Pintana, 2016).
Im 5: El después de las intervenciones, La Pintana 2016; Alto Hospicio 2017 / Fuente: Subsecretaría de Prevención del Delito, 2017.
Los resultados de esta práctica han impulsado que los vecinos y vecinas se sientan partícipes y protagonistas de la recuperación de sus entornos, otorgando valor a sus espacios públicos, apropiándose de ellos, resignificando el derecho a su integridad física, espiritual y material. Todas estas intervenciones logran que los espacios en conflicto sean más amables, atractivos y generan una sensación de hermoseamiento, lo anterior aporta sin lugar a duda a resarcir en cierta medida la deuda en el espacio y diseño de los barrios más vulnerables de nuestro país.
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Bibliografía
Blanco, J., Bosoer, L. y Apaolaza, R. (2014). Movilidad, apropiación y uso del territorio: una aproximación a partir del caso de Buenos Aires. En: Scripta Nova, revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Vol. XVIII, Nº 493 (06) Barcelona.
Casarino, N. (2017). Evaluación de impacto intermedia cualitativa del Programa Juntos Más Seguros (PJMS) focalizado en los barrios de Villa el Bosque y Villa Eucaliptus en la comuna de La Pintana. En: Informe de evaluación, Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile.
Ministerio del Interior. (2014). Programa Juntos Más Seguros. En: Manual para la aplicación de diagnóstico barrial participativo. Subsecretaría de Prevención del Delito, Santiago de Chile.
Ministerio del Interior. (2017). Programa Juntos Más Seguros, Villa Frei, Alto Hospicio. En: Acciones y Recomendaciones de Prevención del Delito y la Violencia en Barrios. Subsecretaría de Prevención del Delito, Santiago de Chile.
Munizaga, A. M. (2009). Consideraciones relevantes para la prevención del delito en barrios vulnerables. En: Revista Fundación Paz Ciudadana, Nº VIII, pp. 1-12.
Reyes, M, & Martínez, D. (2015). La configuración identitaria en los territorios de migrantes internacionales. En: Revista Península, Vol. X (2), pp.117-133.
White, S.C. (1996). Depoliticising Development: The Uses and Abuses of Participation. En: Development in Practice, Vol. VI (1), pp. 615.
Wilson, J. y Kelling, G. (2001). Ventanas Rotas. La policía y la seguridad en los barrios. En: Delito y Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, Nº XV-XVI, Ediciones UNL, Santa Fe, pp. 67-79.
Figuras
Google Street. (2015; 2016). Obtenido de www.maps.google.com.
Subsecretaría de Prevención del Delito. (2016; 2017). Proporcionadas por los profesionales del Programa Juntos Más Seguros.
[1] Se mantiene el anonimato de los entrevistados cuyas críticas son dirigidas, por razones de seguridad personal.
"La desigualdad del miedo urbano"
Ver"La desigualdad del miedo urbano"
Revista Planeo Nº 35 Violencia Urbana, Marzo 2018
[Por Leonel Rivas, Arquitecto, México. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen
En las últimas dos décadas, las ciudades latinoamericanas han experimentado progresivamente la pérdida de seguridad en sus espacios públicos y privados. El aumento de la violencia urbana en sus múltiples versiones, en conjunto con los medios de comunicación, han promovido significativamente la percepción de inseguridad en los ciudadanos ante un Estado que aparenta estar lejos de brindar una solución de raíz. Esta inseguridad, traducida en miedo urbano, ha tenido diversas reacciones por parte de los actores involucrados en el desarrollo de la ciudad; una de las principales respuestas ha sido la demanda de las personas por obtener viviendas en barrios seguros, que garanticen la libertad necesaria para desarrollar las actividades cotidianas sin ningún tipo de riesgo. Sin embargo, el grueso de la población no posee las mismas posibilidades de comprar seguridad.
Palabras Clave: Violencia, miedo urbano, condominio
Im 1. Acceso a condominio privado en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, México / Fuente: Elaboración propia
La ciudad desigual, como la mayoría en América Latina, es productora de violencia urbana. Las grandes brechas de desigualdad social han agudizado la incapacidad de inserción laboral formal a población carente de formación profesional; por lo que, ante la necesidad, se ubican en cualquier actividad laboral precaria desvaneciendo sus aspiraciones de desarrollo en trabajos dentro de la formalidad (Katzman, 2011). Eventualmente, la falta de oportunidades para los grupos de población joven, se convierte en un factor que incide directamente en las decisiones individuales para obtener ilegítimamente bienes a través de conductas violentas (Briceño-León, 2007) y que, progresivamente, estas conductas se naturalizan en los barrios donde habitan, representando una “resignación a una vida de pobreza que abarca generación tras generación” (González, Tinoco, & Macedo, 2012).
En virtud de lo anterior, ¿los jóvenes pobres son realmente peligrosos? Los medios de comunicación tienen un rol importante al ser los encargados de difundir los hechos que suceden en la ciudad. Sin embargo, para Gentile (2011) se trata de una estigmatización mediática por parte de los medios de comunicación para establecer un vínculo entre el joven del barrio popular con acontecimientos asociados a la violencia. Asimismo, Kessler (2012) señala que este tipo de noticias mediáticas, tienen profundos efectos que no solo afectan a la población joven como principal blanco asociado a la violencia, sino también al barrio popular donde habita. De esta manera, los demás sectores de la ciudad, tanto de clase media como de clase alta, ven a los habitantes de barrios marginados como una amenaza (Briceño-León, 2002); aunque esto, es parcialmente cierto. Si bien los sectores acomodados sufren de delincuencia constantemente, los pobres en lugares marginados son quienes sufren la violencia como tal, de cierta manera son “víctimas y victimarios de este proceso” (Briceño-León, 2002:36).
Cuando se experimentan directamente actos violentos o cuando se divulgan en la sociedad por cualquier vía, surge el miedo; uno de tipo urbano que no solo se enfoca al espacio público, sino al espacio privado también. El miedo nos puede mantener a salvos, pero también nos puede poner en peligro. El temor a lo desconocido o al imaginario urbano construido por los habitantes, puede convertirse en una auténtica expresión de ansiedad social, la misma que dirige y conduce las acciones de las personas con la finalidad de sentirse seguros. De esta manera, el miedo orienta y una de sus principales funciones es influir y conducir en las tomas de decisiones; de alguna manera el miedo “se configura como el eje a través del cual se organiza la vida” (González Ortiz, Tinoco García, & Macedo García, 2012). Es natural, nuestros antepasados encontraban estos refugios en cavernas para protegerse de animales o de condiciones climáticas que significaran algún tipo de peligro, tal como lo hacen los habitantes de ciudades violentas al ‘refugiarse’ tanto en barrios cerrados altamente vigilados, como en hogares bien protegidos.
Actualmente, los condominios dotados de alta tecnología en seguridad y de una serie de elementos propiamente exclusivos, brindan lo necesario para sentirse seguros al menos temporalmente, porque la violencia, con el tiempo, encuentra caminos más sofisticados que permea cualquier enclave. Sin embargo, ¿cuántos pueden evadir el miedo? Monsivais (2016) señala que “la cancelación del miedo urbano es un lujo de clase”. Como se mencionó anteriormente, los índices más altos de violencia urbana se observan en los barrios pobres, y ante ello, tal como en los demás sectores de la ciudad, existe miedo. No obstante, en estos barrios, además transformar los hogares en casas bunker (Lindón, 2006) con muros ciegos, rejas, alambres y otros mecanismos de seguridad que estén dentro de las posibilidades creativas y económicas, también existe una organización social que permite vigilar y protegerse entre similares.
Hidalgo (2004) plantea una serie de hipotesis que considera relevantes para explicar el por qué del crecimiento de espacios residenciales cerrados; una de ellas se refiere a la creciente criminalidad y seguridad asociada, en la que destaca principalmente el manejo de la información por parte de los medios de comunicación, pues cuestiona la forma de tratar los temas de violencia con lo que realmente sucede en la ciudad, provocando una serie de efectos -miedo- que orientan a la población sus preferencias a residir en lugares cerrados. Si bien el miedo urbano, se ha manifestado con la proliferación de condominios en nuestras ciudades, no es un fenómeno reciente; Borja (2004) señala que el miedo también se presentaba de forma similar en la ciudad preindustrial y en la ciudad de la revolución industrial, en las cuales existían “las fortalezas de los privilegiados, los guetos y la exclusión social” (2004:19).
Al parecer los grupos sociales que viven dentro de estas microciudades fortificadas, salen a realizar turismo cuando se ven en la necesidad de ‘salir’ a la ciudad; la dotación de actividades, servicios, y equipamientos localizadas en el interior, les restringe las oportunidades de interacción con el exterior. “La imagen urbana deja de ser un espectáculo, más bien se remite al encierro o al panorama exclusivo, de aquí se deriva que a la ciudad no se le ve como la civilización y el progreso, sino como la decadencia” (Jorquera, 2011:39). La producción de este escenario por parte de los desarrolladores inmobiliarios es la auténtica homogeneización de las áreas residenciales según su poder adquisitivo; sin embargo, esta producción no nace de la creatividad como tal, sino de la lectura perfecta de la necesidad social por sentirse tranquilos en su hogar. La creatividad viene después con la sofisticación de la vivienda y sus amenidades dentro del recinto amurallado.
De esta manera, la capitalización del miedo urbano, no es propiamente exclusiva de la construcción de este tipo de vivienda, sino que también se manifiesta con el aumento de negocios de seguridad privada y elementos de vigilancia, cuya finalidad de ‘blindar’ el recinto, es ponerlo distante del otro; el otro pobre y desconocido. La consolidación de este modelo de vivienda, lejos de ser rechazado por los diferentes actores urbanos, se ha acogido con gran entusiasmo que ha permitido la implementación, la permanencia y la expansión del mismo en la mayoría ciudades en vías de desarrollo. Asimismo, una de las principales razones de la trascendencia de este modelo, ha sido también, por considerarse como un objetivo aspiracional en la población de clases emergentes. Esto es posible, en gran medida, al marketing inmobiliario que siembra la necesidad en la sociedad por adquirir viviendas de ‘calidad’, además de obtener un estilo de vida diferente (superior al que se tiene) gracias a la disposición de elementos exclusivos al interior. Todo parece indicar que este modelo de vivienda seguirá vigente y exitoso en el futuro.
Lo que es un hecho, es que en estos tiempos modernos donde todo se convierte en mercancía, se está consolidando un mundo más individualista, debilitándose drásticamente las relaciones sociales incluyendo la convivencia familiar. Como advierte Wacquant (2007), si no existe una actuación para redireccionar las fuerzas estructurales en el sistema, que impidan el retroceso social, es de esperar que siga aumentando la desigualdad y con ella, la violencia generadora de miedo urbano.
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Bibliografía
Borja, J. (2004). Espacio público y espacio político. In L. Dammert (Ed.), Seguridad Ciudadana: Experiencias y Desafíos (1ra Edició). Valparaíso.
Briceño-León, R. (2002). La nueva violencia urbana de América Latina. Sociologias, (8), 34–51. https://doi.org/10.1590/S1517-45222002000200003
Briceño-León, R. (2007). Violencia Urbana en América Latina: Un modelo sociológico de explicación. (Spanish). Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano de Sociología, 16(3), 541–574. Retrieved from http://content.ebscohost.com/ContentServer.asp?T=P&P=AN&K=30022295&S=R&D=a9h&EbscoContent=dGJyMMvl7ESeprM4y9fwOLCmr0qeqK5Ssqm4SbeWxWXS&ContentCustomer=dGJyMPGosFCupq9JuePfgeyx44Dt6fIA%5Cnhttp://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=a9h&AN=3002229
Gentile, M. (2011). Los procedimientos discursivos para la construcción mediática de la figura del joven pobre y delincuente. El caso jonathan., 93–119. Retrieved from http://www.scielo.cl/pdf/udecada/v19n34/art06.pdf
González, F., Tinoco, I., & Macedo, A. (2012). Inseguridad y violencia. Narrativas en torno a la violencia y la inseguridad en el Estado de México. Espiral, Estudios Sobre Estado Y Sociedad, XIX No. 55, 38. Retrieved from http://www.scielo.org.mx/pdf/espiral/v19n55/v19n55a4.pdf
González Ortiz, F., Tinoco García, I., & Macedo García, A. (2012). Inseguridad y violencia. Narrativas en torno a la violencia y la inseguridad en el Estado de México. Espiral, XIX(55), 79–116.
Hidalgo, R. (2004). De los pequeños condominios a la ciudad vallada: Las urbanizaciones cerradas y la nueva geografía social en Santiago de Chile (1990-2000). Eure, 30(91), 29–52. https://doi.org/10.4067/S0250-71612004009100003
Katzman, R. (2011). Seducidos y abandonados. El aislamiento social de los pobres urbanos. Revista de La CEPAL, (76), 171–189.
Kessler, G. (2012). Las consecuencias de la estigmatización territorial. Reflexiones a partir de un caso particular. Espacios En Blanco, 22, 165–198.
Lindón, A. (2006). La casa bunker y la deconstrucción de la ciudad. LiminaR. Estudios Sociales Y Humanísticos, IV, 18–35.
Monsivais, C. (2016). Los miedos: A la inseguridad urbana, con Carlos Monsivais. Retrieved December 1, 2017, from https://www.youtube.com/watch?v=ev9hufCgNBU
Wacquant, L. (2007). Los condenados de la Ciudad. Gueto, periferia y estado. (S. X. Editores, Ed.), La marginalidad urbana en el horizonte del siglo XXI.
"Muelle del cementerio: perspectivas desde el ejercicio de la ciudadanía"
Ver"Muelle del cementerio: perspectivas desde el ejercicio de la ciudadanía"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Aldea: Fundación que busca desarrollar acciones e investigaciones colaborativas con comunidades a largo del país, que generen espacios más inclusivos, democráticos y acordes a los intereses de las personas que los habitan. Elaboramos metodol ogías que sean fruto de una mirada crítica de los territorios donde habitamos, y de una valoración del entorno que permita a las personas a participar de las decisiones respecto de su destino e integrar estas temáticas en el aprendizaje de niños, niñas, jóvenes y adultos.
Dirección Cementerios Municipales de Valparaíso, Corporación Municipal de Valparaíso para el Desarrollo Social, Alcaldía Ciudadana – Ilustre Municipalidad de Valparaíso]
Resumen
Cementerio, palabra proveniente del griego “koimitiron” o dormitorio, el lugar donde descansan eternamente los restos humanos de una comunidad. Se dice que son las ciudades de los muertos (la necrópolis) pero a escala, con diversos formatos y paradigmas de sepultación que han ido transformándose en el tiempo respondiendo a las diversas miradas frente a la muerte. Se trata de espacios construidos donde se vuelcan un conjunto de creencias, tradiciones espirituales y religiosas que acompañan el rito mortuorio. De hecho, la configuración del espacio en un cementerio responde a una lógica específica asociada a iconografías y simbolismos propios del qué hacer sepultural. Tanto la tipología de sus sepulturas (cuerpos de nichos, comunitarios e institucionales, bóvedas familiares, sepulturas en tierra, fracción en parque, mausoleos, etc.), como el plano de sus calles, sus materialidades, y su ornamentación responden a ideas concretas de cómo debe ser la ciudad para los muertos. Donde se piensa prima la tranquilidad y el silencio como valores asociados al respeto de las almas ahí inhumadas. El presente artículo presenta el caso del Cementerio No 3 de Playa Ancha de Valparaíso y la intervención de uno de sus bordes como espacio público, como ejercicio de ciudadanía y trabajo conjunto con la comunidad viva que le da valor y sentido.
Palabras Clave: Cementerio, espacio público, diseño y construcción participativa
Im1. Tijerales, Registro del autor
Pese a que la idea sobre los cementerios está asociada a creencias de una ciudad sin vida y a encontrarse tradicionalmente en el extra muro, a espaldas de donde ocurre la “vida real”, se trata, muchas veces, de lugares que deben ser pensados y diseñados también para la población que se relaciona diariamente con ellos, dotándolos de vida y actividades cotidianamente. Desde esta perspectiva un cementerio solo puede ser comprendido en una dimensión sistémica.
El “quehacer cementeriano”- paráfrasis de la auto-denominación que hacen los trabajadores de los Cementerios Municipales de Valparaíso de sí mismos, “los cementerianos”-, así como la ritualidad observada aparecen entonces, determinados por dimensiones comerciales (formal e informal), religiosas, identitarias, históricas, patrimoniales, turísticas, artesanales, de derechos humanos y memoria, entre muchas otras.
Pensar los cementerios como un sistema en el cual se reproducen prácticas sociales y culturales urbanas, nos permite y obliga a observar el espacio y a relacionarnos con un territorio de alta complejidad. Las tareas y gestión que requiere son diversas e intensas, principalmente por la temática que aborda: la pérdida y el dolor. Por ello, es de real importancia velar por que todos los actores y actividades que ahí confluyen encuentren espacios adecuados para su desarrollo.
La vitalidad y naturaleza de cada cementerio varía según su origen, ubicación, tamaño y nivel de actividad. El Cementerio N° 3 de Playa Ancha, Fundado en 1887 y creado “Para pobres en solemnidad”, emerge como una alternativa para los requerimientos de la comunidad popular de Valparaíso en materia de inhumación, es nuestro caso de trabajo y recibe mensualmente alrededor de 25 mil personas los que junto a los más de 100 trabajadores formales, aguateros, pergoleros y marmoleros, nutren, dibujan y activan cotidianamente este espacio. Administrado por la Corporación Municipal de Valparaíso para el Desarrollo Social, el Cementerio N°3 es el segundo cementerio más grande de Chile y por ende el camposanto más importante de la ciudad. Conocido por ser el cementerio “de los pobres” de Valparaíso es un lugar muy importante para el alma porteña, se dice que no hay porteño que no tenga un amigo o pariente enterrado en este cementerio.
Actualmente, los Cementerios Municipales de Valparaíso son parte de un programa de recuperación integral que buscar devolverles su valor en tanto lugares de memoria y transformarlos en espacios de promoción de la cultura mortuaria local (Ver Im 2 y 3).
Im2. Etapa de Diagnóstico y Diseño, Registro del autor
Im3. Etapa de construcción participativa y voluntaria zona pérgola, Registro del autor
En este contexto nace la idea conjunta entre la actual dirección de los Cementerios Municipales y la Fundación Aldea de poner atención a las distintas dinámicas socio-espaciales del Cementerio n°3… ¿Cómo se apropian los espacios? ¿Cuándo? ¿Qué tipo de lugares requieren los distintos actores? ¿Qué anhela la comunidad identificada?
La reflexión fundante fue entonces abordar el cementerio como un Espacio Público[1], y así dar cuenta de éste como un lugar de convivencia entre vivos, simbología mortuoria y memoria. Bajo esta premisa incorporar a la comunidad en el diseño apareció como una gran evidencia. El desafío fue entonces empezar a repensar y diseñar las 16 hectáreas del Cementerio n°3 , para y con la comunidad viva: trabajadores –cementerianos-, deudos, comunidad circundante y la creciente masa de interesados en redescubrir estos espacios de genuina cultura local en la llamada ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El rito mortuorio, religioso o laico, no acontece de modo independiente a las personas vivas pues son ellos los portadores de la tradición que dota de significados un cementerio. Tradición e identidad heredada generacionalmente pues este rito es periódicamente revisitado.
Bajo una lógica de diseño y construcción participativa y de trabajo en red, nace el proyecto “Muelle del Cementerio”, haciendo alusión a la ubicación de éste. El Cementerio N°3 se encuentra en una punta de la península de Playa Ancha, frente al mar y en línea directa con el faro. En este contexto realizamos en un primer momento con los y las trabajadores una serie de mapas mentales que fueron dando cuenta de los valores, visiones y necesidades de la comunidad cementeriana. Así surgió la idea de recuperar un espacio abandonado en el cementerio convertido en un micro basural.
Todo proyecto constructivo parte de una necesidad. En esta oportunidad se incluyó la mirada y el anhelo de la comunidad que hace uso del lugar: familias visitantes, comunidad aledaña y los propios trabajadores. Durante un mes, y a partir de entrevistas, mapas proyectivos y la observación etnográfica de conductas constructivas (con fuerte énfasis en la autoconstrucción) se diseñó este espacio que fue construido sólo con manos voluntarias.
La necesidad consensuada fue un espacio en el cementerio que permitiera la contemplación, el descanso y la reflexión. Un espacio de encuentro y recreación para las familias visitantes y los trabajadores que hasta entonces no tenían un lugar propicio para descansar al aire libre.
El trabajo liderado por Aldea, y que estuvo patrocinado en parte por la organización Espacio Lúdico en el marco de PlaceMaking Latinoamérica, tuvo un gran componente de flexibilidad en la medida que nuevos actores y miradas se fueron sumando al proyecto. El trabajo requirió limpiar, desmalezar, aplanar el suelo, rediseñar, construir y organizar la celebración de los tijerales. En este contexto cada conocimiento, perspectiva y donación de materiales fue incorporada y fue relevante para el resultado final.
Ya acabada la primera etapa hemos sido testigos cómo “los cementerianos” han seguido trabajando, lo cual era un hecho deseado. El Muelle no es un proyecto cerrado, al contrario fue un estímulo para una serie de desafíos que enfrenta este Cementerio y que sólo en comunidad y con trabajo en red se pueden enfrentar.
Existen nuevas necesidades que deben ser incluidas al momento de pensar el devenir del cementerio y definir los espacios donde cobra valor tanto los aspectos patrimoniales como los usos y prácticas actuales. Con similares características a la ciudad que le acoge, la necrópolis experimenta cambios que hablan de nuevos paradigmas de participación, ciudadanía, opinión pública, problemáticas ambientales y sociales, formas de ritos, la necesaria vinculación territorial con establecimientos educacionales, entre otros, que hacen del Cementerio No 3 un caso y laboratorio abierto a ser trabajado y estudiado de manera sistémica (Ver Im 4).
Im4. Inspiración en la autoconstrucción de sepulturas en tierra, Registro del autor
Notas:
[1] Commission for Architecture and the Built Environment. (2007). Cemeteries, churchyards and burial grounds. Cabe Spaces, 1, 10.
"DISEÑO URBANO CENTRADO EN LA PERSONA. Una propuesta para enfrentar los retos urbanos en América Latina"
Ver"DISEÑO URBANO CENTRADO EN LA PERSONA. Una propuesta para enfrentar los retos urbanos en América Latina"
Revista Planeo Nº32; Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por, Benjamín Alva; Facultad del Hábitat, Profesor Investigador de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Fernando Narváez; Estudiante de Magíster de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT PUC
Ana Laura Martínez; Estudiante de pregrado en Diseño Urbano y del Paisaje, UASLP]
Derivado de la acelerada dinámica y forma de crecimiento de las ciudades en América Latina, existen retos asociados al aumento desproporcional de su población y de la superficie urbana, de movilidad, de energía o de uso intensivo del conocimiento y de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), entre muchos otros; por ello se requieren soluciones asociadas a nuevas formas de diseño urbano, basadas en la comprensión de los nuevos fenómenos como las relaciones físicas y virtuales que suceden en la ciudad, estudiar la movilidad a partir de entender cómo la gente no se mueva innecesariamente para la realización de sus actividades o la paradoja del uso de las TIC que han dividido al territorio y disminuido las relaciones personales. El objetivo de este artículo es presentar un modelo de planeación y diseño urbano que coloca como centro de atención a la persona y analiza a la ciudad como proceso, basado en tres principios: conectividad, accesibilidad y generación de valor, en oposición a una visión tradicional de ciudadano o usuario, de necesidades como esquema utilitario, estructural-funcionalista y que estudia a la ciudad como objeto o producto. Esta propuesta es útil para la implementación de la Nueva Agenda Urbana en ciudades de América Latina que comparten características de expansión, fragmentación, segregación y pérdida de valor.
Palabras clave: Planeación urbana, Diseño urbano, Accesibilidad, Conectividad, Generación de valor
Abstract
The urban sprawl and the fast growth of cities in La- tin America produce several challenges with the mo- bility of the persons, use of energy or intensive use of knowledge and of Information Communication and Technologies (ICT); Therefore, the main solutions should to think about new forms of urban design, di- fferent ways to understanding of new phenomenas such as the physical and virtual relationships at the city. Now, the study of mobility is based on unders- tanding how people do not move (unnecessarily) to do their activities, and we have to face the paradox of the use of ICT bettewen divided territory and the personal relationships as well. This article present a model of urban planning and design where the per- son is the center of attention, there are three prin- ciples: connectivity, accessibility and generation of value, this model is differente to a traditional vision of citizen or user, needs as a utilitarian function, and the city as an object or product. This proposal is use- ful for the implementation of the New Urban Agenda in cities of Latin America that share characteristics of expansion, fragmentation, segregation and loss of value to the persons.
Keywords: Urban planning, Urban design, Accessibility, Connectivity, Generation of value
Entrevista a Benito Baranda: "El Papa Francisco nos invita a mirar la ciudad desde la periferias, no sólo geográficas sino también existenciales"
VerEntrevista a Benito Baranda: "El Papa Francisco nos invita a mirar la ciudad desde la periferias, no sólo geográficas sino también existenciales"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Pia Acevedo; Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC). Becaria Conicyt. Magíster en Gestión Cultural (U.Chile). Licenciada en Historia (UDP)
Arturo Orellana; Profesor adjunto Instituto Estudios Urbanos y Territoriales UC; Director de Revista Planeo UC]
Benito Baranda; es Psicólogo, orientador, profesor y activista social. Ex director social del Hogar de Cristo y actual Presidente Ejecutivo de América Solidaria Internacional. Actualmente es coordinador nacional de la visita del Papa Francisco a Chile.
«El Papa Francisco nos invita a mirar la ciudad desde la periferias,
no sólo geográficas sino también existenciales»
Imagen 1: Benito Baranda / Fuente: www.latercera.com
- ¿Cuál es el significado de la venida del Papa a nuestro país? ¿Qué ganamos como país con su visita?
Bueno, el Papa fue invitado inicialmente por la conferencia episcopal, después por la visita de los arzobispos chilenos que han hecho para allá y, además, fue invitado por la presidenta cuando lo fue a visitar el año 2015. El Papa por supuesto tiene una predilección fuerte por Latinoamérica, es su cuna, su formación, pero además tiene una predilección por los espacios donde percibe que hay tensión y que se vive en territorios donde todavía no se respeta toda la dignidad humana. El Papa ha hecho ese trabajo en cada uno de los lugares donde ha ido y como a Chile lo conoce más o menos bien, por la cercanía con Argentina, le toco vivir acá dos años hace mucho tiempo, pero igual hay cierta cercanía con Argentina por hábitos y de la manera de ver la vida, él tiene un interés especial en venir a Chile.
El Papa no va a decir nada nuevo, dice lo mismo que muchos de nosotros decimos acerca de la realidad nacional, a lo mejor lo dice con palabras y contextos nuevos. Y los oídos y ojos pueden estar más abiertos de las personas escuchando que cuando nosotros estamos en nuestras propias luchas y tensiones. Algo de eso nos ocurrió cuando vino de Juan Pablo II, que fue una compañía más violenta, de protesta, que destrabó un proceso que ya venía destrabándose, pero que había costado mucho hacerlo. Yo creo que generó el ambiente nacional para la transición, lo que era demasiado importante, seguramente no todos estaban de acuerdo con los mensajes de Juan Pablo II, no todos estaban de acuerdo con el inicio de esa transición, pero en el fondo se destrabó.
Yo creo que a lo que viene es, no a abrirnos el conocimiento de las heridas sociales que tenemos, si no a poner luz sobre esas heridas, decir “traten de verlas, no las sigan negando, no sigan justificando que esas heridas existan, ¡enfréntenlas!”
- Teniendo en cuenta lo complejo y mediático de esta visita ¿Cómo evalúas que se encuentra la sociedad chilena para recibir al Papa considerando el interés y el estado de ánimo?
Yo me vinculo preferentemente con el Estado, porque ese es mi rol, soy coordinador del Estado. Tengo por supuesto un rol con la iglesia, me invitan a muchas charlas, estuve en el Vaticano la semana pasada visitando los distintos lugares para hablar sobre la visita y dentro del Estado hay un ánimo espectacular, tu viajas a las regiones y es una fiesta, las intendencias tratando de resolver todo, las alcaldesas, los alcaldes y la gente que está a su alrededor, los del norte, que están más separados porque las regiones son más distantes, ya los intendentes se han juntado para ponerse de acuerdo en cómo hacer llegar a toda la gente de esta zona. La fiesta en Iquique es tremenda y tú lo ves también en Temuco, ya que la pelea para que sea en el aeródromo Manquehue se da porque en otros lugares no cabía la gente que va a llegar. A esto se suma que es el periodo en el cual viene la mayor cantidad de argentinos a Chile y se dice que la presencia de argentinos se va a duplicar con la venida del Papa, porque no va a Argentina. Entonces la cantidad de argentinos que pasaron a Paraguay cuando el Papa visitó ese país se calcula que fueron 200,000. Lo más probable es que van a pasar muchas personas a Temuco, a Santiago y quizás un poco menos a Iquique donde habrá personas de Perú y Bolivia. Ese factor ha sido de mucho entusiasmo desde afuera, se han comunicado consulados, se están viendo todos los pasos fronterizos.
Respecto a los costos, yo siempre he dicho que [la visita del Papa] es una inversión, desde el punto de vista del Estado, no estoy hablando de la Iglesia, porque todas las personas que van a ir a las ciudades son turistas que ingresan al país. Es decir, si ingresan 500,000 personas es un beneficio económico gigantesco, hay que pensar que solo en Colombia por el movimiento interno que generó la visita del Papa por cada dólar invertido, obtuvo un retorno de diez dólares. Sólo los días que estuvo en Colombia -que son más de los que estará en Chile- se calcula que hubo un movimiento económico del orden de los doscientos millones de dólares entre todas las cosas que se movieron: los puestos de trabajo que se generaron y el comercio.
Es cierto que se requiere de mucha inversión del Estado, se tiene que dar seguridad a los chilenos y a los extranjeros que van a estar acá, hay que dar un adecuado paso por la frontera que ya es compleja en enero. De lo que yo he percibido, noto mucho entusiasmo, mucho ánimo.
- Profundizando lo anterior y considerando que el Papa estará en Iquique, Santiago y Temuco, nos podrías comentar las razones de la elección de estas tres ciudades del país. Y adicionalmente, ¿Qué consideraciones, desde el punto de vista urbano, te parecen que las asemejan o las diferencian a estas ciudades?
El Estado no se involucra [sobre si las ciudades son sugerencias del Estado], el Papa hace una visita como Jefe de Estado solo a La Moneda y el resto es una visita apostólica, de hecho, la presidenta lo recibe en el aeropuerto como Jefe de Estado y después al otro día lo recibe en La Moneda. Después la otra acción como Jefe de Estado que realiza la presidenta es despedirlo en Iquique, el resto es una visita apostólica, inclusive un recinto del Estado donde él va a estar, va a una visita apostólica a una cárcel de mujeres. El Papa escogió los lugares, me imagino que tuvo conversaciones con personal del Vaticano, ellos deciden dónde va el Papa.
El Papa desde que era arzobispo habla que hay que ver el mundo y las ciudades desde la periferia y no desde el centro. Usa mucho este lenguaje de la periferia que es un lenguaje de una filosofa argentina, que también es utilizado por sociólogos, y él lo que busca es preguntarse “¿qué grupos de Chile están más en la periferia?” entonces en Iquique tienes una gran representatividad de distintos pueblos extranjeros que han llegado a esta ciudad, es cierto que en Antofagasta tiene el mayor porcentaje de extranjeros pero son de Colombia, Perú o Bolivia, pero en Iquique hay mucha diversidad de personas, de origen árabe, asiáticos, de otras religiones. Es una ciudad que demuestra una gran integración de personas extranjeras, esa ha sido la construcción que ha tenido esa ciudad, con mucha migración interna de Chile, pero también externa de otras nacionalidades.
Santiago es la urbe que lo movilizó a él en Buenos Aires, tenemos muchas similitudes con estos cordones de pobreza que rodean las ciudades, pero, claro, la gran diferencia es que en el caso de Chile muchos de esos cordones los construyó el Estado, en Buenos Aires siguen siendo invasiones, nosotros tenemos algunos campamentos en los cordones, pero la gran mayoría en Chile fueron construidos por una acción directa del Estado. Esto construyó la gentrificación de la ciudad, el armar estos “guettos” de cien mil o cincuenta mil habitantes proviniendo de distintas comunas lo armó directamente el Estado por una razón económica, a lo mejor no intencional de segregación o de exclusión, pero la consecuencia es esa y el Papa habla mucho de esto. Yo creo que la ciudad de Santiago es una expresión de la incapacidad que tenemos de vivir uno cerca del otro y esa compulsión que tenemos para excluirnos o separarnos, para no querer juntarnos con otros como si nos fuesen a contaminar. Y no entender que, en ese vínculo con otros, está la riqueza y que, al contrario, mientras menos vinculados estemos, mayor inseguridad tenemos para vivir en las ciudades, sobre todo en estas ciudades gigantes.
Yo creo que hay ahí algo en el mensaje del Papa, decidir una cárcel de mujeres donde también es bien insólito porque generalmente visita cárceles de hombres. Creo que fuera de Italia ésta será la primera cárcel de mujeres que visita. Se mete con un grupo de mujeres que ha estado vinculada con drogas y delincuencia, que les quitan los hijos. En Temuco es evidente que el tema fuerte allá son los pueblos originarios, los mapuches. Es algo que habló en México y Ecuador y su opinión es algo que tensiona la ciudad, porque te cuestiona como tratas al otro, ¿lo tratas como te gustaría que te tratasen? No, generalmente no tratamos así, tenemos una gran cantidad de prejuicios frente a muchas de estas personas y tratamos de excluirlos y no aproximarnos mucho.
- Desde tu experiencia, ¿Cuáles serían las diferencias entre la visita del Papa Juan Pablo II en 1987 y la del Papa Francisco en el 2017? ¿Cómo consideras que enfrenta Santiago esta visita teniendo en cuenta que han pasado 30 años desde la última vez que se vivió una experiencia así en nuestra capital?
Chile había estado encapsulado no era una visita a un país democrático [sobre la visita de Juan Pablo II a Chile], todas las visitas de Juan Pablo II a países democráticos eran comunes y corrientes. Pero el caso de Chile, cuando vino Juan Pablo II, era una dictadura, no recuerdo si algún otro presidente había visitado Chile en ese contexto y él, como Jefe de Estado, me parece que fue el primero que visitó Chile estando en dictadura. No tengo memoria de que otro lo haya visitado, un Jefe de Estado que trajo consigo tanta prensa y en Chile tenía una adhesión del 70% como católicos, es muy fuerte y transversal. La concurrencia de las personas fue también porque iban con esta luz de esperanza para protestar y quejarse de los atropellos a los derechos humanos, y por eso terminaron los actos con mucha violencia [El de la Bandera, el del Hogar de Cristo y el de Parque O’Higgins].
El contexto actual es distinto, la visita se da en un contexto democrático donde las personas pueden expresar sus opiniones, inclusive opiniones contra la venida del Papa como lo han hecho muchas personas, pero también es un contexto donde el Papa que viene es crítico al desarrollo que llevamos adelante, caso contrario a Juan Pablo II quien, en su manifestaciones, tenía una visión crítica hasta ese momento mucho más fuerte del bloque comunista. Al término de su vida y en su última visita a Polonia habló también con una visión bastante crítica del capitalismo y neoliberalismo, pero en ese momento [visita a Chile] no lo comunicaba. El Papa Francisco lo ha hecho desde el principio, desde que era Arzobispo en Buenos Aires, se vinculó a autores que hablan de esto, a Bauman de lo que ocurre en las ciudades, es un Papa que tiene la habilidad de llevarnos a mirarnos a nosotros mismos y no tanto a culpar a otros de las cosas que están ocurriendo. En el contexto del pasado, la culpa era del dictador, era que estábamos privados de la libertad. Hoy día la responsabilidad sobre el desarrollo de Chile y sobre el desarrollo de la democracia es de los ciudadanos, entonces devuelve esa responsabilidad a los ciudadanos, a los que participan activamente en la iglesia diciéndole: “usted asuma las responsabilidades políticas y sociales que le corresponden” y a los que a lo mejor de buena voluntad lo van a escuchar y le dice: “trabajen por el bien común de la ciudadanía, no armen estas ciudades segregadas, no hagan políticas de primera calidad, de primera clase y de segunda clase, repartan adecuadamente los bienes, no tengan salarios de miseria, traten dignamente a los pueblos originarios, respeten a las personas de otros países que vienen a instalarse a su país”. Esos temas nos hacen mirarnos a nosotros mismos, no buscar culpables o chivos expiatorios fuera de nosotros.
- Respecto de tu rol como coordinador de la visita ¿Qué expectativas tienes como con la venida del Papa Francisco a Chile? ¿Qué regalo nos pueda dejar el Papa considerarlo la tarea de hacer ciudades más sustentables, justas e inclusivas?
A mí me gusta mucho la periferia, yo digo que el planificador urbano antes de pensar la ciudad, tiene que ver la ciudad desde la periferia y preguntarse ¿qué pasa con esta ciudad? ¿cómo se conecta esta periferia con la ciudad?. La periferia ya está y Chile actualmente no tiene recursos para replicar lo que se ha hecho en otros lugares, ha intentado bajar la densidad en Bajos de Mena, pero cuando tú la comienzas a ver desde la periferia, a lo mejor te resulta mejor que el metro tiene que llegar a la Plaza de Quilicura y en el trayecto inicial no llegaba a la Plaza de Quilicura.
El legado que yo esperaría del trabajo realizado es cómo nos ayuda a aquellos que hemos vivido habitualmente en el casco de la ciudad, también las periferias no solo geográficas sino también existenciales, pero que hemos vivido con protección, cómo nos vamos a lugares donde eso no existe.
Hace dos años en Bajos de Mena había 130,000 habitantes sin comisarias, sin liceos. ¿Cómo los planificadores urbanos no pensaron en eso? Es insólito y esto quiere decir que no tienen la menor idea de cómo viven las personas en situaciones de pobreza, si tú las sacas de una población que queda a veinte kilómetros y los metes allá les implica un costo gigantesco para poder llegar a trabajar, tal vez un cuarto del salario que reciben.
Sin redes, es imposible, no basta con que tú vivas bajo la pobreza económica, a lo mejor estás debajo del umbral y logras vivir sin pobreza económica, pero la pobreza en las otras dimensiones es tan grande que importa nada la pobreza económica. Lo que importa es que tus hijos no puedan salir a jugar a la calle, que no tengan escuela, que te cuesta carísimo trasladarte, que no tengas supermercados cercanos y que haya mucha droga y asaltos. Te importan otros aspectos que pasan a ser más importantes que si tienes diez pesos más o menos de los ingresos que estás recibiendo.
- Y, tomando lo anterior, sobre el caso de La Legua uno ve como algo razonable que se bote un muro que en el fondo segrega, pero también hay otra perspectiva que dice si botas el muro me generas inseguridad ¿Cómo se ve esa disyuntiva desde tu experiencia?
Yo he leído los planes, pero soy más radical. Yo digo: si tu generaste una villa de emergencia y han pasado tantos años, esa villa de emergencia yo la demolería y construiría casas nuevas, además compraría los terrenos que dan a Carlos Valdovinos, todos los terrenos industriales que hay ahí. Haría una inversión grande, que es de alto costo, pero costo de inversión que se paga solito. Y no permitiría lo que se hizo en San Joaquín donde se construyeron unas torres gigantescas a lado del municipio donde se produce un hacinamiento impresionante. Trataría de darle un respiro a la Legua, si usted es propietario de la Legua o lo fue su abuelo, hoy día va a tener el doble de terreno, le vamos a construir una casa o pagar un arriendo por un tiempo como ocurrió en Santa Olga. Pero haría un plan -desde el punto de vista de la planificación urbana- más integral, no basta con botar un muro. La única manera de que las personas sientan que vale la pena vivir en la Legua es que la abran completa y esa apertura completa no se va a resolver con lo que están haciendo ahora, puede ser un paso, pero no está ese plan integral de que tú tienes que demoler lo existente y construir casas adecuadas. A la Legua hay que darle un respiro urbanístico y para eso se tienen que generar nuevos espacios, se tienen que terminar las viviendas de emergencia, tienen que ser viviendas definitivas. No puede ser que las personas sigan viviendo en panderetas, en unas casas pequeñitas.
- Finalmente, ¿Con qué te quieres quedar de la experiencia de estar a la cabeza de gestionar la venida del Papa Francisco?
Lo que yo sueño, es que en los lugares que visite nos ayude a dialogar sobre los problemas que existen hoy en día. Uno sufre mucho cuando va a la Araucanía, hay una situación tensional que se tiene que resolver y se ha alargado mucho tiempo. Espero que [la visita] nos ayude a destrabar estos nudos que nos ha costado tanto, que le ha costado también a Argentina, a todos los países, pero que también hay países que lo han logrado resolver más o menos, otros lo han resuelto mal. Que nos ayude a dialogar con las personas extranjeras que han llegado a Chile, de una u otra manera todos somos extranjeros, todos nos hemos movilizado en distintos territorios, todos somos un poco extranjeros en el lugar donde estamos, cómo nos tratamos entre nosotros, si algo puede ayudar el Papa en esto, por lo menos lo ha hecho en Italia. Y, por último, que nos ayude a dialogar también sobre las ciudades, ahora que se está modificando la política habitacional donde haya mayor integración en los barrios.
Entrevista a Sebastián Salinas: "La ciudad es sinónimo de resistencia y sobrevivencia, por lo que “hacer ciudad” es muchas veces un acto heroico"
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Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Pia Acevedo; Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC). Becaria Conicyt. Magíster en Gestión Cultural (U.Chile). Licenciada en Historia (UDP)]
Sebastián Salinas Gaete; Licenciado en Historia, Universidad de Chile. Magíster en Historia, Universidad de Chile. Profesor del Centro de Estudios Árabes, Universidad de Chile. Profesor Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos «Fotios Malleros», Universidad de Chile. Áreas de especialización: Islam en zonas no árabes, como India, Persia (Irán) y pueblos turcos y la historia de los pueblos de Asia Central y del Imperio Turco Otomano
“La ciudad es sinónimo de resistencia y sobrevivencia, por lo que “hacer ciudad” es muchas veces un acto heroico que tiene como fin que no me hagan desaparecer, mantener la tradición viva de quién soy y qué hay aquí, más que generar por el momento nuevas construcciones o cambios mayores”
Imagen 1: Sebastián Salinas / Fuente http://www.filosofia.uchile.cl
- ¿Cómo describirías la influencia de la religiosidad en el surgimiento de ciudades en Oriente? ¿De qué manera la religión en sus diversos esquemas influye y define el modelo urbano de las ciudades y las dinámicas socio-territoriales?
En todas las culturas, la unión de la religión con todo el resto de la sociedad se ha dado sin discusión. Nosotros actualmente separamos ciertas esferas de influencias o actividades, pero siempre vivimos en un cosmos, un todo interrelacionado. Por lo tanto, desde el origen de la ciudad en Asia u otros espacios que denominamos Oriente la religión ha sido fundamental en su construcción, en su urbanismo y en el ordenamiento del espacio público y privado. Una de las cosas más obvias, y que también es visible en otras religiones, es la definición de ciertos espacios sagrados que deben ser parte fundamental de una ciudad que se considere como tal, ya sea templo, mezquita, etc., además de seguir la lógica de las civilizaciones agrarias y sus necesidades de subsistencia para poblaciones en aumento, notándose en la cercanía a cursos de agua dulce (principalmente ríos: Tigris, Éufrates, Ganges, Huang He, etc.) y también después cerca de salares o fuentes de aprovisionamiento de sal, entre otras cosas. Como en gran parte el poder político y el religioso eran lo mismo o estaban estrechamente ligados, la importancia del templo (muchas veces palacio – templo) en un inicio como eje articulador de la ciudad es algo bastante generalizado, sobre el cual se desarrollaba un eje urbano más complejizado, articulado en torno al concepto de espacios sagrados y espacios utilitarios.
- Considerando que cuando hablamos de Oriente existen importantes diferencias entre hablar de Medio Oriente y de Lejano Oriente, ¿Cómo se refleja esto en materia urbana y cuáles serían las principales diferencias y semejanzas entre las ciudades del medio oriente y del lejano oriente?
También hay otra diferencia que se puede abordar en esta pregunta que es la temporal: se puede rastrear la ciudad desde el mundo sumerio hasta hoy, viendo su evolución e interrelación, así como el traspaso de influencias y similares. Si bien hay cosas que podrían parecerse, no es lo mismo la ciudad china antigua que la actual, etc. Tratando de explicar el asunto de manera sintética, la diferencia principal surge del núcleo civilizatorio de mayor importancia, que generó entonces una influencia más fuerte en cada zona. Para el Medio Oriente, inicialmente es la influencia mesopotámica con algo del mundo persa, que luego es tomada y superada por la expansión del islam. Más al oriente, es la influencia de la India y todas sus culturas y civilizaciones. Y después, está la importancia del mundo chino, vital para comprender por ejemplo algunos elementos en Corea y Japón, entre otros. A estos tres casos, finalmente hay que agregar la influencia colonial e imperialista, de donde surgieron ciudades como Calcuta o Yakarta.
La influencia china inicial es visible en la importancia de la planta rectangular de la ciudad, influenciada por una visión cosmogónica, donde desde el siglo Vi y VII d.C. se sumaron las construcciones de planta octogonal. La influencia india se nota que ya desde muy temprano, como en las civilizaciones del valle del Indo, se usó el “plano de damero” como forma de organización de calles norte – sur y este – oeste, sumado a no usar tanto desnivel en las calles y zonas urbanas, para evitar inundaciones excesivas en la época de grandes lluvias. Por último, como el islam es resumen de lo anterior termina estandarizando ciertos usos en Medio Oriente, donde un caso importante es la estandarización e importancia de los baños (ya que todo musulmán antes de rezar debe realizar una ablución) y mercados como elementos fundamentales de la ciudad. Ahora bien, en casi todas estas tradiciones un elemento articulador de la ciudad y su distribución es el edificio sagrado o religioso. Así, en la ciudad hindú el templo solía ser el centro, mientras que en el islam la mezquita tiene gran importancia, etc.
- Teniendo en cuenta datos cuantitativos las religiones con más feligreses en Oriente en orden decreciente son el islam, el hinduismo y el budismo, ¿en qué fenómenos urbanos podemos identificar la presencia de estas religiones?, ¿Qué elementos son característicos de cada una de ellas?
En la ciudad del islam, un elemento como se mencionó antes es la presencia fuerte de baños y zonas similares, debido a la necesidad de abluciones antes del rezo, como también la presencia de mezquitas con sus minaretes (las torres altas que originalmente estaban pensadas para llamar a la oración). Pero a todo esto, el islam incorporó algo muy interesante que es también herencia de la tradición persa, babilónica y veterotestamentaria que es la plaza con jardines y fuentes de agua como elemento articulador de la ciudad, muchas veces ubicada en la conjunción de cuatro calles centrales (a la usanza de la plaza de armas de Rancagua, por ejemplo), ya que de esta manera servía de homenaje o remembranza al Jardín del Edén que estaba ubicado en la conjunción de cuatro ríos.
En el hinduismo, la existencia de las cuatro castas hizo que siempre la ciudad tuviera diferencias brutales entre ciertos barrios, tanto en materiales de construcción y otros aspectos. Por ejemplo, las castas más bajas no tenían tan fácil acceso a los templos de las divinidades mayores o principales, y por esta razón o bien tenían que realizar un culto privado o tenían que construir un templo propio, de baja calidad en materiales, para seguir con la religión de forma personal en oraciones a deidades menores que podían pasar de manera rápida de dioses protectores a demonios.
Por último, el budismo influenció entre otras cosas en la importancia del monasterio dentro de la ciudad, como también en la presencia de las estupas, originalmente creadas para resguardar reliquias budistas, pero que después fueron apropiadas por otras culturas y religiones, para terminar con construcciones de torres altas o similares, siempre manteniendo la construcción dentro de algunos principios cosmogónicos, como la base cuadrada que es la representación de la tierra. Esto es quizás lo más destacado, porque el budismo en general no produjo un plano urbano total que fuera referencia para la construcción de ciudades, sino más bien se enfocó en los templos y sus detalles.
- Revisando tu trayectoria como investigador y académico, posees vasta experiencia en lo que se relaciona con el Imperio otomano, su auge y caída. De acuerdo a esto, ¿cómo describirías el impacto de este imperio en la conformación de pueblos y ciudades en Asia y Europa durante su época de mayor expansión? Y, en el presente, ¿Cuál crees que es legado más importante de este Imperio desde la perspectiva territorial que sea posible reconocer hoy en día?
El Imperio otomano no generó tantas ciudades, ya que se expandió en territorios que tenían siglos de desarrollo previo: Europa, Cercano Oriente y el norte de África. Por lo tanto, lo que comúnmente hizo fue capturar ciudades que ya existían para integrarlas a sus dominios. En lo que influyeron fue en ciertas construcciones y detalles por el estilo, donde resumieron toda la tradición turca en Anatolia, la tradición musulmana y parte de las tradiciones persa y bizantina en muchos detalles, por lo que fueron más una síntesis que otra cosa. Las puertas grandes de entrada a los palacios venían de Persia y luego fueron tomados por el islam, razón entre otras para que los otomanos también fueron llamados la Sublime Puerta, en un ejemplo de lo anterior.
Ahora bien, en el dominio otomano quizás la influencia territorial fue el millet. El millet es un barrio por confesión religiosa en las ciudades principales del imperio, donde se ubicaban minorías religiosas de acuerdo a sus propias reglas y estructura, siempre y cuando pagaran el impuesto correspondiente y mantuvieran fidelidad sin generar disturbios o similares. Así, en Constantinopla (la actual Estambul), estaba el millet ortodoxo, el millet armenio, el millet judío, etc., cuestión que se repetía en otras urbes de trascendencia. La importancia de esto es que hay lugares donde esa distribución espacial se mantuvo con el tiempo (como Jerusalén), pero también en otros se generó el hecho que muchas comunidades religiosas no tuvieron la costumbre de interrelacionarse con las otras, ya que vivían en sus barrios sin generar mayores lazos, lo que a la hora de la aparición del nacionalismo o ideas similares hizo que la construcción del Estado moderno fuera muy difícil. Quizás el caso más emblemático de esta situación es el Líbano, donde fue la estructura del millet convertida como país a la fuerza, con tanto problema que por constitución los cargos principales a nivel político se deben asegurar a ciertas religiones en específico, pero también subsiste la división en el espacio urbano hasta a niveles poco imaginados: un edificio debe tener en un piso gente de cierta religión, etc.
- Volviendo a la actualidad, a través de los medios de comunicación hemos sido testigos de los violentos conflictos que se generan en países como Siria, Irán y Afganistán, entre otros, los que lamentablemente ya han cobrado muchas vidas. A tu juicio, ¿qué rol ha jugado la religión en estas situaciones? Y, llevando esto al territorio, ¿cuáles son las principales consecuencias de esto conflictos?
El conflicto en Medio Oriente tiene otras bases (políticas, sociales, económicas, etc.), pero comúnmente siempre se termina alimentando de manera mítica de la religión. Esto es visible también en la creación de Israel, surgida por una colonización justificada por la Biblia. Y los movimientos islamistas actuales ocupan el mismo combustible: una interpretación fija de sus textos sagrados para justificar tal o cual cosa. Entonces, el problema es principalmente el fundamentalismo, donde hay que recordar que es un término que se puede aplicar a todas las religiones.
Muchas veces estos conflictos tienen como objetivo directo la eliminación total del adversario, lo que incluye no solo la guerra y la muerte, sino también la destrucción de la ciudad, de sus símbolos y de otros aspectos. Eso hizo Israel con la colonización de Palestina histórica, donde hay estudios que han mostrado como muchas veces se plantaron bosques con el objetivo que cubrieran el rastro de poblados y villas que habían sido destruidas. Eso está pasando en Myanmar con la persecución a los rohingyas (musulmanes de bajo nivel económico), que son eliminados por budistas principalmente. Y obviamente las disputas en Siria, Líbano y otros donde hay enfrentamiento entre musulmanes, si bien también es posible realizar otros análisis de causas, etc.
Lo fundamental aquí es que en todos esos conflictos hay una batalla por la memoria urbana. La destrucción de vidas, templos, estatuas, ciudades enteras y otros es algo dramático que tiene como objetivo borrar de la historia al enemigo, generar un nuevo inicio y crear la ficción que todo va a iniciar de una foja cero, donde no se resguarda ni el patrimonio cultural ni la historia de los lugares afectados, y donde incluso la reconstrucción ya significa un cambio rotundo frente a lo que existía con anterioridad. En este contexto, a mi juicio la ciudad es sinónimo de resistencia y sobrevivencia (porque además son las ciudades las que reciben los ataques más feroces), por lo que “hacer ciudad” es muchas veces un acto heroico que tiene como fin que no me hagan desaparecer, mantener la tradición viva de quién soy y qué hay aquí, más que generar por el momento nuevas construcciones o cambios mayores.
- Finamente, en función de tu experiencia, ¿Cuáles crees que son, en la actualidad, las ciudades más representativas de la religiosidad en oriente? En qué elementos urbanos y/o arquitectónicos es posible advertirla?
Quizás para el hinduismo y el budismo, un buen ejemplo sería Benares en la India, ciudad que es sagrada para varias religiones y creencias al mismo tiempo, donde una cuestión importante es la presencia de los ghats, escaleras a lo largo de todo el Ganges que están pensadas para ir al río y purificarse, así como también la presencia de templos de todo tipo. Para la ciudad islámica clásica, buen ejemplo sería el análisis de la distribución original de Bagdad, capital de la época califal de la dinastía Abbasí, donde el plano inicial era la construcción de una ciudadela redonda en torno el centro donde estaba lo más importante.
"Árboles, Flores, Plantas y Agua Milagrosa. La territorialidad religiosa del Agua Santa de la comuna de Pumanque (VI Región de Chile)"
Ver"Árboles, Flores, Plantas y Agua Milagrosa. La territorialidad religiosa del Agua Santa de la comuna de Pumanque (VI Región de Chile)"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Wladimir Esteban Riquelme Maulén; Antropólogo (U. Alberto Hurtado) y Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente (P. Universidad Católica de Chile)
Lily Estefanía Jiménez Osorio; en Historia (U. de Chile) y MA Christianity and the Arts (King’s College London), Académica Centro de Estudios judaicos de la Universidad de Chile]
Resumen
Los sitios religiosos del Valle Central de Chile contienen un conjunto de elementos que sus feligreses dejan a modo de ofrenda: plantas, flores y árboles no solamente ornamentan el espacio, sino que construyen pequeños nichos de biodiversidad en lugares que han sido afectados por la profunda sequía de la última década. En el caso del espacio dedicado al Agua Santa, en el Rincón del Sauce de la comuna de Pumanque, dicho propósito se ve concretado en un santuario creado por la comunidad en la ladera de un cerro, el que a su vez favorece a la perpetuación de creencias tradicionales que se encuentran involucrados en sectores rurales del valle central chileno. De este modo, el presente texto realiza una descripción densa (Geertz, 2003) del espacio Agua Santa con el propósito de analizar la construcción de los territorios religiosos en el Valle Central del Chile contemporáneo.
Palabras claves
Agua Santa; Territorialidad Religiosa; Bosque Esclerófilo
La travesía hacia el Agua Santa está demarcada por hitos. Como ayudamemorias, la ruta prepara la llegada a un espacio de excepción. La vía desde el pueblo de Pumanque hacia el Rincón del Sauce serpentea entre grutas, una cruz donde baila el diablo, luces que aparecen indicando entierros de dinero, una patagua que hablaba con un borracho, animitas de muertes trágicas. Culmina el camino en el San Francisco que custodia el valle y los animales con su mirada. Los quillayes reciben en su sombra a los conductores. Los que transitan por los cerros salían a recolectar maqui en verano para preparar chicha con harina tostada. Los boldos se podan y embolsan para su comercialización. Luego del bajo y el cruce de dos esteros fluviales emergen esplendorosas las pataguas. Allí acampaban en las antiguas romerías de la fiesta, preparando asados y festejando al cobijo de su follaje. Aún queda una subida para encontrar el manantial anhelado.
En la ladera sureste del cordón montañoso del Rincón del Sauce se ha construido un espacio religioso con apariencia de reservorio de la acaecida vegetación esclerófila. Rodeado de boldos, maquis, pastizales y pataguas en pendiente: un pimiento, un laurel y un grupo de tunas invitan a ingresar a un polígono perfectamente cercado en medio de matorrales. El sendero principal está flanqueado por tunas, acompañadas de achiras, hortensias, ligustrinas y palmeras en ambos lindes de la huella. Coronas del poeta, cardenales, un encino, dos chilcos, una yuca y dos maquis acompañan un pozo de agua situado en el centro del recinto. En torno a éste conviven flores de papel, de medias y alambre, y pequeños helechos que afloran en invierno y se secan en verano. Flores teñidas de azul (el color del agua y de Lourdes), flores blancas, amarillas y multicolores en las inmediaciones de las imágenes. Una hortensia y dos yucas rodean a un altar de ladrillos, el que corona la distribución de las bancas de madera pintadas de blanco.
Boldos, peumos, un maqui, un coihue y dos pataguas rodean el lugar. Estos árboles son los más antiguos e imponentes del sector. Han sido testigos presenciales de cómo han llegado el resto de las especies al lugar. Justamente se dice que en una de las pataguas fue encontrada la figura de una Virgen, la que en algún momento se quemó, y que posteriormente fue trasladada a la parte superior del pozo de agua, donde se construyó una gruta. Ojo de agua también le llaman. Cuentan que el agua manaba de la tierra a borbotones, como si estuviera hirviendo. Otras versiones señalan que tiene condiciones milagrosas desde tiempos inmemoriales. Por ello, la Virgen de Lourdes se instala en la vertiente, en su parte superior, dando origen a la Virgen del Agua Santa del Rincón del Sauce de la comuna de Pumanque.
Im. 1: Fiesta de la Virgen del Agua Santa del Rincón del Sauce / Fuente: elaboración propia
La patagua y el pozo de agua conforman el mitopraxis (Sahlins, 2008) con que se origina la devoción al Agua y a la Virgen. La mayor expresión de dicha devoción acontece cada 11 de febrero, en que concurren cientos de personas a celebrar la fiesta del Agua Santa. Durante la celebración se pagan las mandas, se camina descalzo entre los cerros para llegar a agradecer, se canta a lo Divino, y se celebra una misa. A mediodía se comparten comidas y bebidas en los alrededores, en los quillayes que están en el bajo, cerca del camino. La fiesta hace brotar lo que el tiempo estival ha secado. Las ofrendas se entretejen y hacen posible el santuario. Durante el tiempo ordinario se embellece el lugar de la Virgen: se barren las hojas, se encienden velas, y según la temporada se realizan trasplantes y añadidos botánicos. Lo organizado, separado, ordenado propone el criterio de belleza, pintando de blanco la gruta y las bancas, descascarando la esperma de las velas, igualmente se ha intervenido el pozo para facilitar el acceso al agua.
La devoción al Agua Santa se concreta en objetos. Éstos van desde plantas, árboles, flores hasta exvotos (placas) de agradecimiento por los milagros realizados por la Virgen. Cada uno de estos objetos contiene una historia que, en su conjunto, construyen la historia del espacio a través de las cosas (Ingold, 2015). Los colores, las formas y las texturas marcan ese relato visual y táctil de la creencia, donde las tunas dan flores celestes de papel, los helechos surgen entre alambres y medias, y las ligustrinas sostienen cintas azules. Los árboles y las flores son también representados, reproducidos y reimaginados en soportes múltiples. El milagro es el mejor de ellos, y, como se puede observar en la imagen 2, un exvoto de madera que dice “Virgencita: Gracias por el favor concedido. Familia Barrera Cornejo”. Debajo del mensaje se dibujan plantas con flores rojas sobre un macetero.
Im. 2: Exvoto por protección durante incendio de febrero de 2017 / Fuente: elaboración propia
Según Rosendahl (2005), un espacio religioso se construye a través de las materialidades que entregan a modo de ofenda sus devotos. Los materiales son significativos a su vez: el uso de guías de coile y flores de papel para las guirnaldas de la entrada, cintas de papel crepé sobre las ligustrinas, flores naturales teñidas, de plástico y género evidencian la dedicación y la afectividad en el trato hacia la imagen. Una creencia cargada de emotividad que se encarna en los contactos, la mirada, la creación de un espacio cuidado para infundir la contemplación (Morgan, 2005).
El agua es el origen y el fin de esta devoción. Nombrada cariñosamente como “agüita santa”, desplaza el lugar de la figura institucional por el milagro como sacralidad instituyente. El agua es santa por su eficacia: no es una aparición de la Virgen la que inscribe el lugar, sino su poder sanador. Cuentan que sana de la vista, cicatriza heridas, mengua dolencias, y que beberla infunde paz y sosiego. El agua se lleva a la casa en botellas plásticas, como una bendición en sí misma, y ocupa un lugar fundamental en los altares domésticos o en los dinteles de las puertas.
La territorialidad religiosa del Agua Santa ha sido construida por sus devotos. Recorren, plantan, trasplantan e imaginan el espacio santo del modo en que organizan los jardines propios. Muchas de aquellas especies son cultivadas en los patios de sus casas. Lo religioso invita a repensar el territorio (Carballo, 2009) del modo en que a través de sus sentidos y prácticas reinventan el bosque esclerófilo, y a su vez, el territorio permite reorganizar lo religioso a partir del modo en que árboles, flores, plantas y agua milagrosa cohabitan en el espacio.
Im. 3: Ilustración del espacio Agua Santa / Fuente: realizado por Colomba Elton (colomba.elton@gmail.com)
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Referencias
Carballo, Cristina. 2009. Repensar el territorio de la expresión religiosa. En: Carballo (coord.), Cultura, territorios y prácticas religiosas. Buenos Aires: Prometeo Libros.
Ingold, Tim. 2015. Líneas. Una breve historia. Barcelona: Gedisa editorial.
Geertz, Clifford. 2003. Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura. En: La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa editorial.
Morgan, David. 2005. The sacred gaze. Visual religious culture in theory and practice. California: University of California Press.
Rosendahl, Zeny. 2005. Territorio y territorialidade: uma perspectiva geográfica para o estudo da religiao. En: Rosendahl y Lobato (ed.), Geografia: temas sobre Cultura e Espaco, Río de Janeiro: UERJ.
Sahlins, Marshall. 2008. Islas de la historia. La muerte del capitán Cook. Metáfora, antropología e historia. Barcelona: Gedisa editorial.
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nota:
El texto surge a partir de la investigación realizada en el marco del Proyecto Fondart Regional N° 406839 “Puesta en valor de las devociones a la Virgen del Agua Santa, comuna de Pumanque” y de las reflexiones surgidas a partir del Proyecto Fondecyt Regular N°1140598 “Antropología del bosque”.
"ESPÍRITU Y PIEDRA: LAS INTERSECCIONES ENTRE RELIGIÓN Y PAISAJE URBANO EN SANTIAGO DE CHILE"
Ver"ESPÍRITU Y PIEDRA: LAS INTERSECCIONES ENTRE RELIGIÓN Y PAISAJE URBANO EN SANTIAGO DE CHILE"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Abraham Gonzalo Paulsen Bilbao; Geógrafo, Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica, Licenciado en Geografía, Magíster en Psicología, Doctor en Territorio, Medioambiente y Sociedad, Académico e Investigador del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
La geografía de las religiones permite abordar las vinculaciones entre la dinámica del fenómeno religioso y el origen y evolución de ciudades, entre las que se cuenta Santiago de Chile. Se pretende demostrar la relevancia del catolicismo primero y de otras denominaciones cristianas después, en la configuración del paisaje urbano santiaguino actual, compuesto por dos civilizaciones parroquiales, una estructurada alrededor de un clérigo y con foco en una parroquia y otro, cuya centralidad es ocupada por un pastor (y su familia) y un lugar de culto, que puede ser incluso el mismo espacio que se ocupa para la residencia y el desarrollo de actividades productivas de la familia pastoral. Esta situación desafía los modelos analíticos tradicionales de la geografía urbana anglosajona que concibe al espacio urbano como un ente en secularización (Taylor, 2007) o ya secularizado (Martin, 1978), cuya evolución depende de factores tales como las modalidades de producción (Harvey, 2007; 2008), la globalización (Lipietz, 1995), conflictos políticos (Gottmann, 1973), entre otros. Asociado a lo anterior, se pone en tela de juicio las teorías urbanas secularizadoras, afirmando que la capital de Chile está experimentando un proceso cercano al modelo estadounidense y que se distancia de lo que acontece con el paisaje urbano europeo.
Palabras Claves: Geografía de las religiones – Santiago de Chile – Religiosidad y secularización
Im 1: Parroquia en la ciudad de Balmaceda, Chile
Fuente: Fotografía perteneciente a la colección personal del autor, 2017
Diversas teorías, al explicar el origen y evolución de las ciudades consideran al fenómeno religioso como una clave explicativa relevante (Sjoberg, 1988), en especial cuando se trata de analizar la fundación y desarrollo de las ciudades en el contexto latinoamericano (Romero, 2004) y chileno (de Ramón, 2000). Refiriéndose a Chile, Guarda señala que “nuestras ciudades, desde su creación, se diseñaron de manera que su sello fuese la presencia eminente de iglesias, comenzando por la catedral, cuyos fundamentos, como motivo culminante, se echan en la solemne ceremonia fundacional, junto con la celebración de la primera misa y el canto del Te Deum de acción de gracias, acta de bautismo cristiano, que le marca un destino, un proyecto de vida eterna” (Guarda, 2016, pág. 292). Tal presencia, se mantiene hasta nuestros días, con la salvedad de que el paisaje urbano ha evolucionado desde un patrón unirreligioso, a otro variopinto (Lehman, 2001), donde en la actualidad es posible distinguir más de una civilización parroquial. La mayor parte de las ideas que aquí se expresarán se fundan en tres grandes aportes: el primero, los resultados de la tesis doctoral “Las iglesias y la configuración del espacio social en Santiago de Chile (1541 – 2012)” de nuestra autoría; la segunda, el apoyo de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que mediante la apertura de un concurso orientado a publicar las investigaciones de los docentes, impulsó a mantener a la geografía de las religiones como una línea de investigación; tercero, el aporte de CONICYT – FONDECYT, por cuanto los insumos para la producción del presente texto, se deben al financiamiento del Proyecto FONDECYT de Iniciación 2015 – 2018, número 11150541, titulado “La espacialidad de las áreas metropolitanas de Valparaíso, Santiago y Concepción (1960-2015): Religión y Sociedad en el contexto del pluralismo religioso y la secularización”, que nos ha correspondido desarrollar en el rol de investigador principal. Corresponde agradecer a cada una de las instituciones mencionadas, así como también a académicos, amigos de toda la vida y estudiantes, que, han ayudado de muchos modos a la mejora de ideas, redacción, enfoques y contenidos en la presente publicación.
La vertiente religiosa de las ciudades chilenas
Como en otras claves, las ciudades chilenas expresan el ethos de la fe de las sociedades que las pueblan; esto, más que una novedad, es una constatación de lo que ordinariamente son las ciudades en todo el mundo, parte de la dimensión identitaria de los que las construyeron, poblaron y pueblan.
A lo largo de estas líneas, postulamos que, desde la clave analítica religiosa, el paisaje urbano es un constructo espacio – temporal – coyuntural que es significante y significado, causa – efecto, unicidad – multiplicidad, según los dictados de la dinámica de los diversos componentes religiosos, tanto procesos, como agenciamientos y actores. Se trata de ciudades secularizadas “a la chilena”, donde permanentemente somos testigos de la emergencia de manifestaciones religiosas de distinta magnitud y signo, que contradicen a posiciones que relevan el retroceso de la religiosidad como un fenómeno propio del nuevo siglo, que habría comenzado a incubarse en el último tercio de la centuria precedente (Lehman, 2002).
En efecto, así como es posible encontrar en el paisaje urbano evidencias de secularización, también es posible identificar nuevos movimientos religiosos, ensamblajes o recomposiciones que acompañaron, desde sus inicios hasta la actualidad, a la transformación demográfica, sociopolítica y cultural que experimentó la sociedad chilenos desde 1960. La religión, a lo menos en el paisaje urbano, no ha perdido su capacidad movilizadora y transformadora, como lo expresan diversas formas y edificaciones que acompañan la cotidianidad de los habitantes.
Por lo anterior, la geografía en general y la geografía de las religiones en particular, tienen la tarea de estudiar la espacialidad de las creencias más relevantes de la población chilena, comparándola con las suscitada por los procesos de secularización impulsados desde el Estado, con distintas fuerza y enfoques desde la separación de 1924 en adelante, entendiendo que la religión, como plantea Hervieu – Léger, ha encontrado una “nueva pertinencia social, política y cultural en una modernidad en crisis” (Hervieu-Léger, 2005, pág. 12).
La geografía en el debate del fenómeno religioso
Ciudades y religiones se encuentran inextricablemente unidas, tanto en la praxis, como en las teorías que explicaban y explican el origen de las ciudades (Sjoberg, 1988). Esta filiación es mucho más notoria en Latinoamérica en general y Chile en particular, lo cual no es motivo como para abandonar el desafío de teorizar, desde la geografía, acerca del rol de las religiones en las especificidades del paisaje urbano, por lo menos en dos líneas, una referida al producto de investigaciones previas y otra ligada a la explicación fenomenológica de ese segmento de la realidad a la cual llamamos ciudad. Nos detendremos en ambos aspectos.
Diversos autores han puesto de manifiesto el hecho de que la ciudad y la vida urbana son los fetiches de la Modernidad Occidental (Berman, 2013). Ser modernos implica abandonar el campo y habitar la urbe, con disonancias y contra movimientos que se han ido sucediendo en el tiempo (Bartra, 2008). Sin embargo, no hay que perder de vista que el desdén a la ciudad, más que ser un pensamiento totalizante, es una emoción suscitada por las patologías urbanas, no por la ciudad en sí misma, lo cual se evidencia en fenómenos tales como la irrupción de las parcelas de agrado, donde lo urbano se mezcla con las sensaciones y afectos producidos por la experiencia de habitar más conectados con la primera naturaleza. Volviendo al tema que nos ocupa, las plumas privilegiadas de la Modernidad, abordaron al fenómeno urbano, como por ejemplo, los trabajos de Benjamín (Benjamin, 2014), Simmel (Simmel, 1958), Marx (Marx & Engels, 2016), entre otros. De esta corriente de pensamiento fueron herederas la sociología urbana, ecología urbana y la geografía urbana, disciplinas incubadas desde fines del siglo XIX tanto en Europa como en el mundo anglosajón, aun cuando esta temática también era parte de los trabajos fundacionales de Humboldt y Ratzel, abismados por lo que pudieron observar durante sus respectivos periplos por el mundo, principalmente en Nueva Orleans y en algunas ciudades latinoamericanas (Capel, 1981).
Los trabajos sociológicos, antropológicos, históricos y geográficos decimonónicos y posteriores aportaron a la constitución de un modelo de génesis y desarrollo urbano que situó a la religión como una de las causas por las cuales surgieron las ciudades, esto es, como consecuencia de la instalación de un templo o por la existencia previa de un lugar que se reconocía como sagrado y que, por lo tanto, atraía peregrinos que practicaban alguna forma de devoción (George, 1974). A esta explicación, más contemporáneamente, Deyan Sudjic agregó como requisito de evolución positiva, la tolerancia y convivencia entre los distintos credos y prácticas que puedan desarrollar los habitantes (Sudjic, 2017).
Conclusiones referidas a la religión en eso que llamamos ciudad – capital
En el caso de Santiago, a la infraestructura religiosa le precedió la definición como espacio sacro de algunos de sus rincones, por parte de algunas etnias y culturas, dada la existencia de excepcionalidades objetivas y subjetivas (Otto, 1996; Delumeau, 2005; Douglas, 2006; Tuan, 2001; 2009; Dawson, 2010). La cualificación como un lugar esencialmente diferente fue el inicio de la aglomeración de individuos y sociedades en torno a un punto específico, cuya complejización daría origen a nuestra ciudad. Tal parece que la instalación en 1545 del primer templo católico en territorio nacional, la Iglesia La Viñita, consagrada a la Virgen de Montserrat y localizada a los pies del Cerro Blanco, en lo que habría sido un centro ceremonial anterior a la llegada de los conquistadores españoles a la Cuenca de Santiago (Cornejo, y otros, 2010), respondería al fenómeno descrito. Esta idea también tiene sentido para otros sectores de Latinoamérica, considerando el emblemático y suficientemente abordado caso de Tenochtitlán (Brundage, 1982).
Por otra parte, la convivencia entre lo religioso y lo secular se explican en las propiedades asociadas a la excepcionalidad de lo sacro (Otto, 1996) , cuyas variables no producen aislamiento, sino que son posibilidades desde las cuales tales constructos se relacionan con otras espacialidades (social, política, económica, cultural), de las que también se nutren y completan, en tanto cada una representa fuentes sociales de poder que se interponen e intersectan (Mann, 1991).
Bibliografía
Bartra, R. (2008). El mito del SALVAJE. México: Fondo de Cultura Económica.
Benjamin, W. (2014). El libro de los pasajes. Madrid: Akal S.A.
Berman, M. (2013). Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad. Madrid: Siglo XXI Editores.
Brundage, B. C. (1982). Lluvia de dardos. Historia política de los aztecas mexicas. México: Editorial Diana.
Capel, H. (1981). Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Una introducción a la Geografía. Barcelona: Barcanova.
Cornejo, L., Gandolfo, P., González, F. J., Guarda, G., Pérez de Arce, R., Rodriguez, H., Warnken, C. (2010). Santiago de Chile. catorce mil años. Santiago: Museo de Arte Precolombino.
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Delumeau, J. (2005). Historia del Paraíso. Mil años de felicidad (Vol. II). Madrid: Taurus.
Douglas, M. (2006). El Levítico como literatura. Una investigación antropológica y literaria de los ritos del Antiguo Testamento. Barcelona: Gedisa Editorial.
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Gottmann, J. (1973). The significance of territory. Charlotte: University of Virginia Press.
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Lipietz, A. (1995). El posfordismo y sus espacios. Las relaciones capital – trabajo en el mundo. Buenos Aires: PIETTE.
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"El gran teatro de un pequeño mundo. El Carmen de San Luis Potosí 1732 – 1859"
Ver"El gran teatro de un pequeño mundo. El Carmen de San Luis Potosí 1732 – 1859"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Carla Loyola; Estudiante de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí]
Libro: El gran teatro de un pequeño mundo. El Carmen de San Luis Potosí 1732 – 1859
Autor: Alfonso Martínez Rosales
Editorial: El Colegio de México
Resumen
La ciudad de San Luis Potosí es una de las ciudades con mayor influencia religiosa en México, esto no solo ha causado una gran devoción por la religión católica sino también grandes y magníficos templos los cuales armonizan y complementan el discurso urbano del estado.
Palabras claves: Discurso urbano, carmelitas, San Luis Potosí
Im 1: Portada del Libro
La ciudad de San Luis Potosí es una de las ciudades con mayor influencia religiosa en México, esto no solo ha causado una gran devoción por la religión católica sino también grandes y magníficos templos los cuales armonizan y complementan el discurso urbano del estado.
Los carmelitas fueron una de las últimas ordenes mendicantes en llegar a San Luis Potosí, pero fue convirtiéndose en una de las ordenes con mayor influencia en el estado. Los carmelitas han dejado una huella en la historia, arte y urbanización de San Luis Potosí sumamente importante. Sin embargo, es preciso mencionar que los carmelitas es una de las ordenes menos estudiadas. Alfonso Martínez se ha convertido en el mayor investigador hasta ahora de dicha orden. En su libro “El gran teatro de un pequeño mundo” expone una vasta información acerca de los carmelitas, sobre su historia, iconografía, arte, religión y expansión en el territorio potosino.
En el libro, el autor describe la historia de la llegada de los carmelitas al estado de San Luis Potosí. Puesto que la orden fue una de las últimas en llegar al estado y por ser una de las más pobres debido a la filosofía que tenían por el desapego a lo material no les resultó sencillo encontrar un terreno en el cual asentarse. Debido a lo anterior, el financiamiento que obtuvieron para la fundación de un convento se basó en benefactores; a lo largo de los años las donaciones llegaron en forma de presupuesto y terrenos, dichas contribuciones llegaron provenientes de varios adinerados españoles asentados en San Luis Potosí y de los mismos religiosos pertenecientes de la orden. Fue así como para el año de 1735 el provincial de la orden, Nicolás de Jesús María dona a los carmelitas algunos terrenos e así inicia la construcción de su primer convento. Sin embargo, debido a las malas condiciones del terreno, decidieron posponer la construcción del convento, hasta que aceptan la propuesta de otro benefactor llamado Bartolomé de la Mesa, quien donó el terreno que ocupa actualmente el templo carmelita en el centro histórico de la ciudad.
Una vez tuvieron en su poder este terreno, iniciaron los trámites para poder obtener la licencia y comenzar a construir el convento y el templo. Posteriormente, tras seis largos años de construcción se concluyó el primer (único) templo y convento carmelita en San Luis Potosí. El conjunto arquitectónico del Carmen se levantó como una de las construcciones magnificas de toda la ciudad, abarcando originalmente hasta la Alameda central de la ciudad; es decir, correspondía a casi ocho cuadras lo que denota una extensión bastante considerable.
El conjunto del templo y el convento fue construido meticulosamente creando así el perfecto discurso urbano, religioso, iconológico y arquitectónico del barroco potosino; comenzando con el exterior del templo, el diseño y urbanización de éste fue pensado para que los habitantes y visitantes de la ciudad pudieran admirar el esplendor de la orden carmelita al ocupar una gran parte principal del centro histórico de la ciudad. Por otro lado, al interior del templo se utilizaron elementos arquitectónicos barrocos nunca antes vistos en San Luis Potosí, presentando un templo dotado de retablos dorados barrocos, pinturas de caballetes de artistas nacionales e internacionales sumamente reconocidos, esculturas talladas detalladamente y de manera extraordinaria, concluyendo en el Camarín de la Virgen del Carmen el cual es el único perteneciente a esta orden en México.
Desafortunadamente, con el paso del tiempo, la extensión que tenía originalmente el conjunto del Carmen comenzó a disminuirse y deteriorarse debido a problemas políticos y religiosos. Con la llegada de la Reforma liberal se produce la separación entre la Iglesia y el Estado, el Carmen pasa a manos de la Mitra de San Luis Potosí. Posteriormente comienzan a realizarse modificaciones al templo, las cuales redujeron considerablemente su extensión original, esto con la finalidad de urbanizar más la ciudad y crear más vías tanto para vehículos como para personas. En adición, el gobierno del estado se apoderó de una gran parte del terreno del templo y en consecuencia se redujo el tamaño del conjunto a solo una cuadra, lo que produjo una fractura y aislación del templo.
Es así como se modificó por completo el discurso original del templo. Un discurso conventual que de haberse conservado íntegramente pudo haber competido con espacios religiosos como Tepozotlán en la Ciudad de México. A pesar de haber cambiado por completo su discurso urbano original, se logró mantener un poco el discurso arquitectónico del interior, conservando sus retablos originales (excepto el principal), camarín y parte del convento.
Sin lugar a dudas el templo del Carmen de San Luis Potosí fue y seguirá siendo uno de los centros devocionales más importantes de la ciudad; a pesar de las múltiples modificaciones urbanísticas y arquitectónicas sigue siendo uno de los principales templos de la ciudad e incluso de la región, ya que es muestra de una de las ordenes más importantes de la historia de México. Lo que es importante mencionar es que existe una dialéctica constante entre los elementos religiosos y la ciudad. En algunas ocasiones como en la del caso de San Luis Potosí, la ciudad condiciona a estos elementos religiosos, mientras que en otros tantos son los elementos religiosos los que condicionan las ciudades, como tal es el caso de la ciudad de San Juan de los Lagos, que se estructura en base a una iglesia y a la identidad que desarrollan las personas con estos elementos religiosos.
Finalmente, es sumamente importante la existencia de este tipo de estudios, debido a que muchas veces no se tiene conocimiento de la historia e importancia de bienes inmuebles como lo es el templo del Carmen, lo cual es primordial ya que este bien inmueble forma parte del patrimonio estatal y nacional, siendo así parte de la identidad del estado.
"La influencia de la religión en el desarrollo urbano"
Ver"La influencia de la religión en el desarrollo urbano"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Fernando Narváez Rodríguez; Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile]
Documental: Los Aztecas: Capítulo II, La Tierra Prometida
Autor: Eduardo Bonilla (Somos Nómadas TV)
Año: 2015
Resumen
Comúnmente asociamos la religión con un ser o fuerza superior, pero puede ser definida como la relación del ser humano con el “más allá”. Durante la época prehispánica en México existían múltiples pueblos con diversas deidades las cuales no solo condicionaban el comportamiento y acciones de las personas sino también la construcción de sus asentamientos. Esta reseña se centra en el documental “Los Aztecas” para vincular la idea entre la religión y el surgimiento de la Gran Tenochtitlan y cómo las creencias influían fuertemente en los aztecas para la configuración de las ciudades. Los aztecas al ser un grupo fuertemente influenciado por la cosmovisión y sus dioses Tláloc, Coatlicue y Huitzilopochtli crearon templos que fueron distribuidos por la ciudad o en territorios circundantes al núcleo urbano, y estos permitían estructurar y organizar los otros espacios a partir de estos centros cívicos.
Palabras clave: Religión, aztecas, Tenochtitlan
Im 1. Documental Los Aztecas
La religión es el contacto del ser humano con el “más allá”, y comúnmente la asociamos a un ser o alguna fuerza superior. Se puede establecer que la religión siempre ha sido una constante en todas las formas de hacer ciudad. La época prehispánica en México no se encuentra ajeno a lo planteado, ya que durante esa época existían múltiples pueblos con diferentes creencias que no solamente condicionaron el comportamiento y acciones de las personas sino también la construcción de sus asentamientos.
Este texto se centra reseñar el documental “Los Aztecas”, el cual se encuentra dividido en tres Capítulos: a) el primero se centra en el origen de los aztecas; b) el segundo describe la historia de la tierra prometida y la travesía que tuvieron para llegaron a este lugar: y, c) concluye la serie con un capítulo donde se profundiza sobre las herramientas, armas y estrategias que convirtió a los aztecas en el imperio de la guerra. Es preciso aclarar que esta reseña se centra en la relación entre la religión y el surgimiento de Tenochtitlan y cómo sus creencias influían en la morfología de las ciudades.
El documental está enfocado a describir uno de los pueblos más significativos por su poderío e influencia, los aztecas o también conocidos como mexicas. Este es pueblo guerrero que tiene su origen en Aztlan (norte de México) y se basan en la cosmovisión …las estrellas, el sol y la luna influían mucho en su cotidianidad ya que a partir de sus observaciones se realizaban sacrificios…
Según la leyenda, por órdenes del dios Huitzilopochtli (deidad asociada al sol) los aztecas iniciaron una larga peregrinación para encontrar una tierra donde establecerse. La leyenda dice además que Huitzilopochtli indicó a los aztecas que el lugar donde encontraran a un águila posada en un nopal sería el lugar para asentarse (Ver imagen 1). Es así como sus creencias les “guiaron” hacia un nuevo territorio.
Im 2. Códice que muestra el águila como centro del asentamiento azteca
A llegar al Valle de México, el primer lugar donde se establecieron fue el Cerro de la Estrella, lugar estratégico que les permitía una perfecta visualización del valle y del cosmos. Sin embargo, dentro del Valle existían otros pueblos prehispánicos más consolidados y los aztecas la no disponer de un gran poder militar para desplazar a los otros grupos terminan siendo desplazados hasta terrenos no fértiles. Ante lo anterior, los aztecas continúan movilizándose hasta que en una pequeña isla encuentran al águila parada sobre un nopal devorando una serpiente, lo que en cierta forma representa la caída de los otros pueblos que tenían a la serpiente como una figura de veneración y el surgimiento de los aztecas como el nuevo imperio y el origen de Tenochtitlan en 1325.
Si bien es cierto Tenochtitlan no tenía la valía de otras zonas como Texcoco o Xochimilco, se encontraba en el centro de la cuenca, lo que fue un factor de gran importancia debido a la cosmovisión de los aztecas, ya que consideraban que Tenochtitlan era el eje cosmológico de la región.
Con la creación de calzadas que unían la isla con el valle y un sistema agrícola altamente productivo en base a las chinampas comienza el auge de Tenochtitlan, pero es preciso decir que de nuevo la religión asumió un rol sumamente importante, esto debido a que los sacerdotes tenían una posición privilegiada en la toma de decisiones. Por ello los templos que se construían dentro la ciudad representaban o estaban dedicados a sus dioses.
Estos templos -que determinaban la traza urbana por su monumentalidad- estaban distribuidos por la ciudad o en territorios circundantes al núcleo urbano, y permitían estructurar y organizar los otros espacios a partir de estos centros cívicos. Dentro de los templos los sacerdotes “profesaban” la fe de los principales dioses Tláloc, Coatlicue y el mismo Huitzilopochtli y se producían múltiples rituales y sacrificios para mantener la abundancia en el territorio siendo los principales.
Tiempo después, con la llegada de los españoles y la caída del imperio azteca se realizaron transformaciones a Tenochtitlan, destaca que los canales fueron rellenados para construir calles elevadas para carros y caballos, la construcción de proyectos de infraestructura como el acueducto desde Chapultepec hasta el centro de la ciudad y la modificación del diseño de la traza urbana de la ciudad. Con estas transformaciones, en poco tiempo las chinampas y los templos desaparecieron en su mayoría, modificando radicalmente la gran Tenochtitlan.
A pesar de que los españoles tenían una concepción muy distinta de la ciudad a la manera en cómo los aztecas la concebían, la similitud que destaca es que la religión también se encontraba muy presente en su forma de hacer ciudad. Lo anterior debido a que las nuevas ciudades fundadas por los españoles empezaron a establecerse a partir de una trama reticular y de una plaza principal que contenía a la iglesia como representación de la religión y una nueva forma de Estado que representaba el poder político.
En síntesis, la religión se encuentra presente en la vida cotidiana y forma de las ciudades desde hace mucho tiempo atrás, ya sea de una manera tangible a través de la estructura urbana que a su vez está condicionada a partir de hitos religiosos; o desde una manera intangible mediante las fiestas o celebraciones que permiten un desarrollo de identidad y significado de las personas con el territorio.
Disponible en: https://youtu.be/KyhA-p5kn34
"Religiosidad en las periferias, al margen de la Iglesia"
Ver"Religiosidad en las periferias, al margen de la Iglesia"
Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Gricel Labbé; Geógrafa, Ayudante de Investigación Proyecto MUEI
Javier Ruiz-Tagle; Profesor Asistente IEUT-PUC, Investigador Responsable Proyecto MUEI (www.proyectomuei.com)]
Im 1. Mural en Lo Hermida, Peñalolén / Fuente: Fotografía de la autora
Las poblaciones marginales de la periferia de Santiago enfrentan día a día la cercanía a la muerte. Frente a ello, los residentes utilizan diversas formas para expresar lo que ella significa en sus entornos; animitas, santuarios artesanales, grafitis, murales, homenajes, caravanas, altares y un largo etcétera. Sin embargo, en todas las manifestaciones coincide la lejanía a la institución de la Iglesia. Tiempo atrás, en la fundación de las poblaciones durante los años 50´s, la iglesia fue parte fundamental del Movimiento de Pobladores y contaba con el respaldo de la mayoría de los residentes. Hoy, las iglesias abandonan las poblaciones y los párrocos que deciden permanecer se blindan, puesto que sus residentes ya no se identifican con ellas. Frente a este abandono ha emergido un poderoso fenómeno territorial: la inserción de iglesias evangélicas en los sectores de mayor marginalidad de la ciudad. Así, las diversas religiosidades disputan el territorio en los lugares más miserables de Santiago.
Un estudio de CIPER reveló en 2009 que existen alrededor de 83 poblaciones que viven al margen del Estado, en sectores que ellos han denominado como «ocupados» por el narcotráfico. A nivel nacional, un informe de la fiscalía en 2016 reveló que existen 425 barrios críticos, donde reina lo que se ha conocido periodísticamente como la “narcocultura”. En ellas, la muerte se vive día a día, producto de las balaceras y las intervenciones policiales. Allí los muertos no se lloran, se celebran y despiden con una fiesta que cierra calles al igual que en su conmemoración durante cada aniversario. Aquí no está permitida la intervención de ningún policía o autoridad. Sí el muerto cayó producto de una rencilla con otra banda o por la intervención institucional, los pobladores se vuelcan a las calles, los ataúdes son puestos de pie sin tapa, para que todos puedan ver la cara del recién fallecido, y se le despide con cerveza y droga. Estas prácticas, que podrían ser denominadas paganas o parte de la narcocultura, emergen en territorios sin Estado, en los que alguna vez la presencia de la Iglesia Católica fue fuerte y hoy es un mero espectador.
La religiosidad en poblaciones marginales de Santiago, tomó un matiz diferente a lo que ocurría en el auge de los movimientos pro vivienda de la década de los 60 y los 70´s, cuando se ponía en práctica la llamada Doctrina Social de la Iglesia. En aquel tiempo, la iglesia tenía un rol activo en la búsqueda de la justicia social, entendiéndola como el derecho de los pobladores a acceder a una amplia gama de derechos sociales. Para ello, la iglesia formaba parte activa de la organización y educación de los pobladores, los “curas” o párrocos eran actores territoriales ampliamente conocidos y validados por su actuar, y dispuestos incluso a arriesgar su vida para hacer valer los derechos de los pobladores. Conocidos son los nombres de párrocos luchadores por los más marginados de la sociedad como José Aldunate, Mario Puga, Pierre Dubois, Antonio Llidó y Alfonso Baeza. Este último, por ejemplo, se fue a vivir a la población José María Caro y rechazó ser Obispo para poder seguir trabajando con el mundo obrero (Henríquez, 2015).
Hoy la iglesia es una institución que está en franca retirada en estos sectores, puesto que se limita al oficio de misas y otras tareas necesarias para la comunidad, pero no se involucra con la poca organización comunitaria que existe. Sin embargo, existen excepciones, como la del padre Gerardo Ouisse, quien lleva trabajando desde 1986 en la parroquia de San Cayetano de La Legua (Astudillo, 2017). Incluso recientemente el papa Francisco desde el Vaticano envió un mensaje para los sacerdotes que trabajan en poblaciones tomadas por el narcotráfico en Chile (Emol, 2017).
Pero hoy la iglesia no sale a la calle en sectores marginales. Sin duda alguna, esta situación emerge de un contexto de post dictadura, donde se reprimió fuertemente la organización social y muchos de los párrocos hoy forman parte de la lista de detenidos desaparecidos. Sin embargo y a más de 20 años del retorno a la democracia la situación no ha variado significativamente. La acción de la iglesia se limita a unos pocos territorios, poco representativos de la población y también frente a la falta de recursos ya no pueden levantar las instancias que antes enriquecían la organización social, como las ollas comunes, los aniversarios o las celebraciones religiosas.
Este retroceso implica que la Iglesia no sea respetada, y que las bandas delictuales que disputan poder territorial las utilicen como el objeto de constantes robos y saqueos. Como narra el reportaje realizado por Ciper: “en la Iglesia Santo Tomás Apóstol de La Pintana, se acercó al altar, se persignó y como si fuera parte de un ritual, abrió el sagrario y sacó las hostias y el cáliz para resguardarlos en la casa parroquial. Lo secundaban feligreses que cargaban equipos de sonido y todo aquello de valor. Temían que Los Guarenes y Los Phillips, las dos pandillas que disputan el control de la zona, saquearan nuevamente el lugar, tal como lo hicieron meses antes” (Ciper, 2012). De manera similar, los medios también denuncian las amenazas que ha sufrido el párroco de La Legua (Cooperativa, 2017).
Esto no significa que haya menos feligreses o que los residentes sean en su mayoría ateos, sino todo lo contrario. Los jóvenes sin duda son los más devotos, pero expresan su religiosidad de nuevas maneras, ya no amparados en la Iglesia, sino venerando santos populares que murieron en trágicas condiciones, o vírgenes poco reconocidas. Sí el Dios de “La Iglesia” no pudo escuchar sus plegarias a tiempo, quizás estos nuevos santos, a quienes no todos le rezan, lo podrán hacer. Este es el caso de la «Iglesia Maradoniana» en Argentina, en donde veneran a un dios humano vivo, con apóstoles y mandamientos, sin un templo fijo, y sólo con un altar (Brunet, 2016). Esta devoción ha sido importada de países como México, que se caracterizan por santificar a personajes populares, vinculados incluso con bandas de narcotraficantes.
Im 2. Homenaje a Jesús Malverde, Santo mexicano / Fuente: http://www.mientrastantoenmexico.mx/asi-se-celebra-en-mexico-a-malverde-el-santo-de-los-narcos/
Sí bien en las poblaciones de Santiago aún no emerge un Santo Jesús Malverde, como es el reconocido en todo México, son diversas las animitas y murales que ofrecen homenaje a jóvenes muertos en diversas esquinas y paredes de las poblaciones de Santiago. La fe de los devotos amigos y familiares del difunto penetra a todo el barrio. No falta quienes por la noche le prenden velas o toman una cerveza junto a los improvisados templos, puesto que se sienten protegidos y seguros en ese lugar. En medio de un ambiente caracterizado por la violencia institucional y los enfrentamientos entre bandas, estos espacios son verdaderos oasis urbanos, donde se respeta a quién ya no está, y al parecer, nunca serán escenarios de violencia nuevamente. Todo lo contrario, es un espacio de reflexión que no puede ser profanado.
Im 3. Mural en Block de Población Santo Tomás, La Pintana / Fuente: Fotografía de la autora (2017)
Finalmente, se vislumbra el motivo de por qué han ganado terreno las iglesias evangélicas en las poblaciones de Santiago. No es extraño encontrarse con una de estas iglesias cada pocas cuadras cuando se recorren sus calles. Ellas garantizan una red de apoyo en momentos de más necesidad, cuando todas las otras instituciones fallaron, incluso “La Iglesia”.
Iglesias evangélicas, mormonas o protestantes han reemplazado el rol del antiguo catolicismo, hoy penetran las barrios más segregados en búsqueda de fieles, y sus cantos son factibles de oír a varias cuadras. Sin embargo, ellas también alojan en su interior una estructura fuertemente segregada. De hecho, quienes frecuentan estas iglesias suelen ser fieles provenientes de otros sectores de la ciudad, incluso del barrio alto, que acuden a ellas los fines de semana pero que no hacen el trabajo comunitario que es tan necesario en estos barrios, a pesar de llenar el paisaje con sus templos y estructuras. Así, solo se limitan a golpear puertas para propagar la fe, pero sus actividades no penetran el territorio.
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Bibliografía
Astudillo, E. (2017). Parroquia de La Legua hace noticia en EE.UU. Arzobispado de Santiago. Disponible en línea: http://www.iglesiadesantiago.cl/arzobispado/noticias/otros/parroquia-de-la-legua-hace-noticia-en-ee-uu/2017-03-22/161427.html
Brunet, G. (2016). La Iglesia Maradoniana por dentro amor y locura: por el dios del fútbol. Revista Conclusión. Disponible en línea: http://www.conclusion.com.ar/info-general/la-iglesia-maradoniana-por-dentro-amor-y-locura-por-el-dios-del-futbol/06/2016/
Ciper (2012). El dominio narco en las poblaciones más vulnerables de Santiago. Disponible en línea http://ciperchile.cl/2012/10/22/el-dominio-del-narco-en-las-poblaciones-mas-vulnerables-de-santiago/
Cooperativa (2017). Párroco de La Legua denunció amenazas de muerte por parte de los narcotraficantes. 28 de Septiembre de 2017. Disponible en línea: http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/policial/parroco-de-la-legua-denuncio-amenazas-de-muerte-de-parte-de/2017-09-28/143157.html
Emol (2017). Papa Francisco envía inédito saludo a sacerdotes chilenos que trabajan en poblaciones afectadas por el narcotráfico Disponible en línea: http://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/02/24/846606/Papa-Francisco-envia-inedito-saludo-a-sacerdotes-que-trabajan-en-poblaciones-afectadas-por-el-narcotrafico.html
Henríquez, F. (2015). Los verdaderos santos de Chile: sacerdotes que desafiaron a Pinochet. Servicio Paz y Justicia. Disponible en línea: http://www.serpajchile.cl/web/2015/09/11/los-verdaderos-santos-de-chile-sacerdotes-que-desafiaron-a-pinochet/
Muñoz (2017). Pablo Walker: “No es tan difícil llegar a decir ´prefiero ser narco a no ser nadie”. La “narcocultura” en la experiencia diaria del capellán del Hogar de Cristo. El Mercurio. Lunes 9 de Octubre de 2017.
"Ciudad en fiesta: la Semana Santa Sevillana"
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Revista Planeo Nº 34 Territorios Religiosos, Diciembre 2017
[Por Adriana Sansão Fontes: Arquitecta y Urbanista, Maestra y Doctora en Urbanismo (PROURB-FAU/UFRJ), Profesora de la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo y del Programa de Pós-Graduação em Urbanismo de la Universidade Federal do Rio de Janeiro
Fernando Espósito Galarce: Arquitecto, Doctor en Arquitectura (ETSAB/UPC), Profesor del Departamento de Arquitetura e Urbanismo de la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro]
Resumen
La Semana Santa sevillana es una celebración de escala urbana en la que la religiosidad opera como catalizador y unificador del espacio y lo que en él ocurre. Durante ese tiempo, una vez al año, las procesiones, cada día, sacan a la calle las imágenes de Cristo y la Virgen, escenificando la Pasión de Cristo, sumando en la totalidad de la semana más de 60 hermandades que recorren coordinadamente la ciudad. Infinidad de encuentros en torno a estas manifestaciones motivadas por la devoción, unas más sacras, otras más profanas, se esparcen por calles, plazas y pasajes como una expresión temporal y viva de la tradición. De esta forma, la fiesta religiosa es la configuradora de una memoria excepcional de la ciudad, estableciendo una relación con su historia y su acontecer que altera de forma efímera el orden del espacio urbano. Esta columna presenta a través de algunas observaciones dibujadas, una lectura a la religiosidad como trasformadora de las relaciones en la ciudad, que aunque temporales, permiten conservar una identidad en la que el rito es un protagonista en la conexión del lugar y sus habitantes.
Palabras claves: fiesta, espacio público, Semana Santa Sevillana
Imagen de Portada: Plaza del Triunfo/Plaza Virgen de los Reyes. La catedral atrás de una gran luminaria, elemento central de la plaza, se hace ábside en el nuevo orden que trae la procesión. En la temporalidad de la celebración la catedral es su respaldo, en cuyo frente acontece la celebración. Fuente: autores
Introducción
Encontrase con una ciudad suele provocar en el visitante un primer vértigo ante aquella experiencia de recorrer un lugar conformado por calles y situaciones desconocidas. A partir de ahí es posible configurar una memoria surgida de una primera cotidianidad con el lugar. Y en esa primera experiencia de recorrer, son también los primeros momentos y lugares los que destacan como referencia, para luego ir completando poco a poco ese mapa vivencial.
Pero esa manera de recorrer y conocer un lugar se cobra alcances excepcionales cuando se trata de una ciudad en fiesta. Sevilla se revela en su máxima densidad a través de un momento particular, la Semana Santa. Procesiones, pasos y cofradías que deambulan por la ciudad, seguidas y contempladas por los sevillanos, dan cuenta de su historia en la devoción y catolicidad, exponiendo aquella memoria que se expresa en la ocupación del espacio público de una forma tangible, a través de imágenes, historias, relatos y gestos de devoción de quienes saben leer aquellas manifestaciones desde la tradición.
La fiesta
La fiesta es un acontecimiento urbano que rompe con el ritmo cotidiano e introduce nuevas apropiaciones del espacio colectivo, dotándolo de diferentes significados. Partiendo del hecho de que la fiesta cambia la ciudad a través de la transformación de sus flujos ordinarios (Pujol, 2007:30), es posible identificar, en la relación lugar-intervención, dos ciudades que se sobreponen en ese espacio-tiempo: la ciudad cotidiana, caracterizada por los flujos repetidos y mundanos, y la ciudad de la fiesta, excepcional, que rompe con la continuidad y repetición (Sansão Fontes, 2013).
Una ciudad en fiesta es una ciudad que muta, que se reordena en su espacio público para configurarse como lugar temporal, en donde se expresa aquella identidad colectiva que durante el resto del año son sus calles, avenidas, pasajes y plazas.
Según Soler i Amigó (2001), la fiesta marca los paréntesis en el ritmo del trabajo; representa una oportunidad de liberación; y comporta gratuidad, abundancia y alegría, en oposición al utilitarismo pragmático. También regala otro sentido al tiempo, aunque efímero; vincula los miembros de un grupo y regenera identidad; sigue algunas reglas y protocolos, sin anular la espontaneidad, la dimensión dramática y la imaginación creativa. La fiesta es opuesta a la pasividad y al alejamiento, es un acto de consciencia y crea un entorno estético y lúdico.
Las fiestas tradicionales se adaptan a formas de organización y representación propias de la ciudad, utilizando viejas y nuevas estrategias y conquistando la calle, la plaza, el espacio público, el ámbito de comunicación directa y la participación, integrando tradición e innovación, fiesta y espectáculo, participación y movimiento de masa (Soler i Amigó, 2001). En Sevilla, todo aquello surge esplendorosamente durante la Semana Santa.
La Semana Santa sevillana
La Semana Santa es el acontecimiento más importante que se produce cada año en Sevilla, desde el punto de vista religioso, cultural y social. En ella se produce una infinidad de encuentros en torno a las manifestaciones que originalmente surgen de la devoción y religiosidad, unas más sacras, otras más profanas.
Esas manifestaciones ocurren en sus espacios cotidianos, que se transforman en un gran salón urbano (imagen 1), en una especie de inversión de lo público, que en esta ocasión expone los valores (imágenes, joyas y ropas de alto valor económico y simbólico) de lo que hasta ese momento se encontraba resguardado en parroquias, conventos, iglesias y museos (Espósito, 2011).
Imagen 1. La reversibilidad de la ciudad. La plaza-salón se conforma como el espacio público que en la cotidianidad de la ciudad se cobra una mensura de calle. Fuente: autores
Las procesiones, cada día, sacan a la calle esas imágenes, que representan la Pasión de Cristo, sumando en la totalidad de la semana más de 60 hermandades que recorren coordinadamente la ciudad. Cuando estas rinden culto público a una figura o motivo sacro, se denominan cofradías, inspiradas en Jesús y sus apóstoles, o en María y los discípulos reunidos después de la muerte y resurrección de Jesús.
Las hermandades se identifican con un episodio específico de la Pasión de Cristo, llevando nombres relacionados a él. Conservan una imagen de Jesús y de la Virgen a la que veneran, las que son montadas durante las procesiones escenificando ese momento. La cronología de día y hora en el que van saliendo a las calles depende también de la cronología de la Pasión. La Virgen es vestida con lujosas ropas, incluso joyas que los propios fieles han regalado a las hermandades para exponer en las procesiones (imagen 2). La gran mayoría de las cofradías se acompañan de música, una para el Cristo y otra para la Virgen.
Imagen 2. El coronamiento de la ciudad. La cadencia de un “paso” concentra la masa en un ritmo único. Fuente: autores
Durante las procesiones, formadas por miles de personas, estas imágenes son llevadas a través de la ciudad en los denominados “pasos” o “andas”. Un paso es la plataforma donde se llevan las figuras de arte sacro, y cuando esa imagen es de la Virgen, recibe el nombre “palio”. Los sevillanos que participan de la procesión usan el hábito de nazareno, túnica hasta los tobillos con máscara cónica, de colores que identifican a las hermandades, portando cirios y cruces. Otros realizan este recorrido de penitencia portando sobre sus hombros las andas procesionales como costaleros, soportando por horas un gran peso en posiciones muy exigentes. Los costaleros procesionan ocultos, sin ver, guiados a viva voz y por golpes sobre el anda por parte del Capataz, que va delante indicando los movimientos que permitan a los pasos y palios maniobrar por la ciudad (imagen 3).
Imagen 3. El brillo, el silencio y el movimiento acompasado, hacen de la multitud un solo cuerpo. Fuente: autores
Cada una de las hermandades o cofradías deben cumplir con un tramo tradicional. Este comienza en un punto llamado la Campana, y continúa por alrededor de mil metros hasta la Catedral de Sevilla, una de las catedrales góticas más relevantes de Europa. La procesión ingresa a la catedral por la puerta principal y sale por la posterior, hacia la plaza de la Virgen de los Reyes, continuando su recorrido hasta regresar al punto de origen (imagen 4). La procesión completa podría demorar todo el día. En este tramo común, muchas personas pagan por ubicaciones privilegiadas para presenciar el paso de las cofradías en tribunas familiares.
Imagen 4. Mapa del centro de Sevilla y recorrido obligatorio entre La Campana (izquierda) y la catedral (derecha). Fuente: autores
La ciudad se revela de una forma inusual a través de esta fiesta urbana, en la que cada ciudadano comparte un sentido de pertenencia e identidad alojada en esa memoria común, tangiblemente presente a través de la celebración. La memoria no solo necesita de un tiempo sino que además de un lugar para constituirse como tal. En este caso, la fiesta es lo excepcional que disloca lo habitual y, por lo tanto, también las formas de ocupación de la ciudad.
Se trata de una ciudad en movimiento. Las fachadas se transforman en el respaldo de lo que ocurre en las calles. La ciudad en ese momento es un escenario, y las procesiones, las nuevas fachadas dinámicas que definen ese nuevo orden de la ciudad, a través del movimiento y la detención (imagen 5). Son las multitudes que acompañan las procesiones, ornamentadas e ordenadas, las que construyen una nueva forma de encontrarse con la ciudad. Esta pasa de ser espacio público a un espacio de exposición, definido por recorridos de celebración en donde se participa de lo contemplado.
Imagen 5. El horizonte es coronado por la procesión, que se mueve y junto con ella, la ciudad va cambiando como plano de fondo y escenario. Fuente: autores
Las plazas pasan de ser espacios de recreación a puntos notables dentro de un recorrido ordenado a partir del movimiento. Cada procesión es un hito móvil que transforma la ciudad en un interior público (imagen 6).
Imagen 6. En un “paso” las fachadas en torno a la procesión conforman un interior concéntrico en que lo móvil se hace fijo y lo fijo se torna dinámico. El oído adquiere un protagonismo que confirma direcciones. Fuente: autores
Vivir la Semana Santa Sevillana es una experiencia que permite construir una memoria excepcional de esa ciudad, estableciendo una relación con su historia y su acontecer en fiesta. Pero no solo eso. Las fiestas suelen afectar y ser afectadas por la forma del espacio público (Sabaté, Frenchman e Schuster, 2004), y en este caso, es la celebración del rito religioso la argamasa que conecta de forma efímera el tejido urbano, provocando un cambio de atmósfera y permitiendo, en esa vivencia, una nueva mirada, aunque temporal, de la vieja ciudad.
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Referencias
Espósito, F. (2011). El afecto en la arquitectura: la relación arquitecto-lugar-habitante a través de la experiencia del proyecto. Tesis de Doctorado, Barcelona, ETSAB/UPC
Pujol, A. (2007). “Festejar la calle”. En: Revista Neutra no 16, Sevilla
Sabaté, J., Frenchman, D. and Schuster, J. M. (eds.) (2004). Llocs amb esdeveniments. Event Places. Barcelona: Universitat Politécnica de Catalunya
Sansão-Fontes, A. (2013). Intervenções temporárias, marcas permanentes. Apropriações, arte e festa na cidade contemporânea. Rio de Janeiro, Casa da Palavra
Soler i Amigó, J. (2001). Cultura popular tradicional. Barcelona: Pòrtic
"Santa Fe, Ciudad de México ¿ciudad del futuro?"
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Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Luis Raúl Alfonso Amaya Bucio (Raúl Bucio); Artista Visual México (fotografías y texto)
Elías Auza Baez; Artistas Visuales (texto)]
Resumen
La Ciudad de México cuenta con contrastes entre la visión de una ciudad del futuro y una dura realidad de pobreza y marginación que queda relegada e ignorada de manera intencional por las construcciones modernas para beneficio de la población de alto nivel adquisitivo. Este ensayo invita a la reflexión sobre quiénes podrán llegar a acceder a esa ciudad del futuro que tanto se pretende alcanzar, en el caso de Santa Fe, con edificios inteligentes y novedosas tecnologías energéticas.
Palabras clave
Ciudad de México; Segregación urbana; Desarrollo Inmobiliario
"Modelos urbanos para el turismo de sol y playa"
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Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Javier López-Menchero Ortiz de Salazar; Arquitecto. Grado en Fundamentos Arquitectónicos por la Universidad de Alicante. Máster Habilitante por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid]
Resumen
Debido principalmente al turismo, ciertos territorios se ven obligados a asumir enormes picos demográficos en temporada alta y con ello, localidades con dinámicas poblacionales y paisajísticas muy definidas se ven alteradas por esta sobreexposición turística. Cada tipología turística tiene una influencia particular sobre el urbanismo y las formas de vida del territorio; este ensayo se centrará en la casuística del turismo estacional de sol y playa. Se estudian algunas ciudades del levante español para valorar sus modelos urbanos y ver cómo se podría aplicar en el futuro, uno más apropiado para el parque natural de La Albufera de Valencia. Un ejemplo que propone un modelo urbano alternativo al existente una de sus localidades es el proyecto Espiral 3500, el cual no pretende introducir nuevos usos y construcciones sino condensar las existentes en un único elemento.
Palabras clave
Turismo estacional; Espiral 3500; Desarrollo urbano
"CIUDADES SOLARES: UNA MIRADA DESDE LA PLANIFICACIÓN URBANA"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por, Tomás Gómez; Investigador, Programa Planes y Proyectos Urbanos UC
Roberto Moris; Director, Programa Planes y Proyectos Urbanos UC, Profesor Escuela de Arquitectura y del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC]
Recibido el 18 de abril de 2017, publicado el 23 de octubre de 2017
Resumen
Las ciudades demandan dos tercios de la energía producida a nivel mundial. Esta cifra se prevé que se incremente en el futuro debido al rápido crecimiento demográfico de las zonas urbanas. En tanto, las ciudades son responsables por el 70% de las emisiones globales CO2 con las consecuencias medio ambientales, sociales y económicas que esto conlleva. Las ciudades solares es un concepto que representa una opción para descarbonizar la matriz energética de las ciudades al reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables no convencionales, solar en particular. Se consideran cuatro dimensiones como fundamentales para la formulación de una ciudad solar: aspectos tecnológicos; gobernanza; compromiso de la comunidad local y planificación urbana sustentable. El presente artículo se centra en la relación entre la ciudad solar y la planificación urbana bajo tres ámbitos de relevancia: matriz energética renovable, morfología, estructura y construcción urbana, y movilidad urbana. Definida la dimensión planificación urbana y sus tres ámbitos, se aplicó esta teoría a la realidad de la ciudad de Diego de Almagro, provincia de Chañaral, región de Atacama, Chile. La alta radiación solar de esta zona y su localización estratégica le otorgan a Diego de Almagro cualidades suficientes para convertirse en la primera ciudad solar de Chile.
Palabras clave: ciudades solares, energía, planificación urbana sustentable
Abstract
Cities demand two-thirds of the total energy production worldwide. This figure will increase in the future due to rapid population growth taking place in urban áreas. Meanwhile, cities account for 70% of global CO2 emissions with the environmental, social and economic consequences this entails. Solar Cities is a concept that represents an option to decarbonize the energy matrix of cities by replacing fossil fuels with renewable energy. Three dimensions were considered as fundamental for the formulation of a solar city: technological aspects, governance; community engagement and sustainable urban planning. This article focused on urban planning and developed three areas of relevance: renewable energy matrix, urban morphology, structure and form, and urban mobility. Defining the urban planning dimension and its three areas, this theory was applied to the reality of the city of Diego de Almagro, Chañaral province, Atacama region, Chile. The high solar radiation of this city, added to its strategic location gives Diego de Almagro enough qualities to become the first solar city in Chile.
Keywords: solar cities, energy, sustainable urban planning
Entrevista a Sergio Baeriswyl: "No existe un objetivo más evidente en la existencia y desarrollo de las ciudades, que la desesperada búsqueda de sus habitantes por una existencia más digna, feliz y llevadera, y esto no es un tema exclusivamente económico"
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Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Pia Acevedo; Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC). Becaria Conicyt. Magíster en Gestión Cultural (U.Chile). Licenciada en Historia (UDP)]
Sergio Baeriswyl; Arquitecto P. Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Doctor en Urbanismo Karlsruhe Institute of Technology (KIT), Alemania. Académico, Investigador y Director del Depto. de Planificación y Diseño Urbano de la Universidad del Bío Bío. Premio Nacional de Urbanismo 2014. Sus áreas de investigación son: Crecimiento urbano, consumo de suelo urbano, indicadores de calidad de vida urbana, instrumentos de planificación y gestión urbana
«en la mayoría de las ciudades chilenas el mercado funciona en forma imperfecta, y existe una limitada inversión privada, por tanto sus planes reguladores no son un instrumento de desarrollo eficaz. En estas ciudades el desarrollo depende principalmente de la inversión pública y es allí donde actualmente no se realiza una planificación con enfoque de ciudad”
Fuente: https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/20140406/1924034.jpg
1) ¿Qué significa para usted la frase “ciudades del futuro”? ¿Qué elementos emergen en su mente cuando proyecta visualmente un espacio de esas características? Y en este sentido, ¿se puede convertir una ciudad y territorio del presente en una ciudad del futuro?
Son preguntas difíciles para el urbanismo de hoy, porque el mundo está cambiando muy rápido y en forma sorpresiva. Por esto, es difícil anticipar las nuevas formas de habitar, de comunicamos y organizarnos como sociedad en el futuro. Ahora bien, lo primero que viene a mi mente con la frase “ciudades del futuro”, es la certeza que las ciudades serán mejores que en la actualidad, y que seguirán siendo los principales protagonistas de nuestra evolución. Lo segundo que emerge en mi mente, es un posible cambio en el paradigma de la ciudad nuclear y concéntrica, hacia un modelo de ciudades más dispersa, difusa, diversa y muy fusionada con el territorio y el paisaje. Serían ciudades mucho más complejas, en red con el territorio global. Creo que el fenómeno de metropolización que experimentan nuestras ciudades en la actualidad, es una señal clara y anticipada de este proceso. Podríamos encaminarnos hacia una nueva forma de “ciudades – territorio”, de enormes y extensos espacios funcionales. El principal motor de este cambio se sustentaría en la revolución tecnológica y las comunicaciones que cambian la relación de espacio y tiempo.
2) ¿Cree posible desarrollar un modelo de ciudad en el futuro que sea capaz de resolver aspectos de eficiencia, sustentabilidad, resiliencia e integración? ¿De ser así, cuál cree que debieran ser los lineamientos de este tipo de ciudad?, Si cree que no, de qué manera entonces ve, el crecimiento urbano como una oportunidad para el desarrollo económico de las ciudades y de una mayor integración social?
Tengo una mirada optimista y creo que las ciudades pueden atenuar los problemas de integración, en la medida que se empareje el acceso de los habitantes a los bienes y servicios urbanos, al transporte público y el empleo. Esto no significa que la segregación social o cultural desaparezca, pero creo que una reorganización gradual de las ciudades puede atenuar las grandes diferencias. El concepto de sustentabilidad por su lado, está haciendo mucho bien a las ciudades, y bajo este concepto me atrevería a decir que se han liderado los principales cambios cualitativos de las ciudades en los últimos 20 años. Sin embargo veo como una amenaza los problemas de resilliencia urbana ante los fenómenos de la naturaleza y ante el cambio climático. No veo que el problema de la vulnerabilidad de las ciudades esté siendo abordado con convicción y determinación en las políticas públicas y en la planificación urbana en general.
3) ¿Qué rol cree usted que deben tener las personas en ciudades de estas características? De esta manera, ¿cómo cree usted que deberían participar las instituciones, tanto públicas como privadas, para diseñar un modelo de ciudad del futuro?
Cualquier modelo de ciudad debe tener como soporte la visión de sus ciudadanos y actores urbanos en general. Un desafío de nuestros tiempos es la enorme cantidad de actores empoderados en la ciudad. Todas las personas perciben que su entorno les pertenece cuando hay que tomar decisiones, y cualquier cambio en la ciudad despierta insospechados intereses sociales, económicos y políticos. Por lo mismo, es necesario crear nuevos instrumentos más dialogantes con la comunidad. Soy muy crítico de la forma en la cual actualmente participa la comunidad en las decisiones urbanas, ya que habitualmente dan ventajas a las minorías interesadas y no a la comunidad como conjunto. Es un enorme desafío para el futuro de las ciudades, diseñar nuevas formas de participación, ya que los actuales modelos no está funcionando y provocan más desconfianza.
4) Considerando las diferencias geográficas y culturales de nuestro país, desde el urbanismo ¿qué estrategias se deberían aplicar para que las ciudades del norte, centro y sur de Chile logren desarrollarse en línea con los desafíos que trae aparejado el futuro? ¿cuáles deberían ser las prioridades de las capitales regionales para transformarse en ciudades del futuro?
Aunque suene algo trivial, creo que el desafío de las ciudades está en la calidad de vida que pueden ofrecer a sus habitantes, incluso por sobre los temas de bienestar económico. Las ciudades deben centrar su estrategia en diversificar y mejorar estas condiciones, lo cual entrega enormes oportunidades competitivas a las ciudades regionales, pequeñas o intermedias. No existe un objetivo más evidente en la existencia y desarrollo de las ciudades, que la desesperada búsqueda de sus habitantes por una existencia más digna, feliz y llevadera, y esto no es un tema exclusivamente económico. Es muy previsible que en el futuro las personas opten por ciudades donde la vida sea más segura o más llevadera para la familia, o bien, más sana con buenas condiciones del aire, clima, un paisaje más bello, etc. Ya hay evidencia de esto en el comportamiento de la población joven, luego que ésta alcanza una cierta seguridad económica. Por otro lado, cuando vemos en otros países, territorios maduros y equilibrados en el acceso de los servicios, constatamos que el problema de concentración de la población pasa a un segundo plano.
5) Reconocido es su trabajo y experiencia en la capital de la región del Bío Bío y el año 2014 realizó una conferencia denominada “El desafío de convertir Concepción en una ciudad de futuro”, ¿qué significa que Concepción sea una ciudad del futuro?, ¿cuáles son los principales ejes en los que se debe actuar para que la capital penquista se perfile como una ciudad de esas características?
Sigo siendo un convencido del gran potencial que tienen todas las ciudades regionales, especialmente las intermedias, desde la mirada de la calidad de vida. Cada ciudad es un pequeño universo distinto de otra, que ofrece condiciones de calidad de vida propia y exclusiva. Si las ciudades logran identificar esos potenciales y los desarrollan sostenidamente en el tiempo, tienen una gran oportunidad frente al futuro. Concepción es una de ellas, y aun cuando es un área metropolitana compleja, que supera el millón de habitantes, puede hacer que sus atributos de escala, paisaje, diversidad funcional y cultura se transformen inteligentemente en un polo cada vez más atractivo, con un alto estándar de calidad de vida.
6) Finalmente, como reconocido urbanista y premio nacional de urbanismo en el 2014 ¿Qué fortalezas y debilidades posee el país, en materia urbana, de cara a los próximos cincuenta años? ¿en qué ámbitos se debería actuar de manera urgente y cuáles deberían mantenerse para que los chilenos puedan habitar ciudades preparadas para el futuro?
La principal debilidad de las ciudades en Chile es la ausencia -casi vergonzosa- de planificación urbana. En Chile se ha instalado por muchos años la convicción que la planificación urbana es hacer planos reguladores. Estos instrumentos, como dice su nombre, son “reguladores”, y no impulsan ni promueven transformaciones sustanciales de las ciudades, entre otras cosas, porque no cuentan con recursos. En ciudades donde la actividad de mercado se desempeña bien, con una gran dinámica económica, las ciudades pueden delegar esta función a los instrumentos de regulación como los planos reguladores. Pero, en la mayoría de las ciudades chilenas el mercado funciona en forma imperfecta, y existe una limitada inversión privada, por tanto sus planes reguladores no son un instrumento de desarrollo eficaz. En estas ciudades el desarrollo depende principalmente de la inversión pública y es allí donde actualmente no se realiza una planificación con enfoque de ciudad. Planificar significa, primero consolidar una idea de ciudad con todos los actores urbanos, luego organizar los recursos disponibles, municipales, regionales, ministeriales y asegurar que tributen en este objetivo y finalmente construir una agenda que asegure alcanzar este objetivo a mediano o largo plazo, lo que puede significar en algunos caso 10 o 15 años. Eso no ocurre en Chile y por ello, es una necesidad urgente volver a restaurar la planificación como una herramienta para proyectar el futuro de las ciudades.
"TOLERADOS, PERO NO INCLUIDOS: Las consecuencias de la falta de respuesta desde el Estado para los asentamientos informales. El caso de Valparaíso, Chile"
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Revista Planeo Nº32; Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por, Felipe Valenzuela; Sociólogo (U. de Chile), Magíster en Desarrollo Urbano (PUC), y MSc Development Administration and Planning (UCL). Doctorando en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC)]
Recibido el 16 de junio de 2017, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
En el contexto de los importantes niveles de informalidad que caracterizan los procesos de urbanización de los países en desarrollo, el presente artículo analiza las distintas maneras en que el Estado enfrenta esta situación, ya sea mediante la represión, la aplicación de políticas de regularización o la implementación de prácticas de co-producción. Utilizando el caso de Valparaíso (Chile) como ejemplo, se exploran las consecuencias de una actitud pasiva por parte del Estado respecto a los asentamientos informales. La desatención hacia los procesos de crecimiento informal de la ciudad tendió a incrementar los niveles de vulnerabilidad de estos asentamientos frente a desastres naturales, lo que quedó de manifiesto luego de las graves consecuencias del incendio que afectó a los cerros de Valparaíso en 2014.
Palabras clave: Informalidad, vulnerabilidad, políticas de regularización, Valparaíso
Abstract
Taking into account the high level of informality that characterizes recent urbanization in developing countries, this paper aims to analyse the diverse ways in which the state addresses informality, whether by repressing, by implementing regularization policies, or engaging in co-production processes. Using Valparaiso (Chile) as a case study, the consequences of state’s passive attitude towards informal settlements are explored. Disregarding informal urbanization in Valparaiso contributed to increase vulnerability to natural disasters in these settlements, as it was demonstrated by the detrimental consequences of the great fire that affected Valparaiso in 2014.
Keywords: Urban wetlands, citizen action, local government
"APROPIACIÓN, ACCESIBILIDAD Y PAISAJE URBANO EN EL ESPACIO PÚBLICO DEL CENTRO HISTÓRICO DE SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local; Marzo 2017
[Por, Adrián Moreno Mata; Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Cristina Beltrán Moncada; Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí]
Recibido el 03 de marzo de 2016, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
El documento analiza el fenómeno de apropiación del espacio público por parte del comercio ambulante en el Centro Histórico de la ciudad de San Luis Potosí, México y su relación con tres problemas integrales: la pérdida de accesibilidad, el deterioro del paisaje urbano y los daños que implica al patrimonio histórico cultural. La perspectiva que se adopta considera tres categorías analíticas que, a su vez, se traducen de manera operativa en el enfoque metodológico: i) accesibilidad, ii) percepción del usuario y iii) cualidades espaciales del lugar. Los resultados preliminares surgieron de una encuesta de actores clave locales, utilizando un software para análisis de datos cualitativos de calidad (Atlas.ti). En el primer apartado se describen algunos conceptos básicos para abordar el problema. Luego se presentan algunos antecedentes históricos del comercio ambulante en la ciudad, y se describe su dinámica actual, su distribución espacial en el centro histórico y la principal área de influencia que ocupa. En la sección posterior se presenta la postura de los actores clave –ciudadanos, comerciantes callejeros y autoridades- sobre el problema y las opiniones de los actores principales involucrados en el problema de investigación. La sección final incluye dos aspectos: la interpretación de los autores de las complejas relaciones entre el fenómeno de apropiación del espacio urbano, la accesibilidad al espacio público y la estética del centro urbano, describe brevemente las implicaciones actuales y futuras de este problema en el estudio de caso y algunas reflexiones sobre las medidas que podrían aplicarse en la política urbana para abordarla o mitigarla.
Palabras clave: apropiación del espacio publico; accesibilidad al centro histórico; estética urbana
Abstract
The document analyses the phenomenon of appropriation of the public space by the itinerant commerce in the Historical Center of the city of San Luis Potosí, Mexico, and its relation with three integrated problems: loss of accessibility, detriment of urban landscape and historical – cultural heritage damage. The perspective adopted considers three basic concepts that, in turn, became in operational categories into the methodological approach: i) accessibility, ii) user perception and iii) spatial qualities of the place. Preliminary results of a survey of local key players were also used, by a Quality Data Analysis (Atlas. ti software). The first section describes some basic concepts to address the problem. Then some historical antecedents of the itinerant commerce in the city are presented, and its current dynamics are described -that includes the spatial distribution of itinerant commerce in the historical center and the main area of influence that occupies-. Later section presents the position of key players –citizens, street merchants and authorities-, on the problem and the opinions of the main actors involved in the research problem. The final section includes two aspects: the authors’ interpretation of the complex relationships between the phenomenon of appropriation of urban space, accessibility to the public space and the aesthetics of the inner city. It briefly discusses the current and future implications of this problem in the case study and some reflections on measures that could be implemented in urban policy to address or mitigate it.
Keywords: Appropriation of public space; Accessibility to the Historical Center; Urban aesthetics
"TIJUANA: ECOS URBANO-MUSICALES EN ALGUNOS FILMS Y CANCIONES"
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Revista Planeo Nº30; Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Guillermo Meneses; Profesor-investigador, El Colegio de la Frontera Norte, México]
Recibido el 26 de noviembre de 2016, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
Tijuana, la ciudad fronteriza par excellence de la frontera norte de México, mantiene nexos con la música desde sus inicios hace un siglo. Este artículo describe distintos momentos históricos y muestra distintos ejemplos literarios, cinematográficos y musicales del importante papel jugado por ese artefacto cultural que es la música, en la construcción de la identidad de esta ciudad.
Palabras clave: Tijuana, frontera, México, cultura, música
Abstract
Tijuana, the border city par excellence of Mexico’s northern border, has had ties to music since its beginnings a century ago. This article describes different historical moments and shows different literary, cinematographic and musical examples of the important role played by that cultural artifact that is music, for the construction of the identity of this city.
Keywords: Tijuana, border, Mexico, culture, music
"LA ORDENANZA DE PROTECCIÓN DE HUMEDALES DE VALDIVIA: Una construcción ciudadana en respuesta a la desprotección de los humedales urbanos"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local; Marzo 2017
[Por, Monserrat Lara Sutulov; Bióloga y Master of Environment, University of Melbourne Australia. Investigadora del Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Universidad Austral de Chile, Valdivia]
Recibido el 02 de marzo de 2017, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
En Chile existe una creciente valoración social de los humedales que no es respaldada por una legislación adecuada para su protección y conservación. Ante ello, el Ministerio de Medio Ambiente ha impulsado desde el 2012 la generación de ordenanzas municipales para la protección de los humedales. Sin embargo, la efectividad del instrumento en la protección de humedales ha sido cuestionada por diversos actores. En Valdivia –la ciudad humedal– los humedales están fuertemente amenazados por la expansión urbana, frente a lo cual han surgido una serie de movimientos ciudadanos para su protección. Se presenta el caso del proceso de construcción ciudadana de la Ordenanza de Protección de Humedales de Valdivia y cómo el involucramiento ciudadano generó una ordenanza que difiere mucho del documento tipo, ajustándose al contexto y desafíos locales. Finalmente se analiza el rol que podría cumplir esta ordenanza como parte de una nueva forma de gestionar los humedales de Valdivia. Este caso demuestra que es posible abrir espacios de debate al interior de los municipios para construir un instrumento local de protección de humedales (o de otros ecosistemas) a partir del interés y la presión ciudadana. Se concluye además, que es solo en un contexto de desprotección jurídica e invisibilización de los humedales donde una ordenanza –instrumento legal relativamente débil– puede tener un rol en mejorar la gestión local y protección de humedales urbanos.
Palabras clave: humedales urbanos, acción ciudadana, gobierno local
Abstract
In Chile there is a growing social valuation of wetlands that is not supported by adequate legislation for their protection and conservation. In response to the absence of adequate laws, the Ministry of the Environment (MMA) has been promoting since 2012 the generation of municipal ordinances for the protection of wetlands. However, the effectiveness of this instrument for the protection of wetlands has been questioned by various stakeholders. In Valdivia –the wetland city– wetlands are strongly threatened by land reclamation for urban sprawl. In response a number of citizen movements have emerged for their protection. Here the case of the citizen led construction of a wetland protection ordinance for Valdivia is presented. I describe how citizen involvement generated an ordinance that differs considerably from the template document promoted by the MMA, adjusting to the local context and challenges. I also analyse the weaknesses of this ordinance and the barriers for its implementation. Finally, I assess the future role this ordinance could have in promoting a new type of relationship with Valdivia’s wetlands. This case demonstrates that citizen interest and pressure can open space for debate within Municipalities to build local legal instruments for wetland (or other ecosystem) protection. It is only in a context of wetland legal misprotection and invisibilization that a local ordinance –a relatively weak legal instrument– appears to play a role in improving local management and protection of urban wetlands.
Keywords: Urban wetlands, citizen action, local government
"ACTORES, INNOVACIÓN Y DESARROLLO: una mirada sobre los procesos de innovación socio-tecnológica en La Plata y Bahía Blanca (Argentina)"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local; Marzo 2017
[Por, Susana Finquelievich; Programa de Investigaciones sobre la Sociedad de la Información. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Buenos Aires. Investigadora principal de CONICET
Patricio Feldman; Programa de Investigaciones sobre la Sociedad de la Información. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Buenos Aires. Becario Doctoral
Ulises Giralomo; Programa de Investigaciones sobre la Sociedad de la Información. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Buenos Aires. Becario Doctoral]
Recibido el 02 de marzo de 2017, publicado el 09 de septiembre de 2017
Resumen
El artículo caracteriza las relaciones entre los procesos de innovación socio-tecnológica y las políticas de desarrollo local-territorial en dos ciudades de la provincia de Buenos Aires, Argentina: La Plata y Bahía Blanca. Se describe al ecosistema conformado por los principales actores de la innovación en ambas ciudades, así como las redes. (in)existentes, durante el período 2003-2016, momento en el que comenzaron a surgir iniciativas estatales orientadas a impulsar los procesos estudiados. Los autores analizan la complejidad de los procesos que forjan las innovaciones socio-tecnológicas sustentadas en acciones, iniciativas y estrategias multiactorales, incluyendo en el universo analizado a universidades y centros de investigación, gobiernos locales, empresas de base tecnológica e instituciones multisectoriales.
Entre otros factores, se identifican las características de los territorios analizados que posibilitan su entidad como espacios permeables para el desarrollo de procesos innovadores; las innovaciones socio-tecnológicas que se producen en el territorio; la existencia de vínculos entre los procesos analizados con las políticas de desarrollo de los territorios y la resolución de problemáticas locales; y los principales enfoques y objetivos de los principales actores involucrados.
Palabras clave: Innovación socio-tecnológica, desarrollo local, políticas públicas
Abstract
This paper characterizes the links between socio-technological innovation processes and local development policies in two cities in the Buenos Aires Province, Argentina: La Plata and Bahia Blanca. It describes the innovation ecosystem integrated by technological innovation stakeholders, as well as the (non)existing networks, during the period 2003-2016. The authors study the complex processes that forge socio-technological innovations, as well as the actions, initiatives and strategies of different stakeholders: universities and research centers, local governments, technology-based companies and multi-stakeholder institutions. Among other factors, the research identifies the characteristics of the studied social and spatial territories that make them permeable to develop innovative processes. The research also focuses on the socio-technological innovations are developed in the territory; the links between the analyzed processes and the national, regional and local development policies and the resolution of local problems; and the main approaches and objectives of the stakeholders involved.
Keywords: socio-technological innovation, local development, public policy
"PESCA ARTESANAL O EN PEQUEÑA ESCALA, RESILIENCIA Y DESARROLLO LOCAL: El caso de la Caleta Pan de Azúcar, comuna de Chañaral, Región de Atacama"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local; Marzo 2017
[Por, Simone Bezamat; Geógrafa especialista en temáticas medioambientales, Consultora en Medio Ambiente y Gestora de proyectos]
Recibido el 27 de marzo de 2017, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
Las comunidades de pescadores artesanales o a pequeña escala, tienen una larga historia de convivencia con su entorno natural en el borde costero y de adaptación tanto a las condiciones naturales como a las regulaciones. En los últimos 20 años el sector pesquero nacional se ha visto afectado por una serie de conflictos relacionados tanto con la sobreexplotación como con las regulaciones al sector, siendo necesario generar estrategias que permitan apoyar el desarrollo de las caletas de pescadores artesanales más allá de la explotación de recursos del mar, resguardando la identidad de las comunidades que desempeñan esta actividad. Este trabajo tiene por objetivo reflexionar acerca del valor de la pesca artesanal y las caletas de pescadores artesanales para el desarrollo local y la permanencia de estas comunidades en el tiempo, tomando como caso de estudio la caleta Pan de Azúcar, en la comuna de Chañaral, Región de Atacama. Se exponen los elementos relevantes para el desarrollo de la actividad pesquero artesanal, así como las amenazas que las propias comunidades de pescadores perciben para su cultura y actividad. A partir de lo anterior, se visualiza en qué ámbitos es posible fortalecer la resiliencia de éstas comunidades con temáticas del ámbito regulatorio y la gestión de riesgos, además de evidenciarse la necesidad de la constitución de un ecopatrimonio por parte de las comunidades que se dedican a la pesca en pequeña escala.
Palabras clave: Pesca artesanal, resiliencia, desarrollo local, ecopatrimonio
Abstract
Small-scale fisheries communities have a long history of coexistence with their natural environment in coastal areas, and have adapted to environmental changes and regulations. It can be confirmed that the national fisheries sector, over the past 20 years, has experienced conflicts related with overexploitation and regulations to the activity and it is necessary to create strategies beyond the exploitation of cove resources, protecting small-scale fisheries communities´ identity. The aim of this research is to reflect on the value of the small-scale fisheries toward the local development and continued presence of these communities over time, using the case study of the Pan de Azucar cove, located in the municipality of Chanaral, in the Atacama region. This research outlines the elements that are relevant for the development of the small-scale fisheries, as well as the threats to their culture and activity as perceived by the fisher communities. Based on this, the research reviews in which areas it is possible to strengthen the resilience of these communities, mainly as it related to the political and environmental dimensions as well as regulatory and risk management. In addition, it provides evidence of the need for the communities dedicated to small-scale fisheries to build an “eco-heritage”.
Keywords: Small-scale fisheries, resilience, local development, eco-heritage
"¿“LA PLATA CIUDAD ROCK”? Tensiones y disputas por la territorialización de un sonido"
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Revista Planeo Nº30; Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Elena Berge; LECyS. Laboratorio de Estudios en Cultura y Sociedad. Facultad de Trabajo Social. Universidad Nacional de La Plata
Josefina Cingolani; CONICET. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, LECyS. Laboratorio de Estudios en Cultura y Sociedad. Facultad de Trabajo Social. Universidad Nacional de La Plata]
Recibido el 01 de febrero de 2017, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
Este artículo busca abordar la relación música – ciudad a partir del análisis de una serie de eventos organizados por la Municipalidad de la ciudad de La Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina) y de resultados de dos investigaciones realizadas con músicos y seguidores de la escena del rock local. Siguiendo a diversos autores que tematizan esta relación y preguntándonos si existe una ciudad de la música (y una música de la ciudad) analizamos la construcción de una imagen de la ciudad de La Plata como ciudad de rock. Concluimos entonces para nuestro caso que esta noción se apoya en un imaginario existente que vincula a la ciudad con un género específico, cimentado en una historia común, una construcción periodística particular y una constante interpelación estatal que dialogan no sin conflicto con las prácticas locales de los sujetos que participan de la escena del rock en la ciudad. De este modo, mientras algunos construyen y experimentan trayectos en los que la pregunta por la especificidad del rock platense no es una preocupación central, otros realizan un esfuerzo por territorializar un sonido en pos de sustentar un imaginario de inmanencia entre cartografía y ethos local compartido.
Palabras clave: música, rock, ciudades expresivas
Abstract
This article seeks to approach the music – city relationship based on the analysis of a series of events organized by La Plata town council (Province of Buenos Aires, Argentina) and results of two investigations carried out with musicians and followers of the local rock scene. Following various authors who thematize this relationship and asking if there is a city of the music (and a music from the city) we analyze the construction of an image of La Plata as a rock city. We conclude for our case that this notion rests on an existing imaginary that links the city with a specific genre, grounded in a common history, a particular journalistic construction and a constant state interpellation that dialogues not without conflict with the practices of the subjects who participate in the local rock scene. Thus, while some construct and experience paths in which the question of the specificity of “rock platense” is not a central concern, others make an effort to territorialize a sound in order to sustain an imaginary of immanence between cartography and shared local ethos.
Keywords: music, rock, expressive cities
"GOBERNANZA Y POLÍTICAS URBANAS EN ARGENTINA Y ESPAÑA en el marco de procesos de impugnación al neoliberalismo (2002-2015)"
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Revista Planeo Nº31; Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por, Tomás Guevara; Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio, Economía y Sociedad de la
Universidad Nacional de Río Negro, Investigador Asistente, San Carlos de Bariloche, Argentina]
Recibido el 18 de enero de 2017, publicado el 07 de septiembre de 2017
Resumen
Se plantea un análisis comparado en base a parte de la literatura disponible entre los esquemas de gobernanza y las políticas urbanas implementadas en Argentina y España entre 2002 y 2015, períodos en que ambos países atravesaron un proceso de impugnación al paradigma neoliberal de políticas públicas, al menos en su versión más ortodoxa. En este contexto, se plantea que dicha impugnación adquiere un carácter eminentemente macroeconómico en Argentina, “por arriba”, mientras que en España se vincula a la experiencia de gobierno municipal de nuevas fuerzas políticas, “por abajo”, lo que permite a algunos autores hablar de un “nuevo municipalismo”.
Palabras clave: políticas urbanas, gobernanza, neoliberalismo
Abstract
We present a comparative analysis on the basis of the available literature between governance schemes and urban policies implemented in Argentina and Spain between 2002 and 2015, periods when both countries went through a process of challenge to the neoliberal paradigm of public policies, at least in its most orthodox version. In this context, it is proposed that this challenge becomes eminently macroeconomic in Argentina, “from above”, while in Spain it is linked to the experience of municipal government of new political forces, “from below”, allowing some authors talk about a “new municipalism”.
Keywords: urban policies, governance, neoliberalism
"La frágil memoria de la ciudad jardín en la ciudad del futuro"
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades inclusivas, Junio 2017
[Por María Paz Urrutia Silva; Arquitecto PUCV & Università degli Studi Roma Tre, Italia Especialista en Conservación y Restauración Arquitectónica, U.Chile
Adriana Marín Toro; Socióloga, Universidad de Valparaíso, Magíster en Desarrollo Urbano, UC]
Resumen
Aún no hemos resuelto qué hacer con el pasado de nuestras ciudades en el presente y menos aún en el futuro. Las banderas que se han levantado defendiendo el patrimonio han permitido poner en pausa, aunque sea por un tiempo, a que se arrase con edificaciones, memoria e historia de ciertos lugares de la ciudad. Sin embargo no es suficiente, pues se mantiene sin responder la pregunta acerca de cómo revitalizar, en particular aquellos espacios que se encuentran en sectores con un alto atractivo inmobiliario. La historia de estos lugares nos permiten comprender su presente y además proyectar sus posibilidades futuras. Aquí presentamos un paseo por la historia menos reconocida de Viña del Mar, sobre su origen, particularidades urbanas y arquitectónicas, que se encuentran entre la revitalización y la ruina.
Palabras clave: patrimonio, ciudad jardín, Viña del Mar, ruina
"Mensajería en bicicleta: una apuesta alternativa para la movilidad y la inserción laboral en las ciudades"
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Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Angélica Moreno Calderón; Estudiante de la maestría de estudios urbanos en FLACSO- Ecuador; especialista en economía urbana y regional, y administradora pública. Cargo: Asistente de investigación del departamento de asuntos públicos FLACSO, Quito- Ecuador]
RESUMEN
La situación actual de las urbes en Latinoamérica ha impulsado el desarrollo de economías informales como son la bici mensajería, la cual se muestra como una alternativa optima ante el déficit de empleo y la crisis de movilidad al interior de las ciudades. En Bogotá, caracterizada por su gran extensión de kms en ciclorutas el desarrollo de esta labor se ve dificultada por las condiciones de infraestructura e inseguridad que han llevado a que el tránsito de los ciclistas urbanos se convierta en uno de los principales causantes los múltiples accidentes viales que tienen lugar en la cotidianidad. La bici-mensajería emerge como un modo de sustento económico y muestra una alternativa innovadora para los problemas de movilidad, sin embargo, su expansión requiere a que la administración en la ciudad empiece a tomar medidas para el ejercicio adecuado de esta actividad que pueden incentivar al uso cotidiano de la bicicleta o economías alternativas que no implican la ocupación del uso del espacio en las ciudades.
Palabras clave: Ciclismo urbano, economía solidaria, bici-mensajería
Im. 1. Modos de transporte en Bogotá
Fuente: Diana Miranda, secretaria de movilidad Bogotá (2017)
Ante un panorama poco prometedor como el planteado por Mike Davis (2004), en su libro, el planeta de las ciudades miseria donde el crecimiento poblacional, el desempleo, la producción de basura en exceso y la contaminación, cabe interrogarse ¿Como las ciudades pueden transformar o mitigar esas realidades para asegurar una perdurabilidad en el futuro?
En la contemporaneidad “el proceso de motorización ha dejado sentir sus efectos en nuestras ciudades, la accidentalidad vial es una constante, la contaminación ha desencadenado enfermedades respiratorias y la pérdida de tiempo de nuestros ciudadanos en movilizarse se incrementa cada vez más” (2011), así mismo la situación actual de las urbes Latinoamericanas pone en evidencia la problemática de la precariedad laboral. De manera que el nacimiento de las economías informales y/o alternativas son un fenómeno emergente también, que no da espera ante el acelerado crecimiento en las ciudades. Según la organización internacional del trabajo –OIT- (2014) el porcentaje de población urbana en América Latina que vive bajo este esquema de economía corresponde al 47,7%. Es así que, este tipo de economías adquieren gran importancia en la medida tienen el papel de dar sustento a un grupo poblacional importante, es decir, alrededor de 130 millones de personas, además de constituir, una “respuesta a los mecanismos de la globalización de la economía mundial” (Jaramillo, 2002, pág. 82)
En este marco problemático, es importante resaltar como la congestión vehicular que caracteriza a Bogotá ha llevado a la conformación de diferentes movimientos en torno al uso de transportes alternativos como son la bicicleta. En la obra de Marc Augé se pueden situar una serie de experiencias humanas atribuidas a la relación con las bicicletas, “Un desocupado de los arrabales de Roma que consigue un empleo consistente en pegar cartelones y que implica el uso de una bicicleta” (2008, pág. 24). De esta manera, la relación estrecha de esta máquina con la dinámica laboral se constituye de manera histórica y se mantiene a lo largo del tiempo.
Estas iniciativas locales en torno al ciclismo urbano, incentivan el uso de la bicicleta como instrumento de construcción de ciudades viables, amigables, que puedan perdurar en el tiempo. Adicional a ello, proponen usos distintos de la bicicleta que trascienden la movilidad y el deporte. Es así que, la mensajería en bicicleta, se ha constituido en los últimos años como una forma ecológica, económica y rápida de movilizar documentos y varios tipos de mercancías al interior de las ciudades. La bicicleta es un medio de transporte con comparativas ventajas frente a otros medios, como son la no emisión de gases contaminantes y el no consumo de combustibles, lo cual la convierten en un medio de transporte optimo, y en el caso de la bici mensajería en un instrumento de trabajo poderoso, que entre otros beneficia también la salud de las personas.
Im 2. Bici mensajería en autopistas de Bogotá
Fuente: Diana Miranda, secretaria de movilidad Bogotá (2017)
La trayectoria de esta forma de emprendimiento tiene orígenes similares a los de la creación de la bicicleta, su popularización se dio a partir del de la segunda mitad del siglo XIX, con compañías de gran envergadura, tales como la bolsa de Paris o Western Union que hacían uso de este servicio. En los países latinoamericanos, su nacimiento nos remonta a la ciudad de México, donde es a partir del año 2009 que se crean diferentes micro-empresas bajo el enfoque del transporte de mercancías que no continúe dificultando la movilidad en las ciudades. En Bogotá, este tipo de emprendimientos se convierten en la manifestación de organizaciones locales “micro-empresariales que desean demostrar la viabilidad de proyectos alternativos y sustentables” (Jaramillo, 2002, pág. 82). Hasta el momento, esta actividad no ha sido regularizada en la ciudad pese a su práctica común y continua expansión. Lo cual ha tenido efectos positivos como extensiones negativas a nivel urbano.
El desarrollo de esta labor puede dar un ingreso inferior o igual a 250 USD para quienes la desenvuelven, el cobro por los envíos y entregas se mide de acuerdo a la cantidad de kilómetros que se recorran para entregar las encomiendas, los cuales se miden a través de aplicaciones telefónicas como Bikos, google maps o Strava[1]. Esta práctica se ha popularizado ya que apunta a una movilidad sostenible y alternativa, lo cual ha dado como resultado el auge de diferentes micro-empresas que se dedican al desarrollo de esta labor, apoyadas por compañías más grandes que le apuestan a estas formas de autogestión e innovación empresarial. En Bogotá, se pueden encontrar diferentes grupos dedicados a la mensajería en bicicleta, entre los cuales cabe destacar “Flash Messenger” ya que es una asociación conformada por deportistas de alto rendimiento; y “Queens bici-mensajeras” grupo conformado por mujeres que defienden el empoderamiento de la mujer en la ciudad a través del uso de la bicicleta.
Im. 3. Bici-mensajeras Bogotá
Fuente: Sandra Rodríguez, Queens bici-mensajeras (2017)
La bici mensajería como dinámica informal, plantea un escenario interesante en la medida que no usa un espacio fijo para su desarrollo, como afirman Peterson (2002) y Montezuma (2003) la movilidad constituye el movimiento, es decir el cambio de ubicación, lo cual incide de manera positiva para el uso de los espacios en la ciudad, ya que otro de los grandes conflictos de la informalidad en las áreas urbanas refiere a la ocupación de espacios públicos, que dificulta e impide la correcta circulación de peatones y vehículos. Desde esta perspectiva, la bici mensajería se inscribe en la construcción de ciudades con enfoques económicos y de movilidad sustentable, temas que fueron ampliamente problematizados en el 2016, durante el foro de Habitat III celebrado en la ciudad de Quito.
Desde una mirada global, esta situación se contrapone a la realidad de movilidad y transporte urbano de Bogotá, la cual es la ciudad con más kilómetros de rutas para la circulación de bicicletas de América Latina, 440 kms de recorrido entre cicloruta, y bicicarriles[2], los cuales se encuentran en su mayoría en condiciones irregulares y su uso pone en riesgo de accidentalidad a los biciusuarios. Esto ha bifurcado en el uso de las vías para vehículos por parte de los ciclistas, incrementando a su vez los accidentes de tránsito donde las víctimas fatales son precisamente los ciclistas “En 2016 aumentaron las muertes de ciclistas en Bogotá. Hasta julio, 36 biciusuarios perdieron la vida por accidentes de tránsito, lo que representa un incremento del 16% respecto al mismo periodo del año anterior.” (Redacción Bogota, 2016, pág. 1)
Im. 4. Bicicarril carrera séptima, Bogotá
Fuente: Carlos Chitivo, Universidad Nacional de Colombia (2017)
Bajo este panorama, la administración de la ciudad ha emprendido diferentes campañas para que los biciusuarios hagan uso de la infraestructura para bicicletas, entre las cuales se pueden situar sanciones a quienes no hagan uso de las mismas o entrega de material para la mecánica básica o de la visibilidad de las bicicletas. Pese a ello, el problema real del uso de la infraestructura se enfoca en el alto grado de inseguridad que enfrentan las personas que se mueven en bicicleta por esta urbe.
“En 2016, fueron robadas en promedio 5 bicicletas al día en la ciudad. Los actores del robo de bicicletas en la ciudad tienen como objetivo la comercialización de las bicicletas o de sus partes en un mercado negro” (WeSura, 2017, pág. 1)
En un contexto, donde la planeación estratégica “asegura la competitividad económica urbana, el futuro y liderazgo” (Kresl, 1998), iniciativas locales como la aquí presentada, procedentes a partir de necesidades estructurales por parte de la población y con poca distinción desde la esfera política, constituyen un mecanismo de inserción laboral de una cantidad importante de personas. Adicionalmente, el aumento de estos grupos, da lugar a una presión social por consolidar espacios para el transito más adecuados en ciudades donde sigue primando el uso del automóvil privado. En términos generales la expansión de este tipo de prácticas contribuye a mejorar la movilidad, la equidad y el acceso a oportunidades socioeconómicas, “la bicicleta como opción de transporte (y empleo) contribuye al desarrollo y a la competitividad de las ciudades”, lo que garantiza por un lado la prolongación de la existencia de las ciudades en el tiempo, y el mejoramiento de la calidad de vida para quienes la habitan y moraran en el futuro.
En este marco de ideas, las administraciones de las ciudades tiene el reto de crear un diseño urbano favorable para el desarrollo de estas actividades que prometen un escenario de apalancamiento de ideas innovadoras y locales ante las problemáticas de la ciudad, también un engranaje institucional que se comprometa no solo con la seguridad de quienes realizan este tipo de prácticas, sino de quienes hacen uso de actividades y dinámicas alternativas que posibilitan a las ciudades su permanencia en el tiempo y le dan un respiro ante la interminable lista de problemáticas que se presentan en la cotidianidad.
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Notas:
[1] Estas aplicaciones funcionan a través de GPS y dan información de la ruta realizada por la persona que va en la bicicleta. Generalmente su uso es gratuito y asegura un alto grado de confiabilidad en cuanto a las distancias medidas.
[2] Los bicicarriles se diferencian de la cicloruta ya que los primeros se refieren a espacios tomados, claramente señalizados de las vías de tránsito vehicular para el uso exclusivo de bicicletas, mientras que las ciclorutas son espacios tomados del andén o vereda.
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Bibliografía
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Jaramillo, T. (2002). Hacia la instrumentación de una ley que rija el principio constitucional de la economía solidaria. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar. Obtenido de http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/2394/1/T0183-MDE-Jaramillo-Hacia%20la.pdf
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Redacción Bogota. (19 de Septiembre de 2016). El espectador. Obtenido de http://www.elespectador.com/noticias/bogota/2016-aumentaron-muertes-de-ciclistas-bogota-articulo-655612: http://www.elespectador.com/noticias/bogota/2016-aumentaron-muertes-de-ciclistas-bogota-articulo-655612
WeSura. (2 de Mayo de 2017). WeSura Beta. Obtenido de Robo de bicicletas en Bogotá 2017: cifras y zonas críticas: http://descubre.wesura.com/blog/robo-de-bicicletas-en-bogota-2017-cifras-y-puntos-criticos
"Innovar para transformar: el caso de Medellín como Smart City y sus desafíos en la planificación urbana futura"
Ver"Innovar para transformar: el caso de Medellín como Smart City y sus desafíos en la planificación urbana futura"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Uri Colodro Gotthelf, M.Sc (c) in Governance of Risks and Resources, Universität Heidelberg. Geógrafo, Licenciado en Geografía. Pontificia Universidad Católica de Chile. Asistente de Investigación, Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS)
Paulina Zúñiga; Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente. PontificiaUniversidad Católica de Chile]
RESUMEN
La ciudad de Medellín, Colombia pasó de ser la más peligrosa del mundo a recibir el galardón de la más innovadora. Dicho cambio se produjo en tan sólo 23 años, período en el que se llevaron a cabo proyectos desde la óptica del “urbanismo social”, con un fuerte énfasis en la integración de tecnologías, posicionándola como la primera Smart City del país. Desde esta perspectiva, la presente práctica realiza una breve reflexión y cuestionamiento acerca de la configuración de Medellín como una ciudad innovadora y tecnológica, enfatizando tanto en sus proyectos como también en sus desafíos y factores críticos para alcanzar un desarrollo urbano sustentable a futuro.
Palabras clave: Innovación, Smart City, Medellín
Im1. Parque Explora, Medellín. Fotografia: Gary Amberths | 2014
En la década del noventa la ciudad colombiana de Medellín recibió un curioso galardón como la más peligrosa del mundo. Las redes del narcotráfico, la guerrilla y la violencia asociada a la delincuencia formaban parte del cotidiano de esta urbe con casi 2.5 millones de habitantes, al mismo tiempo que estos atributos comenzaron a formar parte de su imaginario global asociado al miedo (Alcaldía de Medellín, 2006). Este panorama configuró a Medellín como una ciudad estigmatizada, caracterizada por su gran inestabilidad política y corrupción, que encontró su punto de inflexión cuando obtuvo en el año 1991 la más alta tasa de homicidios registradas a nivel nacional (Arteaga, 2013). En contraste con esta situación, en el año 2013, Medellín es reconocida con un nuevo premio que la posicionó como la ciudad más innovadora, sostenible y cultural del mundo, producto de la ejecución y puesta en marcha de diversas iniciativas que han permitido mejorar en forma gradual la planificación urbana y calidad de vida de sus habitantes; estableciéndose como “modelo de sostenibilidad” a nivel de América Latina y el Caribe (Brand, 2001).
De acuerdo a lo anterior, cabe preguntarse, ¿cómo es posible que en el transcurso de tan sólo 23 años, pudiesen cambiar totalmente las dinámicas de una metrópolis de estas características? y bajo este mismo prisma, ¿Cuáles son los desafíos actuales y futuros que enfrenta Medellín en el marco de este nuevo escenario urbano?
Para poder comprender los procesos de cambio social, político y urbano de esta ciudad, es relevante destacar que una de las claves de su transformación ha sido el enfoque de gobernanza que ha impulsado la Alcaldía de Medellín para llevar a cabo una serie de proyectos a partir del año 2004, dentro de las dinámicas que se denominan como “urbanismo social”. Dichas iniciativas involucraron a actores públicos y privados, así como también a la ciudadanía en la toma de decisiones, realizando elevadas inversiones que permitieron mejorar la calidad de vida urbana a través de la democratización del transporte público, el acceso a la cultura, la educación y la recuperación de los espacios públicos por medio de la construcción de imponentes e innovadores megaproyectos urbanos (Ver Imagen 2) (Restrepo, 2016).
Im2. Parque Biblioteca León de Greiff, Medellín. Fotografia: Gary Amberths | 2014
Paralelo a ello, una de las estrategias urbanas más características de Medellín se refiere a la incorporación de la tecnología en la planificación urbana, siendo la única ciudad de Colombia que posee un plan para la innovación y el desarrollo de la ciencia (Bouskela y Casseb, 2016). En este sentido, es posible sostener que en conjunto con Bogotá, Medellín ha comenzado en la última década a consolidarse como una Smart city, entendiendo este concepto como el uso de la tecnología para la construcción de ciudades eficientes e inteligentes que permitan solucionar problemas urbanos, siendo icono de aquello considerado como moderno y futurista (Duque, 2016).
Los proyectos que se despliegan en este marco se caracterizan por estar sentados en cuatro ejes fundamentales: la participación ciudadana, el gobierno transparente, la innovación social y la sostenibilidad. La materialización de este enfoque es posible de apreciar, por ejemplo, en materia de movilidad urbana, donde se han incorporado la detección electrónica de infracciones al tránsito, escaleras mecánicas, circuitos cerrados de televisión y monitores que informan la situación del tráfico vehicular, teleféricos, entre otros (Amar, 2016) (Ver Imagen 3). A lo anterior, se suman además innovaciones que emplean el uso de tecnologías para la gestión del riesgo de desastres, eficiencia energética, monitoreo del estado del medio ambiente y la interacción que se produce entre los organismos de administración pública y la ciudadanía.
Im3. Estación Metrocable -Parque Arvi, Medellín Fotografia: Gary Amberths | 2014
La ciudad ha intentado en este sentido posicionarse en una lógica de globalidad; es decir, reproducir las técnicas y prácticas que se llevan a cabo en otras ciudades del mundo, de forma tal que reciba el reconocimiento que merece y se supere, poco a poco, el estigma bajo el cual ha estado hundida en los años previos a este cambio de enfoque. La incorporación de la tecnología en este sentido, ha jugado un papel esencial no sólo en en la modernización, sino que también la democratización del territorio. A pesar de ello, si bien son innegables las transformaciones que ha presentado Medellín tendientes a efectuar una planificación integral del territorio, no se encuentra exenta de críticas respecto de su modelo de desarrollo, que conllevan al cuestionamiento acerca del rol que la constitución de estas Smart city como utopías tecnológicas tendrían para efectivamente mejorar y contribuir en la planificación urbana actual y futura (Duque, 2016).
Dentro de las críticas asociadas a esta ciudad se encuentran esencialmente dos aspectos. El primero de ellos tiene que ver con el foco que ha tenido Medellín en la construcción de imponentes obras y megaproyectos urbanos, que han sido categorizados como “cortinas de humo” que no permiten resolver de fondo los problemas sociales arrastrados de antaño, tales como la desigualdad y precarización social, las malas condiciones de vida, la violencia, los altos índices de contaminación y vulnerabilidad, etc., es decir, en definitiva se cuestiona el hecho de que la gestión política se centre principalmente en la imagen urbana turística que proyecta la ciudad en el exterior y no en sus problemas de fondo (Naranjo & Villa, 1997; Brand, 2001). A su vez, y relacionado a la idea anterior, Medellín ha sido catalogada como una ciudad neoliberal, en donde el marketing urbano asociado a un ideal de “parecer” una Smart City más que efectivamente “ser” una en el sentido holístico del concepto (Montoya, 2014), ha generado y propiciado el desplazamiento y relegamiento de los pobladores originarios ante la presión que ejercen los privados en el territorio (Duque, 2015).
Lo anterior da cuenta de los relevantes desafíos que Medellín posee en materia de planificación y desarrollo sustentable a futuro, dado que si bien ha crecido en términos de innovación y tecnología encontrando una solución creativa para las problemáticas urbanas, sociales y ambientales bajo una suerte de modernización ecológica, esta no es suficiente cuando se consideran que para los problemas sociales las soluciones no radican exclusivamente en el crecimiento material, sino que también simbólico (Gallopín, 2003). Desde esta perspectiva, la construcción de ciudades del futuro no reside en su clasificación como Smart City, bajo el predominio de un paisaje urbano tecnológico y moderno, sino que más bien estos elementos constituyen un medio y herramienta para configurar territorios que potencien el desarrollo urbano integral para sus habitantes. De lo contrario, cabe preguntarse, ¿A quién favorece que Medellín sea una Smart City?.
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Referencias bibliográficas
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Gallopín, G. (2003). Sostenibilidad y desarrollo sostenible: un enfoque sistémico. Serie Medio Ambiente y Desarrollo. 64. División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos. Proyecto NET/00/063 «Evaluación de la Sostenibilidad en América Latina y el Caribe». CEPAL/Gobierno de los Países Bajos. Santiago de Chile; http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-51672014000200011
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Naranjo, G & Villa, M. (1997) Entre luces y sombras Medellín: espacio y políticas urbanas. Medellín, Colombia, Ed. Corporación Región.
Restrepo, S. (2016). Espacio público: emergencia, conflictos y contradicciones. Caso ciudad de Medellín. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, 46(125), 291-328.
"El Patrimonio Arquitectónico: guardián insustituible de la identidad y el futuro de las ciudades"
Ver"El Patrimonio Arquitectónico: guardián insustituible de la identidad y el futuro de las ciudades"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Antonio Sahady Villanueva; Arquitecto, Doctor en Arquitectura (Universidad Politécnica de Madrid)]
RESUMEN
A fuerza de transformaciones inadecuadamente conducidas, las ciudades hispanoamericanas se han ido desdibujando de manera paulatina. Las violentas destrucciones derivadas de terremotos o incendios obligan a intervenir con carácter de emergencia. A esos acontecimientos se agregan las periódicas renovaciones urbanas, no siempre justificadas. A diferencia de Europa, en nuestro continente los procesos reconstructivos suelen ser poco reverentes con el patrimonio arquitectónico, particularmente cuando este capital cultural no se encuentra legalmente protegido. Cada supresión o desnaturalización de una determinada pieza arquitectónica valiosa constituye una sensible merma de la identidad del lugar que le acoge. En Santiago de Chile, la pérdida de identidad es directamente proporcional al derribo de magníficos inmuebles o conjuntos de valor arquitectónico.
Palabras clave: Identidad / Patrimonio Arquitectónico / Santiago de Chile
A menudo el desdén por la historia deriva de la ausencia de programas educativos. Algunos inmuebles, consagrados como patrimoniales por la esfera de los especialistas, padecen el abandono por tiempo indefinido. La falta de uso o la subutilización de sus espacios se transforman en enemigos de su adecuada conservación, toda vez que se confunde la obsolescencia funcional con la inutilidad.
Pero, ¿qué hay de los valores permanentes que definen la identidad de las edificaciones y que suelen ser menos visibles para el ciudadano común? Por cierto, esos valores también reclaman su derecho a ser respetados. De allí que, en los países industrializados, la tendencia sea conservar lo sustancial de las antiguas construcciones antes de hacer derribos impiadosos. A los edificios que son parte de la historia de la ciudad hay que inyectarles vida mientras se les reconozcan méritos arquitectónicos. No se trata, en caso alguno, de convertirlos en momias y justificar su pervivencia manteniéndolos en pie como piezas de museo. Por ese camino, no hay manera de sustentarlos. Simplemente, debe dotárseles de un nuevo ciclo vital, respetando su carácter y vocación funcional.
Uno de los atributos claves de un centro histórico, cualquiera sea su localización geográfica y el número de siglos que cargue a cuestas a partir de su fundación, es la identidad. Esa identidad se construye morosamente, teniendo al tiempo como un aliado indisociable. Uno a uno los edificios van elaborando un armonioso conjunto que, finalmente, resulta reconocible y querido por sus habitantes. Precisamente, cada pieza arquitectónica de valor y cada espacio urbano amable se convierten en motivo de orgullo para quienes se sienten sus legítimos propietarios. Constituyen, en suma, sus verdaderos referentes, todos imbricados en su significación histórica y cultural, hermanados por una inconmovible convicción de intemporalidad y trascendencia.
Para fortuna nuestra, Santiago nos ofrece algunos fragmentos centrales marcados por una poderosa identidad, merced a su temprana consolidación. Recorriendo la plaza de armas y su entorno cercano se descubre un buen número de obras de notable calidad arquitectónica –también unos cuantos espacios perfectamente adecuados a la escala del peatón-, cuyos autores estuvieron mucho más comprometidos con el buen resultado colectivo que con su gloria personal o la de los mandantes.
Este paisaje –sería injusto no referirlo- es consecuencia del Plan Regulador de Santiago de 1934, ideado por Karl Brunner. Fue en aquel entonces cuando se estructuró la imagen misma de la ciudad: una estricta línea de edificación, fachada continua y una altura más o menos homogénea de 25 metros (equivalente a los ocho pisos que predominan en Europa), ajustada, por lo demás, a la traza de calles estrechas y a las posibilidades que permite una tierra asiduamente visitada por los sismos. Pero la ciudad es un organismo en proceso de evolución infatigable. En efecto, el cambio morfológico del centro, caracterizado por la progresiva y acelerada aparición de torres en altura, ha implicado una abrupta alteración de la escala, tributaria de la mentalidad neoliberal que comenzó a dominar los modelos más recientes y que se reconoce como el paradigma contemporáneo imperante a contar de la caída del muro de Berlín.
Paulatinamente, Santiago ha ido cediendo aquellos remansos públicos que contribuyen a morigerar la agitación propia de una ciudad desarrollada. Cuando Brunner elaboró el primer Plano Regulador de Santiago, se calculaba que la ciudad tenía un 12% de superficie destinada a áreas verdes. Hoy día esa cifra no sobrepasa el tercio del señalado porcentaje. Cuesta conciliar este deprimente dato, en verdad, con el manido pregón de la ecología y la sustentabilidad.
Así como la mayoría de las ciudades hispanoamericanas que nacieron en esa misma época y que son la síntesis de lo que, a su vez, los conquistadores hicieron de sus propias ciudades a lo largo de varios siglos de vida, Santiago no escapa a la lógica del trazado en damero. Esta configuración simple es su mérito encomiable. Pero constituye, al mismo tiempo, su mayor debilidad: una vez que se valida el patrón ortogonal, la tentación de crecimiento es superlativa.
En general, las ciudades europeas ya no necesitan seguir creciendo y más bien se afanan en conservar y reutilizar estructuras existentes. De hecho, la población se ha estancado y sus necesidades básicas y de vivienda están ya resueltas. Y es que, efectivamente, en las ciudades ya consolidadas de Europa, antes que la expansión se busca renovar los espacios históricos en aras de un mejoramiento de la calidad de vida. Se intensifica, asimismo, el interés por el ecologismo y las corrientes conservadoras del ambiente. Lo normal es que se defiendan valores arquitectónicos del pasado y que se trate el tema de la conservación de sectores urbanos completos como una tarea natural.
El fenómeno de las ciudades hispanoamericanas es enteramente distinto al europeo: no dejan de extenderse y, además, se encuentran en perenne y acelerado proceso de transformación. Julián Marías señala que “la ciudad que tarda en hacerse (por eso no es caprichosa) dura mucho tiempo. Excepto en su fase fundación, cuando todavía no es ciudad, es siempre antigua. Normalmente el individuo vive en una ciudad que no han hecho sus coetáneos, sino sus antepasados. Es cierto que la transforma y modifica. Sobre todo, la usa a su manera, descubriendo en ello su vocación peculiar, pero, por lo pronto es una realidad, recibida, heredada, histórica. Es decir, ni más menos que la sociedad misma. Es difícil de entender, por eso es profunda, particularmente reveladora.”
A fuerza de sucesivos y espasmódicos cambios, las ciudades latinoamericanas han sido víctimas de la discontinuidad, en tanto las urgencias se han resuelto sin planificación alguna después de los cataclismos o los incendios. Casi siempre resultan ser el fruto de un sentimiento de inseguridad e impaciencia. Se explican así las interrupciones, las rupturas, los brutales desgarramientos de los tejidos que en su momento ofrecían la esperanza de un promisorio y natural crecimiento. Y terminan por superponerse las soluciones con una desapoderada soberbia y un menosprecio absoluto de su antecedente. Y se avanza, entonces, sin mirar hacia atrás, desconociendo la historia.
Imagen 1: La indiferencia por la historia (Alameda con San Martín)
Fuente: Fotografía del autor
Las transformaciones no tienen que ser necesariamente una sustitución de las características del sector anterior. Toda operación, grande o pequeña, debe articularse con su entorno, respetando la memoria colectiva ya instaurada. Téngase en cuenta que una modificación en un enclave histórico de valor, por pequeña que parezca, puede atentar contra los atributos esenciales del mismo, que son, en último término, su auténtico ADN. ¿Por qué no pensar en una oficina central, destinada a evaluar y aprobar aquellos proyectos de revitalización, adaptación y edificación nueva que no hayan perdido de vista los principios de unidad y armonía, procurando siempre la sabia relación con la arquitectura preexistente?
Se sabe que la normativa es laxa, que permite demasiado: no controla rupturas de escala, volúmenes inarmónicos, expresiones disonantes. Las propias autoridades, cuya aspiración mayor consiste en densificar el centro de la ciudad –insensibles a las leyes de la eufonía o, al menos, a cierto grado de coherencia morfológica- soslayan las lagunas legales a cambio de la aplicación del criterio político y económico.
Imagen 2: La discontinuidad de la imagen figurativa de la ciudad (edificación frente a la Biblioteca Nacional). Fuente: Fotografía del autor
Ojalá que ese criterio incluyera, como propósito permanente, las básicas leyes de la buena composición y el respeto por la calidad de vida de los habitantes. Y para lograrlo, en Santiago, nada mejor que examinar nuevamente los lugares más logrados de su centro histórico. La identidad de una urbe es producto de un cúmulo de atributos que pertenecen a la dimensión intangible. Pero lo inmaterial no se sostiene sin los referentes físicos. Entre ellos, por su gravitación y trascendencia, el patrimonio arquitectónico, guardián noble y permanente de la identidad del lugar.
REFERENCIAS
-
Marías, Julián (1956) La estructura social, citado por Fernando Chueca Goitía en “Breve historia del urbanismo”, Alianza Editorial S.A., Madrid, 1968.
-
Sahady, Antonio (2014) Mutaciones del Patrimonio Arquitectónico de Santiago de Chile. Una revisión del centro histórico. Editorial Universitaria, Santiago.
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Waisman, Marina (1993) El interior de la Historia. Historiografía arquitectónica para uso de latinoamericanos, Escala, Bogotá, p. 4.
"Urbanismo en el Siglo XXXI"
Ver"Urbanismo en el Siglo XXXI"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Nicolás Tugas Faúndez; Arquitecto y académico Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago y Máster en Urbanismo Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona]
Podríamos intentar imaginar la ocupación del territorio por el ser humano a un milenio plazo, probablemente sería más sencillo que pensarla en un rango de pocas generaciones. Hay temas emergentes que no sabremos cuándo se consolidarán, pero podemos arriesgarnos a afirmar que, a largo plazo, ya se habrán asimilado y desarrollado. Puede que tengamos algún otro planeta o satélite habitado, pero cuesta creer que estas colonias en climas inhóspitos, sean demasiado más grandes que una base en la Antártica actual. El planeta tierra será nuestra casa y le conoceremos mejor y adaptaremos todo lo posible.
Fuente: Elaboración propia
¿Cómo serían las ciudades del futuro?
La tierra estará completamente domesticada por el ser humano, y si en algún rincón no lo está, será por un hecho deliberado de alguna planificación. Se extinguirán muchas especies que hoy conocemos, por procesos que ya son irreversibles, a la vez que con tecnología genética se podrán restaurar algunos ecosistemas y se limpiará el mar de plásticos. Caudales ecológicos abastecidos con tuberías que remplazan algún hilo de agua de un glacial extinto o parques nacionales con riego por goteo, serán comunes y podrán verse brigadas especializadas que desmalezan o cazan especies invasivas en lugares sensibles. Todos los ecosistemas, debidamente conectados.
Habrá cambiado el nivel el mar y el curso de algunos ríos, los frentes urbanos relacionados se seguirán readaptando como lo han hecho desde que existen asentamientos. Algunos lugares se despoblarán por falta de agua, y en otros lugares se harán carísimas inversiones para subir agua desalinizada, incluso miles de metros sobre el nivel del mar.
Habrá mayor conocimiento sobre riesgos naturales, cada vez menos sorpresas y más sistemas de alerta y protocolos ensayados de emergencia. La mayoría de quienes vivan en zona de riesgo lo sabrán, incluso antes de decidir irse a vivir a algún sitio.
La población humana tenderá a estabilizarse en número de individuos (ya es sabido que un crecimiento expotencial, como el de los últimos dos siglos, nos daría en poco tiempo una masa de población similar al planeta, lo que es absurdo). Habrá una considerable parte de la población envejecida, y se dividirán, dramáticamente, entre los lúcidos y los delirantes, con distintos derechos.
A no ser que una nueva tecnología energética, como la fusión nuclear, nos ilumine, las fuentes renovables serán lo común, y cada región ocupará lo que tenga más a mano: solar, eólica, hidráulica, geotérmica. Algunas comunidades montarán sofisticadas y extensas redes, y otras, estarán deliberadamente aisladas. La geopolítica seguirá tensionada por el control, por parte de algunos colectivos, de los recursos naturales, de las rutas de comercio y de las innovaciones tecnológicas.
La hiperconexión seguirá su curso y como consecuencia se hablarán menos idiomas o habrá algún idioma franco, con dialectos. Los niños más pequeños ya se comunicarán de forma universal, con un puñado de logos de chat. El campo tendrá mucha robótica en algunos procesos, otros no, porque el campo seguirá siendo un lugar de trabajo de manos humanas, donde muchos ancianos se retirarán cultivando.
La ciudad es lo que nos queda de esta descripción del territorio.
Grandes y densas áreas urbanas se repartirán como rosarios o bulbos enlazados por ferrocarril hiper-eficiente, conectados a sus centros. Esos a su vez servirán a una suma de núcleos más pequeños, muy similar a lo que vemos entre pueblos de pre-cordillera y ciudades de valle central. Entre todo ello, un difuminado de casas en baja densidad, salpicado en algunos sitios con campo y bosque.
Los edificios estarán bien aislados y correctamente iluminados por el sol. Los mas sensibles, con seguridad asociada a un chip en tu teléfono o a documento de identidad (lo que será polémico) o a alguna tecnología de reconocimiento de rostro. Mucha edificación de mala calidad será borrada, por fenómenos naturales (terremotos) o por rediseño urbano.
El transporte seguirá siendo una combinación de movilidad masiva de transporte público y atomizada privada. Los vehículos autónomos se instalarán, pero difícilmente reemplazarán a los vehículos conducidos por humanos, como la bicicleta o la motocicleta. Pero habrá más silencio y menos o nula polución. Y bastante más eficiencia. Vehículos voladores, como versiones de lo que hoy conocemos como drones, serán comunes, sobre todo vehículos de emergencia, y tendrán, al igual que los aviones, “pads” específicos por donde movilizarse; de vez en cuando, algún conocido morirá en un accidente de estos vehículos que nunca serán 100% fiables, como lo aeroplanos o los coches hoy. El tranvía se re-masificará, los mayores de edad serán los que lo promuevan, porque es “a nivel” un ascensor horizontal cómodo de usar.
El espacio público tendrá siempre un “pad” continuo de accesibilidad universal, entre paradas de transporte público masivo y destinos como equipamientos, plazas o edificios de oficinas. Habrá mucha arborización con especies frutales y jardines con hierbas medicinales. Sistemas de parques y calles arboladas hilvanarán los asentamientos conectando con espacios naturales con funciones ecológicas.
El ciudadano tendrá acceso a mucha, ordenada y jerarquizada información, ningún proceso podrá llevarse a cabo sin un análisis de escenarios alternativos, debidamente debatidos. Es difícil creer que toda la información logrará ser pública, muchos estudios privados, o financiados por algunos colectivos no se mostrarán, como cartas de póquer de un gran juego especulativo.
No sabemos para entonces si estas ciudades tendrán trabajo para el urbanista o si las sucesivas refacciones lograrán una “ciudad terminada” más parecida a un arrecife de coral que ya no crece y que sigue poblado una diversidad. Esperemos que en mil años nuestras amadas ciudades no sean uno de los principales problemas, ya que probablemente, bien hechas, sean cada vez un mejor sitio para vivir.
"Los supersónicos: El acertijo sobre el futuro no descifrado"
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Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Arturo Orellana profesor asociado del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Universidad Católica de Chile; Director Revista Planeo]
Serie: Los Supersónicos
Autores: Willian Hanna y Joseph Barbera
Año: 1962
RESUMEN
Los Supersónicos fueron una serie animada exitosa creada en los años ´60 que pretendían hacernos imaginar un futuro a finales del siglo XX, lleno de comodidades por los avances tecnológicos que harían de nuestra vida cotidiana una práctica familiar y laboral de fácil resolución ante los conflictos, abordando cada capítulo en tono de comedia. No obstante, detrás de dicha lectura es posible descifrar un acertijo que nos revela con preocupación lo que finalmente ha resultado en parte de ese futuro proyectado y también la amenaza que puede significar que sus presagios se cumplan en su totalidad.
Contexto de la época
Los años ´60 fue una época convulsionada por una serie de acontecimientos sociales y políticos que fueron reforzando las bases de un nuevo orden mundial que ya venía imponiéndose a partir de finales de la segunda guerra mundial, donde la fuerte hegemonía de Estados Unidos en Occidente contrastaba con la hegemonía que ejercía la ex Unión Soviética en Europa del Este. La Crisis de los Mísiles el año 1962, el asesinato de John Kennedy el año 1963, y la Guerra de Vietnam que llevó a la derrota de Estados Unidos a finales de esta década, pusieron al mundo en un estado de incertidumbre respecto al futuro del planeta.
Por otra parte, resultó ser la década de los ´60 una época de cambios culturales profundos generados por la aparición de movimientos a favor de los derechos civiles para los afroestadounidenses liderados por Martin Luther King, el cual fue asesinado el año 1968, justo cuando estaba en pleno apogeo los hippies movimiento contracultural, libertario y pacifista, nacido a comienzos de la década. Al mismo tiempo, grupos como The Beatles, The Rolling Stones, The Doors, Black Sabbath, entre otros, aportaban significativamente al desarrollo de la música que marcaría tendencias hasta hoy.
Todos los acontecimientos señalados y otros en la década de los ´60, fueron conocidos por nuestra generación en Chile y en otros apartados lugares del planeta, gracias a la televisión, siendo en un comienzo privilegio solo de una minoría de la sociedad chilena que podía adquirir este bien de lujo. Si bien las señales televisivas datan en Chile desde finales de los ´60, solo fue a partir de la década del ´70 cuando gradualmente se fue incoporando esta tecnología en los hogares de clases medias, agregando al sonido la imagen, siendo este avance sin duda alguna la primera aproximación al futuro para nuestra sociedad.
El origen de la serie
La industria del entretenimiento que significaba la televisión dio origen a innumerables formatos televisivos, siendo el de series animadas especialmente relevante dado que los niños eran los que potencialmente más fácil de captar su atención con este seductor aparato tecnológico, incluso en la actualidad. Dentro de las series animadas que se crearon en esa década, sin lugar a dudas destacan Los Supersónicos (The Jetsons) creada por la productora de William Hanna y Joseph Barbera el año 1962, para muchos una versión futurista de los Picapiedras (The Flintstones) creada dos años antes por la misma productora.
¿Por qué resulta especialmente interesante esta serie futurista? En primer lugar, porque nos proponía una perspectiva del futuro cercano y lejano al mismo tiempo. Cercano, porque las vivencias de la familia Sónico no erán particularmente distintas a las de esa época y quizás también actual. Y lejano, porque el contexto urbano y residencial donde acontecían las vivencias presentaba significativas expresiones (a la vez que presagios) sobre el impacto que iban a tener las tecnologías para nuestra sociedad urbana en todos los ámbitos; laboral, educacional, doméstico, recreativo, entre otros.
Entre las visiones futuristas que nos presagiaban, estaba: la posibilidad de desplazarse en autovoladores; el uso intensivo de correas transportadoras para facilitar la movilidad en la casa, centros comerciales y en el trabajo; teléfonos con visores; máquinas que preparaban comida por menú y variados artefactos tecnologicos que hacían las labores domésticas, incluyendo una Robotina mezcla de asesora del hogar e institutriz llamada Rosie, entre otros. Si bien hoy día nos parece que estas muestras de desarrollo tecnológico son muy próximas a la realidad actual, cabe recordar la frase «Welcome to 1995» que se testimonió en un capítulo, permitiendo por única vez conocer cuál era el horizonte temporal de la serie, sin lugar a dudas esos avances no eran del todo evidentes para el año 1995.
Fuera del tono demoledor, ácido y patético que nos relata la vida de una familia de clase media estadoudinense actual, la exitosa serie en formato comedia de Los Simpson (The Simpsons) creada el año 1989, muy vigente en la parrilla de muchos canales de televisión en el mundo, la serie animada Los Supersónicos intentaron proyectar la imagen de una vida futura de una familia de clase media también pero con hábitos y viscitudes idealizadas en el bien común, siendo el entorno futurista que se nos presentaba particularmente muy adecuado. Sin embargo, una revisión más crítica sobre sus alcances, sin duda podría habernos advertido de lo preocupante que resulta la imagen de futuro que realmente nos proyectaba como sociedad urbana.
El acertijo descifrado de la serie
En primer lugar, todas las edificaciones en altura nos hablaban de una ciudad que no tiene un medio ambiente natural, como si alguna especie de catástrofe o peligros nos hubiese obligado a tener que renunciar a vivir a ras de suelo. Existe una exacerbación de la individualidad, expresada en viviendas no pareadas ni muchos edificios para residencia, ausencia de barrios, centros comerciales solo de gran escala, autonaves conducidas por una sola persona, casi inexistente transporte público, estaciones de trabajo personales, entre otras expresiones, nada que se asemeje a la construcción de un mundo más sustentable.
En segundo lugar, la serie nos transmite que la visión de futuro sobre los hábitos de vida de la sociedad serían particularmente poco saludables, la gente prefiere desplazarse en todo lugar por autonave o correas transportadoras para evitar caminar, desarrolla trabajos en el ámbito laboral y doméstico que se reducen solo a operar botones en un panel de control y por lo tanto ejercitar los dedos (incluso una escena muestra el agotamiento del protagonista Súper por ese motivo), trabajar solo tres horas a la semana y no más de tres días, fuerte tendencia a estar sentado o acostado descansando, todo combinado con una confianza ciega en la tecnología. Sobre esto último, llama profundamente la atención como en un viaje en autonave los hijos son expulsados a través de una cápsula y los personajes muestran alegría y confianza cuando viajan por el aire para llegar a su colegio.
Y, en tercer lugar, los personajes de la serie viven pendientes de sus problemáticas acotadas a un espectro de relaciones que solo se circunscriben a cuestiones de orden familiar y laboral, excepcionalmente en asuntos de movilidad y en áreas de comercio, mostrando un mundo donde el destino de la sociedad en términos políticos, sociales y culturales no tuviera importancia real, siendo quizás ese un ingrediente necesario para construir una fantasía sobre un futuro ideal. Esta señal esconde inocentemente la creencia que una sociedad urbana con un ideal de futuro debe ser aquella donde el conflicto está ausente. Hoy en día, un ejemplo de ello está en el hecho de justificar el desarrollo de condominios cerrados donde una agente externo organiza, regula y fiscaliza los usos y atribuciones de los residentes, para justamente evitar el conflicto.
Síntesis final
En síntesis, durante los años ´60 en el afán de construir imaginarios sobre un futuro mejor, sin quererlo ni presagiarlo los creadores de la serie Los Supersónicos no hicieron más que alejar los temores de la época, instalando una suerte de acertijo que se proyectaba en cada escena cotidiana de la serie. Sin embargo, cada capítulo no hacía más que reforzar una visión individualista de la sociedad, con hábitos poco saludables de los personajes, ambientalmente poco sustentable y sin preocupaciones sobre el devenir de la humanidad. Nos faltó probablemente agudeza para descifrar el acertijo.
"Crónica de una ciudad inventada: Brasilia, de la utopía a la realidad"
Ver"Crónica de una ciudad inventada: Brasilia, de la utopía a la realidad"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Juliana Rocha, Arquitecta Universidad Federal de Bahía. Estudiante Magister Proyecto Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
RESUMEN
La ciudad, este lugar central, proveedor de bienes y servicios, reales y/o imaginarios, presenta una dinámica propia; se trata de un agrupamiento donde convergen expresiones culturales, ideas y actores sociales de varios tipos. En el sentido de lugar céntrico, la ciudad de Brasilia logró alcanzar su condición de centralidad de inmediato. A partir de un pretencioso proyecto urbanístico – que planeaba ordenar los objetos geográficos naturales de este nuevo lugar, además de mover y ‘arreglar’ la sociedad que lo anima – la nueva capital de Brasil – y fruto del urbanismo moderno – nace con aspecto de ciudad utópica, símbolo de la modernización capitalista y como un nuevo polo de atracción nacional. Brasilia es así construida para ser una ciudad progresista, la ciudad del futuro, pero guarda en su historia de ciudad inventada la tensión existente entre la utopía moderna y los aspectos contradictorios de la ciudad real.
Palabras Clave: Brasilia, urbanismo moderno, planeamiento urbano.
Im.1: Eje monumental
Fuente: https:// i.vimeocdn.com/video/633068917_640x360.jpg
Fundada en 1960, Brasilia fue pensada como la representación utópica[1] del urbanismo moderno, la ciudad futurista, moderna para la época (Ver imagen 2). La nueva capital nacional simbolizaba la transición de un modelo de economía casi colonial a uno de intensa industrialización; el nuevo panorama económico del Estado nacional sería entonces traducido en la racionalidad y funcionalidad del pensamiento utópico modernista: “El Brasil ofreció al mundo el experimento más perfecto y acabado de esa utopía: la ciudad de Brasilia. Ninguna otra ciudad en el mundo fue capaz de realizar, de manera tan plena, la utopía modernista de la ciudad racionalizada, funcional.” (Vainer, C. B., 2011).
En el proyecto del arquitecto y urbanista brasileño Lucio Costa para la nueva capital de Brasil estaban contenidas todas las ideas e ideologías del pensamiento modernista[2]. Lucio Costa proyectó una ciudad de trazado muy sencillo, y su simplicidad – asociado a los esfuerzos del presidente Jucelino Kubitschek y su deseo de insertar el país en la dinámica global de la modernización capitalista – fue lo que permitió la implantación y construcción de un nuevo núcleo urbano en tan sólo tres años y diez meses.
Im.2: Croquis del Plano Piloto de Brasilia. © Archivo Público del Distrito Federal / Fondo Novacap. Licencia CC BY-NC-ND 3.0 BR | Fuente: http://www.archdaily.com.br
En el espacio que contenía el Plano Piloto estaba todo lo que Costa calificaba como pertinente a la función de Capital Federal atribuida a Brasilia, además de lo que se juzgaba necesario para el bienestar de sus habitantes: un núcleo urbano con locales de trabajo y vivienda, comercio, ocio y circulación envueltos por una extensa área verde. Por tanto, así como instituía los preceptos del urbanismo moderno, toda la racionalidad, funcionalidad y sentido de orden del Plano Piloto expresaban la utopía de que todas las molestias socio-espaciales – la pobreza, la desigualdad y la ocupación irregular del territorio – existentes en las metrópolis del país estarían lejos de coexistir en la nueva capital planeada para ser el “Brasil del futuro”: “Brasilia se coloca, desde el momento en que fue pensada, como una posibilidad de tornarse algo concreto, como el lugar del futuro en oposición a un pasado a ser negado.” (Peluso, M. L., 2003) (Ver imagen 3).
Im.3: a. Congreso Nacional, 1959; b. Museo Histórico, eje monumental, 1960; c. Congreso Nacional, 1960; d. Congreso Nacional, 1960 © Archivo Instituto Moreira Salles | Foto: Marcel Gautherot
Fuente: https://dx.doi.org/10.1590/S0101-33002012000200010
Sin embargo, Brasilia como ciudad modelo del ideario modernista, presentó conflictos a distintas escalas que resultaron en un desorden espacial que los criterios establecidos por el modernismo nunca hubieran admitido. El proyecto que buscaba una unidad entre la civitas y la urbs[3] – la armonización entre la escala monumental del eje central de la trama urbana idealizada con la estabilidad y orden social – con el pasar de los años manifestaba en el proceso de ocupación y producción del territorio, conflictos relacionados a su condición de centralidad y la permanencia de la forma urbana.
Brasilia, que fue concebida como un proyecto que debería ser simple, racional y moderno, y que por tanto debería alejarse al máximo de la multitud de gente y desorden típicos de la antigua capital Rio de Janeiro, redefinía, aun en los primeros años de implantación, su proceso de ocupación y su estructura socioeconómica. El bajo valor de la tierra en la región central del país y el incentivo por parte del Estado para que se ocupase las fronteras al oeste y norte de la capital hizo acelerar el proceso migratorio alrededor del Plano Piloto. La población real – y no la población ideal imaginada por los teóricos del urbanismo moderno –, de inmigrantes pobres venidos de diferentes partes del país, empezaba a establecerse en las llamadas ciudades-satélites (ver imagen 4). Estos asentamientos humanos, deficientes en infraestructura y localizados en la periferia del Plano Piloto, se diferenciaba totalmente de la dimensión simbólica – utópica – del plan original y de su monumentalidad superficial. Esta nueva realidad era, por tanto, la representación del desaparecimiento de las formas de la civitas que, progresivamente, iba siendo absorbida por el dinamismo de la urbs.
Im.4: a. Vivienda alrededor de Brasilia, Sacolandia, 1959 © Archivo Instituto Moreira Salles | Foto: Marcel Gautherot | Fuente: https://dx.doi.org/10.1590/S0101-33002012000200010; b. Comercio y servicios ciudad-satélite Bandeirante; c. Bandeirante, 1960; d. Fundación de Banderante | Fuente: http://www.cronologiadourbanismo.ufba.br/apresentacao.php?idVerbete=1602#prettyPhoto
En síntesis, Brasilia, esta capital que surgía como el símbolo de la ideología nacional capitalista y que era la promesa de modernidad, progreso, estabilidad y orden social, no fue capaz, a través de la racionalidad y funcionalidad de su plano, de resolver los problemas sociales tan propios de la realidad brasileña. En este sentido, la ciudad ideal, simbólica, fue superpuesta por la ciudad real, mostrando un contexto de conflictos y contrastes que la nueva capital de Brasil no logró prever en su planeamiento urbano.
Notas:
[1] Se entiende utopía aquí como modelo ideal de ciudad; así como todo y cualquier proyecto de ciudad que inevitablemente está anclado, de manera explícita o implícita, en una utopía. (Vainer, C. B., 2011).
[2] “La ciudad modernista es aquella que posee una estructura humana que posibilita el rescate de la cohesión social perdida. Busca, a partir de eso, conciliar el orden, la técnica urbanística más avanzada y el desarrollo planificado, con el ‘humano’ y con la convivencia social directa de sus habitantes. Posee un espíritu de utopía, de plano, de formas arquitectónicas sencillas, geométricas, rectas, horizontales, de ritmos repetitivos y de carácter monumental.” Traducido de Pedrosa, M., & Amaral, A. A. (1981, p. 299).
[3] La ciudad que es al mismo tiempo la urbs, la civitas: “Es, en efecto, en primer lugar, el espacio construido, y que posee características morfológicas que, en general, fácilmente podemos reconocer como “urbanas” (los edificios, las calles, una fuerte densidad de equipamientos y de infraestructuras), es decir, todo lo que los romanos designaban con la expresión urbs. Pero es también una realidad social constituida por los ciudadanos que viven en la ciudad, a lo que los romanos aludían al hablar de las civitas.” (Capel, H., 2003).
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Bibliografía
Alves, L. (2005). A construção de Brasília: uma contradição entre utopia e realidade. Revista de História da Arte e Arquitetura. Campinas: Programa de Pós-Graduação do Departamento de História- UNICAMP.
Capel, H. (2003). A modo de introducción: Los problemas de las ciudades. Urbs, civitas y polis. Ciudades, arquitectura y espacio urbano, 9-24.
Franzini, F. O conteúdo histórico da forma urbana: historicidade e cultura histórica nos discursos sobre Brasília.
Nunes, B. F. (2010). Cidade vivida e cidade planejada: encontro da teoria com a pesquisa. Revista TOMO, (16), 57-78.
Pedrosa, M., & Amaral, A. A. (1981). Dos murais de Portinari aos espaços de Brasília (Vol. 170). Editora Perspectiva.
Peluso, M. L. (2003). Brasília: do mito ao plano, da cidade sonhada à cidade administrativa. Revista Espaço e Geografia, 6(2).
Peluso, M. L., & Cidade, L. C. F. (2002). Urbs e civitas em Brasília: um diálogo impossível? Revista Espaço e Geografia, 5(2).
Romero, M. A. B. (2003). As Características do Lugar e o Planejamento de Brasília. Revista Espaço e Geografia, 6(2).
Vainer, C. B. (2011). Utopias urbanas e o desafio democrático. Revista Paranaense de Desenvolvimento-RPD, (105), 25-31.
"Ciudades del Futuro… ¿hacía una deconstrucción de la identidad urbana?"
Ver"Ciudades del Futuro… ¿hacía una deconstrucción de la identidad urbana?"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Fernando Narváez Rodríguez Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile]
Título del Libro: Zerópolis
Autor: Bruce Bégout
Año: 2007
Editorial: Anagrama
RESUMEN
Actualmente existe un tipo de homogeneización en algunas de las ciudades del mundo, éstas tienen espacios urbanos que cada vez son más similares, amplias vialidades para automóviles, edificios de gran altura como tipología definitiva, plazas duras y cada vez menos elementos representativos y únicos en la ciudad. Las Vegas es una ciudad construida en medio de un desierto que puede ser caracterizada como una ciudad genérica porque está destinada para las actividades más triviales: jugar, consumir y apostar. Dicha ciudad se ha posicionado como uno de los principales destinos turísticos en los Estados Unidos. Y aunque es un gran polo que atrae de turistas, cabe preguntarse ¿es este el modelo de ciudad del futuro que queremos? En este texto se desarrolla una reseña del libro “Zerópolis”, el cual muestra a través de la experiencia del autor en esta ciudad una descripción detallada de la también llamada Sin City. El texto finaliza con una reflexión sobre el modelo que parece ser se ha venido replicando y de cómo esto puede representar una amenaza para la ciudad del futuro.
Palabras clave: Ciudades del Futuro, Las Vegas, identidad urbana
¿Cómo concebimos las ciudades del futuro? Comúnmente las asociamos con una mejoría en la tecnología e infraestructura urbana, además de un incremento de la calidad de vida para las personas. Pero ¿qué pasaría si las ciudades del futuro ya están aquí? Es decir, tal vez las ciudades que estamos construyendo son las que se replicarán en el futuro. Actualmente existen autores que afirman que las grandes ciudades están yendo hacia una homogeneización urbana, uno de ellos es Rem Koolhaas quien en su libro “The Generic City” plantea que las urbes tienen la tendencia de crear espacios cada vez más similares; por ejemplo, los distritos financieros; y que, por dicha situación, en algunas ocasiones es difícil distinguir la ciudad en donde nos encontramos.
Según Koolhaas (2011), la “ciudad genérica” es aquel espacio que queda del cruce entre grandes extensiones urbanas y el ciberespacio; es un lugar de débiles sensaciones y pocas emociones. Es un espacio extenso y fractal, que repite constantemente su estructura, y en donde la sociedad que la reside se basa en el consumo, contaminando en dos sentidos, para producir y por consumir.
Ante esta descripción se podría aseverar que las ciudades en las que vivimos van hacia esa dirección. Pero si pensamos en alguna ciudad que pueda ser caracterizada como “Ciudad Genérica” para ejemplificar, inmediatamente surge el nombre de la ciudad del pecado, la urbe que es una bombilla eléctrica: Las Vegas.
Figura 1. ¿Ciudades genéricas? Ciudad de Santiago, Melbourne y Chicago
Fuente: Elaboración propia a partir de Chile Travel, Maperz y Curbed
Esta ciudad construida en medio de un desierto para las actividades más triviales: jugar, consumir y apostar, es uno de los principales destinos turísticos en los Estados Unidos. Atrae personas principalmente por sus “edificios icónicos”, por sus apuestas legales, luminosidad y excesos. ¿Pero en realidad esto representa una ciudad? ¿Las Vegas es una ciudad memorable? Un libro que se enmarca y muestra la respuesta a estas preguntas es “Zerópolis”; este texto muestra una descripción detallada de la también llamada Sin City a través de la experiencia del autor en un viaje a esta urbe.
Zerópolis es un concepto que surge para caracterizar a las ciudades contemporáneas; indica la esencia de la urbanidad elaborada en Las Vegas: “la nulidad que se hace número” (Bégout, 2007, p. 17). A través de pequeñas secciones el autor se encarga de detallar diferentes aspectos de la ciudad. Por ejemplo, en “Ofrendas al Dios Fun” describe su experiencia y sensaciones en las calles luminosas aludiendo a que los visitantes entran en un tipo de confusión ante tanta luminosidad, además comenta sobre la “arquitectura” y el comportamiento sistemático de las personas, concluyendo que esta ciudad es un lugar que carece de memoria y que no genera identidad con las personas que la “habitan” y visitan.
En “El doble rostro de la utopía”, Bégout señala que Las Vegas es una de las ciudades con el mayor crecimiento urbano de Estados Unidos. En esta sección se describe lo que pasa fuera del downtown, en los suburbios con una tipología de comunidades cerradas. Lo que es una contraposición de lo que se puede observar en el downtown, dado que estas comunidades son cerradas, herméticas e introvertidas. Incluso han tenido que generar sus propios espacios públicos, ya que hoteles y casinos se apropiaron del mismo, constituyendo así las primeras formas de privatización del espacio público. Los nodos en los suburbios que tienen la función de disminuir la presión urbana en el centro, no han tenido éxito como polos de crecimiento ya que no crean un arraigo con la población, carecen de identidad y no desarrolla una apropiación del espacio, de esta manera se crean patrones de la urbanización discontinua, fragmentada, difusa y sin límites precisos (Borja, 2014).
Pero lo gatilla este texto es la reflexión generada a partir de la sección ¿monstruo urbano o futura normalidad? Aquí el autor posiciona a Las Vegas como el lugar de las futuras tendencias urbanas. Pareciera ser que la famosa frase What happens in Vegas, stay in Vegas no aplica con la urbanidad, ya que esta forma de hacer ciudad ha permeado hacia otros lugares como Atlantic City o Macao en China, que se caracterizan por la presencia masiva del automóvil, algún tipo de atracción como los casinos y publicidad invasora que te interrumpe hasta en tus momentos más privados, tal como lo plantea Koolhaas en Espacio Basura (2002).
El libro Zerópolis logra examinar y describir los detalles morfológicos, estéticos, sociológicos y políticos de la ciudad de Las Vegas, permitiendo concluir que esta ciudad fue construida bajo las premisas “un camino puede convertirse en ciudad, un edificio puede convertirse en signo. Es posible crear un lugar a partir de la nada.” (Hess, 1993, p. 123).
Tanto desde la perspectiva urbana hasta la histórica cultural y el valor de pertenencia de un lugar, el modelo de ciudad de Las Vegas representa una amenaza para las ciudades del futuro. Actualmente las ciudades enfrentan retos como el uso de energía, desigualdad, movilidad, espacios públicos, y áreas verdes por mencionar algunos, sin embargo, lo más importante es reconocer que las ciudades del futuro deben ser memorables, sanas y amigables con las personas. En el nivel de satisfacción, la percepción y la forma en cómo recuperan el derecho a la ciudad las personas estará el éxito de las ciudades de futuro.
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Bibliografía
Bégout, B. (2007). Zerópolis. Barcelona: Anagrama.
Borja, J. (2014). Ciudad, urbanismo y clases sociales. Sin Permiso.
Hess, A. (1993). Viva Las Vegas: After-Hours Architecture. San Francisco: Chronicle Books.
Koolhaas, R. (2002). Espacio Basura. Gustavo Gili.
Koolhaas, R. (2011). La Ciudad Genérica (1a ed.). GGminima.
Entrevista a Miriam Heredia: "Creo que estamos frente al mayor desafío de la historia de la humanidad"
VerEntrevista a Miriam Heredia: "Creo que estamos frente al mayor desafío de la historia de la humanidad"
Revista Planeo Nº 33 Ciudades del Futuro, Septiembre 2017
[Por Pia Acevedo; Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos (PUC). Becaria Conicyt. Magíster en Gestión Cultural (U.Chile). Licenciada en Historia (UDP)]
Miriam Heredia es Arquitecta de la Universidad de Buenos Aires, especialista en Tecnología y Producción de la Arquitectura. Realizó un curso de Urbanismo Social en la Empresa de Desarrollo Urbano EDU Medellín, la maestría en Diseño Arquitectónico en la FADU-UBA y un curso de posgrado en Marketing Directo Interactivo con orientación en ONG en la Universidad de San Andrés. Ex-Directora del departamento de Relaciones Internacionales en la Sociedad Central de Arquitectos, directora del Plan de Internacionalización de Arquitectura -SCA CPAU GCABA, Cancillería Argentina, Fundación Exportar. Director de Proyecto de parques deportivos, GCABA 2006- 2007. Actual President< de la Comisión de Cultura de la Sociedad Central de Arquitectos 2015.
«Creo que estamos frente al mayor desafío de la historia de la humanidad»
“Es relevante dejar de pensar las intervenciones urbanas como objetos aislados
prototípicos para repensarlas dentro un sistema urbanístico frágil y complejo que
comprende las ciudades como fuente de riqueza y de equidad”
1) Desde su perspectiva como académica, investigadora y arquitecta, qué desafíos enfrentan las ciudades actuales de cara a futuro? Y, profundizando lo anterior para el caso de Argentina, ¿cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las grandes urbes como Buenos Aires de aquí al 2050?
Es un hecho que el mundo se mueve hacia las ciudades. Para el 1900 la población urbana era de un 13% y la proyección para el 2050 es que dicho porcentaje estará aproximadamente en el 75% de población eligiendo vivir en ciudades en búsqueda de oportunidades y mejor calidad de vida. Para el caso de Argentina nos posicionamos como pioneros en el tema de urbanización dado que para el año 2001 nueve de cada diez habitantes vivía en ciudades (90%), más que en países densamente poblados como Estados Unidos (82%), Francia (85%) o Alemania (74%). Esto en principio es una buena noticia para arquitectos y urbanistas. Sin embargo, presenta importantes desafíos que se arrastran por décadas, entre los cuales el más relevante que nos ha tocado desarrollar ha sido el de disminuir el déficit habitacional de la provincia de Buenos Aires con un concepto ya no solo de construir vivienda como un evento individual sino de desarrollar emprendimientos sustentables que formen parte de ciudades equitativas, brindando oportunidades y calidad de vida a sus habitantes.
El déficit de referencia es producto del proceso de urbanización que viene sucediendo y seguirá ocurriendo y generalmente afecta a las poblaciones más vulnerables. De acuerdo al Censo 2010, Argentina necesita 3.5 millones de viviendas para satisfacer las necesidades habitacionales de la población. Más de 2 millones de familias habitan viviendas deficitarias y 1.3 millones atraviesan situaciones de hacinamiento. Las condiciones deficitarias alcanzan así al 28% de los hogares. Por otra parte, los problemas de acceso al suelo urbanizado para los sectores de medios y bajos recursos sumado a la carencia de políticas públicas en materia de planificación, estrategia y ordenamiento territorial, se traducen en la proliferación de asentamientos en zonas no urbanizadas como respuesta espontánea de la población más pobre ante la falta de otro tipo de soluciones.
Desde esta perspectiva las ciudades del futuro deben concebirse desde la conceptualización de un urbanismo dinámico orientado a la comprensión y organización de la complejidad de los múltiples factores y actores intervinientes sobre la base de abordajes disruptivos y sustentados fundamentalmente en la construcción de los intangibles sociales.
2) ¿De qué forma se destacan este tipo de ciudades respecto las características normales de un diseño urbano?
Es relevante dejar de pensar las intervenciones urbanas como objetos aislados prototípicos para repensarlas dentro un sistema urbanístico frágil y complejo que comprende las ciudades como fuente de riqueza y de equidad. De esta manera este tipo de ciudades se destacan a partir de un giro epistemológico de la concepción de estas ciudades y desde esa lógica introducirse el análisis, reconocimiento y conocimiento particular del los elementos componentes de la ciudad y de los métodos, técnicas e instrumentos de identificación y diagnostico para la resolución de problemáticas proyectuales urbanos contextualizados con su marco regional, no solo desde el enfoque de los nuevos paradigmas existentes sino con proyección de los que estarían potencialmente gestándose para el futuro. Desde esta perspectiva se amplía el marco temporal de reflexión con una visión temporal a escala “humana” a la vez que a una escala “planetaria”.
3) Y en este sentido, ¿Cuáles serían las principales problemáticas o desafíos que enfrentan las ciudades actuales para avanzar hacia los modelos que Ud. plantea?
El mayor desafío que enfrentan las ciudades en la actualidad es desarrollar la capacidad de absorber las corrientes migratorias en los lineamientos básicos de calidad de vida como lo son bienestar físico, bienestar material, bienestar social, desarrollo y bienestar emocional, así como también de salud, educación y trabajo; infraestructura básica y generación de oportunidades laborales y aspiraciones. Es decir, el mayor de los desafíos que enfrentamos es desarrollar ciudades equitativas, mientras se resuelven otros temas estructurales coyunturales. No hacer frente a este desafío no significa que la población no vaya a trasladarse a las ciudades sino que lo hará igualmente, pero bajo condiciones de vulnerabilidad en espacios como favelas, villas y asentamientos.
La desigualdad, la pobreza y un marco social beligerante en extremo preocupante es, entonces, la mayor problemática que no solo aqueja a las ciudades latinoamericanas sino también a ciudades de todo el mundo, obligando a técnicos y profesionales de las más variadas orientaciones a ponernos alerta con el objetivo de comprender el estado de la cuestión, identificar el problema y trabajar en potenciales estrategias de resolución. El mayor inconveniente de esto radica que no es sólo un problema técnico, sino que también social y político, espacio donde tenemos cada vez menos representatividad. No me cabe la menor duda que para generar una ciudad que pueda atender las necesidades contemporáneas y futuras arquitectos y urbanistas (entre otros) debemos estar más involucrados en la política en lo que respecta a cargos ejecutivos.
Sin embargo, resolver las problemáticas devenidas de ciudades insuficientes/ineficientes tiene por correlato una acción de tal magnitud, que hoy con las estrategias conocidas y formas de pensar contemporáneo produciría un impacto en el medio ambiente de tal magnitud, que en definitiva haría que toda “solución” conocida devendría en una estrategia deficiente.
Creo que estamos frente al mayor desafío de la historia de la humanidad.
4) ¿Tienen cabida en estas ciudades discusiones de gran interés para la ciudadanía como los temas de género, infancia, vejez y discapacidad? De tener, de qué manera es posible su inclusión, o bien, como se distingue su inclusión en este modelo vs los modelos actuales?
No caben dudas que las ciudades tienen una deuda moral para con determinados segmentos de la sociedad que requieren de respuestas particularizadas, y no solo en el campo de la población con capacidades diferentes, género, ancianidad, entre otras, sino también se deben tener en cuenta las particularidades culturales de todo tipo .
Las ciudades se vuelven cada vez mas cosmopolitas debido a la gran movilización humana y esta es una asignatura que debemos atender. Cuando hablamos de construir ciudades, en ocasiones el inconsciente colectivo y el consciente piensa en un usuario especifico “conocido”, cuando la realidad nos muestra sintomatologías que están sufriendo las ciudades, producto de no tener un razonamiento complejo para entender los nuevos sistemas sociales (plurales, heterogéneos, etc.).
La participación ciudadana es fundamental para comprender y aprehender la problemática a resolver pero también debe estar circunscripta con el fin de que sea un proceso ejecutivo. Para ello el punto neurálgico a atender es fomentar la dimensión educativa de la participación.
5) Y a nivel continental, ¿Cómo entran en este debate las ciudades actuales de América Latina? ¿Qué acciones deberían aplicarse para que las ciudades latinoamericanas pueden emprender el rumbo hacia el futuro? ¿cual es el rol que juega la identidad latinoamericana, la forma de hacer y ocupar los espacios, etc., con el planteamiento futurista?
El gran problema de Latinoamérica es la desigualdad, devenida de procesos sociales políticos a lo largo de su joven existencia y que recién ahora comienza, de manera inestable, un proceso más estable. Este devenir ha dejado una amplia población, en caso de Argentina un 30%, en condiciones no solo de desigualdad, sino de vulnerabilidad.
Actualmente en las ciudades en América Latina, 5 millones están obligadas a compartir vivienda con otra familia, 3 millones residen en viviendas irreparables. 34 millones habitan en inmuebles que carecen de título de propiedad, agua potable, saneamiento pisos adecuados o espacio suficiente. Más aún, las proyecciones para el año 2050 del crecimiento urbano de América Latina y el Caribe bordean los 680 millones de habitantes. Estas cifras alarmantes también indican que las ciudades latinoamericanas tienen una gran oportunidad de generar ciudades “para” y “por” la gente, pudiendo aprender de aciertos y errores de la experiencia comparada. Debemos observar esa experiencia, pero traducirla a los requerimientos propios de cada territorio.
6) Por último, ¿Cuáles son los mayores desafíos que deben sortear los profesionales vinculados a los temas urbanos para que una ciudad sea considerada apropiada para el futuro?
En principio entender que el enfoque tradicional de las políticas y estrategias sobre el elemento-tópico urbano están agotados, lo que se traduciría en al menos 6 lineamientos:
a)necesidad de una visión integral sobre la problemática, con una mirada holística sobre las necesidades de la población, b) lograr una verdadera transformación mediante un cambio conceptual que aborde la problemática con visión inclusiva, c) diseño de instrumentos de escala local y regional posibilitando y propiciando la implementación de políticas activas multisectoriales, d) propiciar un desarrollo equitativo orientados a evitar la consolidación de procesos de segregación e inequidad urbana instalados e) identificar, preservar, fomentar y potenciar, culturas y tradiciones locales inscriptos dentro de los paradigmas contemporáneos, f) comprender que todo lo que aprendimos y aun estamos aprendiendo es obsoleto y que requiere de romper con los esquemas de pensamiento actuales y pensar que lo que necesitamos aun no esta inventado.
"MÚSICA TRADICIONAL Y ESPACIO PÚBLICO: los Significados del Lugar en Veracruz, México"
Ver"MÚSICA TRADICIONAL Y ESPACIO PÚBLICO: los Significados del Lugar en Veracruz, México"
Revista Planeo Nº30, Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Brenda Galván; Licenciada en Arquitectura (Universidad Veracruzana, México), Maestría en Diseño Urbano y Doctorado (Newcastle University, England). Actualmente trabaja en el Departamento del Centro Histórico del Municipio de Friburgo de Brisgovia, en Alemania]
Recibido el 25.11.2016/ Publicado el 18.08.2017
Resumen
La interpretación musical del Danzón y Son Montuno en los espacios públicos del Centro Histórico de Veracruz, fortalece la producción social y cultural de la ciudad. A partir de una investigación de corte cualitativo, este trabajo presenta los significados que atribuyen los músicos a los lugares donde tocan. Se identificó que reconocen la música tradicional como parte, no sólo de su historia personal, sino de la historia y cultura de la ciudad. Además de que los significados del lugar desarrollados en esferas privadas, sirven como antecedente para la creación de nuevos significados en esferas públicas. Muchos de los ellos cuentan además con un alto apego emocional a estas formas de música tradicional. Dichas condiciones facilitan la producción musical en los espacios públicos, convirtiéndolos en lugares distintivos y de encuentro, donde las personas experimentan procesos de auto reconocimiento.
Palabras clave: Música, Espacio Público, Danzón, Son Montuno
Abstract
The performance of the music of Danzon and Son Montuno in the public spaces of the historic centre of Veracruz strengthens the social and cultural produc- tion of the city. Based on a qualitative methodology, this work presents those meanings of place given by musicians to the locations where they play. They re- cognize these types of traditional music not only as past of their personal history but also as part of the culture and history of the city. Furthermore the mea- nings of place in the private sphere serves as prece- dent for the creation of new meanings in the public sphere. Moreover many of them develop a deep emo- tional attachment to these forms of traditional mu- sic. Such conditions ensure the musical production in the public spaces, making them distinctive places for encounter, where people experience processes of self- recognition.
Keywords: Music, Public Space, Danzon, Son Montuno
"DE LA CIUDAD IMAGINADA A LA CIUDAD EN DISPUTA: Análisis desde la gobernanza al rol de los actores y las visiones en torno al desarrollo del puerto de Valparaíso"
Ver"DE LA CIUDAD IMAGINADA A LA CIUDAD EN DISPUTA: Análisis desde la gobernanza al rol de los actores y las visiones en torno al desarrollo del puerto de Valparaíso"
Revista Planeo Nº31, Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por, Sebastián Rodríguez Leiva; Geógrafo, Estudiante del Master Gobernanza de Riesgos y Recursos del Heidelberg Center Para América Latina. Cargo: Asistente de Investigación en Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Luis Flores Medrano; Geógrafo, Estudiante del Master Gobernanza de Riesgos y Recursos del Heidelberg Center Para A. Latina.
Jorge Bottai Espinoza; Profesor de Historia y Geografía, Estudiante del Master Gobernanza de Riesgos y Recursos del Heidelberg Center Para América Latina. Cargo: Profesional de apoyo a la gestión territorial en barrios, Subsecretaría de Prevención del Delito, Ministerio del Interior]
Recibido el 03.03.2017 / Publicado el 18.08.2017
Resumen
Las diferentes visiones existentes de Valparaíso, que representan las estrategias y los intereses de los actores públicos, privados y locales de la ciudad, no sólo confluyen en el espacio, sino que también, configuran un escenario de disputa y conflicto en torno al desarrollo que debe seguir la ciudad, tensionando el espacio urbano y dificultando el diálogo entre actores. Para abordar esto, la metodología empleada se basó en la realización de entrevistas semiestructuradas a diferentes actores provenientes de distintos sectores de la sociedad. Como principal resultado, se logró evidenciar que la visión de Valparaíso como ciudad – puerto posee gran relevancia, donde la asociación de actores público – privado ejerce poder y logra imponer sus intereses por sobre la visión de ciudad patrimonio que actores locales conciben para la ciudad.
Palabras clave: ciudad, gobernanza, Valparaíso.
Abstract
Different views existing in Valparaiso, that represent the strategies and interests of the public, private and local actors in the city, not only converge in space, but they also set up a scenario of dispute and conflict over development that must follow the city, stressing the urban space and difficult dialogue among actors. To address this, the methodology used was based on semi-structured interviews to different actors from di- fferent sectors of society. As main result, was achieved to evidence that the vision of Valparaiso as city-port has great relevance, where the Association of public- private actors exerts power and achieves impose its interests above the vision of heritage city that local actors conceived for the city.
Keywords: city, governance, Valparaíso
"Urbanismo táctico como estrategia para una ciudad inclusiva"
Ver"Urbanismo táctico como estrategia para una ciudad inclusiva"
Revista Planeo Nº 32 Ciudades inclusivas, Junio 2017
[Por Javier Vergara Petrescu; Co-fundador y director ejecutivo de Ciudad Emergente]
Resumen
En el año 2011 se funda Ciudad emergente, un productor de innovación urbana que busca contribuir en la mejora de la calidad de vida en ciudades en desarrollo, a través de proyectos participativos y plataformas de información de alto impacto, que permitan una comunicación efectiva entre tomadores de decisión y sociedad civil, articulando procesos locales y fortaleciendo el capital social de las comunidades. De acuerdo a esto, las fotografías que se muestran en el presente ensayo visual, corresponden a acciones de urbanismo táctico, de corto plazo en el espacio público, que tienen como propósito impulsar ciudades centradas en las personas que las habitan. Las principales características de estas tácticas es que son fáciles de implementar, replicar y medir por las comunidades, fomentando así, un aumento en la percepción de empoderamiento en las personas y con esto un cambio de roles, desde simples espectadores a protagonistas de las transformaciones en la ciudad. Es decir, en definitiva estas tácticas tienen como finalidad generar una plataforma inclusiva, que considera a la comunidad como una parte fundamental del hacer ciudad tanto a nivel nacional como internacional.
Palabras clave: urbanismo táctico; espacio público; comunidad y participación
"Aprendizaje, arquitectura y ciudadanía crítica para niñas y niños"
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades inclusivas, Junio 2017
[Por Aldea: Arquitectura, Ciudadanía y Aprendizaje
Eileen Berg, Francisca Corvalán, Soledad Díaz de la Fuente, Robert Newcombe y Magdalena Novoa]
Resumen
"Planificación participativa y urbanismo popular. Usos de la Memoria, la Identidad y el Patrimonio en poblaciones históricas de Santiago y Concepción"
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Revista Planeo Nº25, Centros Históricos en América Latina. Entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015
[CONVOCATORIA ABIERTA]
[Por, Christian Matus Madrid, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2010, y Antropólogo Social de la Universidad de Chile (1997). Investigador Postdoctoral CEDEUS Hub Concepción, Fondap No 15110020 participante de los Clúster de Planificación Construida y Entorno Construido]
Recibido: 31.12.2016 / Publicado: 19.05.2017
Resumen
El presente paper plantea una reflexión acerca de las relaciones existentes entre identidad, memoria y patrimonio en el mundo popular, a partir de dos experiencias de investigación y planificación participativa, desarrolladas en dos poblaciones históricas y emblemáticas de Santiago y Concepción sujetas a procesos de intervención por parte del Estado chileno. Las preguntas de investigación que orientan el análisis, tienen relación con los diferentes usos de la historia, identidad y memoria de los pobladores, como recurso para hacer frente al actual modelo de desarrollo urbano, y en particular, en cómo es posible hacer un uso social de este patrimonio, integrando la identidad poblacional a una planificación urbana y territorial distinta, articulando un desarrollo local alternativo al hegemónico modelo de mercado, que invisibiliza las memorias y patrimonios populares.
Palabras clave: Pobladores, patrimonio, planificación participativa, urbanismo popular
Abstract
This paper presents a reflection on the relationships between identity, memory, heritage and popular urbanism based on two experiences of research and participatory planning developed in two historical and emblematic populations of Santiago and Concepción subject to intervention processes by the State Chilean. The research questions that guide the analysis are related to the different uses of history, identity and memory of the inhabitants as a resource to deal with the current model of urban development, and in particular, how it is possible to make a social use of the Heritage that contributes to integrate the population identity as part of a different urban and territorial planning articulated to a local development alternative to the current hegemony of the market model, which makes invisible popular memories and heritages.
Keywords: Settlers movement, heritage, participative planning, popular urbanism
[Descarga el artículo completo acá]
El presente artículo sintetiza los resultados preliminares del trabajo de investigación desarrollado como postdoctorante del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), Proyecto CONICYT/FONDAP Nº 15110020 en el marco del clúster de planificación integrada.
“Nuevo Parque Metropolitano Cerro Chena”
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Roberto Advis Jiménez. Arquitecto Pontificia Universidad Católica de Chile y Escuela de Arquitectura, Politécnico di Milano. Director de Proyectos Urbana E&D]
RESUMEN
En el año 2014 el Gobierno Regional Metropolitano lanzó el Concurso Cerros Isla, con el fin de aprovechar los cerros de la ciudad de Santiago, como espacio público. La propuesta ganadora de dicho concurso fue la del Cerro Chena, la cual fue elaborada por las municipalidades de San Bernardo y Calera de Tango, en conjunto con la comunidad local. El futuro Parque Metropolitano Cerro Chena se presenta como un ejemplo de cómo avanzar hacia ciudades más inclusivas dado que, por un lado, busca equiparar las condiciones urbanas de la ciudad, al dotar de áreas verdes a sectores en los que hacen mucha falta, y también, porque cuenta con un proceso de participación ciudadana que promueve que la comunidad se involucre con el proyecto.
Palabras Clave: Concurso Cerros Isla, Involucramiento Comunitario, Cerro Chena.
Im. 1. Actual Parque Cerro Chena / Fuente: Urbanismo Social, 2017.
“Santiago es una capital moderna rodeada por inmensas y bellas montañas nevadas pertenecientes a Los Andes que le otorgan un valor paisajístico que se complementa con los cerros y el río que se encuentra dentro de la ciudad (…)” (Urbano, 2016, p. 104).
Este es un fragmento de la visión que tienen los extranjeros residentes de la ciudad de Santiago según un estudio realizado por Rodrigo Urbano (2016). Dicho estudio plantea que, por lo general, los extranjeros que residen en Santiago tienen una visión más optimista de la ciudad que los propios santiaguinos, los cuales suelen resaltar temáticas como la delincuencia, el centralismo, la contaminación, el smog y el estrés. Este tipo de estudios son interesantes ya que visibilizan ciertos atributos urbanos que muchas veces como santiaguinos naturalizamos e incluso olvidamos, como lo es, por ejemplo, la presencia de múltiples cerros isla dentro de la ciudad.
Este año (2017) se cumplen 100 años desde que se inauguró el Parque Metropolitano del Cerro San Cristóbal, el cual es el cuarto parque urbano más grande del mundo. Sin embargo, Santiago tiene múltiples cerros isla, los cuales pueden ser utilizados como potenciales espacios de uso público. Según el catastro realizado por la Fundación Santiago Cerros Isla, además del San Cristóbal y Santa Lucía, Santiago cuenta con 25 cerros más, los cuales podrían contribuir enormemente a aumentar la cantidad de áreas verdes de la ciudad.
A raíz de ello, en el año 2014, el Gobierno Regional Metropolitano lanzó el concurso Cerros Isla en donde distintas municipalidades realizaron propuestas para habilitarlos como parques urbanos. La propuesta ganadora fue la del Cerro Chena, presentada por las municipalidades de San Bernardo y Calera de Tango, la cual se destacó, entre otras razones, porque se ubica en una de las zonas con menor cantidad de áreas verdes por habitante y por la alta participación ciudadana que se dio durante la fase de preparación de la propuesta.
Ambas razones, equiparar las condiciones urbanas y abrir espacio de participación, van en línea con uno de los principales desafíos que instala la Nueva Agenda Urbana [1]: avanzar hacia ciudades cada vez más inclusivas. Esta iniciativa actualmente se encuentra en su primera fase, la cual consiste en elaborar el diseño de mejoramiento y ampliación del actual parque Cerro Chena con el objetivo de consolidar un nuevo parque metropolitano para la zona sur de Santiago. Para ello, se le otorgará un mejor equipamiento y contará con 20 hectáreas más, las que se suman a las 38 actuales.
Luego de que el Gobierno Regional Metropolitano realizara un proceso de licitación pública, se definió que los encargados de desarrollar el diseño de este proyecto son las oficinas de arquitectura Urbana E&D y Teodoro Fernández Arquitectos (premio nacional de arquitectura del año 2014), en colaboración con la Fundación Urbanismo Social, la cual está a cargo del proceso de participación ciudadana.
Entre los avances ya realizados se destaca la reforestación que se llevó a cabo en julio del 2016, en donde estudiantes de establecimientos educacionales de Calera de Tango y San Bernardo plantaron alrededor de 12.800 especies arbóreas nativas en un área de 16 hectáreas del cerro. A esto se le suma la construcción de nuevos juegos infantiles inclusivos, nuevos baños y la próxima inauguración de juegos de agua.
Una de las principales características de este proyecto es su carácter participativo. En este sentido, se han realizado distintas metodologías de involucramiento comunitario entre las que se destaca el encuentro “Líderes por el Chena”, realizado el sábado 22 de abril en el mismo parque. En dicho encuentro participaron más de 250 dirigentes sociales, los cuales representaron a más de 100 organizaciones sociales pertenecientes a las comunas aledañas al cerro (San Bernardo, Calera de Tango y El Bosque). Entre ellas encontramos juntas de vecinos, agrupaciones de pueblos originarios, comités de derechos humanos, centros culturales, asociaciones deportivas, medioambientalistas, entre otras. Los participantes se dividieron en distintas mesas de trabajo en donde, sobre un plano del cerro, identificaron las principales fortalezas y amenazas del cerro, así como también los usos actuales y potenciales que tiene el parque que se está desarrollando. El encuentro contó con la presencia de las autoridades locales y metropolitanas, y concluyó con un plenario en donde los participantes presentaron la visión que tienen del parque de aquí a 20 años. A través de este encuentro, se cumplió el objetivo de levantar insumos para la generación del anteproyecto de diseño del parque, el cual luego será presentado a la comunidad en un segundo taller.
Im. 2. Encuentro Líderes por el Chena / Fuente: Urbanismo Social, 2017.
Uno de los elementos más valorables de este tipo de proyectos es que distintos actores (Gobierno Regional Metropolitano, la Gobernación del Maipo, las Municipalidades de San Bernardo, Calera de Tango y El Bosque, los consultores y múltiples agrupaciones de la sociedad civil) han logrado trabajar colaborativamente por un objetivo común que será un gran aporte para la ciudad. La participación y el involucramiento de cada uno de estos actores no sólo hacen que el proyecto sea más inclusivo, ya que incorpora las necesidades de sus diversos usuarios, sino también más sustentable en el tiempo, dado que la vinculación temprana con el proyecto genera una apropiación que facilita su concreción y mantención.
El caso del Nuevo Parque Metropolitano Cerro Chena se convierte en un ejemplo de cómo hacer que la ciudad de Santiago sea más inclusiva. Esto porque, por un lado, colabora con el aumento de áreas verdes en zonas de la ciudad que cuentan con menos de un cuarto de la cantidad de metros cuadrados de área verde que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) [2]. Y también, porque este proyecto abre espacios de participación e involucramiento comunitario que permite que sus futuros usuarios incidan en el diseño del parque, haciéndolos parte del proyecto.
Im. 3. Encuentro Líderes por el Chena. Fuente: Urbanismo Social, 2017.
Para más información del proyecto visitar: https://nuevocerrochena.gobiernosantiago.cl/
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Referencias bibliográficas:
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Capeáns, J. (2016). ¿Qué es la Nueva Agenda Urbana? Disponible en: http://ecosistemaurbano.org/urbanismo/nueva-agenda-urbana/
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Centro de Políticas Públicas UC(2017). Mesa de Áreas Verdes. Disponible en: http://politicaspublicas.uc.cl/
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Urbano, R. (2016). Planificación Urbana Integrada e Imagen-Ciudad: El aporte de la mirada de los expatrias al Santiago contemporáneo. (Tesis de Magíster en Desarrollo Urbano). Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, PUC.
Notas:
[1]La Nueva Agenda Urbana es el documento final resultante del acuerdo enla conferencia Hábitat III que se llevó a cabo en octubre de 2016 en Quito, Ecuador. Constituye una guía para orientar los esfuerzos en materia de desarrollo de las ciudades para los próximos 20 años. (Capeáns, 2016).
[2]Según datos del Centro de Políticas Públicas de la UC (2017), la comuna de El Bosque cuenta con 1,9 m2/habitante y San Bernardo 2,3 m2/habitante, cifras muy por debajo de los 9m2/habitante que recomienda la OMS.
"Fundación Mi Parque: áreas verdes como forma de crear comunidad. Experiencias y aprendizajes para una ciudad inclusiva"
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Max Correa, Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile; Jefe de proyecto Fundación Mi Parque]
RESUMEN
En el marco de la desigual distribución y calidad de áreas verdes urbanas a nivel nacional, surge Fundación Mi Parque, una iniciativa cuyo objetivo es mejorar los espacios públicos de los barrios vulnerables de Chile a través de un trabajo colaborativo que involucra la participación de diversos actores, comunidad, empresa y municipalidad. De acuerdo a esto, el foco de Mi Parque para promover ciudades inclusivas se enmarca en generar iniciativas que involucren diseños participativos, que permitan crear comunidad a través de la co-construcción de áreas verdes que no solo contribuyan en el aspecto ambiental, sino que también se articulen como espacios de sociabilidad que permanezcan y se mantengan en el tiempo. Las iniciativas de Mi Parque, enfocadas en el “hacer” se constituyen de esta manera, como importantes experiencias y aprendizajes en materia de involucramiento comunitario, permitiendo promover políticas y proyectos urbanos que consideren dentro de sus propósitos los intereses y necesidades de la población.
Palabras claves: áreas verdes, comunidades, inclusividad.
Im.1: Antes y después; Plaza La Esperanza, 2015, San Bernardo / Fuente: Elaboración propia
Fundación Mi Parque surge en 2007 a partir de una preocupación por mejorar la calidad de vida de los barrios vulnerables a lo largo de todo Chile, focalizándose para ello, en el mejoramiento y dotación de espacios públicos, esencialmente áreas verdes, a través de un proceso participativo que incluye el diseño, construcción y activación de plazas y parques urbanos. Actualmente Mi Parque ha contribuido en la ejecución de más de 270 proyectos a nivel nacional, siendo una experiencia positiva que no sólo permite aumentar la igualdad en la distribución y calidad de áreas verdes, sino que también cristaliza una manera de construir ciudades inclusivas que, primero potencien el trabajo colaborativo y conjunto entre diversos actores por un objetivo común, y segundo, articulen proyectos que se vinculen con el entorno de barrio, revalorizando el espacio local y creando comunidad a través de espacios de sociabilidad que perduren a lo largo del tiempo.
La estrategia de diseño participativo de Mi Parque se basa en cuatro talleres y/o etapas de vinculación que incluye esencialmente a tres actores: la comunidad, la empresa que patrocina y el municipio. La primera etapa consta en dar a conocer la iniciativa como una manera de generar lazos de confianza y adquirir información acerca de los anhelos, necesidades y sueños que la comunidad proyecta en el espacio público a transformar. La segunda etapa o instancia corresponde a un diagnóstico en terreno, que permita conocer el área, realizar un balance de los elementos positivos y negativos, y formular en conjunto con los vecinos una imagen objetivo del espacio. La tercera se refiere a la presentación del diseño preliminar y su validación; y la cuarta y última, relativa a la sustentabilidad de estos proyectos a lo largo del tiempo, en donde se crea un comité vecinal para asegurar que este nuevo espacio perdure en el tiempo.
Luego de la ejecución de estos talleres, se procede a la etapa de construcción participativa, en donde los actores involucrados en el proceso: la empresa que financia, la comunidad y el equipo de voluntarios Mi Parque, transforman en una mañana, este espacio público, otorgándole una nueva cara al barrio. Este proceso finaliza con un protocolo de seguimiento y acompañamiento por parte de la Fundación a lo largo de todo un año, cuyo objetivo es traspasar las herramientas necesarias a la comunidad para que utilice, cuide y potencie este espacio. Es decir, a través de estos proyectos no sólo se busca otorgar nuevos valores estéticos y contribuir al medio ambiente en los barrios vulnerables intervenidos, sino que también articular espacios que promuevan en la vida cotidiana una mayor cohesión social y configuración de redes sociales entre los vecinos del sector.
De acuerdo a lo anterior, Fundación Mi Parque promueve a través de sus aprendizajes y experiencias, crear proyectos que incluyan la participación comunitaria en todas sus etapas, para que de esta forma, puedan ser más sustentables en el tiempo. La incorporación comunitaria temprana desde esta perspectiva, permite que las personas se sientan parte importante en la construcción del proyecto, ya que al ser considerada su opinión y necesidades en su formulación, genera un sentimiento de pertenencia, cariño y aprecio hacia este tipo de iniciativas. Sumado a esto, se releva también la necesidad de comprender que en la formulación y ejecución de este tipo de trabajos, es fundamental considerar que todas las comunidades y municipalidades poseen una manera particular de funcionar, y que por ende, es preciso ser capaces de adaptarse y ser flexibles ante estas situaciones.
Im. 2: Taller Participativo Plaza La Esperanza, San Bernardo
/ Fuente: Elaboración propia
Mi Parque como un actor social, influye en las políticas públicas a través del “hacer”, es decir, más que enfocarse en generar nuevos estudios y/o posibilidades, plasma su trabajo a través de la ejecución y acción rápida de proyectos, que generan un cambio profundo en los barrios en los cuales interviene. En esta misma lógica, un punto central en el último tiempo es su interés no sólo por sumar metros cuadrados de áreas verdes, sino que también por mejorar los existentes para que estos sean de buena calidad, que cuenten con el equipamiento necesario para un uso adecuado y que además permitan satisfacer las necesidades particulares que posee cada comunidad.
Desde esta perspectiva, dentro de los principales desafíos en materia de inclusividad urbana, se encuentran: 1) la mantención de las áreas verdes a lo largo del tiempo, lo que requiere de la articulación de diversos actores tanto institucionales, privados como comunitarios; y a su vez, 2) la desigual distribución y calidad de las áreas verdes, ya que actualmente sólo 9 de las 52 comunas de Santiago por ejemplo, concentran el 50% de estos espacios, que además al ser municipios con mayores niveles económicos, son los que almacenan y presentan también la mejor calidad de áreas verdes urbanas, en desmedro de otras comunas más vulnerables que no cuentan con estas posibilidades. Situación que se ha plasmado en el último tiempo dentro de las preocupaciones y desafíos a resolver por la agenda de políticas públicas a nivel nacional, entre ellas la Política Nacional de Desarrollo Urbano y la Política de Áreas verdes de la Región Metropolitana del año 2014 (MINVU, 2014).
Mi Parque desde esta perspectiva, a partir de sus proyectos pretende contribuir en superar las brechas anteriormente descritas enfocándose para ello, en la escala local. Desde esta perspectiva, en el último tiempo ha expandido su campo de acción, con nuevas iniciativas de participación comunitaria, como por ejemplo el proyecto “patio educativo”, cuyo objetivo es revitalizar y recuperar jardines infantiles y colegios en contextos de vulnerabilidad que requieran transformar sus patios escolares en espacios verdes, mediante la articulación del trabajo conjunto entre docentes, alumnos y apoderados. En definitiva, la configuración de este tipo de iniciativas, permite crear comunidad, por medio de la construcción de espacios que permitan acercarse cada vez más a la meta de alcanzar ciudades inclusivas desde todos sus aspectos.
Im.3: Patio educativo, Antes y después; Jardin Infantil Mis Primeros Pasos, Pedro Aguirre Cerda
/ Fuente: Elaboración propia
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Referencias bibliográficas
MINVU. (2014). Política Nacional de Desarrollo Urbano: ciudades sustentables y calidad de vida (4th ed.). Santiago de Chile: MINVU.
"Haciendo ciudad desde los colectivos ciudadanos. La experiencia de Ciudad a Pie"
Ver"Haciendo ciudad desde los colectivos ciudadanos. La experiencia de Ciudad a Pie"
Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Acoyani Adame Castillo, Arquitecta, Coordinadora colectivo Ciudad a Pie, Estudiante de Magister Desarrollo Urbano PUC]
RESUMEN
El modelo de desarrollo urbano actual de las ciudades mexicanas, un modelo que imita a la ciudad americana de la autopista, de la ciudad funcional de la carta de Atenas nos ha llevado a una dependencia del automóvil como principal medio de transporte. Esta dependencia está costando caro ya que se han originado ciudades dormitorio, ciudades tan expandidas donde no existe infraestructura de transporte público ni otros servicios básicos para tener una buena calidad de vida. Este modelo de ciudad segrega social y espacialmente a los usuarios más vulnerables de la vialidad como los peatones, usuarios del transporte público y ciclistas. De acuerdo a esto, se están generando ciudades que no son inclusivas con todas las personas que habitan la urbe: niños, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad. Ante este panorama es necesario un cambio de paradigma en el desarrollo de nuestras ciudades. Si queremos caminar hacia una ciudad sostenible, inclusiva, participativa y compacta debemos poner como eje a las personas, no a los autos. En esta práctica se aborda la experiencia de colectivos ciudadanos en México que buscan replantear la manera en que se están haciendo las ciudades en materia de movilidad urbana.
Palabras clave: Movilidad no motorizada, colectivos ciudadanos, escala humana
Im1. 1er Cebratón Xalapa, 2016 / Fuente: Estudio Magma Photo
Uno de los grandes problemas que enfrentan las ciudades mexicanas en la actualidad es la movilidad urbana de sus habitantes, producto del modelo de desarrollo urbano centrado en el automóvil como principal medio de transporte. En México, principalmente en zonas urbanas, se ha priorizado la construcción de infraestructura para el auto, calles, avenidas, puentes antipeatonales, distribuidores viales, zonas de estacionamiento y autopistas urbanas. Esto ha generado una distribución inequitativa del espacio vial dejando a un lado la infraestructura para otros usuarios, principalmente peatones y ciclistas. Según datos del INEGI (2015), el municipio de Xalapa tiene 480.841 habitantes; donde los automóviles ocupan el 65% de las calles, pero en ellos se transporta solo el 14% de la gente, es decir que la mayoría lo hace en transporte público o a pie. En este sentido, se destaca la escasa inversión que han realizado durante los últimos años los gobiernos municipales, en transporte público e infraestructura para peatones y bicicletas, cuando estos corresponden al medio de transporte más utilizado por las personas.
Desde esta preocupación es donde surgen los colectivos Ciudad a Pie, en un contexto de ciudad pequeña como lo es Xalapa, y el colectivo Liga Peatonal a nivel nacional. Ambos colectivos trabajan para recuperar la ciudad para las personas, promoviendo tanto el uso y disfrute del espacio público, como también la movilidad a escala humana. Dentro de las propuestas e iniciativas que se plantean en ambos colectivos, se encuentra aquella basada en la Pirámide de la Movilidad, donde se plasma la importancia de privilegiar a las mayorías más vulnerables (los peatones) y al transporte público, por encima del transporte motorizado privado (Ciudad a pie, 2017). Para ello, se trabaja activamente en conjunto con la ciudadanía tanto en la elaboración de propuestas e iniciativas como en su ejecución. A continuación se exponen algunos proyectos que se han trabajado en el marco de estas iniciativas:
Carta Ilustrada de los Derechos del Peatón: Corresponde a un proyecto llevado a cabo por la Liga Peatonal y Edgar Seis, ilustrador mexicano. En ella, tal como se observa en la Imagen 2, se plasman y comunican los derechos de peatones mediante ilustraciones, donde se releva la importancia de promover los derechos que permiten construir una ciudad inclusiva, con infraestructura adecuada para personas con discapacidad, transporte público con accesibilidad universal, y ciudades compactas que permitan caminar para llegar hacia todos los destinos. Esta carta constituye una herramienta que se utiliza para los talleres ciudadanos tanto para escuelas, funcionarios públicos, etc.
Im2. Carta de los Derechos del Peatón / Fuente Liga Peatonal, Edgar Seis (2017)
Cebratón: Constituye una actividad que consiste en pintar colectivamente un paso peatonal donde no exista uno, por ejemplo fuera de las escuelas o en algunas intersecciones peligrosas. Esto tiene como objetivo visibilizar la importancia del peatón en las calles, además de sensibilizar a las autoridades y usuarios de esta vía, para exigir que se realice infraestructura de carácter permanente y adecuado para los peatones desde un diseño urbano incluyente y accesible.
Mapeatón: Corresponde a una fotocaminata para documentar de forma específica, critica, y visual la infraestructura de movilidad no motorizada, basada en fotos georreferenciadas que evalúan el problema de las aceras que dificultan el tránsito a pie, en silla de rueda, empujando una carriola, utilizando bastón o muletas. Otro ejercicio que deriva del mapeatón es #CallesVioletas que consiste en un mapeo exploratorio y sensible de espacios públicos según la percepción y experiencia de las mujeres. Teniendo estos bancos de información como insumo, es posible colaborar para que los analistas, diseñadores urbanos e investigadores, cuenten con un material consistente para analizar y construir propuestas que mejoren las ciudades, con un enfoque incluyente (Ver imagen 3).
Im3. Mapeatón Xalapa 2015 / Fuente: Elaboración propia
Parqueando o Día Mundial sin Auto: La realización de esta actividad responde a la necesidad de acercar a los ciudadanos al espacio público de su ciudad y mostrarles de manera tangible la capacidad que estos tienen para incidir en su construcción y configuración. En este sentido, se propone a través de esta actividad realizar una intervención en las calles que normalmente son ocupadas por los automóviles, mediante juegos y mobiliarios urbanos que permitan visibilizar otra manera de hacer ciudad.
Im4. Parqueando Xalapa 2016 / Fuente: Elaboración propia
Finalmente, a través de los proyectos e iniciativas mencionadas anteriormente, los colectivos ciudadanos tienen como propósito crear ciudades inclusivas, que ofrezcan y garantices el pleno derecho a la ciudad con una infraestructura y equipamiento adecuado. Rediseñar una ciudad donde las necesidades de todos los usuarios del espacio público sean contempladas es posible, pese a que corresponde a un gran desafío que requiere de un cambio de paradigma desde diversos ámbitos. El poder de los ciudadanos proactivos y empoderados es en este sentido, un factor clave para motivar que este cambio suceda. Si las pequeñas acciones de los ciudadanos se replicaran en cada ciudad y si se tuviese una visión compartida acerca del modelo urbano que se aspira a tener, es posible construir mejores ciudades para todos.
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Referencias bibliográficas:
Ciudad a pie (2017). Privilegio y Movilidad. Recuperado el 30 de mayo de 2017, disponible en: https://ciudadapie.wordpress.com
INEGI (2015). Censo de Población y Vivienda 2015. Recuperado el 30 de mayo de 2017, disponible en: http://cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/ver/poblacion/default.aspx?tema=me
Liga Peatonal (2017). ¿Qué es la Liga Peatonal? Recuperado el 30 de mayo de 2017, disponible en: http://ligapeatonal.org/blog/
"Repensando las ciudades en contextos de desastres: el rol de los niños/as en la preparación ante eventos extremos en contextos urbanos"
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Katitza Marinkovic; Universidad de Melbourne, Australia, kmarinkovic@student.unimelb.edu.au Centro Nacional para la investigación integrad de desastres, CIGIDEN, Fondap 15110017, andrea.vasquez@cigiden.cl
Andrea Vásquez; Investigadora Centro Nacional para la investigación integrad de desastres, CIGIDEN, Fondap 15110017]
RESUMEN
A pesar de contar con experiencias y perspectivas propias sobre los territorios que habitan, los niños/as y adolescentes son considerados principalmente una población vulnerable frente a los desastres y otros eventos del entorno. Por este motivo, y en concordancia con la Convención de los Derechos del Niño y el Marco de Sendai 2015 -2030 para la Reducción del Riesgo de Desastres, es fundamental reconocer su rol en la planificación del entorno y la preparación para eventos extremos. El caso del terremoto de Pisagua de 2014 y las perspectivas de estudiantes del Colegio Inglés de Iquique sobre su plan de evacuación, dan luces sobre cómo en Chile podemos integrar a la infancia en los procesos de preparación, planificación e investigación. Dicho enfoque requiere enfrentarnos a desafíos culturales e institucionales que, sin embargo, son vitales para el desarrollo de ciudades inclusivas y sustentables.
Palabras clave: Infancia y desastres; planificación territorial
Contextos urbanos, niños y desastres: ¿Cuál es el rol de los niños en la preparación para desastres en Chile?
Durante los últimos 10 años, Chile ha experimentado diversos eventos extremos. Más aún, en el contexto mundial, cerca de la mitad de niños/as y adolescentes viven en entornos urbanos, siendo especialmente vulnerables a su entorno durante la adolescencia (Blum, Bastos, Kabiru, & Le, 2012). En contextos de desastres esta vulnerabilidad se incrementa. Por ejemplo, los colegios son los principales candidatos a convertirse en refugios y bodegas, impactando el retorno a clases de los estudiantes (Peek, 2008). Sin embargo, frente a una visión de la infancia que enfatiza su vulnerabilidad, nos preguntamos si los niños/as y adolescentes tienen la agencia, capacidades y motivación necesaria para involucrarse en la planificación de sus territorios. Esto, tanto en lo cotidiano como en relación a eventos extremos, explorando la posibilidad de incorporar sus experiencias, opiniones e ideas, únicas y valiosas para la creación de ciudades para el futuro.
La primera respuesta a estas preguntas, desde la política internacional, nos la da el de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015 – 2030 al que adscribió Chile. Éste señala la necesidad de involucrar activamente a las comunidades y, dentro de ellas, a los niños/as como grupo especial que requiere ser reconocido para la construcción de una verdadera cultura de la preparación (United Nations, 2015). En este sentido, la ocurrencia de eventos extremos es inevitable, no podemos detenerlos ni retrasarlos, pero sí podemos prepararnos para enfrentarlos. En otras palabras, los espacios y nuestra interacción con el entorno no son neutrales (Krieger, 2008), y nos vemos obligados a tomar decisiones ante a ellos, aún si estamos en riesgo, aun cuando contemos con los elementos que nos caracterizan como población vulnerable.
Estas decisiones son variadas, pero en el contexto de una preparación para desastres parcelada y carente de visión integrada, la valiosa experiencia de los niños/as y adolescentes no dialoga con los rígidos y escuetos minutos que se han definido en los mapas de preparación para llegar a una zona segura en caso de tsunami.
Im 1. Fuente: Fabián Todorovic
El rol de los niños en la preparación ante desastres y planificación de ciudades: evidencia científica y desafíos futuros
Actualmente se observa un giro importante respecto nuestras nociones sobre la infancia y su rol en la sociedad, el cual se presenta como una posibilidad de cambio fundamental para la planificación de nuestros territorios y el reconocimiento de sus amenazas. Más aún, implica también un giro epistemológico para la investigación científica (Powell, Fitzgerald, Taylor, & Graham, 2012). Reconocer a los niños/as como sujetos de derecho con capacidades autónomas, implica la generación de espacios inclusivos de participación, enfrentando múltiples barreras culturales e institucionales. Dichas barreras provienen de nuestra noción tradicional de la infancia como pasiva e inexperta, ya que bajo esta perspectiva, corresponden a un grupo con menor estatus que el considerado para los adultos (Kellett, 2010; Ronan et al., 2016; Tanner & Seballos, 2012). Para sobrepasar estas barreras y nociones tradicionales, se debe avanzar hacia una investigación sobre la infancia que implique el desarrollo de nuevas e innovadoras metodologías participativas que se adecúen al lenguaje, habilidades e intereses propios de los niños/as, y que sean inclusivas respecto a la multiplicidad y heterogeneidad de la infancia como grupo social (Commerford, 2014; Darbyshire, MacDougall, & Schiller, 2005; Punch, 2002). Más aún, se requiere del apoyo de adultos e instituciones dispuestos a colaborar en la generación de una cultura de participación, y a establecer las alianzas estratégicas claves para su éxito y sustentabilidad (Tanner & Seballos, 2012). El desafío es aún mayor si tomamos en cuenta que los adultos a cargo de la investigación y desarrollo de ciudades inclusivas deberán ser capaces de compartir su poder y reconocer la experticia de los niños/as sobre sus propias vidas, y prácticas cotidianas de ocupación del espacio.
La evidencia hasta ahora ha demostrado los beneficios que este enfoque trae no sólo para los niños/as, sino para sus familias y comunidades. Junto con abrir la posibilidad de responder de forma efectiva a las necesidades de la infancia, diversos estudios dan cuenta de la capacidad de niños y niñas para recopilar y analizar datos con alto grado de validez científica (ARACY & ACYP, 2009a, 2009b). De hecho, diversos ejemplos muestran cómo niños y niñas han contribuido a su comunidad recopilando y analizando datos que de otra forma hubiesen permanecido invisibles para investigadores adultos (ARACY & ACYP, 2009a, 2009b). Asimismo, han sido capaces de llevar a cabo iniciativas para la mitigación del riesgo de desastres, adaptación al cambio climático y desarrollo sustentable en países como Salvador, Filipinas, Zimbabue, entre otros (Mitchell, Haynes, Hall, Choong, & Oven, 2008; Mitchell, Tanner, & Haynes, 2009; Muzenda-Mudavanhu, 2016; Muzenda-Mudavanhu, Manyena, & Collins, 2016; Tanner, 2010; Tanner & Seballos, 2012). Estas experiencias han llevado ciertos investigadores incluso a admitir la mayor capacidad que tienen los niños/as frente a los adultos cuando se trata de proponer soluciones creativas y ajustadas a su entorno, la comunicación del riesgo con sus familias y comunidad, e incluso la difusión de nuevos conocimientos y abogacía por el cambio frente a tomadores de decisiones (Balen et al., 2006; Haynes & Tanner, 2015; Mitchell et al., 2008).
En Chile, donde el desarrollo de ciudades inclusivas requiere incorporar la Reducción del Riesgo de Desastres, también contamos con ejemplos que, aunque escasos y recientes, evidencian la necesidad de adoptar este enfoque. Por ejemplo, alumnos de educación Básica y Media en Iquique contribuyeron al análisis de los riesgos y obstáculos de su ruta de evacuación, mejorando así el plan de emergencias de su colegio (Vásquez, Marinkovic, & Rivera, 2017). Por otra parte, en respuesta a los incendios del verano pasado en nuestro país, alumnos de 7mo año en la Región Metropolitana, que previamente realizaron videos para enseñar a otros niños/as cómo evacuar en caso de sismo, se encuentran desarrollando una estación de observación meteorológica en su establecimiento educacional (Marinkovic, Vasquez, & Ramis, 2015). En su calidad de agentes de cambio, intercambiarán ideas y experiencias con niños/as australianos que desarrollaron su propio programa de educación para la prevención de incendios forestales junto a la Brigada de Bomberos de su comunidad (CFA Media, 2016).
Finalmente es posible concluir que, desarrollar ciudades pensadas a escala humana y capaces de recoger la diversidad de sus habitantes y territorios implica reconocer a la infancia como una población clave con derechos tanto a la protección como la participación, y que posee conocimientos, capacidades y experiencias únicos en relación a eventos extremos en entornos urbanos. Enfrentar este desafío nos permitirá generar ciudades más accesible, sostenibles y saludables para todos.
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Referencias
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"Ciudad inclusiva en favelas. El caso del Complexo do Alemão en el Río de Janeiro post-olímpico"
Ver"Ciudad inclusiva en favelas. El caso del Complexo do Alemão en el Río de Janeiro post-olímpico"
Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Fernando Espósito Galarce; Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro; Dr. Arquitecto. Profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil.
Ana Luisa Brugnara Coutinho; Estudiante. Becaria de Iniciación Científica 2016-17 (Beca PIBIC). Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil.
Amanda Senna Pettena; Estudiante. Becaria de investigación 2017 (Beca TEPP). Departamento de Arquitectura y Urbanismo (DAU PUC-Rio), Rio de Janeiro, Brasil]
RESUMEN
Durante la última década la ciudad de Río de Janeiro implementó una serie de obras en respuesta a los mega-eventos deportivos de los cuales fue sede. Una parte importante de estas reformas fue desarrollada en áreas de interés social [1] bajo el argumento de la seguridad y la integración urbana, siendo el Complexo do Alemão una de las favelas más intervenidas. Las principales iniciativas desarrolladas en la región fueron el teleférico, como parte del Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC), y las Unidades de Policía Pacificadora (UPPs). Desde la perspectiva de lo que debe ser una ciudad inclusiva, estas intervenciones se han mostrado no solo insuficientes, sino que asistencialistas y finalmente relegadas a un segundo plano, derivado de un desinterés público y privado. Por otro lado, en un contexto de vulnerabilidad (favelas), es la acción local la que asume el desarrollo de una forma coherente con los valores que la ciudad inclusiva debe promover.
Palabras clave: Complexo do Alemão, favela, inclusión
Im 1: Cabinas del teleférico pasando sobre las casas y pasajes de la favela del Complexo do Alemão
Fuente: Elaboración Propia.
Introducción
El 2007 y el 2009 Brasil fue escogido como sede de dos de los más importantes mega-eventos deportivos internacionales: El Mundial de Futbol 2014 y las Olimpiadas 2016 respectivamente. A partir de allí, se inició una intensa restructuración urbana para asumir ese desafío, afectando profundamente algunos de los barrios más vulnerables (principalmente favelas), debido a las intervenciones de infraestructura urbana, seguridad, movilidad y en general, integración. Estos son algunos de los pilares de la ciudad inclusiva, definida como un lugar en el que todos, independientemente de su condición económica, sexo, edad, raza y religión, pueden participar de las oportunidades que la ciudad tiene para ofrecer (Cepal, año).
Sin embargo, el poder político y económico muchas veces redefine negativamente las prioridades de la administración urbana, al no considerar los efectos de estas acciones a escala local (Harvey, 1996), atentando así contra los valores que la inclusión promueve. Si por una parte toda esa inversión económica siempre puede presentarse como una oportunidad, promoviendo grandes renovaciones urbanas, por otro, se reconoce una subordinación a los intereses globales, posibilitando la mercantilización de los espacios urbanos, (Andreoli y Moreira, 2015), lo que afecta directamente en la escala de prioridades de la administración pública.
Por ese motivo, es importante poner atención a la interdependencia que existe entre urbanización y transformación social, pues el desarrollo sustentable de una ciudad como Rio de Janeiro, impone desafíos que involucran reformular la ciudad existente, reinventándola de forma inteligente e inclusiva (Leite, 2012).
A casi un año de la finalización de los Juegos Olímpicos de Río 2016, vemos como varios de las principales preocupaciones que surgían al respecto se hacen realidad. Uno de los casos más emblemáticos es del Parque Olímpico, localizado en Barra de Tijuca, Zona Oeste de Río de Janeiro, que desde enero de 2017 fue abierto como un lugar de recreación para la población y que actualmente presenta claras señales de abandono. Otro caso, menos emblemático y mediático, pero que afecta profundamente a una de las principales favelas de Rio de Janeiro, es lo que ocurre en el Complexo do Alemão.
Contextualización del Complexo do Alemão, Río de Janeiro
El origen de las favelas en Río de Janeiro se remonta a mediados del siglo XIX con las primeras casas humildes ubicadas en los cerros, cerca del año 1865 (Zaluar y Alvito, 2008). Recién en la década de 1990 las políticas urbanas se orientan con mayor fuerza a la periferia, asumiendo que las favelas deben ser incorporadas en la planificación urbana.
Se implementaron así iniciativas como el Programa de Urbanización de Asentamientos Populares (PROAP) y el Programa Favela Barrio (1994). Por otra parte, el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del Gobierno Federal (2007), estimuló también una serie de iniciativas con el objetivo de mejorar la inclusión y la calidad de vida de las comunidades en las favelas. Actualmente y en coordinación con los PAC, acciones como las desarrolladas por las Unidades de Policía Pacificadora o UPPs (2008), son parte de las políticas de intervención de estos territorios.
En ese contexto fue evolucionando el Complexo do Alemão, la cual es considerada una de las mayores favelas de Río de Janeiro. Se trata de un conjunto de 15 comunidades, localizado en la zona norte de la ciudad y con cerca de 250.000 habitantes, con una configuración de ocupación del espacio urbano desigual y segregado, lo que hasta hoy continúa influyendo en la violencia que existe en su interior, generando áreas de riesgo y vulnerabilidad.
En abril del año 2012 se instalaron las dos primeras UPPs definitivas, de un total de ocho planificadas para el área, y en 2011 es inaugurado el teleférico del Complexo do Alemão, primer sistema de trasporte de este tipo implementado en una favela brasilera. Todo ello como parte de las primeras inversiones de la Prefectura y del Estado de Rio de Janeiro, orientadas a la integración de estos barrios (Fig. 1 y 2).
Fig. 1– Vista del Complexo do Alemão y el teleférico implementado en la favela
Fuente: Elaboración propia
Fig. 2– Estación Palmeiras vista desde una de las cabinas del teleférico
Fuente: Elaboración propia
Con todo esto se intentaba dar una solución, al menos parcialmente, a la periferización física y marginalización social de este conjunto de favelas, todo bajo el argumento de la movilidad, la integración y la seguridad. Lamentablemente y de la misma forma en que ocurrió en el Parque Olímpico, pocos días después de la finalización de los Juegos para-olímpicos 2016, se hacía realidad algo que ya se sospechaba. En septiembre del 2016 se anunciaba la suspensión del funcionamiento del teleférico por razones técnicas y de mantenimiento y las unidades de policía pacificadora, aunque operativas, se mostraban insuficientes en su misión.
Así y a pesar de las iniciativas oficiales promovidas por el gobierno Federal y del Estado, el resultado fue nuevamente el descuido político y administrativo, demostrando una vez más que se continúa trabajando desde un preconcepto socio-espacial, desde un asistencialismo extremo y basado en una desconstrucción jurídica, estructural y física arrastrada durante décadas, provocada por los poderes públicos que siempre relativizaron las favelas (Soares, 2013).
Esto ha llevado (nuevamente) a que sea la propia comunidad quien responda a la necesidad de inclusión en sus diferentes formas.
Favela, comunidad e inclusión
Es el caso de algunas organizaciones locales del Complexo do Alemão, que han enfrentado este aspecto desde mucho antes de la implementación de las políticas recientes. Colectivos de arte, organizaciones político-culturales, escuelas sostenidas por los propios vecinos, han marcado una diferencia importante y trazado el camino de la inclusión.
Es en este escenario, un ejemplo es el de Elisabeth (o Tía Bete como se le conoce en el barrio Itararé del Complexo), que en 1980 inicia en su propia casa un trabajo destinado a los niños y niñas del barrio. Hoy, su hogar es conocido como ‘Centro Cultural Oca dos Curumins’, cuyo nombre indígena hace referencia a los principios de su cultura: El respeto a la naturaleza y ancianos. (Fig. 3 y 4).
Fig. 3– Vista del Complexo desde la terraza del Centro Cultural Oca dos Curumins
Fuente: Elaboración propia
Fig. 4– Pasaje y escalera de acceso a la Oca dos Curumins. En uno de los peldaños intervenidos pintados por los niños se lee. “Las mayores dificultades son hijas de la pereza”
Fuente: Elaboración propia
Se trata de una construcción en tres pisos y una terraza o laje [2] que abre sus puertas diariamente para los niños, niñas, sus familiares, e incluso extranjeros, algunos de los cuales imparten clases. El lugar está subdividido en salas de trabajo, talleres, biblioteca, sala de computación. Libros colgados en las vigas representan la idea de cultura y educación. (Fig. 5 y 6).
El objetivo, es cuidar principalmente la transición entre la infancia y la adolescencia, momento en el que una parte importante de los niños y niñas ve en el narcotráfico una alternativa no solamente de sustento sino también de status social (Tia Bete, 2017). El papel transformador de Oca dos Curumins es el de presentar alternativas y dar acceso a actividades de interés que generalmente son imposibles de alcanzar dentro de la realidad de la favela. Se trata así de un movimiento creado en la propia comunidad, reconstruyendo identidades, vínculos sociales, relaciones interpersonales e institucionales, las que pueden incidir positivamente en la creación de nuevas esferas públicas y acciones socio productivas, haciendo emerger del lugar una dinámica de transformación social y nuevas formas de inclusión.
Fig. 5– Niños durante las actividades en la biblioteca de la Oca dos Curumins
Fuente: Elaboración propia
Fig. 6– Fotografía de actividades en el barrio de la Oca dos Curumins. Niños jugando en los pasajes del barrio / Fuente: Elaboración propia
Consideraciones finales
Organizaciones como el Centro Cultural Oca dos Curumins de la Tia Bete, son un ejemplo de lo que puede hacer la diferencia y es clave para una inclusión social exitosa, promoviendo ciudadanía de una forma participativa y colaborativa en lugares que la mayoría de las veces son marginalizados y estigmatizados, y que en momentos de inestabilidad política, responden intensificando sus esfuerzos.
Son acciones genuinas y de base que generan un espectro de cambio palpable y de gran aceptación y alcance, que hace posible que cientos de niños, niñas, jóvenes y adultos tengan alternativas más allá del asistencialismo del poder público.
Comparada con la inversión y grandes cirugías urbanas realizadas en el Complexo do Alemão, estas acciones locales son sutiles pero a la vez profundas, y visibilizan claramente las reales necesidades de los habitantes de la favela, en oposición a la extravagancia de los proyectos desarrollados en algunas favelas, que una vez abandonados por el interés político, acaban siendo relegados a un segundo plano.
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ZALUAR A. e ALVITO M. (2008). Um século de favela. Edit. FGV. 370 p.
Notas:
[1] Las áreas o zonas especiales de interés social (ZEIS), son áreas de la ciudad de Río de Janeiro, destinadas a asentamientos habitacionales de baja renta. Estas zonas están demarcadas y previstas en los planos directores y su propósito es asegurar la oferta de terrenos para habitación social.
[2] Laje es la losa que divide una edificación en sus diferentes pisos. Generalmente estructurada por vigas y ladrillos (laje pre-moldada). En la favela normalmente se identifica con el nombre de laje también a la terraza superior que hace las veces de terraza y además espacio de recreación de la casa. Lugar de la caja de agua, lavandería, secado de ropa y parrilla.
"Capital humano y la accesibilidad en los entornos urbanos, la principal barrera en la ciudad"
Ver"Capital humano y la accesibilidad en los entornos urbanos, la principal barrera en la ciudad"
Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Pablo Platero Chang, Administrador Público, Universidad de Chile. Magister en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
RESUMEN
La formación de capital humano en temas de accesibilidad en los entornos urbanos, se está convirtiendo en la principal barrera para alcanzar ciudades inclusivas y como esta característica interviene – positiva o negativamente – en la calidad de ciudad en la cual vivimos. Asimismo, se expone la relevancia del espacio público como eje y motor de la sociabilización, siendo ésta la base para la construcción de una ciudad cercana, inclusiva y a escala humana, a lo cual, la accesibilidad sería el eslabón faltante para lograr que todas las personas, sin distinción alguna, puedan participar, vivir y acceder a la ciudad.
Palabras clave: accesibilidad, entorno urbano, espacio público
La accesibilidad en el espacio público
En las últimas décadas, han ocurrido importantes transformaciones urbanas: grandes edificios, monumentales establecimientos comerciales y enormes autopistas, que han permitido generar crecimiento y un sentimiento de grandeza. Sin embargo, no todo ha sido color de rosas puesto que la ciudad ha perdido su dimensión humana (Gehl, 2014), y con ello la esencia natural de esta, la gente ocupando, disfrutando y usufructuando del espacio público, lo que contribuye al anhelado desarrollo.
El espacio público es el lugar idóneo para la sociabilización e integración en la vida urbana, puesto que es el lugar donde se genera la mezcla, el intercambio y la comunicación. Por el contrario, cuando este espacio público se encuentra limitado o es negado al uso de los ciudadanos, es cuando se produce y reproduce el aislamiento, la exclusión y la segregación (Borja, 2000). Empero, no sólo la negación al espacio público es una causal de aislamiento, sino que también, la calidad de estos lugares será un factor fundamental en la habitabilidad y ocupación del espacio (Gehl, 2009).
Ahora bien, ¿Qué se entiende por espacio público? Se considera espacio público a todos aquellos lugares existentes en la ciudad que tiene un carácter público, así encontramos a los entornos urbanos expresados en la calle, las plazas, los parques, en definitiva todos aquellos lugares de encuentro ciudadano.
Im. 1: La accesibilidad y diseño del espacio púbico, como barreras de exclusión. La imagen corresponde a una plaza barrial en la ciudad de Iquique, en donde el diseño del entorno no permite que una persona con movilidad reducida pueda acceder con facilidad a los juegos u otros elementos existentes en el lugar / Fuente: Elaboración Propia
En la lógica de la construcción de la ciudad, el pensamiento clásico sobre el espacio público era que este fuese estático, que sólo sirviera para entregar una función operativa a las actividades obligadas de las personas, por ejemplo, desplazarse hacia y desde el trabajo o centro de estudios (Borja, 2000; Jacobs, (1961) 2011). En cambio, en la actualidad se plantea la necesidad de reinterpretar el concepto de espacio público, para dotarlo de la cualidad perdida durante la época de la modernidad, y de esa forma, ofrecer al ciudadano un lugar donde pueda estar, recrearse, compartir, etc.
En este sentido, el espacio público cotidiano y próximo al ciudadano, cumple la función de satisfacer necesidades individuales y grupales. Dichos lugares debiesen poseer dos cualidades intrínsecamente alineadas, por una parte la accesibilidad física relacionada con las instalaciones y por otra, espacios accesibles relacionada con el diseño.
Así, la accesibilidad puede ser asumida desde un enfoque de cualidad de entorno, donde lo que prima es la facilidad que tiene un espacio público para que cualquier persona pueda utilizarlo de forma amigable, respetuosa y segura, y por otra parte, desde un enfoque de relación entorno – capacidad personal, donde lo que prima es la capacidad funcional del individuo o grupos y el diseño del entorno físico (Alonso, 2007).
Imagen 2: Plaza pública con barreras de diseño. Espacio Público que carece de la accesibilidad necesaria para que cualquier persona pueda usar el lugar, además de escasear los lugares con sombra para dotar al entorno de comodidad / Fuente: Elaboración propia
Esto se relaciona con que las personas puedan acceder a los bienes y servicios mediante el uso de la información disponible en la ciudad, la cual, no conoce de barreras. Por lo que el diseño de un entorno puede condicionar de forma directa la movilidad de una persona en el espacio público y por tanto, limitar el desarrollo personal, social y comunitario. En este sentido, las características físicas del espacio público juega un rol importante a la hora de facilitar o limitar la accesibilidad a un determinado lugar (Jiron & Mansilla, 2013).
Haciendo el ejercicio de observar el entorno urbano cotidiano, por ejemplo al salir de la casa, en el trayecto al trabajo o al colegio/universidad, etc., es posible darse cuenta de la existencia de barreras urbanas como son escalones, rejas, hoyos, jardineras y señaléticas ubicadas en medio de la acera, encima de los cruces peatonales o en los accesos a edificios, y a simple vista, no nos molesta, sin embargo, para una persona con movilidad reducida (en silla de ruedas, anciano con bastón, no vidente, o coches de bebe) dichos obstáculos se transforman, en el peor de los casos, en un impedimento insalvable, limitando la autonomía y libertad de la persona afectada.
A su vez, hoy en día es muy común ver la instalación de guías podotáctil, que son aquellas baldosas en forma de puntos en relieve o surcos que forman una línea continua y que sirven para generar recorridos seguros a los no videntes cuando se movilizan por las calles, posicionados de manera tal que – en la mayoría de los casos – se transforman en un estorbo adicional a los ya existentes en las calles de la ciudad.
Im. 3: Guía podotáctil inservible. Esta guía no cumple, en ningún caso, su utilidad dado que es interrumpida por una tapa de alcantarillado y una reja de desagüe, para finalmente, terminar chocando con un obstáculo / Fuente: Elaboración propia
La situación descrita sucede en todas las ciudades y comunas del país, y a pesar que el año 2016 se aprobó una modificación a la Ordenanza General de Urbanismo mediante el Decreto N° 50, del MINVU, que incorpora la nueva reglamentación sobre accesibilidad en las ciudades, esta nueva normativa aún no es posible de ser aplicada como se establece, no porque no se pueda sino porque, a mi juicio, no existe el capital humano idóneo tanto para la aplicación como para la fiscalización correcta de la misma.
Si bien, la accesibilidad estaba orientada – en un principio – a las personas con discapacidad, en la actualidad, dada la tendencia de envejecimiento de la población, sumado a los sectores de infantes y niños, el concepto ha evolucionado al de accesibilidad universal o para todos, debido a que hoy se tiende a una integración, sin discriminación, de todas las personas que son susceptibles de utilizar el espacio público. Esta situación nos lleva a pensar, planificar y diseñar el espacio público de una manera totalmente diferente, y sobre lo cual, la responsabilidad de quien tenga dicha tarea hará la diferencia entre un derecho social o un privilegio individual.
Hacer que las ciudades sean más inclusivas, no pasa sólo por un tema de recursos económicos, puesto que hacer accesible un parque o una plaza, o crear una ruta accesible no conlleva gastar más, sino que pasa por planificar y diseñar de manera correcta el lugar a intervenir y para eso, se necesita contar con profesionales capacitados en la materia, que luego puedan expresar en el terreno lo que está diseñado en el papel. De esa forma, se podrían aprovechar las intervenciones de mejoramiento del espacio público y construir itinerarios peatonales accesibles, y por ende, inclusivos.
Planificar ciudades inclusivas no es sólo una cuestión de dinero, es un tema que pasa por capacitación, investigación, innovación y desarrollo, y en todo eso, la sola legislación no basta, puesto que la ejecución la hacen las personas, y es en este punto donde estamos fallando.
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Referencias
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Texto sustentado en el trabajo de tesis del autor para optar al grado de Magister. Título: “Accesibilidad en los entornos urbanos: la movilidad cotidiana de las personas en silla de ruedas”, 2017.
"¿Para quién se construye la ciudad?. Cities for people"
Ver"¿Para quién se construye la ciudad?. Cities for people"
Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Fernando Narváez Rodríguez Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile]
Título del Libro: Cities for people
Autor: Jan Gehl
Año: 2010
RESUMEN
Las ciudades latinoamericanas actuales se encuentran bajo un patrón de ‘ciudades 3D’: distantes, dispersas, y desconectadas. Con la consolidación del automóvil como principal medio de transporte, se potenció la localización de asentamientos humanos cada vez más lejanos a los centros urbanos. Generando un aumento del desplazamiento y la dispersión de las familias hacia las periferias. En este contexto se enmarca el libro “Cities for People” de Jan Gehl, en un esfuerzo de recuperar las ciudades para las personas. Un empoderamiento de la sociedad sobre lo urbano.
Palabras clave: Ciudades 3D, dimensión humana, inclusión
Im 1. Portada del Libro
Las ciudades latinoamericanas han pasado de ser pequeños núcleos urbanos a convertirse en grandes centros urbanos o también conocidos como metrópolis. Actualmente estas áreas se configuran como imponentes extensiones que contienen aglomeraciones poblacionales cada vez mayores, producto de diversos fenómenos sociales, tales como el vertiginoso crecimiento poblacional y la migración.
En su mayoría, estos núcleos urbanos se podrían caracterizar como “ciudades 3D”: distantes, dispersas, y desconectadas. Las innovaciones tecnológicas no solo aumentaron la conectividad mundial y fortalecieron la globalización, sino que éstas también modificaron las ciudades a través de uno de los “mejores” inventos del hombre: el automóvil. Este medio de transporte potenció, la localización de asentamientos humanos cada vez más lejanos del centro urbano. En este contexto se generó un aumento del desplazamiento y la dispersión de las familias hacia el límite urbano, impulsando así una configuración expandida y policéntrica de las urbes.
El escenario tendencial no parece que pueda cambiar. El uso del automóvil seguirá por varias razones: a) el crecimiento económico de las ciudades latinoamericanas; b) los mayores ingresos de la población que facilitan su compra; y, c) la necesidad de desplazarse de un lugar a otro para poder acceder a los “beneficios urbanos” en ciudades cada vez más grandes. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo establece al respecto, que el aumento de automóviles per cápita se debe a la comodidad, velocidad y flexibilidad de horarios y rutas que ofrece un vehículo privado frente a la baja calidad y eficiencia del transporte público (Mojica, 2015).
Bajo esta lógica pareciera que lo urbano tiende a organizarse cada día más en torno a los vehículos, dejando excluidas a las personas en el diseño y planeación de las ciudades. Actualmente se pondera de mayor manera la construcción de infraestructura para el transporte asociada a autopistas, vialidades y puentes, olvidando que este tipo de construcciones produce también externalidades negativas, como la segregación, la fragmentación y el deterioro del espacio público.
Todos estos factores han generado que el concepto de inclusión sea recurrentemente usado en el debate sobre cómo deberían ser las ciudades actuales. Es precisamente en esta discusión, donde se enmarca el libro “Cities for People” de Jan Gehl, que se centra en la idea de recuperar las ciudades para las personas y de brindarle un empoderamiento a sociedad sobre lo urbano. Este libro se compone de seis capítulos: (i) la dimensión humana, (ii) los sentidos y la escala, (iii) la ciudad vital, segura, sana y sostenible, (iv) la ciudad a la altura de los ojos, (v) la ciudad, el espacio y los edificios y (vi) ciudades en vía de desarrollo. Para esta reseña se tomaron en consideración, los primeros dos capítulos del libro dado que enriquecen con mayor énfasis la generación de una discusión en torno a los aspectos más relevantes de la inclusión.
En el primer capítulo la dimensión humana, Gehl centra su atención en establecer que esta escala peatonal es la más descuidada e ignorada en las ciudades contemporáneas. Esta situación no corresponde a una problemática que haya surgido hace diez años, sino que hace más de tres décadas Jane Jacobs se refirió a ello en su libro “The Death and Life of Great American Cities” (1961), externando su preocupación de cómo el automóvil comenzaba a invadir y apoderarse de las ciudades de Estados Unidos. Gehl, enfatiza en este capítulo la importancia de construir ciudades sanas, sostenibles y vitales, en donde visualizar al espacio público como una manera de fomentar la vida urbana y como lugar de encuentro, constituye una herramienta clave para llegar a conseguir dichas ciudades.
En la actualidad las personas han adoptado nuevos espacios de consumo (plazas y centros comerciales) como lugares de esparcimiento y de reunión donde cuentan con las comodidades necesarias para realizar sus actividades de ocio y/o recreación. Aunque algunos de estos espacios pueden ser inclusivos en la parte física por su accesibilidad, otros no lo son en el aspecto referido a la inclusión social. Por ello es lo valioso del espacio público tradicional, que ofrece una accesibilidad e inclusión universal. Es importante señalar que en la medida en que el espacio público se consolide como lugar de significación e identidad, se constituirá un vínculo con el territorio, pudiendo colaborar en la mejora y equilibrio de las condiciones de vida de la población, en un mundo cada vez más urbano (Caquimbo, 2008).
Durante el segundo capítulo los sentidos y la escala, el autor desarrolla el discurso en base la percepción que tienen las personas según la tipología de la ciudad. Establece que en lo urbano importa –y mucho- la calidad de experiencias y emociones que los habitantes perciben en el espacio público. A partir del diseño se pueden fomentar o inhibir las relaciones y comunicación intrapersonales; consciente de ello Gehl determina que la escala pequeña acompañada de actividades en el espacio público permite crear ciudades inclusivas, amigables, intensas, cálidas y excitantes. Por el contrario, el autor cierra el capítulo refiriéndose a las consecuencias de ciudades demasiado grandes, demasiadas altas y demasiadas rápidas, enfatizando, que este tipo de morfologías genera que los espacios se transformen en ambientes fríos, impersonales y alejados de las personas.
Para finalizar, es relevante destacar que este libro ofrece un enfoque valioso que permite concebir una alternativa para construir ciudades de una mejor manera, basadas en el confort, protección y placer de las personas. Dejando de lado el automóvil y toda su infraestructura asociada, que si bien es necesaria, también generan importantes externalidades negativas. El cambio debe venir pronto, dado que el Banco Interamericano de Desarrollo (2014) prevé que para el año 2025 América Latina contará con 80 millones de automóviles más de los que existían en 2010; este cambio provocará congestionamiento en la infraestructura, aumento en el estrés en las personas y por supuesto contaminación en el ambiente. Cabe preguntarse en este contexto, ¿para quién se construye la ciudad? ¿Las ciudades actuales cumplen con las expectativas y calidad que esperan las personas? En base a estas preguntas es preciso enfocar la construcción de la ciudad del futuro; sí con innovación y con una economía bien consolidad, pero también considerando la escala humana, inclusiva, consciente del medioambiente, culturalmente significativa y segura para todos. No debe olvidarse en este sentido, que la ciudad es un mapa que debe ser leído con los pies.
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Referencias bibliográficas
BID. (2014). América Latina y el Caribe en 2025. Banco Interamericano de Desarrollo
Caquimbo, S. C. (2008). La calidad del espacio público en la construcción del paisaje urbano. En busca de un hábitat equitativo. Revista INVI
Mojica, C. (2015). ¿Cuánto vale mi comodidad? Moviliblog
"Hacia un hábitat inclusivo y sostenible”
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Cynthia Pedrero Paredes; Licenciada en Estética, Pontifica Universidad Católica de Chile]
Título del Libro: Nuevos hábitos para un nuevo hábitat. Conciencia y reflexión sobre nuestros entornos urbanizados
Editores: Maximiliano Pazols Cáceres
Año: 2016
RESUMEN
Maximiliano Pazols publica el Libro “Nuevos hábitos para un nuevo hábitat” como resultado de su Tesis de Pregrado, presentando una profunda reflexión respecto cómo continuar construyendo la ciudad; incorporando una visión sostenible y ecológica en el actual modelo de urbanización del hábitat Contemporáneo. Dicho modelo está caracterizado por el acelerado crecimiento de su población, esto debido a procesos demográficos naturales y por migración. Un hábitat inclusivo requiere una amplia cobertura de servicios y de infraestructura para solventar necesidades urbanas y habitacionales. Cobertura que debe estar acorde a los procesos orgánicos de la naturaleza y en un territorio en constante cambio, donde sus habitantes son los principales actores que componen los núcleos para la estructuración de los procesos locales en pos de un hábitat inclusivo.
Palabras clave: Urbanismo ecológico / Hábitat inclusivo / Ciudades Contemporáneas
Portada del Libro
El libro de Maximiliano Pazols está compuesto por tres capítulos, en donde se plantea la problemática del crecimiento de la población urbana. Aborda diversos fenómenos relacionados con las formas de habitar las actuales aglomeraciones urbanas. Las ciudades contemporáneas cuentan con algunos retos en común, entre los cuales destacan: i) el crecimiento acelerado de la población, ii) aumento de estándares de consumo y iii) una infraestructura difícil de manejar. Para atender el tema de la infraestructura, una de las posibles soluciones sería el modelo de suburbanización ecológica. Este modelo permite enfrentar la alta densidad, contaminación y todas las externalidades negativas para las ciudades y sus habitantes que viven y deben adecuarse a constantes modificaciones del entorno.
La suburbanización ecológica es una organización fractal, entendida como diversas micro–organizaciones pertenecientes a una organización macro; por ejemplo, una comunidad de un barrio respecto a una ciudad. En este tipo de configuración espacial, se cuenta con núcleos que se organizan de igual forma, independiente de la escala urbana a la que pertenezcan, haciéndolos parte de un mismo gran núcleo organizativo. Esta suburbanización es ecológica, en la medida en que la urbanización se alinea con los requerimientos ambientales sustentables para la mantención del ciclo natural por parte de la población. Específicamente en el ámbito de ahorro de consumo energético, disminución de índices de contaminación y medidas de reciclaje. Dicho modelo, puede dar respuesta a los actuales retos de urbanización y sobrecarga demográfica de las actuales y futuras ciudades.
De acuerdo a datos de la ONU, se estima que para el año 2050 el 80% de la población mundial vivirá en ciudades. Además, se estima que actualmente un tercio de la población urbana mundial vive en ciudades carentes de planificación urbana, lo que genera un alto grado de segregación. Esto trae consigo consecuencias no sólo económicas desfavorables por el grado de marginalidad de sus condiciones de vida, sino que también, consecuencias psicológicas y sociales debido a fenómenos de la sobrepoblación.
El desarrollo económico actual de las ciudades está sobre el desarrollo ecológico, lo cual provoca la existencia de serios problemas de sostenibilidad. Por ejemplo, el concepto de Economía entendido como la forma de administrar el hábitat, no prevé en ciudades contemporáneas la lógica del desecho artificial; pero la naturaleza considera al residuo como parte de sí misma, haciéndolo perteneciente a un ciclo natural de retroalimentación. Por lo tanto, ni la contaminación ni la basura se encuentran en la órbita del ciclo natural. Convirtiéndolos en agentes patógenos en un sistema superado no sólo por la sobrepoblación, sino que también por el crecimiento acelerado de una sociedad del desecho. Esto genera graves consecuencias a nivel contaminante tanto para el hombre, como para una flora y fauna que deben adecuarse a un cambio progresivo y vulnerable de hábitat.
Pazols plantea la necesidad por reconocer el cambio que viven nuestras ciudades y todos sus habitantes. Un reconocimiento del impacto de nuestra producción de desecho artificial, sus consecuencias, posibilidades de adaptación y transformación humana y tecnológica al nuevo hábitat. Todo esto, a partir de un cambio de hábito comprometido, sostenible y responsable con nuestras ciudades y el medio ambiente. Es por esta razón, que actualmente adquiere especial relevancia la educación del consumo y del reciclaje, haciéndose necesaria la transformación de nuestra ciudad en un espacio funcional y a la vez naturalizado, ecológico, comunitario e inclusivo. Un espacio compuesto por una comunidad que busque cambios para mejorar sus instituciones y la educación de sus ciudadanos.
En conclusión, entender la ciudad como un complejo tejido organizacional basado en interrelaciones sociales, políticas y económicas, posibilitaría la configuración de un organismo característico por su diversidad, propenso a sufrir constantes cambios pero que, a la vez, ofrezca constantes oportunidades de crecimiento. Nos permite la comprensión que el urbanismo ecológico y el desarrollo sostenible surgen como conceptos que favorecen la inclusión en la ciudad, no solo porque se generan medidas de ahorro y racionalización de consumo energético a través de la utilización de tecnologías, sino porque la ciudad también es un sistema que requiere la educación y retroalimentación de la comunidad en pos del desarrollo social. Núcleos capaces de integrar y vincular a la población al territorio, permitiendo entender la ciudad como un escenario de derechos, preparada para el aumento de los estándares de consumo y el aumento de la población. Una reflexión que invita a investigadores, docentes, alumnos y la comunidad en general, a modificar las formas de mirar, vivir y enfrentar las problemáticas de nuestras ciudades. Un cambio de hábito que nos permita enfrentar nuevos desafíos, y una necesaria y nueva forma de reflexionar sobre los modos de habitar el territorio y la ciudad contemporánea. En palabras del autor: “Si queremos un mejor hábitat, necesitamos mejores hábitos, pues nuestro entorno modificado es el reflejo de nuestros actos, tanto individuales como colectivos”.
Entrevista a María Soledad Álamos: “Debemos revisar aquellas propuestas de acciones públicas y privadas que aún mantienen una mirada asistencialista y caritativa hacia las personas con discapacidad”
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Martin Montes. Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
María Soledad Álamos es licenciada en Historia (PUC) y magíster en Estudios Internacionales (U. de Chile). Actualmente es columnista de temáticas de cultura y urbanismo en torno a la accesibilidad del diario digital El Mostrador y precandidata a diputada de Revolución Democrática por el distrito 11 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, La Reina y Peñalolén).
“Debemos revisar aquellas propuestas de acciones públicas y privadas que aún mantienen una mirada asistencialista y caritativa hacia las personas con discapacidad”
Im. 1. María Soledad Álamos / Fuente: Equipo de campaña
- ¿Qué es para ti una ciudad inclusiva?
Implica varias cosas, en varias dimensiones. En primer lugar, es una ciudad que se piensa, que se planifica y se diseña brindando oportunidades para que todas las personas que transitamos en ella lo hagamos en igualdad de condiciones. Implica reconocer que el libre desplazamiento es un derecho. Una ciudad accesible requiere que se consideren las necesidades de aquellas personas con discapacidad física o motora; con dificultades para movilizarse. No hacerlo implica discriminar de manera arbitraria a parte de nuestra población.
Una ciudad inclusiva es también una ciudad que ofrece puntos de encuentro, lugares donde los distintos habitantes, de distintas partes de la ciudad, podamos encontrarnos y disfrutar de los espacios que nos brinda la ciudad.
Finalmente, una ciudad inclusiva es aquella que se planifica para que no crezca en base a guetos segregados, sino, a partir de barrios integrados y equipados, manteniendo buena conectividad interna y buenos índices de densidad, conectividad, tamaño, entre otros, a nivel general, pero también, en cada barrio.
- Pensando en la situacion nacional, ¿en qué hemos avanzado y qué desafíos nos quedan para avanzar en la construcción de ciudades más inclusivas?
Hemos avanzando en leyes y normativas que hacen un reconocimiento a los derechos de las personas en situación discapacidad y con movilidad reducida: la ley de inclusión, el decreto 50 en materia de accesibilidad a edificios públicos. La accesibilidad se entiende como un principio de autonomía y dignidad para las personas. Pero su aplicación es aún débil. No se han diseñado las acciones para crear un clima social y cultural propicio para que todas las personas nos sintamos incluidas en los espacios publicos.
En un nivel más tangible, hoy hay construcciones que cuentan con características de accesibiliad y son rápidamente etiquetadas bajo ese nombre. Por ejemplo: las plazas inclusivas o los establecimientos inclusivos. Sin duda esto es un avance, pero el desafío es que estas dejen de ser casos excepcionales y pasen a ser lo normal.
- ¿Cuáles crees que son las principales barreras (físicas, administratias, políticas, presupuestarias) que impiden que tengamos ciudades más inclusivas?
Las barreras están en el entorno. Podemos tener las mejores leyes contenidas sólo en el papel. Avanzar en cambios culturales requiere de voluntad política. Los discursos públicos deben propiciar que se cumpla con el mandato de una ley, de una norma; pero por sobretodo conminar a las personas a reconocer en las diferencias un valor. Mientras ello no suceda, dificilmente tendremos ciudades más inclusivas. Las personas con discapacidad seguiremos siendo una excepción.
- ¿Qué medidas / acciones propones para mejorar esta situación?
Se deben dotar de recursos humanos y presupuestarios para fiscalizar el cumplimiento de las leyes y normativas que actualmente están vigentes. Se debiesen implementar mecanismos de queja y denuncia por la vulneración de derechos hacia las personas con discapacidad en materia de accesibilidad. Pero además, un plan integral que incluya la accesibilidad en el transporte público – aún tenemos estaciones de Metro que dificultan el acceso a personas con movilidad reducida o donde derechamente no puede ingresar una persona que usa silla de ruedas -; la accesibilidad a edificios públicos, a la información y a la comunicación como pilares para el ejercicio de otros derechos. Este plan debiese considerar la participación de las organizaciones de la sociedad civil, tanto en el diseño como en el posterior monitoreo.
- ¿Cómo los ciudadanos podemos colaborar en la construcción de ciudades más inclusivas?
Como decía, la discapacidad no es resorte de las personas que están en esa condición. La limitaciones las pone el entorno donde nos debemos desarrollar, donde debiesemos vivir de manera plena y digna. A las personas, a la ciudadanía, hay que motivarlas para hacer el cambio de mirada; concebir, simultáneamente, al otro como un igual, y su diversidad como un valor. Cuando esto se logra, podemos empezar a convivir en el plano social, legal y urbano, con miras a ciudades inclusivas. La participación de las personas con discapacidad en política y en la cultura es una vía. Posiblemente la mayor responsabilidad de generar conciencia recae en el Estado y sus autoridades, pero sin duda todos podemos y debemos aprotar a este cambio de mirada. A través de hechos y palabras, enseñando la importancia de la inclusión y denunciando los hechos de discriminación.
- ¿Qué iniciativa o referentes en inclusión destacarías?
Debemos revisar aquellas propuestas de acciones públicas y privadas que aún mantienen una mirada asistencialista y caritativa hacia las personas con discapacidad. Somos personas con derechos y los debemos ejercer en igualdad de condiciones y sin discriminación. Lo anterior implica, por cierto, que el Estado desarrolle políticas y acciones de sensibilización alejadas de estereotipos, pero que permitan igualar la cancha.
A nivel urbano, el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) es un edificio que cuenta con todas las características de inclusión, y hace pocos días conocí el templo Bahaí, en Peñalolén, en plena precordillera, y pude recorrerlo entero, pues cuenta con todo un circuito de ramplas.
Entrevista Guillermo Peñalosa: “Tenemos que dejar de construir la ciudad como si todo el mundo tuviera 30 años y fuera un atleta”
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Revista Planeo Nº 32 Ciudades Inclusivas, Junio 2017
[Por Martin Montes. Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Guillermo Peñalosa es un asesor urbano internacionalmente reconocido. En su trayectoria se ha desempeñado como Director del Departamento de Parques, Deporte y Recreación de la ciudad de Bogotá (Colombia), y como encargado del Plan Maestro de Recreación y Parques de Mississauga (Canadá). Actualmente es director de las ONGs “World Urban Parks” y “8-80 Cities”, siendo a la vez fundador de esta última.
“Tenemos que dejar de construir la ciudad como si todo el mundo tuviera 30 años y fuera un atleta”
Im. 1. Guillermo Peñalosa.
Fuente: http://gpenalosa.ca/index.php/gil-about
- ¿Qué es lo que hace “Ciudades 8-80”?
“Ciudades 8-80” trata de hacer ciudades inclusivas, que sean amables para todos. Tenemos que dejar de construir la ciudad como si todo el mundo tuviera 30 años y fuera un atleta. Si las ciudades no son amables para los niños y los adultos mayores, no van a ser amables para todos. Cuando vamos a evaluar cualquier ciudad, debemos evaluarla por qué tan bien tratamos a los ciudadanos más vulnerables; los niños, los adultos mayores, los pobres y los discapacitados. Buscamos volvernos unos ángeles guardianes de esta mayoría silenciosa. Cuando se realiza planeación o participación ciudadana, usualmente no escuchamos a los niños, los pobres no tienen tiempo para ir a las reuniones de participación, los discapacitados a veces no tienen cómo llegar, entonces nosotros tratamos de tenerlos en cuenta en todo lo que hagamos en la ciudad.
- ¿Cuál es el modelo que ustedes como ONG utilizan para llevar esto a cabo?
Es variado, en algunos casos hacemos capacitaciones, en otros talleres con las autoridades que toman decisiones o también con grupos comunitarios. También ayudamos con participación ciudadana donde hacemos un esfuerzo por abrir espacios convocantes donde desarrollamos distintas metodologías para escuchar a la comunidad y luego le presentamos a quienes toman las decisiones algunas recomendaciones basadas en eso. Si estamos diseñando un espacio público consideramos que el ciudadano es el experto en el qué, los profesionales -arquitectos y planificadores- son los encargados del cómo, y el gobierno decide dónde. Usualmente no le preguntamos al ciudadano, o si le preguntamos lo hacemos muy tarde, cuando ya tenemos unos diseños completamente terminados y se les presenta unos diseños técnicos que nadie entiende como para poner el check.
- ¿Cuáles son las principales barreras para avanzar en la construcción de ciudades más inclusivas?
Si nosotros reunimos a un grupo de niños en un salón y les decimos que hay una crisis energética y que tienen 30 minutos para que piensen en alguna solución, estoy seguro que a los 10 minutos van a decir que necesitamos dejar de usar carros privados y reemplazarlo por un sistema de buses donde podamos llevar más gente y pueda ahorrarse el combustible. Con esto quiero decir que las principales barreras hoy en día no son problemas técnicos ya que las soluciones están, sino más bien políticos. Lo principal está en desarrollar un sentido de urgencia para ver cómo vamos a hacer estas ciudades, y también de aprender del tipo de ciudades que hemos construido en los últimos 30 años.
- Al incorporar nuevas voces a la construcción de la ciudad se vuelve más compleja la toma de decisiones. ¿Cómo llegar a acuerdos entre los distintos actores?
Cada uno juega un papel diferente. Esto es como un trípode con tres patas. Una pata son los políticos electos a todo nivel (municipio, provincia y región). Otra pata del trípode son los funcionarios del gobierno de las distintas áreas (planeación, educación, turismo, medioambiente, transporte). Y la otra pata son los ciudadanos (universidades, medios de comunicación, activistas). ¿Cómo logramos que el trípode funcione? El pegante entre estos tres es el sentido de urgencia y una visión compartida de ciudad. Entonces entre las tres fuerzas hay que crear una visión de ciudad y luego empezar a empujar todo. Si decidimos cómo queremos vivir y logramos tener una visión compartida de ciudad, la mayoría de las decisiones van a ser mucho más fáciles. Las distintas fuerzas deben respetarse y trabajar en armonía.
Im. 2. Actividad comunitaria organizada por la ONG Ciudades 8 80.
Fuente: http://www.880cities.org/portfolio_page/historic-northwest-rising/
- ¿Qué propones para facilitar los procesos de cambio y avanzar hacia la construcción de ciudades más inclusivas?
Para un proceso de cambio los líderes deberían considerar cinco pasos. Primero, el sentido de urgencia; considerar que la población o la contaminación está creciendo, la obesidad, o lo que sea. Segundo, el compromiso político de cumplir con el interés general. Tercero, necesitamos hacedores en el gobierno, no gente que se disculpe de lo que no se puede hacer. Cuarto, necesitamos líderes en los colegios, empresas y barrios. Y quinto, necesitamos más y mejor participación ciudadana.
- Muchas veces se incluye la voz de actores externos antes que la de los propios habitantes. ¿Qué opinas de la influencia que ejercen las organizaciones internacionales sobre las ciudades?
Las organizaciones internacionales deberían facilitar procesos, pero no liderarlos. Así como los vecinos son los expertos de lo que necesitan sus barrios, los ciudadanos locales son los expertos. Los organismos internacionales pueden ayudar a mostrar procesos, mecanismos distintos, a mostrar ejemplos que han funcionado u otros que han fracasado, pero tienen que ser los locales los que decidan. A mí me preocupa mucho cuando veo asesores internacionales que van de ciudad en ciudad promoviendo lo mismo como si fuera todo exactamente igual. No se trata de copiar y pegar, sino más bien de adaptar y mejorar. Hay que tener mucho cuidado en las asesorías, y especialmente cuando éstas son con ánimo de lucro, porque uno no sabe los intereses que hay por detrás. Uno ve, por ejemplo, que la agencia de cooperación japonesa ofrece todo tipo de ayuda para hacer autopistas elevadas porque ellos están más interesados en vender autos japoneses que en solucionar los problemas de movilidad.
- ¿Cuáles son los principales desafíos que ves en materia de participación ciudadana?
Lo más importante es querer escuchar honestamente a la comunidad. Desafortunadamente yo todavía veo muchas organizaciones nacionales e internacionales que ven la participación ciudadana como un estorbo en el camino, entonces hacen una reunión para poner el check, para tener la aprobación política. Lo segundo es escuchar a los actores involucrados y para eso hay que ir al barrio donde está la gente. No convocar a lugares lejanos donde probablemente no llegue nadie. Por otro lado, la participación ciudadana no es sólo para diseñar, sino que debe ser permanente. Es decir que no se quede en el qué, sino que haya participación durante la construcción de la obra y en su mantenimiento posterior. En general es más fácil que el Estado invierta en la construcción de las obras, pero poco se invierte en su uso. No se trata sólo con construir espacios, sino también en cómo aprovecharlos.
- ¿Qué medida concreta propones para construir una ciudad para todos y todas?
Considero que la falta de prioridad en el tema de las áreas verdes es fundamental. Sin embargo, el problema no es sólo la carencia de áreas verdes, sino la falta de utilización que hay de éstas. Y cuando no se utilizan estos espacios se vuelven lugares inseguros. Lo mejor para combatir la inseguridad es que estén completamente utilizados. Y por eso mismo la participación temprana es tan importante. Cuando llegan las autoridades y cortan la cinta, la gente dice ¿qué es esto? Y tal vez ni siquiera necesitan o quieren eso que se construyó. No sienten pertenencia y por eso cuando alguien lo raya o rompe no les importa. Pero si ellos mismos han sido partícipes del proceso y han ayudado a sembrar el árbol, han definido dónde se ponen las bancas, los colores, etc., ahí sí lo van a cuidar. Entonces no se trata de invitar a participar después de la construcción, sino de incluir a los ciudadanos a un proceso permanente de antes, durante y después. En esta línea, propongo que los parques tengan comités variados que representen a los niños, deportistas y adultos mayores para que los mantengan y usen.
"Cantaron a Santiago un día. Una aproximación a la poesía concreta de sus esquinas"
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Revista Planeo Nº30, Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Gonzalo Cáceres, Historiador y planificador urbano. Académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile.Doctorando en Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Quilmes.
She-ra León, Estudiante de Licenciatura en Música, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Rodrigo Millán, Sociólogo y planificador urbano. Doctorando en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, Faculdade de Arquitetura e Urbanismo, Universidade de São Paulo]
Recibido: 07.12.2016 / Publicado: 19.05.2017
Resumen
Como un ejercicio de crítica cultural, el texto analiza canciones del acervo musical chileno que aluden a Santiago destacando sus características intrínsecas. Centrándose en dos momentos de la capital chilena —inicios de la década de 1940 y 1990—, el artículo problematiza las representaciones de la ciudad con base al análisis de las letras de cinco músicas producidas en contextos diferentes de la sociedad chilena y el paisaje capitalino. Tomando como ejes centrales a las canciones “Adiós Santiago querido” (Segundo Zamora), “Si vas para Chi-le” (Chito Faró), “Tren al sur” (Los Prisioneros), “Vuelvo para vivir” (Illapu) y “Reencuentro” (Congreso), el texto discute los marcos de producción de aquellas piezas, las miradas sobre las transformaciones físicas del Santiago musicalizado, así como las atmósferas sociales y culturales que envolvieron a los creadores de las canciones seleccionadas a la hora de re-presentar a la ciudad.
Palabras clave: Santiago de Chile; música popular chilena; estudios culturales; imaginarios urbanos.
Abstract
As an exercise of cultural critique, this paper analyzes different songs of the popular chilean music reper- toire that refer to Santiago’s main characteristics. Focusing on two moments of its history —beginnings of 1940s and 1990s—, the text will discuss the urban representations of the city, based on the examina- tion of five songs’ lyrics, written in different contexts of chilean society and Santiago’s urban landscape. Taking the songs “Adiós Santiago querido” (Segun- do Zamora), “Si vas para Chile” (Chito Faró), “Tren al sur” (Los Prisioneros), “Vuelvo para vivir” (Illapu) and “Reencuentro” (Congreso) as the main references, the paper will discuss the con-text of production of those musical works, their views about the physical trans- formations of the city, and the social and cultural at- mospheres that helped the composers to shape their songs and represent urban life.
Keywords: Santiago de Chile; Chilean Popular Music; Cultural Studies; Urban Imaginaries.
[Descarga el artículo completo acá]
El título está inspirado en un programa de televisión de hace varias décadas. El subtítulo, a su vez, en una traducción libre de un fragmento de Sampa, canción de Caetano Veloso. Cabe consignar nuestros agradecimientos a: Paula Bravo, Daniel Talesnik, Miguel Pérez, Sergio Arévalo, Alonso Cáceres, Valentina Martelli, Vólker Gutiérrez, Patricia Manns, Arturo Orellana, Santiago Gutiérrez, Constanza Santis, Vicente Cáceres y Marina Gosselin
"Música tradicional y espacio público: los significados del Lugar en Veracruz, México"
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Revista Planeo Nº30, Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Brenda Galván, Licenciatura en Arquitectura (Universidad Veracruzana, México), Maestría en Diseño Urbano y Doctorado (Newcastle University, England). Actualmente trabaja en el Departamento del Centro Histórico del Municipio de Friburgo de Brisgovia, en Alemania]
Recibido: 25.11.2016 / Publicado: 19.05.2017
Resumen
La interpretación musical del Danzón y Son Montuno en los espacios públicos del Centro Histórico de Veracruz, fortalece la producción social y cultural de la ciudad. A partir de una investigación de corte cualitativo, este trabajo presenta los significados que atribuyen los músicos a los lugares donde tocan. Se identificó que reconocen la música tradicional como parte, no sólo de su historia personal, sino de la historia y cultura de la ciudad. Además de que los significados del lugar desarrollados en esferas privadas, sirven como antecedente para la creación de nuevos significados en esferas públicas. Muchos de los ellos cuentan además con un alto apego emocional a estas formas de música tradicional. Dichas condiciones facilitan la producción musical en los espacios públicos, convirtiéndolos en lugares distintivos y de encuentro, donde las personas experimentan procesos de auto reconocimiento.
Palabras clave: Música, Espacio Público, Danzón, Son Montuno.
Abstract
The performance of the music of Danzon and Son Montuno in the public spaces of the historic centre of Veracruz strengthens the social and cultural production of the city. Based on a qualitative methodology, this work presents those meanings of place given by musicians to the locations where they play. They re- cognize these types of traditional music not only as past of their personal history but also as part of the culture and history of the city. Furthermore the meanings of place in the private sphere serves as precedent for the creation of new meanings in the public sphere. Moreover many of them develop a deep emotional attachment to these forms of traditional mu- sic. Such conditions ensure the musical production in the public spaces, making them distinctive places for encounter, where people experience processes of self- recognition.
Keywords: Music, Public Space, Danzon, Son Montuno
"La trayectoria de Puerto Valparaíso, en la tensión público- privada de la ciudad. Disputas en la transformación global de una ciudad puerto"
Ver"La trayectoria de Puerto Valparaíso, en la tensión público- privada de la ciudad. Disputas en la transformación global de una ciudad puerto"
Revista Planeo Nº31, Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por, Gino Bailey Bergamin, Magister en Geografia y Procesos territoriales (Geografia e Processi Territoriali), Universidad de Bolonia (Università di Bologna), sociólogo Universidad de Valparaíso (Chile)]
Figura 1: Afiche de las primeras manifestaciones «Puertazo» a propósito de la modernización de puertos y entrega en concesión privada del territorio marítimo portuario de Valparaíso
Fuente: http://noalcolonialismo.blogspot.cl/2008/04/el-puertazo_3979.html
Recibido: 05.12.2016 / Publicado: 19.05.2017
Resumen
El puerto de Valparaíso enfrenta una serie de transformaciones, producto de un proceso modernizador que comenzó el año 1997. Desde esta fecha en adelante, la inserción a las economías globales y sobre todo la diversificación productiva del puerto, lo convierte en un territorio apto para el consumo, el shopping y el tiempo libre, lo cual hace emerger sucesivos conflictos y disputas en torno a la definición del puerto y la ciudad de Valparaíso. Los resultados de este estudio refleja que los actores implicados en el proceso de transformación portuaria, muestran una trayectoria favorable a la reconversión productiva del puerto. Esto se hace sosteniendo la idea de desarrollo de una economía portuaria, independiente si beneficia o no a sus ciudadanos. Los actores más críticos postulan un “puerto” para los habitantes, sin embargo no logran concordar sus miradas en el transcurso del tiempo. De este modo, la definición del puerto de Valparaíso en la actualidad, se ven tensionado por distintos intereses y por una imagen de ciudad que se confronta entre lo público y lo privado, el habitante y el usuario, lo patrimonial y lo económico.
Palabras clave: Puerto, Valparaíso, proyectos urbanos, conflicto, territorio
Abstract
The port of Valparaíso faces a series of transforma- tions, the product of a modernization process that began in 1997. From this date forward, the insertion into the global economies and, above all, the diver- sification of the port, makes it a suitable territory for the Consumption, shopping and free time, which leads to emergent conflicts and disputes around the definition of the port and the city of Valparaiso. The results of this study reflect that the actors involved in the process of port transformation, show a trajectory favorable to the productive reconversion of the port. This is done by supporting the idea of developing a port economy, whether or not it benefits its citizens. The most critical actors postulate a “port” for the in- habitants, however they do not manage to agree their looks in the course of time. In this way, the definition of the port of Valparaiso today is stressed by different interests and by a city image that is confronted bet- ween the public and the private, the inhabitant and the user, the patrimonial and the economic.Keywords: Port, Valparaiso, urban projects, conflict territory.
Keywords: port, Valparaíso, territory, waterfront
"Identidades 'transicionales'. Un acercamiento al reconocimiento y la representación simbólica de los jóvenes a través de la estética y la música rock en el “Rincón Payanés”, Colombia"
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Revista Planeo Nº30, Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Maribel Deicy Villota, Antropóloga y Maestrante del programa de Ciencia, tecnología y sociedad UFSCar – São Paulo Brasil. Becaria OEA 2016 -2018. Miembro del grupode investigaciones GESC – Universidad del Cauca, Colombia.
Jairo Tocancipa Falla, Antropólogo, PhD, Profesor Titular y Coordinador del Grupo de Estudios Sociales Comparativos, Universidad del Cauca, Popayán, Colombia]
Recibido: 13.11.2016 / Publicado: 19.05.2017
Resumen
Este artículo aborda el problema de la construcción de la identidad en los jóvenes a través de la música y la estética en Popayán, Colombia. La “ciudad blanca”, colonial y turística, como es conocida a nivel nacional e internacional, es hoy escenario cultural de cientos de jóvenes que habitan los espacios urbanos, donde museos, iglesias, parques y sitios coloniales, se figuran y re-configuran simbólicamente a través de actividades como la práctica de la danza capoeira, cuentería, obras de teatro, muestras de saltos en patineta, malabares entre otros. Estas muestras permiten apreciar cómo se construye la identidad en los espacios urbanos. Existe un vínculo, entre la construcción de la identidad juvenil y la significación que se le da al espacio público, donde los jóvenes desarrollan sus procesos de identidad, re- significando su categoría social en la transformación de los espacios urbanos. La metodología utilizada se basó en una revisión bibliográfica sobre trabajos preliminares, trabajo de campo, entrevistas y fotografías, lo que en conjunto relacional permitió una visualización de esas “identidades transicionales, en el uso simbólico de lugares más reconocidos y representativos que contrastan con la imagen turística convencional de la ciudad y que se representa en el lugar conocido como El Rincón Payanés. Para este análisis nos basamos metafóricamente en tres movimientos musicales: legato, mezzo y forte.
Palabras clave: Colombia, jóvenes, identidad, cambios urbanos, espacios sociales y culturales.
Abstract
This paper approaches the problem of the identity construction in the young people through music and the aesthetics in Popayán, Colombia. “The White city”, colonial and touristic, as is known, has become the cultural scene in which hundreds of young people inhabit the urban spaces where museums, churches, parks and colonial sites are symbolized and reconfigu- red by social practices such as capoeira, storytelling, plays, skating jumps, juggling amongst others. The- se examples allow to appreciate how identity youth is built in the urban context. There is a link between the construction of youth identity and the public space where they develop their identity processes, re- signifying their social category in the transformation of urban spaces. The methodology is based on the bi- bliography review, fieldwork, interviews and pictures, which it allows to get a picture of those “transitional resources that contrast with the conventional touris- tic image of the city, represented in El Rincon Paya- nés. For this analysis, we are based metaphorically on three musical movements: legato, mezzo, and forte
Keywords: Colombia, youth, Identity, urban changes, social and cultural spaces.
"Cartografías sonoras. Instrumento disciplinar para pensar-experimentar el espacio"
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Revista Planeo Nº30, Música y Ciudad, Diciembre 2016
[Por, Constanza Ipinza Olatte, Arquitecta, Mg. Ingeniería Acústica en la Edificación y el Medio Ambiente. Escuela de Arquitectura Universidad de Santiago de Chile, Profesora.
Aldo Hidalgo Hermosilla, Arquitecto, Mg. en Teoría e Historia del Arte. Doctor en Filosofía con mención en Estética. Escuela de Arquitectura Universidad de Santiago de Chile, Profesor Asociado]
Resumen
Este artículo expone las potencialidades de la cartografía sonora como un instrumento gráfico que permite relacionar lugares y espacios de la ciudad con una dimensión hasta hoy poco considerada como factor fundamental del carácter e identidad del ambiente, el sonido. En estas grafías, el sonido se entiende como una manifestación temporal que se difunde en el espacio pero que está captada por una experiencia perceptual e instrumental que busca situar, medir y caracterizar. En este sentido, el texto postula que la cartografía sonora junto con permitir dar visibilidad a lugares y espaciosdesdeelejerciciodeunaescuchaatenta,sealza como un insumo para pensar el diseño arquitectónico y urbano incitando la aparición de otra sensibilidad por el espacio y la creación de otros lenguajes expresivos. Así, el presente texto expone dos instancias de comprensión de la cartografía sonora. La primera, de carácter teórico, examina conceptos y experiencias emblemáticas de escucha como el paisaje sonoro y los grafismos musicales del siglo XX. La segunda, de carácter experimental, expone y comenta una experiencia docente para la elaboración de cartografías sonoras que revelan diversas formas de comprender e interpretar el movimiento y la intensidad del sonido en el espacio.
Palabras clave: Paisaje sonoro, Diagramas, Cartografía sonora
Abstract
This article exposes the potentialities of sound car- tography as a graphic instrument that relates pla- ces and spaces of the city, in a dimension that until today is little considered as fundamental factor of the character and identity of the environment, the sound. In these graphs, sound is understood as a temporal manifestation that diffuses in space, but is captured by a perceptual and instrumental experien- ce that seeks to situate, measure and characterize it. In this sense, the text postulates that the sonographic mapping along with giving visibility to places and spa- ces from the exercise of an attentive listener, rises as an input for to think the architectonic and urban design inciting the appearance of another new sensitivity for space and the creation of other expressive languages. Thus, the present text exposes two instances of un- derstanding the sonographic cartography. The first, of a theoretical nature, examines concepts and em- blematic “experiences of listening” as the sounds- cape and the musical graphics of the twentieth century. The second, of an experimental nature, ex- poses and discusses a teaching experience for the development of sound cartographies that reveal different ways of understanding and interpreting the movement and the intensity of sound in space.
Keywords: Soundscape, diagrams, sound cartogra- phygrowth
"Habitar la ciudad escuchando música. Las relaciones entre el rock y la cumbia en el campo de experiencias de las clases populares argentinas"
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Revista Planeo Nº29, Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016
[Por, Nicolás Aliano; Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata y Magister en Sociología de la Cultura por la Universidad Nacional de San Martín. Becario posdoctoral CONICET – Universidad Nacional de San Martín / Instituto de Altos Estudios Sociales. Docente en la cátedra de Antropología Cultural y Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina)]
Recibido: 29.08.2016 / Publicado: 27.03.2017
Resumen
El artículo aborda algunos de los usos de la música en el mundo popular urbano de la Argentina contemporánea. Basado en un trabajo de campo cualitativo realizado entre 2009 y 2015 con aficionados de sectores populares al rock, el artículo propone mostrar la existencia de modos de evaluación morales de los consumos musicales. Ello conduce a los seguidores a trazar límites simbólicos respecto de otros géneros musicales, fundamentalmente la cumbia. Se ilumina así una dinámica cultural que, anclada en el espacio, conecta consumos musicales con modos de habitar y representar la ciudad. Esta dinámica constituiría el modo de elaborar simbólicamente una matriz de fragmentación social y segregación espacial presente entre las capas populares contemporáneas.
Palabras clave: Estudios urbanos, Música, Límites simbólicos
Abstract
The article approaches to some of the uses of music in the popular urban world of contemporary Argentina. Based on a qualitative fieldwork done between 2009 and 2015 with rock fans of popular sectors, the article aims to show the existence of modes of moral evalua- tion of music consumption. This leads fans to perform symbolic boundaries with respect to other musical genres, mainly the cumbia. The article illuminates a cultural dynamic that, anchored in space, connects musical consumption with ways of inhabiting the city and generating representations about it. This dynamic would be the way to symbolically elaborate a matrix of social fragmentation and spatial segre- gation present within contemporary popular sectors.
Keywords: Urban studies, Music, Symbolic boundaries
"Sistema de parches integrados: Reformular la experiencia del paisaje productivo en San Bernardo
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Revista Planeo Nº29, Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016
[Por, Francisco Walker, Arquitecto, PUC; Alejandra Vásquez, Arquitecto, Magíster en Arquitectura del Paisaje UC; Juan Ramón Samaniego, Arquitecto, PUC; Lucas Mateluna, Arquitecto, PUC; Martín Fonck, Sociólogo, Instituto de Antropología UC; Santiago Rojas, Ingeniero Agrónomo, Departamento de Medioambiente Providencia; Francisco Salas, Arquitecto, Magister en Arquitectura, PUC; Francisco Chateau, Arquitecto, Master Arquitectura y Sostenibilidad UPC, Barcelona; Macarena Burdiles, Arquitecto, Magister en Arquitectura]
Resumen
La transformación de los espacios productivos del entorno rural, impulsado por la expansión urbana, ha generado que el reconocimiento de los habitantes en el paisaje circundante se haya fragmentado. Dicho proceso ha contribuido a difuminar las identidades territoriales y los sentidos de lugar. Junto al proceso de desarrollo de la ciudad los límites urbanos han cambiado, entendiéndose los espacios naturales aledaños a la zona urbana como bordes a la deriva, sin un sentido que sugiera una unidad en el paisaje. Asumir la condición de encuentro entre lo urbano y rural en el paisaje puede potenciar nuevos sentidos de lugar por medio de la generación de espacios de límites que permitan conocer, utilizar y significar al paisaje en su conjunto. Antes que proponer rescatar identidades locales vinculadas históricamente al territorio, se propone asumir el carácter dinámico de las identidades en los procesos de transformación urbano-rural, esto permite sugerir que los espacios de encuentro en el paisaje pueden ser fuentes fundamentales en la configuración de nuevos sentidos de lugar e identificación socio- ecológica. Desde esta perspectiva el proyecto busca proponer nuevas estrategias para construir una mejor interacción urbano-rural en los límites de la ciudad de Santiago a través de parques recreativo-productivos.
Palabras clave: Límite urbano, Paisaje productivo,Expansión urbana
Abstract
Actually, as a consequence of urban growth, is possible to appreciate a transformation of productive areas in the rural environment which undermine people’s capacity of self-recognition in landscape. This process contributes to blur territorial identities and people’s sense of place. Along with our cities development, ur- ban limits have changed, leaving their neighboring natural environment as unclear borders, an experience that does not suggest a landscape unit. To assume the encounter condition between the urban and the rural environment in landscape may enhance new senses of place by generating dynamic limits that allow us to use, give meaning and get to know lands- cape as hole. The proposal is to assume the dynamic character of identities in urban-rural transformation processes in order to conceive these encounter areas as key fount to configure new senses of place and eco-social identification. Thus, the project aims to propose new strategies for building a better rural- urban interaction in the borders of Santiago through parks that are both recreational and productive.
Keywords: Urban limit, Productive landscape, Urban growth
Entrevista Fundación Urbanismo Social: “Nuestro rol como Fundación es ser quienes aunamos los intereses legítimos de los actores involucrados, y establecemos consensos para articular y gestionar acciones sociales que aporten a lograr un objetivo común para el territorio”
VerEntrevista Fundación Urbanismo Social: “Nuestro rol como Fundación es ser quienes aunamos los intereses legítimos de los actores involucrados, y establecemos consensos para articular y gestionar acciones sociales que aporten a lograr un objetivo común para el territorio”
Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Martin Montes. Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Fundación Urbanismo Social es una organización sin fines de lucro que desarrolla proyectos de vivienda, barrios y ciudad en base a un modelo propio de urbanismo social preventivo que detona procesos de desarrollo urbano y social, participativos y sostenibles, a partir de una intervención física, buscando que las personas se sientan felices de vivir en el lugar que habitan. Entre ellos se destaca el proyecto de Núcleo Ochagavía de Pedro Aguirre Cerda.
En representación de la Fundación, quienes respondieron esta entrevista fueron Pilar Goycoolea (Directora Ejecutiva) y Pía Monardes (Directora del Área Gestión Ciudad y Territorio).
“Nuestro rol como Fundación es ser quienes aunamos los intereses legítimos de los actores involucrados, y establecemos consensos para articular y gestionar acciones sociales que aporten a lograr un objetivo común para el territorio”
- Para empezar, cuéntanos de qué se trata el proyecto Núcleo Ochagavía.
Núcleo Ochagavía es un proyecto de la empresa Red Megacentro, quien compra el terreno del emblemático edificio, conocido como el “elefante blanco” de Pedro Aguirre Cerda, construido durante el gobierno de Salvador Allende para albergar el más grande y moderno hospital público de Latinoamérica. Sin embargo, en 1973 –durante la dictadura militar– las obras fueron paralizadas, dejando a la comuna con una infraestructura abandonada de 84 mil metros cuadrados, en su etapa de obra gruesa. Durante 40 años el edificio cargó con las expectativas y frustraciones de toda una comunidad. Para los habitantes de Pedro Aguirre Cerda y de la ciudad de Santiago en general, este edificio pasó a formar parte de la identidad y memoria histórica de la comuna.
En este contexto, Red Megacentro apostó por convertir y resignificar este espacio y encargó el proyecto al Premio Nacional de Arquitectura, Juan Sabbagh, quien decidió recuperarlo mediante un proyecto de “reciclaje urbano” que mantiene su estructura, y la adecúa para convertirse en un centro logístico y empresarial. Para darle sentido al proyecto, era necesario el involucramiento activo de todos los actores del territorio, y el trabajo colaborativo entre ellos. Así, el proyecto se fue transformando, y se fueron incluyendo diversos servicios solicitados por la propia comunidad, los cuales permitieron que el proyecto se transformara en una oportunidad de desarrollo urbano y social para el sector.
Im. 1. Elefante Blanco de Pedro Aguirre Cerda
Fuente: www.nucleoochagavia.cl
2. Entendiendo el contexto de gran frustración por parte de la comunidad, ¿cómo lograron involucrarlos en el proyecto?
El proceso que vivimos al llegar al territorio implicó enfrentar una comunidad que albergaba un sueño frustrado, 40 años de abandono, promesas no cumplidas e inseguridad. Para que la comunidad se involucrara en el proyecto tuvimos que construir una estrategia concreta y racional en donde la esencia fuera sintonizarnos y conectarnos con las emociones que tenían las personas que vivían en la comuna alrededor del edificio.
Desde ahí iniciamos un proceso de resignificación del proyecto haciéndonos cargo del imaginario que tenía este edificio para las personas, partiendo por explicar el hecho de que ya no sería un hospital y se convertiría en algo nuevo. Aquí se generó una acción sensible en la que, a través de visitas guiadas, se realizó una especie de “duelo” del edificio.
3. ¿Cómo fue el proceso en participación ciudadana? En lo concreto ¿cuáles fueron las acciones que se implementaron?
Megacentro es una empresa que se ha destacado por considerar a las comunidades en sus proyectos y fomentar la colaboración público privada. En esa línea, ellos estaban convencidos de que este edificio, dada su carga histórica, no podía ser tratado como cualquier proyecto. A raíz de ello, convocaron una alianza estratégica orientada a convertir a Núcleo Ochagavía en un centro cívico y empresarial, capaz de generar desarrollo económico y social para la comuna. Desde un inicio se conformó un gran equipo técnico social, siendo fundamental la presencia y activa participación del Municipio de Pedro Aguirre Cerda representando los intereses de sus vecinos y de un equipo social, liderado por nosotros como fundación, haciéndonos cargo de articular a los distintos actores involucrando a la comunidad durante todo el desarrollo del proyecto.
En lo concreto, diseñamos un Plan Social Integral para la participación y el involucramiento centrado en las personas y el territorio. Las acciones contempladas en su implementación fueron:
– Información, difusión e inserción territorial: Entendiendo que la comunidad tenía que mantenerse al tanto de todo lo relacionado al proyecto, de manera transparente y permanente, se consolidó un relato común entregado de primera mano por los actores líderes del proceso, los que a su vez también recibían retroalimentación de parte de los vecinos para que el desarrollo del proyecto incluyera sus visiones.
– Resignificación del edificio: Dado que era necesario que la comunidad hiciera un duelo del edificio y recibiera este nuevo proyecto, hicimos visitas guiadas, un concurso de cuentos y fotografías, entre otras actividades. Si bien creíamos que era una buena noticia, teníamos que ser muy respetuosos con los procesos de la comunidad.
– Oportunidades laborales locales: Se hizo un proceso de intermediación laboral con la OMIL, donde se logró que el 70% de la fuerza laboral del proyecto sea de la comuna.
– Mejoramiento del entorno: El proyecto no sólo se concentró en el edificio, sino que también transformó el entorno de éste. Para ello, la comunidad, municipalidad y el arquitecto Teodoro Fernández –premio nacional de arquitectura 2014– de manera participativa diseñaron diversos espacios públicos, incluyendo una futura Plaza Cívica para la comuna.
4. ¿Cuál es el resultado de todo este proceso?
Actualmente este edificio se ha convertido en un polo de atracción para diversos actores, dado que gracias a la participación de la comunidad ahora éste alberga múltiples servicios, de los cuales muchos de ellos antes no existían en la comuna. Entre ellos encontramos dependencias municipales de la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda, Registro Civil, farmacia, notaría, gimnasio, banco, correo, la Fundación Nuestros Hijos (especialistas en la rehabilitación de cáncer infantil), Núcleo Salud (centro de salud Fonasa Nivel 2 con servicios de laboratorio de primer nivel) y emprendimientos sociales como Algramo.
Luego de más de tres años de trabajo colaborativo este lugar no sólo se ha convertido en un nuevo polo de desarrollo económico para la comuna, sino que también, y principalmente, se ha convertido en un nuevo centro social. Hoy Núcleo Ochagavía atrae a nuevas empresas, emprendedores y servicios públicos a instalarse en Pedro Aguirre Cerda y generar valor.
Im. 2. Núcleo Ochagavía actual
Fuente: www.urbanismosocial.cl
5. ¿Cuáles son los principales aprendizajes que ustedes rescatan a partir de este proyecto?
Algo que durante todo el proceso fue clave, es el interés y la disposición de los diversos actores por comprender, aprender y aportar al desarrollo urbano-social del territorio. Para que un proyecto inmobiliario se instale de manera adecuada en el territorio, respetando y ofreciendo oportunidades de desarrollo a la comunidad local, exige la voluntad de que todos los actores se escuchen y trabajen en conjunto por un objetivo común. A partir de eso, podemos recatar principalmente tres grandes aprendizajes:
– Poner a las personas en el centro: El hecho que todos los actores entendiéramos el valor político y social que tenía el edificio para las personas fue lo que definió la forma de trabajo. Para ello fue clave sumar a la comunidad desde un principio y entender que el proyecto no apuntaba a favorecer intereses particulares, sino más bien a construir un proyecto común para el territorio.
– Creación de confianza: Para lograr proyectos de gran envergadura como lo es el de Núcleo Ochagavía, es fundamental contar con la voluntad política, los tiempos y los recursos para generar confianza entre los distintos actores. Sólo así, logramos un desarrollo urbano capaz de generar valor en el largo plazo, a partir de acciones de comunicación transparente que inviten a las comunidades a representar a su territorio, y transformen la participación ciudadana en un involucramiento activo.
– Oportunidad de revitalización del entorno: Núcleo Ochagavía muestra cómo una empresa privada puede ser un actor clave en la creación de valor y desarrollo para los territorios. Lo que amplía el espectro de recuperación urbana a fin de posibilitar iniciativas que aunque no siempre provengan del Estado, sí tienen que articularse con el sector público para mantenerse en el tiempo.
6. Muchas veces ustedes se refieren a “construir ciudad desde lo local”. ¿Qué quieren decir con eso?
Construir ciudad desde lo local significa respetar y fomentar las características, lógicas y dinámicas propias del territorio, y en especial dar cuenta de su identidad. Aquellos proyectos que cumplan con esto, tendrán sentido para sus habitantes y para dicho territorio. Para ello, es fundamental que exista una contraparte ciudadana representativa y comprometida que valide y le dé seguimiento a todo el proyecto. Con alianzas locales fuertes, se pueden realizar proyectos con sentido para el territorio y su gente.
7. ¿Cuáles son los principales barreras o desafíos para “construir ciudades desde lo local”?
Normalmente se le otorga poco valor a lo local. En general se tienden a priorizar las decisiones que toman las instituciones superiores que están más alejadas de las realidades locales. En ese sentido, aparatos burocráticos tan centralizados como el chileno, suelen descuidar y pasar a llevar los espacios locales. Para avanzar en esta línea, es necesario darle mayor protagonismo y autonomía a los actores locales de los territorios, junto con articular de mejor manera los diálogos entre los distintos actores, estableciendo alianzas y evitando que las opiniones de unos pasen a llevar a otros. Para lograrlo, nosotros como fundación apuntamos a transitar desde la participación ciudadana a un involucramiento comunitario. Es decir, que no basta con que los actores opinen, sino que es necesario que se involucren en un proyecto común.
8. Para terminar ¿cómo defines el rol de la Fundación Urbanismo Social en los procesos sociales de desarrollo urbano?
Nuestro rol como Fundación es ser quienes aunamos los intereses legítimos de los actores involucrados, y establecemos consensos para articular y gestionar acciones sociales que aporten a lograr un objetivo común para el territorio. Para ello es fundamental considerar desde los aspectos más concretos tales como la ejecución, diseño y servicios, hasta otros más abstractos como la historia, los vínculos y la emocionalidad de las comunidades locales.
Im. 3. Actores involucrados en el proyecto
Fuente: www.urbanismosocial.cl
Para más información sobre el proyecto ver: https://vimeo.com/182738847
Microdocumental: "El Salado del mañana"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por (Dirección) Martín Salas
(Producción) Tomás Gómez, Catalina Mac-Auliffe, Felipe Egaña
(Dirección de fotografía) José Miguel Miño; Sonido: Carlos Pérez
Mandante: Observatorio de Ciudades UC (Director: Roberto Moris, Equipo: Ximena Arizaga; Felipe Valdenegro, Gisela Frick, Sebastián Hermosilla, Juan Carraha, Cristóbal Herrera, Nicolás Morales, Alejandra Neira y Sebastián Mella)]
RESUMEN
El 25 de Marzo del año 2015, la provincia de Chañaral fue severamente afectada por un aluvión ocasionado por un evento hidrometeorológico inusual. La catástrofe puso de manifiesto la necesidad de contar con un plan de reactivación productiva desde una perspectiva ambiental, técnica, económica, social e institucional. En este contexto, el Observatorio de Ciudades de la Pontificia Universidad Católica de Chile (OCUC) suscribió un convenio con la Corporación para el Desarrollo de la Región De Atacama (CORPROA) en el marco del programa para la “Reactivación Urbana y Productiva Sustentable De Atacama, Corredor Solar” que se puso en marcha con posterioridad al aluvión del año 2015.
El micro documental “El Salado del mañana” pretende evidenciar las potencialidades económicas que posee la provincia, así como también sus necesidades y sus oportunidades de desarrollo. Para esto, se entrevistó a personas que habitan el territorio y que representan las diferentes actividades económicas que se desarrollan en la provincia. El documental busca dar cuenta del conocimiento y comprensión que tienen los habitantes de su territorio a través de su voz y susparticulares paisajes.
Palabras claves: Diversificación productiva, desarrollo sustentable, planificación territorial.
"Hábitat Patrimonial y Mixidad Social en Santiago: desarrollo de un centro histórico chileno"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Jaime Pujol Carabantes. Arquitecto PUC, Master en Urbanismo Sciences Po París, Académico Escuela de Arquitectura, Universidad Diego Portales]
RESUMEN
Como en otros centros históricos, en la comuna de Santiago, corazón de la metrópolis capital de Chile, coexisten el mayor número de equipamientos de la ciudad junto a una población flotante equivalente a un tercio de los habitantes de la ciudad, la mayor concentración de inmuebles patrimoniales del país, en buena medida deteriorados, y una población residencial en aumento, que demanda crecientemente respeto por el patrimonio y conformada por al menos un décimo de población migrante extranjera. Esta particular combinación impulsó a la Municipalidad de Santiago a desarrollar una reflexión transversal para definir su política de desarrollo. Esta iniciativa se llamó grupo de trabajo “Hábitat Patrimonial y Mixidad Social” y ha tenido una serie de consecuencias sobre las acciones concretas que lleva hoy a cabo la municipalidad, en particular en el contexto del Programa comunal de Arriendo Social y el Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática. Ambos consideran, entre otros aspectos, la recuperación de inmuebles patrimoniales y la construcción de viviendas nuevas en contexto patrimonial, para producir arriendo social de viviendas y de locales comerciales, fortaleciendo tanto la necesaria oferta residencial para los más vulnerables como también el desarrollo económico local.
Palabras clave: Desarrollo urbano; Centro histórico chileno; Arriendo social
Los centros de las ciudades chilenas se encuentran particularmente descuidados. Sin embargo, reúnen usos y habitantes diversos en un contexto social altamente segregado; a pesar de que este aspecto no sea potenciado desde las políticas públicas. Además de ello, también contienen la mayor cantidad de patrimonio tangible en condiciones de deterioro. Aun tratándose de los lugares mejor equipados dentro de las ciudades, con mayores ofertas de empleo, educación y comercio; acogiendo por esto, una alta cantidad de población flotante, para cuyas necesidades no siempre hay recursos. En otras palabras, es en los centros donde se juegan gran parte de los desafíos urbanos chilenos.
A pesar de ello, pocas instancias los ponen en valor y ayudan a su desarrollo. En este contexto, la Municipalidad de Santiago, institución que gobierna el centro de la mayor ciudad chilena, hizo un esfuerzo transversal para definir su política de desarrollo urbano inclusivo en cuanto a los usos de suelo, y otros aspectos sociales e identitarios. Este proceso involucró diversas unidades internas e instituciones públicas y privadas en una iniciativa inédita: el grupo de trabajo Hábitat Patrimonial y Mixidad Social. A continuación, se presenta el diagnóstico que impulsó este programa, las preguntas específicas que dicha instancia se propuso como meta responder, y por último, las conclusiones y consecuencias de esta iniciativa, tales como: el Programa comunal de Arriendo Social y el Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática.
Las ciudades chilenas comparten casi sin excepción una marcada segregación social que va en aumento, periferias más habitadas que centros y crecimientos que respetan poco la identidad de los barrios. La OCDE[1] le solicita a Chile revertir estas disfuncionalidades constatando alarmantemente que, de las treinta ciudades más segregadas de la entidad, ocho son chilenas, y Santiago es la “campeona” (OECD, 2013, 58). La Política Nacional de Desarrollo Urbano, inspirada por este tipo de consideraciones, identifica temáticas claves priorizando la Integración Social (CNDU, 2015, 4). Y si bien trasciende, y el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano ha profundizado sus conclusiones (CNDU, 2015)[2], no ha tenido aún consecuencias contundentes en lo operativo.
En los centros se juegan gran parte de los desafíos urbanos chilenos. La comuna de Santiago, corazón de la “ciudad más segregada de la OCDE”, si bien es aun residencialmente integrada, sigue perdiendo a sus habitantes más vulnerables (CASEN, 2011). Sólo menos del 5% de los siete millones de residentes de la capital viven en la comuna, lo que contrasta con albergar la mayor cantidad de fuentes de empleo, instituciones educacionales y equipamientos de toda la ciudad. Esto genera la multiplicación por seis de su población durante los días hábiles, pasando de unos 310 mil a 1,8 millones de habitantes (MTT, 2015). Es decir, el 30% de la población de la metrópolis acude cotidianamente al centro. Santiago es así un lugar de encuentro en una ciudad altamente segregada.
Santiago posee además el más alto número de declaratorias de Patrimonio comunal de Chile[3], distinguiéndose entre la monumentalidad propia de su rol de capital nacional, y el patrimonio de los barrios históricos, mixtos socialmente y en usos, con marcado rol residencial y vernacular. Sin embargo, esta protección patrimonial sólo sirve para contener relativamente acciones indeseables como inmuebles demolidos, intervenidos inadecuadamente, o barrios alterados; no sirve para gatillar acciones deseables y necesarias como mantener, reconstruir o renovar. Asistimos así, a un deterioro progresivo de este y otros centros patrimoniales chilenos.
Si bien el Programa de Repoblamiento de Santiago desde los años 1990 logró aumentar sustantivamente la población comunal (INE, 2012)[4], esto conllevó efectos indeseados, tales como: la expulsión de residentes vulnerables, la aparición de edificaciones en altura disruptivas con la identidad de los barrios, sin un adecuado incremento de los equipamientos acorde con el aumento y tipo de población, y una reducción crítica de las superficies de las nuevas viviendas, lo que restringe los nuevos tipos de habitantes. Se agrega a esto, que al menos uno de cada 10 residentes de la comuna es extranjero latinoamericano, recientemente avecindado en Chile, normalmente viviendo informalmente con precariedad y hacinamiento, riesgoso para él y demás habitantes de la comuna e inmuebles patrimoniales.
Para enfrentar la complejidad y envergadura de estos desafíos, la administración municipal de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, emprendió una reflexión transversal involucrando a varias de sus unidades en una comisión municipal llamada “Hábitat Patrimonial y Mixidad Social”[5] que identificó siete preguntas fundamentales a responder:
- ¿Cómo armonizar la recuperación del patrimonio con la densificación?
- ¿Cómo incrementar el número de viviendas sociales en Santiago considerando el patrimonio construido existente?
- ¿Cómo recuperar los cités, patrimonio de viviendas sociales?
- ¿Cómo la rehabilitación de los espacios públicos permite re dinamizar los barrios?
- ¿Cómo adaptar vivienda para adultos mayores?
- ¿Qué modelo de gestión barrial participativo implementar?
- ¿Cómo relanzar un desarrollo económico local?
Se reflexionó internamente durante 18 meses, identificando los avances que Santiago ha tenido históricamente en estas materias, en particular, en influenciar los subsidios del MINVU a las situaciones centrales y patrimoniales[6]. Luego, se compartieron las conclusiones con la ciudadanía, expertos, actores económicos e instituciones públicas en un Workshop realizado el día 03 de abril de 2014 que reunió a más de 150 participantes (ver Fig.1). En esta instancia, se procuró identificar, con actores relevantes según temáticas, los “eslabones faltantes” que no son sólo financieros, sino que también jurídicos, reglamentarios, normativos y de gestión. Se evidenció que muchas herramientas no son difíciles de concretar cómo podría inicialmente creerse. Y sabiendo que las respuestas excedían las capacidades municipales, Santiago las trabajó asociándose tanto con instituciones públicas como privadas.
Esta sensibilización logró involucrar al Gobierno Nacional y así lanzar la recuperación del primer inmueble municipal patrimonial para Arriendo Social[7] (ver Fig. 2), poner en marcha el nuevo Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática (PRBIPE)[8], con la participación del MINVU en la generación de una nueva glosa presupuestaria para oferta de arriendo social (DIPRES, 2016)[9] a partir de 2017, complementando el subsidio a la demanda de arriendo social ya existente.
La creación de estos nuevos instrumentos, está actualmente permitiendo de forma inédita abordar operaciones piloto de recuperación patrimonial, la implementación de viviendas inclusivas, arriendo social bien ubicado; potenciando características comerciales y culturales de los barrios, promoviendo en definitiva un nuevo círculo virtuoso de desarrollo urbano integral e identitariamente respetuoso[10]. Y si bien los desafíos son todavía numerosos en materia de encontrar un mayor involucramiento de privados en la revitalización de los barrios, sin desperfilar los objetivos de revitalización urbana; sólo profundizando esta reflexión y política de desarrollo, la Municipalidad de Santiago será capaz de abordarlos, contribuyendo a forjar la ineludible innovación en políticas públicas para revitalizar los descuidados centros de Chile.
Im 1. Workshop Hábitat Patrimonial y Mixidad Social, Salón de Honor, Ilustre Municipalidad de Santiago, 03 de abril de 2014 / Fuente: Ilustre Municipalidad de Santiago, 2014
Im 2. Inmueble de Conservación Histórica en recuperación para Arriendo Social, Calle Abate Molina N° 601, Santiago, 24 de julio de 2016. La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, posan junto a Mireya Danilo e Isidora Larraín, de la Subdirección de Patrimonio de la Municipalidad de Santiago, de quienes dependió la iniciativa de la recuperación de este inmueble para hacer arriendo social. Se encuentran también concejales municipales, la Presidenta del Colegio de Arquitectos, Pilar Urrejola, dirigentes barriales y profesionales ejecutantes de las obras de recuperación. La primera etapa de recuperación de este inmueble se realizó mediante el cofinanciamiento del Fondo del Patrimonio (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) y la Municipalidad de Santiago / Fuente: Ministerio de Cultura, 2016
Notas:
[1] Chile ingresó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el año 2010
[2] El primer documento elaborado por el CNDU busca precisar los objetivos de la Política Nacional de Desarrollo Urbano es “Propuestas para una Política de Suelo para la Integración Social” de 2015.
[3] Actualmente la comuna de Santiago tiene 20 Zonas Típicas, 83 Monumentos Históricos, 16 Zonas de Conservación Histórica y 1362 Inmuebles de Conservación Histórica. Esto equivale a que el 40% aproximadamente del territorio comunal tiene algún tipo de protección patrimonial.
[4] En periodo 2002 a 2012, la comuna de Santiago pasó de unos 200 mil habitantes a unos 311 mil, lo que significa un aumento de 56%, el más alto en una comuna chilena en el mismo periodo (INE, 2012).
[5] El grupo de trabajo Hábitat Patrimonial y Mixidad Social identificó un diagnóstico crítico de tres puntos: (1) no estamos protegiendo y promoviendo adecuadamente el patrimonio, (2) el Repoblamiento ha tomado una orientación no deseada y (3) está aumentando la segregación en la comuna. El grupo fue liderado por la nueva Subdirección de Patrimonio y la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN). Participaron varias unidades: Secretaría Comunal de Planificación (Subdirecciones de Vivienda, Asesoría Urbana), la Dirección de Obras Municipales (DOM), la Dirección Municipal de Salud y la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO).
[6] Santiago había tenido numerosos avances en materia de protección patrimonial vernacular y social. Un ejemplo de ello, es el Subsidio del Programa de Protección al Patrimonio Familiar (o PPPF), donde se sensibiliza al MINVU para recuperar Condominios Sociales de características patrimoniales; tales como: condominios de la década del cuarenta (Mapocho, Mapocho Bulnes, los conjuntos Huemul II y III, o el Roto Chileno, entre otros).
[7] El Inmueble de Conservación Histórica de propiedad municipal de Abate Molina N° 601, Santiago, se encuentra en proceso de recuperación para generar 21 nuevas viviendas para arriendo social (11 viviendas originales), dos locales comerciales y una sala comunitaria.
[8] Para mayor información sobre el PRBIPE visitar: http://www.subdere.gov.cl/organizaci%C3%B3n/divisi%C3%B3n-municipalidades/departamento-de-inversi%C3%B3n-local/programa-revitalizaci%C3%B3n-de-bar
[9] En el artículo “El próximo año se entrega el primer edificio patrimonial para viviendas sociales en el centro de Santiago”, El Mercurio, 30 de octubre de 2016, Cuerpo C, p.10, se menciona la futura glosa que permitirá financiar la oferta de arriendo social mediante subsidio MINVU, http://impresa.elmercurio.com/mermobileiphone//pages/newsdetailmobile.aspx?dt=2016-10-30&newsid=0&bodyid=3&paginaid=10&supplementid=0.
[10] Algunos ejemplos de ello, corresponden a la experiencia del edificio de Vivienda Social de San Francisco Nº1666 (ver noticia en: http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/760857/neo-cite-vivienda-social-en-el-centro-de-santiago-por-una-ciudad-inclusiva-y-equitativa). Y a las acciones PRBIPE, tales como el traspaso de parte del Ministerio de Bienes Nacionales del Inmueble de Conservación Histórica Ex Post Natal del Hospital San Juan de Dios para hacer un programa de 13 viviendas y dos comercios en arriendo, la adquisición de inmuebles para hacer vivienda, la recuperación de cites patrimoniales, mejoramiento de fachadas, techumbres, electricidad y muros corta fuegos de unos 400 inmuebles existentes, además de recuperarse equipamientos culturales y espacios públicos emblemáticos como el Teatro Novedades o el Parque Portales.
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Referencias:
Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) (2015). Propuestas para una Política de Suelo para la Integración Social Urbana. Obtenido de: http://www.minvu.cl/opensite_20150505145801.aspx
Congreso Nacional, Ministerio de Hacienda, Dirección de Presupuesto (DIPRES) (2016). Ley de Presupuestos 2017. Obtenido de: http://www.dipres.gob.cl/595/w3-multipropertyvalues-15145-23712.html
Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) (2011): Resultados Regionales Encuesta Casen 2011: Región Metropolitana de Santiago. Obtenido de: http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/casen/XIII_Metropolitana_oct13.pdf
Ilustre Municipalidad de Santiago (2015). Santiago, Lugar de Encuentro: transformaciones y propuestas. Ed. CORTAL, Santiago, Chile.
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) (2012), Precenso 2012, Chile. Obtenido de: www.ine.cl
Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) (2015), Encuesta Origen Destino de Viajes 2012 de Santiago (EOD-Santiago). Obtenido de: http://www.mtt.gob.cl/archivos/10194
OECD (2013), OCDE National Urban Policy Review, Chile 2013, OECD Publishing. Obtenido de: http://www.oecd-ilibrary.org/urban-rural-and-regional-development/oecd-urban-policy-reviews-chile-2013_9789264191808-en
Entrevista a Edward Rojas: “Cuando hablamos de “arquitectura del lugar”, estamos hablando de una arquitectura que se sustenta en los inmanentes escenciales de la arquitectura preexistente de un lugar determinado y, por lo mismo, esta acción es sustentable y sostenible en el tiempo. Esto que hoy nos parece tan obvio, apenas lo intuíamos hace 30 años”
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Martin Montes. Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Edward Rojas es un reconocido arquitecto que lleva cerca de 40 años residiendo en la isla de Chiloé. A través del Taller de Arquitectura Puertazul, se ha dedicado a recoger y poner en valor el patrimonio arquitectónico y cultural de Chiloé. Sus múltiples contribuciones lo llevaron a que en el año 2016 ganara el Premio Nacional de Arquitectura.
“Cuando hablamos de “arquitectura del lugar”, estamos hablando de una arquitectura que se sustenta en los inmanentes esenciales de la arquitectura preexistente de un lugar determinado y, por lo mismo, esta acción es sustentable y sostenible en el tiempo. Esto que hoy nos parece tan obvio, apenas lo intuíamos hace 30 años”
Im1. Edward Rojas / Fuente: www.soychile.cl/Chiloe
1. ¿Qué te motivó a trabajar en Chiloé y a mantener su particular arquitectura?
El encanto del LUGAR, su geografía archipiélaga, sus extraordinarios paisajes de tierra, agua y cielo, en permanente cambio. Su luz, la fuerza y creatividad de los chilotes, la profunda identidad de su cultura, y su arquitectura de tierra, agua y bordemar, que podía ser sustento de una arquitectura moderna apropiada.
2. ¿Cuáles han sido los cambios más notorios entre la arquitectura que te enseñaron en la escuela de Valparaíso o de la que hacías antes de llegar a Chiloé, respecto a la que empezaste a hacer cuando llegaste a trabajar allí?
Yo estudié arquitectura en una Escuela cruzada por dos momentos históricos. Primero, la de una escuela revolucionaria, abierta a la comunidad y al territorio, que era parte del gran experimento de la «Vía Chilena al Socialismo». En ese momento, los grandes temas eran el diseño y la planificación de otra forma de organización territorial, económica y social, como lo podía ser «un barrio comunitario y productivo». Luego vendría el golpe militar y el retorno a una escuela sustentada en los paradigmas del movimiento moderno.
Estas y otras experiencias con mi socio Renato Vivaldi y los miembros del Taller Puerta Azul nos permitieron entender que los referentes internacionales en madera que nos interesaban, no tenían nada que ver con la necesidad de los chilotes de seguir teniendo casas con pasillo para que la gente esperara cuando fallecía alguien de la casa y se velaba en el salón. Para hacer “arquitectura del lugar” había que conocer el territorio, convivir con su habitantes y aprender de su cultura y de su notable arquitectura en madera, así como la forma de construirla con manos carpinteras y las nobles maderas del bosque nativo.
3. En ocasiones te has referido a que la arquitectura chilota es una arquitectura del lugar, que nace comunitariamente desde lo local. Cuéntanos porqué.
Respondo esta pregunta con un ejemplo: los adultos mayores del barrio de palafitos de Pedro Montt en Castro, necesitaban y soñaban con construir una capilla. Hablaron con el párroco arquitecto de los franciscanos, Fray Julio Campos, quien desarrolló un anteproyecto. La comunidad y el párroco organizaron un comité pro construcción de la capilla, haciendo múltiples beneficios. Comenzaron a juntar dinero, lo que les permitió comprar los poyos y pagar un carpintero para instalarlos. Un cliente nuestro, a quien le pidieron aporte, nos encargó que apoyáramos la iniciativa desarrollando los proyectos de arquitectura y especialidades en conjunto con Fray Julio y la comunidad, además de elaborar una maqueta, un presupuesto y un plan de recaudación de fondos. Estos insumos van a permitir al Comité seguir animando a los vecinos y a empresarios turísticos del barrio y de la ciudad, para que hagan su aporte a esta “minga” comunitaria, así como postular a otras fuentes de financiamiento. La capilla se va a construir con los materiales, la tecnología y los carpinteros del lugar que en su arte pondrán toda la tradición y el conocimiento ancestral para construir algo singular, tan propio del lugar, y único en el mundo, como lo puede ser una capilla de palafitos de madera, revestida de tejuelas de alerce y planchas de metal. Esta capilla será velatorio, salón de encuentros para los habitantes del barrio y lugar de inicio o término de las procesiones terrestres o marítimas de los santos patronos de la zona.
Im 2. Museo Arte Moderno Chiloé / Fuente: http://www.edwardrojas.cl/ arquitecto/
4. ¿Cuál crees que es el rol que juega la arquitectura de Chiloé en el desarrollo local de su territorio?
Desde mi punto de vista, la arquitectura es la mayor obra material de una cultura. Ella acoge el fulgor de la vida de los habitantes en cada territorio y, por lo mismo, si ella se funda en lo propio del lugar, reinterprepretando de manera contemporánea los valores ancestrales de la arquitectura pre existente, reafirma la identidad de la cultura del lugar. Sobre todo en un archipiélago como Chiloé, donde un canasto de quilineja tiene el mismo valor cultural que un “milcao» o una iglesia patrimonial.
5. ¿Consideras que actualmente las escuelas de arquitectura forman arquitectos con un enfoque en el rescate de los atributos locales?
Cuando hablamos de “arquitectura del lugar”, estamos hablando de una arquitectura que se sustenta en los inmanentes escenciales de la arquitectura preexistente de un lugar determinado y, por lo mismo, esta acción es sustentable y sostenible en el tiempo. Esto que hoy nos parece tan obvio, apenas lo intuíamos hace 30 años. Sin conocer mayormente los planes de estudios de las Escuelas de Arquitectura del país, creo que hoy sí está presente en la enseñanaza y en el debate la dimensión sustentable que debe regular y ecualizar culturalmente en cada territorio el encuentro de la tradición con la modernidad, así como del encuentro de lo local y lo global.
6. ¿Consideras que actualmente la arquitectura chilota se encuentra amenazada? Si es así, ¿cuáles son las principales amenazas?
La arquitectura chilota en si misma no se encuentra amenazada. Creo que hoy hay más conciencia del valor del patrimonio y de la sustentabilidad del sistema. Hay nuevas generaciones de arquitectos sensibles al lugar y su cultura; tenemos un colegio de arquitectos fuerte y atento a los cambios; una comunidad para quien la construcción y la arquitectura es tan natural como el clima. La madera nativa es explotada con planes de manejo, y se utilizan materiales modernos y de recambio que mantienen los atributos de la madera, como sombras y texturas, y existe todavía, sobre todo en el mundo rural, una escala de la arquitectura pertinente a su paisaje.
Esto significa que la arquitectura chilota en el Siglo XXI puede seguir adecuándose, puede seguir mutando, puede seguir modernizándose, sin perder su identidad. La amenaza mayor tiene que ver con el modelo económico de mercado, que impone obras ajenas como el Mall que enferman el espacio urbano y que destruyen el paisaje.
Por otro lado, la ciudad de Castro dejó de ser ese pueblo grande que conocimos hace 40 años, y hoy se ha convertido en una pequeña metrópolis que está cambiando de forma bastante acelerada su escala de viviendas y comercio. A raíz de ello, los arquitectos del lugar tienen un enorme desafío: cómo hacerlo, cómo cambiar de escala y de materiales para que la obra que se haga sea parte del lugar, parte de la historia y de la arquitectura contemporánea de Chiloé y no se llene de obras trasplantadas de otras realidades, de otras modernidades, que es lo que hoy también está sucediendo.
7. ¿De qué manera el deterioro arquitectónico – material producto de las amenazas que mencionas ha incidido en otros ámbitos a la isla de Chiloé?
La amenaza mayor es la implantación de modelos de desarrollo y proyectos ajenos a la dinámica de la cultura y la economía del lugar, que por lo mismo alteran y transforman tangible e intangiblemente el territorio y, junto a ello, su cultura, su economía y las prioridades de sus habitantes. El mayor ejemplo de ello ha sido la empresa salmonera y su revolución industrial con un siglo de atraso. Y seguramente también lo será el Puente sobre el Canal de Chacao, el cual le arrebatará a la isla su bien más preciado desde el punto de vista cultural e identitario; su condición insular.
8. En territorios con fuertes lineamientos identitarios como Chiloé, ¿cuál crees que debiese ser el desafío en cuanto al desarrollo de normas locales?
Sin lugar a dudas, la elaboración de normativas pertinentes para un lugar contribuyen a que ellas puedan regular el desarrollo de la identidad de la arquitectura. Ejemplo de ello es el caso de los barrios de palafitos de Castro, donde en los últimos 8 años se ha producido una acelerada renovación urbana, pero que gracias a la existencia de una normativa básica en el actual Plan Regulador, el cual la mayoría de los arquitectos que hemos intervenido en estos barrios hemos respetado, ha permitido un cambio de escala apropiado, un desarrollo armónico y un diálogo pertinente entre la antigua y la nueva arquitectura de los palafitos, la cual paradojalmente se construye de manera irregular porque los palafitos no tienen títulos de dominio y, por lo mismo, no pueden tener permiso de edificación hasta que logren obtener una concesión marítima.
Para este caso la deuda del Estado está en no haber concretado la prometida Ley que entregaría Concesiones marítimas heredables a todos los palafitos, así como la declaratoria de Zona Típica. Declaratoria que en el Caso de Chonchi ha permitido la mantención de un patrimonio único en el planeta que debemos cuidar.
Por otro lado, en un mundo eminentemente rural, la poca planificación que existe es urbana y por lo mismo es urgente la elaboración de un plan de desarrollo y ordenamiento territorial sustentable, así como un plan regulador intercomunal que oriente y proteja el patrimonio cultural y arquitectónico insular.
9. Por último, ¿cómo has asumido el desafío de mantener y respetar las tradiciones locales, respondiendo a su vez con las nuevas necesidades que van demandando los ciudadanos? Es decir, el dilema entre tradición vs modernidad.
En nuestra oficina, Taller Puertazul, tenemos muy claro que en cada obra tenemos que ser capaces de equilibrar en el espacio tres lógicas distintas. La lógica del encargo; los sueños y las necesidades de una familia o comunidad, la lógica del lugar en términos paisajísticos, culturales y arquitectónicos, y la lógica del arquitecto y sus obsesiones, en la búsqueda de respuestas apropiadas para encontrar este equilibrio. En esta búsqueda, como decía Violeta Parra, es importante «medir el silencio, medir las palabras, sin pasarse ni quedarse”.
"El Acuerdo de Chena y el Regimiento Pudeto, oportunidades de un nuevo desarrollo local"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Nicolás Aguirre. Sociólogo Pontificia Universidad Católica de Chile, Fundación Decide
Patricio Escobar. Arquitecto Pontificia Universidad Católica de Chile, Fundación Decide]
RESUMEN
El Acuerdo de Chena, firmado en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, plantea un listado de terrenos en que el Ejército solicita la enajenación de 49 propiedades fiscales y a su vez, pone a disposición del Ministerio de Bienes Nacionales 14 inmuebles, declarando entre sus fines el “desarrollo urbano” (Acta de Chena, 2004). Los terrenos del Regimiento Pudeto, en la ciudad de Punta Arenas, forman parte de este listado de terrenos, los que, dada su ubicación, conectividad y tamaño, representa una oportunidad única para la ciudad de obtener paños urbanos. Las consecuencias y efectos de los destinos que se realizarán en Pudeto tendrán un impacto a una escala metropolitana, tornándose imprescindible un proceso de participación ciudadana local y abierto, que incorpore y permita el encuentro de todos los grupos sociales e individuos que tendrán que convivir y adaptarse a lo que definitivamente se realice en los predios. El Estado chileno cuenta con un positivo escenario de posibilidades otorgado por el Acuerdo de Chena; es un buen momento para implementar nuevos paradigmas de desarrollo, y permitir que sea la Ciudadanía quien decida.
Palabras clave: Acuerdo de Chena, Regimiento Pudeto, Participación ciudadana
Hoy en día es sumamente difícil que las comunidades locales puedan obtener terrenos urbanos para su desarrollo, esto debido principalmente a la presión inmobiliaria que ejercen los poderes económicos. El Acuerdo de Chena es una oportunidad concreta para que diversos paños dentro de los cascos urbanos de varias ciudades de Chile sean utilizados para nuevas concepciones de desarrollo. Este acuerdo, firmado en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, plantea un listado de terrenos en que el Ejército de Chile solicita la enajenación de 49 propiedades fiscales y a su vez pone a disposición del Ministerio de Bienes Nacionales 14 inmuebles, esto “con el fin de contribuir a un uso más eficiente de la administración del patrimonio fiscal” (Acta de Chena, 2004). Pasados 13 años de firmada el Acta, no ha sido claro el uso que se les ha dado o se les puedan dar a estos terrenos, pudiendo ser traspasados para fines privados, o bien, siendo una valiosa oportunidad para las comunidades locales.
Im 1. Ubicación de Regimiento Pudeto en Punta Arenas y subdivisión predial hecha por el Ejército / Fuente: Fundación Decide (2001). Ubicación y loteo de terrenos del Regimiento Pudeto,[Planimetría] información extraída de Plano N°12101-562-CU confeccionado por CINCE-Ejercito. Agosto 2012. Informe CYV 1 Fundación Decide.
Los terrenos del Regimiento Pudeto son un importante paño urbano que es parte del listado de inmuebles que el Ejército pone a disposición en el Acuerdo de Chena. Dada su ubicación (Imagen 1), a cuadras del centro histórico de Punta Arenas, su extensión, de potenciales 25,8 ha, y su conectividad, colindante con 2 de la principales vías estructurantes de la ciudad, representa una oportunidad única para la ciudad de recuperar suelo urbano. Recientemente, las presiones ciudadanas y mediáticas sobre el futuro de estos terrenos, han decantado en una cesión por parte del Ejército de 3 de los lotes que la entidad castrense solicitó subdividir en el año 2016 (Imagen 1). El primero de estos lotes corresponde a un área de 3,54 ha que ocupa la laguna existente (identificado con el número 4 en la imagen 1) y que históricamente ha sido ocupada como espacio público (Imagen 2), los otros 2 lotes que suman 1, 44 ha (identificados con el número 5 en imagen 1) son cedidos a vialidad para la prolongación de calles que den mayor conectividad a la ciudad. Aunque este proceso ha sido un claro avance en pos de recuperar espacio público para la comunidad, no ha dado cabida a la participación como tampoco ha clarificado el uso que se le dará a los lotes restantes que suman 20.77 ha (identificados con los números 1, 2 y 3 en la imagen 1), pudiendo, de no mediar una participación activa de la ciudadanía, ser enajenados y puestos en licitación para fines privados. Esta deficiencia en la información y participación sobre el futuro de los predios, es replicable a gran parte de los terrenos citados en el Acuerdo que en total suman 125.000 ha a lo largo del territorio nacional.
Imagen 2, Fotografía en donde se observa cómo la laguna era ocupada como espacio público a mediados del siglo XX / Fuente: Desconocido, recopilado por “La Perla del Estrecho” (desconocido, mediados del siglo XX). Registro de la Laguna del Regimiento Pudeto ocupada como espacio público [Fotografía]. Recuperado de http://laprensaaustral.cl/vida-social/alla-por-los-anos-tiempos-de-trineos/ 2016.
Si el Acuerdo tiene entre sus fines declarados el “desarrollo urbano” (Acta de Chena, 2004), es la caracterización que se le dé a este desarrollo la que definirá el futuro de importantes áreas dentro de los cascos urbanos de variadas ciudades de Chile, pudiendo actuar de acuerdo a la visión neoliberal de desarrollo económico o a concepciones de desarrollo y urbanismo alternativos; como por ejemplo, aquellas que incorporan lógicas participativas que nacen desde lo “local” y por quienes lo habitan, en donde voces minoritarias o tradicionalmente excluidas, encuentren medios o canales de comunicación en los procesos y decisiones locales, enriqueciéndose de este modo la discusión o debate público y evitando las tendencias homogeneizantes de la cultura neoliberal global (Boisier, 2001).
La lógica neoliberal y su intervención global en los procesos locales ha sido exitosa en imponer sus tiempos, homogeneizando el desarrollo temporal de las sociedades modernas en un ritmo acelerado que obliga y presiona a tomar decisiones en forma inmediata. La Ciudadanía, en tanto agente abstracto, difuso y de múltiples identidades, opera en una escala temporal distinta a la de las instituciones modernas por excelencia, empresas, municipalidades, agencias gubernamentales, etc., las cuales, por su estructura organizacional están dotados de una capacidad de decisión que permite responder y actuar en forma inmediata a los estímulos del entorno. Las comunidades urbanas, por su parte, se comunican e interactúan, crecen y se desarrollan, transforman y renuevan sus componentes, alteran sus prioridades y necesidades, de acuerdo a su relación con el entorno, en un movimiento temporal-progresivo que no comprende metas ni destinos finales, más que el de continuar desarrollándose en el tiempo.
El proyecto neoliberal no sólo impone un ritmo adecuado a sus intereses de distribuir y generar recursos financieros, sino también genera un quiebre profundo con la historia de las comunidades. El desarrollo neoliberal y la “destrucción creativa” (Brenner, 2013) que éste impulsa, promueve un desligarse del pasado histórico de los pueblos, creando proyectos urbanos que responden a una imaginería del futuro global des-localizado, más idóneos o aptos para responder a las nuevas tendencias económicas globales. No cabe duda que este será el futuro de los terrenos del Acuerdo de Chena y de los terrenos de Pudeto en específico, si se opta por esta visión de desarrollo, en especial si se opta por entregar estos terrenos a intereses inmobiliarios.
Las consecuencias y efectos del proyecto que se realizará en Pudeto actuarán a una escala metropolitana, tornándose imprescindible un proceso de participación ciudadana local y abierto, que incorpore y permita el encuentro de todos los grupos sociales e individuos que tendrán que convivir y adaptarse a lo que definitivamente se realice en los terrenos. El Estado chileno cuenta con un positivo escenario de posibilidades otorgado por el Acuerdo de Chena. Es un buen momento para implementar nuevos paradigmas de desarrollo, y permitir que sea la Ciudadanía quien decida. Si no se favorece un paradigma de decisiones políticas distinto, el “desfase temporal” que existe entre ciudadanía e instituciones y organizaciones modernas, determinará que la situación decante en favor de los intereses financieros y/o políticos gubernamentales. Actualmente observamos cómo se toman decisiones, se firman contratos y se ejecutan obras, sin dar tiempo a que la Ciudadanía logre formar una opinión y, menos aún, organizar un encuentro social que formule demandas específicas en torno a sus problemáticas.
Para que los proyectos que surjan del Acuerdo de Chena sean informados, legitimados y construidos por la Ciudadanía, debe existir un proceso de participación ciudadana que incorpore objetivos y métodos de trabajo adecuados, formulados específicamente para la situación social, histórica y urbana en que se encuentran los terrenos. Sin embargo, quizás aún más importante, es que el proceso de participación ciudadana debe permitir o favorecer la construcción de un momentum político-social que establezca dinámicas comunicacionales y estrategias organizacionales propias de la cultura local, en este caso magallánica, en donde surjan visiones de la ciudad ligadas a los deseos y motivaciones de sus habitantes, los cuales sólo pueden manifestarse en un lugar y en un momento. Como plantea Merrifield (2011), al revisar la “política del encuentro” de Henri Lefebvre, “El momento es una oportunidad política para aprovecharla e inventarla, algo metafórico y práctico, palpable e impalpable, algo intenso pero también fugaz, la sensación delirante de puro sentir, de pura inmediatez, de estar allí y solo allí” (p. 108). El escenario actual brinda la posibilidad de crear “momentos” en donde la Ciudadanía se encuentre y cree algo nuevo, original y de alcances aún más amplios que el destino de los terrenos del Regimiento Pudeto y de otros terrenos contenidos en el Acuerdo de Chena.
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Referencias
Antonio Vázquez Barquero (comp.), Oscar Madoery (comp.). (2001). Capitulo 1. El desarrollo local, contextos y desafíos. En Transformaciones globales, instituciones y políticas de desarrollo local (48-77). España: Homo Sapiens. SBN: 950-808-314-X
Neil Brenner (2013). Tesis sobre la urbanización planetaria. Revista Nueva Sociedad N° 243, enero-febrero de 2013, ISSN: 0251-3552.
Andy Merrifield. (2011). El derecho a la ciudad y más allá: notas sobre una reconceptualización lefebvriana. Urban, SEP 2011 – FEB 2012, 108.
Acta de Chena, (2004) solicitada por el H. Diputado Gabriel Boric Font el 13 de Abril del 2016 a través de la H. Cámara de Diputados y remitida por el Ejército el 24 de Mayo del 2016.
"La (des) memoria de la Geografía (Patagonia-Aysén)"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Andrés Núñez G. Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile]
RESUMEN
El sentido del espacio poco tiene que ver con el espacio mismo. El significado que le damos al espacio surge de una memoria que es experiencia. Por lo mismo, es cambio y olvido. En este contexto, nos preguntamos ¿qué lugar ocupan los espacios de las memorias locales cuando son proyectados desde una escala nacional o global? ¿Qué trayectorias espacio-temporales contienen el horizonte de comprensión de los habitantes de áreas llamadas marginales o fronterizas? En Patagonia-Aysén hoy está de moda “lo verde”. Ser sustentable copa el sentido de ese austral territorio. Proteger y cuidar el bosque cubre el imaginario geográfico de lo que parece ser un nuevo mundo, una renovada “vocación”, una reserva de vida que marca el horizonte de comprensión de los antiguos y nuevos habitantes. Así, se van des-dibujando memorias geográficas que suponían otras experiencias, otros significados del espacio, otros arraigos. Estas imágenes buscan hablar de ese lenguaje que de modo silencioso se desvanece, de sus fugas, de las huidas de la memoria, de rostros que asumen olvidar para indagar, perplejos, en los nuevos caminos del sentido del espacio.
Palabras clave: Patagonia-Aysén; memorias geográficas; arraigo
"Documental Grupo de Villagra: Memorias de Autonomía Insular en el Archipiélago Juan Fernández"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Kenneth Torres de Rodt
Investigadoras: Jaritza Rivadeneira Muena y Angélica Santos Caullán]
RESUMEN
En tiempos recordados como difíciles por la pobreza, el sacrificio y el abandono por parte del Estado chileno que vivieron los primeros habitantes del archipiélago Juan Fernández, las redes de ayuda entre familiares, amigos y vecinos fueron fundamentales para resolver las carencias y los problemas cotidianos. Como resultado de estas experiencias, surgen ideas de fortalecimiento comunitario, mediante acciones voluntarias, bajo un contexto de insularidad.
El Grupo de Villagra fue un cuerpo autónomo que se organizó por el desarrollo local de las islas, representando un sentir isleño y motivando las relaciones cooperativas, en un período donde ocurrieron significativos hitos que influyeron en modos de ser y de hacer de la comunidad isleña. Este cortometraje resume el trabajo plasmado en el libro homónimo, el cual recupera la historia de esta agrupación, que entre los años 1966 a 1980 se constituye para ayudar y beneficiar a la comunidad fernandesiana, como respuesta al aislamiento territorial y social con Chile continental, a partir del levantamiento de obras públicas que han trascendido en el tiempo. La relevancia de este proyecto se basó en la necesidad de visibilizar y difundir los aportes de un colectivo que contribuyó significativamente al desarrollo sociocultural, económico y político de Juan Fernández.
Palabras claves: Archipiélago Juan Fernández, Autonomía, Desarrollo local
"Del Recup Boca al Distrito de las Artes: paradigmas opuestos de desarrollo local"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Ana Gretel Thomasz. Antropóloga, Dra. en Filosofía y Letras, área antropología, por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Investigadora del CONICET, Instituto de Cs. Antropológicas, UBA]
RESUMEN
El barrio de La Boca, situado en el sector sur de la Ciudad de Buenos Aires, ha sido, en distintos períodos de su evolución socio-histórica, campo de aplicación de diversas políticas públicas tendientes a promover el desarrollo urbano local. Se examinan aquí dos operatorias diferentes, el Recup Boca y la Ley 4353/12 que creó un “Distrito de las Artes” en ese sector de la ciudad. Se revisan tanto los puntos de contacto como las divergencias y los contrastes que se registran entre ambas operatorias, colocando el acento en el lugar diferencial otorgado a los conventillos y los sectores populares: mientras que el Recup Boca se proponía garantizar su permanencia en el área, el Distrito de las Artes genera su expulsión, una vez que favorece la especulación inmobiliaria y genera un notable incremento de los desalojos.
Palabras clave: desarrollo urbano, sectores populares, conventillos
Hace ya varias décadas, cuando los primeros rayos de la democracia despuntaban en el cielo porteño, comenzaba a delinearse en el ámbito de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, el RECUP-Boca (1984-86); un programa destinado a promover el desarrollo urbano y desarrollo social de la población residente en el barrio porteño de La Boca. Revertir el deterioro edilicio, la degradación urbana y promover el desarrollo social de la población local favoreciendo su permanencia y arraigo en el área eran, de hecho, las ideas fuerza del RECUP. En un contexto histórico signado por el incremento de los desalojos en ese barrio y la incipiente movilización de la población afectada residente en casas de inquilinato de chapa y madera conocidas como conventillos; el programa proponía fomentar la rehabilitación integral del área, a la que por entonces se definía en términos de un “área problema” (según el Decreto 6426, publicado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en septiembre de 1985).
La reivindicación del derecho a la vivienda por parte de la población afectada y diversas organizaciones sociales boquenses, fue un fenómeno relativamente paralelo al diseño y puesta en marcha del RECUP (Lacarrieu, 1993). En sintonía con esa demanda, el RECUP establecía claramente que las reformas materiales a implementarse debían concretarse garantizando “el mantenimiento y desarrollo de los habitantes del lugar”, en especial los de bajos recursos económicos. La “reconquista urbana” del barrio y el mejoramiento de su infraestructura se entrelazaban así con otros designios de naturaleza social e incluso cultural, tales como superar la degradación “alentando el sentido de pertenencia al hábitat inmediato” y propiciando el “reconocimiento de la identidad” y los valores socioculturales que caracterizan al barrio (Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1988, p.7). Simultáneamente, se convocaba a los vecinos residentes en los conventillos a participar activamente de la puesta en práctica del programa y la elaboración de un diagnóstico.
A nivel internacional, habían adquirido centralidad nuevos paradigmas de intervención urbana basados en la rehabilitación de viejos centros urbanos, la preservación de su patrimonio, la radicación de la población de escasos recursos en villas y asentamientos a través de planes de regularización dominial, así como la promoción de la participación de la población en la mejora de sus viviendas. Iban quedando atrás otras modalidades más coactivas de acción pública, en particular la edificación en masa de grandes conjuntos de viviendas de interés social (a los que por el contrario, ya se recomendaba demoler) y la política de erradicación compulsiva de villas.
Como se sugirió, el designio de recuperar “para la ciudad en su totalidad” un barrio degradado (Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1988, p.5) se subordinaba en el RECUP al otro principio rector, el de mejorar las condiciones de habitabilidad para la población de escasos recursos ya residente allí. Los conventillos y los ciudadanos que los habitaban, ocupaban en dicho programa un lugar absolutamente central. En este contexto, aunque el proceso de implementación del RECUP no careció de conflictos y su aplicación efectiva fue interrumpida en la década de 1990, sin que sus propósitos fueran alcanzados; el programa fue de algún modo, todo un símbolo de una época, en la que luego de años de plomo, la ciudadanía -incluyendo a los sectores populares- era la protagonista de la historia.
Hace apenas cuatro años, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aprobó y puso en marcha otro instrumento también destinado a “revitalizar una zona relegada de la ciudad”. Lo hizo mediante la aprobación de la Ley 4353/12, que creó un “Distrito de las Artes” en el barrio de La Boca (junto a subsectores de los adyacentes barrios de San Telmo y Barracas). Ese instrumento parece ser la imagen especular del Recup Boca: el espíritu que lo anima es exactamente inverso al de aquel. En lugar de apelar a los sectores populares que habitan en conventillos, la Ley 4353/12 prevé promover el desarrollo de la zona convocando a actores externos a invertir en el barrio. Efectivamente, se los exhorta a adquirir o alquilar inmuebles, ofreciendo a cambio importantes exenciones impositivas. Para gozar de esos beneficios, los emprendedores e inversores interesados solo deben destinar un porcentaje menor de los inmuebles adquiridos o alquilados (o de las actividades lucrativas que desarrollen allí) a la comercialización y difusión de “obras artísticas”. Pero el sentido de esta última expresión no se explica en la normativa, dando rienda así suelta a la especulación.
El propósito primordial es aquí el de atraer invasores, dándose por sentado que su establecimiento en La Boca traccionará, a posteriori, el desarrollo urbano local. El ideario en que se basa la creación del Distrito es de resultas netamente liberal. Pues parte de la premisa de que en el actual contexto de globalización, la atracción de capitales foráneos y la apertura indiscriminada de los mercados generarán desarrollo económico y urbano. Simultáneamente, se apela al arte y la cultura como estrategias de marketing urbano, capaces de dotar de un plusvalor simbólico a un barrio de raigambre históricamente popular.
Cabe, entonces, preguntarse nuevamente ¿qué lugar ocupan en el nuevo Distrito de las Artes los sectores sociales populares que estaban en el centro de la escena en el RECUP? Las acciones positivas tendientes a alcanzar a los sectores populares residentes en conventillos, garantizar su permanencia en el barrio, reafirmar su derecho a la vivienda o fomentar su participación, brillan por su ausencia. En efecto, la Ley 4353/12 fue diseñada y puesta en práctica ignorando por completo su presencia, o más bien invisibilizándola. Los cuestionamientos y críticas de las organizaciones sociales y militantes boquenses que hacia 2012 se opusieron a la aprobación de la ley (Thomasz, 2016) son hoy en día, lamentablemente, una realidad palpable: sólo durante 2016, más de mil ciudadanos se vieron obligados a abandonar el barrio por causa de los desalojos.
Ciertamente, acicateados por los beneficios económicos que otorga la normativa, viejos propietarios de conventillos promueven la expulsión de antiguos inquilinos a fin de hacer un uso más rentable de tales inmuebles, o recurren a estrategias viles tales como interrumpir el cobro del alquiler y/o acelerar el deterioro de las edificaciones. Mientras que nuevos especuladores adquieren deteriorados inquilinatos a bajos costos “con la gente adentro” -es decir, con los ciudadanos que los habitan desde hace años residiendo aun allí- para consumar luego el desalojo.
La Ley 4353/12 constituye, vista en perspectiva histórica, una poderosa inversión del ideario del RECUP. En lugar de preservar la identidad y el patrimonio barrial, promueve un agudo proceso de transformación que acelera su destrucción. El derecho a la vivienda y la permanencia de los sectores populares que habitan en La Boca se sacrifica en pos de la “regeneración urbana” y del establecimiento de “desarrolladores externos” allí. Resulta sumamente grave y dramático que la intensificación de los desalojos y la expulsión de los sectores populares sean hoy una consecuencia, y ya no una causa, del diseño y la puesta en marcha de una “política pública”, si es que cabe esa denominación a la Ley 4353/12.
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Bibliografía
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. 1988. Programa Recup Boca: Una carta de desarrollo social y urbano del barrio. Buenos Aires: Autor.
Lacarrieu, Mónica. 1993 “Luchas por la apropiación del espacio y políticas de vivienda: el caso de los conventillos de La Boca”, Tesis Doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Thomasz, Ana Gretel. “Los nuevos distritos creativos de la ciudad de Buenos Aires: la conversión del barrio de La Boca en el Distrito de las Artes”. Revista EURE – Revista de Estudios Urbano Regionales, 42 (126). Pp. 145-167. http://www.eure.cl/index.php/eure/article/view/1520/883.
"Gestión local de áreas comerciales: una alternativa para mantener activos sectores de comercio tradicional en la ciudad"
Ver"Gestión local de áreas comerciales: una alternativa para mantener activos sectores de comercio tradicional en la ciudad"
Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Angélica Figueroa Valenzuela. Asesora Urbana, Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales, Sercotec. Magister Diseño de Ciudad y Ciencias Sociales, the London School of Economics and Political Science, Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile]
RESUMEN
Ante el declive de sectores de comercio tradicional de la ciudad, junto con la fuerte irrupción de centros comerciales y el comercio online, se han llevado a cabo una serie de iniciativas en diferentes países que apuntan a establecer un modelo de gestión local de áreas, liderado por comerciantes y empresarios junto con el apoyo de entidades públicas, que busca mantener vivas y atractivas aquellas zonas centrales de la ciudad. Chile no está ajeno a esta tendencia y desde el 2015 se está implementado, en más de 60 barrios comerciales, el Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales.
Palabras clave: Comercio Tradicional, Capital Social, Desarrollo Local, Gestión Urbana
Im 1: Paseo Bulevar Baquedano / Fuente: Elaboración propia
En el año 2015 en Chile, se puso en marcha el programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales[1]. Esta iniciativa pública es implementada a través de una estrategia conjunta del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y es ejecutada por el Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec.
El programa busca, por una parte, revitalizar la actividad económica y comercial en sectores de la ciudad que concentran un significativo número de pequeñas y medianas empresas. Y por otra, aportar vitalidad y hacer más atractivos a sectores tradicionales de la ciudad que aportan a la interacción social y construcción de comunidad. Para el cumplimiento de los objetivos del programa, el trabajo en terreno se desarrolla en base a tres grandes ejes de acción: construcción del capital social, fortalecimiento de la oferta comercial y mejoras del entorno urbano comercial. Con este esquema se trabaja en más de 60 barrios que forman parte del Programa, los que están distribuidos a lo largo del país, desde Arica a Puerto Williams[2], recogiendo sus diferentes características en cuanto a tamaño, morfología, localización, actores, diversidad y vocación comercial.
La iniciativa pública que aquí se presenta, responde al estancamiento o declive de sectores de comercio tradicional, hecho que es posible observar en varias ciudades chilenas, trayendo consigo un impacto negativo en términos económicos, sociales y culturales. Asimismo, en su conjunto, estos sectores enfrentan un difícil escenario debido a la fuerte competencia que representan para ellos los formatos contemporáneos de comercialización de bienes y servicios (centros comerciales, shopping malls, tiendas departamento, etc), junto con la enérgica irrupción del comercio online[3].
Im 2. Avenida Antonio Varas, Puerto Montt / Fuente: Elaboración propia
Im 3. Centro de Arica / Fuente: Elaboración propia
Im 4. Centro de Los Muermos / Fuente: Elaboración propia
Para abordar los desafíos planteados, con los recursos destinados para esta iniciativa se ha llevado a cabo una intervención a escala local que posee un componente altamente participativo focalizado en la construcción de capital social. Se promueve un trabajo en conjunto, estableciendo una red de comerciantes y empresarios de un área determinada, a fin de hacer frente a las problemáticas que de manera individual no pueden abordar, al tiempo de reforzar la colaboración público – privada. Esta dimensión es considerada como un elemento base para la sostenibilidad de la iniciativa en el tiempo. Por otro lado, la aproximación al territorio es innovadora en cuanto busca la coordinación de diferentes entidades públicas que tienen injerencia en la toma de decisiones a nivel local, aspirando a que los principales aliados deben ser los municipios, con el propósito de abordar de manera integral aspectos económicos, de identidad y cultura, turismo, entorno urbano comercial, entre otros.
Como resultados de la primera etapa de trabajo, a nivel barrio, se han desarrollado una serie de actividades de dinamización comercial, con el fin de activar los barrios, dar a conocer su oferta comercial e invitar a más actores a involucrarse en el proceso. Se han desarrollado las marcas corporativas de los barrios, mientras que los empresarios y comerciantes han conformado organizaciones con personalidad jurídica y formulado los Planes de Desarrollo Comercial y Urbano, los cuales consideran las aspiraciones que los propios empresarios y comerciantes sueñan para sus Barrios Comerciales.
Con esta iniciativa de fortalecimiento de sectores comerciales, Chile pasa a ser parte de un grupo de países, donde se está trabajando en programas similares que persiguen mantener viva la actividad comercial en zonas centrales y hacer de estos sectores lugares atractivos para visitar, trabajar, atraer inversión y desarrollar la actividad económica. Ejemplo de ello, son las iniciativas de Business Improvement Areas (BIA) en Cánada, Business Improvement Districs (BID) en Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica, Town Center Management en Inglaterra y Austria, o Centros Comerciales a Cielo Abierto en España y Argentina. Entendiendo que existen matices entre ellas, lo que estos programas buscan es sentar las bases en el territorio para una gestión coordinada, entre privados y en relación con las instituciones públicas y terceros, para la administración de un área determinada, la que es definida por la concentración de comercios y servicios. El foco está puesto en impulsar sectores más competitivos e impactar en el comportamiento de los consumidores, atrayendo un mayor flujo de personas a estas áreas, al mismo tiempo de proporcionar una experiencia de compra diferenciadora, que busca hacer referencia simbológicamente a la idea de barrio, productos locales, diseño de calidad, manufactura nacional, etc. Una de las diferencias que es posible observar en Chile, es que en los casos internacionales el primer impulso ha sido por iniciativa de privados, aquí la propuesta de programa ha sido pública.
Este tipo de iniciativas, en el contexto internacional, han sido altamente valoradas ya que ante un escenario global de recortes presupuestarios en el sector público y en los gobiernos locales, es muy difícil para ellos poder prestar el estándar de servicios que los sectores de comercio tradicional de la ciudad requieren para promocionarse y mantenerse atractivos para la comunidad, consumidores e inversionistas. Por otra parte, al ser procesos liderados por la comunidad de comerciantes o empresarios, quienes son portadores del conocimiento local, hace que las soluciones a las problemáticas estén mejor calibradas y bien acotadas a un contexto particular, lo que a su vez, permite que los resultados puedan ser percibidos por ellos, en cuanto a aumento o mantención de las ventas, puestos de empleos, flujo de personas, entre otros, es decir genera una alto grado de apropiabilidad del proyecto.
En resumen, la intención de establecer un modelo local de gestión de áreas comerciales busca, en esencia, mantener activa la actividad comercial en sectores centrales y tradicionales de la ciudad, favorecer la mantención o incremento de la actividad económica generadora de empleos y desarrollo, al mismo tiempo que, permite mantener la riqueza cultural y de interacción social como piezas urbanas que aportan a un desarrollo equilibrado de la ciudad.
Notas:
[1] El Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales está definido en la medida 41 de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento del Ministerio de Economía. Medida 41 Agenda PIC, “Crearemos un programa de fortalecimiento de barrios comerciales. El programa será implementado por Sercotec y financiará la ejecución de proyectos de carácter asociativo, como asistencia técnica y capacitación, prospección de mercados, acciones de marketing, adquisición de activos fijos y habilitación de infraestructura, entre otros. El objetivo es generar una estrategia común en torno al barrio, que lo diferencie de otros lugares competidores y que potencie sus atributos comerciales e identidad cultural” (Minecon, 2014). http://www.agendaproductividad.cl/
[2] Mayor información del programa y antecedentes sobre los Barrios Comerciales en los cuales se está trabajando revisar www.barrioscomercialeschile.cl
[3] De acuerdo a antecedentes de la Cámara de Comercio de Santiago, en Chile menos del 5% del pequeño comercio tiene presencia de ventas en comercio Online. http://www.emol.com/noticias/Economia/2016/04/14/798103/Comercio-electronico-en-Chile-superara-los-US-2800-millones-en-ventas-este-ano.html
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Referencias / sitios web:
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SERCOTEC, Programa de Fortalecimiento de Barrios Comerciales barrioscomercialeschile.cl
-
Agenda de Productividad innovación y Crecimiento. www.agendaproductividad.cl/
-
Association of Town Center & City Management, atcm.org
-
BritishBIDs, britishbids.info
-
Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto, Cascos Urbanos y Centros históricos, fccca.com.ar
-
Cámara de la Comunidad Valenciana, pateco.org
"Historia material de Potrerillos. Minería, industria y vida cotidiana en un complejo minero-industrial (1916-1959)"
Ver"Historia material de Potrerillos. Minería, industria y vida cotidiana en un complejo minero-industrial (1916-1959)"
Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Pía Acevedo Méndez. Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigadora Instituto de Estudios Patrimoniales (IEP)]
Título del Libro: Historia Material de Potrerillos. Minería, Industria y Vida Cotidiana en un complejo minero-industrial (1916-1959)
Autor: Pablo González Castillo
Edición: Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), región de Atacama, 2015; 147 páginas
RESUMEN
Potrerillos fue un campamento cuprífero instalado en la zona cordillerana de la actual región de Atacama durante la primera mitad del siglo XX cesó sus actividades a fines de la década de 1990 producto de problemas ambientales. El cierre y erradicación de sus habitantes gatilló una serie de procesos sociales orientados a proteger, conservar e impedir que el campamento que albergó a hombres, mujeres y niños del cobre por casi un siglo desapareciera para siempre. Asimismo, en el último tiempo se han desarrollado una serie de trabajos e investigaciones que han aportado valiosa información sobre el campamento y que han servido para que la comunidad organizada de ex potrerillanos la incorpore dentro de sus acciones en pos de la defensa y protección patrimonial del ex campamento, intentado con estos antecedentes y con diferentes acciones de difusión sobre este caso lograr la anhelada declaración de Potrerillos como Monumento Nacional, categoría que ya poseen otras dos ciudades del cobre chilenas.
Palabras Clave: campamento cuprífero, Potrerillos, patrimonio industrial
Im 1: Portada del libro
En plena cordillera de Los Andes a 2800 m.s.n.m. se construyó el campamento Potrerillos (1920), constituyéndose como la tercera de las denominadas Ciudades del Cobre en Chile, después de Sewell (1906) y Chuquicamata (1915) (Garcés, 2009). El proceso de explotación de cobre a gran escala significó una importante transformación territorial de la región de Atacama desde cordillera a mar, en parte por la dependencia de la actividad de una línea férrea que conectó Potrerillos con Chañaral y posteriormente con el puerto de Barquito, pero también por la existencia de líneas de transmisión eléctrica, la construcción de viviendas e equipamiento para los trabajadores y sus familias y el levantamiento de infraestructura mecánica e industrial que estuviera al servicio de la producción (Baros, 2006).
Lo anterior se llevó a cabo a de la mano de las compañías mineras Potrerillos Railways Company y Andes Copper Mining Company, las que comenzaron el proceso de construcción del primer gran enclave minero industrial de la zona de Atacama (Baros, 2006) adaptando el proyecto original a la topografía del lugar, rellenando algunas quebradas para levantar viviendas y el sector industrial, además de sortear el complejo proceso de construcción del equipamiento social en un terreno irregular. Dentro de este equipamiento destacan la escuela, la pulpería, el teatro y el mercado público. Por otro lado, las necesidades de los extranjeros que ostentaban cargos más altos dentro de la producción se vieron satisfechas con el levantamiento del barrio americano en el que se construyó un colegio y un club de golf para su esparcimiento, entre otros (Gárces, 2009). Con todo, la trasformación y el desarrollo económico que se gestó en esta zona del país producto del cobre no dejó indiferente a los habitantes que vivían en las cercanías de este nuevo campamento, ni menos a los que llegarían desde diferentes lugares del país a integrarse en las faenas cupríferas y a constituirse como trabajadores de la gran minería del cobre.
Todas estas particularidades de Potrerillos han sido revisadas, mayoritariamente, por Eugenio Garcés (2009) y María Celia Baros (2006), resultando aún escasos los estudios orientados a conocer de manera profunda y en la voz de sus protagonistas las lógicas urbanas, los rasgos sociales y los ribetes identitarios que se desarrollaron a lo largo de la vida útil de Potrerillos y cuáles son las permanencias en la actualidad. En relación a esto, es que la obra de González (2015) se perfila como un significativo aporte a la historiografía atacameña, toda vez que revisa la historia de Potrerillos entre 1916 y 1959, abarcando gran parte del devenir de este campamento. Utilizando fuentes primarias como los semanarios distribuidos en el campamento, imágenes y entrevistas, además de fuentes secundarias, el autor da cuenta de la configuración de este espacio y de las relaciones sociales que se desarrollaron al interior de éste y que dieron origen a una comunidad minera.
Así, en cuatro capítulos González se esmera por describir los aspectos materiales de este enclave minero industrial, sus particularidades y qué significaron para la comunidad que los habitó. En este sentido, se aborda con especial atención la evolución de los espacios que configuraron Potrerillos y se revela información sobre la materialidad de las viviendas y de los espacios sociales, además de las condiciones sanitarias y su situación demográfica.
Vinculado a lo anterior, el autor define tempranamente al sujeto minero, identificando los tipos de operarios que trabajaron en este campamento, así como también repasa los problemas de seguridad y salud que tuvieron que enfrentar los mineros al interior de las faenas. Asimismo González (2015) entrega información significativa sobre Potrerillos, como por ejemplo lo que sucedía con la fuerza de trabajo y la población de este campamento, ya que suele relacionarse la minería con la masculinidad, sin embargo para este caso las mujeres no resultaron una facción menor y hacia 1952 representaron el 46,2% del total de la población del campamento (González, 2014, pp: 44). Lo interesante de todo esto es que el autor construye esta información gracias a la revisión de La Usina y de La Voz de Potrerillos y a la realización de entrevistas a ex trabajadores de este campamento, lo que permitió interiorizarse en la configuración de la identidad potrerillana que surgió, en gran medida, a partir de fenómenos como los clubes sociales, el deporte, el teatro, el mundo laboral y la vida sindical, entre otros aspectos.
Si bien el trabajo de González (2015) se desarrolla hasta 1959, resulta interesante dar cuenta que el cierre definitivo de este campamento y el cese de sus actividades se produjo en 1999 a raíz de que se le declaró como zona saturada de contaminación, situación que obligó a la erradicación de sus habitantes a diferentes lugares de la región de Atacama. A pesar de lo complejo del traslado, sus ex habitantes se organizaron a través de la comunidad “Potrerillos amigos siempre” y han reclamado por la protección de este campamento y por el resguardo de los edificios que aún quedan en pie, los que se perfilan como soportes de la memoria y de la identidad potrerillana. Así, entre algunos avances en pos de su reconocimiento se registra la elección de este ex campamento como Hito Bicentenario 2010, sin embargo el mayor logro para esta comunidad guarda relación con conseguir la declaración de este ex campamento como Monumento Nacional para que se garantice la preservación y puesta en valor la historia y el patrimonio potrerillano.
Con todo, el trabajo de González (2015) permite conocer aquellos elementos materiales que le dan sentido a la lucha que han llevado a acabo los ex habitantes de este campamento que, ante todo, buscan impedir que Potrerillos desaparezca y con ello no quede registro de lo que significó habitar en una de las cuatro ciudades del cobre construidas en Chile. Finalmente, el anhelo del resguardo patrimonial a este espacio le ha dado sentido a una comunidad que, a pesar de no compartir un espacio como lo era Potrerillos comparten recuerdos, costumbres, anécdotas y formas de vivir que los mantiene unidos, proporcionándoles un grado de pertenencia y otorgándoles sentido a su devenir cotidiano.
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Referencias:
Baros, María Celia (2006). Potrerillos y El Salvador: Una historia de pioneros. Santiago: Codelco Chile, División Salvador.
Garcés Feliú, Eugenio (2009). Las ciudades del Cobre. Santiago, ediciones Universidad Católica.
"Desarrollo local como premisa para el crecimiento"
Ver"Desarrollo local como premisa para el crecimiento"
Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Fernando Narváez Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile]
Título del Libro: Manual de Gobiernos Locales en Iberoamérica
Editores: José Manuel Ruano de la Fuente; Camilo Vial Cossani
Año: 2016
RESUMEN
El libro ‘Manual de Gobiernos Locales en Iberoamérica’ definen a las ciudades de la región como lugares dinámicos, de contrastes y que concentran conflictos- Aunque es cierto que estos problemas son palpables a diferentes escalas, en este texto se hace hincapié en el ámbito local de los gobiernos porqué son considerados como el elemento más cercano del Estado con la ciudadanía e incluso se determina a dichos gobiernos como “indispensables para la provisión y prestación de bienes y servicios públicos”. Pero la pregunta es ¿qué pasa sí los gobiernos locales son incapaces de solventar dichas necesidades?
Palabras clave: Gobiernos Locales, Desarrollo Local
Im 1: Portada del libro
‘Think global, act local’ es una expresión que ha sido utilizada comúnmente en los últimos años en distintos ámbitos; en los negocios se piensa como una estrategia apoyada en la facilidad de la comunicación en un mundo globalizado; en el medio ambiente con la finalidad de crear acciones que ayuden a mitigar el cambio climático y en el urbanismo para la planificación y diseño urbano. Esta expresión marca la orientación en dirección a donde se dirigirán los estudios y acciones en los próximos años, con un enfoque hacia lo local.
El libro ‘Manual de Gobiernos Locales en Iberoamérica’ es precisamente un texto que se enmarca en dicha tendencia, aquí se presenta un estudio de los gobiernos locales de la región iberoamericana; se definen a las ciudades de la región como lugares dinámicos, de contrastes y que concentran conflictos. Entre los principales problemas de las urbes destacan la pobreza, desigualdad, inseguridad, segregación y contaminación. Aunque es cierto que estos problemas son palpables a diferentes escalas, en este texto se hace hincapié en el ámbito local de los gobiernos porqué son considerados como el elemento más cercano del Estado con la ciudadanía e incluso se determina a dichos gobiernos como “indispensables para la provisión y prestación de bienes y servicios públicos”,
Este texto se divide por apartados según los países de la región. Cada una de estas secciones incluye un desglose de la conformación territorial y de los sistemas municipales que va desde lo histórico, lo político y hasta lo administrativo, donde se definen las competencias que abarcan los gobiernos en cada uno de los países de la región. Por otro lado se muestran las formas de participación ciudadana en los gobiernos locales; en este apartado se definen las áreas de la participación en la estructura organizacional principalmente y se presentan datos de la participación ciudadana.
También los modelos de financiamiento son tratados en este libro, aquí se establecen las formas de recaudación, las deudas públicas y la distribución del presupuesto; además contiene un apartado de innovación y modernización local que profundiza en las principales herramientas que tienen los gobiernos para el desempeño de sus actividades. Finaliza con un análisis de las principales políticas urbanas que y los retos que deberán asumir y enfrentar los gobiernos.
Y es precisamente en el apartado de retos que surge la pregunta ¿qué pasa sí los gobiernos locales son incapaces de solventar dichas necesidades? Es decir, hay tantas aristas como la vivienda, seguridad, empleo, movilidad, sostenibilidad ambiental, cultura, que se vuelve un desafío enorme poder satisfacer las necesidades de todos y con la calidad requerida. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, América Latina y el Caribe y la región de África Subsahariana son el conjunto de países del mundo con el más elevado grado de dependencia del gobierno central (BID, 2015). Con este dato se podría asumir una inoperancia de los gobiernos locales para resolver los conflictos que se generan en sus territorios, por lo que dependen del gobierno central, si a esta condición se le suma la debilidad fiscal de la mayoría de los países de la región iberoamericana resulta imposible la creación de equipamiento e infraestructura que las ciudades requieren. Blanco et al. (2016) asegura que principalmente los gobiernos subnacionales asumen las mayores responsabilidades en cuestión de proveer de bienes y servicios locales. Es decir que los estados han asumido la responsabilidad de prestar servicios de educación, salud pública y de infraestructura básica lo que corresponde a más de 40% del gasto subnacional (CEPAL, 2014), dejando a los gobiernos locales con poca participación en la dotación de servicios.
Aunque los gobiernos locales han tenido una creciente importancia en la estructura de financiamiento público, aún enfrentan restricciones fiscales para cumplir efectivamente con sus nuevas competencias, debido a que las bases tributarias asignadas resultan insuficientes y el esfuerzo fiscal local aún es incipiente (Blanco et al., 2016) Los gobiernos locales presentan una necesidad de financiamiento para mejorar sus capacidades de gestión fiscal, de prestación de servicios y de desarrollo de infraestructura regional y urbana. Por ello la búsqueda de alternativas de financiamiento es –tal vez- el principal reto para mejorar el desempeño de los gobierno en su búsqueda de construir mejores ciudades.
¿Cómo empoderar y revalorizar los gobiernos locales? Una alternativa es el desarrollo local, éste es un concepto que se origina en un contexto general de crisis económica, es una opción diferente de los modelos tradicionales que han sido inoperantes para enfrentar los problemas de la actualidad. Según (Cárdenas, 2002), el desarrollo local es un estructurador de nuevas formas de organización social, que es complejo, dinámico y multidimensional, que implica procesos sociales y que pueden abarcar hasta lo económico-productivo. El concepto busca revalorizar la “pequeña dimensión”, la define como la respuesta acertada a la dinámica acelerada del cambio tecnológico, sustituyendo a la creencia de las macro-dinámicas, los grandes proyectos y polos industriales por “lo pequeño y lo local”.
El concepto tiene como finalidad una democratización de los procesos sociales, a través de una garantía de los derechos y libertades y de la construcción de ciudadanía. Además tiene los objetivos del aumento de la participación popular y el control social de la gestión pública; la satisfacción de las necesidades básicas de la población; la reducción de las desigualdades, mediante una mejor distribución del producto social y el crecimiento económico- productivo de las colectividades locales (Cárdenas, 2002). Como principal herramienta o instrumento para la implantación del desarrollo local se tiene la descentralización política administrativa del Estado Central, ésta tiene por estrategia medular el devolver a los gobiernos intermedios y a los locales su calidad de gobiernos.
En la ineficacia de los modelos tradicionales, tal vez hemos encontrado la respuesta en lo local. La solución puede ser la de impulsar el desarrollo local a través del empoderamiento de los gobiernos locales con autonomía sobres sus territorios y ámbitos de competencia reconociéndoles la función de proveer.
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Referencias
BID. (2015). Descentralización y Gobiernos Subnacionales. Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado a partir de https://es.scribd.com/doc/305885874/Descentralizacion-y-Gobiernos-Subnacionales
Blanco, A., Carrión, D., Fretes, V., Hurtado, A., Mendive, C., Muñoz, A., … Sandroni, P. (2016). Expandiendo el uso de la valorización del suelo: La captura de plusvalías en América Latina y el Caribe. Inter-American Development Bank. Recuperado a partir de https://publications.iadb.org/handle/11319/7799
Cárdenas, N. (2002). El desarrollo local su conceptualización y procesos. Provincia. Recuperado a partir de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55500804
CEPAL. (2014). Macroeconomic challenges of fiscal decentralization in Latin America in the aftermath of the global financial crisis. CEPAL. Recuperado a partir de http://www.cepal.org/en/publications/5344-macroeconomic-challenges-fiscal-decentralization-latin-america-aftermath-global
"Políticas culturales recientes y desarrollo local en la ciudad de Buenos Aires: tensiones y contradicciones"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Federico Moreno. Licenciado en Ciencias Políticas. Magister en Gestión Cultural. Director de la Maestría en Ambiente y Desarrollo Sustentable y Coordinador e Investigador del Programa Socioambiental de la Universidad Nacional de Quilmes. Docente de Diseño de Proyectos Culturales (Universidad Nacional de Avellaneda) y de Políticas Culturales (Universidad Nacional de Tres de Febrero), Argentina]
RESUMEN
El texto revisa las tendencias recientes en política cultural orientadas al desarrollo económico en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su relación contradictoria con el rol de la ciudad como miembro de las organizaciones internacionales que promueven el desarrollo sustentable con la cultura como un cuarto pilar del mismo. En este sentido, los discursos y declaraciones de sustentabilidad cultural y desarrollo local se enfrentan a las políticas y prácticas concretas de acción urbana y cultural.
Palabras clave: Buenos Aires, desarrollo sustentable, políticas culturales
Introducción
Las políticas culturales la última década en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) presentan una dicotomía entre el discurso de la promoción del desarrollo local y las políticas de fomento de las industrias creativas. Dicotomía que se expresa concretamente entre los discursos de la sustentabilidad cultural de la CABA en cuanto miembro de la Comisión de Cultura de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) y la aplicación de políticas culturales concentradas en el crecimiento económico vía “mejoramiento” urbano y revalorización del suelo de ciertas zonas de la ciudad. Las consecuencias de ese “mejoramiento” en los barrios considerados atrasados son generalmente la especulación inmobiliaria y la gentrificación, que dejan de lado el fortalecimiento del tejido cultural sociocomunitario.
El discurso de la sustentabilidad cultural y el desarrollo local
La CABA forma parte de las ciudades que firmaron la Agenda 21 de la Cultura, documento que inicia la CGLU de las Naciones Unidas (ONU). El objetivo de la misma es “Promover la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible a través de la difusión internacional y la implementación local de la Agenda 21 de la cultura”. Si el desarrollo sustentable (DS) venía a integrar las dimensiones sociales y ecológicas al crecimiento económico para limitar la depredación planetaria, en 1996 el informe Nuestra Diversidad Creativa sumó la perspectiva cultural al DS como una suerte de cuarta compañera de fórmula.
En este informe se insta a los países adherentes a la UNESCO a que, a partir de las políticas culturales, promuevan, regulen y protejan a las culturas locales y nacionales, las minorías lingüísticas y las tradiciones regionales, y se advierte sobre los riesgos de la hegemonía cultural de ciertos actores en el escenario global y sus posibles efectos en la pérdida de diversidad cultural en un mundo crecientemente globalizado (Yúdice, 2002; Yúdice y Miller, 2004).
Buenos Aires y la sustentabilidad cultural
La CABA es miembro y copresidente de la CGLU y en ese marco viene organizando desde hace tres años los seminarios internacionales “Ciudad, Cultura, Futuro”. En ellos se reúnen expertos en políticas culturales, urbanismo, desarrollo sustentable y gestión cultural para discutir bajo la consigna que sostiene que “Los retos culturales presentes en el mundo son tan importantes como las otras tres dimensiones originales del desarrollo sostenible (la economía, la equidad social y el equilibrio medioambiental) y deberían ser tratados de la misma manera. La cultura es el cuarto pilar del desarrollo sostenible”.
En ese sentido, algunos ejes de debate en el seminario del año 2016 fueron “Patrimonio, creatividad y diversidad cultural”, “Cultura, equidad e inclusión social” y “Cultura y espacio público”, entre otros, con la preocupación de implicar a las comunidades y su diversidad cultural en la planificación de las ciudades.
A contrapelo de esos discursos y de las declaraciones sobre la integración de lo cultural con las dimensiones económicas, sociales y ecológicas del DS, las políticas culturales de la CABA poseen predominantemente un enfoque economicista, evidente en tres aspectos que se analizan a continuación.
Aspectos institucionales, presupuestarios y socioculturales de la (in) sustentabilidad cultural
En el año 2008, el gobierno del partido de centroderecha PRO comienza a implementar en la ciudad las políticas de distritos o clústeres creativos, y el área otrora dedicada a las industrias culturales pasa del Ministerio de Cultura al Ministerio de Desarrollo Económico (Gretel Thomasz, 2016; Zarlenga, M. y Marcús, J., 2014). Con ese movimiento se abandona la denominación de industrias culturales, se las designa desde entonces como industrias creativas y se orientan los objetivos de las políticas y programas con un enfoque de crecimiento económico.
Finalmente, en el año 2016 se cambió el nombre de la Subsecretaría de Economía Creativa por Subsecretaría de Economía Creativa y Comercio Exterior y esta pasó a la órbita del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología, cuyas responsabilidades primarias son —según la resolución que lo pone en vigencia— “diseñar políticas de estímulo destinadas a la producción y difusión de bienes culturales, promoviendo públicamente la importancia económica de la industria del conocimiento, específicamente de los contenidos audiovisuales, mejorando la competitividad de las empresas y coordinando la interacción entre creativos, productores y directores de arte con las políticas públicas y académicas” (Decreto Nº 141/16). Asimismo, los distritos dejaron de ser denominados creativos para pasar a llamarse Distritos Económicos.
Im 1: Mapa de Distritos Económicos en CABA / Fuente: CAFDYMA
Con la misma gestión partidaria en la ciudad pero con el cambio del Jefe de Gobierno, el presupuesto proyectado para el año 2017 muestra tendencias similares en la política cultural. Estas afirman ese camino centrado en aspectos económicos y no en la sustentabilidad cultural, entendida como la integración de las clases sociales en la ciudad mediante un desarrollo urbano armonioso, la participación cultural de la ciudadanía, con servicios públicos que garanticen la satisfacción de las necesidades y los derechos sociales, ambientales, económicos y culturales de manera equilibrada en cada barrio.
Entre los programas del Ministerio de Cultura existen algunos con larga trayectoria histórica que fomentan la democracia cultural (la participación ciudadana en la producción cultural) y la democratización cultural (que implica garantizar el acceso y la descentralización de los servicios culturales). Es el caso del Programa Cultural en Barrios (Winocour, 1996) que nace en la posdictadura y tiene continuidad hasta nuestros días, y permite a los ciudadanos la participación gratuita en talleres, cursos, espectáculos, exhibiciones y actividades comunitarias en centros culturales barriales ubicados en toda la ciudad de Buenos Aires. Ícono del desarrollo de las expresiones culturales locales de cada barrio, sufrió un recorte del 54.11% en el presupuesto 2017 con relación al de 2016, sin contar la inflación del 17% que estipula el mismo presupuesto para el año 2017.
A su vez, el programa de “Actividades de Promoción Cultural” del cual dependen las entidades descentralizadas Proteatro, Prodanza, Proescritores, Bamúsica y Mecenazgo —dedicadas al fomento de la producción independiente en el campo del teatro, la danza, las letras, los proyectos audiovisuales, la música y demás actividades artísticas a cargo de artistas o colectivos independientes— obtuvo un aumento del 1.36%, para 2017 (con la misma presuposición oficial de inflación para este año del 17%, ello implica un recorte presupuestario).
De esta manera, el recorte en el financiamiento de los programas culturales barriales descentralizados y la virtual disminución de los aportes económicos a los que recurren las asociaciones culturales, centros culturales independientes, cooperativas de teatro y productores independientes es un evidente desincentivo para la diversidad cultural y, por lo tanto, para la sustentabilidad cultural.
La contracara de este fenómeno es un incremento presupuestario notable en aquellas actividades culturales que aportan visibilidad e impacto mediático. Ejemplo de ello es el aumento del 37% en el programa de “Actividad en espacio público y en el exterior”, la centralización de actividad cultural en una zona turística y económicamente favorecida de la ciudad, con un crecimiento del 171% para el Centro Cultural Recoleta y una suba del 105% para la Usina de las Artes, espacio cultural multipropósito que es clave en la política de distritos creativos.
Ante este panorama, la resistencia de organizaciones sociales, vecinales y artísticas en la zona sur de la ciudad se hace oír en relación con el proyecto del Distrito de las Artes en el barrio de la Boca: denuncian que favorece la exención impositiva para empresas que se radiquen allí con algún proyecto artístico, pero no atiende a las necesidades de las organizaciones y artistas históricos del barrio. Algo similar sucede en el barrio de Barracas, territorio del Distrito del Diseño, cuyo impulso de “mejoramiento urbano del sur” empuja la demolición de edificios históricos, la gentrificación y la especulación inmobiliaria (Gretel Thomasz, 2016; Zarlenga y Marcús, 2014).
A modo de cierre
Este panorama de transformaciones institucionales y recortes presupuestarios coarta la potencia creativa y la diversidad creativa de la ciudad, retaceando recursos sobre políticas culturales que fortalecen los tejidos culturales comunitarios y facilitan la creatividad de colectivos emergentes y productores independientes.
En este contexto nos resulta provocador asistir a actividades del tipo de los seminarios “Ciudad, Cultura, Futuro”, donde funcionarios locales de la gestión cultural pública y reconocidos invitados internacionales exponen los lineamientos, propuestas y proyectos que dicen promover el desarrollo local y la diversidad cultural.
Asistir atento a estos discursos en muchos casos vacíos de contenido (sobre todo en lo relativo a los funcionarios locales de la CABA), nos exigen una posición crítica al respecto. Sobre todo, a la luz de los efectos en términos de gentrificación en barrios populares que tuvieron las políticas de fomento de las industrias creativas, tanto en Buenos Aires como en otras ciudades del Norte global (Miller, 2012; Yúdice, 2008), dónde llevan al menos dos décadas desde su implementación.
La integración de aspectos culturales en el desarrollo sustentable y la atención puesta en las particularidades locales tienden a ser más una expresión retórica de funcionarios y promotores oficiales de políticas culturales trasnacionales, que políticas y acciones concretas en la CABA. Por ello las resistencias sociales a los proyectos de mercantilización de la cultura y la explotación económica de los barrios, su cultura y sus paisajes culturales y naturales, emergen como la chance genuina de una sustentabilidad cultural de los pueblos.
Bibliografía
Belando, M. V. S., Ulldemolins, J. R., & Zarlenga, M. I. (2012). ¿Ciudad creativa y ciudad sostenible?: Un análisis crítico del “modelo Barcelona” de políticas culturales. Revista Crítica de Ciências Sociais, (99), 31-50.
Hobsbawm, E. (1998). Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica.
Miller, T. & Yúdice, G. (2004). Política cultural. Barcelona: Gedisa.
Gretel Thomasz, 2016: Thomasz, A. G. (2016). Los nuevos distritos creativos de la ciudad de Buenos Aires: la conversión del barrio de La Boca en el “Distrito de las Artes”. Revista EURE – Revista De Estudios Urbano Regionales, 42(126).
Miller, Toby. Política cultural/ industrias creativas. Cuadernos de Literatura, núm. 32, julio-diciembre, 2012, pp. 19-40 Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia
Winocour, R. (1996). De las políticas a los barrios: programas culturales y participación popular. Buenos Aires: Miño y Dávila Editores.
Yúdice, G. (2002). El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Barcelona: Gedisa.
Zarlenga, M.; Marcús, J. (2014) “La cultura como estrategia de transformación urbana. Un análisis crítico de las ciudades de Barcelona y Buenos Aires”. En Margulis, M. et al. Intervenir en la cultura. Más allá de las políticas culturales (págs. 33–55). Buenos Aires: Biblos.
Legislación consultada
Decreto Nº 141/16, CABA. Recuperado de http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/index.php (10/1/2017)
Decreto Nº 363/15, CABA. Recuperados de http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/index.php (10/1/2017)
Ley Nº 5460, CABA. Recuperado de http://www.buenosaires.gob.ar/areas/leg_tecnica/sin/index.php (10/1/2017)
Fuentes consultadas
Agenda 21 de la Cultura. Comisión de ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural. Recuperado de http://femp.femp.es/files/566-58-archivo/Agenda%2021%20de%20la%20Cultura.pdf (10/1/2017)
Carta Del Derecho a la Ciudad para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2016). Primer Borrador. Recuperado de http://www.cartaderechoalaciudad.com.ar/?p=136 (10/1/2017)
Centro de Economía Política Argentina. (2016). Informe sobre Presupuesto del Ministerio de Cultura CABA 2017. Mimeo.
Organización de las Naciones Unidas (ONU). (1987). Nuestro Futuro Común, Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (1996). Nuestra Diversidad Creativa, Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. Versión Resumida. París.
Imagen
Figura 1: Mapa de Distritos Económicos en CABA – Fuente: CAFDYMA. Recuperado de http://cafydma.org/distrito-de-diseno-ventajas/ (10/1/2017)
"Nuevas tendencias y retos para América Latina"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Benjamín Alva; Maestro en Estudios Urbanos, Doctorante en Geografía, Profesor Investigador de la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México]
Título del Libro: Un espacio para el desarrollo: Los mercados de vivienda en América Latina y el Caribe
Autor: César Patricio Bouillon
Año: 2012
RESUMEN
Las ciudades son consideradas motores del crecimiento económico y la innovación, sin embargo la urbanización por sí misma no produce efectos positivos, sino también diversos desafíos cómo la dotación de servicios, la generación de empleo y la garantía de acceso a derechos fundamentales, como el derecho a una vivienda digna. El libro “Un espacio para el desarrollo: Los mercados de vivienda en América Latina y el Caribe” de César Patricio Bouillon del Banco Interamericano de Desarrollo constituye una importante y comprensible aportación al problema habitacional en las ciudades modernas, aborda los principales factores que están determinando el déficit habitacional y sus posibles consecuencias en los centros urbanos de América Latina y el Caribe.
El libro emplea datos y recursos así como métodos analíticos, contiene un importante número de gráficas y tablas que ayudan a sintetizar información para analizar la interrelación de los factores del mercado de vivienda por ejemplo el acceso a servicios, la disponibilidad de espacios públicos o áreas verdes, así como los problemas derivados de la congestión vehicular, el libro no podía ser más completo, ya que incluye importantes, novedosas, sugerentes y en algunos casos retadoras recomendaciones de política publica que podrían ayudar a construir mejores ciudades.
Palabras clave: Mercados de vivienda; Desarrollo Local; Desarrollo Urbano
Im 1: Portada del libro
Hacia el 2030 América Latina y el Caribe (ALC) estará enfrentando grandes desafíos, unos de los principales tienen que ver en cómo estamos construyendo nuestras ciudades, para ese año es posible que 85% de nuestra población sea urbana, con ello ALC se mantendrá como la región más urbanizada del mundo, por tanto será necesario invertir en mejoramiento y construcción de nuevas viviendas.
El libro “Un espacio para el desarrollo: Los mercados de vivienda en América Latina y el Caribe” de César Patricio Bouillon del Banco Interamericano de Desarrollo está enfocado al estudio de los determinantes, causas y consecuencias que se generan como resultado de la falta de vivienda en las ciudades modernas de América Latina.
Entender la forma de cómo se construye y deberá construir la vivienda permitirá a los tomadores de decisiones, el diseño e implementación de políticas e instrumentos de promoción y financiamiento más adecuados a nuestra dinámica urbana y a los retos que en general enfrentamos –menos consumo de energía, sustentabilidad inclusión, pobreza, segregación, uso de las tecnologías de la información, movilidad, participación del gobierno, entre otras– El libro presenta un debate sobre la visión tradicional de la vivienda y el enfoque del mercado habitacional bajo una visión moderna de acuerdo con la compleja realidad económica; también aporta ideas de política pública que desde un planteamiento estructurado incluye el rubro financiero, tributario y normativo pero también las implicaciones urbanas de infraestructura, formas de urbanización e innovación, este último considerado ya un elemento básico en la producción de conocimiento urbano en ciudades modernas.
De los 130 millones de familias urbanas, 5 millones están obligados a compartir vivienda con otra familia, 3 millones residen en viviendas irreparables y otros 34 millones habitan en inmuebles que carecen de título de propiedad, agua potable, saneamiento, pisos adecuados o espacio suficiente; en estas condiciones, las metas definidas en indicadores como la Prosperidad Urbana, el Índice de Desarrollo Humano, la Marginación o el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible –particularmente el 11 que se refiere a ciudades-, serán prácticamente inalcanzables. El libro analiza la función del sector privado en la atención (o falta de) en el mercado inmobiliario, sobre todo para sectores de bajos ingresos y abona en la detección de factores determinantes y consecuencias del déficit habitacional en ALC. De parte del Gobierno, el libro analiza la función de las políticas, regulaciones y programas de vivienda del nivel local y central.
La nueva agenda Urbana propuesta en la Conferencia Hábitat III centra su preocupación en la vivienda y en las personas, por ello este libro es sumamente pertinente, ya que una de sus principales premisas es reconocer que la vivienda no es sólo “un techo y cuatro paredes”, la vivienda es un conjunto de características individuales del hogar, desde la falta de acceso a servicio, hasta su ubicación, acceso a equipamiento urbano, uso de tecnologías, para ello analiza indicadores desagregados de 41 ciudades; con ello el libro se constituye también como una importante base de datos comparable en la Región y determina brechas de vivienda por nivel de ingresos familiares y asequibilidad.
Las nuevas tendencias, retos y comportamientos macro económicos así como la amplitud de sus efectos derivados de los procesos de globalización y el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación, obligan a reorientar la participación de los agentes privados y de los gobiernos en el mercado de vivienda, en este escenario, el sector privado debe recuperar mayor participación en el mercado pero también ampliar oportunidades de financiamiento hipotecario y microfinanciamiento de vivienda. Los hogares requieren generar ahorros, apoyo técnico e informarse de nuevas tecnologías de construcción; el gobierno por su parte debe asegurar el suministro de servicios y proveer infraestructura básica; recomendaciones todas ellas incluidas en este Libro.
En materia de planeación urbana, también es una lectura requerida debido a las nuevas consideraciones que deben hacerse sobre movilidad derivada de la localización residencial, las nuevas regulaciones resultado de la búsqueda de una mayor inclusión de grupos de bajos ingresos, el desarrollo de uso de suelo mixto como planteamiento de un ordenamiento territorial más eficiente, nuevas alianzas público-privadas para fomentar la urbanización y las tecnologías innovadoras de construcción para la vivienda social; y de esta manera aprovechar las ventajas de la urbanización.
En América Latina y el Caribe los problemas de vivienda afectan a más de una tercera parte de las familias que viven en ciudades, será un elemento que continúe determinando el futuro de las personas, pero también será necesario considerarlos para la prosperidad urbana y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, la vivienda será necesario diseñarla, construirla, financiarla, normarla y aprovecharla de una manera diferente, más flexible, no es posible seguir con modos de producción en serie, o acaso, ¿no se construye la ciudad pensando en las personas?
"Espacio Diana Centro Cultural, resistencia lúdica en el barrio San Diego: Diversificar y potenciar los usos de un edificio patrimonial que se reinventa desde la entretención"
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Andrea Berger Oto; Gestora Cultural, Universidad de Chile. Magister en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
RESUMEN
El Espacio Diana visto como espacio local implica remontarse al año 1934, cuando la calle Bandera al llegar a Mapocho se transformó en la primera locación de un parque de diversiones que ya cuenta con más de 80 años de historia y más de cinco locaciones distintas al interior de la región Metropolitana. En la actualidad, el perímetro espacial de La Diana se acota a un edificio patrimonial y sus jardines ubicados entre las calles Arturo Prat y San Diego a un costado de la Iglesia de Los Sacramentinos, construcción que data de 1919 (Consejo de Monumentos Nacionales, 2016). De esta forma, el Espacio Diana se constituye como espacio local en base a la interrelación que presenta con los tradicionales Juegos Diana, los que forman parte de una memoria emotiva que se resiste a desaparecer.
Palabras clave: La Diana, Juegos Diana, Barrio San Diego.
Im 1. Juegos Diana, archivo histórico / Fuente: www.espaciodiana.cl
El Espacio Diana Centro Cultural se encuentra inserto en el corazón del Barrio San Diego de Santiago centro, un barrio de carácter principalmente comercial que en las dos últimas décadas ha sido foco del desarrollo inmobiliario, con edificios de más de quince pisos que acogen a parejas jóvenes, a estudiantes de regiones y en los últimos años también a inmigrantes latinoamericanos.
El entramado físico y social que constituye el Espacio Diana emerge desde los Juegos Diana, los que se integraron al imaginario colectivo local desde sus inicios en la década del treinta. Entonces los juegos se instalaron en las inmediaciones de la Estación Mapocho, integrándose a la vida cotidiana del centro de Santiago, tanto diurna como nocturna. Con el correr de los años los juegos adquirieron nuevas sedes, un proceso de crecimiento que culminó en la década del ochenta con la compra del inmueble patrimonial ubicado en calle San Diego, construcción que fuera el convento de la Iglesia de Los Sacramentinos, trasladándose desde el sitio que actualmente ocupa el Hotel Plaza San Francisco en la Alameda (Juegos Diana, 2016). Una historia de popularidad que se vio amenazada con la incorporación de las consolas, el uso de los computadores personales y la llegada de los mall como nueva locación para brindar entretención.
Frente a este nuevo escenario la decadencia del rubro se volvió inminente, una situación que en el año 2005 logró revertir Enrique Zúñiga, nieto del dueño de los Juegos Diana. Enrique, tal como cuenta en la entrevista realizada en las dependencias de La Diana en junio de 2016, regresó lleno de ideas tras sus estudios en el extranjero, donde vio como edificios patrimoniales se integraban a la trama urbana desde una oferta que potencia la vida cultural de la ciudad. El tema de la oferta resulta clave para el desarrollo local porque significa rescatar y potenciar el capital endógeno del territorio (Alburquerque, 2008). Bajo esta óptica y con la intención de replicar las experiencias extranjeras, Enrique y su padre deciden vender las cinco sedes de los Juegos Diana que aún permanecían vigentes. El objetivo de esta decisión estaba claro: otorgar nuevos aires al edificio patrimonial potenciando la identidad lúdica propia de los Juegos al mismo tiempo que su nombre, sin duda marca registrada para muchas generaciones.
En términos de espacio local, el Espacio Diana se centra en rescatar lo que le es propio e importante, sacando el máximo provecho a su esencia lúdica y a su oferta teatral; esto último porque el barrio San Diego, como señala el Director de Programación Javier Ibacache en entrevista, tiene un pasado escénico destacado que se refleja en tres teatros funcionado a la vez entre 1940 y 1950 -el teatro Cariola, el Caupolicán y el Roma- y en la creación del Cine Arte Normandie en la década del ochenta. El rescate de la identidad local se complementa con iniciativas emergentes que apuntan a dinamizar el espacio con el fin de participar de las nuevas dinámicas de la ciudad, impregnadas por los procesos de globalización. En esta búsqueda, el Espacio Diana amplía su campo de atracción más allá de su parque de diversiones (mezcla de vintage con modernidad) con una oferta que suma gastronomía, teatro, talleres, bailes de salón y noches temáticas. Un lugar que desde el año 2005 trabaja por constituirse como un territorio socializado, donde tanto los residentes como la población que fluye se apropian del Espacio Diana desde sus necesidades y expectativas.
Im 2. Restaurant La Diana / Fuente: www.espaciodiana.cl
La diversidad de la oferta del Espacio Diana, tanto de noche como de día, implica un cruce de clases sociales que imprime un carácter particular al lugar. Donde sin duda la relación positiva entre territorio y comunidad enriquece las dinámicas sociales, tal como lo define Boisier (2004:p.387) “la realización del proyecto individual de vida de cada persona depende fuertemente de la suerte del territorio y por tanto es de interés de cada uno y de todos que al territorio le “vaya bien” ya que entonces la posibilidad de materializar el proyecto personal aumenta pari passu al éxito del lugar”.
En materia de política pública es importante mencionar que la Iglesia y sus inmediaciones, esto es el convento y los jardines, cuentan con la categoría de Monumento Histórico declarada por el Consejo de Monumentos Nacionales en 1991. Tener presente esta declaratoria resulta fundamental a la hora de definir la estrategia de desarrollo, ya que por una parte se limitan las transformaciones físicas del lugar, pero por otra se potencian las oportunidades que surgen al tener la condición de “patrimonial”.
En relación a los actores que forman parte del Espacio Diana, pieza clave para llevar adelante el plan de desarrollo, entran en juego dueños, arrendatarios, usuarios y vecinos de un barrio de uso comercial y residencial, entramado al que se integra el Espacio Diana. La influencia de estos actores se da en distintos términos; por ejemplo, está la centralidad de los dueños del edificio como inversionistas y base ideológica del plan de intervención. En este sentido el plan de desarrollo del Espacio Diana debe ser de integración, ya que es un territorio complejo y dinámico donde las demandas socio espaciales son diversas. Una serie de necesidades y expectativas que deben convivir y adaptarse a un territorio marcado por el desarrollo inmobiliario y la alta congestión. Una diversidad de públicos y clases sociales que el Espacio Diana espera convocar.
El desarrollo del Espacio Diana debe, entonces, conjugar la memoria emotiva de los Juegos Diana con el carácter comercial y cultural del barrio, para desde ahí gestionar una oferta que potencie la esencia lúdica al mismo tiempo que su locación en un edificio patrimonial. A esto se suma la importancia de la asociatividad de actores, donde la alianza entre el sector público, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil resulta una articulación virtuosa en la que la comunidad debe participar; todo en miras de integrarse de la mejor manera posible a la nueva geografía dictada por las lógicas del capitalismo y la globalización (Boisier, 2004). Un escenario de ordenamiento territorial y planificación urbana donde la defensa y promoción del patrimonio histórico-cultural local y la valorización del medioambiente deben asumirse como activos de desarrollo local. (Alburquerque, 2008).
De esta manera, el rescate y promoción del Espacio Diana resulta pertinente porque destaca características propias del barrio San Diego al mismo tiempo que le otorga un valor cultural y social renovado, el que se desprende de la infraestructura y la oferta programática y gastronómica propia de La Diana. Una iniciativa que conlleva la oportunidad de promover nuevas formas de ver y relacionarse con un barrio que se resiste a cambiar de piel a pesar de la nueva geografía urbana en que se inserta. En este sentido, el valor del rescate del Espacio radica en la posibilidad de potenciar una zona eminentemente comercial desde lo cultural y patrimonial.
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Referencias bibliográficas
Alburquerque, F. (2008). Teoría y práctica del enfoque del desarrollo Local. En Cuadernos de clase Nº01-02, Colección: Desarrollo, región y paz, Universidad Autónoma de Manisales.
Boisier, S. (2004). Desarrollo Local: ¿De qué estamos hablando? El humanismo en una interpretación contemporánea del desarrollo. Borrador monografía Quinto Seminario Paradigmas del desarrollo, región y paz.
Consejo de Monumentos Nacionales, (2016). Basílica Los Sacramentinos. Recuperado el 22 de junio de 2016, disponible en: http://www.monumentos.cl/catalogo/625/w3-article-26608.html
Juegos Diana, (2016). Nuestra historia desde 1934. Recuperado el 22 de junio de 2016, disponible en: http://www.juegosdiana.cl/historia
Entrevista a Rodrigo Guendelman (Parte II): “La ciudad tiene que ser vivible para todos, no sólo para quienes pueden pagarla”
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Entrevista a Rodrigo Guendelman (Parte II): periodista independiente y fundador de @santiagoadicto
Rodrigo estudió periodismo en la Universidad Diego Portales y se ha desempeñado como periodista independiente. A través de distintos espacios y medios tales como Santiago Adicto (radio Zero), “Hay que ir” (Teletrece), columnas en La Tercera, El Dínamo, LiveGap.cl, entre otras, Guendelman nos invita a redescubrir la ciudad y a volvernos adictos a ella. Para más información sobre su trabajo ver http://www.guendelman.cl/; http://santiagoadicto.tumblr.com/
Has hablado de los mitos autoflagelantes de Santiago como por ejemplo que es una ciudad contaminante, una ciudad peligrosa, una ciudad fome, poco atractiva, etc. ¿Hay también mitos autocomplacientes sobre Santiago?
Te lo contesto de otra manera, ¡ojalá que los hayan! Los mitos nunca son tan beneficiosos, pero a veces hay que construir ciertas realidades, por último mentales, para tener una visión más triunfalista, exitosa o positiva. Yo creo que nos faltan más mitos autocomplacientes y nos sobran mitos autoflagelantes. Yo todavía no he conocido mucha gente que tenga una visión tan idealista y positiva sobre Santiago. En general estoy siempre teniendo que estar del lado del que la defiende. Yo desearía que hubieran más mitos complacientes, pero todavía tenemos cientos de mitos autoflagelantes. Es que lo que pasa es que tenemos un problema de idiosincrasia, porque como chilenos somos autoflagelantes y lo entiendo ya que este es un país de terremotos, de erupciones, de tsunamis, pobre, que se nos mató completamente nuestros orígenes. Es un país donde la Iglesia Católica ha hecho estragos en cuanto a la diversidad sexual y valórica, es un país duro, es un país donde nadie tiene muy claro si va a sobrevivir porque resulta que en cualquier minuto puede ocurrir una catástrofe, entonces somos desconfiados. Le damos la espalda a la cordillera y la espalda al mar en vez de estar ahí recorriendo cerros como los gringos o los europeos. ¡Recién nos estamos dando cuenta de que tenemos el privilegio de tener 26 cerros islas en la parte urbana y que tenemos una cordillera increíble! Sin duda somos un pueblo resiliente, pero sufrido y asustado. Alguien me decía la otra vez que cuando llegas a Nueva York a ver a alguien el tipo te recibe y te dice «vamos al Central Park, te quiero mostrar el mejor parque del mundo», y resulta que en Santiago tenemos el Parque Metropolitano que mide como cuatro veces el Central Park y yo no veo mucha gente que reciba al extranjero y le diga «te voy a llevar al Parque Metropolitano». Lo llevan al mall, al Costanera Center, etc. Entonces tenemos que saber lo que tenemos, viajar un poco más y tener una visión más amplia.
¿Cuál es el Santiago que se muestra, considerando que hay ciertos Santiagos que están completamente invisibilizados?
Esta ciudad esta súper definida por su geografía, entonces tienes comunas que tal vez en términos urbanos no son tan interesantes, pero en términos de naturaleza o geográficos son extraordinarios. Entonces toda la parte cordillerana como La Florida, Peñalolén, Puente Alto, Lo Barnechea, te deja atónito. Lo mismo con lugares como el espacio Matta en La Granja, donde está el mural de Roberto Matta en un gran centro cultural. Pero lo que uno ve normalmente es Santiago centro porque ahí está el barrio cívico y está lleno de lugares históricos, ve Providencia, ve algo de la Chimba (Recoleta e Independencia), básicamente lo que está alrededor del Mapocho, pero hay mucho más de lo que uno se imagina.
En una columna reciente le escribes al alcalde de la comuna de Santiago que reconsidere su postura sobre los graffitis y los murales urbanos. Desde ésa acción, ¿cuál crees que es el rol que tiene el comunicador o el periodista con respecto a la ciudad?
Tengo la sensación de que hay muy pocos comunicadores interesados en ciudad y estudiando ciudad. Con dos manos cuentas a los comunicadores o periodistas que se especializan en el tema de la ciudad, pero faltan espacios, hay muy pocas personas especializadas en esto. Hay que hacer fiscalización, hay que hacer lobby de temas. Yo me acuerdo cuando hace como 4 años querían sacar los mosaicos de la línea 1 (del metro) porque se habían dañado tras el terremoto, y empezamos a presionar para evitar eso. Yo escribí una columna en Plataforma Urbana que llevó a otras cosas y otras publicaciones y creamos un hashtag que finalmente logró parar eso. Entonces, con la fuerza de hartas personas, logramos detener lo que nos parecía una destrucción patrimonial. Si no hubiera habido los medios o periodistas interesados en el tema, eso no se habría logrado. Entonces necesitamos muchas más plataformas urbanas y muchos más santiagoadictos y muchos más periodistas especializados en el tema. Es muy importante que hayan comunicadores especializados con voz propia, porque si escribe un urbanista o un político puede estar escribiendo para lograr sus propios intereses. Necesitamos que este tema salga de los especialistas para estar sugiriendo, fiscalizando y producir información con medios independientes.
¿Y eso llega a quien tiene que llegar?
Evidentemente llega. Ahora, si eso va a producir cambios no sé. Yo creo que si hinchas y jodes a las autoridades, siempre con respeto y tono republicano, sirve. Y al mismo tiempo, desde mi perspectiva, también hay que joder a los NIMBIs, a la gente que no quiere nada que les afecte, que dice que no puede haber ningún tipo de densidad, que sólo pueden haber casitas de dos pisos, ¡pucha que es la raja cuando eres rico po! Por eso Vitacura es la mejor comuna del mundo, porque nadie puede hacer nada. Una comuna como Providencia que tiene una línea de metro que ha sido pagada por el Estado no puede ser solamente aprovechado por privados que pueden pagar casas de 20 mil UF, ¡no puede ser! Ok, definamos cuáles son las zonas de Providencia que son intocables, pero ¿cuáles son las que sí pueden tener mayor densidad? ¡Y no me des una densidad de 4 pisos!, yo creo que hay zonas de Providencia que deberían tener tal vez torres de 10 pisos, mucha más gente tiene que poder vivir en Providencia. Hay visiones súper egoístas de ciudad, y claro que eso pasa porque vivimos en un país donde cada comuna se administra solita, entonces le importa un pucho el de al lado porque no tenemos gobierno metropolitano. Entonces, así como uno tiene que fiscalizar a la autoridad, al Estado, también tiene que, de repente, pegarle el palo a estos grupos organizados que son súper egoístas. La ciudad tiene que ser vivible para todos, no sólo para quienes pueden pagarla.
Entrevista a Rodrigo Guendelman (Parte I): “para la mayoría de los santiaguinos, sin importar si somos ricos, de clase media o pobres, conocemos básicamente la comuna donde vivimos y un par más, y hablamos de Santiago sin tener idea de la ciudad en la que vivimos”
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Entrevista a Rodrigo Guendelman (Parte I): periodista independiente y fundador de @santiagoadicto
Rodrigo estudió periodismo en la Universidad Diego Portales y se ha desempeñado como periodista independiente. A través de distintos espacios y medios tales como Santiago Adicto (radio Zero), “Hay que ir” (Teletrece), columnas en La Tercera, El Dínamo, LiveGap.cl, entre otras, Guendelman nos invita a redescubrir la ciudad y a volvernos adictos a ella. Para más información sobre su trabajo ver http://www.guendelman.cl/; http://santiagoadicto.tumblr.com/
¿De dónde nace esta «adicción por la ciudad” y por Santiago en particular?
Yo creo que nace de dos cosas; una es que a los 18 años me fui a vivir a Jerusalén y me dediqué a recorrer ésa ciudad de forma muy intensa. Tenía tiempo, yo estaba estudiando una especie de pre-universitario y caminaba mucho y tomaba fotos y amé esta cosa de perderme en la ciudad, incluso caminaba por horas a pata pelada. Fue la primera vez que descubrí la felicidad de navegar y perderme por la ciudad, esto fue hace casi 30 años.
Después volví y me especialicé en el tema de la música, pero hace un poco más de 5 años estaba subiendo farellones en bicicleta y paré en el camino, saqué una foto y le puse de hashtag a la foto «#santiagoadicto» como contraposición a un concepto que veía mucho en ése tiempo, aunque por suerte que hoy ya lo veo menos, que era el de «santiasco». Entonces como había algunos que hablaban de «santiasco», yo dije que iba a hablar de lo contrario, de “santiagoadicto». Escribí una columna en La Tercera que se llamaba “santiagoadicto» y el día en que apareció publicada en papel dije que esto podría ser algo más, entonces hice una cuenta en Tweeter para empezar a publicar fotos o ideas de porqué ésta era una ciudad a todo cachete. A las pocas semanas hice una cuenta de Instagram y algunos meses después la cuenta de Facebook y de a poco, sobre todo los primeros años, esto era un hobbie. Primero me empecé a interesar por las esculturas, luego por el arte público en general, y empecé a buscar obras de todo tipo, y así llegué a muchas partes y empecé a conocer la ciudad de verdad. Lo que creo que pasa es que para la mayoría de los santiaguinos, sin importar si somos ricos, de clase media o pobres, conocemos básicamente la comuna donde vivimos y un par más, y hablamos de Santiago sin tener idea de la ciudad en la que vivimos. Entonces generalizamos, hacemos prejuicios y además tenemos una personalidad muy tiradora para abajo. Viralizamos lo que está afuera, si viajamos a París lo encontramos todo extraordinario y lo comparamos con nuestra ciudad que evidentemente tiene muchos matices. Bueno, en el fondo esto partió por luchar contra un concepto que yo veía y lo encontraba injusto, que era este concepto de «santiasco» y me propuse hacer todo lo que yo pudiera para evangelizar a mucha más gente de que ésta es una ciudad increíble que había que mirarla de otra manera.
Im1. @Santiagoadicto / Fuente: http://santiagoadicto.tumblr.com/
¿Y cómo se fue concretizando?
Todo mi tiempo libre lo dedicaba a ir a buscar lugares. Yo tenía anotado en mi celular ir a buscar tal escultura en tal parte, este graffiti en tal otra y así cuánto más iba conociendo, más me daba cuenta que habían miles de cosas que no sabía, entonces se me empezó a ampliar el universo mental y me empecé a enamorar de la ciudad, a leer, a comprar libros como el «Triunfo de la Ciudades» de Edward Glaeser y a entender por qué la urbe es un lugar sensacional para vivir. Vivir en una metrópolis de 6 o 7 millones de habitantes tiene un montón de pros, pero básicamente los santiaguinos estamos acostumbrados a mirar los contras. Decimos contaminación, desigualdad, segregación, ruido, metro colapsado, mal transporte público y todo eso es cierto, pero si empiezas a mirar las grandes urbes del mundo muchas tienen muchos defectos, algunas de ellas unos muy parecidos, ¿pero qué pasa con todos los otros beneficios? El centro cultural GAM, posibilidades de ver arte y danza gratis y cuánta cosa más. Empecé a informarme y me di cuenta que hay mucho por descubrir y por hacer.
¿Consideras que los ciudadanos nos hemos ido distanciando de las distintas formas de ocupación de la ciudad?
La respuesta no es única, porque en estos 5 años pasó algo simultáneo que también me ha ayudado y es que la prensa internacional descubrió a Santiago de manera bien impresionante. No sé qué habrá pasado, pero mi tesis es que con el terremoto del 2010, sumado al evento de los 33 mineros, en un periodo muy corto de tiempo, se atrajo a mucha prensa internacional a Chile y por lo tanto a Santiago en primer lugar. Probablemente muchos de ellos venían por primera vez con la idea preconcebida que venían a una aldea, ósea que venían a una Latinoamérica más o menos homogénea. Y llegan a esta ciudad con una expectativa bajísima lo cual es muy bueno, y primero se encuentran con que hay un hotel W, el GAM, el Parque Metropolitano, que están construyendo rascacielos, ven los autos, las tiendas, los malls, la riqueza por un lado. Pero al mismo tiempo ven los árboles, los cerros islas, ven una ciudad interesante que se parece al lugar de donde venían estos periodistas. Yo tengo la impresión que ésa gente que vino le contó a sus colegas, amigos, directores o editores, y empezaron a mandar gente a Chile y empezamos a aparecer en rankings que nunca habíamos estado. El NY Times nos puso el año 2011 como la primera ciudad a visitar en el mundo y el CNN internacional nos puso como la tercera ciudad más cautivante del mundo y BBC Culture puso que el metro Universidad de Chile era una de las diez estaciones de metro más lindas del mundo y el Emporio la Rosa apareció en el ranking de los mejores helados del mundo y puedo seguir… Entonces Santiago empezó a explotar afuera y eso al chileno le importa. Por una parte nos empezaron a aplaudir desde afuera, y al mismo tiempo empezaron a aparecer muchos productos parecidos a “Santiagoadicto” en las redes sociales. Cuando yo partí con esto era el único, y hoy día tú pones @Santiago y te aparecen miles; “amosantiago”, “santiaguista”, “santiaguinos”, “santiagodechile”, “oldsantiago” y son todos sitios que suben fotos de Santiago y la cuestión empezó a explotar, por lo tanto mi sensación hoy día, 5 años después, es mucho más optimista.
¿Crees que este posicionamiento tuvo un impacto en los ciudadanos, en cómo vamos usando e interpretando la ciudad?
Yo encuentro que sí, porque Instagram me regala una herramienta para medir y ver estadísticas, y si pongo seguidores, veo que todos son de Santiago, y uno podría decir que quizás esto lo siguen muchos turistas, pero básicamente el 100% son santiaguinos. Y a su vez, cada uno va a recomendar y va a decir lo que vio, entonces todos se empiezan a transformar en pequeños evangelizadores chiquititos. Por lo tanto tengo la sensación de que la gente que quiere a esta ciudad, ahora sí tiene el espacio a través de estas distintas cuentas.
Según rankings internos, se ha dado cuenta que Santiago es una ciudad muy buena para estudiar y trabajar, pero no para vivir, pasear o visitar. ¿Qué opinas sobre eso?
A mí me tocó conversar con quienes hacen ésa encuesta, la Latinbarómetro. Yo creo que ésa es una encuesta que todavía está marcada por los prejuicios hacia las grandes ciudades. Todavía existe esta idea muy preconcebida de que la ciudad es agresiva, este resentimiento con el país centralizado, donde todas las decisiones se toman en Santiago y hay una especie de bronca con el que no vive acá, que no ha podido vivir los beneficios de la ciudad. Hay una enemistad con esta ciudad caníbal que concentra todos los recursos y toda la atención. Hay una especie de envidia y como de resentimiento. Y al mismo tiempo, claramente no es lo mismo ser un haitiano recién llegado que tiene que vivir en Quilicura en una pieza donde viven 50 personas, a ser una persona que tiene la opción de vivir en un departamento en Providencia. Pero es necesario transmitir los beneficios de la ciudad para las personas que no tienen opciones económicas y empezar a aprovechar la cantidad de oferta cultural que existe en forma gratuita. No entendemos muchas de las virtudes de las ciudades porque no las vemos y nos dejamos llevar por lo negativo. Primero, tiene que haber todo un tema de educación que muestre las ventajas de una urbe. Y segundo, hay un tema muy importante a nivel Estado y de empresas privadas de hacer que la ciudad sea mucho más generosa y mucho más democrática con sus habitantes, partiendo por el sistema de transporte público. Hay mucho por hacer, pero también mucho por informar.
¿Qué podrías decir del resto de las ciudades de Chile, que tal vez se están quedando atrás y no pueden entrar a esta competencia de una gran ciudad llena de oportunidades?
Para mí, un ejemplo súper interesante de lo que estamos hablando del lado negativo es que evidentemente alguien que pueda vivir en Puerto Varas con una buena pega en una ciudad que le da todos los servicios puede ser una vida súper rica. Pero Puerto Varas o Frutillar son espacios bien excepcionales dentro de la riqueza de vivir en provincia. Ayer escuchaba un análisis de la votación de USA y decían que justamente las ciudades más grandes y con más habitantes, mayor fue la victoria de los demócratas. En las grandes ciudades Clinton le ganó a Trump, pero en todas las ciudades chicas de un millón de habitantes o menos ganó Trump. En las elecciones presidenciales pasadas escribí una columna en la que las regiones me odiaron porque le puse como título «el triunfo de las ciudades», en la cual ponía que donde mejor votación había tenido Parisi había sido en las provincias, y donde peor votación había tenido había sido en Santiago. Para mí Parisi era el candidato Trump, el populista y peligroso. Entonces uno de los problemas de las ciudades o pueblos chicos es que se vive en un cierto estado de ignorancia sobre algunos temas porque no está esa heterogeneidad que se da en la ciudad, no está ésa discusión. Al contrario, hay mucha homogeneidad y yo encuentro que la homogeneidad es tremendamente peligrosa. El hecho que los candidatos más peligrosos sean más votados en los pueblos chicos, para mí es la mayor demostración de que hay un gran triunfo de las ciudades grandes, en donde hay más inteligencia, más cultura y más discusión. Por lo tanto yo creo que Santiago está condenado a seguir creciendo. El desafío es que ése crecimiento sea integral, democrático, justo y que haya espacio para otras grandes urbes, algo como Valparaíso o Viña.
Entrevista a Peatonito: "Cuando todo es caos es necesario sacar a los payasos"
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Entrevista a Peatonito
La gestión urbana ha sido desbordada, de esta forma las ciudades y sus habitantes han pedido a gritos que todos o la mayoría sea escuchada en la toma de decisiones. En este canal el activismo social toma protagonismo para mostrar que la organización extra institucional también puede ser parte de la solución. De esta primera serie de entrevistas, PLANEO se contactó con Jorge Cañas, cientista político, quien está detrás de un personaje que ha dado mucho de qué hablar en la Ciudad de México: Peatonito.
Cuéntanos lo básico, ¿cómo surgió el proyecto?
De niño no me gustaba caminar. Después, justo cuando entré a la universidad, usé el sistema de transporte público. Aquí en México son los microbuses, que son muy incómodos. Llega lleno y no te puedes subir, tienes que esperar, de repente tarda una hora el camión. Esa pésima calidad del servicio del transporte público me convirtió en alguien que decidió trabajar por eso, aplicar los conocimientos de mi carrera; estudié Ciencia Política. Entonces me dije, bueno, a lo que me voy a dedicar es a políticas públicas de movilidad urbana y mejorar el transporte público.
Luego, en el 2012 o 2013, vino el congreso Walk21 a la Ciudad de México, que es el congreso más importante de caminabilidad y de peatones en el mundo. Yo quería presentar una idea que fuera irreverente y original. Unos amigos extranjeros querían ir a la lucha libre […] saliendo se nos ocurrió una idea, ¿por qué no que haya un luchador que defienda a los peatones? Denunciar obstáculos en las banquetas, denunciar donde no existen banquetas y pintarlas, pintar pasos de cebra, empujar coches que estorban el paso de cebra, ayudar a peatones a cruzar, etcétera. Activismo peatonal básico. Y así fue cómo surgió, nos vamos un día enmascarados y luchamos por los derechos de los peatones.
Todo empezó como una broma, sin ningún objetivo más que el de ser divertido, que sea ilustrativo, que sea comunicativo, pero en sus buenos tramos resultó ser una forma lúdica y atractiva de hacer un espectáculo de cultura ciudadana. Es una de las bases de cualquier política pública, en este caso de la seguridad vial. Haciendo este tipo de intervenciones lúdicas puedes comunicar un mensaje muy poderoso para que los ciudadanos interioricen la ley. Tengo varias inspiraciones, como Superbarrio que fue el primer luchador enmascarado en la historia del país que defendió una causa social. No era como El Santo, que iba contra las momias o los zombies, ahora se trataba de causas sociales reales. Él luchaba por los que se quedaban sin vivienda en el ’85 y por los que eran desalojados de su vivienda. Entonces dije, si existe Superbarrio, ¿por qué no hacer un luchador de los peatones también?
Im. Fuente: Cortesía Peatonito
Antanas Mockus, en Bogotá, ha sido icónico en el sentido que tú planteas. Es decir, de plantear el tema de conciencia ciudadanía con un un lenguaje poco tradicional. En tu caso es una iniciativa totalmente ciudadana que intenta producir este cambio.
Antanas Mockus es una gran inspiración. Vi el documental de ‘Bogotá Change’ y me hice súper fan de Peñalosa y Mockus. Una vez le dije al Wall Street Journal que yo me inspiré en Mockus. Cuando le mencioné esto al periodista del Wall Street Journal me dice que me consiguió una llamada por Skype con Mockus. Fui a tomar la llamada y dos cosas se me quedaron grabadas. La primera fue el cómo se le ocurrió lo de los mimos. Dice que simplemente estaban en una junta decidiendo qué hacer con la policía de tránsito, alguien dijo en broma que cuándo todo es caos y no sabes qué hacer, tienes que sacar a los payasos. Es un dicho en el circo, cuándo todo se empieza a caer, se cae el trapecista o algo, para entretener a la gente, sacan a los payasos. Alguien dijo ese chiste y Mockus lo canalizó a sus teorías de cultura ciudadana y de ley moral y cultura.
La segunda cosa que me dijo Mockus y me quedó grabada es que una ley no solo se debe escribir y aplicar, sino también se debe comunicar. El gobierno tiene la responsabilidad de comunicar la ley de forma estratégica a los ciudadanos para que ellos sigan la ley de corazón.
Tienes un papel como ciudadano y como consultor del gobierno ¿percibes una limitación de llevar a cabo esta doble función?
Tengo las dos caras. Patonito es mi alterego, según las circunstacias puedo ser él o puedo ser Jorge Cañas, funcionario. Esto me ha dado mucha libertad de expresión, cuando soy peatonito puedo tener una postura más crítica. Los activistas ya estamos tomando puestos en la función pública, porque tenemos un fuerte compromiso con los temas sociales y la comunidad.
En mi caso no me he sentido limitado, cuando sucedió lo del Corredor Chapultec pude ir a las manifestaciones como peatonito y en mi situación contractual se estipuló que yo podía tener libertad de expresión y que peatonito velaba por intereses ciudadanos. Me considero un activista conciliador, que va más allá de la crítica. Una frase que me inspira es aquella que dice que hay que ser “duros con el problema y suaves con las personas”, no porque los funcionarios hayan hecho algo mal hay que caerles encima a ellos como personas, pero sí hay que centrarnos en los proyectos o actividades que han resultado problemáticas. Para ser un buen activista hay que tener disposición para generar cambios y para ellos es necesario tener una postura conciliadora.
¿Tienes algunos planes futuros con el proyecto?
Personalmente, mis planes actuales son seguir contribuyendo desde el Laboratorio a la elaboración de programas de movilidad y seguridad vial. Con peatonito, no sé qué puede pasar. He pensado en hacer un videoblog, del cual ya tenemos un primer capítulo sin editar, con la idea de vincular a la ciudadanía (desde los niños, hasta los abuelitos) con los diálogos técnicos en temas de movilidad. Adicionalmente, tengo un grupo de punk en el que componemos canciones sobre temas de movilidad sostenible, peatones y el derecho a la ciudad.
Entrevista a Oriol Nelo (parte II): "La conjunción entre la técnica y la política o la moral, es la clave de nuestra profesión"
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Entrevista a Oriol Nelo (segunda parte)
En la entrega anterior compartimos parte de la entrevista que realizamos a Oriol Ne·lo, Doctor en Geografía por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde nos habló sobre la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones y el papel del urbanista en este ámbito. En esta segunda y última entrega Ne·lo nos habló sobre la planificación, el urbanista y la técnica y la importancia de entender lo urbano como un proceso.
El urbanista es pues un mediador, pero como señala Secchi, el urbanista es responsable de la ciudad de los ricos y de los pobres, y al mismo tiempo es quien está llamado a corregir la injusticia socio-espacial. Sinceramente, ¿cree que el planificador urbano tiene la capacidad de aportar en el contexto actual?
De aportar sí, de solucionar no. Tiene responsabilidades en el sentido de que puede poner su conocimiento al servicio de unos y al servicio de otros y esto es lo que hace. El urbanista también tiene responsabilidad potencialmente en tratar de evitar estos procesos. De la misma manera que puede elaborar el plan parcial que permite la urbanización de un área que no debía ser urbanizada, puede poner sus conocimientos al servicio de la aministración o de aquellos movimientos urbanos que tratan de evitar que esa área sea urbanizada. Y por lo tanto esto te pone frente a un dilema moral, a un dilema político, que es la esencia misma de nuestra profesión. Se equivocaría muchísimo quien la viera únicamente como una ejecutoría técnica. Este aspecto, esta conjunción entre la técnica y la política o la moral, es la clave de nuestra profesión.
¿Cree usted que el urbanismo como educación, como formación profesional, está transformándose hacia eso? Lo exponemos porque aún existe la formación que ve al urbanismo como una técnica. Una parte de la arquitectura por ejemplo que ve lo urbano como un fenómeno arquitectónico de diferente escala.
La técnica es esencial. Podríamos dar todavía un paso más, se requiere técnica y en algún aspecto creatividad en el sentido de la composición, de la armonía de las formas, estas son variables que sin duda tienen que estar allá. Sin embargo, nos equivocaríamos si pensáramos que la profesión se reduce a esto y que la enseñanza debe reducirse a esto también, por lo tanto en la formación urbanística debe estar la parte técnica, pero debe haber también la capacidad de comprender los procesos que transforman el territorio, los procesos que condicionan la forma como la sociedad usa el territorio. Porque de ello se deriva lo que les están pidiendo, se deriva la ejecutoría práctica que él [el urbanismo] debe llevar a término. Sino comprende esto, es como el maquinista que guía con mucha expertiz una locomotora por unas vías que nos sabe a dónde le llevan, él controla la presión del vapor, las agujas, pero no sabe a dónde le lleva el tren. El tren es la evolución social, las transformaciones. ¿Qué vía escoges, en qué vía pones tu tren?
En este sentido, ¿qué ventajas trae comprender y tratar a la ciudad no cómo un objeto sino como un proceso?
La aproximación a ciudad y a la urbanización como proceso tiene esencialmente dos virtudes: la primera, hacernos comprender que es un fenómeno que ocurre de manera interrelacionada con los posibiidades y requerimientos del entorno y que hace parte de procesos de carácter ambiental, ecológico, entre otros, que no se pueden concebir de manera fragmentada; y la segunda, la noción de que la ciudad es constructo social, es el resultado de un proceso histórico. La noción de la urbanización como proceso, no como forma, nos permite ver que es el resultado de la concatenación de la acción social, con las transformaciones históricas y las dinámicas ambientales. Desde un posicionamiento político, la ciudad es el resultado de unas determinadas características, de libertad, equidad que le dan un significado moral.
¿Cuáles son las habilidades y herramientas del planificador para este aprendizaje social, para ser un facilitador interno, más que decir lo que hay que hacer?
¿Qué debe saber el planificador? Debe saber, claro está, los aspectos propiamente técnicos del ordenamiento. Esto incluye lo normativo y lo propiamente compositivo como la forma de armonizar el uso del territorio. Debe saber también los aspectos ambientales, es decir, debe ser capaz de comprender que aquello que está proponiendo tiene una relacIón con el medio, un medio que ofrece unas posibilidades pero que plantea unas limitaciones. Una tercera sin duda es el conocimiento de las dinámicas sociales sobre el territorio, de las dinámicas sociales y su expresión espacial para saber el porqué de lo que está haciendo. Planeamiento, medio ambiente y sociedad. El planificador al menos debe saber de estos tres tipos de conocimientos.
Precisamente porque esto es muy difícil de acumular en un sólo individuo, hoy el urbanista es el equipo de los urbanistas y de aquí la necesidad de los equipos interdisciplinares. Y de aquí la equivocación de los planteamientos demasiado cerrados, o aún peor corporativos. Cerrados sobre una sola profesión. Según mi experiencia esto es completamente equivocado, no sacas buenos planes a partir de esto.
¿Cómo esto puede implementar en la realidad?
Hoy día los grandes proyectos son elaborados por equipos interdisciplinarios, quizás es nuestra formación la que no acaba de responder a la necesidad de integrarnos en equipos interdisciplinares. Uno de los requerimientos que debe tener nuestra enseñanza es la necesidad de interactuar con otros y que los profesores vengan de campos muy diversos con el fin de que el estudiante tenga una formación que le permita comprender los diferentes lenguajes y en su vida profesional pueda ejercer ese papel del planificador como intérprete del que hablaba Friedman.
Esto es fundamental desde dos puntos de vista: desde el de los equipos de planificación y desde el de la sociedad. Hoy en día las instituciones y la sociedad no comparte el mismo lenguaje ni los mismos conocimientos, por lo que llegar a pactos puede ser un asunto muy complicado. Esto es visible en los procesos de participación, los vecinos dice una cosa y las autoridades responden desde un lenguaje jurídico que puede ser complicado. Es aquí donde el planificador podría jugar un papel de mediador e intermediario.
¿Sobre qué tipo de urbanismo piensa que se sentarán las ciudades del futuro?
Ojalá se basaran en alguna práctica urbanística. Me preocuparía que se asentaran sólo sobre la dinámica espontánea de los agentes sociales, porque esto no produce orden, sino desorden e injusticia. Deben apoyarse en visiones urbanísticas que busquen garantizar la funcionalidad de las áreas urbanas, la sostenibilidad, la equidad (que todos independientemente de dónde vivan tengan un acceso equitativo sobre la renta y los servicios) y sobre la democracia; las libertades de las personas y el respeto a la identidad y los proyectos de vida de cada uno. El urbanismo que necesitamos requiere de estos cuatro campos y sólo la ciudad que se base en estos pilares merecerá el nombre de ciudad como un espacio de convivencia de personas diferentes con vivencias complejas y enriquecedoras.
"Tres cerros isla del cono de alta renta y sus tensiones con la ciudad de Santiago de Chile. Una propuesta de enfoque para analizar: la presión inmobiliaria, los conflictos normativos y los desafíos para la planificación urbana"
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Revista Planeo Nº29, Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016
[Por, Nicolás Del Canto; Estudiante Planificación Urbana y Magíster Desarrollo Urbano UC, Santiago – Chile]
Recibido: 28.08.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
Este artículo propone un enfoque de análisis que involucra uno de los aspectos geomorfológicos más peculiares de la ciudad de Santiago: cerros rodeados de urbanización que existen a lo largo de su superficie, conocidos como cerros isla. Estos poseen características heterogéneas, que se expresan en diferentes contextos urbanos, tamaños y usos. En los últimos años ha surgido un importante debate relativo a su futuro. Algunos actores han planteado que el principal objetivo debiese ser convertir estos cerros en los pulmones verdes de Santiago, que permitan paliar el déficit de áreas verdes existente; aprovechando los beneficios ecosociales que podrían entregar a través de diversos proyectos. Otras voces- más silenciosas, pero no menos efectivas- han aspirado a desarrollar proyectos inmobiliarios de alto costo, particularmente en aquellos cerros que se encuentran en el cono de alta renta. La normativa urbana juega un papel determinante: la promulgación y posterior derogación del Artículo 59 de la LGUC dan cuenta de ello, ya que condicionó el avance del desarrollo inmobiliario en cerros como el Alvarado. Pero, ¿Existen otras demandas urbanas igual o más relevantes que la carencia de áreas verdes? ¿Puede la planificación urbana mediar -o proponer- entre los distintos intereses que existen y existirán para estos cerros?
Palabras clave: Cerros isla, Tensiones urbanas, Planificación urbana
Abstract
This article proposes an analysis aproach that in- volves one of the most uncommon geomorphologic aspects of the city of Santiago: hills that are surroun- ded by urbanization all along the valley, known as island hills. These hills have different characteristics, showed on several urban contexts, sizes and uses. In the last years a relevant debate has emerged re- garding their future. Some voices have stated that the main challenge among this matter should be to transform these hills into the green longs of Santia- go, availing their ecosocial benefits; that could be accomplished through various projects. Other voi- ces, much more silent –but not less effective- have pursued to develop high cost property, especially in those hills that are located in the high income areas. The urban normative plays a determinant role in this matter: the promulgation and later abolition of the Artículo 59 (LGUC) are signal of that, since they com- promise the urban development in hills like Alvarado. But, are there other urban demands more or equaly relevant as the lack of green areas? May the urban planning mediate -or propose- among the diverse in- terests that already exist and will exist on this hills?
Keywords: Island hills, Urban strain, Urban planning
[Descarga el artículo completo acá]
(1) Disponible en web: http://www.plataformaurbana. cl/archive/2015/05/27/guia-de-actividades-en-santiago- para-disfrutar-del-dia-del-patrimonio-cultural-2015/ parque-metropolitano-de-santiago-guy-wenborne/
"Espacios Mapuche en el área metropolitana de Santiago hoy: paradojas sobre la propiedad y el territorio"
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Revista Planeo Nº28, Territorios indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Mauro Camilo Fontana Flores; Doctorando en Arquitectura y Estudios Urbanos Pontificia Universidad Católica de Chile.
Segundo autor: Matthew Wellington Caulkins; Arquitecto urbanista, CUR-RMIT University, candidato a doctor en Estudios Sociales, Urbanos y Globales, Melbourne, Australia]
Recibido: 06.06.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
Las diversas formas de asentamiento que ha desarrollado la población mapuche en el A.M.de Santiago en las dos últimas décadas son lugares de frontera con una naturaleza híbrida, perteneciente a dos mundos normativos en conflicto. Los espacios que emergen durante este período serían, por un lado, producto de la lógica jurídico-espacial que instala el Estado – nación chileno bajo el posfordismo, con su énfasis en la propiedad formal; mientras, por otro lado, serían también producto de la lógica espacial que desarrolla la población mapuche, de acuerdo a su cosmovisión, frente las condiciones de desposesión territorial que hoy siguen enfrentando como pueblo y cultura. Los procesos de configuración de estos espacios dejarían en evidencia la reactualización de un proceso de reducción territorial instalado por el Estado sobre el mundo mapuche que se perpetúa hasta nuestros días. Éste se manifestaría mediante la fragmentación formal de las comunidades en el sur y la rearticulación espacial de los comuneros como individuos pobres dentro de la metrópolis a través de diversas formas de subsidio y propiedad privada. Sin embargo estos espacios también subvertirían el sentido estructural de este proceso constituyéndose como espacios donde se reconstituye la territorialidad mapuche despojada ahora al interior de la metrópolis.
Palabras clave: Espacios mapuche, Mundos Normativos, Propiedad, Territorio
Abstract
The different forms through which the Mapuche people have settled in the Metropolitan Region of Santiago over the last two decades constitute borderlands of a hybrid nature, belonging at the same time to two conflicting normative worlds. These spaces are, on the one hand, the result of the imposition of the Chilean nation state’s post- fordist spatio-legal imaginary, with a special emphasis on formal property; and, on the other hand, they are a product of the spatial imaginary of the Mapuche people. The processes that confi- gure these spaces are evidence of the renewal of the state’s territorial reduction of the Mapuche world. This is seen seen in the formal fragmenta- tion of the traditional indigenous communities in the south and the relocation of the members of these communities to the Metropolis as poor individuals through different forms of subsidies and private property. However these spaces also subvert the structural elements of this process as they actively reconstruct dispossessed Mapu- che territoriality inside the Metropolitan area.
Keywords: Mapuche spaces, Normative worlds, Property, Territory
"Ordenamiento territorial y modernización en la Patagonia norte chilena, el caso de la comuna de Hualaihué: borde costero, salmoneras y comunidades indígenas"
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Revista Planeo Nº28, Territorios indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Jorge Olea; Historiador de la Universidad de Chile. Estudiante de Doctorado en Geografía de la Universidad Católica de Chile
José Román Carrasco; Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile – Ayudante – Santiago – Chile]
Recibido: 26.05.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
La comuna de Hualaihué contiene una profunda historia de usos del territorio que se vieron trastocados con la irrupción del Estado y una transformación productiva a fines del siglo XX. Los Instrumentos de Planificación Territorial no han sido lo suficientemente pertinentes al momento de reflexionar en torno a la expansión que, como consecuencia de dichas adaptaciones, ha sufrido el territorio. Asimismo, estas transformaciones se dieron sobre un territorio previamente habitado por comunidades indígenas con sus propios usos y percepciones de ese espacio, por lo que el quiebre fue mucho más profundo. En este texto se busca reflexionar sobre los marcos de organización territorial y sus impactos sobre el uso del territorio, centrándose en el caso de los Espacios Costeros Marinos de los Pueblos Originarios, sus alcances y proyecciones.
Palabras clave: Planificación territorial, Hualaihué, Borde Costero
Abstract
Hualaihué has a deep history of land uses that were disrupted by the emer- gence of the state and productive trans- formation in the late twentieth century. Territorial Planning Instruments have not been sufficiently relevant when thin- king about the expansion as a result of these changes, has suffered the territory. Furthermore, these changes occurred over a te- rritory previously inhabited by indigenous com- munities with their own uses and perceptions of that space, so the break was much deeper. This text seeks to reflect on the frames of territorial organization and its impacts on land use, focu- sing on the case of Coastal Marine Areas of Indi- genous Peoples, their influences and projections.
Keywords: Territorial planning, Hualaihué, Coastline
"Contexto actual de los pueblos indígenas colombianos, ante el desarrollo desmedido de la industria minera en el país"
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Revista Planeo Nº28, Territorios indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Angie Betancur Vargas; Administradora en salud: énfasis en gestión sanitaria y ambiental, Colombia. Facultad Nacional de Salud Pública – Universidad de Antioquia.
Margarita María Pérez Osorno; Administradora en salud: énfasis en gestión sanitaria y ambiental/especialista en Salud Ocupacional /Magíster en Epidemiología Universidad de Antioquia]
Recibido: 26.05.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
Las comunidades indígenas de Colombia, hoy en día, se encuentran en riesgo de desaparecer debido a la incursión de proyectos mineros, ya que, infortunadamente, en la actualidad, se cuenta con un modelo económico e institucional fuerte que da su apoyo incondicional a este tipo de proyectos por encima de los derechos colectivos de estas poblaciones nativas, lo que ha generado que estas incrementen sus riesgos y condiciones de vulnerabilidad social en la nación. El presente artículo, pretende contextualizar la situación actual de los pueblos indígenas colombianos, ante el desarrollo desmedido de la industria minera en el país, llevándose a cabo, por medio de una revisión documental. Lo que permitió concluir que la situación actual de las áreas indígenas en el contexto colombiano ante el desarrollo de la minería, cuenta con un desacato del Estado ante sus derechos promulgados, privilegiando más la licitación de proyectos mineros en espacios nativos que la protección del territorio histórico y cultural de estos mismos.
Palabras clave: Territorios indígenas, Estado, Minería
Abstract
Indigenous communities in Colombia, today, are at risk of disappearing due to the incursion of mi- ning projects, since, unfortunately, at present, it has a strong economic and institutional model that gives its unconditional support for such pro- jects above the collective rights of these native populations, which has meant that these risks and increase their social vulnerability in the nation. This article aims to contextualize the cu- rrent situation of Colombian indigenous peoples, to the excessive development of the mining in- dustry in the country, carrying out, through a literature review. What led to the conclusion that the current situation of indigenous areas in the Colombian context to the development of mining, has a contempt of the State to their rights promulgated, focusing more tender of mi- ning projects in native areas that protection of the historical territory and cultural of the same.
Keywords: Indigenous Territories, State, Mining
"Co-construcción del paisaje indígena: una aproximación a la antigua dicotomía naturaleza-cultura"
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Revista Planeo Nº28, Territorios indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Ana María Lemus Aguiler; Antropóloga. Estudiante Programa de Doctorado en Antropología UCN- UTA. Universidad Católica del Norte.
Juan Pablo González; Ingeniero Forestal. E. de Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Recibido: 26.05.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
En este trabajo se presenta el caso de las Vegas de Coller, que muestra la relación que tiene la comunidad indígena de Caspana, ubicada en la provincia de El Loa en la región de Antofagasta, con el manejo cultural de Humedales Alto Andinos. La discusión surge de una iniciativa gubernamental en la cual el conocimiento indígena es inicialmente relegado o subalternizado, pero que posteriormente toma relevancia en la discusión de las acciones necesarias para la definición del proyecto. Finalmente se pretende analizar críticamente las metodologías y prejuicios que impregnan generalmente los desarrollos de proyectos en los que se superponen distintas visiones sobre el territorio indígena; en ellos además se destaca el rol que juegan los pueblos originarios, en la producción de la naturaleza.
Palabras clave: Conocimiento Indígena, Territorio, Naturaleza
Abstract
This paper presents the case of Las Vegas de Co- ller, which shows the relationship between the indigenous community of Caspana, located in the province of El Loa in the Antofagasta region, with the cultural management of Alto Andinos Wetlands. The discussion arises from a govern- mental initiative in which indigenous knowled- ge is initially relegated or subalternized, but which later becomes relevant in the discussion of the actions necessary for the definition of the project. Finally, it intend to analyze critically the methodologies and prejudices that generally permeate the projects of projects in which diffe- rent visions on the indigenous territory are su- perimposed; They also highlight the role played by native peoples in the production of nature.
Keywords: Indigenous Knowledge, Territory, Nature
"Migración, políticas públicas e identidad mapuche; pertinencia cultural en espacios urbanos"
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Revista Planeo Nº28, Territorios indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Margarita Ayenao Lagos; Facultad de Psicología, Universidad San Sebastián, Sede Valdivia]
Recibido: 26.05.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
El presente artículo expone una reflexión sobre el desarrollo de políticas públicas implementadas en Chile y vinculadas a la temática de vivienda con pertinencia cultural, en un período comprendido entre los años 1990 al 2010. Esta reflexión se realizó problematizando el proceso migratorio rural-urbano llevado a cabo por el pueblo mapuche. Es decir, se analizó dicha migración en conjunto con las transformaciones de identidad que este proceso implica, su influencia en la configuración de las ciudades y el desenvolvimiento de las políticas públicas aplicadas al contexto. Para esto se utilizaron herramientas de análisis cualitativo de contenido. De esta manera evidenciamos que en la estructura general de la política indígena existen ejes temáticos transversales, dentro de los cuáles la demanda habitacional y la construcción de viviendas y barrios con pertinencia cultural no ha sido preponderante. Cabe señalar que la pertinencia cultural debe establecerse superando la asimetría en que han sido construidas las relaciones interculturales mediante el reconocimiento de la identidad de los grupos étnicos en las ciudades, y la emergencia de una lucha especifica por el derecho a la vivienda. Así, el Estado debiese incorporar políticas de reconocimiento indígena-urbano como parte de los derechos fundamentales que, finalmente, conllevan una ampliación de la democracia.
Palabras clave: Identidad mapuche; Pertinencia cultural; Políticas públicas
Abstract
The present work states a reflexion on the develo- pment of public policies implemented in Chile and linked to the issue of housing culturally relevant in a period from 1990 to 2010 years. This reflexion was ca- rried out emphasizing the migratory process carried out by the mapuche people. That is to say, such migra- tion was analyzed along with the identity changes that such a process implies its influence in the city configuration and the public policy unfolding applied to the context. To perform this work, some qualitative content analysis tools were used. In this way we show that in the general structure of indigenous politicies there are transversal themes, within which housing demand and construction of housing and neighbor- hoods with cultural relevance has not been preponde- rant. It should be noted that cultural relevance should be established overcoming the asymmetry where the intercultural interrelations have been built by recog- nizing the identity of ethnic groups in cities, and the emergence of a specific struggle for the right to hou- sing. Hence, the state should incorporate indigenous- urban acknowledgement policies of rights which lead to the expansion in democracy should be incorpora- ted on the part of the State.
Keywords: Mapuche identity; Cultural allegian- ce; Public policies
"Sub-urbanización en el suburbio: Homogeneización del paisaje periférico en Puerto Varas"
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Revista Planeo Nº27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Daniela Zaviezo; Ingeniero y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente. Pontificia Universidad Católica de Chile]
Im_ Condominios en Puerto Varas
Fuente: http://seccionalpuertovaras.blogspot.cl/2013/12/prc-puerto-varas-1990.html
Recibido: 29.03.2016 / Publicado: 10.01.2017
Resumen
A partir del año 2000 la ciudad de Puerto Varas ha experimentado un crecimiento tanto en su población como en su tamaño, asociado principalmente a dos factores: el crecimiento de la industria salmonera a principios de los años 2000 y el auge de la ciudad como de los principales destinos turísticos y residenciales del sur de Chile. Ambos procesos han gatillado una importante migración hacia la ciudad que ha tenido consecuencias sociales, urbanas y ambientales. La expansión de Puerto Varas hacia su periferia, ha significado una homogeneización del paisaje urbano de la zona periférica de la ciudad producto de la construcción de viviendas, en suburbios o condominios cerrados con características asimilables a otros condominios ubicados en diversas ciudades de Chile. Esta nueva configuración espacial, no sólo ha significado la pérdida de suelo agrícola, aumento en la presión de los sistemas sanitarios y deficiencias en la infraestructura urbana, sino que también ha impactado en las relaciones entre los habitantes de la ciudad.
Palabras clave: Paisaje urbano, Periferia urbana, Urbanalización
Abstract
Since 2000, the city of Puerto Varas has expe- rienced a growth in both population and size, associated mainly with two factors: the growth of the salmon industry in the early 2000s and the rise of the city as well as the Main tourist and residential destinations in southern Chi- le. Both processes have triggered an important migration towards the city that has had social, urban and environmental consequences. The expansion of Puerto Varas towards its peri- phery has meant a homogenization of the ur- ban landscape of the peripheral zone of the city resulting from the construction of houses, in suburbs or closed condominiums with charac- teristics similar to other condominiums loca- ted in different cities of Chile. This new spatial configuration has not only meant the loss of agricultural land, an increase in the pressure of sanitary systems and deficiencies in urban infrastructure, but it has also impacted the re- lations between the inhabitants of the city.
Keywords: Cityscape; Urban Outskirt, “Urbana- lización”
"Deficiencias y desafíos en el transporte de las ciudades intermedias de Chile"
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Revista Planeo Nº27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Alejandro Cortés Salinas; Geógrafo, Magíster en Desarrollo Urbano y Doctor © en Arquitectura y Estudios Urbanos, y Académico departamento de Geografía Universidad Alberto Hurtado]
Recibido: 23.03.2016 / Publicado: 11.01.2017
Resumen
El transporte en las ciudades intermedias de Chile experimenta deficiencias debido a la existencia de marcos regulatorios precarios, definidos desde el gobierno central y desajustado al contexto específico de cada una de las ciudades. El artículo pone en evidencia esta situación a partir del estudio de casos, relevando diversas categorías de análisis que deben ser consideradas tanto por quienes formulan iniciativas desde el sector público, como también desde la academia. También propone la necesidad de romper con el dogma de la priorización del transporte motorizado en la planificación y la promoción de criterios de acceso equitativos. Para lograrlos, es de vital importancia conocer en profundidad los diferentes tipos de viajes y las estrategias llevadas a cabo por los habitantes de cada ciudad.
Palabras clave: Transporte; Política de transporte; Ciudades intermedias
Abstract
Transport in medium size Chilean cities suffers of deficiencies due to weak regulatory fra- meworks, defined from the central government and unadjusted to the specific context of each city. This article puts in evidence this situation from study cases, revealing diverse categories of analysis which should be considered by either the public sector and the academia. It also pro- poses the need to break up the dogma of the prioritization of private transport in planning and the promotion of criteria of equal access. To achieve them it is vital to know in depth the different types of travels and the strategies per- formed by the inhabitants of each city.
Keywords: Transport; Transport policy; Medium size cities
"La música como expresión urbana: el paradigma de dos autores rosarinos"
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Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Adolfo Schlieper, Arquitecto de la Universidad Nacional de Rosario FAPyD, Argentina]
RESUMEN
Las ciudades han sido, para muchos artistas y/o músicos, expresión de sus pensamientos y sus modos de vivir la ciudad y hasta su propia historia personal. La idiosincrasia urbana los ha inspirado para su producción musical. ¿Cómo traducen, los habitantes de una ciudad, el lenguaje musical en algo propio, teniendo en cuenta una época y un lugar? ¿Cómo la música se puede transformar en cultura e identidad de una ciudad?
Palabras clave: música, ciudad, expresión
Libro: “Las Culturas Musicales”
Ed: Francisco Cruces
Año: 2001
”Las Culturas Musicales” es un libro donde diferentes autores exponen la definición de la etnomusicología y hacen énfasis en los procesos históricos que ocurrieron en torno al término. El texto se divide en diferentes bloques temáticos correspondientes a la historia de la etnomusicología, su objeto, usos y funciones, estructuras de la canción y estructura social; siendo los apartados del sonido como sistema simbólico, industria cultural y músicas urbanas los que han motivado al presente escrito.
Francisco Cruces en el libro, sostiene que, hoy en día, las ciudades condensan ciertas condiciones cotidianas que llevan a una vasta producción musical por parte de artistas que, lógicamente, se sienten identificados con su espíritu del lugar y, también, con el de la época. El hecho de hacer y sentir una ciudad como algo propio con un cierto sentido de pertenencia, invita a muchos artistas musicales a traducir en letras, estrofas y melodías estas expresiones urbanas coyunturales; bien podría sostenerse que “escriben sus letras con los pies”, mientras caminan y perciben a la ciudad que les pertenece y, que, en muchas ocasiones, los vio crecer.
La evocación de ciertos lugares en canciones, se traduce inmediatamente en una imagen visible, que para nosotros significa algo, y para el autor, algo totalmente distinto. Esto viene ampliamente ligado al concepto de imaginarios urbanos, cuya idea central radica, principalmente, en la fabricación de una imagen visible (por parte de los ciudadanos), y la abstracción de un símbolo de los actores sociales urbanos (es decir, el artista) que se encuentran en un espacio determinado.
Rosario, Argentina es una ciudad que se podría decir ha funcionado como un imaginario urbano y que su sonido se ha transformado en sistema simbólico dentro del contexto argentino. Por ejemplo basta citar a artistas como Fito Páez, Lalo de los Santos, El Negro Fontanarrosa, Alberto Olmedo, y demás figuras que hacen, de la ciudad, una de las más culturales del país, de la mano con Buenos Aires.
Fito Páez ha escrito canciones que van desde la continua renovación hasta la transmutación de la vida, pero siempre implícita la ciudad, canciones como “mariposa tecknicolor” o “caminando por Rosario” brindan al receptor una idea de la ciudad natal y de su configuración y actividades. La canción compuesta por este último, Mariposa Tecknicolor, si bien elude a la continua renovación y transmutación de la vida, las estrofas llevan implícitas descripciones de la vida del autor, a modo de autobiografía musical. De ahí, a que esté escrita en primera persona, haciendo muy propios los sentimientos expresados.
Im2. Tapa del disco «Circo Beat», el cual alberga la canción «Mariposa Tecknicolor»
Diversos fragmentos a modo de recuerdos personales brindan al receptor una idea de la ciudad de Fito Páez, probablemente del tiempo compartido en un ambiente entre familiares y amigos, tal como sostiene Alejandro Rozitchner[1] en su análisis de dicha canción. La pieza, compuesta en el año 1994, sin dudas alude a una idea o imaginario urbano, ya no en un sentido tácito, sino explícito. Es una pieza de rock muy arraigada a la ciudad, que, cuando se escucha, inmediatamente la melodía se traduce en un fragmento urbano de gran contenido, como ser la catedral de la ciudad y, por supuesto, el futbol, el deporte por defecto de la ciudad de Rosario, cuyos comentarios, aciertos, y errores, quedan expresados en el periódico La Capital, el matutino conocido y leído por todos sus habitantes, con un fuerte contenido cultural y social, al haber sido uno de los primeros del país.
Otra canción, en cuanto a expresión personal y símbolos urbanos, es “Tema de Rosario”, de Lalo de los Santos (1956 – 2001), cantautor también rosarino, quien incluso ha formado parte de bandas con otros cantantes de la ciudad con una cierta evocación a su ciudad natal que les es infaltable.
El «Tema de Rosario» lleva consigo una gran carga simbólica para con la ciudad de Rosario. Carga simbólica que se da desde una escala urbana, cuando se hace mención a uno de los bulevares más importantes de la ciudad, uno de los lugares de encuentro por defecto de la misma, cuyo recorrido alberga construcciones históricas en su arquitectura; las palmeras que peina el viento – en palabras de de los Santos – forman parte de una gran plaza lineal de unas quince cuadras, el cantero central de la arteria; hasta una escala más pequeña, cotidiana, cuando, implícitamente, se hace mención al bar que recuerda a Roberto “El negro” Fontanarrosa, un humorista gráfico y escritor de la ciudad, con un fuerte arraigo hacia la misma que deja expresados en sus libros, tal como “La mesa de los Galanes”, cuyos personajes ficticios están inspirados en las charlas que se daban en el bar “El Cairo”, en la esquina de Santa Fe y Sarmiento, área histórica de la ciudad.
Como conclusión, y tal como sostiene Lori Custodero[2], la ciudad constituye “la paleta de colores con la que los músicos dibujan sus melodías, la colección de fragancias con las que componen sus armonías”. Dicha paleta de colores forma, para los dos artistas mencionados, expresiones de su vida en relación directa con la ciudad, amistades, contextos urbanos, aspectos culturales, el deporte, que son, nada más ni nada menos, el fenómeno mismo de la vida. Así, la música urbana de Rosario se ha transformado en un elemento simbólico y, lógicamente, cultural, por su arraigo y afecto hacia la misma.
Im4. Homenaje al Roberto «El Negro» Fontanarrosa, en el bar «El Cairo»
Notas:
[1] Rozitchner, A. (2008). Mariposa Technicolor según Alejandro Rozitchner. Recuperado a partir de http://todoloquepasaconviene.blogspot.com/2008/08/mariposa-technicolor-segn-alejandro.html
[2] Neve, E. (2012). La ciudad que hace música y la música que hace ciudad: hacia la promesa de la ciudad-arte. URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales, 2(2), 93–102.
"¿Qué nos inspiran los barrios de hoy?. Inspiración desde el barrio y sus elementos"
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Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Diego Riveros Di Ruzza; Estudiante de Arquitectura, Universidad de Chile]
Resumen: 1979, San Miguel, Santiago de Chile. Jorge, Miguel y Claudio están a punto de dar paso a la revolución musical de la década de los 80 sin siquiera saberlo. Esta reseña, intenta mostrar como San Miguel, comuna peri-central de Santiago, y sus elementos urbanos, fueron una fuente de inspiración para 3 jóvenes músicos logrando constituir el escenario perfecto para expulsar estruendos desde sus corazones rebeldes frente a una sociedad enceguecida, a la cual estaban decididos quitarle la venda de los ojos. Estruendos que se materializaron a través de una guitarra eléctrica mal afinada, parlantes con acoples y bombos con eco. Todo esto se ve reflejado en Sudamerican Rockers, una serie biográfica que, a modo de testimonio, da cuenta de las injusticias sociales de esa época, la carencia programática en el barrio, la falta de espacio público y de como a partir de la observación del entorno, fueron capaces de crear los himnos de toda una generación, realizar sus primeras grabaciones, vivir sus primeros amores y evidenciar las luchas de egos que terminaron por romper las relaciones que los llevaron en un principio a formar la banda de punk rock más influyente de Chile.
Palabras clave: Inspiración musical, esencia barrial, hitos de barrio
Titulo: Sudamerican Rockers
Dirección: Jordi Bachs
Año: 2014
“En la ciudad, no solamente somos testigos de las situaciones, sino también protagonistas y parte de muchas de ellas. No es fácil quedarse fuera y, en algunos casos, por mucho que nos esforcemos por permanecer en un segundo plano, acabaremos hablando con los protagonistas de nuestras instantáneas o participando de las actividades que nos han impactado en un momento dado y queramos inmortalizar”.
Manuel Arenas, 08, Agosto 2016, “Tecnología de tú a tú”, El corte ingles.
Im1. Afiche promocional de la serie Fuente: http://www.nacionrock.com/sudamerican-rockers-la-serie-de-los-prisioneros-la-nueva-mentalidad-televisiva/
El ritmo, la armonía, los tiempos, la métrica, sensaciones como el descontento, la tensión y la alegría, son elementos reconocibles tanto en la música, como en la realidad de cualquier ciudad del mundo.
Los acentos de un rasgueo o de un bombo, se condicen con los hitos sobresalientes de una trama urbana, así como también la tensión de un espacio se percibe en el ambiente político social de un determinado tiempo. Con estas ideas surge Sudamerican Rockers, una serie que reúne episodios de la vida cotidiana que se unieron por causas naturales y al borde de las coincidencias. Lo que no fue coincidencia fueron las ganas que tenían los tres protagonistas de hacer música desde sus corazones y así dar forma a letras de canciones capaces de marcar pautas utilizadas hasta el día de hoy. Por otro lado refleja el significado de la cultura sudaca, a veces propuesta peyorativamente y otras como muestra de multiculturalidad y orgullo continental (Paredes, 2014).
Los prisioneros, el grupo de Jorge, Miguel y Claudio, se formó en el liceo 6 de San Miguel, bajo el alero de una actividad política importante, pero a su vez de una generación de jóvenes que no necesariamente estaba al tanto de lo que sucedía en Chile. En esos años, las vanguardias artísticas eran el foco de la juventud adinerada, donde figuras transgresoras como las de Jorge eran vistas como iconos sublimes que terminaban por cautivar a esa parte de la sociedad. Pero Jorge buscaba hacerlos despertar de cualquier estupor en el que se encontraran y para ello, la banda utilizó recursos que se encontraban en su diario vivir como inspiración y la ironía de conceptos culturales como por ejemplo el hecho de pertenecer a un país sudamericano y todo lo que eso conllevaba. Dichos recursos constituían la perfecta definición de un barrio Santiaguino de la década de los 80, es decir, con evidentes diferencias sociales, marcados por límites claros y población de clase trabajadora.
San Miguel, el lugar de los acontecimientos, ha sido históricamente una comuna industrial, por lo que los galpones y su espacialidad desolada e inmensa fueron túneles interminables de ideas y tensiones musicales, a partir de lo que estos representan tanto para la ciudad como para la sociedad trabajadora. Por otro lado, los elementos de la vida barrial como los kioscos de dulces, el afilador de cuchillos y el organillero, sumados a los cassetes y vinilos de los Los Beatles, Kiss o Raphael, daban matices a una rutina que los condenaba a seguir pateando piedras toda su vida. Afortunadamente se encontraron de frente con su corazón rebelde y fueron capaces de ver más allá de los problemas de su barrio y su entorno, pudiendo externalizarlos a través de la música.
Los espacios urbanos tratados en la serie como plazas y peladeros sirven como lugar de ensayo muchas veces, acusando carencias programáticas dentro del barrio en esa época, que los obligaban a patear piedras y levantar polvo mientras caminaban de vuelta a sus casas. La horizontalidad y amplitud de dichos lugares, logran enmarcar tres siluetas que trataban de darle sentido a sus vidas a través de la música y los recursos que esta les ofrecía.
Otros elementos urbanos como paraderos de autobuses (incluso los mismos autobuses), constituyen un micro espacio en la ciudad que en la serie se refleja como un espacio de intimidad entre los muchachos y sus conquistas amorosas, sirviendo de inspiración para canciones dolidas, pero no por eso menos valientes. Es así como “Muevan las industrias”, “El baile de los que sobran” y “Paramar” son la evidencia de la mezcla perfecta entre la conexión física con nuestro entorno y con nosotros mismos. Alma y ciudad, sirvieron para crear pautas a seguir hasta el día de hoy, lo cual se transformó en el real sentido de su música. Pautas para afrontar lo que se aproximaba en el país, para marcar límites entre el pueblo y sus autoridades y por sobre todo para dejar testimonio de una sociedad adormecida que despertó gracias a ellos.
De esta forma Sudamerican Rockers, rinde un homenaje cargado de nostalgia a aquellos barrios donde yacían los ideales de una población, pero por sobre todo rinde tributo al corazón rebelde de tres jóvenes que realmente fueron capaces de expresar su día a día en el pulso de un tambor y líricas profundas.
Dichas reflexiones nos llevan a discutir sobre qué tipo de inspiración podemos obtener en la ciudad de hoy. ¿Qué nos ofrecen los barrios actuales? ¿Existen dichos barrios? Si tuviéramos que escribir una canción mirando nuestro alrededor y nuestra rutina, ¿cómo sonaría? Creo que la pieza musical que define la ciudad actual, por lo menos Santiago, está compuesta de solos musicales incapaces de generar armonía y homogeneidad, donde cada uno busca sonar más fuerte que el otro, sin raíces ni un son determinado. No diría lo mismo de sus habitantes, ya que cada uno posee un anhelo de raíces y memoria que se les está arrebatando, pero que al igual que en la década de los 80, debemos tomar el discurso expuesto por la banda y adaptarlo a nuestra protesta, con el fin de generar barrios donde no los hay, espacios públicos en los peladeros y sobretodo conciencia. Conciencia de esencia barrial.
Im2. Los Prisioneros en su contexto / Fuente: http://sudamericanseries.blogspot.cl/2015/04/sudamerican-rockers-los-ultimos-jovenes.html
Referencias:
- Paredes, Ricardo, 2014, Revista PliegoSuelto , El término «sudaca» y sus mutaciones: apócope, insulto y reivindicación. http://www.pliegosuelto.com/?p=10392
- Manuel Arenas, 2016, Tecnología de tu a tu, El corte ingles, Cámaras para urbanitas: cuando la ciudad es tu medio de inspiración
- http://www.tecnologiadetuatu.elcorteingles.es/fotografia-y-videocamaras/camaras-urbanitas-ciudad-medio-inspiracion/
Entrevista a Horacio Salinas, compositor e intérprete de Inti-Illimani: “el exilio, le dió una característica a la música que yo hago, que algunos me han dicho que si bien es chilena porque yo soy chileno, tiene elementos de muchos lados. Una especie de folclor imaginario”
VerEntrevista a Horacio Salinas, compositor e intérprete de Inti-Illimani: “el exilio, le dió una característica a la música que yo hago, que algunos me han dicho que si bien es chilena porque yo soy chileno, tiene elementos de muchos lados. Una especie de folclor imaginario”
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Martín Montes, Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo PUC, candidato a Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC
Arturo Orellana, Director Revista Planeo, profesor adjunto Instituto de Estudios Urbanos UC]
Horacio Salinas actualmente es el director musical de una de las bandas de folclor chileno más reconocidas; Inti-Illimani (1967 a la fecha). Nació en la ciudad de Lautaro (Araucanía), creció en Santiago y luego se fue exiliado a Italia. Según nos cuenta, cada uno de estos territorios ha nutrido su creación musical. Veamos qué nos dice sobre el diálogo música-ciudad.
“el exilio, le dió una característica a la música que yo hago, que algunos me han dicho que si bien es chilena porque yo soy chileno, tiene elementos de muchos lados. Una especie de folclor imaginario”
Im1. Horacio Salinas / Fuente: Elaboración propia
Entiendo que eres de la ciudad de Lautaro. ¿A qué edad llegaste a Santiago?
Sí, soy Lautarino y orgulloso de serlo. A los 9 años me vine a Santiago, inmediatamente después del terremoto de Valdivia. Mi familia, que era numerosa, ya estaba en planes de trasladarse a Santiago porque mis hermanos ya iban a entrar a la universidad, no sé si para bien o para mal, pero nos trasladamos a Santiago.
¿A esa edad la música ya era una inquietud para ti?
Sí, ya tenía el bichito que me despertaba mucha curiosidad. A los 7 años mis padres me pusieron en clases de acordeón con un profesor que era amigo de ellos. Después, como a los 11 años, llegó a mi casa una guitarra y tuve una conexión inmediata con la guitarra. No así con el piano, que en mi casa siempre estuvo y que era más del dominio de mis hermanos mayores.
¿Qué música se escuchaba en tu casa?
Como éramos 8 hermanos era una casa bastante caótica. Además, mis papás eran muy ocupados, mi padre era alcalde de Lautaro y mi mamá profesora del liceo, entonces había un revoltijo bien grande. Yo creo que la música la recibí de mis padres, ya que eran muy cantarines y hacían asados y fiestas familiares donde había mucha música. Pero también hay mucha influencia de la poesía. Mi madre recitaba mucha poesía, y mi padre era un gran lector, entonces las letras y la música estuvo siempre dando vueltas en mi entorno inicial.
¿Y cómo ésas influencias cambiaron cuando llegaste a la ciudad?
Aterrizando en Santiago, me di cuenta que había un rumor de fondo que yo desconocía y que era muy apasionante. Era el sonido de los troles, las micros, y el pulso de la vida mucho más acelerada. Son otros ritmos literalmente. Desparecen muchos de los pájaros que normalmente oyes en el sur. Las bandurrias, queltehues, tiuques. Eso es un ruido que acá se confunde con otras cosas. A la vuelta de los tiempos, ya habiendo vivido bastante, me doy cuenta cuán fuerte es en mí este sentimiento de pertenencia con el sur. Yo creo que Santiago no logró adoptarme, no ha logrado ser un territorio en el que yo puedo compartir un momento poético. De hecho, vuelvo mucho al sur y finalmente me siento de allá. El sur para mí es un refugio. A mí me impacta mucho la poesía de Jorge Teillier, porque él devela en sus poemas un misterio que encierra el sur de cierta nostalgia. Como bien dice Teillier, (esa nostalgia) no es por el pasado, sino que es por el futuro, es por aquello que debiera haber sucedido y que no nos pasó nunca. Nunca me he sentido muy bien en las ciudades demasiado pobladas. Probablemente mi música hubiera sido distinta si me hubiera ido a otra ciudad. La música tiene mucho que ver con los territorios, muchísimo que ver. Por ejemplo, una vez leí una crítica que trataba sobre nuestro grupo, en donde un gringo decía que había oído un grupo de chilenos que tocaba una especie de folclor en busca de un país, como el folclor de un país imaginario. Y eso es interesante ya que efectivamente nos pasó. De alguna manera el exilio te traslada a un territorio de fronteras difusas que es tuyo porque lo vives, sin embargo es de todos. La música que nació allí, creo yo, que tiene este pasaporte medio borroso que no se sabe de dónde viene.
¿Y cómo te aportaron esas ciudades grandes en las que viviste durante el exilio?
En Italia, por ejemplo, más que el arte y los museos, fue la gente la que me influenció mucho. Es el entorno humano, eso a mí me produce una emoción muy grande. Esa textura del ser humano que produce Italia. Una humanidad curiosa. Y eso, a mí me sacudió mucho en términos positivos, me libero de cierto formalismo con el que uno vive. Me hizo mucho más libre y travieso en la imaginación. Le tomé mucho el pulso a esta cosa que se cataloga como cierta locura de los italianos, pero que en realidad es un acto de libertad creativa enorme. Y eso no es porque sí, sino más bien porque ese país tiene más del 50% de los grandes artistas de la humanidad. Pero los italianos también se comportan así por un acto de amor, de afecto. Ese es un proceso muy interesante. Como dice Maturana, sólo a través del afecto es posible el conocimiento. Si uno no siente, si no te zambulles, si no te entregas, no existe el amor.
¿Cómo te influenció el contexto político y emocional con el que dejas Chile para irte a Italia?
Bueno, la circunstancia de nuestro exilio fue algo impuesto. No estaba en mis planes irme a Italia. Pero felizmente hay algo de casualidad, porque nos tocó conocer -incluso antes del golpe- a los italianos. Algo indispensable en la vida es estimar al otro, es tener una curiosidad por conocer al otro tal como es. Eso es un gran valor que tienen los italianos. Eso fue muy importante, porque el exilio fue un mazazo que al principio no sabes cómo tomarlo porque exige un desarraigo muy profundo. Y ahí te das cuenta de esta cosa antropológica que tenemos los seres humanos de conexión con la tierra. Uno nunca deja de sentirse ajeno a esos territorios. Aun percibiendo que están todas las condiciones dadas para vivir con cierta comodidad, pero llegado el momento del cambio, dejamos ese territorio para volver a lo nuestro. Pero también, sin esa condición que me instaló el exilio junto con las características de Italia, tampoco se hubiera desatado en mí esta necesidad biológica de hacer música. De transformar la vida en un laboratorio de imaginación musical y melódica. Y tal vez, el haberlo hecho en este espacio extraño como lo es el exilio, le dio una característica a la música que yo hago, que algunos me han dicho que si bien es chilena porque yo soy chileno, tiene elementos de muchos lados. Una especie de folclor imaginario.
Pero no sólo influye lo intangible, los afectos y sentimientos, sino también la morfología y el paisaje urbano, ¿o no?
Sí, también porque eso es historia. Y sin un reconocimiento de la historia no es posible la cultura. La cultura sólo es posible si reconoces la historia. Y claro, en eso Italia es un testimonio magnífico de la historia que se ve en sus calles y edificios. La historia es tal, que pese a que pasé 16 años allá, me vine con la sensación de haber conocido poco Italia. Es un territorio tan grande en términos culturales, que tú te quedas con un signo de interrogación.
Im2. Inti-Illimani, disco Antología 1989 – 1998. Vol. 3 (2000)
Fuente: http://inti-illimani.cl/
¿Y qué pasó cuando volviste a Santiago? ¿Te encontraste con la misma ciudad?
Santiago cambia mucho y de manera bastante desordenada. Pero el sur, mi sur, se mantiene más o menos intacto y algo similar pasa con Roma. En Roma no han podido introducir los malls, eso está a las afueras. La Roma central tiene una arquitectura de 200 o 300 años que es protegida. Una vez en una charla oír una frase que decía que la arquitectura es la música congelada.
Y en el sentido inverso, ¿la música puede transformar la ciudad?
Yo diría que no. La música va con los tiempos. Lo que sucede es que la música se ha transformado en un refugio. Hoy día la gente se planta los audífonos y se encierra en el mundo de la música, incluso con el peligro que la atropellen y todo eso. En el fondo hay un despliegue arquitectónico para que la música se desarrolle, pero no sé si al revés. Hay artículos que dicen que cuando la sociedad entra en crisis, se potencia mucho la matrícula de la opción artística. Eso sí es un ganancia.
¿Y qué ha perdido la ciudad?
Pese al gran volumen de arte que hay, uno echa de menos que haya un movimiento artístico. Es decir, que todas estas manifestaciones artísticas tengan un correlato común de lo que está ocurriendo en esta realidad. Yo me siento parte de la Nueva Canción Chilena y me enorgullezco mucho de haber pertenecido a un movimiento que de alguna manera cambió el modo de concebir la música chilena. Pero es ésa década la que produjo todo eso; los Beatles, movimiento Hippie, la revolución femenina, reforma universitaria, movimientos urbanos, etc. Son como cambios de fondo muy notorios. Pero en la actualidad, si bien hay mucho ruido, aún falta una articulación. En los tiempos actuales hay una gran variedad de elementos musicales y artísticos, y algo se ha ido encubando, sin embargo, falta que se encube un huevo grande, en donde todo esto converge hacia algo. Y así va a suceder, ya que el malestar que existe es muy sintomático.
Entrevista a Luis Le-Bert, vocalista de Santiago del Nuevo Extremo: “la actitud del poderoso siempre ha sido desconocer al más sencillo y, por eso mismo, nuestra increíble segregación social es una wea muy antigua”
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Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Martín Montes, Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo PUC, candidato a Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC
Arturo Orellana, Director Revista Planeo, profesor adjunto Instituto de Estudios Urbanos UC]
Luis Le-Bert fue compositor y cantautor del grupo musical chileno “Santiago del Nuevo Extremo” (1977-1986). Entre sus obras se encuentra el reconocido disco “A mi ciudad” (1981), temática que como ciudadano, músico y arquitecto siempre le interesó. Actualmente Luis es considerado uno de los protagonistas del movimiento musical del “Canto Nuevo” que surgió en Chile en periodo de dictadura.
“la actitud del poderoso siempre ha sido desconocer al más sencillo y, por eso mismo, nuestra increíble segregación social es una wea muy antigua”.
Im1. Luis Le-Bert / Fuente: www.cancioneros.com
Para empezar, ¿por qué deciden llamar a la banda “Santiago del Nuevo Extremo”, nombre original con el que Pedro de Valdivia fundó la capital chilena?
Era una mesa de cabros, todos de 19 años, y lo único que sabíamos era reconocer con respeto nuestro instinto, nada más. En esos años no existía ninguna banda que tuviera nombre en castellano, se llamaban todos raros. «Inti-illimani”, “Quilapayún»… Por otro lado, nosotros habíamos recibido una herencia cultural importante, que hacía que imagináramos un mundo mejor, donde habían claros síntomas de que ganaban los más pobres, de que el mundo iba a ser mejorado con impulso, actitud, sacrificio y que venía la revolución. Y todo eso tenía una música, pero esa música no se refería a una realidad inmediata, se refería a un sueño y por eso era todo para el futuro. Decía «venceremos», «ganaremos», «haremos un mundo mejor». Bueno, entonces en esos años estaba instaurado el “yo le canto al futuro y me llamo raro”, porque hay un mundo que se viene y es mejor que este. Vino el golpe y nosotros no podíamos estar haciéndonos los graciosos diciendo que viene un mundo mejor porque había un cercano que no estaba y otro que si cantaba muy fuerte cagaba. Para nosotros, la única esperanza era llamarse en castellano, nosotros no queríamos ser folcloristas renovados, quisimos ir a la esencia de lo que somos porque estaba la cagada, por eso Santiago del Nuevo Extremo. Eso fue en noviembre del 77’ y tocamos por primera vez en agronomía de la (Universidad de) Chile.
¿Y viviste todo el tiempo en Santiago?
Me fui dos años a estudiar arquitectura a Valparaíso pero tuve que volverme porque me volví loco…
¿En qué medida tu creación musical estuvo marcada la ciudad en la que creciste?
En toda medida. La ciudad es entera, es siempre, yo soy y vivo la ciudad. En ésa época yo estudiaba arquitectura y lo único que me interesaba era la ciudad. Pero eso (en “A mi ciudad” digo) «Santiago, no has querido ser el cerro y tú nunca has conocido el mar». Eso es algo muy propio de esta ciudad.
¿Y qué espacios particulares de la ciudad te influyeron?
En ese tiempo en la ciudad no habían espacios para el desarrollo artístico-cultural, lo que había era una realidad. El mundo cultural en ese entonces no era manejado por la industria. La industria cultural aún no existía, y el hecho que el mundo cultural no responda a la ley de la industria significa varias cosas muy concretas. Por ejemplo, los conciertos de música eran por causas y motivos, no por grupos específicos. Me explico; «canto por la libertad», año 79-80: ¡lleno! y chiquitito, abajo, los grupos. El encasillamiento es un gesto de la industria, no de los hombres libres. Cuando viene el golpe, la cultura -y todo lo que ella representa- en sus manifestaciones no tenían nada que ver con ningún gesto industrial. La cosa industrial a la que hoy estamos acostumbrados, no existía en la época de la dictadura. Entonces era todo mucha más responsabilidad nuestra. Nosotros éramos los dueños del Caupolicán, del circuito de los teatros, del concierto en vivo. Con “nosotros” no me refiero a Santiago del Nuevo Extremo, sino todo el canto popular. Nuestra presión en esos espacios tiene resultados concretos en la cultura, aunque no los vean. Había una gran diferencia entre la música de lo que estaba ocurriendo realmente y lo que mostraba la tele.
En este contexto, ¿no sentías que cuando tocaban eran pequeñas conquistas? Ya que no eran mostrados por la tele, ni la radio, pero sí estaban en esa realidad de la que hablas.
No tenía que ver con conquistar lugares, porque nosotros éramos “los músicos del lote”. ¿Y quiénes eran los del lote? Todos. Somos todos del lote, aquí no hay nadie distinto. Todos tienen un pariente desaparecido o muerto. No queríamos mostrarnos como conquistadores de espacios, no queríamos diferenciarnos, ni vestirnos distinto.
¿Y cuando volvió la democracia a Chile, qué rol pasó a ocupar Santiago del Nuevo Extremo?
Todos nosotros hemos pasado toda la vida refiriéndonos a la época de la dictadura, pero a mí, como músico, me ha marcado mucho más la época de la democracia. Hoy día el 100% de la comunicación es privada. Nadie puede hablar nada en este país. En el Museo de la Memoria hay un muro que dice: «las canciones son las que cuentan la historia». Pero en Chile hay una historia de pendientes que tiene que ver con el terror. Cuando se presenta la “Nueva Canción Chilena” se saltan todo un periodo de la historia. Parten con la Violeta Parra, Quilapayún, Intillimani Histórico y, saltándose 30 años de historia musical, presentan lo que queda de Los Tres, Manuel García y una manga de poperos que se disfrazan de revolucionarios. Al final siempre hay una tergiversación de la historia.
En “A mi ciudad” dices «a desarmar tu historia antigua y a pedazos volverte a conquistar». ¿Cuál es ésa ciudad por desarmar, y cuál es la que quieren volver a construir?
Las canciones son un estado de ánimo, no es un tema concreto. Y el estado de ánimo a veces dura un año, a veces un mes. Y lo que me acuerdo patente es que un año yo estaba muy colapsado por el taller de arquitectura, por la música y por mi polola que era de Viña. Estaba muy fregado, yo andaba mal. Un día estaba volviendo a mi casa caminando, y de repente me di cuenta que estaba en una ciudad de millones de habitantes, pero que no tenía con quien hablar, entonces la relación soledad-densidad empezó a soplarme la canción. Por eso digo que esa canción no necesariamente es una respuesta a la dictadura como suele pensar la mayoría, más bien es una respuesta a una inquietud de sentirme absolutamente desplazado. Volvía a mi casa pensando que debía dejar de tocar, porque cuando íbamos a tocar de repente desaparecían todos los instrumentos y todo lo demás estaba tal cual. O cuando recibía llamados diciendo que tenga cuidado con lo que hacía o sino me van a venir a visitar. Era complicada la wea.
Im2. Primer disco de Santiago del Nuevo Extremo; “A mi ciudad” (1981)
Fuente: http://perrerac.org/chile/santiago-del-nuevo-extremo-a-mi-ciudad-1981/596/
¿Es muy distinta esta ciudad que vives hoy, en relación con la que tus canciones proponen?
Hoy día la ciudad es todo lo terrible, todo lo que NO soñábamos. Yo no conozco momento en la historia del hombre donde la ciudad se entregue -su forma, crecimiento y desarrollo- a cuatro personas, que son los cuatro grupos inmobiliarios que yo conozco en Chile. Yo no conozco momento en la historia que eso sea así. La palabra «paño de negocios» me produce vómito. Cuando el lugar sagrado se transforma en el lugar de la plata, lo que tenemos es una ciudad espantosamente fea. Lo que pasa es que cuando las decisiones se toman por paño de negocios, son decisiones que no representan ni siquiera al 0,02% de la población chilena. Es primera vez en la historia que una ciudad la planifican cuatro limitados, que lo único que ven es billete.
¿Cuál es el diálogo entre la música y la arquitectura?
Se tocan en que la música busca un espacio habitable. Esta sensación de no tener lugar la tienen los chilenos desde hace ya varios años. Mi tesis es lo que dicen casi todas mis canciones. Pasar desde la Nueva Canción Chilena al pop actual saltándose todo lo que se hizo entre medio. Lo mismo pasa con la historia chilena. La colonia, que son 200 años, tiene dos páginas. Luego todas las batallas de 1810 en adelante. ¿Por qué no se cuenta la historia completa? Es muy simple. Porque la actitud del poderoso siempre ha sido desconocer al más sencillo y, por eso mismo, nuestra increíble segregación social es una wea muy antigua.
"Rap inspiración de ciudad: la cultura Hip Hop en Bogotá"
Ver"Rap inspiración de ciudad: la cultura Hip Hop en Bogotá"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Diana Katerine Ortega Camacho / Profesional en Comercio Internacional, Especialista en Gerencia de Proyecto, Magister en Pensamiento Estratégico y Prospectiva / Directora General Corporación de Mujeres Fresia]
Resumen: El rap ha cruzado fronteras y más que música, se ha convertido en una herramienta de inclusión social y de construcción de paz. En Bogotá, el rap ha facilitado generar procesos de participación, empoderamiento y movilización ciudadana y existen organizaciones sin ánimo de lucro, como la Familia Ayara, que apropiaron la cultura Hip Hop para levantar las voces de cientos de comunidades vulnerables que han sido calladas por la guerra y la violencia
Palabras clave: Rap, jóvenes, Colombia
Im1. Feback – Hip Hop al Parque 2016. Juan Santacruz
Fuente: IDARTES (2016)
Una ciudad multicultural, de cemento de colores, de tráfico musical, de polución armónica y montañas. Así es Bogotá, más que una inmensa metrópoli de caos, una casa de puertas abiertas para todos, donde todo se acomoda debidamente para hacer música.
Esta gran ciudad logra inspirar a cientos de jóvenes, a los que nacieron acá pero también a los que llegaron de allá buscando oportunidades; toman una hoja de papel, un lapicero y plasman allí su día a día y sus experiencias de vida en poesía, que luego con un beat se convierten en melodías, según Gladys Castiblanco (2005), el rap es quizá el escenario de mayor expresión de los contenidos y ejercicio de las prácticas de resistencia por cuanto no es algo que se realiza esporádicamente sino que se asume como la vida misma (pág.258). Esto es rap, un género musical del que ya no es extraño hablar, se ha tomado todas las esferas sociales, económicas y culturales de la ciudad.
El rap ha cruzado fronteras y más que música, se ha convertido en una herramienta de inclusión social y de construcción de paz. Es normal que al transporte masivo Transmilenio se suba en cada estación un chico o una chica a “improvisar” sobre la ciudad y el diario vivir, recreando realidades que como ciudadanos no se reconocen. Aunque muchos de los pasajeros se incomodan, otros apoyan este tipo de expresión. Es importante resaltar que un joven que se dedica a este oficio logra conseguir un estimado de USD 20 al día, para un total de USD 600 al mes si lo hace diariamente, lo que representa más de dos salarios mínimos al mes en Colombia. Pocos son conscientes de cómo esta actividad mueve la economía informal de una ciudad, ya que los estereotipos hacen que estos emprendedores artísticos se reduzcan y queden básicamente en el estereotipo de que son jóvenes “ñeros” (palabra que se usa en Bogotá como insulto para referirse a alguien callejero o vulgar).
El Festival Hip Hop al Parque, principal escenario de rap en Bogotá, se realiza como una iniciativa institucional de la Alcaldía Mayor, que lleva veinte años de historia y siempre ha estado apoyada por los miembros pertenecientes a esta cultura. Año tras año se ha convertido en el festival más importante del continente de este género musical con una afluencia aproximada de 80.000 personas. Este festival es una vitrina para la promoción y posicionamiento de artistas que buscan promover y facilitar la generación de una industria musical en el país. Esto es un reto, ya que en la actualidad los ingresos obtenidos no son suficientes para hablar de una industria ni para garantizar el bienestar económico de sus artistas y gestores.
Im2. Hip Hop al Parque 2016. Juan Santacruz
Fuente: IDARTES (2016)
Al mismo tiempo, el festival es un escenario de convivencia y reconciliación, puesto que ha pasado por muchas estigmatizaciones, inclusive desde la misma institucionalidad, donde se rótula a las personas pertenecientes a esta cultura como consumidores de drogas y personas violentas que no son capaces de convivir en paz, lo que ha llevado a que en repetitivas ocasiones se haya propuesto cancelar el evento. Es por ello que se ha dado la discusión en espacios como la Mesa Distrital de Hip Hop, para aclarar que no todos consumen y que no son violentos y cada año son más las personas comprometidas con generar la imagen positiva de la cultura y poner en alto el nombre Hip Hop como forjador de paz.
Im3. Centro Cultural Ayara en Bogotá / Fuente: Fundación Familia Ayara (2016)
En Bogotá, el rap ha facilitado generar procesos de participación, empoderamiento y movilización ciudadana; existen organizaciones sin ánimo de lucro que apropiaron la cultura Hip Hop para levantar las voces de cientos de comunidades vulnerables que han sido calladas por la guerra y la violencia. Una de ellas es la Fundación Artística y Social la Familia Ayara que cumplió este año 20 años de labor social empoderando a niños, niñas y jóvenes para que sean ellos los generadores del cambio, los constructores de un mundo más justo, equitativo y pacifico a través de actividades artísticas, sociales, educativas y productivas basadas en la cultura Hip Hop. Esta organización ha logrado llegar a los más alejados lugares de Colombia y con música, baile y pintura ha transformado realidades a través de su metodología de alto impacto para que los derechos de la niñez sean ejercidos y cumplidos; crear conductas protectoras ante la presencia de minas antipersonales y munición sin explotar; prevenir la violencia sexual hacia niños, niñas y mujeres; fortalecer la convivencia y la seguridad urbana y rural; fortalecer los valores, generar estilos de vida saludables, prevenir el uso y reclutamiento infantil, entre un sin número de problemáticas presentes en el país, y por supuesto, la Familia Ayara le ha apostado también a la firma de la paz en Colombia.
Im4. Festival Hiphoppas Por La Paz / Ayara 20 Años. Juan Santacruz
Fuente: IDARTES (2016)
Además es necesario hablar de cómo el rap ha incluido a las mujeres en escenarios políticos y culturales fomentando su empoderamiento y visibilizando sus opiniones en espacios de toma de decisiones, desvirtuando la imagen sexista y machista de la cultura Hip Hop. Si bien hace falta avanzar, las mujeres cada día son protagonistas y escritoras de una nueva historia para la mujer en Colombia, se han colocado la camisa y han propuesto a través de sus líricas un camino para la equidad y la justicia.
Im5. Video grabación “Soy Mujer” / Fuente: Fundación Familia Ayara (2016)
Es así que el rap más que música es la melodía que inspira a una ciudad, la armonía que representa una estrategia de transformación y empoderamiento social, el ritmo que la hace competitiva y genera oportunidades económicas de bienestar para artistas y gestores, el tono que abre puertas, intercambia conocimientos y culturas, el sonido de la ciudad y de una cultura que genera identidad por donde vaya.
Referencias:
Castiblanco, Gladys. 2005. Rap y prácticas de resistencia: una forma de ser joven. Reflexiones preliminares a partir de la interacción con algunas agrupaciones bogotanas. Revista Tabula Rasa 3: 253270.
Garcés Montoya, Ángela. 2011. Culturas juveniles en tono de mujer. Hip hop en Medellín (Colombia). Revista de Estudios Sociales, Universidad de los Andes.
IDARTES. Hip Hop al Parque. Sitio oficial on line: www.hiphopalparque.gov.co
"Música, naturaleza y renovación urbana: El Órgano Marino en Zadar, Croacia"
Ver"Música, naturaleza y renovación urbana: El Órgano Marino en Zadar, Croacia"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por María Fernanda Martínez, Politóloga. Tesista del Magíster de Medio Ambiente y Asentamientos Humanos de la U. Católica de Chile]
Resumen: El Morske Orgulje u “órgano marino”, construido en la ciudad costera de Zadar, Croacia, es una iniciativa innovadora que ha logrado incentivar el dinamismo y disfrute del puerto marítimo como espacio público gracias al aprovechamiento de elementos sonoros provenientes del vaivén de las olas del mar Adriático. Esta obra es una conjunción entre música, naturaleza y renovación urbana que ha logrado darle mayor atractivo y reconocimiento internacional a la ciudad al ofrecer nuevas experiencias sensoriales que invitan a explorar la capacidad compositora que se esconde en la naturaleza.
Palabras clave: Espacio público, música, renovación
Video: Sea Organ and Greeting to the Sun in Zadar, Croatia
En el Silmarillion, obra del escritor del señor de los Anillos, J.R.R Tolkien, la música es la fuerza creadora del universo y de la vida misma. De manera generalizada, la música es percibida como la combinación de sonidos y silencios que bajo una coherencia o lógica definida producen melodía, ritmo y armonía. Artistas como John Cage o más recientemente, la cantante y compositora islandesa Björk, han realizado algunas propuestas para ahondar en la música de manera experimental tratando de ir más allá de los límites convencionales. En su proyecto Biophilia, Björk indaga en la relación entre la música, la naturaleza y la tecnología y recurre como fuente de inspiración a la fuerza sonora de fenómenos naturales como los relámpagos para crear sus canciones (como en Thunderbolt) o a los procesos de formación de los cristales, los cuales siguen patrones similares a los de la creación musical (Crystalline). Desde una perspectiva más abstracta, la música puede encontrarse en el mundo natural que nos rodea y no siempre responde a los órdenes lógicos y conscientes de nuestro entendimiento, sino que puede producirse de forma espontánea o de manera “autónoma” a la creación humana. Ahora bien, ¿esta idea cómo podría aprovecharse en procesos de renovación y diseño urbano?
Im1. Morske Orgulje / Fuente: boredpanda.es
Particularmente, el mar ha sido fuente de inspiración musical para gran número de artistas, concepto que es aprovechado por el Morske Orgulje u “órgano marino” construido en la ciudad costera de Zadar, Croacia, en una iniciativa que logra articular los elementos sonoros de la naturaleza con procesos de apropiación del espacio público y renovación urbana. Esta ciudad de más de 3.000 años de antigüedad, sufrió en la segunda guerra mundial constantes ataques por parte de fuerzas británicas y norteamericanas que acabaron con gran parte de su patrimonio arquitectónico. Por esta razón, en la última década se han desarrollado una serie de intervenciones urbanas para renovar el puerto marítimo, propiciar el turismo y generar mayor aprovechamiento de los espacios públicos.
En el 2005, el arquitecto croata Nikola Bašić construye el Órgano Marino, inspirado en el instrumento de la antigüedad griega hydralius y en el Wave Organ de San Francisco. El órgano mide más de 70 metros de largo y está compuesto de hormigón y escalones de mármol, bajo los cuales se encuentran 35 tubos de órgano de diferente diámetro, hechos de polietileno, que producen diversas tonadas cuando las olas chocan con los escalones y el aire que se encuentra en los conductos sale por los orificios que dan a la superficie del paseo (Public Space, 2016).
Im2. Corte de Estructura interna / Fuente: Public Space (2016)
Cabe destacar que la obra se caracteriza por su simpleza, pues desde la superficie sólo deja ver una serie de agujeros sobre los peldaños, pero logra de manera creativa producir música experimental con las olas y promueve una nueva experiencia para el disfrute del espacio público; esto le ha servido a esta iniciativa para obtener reconocimiento a nivel mundial y ganar en 2006 el Premio Europeo de Espacio Público, otorgado por siete instituciones europeas [1] a aquellas obras que crean, recuperan o renuevan espacios públicos en el viejo continente.
Al lado del Órgano Marino se encuentra también El saludo al sol, un círculo de vidrio con una serie de sensores fotovoltaicos que absorben la energía solar durante el día y la libera en un asombroso juego de luces por la noche. Esta obra está compuesta por trescientas placas de vidrio que forman un círculo de 22 metros de diámetro y cuenta con iluminaciones LED que al caer el sol se entrelazan con las melodías del Órgano Marino, recreando un espectáculo que atrae a turistas y locales. Adicionalmente, la energía solar captada por los paneles solares se utiliza también para iluminar parte de la costa de la ciudad.
Im3. Saludo al sol / Fuente: actualidadviajes.com, 2016
Sin duda, estas dos obras de Bašić, han logrado crear un espacio público dinámico y atractivo que se ha convertido en motivo de orgullo para los habitantes de Zadar al lograr una experiencia sensorial diferente que invita a las personas a interactuar de forma creativa con su entorno gracias al uso no tradicional de la energía solar y los sonidos del mar.
En el caso del órgano marino -cuyos sonidos para algunos se asemejan a los que emiten las ballenas yubarta[2]– se aprovechan las sensaciones de relajación y tranquilidad que se asocian con el vaivén de las olas, por lo que es común ver personas que visitan este lugar para leer, meditar o reflexionar. De esta manera, se pueden promover dinámicas de apropiación y disfrute del espacio público por medio de la exploración de la capacidad compositora que se esconde en nuestro entorno, experiencia que invita a pensar en formas diferentes de promover procesos de renovación urbana y potenciar factores como la relación entre música, naturaleza y ciudad.
Im4. Mujer escuchando por los agujeros del órgano marino
Fuente: Boredpanda.es, 2016
Notas:
[1] Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB, Barcelona), la Cité de l’Architecture et du Patrimoine (París), el Nederlands Architectuurinstituut (NAi, Rotterdam), el Architekturzentrum Wien (Az W, Viena), el Suomen Rakennustaiteen Museo (SRM, Helsinki), la Architecture Foundation (AF, Londres)y el Museo Alemán de Arquitectura (Frankfurt).
[2] Con respecto a la relación de los sonidos de las ballenas con la música se recomienda Ver el documental Song of the Earth con David Attenborough
Referencias:
Boredpanda. (2015). Este órgano de 70 metros utiliza el mar para crear música evocadora en Croacia. Obtenido de Borepanda: http://www.boredpanda.es/organo-marino-zadar-croacia/
Hooper, L. (Dirección). (2013). La naturaleza de la música. [Documental].
Public Space. (2016). Morske orgulje. Obtenido de http://www.publicspace.org/es/obras/d078-morske-orgulje
Sonnex., G. (Dirección). (2000). The song of the earth, presented by David Attenborough. [Documental].
Wikipedia. (2016). Música. Obtenido de: https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%BAsica
"Casa de Jongo: Una práctica en proyecto"
Ver"Casa de Jongo: Una práctica en proyecto"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Marcos Favero. Dr. Arquitecto y urbanista graduado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de Río de Janeiro (FAU/UFRJ Brasil); profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), desde 2014 coordina el Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio.
Luciano Alvares. Arquitecto y urbanista graduado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de Río de Janeiro (FAU/UFRJ Brasil). Magister en Design de la PUC-Rio. Profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio]
Resumen: Operando a partir de oportunidades reales y demandas específicas, prioritariamente de carácter social, la presente práctica consiste en una investigación aplicada en proyecto. Su enfoque es el proceso de enseñanza/aprendizaje basado tres marcos referenciales: el proyecto participativo, la inserción social y la cooperación académica interinstitucional, y utiliza como principal proceso la fabricación digital. Casa de Jongo fue un taller que tuvo como objetivo el desarrollo de una serie de “dispositivos de interacción” para la organización no gubernamental Grupo Cultural Jongo de la Serrinha. Como resultado, fueron materializados 5 “dispositivos” o proyectos a escala 1:1, cuya concepción se inspiró en el jongo, al Morro de la Serrinha – favela en Río de Janeiro, que es la cuna de esta manifestación cultural de música y danza de origen africana– y se basó en un proceso experimental caracterizado por la conjunción de diferentes técnicas: fabricación digital, técnicas manuales y la utilización de objetos de uso cotidiano, sometidos a una “estrategia ready made” o, en otras palabras, a una operación de resignificación.
Palabras clave: Proceso de proyecto, jongo, Madureira
Im1. Jongo en la casa de Tía María / Fuente. http://i2.wp.com/jongodaserrinha.org/wp-content/uploads/2014/04/untitled-416.jpg?resize=2048%2C1365
A partir de oportunidades reales y demandas específicas, prioritariamente de carácter social, el trabajo a describir se encuentra vinculado a la investigación Fabricación y Proyecto: Microinfraestructuras Urbanas al Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio del Programa de Posgrado en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PPGArq/PUC-Rio). En este marco se ha realizado una investigación aplicada cuyo enfoque es la enseñanza/aprendizaje en proyecto, y su operación se centra en los siguientes marcos: proyecto participativo, inserción social y cooperación académica interinstitucional,y utiliza como principal proceso la fabricación digital.
En este contexto, hasta el momento, fueron realizados dos proyectos en la ciudad de Río de Janeiro: Casa de Jongo (Morro de la Serrinha, 2014) y Escolinha Tia Percília (Morro Babilonia, 2016), ambos en conjunto con la Central Saint Martins (University of the Arts, Londres), congregando a profesores y estudiantes (posgrado y curso superior) de ambas instituciones[1].
Este trabajo presenta la experiencia realizada junto al Grupo Cultural Jongo de la Serrinha, organización no gubernamental creada en el año 2000, aunque su existencia se remonta a los años 1970. Ubicada en el Morro de la Serrinha[2], en el suburbio de Madureira, actualmente promueve acciones en diferentes campos: arte, educación, cultura y desarrollo económico (generación de ingresos y economía solidaria). Sin embargo, su mayor compromiso es preservar la historia y la cultura de jongo, declarado patrimonio inmaterial de Brasil por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) en 2005. En este sentido, Jongo de la Serrinha actúa principalmente por medio de dos iniciativas: la Escuela de Jongo y el Grupo Musical; cuyo trabajo es realizado de manera integrada buscando el desarrollo socioeconómico del Morro de la Serrinha y la preservación de jongo.
Im2. Morro de la Serrinha. Fuente. http://i1.wp.com/jongodaserrinha.org/wp-content/uploads/2013/10/image.jpg?resize=1024%2C800
El Jongo
El jongo es una manifestación cultural de matriz africana caracterizada principalmente por la música y la danza, que tiene su origen en la región de Congo-Angola. Llegó a Brasil en el periodo colonial con los esclavos Bantúes[3] traídos para trabajar en las haciendas del Valle de Paraíba (Río de Janeiro, San Pablo, y Minas Gerais) y posteriormente, a inicios del siglo XX, tuvo un papel decisivo en el nacimiento de la samba en Río de Janeiro.
Para algunos puede ser considerada una fiesta profana para el entretenimiento, no obstante, la celebración del jongo está impregnada de aspectos místicos, lo que ha influido a que su uso esté restringido a los ambientes familiares y al interior de las comunidades. Esta razón, asociada al hecho de que antiguamente sólo las personas mayores podían entrar a la rueda de jongo [4] -pues los jóvenes actuaban simplemente como observadores-, contribuyeron a su limitada divulgación y consecuentemente a su acelerado proceso de extinción, al contrario de lo que ocurrió con la samba que con el tiempo consiguió hegemonía a nivel nacional.
El Taller
El proyecto Casa de Jongo fue realizado por medio de un taller de dos semanas, cuyo objetivo fue el desarrollo de “dispositivos de interacción” en escalas 1:1. El taller estuvo marcado por la estrategia “inmersión 7 días por semana” y fue concebido como un proceso experimental caracterizado por la conjunción de técnicas, en el cual la fabricación digital – a partir de un único material: chapa de compensado fenólico de 220x160x18mm para corte en fresadora CNC – fue asociada a técnicas manuales y al uso de objetos cotidianos, los cuales fueron sometidos a la “estrategia ready made” , es decir, sometidos a una operación de resignificación, con el fin de estimular la creatividad y su bajo costo; su proceso de concepción se desarrolló, simultáneamente, entre diseños analógicos, diseños en software de modelaje tridimensional y modelos físicos en diversas escalas.
Im3. Proceso de trabajo / Fuente: Raul Smith
Im4. Modelos físicos / Fuente: Raul Smith
Así, la primera semana fue dedicada al entendimiento de jongo, más específicamente a la relación entre esta cultura musical y el territorio que ésta ocupa en la ciudad, con el fin de reflexionar sobre las posibilidades del proyecto, por medio del brainstorming, o en otras palabras, de la exteriorización de preconcepciones del discurso oral y gráfico (croquis) a partir de dos inquietudes: ¿Cuáles “dispositivos” podrían contribuir para las interacciones interpersonales en el “espacio” de Jongo? ¿Cómo serían?
La semana contó con una serie de conferencias: Grupo Cultural Jongo de la Serrinha, Cultura Afro-Brasileña, Materiales Ready Made, Introducción a la idea de Storyboard y Proyecto de la Nueva Sede de Jongo; y con visitas a diferentes punto de interés de la cultura afro-brasileña en Río de Janeiro: Centro histórico de la Ciudad, Muelle de Valongo, Cementerio de los Pretos Novos y Madureira, principal barrio comercial de la zona norte de la ciudad -donde se encuentra el Morro de la Serrinha, el corazón de la cultura de jongo en la región- y también el Mercado de Madureira, gran mercado popular e icono de la cultura local, que fue la base para buscar objetos ready made.
Un momento fundamental para el proceso fue la visita a Jongo de la Serrinha, donde a lo largo del día, profesores y estudiantes pudieron vivenciar lo cotidiano del Grupo, “intercambiando experiencias” al conversar con la Tía María, la Tía Luiza y Gimar (jongueiros de antaño y responsables de la institución), al tocar y bailar con los niños que vinieron a las clases de percusión y cavaquiño,[5] y a lo largo del ajantarado [6], que consistió -nada más y nada menos- en una feijoada[7].
Gracias a esta experiencia se tuvo la oportunidad de comprender que los proyectos debían ser “dispositivos” que facilitaran las interacciones interpersonales, las apropiaciones diversas (y no imaginadas) y también estimular su uso por parte de los más jóvenes, sobre todo de los niños. De esto y del trabajo conjunto entre jongueiros, profesores y estudiantes, se destacaron una serie de palabras relacionadas a la cultura de jongo y a las actividades actuales y futuras de la ONG que ya que se están mudando a su nueva sede, su nueva casa.
Palabras que fueron “traducidas” a 15 “verbo-acciones” (conceptos), dentro de las cuales, cada uno de los 5 grupo de estudiantes después de una rueda de conversación seleccionó 3 palabras que debían servir, junto con todo lo que ya se había “presentado”, como motor para la exploración de usos, funciones, interacciones e hibridaciones:
- hacer, grabar, crecer;
- reunir, difundir, aprender;
- cocinar, descansar; realizar;
- coser, exponer, festejar;
- comer, bailar, orar.
El cierre de la primera semana fue decisivo para el desarrollo así como para el perfeccionamiento y verificación de las ideas. Cada grupo tuvo que defender su intención de proyecto, presentándolo para discutir aspectos como uso, función, construcción y materialidad, inclusive, considerando la inserción de “objetos ready made”.
Im5. Conversadera. Grupo A: hacer, grabar, crecer / Fuente: Raul Smith
Im6. Aro (Bambolê). Grupo B: reunir, difundir, aprender / Fuente: Raul Smith
La segunda semana fue dedicada al ajuste de los proyectos, verificación de soluciones, sobre todo encajes, y a la construcción de los prototipos a escala 1:1, en los laboratorios de PUC-Río. Además de eso, cada grupo desarrolló un storyboard a fin de construir una narrativa sobre el proceso de conceptuación del proyecto, siempre presentando los “dispositivos de interacción” en el espacio de Jongo de la Serrinha. Un convite a la imaginación antes de que estos “dispositivos” habiten su nueva casa.
Im7. Columpio (Gangorra). Grupo C: cocinar, descansar; realizar / Fuente: Raul SmithMesa “jongueira”
Im8. Grupo D: comer, bailar, orar / Fuente: Raul Smith
Proyectos como éste nos hacen una invitación a otras formas de enseñar y aprender Arquitectura. En esta vía, tenemos que proponer pedagogías de taller que establezcan otras práctica que imaginen ‘paisajes’ más igualitarios y que implementen estrategias que ayuden a dar forma al territorio de nuestros sueños.
Im9. Umbigada Facilitator. Grupo E: comer, bailar, orar / Fuente: Raul Smith
Im10. Storyboard
Notas:
[1] El grupo estaba compuesto por 6 profesores (PUC-Rio: Marcos Favero, Luciano Alvares, Raul Smith y Fernando Betim; CSA: David Chambers e Kevin Haley) y 27 estudiantes (14 brasileños y 13 ingleses).
[2] El Morro de la Serrinha es una comunidad urbana con aproximadamente 10.000 habitantes, en su mayoría negros. Con más de 100 años de existencia, la Serrinha es una de las primeras favelas del país, habiendo recibido a inicios del siglo pasado un enorme contingente de negros recién libertados que practicaron continuamente jongo, constituyéndose en un verdadero “quilombo” de la identidad negra carioca.
[3] Es importante observar que los esclavos de origen Bantú tuvieron un papel fundamental en la formación de la cultura brasileña
[4] El jongo se organiza en una rueda, así como otras danzas tradicionales, aunque contando siempre con la presencia, en su interior, de un bailarín solista, cuyo movimiento más notable es la “umbigada”, gesto con el que el bailarín apoya su ombligo en la persona que va a sustituirlo.
[5] Instrumento de cuerdas típicamente brasileño.
[6] Almuerzo, generalmente servido los domingos, feriados o en días festivos, más tarde de lo habitual, con la finalidad de suspender la cena.
[7] Prato típico brasileiro cuja origem remonta ao tempo das senzalas, da escravatura.
"Bailando con Edificios"
Ver"Bailando con Edificios"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Carmen Catán; Arquitecta de la Universidad Mayor y Magíster en Desarrollo Urbano UC]
Resumen: La ilustración nace de la lectura de una entrevista realizada al crítico musical Greil Marcus en agosto del 2014 para el País.
El periodista comenta que Frank Zappa dijo que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura, algo absurdo y sin sentido y si él pensaba en su trabajo como algo inútil. Marcus le contesta que no sabe con certeza quien lo dijo, pero que estaba convencido de que es una estupidez. Marcus pregunta de vuelta: “¿Qué hay de malo en bailar sobre arquitectura? ¿Quién dice que un edificio no puede provocar que te entren ganas de bailar incluso de la manera más absurda y alocada?”.
Si tuviera que responderle desde el urbanismo a Marcus le diría: “La música son las ciudades”.
Im1. Ilustración – Bailando con Edificios – / Fuente: Carmen Catán
Los situacionistas utilizan el concepto de “la deriva”, la que propone una reflexión a las formas de ver y experimentar la vida urbana dentro de una propuesta más amplia. En vez de ser prisioneros a una rutina diaria, se planteaba seguir las emociones y mirar a las situaciones urbanas en una forma nueva radical.
Seamos radicales, seamos musicales.
"Plegarias para llegar a fin de mes"
Ver"Plegarias para llegar a fin de mes"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Paula Ábalos]
Resumen: Esta obra se constituye por registros de cantos, una vela eléctrica y sillas que la rodean. La vela se ubica al centro de la sala, esta es rodeada por el lado izquierdo y derecho por sillas (enfrentándose). Al fondo al centro esta el parlante más potente y en esquinas opuestas dos parlantes pequeños. Del parlante más potente emana la pista central de audio, mientras que de los pequeños se escuchan cantos breves cada 1 minuto.
https://vimeo.com/194059494
Video. Plegarias para llegar a fin de mes
Los mantras consisten en frases sagradas que se recitan en diferentes religiones para conectarse con la divinidad, concentrarse en una tarea determinada, acabar con las divagaciones de la mente e ingresar en un estado de concentración profunda y meditativa.
Estos se caracterizan formalmente por la repetición constante de una misma frase de manera rítmica. Estas características formales se asemejan a las expresiones de los vendedores ambulantes, quiénes recitan a diario durante horas la misma frase de oferta, como: “A cien, a cien, a cien”, “ A mil, a mil los chocolates a mil”, etc. Debido a la insistencia de la misma frase se van generando diferentes ritmos y creando cantos formalmente similares a los mantras u oraciones pero difieren en su contenido y finalidad.
Im1. Cancionero Plegarias «Chocolate a mil»
Fuente: Paula Ábalos
En el caso de los vendedores ambulantes y oficios como éste en que se insiste en la misma acción durante horas el cuerpo se familiariza con ésta y logra llevarla acabo sin la necesidad de una concentracción particular, automatizando su ejecución. Así miestras insisten en la misma acción corporal la mente puede viajar hacia otro lado, ponerse en pausa o incluso llegar a un estado meditativo tras la repetición, una manera lidiar con el trabajo monótono y agobiante.
En este cruce a nivel formal, entre los cantos de oferta y religiosos, es donde nace Plegarias para llegar a fin de mes. La que pone en balanza dos elementos del imaginario colectivo. Misma forma, distinto contenido. Mostrando de manera irónica la distancia casi inexistente entre la religiosidad y el capitalismo.
Im2. Cancionero Plegarias «Bombitas de agua»; «Pregón a dos voces»; «Pregón a tres voces»
Fuente: Paula Ábalos
Audio central: https://soundcloud.com/paula-abalos-778976337/registro-proyecto-plegarias-para-llegar-afin-
de-mes
"Escapar de casa: El músico fugitivo"
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Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Miguel Ángel Teposteco Rodríguez; Estudiante de Comunicación, Universidad Nacional Autónoma de México]
Resumen: ¿Es común la idea del músico fugitivo? El texto busca mostrar ciertas imágenes sobre la idea de la huida que los músicos emprenden dentro de una ciudad, hacia otra parte de la ciudad o a otra urbe, ¿huyendo de qué? El mosaico de estas historias de la cultura pop muestra el escape de la muerte, la fama, la censura, el compromiso y la tranquilidad. Bob Dylan, Gustavo Cerati, Kurt Cobain y Rockdrigo González dan algunas señales particulares de estas formas de ser fugitivos dentro de las sociedades occidentales.
Palabras clave: Rock, ciudad, cultura pop.
Febrero 7 de 1993. Bob Dylan. Guitarra, armónica y micrófono. Le toca un concierto en la ciudad de Dublin. Y toca. No ocurre nada extraordinario en ese espectáculo bajo el cielo irlandés. Aunque, ese es el año donde la mayoría de los que hoy tienen 23 nacen, incluyéndome. Por eso me gusta la coincidencia, la de Dylan y aquella ciudad donde décadas atrás se narraba la travesía de Dedalus, un personaje de Ulises que cruza de punta a punta la ciudad, paralelo al mismo recorrido simbólico que el homérico Odiseo emprende ante la ira de los dioses. La huida y el regreso a casa.
Im1. Fotograma de «Subterranean Homesick Blues”, de Bob Dylan
Así, Dylan se cruzó con esa figura. Allí acaba la relación y nace otra. Dylan y la travesía. O mejor: Dylan y la huida. El ser humano cargado de estímulos que decide desplazarse dentro de la ciudad o fuera de ella, a otra ciudad, donde eventualmente volverá a huir. El músico fugitivo y rebelde que cruza el país y las carreteras en trenes, bicicletas y autos destartalados (recordando a Bob y a Ginsberg frente a la tumba de Jack Kerouac). Bob escribe un poema donde narra el inicio de este tipo de escapes, como un arquetipo del músico de protesta americano:
Hibbing es una buena ciudad
huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15 (y medio), 17 y 18
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una
Hice auto-stop en las autopistas 61-51-75-169-66-22
Gopher Road, la Ruta 40 y la autopista de peaje Howard Johnson
me encerraron por sospecha de robo a mano armada,
me sacudieron por tener el aspecto que tengo
y nunca hice nada de eso [1]
En el metro Chabacano de la Ciudad de México encuentro al siguiente nómada, en un mural doble donde el artista Jorge Manjarrez pintó a rockeros de la escena musical mexicana, todos los míticos, todos los de barrio. Si uno sube las escaleras eléctricas hacia la pintura, del lado izquierdo hasta arriba, está el fugitivo principal: Rockdrigo González. Lentes negros, playera negra, guitarra al hombro. Tiene unas alas de ángel y tras de sí va la muerte que lo persigue para pedirle un autógrafo. Huyó de ella, sin éxito. Según los amigos del músico, él murió de una “sobredosis de cemento”, en el sismo de 1985. Su propia ciudad lo frenó, aplastándolo bajo los escombros. Aun así, González siguió cantando su canción “Dicen que la muerte”:
Dicen que la muerte anda tras mis huesos
Si es así la espero, pa’ darle sus besos.
Y si no me alcanza la muy condenada,
Me paro un ratito pa’ verla enojada
Rockdrigo fue pintado cruzando un puente, alejado de los demás músicos del mural. Los otros son integrantes de otras partes de la ciudad, como Maldita Vecindad (hijos del Quinto Patio y de todos los otros patios del área metropolitana), Alex Lora sacando la lengua cerca de la terminal del ADO (y lo digo cantando), y Saúl Hernández de los Caifanes. (Caifán: tipo peleonero del barrio. No te debes juntar con él).
Sin embargo, Rockdrigo es el único que huye, ¿por qué corre Rockdrigo? Huye todos los días y sólo se detiene a pedir monedas en el Metro Balderas. Ahora lo vemos hecho bronce, junto a un puesto de chicles. Luego la idea, la de la huida, se repite en ciudades igual de temperamentales. Una ciudad de furia: Buenos Aires.
Gustavo Cerati empieza una canción a los 13 años, un riff que se acomplará a unos famosos versos sobre sexo, calles, huidas y Buenos Aires. Una diferente a los de los tangos borgianos o a los tangos modernos de lugares de baile mostrados en Happy together de Wong Kar Wai.
«Me verás volar por la ciudad de la furia
donde nadie sabe de mí, y yo soy parte de todos
nada cambiará, por una aviso inoportuno»
Escribe y canta Gustavo. Luego nos dice:
¿Me dejarás dormir entre tus piernas?
Sabrás ocultarte bien y desaparecer
Entre la niebla
Es un escape, aunque no sé si podría unir a Gustavo con esta idea (hago fuerza con los brazos e intento tocar las puntas del personaje y el concepto). Aunque no escapó de su ciudad, sí escapó de la contaduría como profesión familiar. Llegó a la música, y como Dylan, llegó a esa parte de bares y cafés, y estuvo en movimiento, como Rockdrigo, tuvo encuentros, sexo, amor, sufrió de la lluvia, de las drogas, y de nuevo escapó. Una habitación, desnudez, vestirse y desaparecer entre la niebla. Y sí, Tabo deja de respirar en Buenos Aires.4 de septiembre de 2014.
Se queda en mi mente la idea del típico lugar tranquilo donde nacen los rockstars. Slipknot nace en Iowa, por ejemplo, un pueblo de tendencias cristianas arraigadas. Estos metaleros inventan su versión de escape. Hacen máscaras para no ser reconocidos y linchados por el pecado de entrar al heavy metal. Años después, juegan con el amargo recuerdo y sacan una portada con un macho cabrio y al nombre del pueblo en letras grandes: IOWA. Escapar del pueblo lindo, bonito, para llegar a la ciudad y probar suerte. El fenómeno del migrante rockero. Pienso en Metallica surgiendo en California,conociendo al rededor del estado a diferentes bandas, a Exodus, a los Guns n’ Roses, a Anthrax después en Nueva York. Encontrándose con más chicas y chicos con esta adrenalina adolescente de salir de casa. De un Axel Rouse que espera en la parada de bus cuando Slash toca los primeros acordes antes de que nos pegue el son de Appetite for destruction. O mejor a Axel contando cómo un ladrón le soltó un Welcome to the jungle después de asaltarlo, en una historia más de ciudad.
Me llega el amor y pienso en Seattle, otra ciudad gringa. Y en Kurt Cobain y su apodo más contemporáneo, “El Ángel errático”[2]. Errático: que tropieza. Y agrego a discreción que el que huye de los suburbios donde sus padres le partieron la carne después del divorcio, huyendo de la novia que no puede con sus juergas. Huyendo de esos dibujos que él hacía: fetos alados flotando en colores. Qué más prisión (placentera) que el vientre materno.
Y Kurt huyendo una vez más. Nirvana en los viejos bares. Pasando paulatinamente del No suenan bien al Eso es lo que yo siento, lo que ellos están tocando por parte del público. Luego el enamoramiento. El no me siento feliz y la huida otra vez. Una sobredosis en un hotel en Roma, y luego otra huida, la definitiva. Una casa de ciudad, en Seattle, la ciudad que le dio todo. Y la que lo dejó sin nada. Un largo cañón, perdigones guardados en el metal y un gatillo. Y frente a la vida un heroinómano, una carta donde él Ya no siente la música, su dedo que jala el mecanismo y el todo que se apaga. La última huida, Kurt.
My girl, my girl, don’t lie to me, Where did you sleep lasta night [3]
Caparrós me entiende (o yo lo entiendo a él): “Si es por buscar, mejor que busques– solía decirme–lo que nunca perdiste”. Escribió el argentino en la primera frase de El Interior, libro de viajes a las provincias de la “Argentina profunda”. La ciudad y el escape. La huida que vale la pena. Retirada, otra vez.
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Notas:
[1] Dylan, Bob. (1962). Mi vida en un momento robado. 15 de noviembre 2016, de God Dylan, enlace: http://www.goddylan.com/MiVidaenunMomentoRobado.htm
[2] Concepto tomado del cómic “El Ángel Errático”, de Barnaby Legg, biografía con tintes de ficción sobre el vocalista de Nirvana.
[3] Canción “Where did you sleep last night”, original del cantautor Lead Belly bajo el nombre “In the pines”, tocada por Nirvana en su Unplugged en Nueva York en 1993.
Bibliografía:
Dylan, Bob. (1962). Mi vida en un momento robado. 15 de noviembre 2016, de God Dylan, Poemas y Textos, enlace: http://www.goddylan.com/MiVidaenunMomentoRobado.htm
Legg, Barnaby. (2005). El ángel errático. Barcelona. Editorial Andante.
Azerrad, Michael. (2007). Come As Your Are: The history of Nirvana. Doubleday, New York.
Cortés, David; González Castillo, Alejandro. (2012). 100 discos esenciales del rock mexicano: Antes de que nos olviden. México, grupo editorial Tomo.
Gillet, Charlie. (2008). Histoira del rock, el sonido de la ciudad. Madrid, Ma Non Tropo.
"La Plaza São Salvador, Río de Janeiro, Brasil. La música como catalizador de apropiaciones en el espacio urbano"
Ver"La Plaza São Salvador, Río de Janeiro, Brasil. La música como catalizador de apropiaciones en el espacio urbano"
Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Adriana Sansão Fontes; Arquitecta y Urbanista FAU/UFRJ, Doctora en Urbanismo PROURB-FAU/UFRJ, Profesora Adjunta PROURB-FAU/UFRJ.
Fernando Espósito Galarce; Arquiteto EAD/PUCV, Doctor en Arquitectura ETSAB/UPC, Profesor DAU-PUC-Rio.
Cândida Zigoni Landeiro; Estudiante de Arquitectura y Urbanismo FAU/UFRJ, becaria de Iniciación Científica – PROURB-FAU/UFRJ]
Resumen: Las ciudades poseen una enorme cantidad de características que las definen en su identidad y la música es tal vez una de las más claras expresiones culturales en ese sentido, pues es capaz de identificar una ciudad, nación, región y una cultura. Sin embargo, ella no siempre está arraigada a los hábitos cotidianos de la vida urbana. En general surge de forma excepcional y en determinados momentos de celebración. El caso de la Plaza São Salvador es uno de los que ejemplos en que la música caracteriza fuertemente la identidad de un lugar, en este caso, el barrio de Laranjeiras en Río de Janeiro. Esta columna presenta tres expresiones musicales propias de la cultura brasilera que se manifiestan en la plaza y que funcionan como catalizadores de apropiación y convivencia en este espacio público: el chorinho, el forró y la samba.
Las características físicas de la Plaza São Salvador hacen de este caso algo especial, pues se trata de un lugar sencillo, relativamente pequeño, sin mayores pretensiones arquitectónicas, lo que reafirma la impresión de que son las actividades musicales que en ella ocurren, el motivo principal de esta rica experiencia urbana es que es reconocida por los habitantes como dimensiones fundamentales en la vida del barrio y de la ciudad.
Palabras clave: Música, Plaza São Salvador, Río de Janeiro
Introducción
Al observar la ciudad con detenimiento, descubriremos que los lugares con algún nivel de vitalidad están caracterizados por alguna acción, atractivo u objeto que la provoca en mayor o menor grado. Esos atributos motivadores, que pueden ser uno o varios, se relacionan para generar la imagen e identidad de un lugar. Podemos denominar esas acciones como catalizadores urbanos, que por analogía con el significado en la química, serían agentes que activan y aceleran las dinámicas urbanas. En el caso observado, la Plaza São Salvador en Río de Janeiro, uno de esos catalizadores es la música. Esta columna discute su capacidad de contribuir a la identidad de esta plaza como espacio público, a su vitalidad y cohesión social.
La Plaza São Salvador y la ciudad
La Plaza São Salvador, ubicada en el barrio de Laranjeiras, data de finales del siglo XIX. Su contexto histórico se ha configurado por cambios desde el siglo XVI con la llegada de los franceses al país, la división de la región Carioca en sesmarias (extensiones de tierra otorgadas a los colonizadores) y la consiguiente aparición de pequeñas granjas, llegada de esclavos, industrias, trabajadores y pueblos obreros en el siglo XIX. Aristocrático y pintoresco era este barrio, donde mansiones ajardinadas convivían con el comercio y la industria, creando un entorno heterogéneo y a la vez integrado (Cavalcanti, 1993).
Im1. Plaza São Salvador / Fuente: Elaboración propia
A partir de ese momento, la ciudad de Río de Janeiro pasó por varias transformaciones urbanas posteriores. A principios del siglo XX, la reforma urbana del alcalde Pereira Passos (residente de Laranjeiras) tenía como principales preocupaciones mejorar las condiciones sanitarias, equipar y embellecer la ciudad en la búsqueda de una modernización. En este contexto, se llevó a cabo la urbanización de la Plaza São Salvador, la arborización y la pavimentación de varias calles del barrio.
Con esta urbanización, grandes proyectos inmobiliarios ganaron fuerza e impulsaron el cambio en el ambiente local. Mientras que la segregación originada por la especulación inmobiliaria crecía, espacios públicos como plazas ganaban importancia para la convivencia de los nuevos residentes.
Recientemente se puede observar que la historia de esta zona de la ciudad y barrio está marcada por varios actos de resistencia. La AMAL (Asociación de Vecinos y Amigos de Laranjeiras), establecida en 1979, siempre anheló el uso de la Plaza São Salvador como un centro de la vida comunitaria local, pero el estado de deterioro del lugar en el siglo XX, resultado de la apertura de rutas que descaracterizaron la vecindad no benefició su apropiación.
La situación sólo mejoró con la revitalización estimulada por el programa Rio Cidade, en 1996, que benefició varios barrios de la ciudad. La reforma del área de Catete / São Salvador estuvo bajo la responsabilidad del arquitecto Jorge Mario Jáuregui. Este proyecto fue lo que dotó el lugar de su configuración actual: tres áreas con límites espaciales claros, donde la parte central, más libre, está dominada por la fuente histórica y las laterales están protegidas por un parapeto que es usado por quienes frecuentan el lugar como banca y apoyo. Una de las áreas laterales contiene el patio infantil con juegos y arena, y la otra está organizada por el coreto [1].
Im2. La plaza en los días laborales / Fuente: Elaboración propia
La Plaza São Salvador y la música
Los propios vecinos cuidan de la plaza, que aunque revitalizada, siempre ha sufrido de falta de mantenimiento. En la década de 2000, los vecinos se organizaron para hacerse cargo de la limpieza, los árboles, el patio infantil y la fuente y así empezaron a surgir iniciativas culturales, como el bloco de carnaval » Bagunça Meu Coreto» que hizo su primer desfile en 2005; la rueda de chorinho » Arruma o Coreto» en 2007; la rueda de samba » Batuque no Coreto» en 2009 y el mercado de artesanía y comida cada domingo (MORAES, 2011, p.34). Con los años la plaza ha ganado actividades y se volvió un pequeño pero importante punto de encuentro y actividades culturales.
Esta conexión entre el espacio y usos es vital. Aunque el contexto físico no ejerza una influencia directa en la calidad de la actividad, el contenido y la intensidad de los contactos sociales interactúan para su incremento. Por lo tanto, las posibilidades de reunión y convivencia tienen una calidad en sí mismas y son importantes como escenario y punto de partida para otras formas de contacto y transformaciones positivas (GEHL, 2006, p.21). En la Plaza São Salvador este aspecto es relevante, pues aunque su marco espacial y físico es extremamente sencillo, las actividades que tienen lugar en él, la gran heterogeneidad e intensidad de ellas, son las que generan el atractivo y motivo del éxito de esta rica experiencia ciudadana.
En los últimos años las consecuencias del éxito de la plaza han causado algunas molestias a los vecinos cercanos, debido a la alta concentración de usuarios y a las actividades que a menudo siguen hasta la madrugada. Esto incluso dio lugar a medidas drásticas como el «toque de queda», la amenaza de enrejado, las multas para los bares de las calles aledañas y la confiscación de productos de los vendedores ambulantes (bebidas, cigarros, comida, entre otros). A pesar de todo eso, la Plaza São Salvador parece haber encontrado un equilibrio en sus relaciones.
Dentro de toda esta mezcla de actividades y convivencia barrial, la música surgió como una catalizadora de las relaciones entre los usuarios y el espacio de la plaza, a partir de las presentaciones que se producen casi a diario en el coreto. Estas actividades provocan grandes concentraciones de personas, lo que a su vez estimula la presencia de un comercio ambulante informal con venta de bebidas, alimentos, cigarros, etcétera. Durante los fines de semana esta oferta se enriquece y complementa con una feria de arte, artesanía y gastronomía promovida por los propios vecinos que ofrecen sus productos. Otras expresiones culturales, como las actividades de circo, debates políticos, entre otras, crean un ambiente diverso en un espacio realmente democrático durante la semana.
Im3. Actividades de circo en la plaza / Fuente: elaboración propia
«Sonidos, colores, olores que conforman las características afectivas de la ciudad en el habitante. Cada uno la suya. Ellos añaden el sonido, el olor, el color, y esto hace que nuestra identidad se sustente». (Lerner, 2003 pág. 39)
El aprendizaje colectivo es ejemplar en la Plaza São Salvador. La mezcla de personas con diferentes intereses y estratos socio-económicos y los diferentes ritmos y colores, inspiran las «rodas«[2] que ocurren cada fin de semana. Estas son reuniones informales en las que hay eventos musicales y apropiación del espacio público por los músicos y espectadores. Una característica de estas reuniones es el sentido de igualdad y respeto, donde en ningún momento son evidentes las diferencias socioeconómicas entre los asistentes. Durante una roda inclusive músicos amateurs pueden sumarse en un segundo plano acompañando las interpretaciones, generalmente con panderos, cajas u otros instrumentos de percusión. Otros, participan bailando.
Las músicas de la plaza São Salvador
Experimentando la plaza se puede confirmar que la música es uno de los principales impulsores de la apropiación. Con la justificación de disfrutar de la música, grupos de amigos y familias llenan el lugar e incluso celebran cumpleaños con picnics en las pequeñas mesas de concreto instaladas en uno de los extremos cerca del coreto. La música de esta forma se convierte en contexto, no siendo necesariamente el espectáculo central, ya que se expresa como un elemento de identidad y comunión y no como protagonista. Cuando una música o ritmo son parte de la identidad de una ciudad o país, estamos en presencia de una expresión cultural con el potencial de una buena acupuntura urbana. “Se puede ver eso en la vida cotidiana, como el ruido de la caja de fósforos en un bar de la esquina de Rio de Janeiro.» (Lerner, 2003, p. 22).
Entre las expresiones musicales que tienen lugar en la plaza y que son propias a la identidad brasileña destacamos el chorinho, el forró y la samba. Cada una de ellas ya tiene su espacio y tiempo en la plaza. El chorinho, los domingos por la mañana y tarde, acompañado por la feria. El forró, los miércoles por la tarde y noche. Y la samba los sábados por la noche. Y cada una de estas expresiones concentra una historia y tradición propia, con la que los propios frecuentadores de la plaza se identifican, lo que también hace que el público que visita la plaza adquiera características especiales en cada momento.
El chorinho por su parte surgió alrededor del 1870 no como un género, sino como una manera de tocar, debido a la interpretación que los músicos populares de la ciudad hicieron de la Polka (MORAES, 2011, p. 12). El chorinho se consolida como género a finales del siglo XIX, pero sólo con Alfredo da Rocha Vianna Junior, el Pixinguinha, el sonido sufrió cambios, principalmente en el estilo académico de tocar la flauta, con adiciones de elementos de la tradición afro-brasileña que convirtieron el chorinho en un género típico de Brasil. Según Cazes (2005, p. 56) el chorinho ha ganado ritmo, gracia, calidez y también la costumbre de la improvisación.
Im4 – 5. Corinho en la Plaza / Fuente: elaboración propia
El forró, a su vez, es un género originario de los bailes del noreste de Brasil a finales del siglo XIX. El término forró proviene del origen africano de la expresión «forrobodó«, que significa “algazarra”, “arrasta-pé”, “farra”[3]. El ritmo se convirtió en un fenómeno en la década de 1950, a partir de la contribución del cantante y compositor Luiz Gonzaga, y aumentó aún más su popularidad debido a la intensa migración desde el noreste a otras regiones del país, especialmente a las capitales: Brasilia, Río de Janeiro y São Paulo.
Im6. Forró en la Plaza / Fuente: elaboración propia
Sin embargo, una de las expresiones musicales brasileñas más arraigadas es la samba. Uno de los factores de su propagación está relacionado con el crecimiento de la población de Río de Janeiro debido a la llegada de los negros a finales del siglo XIX. Es una expresión cultural de la historia de Río de Janeiro y es a través de ella que la ciudad se encuentra a sí misma. Es en el vacío entre un golpe y otro que los cambios suceden y las personas se encuentran en un ritmo dinámico y lleno de sorpresas. (SILVA, 2010). En la Plaza São Salvador, el momento de la samba es tal vez el momento de mayor vitalidad e integración barrial, social e cultural, lo que hace de la plaza también un lugar que cataliza junto con la música esas vivencias urbanas.
Im7 – 8. Samba en la Plaza / Fuente: elaboración propia
Consideraciones finales
El caso de la Plaza São Salvador no es un ejemplo de arquitectura o urbanismo exitoso simplemente, sino más bien de un barrio, inserto en un contexto de fuertes cambios, que supo hacerse cargo del valor de su entorno. En este caso, la atención posiblemente se ha dado no de forma consciente, en contra de las miradas más tradicionales de la planificación, basados principalmente en la previsión de escenarios futuros. En este caso, el cuidado proviene de una reacción que tiene como objetivo proteger los aspectos identitarios que mantienen activas las experiencias auténticas de la ciudad. La convivencia, la participación y la reunión son estimuladas a partir de la música brasileña, el catalizador de la vida urbana que se revela aquí como el sujeto de este fragmento de ciudad, híbrido y vibrante. Su entorno no hace más que admirarla, vivirla e cuidarla.
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Notas:
[1] Coreto es el nombre dado al lugar construido para albergar conciertos musicales en una plaza o jardín público. Un tipo de pérgola.
[2] “Roda” o “rueda” es un encuentro informal de músicos para interpretar en vivo ya sea samba u otras expresiones musicales tradicionales brasileras.
[3] Este conjunto de palabras se usan para referirse a una celebración bulliciosa, con abundancia de bebida, comida y caracterizada por una euforia animada por la música y la danza.
Referencias
CAVALCANTI, N. (1993) História do bairro. Bairro das Laranjeiras. Disponível em: http://www.bairrodaslaranjeiras.com.br/principal/historia.shtml. Acesso em 10 de novembro de 2016.
CAZES, H. (1998) Choro: do quintal ao municipal. São Paulo: Ed. 34.
GEHL, J. (2006) La humanización del espacio urbano. EDITORIAL Reberté, S.A., Barcelona.
LERNER, J. (2003) Acupuntura urbana. Rio de Janeiro: Ed. Record.
MORAES, S. L. (2011) Arruma o coreto: um estudo de caso do aprendizado musical na roda de choro. Monografia Licenciatura em música UNIRIO. Disponível em: http://www.domain.adm.br/dem/licenciatura/monografia/sabrinamoraes.pdf.
SILVA, L. (2010) Da praça onze para além do horizonte: a importante trajetória da casa de Tia Ciata e o reduto do samba carioca. História e história. Disponível em:
http://www.historiaehistoria.com.br/materia.cfm?tb=professores&id=112.
"Valparaíso, Patrimonio musical (calles y música)"
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Revista Planeo Nº 30 Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Diego Riquelme Leviantes, Antropólogo social, escritor y poeta]
Resumen: Cada ciudad tiene un ritmo, cada ciudad tiene un canto, cada ciudad tiene un olor especial y es en Valparaíso donde se condensa todo un espacio multicultural que da cabida para que las calles, el clima, su gente, abrace fielmente el espíritu de la ciudad y nos haga sentir a veces como dentro de una película o más bien dentro de una estrofa o un coro. Valparaíso tiene esa musicalización que no tienen otras ciudades. Es muy fácil sentirse frágil en una intersección de calles en cierta estación del año o es muy fácil ir cerros abajo entonando una canción olvidada. Pues la música y esta ciudad van codo a codo tejiendo ritmos, atmósferas y encantos.
Palabras claves: Valparaíso, música, caminar.
En el año 2013 se celebró con una sonajera de bocinas desde cada barco o embarcación que estaba en la bahía esa tarde de marzo, que Valparaíso era Patrimonio de la Humanidad. Sonaban bocinas por más de treinta minutos sin parar y todo tenía un ruido, todo tenía un ritmo, todo tenía un por qué musical.
La vida sin música sería un gran error dijo el gran filósofo alemán Friedrich Nietzsche y concuerdo en un grado altísimo con esa enorme frase. La experiencia de vivir una ciudad es algo que hacemos a diario, nuestro cotidiano se entrelaza con la mística de cada barrio, se cruzan como miradas en espacios públicos y populares, nos identificamos con esquinas, calles, restoranes, paradas de buses o bordes costeros. Son las ciudades, tus ciudades, mis ciudades. En mi caso particular será Valparaíso mi ciudad, donde hay una energía musical que no la he sentido en otras ciudades de Chile o el mundo (claro que todas las ciudades tienen su musicalización).
El estilo musical que representa Valparaíso es un estilo iconoclasta inclasificable, misterioso y a veces vulgar. Valparaíso conserva un estilo musical totalmente diferente en su género, quizás será por la magia de una ciudad patrimonial o será por ser ciudad puerto principal, pero es imposible no sentir el transitar de tu vida y no estar de acuerdo con algo, que Valparaíso y la música se enlodan hasta morir en el Pacífico con tu banda favorita. Caminar con tus audífonos por el centro de la ciudad escuchando The Verve la canción “Bitter Sweet”, cuando los violines aceleran tu paso y te detienes a admirar la avenida Brasil con su olor a tierra post lluvia de un frío julio. Bajar por calle Cumming escuchando el disco de Camila Moreno (“almismotiempo”) es un viaje al dolor del puerto, es un tránsito a lo real de las paredes añejadas por ritmos, por silencios, por costumbres adquiridas por la musicalización de esta ciudad. Calle Pedro Montt hacia el Congreso Nacional, pasando por calle la Hera antes de llegar a la plaza Salvador Allende en una tarde de sábado primaveral escuchando el disco Blanco de The Beatles, es algo que cualquier amante de las ciudades y la música debería experimentar. Es increíble cómo la música, una banda predilecta, se entromete con la contemplación de un espacio físico. No es lo mismo el mirador 21 de Mayo del Cerro Artillería con esa vista al puerto directo y a los cerros atolondrados unos tras otros, que si suena en tus oídos la primera sinfonía del segundo Movimiento de Mahler. Es totalmente diferente caminar cerro arriba por subida Ecuador y perderte entre sus calles, continuas escaleras ocultas que te hacen llegar a miradores o pequeños tierrales donde “Alturas de Machu Picchu” (Los Jaivas) abre el esplendor de la ciudad en un otoño casi perfecto.
Im1. Escaleras en Valparaíso / Fuente: http://bit.ly/2gCSyI5.
Valparaíso tiene eso que es irremplazable el ritmo de una ciudad que nos empuja al abismo musical, una ciudad que se hace responsable de esforzarte mínimamente en tener la obligación de escuchar música mientras se viaja o se camina esta ciudad. Podría estar horas haciendo comparaciones de bandas de músicas o bandas sonoras que identifiquen lo porteño o dándole un giro a esta columna y tratar de inducir la música con lo cultural pero no será esta vez.
En Valparaíso, a mi modo de ver, todo es música, todo es inspiración musical, Valparaíso respira a T-rex (banda inglesa de los 70), Valparaíso suda todos los abriles a Charly García, Valparaíso como puse al comienzo, es iconoclasta musicalmente, es una totalidad de ritmos y atmósferas culturales que no tienen otras ciudades. Me podría pasar dos vidas enteras subiendo y bajando cerros, visitando bares y terrazas y podría decir que cada bar, cada restorán, cada escondida, calle o plaza tiene música, tiene ese ritmo que buscamos celosamente, tiene ese silencio inspirador, ese hermoso silencio que nos hablaron los grandes músicos y poetas mayores o ese hermoso sonar de los platillos de la cueca brava cerca del bar Cinzano en la plaza Aníbal Pinto.
Im2. Valparaíso. Fuente: http://bit.ly/2gCNpjh.
Es más que un habituado que las ciudades para conocerlas se deben caminar, se deben oler, se deben respirar al ritmo que tiene cada ciudad. En mi Valparaíso y ocupo el termino “mi”, porque no tengo otro para agradecerle a una ciudad que guarda un secreto, que guarda una identidad de lo humano y lo musical, desde la identidad porteña a un cántico por el Santiago Wanderers (equipo de fútbol de la ciudad) hay algo que queda más que claro, que sin música y ciudades muchos caeríamos en una especie de trance hacia lo que se podría llamar “mediana locura” a esa locura por las ciudades y su música.
"Límites Urbanos"
Ver"Límites Urbanos"
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Marcos Zegers; Arquitecto, Fotógrafo; Ekho Gallery- Chile; http://marcoszegers.cl/]
Resumen: El ensayo visual que se presenta, corresponde a un conjunto de imágenes tomadas desde la carretera, que retrata el traspaso paulatino desde la urbe hacia los predios agrícolas. La imágenes comienzan con los nudos viales de donde nacen las autopistas, luego, al seguir el río, se ven las distintas ocupaciones de la rivera del Mapocho y poco a poco cuando parece que la ciudad termina, comienzan nuevas urbanizaciones que dan cuenta de la continua ampliación del límite urbano. Estas imágenes son un retrato constante, un conjunto que debe continuar haciéndose en el tiempo y dar cuenta del cambio que sufre la ciudad de Santiago en cuanto a los límites urbanos.
Palabras clave: Límites Urbanos, Santiago de Chile
"Patrimonio Industrial de París"
Ver"Patrimonio Industrial de París"
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Marcos Zegers; Arquitecto, Fotógrafo; Ekho Gallery- Chile; http://marcoszegers.cl/]
Resumen: Este conjunto de fotografías es una imagen cotidiana de un barrio industrial en París. Tras pasar algunos meses trabajando ahí, el autor relata como le llamó la atención la gran cantidad de estilos arquitectónicos que se desarrollaron en unas pocas manzanas, durante los últimos 70 años. Dichos programas se renuevan, cambian y combaten unos con otros como intentando surgir en cada uno de los espacios residuales. Sin embargo el conjunto de edificaciones, gracias a la trama constante de la subdivisión predial, no deja de ser armonioso.
Palabras clave: Patrimonio Industrial, París, Límites
Entrevista a Oriol Nelo (parte I): “Sólo comprendiendo cómo funciona la ciudad podemos contribuir de manera efectiva a su gobierno”
VerEntrevista a Oriol Nelo (parte I): “Sólo comprendiendo cómo funciona la ciudad podemos contribuir de manera efectiva a su gobierno”
Entrevista a Oriol Nelo (primera parte)
Las constantes transformaciones en las grandes ciudades siempre traen consigo una nueva forma de mirar e interpretar lo urbano. La frenética evolución de las ciudades obliga a repensarlas constantemente y darle giro a las disciplinas que se ocupan de ella. Oriol Nel·lo es uno de esos pensadores. El geógrafo barcelonés visitó Chile en el mes de abril para participar en seminarios y charlas en conjunto con el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica y el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano. Con su visita en Santiago revista PLANEO envió a dos de sus editores para entrevistar a quien también ha fungido como diputado al Parlamento de Cataluña y secretario para la Planificación Territorial del gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Doctor, en una charla anterior, usted señaló, citando a Indovina, que el urbanismo es una práctica política técnicamente asistida, a partir de ello ¿a qué lineamientos de la política e intereses responde actualmente el planificador urbano?
Si concebimos el planeamiento como una “práctica política técnicamente asistida” podemos pensar que hay tantos quehaceres urbanísticos como orientaciones políticas y tantas orientaciones políticas como intereses sociales. Por lo tanto, no se podría generalizar en el sentido de decir que toda la práctica urbanística va en este sentido o aquel otro, pero sí podríamos decir que la práctica urbanística dominante va esencialmente a favorecer la realización de los beneficios o plusvalías de algunos sectores económicos. Pero esto no siempre es así, sabemos que hay prácticas que buscan redistribuir las ganancias y hacerlas accesibles al conjunto de la sociedad.
Entonces, habrían diferentes líneas o guías de los planificadores urbanos. Habrían quienes estarían sobre el ideal del urbanismo y los que no. De aquellos que no: ¿a qué enemigos se estarían enfrentando bajo esos procesos?
Volvamos a la definición ¿porqué una práctica política y porqué técnicamente asistida? Es una práctica política porque requiere, de manera inevitable, un juicio de valor, implícito o explícito, un posicionamiento. Muchas veces el urbanismo se nos presenta como una ejecutoría técnica. Esto es una forma de ocultar precisamente que responde a intereses, y yo tiendo a desconfiar cuando dicen que se trata de una práctica exclusivamente técnica. Es política porque se apoya en juicios de valor, en posicionamientos y esto nos lleva no tanto a que haya un urbanismo ideal, sino a que hay diversas prácticas urbanísticas que responden a diversos intereses y estos diversos intereses nos pueden parecer más o menos aceptables, pero nos lo parecen en función de nuestro posicionamiento político, este es el punto.
Al ser una política se requiere llegar a acuerdos y para eso la sociedad debe levantar las demandas y las autoridades deben recoger su opinión, por lo tanto de cierta forma se requiere institucionalizar la voz ciudadana para generar transformaciones. A partir de eso, ¿cómo institucionalizar la voz ciudadana sin que ésta pierda legitimidad y fuerza?
Es muy complejo. En la ciudad se expresan grupos muy diferentes que se expresan de forma diversa. Algunos grupos suelen tener mayor acceso a las instituciones, hay otros que tienen más dificultad para hacerse representar, para ver sus intereses defendidos. De aquí que siempre haya una tensión entre el impulso institucional y el impulso de distintos sectores de la sociedad. Este impulso de la sociedad no necesariamente busca beneficiar a todos, porque también hay agentes sociales que buscan su beneficio exclusivo, entonces es difícil de ver cómo se combina este conjunto de elementos.
Desde mi punto de vista es escencial que no sólo haya una predisposición por parte del urbanista, y de más está decir de parte de las autoridades, en aceptar y en admitir una interlocución con las comunidades, sino también que éstas estén lo bastantes organizadas para aportar, presionar, hacer y modificar los posicionamientos de otros. Digámoslo de otra manera; para que haya un urbanismo que responda verdaderamente a los intereses de la mayoría es necesario tener unas instituciones con una determinada orientación política, pero es necesario también tener una ciudadanía bien organizada capaz de exigir estos posicionamientos.
Muy a menudo nos quejamos sólo de las instituciones como ciudadanos y lo hacemos con razón, pero hay que tener en cuenta que como ciudadanos debemos ser capaces de presionar y ser capaces de aportar de manera representativa a los procesos de interlocución social, aportando soluciones.
Piensa usted que los ciudadanos tienen una limitada formación ciudadana? ¿Para el urbanismo es necesario que las personas cuenten con educación urbana?
Los ciudadanos son muy diversos y también ellos toman decisiones. El urbanista no siempre es un mediador, mucha veces es un ejecutor de aquello que le mandan y quienes toman las decisiones a veces responden a la legitimidad que viene del voto, pero también a intereses económicos y a diferentes presiones. Muy a menudo se plantea la oposición entre la ciudadanía y las instituciones, pero las contradicciones principales están inmersas en la misma ciudadanía, que posee diversos intereses los cuales deben ser mediados por las instituciones.
Nosotros como ciudadanos tenemos una percepción limitada de lo que es la ciudad y esto se debe a que vivimos en entornos urbanos sumamente complejos, imposibles de delimitar, integradas por artefactos que no sabemos cómo funcionan. Para nuestras acciones cotidianas más simples se requieren procesos de regulación y organización muy sofisticados, como por ejemplo, para que salga el agua del grifo todos los días, o para que cada vez que se encienda el interruptor se tenga electricidad.
Nuestra condición social hace que usemos el espacio de una manera particular, muy segregada, los grupos sociales están separados en el espacio. Nosotros usamos y habitamos sólo unas partes de la ciudad. Cuando viví en Baltimore en los años 80 pude ver esto, y percibí que existían barreras no físicas que limitaban la movilidad de la ciudad y que separaban las calles más seguras de aquellas con mayor criminalidad.
En áreas urbanas tan bastas, tan complejas y sofisticadas, usamos de forma selectiva sólo algunos espacios según nuestra condición social y nuestros intereses, de manera que terminamos teniendo una visión de la ciudad limitada. Sería muy importante que tuviéramos como ciudadanos una mayor comprensión de las dinámicas urbanas, porque sólo comprendiendo cómo funciona la ciudad podemos contribuir de manera efectiva a su gobierno.
"Ciudad Borde"
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Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Ignacio Lira Molina; Arquitecto, Director Ejecutivo Fundación Mi Parque]
Resumen: Estas fotografías buscan indagar en como la ciudad de Santiago va construyendo la relación con sus bordes, en este caso en particular con su borde oriente, en donde se encuentra con el macizo límite de la cordillera. La mayoría de las nuevas urbanizaciones que se desarrollan en este sector no consideran la situación tan particular de borde y no plantean ninguna relación con el entorno natural que hay más allá. Sino que suelen replicar un modelo de ciudad en extensión en baja densidad y repitiendo un patrón de vivienda infinitas veces que le da la espalda al entorno natural que hay más allá de sus límites. De esta manera, se va construyendo una ciudad borde homogénea de calles sin gente, en donde la seguridad se controla con puntos de acceso limitados y guardias que compensan la falta de ojos en sus calles. Un ciudad pensada desde el automóvil y donde cada uno vive aislado su sueño de la casa propia. Así y todo, en este contexto van quedando pequeños retazos o vestigios de sus antiguos paisajes, habitantes e inquilinos, que nos recuerdan el rico y delicado entorno que nos rodea en la ciudad de Santiago y de la relación que sus habitantes tenían con este.
Palabras clave: Homogénea, Paisaje, Extensión
"El postconflicto en Colombia: Una oportunidad para el desarrollo rural"
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Uno de los puntos más estratégicos de las negociaciones hace referencia a una Reforma Agraria Integral, que se presenta como una oportunidad para promover el desarrollo sustentable en el campo colombiano, el cual ha sufrido los efectos de la guerra, la pobreza y el abandono del Estado.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por María Fernanda Martínez; Politóloga. Tesista Magíster en Medio Ambiente y Asentamientos Humanos, Universidad Católica de Chile]
Resumen: Hace 4 años comenzó el proceso de paz en Colombia, en el cual la principal guerrilla del país, las FARC-EP y el Gobierno Nacional se sentaron en la Habana a negociar puntos estratégicos para finalizar un conflicto armado que lleva más de 50 años. Uno de los puntos más estratégicos de las negociaciones hace referencia a una Reforma Agraria Integral, que se presenta como una oportunidad para promover el desarrollo sustentable en el campo colombiano, el cual ha sufrido los efectos de la guerra, la pobreza y el abandono del Estado. Este año, las negociaciones en la Habana finalizaron y el Acuerdo ha sido presentado a la sociedad como una oportunidad para la reconciliación nacional y para cerrar la enorme brecha urbano- rural que ha habido históricamente en el país.
Palabras clave: campo, conflicto, Colombia.
Im1. El presente colombiano Juan Manuel Santos, Raúl Castro y el máximo líder de las FARC «Timochenko» se dan la mano. Fuente: BBC.com
Colombia está viviendo un momento histórico en la actualidad; después de más de 50 años de conflicto armado, el país inicia una etapa de reconciliación gracias al Acuerdo de paz que se ha negociado en la Habana entre las FARC-EP y el Gobierno nacional. El proceso de negociación ha despertado la esperanza en millones de colombianos que nacieron y crecieron en un país donde los secuestros, las muertes y el desplazamiento forzado eran parte de la cotidianidad. No obstante, el Acuerdo de paz ha despertado algunos cuestionamientos entre algunos sectores de la sociedad y se ha consolidado una fuerte oposición de aquellos que no están dispuestos a dar concesiones a la guerrilla y permitir su participación política. El próximo paso será la votación de un plebiscito que se llevará a cabo el 2 de octubre y frente al cual los sondeos previos advierten que los resultados estarán reñidos.
El conflicto en Colombia ha tenido dos caras que han estado profundamente relacionadas: el enfrentamiento militar de diferentes actores -guerrilla, paramilitares, Estado- por el poder territorial y el control de actividades ilegales como el narcotráfico; y por otra, el conflicto agrario que surge de la disputa de tierras y la ausencia de reconocimiento de lo rural en las políticas nacionales (PNUD, 2011). El fracaso de las políticas gubernamentales de redistribución de la tierra y la creciente presión demográfica impulsaron dinámicas de colonización a las que se sumaron la disputa armada de territorios productivos por el control del cultivo de coca, el petróleo o el oro, entre otros recursos (Palacios & Safford, 2002). Además, los ecosistemas también ha sido víctimas del conflicto debido a la tala de árboles para el cultivo de coca y los impactos negativos de las fumigaciones con glifosato, la promoción de la ganadería extensiva, los ataques guerrilleros a oleoductos, la contaminación de aguas y suelos por la minería ilegal, entre otras cuestiones. En 2015 se llevó a cabo un censo rural que evidenció que el área sembrada con cultivos en es del 6,3 % que equivalen a un poco más de 7 millones de hectáreas y comprobó que los niveles de concentración de la riqueza, pobreza y educación en el campo son alarmantes (DANE, 2015).
Los acuerdos de la Habana surgen como una oportunidad para repensar el presente y futuro del campo colombiano y de las relaciones que deben gestarse en un país de ciudades, que no sólo se caracteriza por la consolidación de diferentes centros urbanos en el territorio nacional, sino también por la expresión de rivalidades regionales y fragmentaciones socio-culturales en un país con gran diversidad cultural y étnica. Las políticas de ordenamiento territorial en el país requieren ajustarse al proceso de postconflicto que reconozca las relaciones entre lo urbano y lo rural y reafirme el papel estratégico que cumple el campo colombiano en la construcción del desarrollo sustentable.
El Acuerdo negociado entre el Gobierno y las FARC busca asegurar la desmovilización y la participación política de la guerrilla, garantizar los derechos de las víctimas a la reparación, la verdad y la justicia y cuenta con un capítulo especial para el desarrollo rural (León, 2016). La Reforme Rural Integral, RRI, es la propuesta que se ha gestado en el marco de las negociaciones y pretende promover la transformación del campo, cerrar las brechas entre los espacios urbanos y rurales y mejorar la calidad de vida en sectores rurales que no sólo viven en condiciones precarias sino que históricamente han sido afectados por el conflicto armado, los cultivos ilícitos y el abandono del estado (García, 2016).
La RRI se centra en cuatro temas principales, a saber: 1. El uso y acceso a la tierra, enfocado en incentivar el uso productivo del suelo, subsanar los conflictos derivados de la ganadería extensiva y el bajo porcentaje de suelos con vocación agrícola, formalizar la pequeña y mediana propiedad rural, actualizar la información catastral en las zonas rurales además de garantizar el acceso de las familias campesinas a la tierra por medio de instrumentos como créditos, subsidios y el Fondo de Tierras[1]; 2. Programas Especiales de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, los cuales se basan en el empoderamiento comunitario y se desarrollan en los territorios que requieren atención prioritaria; 3. Planes Nacionales Sectoriales para reducción de la pobreza rural en un 50%, el mejoramiento de la productividad agrícola, el fomento a la economía campesina solidaria y la inversión en infraestructura (vías terciarias, sistemas de riesgo y drenaje a pequeña escala, electrificación y la conectividad digital en el campo), además del mejoramiento de las condiciones de productividad agrícola, vivienda, trabajo y servicios básicos en las áreas rurales; 4. Sistema especial de seguridad alimentaria y nutricional, a través del cual se pretende incentivar la producción de alimentos agrícolas, fortalecer los mercados locales y regionales, desarrollar programas contra el hambre y robustecer la institucionalidad en temas de seguridad alimentaria (García, 2016) (Equipo paz gobierno , 2013).
Im2. Trabajadores rurales. Fuente: PNUD, 2011.
A este kit de herramientas propuesto en el marco de las negociaciones se suma la necesidad de llevar a cabo planes de zonificación ambiental que limiten la frontera agrícola, conserven áreas de interés ambiental y promuevan cuestiones como el pago por servicios ambientales. De igual forma, se pretende promover la participación ciudadana en el ordenamiento local en la definición de orientaciones para el uso del suelo rural y la promoción del diálogo social para la resolución de los conflictos de tierras.
La articulación de las políticas territoriales con las estrategias de reinserción de actores armados, reparación de víctimas y recuperación de ecosistemas afectados, es una práctica necesaria para un país rico en recursos naturales y sociales, pero con graves problemas de violencia y degradación ambiental. Por esta razón, los puntos de Acuerdo en el tema rural, pueden ser una oportunidad para promover el desarrollo territorial en Colombia y se espera que las propuestas puedan ser llevadas a la práctica, para lo cual se requiere no sólo la voluntad de los actores negociadores sino de todos los colombianos.
Notas
[1] Este fondo lo constituyen las tierras adquiridas por narcotraficantes y testaferros, así como los territorios baldíos indebidamente ocupados salvando los derechos de las comunidades indígenas o afrocolombianas (García, 2016)
Referencias Bibliográficas
Acción Social . (2011). Campesinos, tierra y desarrollo rural. Bogotá: Unión Europea.
Alban, A. (Primer semestre de 2011). Reforma y contrarreforma agraria en Colombia. Revista de Economía Institucional, 13(24), 327-356.
Corredor, C. (2001). La revolución inconclusa . En A. Varios, Desarrollo económico y social en Colombia en el siglo XX (págs. 15 – 37). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Equipo paz gobierno . (2013). En qué va el proceso de paz. Política de Desarrollo Integral. . Obtenido de http://equipopazgobierno.presidencia.gov.co/especiales/abc-del-proceso-de-paz/politica-de-desarrollo-agrario-integral.html
García, A. (2016). Conoce el Acuerdo sobre el Desarrollo rural. Obtenido de Oficina del Alto Comisionado para la Paz : http://equipopazgobierno.presidencia.gov.co/especiales/abc-del-proceso-de-paz/politica-de-desarrollo-agrario-integral.html
León, J. (24 de Agosto de 2016). El Acuerdo con las Farc: una oportunidad histórica. Obtenido de La silla Vacía : http://lasillavacia.com/historia/el-acuerdo-con-las-farc-una-oportunidad-historica-57675
Palacios, M., & Safford, F. (2002). Colombia: país fragmentado, sociedad dividida. Su historia. Bogotá: Norma.
PNUD. (2011). Tierra y conflicto . En PNUD, Informe Nacional sobre Desarrollo Humano. (págs. 180-214). Bogotá : Naciones Unidas.
Ruiz, N. Y. (enero-abril de 2011). El desplazamiento forzado en Colombia: una revisión histórica y demográfica. Estudios Demográficos y Urbanos, 26(1), 141-177.
"Población Aurora de Chile: ¿ la última frontera a derribar por un modelo expulsor?"
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Se plantea el análisis en términos de su particularidad para explicar cómo en el actual contexto de planificación desregulada el Estado supedita su enfoque de participación al cumplimiento de los objetivos del desarrollo urbano neoliberal. En ese marco se analiza el caso de Aurora bajo la metáfora de constituir una “última frontera” a doblegar para implementar la renovación urbana de la Costanera de Concepción.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Christian Matus Madrid; Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2010, y Antropólogo Social de la Universidad de Chile (1997). Especialista en el desarrollo de investigación e intervención en temáticas de urbanismo participativo, patrimonio e identidad, planificación integrada y desarrollo territorial. Investigador Postdoctoral CEDEUS Hub Concepción, Fondap Nº 15110020 participante de los Clúster de Planificación Construida y Entorno Construido.
Camila Barraza Huaiquimilla; Licenciada en Arquitectura Universidad de Concepción (2013). Parte del equipo profesional CEDEUS, Fondap N°15110020, Universidad de Concepción. Coordinadora territorial e investigadora asistente de Iniciativas Urbanas caso Aurora de Chile]
Resumen: La presente práctica sintetiza algunas reflexiones frente a la experiencia de acompañamiento desarrollada entre 2015-2016, como parte del equipo asesor de la Junta de Vecinos de Aurora de Chile. Se plantea el análisis en términos de su particularidad para explicar cómo en el actual contexto de planificación desregulada el Estado supedita su enfoque de participación al cumplimiento de los objetivos del desarrollo urbano neoliberal. En ese marco se analiza el caso de Aurora bajo la metáfora de constituir una “última frontera” a doblegar para implementar la renovación urbana de la Costanera de Concepción. En síntesis, el caso del conflicto de Aurora de Chile y el Puente Bicentenario permite develar cómo el Estado chileno a través de sus políticas urbanas continúa produciendo y reproduciendo el orden neoliberal develando una tendencia a la “neoliberalización de las prácticas de participación”, donde el ente estatal resigna su rol público de velar por la equidad urbana y el derecho a la ciudad de los pobladores, aportando su experticia técnica para que los procesos de participación resuelvan en términos de gobernanza, los conflictos sociales que dificultan la implementación de los planes y proyecto de desarrollo como la renovación urbana de la Costanera.
Palabras clave: conflicto urbano, planificación, desplazamiento
Im1. Población Aurora de Chile / Fuente: Gentileza elresumen.cl
El presente texto busca abordar críticamente el conflicto urbano de Aurora de Chile, analizando cómo éste involucra la tensión y desplazamiento de una frontera urbana tanto territorial como simbólica. Por un lado, Aurora de Chile constituye el último “territorio vivo” de una frontera geográfica, como la Costanera, que divide y separa la “ciudad oficial” de lo que la planificación penquista construyó simbólicamente como un espacio no conquistado. Por otro lado, el lugar central que ocupa en la ribera del río, configura un espacio estratégico para implementar la visión de futuro de un “Concepción Metropolitano”, constituyendo una frontera simbólica necesaria de superar para implementar la ansiada renovación de un sector que adquiere una nueva condición de espacio de flujo e interacción.
La consolidación de la Costanera como frontera urbana
La Población Aurora de Chile configura un asentamiento urbano instalado en la Costanera del Bío Bío hace más de 85 años, ocupando un área de 11 manzanas, en las que viven un número aproximado de 3500 (Catastro MINVU 2015). El sector tiene la particularidad de haber generado nuevos suelos urbanos mediante el relleno del río, proceso que dio lugar a tres poblaciones históricas: Pedro del Río, Aurora de Chile y Pedro de Valdivia Bajo.
Im2. Esquema Costanera Concepción y área renovación PRN / Fuente: Elaboración propia
A partir de los sesenta, la Costanera comienza a proyectarse como territorio de gran potencial urbano, donde los asentamientos populares configuran espacios “indeseados”, que se requiere suprimir, para lograr “reconciliar la ciudad con el río”, lo que propicia la implementación de planes modernistas de higienismo urbano. En los noventa, el sector es priorizado como foco para el desarrollo de un plan urbano emblemático: Rivera Norte -PRN, ejemplo pionero en Chile de aplicación temprana de un modelo de gestión público-privado, que se propuso como objetivos dar solución habitacional a cerca de 1500 familias que residían en el área; desarrollar un plan de renovación urbana que integrara el río con la ciudad; y promover la inversión inmobiliaria en el área (Memoria PRN, 2001).
En el marco del PRN, la población Aurora de Chile, constituye una “anomalía”, al decidir voluntariamente no participar de la propuesta de erradicación, desarrollando importantes procesos de resistencia que con el tiempo la fueron convirtiendo en una “isla” en medio de un espacio de renovación urbana que simbolizaba la “cara” del desarrollo urbano penquista de Post dictadura.
Plan Aurora de Chile: ¿socio-técnica participativa para derribar la frontera?
En la Costanera se aplica una estrategia de renovación urbana no explicitada en un proyecto de planificación (Matus et al. 2016), utilizando el terremoto como recurso de shock (Klein, 2007) para gatillar, a través de la construcción del Puente Bicentenario, la aceleración del proceso de renovación urbana pendiente, naturalizando la necesidad de que los aurorinos “sacrifiquen” su territorio por el bien común y desarrollo de la ciudad.
El proceso de diálogo con la comunidad pos PRN está marcado por una trayectoria de vulneraciones a los pobladores, que trasciende los gobiernos de turno, donde destaca el rol de la clase política y la prensa local en un abordaje estigmatizador de violencia simbólica (Janoschka & Sequera, 2014). En respuesta, la población comienza a organizarse para oponerse a la construcción del puente denunciando el actuar del Estado, desarrollando entre 2012 y 2014, un movimiento de fuerte resistencia al proyecto. Posteriormente, con el cambio de gobierno, los procesos sociales de resistencia dan paso a una estrategia de negociación, propuesta por el MINVU, que plantea solucionar el conflicto mediante la creación de un equipo territorial que diseña el denominado Plan Integral Aurora de Chile. El enfoque que promueve este nuevo plan reduce la participación de la población a su organización en comités vivienda para su relocalización habitacional, dejando de lado la inclusión de los aspectos simbólicos que le dan unidad como comunidad, promoviendo no solo el desplazamiento efectivo de un tercio de los pobladores para formar nuevos barrios, sino que plantea un desplazamiento indirecto que modifica de su estilo de vida y homogeniza su espacio residencial y público al patrón general de otros barrios ofertados a sectores medios. Es en el plano de los efectos socio-territoriales que plantea el cambio forzado de modo de vida, que se pueden vislumbrar los mayores impactos que generará la transformación de un territorio que favoreció durante más de ochenta años la sociabilidad y el desarrollo de estructuras familiares, disolviendo violentamente las fronteras territoriales y las articulaciones espaciales necesarias para dar vida a una población como la Aurora.
Reflexiones y aprendizajes
En síntesis, el caso Aurora permite develar cómo el Estado chileno a través de sus políticas urbanas ha desarrollado una tendencia a la “neoliberalización de las prácticas de participación”, donde el ente estatal resigna su rol público de velar por la equidad urbana y el derecho a la ciudad de los pobladores, aportando su experticia técnica para que los procesos de participación resuelvan en términos de gobernanza los conflictos sociales que dificultan la implementación de los planes y proyecto de desarrollo urbano.
Un aprendizaje relevante que plantea el análisis del conflicto es develar cómo el actual modelo de desarrollo urbano otorga un rol central a la participación como técnica de gobernanza, que atenúa y encubre la violencia simbólica ejercida sobre los sectores que deben desplazarse o ser expulsados para que se consoliden procesos urbanos excluyentes y segregadores. En ese marco pareciera ser que el conflicto urbano ha generado un contexto de oportunidad eficaz para derribar la última frontera que ponía límite a un postergado proyecto de renovación
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CEDEUS Bases Fundamentales para un Proyecto Integral Aurora de Chile. Documento de Trabajo CEDEUS, 2015.
JANOSCHKA, M. & SEQUERA, J Procesos de gentrificación y desplazamiento en América Latina, en Desafíos metropolitanos. Un diálogo entre Europa y América Latina, 2014, pp. 82-104. Catarata. Madrid.
Klein, N. La Doctrina del Shock. El Auge del Capitalismo del Desastre. Paidós. 2007.
Matus, C., et al. (2016). Renovación urbana y gentrificación post-catástrofe en Concepción: el caso Aurora de Chile. Revista Urbanismo , 0 (34) , 89-110.
Entrevista a Walter Imilan: “El movimiento de personas siempre es acompañado del movimiento de ideas, objetos, creencias y prácticas, por eso los movimientos migratorios enriquecen a las sociedades receptoras, y se multiplican las visiones de mundo y las formas de habitarlo”
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“El movimiento de personas siempre es acompañado del movimiento de ideas, objetos, creencias y prácticas, por eso los movimientos migratorios enriquecen a las sociedades receptoras, y se multiplican las visiones de mundo y las formas de habitarlo”
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Walter Imilan es Antropólogo de la Universidad de Chile y Doctor en Planificación Urbana y Regional por la Technische Universität Berlin. Actualmente se desempeña como académico de la Universidad Central de Chile, investigador del Centro de Estudios Urbanísticos, Arquitectónicos y del Paisaje y miembro del NIM – Núcleo de Investigaciones en Migraciones. Sus investigaciones han profundizado en temáticas relacionadas a los procesos de construcción de identidades colectivas y espacio, vinculándose a campos como la migración, etnificación y situación post-catástrofes socio-naturales.
“El movimiento de personas siempre es acompañado del movimiento de ideas, objetos, creencias y prácticas, por eso los movimientos migratorios enriquecen a las sociedades receptoras, y se multiplican las visiones de mundo y las formas de habitarlo”
Im1. Walter Imilan / Fuente: academicos.uchilefau.cl
- En primer lugar, ¿Podemos considerar la inmigración en Chile como un proceso integrador y derribador de fronteras sociales?
La migración ayuda a expandir las fronteras de la propia cultura. A través de la migración se conocen otras formas de ver y habitar el mundo, pero para que eso suceda, debe haber una apertura para conocer a otras personas y sus costumbres, creencias, etc. Si hablamos de frontera sociales habría que pensar en que la sociedad chilena esta fuertemente segregada por clases, a su vez, dentro de la población migrante se encuentra un amplio registro de clases sociales también. Se podría decir que en Chile la población migrante se inserta en esta estructura de clases. No digo que este proceso se realice sin discriminación y haya sólo un reconocimiento entre iguales por pertenecer a la misma clase social, sabemos que siempre los procesos de inserción están mediados por categorías de, al menos, de etnia, raza, clase y género, y que estas toman roles diferenciados dependiendo el contexto. No obstante, creo que la estructura de clases, de segregación socio-económica, es tan fuerte en Chile que es también el marco en el que se organiza la diferencia de la población migrante.
- ¿De qué forma las prácticas inmigrantes influyen positivamente en nuestro quehacer diario y cómo adoptamos las nuevas costumbres traídas del extranjero? ¿Varían estas prácticas dependiendo del país de donde provienen?
El movimiento de personas siempre es acompañado del movimiento de ideas, objetos, creencias y prácticas, por eso los movimientos migratorios enriquecen a las sociedades receptoras, y se multiplican las visiones de mundo y las formas de habitarlo. Los repertorios culturales se expanden, y en ese sentido superan las fronteras sociales y culturales preexistentes. Sin duda que muchos de estos elementos se mestizan o se hacen propios por una buena parte de la sociedad. Un elemento bastante claro en esto es la comida, lo que comemos de forma cotidiana es producto de circulaciones y apropiaciones a través de la historia que se han movido de la mano con poblaciones concretas. En los últimos años es apreciable como la comida peruana ha transformado formas tradicionales del comer chileno. Un ejemplo de esto es la adopción de la preparación del ceviche al estilo peruano, relegando al olvido el estilo chileno. Hoy es prácticamente imposible encontrar un ceviche con pescado desmenuzado, que era muy típico hace 20 años, no sólo ahora se prepara el ceviche en pescado trozado sino también se incorporan otros elementos como el apio, el maíz, entre otros. Esto que puede parecer de un interés poco relevante, cuando lo observamos como parte de un proceso silencioso de transformación de prácticas cotidianas nos percatamos que la migración reciente en Chile esta dejando ya sus huellas en la vida cotidiana de los chilenos, en este caso cambian las formas de cocinar y de apreciar sus sabores.
Tu pregunta también es por las diferencias de los países de origen. Aquí te comprato dos observaciones. Desde hace ya un tiempo en los estudios de migración se critica el llamado “nacionalismo metodológico”, esto es tomar la nacioanalidad de las personas como referente para clasificar la población migrante. Cuando hablamos de “los peruanos”, “los dominicanos”, etc. estamos homogeniezando a una población que es diversa en su interior, y por lo tanto hacemos invisibles las diversidad de experiencias migratorias que se reúnen bajo un mismo pasaporte. Por ejemplo, es muy diferente ser peruano del norte del Perú a provenir del área alto andina, las formas de migrar son muy distintas, sus redes sociales y estrategias de inserción laboral difieren. Un estudio que realizamos en Magallanes permitío visibilizar la diferencia entre la experiencia entre hombres y mujeres dominicanas de vivir en Punta Arenas. Un altísimo porcentaje de mujeres manifestó haber sido objeto de discriminación abierta y/o acoso en el espacio público, mientras que para los hombres, también dominicanos y afrodescendientes, esta experiencia era prácticamente inexistente. Por otro lado, las poblaciones migrantes tienen diferentes recursos para su inserción en sociedades de destino, y muchas de estas habilidades se ponen en acción de una forma estratégica y localmente situada. Un ejemplo de esto es como la gastronomía peruana, para volver sobre uno de mis tópicos de interés, ha sido una poderosa estrategia de inserción de migrantes peruanos, especialmente en Santiago. Así, en vista de la proliferación y éxito de restaurantes y en general de toda la industria gastronómica peruana, desde los carritos en las ferias libres hasta los restaurantes más caros de la ciudad, se podría decir que la gastronomía “la llevan en la sangre”. Ciertamente la gastronomía peruana es de excelente calidad, pero su relación como estrategia para la migración parecer ser más un tema chileno. En otros países donde existe una importante población peruana migrante – como España, Estados Unidos o Japón- la gastronomía como estrategia de inserción es más bien marginal, en el caso de Chile lograron “leer” ciertas condiciones que ha permitido desarrolllar con un extraordinario éxito estos emprendimientos. En Perú se suele decir ahora que Santiago es la ciudad del mundo con más restaurantes peruanos fuera del Perú.
Entonces, hay que tomar atención respecto a los riesgos del “nacionalismo metodológico” en cuanto invisibiliza una serie de distinciones muy importantes en la experiencia migrante, así como asumir preceptos culturalistas inadvierte las capacidades de inserción de los migrantes.
Im2. lasegunda.com
- ¿Cómo la intervención y producción del paisaje urbano por parte de los inmigrantes puede reflejarse en una forma de apropiación e integración a la ciudad?
Hay varias formas en que la migración está transformando el paisaje urbano, especialmente pienso en Santiago. La más notoria ha sido la revitalización de barrios en el centro de la ciudad que habían vivido procesos de abandono y envejecimiento de su población. Primero por el asentamiento de nuevas poblaciones que luego le siguió el desarrollo de las llamadas “economías de la nostalgia”, un conjunto de negocios orientados a las población migrante que provee alimentos de los lugares de origen, call centers, agencias de viajes, etc. La transformación de algunos de estos barrios ha sido notable, junto con la actividad residencial y comercial también se ocupan y producen nuevos espacios públicos de esparcimiento. Parte de la revitalización barrial es activar espacios públicos, esto es muy claro en el caso de personas de origen peruano que crean de forma espontánea canchas de volleyball en lugares que solían estar abandonados, o la proliferación de iglesias pentecostales haitianas en barrios céntricos de la capital.
No obstante, la transformación del paisaje urbano no sólo se produce en áreas de alta concentración de poblacion migrante. Si tuvieramos los datos del censo 2012, probablemente estos mostrarían que la migración ya no es un fenómeno escencialmente concentrado territorialmente en sectores centrales de la ciudad. Cuando uno se encuentra con un cartel que anuncia un Barber shop dominicano en plena población Los Quillayes en la La Florida, hay un indicio que esa población también se inserta a los flujos y movimientos de la migración actual, tanto porque los nuevos vecinos forman parte de la cotidianeidad del barrio como porque los antiguos vecinos consumen y reconocen a esa nueva población.
Im3. plataformaurbana.cl
- Por último, ¿Cuáles crees que son las principales barreras o fronteras sociales que actualmente segregan a los inmigrantes? y ¿qué desafíos tenemos para una mejor integración?
En principio una sociedad más tolerante y con menos segregación con los migrantes, es seguro, una mejor sociedad para los chilenos también. Identifico tres niveles distintos en este proceso. Por un lado, es necesario generar protección frente a cierto tipo de vulnerabilidades que experimenta la población migrante con mayor frecuencia que la chilena. Un ejemplo de esto son las condiciones de acceso a la vivienda, especialmente de arriendo. Contratos de arriendo abusivo en viviendas con deficientes condiciones de habitabilidad expresan una discriminación en el mercado de vivienda. En este primer nivel, el Estado debe abordar vulnerabilidades que se producen en el acceso a servicios básicos estrechamente asociadas a la condición misma de ser migrante. Un segundo nivel se refiere al ámbito territorial. Existe una larga discusión respecto a las consecuencias y efectos positivos o negativos de la concentración de la población migrante en determinados barrios. Algunos de estos debates, especialmente de Europa Central y del Norte, han llegado a la conclusión que el problema de la integración no pasa tanto por la residencia concentada en determinadas áreas de la ciudad, ya que finalmente las personas pueden querer vivir con otros iguales, incluso esta configuración puede proveer de ciertos beneficios como son las mencionadas economías de la nostalgia. Si esto no es un problema en sí mismo, la atención debe volcarse sobre instituciones que promueven la integración de todos los ciudadanos. Aquí el sistema escolar es fundamental. El desarrollo de escuelas segregadas es un problema serio que arriesga la integración actual y futura. En Chile tenemos que empezar a integrar variables territoriales para analizar la dinámica de la migración, la dimensión de la educación aún se suele abordar principalmente como una realidad que se circunscribe al salón de clases o la convivencia escolar, es central desarrollar una mirada territorial.
Un tercer nivel tiene que ver con la toma de conciencia de la sociedad en su conjunto de la presencia y rol de la población migrante. Esta toma de conciencia es más que simplemente saber de su existencia o disfrutar de algunos de sus beneficios, tampoco se trata de una mayor atención mediática, que lamentablemente esta se vincula de forma habitual a la delincuencia o criminalidad que expresa una forma típica de estigmatización y discriminación. Esta toma de consciencia pasa por asumir que la sociedad chilena esta cambiando y que es necesario pensar en los espacios cotidianos como centros de esta transformación, tales como el espacio educacional, laboral y familiar cada vez con más parejas binacionales, son estos espacios donde las fronteras de la sociedad chilena se encuentran en expansión.
Entrevista a Mauricio Puentes: "Periferia de Valparaíso: Ya casi alcanzadas las cotas más altas, las nuevas familias rehuyen emplazarse en las mesetas cuyas vertientes se orientan hacia el sur. Esto es aceptar que ya no se está en Valparaíso, a pesar de la conveniencia de un terreno casi plano y la cercanía del camino cintura”
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“Ya casi alcanzadas las cotas más altas, las nuevas familias rehuyen emplazarse en las mesetas cuyas vertientes se orientan hacia el sur. Esto es aceptar que ya no se está en Valparaíso, a pesar de la conveniencia de un terreno casi plano y la cercanía del camino cintura”
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Mauricio Puentes cursó arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), posteriormente recibe el grado de Doctor por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Actualmente se desempeña como docente a cargo del Taller Arquitectónico de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV. Ha colaborado y participado de diversas conferencias nacionales e internacionales y proyectos de investigación, de los cuales destacan Habitabilidad de la Vivienda Autoconstruida en Valparaíso y el Crecimiento Informal Urbano en la zona de Palmar de Viña del Mar.
“Ya casi alcanzadas las cotas más altas, las nuevas familias rehuyen emplazarse en las mesetas cuyas vertientes se orientan hacia el sur. Esto es aceptar que ya no se está en Valparaíso, a pesar de la conveniencia de un terreno casi plano y la cercanía del camino cintura”.
Im1. Mauricio Puentes / Fuente: www.ead.cl
- Te refieres a la periferia autoconstruida de Valparaíso como la conformadora de ciudad. ¿En qué consiste esta relación?
Esta relación se origina en la evidencia de los trazados en los cerros los cuales en gran medida se constituyeron desde sendas locales propiciadas por los habitantes que se emplazaban en terrenos disponibles que, en la mayoría de los casos, se consideraban no aptos para constituir ciudad debido fundamentalmente a sus complejidades topográficas y altas pendientes.
Lo que originalmente aparece como un sendero se constituiría luego como un pasaje o incluso plaza. De hecho, particularmente Marcelo Araya llega más allá al señalar que el hábito de circular por las laderas se origina en los surcos que dejan las aguas de lluvia al descender. Que esta trama habría inducido tanto a los animales y luego a las personas a ir trazándolos en sus usos persistentes (Araya, 2009). Luego esta persistencia se encargaría de consolidar las sendas hasta que, ya avanzada la periferia, vendría el sistema público a rectificarla para, desde luego, ser reconocida como trazado urbano. Entonces, exceptuando algunos procesos originados desde la autoridad como la Avenida Alemania-Camino Cintura y los trazados en damero (truncados muchos) de Playa Ancha, Barón y Placeres entre algunas otras intervenciones como Cerro Concepción y Cerro Alegre, el trazado de vialidad y circulación urbana presente en los cerros de Valparaíso no es más que la rectificación y formalización de lo que en algún momento no fue más que un surco o sendero.
- ¿De qué forma las tomas de terreno y barrios autoconstruidos han pasado de ser parte de la ciudad consolidada? ¿Hay alguna relación de aceptación para la autoconstrucción de parte de los porteños?
Parto respondiendo la segunda parte de la pregunta: De no existir una aceptación de la autoconstrucción, ningún cerro, quebrada y ladera sería reconocida por los porteños. De hecho, estos trazados autoconstruidos están aún hoy presentes en el mismo origen de la ciudad: cerro Toro y Santo Domingo. Se evidencia en los trazados de estos que sus vías no son más que los intersticios entre las viviendas, dando espacio además a aquellas solicitaciones como los cauces de agua o desde donde esta se recogía para proveer. De alguna manera, la forma actual no es más que la pavimentación con una leve rectificación de su trazado original.
Ahora, es importante señalar las particularidades del concepto de toma. En Valparaíso, las tomas se originaron principalmente por familias campesinas que emigraban a la ciudad en búsqueda de oportunidades. Estas familias se emplazaban en lo que la misma ciudad parecía descartar: laderas escarpadas, fondos de quebradas estrechas, planicies lejanas. Las instituciones públicas y privadas, el comercio, las residencias de los sectores dominantes ya se habían emplazado y ocupado la topografía conveniente. Cerro Alegre, Cerro Concepción, Playa Ancha, Placeres, Barón, Bellavista. Algunas áreas de Cordillera y Artillería. Evidencias de trazados planificados a los que se suman además también los casos de poblaciones: Población Marina Mercante, Márquez, Zenteno, Ferroviaria entre algunos pocos otros. En los cerros, parece predominar la ocupación y la construcción de la vivienda previo a la llegada de la ciudad a través de sus trazados y vías. Hoy sigue siendo así y las tomas suelen ser consecuencias de procesos de emancipación familiar por sobre la inmigración. A diferencia de Viña del Mar, por ejemplo, las tomas no suelen ser masivas realizadas por grupos organizados en periodos muy acotados sino por pequeños grupos familiares, pero en un proceso constante.
- Valparaíso tiene límites o fronteras que responden tanto a divisiones administrativas de la ciudad como a accidentes geográficos. ¿Existe alguna relación entre estas dos formas de límite? o ¿Las normas administrativas de la ciudad no se vinculan necesariamente con las fronteras naturales?
La relación entre las divisiones administrativas y los accidentes geográficos parece ser un argumento de discusión. De hecho, no existe consenso en la cantidad de cerros. Existiendo oficialmente 42, se pueden sumar 54 nombres. Para algunos, un mismo cerro tiene dos nombres, para otros, un mismo cerro presenta un accidente topográfico que lo divide en dos.
En términos de relaciones sociales, las familias de la mitad baja de una ladera suelen tener un vínculo más cercano con las de la ladera de enfrente, aun cuando pertenezcan a otro cerro. Por ello la costumbre de salvar de alguna manera el fondo de quebrada por medio de alguna infraestructura por precaria que sea. Las normas administrativas quizás coinciden con las fronteras naturales, pero no necesariamente con las fronteras que sus habitantes han dibujado.
- Al igual que en gran parte de las ciudades chilenas, la construcción de vivienda social en la periferia ha sido una constante. ¿Arriesgan estas viviendas no-autoconstruidas “quedar fuera” de una posible consolidación de esa periferia?
Lamentablemente ya es un hecho, ya están fuera. Solo ver los conjuntos del 5to sector de Playa Ancha levantados en la década del 60 para verificar que en todo este tiempo la ciudad apenas ha llegado. Quizás solo la vialidad y algún equipamiento, pero los espacios públicos y la accesibilidad no quedan más que como intersticios propios de la ciudad “extra-muro”. Una situación equivalente es posible de verificar en los conjuntos de Rodelillo donde se manifiesta radicalmente que el objetivo único es urbanizar lo mínimo para la mayor cantidad posible de viviendas. No siendo las distancias tan expresivas como en Santiago es aún posible de evitar usar el concepto de gueto social como ocurre, por ejemplo, en Bajos de Mena en Puente Alto, pero los conjuntos de viviendas sociales han fallado en la lectura del tejido social original del puerto, marginándose de este. Importante es comentar, respecto de la vivienda social, que en buena parte la ocupación explosiva y auto construida de los cerros de Valparaíso podría haber respondido a una incapacidad de dar respuesta a las normativas propiciadas por la Ley de Habitaciones Obreras de 1906 y las medidas higienistas, tal como sugiere Pablo Millán (2016). En este sentido, de no haber ocurrido este tipo de hechos, como limitar la construcción como consecuencia de la dificultad de cumplir las normativas originadas a tabla rasa bajo conceptos estandarizados, probablemente Valparaíso mostraría hoy una realidad muy distinta tanto en su forma y trama urbana en sus cerros como en sus edificaciones. Seguramente evidenciaría un orden homogéneo y estandarizado y carecería de su particularidad actual de manifestar su propio orden.
Im2. croquis: “La Observación Arquitectónica de Valparaíso: su periferia efímera” / Fuente: Mauricio Puentes Riffo
- Por último ¿Existe algún límite para la expansión de Valparaíso? ¿Una expansión más allá de los límites naturales perdería la identidad de la ciudad?
Claramente. Ya casi alcanzadas las cotas más altas, las nuevas familias rehuyen emplazarse en las mesetas cuyas vertientes se orientan hacia el sur. Esto es aceptar que ya no se está en Valparaíso, a pesar de la conveniencia de un terreno casi plano y la cercanía del camino cintura. De hecho, muchas familias han optado al riesgo de descolgarse por las fuertes laderas y fondos de quebradas lo más cercano al centro posible y a sus grupos familiares. Situación que se evidenció en el gran incendio de Valparaíso de abril del 2014. Claramente la rada y su presencia es una determinante de los límites de la ciudad. Hoy es posible ver límites urbanos en algunos fondos de quebrada. Casi al centro de la ciudad misma, una condición que en sí se constituye como frontera interior.
Desde otra perspectiva, en términos formales, a partir del PREMVAL y del PRC, se han establecido criterios de expansión urbana que más que coincidir con la tendencia de ocupación, ha parecido ceñirse a la factibilidad de los servicios básicos y a las complejidades de urbanización de las condiciones topográficas, las que curiosamente han sido salvadas por sus habitantes desde el origen mismo de la ciudad.
Referencias:
Araya, Marcelo. (2009). Las aguas ocultas de Valparaíso. ARQ (Santiago), (73), 40-45. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962009000300007
Millán-Millán, Pablo. (2016). Aplicación e impacto de la Ley de Habitaciones Obreras de 1906: el caso de Valparaíso (Chile). EURE (Santiago), 42(125), 273-292. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612016000100012
Entrevista a Francisca Marquez: "La diversidad “Benetton” no es garantía de una ciudad democrática. Me temo que los innumerables ejemplos de gentrificación o expulsión de habitantes originales de sus barrios, producto de las remodelaciones, es expresión de la fuerza del mercado por sobre las prácticas ciudadanas”
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“La diversidad “Benetton” no es garantía de una ciudad democrática. Me temo que los innumerables ejemplos de gentrificación o expulsión de habitantes originales de sus barrios, producto de las remodelaciones, es expresión de la fuerza del mercado por sobre las prácticas ciudadanas”
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Francisca Márquez es antropóloga de la Universidad de Chile, posee una Maestría en Developpement y el grado de Doctora en Sociología en I. d” Etude de Pays en Développement, Université Catholique de Louvain, Bélgica. Ha desarrollado diversos artículos, libros e investigaciones vinculadas a la antropología urbana. Actualmente se desempeña como académica e investigadora en el Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado.
“La diversidad “Benetton” no es garantía de una ciudad democrática. Me temo que los innumerables ejemplos de gentrificación o expulsión de habitantes originales de sus barrios, producto de las remodelaciones, es expresión de la fuerza del mercado por sobre las prácticas ciudadanas”
Im1. Francisca Marquez / encuentro.contenidoslocales.cl
- En primer lugar, das cuenta que la ciudad actual está basada en un modelo que tiende a la construcción fronteras internas, ¿Qué tipos de fronteras existen y cómo actúan en la ciudad?
Hay fronteras que responden a la materialidad y geografía de la ciudad. Ejemplos de ello, en Santiago, son el río Mapocho, la carretera norte-sur que divide el Santiago antiguo del casco histórico, o el gran muro de la comuna de Barnechea que aisla la pobreza de la riqueza, por nombrar algunos ejemplos. Pero también hay fronteras simbólicas y estéticas, que, como muros invisibles al ojo de cualquiera, exigen ciertos códigos para identificarlos. Hay esquinas, zonas y territorios en nuestra ciudad por las que no todos pueden transitar, o no de cualquier manera, vestidos y peinados de cualquier modo. Aquellos que se atrevan a transgredir dichas prohibiciones implícitas, podrían pagarlo caro, hasta con su vida. Esas fronteras simbólicas pueden ser tan eficaces como aquellos muros y accidentes geográficos. Todos ellos operan como “ordenadores” de los cuerpos de los citadinos, ordenan los modos de practicar la ciudad, estableciendo categorías tan opuestas, como los de arriba o los de abajo, los bárbaros y los civilizados, los peligrosos y los decentes, los flaites y los cuicos.
Las grandes ciudades contemporáneas, con sus actuales magnitudes demográficas y los índices de desigualdad que esconden, se han vuelto expertas en el control de estos cuerpos a partir de la segregación material y simbólica. De allí el temor que crece en su interior. Cuando los muros y fronteras se exacerban, dejamos de saber quién está al otro lado, y eso es siempre aterrador. El problema es que cuando el temor se asienta, la posibilidad de cruzar esas fronteras es mucho menos posible. El apertrechamiento que observamos en ciertos territorios de nuestras ciudades es ciertamente producto de este temor al otro y la incapacidad de tejer puentes que conduzcan más allá de lo conocido. Pero cuidado que este no es un problema sólo de los sujetos, de los individuos; este miedo habla también de la incapacidad de la ciudad y sus administradores de construir las condiciones para que dichos puentes y pasarelas puedan ser contruidas.
- ¿Cómo ha evolucionado la identidad social y qué factores de esta influyen en la naturalización de la segregación producto de las fronteras?
Las identidades – principio de identificación y distinción -, son construcciones sociales y culturales de largo aliento, ellas, así como se consolidan, también se erosionan y mutan. Las identidades son más sólidas cuando ellas dialogan y se enriquecen de otros códigos culturales porque se renuevan y actualizan. Pero lo que observamos hoy en nuestras ciudades segregadas es que las identidades también se fragmentan. Es decir, la erosión de un nosotros “urbanos” va dando paso a “nosotros los del barrio x”, “los de la población x”, “los del condominio x”, “los de la pandilla x”. Y es así como en este proceso de segmentación identitaria, la posibilidad de construir puentes de contacto con las otras identidades se vuelve extremadamente frágil. Hoy, en nuestras ciudades, estamos enfrentados a una desafiliación urbana, que me temo responde a esta fragmentación de las identidades de nicho.
Im2. plataformaurbana.cl
- Además de cuestiones sociales e identitarias tenemos límites o fronteras administrativas impuestos con cierta arbitrariedad en la ciudad ¿Qué papel juega el Estado y los gobiernos en el reforzamiento de estas fronteras?
Históricamente podemos ver que al Estado le ha sido necesario fragmentar nuestras ciudades para poder controlar y gobernar. Desde la fundación de las ciudades y el diseño de su traza urbana, se fijan las coordenadas básicas para el tránsito y la ocupación de la ciudad. Sin embargo, la historia está plagada también de ejemplos de exacerbación de esas fronteras que violentan el libre deambular y habitar la ciudad. El ejemplo paradigmático son las erradicaciones de pobladores ocurridas entre 1979 -1982 en Santiago, en tiempos de dictadura. Este constituye un caso radical de “limpieza” de la ciudad, y de fijación de fronteras materiales y simbólicas, que hasta hoy día perduran. Pero no es el único caso, aunque si, uno de los más dramáticos. Cada ordenanza urbana, incluidas las municipales, constituye un ejercicio de ordenamiento y delimitación de espacios; algunas de esas ordenanzas ciertamente contribuyen a consolidar la “condición urbana” como ejercicio de la vita activa, pero otras, simplemente son medidas coercitivas y de negación de las posibilidades que esa condición urbana nos ofrece.
- Vivimos en ciudades que tienden a ser “fronterizadas”, tanto identitaria como económicamente. Sin embargo, también existe una demanda por compartir espacios socialmente diversos. ¿Crees que este tipo de demanda es una respuesta a la creciente homogenización socioespacial?
Ciertamente observamos que, frente a la segregación y la desigualdad social de nuestras ciudades latinoamericanas, florecen iniciativas ciudadanas que buscan romper esas fronteras de modo amable y también violento. La presencia masiva de tribus urbanas, venidas de todos los puntos de la ciudad, en los amplios parques de nuestra ciudad son un gran ejemplo. La recuperación de barrios abandonados, para hacer de ellos territorios más vivibles, también puede ser considerado un intento por cuidar la ciudad, y por sobre todo, experimentar un modo de vida más cercanos a los diversos. Sin embargo, en sociedades neoliberales a ultranza como las nuestras, estos intentos, deberán vérselas a menudo con las fuerzas avasalladoras de un mercado inmobiliario o de grandes transnacionales. Estas fuerzas capitalistas han creado mecanismos de una gran sofisticación para apropiarse y mercantilizar muchas de estas prácticas de la diversidad. En términos simples, la diversidad “Benetton” no es garantía de una ciudad democrática. Me temo que los innumerables ejemplos de “gentrificación” o expulsión de habitantes originales de sus barrios, producto de las remodelaciones, es expresión de la fuerza del mercado por sobre las prácticas ciudadanas. Me temo también, que el discurso de la patrimonialización, sea un arma de doble filo, y en el cual, a menudo el filo que más corta, es el del mercado. Debo confesarles que me alegra enormemente cuando observo los graffitis sobre los monumentos históricos nacionales, y sobre todo aquello que el estado/mercado ha definido como patrimonio. Esos graffitis, si se los lee con atención, nos recuerdan que la ciudad no es una sola, y que en ella hay muchos otros que quisiera tener su lugar.
Im3. plataformaurbana.cl
"Fronteras ¿una medida de seguridad? o ¿barreras territoriales?"
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Las fronteras son aquellas líneas reales o imaginarias que delimitan territorios y separan países. “La Jaula de Oro” es un largometraje que muestra el viaje de tres jóvenes guatemaltecos que emigran hacia Estados Unidos y la relación de éstos con las fronteras.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Fernando Narváez; Licenciado en Diseño Urbano y del Paisaje, Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Estudiante Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Universidad Católica de Chile]
Título: La Jaula de Oro
Dirección: Diego Quemada-Díez
Año: 2013
Resumen: Las fronteras son aquellas líneas reales o imaginarias que delimitan territorios y separan países. “La Jaula de Oro” es un largometraje que muestra el viaje de tres jóvenes guatemaltecos que emigran hacia Estados Unidos y la relación de éstos con las fronteras. En esencia, el filme trata de las diferentes situaciones a los cuales se pueden enfrentar los que realizan el viaje a través de México. Entre los distintos riesgos se encuentran: la discriminación, corrupción, violencia e incluso la muerte. Se retrata de una forma clara y detallada las circunstancias que acompañan este tipo de viajes.
Palabras claves: Fronteras, inmigrantes, calidad de vida
Im1. Portada del Libro
Las fronteras son aquellas líneas reales o imaginarias que delimitan territorios y separan países. Estos límites permiten demarcar hasta dónde llega la soberanía y jurisdicción del Estado. “La Jaula de Oro” es un largometraje realizado en México por el director español Diego Quemada-Diez donde se relata la historia de tres jóvenes guatemaltecos que atraviesan la frontera con México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Primero que nada es necesario preguntarse: ¿por qué se generan estos movimientos de emigración? Por lo general estos se producen por la necesidad de buscar mejores condiciones laborales y de vida que las del país de origen. Las migraciones se tienden a dar con mayor frecuencia en contextos de crisis económicas y situaciones de conflicto, dos fenómenos bastante frecuentes en los tiempos actuales. Según un reporte de las Naciones Unidas (2002), el porcentaje de inmigrantes en el mundo corresponde al 3% de toda la población.
Dentro del contexto latinoamericano, según estimaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (2005), más de 40 millones de latinoamericanos residen fuera de su país de nacimiento. Siendo Estados Unidos y Canadá los principales polos a los cuales se desplazan en el hemisferio norte; mientras en el hemisferio sur, Brasil y Chile sobresalen entre los demás países fundamentalmente por su poder económico.
El filme inicia mostrando a las personas de estratos más bajos como las más propensas a emigrar. Además presenta que la edad no es una determinante para realizar el viaje, ya que pueden encontrarse desde jóvenes hasta personas de edad avanzada que lo hacen. Esta situación representa uno de los mayores problemas por la desintegración del núcleo familiar y supone un riesgo por la pérdida de identidad y arraigo con sus países de origen.
Por otro lado, se evidencian los peligros a los cuales se exponen los guatemaltecos conforme avanzan a su destino. Una de las primeras dificultades que enfrentan los jóvenes es cómo llegar a su destino, y para ello utilizan el tren conocido como “La Bestia” que lleva mercancía hacia Estados Unidos y que es comúnmente usado por los inmigrantes de Centroamérica para atravesar México.
El filme muestra que en México se encuentran la mayor cantidad de amenazas del recorrido, entre ellas destacan; robos de las pertenencias personales por parte de organizaciones criminales y principalmente el abuso de autoridad de la policía local por su condición de ilegales, lo que se traduce en un mal trato de parte de las autoridades hacia quienes intentan cruzar la frontera y con ello deportaciones discriminatorias (sin razones justificadas). Sin embargo, el filme también muestra que Estados Unidos es un escenario adverso, con personas que “cazan” inmigrantes en el desierto, con un trabajo extenuante y que nadie más quiere realizar.
Si bien el filme se enfoca en las repercusiones que afectan a los inmigrantes, cabe preguntarse también por ¿cuáles son las externalidades para los países de origen y destino? Sin duda alguna los procesos migratorios traen consigo una serie de factores que impactan el territorio. Entre ellos, uno de los efectos más directos corresponde al hecho de que los países de destino reciben grandes flujos de inmigrantes, obteniendo una fuerza laboral significativa de bajo costo lo cual por un lado puede traer beneficios económicos, sin embargo este mismo hecho también puede llegar a impactar negativamente a la economía ya que puede llegar a reducir el campo laboral para los locales.
Junto a ello, estos procesos de migración suelen estar relacionados a transformaciones de índole cultural debido a que los migrantes llegan al país de destino con sus costumbres locales, las cuales en la mayoría de los casos buscan ser mantenidas. Asociado a ello, también se dan importantes transformaciones sociales; en este sentido un fenómeno recurrente en los procesos migratorios es la segregación voluntaria, es decir la concentración de los extranjeros en un territorio acotado. Esta situación facilita la estigmatización por parte de los residentes locales, habiendo así una discriminación hacia los inmigrantes.
El filme retrata perfectamente que las fronteras y límites físicos segregan, excluyen y pueden llegar a generar intolerancia, discriminación y una percepción de inseguridad. En la actualidad existe una constante e intensa búsqueda de seguridad en las fronteras de los países, lo que parece absurdo teniendo en cuenta las repercusiones que se han mencionado y el discurso que tiene la globalización de libre tránsito de capital y mercancías. Estados Unidos gasta billones de dólares para fortalecer los más de 3.000 kilómetros de frontera con México. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional (2016) el presupuesto para el borde fronterizo es cercano a 13 billones de dólares.
Esta cifra tuvo un crecimiento exponencial del 75% en la última década. Si se suma el presupuesto de la Patrulla Fronteriza y del Control de Aduanas e Inmigrantes corresponde al 30% del presupuesto total destinado por el Departamento de Seguridad Nacional. Dicha cantidad es más que lo que recibe la DEA, el FBI y la Armada de los Estados Unidos en conjunto. Con el incremento de presupuesto, se abasteció el Borde Fronterizo con una mayor cantidad de cámaras, armas, drones y equipo para los agentes fronterizos, los cuales entre el 2004 y 2015 se duplicaron pasando de 10.000 a más de 21.000 agentes (US Customs and Border Protection, 2016). Con tal despliegue de seguridad en la frontera, pareciera que se pretende llegar más a una militarización que brindar mayor seguridad al país.
En cierta medida la táctica de disuasión usada por los Estados Unidos (mediante la fuerza) ha funcionado ya que se han reducido los flujos de inmigrantes; sin embargo en la última década más de 3.500 personas han muerto intentando cruzar la frontera (US Customs and Border Protection, 2016), por lo que surge la pregunta: ¿Qué pasaría si en lugar de invertir billones de dólares en la militarización de la frontera se invirtiera en programas para llevar familias y regularizar inmigrantes? Probablemente se podrían reducir las muertes en la frontera y con los impuestos de los inmigrantes se podría compensar el gasto realizado.
Sin duda hay tareas pendientes para todos, pero en la medida en que los Estados fomenten fronteras más abiertas se favorecerá el desarrollo económico del país receptor y la expansión de la cultura al tener habitantes de distintas naciones. Para ello es necesario tener claro que esta no es sólo una responsabilidad del Estado, sino también de los diferentes actores tales como el sector privado y la sociedad civil. Entre todos deben permitir la inserción de nuevas personas a su contexto, sea cual sea su condición física o social. Las fronteras crean miedo, injusticia y dolor, la única forma de combatirlas es con la solidaridad y tolerancia.
Referencias
Department of Homeland and Security. (2016). Budget-in-Brief Fiscal Year 2017. US Government.
Organización Internacional para las Migraciones. (2005). Las migraciones en América Latina y el Caribe. CEPAL.
US Customs and Border Protection. (2016). Along U.S. Borders. Recuperado el 18 de agosto de 2016, a partir de https://www.cbp.gov/border-security/along-us-borders/strategic-plan
"Desarmar el Laberinto. Violencia, estructura física e intervención en Legua Emergencia"
Ver"Desarmar el Laberinto. Violencia, estructura física e intervención en Legua Emergencia"
¿La Legua realmente tiene una estructura física particular que explica la violencia que se da en su territorio? Apoyado de algunos conceptos teóricos, pero principalmente a partir de múltiples entrevistas con pobladores y una exhastiva revisión de antecedentes y fuentes secundarias, lo que hace Lin en este texto es justamente “Desarmar el Laberinto”.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Martín Montes; Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano PUC. Tesista del proyecto FONDECYT de investigación “Marginalidad Urbana y Efectos Institucionales]
Título: “Desarmar el laberinto. Violencia, estructura física e intervención en Legua Emergencia.”
Autor: Tai Lin Muñoz.
Edición: Ril editores, 2016; 189 páginas.
Resumen: ¿La Legua realmente tiene una estructura física particular que explica la violencia que se da en su territorio? Apoyado de algunos conceptos teóricos, pero principalmente a partir de múltiples entrevistas con pobladores y una exhaustiva revisión de antecedentes y fuentes secundarias, lo que hace Lin en este texto es justamente “Desarmar el Laberinto”. Es decir que relativiza la idea de que la gran causa que explica la violencia de la Legua (y los problemas sociales derivados de ella) corresponde esencialmente a su estructura física. Tras una profunda revisión de la historia de la Legua, el autor da cuenta de que el diseño urbano es un factor más entre muchos otros que explican la situación de violencia que se vive en dicho territorio. De este modo, la violencia del barrio no se explicaría por una causa monopólica, sino más bien por un patrón sistemático de múltiples tipos de violencia que han sido ejercidos en el territorio de la Legua a lo largo de toda su historia.
Palabras Claves: Violencia, estructura física, dialéctica socio-espacial
Im1. Portada del Libro
En octubre de este año se cumplen 15 años desde que se inició la intervención en La Legua (San Joaquín), sin embargo distintos estudios (Manzano, 2009; INDH, 2015) dan cuenta que la situación social del barrio no ha mejorado en lo absoluto, y que incluso ésta se ha agudizado en varios sentidos. Ante la ineficiencia de la intervención, diversos funcionarios públicos han ido masificando la idea de que uno de los principales factores que explicarían la persistencia de la violencia en el barrio tendría estricta relación con la forma física de la Legua, en particular con la del sector de Legua Emergencia. De este modo, se le ha ido otorgando cada vez más importancia a la morfología del lugar ya que se presume que “largos pasajes ciegos, una estructura supuestamente laberíntica y un complejo emplazamiento urbano cooperarían con la aparición y difícil persecusión del narcotráfico” (Lin, 2016, p. 18). Sin embargo, ¿qué tan distinta es realmente la composición (física) de la Legua en relación a otros sectores? ¿Es posible explicar la violencia que presenta el territorio de la Legua a partir de su “particular” forma física y características urbanas?
Apoyado de algunos conceptos teóricos, pero principalmente a partir de múltiples entrevistas con pobladores (dirigentes, no dirigentes, fundadores y descendientes) y una profunda revisión de antecedentes y fuentes secundarias, lo que hace Lin en este texto es justamente “Desarmar el Laberinto”. Es decir que relativiza la idea de que la gran causa que explica la violencia de la Legua (y los problemas sociales derivados de la violencia que se vive en dicho sector), corresponde esencialmente a la estructura física de la población.
En primer lugar, los elementos teóricos que presenta Lin son fundamentales ya que nos permiten comprender que la violencia puede ser ejercida de múltiples maneras. En este sentido amplía la comprensión de la violencia, la cual no sólo se remite a aquella que es ejercida directamente, sino también que ésta puede ser ejercida de manera indirecta. Entre ellas el autor destaca la violencia estructural ejercida principalmente por una retirada del Estado, y la violencia representada y sociocultural, las cuales tienen que ver con el estigma y la discriminación respectivamente. De este modo, el autor da cuenta de que la relación entre violencia y espacio, si bien existe, es sólo un forma más entre muchas en las que ésta puede ejercerse, y que en definitiva todo tipo de violencia, de una u otra manera, repercuten negativamente en la geografía de oportunidades de los habitantes, ya sea desde un punto de vista objetivo (oportunidades existentes) o subjetivo (percepción de las oportunidades).
Por otro lado, colaborando con lo que el mismo autor denominaría como “leguología”, el grueso del libro se enfoca en un profundo zambullido hacia la historia de la población, para desde allí comprender su posterior desarrollo y su situación actual. El análisis, pone el acento en la constante relación (de control) que existe entre el Estado y el territorio de La Legua. Si bien la historia es mucho más compleja y vale la pena revisarla en su totalidad para aprender lecciones a partir de ella, ésta presenta un patrón común. Partiendo por las acciones que realizó la Corporación de Vivienda (CORVI) en donde soluciones habitacionales de “emergencia” terminarían volviéndose definitivas, pasando por la violenta y represiva mano que se vivió durante el periodo de dictadura, hasta llegar a los tiempos actuales en donde la intervención, con su rostro policial ha tenido como principal consecuencia la desarticulación de las organizaciones sociales que resistían al narcotráfico, la historia de la Legua tiene un patrón sistemático de violencia (estructural, representada, sociocultural, sociopolítica) en la cual el Estado y los medios de comunicación han jugado roles protagónicos. Ante esta historia, las marcas que quedan son evidentes y nos impiden atribuirle todo el peso a la variable espacial como señalan algunos políticos actuales. Al revisar la historia de la Legua nos damos cuenta de que el diseño urbano es un factor más entre muchos otros que explican la situación de violencia que se vive en dicho territorio.
Del mismo modo en que se ha justificado la realización de múltiples políticas sólo por los supuestos beneficios económicos de retorno que generan a nivel colectivo, poco a poco se ha ido instalando un discurso que le ha ido otorgando cada vez mayor importancia al espacio, por su supuesta capacidad de solucionar complejos problemas sociales. Ejemplo de ello son las políticas de dispersión de la pobreza y de mezcla social, las cuales si bien han sido sumamente difundidas y aplicadas, no han logrado proveer una mayor justicia social, tal como lo prometían (para revisiones extensas, ver Bolt et al., 2010; Bolt & Van Kempen, 2013; Bridge et al., 2014; Ruiz-Tagle, 2014; y para estudios empíricos ver Ruiz-Tagle, 2016a, 2016b). En la misma línea, si la localización tiene tanta importancia, ¿no es acaso contradictorio que uno de los barrios más pobres de una ciudad como Santiago se encuentre a sólo una legua del centro? Ante esto, la respuesta más pertinente pareciera ser la que nos da el autor del libro: “la integración urbana no es un simple espejo de la integración social” (p. 168).
Trabajos como el que estamos reseñando en esta ocasión son de fundamental importancia ya que permiten desmentir los postulados que fetichizan al espacio. Si bien la variable espacial es fundamental para la comprensión de los fenómenos sociales, ésta tiene su lugar y no es capaz de explicarlos, ni solucionarlos del todo. Como dice Lin, “la relación de la forma física y los procesos sociales (…) no es una relación unidireccional ni determinista, sino que es una dialéctica constante” (p. 169). De este modo, la idea del laberinto se vuelve “más un estigma que una realidad” (Íbid, p. 168), una frontera social que es creada desde afuera. ¿No es acaso más fácil para el Estado construir una nueva Legua? (como si esto en realidad fuera posible). Decir que la violencia de un barrio se debe a su diseño urbano es un diagnóstico cómodo que sólo da cuenta de la miopía del Estado, el cual no es capaz de descifrar los fenómenos que explican la violencia de un barrio como la Legua ya sea porque quienes toman las decisiones están muy lejos de la realidad social de los leguinos, o bien porque, los agentes estatales que entran al barrio están tan protegidos con cascos, chalecos antibalas y metralletas, que no se dan cuenta de que ellos mismos son parte del problema.
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"Hic svnt dracones: las manchas excluidas de la comunidad"
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Lo que hacen estas políticas es declarar que estos espacios están geográficamente excluidos de la comunidad política y sus habitantes, y al ser designados como ocupantes de lugares que requieren ser intervenidos, difícilmente pueden ser considerados como parte de una idea común de ciudadanía.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Pascual Cortés, Abogado de la Universidad de Chile. Miembro del Comité de Defensa y Promoción de Derechos Humanos de la Población La Legua.
Martín Montes, Licenciado en Ciencias Sociales, Sociólogo y estudiante del Magíster en Desarrollo Urbano PUC. Tesista del proyecto FONDECYT de investigación “Marginalidad Urbana y Efectos Institucionales]
Resumen: Esta reflexión discute sobre los efectos simbólicos que tienen las intervenciones que han tenido los programas de seguridad que se han implementado en los denominados “barrios críticos” en Chile durante los últimos años. Para ello se toma como ejemplo el caso de la Legua (San Joaquín), el cual da cuenta de que la falta de planificación y la carencia de evaluaciones que tienen éstos programas finalmente terminan colaborando con la estigmatización del barrio, más que mejorando las condiciones de vida de sus habitantes. Se plantea, en definitiva, que este fenómeno perpetúa y agrava la exclusión de ciertos espacios geográficos de cualquier proyecto de construcción de una comunidad de ciudadanos.
Palabras claves: Políticas públicas, estigmatización, barrios críticos.
HIC SVNT DRACONES (‘aquí hay dragones’) es una frase que se utilizaba en la edad media para referirse a territorios inexplorados o peligrosos, los cuales eran identificados en la cartografía de la época para ser evitados o para tomar los resguardos necesarios en caso de pasar por allí. Estos sectores eran representados en los mapas a través de serpientes marinas u otras criaturas mitológicas amenazantes.
Im1. Carta Marina Olaus Magnus (1539) / Fuente: www.vozpopuli.com
Casi 500 años después, en Chile (y probablemente en otros países también), diversas instituciones han determinado que ciertos sectores específicos de la ciudad son lo suficientemente peligrosos o amenazantes como para ser evitados o tratados de manera “especial”. Si bien ya no se habla de dragones, aún existen las llamadas “zonas rojas”, las cuales están muy bien identificados en las hojas de ruta de varias empresas de servicios. En estos lugares no hay cobertura de telefonía e internet, no se reparten despachos, los técnicos de reparación de servicios de agua y luz no llegan, los taxis o colectivos no entran, entre otros. Esta situación se vuelve aún más compleja cuando incluso los servicios públicos brillan por su ausencia. Según un estudio realizado por el Centro de Investigación e Información Periodística (CIPER) en estos sectores “ni las policías ni las ambulancias ni los bomberos responden a sus llamados” (CIPER, 2009). Dicho estudio identificó que esta situación se da, con mayor o menor medida, en al menos 80 poblaciones de Santiago, lo que significa que más de 650 mil personas viven en sectores en donde los servicios básicos le son negados. De este modo, la segregación ya existente que se da por la falta de equipamiento urbano, se ve reforzada a través de una negación (y exclusión) por parte de los prestadores de servicios.
Frente a esta situación, el Estado ha decidido intervenir implementando programas “especiales”, los cuales se focalizan exclusivamente en los denominados “barrios críticos”. Estos programas consisten en intervenciones diseñadas por el gobierno central, por lo general enfocados en el tema de seguridad durante un período de tiempo definido (por lo general entre 2 y 4 años), y con una inversión aproximada de $100 millones de pesos anuales por barrio. ¿Cuáles han sido los criterios para seleccionar dichos barrios? Para el caso del programa Barrio Seguro del Ministerio del Interior el cual intervino doce poblaciones, esto es un misterio ya que los criterios de selección no eran públicos, sin embargo se cree que se consideró “la visibilidad y presencia en los medios de los lugares intervenidos, que precisamente los convertía en emblemáticos” (Frühling y Gallardo, 2012, p. 161). Programas más recientes como el Barrio en Paz, toman en cuenta estadísticas delictuales y de vulnerabilidad social, seleccionando así aquellos casos “más críticos” (Frühling y Gallardo, 2012).
Pero, ¿qué efecto tiene el hecho de que en nuestro mapa haya ciertos lugares señalados como “críticos”? ¿Es inocuo que se diga públicamente que dichos lugares deben ser objeto de “intervenciones” estatales?
La tendencia a mostrar ciertos espacios como lugares “críticos” tiene un potente efecto simbólico. Lo que hacen estas políticas es declarar que estos espacios están geográficamente excluidos de la comunidad política y sus habitantes, y al ser designados como ocupantes de lugares que requieren ser intervenidos, difícilmente pueden ser considerados como parte de una idea común de ciudadanía. El etiquetamiento de espacios como barrios críticos no hace más que perpetuar el histórico patrón de exclusión de estos lugares, reforzando en el resto del territorio (las zonas “pacificadas”, allí donde no hay dragones) la construcción de un “otro” que habita sectores desconocidos y peligrosos y que puede incluso constituirse como una amenaza.
Este efecto se radicaliza cuando se considera que muchas veces, a la vez que se designa un espacio como “barrio crítico” las políticas desplegadas no pasan de ser un ejercicio retórico. Así, respecto de lugares que han vivido históricamente el abandono del Estado, siendo excluidos sistemáticamente del acceso a los bienes y servicios de la vida urbana, recae además un etiquetamiento estigmatizador carente de sustancia.
Efectivamente, existe una tendencia a crear programas o planes de seguridad o recuperación de barrios que no se traducen en una política concreta, carecen de responsables directos y no son debidamente evaluados. De esto da cuenta, por ejemplo, el hecho de que en su oportunidad, Patricio Rosende, Subsecretario del Interior durante el primer gobierno de la actual presidenta, dijera que no sabía si se podía hacer una evaluación de los efectos del programa Barrio Seguro (CIPER, 2009). Asimismo, respecto a la intervención en La Legua en Santiago, uno de los planes más emblemáticos, se ha develado que en realidad no existe planificación alguna (Álvarez, et al., 2009). Según dijo el Ministerio del Interior en 2009 ante el Consejo para la Transparencia, lo de “plan” no es más que “un nombre de fantasía” (Amparo C39-2010). Sobre el mismo plan, en el año 2013 se dijo que éste era una mera coordinación interministerial, sin presupuesto asignado y sin que sea posible técnicamente contar con una evaluación (Oficio 1889 de la Subsecretaría de Prevención del Delito). Tanto el Ministerio del Interior y Carabineros de Chile han negado la existencia de un plan de intervención (Corte de Apelaciones de San Miguel, Amparo Rol 217-2014) y recientemente el Subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, reconoció que en realidad, hasta la fecha, a pesar de que van ya 15 años desde que se habla de una intervención en La Legua, no existe propiamente un plan (Comité DD.HH. La Legua, 2016). Por su parte, un reciente estudio realizado por el INDH señala que la intervención policial de La Legua ha traído más violencia y estigmatización al barrio. Los datos muestran que cada año se realizan más allanamientos y las infracciones por la ley de drogas casi se han triplicado entre 2008 y 2015. Según constata un reportaje de La Tercera, los vecinos dicen que si bien “los narcos han ido siendo arrestados, hoy hay más balaceras que nunca”. A pesar de todo esto, el actual Intendente Orrego ha dicho que la experiencia del “plan” de La Legua pretende ser utilizada en otros sectores tales como las poblaciones Parinacota (Quilicura) y El Castillo (La Pintana).
El Chile de hoy está atravesado por múltiples formas de desigualdad y segregación. Pero una particularmente grosera es aquella de la que intentamos dar cuenta: aquella que queda literalmente estampada en el mapa. Y las consecuencias ya las anticipábamos. Contar con un mapa donde se designan ciertos espacios como zonas “rojas” o “críticas”, implica una doble exclusión de estos lugares y sus habitantes de la comunidad política. En un primer sentido, porque son lugares que no han sido parte de un verdadero acceso a servicios básicos, donde derechos sociales como la educación, la vivienda, la salud, entendidos como esferas donde los ciudadanos se encuentran en su igualdad, no significan absolutamente nada. En un segundo sentido, porque, junto con lo anterior, se les señala y estigmatiza, como destinatarios de políticas para su rescate o recuperación, pero que muchas veces no pasan de ser un mero juego de palabras, acercándose más a una estrategia política que busca mostrar que existe una preocupación por los sectores que hasta entonces han sido abandonados, más que un plan efectivo capaz de mejorar la calidad de vida de los habitantes de dichos sectores. De este modo, la posibilidad de construir una comunidad política, donde los ciudadanos se reconocen unos a otros como iguales, encuentra entonces explícitas fronteras internas, ya que aparecen manchas en el mapa donde a veces es el mismo Estado el que se permite decirle al resto que ahí viven los dragones.
Referencias bibliográficas:
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"Territorios migrantes: Fronteras socioespaciales"
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La llegada reciente de diversos colectivos de inmigrante, proveniente principalmente de países latinoamericanos, se ha hecho evidente a través de un proceso de diferenciación en la estructura social y territorial de las comunidades chilenas, expresado en los modelos de integración y convivencia, en la vida cotidiana en los barrios de las comunas en donde se han asentado residencialmente.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Daisy Margarit S; Doctora en Sociología Universidad Autónoma de Barcelona. Académica Investigadora Núcleo de Investigación en Migraciones – NIM- Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Central de Chile]
Resumen: La llegada reciente de diversos colectivos de inmigrante, proveniente principalmente de países latinoamericanos, se ha hecho evidente a través de un proceso de diferenciación en la estructura social y territorial de las comunidades chilenas, expresado en los modelos de integración y convivencia, en la vida cotidiana en los barrios de las comunas en donde se han asentado residencialmente. Asi dieron cuenta los estudios de caracterización de la población migrante que se llevaron cabo en el 2015 en las provincias de Magallanes, Cachapoal, y en la comuna de Quilicura[1], estudios que permitieron dar cuenta, en primer lugar de una aproximación a las condiciones de vida de la población inmigrante mediante una caracterización del fenómeno migratorio a través de una descripción del perfil sociodemográfico del inmigrante, la trayectoria migratoria, el papel de las redes en este proceso; como también los nudos críticos de la oferta pública mediante una descripción de los obstáculos administrativos, y la relación con la institucionalidad .En segundo lugar, se observó que las tendencias de localización de la población inmigrante, tienen una incidencia en los territorios, que a través de las prácticas cotidianas se dibujan fronteras territoriales que en algunos casos permiten identificar las zonas en las que residen ciertos colectivos de inmigrantes de acuerdo a su procedencia.
Palabras claves: Migración, territorio, integración, fronteras
- La inmigración en Chile
La inmigración extranjera que ha llegado a Chile en este último período se ha caracterizado principalmente por provenir de países latinoamericanos, por su gran heterogeneidad étnica, perteneciente a un rango etario activo en términos laborales y por ser eminentemente femenina. Además, llama la atención el gran dinamismo en este fenómeno migratorio de este siglo, representado principalmente en un crecimiento sostenido (Margarit y Bijit, 2014).
Según el Censo del 2002 (Martínez, 2003), en Chile viven 185.000 personas nacidas en el extranjero. De esta cifra, el 68% corresponde a inmigrantes sudamericanos, siendo la principal colonia la procedente de Argentina (26%), después la peruana (21%), la boliviana (6%), la ecuatoriana (5%) y la colombiana (2%). En menor número tenemos a venezolanos, brasileños, uruguayos y paraguayos. Del resto del mundo están presentes europeos (17%), norte americanos (6%) y asiáticos (4,2%), y en cifras muy pequeñas encontramos a personas provenientes de África y Oceanía. Estudios más recientes, nos confirman que este fenómeno ha ido en aumento, como lo señalan las cifras aportadas por el estudio realizado por Rojas y Silva (2016) a partir de los datos del Departamento de Extranjería y Migración, que dan cuenta que en el año 2014 se estimó cerca de 411.000 migrantes permanentes residiendo en Chile, lo que correspondería al 2,3% de la población nacional. De igual forma, los autores constatan que las comunidades con mayor presencia en el país, provienen de países latinoamericanos, como era la tendencia que daba cuenta el CENSO 2002.
Al analizar la distribución regional (DEM, 2009), el 64,8% se concentra en la Región Metropolitana y en las dos primeras regiones del norte del país, Tarapacá (5,81%) y Antofagasta (5,96%). La concentración en las ciudades podría explicarse en la oferta de empleo, la cual se complementa además con una serie de atractivos, como es el acceso a mejores equipamientos relativos a la escolarización y salud pública (Vinuesa, 1991).
Por otra parte, los datos de la CASEN 2013 nos indica que los colectivos con mayor presencia en Chile son los colectivos provenientes de Perú, Argentina, Colombia, Bolivia, Ecuador, y que la distribución regional de los migrantes según nacionalidad es para el caso de los peruanos, estos se concentran en la RM (78%), en Tarapacá (6%) y en Antofagasta (6%); mientras que los de origen argentino se concentran en la RM (48%), en la Araucanía (7%) y en Valparaíso (18%); y en el caso de los colombianos, estos se concentran en la RM (64%) y en Antofagasta (14%). Los bolivianos se concentran en las regiones de Antofagasta (32%), Tarapacá (28%), RM (18%) y Arica (15%), para el caso del colectivo ecuatoriano, las regiones en que se que concentran son RM (81,7%), en Valparaíso (4,9%) y Antofagasta (4,1%). Por último, la población de origen dominicana, si bien no está dentro de los colectivos con mayor presencia en Chile, llama la atención su rápido crecimiento y la distribución regional, por cuanto observamos que se concentran en la RM (80%), y en la región de Magallanes (10%) y en Araucanía (8.0%).
Cabe señalar que la distribución territorial de los flujos de la inmigración extranjera en el contexto nacional, permite definir tendencias de localización de los colectivos de inmigrantes a una escala local, así como también identificar a futuro cuales son los principales factores explicativos de esa distribución y su incidencia en el territorio. Esta revisión permite adentrarnos en el análisis del impacto que conlleva la llegada de los migrantes en el país de destino, lo que repercute en cambios culturales significativos y crea nuevas visiones de la ciudadanía, de su relación con la territorialidad representada en el espacio local/barrial y su impacto en la calidad de vida de quienes las componen (Margarit y Bijit, 2014).
- El desafío de la integración en territorios con alta concentración de colectivos migrantes
La inmigración es consustancial a la ciudad, y ha sido una característica permanente de las ciudades desde el comienzo de la historia como señala Capel (1997), particularidad que se representa al observar las tendencias de localización residencial de los flujos migratorios en Chile.
El asentamiento de los migrantes en las ciudades, se caracteriza por concentrarse en ciertos barrios y zonas, dentro de las comunas con mayor residencia inmigrante, a colectivos que comparten una homogeneidad respecto del país de origen, expresada en prácticas cotidianas de convivencia, en relaciones sociales, usos del espacio habitado y público adyacente a la vivienda, gustos gastronómicos similares, entre otros. Todo ello ha conducido a un cierto mosaico urbano de mundos sociales (Hannerz, 1993) que tienen como consecuencia la demarcación de los espacios urbanos surgiendo fronteras que delimitan modos de vida, que en su relación con la población nativa puede producir fricción.
Lo interesante de lo anterior es que, en aquellos territorios con alta concentración de población inmigrante residente, se observan cómo los vecinos nativos manifiestan que el sentido de lugar, se ha perdido, alimentando el mito de la “invasión”, entendiendo que el sentido de lugar, está determinado por la estrecha relación entre el individuo y el medio, reflejada en la percepción colectiva del entorno y en el comportamiento de los ciudadanos incorporando elementos simbólicos que dan cuenta del vínculo de la persona con el lugar en donde se vive, variando en el espacio y en el tiempo y modificándose de unas personas a otras. (Zarate , 2003).
De este modo, diferentes estudios muestran como se van dibujando fronteras invisibles o líneas de división, en la relación cotidiana entre los nuevos y antiguos residentes de los barrios, estableciéndose zonas de tránsito con muy poco contacto entre colectivos y vecinos nativos, como por ejemplo una zona de comercio inmigrante de rubro botillerías, establecimientos de telefonía e internet (centrales de llamadas o envió de dinero, y parques de uso intensivo por parte de los colectivos inmigrantes; mientras que otras zonas propician espacios de encuentro en los que la integración se manifiesta como parte de la interacción cotidiana, como por ejemplo almacenes de abarrotes, ferias libres, etc (Monet, 2005; Aramburu, 2006; Margarit y Bijit, 2014).
Estos espacios de convivencia son instancias como señala Thayer (2007, en Thayer 2014), en que la presencia de los migrantes, se iguala a la de la población nativa y se genera una relación de competencia por la apropiación o trasformación de estos lugares.
Es en estos espacios en donde se tensionan las discusiones teóricas respecto de la integración, socio territorial, en la cual dimensión cultural y la identidad colectiva, estarían presente, teniendo como función cohesionar a la sociedad, generando un sentimiento de pertenencia, en donde los grupos se reconocen a sí mismos y son reconocidos por los demás como parte de una misma comunidad (Blanco, 1993).
Aparece de esta forma, el tema de la identidad y la cultura en relación a la integración de la población inmigrante. Delgado (1998) propone pensar la integración sociocultural no como la meta de un proceso, sino como un proceso en sí mismo donde las identidades negocian constantemente las relaciones que mantienen entre ellas, relaciones que desde la perspectiva del autor, esconden intereses de clase. Por lo tanto, el conflicto emerge por la lucha de intereses y no por el choque cultural. Siguiendo al autor, resulta interesante la distinción que desarrolla entre diferencia (referida a lo cultural) y desigualdad (referida a lo estructural), concibiendo a la integración como el derecho a la diferencia y el derecho a la igualdad. La primera hace alusión a la posibilidad de que cualquier grupo social y cultural tiene derecho a diferenciarse, al tiempo que acepta elementos mínimos de convivencia compartida, mientras que la segunda guarda relación con la garantía de la igualdad de derechos y acceso a todas las instituciones políticas de la sociedad de recepción.
En consecuencia, desde esta perspectiva, la integración sociocultural no tiene por qué ser entendida como el abandono de la identidad propia y la adquisición de los hábitos e identidad cultural y nacional de la sociedad de acogida (Schermerhorn, 1970). Al mismo tiempo, la integración sociocultural no significa necesariamente la superación de los conflictos, sino la constante negociación de las identidades y o relaciones entre grupos subordinados y dominantes, siendo las situaciones de integración aquellas en las que los actores involucrados se ponen de acuerdo como objetivos del proceso, elementos indispensables si buscamos generar comunidades más inclusivas en las que prime el respeto por la diferencia.
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Notas:
[1] Los Catastros de población migrante estuvieron a cargo del Núcleo de Investigación en Migraciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central. El estudio del catastro de la provincia de Magallanes lo coordinó el Académico Dr Walter Imilan, mientras que el catastro de la provincia de Cachapoal la Académica Dra. Daisy Margarit. En ambos estudios el equipo de trabajo estuvo conformado por Dr. Eduardo Thayer, los Antropólogos Eduardo Osterling, y Consuelo González, las sociólogas Karina Bijit y Florencia Grau, y en el caso de Cachapoal la Trabajadora Social Xenia Fuster. Por su parte el equipo del catastro de Quilicura, estuvo coordinado por la Antropóloga, Paulina Aldana de OIM Chile, y lo conformaron las académicas de la Universidad Católica, Fabiola Cortez-Monroy, de la Universidad de Chile, Antonieta Urquieta y Caterine Galaz, de la Universidad Central, Daisy Margarit y de la Universidad de Santiago Carolina Jorquera, y el investigador del Centro de estudios socioculturales (CESC), Raúl Zarzuri.
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"¿Sin fronteras?: Una aproximación crítica al Santiago cinematográfico de uno que ha sido marino"
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¿Quiénes hablan por y sobre la ciudad?, ¿quiénes son más influyentes a la hora de proyectarla, pero también de representarla? Hasta el ascenso de las profesiones universitarias, políticos, militares, jueces, rentistas, comerciantes, constructores e industriales monopolizaron la narración comprensiva de lo que ya se fraseaba como progreso urbano.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por Gonzalo Cáceres y Juliana Carvalho]
Im1. Nota de prensa acerca de la película “Uno que ha sido marino” de 1951, dirigida por José Bohr, Publicada originalmente por la Revista Ercilla, en Santiago, el 25 de Septiembre de 1951 / Fuente: CineChile: Enciclopédia del cine chileno (2016), disponible en: http://www.cinechile.cl/archivo-922
A modo de introducción
¿Quiénes hablan por y sobre la ciudad?, ¿quiénes son más influyentes a la hora de proyectarla, pero también de representarla? Hasta el ascenso de las profesiones universitarias, políticos, militares, jueces, rentistas, comerciantes, constructores e industriales monopolizaron la narración comprensiva de lo que ya se fraseaba como progreso urbano. Casi todos los influyentes eran tenedores de propiedad raíz y por esa vía ciudadanos exclusivos. En muchas ciudades latinoamericanas, en especial antes de la independencia de Brasil, propiedad y sufragio conjugaban.
Mientras las universidades públicas y privadas labraban distinción y reputación social, arquitectos, ingenieros, médicos y abogados extendieron sus intereses hasta abrazar el binomio ciudad-urbanización. Lo hicieron, en parte, porque sus preocupaciones disciplinares ya se habían depositado sobre la vivienda, el saneamiento, la edificación, el equipamiento, la salubridad, el transporte, la infraestructura, la locomoción, la propiedad y la herencia.
Cuando paisajistas y urbanistas, primero, y, más tarde, ingenieros de transporte y planificadores, se convirtieron en algo más que una excentricidad, la democratización de ayuntamientos y municipios había avanzado lo suficiente en Sudamérica. ¿Por qué sería importante recordarlo? Salvo excepciones, los tácitos o explícitos requisitos fundiarios para que los ciudadanos pudieran ser elegidos o seleccionados en puestos de decisión, habían sido derogados. La ampliación de derechos políticos eso sí, no había alcanzado completamente a las mujeres.
Cuando el derecho al sufragio femenino se convirtió en tópico de los magazines más adelantados, la influencia conquistada por toda clase de medios de comunicación, lubricó una coro de voces dedicadas a resignificar la vida cotidiana de la ciudad por dentro, pero también por fuera de la escena docta. En lo que a los escritores concierne, sus oportunidades de expresión se expandieron cuando aparecieron los primeros eventos conmemorativos impulsados por administraciones nacionales o ayuntamientos. La autocelebración elitista de la ciudad, facilitó que versos, óleos o himnos, pero también esculturas y edificios fueran diseñados para enaltecer un carácter, mucho más si los promotores de esas operaciones formaban la parte conspicua de sociedad capitalina. Pero, ¿todos los productores simbólicos estaban subordinados a las preferencias de sus mandantes?
Desde un punto de vista cuantitativo, el grueso de los relatos sobre la ciudad provenía y proviene de escritores. Novelistas, poetas, ensayistas y dramaturgos, desde hace más de un siglo, han descrito la ciudad a partir de sus formas construidas, pero siempre en diálogo con la sociedad que humaniza las materialidades fijas o móviles. Hacia 1941, año en que se celebró el cuarto centenario de la fundación española de Santiago de Chile, la mayor parte de los libros dedicados a comprenderla, fueron trabajos literarios y por décadas, los principales libros con imágenes evocativas de la ciudad, han sumado la participación de algún escritor de nota. Pero sus narraciones no siempre han sido obsecuentes aunque muchas parecen afectadas por ese sesgo. La crónica urbana, para mencionar una corriente con expresiones alternas a los poderes en circulación, registra declinaciones críticas con Lemebel, Contardo, Bisama, Merino o Brodsky como exponentes contemporáneos. La nómina estaría más amputada si nos ahorramos, ahora con una perspectiva temporal más amplia, a Subercaseaux, Guzmán, Rojas o Acevedo. Que varias de esas voces constituyentes fueras perspicaces observadores del trinomio nocturnidad-centro-pendencias, no es algo insignificante.
En ciudades como Santiago, el establecimiento de un circuito bohemio incrustado en el mundo popular y orillado contra uno de las extremidades del centro, fue alentado por las mejoras en la provisión de alumbrado eléctrico, las complejas interacciones con el ambulantismo y el fortalecimiento de diferentes rubros de actividad, entre ellos una incipiente industria periodística y radiofónica.
Las mejoras salariales experimentadas por otros “productores simbólicos”, permitieron que publicistas, fotógrafos, diseñadores, periodistas e ilustradores, intervinieran escaparates y mobiliarios, revistas y fachadas. En algunas calles, sus policromáticas portadas de semanarios y centellantes avisos comerciales, naturalizaron nuevas mercancías. El centro de Santiago, que Salazar califica de adocenado en la víspera del 02 de abril de 1957, acrisoló desde temprano nuevas sensaciones gracias a la combinación de viejas y nuevas imágenes, pero también antiguas y desconocidas sonoridades.
Con base en la ingeniería del consumo, la prensa escrita y radiada alfabetizó audiencias sin necesidad de interpelaciones inquietantes. Al menos en Chile, las tecnologías de la comunicación hicieron de la moderación regla de existencia. El cine no fue la excepción, muy en especial las producciones filmadas tras la introducción de la sonorización.
Por causa de su tradicionalismo, narrativo pero también estético, la crítica regularmente cuestionó la cinematografía prohijada en torno a la experiencia de Chile-Films. Las esquirlas alcanzaron además a la mayoría de las producciones tributarias del intento formal de industrialización. Hasta años todavía recientes, el reproche se ensañaba con todo lo que no fuera el “nuevo cine chileno” propulsado por autores tan diferentes como Ruíz, Littín, y, en menor medida, Francia.
Las evaluaciones retrospectivas en lo que a cine chileno concierne han mudado de centro de interés y remodulado algunas certezas. Diversas contribuciones, muy especialmente los libros de Cavallo y Díaz (2007), Cavallo, Douzet & Rodríguez (2007) y Cortínez y Engelbert (2011, 2014), han abierto interrogantes y rescatado autores. Sin llegar a ser su principal eje interpretativo, es evidente que las revisitaciones le han prestado mayor importancia al espacio. Pero, al menos para Santiago, la interpretación no ha sido llevada a sus últimas consecuencias (Muñoz y Burotto, 1998; Paz, 2006) Al respecto, ¿qué ocurriría si radicalizamos el “giro espacial” en el análisis cinematográfico hasta convertir las locaciones filmadas en protagonistas de la narración más que en mero “contexto”? Amplificando el punto: ¿qué tipo de evidencia podemos obtener si examinamos los registros fílmicos con un método que desestructura y re-estructura la narrativa a partir de un sesgo locacional?
¿Tan solo otra película estereotipada sobre Santiago?
Con anterioridad a Tres Tristes Tigres (Ruíz, 1968), la cinematografía ya había registrado decenas de edificios, parajes, lugares, sitios y calles de Santiago. Incluso si recortamos la muestra a films de ficción, la diversidad de ambientes, hábitats y situaciones capitalinas precede con mucho a Largo Viaje (Kaulen, 1968) o a Palomita Blanca (Ruíz, 1973-1992) por citadinas que ellas nos parezcan (de los Ríos, 2011). En rigor, hay películas completas, Un viaje a Santiago (Correa, 1960) por ejemplo, cuyos interiores y exteriores capitalinos fueron filmados en lugares “auténticos”. Sin ánimo erudito, la filtración de exteriores se advierte también en films confesionales El cuerpo y la sangre (Sánchez, 1962), pero también en relatos historicistas como el propuesto en Romance de medio siglo (Moglia, 1942) Ni para los autores tenidos por campestres y costumbristas, la ciudad es enteramente omitible. Por eso, en narraciones pastorales como Tonto Pillo (Bohr, 1948), Santiago y otras ciudades identificables comparecen.
Hasta ahora, el cine de José Bohr en lo que refiere a su prolífico capítulo chileno, ha carecido de un tratamiento riguroso. Su cinematografía, calificada de menor, predecible o superficial, está a la espera de ser escarmenada con la criticidad que se merece cualquier registro cultural. Pesa en su contra una búsqueda obsesiva por la comicidad, salpicada, en ocasiones, de diálogos abiertamente sexistas y hasta homofóbicos. Pero por mucho que su levedad narrativa se empecine en ahogar cualquier empeño interrogativo, Bohr construye una visión completa del binomio ciudad-sociedad.
En su largo periplo cinematográfico, Bohr apeló con cierta regularidad a la ciudad. Generalmente la retrató con base a ambientaciones que reforzaron abordajes estereotipados. Vista inicialmente, Uno que ha sido marino (1951) pareciera confirmar el papel que Bohr le confirió a los “lugares comunes”. El film, recostado sobre las biografías de dos lustrabotas y una vendedora de diarios, por largos pasajes pareciera esforzarse en banalizar sus existencias.
La majadera locuacidad del más veterano de los lustrabotas contrasta con el comportamiento recatado del vendedor menos experimentado. Mientras el primero cultiva un modo expansivo impulsado por un verbo más incontinente que popular (Eugenio Retes), la urbanidad de su socio se mantiene siempre comedida (Arturo Gatica). La “canillita”, para efectos del film más veterana de lo usual (Hilda Sour), ejecuta un papel teatral similar al de su pretendiente lustrabotas. Empujada por el hambre, la vendedora de diarios, se convierte en sirvienta, aunque su futuro, regimentado por su nuevo mecenas del que también es amante, se filtra detrás de uno de sus dones: el canto.
Im2. Fotogramas de la película, alrededor del minuto / A la izquierda Maruja en el puente, vendiendo diarios, con el cerro San Cristobal al fondo. A la derecha nuevamente la protagonista, ahora acompañada de Silvano, al otro lado del puente, con Estación Mapocho al fondo / Fuente: http://www.cinechile.cl/pelicula-729
Que la narración transcurra en el barrio Mapocho no solo le confiere un sentido popular al film, también permite imaginar las fricciones que los trabajadores ambulantes sostienen diariamente en el espacio, pero también con los guardianes del orden público. Rótula de la ciudad, Mapocho y todo lo que ocurría en las inmediaciones de la plaza Venezuela, la Piscina Escolar, los puentes sobre el río y la Pérgola de las Flores, funciona como escenografía viva para las deambulaciones de los protagonistas. Que la inanición sofoque a la protagonista mientras Stranvinski suena en el fondo, nos habla de las iniquidades de la modernización cuando no hay combustible en el estómago.
En un segundo momento de la película, la circunscrita ameba inicial es expandida gracias a los nuevos trabajos que cada uno acomete. Como si fuera una trayectoria hacia la formalidad, los lustrabotas se convierten en pintores –más tarde serán basureros, luego barberos y finalmente empresarios-. Un engaño, la película es un canto a la astucia oportunista también fraseada como “viveza”, pavimenta su acceso a trabajo remunerado. Antes que la ficción supere los escarceos realistas que el film se encarga de ridiculizar a punta de chistes repetidos, el trío se desarma.
Im3. Afiche promocional de la película Uno que ha sido marino, que llama la atención para la “picardía chilena” / Fuente: Fuente: CineChile: Enciclopédia del cine chileno (2016), disponible en: http://www.cinechile.cl/pelicula-729
En lo que a la dupla masculina concierne, la oportunidad de transitar desde un oficio a otro –de lustrabotas a pintores-, resulta en un resonado fracaso. Bohr, que recurre a un gag chaplinesco para reconectar circunstancialmente al trío original, utiliza las habitaciones, pasillos y escaleras de un edificio moderno para evidenciar el contraste entre desorden y norma. La escena concluye cuando la dupla protagónica reaparece en las inmediaciones de la antigua municipalidad de Las Condes, casi el extremo oriente del Este pudiente del Santiago. En su plaza-atrio, uno de los lustrabotas escucha el canto afinado de su antigua pretendida –sorprendentemente proviene de un edificio de departamentos más que de una casa –. El melodrama se detiene cuando el más veterano de ambos descubre una oportunidad laboral en las hojas de un diario que lee con dificultad. Aunque el observador no tiene herramientas para entender cómo se produjo una interpolación capaz de permitir que Hermógenes y Silvano “aparecieran” en una plaza de Las Condes, lo cierto es que la historia, hasta este punto, es tan didáctica que recomienza esperanzadora cuando la iluminación diurna reemplaza los claroscuros nocturnos.
Im4. Fotogramas de la película, alrededor del minuto 28 y 37 respectivamente. A la izquierda en el trabajo de pintores y a la derecha Hermógenes en la plaza leyendo el diario / Fuente: http://www.cinechile.cl/pelicula-729
Tras ser bendecidos por el cañón del cerro Santa Lucía, los recién convertidos trabajadores municipales contornean el primer parque vertical de la ciudad en un carromato de reminiscencias campestres. Una canción salpicada de referencias florales, parece inmunizarlos del hedor que el vehículo exhala. Lo que parece otra secuencia ritual por estereotípica, tiene un desenlace sorprendente. Bohr filma un basural en las inmediaciones del río Mapocho con sonidos ferroviarios como fondo auditivo. El Puente La Máquina no está demasiado lejos ni tampoco la choza donde viven ambos recolectores de basura. La inminencia de una población callampa es una hipótesis creíble, mucho más para el espectador que visionó la película en 1951. En tan solo algunos minutos, el eje fronterizo Este-Oeste que organiza Santiago en beneficio de la elite, comparece en toda su linealidad.
Im5. Fotogramas de la película, alrededor del minuto 42 y 49 respectivamente. A la izquierda en el centro de la ciudad y a la derecha en el basural en las inmediaciones del río Mapocho, donde se puede ver la cordillera al fondo / Fuente: http://www.cinechile.cl/pelicula-729
Convertidos en millonarios gracias al azar, el éxito económico de ambos reverbera en empresas de toda índole. Que un par de ellas estén relacionadas con el transporte y la construcción, es muy sintomático de la centralidad que las actividades constructivas basadas en la tierra urbana dimanan. Santiago es una fiesta para quien tiene el dinero para disfrutarla y las películas de evasión son el medio eficaz para alcanzar lo que la realidad se resiste en conceder con semejante facilidad.
Final
La comedia de situaciones que Bohr filmó en 1951 ayuda a entender la configuración de Santiago más allá de las exageraciones que toda pieza cómica parece cultivar. Filmada cuando una fracción del centro de Santiago experimentaba una intensa valorización, la película tiene la sensibilidad para captar la verticalización residencial de una porción de la elite en las adyacencias al parque Forestal.
A contracorriente de lo que suele suponerse, las tendencias a la autosegregación conspicua aparecen sumamente matizadas en Uno que ha sido marino. En el film, organizado en torno a la figura de Verdejo, el centro dimana una energía y porosidad suficiente como para acoger funcionalmente a todas las clases sociales sin que ello imposibilite la existencia de enclaves abrazados a sus contornos. En rigor, es una tendencia que Largo Viaje (Kaulen, 1968) convierte en una especie de Canto del Cisne.
Sin perjuicio de los cambios que Santiago experimentaría a posteriori, que la película documente la heterogeneidad tipológica que sectores del barrio alto exhibían por fuera del proyecto suburbanizador –el contraste con El gran circo Chamorro (Bohr, 1955) es claro- acrecienta su atractivo. En una dirección inversa, pero no menos estimulante, es uno de los primeros films sino el primero, que ensaya una aproximación a la vivienda irregular distinta del conventillo o de la tugurización, filmada en la misma zona donde, precisamente, se habían reproducido ese tipo de urbanizaciones.
Sin ser una película de frontera, Uno que siempre ha sido marino, moviliza, quizás inadvertidamente, una mirada sobre algunas de las transiciones urbanas que Santiago venía experimentando cuando el centro de la ciudad todavía disponía de inequívocos mecanismos cohesionadores. Justo el momento, más allá de cualquier polémica académica posterior, donde la discusión sobre la segregación era casi completamente inexistente.
Referencias bibliográficas
Cavallo, A & C. Díaz (2007). Explotados y benditos: mito y desmitificación del cine chileno de los 60. Santiago: Uqbar.
Cavallo, A., P. Douzet & C. Rodríguez (2007). Huérfanos y perdidos: relectura del cine chileno de la transición. 1990-1999. Santiago: Uqbar.
Cortínez, V & M. Engelbert (2011). La tristeza de los tigres y los misterios de Raúl Ruiz. Santiago: Cuarto Propio.
Cortínez, V & M. Engelbert (2014). Evolución en libertad: el cine chileno de fines de los sesenta. Santiago: Cuarto Propio, 2 tomos.
De los Ríos, V. (2013). “Ciudades robadas y ojo mecánico: Ruiz, Lihn, Agüero”. En Sepúlveda, M. Chile urbano. La ciudad en la literatura y el cine. Santiago: CELICH.
Muñoz, E. & D. Burotto (1998). Filmografía del cine chileno. 1910-1997. Santiago autoedición.
Paz, S. (2006). Santiago bizarro. Lo más extraño, oscuro y absurdo de la capital. Santiago: El Mercurio-Aguilar.
"Valparaíso más allá de sus fronteras urbanas: movilidad peatonal y apropiación a escala humana"
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La movilidad es un término que permite traspasar en los análisis las fronteras urbanas y territoriales. A continuación exponemos el caso de la ciudad de Valparaíso, que a través de la movilidad peatonal, permite reconocer la distintiva morfología de esta ciudad. Elementos peatonales que se transforman en hitos urbanos, soportes de un orden espacial y de particulares formas de sociabilidad.
Revista Planeo Nº 29 Fronteras urbanas y territoriales, Septiembre 2016.
[Por María Elisa Donoso Araya; Arquitecto PUCV, Magister en Arquitectura y Diseño, mención Ciudad y Territorio (PUCV)
Adriana Marín Toro; Socióloga, Magister en Desarrollo Urbano (UC)
María Paz Urrutia Silva; Arquitecto PUCV, Universitá degli Studi di Roma Tre, Italia]
Resumen: La movilidad es un término que permite traspasar en los análisis las fronteras urbanas y territoriales. A continuación exponemos el caso de la ciudad de Valparaíso, que a través de la movilidad peatonal, permite reconocer la distintiva morfología de esta ciudad. Elementos peatonales que se transforman en hitos urbanos, soportes de un orden espacial y de particulares formas de sociabilidad.
Palabras claves: movilidad peatonal, hitos urbanos, Valparaíso.
La movilidad es un término que permite traspasar en los análisis espaciales los límites de fronteras urbanas y territoriales; pues en los movimientos que las personas realizan cada día por distintos espacios de la ciudad, van integrando lugares, actividades y relaciones sociales (Jirón y Mansilla, 2014), que no responden necesariamente a fronteras administrativas, políticas o geográficas. Ante una dimensión multiescalar de la movilidad, en esta ocasión haremos referencia a la movilidad de menor escala, la del recorrido a pie, como aquella capaz de dar forma al espacio urbano.
Consideramos que la experiencia del peatón, en particular su movilidad, se transforma en una capacidad generativa del espacio urbano, es un conocimiento práctico como lo entiende Bourdieu (2005), es decir, un orden que viene de lo cotidiano y que se valida en la interacción social. En Valparaíso, la movilidad peatonal transgrede límites morfológicos y es “un estilo de aprehensión táctil y de apropiación cinética […] sistemas reales cuya existencia hace efectivamente la ciudad” (De Certeau, 1996, p.109).
Es así, que esta capacidad de originar un orden espacial traspasa una configuración racional y otorga formas a la existencia social, estructuras que vienen de dinámicas históricas-culturales, y que vinculadas a su propio contexto orientan esquemas de percepción y valoración socio-territorial. La movilidad peatonal revela huellas y pistas sobre los modos de habitar en el pasado que perduran hasta el día de hoy; atravesar un espacio caminable, es rememorar el origen del individuo que busca comprender el lugar que habita en relación con su entorno.
Este tipo de movilidad queda reflejado en elementos peatonales, los que quedan inscritos como obras de arquitectura en la ciudad, y su importancia radica en cómo los modos de habitar y el paisaje urbano otorgan una imagen de ciudad (Lynch, 2015), esto es, un valor social de identidad y arraigo.
En este contexto, se trata de un hito urbano que le es propio al habitante, en donde existe una relación mutua, entre lo social y el objeto. Tiene la particularidad de que además de ser referencial, es apropiado por quien lo habita. Consecuentemente, en una ciudad que se conforma a partir de la pendiente, el hito urbano goza de cierta singularidad social, espacial y cultural, que lo convierte en una imagen de identificación que construye una idea fuerza de pertenencia espacial en quien lo habita, cuestión que difiere de otras ciudades de topografía regular.
Im1. Reconocimiento de un elemento peatonal estructurante en el Cerro Merced, Valparaíso Fuente: Maria Elisa Donoso, 2014
La imagen corresponde a una escalera del Cerro Merced, afectado por el mega incendio de abril del año 2014. Es un ejemplo que revela aquello que queda después la catástrofe: la infraestructura peatonal. Se perfila como un trazado estructurante de la ciudad, pues permite develar los elementos fundantes de la permanencia de habitar la pendiente.
Antes que una planificación o diseño urbano, es la movilidad peatonal la que se transformó en una estrategia para habitar Valparaíso, marcó señales, otorgó límites y generó hitos. El cuerpo del que habita guarda relación con el tiempo, y en Valparaíso es un tiempo caminable (Sabatini, Forno, Mora y Bustos, 2013). En ese sentido se trata de un trazado que proviene del hábito, capaz de dar forma a hitos urbanos, donde la geografía impone maneras propias de ser habitada.
Las quebradas como primer elemento constitutivo de la pendiente de Valparaíso, corresponden a un medio natural que queda inserto dentro de la trama urbana, podríamos decir a modo de parque, pero que al mismo tiempo son un soporte de la unidad habitacional.
Im2. Quebradas de Valparaíso / Fuente: Maria Elisa Donoso, 2014
Plano general de Valparaíso y sus quebradas, que contrasta en blanco los accidentes topográficos que presenta la ciudad. Se observa cómo las quebradas se insertan y se confunden dentro del tejido urbano, son límites naturales que se sobreponen a la especialidad urbana.
En este contexto, los elementos de movilidad peatonal de los que hablamos son costuras urbanas, que permiten convivir con la pendiente y de esta manera habitar la particular morfología de Valparaíso, transformando el aspecto negativo de estar en la ausencia de un suelo horizontal, en una virtud identitaria de esta ciudad, que es la relación constante con el paisaje (Pino, 2014).
El cuerpo se convierte en el protagonista del orden urbano, como elemento clave para entender la forma de la ciudad y su organización. La distancia entre un lugar y otro es algo que se puede contar, en el caso de las escaleras, sabemos cuántos peldaños nos separan de un lugar a otro, es una medida otorgada por el cuerpo, y que se ha quedado inserta dentro de la trama urbana. En particular estos elementos peatonales, cumplen la función de un lugar de tránsito que además de conectar, permiten la detención y el emplazamiento de las personas, y al mismo tiempo se trata de un mirador innato, cotidiano, distribuidor y articulador de las distintas viviendas contiguas.
En los cerros de Valparaíso también se reflejan cómo estos elementos dan cuenta de una voluntad de hacer accesible el territorio para romper fronteras urbanas y territoriales.
Im3. Elementos peatonales identificados en Valparaíso / Fuente: Maria Elisa Donoso, 2015
En línea continua se destaca el área de influencia de la Conservación Histórica según el Plan Regulador de Valparaíso, y los tramos destacados corresponden a paseos y escaleras de movilidad peatonal identificados. Se clasifican en los siguientes elementos peatonales: escaleras, en pendiente, horizontales y mixtos.
Los elementos peatonales que son habituales al individuo: las quebradas, senderos, pasajes, miradores, esquinas, plazas, todos ellos serían hitos urbanos en Valparaíso. Son signos que enriquecen la vida social, proporcionando un sentido de comunicación entre comunidad y paisaje; pero su importancia, no radica necesariamente en un tamaño monumental (Lynch, 2015), sino por el sentido de identidad y permanencia que generan. En el caso de Valparaíso podríamos decir que son creadores de memoria espacial y social del lugar que se habita, particularmente en contextos que tienden a desaparecer frente a desastres naturales o descuidos humanos e institucionales; estos elementos peatonales permanecen fijos por un largo tiempo y otorgan un paisaje urbano permanente, frente a los límites de una ciudad que son variables y efímeros (Puentes, 2013).
La movilidad cotidiana del que habita en Valparaíso aprovecha estos elementos peatonales como puertas intrínsecas de sociabilidad, que en general pasan desapercibidos, pero que al reconocerlos permiten acceder a la intimidad de las formas de habitar y del trazado. Adentrarse en los hitos urbanos de Valparaíso es ingresar en el interior de la ciudad. En este sentido, es la escala humana la que revela y manifiesta un orden a quien observa y recorre, más allá de una ciudad que a primera vista parece tener una organización espontánea.
Todos los planteamientos e ideas recientes sobre los nuevos desafíos para la movilidad en las ciudades del siglo XXI apuntan tanto en Europa como en América Latina a la revalorización de la movilidad peatonal como clave del desarrollo urbano (Gehl, 2010), en tensión frente a una sociedad acelerada cuyos desplazamientos rápidos se vuelven cada vez más relevantes. Por lo tanto, el reconocimiento de los elementos peatonales como espacios urbanos-arquitectónicos y de transición, cobran sentido en las actuales ciudades, ya que son elementos que contribuyen al diseño de dispositivos de transportes que contienen, definen y permiten el habitar cotidiano.
Referencias:
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Bourdieu, Piere. (2005). Una invitación a la sociología reflexiva. 1a ed. – Buenos Aires: Siglo XXI Editores. Argentina.
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De Certeau, Michel. (1996). La invención de lo cotidiano 1. Artes de hacer. Ed. Serie el Oficio de la Historia. Editoral Universidad Iberoamericana. Instituto tecnológico y de estudios superiores de occidente.
-
Gehl, Jan. (2010). Cities are for people. Washington: Island Press.
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Jirón, Paola, & Mansilla, Pablo. (2014). “Las consecuencias del urbanismo fragmentador en la vida cotidiana de habitantes de la ciudad de Santiago de Chile”. EURE (Santiago), 40 (121), 5-28. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612014000300001
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Lynch, Kevin. (2015). La imagen de la ciudad. Barcelona: Editorial GG.
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Pino, Andrea. (2014). Quebradas de Valparaíso: memoria social autoconstruida. Santiago de Chile: Gráficas LOM.
-
Puentes, Mauricio. (2013). La observación arquitectónica en Valparaíso, su periferia efímera. Valparaíso: Ediciones Universitarias.
-
Sabatini, Francisco; Forno, Stefanía.; Mora, Pía; Bustos, Marco. “Valparaíso: cerros de gente, cultura de diversidad”. (2013). En Sabatini, Francisco, ed.; Wormald, Guillermo, ed.; Rasse, Alejandra, ed. y Trebilcock, María Paz, ed. Cultura de cohesión e integración social en las ciudades chilenas. Santiago de Chile: Colección Estudios Urbanos UC, pp. 174-204
"Paisajes culturales indígenas y cambio climático en la gestión territorial de Australia: Desafíos y oportunidades"
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Revista Planeo Nº28, Territorios Indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Andrea Ortega Esquivel; Estudiante de Doctorado Universidad de Melbourne, Australia]
Recibido: 24.05.2016 / Publicado: 13.10.2016
Resumen
Desde la invasión británica de Australia, los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres comenzaron a ser oprimidos en un mundo desnaturalizado de su existencia. Este hecho es considerado un lastre en la historia australiana y los últimos gobiernos han estimado diversas maneras para enmendar las pérdidas cometidas. Paralelamente al reconocimiento de sus aborígenes en la institucionalidad, el concepto de ‘paisaje cultural asociativo’ ha sido fundamental para reconocer la presencia indígena y sus vínculos territoriales. Este concepto se posiciona en contraste con la hostilidad y ausencia cultural que representaba el desierto, idea políticamente radical que desafía el antiguo dominio colonial. Por otro lado, el cambio climático, reto más significativo que enfrentan las culturas en el futuro predecible, impone proponer enfoques creativos para la conservación de los pasajes culturales. En este contexto, se han desarrollado modos de ‘conservación basada en la comunidad’, cambio de paradigma en la conservación ecológica que promueve la inclusión de los humanos con un enfoque participativo. Los ‘Programas Indígenas de Gestión del Suelo’ en Australia consideran este enfoque y las comunidades de todo el país poseen acceso a financiamiento de proyectos integrados para la conservación de la biodiversidad, desarrollo cultural y gestión de riesgos asociadas al cambio climático.
Palabras clave: indígenas, paisaje cultural, gestión territorial, cambio climático, Australia
Abstract
Since the British invasion of Australia, the Aboriginal and Torres Islanders began to be oppressed into a world unnatural to their existence. This fact is considered a burden on Australian history and recent governments have make efforts in various ways to amend the losses. In parallel to the institutional recognition of Aboriginal people, the concept of ‘associative cultural landscape’ has been fundamental to recognize indigenous presence and its territorial links. This concept is positioned in contrast to the hostility and cultural absence that represented the desert, politically radical idea that challenges the old colonial dominance. On the other hand, climate change, the most significant challenge facing cultures in the foreseeable future, imposes to propose creative approaches for the conservation of cultural landscapes. In this context, it have been developing a ‘community- based conservation’ approach, shift in the paradigm of ecological conservation which promotes inclusion of humans from a participatory perspective. The ‘Indigenous Land Management Programs’ in Australia consider this approach and indigenous communities across the country have access to funding for integrated projects for biodiversity conservation, cultural development and management of risks associated with climate change.
Keywords: indigenous, cultural landscape, land management, climate change, Australia
"Horizontalización e inclusión de la especificidad indígena en los procesos de ordenamiento territorial con base al Convenio 169 OIT"
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Revista Planeo Nº28, Territorios Indígenas y planificación, Junio 2016
[Por, Álvaro Felipe Rivera Rojas, Abogado, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT-PUC. Santiago, Chile]
Recibido: 24.05.2016 / Publicado: 13.10.2016
Resumen
Avalados por marcos jurídicos permisivos y decididas venias políticas, en Chile gobierna la creencia que la libre acción de los mercados sería suficiente para decidir sobre la instalación de proyectos de inversión y ocupación espacial en general. Esto conlleva efectos perniciosos mediante degradación ambiental y fragmentación espacial, siendo sus habitantes quienes reciben las externalidades del modelo de desarrollo. Esta lógica resulta especialmente traumática para los pueblos indígenas, cuyas cosmovisiones se basan en una concepción holística del territorio, compuesto por elementos físicos, culturales, religiosos y políticos, sin los cuales no puede entenderse ni perpetuarse su existencia. Con todo, se avizora hoy un nuevo escenario jurídico-institucional dado por la aprobación del Convenio 169 OIT. Por primera vez se prevé la regulación de la participación continua de los pueblos indígenas en las decisiones que les afecten, promoviendo el ejercicio efectivo de sus derechos a la tierra, territorio y recursos naturales. A dilucidar cómo se vincula el ordenamiento territorial con los derechos consagrados en la citada norma del derecho internacional se aboca este artículo.
Palabras Claves: Pueblos Indígenas, Convenio 169 OIT, Ordenamiento Territorial.
Abstract
Supported by legal frameworks and strong political consents, in Chile governs the belief that the free market’s action would be enough to decide about the investment projects installation and the general spatial occupation. This involves harmful effects by means of environmental degradation and spatial fragmentation, being their inhabitants who receive the negative externalities of the development model. This logic results specifically shocking to the indigenous people, whose world views are based on the holistic territory conception, compound by physical, cultural, religious, and political foundations, without taking in count these elements we cannot understand or perpetuate its existence. With all that, nowadays there is a new legal-institutional scenario given by the ILO Convention 169 approval. For the first time the continuous participation regulation would be anticipated according on how the decisions affect it, promoting the effective exercise of their land, territory and natural resources rights. this article To discuss how the land planning is connected to the consecrated rights in the quoted regulation of international right.
Keywords: indigenous people, ILO Conventio 169, land planning
"Ciudades intermedias, hinterland y sustentabilidad: Canmore como caso de estudio"
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Revista Planeo Nº27, Ciudades Intermedias, Junio 2016
[Por, Marina Gosselin; Geógrafo, Universidad de Sydney, Australia, Magister (en curso) de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Imagen_ Canmore Tourism, 2005
Recibido: 24.03.2016 / Publicado: 30.06.2016
Resumen
El estudio propone como herramienta de ordenación urbana el análisis del paisaje, fundamentado en la articulación de la forma urbana con la calidad paisajística del área de estudio a través de la conformación de unidades de paisaje, con comportamientos y características similares que permitan visualizar de forma concreta las necesidades de la ciudad y como satisfacerlas con el mínimo impacto al medio ambiente. A partir de esta relación se evidencia una problemática que agobia a ciudades intermedias, y que se relacionan con conflictos en el uso del espacio público, la movilidad, el control edilicio y la deficiencia de áreas verdes. Las líneas estratégicas resultantes son útiles para emprender una gestión municipal centrada en propuestas eficaces y eficientes tendientes a mejorar los procesos de urbanización.
Palabras clave: Planificación urbana / Paisaje / Medio Ambiente
Abstract
The study proposes as a tool for urban planning landscape analysis, based on the articulation of the urban form with the landscape quality of the study area through the creation of landscape units with similar behaviors and characteristics that allow us to visualize concretely the city needs and how to meet them with minimal impact to the environment. From this relationship a problem that afflicts intermediate cities, and that relate to conflicts in the use of public space, mobility, building complex deficiency control and green areas it is evident. The resulting strategic lines are useful to undertake municipal management focused on efficient and effective proposals to improve the processes of urbanization.
Keywords: Urban planning / Landscape / Environment
"Valoración del paisaje como herramienta de análisis en el ordenamiento urbano"
Ver"Valoración del paisaje como herramienta de análisis en el ordenamiento urbano"
Revista Planeo Nº27, Ciudades Intermedias, Junio 2016
[Por, Paola Vallejo Choez; Docente Universidad Tecnológica Equinoccial-Facultad de Arquitectura Quito- Ecuador (paola.vallejo@ute.edu.ec)
Fredy Mena Mora; Doctorando Universidad de Extremadura en la línea de investigación de Urbanismo Sostenible (fmenamor@alumnos.unex.es)]
Imagen_ Inexistencia de infraestructura apropiada en la plaza de rastro
Recibido: 24.03.2016 / Publicado: 30.06.2016
Resumen
El estudio propone como herramienta de ordenación urbana el análisis del paisaje, fundamentado en la articulación de la forma urbana con la calidad paisajística del área de estudio a través de la conformación de unidades de paisaje, con comportamientos y características similares que permitan visualizar de forma concreta las necesidades de la ciudad y como satisfacerlas con el mínimo impacto al medio ambiente. A partir de esta relación se evidencia una problemática que agobia a ciudades intermedias, y que se relacionan con conflictos en el uso del espacio público, la movilidad, el control edilicio y la deficiencia de áreas verdes. Las líneas estratégicas resultantes son útiles para emprender una gestión municipal centrada en propuestas eficaces y eficientes tendientes a mejorar los procesos de urbanización.
Palabras clave: Planificación urbana / Paisaje / Medio Ambiente
Abstract
The study proposes as a tool for urban planning landscape analysis, based on the articulation of the urban form with the landscape quality of the study area through the creation of landscape units with similar behaviors and characteristics that allow us to visualize concretely the city needs and how to meet them with minimal impact to the environment. From this relationship a problem that afflicts intermediate cities, and that relate to conflicts in the use of public space, mobility, building complex deficiency control and green areas it is evident. The resulting strategic lines are useful to undertake municipal management focused on efficient and effective proposals to improve the processes of urbanization.
Keywords: Urban planning / Landscape / Environment
"Un nuevo arreglo urbano-agrícola emerge tras las reformas neoliberales: El distrito de San Pedro de Lloc en la costa norte peruana"
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Revista Planeo Nº27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Andrés Figallo Brero, Sociólogo investigador. Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC); Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)]
Imagen_ La plaza de San Pedro de Lloc durante la primera mitad del siglo XX / Fuente: Eduardo Polack. Fuente: Foto tomada del blog del historiador Eduardo Dargent Chamot <http://peruvistas.blogspot.pe/2006/02/san-pedro-de- lloc.html>.
Recibido: 24.03.2016 / Publicado: 30.06.2016
Resumen
Las reformas neoliberales emprendidas de forma sostenida desde los años 80’s y 90s hasta la actualidad han producido cambios económicos e institucionales sustantivos en el territorio agrícola latinoamericano, adaptándolo progresivamente al funcionamiento de ese nuevo paradigma de desarrollo global marcado por el predominio de la racionalidad de mercado. Precisamente, el distrito de San Pedro de Lloc, ubicado en la costa peruana, es un claro ejemplo de cómo esta reestructuración sociopolítica ha supuesto que una pequeña economía agrícola local se transforme con celeridad, dando lugar a importantes cambios urbanos, transformando las organizaciones de producción agrícola y permitiendo un rediseño de todo el sistema territorial en su conjunto. En otras palabras, el impacto de dichas reformas no consiste únicamente en una potenciación de las fuerzas productivas, sino que el territorio en sí mismo está siendo producido como un espacio donde se recrean las relaciones de poder entre la ciudad y su entorno, reestructurando el sistema social en torno a los intereses de élites que no necesariamente guardan alguna relación con el espacio local.
Palabras clave: Neoliberalismo / territorio / globalización / organizaciones de producción agrícola / espacio urbano
Abstract
The neoliberal reforms that were carried out continuously from the 80 ́s-90 ́s to the present have produced substantial economic and institutional changes on the Latin American agricultural land, adapting it progressively to the dynamics of this new paradigm of global development characterised by the predominance of market rationality. Precisely, the district of San Pedro de Lloc, located in the Peruvian coast, is a clear example of how this socio- political restructuration has supposed rapid transformations in a small agrarian local economy, giving place to important urban changes, modifying the organizations of agricultural production and allowing a redesign of the whole territorial system. In other terms, the impact of such reforms do not consist only in a enhancement of the productive forces, but that the territory itself is being produced as a space where the relations of power between the city and its surroundings are being recreated, restructuring the social system according to the interests of some elites that do not necessarily maintain a bond with the local space.
Keywords: Neoliberalism, territory / globalization, organizations of agricultural production / urban space.
“Un night club como vecino: Aproximaciones desde un complejo habitacional modernista en Santiago de Chile"
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Revista Planeo Nº26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por, Gabriela Fernández de la Reguera Calonge; Estudiante 5° año de Antropología, Universidad Alberto Hurtado Santiago de Chile]
Recibido: 20.01.2016 / Publicado: 30.06.2016
Resumen
El artículo busca reflexionar acerca de la instalación de un night club dentro de un contexto habitacional urbano: las Torres de Tajamar. Se analizará la vocación original de las Torres, desde la idea de la oficina de arquitectos B.V.C.H, en contraste con el uso cotidiano en la actualidad. Luego, se hará una breve revisión de la historia de los night club en nuestro país, que nacen aproximadamente en 1980 con el nombre de boite o cabaret, pero poco a poco toman influencias extranjeras de los night clubs de Estados Unidos y Europa. A través de la observación participante y entrevistas semi estructuradas a vecinos y vecinas de las Torres de Tajamar, se busca analizar, además, cómo se han configurado como vecinos dentro de este complejo. Por otra parte, se otorgan aproximaciones sobre cómo Passapoga se habría convertido en un hito dentro del imaginario cultural de Santiago, en el que las Torres de Tajamar pasarían a un segundo plano.
Palabras clave: night club / Torres de Tajamar / modernismo
Abstract
The article seeks to reflect on the installation of a night club in an urban residential context: Torres de Tajamar. The original vocation of the towers will be analyzed from the idea of the office of architects B.V.C.H, in contrast to everyday use today. Then, a brief review of the history of the night club in our country, who are born approximately in 1980 with the name of cabaret or boite, but gradually take foreign influences of night clubs like in the United States and Europe. Through participant observation and semi -structured interviews with residents of Torres de Tajamar, seeks to analyze how they are configured as neighbors within this complex. On the other hand, the approach lies on how Passapoga would become a milestone in the cultural imagination of Santiago, where the towers are awarded to the background.
Keywords: night club / Torres de Tajamar / modernism.
"Los Huicholes en su arcaica lucha territorial Defendiendo Wirikuta en un esquema multicultural"
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La comunidad huichol no sólo ha logrado preservar su cultura e identidad, sino que también ha propiciado un diálogo multicultural e internacional para proteger la riqueza natural de un territorio con gran atractivo para la industria minera
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por María Murillo Martí. Ingeniero Ambiental, UASLP México. Estudiante de Magister Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, UC Chile]
Resumen: A pesar de siglos de lucha por la conservación de su territorio y cosmogonía, los Huicholes advirtieron que la magnitud del conflicto territorial era tal que no la iban a poder enfrentar solos. Tanta fue la presión y el miedo de perder su tierra, que la comunidad Huichol decidió abrirse al mundo y dejar entrever sus prácticas sagradas acudiendo a la simpatía multicultural del mestizo mexicano e interesados internacionales para poder defender el camino ancestral hacia el nacimiento de su dios sol contra las decenas de concesiones mineras otorgadas por el gobierno mexicano a industrias extranjeras.
Palabras clave: indígenas, conflicto territorial, minería.
Im1. Indígena Huichol. Fuente: info-huicholesgrupoindigenademexico.blogspot.mx
“Soy Clemente Ramírez estudiante de leyes en la ciudad de Guadalajara, Jalisco en México, pero tengo otro nombre, otra vida. En mi tierra soy Ubeniteman hijo de Urra-Muire mara’akame de la comunidad Pirrárica de la Laguna y de Turama, mi madre. Somos un pueblo que a pesar de la conquista española y el avance de la sociedad mestiza mexicana, mantiene su cultura, sus ritos y su forma ancestral de vida. Los de afuera nos llaman Huicholes, los últimos guardianes del peyote.”
La comunidad Waxárica, conocida en español como Huichol, es una de las pocas comunidades indígenas que ha logrado mantenerse casi pura desde la conquista española en México, conservando sus rasgos y dándose a conocer al mundo en medio de grandes presiones al habitar un territorio rico en minerales que se ha visto fuertemente amenazado a pesar de su importancia como reserva natural, espacio cultural y de identidad territorial.
En la mitología Huichol todo lo existente forma una sola unidad, sin problemas de comunicación, compartiendo un mismo mundo. Es interesante entender que los Huicholes consideran lo arcaico y lo moderno, la tradición y el cambio, lo natural y lo social no como campos opuestos, sino como elementos que coexisten y se relacionan en una atmósfera compleja que recrean anualmente en un ritual de peregrinación a través de Wirikuta (imágenes 1 y 2).
En la actualidad Los Waxáricas habitan la región del Gran Nayar, la cual debe entenderse como un complejo cultural que contempla parte de los estados de Nayarit, Jalisco, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí en México.
Im2. El Gran Nayar y los sitios sagrados del pueblo Huichol. Fuente: venadomestizo.blogspot.mx
Im3. Ruta de peregrinación Waxárica, Fuente: venadomestizo.blogspot.mx
Para los Huicholes las peregrinaciones que hacen a sus puntos geográficos sagrados, contribuyen al equilibrio del mundo, pues las ofrendas que depositan en puntos de ritual específicos, les aseguran desde buenas cosechas hasta el mantenimiento del orden en su cosmos. Esto evoca a que la defensa de su tierra y sus sitios sagrados ha jugado un papel más que relevante en la historia de la comunidad.
El conflicto territorial en un esquema multicultural
Desde el periodo colonial en México, los Huicholes se han movilizado en aras de defender su soberanía territorial. Algunas comunidades Huicholes fueron reconocidas por autoridades de la Nueva España en el siglo XVII, cuando solicitaron títulos de propiedad por medio de sus gobernadores. Posteriormente durante el siglo XIX producto de la desamortización, los Huicholes perdieron tierras con el argumento de que eran tierras muertas. Territorios que a la fecha siguen generando un entorno de disputa entre el Estado y la comunidad.
En el año de 1992 se firmó el Tratado de Libre Comercio TLC entre Canadá, Estados Unidos y México, permitiendo a las compañías extranjeras la concesión de terrenos para la explotación minera de 56 millones de hectáreas del territorio mexicano, lo que equivale a una cuarta parte del país. Esto ha sido un verdadero problema tanto para los Huicholes como para otras comunidades indígenas del país, puesto que nunca les fue consultado el destino de sus territorios. Este hecho reafirmó en la comunidad Huichol el deseo de proteger su territorio para poder seguir practicando sus costumbres ancestrales, de forma tal que el caso Wirikuta Waxárica se convirtió en una cuestión trascendental para que los Huicholes se valieran del multiculturalismo como discurso jurídico, moral y político para salvaguardar su identidad cultural.
El 28 de abril del 2008 la comunidad logró que el Presidente Felipe Calderón junto con los gobernadores de San Luis Potosí, Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas, y el presidente de la Unión Wixarica firmaran el Pacto Huauxa Manaka para la preservación y el desarrollo de la cultura Wixarica. En el pacto el Estado se comprometió a proteger y fortalecer la continuidad histórica de los lugares sagrados y las rutas de peregrinación de la comunidad, además de normar que se consulte a los pueblos indígenas interesados cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. Esta parte del pacto fue basada en los artículos 6 y 7 del Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales de la OIT, que implica que los pueblos interesados tengan derecho de decidir sus propias prioridades, en la medida en que éste afecte las tierras que ocupan o puedan atentar contra sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual.
No obstante, en contra de lo convenido, el Estado continuó concesionando terrenos sin previa consulta ciudadana. Esto llevó a que en el año 2011 líderes Huicholes presentaran su caso ante el Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU y, paralelamente, motivó la conformación del Frente en Defensa de Wirikuta FDW, que lucha por la defensa de los territorios sagrados Huicholes ubicados en la región de la sierra y el desierto Potosino. El frente es integrado por antropólogos, neo-chamanes, ambientalistas, estudiantes y líderes Wixáritari, formando una alianza que une a huicholes, mestizos mexicanos y simpatizantes de la causa. Es interesante enfatizar que esta última fase de reivindicación de la identidad Huichola vinculada a procesos de defensa y autonomía territorial ha dejado ver que los Wixáritari han sabido aprovechar el esquema multicultural para obtener beneficios, simpatizando con la sociedad civil y la opinión pública, así como para obtener cierto grado de reconocimiento por parte del sistema político.
La comunidad Waxárica ha potenciado desde entonces su firmeza en la prosecución de la ritualidad de su identidad ancestral dentro de su territorio, consiguiendo en enero de 2015 la detención de 78 concesiones mineras que existen en Wirikuta. La oposición a muchas de estas obras se fundamenta en que no se respetó el acuerdo de previa consulta siendo que el Estado mexicano se había declarado responsable de obtener la aprobación de las comunidades indígenas sobre temas que les afectan.
Por su parte, tanto los Huicholes como los ejidatarios y mineros piden que exista un diálogo entre las dos partes para que se conozcan y se respeten ambas visiones y así puedan seguir una coexistencia basada en respeto y toma de decisiones fundamentadas para el beneficio común: “para evitar los problemas con la naturaleza tenemos que dialogar, para no romper la hermandad que hemos tenido, somos seres humanos todos, nos podemos entender” (Ubeniteman Waxárica, 2015).
Bibliografía
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http://artesdemexico.com/adm/09/index.php/adem/cont-ed/wirikuta_y_la_busqueda_colectiva_de_visiones/
Mejía G. (2012). Wirikuta: la historia no contada de un conflicto minero. 20 de junio 2015, de El Financiero Sitio web: http://www.elfinanciero.com.mx/archivo/wirikuta-la-historia-no-contada-de-un-conflicto-minero.html
Gutierrez V. (2012). Wirikuta: las dos caras de un conflicto legal. 20 de junio 2015, de El Economista Sitio web:
http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2012/05/22/wirikuta-las-dos-caras-conflicto-legal
Varela A., Martinez, Austria S., (2012), Pilgrimage to Wirikuta, [Video], disponible en: http://www.unesco.org/archives/multimedia/?s=films_details&pg=33&id=3520
ÁlvarezS I. (2015). La lucha territorial de los huicholes. Reconocimiento político e integridad cultural en un mismo enunciado. ULÚA. Revista de Historia, Sociedad y Cultura, 25, http://revistas.uv.mx/index.php/ulua/article/view/1933.
Vilchez H., Stefani P. (productores) y Vilchez H. (director). (2015) Huicholes, los últimos guardianes del peyote [Documental]. México: Kaborpo Films.
"Indígenas urbanos, nuevas posibilidades de bienestar fuera de sus territorios ancestrales"
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Los días pasan y los indígenas urbanos siguen llegando a las ciudades. La planificación se hace desde arriba y los olvida. Tejido Manigua recupera y propicia el apropiamiento de estos foráneos con su nueva realidad, la ciudad. La planificación, entonces, se vuelve de todos.
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por Pablo Andrés Rodríguez Bothe; Diseñador Industrial, UJTL. Tesista Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC.- Laboratorio de Diseño Territorial y Estilos de Vida, Comba Internacional, Colombia.]
Resumen: En nuestra diversa y multicultural región latinoamericana ha venido creciendo el desplazamiento forzoso de la población indígena desde sus territorios ancestrales hacia las grandes ciudades. Esto ha traído complicaciones y desafíos en el ejercicio de planificar ciudades más integradoras, razón por la cual, proyectos de distinta índole han sido ejecutados sin la espera de acciones del gobierno, con la pretensión de ofrecer acompañamiento y herramientas de fortalecimiento a estos colectivos étnicos en un sistema social que por ratos los discrimina, por ratos los ignora. El proyecto Tejido Manigua- Culturas Vivas rescata el pensamiento colectivo de los indígenas urbanos y promueve una mejor calidad de vida de éstos en las ciudades por medio de espacios de intercambio cultural que reconozcan el patrimonio material e inmaterial que cada cultura es capaz de ofrecer y beneficien tanto económica como espiritualmente a las comunidades indígenas en los territorios urbanos.
Palabras clave: Indígenas urbanos, intercambio cultural, ciudades integradoras.
Los indígenas que migran hacia los centros urbanos por causa del desplazamiento forzoso de sus territorios ancestrales se ven enfrentados a diversas y complejas realidades (Valenzuela, 2014). Este artículo hace énfasis en dos problemas relacionados con la migración forzada de población indígena a la ciudad; el primero, entendido como la incapacidad que tienen de satisfacer sus necesidades o alcanzar su bienestar en las ciudades, pues no hay ecosistema más lejano y hostil en comparación a su territorio que las urbes contemporáneas; el segundo, hace referencia a la inmensa dificultad que enfrentan para poder adaptarse y participar de un sistema social que se diferencia, a todas luces, de su cultura y tradiciones.
La sensación de supervivencia, entonces, se deriva de estos problemas y genera instancias donde estos colectivos buscan volver a su lugar de origen o al menos transitar entre su territorio y la ciudad. De esta manera, la comunidad indígena se ve impulsada a ofrecer lo aparentemente “poco” que posee e interesa la sociedad consumidora: las conocidas artesanías u objetos de su cultura material capaces de ser comercializados (Imagen 1). Por lo mismo, no es de sorprenderse cuando, por efecto de lo anterior, se encuentran centenares de indígenas comercializando artesanías en las calles, playas o andenes, con el objetivo conseguir los ingresos diarios para subsistir en el entorno urbano.
Im1. Venta de Artesanías en espacio público. Fuente: elaboración propia
En vista de esta situación, algunas organizaciones han venido trabajando para garantizar condiciones de vida dignas a estas comunidades que poco conocen las dinámicas urbanas pero que las padecen en el día a día. En Colombia se ha venido construyendo un espacio que brinde apoyo para la integración y empoderamiento de estos colectivos étnicos frente al sistema capitalista vigente en los centros urbanos. Desde ACDI-VOCA, operador de USAID (United States Agency for International Develpmente por su sigla en inglés) en el país y Comba Internacional, consultora asociada, se ha desarrollado el proyecto Tejido Manigua – Culturas Vivas, propuesta que surge del diálogo entre varios grupos indígenas urbanos apuntando a la construcción de una nueva realidad que surge de las expectativas que dichos pueblos originarios tienen de la vida en la ciudad e indaga sobre cómo apropiarse e identificarse con este nuevo territorio urbano al que se enfrentan.
Im2.Taller con comunidad indígenas. Fuente: elaboración propia
Este proceso ha integrado elementos del necesitar (buscar el pan de cada día) pero también del soñar. Por un lado, se trata de buscar instancias donde se fomente y genere una innovación respecto a los productos que ofrecen las comunidades indígenas para su sustento, garantizando que éstos sean lo suficientemente atractivos como para que puedan competir en un mercado y logren beneficiar en términos económicos así a las personas de la etnia. Por otra parte, se promueve la generación de espacios de intercambio cultural (imagen 2), donde además de aprender de los demás saberes y tener la posibilidad de usar dicho ejercicio como valor agregado en el diseño de productos y servicios innovadores, se refuerza el sentido de identidad cultural por medio del fortalecimiento de la relación con el territorio originario y sus dinámicas ancestrales. Una de las estrategias utilizadas es propiciar el diálogo, la conversación y la enseñanza mediante el tejido, actividad que los vincula con sus tradiciones pero que también les permite construir lazos con el entorno urbano en el que ahora viven.
Sin olvidar el territorio, este proyecto ha fomentado el diálogo entre los beneficiarios directos, es decir los indígenas urbanos, y las comunidades con las que permanecen en contacto en su lugar de origen. Esto facilita involucrar a otras personas con el proyecto en cuestiones como la incorporación en la cadena productiva, pero también devuelve cercanía y posibilidad de reencontrarse con el territorio que permite satisfacer sus necesidades tanto físicas como espirituales, que fortalece sus lazos afectivos y genera bienestar (Tuan, 2007). La ciudad se vuelve entonces una expansión de las localidades que constituyen la red simbólica territorial de los indígenas y se empieza a percibir como un espacio que antes que despedir y excluir, logra invitar.
Hoy por hoy, la migración de grupos indígenas a las ciudades ha sido un problema para los gobiernos locales de América Latina, y por tanto, es una cuestión que no debe ser pasada por alto en el momento de desarrollar urbes más integradoras y justas, capaces de facilitar, ojalá desde los gobiernos, instancias de reconocimiento multicultural y darle cabida a paradigmas distintos que puedan no sólo incentivar formas de vida alternativos como el de las comunidades ancestrales, sino que también puedan beneficiar la diversidad cultural latinoamericana.
Tejer y entramar las relaciones socio-culturales con los territorios originarios y los entornos urbanos es un acto de diseñar el territorio, de transitar entre las localidades que sustentan la red simbólica de cada pueblo (González, 2015) y de fortalecer, tanto material como inmaterialmente, el patrimonio cultural de las comunidades indígenas (Torres, 2009). Por todo esto, es imperante planificar para la integración y la generación de espacios que brinden calidad de vida y bienestar para los distintos estilos de vida y así fortalecer una sociedad que pueda ser capaz de trabajar, desde la diversidad de conocimiento, por los distintos objetivos de un mejor desarrollo territorial.
Im2.Comunidad indígena participante en el Proyecto Tejido Manigua. Fuente: Elaboración Propia
Bibliografía
ACDI/VOCA. (n.d.). Empoderando agentes de cambio para la inclusión. Retrieved May 3, 2016, from http://www.acdivoca.org.co/quienessomos.php#
González, P. (2015). Prácticas translocales Aymaras. Pontificia Universidad Católica de Chile.
Torres, C. (2009). Así pensamos y así decimos los indígenas de la Sierra Nevada frente a los nuevos modelos de desarrollo de occidente. Encuentros, Serie Sobre Desarrollo Y Cultura, 1(Desarrollo y cultura en el caribe colombiano), 55–59. Retrieved from http://www.desarrolloycultura.net/sites/default/files/Desarrollo y cultura en el Caribe colombiano_0.pdf
Tuan, Y.-F. (2007). Topofilia (1 ed.). Melusina.
Valenzuela, S. (2014, March 30). Una política para los indígenas urbanos. El Espectador. Bogotá. Retrieved from http://www.elespectador.com/noticias/bogota/una-politica-los-indigenas-urbanos-articulo-483778
"Trayectorias Políticas, historias de vida de alcaldes mapuche"
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A través de la investigación biográfica de tres alcaldes mapuches se nos invita a reflexionar sobre los diversos proyectos locales que existen en Galvarino, Puerto Saavedra y Tirúa
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por Carlos Bolomey, Sociólogo PUC. Asistente de Investigación del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas [CIIR], Línea de Políticas Públicas.]
Título: “Trayectorias Políticas, historias de vida de alcaldes mapuche”
Autor: Natalia Canihuan
Edición: Ril editores, 2015; 100 páginas.
Resumen: La presente reseña rescata las bondades metodológicas que entrega la investigación biográfica utilizada por el libro, para luego reflexionar sobre cómo se entrecruzan las vivencias personales de los ediles, con los diversos proyectos locales que existen en Galvarino, Puerto Saavedra y Tirúa. El énfasis de la reflexión está puesto en las dificultades que se hallan para definir lo que es un Municipio Mapuche, y en las divergencias que existen para proyectar la identidad local de un territorio como política pública local en las tres comunas en cuestión.
Palabras Claves: Historias de Vida, Gobiernos Locales, Identidad Local.
Im1. Portada del libro
La riqueza metodológica de las técnicas biográficas, basadas principalmente en la narración en primera persona, permite echar mano y recuperar la memoria de ciertos actores sociales en el que se relacionan aquellas vivencias personales -reflejadas en sus discursos- con un fenómeno social más complejo. A través de la investigación biográfica se expresan ciertos modos de vida característicos de una época y territorio en particular, tal como lo hizo en su tiempo Oscar Lewis en Antropología de la Pobreza (1961) para describir el posicionamiento de cinco familias mexicanas en un determinado momento histórico. Del mismo modo, Natalia Canihuan (2015) somete al lector a inmiscuirse en la vida de tres alcaldes mapuches con el fin de tratar atributos comunes y presentar sus diferencias al momento de gobernar sus territorios locales. Dicho de otro modo, es admirable como la antropóloga Natalia Canihuan (2015)-autora del libro-utiliza la metodología biográfica para relacionar la vida de los alcaldes mapuches con una antropología política o de la política pública, entendiendo a esta última como aquella disciplina que reflexiona acerca de las formas de hacer política como una actividad sociocultural que se encuentra inmersa en procesos sociales cotidianos, o en los mundos de sentido (Shore, 2010). Precisamente al presentarnos las realidades en la que fueron criados los ediles de Galvarino, Tirúa y Puerto Saavedra, aspectos como la cultura mapuche, la vida en el campo y la vida en la ciudad se observan como forjadores de identidad, ayudando al lector a entender la manera en que son gobernados dichos territorios locales.
Es interesante reflexionar acerca del ejercicio que hace la autora al posicionar todos los alcaldes en el mismo punto de partida, a saber la identidad local mapuche, sin embargo con el devenir del libro se va esclareciendo que la manera de hacer política difiere entre dichos exponentes. En este sentido, a pesar de que todos de alguna forma utilizan la identidad local de sus territorios como forma de gobernar, los proyectos de desarrollos comunales distan bastante uno de otros. De hecho la autora realiza una categorización para dichos modelos de desarrollo de gobiernos locales. Por ejemplo, el caso de Tirúa lo caracteriza como un proyecto político que hace hincapié en utilizar el espacio local desde la identidad lafkenche, por otro lado categoriza el gobierno local de Galvarino desde un proyecto culturalista, finalizando su categorización de gobiernos locales con Puerto Saavedra, el cual lo define como un proyecto productivo
A su vez, el libro permite reflexionar acercar de unos los principales problemas de la antropología en particular, es decir la definición sobre la identidad indígena. A partir de estas tres historias de vida de alcaldes mapuches se pone sobre debate la reflexión acerca de la identidad mapuche. Si bien la autora no toma posición al establecer una definición clara sobre lo que se entiende por lo mapuche, sí le entrega complejidad al describir tres historias de vida que se posicionan desde una realidad cultural particular, pero que acontecen en diversas formas de auto comprenderse como mapuches. Es más, la posición de ser un alcalde mapuche se problematiza en sí misma, ya que podría observarse tanto como una conquista social del movimiento mapuche; el cual se apropia de un espacio de poder para desarrollar un proyecto político y cultural en un territorio con una concentración poblacional altamente mapuche, como también podría concebirse como una expresión del multiculturalismo liberal. Por ejemplo, Boccara (2012) señala que el capital cultural, reflejado en el habitus de los pueblos originarios, sólo toma valor en cierto espacios que el Estado ha definido como legítimo, como podría llegar a interpretarse lo que hicieron los alcaldes del libro, que forjan su capital político en los diversos territorios a partir de su identidad cultural. Por lo que la participación en la esfera pública y en la institucionalidad tradicional, se observa como algo permitido dentro de la lógica del Estado, o sea desde el multiculturalismo liberal. Frente a la controversia anterior es útil la interpretación que realiza el antropólogo Charles Hale (2004):
“clasificar la decisión de los líderes e intelectuales indígenas, que ocupan el espacio del “indio permitido” como cooptación, o bien como resistencia: ambas son herramientas conceptuales inadecuadas, hay que enfocar el análisis más bien en las consecuencias” (p.64)
Eso es justamente lo que hace Natalia Canihuan (2015), ya que sin entraparse en posicionar a los alcaldes mapuches en enfoques de cooptación o resistencia en sus territorios particulares, describe más bien sus proyectos territoriales locales.
Con todo, el libro es una invitación a los lectores a que si tienen la posibilidad de visitar Puerto Saavedra, entiendan el ahínco que existe en el turismo rural mapuche como forma de gobernanza del territorio local, así como también al momento de ir a Galvarino se comprenda la co-oficialización del mapudungun como una política local que trasciende lo simbólico o que al caminar por Tirúa, más que observarla como la zona roja del conflicto mapuche, se le observe como un territorio que saca a relucir su identidad lafkenche. Además de comprender que dichas formas de gobernar los territorios locales, se condicen con las historia de vida de cada uno de los líderes mapuches en sus respectivas alcaldías.
Bibliografía
Boccara, G. (2012). La interculturalidad como campo social. Cuadernos Interculturales. Año 10, n 1. Primer semestre 2012. Pp. 11-30.
Caniguan, N. (2015). Trayectorias políticas. Historia de vida de alcaldes mapuches. Santiago: Ril editores.
Hale,C (2014). El protagonismo indígena, las políticas Estatales y el nuevo Racismo en la época del indio permitido. Ponencia para la conferencia Construyendo la Paz: Guatemala desde un enfoque comparado, organizado por la misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (MINUGUA). 27 y 29 de Octubre 2014, Guatemala. Copia de ponencia.
Lewis, O. (1961). Antropología de la pobreza: Cinco familias. México: Fondo de Cultura Económica.
Schore, C. (2010). La antropología y el estudio de la política pública: Reflexiones sobre la «formulación» de las políticas. Antipoda, 10, 21-49. Disponible en: http://dx.doi.org/10.7440/antipoda10.2010.03
"Unlearning the Colonial Cultures of Planning"
Ver"Unlearning the Colonial Cultures of Planning"
Se expone planificación como un hecho profundamente colonial. Fijarnos en como se produce la propiedad muestra desposesión de pueblos originarios en procesos de urbanización
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por Matthew Caulkins, Arquitecto y Urbanista USP-São Carlos, Especialización Vivienda Social INVI-Universidad de Chile, Magister en Urbanismo Universidad de Chile, Doctorado en Urbanismo (cursando actualmente) GUSS-RMIT University. Investigador del Centre for Urban Research, RMIT University]
Título: «Unlearning the Colonial Cultures of Planning»
Autor: Libby Porter
Edición: Routledge, Abingdon, RU. 2010; 192 páginas.
Resumen: La planificación urbana en Chile es profundamente positivista. Este libro de la urbanista, académica y activista Australiana afirma que la planificación es una actividad profundamente colonial – hoy sigue actuando de forma colonial porque reproduce “estructuras de sentimientos” de la era colonial. La autora propone utilizar el lente analítico de la producción de la propiedad como forma de desconstruir la colonialidad de la planificación. Se proponen algunas interrogantes para que la planificación en Chile pueda empezar a repensar su relación actual con los pueblos originarios.
Palabras claves: urbanismo, colonialismo, desposesión
Im1. Portada del libro
La planificación urbana en Chile es profundamente positivista. Nos imaginamos como técnicos imparciales que solucionamos problemas del correcto ordenamiento de los cuerpos en el espacio. Pero esta visión tecnicista de la profesión no calza con la forma como las ciudades se imponen a la población, y en especial a la población indígena. Este libro de la Libby Porter, urbanista, académica y activista Australiana, es una provocación para nuestro urbanismo al afirmar que la planificación es una actividad profundamente colonial. Esa afirmación sorprendente la vamos a tomar de a poco, segmentándola en dos momentos históricos y su enlace lógico:
- La planificación moderna es colonial porque nació en la época colonial. Esta afirmación difiere mucho de la visión corriente de la historiografía del urbanismo moderno donde la planificación moderna habría nacido de la preocupación del sanitarismo para solucionar consecuencias negativas de la revolución industrial a mediados del siglo XIX (Moreira 2012). Para respaldar esa afirmación Porter presenta la visión de Anne Stoler (1995) de que las colonias fueron el gran laboratorio de la modernidad, fueron el espacio en blanco – desde el punto de vista de los colonizadores europeos – donde se podía experimentar a implementar los ideales modernos. En la práctica esa cultura de la planificación implicó la desposesión de los pueblos indígenas a través de prácticas como: la topografía y la selección, la cartografía, el (re)nombrar, construir ciudades, y las diversas complejidades de la política de suelo[1] (p.76). Pero la afirmación también se puede entender de otra forma.
- La planificación hoy todavía es colonial. Esto significa que la planificación sigue reproduciendo estructuras de dominación colonial. Esta segunda afirmación puede sorprender a muchos pero en gran medida es lo que los autores de este número especial están investigando, la persistencia de rasgos coloniales en las relaciones actuales de la planificación con los pueblos originales. Sin embargo, ¿cómo se articulan estas dos formas de entender la planificación como colonial?
- La autora propone conectar estas dos afirmaciones entendiendo que la cultura de la planificación actual está basada en “estructuras de sentimientos” que se establecieron en la época colonial. Estas estructuras definen, pero no de forma racional ni consciente, nuestra forma de ver el espacio. Y un elemento clave de esta estructura es la propiedad, el concepto occidental que define la relación de los pueblos con el espacio (vuelvo a la propiedad más adelante). De esa forma podríamos decir que la planificación de hoy (punto 2) está empapada de sentimientos coloniales (provenientes del punto 1) que todavía la estructuran a un nivel más profundo que pasan desapercibidos por su racionalidad positivista.
Porter propone entonces que debemos estudiar las formas según las cuales se produce la propiedad, la forma occidental de discutir qué pertenece a quién (Krueckeberg 1995), como un poderoso lente analítico para entender el proceso de desposesión que han sufrido y siguen sufriendo los pueblos originarios de las tierras colonizadas. Pero aquí no es tanto una visión jurídica que importa sino cómo nuestras ideas filosóficas occidentales sobre la propiedad estructuran el espacio de los conflictos en la sociedad, la política y la economía. Ella resume así el trabajo que necesitamos hacer para trabajar mejor con los pueblos indígenas: nuestro trabajo crítico y práctico necesita abarcar tres orientaciones: el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas; continuar el trabajo analítico requerido para exponer la planificación como cultural, y establecer nuestra política radical en una ética del amor[2] (p.19). Quiero aprovechar para mencionar algo de la trayectoria de la Libby Porter, su activismo, su paciencia como profesora guía, su ética ejemplar, su dedicación a ayudar sus alumnos tesistas (que ella prefiere llamar de “futuros colegas”). Por eso encuentro tan pertinente cómo terminó su libro con una sección sobre la necesidad de apoyar nuestra política radical en una ética de amor – ética que está más que demostrada por su práctica cotidiana como académica y activista.
El libro plantea algunas interrogantes para nosotros aquí en Chile: ¿Cómo podemos entender las raíces coloniales de la planificación en Chile? ¿Y su positivismo? Hay un campo enorme de investigación por hacer para extender la historia de la planificación local hasta el período colonial. No es menos urgente la tarea que este número especial propone de ver cómo la planificación sigue reproduciendo el colonialismo en la actualidad. Pero creo que nuestra análisis puede ser superficial si no miramos también de dónde nuestras formas de actuar vienen (por ej. de dónde viene el positivismo de la planificación chilena). Creo que una investigación cuidadosa de los derechos de propiedad puede ayudar a desvelar mucho en cuanto a cómo la planificación sigue reproduciendo el colonialismo. ¿Pero cómo salir del impase que este libro nos explica tan bien? El conflicto entre la visión occidental sobre la propiedad y el arraigo indígena nos muestra dos “nomos” (Cover 1983), o mundos jurídico-espaciales, en conflicto que tienen que aprender a convivir. Y que tienen que convivir más que sólo en nombre como hacen actualmente en el multiculturalismo neoliberal (Antileo 2013). Dejo abierta la invitación entonces a leer este libro a aquellos que se preocupan por cómo la planificación trata a los pueblos indígenas y a otros grupos oprimidos. Este libro ayuda a entender la profundidad, extensión y antigüedad del problema al que estamos enfrentados. Y esperemos para ver qué nos sugiere Porter en sus próximos libros para la tarea de mejorar la difícil convivencia de estos dos mundos jurídico-espaciales.
NOTAS:
[1] Traducción libre, el texto original dice: «through the early practices of spatial ordering, or planning: surveying and selection, mapping, (re)naming, town building, and the various and widespread intricacies of land policy.»
[2] Traducción libre, el texto original dice: «I suggest that the critical and practical work ahead needs to encompass (at least) three such orientations: recognizing the rights of Indigenous peoples; continuing the analytical work required to expose planning as cultural; and locating our radical politics in an ethic of love.»
Referencias
Antileo Baeza, E. (2013). Políticas Indígenas, Multiculturalismo y el Enfoque Estatal Indígena Urbano. Revista de Historia Social Y de Las Mentalidades, 17(1), 133–159.
Cover, R. M. (1983). The Supreme Court , 1982 Term – Foreword: Nomos and Narrative. Harvard Law Review, 97, 4–68.
Krueckeberg, D. (1995). The Difficult Character of Property: To Whom Do Things Belong? Journal of the American Planning Association, 61(3), 301–309.
Moreira, F. D. (2012). A formação do urbanismo moderno no Brasil: as concepções urbanísticas do engenheiro Saturnino de Brito. Anais: Seminário de História da Cidade e do Urbanismo, 1(1), 242-258.
Stoler, A.L. (1995). Race and the Education of Desire: Foucault’s History of Sexuality and the Colonial Order of Things. Durham: Duke University Press.
"Localización de centros de salud interculturales en la Región Metropolitana: ¿Integración y acceso para los mapuche urbanos?"
Ver"Localización de centros de salud interculturales en la Región Metropolitana: ¿Integración y acceso para los mapuche urbanos?"
Con el objetivo de conocer las lógicas espaciales de localización de centros interculturales de salud y la población que accede a estos, se realiza un análisis demográfico y territorial sobre la distribución de la población mapuche y el emplazamiento de centros interculturales de salud (rukas y farmacias).
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por, Paulina Zúñiga: Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Chile, Encargada territorial proyecto RIC, Fundación Casa de la Paz.
Andrea Vásquez; Geógrafa, Magister en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile. Coordinadora de Investigación en CIGIDEN/ Fondap 15110017]
Resumen: La población mapuche urbanizada se ha incrementado con el tiempo, siendo la Región Metropolitana de Santiago la segunda mayor concentración de esta población a nivel nacional. Esta dinámica territorial de los mapuche plantea ciertas interrogantes acerca de su distribución y acceso a servicios básicos del ambiente construido, tales como el acceso a salud. Con el objetivo de conocer las lógicas espaciales de localización de centros interculturales de salud y la población que accede a estos, se realiza un análisis demográfico y territorial sobre la distribución de la población mapuche y el emplazamiento de centros interculturales de salud (rukas y farmacias). Finalmente, se exponen algunos desafíos en materia de planificación urbana frente a la paradoja territorial que plantea la emergencia y localización de los espacios de salud intercultural en el Área Metropolitana de Santiago, en donde se atiende principalmente a población general, no perteneciente a una etnia.
Palabras claves: Mapuche urbanos, Salud intercultural, acceso a salud.
Mapuches urbanos: sus orígenes y distribución espacial
La elevada urbanización de la población mapuche[1], que corresponde al contingente indígena más numeroso a nivel nacional[2] (Antileo, 2006), es un fenómeno que se ha acrecentado de forma importante desde la década de los ‘60, a partir de la masiva migración campo-ciudad gatillada por el régimen de reducción histórica de los territorios, la integración económica, y la apertura comercial hacia el exterior (Bengoa, 1996); que consolidaron a las ciudades como polos de atracción para la población mapuche migrante, que buscaba mejorar sus condiciones de vida (Aliste, 2006).
Esta creciente urbanización estuvo reflejada en los resultados del Censo de Población del año 1992, en el que de un total de 928.060 mapuche a nivel nacional, 79 % declaró residir en áreas urbanas; tendencia que si bien disminuyó para el año 2002, siguió siendo considerable, ya que de los 692.192 individuos censados como mapuche, un 65% declaró habitar en ciudades (INE, 2002).
La Región Metropolitana (con un 30,2% de la población mapuche del país), constituye la segunda[3] Región con mayor concentración territorial de este contingente a nivel nacional. A pesar de ello, si bien los mapuche sólo representan el 3% de la población regional total; a escala municipal su presencia sí es significativa, cuando se considera que en comunas periféricas del Gran Santiago, tales como Cerro Navia y La Pintana, el porcentaje de población mapuche con respecto al total comunal es de aproximadamente un 6% (INE, 2002), lo que ha generado la conformación de barrios mapuche localizados en sectores socialmente más vulnerables y precarios (Gundermann & González, 2008).
La preocupación por la generación de espacios interculturales de salud en el contexto de los mapuche urbanos
La presencia de población mapuche en entornos urbanos ha desencadenado debates controversiales en las ciencias sociales. Uno de ellos corresponde a la integración tradicional de la cultura mapuche en un contexto de creciente urbanización y concentración en áreas específicas de la ciudad de Santiago. Como parte de esta integración, en el año 1996 a través del el Programa Especial para Pueblos Indígenas (PESPI) comienza la preocupación en la agenda política sobre la interculturalidad de los centros de salud en Chile, con especial énfasis en la Araucanía y luego en la Región Metropolitana (Ministerio de Salud, 2006).
Existen variados estudios que han descrito la relación entre grupos demográficos (enfocado principalmente en población inmigrante y vulnerable o deprivada) y acceso a salud en entornos urbanos (Santana, 2002; Macintyre, Macdonald, Ellaway, 2008; Dean, Wilson, 2010). Desde la geografía de la salud, uno de los principales cuestionamientos tiene que ver con el uso de los centros de salud y el acceso que tiene la población beneficiaria a estos, en el entendido de que proximidad espacial implica el acceso a un equipamiento que promueve salud y bienestar. Sin embargo, el uso de este tipo de servicios no necesariamente tiene que ver con la proximidad espacial, sino con los espacios significativos en la vida cotidiana, que pueden ir más allá de la escala de barrio (Cummis, Curtis, Diez-Roux, Macintyre, 2007), requiriendo un análisis a nivel ciudad.
Desde esta perspectiva, en un panorama en que la población mapuche ha aumentado en la Región Metropolitana de Santiago, concentrándose en comunas específicas, surgen algunas interrogantes de interés desde la geografía de la salud y la planificación territorial; ¿Cómo ha impactado la concentración de mapuche urbanos en la localización de los espacios de salud intercultural en la Región Metropolitana de Santiago y quiénes acceden a ellos?
Si bien el debate más concreto por la interculturalidad en salud surgió a mediados de la década de los ‘90, no fue hasta la década de los 2000 que comenzaron a emerger los centros de salud intercultural en la Región de la Araucanía, para luego extenderse al Área Metropolitana de Santiago (Thiers, 2012). Lo anterior ha llevado a que en la actualidad, Santiago cuente con 19 rukas catastradas, de un total de 715 centros de salud de la Región (aproximadamente un 3%, de acuerdo a los datos proporcionados por la Dirección de Estadísticas e información en salud DEIS, 2016). Adicionalmente a estos centros de salud, se cuenta con 4 farmacias mapuche de la cadena Makelawen, constituyendo ambos espacios interculturales de salud.
Lógica de localización de los centros interculturales de salud en la Región Metropolitana y su relación con la distribución de la población mapuche
De las 19 rukas catastradas, 14 de ellas (más del 70%), cuentan con servicios de Salud Intercultural a través del programa PESPI. Estas rukas se emplazan en comunas periféricas del Gran Santiago, que por lo general concentran una considerable cifra de población mapuche; entre ellas destaca La Pintana, que posee 4 rukas, y contiene cerca del 6% del contingente mapuche sobre la población municipal. A pesar de ello, si bien este es el patrón común de distribución; algunos casos como Cerro Navia o Peñalolén, que presentan el 6,4% y 4,8% de la población mapuche respecto al total comunal respectivamente, poseen sólo un centro cultural; en cambio, Puente Alto, que bordea el 3% , cuenta con 2 centros. En otras palabras, el emplazamiento de estas rukas si bien refleja ciertos patrones de localización orientado a las mayores concentraciones de población mapuche, es posible advertir otros factores externos que influyen en su implementación, tales como: cantidad de organizaciones mapuche, presencia y voluntad de las Oficinas de Asuntos Indígenas, postulación a fondos, entre otros.
Por otra parte, en el caso de las farmacias, las 4 sucursales de Makelawen se localizan fuera de las comunas que concentran población mapuche, siguiendo más bien un patrón de centralidad, ubicándose en las siguientes comunas: Estación Central, Santiago, Ñuñoa, y Providencia; comunas que presentan menos del 3% de esta población.
Es interesante advertir que, tanto en el primer como en el segundo caso, la cantidad de personas que buscan atención o medicina intercultural en su mayoría no corresponde a población mapuche. Esto se aprecia en diversos estudios (Castellano, 2013, Thiers, 2012, Zúñiga, 2014), y específicamente en el caso de la ruka localizada en el consultorio de La Pintana, Santiago de la Nueva extremadura, en donde el 81% de los beneficiarios no declaran pertenecer a la etnia Mapuche (Castellano, 2013). Esta situación llama la atención en tanto plantea una doble paradoja, pues por una parte, si bien la localización y número de rukas está relacionada con las comunas que concentran mayor población mapuche, no necesariamente donde haya más población habrá más centros interculturales de salud (relación directa, pero no incremental); y por otra parte, si bien los modelos de salud intercultural están pensados para reforzar la identidad y cultura de la población indígena, los mayores porcentajes de usuarios corresponden a personas no mapuche, lo que genera la interrogante sobre las implicancias territoriales y poblacionales que tiene esta situación respecto al acceso a salud intercultural.
Conclusiones
Uno de los desafíos que surgen en la planificación urbana al momento de presentar una urbanización creciente de los pueblos originarios en la Región Metropolitana de Santiago tiene relación con el impacto que esta urbanización creciente tiene en la distribución de población originaria y cómo acceden a servicios básicos como salud.
Si bien Chile ha avanzado en la interculturalidad desde hace dos décadas, los centros interculturales de salud atienden a usuarios que no pertenecen a etnia y que en algunos casos siguen lógicas de localización relacionadas a la centralidad más que la orientación a usuario mapuche.
Lo anterior plantea una paradoja de integración, en donde los centros interculturales de salud surgieron por la creciente urbanización de la población mapuche, pero esa creciente urbanización ha tenido el impacto secundario de volver a estos centros interculturales más accesibles a la población en general, siendo hoy en día quienes más demandan este tipo de servicios.
Notas:
[1] La palabra mapuche quiere decir “gente de la tierra” en mapudungun. Es por ello, no se incluye la “s” a la palabra puesto que ya indica plural.
[2] La población mapuche corresponde al 86,4% del total de población indígena de Chile en el año 2011 (CASEN, 2011)
[3] La primera corresponde a la Región de La Araucanía, corazón del territorio mapuche histórico, que aún alberga el 33,6% (INE, 2002).
Referencias Bibliográficas
Antileo, E., (2006) Mapuche santiaguinos: posiciones y discusiones del movimiento mapuche en torno al dilema de la urbanidad. Santiago de Chile. Seminario de Licenciatura de la carrera de Antropología Social. Universidad de Chile. 2-23 pp.
Bengoa, J., (1996) El regreso de las lanzas. Historia del Pueblo Mapuche (Siglo XIX y XX). Santiago, Chile. Ediciones SUR.
Castellano, A. (2013) Centro de Salud Intercultural: Consultorio Santiago de la Nueva Extrmadura Comuna de La Pintana. Catedra de Salud Intercultural, Pontificia Universidad Católica de Chile, Escuela de Enfermería.
Cummins, S., Curtis, S., Diez-Roux, A. V., & Macintyre, S. (2007). Understanding and representing ‘place’in health research: a relational approach.Social science & medicine, 65(9), 1825-1838.
Dean, J. A., & Wilson, K. (2010). “My health has improved because I always have everything I need here…”: A qualitative exploration of health improvement and decline among immigrants. Social science & medicine, 70(8), 1219-1228.
Departamento de Estadísticas e Información en Salud, Ministerio de Salud (2016). Listado de establecimientos DEIS. Disponible en: http://intradeis.minsal.cl/ListaEstablecimientoWebSite/Default.aspx
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) (2002) Estadísticas sociales de los pueblos indígenas en Chile. Recuperado el día 01 de mayo de 2016, disponible en: http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/estadisticas_sociales_culturales/etnias/p df/estadisticas_indigenas_2002_11_09_09.pdf
Gudermann., H & González., H (2008) Pautas de integración regional, migración, movilidad y redes sociales en los pueblos indígenas de Chile. Tarapacá, Chile. Revista Universum, N° 23 Vol.1. 82-115 pp.
Macintyre, S., Macdonald, L., & Ellaway, A. (2008). Do poorer people have poorer access to local resources and facilities? The distribution of local resources by area deprivation in Glasgow, Scotland. Social science & medicine, 67(6), 900-914.
Ministerio de Salud (2006). Resolución exenta N° 216. Interculturalidad en los centros de salud. Disponible en: http://transparencia.redsalud.gob.cl/transparencia/public/ssmetrocentral/archivos/A82A1FAAF11021D7E04001011E01580A
Ministerio de Desarrollo social (2009) Encuesta CASEN: “Pueblos ORIGINARIOSs”. Disponible en:
http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/casen/Pueblos_Indigenas_Casen_2011.pdf
Santana, P. (2002). Poverty, social exclusion and health in Portugal. Social Science & Medicine, 55(1), 33-45.
Thiers, J. (2012) La población mapuche en Santiago de Chile, 1990-2012. Entre la tradición y la modernidad. Barcelona. Trabajo de seminario para optar al título de Máster Oficial Europeo en Planificación Territorial y Gestión Ambiental, Universidad de Barcelona.
Zúñiga, P (2014). Mapuche urbanos: la construcción de una nueva identidad a través de la construcción de espacios simbólicos de la comuna de La Pintana. Tesis de grado para optar al título de Geógrafo. Pontificia Universidad Católica de Chile.
"Nuevos escenarios para la Gobernanza en Chile ante la demanda de Autodeterminación Territorial Indígena"
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Con la ratificación del Convenio 169 de la OIT el año 2008, el Estado de Chile aspira a perfeccionar sus estándares de reconocimiento a los pueblos originarios. Sin embargo, su aplicación representa un desafío en la práctica, especialmente en torno al Territorio Indígena
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por, Juan Pablo González Soto; Ingeniero Forestal. Estudiante Magister Asentamientos Humanos y Medio ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Con la ratificación del Convenio 169 de la OIT el año 2008, el Estado de Chile aspira a perfeccionar sus estándares de reconocimiento a los pueblos originarios. Sin embargo, su aplicación representa un desafío en la práctica, especialmente en torno al Territorio Indígena, dada la diferencia de nociones sobre éste que maneja el Estado y la que el propio movimiento indígena ha enarbolado como eje de sus demandas: la Autodeterminación Territorial. ¿Cuál es el escenario que enfrenta el Estado de Chile ante la implementación de esta política?, el caso del ADI Alto El Loa, en la Región de Antofagasta, nos ayudará a problematizarlo.
Palabras claves: Pueblos indígenas, Territorio indígena
Con la ratificación del Convenio 169 de la OIT el año 2008, el Estado de Chile aspira a perfeccionar sus estándares de reconocimiento a los pueblos originarios. Sin embargo, su aplicación representa un desafío en la práctica, especialmente en torno al Territorio Indígena, dada la diferencia de nociones sobre éste que maneja el Estado y la que el propio movimiento indígena ha enarbolado como eje de sus demandas: la Autodeterminación Territorial. ¿Cuál es el escenario que enfrenta el Estado de Chile ante la implementación de esta política?, el caso del ADI Alto El Loa, en la Región de Antofagasta, nos ayudará a problematizarlo.
El conflicto entre el Estado de Chile y los pueblos indígenas se remonta a finales del siglo XIX, cuando se forjó el Estado-Nación Republicano de Chile, despojando a las comunidades indígenas de gran parte de sus territorios y sometiéndolos a una política de asimilación cultural forzosa (Subercaseux, 2002). Este aspecto se profundiza durante la Dictadura Militar de Augusto Pinochet, al establecer un conjunto de regulaciones que vulneran el territorio indígena, dentro de las que destaca el DL N° 2.568 de 1978, que suprime la Comunidad Indígena al reemplazarla por la figura de la Reserva Indígena, susceptible de ser subdividida para su explotación por parte de los propios indígenas u otros “ocupantes”, o disolverla legalmente al subdividirla en hijuelas, las que dejarán de ser consideradas como tierra indígena junto con la calidad de indígena de sus dueños.
A lo anterior se suma el proceso de Contrareforma Agraria (1974-1980), que revirtió la asignación de tierras a comuneros campesino-indígenas para devolver algunas a sus antiguos dueños y destinar la mayoría a otras manos; la dictación en 1981 del Código de Aguas y en 1983 el Código de Minería, normativas que despojan y subdividen la tierra indígena, junto con fragmentar tierra, agua, suelo y subsuelo en espacios independientes y con varios propietarios en una misma área. La asociación de decretos y códigos impuestos durante este periodo permitió la expansión de la industria minera en el norte y forestal en el sur, las cuales trajeron efectos dramáticos sobre la propiedad, la cultura y las formas de organización de los pueblos indígena (Namuncura, 2014).
Con la llegada de los gobiernos concertacionistas, apoyados por organizaciones indígenas a través del Acuerdo de Nueva Imperial (1989), se establecieron una serie de políticas tendientes al reconocimiento indígena, en un intento por saldar la “deuda histórica del Estado de Chile hacia sus pueblos originarios”, destacando la creación del Consejo Especial de Pueblos Indígenas (CEPI), la promulgación de la Ley Indígena (1993), la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), el Fondo de Tierras y Aguas, el Fondo de Desarrollo Indígena, la creación de las Áreas de Desarrollo Indígena (ADI) en 1995, la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas (2001-2003) y el Programa Orígenes el 2006.
Sin embargo, estas políticas se han formulado y administrado “desde arriba”, sin considerar la demanda indígena de Libre Determinación o Autodeterminación del Territorio, que implicaría autonomía respecto al uso, manejo y control de sus territorios y recursos; nuevas formas de gobernanza, el replanteo del concepto tradicional de Estado-nación y la garantía del territorio como espacio indispensable que garantiza la relación de los pueblos indígenas con su entorno (Rubio, 2009).
En el caso de las comunidades Likan-antay del ADI Alto El Loa, Región de Antofagasta, cuyo territorio abarca las comunas de Calama y Ollagüe, donde se ubican los más importantes yacimientos de cobre a nivel nacional; la implementación de esta demanda entra directamente en conflicto con los intereses mineros amparados por el Código de Aguas y el Código Minero, al separar los elementos del territorio indígena y el control de las decisiones sobre él, denunciando estas comunidades una histórica destrucción de su territorio por contaminación, falta de agua y daños colaterales que deja la industria minera, factor crucial en el proceso desposesión de su pueblo. Dado este contexto: ¿cómo entienden la Autodeterminación Territorial estas comunidades?, ¿qué elementos de su tradición fundamentan esta noción?, ¿cómo entablan su demanda frente al Estado de Chile?. Una aproximación al enfoque local e indígena con que se abordan estas materias es lo que nos permitirá analizar posibles escenarios y futuras respuestas.
NOTA: Esta Columna forma parte del Proyecto de Tesis 2016 del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, de Juan Pablo González Soto.
Referencias
DL N° 2.568 (1978). Modifica ley n° 17.729, sobre protección de indígenas, y radica funciones del Instituto de Desarrollo Indígena en el Instituto de Desarrollo Agropecuario.
Namuncura, D. (2014). Dilemas, desafios y oportunidades para una politica indígena de nuevo trato. Chile Indígena. Desafíos y oportunidades para un nuevo trato. Santiago de Chile.
Rubio, D. (2009). La libre determinación de los pueblos indígenas como base para la reclamación de la soberanía de los pueblos indígenas sobre los recursos existentes en sus territorios, en especial los no renovables. Tesis para optar al título de abogado, Universidad de San Francisco de Quito, Ecuador, 2009.
Subercaseux, B. (2002). Nación y cultura en América Latina. Diversidad cultural y globalización. Lom Editores, Colección Escafandra, Santiago, Chile, 2002.
Entrevista a Gerardo Azócar: “La cosmovisión indígena, en general, no divide y reduce el territorio y su enorme complejidad, sino más bien lo integra y coloca en su centro al ser humano y sus múltiples necesidades”
VerEntrevista a Gerardo Azócar: “La cosmovisión indígena, en general, no divide y reduce el territorio y su enorme complejidad, sino más bien lo integra y coloca en su centro al ser humano y sus múltiples necesidades”
“La cosmovisión indígena, en general, no divide y reduce el territorio y su enorme complejidad, sino más bien lo integra y coloca en su centro al ser humano y sus múltiples necesidades”
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“La cosmovisión indígena, en general, no divide y reduce el territorio y su enorme complejidad, sino más bien lo integra y coloca en su centro al ser humano y sus múltiples necesidades”
Gerardo Azócar cursó la carrera de geografía y doctorado en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción. Actualmente se desempeña como académico del centro de ciencias ambientales EULA-Chile de la Universidad de Concepción, desarrollándose especialmente en el área del ordenamiento territorial y el desarrollo rural, donde ha realizado importantes aportes por medio de diversas investigaciones y publicaciones. Adicionalmente trabaja como asesor y consultor de temas medio ambientales.
- Para comenzar nos gustaría que nos expliques ¿qué entendemos actualmente por territorio indígena y cuáles son sus principales características?
Bueno, podríamos considerarlo como un territorio que históricamente ha sido habitado por pueblos originarios. Poseen una alta densidad de población indígena y, además, un acervo cultural común, tradicional e identitario. Por ejemplo, en su relación con los recursos naturales y ecosistemas. Su configuración cultural y geográfica obedece, en buena medida, a la aplicación de políticas e intervenciones, en algunos casos armadas, del Estado de Chile a lo largo de su historia reciente, como fue el caso de la denominada Pacificación de La Araucanía, la Radicación en Reducciones, la subdivisión de los Títulos de Merced y otras políticas más recientes.
De acuerdo a los planteamientos indígenas y a literatura relacionada con el tema, es posible diferenciar, a lo menos, cinco nociones o conceptos de territorio indígena, que son los siguientes:
- Territorio como jurisdicción. Una zona geográfica, como puede ser una región, comarca, jurisdicción o entidad, bajo control político de un colectivo indígena, o reclamada como tal.
- Territorio como espacios geográficos de tierras a demarcar y/o restituir, y titular en propiedad.
- Territorio como hábitat, según la definición del Convenio 169 de la OIT. Base material, conjunto sistémico de recursos esenciales para la existencia colectiva, como tierras, aguas, bosques y subsuelo.
- Territorio como biodiversidad y conocimientos indígenas sobre la naturaleza, y su expresión en derechos de propiedad intelectual.
- Territorios simbólicos. Espacialidad socialmente construida, vinculada primordialmente a la identidad colectiva, que suele denominarse etno-territorialidad.
También podemos entender el concepto de territorio como un espacio definido en el cual se focaliza, a través de una política pública particular, el accionar del Estado, y de sus prerrogativas en términos de orientar procesos de ordenamiento, planificación y desarrollo territorial. De este modo, y a través de diferentes políticas, se construye o destruye territorio, podríamos decir con mayor o menor participación, inclusión y autonomía de los pueblos indígenas. Esta territorialidad es dinámica y, obviamente, obedece a procesos históricos, más o menos recientes, y a una fuerte intervención del Estado. La oferta pública y la dinámica económica globalizadora, actualmente, construyen o re-elaboran los territorios de ocupación indígenas en Chile, generando, a la vez, fuertes conflictos.
- De qué forma se podría explicar el desarrollo del conflicto territorial indígena en Chile, desde sus inicios hasta las demandas actuales, y cómo han incidido las políticas públicas en este punto.
Existen una serie de factores que, en forma conjunta e interrelacionada, ayudan a explicar o más bien tratar de entender los actuales conflictos territoriales en zonas de ocupación de pueblos originarios, principalmente en territorio mapuche. Entre estos factores y procesos podemos destacar los siguientes:
- Pacificación de La Araucanía y posterior radicación de población mapuche en reducciones, incluyendo la entrega de Títulos de Merced y posterior subdivisión de tierras comunes
- Invisibilización de la cultura mapuche, como parte de un proceso ideológico y político. Al respecto, un connotado historiador chileno señala que, “después de cuatro siglos de evolución los mapuche ya no son propiamente indígenas, sino que son mestizos chilenos, igual que todos los chilenos, argumentado que, por lo tanto, todo el alegato de discriminación y deuda histórica es falso…”.
- Des-reconocimiento de la diversidad cultural.
- Discriminación y estigmatización de los mapuches frente a la sociedad nacional dominante. Es posible afirmar la existencia en medios de comunicación social y en partes de la sociedad chilena de estereotipos desfavorables y la concepción de lo que denominan como “la cuestión mapuche”, el “problema mapuche” o el “conflicto mapuche” que deslegitiman la reivindicación de sus derechos territoriales o califican su protesta social de forma generalizada como violenta o la presentan como generadora de un conflicto entre dicho pueblo y el resto de la población que habita en las áreas o zonas de conflicto.
- Asimilación forzada a la sociedad nacional y pérdida de identidad, como también de arraigo, expresado esto último en fuertes procesos migratorios y pérdida de tierras.
- Lenta, pero sostenida, enajenación de componentes territoriales en zonas de ocupación mapuche, principalmente tierras, bosques y aguas, en diferentes regímenes de propiedad. Alteración significativa de prácticas tradicionales y continuidad territorial en el uso de espacios ecológicos.
- Desaparición de comunidades y disminución de tierras asignadas, originalmente, por el Estado de Chile a través de Títulos de Merced. Pérdida estimada en 130 mil hectáreas de las 530 mil reconocidas por el Estado de Chile entre los años 1880 y 1930.
En síntesis, podríamos afirmar que los actuales conflictos territoriales de los pueblos originarios no pueden entenderse sin una referencia a la historia de sus relaciones con la sociedad chilena. Más específicamente, y cómo algunos autores señalan, “La situación actual de los indígenas en Chile es producto de una larga historia de marginación, discriminación y exclusión, vinculada, principalmente, a diversas formas opresivas de explotación y despojo de sus tierras y recursos que se remontan al siglo XVI y que llega hasta nuestros días”. En el caso mapuche, estos conflictos se han incrementado, desde fines del Siglo XX, por el impacto de importantes procesos económicos, como son el monocultivo y explotación forestal y la construcción de importantes proyectos e inversiones en parte de las tierras que las comunidades consideran que constituyen sus territorios tradicionales. La protesta social mapuche no es sólo por más tierra. Es más complejo. Se trata de territorialidad y autonomía, como también de una fuerte demanda de corte campesinista, con marcado acento paternalista y asistencialista. Estimó que, fundamentalmente, en este último aspecto se han enfocado las políticas públicas del Estado de Chile, a través de diferentes Programas sectoriales y otros a cargo de CONADI. Las ADIS, como instrumentos de planificación y gestión, no han logrado los resultados esperados.
- ¿Qué podemos aprender la planificación territorial desde la cosmovisión del territorio que tienen los indígenas?
La visión integrada e integradora de los diferentes componentes territoriales, como son tierras, aguas, bosques y subsuelo. Las formas tradicionales y, en algunos casos, ancestrales, del uso del territorio y sus recursos, como por ejemplo la continuidad territorial y el uso complementario de espacios o pisos ecológicos. Un buen ejemplo, es el uso de invernadas y veranadas de los pehuenches de Alto Biobío. La cosmovisión indígena, en general, no divide y reduce el territorio y su enorme complejidad, sino más bien lo integra y coloca en su centro al ser humano y sus múltiples necesidades. Esta mirada, valoriza las relaciones entre componentes y su innegable interdependencia, reconociendo no sólo el valor funcional de las cosas o elementos del territorio. Por ejemplo, el agua se protege y es protegida por dioses, permite el consumo humano y de animales, el crecimiento de plantas medicinales en las riberas de los ríos y es sitio sagrado para ceremonias y búsqueda de espiritualidad. No se concibe como un insumo de un proceso productivo, más bien como un derecho básico a la vida.
- ¿Guardan relación las propuestas de ordenamiento territorial rural con los proyectos habitacionales indígenas en zonas urbanas? ¿Qué elementos de zonas rurales son replicables en la ciudad?
Uno de los procesos más importantes en zonas rurales, con alta concentración de población indígena, son y han sido las migraciones, principalmente en búsqueda de mejores condiciones de vida y trabajo. Sectores rurales de la región de La Araucanía están habitados por mapuches de edad avanzada y otros, jóvenes y viejos, han migrado a las ciudades. Sin embargo, se aprecian mejoras en conectividad e infraestructura, principalmente vial, pero también importantes déficit en abastecimiento y suministro de recursos básicos para su desarrollo económico y sociocultural, principalmente agua para consumo humano y riego. Esta situación de escasez hídrica, está gatillando nuevos procesos sociodemográficos en territorios de ocupación mapuche, como por ejemplo la movilidad de población de zonas aisladas y desabastecidas, hacia sectores rurales con Agua Potable Rural (APR). Esto ha provocado una mayor demanda de servicios y equipamientos en estos asentamientos, como también una mayor concentración de la población indígena, antaño más dispersa.
En algunas zonas de las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos se observa que adultos mayores mapuches viven solos en sectores aislados y con difíciles condiciones de accesibilidad, como también en precarias condiciones de habitabilidad y mala calidad de sus viviendas. Los hijos los visitan y contienen, es decir, vuelven a sus comunidades, pero se aprecia escasa vitalidad socio-cultural, socio-económica y productiva. Un claro ejemplo es la escasez de mapuches hablantes de mapuzungun.
A mi juicio, no existe una clara relación entre ordenamiento territorial en zonas rurales y proyectos habitacionales indígenas en zonas urbanas. Actualmente, y como parte de un Proyecto del Centro EULA-Chile con el Programa Chile Indígena de CONADI, nos encontramos trabajando con la Mesa Territorial Newen Mapu, en la comuna de La Unión, que reúne a un total de 19 comunidades mapuche. Una parte importante de nuestra labor ha sido “acompañar” a las comunidades en su proceso de ejecución de un Plan Territorial que, entre sus objetivos más importantes, considera el mejoramiento de las condiciones básicas de habitabilidad y equipamiento de viviendas. Gran parte del presupuesto de la Mesa Territorial se ha dedicado a mejoramiento de viviendas rurales, que poseen importantes déficits.
- Finalmente, ¿Cuáles crees que son los principales desafíos para resolver los conflictos de planificación territorial indígena aún pendientes en Chile?
Primero, existe un conflicto no resuelto entre el Estado de Chile y los pueblos originarios, principalmente el mapuche. Dicho conflicto se ha expresado en la denominada Protesta Social del Pueblo Mapuche, que no puede entenderse y menos solucionarse, sin recurrir a la historia de dicho conflicto que, como se indicó, ha definido la territorialidad actual de nuestros pueblos originarios. La Planificación Territorial en Chile debe reconocer esta situación, como por ejemplo sus reinvindicaciones en materia de autonomía y soberanía. A mi juicio, desafíos relevantes son los siguientes:
- Participación activa de los pueblos originarios en el diseño e implementación de los instrumentos de PT y OT, como lo expresa claramente el Convenio 169 de la OIT, a través del proceso de consulta.
- Reforzamiento de los actuales instrumentos de OT y PT, con miras a rescatar y valorizar las capacidades y conocimientos locales indígenas y sus aportes a los procesos de ordenamiento y planificación del territorio.
- Potenciar en el diseño e implementación de instrumentos de OT y PT los procesos de diálogo y acercamiento intercultural. Valorizar y reforzar instancias y formas tradicionales de organización mapuches, como una vía posible para llegar a acuerdos y consensos respecto de la implementación de instrumentos de OT y PT en sus territorios de ocupación.
Entrevista a Juan Álvaro Echeverri: “Tenemos mucho que aprender de las concepciones indígenas sobre el territorio, que pueden tener relevancia para temas de un ordenamiento territorial en otros grupos humanos no necesariamente identificados como indígenas”
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“Tenemos mucho que aprender de las concepciones indígenas sobre el territorio, que pueden tener relevancia para temas de un ordenamiento territorial en otros grupos humanos no necesariamente identificados como indígenas”
Revista Planeo Nº 28 Territorios Indígenas y Planificación, Junio 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Tenemos mucho que aprender de las concepciones indígenas sobre el territorio, que pueden tener relevancia para temas de un ordenamiento territorial en otros grupos humanos no necesariamente identificados como indígenas”
Juan Álvaro Echeverri cursó la carrera de Antropología en la Universidad de Antioquia y posteriormente realizó su PhD en New School for Social Research en Nueva York. Ha trabajado desde 1997 en la sede Amazonía de la Universidad Nacional de Colombia, especializándose en proyectos de gestión comunitaria e investigación científica de poblaciones indígenas amazónicas, por lo cual ha recibido diversas distinciones. Actualmente sus áreas de desempeño son Etnología Indígena, Etnolingüística y Etnobiología.
- Primero, considerando que tradicionalmente hemos tratado la territorialidad indígena como algo lejano, ajeno e incluso exótico, ¿de qué forma crees que debiésemos repensar el concepto de este territorio para poder plantear un ordenamiento socialmente sustentable?
La percepción de la territorialidad indígena como algo lejano y ajeno es solo una faceta más de la exotización a la que se tiende al tratar los temas referentes a los pueblos originarios. El tema es visto como algo que es peculiar a los indígenas, como una singularidad cultural. Sin embargo, yo creo que tenemos mucho que aprender de las concepciones indígenas sobre el territorio, que pueden tener relevancia para temas de un ordenamiento territorial en otros grupos humanos no necesariamente identificados como indígenas. El ordenamiento territorial ha sido tratado desde las instituciones y el Estado como un asunto fundamentalmente técnico, basado en SIGs y que conduce a trabajos de zonificación. El OT es, en esa visión, una cuestión de ordenamiento del espacio. Algo fundamental de la concepción indígena del territorio (y aquí me atrevo a generalizar) es que territorio no es solamente espacio; el territorio es un concepto social y vital: es el tejido de relaciones que en el transcurso del tiempo genera huellas en el paisaje y por lo tanto su espacialización es un efecto de su fundamento vital. Esta noción de territorio es expresada por muchos pueblos indígenas mediante formulaciones que pueden sonar crípticas o espirituales – y efectivamente lo son – pero que si las abordamos no como peculiaridades culturales sino como otra forma de concebir la relación paisaje-vida-memoria pueden tener implicaciones importantes para estrategias diferentes de un ordenamiento social del espacio. Por ejemplo, en la lengua uitoto el término territorio podría ser traducido como nagɨma; este término significa literalmente como “el ámbito de todas las generaciones”. No es precisamente un término espacial o geográfico, pero condensa el sentido de lo que es el territorio: es la acción de muchas generaciones – antiguas y presentes – que en su interrelacionamiento y su accionar deja marcas en el paisaje: caminos, rastrojos de antiguos huertos y casas (bosques secundarios modificados), los entierros de los difuntos. El territorio es así memoria de relaciones.
- ¿Cómo podemos relacionar y hacer converger dos visiones opuestas (indígenas y no-indígenas) en un plan de ordenamiento territorial? ¿Es necesario un acuerdo entre ambas partes?
Generalmente se habla de “interculturalidad” cuando se trata de relacionar y hacer converger visiones opuestas o diferentes en estos temas. Pero un primer asunto a considerar es el diferencial de poder de los actores que se relacionan: por ejemplo, el Estado y un pueblo indígena minoritario. La tendencia en estos procesos de negociación es que prima la visión territorial del Estado y la interculturalidad se reduce a la inclusión de los asuntos sociales o culturales como “capas” adicionales en los sistemas de representación que generan los SIG, mediada mediante instrumentos de participación que en general son ajenos a las prácticas culturales locales. Un ejemplo es el de la negociación de la Unidad de Parques de Colombia con la etnia miraña para el manejo compartido del Parque Nacional Natural Cahuinarí, en la Amazonia. Desde el punto de vista de la Unidad de Parques, el asunto en común es, obviamente, el área del Parque, para cuyo manejo se busca tratar de hacer converger, o combinar, la visión de manejo desde la biología de la conservación (basada en un mapa de paisajes naturales) y la visión indígena (territorios ancestrales, sitios sagrados, zonas de ocupación y subsistencia, etc.). Sin embargo, desde la visión indígena el asunto no es el Parque como espacio geográfico y natural, sino la historia de relaciones que la gente ha tejido en su historia, en la cual la Unidad de Parques, por ejemplo, no es sino un actor más – y por cierto relativamente muy reciente y con una relación territorial muy limitada. Desde una perspectiva indígena territorial el asunto del ordenamiento territorial pasa no por acciones o decisiones sobre los espacios naturales sino por el ordenamiento de las relaciones que tienen incidencia sobre esos espacios, y esas relaciones incluyen las relaciones sociales entre el pueblo indígena y la entidad estatal. Esto crea una diferencia: una cosa es llegar a un acuerdo para un ordenamiento territorial participativo (desde una perspectiva dominante de la visión territorial estatal) y otra cosa es que la entidad estatal (o agente externo) se ubique como un actor territorial que entra en relaciones con otros actores territoriales.
- ¿Cuáles han sido los principales y más persistentes errores (o enemigos) de la planificación territorial indígena en Latinoamérica?
Tal vez de lo anterior deriva lo que desde mi punto de vista y experiencia podría calificarse como “error” (o tal vez mejor, como obstáculo o problema estructural) en procesos de planificación territorial indígena: el de la asimilación epistemológica de los pueblos indígenas en conceptos y visones territoriales dominantes, fundamentadas en nociones espaciales. Aunque se puedan plantear como procesos “participativos”, la relación misma es desigual, el lenguaje dominante es el español o portugués (o inglés, etc.), y los instrumentos, escenarios y modos de acción y decisión vienen dados desde los actores que disponen de los recursos y la tecnología. Aquí el foco es la obtención de un “producto participativo”. Si algo pudiéramos aprender de las nociones territoriales indígenas, lo primero sería que el foco debe ser más bien las relaciones sociales que se tejen alrededor del territorio. Este cambio de enfoque conduce a que la principal prioridad deber ser la comunicación, no los instrumentos tecnológicos. Los problemas de comunicación son de hecho ese principal obstáculo. Y la des-comunicación es aún más grave cuando ni siquiera percibimos que existe; cuando asumimos que estamos hablando de lo mismo. Doy un ejemplo tomado de mi participación como asesor en la elaboración de un plan de manejo compartido del Parque Cahuinarí entre la Unidad de Parques de Colombia y la autoridades del pueblo miraña, que nos lo ilustra. Un funcionario de Parques manifestó lo siguiente para destacar el sentido y significancia del convenio que se había suscrito con la etnia miraña: “El convenio no es solo un texto, sino una nueva modalidad de la toma de decisiones sobre el manejo del territorio”. Y una de las autoridades tradicionales miraña por su parte lo representó de la siguiente manera: “No es otro pensamiento [el del convenio], es el mismo pensamiento de nosotros; ésta es la forma de hacerlo entender a la gente.” Para Parques lo interesante del convenio es la innovación; para los indígenas, en contraste, el convenio no tiene por qué ser algo nuevo, sino la reiteración de lo mismo, de lo que viene, del pasado.
- ¿Qué experiencias de planes ordenamiento territorial elaborados por comunidades indígenas tenemos en Latinoamérica y cuáles son sus principales características?
Esta es una pregunta difícil, porque no tengo realmente una visión panorámica de experiencias continentales que me permitan dar una evaluación y apreciación justa. Lo que uno puede anticipar es que el mismo rótulo “ordenamiento territorial” (o su variante “ordenamiento ambiental”) está tan cargado semánticamente que y tan ligados a una cierta concepción territorial de tipo espacial en el marco de relaciones desiguales de poder con respecto a los estados nacionales, que tal vez implique que estén enfrentados a esos problemas y obstáculos estructurales que acabo de mencionar. Pero por otra parte, sí podríamos afirmar que si tomamos el concepto de “ordenamiento territorial” en un sentido más amplio y abarcador, no necesariamente ligado a procesos de zonificación, tendríamos que decir que muchos pueblos indígenas han tenido y manejados planes de ordenamiento territorial, en el sentido del manejo de la relaciones sociales (que incluyen las relaciones intersubjetivas con los dueños de las entidades y sitios del paisaje) que ha demostrado su poder ordenador en la medida que han sabido permanecer durante milenios transformando y enriqueciendo el paisaje – es decir, construyendo y transformado el territorio.cierta pacial l territorio principalmente como un fen dar una evaluacie se habautoridades del pueblo miraña para ntear como proc
- Finalmente, ¿hacia dónde crees que debemos apuntar, en relación a políticas públicas y ordenamiento, para un desarrollo integral de nuestras comunidades en el territorio?
Si asumimos que territorio es vida y sociedad (que modifica, con el paso del tiempo el paisaje) y que ordenamiento territorial es primero que todo ordenamiento de las relaciones, creo que se necesita apuntar hacia una mayor conciencia y reflexividad de tres tipos: lingüística, cultural y social. El aspecto lingüístico creo que nos puede ayudar mucho en los procesos de inter-comprensión y comunicación; es necesario construir categorías territoriales que partas de categorías nativas; esto ayudaría a mitigar los procesos de asimilación epistemológica implícitos en muchos procesos de trabajos “participativos” pero que se fundan solo en categorías desde una semántica de las lenguas indoeuropeas, y conduciría a procesos de inter-aprendizaje. Segundo, en términos culturales, es necesario abrirse a asumir la posibilidad y realidad de otros sistemas ontológicos y epistemológicos que están implícitos en la construcción de esas categorías nativas y eventualmente a encontrar y diseñar instrumentos y formas de representación espacial que les den cabida. En términos sociales, es necesario tomar conciencia que muchos de los procesos que se denominan “participativos”, “interculturales”, etc. invisibilizan relaciones de dominación entre los actores, y que – si volvemos al axioma que planteamos que territorio es una categoría vital y social – las relaciones sociales son parte y componente de las relaciones territoriales y no meramente un instrumento para obtener un producto. Si bien los dos primeros pueden ser más difíciles y demandantes, es el tercero – la atención a las relaciones sociales entre los actores – lo que me parece que marcaría una diferencia fundamental.
Entrevista a Rodrigo Díaz: "Movilidad y transporte en Ciudades Intermedias"
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“Están dadas las condiciones para, a partir de soluciones más baratas, poder dar un sistema de transporte público digno. Es decir, que la gente no tenga que ir apiñada, que haya condiciones para que se pueda pedalear bien, de forma segura, distancias cortas, y también que haya condiciones para que se pueda caminar mejor”
Revista Planeo Nº 27 Ciudades Intermedias, Abril 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Están dadas las condiciones para, a partir de soluciones más baratas, poder dar un sistema de transporte público digno. Es decir, que la gente no tenga que ir apiñada, que haya condiciones para que se pueda pedalear bien, de forma segura, distancias cortas, y también que haya condiciones para que se pueda caminar mejor”
Rodrigo Díaz es arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile, posteriormente se graduó de Master en Planificación Urbana en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Actualmente se desempeña como consultor en temas de movilidad, transporte y desarrollo urbano. Peatón y usuario del transporte público, el cual ha defendido su uso con la convicción de que es posible corregir sus falencias, principalmente en las grandes ciudades latinoamericanas. Constantemente nos expone, con gran claridad, distintas problemáticas urbanas relacionadas a la movilidad y transporte en su Blog Pedestre (ciudadpedestre.wordpress.com).
Fuente: newindie.org
¿Qué ventajas y dificultades respecto a la movilidad urbana tienen las ciudades intermedias frente a las grandes ciudades o zonas metropolitanas?
En general, son casi puras ventajas. Primero que todo, tu no necesitas grandes inversiones para transporte masivo, que es donde se van los grandes presupuestos y las grandes obras, que además toman muchísimos años. En ciudades intermedias no tienes que pensar en redes de metro, en grandes corredores segregados de buses ni nada por el estilo. Todo tiende a ser bastante más sencillo. Por otro lado, se dan condiciones ideales al tener distancias bastante más cortas para el uso masivo de bicicletas y caminatas. Tienen quizás el gran inconveniente de, al ser ciudades más pequeñas, ser también más atractivas para automóviles y motos, porque si me voy a comer un taco al menos va a ser un taco corto, puedo estar 10 o 15 minutos y no una hora como Santiago. Pero en general, las soluciones tienden a ser más sencillas y de más bajo costo, lo que facilita un poco todo el cuento.
En cuanto a las dificultades que puede tener una ciudad intermedia en Chile, que es un país súper centralista ¿Puede ser esto una complicación en torno a los recursos?
Una dificultad que no solamente se da en Chile, es una dificultad que se da en todo el mundo y se puede ver en Latinoamérica. Es normal que pongamos el énfasis en aquellos lugares donde tenemos mayores dificultades. La situación de Santiago no es en absoluto comparable a la de Osorno, Talca o Iquique, son dos cosas totalmente distintas. No se trata de ser centralistas, sino de saber que Santiago me demanda problemas que son de otra escala, de otro costo, de otra intensidad y de otra complejidad. Por ejemplo, países bastante desarrollados como Francia o Inglaterra, crean estatutos propios para París o Londres que dicen que van por otro carril, que necesitan un marco institucional y financiero distinto al del resto de las ciudades. Entonces es esperable lo que pasa en Santiago. Claro, las regiones se quejan de que se va todo para Santiago, pero los problemas que tenemos en Santiago y en menor medida en Concepción, Viña y Valparaíso, no tienen nada que ver en complejidad y magnitud respecto a lo otro. Ahora bien, en Chile pasó un caso muy particular, a raíz de los fondos que se dieron al Transantiago, en el Congreso se discutieron también los famosos fondos Espejo, que son fondos destinados a las regiones. Sucedió que muchas regiones no tenían idea en qué ocuparlos. De hecho, decidieron más que mejorar los servicios, aplicar un subsidio a la tarifa. Entonces hay que poner muy de manifiesto una realidad que dice que los problemas de movilidad no son en absoluto comparables. Por otro lado, un gran problema que tienen las ciudades intermedias es la falta de equipos técnicos de alto nivel, que tienden a concentrarse en las grandes ciudades, donde las oportunidades profesionales y económicas son mucho mayores. Esto último no es un problema exclusivo de Chile; de hecho, es posible apreciarlo incluso en países desarrollados.
Generalmente, los planes para fomentar el uso del transporte público y alternativo son una respuesta a las externalidades negativas ya arrojadas por el automóvil ¿Es posible pensar que las ciudades intermedias son capaces de adelantarse a esta problemática? ¿Qué es necesario para esto?
En muchos casos las ciudades intermedias se mueven como creen que es la mejor manera de hacerlo. Por ejemplo, hay ciudades intermedias que, sin ningún tipo de política pública, tienen alto porcentaje de uso de bicicletas. Estoy pensando claramente en Curicó, Talca y Chillán, en donde el uso de la bicicleta es sobre el 5%, que es bastante alto. Incluso se dice que en alguno podría llegar hasta el 10%. Esto es sin ningún tipo de política pública detrás, sin haber metido prácticamente un peso en infraestructura ciclista. Sin embargo, dadas las condiciones de estas ciudades y de existir una cultura bicicletera detrás, han hecho que la bicicleta tenga una gran aceptación. En las ciudades intermedias, por ejemplo, el transporte público, tiene baja participación en el reparto modal. En cambio, los colectivos pasan a tener una alta representación, porque son más flexibles y requieren inversiones menores. Yo viví 7 meses en Iquique, y me acuerdo que me movía para todos lados en colectivo porque tenían rutas flexibles, no tenían rutas fijas. Se adelantaron varios años a lo que iba a ser Uber Pool; el chofer adecuaba la ruta dependiendo quién se subía. Desde el punto de vista individual, funcionaba bastante bien. El problema es que los colectivos son más eficientes que un automóvil particular, pero menos eficientes que el transporte público. En una ciudad intermedia lo que hay que saber es cómo combinar esta realidad, poder tener transporte público de menor escala y con unidades más pequeñas. Ahí hay una gran oportunidad para el tema de bicicletas y peatones, porque las distancias a recorrer son cortas. Cuando tú tienes esas distancias cortas, pedalear o andar a pie aparece muy atractivo.
Pensando en grandes ciudades como las capitales sudamericanas ¿Crees que tengan vuelta atrás en el tema de mejorar el transporte y la movilidad? ¿Existe alguna experiencia mundial en que este tema se haya resuelto o mejorado considerablemente?
Por supuesto, yo creo que hay todo un espacio para mejorar. Soy un convencido de eso, sino no me dedicaría a esto. Ahora bien, la verdad de las cosas es que las grandes ciudades de Latinoamérica han ganado algunas batallas, pero están perdiendo la guerra. Es decir, hay un aumento de la congestión en todas las grandes ciudades, ha bajado la participación en el reparto modal del transporte público y ha subido considerablemente el número de automóviles privados y motos, que es un fenómeno que no se ve mucho en Chile, pero en el resto de Latinoamérica las motos se dispararon. Entonces, el panorama no es muy bueno, pero si uno ve ciudades, incluso norteamericanas, como Nueva York o San Francisco, por ejemplo, siendo esta última una ciudad que ha logrado revertir panoramas, ha logrado mejorar la participación del transporte público. Han aparecido otras soluciones que van entremedio, que son sistemas que están a medio camino entre lo público y lo privado, como Bridj en Boston, y en San Francisco hay buses pequeños con rutas flexibles, más parecido a un colectivo. Entonces, creo que hay un gran espacio. Ciudades europeas también lo han logrado; podemos ver buenos ejemplos como Copenhague, Ámsterdam y otras ciudades holandesas, que hoy tienen que la bicicleta alcanza alrededor del 30% del reparto modal, pero hace 30 años no superaba el 10%. Eso se debió a una política pública fuerte, sostenida, de fomento a un modo y de restricción a otros. Es muy interesante revisar la página web de la ciudad de Copenhague, donde ellos te advierten que tener autos en esta ciudad es muy caro porque se castiga con todo tipo de impuestos y, se ha reducido su espacio de circulación y éste se ha dado a otros modos. Entonces, podemos hacer esto, las ciudades de Latinoamérica perfectamente pueden hacerlo. Pero esto implica voluntad, para mejorar los sistemas de transporte público, para dar espacios exclusivos de circulación a transporte público y bicicletas, restringir el espacio para automóviles y a su vez cargar con impuestos por el verdadero costo que circular un automóvil tiene, que es algo en lo que hemos sido flojos.
¿Crees que es posible pensar sólo en vías no segregadas por uso, sino que compartir distintos medios de transporte en las ciudades intermedias?
Las ciudades intermedias son un cuento aparte. Creo que en ciudades intermedias perfectamente se pueden tener algunas vías segregadas, para circulación tipo BRT, por ejemplo. No creo que estemos en condiciones para tranvía, como tienen muchas ciudades europeas, porque son demasiado caros. Pero lo que sí se puede hacer, sobre todo en las partes más consolidadas, donde están las estructuras de damero, podemos habilitar la vía para el uso compartido propiamente tal, sobre todo a nivel de vía local. Las vías locales nos ofrecen una red fantástica para el uso de la bicicleta, por ejemplo. Entonces, perfectamente podemos hacer esto. En vías troncales, yo creo que efectivamente si se puede tener una vía segregada para buses, solamente en determinadas circunstancias. Uno podría pensar en algunas grandes arterias donde se podrían poner vías segregadas para buses. En el resto perfectamente pueden compartir porque las frecuencias de los buses son bajas y no hay la gran congestión que se experimenta en las grandes ciudades.
¿Son las ciudades intermedias una oportunidad para hacer ciudades más justas, no cometer los errores de siempre y tomar referentes efectivos en temas de movilidad?
Eso de ciudades más justas da para una semana hablando. Yo creo que la gran gracia de las ciudades intermedias es que finalmente, la movilidad deja de ser un tema en tu vida. Cuando tú le preguntas a un santiaguino qué es lo que más detesta de la ciudad, una de las primeras cosas que te va a decir es el tráfico. Si tú te vas a una ciudad intermedia te van a decir otras cosas, los problemas son otros. Pero el tráfico no va a entrar en tu vida, porque no le estas destinando gran parte de tu tiempo a eso, tienes otras cosas para preocuparte. Si son más justas o no, es muy difícil decirlo. Lo que sí creo es que están dadas las condiciones para, a partir de soluciones más baratas, poder dar un sistema de transporte público digno. Es decir, que la gente no tenga que ir apiñada, que haya condiciones para que se pueda pedalear bien, de forma segura, distancias cortas, y también que haya condiciones para que se pueda caminar mejor. Si eso hace que se haga una ciudad más justa, es otro cuento. Pero creo que, como experiencia de movilidad, claramente es mejor.
¿Cuál es el principal enemigo a la hora de planificar la movilidad urbana en una ciudad intermedia?
Hay varios enemigos. Primero que todo, existe el terror de los automóviles. Es decir, el terror a aplicar medidas contra el automóvil, entre otras cosas porque son impopulares dentro de un grupo que tiene acceso a la opinión y porque te echas en contra una gran industria. Entonces, siempre ha habido pánico a actuar contra el automóvil. No solamente en Chile; de hecho, aquí hemos adoptado algunas medidas regulatorias, pero no las suficientes. En general, en Latinoamérica y en el mundo entero, existe el pánico de ir contra el usuario del automóvil, ya sea quitándole espacios o gravándolo con impuestos. Hay una cifra que siempre debemos recordar, que es que alrededor del 80% de la superficie vial está ocupado por automóviles privados, que son los que ocasionan la congestión. La única manera de solucionarla es sacando coches. Por eso hay que adoptar políticas de restricción espacial, darles el espacio a otros modos, o castigarlo con impuestos, que siempre va a ser impopular.
Hay un segundo tema, del cual Chile en cierta medida ha escapado, que es que en general en Latinoamérica uno ve una reticencia de los gobiernos a invertir en movilidad. Sobre todo, a partir de los 80’, cuando se estimó que la movilidad y el transporte público era un asunto que se podía autofinanciar, lo podía hacer un privado, con un costo ambiental, social y económico muy alto, pero finalmente se decía que transportistas pueden brindar un servicio público sin subsidio del Estado. Transantiago nos dio un palo en la cabeza con eso, porque nos demostró que un sistema integrado de alto estándar no puede funcionar sin una considerable dosis de subsidios. Lamentablemente, el autofinanciamiento sigue siendo el dogma de mucha gente; de hecho, Transantiago se pensó autofinanciable en un comienzo, lo que fue un error gigantesco y gran parte del drama del sistema se deriva de eso. A otras ciudades también les ha costado a palos entender esto, como Bogotá, cuyo sistema integrado, el SITP, tiene miles de problemas precisamente porque partieron del supuesto de que todo se autofinanciaba, lo que es un error. Entonces, yo creo que esos son los dos grandes enemigos, primero, el terror a aplicar políticas contra el automóvil, y segundo, la timidez con que se implementan políticas a favor del transporte sustentable. Cuando hablo de timidez, es básicamente timidez financiera, pero también hay un poco de timidez proyectual o técnica. Pongo el caso de la red de ciclovías en Chile, donde el compromiso gubernamental habla de 190 kilómetros de ciclovía de alto estándar para Chile, pero con 190 kilómetros en Chile tú no haces nada. Son 1900 por lo menos para empezar a funcionar, con 190 no alcanza ni siquiera para Santiago, que necesita por lo menos 500 kilómetros. Creo que hemos sido tímidos, tenemos un buen discurso, pero este no se ve reflejado en políticas, programas y proyectos más agresivos. Como alguien decía, al parecer la congestión y sus problemas derivados no son algo importante, porque si lo fueran hace rato habríamos adoptado medidas de fuerza para solucionarlo, y estas medidas de fuerza aún no hemos logrado hacerlas.
Entrevista a Francisco Letelier Troncoso "Ciudades Intermedias: Problemáticas y desafíos"
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“A fines de los 90 la ciudad intermedia fue proclama como alternativa a la metrópolis, como promesa de calidad de vida. Sin embargo, al poco tiempo pudimos observar que los cambios producidos por las políticas urbanas neoliberales habían debilitado su capacidad de constituirse en espacios urbanos de calidad”
Revista Planeo Nº 27 Ciudades Intermedias, Abril 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“A fines de los 90 la ciudad intermedia fue proclama como alternativa a la metrópolis, como promesa de calidad de vida. Sin embargo, al poco tiempo pudimos observar que los cambios producidos por las políticas urbanas neoliberales habían debilitado su capacidad de constituirse en espacios urbanos de calidad”
Francisco Letelier Francisco Letelier es académico de la Universidad Católica del Maule, investigador en CEUT y socio de la ONG Surmaule. Sociólogo de la Universidad de Concepción, Magister en Sociología por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, y doctorante en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Entre sus publicaciones se encuentran diversos libros y artículos, en los que su línea de estudios se enfoca en la construcción social del territorio y la ciudad, la acción colectiva, el desarrollo local y distintos estudios post catástrofes.
Fuente: www.ceut.cl
Primero, nos gustaría saber cuál es la definición de ciudad intermedia en el que ustedes se enmarcan y cuáles son sus principales características.
Primero hay que decir que nuestra aproximación está más centrada en comprender las relaciones entre distintos componentes del territorio: uno de ellos es la ciudad intermedia, que no se puede explicar sin la relación que establece con su entorno. Segundo, no trabajamos con una sola definición, sino más bien con aproximaciones. El debate está abierto. Dicho eso, hay por lo menos cuatro aspectos que nos parecen importantes a considerar: la escala, la función, las dinámicas de interrelación y las formas que adopta el modelo político-económico.
Hay una primera aproximación que la da la escala urbana. Sin embargo, producto de los avances tecnológicos, el acceso a la información y el desarrollo de la infraestructura, el solo tamaño es insuficiente para operar una clasificación. Ayer podríamos haber sostenido que un centro poblado de 30.000 habitantes no reúne las condiciones para ser considera ciudad intermedia; sin embargo, hoy ese centro está cumpliendo una función de intermediación importante entre lo regional y el sector rural. Así, una segunda dimensión es la función de la ciudad en su entorno. Cuando hablamos de ciudades intermedias nos referimos a una intermediación entre distintas escalas territoriales. Talca, en la región del Maule, una ciudad de 250.000 habitantes, claramente cumple una función de intermediación entre el nivel nacional y el territorio regional. Lo mismo puede hacer una capital provincial respecto a sus comunas, y también lo puede hacer una ciudad pequeña respecto a su entorno rural. Pero como sostenía Milton Santos, la globalización permite que la intermediación no sea necesariamente escalonada, hay “cortocircuitos” que producen discontinuidades: así, una ciudad pequeña puede intermediar con el nivel global directamente, sin pasar por el nivel provincial o regional.
Es necesario considerar además aspectos vinculados a tipos de territorios y dinámicas de interrelación específicas. En el caso del Maule (y de todo el Valle Central), encontramos lo que Manuel Canales denomina “ciudades agrarias”, centros urbanos que viven a partir del empuje que les da todo el conjunto de actividades vinculadas a la industria silvoagropecuaria; son el componente urbano de territorios agrarios. Esta particularidad territorial abre una dimensión especialmente interesante, que tiene que ver con las relaciones y ambigüedades urbano-rurales. La ciudad intermedia del Valle Central está totalmente imbricada con su entorno rural. Es más, existen un conjunto enorme de prácticas rurales que se dan en las ciudades. Las ciudades agrarias presentan una cultura híbrida urbano-rural, difícil de clasificar y que constituye un objeto de estudio en sí mismo.
Finalmente, no se puede analizar a la ciudad intermedia en Chile sin tener en consideración la manera en que el modelo neoliberal ha influido en las políticas urbanas y territoriales. Hay un conjunto de fenómenos y problemas que no son coherentes con la escala urbana de nuestras ciudades intermedias: contaminación, congestión, desconfianza, estrés urbano, violencia, segregación, guetización, entre otros. No es posible explicar estos fenómenos sin asumir el impacto de las políticas urbanas neoliberales.
¿Cómo ha sido la evolución de las distintas ciudades intermedias en Chile?
Muchas de las ciudades intermedias chilenas, especialmente las del Valle Central, han experimentado sus cambios más significativos a partir de los años 70. Estos cambios deben observarse teniendo en cuenta al menos tres procesos: la liberalización del suelo urbano y la retirada de la lógica de planificación, el proceso de regionalización implementado a partir de 1974 y el desarrollo de la industria silvoagropecuaria. De manera muy sintética, podemos decir que, por un lado, estas dinámicas aceleraron la migración interna desde las zonas rurales hacia pueblos y ciudades y segundo, tradujeron esta migración en un crecimiento extendido, segregado e inorgánico. El caso de Talca resulta ilustrativo al respecto. A inicios de los 70 tenía cerca de 80.000 habitantes, y hoy tiene 250.000. Hace 40 años su radio urbano era equivalente a su damero; en la actualidad se ha triplicado, y el Plan Regulador de 2011 incrementó en 6.000 hectáreas el suelo urbano. Fenómenos como éste han producido que en las ciudades intermedias chilenas comiencen a percibirse problemas tradicionalmente asociados con la escala metropolitana, mientras que son horadadas las bondades que una menor escala puede favorecer.
Pero al mismo tiempo existe una percepción de que estas ciudades se han modernizado: hay más malls, centros comerciales y supermercados, todo lo cual se transforma en sinónimo de progreso. Asimismo, ha mejorado la oferta cultural, educacional y de ocio, y las prácticas culturales se han ido diversificando.
La evolución de estas ciudades resulta paradójica. Aumentan los problemas, pero también lo hacen las oportunidades de acceso a bienes y servicios. A partir de una encuesta realizada hace pocos meses por CEUT, pudimos observar que las representaciones de las ciudades intermedias de la región son muy fragmentadas: no existe un imaginario de ciudad intermedia. Y esta resulta así una de sus principales características: su ambigüedad, el encontrarse entre su pasado de pueblo y una cierta aspiración de ciudad grande, sin ser ni uno ni lo otro, y sin contar tampoco con un proyecto propio.
¿Qué ventajas en relación a lo urbano pueden tener sobre las zonas metropolitanas o pequeñas ciudades? ¿Son las ciudades intermedias una oportunidad de establecer un escenario más favorable sobre la calidad de vida de los habitantes?
A fines de los 90 la ciudad intermedia fue proclama como alternativa a la metrópolis, como promesa de calidad de vida. Sin embargo, al poco tiempo pudimos observar que los cambios producidos por las políticas urbanas neoliberales habían debilitado su capacidad de constituirse en espacios urbanos de calidad. Por otro lado, las ciudades pequeñas, de menos de 50.000 habitantes, han estado experimentando un desarrollo importante de su infraestructura y conectividad, mejorando notablemente su acceso a servicios públicos y privados. Si sumamos a esto que no tienen los problemas de las ciudades intermedias mayores (congestión, contaminación, inseguridad, entre otros), se constituyen en lugares atractivos para vivir. Sin embargo, la tendencia que observamos es que, como la escala urbana es un factor que debe ajustarse con los efectos negativos del modelo de crecimiento urbano neoliberal, ciudades más pequeñas comienzan también a experimentar procesos de deterioro –ejemplo de lo cual es la existencia de amplios sectores de vivienda social con muchos problemas socio urbanos en ciudades de menos de 40.000 habitantes.
No obstante, en términos generales -y a pesar de sus nuevos problemas-, las ciudades intermedias son espacios valorados, sobre todo si uno las compara con las ciudades metropolitanas. Una persona que llega de Santiago a Talca se encontrará sin duda muy contenta con los menores tiempos de viaje y con una trato relativamente amable en la vía pública, sin embargo, quienes hemos vivido toda la vida aquí notamos cómo ambas cosas se han venido deteriorando en los últimos 20 años: hay más congestión vehicular y un mayor nivel de estrés urbano. Las ciudades intermedias tienen todavía un gran potencial para producir buenas condiciones de vida, pero hay que ser enfático en que lo han venido perdiendo progresivamente.
Por otro lado, la experiencia que tiene de la ciudad una familia cuyo ingreso está por sobre un millón de pesos, y la que tiene otra que no alcanza los 500.000 es diferente. Como las lógicas de segregación se han intensificado, el ingreso define la localización y la calidad urbana a la que es posible acceder. En este sentido, para una familia de menores recursos, la ciudad, más allá de su escala territorial, siempre será un lugar menos amigable. Lo que sí está claro es que una escala urbana menor facilita la convivencia con la familia extensa, cuestión que también la vemos con claridad en nuestra encuesta; sin embargo, esto mismo puede llegar a inhibir la creación de vínculos sociales más diversos y por lo tanto, afectar la creación de confianza social, esto es, la confianza en el otro generalizado.
¿Cuáles son los principales desafíos que presentan las ciudades intermedias actualmente?
El primero, y más importante a mi juicio, es producir reflexividad acerca de sí mismas. Debemos ser capaces de reconocer las potencialidades de nuestras ciudades, que son muchas, y reconocer también las dinámicas que las afectan o impiden su desenvolvimiento. Por ejemplo, Talca y Curicó son las ciudades con mayor proporción de viajes en bicicleta; sin embargo, al no tener esta característica un correlato en las políticas públicas, lo que ha ocurrido es que el porcentaje ha comenzado a disminuir y en el mediano plazo, esto ya no será un valor. Lo mismo ocurre en otros aspectos tales como la calidad de la vida barrial, la cohesión social y la calidad de la centralidad urbana, en los cuales las ciudades de menor tamaño han venido decayendo sistemáticamente.
Necesitamos definir un horizonte de llegada para nuestras ciudades, un proyecto. Esto implica construir una masa crítica en la sociedad civil, en la academia y en el gobierno, capaz de problematizar la situación actual de las ciudades y poner desafíos políticos de largo plazo. Todo esto suena bien en el papel, pero no es fácil, sobre todo cuando la planificación urbana parece haber quedado reducida apenas a la zonificación.
Las ciudades intermedias son aún espacios urbanos planificables y permiten en principio una mayor participación ciudadana en el gobierno y gestión de la ciudad. Como lo sostenía la UNESCO en 1999, ellas pueden brindar un campo fértil de experimentación de alternativas a las nociones de urbanidad, convivencia y gobernabilidad, y en definitiva, hacia una mayor calidad de vida.
Por último, ¿qué planes, medidas o políticas consideras necesarias para seguir apoyando el desarrollo de estas ciudades en Chile?
Se requiere de mayor planificación urbana y territorial. Es fundamental, por ejemplo, disminuir la migración rural-urbana. Una política rural para Chile es absolutamente imprescindible para evitar que las ciudades intermedias sigan expandiendo. Al mismo tiempo se requiere con urgencia que las nueva Política de Desarrollo Urbano se exprese en programas e instrumentos específicos, especialmente en lo que se refiere a integración y cohesión urbana. Es necesario también definir nuevos espacio de planificación y participación a nivel territorial. La fragmentación del tejido social a nivel vecinal impide la emergencia de un actor capaz de orientar el desarrollo urbano; por esto, junto con fortalecer las instancias de participación a nivel comunal como los COSOC, es necesario promover articulaciones territoriales intermedias, como aquellas que la literatura denomina “Unidad Vecinal”.
"Ciudades intermedias en Chile: definición de un territorio en transición"
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La definición de ciudad intermedia ha generado amplio debate en la comunidad científica. El dinamismo presentado por estas urbes ha generado un auge en su estudio, buscando comprender el crecimiento experimentado y sus efectos socio-espaciales. Esta columna busca debatir –sucintamente- algunos elementos para su definición y las características de este tipo de urbes
Revista Planeo Nº 27 Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Francisco Maturana Miranda, Geógrafo, Doctor en Planificación Territorial, Urbanismo y Dinámicas del Espacio, Instituto Chileno de Estudios Municipales, Universidad Autónoma de Chile]
Resumen: La definición de ciudad intermedia ha generado amplio debate en la comunidad científica. El dinamismo presentado por estas urbes ha generado un auge en su estudio, buscando comprender el crecimiento experimentado y sus efectos socio-espaciales. Esta columna busca debatir –sucintamente- algunos elementos para su definición y las características de este tipo de urbes.
Palabras clave: Ciudades intermedias, Chile.
Chile es un país altamente urbano. Sobre el 85% de la población es urbana y de ésta sobre el 35% habita fuera de los tres grandes espacios metropolitanos consolidados correspondientes a Santiago, Valparaíso y Concepción.
Es en este contexto donde las ciudades intermedias toman relevancia. Su definición ha sido objeto de profundo debate e innumerables autores han opuesto y discutido en torno a los elementos funcionales o estadísticos que la componen (Maturana, 2015). En efecto, la definición de ciudad intermedia involucra al menos 4 elementos.
El primero, es referente a su sistema urbano y la talla (entendida como el número de habitantes). La distribución de la cantidad de población en las ciudades y el número de éstas será determinante para establecer una definición en términos de talla. No es lo mismo una ciudad intermedia en China, que lo que podría ser en Chile o en Alemania.
Un segundo aspecto, corresponde a las “intermediaciones” o funciones espaciales que ejerce la ciudad. Variados autores (Bellet y Llop, 2004; Gault, 1989), han diferenciado entre lo “medio” y lo “intermedio” otorgándole a este último un valor agregado, entendiendo que las ciudades intermedias realizan funciones espaciales (más allá de su tamaño), las cuales podemos definir como: “el conjunto de actividades de una ciudad que tiene un impacto sobre la organización espacial del sistema, así como sobre los flujos de personas y mercancías, las cuales impactan en procesos de cooperación y dependencia bajo una lógica de competencia” (Maturana, 2015: 31). Así, las ciudades ya no dependerían de su cantidad de población para insertarse en redes de escala diferenciada (o sistemas jerarquizados), sino que de su capacidad para articular un proyecto que genere redes de cooperación o innovación (Batten, 1995), dejando a un lado la estructura jerarquizada de relaciones verticales del paradigma de la plaza central.
Un tercer elemento corresponde al grado de complejidad del centro urbano, es decir ¿presenta las mismas problemáticas que la gran ciudad? ¿Posee una batería de servicios especializados que les otorga autonomía a los habitantes que residen en ella?
Un cuarto y último elemento radica en su escala espacio temporal. Lo que hoy podríamos denominar ciudad intermedia ¿podrá serlo en 20 años más? El crecimiento experimentado por la urbe en unos cuantos años ¿tendrá características más bien de metrópolis?
Estos elementos no hacen más que complejizar la demarcación de un objeto de estudio que además poseería una característica muy relevante, son urbes en continua mutación y movimiento, expresan una especie de “transición” hacia un espacio metropolitano.
Lo interesante de lo anterior, es que no todas las ciudades podrían vivir dicha transición. Los pequeños centros poblados ¿podrán presentar un dinamismo tal que desarrollen una expansión urbana exuberante? La distribución de población en los centros urbanos en términos de su organización jerárquica tiende a ser estable en el tiempo (Pumain, 2006), esto genera que en variados sistemas urbanos las disparidades de las ciudades en términos de población y su organización, no solo existan sino que tienden incluso a verse reforzadas, por lo tanto ciudades pequeñas no necesariamente expresarán un dinamismo relevante, (Rojas, Maturana y Morales, 2015). No obstante, determinadas capitales regionales como Temuco, Antofagasta, la conurbación La Serena-Coquimbo -que podrían ser consideradas como ciudades intermedias- estarían viviendo una transición hacia una metropolización de sus espacios, lo cual nos llevaría también a identificar qué entendemos por metrópolis.
Lo anterior, no haría más que complejizar el análisis puesto que ¿es sencillo establecer una distinción entre lo intermedio y metrópolis? Claramente la respuesta en no. Tendríamos que considerar elementos morfológicos como la extensión física de la ciudad (vertical u horizontal), determinadas problemáticas que la aquejan, la complejidad de infraestructura, nivel de servicios especializados que ofrezca y también aspectos funcionales. Sin embargo, lo anterior no es garantía de obtener resultados de fácil diferenciación.
Así el debate resta abierto y resulta imperiosa la reflexión sobre estos espacios, puesto que tal como indica la UNESCO (1999), en ellos habita la mayoría de población del planeta y al menos en Chile, estas ciudades presentan mutaciones notables que merecen un estudio particular, a la vez que políticas públicas que vayan en dirección de abordar sus problemáticas. En efecto, una de sus grandes virtudes de las ciudades intermedias es la capacidad de constituirse en verdaderos “laboratorios”, ya que debido a su tamaño es posible “aplicar” políticas cuyas problemáticas (y magnitudes de éstas) son de más fácil manejo.
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Las reflexiones expuestas emanan del análisis teórico preliminar del Proyecto Fondecyt Iniciación N° 11150087: Transición hacia nuevos espacios metropolitanos. Análisis comparado entre Temuco, Valdivia y Puerto Montt.
Referencias bibliográficas
Batten, D. (1995). Network Cities: Creative Urban Agglomerations for the 21st Century.
Urban Studies, 32 (2), 313-327.
Bellet, C. & Llop, J. (2004). “Miradas a otros espacios urbanos: las ciudades intermedias”. Scripta Nova Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, VIII (165).
Gault, Michel (1989). Villes intermédiaires pour l’Europe? France : Syros alternatives.
Pumain, Denise. (Ed.) (2006). Hierarchy in Natural and Social Sciences. Netherlands : Springer.
Maturana, F. (2015). ¿Ciudad media o ciudad intermedia? Evolución conceptual y estudio en Chile. En F. Maturana & R. Rojas (Eds.) Ciudades intermedias en Chile: Territorios olvidados (pp. 21-42). Santiago, Chile: RIL Editores.
Rojas, A. Maturana, F. & Morales, M. (2015). Evolución histórica de las ciudades intermedias en el siglo XX: crecimiento, jerarquía y funcionalidad. En F. Maturana & R. Rojas (Eds.) Ciudades intermedias en Chile: Territorios olvidados (pp. 43-74). Santiago, Chile: RIL Editores.
UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación y Diversificación, la Ciencia y la Cultura (1999). Ciudades Intermedias y urbanización mundial. Lleida: Alcaldía de Lleida, UNESCO, Union International de Architects, Ministerio de Relaciones Exteriores de España.
"Puerto de Ilhéus: entre escalas y disputas"
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El municipio de Ilhéus, catalogado como una ciudad intermedia, se ha caracterizado económicamente por la relevancia del cacao, hasta los 40’s la economía de toda Bahia estuvo relacionada a producción de commodities minerales y agrícolas, sufriendo con las implicancias de esa dependencia. A pesar de toda prosperidad del cacao, los excedentes productivos no fueron suficientes para promover inversiones en otras modalidades de producción local (Almeida, 2008). En el presente texto se expone el fenómeno de una ciudad que enfrenta dispuesta entre su inclusión a la globalización y su participación a nivel país.
Revista Planeo Nº 27 Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Karla Benevides (kpbenevides@uc.cl) Arquitecta y Urbanista de la Universidade Federal da Bahia, MBA en Gestión de Proyectos por la Universidade Salvador, Cursando Magíster de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente en la Pontificia Universidad Católica]
Resumen: El municipio de Ilhéus, catalogado como una ciudad intermedia, se ha caracterizado económicamente por la relevancia del cacao, hasta los 40’s la economía de toda Bahia estuvo relacionada a producción de commodities minerales y agrícolas, sufriendo con las implicancias de esa dependencia. A pesar de toda prosperidad del cacao, los excedentes productivos no fueron suficientes para promover inversiones en otras modalidades de producción local (Almeida, 2008). En el presente texto se expone el fenómeno de una ciudad que enfrenta dispuesta entre su inclusión a la globalización y su participación a nivel país.
Cada vez se sabe más sobre los procesos de metropolización y las grandes aglomeraciones urbanas, pero muy poco de otros espacios urbanos u otras escalas urbanas (Bellet, 2004). Las grandes ciudades – tantas veces consideradas sinónimo de ciudad – concentran apenas 13,5% de la población mundial (ONU, 2000 citado por Bellet, 2004), lo que configura un grupo bastante limitado en contraposición a su marcada importancia en los medios institucionales y académicos. Ya las ciudades intermedias – con menos de un millón de habitantes – abrigarían un 62,5% de la población mundial. Si bien estas ciudades suponen realidades diversas, son menos visibles ante la presencia global y deberían ser vistas por observatorios adecuados o eficaces, para así hacerles más visibles y presentes (Bellet, 2004), pero sobre todo para que sean más empoderadas sobre su territorio y capaces de manejar las interferencias exógenas sobre ello.
La importancia de estas ciudades reside en que ellas poseen una dinámica económica y demográfica propia, permitiendo atender las expectativas de emprendedores y ciudadanos. En Brasil desde la Constitución de 1988 que eleva los municipios a la condición de ejecutores de política urbana, las ciudades intermedias han jugado un rol relevante en la dinámica económica y espacial del país; entre 2000 y 2005 las ciudades medias ampliaron en 1,28% su participación en el PIB, mientras las grandes ciudades perdieron 1,64% de su espacio (Mota & Mata, 2009). Revelando una tendencia nacional de descentralización económica y demográfica. Dada su importancia demográfica y consecuente capital humano que concentra, junto con recursos naturales y hasta incluso el sector productivo, las ciudades intermedias son, muchas veces, espacios de procesos globalizados de cuestionable distribución de poderes entre sociedad civil, Estado y capital.
El municipio de Ilhéus se ha caracterizado económicamente por la relevancia del cacao, hasta los 40’s la economía de toda Bahia[1] estuvo relacionada a producción de commodities minerales y agrícolas, sufriendo con las implicancias de esa dependencia. A pesar de toda prosperidad del cacao, los excedentes productivos no fueron suficientes para promover inversiones en otras modalidades de producción local (Almeida, 2008). La crisis de la «Vassoura de Bruxa[2]» en los 90`s, condenó la ciudad a profunda decadencia socioeconómica. En paralelo se desarrolla su historia portuaria, iniciada en 1920, cuando se construyó el primer puerto para distribución de cacao (Derba, 2012). En los 50`s un proyecto que idealiza conexión entre océanos desde el litoral del estado de Bahía, resulta en la construcción de un nuevo puerto en Campinhos y una década después se inaugura el segundo puerto de la ciudad de Ilhéus, el primer en mar abierto de Brasil (Derba, 2012). Adentro de este contexto, el aumento productivo de minerales y granos en el poniente de Bahia, produjo una concentración de esfuerzos del gobierno regional con la iniciativa privada transnacional en proponer la implementación de un Complejo Logístico Portuario en Ilhéus para conectarse directamente a una ferrovía en dirección al poniente de la provincia (Derba, 2012), de modo que pudiera atender tanto a intereses exportadores inmediatos como a supuestas ideas de largo plazo para integración latinoamericana.
Im1. Nuevo Puerto de Ilhéus y ferrovía / Fuente: Agravo, 2013
La restructuración que lleva a la posterior consolidación de Ilhéus como ciudad intermedia ocurre desde la crisis del cacao, con la introducción de nuevos agentes modeladores del espacio paralelo al crecimiento demográfico urbano. Ilhéus se afirma por ejercer la función de centro regional de la micro-región Ilhéus-Itabuna, polarizando junto con esta – a través de la concentración de servicios urbanos – 39 municipios (Góes et all, 2010). Actualmente se ve afectada por el proyecto del puerto que – a pesar de ubicarse en un distrito lejano al centro – contribuye para la desconstrucción de la imagen paradisíaca del espacio, amenazando emprendimientos turísticos internacionales existentes y generando tensiones diversas por la simple posibilidad de ocurrir. Se configura una lucha entre las demandas internas y externas por su localización, llevando el centro de decisiones afuera del espacio local (Coraggio, 1973), en el cuál los sujetos-locales son la parte más débil del sistema. Son diversas las escalas involucradas, desde la transnacional de las compañías interesadas en el espacio, hasta una muy local de la comunidad del espacio en disputa, además de las ciudades vecinas, mostrando el papel del «nodo» en la conectividad entre escalas. Hasta ahora el puerto no se consolida y el escenario definido por el capital multinacional es dudoso, dejando pendiente a la comunidad y, evidenciando la necesidad de romper las condiciones históricas de dependencia a través de desarrollo local autónomo con enfoque en la sostenibilidad comunitaria de las persona-sujetos del espacio-local (Max Neef, 1993).
Si bien el proyecto cumple con las exigencias ambientales y de participación ciudadana formal, por lo que ha logrado su permiso de instalación, se espera que la política territorial agregue asuntos de redistribución social y económica (Serrano, 2010), evitando el estancamiento de los productores locales. Además que los instrumentos de planificación territorial y participación ciudadana permitan que el espacio local pueda hacer frente a procesos multi-escalares que se imponen sobre su territorio. El diseño previsto no presenta la adecuada asociación con la dimensión y tradición productiva local; contempla áreas de almacenamiento para distribución de soya entre otras mercancías (traídas del poniente), mientras no hay previsión de espacio para el cacao, lo que sería de gran aporte a la sustentabilidad, tanto ambiental como también socioeconómica, beneficiando la actividad económica local y favoreciendo el combate a pobreza. La principal promesa del enfoque territorial de las políticas públicas, de abordar asuntos de equidad e inclusión social no se cumple, debido a priorización de grandes conglomerados agrícolas en lugar de pequeños productores tradicionalmente rezagados de los procesos más dinámicos de la economía (Serrano, 2010).
Im2. Plan de Ocupación «Porto sul» / Fuente: DERBA, 2011
Todavía es incierta la autonomía que Ilhéus y sus ciudadanos – así como otros espacios locales en el contexto de la globalización – tienen sobre su territorio, ni tampoco están claros cuales son las condiciones que tienen frente a los procesos de exploración de sus recursos naturales. Mucho menos, en este caso específico, se puede tener claro el rol que juega el Estado en esta relación entre intereses económicos globalizados y la preservación del espacio local y de sus características endógenas. Pero se sabe que si bien Ilhéus ha ganado un nuevo rol en la oferta de servicios urbanos para la región, el origen de este nodo y su mantención como ciudad y su hinterland, están fuertemente relacionados a la cadena productiva del cacao, por ende, la diversificación económica que puede ser atraída por nuevos emprendimientos debe sumar a esta dinámica local, incorporando sus aspectos endógenos. En la ausencia de la actuación reguladora del Estado, la concentración de población y de recursos naturales necesarios a la mantención del sistema económico y de consumo crecen como herramientas alternativas – incorporadas a lógica propia del mercado – que redefinen las relaciones de poder de estos espacios locales y su ciudadanía frente a los procesos de la economía mundializada.
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[1] Bahia es la provincia en la cual está localizado el municipio de Ilhéus.
[2] Vassoura-de-bruxa es la plaga, natural de Amazonia, más amenazadora del cacao y cuando no tomadas las medidas de control puede comprometer toda la producción. Fuente: Ceplac. Disponible en: http://www.ceplac.gov.br/radar/vassoura-de-bruxa.htm
Referencias Bibliográficas
Almeida, Paulo Henrique (2008). “A economia de Salvador e a formação da sua região metropolitana”. In: CARVALHO, Inaiá M. M. de; PEREIRA, Gilberto Corso. Como anda Salvador e sua região metropolitana. Salvador: EDUFBA.
Agravo (2013). Disponible en: http://www.agravo.blog.br/2013/07/11/ibama-libera-licenca-de-instalacao-para-mais-dois-lotes-da-ferrovia-oeste-leste/
Bellet, Carmen (2004) Miradas a otros espacios urbanos: las ciudades intermedias.
Coraggio, J.( 1973) Polarización, desarrollo e integración [versión eletronica]. Eure, 3 (8), 121-134.
DERBA (2012). Departamento de Infraestrutura de Transportes da Bahia. Governo do Estado da Bahia. Estudo de Impacto Ambiental (EIA) e Relatório de Impacto Ambiental y (RIMA) para implantação do Porto Sul em Ilhéus. Tomo XVI. Apêndice 15. População, turismo e patrimônio cultural e Arqueológico.
Max Neef, M (1993). Desarrollo a escala humana: Concepto, aplicaciones y algunas reflexiones. Nordan Comunidad.
Góes, Liliane Matos; Fontes, Ednice De Oliveira; Moreau, Ana Maria Souza Dos Santos (2010). Análise temporal da expansão horizontal urbana de Ilhéus, Bahia: uso de imagem multiespectral do satélite landsat. XVII Encontro Nacional de Estudos Populacionais, ABEP, realizado em Caxambú-MG – Brasil, de 20 a 24 de setembro de 2010.
Mota, Diana; Mata, Daniel (2009). A importância da cidade média. 2009, ano 6. Edição 47. IPEA. Disponible en: http://www.ipea.gov.br/desafios/index.php?option=com_content&view=article&id=1002:catid=28&Itemid=23
Serrano, Claudia (2010). Políticas de Desarrollo Territorial en Chile. Rimisp – Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural. Noviembre, 2010.
"Ciudades intermedias como prestadoras de bienes y servicios: El caso de Cuenca, Ecuador"
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Si bien es cierto que durante las últimas décadas las miradas y los estudios se han volcado sobre las grandes metrópolis, mega ciudades, megalópolis y demás variedades de inmensas urbes existentes, a la par de estos monstruosos contenedores de población se presentan una nueva tipología urbanística que de acuerdo a Jordan y Simioni (1998) han crecido mucho más rápido que las ciudades grandes y a un ritmo paralelo de las metrópolis, las difícilmente definibles ciudades intermedias.
Revista Planeo Nº 27 Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por, Erick Serrano. Arquitecto de la Universidad de Cuenca (Ecuador). Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente en la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Si bien es cierto que durante las últimas décadas las miradas y los estudios se han volcado sobre las grandes metrópolis, mega ciudades, megalópolis y demás variedades de inmensas urbes existentes, a la par de estos monstruosos contenedores de población se presentan una nueva tipología urbanística que de acuerdo a Jordan y Simioni (1998) han crecido mucho más rápido que las ciudades grandes y a un ritmo paralelo de las metrópolis, las difícilmente definibles ciudades intermedias.
Este tipo de urbes a pesar de que han estado fuertemente relegadas a la sombra de las metrópolis, encierran una importancia fundamental, pues se tratan de la máxima expresión de la residencia urbana de acuerdo con las Naciones Unidas en Bellet y Llop (2004), ya que “el 62,5% de la población urbana reside en ciudades con menos de un millón de habitantes” (p. 2). Sin embargo, su importancia no solo radica en su predisposición para absorber población, sino apunta a la capacidad que tienen para generar una serie de relaciones e interacciones con su contexto inmediato e incluso con el subsiguiente, pues las ciudades intermedias adquieren cierta particularidad por “su rol de mediación o intermediación urbana y territorial que les confieren características universales” (Llop y Usón, 2012, p. 7). Estos nuevos prototipos de ciudades se tornan interesantes por el “modo en que se articulan con el resto de elementos del sistema: la capacidad de crear relaciones y tejer una red, así como las características de las mismas” (Bellet y Llop, 2004, p. 2). Dando cuenta de que se trata de un ente dinámico que se ha alejado de su estatismo para interactuar con su entorno (Bolay y Rabinovich, 2004), las ciudades intermedias se constituyen en un elemento sistémico y articulador territorial móvil, que abarca una serie de relaciones de diferente escala tanto sociales como culturales, donde una de las tantas interacciones y flujos de mayor importancia se refiere a la capacidad que tiene de ser prestadoras de bienes y servicios, como mencionan Llop y Usón (2012) “la actividad de mercados regionales y/o rurales, así como su actual complementación como centro de servicios comerciales son otra de las funciones de intermediación de las ciudades” (p. 19).
En dicho contexto, es que la ciudad de Cuenca capital de la provincia del Azuay en Ecuador, y recientemente nombrada como ciudad intermedia por parte de la ONU[1], históricamente ha funcionado como constante fabricante de bienes principalmente vinculados a la producción de carácter manual como es el caso de los mal llamados “Panama Hats”, muebles de madera, derivados de la cerámica como artesanías y materiales de construcción, a su vez está la producción de la joyería, metalmecánica, flores y bienes agrícolas, los cuales propician vínculos no solo en el contexto inmediato sino también a nivel nacional e internacional. Por otro lado, la ciudad[2] se ha constituido como un referente en el tema de prestación de servicios públicos de índole financiero y administrativo, tornándose como un ejemplo para las demás ciudades de la nación, así como un icono de la infraestructura hospitalaria y educativa de calidad en toda la región austral del país. Todo ello complementado por los servicios culturales que la han posicionado como un polo de atracción turística y por los servicios ambientales, al concentrar gran cantidad de zonas de alto valor ecológico como el parque Nacional Cajas.
Im1. Panorámica de la ciudad de Cuenca Fuente: Fuente: www.dreamstime.com
Además de ofrecer la serie de bienes mencionados, la ciudad representa para centros poblados de menor escala, un espacio que da cabida para el fomento de plataformas de trabajo constituyéndose en el nodo articulador con las urbes aledañas a las cuales brinda oportunidades de desarrollo. De esta manera dichas relaciones no son de carácter unidireccional pues la propia ciudad cuencana se ve favorecida por su condición de ente articulador y conductor de flujos donde es capaz de absorber y aprovechar los beneficios de estas especies de sinapsis sociales y culturales que se generan en su hinterland. Así la ciudad se ha constituido como “nodo de estructuración nacional que impulsan el desarrollo de la región” (Municipio de Cuenca, 2010).
Ante las características que presentan las ciudades intermedias como es el caso de Cuenca, su importancia recae en lo expuesto por Prieto, Schroeder y Formiga (2011) quienes afirman que “los centros urbanos intermedios son prestadores de servicios y bienes especializados, y presentan adecuadas condiciones para las iniciativas de desarrollo local” (p. 2), lo cual resulta trascendental, pues las ciudades en cuestión al colocarse como intermediadoras entre los urbano y lo rural tienen la posibilidad de ser altamente sensibles con el territorio y dar cuenta de sus capacidades endógenas, fortaleciendo así el desarrollo local, al provocar una gama de inercias sobre el territorio, ya que las empresas productoras de bienes y servicios al ser de carácter más local reinvierten el capital producido y generan una recirculación de recursos, mejorando así los ingresos de la población. De esta forma es que las ciudades intermedias se constituyen como “estructuras urbanas más equilibradas frente al creciente proceso de concentración espacial y la conformación de una economía global” (Veltz en Michelini y Davies, 2009, p. 4).
Sin duda las ciudades intermedias como prestadoras de bienes y servicios generan una serie de sinergias que repercuten de manera transversal hacia varias escalas territoriales y se constituyen en “ciudades tranquilas que contrastan, con viveza, con la imagen de ritmos frenéticos de las ciudades globales y las grandes aglomeraciones urbanas.” (Ballet y Llop, 2004, p.3); cualidades que en el caso de la capital azuaya han generado una serie de oportunidades sociales, ambientales, culturales y económicas, que la destacan como un lugar privilegiado para vivir; logrando que se posicione como eje central de su territorio, pero sin perder esa capacidad de relación simbiótica con su entorno, cumpliendo de esta manera una función aún más universal la cual es mediar no solo en su contexto inmediato sino con los procesos abrazadores de la globalización. Así pues, las ciudades intermedias deben convertirse en el centro de estudio y planificación por parte de los múltiples actores de la sociedad, pues son estos territorios los llamados a generar procesos de desarrollo más sostenibles con el medio en el cual están insertos y para con la sociedad, al tratarse de áreas con características de escala más humana.
[1] “El hecho de que supere (Cuenca) el medio millón de personas y se forje como cabecera de un sector importante en la actividad económica del país, además de generar la visita de ciudadanos de otros lugares del mundo, aparte de la innegable belleza de su Centro Histórico, la hacen una ciudad intermedia ideal” Joan Clos en Ochoa (2015, noviembre 15).
[2] “Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad ha recibido múltiples calificada por la Asamblea Nacional como Ciudad Universitaria, por la calidad de las instituciones de educación superior en la región y dispone de la mayor cobertura de servicios públicos a nivel nacional. En el plano empresarial cuenta con la mayor densidad de unidades productivas en el país en donde se incluyen la pequeña y mediana empresa, […] importantes como la microempresa, en generación de empleo y de una fuente importante de ingresos para la economía local.” (Tobar, 2015, p. 1)
Bibliografía:
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"Ciudades Intermedias en Chile: Territorios Olvidados"
Ver"Ciudades Intermedias en Chile: Territorios Olvidados"
Actualmente debemos saber más de nuestras ciudades intermedias no sólo porque hay un vacío en esta materia, sino también porque corresponden a una gran oportunidad para lograr desarrollar ciudades más sustentables
Revista Planeo Nº 27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por Martín Montes. Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo, Universidad Católica de Chile. Estudiante Magíster Desarrollo Urbano, Universidad Católica de Chile]
Título: “Ciudades Intermedias en Chile: Territorios Olvidados”
Editores: Francisco Maturana M. Andrés Rojas B.
Edición: RIL Editores. Santiago, 2015; 260 páginas.
Resumen: Una de las principales temáticas de discusión que se han dado en Chile -y el mundo- en los últimos años ha sido la desigualdad, sin embargo su análisis y reflexión se ha concentrado en el aspecto socio-económico, dejando de lado otras dimensiones de ésta. Una de ellas corresponde a la desigualdad territorial, temática que, al menos en Chile, es de muchísima relevancia en los tiempos actuales. Si bien pareciera haber consenso de que Chile es un país sumamente centralizado y que por lo mismo es necesario tomar medidas al respecto, esta discusión no ha logrado instalarse de lleno en la agenda pública. Por su parte la academia ha colaborado con la reproducción de este centralismo en la medida que se ha concentrado en el estudio de lo que ocurre en las áreas metropolitanas y poco se sabe de lo que pasa fuera de las grandes ciudades. En ese sentido el estudio de las ciudades intermedias adquiere suma importancia no sólo porque existe un vacío importante sobre este tipo de asentamientos, sino también porque corresponden a una gran oportunidad para anticiparnos a los errores que hemos cometido en las grandes ciudades y lograr desarrollar ciudades más sustentables.
Palabras clave: Ciudades Intermedias, Descentralización, Desigualdad territorial.
Im1. Portada del libro
A mediados del año 2015 dos investigadores del Instituto Chileno de Estudios Municipales (ICHEM) de la Universidad Autónoma de Chile lanzaron el libro “Ciudades Intermedias en Chile: Territorios Olvidados” el cual reúne un total de diez artículos científicos que nos invitan a conocer y aprender de éstos territorios. El libro está dividido en dos partes; la primera busca aportar elementos teóricos para la comprensión y estudio de las ciudades intermedias, y la segunda tiene un carácter más práctico dado que concentra interesantes casos de estudio sobre distintos tipos de análisis de este tipo de ciudades.
Bajo la perspectiva teórica, François Taulelle entrega valiosos elementos para comprender por qué la conceptualización de las ciudades intermedias ha sido tan compleja. El autor destaca la importancia de considerar el contexto y las particularidades que poseen este tipo de ciudades y por ende el valor que tienen los estudios de casos. Por su parte Francisco Maturana, uno de los editores del libro, profundiza en la evolución que ha tenido el concepto de ciudad media al de ciudad intermedia, indicando que el primero se refiere principalmente a factores cuantitativos (cantidad de población, extensión de la ciudad, etc.), mientras que el segundo se enfoca en la capacidad que tiene un territorio de integrarse al sistema de ciudades a partir de sus características propias. Junto a esto se destaca la propuesta metodológica que ofrece Maturana la cual identifica a 22 ciudades chilenas como ciudades intermedias invitando a utilizar dicha metodología como base para estudiar este tipo de ciudades en Chile. Bajo un análisis histórico Rojas, Maturana y Morales dan cuenta que el centralismo en Chile es un proceso que se ha ido acentuando cada vez más con el tiempo y se pregunta ¿cuál ha sido el rol del Estado en esta materia? En otro artículo, Vial nos ofrece un rico análisis sobre las limitaciones que posee nuestra institucionalidad para gobernar los territorios, y las complejidades que tienen las ciudades intermedias, en particular aquellas que están conurbadas, fenómeno cada vez más común en este tipo de ciudades. Dado que el Estado no ha sido el único actor que ha dejado de lado a las ciudades intermedias, Martínez da cuenta que la academia no ha sido capaz de superar los alcances teóricos ya que no se han elaborado metodologías concretas para el análisis y gestión de riesgos naturales, tema de suma importancia para un país como Chile. Finalmente Terra, a través de una propuesta metodológica bastante innovadora en base a indicadores integrales, da la señal de alarma sobre la necesidad que tenemos de preocuparnos de estos espacios ya que evidencia los procesos de deterioro urbano que han sufrido algunas ciudades intermedias chilenas producto de la visión extractivita que se tiene del territorio.
En línea con lo propuesto por Taulelle, la segunda parte del libro se enfoca en estudios de casos, buscando entregar elementos para la discusión sobre las ciudades intermedias de manera aplicada. En este sentido Lufin y Atienza dan cuenta del importante rol que tienen las ciudades intermedias en los flujos de circulación de trabajadores en el sistema de conmutación intercomunal, invitando a aplicar en concepto de intermediación y evitando el estudio del territorio como espacio aislado. En la misma línea, Henríquez et al. estudian la influencia que tienen las grandes áreas metropolitanas de Chile y la actividad minera en el mercado de suelos y los procesos de transformación socio-territorial de la conurbación Rancagua-Machalí. Sobre dicho estudio se destaca las fuerzas que inducen a que las ciudades intermedias sufran procesos de metropolitización, así como también el hecho que la cercanía con las grandes ciudades puede llegar a impedir el despliegue de un desarrollo local autónomo. Por otro lado, Hernández trata una temática de suma relevancia para el actual contexto chileno; ¿cómo avanzar hacia un sistema de gobernabilidad más inclusivo y participativo? Ante esto el autor estudia las potencialidades y limitaciones que tienen las ciudades intermedias como espacios para el desarrollo de la gobernanza utilizando tres casos de estudio como referencia. Finalmente Rojas y Rojas estudian el patrimonio de Curicó para dar cuenta de que si no se aplican políticas integrales de planificación y protección patrimonial continuarán los procesos de pérdida del patrimonial arquitectónico de nuestro país.
La diversidad de artículos sobre ciudades intermedias que se presentan en este libro no solamente constituyen un importante avance para conocer más sobre los distintos fenómenos urbanos de estos territorios, sino que también –y de manera más importante aún- son una invitación a estudiar las ciudades intermedias y poner sobre la mesa la discusión sobre las desigualdades territoriales que existen en nuestro país.
A pesar de que según el último censo confiable (año 2002) más de un tercio de la población chilena vive en ciudades intermedias, la relevancia de estos asentamientos no ha logrado instalarse de lleno en la agenda pública. Por su parte la academia ha colaborado con la reproducción de este centralismo en la medida que se ha concentrado en el estudio de lo que ocurre en las áreas metropolitanas, dejando a las ciudades de menor escala con escasa información para diseñar políticas públicas propias que respondan a las necesidades particulares de su territorio. En ese sentido el estudio de las ciudades intermedias adquiere suma importancia no sólo porque existe un vacío importante sobre este tipo de asentamientos, o porque cada una de ellas posee sus propias particularidades (y por lo mismo no podemos analizarlas bajo el mismo prisma que las áreas metropolitanas), sino también porque corresponden una gran oportunidad para anticiparnos a los errores que hemos cometido en las grandes ciudades y lograr desarrollar ciudades más sustentables. O como bien dicen Maturana y Rojas: “frente a los espacios metropolitanos, otras ciudades podrían constituirse en una alternativa para una ocupación más equilibrada del territorio, de manera de aprovechar en plenitud sus distintos potenciales y, a su vez, generar un mejor acceso a diferentes bienes y servicios, aspecto importante para mejorar las condiciones de vida de las personas.” (p. 9)
"Programa: Ciudades Intermedias y urbanización mundial”
Ver"Programa: Ciudades Intermedias y urbanización mundial”
Publicación que documenta los resultados de la segunda etapa del Programa “Ciudades intermedias y urbanización mundial” (UIA-CIMES), desarrollado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en conjunto con la UNESCO
Revista Planeo Nº 27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por Laura Quezado, Arquitecta y Urbanista, Universidade Federal da Paraíba (Brasil). Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano de la Universidad Católica de Chile]
Título: “Ciudades Intermedias. Perfiles y Pautas: Segunda fase del programa UIA-CIMES, Ciudades Intermedias y urbanización mundial”
Autores: Carme Bellet & Josep M. Llop
Edición: Editorial Milenio, Lleida, 2003; 100 páginas
Disponible en: http://www.ceut.udl.cat/wp-content/uploads/6.BOOK2_.pdf
Resumen: Publicación que documenta los resultados de la segunda etapa del Programa “Ciudades intermedias y urbanización mundial” (UIA-CIMES), desarrollado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en conjunto con la UNESCO
Palabras clave: Ciudades Intermedias, UIA-CIMES, Urbanización mundial, Intermediación
Im1. Portada del libro, Carme Bellet & Josep M. Llop
“Ciudades Intermedias. Perfiles y pautas” se trata de una publicación que documenta de forma directa y eficaz, a lo largo de 5 capítulos, los resultados de la segunda etapa del Programa “Ciudades intermedias y urbanización mundial” (UIA-CIMES), desarrollado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en conjunto con la UNESCO. El Programa, iniciado en 1996 en el marco del XIX congreso UIA celebrado en Barcelona, cuenta con el apoyo logístico y financiero del gobierno local de Lleida, ciudad del norte de la Península Ibérica, en Cataluña, que posee una significativa trayectoria de estudio sobre ciudades intermedias (CIMES).
A pesar de la importancia de las CIMES –puesto que la mayoría de la población urbana mundial vive en ciudades de talla media y pequeña– de acuerdo con el arquitecto y urbanista Josep María Llop (director UIA-CIMES) y la geógrafa Carmen Bellet (secretaria técnica UIA-CIMES), el nacimiento del Programa fue impulsado por la ínfima existencia de trabajos o estudios sobre las CIMES a escala mundial y por la marginación que el tema sufre en ámbitos académicos y organizaciones internacionales (Bellet & Llop, 2003). Frente a este panorama, en la primera etapa de UIA-CIMES (de 1997 a 1999) se trabajó para establecer algunos puntos y un marco inicial sobre el tema, e impulsar la creación de una red colaborativa internacional de ciudades intermedias (Bellet & Llop, 2004). Ya en la segunda etapa (de 2000 a 2002), el Programa transcurrió orientado hacia tres principales objetivos: (i) ampliar la red iniciada; (ii) trabajar con las encuestas, los documentos gráficos y fotográficos enviados por los colaboradores de la red; y (iii) realizar seminarios territorializados para trabajar sobre el tema con contextos más concretos (Bellet & Llop, 2004).
Los capítulos 1 y 2 presentan los objetivos del Programa y el marco general, “no conclusivo pero sí orientativo” establecido para el debate (Bellet & Llop, 2003). Se discute el fenómeno de intermediación, una definición funcional para ciudades intermedias, y los roles de estas en el proceso de mundialización de la economía. El capítulo 3 sintetiza la trayectoria del Programa UIA-CIMES a lo largo de los cuatro años de su existencia. Aquí destaca la consolidación de una la red colaborativa para el estudio de las ciudades intermedias. Esta, que en junio de 1999 registraba 47 ciudades, a mediados de 2003, ya contaba con 95 colaboraciones procedentes de 38 países diferentes – destacándose los aportes de América Latina, con 45 ciudades, seguidas de Europa, con 28 ciudades. La dirección de UIA-CIMES se propone seguir alimentando la red, la esencia del proyecto. Para ingresarla, el único requisito necesario es, a través de un colaborador local, llenar la encuesta y enviar una documentación determinada sobre la ciudad. Son precisamente los datos enviados por los colaboradores (perfiles), los grandes protagonistas de la segunda etapa de trabajo UIA-CIMES.
Im2. Localización de las ciudades de la red CIMES / Fuente: Bellet, C. y Llop J.,2004
Los perfiles son presentados en cuatro distintas secciones. La primera “Tipologías, formas y plantas” destaca las diversas formas urbanas y emplazamientos (relación con la topografía del lugar) de las ciudades. Por ello, los autores defienden que las ciudades intermedias son un laboratorio extraordinario para la reflexión formal y para el ensayo de nuevas propuestas técnicas. “Tamaños y tallas – contextos y escalas” destaca el análisis hecho a partir de datos sobre población, tamaño físico, niveles de equipamientos e infraestructura, gobierno y administración, y las dimensiones urbana, territorial, socioeconómica y gubernamental. Ésta sección, quizás, sea la más interesante de la publicación. Allí los autores ensayan sacar algunas importantes conclusiones sobre las ciudades intermedias: ¿Son de hecho las ciudades intermedias amables con el peatón y razonablemente abarcables para cualquier ciudadano? ¿Cuál es el radio promedio del hinterland o área de influencia directa de estas? ¿Qué valores presupuestarios manejan sus gobiernos locales? “Monumentos, símbolos urbanos y elementos representativos” y “Proyectos urbanos”, tercera y cuarta secciones respectivamente, presentan los análisis hechos a partir de las encuestas remitidas por los colaboradores de la red. Cuáles son los monumentos e imágenes más representativas de las ciudades, la lista de proyectos más importantes realizados en los 10 últimos años y los proyectos clave de futuro o en ejecución en el momento de responder la encuesta, fueron algunas de las preguntas que han estructurado el análisis.
Im3. Modelos de las plantas de la red CIMES / Fuente: Bellet, C. y Llop J.,2004
Cerrando el documento, el capítulo 5 presenta pautas para el trabajo en ciudades intermedias. En este, los autores enumeran de forma esquemática aquellos puntos que pueden convertirse en las pautas para el desarrollo futuro del Programa UIA-CIMES y servir, a su vez, para dibujar un marco en que trabajarán arquitectos, urbanistas y demás profesionales en los asentamientos urbanos intermedios. La publicación finaliza concluyendo que las CIMES, por sus propias dimensiones físicas y sociales, añaden al trabajo de los profesionales un nuevo reto que afrontar: la proximidad a los agentes y los problemas. Esa misma dimensión, completan, convierte a las ciudades intermedias en laboratorios adecuados para formular nuevas propuestas de gestión y gobernabilidad basadas en la participación ciudadana y colaboración profesional. “Desde esta faceta deberíamos leer las CIMES como un escenario técnico para solucionar a escala local los problemas globales” (Bellet & Llop, 2003).
Im4. Clasificación de proyectos por tipos básicos (número absoluto) / Fuente: Bellet, C. y Llop J.,2004
En el año 2004 los autores declararon que el Programa estaría avanzando hacia una tercera etapa en que se destacarían temas como el mercado, el espacio público y el espacio de culto (Bellet & Llop, 2004). El Programa UIA-CIMES posee limitaciones, pero sin lugar a dudas, representa un esfuerzo laudable de recolección de una gran diversidad de datos yde interpretación de los mismos.
Bibliografía:
Bellet, C. y Llop J. M. Miradas a otros espacios urbanos: las ciudades intermedias. Geo Crítica / Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de mayo de 2004, vol. VIII, núm. 165. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-165.htm> [ISSN: 1138-9788]
"Rancagua: la universidad, la descentralización y las posibilidades como polo de desarrollo regional"
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La densificación de las comunas centrales y pericentrales de la ciudad de Santiago es una realidad que coexiste con la expansión territorial de la ciudad en la periferia urbana (El Mercurio, 2016), la cual tiene diversas orientaciones cardinales.
Revista Planeo Nº 27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por Cristobal Gonzalo Diaz Martinez, Historiador, Magister en Desarrollo Urbano PUC, Académico Universidad de Santiago de Chile]
La densificación de las comunas centrales y pericentrales de la ciudad de Santiago es una realidad que coexiste con la expansión territorial de la ciudad en la periferia urbana (El Mercurio, 2016), la cual tiene diversas orientaciones cardinales. Por ejemplo, a través de proyectos residenciales, la clase media ha habitado en los últimos años, los márgenes urbanos de la Región Metropolitana, principalmente a través de la ocupación de las zonas oriente, surponiente y sur. Comunas como Puente Alto, Buin, Paine, entre otras, son algunas de las más apetecidas por estos grupos socioeconómicos que buscan casas con patio, y que se sirven de la buena conectividad que ofrecen autopistas y el tren central (metrotren) para llegar al centro de la ciudad.
Sin embargo, la ocupación residencial de estas comunas tradicionalmente rurales del sur de la RM, y de otras pertenecientes a la Región de O’Higgins como Graneros o la misma Rancagua, que experimenta un proceso de densificación, plantea desafíos relacionados con la dependencia funcional que la sexta región posee con Santiago. En este sentido, el aumento del contingente estudiantil y laboral que depende de la RM ha ido en aumento, y ha tensionado los servicios de transporte al punto de exigir mejoras al tren central, que a través de su servicio interurbano conecta a Estación Central (RM) con San Fernando (Región de O’Higgins). La actual reestructuración del tren busca satisfacer la demanda creciente de comunas como Machalí, Rengo o la mencionada San Fernando, ya que la capacidad de los buses y de la autopista 5 Sur para responder a la creciente demanda, se ha visto sobrepasada, sobre todo en domingos y festivos, en episodios de retorno a la capital.
Rancagua como ciudad capital regional, y la sexta región en general, no cuenta con una dotación de servicios u oferta laboral que permitan absorber las necesidades de su creciente población. Además, O’Higgins se encuentra fuera de discusiones como las que involucran a Concepción y Valparaíso, que a través de proyectos de ley derivados del trabajo del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), buscan transformar a estas ciudades en capitales de dos nuevas regiones metropolitanas (Bio Bio, 2014), con nuevas atribuciones que les permitirían un desarrollo regional con mayor autonomía.
Im1. Firma Convenio
Sin embargo, y a propósito de debates sobre educación y también de descentralización, se ha abierto una interesante posibilidad para la creación de un polo de desarrollo regional en la sexta región, a partir del proyecto que crea una universidad estatal en O’Higgins. El proyecto de ley fue presentado en 2014 y promulgado en 2015, y se concretará en 2017. Se prevé que la sede inicial será construida en la comuna de Rancagua, con sedes adicionales en Rengo y San Fernando proyectadas para 2019, hecho que no ha estado exento de polémicas. Sin embargo, la nueva universidad ofrece posibilidades para que habitantes jóvenes consoliden a las comunas mencionadas como nuevos núcleos de actividades educacionales y de servicios, centros de estudio e investigación. La atracción de académicos, otros profesionales y emprendedores, permitirá fomentar el desarrollo de la ciencia y la economía de una región con vocación mayoritariamente agrícola, actividad cada vez menos intensiva en mano de obra debido a sus crecientes niveles de tecnificación e industrialización.
El proyecto de ley, hoy Ley N°20842 que crea a la universidad de O’Higgins, también considera la creación de una universidad estatal en la Región de Aysén, ya que son las únicas regiones que no contaban con universidades tradicionales. Sin embargo la sexta región se encuentra en una posición bastante mas ventajosa que su símil en la zona austral, tanto por su cercanía a Santiago como por el tipo de crecimiento en extensión de las regiones adyacentes a la RM. Este fenómeno espacial ha llevado a que académicos como Luis Fuentes consideren que el crecimiento de Santiago, Valparaíso y O’Higgins provocará a futuro la conformación de un gran conurbano interregional, denominado SANRAVAL (RIDEAL, 2015). Esta realidad territorial será insostenible en términos viales y funcionales si se mantiene la dependencia con Santiago, y no se fomenta una verdadera descentralización y autonomía de las regiones.
A pesar de su gran potencial, el proyecto de universidad estatal enfrenta algunos problemas, aún cuando no se ha puesto la primera piedra. Por una parte, su ya nombrado rector Rafael Correa, ha declarado que aprovechando la infraestructura hospitalaria, lo más lógico seria comenzar con el funcionamiento de la casa de estudios con una sede central en Rancagua. Esto, ante la desconfianza de los alcaldes y diputados que representan a Rengo y San Fernando (El Rancagüino, 2015), y que ven que el proyecto podría quedar circunscrito a la capital regional, sobre todo considerando que para 2016 ya se efectuaron recortes presupuestarios (El Rancahuaso, 2016), asignados a una casa de estudios que aún no existe.
Considerando que 2017 es año electoral (presidente y parlamento), existen razones para pensar que el proyecto podría quedar suspendido, o en el mejor de los casos, con recursos asignados únicamente a la sede central en Rancagua, y con una administración presupuestaria manejada por el gobierno central, que dejaría a la nueva institución en un escenario de excesiva dependencia.
En el mejor de los casos, la instalación de las 3 sedes prometidas por el gobierno de turno será una gran posibilidad para el desarrollo de la región de O’Higgins, y abriría posibilidades de nuevas practicas de gestión del territorio a partir de una actividad que genera profundos encadenamientos productivos, pero además grandes beneficios sociales, como lo es la educación superior, hoy en una progresiva democratización a través del proyecto de gratuidad.
Para garantizar el desarrollo de su potencial, el proyecto debiese demostrar su vocación publica y regional, atendiendo a las necesidades locales y al desarrollo económico y social de sus comunidades, y que los propios habitantes tienen como demandas crecientes en los últimos años (Hospital de Rengo, problemas de pobreza y narcotráfico en Rancagua y alrededores, etc.). En materia de urbanismo, nuevos espacios educativos debiesen ser nuevos espacios públicos, deportivos y recreacionales, de cultura y socialización, lo que debe acompañarse de una planificación acorde a las necesidades de los habitantes, y que debe proseguir por el camino de las consultas ciudadanas que desde 2015 ha sido desarrollado por el rector Correa y las autoridades regionales. El éxito del proyecto depende, nuevamente y ante todo, de voluntades políticas, y puede tener como impacto, descomprimir la excesiva dependencia funcional de la región con Santiago, y favorecer mejoras a la calidad de vida en la región, favoreciendo proyectos urbanos residenciales, de transporte, entre muchos otros, o por el contrario, ser un caso más de desarrollo frustrado.
Fuentes
El Mercurio http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2016-03-06&dtB=08-03-2016%200:00:00&PaginaId=14&bodyid=3
Bio Bio http://www.biobiochile.cl/2014/12/07/concepcion-y-valparaiso-podrian-convertirse-en-nuevas-regiones-metropolitanas.shtml
El Rancahuaso http://www.elrancahuaso.cl/noticia/politica/conozca-los-avances-de-la-universidad-de-o-higgins-en-materia-de-sus-estatutos
El Rancahuaso http://www.elrancahuaso.cl/noticia/economia/aun-no-hay-claridad-para-la-fecha-de-entrega-de-recursos-extras-para-la-universidad
El Rancagüino http://www.elrancaguino.cl/online/2015/10/24/rector-hace-publica-su-opcion-de-que-la-universidad-comience-en-rancagua-y-genera-batahola-de-criticas/
Seminario RIDEAL 2015. Exposición Luis Fuentes, proyecto Fondecyt en curso
"Los murales de “ALAPINTA: una ventana a las ciudades intermedias y su emplazamiento en la Araucanía"
Ver"Los murales de “ALAPINTA: una ventana a las ciudades intermedias y su emplazamiento en la Araucanía"
En tanto las ciudades intermedias se definen por sus dinámicas de interacción con su área inmediata y otros asentamientos, por sobre criterios demográficos, es fundamental indagar que aristas tienen esas interacciones. El presente artículo aborda como estas aristas son reflejadas en los murales del colectivo artístico Alapinta, quienes han retratado las dinámicas de las ciudades de la Región de La Araucanía.
Revista Planeo Nº 27, Ciudades Intermedias, Abril 2016
[Por Felipe Irarrázaval, Geógrafo; Magister en Ciencia Política (UCH). Investigador asistente Centro UC de Desarrollo Local (Campus Villarrica) y Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS)
Martín Fonck, Sociólogo (PUC); Investigador asistente Centro UC de Desarrollo Local (Campus Villarrica) y asistente de investigación del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas (ICIIS)
Gonzalo Salazar, Diseñador (PUC), Doctor en Ecología Humana y Diseño Ecológico (University of Dundee). Profesor Asistente; Campus Villarrica & Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales; Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: En tanto las ciudades intermedias se definen por sus dinámicas de interacción con su área inmediata y otros asentamientos, por sobre criterios demográficos, es fundamental indagar que aristas tienen esas interacciones. El presente artículo aborda como estas aristas son reflejadas en los murales del colectivo artístico Alapinta, quienes han retratado las dinámicas de las ciudades de la Región de La Araucanía. En sus proyectos de Temuco, Villarrica y Lautaro dan cuenta de las dinámicas entre la ciudad y sus alrededores, las que diluyen la división urbano rural, y evidencian nutridas interacciones interculturales de índole funcional. El trabajo de Alapinta da cuenta de la complejidad de los procesos de intermediación en términos de dinámicas socio-espaciales, las cuales poseen una impronta definida en La Araucanía.
Palabras claves: Intermediación; Alapinta; Araucanía
¿Qué es una ciudad intermedia? ¿Qué nos aporta pensar un asentamiento urbano desde sus procesos de intermediación? Al menos en lo que respecta a la literatura de ciudades intermedias en Chile, ésta se encuentra en deuda con dichas preguntas. El énfasis en el filtro demográfico para dar cuenta de problemáticas de ciudades de menor densidad poblacional, sin analizar en profundidad las prácticas socio-espaciales propias de este tipo de asentamientos[1], ha desplazado la comprensión de los procesos de intermediación que definen a las ciudades intermedias.
A la luz del conocimiento que otorgan desde las paredes los murales de la agrupación “ALAPINTA”, nos aventuramos a reconocer las dinámicas propias de las ciudades intermedias. En este sentido el trabajo de este colectivo se vuelve esclarecedor, al desentrañar la forma de vida de los asentamientos urbanos en la región de La Araucanía[2] y su involucración con el paisaje circundante. Particularmente para el presente escrito nos centraremos en sus proyectos en las ciudades de Lautaro, Villarrica y Temuco, indagando dentro de esta última en los Barrio Tucapel y la Feria Pinto.
Im 1,2. Proyecto Villarrica. Fuente. www.alapinta.cl
Antes que estar definidas solamente por un criterio demográfico, la ciudad intermedia se caracteriza por una interacción intensa entre la ciudad y su entorno inmediato, diluyéndose la dicotomía entre lo urbano y lo rural. Alapinta expresa esta idea en las calles de Villarrica (Figura 1 y 2), en donde la infraestructura urbana de la ciudad – a los pies del Volcán Villarrica (Rukapillán) y al borde del Lago Villarrica (Mallolafquén) – es articulada desde la línea del tren y una carreta tirada de bueyes, hacia vehículos motorizados que van al campo. En medio de estos movimientos se encuentra Villarrica. Esta imagen no solo da cuenta de las dinámicas de la ciudad, sino también de su historia respecto a la explotación maderera y la producción de trigo, la cual se ha dado en una matriz intercultural. Los transportes mencionados atraviesan el paisaje, en donde destaca la población mapuche, viviendas dispersas y la densa biodiversidad de los bosques de la Araucanía pre cordillerana. Este fenómeno es elemental en las dinámicas de Villarrica, en tanto la ciudad actúa como catalizadora de las dinámicas extendidas en el territorio. Desde los sectores rurales la gente se desplaza hacia la ciudad a trabajar, a los servicios públicos o a comerciar productos de las zonas rurales, dinámica que se plasma en terminales de buses o esquinas céntricas. De ese modo también se configura una diversidad étnica en el espacio, por medio de la presencia de población mapuche que viene diariamente desde las afueras a realizar actividades a la ciudad. Esta interacción es una vital y dinámica expresión de interculturalidad en la ciudad.
Im 3, 4, 5, 6, 7, 8. Proyecto Temuco-Feria Pinto. Fuente. www.alapinta.cl
En el sentido de intermediación de las ciudades, es decir de generar densas relaciones entre la ciudad con sus alrededores, Temuco-Padre Las Casas presenta dinámicas similares. Esto es ilustrado en los proyectos Feria Pinto y Barrio Tucapel, en donde dan cuenta de cómo estos sectores de la ciudad – los que son medulares al interior de ella – funden a Temuco con su entorno inmediato y con las demás ciudades de alrededor. La población mapuche y colona que habita fuera de la ciudad llega temprano en buses, y toma desayuno a la par de que alistan puestos para comercializar productos recolectados y cosechados en el campo (Figura 3). No solo en buses, sino también en carretas (Figura 4 y 11), bicicletas (Figura 6) u otros vehículos motorizados (Figura 7), llegan a Temuco los piñones, hortalizas, tubérculos, frutas, miel o artesanías proveniente de los alrededores (Figura 9 y 10), configurando un asentamiento con dinámicas socio-espaciales que no entienden de límites urbano/rurales. Históricamente este proceso se ha dado en una activa interacción en torno a los barrios próximos a las líneas de tren (Figura 5). Esta movilidad entre asentamientos de La Araucanía fue también llevada a las letras por Pablo Neruda en la Oda a los trenes del sur (Figura 8), situando los rieles en el paisajes de volcanes, lluvia, montaña y palos quemados por donde alguna vez se desplazo.
Im 9, 10. Proyecto Temuco-Feria Pinto. Fuente. www.alapinta.cl
Im 11. Proyecto Temuco-Barrio Tucapel. Fuente. www.alapinta.cl
Sin embargo, el tren también es asociado a la historia de ocupación de La Araucanía, quedando plasmado en el proyecto Lautaro (Figura 12), el cual relata el proceso de invasión española y la posterior ocupación del Estado chileno sobre el territorio Mapuche. Ambos caracterizados por la violencia, la ventaja de las armas de fuego por parte de los beligerantes exóticos y por acuerdos incumplidos en mayor o menor medida. En este sentido, la ocupación militar de La Araucanía es fundamental para comprender el proceso de fundación de ciudades en la región, en tanto la creación de fortificaciones decantó en ciudades, las que serán potenciadas con la llegada del tren y el desarrollo de actividades agrícolas (Figura 13).
Im 12, 13. Proyecto Lautaro. Fuente. www.alapinta.cl
A través de este recorrido por los murales, al reflexionar sobre estas ciudades se vuelve fundamental atender los procesos de intermediación como parte constitutiva de su dinámica socio-espacial. Esto es justamente lo que nos enseñan los murales. Más allá de su carácter visual, en los elementos que sugieren es posible reconocer procesos de vida que están aconteciendo en los mismos lugares donde el mural se emplaza. En este sentido, el mural nos educa tanto a la comunidad académica como al habitante común, respecto a las características y dinámicas interdependientes que el lugar, la ciudad y la región poseen y que son fundamentales para su planificación más sustentable.
[1] Está discusión se puede encontrar en múltiples trabajos. Por ejemplo: Bolay, J.-C. & Rabinovich, A. (2004). Intermediate cities in Latin America risk and opportunities of coherent urban Development. Cities 21(5) 407–421; Bellet, C (2009) Las ciudades medias o intermedias en un mundo globalizado. Lleida : Eds. de la Universitat de Lleida; Maturana, F. & Rojas, A. (2015). Ciudades intermedias en Chile. Santiago: RIL editores
[2] Los autores del presente artículo se han vinculado a las ciudades de La Araucanía fundamentalmente mediante el proyecto Fondecyt de Iniciación N° 11130519, “Planificación y Desarrollo Urbano Local. Epistemologías de la Sustentabilidad en la Región de la Araucanía (Chile)” El presente escrito representa la interpretación de los autores respecto al trabajo de “Alapinta”, la que no necesariamente se ajusta a las motivaciones e ideas de “Alapinta”.
Rocio Besoain
Rocio Besoain
Actualmente se desempeña como consultora en temas ambientales del SEREX Ciudad y Territorio, perteneciente a la Dirección de Extensión y Servicios Externos (DESE). Sus intereses se centran en la relación hombre – naturaleza, principalmente en el estudio de los efectos antrópicos, tales como: urbanización, cambio de uso de suelo y cambio climático, sobre los sistemas naturales. Posee experiencia en diversos proyectos de consultaría y de carácter investigativo en temas de planificación territorial, construcción de indicadores territoriales y adaptación al cambio climático.
Vida simple
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Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Carmen Catán. Arquitecta de la Universidad Mayor y Magíster en Desarrollo Urbano
Luis Alba. Arquitecto UDP, mención en medios de representación]
RESUMEN
La animación se inicia desde la observación de una calle céntrica en Santiago donde la escala de metrópoli y barrio se entrelazan. Son cuatro escenas donde aparecen distintas secciones de la elevación de una manzana en el centro de Santiago. En todas las escenas se presentan distintos personajes en un ritmo y tiempo determinado por la escala, sin embargo, existe un personaje que camina a través de estas escenas a su propio tiempo, inmerso en su celular.
Muchas veces las grandes urbes olvidan lo que es propio de un lugar o pertenece a él. La composición de las grandes ciudades trae consigo una serie de restricciones a las relaciones humanas. Al parecer cada vez los espacios responden más los autos que a las personas, las personas a la tecnología y así existen cada vez menos instancias para compartir en la vida de barrio. Esto nos impacta diariamente en nuestras vidas, en términos de circulación, cultura, relaciones interpersonales, lo que altera el modo de vivir de la población en comunidad. No olvidemos que dentro de las grandes ciudades también existen expresiones de lo local a través de la vida de barrio, de la vida simple.
Palabras clave: Vida simple; barrio; tecnología
"Deseos urbanos: género, erotismo y consumo en la ciudad contemporánea"
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Revista Planeo Nº26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por, Rosa Liliana De Simone, Arquitecto; Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Comunicaciones; Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos]
Resumen
Al reflexionar en torno a los conceptos de género y cuerpo erótico en el contexto de lo urbano, el artículo se propone discutir el rol psicoanalítico y político del erotismo en la ciudad, reconociéndolo como un campo de intercambio, a la vez que como una plataforma de conflictos entre ciudadanos sexuados y espacio. Los roles culturalmente asociados a los cuerpos femeninos y masculinos, son iterativamente reproducidos por matrices sociales que perpetúan prácticas y materializan códigos que se ponen de manifiesto en el ordenamiento del espacio construido, el cual a su vez, disciplina los cuerpos y sus experiencias. En este sentido, el espacio es producto de las nociones culturales impresas en los cuerpos, sus atracciones entre unos y otros, y también sus deseos reprimidos y fetichismos. El artículo pretende comprender la ciudad desde el erotismo de sus habitantes, entendiendo el placer y las pulsiones sexuales como la energía vital —sino también la energía política— del intercambio entre seres humanos en el espacio público.
Palabras clave: erotismo, placer, ciudad, sexo, género, poder, espacio público, planificación urbana, consumo
Abstract
By reflecting around the concepts of gender and erotic body in the context of the urban, the paper aims to discuss the psychoanalytic and political role of eroticism in the city, recognizing it as a field of exchange, while also as a platform for conflicts between sexed citizens and space. The roles culturally associated with female and male bodies, are iteratively reproduced by social structures that perpetuate practices and materialize codes are iteratively reproduced by social practices that perpetuate matrices and materialize codes that reveal the arrangement of built space, which in turn, disciplines the bodies and their experiences. In this sense, space is the product of cultural notions printed on the bodies, their attractions between them, and their repressed desires and fetishes. The article seeks to understand the city from the eroticism of its inhabitants, understanding the pleasure and the sexual instincts as vital energy —if not as well as a political energy— of the exchange between human beings in public space.
Keywords: eroticism, pleasure, city, sex, gender, power, public space, urban planning, consumer
"Santiago (des)erotizada: sobre el uso del cuerpo femenino en la arena pública"
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Tres van a ser las preguntas que articulan el artículo. En primer lugar, ¿debemos entender el desnudo colectivo del 2002, el de las fotos de Spencer Tunick en el Parque Forestal, como un fenómeno capaz de horadar las ideas de recato, honra y pudor vigentes durante la postdictadura al punto de adjudicarle causalidad respecto de los desnudos callejeros del 2011?
Revista Planeo Nº 26 Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por, Gonzalo Cáceres, Historiador. Profesor del Instituto de Investigación y Posgrado, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile
Francisco Sabatini, Sociólogo, Ph. D. Planificación Urbana. Profesor del Instituto de Investigación y Posgrado, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Tres van a ser las preguntas que articulan el artículo. En primer lugar, ¿debemos entender el desnudo colectivo del 2002, el de las fotos de Spencer Tunick en el Parque Forestal, como un fenómeno capaz de horadar las ideas de recato, honra y pudor vigentes durante la postdictadura al punto de adjudicarle causalidad respecto de los desnudos callejeros del 2011? Siempre de una manera retrospectiva, ¿en qué medida el uso contestatario de los cuerpos desvestidos bebe de las vanguardias artísticas, cuando éstas, a su vez, buscaban resignificar el cometido punitivo de los organismos represivos? Finalmente, ¿qué legado sobrevivió del uso artístico y político del cuerpo femenino bajo la vieja república? (1)
Palabras clave: cuerpo, ciudad, erotismo.
Si la vida urbana es concomitante con el erotismo (Paz, 1993) y un factor para su intensificación, ¿qué afectos, pulsiones y pasiones tensan el cotidiano de una ciudad ubicada en el cruce de viejas y nuevas formas de sexualidad? Una pregunta parecida rondó buena parte de la producción intelectual de Benjamín Subercaseaux, en especial, luego que completara un doctorado en psicología (Carmona, 1959).
Consciente de la condición intrínsecamente erotizada de la vida citadina, el autor de Chile o una loca geografía nos legó una original descripción de Santiago hacia fines de la década del treinta. Su especulativa caracterización presenta a La Chimba, “con su sensualidad ardiente de cuerpos suaves y lampiños” (146), al Parque de la Quinta Normal, con sus “viejos silenciosos que buscan extraños placeres entre las sombras” (157) o a la primera cuadra de calle Bandera animada con todo su “…muestrario de ociosos que esperan, indiferentes, el amor que ha de satisfacer sus cuerpos martirizados por el deseo” (166). Fiel a una interpretación que le confiere a los barrios la capacidad de explicar la ciudad, La Vega Central aparece retratada como un ambiente sexual afectado por el pavoneo de los cargadores que hacen alarde “de su musculatura vibrante” (166).
Al concentrar su interés en la exhibición de la anatomía masculina, Subercaseux desatendió la centralidad y proyección del cuerpo femenino en el espacio público. Aunque su modelo de interpretación podría re-editarse para casi cualquier ciudad, el resultado es sumamente parcial. En primer lugar, porque el tratamiento mediático del cuerpo femenino lo sobre-expuso de un modo que es posible hablar de banalización, y, en segundo lugar, porque la utilización contestataria del desnudo femenino convirtió, para una cultura urbana como la santiaguina, en mero anacronismo la censura heredada de la última dictadura.
Como se sabe, las grandes manifestaciones del 2011 y en menor medida las del 2006, fueron mucho más que una perturbación funcional de la vida citadina. Las marchas de protesta apelaron a varias figuras de lo carnavalesco con su correlato de cuerpos pintados, coreografías interpelativas, carteles mordaces y carromatos irreverentes; todo lo anterior, bajo el ritmo festivo de comparsas danzantes. Los desnudos femeninos y masculinos de carácter colectivo que operaron en esa zona de ambigüedad, protección y exposición que media entre el carnaval y la protesta, gozaron de una figuración a la que pudieron aspirar seminales intervenciones precedentes –desde La casa de vidrio (2000) hasta Baby Vamp (2002)–, pero que sufrieron un desenlace completamente diferente.
Redactado al modo de aguafuertes, tres van a ser las preguntas que vertebran el argumento. En primer lugar, ¿debemos entender el desnudo colectivo del 2002, el de las fotos de Spencer Tunick en el Parque Forestal, como un fenómeno capaz de horadar las ideas de recato, honra y pudor vigentes durante la postdictadura al punto de adjudicarle causalidad respecto de los desnudos callejeros del 2011? Siempre de una manera retrospectiva, ¿en qué medida el uso contestatario de los cuerpos desvestidos bebe de las vanguardias artísticas, cuando éstas, a su vez, buscaban resignificar el cometido punitivo de los organismos represivos? Finalmente, ¿qué legado sobrevivió del uso artístico y político del cuerpo femenino bajo la vieja república?
El pasado puede ser más complejo que el presente
La exposición de los cuerpos desvestidos en el Santiago republicano fue desde lo privado a lo público y desde la producción artística, filtrada por la publicidad, rumbo a la calle (Figura 1). A diferencia del moralismo prohibicionista impuesto durante la segunda presidencia de Yrigoyen en Argentina, Santiago, incluso durante la dictadura de Ibáñez, acusó una disputada, pero creciente tolerancia a la exposición del cuerpo desarropado. Al igual que en otras latitudes, tres circulaciones influyeron en dicho cambio. Enlistados por fuera de cualquier prelación, destacamos el deporte, los espectáculos artísticos y, muy especialmente, la moda.
De moda estaba Josephine Baker cuando extendió su gira mundial por Sudamérica. Desconocemos si Santiago había sido testigo de una actuación equivalente a la que en 1929 brindó la celebridad de origen estadounidense como parte de su primera gira por Argentina, Brasil, Uruguay y Chile (Domingues, 2010). A la inversa de lo que podría imaginarse, el conjunto de presentaciones que la “Venus negra” ofreció en varias ciudades chilenas, carecieron de la censura y el escándalo que sí tuvieron en la cosmopolita Buenos Aires. Mientras los comentarios locales valorizaba el energético exotismo de su espectáculo, la calurosa y desprejuiciada bienvenida que le brindó la crítica masculina, reformó el canon de lo decente al tiempo que resignificó el sentido de lo que se entendía por pornografía.
Im 1. http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-73781.html
La exposición al desnudo en el circuito de la “alta cultura”, hasta ese momento confinado a pinturas y esculturas expuestas en el Museo Nacional de Bellas Artes, a una película silente de Alberto Acevedo o a estampas fotográficas de circulación restringida, entroncó con el programa noctámbulo que se ofrecía en establecimientos donde se cultivaba el cupletismo y el teatro de variedades.
Durante su estadía en Santiago, la Baker (http://bit.ly/1QCN0Kq) a la que equivocaríamos en reducirla a la mera condición de vedette (Carabantes, 2015), incluyó una plática con jóvenes como ella, a la sazón integrantes la Federación de Estudiantes de Chile (Peralta, 2014).
Im 2. Malú Gatica / Fuente: http://fundacionsalvadorallende.cl/wp/wp-content/uploads/2010/07/Mal%C3%BA-Gatica.jpg
Pese a su común formación estadounidense, no es seguro que Malú Gatica tuviera a la Baker como inspiración. Era 1945 cuando Gatica, educada en un país donde las mujeres ya podían votar por sus congresistas, decidió posar con fines propagandísticos en traje de baño. Que la actriz y cantante luciera en su bajo vientre una consigna electoral favorable a un candidato a senador socialista, vino a establecer, especulamos, un nuevo contrato entre cuerpo femenino y progresismo (Figura 2).
De una parte, su actitud desenvuelta vino a erosionar, con cargo a una explícita jovialidad, las convenciones sobre lo indecente. Reforzaba el propósito, la utilización de un fondo donde se confunden la naturaleza feraz y la naturalidad de su gesto. De otra parte, la secuencia fotográfica abona a una supuesta asociación entre izquierda anti-imperialista y confort suburbano.
Ni exuberante ni artista: una agricultora protesta en traje de baño frente a La Moneda
Curvilínea. El lugar donde actualmente se ubica la bandera del bicentenario, alojó, por décadas, una moderna pileta circular (Figura 3). Se trataba, con seguridad, del juego de agua más conocido de todos los ubicados en el centro de Santiago.
Sea por sus dimensiones o por su ubicación excepcional, lo cierto es que la pileta del barrio cívico fue alberca ocasional para los perdedores de apuestas políticas. Zambullirse en sus heladas aguas era parte de un acuerdo por honrar y espectáculo seguro para los curiosos que por decenas avivaban las inmersiones voluntarias. Todo lo descrito ocurría en septiembre, tenía a hombres y mujeres como improvisados protagonistas, admitía, para su cumplimiento, el uso de “ropa interior” y ocurría en los días siguientes a la elección presidencial.
Im 3. https://farm4.staticflickr.com/3794/10734577976_4404c199fd_b.jpg
Eliana Quezada pudo haber sido confundida con una viandante dispuesta a saldar un desafío supuestamente perdido. Corría la primavera de 1971 y la mujer se encontraba en las inmediaciones de La Moneda vestida con un traje de baño monocolor. Si por algún momento alguien pensó en el pago tardío de alguna suerte de compromiso, esta vez se equivocaba. Según el registro fotográfico aparecido en un número de octubre del semanario Ercilla (Figura 4), su indumentaria balnearia no era lo único aparentemente disonante con la “vocación del lugar”.
Im 4. Eliana Quezada, imagen publicada en Revista Ercilla
Propietaria de 1072 hectáreas (Donoso, 1974), Eliana sostenía en su mano derecha, de acuerdo a la foto que le sobrevivió, una especie de pendón cuya autoría era evidente. En vistosos caracteres, el texto acusaba a los políticos de haber dejado “piluchos” a los dueños de predios. “Faltar a la moral y provocar disturbios en la vía pública”, fue la contravención aducida por carabineros para detener, momentáneamente, a la agricultora de Teno.
Para la prensa opositora, la originalidad de la denuncia fue objeto de alabanza. Para los medios afines a la Unidad Popular y pese al rictus severísimo de la propietaria, su desplante fue entendido con comicidad. Mientras la simpatía que despertó la irreverencia de Eliana fue procesada como una humorada, su “gesto” no era del todo contrapuesto a la explotación que algunos medios de comunicación venían haciendo del desnudo femenino. La tolerancia de Clarín para con el semidesnudo de Eliana, fue completamente diferente a la descalificación que el mismo matutino promovió cuando una primera protesta homosexual tuvo lugar en la Plaza de Armas de Santiago (Robles, 2008). Los participantes, completamente vestidos, fueron objeto de escarnio público, tópico que se prolongaría por días en varios medios de comunicación.
En la ciudad de la furia: anatomías exánimes, cuerpos desnudos
En términos corporales, la contra-revolución ejecutada en septiembre de 1973, provocó repercusiones inmediatas. Como se sabe, la materialización de un revanchismo largamente anticipado, desbordó el repertorio represivo precedente. Con pasmosa puntualidad, decenas sino centenares de cadáveres, algunos completamente desvestidos, aparecieron en diferentes puntos de la ciudad (Figura 5). Aunque nadie lo denunció de ese modo, Santiago fue azotado por un ciclo de violencia con características pornográficas.
Im 5. Fuente: http://eldesconcierto.cl/wp-content/uploads/2013/05/Operacion-Silencio_13-domingo-politi.jpg
Como parte del plan disciplinador, los militares cortaron cabelleras, mientras que una legión de jóvenes vestidos con delantales, repintaban empeñosamente cientos de muros. La escala cromática sufrió un vigoroso adelgazamiento y el rojo no fue el único color censurado.
La militarización de la vida cotidiana en Santiago, para algunos un laboratorio cultural a cielo abierto, experimentaría una drástica regimentación. Lugares tenidos por civilizatorios fueron convertidos en recintos de detención, tortura y exterminio. La libertad vigilada de algunos, fue vivida con terror por otros. El alcance espacial de la punición vuelve muy difícil declarar desconocimiento sobre sus consecuencias, tanto más cuando amplios sectores de la ciudadanía fueron sus explícitos promotores. Como era presumible esperar, la ubicuidad de la represión terminaría salpicando a personas políticamente descomprometidas (Calvo, 1989).
Un artista colgado y desnudo de la cintura para arriba
La performance que Elías Adasme representó en 1979, careció por completo de divulgación. La razón es simple: intentar publicitarla por fuera de un diminuto circuito cultural alternativo, condenaba a sus creadores y documentalistas a una represión segura.
Adasme, como se sabe, no fue el primero en contestar el autoritarismo y cuestionar sus prácticas coercitivas. Incluso en espacios privados de uso público, otros artistas, Carlos Leppe evidentemente, utilizaron el cuerpo como recurso expresivo (Richard, 1980). Pero, la intervención de Adasme dispone de una peculiaridad simbólica. ¿A qué podemos atribuírsela?
Comuna de Providencia, Estación Salvador, plena luz del día. El artista comparece por unos segundos en la intemperie, colgado de un equipamiento urbano emplazado en el exterior de la estación del “metropolitano” (Chastain, 2015). Aunque la fotografía blanco y negro no lo capta completamente, la señalética de la cual cuelga el cuerpo invertido, es una las más flamantes con que contaba la ciudad y en especial, su cono de alta renta.
La modernidad funcional, aséptica e impersonal del metro, fue cuestionada con el testimonio victimizado de un colgado. No es casualidad que el cuerpo de Adasme se haya exhibido semidesnudo y de frente al fotógrafo que atrapa el instante. Entre muchas interpretaciones posibles, el artista buscó representar al detenido que yace desvestido involuntariamente y que, soportando la intemperie, como en los campos de prisioneros de Pisagua o Chacabuco, sufre en silencio. El mapa de Chile que se expone al costado, podría confirmar la conjetura anterior: todo el territorio nacional estaba bajo padecimiento (Figura 6).
Im 6. Intervención de Elías Adasme en la estación Salvador / Fuente: http://www.arteycritica.org/wp-content/uploads/2012/06/Elias-Adasme.jpg
La explotación que los aparatos represivos hicieron del desnudo involuntario se prolongó por todo el autoritarismo. La desacreditación cobró plena significación cuando se publicaron imágenes de personas asesinadas en falsos enfrentamientos. Las fotografías, que a lo menos incluyeron la exposición pública de una militante acribillada, recuperaban, de manera siniestra, el mismo estilo noticioso empleado por la “crónica roja” para denostar a individuos sospechados de peligrosos para la sociedad.
Bajo postdictadura: el frío es la consigna y viene del norte
El miedo elitista al conflicto abierto convivió con el temor concertacionista a una regresión autoritaria. Corría 1990 cuando la preocupación a que se produjera un “destape cultural” como el vivido en la España tardofranquista, impulsó una cruzada extemporánea: la censura al desnudo.
Aunque ocurrió fuera de los confines de Santiago, es interesante volver a visitar el papel pedagógico que sus productores simbólicos le confirieron a la Exposición Internacional Sevilla ´92. Contra lo que la arquitectura del pabellón parecía transmitir, los interioristas del edificio eligieron un trozo de hielo como principal iconografía. Un iceberg liliputiense instalado en la tórrida Sevilla -¿publicidad indirecta a la transnacional que donó el gas refrigerante o mero manierismo técnico?-, fue presentado al modo de una alegoría gélida a la modernización con crecimiento.
El mensaje era claro. Una parte del “progresismo cultural” parecía preferir la frialdad del hielo al ardor convencional de los cuerpos. Fiel a este predicamento, la azulosa traslucidez de un témpano en miniatura, figuraba de lo más idiosincrática para la nueva identidad chilena en formación. Identidad, por lo demás, convenientemente representada por los emblemas tradicionales. Que el mismo año 1992, una intervención contra-cultural intentará interrogar la doble moral de la sociedad, relacionando la crucifixión, un desnudo, el SIDA y la bandera patria, recibió, de vuelta, el descalificativo de escandaloso.
Son miles los empelotados en el Parque Forestal
Es un lugar común afirmar que la sociedad santiaguina siempre ha sido mayoritaria y tenazmente conservadora y que por lo tanto, exhibe una reluctancia estructural para con las “humanidades desarropadas”. Nosotros, que hemos venido problematizando tan arraigado predicamento, reservamos para el final los sucesos del 30 de junio del 2002.
¿Qué aconteció? Varios miles de santiaguinos, en su gran mayoría “adultos-jóvenes” se desvistieron voluntaria y colectivamente en uno de los sitios más estereotípicos de la ciudad. ¿El motivo? Participar de una fotografía que demandaba más que paciencia, templanza.
Sin una organización pensada para administrar las necesidades de una pequeña multitud, Spencer Tunick se vio sorprendido por un animado contingente de adultos que parecían haber conquistado una libertad largamente negada. La masividad del desnudo matinal dejó atónitos a sus observadores indirectos. Pero, ¿qué mensaje nos querían transmitir esos cuerpos lívidos por el frio? (Cáceres y Sabatini, 2014).
La ausencia de encuestas o de estudios exhaustivos volvió más inexplicable el número de auto-convocados que debieron soportar una combinación de incredulidad y hostigamiento. Mientras la falta de expectativas para con la masividad de la convocatoria, era el pronóstico que dominaba entre los medios de comunicación, el hostigamiento tenía nombre y apellido: un grupo de evangélicos arropados con cánticos, amedrentaban y recriminaban a los que habían llegado al Parque Forestal cuando apenas amanecía. Al parecer, el organizado coro religioso no provocó grandes deserciones.
Muchas veces relatada, la performance de los 4.000 fue registrada en todos sus detalles. Portada de innumerables libros, las fotos del día en el “que Chile mostró la cara”, tuvieron un papel ejemplarizador. La masividad de la convocatoria, bajo el invierno y compitiendo con la transmisión de una final del mundial de Fútbol, se convertió en un poderoso desmentido contra el supuesto talante conservador de la sociedad santiaguina. ¿La misma que había hostilizado a la solitaria habitante de la casa de vidrio, durante el verano del 2000, y denostado el experimento callejero de Baby Vamp en junio del 2002?
A modo de conclusión: los cuerpos pintados… a la calle
Vistas espacialmente, las manifestaciones del 2011 conmovieron el modo en que los santiaguinos auto-concebían su capitalidad. Sin perjuicio que las protestas fueran justificadas por necesarias o descalificadas por anti-sistémicas, lo cierto es que las demostraciones multitudinarias rejuvenecieron el espacio público, pero también lo re-peatonalizaron. En rigor y hasta el 2011, ni las protestas colectivas ni su conflictividad intrínseca, habían adquirido la suficiente intensidad y pluralidad como para afectar el funcionamiento del centro y en especial del microcentro de Santiago.
Cuando se trató de marchas, los manifestantes caminaron, bailaron y corrieron de un lado para otro. Una fracción de los que protestaban, exhibieron carteles cuyos mensajes rivalizaban en ingenio. La presencia de muñecos o carromatos de sorprendente confección, abonaban a favor de la irreverencia. Una corriente de ironía polinizó la calle y electrificó las redes sociales incluso antes que estallaran las grandes manifestaciones estudiantiles de junio del 2011. Que proliferaran comparsas danzantes, contingentes desarropados, escolares uniformados y sujetos rigurosamente cubiertos, confirma la heterogeneidad de una protesta que agregó elementos carnavalescos en una ciudad que, en dicho departamento, apenas podía esgrimir a su favor los desfiles por el orgullo gay realizados desde 1999.
Sostendremos, sin desconocer la ocurrencia de situaciones violentas, que la constelación de recuerdos disparados por las marchas de protesta, anidan un relato afirmativo sobre la pacífica exposición de cuerpos desarropados. Si estamos en lo cierto, la exposición pública de la desnudez en la ciudad, después de tantos giros y contra-giros, llegó para quedarse.
Bibliografía
Cáceres, Gonzalo y Francisco Sabatini (2014). “El espacio público en el Santiago del bicentenario. Entre el Estado y la nación”. Kuri, Patricia. (Coordinadora). Las disputas por la ciudad. Espacio social y espacio público en contextos urbanos de Latinoamérica y Europa. Ciudad de México: Miguel Angel Porrúa librero-editor.
Carmona, Darío (1953). “Un personaje a trasluz: 24 preguntas a Benjamín Subercaseux”. Ercilla, #1242, Retrieved January 31, 2016, from http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-69870.html
Calvo, Luti (1989). Toda la razón. Santiago: Pehuén.
Caravantes, Peggy (2015). The Many faces of Josephine Baker. Dancer, Singer, Activist, Spy. Chicago: Chicago Review Press.
Domingues, Petrônio. (2010). A «Vênus negra»: Josephine Baker e a modernidade afro-atlântica. Estudos Históricos (Rio de Janeiro), 23(45), 95-124. Retrieved January 29, 2016, from http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0103-21862010000100005&lng=en&tlng=pt.
Paz, Octavio (1997). La llama doble: amor y erotismo. Bogotá: Seix Barral [1993].
Peralta, Gonzalo (2014). “La diosa de ébano conquista Chile”. The Clinic (Santiago de Chile). Retrieved January 30, 2016, from http://www.theclinic.cl/2014/06/02/josephine-baker-bailarina-exotica-la-diosa-de-ebano-que-conquisto-chile/
Richards, Nelly (1980). Cuerpo correccional. Santiago: Francisco Zegers.
Robles, Víctor (2008). Bandera hueca. Historia del movimiento homosexual de Chile. Santiago: Ediciones de la Universidad Arcis-Editorial Cuarto Propio.
Subercaseaux, Benjamín (1940). Chile o una loca geografía. Santiago: Ercilla.
(1): Académicos del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile. El presente artículo se beneficia de las discusiones realizadas en el marco del proyecto Fondecyt # 1130488: “Gentrificacion de barrios populares: amenaza de desplazamiento, potencial de integración e implicancias de política urbana en Santiago de Chile y Ciudad de México” y es continuación de un texto que comparece en la bibliografía. La atención a la performance de Elías Adasme con la estación Salvador del metro como escenario, nació de la lectura de un ensayo de Enrique Lihn publicado en la desaparecida revista Cauce. La inclusión de esa sección del análisis, también es tributaria de una conversación sostenida con Andra Chastain. Otras fracciones del argumento se beneficiaron de comentarios realizados por Carolina Aguilera y Rodrigo Millán aunque ellos no tienen responsabilidad de los errores cometidos por los autores. Aunque muchas de las objeciones realizadas por Andrea Roca fueron de enorme utilidad para mejorar el argumento, su relativo localismo, entre otras limitaciones flagrantes, no pudo ser completamente remendado. Finalmente, los autores reconocen la colaboración de Rosalba G. Loyde y Santiago Gutiérrez y dejan constancia de la infinita paciencia de Piera Medina.
Entrevista a Cristián Leporati: "El constructo imaginario de lo que debe ser una mujer en Chile, es esencialmente diseñado a partir de lo que el hombre desea que sea una mujer. No lo que es"
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Publicidad sexista: “El constructo imaginario de lo que debe ser una mujer en Chile, es esencialmente diseñado a partir de lo que el hombre desea que sea una mujer. No lo que es”
Revista Planeo Nº 26 Ciudad Erótica, Febrero 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Publicidad sexista:
“El constructo imaginario de lo que debe ser una mujer en Chile, es esencialmente diseñado a partir de lo que el hombre desea que sea una mujer. No lo que es”
Cristian Leporati es Director de la escuela de publicidad y académico de la Universidad Diego Portales. Es publicista, con postítulos en dirección de Marketing, Escuela de Alta Dirección y Administración de Empresas, Barcelona, España; Marketing Internacional en la Universidad de Chile, Magíster en Filosofía de la Universidad Adolfo Ibáñez y estudios de Magíster en Antropología, mención urbana, en la Academia de Humanismo Cristiano. Ha participado en diversos proyectos de investigación y publicaciones especializadas en temas de percepción y valoración de atributos de imagen, publicidad en medios, etc., y es columnista invitado en Voces de La Tercera.
Fuente: www.radiozero.cl
En primer lugar, nos gustaría que nos cuentes si actualmente existen investigaciones o estudios que vinculen directamente la publicidad con la ciudad y su erotización.
Toda la investigación que se desarrolla en términos privados, empresas y marcas, como también en las instituciones de educación superior, están más bien relacionadas con el fenómeno de la administración de las marcas (marketing). En este contexto, el objeto de estudio es el consumidor y su relación con el producto o servicio.
En la medida, que el consumidor chileno se hace consciente de sus derechos a partir de la “revuelta de los pingüinos”, lentamente se han introducido perspectivas blandas a la investigación, desde la disciplina antropológica (etnografías y historias de vida) y sociológica. Por tanto, es muy probable que en esta mirada de las marcas más integral y responsable, se comience a medir lo que ocurre con la ciudad y el diálogo que se genera con los distintos soportes publicitarios y performances; los que regularmente connotan mensajes erotizados y porque no decirlo: profundamente machistas. Recuerdo, que el principal destinatario de los mensajes publicitarios son las mujeres y, la paradoja es, que los directores creativos son hombres. Es decir, la ciudad imaginada por la publicidad es masculina no femenina.
¿Cómo ha evolucionado el uso de la publicidad en la ciudad y su manifestación en la ciudad neoliberal actual?
A lo largo de la dictadura militar, el país adoptó el modelo económico neoliberal y el estado se reconvierte y minimiza, delegando en los privados – llámese inmobiliarias – el desarrollo urbanístico de las ciudades. En otras palabras, el espacio público se privatiza y, su manifestación cosista es el Mall. Abriendo un espacio infinito para las manifestaciones publicitarias de las distintas marcas. Es el sueño erótico del marketero, un espacio aislado y controlado, en donde millones de clientes circulan mensualmente con el único objeto de comprar y sociabilizar; sin mayores diferencias entre La Dehesa o San Bernardo.
A su vez, el contenido publicitario desde fines de los 60 hasta 1973 era más bien integrador e inclusivo en términos ciudadanos, con una potente carga ideológica propia de la época. Post golpe, empieza a predominar la imagen por sobre el texto como también la individualidad más que la comunidad, ergo, hace su aparición de forma indiscriminada la publicidad en vía pública. Apropiándose de las principales esquinas y panorámicas urbanas. En muy poco tiempo, el urbanitas transita hacia una nueva dimensión: urbanitas publicitario. Si cabe aclarar, que en este profundo cambio tuvo mucho que ver con una política de estado, que era la de reducir su tamaño; lo que obligó a buscar financiamiento publicitario a las Municipalidades.
En definitiva, hoy por hoy la ciudad y sus ciudadanos se encuentran a través del acto de consumir, ya sea en lo privado como en lo político.
¿Existen lugares o espacios más cotizados para la instalación de la publicidad? Si es así, ¿cómo opera y cuáles son las implicancias de esta lógica en el ámbito de la publicidad sexista?
El principio es simple. La comunicación comercial está presente en donde se genera la mayor concentración de consumidores o por donde circulan estos, en los trayectos diarios de lunes a domingo. Se busca volumen, para disminuir el costo de contactar a ese ciudadano.
Dicho esto, la presión de ONG´s y distintos actores políticos sobre la publicidad sexista, ha llevado a que los ejecutivos de Marketing y las agencias de Publicidad, cuiden bastante más los contenidos y el lenguaje visual de las gráficas en vía pública. Sin embargo, hay categorías como las cervezas y grandes tiendas por ejemplo, que continúan cosificando a la mujer, como también representando un modelo aspiracional, friccionado y no real. Rubiedad y delgadez extrema es el norte estético de la calle, en términos generales.
Si se podría decir, desde una mirada antropológica urbana, que muchos lugares de paso o tránsito, sin mayor valor e incluso muchas veces de riesgo delictual, gracias a un luminoso publicitario o paneles adosados a los muros, logran ser resignificados como espacios; dándole así una vida que antes no tenían. Un ejemplo de aquello, en términos globales (aunque hiperbólico), es la ciudad de Hong Kong.
Actualmente hemos visto una creciente reivindicación de las identidades de género a nivel de manifestaciones ciudadanas. Sin embargo, la publicidad que se expone diariamente en nuestras calles contrasta con la búsqueda de igualdad de derechos. ¿Cómo ves la evolución de este tipo de demandas y su impacto en la publicidad?
Sin lugar a dudas, las empresas avisadoras y sus cuadros ejecutivos, incluido los directorios; son mayoritariamente masculinos. Con formación en ingenierías, es decir, escaso acceso o contacto con las Ciencias Sociales y las habilidades blandas. A lo que se suma el uso del concepto “responsabilidad social”, utilizado con frecuencia como una herramienta de asuntos públicos y lavado de imagen; no como una convicción que sea parte de la planificación y corazón del negocio.
Por el lado de la publicidad, que es una industria que le presta servicios a las empresas y sus marcas, por lo mismo con poco margen de maniobra frente al cliente; en los departamentos de servicio la presencia femenina es dominante, pero, los creativos siguen siendo hombres (no solo en Chile) regularmente. El resultado de esto ya lo comenté, pero brevemente, esto significa que hombres le venden a mujeres ropa interior, productos de belleza, estilos de vida, etc. El constructo imaginario de lo que debe ser una mujer en Chile, es esencialmente diseñado a partir de lo que el hombre desea que sea una mujer. No lo que es.
El 2015, investigadores de la carrera diseñaron un estudio cuantitativo para medir el valor social de la publicidad, y una de las conclusiones más impactantes eran que las mujeres no se sentían representadas en la publicidad y, es más, la percibían como una agresión. En otras palabras, los recursos publicitarios de los avisadores no están siendo invertidos bien. Aparte, motivan desagrado en muchas chilenas.
Para finalizar, cuáles son los desafíos que enfrenta su disciplina en la visibilización de la desigualdad de género en la ciudad.
La Publicidad y las empresas deben entender que el país se enfrenta a un cambio de paradigma profundo, en el que el ciudadano consumidor percibe a las empresas no solo como un ente que le vende algo, sino que también como una organización que se compromete con la sociedad en que está inserta. De alguna forma, las empresas son como ministerios y sus gerentes como ministros. Esto implica un cambio en la mirada de las agencias de publicidad, que deben ir abandonando (o complementando) poco a poco los primitivos modelos derivados del marketing a procesos motivados a partir de la comunicación integral y responsable socialmente; frente a la igualdad de género, las minorías étnicas, los emigrantes y las comunidades gay, entre otros.
Son momentos de cambios, en todo orden de cosas. La publicidad lo espeja, de ahí la crisis que vive junto a muchas otras estructuras tradicionales. El próximo paso es ampliar la mirada, con cuadros de profesionales diversos en las empresas y agencias: ingenieros, publicistas, periodistas, antropólogos, cientistas políticos y sociales.
Entrevista a Elizabeth Espinoza: Territorio Travesti: “La apropiación de los territorios en disputa involucra el romper con la norma y reivindicar lo diferente, y en parte, hacer respetar aquella diferencia”
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Territorio Travesti: “La apropiación de los territorios en disputa involucra el romper con la norma y reivindicar lo diferente, y en parte, hacer respetar aquella diferencia”
Revista Planeo Nº 26 Ciudad Erótica, Febrero 2016.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Territorio Travesti: “La apropiación de los territorios en disputa involucra el romper con la norma y reivindicar lo diferente, y en parte, hacer respetar aquella diferencia”
Elizabeth Espinoza es Estudiante de la carrera de geografía y ayudante de la cátedra de metodologías cualitativas en geografía en la Universidad Alberto Hurtado. Ha participado en diversas instancias en las que la “geografía del cuerpo” ha sido su eje principal. Conformó parte del workshop Government Jam Santiago 2013, actividad a nivel global de distintas estrategias para el desarrollo ciudadano. Además de participar como exponente del XXXVI Congreso nacional y XXI internacional de Geografía, organizado por la sociedad chilena de ciencias geográficas (SOCHIGEO) y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, donde junto a su compañero Alexander Acosta, presentaron el trabajo Territorio Travesti: la performance y el poder en los distintos escenarios normados.
El trabajo toma tres casos de estudios: el Circo Show Famass, la Open Mind Fest, y la Calle San Antonio en Santiago, donde cada uno se ve enfrentado de manera distinta al choque del cuerpo desobediente en un espacio donde pesa un discurso de lo correcto y lo normal que invisibiliza la diferencia, o más bien la adapta a sus políticas vigentes. Esto conlleva una lucha por aquel espacio y las distintas relaciones de poder que atraviesa el cuerpo dentro de ellas. El trabajo de carácter exploratorio busca dilucidar la territorialidad que ejercen los travestis, y junto con ello, analizar las territorialidades en conflicto, a través de la identidad de cada una de ellas.
Fuente: Carpa Show Famass
Primero, nos gustaría que nos cuentes a partir de los casos de estudio de tu investigación, qué relación existe entre el territorio y las diversas identidades de género.
La relación que se da entre cada caso de estudio, es que las identidades de género ponen en jaque un espacio que es normalizado, esto sea por un tema de moral y costumbres o sentido común, un espacio dominado por lo “normal”. Al producirse este encuentro con otras identidades de género alternativas a lo que se muestra generalmente a través de los medios, como lo es esa imagen higienizada y sofisticada de lo gay, se produce un choque, un conflicto entre ambas visiones y maneras de vivir, hay una irrupción a lo normalmente establecido, que provoca bien una buena o mala reacción por parte de la sociedad que convive en este espacio.
Cabe recordar que el territorio es un término asociado al conflicto, al terror en sí, y en los tres casos de estudios, existe un ejercicio de la territorialidad, y este se manifiesta a través de la vestimenta, gestos, la performance y todo lo que involucra a su cuerpo, la relación de este con el espacio normalizado. Un ejemplo que siempre cito en los trabajos y a manera persona: recuerdo a las chicas del circo show Famass, que tenían su carpa en el balneario de Loncura, en la quinta región. Su cotidianeidad era completamente travestida, el ir a un negocio cercano a comprar maquilladas o disfrutar de la playa en bikini y pareos era una acción inmensamente transgresora, y eso se reflejaba en la reacción de la gente que iba a veranear allá, esa reacción iba desde los típicos insultos y burlas que recibían hasta la admiración de algunos que iban a ver el show después en la noche.
¿Puede el territorio ser considerado sexuado? Si es así, qué factores inciden en esta conceptualización.
Puede ser considerado sexuado si tomamos como factores principales a nuestro cuerpo y al espacio. La relación existente entre ellos es a partir de las distintas identidades de género manifestadas en la ciudad, Linda McDowell a partir de la geografía del cuerpo y ligada a la geografía feminista, considera a este – el cuerpo o como digo siempre “La cuerpa”- como un lugar, que no es estático y depende del lugar y la posición en que se encuentre. Si aplicamos esta geografía del cuerpo a los casos vistos en territorio travesti se puede ver que estos cuerpos, en cierto modo, están sometidos a los discursos existente dentro de un espacio regido por lo heteronormal y lo patriarcal, y no tan solo desde un punto de vista feminista, sino que también se aplica un discurso científico y social como lo indicaba Focault.
En el caso de las travestis que trabajan en la calle San Antonio, quienes ejercen la prostitución de manera muy precaria, y cuyos cuerpos son transformados a través de cirugías o inyecciones de algún material de mala calidad, poniendo en peligro su vida en pos de lograr el cuerpo femenino “perfecto”, considerado dentro de aquel canon impuesto por el mismo capital, lo que a los ojos de aquel discurso se hace aceptable, enajena el cuerpo de la propia identidad y pertenencia. El cuerpo se transforma en un territorio en disputa y provoca divisiones dentro de un espacio. Ya no se habla de un espacio binario, si no que se habla de un espacio sexuado y territorializado a través de los cuerpos que son desobedientes a los discursos dominantes.
Fuente: elquintopoder.cl
Cómo se da la relación de poder y lucha por el espacio entre los distintos actores que intervienen en el territorio en disputa.
La relación del cuerpo con el espacio se traduce en una lucha constante por la reivindicación de la diferencia, por ende, a partir de estas mismas luchas surgen relaciones de poder que varían según cada caso de estudio. En el caso del circo show famass, la relación existente entre el cuerpo y el espacio transgredido se da en un espacio cerrado, pero a la vez instalado en un espacio normado. La performatividad y el ejercicio de la territorialidad se realiza dentro de la carpa, e interactúa con el público que pagó por ver un espectáculo que se realiza en la noche, pero ello no sale más allá de ese espacio. Sin embargo, la cotidianeidad de la chica del circo es distinta, enfrentándose a la normatividad del espacio que rige sus cuerpos y que choca con lo que en la noche todos disfrutan de ver. Por otra parte, con las chicas que trabajan en la calle San Antonio, la relación de poder se basa netamente por el dominio del dinero, es un mercado de los cuerpos y por ende existe alguien quien las dirige, que maneja aquel espacio en donde deben transitar y permanecer.
Además, la lucha es principalmente por el dominio del sector que más rinda económicamente, el atraer a los clientes a través de la performance que realizan, y en parte en mantenerse en un sector que destaca mas por una mala imagen generalizada a partir de los medios.
¿De qué forma influyen los aspectos normativos de la ciudad en la apropiación de los territorios en disputa?
En el caso de la ciudad, los aspectos normativos pueden variar según la política existente en cada una de ellas. Si es una política que aboga por la inclusión, lo que implica el trabajo a través de las mismas organizaciones LGBTI en conjunto con otras, ya sean de la sociedad civil, el mismo comercio, o incluso las organizaciones estudiantiles con las secretarias de género; puede influir de manera positiva, ya que se consideran a todos los actores y se establece una cultura de lo distinto, no hay un discurso homogenizado de la ciudad y tampoco existe un discurso que influya sobre los cuerpos y provoque su enajenación de lo distinto.
La apropiación de los territorios en disputa involucra el romper con la norma y reivindicar lo diferente, y en parte, hacer respetar aquella diferencia. Sin embargo, no siempre es así, pues en algunos casos puede existir una política muy abierta a la diversidad, y aquellos espacios amigables para las comunidades LGBT siguen manteniendo un discurso que atenta contra lo distinto, especialmente si este discurso está influido por un tema de clase y de normatividad binaria, cortando con las raíces y principios que en parte cuestiono a la sociedad heteronormada. En caso contrario cuando estas políticas son mínimas dentro de una ciudad, por desconocimiento de la misma sociedad o la falta de trabajo en conjunto con el resto de los actores ya mencionados, la influencia puede ser negativa, existiendo una criminalización tanto del espacio como de las travestis quienes trabajan o ejercen su territorialidad (tomando el caso de la calle San Antonio).
Por último, en el caso de Santiago, qué territorios hay actualmente en disputa y cómo se ve reflejado “lo sexuado” en dichos espacios.
Se podría considerar a todo Santiago como un territorio en disputa, mientras exista esa reivindicación de lo diferente, es algo de nunca acabar si se mantienen las políticas que solo favorezcan a algunos. Más aun lo sexuado, que se ve reflejado en lo cotidiano a través de las miradas, comentarios y comportamientos generalizados de quienes convivimos en la ciudad, y no tan solo pasa con las identidades de género, si no con los mismos cuerpos considerados enfermos o anormales para la sociedad actual en la que vivimos. Santiago es una ciudad dominada por una economía neoliberal, y que, por ende, mantiene ese discurso de los cuerpos perfectos, dejando a la camiona, al cola mujer o al travesti precarizado frente a otros, fuera de los espacios destinados para convivir de manera cotidiana. Mientras no se reconozca lo diferente el territorio se mantendrá siempre en una disputa constante.
Fuente: www.soychile.cl
"Proyecto 1012 y la renovación del Barrio Rojo de Amsterdam"
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Los Barrios rojos como el de Amsterdam, han ido adquiriendo una nueva función social de destino turístico, siendo uno más de los atractivos de la ciudad para quienes la visitan, aspecto que busca fortalecer el Proyecto 1012 a través de la puesta en valor del barrio rojo de Amsterdam como oferta turística de primer nivel, proceso que ha tenido importantes repercusiones sociales.
Revista Planeo Nº 26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Tesista Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: Los barrios rojos se constituyeron en su origen como una estrategia de zonificación de la prostitución que permitiera distanciar esta práctica de los barrios residenciales y mejorar la regulación en términos de seguridad, prevención de enfermedades de transmisión sexual, trata de blancas y explotación sexual comercial infantil. Sin embargo, barrios rojos como el de Amsterdam, han ido adquiriendo una nueva función social de destino turístico, siendo uno más de los atractivos de la ciudad para quienes la visitan, aspecto que busca fortalecer el Proyecto 1012 a través de la puesta en valor del barrio rojo de Amsterdam como oferta turística de primer nivel, proceso que ha tenido importantes repercusiones sociales.
Palabras clave: Amsterdam, Barrio Rojo, Tematización.
Recientemente se implementó en Roma “il quartiere a luci rosse”, una zona de tolerancia para el ejercicio de la prostitución, ubicado en el distrito de negocios de Eur (Leggo, 2016). El proyecto denominado “Michela”, busca generar una zonificación que establezca islas donde la prostitución es tolerada y acompañada a través de asistencia sociosanitaria y por contrapartida multar esta práctica en las zonas no autorizadas. Además se busca mantener un mayor control, que permita terminar con la trata de blancas y la explotación sexual comercial infantil.
Por su parte en Santiago de Chile, se discute acerca de la factibilidad de zonficar un barrio rojo, propuesta que ha sido planteada por el Intendente Claudio Orrego, quien ve en esta iniciativa la posibilidad de resolver los problemas de seguridad y convivencia vecinal asociados a la prostitución (La Tercera, 2014).
Así mientras en diversas ciudades crece la adherencia a la zonificación de barrios rojos, como medida de regulación de la prostitución y sus externalidades, en Amsterdam, donde se encuentra el barrio rojo más famoso del mundo, la tendencia es hacia volver a integrar este barrio a la ciudad, potenciándolo como una oferta turística de primer nivel. Desde hace algunas décadas ha cambiado la función social del barrio rojo de esta ciudad, que se ha convertido en un atractivo urbano de quienes visitan Amsterdam, aspecto que las autoridades locales han querido potenciar a través del proyecto 1012.
Im1. ‘Barrio Rojo Amsterdam / Fuente: https://www.disfrutaamsterdam.com/barrio-rojo
El Proyecto 1012 considera el cierre de algunas vitrinas de burdeles, para el emplazamiento de boutiques de lujo, cafés de primer nivel y muestras de arte, que se entrelazarían con los atractivos ya existentes, como el museo de los secretos del barrio rojo y la estación de radio.
De esta forma se busca fortalecer atraer a un turista más sofisticado y alejar del sector a mafias asociadas al crimen organizado y la trata de blancas. (The Guardian, 2016)
El cierre de burdeles ha tenido una férrea oposición de las trabajadoras sexuales, quienes están perdiendo su fuente laboral. Si bien los dueños de los locales han recibido compensaciones, las prostitutas no han recibido ningún tipo de apoyo de las autoridades y temen que el cierre de estos locales las obligue a reasentarse en lugares con menos visitantes y con menor protección policial, precarizando las condiciones en que ejercen la prostitución.
Im2. Protesta prostitutas por Proyecto 1012, Amsterdam / Fuente: http://www.newsmax.com/TheWire/amsterdam-prostitute-protest-window/2015/04/10/id/637661/
En este sentido se denuncia que el principal objetivo de este proyecto es la apropiación de zonas de alto valor comercial para el desarrollo de negocios.
Este proceso de degradación del barrio rojo y el desplazamiento de burdeles para la entrada de un mercado más sofisticado, asemeja el proceso de tematización de los centros históricos con el desplazamiento de población vulnerable que conlleva.
El barrio rojo de Amsterdam así como muchos centros históricos, se comenzará a convertir en un museo, potenciando sus atractivos, haciendo más sofisticada su oferta y destinado su uso a la visita de turistas de primer nivel (Millan-Millan & Fernández, 2014). ¿Se está tematizando el barrio rojo de Amsterdam?
Referencias
La Tercera. (15 de Septiembre de 2014). Un barrio rojo y las propuestas para regular la prostitución en Santiago. Disponible en http://www.latercera.com/noticia/nacional/2015/09/680-647055-9-un-barrio-rojo-y-las-propuestas-para-regular-la-prostitucion-en-santiago.shtml.
Leggo. (29 de 01 de 2016). Roma, vero i quartieri a luci rosse:. Disponible en http://www.leggo.it/NEWS/ROMA/roma_eur_zone_tolleranza/notizie/919824.shtml.
Millan-Millan, P., & Fernández, L. (2014). Aproximación al estudio de los procesos de transformación de las ciudades históricas. La tematización. Eure 40 (120), 201-219.
The Guardian. (15 de 01 de 2016). Amsterdam’s sex workers: the unlikely victims of gentrification, Disponible en http://www.theguardian.com/cities/2016/jan/15/amsterdam-sex-workers-unlikely-victims-gentrification-red-light-district.
"Seducidos por espacios velados de la ciudad"
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El colectivo Casa Mascate de Cultura en Rede, ha realizado muestras de arte erótica y otros eventos de difusión en diversos espacios tabú de la ciudad, como Edificios de Arriendo para prostitutas, actividades que se han llevado a cabo en ciudades como Barcelona y Belo Horizonte.
Revista Planeo Nº 26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por Juliana Carvalho Cortes Silva y Alessandra Carneiro de Mendonça]
Resumen: El colectivo Casa Mascate de Cultura en Rede, ha realizado muestras de arte erótica y otros eventos de difusión en diversos espacios tabú de la ciudad, como Edificios de Arriendo para prostitutas, actividades que se han llevado a cabo en ciudades como Barcelona y Belo Horizonte. Uno de los principales objetivos de este colectivo es desmitificar el erotismo, buscando, a través del arte, aproximar las personas a su sexualidad, sin tabús ni prejuicios, seduciendo a los asistentes a entrar en los espacios prohibidos de la ciudad.
Palabras clave: Resignificación de espacios, erotismo, ciudad.
¿Imaginaste alguna vez entrar a un edificio que funciona como putero en pleno centro de tu ciudad para ir a una fiesta con amigas y amigos? Puede parecer un escenario altamente improbable, sin embargo, el colectivo Casa Mascate de Cultura en Rede (CMCR) logró realizar eventos en estos edificios en Belo Horizonte: el Hotel Diamante, un establecimiento que usualmente opera en base al arriendo de habitaciones para profesionales del sexo bajo la supervisión de una travesti.
Im1. Afiche promocional de la 10ª Muestra de Arte Erótica/ Fuente: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=885752448103684&set=pcb.367139880116305&type=3&theater
El primero de los eventos realizados allí fue en asociación con un bar que funciona en el Maleta, un edificio histórico de la ciudad que en los últimos años ha sido revitalizado en consonancia con las políticas y dinámicas revalorización del centro, y ocupó solamente la terraza del edificio. Ya el segundo evento fue una producción independiente en el marco de la 10ª Muestra de Arte Erótica, que además de la azotea, ocupó también algunas de las habitaciones del hotel con exposiciones artísticas, performances escénicas, lectura de poemas y bodypainting.
Im2. Artista Gabriela Dominguez y participante del evento en el Hotel Diamante, 10ª muestra de arte erótica / Fuente: www.facebook.com/arte.cmcr/photos/a.700838450013221.1073741829.199069850190086/704222623008137/?type=3&theater
El colectivo, que cuenta con la colaboración de actores, artistas plásticos, gráficos y visuales, curadores literarios, escritores, entre otros, organiza diversos tipos de eventos, pero no queda espacio a duda que la temática erótica y el instinto escénico son características predominantes en sus actividades. Hasta la fecha, el colectivo ha organizado 11 muestras de arte erótica, 10 en Belo Horizonte y la última en Barcelona, en colaboración con el colectivo InMotion.Lab.
La 10ª, realizada en 2014, fue la de mayores proporciones, contando no solamente con el evento citado previamente, sino que también con charlas educativas, workshops, escenas cortas, conciertos, exposiciones, lectura de cuentos, entre otras actividades, realizadas en el centro SESC Palladium, entre los días 8 y 12 de noviembre. Este centro es un espacio gubernamental de grandes dimensiones, construido recientemente en la ciudad, también en el área central, para fines culturales. De esta forma, en este evento la CMCR fue capaz de combinar un espacio institucional oficial con un espacio renegado de la ciudad, generando un interesante e inusual contraste de locaciones.
Im2. Artista Alexandre Fonseca e invitados, en la Gruta, 4ª muestra de arte erótica / Fuente: https://www.facebook.com/arte.cmcr/photos/a.325351847561885.74394.199069850190086/347473565349713/?type=3&theater
A lo largo de esta muestra el colectivo consolidó como uno de sus principales objetivos el de desmitificar el erotismo, buscando, a través del arte, aproximar las personas a su sexualidad, sin tabúes ni prejuicios. De allí la idea de invitar a todos a celebrar el cierre del evento en un lugar tan inusitado como un putero. Un lugar acerca del cual, en el imaginario de la “tradicional familia mineira”, no se debe ni hablar, por más que se sepa que está allí. En este sentido, la convocatoria al evento sedujo sus invitados a estar en el lugar prohibido (por más que en el día del evento las actividades usuales del hotel fueron suspendidas), a ir, públicamente, incluso confirmando presencia con sus perfiles de facebook, al lugar que nadie asume ir.
Promoviendo el vínculo entre el erotismo y el arte, en sus diversas formas, el colectivo abre una posibilidad no solamente de reevaluar algunos rasgos retrógrados y púdicos que siguen permeando nuestra cultura, sino que también nos entrega una oportunidad de resignificar ciertos espacios urbanos, desde una nueva perspectiva. Siguiendo esta línea de trabajo, el colectivo quiere reforzar en sus próximas acciones e intervenciones el eje de educación sexual, incitando, a través del arte erótica que será expuesto y puesto en acción en espacios urbanos inauditos, no solamente la curiosidad de las personas, sino que principalmente un debate más abierto acerca de sexualidad y género. Se espera que para los próximos eventos el plan de abarcar más ciudades en la red se concretice y que la fuerza del movimiento instaurado en Belo Horizonte se fortalezca, promoviendo una ciudad con menos espacios invisibilizados, con más diversidad y convivencia pacífica.
Im2. Alessandra Carneiro de Mendonça en la escena Sex in Real Life, en el SESC Palladium, 10ª muestra de arte erótica Fuente: https://www.facebook.com/arte.cmcr/photos/a.700838450013221.1073741829.199069850190086/701640003266399/?type=3&theater
"Pornotopía: Arquitectura y sexualidad en 'Playboy' durante la guerra fría"
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Hugh Hefner personaje icónico de la segunda mitad del siglo XX, Playboy una de las revistas más influyentes de occidente en concordancia con la arquitectura y las nuevas formas de habitabilidad resuenan en la morfología familiar de la sociedad norteamericana de la época.
Revista Planeo Nº 26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por Rosalba González Loyde, Comunicóloga UNAM (México), estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano de la Universidad Católica de Chile]
Título: “Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en “Playboy” durante la guerra fría”
Autor: Beatriz Preciado
Año: 2010
Edición: Editorial Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona
Resumen: Hugh Hefner personaje icónico de la segunda mitad del siglo XX, Playboy una de las revistas más influyentes de occidente en concordancia con la arquitectura y las nuevas formas de habitabilidad resuenan en la morfología familiar de la sociedad norteamericana de la época.
Palabras clave: Modernidad, erotismo, Playboy
Im1. Portada del libro Pornotopia, Beatriz Preciado. Fuente: http://goo.gl/UqvfGo
Hablar de modernidad en pijama pareció vanguardista cuando Žižek lo hizo; ofreció una entrevista desde su habitación recostado sobre la cama. Houellebecq, Ballard y otros hablaban sobre la importancia de la cama pese a que haya tenido un rol no protagónico para la cultura occidental. Décadas antes de que el filósofo eslavo hablara en pijama, Hugh Hefner lo había hecho ya para difundir su pensamiento respecto a la Arquitectura y su función en torno a la modernidad.
En este libro Beatriz Preciado reinterpreta la función de una de las revistas más importantes del siglo XX, Playboy, y su impacto para la vida moderna a través del reconocimiento de la mediatización como práctica fundamental de la arquitectura moderna, cómo menciona Beatriz Colomina “lo que es moderno en la arquitectura moderna no es el funcionalismo ni el uso de los materiales sino su relación con los medios de comunicación de masas”. (Colomina, citada por Preaciado, 2010).
De primera Preciado nos presenta la forma en la que Playboy rompe con los esquemas sociales de la Arquitectura y la vida urbana representada en arquetipos de la familia mononuclear y suburbana, así la revista arremetía contra las instituciones establecidas del matrimonio y la vida hogareña y familiar en las urbanizaciones.
Im2. Hugh Hefner frente a su máquina de escribir y carpetas temáticas. Fuente: http://goo.gl/Q6PQqm
“El juego se convierte en fiesta, la fiesta en trabajo y el trabajo en juego”, Hefner creía en los postulados propuestos por Johannes Itten, así el espacio que se habitaba también era una forma de ruptura con el urbanismo y la arquitectura disciplinares que plantaban una separación funcional entre el espacio doméstico y laboral: “Playboy va a dibujar una ficción erótica capaz de funcionar al mismo tiempo como domicilio y como centro de producción.” (Preciado, 2010:112)
La guerra fría trajo para Estados Unidos una construcción familiar que promovía la creación de suburbios de casa unifamiliares donde a medida que acrecentaba la seguridad privada disminuía la del espacio público. El traslado de la vigilancia cambia de escala del estado nación a la escala doméstica, a los cuerpos, los cuales, han de ser segregados por género, de acuerdo a sus funciones económicas y de raza. Esta segregación, junto con el factor material del establecimiento del sistema de autopistas interestatales, va a generar una nueva relación positivo-negativa entre el suburbio y downtown o ciudad central.
En este contexto Playboy funciona como un reivindicador del hombre, de lo que Preciado expresa como “soltero urbano”, una construcción de una nueva forma de domesticidad específicamente masculina, donde el hombre vuelve a casa, pero no la habita de la misma manera que la mujer de la época. Playboy presenta una reconquista de la casa por el hombre para el placer y modifica así la forma en la que habitan el contexto urbano.
Im2. Hugh Hefner ocupando su cama como espacio de trabajo. Fuente: http://goo.gl/ay9eXw
Así la pornotopía no es la utopía del placer, sino uno de los “lugares otros” propuestos por Foucault, -heterotopías- espacios donde la relación entre forma y función se ven alteradas. El hogar suburbano transformado en “ático de soltero”, trastoca así la morfología de la ciudad y el downtown se convierte en objeto de consumo erótico.
La constitución de pornotopías por espacios para generar placer o reivindicar el placer son, dice Preciado, “brechas en la topografía sexual de la ciudad, alteraciones en los modos normativos de codificar el género y la sexualidad, las prácticas del cuerpo y los rituales de producción de placer”. (Preciado, 2010:121).
En el último apartado del libro Preciado dimensiona la escala transgresiva de la propuesta espacial impulsada desde Playboy. Explica como la ruptura de la dicotomía suburbano-urbano, impulsada por la industria automotriz, “era en realidad atacar no sólo la estructura de la ciudad americana sino también el fordismo y su comprensión moral de la relación entre trabajo, producción y placer.”
Es visible en esta sección la forma en la que Hefner y su cama que, a su vez, es lugar de trabajo, placer y reunión familiar, adelantan el nomadismo de la clase global, el nomadismo de lo estandarizado, de los vencedores por medio de la deslocalización que describe Bauman (1999) en Modernidad líquida. El fenómeno de la replicabilidad de los servicios y de los espacios donde estos se ofrecen forman parte del entorno urbano actual, como menciona Preciado, citando a Richard Corliss “la urbanidad de Playboy se había transformado en urbunnidad”, un continuo club posdoméstico habitado por idénticas conejas y aspirantes a solteros playboy abanderaba el planeta.
En su diagnóstico del espacio farmacopornográfico revela como el club, diseminado globalmente, forma parte del escenario urbano como decorado para el consumo, en “un espacio completamente vigilado, en condiciones óptimas de control y seguridad” (Preciado, 2010:192), material, del ocio y de la ciudad misma.
Bibliografía:
Preciado, Beatriz, Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en “Playboy” durante la guerra fría, Anagrama, Barcelona, 2010.
Buaman, Zygmunt, Amor líquido, Fondo de Cultura Económica, México, 1999.
"El Santiago Erótico según Rivano"
Ver"El Santiago Erótico según Rivano"
El libro recapitula las obras de Luis Rivano que tienden a desarrollarse en el Santiago de la década de los 60 y 70, donde sus personajes antagónicos se mezclan entre el sexo, la pobreza y la injusticia.
Revista Planeo Nº 26, Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por Felipe Vergara Ovando, Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Título: “Narrativa Completa”
Autor: Luis Rivano
Año: 2010
Edición: Editorial Alfaguara, paginas 504, Santiago de Chile.
Resumen: El libro recapitula las 15 obras de Luis Rivano que tienden a desarrollarse en el Santiago de la década de los 60 y 70, siendo principalmente sus escenarios los barrios rojos de la época como “10 de Julio” y “Mapocho” y donde generalmente sus personajes antagónicos (policías y prostitutas) se mezclan entre el sexo, la pobreza y la injusticia.
Palabras clave: Santiago, Barrios Rojos, Policías.
Im1. Portada del libro / Fuente: http://goo.gl/XJKz0n
La ciudad es uno de los componentes más versátiles e interesantes para escritores, donde sus historias tocan tierra en un espacio dinámico que nos puede sorprender por la cantidad de símbolos que nos puede entregar, siendo uno de ellos el erotismo. Según Luis Rivano, escritor chileno, en su recopilación de Narrativa Completa (2010), el contexto de sus historias tales como “Esto no es el Paraíso”, “El Signo de Espartaco” y “El Cuaderno de Víctor Hidalgo”, reflejan un Santiago rico en experiencias nocturnas donde las armas, el sexo y la muerte conjugan como un símbolo marcado en los barrios “10 de Julio” y “Mapocho” en la década de los 60. No es un mundo erótico que se identifique con el glamour y sensualidad, sino más bien bruto, rápido y penoso que refleja claramente las carencias del sexo en contextos de pobreza que ocurría en un Santiago que estaba en un periodo de transición.
Asimismo, este contexto es atractivo para los amantes del pulso de la ciudad, ya que sentir como se expresa la urbe desde una mirada subjetiva nos permite comprender los flujos y comportamientos ilógicos de sus habitantes, que se logra a cabalidad en esta obra que no se detiene en crear prosas que se destaquen, sino en escenarios tensos de digerir.
Lo interesante de estas obras es la forma de teletransportar al lector a los barrios rojos de la época, desérticos de día y bombeantes de noche, donde lo importante era sobrevivir a una economía del día a día, equipamientos nauseabundos y helados, y donde la justicia se escribía con cuchillos. Del mismo modo, los personajes nos ilustran algo que generalmente se desconoce, carabineros ruinosos, uno responsable y otro corrupto, pero que de todas maneras son símbolos de la ley desquebrajados por la rudeza de la vida, vinculándolos como meros usuarios del mercado sexual, mientras que las prostitutas son actores con sueños, pero que están encerrados en el círculo nocturno que cada vez las van extinguiendo más y más. Sin embargo, lo rico de ambos tipos de protagonistas son los trayectos que realizan por el Santiago sesentero, construyendo mapas mentales a los lectores entre las calles que conectan ambos barrios y el cuartel de carabineros, haciéndonos imaginar los contrastes de este Santiago inimaginable hoy en día.
En este sentido, se deslumbran el gran aporte de estas historias en recalcarnos que estos lugares han sido históricamente barrios rojos, pero que en aquella época sus energías eran de un calibre mayor, debido a que eran los lugares donde se concentraba el mercado sexual de la ciudad atrayendo público de todo tipo, pero que lentamente fueron mutando a barrios degradados, gracias a contextos políticos (toques de queda durante la dictadura militar) y urbanos (aparición de nuevos barrios rojos hacia sectores acomodados), y que aún no han podido recobrar su vitalidad.
No hay ninguna duda que Rivano hace una descripción excepcional y tiene créditos en lo que relata[1], ya que construye una descripción tajante y real de las experiencias nocturnas de la ley y la lujuria en un Santiago a dientes apretados.
[1] fue carabinero durante los 60 y dado de baja al publicar la obra “Esto no es el Paraíso”, ya que la descripción de carabineros que rompían sus códigos entre ellos mismos genero tal conmoción afectando el prestigio de la institución. Posterior a este suceso se dedicó a ser escritor.
“Cafés con piernas, ¿Una postal de Santiago en peligro de extinción?”
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Los cafés con piernas fueron un boom entre los años ochenta y noventa, pero hoy en día se observan cada vez menos éstos locales. El resguardo de su identidad y la potenciación de la idea de que son expresión de la cultura erótica local, podrían salvarlos de convertirse en un recuerdo.
Revista Planeo Nº 26 Ciudad Erótica, Febrero 2016
[Por, Laura Trelles López. Socióloga PUCP, Magíster (c) en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Los cafés con piernas fueron un boom entre los años ochenta y noventa, pero hoy en día se observan cada vez menos éstos locales. El resguardo de su identidad y la potenciación de la idea de que son expresión de la cultura erótica local, podrían salvarlos de convertirse en un recuerdo.
Al igual que comer en una cevichera en Lima, bailar tango en Buenos Aires o recorrer una favela de Río de Janeiro, el ir a tomarse un café a un café con piernas en la ciudad de Santiago se ha convertido en una de esas experiencias recomendadas y valoradas tanto por personas locales como por foráneos, turistas o viajeros que gustan “vivir” las ciudades desde las prácticas de sus habitantes. Sin embargo, contrario a este creciente interés, de acuerdo con la prensa local, año a año son cada vez menos los establecimientos de este tipo que quedan en la ciudad. ¿Será que estos verdaderos íconos eróticos de la cultura urbana Santiaguina de finales del siglo XX, tienen sus días contados?
Im1. Café Haití. Fuente: http://santiagoimperdible.cl/cafe-haiti/
El formato de los cafés con piernas surgió a finales de la década de los setenta, distinguiéndose por ser lugares para beber café de pie en barras atendidas únicamente por mujeres con vestidos cortos y ceñidos al cuerpo, en los ahora clásicos cafés Haití y Caribe. Para su época, este concepto era transgresor ya que se da en una sociedad fuertemente conservadora y autoritaria, por lo que estos locales desde su inicio nunca estuvieron exentos de detractores. Sin embargo, Da Silva (2008) destaca que estos lugares se convirtieron en un verdadero “fenómeno urbano sexuado” en la década comprendida entre la segunda mitad de los ochenta y primera de los años noventa. En este periodo, estalla el boom de estos establecimientos caracterizados por un formato de vidrios exteriores polarizados con luces de neón y atendidos por chicas en bikini y tangas en un ambiente mucho más erotizado, siguiendo el modelo de locales como el Barón Rojo.
Im2. Café Alibaba. Fuente: AFP, www.traveller.com.au
En la actualidad existen una variedad de estas particulares cafeterías localizadas principalmente en el centro de la ciudad, las cuales encierran una doble connotación erótica en el espacio urbano. De un lado, se tratan en sí mismas de lugares pseudo públicos, orientadas a hombres heterosexuales, en donde se oferta la posibilidad de experimentar del disfrute de un café en una atmósfera regida por un juego simbólico sexuado:
Los cafés ofrecen un espacio de tránsito, una distracción agradable en el aburrido transitar por la selva urbana. Se trata para el cliente sexuado y deseoso de una posibilidad de acceder o elegir un espacio “más” privado que el del trabajo, pero un poco más público que la casa. Es parte del espectáculo del erotismo, donde se teatraliza la interacción de género tradicional y ésta a su vez participa de la cultura visual contemporánea
(Da Silva, 2008, p.237)
Siguiendo la cita, los hombres asiduos a estos cafés encuentran un espacio para relajarse de su jornada laboral con mujeres dispuestas a atenderlos, escuchados y complacerlos visualmente, roles atribuidos tradicionalmente a las mujeres en el hogar antes de que éstas participaran activamente en el mercado laboral. Así, paradójicamente estos espacios de transgresión terminan representado simbólicamente patrones eróticos que responde al tipo heteronormativo patriarcal, o en otras palabras, a la hegemonía de los intereses sexuales del hombre adulto heterosexual, modelo que es el dominante en las ciudades latinoamericanas (Torres, 2014).
Im3. Representaciones de los cafés con piernas. Fuentes:https://cecinunez.wordpress.com/tag/cafe-con-piernas/ (imagen izquierda) │ Colectivo siete rayas (imagen derecha)
De otro lado, y tomando la definición que hace Díaz (2011) de erotismo urbano como aquella “curiosidad y fuerte atracción urbana por lo extraño o distinto”, los cafés con piernas son también en un segundo sentido, una fuente de erotismo para aquellos que encuentran placer en conocer lugares y experiencias nuevas. Este gusto por lo distinto se traduce en:
Una serie de hábitos y disposiciones relevantes para la interacción social entre diversos; una identidad y simpatía desde la impureza y la pluralidad radical que merece ser pensada en pro de una comprensión y diálogo intercultural (Díaz, 2011, p.105)
Así, los cafés con piernas, cuya clientela son principalmente oficinistas, jubilados u hombres que suelen transitar habitualmente por las calles del centro, son una auténtica expresión de erotismo local. Verdaderas postales de la vida erótica y de la(s) masculinidad(es) practicada(s) en el centro de la ciudad con una propuesta mucho más cotidiana que otros espacios heteronormativos globales (night clubes, cabarets, etc.), ya que por ejemplo funcionan tanto de día como noche, en días laborales de semana y se accede por el precio de un café.
Estos rasgos distintivos hacen que estos cafés sean un atractivo local, en una ciudad que en los últimos cuarenta años se caracteriza, más bien, por su permeabilidad a las modas globales en todos los ámbitos de la vida. En efecto, más allá de sus detractores morales, de las representaciones desiguales de género que encierran o de los conflictos vinculados con el devenir de su funcionamiento, no se puede negar que estos cafés son un referente material e inmaterial de la ciudad de Santiago en espacios como guías y blogs de viaje o mapas de rutas de la ciudad dirigidos tanto a turistas como a personas que gustan (re)descubrir su propia ciudad.
No obstante a lo señalado, consideramos que la subsistencia y continuidad de estos locales va a depender de su capacidad para hacer frente a tres problemáticas identificadas como principales. La primera se encuentra relacionada con la aparición de una mayor oferta de espacios eróticos diversificados. Los cuales pueden de un lado ser heteronormativos, como clubes femeninos, hoteles temáticos para parejas, clubes mixtos; pero de otro lado, existen actualmente lugares transgresores a la heterónoma como: saunas, pubs, clubes y discotecas altamente sexualizados, dirigidos a la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero).
Vinculado con lo anterior, la segunda problemática tiene que ver con el hecho de que los cafés con piernas responden a masculinidades que demandan relaciones de género más bien tradicionales, en una ciudad que transita hacia modelos más igualitarios o de transgresión a la heteronorma.
Finalmente, el problema más visible que enfrentan estos establecimientos es la pérdida identidad de algunos cafés que cruzan esa delgada línea entre la insinuación sexual y el intercambio sexual pasando a ser en la práctica night clubs o prostíbulos (Da Silva, 2008). Es frecuente que en los operativos de fiscalización municipal muchos de estos locales pierdan su patente por este motivo, afectando no solo su cierre, sino al sector en general.
Como señala Borja (2001) los centros de las ciudades son “lugares polisémicos por excelencia” y también “la ‘diferencia’ más relevante de cada ciudad”, capaces de proporcionar “más ‘sentido’ a la vida urbana.” Es por ello, consideramos que estos locales de café made in Chile en la medida que mantengan los elementos que los caracterizan son un aporte a la vitalidad de su centro, un sello distintivo de otras ciudades de la región de iguales características. Creemos también que estos locales además de desarrollar estrategias para retener a sus clásicos clientes, debieran potenciar y capitalizar el atractivo que su formato genera, para aquellos que buscan conocer experiencias locales auténticas en un mundo cada vez más globalizado, sin perder su identidad en el camino.
Referencias Bibliográficas
Borja, J. (2001). La ciudad del deseo. En: La ciudad construida. Urbanismo en América Latina. Quito. FLACSO sede Ecuador.
Da Silva, D. (2008). Masculinidad y café con piernas. ¿Crisis, reacomodo o auge de una “nueva” maculinidad? Revista La Ventana 27, p. 231 – 247, 2008
Diario La Cuarta (2015). Bajón: Cafés con piernas del centro cuelgan el colaless. En: http://www.lacuarta.com/noticias/cronica/2015/05/63-183536-9-bajon-cafes-con-piernas-del-centro-cuelgan-el-colaless.shtml
Díaz, E. (2011). Complejidad erótica y conflicto en el espacio urbano. Revista CIDOB d’afers internacionals 95, p. 101 – 112, Setiembre 2011
Torres, M. (2014). Corporalidad, Sexualidad y Erotismo en la Visión de Ciudad de la Nueva Geografía Cultural. Revista Latino-americana de geografía e gênero 5, p. 83 – 98, 2014
"Hacia una planificación urbana integrada, Plan de Desarrollo Urbano Comunitario “Curundú: Barrio Vivo”
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Revista Planeo Nº25, Centros Históricos en Latino América: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015
[Por, Magdalena Vicuña, Docente Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC
Andrea Urbina, Estudiante Escuela de Arquitectura UC
Fernanda Gómez, Estudiante Escuela de Arquitectura UC
Nicolás del Canto, Estudiante Planificación Urbana UC]
Resumen
Este artículo discute cómo la planificación urbana integrada e inclusiva se desarrolla a través de un proyecto en particular: el Plan de Desarrollo Urbano Comunitario “Curundú: Barrio Vivo”. La planificación urbana supera su tradición “racional-comprehensiva” para entenderse como la gestión colectiva del desarrollo urbano y el uso de la deliberación conducente a dar forma a los asentamientos humanos. En este sentido, esta propuesta académica busca revitalizar el barrio Curundú para potenciar su rol turístico y socio-cultural y para alcanzar un desarrollo integral en estrecha relación y articulación con ciudad de Panamá. La propuesta se basa en los principios de planificación estratégica, a través de una visión multidimensional de desarrollo a largo plazo y siete lineamientos estratégicos que permiten proyectar Curundú como un barrio diverso y dinámico, que capitaliza en su identidad social, calidad arquitectónica y urbana y donde sus habitantes son protagonistas en este dinamismo, liderando la promoción de actividades de comercio local y desarrollo social. La propuesta incorpora también un modelo de gobernanza local que concibe el plan como una construcción colectiva y que constituye un factor clave en términos de implementación y seguimiento.
Palabras clave: planificación urbana integrada / desarrollo local / Panamá
Abstract
This work discusses in what manner an inclusive and integrated urban planning can develop through a particular project: Plan de Desarrollo Urbano Comunitario “Curundú: Barrio Vivo”. In this project urban planning overcomes the rational-comprehensive tradition and is understood as “the collective management of urban development and the use of purposeful deliberation to give shape to human settlements” (Fishler, 2012). In this sense, the proposal aims at revitalizing Curundú neighborhood in order to promote its touristic and socio- cultural role, as well as reaching an integral development, tightly linked to Panamá city. The proposal is based in strategic planning principles, by means of a long term multidimensional vision and seven strategic lineaments that allow projecting Curundú as a diverse and dynamic neighborhood, which capitalizes in its social identity, urban and architectonic quality and where its residents are protagonists of these dynamics, leading local commerce and social development activities. The proposal also incorporates a local governance model, in which the plan is conceived as a collective construction and constitutes a key factor in the plan implementation and assessment.
Keywords: integrated urban planning / local development / Panama
"Los límites de la visión monumentalista y colonialista del patrimonio en el Centro Histórico de Quito"
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Revista Planeo Nº25, Centros Históricos en Latino América: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015
[Por, María Soledad Oviedo Costales, Docente de Apoyo Académico, Facultad de Hospitalidad y Turismo Universidad de las Américas (UDLA), Quito-Ecuador]
Resumen
En 1978, la UNESCO declara a Quito colonial como Patrimonio de la Humanidad. Desde ese entonces, las políticas públicas locales se han enfocado en precautelar su patrimonio material a la luz de las grandes líneas visibilizadas por las directrices de los organismos internacionales. Esta manera de abordar el patrimonio no es privativa de Quito, sino que se encuentra como una manifestación en otros espacios patrimoniales, al ser una definición nacida del sistema internacional que impide tener una visión integral de la morfología de la ciudad y de lo que es el patrimonio desde sus raíces y trayectoria histórica de los pueblos. Este artículo introduce elementos teóricos que permiten entender el proceso de rescate del patrimonio material, el mismo que ha dejado de lado, casi en su totalidad, el resguardo del patrimonio milenario, que constituye la identidad no solamente de los habitantes del Centro Histórico de Quito, sino de todos los quiteños.
Palabras clave: centro histórico / morfología de la ciudad / patrimonio
Abstract
In 1978, UNESCO declared downtown Quito as a cultural heritage of mankind. Ever since, local public policies have focused on ensuring its material heritage by following the guidelines of international agencies. By doing so, Quito started acting based on the same patterns of conservation policies that are to be found in other patrimonial areas. Nevertheless, this strategy implies not having acquired a comprehensive view of the morphology of the city and not having realized what a complex cultural heritage is about, considering its roots and multiple histories of its cultures. This article introduces theoretical elements that will allow us to understand the rescue process of material heritage in Quito, which has left aside, almost entirely, the protection of its millennial heritage, an element that constitutes the identity not only of the inhabitants of the historical center, but of all the Quiteño population.
Keywords: historical centre / morphology of the city / heritage
"Permanencias y cambios de la autenticidad: Monumentos, Patrimonio y centros históricos en América Latina"
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Revista Planeo Nº25, Centros Históricos en Latino América: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015
[Por, Macarena Ibarra, Profesora asistente, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Plaza de Armas, Cuzco
Fuente: Piera Medina
Resumen
Una revisión de cartas y acuerdos internacionales sobre la conservación de monumentos y de centros históricos, en los últimos ochenta años, permite examinar la manera en que la noción de autenticidad, central desde los primeros debates, ha permanecido y ha cambiado. Por una parte, la autenticidad ha sido un componente fundamental para abordar la conservación de centros históricos en las ciudades latinoamericanas, al plantear una mirada frente a las transformaciones urbanas y a los nuevos proyectos en perspectiva del conjunto y no sólo del monumento. Por otra parte, la noción de autenticidad ha cambiado a la luz de las transformaciones que la propia noción de patrimonio y de monumentos ha experimentado.
De ahí que este artículo considere como fundamental para comprender la autenticidad y su nueva relación con la renovación urbana, el valor que se ha otorgado en las últimas décadas a la diversidad cultural como legítimo atributo de lo patrimonial y al creciente protagonismo que ha tomado la comunidad en los procesos de patrimonialización. Una relación en la que la participación de la comunidad, como legitimadora de su patrimonio, ha marcado una nueva dimensión de la autenticidad.
Palabras clave: autenticidad / centros históricos / patrimonio urbano
Abstract
By examining charts and international agreements related to the conservation of monuments and of historic centres, over the last eight years, this paper explores the way in which authenticity, a central issue discussed from the first debates, has remained and has shifted. On the one hand, authenticity has been a central element to address the conservation of historic centres in the Latin American cities, while reveals an approach to urban trasnformations and new schemes in perspective of groups or areas rather than of individual buildings. On the other hand, the notion of authenticity has changed in relation to the transformations that the notion of heritage and of monuments has experienced.
This articles considers that the understanding of authenticity and its new relation with urban renewal must be understood in terms of the recognition that in the last decades has been given to cultural diversity as a genuine attribute of heritage and in terms of the increasing role that the community has been having in the processes of listing buildings and areas. Thus, in this relationship the participation of the community, in the legitimation its heritage, has shaped a new dimension of authenticity.
Keywords: authenticity / historic centres / urban heritage
"Plaza de la Constitución, centro histórico de la ciudad de México: Intervención y apropiación como espacio público multidimensional"
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Revista Planeo Nº25, Centros Históricos en Latino América: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015
Plaza de la Constitución, ciudad de México, 2004 / Fuente: http://www.conaculta.gob.mx/turismocultural/destino
[Por, Jorge Alberto Juárez Flores, Alumno Maestría en Ciencias y Artes para el Diseño, Área Investigación y Gestión Territorial, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, Distrito Federal.
Misael Chávez García, Alumno Maestría en Ciencias y Artes para el Diseño, Área Conservación del Patrimonio Cultural, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México.
Víctor Manuel Belmonte Reséndiz, Licenciado en Planeación Territorial, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México]
Resumen
Los espacios públicos son la base donde se manifiestan las expresiones posibles de una sociedad, son espacios de la vida pública vinculados a un sin número de acontecimientos. De tal forma, el presente artículo consideró abordar la Plaza de la Constitución -elemento esencial del centro histórico de la ciudad de México- como el espacio público abierto más evocado por la historia y reconocido de manera colectiva por los habitantes capitalinos; historia determinada por acontecimientos coyunturales que comprenden cerca de cien años, de 1925 a 2010. Partimos de una perspectiva teórica elaborada de tal forma que nos permitiera abordar la cuestión de los centros históricos latinoamericanos bajo el enfoque de espacio público intervenido, para posteriormente, evidenciar la polisemia del espacio público y sus múltiples dimensiones: físico-territorial, política, social, económica y cultural. Así mismo, identificamos mediante la revisión de hechos y la observación de fotos, la transición acaecida en referencia a la apropiación y uso de éste espacio público a medida que surgen intervenciones físicas en él, cuestionando en qué medida las dimensiones inherentes a éste espacio, cambian o se visualizan aún más, sobre todo en ciertos periodos a partir de diversas intervenciones.
Palabras clave: Plaza de la Constitución / centro histórico / intervención y apropiación / dimensiones del espacio público
Abstract
Public spaces are based where posible expressions of a society are manifested , are areas of public life linked to a number of events. Therefore, this article considered addres the constitution square – esential element the historic center of Mexico City as the more open public space evoked by the story and collectively recognized by the capital´s inhabitants ; the history determined by circunstantial events comprising about a hundred years , from 1925 to 2010. We start from a theoretical perspective developed so that allowed us to address the issue of Latin American historical centers under the focus of public space intervened, later, demonstrate the polysemy of public space and its many dimensions: physical-territorial, political, social, economic and cultural. Likewise, identified by reviewing facts and watching photos, the transition occurred in reference to the appropriation and use of this public space as they arise physical interventions, questioning the extent to which this space inherent dimensional change or they are further displayed, especially at certain times from different interventions.
Keywords: Constitution square / historic center / intervention and ownweship / dimensions public space.
Entrevista a Miguel Laborde : “En función de una imagen turística patrimonial, empieza a modificarse la historia y a desvalorizarse”
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“En función de una imagen turística patrimonial, empieza a modificarse la historia y a desvalorizarse”
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“En función de una imagen turística patrimonial, empieza a modificarse la historia y a desvalorizarse”
Miguel Laborde es Académico, escritor e historiador autodidacta; posee numerosas publicaciones e investigaciones en su haber especializadas en temas relacionados a la arquitectura e historia urbana. Entre sus trabajos más destacados se encuentran “Santiago 1850-1930”, “Santiago: lugares con historia”, “Santiago, región capital de Chile” y “La selva fría y sagrada”. Actualmente es director de la revista Universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, director cultural de El Observatorio de Lastarria y profesor del área urbana de la Universidad Diego Portales.
1. ¿Qué entendemos hoy en Santiago por centro histórico desde una perspectiva patrimonial y cuáles son los elementos o factores que contemplan la construcción de centro histórico?
Bueno, hoy por hoy hablando de centro histórico, se ha superpuesto al centro, y eso llega hasta Teatinos solamente, por el poniente, cuando pudo haber sido hasta Matucana; así se entendió hace algunas décadas, hace un siglo si es que no un poco antes. Cuando se hace la Quinta Normal, por ejemplo, la gran reja de acceso se hace frente a Catedral, ¿por qué? Para que la gente pudiera caminar de la Plaza de Armas hasta la Quinta Normal, entendiendo que eso era una ruta urbana céntrica, la Quinta Normal era parte del centro, era la recreación de lo que hoy llamamos Santiago poniente, que era el sector residencial del mismo centro. Entonces perdimos parte del casco histórico, hoy por hoy no se habla de Santiago poniente como parte del casco histórico. Obviamente que la Norte sur, ese tajo, fue decisivo en esta percepción, antes de la Norte sur alguien se podría haber complicado para establecer los límites, pero ahora no, el centro histórico viene a ser el centro que termina en Teatinos
Y a nivel cultural, ¿hay conceptos que construyan el centro histórico?
Hay un nivel de calidad de arquitectura, de inversiones, hasta de lujos digamos, que también es decisivo que acorta el centro histórico y no lo hace llegar al Mapocho como debiera, sino solamente hasta Catedral. De Catedral, en toda la parte de 21 de Mayo, Puente, como que no es parte de ese centro representativo, que por lo demás termina con José Miguel de la Barra por el oriente.
¿Existe algún punto de quiebre en la historia urbana de Santiago en que se comenzó a nombrar zonas patrimoniales y el centro histórico, algún punto en que se dijo ya vamos, vamos a hacer patrimonio acá y qué factores incidieron en hacer esto?
Yo creo que las Bienales fueron bien decisivas, en el sentido de poner en valor y hacer visible que había un mundo patrimonial y también a través de la revista de Vivienda y Decoración en los años ’90 cuando hace pública a través de El Mercurio la existencia de barrios y de esa palabra antes desconocida.
Por otro lado ¿actualmente se relaciona el patrimonio arquitectónico de Santiago con edificios o espacios que son consideradas obras con un cierto valor histórico y social exclusivos de un sector socioeconómico? ¿Es una característica propia de la actualidad o esto ha sido siempre así?
Claro, siempre hubo esa tendencia, no se me olvida que la palabra monumento y la palabra monstruo, vienen del mismo origen, la misma raíz, hay algo que conmueve… Después se enriqueció el concepto, se ha ido incorporando pequeños conjuntos como William Noon, etcétera, o lo de González Cortés al lado de José Manuel Infante, los de Kulczewski también, todo eso que hoy se va sumando no era percibido como monumento porque no tenía esa condición monstruosa de algo que impacta en el medio. Me acuerdo de los años noventa, yo llevaba como diez años escribiendo de lugares con historia, poniendo en valor eso y me dicen en una comida, me presentan, él es Laborde que escribe de las casas antiguas… ¡Ya, qué bueno que alguien se preocupe de todas estas casonas llena de ratones para que las echen debajo de una vez!… Esa era la lógica de la época, que había un pasado de mala calidad, sin interés y que ojalá desapareciera para tener edificios nuevos, esa era la cultura a fines de los años ochenta, influía mucho, también, el exilio…
¿En qué sentido influyó el exilio?
En los años ochenta empiezan a llegar retornados y traen una valoración distinta de lo que es lo urbano, lo patrimonial, lo histórico. Postura que tampoco fue potenciada en su momento, pero que fue creciendo.
En gran medida las zonas que son nombradas patrimonio de la ciudad terminan funcionando como un escenario turístico para atraer capitales foráneos bajo lógicas mercantilistas. ¿Puede considerarse esta práctica producto de neoliberalismo que ya tan enraizado tenemos en nuestra cultura?
No, porque eso lo están haciendo en todo el planeta de todos los colores políticos, de todas las culturas, ya es un fenómeno universal y una fuente de ingreso importante para muchísimas ciudades y algunas muy importantes que no podrían mantener el nivel de mantenimiento, valga la redundancia, de sus patrimonios, si no fuera por los turistas que están pagando para eso.
El turismo está financiando el patrimonio, al final.
Sí, el problema es ¿quiénes se benefician de los ingreso del turismo?, si las políticas públicas están orientadas a poner en valor ciertos lugares para atraer turismo y generar riquezas, ¿dónde termina esa riqueza? ¿los mismos vecinos de la ciudad se ven beneficiados o no? No lo sé…
Bueno, los vascos lo hicieron con el Guggenheim, el Guggenheim les costó pocos millones de dólares solamente, los que recuperaron en poco menos de cinco años, pero con eso se multiplicó el ingreso a otros museos de Bilbao, la ocupación de los hoteles, la ocupación de restoranes, café, bares, librerías, cambió completa la economía de Bilbao.
El Guggenheim se transforma en el símbolo de una marca, finalmente…
Claro, y ellos lo vieron así, ellos viajaron a Nueva York a hablar de crear un Guggenheim en Bilbao y con ese propósito, de una ciudad que tenía una imagen portuaria industrial decadente, una ciudad del pasado, para que pudiera acceder al nuevo siglo, digamos…
Claro, y que pudiera competir con otras ciudades también.
Y fue un éxito, porque, como te digo, como a los cuatro años ya había recuperado la inversión, y ya empezaron a poder financiar otras obras, costaneras del río, etcétera, el puente de Calatrava… Entonces se empieza a generar una dinámica que obviamente también es peligrosa, que es lo mismo que pasa con Valparaíso, que muchos porteños se indignan con las autoridades y con los santiaguinos que van a comprar y pintar las casas, como las casas de los barrios de ingleses y los alemanes y no casas normales de Valparaíso. Entonces en función de una imagen turística patrimonial, empieza a modificarse la historia y a desvalorizarse. Porque eso transforma a Valparaíso en una ciudad donde lo único valioso es lo que hicieron los extranjeros.
Y eso no es cierto, la gracia de las autoridades de 1850 cuando contratan a Augusto Charme, es que siempre el Estado de Chile fue muy parejo con los privados, al invertir en espacio público, en el ferrocarril, en el puerto equilibradamente, uno ve las estaciones del ferrocarril antiguo de Valparaíso y era estupendo… entonces, claro, se habla de las burbujas turísticas. En Venecia ya no quieren vivir los venecianos, en Barcelona ya no saben qué hacer con tanto turista, están molestos ya, empieza a estar todo ocupado, todo… El éxito de una burbuja puede ser peligroso.
Está el caso también de ciudades latinoamericanas con un escenario irreal, súper bien conservado, todo bien para los turistas, pero hay un perímetro muy claro entre el centro protegido y el exterior, en que el deterioro se hace evidente
Sí, bueno en Buenos Aires es lo mismo, uno sale de su centro histórico y el deterioro es al grado de no haber casi ni electricidad un poco más allá. Los artistas callejeros en Londres que concursan ante el municipio y ganan el derecho de estar en la calle y son apoyados económicamente por los municipios también son una representación, igual que en Cuzco, uno cree que es un artista que pescó su violín y se puso a tocar en la vereda para pedir más monedas, ¡no! Es un funcionario público, está actuando de joven artista londinense en la calle tal como la india peruana en Cuzco, es lo mismo.
Por otro lado ¿piensa que actualmente se han puesto en valor el patrimonio moderno de Chile o está comenzando a ponerse en valor?
Me acuerdo cuando salió el libro de Humberto Eliash y Manuel Moreno, el de 1925- 1965, no había entonces nada de percepción de ese patrimonio moderno. Ahora están las nociones en el aire, pero yo creo que uno le pregunta a cualquier persona en la calle, que nombre cinco hitos arquitectónicos que le parezcan patrimonio moderno de Santiago y difícil que puedan decirlo.
Y eso…, bueno, para mí hay un triángulo de las bermudas que son los años 30 y 40 que son los años germanófilos y que después de la segunda guerra mundial, por el tema del nazismo, han sido borrados, toda nuestra influencia alemana que nos abrió a lo moderno.
¿Qué casos específicos?
El Banco de Chile, el Teatro Central, el Edificio Larraín del Hotel Crillón, estupendos edificios, los mismos de Sergio Larraín, el de Santa Lucía, todos esos monumentos modernos que aprecian muchos europeos porque obviamente no los esperan encontrar acá y son muy buenos, constituyen para mí lo mejor de esa historia. Y de ese tipo de monumentos se pueden encontrar en diversos sectores de la ciudad, no solo están concentrados en el centro, como la Escuela Militar, la Facultad de Derecho, etc.
Sí, bueno Juan Martínez y Sergio Larraín, uno de la Chile y el otro de la Católica, apostaron al expresionismo alemán, los dos muy abiertamente y marcaron el centro de Santiago con una muy buena arquitectura; González Cortés también se inspira en esos modelos y eso es muy original y propio de nuestro patrimonio, es parte de nuestra historia, porque al igual que el resto de los países todos anduvimos viendo París, pero mirar a Berlín y Viena como nosotros, nadie más.
¿Esa es una característica propia de Chile en Latinoamérica?
Nadie más en el mundo. Porque lo francés uno lo puede encontrar en Beirut y en San Petersburgo, no así lo alemán.
¿Existen contradicciones dentro del patrimonio a nivel de propiedad privada? Por ejemplo, tenemos personas que se niegan a que su propiedad o su casa sea nombrada patrimonio, ya que, al ser nombrada patrimonio, no se puede construir nada y pierde un valor comercial, una constructora ya no va a querer esa propiedad porque no le sirve para hacer una torre o algo más grande, algo que sea más rentable. ¿Puede ser algo propio de la cultura neoliberal individualista de la propiedad privada sobre el bien común?
Es anterior, en los años sesenta, el alcalde de Santiago, Manuel Fernández quería echarse abajo un pedazo de la Casa Colorada y un pedazo de la Merced para ensancharla, y era demócrata cristiano, y muy culto, y no es que fuera particularmente destructor de la ciudad, era la postura de toda la sociedad chilena de la época.
Chile, a diferencia de Perú, a diferencia de Bolivia, a diferencia de Ecuador, de Colombia, nunca ha valorado su historia, esa ruptura con España en el siglo XIX, tan total, de echar abajo todo lo que fuera español o, al menos, enmascararlo del francés con nuevas fachadas, que se hizo mucho, no pasó en otras partse, esa ruptura con el pasado, esa ruptura con el pasado indígena, “no tenemos nada que ver con los indios nosotros…” ruptura con el pasado español… después con Francia, porque era la oligarquía aristocratizante, europeizante parisina, y se creían el París de América, ¡echemos abajo todo eso!, comencemos una historia nueva… Entonces, había una voluntad de una clase media emergente, y eran sus líderes intelectuales los que celebraban la destrucción del patrimonio afrancesado como símbolo de un pasado ajeno, elítico.
Me imagino que algo similar podría pasar con toda la influencia norteamericana en la actualidad.
Claro, y ahí, obviamente hay un trauma cultural en que no sabemos decir, y eso se nota en los cambios históricos y en nuestras ciudades, no sabemos decir quiénes somos, entonces cómo vamos a saber qué valorar. Cómo se decide qué es patrimonio; tiene que haber ciertos valores asumidos, internalizados, socializados para que digamos esto es valioso para nosotros, pero en la medida en que eso no está. …
Hoy día me tocó en una reunión, a propósito, que se pasó por el tema de la Casa de Los Diez; está en mal estado, y es el primer patrimonio premoderno si se quiere, la primera vanguardia chilena estuvo ahí y se utiliza como símbolo, pero está en total deterioro, no hay conciencia, nadie sabe quién es el grupo Los Diez, sal a la calle ¿quién es el grupo Los Diez? Claro, a alguien le suena Juan Francisco González, le suena el nombre Pedro Prado y el de Augusto D’Halmar, punto, pero tampoco saben que formaron un grupo de diez, doce, catorce personas que pensaron Chile rompiendo con Francia y poniendo ojo en América, eso debiera ser un monumento, ellos son pioneros del neocolonial. Siempre se habla, incluso en libros chilenos de que el neocolonial es creación argentina, y no, son ellos, estudiantes de la FECH que en 1910 vienen con todo este movimiento de estudiantes viajando a través de América Latina, y estos estudiantes chilenos que miraban puras revistas europeas descubren América, lo indígena y lo español, y se dicen ¿qué estamos haciendo? y comienzan con estos gestos del neocolonial en 1912.
Por último quería preguntarle su opinión: ¿qué casos de planificación urbana, en zonas históricas, podríamos tomar como una base referencial para aplicar en Santiago con el fin de mantener un equilibrio de lo que se quiere conservar y renovar?
Bueno, a mí me encantan los colombianos… Antes se decía que el problema allá era porque faltaba inversiones, que todavía estaban las cosas antiguas porque no había inversiones, pero ha llevan varios años de desarrollo económico importante y uno ve que es un tema país. El Barrio La Candelaria pudo haber desaparecido por completo porque, tal como nosotros en los años sesenta, no nos importaba lo colonial para nada, era un pasado sin sentido. Ellos alcanzan a rescatarlo, y tan bien que uno hoy en día cree que siempre fue así, que siempre se cuidó, y uno lo recorre, impecable. Lo que se inserta, como el nuevo Centro Cultural García Márquez de gran tamaño, el del Fondo de Cultura Económico, gran edificio de Salmona en una esquina con su café, absolutamente contemporáneo y perfectamente integrado, al igual que el Archivo de la Nación perfectamente bien integrado. Después, incluso más lejos, el mall de Santa Bárbara ocupando parte de la hacienda colonial y extendiendo la casona, fantásticamente bien integrado lo colonial con lo moderno.
E integrando un mall…
Claro, un mall que tiene una resonancia de un lugar neocolonial, si se quiere, muy propia de su historia. Estuve ahora en el verano, en Cartagena de Indias, y crearon una escuela de artes y oficios, para ebanistas, forjadores en hierro, pintores especializados, y hoy están logrando recuperar el casco histórico. Están creando hoteles boutiques en las casonas, y se ha generado un turismo potentísimo, hay estupendas casas transformadas, realmente para ir de una en una, digamos, pidiendo un café en cada lugar, porque son maravillosas con sus jardines y corredores. También Cartagena de Indias un poco más allá es muy pobre y todo esto estaba en un grado de decadencia como Valparaíso, con muchas posibilidades de hundirse en un deterioro completo, en una decadencia, y hoy día no, hoy día ya llegaron todas las tiendas, nuevamente una burbuja, si se quiere, pero una burbuja muy propia.
Ahí están las expresiones de lo que fue Cartagena de Indias, el principal puerto de conexión del Caribe con el Océano Pacífico, uno encuentra en la historia eso. En ese sentido encuentro que Colombia es un buen referente y también ellos tienen sus terremotos, también perdieron Popayan que era su gran joya patrimonial, pero han ido reconstruyendo bien. Es otra cultura, de una gran sensibilidad. Los mismos narcotraficantes rescataron la guadua, que es la caña brava, la caña gruesa y la pusieron en circulación de nuevo y gracias a ellos se recuperaron esos oficios y bajó el costo, y mucha gente empezó a usarla y a incorporarla aunque fuera en sombreaderos y quinchos, etcétera, ahora uno encuentra la guadua integrada y es tan impecable para ese clima.
Entrevista a Víctor Delgadillo: “Los centros históricos, los barrios históricos no son museos a cielo abierto, no son parques temáticos, no fueron diseñados como tales, a pesar de que se despueblen y se terciaricen”
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“Los centros históricos, los barrios históricos no son museos a cielo abierto, no son parques temáticos, no fueron diseñados como tales, a pesar de que se despueblen y se terciaricen”
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP, Tesista en Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Los centros históricos, los barrios históricos no son museos a cielo abierto, no son parques temáticos, no fueron diseñados como tales, a pesar de que se despueblen, a pesar de que terciarizan”
Victor Delgadillo Profesor e investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y docente en el programa de Maestría y Doctorado en Urbanismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se graduó de arquitecto en la Universidad Autónoma de Puebla, posteriormente cursó una Maestría en Planificación urbana en la Universidad de Stuttgart y Doctorado en Urbanismo en la UNAM. Se desempeña también como miembro del Sistema Nacional de Investigadores – CONACYT. Dentro de su línea de investigación destacan los siguientes temas: Centros Históricos Latinoamericanos, políticas públicas y actores sociales, Gentrificación y Ciudad y Patrimonio Urbano. Paralelamente participa del programa Contested Cities; espacio en el cual, investigadores latinoamericanos y europeos, plantean enfoques críticos sobre la neoliberalización de la ciudad.
Primero, nosotros pretendemos enfocar la entrevista hacia los centros históricos latinoamericanos y los distintos procesos relacionados a la renovación, el patrimonio, reurbanización, reconstrucción, etc. Entonces, para empezar queremos preguntar qué define los límites, quién los define y qué características debe tener un lugar para ser denominado como centro histórico.
En primer lugar, yo diría que el tema de los centros históricos es relativamente reciente en América Latina y Europa. Yo he encontrado apenas en la década de los cincuenta la invención del concepto “Centro Histórico”, y lo encuentro en una reunión de alcaldes en Italia. En México, he rastreado el uso del concepto Centro Histórico y por primera vez lo encuentro en 1967. En otras ciudades Latinoamericanas también lo encuentro en la década de los sesentas y los setentas. En aquella época este concepto de Centro Histórico coexiste con un lugar simplemente llamado el Centro. En otros casos coexiste también con conceptos llamados Ciudad Vieja y el Casco Histórico. Incluso hasta la década de los 2000, es interesante ver que ciudades como Buenos Aires o Montevideo hablan de Ciudad Vieja y Casco Histórico, en estas ciudades es mucho más reciente la adopción del concepto de Centro Histórico.
El concepto de Centro Histórico me remite a un tipo de patrimonio cultural, de patrimonio edificado que hace referencia a tejidos urbanos. En el pasado, lo que se patrimonializaba eran las grandes construcciones más antiguas. En cuanto a los tejidos urbanos, antes de que aparezca el concepto de Centro Histórico, yo he podido ver que a fines del siglo XIX en algunas ciudades europeas se comienza a reivindicar la arquitectura menor, la arquitectura de contexto donde se ubicaban las grandes construcciones; catedrales, palacios etc. Estas ideas son plasmadas en una reunión de expertos en patrimonio edificado que se realiza en Atenas en 1931, hay incluso una Carta de Atenas de 1931 que no podemos confundir con la de Le Corbusier de 1933, que es una declaración de guerra a la ciudad histórica. Bueno, en esta carta de Atenas de 1931, hay una figura que a mí me interesa mucho, un arquitecto urbanista, un visionario que se llama Gustavo Giovannoni. Él hizo un bellísimo libro que se llama “La ciudad vieja frente al nuevo Urbanismo”. En esa reunión de 1931 también participan arquitectos restauradores como Ignacio Torres Balbás, que había hecho restauraciones en varias ciudades españolas. Lo que yo destaco aquí es que estos arquitectos urbanistas restauradores, hablan de tener en cuenta los tejidos urbanos, y la arquitectura menor y de contexto, ya no sólo se trataba de preservar los edificios aislados.
En la década de 1930, en varias ciudades latinoamericanas yo encuentro que también hay una reivindicación de los tejidos urbanos de las partes de las ciudades más antiguas. Así por ejemplo en México hay dos leyes, una de 1930 y otra de 1934, que reivindican los tejidos urbanos bajo la figura de Zona Típica, y así son decretadas como Zonas Típicas ciudades atípicas en México, y me refiero a ciudades mineras como Taxco o Guanajuato, que son ciudades que no guardan la típica traza urbana española de damero. Pero también bajo esta figura de Zona Típica es delimitado un pequeño territorio en el centro histórico de Ciudad de México llamado la Plaza Mayor, y son delimitados otros poblados que en ese tiempo no estaban físicamente unidos a la Ciudad de México, como Coyoacán. En un segundo momento yo encuentro que en los tejidos urbanos, antes de llamarse Centro Histórico, son reivindicados como lugares o sitios que vale la pena preservar, es decir, ser patrimonializados por valores históricos, artísticos, simbólicos, etc., asociándose a esos tejidos urbanos. Esto ocurre después de la segunda Guerra Mundial cuando ya era tarde para muchas ciudades que en Europa fueron bombardeadas. Es curioso ver que en lugares como Alemania, la población y sus académicos reconocen que su patrimonio urbano no fue destruido tanto por los bombardeos (que lo fue), sino sobre todo por la política de reconstrucción de tabula rasa, que acabó por destruir lo que quedaba para hacer todo nuevo. En la década de 1960, es curioso ver que un momento en que comienza generalizarse la reivindicación de los tejidos urbanos y la arquitectura de contexto, la famosa Carta de Venecia de 1964, conciba a los tejidos urbanos como la suma y concentración de muchos monumentos aislados.
Con respecto a la pregunta de quién delimita y cómo se delimita el Centro Histórico: en cada país y cada ciudad he encontrado distintos criterios para delimitar lo que se considera como un Centro Histórico. En la década de 1970, en varias ciudades latinoamericanas hay delimitaciones de cascos históricos, ciudades antiguas y centros históricos, y cada quien tiene criterios diferentes. Por principio de cuentas, quien patrimonializa las edificaciones provenientes del pasado, históricamente han sido élites y el Estado a través de los gobernantes. Ellos son los que tienen el poder de emitir una ley y después delimitar lo que es un Centro Histórico. En las ciudades europeas se tomó como Centro Histórico la ciudad intramuros, donde hay límites muy claros de la ciudad medieval que fue creciendo hasta el siglo XVIII y XIX, cuando llegaron los impactos de la revolución industrial y se hicieron obsoletas las murallas. Los europeos originalmente decidieron que el centro histórico era la ciudad medieval intramuros, a diferencia de los barrios burgueses u obreros que son expansiones urbanas con otro tipo de traza y otra morfología urbana, completamente diferente a la ciudad antigua.
En América Latina es más complicada la definición de los límites del Centro Histórico por las trazas urbanas de damero de la mayor parte de las ciudades, la ciudad colonial permaneció prácticamente sin expandirse hasta principios del siglo XIX, salvo excepciones como en Buenos Aires, tal vez en Santiago de Chile o Montevideo, que muy temprano sufrieron procesos de modernización derivados de los vínculos de las elites y las ciudades con el comercio internacional.
En México, por poner un ejemplo, desde la década de 1970 se usa una metodología para delimitar los centros históricos en dos zonas o perímetros, que parte de la lectura y análisis de planos antiguos y de la traza hispana. Un perímetro, el A, corresponde a la ciudad colonial, y el otro perímetro, el B, es una zona de amortiguamiento y transición entre la ciudad antigua y la moderna. Originalmente se tomó como perímetro A del centro histórico la expansión de la ciudad hacia fines del siglo XVIII. Sin embargo, yo no encuentro criterios para delimitar los llamados perímetros B de los centros históricos, se trata de delimitaciones sumamente caprichosas. Tengo mapas de la Ciudad de México de 1796 que coinciden con el llamado perímetro A de este centro histórico. Además, esta es la zona que contiene la mayor parte de inmuebles coloniales y decimonónicos patrimonializados. Por cierto que hasta la fecha, en México, el concepto de Centro Histórico no aparece en nuestra legislación vigente, lo que hay es una Ley Federal de Monumentos y Zonas de Monumentos Históricos, Artísticos y Arqueológicos, de 1972. Se trata de una ley decimonónica que concibe el tejido urbano como una zona que contiene muchos monumentos.
En cambio, los porteños, los argentinos, tienen una metodología completamente diferente. La dictadura militar en 1979 decretó el Distrito U-24 para delimitar lo que ellos consideraban la “ciudad colonial”, que vendría siendo como una forma en “L”. Aquí ni siquiera es toda la traza fundacional de la ciudad. Los porteños siempre han omitido aquel lugar donde se formó la city, que es de la Avenida de Mayo hacia el norte. Ahí siempre ha habido un proceso de sustitución edilicia, pero ese lugar no lo tocan, no lo patrimonializan. Incluso en ese lugar está el mítico Teatro Colón, que es un monumento nacional, pero eso no lo consideraron como parte del Distrito U-24. Ellos consideraron una parte en torno a la Avenida de Mayo, después San Telmo, Montserrat hasta llegar al parque Lezama. Después los militares, cuando hicieron sus autopistas elevadas que llegan hasta el centro dela ciudad, redujeron el Distrito U-24. Después de la dictadura, el nuevo concepto con el que delimitan los tejidos urbanos en Buenos Aires es el de Áreas de Protección Histórica. Una de estas áreas, el Área de Protección Histórica número 1 (APH1), es justamente el antiguo Distrito U24, que equivaldría al centro histórico.
En otros lugares como Quito, que también he estudiado detenidamente, he visto cómo los ecuatorianos también tenían un perímetro A y un perímetro B, pero ahora en sus planes de manejo ya se olvidaron de éstos. Ellos tienen un área central donde están los comercios y las oficinas de gobierno, y después lo que tienen son barrios. Ahí las delimitaciones son cambiantes, a veces se incluye el cerro de El Panecillo y a veces lo quitan, o en ocasiones ensanchan la delimitación de centro histórico. Entonces, cada lugar tiene sus técnicas diferentes. Acá he visto que el centro histórico de Santiago equivale a la comuna de Santiago, a la parte más antigua de la ciudad.
Dentro de esta definición de centro histórico, considerando que estos procesos que se dan en él, procesos a veces puntuales o en barrios completos, están íntimamente ligados a una lógica mercantil, entendemos que con el fin de atraer capital foráneo. Entonces nos interesa saber cómo se da esta lógica a nivel internacional en la que las ciudades compiten por atraer este capital.
Vivimos en una era de incremento acelerado en los tipos de patrimonio, a diferencia del pasado, donde se patrimonializaba lo más antiguo y lo colonial. La idea de patrimonio también me remite a una idea de distancia con el pasado, me remite a la relación que los pueblos, sus élites y sus gobernantes tienen con el pasado distante o con el pasado cercano. Yo he analizado las clasificaciones de varias ciudades y me percato como siempre tiene que pasar un cierto tiempo para que vayan patrimonializando distintos pasados. Pero ahora en el siglo XXI, vivimos en una época de incremento de distintos tipos de patrimonio. Hoy día no se patrimonializan nada más los centros históricos coloniales, sino los barrios modernos decimonónicos o del principio del siglo XX, hoy en día se patrimonializa también la arquitectura moderna, los barrios obreros hechos por arquitectos conocidos que tenían una visión social. Por otra parte, también patrimonializamos las “antiguas salas de cine” que se volvieron obsoletas por las nuevas formas de consumo (multicinemas). Tengo colegas que buscan patrimonializar estas edificaciones que no tienen mucho tiempo que fueron decretadas obsoletas. Evidentemente que la idea de patrimonializar cada vez más objetos, más tejidos urbanos, más inmuebles, está directamente asociada al capitalismo globalizado neoliberal en el que vivimos. Es evidente que la fase actual del desarrollo capitalista implicó la desindustrialización relativa y absoluta en muchas ciudades, por cierto también hemos patrimonializado las industrias, unas muy antiguas y otras no tanto. Industrias que quedaron obsoletas apenas hace dos décadas. Muchas ciudades pretenden fortalecer su base económica local a través de los servicios, de las actividades terciarias como el turismo, y aquí evidentemente entra en juego el tema del patrimonio. Asimismo, como las ciudades compiten entre ellas para retener los capitales que tienen o invitar a nuevos capitales, el patrimonio seduce, se usa como algo distintivo, porque el patrimonio es diferente aquí en Ciudad de México de la ciudad de Puebla y de la ciudad de Querétaro, el patrimonio edilicio hace diferente a Santiago o a Buenos Aires. Entonces yo encuentro que evidentemente un motivo de la revalorización (en múltiples sentidos) de los centros históricos, de la “recuperación” como llaman en México (como si los centros estuvieran secuestrados por los pobres), es la mercantilización del patrimonio.
Tengo un antecedente que vale la pena recordar. En 1967 la Organización de Estados Americanos realizó su cumbre en Quito. Es bien interesante ver el documento que se llama Las Normas de Quito, porque en aquella reunión los estados americanos, con excepción de Cuba, reconocen dos cosas: una, que las américas son herederas de un riquísimo patrimonio cultural que proviene de las culturas prehispánicas y de la época colonial. Pero se reconoce también que ese patrimonio no está suficientemente estudiado, reconocido e identificado, y que además está deteriorado. El otro gran reconocimiento que hacen es que las políticas de sustitución de importaciones y de industrialización (particularmente los países latinoamericanos), habían sido insuficientes para generar empleos bien pagados para sus habitantes, y por esto había mucha pobreza. Estas normas dicen que el patrimonio puede jugar un papel decisivo en beneficio del desarrollo y de los pobres. Aquí se dice que una vía hacia el desarrollo es invertir recursos para rehabilitar y para restaurar el patrimonio edificado (prehispánico, colonial, decimonónico, etcétera) y ponerlo al servicio del turismo. Así, en 1967 se encuentra el binomio perfecto en el que hay que invertir en el patrimonio para llevar el turismo de masas a los centros históricos y las ruinas prehispánicas. Para ello, hay que crear infraestructura adecuada: aeropuertos, puertos, carreteras, infraestructura hotelera, gastronómica para que los turistas consuman en el lugar y generen empleos. Así se suponía que la riqueza iba a venir en cascada, y que parte de esos recursos eran para el mantenimiento del patrimonio, para la rehabilitación, recuperación y revalorización de otros patrimonios. Esto no quedó solamente en una mera declaratoria, porque a partir de ahí, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comenzó a aportar préstamos para la creación de polos turísticos. En aquella época surge el plan Copesco, que es un proyecto regional impresionante en Perú, donde vinculan el Cusco con Machu Picchu y se crea un aeropuerto, se recupera el tren, se crea infraestructura de hoteles. En Santo Domingo también hay un plan Exxon, en el que esta petrolera financia un plan maestro de recuperación del casco histórico para destinarlo al turismo, y estamos hablando de los años 60. Esto que parece tan reciente, tan del siglo XXI, tan neoliberal, como la turistificación de los sitios patrimoniales es algo que en las Américas proviene desde la década de 1960. Conozco muchos planes hechos por expertos españoles y franceses que llegaron a ciudades latinoamericanas a estudiar y hacer planes de recuperación de centros históricos, que consistían en la creación de circuitos turísticos. Hay un bellísimo plan del arquitecto español Ignacio de Valcárcel que está en un libro que se llama “Restauración Monumental de Ciudades”. Aquí viene el diagnóstico que él hace de Quito, donde propone vincular y remozar un circuito turístico, que simplemente vincula los grandes conventos con las construcciones monumentales. Él decía que había que remozar las calles, el espacio público, e identifica lugares que se podían transformar en hoteles y restaurantes. Estos mismos planes los conozco para las ciudades del noreste de Brasil, donde se exploran las ciudades que están deterioradas, que han sido ocupadas por los pobres, porque la población burguesa emigró hace mucho. Michel Parent, un experto francés, encuentra el bellísimo patrimonio urbano tugurizado de las ciudades nordestinas brasileñas y hace lo mismo: identificar circuitos turísticos.
Bajo esta idea de la recuperación de los centros que están secuestrados por los pobres, vemos también que bajo una lógica, en un contexto del derecho a la ciudad, los planes que se dan dentro de los centro históricos terminaron no generando beneficios para la gente pobre sino que más bien los desplaza por un tema de rentabilidad.
Sí, ahí hay muchísimas contradicciones, es un tema complejo, pero evidentemente yo identifico desde la década de 1990 la emergencia de un nuevo modelo de “recuperación” (así le llaman a veces en muchos lugares) de los centros históricos. Porque en el pasado, en los 70 u 80, estaba la idea de restaurar los grandes monumentos, las plazas más pintorescas, pero en los 90 encuentro un quiebre, hay un cambio de modelo, que en el discurso dice que es para todos porque además es patrimonio de la humanidad. En muchos lugares, en los 90 se lucha, se trata de que la UNESCO, la lista mágica de la UNESCO, reconozca a los sitios como patrimonios de la humanidad porque eso les da un plus, les da estatus, lo pueden turistificar. Estas políticas que ocurren desde los 90 privilegian la participación del sector privado, además este nuevo modelo dice que el modelo anterior es obsoleto, porque el modelo que le asignaba al Estado la tarea de recuperar, de rehabilitar los centros históricos, era un modelo equivocado porque los Estados nunca tuvieron suficientes recursos para ello, tenían que atender otros problemas en las periferias, no les destinaban suficientes recursos a los cascos históricos. Este discurso dice que además las legislaciones eran inadecuadas, operaban en sentido contrario de lo que se proponían, que era conservar el patrimonio urbano. Porque estas legislaciones cargaban en las espaldas de los propietarios la tarea de mantener las edificaciones de propiedad privada y no le dan suficientes incentivos. Entonces se promueve la participación del sector privado, y por otro lado, los Estados toman la tarea de sentar las bases para ello e invertir en infraestructura de punta, recuperar los espacios públicos y esto se acompaña de políticas que justamente tienden a expulsar lo que ellos consideran usos indignos del patrimonio y los usos “incompatibles” con el patrimonio. Conozco muchísimas de estas ideas desde hace más de 50 años, en donde se dice incluso que los pobres depredan el patrimonio, que los pobres no pueden quedarse a vivir en el patrimonio, que solamente lo deterioran, no lo cuidan. Y que en el caso de que el Estado intervenga y mejore el patrimonio, los pobres nunca van a tener suficientes recursos para darle mantenimiento y lo van a terminar por deteriorar. Hay excepciones que tal vez después podemos comentar, como los sismos de 1985 en México, que arraigan la función habitacional, rehabilitan una gran cantidad de inmuebles con valor patrimonial y los destinan para los residentes de bajos ingresos.
Bueno pero me regreso a las políticas que acompañan la revalorización de los centros históricos, estas políticas les declaran la guerra a los ambulantes, a los indeseables, a la población de situación de calle y además estas políticas se van haciendo cada vez más complejas. Y además, encuentran la forma de legislar esto, hay políticas como en Ciudad de México la Ley de Cultura Cívica, que es una ley punitiva, es una ley que en el discurso dice que el espacio público es de todos y que el centro histórico es de todos y es de la humanidad, pero que entonces nadie se lo puede apropiar en beneficio propio. Uno lee esa ley y es evidentemente que ésta está dirigida contra el indigente, los niños en situación de calle y los vendedores ambulantes. En muchas ciudades se practican programas de reubicación de vendedores informales, en algunas otras ciudades como Puebla –de donde yo soy- a los pobres los expulsan a las periferias, construyen 7 mercados periféricos, quitan a los vendedores ambulantes pero también quitan a los locatarios, a los comerciantes de un mercado bellísimo que parece decimonónico aunque es del siglo XX, el Mercado la Victoria. Ese mercado fue convertido en un centro comercial. Hay otras ciudades, como Ciudad de México, donde los vendedores ambulantes tienen organizaciones corporativizadas clientelares, estrechamente vinculadas con gobernantes y con partidos políticos, y ellos se resisten a ser reubicados en las periferias urbanas. Entonces en estos lugares los ambulantes son reubicados in situ, en el mismo centro histórico se crean plazas comerciales, bueno, a algunos los puedes reubicar en el perímetro B. Pero como para cerrar esta pregunta, es evidente que se trata de la construcción de nuevas centralidades, de nuevos centros históricos dirigidos a una población de otros estratos socioeconómicos, con otra capacidad de ingresos, paulatinamente lo que se trata es de expulsar a los pobres del centro.
¿Qué sucede cuando este tipo de actores –como en el caso de los pobres o los vendedores ambulantes- forman parte de la escenografía del centro histórico? Comentábamos hace un rato por ejemplo el caso de Cuzco, donde los vendedores ambulantes forman parte de ese escenario que busca como atractivo turístico y entonces se vuelven parte del escenario del ideal de centro histórico. Además es notoria la inversión que existe dentro de un límite muy acotado que es el centro histórico, porque fuera de ese centro, el nivel de deterioro que existe es muy notorio.
Así es, cuando uno investiga o ve al detalle en qué han consistido las políticas de recuperación de los centros históricos, nos percatamos de que esta recuperación es selectiva, no actúa en todo el centro histórico, actúa sólo en una pequeña parte. Hace unos 20 o 21 años viví en Salvador de Bahía y en efecto, el rescate del Pelourinho, parecía una isla de renovación en un mar de decadencia. Uno pasaba de una calle a otra y estaba el deterioro evidente. En Ciudad de México, en Puebla igual, las políticas cíclicamente rescatan una pequeña parte de centro histórico. En México no se ha practicado, pero sí que ha habido propuestas de incorporar a cierto número de vendedores ambulantes, de integrarlos al consumo de los turistas pero a través de su exotización. Éstas han sido las ideas, y estas ideas han permeado por ejemplo a guías de turistas vestidos con indumentaria colonial.
De hecho el centro histórico tiene una zona con una policía especial para la seguridad de los turistas.
En la Ciudad de México, el gobierno local de izquierda invitó a Rudolph Giuliani, el promotor de la cero tolerancia, para que lo asesorara en seguridad pública. Además de poner una gran cantidad de cámaras de video-vigilancia en la parte bonita del centro, a la que yo le llamo la Ciudad de los Palacios (no las pusieron en la ciudad de los tugurios). Pero ahí por ejemplo, disfrazaron a la policía de charros, en la Plaza Garibaldi hay policías pero están disfrazados de mariachis o charros. En San Miguel Allende los policías están disfrazados de insurgentes, de los que se liberaron de los españoles, los que hicieron la revolución de Independencia contra España. Bueno ha habido el interés de disfrazar a algunos vendedores ambulantes para que vendan productos típicos, que atraigan a los turistas disfrazados de Marías, disfrazados de mexicanos. Conozco guías de turistas vestidos de Panchos Villas, Adelitas (mujeres dela Revolución de 1910) o policías disfrazados de mariachis pero no vendedores informales. En otros centros históricos hay colegas como Daniel Hiernaux que comentan que en Querétaro cierto tipo de ambulantes no son mal vistos, son incorporados a los circuitos turísticos.
Por último para cerrar, yo preguntaría una opinión suya ¿qué líneas son las que deberían tomar las nuevas políticas en relación a los centros históricos y la conservación y de gente de distintos estratos sociales? Un poco trazando entre la línea de la conservación y la habitabilidad, no solo de viviendas, sino de habitar el centro histórico no como consumo económico, pero entendiéndolo como el uso del espacio público del centro histórico. Un equilibrio entre la problemática social y el desarrollo económico.
Por principio de cuentas yo tengo clarísimo que las políticas públicas son política, y la política es disputa por el poder entre fuerzas distintas con visiones distintas. Cuando yo me quejo de las políticas públicas en México, mis colegas me dicen: dime que correlación de fuerzas tienes, o sea dime quien gobierna, y te diré qué políticas públicas tienes. Sin embargo, a pesar de esto yo defiendo la idea de que los centros históricos, los barrios históricos no son museos a cielo abierto, no son parques temáticos, no fueron diseñados como tales a pesar de que se despueblen, a pesar de que terciarizan, porque las actividades comerciales y las oficinas pagan más que la vivienda y las vayan desplazando. Yo parto de la idea de que los centros y barrios históricos son lugares habitados y son lugares vivos y como tales había que mantenerlos en primerísimo lugar para sus residentes actuales y en primerísimo lugar para la población más vulnerable. Pero al otro lado yo también estoy de acuerdo con que los centros históricos fueron ciudades en algún momento, fueron toda la ciudad, que los centros históricos alojaron a una gran cantidad de estratos socioeconómicos, alojaron a ricos, a pobres, a inmigrantes, a residentes de toda la vida, y por lo menos en la teoría, yo defiendo que los centros históricos deberían ser para todos. En este sentido las políticas públicas, insisto, deberían en primer lugar garantizar la permanencia de la población residente. Si la política pública está revalorizando el centro histórico y esto implica el incremento de las rentas urbanas, tiene que haber necesariamente políticas y subsidios para arraigar a la población que permanece en esos lugares. Además también la población residente debería ser partícipe de las ganancias que se generan a partir del aprovechamiento de un patrimonio histórico que es de todos. Algunos se apropian, lucran, con un patrimonio que es de todos y yo estoy en contra de este modelo de gestión de los centros históricos.
En América Latina tenemos básicamente dos modelos o tal vez uno intermedio: uno es el de los cubanos que es irrepetible en otros lugares, porque ellos tienen una entidad pública que se encarga de la gestión del centro histórico, el modelo cubano invirtió –como decimos en México- la tortilla. Hace 40 años el centro histórico dependía de dádivas que el Estado le daba para rehabilitar uno o dos inmuebles, hoy día los cubanos desarrollaron un modelo de aprovechamiento de su centro histórico que es para turistas. Pero las plusvalías, las ganancias, las capta el Estado, y ahora invirtió la tortilla ya que no solamente no le pide al Estado recursos para rehabilitar edificios, plazas, espacios públicos sino que es al revés; parte de las ganancias que genera el turismo se le entrega al Estado y el Estado lo distribuye a la Educación, a la cultura o al mismo lugar. El caso extremo es en ciudades de México en donde la fuerte inversión pública para rescatar, para revalorizar los centros históricos es apropiada por inversionistas privados. Hay lugares intermedios, qué sé yo, en Quito está lo que llaman el Fondo de Salvamento en donde un porcentaje de impuesto sobre la renta que se genera en el municipio y se destina para crear un fondo de recursos para rehabilitar inmuebles públicos y espacios públicos patrimonializados.
Bueno además yo sostengo que arreglar la casa para los turistas es una decisión personal, si los mexicanos y los santiaguinos quieren arreglar su centro histórico porque están orgullosos o porque necesitan divisas es una decisión de ellos. Nada más que un centro histórico no es una casa de uno sino que es una casa de muchos. En este sentido yo reivindico que los distintos actores tendrían que participar en la toma de decisiones de hacia dónde va el centro histórico. Yo sé que los turistas no piden permiso, uno mismo es turista y aunque estoy de académico aquí (en Chile) después me voy con mi cámara de fotos a lugares donde no me invitaron, a lugares que no están preparados para que lleguen los turistas. Pero yo reivindico un tipo de planeación social participativa que involucre a los actores para hacerlos partes de la explotación turística que parece irremediable, de los centros y barrios históricos.
Los centros históricos fueron ciudad y yo reivindico el derecho a la ciudad, yo sé que las ciudades que tenemos no tienen nada que ver con la ciudad que reivindico, tal vez esa ciudad nunca existió en México. Hay que construirla. Y en los centros históricos yo alcanzo a ver atributos que reivindico para la ciudad del futuro. Yo veo que los centros históricos son lugares construidos en escala humana, son lugares que mezclaron distintos estratos de población, no nada más en la ciudad sino a veces incluso a nivel del mismo edificio. No sé si conocen la canción mexicana, un bolero, “Por vivir en quinto patio”, que justamente habla de la diversidad socioeconómica de estratos que había entre el primer patio y el último patio de una antigua casa. En los centros históricos yo también reivindico la mezcla de funciones, la mezcla de usos del suelo, que yo no tengo en las periferias distantes, que yo no tengo en los nuevos artefactos urbanos, en las ciudades o condominios cerrados. En los centros históricos yo encuentro también espacios de encuentro, un rico sistema de espacios públicos, físicos y abiertos: plazas, plazoletas. Éstas son las cosas que yo reivindico de las ciudades antiguas que a mí me gustaría trasladar, no sé de qué forma, también a las periferias.
"Obstáculos en la promoción del desarrollo local: Efectos de la migración generada por la localización de la cárcel en la localidad de Saavedra (Buenos Aires - Argentina)"
Ver"Obstáculos en la promoción del desarrollo local: Efectos de la migración generada por la localización de la cárcel en la localidad de Saavedra (Buenos Aires - Argentina)"
Revista Planeo Nº24, Octubre, 2015
[Por, María Emilia Estrada; Licenciada en Economía, Doctora en Geografía Docente/Investigador, Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca- Buenos Aires – Argentina) Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Bahía Blanca (Bahía Blanca- Buenos Aires – Argentina)
Natasha Kwiatkowski; Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca- Buenos Aires – Argentina]
Recibido: 31.08.2015 / Publicado: 31.03.2016
Resumen
La necesidad de sostener la población económicamente activa en ciertos territorios a través de la generación de nuevos puestos de trabajo para evitar el despoblamiento aparejado a las escasas opciones laborales conduce a los gobiernos descentralizados, en muchas oportunidades acompañados por la población local, a pujar por la localización de determinados proyectos de gran impacto en el desarrollo local (no sólo económico, sino también social, cultural y ambiental entre otros) no arrojando siempre el saldo positivo esperado. Tal es el caso de la localización de la cárcel en la localidad de Saavedra (Provincia de Buenos Aires, Argentina) donde tanto el flujo de población atraída por la instalación del penal como de ex penitenciarios radicados luego de cumplir la condena, impactó de múltiples formas en el estilo de vida de los habitantes oriundos de la pequeña comunidad.
Palabras claves: desarrollo local – migración – Saavedra
Abstract
The need to retain the economically active population in certain areas through the generation of new jobs to prevent depopulation rigged to limited employment options leads to decentralized governments on many occasions accompanied by local people, to bid on the location of certain projects of great impact (in economics, in culture, in society and in the environment, among others) local development not always throwing the surplus expected. Such is the case of the location of the prison in the town of Saavedra (Buenos Aires, Argentina) where both the flow of people attracted to the jail facility as prison ex residing after serving the sentence, he hits multiple ways the lifestyle of their own inhabitants of the small community.
Keywords: local development – migration – Saavedra
"Allá eran potreros: nostalgia e imaginación del campo en retirada. Quito, 1970-2000"
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Revista Planeo Nº23, La ciudad en tránsito, Agosto 2015
Fuente: www.constructo.info
[Por, Antonio Villarruel, Universidad Internacional SEK-sede Ecuador. Facultad de Ciencias Naturales y Ambientales]
Resumen
El siguiente artículo propone observar la construcción histórica de la ciudad de Quito, desde el año 1970 hasta el 2000, y los modos de articulación simbólica que dan presencia a una elaboración nostálgica de lo rural en el tejido urbano. Del mismo modo, repasa varias de las producciones culturales que incidieron en la modernización de la ciudad y fueron desplazando la idea del campo hasta volverlo en una ensoñación nostálgica.
Palabras clave: Memoria / campo / producción cultural / Quito.
Abstract
The following article intends to observe Quito´s historical construction from 1970 to 2000 as well as the different symbolic articulation operations which result in the presence of a nostalgic narrative concerning the memory of the countryside in its inhabitants. It also seeks to go over some of the cultural productions that reflected the modernization of the city and, at the same time, displaced the objective presence of the countryside until it became a nostalgic daydreaming.
Keywords: Memory / countryside / cultural production / Quito.
Cápsula de Entrevistas VII Seminario Internacional de RIDEAL | Pregunta 1
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En el marco del pasado VII Seminario Internacional de RIDEAL «Urbanización planetaria y la (re)construcción de la ciudad: Teorías y Prácticas», que se realizó en el auditorio FADEU, en la Facultad de Lo Contador, el pasado 1, 2 y 3 de septiembre de 2015, el equipo editorial de Revista Planeo realizó una serie de entrevistas a investigadores que participaron en el evento, quienes nos compartieron su opinión desde sus distintas lineas de investigación frente a tres preguntas.
Cápsula de Entrevistas VII Seminario Internacional de RIDEAL | Pregunta 2
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En el marco del pasado VII Seminario Internacional de RIDEAL «Urbanización planetaria y la (re)construcción de la ciudad: Teorías y Prácticas», que se realizó en el auditorio FADEU, en la Facultad de Lo Contador, el pasado 1, 2 y 3 de septiembre de 2015, el equipo editorial de Revista Planeo realizó una serie de entrevistas a investigadores que participaron en el evento, quienes nos compartieron su opinión desde sus distintas lineas de investigación frente a tres preguntas.
PREGUNTA 2
Cápsula de Entrevistas VII Seminario Internacional de RIDEAL | Pregunta 3
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En el marco del pasado VII Seminario Internacional de RIDEAL «Urbanización planetaria y la (re)construcción de la ciudad: Teorías y Prácticas», que se realizó en el auditorio FADEU, en la Facultad de Lo Contador, el pasado 1, 2 y 3 de septiembre de 2015, el equipo editorial de Revista Planeo realizó una serie de entrevistas a investigadores que participaron en el evento, quienes nos compartieron su opinión desde sus distintas lineas de investigación frente a tres preguntas.
PREGUNTA 3
"Entre la cueva y la cabaña: habitar el acantilado Radicalidad proyectual en los cerros de Valparaíso (Chile)"
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Revista Planeo Nº23, La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015
Plano de Valparaíso. Año 1871 / Fuente: Biblioteca Nacional de Chile.
[Por, Pablo Manuel Millán-Millán, Investigador Escuela de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso]
Resumen
El lugar ha sido a lo largo de la historia el configurador más importante de las tipologías arquitectónicas, de los modelos constructivos y de los modos de habitar. Cuando este abandona los parámetros estándares y se concibe como un lugar excepcional por una topografía, climatología o simplemente una ubicación singular, desarrolla una respuesta novedosa. Esto ha ocurrido a lo largo de la historia en la ciudad chilena de Valparaíso. La arquitectura integrada en la verticalidad de esta ciudad tiene la capacidad de resistir la singularidad del contexto haciendo excepcionales todos sus planteamientos. El acantilado que configuran los cerros de Valparaíso, dadas sus condiciones topográficas y ambientales, generará una arquitectura propia, con una materialidad propia y unos recursos propios: un hábitat propio. Este genuino sistema de ocupación no ha surgido por generación espontánea. Han sido numerosos y muy dramáticos los episodios que han ido, casi como si de un darwinismo arquitectónico se tratara, modificando las arquitecturas estándares a este singular medio. El urbanismo de esta forma de ocupación del acantilado, como unión de la cueva y la cabaña, argumentará su excepcionalidad, además de en su formalización final, en el proceso de adaptación al emplazamiento, como un auténtico ejercicio de búsqueda de morada para el hombre
Palabras clave: hábitat vertical / acantilado / arquitectura límite
Abstract
The place has been throughout history the most important architectural typologies configurator, the constructive models and ways of living. When this leaves the standard parameters and is conceived as an exceptional place for a topography, weather or simply a unique location, developed a novel answer. This has happened throughout history in the Chilean city of Valparaiso. Integrated in the verticality of the city architecture it has the ability to resist the uniqueness of context with all its exceptional approaches. The cliffs that form the hills of Valparaiso, given its topography and environmental conditions, generate an architecture itself, with a materiality own own resources: own habitat. This genuine employment system has not emerged by spontaneous generation. Have been numerous and very dramatic episodes that have, almost like an architectural Darwinism is involved, modifying standard architectures this unique medium. The planning of this form of occupation of the cliff, as a union of the cave and hut, argue its uniqueness, in addition to its final execution, in the process of adaptation to the site, as a true exercise of finding house for man.
Keywords: Vertical habitat, cliff, limit architecture.
"Bogotá en un café: El café como estrategia de revitalización del centro histórico de Bogotá"
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El café es unos de los sectores productivos más tradicionales de Colombia, convirtiéndose en una de las principales imágenes de la marca-país. El Plan de Revitalización del Centro Tradicional busca poner en valor a través del Proyecto “Bogotá en un Café”.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Tesista Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: El café es unos de los sectores productivos más tradicionales de Colombia, convirtiéndose en una de las principales imágenes de la marca-país, siendo reconocido a nivel global por este producto de exportación. Pero en el centro de Bogotá los tradicionales cafés forman parte de su patrimonio arquitectónico y cultural, elemento que el Plan de Revitalización del Centro Tradicional busca poner en valor a través del Proyecto “Bogotá en un Café”. La presente sección de prácticas busca analizar las principales claves de esta experiencia de recuperación del centro histórico de Bogotá.
Palabras clave: Bogotá, Plan de Revitalización, Café
El centro histórico de Bogotá se conoce por el nombre de La candelaria, sitio fundacional que contiene la Plaza Mayor –hoy plaza de Bolívar- y los principales edificios de los poderes cívicos y religiosos. Este sector ha sido intervenido desde el año 2013 por el Plan de Revitalización del Centro Tradicional, iniciativa desarrollada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), siendo este Plan recientemente galardonado por el Foro Global de Asentamientos Humanos en el área de Planeación y Diseño. (Diario El Espectador, 2015).
Im1. ‘Sector La Candelaria, Centro Histórico de Bogotá’
Fuente: http://vcipnat2016.com/index.php/sede-h/bogota-d-c
El plan está articulado en 5 estrategias que comprenden: el desarrollo local y endógeno, recuperación habitacional integral, re-naturalización y mejoramiento de las condiciones ambientales, integración espacial y movilidad sostenible, y recuperación y conservación del patrimonio cultural. Estas estrategias están asociadas a su vez a 12 proyectos de intervención, de los cuales 6 se encuentran en fase de implementación (Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2015).
Im2. ‘Plan de Revitalización del Centro Tradicional
Fuente: http://idpc.gov.co/plan-de-revitalizacion-del-centro-tradicional/
Uno de los proyectos que se encuentran en fase de implementación corresponde a Bogotá en un café, que busca “recuperar la memoria de los cafés tradicionales de la ciudad y promover su significado cultural” (Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2015). La iniciativa identifica a los cafés tradicionales del centro como patrimonio cultural, en la medida en que representan valores asociados a la memoria de la mitad del siglo XX, al proceso de modernización de la ciudad y a las prácticas culturales, políticas, literarias, artísticas y sociales del país (Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2015).
Im3. Café en el Centro Histórico de Bogotá
Fuente: http://www.bogota.gov.co/agenda-cultural-bogota/eventos-gratis/Recorrido-por-los-Cafes-del-Centro-Tradicional
Esta iniciativa comenzó a implementarse en Octubre de 2013 desarrollando diversas líneas de acción orientadas a la investigación, valoración arquitectónica y patrimonial y la gestión de actividades recreativas y culturales de los cafés tradicionales del centro histórico. A través de estas actividades se ha logrado de manera sinérgica potenciar la reactivación cultural y comercial del centro y recuperar y poner en valor su patrimonio histórico y arquitectónico.
Im4. Afiche Iniciativa Bogotá en un Café / Fuente: www.cartelurbano.com
No podría imaginarse un elemento más icónico de la imagen país: las cafeterías son una síntesis de identidad, memoria, desarrollo económico local, de entramado social y de expresión cultural y artística. Son lugares de encuentro, donde se desenvuelve la vida social. De esta manera podríamos decir que este proyecto entra en sintonía con los principios del plan que lo sustentan, que consisten en desarrollar las capacidades endógenas del lugar, su sostenibilidad, fomentar la identidad y la permanencia, entender los tejidos económicos, sociales y culturales como soporte de la construcción del espacio (Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2015), contribuyendo a superar la paradoja entre preservación y desarrollo (Carrión, 2000), integrando acciones que reafirmen el centro como lugar de la memoria, pero que a la vez lo doten de mayor protagonismo en el área metropolitana.
Dado que el proyecto se inserta en un Plan General que considera elementos de desarrollo local y vivienda de interés social, se hace cargo también de disminuir los efectos gentrificadores de la revitalización del centro y la tematización vinculada a la mercantilización del patrimonio y la consecuente sustitución de población residente, que termina convirtiendo a los sectores patrimoniales en meros escenarios (Millan-Millan & Fernández, 2014)
Finalmente, la propuesta tiene un interesante carácter multiescalar, dado que las cafeterías son un elemento local, que convoca a público a escala metropolitana, pero que finalmente refieren a un producto que constituye la principal marca país.
Bibliografía
Carrión, F. (Ed.) (2000). Desarrollo Cultural y Gestión en Centros Históricos. Quito: FLACSO.
Diario El Espectador. (05 de 11 de 2015). Los otros pemios que recibe Bogotá en Río +20. El Espectador, págs. http://www.elespectador.com/noticias/bogota/los-otros-premios-recibe-bogota-rio20-articulo-510168.
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. (28 de Octubre de 2015). Obtenido de http://idpc.gov.co/plan-de-revitalizacion-del-centro-tradicional/
Millan-Millan, P., & Fernández, L. (2014). Aproximación al estudio de los procesos de transformción de las ciudades históricas. La tematización. Eure 40 (120), 201-219.
Secretaría de Cultura, recreación y deporte. (28 de 10 de 2015). Sitio web Secretaría de Cultura y Deporte. Obtenido de http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/en/node/3685
"El Puerto de mis desamores"
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Valparaíso enfrenta actualmente una importante tensión entre el fortalecimiento de su actividad portuaria y la preservación de los atributos de su centro histórico. El Proyecto de ampliación del Terminal N°2 y su espigón, que busca volver a posicionar a Valparaíso dentro de los puertos más importantes de la región, ha sido identificado por ICOMOS como un importante riesgo para la conservación de la zona declarada como patrimonio de la Humanidad.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Tesista Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: Valparaíso enfrenta actualmente una importante tensión entre el fortalecimiento de su actividad portuaria y la preservación de los atributos de su centro histórico. El Proyecto de ampliación del Terminal N°2 y su espigón, que busca volver a posicionar a Valparaíso dentro de los puertos más importantes de la región, ha sido identificado por ICOMOS como un importante riesgo para la conservación de la zona declarada como patrimonio de la Humanidad. Numerosas organizaciones gremiales, ciudadanas y Servicios públicos han manifestado sus aprensiones o directo rechazo al proyecto. Hasta el momento no se ha llegado a una solución de consenso que permita armonizar la necesidad de fortalecer la actividad portuaria de Valparaíso y el acceso de los ciudadanos y turistas al borde costero, tanto en relación al acceso visual y protección de las vistas, como en el acceso físico y su aprovechamiento recreacional, en una ciudad que no sólo le pertenece a los porteños, sino a toda la humanidad.
Palabras clave: Valparaíso, Terminal Portuario, Patrimonio.
El proyecto TP2, corresponde a un proyecto de modernización del Terminal N°2 y su espigón, licitado por la estatal Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) a la empresa OHL Concesiones Chile, que ha generado una importante rechazo de diversas organizaciones ciudadanas y del propio ICOMOS, dado el impacto negativo que puede tener en el centro histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad.
Valparaíso, es una ciudad marítimo-portuaria ubicada 112 kms al norte de Santiago. Su accidentada topografía forzó la adaptación de sus habitantes al medio, desarrollando una singular y característica arquitectura, que permitió aprovechar sus características paisajísticas, adquiriendo un atractivo que genera un importante arraigo de sus habitantes y lo sitúa como destino turístico internacional.
Im1. ‘‘Vista de Valparaíso, Chile‘
Fuente: http://www.revistaemprende.cl/inauguran-primer-makerspace-en-valparaiso/
Respecto de las características su barrio histórico, UNESCO refiere: “La ciudad colonial de Valparaíso constituye un ejemplo notable del desarrollo urbano y arquitectónico de América Latina a finales del siglo XIX. Enmarcada en un sitio natural en forma de anfiteatro, la ciudad se caracteriza por un tejido urbanístico tradicional especialmente adaptado a las colinas circundantes, que contrasta con el trazado geométrico utilizado en terreno llano.” (UNESCO, 2015)
El Centro Histórico de Valparaíso fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 2003 (27COM 8C.41) bajo el criterio cultural (iii): “Valparaíso es un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización, a fines del siglo XIX, cuando se convirtió en el puerto comercial líder de las rutas marítimas de la costa del Pacífico de Sudamérica.” (ICOMOS, 2014).
De esta forma no es sólo su arquitectura, sus monumentos, sus sistemas tradicionales de transporte o su desarrollo urbanístico lo que fue declarado con Valor Universal Excepcional, sino el sistema puerto-ciudad. Sin embargo, este sistema se ha visto fuertemente afectado por las obras de modernización realizas en el puerto en la segunda mitad del siglo XX, que han generado una barrera entre la ciudad y su puerto.
Im2-3. Puerto de Valparaíso / Fuente: http://www.plataformaurbana.cl/archive/2015/07/28/opinion-valparaiso-t2-avance-o-retroceso/puerto-de-valparaiso-2/
Esta situación se podría ver más agravada aún con el desarrollo del Proyecto TP2, correspondiente a un proyecto de modernización del Terminal N°2 y su espigón, licitado por la estatal Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) a la empresa Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL) perteneciente a la firma española OHL, que ha generado una importante rechazo de diversas organizaciones ciudadanas y del propio ICOMOS, dadas las externalidades negativas que puede tener el proyecto en el centro histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad.
De acuerdo al Informe de ICOMOS de 2013, el área histórica de la ciudad estaría siendo impactada por los proyectos de ampliación del puerto, en la medida en que obstruyen la vista desde los cerros, afectando la condición de anfiteatro de la ciudad; además el proyecto podría dañar los vestigios arqueológicos submarinos del borde costero y depreciar los edificios circundantes, afectando especialmente a aquellos de interés histórico. Finalmente, se señala que pudiera tener un impacto negativo el proceso creciente de diversificación de la base productiva de la ciudad (Mendes & Calvo, 2013).
Al respecto el informe identifica algunas deficiencias en la planificación de la gestión patrimonial que pudieran haber favorecido esta situación de conflicto, como la ausencia en el Plan de Manejo que integrara los sistemas ciudad-puerto, la falta de una concertación de los actores que toman decisiones respecto de los bienes patrimoniales y la falta de una planificación urbana estratégica que tenga una visión de ciudad a mediano y largo plazo. (Mendes & Calvo, 2013)
Diversas organizaciones ciudadanas como “Mar para Valparaíso”, “Defendamos la ciudad” y organizaciones gremiales como el Colegio de Arquitectos de Chile y la Cámara de Comercio y la Producción de Valparaíso, junto con el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), han planteado su preocupación ante los impactos negativos que pudiera tener el Proyecto de Ampliación del Terminal N°2 de la Empresa Portuaria de Valparaíso para el sector patrimonial.
Recientemente el Colegio de Arquitectos fue invitado por la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) para integrarse a una mesa de trabajo en torno a este y otros proyectos en desarrollo, sin embargo, la asociación gremial rechazó la invitación, argumentando que EPV le solicitó que en estas reuniones no se pudiera abordar modificaciones al proyecto. (Colegio de Arquitectos de Chile, 2015)
Actualmente el proyecto se encuentra en fase de Evaluación de Impacto Ambiental, por lo que los resultados de esta evaluación pueden aportar evidencia de algunos de los elementos que se están poniendo en cuestión. Resulta apremiante encontrar una alternativa de consenso que permita resguardar el valor histórico de la ciudad puerto, pero que también permita revitalizar su base productiva, teniendo en consideración que la región ha presentado en los últimos 25 años prolongados ciclos de desocupación, que la hicieron liderar una década las cifras de desempleo en el país, tal como puede apreciarse en el Gráfico N°1.
Gráfico 1: Porcentaje de Desocupados por Región período 1986-2010 / Fuente: INE
Bibliografía
Carrión, F. (. (2000). Desarrollo Cultural y Gestión en Centros Históricos. Quito: FLACSO.
Colegio de Arquitectos de Chile. (01 de 12 de 2015). Obtenido de http://colegioarquitectos.com/noticias/?p=9962
Diario El Espectador. (05 de 11 de 2015). Los otros pemios que recibe Bogotá en Río +20. El Espectador, págs. http://www.elespectador.com/noticias/bogota/los-otros-premios-recibe-bogota-rio20-articulo-510168.
ICOMOS. (2014). Informe de Misión de Asesoramiento para el sitio de Patrimonio Mundial Área Histórica de Ciudad-Puerto de Valparaíso.
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. (28 de 10 de 2015). Obtenido de http://idpc.gov.co/plan-de-revitalizacion-del-centro-tradicional/
Mendes, S., & Calvo, L. M. (2013). Informe de Misión de Asesoramiento para el sitio Patrimonio Mundial Área Histórica de Ciudad-Puerto de Valparaíso.
Millan-Millan, P., & Fernández, L. (2014). Aproximación al estudio de los procesos de transformción de las ciudades históricas. La tematización. Eure 40 (120), 201-219.
Secreataría de Cultura, recreación y deporte. (28 de 10 de 2015). Sitio web Secretaría de Cultura y Deporte. Obtenido de http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/en/node/3685
UNESCO. (27 de 11 de 2015). World Heritage Convention . Obtenido de http://whc.unesco.org/es/list/959
"Volver al centro. La recuperación de áreas urbanas centrales"
Ver"Volver al centro. La recuperación de áreas urbanas centrales"
Estudio de casos de programas de recuperación de áreas urbanas centrales de América y Europa, a través del concepto de proyecto de recuperación urbana y proyecto urbano.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Carlos Hugo Silva Pedraza. Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Desarrollo Urbano, PUC. Asistente del Programa de Magíster en Patrimonio Cultural, PUC]
Título: “Volver al centro. La recuperación de áreas urbanas centrales”
Autor: Eduardo Rojas, con la colaboración de Eduardo Rodríguez Villaescusa y Emiel Wegelin.
Año: 2004
Edición: Editorial Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Departamento de Desarrollo Sostenible, Ciudad: Washington DC.
Enlace para descarga gratuita: https://publications.iadb.org/handle/11319/202?locale-attribute=es
Resumen: A través del estudio de nueve casos de programas de recuperación de áreas urbanas centrales de América y Europa, Eduardo Rojas y equipo abordan de un modo integral el desarrollo urbano de estos territorios como respuesta al progresivo vaciado que sufrieron frente al crecimiento periférico de las ciudades que caracterizó a la segunda mitad del siglo XX. Para ello, se sirven de los conceptos de proyecto de recuperación urbana y proyecto urbano, y enfatizan el rol preponderante que el Estado y la sociedad civil deben tener en este tipo de desarrollos.
Palabras clave: Renovación Urbana, Áreas Urbanas Centrales, Centro Históricos
Im1. Portada del libro
Fuente: https://publications.iadb.org/handle/11319/202?locale-attribute=es
En la segunda mitad del pasado siglo XX, las ciudades latinoamericanas se caracterizaron por desarrollar dos procesos de crecimiento: uno primero, de periferización o metropolización, y uno segundo posterior, “de introspección o vuelta a la ciudad construida, en el nuevo contexto del proceso de globalización.” (Carrión, 2001)
Este proceso de vuelta a la ciudad central y centro histórico es el escenario sobre el cual se despliega el argumento del libro “Volver al centro. La recuperación de las áreas urbanas centrales” de Eduardo Rojas y equipo, de la División de Programas Sociales del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo, el cual, a través del estudio comparativo de casos, formula su propia teoría y práctica en torno a la idea de “proyecto de recuperación urbana” (Rojas, 2004, p.17), la cual se define como un “proceso de devaluación, y más tarde de recomposición organizada” (Ibid, 9). Se elige la palabra recuperación por sobre otros términos como rehabilitación, regeneración o mejoramiento, debido a su mayor connotación económica y social por sobre la simple transformación física del entorno construido deteriorado, promoviendo el equilibrio entre sus dimensiones.
El abandono de las áreas centrales y su decadencia a fines del siglo pasado se presenta como una oportunidad y una alternativa aprovechable frente a la presión de crecimiento sobre la periferia, dados los potenciales atractivos que estas zonas conservan y son posibles de reaprovechar, como por ejemplo su centralidad, conectividad, jerarquía, patrimonios urbanos y arquitectónicos, etc. El estudio “analiza la lógica económica y de política de invertir los recursos públicos en la recuperación de áreas centrales, y se identifican formas alternativas de estructurar el financiamiento de estos programas y de mitigar los impactos sociales negativos del proceso de recuperación” (Ibid, p.xv).
A través del estudio de nueve programas de recuperación de áreas urbanas centrales en ciudades de América y Europa (Buenos Aires, Hamburgo, Londres, París, Bilbao, Sabadell, Washington, Quito y Santiago), la investigación se estructura a través del siguiente argumento central: “El deterioro y subutilización de las áreas centrales sólo pueden abordarse por medio de una acción pública. No sólo porque el sector público es el actor social responsable de procurar el bien común, sino también porque es el único con la capacidad de desarrollar una visión a largo plazo y posee los instrumentos necesarios para abordar el problema de coordinación que los actores privados enfrentan en estas áreas.” (Ibid, p.1).
La primera parte, que corresponde al Capítulo 1 (“La recuperación de áreas urbanas centrales. Problemas y soluciones”) sienta las bases conceptuales de este tipo de desarrollo urbano, explicando las causas del origen del vaciado central frente al crecimiento periférico que caracterizó a las ciudades en la segunda mitad del siglo pasado, el rol del Mercado y del Estado en su deterioro y sus consecuencias sociales, para luego abordar el concepto de la recuperación urbana, ya comentado, integrando la noción de proyecto urbano (Ibid, 24), como instrumento mediador de los diversos actores y sus deseos para el área a recuperar. Asimismo, se introduce el tema del aburguesamiento o gentrification, como problemática siempre ligada a este tipo de desarrollo, dando pistas de cómo enfrentar sus efectos negativos para los residentes originales de estos territorios (Ibid, p.46), en un momento dónde aún este problema no se había estudiado en profundidad en América Latina.
La segunda parte se comprende de los capítulos 2 al 4. El Capítulo 2 (“Recuperación de áreas abandonadas o infrautilizadas”) ilustra los casos de proyectos de recuperación (antiguo Puerto Madero en Buenos Aires), de reforma (sector fluvial de Hamburgo) y el proyecto de los Muelles de Londres o docklands. El Capítulo 3 (“Recuperación urbana para modificar la tendencia al crecimiento”) desarrolla los casos de Proyecto de reforma del sector Este de París (Barrio de Bercy), la reestructuración funcional y económica de Bilbao, y el Desarrollo del Eix Macià en Sabadell. El Capítulo 4 (“La recuperación de áreas urbanas deterioradas”) ejemplifica este tópico con los casos de la zona Este (Penn Quarte) de Washington, Distrito de Columbia, la recuperación del centro histórico de Quito, Ecuador, y el Programa de Repoblamiento del Centro de Santiago de Chile.
La tercera parte corresponde al Capítulo 5 (“Instituciones e instrumentos para la recuperación de áreas urbanas centrales”), donde se explica cómo se gestaron económicamente e institucionalmente algunos de los casos antes explicados, por una parte, enfatizando en las sociedades de capital mixto público-privado con las sociedades netamente públicas, sus pros y sus contras, y por otra, describiendo diversos instrumentos normativos dirigidos a incentivar el desarrollo de las áreas centrales, como zonificaciones y bancos comunitarios, así como garantías públicas a préstamos, subsidios cruzados, instrumentos tributarios, derechos de desarrollo transferibles, etc.
Finalmente, la última parte comprende el Capítulo 6 (“La recuperación de áreas centrales, un objetivo posible”), donde se perfilan las conclusiones referentes a los factores de contexto que posibilitan o debilitan posibles proyectos de recuperación urbana, los beneficios de ésta (económicos, sociales, etc.) y el problema del financiamiento, en miras de demostrar “la racionalidad de la intervención pública para promover la recuperación de áreas urbanas centrales en abandono, subutilizadas o en un proceso activo de deterioro como resultado de la dinámica de los mercados inmobiliarios” (Ibid, p. 266).
Eduardo Rojas, que trabajó en el BID como especialista principal en desarrollo urbano, cristaliza varias experiencias previas (como por ejemplo, las reunidas en su libro “La ciudad en el siglo XXI. Experiencias exitosas en gestión del desarrollo urbano en América Latina.” (1998)”) en este texto que, además de presentarnos la construcción de una tipología de casos de renovación urbana, que permiten realizar los estudios comparados, configura una teoría y práctica sobre este tipo de proyectos en base a experiencias, lo cual es uno de los valores principales del estudio.
Los complejos problemas urbanos que aquejan a nuestros centros históricos y áreas urbanas centrales en la actualidad, tienen una importante descripción y análisis en este texto que tras 11 años de su publicación, sentó algunas de las bases conceptuales importantes para el estudio y proyecto de este tipo de desarrollos urbanos para América Latina.
Bibliografía
Carrión, F. (2001) Las nuevas tendencias de la urbanización en América Latina. En su: La ciudad construida. Urbanismo en América Latina. Quito: Flacso Ecuador. Disponible en: http://www.flacsoandes.edu.ec/libros/10726-opac
“Habana, utopía en construcción”
Ver“Habana, utopía en construcción”
La narrativa acompaña imágenes antiguas y recientes, dando testimonio de la extraordinaria permanencia, por más de medio siglo de 90% del patrimonio de la Vieja Habana.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por Laura Quezado. Arquitecta y urbanista, UFPB (Brasil). Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Habana, utopía en construcción”
Enlace documental: https://vimeo.com/27715193
Por: Anne Delstanche, con la colaboración de Rolando Pujol e Idanis Rego
Año: 2006
Resumen: En esencia, el documental trata de la cooperación de países europeos en asociación con la institución cubana encargada de conservar y restaurar el patrimonio de La Habana, la oficina El Historiador, a partir del decreto gubernamental de 1990. La narrativa acompaña imágenes antiguas y recientes, dando testimonio, al mismo tiempo, de la extraordinaria permanencia, por más de medio siglo de 90% del patrimonio de la Vieja Habana – como llaman los locales del sector histórico.
Palabras clave: Restauración, Patrimonio de la humanidad, Vieja Habana
Im1. La Vieja Habana / Fuente: http://taniaquintero.blogspot.cl/2015_01_01_archive.html
“Habana, utopía en construcción” es una producción de la Asociación para el Intercambio Cultural y Social entre Europa y Caribe. Trata esencialmente de los emprendimientos cooperativos europeos direccionados para la restauración de edificios y lugares públicos asociados (plazas) de la región histórica de la capital de Cuba, La Habana, por intermedio de la institución cubana encargada de la restauración: El Historiador de La Habana.
El documental da cuenta del proceso de restauración material y rescate del centro histórico de la capital, tras un largo periodo de deterioro y falta de cuidados, producto de la crisis económica que sufrió Cuba a partir de los años 90. Sin embargo, la narrativa para la contextualización del proceso conducido por la cooperación es breve y simplista.
La extraordinaria permanencia del 90% de la arquitectura y de la trama urbanística originales de la Vieja Habana – como es llamado el casco antiguo por los locales – es dicha y resumida a un gesto del acaso; en 1950, el centro histórico de La Habana habría “escapado” de un proyecto amplio de demolición y que no fue llevado a cabo en las mudanzas políticas revolucionarias por el simple “abandono” del plan por parte del nuevo gobierno. La estrategia de ocupación popular del centro es citada rápidamente para justificar las malas condiciones sanitarias que vinieron a agravarse en la tardía implementación de las estrategias de conservación de la región. A pesar de citar la existencia de la oficina El Historiador ya en 1967 – emprendiendo la restauración de un área importante –, y la presencia y el reconocimiento de la conservación y de la importancia del patrimonio cubano por la UNESCO desde 1981, el documental deja una brecha de una década y salta hacia el año 1990 para justificar el agravamiento severo de la deterioración arquitectónica por la falta súbita de recursos del gobierno con el fin de los subsidios decurrentes de la disolución de la Unión Soviética – una aliada del gobierno cubano. Deja en blanco los incontables atentados terroristas por parte de Estados Unidos para atemorizar y espantar los emprendimientos turísticos, importantes compensatorios de las pérdidas económicas. Y salta al decreto de 1990 que dio amplia autonomía a la oficina El Historiador, ahora con personalidad jurídica propia y con capacidad de formación de patrimonio propio.
El plan de restaurar La Habana se muestra como un desafío para la oficina gubernamental, quien se debe enfrentar a todas las problemáticas que trae consigo un cambio estructural de una ciudad: exceso de tráfico, exceso de demanda poblacional para vivir en el centro, exceso de turismo, etc. En un discurso hecho en la embajada de Cuba en Bruselas, en 2003, el director de El Historiador, Eusebio Leal, señala: “la ciudad es para sus habitantes”, y afirma, “la restauración no es para museo, esto no interesa a nadie”. Asimismo, reitera y defiende los objetivos de la oficina por la estrategia de restauración: “Esto no es fantasía, esto es utopía”. A partir de esta idea, la directora extrae el título del documental.
Sin lugar a dudas, se trata de un documental optimista de la divulgación de los trabajos de la cooperación europea, y como tal, a ratos se vuelve unilateral, en una muestra casi postal de lo que fue y lo que hoy es el casco histórico de La Habana. La restauración de un sector tan antiguo y con tanto peso histórico debe traer a la luz más preguntas que soluciones, más procesos que resultados, y no es el caso de lo que nos muestra el documental. Se levanta para el espectador una serie de preguntas acerca de los procesos en los que estuvo involucrada la ciudad antes de la restauración. Las incertidumbres, las problemáticas que atraviesa la ciudadanía que vive y convive en un espacio abandonado al deterioro podrían ser las temáticas protagonistas de un documental enfocado en la restauración y rescate de un sector. En cambio, básicamente se enseñan bellos paisajes, pobladores satisfechos con los cambios ya llevados a cabo, y música que corroboran a la sensación de tarjeta postal. El ejercicio deja de ser interesante pues se agota en su propia reiteración, omitiendo toda posible oposición. De esta forma, la tesis central o el problema del documental queda enunciado, pero no se profundiza en él.
Finalmente, podemos quedarnos con las incertidumbres plantadas por el director de El Historiador: ¿cuál es el camino para hacer de la ciudad una “utopía irrenunciable”? ¿Cómo se materializa en su restauración el sueño de “lo bello, lo justo, lo hermoso”?
"Oferta de arriendo económico, un acuerdo para la renovación urbana y el cuidado de la autenticidad de los centros"
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No pasar por alto la vocación residencial de los centros, especialmente para grupos de bajos ingresos, es una alternativa a los típicos procesos de renovación urbana. A propósito de Valparaíso, su nominación patrimonial y sus actuales procesos de renovación, se dan a conocer algunas reflexiones al respecto.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por, Adriana Marín Toro. Socióloga, Magíster (c) en Desarrollo Urbano. Coordinadora de Investigación y Estudios Avanzados, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso]
Resumen: No pasar por alto la vocación residencial de los centros, especialmente para grupos de bajos ingresos, es una alternativa a los típicos procesos de renovación urbana. A propósito de Valparaíso, su nominación patrimonial y sus actuales procesos de renovación, se dan a conocer algunas reflexiones al respecto.
Im1. Vista hacia el plan de Valparaíso, desde el Cerro Artillería. Fuente: G. Marín Toro, 2014.
Autenticidad y renovación representan un dilema para los centros urbanos materialmente desgastados y en aparente abandono. Cuestión que se exacerba cuando lo “auténtico” del sitio no simboliza valores e imágenes de un centro moderno, cuya atracción se sustenta en un consumo de actividades y experiencias con que los visitantes puedan aportar a un flujo de capital. Sin embargo, para las políticas urbanas la autenticidad es un punto de análisis que no se debe dejar de lado. Existe un desafío en su uso, en tanto permite la apropiación de intervenciones por parte de quienes habitan los lugares en renovación; autenticidad, que no es una mera herramienta política de atracción económica (Zukin, 2010), ni tampoco la justificación a un status quo.
En el contexto de una economía tercerizada y las consecuentes transformaciones de la ciudad en este sentido, la renovación urbana evidencia nuevas formas de organización socioespacial que ocurren generalmente en áreas donde es visible un dinamismo económico, social y cultural (Smith, 2012). La renovación ha jugado un papel relevante para la recuperación y reactivación de centros históricos de ciudades globales, con la implantación de grandes proyectos urbanos y artefactos que permitan potenciar el city marketing (De Mattos, 2007). Si bien es cierto que existen procesos de globalización urbana y de homogeneización de paisajes, esto no significa la desaparición de aquellas características que hacen distintivas a las ciudades, por el contrario, existe una lucha por marcar diferencias con tal de mejorar la competitividad.
Las críticas a los procesos de renovación urbana se vinculan principalmente al reemplazo de los residentes históricos, modificando de esta manera los significados y rituales asociados a un espacio geográfico, una “elitización” del paisaje humano que produce zonas exclusivas y excluyentes (Delgado, 2007). En este sentido, juegan un rol relevante inversores inmobiliarios y de infraestructura (López, 2013) y también el poder cultural a través de los medios de comunicación y los gustos de los consumidores que refuerzan la idea de ciudades despiertas, que ofrezcan sitios seguros, limpios y predecibles para poder consumir en ellos (Zukin, 2010). En estos términos las administraciones locales o municipios, promueven políticas de crecimiento económico en áreas urbanas atractivas, para la conquista de mejores tasas de rentabilidad del suelo (López, 2013).
Valparaíso, una ciudad que deambula entre espacios de autenticidad y procesos de renovación.
¿Pero qué alternativas de renovación urbana pueden existir en este contexto? Tomando el ejemplo de Chile y el Sitio Patrimonio de la Humanidad declarado por UNESCO el año 2003 para la ciudad de Valparaíso, en particular su parte plana, más conocida como “plan”, representa centralidad en su distintiva morfología. Esta ha sostenido una merma constante de población, pero distante de la posibilidad de ser catalogado como un lugar deshabitado; y más importante aún tiene la característica de concentrar a arrendatarios, como ocurre también en otras ciudades del contexto latinoamericano: Buenos Aires, Lima, Bogotá, Montevideo, Quito, Medellín (Blanco, 2013).
La tipología de arriendo que se encuentra en Valparaíso, se caracteriza por un arriendo económico, que permite disfrutar de la centralidad y sus beneficios como la posibilidad del encuentro con otros, la generación de redes sociales, laborales y culturales. Donde es común el subarriendo de habitaciones, ligado a una tipología de vivienda que tuvo su auge durante el siglo XIX más conocida como “conventillos[1]”, pero que en la actualidad posee tal consolidación que mantener esta categoría para su identificación limita nuevas posibilidades de análisis, principalmente por los prejuicios con los que carga el término.
Im2. Pie de cerro cercano al plan de Valparaíso, muestra las típicas viviendas en arriendo del sector
Fuente: G. Marín Toro, 2014.
Se podría decir que se trata realmente de un modo histórico de habitar y auténtico, pero el arriendo ha pasado desapercibido en el contexto urbano especialmente aquellos sujetos de bajos ingresos y en la informalidad, invisibles tanto en la literatura popular como en la académica (Davis, 2007), y que a pesar de sus beneficios representa inseguridad. Los arrendatarios no han sido asimilados por las políticas de gobierno a través de sus programas de vivienda y las demandas de este grupo por la mejora de la calidad de sus hogares, generalmente, no son consideradas por las autoridades (Gilbert, 2011). Si se le suma un bajo ingreso la vulnerabilidad es evidente, debido a su poca importancia cultural, social y la débil protección legal, se trata de un grupo fácil de mover y de desplazar de ciertos sectores de la ciudad, especialmente de aquellos más atractivos, sumado a que el mercado de arriendo económico es altamente sensible a los cambios del contexto urbano (Coulomb, 1991).
Im3. Típicas habitaciones arrendadas en Valparaíso / Fuente: G. Marín Toro, 2014.
Si se considera que en Chile existe poca vivienda social bien localizada para sectores de bajos ingresos y que es una condición cada vez más difícil con la actual política habitacional del país y el encarecimiento del valor del suelo, lo auténtico toma forma para vislumbrar alternativas de renovación, como asegurar una oferta de arriendo económico que reconozca a los habitantes históricos, y de paso mantener una de las características de los centros urbanos, su heterogeneidad social.
En Valparaíso se trata de una mayoría de chilenos, pero en otras ciudades del país el arriendo aparece también como una buena alternativa para otorgar una solución habitacional a inmigrantes, poniendo en valor un modo de habitar característico de los centros urbanos. No se debe confundir un aspecto abandonado con una falta de residentes o un lugar con el que simplemente se puede arrasar. Tras esta forma urbana se esconde un abandono más profundo y peligroso, el de tipo institucional. Este se presenta cuando las instituciones públicas, privadas, o ambas, actúan en el supuesto de que la inversión a largo plazo en el barrio ya sea mantenimiento, mejoras, o nuevas construcciones no se justifican, de esta manera se deja en una situación de inseguridad a quienes residen allí. Una vez que el abandono se hace presente, es sólo cuestión de tiempo antes de que los residentes de una vivienda abandonada o un barrio abandonado sean desplazados (Marcuse, 1985).
NOTAS:
[1] El “conventillo” de finales del siglo XIX se caracterizaba por un tipo de vivienda deplorable, con las malas condiciones materiales, higiénicas, hacinamiento y condición de pobreza (Urbina, 2011).
Referencias bibliográficas:
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Blanco, A. (2013). “Política de arriendo y su incidencia en la promoción de residencias socialmente inclusivas”. En Centro de Políticas Públicas UC. Seminario Internacional: Grandes líneas de la política urbana para la promoción de la integración social. 18-19 de Diciembre de 2013. Disponible en: http://politicaspublicas.uc.cl/cpp/static/uploads/adjuntos_publicaciones/adjuntos_publicacion.archivo_adjunto.b3c169a3a06d3405.526567697374726f2053656d696e6172696f5f323031332e706466.pdf. Rescatado el 24 de Mayo de 2014.
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Coulomb, R. (1991). ¿Todos propietarios? Vivienda de alquiler y sectores populares en la ciudad de México. México DF: Centro de la Vivienda y Estudios Urbanos a.c.
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Davis, M. (2004). “Planet of slums. Urban involution and informal proletariat”. En New left N°26 mar-abr., p.5-34.
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Delgado, M. (2007). La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del “modelo Barcelona”. Madrid: Catarata.
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De Mattos. (2007). “Modernización capitalista y revolución urbana en América Latina: cinco tendencias genéricas”. En seminario internacional: La globalización neoliberal y planeación urbano-regional: perspectivas para América Latina. Medellín, Colombia, 23 y 24 de agosto de 2007.
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Gilbert, A. (2011). “Ten myths undermining Latin American Housing Policy”. Revista de Ingeniería. Número 35, julio-diciembre, 2011, pp. 79-87, Universidad de Los Andes, Colombia. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/1210/121022763012.pdf. Rescatado el 24 de mayo de 2014.
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López-Morales, E. (2013). Gentrificación en Chile: aportes conceptuales y evidencias para una discusión necesaria. Revista de geografía Norte Grande, (56), 31-52. Recuperado en 30 de junio de 2015, de: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34022013000300003&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-3402201300030000
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Marcuse, P. (1985). “Gentrification, abandonment, and displacement: connections, causes, and policy responses in New York city”. 28 Wash.U.J. Urban & Contemp.L. 195 (1985).
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Smith, N. (2012). La nueva frontera urbana. Ciudad revanchista y gentrificación. Madrid: Traficantes de Sueños.
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Urbina, X. (2011). Los Conventillos de Valparaíso 1880-1920. Fisionomía y percepción de una vivienda popular urbana. (2da ed.). Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso de la Universidad Católica de Valparaíso.
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Zukin, S. (2010). Naked city. The death and life of authentic urban places. New York: Oxford University Press.
"El Centro Histórico de Cuenca. Identidad y simbolismo bajo amenaza"
Ver"El Centro Histórico de Cuenca. Identidad y simbolismo bajo amenaza"
El Centro Histórico de la ciudad de Cuenca – Ecuador, al constituirse en el corazón de la ciudad, atrae a un sin número de actores sociales, donde la confluencia de sus intereses pueden traer consigo serias repercusiones para su legado histórico, cultural, patrimonial y principalmente simbólico.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por, Gina Rivera Torres. Arquitecta, Programa de Maestría en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: El Centro Histórico de la ciudad de Cuenca – Ecuador, al constituirse en el corazón de la ciudad, atrae a un sin número de actores sociales, donde la confluencia de sus intereses pueden traer consigo serias repercusiones para su legado histórico, cultural, patrimonial y principalmente simbólico.
Im1. Restaurante ubicado en la tradicional plaza la Merced del Centro Histórico de Cuenca / Fuente: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=762852
La ciudad de Cuenca, tras la declaratoria por la Unesco en 1999 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes a nivel mundial, llevándola en pocos años a recibir innumerables reconocimientos internacionales, que la han catalogado como el destino número uno para visita y estadía en Latinoamérica así como el principal destino de retiro de los Estadounidenses por revistas de alto renombre como Stern (2008), International Living (2009, 2010, 2011 y 2013) entre otras[1], lo que ha favorecido la llegada en masa de alrededor 12000 extranjeros, de los cuales 8000 son estadounidenses. (Minchala, F, 2015).
Si bien la llegada y permanencia definitiva de extranjeros a la ciudad, ha favorecido ciertos ámbitos del desarrollo al generar nuevas y mayores fuentes de empleo, mayores ingresos, reactivación de espacios en la ciudad, interculturalidad, ente otros beneficios; también permite vislumbrar una serie de efectos complejos, que con mayor fuerza se presenta en el tradicional Centro Histórico de Cuenca, cuya ubicación, calidad del espacio así como su valor simbólico e identitario, lo ha convertido en el corazón de la ciudad. En este sentido, la cada vez mayor presencia de extranjeros habitando el Centro Histórico, han derivado en cambios acelerados tanto en su estructura como funcionamiento, que están poniendo en peligro su legado histórico, cultural, patrimonial y principalmente simbólico.
Ello debido entre otros factores, a la intervención de los promotores inmobiliarios, los mismos que con el objetivo de satisfacer las demandas de esta comunidad extranjera cargada de costumbres, tradiciones, gustos y demandas diferentes, han dado inicio a una reconversión y renovación del Centro Histórico, donde poco a poco han ido reemplazando antiguos comercios tradicionales con alto valor simbólico por exclusivos restaurantes, bares, boutiques, etc., que situados en áreas estratégicas de dicho Centro, más allá de mostrar una transformación física del espacio, pone en evidencia una transformación simbólica.
Muestra de ello es el restaurante situado en la tradicional plazoleta La Merced, el mismo que se ha convertido en el espacio ideal para los extranjeros, cuya confluencia a más de generar nuevos usos en el espacio público, ha impuesto nuevas significaciones. En este sentido, si bien la plaza se mantiene como un lugar de encuentro ciudadano, evidencia una clara fragmentación, pues por un lado se encuentran los extranjeros y por otro los Cuencanos, sin encontrar entre ellos, el espacio idóneo para la convivencia e integración.
Im2. Restaurante ubicado en la tradicional plaza la Merced del Centro Histórico de Cuenca / Fuente: http://www.gosur.com/place/food/goza-espresso-bar/4d6566187f84f04de1b600b5/?lang=es
Por otra parte, la adaptación de estos nuevos servicios exclusivos, incluyendo la vivienda, en los inmuebles catalogados patrimoniales, han derivado en una serie de mutaciones, donde si bien se ha mantenido la fachada como tal para dar cumplimiento a la ordenanza de protección del patrimonio, su interior ha sido modificado casi en su totalidad. Tal es el caso, por citar un ejemplo, de la Casa Jaramillo, la misma que ha introducido una nueva tipología de vivienda que obedece a los denominados lofts o suits. La adaptación a esta nueva tipología, requirió de la reforma total del inmueble en su interior; como se menciona en el mismo portal del proyecto, “el ejercicio de rehabilitación fue muy poco riguroso en la conservación de los espacios originales”. (Surreal Estudio, 2014).
Im2. Casa Jaramillo, transformada en su interior para la adaptación a nuevas tipologías de vivienda / Fuente: http://www.haremoshistoria.net/noticias/casa-juan-jaramillo-surreal-estudio
Este es solo uno de los tantos ejemplos de transformación de inmuebles patrimoniales para acoger nuevos usos que siendo más rentables, promueven la destrucción y pérdida del patrimonio edificado del tradicional Centro Histórico.
En este contexto, a pesar de que la ciudad cuenta la Ordenanza para la gestión y conservación de las áreas históricas y patrimoniales, es poco lo que se ha podido hacer frente a las repercusiones que ha traído consigo la instalación de nuevos bienes y servicios, producto de la llegada de extranjeros a la ciudad; en este sentido, como menciona Troitiño, (2003) “En la vida de una ciudad, en cuanto realidad urbana viva y dinámica, las políticas de protección y recuperación, para ser eficaces, tienen que dotarse de instrumentos capaces de regular la tensión existente entre unas realidades físicas estáticas y unas realidades socioeconómicas cambiantes”; por lo tanto será fundamental que la Municipalidad de Cuenca, a través de su Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales entre otros actores directa e indirectamente involucrados, genere los marcos necesarios que permitan enfrentar esta realidad, que amenaza con destruir el valor simbólico e identitario que hoy tiene para los cuencanos, su tradicional Centro Histórico.
Por otra parte, reconociendo que la apropiación de un espacio determinado “consiste en la posibilidad de moverse, relajarse, poseer, actuar, resentir, admirar, soñar, aprender y de crear siguiendo sus deseos, sus aspiraciones y sus proyectos, (Hiernaux, D y Gonzalez, Carmen, 2014), será necesario que el gobierno local tome las medidas necesarias para que la llegada de extranjeros a la ciudad, no expulse a los Cuencanos de este espacio que representa un lugar de encuentro, convivencia e intercambio socio-cultural y económico, en este sentido, la lucha deberá estar dirigida a fortalecer su identidad y promover el sentido de pertenencia con el Centro Histórico como medio para mantener su legado.
NOTAS:
[1] Entre algunos de los reconocimientos más importantes y que han influido de manera radical en los ámbitos social, cultural, económico, etc., se destaca en el año 2008 la catalogación por la Revista National Geographic Traveller en el puesto número 49 de los destinos históricos más importantes a nivel mundial, por su parte la revista Forbes en el 2014 calificó a Ecuador y más específicamente a Cuenca como el mejor lugar para retirarse. Por otro lado, la guía de viaje y turismo de mayor prestigio a nivel mundial Lonely Planet, 2010, la ubicó en el top 10 de ciudades a conocer en el mundo, mientras que la mayor web de viajes del mundo, TripAdvisor en el 2012, la colocó en el puesto número 21 entre los destinos seleccionados por los viajeros en Latinoamérica.
Por sus iniciativas y proyectos destinados a la conservación del Patrimonio, en el 2013, Cuenca se convirtió en la primera ciudad latinoamericana en ser galardonada con el premio “Jean Paul-L’Allier. En el 2013 y 2014 Foreign Direct Investment Magazine, la ubicó como el destino número uno entre las mejores ciudades del futuro en cuanto costo beneficio, mientras que la revista de viajes y turismo estadounidense “Outside” designó a Cuenca como el mejor destino para aventura a nivel mundial en el año 2014. (EDGPATM, 2014).
Bibliografía:
Hiernaux, D y Gonzalez, Carmen, (2014). Gentrificación, simbólica y poder en los centros Históricos: Querétaro, México. Recuperado de http://www.ub.edu/geocrit/coloquio2014/Daniel%20Hiernaux-Nicolas.pdf
EDGPATM. (2014, Mayo 18). Reconocimientos Internacionales de Cuenca. Revista Cuenca Ilustre – Ecuador. Recuperado de https://patomiller.wordpress.com/2014/05/18/reconocimientos-internacionales-de-cuenca/
Minchala, F. (2015, febrero 28). En Cuenca viven más de 8.000 estadounidenses. Diario el Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com.ec/noticias-cuenca/158349-en-cuenca-viven-ma-s-de-8-000-estadounidenses/
Troitiño, M. (2003). La protección, recuperación y revitalización funcional de los Centros Históricos. Recuperado de http://www.publicacionescajamar.es/pdf/publicaciones-periodicas/mediterraneo-economico/3/3-24.pdf
Surreal Estudio, (2014 febrero 28). Casa Jaramillo/Surreal Estudio. Recuperado de http://www.haremoshistoria.net/noticias/casa-juan-jaramillo-surreal-estudio
"La comunidad frente al proceso de musealización de Centros Históricos. El caso del barrio La Chilena, Quito, Ecuador"
Ver"La comunidad frente al proceso de musealización de Centros Históricos. El caso del barrio La Chilena, Quito, Ecuador"
La musealización del Centro Histórico patrimonial de Quito deviene en la destrucción de los tejidos sociales que de él subyace, a costa de la propensión al turismo.Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015.
[Por, Karla Alvarado Palacios. Arquitecto. Estudiante del Magister en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: El Centro Histórico de Quito se ha transformado en un lugar turístico por excelencia, potenciado por haber sido declarado como “Patrimonio Cultural de la Humanidad” en 1978 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La capital se adjudicó por tercer año consecutivo el título de “Destino Líder en Sudamérica”, en la edición de este año de los World Travel Awards. Sin embargo, La Chilena, uno de los catorce barrios que conforman el Centro Histórico Patrimonial, da cuenta de la complejidad que comprende la preservación del patrimonio y sus significaciones en una ciudad contemporánea; por ejemplo, la musealización de Centros Históricos y la consecuente destrucción de los tejidos sociales que de ellos subyacen, a costa de la propensión al turismo. En ese sentido, se sustenta la idea de que la conservación del patrimonio debería ser una opción para dinamizar la vida social y cultural de las ciudades y barrios a fin de mejorar la convivencia y calidad de vida de sus habitantes, apoyado en el diálogo entre todos los actores que confluyen la ciudad, sean éstos de carácter público o privado.
Quito, Destino Líder de Sudamérica
El Centro Histórico de Quito se ha transformado en un lugar turístico por excelencia, potenciado a la luz de ser declarado “Patrimonio Cultural de la Humanidad” en 1978 por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Im1. La Calle de las 7 cruces. Centro Histórico de Quito / Fuente: http://periodismodigitalquito.blogspot.cl/
El antecedente a ésta designación es el imperativo por controlar la trasformación de la trama del Centro Histórico, a raíz del ensanche y destrucción de los históricos edificios de invaluables características arquitectónicas. Varias edificaciones fueron derrocadas para ceder su sitio a grandes edificios de corte racionalista, con el auspicio de regulaciones urbanas. Ello resultó de la creciente especulación del suelo, que pasaba por alto una consolidación histórico arquitectónica de cuatro siglos (López, 2005).
A fin de contrarrestar estos efectos, en 1967 se promulgan las Normas de Quito, para la protección del Patrimonio Cultural, y ese mismo año el Municipio aprobó una ordenanza específica para el Centro Histórico, en la cual se delimitó el área a ser protegida, que comprende 200 manzanas, con un total de 375,2 hectáreas incluyendo 14 barrios. La ordenanza, le confirió el carácter de invariabilidad a todas sus edificaciones públicas y privadas, así como también, a sus espacios públicos, diseño de calles y veredas; y se constituyó en la primera normativa de protección de una zona histórica vigente en Latinoamérica (López, 2005).
Al mismo tiempo, la conservación de los bienes inmuebles patrimoniales, conllevó a exclusión social, la capitalización del suelo y con ello la segregación, que como el resto de América Latina se hizo evidente (Paz, 2014). A pesar de esto, el Centro Histórico mantiene aún una fuerte apropiación identitaria. Este factor es atribuible al hecho de que la carga histórica que tienen estos espacios, que al formar parte de un área muy grande, le confiere una representación colectiva, como el escenario más distintivo y significativo de la ciudad (Carrión, 2005).
Con el título conferido por la UNESCO, se crearon algunas asociaciones de protección del patrimonio en la ciudad. Empero, las últimas políticas urbanas quiteñas han priorizado el crecimiento económico en base al lucro de su riqueza patrimonial priorizando el turismo, aunado a la generación de los servicios que esta actividad demanda. De hecho, en octubre, Quito se adjudicó por tercer año consecutivo el título de “Destino Líder en Sudamérica”, en la edición de ese año de los World Travel Awards, considerado como “El Oscar” del turismo (Castellanos, 2015).
Los habitantes del Centro Histórico patrimonial se pronuncian sobre la conservación de su patrimonio asignándole una significancia socio-espacial. Sobresaliendo relatos de vecindad, y oficios populares que han persistido en el tiempo y en el espacio, como son, ebanistas, talabarteros, tenderos, zapateros, sastres, etcétera (Paz, 2014). La noción del patrimonio como un proceso que supone la participación de diferentes actores, según Dormaels (2012), da lugar a que aparezcan comunidades locales proactivas que lideran la construcción de patrimonio. La participación ciudadana permite hacer del patrimonio un marcador de identidad. Siguiendo a Dormaels, en el caso de que una comunidad se haga partícipe del proceso de patrimonio, preserva lo material, sus costumbres, y lo que defina su calidad de vida; ese el caso del barrio La Chilena.
El barrio ‘La Chilena’
El barrio La Chilena, es uno de los 14 barrios protegidos en el Centro Histórico, y refleja como señala Paño (2012), la emergencia urbana que supone plantear actividades y usos turísticos entendidos como la única forma de conservar el patrimonio. Ello ha configurado ciudades museo, conllevando la destrucción de tejidos sociales, y la externalización de los impactos negativos sobre la comunidad, ocasionados por la afluencia masiva de turistas.
Im2. Barrio ‘La Chilena’
Fuente: http://www.elcomercio.com/actualidad/quito/esplendor-del-centro-de-quito.html
Este barrio es altamente valorado por su capacidad de organización vecinal (Paz, 2014), en función de la defensa de sus bienes inmuebles, a la luz de que las políticas públicas urbanas de la capital, han intentado reubicarlos para la implantación de hoteles, y embajadas de varios países (IMMQ, s.f.). La expropiación se convertiría en el arma utilizada por la institucionalidad, para depurar estos espacios. Paz, relata que, tras la pretensión de exclusión de los residentes de los inmuebles, declarando las viviendas bajo el apelativo de “utilidad pública”, se vulneraría el derecho a la propiedad privada y además, se propendería una acción en pro de la gentrificación.
Los habitantes de La Chilena cuentan que no supieron del proyecto hasta cuando les llegaron las cartas de notificación: “… por eso es que cuando hubo una conversación cuando nos citaron al Municipio una de las personas que nos atendió dijo – nuestro error fue, no haberles participado la idea que teníamos y no haber consensuado con ustedes eso” Comenta una vecina del barrio en una entrevista. (Doña Mirian, 2013, citado en Paz, 2014)
En este contexto, es notorio que la participación de la comunidad en este proceso de patrimonio no se hizo presente. Siendo los ciudadanos los encargados de su significación, de usar estos bienes, de mantenerlos. Se trataría entonces de un ejemplo de cómo el desarrollo urbano y económico de una ciudad patrimonial paradójicamente, se aparta de su concepción en el proceso. Según Paño, la generación de propuestas por parte de los profesionales es esencial, sin embargo la participación de la ciudadanía es el ideal para la configuración del mismo.
Im3. Vecinos reunidos en pro de la defensa del patrimonio del Centro Histórico de Quito / Fuente: https://derechoalaciudadflacso.wordpress.com/2014/01/29/patrimonio-residencializacion-y-exclusion-social-el-caso-de-la-chilena-en-el-centro-historico-de-quito/
Los vecinos han decidido organizarse y conformar comités pro defensa del patrimonio habitacional, como resistencia a los procesos de expropiación efectuados por el Municipio de Quito, con el compromiso del Ministerio de Vivienda para su reubicación (Paz, 2014). El grupo se reúne semanalmente donde se informan los procesos legales relativos a este fenómeno. Además este tipo de organización denota como, en función de proteger el patrimonio, los habitantes del barrio defienden su calidad de vida, su entorno social.
Asimismo, la especialización del conocimiento de profesionales y universitarios ha conjugado una pieza clave para la conformación de éstas reuniones. En tal sentido, su actividad ha estado acompañada y asesorada a fin de comprender el proceso de expropiación y valorización del barrio. Lastimosamente, el proceso de expropiación no se ha detenido aún; no obstante, los vecinos de La Chilena no decaído en su objetivo.
En suma, es necesario relevar la importancia de incorporar a la comunidad como un actor vinculante en el proceso del patrimonio, y no solo la elite, o la iglesia. Con esto, se debe tomar en consideración una mirada holística del patrimonio, que involucre el espacio donde se desarrollan las relaciones de los diferentes actores, dando lugar a la conservación de lo patrimonial en el contexto urbano. En ese contexto, planeación urbana y patrimonio, constituyen procesos que relacionan las metodologías tecnócratas y la memoria de la comunidad. Como plantea Paño (2012), si bien algunos procesos deben ser ll “es absolutamente lógico que ciertos ámbitos sean llevados por profesionales especializados, pero ello es distinto de que sean el único sector (…) que puede tomar decisiones al respecto”, sobre todo cuando es la comunidad quien va a darle la significancia y el consecuente uso (de ser el caso) al objeto patrimonial.
Referencias bibliográficas:
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López, F. (2005). Quito, Patrimonio Mundial, 25 años después resumen de un Proyecto Integral De Gestión. Areté Documenta. Revista de la Asociación Española de Gestores de Patrimonio Cultural, Patrimonio Cultural Iberoamericano. Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural en América Latina, eds. Jos Martín y Elena Villamor, Madrid.
Paño, P. (2012). Gestión del patrimonio cultural y participación ciudadana. Presupuestos participativos como ejemplo de decisión y gestión compartida del patrimonio cultural entre instituciones públicas y ciudadanía. Treballs d’Arqueologia, 18.
Paz, J. (2014). Patrimonio, residencialización y exclusión social. El caso de La Chilena, en el Centro Histórico de Quito. Recuperado en noviembre de: https://derechoalaciudadflacso.wordpress.com/2014/01/29/patrimonio-residencializacion-y-exclusion-social-el-caso-de-la-chilena-en-el-centro-historico-de-quito/
Recursos Web:
Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP): http://www.patrimonio.quito.gob.ec/index.php/patrimonio-cultural/patrimonio-material/aproximacion-a-la-historia/en-el-ecuador
Ilustre Municipalidad Metropolitana de Quito: http://sthv.quito.gob.ec/images/indicadores/Barrios/c_historico.jpg
Dinámicas de inmigración global en un contexto neoliberal: El caso de la inmigración peruana en relación a la restructuración de mercados laborales y la conformación de redes socio- urbanas en el centro de Santiago de Chile.
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Revista Planeo Nº23, La ciudad en tránsito, Agosto 2015
Almacén, centro de llamados y cambio de monedas cercano a Plaza de Armas
Fuente: Elaboración propia
[Por, Pablo González Castillo, Licenciado en Historia, Universidad de Chile. Diplomado en Gestión del Patrimonio Cultural UAH. Estudiante magíster en Desarrollo urbano, Universidad de Católica de Chile]
Resumen
El presente trabajo busca relacionar la restructuración del mercado del trabajo en el contexto económico neoliberal y los fenómenos globales de inmigración. Para ello, se examina el caso del centro de Santiago en relación a la inmigración peruana enfatizando en las dificultades de acceso al mercado formal de trabajo, las características de su localización urbana gatillados por la precarización socio-económica y en despliege estrategias de emprendimiento informales de trabajo en el espacio público y redes de inserción social al interior de la ciudad, cuyas prácticas, han sido estigmatizadas y reprimidas por el aparato disciplinar y punitivo del Estado chileno.
Palabras clave: Globalización económica / Inmigración / Redes de integración
Abstract
This paper seeks to relate the restructuring of the labor market in the neoliberal economic context and the global phenomena of immigration. To this end, the case of Santiago Center is examined in relation to the Peruvian immigration emphasizing the difficulties of access to the formal labor market, the characteristics of its urban location triggered by the precarious socio-economic strategies and despliege informal venture I work in public spaces and networks of social integration into the city, whose practices have been stigmatized and repressed by the disciplinary and punitive apparatus of the Chilean State.
Keywords: Economic globalization / immigration / integration networks
"De la espectacularización de la ciudad a la autogestión como dinámica de transformación urbana: El caso del carnaval de Oruro"
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Revista Planeo Nº22, La ciudad como escenario cultural, Junio 2015
[Por, Olivia Coutand Talarico, Arquitecta Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Magíster en proyecto urbano Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesora adjunta Facultad de Diseño y Arquitectura Universidad Finis Terrae, Santiago, Chile]
Carnaval de Oruro en el tramo final de la peregrinación. Fotografía de la autora tomada en febrero de 2012.
Resumen
Los eventos festivos tradicionales se han convertido en un objeto de fascinación para la gestión urbana, sobre todo como una forma de regeneración económica de ciudades. El capital simbólico y la cultura son fundamentales para este efecto, por cuanto tienen a favor el interés turístico. Sin embargo, el impacto en la densidad de una ciudad generado por un evento masivo conlleva prácticas locales de apropiación del espacio urbano para dotar de servicios temporales a la ciudad de manera informal, que por lo general no se incluyen en el discurso de estas formas de gestión urbana. El caso de la ciudad de Oruro, en Bolivia, y su carnaval es sin duda representativo de una tendencia de planificación orientada a la espectacularización de la ciudad. En esta dirección, las estrategias de intervención asociadas a intereses de tipo económico, social y cultural se traducen en proyectos de promoción turística y monumentalización del capital simbólico. En este artículo se postula que esta tendencia no es sustentable en una ciudad cuyo único momento turístico es el carnaval, pues produce, por el contrario, infraestructuras predestinadas a la obsolescencia y un importante ejemplo de control del espacio urbano.
Palabras clave: espectacularización, eventos urbanos, Carnaval de Oruro
Abstract
Traditional festive events have become an object of fascination for urban management, especially as a form of economic regeneration of cities. In this sense, symbolic capital and culture become fundamental elements to this effect, for they attract tourist interest. However, the impact of a massive event on a city’s density generates practices of urban space appropriation aimed at providing the city with temporary services on an informal basis, practices that are not usually part of the official urban management discourse. The case of the Bolivian city of Oruro and its Carnival is certainly representative of a tendency towards planning strategies oriented by the spectacularization of the city. Thus, intervention strategies associated with economic, social and cultural interests are translated into tourism promotion projects and initiatives to monumentalize symbolic capital. This article argues that this trend is not sustainable in a city whose single tourist attraction is Carnival and that, instead, ends up producing infrastructure fated to become obsolete and an important example of control over the urban space.
Keywords: Spectacularization, urban events, Carnival of Oruro
Felipe Valenzuela
Felipe Valenzuela
Sociólogo, Universidad de Chile |Magíster en Desarrollo Urbano, PUC | Profesor Asistente Adjunto, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ha participado como asistente de investigación en diferentes proyectos financiados por Conicyt, como el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), entre otros. Anteriormente, trabajó como profesional en el Instituto Nacional de Estadísticas, participando del diseño de encuestas y de la preparación conceptual del Censo de Población y Vivienda 2012. Se ha especializado en el análisis estadístico de datos socio-espaciales, y en temas como segregación residencial, desigualdades territoriales y gestión municipal.
"Entre las tradiciones históricas y una nueva cultura artística urbana: El desarrollo Local de Guápulo"
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Revista Planeo Nº22, La ciudad como escenario cultural, Junio 2015
[Por, Paola Ortiz y Alejandra Sandoval, Arquitectos, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
Guápulo constituye un barrio de importancia jerárquica para la ciudad de Quito en relación a su cultura e identidad. El patrimonio material e inmaterial se ha mantenido gracias a la existencia de una vida comunitaria y prácticas tradicionales que giran en torno a festividades religiosas. Los vínculos comunitarios de la población originaria han generado un sentido de pertenencia al territorio y a la comunidad, los cuales han trascendido a los cambios territoriales y sociales vividos en este barrio. Los nuevos habitantes y sus dinámicas culturales han convivido de manera armónica con las prácticas , generando un “capital simbólico” que podría propiciar un desarrollo local del cual se beneficiaría tanto la población endógena como exógena. Guápulo se ha transformado en un atractivo turístico relevante en la ciudad debido, principalmente, a sus características patrimoniales, asociadas a sus tradiciones ancestrales, sus edificaciones y su paisaje. El turismo, la gentrificación y las tendencias de la globalización enmarcadas en lógicas empresarialistas, amenazan la conservación del patrimonio inmaterial de Guápulo, siendo las políticas y la planificación territorial importantes para preservar este espacio rico en cultura e identidad.
Palabras clave: Comunidad / Cultura / Desarrollo Local
Abstract
Guápulo is a neighborhood of hierarchical importance for the city of Quito regarding to their culture and identity. The tangible and intangible heritage has been maintained thanks to the existence of a community life and traditional practices that are generated around religious holidays. Community links have generated a sense of belonging to the territory and to the community, which have transcended the territorial and social changes experienced in this area. The new population and their cultural dynamics have lived in harmony with traditional cultural forms, creating a «symbolic capital» that could lead to a local development, in which both, endogenous and exogenous population, will benefit. With these features, Guápulo has become an important tourist attraction in the city, mainly for its heritage features, associated with their ancestral traditions, its buildings and landscape. Tourism, gentrification and globalization trends, framed in the logic of the market, threat the preservation of the intangible heritage of Guápulo, because of that, policies and territorial planning are extremely important to preserve the richness of this area, his culture and identity.
Keywords: Community / Culture / Local Development
"Los habitantes, su ciudad y sus derechos"
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Revista Planeo Nº21, Urbanismo Radical, Marzo 2015
[Por, José Alejandro Barón Hernández, Maestría en Procesos y Expresión Grafica para la Proyectación Arquitectónica y Urbana (MPEGPAU), Centro Universitario de Artes, Arquitectura y Diseño (CUAAD), Universidad de Guadalajara (U. de G.)]
Resumen
Desde los orígenes de la humanidad su relación con el hábitat artificial y su entorno ha generado una dinámica de organización que va cambiando de lo instintivo a lo racional dejando a su paso una huella que determina una relación antagónica y dramática de supervivencia, en la cual el pacto social es clave para garantizar el acceso democrático a los derechos en una sociedad avanzada y garantizar las condiciones mínimas vitales para su existencia así como una conciencia reflexiva y responsable acerca de su entorno al igual que la forma en la que se relaciona con él. En el presente artículo se pretende marcar la relación directa de los derechos fundamentales, su origen cultural y su capacidad para relacionarse con múltiples culturas, además de su ejercicio, así como su repercusión en la ciudad y el territorio. En última instancia se plantea el resultado profundamente desigual de los antagonismos del desarrollo de las ciudades así como la urgente necesidad de asumir una postura para el cambio radical y reclamar los derechos a un entorno y una ciudad digna.
Palabras clave: derecho, ciudad, cultura
Abstract
From the origins of mankind its relationship with the artificial habitat and environment has created a dynamic organization that is changing the instinctive to the rational leaving behind a trail that determines an antagonistic relationship dramatic survival, in which the social pact is key to ensuring democratic access to rights in an advanced society and guarantee minimum living conditions for their existence as a thoughtful and responsible awareness of their environment as well as how it relates to him. In this article we try to make a direct relationship of fundamental rights, cultural background and ability to interact with multiple cultures, in addition to its period and its impact on the city and territory. Ultimately the profoundly unequal result of the antagonisms of the development of cities and the urgent need to take a stand for radical change and claim rights to an environment and a worthy city arises.
Keywords: right, city, culture
"Manejo de los residuos sólidos urbanos de la Zona Metropolitana del Valle de México; el caso del Distrito Federal"
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Los territorios de disposición final de basura son territorios en conflicto, la Ciudad de México se expone como ejemplo aquí para vislumbrar la toxicidad existente no solo en la ocupación del territorio sino en las dinámicas políticas provocadas por la negociación del espacio y la basura
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por, María Carolina Quintana Noriega. Arquitecta, Programa de Maestría en Urbanismo, Universidad Nacional Autónoma de México]
Resumen: Los territorios de disposición final de basura son territorios en conflicto, la Ciudad de México se expone como ejemplo aquí para vislumbrar la toxicidad existente no solo en la ocupación del territorio sino en las dinámicas políticas provocadas por la negociación del espacio y la basura.
Im1. Marcos Betanzos. «Desechos Humanos». 2012. Proyecto #Bordos100
La propia acción de definir una zona del territorio como sitio de disposición final de residuos sólidos urbanos, provoca el surgimiento de asentamientos irregulares, por la llegada de población que usualmente incluye a familias enteras, dedicadas al pepenado de basura y una presión inmobiliaria que empuja el crecimiento de la ciudad hacia él, como lo explica Roberto Camagni en su Principio de Interacción Espacial: “Toda actividad localizada sobre el espacio físico, […] desarrolla con el entorno que la rodea una compleja red de relaciones bidireccionales […]” (Camagni, 2005: 79)
Comúnmente, la urbanización de estas zonas, tras la llegada de los asentamientos irregulares, se da de manera desordenada, o en el mejor de los casos, con un enfoque de mercado netamente inmobiliario que deja a un lado los criterios de diseño socio-espaciales que pudieron estar previstos, para una interacción entre los habitantes, la comunidad y el entorno, en pro de mayores rendimientos del capital invertido.
En los procesos de urbanización de los terrenos al norte del Bordo de Xochiaca, se comienza a reconocer la presencia de los residuos sólidos urbanos como fuente de ingreso por medio del reciclaje y se vislumbra su posible utilización como fuente de energía, pero el proceso de transformación fue el mismo que en el caso de Santa Fe; el desplazamiento de la población para establecer proyectos inmobiliarios de mayor nivel socioeconómico en la búsqueda de la mejor utilidad financiera sobre cualquier aspecto social.
Es por ello que resulta de gran pertinencia definir las estrategias que pueden seguir los municipios en crecimiento, al momento de encontrarse con la necesidad de incorporar los terrenos de disposición final de los residuos urbanos a suelo urbano, con miras a la generación de lineamientos y criterios de desarrollo replicables en otros municipios, considerando no sólo los factores económicos, legales y de mercado tradicionaes, sino también los socio ambientales, energéticos y de financiamiento alterno, ante la presencia de estos materiales.
ANÁLISIS
Es común que las familias que llegan a asentarse de manera irregular en los terrenos para la disposición final de los residuos sólidos urbanos, pertenezcan a asociaciones sociales que la mayoría de las veces están ligadas a corrientes políticas y que, por lo tanto, suelen entrar en conflicto con grupos adversos a ellos dentro del mismo territorio, sin mencionar también a las empresas dedicadas a la recuperación de distintos materiales de desecho y a un sin número de intereses económicos y políticos propios del control de masas (La Crónica, 2006 – Berthier). Es por ello que surge la necesidad de analizar el funcionamiento administrativo del manejo de los residuos sólidos urbanos desde una perspectiva de operación urbana.
De 1980 a la fecha, se pueden numerar 11 diferentes sitios de disposición final de residuos sólidos urbanos dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México, de los cuales 4 siguen en activo hasta el día de hoy, siendo el más antiguo el del Bordo Poniente, actualmente en su cuarta etapa y con casi 30 años de operación; y el más nuevo la Planta de Recuperación y Aprovechamiento de Residuos Sólidos de San Juan de Aragón en 2011. (Excélsior, 2012 y El Universal, 2011).
Cabe destacar que a través del tiempo se han observado distintos formatos de centros para el manejo de los residuos sólidos urbanos, desde los formales, regulados y planeados rellenos sanitarios y plantas de selección, hasta los informales y clandestinos tiraderos a cielo abierto, siendo estos últimos el tipo dominante históricamente hasta los años noventa del siglo pasado.
Al día de hoy, la Zona Metropolitana del Valle de México produce 21,000 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, de las cuales 12,500 pertenecen al Distrito Federal y son recibidas por los rellenos sanitarios del Bordo Poniente y Santa Catarina, en el Estado de México y la planta de selección de San Juan de Aragón (Sheinbaum, 2008).
Esta peculiaridad coloca al Distrito federal en una posición de negociación con los gobiernos estatales y municipales vecinos, y a estos últimos con la responsabilidad no sólo de administrar los centros de disposición final, sino de la posterior coordinación territorial de estas zonas, una vez que han alcanzado su vida útil y del control del crecimiento de la mancha urbana hacia ellos y de sus respectivos asentamientos irregulares.
Fue por ello que en el marco de cooperación metropolitana, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, el 28 de abril del 2008, acordó la creación de la Comisión para la Gestión Integral de Residuos Sólidos de la Ciudad de México como órgano interinstitucional que sirviera de conciliador entre esta gran cantidad de intereses generados por la industria de los deshechos sólidos.
En su artículo Octavo, se prevé la facultad a la comisión para “Coordinarse con la Secretaría de Gobierno y las instancias federales, estatales y municipales […]” para proponer “[…] la adopción de estrategias y políticas metropolitanas enfocadas a atender de manera integral la generación, manejo, tratamiento, minimización, aprovechamiento y disposición final de residuos;”
CONCLUSIÓN
Perfectible en muchos aspectos, esta comisión representa un paso importante para la administración urbana en materia de residuos sólidos, toda vez que la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos de 2003 y la propia normatividad de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales mexicana, quedaron rebasadas por las particularidades que representa una metrópoli como la Ciudad de México.
La gestión intermunicipal sin embargo, sigue quedando en muchos casos a la deriva y a disposición de las voluntades de diferentes actores políticos que pueden frenar o buscar sacar partida de la negociación para la ubicación y la posterior administración de los sitios de disposición final de los residuos sólidos urbanos.
Es por ello que respetando la soberanía de los municipios que emana del artículo 115 constitucional, resulta fundamental para la planeación del desarrollo urbano, la revisión de los distintos instrumentos y en su caso, la adopción de modelos como el metropolitano de la Ciudad de México, para poder tener una eficiente administración y operación urbana en nuestros centros de población.
BIBLIOGRAFÍA
Camagni, Roberto (2005). Economía urbana. Antoni Bosch Ed. Barcelona, España.
Castillo Berthier, Héctor (1984). “Basurero; antropología de la miseria. Siete ‘historias de la vida’ de los trabajadores de la basura en la ciudad de México”. Edamex. México.
Castillo Berthier, Héctor (1990). “La Sociedad de la Basura: caciquismo urbano en la Ciudad de México”. Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.
“GDF abre planta de residuos sólidos en bosque de Aragón” (9 de febrero de 2012). México: Excélsior, Comunidad.
Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003, “Especificaciones de protección ambiental para la selección del sitio, diseño, construcción, operación, monitoreo, clausura y obras complementarias de un sitio de disposición final de residuos sólidos urbanos y de manejo especial.” Diario Oficial de la Federación. Miércoles 20 de octubre de 2004, México.
“Recolección de basura es una estructura caciquil: Héctor Castillo Berthier” (18 de diciembre de 2006). México: La Crónica, Ciudad.
“San Juan de Aragón recibirá basura del DF” (20 de diciembre de 2011), Sharenii Guzmán Roque. México: El Universal, Distrito Federal.
Sheinbaum Pardo, Claudia (2008). Problemática ambiental de la Ciudad de México. Limusa. Instituto de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México.
"Relaves: el costo que pagan las ciudades por el sueldo de Chile"
Ver"Relaves: el costo que pagan las ciudades por el sueldo de Chile"
En esta sección de prácticas, revisaremos una de las principales externalidades negativas de la actividad minera, los relaves, y las consecuencias de estos desechos sobre la calidad de vida urbana, especialmente en un país con alta prevalencia de desastres naturales
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: La actividad minera representa el 11% del Producto Interno Bruto en Chile (Sociedad Nacional de Minería, 2015) y en épocas del boom del cobre ha alcanzado incluso al 20%, motivo por el cual se le denomina “el sueldo de Chile”. La extracción anual en yacimientos de Cobre supera las cien millones de toneladas, de las cuales sólo entre un 1% y un 2% corresponden al elemento útil (Instituto de Innovación en Minería y Metalurgia, 2015) y el resto se convierte en material de descarte, que es depositado en tranques o embalses de relaves. La regulación ambiental de estos depósitos ha sido demasiado tardía, lo que ha traido un importante costo para las ciudades que concentran actividad extractiva, exponiendo la vida y salud de las personas que habitan en estos territorios, especialmente en el contexto de desastres como terremotos y aluviones. En esta sección de prácticas, revisaremos una de las principales externalidades negativas de la actividad minera, los relaves, y las consecuencias de estos desechos sobre la calidad de vida urbana, especialmente en un país con alta prevalencia de desastres naturales.
Palabras clave: Relaves, riesgo, desastres
El 28 de marzo de 1965 un terremoto con epicentro en la localidad de Llay-llay asoló la zona central de Chile, haciendo colapsar el tranque de relave “El Soldado”, el que originó una avalancha de 1,9 millones de metros cúbicos, sepultando el poblado minero de “El Cobre” y causando la muerte de alrededor de 200 personas (Cámara de diputados de Chile, 2011). En la localidad no hubo más de 10 sobrevivientes; el relave no contaba con las mínimas normas de seguridad, sólo unos sacos de arena lo estabilizaban.
Producto del mismo terremoto otros tranques de relave cedieron, derramando cada uno entre 21.000 m3 y 500.000 m3 de material, pero sin afectar la vida de la población. (Cámara de diputados de Chile, 2011). Ya en el año 1928 se había producido la muerte de 55 personas por el derrumbe del tranque Barahona en el terremoto de la ciudad de Talca. (Colectivo Relaves, 2015). Y se volvería a repetir este mismo escenario en el terremoto del año 2010 en la localidad de Pencahue, donde murieron 4 personas por el colapso de la mina “Las Palmas”.
En el mes de marzo del presente año, un aluvión afectó a la región de Atacama, generando alarma en la población que temía que el lodo que arrastró el agua pudiera contener material de relaves afectando la salud de las personas. Post-desastre se realizaron 3 análisis independientes de tomas de muestras de agua potable, aguas residuales y sólidos contenidos en el aluvión, mostrando todos resultados de contaminación por metales pesados como arsénico, plomo y manganeso (Colectivo Relaves, 2015).
Im1. Tragedia Relave “El Soldado” / Fuente: Video Tragedia del Relave, 1965, El Melón. https://www.youtube.com/watch?v=B69JLgQRnO4
Las externalidades del sueldo de Chile
En Chile se extraen más de cien millones de toneladas de material en los yacimientos de Cobre, de los cuales sólo entre un 1% y un 2% corresponden al elemento útil y el resto se convierte en material de descarte (Instituto de Innovación en Minería y Metalurgia, 2015), que es depositado en tranques o embalses de relaves.
De acuerdo al SERNAGEOMIN en Chile hay 603 relaves, de los cuales 158 se encuentran activos, 359 no activos (es decir que faena que los dio origen ya se encuentra cerrada), 95 abandonados y 39 sin información. (SERNAGEOMIN, 2015). Estos depósitos generan contaminación atmosférica por la erosión del viento y conllevan riesgos asociados a la potencial desestabilización física o derrumbe por colapso y desestabilización química y su consecuente contaminación de las aguas y en general del ecosistema, dados los minerales sulfurados que contiene. Además los relaves tienen un impacto paisajístico negativo. (Cámara de diputados de Chile, 2011).
La característica de nuestro país de ser un territorio altamente sísmico y el aumento de los desastres climáticos producto del calentamiento global -que han duplicado su representación alcanzando el 70% del total de desastres del mundo (Naciones Unidas, 2015)-, aumentan los factores de riesgo de los relaves, especialmente aquellos que se encuentran cercanos o inmersos en las ciudades.
Im2. Relave en ciudad de Andacollo / Fuente: http://diarioeldia.cl/articulo/parte-andacollo-plan-erradicar-region-relaves-mineros-peligrosos
Pese a estos antecedentes, hasta el año 1994 no existía ninguna regulación al respecto y sólo a partir de la aprobación de la Ley General de Bases del Medioambiente, los proyectos de yacimientos comenzaron a ser sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, debiendo realizar un compromiso de mitigación de sus impactos.
Posteriormente, en el año 2012, se establece un cuerpo legal que regula el cierre de instalaciones mineras a través de la Ley de Cierre de Faenas, donde además se entregan garantías al Estado como la creación de un fondo que permita asegurar el efectivo cumplimiento de los planes. Sin embargo, esta ley no es retroactiva y ya en el año 2007 SERNAGEOMIN había identificado 42 depósitos que implicaban riesgo inminente para la vida y la salud de las personas, sin que haya quién se haga responsable de éstos.
Por este motivo en el año 2012 el ministerio de Medioambiente desarrolló el Plan de remediación de relaves de Andacollo -la ciudad que concentra la mayor cantidad de estos depósitos- a través una iniciativa público privada, que ha involucrado al municipio y las dos principales empresas mineras del sector: Teck y Dayton. El plan consistió en la extracción de los tres relaves priorizados por constituir mayor riesgo a la población, su fitoestabilización a través de la plantación de especies nativas y la construcción de equipamiento comunitario.
Im3-4. Antes y después de la extracción de relave en Andacollo / Fuente: www.consejominero.cl
Sin embargo, dada la magnitud del problema y su extensión a nivel nacional, cabe preguntarse si una iniciativa ambiental voluntaria es la mejor alternativa para enfrentar el problema de los relaves inactivos o abandonados, o bien si es necesario explorar otros cursos de acción. Esto requiere de un reforzamiento del compromiso político para dar solución al problema de los relaves, definiendo acciones a corto y largo plazo a diversas escalas y medidas de contingencia para reducir la vulnerabilidad de la población, especialmente considerando las situaciones de desastre. A su vez reforzar la capacidad de la institucionalidad creada, ampliando las atribuciones de instituciones como el SERNAGEOMIN y fortaleciendo a los actores locales y regionales, tanto públicos como de la sociedad civil, que permitan dar gobernabilidad a estos procesos.
Bibliografía
Cámara de diputados de Chile. (2011). Informe de la Comisión Investigadora sobre la situación en que se encuentran los depósitos de relaves mineros existentes en el país.
Colectivo Relaves. (23 de 09 de 2015). relaves.org. Obtenido de http://www.relaves.org/caso-el-soldado/
Diario el Dia. (29 de 03 de 2014). 70 años, 70 Historias: Terremoto sacude zona central y daños se extienden a Salamanca. págs. http://diarioeldia.cl/articulo/pais/terremoto-sacude-zona-central-danos-se-extienden-salamanca.
https://www.youtube.com/watch?v=B69JLgQRnO4 (Dirección). (s.f.). Tragedia del relave 1965, El Melón [Película].
Instituto de Innovación en Minería y Metalurgia. (23 de septiembre de 2015). http://graficas.explora.cl/otros/metro/etapa2/cobre-im2.html. Obtenido de http://graficas.explora.cl/otros/metro/etapa2/cobre-im2.html
Naciones Unidas. (24 de 09 de 2015). Obtenido de http://www.un.org/es/humanitarian/overview/disaster.shtml
SERNAGEOMIN. (2015). Catastro de depósitos de Relaves.
Sociedad Nacional de Minería. (24 de septiembre de 2015). Obtenido de http://www.sonami.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=221&Itemid=109
"Urbanización + enfermedades mentales = Toxicidad citadina"
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Estudios han demostrado que vivir en grandes zonas urbanas, aumenta en un 39% el riesgo de sufrir enfermedades mentales, ¿cómo participa el diseño y la planeación urbana en la intensificación de este tipo de enfermedades?
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por, Ayesha Salas Tobón. Arquitecta, Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Estudios han demostrado que vivir en grandes zonas urbanas, aumenta en un 39% el riesgo de sufrir enfermedades mentales, ¿cómo participa el diseño y la planeación urbana en la intensificación de este tipo de enfermedades?
Im1. Fuente: Yáñez, 2012
Cada vez somos un mundo más urbanizado, las cifras demuestran el acelerado crecimiento en América Latina, por ejemplo, en 1950 el 40% de la población era urbana, ahora es del 79% y para el 2050 será del 90% (Onu-Habitat, 2012), si en la actualidad son terribles las problemáticas que tienen, ni pensar en las que vendrán y más con los impactos que trae el cambio climático a los centros urbanos. La urbanización ha estado impulsada por la globalización socio-económica, lo cual también ha hecho que las ciudades (sobre todo en desarrollo) se vayan volviendo homogéneas en cierto sentido, sean por el tipo de problemas que las aquejan como pobreza, inseguridad, contaminación de aire, agua, acústica o suelo, tráfico, ciudadanía con poca pertenencia, entre otros. Éstas problemáticas hacen enfermar a la sociedad, fuera de las enfermedades respiratorias, las infecciosas y demás, son preocupantes las enfermedades mentales que se están generando. Estudios han demostrado que vivir en grandes zonas urbanas, aumenta en un 39% el riesgo de sufrirlas, como consecuencias están el aumento de licencias por dolencias siquiátricas, altos índices de estrés, depresión, ansiedad, bipolaridad, insomnio, entre otros (Yáñez, 2012). Por ejemplo, en Chile en el 2014, el 48% del total de las licencias médicas en trabajadores chilenos eran por algún tipo de enfermedad mental, las cuales están creciendo en un 7% anual desde el 2011, según la Asociación Chilena de Seguridad (AChS).
Lo anterior es una combinación de factores, como los laborales (extensas jornadas, metas de productividad), económicos, familiares y del entorno, en éste último hago énfasis, porque no es nada alentador para cierto grupo social que se localiza en la periferia o hacen parte de la clase social media y baja, viviendo en sectores donde la inseguridad es alta, tienen largas las jornadas de desplazamiento (más movilidad colapsada), son personas con poca relación interpersonal, están en barrios con baja infraestructura urbana (calidad y cantidad), o tienen pocas horas de sueño, entre otros. Un simple ejemplo, cuántas personas salen de sus hogares y ni ha salido el sol, están en sus trabajos, almuerzan dentro de ellos y regresan cuando el sol se están ocultando, llegan a sus hogares y sus hijos están a punto de acostarse, si es que ya no están dormidos, o sus familiares están igualmente de agotados a ellos de su jornada diaria y no tienen tiempo para compartir en familia. No crean que las distintas enfermedades mentales llegan por un solo factor, o simplemente porque las personas son muy sensibles a los problemas, sino porque las características de su territorio no le ayudan con sus deseos y necesidades. Esta es una realidad, que por fortuna no pasa en las ciudades pequeñas y que ojalá no se pierda en la medida que vayan creciendo.
En el poco tiempo libre diario, o fines de semana, la mayoría de las personas no pueden disfrutar de un espacio público inclusivo, agradable, seguro, funcional y asequible, terminando en la mayoría de casos, reemplazando las calles por los centros comerciales, identificados como elementos de la vida urbana. Por otro lado, existe un espacio público que hace parte de un mal urbanismo y otro sector al denominado “defensive architecture”, inicialmente una arquitectura que va en contra de las personas que viven en la calle, pero que al final va para todos, al no ser inclusiva, que no acoge al transeúnte y no lo invite a disfrutar del territorio, convirtiendo los espacios en poco útiles, hostiles y fríos (Figura 2), por ejemplo, mobiliarios incómodos, plazas y senderos demasiado soleados, fuentes sin agua, haciendo parte de un diseño poco creativo y funcional para la ciudadanía. Donde lo normal es observar rejas de todo tipo, muros y hasta cercas eléctricas en los cerramientos de los predios citadinos.
Im1. Fuente: Fotografías (a) y (b) en el centro de Londres. (c) Entrada edificio Bristol en Reino Unido. (d) Puente en Guangzhou, China / Fuente: A) Y (B) LINDA NYLIND. (C) NILS NORMAN, ARCHIVO DE URBANOMICS. (D) IMAGINECHINA/REX.
Acaso tan caos en las grandes ciudades, ¿hace parte de ser desarrollado o ir creciendo hacia el desarrollo?, o simplemente ¿son los errores que se deben pagar por no haber sido planificadas y proyectadas con una visión a largo plazo? Sea lo que sea, los asentamientos humanos y las ciudades a lo largo de la historia han evolucionado, así como lo ha hecho la humanidad, pero en algunas áreas parece lo contrario. Según Robert Park, el hombre rehace su entorno de acuerdo a sus deseos (Harvey, 2012), pero no creo que las caóticas ciudades que tenemos es lo que queremos, donde lo colectivo, lo tradicional y el bien común, ha sido transformado por la globalización que impone hábitos de consumo a cambio de pérdida de tradición. Pero también hay una esperanza, Park dice que la ciudad que queremos no puede separarse de la visión del tipo de persona que seremos, por tal razón con una mejor planificación urbana, las futuras generaciones pueden beneficiarse, de lo contrario, no sabremos qué les esperará a éstas.
Según Lefebvre (1978), la ciudad es un espacio determinado por el tiempo, pues depende de una historia y evolución de la misma (o retroceso de otras) “y no solamente una proyección de una estructura social, de una sociedad global en mero espacio” (p.142). Hay distintas tipologías de las ciudades, de acuerdo a sus características y actividades, habiendo unas más desarrolladas que otras, pero que en muchas se ha ido perdiendo la calle como elemento emisor de información, donde en la actualidad ha pasado a ser el protagonista principal el automóvil.
Por último, les dejo algunas inquietudes como ¿dónde ha quedado el derecho de la ciudad actual?, ¿cómo transformar la vida cotidiana (vida urbana) logrando la felicidad y bienestar de la sociedad, satisfaciendo deseos y necesidades, sin destruir sus tradiciones y medio ambiente?, ¿quiénes tienen derecho a reinventar la ciudad y cómo hacerlo?. Y finalizo con una frase de Lefebvre, “incluso si la vieja ciudad ha muerto, ¡larga vida a la ciudad!” (Harvey, 2012, p.14).
Bibliografía:
Harvey D. (2012). Ciudades rebeldes: Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Madrid, España: Akal, 19-49.
Lefebvre, H. (1978). De lo rural a lo urbano. Antología preparada por Mario Gaviria; ediciones Península.
Mella, B. (2013). El Mall, ¿nuevo espacio urbano?. Extraído el 15 de septiembre de 2015 desde http://www.plataformaurbana.cl/archive/2013/03/25/el-mall-%C2%BFnuevo-espacio-urbano/
ONU-HABITAT (2012). Población y urbanización. En Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe 2012. Rumbo a una nueva transición urbana. 17-37.
Yánez, C. (Ed). (2012). Vivir en grandes ciudades aumenta en 39% el riesgo de enfermedades mentales. La Tercera, Octubre 11, 39.
"¿Conflictos socioambientales desapercibidos? La falta de percepción de un territorio tóxico"
Ver"¿Conflictos socioambientales desapercibidos? La falta de percepción de un territorio tóxico"
Existen territorios en los cuales coexiste un sacrificio ambiental y noción de un territorio tóxico, además de una comunidad e institución pasiva; la falta de percepción de conflictos socioambientales en Santiago y Ancud.
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Felipe Aníbal Gutiérrez Antinopai. Constructor Civil, Universidad Técnica Federico Santa María. Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen: Existen territorios en los cuales coexiste un sacrificio ambiental y noción de un territorio tóxico, además de una comunidad e institución pasiva; la falta de percepción de conflictos socioambientales en Santiago y Ancud.
Im1. Izq. Contaminación en Santiago de Chile_ Der. Conflicto de Agua en la Isla de Chiloé
Fuente: Reporteros Canal 13
En Chile, existen varias comunas que presentan conflictos socioambientales: Petorca, Los Vilos, Coyhaique, Santiago, Ancud y la lista sigue. Pero no todas tienen un conflicto explícito. Justamente, existen territorios en los cuales coexiste un sacrificio ambiental y noción de un territorio tóxico, además de una comunidad e institución pasiva. Uno de los casos ejemplificadores es Puchuncaví [1], cuyos habitantes e institución en conjunto con los de las comunas colindantes como Quintero y Ventanas, han preferido refugiarse en su cotidianeidad antes de generar una fuerza política que revierta la matriz energética de carácter térmico que se instaura desde hace más de medio siglo. En palabras de Sabatini (1994:16): “La razón es simple: no existe conciencia pública ni se genera fuerza política para resolverlos. Lo usual es que se prefiera y que se trabaje para que los problemas ambientales no den lugar a disputas explícitas”.
Al parecer, la rutina que se inserta en el territorio relativo a las actividades económicas, no deja espacio para percibir los efectos de un territorio tóxico. Pero ¿Siempre es así?
Sabiendo que es una pregunta bastante abierta y de gran discusión, se estima contribuir al análisis con dos simples casos: Ancud y Santiago. La primera, afectada por sequía y la segunda por contaminación ambiental. En ambos casos la institución ha tenido un rol permanente e inmóvil. Precisamente, la noción de parche bien le cae: en Ancud, distribución de agua en camiones aljibes, mejoramiento en los tratamientos de agua, aumento de tecnología en la captación; y en Santiago, restricción vehicular y constante mejoramiento en los instrumentos de medición. Los dos casos presentan conflictos ambientales y una comunidad e institución conforme a sus rutinas. Ninguna ha mejorado en su estado, pese a los años transcurridos. En otras palabras, no se ha contribuido a mejorar el nivel normativo que dé cuenta del desarrollo que se quiere adoptar.
El desequilibrio entre la rutina y la noción de ecología de la Institución y Ciudadanía
Desde la década del dos mil, en Ancud, existe una sequía desencadenada por diferentes motivos económicos, entre los que se destaca la inversión. Efectivamente, la deforestación en Ancud y la isla grande de Chiloé que se ha promocionado bajo el subsidio estatal propio del Decreto Ley 70, se acentúa con la forestación de Eucaliptus. Otros proyectos de inversión que potencian aún más la situación, son los parques eólicosJorge Valenzuela, director de la ONG Centros de Estudios y Conservación de Patrimonio Natural (CECPAN), explica “Hoy en día (2014) el parque eólico San Pedro, dinamitó toda la cordillera, donde el agua empezó a correr por todos lados, porque se rompió la turbera y hay cinco otros proyectos que se quieren instalar justos en los otro parches de turberas[2] que tienen Chiloé” (Muñoz, 2014).
El escenario pareciera agudizarse si tomamos a algunos ciudadanos que usufructúan directamente. Imágenes lamentables circulan en internet en un reportaje de televisión abierta[3], que si bien no ofrecen un panorama completo de la situación, demuestra el desinterés o incluso olvido hacia las funciones naturales, en este caso, ecosistemas endógenos que cuentan con beneficios palpables, como regulación de ciclo hidrológico y reservorios naturales de especies para aves, mamíferos y microorganismos vivos.
Por otra parte, Santiago en su expansión urbana, aumenta su taza de motorización particular, generando diferentes problemas desde congestión vehicular (aumento en los tiempos de traslado) y contaminación. En efecto, a fines del mes de Agosto del presente año sumaron 14 preemergencia y 37 alertas sanitarias, siendo el año más contaminado desde el año 2003 con material particulado fino (MP 2,5) (Valencia, 2015). Lamentablemente, para el futuro se prevé un aumento en el parque automotriz aproximadamente en un 100%, llegando cerca de 2,7 millones el año 2025 (Pino, 2014). Por lo que una eventual condición de ciudad tóxica se plantea tácitamente, más no explícitamente.
En la gran capital acontece lo que se podría explicar como un modelo de desarrollo explicado por la teoría de modernización de Rostow (1961) que enfatiza en un camino lineal, y en suma, una homogenización, dónde diferentes países atraviesan una sucesión de etapas, casi homogéneas, de desarrollo hasta converger en patrones culturales e institucionales que serían perfectamente homologables: llegando a la era del consumo que se traduce en el acceso por parte de la población a cualquier bien (Aguado, Echebarria, & Barutia, 2009). Igualmente, los patrones de consumo se diversifican a medida que el poder adquisitivo aumenta (Figueras & Morero, 2013), lo que da luces a que el parque automotriz es más bien un sentido de emulación en el modo de vivir por sobre la integridad y la convivencia con el territorio y sus habitantes. El automóvil pareciera haberse transformado en una necesidad ineludible, en contraste con lo que sucede con el transporte público y por la implementación del mismo que ha traído una serie de etapas inconformes según las demandas de la ciudadanía hasta el día de hoy.
Algunas reflexiones en torno a la percepción de un territorio tóxico
“Los impactos ambientales no se expresan en problemas o conflictos abiertos, de carácter público” (Sabatini, 1994:16). Tenemos dos casos y una misma respuesta: la pasividad en diferentes grupos etarios y diferentes estratos socioeconómicos, incluso culturalmente disímiles. Ancud, Santiago y el primer caso esbozado, Puchuncaví, navegan en un tránsito donde la rutina entre institución y ciudadanía continúa. En ellas, la retroalimentación pareciera abstenerse de fluir y alimentarse, independiente de la educación con que cuentan sus habitantes.
La pregunta entonces es ¿Cómo contar con un ecologismo que motive a visibilizar un territorio tóxico? Por ningún motivo sería pensar en que la ecología o conciencia ecológica fuese “una nueva moda de lujo y de tiempo de ocio” (Martínez Alier, 1994:13). Así, un estado tóxico se entendería sólo en circunstancias de movilizaciones específicas. Y obviamente, no es lo que se desearía. Cambiar los patrones de consumo en diferentes escalas sería de gran ayuda; así como también volcar la matriz productiva y económica en torno a patrimonios naturales, tales como los que se encuentran en la misma isla de Chiloé: Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial, SIPAM de la FAO. El turismo sustentable y las energías renovables no convencionales a escala domiciliaria pueden ser de buena ayuda.
Pero para que estamos con cosas: todo quedaría en nada mientras la economía hegemonizante siga siendo la protagonista más que una ecología; mientras los economistas no entiendan que lo “ecológico” tiene la misa raíz etimológica que “economía”. Y por otra parte que los “ecologistas” no emulemos eslóganes convenciéndonos que existe sólo una forma de protestas, sin cambiar nuestros hábitos que incentivan a la contaminación o al deterioro del medio ambiente.
Después de todo el dinero seguirá sin discriminar entre salud, bienestar y territorio tóxico. Mientras que los más perjudicados a un territorio tóxico seguirán siendo los más vulnerables, siempre.
Notas:
[1] Ver Conflictos Ambientales, entre la Globalización y Sociedad Civil: Participación y conflictos ambientales: las chimeneas y los bailes «chinos» de Puchuncavi de Francisco Sabatini y Francisco Mena, 1997.
[2] Ecosistemas únicos de la isla donde reside el musgo llamado pompón, su principal componente.
[3] Ver Macarena Cano, 2015.
Bibliografía
Aguado, I., Echebarria, C., & Barutia, J. (2009). El desarrollo sostenible a lo largo de la historia del pensamiento económico. Revista de Economía Mundial(21), 87-110.
Cano, M. (28 de Enero de 2015). Reporteros: la preocupante sequía en la Isla grande de Chiloé. Recuperado el 05 de Septiembre de 2015, de http://www.t13.cl/videos/t13-central/nacional/reporteros-la-preocupante-sequia-en-la-isla-grande-de-chiloe
Figueras, A. J., & Morero, H. A. (2013). La Teoría del Consumo y de los Ciclos en Thorstein Veblen. Revista de Economía Institucional, XV(28), 159-182.
Muñoz, J. (Septiembre de 2014). Parques eólicos acrecentarían la grave crisis hídrica en la isla de Chiloé. Recuperado el 10 de Septiembre de 2015, de http://radio.uchile.cl/2014/09/07/parques-eolicos-acrecentarian-la-crisis-hidrica-de-la-isla-chiloe
Pino, P. (Junio de 2014). En 10 años habrá el doble de autos en Santiago: Gobierno crea «comité pro movilidad» para salir de los tacos. Santiago. Recuperado el 05 de Septiembre de 2015, de http://www.lasegunda.com/Noticias/Impreso/2014/06/939367/en-10-anos-habra-el-doble-de-autos-en-santiago-gobierno-crea-comite-pro-movilidad-para-salir-de-los-tacos
Romero, H. (28 de Agosto de 2015). Ecología política urbana de la contaminación atmosférica de Santiago. Ecología Urbana. Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política. Universidad Católica de Chile. San Joaquín, Santiago. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=PM85N-lzmOA
Rostow, W. (1961). Las Etapas del Crecimiento Económico. México: Fondo de Cultura Económica.
Sabatini, F. (Diciembre de 1994). Espiral Histórico de Conflictos Medio Ambientales: El Caso de Chile. Ambiente y Desarrollo.
Valencia, M. (20 de Agosto de 2015). Con 53 episodios críticos, el invierno 2015 cierra como el más contaminado en 11 años en Santiago. El Mercurio, pág. Nacional C. Recuperado el 10 de Septiembre de 2015, de http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-08-20&dtB=20-08-2015%200:00:00&PaginaId=1&bodyid=3
"Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada"
Ver"Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada"
El documental analiza el concepto de la obsolescencia programada, desde una perspectiva histórico-crítica a través de variables sociales y económicas.
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por María Carolina Quintana Noriega. Arquitecta y Estudiante Maestría en Urbanismo, UNAM (México)]
Título: “Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada”
Enlace del documental: http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-comprar-tirar-comprar/1382261/
Por: Cosima Dannoritzer
Año: 2010
Resumen: El documental «Comprar, Tirar, Comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada», recorre el inicio del concepto y de la propia práctica de esta actividad que moldeó el modo de producción y consumo de la humanidad, transformando a la sociedad en la conocemos hoy en día. El estudio revisa las implicaciones que esta forma de vida ha tenido en la economía tanto individual como mundial y plantea una alternativa a no seguirla, no sin antes mostrarnos terribles consecuencias de esta práctica, como la producción continua e ininterrumpida de residuos sólidos que llegan a parar incluso afuera de las fronteras de los países generadores.
Palabras clave:
Obsolescencia programada, economía, residuos
Im1. “Cartel de la película”. Fuente: Departamento de Educación y Acción Cultural del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León.
Para la directora del documental, la alemana Cosima Dannoritzer, la obsolescencia programada, como ironía a su propio concepto, está destinada a caducar. Pero en el camino, ha moldeado por completo a la sociedad occidental al grado de transformarla en la sociedad de consumo que vivimos y conocemos hoy.
Su inquietud por el tema surgió desde lo que ella misma llama un mito urbano (Navarro, 2011) sobre una de tantas teorías de la conspiración. Para comprobarla, la realizadora se dio a la tarea de realizar entrevistas y recuperar grabaciones de personajes tan importantes como el diseñador industrial Brooks Stevens o el inventor Thomas Alva Edison, además de recopilar documentación sobre el cartel Phoebus, el iniciador del concepto de obsolescencia programada.
El tema que da inició a la investigación es la duración de la bombilla de luz incandescente, que con el progreso científico lograba durar cada vez más horas hasta llegar a durar incluso 100 años, como el caso de la bombilla de la Shelby Electric Company de Ohio, instalada en un cuartel de bomberos del estado de California.
Las compañías Osram, Philips y General Electric, productoras de bombillas, vieron este progreso como una amenaza para su crecimiento económico, por lo que acordaron limitar la vida útil de sus productos. A este producto le siguieron muchos otros que no sólo estaban programados para fallar después de determinado tiempo de uso, como las medias de nylon (también mencionadas dentro del documental), sino que según lo explica el Stevens, diseñamos productos que pasarán de moda intencionalmente:
«Our whole economy is based on planned obsolescence… we make good products, we induce people to buy them, and then the next year we deliberately introduce something that will make these products old-fashioned, out of date, obsolete.»
El problema de este ciclo en el que se ha caído, radica no sólo en la manipulación de masas de las grandes empresas como postulado anti-capitalista ni mucho menos, sino en que está basado en dos postulados completamente equivocados. El territorio con el que contamos no cuenta con recursos ilimitados para la producción ni con espacios ilimitados para su disposición final, y sin embargo nos encontramos en un vórtice de crecimiento ilimitado cuya única consecuencia lógica es la producción de desperdicios ilimitados.
El documental muestra una más de las tragedias que viven los países en vías de desarrollo, en este caso Ghana, pero cuya realidad no se aleja demasiado de las condiciones de cualquier nación latinoamericana. El vertedero de Agbogbloshie (Im2) en la provincia ghanesa de Accra se ha convertido en el sitio clandestino de disposición final de productos electrónicos inservibles de Europa.
Im2 : “Andrew McConnell (serie fotográfica ‘Vertedero de basura 2.0′) ganador del Premio de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, España.” / Fuente: Environmental Investigation Agency (https://eia-international.org/wp-content/uploads/panos-image1.jpg)
Las condiciones medio ambientales son deplorables pero las condiciones sociales lo son aún peor. Sin embargo, la sociedad ghanesa, forzada a adaptarse a estas condiciones, nos muestra que puede surgir una economía del desperdicio mediante la recuperación, la reparación y la reutilización de los residuos; podríamos llamarla una ‘economía residual’.
Es justo esta batalla de la sociedad civil la que la alemana Dannoritzer postula en su documental. No es una pelea frontal con uso de violencia contra las grandes corporaciones, sino una serie de acciones individuales que una vez tomando conciencia de esta alternativa económica, buscan soluciones propias. En un fin último y como lo imagina la directora, serán éstas la caducidad de la obsolescencia programada y un modelo que podría nuevamente transformar las estructuras sociales que dan forma a nuestras ciudades.
El documental se puede ver en línea directamente en el sitio de Corporación Radiotelevisión Española en castellano o en otros idiomas en el blog Freedom Light Bulb.
Referencias
Navarro, Inés. (2011). “Cosima Dannoritzer – Comprar, tirar, comprar.” Barcelona: Observatori 2.0 Comunicación Científica-UPF. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=jpSTx-ZFR34 revisado el 21 de septiembre de 2010.
"Un problema de convivencia: Laudato si_ sobre el cuidado de la casa común"
Ver"Un problema de convivencia: Laudato si_ sobre el cuidado de la casa común"
Ésta carta encíclica busca aportar una mirada que nos invita a reflexionar cómo es que llegamos a padecer de esta grave crisis socio-ambiental, y a partir de allí se nos invita a enfrentar este desafío desde nuestra posición como ciudadanos
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Martín Montes. Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo PUC. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Laudato si´. Sobre el cuidado de la casa común.”
Autor: S.S. Francisco
Edición: Ediciones UC. Santiago, 2015; 191 páginas
Enlace para descarga: http://www.uc.cl/enciclica-laudato-si/la-enciclica
Resumen: Las evidentes crisis sociales, políticas, ambientales y económicas que se han ido confirmando en el tiempo parecieran ser algo de lo cual ya todos nos hemos dado cuenta, y no podemos seguir haciéndonos los sordos. Tenemos claros los síntomas, sin embargo poco sabemos del origen de la enfermedad, y menos aún de cómo curarnos. Ésta carta encíclica busca aportar una mirada que nos invita a reflexionar cómo es que llegamos a padecer de esta grave crisis socio-ambiental, y a partir de allí se nos invita a enfrentar este desafío desde nuestra posición como ciudadanos.
Palabras clave:
Cambio climático, pobreza, responsabilidad ciudadana
Im1. “Sobre el cuidado de la casa común / Fuente: http://www.rccsp.org.br
Al igual como ha ocurrido con la sociedad civil, pareciera ser que nuestro planeta se ha puesto a protestar respecto al trato que le estamos dando, manifestando así su descontento a través de diversas catástrofes naturales. En este sentido, particularmente Chile -como uno de sus manifestantes más empoderados- se ha expresado con fuerza a través de terremotos, aluviones, erupciones, sequías y temporales recordándonos lo vulnerable que somos y exigiéndonos tener mayor consideración de la naturaleza.
Laudato si´ (en latín: Alabado seas) es la segunda carta encíclica que escribe el Papa Francisco. Esta se refiere al cuidado de la casa común poniendo en evidencia la relación indisociable que existe entre medio ambiente y humanidad, o más aún entre los problemas medioambientales y la pobreza. Si bien la Iglesia ya se había pronunciado sobre estos temas con anterioridad (p.e. Juan Pablo II y la ecología humana), es un hecho inédito que la carta no se dirija sólo a cristianos, sino más bien “a cada persona que habita este planeta” (3).
Im2. Los terremotos en Chile dan cuenta de lo vulnerable que somos.
Fuente: http://www.boston.com/bigpicture/2010/02/earthquake_in_chile.html
VER
En la primera parte de la encíclica el Papa se enfoca en dar cuenta de la dramática situación actual a través de una mirada integral. Él señala que en cada una de las catástrofes que han acontecido se evidencia que el problema no sólo es ambiental, sino que también tiene dimensiones sociales, económicas, distributivas y políticas, dando cuenta que el desafío que se nos presenta es sumamente complejo. Bajo su perspectiva “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental” (25) que se relaciona con la cultura del descarte, con el paradigma del tener y no del ser, con el hecho de creernos propietarios y dominadores de una casa común que es de todos pero que ha sido administrada de manera injusta y poco sustentable.
JUZGAR
Luego el Papa cuestiona el actual modelo social en el que estamos insertos. La confianza irracional que hemos depositado en la técnica y en una economía unidimensional que sólo busca la rentabilidad financiera ha generado un crecimiento económico que no ha estado acompañado de un verdadero progreso integral y una mejora de la calidad de vida. Un ejemplo claro de ello son las ciudades mineras chilenas que tuvieron un acelerado desarrollo extractivo, y luego de haber explotado sus recursos, actualmente están muy deterioradas. Según el Papa, el motor que está detrás de este comportamiento suicida es el “criterio utilitarista de eficiencia y productividad para el beneficio individual” (159) en donde “todo se vuelve irrelevante si no sirve a los propios intereses inmediatos” (122). Estos criterios nos han enceguecido, llevándonos a ignorar todo contexto y a su vez todos los efectos que estamos generando sobre la sociedad y el medio ambiente. Esta actitud individualista del sálvese-quien-pueda ha instaurado la ley del más fuerte, propiciando así “inmensas desigualdades, injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los recursos pasan a ser del primero que llega o del que tiene más poder: el ganador se lleva todo” (82). Vale la pena recordar la situación que se generó luego del terremoto en Chile del año 2010, donde los saqueos y la violencia demostraron nuestra animalidad y nuestra poca capacidad de actuar solidaria y comunitariamente. Con ésa misma actitud nos estamos relacionando día a día en un mundo donde los recursos se vuelven cada vez más escasos. “La obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y destrucción recíproca” (204).
ACTUAR
Si bien las situaciones de catástrofe han demostrado nuestra animalidad, también en ellas se ha expresado -como nunca- una increíble actitud de solidaridad y gratuidad que nos recuerdan de lo que somos capaces. De esta manera, el Papa cierra su carta señalando que nos encontramos ante una situación que nos exige volver a aprender a vivir en comunidad, ya que detrás de los múltiples problemas sociales y ambientales nos encontramos ante un grave problema de convivencia. La desconfianza generalizada ha debilitado el sentido de lo colectivo, cada vez nos cuesta más involucrarnos en causas comunes que vallan más allá del beneficio individual o familiar. Si ampliamos nuestras fronteras de responsabilidad, los espacios serán mejor mantenidos y utilizaremos más los lugares de encuentro, reviviendo así lo público y aumentando la conciencia por el otro. Según el Papa es fundamental “volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo.” (229) Distintas organizaciones sociales ya se han empeñado en fortalecer la organización comunitaria de diversos barrios vulnerables teniendo resultados sumamente positivos. Para avanzar en esta línea, en primer lugar, es necesario reconocer que todos generamos pequeños daños ecológicos que contribuyen a la destrucción de nuestro entorno. Sólo así, en vez de juzgarnos y culparnos, nos organizaremos para tomar medidas al respecto y podrá surgir un nuevo tejido social local que nos permitirá “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral” (13).
El mensaje que nos deja Francisco no es pasivo, sino que busca generar cuestionamientos y repercusiones concretas. Nos hace ver que para generar los grandes cambios que se requieren, en primer lugar, debemos instaurar una “nueva solidaridad universal” (14), una ética ciudadana que se exprese a través de gestos cotidianos a nivel personal y comunitario, estableciendo así una cultura nueva que “supere el individualismo y que permita desarrollar un estilo de vida alternativo que haga posible un cambio importante en la sociedad” (208). De este modo, no sólo el Estado y el mercado tienen enormes responsabilidades ante los actuales problemas sociales y ambientales, sino que también la sociedad civil y cada uno de nosotros como ciudadanos.
Im3. : El trabajo comunitario como ciudadanos / Fuente: https://magisterterritorioypaisaje.files.wordpress.com/2015/07/11426420_1116237678418234_5452633746949578730_o.jpg
"Planeta de ciudades miseria"
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Mike Davis en Planeta de ciudades miseria hace una radiografía sobre la pobreza mundial en relación con los asentamientos informales en ciudades.
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Rosalba González Loyde. Licenciada en Comunicación con opción terminal en Periodismo por la UNAM. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Planeta de ciudades miseria”
Autor: Mike Davis
Edición: Editorial Foca, Madrid, España.
Resumen: Para la socióloga Saskia Sassen la desigualdad social es un fenómeno inherente a lo urbano, “la realidad ha demostrado que la polarización social es intrínseca al orden tardo-capitalista, donde los trabajos a cambio de bajos salarios son claves para el crecimiento económico” (Sassen, 1999). De esta manera, la miseria, el aumento de la pobreza y otras formas que son el resultado de la explotación ya no son sinónimo de decadencia social sino que se han convertido en un complemento del desarrollo en las urbes. Mike Davis, en Planeta de ciudades miseria realiza una descripción de este fenómeno a través del slum, barriada, asentamiento informal, callampa, bidonville, favela, basti o el sustantivo que se le imponga a estas formaciones en las ciudades y que, en general, se encuentran mitificadas por su procedencia y por su aparente y “poético” desorden.
Palabras clave:
Barriadas, ciudad miseria, pobreza
La mirada de Davis sobre la barriada del mundo
Im1. Rocinha, favela de la Zona Sur de Río de Janeiro, Brasil / Fuente: http://bit.ly/1YB3My5
En 2010, según datos de la ONU, el mundo se convirtió predominantemente en urbano. En esa fecha la población urbana superó a la población rural. Algo que ya habían previsto algunos visionarios décadas atrás, entre ellos Lefebvre (1970) quien auguró la masificación de las formas de vida urbanas incluso en las zonas rurales.
Pareciera que la urbanización del mundo es un triunfo, que llegamos al clímax de la civilización y que estamos por vivir una nueva revolución tecnológica que cambiará nuestras vidas, sin embargo, los cambios no han sido favorecedores para todos. Para la socióloga Saskia Sassen la desigualdad social es un fenómeno inherente a lo urbano, “la realidad ha demostrado que la polarización social es intrínseca al orden tardo-capitalista, donde los trabajos a cambio de bajos salarios son claves para el crecimiento económico” (Sassen, 1999). De esta manera, la miseria, el aumento de la pobreza y otras formas que son el resultado de la explotación ya no son sinónimo de decadencia social sino que se han convertido en un complemento del desarrollo en las urbes.
Mike Davis, en Planeta de ciudades miseria realiza una descripción de este fenómeno a través del slum, barriada, asentamiento informal, callampa, bidonville, favela, basti o el sustantivo que se le imponga a estas formaciones en las ciudades y que, en general, se encuentran mitificadas por su procedencia y por su aparente y “poético” desorden.
Sin alejarse de la poética que ya envolvía a los asentamientos informales, Davis comienza su texto con una descripción que enmarcará su relato en literatura y por lo que será calificada como desgarradora:
En algún momento del año que viene una mujer dará a luz en Ajegunle, un área urbana hiperdegrada (slum) en las afueras de Lagos (Nigeria); atraído por las luces de Yakarta un joven huirá de su aldea en el oeste de Java o un granjero peruano trasladará su empobrecido hogar a uno de los innumerables pueblos jóvenes de Lima.
Los personajes a penas presentados no volverán a parecer en la descripción de Davis, ni estos ni ningunos otros; primero porque el interés del autor no estaba en vertir en su texto historias individuales porque apuntaba a hacer una descripción global de los resultados de las políticas económicas de las últimas décadas, y segundo, porque no tenía más historias que las que había leído e investigado en libros pues nunca viajó a los lugares que describe con tanta fluidez. Esto, lo expondrá más tarde en una entrevista donde se disculpa y explica que lo presentado en Planet of slums, se trata de investigación de escritorio y se describe así mismo como un “kamikaze de biblioteca”.
Posdata: Metacrítica. Una crítica a la crítica de Mike Davis
El libro, por su fluidez y su ambición, logró llegar a otros canales fuera de la academia. Mike Davis, caracterizado por hacer eco de su propia voz a través de una narrativa alejada del discurso academicista, fue provocador e incisivo en algunas cosas que otros habían dicho con timidez: sí, el mundo se ha vuelto urbano, pero miserablemente urbano.
Así, su discurso logró saltar al otro lado de la academia y llegó a los medios de comunicación que recibieron, en su mayoría, con halagos el libro del activista estadounidense:
- “Un hecho asombroso que golpea con gran contundencia… Davis ha realizado un libro desgarrador”, Financial Times.
- “El Raymando Chandle de la Geografía urbana… El nivel de miseria urbana que se revela en esta brillante investigación empequeñece estudios anteriores… [una] deslumbrante tragedia”, Independent.
- “Revisión mundial de la propagación de la pobreza urbana de Mike Davis, Planeta de ciudades miseria, es una lectura horrible pero esencial”, The Independent.[1]
Si la academia fuese menos auto-referencial y los medios masivos más receptivos se habrían dado cuenta que anterior a Davis la revisión sobre el crecimiento de barriadas en el mundo ya habían sido revisitados y analizados desde diversos puntos.
Sin embargo, no fue sino hasta el texto de Davis que se colocó el tema sobre la mesa de discusión, quizá las crisis se hacían más evidentes y la postura de Davis, viniendo de un país angloparlante, colocaba el tema en un punto álgido, tanto como para impresionar de la manera en la que lo hizo y horrorizar y deslumbrar a un público que ignoraba la pobreza que, probablemente, siempre ha tenido ante sus ojos.
Referencias
Confavreux Joseph, Mathieu Potte-Bonneville y Rémy Toulouse (2010), Entrevista con Mike Davis: Temores de la ciudad, para la revista Vacarme, traducido para Sin Permiso: http://bit.ly/1RiU7uZ.
Lefebvre, Henri (1970), “De la ciudad a la sociedad urbana” en Para comprender qué es la ciudad: teorías sociales, Víctor Urrutia, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1999, pp. 138-147).
Sassen, Saskia (1999), La ciudad global: Nueva York, Tokio, Londres, Eudeba, Buenos Aires, 1999.
Samson, Ian (2006) “Shantytown apocalypse” en The Guardian (versión digital) 19 de agosto de 2006, URL: http://bit.ly/1CZrU0c.
[1] Las negritas son del autor de este texto para destacar aquellas frases que tienen un parecido en su construcción.
"Estrategia Nacional Calidad del Aire 2014-2018"
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El presente documento analiza históricamente el fenómeno de la contaminación atmosférica en la Región Metropolitana y las diversas medidas adoptadas, dando cuenta cómo la Estrategia Nacional de Contaminación Atmosférica viene a saldar la deuda que existía con la zona sur de Chile.
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Daniel Ruiz. Ingeniero Ambiental, Estudiante Magister en Asentamientos Humanos y Desarrollo Sustentable PUC]
Resumen: El presente documento analiza históricamente el fenómeno de la contaminación atmosférica en la Región Metropolitana y las diversas medidas adoptadas, dando cuenta cómo la Estrategia Nacional de Contaminación Atmosférica viene a saldar la deuda que existía con la zona sur de Chile, que igualmente presentaba una importante contaminación del aire, sin embargo, no había sido abordada por una política pública.
Palabras clave: Contaminación atmosférica, estrategia nacional, Chile
Llega septiembre y corre una brisa fresca por la ciudad. Las condiciones meteorológicas en primavera (septiembre a diciembre) en la cuenca de Santiago son favorables. Esto gracias al clima mediterráneo que predomina en la zona central de Santiago, controlados por el anticiclón del pacífico, la corriente de Humboldt y la cordillera de los Andes. Atrás quedaron las alertas ambientales y premergencias ambientales que se hacen visibles cada invierno y que afectan un grupo importante de población infantil y de adultos mayores.
Aun cuando la mala calidad del aire es un tema recurrente en los medios de comunicación en la época invernal, investigaciones indican que este “mal” ha sido un problema recurrente desde la década de los años 60 (O´Ryan, 2000), principalmente por las condiciones de estabilidad atmosférica en el invierno sumado a las características geográficas de la cuenca de Santiago. Se da cuenta de ello en las normas de emisión y de calidad del aire que se dictaron en los años 1961 y 1978 (Ministerio del Medio Ambiente, 2013).
En el año 1996 la Región Metropolitana fue declaraba como Zona Saturada por Ozono, Material Particulado Respirable MP10, Partículas Totales en Suspensión (PTS) y Monóxido de Carbono (CO2) promulgándose el D.S N° 131/96 del MINSEGPRES. Este acto administrativo estaba enmarcado dentro de las atribuciones de la Ley General de Bases del Medio Ambiente 19.300, lo que permitió la elaboración y aprobación del primer Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférico (PPDA) para la Región (D.S. N°16/98). Este Plan fue elaborado en el año 1998 y modificado a través de los decretos D.S. N°45/2001 y D.S N°20/2002 y actualizado en el año 2009 (CONAMA, 2006). En términos generales, los PPDA permiten implementar acciones como la elaboración de normas de emisión, permisos de emisión transables, impuestos a las emisiones o tarifas a los usuarios y otros instrumentos para propiciar acciones de mejora y reparación ambiental (Ministerio del Medio Ambiente, 2013).
Im1. ‘Vista Santiago’ / Fuente: www.eldinamo.cl
Las metas que buscaba el Plan para la Región Metropolitana eran básicamente terminar con los episodios de premergencia ambiental el año 2005 y cumplir con las normas primarias de calidad del aire el año 2010.
Los esfuerzos de dicho plan se centraron en la renovación en la tecnología del transporte público, mejora en los combustibles, mayores exigencias para los vehículos pesados, nuevas normas de emisión para vehículos livianos y medianos, exigencias de reducción de emisiones para el sector industrial comercial, control sobre las emisiones asociadas a la calefacción residencial, entre otras medidas de gestión, control, participación y fiscalización (CONAMA, 2006). Fue entonces bajo la implementación de este PPDA que, por ejemplo, se renovó y retiraron de circulación los buses sin sello verde, se implementaron nuevas normas para las emisiones de los buses y se exigieron un sistema de post tratamiento de emisiones a los buses, reduciendo las emisiones de estos en un 70 %.
Aunque la implementación de los PPDA en la región metropolitana lograron reducir y disminuir los episodios de alerta y preemergencia ambiental, los esfuerzos eran insuficientes para dar cumplimiento a las normas primarias y secundarias de calidad del aire vigentes en el país (Ministrerio del Medio Ambiente, 2013). Como medidas de reforzamiento ante la complejidad del problema, se implementaron nuevos programas (Programa Aire Limpio) con foco en las áreas urbanas del país, orientado al control del material particulado fino 2.5 µm de diámetro, el cual tiene la capacidad de alojarse en los alveolos pulmonares aumentando el riesgo de mortalidad prematura por efectos cardipulmonares, en exposiciones de corto y largo plazo (Ministerio de Medio Ambiente, 2012).
Es en ese contexto y para reforzar el control y fiscalización sobre dicho parámetro, en enero 2012 entra en vigencia la norma de calidad del aire para el material particulado respirable MP 2,5 µm, siendo equivalente a los estándares europeos. A diecisiete años de la promulgación del primer PPDA, el Ministerio del Medio Ambiente declara que existe una deuda histórica con la zona sur del país, en relación a la carencia de planes y declaratorias de nuevas zonas saturadas (Ministerio del Medio Ambiente, 8, 2014). Es en este contexto que surge la necesidad de crear una estrategia nacional para el desarrollo de planes de descontaminación atmosférica período 2014 a 2018, la que vendría a saldar deudas.
Im1. ‘Origen domiciliiario de la contaminación del aire en la zona sur’ / Fuente:www.eldinamo.cl
Esta contempla la actualización de planes de descontaminación, considerando como base la “nueva” norma de MP2,5, el establecimiento de planes de descontaminación tanto en zonas saturadas como latentes y la implementación de medidas de corto plazo en zonas donde no hay planes de descontaminación ni declaratorias y existe información que confirma altos niveles de concentración de material particulado MP2,5.
En suma, la estrategia para el desarrollo de los planes de descontaminación tiene su objetivo territorial la zona sur del país, declarando seis nuevas zonas saturadas y culminando siete anteproyectos. Estos planes son soportados por la norma para el material particulado MP2,5, cuyo cumplimiento es un desafío para todas las ciudades y sobre todo para las que están emplazadas en las zona sur del país. Por tal razón la estrategia considera la calefacción domiciliaria como una variable significativa en la generación de la contaminación atmosférica. En este sentido se impulsarán medidas de mejoras de combustibles, mejoras energéticas para las viviendas nuevas y existentes y propiciará el recambio de los calefactores.
En la región metropolitana la implementación de la norma de MP2,5 durante el año 2014 y 2015 ya ha generado contra tiempos. Este año se presentaron 38 alertas ambientales, 16 preemergencias y una emergencia ambiental (Unidad Operativa Control de Transito 2015). Esta última es la primera emergencia declarada desde el año 2003 a la fecha, lo que ha implicando la prohibición de transitar por la ciudad a los vehículos con un total de 8 dígitos sin convertidor catalítico y un total de cuatro dígitos con convertidor catalítico. A esto se suma la paralización de empresas que tiene fuentes de emisión de gases y material particulado, así como la prohibición de la utilización de sistemas de calefacción con materia orgánica en toda la región metropolitana, y no sólo en las áreas urbanas. Por tanto, es un desafío para los habitantes de las ciudades del sur donde se implementen PPDA el tener la capacidad y la voluntad de acatar las restricciones impuestas tanto por la normativa como por los propios planes de descontaminación, pensando en el bien común de la comunidad más que en el bien individual de las personas.
Bibliografía
CONAMA Metropolitana. (2006). Informe Seguimiento Plan de Prevención y de Descontaminación para la Región Metropolitana Año 2005.
Ministerio del Medio Ambiente. (2013). Informe del Estado del Medio Ambiente 2011. Capítulo 1 Contaminación del Aire.
Ministerio del Medio Ambiente. (2014). Planes de Descontaminación Atmosférica Estrategia 2014-2018.
O´Ryan & Larraguibel. (2000). Contaminación del aire en Santiago: ¿qué es, qué se ha hecho, qué falta? Revista Perspectivas (Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile), vol. 4, Nº 1, 2000 (pp. 153-191)
Entrevista a Marcos Betanzos: "Me parece que nos habla no sólo de personas viviendo en el riesgo absoluto, sino de una sociedad de consumo que al desprenderse de sus bienes materiales construye una ciudad invisible, una arquitectura del desecho que nadie quiere observar frontalmente”
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“Me parece que nos habla no sólo de personas viviendo en el riesgo absoluto, sino de una sociedad de consumo que al desprenderse de sus bienes materiales construye una ciudad invisible, una arquitectura del desecho que nadie quiere observar frontalmente”.
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Me parece que nos habla no sólo de personas viviendo en el riesgo absoluto, sino de una sociedad de consumo que al desprenderse de sus bienes materiales construye una ciudad invisible, una arquitectura del desecho que nadie quiere observar frontalmente”
Marcos Betanzos es arquitecto de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, articulista y fotógrafo independiente. Socio del despacho FUNDAMENTAL con sede en la Ciudad de México y docente en la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Forma parte del Consejo editorial de la revista DOMUS México y ha obtenido diversos premios por su trabajo fotográfico, arquitectónico y artístico. Su obra se ha reseñado en Estados Unidos, España, Francia y México. Con su proyecto #BORDOS100 obtuvo la beca del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
1. Primero nos gustaría que nos cuentes cómo nace y en qué consiste el proyecto #BORDOS100.
El proyecto nace fundamentalmente por mi interés de conocer cuáles son los vacíos y las ausencias de nuestra profesión y sus arquitectos con respecto a la realidad y aquellas personas que son invisibles a la sociedad, se trata en este caso de explorar esas ausencias y reconocer críticamente situaciones donde la arquitectura no llega y nuestros colegas nunca se han parado.
En este caso escogí un tiradero de basura ubicado al oriente de la Ciudad de México donde trabajan y viven más de 350 familias. Lo escogí porque ahí se vinculaban varios temas que me parecen importantes y que contradicen muchos de los discursos oficiales, por un lado el de la vivienda, por otro el manejo de residuos sólidos, la basura.
Las preguntas que me planteaba entonces eran: ¿Para qué sirve un arquitecto en un lugar como ese? ¿Qué puede hacer la profesión cuando la realidad es una bofetada para todos nuestros principios ideológicos y académicos? ¿Por qué los arquitectos se niegan a ver esta realidad y asumen con facilidad la especulación en proyectos que son utopías o simplemente ejercicios mediáticos? ¿Podría aprender algo de esa emergencia y fusionar mi conocimiento con la tecnología de la necesidad que ahí se manifestaba? ¿Existía entonces un código estético que se generara de esa arquitectura sin arquitectos?
#BORDOS100 finalmente llegó a ser un ejercicio irónico pero muy serio donde inicialmente me burlaba del proyecto Ordos 100 que convocó Ai Weiwei y de ahí viene el nombre, finalmente el proyecto consistió en la realización de un estudio de 100 de las viviendas que ahí existen, un cortometraje, una serie fotográfica, 17 proyectos de arquitectura y una serie de dibujos donde empleo el lenguaje gráfico de la arquitectura para ilustrar la arquitectura sin arquitectos.
Im1. Proyecto Bordos 100 / Fuente: Marcos Betanzos
2. ¿El proyecto pretende transformarse en algún tipo de solución para el problema de la basura o tan solo busca generar conciencia frente a las disparidades que esta genera?
Chris Dercon, dice bien que el arte actual está influenciado por el acto de compartir. Se trata de crear una experiencia colectiva y construir una comunidad. En este caso, #BORDOS100 inicialmente buscaba a través de la fotografía hacer visible la forma en cómo viven estas personas que están al margen de la ciudad oficialmente establecida; después quise conocer cómo con basura construían eficazmente un espacio para habitarlo y ahí, estando en el sitio, hablando con las personas me di cuenta que ellos no sabían a qué se dedicaba un arquitecto por la simple razón de que nunca habían estado en contacto con uno.
Entonces el proyecto dio un giro, quise retratar ese vacío y confrontar la forma de ver esta situación de los arquitectos con la forma en cómo estas personas ven al gremio. Ahí me di cuenta que hay una ausencia enorme. Estamos lejos de la sociedad y aún más lejos de la realidad. Eso representó para mí la oportunidad de poner a prueba a nuestra profesión, convoqué a 40 despachos de arquitectura en México y les solicité diseñar una casa para estas personas sin cambiar su contexto y su realidad, la arquitectura debía ceñirse a las circunstancias y no al revés, les pedí. Sólo recibí 17 proyectos –ya desde ahí era visible que a no tener una retribución directa, no existía el mismo interés que si hubiera alguna publicación, difusión o retribución garantizada-, fue muy el resultado también porque no todas las propuestas recibidas eran casas hubo otros planteamientos que surgieron de un análisis crítico y una provocación que se construyó sin planearlo, ahí el proyecto se socializó. Y en este caso, las propuestas que podían acercarse a esta realidad se comunicaron con los habitantes para entablar un diálogo de cómo podrían construir sus espacios de forma más segura o habitable aún en la emergencia en la que habitan.
Trabajé también con una fundación, sin embargo, finalmente el gobierno decidió que las propuestas no podrían realizarse bajo ningún esquema porque era ilegal este asentamiento.
Im2. Proyecto Bordos 100 / Fuente: Marcos Betanzos
3. ¿De qué forma llegaste a relacionar los basurales o tiraderos de basura Neza III con el problema de la vivienda en México?
La política de vivienda en México ha quedado en manos de los desarrolladores desde hace años, lo que se ve entonces es una gran ausencia de planificación urbana y muchas casitas que no hacen ciudad y que son créditos costosos que obligan a pagar durante 30 años esta casa que en los primeros cinco puede ser obsoleta para una familia. Esa es la vivienda oficial. Por otro lado se encuentra la vivienda irregular o informal, aquella que se manifiesta en zonas de riesgo o en zonas urbanas donde la gente comienza a construir poco a poco en un terreno que invade y al paso de muchos años tiene una casa común para toda su familia. Ambas son visibles, se conocen y las podemos observar. En este caso el tiradero me ofrecía una mezcla de las dos y generaba una tercera manifestación de vivienda, se trata de un sitio donde se vive y sin embargo el gobierno local niega que eso sea así; se trata de un asentamiento irregular y también de un lugar que es invisible para todos los ciudadanos. Nadie se pregunta a dónde va la basura una vez que nos hemos desechado de ella y tampoco cuestiona quién la trata ni cómo viven esas personas que hacen ese complejo trabajo, bueno, pues la vivienda que ahí se manifiesta, me parece que nos habla no sólo de personas viviendo en el riesgo absoluto, sino de una sociedad de consumo que al desprenderse de sus bienes materiales construye una ciudad invisible, una arquitectura del desecho que nadie quiere observar frontalmente.
4. De qué forma se concentra territorialmente la basura en el estado de México y qué tipo de disparidades son las que permiten esta concentración.
En el Estado de México, pero también en todo el país el mayor problema es que las personas no creen que esto sea un problema, ven la basura como algo indeseable, algo que debe estar lejos de ellos pero no entienden que son productores de este tipo de problemas ambientales, sociales, etc. La realidad es que el Estado de México no cuenta con la infraestructura necesaria para recolectar la basura, y mucho menos para tratarla.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en México se generan poco más de 100,000 toneladas de residuos diariamente. Un parámetro similar arroja el Gobierno de la Ciudad de México, quien desde el año 2013 estima que su producción diaria es de 13,000 toneladas y si considerada a los municipios de otras entidades federativas que conforman la Zona Metropolitana del Valle de México la cifra alcanza las 20,000 toneladas producidas. De acuerdo con cifras publicadas en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA), se estima que en 1950 se generaban 0.37 kilogramos per cápita/día, mientras que en 2005 1.4 kg por habitante.
La crisis que se vive en México por el manejo de sus residuos sólidos va en incremento. Y es que de acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en el año 2004 se producían 57,000 toneladas al día a nivel nacional, hoy la cifra se ha duplicado, y se superan las 100,000. No está de más decir que a nivel legislativo, en México la gestión integral de los residuos se encuentra en su primera etapa. Las leyes en la materia establecen que la prioridad del estado debe de ser la minimización de los residuos, posteriormente el rehúso, después el reciclaje, el confinamiento y, finalmente el tratamiento térmico. De esta cadena mencionada, el primer paso recae directamente en nuestros hogares puesto que en ellos se genera el 43%, después le siguen los comercios con 23.5%, los mercados públicos con 10.6%, parques y jardines 10.7%, hospitales 1% y 11.2% otras actividades.
Estudios realizados por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México revelan algo peor: el 80% de nuestros desperdicios se albergan en rellenos sanitarios al aire libre donde no existe control sobre el manejo de desechos. Es decir, de cada 100 Kg de basura producidos sólo 80 se recolectan (en esas condiciones), lo restante termina en barrancos, ríos y terrenos baldíos convirtiéndose en agentes contaminantes y fuentes de infección, esto sucede –a lo largo y ancho del país.
El Instituto Nacional de Ecología indica que la basura se encuentra clasificada de la siguiente manera: 40% es orgánica, 15% papel y cartón, 8% vidrio, 5% plástico, 6% fierros, 5% aluminio, 4% materiales diversos, 4% trapos y ropa vieja, 3% pañales desechables, 10% otros.
Im3. Proyecto Bordos 100 / Fuente: Marcos Betanzos
5. Hemos visto distintos proyectos en que la basura y desechos son reciclados para “dignificar” de alguna forma a la población de menos recursos económicos, sin embargo, proyectos de reciclaje para estratos de mayor capacidad de pago son bastante escasos. ¿No existe una real transversalidad respecto al reciclaje al momento de pensar proyectos que se sustenten en materiales desechados?
No existen proyectos así y existen muchos que tienden a ser paternalistas y que invitan a sentir compasión por estas realidades. En mi caso, al hablar con las personas del tiradero a lo largo de más de dos años, entendí que ellos no necesitan dignificarse que, en todo caso los que necesitamos concientizarnos somos nosotros, los productores de toneladas y toneladas de basura. La arquitectura de cierta forma es un pretexto para concientizar de un tema mucho más importante que la arquitectura, en mi proyecto no me interesaba llegar a la mejor casa diseñada con basura o el mejor mueble, el más original que recicle PET, eso se me hace bastante superficial. Buscaba sacudir a los arquitectos para preguntarnos, por qué hemos dejado de estar en el frente de la batalla y buscaba provocar a la sociedad en general para que visibilice que su basura genera espacio, territorios, comunidades, ciudades, y que en todo ello se reflejan las asimetrías y la desigualdad, la basura es un reflejo de nosotros.
Como bien lo mencionas se ha vinculado con facilidad el tema de la basura con los estratos sociales más bajos y eso es un enfoque cuestionable, en ese caso propongo siempre que el enfoque sea desde el consumo y en esa línea quién posee más recursos es casi siempre quien produce más basura, es simple. Otro tema es que pensamos que la basura es algo que está o puede estar en nuestras manos pero no siempre tiene esa escala pequeña. En los proyectos que convoqué, hubo uno que analizó los aviones que han terminado su vida útil y propuso convertir esas aeronaves en viviendas. Parece una excentricidad pero me interesó mucho que abriera el debate sobre nuestra relación con la basura a partir de la escala, no imaginé antes que un avión viejo formara parte de la basura, ¿a dónde van esos aviones? El proyecto de Víctor Betanzos y Guillermo González lo cuestionó y me pareció valioso.
Otro proyecto muy interesante fue el de Rodrigo Pantoja quien con un equipo de estudiantes propusieron un Memorial de la Basura, una intervención de Land Art en el basurero para reconocer estratigráficamente la basura como registro antropológico, ahí estamos nosotros en todos los objetos que desechamos, la basura serán nuestros testigos arqueológicos en el futuro. Nos reconocerán por todo el plástico que hemos arrojado al planeta.
Im4. Proyecto Bordos 100 / Fuente: Marcos Betanzos
6. Para finalizar, ¿es posible materializar y viabilizar el proyecto de alguna forma? Y si es así, en qué etapa de este se encuentran actualmente.
Por el momento el proyecto ha comenzado a servir como punto de partida para implementar metodologías de acercamiento a este tipo de comunidades, si bien mi aproximación fue empírica con el tiempo he definido una ruta a seguir y eso se ha podido implementar en diversos talleres académicos y seminarios profesionales. Actualmente me encuentro asesorando tesis de licenciatura y maestría sobre el tema de los desechos sólidos y la vivienda en emergencia; he comenzado a trabajar con otros profesionales en el rubro de los derechos humanos de estas personas, intentando que tengan mejores condiciones laborales, que sean reconocidos como trabajadores y que vivan en mejores circunstancias. El proyecto como tal #BORDOS100 ha concluido, sin embargo de él se han desprendido varias cosas como mi trabajo con fundaciones, y la parte académica o de investigación. Lo que ha surgido del proyecto son ahora muchos proyectos donde la multidisciplina está ejerciendo plenamente pues estamos tratando de ayudar desde el derecho, la medicina, la biología, lo urbano, lo antropológico, etc., en ese siento que es un gran mérito de la arquitectura, provocar para incluir y no solamente para responder endogámicamente. Pienso que la realidad le queda grande a la arquitectura pero cuando la arquitectura expande sus alcances con otros rubros puede tener un alcance mucho más profundo, menos superficial: menos forma y más fondo.
Entrevista a Daniela Bahamondes: "Aquí se evidencian impactos cada vez más incontrolables, que permiten el grito aislado a la comprensión de que lo que estaba ocurriendo en los territorios no es mala suerte, sino el producto de un modelo que internaliza los beneficios y externaliza los costos, de modo de concentrar la riqueza en muy pocas manos y dispersar la pobreza”
VerEntrevista a Daniela Bahamondes: "Aquí se evidencian impactos cada vez más incontrolables, que permiten el grito aislado a la comprensión de que lo que estaba ocurriendo en los territorios no es mala suerte, sino el producto de un modelo que internaliza los beneficios y externaliza los costos, de modo de concentrar la riqueza en muy pocas manos y dispersar la pobreza”
“Aquí se evidencian impactos cada vez más incontrolables, que permiten el grito aislado a la comprensión de que lo que estaba ocurriendo en los territorios no es mala suerte, sino el producto de un modelo que internaliza los beneficios y externaliza los costos, de modo de concentrar la riqueza en muy pocas manos y dispersar la pobreza”
Revista Planeo Nº 24 Urbanismo Tóxico, Octubre 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Aquí se evidencian impactos cada vez más incontrolables, que permiten el grito aislado a la comprensión de que lo que estaba ocurriendo en los territorios no es mala suerte, sino el producto de un modelo que internaliza los beneficios y externaliza los costos, de modo de concentrar la riqueza en muy pocas manos y dispersar la pobreza”
Daniela Bahamondes es ingeniera agrónoma de la Universidad de Tarapacá y Magíster de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente (c) de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha participado en la coordinación regional Explora de CONICYT en la región de Arica y Parinacota, como parte del comité asesor y talleres ambientales enfocados en el desarrollo sustentable. Por otro lado, ha sido parte del apoyo técnico en iniciativas del Instituto Nacional de la Juventud de la Universidad de Tarapacá y el Fondo de Protección Ambiental, dependiente del Ministerio del Medio Ambiente. Actualmente es representante de Palbas, en el cual, se encuentra a cargo de los talleres para los establecimientos educacionales con certificación básica, media y excelencia del Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE), del Ministerio del Medio Ambiente, en la ciudad de Arica.
1. Primero, nos gustaría que nos contaras a grandes rasgos, en qué consiste el problema de los polimetales en Arica y las consecuencias en sus pobladores.
En el año 1984, la empresa sueca Bolliden Metal, importó a través del puerto de Arica, 20.901 toneladas de residuos peligrosos en la ciudad de Arica, a través del régimen de zona franca y con el nombre de “barro con contenido de minerales”, la empresa encargada de internar estos residuos a Chile fue la Procesadora Metalúrgica Ltda. Promel, ya que supuestamente estos barros permitían la extracción de minerales como oro y plata. Luego, estos barros fueron almacenados en el denominado Sitio F del Barrio Industrial de Arica.
En esta época no existían poblaciones y viviendas cercanas que pudieran encontrarse expuestas a estos residuos. Sin embargo, a medida que pasaron los años se fueron construyendo viviendas sociales en los alrededores del sitio F, el que originalmente estaba destinado a actividades industriales al estar fuera del radio urbano. Dicho asentamiento humano dio origen a las poblaciones “Los Industriales IV”, “Villa Los Laureles” y “Cerro Chuño”, “Villa El Solar” y “Villa Amanecer”, las cuales tenían una capacidad aproximada de 12.000 personas. Producto de este crecimiento urbano, se descubrió que los desechos no tenían metales preciosos sino altas concentraciones de metales peligrosos tales como arsénico, plomo, cadmio y mercurio.
Provocando un daño directo a las personas que aún residen alrededor del sitio de acopio de polimetales, como también para los trabajadores asociados al traslado de los residuos tóxicos. Es aquí, donde el Estado implementa una serie de planes y acciones sectoriales que aún no cumplen con la seguridad y satisfacción de los afectados.
Im1. Sitio contaminado / Fuente: Fundación Chile, 2010
2. Respecto a la relocalización de los pobladores, ¿existe una zona para un nuevo asentamiento o es posible descontaminar el mismo lugar en el que están?
Efectivamente, existen zonas para los nuevos asentamientos, las primeras viviendas entregadas fueron construidas muy cerca del área contaminada, lo cual en un inicio generó desconfianza por parte de la comunidad y lo que muchos han hecho es vender y obtener dinero para ver de qué manera puede mejorar su calidad de vida. Las viviendas entregadas en el último tiempo se encuentran en una zona de mayor seguridad y residen los afectados por la contaminación. Esto es principalmente por los elevados costos que tienen las medidas de mitigación del sector afectado, asociados a factores propios de la ciudad como es el viento, que ha permitido que los lugares contaminados se extiendan.
3. Cuáles han sido los actores involucrados en develar esta problemática y en qué etapa se han sumado distintas organizaciones civiles a la búsqueda de soluciones.
Los principales actores han sido los pobladores que se encuentran habitando dentro del polígono de contaminación, y lamentablemente se dieron cuenta por anomalías en su salud; dolor de cabezas, vómitos, abortos, mal formaciones en los huesos, mientras que sus viviendas comenzaron a tener daño estructural, mal olor en los patios, motivo por el cual empezaron las denuncias a través de marchas pidiendo explicación de lo sucedido al Estado, de apoco fueron tomando fuerza y se crearon agrupaciones que permitieron de manera formal pedir soluciones concretas. Hoy en día los problemas y la voz de la ciudadanía se realiza principalmente a través de las juntas vecinales que se encuentran ubicados en las zonas afectadas (sector industrial de Arica).
Im2. Protesta / Fuente: Diario el Morro
4. ¿Qué tipo de instrumentos de planificación urbana se pueden utilizar para prever y aminorar consecuencias de casos como este?
Lamentablemente los instrumentos de planificación urbana son escasos, el PLADECO de la ciudad de Arica está totalmente obsoleto y el día de hoy aún no es posible obtener el actualizado. En algún momento se presentó la propuesta por una empresa privada quien hacia las modificaciones necesarias para poder mejorar la calidad de vida de los asentamientos humanos afectados por la contaminación por polimetales. Sin embargo, siempre hay una piedra de tope, que hasta el día de hoy ese proyecto no ha sido ejecutado, tomando otras medidas que van directamente relacionadas con la Ley 20.590 de Polimetales.
5. ¿Existe algún otro caso similar al de los polimetales en Arica que haya tenido una solución satisfactoria y sin consecuencias negativas para su población?
Si, a nivel nacional está el caso de Puchuncaví, existe una contaminación desde el año 1961, debido al fuerte desarrollo del parque industrial que se inició en esa época, como un polo de desarrollo económico importante en la zona, hoy en día el material particulado acumulado, es una de las problemáticas ambientales que afecta directamente a la población de esa localidad, ya que deben enfrentar las externalidades negativas sobre su calidad de vida y el medio ambiente, constituyendo una evidencia de la injusticia ambiental por parte del Estado y las empresas que funcionan en el sector. Algunos antecedentes relevantes es el fallecimiento de ex funcionarios de las empresas, que se han visto expuestos por tiempos prolongados a distintos tipos de metales pesados, tales como plomo, mercurio y arsénico, durante el ejercicio de su jornada laboral en las faenas mineras. Aquí se evidencia los impactos cada vez más incontrolables, que permiten el grito aislado a la comprensión de que lo que estaba ocurriendo en los territorios no es mala suerte, sino el producto de un modelo que internaliza los beneficios y externaliza los costos, de modo de concentrar la riqueza en muy pocas manos y dispersar la pobreza.
Otro ejemplo es el caso de Love Canal en Estados Unidos, este fue uno de los primeros casos que fue asociado a contaminación de residuos, donde el privado no cumplió con los estándares ambientales, generando a mediano plazo efectos en la salud humana. Es así, como comienzan a organizarse entre vecinos para generar un movimiento que evidencie los verdaderos problemas de las personas y que el Estado de alguna forma busque soluciones concretas que permitan mejorar la calidad de vida. Desde ese tiempo se estableció por la ley del Super Fondo de Estados Unidos para ayudar a la limpieza de contaminación tóxica en lugares residenciales como Love Canal, utilizando por primera vez fondos públicos de emergencia para un desastre que no era natural, así se podría evidenciar una “Justicia Ambiental”, concepto utilizado por los expertos a nivel mundial, para afirmar los conflictos ecológicos, donde la identidad social es una de los lenguajes con que se representan estos problemas.
"Segregación y privatización espacial en las ciudades latinoamericanas: Una mirada desde la justicia urbana"
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Revista Planeo Nº21, Urbanismo Radical, Marzo 2015
[Por, Javier Alonso Gómez Dávila: Arquitecto, Maestro en Ciencias en Diseño y Desarrollo de la Ciudad, y postulante a Doctor en Arquitectura y Asuntos Urbanos por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
Rafael de Aguilar Arantes: Sociólogo, Maestro y postulante a Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Federal de Bahía/Brasil. Investigador del Observatorio de las Metrópolis, núcleo Salvador de Bahía]
Resumen
El concepto de justicia urbana está cada vez más presente en los discursos urbanos contemporáneos, debido a que la planeación urbana tradicional no ha logrado resolver las situaciones de segregación y desigualdades socio-espaciales en Latinoamérica, como los enclaves fortificados, la privatización de la vida urbana y la restricción de los espacios públicos mediante manifestaciones arquitectónicas y sociales de miedo, negación de la alteridad, o la evitación de los espacios heterogéneos. Por lo anterior, dicho concepto de justicia urbana está en un proceso de construcción teórica y empírica como estrategia enfocada a enfrentar las problemáticas urbanas mencionadas. En este artículo se analizan ejemplos de dichas manifestaciones de injusticia urbana, tomando como estudios de caso las ciudades de Monterrey, México y Salvador de Bahía, Brasil, cuyos fenómenos socio- espaciales comunes imponen la necesidad de reflexionar sobre las posibilidades de construcción de ciudades más justas, mediante una operacionalización del concepto de justicia urbana en cuanto a tres aspectos principales: las fuerzas del mercado inmobiliario que fomenta la demanda de enclaves fortificados, la postura pasiva y permisiva del Estado frente a dichas fuerzas, y la percepción objetiva y subjetiva de inseguridad y miedo por parte de los habitantes hacia su propia ciudad.
Palabras clave: Justicia urbana / Segregación socio-espacial / Enclaves fortificados
Abstract
The concept of urban justice is more present every time in contemporary urban studies, because traditional urban planning has not been able to resolve the segregation and socio- spatial situations in Latin America, such as fortified developments, urban life privatization, and public space restriction by architectural and social manifestations of fear, alterity denial, or heterogeneous spaces avoidance. Therefore, the concept of urban justice is in a theoretical and empirical construction process, as a strategy focused in the mitigation of the mentioned problems. In this article, examples of those urban injustice manifestations are analyzed, taking the cities of Monterrey, México and Salvador de Bahía, Brazil, as case studies, whose common socio-spatial phenomena imposes the need to reflect about the possibilities of the construction of more just cities, by operationalizing the concept of urban justice in relation to three main issues: the real estate forces that foster the fortified developments demand, the passive and permissive position of the State facing those forces, and the objective and subjective perception of insecurity and fear of the habitants to their own city.
Keywords: Urban justice / Socio-spatial segregation / Fortified enclaves
Daniel Moreno
Daniel Moreno
Economista de la Universidad Externado de Colombia | Magíster en Desarrollo Urbano IEUT-PUC
Economista y econometrista consultor del SEREX Ciudad y Territorio, perteneciente a la Dirección de Extensión y Servicios Externos (DESE). Asistente de investigación del profesor Antonio Daher en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS).
Economista con énfasis hacia el Desarrollo Urbano y la investigación de fenómenos sociales. Obtuvo su título de Magíster en Desarrollo Urbano en el 2015, presentando su tesis titulada “El estado actual del pericentro urbano de Santiago: La oportunidad configurada por el deterioro”, donde estudia la configuración actual del pericentro urbano de la ciudad de Santiago de Chile, dados unos antecedentes históricos, teóricos y empíricos. También, ha trabajado como asistente de profesor en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales en diversas cátedras, relacionadas a la planificación, teoría urbana, desarrollo local, infraestructura y movilidad.
Posee experiencia en diversos proyectos de consultoría y de carácter investigativo en movilidad, especialización económica regional, planificación urbana integrada, indicadores de monitoreo para planes de desarrollo comunales, entre otros.
dlmoreno@uc.cl
Fabián Todorovic Karmelic
VerFabián Todorovic Karmelic
Ilustrador, Dibujante de historietas, Arquitecto y Magíster en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Autor de las novelas gráficas “Mecha Selknam Sorren”, ganadora en los premios International Latino Book Awards, y “Santiago Desierto”, ganadora del premio Medalla Colibrí 2019 Ibby Chile como mejor cómic y novela gráfica. Finalista de los Premios Festival Internacional del Cómic Santiago 2019 y 2020. Ganador del Urban Design Competition de UN-HÁBITAT, 2015.
Ha colaborado en el campo editorial con Ediciones Origo y Editorial ZigZag, ilustrando libros y novelas.
Paula Bravo Marchant
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Magíster en Diseño Avanzado, Pontificia Universidad Católica de Chile; Diseñadora gráfica, École Professionnelle Supérieure d’Art Graphiques et Architecture (EPSAA), Francia.
Especialista en diseño editorial y comunicación visual.
Zona J en la Ciudad de Dios
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Revista Planeo Nº20, Cine y Ciudad, Enero 2015
[Por, Filipe Aleixo Pereira Temtem da Silva, Arquitecto. FA – UL, Lisboa, Cátedra Elemental UC. Escuela de Arquitectura – PUC, Santiago de Chile. Doctor(c) en Arquitectura y Estudios Urbanos. FADEU-PUC, Santiago de Chile. Máster en Teoría y Práctica de Proyecto de Arquitectura. ETSAB – UPC, Barcelona]
Resumen
“Zona J en la Ciudad de Dios” constituye un “binomio cinematográfico” que traslada, del contexto latinoamericano al panorama europeo, los efectos de la transformación de los mercados de trabajo en la evolución y configuración socio-territorial urbana y metropolitana, ocurridos durante las últimas décadas. Conectándose referentes cinematográficos lusofonos específicos de los dos continentes, se observa la escala intercontinental de las configuraciones socio-espaciales promovidas por el Estado Capitalista en Portugal y Brasil, percibiéndose la ocurrencia de fenómenos análogos como la polarización social, la fragmentación, la segregación residencial, las nuevas formas de pobreza y exclusión social. Un planteamiento que utiliza el proceso fílmico de las películas “Ciudad de Dios” de Ricardo Meirelles y “Zona J” de Leonel Vieira para validar, conclusivamente, posiciones teóricas relativas a los problemas fundamentales del desarrollo urbano y territorial, nutridas por autores como Dirk Kruijt, Roberto Briceño León y Alicia Ziccardi.
Palabras clave: Segregación residencial / Polarización social / Pobreza
Abstract
«Zona J in the City of God”, builds itself from a «cinematographic binomial». That allow us to translate the transformation effects of work markets in the evolution of urban and metropolitan social-territorial configuration, during the last decades, of Latin American to the European panorama. Connecting specific cinematographic references from Europe and Latin America, we can observe the socio-spatial configuration scales promoted by the capitalist state in Portugal and Brazil, understanding the occurrence of phenomenon such as social polarization, fragmentation, residential segregation and the new forms of poverty and social exclusion at an intercontinental level. Those topics compose the reasoning used in the filming process of «City of God» by Ricardo Meirelles and «Zona J» from Leonel Vieira to conclusively validate relative theoretic positions towards fundamental problems considering urban and territorial development, by authors such as Dirk Kruijt, Roberto Briceño León y Alicia Ziccardi.
Keywords: Residential segregation / Social Polarization / Poverty City
La ciudad de los desencuentros. Temor aislamiento y soledad
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Revista Planeo Nº20, Cine y Ciudad, Enero 2015
[Por, Rafael de Aguiar Arantes. Sociólogo, Maestro y postulante a Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Federal de Bahía/Brasil. Investigador asistente del Observatorio de las Metrópolis, núcleo Salvador de Bahía. CAPES Foundation, Ministry of Education of Brazil, Brasil]
Resumen
El artículo discute algunas características de las ciudades contemporáneas, las transformaciones del espacio urbano, marcado por la profundización de tendencias de fortificación y segregación, y de la sociabilidad, que cada vez más involucrase al miedo, a la evitación, distinción y a los prejuicios hacia los extraños, etc. El trabajo analiza estas cuestiones a través de la revisión de la literatura y de un análisis fílmico de la película argentina Medianeras (2011) del director Gustavo Taretto que presenta como personajes principales dos porteños que tienen una vida de soledad causada principalmente por las características de la arquitectura y del espacio urbano de Buenos Aires. Pasando por una discusión sobre las características de las ciudades modernas y utilizando las cuestiones levantadas por la película el artículo tiene como objetivo analizar si la ciudad contemporánea tiene todavía el potencial de construirse como un espacio donde se producen encuentros.
Palabras clave: ciudad contemporánea, encuentros, sociabilidad urbana
Abstract
The article discusses some features of contemporary cities, the transformations of urban space, marked by deepening trends of fortification and segregation, and the sociability, which increasingly is linked to fear, avoidance, discrimination and prejudice towards strangers, etc. Examines these issues through literature review and the analysis of a Argentina film Medianeras film (2011) directed by Gustavo Taretto, that have as main characters two locals who have a life of loneliness caused mainly by the characteristics of the architecture and urban area of Buenos Aires. Going through a discussion of the characteristics of modern cities and using the issues raised by the film, this article has as objective to analyze whether the contemporary city still has the potential to be built as a place where meetings occur.
Keywords: contemporary city, meetings, urban sociability
Fotogramas de la Gran Transformación China: Still Life y 24 City de Jia Zhang-Ke
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Revista Planeo Nº20, Cine y Ciudad, Enero – Febrero 2015,
Still Life – El despegue surrealista de un edificio antiguo visto desde un balcón
[Por , Diego Roldán, Director del Centro de Estudios Culturales Urbanos. Profesor Titular de Espacio y Sociedad en la Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Rosario, Argentina.
Cecilia Pacual, Investigadora del Centro de Estudios Culturales Urbanos. Profesora Adjunta de Espacio y Sociedad en la Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. Becaria de formación doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Rosario, Argentina]
Resumen
Este artículo explora los vínculos entre cine y ciudad, enfocándose en los procesos de transformación acelerados y de gran envergadura. La intención es demostrar que algunas variantes del cine consiguen agregar piezas fundamentales de la experiencia de transformación urbana. A partir de un análisis de la Gran Transformación China, el artículo reflexiona sobre las intervenciones políticas y estéticas de dos películas de Jia Zhang-Ke: Still Life (2006) y 24 City (2008). La conversión de la economía de planificación en una economía de mercado, la urbanización de china, la desestructuración del comunismo, las migraciones, la ruptura de los vínculos familiares y la relación con el pasado son algunos de los tópicos abordados.
Palabras clave: Transformación / Urbano / Globalización
Abstract
This article explores the links between cinema and city, focusing on the processes of rapid and far-reaching transformation. The aim is to show that some variants of cinema get add key pieces of experience of urban transformation. From an analysis of the Great Transformation China, the article focuses on two films of Jia Zhang-Ke ’s political and aesthetic interventions: Still Life (2006) and 24 City (2008). The conversion of planned economy into a market economy, the urbanization of China, the failure of communism, migration, the breakdown of family ties and the relationship with the past are the discussed topics.
Keywords: Transformation / Urban / Globalization
Movilidad y Modos de Vida en la Ciudad a través del cine
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Revista Planeo Nº20, Cine y Ciudad, Enero – Febrero 2015,
Up In The Air / Fuente: http://www.fondosdeescritorio10.com/wp-content/uploads/2009/11/Up_in_the_Air.jpg
[Por , Blanca Elvira Pérez Villalón, Escuela de Arquitectura, Centro del Patrimonio, Pontificia Universidad de Chile, Profesor Asistente Adjunto, Santiago, Chile]
Resumen
Distintas películas como Up in the Air, Night on Earth o Phoenix dan cuenta, a partir de la experiencia de la movilidad, de los cambios socio-culturales asociados a los modos de vida, en el contexto de la ciudad global y de la sociedad postmoderna. Las posibilidades de movimiento generan una sensación de vida con mayores oportunidades para elegir, pero con complejidades en los procesos de movilidad; siendo la ciudad la clave para ofrecer a sus habitantes una vida atractiva. La tecnología, la globalización y los estándares de vida han generado la necesidad de movimiento, este movimiento da status y las ciudades se intentan adaptar a él. La vida en movimiento implica un nuevo estilo de vida y por lo tanto una nueva forma de ciudad. La ciudad se adapta a un entorno exigente que demanda una oferta compleja y atractiva de posibilidades bien conectadas. Pero no todos los habitantes tienen acceso a estas nuevas oportunidades, muchos de ellos han ido quedando marginados de estas posibilidades.
Palabras clave: Movilidad, modos de vida, ciudad dispersa, globalización sociedad posmoderna
Abstract
Diverse movies like Up in the Air, Night on Earth or Phoenix show us, through the mobility experience, the socio-cultural changes related to lifestyles within global city and postmodern society context. The movement chances generate a sense of living with greater opportunities to choose but with complexities in the mobility processes; being city the key to offer its inhabitants an attractive life. Technology, globalization and living standards have created the movement necessity, this movement gives status and cities try to adapt to it. Life in motion implies a new lifestyle and therefore a new urban morphology. The city adapts to a demanding environment that requires a complex and attractive range of properly connected opportunities. But not all citizens have access to these new opportunities; many of them have been left marginalized from these possibilities.
Keywords: Mobility, lifestyles, dispersed city, globalization, postmodern society
[Descarga el artículo completo acá]
El paisaje de Santiago a través de la película 'Largo Viaje': Reflexiones en torno a la geografía del cine
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Revista Planeo Nº20, Cine y Ciudad, Enero – Febrero 2015,
Sucesión del velorio del angelito.
Fuente: Película Largo Viaje (1967); http://www.elciudadano.cl.
[Por , Paulina Belén Zúñiga Becerra, Licenciada en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile | Jonathan Uri Colodro Gotthelf, Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
En el marco de las denominadas nuevas geografías, el cine se presenta como una técnica reciente para analizar el paisaje que se devela en el espacio fílmico. Las películas, se configuran en este sentido, como un lenguaje, una forma de expresión y comunicación, que se manifiesta a través de una serie de signos y símbolos que al ser leídos, permiten su interpretación por el espectador. En virtud de esto, en el presente artículo se pretende analizar desde una perspectiva geográfica, el paisaje cultural de la ciudad de Santiago en los años sesenta a través de la película Largo Viaje, realizada por Patricio Kaulen en 1967. Este filme, da cuenta de la cruda realidad de las sociedades urbanas de aquella época, develándonos una ciudad dual, en constante movimiento y transición. Largo Viaje, refleja los diversos procesos que acaecían en un periodo de gran efervescencia social y política, mostrándonos la segregación social, la exclusión, la apropiación de los espacios, y los fenómenos de migración campo-ciudad, entre otros, que configuraban la identidad e idiosincrasia de esta gran urbe en la década de los sesenta.
Palabras clave: Largo Viaje, Geografía, ciudad, cine
Abstract
Under the context of “new geographies”, the films are a technic for the study of the landscape. In this sense, the films are a language, a form expression and communication, manifested through signs and symbols than can be interpreted by the viewer. This article pretends to analyze from a geographic perspective, the cultural landscape of Santiago de Chile in the decade of sixty’s, through the movie Largo Viaje, directed by Patricio Kaulen in 1967. This film shows the hangover reality of the urban societies of that time, revealing a dual city, in constant motion and transition. Largo Viaje, acts out the different processes of a time fill of social and political effervescency, showing us the social segregation, the exclusion, the appropriation of the space, and the rural-urban migration. These agents are the configurators of the identity and idiosyncrasy of Santiago in the decade of sixty’s, showing us a cultural landscape.
Keywords: Largo Viaje, Geography, city, cinema
Construyendo el barrio: La declaración patrimonial como posibilidad de reivindicación del derecho a la ciudad
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Revista Planeo Nº19, Barrio y Ciudad, Noviembre 2014,
Fuente: Movilización de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales de Chile frente al Palacio de la Moneda, Santiago de Chile_www.barriopatrimonialyungay.cl
[Por Andrés Keller, Sociólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile, Magister (C) en Desarrollo Urbano IEUT UC]
Resumen
Las movilizaciones ciudadanas en torno a la declaración patrimonial de barrios constituyen actos políticos que podrían ser entendidos como una reivindicación del “derecho a la ciudad” pues consisten en el ejercicio de la capacidad de participar en las decisiones sobre su futuro e impedir su mercantilización por parte del capital inmobiliario. En este proceso, los ciudadanos construyen conceptualmente el significado de su barrio mediante la creación o consolidación de una identidad común y la delimitación respecto del resto de la ciudad a partir del reconocimiento de atributos que son simbolizados como bienes urbanos valiosos. Analizando expedientes presentados por barrios chilenos que lograron ser protegidos, se evidencia que este acto político encierra una potencial contradicción en el ejercicio del “derecho a la ciudad”: la exclusión de los ciudadanos del resto de la ciudad respecto de la producción de ese barrio y el goce de sus bienes así como la profundización de la concepción mercantil de éste.
Palabras clave: Ciudad, Turismo, Sostenibilidad
Abstract
Urban mobilizations regarding the patrimonial declaration of a neighborhood as a heritage place can be considered as political acts. They might be understood as a claim of the “right to the city”, because they imply citizen participation and citizen decision-making regarding the neighborhood topics, and they imply a fight against the neighborhood commodification by capital investors. In this process, citizens conceptually construct what they understand as the meaning or the sense of their neighborhood. This is achieved through the creation or consolidation of a common identity and through the delimitation of the boarders of the neighborhood as opposed to the rest of the city by recognizing urban attributes that are symbolized as valuable urban elements. After analyzing files and documentation about Chilean neighborhoods that have been protected, it is possible to argue that this political act contains a potential contradiction related to the “right to the city”. This contradiction is associated to the fact that the citizens that inhabit the rest of the city get potentially excluded from the production and creation of each specific neighborhood and from the enjoyment of its goods, additionally implying a possible increase and strengthening of the mercantile conception of the neighborhood.
Keywords: Right to the city, Heritage, Neighborhood
"Consumidores ambulantes"
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Los procesos de crecimiento en extensión de las ciudades latinoamericanas, han incrementado la movilidad cotidiana de las personas, las cuales demandan cada vez más bienes y servicios en sus vertiginosos flujos diarios. El comercio ambulante, emerge como una respuesta a las necesidades, apropiándose para este efecto del espacio público.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: Los procesos de crecimiento en extensión de las ciudades latinoamericanas, han incrementado la movilidad cotidiana de las personas, las cuales demandan cada vez más bienes y servicios en sus vertiginosos flujos diarios. El comercio ambulante, en este contexto, emerge como una respuesta a las necesidades de estos consumidores móviles, apropiándose para este efecto del espacio público, tanto en veredas, medios de transporte, como esquinas y semáforos. El comercio ambulante, más allá de una estrategia de sobrevivencia, como una alternativa a las demandas de personas con nuevos estilos de vida metropolitanos, es lo que busca revisitar esta sección de prácticas.
Palabras clave:
comercio ambulante, crecimiento en expansión, movilidad cotidiana
En Chile existen 849.097 emprendedores informales (Ministerio de Economía, 2013), que en su mayoría corresponden a mujeres, jóvenes, adultos mayores, migrantes y trabajadores de baja calificación. En el contexto latinoamericano Chile es el país con menor incidencia de economía informal, la que alcanza a un 37%, mientras el promedio para la región es de un 59% (Contreras, de Mello, & Puentes, 2008), sin embargo, esta cifra es bastante superior a países de la OCDE, donde el empleo informal bordea el 10 al 15%.
Tradicionalmente los estudios en la materia se han enfocado en el comerciante informal, en sus motivaciones, sus características y los principales factores que inciden en la configuración de este fenómeno. Sin embargo, existe escasa literatura respecto de los consumidores de estos comerciantes, de la implicancia de las trasformaciones urbanas en el desarrollo del comercio ambulante y de su relevancia en nuestra historia.
Las ciudades latinoamericanas en las últimas décadas han vivido una metamorfosis urbana caracterizada por su metropolización expandida y conjuntamente, asociado a las desigualdades socioespaciales, un proceso de fragmentación (De Mattos, 2010). La difusión de las TIC, la intensificación de la conectividad y la movilidad y la liberalización del suelo urbano, han ampliado las opciones de localización de las personas y facilitado el distanciamiento de los sectores residenciales del centro de la ciudad, aumentando la movilidad cotidiana de las personas y los flujos al interior de la metrópolis.
En este contexto los ciudadanos en sus movilidades cotidianas, requieren satisfacer múltiples necesidades que los convierten en “consumidores ambulantes” (Durán, 2013), demandando prácticas móviles de consumo en sus espacios de tránsito cotidiano, ya sea el transporte público o en la calle, que el comercio establecido satisface sólo parcialmente, por lo que el comercio ambulante emerge como una alternativa para responder a estas demandas, a través de la apropiación del espacio público, como la calle, la micro, la esquina o el semáforo.
De esta manera, el comercio informal junto con constituirse en una estrategia informal de empleo, se convierte en una práctica que permite dar respuesta a las necesidades de quienes realizan movilidades cotidianas, siendo en este sentido los clientes más ambulantes que los propios vendedores (Durán, 2013). Como señala Salazar (2013), la venta ambulante resulta de la relación entre vendedores y un movimiento libre de consumidores, que se despliegan en un flujo permanente.
Im1. Vendedora de sopaipillas. /Fuente: http://civilizandochile.blogspot.com
Este fenómeno se acentúa en comunas que son prestadoras de servicios a nivel metropolitano, que concentran gran parte de los flujos de la movilidad cotidiana de las personas, como en el caso de Santiago, que recibe diariamente una población flotante de 1,8 millones de personas, lo que corresponde a 9 veces la población comunal (Municipio de Santiago, 2015).
Este comercio informal que se organiza en torno a los flujos, ha sido caracterizado en un estudio de Tokman (2009), de acuerdo a diversas tipologías en relación a su ubicación (en vereda, en transporte, en esquina, etc), y en relación a su grado de formalidad e informalidad.
Tabla 1. Tipología Comercio Ambulante / Fuente: Tokman (2009) y Ministerio de Economía (2015)
Respecto de esta última característica, la formalidad/informalidad del comercio ambulante, llama la atención la constante pugna entre el comercio ambulante y “la ley”, que de acuerdo a Salazar (2003) se remonta hasta el siglo XV, cuando los reyes católicos prohibieron las ferias libres en un intento por monopolizar el intercambio mercantil, que se hace extensivo a los posteriores estados-nación y su alianza con los grandes capitales, donde los bolicheros y regatones fueron los antecesores de los actuales ambulantes.
Im2. Vendedor ambulante en Chile inicios del siglo XX
Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Economic_history_of_Chile
Desde entonces hasta la actualidad el comercio ambulante es perseguido por asociarse a la criminalidad, a la falta de higiene, porque entorpece las líneas de circulación del espacio público (Garcés, 2014). Se considera a los vendedores ambulantes “free-riders”, una competencia desleal al comercio establecido, por no pagar impuestos, patentes ni derechos.
Im3. Operativo de fiscalización de carabineros de venta en vía pública
Fuente: http://www.concepcion.cl/noticia/municipio-y-carabineros-actuan-contra-comercio-ambulante/
Y paradójiamente este comercio callejero es reeditado a través de una nueva tendencia elitizada, la de los carros de comida versión gourmet que se denominan “food truck”, lo que termina reafirmando la pertinencia que tiene el ambulantaje en dar respuesta a las necesidades de las personas en sus movilidades cotidianas en ciudades metropolitanas.
Im4. Carro food truck/Fuente: www.foodtracker.cl
Referencias
Contreras, D., de Mello, L., & Puentes, E. (2008). Tackling Business and Labour Informality in Chile. OECD Economics Department Working Papers (607), OECD Publishing.
De Mattos, C. (2010). Globalización y metamorfosis metropolitana en América Latina: De la ciudad a lo urbano generalizado. Revista de Geografía Norte Grande, (47), 81-104. Recuperado en 17 de julio de 2015, de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34022010000300005&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-34022010000300005.
Durán, L. (2013). Espacios Públicos, ventas y clientelas ambulantes en San José de Costa Rica. On the w@ter front, 57-77.
Garcés, A. (2014). Contra el espacio público: criminalización e higienización en la migración peruana en Santiago de Chile. Revista Eure (121), 141-162.
Ministerio de Economía. (2013). Emprendimiento Formal e Informal en Chile.
Salazar, G. (2003). Ferias Libres. Espacio residual de soberanía ciudadana. Santiago: Ediciones Sur.
Tokman, V. (2009). De la informalidad a la modernidad. Boletin Cinterfor (155), 9-32.
"Maitencillo: de las casas de veraneo a los mega proyectos"
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Maitencillo, un balneario tradicional del litoral central de Chile, ha comenzado hace 8 años a atraer grandes proyectos inmobiliarios orientados a satisfacer la creciente demanda de segunda vivienda. En un sector que no cuenta con infraestructura vial ni sanitaria que soporte estas densidades, los potenciales impactos de estos cambios para a los antiguos residentes, han hecho que se movilicen y hagan frente a estos proyectos, cuyos flujos amenazan su calidad de vida.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Isabel Young. Trabajadora Social, PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Resumen: Maitencillo, un balneario tradicional del litoral central de Chile, ha comenzado hace 8 años a atraer grandes proyectos inmobiliarios orientados a satisfacer la creciente demanda de segunda vivienda. En un sector que no cuenta con infraestructura vial ni sanitaria que soporte estas densidades, los potenciales impactos de estos cambios para a los antiguos residentes -que ya están experimentando la falta de agua potable cada verano- han hecho que se movilicen y hagan frente a estos proyectos, cuyos flujos amenazan su calidad de vida.
Palabras clave:
Maitencillo, segunda vivienda, externalidades negativas
Desde el año 2007 comenzó un giro en el mercado de segunda vivienda en Maitencillo, dando paso de las casas aisladas y cabañas, a proyectos de torres de edificios en condominios y grandes hoteles, aprovechando los últimos terrenos en cerro de esta zona costera que ofrecían vista al mar (Portal Inmobiliario, 2007).
Estas nuevas iniciativas inmobiliarias presentaron una férrea oposición de residentes y de los primeros dueños de casas de veraneo, por las diversas externalidades negativas que presentaban las propuestas. Dos fueron los proyectos que generaron mayor controversia: “Costa Laguna” y “Rocas de Maitencillo”. El proyecto Costa Laguna, se presenta como una extensión del conjunto Marbella, siendo en su 30% propiedad de los mismos inversores. En su diseño inicial consideraba 304 departamentos, de 103 m2 a 130 m2, en un total de 21 edificios de tres pisos de altura. Estos edificios se construirán en torno a una laguna de 28.000 m2 la que sería desarrollada por Crystal Lagoons (Proyecto Inmobiliario Costa Laguna, 2012), similar a la de San Alfonso del Mar -que tiene el record de ser la más grande del mundo-, situación que puso en pie de guerra a los vecinos de Maitencillo, ya que duplicaría el consumo de agua en un balneario que se abastece de agua de pozo y que ya presenta problemas de abastecimiento (La Tercera, 2014).
Im1. Laguna Artificial San Alfonso del Mar / Fuente: www.arqchile.cl
Por su parte, Rocas de Maitencillo en su propuesta inicial consideraba un edificio de 8 pisos, con un total de 158 departamentos desarrollados en 18.877m2 (Zentra Desarrollo Inmobiliario, 2015), ubicado en el antiguo Hotel Las Rocas, junto a la caleta de pescadores y la playa El Abanico caracterizada por la concurrencia de surfistas.
Im2. Proyecto Las Rocas de Maitencillo / Fuente: www.rocasdemaitencillo.cl
Im3. Antiguo Hotel Las Rocas de Maitencillo / Fuente: No a las Rocas de Maitencillo
Este proyecto ha generado la reacción de los vecinos porque considera restringir el acceso al roquerío tradicional de esta playa, teniendo un fuerte impacto en un patrimonio natural de la zona. A esto se suman los problemas de agua, alcantarillado e impacto vial en un sector que no cuenta con la infraestructura para soportar esta densidad.
A partir de este escenario se han generado movimientos ciudadanos que han agrupado a juntas de vecinos, asociaciones de pescadores y propietarios de las primeras casas de veraneo. Uno de los movimientos es “No a las rocas de Maitencillo”, agrupación que ha generado diversas acciones como marchas, actividades culturales, difusión de sus demandas en redes sociales y también acciones legales para detener el proyecto, recurriendo en Enero del año 2014 a la Corte Suprema. Sin embargo, este recurso no fue acogido y en octubre del año 2014 el proyecto inició las obras correspondientes.
Im4. Logo No a las rocas de Maitencillo / Fuente: http://www.noarocasdemaitencillo.cl
A partir del análisis de este caso, se releva la necesidad de abordar la problemática de pequeñas localidades de interés turístico, que dada la creciente demanda por la construcción de segunda vivienda, reciben los impactos del incremento repentino de los flujos de personas de manera estacionaria sin contar con las condiciones para responder a esta invasión.
Por otra parte, resulta cuestionable la construcción de megaproyectos en sectores que no cuentan con la capacidad vial, de infraestructura sanitaria ni el equipamiento urbano para acoger estas densidades, generando un impacto urbano de proporciones, que pone en riesgo la calidad de vida de los antiguos residentes, pero al mismo tiempo de los futuros residentes, como ya se ha dado cuenta en el caso de Maitencillo respecto de los habitantes del resort Marbella (Yañez, 2014), que presentan molestias por problemas con el sistema de tratamiento de aguas servidas.
Las transformaciones en la matriz social de estos balnearios, es también un tema complejo y no abordado por los movimientos ciudadanos, observándose en otros sectores del litoral que han albergado estos proyectos procesos de gentrificación (Arriagada & Gana, 2013).
Referencias
Arriagada, C., & Gana, A. (2013). Impactos del desarrollo inmobiliario en localidades costeras del Área Metropolitana. Revista de Urbanismo (28), 27-60.
La Tercera. (15 de 02 de 2014). La batalla por el agua en Maitencillo. págs. http://diario.latercera.com/2014/02/15/01/contenido/reportajes/25-157900-9-la-batalla-por-el-agua-en-maitencillo.shtml.
Portal Inmobiliario. (08 de 05 de 2007). Maitencillo se potencia como mercado de seguda vivienda. pág. http://www.portalinmobiliario.com/diario/noticia.asp?NoticiaID=6445.
Proyecto Inmobiliario Costa Laguna. (2012). Declaración de Impacto Ambiental Proyecto Costa Laguna.
Yañez, D. (11 de 02 de 2014). Los indignados de Marbella. The Clinic, págs.
http://www.theclinic.cl/2014/02/11/los-indignados-de-marbella/.
Zentra Desarrollo Inmobiliario. (04 de 07 de 2015). Rocas de Maitencillo. Obtenido de www.rocasdemaitencillo.cl/hitos
"The Venice Syndrome”
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Venecia, la ciudad más romántica del mundo; Lo que es la fantasía de algunos es una invasión insultante para otros.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Laura Quezado, Arquitecta y Urbanista, UFPB (Brasil). Estudiante de Magíster Desarrollo Urbano, PUC (Chile)]
Título: «The Venice Syndrome”
Enlace trailer documental: https://vimeo.com/52491214
Por: Andreas Pichler
Año: 2015
Resumen: Venecia, la ciudad más romántica del mundo; lo que todos los europeos anhelan, el sueño de todos los americanos, el deseo de todos los japoneses. Lo que es la fantasía de algunos es una invasión insultante para otros. Se estima que alrededor de 20 millones de turistas visitan la ciudad al año. Eso significa un promedio de 60 000 visitantes por día en una ciudad con cerca de 58 000 habitantes. Los venecianos están en proceso de éxodo y hoy registra una de sus menores cifras, comparable apenas a la alcanzada tras la Gran Plaga que azotó Venecia en 1438. El documental del director italiano Andreas Pichler es una gran alerta para los impactos destructivos del turismo masivo a ésta que, a pesar de todo, todavía es una hermosa ciudad.
Palabras clave:
Destinos turísticos famosos; Turismo masivo; Éxodo Veneciano
Venecia, la ciudad más romántica del mundo; lo que todos los europeos anhelan, el sueño de todos los americanos, el deseo de todos los japoneses. Lo que es la fantasía de algunos es una invasión insultante para otros. Más un típico día comienza en la bella ciudad de Venecia; monstruosos cruceros invaden los frágiles canales y docenas de buses estacionan en la Piazzale Roma. De estos salen millares de turistas extranjeros dispuestos a caminar solo por algunas horas a través de las concurridas calles empedradas, consumir lo que la efímera visita permite y partir al final del día con la falsa impresión de que han conocido esta joya de la humanidad. Solamente por la noche, en la llamada hora azul, y tras la salida del último crucero, Venecia vuelve al dominio tranquilo de sus habitantes, que aguardan exhaustos el próximo crucero que llegará pronto, junto al amanecer del siguiente día.
Im1. “Crucero turístico atracado en el puerto de Venecia”
Fuente: facebook.com/pages/Das-Venedig-Prinzip-The-Venice-Syndrome
Ya no existen épocas de baja temporada en Venecia. Se estima que alrededor de 20 millones de turistas visitan la ciudad al año. Eso significa un promedio de 60 000 visitantes por día en una ciudad con cerca de 58 000 habitantes. Los venecianos están en proceso de éxodo. Hace treinta años, la ciudad contaba con casi 200 000 habitantes y hoy registra una de sus menores cifras, comparable apenas a la alcanzada tras la Gran Plaga que azotó Venecia en 1438.
Im2. “Veneciano observa multidumbre de turistas”
Fuente: facebook.com/pages/Das-Venedig-Prinzip-The-Venice-Syndrome
Uno podría pensar que el turismo sería una importante inyección de dinero para la ciudad – de hecho prácticamente es la única actividad económica de Venecia –; sin embargo, gran parte del dinero generado va directamente a las manos de grandes empresas multinacionales que, con la connivencia del Estado, detienen el control sobre economía de la ciudad. El documental del director italiano Andreas Pichler es una gran alerta para los impactos destructivos del turismo masivo a ésta que, a pesar de todo, todavía es una hermosa ciudad. Tejiendo cuidadosamente escenas del cotidiano de la ciudad y conmovedores relatos de venecianos, el director enseña la decadencia invisible que padece Venecia.
Im3. “La resistencia veneciana frente al turismo masivo”
Fuente: facebook.com/pages/Das-Venedig-Prinzip-The-Venice-Syndrome
Físicamente, los grandes y lujosos palacios de otrora se están desmoronando por falta de reparaciones adecuadas. Los precios de venta y arriendo de bienes raíces son regidos por especuladores extranjeros y no queda otra opción a los venecianos, muchos de ellos de edad avanzada, sino dejar la isla hacia la parte continental. A pesar de albergar dos grandes e importantes universidades, la gran mayoría de los jóvenes profesionales venecianos dejan la ciudad en busca de empleo. En los pocos negocios de la ciudad sobran botellas de Campari y Aperol – famosos copetes italianos –, pero faltan productos de primera necesidad, como leche. Sobran malls y tiendas de suvenir, pero la oficina central de correos fue cerrada y su edificio vendido al Grupo Benetton. Inversamente de la difícil realidad cotidiana, los lugareños muestran mucho humor y entusiasmo en sus relatos. Hay mucha ira también, dirigida especialmente, a la evidente falta de voluntad política de los gobiernos locales y nacionales que podrían intervenir, pero dejan todo a las fuerzas del mercado. Una reivindicación que suena familiar.
Im4. “Ex-gondolero veneciano relata de su decisión de cambiarse hacia el continente” / Fuente: facebook.com/pages/Das-Venedig-Prinzip-The-Venice-Syndrome
A pesar del pronóstico poco promisor para Venecia, “The Venice Syndrome” se constituye en tarea obligatoria a todos los que han estado en el papel de turista alguna vez.
“Emigrar para ser caboverdiano”
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Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde tiene una de las más altas tazas de emigración del mundo. Se estima que dos tercios de su población viven “en la diáspora.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Laura Quezado, Arquitecta y Urbanista, UFPB (Brasil). Estudiante de Magíster Desarrollo Urbano, PUC (Chile)]
Título: “Emigrar para ser caboverdiano”
Enlace documental: http://www.publico.pt/multimedia/video/emigrar-para-ser-caboverdiano-20150703-175152
Por: Joana Gorjão Henriques e Frederico Batista
Año: 2015
Resumen: Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde es el quinto lugar en la lista de los países con altas taza de emigración, se estima que un millón de caboverdianos viven “en la diáspora”. Preguntar a un caboverdiano si alguien de su familia vive fuera, resulta gracioso, pues siempre contestan que es obvio que toda la gente tiene a algún familiar en esa condición.
Palabras clave:
Diáspora; Emigración; Cabo Verde
Diáspora, palabra de origen griega, es usada para designar la dispersión de un pueblo o comunidad humana por diversos lugares del mundo, en especial la de los judíos después de la destrucción del reino de Israel (siglo vi a. C.). Para los caboverdianos la palabra diáspora es cotidiana; está en el imaginario colectivo, en las canciones, en la literatura, es parte del carácter nacional. Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde es el quinto en el topo de los países con altas taza de emigración – mientras la población residente el país se aproxima de los 500 mil habitantes, estimase que un millón de caboverdianos viven “en la diáspora”. Preguntar a un caboverdiano si hay alguien en su familia vive afuera, resulta chistoso, pues siempre lo contestan: es obvio que toda la gente lo tiene.
Im1. ‘Vista de la ciudad de Praia, capital de Cabo Verde’ / Fuente: publico.pt
El corto-metraje documental Emigrar para ser caboverdiano introduce, a partir de breve relatos de los que quedaran en el país, a la dimensión económica, social y cultural de la diáspora en Cabo Verde. La antropóloga Eufémia Vicente Rocha cuenta que su padre en los años 1960 se fue solo a vivir en la diáspora y apenas en los años 1970 convenció a su esposa a venir. Sin embargo, ella nunca se acostumbró a la vida de emigrante y durante muchos años estuvo en constante tránsito entre Portugal y Cabo Verde, “virando la vida”, trabajando con actividades de compra y venta intensa. Solo de esta forma su familia logró, en Cabo Verde, construir una casa y comprar un auto. Cuenta Eufémia, que a pesar del constante recuerdo de su madre de lo cuan había sufrido para “triunfar en la vida”, siempre tuvo en claro que todo no sería posible sin la emigración. Esa es la historia de muchos caboverdianos.
Im2. ‘‘En la casa de la antropóloga Eufémia Vicente Rocha’ / Fuente: publico.pt
Cabo Verde obtuvo independencia de Portugal en 5 de julio de 1975. Los principales movimientos independentistas en el país tuvieron un suporte significativo asegurado por la diáspora. Tanto por la diáspora caboverdiana residente en África, desde Senegal, como por la diáspora caboverdiana reside en Europa, desde Holanda y Francia, por ejemplo. Afuera del país se criaran comités de apoyo, lazos de solidaridad y lugares de reclutamiento determinantes para el éxito de la independencia.
Actualmente, estimase que las remesas provenientes de la diáspora correspondan a cerca de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de Cabo Verde. El país no tiene industrias, aposta casi que exclusivamente en servicios portuarios y aeroportuarios. En este contexto, la diáspora se constituye en la principal fuente de ingresos para el país – alrededor de 100 a 120 millones de euros son enviados de esta forma al país por año. La diáspora es tan importante para el país que el gobierno ha criado el Ministerio de las Comunidades dedicado exclusivamente a los emigrantes. Francisco Avelino Carvalho, Director General de las Comunidades, un profesional de las emigraciones como se auto- denomina, relata del momento en que se dio cuenta de que tenía entre sus contactos de celular más gente en la diáspora que dentro de Cabo Verde. “Yo soy el único de la familia que está acá”, cuenta Francisco.
Para Abraão Vicente, artista plástico y activista político, la diáspora es crucial y siempre estuvo presente en la cultura del país. Para él, la diáspora representa tanto “las personas que allá están”, como, sobre todo, la influencia que estas ejercen en el comportamiento de aquellos que siguen en Cabo Verde. Como relata el artista actualmente se consume mucho más de lo que viene de los Estados Unidos, principal destino de los caboverdianos, de lo que viene de Portugal o de Francia, países metrópolis de otrora. Abrãao cree que Cabo Verde tiene una cultura un poco “a la israelita”, reconoce como compatriota la segunda, cuarta, quinta generación de los nacidos fuera del país; desde que uno tenga un familiar caboverdiano, será siempre un caboverdiano. Esto acaba por aumentar la dimensión del propio país, un pequeño archipiélago con un poco más de 4.000 km² de extensión (seis veces el tamaño de la Región Metropolitana de Santiago). Para la Ministra de las Comunidades, Fernanda Fernandes, el aporte de la diáspora al desarrollo del país va mucho más allá de la dimensión económica. Hay otra cara del aporte que no es cuantificado: Cabo Verde era un país que “no estaba en el mapa” y se hizo conocido, precisamente, a partir de sus conterráneos dispersos por todo el mundo.
Im3. ‘‘Típico anuncio encontrado en la ciudad de Praia’ / Fuente: publico.pt
Incluso en la música popular caboverdiana es frecuente los temas de emigración y del sentimiento de separación. El ritmo morna (tibia, en castellano), una especie de blues caboverdiano, tiene como su temática principal el dolor de la separación y distancia de la tierra y de la gente. El dinero que es enviado al país no completa el vacío que el familiar emigrado deja en su hogar. Para el activista Jorge Andrade, la independencia del país debería haber sido la resolución para los problemas de económicos del país, pero la gran mayoría de la población no tiene otra opción de trabajo sino la emigración. Mismo independiente políticamente, Cabo Verde sigue dependiendo económicamente de otros países; “nuestra diáspora es el símbolo de la ineficacia en superar esa pobreza”, concluí Jorge.
Im3. ‘Publicidad encontrada en el aeropuerto de Cabo Verde’ / Fuente: publico.pt
La diáspora acaba por alargar la visión que uno tiene de la familia caboverdiana. Son inúmeras las configuraciones familiares consecuentes de la emigración. Hombres que parten y dejan a sus mujeres, o padres que deciden volver pero sus hijos optan por quedar. “Es mucho más que el modelo occidental de familia nuclear”; “Crecí viendo a mis padres construyeren un conjunto de estructuras no solo pensando en sus hijos, sino que en su familia ampliada que puede llegar a cualquier momento de otro país”, explica Eufémia.
"Caracterizando a la población migrante urbana: un desafío en el contexto de las migraciones sur-sur"
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Al entender el espacio como producto social y la ciudad como un vehículo que permite la integración, resulta imposible dejar de lado las migraciones internacionales, las cuales son uno de los muchos resultados que ha ido construyendo el proceso de globalización económica y cultural. A nivel mundial, se estima que una de cada cincuenta personas vive fuera de su país de origen, ya sea en condición de refugiado o migranteu calidad de vida.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Jonathan Uri Colodro Gotthelf. Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Im1.Segunda jornada de la Consulta Migrante de Quilicura. 24 de mayo de 2015
Fuente: Elaboración propia.
Al entender el espacio como producto social y la ciudad como un vehículo que permite la integración, resulta imposible dejar de lado las migraciones internacionales, las cuales son uno de los muchos resultados que ha ido construyendo el proceso de globalización económica y cultural. A nivel mundial, se estima que una de cada cincuenta personas vive fuera de su país de origen, ya sea en condición de refugiado o migrante (Taran, 2001). En el contexto regional, son unos 25 millones de latinoamericanos quienes tienen esta condición (IOM, 2009).
Gracias al progreso económico desde el punto de vista de las macro-cifras y la estabilidad política que ha caracterizado a Chile en los últimos años, es que el país se ha ido convirtiendo lentamente en un espacio atractivo para personas que buscan desarrollar sus vidas en otros países, por motivos que pueden ser personales, políticos, laborales, o en búsqueda de mayor seguridad (Taran, 2001). Se trata, entonces, de las denominadas “migraciones sur-sur”, las cuales están cambiando la fisonomía reciente de los movimientos migratorios, trayendo un nuevo contexto que los Estados deberán afrontar con la altura de su complejidad, y apoyados en organismos internacionales (OIM, 2013).
Primero, se vio una gran oleada de migración peruana, acaecida a partir de la década de los 90 (Torres, 2010); sin embargo, desde hace ya un tiempo que el origen de la población migrante establecida en Chile ha variado profundamente. Ya no vienen sólo de Perú, sino que el espectro abarca las más variadas nacionalidades, predominando aquellas provenientes de Latinoamérica, por la cercanía geográfica y cultural. Además de lo anterior, también aparecen contingentes de migrantes de países más lejanos como Haití, donde la lengua se convierte en una barrera no menor a la hora de pensar en su integración a la sociedad chilena.
Tras el fracaso del Censo de Población y Vivienda realizado el año 2012, es que ha surgido un gran vacío en términos de la cantidad, calidad y detalle de la información que se tiene sobre la población migrante. Se sabe, a priori, que ha aumentado y que ha habido cambios no sólo en su procedencia, sino que también en sus patrones de asentamiento, condiciones de vida, uso del espacio cotidiano, rubros profesionales y forma de entender y vivir la ciudad, variando las lógicas espaciales del territorio urbano. En este sentido, a la fecha ha sido difícil elaborar políticas adecuadas que permitan integrar al colectivo migrante no sólo en la planificación urbana, sino que también en otros aspectos que abarcan las variadas dimensiones de la vida cotidiana, teniendo en cuenta la diversidad de lenguas, dinámicas demográficas, prácticas culturales y otros aspectos que finalmente se cristalizan en el territorio y que las personas migrantes demandan de la misma forma que cualquier otro ciudadano.
La comuna de Quilicura, ubicada en la Región Metropolitana de Santiago, tiene su asentamiento urbano principal conurbado con el Gran Santiago. Se trata de un espacio que recientemente fue periurbano, y que desde hace no más de una década que se ha integrado a la trama urbana y a las lógicas funcionales de la Capital. Si bien, siempre ha habido una tendencia a que la población migrante busque residencia dentro del anillo pericentral de Santiago (Torres, 2010), hoy esos patrones de asentamiento han cambiado, convirtiéndose, también Quilicura, en uno de los grandes focos de residencia de la población extranjera. Esto se explica por numerosos motivos, entre los que destaca su vocación industrial. Ante esta situación de inexistencia de información, y con el objetivo de fomentar políticas públicas que favorezcan la integración, es que el municipio creó la Oficina de Atención Municipal a personas Migrantes y Refugiadas. A pesar de que su aporte ha sido notable, al punto de que otros municipios también hayan decidido abrir oficinas con el mismo rol, seguía habiendo un vacío en cuanto a la sistematización de información referida a la población migrante. Es por ello, que con la asistencia técnica de la Organización Internacional para las Migraciones, y el aporte de académicos de las universidades de Chile, Católica, USACH y Central, se elabora un instrumento de caracterización demográfica y socio-económica de la población migrante y refugiada residente en Quilicura [1]. Los días 17 y 24 de mayo del 2015 se llevó a cabo la Primera Consulta Migrante, siendo un proceso inédito realizado en el país. Se completaron más de 1000 encuestas, las cuales se encuentran en un proceso de análisis de sus resultados.
El ejercicio realizado en Quilicura, es sin duda un procedimiento de gran valor en todo sentido. Al analizarlo desde la Geografía Urbana, se está buscando dejar atrás la invisibilización de un fenómeno cada vez más común, tanto en la Academia y como en la esfera de la administración pública. La migración está cambiando la fisonomía social de las ciudades chilenas, incorporando riqueza cultural y diversidad a los espacios urbanos. Es por ello que resulta esencial conocer en detalle a esta población migrante, con el fin de poder proporcionarles herramientas que les permitan desarrollarse de la mejor manera posible en el país, integrándose a una sociedad distinta a la propia, pero que está en constante cambio y evolución. Es necesario, también, incorporar políticas públicas que tengan en consideración a los migrantes y sus necesidades, con el objetivo de garantizarles no sólo el derecho a la ciudad, sino que también el cumplimiento de sus derechos fundamentales.
El urbanismo y la planificación urbana ejercen un rol fundamental en este proceso. Al minuto de pensar en las ciudades hay que tener en consideración a todos los colectivos que coexisten en su interior, teniendo en cuenta la presencia de reproducciones de experiencias espaciales líquidas foráneas, que finalmente se integrarán a la trama urbana de forma sólida. Esta situación puede generar muchas veces una mala reacción por parte de la población receptora, motivo por el cual se requiere de un espacial cuidado en la toma de decisiones, buscando la generación de políticas que integren la idea de la diversidad como una riqueza de la sociedad y no como una amenaza.
Finalmente, el ejemplo de la Consulta Migrante pretende constituir la primera piedra de una serie de procesos que el país deberá afrontar para que las cada vez más comunes migraciones internacionales, tengan un final exitoso para las personas que se arriesgan a abandonar su país y adoptar uno nuevo para desarrollar sus vidas. Todavía está en deuda la redacción de una Ley de Migraciones, y la necesidad de ejecutar adecuadamente el Censo de Población y Vivienda. Sin duda, todos estos procesos importantes, así también como pequeños aportes como el de Quilicura, ayudarán a construir un Chile más justo y equitativo, con visión de futuro.
NOTAS AL PIE
[1] El instrumento nace como idea original de la Municipalidad de Quilicura a través de la Oficina de Migrantes y Refugiados, siendo gestora y organizadora de la Mesa Metropolitana de Universidades y Migración. Quienes elaboran este instrumento son los académicos Dra. Caterine Galaz y Dra María Antonieta Urquieta de la Universidad de Chile; Mg. Raúl Zarzuri del Centro de estudios socioculturales (CESC), Mg. Carolina Jorquera de la Universidad de Santiago, Dra Fabiola Cortez-Monroy de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Dra. Daisy Margarit de la Universidad Central. Dicho proceso y elaboración fue acompañado por Paulina Aldana Gárate, Antropóloga Social y profesional OIM Chile. OIM y ACNUR, como organismos internacionales expertos, participan y validan este instrumento como herramienta para desarrollar catastros comunales de población migrante y refugiada.
BIBLIOGRAFÍA
-ELIZALDE, A.; THAYER, L.E. y CÓRDOVA, M.G. (2013). Migraciones sur-sur: paradojas globales y promesas locales. En Polis N°35 [en línea]. Fecha de consulta: 10 de julio de 2015.
-ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2009). Políticas Públicas sobre Migración Laboral: Herramientas y buenas prácticas. Organización Internacional para las Migraciones Misión México: México.
-ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2013). La migración sur-sur: asociarse de manera estratégica en pos del desarrollo. En: Diálogo Internacional sobre la Migración en 2014 Movilidad humana y desarrollo: Tendencias emergentes y nuevas oportunidades para establecer alianzas. Documento de antecedentes.
-TARAN, P. (2001). Human Rights for Migrants: Challenges of the New Decade. En APPLEYARD, R. The Human Rights of Migrants. International Organization for Migration and United Nations: Switzerland.
-TORRES, A e HIDALGO, R. (2009). Los peruanos en Santiago de Chile: transformaciones urbanas y percepción de inmigrantes. Polis Vol. 8, N°22. Santiago de Chile.
"La Transformación del Conflicto: Desplazamiento y migración interna en Colombia. El reto de las ciudades"
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Recientemente Colombia y sus ciudades han estado en el panorama del Urbanismo y la Planificación mundiales y se las ha tomado como casos de estudio paradigmáticos, muchos programas de televisión y videos de internet se han publicado sobre el “Urbanismo Social” de Medellín, que fue sede del último Foro Urbano Mundial el año pasado. su calidad de vida.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Luis Hernando Lozano Paredes. Arquitecto, Universidad de Belgrano, Buenos Aires, Argentina,Investigador Junior, Universidad de Belgrano | UNIGIS América Latina]
Im1. Fuente: Elaboración propia.
Recientemente Colombia y sus ciudades han estado en el panorama del Urbanismo y la Planificación mundiales y se las ha tomado como casos de estudio paradigmáticos, muchos programas de televisión y videos de internet se han publicado sobre el “Urbanismo Social” de Medellín, que fue sede del último Foro Urbano Mundial el año pasado. Premios se han dado a los diferentes sistemas de BRT (Bus Rapid Transit) que ha implementado este país, siendo su mayor referente el Transmilenio el sistema tan problemático como exitoso de la capital Colombiana.
En medio de las negociaciones de paz que el gobierno Colombiano está llevando a cabo en la Habana, se observa que el país finalmente podría, después de décadas de conflicto, encontrar una resolución a los diversos problemas de violencia e inestabilidad que lo han aquejado. Colombia ha tenido un crecimiento económico exponencial y por primera vez en la historia el país ha empezado el debate acerca de un futuro como nación desarrollada y con bienestar para todos sus ciudadanos.
Sin embargo, muchos problemas de actualidad urbana de Colombia no se pueden ignorar con una fachada de crecimiento y esperanza, especialmente si uno de los principales problemas que enfrentan las ciudades Colombianas todavía no se ha resuelto.
El conflicto interno que afectó a Colombia en los últimos cuarenta años ha forzado a más de cinco millones de migrantes –desplazados- internos [1][2], a abandonar sus casas rurales, causando una verdadera despoblación de las zonas rurales de un país otrora agrícola, ganadero y campesino que recientemente se ha transformado en un país netamente urbano.
Un proceso que ya venía desarrollándose desde la década de 1960 se ha consolidado por el agravamiento del conflicto y ahora las ciudades se enfrentan al reto de la integración ya que la mayoría de aquellos ciudadanos desplazados por el conflicto se han instalado en las ciudades grandes e intermedias, lo que en definitiva representa una búsqueda de seguridad, de un ambiente urbano con servicios ausentes en el ámbito rural y principalmente sin la violencia y el reclutamiento forzado de los grupos armados ilegales. La problemática surge ya que estos migrantes internos se han instalado en los sectores más carenciados de las ciudades, en las laderas de las montañas o en zonas costeras o periféricas sujetas a procesos de inundación latente.
Im2. Asentamiento Morro de Basuras de Moravia – Medellín Fuente: http://samis391.files.wordpress.com/2010/06/imagen1morro-arriba-del-blog.jpg
Esta población que arriba desde las zonas rurales encuentra dificultades para integrarse plenamente al tejido social de las diferentes ciudades del país, siendo la agricultura su principal actividad previa; se ven imposibilitados a su práctica, por lo cual deben encontrar otras formas de sustento que tristemente deriva, en muchos casos, hacia una estigmatización por parte de la población urbana que los considera un elemento de “invasión”, de hecho en el léxico mismo de los colombianos, estos barrios de ocupación territorial y tugurización son denominados “invasiones”, de lleno no son verdaderamente parte de la ciudad.
Ante esta situación y esta nueva estructura social latente de las urbes colombianas, el país necesita tomar el problema y debatir definitivamente la realidad de su transformación en un país urbano, donde este “Urbanismo Social” tan premiado expanda sus horizontes y tome en consideración qué hacer con estos nuevos habitantes de la ciudad, ya que el Urbanismo no se trata solamente de crear infraestructura de calidad o aparecer en rankings internacionales de buenas prácticas urbanas sino, en definitiva, el hacer la vida en las ciudades mejor para todos sus habitantes; en Colombia esto es un imperativo para los nuevos habitantes urbanos.
Parte de este debate está dándose por medio de un proceso de restitución de tierras apropiadas en el campo, sin embargo para aquellos –la gran mayoría- que deciden permanecer en las ciudades, es imperativo generar nuevas propuestas de adaptación de los saberes acumulados de la población en movimiento y hacer que los mismos traigan beneficio a las urbes en conjunción con una definitiva inserción de la población en el tejido social de las ciudades colombianas. El reto está en traer la agricultura a las ciudades [3]
Esta incorporación de la agricultura urbana se tiene que entender como un otorgamiento de oportunidades a esa población que llega y renueva la cara de la ciudad al permitirles la posibilidad de volver a habitar en un medio similar del cual tuvieron que salir por causa de la violencia y lo más importante poder vivir del producto que generan estos nuevos espacios de cultivo en las ciudades, llevando este producto con menor costo y mayor calidad a los consumidores centrales.
Im3. “Colectivo Cores” –La Paralela. Consultado el 30 de Junio de 2015. https://colectivocores.wordpress.com/laparalela/
En lugar de una apropiación indiscriminada del espacio público -como podrían ser consideradas estas huertas urbanas – este tipo de iniciativas deben ser vistas como la participación que cada ciudadano colombiano, que se ha visto afectado por el conflicto, tiene en la creación de un nuevo país que se viva desde los espacios urbanos y que logre la reconciliación tan necesitada en esta nación. La creación de espacios urbanos integrados como plazas para la práctica del deporte y para los niños son muchos pasos que el Urbanismo social Colombiano ha llevado a cabo en los últimos años, pero la verdadera integración de la población desplazada en Colombia y su tratamiento como ciudadanos de pleno derecho es en cierta forma la idea de traer “lo mejor del campo a la ciudad”.
El conflicto colombiano ha estado siempre relacionado a la división de las tierras, es un conflicto que surge del latifundio agrícola que poco permitió al campesino minifundista un desarrollo productivo competitivo a la hora del comercio de sus productos, el desplazamiento hacia los centros urbanos tampoco devino en un reemplazo significativo de la fuerza laboral del campesinado hacia una industrialización en las ciudades, por lo que a este respecto, y si Colombia entera quiere verdaderamente enfrentar el pos-conflicto, necesita re adaptar su idea de crecimiento urbano, integrando a todos sus ciudadanos y a la par de un desarrollo industrial y financiero, traer en definitiva aquel minifundio agrícola que nunca se pudo concretar en lo rural al espacio popular y urbano del país.
Para poder enfrentar este desafío, Colombia entera necesita replantear su planificación centralizada y definitivamente dar cabida a estas iniciativas individuales y comunitarias que tienen como meta el desarrollo y el éxito nacional.
¿Qué más le sugeriría a los Urbanistas de Colombia para enfrentar la incorporación de la nueva población en sus ciudades?
Referencias:
[1] El País, Cali, Colombia. 20 de junio de 2014. Consultado el 30 de Junio de 2015. http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/con-53-millones-colombia-segundo-pais-con-desplazados-mundo
[2] Bello A, Martha Nubia. «El desplazamiento forzado en Colombia: acumulación de capital y exclusión social». Universidad Nacional de Colombia. Consultado el 30 de Junio de 2015.
[3] Organización Internacional de las Migraciones-Colombia. Guía de Agricultura Urbana. –Documento consultado el 30 de Junio de 2015. http://www.oim.org.co/poblacion-desplazada/1455-guia-de-agricultura-urbana.html
Entrevista a Axel Molina: "La vivienda social indígena, en cierto sentido ha sido bastante experimental, pero sí ha marcado un precedente desde aquí en adelante de lo que son las políticas públicas en cuanto al desarrollo urbano"
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“La vivienda social indígena, en cierto sentido ha sido bastante experimental, pero sí ha marcado un precedente desde aquí en adelante de lo que son las políticas públicas en cuanto al desarrollo urbano”
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Resignificación urbana de prácticas mapuches: “La vivienda social indígena, en cierto sentido ha sido bastante experimental, pero sí ha marcado un precedente desde aquí en adelante de lo que son las políticas públicas en cuanto al desarrollo urbano”
Axel Molina es profesor de Historia, realizó sus estudios en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y actualmente se encuentra cursando el Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha especializado su foco de análisis en el tema indígena y mapuche, participando en distintas investigaciones sobre esta problemática. Paralelamente posee un proyecto musical llamado Kalfullufken Paillafilu, en el que interpretan canciones afines a la temática mapuche en español y mapudungún.
Palabras clave:
mapuche, indígena, viviendaotidiana
1. Primero, me gustaría que nos cuentes cuál es el contexto en que se estudian los casos de la nueva población mapuche urbana.
La ciudad y lo Mapuche es un gran tema de investigación académica, es un asunto en el que no se ha trabajado mucho y ha dado varias luces a partir de casos de estudio. Es un tema que surge mucho a partir de la experiencia.
En primer lugar, hay que entender un contexto histórico que fundamentalmente es cómo es la forma en que llegan los mapuches a poblar Santiago, en las zonas periféricas principalmente, y es parte de una experiencia bastante contradictoria en términos de conflictividad entre el Estado y el pueblo Mapuche. En este sentido, la gente llega a las ciudades de manera forzada y en condiciones de despojo territorial dentro de lo que fue el contexto de la migración campo-ciudad o éxodo rural en el siglo XX. En este escenario, las personas comienzan a poblar las comunas pertenecientes a la periferia de Santiago en una condición de empobrecimiento, entonces al tender la lógica de la ciudad y lo Mapuche, se puede estudiar mucho desde la situación experiencial, de los hijos migrantes, de los nietos migrantes y así mismo las generaciones que llegaron a este contexto urbano.
2. De qué forma incide la identidad mapuche al momento de tener que habitar y construir el espacio urbano, teniendo en cuenta que no es su espacio natural.
Hoy en día el tema Mapuche forma parte de un desarraigo, la identidad Mapuche muchas veces se ve dentro de los contextos urbanos en constante tensión porque generalmente el espacio al que llegan no es un espacio propio, construido bajo sus lógicas, para este caso es una imposición. Dentro de esta perspectiva, hoy en día lo mapuche está siendo resignificado dentro de las ciudades por la condición en la que se encuentra cerca del 30% de la población mapuche, residiendo en la ciudad de Santiago o en las zonas metropolitanas de Chile, según los datos del Censo del 2002. En este sentido, es fundamental visibilizar el tema dentro de las diferentes áreas de estudio.
Actualmente estamos estudiando los conjuntos habitacionales indígenas que hoy día tienen pertinencia cultural, y dentro de esto, cómo se ha gestado la vivienda social indígena que en cierto sentido ha sido bastante experimental, pero si han marcado un precedente desde aquí en adelante de lo que son las políticas públicas en cuanto al desarrollo urbano de las ciudades. Una crítica que se le puede realizar a la política nacional de desarrollo urbano es que no contempla la variable indígena. Hoy en día el tema indígena es sumamente amplio pero muy pocas políticas públicas lo han tomado en cuenta porque corresponde a un tipo de necesidades específicas, entonces el tema pasa fundamentalmente dentro de la ciudad por una resignificación espacial en todo sentido. Los mismos espacios ceremoniales han tenido una carga de conflictividad; por ejemplo, hay muchas comunidades urbanas que actualmente no tienen lugares donde proyectar o realizar sus prácticas ceremoniales como el nguillatún o el palín y muchas veces se tiene que lidiar con esta conflictividad y generar nuevas prácticas de resignificación de las tradiciones, pero en espacios que no les son propios como por ejemplo, en una cancha de fútbol.
Im1. vivienda social mapuche / Fuente: www.disenoarquitectura.cl
3. ¿Cómo es la condición social actual de la población mapuche urbana y qué tipo de tensiones existen con su contexto?
Desde este contexto se pueden explicar las tensiones y el escenario en el que está situada actualmente la gente. En muchas comunas de la periferia de la ciudad de Santiago se da un proceso de guetización que ha influido de gran manera en la condición del mapuche urbano. Hay muchas personas mapuches que se encuentran en una condición de vulnerabilidad social sumergido en situaciones de droga, narcotráfico, delincuencia y de violencia, y no solamente la violencia entendida dentro del ámbito de la inseguridad sino también una violencia política aplicada desde el Estado, que es un poco lo que está pasando en el sur de Chile.
4. Finalmente, cómo ha sido el proceso de políticas implementadas para conjuntos habitacionales urbanos y qué queda por mejorar en este aspecto.
Hemos podido ver que hoy el tema del mapuche urbano atraviesa toda la visión de pueblo, que no se puede entender fuera de la ciudad ya que todas las políticas y todas las decisiones se toman dentro de estos espacios urbanos. Dentro de esto mi interés y mi perspectiva apuntan hacia esto, el conflicto urbano que se produce a partir de las necesidades indígenas. En este momento estamos estudiando casos de conjuntos habitacionales mapuches, uno en Huechuraba, otro en Cerro Navia y un último caso en Reñaca alto de Viña del Mar y cómo estos casos son parte del problema o de soluciones para estos macro procesos de nueva guetización urbana. Dentro de este punto, son de suma importancia los procesos de diseño y construcción que han tenido estas nuevas casas para comunidades mapuches.
Han tenido gran incidencia la participación de los actores sociales, los comités de vivienda mapuche y los dirigentes. Por otro lado, ha sido de suma importancia la forma y la relación que se ha tenido con el Estado para gestar este tipo de proyectos porque, en cierta forma son procesos que recién se encuentran comenzando y que de algún modo están formando un precedente. Entonces la idea del proyecto es reflejar los actores y los procesos, y desde ahí cómo se puede contemplar una política de desarrollo urbano que en un futuro si considere la variable indígena.
Im2. vivienda social mapuche / Fuente: www.disenoarquitectura.cl
Entrevista a Carolina Stefoni: “El espacio público es un espacio en constante disputa y resignificación, que se va habitando de múltiples maneras por distintos actores"
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“El espacio público es un espacio en constante disputa y resignificación, que se va habitando de múltiples maneras por distintos actores”
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Inmigrantes en Chile: “El espacio público es un espacio en constante disputa y resignificación, que se va habitando de múltiples maneras por distintos actores”
Carolina Stefoni, autora del libro “Migración peruana en Chile: una oportunidad a la integración”, es socióloga de la Universidad Católica de Chile y Magíster en Estudios Culturales de la Universidad de Birmingham, Inglaterra. Actualmente trabaja como docente y Directora del Magíster de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado. Ha enfocado su trabajo en temas sobre migración, participando de diversas investigaciones del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Clacso.
Palabras clave:
inmigrantes, integración, peruanos
1. Primero, cuáles crees que han sido los principales antecedentes históricos que han marcado la inmigración en Chile durante las últimas décadas.
Los antecedentes históricos creo que no son los únicos que inciden en explicar la migración latinoamericana, si bien hay una vinculación que tiene que ver con la vecindad de los países, como es el caso de la cercanía en el caso de Perú, Bolivia y Ecuador, no comenzaría buscando antecedentes históricos para explicar la migración. Creo que tiene que ver con antecedentes económicos dada una relativa estabilidad económica en Chile y el mantenimiento en condiciones de pobreza en los países donde parte la migración, aunque Perú, durante los últimos años ha tenido un desempeño económico a nivel regional importante, gran parte de la migración peruana no viene de Lima, que probablemente es el centro donde se ve más el crecimiento, sino de sectores más alejados de la capital.
2. Entonces, a pesar del crecimiento económico peruano, la tasa de inmigración se ha mantenido.
Desde los noventa en adelante se ha mantenido la tasa de crecimiento, la cual es fuerte, migrando personas no solo desde Lima, sino que principalmente del norte, Chiclayo, Trujillo, etc., que son sectores donde el desarrollo y crecimiento económico del país se ve mucho más tarde. Por otro lado independiente de lo económico, también operan las redes familiares entre los que viven en Chile con sus familiares en sus países de origen. Una vez que se inicia esta cadena tiende a no parar, a no ser que pasara una crisis muy fuerte en Chile. Esto fue lo que ocurrió en Argentina, lo cual detuvo la migración boliviana y peruana, o lo que pasa en actualmente en España, en estos casos las cadenas pueden romperse pero si hay una continuidad y una estabilidad económica, esto adquiere un dinamismo propio.
Creo también que los países de donde provienen las personas hacia Chile, la migración se instala como una opción dentro de los proyectos de vida de las familias y de las personas, porque también son países con una historia de emigración importante. Perú durante la década de los noventa con Fujimori sale mucha gente, en Ecuador también durante finales de los ochenta y toda la década de los noventa se instala como una opción, siempre alguien tiene un conocido que emigró, entonces bueno, si tienes algún problema, quieres conocer otros países o aventurarte a trabajar en otra cosa, está en un orden simbólico la posibilidad de emigrar y eso también lo hace más fácil.
3. ¿De qué forma es posible evidenciar una mejoría en la calidad de vida de los inmigrantes al radicarse en Chile, aun cuando existe una clara estigmatización y segregación hacia inmigrantes de ciertas nacionalidades?
Esa pregunta es difícil y depende en qué momento uno la hace. Si es una persona que recién ha migrado, probablemente su calidad de vida sea bastante deficitaria porque está en un proceso de ajustes, de buscar trabajo y muchas veces trabajos que están precarizados, a esto se le suma no tener un lugar donde vivir, etc., entonces durante el primer año es muy difícil decir que se está efectivamente mejor. Sobre esto, en términos emocionales es igualmente difícil, ya que pueden estar solos o sin sus familias. Ahora si la pregunta se hace 10 años después, y cuando la persona se insertó, obtuvo sus papeles, logró traer a su familia, tiene un trabajo estable, etc., entonces uno dice bueno, hay probablemente mejorías o una situación y calidad de vida que permite decir “me quedo acá y no regreso”. Creo que en la migración siempre hay una racionalidad de parte de las personas, está la opción de volver aunque pueda ser difícil, y si deciden quedarse es porque sigue habiendo esperanza de que puedan estar mejor o porque consideran que las condiciones en Chile son más favorables de las que podrían tener en su país de origen. Muchas veces con niños, las mujeres sobre todo, piensan que aquí se les puede educar mejor, que hay opciones. En Perú por ejemplo, es muy difícil para los sectores que están más postergados. Existe una clase media y alta que están muy bien instaladas y acomodadas que no van a emigrar, por cierto, pero en los sectores más pobres las opciones se reducen y consideran que emigrando se podría estar mejor, o al menos se mantiene la esperanza de ello.
4. ¿A partir de qué ámbitos de la vida se conforman las redes de apoyo entre inmigrantes de un mismo grupo o nacionalidad y cómo relaciona esto con el territorio?
Las redes están siempre presentes, desde que emigran y deciden venir a Chile porque tienen un pariente, un vecino o un conocido, y va a depender acá de cómo se manejan esas redes.
5. Se instalan en ciertos barrios o localizaciones estratégicas en la ciudad…
Claro, esto lo vemos hace ya varios años, las redes permiten conectar a las personas territorialmente, si alguien conoce una casa o una pieza desocupada cerca van pasando el dato. Finalmente se van conformando barrios de inmigrantes en ciertas zonas de Santiago, algunos en sectores residenciales, otros en lugares más comerciales como el centro o la plaza de armas, y claramente esto es producto de un montón de elementos donde las redes juegan un factor importante. Además de las redes están las oportunidades económicas, y hay condiciones estructurales que van posibilitando también la emergencia de esos barrios. En el caso del centro de Santiago, el hecho de que haya habido un éxodo de muchos comerciantes hacia afuera, donde dejaron galerías comerciales prácticamente vacías y abandonadas. Entonces acá hay una condición un poco más estructural donde los inmigrantes vieron una posibilidad de tomarnos estos espacios que ya estaban construidos y sólo faltaba habitarlos. Esto permite darle un dinamismo comercial a un lugar donde ya había una concentración importante de inmigrantes.
Im1. inmigrantes peruanos en Chile: www.ciperchile.cl
6. ¿Cómo se podría contrastar lo anterior (evolución histórica- económica, calidad de vida y redes sociales) con inmigrantes de “primera categoría”?
La migración es un proceso super heterogéneo, entonces no sé cómo se podría relacionar porque en el fondo, por supuesto que una persona como el dueño del restaurant El otro sitio (Emilio Peschiera) que tenían capital e inversiones en Perú, sus redes funcionan, pero son un tipo de redes a otro nivel, con empresarios acá en Chile. Entonces no es un mismo tipo de red el que permite la movilidad social tan ascendente, funcionan con otro tipo de redes los que están arriba. Y los que están abajo por otro lado, las redes muchas veces dificultan la movilidad ascendente porque son conexiones que los mantienen ahí, trabajando en un mismo sector y sin capacidad de ampliar sus redes con otros grupos sociales.
7. ¿Se puede decir que existe una diferencia en la conexión y redes que se establecen entre estas dos clasificaciones de inmigrantes con los chilenos?
En general Chile es un país súper difícil para los extranjeros en general, porque es un país muy cerrado y provinciano en los distintos segmentos sociales. Es distinto en España, en Buenos Aires u otras capitales donde es más fácil la inserción. En Chile la inserción social es súper compleja porque es muy excluyente y cerrada, entonces evidentemente se conectan para trabajos, pero más allá del ámbito laboral no hay mayor alcance. Uno conversa con gente extranjera y lo pasa bien en Chile y todo, pero siempre está el tema de que cuesta mucho entrar en círculos sociales, y no tiene que ver con los inmigrantes, sino que tiene que ver con lo cerrados que son estos círculos en Chile.
8. ¿De qué forma se han ido adaptando o influenciando las tradiciones y costumbres de migrantes en barrios “receptores” y cómo modifica esta situación el uso del espacio público y privado?
No es que haya una apropiación, yo creo que el espacio público es un espacio en constante disputa y resignificación, que se va habitando de múltiples maneras por distintos actores. No es que lleguen los inmigrantes y lo transforman en otra cosa y ya los chilenos no están, sigue habiendo vinculación con los chilenos, solo que ellos lo van habitando de otra forma. Entonces es un lugar donde confluyen distintos significados y se ve una multiculturalidad importante a partir de los distintos flujos, entonces no es una colonización ni es una apropiación del espacio, sino que conviven distintas formas que están en disputa constante, y en esto el espacio se va configurando de una forma distinta evidente, pero es producto de esta negociación constante de las personas que lo habitan.
9. Para finalizar, cuál ha sido la dirección de las políticas de inmigración hasta la fecha y cual crees que debe ser el horizonte de acción en términos de política barrial e integración.
Es muy poco, hay iniciativas del Ministerio de Vivienda para incorporar barrios o campamentos, pero el tema de la integración, no entendida como asimilación, sino como realmente un espacio donde la diversidad pueda desarrollarse sin conflictos, o con conflictos pero sabiendo respetar y negociar constantemente la diversidad, pasa por un tema de políticas mucho más profundo. Yo creo no le compete solo al Ministerio de Vivienda, tendría que estar articulado vivienda, educación, trabajo, etc., un montón de áreas porque no es responsabilidad de un sector, y lo que vemos es que cada uno de estos sectores trata de implementar algo porque se originan problemas específicos que son atacados de manera puntual, pero no hay una visión integradora de los distintos ministerios, y no solamente desde el Estado, sino con la Sociedad Civil y Municipios, donde uno pueda ver un plan mayor de qué es lo que se busca con la integración de los inmigrantes. No hay un diseño macro que uno pueda decir hacia allá debemos ir y que cada una de las iniciativas apunten en esa dirección.
Im2. libro de Carolina Stefoni: www.csociales.uahurtado.cl
"La ciudad intermitente"
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En el marco del número «la ciudad como escenario cultural» de la Revista Planeo, presentamos una columna sobre las formas itinerantes de hacer «ciudad», a partir de una reflexión sobre el concepto, en torno al festival Burning Man realizado en Estados Unidos. Este evento masivo e itinerante propone justamente hacer lugar en lugares donde aún no ha llegado la ciudad, a partir de un contexto común que es la cultura y la música.
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Im1. Vista aérea del festival Burning Man en 2014. Fotografía de Jim Urquart / Fuente: http://www.boston.com/bigpicture/2014/09/burning_man_2014.html
Hay muchas formas de definir conceptualmente que es una ciudad. Si bien el foco de estas definiciones no siempre es el mismo, ciertas características suelen ser recurrentes en la mayoría de ellas, como la concentración de población en un espacio extensa e intensamente intervenido, a diferencia de las áreas rurales, y la predominancia de actividades industriales, comerciales o de servicios, en oposición a actividades de producción agropecuaria y/o de exploración de recursos naturales. Pero una característica que parece no tener protagonismo en la mayoría de las definiciones más recurrentes, quizás por su aparente obviedad, es el carácter perene de las ciudades. Y aparte de esta característica, el festival Burning Man cumple, a cada año por un par de días, con varios de los criterios requeridos para ser clasificado como ciudad.
No es poco común que festivales que duran por días, usualmente asociados a eventos musicales, particularmente aquellos de música electrónica, generen asentamientos temporarios de un gran número de personas. Como ejemplos podemos citar el Boom Festival (Portugal), el Tomorrowland (Bélgica) y el Universo Paralello (Brasil). Pero se estima que este festival en particular, solamente en el último año, conglomero aproximadamente 70.000 personas en el medio del desierto en Nevada, Estados Unidos. ¡70.000 personas! En un lugar que no cuenta con ninguna infraestructura permanente. Sin alcantarillado. Sin áreas verdes. Sin edificios. Sin comercio. En efecto, uno de los 10 principios, que se aplican virtualmente como mandamientos religiosos para los burners (así se autoproclaman los asistentes habituales y recurrentes) es el gifting o el acto de regalar. Solo se pueden vender café y hielo en el festival. Todo lo demás debe ser regalado. De acuerdo a la página de la organización del evento “Ser un ‘burner’ es más que solo ir a un evento. Es una forma de ser en el mundo”.
Los otros principios de este festival de contracultura son: la inclusión radical, “descommodificación”, autosuficiencia, auto-expresión radical, esfuerzo comunitario, responsabilidad cívica, participación, inmediatez y leaving no trace (no dejar vestigios). Como se puede notar, en su conjunto, estos principios ponen en evidencia los ideales anti-capitalistas y pro sustentabilidad que pautan la realización del evento. Actualmente, existe una organización por detrás del festival, pero de acuerdo a la línea de tiempo oficial del mismo, el primer evento que dio origen a lo que hoy es un festival de proporciones impresionantes contó con apenas 35 personas, que se juntaron para ver una escultura de hombre siendo quemada en una playa de San Francisco en 1986. Desde este ritual inicial, siempre se prende fuego a una escultura de un hombre en el festival. Y si bien el tamaño de la escultura ha crecido – de aproximadamente 2,5 para 32 metros – también se ha multiplicado el número de esculturas y estructuras armadas en madera y quemadas en el último día del festival.
Im2. Escultura Embrace siendo quemada. Autor desconocido
Fuente: http://s-amuse.com/2014/11/embrace-ignite-and-burn-2/
Im1. Escultura icónica del Burning Man. Fotografía de Duncan Rawlinson (2013)
Fuente: http://duncan.photoshelter.com/image/I0000aQJdop5HIg4
Uno de los aspectos más interesantes de esta ciudad intermitente es su planificación. Como a cada año ella es construida y desconstruida, están dadas las condiciones para reestructurar la forma “urbana”. Desde 1991, año en que es festival se trasladó de la playa hacia el desierto, el asentamiento casi siempre se ha organizado de forma más circular que ortogonal. En esta primera experiencia en el desierto no hubo ningún tipo de planificación para la ocupación del espacio. Sin embargo, muchas personas que fueron al evento tuvieron dificultades de encontrar la localización de Burning Man y además, ya estando en el camping, tuvieran dificultades de orientarse dentro del proprio asentamiento. Para el año siguiente, se implementaron, como respuesta a esta experiencia, cuatro avenidas conformadas como una cruz y alineadas con los puntos cardinales, y una especie de plaza central. La estructura del hombre a ser quemado se encontraba en la punta este. Este fue el inicio de la tradición de la planificación consciente de la Black Rock City, que tiene el mismo nombre del desierto en donde se realiza el evento a cada año, con excepción de 1997, cuando el festival se realizó en otro lugar. En 1998, cuando el evento retornó al desierto, la ubicación de la principal instalación del festival pasó a ser el centro de la conformación de esta ciudad. Todo lo demás se ubica en el entorno de esta pieza central, de forma radial, formando una especie de arco (Garret, 2010).
Im1. Plan de Black Rock City de 1998 y de 2014 (en distintas escalas)
Fuentes: http://blog.burningman.com/2010/04/building-brc/designing-black-rock-city/ y http://www.desertusa.com/burningman/burning-man-2014.html, respectivamente
Además de los aspectos de planificación espacial, también hay una serie de reglas de conducta asociadas al usufructo de los espacios públicos de la ciudad, que son derivadas tanto de los 10 principios orientadores del festival como también de las leyes del estado de Nevada. Si bien el evento es una especie de “zona temporalmente autónoma” (en referencia al trabajo de Hakim Bey), esto no significa que en él las personas no tienen que cumplir con las normas del estado de Nevada. Dada su historia y creciente población, es imposible que el evento pase desapercibido, lo que significa que en la ciudad también están presentes representantes del poder público. De todos modos, a juzgar por las inúmerables fotos y diversos videos y relatos del evento existentes actualmente en la Internet, una de las principales características comportamentales del evento es la valoración de variadas formas de expresión artística y un espirito de convivencia y respeto por la diversidad. Sin duda hay una serie de discusiones y reflexiones que pueden ser inspiradas por esta especie de experimento social de contracultura que es el Burning Man Festival, pero quizás el más destacable – y posiblemente más urgente para nuestro futuro urbano – sea justamente esta arte del convivio harmónico con los demás y con el entorno.
Referencias
Garret, R. (2010) Designing Black Rock City. En: http://blog.burningman.com/2010/04/building-brc/designing-black-rock-city/ Recuperado en 02 de Mayo de 2015
"Haciendo de la ciudad un teatro"
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“Así, históricamente la ciudad ha sido un crisol de razas, gentes y culturas y la base más favorable para nuevos híbridos biológicos y culturales” (Wirth, 1962)
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
“Así, históricamente la ciudad ha sido un crisol de razas, gentes y culturas y la base más favorable para nuevos híbridos biológicos y culturales” (Wirth, 1962)
El imaginario construido a escala global sobre las ciudades colombianas puede sintetizarse en una palabra: violencia. No es algo fortuito. Por cuenta de las acciones terroristas de los carteles del narcotráfico y los grupos guerrilleros durante las últimas dos décadas del siglo XX, los centros urbanos colombianos eran asociados al temor, al terror, a la muerte. Esta situación, sin duda, afectó la experiencia urbana, y en especial la percepción que los ciudadanos construyeron sobre aquellos lugares donde debían interactuar con otros. No obstante, y a la par de la intensificación de la violencia, las manifestaciones culturales se mantuvieron vigentes en las ciudades como momentos de encuentro de los ciudadanos en los espacios de mayor significado colectivo; aun cuando las amenazas a su integridad eran latentes. Sin reparar en el tamaño de la ciudad, los habitantes abandonan parcialmente sus temores a los lugares de encuentro de masas, para reivindicar algunas de sus tradiciones y acercarse a nuevas manifestaciones en el cine, la danza, la música y el teatro.
Im1. “Batucada” / Fuente: El Tiempo (2014). Imagen tomada durante XIV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, con la Plaza de Bolívar como escenario.
Quisiera detenerme a plantear algunas reflexiones al respecto sobre Bogotá. A diferencia del mundialmente reconocido Carnaval de Barranquilla, y de las ferias de Medellín y Cali, hasta la década de los 90 era prácticamente desconocido algún evento cultural de gran impacto en Bogotá. En la línea de la descripción que hiciera Gabriel García Márquez sobre la gente del “interior” en Cien Años de Soledad, los eventos culturales en Bogotá transcurrían, generalmente, en espacios cerrados como teatros, museos y galerías, a los que acudían grupos muy pequeños de la élite o la intelectualidad de la ciudad. Igualmente, y propio de una sociedad altamente fragmentada y segregada, tendía a ponderar el valor cultural de una manifestación (teatral, musical o intelectual) según su cercanía a la élite o a la tradición popular. Así las cosas, mientras las ferias y carnavales brindaban un momento para el encuentro con los otros, Bogotá no contaba con un evento cultural de gran escala que ayudara a cambiar los patrones de relacionamiento social en el espacio urbano, ni el imaginario negativo de propios y extraños sobre la ciudad [1]. Al respecto, “Hay ciudades que llevan a cuestas el sino de no ser más que eso, rotundas y llanas ciudades, siempre por terminar, por toda la eternidad en trance de completarse, de recomponerse o de deformarse, Podría ser este el caso de la capital colombiana, que ha pasado a la posteridad llena de poetas, pero sin poesía” (Serrano, 2007: 114).
Im2. Fanny Mickey (1930 – 2008) / Fuente: Festival Iberoamericano de Teatro (2015)
Paradójicamente, en un país reconocido por sus compañías teatrales, eran contados los festivales a gran escala, que permitieran apreciar su trabajo artístico. De ahí el valor que tuvo para Bogotá y el teatro la labor de la actriz colombo-argentina Fanny Mikey y Ramiro Osorio en 1988, a partir de la puesta en marcha de “(…) una corta muestra teatral que invadiera la cotidianidad de los bogotanos para llenarla de teatro en las salas y las calles de la capital de Colombia, en medio de una de las épocas de mayor violencia en el país.” (FITB, 2015). Una “corta muestra” llamada Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, que llegó a su 14ª versión en 2014, sobreviviendo tanto a la muerte de su gestora en 2oo8, a los diferentes gobiernos de la ciudad e incluso, al poco recordado atentado que tuvo lugar en su inauguración: 2 artefactos explosivos que, a pesar del miedo generado, no impidieron que los ciudadanos disfrutaran de un evento que, a la fecha, se ha convertido en un ícono de la ciudad.
El Festival logra, durante sus semanas de duración, convertir a gran parte de la ciudad en un inmenso escenario para el teatro y manifestaciones culturales afines. Teatros, centros culturales, salones, parques, plazoletas, calles y centros de exposiciones reciben a las compañías y a los espectadores; en una dinámica que reivindica el valor de este evento sobre la vida cultural de la ciudad, como también en la posibilidad de apropiarse de los espacios. Es la posibilidad de conocer nuevos lugares, de acercarse a lo desconocido por medio de la cultura, de la posibilidad de expandir el conocimiento, de valorar e imprimir un nuevo significado a lugares que, por la rutina de las prácticas cotidianas, consideramos inocuos. El impacto del Festival también se puede ver en cifras: de los 10 espacios y 900.000 espectadores en 1988, a los 70 espacios y más de 2.500.000 espectadores en 2012[2]. Bogotá, esa ciudad de contrastes y paradojas, que poca admiración generaba a propios y extraños, contaba ahora con un evento de gran impacto cultural, que brindaba la “(…) posibilidad de congregar y festejar, de reunir multitudes para sentirnos parte de algo común” (Dávila, 2001). Como lo sugiere Glaeser a partir de las experiencias de New York y Londres, el festival se ha consolidado como un factor de entretenimiento que brinda a Bogotá la posibilidad de fortalecer la industria cultural como activo estratégico, gracias los estímulos a su economía y la ampliación de los vínculos culturales.
Im2. Festival al Aire Libre / Fuente: El Tiempo (2014)
Cada 2 años, bogotanos y visitantes tienen acceso a una importante constelación de obras teatrales, bien sea por medio del pago de un abono para ingresar a los teatros de la ciudad; o bien por la búsqueda de las obras gratuitas que se toman calles, plazoletas y parques. Cada 2 años, Bogotá se convierte en un inmenso complejo teatral. Cada 2 años, esas fronteras – visibles o invisibles – que definen parte de la ciudad, parecen desaparecer. El Festival le ganó a la violencia desde su origen, y también logra ganarle al miedo que tienen los ciudadanos entre sí, y a su ciudad.
“Varias ciudades reunidas, que bordean los cerros orientales, que van desde la amplitud y tranquilidad de los barrios del norte al aglutinamiento infrahumano del sur y, para unirse, encuentran un centro sórdido. Las tres, una. Siempre gris; de un lenguaje impersonal escoltado por el clima frío y seco que provoca en la gente una actitud hermética” (Pérez, 1988)
[1] Al respecto, puede verse el documental “Bogotá Change” (2009), en especial la primera parte del mismo, sobre el conjunto de factores que deterioraban las condiciones de vida en la ciudad y su incidencia en el imaginario negativo sobre Bogotá.
[2] Último dato oficial disponible.
Referencias:
Dávila Ladrón de Guevara, A. (2001). “La metamorfosis de Bogotá”. En Revista de Estudios Sociales. Núm. 57. En línea: http://res.uniandes.edu.co/view.php/494/index.php?id=494
El Tiempo (2014). Galería: http://www.eltiempo.com/Multimedia/galeria_fotos/cultyentre8/GALERIAFOTOS-WEB-PLANTILLA_GALERIA_FOTOS-13789455.html
Glaeser, D. (2012). Triumph of the City: How Our Greatest Invention Makes Us Richer, Smarter, Greener, Healthier, and Happier. Penguin Books.
Pérez, J. (1988). “Bogotá D.E.: otra época, otro lugar”. Festival Iberoamericano de Teatro. En línea. Disponible en: http://festivaldeteatro.com.co/festival/articulo/1a-edicion-1988/
Serrano, E. (2007). “Destino hembra”, en Bogotá Develada. Mondadori. Bogotá.
Universidad Jorge Tadeo Lozano (s.f.). Práctica del teatro en Bogotá: la expresión de un acontecimiento. En línea: http://www.utadeo.edu.co/es/link/politicas-y-practicas-de-la-vida-cultural/44731/practica-del-teatro-en-bogota-la-expresion-de
Wirth, L. (1962) “El urbanismo como modo de vida”. Bifurcaciones. Núm. 002. En línea. Disponible en: http://www.bifurcaciones.cl/2005/03/louis-wirth-urbanismo/
Entrevista a Paula Echeñique: “Veníamos saliendo de la Dictadura y la necesidad del momento era recuperar los espacios públicos para vivirlos en comunidad, sin miedo ni exclusiones de ningún tipo”
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“Veníamos saliendo de la Dictadura y la necesidad del momento era recuperar los espacios públicos para vivirlos en comunidad, sin miedo ni exclusiones de ningún tipo”
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Entrevista a Paula Echeñique, Directora de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de la Fundación Teatro a Mil
“Veníamos saliendo de la Dictadura y la necesidad del momento era recuperar los espacios públicos para vivirlos en comunidad, sin miedo ni exclusiones de ningún tipo”
Del desigual acceso a la cultura en Chile, tanto por exclusión geográfica como económica, han surgido organizaciones que se encargan de contrarrestar este problema. El uso del espacio público en zonas urbanas ha contribuido a mejorar la inclusión y acceso a la cultura, la ciudad se transforma en un escenario que acoge eventos itinerantes a los que todos asistimos como iguales, sin discriminación alguna. La apropiación del espacio público por medio del arte y teatro es un desafío necesario para lograr una real democratización de las áreas comunes de la ciudad. De esto, entre otras cosas, se encarga la Fundación Teatro a Mil.
La Fundación se conforma por profesionales de distintas áreas, relacionados a través de las artes escénicas, que trabajan por una descentralización geográfica y socioeconómica del acceso a la cultura, generando diálogo entre sus obras y el público a través de espacios de cotidianidad en la ciudad.
Im1. Muñeca gigante, Fuente: Santiago a Mil
1. Para empezar me gustaría que nos cuenten cómo nace la fundación y qué significado tiene el espacio público para sus eventos.
Somos una institución sin fines de lucro, que se crea el 2004 con la misión de que el arte contemporáneo y las artes escénicas de excelencia de Chile y el mundo sean fundamentales en la vida del país y de todos sus ciudadanos. Nuestro origen es el Festival Internacional Santiago a Mil, cuya primera versión se realiza en 1994 en Estación Mapocho a partir de un trabajo conjunto con tres compañías independientes muy importantes de la época: Teatro del Silencio, La Troppa y Teatro La Memoria. Esto, que partió como una muestra de teatro, fue creciendo y expandiéndose en la ciudad porque había un público que lo demandaba. Veníamos saliendo de la Dictadura y la necesidad del momento era recuperar los espacios públicos para vivirlos en comunidad, sin miedo ni exclusiones de ningún tipo. Ocupamos el espacio que nos había sido arrebatado. El festival ocupó el espacio público desde la sociedad. Estar en el espacio público es estar donde las personas circulan cotidianamente, y nos gusta irrumpir en ello con artes escénicas. Es nuestra manera de provocar el diálogo entre el público y los artistas.
2. ¿De qué forma sus actividades se relacionan con la ciudad y sus habitantes?
Tenemos una vocación de calle, de ocupar espacios no convencionales, y de esta manera resignificamos no sólo estos lugares sino también el impacto que tiene para el público la experiencia teatral. Confiamos en las personas. Cada vez que estamos en el espacio público ellos cuidan lo que allí sucede, se arma un anillo que nos involucra a todos en un mismo espacio y tiempo. Todos los años estamos en al menos 20 comunas del Gran Santiago, en el centro de la ciudad y también en comunas periféricas. En la calle, la plaza, el parque, el estadio, el museo, la iglesia, etc. Allí donde las personas están. Sabemos que vivimos en una ciudad segregada socioeconómica y culturalmente hablando. A partir de eso es que durante el festival tenemos “sedes” con programación artística, para que las personas se muevan por la ciudad. Con esa intención hacemos estrenos o llevamos imperdibles a estas sedes de comunas. Este enero fueron sede La Granja, Peñalolén, Quilicura y Puente Alto.
También elegimos presentar espectáculos que se puedan programar en espacios no convencionales para el teatro, como Exhibit B en el Palacio Cousiño o Patronato 660 en el barrio Patronato, y en años anteriores Cerca de Moscú en el MAC Quinta Normal, El libro de Job en el Hospital Salvador, Los que van quedando en el camino en el Ex Congreso Nacional, entre muchos otros. A lo largo de estos 22 años de festival hemos estado en más de 200 lugares convencionales y no convencionales en todo Chile.
Por último, es un rito del festival partir cada año el 3 de enero, pues es la fecha en que murió Andrés Pérez Araya, y lo hacemos en la calle, pues esa es la principal herencia que recibimos de este gran maestro, su entrega al público y su capacidad para transformar con teatro el espacio en un ritual comunitario.
Im2. www.maipuciudadano.cl
3. Sobre sus actividades al aire libre ¿cómo es el proceso de localización para los distintos eventos culturales y qué aspectos influyen en esto? En gran medida, al utilizar el espacio público como lugar de encuentro para eventos culturales todos asistimos como iguales, sin importar la condición socioeconómica ni de ningún tipo ¿De qué forma su fundación aporta a evitar una exclusión social por medio del lugar donde se ubican?
Chile es un país centralizado territorial y económicamente. Las comunas céntricas y con más recursos de Santiago acumulan servicios y concentran la oferta cultural de calidad. El festival se encarga de descentralizar la oferta geográfica y monetariamente. Anualmente congregamos un promedio de 400 mil personas en torno a las actividades del festival que se despliegan en toda la ciudad. El 2010 tuvimos nuestro punto más alto, cuando 3,5 millones de personas salieron a las calles de Santiago para ver a la Pequeña Gigante y el tío Escafandra, de Royal de Luxe. Por eso confiamos en la ciudadanía. Pocas actividades masivas pueden congregar esa cantidad de personas en un ambiente de sana convivencia. La cultura, el arte y el teatro lo logran.
Cómo nos instalamos en el espacio público está estrechamente vinculado a nuestra identidad. Desde que fue creado el festival hasta hoy, el trabajo curatorial tuvo un ojo puesto en el espacio público y la ocupación de los nuevos centros culturales, bajo el entendimiento de que los espacios públicos todavía no están lo suficientemente democratizados, no le pertenecen totalmente a sus ciudadanos, que se han recluido en el espacio de lo privado. Nuestra misión es que el espacio público vuelva a ser parte de la comunidad y reconstruir el valor de lo colectivo. En una ciudad aún segregada, que el festival llegue a las comunas y que las personas se reúnan en torno a un espectáculo artístico de excelencia, es parte de nuestro desafío. Estamos convencidas de que, en el espacio público, el festival puede modificar las dinámicas de la ciudad.
4. ¿Cuáles creen que son las mayores diferencias entre sus actividades que realizan en lugares privados y públicos?
Los espectáculos se piensan para los lugares donde se presentan. En el espacio público se pueden realizar espectáculos en formatos más grandes y que se desplacen. La interacción con el público es diferente, pues estamos en un lugar que nos pertenece a todos, no hay restricción para estar allí. En los espacios cerrados, como las salas de teatro, tenemos espectáculos pagados, y esa es una barrera que segmenta al público, incluso a pesar de que Fundación Teatro a Mil tiene una política de acceso con descuentos para estudiantes, personas de la tercera edad y trabajadores de las artes escénicas, además de abonos al inicio de la temporada que permiten descuentos de hasta un 50%.
En el espacio público los espectáculos dialogan con el entorno urbano, que le da un escenario mayor al propio del espectáculo. Allí se congregan audiencias más transversales, que se transforman en protagonistas, si lo desean, cuando los espectáculos tienen forma de pasacalle. Es otra la relación que se establece entre el público y los artistas. Ahora bien, hay muchos espectáculos que no se pueden presentar en el espacio público y que, por razones presupuestarias, deben hacerse en las pocas grandes salas de teatro que tienen las condiciones técnicas para abordarlos.
Im3. Fuente: www.fundacionteatroamil.cl
5. Desde su perspectiva, cómo ha sido la evolución en la ocupación de los espacios públicos para eventos culturales desde la década de 1980 hasta este año.
Si colocamos en una línea cronológica la cantidad anual de espectáculos –cosa que hemos hecho–, el aumento de los espectáculos en el espacio público ha sido exponencial. En particular, la realización de conciertos masivos. En la cartelera anual de teatro, hay pocos espectáculos en gran formato como los que presenta Santiago a Mil.
6. Por último ¿Es posible hablar de una mayor identificación de la población con su ciudad después del uso de los lugares comunes para eventos culturales?
Seguramente, cuando se generan las condiciones para que la gente se reúna y lo pase bien disfrutando de un espectáculo de calidad, uno contribuye a una mayor “apropiación” de la ciudad por parte de sus habitantes. El proceso de identificación es más complejo, y, a nuestro juicio, tiene relación con dinámicas más profundas. Sin embargo, la perseverancia en el tiempo realizando espectáculos que dejan huella en la memoria colectiva –como La Pequeña Gigante en 2007 y 2010–, sin duda aporta una semilla al reconocimiento de la ciudad como un espacio para todos y todas.
Im4. Fuente: www.fundacionteatroamil.cl
Entrevista a Ciclorecreovías: “Nuestra intención no es ser una actividad de domingo con resignación de que el resto de la semana todo siga igual. Nuestra idea es mostrar, por ahora los domingos, el tipo de ciudad que Santiago y otras grandes urbes pueden y deben ser de lunes a domingo”
VerEntrevista a Ciclorecreovías: “Nuestra intención no es ser una actividad de domingo con resignación de que el resto de la semana todo siga igual. Nuestra idea es mostrar, por ahora los domingos, el tipo de ciudad que Santiago y otras grandes urbes pueden y deben ser de lunes a domingo”
“Nuestra intención no es ser una actividad de domingo con resignación de que el resto de la semana todo siga igual. Nuestra idea es mostrar, por ahora los domingos, el tipo de ciudad que Santiago y otras grandes urbes pueden y deben ser de lunes a domingo”
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
“Nuestra intención no es ser una actividad de domingo con resignación de que el resto de la semana todo siga igual. Nuestra idea es mostrar, por ahora los domingos, el tipo de ciudad que Santiago y otras grandes urbes pueden y deben ser de lunes a domingo”
Todos los domingos entre las 9:00 y 14:00 horas, una serie de calles en distintas comunas de Santiago son cerradas y entregadas a los peatones, bicicletas y cualquier forma no motorizada de transporte, únicamente con fines recreacionales. La carencia y deficiencia de espacios públicos libres de peligro gatillan la idea de este evento, del que participan miles de vecinos durante una vez a la semana. Esta iniciativa ha colaborado en mostrar una realidad diferente a la que vivimos día a día, una realidad amable que parece cada vez más cercana, librándonos de calles congestionadas durante los horarios punta en las que resulta difícil la convivencia entre las distintas formas de moverse.
La Ciclorecreovía llega a la ciudad a celebrar el derecho, la accesibilidad y convivencia amable en el espacio público, devolviendo la calle a los vecinos y niños para su libre uso. Cada vez son más las comunas que se unen a esta actividad que comienza a armar una considerable red de vías despejadas de automóviles en Santiago.
Im1. Ciclorecreovía
1. Para empezar nos gustaría que nos cuenten en qué consisten las Ciclorecreovías y cómo nace esta idea.
La CicloRecreoVía es un evento consistente en despejar de autos kilómetros de calles en la ciudad, cada día domingo del año (y todos los años y para siempre), entre las 9.00 y las 14.00 hrs., de modo de reservarlas exclusivamente, en ese horario, para el esparcimiento de la ciudadanía, la actividad física, la realización de actividades de distinta naturaleza (exposiciones, manifestaciones artísticas, etc) y, principalmente para el paseo por los barrios, por las comunas y por la ciudad completa, utilizando cualquier medio que no tenga motor (patines, bicicletas, a pie, sillas de ruedas, etc).
La meta final de CicloRecreoVía es generar un gran Circuito Metropolitano de calles sin autos que permita, cada domingo en la mañana, a cientos de miles de habitantes de Santiago y de las principales ciudades del país, recorrer su ciudad sin tener que convivir con el peligro, el temor, el ruido y la contaminación que producen los vehículos motorizados.
Nuestros objetivos principales son recuperar “la ciudad para las personas”; hacer que las personas vuelvan a convivir con sus vecinos, revalorizar los espacios públicos, reflotar la esperanza por una ciudad mejor y que los niños tengan una infancia donde la calle no sea sinónimo de peligro, sino que de un lugar donde pueden encontrarse y jugar con otros niños.
La idea de la CicloRecreoVía nace de la carencia de espacios de encuentro, juego y convivencia que sufre Santiago (y muchas otras grandes ciudades del país) por el aumento del parque vehicular. La iniciativa se inspira en las experiencias precursoras en este tema en ciudades como Bogotá y Medellín, desde donde el concepto de “calles libres de autos los domingos” se ha extendido a todo el continente.
2. ¿Cómo es la coordinación entre ustedes y las distintas Municipalidades en que se encuentran? Pregunto ya que no todas las comunas poseen los mismos recursos y capacidad organizacional.
Los municipios, en general, no colocan recursos y, si lo hacen, son montos muy reducidos para el impacto, beneficio, convocatoria y acogida que tiene la CicloRecreoVía. Toda la organización, personal, permisos, implementación, etc de la actividad es realizada por Geomas, por lo que las características o carencias de los municipios no es un tema relevante o que influya en su posibilidad de ejecución. En otras palabras, lo único que realmente necesitan aportar los municipios es voluntad y, en algunos casos, recursos que resultan ser bajos para la magnitud de este evento.
Im2. Ciclorecreovía
3. Sobre los resultados que han alcanzado hasta ahora, ¿es cada vez más fácil convencer a una Municipalidad de ser parte de este proyecto, dado la expansión de los recorridos?
Hoy la necesidad es mínima de convencer a los municipios. CicloRecreoVía ha resultado exitosa en comunas con población carenciada y en comunas con población acomodada; en comunas del norte, sur, poniente, oriente y centro; en comunas con mucha y con poca población; etc. En otras palabras, el discurso de que esto funciona solo en tal o cual tipo de comuna o con determinados tipos de personas y que no funcionará con otras, se acabó hace tiempo pues CicloRecreoVía demostró funcionar en cualquier escenario y realidad.
Por otro lado y tan importante como lo anterior, ha facilitado mucho las cosas el que la CicloRecreoVía se haya hecho bien, con responsabilidad, con conocimiento técnico y con cariño. Por estas razones, es CicloRecreoVía es reconocida como un proyecto seguro, ya asimilado y querido por parte de la ciudadanía y que, además, minimiza al máximo las externalidades negativas, por lo que, aparte de lo que se puede apreciar en terreno cada domingo con miles de familias contentas en las calles, cualquier alcalde que llame a un par preguntándole por la CicloRecreoVía encontrará buenas referencias.
En realidad, nuestro problema es hoy el inverso al que existía hace 6 años atrás. En esa época, prácticamente nadie quería o se atrevía a acoger esta iniciativa. Hoy, en cambio, prácticamente todos quieren y nosotros qué más quisiéramos que llegar a todas las comunas y unirlas (¡es nuestro objetivo!), pero allí topamos con un tema de recursos.
4. Frente a un conflicto de poder por el uso del espacio público para la movilidad, en el que actúan automovilistas, ciclistas y peatones principalmente ¿cómo su actividad enfrenta o intenta solucionar este problema?
La CicloRecreoVía se implementa en base a estudios técnicos presentados a la Secretaría Regional Ministerial de Transportes, los cuales incluyen medidas para minimizar el impacto negativo sobre los medios motorizados de transporte.
En todo caso y aparte de lo anterior, afortunadamente ya es transversal a todo nivel -autoridades de Transporte incluidas- la posición de que no podemos seguir restringiendo la posibilidad de la ciudadanía de hacer vida en comunidad y de hacer actividad física, a costa de no causar ninguna molestia o perjuicio al tránsito motorizado que es, justamente, uno de los principales causantes de las alarmantes tasas de sedentarismo en adultos y niños, niños que en el pasado, con vías no saturadas de autos, podían jugar, correr y gastar energías en las calles.
Por lo demás, la CicloRecreoVía se lleva a cabo en el día y horario con menos flujo vehicular.
Por último, la CicloRecreoVía no entra en conflicto con el peatón; más bien por el contrario: CicloRecreoVía es una instancia para el peatón, para darle espacio y para que pueda caminar más libre y agradablemente por la ciudad, junto con los ciclistas y todo lo demás sin motor.
Im3. Ciclorecreovía
5. En base a este conflicto, ¿creen que su actividad cumple un rol de suplir necesidades y demanda de las personas, o más bien, funcionan como una actividad aislada en la semana?
Pensamos que es creciente la demanda por espacios libres de ruidos, de peligro y de contaminación del aire. No toda la gente puede o quiere tener que “arrancar” de Santiago cada fin de semana, para poder respirar aire puro o para dejar que los niños puedan jugar con libertad y a sus anchas. La demanda también es creciente por barrios a escala más humana, por alimentarse sanamente y por desconectarse de internet, los teléfonos inteligentes y la televisión.
CicloRecreoVía es una respuesta a todas estas demandas. Además, proyectamos cambios de estilos de vida durante el resto de la semana: muchas personas que participan de CicloRecreoVía y andan en bicicleta de manera recreativa los domingos en las calles sin autos, se empiezan a atrever a utilizarla para transportarse en la semana.
Nuestra intención no es ser una actividad de domingo con resignación de que el resto de la semana todo siga igual. Nuestra idea es mostrar, por ahora los domingos, el tipo de ciudad que Santiago y otras grandes urbes pueden y deben ser de lunes a domingo.
6. Por último ¿Han pensado proyectar sus Ciclorecreovías de forma permanente en la ciudad? ¿es posible plantear esto?
CicloRecreoVía es un evento puntual y temporal por definición, pero pretende ser la inspiración para otras intervenciones de naturaleza más permanente o que abarquen a un público aún más diverso y, también, durante más días a la semana.
Un ejemplo de esto último sería hacer una CicloRecreoVía todos los días de la semana en algunas calles de modo que por ellas solo puedan circular -ahora netamente para objetivos de transporte y no para fines recreativos-, solo bicicletas y patinadores en las horas peak de la mañana y la tarde.
Luego esto debiera evolucionar hacia algo que ya no sería exactamente una CicloRecreoVía: calles que ya para siempre y las 24hrs., sean solo para quienes se transportan en medios sustentables no motorizados.
Im4. Ciclorecreovía
“La gente dice que somos teatro popular”: referentes de identidad en la práctica teatral de la zona periférica de lima metropolitana
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Reflejado en la intención que el autor le da al título, Malca revela una de las ideas centrales del libro reseñado a continuación para el número sobre «la ciudad como escenario cultural». Darle la voz a una escena teatral completamente fuera de la convencional, es la la apuesta cultural que se presenta a continuación.
Revista Planeo Nº 22, La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Laura Trelles, Socióloga, Pontificia Universidad Católica del Perú. Estudiante del Magíster Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “La gente dice que somos teatro popular” Referentes de identidad en la práctica teatral de la zona periférica de Lima Metropolitana
Autor: Malcolm Malca
Edición: Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, 2011; 247 páginas
Palabras clave:
Teatro popular; escenario urbano; Lima metropolitana
Desde el título, Malca, revela que una de las intenciones centrales de su libro es darle voz a una escena teatral particular, alejada del circuito de las productoras y las vanguardias artísticas, de las salas de teatros tradicionales y centros culturales, circunscritos a los territorios céntricos y más globalizados de Lima Metropolitana.
Im1. Portada del Libro
Se trata de un libro que es producto de una investigación empírica, de tipo cualitativa, sobre la experiencia teatral que se lleva a cabo en la periferia de Lima Metropolitana en la primera década del presente siglo. Sobre la base de 9 casos de estudio el autor más que generalizar los hallazgos encontrados, dedica gran parte del libro a describir, contrastar y comprender los discursos esgrimidos por los directores de las agrupaciones teatrales estudiadas.
Sin embargo, lo anterior no inhibe que el autor plante que ésta dinámica teatral tiene como rasgo distintivo, el hecho de estar estrechamente vinculada con las identidades urbanas locales en donde desarrollan sus acciones. Así, el contenido del libro se estructura bajo el siguiente argumento central: Las prácticas teatrales desarrolladas en territorios periféricos, así como los discursos inherentes a ellas, tienen la capacidad de ser reflejo y transmisora de referentes de una identidad social urbano-marginal.
En la primera parte del libro, correspondiente al marco conceptual de la investigación, el autor relaciona prácticas teatrales con las identidades sociales, desde enfoques comunicacionales. Para Malca el montaje teatral puede convertirse en un vehículo comunicativo de elementos referenciales de la identidad social de un grupo, en la medida que tenga la capacidad de reflejar y cuestionar a los individuos que integran estos conjuntos (p.40). Si bien este planteamiento es interesante, es parcialmente comprobable en el estudio, en la medida que no se cuenta con los discursos de los espectadores, es decir de los receptores de estas propuestas.
En la segunda parte, se abordan los procesos urbanos y sociales (migración campo-ciudad, explosión demográfica y la expansión no planificada del área urbana hacia periferias) que desde la década de 1940, transformaron por completo la ciudad. Este contexto, marcó el inicio de una fragmentación del espacio y del imaginario social de la urbe, que en su versión más simplificada quedaría escindida en el “centro” y (s) “periferia(s)”. Lo céntrico correspondería a zonas de la ciudad urbanizadas y planificadas, con acceso a todo tipo de servicios y con una población predominante de sectores medios altos y altos. En cambio, la ciudad periférica estaría compuesta por zonas que emergieron producto de grandes tomas o invasiones. Sin embargo, en ella también se incluyen zonas pericentrales, en donde predominan los estratos socioeconómicos medios bajos y bajos, de origen migrante andino, residentes en un entorno urbano precario. En estas condiciones, que también comparten la periferia más distante, se fueron configurando identidades sociales e imaginarios marginales que impregnaron las diversas prácticas culturales (pp.45-46). Así, la periferia que describe Malca es presentada como marginal, no solo en sentido socioterritorial, sino también cultural y simbólico, ya que se desliga y queda al margen de aquellos sectores céntricos de la ciudad en donde se desenvuelve el circuito cultural y artístico de la élite.
La tercera parte del libro es la más extensa y enriquecedora pues entrega una abundante información proveniente del trabajo de terreno. Es aquí donde Malca da la voz a los representantes de esta escena para que se expresen sobre su quehacer, sus discursos y propuestas caracterizando con sus relatos esta escena teatral.
En este punto quisiéramos resaltar la importancia que la calle y los espacios públicos tienen para las agrupaciones de éste circuito artístico. Más allá que una cancha de fútbol, un parque, o una calle sean usadas como escenario o lugar de ensayo, en ausencia de salas, centros culturales, etc. Existiría una suerte de vocación acercar a la población adyacente, a la obra irrumpiendo en las calles las dinámicas locales para integrar a la gente a la obra. En esta clave, grupos como “La Gran Marcha de los Muñecones,” plantean una propuesta estética y dramática concebida para una puesta en un pasacalle (p.170). Otro ejemplo son los festivales teatro, como los ya consolidados Festival Internacional de Teatro en Calles Abiertas (FITECA) y el Festival Itinerante y Encuentro de Teatro Popular, los cuales tienen como escenario las calles y espacios públicos abiertos. Estos, de acuerdo con Malca, fueron creados para el intercambio de experiencias principalmente de las agrupaciones periféricas.
Sobre la base de seis ejes discursivos, Malca concluye que existen suficientes elementos para hablar de una práctica teatral con una identidad propia en la periferia de Lima Metropolitana. Estos ejes, serían también referentes que nos hablan de una manera de entender la identidad social urbano-marginal de la periferia de Lima. Estos son:
- La agrupación es percibida como la manera más eficiente de sostener su labor. Por ello, los procesos de formación actoral se vuelven indispensables para proveerse actores, convirtiéndose en una plataforma educacional a nivel del barrio o distrito en donde desarrollan sus actividades.
- Periférico. Existencia de un fuerte sentimiento de no pertenecer a Lima o de pertenecer a otra Lima (la de su barrio o distrito). Se trata de una (auto) marginación de las áreas centrales, por razones de proximidad, social, cultural, política y/o económica.
- De herencia andina. Estos referentes culturales son plasmados como fuente esencial de creación.
- Transformación sociopolítica. A través de los montajes buscan la reflexión y el cuestionamiento de una realidad adversa y transmiten la posibilidad de cambios.
- Desarrollo profesional escénico. Ejercen una labor educativa sería y abierta a quienes se quieren formar en el oficio.
- Compromiso con el desarrollo social. Convencimiento que la práctica teatral es un medio integral para contribuir al logro de la integración constructiva de los miembros de la comunidad y la sociedad. (pp.201-220)
Im2. FITECA 2011 / Fuente: http://escribidor007.blogspot.com/2011/05/un-festival-distinto.html
Finalmente, quisiéramos resaltar que así como las agrupaciones teatrales periféricas cumplen un rol fundamental como difusores, formadores y promotores culturales incidiendo en sus comunidades y re-escenificando los espacios urbanos; Investigaciones y publicaciones como esta también terminan cumpliendo un rol integrador. Ya que permiten que nuevos públicos conozcan estas escenas circunscritas a un espacio determinado.
“Chile Estyle: un documental sobre el Grafitti chileno"
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En el número sobre “La ciudad como escenario cultural”, de la Revista Planeo, presentamos el primer documental realizado sobre el grafiti chileno y su incidencia en la ciudad. El documental “Chile Estyle” presenta una perspectiva sobre el grafiti nacional como forma de cultura urbana, que tiene directa relación entre la identidad del país, la ciudad y el entorno directo en el cual se inserta y dando cuenta porqué en los últimos años, ha alcanzado grandes reconocimientos en la crítica a nivel internacional.
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Chile Estyle: un documental sobre el Grafitti chileno”
Enlace documental: https://www.youtube.com/watch?v=jgS6q4ojs14
Por: Pablo Araneda
Año: 2010
Resumen: En el número sobre “La ciudad como escenario cultural”, de la Revista Planeo, presentamos el primer documental realizado sobre el grafiti chileno y su incidencia en la ciudad. El documental “Chile Estyle” presenta una perspectiva sobre el grafiti nacional como forma de cultura urbana, que tiene directa relación entre la identidad del país, la ciudad y el entorno directo en el cual se inserta y dando cuenta porqué en los últimos años, ha alcanzado grandes reconocimientos en la crítica a nivel internacional.
Palabras clave:
Grafiti chileno; muralismo crítico; identidad y cultura urbana
“Grafiti es calle”
El grafiti se destaca por ser un arte libre de formato, de técnica, de estilos y sobre todo de legalidad, y que pone su foco de intervención en el espacio urbano, especialmente en los muros. El término proviene del italiano “graffiti”, y alude a las marcas o inscripciones encontradas del imperio romano en los muros de la ciudad. Dentro de sus características principales está la necesidad de expresión que surge a través del arte, y que propone a partir de la exposición abierta de la obra en los muros, ser un atractivo visual y generar impacto a través de los colores, formas y del mensaje que busca transmitir. Este movimiento urbano, a la vez bien próximo a la cultura del hip hop, busca en los espacios arquitectónicos y urbanos, una plataforma para expresarse, y dejar una marca o mensaje a la sociedad.
Im1. Chile Estyle / Fuente: www.dazeddigital.com
El documental “Chile Estyle” presenta una perspectiva de la cultura del graffiti chileno, que ha sabido traer este movimiento al país y convertirlo en algo propio, que propone una gráfica y un tipo de ilustración que de a poco ha ido alcanzando una identidad que “rememora y te recuerda a Chile” (artista del documental: Kelp). Así lo destaca el muralista chileno INTI, quien es uno de los principales referentes de streat art a nivel mundial, y ha desarrollado una línea de expresión basada en la creación de personajes propios de la región latinoamericana, rescatando elementos y colores propios de la iconografía de las culturas originarias.
Im2. Mural de INTI en Valparaíso / Fuente: www.flickr.com
En Chile esta técnica esta tomando fuerza y lentamente ha ido instalándose en la escena global. Pero sobre todo instalándose de manera profesional en la escena urbana, como una forma de intervenir la ciudad con criterio y opinión, que involucra a quien transita por estos lugares y convierte este pequeño lugar en un escenario donde confluye el arte, la sociedad, la arquitectura y la ciudad. Un claro ejemplo de aquello se puede encontrar en la ciudad de Valparaíso, donde sus casas de colores conviven con los grafitis que destacan sus muros y medianeros, y que han convertido a la ciudad puerto en un gran museo a cielo abierto. En la ciudad de Valparaíso, “el grafiti juega con la arquitectura” (grafitero del documental), con sus texturas, sus formas, recovecos y colores, estableciendo un diálogo con la ciudad, su geografía llena de pliegues, alturas, y sus calles laberínticas. El grafiti es conector entre los cerros y el plan, entre los pasajes y calles, y que va encontrando paso a medida que ha sabido cómo usar el muro en función del entorno y las personas que habitan y transitan por sus calles. De esta manera, esta técnica artística y urbana, ha demostrado ser una forma de intervenir la ciudad con criterio, con una voz crítica que ha podido rescatar incluso lugares en desuso o deteriorados a través del arte urbano. Incluso presentando una propuesta de comunidad y sociabilidad en torno a esta cultura urbana, que ha convertido ciudades como Valparaíso en un centro de atracción para iniciativas urbano – artísticas como esta.
En el documental, se da cuenta de una identidad chilena que se refleja en el grafiti, y tiene sus orígenes en el muralismo crítico que es propio del país y de su historia política. El documento hace referencia a la Brigada de Ramona Parra como una forma que “causó una gran influencia en el grafiti, en la Iconografía y la pintura en la calle, y lo que la gente hoy en día percibe como grafiti”, la cual nace por una necesidad política el año ’68, promoviendo al grafiti como una forma de denuncia y pronunciación política.
La cultura del grafiti en Chile ha crecido a gran velocidad, y hoy la sitúa dentro de los principales referentes a nivel mundial. La calidad de sus obras y del arte callejero nacional ha logrado permear el simple bosquejo, y ha sabido plasmar no solo la técnica sino también una forma de expresión crítica con un valor simbólico que sitúa a la ciudad como un gran escenario para el diálogo entre el arte y la sociedad.
Im3. Mural de Cekis / Fuente: www.woostercollective.com
Enlace de interés:
"Exposición al aire libre: Instalación fotográfica de Arquitectura por AVARQ"
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“Exposición al aire libre | Instalación fotográfica de Arquitectura” se origina como una instancia articuladora para el encuentro entre el ciudadano, el expositor y el territorio. Lo efímero, lo itinerante y la total libertad de acceso a las personas como principal desafío y valor de las instalaciones, realizado en distintos puntos estratégicos de la ciudad de Antofagasta, se develan y ocultan durante el día, buscan ser una actividad complementaria a los lugares escogidos, entendiéndolos como de gran valor y oportunos para generar nuevos diálogos, apropiaciones e interacciones entre estos y los habitantes
Revista Planeo Nº 22 La Ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
[Por Sebastián Palacios, Arquitecto Universidad Católica del Norte, integrante de AVARQ (Audio Visual Arquitectura]
Resumen: “Exposición al aire libre | Instalación fotográfica de Arquitectura” se origina como una instancia articuladora para el encuentro entre el ciudadano, el expositor y el territorio. Lo efímero, lo itinerante y la total libertad de acceso a las personas como principal desafío y valor de las instalaciones. Las exposiciones se plantean de forma serial y en distintos puntos estratégicos de la ciudad de Antofagasta, se develan y ocultan durante el día, buscan ser una actividad complementaria a los lugares escogidos, entendiéndolos como de gran valor y oportunos para generar nuevos diálogos, apropiaciones e interacciones entre estos y los habitantes.
Palabras clave: instalación, exposición fotográfica, intervención
Im1. Fuente: Archivo de AVARQ
Dos son los detonantes que han dado origen a las exposiciones al aire libre, por una parte, el gran interés generalizado en la fotografía por estudiantes y arquitectos de todo el mundo, expuestos en diversas plataformas sociales como Flickr, Instagram, Facebook, Pinterest a modo de ejemplos, y por otra, el valor, la oportunidad y el potencial que tienen diversos lugares de la ciudad para la generación de nuevos diálogos, apropiaciones e interacciones con los habitantes; Las instalaciones buscan ser las articuladoras entre quienes tienen la voluntad de querer expresar a través de la fotografía y quienes buscan estar al aire libre.
Hasta la fecha son más de 30 los estudiantes y arquitectos de distintos puntos geográficos del mundo que han participado exponiendo sus fotografías en la convocatoria que organiza y gestiona el grupo AVARQ (Audio Visual Arquitectura), con una media de 12 expositores por instalación y un total de 190 fotografías con una temática centrada en la arquitectura pero con total libertad en la técnica y formato, se han intervenido 8 lugares, entre ellos y en orden cronológico:
1. Borde Costero:
La intervención se planteó en un lugar de tránsito en el paseo costero (imagen de portada), se buscó provocar un momento de pausa y conversación en torno a las fotografías que se soportaban en la obra gruesa del espacio público; Una vez concluida la exposición, cada visitante tuvo la posibilidad de escoger una fotografía a modo de regalo, otorgando a un lugar de paso un valor y sentido de la comunicación y la celebración.
Im2. Fuente: Archivo de AVARQ
2. Parque Brasil:
La intervención complementó a través de la exposición fotográfica la estructura de sombra, transito y descanso existente en el parque, generando una galería fotográfica esporádica que potenció la comunicación y apropiación entre quienes visitan, trabajan y recorren el lugar con sus hijos, familiares, parejas y mascotas a diario.
Im2. Fuente: Archivo de AVARQ
3. Piscina Pública:
La intervención consistió en la generación de una galería fotográfica efímera, que se emplazó de manera estratégica entre el mobiliario público y el juego de los niños en el talud de piedra, permitiendo que el flujo del paseo costero continuara y se transformara en un articulador de todos los actores del lugar: ciclistas, bañistas, niños, cuidadores de autos, vendedores ambulantes, carabineros, deportistas, mascotas, etc.
Im2. Fuente: Archivo de AVARQ
4. “La Puntilla” (Balneario Municipal)
En el balneario municipal la instalación se planteó en una extensión hacia el mar del paseo costero denominada “La Puntilla”, la cual se entiende como un gran valor debido a que permite tener una relación visual del Océano Pacifico como también el encontrarse con los cerros y la ciudad de frente. Los soportes de las fotografías se emplazaron de manera lineal y secuencial, de esta manera enmarcando y evidenciando la naturaleza al visitante.
Im2. Fuente: Archivo de AVARQ
Im2. Fuente: Archivo de AVARQ
A través de esta serie de instalaciones se busca crear un entrelazo entre el ciudadano, los expositores y el territorio que se habita; el revalorar, enmarcar, estimular, provocar, comunicar, como herramientas para la transformación y apropiación de los lugares públicos, dejando en evidencia en cada intervención propuesta, la multiplicidad programática que se puede dar cuando la participación de los habitantes de hace activa, otorgándoles un fortalecimiento a los valores y voluntades pre-existentes en el territorio.
*Los expositores que han participado hasta la fecha con sus fotografías son: Patricio Aguirre, Francisco Ahumada, Jimena Ancavil, Sergio Alfaro, Daniel Alquinta, Francisca Araya, Paulo Araya, Mario Arredondo, Tamara Canteros, Jonathan Díaz, Walter Espinosa, Brunello Favilla, Gabriela Galvez, José Gallardo, José Guerra, Jorge Guerrero, Luis Ibañez, Francisca Jorquera, Luisi Langa Lucia Leon, Jean Liquitay, Carmen Maturana, Katherine Moraga, Melissa Muñoz, Sebastián Palacios, Sergio Ramírez, Carlos Ríos, Valentina Rojas, Bárbara Segovia, Kathe Tarque, Oscar Tenreiro, Alejandro Toro y Elda Vásquez.
*Los módulos de 1,6 x 1,6 metros re-utilizados en la exposición que sirven como soporte para las fotografías, corresponden a los ejercicios espaciales propuestos por el equipo de taller 1-2014 (Escuela de Arquitectura UCN) compuesto por los arquitectos Rolando Meneses, Matías Antezana, Carla Monforte y Pedro Neira.
"Arte, Tecnología y Ciencias: Red Pop 2015"
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Encontrar momentos y lugares de esparcimiento urbano que conlleve la divulgación de ciencia y tecnología a través del arte son escaso, muchas veces esto se desarrolla en instituciones asociadas a educación, frente a esto es importante encontrar un punto común entre las ciencias exactas, sociales y al arte como un solo elemento, pensamiento que comúnmente las personas no encuentran la relación. Es por esto que el Congreso Red Pop 2015 durante cinco días, instauró este año en la ciudad de Medellín el espacio para contribuir de forma conjunta en experiencias prácticas sobre el cambio de visión de las ciencias en general.
Revista Planeo Nº 22 La ciudad como escenario cultural, Junio 2015.
Im1. Fuente: Elaboración propia.
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen: Encontrar momentos y lugares de esparcimiento urbano que conlleve la divulgación de ciencia y tecnología a través del arte son escaso, muchas veces esto se desarrolla en instituciones asociadas a educación, frente a esto es importante encontrar un punto común entre las ciencias exactas, sociales y al arte como un solo elemento, pensamiento que comúnmente las personas no encuentran la relación. Es por esto que el Congreso Red Pop 2015 durante cinco días, instauró este año en la ciudad de Medellín el espacio para contribuir de forma conjunta en experiencias prácticas sobre el cambio de visión de las ciencias en general.
Palabras claves: cultura, ciencias y divulgación.
La divulgación de las artes asociada a otras disciplinas como la ciencia y la tecnología responde a la necesidad de la sociedad actual, en la cual se puedan instaurar espacios asociados al desarrollo de actividades que muestren proyectos o iniciativas interdisciplinarias. Muchas veces se habla de arte como un medio para generar emociones entorno a las ciencias, es por esto que la comunicación en esta área es un elemento fundamental que permite integrar diferentes disciplinas.
La red de Popularización de la Ciencia y de la Tecnología en América Latina y del Caribe, conocida comúnmente como Red Pop, realiza una serie de iniciativas se dedica a agrupar centros y programas de popularización de ciencia y tecnología, promoviendo el intercambio científico y cultural entre sus miembros.
Una de las actividades más importantes de la Red Pop, es el congreso que se realiza hace más de 20 años de manera bienal, esta instancia permite que divulgadores de ciencia y tecnología representen a los diferentes países del mundo, dando a conocer las diferentes experiencias que hacen asociadas a la temática de cada evento, generando en varias ocasiones debates entre científicos y profesionales dedicados a la divulgación de ciencia y tecnología a través del arte.
Im2. Fuente: Elaboración propia.
Este año, la sede para el XIV Congreso Red Pop, se realizó entre el 25 y 29 de mayo en la ciudad de Medellín (Colombia), específicamente en las dependencias del Parque Explora. En esta ciudad las organizaciones locales miembros de la Red Pop, han ido cambiando de generación en generación, haciendo apropiación social urbana de la ciencia en diferentes rangos etarios. Para esta actividad, se utilizaron lugares como el Jardín Botánico de la ciudad, salidas a terreno urbanas, talleres, conferencias y mesas de trabajo en temáticas como: ciencias y arte, divulgación de las ciencias, periodismo científico, relación museo escuela, experiencias con comunidades, investigación y evaluación, formación de divulgadores, entre otras. Los participantes provenientes principalmente de América Latina, lograron estar reunidos en diferentes actividades en conjunto, ayudándose unos a otros o compartiendo experiencias realizadas en los diferentes ámbitos abordados en el tema del año. En el caso de la delegación de Chile se presentaron trabajos asociados a divulgadores que utilizan la educación no formal tanto en la zona norte, centro y sur del país, provenientes de instituciones de educación superior, organizaciones sin fines de lucro, fundaciones, etc.
Finalmente el Congreso Red Pop 2015, permitió la relación de la ciencia y sociedad por la línea del arte y la cultura, además del pensamiento crítico frente a las exigencias actuales de divulgación en comunidades de niños, jóvenes y adultos. Se espera que el próximo evento para el 2017, se pueda generar la participación de un mayor número de instituciones a nivel mundial en otra ciudad del cono sur de América.
Los días en que Belo Horizonte sí tiene playa
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En diciembre de 2009, se estableció un decreto municipal (n° 13.798) que prohibía la realización de eventos de cualquier naturaleza en la Plaza de la Estación, punto histórico y neurálgico en la ciudad para movimientos ciudadanos de diversos. Entre la divulgación del decreto y su puesta en acción, se organizó una oposición ciudadana a esta decisión de la municipalidad, que viene promoviendo una ocupación lúdica, irreverente y claramente política del espacio público en la ciudad de Belo Horizonte.
Revista Planeo N° 21 Urbanismo Radical. Marzo-Abril 2015.
Fotografía de Flora Rajão
Disponible en: https://www.flickr.com/photos/floratografia/5383063764/in/set-72157625767045733
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
En diciembre de 2009, se estableció un decreto municipal (n° 13.798) que prohibía la realización de eventos de cualquier naturaleza en la Plaza de la Estación, punto histórico y neurálgico en la ciudad para movimientos ciudadanos de diversos. El decreto entraba en vigor en enero de 2010. Entre la divulgación del decreto y su puesta en acción, se organizó una oposición ciudadana a esta decisión de la municipalidad. Una oposición que se transformó en un movimiento que existe hasta hoy, que viene promoviendo una ocupación lúdica, irreverente y claramente política del espacio público en la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
La Plaza de la Estación es tan o más antigua que la propia ciudad de Belo Horizonte. Se encuentra en el la área central de la ciudad y es un espacio público que desde el inicio de su existencia está involucrado en las planificaciones urbanas. En las últimas gestiones municipales se planificó y se empezó implementar un amplio proyecto de revitalizar el centro y constituirlo como un polo cultural. La idea de fondo era la recuperación de un espacio urbano que estaba obsoleto con el intuito de cambiar su uso y cooperar para el desarrollo cultural. Así, vimos la creación del Museo de Artes y Oficios y, posteriormente, la reforma de la propia plaza. En este sentido, la reforma puede ser entendida como fruto de un proyecto donde “espacio público y cultura pública eran contiguos” (WILLIAMS, 2008:39 – traducción nuestra[1])
Uno de los objetivos de la reforma era la recuperación de un espacio urbano que estaba obsoleto, lo que se logró. La Plaza pasó a ser el palco para muchos eventos culturales gratuitos y manifestaciones cívicas. Así, la Plaza de la Estación parecía estar se consolidando como un espacio público y cultural. Sin embargo, el uso de la plaza trajo consigo no solo diversión en conciertos y activismo en manifestaciones, pero también externalidades negativas, como violencia y depredación del património. Segundo representantes de la alcaldía, son estas consecuencias negativas que justifican el Decreto 13.798, que prohibía eventos de cualquier naturaleza. Sin entrar en más detalles acerca de este decreto (y el que posteriormente lo substituye, estableciendo que la plaza sí podía ser utilizada, pero por un precio[2]) nos interesa destacar acá la evolución del movimiento cívico de oposición.
En el 7 de enero de 2010 la movilización hasta entonces virtual tomó una forma presencial, ocupando la propia plaza, en un evento llamado “Vá de branco” (Ir de blanco). En este día se discutieron las cuestiones relacionadas al decreto y se forjó una reacción basada en desobediencia civil, de carácter lúdico, irreverente e irónico, con el objetivo de revocar el decreto. Como noto Tenreiro: “de las discusiones que se siguieron, una nueva idea nació: encuentros en la plaza en los sábados, con picnic, bebidas, bikini y pantalones cortos, toallas, sombreros, tambores y guitarras. En resumen, hacer de la plaza una playa en la ciudad.” (2010 – traducción nuestra[3]). Así, desde el día 16 de enero[4], la Plaza de la Estación en los sábados se transforma en Playa de la Estación. Las personas llevan sus trajes de baño y se ponen a tomar sol o a jugar con los juegos de agua de la plaza. Cuando la municipalidad dejó de prender a los juegos de agua, los “playeros” se organizaron y contrataron camiones de agua, que usaban sus mangueras para mojar a todos los presentes. También se generaron una serie de cantos para el movimiento, utilizados tanto en la divulgación de los sábados de playa como también en la disputa discursiva con la municipalidad, siempre en tono irónico e irreverente, con frases como “ei, policía, a Praia é uma delicia” (ei, policía, la playa es una delicia).
Fotos de Ednilson Maia
Fuente: https://www.flickr.com/photos/emaia/
Las imágenes abajo ilustran algunos de los diseños asociados a las convocatorias a la playa de la estación.
Figuras: Praça da estação y Afiche de Praia da Estação | Fuente: Andaminas (2010) y Coletivo Pegada (2010)
Figuras: ejemplos de divulgación y llamada para los protestos contra el Decreto del Alcade Lacerda. | Fuente: Colectivo Pegada (2010)
En seguida se listan algunas de las características claves del movimiento Praia da Estacão:
- Papel central de las redes sociales, tanto para la organización como para la divulgación de las intervenciones;
- Amplio uso de recursos simbólicos para promover un carácter lúdico, ironizando la “falta de mar de Minas”:
- Amplio uso de registro fotográfico, con el material producido siendo ampliamente divulgado en la internet;
- Capacidad de mantención y evolución del movimiento a lo largo del tempo, adaptándose a cambios en el escenario político;
- Movilización prioritariamente de jóvenes y universitarios,
- Vinculación a movimientos políticos y partidarios, particularmente con la oposición al alcalde Marcio Lacerda.
Estas características ayudan a explicar porque este movimiento en pro del uso del espacio público ha sido tan exitoso, logrando reverter decretos municipales y mantenerse activo a lo largo de los años. Actualmente, 5 años después, siguen existiendo eventos de la Praia da Estacão, principalmente en verano y en carnaval. Quizás la característica más importante del movimiento sea su carácter simbólico, utilizando el imaginario asociado a la playa de una ciudad, espacio público por excelencia para brasileños mismo para los que no tenemos playa en nuestras ciudades, para movilizar las personas. Para más detalles sobre el movimiento, se recomienda visualizar este video http://imaginanacopa.com.br/historias/historia-7-praia-da-estacao/ , que además de entrevistas con personas clave del movimiento, deja en evidencia el equilibrio entre entretenimiento lúdico y compromiso político presente en la Praia da Estacão.
Notas al pie:
[1] En el original: “espaço público e cultura pública eram contíguos.”
[2] Decreto n° 13.961, establecía los siguientes valores: de un a dos días, por un valor de R$ 9.600, de tres a cuatro días R$ 14.400, de cinco a seis días R$19.200. (CÂmara Municipal de Belo Horizonte, 2010; BLISSET, 2010)
[3] En el original: “das discussões que se seguiram, uma nova idéia nasceu: encontros na praça aos sábados, com pic-nic, bebidas, biquíni e calção, toalhas, chapéus, tambores e guitarras. Em resumo, fazer da praça uma praia na cidade.”
[4] Hasta la fecha hay gente que participa del movimiento. Pero, debido a los avances sin suceso en las discusiones, al pasar del tiempo y al invierno, el movimiento ha perdido fuerza, integrantes y apariencia de playa que tenía en su principio.
Referencias bibliográficas:
ANDAMINAS (2010) Praça da Estação. Disponible en: <http://www.andaminas.com.br/?load=mod4&idm=68&id=42&acao=v>
BLISSET, Luther (2010) Praia da Estação, o mar revolto das Minas Gerais. Disponible en: <http://assincramg.wordpress.com/2010/02/23/praia-da-estacao-o-mar-revolto-das-minas-gerais/>
CÂmara Municipal de Belo Horizonte. (2010) Audiência Pública discute uso do espaço. Disponible en: <http://www.cmbh.mg.gov.br/index.php?option=com_content &task=view&id=35735&Itemid=126&nj=1>
CMI BRASIL (2010) Praia na Praça da Estação de Belo Horizonte contra o decreto do prefeito Marcio Lacerda. Disponible en: <http://www.midiaindependente.org/pt/blue/2010/01/462799.shtml>
COLETIVO PEGADA. (2010) Praia da Estação. Disponible en: <http://coletivopegada.org/tag/praca-da-estacao/>
MUSEU DE ARTES E OFÍCIOS. (2010) Cronologia da Praça da Estação. Disponible en: <http://www.mao.org.br/port/institucional.asp>
TENREIRO, Manuela (2010) Brasil: Multidões fazem Praia numa Cidade de Montanha. Disponible en: <http://pt.globalvoicesonline.org/2010/06/05/brasil-multidoes-fazem-praia-numa-cidade-de-montanha/>
SIMÕES, Raphaella. (2010) Relato de quem esteve na Audiência Pública da Praça da Estação. Disponible en: <http://pracalivrebh.wordpress.com/>
WILLIAMS, Richard J. (2008) Espaço público e cultura pública: teoria, prática e problemas. página 33 a 48. In A Cultura pela Cidade. COELHO, Teixera (org.) Editora Iluminuras Ltda.
Universidad y actores sociales: Innovación social y generación de conocimiento compartido para el desarrollo territorial local. El caso de Playa Ancha.
VerUniversidad y actores sociales: Innovación social y generación de conocimiento compartido para el desarrollo territorial local. El caso de Playa Ancha.
Esta práctica da cuenta del Convenio de Desempeño desarrollado por la Universidad de Playa Ancha, el cual se propone desarrollar un modelo institucional que fortalezca el sentido y rol de las universidades públicas regionales, en relación al diálogo y encuentro de distintos tipos de saberes, conocimientos y experiencias ancladas en los territorios donde éstas se sitúan
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
Vista área Playa Ancha | Fuente: http://www.skyscrapercity.com/
[Por: Nelson Carroza Athens. Sociólogo, Magíster en Desarrollo Urbano. Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha y Profesor Adjunto del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Boris Gonzales López. Periodista, Licenciado en Comunicación Social. Magíster en Gestión de Políticas Nacionales. Magíster en Historia. Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha.
Felipe Rivera Urbina . Trabajador Social, Magíster en Investigación Social y Desarrollo. Coordinador Unidad de Innovación Social. Dirección General de Vinculación con el Medio de la Universidad de Playa Ancha]
Resumen: La presente práctica da cuenta del Convenio de Desempeño (UPA 1301) desarrollado por la Universidad de Playa Ancha, el cual se propone desarrollar un modelo institucional que fortalezca el sentido y rol de las universidades públicas regionales, en relación al diálogo y encuentro de distintos tipos de saberes, conocimientos y experiencias ancladas en los territorios donde éstas se sitúan. Específicamente, propone la co-construcción de espacios de articulación social para la producción colectiva de nuevos conocimientos, los cuales busquen no solo mejorar procesos formativos e institucionales, sino también, hacer de los mismos una experiencia duradera de aprendizajes dialógicos para un mejor desarrollo territorial local.
Palabras claves: Innovación social, diálogo de saberes, desarrollo territorial local.
El cerro de Playa Ancha es uno de los más antiguos y emblemáticos de Valparaíso. Concentra alrededor de un tercio de la población de la comuna, y combina una vocación residencial, cultural, universitaria y deportiva representada en una gran diversidad y número de organizaciones que dan cuenta de distintos intereses, inquietudes y realidades. Localizada en este espacio social diverso y heterogéneo, la Universidad de Playa Ancha se adjudicó el año 2014 el Convenio de Desempeño “Generación de Conocimiento Compartido: Un modelo replicable de Innovación Social para el Desarrollo Territorial de Playa Ancha” (UPA 1301) el cual propone desarrollar un modelo institucional que fortalezca el sentido y rol de las universidades públicas regionales, justamente en relación al encuentro y diálogo con estos distintos tipos de saberes, conocimientos y experiencias que son parte de los territorios donde éstas se sitúan. Específicamente, propone la co-construcción de espacios de articulación social para la co-producción de nuevos conocimientos, que busquen no solo mejorar procesos formativos e institucionales, sino también, hacer de estos espacios una experiencia colectiva de aprendizaje para un mejor desarrollo territorial local, considerando y otorgando legitimidad a los saberes formales e informales presentes en los territorios.
Esta apuesta propone la emergencia del concepto de “Innovación Social” que se posiciona en una tradición de perspectivas asociadas al desarrollo territorial, que reconocen la cooperación, la concertación y la asociatividad de distintos actores como elementos fundamentales para el desarrollo local (Bosier, 2001, Alburquerque, 1997; Riffo, 2013) y el rol y sentido de las universidades como actores territoriales (Klein y Bellemare, 2011 ; Klein et all, 2009 ; Filartre 2003). De igual modo, se propone la posibilidad de que en estas articulaciones se puedan construir nuevas epistemologías y alteridades de conocimiento, que a través del diálogo de distintos saberes, pongan en cuestión los megarelatos hegemónicos respecto del desarrollo y reposicione la importancia de la contextualización, la horizontalidad y la territorialización del conocimiento como práctica emancipatoria para las comunidades (Freire, 1978, Sousa Santos, 2010; Escobar, 2011). En otras palabras, se apuesta a la importancia de la concertación y articulación de los diversos actores de Playa Ancha, y en esa vinculación, la posibilidad de generar nuevos tipos y formas de conocimientos con y para otros.
En base a esta reflexión se propuso como desafío promover un conjunto de nuevos procesos e instancias, que permitieran de manera articulada la promoción del sentido del mismo. Entre ellas, destacan la “Mesa de Desarrollo Territorial” (MTD) y la “Unidad de Innovación Social” (UIS).
Primera Sesión “Mesa de Desarrollo Territorial” (MTD) | Fuente: www.territorioplayancha.cl
La MTD se constituyó como el principal espacio de articulación para el fortalecimiento de las relaciones entre los distintos actores de Playa Ancha, sustentada en prácticas de alteridad, paridad, confianza y mutuo entendimiento, donde la Universidad y las diversas organizaciones compartieron y colocaron a disposición sus conocimientos sobre el territorio, promoviendo la cooperación, no solo centrada en y hacia la Universidad, sino propiciando la articulación entre ellas de modo paritario. Durante 8 sesiones, se desarrollaron diversos autodiagnósticos como espacios de aprendizaje colectivo, sustentado esencialmente en los aportes, desde el sector alto de Playa Ancha -olvidado y estigmatizado- hasta la zona más baja y tradicional de las avenidas Playa Ancha y Gran Bretaña, los cuales permitieron paulatinamente reencontrarse, reconocerse y valorarse en sus similitudes y diferencias. Concretamente, se realizó “el Mapa de Saberes y Oportunidades” centrado en las potencialidades y activos del territorio -con valor agregado a otros modelos de trabajo territorial- que permitió colectivizar las riquezas de las organizaciones sociales presentes en el cerro. Del mismo modo, la “Ruta de Los Vientos” ayudó a los mismos vecinos a reconocerse en sus propios territorios. Asimismo, la aplicación de la Encuesta Socioterritorial en Playa Ancha, por primera vez permitió configurar las características sociodemográficas del cerro, descubrir e indagar en la participación en organizaciones sociales, su cooperación e identidad barrial y territorial. Todos estos insumos fueron socializados, presentados y discutidos con las organizaciones, lo que permitió la articulación de diversas acciones colectivas en las áreas de Participación Social y Espacios de Encuentro; Formación Integral; Medio Ambiente y Espacio Público; Vida de barrio, cultura y patrimonio, que formarán parte de un trabajo colectivo de mediano y largo plazo.
Taller “Mapa de Saberes y Oportunidades” | Fuente: www.territorioplayancha.cl
La “Ruta de Los Vientos” | Fuente: www.territorioplayancha.cl
La experiencia de esta relación, fundada en la confianza mutua, se expresó a nivel público en diversas actividades que principalmente posicionaron una idea de innovación donde todos nos asumimos como responsables. Así se apreció en la masiva convocatoria y participación detrás de la Feria Social de Playa Ancha que reunió a miles de personas en la Plaza Waddington. Allí quienes transparentaron sus identidades fueron las organizaciones y sus dirigentes. Mismos dirigentes y organizaciones que articularon el Espacio de Formación para Dirigentes Sociales que en sucesivas jornadas propuso un programa formativo de naturaleza colectiva, que entregó herramientas y lógicas de trabajo que fuesen eminentemente aplicables a las realidades y memorias de cada comunidad organizada.
Feria Social de Playa Ancha | Fuente: www.territorioplayancha.cl
Todas estas iniciativas contaron con el soporte técnico, apoyo y facilitación, de una nueva instancia institucional, umbral entre la Universidad y el territorio: la Unidad de Innovación Social (UIS), la cual, por su propia naturaleza, se tensiona en un doble desafío. Por un lado, proponer nuevas formas, procesos y metodologías de articulación social, en un contexto donde son comunes los moldes y diseños prefabricados, tan propios de diseños institucionales paternalistas y poco participativos. Por otro lado, potenciar los lazos de confianza que permitan disponer capacidades al servicio de los demás, tanto al conjunto de organizaciones sociales, como también a la comunidad universitaria -representada en académicos, funcionarios y estudiantes- cuyo desafío permanente es permear bidireccionalmente los intereses, necesidades y áreas prioritarias no solo de las organizaciones, sino también, de los distintos procesos curriculares a nivel universitario (como por ejemplo, nuevas asignaturas, tesis de pregrado y postgrado, pasantías territoriales, visitas a terrenos, proyectos estudiantiles y académicos de investigación, etc.) donde se haga real y plausible una verdadera articulación social para aportar al diseño y concreción de mejores territorios.
Es justamente este último desafío al que esta experiencia invita a reflexionar. Precisamente, respecto a la importancia de superar las definiciones y prácticas tradicionalmente asociadas -en Chile a lo menos- al área de Extensión Universitaria, que permitan la apertura a nuevos diseños institucionales que adscriban y naturalicen una práctica social innovadora, en donde la Universidad a través de esta experiencia pueda leer críticamente su modo de formar, enseñar e investigar. Este es ciertamente el desafío, en el contexto que Chile vive actualmente.
Referencias bibliográficas
Alburquerque, F. (1997) “El proceso de construcción social del territorio para el desarrollo económico local”, Santiago de Chile, ILPES.
Boisier, S. (2001) “Desarrollo (local). De qué estamos hablando?”, en Madoery, O. y Vázquez Barquero, A. (eds.), Transformaciones Globales, Instituciones y Políticas de Desarrollo Local, Rosario, Editorial Homo Sapiens.
Escobar, A. (2011) Más allá del desarrollo: postdesarrollo y transiciones hacia el pluriverso. Revista de Antropología Social. 21. pp.23-62
Filatre, D. (2003), “Les universités et le territoire: nouveau contexte, nouveaux enjeux ” in FELOUZIS G. (ss la dir.), Les mutations actuelles de l’université, Paris, P.U.F., pp. 19-45
Freire, P. (1978). La educación como práctica de la libertad. Siglo xxi.
Klein J., y Bellemare G., (Édit) (2011) “Innovation sociale et Territoire: Convergences théoriques et pratiques”. Presses de la l´Université du Québec. Canadá.
Klein, J; Fontan, J; Harrisson D. y Lévesque, B. (2009) L’innovation sociale au Québec: un système d’innovation fondé sur la concertation. Cahiers du Centre de recherche sur les innovations sociales (CRISES) Collection Études théoriques. N° ET0907. Quebéc
Riffo Pérez, L. (2013). 50 años del ILPES: evolución de los marcos conceptuales sobre desarrollo territorial. Serie Desarrollo Territorial. CEPAL
Sousa Santos, B. (2010) Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo: Trilce.
Hábitat: un concepto necesario.
VerHábitat: un concepto necesario.
A través de la celebración del Día Mundial del Hábitat, surgen una serie de alternativas innovadoras enfocadas a temáticas sociales, económicas y medio ambientales, donde el desarrollo urbano es un elemento esencial al momento de planificar y gestionar dentro de las ciudades.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
Fuente:
Fuente: http://www.un.org/es/events/habitatday/
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen: En Latinoamérica es fundamental el desarrollo a nivel de ciudad, específicamente a través de acciones que permitan generar soluciones a los principales problemas de la ciudadanía. Es por esto que a través de la celebración del Día Mundial del Hábitat, surgen una serie de alternativas innovadoras enfocadas a temáticas sociales, económicas y medio ambientales, donde el desarrollo urbano es un elemento esencial al momento de planificar y gestionar dentro de las ciudades.
Palabras claves: hábitat, participación, ciudades.
El Hábitat, es un concepto que comúnmente se asocia al área de las Ciencias. Sin embargo, desde el punto de vista social se vincula con el desarrollo del ser humano y de su calidad de vida. Desde el Urbanismo se considera principalmente en las condiciones en las cuales se encuentra el entorno de las personas.
El principal organismo que pone importancia en este concepto son las Naciones Unidas, que proponen llevar a cabo una serie de medidas que permitan una mayor conciencia de las condiciones de vida en los barrios pobres, en el desarrollo de procesos y herramientas de defensa de la historia de las personas en barrios más pobres, mostrar legisladores en el ámbito urbano, donde los programas de mejora de barrio puedan lograr mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, con impactos tanto económicos como sociales. Esto, se complementa con la participación activa de los habitantes, ya que ellos deben mostrar a los legisladores en el ámbito urbano, que los programas de mejoramiento de barrio son una vía para mejorar condiciones de vida en zonas urbanas de todo el mundo. Al mismo tiempo, se espera contribuir a un diálogo político que se centre en tema relacionado con la integración de las personas en los barrios marginados en la ciudad, identificando la formulación de políticas en que organismos como la ONU-Hábitat, puedan dar a conocer diferentes ofertas para encontrar soluciones a los problemas de los habitantes. Todo esto, debe permitir proyectos con las viviendas adecuadas de acuerdo a las necesidades de las personas, las cuales participan activamente de las decisiones, contribuyendo así a la agenda futura de desarrollo que se realiza a través de la Conferencia de Hábitat, la cual es englobada anualmente en el Día Mundial del Hábitat.
Una de las prácticas que se han desarrollado frente al concepto de “Hábitat” en ciudades de Latinoamérica y Caribe, es el Foro Urbano Mundial 2010 en Río de Janeiro. Por otra parte, ciudades como San Salvador, San José de Costa Rica y Medellín, han realizado exhibiciones de experiencias urbanas exitosas que provienen de 25 países del mundo, expuestas en México en el Día Mundial del Hábitat 2014, aquí el tema central fue movilidad y desarrollo humano, donde autoridades locales y nacionales, dieron a conocer la necesidad de fortalecer y reorganizar los sistemas de transporte y movilidad para mejorar la calidad de vida de las personas en ciudades. Las principales prácticas mostradas fueron soluciones innovadoras por parte de organizaciones como municipalidades, organizaciones sociales, empresas privadas y agentes de cooperación, enfocadas a problemas ambientales, económicos y sociales, ganadoras de premios como el Premio Internacional de Dubái de Mejores Prácticas, siendo un punto en común el éxito alcanzado en asuntos sectoriales de gran importancia para las ciudades de los países participantes en México 2014. Algunas de las temáticas tratadas, fue el mejoramiento de viviendas, servicios públicos, producción de energías alternativas, las cuales se visualizan como herramientas fundamentales para enfrentar temáticas mundiales como el cambio climático y el desarrollo urbano sustentable.
Fuente: ONU-Hábitat, 2014.
Uno de los programas más recientes es “Hábitat para la Humanidad”, con el cual se hace reconocimiento a lo importante que es una vivienda digna para una mejor calidad de vida. Este trabajo se desarrolla en más de 70 países, donde la meta para después del 2015; la vivienda debe ser uno de los principales objetivos. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe saber cuáles son las necesidades de la ciudadanía en temas de vivienda a través de un trabajo en común entre todos los países involucrados, los cuales reconocen la importancia de la vivienda digna a la hora de transformar y mejorar vidas.
Para finalizar, se debe tener en claro que al pensar en las futuras generaciones se debe visualizar en una sociedad civil participativa y organizada, que demuestre a través de sus acciones el respeto que merecen y el respeto con el entorno, siendo así lineamientos fundamentales dentro de la economía, la sociedad y el medio ambiente. En la actualidad, las prácticas responsables deben tener una visión futurista y que evite el caos urbano que muchas veces se genera por acciones y objetivos que en ocasiones no van de la mano con el desarrollo que se desea para una ciudad.
Municipalidad de Curitiba: un cambio necesario.
VerMunicipalidad de Curitiba: un cambio necesario.
Curitiba es una de las ciudades de Brasil con mejor estándar de vida dentro de América Latina, y esto se debe principalmente a las diferentes acciones que se han llevado a cabo en el área del desarrollo urbano, con una participación ciudadana activa.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
Fuente: http://www.ippuc.org.br/
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen: Curitiba es una de las ciudades de Brasil con mejor estándar de vida dentro de América Latina, y esto se debe principalmente a las diferentes acciones que se han llevado a cabo en el área del desarrollo urbano, con una participación ciudadana activa, la cual permite sentir la satisfacción de estar en una ciudad que cumple con las necesidades primarias y secundarias, aumentando el bienestar del individuo, como también de las futuras generaciones y de la sociedad en general.
Palabras claves: ciudadanía, desarrollo urbano.
La ciudad de Curitiba, se encuentra conformada por 75 barrios y 25 municipios y cuenta con una población que supera los tres millones y medio de habitantes, es una de las ciudades pionera en Brasil en estrategias de desarrollo urbano y sustentabilidad que han permitido llegar a niveles de convivencia de una forma cada vez más igualitaria y libre de acceso, visualizando así un modelo de desarrollo que se trata de adecuar a as necesidades de la población, generando espacios que han permitido equidad e igualdad en el desarrollo de la ciudad, siendo considerada una de las mejores ciudades del mundo por su calidad de vida que se mide por el Índice de Condiciones de Vida.
Jaime Lerner, arquitecto y urbanista, intendente de Curitiba impulsó una serie de cambios en la ciudad, transformándola en una ciudad con mayor igualdad de condición urbana, incorporando un modelo de integración ambiental, urbano y desarrollo sustentable, el cual ha sido utilizado como un ejemplo dentro del urbanismo a nivel mundial. Esto se puede visualizar en el sistema de transporte público con una infraestructura adecuada que dio prioridad al transporte colectivo motorizado, como también a los sistemas de transporte que son impulsados por el mismo hombre, como es el caso de la bicicleta, todo asociado a un común denominador que es la movilidad de las personas.
Así, los conceptos medio ambientales son llevados a cabo a través de las áreas verdes asociado al desarrollo arquitectónico de la ciudad, permitiendo realizar ambas áreas de una forma equitativa y en armonía y que al mismo tiempo cumpla las expectativas de la ciudadanía.
Todo lo anterior se enmarca dentro del Programa Integrado de Desarrollo Social y Urbano del Municipio de Curitiba, que promueve mejorar la calidad de vida de las personas, a través de diferentes fuentes de financiamientos dirigida a iniciativas sociales, urbanas y movilidad, sobre todo en las zonas donde se encuentran las favelas, en las cuales se necesita un desarrollo social, asociado a un bajo costo del transporte público, como también el mejoramiento del acceso a él. Hoy en día, las personas que residen en Curitiba tienen sistemas de transporte en paradas que cumplen con sus necesidades y funciones de estaciones para los ómnibuses, donde el sistema se desarrolla a través de una rampa, recogiendo al pasajes en la estación y lo traslada hasta dentro del ómnibus, cumpliendo con el lema de esta ciudad “Eficiencia, comodidad y belleza”.
Por otra parte, las áreas verdes son un elemento importante para mejorar la calidad de vida de las personas, no solo nos entregan servicios, sino que también debe estar asociado de la mejor forma con el desarrollo urbano, ayudando a controlar niveles de polución, acústica, entre otras. En el caso de Curitiba se ha llegado a generar entre los 45 a 50 m2 de área verde por habitante, superando los estándares que indica la Organización Mundial de la Salud. Es aquí, donde se puede hacer referencia a que lo sostenible no necesariamente es el componente ambiental, sino que también a lo económico y social y la interacción que existe entre ellos, algo que se refleja a través de los diferentes proyectos urbanos de Curitiba.
Fuente: http://arquifuturo.jimdo.com/curitiba-ciudad-ejemplar/
En otras palabras, se debe conservar el medio natural, pero a su vez, mejorar la calidad y el nivel de vida de la población. Ésta fue la conclusión a la que se llegó en la Conferencia de Río de Janeiro de 1992, sobre desarrollo sostenible. Allí se estableció oficialmente que lo sostenible no se refiere exclusivamente a la dimensión medioambiental, sino que hay que contemplar del mismo modo las cuestiones sociales y económicas, y ver en qué forma interaccionan estas variables.
Las diferentes prácticas que se han desarrollado a través de estos proyectos urbanos, son constantemente promovidas por un equipo de profesionales multidisciplinario conformado por arquitectos, economistas, ingenieros, sociólogos y diversos técnicos. Además, cabe resaltar, que cada una de estas iniciativas plasmadas en un proyecto urbano, han sido validadas por la ciudadanía, los cuales han logrado aumentar el sentido de pertenencia a lo largo del tiempo, desarrollando una actitud consciente respecto a otras personas, como muchos dicen “un lugar donde da gusto vivir”, logrando que sus habitantes se consideren actores activos del buen funcionamiento de la ciudad.
Entrevista a Rodrigo Gertosio Swanston: “Lo principal es generar movimientos entre los mismos vecinos por volver a ganar terreno en las decisiones que afectan sus barrios, no con el objetivo de trabar proyectos gestionados unilateralmente por el municipio, sino que integrando a la comunidad y a las autoridades en procesos de mejoramiento y de puestas en valor”.
VerEntrevista a Rodrigo Gertosio Swanston: “Lo principal es generar movimientos entre los mismos vecinos por volver a ganar terreno en las decisiones que afectan sus barrios, no con el objetivo de trabar proyectos gestionados unilateralmente por el municipio, sino que integrando a la comunidad y a las autoridades en procesos de mejoramiento y de puestas en valor”.
Rodrigo Gertosio Swanston, Arquitecto, líder y gestor del proyecto de rescate patrimonial de la Villa Frei en la comuna de Ñuñoa, nos explica en qué consiste dicho proyecto basado en el expediente de declaratoria de Zona típica.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
El Arquitecto Rodrigo Gertosio Swanston, líder y gestor del proyecto de rescate patrimonial de la Villa Frei en la comuna de Ñuñoa, nos explica en qué consiste dicho proyecto basado en el expediente de declaratoria de Zona típica. Qué valores se pretenden resaltar con el fin de generar conciencia y participación entre los residentes y vecinos de la comuna, y cómo buscan defenderse de una posible amenaza inmobiliaria, que con la llegada de la línea 3 del metro, las ofertas de compra y valores de suelo comienzan a aumentar significativamente en la zona. Se destaca también, cómo organizaciones vecinales que buscan defenderse de posibles amenazas, además de generar y promover la vida de barrio, comienzan a surgir con cada vez más fuerza en la ciudad.
Primero nos gustaría que nos cuenten cómo nace su organización y en qué consiste su trabajo.
El presente expediente nace desde la inquietud de los vecinos por poner en valor este conjunto habitacional, y buscar su protección patrimonial a través del CMN, debido al actual escenario de cambio que ha experimentado el sector contiguo de la Villa en los últimos años, y que la ponen en riesgo frente al desarrollo inmobiliario característico de Ñuñoa y la llegada del Metro.
Un hito para la recuperación y encuentro entre los vecinos de la Villa lo constituyó el terremoto del año 2010, pues su magnitud causó daños en los edificios, en algunos bastante considerables. Es así como se organizaron uno a uno los vecinos, colaborando en aras de revisar y reparar tanto los espacios comunes como sus propias viviendas. Ya en Junio del año 2012, sucede un hecho que gatillará la participación masiva de los vecinos: Se publica en la prensa que el municipio desarrollará un proyecto de mejoramiento del Parque Ramón Cruz. Las imágenes que acompañan los anuncios y la nula información que se conoce por los vecinos, desemboca en una asamblea en la que se tomará la decisión de participar en forma activa en la formulación de los proyectos que afecten al Parque. Por otra parte, y casi en forma simultánea, se conoce que Metro de Santiago pretende utilizar el parque para una gran instalación de faenas y construir una estación del tren subterráneo. Ante ello y después de conocidas algunas experiencias similares, se promueve la necesidad de constituir una organización formal que represente el sentir de los vecinos. La organización que surge da cuenta que no se trata sólo del parque, sino que es necesario reconocer que tanto el parque como la Villa Frei forman parte de un todo, y que resultará necesario “gestionar ante las autoridades que correspondan el reconocimiento del Barrio Villa Frei – Parque Ramón Cruz como Zona de Carácter Patrimonial. Lo que requerirá de un proyecto de reconocimiento histórico y arquitectónico” (del blog comunidadparqueramoncruz.blogspot.com). Finalmente y ante Notario Público, el día 7 de julio de 2012 se constituye el Comité Barrio Patrimonial Villa Frei – Parque Ramón Cruz, cuyo presidente es el vecino Ulises Valderrama.
El comité es un organismo comunitario funcional, cuyo fin principal será “el reconocimiento del Barrio Villa Frei – Parque Ramón Cruz, ubicado en la comuna de Ñuñoa, como una zona patrimonial, y junto con ello promover una mejor calidad de vida de sus asociados, fomentando la integración, la participación y el desarrollo integral de ellos, especialmente en lo relacionado con el rescate de la idea de barrio y la vida en comunidad
En esta línea y aprovechando el entusiasmo y colaboración de varios vecinos, se consigue que, el día 17 de agosto de 2012, se ingrese al Consejo de Monumentos Nacionales la carta con la cual se da inicio a la formación del expediente para la declaratoria de Villa Presidente Frei y el Parque Ramón Cruz como Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica.
En el año 2014 se ganaron los fondos del Consejo de Cultura FONDART para la elaboración del expediente, el que estuvo a cargo de Rodrigo Gertosio Swanston, Arquitecto y vecino. El expediente fue realizado y entregado con éxito el 30 de enero de 2015, actualmente está en proceso de revisión por parte del Consejo de Monumentos Nacionales para ser aprobado. Éste puede ser leído completo desde www.villafrei.cl o desde: http://issuu.com/villafrei-zonatipica/docs/libro_vf_final-web
De qué forma se integra a la comunidad en su proyecto y cómo ha sido el recibimiento de ésta hacia su organización.
La estrategia de insertar y dar a conocer el proyecto, buscó orientar el mensaje para los vecinos bajo un mirada positiva de poner en valor su forma y sus particularidades en vez de exponer sus amenazas, para no crear alarmas o especulación dentro de la masa social. Esta línea de trabajo fue de carácter educativo y comunicacional, con el objeto de construir de manera colectiva la información social requerida para el expediente, y, de paso, validar socialmente el proyecto. Esto generó conciencia de su importancia al recordar sistemáticamente los beneficios de vivir en este sector, promoviendo que los vecinos y propietarios sean quienes finalmente cuiden y protejan su edificio, su barrio y parque, para así asegurar una protección silenciosa “desde adentro”. Promoviendo, entre otras cosas, un mayor cuidado de su arquitectura, evitar alteraciones invasivas y que se mantenga netamente residencial como lo es ahora. Así, la elaboración del expediente se convierte en un ejercicio ciudadano de empoderamiento de los valores comunes que goza este conjunto, ofreciendo la posibilidad de imaginarse la villa a futuro.
El espíritu didáctico que se aplicó estuvo apoyado de polípticos explicativos, documentos que fueron entregados a vecinos, simpatizantes, y a las autoridades locales (Alcalde y Consejo). Se organizaron asambleas abiertas, recorridos del día del patrimonio (2013 y 2014), afiches, pagina web actualizada (www.villafrei.cl), y redes sociales, así como la promoción de éste en artículos de revistas (VyD), diarios (El Mercurio) y TV (programa Citytour de 13c). Este camino además contempló un proceso de capacitación en el tema patrimonial para la comunidad y la JJVV, con el objetivo de dejar capacidades comunitarias instaladas para el seguimiento del proceso y la administración del área a proteger. Este proceso fue apoyado parcialmente por el CMN, el que si bien siempre estuvo disponible para consultas, su actual estructura de trabajo sólo reacciona recibiendo los expedientes terminados, sin involucrarse en las particularidades y en un escenario normativo hipotético para una ZT (entendiendo que cada ZT posee atributos únicos y diferentes). Se sugiere que dentro de una nueva institucionalidad, el CMN guíe los procesos de sensibilización patrimonial en terreno, sobre todo en los procesos de participación ciudadana y de recolección de firmas, así la ciudadanía valoraría los procesos de una declaratoria y se involucraría de manera directa, entendiendo que hay una institución idónea que apoya las iniciativas de vecinos y amigos por la conservación y difusión del patrimonio. Esto además evitaría una mala comprensión de la ley de monumentos actual, que lamentablemente suele asociarse solo a trabas normativas en vez de convertirse en una distinción a un inmueble o sector.
La excelente acogida y recepción tanto por los vecinos como por simpatizantes se refleja en las más de 900 firmas de apoyo que fueron entregadas junto con el expediente al CMN, firmas obtenidas principalmente de gente del sector. Por otro lado, una sorpresa para el equipo de trabajo fueron la gran cantidad de testimonios enviados a través http://www.villafrei.cl/apoyo.html contándonos el por qué debería ser declarado este sector. Todos estos testimonios están siendo compartidos en www.villafrei.cl/testimonios
Como organización, ustedes actúan dentro un barrio específico de la comuna de Ñuñoa, ¿existe relación con organizaciones vecinas en la que se amplíe su cobertura de acción?
Actualmente en Ñuñoa existe una interesante red de organizaciones y personas que están preocupadas por el patrimonio local como la Red de Barrios por Ñuñoa y numerosas JJVV. Existen sectores que ya están declarados Zona típica como en conjunto EMPART de Salvador con Grecia, así como la Población de Suboficiales de Caballería, o en vías de ser declarados como Villa Olímpica y Villa Frei.
En el caso de los últimos ejemplos, se reconoce un patrón de problemas y amenazas comunes de estos grandes sectores presentes en el área sur de Ñuñoa, por lo que es urgente el comprender estos conjuntos dentro de un sistema residencial moderno que actúe de manera coordinada frente a futuras intervenciones (positivas y negativas) y a eventuales amenazas. Así, el día 21 de marzo se realizó un histórico “Primer Encuentro de Barrios Patrimoniales de Ñuñoa, una Mirada y Reflexión desde la Sociedad Civil» invitados por el equipo técnico de la declaratoria de ZT de Villa Olímpica.
Ustedes promueven la conciencia del valor arquitectónico y simbólico del barrio como reacción frente a peligros que afectan conservación del conjunto y su vida de barrio ¿De qué formas se han presentado estas amenazas? Y ¿Han pensado en propuestas concretas de revitalización?
Desde 2011, la Villa Frei se encuentra en un momento de inflexión inaudito en su historia producto de la construcción de la estación Diagonal Oriente de línea 3 del Metro en terrenos del Parque Ramón Cruz, perteneciente a la Villa. La salida del metro (actualmente en ejecución) es particular dentro del contexto local: el escenario que una estación de Metro salga directamente a un parque, y no a una calle como es habitual, incrementará la cantidad de personas que pasarán y utilizarán los espacios comunes que goza la Villa Frei, específicamente el Parque y la prolongación al sur de éste. En general, los efectos externos de una estación de Metro se traducen en la aparición de grandes paletas publicitarias, la saturación vehicular y la presión por más estacionamientos. En este caso, los espacios comunes de Villa Frei sin duda acogerán en su espacio público a los nuevos residentes y transeúntes de toda su área de influencia (absorbiendo la deuda de áreas verdes que carecen los nuevos edificios del sector). Este factor puede ser crítico si los vecinos dela Villa tienden a refugiarse y a mirar con desconfianza el nuevo escenario que los rodea, es decir, a encerrarse, transformando su gran parque en una sumatoria de pequeños condominios y eliminando para siempre su sentido colectivo, abierto e inclusivo que la caracteriza. Esto, podría constituir una amenaza social y ambiental para la atmósfera de barrio y la escala humana que caracteriza a este sector.
La Estrategia de protección
Legalmente se busca generar un seccional dentro del Plan Regulador vigente de Ñuñoa que reconozca esta área como Zona Típica. La estrategia que se busca no es congelar el desarrollo que tiene este sector en particular, sino que la declaratoria se constituya como una distinción que permita regular las futuras intervenciones dentro del polígono de protección propuesto. Estratégicamente, los vecinos organizados podrán disponer de una herramienta legal para controlar el futuro desarrollo del sector, junto con el Consejo de Monumentos Nacionales, quien por ley (17.288) tiene que aprobar las modificaciones dentro del polígono, aplicando el criterio de que las modificaciones no afecten los valores patrimoniales dentro del sector 1 de la Villa.
Según la ley 17.288. “Para hacer construcciones nuevas en una zona declarada típica o pintoresca, o para ejecutar obras de reconstrucción o de mera conservación, se requerirá la autorización previa del Consejo de Monumentos Nacionales, la que sólo se concederá cuando la obra guarde relación con el estilo arquitectónico general de dicha zona, de acuerdo a los proyectos presentados”2.
La estrategia de ubicar al Consejo de Monumentos Nacionales como un organismo que apruebe los anteproyectos que se envíen a la I. Municipalidad de Ñuñoa será de gran ayuda para preservar patrimonialmente este conjunto.
Según el Artículo 30º de la Ley 17.288 ” De la Conservación de los Caracteres Ambientales”: “En las zonas declaradas típicas o pintorescas se sujetarán al Reglamento de esta ley los anuncios, avisos o carteles, los estacionamientos de automóviles y expendio de gasolina y lubricantes, los hilos telegráficos o telefónicos y, en general, las instalaciones eléctricas, los quioscos, postes, locales o cualesquiera otras construcciones, ya sean permanentes o provisionales. La infracción a lo dispuesto en este artículo será sancionada con multa de cinco a doscientos unidades tributarias mensuales, sin perjuicio de la paralización de las obras mediante el uso de la fuerza pública”.
Actualmente no existe ningún tipo de norma que resguarde este modelo urbano, tampoco existe un reglamento de copropiedad, por lo que existe cierta anarquía en la toma de decisiones por parte de sus vecinos para modificarla a gusto. Paradójicamente esto no ha constituido un nivel de deterioro, sin embargo, sí se podría convertir en una amenaza directa. El propósito del presente expediente se constituye como un elemento de discusión de valores y amenazas y se propone ser un instrumento de canalización de ideas y soluciones armónicas a los problemas cotidianos que afectan a este conjunto. Por esto es que el proyecto de su declaratoria busca generar conciencia acerca de su enorme valor patrimonial, poniendo énfasis en la protección y cuidado de sus valores territoriales, sociales y paisajísticos. Para así mantener y asegurar en el tiempo la vigencia de esta cultura local.
Hemos visto en diversos medios de prensa que organizaciones vecinas como el Centro Comunitario Villa Olímpica han sufrido desocupación forzosa debido a una supuesta incompatibilidad con el Municipio ¿Existen diferencias con la Municipalidad respecto al uso del espacio por organizaciones auto gestionadas?
Lamentablemente los grandes conjuntos modernos tienen el problema del desconocimiento de a quien pertenecen los terrenos comunes, es decir, se desconocen los límites territoriales legales entre los espacios privados y los públicos, generando problemas como el de Villa Olímpica.
Finalmente, ¿creen que este tipo de instituciones han tomado mayor fuerza con el tiempo? ¿Es posible replicarlas en villas o barrios que no tienen una trayectoria histórica como la de la Villa Frei?
Efectivamente las organizaciones vecinales de Ñuñoa están en un momento de gran madurez producto varios años que llevamos (cada uno en su barrio) tratando de proponer y de generar conciencia a los vecinos de los valores particulares que tenemos dentro de nuestros territorios, por ejemplo, cada vez son más los barrios convocantes para organizar actividades para el día del patrimonio y cada vez mayor son sus convocatorias. Lo principal es generar movimientos entre los mismos vecinos por volver a ganar terreno en las decisiones que afectan sus barrios, no con el objetivo de trabar proyectos gestionados unilateralmente por el municipio, sino que integrando a la comunidad y a las autoridades en procesos de mejoramiento y de puestas en valor.
Actualmente, es grato constatar que existen innumerables iniciativas de vecinos y simpatizantes por poner en valor numerosos casos en Santiago, como el proyecto de Pasarelas Verdes de las Torres de San Borja, la asociación de amigos del parque Juan XXIII, las organizaciones en torno a la ZT del barrio Yungay, o el grupo de vecinos denunciando la demolición de una importante vivienda Moderna en calle Brown Norte #382, que será convertida en estacionamientos.
Publicación sobre Villa Frei en diario de la época
Imagen aérea nocturna de Villa Frei
Polígono de protección «Zona Típica»
Entrevista a Eric Clark: “Las políticas públicas orientadas a evitar la especulación inmobiliaria deben incluir políticas para asegurar la tierra como propiedad común, y su uso sujeto a la toma democrática de decisiones”
VerEntrevista a Eric Clark: “Las políticas públicas orientadas a evitar la especulación inmobiliaria deben incluir políticas para asegurar la tierra como propiedad común, y su uso sujeto a la toma democrática de decisiones”
Eric Clark, es académico de la Universidad de Lund (Estocolmo), se interesó en las problemáticas urbanas desde el inicio de su vida universitaria al estudiar Geografía y Economía en la Universidad de Estocolmo. Posteriormente cursó un PhD en Geografía por la Universidad de Lund. Ha ejercido como académico en las Universidades de Oslo, Copenhague, Uppsala y Lund.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Eric Clark, uno de los principales investigadores sobre economía y política urbana, nos presenta su visión y parte de su investigación relacionada a la ciudad y conflictos que se manifiestan en ella, principalmente desde la desigualdad económica y procesos capitalistas en el espacio. Es académico de la Universidad de Lund (Estocolmo), se interesó en las problemáticas urbanas desde el inicio de su vida universitaria al estudiar Geografía y Economía en la Universidad de Estocolmo. Posteriormente cursó un PhD en Geografía por la Universidad de Lund. Ha ejercido como académico en las Universidades de Oslo, Copenhague, Uppsala y Lund.
Ha especializado su trabajo en lo que denomina «Rent Gap» o «Brecha de Renta», determinada por el autor como impulsora de la reconfiguración urbana por medio de la circulación y acumulación del capital, e intentando demostrar empíricamente el proceso de gentrificación producido por ésta. Inspirado en David Harvey, Neil Smith, Henri Lefebvre y otros, ha explorado la teoría urbana política y conflictos en la ciudad capitalista.
Actualmente lidera investigaciones relacionadas al Centro de Excelencia para la Integración de Dimensiones Sociales y Naturales en la Sustentabilidad de la Universidad de Lund, donde destacan trabajos sobre intercambio ecológico desigual y acumulación de capital en pequeñas islas de Taiwán, ciudades eco-branding, y la importancia de reconocer cómo participamos de nuestra evolución como personas.
Para empezar, me gustaría que nos explicaras en qué consiste la brecha de renta en un contexto de capitalización de suelo e inversión inmobiliaria, y cómo esta incide en la gentrificación de barrios
Gracias Pablo. Es bueno saber que hay una red creciente de planificadores, geógrafos y urbanistas radicales en Chile, y estoy muy contento por esta oportunidad de conocerte y ser parte de este número especial de la Revista Planeo sobre Urbanismo Radical.
La brecha de renta es la diferencia entre los ingresos que un propietario recibe de acuerdo al tipo y la intensidad del uso del suelo– la renta capitalizada del suelo – y los ingresos que el mismo suelo le daría a su dueño bajo condiciones que los principales economistas de las inmobiliarias llaman “el más alto y mejor uso” – renta potencial del suelo. Las características físicas del suelo influencian su utilización, rendimiento y por lo tanto su renta. Pero es la relación social de la propiedad la que fundamenta la renta del suelo, en sus formas teóricamente matizadas. En entornos urbanos, densos en población y en capital fijo, la cualidad del suelo más importante tanto para la renta capitalizada como para la renta potencial del suelo, es la ubicación del terreno en el “espacio relacional”, es decir, en relación a todos los otros terrenos. Desde esta perspectiva vemos que son los cambios en el entorno los que aumentan las rentas del suelo, y no las inversiones por parte del propietario.
Observar y medir empíricamente las rentas potenciales y capitalizadas del suelo presentan desafíos muy diferentes. Los flujos de los ingresos comúnmente asociados con la renta para espacios de construcción, ya sea residencial, industrial, comercial, u otro uso, son rentas compuestas que consisten en rentas por el suelo y por la construcción. Distinguirlas con precisión no es fácil, pero estimar sus valores capitalizados – articulados en los mercados como precios – se hace en la práctica por las autoridades fiscales y las compañías de seguros en todo el mundo, principalmente con un interés en aislar los valores de la construcción. Las medidas de la renta potencial del suelo son inmensamente más complicadas. Estas se determinan en las mentes especulativas de inversores inmobiliarios: ¿Cuánto le daría este suelo a su dueño si hubiese un edificio totalmente diferente en él? Las rentas potenciales del suelo pueden estimarse aproximadamente en comparación con terrenos similares que hayan sido objeto de reurbanización recientemente, o como lo he hecho, asumiendo que las rentas potenciales cambian con el crecimiento de la población y con el crecimiento en el valor total de edificios existentes en una ciudad.
Cuando se construye o reconstruye el suelo urbano, las razones para la búsqueda de rentas de intereses de poderosos promotores inmobiliarios de suelo terminan de tal manera que el nuevo edificio establecido en el terreno es el apropiado para un tipo e intensidad de uso necesarios para asegurar la renta potencial del suelo. La renta capitalizada y potencial del suelo son idénticas y no hay brecha de renta (ver Figura 1). Inicialmente, con la urbanización continua que implica el crecimiento demográfico y la expansión de los entornos construidos, tanto la renta capitalizada como la renta potencial del suelo aumenta. Pero mientras que el edificio existente en el terreno encierre al suelo en un tipo e intensidad de uso que restrinja la renta capitalizada del suelo, la renta potencial del suelo estará libre de gravamen por la fricción de tales consideraciones concretas. Los cambios en la situación del terreno en el espacio relacional ingresan libremente en la renta potencial del suelo, es decir, en los cálculos especulativos de los intereses de los promotores inmobiliarios de suelo.
Surge una brecha entre las rentas capitalizadas y potenciales del suelo para el terreno, y esta brecha constituye una presión para cambiar el capital de construcción fijo para el suelo. En casos extremos de urbanización rápida, edificios relativamente nuevos de diez pisos son destruidos para hacer espacio para edificios de veinte o treinta pisos. Esta destrucción creativa tiene sentido perfectamente bajo condiciones en que las decisiones de inversión son orientadas en valores de cambio. Durante un período anterior a la reurbanización, las actividades especulativas del capital financiero y los desarrolladores urbanos hacen subir la renta capitalizada del suelo, ya que los actores más poderosos de la fase urbana han declarado el terreno no apto para la reurbanización. Esto ocurre cuando el ‘sello rojo’ (el capital financiero deja de emitir préstamos a la zona) entra habitualmente en el proceso. La reducción o el abandono total del mantenimiento por parte de los dueños de la propiedad se convierte en un comportamiento económicamente racional. La zona sufre un proceso de filtración, un eufemismo para la formación de barriadas. La filtración es básicamente lo contrario a la metrificación: la desinversión en edificios y un cambio descendente en las características socioeconómicas de los residentes.
La gentrificación implica, por supuesto, la reinversión en los edificios y un cambio ascendente en las características socioeconómicas de los residentes. Cuando se producen estos flujos de capital y de personas relacionados con la gentrificación, ya se ha puesto fin a la brecha de renta a través de las «inversiones» especulativas del capital financiero e inmobiliario. Las especulaciones sobre el futuro de la renta del suelo hace subir los precios de las propiedades, los cuales son vistos cada vez más como el suelo en lugar del suelo y el edificio. De hecho, el suelo capturaría un precio más alto sin el edificio, ya que hay costos incurridos con el vaciado de arrendatarios de un edificio y con su demolición. Las brechas de renta, y en última instancia el comportamiento de búsqueda de rentas del capital financiero e inmobiliario, conducen al proceso en cualquier forma que la gentrificación tome: desde la progresión gradual de gentrificadores que buscan vivienda en los barrios “top”, hasta los proyectos de reurbanización a gran escala, invariablemente, encubiertos y políticamente comercializados como revitalización urbana, regeneración urbana, renacimiento urbano u otros similares.
Figura 1: Brecha de renta. PLR = renta potencial del suelo. CLR= renta capitalizada del suelo. BV = valor del (de la construccion) edificio.
Lo fundamental para las brechas de renta como fuerza de cambio urbano es: i) las relaciones sociales de propiedad en el suelo, y ii) las desigualdades mediante las cuales la riqueza en el suelo, el capital y los activos financieros se concentran en manos de unos pocos mientras que la mayoría lucha por llegar a fin de mes (sobrevivir) y asegurar las necesidades básicas de vivienda. Cuando el suelo se ha mercantilizado como un activo de propiedad privada y se ha comercializado en un mercado, y donde hay grandes desigualdades y déficits relacionados con la democracia, surgen las brechas de renta y constituyen una poderosa fuerza de cambio en los flujos de capital en los entornos construidos y por consiguiente en la geografía social de las ciudades. En pocas palabras, esta es la forma en que las brechas de renta conducen a procesos de gentrificación.
Se ha hablado mucho de las complejidades de ciudades específicas, sus historias y contextos únicos en términos judiciales, culturales, institucionales, políticos y económicos. Se ha dicho que las brechas de renta son irrelevantes por esta o aquella razón. Las brechas de renta no son universales, y deberíamos ser cuidadosos con las teorías de viaje (distorsión que conlleva el traslado de una teoría nacida en una circunstancia particular a otra distinta) los problemas de viaje y las políticas de viaje. Es cierto, cada ciudad tiene su historia particular. Pero esto difícilmente descarta la relevancia de la teoría de brecha de renta para comprender las dinámicas urbanas en un amplio rango de contextos. Como hay diversas formas de capitalismo, neoliberalización, estatismo, o lo que tengas, las brechas de renta se manifestarán en formas igualmente diversas. Donde la tierra ha devenido en propiedad privada intercambiable como activo en el mercado, donde hay grandes inequidades, y donde las decisiones de inversión están determinadas por el valor de cambio en vez del valor de uso, ahí es donde podemos esperar encontrar brechas de renta, si estamos preparados para mirar más de cerca más de cerca al contexto particular.
¿Existe relación directa entre las brechas de renta y la segregación urbana?
Yo dudaría en decir que hay una correlación directa entre brechas de renta y segregación urbana. Pero existen relaciones entre brechas de renta y segregación que pueden ser desenredadas en contextos específicos. La segregación es un fenómeno complejo que no puede ser reducido al impacto de una sola fuerza. Exagerar o sobre enfatizar una sola dimensión, como el rol de la integración, o el rol de la renta del suelo, lleva a una visión limitada. Una amplia variedad de teorías de renta del suelo, incluyendo la teoría económica neoclásica, y variedades de las teorías de renta Ricardianas o Marxistas, identifican que el rol clave de la renta del suelo como mecanismo de clasificación espacial, que direcciona flujos de capital para fijarlos en entornos construidos, y organiza la distribución espacial de los usos de suelo. Donde el espacio urbano está mercantilizado y distribuido de acuerdo al mecanismo del mercado, y donde hay considerables inequidades, los grupos relativamente ricos siempre pueden pagar no sólo más espacio, sino que “mejor” espacio (recordar: más y mejor uso), tal como espacios cercanos a centros de servicios de alta densidad, cercano a parques u otras comodidades. Los pobres no solo pueden pagar menos y “peor” espacio, sino que son casi siempre las personas que se encuentran desposeídas, y que son forzosamente erradicadas cuando alguna “inversión” se realiza por un “bien común”, por ejemplo, una carretera o un nuevo estadio. Una población comparable a la totalidad de la ciudad de Estocolmo fue desplazada para hacer espacio para los Juegos Olímpicos de Beijing, y no es sorpresa que los Juegos Olímpicos de Londres tuvieran lugar en el que había sido el barrio más pobre de Inglaterra. En tales contextos, las nociones de “domicidio” y “topocidio” son muy apropiadas. Pero incluso en entornos menos dramáticos de gentrificación, no es raro ver la muerte de muchas viviendas y la supresión de lugares.
La relación entre brechas de renta y segregación se encuentra, primero que todo, en la forma en que las brechas de renta determinan cuándo y dónde algunas viviendas son destruidas y otras son producidas. Donde la producción y consumo extensivo de vivienda es legal, políticas y económicamente regulada de acuerdo a la ideología de mercado, las brechas de renta tendrán una particular y fuerte influencia sobre los patrones de segregación, incluso cuando, repito, la segregación no puede reducirse a un simple efecto de las brechas de renta.
Pensando que la gentrificación de un barrio puede darse por medio de arriendo o compra de propiedades de nuevos habitantes ¿Qué diferencias existen entre estas dos formas de gentrificación?
Una de las confusiones que sigue siendo reproducida en la literatura sobre gentrificación, está enraizada en la formulación original de la teoría de la brecha de renta de Neil Smith, que contiene una discrepancia entre texto y figura. Tenemos que distinguir entre los ingresos de los flujos de renta del suelo que corresponden a un período dado, por lo general anual o mensual, y el precio o valor del suelo que corresponde a la capitalización de los flujos anticipados de dicha renta. Mientras Smith escribía sobre la renta del suelo capitalizada, la imagen que presentó en 1979 tenía la brecha de renta en expansión hasta el momento de la reurbanización. Yo argumenté hace 20 años, que es útil para mantener la distinción, y sugerí llamar al flujo de renta presente “renta de suelo actual”, y a la capitalización de todos los flujos futuros “renta de suelo capitalizada”. Una curva de renta de suelo capitalizada sin duda aumentará en los años anteriores a la reurbanización, debido a la especulación en aumentos radicales en futuras “rentas de suelo actuales”. Como ejercicio, compare la figura 1 con la figura original y con frecuencia reproducida por Smith.
La relevancia de esta distinción para tu pregunta es que la renta de suelo actual es comúnmente evidente en la vivienda en arriendo, donde el arriendo se recoge mensualmente. La renta de suelo capitalizada puede ser calculada para propiedades en arriendo por medio del descuento del valor de todos los flujos futuros de ingreso, y las rentas capitalizadas de suelo se manifiestan en las viviendas en arriendo, en el precio de las propiedades transadas entre propietarios. Para la vivienda en propiedad, por el contrario, las rentas de suelo capitalizadas son comúnmente evidentes en los precios de las viviendas, mientras que habría que hacer un cálculo inverso para encontrar las rentas de suelo actuales de flujo mensual.
Pero para aterrizar, la gentrificación se lleva a cabo tanto en la vivienda en arriendo como en la vivienda en propiedad. Las condiciones legales y nombres de la tenencia varían de país en país, así que no hay un marco de una talla única para todos, para comprender las diferencias entre gentrificación en viviendas con distintos tipos de tenencia. Sólo enfatizaría que las brechas de renta producen gentrificación indepentiendemente de la forma de tenencia. Si la vivienda es arrendada, el proceso de gentrificación involucra los mismos elementos de reinversión en construcción -ya sea renovación o nueva construcción- y la misma tendencia al alza en el perfil socioeconómico de los residentes, tal y como lo haría bajo condiciones de tenencia en propiedad.
Actualmente difieren miradas sobre la gentrificación, indicando que en ciertas ocasiones este proceso puede ser positivo en cuanto a la integración y mixtura de distintos estratos sociales sobre un mismo territorio. Me gustaría saber tu visión respecto a este punto.
En primer lugar, sobre la cuestión de aspectos positivos, este parece ser el compañero permanente del debate sobre la gentrificación, como si un análisis de rentabilidad pudiera dar la respuesta a si la gentrificación puede ser una política urbana legítima, una vez más, apelando a un bien mayor. Más importante que la cuestión banal si hay algo positivo con la gentrificación, es la pregunta: ¿quién se beneficia y quién sufre las consecuencias? ¿Quién recoge los valores de cambio? ¿Quién es desposeído y desplazado? ¿Quién llega a ejercer su demanda de vivienda, y no puede satisfacer sus necesidades básicas? Tanto el evangelio de la economía neoclásica y su ala ideológica neoliberal no distinguen demanda de necesidad. Así, por ejemplo, el principio central de la fe en la política actual de la vivienda en Suecia es “el buen funcionamiento de los mercados de vivienda, donde la demanda del consumidor se encuentra con una oferta de viviendas que corresponde a sus necesidades”. Abracadabra, hocus-pocus y ¡listo! La demanda es perfectamente igual a las necesidades. Por supuesto que la gentrificación se asocia a una vivienda de buena calidad para algunos. ¿No sería sorprendente si este proceso a nivel mundial no beneficiara a nadie?
En segundo lugar, respecto al tema de integración y mixtura social, hay un patrón más notable: estas políticas se dirigen constantemente hacia las zonas de residentes de bajos ingresos y estándar de vivienda relativamente bajo. Todavía tengo que ver un ejemplo de política de mixtura social orientada a mezclar el parque de viviendas y el perfil de los barrios residenciales de clase alta, por no hablar de los barrios de clase media. “Mezcla social” se dice comúnmente para mejorar la base tributaria, y de vez en cuando para transmitir “remover la ética de trabajo”, obviamente un insulto para los residentes. Alineados con el debate del bienestar perseguido por el ala derechista de los think-tanks, los residentes se ven como vividores, vagos o negados al trabajo, a diferencia de los luchadores que llegan influenciados por una política de mezcla social. La política de mezcla social tiene la cómoda chapa de la preocupación social, mientras proporciona instrumentos políticos eficaces para iniciar procesos de gentrificación. En ninguna parte va a encontrar alguna referencia a las ganancias financieras de los propietarios, o la preocupación por los posibles desplazamientos de los actuales residentes. Yo diría: si ves “mezcla social” en un documento de política o un plan de la ciudad, ¡ten cuidado!
En Chile se ha visto de forma cada vez mayor organizaciones civiles que se oponen a grandes proyectos inmobiliarios. ¿Está hoy más informada la ciudadanía frente a este tipo conflictos y puede hablarse de un malestar ciudadano a nivel global?
Es bueno saber que hay en Chile organizaciones de sociedad civil que participan en luchas por el espacio urbano. Creo que ha crecido la conciencia en la sociedad respecto a la necesidad de tales luchas a nivel mundial, que puede esperarse cuando la brecha de renta se vuelve planetaria y el urbanismo revanchista se convierte en la política urbana que recorre el mundo. En ese sentido se podría hablar de disturbios civiles a nivel global. Pero hay todavía mucho espacio disponible todavía para una expansión de esta conciencia. El alcance de las organizaciones civiles todavía parece siendo insuficiente para que coincida con la integración global del poder económico consolidado. A principios del año pasado, Oxfam calculó que en el 2013 las 85 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial, 3,5 millones de personas. Unas semanas más tarde, Forbes actualizó el cálculo basado en la lista de los Billonarios Forbes 2014 bajo el título «Las 67 personas tan ricas como los 3,5 billones más pobres». Comprender plenamente esta estadística es difícil, por no decir imposible. Comprender plenamente sus consecuencias es aún más difícil. Tales concentraciones de riqueza implican plutocracia a expensas de la democracia, ya que el poder económico se hace cargo de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo del gobierno, así como los medios de comunicación y la cultura. En el largo plazo vamos a necesitar formas de gobernanza global en el que la sociedad civil pueda moderar los poderes estatales secuestrados y los intereses financieros de los desarrolladores urbanos. Pero tanto en el corto como el largo plazo, se encuentran luchas por el espacio. Ambas alianzas globales y locales jugarán importantes papeles.
Sobre este punto ¿Existen mecanismos o herramientas desde las bases ciudadanas que permitan detener o dificultar el proceso de gentrificación?
Esta pregunta es muy importante para poder explicar y entender el proceso de gentrificación. Y afortunadamente ha ido ganando terreno y atención tanto en la investigación como en las organizaciones civiles. Si la brecha de renta impulsa el proceso, las estrategias de resistencia deben poner en la mira las bases de la brecha de renta: la tierra como mercancía y las relaciones de la propiedad privada, las desigualdades, y el valor de cambio orientado a la toma de decisiones. En la escala de barrio esto puede ser una tarea desalentadora. Por otro lado, ninguno de estos elementos son blanco o negro. Hay grados y potencialidades para hacer parecer pequeños pero importantes cambios en dirección de un cambio fundamental. Las prácticas sociales de commoning (tierra de propiedad colectiva) pueden ser cultivadas localmente, aprendidas en otros barrios, y se suman a contrarrestar la mercantilización del espacio urbano. El valor de uso orientado a la toma de decisiones locales se puede fortalecer, consolidar la ayuda barrial y revitalizar la política local. La resistencia enfocada a obstaculizar la gentrificación ha logrado construir una coalición incluyente, que reconoce las diferencias con respecto a cómo los residentes les gustaría construir y desarrollar su barrio, y cómo estas formas se integran a escalas municipales y urbanas. La lucha contra la gentrificación probablemente fracasará a menos que se gane influencia más allá del barrio, y llegue a la política municipal, urbana y nacional. Las luchas exitosas contra la gentrificación implican también el desarrollo de planes alternativos, conformados por medio del debate barrial en forma democrática de sus residentes. Rara vez es suficiente decir no (no a la gentrificación!) si uno realmente quiere conseguir apoyo. Tener un plan alternativo es básico para obtener apoyo fuera del barrio. Todo se reduce a la difícil tarea, laboriosa y colectiva de ejercer el derecho a la ciudad. Todo esto es más fácil decirlo que hacerlo, y finalmente no hay garantía alguna de que la gentrificación se pueda prevenir. Esto requiere de la acción de políticas más allá del barrio.
Por último ¿Qué medidas o políticas públicas a diferentes escalas pueden tomarse frente a la especulación inmobiliaria y el desplazamiento de población hacia zonas de menor precio e interés?
Incluso si la banca de suelo municipal y la tierra nacionalizada vinieran sin garantía, es claramente más fácil responsabilizar a las autoridades locales y los gobiernos nacionales que privar a desarrolladores de suelo y sus financistas. Sabemos por experiencia que la especulación inmobiliaria se realiza bajo las normas, y que la planificación urbana puede ser más democrática en su organización política y jurídica. En las últimas décadas, la neoliberalización en Suecia ha supuesto cambios importantes, no del todo disgusto de otros países donde la ideología neoliberal ha tenido influencias. Un banco municipal de tierra y políticas activas de tierra ya no están en el orden de «mercado libre». El monopolio de la planificación municipal sigue existiendo legalmente, pero en la práctica ha sido en gran parte externalizada a empresas consultoras privadas cuyas redes se conectan con desarrolladores y financistas de capital. Las reformas políticas de impuestos, trabajo y bienestar han dado lugar a un notable incremento de la desigualdad. En consecuencia, vemos lo contrario de lo que estás pidiendo: políticas contra la especulación inmobiliaria y el desplazamiento de personas.
Las políticas públicas orientadas a evitar la especulación inmobiliaria deben incluir políticas para asegurar la tierra como propiedad común, y su uso sujeto a la toma democrática de decisiones. Hay una gran cantidad de posibilidades que han sido probadas en la práctica histórica, por lo que difícilmente pueden culparnos de desconocimiento. Prevenir el desplazamiento requerirá al menos dos grupos claves de políticas: aquellas orientadas a reducir las desigualdades y las destinadas a proteger la vivienda. Con mayor igualdad, el desarrollo urbano será menos desigual. Las políticas comunes aquí incluyen impuestos progresivos y la redistribución. Pero creo que en largo plazo tenemos que empezar a tomar en serio las propuestas del ingreso básico universal, combinado con techos en los ingresos y la riqueza. A nivel internacional, se habla mucho del derecho humano a la movilidad. Esto es importante, seguro. Pero necesitamos un compañero y contraparte de este derecho humano: el derecho a quedarse, el derecho a estar libre del desplazamiento forzado. La entrada de entidades y eventos en el tiempo y espacio es, y siempre será, inherentemente conflictivo. El derecho a quedarse no anulará esta. Pero servirá para evitar desplazamientos, y por lo tanto al mismo tiempo reducir el espacio para la actividad de especulación de propiedades.
Si la brecha de renta genera gentrificación y desplazamiento asociado, y esta se basa en las relaciones sociales de la propiedad privada, los altos niveles de desigualdad y de intercambio de valor impulsado por la toma de decisiones, las políticas para evitar la gentrificación y desplazamiento de personas deben orientarse a establecer y mantener la propiedad común, mayor igualdad y la utilización del valor impulsado en la toma de decisiones.
“Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana”
Ver“Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana”
Las ciudades han estado desde siempre en el centro de la reflexión de diversas utopías y revoluciones sociales, de la misma manera que han estado sujetas a transformaciones asociadas a los procesos de acumulación capitalista, que han detonado diversas demandas en relación al acceso de los recursos o bienes comunes urbanos. En el libro “Ciudades Rebeldes; del derecho a la ciudad a la revolución urbana” de David Harvey, presentamos la perspectiva de uno de los principales expositores sobre los temas relacionados al derecho a la ciudad, quien acuña en esta obra, sus principales textos y artículos escritos a lo largo de varios años. Este libro le permitirá al lector adentrarse a un marco teórico y práctico consistente, desde la mirada crítica marxista de Harvey; y profundizar los estudios sobre los conflictos de clases producidos en el contexto urbano, especialmente aquellos referidos al concepto de derecho a la ciudad, que el autor aborda en sus cuatro capítulos no como un derecho individual, sino como una propuesta de imaginar y construir un tipo de ciudad diferente, que refleje la forma que como sociedad queremos ser.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana”
Autor: David Harvey
Edición: Akal; pensamiento crítico. Madrid, 2013; 240 páginas
Durante las últimas décadas, la creciente urbanización ha estado fuertemente ligada a los procesos de transformación de las ciudades, jugando un rol fundamental en el equilibrio de los excedentes de capital, y actuando como contenedor de las aglomeraciones tanto a nivel productivo como financiero. Esto sin duda, ha contribuido de manera sustancial en los modos de vida de las personas que habitan en las ciudades.
El libro “Ciudades Rebeldes; del derecho a la ciudad a la revolución urbana”, del geógrafo David Harvey, comienza con una breve introducción dedicada a quien fue el principal exponente del concepto de Derecho a la Ciudad, Henri Lefebvre, destacando su labor y aporte al incorporar el análisis marxista al fenómeno urbano, evidenciando los conflictos sociales latentes asociados a las desigualdades territoriales. El texto “La icaria de Lefebvre”, plantea los principales lineamientos para una nueva ciencia urbana, y prevé el declive de la ciudad tradicional y la emergencia del surgimiento de un nuevo urbanismo, desde el cual delinea los principales aspectos programáticos del Derecho a la Ciudad.
De esta manera, Harvey dedica la primera parte del libro a establecer lo que a su juicio es el Derecho a la Ciudad, articulado claramente con la perspectiva antes descrita de Lefebvre. De tal forma, avanza dando cuenta del impacto que ha tenido la urbanización en los procesos sociales de las ciudades, las cuales se han convertido progresivamente en un objeto mercantil para los intereses capitalistas de acumulación del capital. Para Harvey, el derecho a la ciudad se plantea como una posibilidad de reivindicar los poderes de producción urbana, haciendo partícipe a todos los actores que son parte de determinado contexto, con el fin último de cambiar la realidad actual y cuestionar la relación existente entre el sistema capitalista de producción urbana y gestión de los excedentes que confluyen en el territorio. Este ideal político propone además, restablecer las jerarquías de derechos, e incluir nuevos conceptos a las demandas urbanas.
Desde esta perspectiva, Harvey reflexiona sobre la idea de pensar la ciudad como un producto social, que no debe ser inseparable con la idea del tipo de ciudad que queremos, y qué tipo de relaciones y lazos sociales que queremos construir al interior de ella; por tanto el derecho a la ciudad es planteado como una posibilidad de participar en el proceso de producción de la ciudad de manera colectiva.
A lo largo del texto, el autor señala que al convertir la ciudad en un producto donde se decantan los excedentes del capital, se ha suscitado un proceso continuo de diferenciación de clases, pues el control sobre la utilización de estos excedentes, por lo general se encuentra radicado en pocas manos. Esto ha marcado un estrecho vínculo entre el desarrollo de las lógicas capitalistas y la urbanización en un contexto global, generando profundas transformaciones en diversos ámbitos que competen a lo social, tales como la estructura laboral, los derechos a la propiedad privada, los recursos naturales, entre otros, los cuales ejemplifica a través de distintas revoluciones urbanas, dentro de las cuales destaca la reconfiguración de la infraestructura urbana de París encargadas por Napoleón a Hausmann en el año 1853, y la posterior transformación urbana realizada por Robert Moses en Nueva York, entre otros casos.
En el segundo capítulo, el autor aborda el origen urbano de las diversas crisis del capitalismo, poniendo como ejemplo las burbujas inmobiliarias y el mercado de la vivienda, y cómo a pesar de la experiencia, esto sigue sucediendo en varias partes del globo. De la crisis del capitalismo da paso al tercer capítulo del libro, donde pone como centro de discusión los bienes comunes urbanos y el debate de la gestión de este tipo de bienes, que ha estado ligada fuertemente a la tensión entre la concesión de los privados y la gestión estatal. Para Harvey, la posibilidad de utilizar estos bienes comunes, significa un factor importante para la reivindicación del derecho a la ciudad, de tal manera que la democratización de la producción y utilización de los excedentes y bienes comunes, se convierte en un aspecto clave para la definición de tal concepto.
En el cuarto capitulo, da paso a una discusión teórica sobre la idea de apropiación por parte del capital a la renta que produce la ciudad, poniendo como ejemplo la “marca Barcelona” y los problemas de masificación turística, entre otros casos. Para finalizar, en los últimos capítulos se destaca la potencia del espacio urbano como lugar donde es posible la generación de una dinámica de conquista de éste, a partir de movimientos sociales concentrados en la cuestión urbana, como una lucha frente a los procesos capitalistas que han dado curso a la generación de ciudades desiguales. Desde aquí la importancia de la revolución urbana como apuesta para mejorar el entorno que creamos.
Documental "La lucha de los niños/as del barrio Pijp en Amsterdam por su derecho a permanecer y jugar en las calles".
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Hoy en día, los diversos movimientos, propuestas y discusiones en torno a cómo es que queremos nuestras ciudades, ha tomado cada vez más fuerza. Para estos efectos, el derecho que como adultos hemos ejercido frente a los procesos de desarrollo urbano, ha establecido las formas, y criterios de intervención y producción de la ciudad que, sin embargo, no ha contabilizado a todos los actores que forman parte de este entramado urbano. En el marco de esta edición se presenta un documental que busca generar una instancia de reflexión sobre cómo hacer efectivo el derecho a la ciudad para todos sus habitantes, en este caso los niños/as, quienes fueron protagonistas de un movimiento ciudadano, estableciendo una demanda para la reivindicación del espacio público de la ciudad de Pijp (The Pipe) en Holanda, y logrando importantes resultados y cambios, tanto para el diseño como para la experiencia urbana de la niñez en la ciudad.
Revista Planeo Nº 21 Urbanismo Radical, Marzo-Abril 2015.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Director: Byclycle Dutch
Año: 1972
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Protestas de niños/as en Pijp y conflictos con los automovilistas / Fuente: www.sentidoscomunes.cl
Durante las últimas décadas, los procesos de urbanización han estado asociados de manera muy directa a las reformas estructurales del sistema neoliberal, las cuales insertas en un intenso proceso de globalización, impusieron la forma mediante la cual se han llevado a cabo la planificación de las ciudades. Esto ha modificado las lógicas de participación y las formas en que han tomado partido los actores que dan vida a los procesos sociales.
Por otra parte, si la ciudad es entendida como un producto social, no puede diferenciarse entre el tipo de ciudad que queremos, y el tipo de relaciones y lazos sociales que queremos construir al interior de ella. En este sentido, el concepto de derecho a la ciudad surge como algo que va más allá de la libertad individual para acceder a los recursos urbanos, sino, como la posibilidad de participar en el proceso de producción de la ciudad de manera colectiva (Harvey, 2008). Es decir, que la construcción de este derecho se basa principalmente, en una dinámica de conquista del espacio a partir de diversos movimientos sociales, que concentrados en la dinámica urbana, vienen a detonar diversas demandas sobre los procesos de producción y ocupación del espacio de la ciudad (ibídem).
Tomando esto como punto de partida, el presente documento propone generar una reflexión en torno a la incorporación de nuevos agentes en estos procesos de cambio y participación, los niños/as, que no siempre son considerados y que proponen una nueva forma de mirar (y re mirar) el espacio de la ciudad.
En el año 1972, un grupo de niños/as de la comunidad de Pijp, al sur de Amsterdam (Holanda), fue protagonista de las demandas que reclamaban una distribución equitativa de los espacios públicos de la ciudad, especialmente aquellos que se destinaban a calles, en donde el uso estaba casi totalmente dirigido a los automóviles. El contexto en el cual se encontraba la ciudad en esos años, era de un profundo hacinamiento en los departamentos del centro, donde además, la invasión de los automóviles en las calles, impedía no sólo que los niños/as jugaran en ellas, sino también, pudieran transitar de forma segura por las vías existentes. Frente a este escenario, las protestas también formaban parte de la campaña dirigida en aquella época: “Stop Kindermoord” (Alto a la muerte de niños) que buscaba poner freno a los atropellamientos de niños/as en el barrio.
Imagen del documental, protesta de niñ@s en Pijp / Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=YY6PQAI4TZE
La falta de equidad en el acceso a los espacios públicos urbanos, hacía visible una demanda latente sobre las jerarquías de ocupación del espacio. El conflicto sobre el derecho de esos lugares se desató cuando los pequeños/as (acompañados de adultos) decididos por generar un cambio en la manera en la que se llevaba a cabo la ciudad, los hizo movilizarse y despertar un movimiento ciudadano único, liderado por ellos, y que conducía precisamente a cambiar los patrones de ocupación de las calles, para transformarlas en “calles para jugar”.
Protestas de niños/as en Pijp y conflictos con los automovilistas / Fuente: www.sentidoscomunes.cl
Es emocionante ver cómo la demanda por una ciudad más justa, surge desde un grupo de la sociedad que no es considerado en la mayoría de los procesos de diseño urbano, por lo cual resulta aún más destacable la fuerza que ésta adquirió, colocando en la agenda pública del país el derecho de los niños/as por ocupar la ciudad, y sobre todo, por reconfigurar las jerarquías y las estructuras urbanas que hasta ese momento giraban en torno al automóvil. El fuerte activismo ciudadano en contra de la motorización masiva, transformó la estructura de Pijp, volviéndola una ciudad más inclusiva y respetuosa con todos los actores de la ciudad, logrando aumentar el porcentaje de niños/as usando el espacio público hasta la fecha de manera considerable.
Podría decirse entonces, que el derecho a la ciudad, pocas veces invocado hacia este grupo etario, viene a ser un componente esencial para la creación de una ciudad más justa e inclusiva. Al permitir un acceso equitativo al espacio público de la ciudad y restablecer nuevas formas de “lo público”, se pone en relieve aspectos esenciales del desarrollo de las personas, como es la construcción de una identidad colectiva y el fomento en la participación ciudadana de los más pequeños con sus ciudades. Esto podría significar sin duda, una participación prolongada de los actores en sus diversas edades, que ya para el caso de Holanda, significó un activismo extendido en términos de transporte y equidad del espacio público, situando a este país como ejemplo de desarrollo en torno a las políticas de movilidad y dimensión humana.
Esto resulta fundamental, pues a medida que las ciudades mejoren y logren que todos sus habitantes puedan usar y acceder al espacio público, podrán contar con una comunidad más cohesionada, una identidad cívica más desarrollada y una mejor calidad de vida urbana (Gehl, 2010).
Imagen del documental, sin árboles ni veredas – Imagen de la misma calle en la actualidad luego de las protestas, con un diseño urbano más inclusivo / Fuente: Documental y Google Street View
Referencias bibliográficas
Gehl, J. (2010); “Ciudades para la gente”; Onu Habitat; Ciudad Aut.noma de Buenos Aires : Infinito (Primera edición en español, 2014)
Harvey, D (2008): “El Derecho a la Ciudad”. En New Lef Review, 53 (23-39): Recuperado de http://newleftreview.es/search/hybrid?query=david+harvey
Gentrificación y boutiquización en la calle Almirante Montt de Valparaíso: transformaciones y relaciones socio-espaciales
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Revista Planeo Nº19, Barrio y Ciudad, Noviembre 2014,
Fuente: https://www.flickr.com/photos/delroble_caleu/8443832730/
[Por Bárbara Ossa, Licenciada en Historia UC, Ayudante de investigación FONDECYT N° 1141032 y Marianne Rippes, Licenciada en Historia y Estudiante de Magíster en Historia, UC]
Resumen
El presente artículo aborda la problemática surgida a partir de los cambios ocurridos durante la última década en el Cerro Alegre de Valparaíso, tomando el caso particular de la calle Almirante Montt y sus alrededores, producto del aumento del turismo en la zona, lo que ha generado transformaciones tanto a nivel estructural como de composición de la población. Este proceso de cambios puede enmarcarse teóricamente dentro de dos conceptos, a saber: gentrificación, entendida como la llegada de población de mayores ingresos, lo que produce un alza en el valor del suelo, y con ello, la consecuente migración de los antiguos residentes de menores ingresos, y su boutiquización, que se da como resultado de lo anterior, y tiene como principal efecto el aumento general de precios en el comercio cercano, lo que trae incomodidades a los vecinos que deben buscar otros locales donde abastecerse, alejados de sus hogares. Para dar cuenta de la percepción de estos cambios en quienes habitan cotidianamente este espacio, se analizarán entrevistas realizadas tanto a residentes como a trabajadores del lugar.
Palabras clave: Turismo, Gentrificación, Valparaíso
Abstract
This article deals with the problematic which has emerged from the changes occurred during the last decade in the “Cerro Alegre”, Valparaíso, considering the particular case of Almirante Montt street and surroundings, due to the increase of tourism in the area, which has generated changes both structurally and composition of the population. This process of change can be framed theoretically within two concepts: gentrification, understood as the arrival of higher income population, resulting in a rise in the value of land, and thus the consequent migration of former residents of lower income; and “boutiquización”, which is a consequence of the above, and its main effect the overall price increase in the near trade, which brings inconvenience to neighbors to find other places where supplies, away their homes. To study the perception of these changes on a daily basis who inhabit this space, interviews with both residents and workers at the site will be analyzed.
Keywords: Tourism, Gentrification, Valparaíso
Hugo Romero y su opinión sobre planificación de desarrollo regional
VerHugo Romero y su opinión sobre planificación de desarrollo regional
Ya en su forma de expresarse se nota la veta académica de Hugo Romero. Dándonos una gran cantidad de información en cada frase y demostrando a todas luces su espíritu crítico, se refirió a las grandes posibilidades de desarrollo que Chile posee.
Instalados en los patios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, nos habló de la necesidad de profundización en la visión regional del país; de la incorporación de un debate claro y constante como desafío; y de la necesidad de prestar más atención a las necesidades ambientales.
Descarga la entrevista completa
¿Cuáles son los problemas y desafíos actuales que son más importantes respecto a la planificación urbana y regional en Chile?
Yo pienso que en el país se han ido acumulando muchísimos problemas, tanto a nivel regional como urbano, que muestran que no es conveniente de ninguna manera persistir en una omisión sistemática de la planificación del desarrollo […]
[…] Hay una suerte de sensación que se va apreciando en todas partes, de «espontaneísmo», de voluntarismo, de una actitud más bien reactiva frente a los problemas, y de una acumulación de problemas muy importantes, y que no sólo no se resuelven sino que van adquiriendo características cada vez más graves […]
[…] Entonces las visiones son sectoriales, son parciales, son descoordinadas, no tienen visión de largo plazo ni aspectos multidisciplinarios en su enfoque…En definitiva, vamos experimentando una suerte de sorpresa paso a paso. Nos vamos enterando gradualmente de las dificultades que se generan, pero sin que se perciba una capacidad de respuesta sólida, global, institucionalmente válida […]
Los problemas son asociados a esta intervención liberal sin restricciones, regulaciones claras, sin una discusión permanente ni una política pública definida, se vuelven cada vez más graves. El problema principal es que, cuando se termina la ecuación, lo que se vislumbra finalmente es que con este sistema no es posible conseguir el desarrollo tan ansiado por el país.
Si tú reproduces eso ahora a nivel de la ciudad, haciendo el respectivo cambio de escala, te vas encontrando con el mismo problema. O sea, suponer que una ciudad solamente el crecimiento económico va a conducir, por acumulación, al desarrollo económico, no considera que podría ser al revés, y a conducir al no desarrollo.
Sin embargo, esto requiere una visión prospectiva, analítica, estratégica, de mucha persistencia y crítica de lo que está ocurriendo. Esto, con participación relevante de los actores sociales: los académicos, las comunidades locales, los agentes productivos, los habitantes de la ciudad. Que todos ellos estén participando activamente en ese proceso de construcción, de clarificación de los costos y beneficios asociados. Mientras eso no ocurra, como dije antes, vivimos una suma de sorpresas. Muchas veces sorpresas que son totalmente contrarias al desarrollo […]
A su juicio, ¿cuál debería ser el papel del Estado, en la regulación y formación de las ciudades?
Pienso que hay muchos roles que le corresponden a las políticas públicas, y que el Estado necesariamente tiene que asumir como parte fundamental de sus tareas. Existe una trilogía fundamental: por un lado los empresarios optando y maximizando sus rentabilidades económicas; por otro lado, la sociedad intentando maximizar la formación de capital social y humano; y por otro, el Estado armonizando estos puntos de vista, generando estos debates, facilitando la participación ciudadana […]
Yo entiendo que cuando hablamos de Estado, hablamos de una institución que es capaz de reproducir esas aspiraciones y necesidades sociales. Por ejemplo, la equidad. Se trata de un bien fundamental, porque tiene que ver con la estabilidad política, social, con las oportunidades de desarrollo, con la seguridad, con la calidad de vida. Y no se puede suponer que todas esas cuestiones se pueden construir individualmente, sino que se requiere de acciones colectivas. Alguien tiene que promoverlas, alguien tiene que estimularlas, premiarlas y establecerlas […]
Porque de lo que estamos hablando no es de un esfuerzo que corresponde hacerlo en los siguientes dos años, sino que uno implica tareas intergeneracionales y permanentes ¿Cómo le entregamos coherencia a esto? Tiene que haber una institucionalidad pública sólida, que es muy responsable, muy transparente y autónoma, muy comunicativa, y esencialmente muy participativa. No se trata de cederle a la comunidad algún espacio de opinión para no hacerle caso nunca. Porque eso significa destruir la credibilidad social […]
Creo entonces que hay problemas que el Estado debe asumir como prioritarios y fundamentales. Y me parece que casi todos ellos hoy día tienen que ver con la generación de un marco institucional apropiado para facilitar la participación. O sea, yo no le estaría pidiendo al Estado ninguna solución mágica a los problemas que se han ido acumulando durante décadas, o en algunos casos probablemente centurias. Lo que le pido es una apertura mental, conceptual, intelectual frente a los problemas. Nadie puede tener la razón por sí solo, pero entonces ¿cómo generamos el diálogo democrático para conseguir el avance sistemático y unas negociaciones adecuadas? […]
¿Qué visión propone usted para el desarrollo de una política integral de desarrollo urbano nacional?
El desarrollo urbano no puede estar al margen del desarrollo económico, social y sustentable del país. Seguir pensando fragmentariamente nos resta de una visión territorial.
Seguir pensando en forma diferente el crecimiento económico, que la equidad social, o ambos aspectos de la política educacional, parece también un error. La política educacional, que hoy está tan cuestionada en el país, tiene una dimensión territorial y urbana innegable […]
Y lo mismo cabría esperar respecto al desarrollo del transporte público; o del comercio en la ciudad; o las renovaciones urbanas que emprendamos; o la presencia de áreas verdes…son todos factores que tienen que ser vistos en su integralidad. Lo peor que podría ocurrir es que unos se estén contraponiendo con los otros.
Y la sensación que uno tiene es que cada vez que se aprueba (o reprueba, ahora) un Plan Regulador, es que no se está considerando debidamente la sinergia, los efectos relacionados, que constituyen un proyecto de desarrollo integral.
¿Y qué pasaría con la segregación o la participación que existe también a la hora de gestionar? ¿De los organismos que tienen que involucrarse en la generación de procesos, de proyectos? ¿Cómo ve usted lo que se ha criticado tantas veces; este sectorialismo en los organismos públicos?
No puede haber desarrollo urbano, sustentable, con la actual fragmentada institucional, y más que nada, con la falta absoluta de coordinación entre las instituciones que participan. Y esto es un tema que cuestiona fuertemente al gobierno de la ciudad por un lado y la gobernabilidad por otro lado […]
Hay que generar una gobernabilidad y un gobierno de ciudad que sean totalmente distintos a los que hoy día tenemos.
¿Cuál debería ser entonces, según usted, el papel del Intendente y el gobierno regional?
No, yo pienso que el país no resiste más de una visión centralista como la que tenemos. O sea, la concentración del PIB en Chile se da casi en un 50% en Santiago. ¡Y eso que éste es el resultado de 35 años de «regionalización»! ¡Cómo hubiese sido si no se hubiese siquiera formulado su retórica! […]
Una región como Aysén, que es capaz de producir el 0,5% del producto nacional, ¿cómo va a constituir un mercado atractivo para nadie? ¡Y qué podemos decir del altiplano andino, en el que prácticamente ya no vive nadie! Entonces hay que hacer una distribución muy importante del país.
Para eso, me atrevería a plantear que es muy importante que el país avance hacia el federalismo. […] Entonces un Intendente nombrado por el presidente, que obedece a los intereses del sistema central, con financiamientos que no son propios, con la riqueza que se produce en las regiones es drenada hacia el centro o hacia otros países…no, con ese esquema me temo que no hay ninguna posibilidad de desarrollo regional.
¿Cuál es su visión para el futuro desarrollo de Santiago, de aquí a 50 años?
Yo creo que Santiago tiene que compatibilizar su rol de ciudad global, con la necesidad de revertir fuertemente esta absoluta y única concentración de casi todas las actividades en torno a la ciudad […]
Dicho eso, creo que la ciudad está experimentando un proceso que veo equivocado, y creo que va a ser cada día más difícil de revertir. Por ejemplo, no creo que sea pertinente para la ciudad vanagloriarse en que es capaz de implementar su parte automotriz en 200.000 unidades por año.
Las ciudades que están aspirando hacia la sustentabilidad, como Berlín, como Dresden, y como muchas otras en Europa y en el mundo, no están apostando por el mantenimiento de las tasas altas de crecimiento de transporte privado, sino que están apostando decididamente por el crecimiento de transporte público […]
Me parece también que hay que resolver el tema ambiental. No es aceptable una ciudad que tenga los niveles de contaminación atmosférica que Santiago tiene. Por mucho que se diga que hayan mejorado en algo los índices de concentración de micropartículas, sabemos que las partículas finas no han disminuido sino que han aumentado, y también sabemos que la contaminación atmosférica evidentemente va a seguir aumentando si aumenta la fuente […]
Ahora, esos niveles de contaminación en gran medida son mitigados por un extraordinario crecimiento de las áreas verdes ¡Aquí hay que reverdecer todo lo que sea posible! Y en eso estamos tremendamente atrasados. Hoy día, una ciudad que no tenga un quinto de su superficie por lo menos como áreas verdes, no es sustentable. Y aquí estamos muy lejos de esa cifra. Y con una distribución interna absolutamente discriminatoria e injusta de esas áreas verdes […]
Luego, otro tema importante que no debemos dejar de considerar es el envejecimiento de la población. La propia prensa nos advierte que vamos a tener muchos jubilados pobres. Entonces el futuro de la ciudad tiene que considerar necesariamente a gente que va a tener escasas posibilidades de movilidad privada, y que no justifica la suburbanización ilimitada […]
Entonces suponer que estas cifras de crecimiento del parque automotriz contribuyen a la sustentabilidad de la ciudad, es contradictorio. Y estas son las discusiones que se requiere tener, con las cifras en la mano. Creo que todo esto señala la conveniencia, por un lado, de limitar el crecimiento de la ciudad, de proteger las áreas verdes y agrícolas; pero por otro lado generar por un fin un sistema urbano de redes estructurado por transporte público y que oferte territorio sano, con mayor integración social.
Como última pregunta ¿qué ventajas y desventajas ve en los Planes Reguladores Regionales y en las Estrategias Regionales de Desarrollo?
A mí me parece que ambos instrumentos son totalmente ineficientes. Yo tengo la impresión, y lo he dicho en otras ocasiones, que más bien se trata de construir mapas de colores. Se trata de un discurso absolutamente incomprensible para la población.
Si a eso sumamos estas Estrategias de Desarrollo Regional, que son verdaderos campeonatos de buenos deseos…en algún momento se hicieron en estadios y teatros, en los cuales la gente votaba finalmente por sus deseos. A mí me parece muy bien que tengamos alguna instancia de expresión de nuestras aspiraciones, pero otra cosa muy distinta es una Estrategia de Desarrollo Regional, en la cual estos deseos tienen que ser tamizados, ponderados, priorizados, y lo que es más importante ¡tienen que ser financiados!
Tienen que identificarse cabalmente los responsables del sector público, y en el caso chileno muy especialmente los responsables del sector privado. Un país en que la mayor parte de su economía está privatizada, en que sus recursos naturales, su medio ambiente, su territorio están privatizados; no puede formular una estrategia de desarrollo sin participación de los agentes privados […]
Entonces estas Estrategias de Desarrollo Regional, creo yo, han sido inútiles. Y los Planes Reguladores…es como poner un instrumento fijo versus un proceso dinámico. Va a quedar corto a la primera instancia. Entonces creo que hay que mejorar esos planes incorporando la resiliencia como un concepto muy importante. Tiene que ser un proyecto que obedezca a unos objetivos claros de sustentabilidad y desarrollo. Y que no sea un acuerdo entre especialistas respecto a cómo armonizan mejor ese mapa de colores. Eso no es suficiente ni conveniente.
Por lo demás, creo que hay que agregar muchos instrumentos nuevos. A mí me parece que la participación social tiene que tener sus propios instrumentos de consecución de objetivos. Hay que generar las instituciones de gestión y prácticas respecto de esos niveles específicos.
Hugo Romero
VerHugo Romero
Hugo Romero Aravena
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Profesor de Historia y Geografía, Universidad de Chile, Master of Science, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
Organizaciones asociadas:
Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Gerardo Fercovic
VerGerardo Fercovic
Nombre: Gerardo Fercovic Musre
Nacionalidad: Chileno
Formación: Ingeniero Civil Estructural, Universidad de Chile
Organizaciones asociadas: Municipalidad de Providencia
Gerardo Fercovic Musre, entre 1987 y 1995, se desempeñó exclusivamente en el campo de la ingeniería estructural. Luego de esto optó por entrar de lleno en el área de tránsito y accidentalidad. Desde 1995 trabaja en el Departamento de Ingeniería de Transito de la Municipalidad de Providencia.
En este período ha desempeñado las siguientes labores principales:
– Responsable de la formulación del proyecto de pasos peatonales reforzados en diversos lugares de la Comuna. Conceptualización, Identificación de medidas, Proyecto y Supervisión de Obra.
– Responsable de los proyectos de semáforos nuevos de la Comuna.
– Responsable de la aplicación de medidas de mitigación en puntos críticos de seguridad vial.
– Responsable de la elaboración de los Términos de Referencia para la Licitación del Servicio de Bicicletas Públicas de Providencia y administrador del contrato desde su puesta en marcha en 2008 hasta la fecha.
– Miembro del Comité de Revisión del capítulo 6 del Manual de Señalización de Tránsito. 2003.
OTRAS ACTIVIDADES:
– Seminario “Hacia vías más seguras en países en desarrollo”. Diciembre de 1995. Transport and Road Research Laboratory y Conaset. Santiago de Chile.
– Seminario Accesibilidad, Acceso y Movilidad en Transporte Público. Universidad de Concepción. 20, 21 y 22 de noviembre de 1996.
– Seminario Diseño de Áreas Laterales de Seguridad. Greg Speir. 1998.
– Seminario El desarrollo estratégico y la planificación y diseño para el transporte no motorizado. 30 y 31 de octubre de 2007. Ciudad Viva, Interface for Cycling Expertise e Intendencia Metropolitana.
– Seminario Planificación de redes de ciclovías. 1 y 2 de julio de 2009. Ciudad Viva, Interface for Cycling Expertise e Intendencia Metropolitana.
– Expositor en Primer Seminario Internacional Promoviendo la Bicicleta como medio de Transporte. 22 y 23 de setiembre de 2009. Ministerio de Transportes.
– Expositor en el I Encuentro iberoamericano de la Bicicleta en la Ciudad. Madrid. 15 al 17 de octubre de 2009.
– Movilidad y Edificación Sustentable. Copenhague. 22 de agosto al 2 de setiembre de 2011.
– Dentro de la Ingeniería Estructural he desarrollado la especialidad de proyectos patrimoniales y formo parte del Comité de Norma respectivo.
Entrevista Mario Ubilla
VerEntrevista Mario Ubilla
Es importante que el MOP entienda que cumple un rol tan importante como el MINVU, y Bienes Nacionales entienda que cumple un rol tan importante como el MOP.
En su oficina en el campus Lo Contador de la Universidad Católica, el Decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos nos concede un espacio para conversar, y conocer un poco más en detalle el funcionamiento de la comisión asesora para la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano. Su énfasis está sobre los principios que guían la política, pero también se da el tiempo de reflexionar sobre experiencias particulares y proyectos en específico, como el de Mapocho 42k.
Quisiéramos partir, en el marco de su participación en la comisión asesora de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), pidiéndole que describa los objetivos, propósitos y alcances que se persiguen con la formación de esta comisión.
La comisión tiene una doble función. Primero, de asesoría y luego de ayuda en la formulación de la política. Hago la diferencia porque cuando uno dice “asesoría” está entregando una serie de conocimientos –de expertos en el tema- que se focalizan en subcomisiones, cuyos aportes son sistematizados en una estructura ampliada, que es la comisión misma. Pasan de ser elementos temáticos de asesoría a las bases de la política.
Por eso es tan importante que en estas subcomisiones hayan expertos y se traten materias técnicas profundas que luego pasen a transformarse en principios más bien genéricos, que son parte de la política. En ese traspaso a los principios hay que ser muy cauteloso en que quede pregnado ese fundamento técnico.
En ese sentido el rol del Instituto de Estudios Urbanos es muy importante, porque éste trabaja en una estructura de subcomisiones que tenemos en la Facultad, y que nutre de contenido técnico a las comisiones que están trabajando en el gobierno. Esto, en el sentido de que son capaces de llevar también todos los estudios, todos los datos que tiene el IEUT hacia la política.
Así, empiezan a salir algunos requerimientos, a la luz de estos argumentos técnicos, que son muy importantes. Por ejemplo, reflexiones en torno al gobierno de las ciudades. Aparece el tema del Alcalde Mayor como posibilidad, respecto de este personaje que unifica los problemas de la ciudad y al mismo tiempo es capaz de tomar decisiones mucho más concertadas y apropiadas, equilibrando calidad y necesidad.
¿Quiénes integran la comisión asesora?
La comisión está integrada por decanos de universidades chilenas (Católica, de Chile y Diego Portales); por expertos en estudios urbanos que han trabajado en el medio público como profesional; representantes de la Sociedad de Ingenieros de Transporte de Chile; presidentes de colegios profesionales –del Colegio de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros-; el representante del Ministro de Transportes; representante de diputados. Al mismo tiempo, están permanentemente participando los SEREMIS de Vivienda.
Como jefe asesor de la mesa está José Ramón Ugarte, y como presidenta de la mesa la arquitecta Antonia Lehmann. Además participa el exinistro de Vivienda Alberto Etchegaray como parte estable de la comisión.
Hay una importante cantidad de funcionarios que actúan en representación de otros ministerios, pero lo más importante de lo que se pretende con esta estructura es no sólo generar una mirada multidisciplinar, sino que también traer a presencia las necesidades y articulaciones que hay que tener con los otros estamentos de los que depende la buena planificación de la ciudad.
En ese sentido creemos importante que acuda gente de Transporte, del MOP, y de Bienes Nacionales además de Vivienda.
En ese sentido, ¿puede identificar usted distintos sectores, perspectivas e intereses que estén representados en la comisión?
Está también la Cámara Chilena de la Construcción, por lo que están también representados los que se vinculan no sólo con el tema de las inmobiliarias, sino que también las sociedades constructoras y de inversión. Ellos presentan claramente un sector.
Está presente también el sector de los arquitectos. Están representados los ingenieros desde su posición de gestión, pero también desde las políticas que se han implementado a partir de la ingeniería.
Pero me interesa destacar que hay una representación que, más que por el perfil profesional que puedan tener los miembros específicos, es por la incidencia que tiene cada una de sus disciplinas en el desarrollo de las políticas urbanas y públicas en este país. Es muy interesante escuchar las experiencias anteriores, y cómo éstas han determinado, en lo bueno y en lo malo, los problemas urbanos que tenemos ahora. Es decir, hay experiencia en la mesa. Es bueno que participe gente que tomó decisiones en la década de los ’90, por ejemplo. Esto nos provee con un marco evolutivo de lo que son las problemáticas urbanas.
Esta diversidad, que tiene los elementos positivos que usted destaca, ¿acarrean también dificultades? La diversidad habla también de múltiples perspectivas que no siempre están en concordancia.
Yo creo que lo que falta es hacer el esfuerzo por bajar a la sistematización y a la generación de los principios básicos de la política. Creo que hemos ya conversado bastante; más allá de las distintas posiciones, yo veo que el trabajo ha sido serio y bien realizado. Sobre todo en que se va a lograr llegar a los acuerdos necesarios.
Pero como digo, tenemos ahora que empezar a pensar en los principios de la política y no tanto en las reivindicaciones o en las opiniones particulares. Que si bien fueron necesarias en un momento, no creo que sea la actitud que hay que tener ahora. Es muy expectante la situación en la que estamos, porque justamente entramos la próxima semana a un trabajo de consolidación.
¿Cuáles son los alcances que se proyectan para la PNDU?
Como la comisión se nutre de estas subcomisiones, de las cuales emanan los temas relevantes –patrimonio, segregación residencial-, allí se hace el esfuerzo de sistematizar estos inputs, y se logra poner los énfasis en los temas.
Así como en el tema institucional o patrimonial existen propuestas específicas, existen también principios básicos que estamos comenzando a generar.
Se ha hablado mucho de este problema general en la gestión urbana, de que no hay coordinación entre las distintas instituciones. Siempre ha faltado un poco de cooperación intersectorial. Al parecer aquí existe un intento por enfrentar eso.
Sí, yo encuentro injusto que se diga que no se ha logrado. Lo que pasa es que como todavía no se ha llegado a transformar todo ese contenido, no lo hemos “bajado” todavía a principios generales, a lineamientos estructurales…claro, se podría decir todavía que ha sido muy diverso, muy heterogéneo. Pero a mí me parece que es lo normal.
Piensa que si hay una comisión con expertos en patrimonio y hay otra comisión que trabaja la institucionalidad, es normal que se den no solamente al interior de esas comisiones puntos de vista distintos, sino que después lo que dice una puede estar en contraposición con lo que dice la otra. Pero va a ser tarea de la comisión superior organizar, priorizar, enfatizar. A mí me parece normal.
¿Se considera llegar a cambiar los instrumentos o mecanismos de planificación urbana? ¿Por ejemplo los PROT, los Planes Reguladores Regionales o Comunales?
En las subcomisiones sí. En la comisión principal yo todavía no veo esas demandas objetivas. Se van a revisar todos los temas, pero lo más probable es que no se llegue a hilar tan fino en estas comisiones temáticas.
Hay que hacer ciertas reflexiones que tienen que ver más bien con cómo nos imaginamos; cómo pensamos las ciudades del futuro. Esto, en base a ejes que son mucho más estructurales que incluso las decisiones específicas para cada ciudad. Lo que busca la comisión asesora es una cierta inteligencia asociada a entender la estructura de la ciudad desde conceptos mucho más ampliados, que sean capaces de incorporar en sí mismos distintas áreas del desarrollo de una ciudad, y al mismo tiempo que desde ahí se generen soluciones transversales, y no acotadas o puntuales.
Si tú me preguntas si estamos estudiando determinado plan regulador en sus características particulares, yo te diría que eso no se conversa así. El trasfondo es mucho más estructural.
Por ejemplo, se nos presentó la visión que tiene la Sociedad de Ingenieros en Transporte. Uno se da cuenta ahí de que las propuestas tienen un tono apropiado, en tanto está bien cuidado lo que es genérico. Se colocan principios sobre la mesa que son tremendamente transversales, donde lo coyuntural está en el hecho urbano. La promoción alternativa al uso del automóvil significa no solamente poner en valor el espacio público, sino que una serie de otros elementos que están como “subtemas”. Desde la bicicleta a las vías segregadas.
En su opinión, ¿cuáles son los principales desafíos, que deben ser abordados por la discusión de la comisión?
Hablando desde mi opinión, puedo mencionar “macro-temas” y “micro- temas”. Voy a partir por lo micro. Creo que hay cosas que se pueden hacer con acciones muy precisas. Por ejemplo, ¿qué hacemos con los terrenos fiscales?
Existen varios paños de terrenos fiscales en ciudades chilenas; portuarias, en la zona centro poniente…¿cómo reflexionar acerca del uso de esos terrenos? Muchas veces quedan en lugares bastante ventajosos, en términos de conectividad, de planificación de vivienda, etc. Eso significa pedirle una reflexión a Bienes Nacionales, a los Municipios, y otros más.
Por otro lado, está el tema de los comités. Los políticos generalmente se acercan a los comités de vivienda, donde la relación de necesidad es evidente. ¿Pero los comités de mejoramiento? Si nosotros nos hacemos cargo del “stock” de vivienda social en Chile, ¿por qué no pasar a los comités de mejoramiento de vivienda? Esa persona, así, se hace cargo desde lo que él conoce, dando el salto hacia el barrio. Fortaleciendo ese comité, el mismo propietario es el que va a determinar los requerimientos de su entorno próximo. Hay que entregarle el “derecho de autoría” a esa persona que habita en un sector vulnerable.
Esas dos cuestiones a mi juicio son básicas y revisten oportunidades: los terrenos fiscales y los comités de mejoramiento. Si llevamos esos aspectos que son “micro” a lo “macro”, uno empieza a ver que hay necesidades de diálogo interministerial. Esas son ya visiones que pertenecen a la filosofía del principio. Pero es cierto que esos principios deberían estar tomados desde cuestiones tan de base como esto.
Aprovecho de hacer una reflexión que no se hace mucho. Cuando se habla de interdisciplina a veces se olvidan algunas ramas. Por ejemplo el equipamiento de las ciudades. Es hora de que concurran a la discusión los temas concretos que tienen que ver el equipamiento desde problemáticas aún más específicas.
Conversábamos con gente del ámbito de la energía, pero desde el punto de vista de la iluminación de la ciudad. Es importante que pensemos en que la iluminación contribuya a ciertas actividades urbanas que son importantes: el uso de la vereda, de la calzada y la iluminación de la fachada de la vivienda. Con tres operaciones, te entrega una serie de elementos que pasan desde la seguridad residencial a la vial. Esto se conversa en las subcomisiones, pero me interesa recalcarlas porque son vitales para la formulación de principios.
Entonces, usted siente que estas problemáticas están siendo abordadas.
Uno siempre querría que fueran muchos más los tiempos, y muchas más las subcomisiones temáticas.
Uno necesita en esto que la participación tenga un rol fundamental. Esto muchas veces está asociado a una cierta voluntad. Llevándolo a un tema técnico, es importante que haya sensibilidad de que esto es una cuestión coordinada entre ministerios (y tienen que estar LOS ministerios, y no EL ministerio), pero también tiene que haber coordinación entre las personas que inciden en la reflexión.
Si tenemos un experto en segregación residencial, y otro experto en planificación, necesitamos que el diálogo entre ellos no necesariamente se haga en una reunión. Ese diálogo tiene que hacerse en base a una visión de proyecto de ciudad. Que más allá de diagnosticar, existan propuestas objetivas de qué hacer. Si tú me preguntas si eso podría ser mayor, yo reconozco que sí. A mí me gustaría al menos que fuera algo más nítido. No digo que no se haga, porque quiero ser justo, pero insisto en que esos gestos necesitan de voluntad.
La única manera de hacer de esto algo realmente tangible radica en los proyectos. Por ejemplo, a mí me interesa mucho que se hable del proyecto Mapocho 42k. Porque ese sí es un esfuerzo multi e interdisciplinario por abordar la ciudad, que literal y conceptualmente la atraviesa. Aquí también hay que tener una vocación interdisciplinar fundamental, como la ha tenido ese proyecto. Y demasiadas veces hay más vocación por diagnosticar y observar, que por la interdisciplina proyectual en los temas de ciudad. No pueden los actores marginarse de esto.
Por eso es tan importante que el MOP entienda que cumple un rol tan importante como el MINVU, y Bienes Nacionales entienda que cumple un rol tan importante como el MOP.
¿Cómo se vincula la incorporación de todas las voces en la problemática urbana con el nivel de diversidad al interior de la comisión?
Eso se hace, a mi juicio, desde una convicción de que esto tiene que implementarse con cierta audacia. Eso no quiere decir que sea irresponsable, pero con la ciudad hay que tomar ciertos riesgos en una política urbana. Eso aúna.
Si tú tienes una diversidad de opiniones, que es muy legítima, con todas sus discrepancias, entonces juguémonos por algo en lo que sí podamos creer, en lo que sí tenemos un punto de encuentro. Y la osadía es necesaria para radicalizar ese punto.
La decisión que tú tengas con respecto a las cosas es una forma de convocar y unificar los distintos puntos de vista. Por ejemplo, si nos vamos a jugar por el transporte público, hay que entender que eso va a requerir de cierta radicalidad. Si tenemos que hacer vías segregadas para que la persona deje el auto en la casa, y realmente se pueda tomar una micro y llegue en un tiempo equivalente, todos tenemos que tener una cierta voluntad radical. Eso es lo que esta política debiera fomentar.
Uno de los desafíos de cualquier política nacional es tomar en cuenta las diversas características de las distintas zonas de Chile. ¿Existe alguna incongruencia entre el logro de este objetivo y el hecho de que la comisión está compuesta en gran parte por profesionales arquitectos radicados en Santiago y cuya experiencia es mayormente con la Región Metropolitana?
Una de las experiencias más notables de participar en la comisión es escuchar a los SEREMI de regiones. Hemos escuchado prácticamente a todos. Y creo que eso cautela que esto no se transforme en algo centralizado.
Creo que también en esto hay que tener confianza, porque yo creo que nadie puede negar la importancia de sentar las bases de esta nueva política. Más aún con estas experiencias regionales que de alguna manera incorporan temas nuevos.
Si estamos reflexionando en torno a problemas que no necesariamente están en Santiago, creo que esa política se hace con la transversalidad que mencionas. No es banal haber escuchado a los SEREMI, también porque ocurren problemas que son muy comunes a todos, a pesar de las geografías y contextos distintos. Entonces podemos sacar conclusiones acerca de los elementos que nos son comunes, y tenemos la virtuosidad de poder escuchar las peculiaridades específicas de cada región. Eso yo lo valoro muchísimo, y encuentro que ha sido una de las cuestiones más potentes de la comisión.
En todas las sesiones, el secretario de la comisión, José Ramón Ugarte, lee un resumen –que debe ser de una media hora- de todas las otras subcomisiones, donde ya existe el esfuerzo por transformarlo en un relato, que es como un extracto único y unánime de esa diversidad de opiniones. Esa es una cuestión que celebro porque es un primer esfuerzo por hacer una sistematización coherente de un problema que tiene tantas aristas.
Nos mostraron casos de ciudades extranjeras, en distintos continentes y economías. Lo primero que uno observa ahí es lo exigentes que son consigo mismos en el conocimiento de sus propios territorios. El tiempo que invierten en ese conocimiento nosotros también tenemos que dedicarlo.
Para terminar, ¿qué impacto cree que tendría una PNDU sobre las instituciones, proceso e instrumentos de planificación urbana en Chile?
Bueno, si la pega se hace bien, y logramos sacar principios sólidos, debería haber un gran impacto. Esto requiere, insisto, de una voluntad por parte de todos los estamentos, incorporando la idea de cambio urgente y radical.
Ojalá que a nivel de barrio, municipio, ciudad, intendencia, ministerio se pueda tener la sensibilidad de que las decisiones, bien fundamentadas, requieren esa voluntad de radicalidad transversal, donde en ninguno de esos estamentos se interrumpa el esfuerzo, o “les aparezca la letra chica” de la política.
Entrevista Ivo Gasic
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No es que el Estado esté ausente o retraído; está generando nichos para el capital privado
En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile nos reunimos con Ivo Gasic, geógrafo de la misma universidad, y miembro del Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL). Con él hablamos para conocer más de la biografía del movimiento y su potente discurso en torno al trabajo desde las bases. Nos referimos también a la Secretaría Popular de Planificación Territorial (SEPPLAT), unidad del movimiento que busca articular su visión urbana desde un fundamento asentado sobre los intereses de los pobladores.
Para comenzar, nos gustaría saber qué es el MPL ¿Cómo nace?
Entrevista Alejandro Gutiérrez
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Nuestros territorios se han complejizado, pero nuestra gobernanza se ha mantenido como era hace treinta o cuarenta años
Para empezar, nos gustaría que nos cuentes un poco cómo llegaste a trabajar en temas de sustentabilidad y diseño urbano. ¿Fue siempre un interés tuyo?
Para mí, el tema surgió cuando me fui a estudiar a Inglaterra, en el ’98. Ahí apareció el tema de sostenibilidad ambiental como una componente fundamental de la construcción de la ciudad. Eso, a partir de un curso que tomé en la London School of Economics de Enviromental Economics. Eso de alguna manera me abrió los ojos a ese tópico en general.
De vuelta en Chile, cuando estuve a cargo del área de urbanismo de la Escuela de Arquitectura, empezamos a armar un currículum que estuviese asociado con esos temas. Para mí eso fue un desafío, hubo que hacer varios cambios e incorporar contenido distinto a la malla.
En Arup, a partir del 2002, aparecieron oportunidades bien concretas en relación a proyectos específicos donde poder desarrollar esta temática.
Cuéntanos un poco más de la línea de trabajo en general de Arup, y tu papel en específico dentro de la consultora.
Yo llegué a trabajar a Arup porque hice mi magíster en Londres, y siendo una empresa que tiene ahí su casa matriz, se volvió posible acercarse allá.
Si uno la compara con una oficina de arquitectura, o un estudio de urbanismo, son relativamente pequeños, comparados con Arup; y son monotemáticos. Tocan un solo tema; o arquitectura o urbanismo, o ambas juntas. Por otro lado, la cultura de trabajo está siempre asociada a una lógica del socio principal/fundador/dueño, que desde mi perspectiva limita las posibilidades de crecimiento. No sólo personal, sino que también de explorar nuevos horizontes.
Arup era al revés. Tiene una estructura casi de cooperativa desde el punto de vista de su organización propietaria. Hubo un fundador, Ove Arup, en 1946, pero cuando él se retiró de la empresa y murió, decidió traspasar la propiedad de la empresa no a los socios principales o más antiguos, sino a todo el personal de la empresa, profesional y no profesional. Eso me atrajo mucho; creo que es una manera de entender el mundo muy distinta y muy interesante.
Finalmente, la complejidad y diversidad de especialidades al interior de la empresa. Arup va desde las infraestructuras duras y puras, como hacer un túnel para una mina, hasta un rascacielos o el Estadio de Beijing para las Olimpíadas, o un plan de desarrollo urbano para un barrio de una ciudad. Ante esa batería de diversidad, me pareció muy atractivo incorporarme a un equipo muy numeroso y complejo.
En un plano más conceptual, ¿cómo defines tú el desarrollo urbano sustentable, llevándolo a las posibilidades de la realidad nacional?
[…]
Yo creo que en Chile hay varias cosas que están empezando a pasar. Chile tiene una característica única, que es un país que está como “a mitad de camino”, algo que se ve en los sentidos económico, cultural, sociodemográfico, etc. Lo que a mí me llama la atención es que hay un cierto nivel de masa crítica, de gente muy preparada, que está en Chile o volvió a Chile, relativamente joven, que está en posiciones de influencia. Eso está generando alguna sensación de “enjambre” que genera una cierta energía sinérgica. Eso es ausipicioso.
Eso sí, veo muchas recetas, así como discursos aprendidos. Esto puede caer mal, pero tengo la sensación de que la gente se va a estudiar afuera y vuelve con el discurso, pero no sabe mucho de qué está hablando. Una cosa es leer y estudiar cómo alguien hizo algo, y otra cosa es hacerlo […],operando con un territorio, aprobando proyectos, entrando en negociaciones con clientes, viviendo la realidad concreta de la planificación de la ciudad donde fuere en el mundo. […]
El otro tema que me llama la atención es que sigamos siendo tan buenos para mirarnos el ombligo. Seguimos siendo un país de periferia, donde creemos que aquí empieza y termina todo. Cuando hay un problema, pensamos que nadie más lo ha hecho, y tenemos nosotros que inventar la rueda. Eso es súper desgastante. […]Es importante mirar hacia fuera no para copiar, sino para no tener que reinventar la rueda. Particularmente en el ámbito de planificación, diseño urbano, arquitectura, nos cuesta mirar afuera.
Poniendo un ejemplo bien concreto, yo creo que la discusión que hay en Chile respecto de la gestión de áreas urbanas grandes, como Santiago, Valparaíso-Viña, Gran Concepción…Se cuestionan por la idea de un Alcalde Mayor ¡Para mí esa es una discusión que ya está agotada y resuelta en todas partes del mundo! […]Yo insisto, y esto lo digo desde siempre, que un alcalde metropolitano debe ser electo. No puede ser designado por el Presidente de la República. Menos en un país que es de la OCDE y que pretende ser una luminaria dentro de ese grupo. […]
En términos más de prácticas concretas ¿qué es para ti una ciudad sustentable? ¿Existen características generales que se aplican en cualquier lado, o son distintas de país en país?
Aquí está el tema de no mirarse el ombligo. Hay muchas características en común. Los humanos somos más o menos iguales en todas partes del mundo. Obviamente que los niveles de educación, de acceso a la riqueza y de infraestructura son distintos, pero claramente tenemos problemas comunes. Y eso se refleja en las ciudades. […]Las ciudades siguen siendo, hasta el día de hoy, sistemas lineales. Que son muy poco eficientes. Los sistemas circulares, que uno los ve en toda la naturaleza, son mucho más eficientes en el uso de los recursos.
Ahí uno tiene temas que son comunes a todas las ciudades del mundo: cómo nos movemos, cómo producimos energía, cómo usamos los recursos materiales. Respecto de esto, me gustaría dar un ejemplo concreto. La ciudad de Antofagasta, con la que estoy vinculado como secretario ejecutivo del Plan de Antofagasta, hoy es capaz de desalinizar 800 litros de agua por segundo, todos los días del año. […] Esto sigue siendo, sin embargo, desde una óptica lineal. Porque se bombean 800 litros por segundo para uso, y luego se botan al mar 800 litros por segundo. Esa misma agua podría ser reutilizada, como en Singapur o California, quizás no para tomar, pero para miles de otros usos que permitirían un uso más eficiente de ese recurso escaso.
Uno de los proyectos más emblemáticos, que has trabajado en Arup, es el del diseño de la ciudad de Dongtan en China. Es un proyecto bastante único, en tanto contempla la planificación de una ciudad desde cero. ¿Qué opinas de las críticas al gobierno chino, en cuanto al marketing que recibió este proyecto? ¿Y qué lecciones pueden sacarse para otras ciudades, a partir de la experiencia de Dongtan?
El caso de Dongtan es bien interesante, desde muchas perspectivas. Lo más notable para nosotros es que fue un muy buen ejercicio profesional; que tenía lógicas económicas, ambientales y sociales potentes. Por razones políticas, se paró. El promotor principal era el alcalde de Shanghai, y en el minuto que aprobamos el proyecto a nivel municipal –por ponerlo en términos chilenos-, el alcalde deja el cargo, por supuesta corrupción. Así que hasta el día de hoy no se ha construido. Eso es algo que no podíamos controlar mucho, pero nos pasa a todos los que estamos involucrados en urbanismo. […]Yo diría que esa fue una lección dolorosa, pero importante. Tener una sensibilidad y agudeza política en relación a estos proyectos es fundamental.
Otra cosa fundamental es que fue el primer proyecto del mundo “no académico” que puso sobre la mesa una proposición ecológica completa a escala ciudad. Eso fue lo que capturó la imaginación de muchos medios, agencias, universidades, desarrolladores inmobiliarios y alcaldes. En esa lógica, lo más interesante fue que nosotros pudimos volver más concreta una idea que estaba “en el aire”. Creo que eso fue muy valorado, y generó ruido positivo.
Con respecto al gobierno chino, yo diría que ese es un animal de muchas cabezas. […]Si tú piensas que China instaló en 2008 una política de subsidio a las energías renovables, cuando el 95% de los países todavía no lo hace, eso es loable. ¡Claro que al mismo tiempo está haciendo centrales termoelécticas a carbón! Pero China está haciendo muchas cosas, y no por casualidad. Allá efectivamente las cosas no suceden por casualidad, sino que son muy top-down, muy planificadas.
O sea, en el ámbito ambiental es un animal de muchas cabezas, pero en el ámbito particular de tecnologías de edificación asociadas a sostenibilidad, la verdad es que para el nivel de ingreso per cápita que tiene, y para el nivel de sofisticación de su aparato público, China nos lleva la delantera al 95% de los países. […]
¿Cuáles son las problemáticas más pertinentes para las ciudades chilenas para lograr mayores niveles de sustentabilidad?
Son demasiados, pero eso es para todas las ciudades del mundo. Estamos todos empezando en esto. Sin duda hay ciudades que han avanzado más, pero si tú miras de lejos, nadie ha avanzado mucho. O sea, hoy todo el mundo trompetea a Barcelona porque los edificios públicos tienen un 10% o 15% de energía solar. ¿So what? ¡Eso no es nada! Eso quiere decir que no hay nadie está haciendo mucho más que eso.
Yo creo que Chile ha crecido mucho en lo económico. Eso ha generado inversiones físicas en el territorio (minería, carreteras, tendidos eléctricos, tratamiento de aguas servidas), que les quedan un poco grandes al sistema de gobierno territorial que tenemos. Por lo tanto, respondemos como por “espasmos”. Nuestros territorios se han complejizado –para bien- y nuestra gobernanza se ha mantenido como era hace treinta o cuarenta años. Y necesitamos gobernanza más sofisticada para territorios más complejos. Eso es lo que no tenemos hoy día. […]
Un segundo punto es nuestra relación con la inequidad manifestada en el territorio, que es algo brutal. Creo que todo el mundo lo sabe, pero es como el elefante blanco arriba de la mesa. […] Es una bomba de tiempo en el largo plazo, y todo el mundo lo dice en el ámbito especializado nuestro.
Sin duda ha habido esfuerzos de parte del MINVU, de este gobierno y del anterior, de programas de mejoramiento de barrios. Creo que esa es una buena intención, pero para meterse en esos temas hay que entrar con un nivel de sofisticación y recursos muy superior. El problema es tan complejo, que tratar de resolverlo “con pocas lucas” puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. […]
Finalmente, un tema que aplica a todas las ciudades chilenas, es el de la contaminación. Hoy día nos parece natural que, en invierno, niños mueran por razones que dependen absolutamente de nosotros. Y eso es impresentable. En Santiago, en particular, la cosa se aborda como si fuera un tema que no se puede resolver. “Que nos tocó vivir en un valle”, “que nos tocó vivir en una zona desértica”, que “qué mala suerte”. Ese discurso es fatal. Yo creo que hay soluciones complejas, que requieren acuerdos e inversiones importantes, pero sí que se puede resolver.
Uno de los temas más polémicos y recientes en la Región Metropolitana tiene que ver con el PRMS-100, que fija nuevos límites urbanos. ¿Qué opinas tú respecto del crecimiento urbano expansivo,versus uno que busca mayor densificación, en el caso de Santiago?
Creo que los territorios urbanos son, de alguna manera, una invención. Los límites urbanos, por consecuencia, también. Si uno mira a los sistemas que soportan las ciudades y a las ciudades mismas como una sola cosa, la verdad es que importa bien poco dónde está el límite urbano. Lo que importa es cómo funciona el sistema.
No estoy hablando del sistema de transporte o el del agua. Estoy hablando del sistema ecológico, social, económico y de infraestructura que está asociado a un territorio. Cuando se nos habla del “límite urbano”, me parece que es una discusión un poco mezquina, muy pequeña. Creo que es mucho más importante hablar de la capacidad de carga de la cuenca de Santiago completa. Ese sistema no es urbano, es de relaciones entre el mundo geográfico, natural, y el “urbano”, por decirlo simplemente. Ese sistema tiene que ser óptimo.
Lo que a mí me preocupa no es dónde está la línea entre el Santiago urbano y su sistema agrícola asociado. Lo que me importa es que ese sistema agrícola, que hoy parcialmente soporta Santiago, mantenga esa capacidad en el tiempo. Si necesitamos que esa capacidad sea mayor o menor, lo veremos en su minuto. Me preocupa más que haya relaciones positivas, inteligentes y eficientes.
El problema del límite urbano está pensado desde la ciudad hacia afuera, como si hubiera un abismo más allá de ese límite, donde no hay nada más. Cuando la verdad es que nosotros estamos sentados sobre ese territorio, y dependemos de ese territorio. Si no hay agua, no es irrelevante. Lo mismo si no hay alimentos, o si cuestan mucho porque están muy lejos. Entonces yo miraría más la cuenca de Santiago como un sistema, donde más que definir problemas de límites yo definiría de manera más articulada zonas con desarrollo urbano condicionado. Algo que se planteó hace quince años, pero que sean actuables y con una institucionalidad detrás que les permitan operar.
¿Qué soluciones has visto tú en otras partes del mundo para enfrentar el problema de las “ciudades dormitorio”? Entendiendo esto como lugares con difícil accesibilidad, producto de la expansión de la ciudad.
Hay una cosa muy obvia, que es que tiene que haber una relación de coordinación total entre usos de suelo y, como mínimo, movilidad. Si el Ministerio de Transporte y el de Obras Públicas y el de Vivienda son entidades separadas, y para tomar decisiones lo hacen de manera no coordinada, eso es fatal.
Usos de suelo y transporte son dos elementos que no pueden estar separados. Cuando yo hago desarrollo urbano, tengo que hacer desarrollo de movilidad. […]La relación de transporte, accesibilidad y desarrollo inmobiliario está muy abordada. Hoy en Chile están las condiciones para que hayan combinaciones más sofisticadas entre público y privado, para desarrollos más efectivos del territorio.
Por último, si tú pudieras proponer un proyecto para el mejoramiento de una ciudad chilena cualquiera. ¿Cuál sería y por qué?
Bueno, estoy obligado a decir Antofagasta, pero diría que sí (risas). Yo estoy trabajando ahí, por lo tanto tengo una mirada parcial. […] Por las características geográficas en que está, por su buen nivel de irradiación solar, por su clima espectacular, por su nivel de dinamismo económico…no le queda otra que hacer un muy buen proyecto de borde costero de estándar internacional. Que sea una buena demostración de la calidad de vida que queremos para las ciudades chilenas, y que ojalá sea replicable pronto.
Josefa Errázuriz
VerJosefa Errázuriz
Nombre: María Josefa Errázuriz Guilisasti
Nacionalidad: Chileno
Formación: Sociología, Universidad de Chile; estudios de Administración de Empresa, Universidad Mariscal Sucre, Santiago de Chile.
Organizaciones asociadas: Ciudad Viva (Presidenta 2011-2013)
El gran interés de Josefa Errázuriz por la calidad de vida la lleva a ser miembro activo de su Junta de Vecinos desde 1988 y a ser miembro del directorio de la Junta de Vecinos N° 7 “Los Estanques” desde 2002. Hoy se desempeña como Secretaria de dicha Junta de Vecinos.
En su constante preocupación vecinal fue Presidenta del Comité de Defensa de las Áreas Verdes de Providencia 2002- 2005, miembro del Directorio del Comité Calidad de Vida de Providencia 2004-2006, Asesora de la Unión Comunal de las Juntas de Vecinos de la Comuna de Providencia 2006-2008.
Candidata a Concejal Independiente (fuera de todo pacto) por la Comuna de Providencia 2008. Presidenta Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Providencia, desde 2009. Su mayor interés es el servicio público y la participación ciudadana. Funcionaria del Programa de las Naciones Unidas en Chile 1974-2007, fecha en la cual se jubila anticipadamente. En este Organismo desempeñó diversos cargos, siendo su última responsabilidad la de Gerente de Operaciones.
CIUDAD VIVA. Participar es Crecer Juntos.
Ciudad Viva es un Centro de Urbanismo Ciudadano fundado el 2000, por 25 organizaciones ciudadanas, que integraban la Coordinadora No a la Costanera Norte. Su compromiso fue tomar el conocimiento adquirido después de esa batalla ciudadana y ponerlo a disposición de las comunidades urbanas en conflicto o buscando jugar un rol activo en la planificación y construcción de ciudades más justas, sustentables e inclusivas. Se trata de una institución ciudadana que busca apoyar y nutrir a movimientos sociales en todo su ciclo de vida, para mejorar la calidad y la efectividad de la sociedad civil del país.
Justo Pastor Mellado
VerJusto Pastor Mellado
Nacionalidad: chilena.
Formación: Licenciado en Filosofía. (PUC)
Diplome D´Etudes Approfondies Université de Provence.
Maitrise en Philosophie Université de Provence.
Organizaciones asociadas: Parque Cultural de Valparaíso.
Luis Eduardo Bresciani Lecannelier
VerLuis Eduardo Bresciani Lecannelier
Luis Eduardo Bresciani Lecannelier
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Master in Urban Design, Harvard University. Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile
Organizaciones asociadas:
Pontificia Universidad Católica de Chile
Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master in Urban Design (MAUD) de la Universidad de Harvard. Entre los años 2000 y marzo del 2010 ejerció cargos en Ministerio de Vivienda y Urbanismo, como Secretario Regional de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana, y desde el 2003 como Jefe de la División de Desarrollo Urbano del mismo Ministerio, responsable del área regulatoria en materia de urbanismo y construcción, así como de la dirección de los programas nacionales de proyectos y planes de infraestructura urbana y de recuperación de barrio. Previo a asumir cargos públicos, ejerció como consultor en Chile y los Estados Unidos a cargo de variados proyectos y planes urbanos en ciudades como Valparaíso, Santiago, Chicago, Philadelphia y Washington D.C. Desde 1998 es profesor de planificación y diseño urbano de la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica. Ha publicado decenas de artículos sobre planificación, diseño y desarrollo urbano en libros, revistas y medios nacionales e internacionales, y dictado más de un centenar de conferencias sobre estas materias en Chile y el extranjero. En 2009 el Colegio de Arquitectos le otorgó el Premio Alfredo Johnson, al arquitecto nacional más destacado por sus aportes al sector público.
Sergio Baeriswyl
VerSergio Baeriswyl
Nombre: Sergio Baeriswyl Rada
Nacionalidad: Chileno
Formación: Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso. Doctorado en Urbanismo de la Universidad de Karlsruhe (TH), Alemania.
Sergio Baeriswyl, en el área de planificación y desarrollo urbano, ha trabajado como docente tanto como asesor y director de instituciones.
Entre 1986 y 1991 realizó sus estudios de doctorado en la Universität Karlsruhe, becado por el gobierno alemán. Desde 1994 es profesor de Urbanismo y Planificación en la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bio Bio, de la cual es Director desde 2009. Desde 1997 oficia como Secretario Ejecutivo del Directorio Urbano de la Ciudad de Concepción.
Entre 1997 y 2010 fue consultor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y hasta 2011 fue Asesor de Gestión Urbana del Municipio de Concepción. Entre 2010 y 2012 ofició como Coordinador General del Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero de la Región del Bio Bio. En él, fue encargado de diseñar y coordinar los planes maestros de recuperación urbana de 18 localidades costeras, afectadas por el terremoto y tsunami del 27F en la Región del Bio Bio. Las localidades objeto de este plan de recuperación urbana fueron: Tirua, Isla Mocha, Quidico, Lebu, Tubul, Llico, Lo Rojas, Isla Santa María, Talcahuano, Tumbes, Penco, Cocholgue, Dichato, Coliumo, El Morro, Caleta del Medio, Perales y Cobquecura. Los planes se encuentran en la actualidad en distintas fase de implementación y corresponde a 223 iniciativas de inversión urbana.
Sergio Galilea
VerSergio Galilea
Nombre:
Sergio Galilea Ocón
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Ingeniero industrial, Universidad de Chile, Magíster en Planificación del Desarrollo Urbano y Regional del CIDU de la Universidad Católica de Chile
Organizaciones asociadas:
Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica.
Sergio Galilea Ocón, ingeniero industrial de la Universidad de Chile y militante del Partido por la Democracia, ha conocido un sinnúmero de cargos relevantes en materia urbana y territorial a lo largo de su vida.
Ha sido consultor, en temas de planificación urbana, regional y social, de distintos organismos internacionales, entre los que se cuenta a la CEPAL, ILPES, HABITAT, OEA, el Banco Mundial y la UNICEF.
Entre 1980 y 1982, fue presidente de la Sociedad Interamericana de Planificación (SIAP). Entre 2003 y 2005 fue miembro del Directorio del Metro de Santiago.
En cuanto a su trayectoria gubernamental, entre 1990 y 1994 se desempeñó como Director de la División de Desarrollo Regional del Ministerio del interior, a cargo del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y de los programas de Mejoramiento de Barrios y de Mejoramiento Urbano.
Desde agosto de 1999 hasta marzo de 2000 fue Ministro de Bienes Nacionales. Inmediatamente después pasa a desempeñar el cargo de Intendente de la Región Metropolitana, donde define las primeras vías segregadas de Santiago.
Entre 2003 y 2005, oficia como Director Nacional de Vialidad, del Ministerio de Obras Públicas. Desde 2008 hasta 2010, fue Intendente de la Región de Los Lagos, donde se vio enfrentado a la crisis de la erupción del volcán Chaitén.
En el área proyectual, destaca su trabajo, entre 2006 y 2008, como Gerente del Proyecto Ciudad Parque Bicentenario de Santiago, macro urbanización en una superficie de 240 hectáreas donde funcionó el ex Aeropuerto de Cerrillos.
Académicamente, Sergio Galilea destaca como profesor del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica, y en la Universidad de Los Lagos.
Yasna Contreras G.
VerYasna Contreras G.
Geógrafo, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile y Docteur Sciences du temps et de l´Espace. Université de Poitiers, Francia, 2012.
Trabaja como docente e investigadora en el Departamento de Geografía, Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) Universidad de Chile. Se ha especializado en el estudio de las áreas centrales, gentrificación y en la movilidad residencial de los habitantes que prefieren las áreas centrales.
Es investigador principal del proyecto Fondecyt de Iniciación “Mercado de arriendo y trayectorias residenciales de los precarios urbanos de los centros de Santiago e Iquique”. Participa como co-investigadora del Fondecyt de Jorge Ortiz « Efectos socioespaciales, funcionales y territoriales de la fragmentación del espacio urbano en ciudades del norte, centro y sur del país : Antofagasta, Santiago y Puerto Montt ». A su vez, es investigadora del Ecos-Conycit. “Reconfigurations territoriales, mobilités, politiques publiques et inégalités sociales . Edita actualmente, el libro “Gentrificación en ciudades latinoamericanas” en conjunto con Thierry Lulle y Oscar Figueroa.
Yves Besançon
VerYves Besançon
Yves Besançon Prats
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Arquitecto, Universidad de Chile
Organizaciones asociadas:
Asociado a la oficina ABWB Arquitectos
Estudios de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile 1969 – 1975. Título de Arquitecto. Ingresa a la Oficina en 1974. Asociado a la Oficina en 1977. Diversos viajes de estudio y trabajo a Europa y Latinoamérica.
Participación en todas las obras de la oficina desde su ingreso a la sociedad. Idiomas, Español, Francés e Inglés. Presidente de la Fundación Educacional Alianza Francesa de Santiago desde 1992. Profesor de Taller de Diseño Arquitectónico de 5° Año–Universidad UNIACC. (1998 a la fecha).
Director Escuela de Arquitectura -Universidad UNIACC. (año 2002) Decano de la Facultad de Bellas Artes, Arquitectura y Diseño de la Universidad UNIACC (desde el año 2003 a la fecha). En el año 2003 recibe el Grado de “Chevalier dans l’Ordre des Palmes Académiques” de parte del Gobierno francés. Es Director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos AOA desde el año 2007, Profesor de Título de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Vice presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile AG (AOA).
Información extraída de www.alempartebarreda.cl
Entrevista Ciudad Viva
VerEntrevista Ciudad Viva
Josefa Errázuriz: Los estudiantes el año pasado nos enseñaron algo super importante, que era que había que poner las demandas en la calle
¿Cuáles son las modalidades de participación ciudadana más utilizadas en Chile hoy en día?
Difícil pregunta. El concepto de participación ciudadana en Chile, país, es un concepto que nosotros como Ciudad Viva no compartimos. Porque participación ciudadana es como dar información a la ciudadanía, o la segunda es, ok, participación ciudadana es consultar a la ciudadanía. Para nosotros desde Ciudad Viva hay un concepto que hemos acuñado hace ya dos años, nosotros lo que estamos haciendo es fomentar una ciudadanía activa cuya participación sea ser parte de los procesos. Este ser parte de los procesos es un ser co-resposable de los procesos. Para nosotros es super importante estar desde el inicio. Ser parte, no ser consultado porque consulta yo puedo venir y decirte: ¿cómo te gusta este proyecto? ¿te gusta que la pared la pinte rosada? Y tú me dices sí o me dices no y ya hiciste consulta ciudadana, ya hiciste participación. No es eso, nosotros queremos ser parte en los diseños de todo aquello que diga relación con nosotros. Yo creo que hay una frase que nos interpreta absolutamente y que no es original nuestra, que dijeron los pobladores de Dichato en el momento del terremoto, hace 2 años, en lo cual ellos decían: nada para nosotros, sin nosotros. Yo creo que los ciudadanos en Chile, la participación es todo lo que tenga que ver con nosotros, queremos ser parte desde el inicio. Y esa es la participación que nosotros propiciamos, esa participación obliga a que la ciudadanía se organice, en distintas formas, con distintos componentes, pero se organice, y en eso estamos.
Podrías profundizar un poco en cuanto a lo que tu consideras las deficiencias más importantes en cuanto a la participación ciudadana hoy en día?
Pongámoslo desde 2 ámbitos. El primero es desde la autoridad, desde los espacios de participación. De partida la participación vinculante en Chile es casi inexistente, para muestra un botón, en la ley de participación ciudadana, Ley 20.500 que se promulgó en Febrero de 2011, se bajaba el porcentaje de firmas que era necesario para hacer un plebiscito vinculante del 10% del padrón electoral, al 5%. Bueno, pues ahora nos encontramos que en Diciembre o enero se aprobó el proyecto de ley que estipula la elección de los consejeros regionales, y en un artículo pr ahí abajo, en la letra chica, se vuelve a aumentar el porcentaje al 10%. Es decir, lo que te dieron con la mano, lo borran con el codo la clase política. Es un ejemplo. NO tenemos formalmente los espacios para una participación vinculante. Por lo tanto, lo que nosotros decimos es ok, a lo mejor en el momento de consulta nuestra opinión no va a ser valorada, entonces queremos ser parte del proceso donde se analicen las cosas, no para siempre ganar, si no para dar nuestra opinión. Y por otra parte, está la ciudadanía misma. Porque efectivamente con esto de que no exista una participación vinculante, tú a veces dices, y para qué yo me molesto y doy mi opinión y mi trabajo, si después finalmente puede no ser tomada en consideración. Y yo ahí digo, no, todo espacio donde tú puedas opinar tiene que ser un espacio donde tu ganes que quieres participar y opinar desde antes. Por lo tanto es un llamado ferviente a la ciudadanía a no desmotivarnos, no bajar los brazos y seguir en esto que es para nosotros. Porque nosotros tenemos opinión, sabemos lo que queremos, y en eso queremos estar.
En su opinión, ¿a qué se debe la inconsistencia entre la política vigente en términos de la participación – hay una nueva ley de participación ciudadana – , y la resistencia por parte del gobierno en habilitar espacios e instancias efectivas para la participación? ¿ por qué se da esta inconsistencia entre una ley que se supone que debería fomentar más participación, y la realidad en que se ve que no se ha hecho mucho?
Punto uno, es una ley que parte sin financiamiento. La Ley 20.500 existe, se decretó por ley instalar los concejos de la sociedad civil en todos los municipios, pero eso no traía consigo algún financiamiento. Ergo, hay municipios que te dicen que yo no lo puedo hacer porque no tengo financiamiento. Y aparte de eso, hoy día, esta ley lleva un año de su promulgación (Febrero 2011), y no hay una evaluación por parte de las autoridades, cosas que la ciudadanía no ha empezado a decir tenemos que hacer, de cuántos consejos de la sociedad civil efectivamente están constituidos, cuántos efectivamente están constituidos y funcionando y cuántos faltan por constituir, y por qué no ha habido una sanción por falta administrativa a aquellos alcaldes que no lo hicieron. Ahora, las leyes surgen sin financiamiento, y aún más, yo te diría que en Chile no cumplir con la ley no tiene una sanción importante. Las autoridades se mantienen en su puesto y pudiendo ser reelegidos. Entonces, cuál es el castigo a los que no cumplieron con la ley, por ejemplo, en los temas de participación.
¿Cuál diría es el papel de las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de participación? Por ejemplo, cómo llega una organización como Ciudad Viva a mejor representar los deseos y preferencias de la ciudadanía en general.
Yo creo que el papel de las organizaciones ciudadanas es, junto con la ciudadanía, o sea, no entre cuatro paredes que lo decida una ONG cualquiera o una corporación, si no, junto con la ciudadanía poder decir, esto es lo que queremos. Y eso es un trabajo que hemos venido desarrollando de Ciudad Viva con la Agenda Ciudadana sobre la ciudad que queremos. Ahí tenemos 50 medidas concretas que a nosotros nos permiten decir estos son los estándares mínimos de la ciudad que quisiéramos, es lo ideal. Ahora, eso no puede ser solo, o sea, yo no puedo instalar agendas, porque estoy cometiendo el mismo error del gobierno, en que me ponen un tema y yo tengo que discutir solo sobre ese tema y a lo mejor no es el tema que a mí más me importa como ciudadano. Es recoger el sentir de los ciudadanos y con ese sentir ir a golpear las distintas puertas y decir, mire, los ciudadanos tenemos propuestas. Acá está la Agenda Ciudadana y esto es lo que yo quisiera. Ahora, junto con eso hay que sacar la foto de lo que tenemos e incidir, porque yo creo que ahí está nuestro rol, incidir con los distintos actores que dicen relación con las políticas públicas para ver cómo acorto la brecha entre lo que efectivamente los ciudadanos decimos “me representaría, lo quiero” y lo que efectivamente hay, porque si tomamos todos los puntos es imposible. Es cómo acortamos la brecha y eso se hace sólo con participación, no se puede de otra manera hacer. Por eso estamos apelando a la corresponsabilidad en los proyectos, a la corresponsabilidad en el territorio. Esta ciudad que es mía, tuya y de todos, y quienes habitamos en ella somos efectivamente los dueños, no los servidores públicos que nos dicen representar, nosotros somos los dueños. Bueno nosotros tenemos que tener una opinión de lo que queremos, esa opinión es lo que hay que hacer valer, decirle a la autoridad aquí está mi propuesta, la foto está acá, esto es lo que tenemos, cómo aportamos, cómo trabajamos juntos para eso. Porque yo solo con alegar y protestar no llegamos a ninguna parte.
¿Para qué tipo de decisiones debiera ser obligatorio entregar participación ciudadana? O, en otras palabras, existen decisiones, o procesos, o escalas, para los cuales no sería necesario contar con participación ciudadana?
No, no. Yo creo que los mejores proyectos sin duda son los que son elaborados en conjunto con la ciudadanía. La participación no hace mal, da susto, las autoridades se asustan. Todavía la autoridad está en una etapa en que piensa que si te dan la posibilidad de participar va a ser co-gobierno. Nosotros no queremos co-gobierno, queremos la co-responsabilidad. Cómo no va a ser más fácil si yo quiero pintar la ciudad de rojo, y es la ciudadanía la que está conmigo en esa decisión y la cuida después de pintarla. No hay ninguna instancia en que no corresponda tener participación ciudadana.
¿Podría nombrar algún ejemplo en que Ciudad Viva tenga una impresión positiva de lo que se hizo en términos de participación ciudadana?
Pío Nono. El arreglo de la calle Pio Nono. Efectivamente no es que todo lo que quizo Ciudad Viva se hizo. Pero Ciudad Viva dice hagamos un Pío Nono distinto. Se hicieron charretes en su momento, se hicieron muchas actividades de calle con el Pío Nono a tracción humana. Hicimos Pío Nono debería tener veredas más amplias, era la calle que era el mirador al cerro, han pasado problemas, como tener la universidad San Sebastián que nos limita – o sea, yo no veo el cerro, veo la universidad – una ciclovía, lugares para sentarse, y eso se hizo en conjunto con los dos municipios. Ahora, efectivamente se logró una modificación de Pío Nono, pero hoy día nos encontramos con que ha habido modificaciones a ese Pío Nono que fueron absolutamente inconsultas. Y tenemos estos lugares, las esquinas con topes de concreto para poner plantas, y no todos tienen plantas porque claro, no fue lo que nosotros dijimos. Los bancos fueron más bien incómodos y puestos de una determinada manera. Pero lo que se hizo muy bien y se trabajó y ahí había trabajos sobre la velocidad de los autos que queríamos, el flujo vehicular, las ciclovías, se olvidó y no se respeta. O sea, los ciudadanos pasamos pidiendo por favor mira esto, que se hizo entre todos, y eso da lo mismo. Además que tenemos dos administraciones municipales que representan dos regímenes de gobiernos locales que son muy distintos entre sí. Pero eso fue un ejemplo interesante. Cuando se trabajo en base al barrio que queremos, como el barrio Bellavista, fundamentalmente Bellavista – Providencia y se pudo llegar al Plan Regulador, se pudo decir este es el tipo de altura que queremos, el tipo de velocidad que queremos, las calles interiores con ciertas dinámicas en el transporte, el tema de las patentes de alcoholes, y eso ha sido en cierta medida respetado por el Plan Regulador con propuestas interesantes, que después se van olvidando porque pasan otras cosas.
Describe algunos proyectos o experiencias (tanto positivos como negativos) de la Ciudad Viva en materia de participación ciudadana. ¿A que se debe el éxito u el fracaso de las experiencias?
Un resultado negativo que también hay que destacar es el barrio Bellavista. Si tú hoy día vienes a Bellavista es un barrio que va en franco deterioro. Si me preguntas a mi, una opinión muy personal, por un número indiscriminado de patentes de alcoholes, que permiten que haya una gran variedad de distintos tipos de negocios, bares, prostíbulos clandestinos, que van en deterioro del barrio, y por otra parte, los planes reguladores no nos permiten haber frenado una construcción como la universidad San Sebastián y ahí yo creo que nosotros estuvimos laxos, el control ciudadano no fue importante y vino la San Sebastián y nos encontramos con la San Sebastián montada. Que hoy día hay un movimiento y hay una demanda en la municipalidad de Recoleta, pero el edificio está.
¿Se atribuiría una laxitud a la ciudadanía en ese caso?
Sí, porque al final quienes vigilamos todo el día el barrio es la ciudadanía. Yo creo que nosotros nos relajamos un poco ahí, y por lo mismo Ciudad Viva dice: no, este es mi territorio y yo lo tengo que tomar con mucha fuerza y por eso el año 2012 es el año de Bellavista, que hemos planteado. La recuperación de la zona típica de aquí, que es un tema que podemos discutir mucho, porque las zonas típicas los vecinos las usamos contra las inmobiliarias y estoy de acuerdo, lo acepto, pero es la manera de defendernos, si no tenemos otro mecanismo. Y ahí yo creo que nosotros tenemos que recoger el cañón y decir… yo creo que es correcta tu pregunta al decir que la laxitud es de la ciudadanía, yo tengo que asumir mi rol co-responsable y yo te diría sí, yo me dormí, pero también yo hubiera esperado que las autoridades no nos pasaran el gol, pero sí, yo me dormí. Ahora, otro ejemplo interesante es la agenda ciudadana que yo les acabo de regalar, las 50 medidas, que es una agenda que interpreta el sentir de muchos y muchas ciudadanas, no sólo de Santiago, se trabajó con Valparaíso y con Tomé, y ahí está reflejado el sentir de muchas comunidades en no todos los temas que podíamos tomar, sino en los 4 ejes que Ciudad Viva fomenta, que son Transporte, Vida Verde y reciclaje, por supuesto la participación ciudadana como un eje transversal, patrimonio e identidad y el plan de gestión barrial o la gestión de nuestro territorio en forma más democrática. Yo creo que en esos cuatro ejes hay propuestas super concretas que no fueron levantadas solo por… sino que fueron en un gran trabajo ciudadano de distintas formas y que terminamos con una escuela de capacitación que iba apuntando hacia el fomento de la participación, la importancia de tener la información y cómo lo íbamos a medir, y yo creo que eso es un instrumento indiscutible, que fue entregado modestamente por esta ciudadanía a la autoridad que dice relación con la ciudad: la Asociación Chilena de Municipalidades y su presidente. Que fue entregada hacia la academia, representada por una Universidad que acaba de crear un laboratorio de Ciudad y Territorio, la Universidad Diego Portales, y que fue entregado a la clase política – y lamentablemente digo “clase política” porque creo que se han distanciado de la ciudadanía, porque los políticos son ciudadanos, pero se han diferenciado de nosotros – se le entrega y se le dice: mira, aquí hay un sentir ciudadano, trabajémoslo juntos. Y eso te lleva a que tú en cualquier mesa te sientas y tienes tus propuestas. Y eso es importante.
¿Cuáles son los cambios que se requiere, tanto desde el sector público como entre la ciudadanía, para aumentar la cantidad y la calidad de las instancias de participación ciudadana en las decisiones públicas y políticas, y crear una cultural más participativa?
Voy a partir por la autocrítica. Yo creo que los ciudadanos nos debemos convencer de que la única forma es organizados. Segundo, debe haber una gran generosidad en esto de la participación, a lo mejor yo ando buscando, porque hay una cierta desconfianza, como de qué partido debes ser tú, cuál es tu color político. Yo creo que eso no hay que mirarlo, yo creo que hay que sumar en aquello que nos une, o sea, esta misma red de territorio ciudadano es un ejemplo nuestro en que nosotros decimos nos unen dos temas: regionalización y contraloría ciudadana. Esos dos temas los trabajamos juntos. Ahora, cómo yo miro la ciudad y cómo yo hago el trabajo, eso lo vemos cada una de las organizaciones, pero nos convoca entes comunes. Y lo otro que yo veo es que hay que evitar los protagonismos. Yo creo que hoy día Aysén nos demuestra una cosa preciosa, como un dirigente con un lenguaje muy simple, muy directo y muy de sentimiento, de guatita, de piel, él dice: mira, aquí tenemos que privilegiar la región, estamos juntos, y logra tener una gran hegemonía sobre su propio territorio y una gran empatía para poder conversar con las autoridades y una gran generosidad. Yo creo que eso, Iván Fuentes, es una escuela que hay que aprender. Y yo además creo que aquí tiene que haber una gran generosidad y no buscar protagonismos propios si no buscar lo que queremos, calidad de vida.
Ahora, desde las autoridades, algún espacio donde la participación sea vinculante, y que nos den señales claras, yo pido voluntad política. O sea, cómo voy a justificar yo ante la ciudadanía, ante mí misma, que en Febrero de 2011 nos dan algo que es super importante, los plebiscitos vinculantes, y que a menos de 10 meses lo cambien a un porcentaje mayor. Cuando tú les consultas sólo te dicen: no nos dimos cuenta. Eso no puede ser. Los servidores públicos deben estar conscientes. Ahora, yo ahí creo ser un poco autoflagelante, creo que la ciudadanía tenemos el deber, tenemos la obligación de tener a nuestra clase política informada. O sea, ok, sabes que esto puede venir. Nosotros hemos ido a la clase política, a los senadores y decirles: mira, hay una Política Nacional de Desarrollo Urbano que se comenta, ojo, porque puede pasar lo que pasó ahora, que en un artículo muy chico de otra ley resulta que borraron una medida muy importante para la ciudadanía en términos de participación. Entonces creo que no hay que tener susto, o sea, trabajar con la ciudadanía en aquellos temas.
En su opinión, ¿Cuáles son los métodos de participación más efectiva para involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones? ¿Como difieren los métodos preferibles para distintas escalas y distintos tipos de decisiones?
Yo creo que los métodos son diferentes porque cada territorio es diferente, cada comunidad es diferente y cada barrio es diferente. Ahora, yo creo que hay un factor común que es fundamental en toda participación, que es la capacitación. Tú tienes que capacitar de las formas más variadas posibles, todos aprendemos de todos, todos lo hacemos juntos, para que esa ciudadanía pueda – me carga la palabra empoderarse, pero en realidad… – la ciudadanía tenga la información y tenga la capacidad para sistematizar sus necesidades y las formas de cómo concientizar esas necesidades en su medio que son todas muy importantes. Yo creo que aquí es válido todas las formas de lucha son importantes, yo creo que aquí es válido todas las formas de participación son importantes. Pero creo que hay otro factor común que no debe olvidarse nunca, que hay que pasarlo bien. O sea, yo necesito tener formas de participación lúdica, en la cual yo convoco no sólo a grandes talleres y a conversar todos los días cosas densas de poder participar, sino hacerlo en forma lúdica. Y eso hemos aprendido en Bellavista, por ejemplo con este retomar del barrio que te hemos dicho, nosotros queremos hacer malones donde los ciudadanos digan efectivamente lo pasemos bien en una gran mesa larga nos tomemos la calle que tiene todo un significado, pero seamos escuchados y digamos, a través de juegos, qué es lo que yo quiero para mi barrio. Porque no nos olvidemos nunca que los ciudadanos somos dueños de los territorios y es a ellos a los que tenemos que convocar.
¿Cuáles son los distintos actores o grupos que deben estar involucrados en los procesos de participación ciudadana y cómo se puede tomar consideración y lidiar con las diferenciales de poder en tales procesos?
Eso hay, en todos los tipos yo creo que hay gente que está buscando a veces razón de vida, otras veces poder, otras veces protagonismo. Yo creo que hay que lidiar de la siguiente forma. Primero buscando factores comunes. Segundo, yo creo que en los temas de participación hay que sumar y por lo tanto hay que buscar aquello que nos une y no tiene tanta diferencia, porque normalmente aquello que nos une es muchísimo mayor que lo que nos puede diferenciar y eso no hay que considerarlo en los momentos de buscar los conglomerados y las alianzas estratégicas para la participación. Y lo otro es enredarnos, o sea, los ciudadanos no tenemos la posibilidad de tener federaciones, como los estudiantes, las cuales nos llamen y nos agrupen y yo voluntariamente acceda, pero tengo un ente que es una federación que me llama en un momento determinado, por lo tanto hay un grupo de dirigentes que fueron elegidos y que me convocan, o los sindicatos en los cuales convocan a los trabajadores en términos de éstas son mis demandas que necesito. Los ciudadanos nos tenemos que enredar, y hacer redes y redes y más redes, y en esas redes hay que ir buscando cuáles son los temas que nos convocan, que nos agrupan en ese momento y de ahí ir creando distintas instancias para poder aumentar la participación en torno a esas distintas realidades. Entonces, a la vez se da que los ciudadanos participamos no de una, sino de varias redes, pero se hace.
Ahora, sí yo creo que hay que educar de nuevo para que lo que te convoque no sean los egos, no sea los poderes individuales sino que surja el yo colectivo.
Me interesaba que nos refiriéramos a casos, entonces fue bueno hablar del barrio.
Yo privilegié el barrio porque creo que es un deber que tenemos nosotros, además porque soy una convencida de que cualquier corporación sin fines de lucro o ONG, como finalmente eres una organización no gubernamental, si no tienes la pata en el barro, en el territorio, te pierdes, y terminas en lo que negamos y detectamos: creo una agenda solo y la impongo, no es una agenda colectiva que yo sistematizo o lidero el proceso, sino termino poniendo yo los temas que son relevantes y no escuchando.
Respecto a lo que hablamos de que la ciudadanía se puede dormir o relajar, ¿qué tan cerca o lejos estamos de otras realidades en las que sí hay una cultura más de participación o en la que la gente tiene históricamente una costumbre más arraigada de demandar ser escuchada, de tener una opinión crítica respecto a las decisiones que se toman? ¿Qué tan preparado está Chile en ese sentido, y si está preparado por igual o quizás en Santiago es más fuerte esa sensación?
Mira, si tú lo comparas con la experiencia argentina para ir a un país vecino, estamos muy distantes, a años luz creo yo. Y yo también creo que en Chile es muy distinto, y no sólo en Santiago. Hay cosas de regiones que son super importantes, y no digo solamente los movimientos recientes de Aysén, Calama, sino que creo que hay demandas que se dieron en Punta Arenas, hay demandas que se han dado en ciudades más chicas, como Talca en el proceso de reconstrucción, o Curicó. Además son invisibilizadas, la prensa no está con nosotros, o sea piensen en eso, que nosotros a la vez es super importante este tam tam ciudadano en que tú vas contando lo que va pasando y todo tipo de medio ciudadano en que podemos difundir lo que hacemos, porque obviamente en los grandes medios, las noticias ciudadanas no son noticia. Yo creo que Chile se ha ido cambiando, yo creo que esta ciudadanía cambió. La ciudadanía de la protesta es una ciudadanía que dice ok, lo sé hacer súper bien, pero yo estoy en la propuesta. Y yo creo que eso hace la gran diferencia, porque cuando tú ya descubres que lo tuyo es la propuesta, de ahí al paso siguiente de decir: yo quiero que mi propuesta sea considerada, empiezas a romper distinto. Además, los actores políticos, los ciudadanos hoy día en Chile, viste. O sea, los estudiantes el año pasado nos enseñaron algo super importante, que era que había que poner las demandas en la calle. Ahora, también nos hicieron un flaco favor, porque cuando tú no tenías 200 mil personas en al calle te decían: bueno, ¿y? esto no es tan importante, no tienes 200 mil. Pero cuando tú dices, sabes qué, aquí está mi propuesta, sobre esto discutamos, los desarticulas y la autoridad lo que normalmente dice es: tú lo único que haces es alegar y no traerme lo que quieres. Cuándo tú partes al revés y le dices: aquí está lo que yo quiero, o sabes que yo me opongo al mall de Castro, pero aquí está lo que yo quiero para acá. Entonces ese cambio de paradigma, de poner la importancia, el énfasis, en la propuesta, nos hace pensar que estamos en un país muy distinto.
Siempre se dice que en general en Chile la ciudadanía ha sido muy reactiva en vez de más propositiva, ¿vez que ahora está cambiando ese switch?
Yo siento que cambió ese switch, yo siento que ese switch es un cambio cultural, que no es fácil, pero yo entiendo que vamos por la senda adecuada de decir yo voy hacia la propuesta, yo quiero anticiparme. Por eso te digo que a mí me duele la San Sebastián con toda mi alma, porque siento que allí nosotros, habiendo estado, estábamos preocupado de la ciudad y nuestro propio barrio se nos fue por el lado. Entonces siento un gran dolor y un gran compromiso hacia donde está mi territorio. Ahora eso también te lleva a que tú tienes que estar siempre como yo digo, nosotros tenemos una orejita para adelante y una orejita para atrás. La orejita para adelante es saber escuchar lo que va a venir y ser más visionario, pero también la oreja para atrás diciendo a ver, ojo, mientras yo me preocupo para acá, me vayan a asaltar por acá, entonces tienes que estar todo el tiempo, es un trabajo muy difícil ser un ciudadano activo.
No es un simple cambio cultural, sino que hay muchas fuerzas detrás de ese cambio.
Si, pero es un cambio cultural también, porque tú tienes que acostumbrarte a que vas a ir a decir no lo quiero, pero aquí está lo que quiero, y eso es fundamental. Además, va a ser la manera de que los consejos de la sociedad civil, tanto comunales como de nivel central, se nos escuche. Cuando la ciudadanía diga: sí, yo sobre la ciudad sé lo que quiero, y aquí está. No si yo voy a ir y decir: me opongo, no lo quiero, pero es un cambio cultura. Pero todos los cambios duelen, pero son lindos. Aquí llegó otro momento y yo creo que el cambio es súper necesario. Además cuando tú dices, bueno la ciudadanía, las marchas del año pasado, la ciudadanía marchó sin partido y estábamos acostumbrados a que los partidos nos dieran las líneas muchas veces. Bueno, yo creo que sin partidos no se puede funcionar, pero yo creo que los vas a imponer a una conversa distinta, a una postura distinta, y eso hace la participación un elemento súper importante.
Entrevista Yves Besançon
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Yo siempre he dicho que éste es un mall peatonal y de transporte público
En las oficinas de ABWB Arquitectos, Yves Besançon nos recibe para relatarnos su experiencia y los detalles del recientemente inaugurado proyecto Costanera Center. Con gran manejo de los detalles y los conceptos subyacentes, el arquitecto entreteje los datos técnicos con las anécdotas interesantes. Nos habló de Costanera Center tanto como de sus impresiones acerca de Santiago, y las formas en que crece la ciudad.
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Ver galería de imágenes del proceso de desarrollo de Costanera Center.
Quisiéramos hablar primero del proceso en el que se gestó el proyecto del Costanera Center. ¿Cuáles han sido los aciertos y desaciertos de este largo proceso?
Bueno, el proceso es larguísimo. Es el más largo en el que me ha tocado participar nunca en mi vida. Participar y un poco liderar también.
La primera vez que se acerca nuestro cliente, que es Horst Paulmann, fue en el año 1988. A fines de este año vamos a cumplir 24 años trabajando en este proyecto. Es un proceso largo en el que ha habido como tú dices aciertos y desaciertos. Muchos desaciertos se han corregido, y con otros no ha sido fácil hacerlo, porque tenemos que poner el edificio en su contexto.
Este proyecto parte con el mismo terreno que hay en este momento. Es un terreno que termina teniendo 47.000 metros cuadrados. Parte con 57.000, pero ha habido cesiones de uso público que son de unos 10.000 metros cuadrados (…)
Por lo tanto, este proyecto que duró tanto tiempo, partió en un contexto muy diferente. Chile es un país que ha cambiado mucho en 24 años. Han cambiado las ordenanzas; la cantidad de habitantes; de vehículos; se han abierto carreteras y avenidas; se creó Transantiago; llegó una segunda línea de metro que no existía cuando partió el proyecto; va a llegar una tercera en unos años más…Por lo tanto, éste es un proyecto que ha tenido que ir cambiando a medida que el contexto ha ido cambiando, así como las nuevas ordenanzas.
Si uno se centra en cómo hacemos los edificios en Chile, por lo general, no hay mucha planificación urbana. Por no decir cero. Hay mucha regulación, pero poca planificación. De hecho, yo sostengo que nosotros los arquitectos que ejercemos la profesión libremente construimos donde podemos; no donde queremos (…)
Este proyecto, como ustedes saben, no es un negocio inmobiliario. Es un negocio de arriendo. El propietario sigue siendo dueño porque nada se vende sino que se arrienda. Por lo tanto, cuando a mí la gente me dice que va a haber un caos…la palabra “caos” se ha usado tanto, y en vialidad el caos vial no existe; todo se arregla. Pero digamos “saturación”. Yo tengo la más plena confianza en que no habrá más saturación que la que había hasta antes de la apertura, porque al que más le interesa que eso funcione es a él; al dueño. Si las cosas no le funcionan, se le van los arrendatarios. Ése es su negocio y se ha ido demostrando que en el sector se ha producido un alivio al tráfico (…)
Y con respecto a las autoridades, tanto nacionales, regionales y municipales ¿cómo se ha dado la relación?
Todos sabemos que acá en Chile el sistema es muy legalista. Por lo general no existen las cosas por debajo de la mesa. Aquí todo tiene que cumplir los procesos legales y normales. Nosotros hemos tenido, en este proyecto, con todo lo que ha cambiado, que adaptarnos a nuevos marcos legales.
Nuestra relación es de arquitectos profesionales con las autoridades, permanentemente. Nosotros en el Municipio nos relacionamos directamente con el Director de Obras y con el Asesor Urbanista. A nivel de los ministerios, generalmente con la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda (…)
Pero en general las relaciones con los organismos han sido fluidas, bien rápidas y ágiles. Es que afortunadamente Providencia es una Municipalidad en que se trabaja de manera muy eficiente, y muy profesional. Muy distinta a otras, que no voy a nombrar, que son realmente un tedio; un infierno. Nosotros tenemos un dicho en la Asociación de Arquitectos; que hay muchos proyectos en tal y tal comuna, que se han demorado más en aprobarse que en construirse. Muchas veces el inversionista se aburre y se va.
Nos gustaría que profundizara en los impactos del proyecto, tanto positivos como negativos.
Primero te voy a hablar de los impactos que produce el proyecto, que no son positivos ni negativos. Un proyecto que tiene 5.700 estacionamientos produce impactos en la red vial y yo siempre he sostenido que todo inversionista cuyo proyecto produce impactos de cualquier tipo en la ciudadanía, la población, el entorno cercano o el ambiente, tiene que mitigar esos impactos a su costo. Es decir, el empresario debe pagar el costo de la mitigación de ese impacto, para que se anule o disminuya al máximo.
En el caso nuestro, los impactos ambientales fueron evaluados en el estudio de impacto ambiental. Los impactos durante la construcción fueron evaluados y controlados semanalmente por la COREMA, cada semana teníamos que tener un informe con las mediciones de polvo, ruido, regadío de los camiones. Tuvimos que poner en el mismo terreno una planta hormigonera para evitar el tráfico de los camiones trompo por la ciudad, porque era tal la cantidad de metros cúbicos de hormigón que había que llevar a la obra que la cola de camiones habría sido terrible. En este caso lo fabricamos dentro de la misma obra y traíamos camiones con ripio, arena y cemento, que podían entrar a cualquier hora, sin tener que esperar. Esa fue una gran medida de mitigación que cumplimos.
También hay otras medidas relacionadas con el funcionamiento del edificio. Pero los otros impactos producidos por este proyecto eran los impactos viales, el famoso EISTU, Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano. Éste se presenta en una ventanilla única en la que actúan alrededor de 17 o 20 organismos distintos, que tienen que ponerse de acuerdo para pedirnos las medidas de mitigación que tenemos que realizar. Eso duró aproximadamente un año y medio, con reuniones todos los meses, en una sala con 25 o 26 personas, con los asesores del MOP, la UOCT, la Dirección del Tránsito de Providencia, etc. Es algo muy complejo de llevar adelante (…)
A mí me molesta mucho cuando de repente dicen ahora que el impacto vial ha funcionado perfecto, pero no se preocuparon del impacto peatonal. Es el único proyecto en el que a mí me ha tocado participar en el que el impacto peatonal ha sido plenamente considerado. Esta pasarela precisamente lo considera para que la gente no tenga que bloquear. Si cruza por abajo, los tiempos de todos los semáforos de ese nudo, que es bien complicado (Holanda, Vitacura, Tajamar y Tobalaba), mientras más tiempo de detención le saques a los vehículos, menos taco produces. Se cambiaron y mejoraron las salidas de las escaleras mecánicas de la estación de metro Tobalaba, que estaba muy atochada y aproblemada, para que la gente pudiera salir más rápido, sin quedar agolpada. Se hizo toda la parquización del entorno, veredas de 5m se ensancharon a 12m, entre otras cosas. El peatón también se consideró al desnivelar los accesos a los estacionamientos (…)
Otra manera es prohibir los estacionamientos y que a todos los edificios del centro de la ciudad la gente tenga que llegar en transporte público, pero para eso tienen que mejorarlo primero. Piensa tú que todos los edificios en Chile tienen que cumplir con un mínimo de estacionamientos. Nosotros aquí en Costanera Center no teníamos esa exigencia, afortunadamente. Piensen que el centro comercial que se abrió tiene un 40% más de superficie que el Alto las Condes arrendable, y tiene la mitad de los estacionamientos. Nosotros tenemos 3.000 estacionamientos, que nunca se han llenado, ni con 200.000 personas el sábado siguiente de la apertura, lo cual demuestra lo que yo siempre he dicho, que éste es un mall peatonal y de transporte público. La mayoría de la gente llega a pie y nunca están completos los estacionamientos. En cambio en el Alto las Condes hay momentos en que tienes cola en Avenida Kennedy. El sábado, día del padre, había 200.000 personas dentro del mall y sólo 1.600 estacionamientos ocupados, nosotros lo medimos. En el Alto las Condes había 130.000 personas adentro y 6.000 autos en el edificio, porque todo el mundo se mueve en auto. Los malls de carretera son todos de automóvil, no son de transporte público.
Así que esos son los impactos que producía el proyecto y que sigue produciendo, los que nosotros hemos disminuido con todas estas obras.
Sin embargo hay otros impactos: está la gente que le gusta y que no le gusta el proyecto. No me voy a referir al mall de Castro, porque esa votación que hicieron para mí no tiene nada que ver con si ese proyecto es bueno o malo o si está bien o mal hecho ahí. Por eso es que me opongo a la participación ciudadana de ese tipo, la participación ciudadana debe ser de otra manera. Un caso extremo es el de Vitacura, en que 84% votó en contra de unas normas absolutamente lógicas que tenía que hacer el alcalde, pero los habitantes votaron de una forma muy egoísta: yo soy excluyente, no quiero que venga más gente a mi comuna, quiero que se vayan todos a vivir a otro lado. Eso es lo mismo que hemos hecho con las viviendas de subsidio, tenemos toda la ciudad rodeada con cordones de pobreza, con una bomba de tiempo que en cualquier momento va a explotar, a lo que habría que ponerle mucha plata para mejorar esos barrios o para demolerlos y volver a hacerlos para disminuir la densidad que tienen y llenarlos de servicios y áreas verdes. Vivir ahí debe ser un verdadero infierno. Yo creo que es culpa nuestra, de los arquitectos, de los políticos y los arquitectos. Y en este sentido, la votación del mall de Castro dice: oiga, yo estoy feliz con mi mall, no quiero ir a Puerto Montt a comprar y me encanta esta cuestión que me están haciendo. 94% de aprobación. Pero eso no me dice nada.
Pero sí me voy a referir al impacto que ha producido este proyecto acá, que ha producido impresiones mucho más buenas que malas, de expertos y no expertos. Por ejemplo, me impactó mucho la opinión de Patricio Herman, en Mega, al día siguiente de la apertura, en que él negó haber dicho que iba a haber un impacto negativo y un caos, que eso lo habían dicho otros expertos, que jamás ha creído eso, porque está convencido de que éste es un mall peatonal. Me llamó muchísimo la atención porque no es muy partidario del proyecto y sin embargo emitió una buena opinión, cosa que me parece muy bien (…)
¿Y han surgido dificultades a partir de la relación con el mandante?
No te puedo decir que dificultades, pero ha sido una relación tensa. No tomen tenso como malo, es como cuando uno habla de una crítica, la gente siempre cree que una crítica siempre es mala, siendo que hay críticas buenas y malas. Hay tensiones que son buenas y tensiones que son malas. La mejor tensión del mundo es la que tienen los violines, pero si uno lo tensa mucho, se corta la cuerda, y si uno lo deja muy flojo, la cuerda no sirve. Hemos mantenido con Horst Paulmann una tensión como la de un violín.
Hacer que esto suene bien no ha sido fácil, porque él es un hombre muy ocupado, está haciendo 30, 35 proyectos al mismo tiempo en Sudamérica, tiene un poder, un cerebro que piensa en tres dimensiones, cosa que es muy rara en un cliente. Cuando tú me preguntas cómo definiría yo a un arquitecto, es una persona que piensa en tres dimensiones. Somos casi los únicos profesionales que pensamos en tres dimensiones. Él piensa en 3D, se conoce todos los niveles de todos sus proyectos, cada número, cada medida, cada viga. Todo él lo sabe porque lo ha conocido proyectando estos 20 años con nosotros, en una mesa como ésta, en que yo llego con mis planos, él estira un papel transparente encima y rayamos el proyecto entero todos juntos. Así, yo poseo la mayor colección de Paulmanns del mundo, así como otros tienen colecciones de Van Gogh, yo tengo Paulmanns guardados ahí, en los que él ha estampado su opinión.
Eso tiene ventajas y desventajas. Si un arquitecto hace un proyecto que al cliente no le gusta o no le sirve, es un mal proyecto, aunque te lo publiquen todas las mejores revistas de arquitectura del mundo. Si un proyecto sí lo satisface y tú trataste de hacer lo mejor posible porque eres un profesional, es un mejor proyecto (…)
Ese es otro factor súper importante en esto proyectos que producen impactos; que el propietario, que es un privado, tiene una reacción muy rápida y que él es el dueño hasta siempre (no es un proyecto inmobiliario en que yo me lavo las manos y me voy, “qué me importa a mi si las cosas funcionan o no”), en este caso él tiene una muy rápida reacción para corregir errores, o para mejorar situaciones, y es de una rapidez obsesiva. Yo mañana tengo una reunión con él después de almuerzo en el que vamos a ver el problema de la cubierta verde del mall (que tiene 25.000 metros cuadrados de techo verde) en que él quiere participar, él quiere saber qué plantan, qué especie, de qué colores, cómo lo van a hacer, donde podemos poner un restaurante para poder funcionar mejor, si le ponemos una pista de trote…Participaen todo…es bien exigente. Pero él participaen todo, y quiere entender todo. Me manda emails en alemán…yo no sé alemán. Entonces me dice, “tu no eres internacional”. Le contesto en francés, y de allí él llama a su ayudante y me contesta en francés. Es una persona con quién yo he trabajado mucho, y he aprendido muchas cosas, y creo que él es un hombre quién además ha ido adquiriendo mucho conocimiento del mundo inmobiliario. De repente me decía cuando estábamos haciendo las torres, “para que me meto a hacer torres si eso nunca ha sido mi negocio…siempre nuestro negocio ha sido el retail, los supermercados, el Easy, los centros comerciales, los estacionamientos”. Bueno, pero Horst, hay que hacerlo por primera vez. “Si,” me dijo, “hay que hacerlo por primera vez, pero pucha que es difícil”.
¿Era obligatorio realizar las medidas de mitigación del impacto vial?
El impacto vial es tan obligatorio que si yo no termino todas y cada una de las obras de impacto vial, de cada una de las etapas, no tengo la recepción final. Lo que pasa es que la ventanilla única comprende muchos organismos, entre los que está la Dirección de Obras, y el sistema chileno funciona de modo que yo no puedo presentar un expediente de permiso si no tengo el impacto vial aprobado. Este proceso duró un año y medio, significó que no podíamos presentar el expediente de cambios. Tuvimos que ingresar un primer y un segundo EISTU; lo expresado en estos EISTU debe estar terminado y construido para pedir recepción. Dentro del EISTU estaba el compromiso de que el Estado haría las obras viales necesarias a partir del año 2007, y que estarían inaugurados en el año 2011: la Rotonda Pérez Zujovic, Costanera Sur, Vespucio Oriente. Ninguna de las tres se empezó, ni se ha empezado todavía. Se van a empezar, porque se dieron cuenta de que el taco no lo produce Costanera Center, el taco lo produce la Pérez Zujovic…¡es allí donde está el taco! No sacamos nada con hacer el túnel bajo Andres Bello mientras no se resuelva el nudo de la Pérez Zujovic, porque se va a llenar el túnel de vehículos atascados.
¿En su opinión, el marco normativo chileno es suficiente para acoger a un proyecto de esta envergadura?
No, no es suficiente, y es muy malo. Primero que nada, voy a hablar de algo injusto. Casi todos los edificios que están del Costanera Center para arriba no hicieron este impacto vial, porque no existía la norma. Pero todos los proyectos que ahora existen y que se aprueban, y que tienen (si son de vivienda) menos de 250 autos, cero impacto vial. ¿Ustedes me van a decir que 239 o 249 autos no impactan? Sí impactan, porque yo hago 1, 2, 3, 4 edificios separados por distintas propiedades, lo cuál además es nefasto porque significa que hay panderetas…lo que pasó allí en Sanhattan. Y al inversionistaque hace una gran fusión y hace un estupendo desarrollo inmobiliario, por tener más de 250 autos le exigen el pago de este famoso EISTU. Primera injusticia: si son de oficinas con menos de 150 autos, si son de vivienda con menos de 250 autos, cero EISTU. Esa injusticia es muy mala y se está corrigiendo por parte del Ministro de Vivienda que estudia una modificación al respecto para que todos paguen por igual.
Lo otro que es muy malo es que no existe una normativa vinculante a todos los municipios que los obligue a respetar la vialidadque realiza el Estado y las obras y las normas de transporte público. Cada municipalidad hace lo que se le ocurre. Si quiero pongo un Transantiago, si no quiero no lo pongo, lo corro para allá; la calle del señor alcalde abajo que viene con 4 pistas y con bandejón central y palmeras, yo acá no lo quiero con palmeras, no quiero bandejón central…o sea esa autoridad, esa norma vinculante no existe.
Cada municipio hace sus propias normas, aunque sean vecinos. Y lo otro que noes algo inédito, ni algo muy nuevo es que tiene que haber una autoridad máxima por sobre las otras que sea un paraguas para todos los municipios, y que tuviera unaautoridad vinculante y que los obligara a respetar lo que él y su equipo dijera. Muchos dicen “alcalde mayor” o “intendente mayor”, yo digo que nada de alcalde ni intendente. Arquitecto Mayor. Tiene que ser arquitecto. Una ciudad no puede ser dirigida por una economista, salvo que el economista sea un experto urbano como Edward Glaeser, por ejemplo, quién es especialista en esto, y quién sería un gran gestor de planificación urbana.
¿Qué lecciones puede sacar el sector público de la experiencia con este proyecto?
Nunca he querido culpar a ningún gobierno por las obras viales que no se han hecho, los gobiernos tienen otras prioridades, y los contextos son distintos en el momento en que se hacen las cosas. Pero yo creo que los compromisos deben cumplirse, y cuando alguien dice “yo voy a ejecutar tal y tal obra”, debe hacerse, y la excusa de que no hay plata es mentira. Somos un país rico, tenemos 16.000 dólares per cápita de ingreso, no me vengan con cuentos de que no tenemos plata para hacer el Puente de Chacao, no me vengan que no podemos hacer la Rotonda Pérez Zujovic, no me digan que no podemos hacer la Vespucio Oriente, subterránea para respetar el parque que está encima. Tenemos plata para hacer eso. Y en este momento un país que ya esta demoliendo vivienda de subsidio por mala, porque hay viviendas de hace 15 años hay que demolerlas ahora, porque son undesastre. Antes fueron una buena solución; yo no critico lo que se hizo hace 15 años, pero ahora no sirven, hay que demolerlas.
Bueno, ¿y quién va a tener que hacer esas casas? Las va a tener que hacer el Estado, la gente que tienen esas casas no tiene plata para poder rehacer su casa. Yo creo que obviamente no hay que hacerlas en 25 metros cuadrados, sino que entre 60 y 80 metros cuadrados, hacia eso tenemos que ir. Yo creo que eso es una lección importante: el Estado tiene que cumplir su rol de ejecutor y gestor de todo lo que es el urbanismo y las ciudades…ojala hacer las ciudades bellas como decía Ricardo Lagos, el único Presidente al que he escuchado decir eso. El único, en su primer mensaje del 21 de mayo, dijo que él iba preocupar en su gobierno de hacer ciudades bellas.
¿En esta búsqueda por una ciudad bella y armónica, que rol tendría dentro de esa idea un proyecto como el Costanera Center?
No me gusta hablar individualmente del Costanera Center. Hay dos tendencias: densificar extendiendo la ciudad o densificar en el mismo territorioque tenemos. Yo soy de los que piensa que tenemos que densificar en el territorio que tenemos, soy contrario a crecer. Y a lo mejor estoy diciendo algo que para muchos expertos es una aberración. Muchosme dirán, bueno, a lo mejor es una combinación de las dos cosas. A mi me da la impresión, después de recorrer Santiago, que en Santiago existen amplios sectores territoriales que están absolutamente sub-utilizados. Por lo tanto la renovación urbana yo la veo dentro del territorio urbano (yo no estoy hablando de densificar con rascacielos, no he llegado todavía a ese tema), pero si en vez de tener galpones con arreglo de bicicleta, o una vivienda de dos pisos, tener lugares en los que…paséense por la AlamedaBernardo O´Higgins, desde General Velásquez hasta Las Rejas, es como Vietnam. Es increíble: la principal avenida de la ciudad no tiene edificios…de repente destaca un hospital, que creo que es de los profesores. Pero lo demás es toda pura paja molida. Yo sostengo que de allí deberíamos llegar a unos 6, 7, 8 pisos de densidad, con áreas verdes respetables y con buenos servicios, que podrían mejorar la calidad de vida enormemente a la gente, por un lado. Y por el otro lado creo que siempre debería haber distintos centros dentro de la ciudad (…)
¿Si pudiera hacer el proyecto del Costanera Center de nuevo, haría algo distinto?
Claro que me habría gustado hacer otras cosas en el proyecto. ¿Qué cosas me hubieran gustado? Me hubiera gustado por ejemplo que el proyecto hubiera sido atravesado por algún espacio abierto que fuera integrado para la ciudad, como un lugar peatonal, como un boulevard pero dentro del mismo proyecto, lleno de tiendas y comercio, pero que hubiera tenido la virtud de que el aire entrara dentro del edificio. Eso es algo que a mi me…si lo hiciera de nuevo, creo que eso es algo que trataría de convencer a mi cliente a hacerlo así, el problema que no siempre es posible hacer este tipo de cosas porque hay que compatibilizar su factibilidad con las ideas de todos.
La ciudad más lejana del Mundo [Hanga Roa]
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“EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
SAQUEO DE LA NATURALEZA
COLAPSO DEL MEDIO AMBIENTE
vicios de la sociedad de consumo
que no podemos seguir tolerando:
¡hay que cambiarlo todo de raíz!.”
Nicanor Parra (Ecopoemas, 1983)
[por Pedro Bannen]
¿Es Hanga Roa una ciudad? Con casi cuatro mil habitantes y dos mil quinientos vehículos motorizados (entre motos, autos , camionetas y otros). Ubicada a más de 3.800 kilómetros de la ciudad más cercana, con una población flotante de alrededor de ochocientas personas que pueden llegar a casi duplicar la población para la principal fiesta local celebrada cada verano.
Recibe doscientos turistas diarios en un vuelo de línea comercial que aterriza en la mejor losa de aeropuerto de todo el país. Su puerta o aeropuerto se llama Mataveri, cuya pista constituye la primera calle de su trama urbana con cinco kilómetros de largo, le sigue la calle comercial principal, perpendicular a la primera y de dos kilómetros de largo. Sobre estas se ordena una trama viaria que se desdibuja hacia los bordes y se adapta a la silueta de la costa en su cara al mar.
Hanga Roa es el núcleo que ordena y articula todas las actividades de la isla de Rapa Nui, con una extensión de 166 kilómetros cuadrados y una distancia de 24 kilómetros hasta su punto más alejado del centro urbano. El número de reparticiones públicas y la dotación de las mismas, la convierte en una de las mejores dotadas del país en proporción a su número de habitantes. El desarrollo logrado en redes de articulación de iniciativas público-privadas como las asociadas a la actividad turística o la capacidad de gestión de gobiernos locales como el municipio o regionales como la gobernación, ratifican esa situación de privilegio.
Es hoy el turismo la actividad económica que mueve a Hanga Roa y a Rapa Nui con más fuerza y porvenir, pero es a la vez esta misma actividad y la escalada creciente de los últimos años la que coloca al lugar en riesgo de jaque. Rapa Nui conoce en su propia historia la condición de colapso, que un desarrollo desde adentro pero desbordado trajo al lugar hace cuatrocientos años. Asimismo carga con la dura experiencia de una explotación del lugar y las personas generada por foráneos hace un siglo y medio.
Los procesos de funcionamiento establecidos en la isla para proveer de energía y bienes básicos, la expansión de la capacidad y calidad del equipamiento turístico, los requerimientos crecientes de mejores servicios por sus habitantes, convierten a Hanga Roa en una unidad urbana absolutamente dependiente de la red de relaciones que establezca con otros territorios y centros de decisión e intercambio. Asimismo es Hanga Roa la pieza de articulación entre esa capacidad de interacción con el exterior al hinterland y de inmediato la responsable de atesorar y acrecentar los valores culturales y patrimoniales de todo el territorio de la isla. Hanga Roa es en su esencia, ciudad.
Con el escenario de posible preocupación de los devenires para el lugar y su territorio contrasta las experiencias en ejecución en la propia isla, como una planta de reciclaje de basura que inicia tareas de recuperación de materiales reenviados al continente, así como un programa municipal ya iniciado de reciclaje doméstico para producir compost que apunta a reutilizar la mitad de los desechos producidos por los hogares de la isla.
La propia pequeña escala del lugar es su riesgo y a la vez su mayor fortaleza: un Hanga Roa con voluntad clara y un proyecto razonable de futuro compartido, no asegura, pero avizora un futuro sustentable. Un pequeño homenaje al ideal de E. F. Schumacher y a la advertencia inicial de N. Parra.
Santiago de Chile, diciembre de 2011
Entrevista Sergio Galilea
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Sergio Galilea: Desde el año 79 que tenemos una «no política» de desarrollo urbano
Sergio Galilea es todo un personaje. Nos recibió en su oficina en el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, y luego de ofrecer amablemente un café, se hizo dueño por completo de la entrevista. Habló de todo y supo enlazarlo bien. Con mucho histrionismo y buen humor, abarcó desde la segregación a la mirada particular de los problemas latinoamericanos, pasando por el Transantiago, el desarrollo de barrios y las necesidades de transformar la figura del Intendente Regional, cargo que ha ocupado dos veces.
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¿Cuáles son los problemas y desafíos actuales que son más importantes respecto a la planificación urbana y regional en Chile?
Hay ciertos temas que cruzan los problemas del país; que son recurrentes. La desigualdad es probablemente el problema más grave que tiene la sociedad chilena. El tema de la desigualdad tiene connotaciones segregativas territoriales que son evidentes. Eso es más claro en las ciudades, pero también es relativamente evidente cuando tú comparas la calidad de vida de las metrópolis, de las ciudades intermedias, y de las localidades menores del mundo rural.
Nosotros seguimos siendo, desde un punto de vista urbano,
hijos del ’79. Es el minuto en el que se definió la política de
desarrollo del desarrollo urbano que yo siempre he llamado
“la no política”. Es decir, la política de desarrollo urbano en
que el mercado iba a resolver el conjunto de los problemas.
Entonces yo creo que hay un sello, un problema que es propio de la sociedad chilena, que es la desigualdad. El país tiene que resolver sus temas de una mínima equidad, de una distribución más razonable de las oportunidades y de la riqueza, entre otras cosas para conseguir desarrollo.
Del mismo modo el país tiene un enorme déficit en la descentralización institucional y económica. Yo creo que nuestro país debería priorizar en nuestra área algunos temas cruciales como la lucha contra la segregación. Esto significa acciones directas en barrios informales, más degradados, renovación urbana de determinados sectores, políticas públicas que busquen mezclar socialmente.
Por otra parte, desde el punto de vista institucional, en Chile seguimos teniendo un país muy poco regional, siendo un país muy regional. Nosotros tenemos un territorio maravilloso, extraordinariamente variable desde el punto de vista de sus climas, del de sus vocaciones productivas, etc. Por lo tanto, Chile debería ser un país más regional de lo que es en la práctica. Y no lo ha sido porque seguimos manteniendo una estructura institucional altamente centralista.
En definitiva, se abortan las posibilidades de desarrollo productivo, de emprendimientos locales y regionales. Eso, apoyado además en nuestra ancestral cultura organizativa del Estado, que es centralizadora, que establece una desconfianza respecto de las transferencias de competencia a las actividades locales, te da una combinación muy compleja.
…se necesita una política que yo siempre he llamado “de desarrollo hacia dentro” de Santiago.
Santiago no puede seguir expandiéndose en todas direcciones, tiene que densificarse,
tiene que recuperar barrios históricos. El desafío es recuperar lo que tú tienes.
Te estoy hablando del centro de Santiago, o del peri-centro de Santiago, que es el Santiago
en el que puedes andar. Es el Santiago con una dimensión peatonal.
La lucha por la equidad, sobre todo territorial, y la lucha por la descentralización, son las dos tareas marco que yo diría que deben abordarse. Eso tiene expresiones en lo urbano, en lo medioambiental, y en la distribución territorial del país, que son evidentes.
Desgraciadamente los problemas de inequidad y segregación territorial son grandes, más la ausencia de una voluntad política descentralizadora. Uno podría decir que en el régimen militar era natural que así fuera, pero nosotros como Concertación, tenemos una deuda tremenda con los procesos descentralizadores y con los temas de la equidad. Por lo tanto, ésta también es una tarea pendiente que hay que ver muy auto-críticamente.
Una de las críticas más comunes de la planificación urbana en Chile está relacionada con el papel del Estado en la definición de políticas y regulaciones de desarrollo urbano, siendo relegado más bien a garantizar una libre competencia en el mercado de suelos en vez de tomar una posición más proactiva y reguladora. En su opinión ¿cuál debería ser el papel del Estado chileno en la planificación y desarrollo de las ciudades?
Nosotros seguimos siendo, desde un punto de vista urbano, hijos del ’79. Es el minuto en el que se definió la política de desarrollo del desarrollo urbano que yo siempre he llamado “la no política”. Es decir, la política de desarrollo urbano en que el mercado iba a resolver el conjunto de los problemas.
Y las intervenciones públicas eran piedras en el zapato para los inmobiliarios. Eran lomos de toro, regulaciones que “permitían soluciones discriminatorias a favor de grupos de poder”. En ese entonces se tomó una decisión extremadamente radical. Y eso rebota urbanamente muchas décadas en adelante. Se produjo una concentración de propiedad del suelo que no existía. Se perdieron los mecanismos de regulación más elementales, ¡y se generó un laisezz-faire urbano que no ha existido en un ningún país del mundo!
En una sola década, la del ’80, Santiago prácticamente duplicó su superficie urbana. Misma década en la cual la ciudad no creció más de un 20% agregadamente en términos de su capacidad productiva. En la década de los ’90, cuando nosotros iniciábamos una influencia sobre las actividades gubernamentales, hubo políticas de mayor control, por lo menos para evitar esta expansión desorbitada. Urbanamente tenemos muchos defectos.
Estos defectos que se acarrean desde el ’79, ¿cómo se manifiestan hoy día, qué desafíos plantean hoy día para la planificación?
Plantean muchos desafíos que, en mi opinión, no han sido enteramente asumidos en estos años.
Por ejemplo, se necesita una política que yo siempre he llamado “de desarrollo hacia dentro” de Santiago. Santiago no puede seguir expandiéndose en todas direcciones, tiene que densificarse, tiene que recuperar barrios históricos. El desafío es recuperar lo que tú tienes. Te estoy hablando del centro de Santiago, o del peri-centro de Santiago, que es el Santiago en el que puedes andar. Es el Santiago con una dimensión peatonal.
Nosotros, me refiero al trabajo que hicimos en los gobiernos de la Concertación, recuperamos mucho el centro de Santiago. Pusimos el metro en el centro de la dinámica urbana. Hay que decir también que dejamos la embarrada en materia del Transantiago. Ése fue un error urbano tremendo.
Nosotros, me refiero al trabajo que hicimos en los gobiernos de la Concertación,
recuperamos mucho el centro de Santiago. Pusimos el metro en el centro de la dinámica urbana.
Hay que decir también que dejamos la embarrada en materia del Transantiago.
Ése fue un error urbano tremendo.
¿Cuál sería su visión para el futuro desarrollo de Santiago, de aquí a los próximos cincuenta años?
Yo tengo la obsesión con el desarrollo hacia adentro. […] Estamos derrochando un conjunto de activos urbanos que son de tremenda importancia. Al mismo tiempo, estamos despreciando el barrio, y al hacer esto, despreciamos un elemento de identidad territorial que tiene que ver con el equipamiento, la convivencia, y particularmente con la seguridad. La seguridad ciudadana se ha convertido en el tema más grave de los últimos años.
En Santiago es también absolutamente urgente un control del uso del automóvil. Eso es vital. Este año el parque automotriz de Santiago creció en un 20%. Eso es cuatro veces el nivel de crecimiento esperado ¡Esa cuestión es terrible! Terrible.
Se necesita generar una modificación cultural para que la gente apueste por el metro, o por el transporte público en general.
Eso acarrea una serie de desafíos de gestión, en lo que hay que hacer un esfuerzo muy grande. Respecto de eso, Chile llora un gobierno metropolitano. Yo estuve en la Intendencia de Santiago, y te lo digo en una sola frase: Chile necesita tener cuatro regiones y un área metropolitana, nada más. El norte, el centro, el sur y el sur austral. Eso son los cuatro Chile, y tiene que haber un régimen especial para el área metropolitana de Santiago. Ésas hoy se llaman “las macro regiones”, y además ser del norte, del centro, del sur o austral es verdadero; no es “ser de la sexta” o “de la novena”.
Chile es el país con la menor identidad territorial de América Latina. Estamos absolutamente acostumbrados a que lo principal, lo secundario y lo menor se resuelva en Santiago. Hay que hacer un esfuerzo con mucho coraje en esa perspectiva.
Con esa frase, “Chile sin política, Santiago sin plan”, parece como que seguimos en el ’79.
Seguiríamos en el mercado, en que las decisiones individuales de cada cual
son lo que determinan la lógica urbana. Desgraciadamente,
es así todavía en un porcentaje importante. Pero hemos tenido algunas políticas públicas
inteligentes y adecuadas que hacen que tú puedas pensar en un futuro algo más optimista.
En ese contexto, ¿cuál debería ser el papel del Intendente?
No, los Intendentes tienen que morir. Hoy se tienen regiones institucionales que en mi opinión también hay que modificar. Son muy pequeñas, y muy poco importantes. Se celebró como un éxito pasar de trece a quince regiones, como si eso significara que habrá más descentralización. No; significó que en vez de haber trece supuestos poderes regionales, hay quince, siempre supuestos.
¿Qué opinión tiene sobre los planes reguladores?
A mí me parece que el Intercomunal de Santiago fue un instrumento bastante adecuado. Consolidó situaciones…no fue pro-expansión, por lo menos.
Con posterioridad a eso, se producen algunas modificaciones al Plan Regulador que son suis generis. Son estas áreas de desarrollo condicionado. O sea, yo no le voy a dar permiso a alguien para que se instale en los extramuros de la ciudad, sino sobre la base de decirle a ese señor “si usted quiere instalarse allá, tiene que hacer una ciudad completa”. Estableces así una suerte de impuesto territorial. Con los años, se ha mostrado que esa política fue inteligente.
Que la ciudad se siguiera expandiendo, para después apostar en la conducta especulativa, por lo menos los instrumentos de planificación han contribuido a evitarlo. Ha habido una discusión hoy día sobre si tú expandes o no determinada cantidad; yo sería partidario, en principio, de no expandir nada. O sea, si alguien quiere hacer algo afuera, tiene que demostrar que lo financia todo. Y todo es todo. Santo remedio; ese es el único principio. Y es una lógica que se aplica en todas las ciudades.
Para terminar, nos gustaría que se refiera al título de nuestro primer número. ¿Chile sin política, Santiago sin plan?
Con esa frase, “Chile sin política, Santiago sin plan”, parece como que seguimos en el ’79. Seguiríamos en el mercado, en que las decisiones individuales de cada cual son lo que determinan la lógica urbana. Desgraciadamente, es así todavía en un porcentaje importante. Pero hemos tenido algunas políticas públicas inteligentes y adecuadas que hacen que tú puedas pensar en un futuro algo más optimista.
Y ese futuro tiene que estar centrado en un rol mucho más importante de la planificación urbana, en un papel mucho más significativo del gobierno nacional, eventualmente del área metropolitana, y los gobiernos locales. Naturalmente, yo soy confiado de que éste sea un país que pueda enfrentar los problemas de inequidad, desigualdad y segregación de un modo mucho más radical.
Entrevista Sergio Baeriswyl
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Crear equipos locales, robustos, con capacidad de decisión, que sean capaces de interactuar con el sector público, es la mejor forma de actuar y de llegar a buenos resultados
Nos gustaría que nos describas un poco el proceso de desarrollo y diseño del Plan de Reconstrucción del borde costero de la región del Bío Bío, en cuanto a los objetivos que tenían planteados…
La historia, desde el punto de vista del desarrollo fue que después del terremoto y maremoto, quedó en evidencia que todo el borde costero de la región del Bío Bío, que es un borde bastante urbanizado, presentaba un nivel de vulnerabilidad muy elevado. La reconstrucción, en cuanto a daños, por darte algunos datos, correspondió a más de once mil entidades construidas; me refiero a edificaciones.
Fueron dieciocho localidades urbanas que fueron afectadas, más de dos mil cuatrocientas hectáreas de suelo urbano que fueron inundadas, entre ellos muchos equipamientos críticos, como colegios…equipamientos de seguridad, como cuarteles de bomberos, carabineros, hospitales que quedaron en zonas críticas…De manera que quedó en evidencia que el modelo de reconstrucción que había que aplicar en el borde costero era diametralmente distinto al que había que aplicar en el resto del país, y en aquellas ciudades sobre todo que tenían cierta característica mediterránea, es decir que no habían vivido el efecto del maremoto.
Eso planteó la primera distinción respecto de la reconstrucción; aquí no se trataba de una reconstrucción de reposición de los activos, o de los bienes perdidos, sino que había que hacer un proceso más complejo que involucrara un rediseño, una reflexión previa sobre la ciudad.
Yo creo que ese es uno de los valores más notables de este proceso de reconstrucción. Hubo tiempo, con costos políticos muy altos, pero hubo tiempo para reflexionar sobre eso. Es decir, políticamente podría haber sido mucho más sencillo haber dado curso a un proceso de reposición rápido, de las viviendas y de los inmuebles destruidos. Pero técnicamente y éticamente era absolutamente cuestionable, desde el punto de vista de que la vulnerabilidad del borde costero no es una cosa tan infrecuente como uno podría decir, que ocurre cada ciento cincuenta años, sino que son mucho más frecuentes. Tanto es así que el 11 de marzo, con el maremoto y terremoto en Dichato, se inundó prácticamente un tercio de su superficie, casi veinticinco hectáreas volvieron a inundarse después de trece meses del primer maremoto.
Con eso se confirmó una hipótesis que fue muy importante, que en realidad la reconstrucción del borde costero necesitaba un replanteamiento desde el punto de vista urbano, y eso llevó por cierto a desarrollar herramientas de planificación que no eran conocidas hasta este minuto en Chile. Era definitivamente incorporar todos los conceptos de resiliencia en las decisiones de reconstrucción.
Eso fue interesante porque abrió una línea de trabajo, desde el punto de vista de la teoría urbana, completamente nuevo. Hubo que empezar a importar conocimiento que no había en Chile, desde el punto de vista de las experiencias en otros lugares del mundo, o acogerse a ciertos protocolos internacionales de seguridad, que en definitiva se plasmaron en una herramienta que yo defiendo mucho, a pesar de que en algunos casos ha sido criticada. Se trató de crear estos Planes Maestros.
En el caso nuestro fueron dieciocho Planes Maestros, porque fueron dieciocho localidades urbanas que fueron afectadas. Implicó asumir la condición de vulnerabilidad de estas localidades, y plantear cuáles eran las medidas de mitigación, o aquellas medidas generales de diseño urbano que mejoraran la resiliencia de la ciudad. Nunca pensando en riesgo cero, porque eso no hay en ninguna parte del planeta, pero sí minimizar la vulnerabilidad.
Esto se plasmó a través de una metodología que es largo de explicar, pero lo interesante de los Planes Maestros es que muy tempranamente, es decir a los seis meses de ocurrido el siniestro, ya estaban elaborados. Eso permitió que entre todos los actores del Estado, que en general cuando actúan sobre la ciudad actúan muy desordenadamente, y con los alcaldes y otros actores, mediante acuerdos protocolizados, definir una idea de reconstrucción. Y se plasmó en el fondo “un dibujo”. Pero un dibujo complejo, porque en el fondo es una propuesta urbana, que establece las áreas de vulnerabilidad, la nueva zonificación para los usos de suelo, mejoramiento de la accesibilidad, medidas de mitigación, en algunos casos tan rigurosas como construir defensas costeras. En algunos casos, incluso, acondicionamiento de las propias edificaciones para que tengan una mayor capacidad de resiliencia post-inundación.
Y todo ese abanico de herramientas se fue conjugando en estos instrumentos que después, gracias a que se reconoció su valor como herramienta para orientar las políticas públicas, permitieron definir 223 proyectos que son de reconstrucción urbana (no incluye a la vivienda), y que alinearon tanto a los ministerios como a las municipalidades para que trabajen en una sola línea.
Ayer recién me tocó exponer en el Consejo Regional del Bío Bío, porque los consejeros se preguntaban qué ha pasado con el borde costero. Yo creo que lo más notable era que ellos constataban que todos los servicios siguen trabajando en la línea de los 223 proyectos que forman parte de la cartera. Hoy día hay setenta y dos que están en ejecución.
Pasando del proceso del diseño a la implementación, ¿cómo fue este proceso, de implementar una estructura de trabajo regional? ¿Hubo que hacer adaptaciones de la estructura pensada para la escala nacional?
Nosotros tenemos la percepción de que el caso de la octava región fue muy distinto, porque se creó un equipo, que no se creó en la Región del Maule, ni en O’Higgins, ni en ninguna otra región. Se trató de un equipo regional encargado de la planificación e implementación de los proyectos urbanos.
De manera que nosotros tuvimos una muy buena sintonía con el Ministerio de la Vivienda, que tenía una estructura centralizada, y que a mi juicio actuó mucho más centralizadamente en las otras regiones. En la región nuestra nos dejó plena libertad de trabajo; incluso retroalimentamos las visiones y las decisiones. Yo creo que eso fue bastante atípico, de acuerdo a la estructura tradicional de administración del país, sobre todo en desarrollo urbano.
Eso fue así principalmente porque la Región del Bío Bío tiene, yo diría, un capital social bastante avanzado sobre todo en investigación, en universidades, y que rápidamente se congregó en torno a un equipo técnico que armó la ex intendenta del Bío Bío, y que mandató con mucha fuerza y liderazgo para que dirigiera el desarrollo y la implementación de este proyecto. De manera que cuando llegó el MINVU, a través de Pablo Allard, se encontró que en la región ya estábamos nosotros funcionando. Coincidimos plenamente con los diagnósticos, con la lógica, con las políticas, y por cierto que nos retroalimentamos.
De manera que nunca existió la necesidad de invertir energía para convertir algunas políticas centralizadas, nacionalizadas, a una visión más regional. Siempre, por cierto, hay diferencias, y hubo muchísimas. En algún minuto tuvimos diferencias fuertes, pero eso no fue un obstáculo, en el proceso de implementación de las ideas, que a mi juicio sigue siendo lo más importante.
De manera comparativa, ¿cómo compararía el éxito que describe en la implementación del plan regional para el Bío Bío, con los otros planes nacionales, que se implementaron en otras regiones?
Yo tengo mi opinión, pero no me gustaría darla, porque puede parecer una comparación subjetiva. Pero yo creo que la reconstrucción, por sus hechos, por sus obras, va a mostrar la respuesta por sí misma.
Yo creo que si alguien hoy día va a Dichato o a Constitución, puede hacerse rápidamente una idea de la implementación de las decisiones urbanas, y en qué estado de avance están. Yo no soy quién para hacer la comparación, pero invito a cualquiera a que la haga, y de hecho la historia la va a hacer igual.
Creo que hay no diferencias de contenido; pero sí diferencias en las velocidades, digamos. Y esas diferencias tienen que ver con el nivel de autonomía con que se actuó en las regiones. En la Región del Bío Bío se actuó con mucha autonomía, autonomía responsable, muy coordinada, pero en otras regiones no se crearon los equipos regionales. Yo creo que ahí hay mucho para analizar y sacar conclusiones. Yo soy parte comprometida, así que no soy quién para juzgar sobre una u otra opción. Pero que a dos años del terremoto, en el caso de Dichato, por ejemplo, se estén construyendo las defensas costeras, se esté haciendo el parque de mitigación, se está ejecutando la costanera, se ejecutó el boulevard ya…son reflejos de que efectivamente el sistema funcionó. No por cierto con las velocidades con que la gente evalúa la velocidad del Estado, pero esa es otra cosa.
Yo creo que desde el punto de vista urbano, al igual que el caso de Talcahuano, que es como la otra zona cero de la Región del Bío Bío, la reconstrucción urbana, en el contexto de esta lógica de la resiliencia, está en plena ejecución. O sea se puede ir a mirar y observar.
Ahora, esto como anécdota, el otro día una persona que no es del mundo de la arquitectura ni del urbanismo, fue a Dichato. Y yo le pregunté “¿cómo está Dichato?” un poco para recibir una respuesta de impresión positiva, y me dijo “Muy mal; no hay ninguna casa”. Yo dije “tiene razón”, efectivamente. Y cuando le he preguntado a otros, que son arquitectos, y están sensibilizados por el tema, me dicen “Estamos impresionados, está lleno de maquinaria, están haciendo la defensa costera, se ve ya la costanera, el boulevard está terminado…” Entonces por cierto que todo depende de cómo uno mire la reconstrucción.
Las viviendas efectivamente en Dichato todavía no se construyen, y es prudente que no se hagan hasta que las medidas de mitigación no estén concluidas. Pero lo que ve la persona común y corriente, y que es entendible, es que no hay nada en Dichato. Se están haciendo pavimento, hay defensas costeras, aparecen avenidas que no había antes, pero no hay casas, no hay vida, no hay lo que efectivamente le da el alma a un espacio urbano.
Mencionó en un momento la importancia de contar en la Región del Bío Bío con universidades, un trabajo académico, estudios e investigación. ¿Considera que fue de utilidad esta reflexión académica sobre el borde costero, que ya existía, previa al terremoto?
Yo creo que todo el capital humano que hay en las universidades de allá, de alguna u otra forma logró converger en el proceso. Los estudios de riesgo se hicieron de hecho con universidades locales. Con resultados positivos, que se traspasaron posteriormente a las decisiones públicas en el perfeccionamiento de los planes maestros.
De manera que uno puede decir “Sí, cumplieron la prueba”. Yo, personalmente, muy a mi pesar, creo que el protagonismo de las universidades fue fugaz, digamos. Muy intenso en una primera fase, pero rápidamente, a los seis o siete meses se entibió y ya cada académico, universidad o instituto estaba haciendo sus propios estudios. Muchas veces muy alejados de la realidad que se había vivido desde el punto de vista urbano, social, económico.
Eso, a mí me dejó una cierta sensación de frustración. Porque uno habría pensado que el dramatismo de lo ocurrido dejó una herencia inmensa, que tiene que ser una oportunidad para generar líneas de investigación nuevas, generar una cierta continuidad en la preocupación del mundo académico sobre la realidad y sobre el entorno. Era el minuto oportuno para que las universidades se pudieran relacionar con el medio. Estaban dadas todas las condiciones, pero curiosamente la inercia interna de cada una de las universidades hizo definitivamente que ya al año la mayoría de las universidades estuviera concentrada en sus propios problemas, y dejara al sector público seguir funcionando y resolviendo los problemas de la ciudad.
Eso es una percepción que tengo porque me tocó en muchas ocasiones invitar a las universidades a participar en distintas instancias. Como decía, en los seis primeros meses fue de una generosidad inmensa, muy positivo, valorado y agradecido. Pero se entibió muy rápidamente. Hoy día, a mí me gustaría ver cuántas de las universidades locales están efectivamente desarrollando líneas de investigación que tengan alguna relación con los desafíos que tienen las ciudades del borde costero. Yo me atrevería a decir que son muy poquitas las investigaciones o proyectos que se están desarrollando en ese ámbito.
¿Y cómo ve usted la participación del sector privado? ¿Cuál es el papel de ese sector en la ejecución del plan de reconstrucción? ¿se tuvieron que realizar adaptaciones?
En la experiencia nuestra, el sector privado apoyó las decisiones desde el punto de vista político, pero tuvo escasa participación en las actuaciones propias de la reconstrucción. No porque no hayan estado interesados, o porque no haya sensibilidad con el accionar del sector público, sino que el espacio en el cual se desarrolló el proceso de reconstrucción comprometía prácticamente en un 99% recursos públicos. Salvo por la vía de las donaciones, que tienen una naturaleza diferente, el sector privado prácticamente no participó si no es como mandante ejecutor de obras.
Pero que hubiese habido alguna interacción, como ve uno hoy día en la gestión urbana o en el desarrollo de proyectos urbanos, yo diría que no. Ahí yo diría que en nuestra experiencia pasó algo muy extraño, y que es comprensible. El nivel de sensibilidad social que había hacia la reconstrucción era tan elevado, por el drama que vivían y siguen viviendo las familias, que hacía que se exigiera que todos los procesos de reconstrucción pasaran por el filtro ético de actuación del Estado. En algunos casos, cuando tuvimos la oportunidad de asociar proyectos privados a decisiones públicas, se generaron conflictos políticos muy complicados, que enlodaban las decisiones públicas bajo la sospecha de que había intereses de particulares en las decisiones que se estaban desarrollando. Entonces “se está expropiando para venderle a los privados, para que vengan las inmobiliarias, o se está haciendo tal calle para favorecer a tal inmobiliario”…
Era una permanente sospecha que estaba puesta, a veces con mala intención, por ciertos grupos que querían exponer o llevar a situaciones de conflicto las decisiones que había que tomar. En algún momento nosotros como equipo tomamos la decisión de que no podíamos recibir a los inmobiliarios. Aun cuando venían con muy buenas intenciones, o querían sumarse a acciones adecuadas desde el punto de vista de la inversión. La sombra de participación del privado era tan grande, que hacía que nuestras decisiones se vieran en la necesidad de estar justificando cosas tan sencillas como que se estaba expropiando para hacer un parque, que no iba a aparecer ningún hotel, etc.
Este discurso amenazante de participación privada, sospechosa, coludida con el Estado, nos persiguió permanentemente. De manera que tuvimos que ser súper rigurosos en no dar ningún gesto ni señal de interacción con los privados, porque ponía en riesgo la claridad o la transparencia de la decisión pública.
¿Cómo se dio entonces el proceso de inclusión? Parte de los objetivos del plan estaban muy basados en la participación, en la inclusión de las comunidades locales en la implementación del plan…
Nosotros usamos un modelo que desarrollamos en forma espontánea. Porque claro, cuando uno dice “quiero hacer participación” uno puede traer el mejor de los modelos, pero es impracticable cuando uno tiene dieciocho localidades, con muchos grupos humanos distintos, con diferencias ideológicas entre ellos, con situaciones económicas distintas, etc.
De manera que nosotros implementamos un modelo que yo diría que fue exitoso, porque permitió aprobar los Planes Maestros. Trabajamos inicialmente con encuestas; es decir encuestamos a todas las familias que habían sido afectadas. Se les preguntaban cosas tan sencillas como si volvería a vivir donde vivía antes, hasta preguntas tan complejas como cómo se imaginaban ellos el futuro de su localidad en un proceso de reconstrucción.
Todas esas encuestas, que fueron unas 1800, se procesaron y establecieron de alguna manera dónde estaban los focos de interés. Eso lo llevamos a un trabajo de focus group, en cada una de las localidades, en donde se convocaba a las personas más representativas de cada grupo, con las cuales se fue madurando este universo de necesidades en ideas concretas. Se armaron los Planes Maestros con estos insumos, y después se llevaron a las asambleas.
En las asambleas, en el caso de Dichato, llegamos a un record de más de 40 asambleas para poder presentar el plan a distintos actores. A veces siempre los mismos, pero a veces con alguien nuevo, que había que volver a explicarle, que no estaba de acuerdo, que había que hacer un trabajo nuevamente…
Finalmente, logramos lo que era más importante; que los alcaldes entendieran que esos Planes Maestros eran la ruta de reconstrucción. Algunos accedieron con mayor rapidez, otros se demoraron bastante, pero logramos ya en Octubre del año 2010 suscribir los protocolos.
Después de eso siguieron habiendo muchos “incendios”. Hay gente que hasta el día de hoy se rebela a las expropiaciones, que ha generado movimientos, redes…Es completamente legítimo, nosotros sabíamos que eso iba a ser así, y está bien que lo hagan.
Pero no ha cambiado la trayectoria de los instrumentos que se fijaron, como los Planes Maestros, que en este minuto están todavía en la etapa final de traspasarse a los Planes Reguladores. Porque el Plan Maestro permite que los distintos entes del Estado puedan actuar concertadamente en función del plan, pero si viene un privado y quiere construir una escuela en un área vulnerable, y no está normado por el Plan Regulador, nadie se lo puede impedir. Esa es la fase que todavía está en proceso. Hay algunos Planes Reguladores que ya se aprobaron, son dos, pero en total son nueve.
Hay siete Planes Reguladores que todavía no pueden aprobarse, un poco por la complicación administrativa que tiene el propio MINVU para aprobar los instrumentos. Ahí derechamente hay una debilidad inmensa por parte de la institucionalidad, que ha hecho que después de dos años, todavía los Planes Reguladores no pueden internalizar las variables de riesgo en algunas localidades. Y eso si uno lo dice públicamente, en realidad es bastante feo, pero es así.
¿Qué aprendizajes del proceso de reconstrucción del Bío Bío podrían servir de experiencia para otros lugares en Chile? ¿Cuáles serían sus recomendaciones, a partir de su experiencia local, para lo nacional e internacional?
Yo creo, sin querer ser pretencioso, que hay una cosa que sin duda un activo o patrimonio de este proceso, y es la acción descentralizada en la planificación. Eso es la clave absolutamente de todo. O sea, crear equipos locales, robustos, con capacidad de decisión, que sean capaces de interactuar con el sector público, es la mejor forma de actuar y de llegar a buenos resultados.
Yo creo que eso tiene que ver también con una política nacional que a mi juicio está mal concebida, y es que todavía el Estado actúa muy paternalistamente y además centralizadamente. Esto ha impedido que las regiones puedan desarrollar su capital humano, porque no tienen campo para poder aplicarlo. O sea ¿de qué sirve que uno a los alumnos les enseñe sobre planificación urbana si al final es una persona en Santiago la que decide si le parece bien ese cambio de uso de suelo o no?
Entonces hay un paternalismo perverso, destructivo, y que yo soy pesimista ante la perspectiva de que no se cambie el actual modelo. Incluso la reciente comisión que se creó para discutir la política nacional de desarrollo urbano no tiene presencia de ningún representante de las regiones. Entonces uno dice “bueno, van a exportar el modelo de Santiago”. Y hay muchos que creemos que el modelo de Santiago está mal. No creo ser el único.
Lo otro que espero, ojalá, es que la política nacional de desarrollo urbano permita crear políticas regionales de desarrollo urbano. Es decir que las propias regiones sean capaces, como pasa en Europa, en que cada región tiene las posibilidades de generar sus propias políticas, generar capital humano, conocen las realidades, los problemas, en consecuencia pueden actuar. Pero cuando tenemos que en las regiones se aplican herramientas que fueron diseñadas para resolver problemas de Santiago, uno siente no sólo una frustración, sino que ve que va caminando directo al abismo. Porque ese modelo está fracasado.
Toda la experiencia internacional lo dice, pero curiosamente el discurso no termina de convencer a quienes tiene que tomar las decisiones. Yo espero que la comisión que se creó ahora efectivamente entienda que tiene que regionalizar la política de desarrollo urbano; que las realidades son completamente distintas; que la decisión de regionalización permite que las regiones asuman su realidad; y que pueden así construir su identidad. Cosa que hoy resulta extraordinariamente difícil con el modelo centralizado que hay. Y como te decía, lo más vergonzoso es que en esa comisión las regiones no están representadas.
Yo te puedo asegurar que los resultados de ese modelo van a llevar a una situación con política peor que la actual, donde no hay política. Hoy no hay política y por lo menos nos podemos mover con cierta libertad en las regiones. Pero cuando exista un modelo nacional, ahí vamos a estar obligados a someternos a la doctrina que la comisión nacional, en Santiago, con gente de Santiago, decidió para el resto del país.
¿Existen autocríticas al proceso? En la eventualidad de una nueva catástrofe, ¿qué no debiera hacerse, o haberse hecho distinto?
Por ejemplo, el tema de la participación, a mí me habría gustado muchísimo haber aplicado modelos de trabajo mucho más intensos con la gente. Haber generado procesos de toma de decisiones mucho más comprometidos con las comunidades locales. Cosa que fue muy difícil de hacer, por un tema única y exclusivamente de velocidad.
Había que tomar rápidamente decisiones, y piensen ustedes que en Septiembre de 2010 debía estar ya la cartera de proyectos para poder ejecutarla en 2011, y de Febrero a Septiembre teníamos que tener el Plan Maestro hecho, ya debía la comunidad estar de acuerdo con los proyectos…O sea, teníamos una agenda que conspiraba contra cualquier acción más delicada desde el punto de vista de la participación.
La otra autocrítica que nos hacemos es que la difusión fue muy mala. Que tiene que ver con la participación. Una participación buena no necesita difusión. Pero el problema fue que como no teníamos un espacio para desarrollar un modelo de participación más consistente, más sensible, deberíamos haber trabajado con medios de difusión mucho más inteligentes. Y eso no fuimos tampoco capaces de hacerlo. A lo más logramos habilitar en una página web del gobierno regional un espacio donde estaban todos los Planes Maestros, pero era un espacio bastante sordo, porque tú podías leer pero no había interacción. Todo eso es el arrastre de una participación apresurada, incompleta. Cuando hay una mala difusión la gente no está informada y habla equivocadamente de cosas que no corresponden. A nosotros nos tocó salir al paso muchas veces a explicar cosas como las que yo te comentaban, los rumos de para quién eran las expropiaciones, etc.
Creo que en lo técnico…claro, todo se puede hacer siempre mejor, pero yo creo que el modelo fue bastante consecuente y riguroso. En general por ese lado yo diría que la crítica es la velocidad más que nada.
Paz Undurraga Castelblanco
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Arquitecta, Pontificia Universidad Católica. Valparaíso.
Magíster en Economía Urbana Universidad Mayor, Santiago.
Docente universitaria desde 1991. Actualmente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Andrés Bello, sede Viña del Mar.
Desde el año 1993 desarrolla, junto al Arquitecto Michael Bier, proyectos de Rehabilitación Patrimonial en la ciudad de Valparaíso. Recientemente realizan proyectos de reconstrucción de Inmuebles Patrimoniales dañados por el terremoto del 27 Febrero 2010 en las comunas de Chépica y Nancagua, financiados por AECID.
Desde 1998 participa en propuestas de planificación urbana y patrimonio. Fue asesor externo de la Secretaria Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo V Región en el contexto de Postulación del Centro Histórico de Valparaíso como Sitio del Patrimonio Mundial; ha sido colaborador ad honorem del Departamento de Asesoría Urbana de la Municipalidad de Valparaíso desde el 2000 a la fecha. Es parte del equipo consultor que se adjudicó la Modificación del PRC de Valparaíso (MINVU); y del equipo consultor que se adjudicó el desarrollo de los Planes Urbanos Estratégicos para las comunas de Viña del Mar y Valparaíso (PNUD)
En el año 1999 ingresa a la Organización Ciudadanos por Valparaíso, desarrollando campañas públicas, estudios y propuestas para la protección y puesta en valor del Patrimonio tangible e Intangible; como para una planificación urbana adecuada de la ciudad de Valparaíso. Desde el 2006 es Vicepresidenta de la organización. Desde el 2009 CpV se encuentra trabajando junto a la ONG local TerritorioSur en un Plan de Monitoreo Ciudadano a la Calidad de Vida denominado “Nuestro Valparaíso” a través de indicadores técnicos.
Cofundadora y directora del Centro de Estudios DUC, encargada de investigación y de programas de intercambio académico. Gestora del “Archivo Documentario de Inmuebles y Espacios Públicos de Valparaíso” proyecto de investigación para la Conservación y Difusión del Patrimonio Cultural que promueve un conocimiento fehaciente de atributos de autenticidad de Inmuebles y espacios públicos protegidos.
Ha participado en como “Identificación de Inmuebles y Zonas de Conservación Histórica en 7 comunas de Chile”, “Rehabilitación Integral del ascensor el Peral y su entorno”, “Restauración y puesta en valor del Conjunto Religioso San Francisco de Curico” y en el estudio comparativo, contratado por el BID, “Sustentabilidad de la preservación del patrimonio histórico, caso de estudio Valparaíso», realizado por el economista Pablo Trivelli.
Planos de Lima 1613-1983, I
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Referencia: Planos de Lima, 1613-1983. Selección, introducción y notas, Juan Gunther Doering. (1983) Municipalidad de Lima Metropolitana, Petróleos del Perú, Industrial Gráfica S. A. Lima.
Relvados por:
Jean Paul Kaiser
Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Lima
Magíster en Asentamientos Humanos, Instituto de Estudios Urbanos UC (Cursando).
Sillas en el Jardín [París]
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“Me sentía triste cuando el parque estaba cerrado
y me entristecía rodearlo en vez de cruzarlo.”
Ernest Hemingway
[Por Pedro Bannen]
Así como Hemingway, Baudelaire y Verlaine, entre tantos otros, los jardines de Luxemburgo, abiertos como jardín público de París desde el año 1772, alojan en su día a día a numerosos ciudadanos y visitantes que construyen su rutina de trabajo o estudio u ocio, o inmortalizan en fotos de celulares una visita inolvidable. En su borde norte, el lugar aloja el palacio del mismo nombre, sede actual del Senado. Iniciativa original de la reina María de Médicis, quien inicia su construcción en 1621, cansada del palacio del Louvre y nostálgica de los palacio italianos de su infancia. Pero nunca llega a ocuparlo, el cardenal Richelieu la expulsa de Francia diez años más tarde. El lugar es prisión durante la Revolución y cuartel general nazi en la segunda guerra mundial.
Una extensión de alrededor de quinientos por seiscientos metros (es decir, unas treinta hectáreas) en el corazón del barrio latino se constituyen en pieza clave de un lugar densamente construido y poblado. Un número notable de árboles (encinas, castaños, plátanos orientales, olmos, manzanos y perales, entre otros) configuran bosques, explanadas de sombra, paseos y avenidas de un parque diseñado y rediseñado a través de toda su historia urbana y patrimonial, con esa capacidad del urbanismo parisino de estar actuando sobre los lugares permanente y persistentemente, sin traicionar el patrimonio conquistado pero a su vez, siendo siempre contemporáneos a su momento y su modo de vida.
En esa misma extensión que configura múltiples lugares exteriores en delicada continuidad, que acogen un sinnúmero de actividades formales, sociales, culturales y deportivas, van quedando esparcidas en todo su suelo de maicillo una cantidad igual de llamativa de unas sencillas pero fuertes sillas de metal pintadas verde.
A las horas de mayor uso del lugar aparecen colmatadas de ocupantes que las hacen escasas a pesar de su gran número. En una visita temprano cualquier día, la disposición de las mismas dan cuenta de las múltiples actividades y formas de uso del lugar como registro a la manera de las huellas sobre la escena de un crimen.
Apostadas a la sombra de los grandes árboles en pequeños grupos dan cuenta de reuniones sociales; en pares y en lugares más recogidos dan cuenta del paso de parejas o diálogos de amigos reservados; en multitud son el testimonio de actos culturales, programados o espontáneos que tuvieron lugar a alguna hora pretérita en el mismo punto de su despliegue actual; en largas hileras sobre los caminos principales de recorridos acompañan y entretienen mutuamente al que pasea y al que descansa, convirtiendo al ciudadano común y corriente en el protagonista del espectáculo urbano que acontece día a día en toda la extensión del que fuera un jardín de palacio.
Las sillas verdes de los jardines de Luxemburgo, sencillas y delicadas, constituyen el puente invisible entre el goce noble del parque imaginado por una reina para si hace cuatrocientos años, con el acontecer diario y cotidiano de cientos de parisinos que hoy construyen su normalidad entre los avatares, los turistas y las nubes grises que una vez más se avizoran en el horizonte europeo.
Santiago de Chile, diciembre de 2011
Darío Oyarzún
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Darío Oyarzún Hermosilla
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Arquitecto Universidad de Chile con Diplomado en Políticas Públicas y Gestión Social de Barrios.
Organizaciones asociadas:
TECHO (Un Techo Para Chile)
Dieter Linneberg
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Dieter Linneberg Arancibia
Nacionalidad:
Chileno
Formación:
Ph.D. © y M.A. en Economía Universidad de Louvain. Ingeniero Comercial, Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile.
Organizaciones asociadas:
Universidad de Chile, Task Force Rountable de America Latina en Gobierno Corporativo
Director Ejecutivo Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad de Chile. Ex Gerente Técnico CorpVida, Compañía de Seguros. Asesor de la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile. Miembro del Task Force Rountable de America Latina en Gobierno Corporativo (Banco Mundial, OECD).
Entrevista Dieter Linneberg
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Es mucho más rentable para las empresas que apliquen políticas de sustentabilidad en su producción
En las oficinas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Dieter Linneberg nos recibe y cuenta acerca de CLG Chile (Líderes Empresariales para el Cambio Climático). Siendo director de la iniciativa, Dieter puede comentarnos respecto de los desafíos en Chile para el desarrollo sustentable, siempre desde la mirada del sector privado.
Para empezar, cuéntanos un poco qué es CLG, cuál es su fundamento, su origen…
Nosotros tenemos el Centro de Líderes Empresariales contra el Cambio Climático, que se hizo hace ya 3 o 4 años, coincidiendo con la visita del Príncipe Carlos de Inglaterra. Hicimos varias reuniones con destacados empresarios chilenos, y en esa oportunidad él nos aconsejó replicar lo que él tenía con su fundación Prince of Wales en Inglaterra, con la Universidad de Cambridge.
Había un conjunto de empresarios, respaldado por esta universidad, organizado para discutir y desarrollar políticas públicas que conduzcan a cuidar el medio ambiente, a hacerse responsable del cambio climático que está sucediendo. Hay que convenir por supuesto en que hay un cambio climático, debido principalmente a un efecto antropogénico, que son las emisiones de gases de efecto invernadero.
Partimos de la base de que el cambio climático es un fenómeno que se está dando. Dan lo mismo las causas, pero el hecho es que hay que tratar el planeta con una mirada distinta. Es por eso que los empresarios deben responder a este llamado, de parte de todas las comunidades; los “stakeholders”, como llamamos nosotros a todas las personas que tienen interés en la manera de producir bienes y servicios.
Se busca con esta iniciativa replicar la experiencia del Reino Unido acá en Chile como un ejemplo para la región también. Este centro también existe en Brasil, que fue fundado simultáneamente. Formamos parte de una red internacional de centros de sustentabilidad contra el cambio climático. Así hemos podido irnos transmitiendo las buenas prácticas, las políticas públicas que se están haciendo en otros países.
Somos entonces una suerte de centro en que tenemos la opinión de las empresas más importantes del país, más el apoyo de la Universidad de Chile y de sus académicos para desarrollar investigación en los temas de políticas públicas que el gobierno está impulsando, y que puede tener una respuesta de parte del sector privado antes de hacer leyes o normativas.
Ése es un tema relevante, porque hace referencia a los actores involucrados en este proceso. Hay, por ejemplo, empresas nacionales, pero hay también centros en otras partes del mundo. ¿Dónde están esos centros, cómo se dan sus comunicaciones?
Partimos con el centro que está liderado por la Universidad de Cambridge, el Corporate Leaders Group for Climate Change, en Inglaterra. Se había fundado también en la Comunidad Económica Europea un CLG en Bruselas. Hay un centro también en Alemania, en China, en Singapur, en Sudáfrica, en Irlanda. Aquí en Latinoamérica está Brasil, que tiene un centro muy potente con la Universidad Getulio Vargas, y en Chile nuestro centro está asociado con la Cámara Chileno Británica, con la Universidad de Chile, y con 15 empresas que representan a cada sector económico. Son las más importantes.
¿Eso se decide por un asunto de tamaño?
Sí, por importancia en su sector económico y por su grado de avance en cuanto a la sustentabilidad que generan sus empresas. Son grandes, importantes en el sector, pero demuestran una preocupación por el cambio climático y la sustentabilidad en general. Son empresas comprometidas con el problema.
¿Suele coincidir el gran tamaño de las empresas con una gran responsabilidad sustentable, o no necesariamente?
Generalmente las empresas más grandes son las que les preocupa de mayor manera estos temas. Tiene que ver con la gran complejidad de estas empresas, y por lo tanto tienen preocupaciones también más complejas, como son estos temas.
Estamos haciendo un estudio en este momento de por qué las empresas pyme no evalúan su huella de carbono, no tienen gestión de sus emisiones, o no tanto como las grandes. Queremos saber por qué: ¿cuáles son las trabas? ¿cuáles son los beneficios que se podrían dar desde el gobierno como política pública para fomentar esto?
Este estudio coincide con el diagnóstico de que las empresas grandes, con más recursos, pueden destinarlos a estudiar estos temas. Además, para ellos resulta un riesgo no manejar sus desechos, no manejar sus emisiones, no manejar la huella del agua.
Hay una nueva concepción acá en Chile. Hemos visto que en el resto del mundo, el ser “verde”, ser sustentable, es un buen negocio. Es ahí donde queremos hacer el hincapié en el rol de la sustentabilidad en las empresas. Ya pasó en el resto del mundo, y comienza también a pasar en Chile, la noción de que ser sustentable es un tema ético. “Las ganancias que tengo son tan grandes, que éticamente tengo que devolverle algo a la sociedad”. Nosotros estamos en contra de ese planteamiento. Creemos que el ser sustentable hoy en día es un buen negocio para las empresas.
Es así dado que la sustentabilidad, primero que nada, disminuye tus riesgos. Por ejemplo el caso de Freirina. Hubo una inversión millonaria por parte de la productora más grande de cerdos del país, que se estaba instalando en esta provincia, Huasco, que tenía alto desempleo, por lo que la inversión era muy bienvenida. Todos los stakeholders estaban a favor de esta inversión. Por un mal manejo en términos de sustentabilidad, Agrosuper ha perdido millones y millones de dólares en inversión. Lo mismo ha pasado con otras empresas.
Lo que queremos recalcar es que la sustentabilidad es rentable porque toma en cuenta a todos los interesados en ese bien o servicio. Desde el comienzo incorpora, por ejemplo, todas las susceptibilidades de las comunidades, de las comunidades mapuches en el sur, los pueblos en el norte cuando se hace una gran actividad extractiva. Se toma en cuenta cuáles van a ser los beneficios, los costos. Ver bien con ellos cómo se puede armar un proyecto de esta magnitud, sin tener en contra a todo este grupo de gente que vive alrededor de un proyecto. Hay miles de políticas que una empresa puede empezar a hacer antes de realizar una inversión. Entonces ahí ya tienes un riesgo que se aminora, y la rentabilidad para la empresa mejora.
Por otro lado están todas las innovaciones que pueden hacer las empresas. Si la empresa incorpora a toda su gente, sus trabajadores, no es una cosa que se diga para la publicidad nada más. Es una sustentabilidad que está incrustada en el corazón de la empresa.
Por ejemplo, los que piensan un nuevo producto, y lo piensan de manera sustentable, pueden lograr un producto que nunca se imaginaron. Hay ejemplos de grandes empresas en Estados Unidos. En Walmart, por ejemplo, generaron innovaciones en su transporte, particularmente respecto de la contaminación que generaban sus camiones. Este estudio, de varios millones de dólares, fue recuperado como inversión en un año y medio, porque hicieron a sus camiones un 25% más eficientes.
Otro ejemplo es el de una empresa estadounidense que usa máquinas para lavar pisos. Es una gran complicación administrar los detergentes para pisos, que dejan residuos, etc. Tenant inventó una máquina que no necesitaba ningún químico para lavar los pisos. El agua pasa por un proceso eléctrico, y limpia tan bien como un agua con detergentes. Se trata de una innovación disruptiva, no menor ni aislada, sino que totalmente radical. Esta manera de pensar, distinta, es la que provoca la innovación en las empresas.
¿Y el público premia ese tipo de iniciativas, o se recupera la inversión sólo por un tema de ahorro?
El ahorro, para la empresa, es importantísimo. Pero el valor de las acciones de Tenant, por ejemplo, luego de la realización de este invento, subió inmensamente. Los accionistas valoran esto, y creo también que la gente lo valora de igual manera.
Hemos hablado hasta ahora de varias iniciativas concretas, pero van todas unidas por una mirada común, que es lo que podría entenderse como un desarrollo sustentable. ¿Cómo definirían ese concepto, ese paradigma?
El desarrollo sustentable, para nosotros, es la creación de valor en el tiempo. No es un tema medioambiental, no es un tema ético, sino que es un desafío por cómo agregarle valor a toda la sociedad en el largo plazo.
Si una empresa no se comporta sustentablemente, es muy probable que su iniciativa falle, y quiebre. Porque va a tener muchos opositores a su negocio. Ya sea porque contamina a otras comunidades, emite malos olores, contamina las aguas de río que son utilizadas, etc.
Ahora, con Internet, con los medios de comunicación, con lo que los norteamericanos llaman “awareness”; las expectativas que tienen las personas son mucho mayores que antes. Ahora la gente se manifiesta mucho más.
Por ejemplo, hay una empresa en China donde se produce mezclilla para pantalones. Esta fábrica, según lo que muestra una foto satelital, está tiñendo de azul todo un río y el resto de la bahía. Cualquier blue-jean que esté utilizando la tela de esa fábrica, te lo puedo asegurar, va a disminuir sus ventas en miles de millones de dólares. Eso se convierte en uno de los criterios de compra de las personas, porque es muy fácil ahora buscar esa información. Antes era imposible.
Ahora, con el Internet, la empresa que se comporta mal no es sustentable en el tiempo. Lo mismo pasó con Nike, acuérdense de cuando ocupaba mano de obra infantil. Decían: “Nosotros le compramos productos a muchos proveedores; no sabemos cómo los producen”. Bueno, más vale que se preocupen de cómo producen los insumos para sus zapatillas, porque nadie les va a comprar ninguna zapatilla más con esas condiciones.
¿Y la conciencia sustentable de la empresa, es una preocupación previa, o es más bien una reacción frente a la sociedad?
Bueno, primero se da el aumento de las expectativas de las personas. Éstas son mucho mayores, las personas saben que se pueden juntar, protestar contra una represa en la Patagonia, por ejemplo.
En segundo lugar, los recursos están en franca declinación. Hay muchos recursos que ya no existen; animales que han desaparecido de la tierra; el aire en Santiago es radicalmente escaso. El aire limpio es un bien escaso.
Entonces, se combina el aumento de las expectativas de las personas con la escasez de los recursos. Además, el Internet ha logrado una transparencia radical en la manera de organizar las empresas. Este nuevo mundo obliga al mercado a adaptarse.
No sé qué habrá venido primero, pero las empresas que no perciben estos cambios no podrán competir, ni adaptarse a este nuevo modo de pensar.
Si quieren seguir ganando plata, y aumentando sus utilidades, tienen que empezar a pensar distinto. A pensar en sustentabilidad, pero no en la imagen de la sustentabilidad, sino que en imbuir el mecanismo de la sustentabilidad dentro de la empresa. No se saca nada ya con hacer responsabilidad social empresarial (aunque está bien, no estoy en contra de eso), pero si se hace porque es éticamente correcto, lo vemos como un mal negocio. No están haciendo un negocio que esté creando valor en el largo plazo.
Por ejemplo, en el caso de Enersis, Endesa. Tú me dirás, ¿qué tiene que ver un tema financiero con la sustentabilidad? Es el caso de un aumento de capital, el más grande que ha ocurrido en la historia de Chile. Más de ocho mil millones de dólares en un aumento de capital para una empresa chilena, que tiene controladores extranjeros. Quieren hacer un aumento de capital de ese tamaño, aportando empresas que Endesa tiene repartidas en el resto de Latinoamérica, consolidando esos activos en Enersis.
Los inversionistas en general tienen que aportar alrededor de tres mil millones de dólares para mantener su participación en la empresa y no diluirse. Ese aumento de capital no se hizo pensando en cómo los stakeholders se iban a ver beneficiados o perjudicados. Esa planificación se hizo muy mal, porque hay un conflicto de interés muy fuerte cuando el que aporta esos bienes los valoriza él mismo. Si esa valorización está sobreestimada, perjudica a todo el resto de stakeholders.
Particularmente en ese caso, para incrustar en la conducta de la empresa los principios de sustentabilidad, parece fundamental poder coordinarse con otros actores. Considerar a los stakeholders, considerar a otras empresas, pero hay un actor del que no hemos hablado suficiente todavía, que es el Estado. ¿Cómo ven ustedes la relación que se da entre el sector privado y el público, buscando el desarrollo sustentable?
Eso es súper importante, y nuestra misión es apoyar al sector público para hacer buenas políticas sustentables. Eso se logra no encerrado en cuatro paredes, sino que en una discusión fructífera, que ojalá puede contar con el input del sector privado, particularmente de las empresas que son líderes en estos temas.
Si hay alguna política pública que se pueda generar sin la participación del empresariado, es difícil que esa política pública cumpla, o bien probable que se quede corta.
¿Y cómo ha sido la experiencia, hasta el momento, en ese desafío? ¿Han encontrado muchas barreras, o más bien buenas experiencias?
Hemos desarrollado una construcción de confianzas en el tiempo. Hace 3 o 4 años que estamos construyendo esta relación de confianzas, con distintos gobiernos. La idea es reforzar estos puentes para poder dar opiniones, poder contribuir a mejorar las políticas públicas, a empujar al gobierno a que sea más activo en términos de sustentabilidad. Que vea que tiene un rol importantísimo para orientar al mercado y a la sociedad.
Existiría también el desafío de incorporar más empresas a esta nueva mirada. Las empresas que de antes ya habían iniciado prácticas sustentables eran aquellas más complejas y, como dices tú, requerían de estas prácticas para seguir siendo rentables. ¿Pero qué pasa con las pymes, por ejemplo? En general no perciben este escenario de manera tan compleja y quizás no tienen tantos incentivos para incorporar prácticas sustentables. ¿Cómo se ve ese desafío?
Es una buena pregunta. Se habla mucho de las pymes, y la verdad es que voy a tener respuestas mucho más asertivas cuando terminemos un estudio que estamos realizando.
Tenemos la impresión de que las empresas chicas y medianas están preocupadas de temas más de subsistencia que de sustentabilidad. Estos temas no les son tan importantes como para atraer su atención y desviar recursos hacia eso.
Este estudio se pregunta precisamente por qué no ha tenido suficiente respaldo, de parte de las empresas pequeñas y medianas, un manejo más sustentable. No obstante hay muchos casos que son la excepción, pero la excepción confirma la regla.
Entonces la pregunta es cómo podemos colaborar en que el gobierno ayude a estas empresas, fomentando una producción más sustentable. Por lo demás, son las empresas que emplean la mayor cantidad de trabajadores.
Entonces ustedes ven como una misión del Estado la responsabilidad de fomentar o incentivar estas prácticas.
Exactamente. Creemos que es la única manera de ayudar a las empresas a ir por este camino. También creemos que va a ser mucho más rentable para ellas que apliquen estas políticas de sustentabilidad en su producción.
Estamos viendo también cómo las empresas grandes apoyan a sus proveedores, que son empresas chicas, para que modifiquen sus prácticas. La empresa de limpieza de los suelos que les contaba, por ejemplo, era muy chiquitita. Luego de esta innovación fue que creció tanto.
Nos gustaría preguntarte por el caso concreto de Chile. ¿Qué hace falta en Chile para ir logrando que los privados implementen cada vez más prácticas sustentables? ¿Qué escenario necesitamos?
Lo que pasa es que con la crisis económica internacional, estos temas han ido decayendo de alguna manera. La misma emisión de gases de efecto invernadero, en el contexto internacional, donde hay países como España que bordea desempleos históricos, pasa a ocupar un segundo lugar después de estos grandes problemas.
Hemos visto que el tema, a nivel internacional, ha decaído. Entonces, la preocupación en Chile también. Es un poco como “Ah, ya no va a haber tanta regulación”. Pero eso no es así. Una vez pasados estos problemas, van a venir regulaciones bastante fuertes. Por lo tanto hay que estar preparados, lo que exige un trabajo de mucho tiempo. Hablamos de políticas de adaptación y mitigación que son de diez a veinte años plazo.
Entonces el gobierno tiene un rol de seguir con estos temas, como lo ha venido haciendo. El Ministerio del Medioambiente, con la nueva institucionalidad, fiscalizando mucho más. El empresario se tiene que dar cuenta de los beneficios de esto, por un lado, y de los riesgos de no cumplir, por otro.
No sólo se trata de cumplir con normativas formales, sino que también de la necesidad de enfrentarse al castigo de los consumidores.
Sin embargo, mientras mantengamos el liderazgo que hemos tenido en otras políticas públicas y empresariales, no me cabe la menor duda de que Chile puede seguir siendo un ejemplo en este tema también. Por lo tanto, es un desafío de no bajar los brazos. Hay que mantener esta proactividad, para lograr liderazgo también en temas de sustentabilidad.
Otros países nos están copiando en otras políticas económicas, y si no mantenemos el liderazgo en estas políticas sustentables, que son de tercera generación, perderemos la ventaja competitiva que tenemos con los demás. Hay que seguir avanzando en estos temas que son de un país más desarrollado.
No sólo el tema del medioambiente, sino que el de la salud, la educación, nos convierten en un país más sustentable. Se trata de una cadena de valor que va generando riqueza para toda la sociedad. No sólo a la empresa y sus accionistas, que era la regla de antes. Ahora la pregunta es cómo esa empresa genera valor para toda la sociedad, y cómo el gobierno genera por su parte propuestas para mantener el país sustentable.
Lo mismo que hemos hablado para una empresa se puede pensar para el Estado. Si el gobierno piensa de manera sustentable, de cómo generar mayor valor como país, para toda la sociedad, las instituciones van quizás a funcionar distinto. Las innovaciones que se van a dar en el Estado van a ser otras. Cambiaría la forma de interactuar con los gobiernos regionales, por ejemplo. Si se piensa de manera sustentable, se pueden hacer políticas disruptivas respecto de las anteriores. No cambios pequeños, sino que unos que puedan adelantarnos hacia otro nivel.
Las mismas políticas de innovación estatales, de Corfo, por ejemplo, pueden buscar cómo dar saltos disruptivos y no “de a poquito”.
Dominique Petermüller
VerDominique Petermüller
Dominique Petermüller
Nacionalidad:
Francesa
Disciplina:
Arquitectura
Dominique Petermüller es arquitecta francesa especialista en proyecto urbano y paisajismo, y académica en el área. Ha desarrollado su actividad profesional tanto en Francia como en varios países en Europa, Medio Oriente, China y América Latina. Es así como entre 1985 y 2001 se desempeña en el Atelier parisien d’urbanisme (APUR, Agencia de urbanismo del Municipio de París), y en ese contexto desarrolla varias colaboraciones internacionales. Entre otros realiza una intensa colaboración con la Municipalidad de Santiago, participando en el concurso de la Plaza de Armas (1998) y en el Estudio de desarrollo urbano y patrimonio de Santiago Poniente (1999-2000).
Entre 2001 y 2004 dirige el equipo de Taller de Proyecto Urbano en la Agencia de urbanismo de la Municipalidad de Bordeaux. Entre 2004 y 2008 se asocia con el arquitecto-urbanista Philippe Panerai (Premio de Urbanismo francés 1999). Y a partir de 2008 funda su propia oficina, ATelier Petermüller (ATP) dedicada al Urbanismo y Paisajismo. Como conocedora privilegiada del contexto urbano chileno y particularmente de Santiago de Chile, Dominique Petermüller es asesora del Estudio para la Elaboración del Plan Maestro de regeneración del sector Mapocho La Chimba entre 2011 y 2012. Es en ese contexto que ofrece la presente entrevista a principios de marzo de 2012, su particular visión y puesta en perspectiva de esta actuación con respecto al desarrollo urbano nacional en el actual escenario internacional del urbanismo.
Ana Sugranyes
VerAna Sugranyes
Chilena, catalana y ciudadana del mundo. Arquitecta de la ETS Friburgo, Suiza. Doctora por la TU-Delft en los Países Bajos. Desde 2004, Secretaria General de Hábitat International Coalition (HIC). Especializada en temas habitacionales urbanos, por más de 35 años de investigación y de asesorías a movimientos y organizaciones sociales, así como a programas y políticas de vivienda social en América Latina, especialmente en Guatemala y en Chile. Larga trayectoria de cooperación internacional apoyando intercambios, denuncias, defensas y propuestas en materia de desarrollo local y producción social del hábitat, en los años 70 y 80 desde la agencia Cebemo de los Países Bajos; de 1991 a 1998 por haber dirigido un proyecto de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica, GTZ, en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile.
Principales publicaciones:
«Los con techo. Un desafío para la política de vivienda social» (coeditora, 2005)
“Ciudades para tod@s. Por el derecho a la ciudad, propuestas y experiencias” (editora, 2010)
Fuente: http://geshabitat.org/users/ana-sugranyes
Mairelys Dominguez Pichardo
VerMairelys Dominguez Pichardo
Licenciada en Arquitectura, Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente PUC
Profesional independiente en Proyectos Geociclos y J-PAL LAC.
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Se ha desempeñado como editora de contenidos en la revista PLANEO y como ayudante de los cursos: Taller integrado de planificación territorial (MDU y MHM) y Desarrollo local sustentable: Visiones epistemológicas y prácticas contemporáneas. En el área profesional ha sido coordinadora de capacitaciones en Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-PAL LAC). En República Dominicana trabajó en la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial (DGODT) como apoyo técnico de la Unidad de Gestión de Riesgos (Programa de prevención de Desastres y Gestión de Riesgos, BID) y como analista de proyectos en el Departamento de Seguimiento y Evaluación de Proyectos. Es escritora y en el año 2012 publicó su primer libro de prosa poética titulado “Retazos”.
Contacto: mdominguez1@uc.cl
Twitter: @Mairedo
Macarena Cima Vergara
Macarena Cima Vergara
Arquitecta PUCV
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Unidad de Ordenamiento Territorial del Departamento de Planificación y Desarrollo, GORE Valparaíso
Se titula el año 2013 de Magister en Desarrollo Urbano con la tesis «Análisis de la puesta en valor del patrimonio en Valparaíso: de la intención a la práctica de los instrumentos y acciones organizadas entre 2003 y 2013», estudiando el proceso de planificación y transformaciones urbanas desarrolladas a diez años de su declaratoria como Sitio de Patrimonio Mundial. Ha participado como ayudante en taller transversal «Planificación Integrada para un Valparaíso Resiliente Post- incendio 2014».
Con experiencia profesional en proyectos inmobiliarios sociales, en programas de recuperación urbana, metodologías de diseño participativo y diseño de planes maestros urbanos.
macarena.cima@gmail.com
María Angélica Illanes Orellana
María Angélica Illanes Orellana
Licenciada en Historia, Instituto de Historia, UC
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Investigadora Free Lance
Formación en investigación historiográfica, estudios urbanos y planificación urbana. Experiencia en estudios cualitativos, patrimonio, actividad docente, gestión académica y trabajos sociales.
Contacto: aillanes87@gmail.com
Loreto Rojas Symmes
VerLoreto Rojas Symmes
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC
Académica UAH y Socia de Ciudad Viva
Académica del Departamento de Geografía; Directora del Grupo Interdisciplinario Ciudadanía y Territorio, y Profesora en Magíster en Intervención Social. Departamento de Trabajo Social. Universidad Alberto Hurtado. Socia de Ciudad Viva, donde ha ocupado posiciones de Vicepresidenta y Directora.
Se ha especialización en Desarrollo Económico Local en la Unión Europea, por Venice International University (Italia), Universitat Autónoma de Barcelona (Cataluña) y Ludwig MaximilianUniversitat (Alemania). Licenciada en Gestión Ambiental por la Universidad Católica del Norte. Profesora de Historia y Geografía por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Forma parte del Registro de Consultores de Responsabilidad Social Empresarial de Acción RSE – Chile.
Ha sido becaria de CONICYT (2003 y 2014); Comunidad Económica Europea (2003-2004); Reforma Urbana, PUC – U. de Chile (2003) y MINEDUC (1996-2000).
Miembro del Comité Asesor Internacional de la Revista EURE y del Comité Externo de la Revista PLANEO.
lrsymmes@gmail.com
Leonardo Cortés Estay
Leonardo Cortés Estay
Arquitecto PUCV
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Docente Escuela de Arquitectura y Escuela del Paisaje, Universidad Central de Chile
Con estudios de diplomado en Diseño y Gestión de Áreas Verdes Sustentables (UCEN); Diseño Estructural (UCEN); y Arquitectura religiosa antigua (PUC). Actualmente se desempeña como docente en la Escuela de Arquitectura y la Escuela de Arquitectura del Paisaje de la Universidad Central de Chile, en el área de urbanismo, teoría y taller de diseño urbano.
Su área de investigación se ha centrado en la relación entre relieve geográfico y distribución socio espacial en las áreas urbanas, diseño urbano asociado a autopistas urbanas y estudios sobre prácticas culturales y su correlato espacial en áreas rurales. En el ámbito investigativo, ha participado en la investigación “Relieve de la marginalidad urbana. El caso de Valparaíso 1820 -1880”; “Tejiendo nuevas urdiembres: Hibridación entre autopistas y trama urbana”; “Grandes Artefactos Urbanos”; y varias colaboraciones para estudios antropológicos sobre las fiestas religiosas de la zona central (Bailes de Chinos) y zona norte (Fiesta de la Virgen de Las Peñas)
En el ámbito profesional ha desarrollado consultorías respecto a estudios de Riesgo y Planificación Territorial para el MINVU y Municipalidad de Vitacura y La Florida. Además de colaborar en proyectos de arquitectura y diseño teatral.
lcortesestay@gmail.com
Daniel Muñoz Zech
VerDaniel Muñoz Zech
Sociólogo PUC; Magíster en Desarrollo Urbano PUC; Estudiante de PhD in Human Geography, University of Edinburgh.
Encargado Territorial SECPLA, Municipalidad de Providencia.
Ha participado en investigaciones enfocadas en cultura urbana y de la integración. Sus intereses giran en torno a teoría y cultura urbana, investigación cualitativa y estudios de la vida cotidiana. Actualmente se desempeña como docente de la carrera de Trabajo Social en la Universidad Alberto Hurtado
Contacto: daniel.igmz@gmail.com
Arturo Almandoz
VerArturo Almandoz
Urbanista, 1982. Magíster en Filosofía, Universidad Simón Bolívar, Caracas, Venezuela, 1992. Doctor of Philosophy, Housing and Urbanism de la Architectural Association School of Achitecture, Londres, Inglaterra, 1996. Posdoctorado por el Centro de Investigaciones Posdoctorales (Cipost),
Universidad Central de Venezuela, Caracas, 2004.
Profesor Titular de la Universidad Simón Bolívar (USB), Caracas, y Titular Adjunto de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
Además de 45 artículos en revistas y actas especializadas y 20 contribuciones en obras colectivas, es autor o editor de 10 libros que han obtenido premios de la USB y el Municipal de Literatura (1998, 2004) en diferentes menciones investigativas, así como nacionales e internacionales. Destacan Urbanismo europeo en Caracas (1870-1940) (1997; 2006); La ciudad en el imaginario venezolano, I (2002; 2009), II (2004) y III (2009); y Entre libros de historia urbana (2008).
Editor de Planning Latin America’s Capital Cities, 1850-1950 (2002; 2010). Además de profesor invitado en otras universidades internacionales, el doctor Almandoz ha sido ponente o conferencista en más de 100 eventos nacionales e internacionales y miembro de comités editoriales de varias revistas extranjeras.
aalmandoz@uc.cl / almandoz@usb.ve
Participación en Planeo:
– Reseña «Ordinary places, Extraordinary Events. Citizenship, Democracy and Public Space in Latin America».
Armando Aguilera
VerArmando Aguilera
Licenciado en Artes y Ciencias Ambientales, Ecologo Paisajista de la Universidad Central y Especialista en Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Chile, con distintos cursos y diplomados en gestión del paisaje y planificación del territorio. En la actualidad se encuentra cursando el Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente em el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la PUC. Es fundador de la oficina de estudios y proyectos EPAC Ecologia y Arquitectura del Paisaje que opera desde hace 10 anos en la ciudad de Antofagasta, ademas es co fundador de INFLEXUS empresa dedicada a estudios y proyectos ambientales, que se han fusonado para crear PAISAJE ANTOFAGASTA.
Entre las publicaciones destaca «Atlas de Paisaje como herramienta de planificación territorial» desarrollado en el marco la escuela de Posgrado de la Univerisidad de Chile. Los proyectos profesionales se han orientado a las distintas tematicas relacionadas con el paisaje urbano y rural, ademas de proyectos de tipo ambiental y de paisajismo em espacio público, estudios territoriales, urbanos y lineas de base ambiental.
Participación en PLANEO:
– Desarrollo minero y crecimiento desigual de la ciudad de Antofagasta
Antonio Lamas
VerAntonio Lamas
Ingeniero de Ejecución en Ordenación Ambiental (INACAP).
Licenciado en Economía Regional en la Universidad Técnica de Karlsruhe (Alemania).
Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Se ha desempeñado principalmente en el área dirección de empresas consultoras en asesoría a Empresas chilenas y extranjeras. Lo señalado el área de dirección de estudios de mejora de procesos productivos, Gestión de Calidad (Norma ISO 9001:2008). Así como en consultorías para empresas pequeñas y medianas utilizando los Fondos que CORFO brinda en la modalidad de Co-financiamiento en los Instrumentos: PROFO (Programas Asociativos de Fomento) y FOCAL (Fondos para la Calidad).
Posee amplia experiencia en actividades de consultoría y asesoría profesional, en empresas de los rubros: ambiental, Manufacturera y en el sector Agroexportador.
Participación en PLANEO:
– Gestión del recurso hídrico urbano en emergencias
– Recursos hídricos urbanos ¿Hay seguridad de contar con agua potable en emergencias?
Antonio Daher
VerAntonio Daher
Profesor Titular del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Arquitecto, PUCCh, 1975. Magíster en Planificación Urbana y Regional, PUCCh, 1983. Secretario General de la Organización de Universidades Católicas de América Latina, ODUCAL. Integró el Comité Directivo de la Rectoría y participó en el Consejo Superior de la UC (2000-2010). Expositor en más de 80 Congresos y Seminarios en Chile y el exterior y autor de más de 70 publicaciones en libros y revistas científicas en Inglaterra, España, Estados Unidos y Latinoamérica. Profesor invitado, conferencista y consultor en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
Fue Investigador Asociado y Miembro de la Comisión de Medio Ambiente del Centro de Estudios Públicos, CEP, y Miembro del Consejo Consultivo del Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente, CIPMA. Ha sido Miembro de la Asociación Española de Ciencia Regional – integrante de la European Regional Science Association – y de la Sociedad Interamericana de Planificación, y Faculty Associated, Lincoln Institute, Cambridge. Ha sido miembro de la Asociación Chilena de Ciencia Política. Ha sido Consultor del Comité Interministerial de Infraestructura; de los Ministerios del Interior (SUBDERE), Obras Públicas, Vivienda y Urbanismo; de CONAMA; del Consejo Superior de Educación; de Municipalidades; del Programa de Gestión Urbana de Naciones Unidas y de ILPES-CEPAL, Naciones Unidas.
Ha sido Profesor Asociado del Programa de Magíster en Ciencias de la Ingeniería, de la Escuela de Arquitectura y del Instituto de Geografía de la PUCCh. Actualmente se desempeña como profesor titular del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales.
Participación en PLANEO:
– Pseudo-liberalismo urbano: Políticas urbanas en Chile 1979-1985
Andrea Vásquez González
Andrea Vásquez González
Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster © en Desarrollo Urbano, PUC.
Experiencia: Ha colaborado en la elaboración de informes de mercado de oficinas para Mackenzie Hill en los años 2011 y 2012. Coordinó equipos de trabajo para la realización de los mapas SIMCE 2011, como contraparte técnica MINEDUC, comunidad escolar.
Actualmente está realizando su tesis de magister en el área de inmobiliario de empresas (oficinas) y la configuración de la geografía corporativa en Santiago de Chile, en el marco del proyecto FONDECYT “Santiago: de la ciudad de negocios al negocio de las ciudades”, proyecto que también coordina.
Líneas de especialización e interés: SIG y su aplicación en análisis inmobiliarios, entidades educativas/ Urbanismo.
Áreas de interés extracurriculares: accesibilidad y discapacidad física/ geografía de la percepción y cultural.
Participación en PLANEO:
Ana Rojas
VerAna Rojas
Alejandro Linayo
VerAlejandro Linayo
Ingeniero de Sistemas con formación y postgrados (Esp, Msc, Phd., Dr.) en Investigación de Operaciones, Estudios Organizacionales, Educación, Ciencias Sociales y Cs. Humanas. Especialista en Gestión de Riesgos y Reducción de Desastres. Creador y Profesor del programa de Estudios en Manejo de Emergencias y Acción contra Desastres del IUTE. Profesor de diversos postgrados en temas vinculados a la gestión del riesgo de desastres y la sostenibilidad. Desarrolla desde hace una década labores de investigación y consultoría a nivel nacional (Venezuela) e internacional (Latinoamerica, USA, Europa y Asia) en temas de Gestión de Riesgos Soscionaturales y sostenibilidad urbana. Es miembro del Consejo Directivo de la Red Latinoamericana de Estudios Sociales e Prevención de Desastres LARED y Preside desde el año 2007 el Centro de Investigación en Gestión Integral de Riesgos CIGIR (www.cigir.org).
Para más información, pinchar aquí.
Participación en Planeo:
– Damnificados nuestros de cada día
Alejandra Rasse
VerAlejandra Rasse
Socióloga y Magíster en Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, estudiante de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos en la UC. Se ha desempeñado como investigadora en temas de política de vivienda y segregación residencial en el Instituto de Estudios Urbanos UC.
Sus trabajos de investigación se centran en temas de polìtica urbana y habitacional, actualmente desarrolla investigación en temas relativos a integración social urbana y pobreza urbana, trabajando como investigador en diversos proyectos tales como PBCT “Barrios en Crisis y Barrios Exitosos producidos por la Polìtica de Vivienda en Chile” y PBCT “Cultura de Integración y Cohesión Social en las Ciudades Chilenas”, y como docente en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC y en la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales. Actualmente se desempeña como investigador de Prourbana en el Centro de Políticas Públicas UC.
Participación en Planeo:
Alejandra Parragué
VerAlejandra Parragué
Licenciada en Arquitectura y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales.
Participación en Planeo:
– Potosí
Adrian Lucio
VerAdrian Lucio
Arquitecto del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey /Monterrey, México. Actualmente cursa Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente en el IEUT, PUC
Carmen Catán Jara
Carmen Catán Jara
Arquitecta, Universidad Mayor
Magister en Desarrollo Urbano UC
Coordinadora Laboratorio de Investigacion Urbana Aplicada Xlab, Instituto de Estudios Urbanos UC.
Trabajé como coordinadora de tasaciones para subsidios y tasadora bancaria en Valora, además fui ayudante instructor en el Diplomado de Tasación Inmobiliaria durante el 2012. Posteriormente me desempeñe como especialista en aspectos urbanos en el equipo de CEC Consultores.
He trabajado prioritariamente en análisis urbano y de instrumentos de planificación, además de tasaciones inmobiliarias.
Bernardita McPhee Torres
Bernardita McPhee Torres
Antropóloga, Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente PUC
Consultora socioambiental en Desarrollo Humano Ambiental Sustentable.
Actualmente trabaja como consultora externa en Desarrollo Humano y Ambiental Sustentable Consultores Internacionales, principalmente en evaluación de impactos sociales de proyectos de inversión que ingresan al SEA. Ha trabajado como docente en el área de la antropología y como profesor ayudante en cursos de sociología urbana. Ha participado en investigaciones enfocadas en transformaciones territoriales, nuevas ruralidades y conflictos ambientales. Sus intereses se orientan a temas de desarrollo territorial y sustentabilidad, cotidianeidades territoriales y epistemología del territorio.
Alma Torres
Alma Torres
Su línea de investigación se ha enfocado principalmente en el estudio de los inmigrantes latinoamericanos en Chile y cómo éstos se han convertido en un importante agente transformador del espacio urbano a través de la actividad comercial.
Paralelamente ha desarrollado su experiencia profesional en diversas instituciones públicas y privadas. En sus inicios participa en la implementación del sistema de información geográfica de la Secretaría Comunal de Planificación de la Municipalidad de Macul.
En el año 2010 se incorpora al equipo de trabajo del Observatorio de Ciudades de la Dirección de Extensión de Servicios Externos de la PUC en diversos proyectos relacionados con reconstrucción post terremoto, gestión inmobiliaria y desarrollo urbano a través de la aplicación del SIG al análisis territorial. Como coordinadora de proyectos es responsable de gestionar y organizar equipos multidisciplinarios en proyectos de desarrollo territorial, riesgos naturales para actualización de instrumentos de planificación territorial, ordenamiento territorial, y desarrollo industrial. Apoya la gestión y realización de propuestas metodológicas para estudios del ámbito público y privado vinculado con el desarrollo urbano, competitividad local y regional.
Se desempeñó en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo como analista urbana de la Comisión de Estudios Habitacionales y Urbanos de la División de Desarrollo Urbano.
El último tiempo colaboró en el Centro de Inteligencia Territorial (CIT) de la Universidad Adolfo Ibáñez como coordinadora de proyectos en el ámbito de la gestión inmobiliaria a través de modelos de precio de viviendas.
adtorres@uc.cl
Alberto Etchegaray Aubry
VerAlberto Etchegaray Aubry
Alberto Etchegaray Aubry nació el 5 de abril de 1945. Estudió Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile y fue Ministro de Vivienda entre 1990 y 1994 durante el gobierno de Patricio Aylwin. Ha participado en diferentes empresas y en la Cámara Chilena de la Construcción. Durante los últimos catorce meses participó en la comisión asesora para conformar la Política Nacional de Desarrollo Urbano, impulsada por el actual gobierno.
Ciudades Cinéfilas
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Sea como locación para el rodaje o como un espacio para la exhibición y difusión de un film, las ciudades siempre han tenido un rol importante en la historia del cine. Mientras algunas se han convertido en verdaderas musas de películas, otras han garantizado su lugar en la historia del séptimo arte por los festivales que albergan cada año.
Revista Planeo N° 20 Cine y Ciudad. Enero 2015.
Obra de SeungHoon Park
Disponible en: http://www.thisiscolossal.com/2014/02/photographs-made-from-woven-film-strips-by-seung-hoon-park/
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Sea como locación para el rodaje o como un espacio para laexhibición y difusión de un film, las ciudades siempre han tenido un rol importante en la historia del cine. Mientras algunas se han convertido en verdaderas musas de películas, como Nueva York y Paris, otras han garantizado su lugar en la historia del séptimo arte por los festivales que albergan cada año, de las cuales la más conocida esprobablemente la francesa Cannes.
Estos festivales de cine tienen un importante rol en los engranajes de la industria cinematográfica. Además de reunir directores, productores, actores, críticos y medios de comunicación en un mismo lugar, ellos influyen fuertemente en el éxito detaquilla de una película. Una nominación a un festival prestigioso ya es motivo suficiente para sumar el logo del festival en el afiche promocional, publicitando a su público en potencial que esta es una obra tan buena que estuvo en la “selección oficial” del festival X. Ganar premios en una o más categorías entonces es motivo para rearmar todo el discurso marketinero asociado a la promoción del film.
De acuerdo con Rachel Beckman (2007), esta dinámica funcionaba bastante bien en el pasado, cuando ella, aún adolescente, buscaba en los VHS de los videoclubs los símbolos de las hojas de laurel doradas y esto era de por si una garantía para llevarse a casa una buena película artística, extranjera, obscura, rara o todas las anteriores. Pero actualmente esta estrategia de selección sería posiblemente un fracaso absoluto. Y no porque los videoclubs están desapareciendo paulatinamente con los avances de las tecnologías digitales y con la piratería cibernética, sino porque las entonces raras ramas, se han proliferado como una plaga.
Ejemplo del uso indiscriminado de hojas de laurel
Disponible en: https://mccrackenlive.wordpress.com/2011/10/27/the-origins-and-future-of-mccracken-live/laurel-banner/
Bajo la misma lógica de búsqueda por más visibilidad y ganancias, también se han proliferado los festivales de cine, muchas veces respondiendo a una estrategia de marketing urbano. Si bien por un lado esto significa más espacio para promover las artes y fortalecer el ámbito creativo de las ciudades, por otro, genera un agrandamiento excesivo del circuito de festivales. De allí surge este riesgo de pérdida de referencias claras acerca de cuáles festivales logran seleccionar películas de calidad y ser rigurosos en su evaluación. Cuando demasiadas obras son destacadas y aclamadas por sus respectivos críticos, se va perdiendo el valor y el mérito que viene justamente de diferenciarse de los demás. Además, si el arte se torna rehén de prioridades capitalistas y se forjan instancias para un consumo acrítico de sus obras, apoyados en los mecanismos de reproductibilidad técnica, como los nombró Walter Benjamin, entonces se disminuye su importancia social, especialmente en lo que se refiere a su rol de contestación.
Esta proliferación de festivaleses reflejo de una dinámica más amplia de competitividad entre ciudades, en la cual cada una trata de ser más atractiva, particularmente para inversionistas y turistas. Sin embargo, lograr vincular una ciudad a un evento puede no ser una tarea tan sencilla. En el estudio realizado por Aalst y Melik (2012), en el cuál se analizó el traslado de un festival de jazz nacido en La Haga para Rotterdam, se concluyó que en su gran mayoría el público estaba interesado en el evento, y no tanto en la ciudad anfitriona, de forma que el cambio de lugar no fue muy relevante para ellos. Para el capital financiero, cada vez más internacionalizado y desvinculado del territorio, el cambio espacial tampoco esde gran relevancia para ellos. A quien si les importa, es a los gobernantes de dichas ciudades. La Haga, que idealizó el festival y lo realizó durante cerca de 30 años, salió perdiendo.
De acuerdo con Johansson y Kociatkiewicz (2011) la apuesta de las ciudades en los festivales tiene que ver con una economía de experiencia, que, apoyándose en la industria creativa, intenta ofertar de forma controlada y planificada vivencias específicas y positivas a su público objetivo. Para incrementar las probabilidades éxito, ellos llaman la atención para la importancia de hacerlo de una forma territorializada, vinculando la experiencia al lugar específico en donde ella es disfrutada, colaborando así para la construcción de una imagen positiva del local. En el caso de los festivales de cine, los grados de éxito de las ciudades en este tipo de estrategia son muy diversos. Cannes ha logrado ser conocida mundialmente por su festival, pero no por mucho más. Venecia tiene un importante festival de cine, también muy reconocido internacionalmente, pero su identidad y atractividad transcienden y superan este evento. Park City, en el estado de Utah, no ha logrado destacarse como ciudad en el escenario global, a pesar de ser la sede, conjuntamente con Salt Lake City y Ogden, del muy prestigioso festival Sundance.
En esta conjetura, promover eventos culturales puede ser una estrategia para promocionar una ciudad y hacerla más competitiva, pero para garantizar que esta sea una alternativa exitosa y sustentable en el tiempo es importante priorizarel contenido cultural por sobre la posibles ganancias económicas y esmerarse en vincular el evento a la realidad local, de forma inclusiva y abarcadora. No solo los visitantes del evento deben disfrutarlo, sino que también los residentes de la ciudad. Y este es un aspecto muchas veces olvidado: eventos de gran envergadura generan una serie de presiones sobre los lugares en donde se llevan a cabo y muchas veces excluyen gran parte de la población local(Jakob, 2012), que no solamente no está contemplada en el público objetivo, sino que muchas veces no se encuadra en la experiencia que se busca ofrecer ni en la imagen que se trata de construir. Si bien el cine es una forma de arte bastante accesible y popular (al contrario de expresiones artísticas como el ballet o la ópera, tradicionalmente elitizados) y los costos para su exhibición son bastante reducidos (siempre y cuando ya se cuente con la infraestructura y el equipamiento para su visualización), los que caminan en las alfombras rojas son siempre unos pocos muy selectos. En este sentido, desde la perspectiva de la planificación y la gestión urbana, promover una ciudad cinéfila podría ser una meta mucho más interesante que ser una ciudad anfitriona.
Referencias:
AALST, I. Van, & MELIK, R. van. (2012). City festivals and urban development: does place matter? European Urban and Regional Studies .doi:10.1177/0969776411428746
JAKOB, D. (2012). The eventification of place: Urban development and experience consumption in Berlin and New York City. European Urban and Regional Studies .doi:10.1177/0969776412459860
JOHANSSON, M., & KOCIATKIEWICZ, J. (2011). City festivals: creativity and control in staged urban experiences. EuropeanUrban and Regional Studies.doi:10.1177/0969776411407810
BECKMAN, R. (2007). Film Marketers, Resting on Empty Laurels. The Washington Post. Disponible en: <http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/02/16/AR2007021600456.html
Colaboración de la iniciativa privada y la Administración Pública en la ejecución de la urbanización
VerColaboración de la iniciativa privada y la Administración Pública en la ejecución de la urbanización
Revista Planeo Nº19, Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
[Por Carmen Esther Falcón-Pérez, Profesora titular y Juana Fuentes-Perdomo, Profesora Contratada Doctora.Universidad Facultad de Economía, Empresa y Turismo-Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España)]
Resumen
Entre los distintos sistemas de gestión urbanística que se emplean en el territorio español, destaca el sistema de cooperación, que se caracteriza porque coparticipan tanto la iniciativa privada como la pública, siendo el responsable de ejecutar y controlar el proyecto de urbanización la Administración pública actuante, que gestiona la obra a costa de los propietarios. Es por ello que, habitualmente, dado que los organismos públicos no disponen de los recursos financieros suficientes, los particulares entregan anticipadamente los recursos líquidos para recibir finalmente el solar. En este trabajo se realiza un análisis de las operaciones desarrolladas en el sistema de cooperación, en particular sobre los aspectos económicos y financieros desde la perspectiva de las entidades de carácter privado, existiendo un vacío normativo en esta materia.
Para poder analizar la incidencia mercantil del proceso de urbanización en el marco del sistema de cooperación se expone en primer lugar el proceso urbanizador y las transformaciones que se van produciendo en el suelo, y posteriormente en qué consiste el sistema de cooperación urbanística, y se proponen diversas alternativas para el reflejo económico-financiero de las diversas etapas que se van desarrollando, así como de información que habría que facilitar en los estados financieros de aquellos aspectos de carácter cualitativo.
Palabras clave: Proceso urbanizador de terrenos, Gestión económico-urbanística, Sistema de cooperación urbanística
Abstract
In the system of cooperation, as a system of Spanish urban action, both the private sector and the public administration take part, being responsible for executing and controlling the urbanization project the corresponding public administration, which manages the work at the expense of the owners. Therefore, usually, since government agencies do not have sufficient financial resources, individuals owners deliver advance liquid resources to finally receive the building site. This paper is an analysis of the operations carried out in the system of cooperation, notably on economic and financial issues from the perspective of private owners, there is a regulatory gap in this subject.
To analyze the economic impact of urbanization process in the framework of the cooperation system is exposed in the first place the town-planning process and the changes that are occurring in the land, how is the system of urban cooperation, and proposed various alternatives for the financial disclosure of the various stages developed in the process, as well as information which would provide in the financial statements about aspects of a qualitative nature.
Keywords: Town-planning process, Economic-urban management, System of urban development cooperation
Fuente imagen portada: http://www.
Desarrollo residencial en Chile y la crisis del tercer lugar
VerDesarrollo residencial en Chile y la crisis del tercer lugar
Revista Planeo Nº19, Barrio y Ciudad, Noviembre 2014,
[Por César Cáceres, Geógrafo, Departamento de Planificación Urbana, Hafen City Universität Hamburg Alemania]
Resumen
La falta de instrumentos para el desarrollo de barrios constituye una omisión histórica en la política urbana chilena. Aun existiendo programas y fondos concursables enfocados al desarrollo de barrio, resultan iniciativas puntuales que no implican una gestión integrada y continua de áreas residenciales. Esto origina que, salvo proyectos de barrios privados, la ciudad chilena se expande a partir de modelos basados fundamentalmente en proyectos intensivos en vivienda pero deficitarios en equipamiento barrial. Este déficit es identificado por la población generando un problema de inequidad urbana definible como de áreas residenciales bajo crisis de tercer lugar. Este concepto refiere a aquellos lugares, fuera del ámbito del trabajo y hogar, que promueven la interacción social y recreación en ciudades. La crisis de tercer lugar en barrios demanda instrumentos gestión urbana que sitúen al barrio como unidad social y espacial estratégica para el desarrollo de políticas sociales e iniciativas privadas con impacto en la calidad de vida.
Palabras clave: Planificación de barrios, Calidad de vida, Equipamiento Urbano
Abstract
The lack of instruments to the neighborhood development is one of the most important omissions of the Chilean urban policy. Even existing programs and funds aimed to the neighborhood development, it remains isolated initiatives that do not imply an integrated and continuous management of residential areas. It originate that, excepting projects of private neighborhoods; the Chilean city grows under models mainly based in projects based on residential uses but lacking cultural and recreation equipment. This deficit is identified by the population by producing a problem of social inequality definable as residential areas under a crisis of third places. This concept refers to those places, beyond the work and home, which promotes the social interaction and recreation. The crisis of third place in residential areas demands urban management tools that place the neighborhood as a strategic social and spatial unit to the development of social policies and private initiatives with impact in the life quality.
Keywords: Neighborhood planning, Life quality, Urban equipment
[SAFE]: la (im)potencia del individuo y el entorno construido
Ver[SAFE]: la (im)potencia del individuo y el entorno construido
“Safe” retrata el proceso de degradación de la salud de una ama de casa de clase media alta que lleva una vida monótona, predecible y “segura” en un suburbio de lujo en Los Ángeles, California. Gradualmente a lo largo de la película, su salud se va deteriorando: sufre de ataques y reacciones alérgicas que la medicina tradicional occidental no puede explicar.
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Mariana Rodríguez Orte. Arquitecto, Universidad ORT, Uruguay. Master in Urban Design. City College of New York. Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos, PUC]
Director: Todd Haynes
Año: 1995
Link directo Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=63NPIiCl3zo
Fuente: Imagen de la película «Safe»
“Emocionalmente no tenemos el control”
“The paranoiac condemnation of consumption is now substituting to the thought of our rapport with objects.(…)However, objects aren’t the main cause of our misfortune; our despair is generally caused by our relationships with ourselves and the others.(…) This society favours individualism; this has changed the relations with the others. The society of hyper-consumption has weakened the beings: addiction, obesity, excessive debt…”
Gilles Lipovetsky
El film “Safe” (1995) de Todd Haynes retrata el proceso de degradación de la salud de Carol White (Julianne Moore), una ama de casa de clase media alta que lleva una vida monótona, predecible y “segura” (safe) en el Valle de San Fernando- un suburbio de lujo en Los Ángeles, California. Carol habita en una casa enormecon su esposo Greg y su hijo Rory, lejos y a salvo del crimen y la suciedad del centro de LA. Gradualmente a lo largo de la película, la salud de Carol se va deteriorando: sufre de ataques y reacciones alérgicas que la medicina tradicional occidental no puede explicar. Así, es derivada a un psiquiatra, pero no muestra mejoría alguna durante su terapia e incluso casi muere en una suerte de crisis. Decide entonces recluirse- remover su cuerpo de la carga toxica a la que es sometido en la gran ciudad, y a la cual atribuye sus males- y se interna en un ambiente prístino, un centro de retiro llamado Wrenwood en el desierto de Nuevo México. Se une a una comunidad aislada, con gente afectada por una variedad de enfermedades ambientales y el foco es sanar a partir del reconocimiento del dolor interior, aceptándolo- una filosofíapseudo religiosa new age. Todos estos esfuerzos resultan en vano, y el final de la película nos deja la sensación de que Carol va a morir.
El periodo del film es 1987, y se enmarca en la era de Reagan: el Valle de San Fernando retrata la dualidad entre la clase acomodada de población blanca, con clusters industriales de alta tecnología, y por el otro lado un incremento de explotación de trabajadores e inmigración latina.
El Valle había intentado independizarse de Los Ángeles en los 70, pero el Estado aprobó una ley prohibiendo la formación de ciudades sin el consentimiento de la Municipalidad. Los separatistas alegaban que el Valle aportaba más dinero a la ciudad de Los Ángeles de lo que recibían a cambio en servicios, y señalaban que sufrían de muchos de los mismos problemas que el resto de LA en cuanto a pobreza, crimen, trafico de drogas y actividades pandilleras.
Muchos barrios de Los Ángeles en el Valle de San Fernando se han ‘separado’ uno del otro al cambiar sus nombres y reformando bordes comunitarios. Estos grupos han buscado des- asociarse de las connotaciones negativas que algunas de estas comunidades han heredado, e incrementar el valor de sus propiedades en el proceso. La separación de distritos es solo en el nombre, ya que ninguna de las comunidades tiene autoridad gubernamental y todas las comunidades permanecen políticamente siendo parte de la Ciudad de Los Ángeles.
Matthew Gandy, escribe que “los residentes adinerados del Valle de San Fernando durante los años 70, habían iniciado una prolongada y no resuelta crisis fiscal por la provisión de servicios públicos adecuadamente subvencionados(…) Éste es entonces, el paisaje urbano fragmentado, miedoso y miope en el cual las fronteras espaciales y sociales permanecen ferozmente defendidas.”.[1]
La fascinación actual por la ética, para Lipovetskypuede relacionarse con el narcisismo y el “mal du fin de siecle”. La ética de hoy en día es la nueva religión cívica de una sociedad no coercitiva que no busca nada de nadie y coloca las reglas éticas en el centro; de este modo nadie realiza ningún esfuerzo y la responsabilidad se transfiere a al aparato del Estado Policial. Ésta sociedad democrática reduciría el numero de conflictos personales, dejaría obsoletos los conflictos sociales y entonces nos permitiría perseguir en paz nuestros deseos de auto gratificación, resumido en el juego de palabras francés “Du Bien au bien-etre” (De hacer el Bien a sentirse bien).[2]
“Es precisamente el tipo de sensibilidad ecológica que refleja la intensificación del individualismo en la era de Reagan. Una tensión política central que el filme explora comienza a cristalizarse entorno a la búsqueda por la satisfacción individual en lugar de cualquier reconocimiento de la necesidad de una acción colectiva para resolver los problemas medioambientales.”[3]
Haynes ya a fines de los 80 no solo se estaba adelantando a los movimientos mainstream de sustentabilidad urbana- denunciando mediante poderosas imágenes la contaminación ambiental y la segregación social, sino que también este film parodia y es receloso de las tendencias individualistas y filosofías new ageque proponen soluciones facilistas, reenvasando más de lo mismo.
Cuando se delegan responsabilidades el peso cae en el aparato estatal,también se renuncia a libertades. En el Valle de San Fernando todo esta privatizado, segregado, excluido, y el espacio verdaderamente democrático es reemplazado por un Estado de Miedo. Un espacio recluido. Carol nunca acciona de manera ciudadana. Es una mera espectadora en una maquina que gira entorno a ella.
El estilo de Todd Haynes en este film es el del reality show. Utiliza tomas estáticas y nosotros observamos a Carol desde la distancia. Carol se nos presenta como una persona que esta perdida. No tiene ni idea de quien es, o que quiere de su vida. Simplemente sigue la rutina de su vida clase media alta, pero nunca se involucra en nada con la menor pasión. Sus emociones están contenidas. Cuando su psiquiatra le pregunta por su profesión, ella vacila y finalmente contesta que es ama de casa, y sin embargo, nunca la vemos participando en ninguna actividad relacionada a la organización del hogar. Si el jardín requiere ser cuidado, su esposo le solicita que llame al paisajista. Casi nunca esta en su hogar, entre clases de aeróbicos ( que no toma con mucho entusiasmo) y almuerzos con sus amigas. No tiene opiniones propias y es fácilmente manejada(su amiga la convence de seguir una dieta de frutas), y esta constantemente disculpándose- con su psiquiatra, con sus amistades, con los colegas de su esposo…
La policía privada de la comunidad de San Fernando tiene un rol de vigilancia. En este reality show que es la vida de Carol este panóptico foucaultiano, el “gran hermano” es la sociedad, y los vigilantes, la policía: Carol no es libre si quiera para pasear por su propio jardín: la policía interviene y mediante focos amenazantes le preguntan si hay algún problema. Existe un patrón especifico de comportamiento que se espera que ella tenga, y al salirse del mismo, el “sistema” interviene. Los colegas de su esposo le llaman la atención porque no se esta riendo como correspondiera, sus amigas le dicen lo que hacer…y Carol, vacía de personalidad, acata.
“ La figura emblemática del film se divisa a la distancia en Wrenwood, el retiro cerca de Albuquerque, N.M., donde Carol llega arrastrando sus maletas y un tanque de oxigeno. (…) Mientras tanto, al otro lado del desierto, Carol observa a una persona totalmente cubierta por equipo protector y moviéndose como adolorido. “Tan solo esta muy, muy asustado”- alguien señala. “ Tiene miedo de comer. Miedo de respirar”.”[4]
Quizás esta sea la clave para interpretar toda la película. Todo el mundo tiene miedo. A través de la historia hemos visto innumerables ejemplos del miedo al otro, la persecución de las minorías, el racismo y la xenofobia. En la Europa medieval, se culpo a los judíos por la plaga que mato a millones de personas. En el Nuevo Orleans decimonónico, se culpo a la población negra por la fiebre amarilla, en los 80 a los homosexuales por el SIDA. Podríamos encontrar un paralelismo entre el miedo que la comunidad homogéneamente Blanca del valle de San Fernando tenia de los inmigrantes que estaban “invadiendo” el área ( el tema se subraya durante una conversación durante la cena acerca de los deberes de Rory), y la enfermedad que esta misma comunidad le esta causando a Carol. Es el ascepticismo de la comunidad que se vuelve en contra de si mismo. Una enfermedad autoinmune. Se trata también de gente con miedo- de los otros, de lo desconocido (la tecnología, los químicos, el futuro)y lo que esto provoca en los individuos, las comunidades, y su impacto en las ciudades.
Pero nada de esto funcionaria si los logros materiales no se asociaran con la felicidad. Se nos ha vendido la imagen de la felicidad a través del acceso a bienes materiales. Una falsa necesidad se crea en cada consumidor al punto que en cuanto compramos aquello que creemos que nos hará feliz, pierde valor, y buscamos otra cosa. Así se perpetua el ciclo.[6]
El hombre posmoderno es un hombre con problemas de identidad, y esto se ve reflejado en las ciudades. Durante el movimiento moderno, había una búsqueda por una identidad estable, en concordancia con el Movimiento. Hoy por hoy, las identidades están en perpetuo cambio, el hombre debe estar preparado para cambios constantemente, y por ende su identidad es mas débil. Una identidad cambiante adaptada a los cambios de escenario. Lo mismo ocurre con las ciudades, y nos enfrentamos a una ciudad que cambia constantemente, que se reformula a si misma todo el tiempo y necesita adaptarse a los continuos cambios de la sociedad que la habita.
Para Mike Davis, la militarización de la vida urbana se hace visible en todo el ambiente construido de los años 90, y aunque la teoría urbana habría tardado en hacerse eco de estas implicancias, el cine en cambio habría sido pionero en denunciar el endurecimiento de la vida urbana en filmes como Bladerunner, Escape de New York, El Sobreviviente o Colores de Guerra; que de acuerdo con Davis, no son visiones fantásticas, sino meras extrapolaciones del presente. La cruzada por “asegurar” la ciudad, acabaría con el espacio urbano verdaderamente democrático. Davis presenta estos espacios privatizados como restrictivos y controladores, algo así como el Gran Hermano de Orwell hecho realidad, en donde la privatización arquitectónica del espacio físico de la esfera publica estaría complementado a su vez por una restructuración del espacio electrónico, mientras que redes de datos de acceso pago y altamente vigilados, y servicios de suscripción de cable expropiarían el agora invisible.[7]
En lo que respecta a SAFE y el Valle de San Fernando, Davis (quien escribe este articulo en los 90, al mismo tiempo en que se produce el film) ejemplifica su punto precisamente con LA: la ciudad que en un momento fuera el símbolo de playas de acceso publico, lujosos parques y el “cruising”, en cuyo centro de codeaban consumidores de todos los orígenes, como muestran las películas de los anos 40. Entonces, los esfuerzos por “revitalizar” el centro no solo estarían “matando la calle”, sino que también “matando a las masas”, eliminando el mix democrático que distinguía América de la polarización social europea.. El – entonces nuevo – centro de la ciudad seria diseñado como un continum de trabajo, recreación y consumo para la clase media, aislado de las molestas calles de la ciudad. Muros, fortificaciones y vidrio reflectivo seria el lenguaje arquitectónico para alienar a los “otros” de clase inferior.[8]
En una entrevista, el director Todd Haynes reconoce su voluntad de burlarse de la ola de teorías y libros de autoayuda de fines de los 80, cuya receta para todo el culparse a si mismo de sus enfermedades, y que todo seria porque uno no se “ama a si mismo”.
Fuente: Imagen de la película «Safe»
Una vez retirada de su mundo y desprovista de las convenciones que sustentan su identidad, la salud de Carol empeora y gradualmente aparenta desaparecer.[9] Adelgaza y se vuelve tan frágil, que la impresión que queda en el espectador es que pronto morirá. No existe ningún “despertar”, solo vemos una caída en espiral, y- al igual que la Ophelia de Hamlet, esta heroína ( o anti heroína), no tomalas riendas de su propio destino y su fin sin dudas será la muerte.
El ambiente de Carol es fundamental para la narración. Haynes dice que lo que es bello del film es que es tan duro, tan rígido, tan controlado, que es aterrador; y menciona que necesitaba retratar a Carol en relación con su entorno y como parte de su arquitectura, y que eso era un politicalstatement.[10] Claramente esta diciendo entonces, que Carol es un producto del Capitalismo, de la cultura del miedo, de la segregación, del desden por el medio ambiente.
Fuente: Imagen de la película «Safe»
La ciudad esta representada por autopistas. Los espacios construidos que vemos son solo interiores, y cuando obtenemos imágenes de la ciudad, vemos el aislamiento de los espacios, la falta de vida en las calles, las autopistasfragmentadoras, todas bordeadas por inquitantes cables eléctricos y postes. No es sorpresa que Carol se enferme en este mundo alienado, electromagnetizado que rodea su jaula de colores pasteles- todo esta retratado en una combinación horrorosa de salmón y verde aguamarina: el gimnasio, el salón de belleza, su casa, la casa de su amiga, el restaurante, el consultorio del doctor…Como una Barbie y sus accesorios, donde lo único “otro” es la gente de servicio.
Al final, se nos deja la misma sensación que durante todo el film- la de incomodidad; la misma sensación de no pertenencia que siente Carol, de no tener el control, de monotonía imperante y caída con la imposibilidad de hacer nada al respecto. Como un ahogado, en la sociedad contemporánea buscamos desesperadamente un sentido, tratando de sobrellevar nuestros miedos, tratando de pertenecer…
[1] Gandy, Matthew. “ Allergy and Allegory in Todd Haynes’ [safe].
[2]THOMAS, Jean Jacques.The Ephemeral Era: Gilles Lipovetsky.
[3]GANDY, Matthew.2003. Allergy and Allegory In Todd Haynes’[ SAFE]. In: Screening the City.
[4]MASLIN, Janet.1995.Life of a HollowWoman. Film Review.
[5] DEBORD, Guy. 1967. La Sociedad del Espectáculo.Bs.As.: La Cueva.
[6] DEBORD, Guy. 1967. La Sociedad del Espectáculo.Bs.As.: La Cueva.
[7] DAVIS, Mike. 1992. Fortress Los Angeles: The Militarization of Urban Space. In: SORKIN, Michael, ed. Variations on a ThemePark. New York: Hill and Wang, 1992. p.155.
[8] DAVIS, MIKE. (1992). p.154-160.
[9]GUTHMANN, Edward. Even in Suburbia, No One Is `Safe’.www.toddhaynes.net
[10]Ibidem.
Referencias:
Auge, Marc. Non-Places: Introduction to an Anthropology of Supermodernity (Cultural Studies). New York: Verso, 2000.
«Organic Frog.» Organic Frog. 17 Dec. 2007 <http://organic-frog.blogspot.com/>.
«Safe (1995).» Damian Cannon – The Homepage. 17 Dec. 2007 <http://www.film.u-net.com/Movies/Reviews/Safe.html>.
«Safe – Trailer – Showtimes – Cast – Movies – New York Times .»Movie Reviews, Showtimes and Trailers – Movies – New York Times. 17 Dec. 2007 <http://movies.nytimes.com/movie/133599/Safe/trailers>.
«Safe Review from San Francisco Chronicle.»ToddHaynes.net – Todd Haynes Fan Community. 18 Dec. 2007 <http://www.toddhaynes.net/text/reviews/safechron.shtml>.
Safe (1995). Dir. Todd Haynes. Perf. Julianne Moore, Peter Friedman, Xander Berkeley. DVD. Sony Pictures, 1995.
IV Festival Internacional de Cine de la Antártica sobre Medioambiente y Sustentabilidad
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El IV Festival Internacional de Cine de la Antártica sobre Medioambiente y Sustentabilidad (FICAM) promueve el cuidado del medio ambiente y redefine nuevos escenarios educativos y culturales que permite la asociación entre personas que residen en el extremo sur de nuestro país, dando valor a producciones audiovisuales asociadas a temáticas ambientales
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
Fuente: FICAM 2014.
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
La necesidad de educar y generar conciencia ambiental en las personas se ha ido constatando y promoviendo desde hace décadas, siendo las instancias no formales las que llaman la atención y participación de la ciudadanía, así el IV Festival Internacional de Cine de la Antártica sobre Medioambiente y Sustentabilidad (FICAM) promueve el cuidado del medio ambiente y redefine nuevos escenarios educativos y culturales que permite la asociación entre personas que residen en el extremo sur de nuestro país, dando valor a producciones audiovisuales asociadas a temáticas ambientales que hoy en día son de un gran impacto a nivel global y que en Chile se encuentran en constante desarrollo, con el fin de reducir las tendencias insustentables y colaborar en la preparación de una ciudadanía responsable con su entorno.
Palabras claves: conciencia, identidad local, desarrollo sustentable
En la actual sociedad el desarrollo sustentable implica fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes que posibilite a la ciudadanía generar su propia reflexión y tomar decisiones fundamentadas con respecto a problemas económicos, sociales, culturales y medio ambientales, idealmente en un marco participativo, democrático, inclusivo y sin discriminaciones. Sin embargo, aún falta generar una mayor conciencia con el cuidado de nuestro entorno e instancias de mayor interés, sobre todo en las ciudades que generalmente son los que producen el mayor grado de externalidades negativas en el ambiente.
Una de las formas de hacer participar a la ciudadanía y despertar su interés por temáticas medio ambientales y de sustentabilidad, es a través de las herramientas que tiene la cultura, específicamente en el área cinematográfica. Aquí destacamos la iniciativa practicada en el extremo sur de Chile, en la ciudad de Punta Arenas, donde se llevó acabo el IV Festival Internacional de Cine de la Antártica sobre Medioambiente y Sustentabilidad (FICAMS) los días 3,4 y 5 de diciembre del 2014.
La finalidad de este tipo de cine verde fue crear una identidad local asociada a la Antártica a través de la entrega de información, generación de debates y experiencias ambientales, donde realizadores audiovisuales presentaron sus trabajos cinematográficos que abordaban temáticas de gran impacto en la actualidad, como es el calentamiento global, el uso de las energías renovables no convencionales, el medio ambiente y la sustentabilidad. Esto, fue organizado por personas que viven en la zona y son participe de una organización sin fines de lucro, llamada Agrupación de Audiovisuales de Magallanes.
El sistema de FICAMS 2014, consistió en tener un acceso libre y gratuito a todo público con el fin de poder generar una mayor audiencia de la comunidad local, mientras que la participación estuvo abierto para presentaciones individuales o colectivas, de cualquier país, con filmes asociados a las temáticas del festival (cambio climático, calentamiento global, energías renovables y sustentabilidad), a través de las líneas de animación, documental y ficción. Además se promovieron las producciones asociadas a educación ambiental.
La selección de trabajos audiovisuales que estuvieron en competencia, fueron de Chile, España, México, Estados Unidos, Rusia, Brasil, Italia-Francia, Argentina, de las cuales el primer ganador fue España, destacando su guión y su historia asociada a la conciencia ambiental temprana, mientras que las menciones honrosas fueron otorgada para Chile, México y Argentina. También se exhibieron más de 20 películas en calidad de muestra, destacandoel estreno del documental de investigación “Conociendo los huemules de Torres del Paine”, como también premios al público asistente. Así, se logró dar un valor a la región de Magallanes y la Antártica, ya que a pesar de ser uno de los ecosistemas menos intervenidos, necesita que se interprete, comprenda y conozca la complejidad y globalidad de los problemas en el entorno y que a través de prácticas se pueda enseñar actitudes, conocimientos y valores que ayuden a mantener estos lugares por un sentido de apropiación de las mismas personas que habitan en estas zonas.
Fuente: FICAM 2014.
Por otra parte, considerando el principio de la Sustentabilidad “el sistema fomentará el respeto al medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, como expresión concreta de la solidaridad con las presentes y futuras generaciones”, FICAMS 2014 abordó la sustentabilidad a través de una campaña llamada “Cultura Sustentable”, donde la temática practicada fue el reciclaje de plásticos, papel blanco y latas de aluminio, para luego ser destinados a centros de reciclaje, contribuyendo así al ciclo de vida de estos productos dentro de una cultura sustentable, asociado a herramientas de la educación no formal a través de la ejecución de talleres y programas de reciclaje para niñas y niños, logrando no sólo una mejora ambiental, sino también una social y económica, que fomente una forma de vida sostenible a nivel local y global.
Entrevista a Marcelo Morales: “Creo que el cine se puede usar como una fuente totalmente válida para ver la construcción de la historia urbana, y no sólo con el documental, sino también fuertemente a través de la ficción”
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Marcelo Morales es periodista de la Universidad de Chile y master en Estudios de Teatro y Cine Latinoamericano y argentino en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Ha trabajado para La Tercera, en el programa Radiópolis de la Radio Universidad de Chile y en las revistas Ipop, Filmonauta y 33 Cines..
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Marcelo Morales es periodista de la Universidad de Chile y cursó una maestría en Estudios de Teatro y Cine Latinoamericano y argentino en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Ha realizado también, seminarios de cine en Expresiones de la Sociedad Contemporánea en la Universidad del Desarrollo. Ha trabajado como periodista para la sección de Cultura y crítica de cine de La Tercera y en el programa Radiópolis de la Radio Universidad de Chile. Junto con esto, ha colaborado como crítico de cine en la Revista Ipop, Revista Filmonauta y en la revista uruguaya 33 Cines.
Primero, me gustaría que nos cuentes cuál es tu visión respecto a la representación de la ciudad en el cine y qué elementos destacan en esta.
Creo que a partir de ciertos estudios históricos que han levantado al cine (tanto de ficción, como documental) como un material que sirve como un documento histórico tan valioso como cualquier otro, la observación de cómo el cine refleja el estado de una ciudad se ha convertido en un elemento a observar con más atención. Sobre todo, lo valioso que nos entrega el cine es no sólo el retrato que se puede hacer un período de una ciudad, un lugar o un edificio, sino también, las relaciones que se construyen en esa ciudad, o con ese lugar o edificio. En resumen, cómo la arquitectura va relacionándose con la sociedad.
Considerando constantes cambios culturales y sociales en la historia de Chile ¿De qué forma ha cambiado en el tiempo la visión y representación de la ciudad en el cine?
La representación de la ciudad en el cine chileno responde, por un lado, a cierto interés de mostrarse física o estéticamente de alguna forma, pero también a cómo el mismo cine, como arte y lenguaje, ha evolucionado. En primer término, es clara la intención de mostrarse como un país moderno, o en vías de serlo, en los primeros documentales (o vistas, como se decía en aquel tiempo). Esto explota totalmente en las celebraciones del centenario de la república, donde se realizan variados trabajos en esta línea. Posterior a esto, el desarrollo del país (o la apariencia de desarrollo que el cine busca instalar), esquiva la ciudad y se dirige a registrar el avance de la minería, del campo, etc. En la ficción, esto no se aprecia mucho, ya que la mayoría de las películas, hasta fines de los años 40, se realizan en gran parte en estudio. Es acá donde entra la relación entre la ciudad y la evolución del cine, ya que con la influencia del neorrealismo, el cine sale a la calle. El cine chileno también comienza a hacerlo y la ciudad ahora aparece más clara. Es destacable acá el rol de películas como Uno que ha sido marino, donde ya se ve una ciudad más acelerada y más convulsionada que en las películas de los años 20. Después, en películas que comienzan a tener una mirada social más marcada, la ciudad aparece como el contenedor de ciertas desigualdades que conviven. Acá, filmes como Largo Viaje y Tres tristes tigres, son muy esclarecedores de los años 60, por ejemplo.
En esta misma línea, ¿cómo ha Influido el actual modelo económico capitalista en la construcción de la ciudad en el cine, existen elementos propios de cada época?
Esta respuesta da para un análisis más extenso y serio, pero es evidente que el capitalismo ha influido no sólo en la construcción de la ciudad en el cine, sino en la misma evolución del cine. De hecho, la misma invención del cine nace de una cierta aspiración capitalista de dominar la naturaleza, de capturarla y manipularla. En este sentido, la evolución del capitalismo y del cine, va demostrando en cada época ciertos elementos. En los años 20, una ciudad que parece no tener fin y que trae ciertas ideas oscuras sobre el futuro (como en Metrópolis de Fritz Lang o en Amanecer de Murnau). La Segunda Guerra, trajo la fragilidad de esa ciudad, una ciudad destruida que reflejaba casi un fin de la civilización. Ya, lo que viene después, son ciudades fragmentadas y que contienen a un hombre más ensimismado y confundido, que se pierde en esa ciudad.
¿En qué medida puede tomarse el cine como herramienta y fuente para la construcción de la historia urbana?
Como respondí anteriormente, creo que el cine se puede usar como una fuente totalmente válida para ver la construcción de la historia urbana, y no sólo con el documental, sino también fuertemente a través de la ficción. ¿Qué mejor reflejo de las aspiraciones burguesas en el período entre guerras que aquella ensoñación de la vida en familia que tiene Chaplin en Tiempos Modernos?
Por último, nos imaginamos que a la hora de construir y representar la ciudad, tanto física como socialmente, la integración de distintas disciplinas de trabajo es fundamental. Qué relevancia tiene esta integración de técnicas para obtener un ambiente creíble, sea real o ficticio.
Creo que esa integración es interesante y fructífera, aunque se da sobre todo en grandes producciones. De todas maneras, para la creación de un ambiente creíble no sólo es necesaria una integración o una investigación asociada a expertos. También es vital la capacidad del director-autor de construir una verosimilitud en su trabajo, sobre todo si establece una relación entre lo que narra y el espacio en el cual se narra. De eso también depende la identificación que el espectador vaya a tener con lo que ve. En este sentido, el cine, y su efectividad, es algo más allá de cierta perfección técnica.
Poster película Metropolis (1927)
Poster película chilena Uno que ha sido marino (1951)
Entendiendo la ciudad desde el cine
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En esta columna se pretende abordar los puntos básicos teórico-práctico que deben existir en un análisis fílmico, partiendo desde el significado del cine hasta una propuesta metodológica, donde se deben relacionar los códigos cinematográficos y la narrativa con la temática urbana.
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
Montaje por transitividad que sigue a los personajes. La Teta Asustada (2009), Claudia Llosa, Lima.
[Por Felipe Vergara Ovando. Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Analista SIG «Inciti» y Ayudante de Investigación «CEDEUS»]
Analizar la ciudad desde el cine es un campo de investigación que ha estado muy en boga en las últimas décadas, principalmente en las ciencias sociales, debido a que los elementos cinematográficos (ejemplo, registro audiovisual) son ricos para determinar las representaciones sociales, desarrollo urbano, etc. resultando incluso un material didáctico para la educación. No obstante, en el análisis de las reproducciones fílmicas existe la problemática de que generalmente no se tiene claro cómo realizar el análisis fílmico, el cual deriva en que no se aprovechan en su totalidad la riqueza estética y/o técnicas que conllevan las reproducciones fílmicas, como puede ser el montaje o movimiento de cámara, mientras las disciplinas que si han desarrollado una metodología para analizarlas, son confusas y con una débil estructura que no permite homogeneizar una metodología básica de análisis fílmico. Acorde a esto, mi idea es indicar los puntos básicos teórico-práctico que deben existir en un análisis fílmico, partiendo desde el significado del cine hasta una propuesta metodológica, donde se deben relacionar los códigos cinematográficos y la narrativa con la temática urbana.
Tal como lo declara Raúl Ruiz (2000), en su obra “La Poética del Cine”, el cine hay que entenderlo como una actividad artística que primeramente ha querido mimetizarse con la naturaleza y la sociedad, pero el cual gracias a la tecnología se permitió la abstracción de su realización. Esto ha derivado que actualmente se defina como un dispositivo de representación que recorre la tecnología de producción/montaje/metamorfosis de las imágenes visuales que asociada a la narrativa de dramatismo realiza espectáculos donde los significados y significantes se entrecruzan(BARBOSA, 2000).Esta capacidad tecnológica y su búsqueda de representación de la sociedad mucho más exacta que otros tipos de arte, genera un interés innegable para las disciplinas (especialmente la geografía), debido a que ofrece distintos puntos de vista hacia un tema representado(BENJAMÍN, 1989).
Asimismo, el cine es dinámico, se caracteriza por sufrir cambios constantes de su estética y de la representación que realiza de la sociedad y realidad. Esto se debe a que el cine está interrelacionado con el ser humano tanto individual como colectivamente, tal como dice Costa (1997),“el cine es lo que en una sociedad, en un determinado período histórico, en una determinada coyuntura políticocultural o en un cierto grupo social, se decide que sea”. Es decir, el cine se puede catalogar como la extensión de los sentimientos del hombre. En este sentido, la ciudad no es ajena a esta condición, debido a que las necesidades cambiantes de la sociedad se traducen en los componentes urbanos (PUYOL et al, 1995).
Por lo tanto, para poder realizar el análisis fílmico primero es necesario entendercómo se compone el cine en un formato que sea útil para un análisis urbano. En este caso, el área de estudio es el espacio fílmico(QUEIROZ FILHO A. C., 2010), en donde el carácter espacio-tiempo tiene una connotancia singular, ya que el tiempo empieza a actuar como espacio (tiempo pierde su calidad irreversible) y el espacio como tiempo (va adquiriendo movimiento)(HAUSER, 2004, p. 500). Este es el universo en donde se desenvuelve una reproducción fílmica, quien está compuesta tanto por la propuesta del director (política, cultural, social)yla interpretación del espectador (basado en la experiencia)(Ver más Vergara, 2014). A saber, no se estudia el espacio real, sinoel espacio fílmico quien conlleva una serie de significados, metáforas e ideologías de su realizador(SCHUENCK AMORELLI & BRANCO, 2009).
Del mismo modo, las unidades de estudio (U.E.) son los Planos, Escenas, Secuencia (VERGARA, 2014, pág. 90) que constituyen una Reproducción Fílmica (Película, Serie, Telenovela,etc),no obstante,lo principal es que estos cuerpos están construidos por la imagen fílmica (en adelante imagen audiovisual),compuesto por el registro de lugares geográficos y del movimiento(QUEIROZ FILHO A. , 2007). Estos componentes al yuxtaponerse generan una dimensión espacial, una “geografía”, quien se va construyendo por la narrativa y lenguaje del cine. Es decir, esta dimensión espacial, va más allá de la materialidad(QUEIROZ FILHO A. , 2007). Entonces, a partir de la imagen audiovisual se debe entender el cine como lenguajeenfocándose en sus códigos cinematográficos, los cuales se clasifican en el montaje y encuadre, debido a que el montaje nos entrega la esencia cinematográfica, el movimiento, y la capacidad de estructuración de la representación; y el encuadre quien determina la porción y la forma de cómo se representa el espacio fílmico(VERGARA, 2014, pág. 86). Estos son vitales debido a queconllevan un significado, un motivo de la representación fílmica del tema en estudio.
En segundo lugar, se implanta la temática urbana a estudiar, la escala espacial (nacional, ciudad, barrial) y temporal (época que se quiere analizar),un buen ejemplo puede ser la Gentrificación, donde se debe identificar sus componentes característicos(desplazamiento de población pobre desde el centro por clases media-altas, turisficación, inversión inmobiliaria) en función de poder hacer una búsqueda específica de reproducciones fílmicas. Finalmente, se determinan las Reproducciones fílmicas y sus U.E. según la representación y claridad de la temática escogida, donde la narrativa (temática de la U.E.) que contiene cada una de estas se deberelacionar con los códigos cinematográficos con la finalidad de obtener el mensaje, siendo el resultado del análisis fílmico.
En conclusión, la ciudad es uno de los espacios más representados por el cine, lo que conlleva a que si lo “leemos” con una cierta base metodológica podemos obtener mensajes que pueden ser útiles para nuestra comprensión de lo que sucede en la ciudad. En este aspecto, las lecturas no son resultados exactos, sino más bien son distintas para cada individuo, ya que se componen de la experiencia personal, sin embargo, al tener ya una concepción teórica sobre el cine, las conclusiones pueden ser mucho más colindantes y complementarias entre cada lectura cinematográfica.
Referencias:
BARBOSA, J. L. (2000). A arte de representar como reconhecimento do mundo: o espaco geografico, o cinema e o imaginario social. GEOgraphia, Ano. II, n. 3, Pág. 69-87.
BENJAMÍN, W. (1989). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Buenos Aires: Taurus.
CASETTI, F., & DI CHIO, F. (1990). Cómo analizar un film. Barcelona: Paidós.
COSTA, A. (1997). Saber ver el cine. Barcelona: Paidós.
HAUSER, A. (2004). Historia social de la literatura y el arte. De bolsillo.
PUYOL, R., ESTEBANEZ, J., & MENDEZ, R. (1995). Geografía Urbana. Madrid: Cátedra.
QUEIROZ FILHO, A. (2007). Cinema, Geografia e a Pesquisa com Imagens. Morpheus – Revista Eletrônica em Ciências Humanas, Ano 06, número 11, ISSN 1676-2924.
QUEIROZ FILHO, A. C. (2010). Espaço fílmico: Território e territorialidades nas imagens de cinema. Geografía, vol.35, n.1, pág. 37-50.
RUIZ, R. (2000). Poética del cine. Santiago de Chile: Editorial Sudamericana.
SCHUENCK AMORELLI, O., & BRANCO, P. (2009). As Paisagens Urbanas no cinema brasileiro Contemporaneo- Uma geografia de imagens e sensacoes.Brasilia: ENG.
VERGARA, F. (2014). El cine, una herramienta para la comprensión geográfica. Revista Geográfica de Valparaíso, N° 49, pág. 80-97.
FECIMA: Festival de Cine del Barrio Mapocho
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La Corporación Cinematográfica Chile, busca a través de sus profesionales construir festivales de cine que generen trabajo entre los realizadores audiovisuales y cinematográficos dentro del país, el cual se ejemplifica a través del primer Festival de Cine del Barrio Mapocho (FECIMA), donde vecinos y pobladores lograron participar de diferentes actividades
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
Fuente: FECIMA (2014).
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
Los espacios urbanos muchas veces son utilizados para actividades o eventos que generan instancias de acercamiento y participación o un lugar de relaciones cooperativas de alguna comunidad en específico. Es así, como la Corporación Cinematográfica Chile, busca a través de sus profesionales construir festivales de cine que generen trabajo entre los realizadores audiovisuales y cinematográficos dentro del país, el cual se ejemplifica a través del primer Festival de Cine del Barrio Mapocho (FECIMA), donde vecinos y pobladores lograron participar de diferentes actividades. Por otra parte, el cine como medio de comunicación logra provocar sensibilidad, creatividad y expresión, donde se hace necesario descubrir lo que nos quiere comunicar y narrar, permitiendo reflexiones, que en este caso están vinculadas a los pobladores del Barrio Mapocho, y que además lograron conocer y visualizar otras experiencias cinematográficas con mensajes que cada persona asimila, reconoce y asocia a su vida.
Palabras claves: festival, participación
El cine es considerado como un arte para algunos, mientras que para otros también puede ser un espectáculo o una manera de poder divertirse e incluso la forma de representar diferentes acontecimientos o actos a lo largo de la historia de la humanidad, donde a nivel mundial es constantemente valoradopor la sociedad en general. Es decir, hoy en día el cine ya es lejos el medio cultural que más público atrae en Chile, por lo tanto su mercado a nivel nacional se ha creado un auge que ha permitido que esta área se posicione en los últimos años. Pero en lo que respecta al cine local aún se considera que faltan oportunidades de audiencias, problema que constantemente aborda la Corporación Cinematográfica Chilena, ejemplo de ello es el primer Festival de Cine del Barrio Mapocho (FECIMA), el cual se realizó en Santiago entre el 5 y el 8 de noviembre del 2014. Esta iniciativa liderada por la corporaciónsin fines de lucroanteriormente mencionada, se encuentra a nivel nacional, la cual es conformada por profesionales y técnicos audiovisuales y cinematográficos, con la finalidad de difundir, enseñar y realizar Cine, como una herramienta de difusión y rescate de la identidad local. Es por esto, que FECIMA se realizó con el fin de crear una festividad barrial, a través del cine, integrando y generando lazos entre vecinos del barrio Mapocho entre la circunvalación Balmaceda por el Norte, Rodríguez por el Oriente, San Pablo al sur y Matucana al Poniente.
A través de este proyecto cultural y cinematográfico, se buscó convocar obras audiovisuales de todo Santiago, siendo abierto a todo público en donde se realizaban diferentes actividades que atrajeran a la población. La idea es que las personas participaran en tres puntos específicos: Escuela República de Alemania (Mapocho con Libertad), en la Universidad de Santiago de Chile y en calles del barrio Mapocho,donde las categorías desarrolladas fueron Muestras de Largometraje de Ficción/Documental, Competencia Latinoamericana de Largometrajes de Ficción/Documental, Muestra Latinoamericana de Cortometrajes de Ficción/Documental, Competencia de Cortometrajes Latinoamericanos de Animación, Competencia Cortometrajes de Animación, entre otros.
Se puede destacar que dentro del marco de actividades de FECIMA 2014 se grabó el teaser de la película «PERU» del Director Patricio Salinas en Pasaje Baltra del Barrio Mapocho de la Comuna de Santiago Centro, lugar donde se comenzó con las exhibiciones callejeras del Festival. Además, El largometraje Perú de Patricio Salinas, cuenta con la coproducción de la Corporación Cinematográfica Chilena, ya que se enmarca dentro de las temáticas de integración, inmigrantes y contenidos de identidad local del territorio del Barrio Mapocho y a la vez es un reflejo de la Coproducción entre 2 o más países situación que es fomentada por esta asociación de realizadores (FECIMA, 2014).Donde los ganadores de este festival fueron los siguientes:
- Mejor Largometraje: «AZÚ, Alma de Princesa», Venezuela.
- Mejor Cortometraje Animación: «Historia de un Oso», Chile.
- Mejor Cortometraje Documental: «El Cisne de la Lista», Chile.
- Mejor Cortometraje Ficción: «La Ñecla y el Chonchón», Chile.
Fuente: FECIMA (2014).
Así, mediante el programa organizado durante los días de ejecución del festival, se logró una gran audiencia y participación, donde los vecinos compartieron y conocieron experiencias audiovisuales diferentes, lo cual generó prácticas e instancias de acercamiento que revelaron públicamente las problemáticas que existen entre vecinos e inmigrantesen el Barrio Mapocho, mientras que desde el punto de vista de las artes, se abrió un nuevo espacio cultural a través de las realidades que se desarrollan en el diario vivir en estos sectores de Santiago, siendo esta iniciativa totalmente enriquecedoray una de las propulsoras en la participación local y nacional mediante prácticas artísticas-culturales de forma gratuita, destacando la audiencia activay el reconocimiento de obras emergentes.
Documental “Baraka”
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“Baraka” entrega una amplia gama de imágenes, desarrolladas en un hermoso trabajo enteramente visual y musical, que relatan la evolución de la humanidad y cómo el hombre se relaciona constante y directamente con su medio ambiente, natural y construido, que definen los comportamientos y el desarrollo de las culturas. Filmado en 24 países, recorre la relación del acto humano con el espacio; . que permite reflexionar sobre la fragilidad del ser humano en contraste con la grandeza de sus obras y la naturaleza que lo rodea.
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Director: Ron Fricke
Año: 1992
Link directo Trailer:
Portada Documental “Baraka” / Fuente: www.videocitylondon.com
El documental que presentamos a continuación, constituye una producción enteramente visual y musical, que obvia las palabras y la temporalidad para expresar su relato, intenso y lleno de mensajes sobre la eminente relación del ser humano con el entorno que lo rodea. El título “Baraka” proviene de la palabra de origen Sufi (comunidad religiosa islámica), que significa “aliento de vida”, y que constituye justamente el hilo conductor que propone presentar el autor en esta obra, que muestra la relación de la vida humana con el Mundo, y cómo las distintas culturas interactúan de diversos modos con las formas del espacio.
Así, transcurre un relato que comienza dando cuenta de la evolución de la humanidad y la naturaleza, no como un elemento aislado, sino, como el contenedor del espacio que el hombre ha tomado para poder construir su hábitat y modificar a partir de las diferentes culturas, el contexto en el cual estamos inscritos. En este sentido, comienza presentando la intensa relación de la religión y el culto en la construcción de espacios, templos y lo sagrado. Los distintos ritos que ha configurado la cultura religiosa, han constituido importantes pautas en el desarrollo de la arquitectura, y los monumentos de lo sagrado que veneran y tutelan la relación con el ámbito espiritual del hombre.
Imágenes del Documental “Baraka” / Fuente: www.moviephotographs.blogspot.com / www.wallpoper.com
Las imágenes dan cuenta cómo el paso del tiempoes parte esencial para comprender esta relación entre el humano y su entorno. En este sentido, las ruinas de sus obras dan cuenta de un proceso anterior que era diferente, donde existían mayores proporciones y cuidados en la producción de la arquitectura sagrada, que se han perdido con la evolución de la modernidad, y donde la naturaleza siempre ha encontrado las formas de reclamar su lugar. Así, la aparente fragilidad del ser humano frente a ésta, lo ha hecho tomar partido y generar una paulatina desigualdad entre las oportunidades de desarrollo humano y natural. En este escenario, el testimonio de la vida en tribus, parece una realidad cada vez más lejana de la vida que llevamos en las ciudades. El apego a los ritos, a lo sagrado y espiritual nos remite a esta relación del ser humano y la naturaleza, que no solo la mantiene sino que la cuida profundamente. Pareciera ser, que este tipo de civilizaciones y comunidades autónomas, no calzan con el modelo de desarrollo y progreso, y por lo tanto, se encuentran en constante tensión a desaparecer.
Los rasgos de la civilización moderna aparece a partir de pequeños gestos que anuncian la destrucción de lo natural para dar paso al progreso, que no siempre encuentra las mejores formas de llevarse a cabo. De esta manera, el documental da cuenta como la migración campo ciudad, no ha sido el único elemento transformador del entorno, sino también, cómo la ciudad (y el ser humano) le ha quitado espacio al campo y naturaleza, y ha reconfigurado el territorio teniendo que vérselas con los problemas propios de la urbanización. En países de Asia y Latinoamérica, los problemas de hacinamiento y pobreza han suscitado formas de asentamiento basadas en la densificación del territorio disponible, configurando un nuevo modo de hacernos en el territorio y de relacionarnos con él. Esta tendencia de densificar el hábitat humano para dar cabida a las actividades urbanas, comienza a consolidar una ciudad vertical que ha permitido tener cabida en ella.
Imágenes del Documental “Baraka” / Fuente: www.pixgood.com
A partir de esta multiplicidad de contrastes, el espacio urbano se convierte en el resultado de las pautas y ritmos que definen el desarrollo, que ordena los comportamientos humanos a partir de flujos, velocidades, desplazamientos, y que nos distancia de la dimensión espiritual, para dar paso a otros actos que definen los ritos de lo cotidiano, que no necesariamente son espirituales. De esta manera, el documental da cuenta a partir de una analogía con los sistemas de producción industrial, que la velocidad acelerada de las ciudadesignora los rostros de las personas y nos impide el reconocimiento y el cuidado por el valor humano.
En relación con lo anterior, el registro señala la importancia del consumo, la aproximación a la escala más íntima de aquello que no se ve, de esos lugares que son basurales y residuos de este sistema, y presenta las dos caras de un sistema urbano cada vez más impersonal, pero que sigue atrayendo cada vez a más personas. El documental ofrece una interesante reflexión en torno a las complejas relaciones que han establecido los seres humanos con la naturaleza, y sobre todo, con los entornos que nosotros mismos hemos creado, lleno de desigualdades, desequilibrios, y complejas interacciones, que quedan de manifiesto a partir de imágenes y composiciones musicales, que permite adentrarse de manera profunda a la experiencia de habitar en un mundo lleno de estímulos y diferencias.
Imagen del Documental “Baraka”/ Fuente: www.traslascamaras.com
Documental “ByeBye Barcelona; un documental sobre la masificación turística”
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El documental “ByeBye Barcelona” plantea una discusión en torno a la relación entre el desarrollo urbano, la vida cotidiana y la consolidación de Barcelona como destino turístico de masas. Su foco se encuentra en los efectos de estos procesos en términos socio-territoriales, relacionados con el desarrollo de la ciudad, los conflictos en la convivencia entre los habitantes y los turistas, así como también la consiguiente transformación de la vida cotidiana y calidad de vida de quienes residen en estos enclaves turísticos.
Revista Planeo Nº20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Director: Eduardo Chivás
Eduardo Chivás Producciones audiovisuales
Año: 2014
Link directo Trailer y documental:
www.byebyebarcelona.com
Fuente: www.byebyebarcelona.com
Durante las últimas décadas, la ciudad de Barcelona en España, ha sido testigo de una creciente y cada vez más masiva actividad turística, que la ha definido como uno de los principales destinos de este rubro del continente europeo. Una ciudad con una trama urbana concentrada y densa, ha visto como progresivamente, la llegada masiva de turistas ha ido transformando lo que los catalanes conocían como barrios llenos de vida e identidad, y que hoy temen que se convierta en un parque temático enfocado al turismo, por sobre la vida cotidiana de sus residentes.
Tras una intensa campaña de marketing urbano, desarrollada a partir de los Juegos Olímpicos del año 1992, la ciudad comienza a darse a conocer, de la mano con el desarrollo de proyectos urbanos de gran escala que definen sin duda alguna, el destino y modo de ser de la vida urbana al interior de ella, que hoy conocemos. En torno a este proyecto y modelo de ciudad, Barcelona ha consolidado su imagen en torno al Turismo, como un elemento clave y estratégico para la economía de la ciudad, especialmente considerando que el 12% del PIB de Cataluña corresponde a la actividad económica vinculada a este sector, y la masificación genera cerca de 20 millones de euros diarios.
La gestión implacable de un modelo urbano pensado en torno a esta actividad, ha significado un sin número de transformaciones y externalidades, asociados a un Plan de Usos de suelos, la especulación inmobiliaria, desplazamiento de residentes, atomización de zonas residenciales, nuevas formas de vida urbana, masificación turismo, seguridad urbana, deterioro del patrimonio tangible e intangible, conflictos de movilidad, aumento costos de vida, etc. La suma de estos factores ha significado una constante lucha en la convivencia entre los turistas y los residentes de los barrios catalanes, quienes reclaman y exponen a través de este documental, el contrapunto de la idea del turismo como revitalizador de la economía local (especialmente en tiempos de crisis), sino, aquello que se pierde y deteriora frente a una realidad urbana de turismo de masas.
Fuente: www.elperiodico.com
En torno a esto último, el documental que presentamos, es también un manifiesto sobre una tendencia que se da en muchas ciudades del globo, en donde el turismo ha delineado y modificado las formas de hacer ciudad, y por sobre todo, deja abierta la pregunta para quién diseñamos, gestionamos y definimos estos territorios, especialmente cuando esta realidad ha significado una pérdida de la ciudad en beneficio de una población flotante cada vez más masiva. Y cuestionarnos sobre cuáles son los valores que convierten a un destino en un atractivo turístico y que deben ser gestionados de tal manera, que éstos sean perpetuados en el tiempo sin actuar en desmedro de los mismos.
Frente a esto, el documento da cuenta de la reiteración de hábitos turísticos, que cada vez se van alejando más de la esencia, y cambiando el concepto de idiosincrasia de la ciudad, y por sobre todo, de un modelo que trabaja para consolidar una infraestructura que ha permitido masificar el turismo de forma cada vez más creciente. La apertura de las fronteras globales, y los esfuerzos por situar este lugar como enclave turístico europeo ha significado un aumento de 1,7 millones de turistas al año 1990, a 8 millones para el año 2013, donde por ejemplo en lugares emblemáticos como la Rambla, hoy cerca de 8 de 10 personas que transitan en ellas son turistas, lo cual ha implicado sustituir las actividades locales que se llevaban a cabo, para sobreponer una nueva capa asociada al turismo. Esto ha significado un retiro de los propios barceloneses de lugares que contribuían al desarrollo de una identidad local, y el consiguiente deterioro de la vida de barrio de estas zonas.
Los conflictos asociados a un turismo masificado como es el caso de Barcelona ponen de manifiesto nuevos desafíos para la gestión de las ciudades, donde se debe resolver de qué manera es posible potenciar y convertir en algo estimulante, algo que aglutine sus atributos para el que viene, los mantenga y proteja para el que reside, pero a la vez, cómo evitar que esas acciones, se conviertan en un retorno negativo para la ciudad y sus ciudadanos. La planificación de ciudades de estas características debe enfocar los esfuerzos en la forma en que se piensa Barcelona como destino turístico, en cómo se focaliza la atención de los turistas sin desmerecer el desarrollo local de los barrios, en los repartos equilibrados de los ingresos por esta actividad, etc., que sin duda debe ir articulado al fortalecimiento del alma de los barrios que le han otorgado sus atributos, y no a la pérdida de éstos.
Fuente: www.barcelona-photo.blogspot.com.es
Sin duda, no es el turismo el problema, sino la gestión que ha permitido que éste se desarrolle como un “monocultivo” que ha deteriorado todo a su alrededor, que pone como desafío el desarrollo de una política local innovadora que potencie los atributos tanto para los turistas, como para residentes, y vuelva a poner como directriz la calidad de vida urbana. Esto permitiría no solo pensar una ciudad para el turista de agencia de viajes, sino también para aquellos viajeros que buscan encontrarse con los valores auténticos y experiencias genuinas de las ciudades, que chocan con los destinos masificados, y que por lo tanto podría significar una oportunidad para generar un nuevo modelo, que permita revalorizar los atributos y la forma en que se desarrolla una ciudad tan particular y bella como Barcelona.
La caída de Detroit: el inexplorado legado de “Robocop”
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¿Cuándo hemos tenido la oportunidad de ver a la ciudad como algo más que un escenario? “Robocop”, más allá de su relato distópico y violento, nos acerca a la crisis de la ciudad estadounidense en el siglo XX.
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
Poster promocional de Robocop (1986)
Fuente: IMDB (2014)
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
El cine, como la literatura, nos permite conocer y establecer relaciones con lugares conocidos y desconocidos. Cómo lo sostiene Kale (2013): “Espacios y tiempos que nunca han sido experimentados de manera personal se transforman en ámbitos de la experiencia en virtud de escenas de películas, las que se pueden recorrer utilizando la imaginación y la reflexión.”¿Cuántas veces hemos “estado” en Nueva York, Paris, Tokio, Mumbai, Los Ángeles o Ciudad de México, sin que hayamos tomado medio de transporte hacia ellas? O, como nos sucede cuando estamos en ellas, ¿cómo organizar nuestros pensamientos y emociones al encontrarnos en el lugar en que han ocurrido escenas memorables de las películas que más recordamos? Independientemente de cuan memorables, indiferentes o malas las consideremos, es inevitable que el cine ha encontrado en la ciudad un “espacio idóneo para el discurso cinematográfico” (Ruisánchez, 2007), en tanto que otorga una gran parte de los componentes espaciales que sitúan la trama, y que en un sentido más amplio nos revelan la complejidad de la vida en la ciudad como principal espacio de interacción humana.
Pero, la mayoría de las películas tienen a la ciudad simplemente como un escenario. ¿Cuándo tenemos la posibilidad de ver a la ciudad como algo más que eso? Desde la clásica “Metropolis” de Fritz Lang hasta la experimental “Tokyo!”, encontramos un respetable catálogo que películas que reflexionan sobre la ciudad, sus transformaciones, sus problemas. Una idea ampliamente desarrollada en los cursos de Gónzalo Cáceres, Felipe Link y Luis Fuentes, con quienes tuve la oportunidad de discutir y trabajar al respecto. La literatura existente reflexiona, en general, sobre esos filmes que adquieren la categoría de “cine arte” o “película de culto”, y a veces omite aquellas que por su condición comercial parecerían ofrecer algo más que la pelea entre “buenos y malos”. De esa manera, reconozco que una de las películas que más me enseñó sobre la experiencia urbana ha sido Robocop (1986). Si, el filme dirigido por el holandés Paul Verhoeven, recordado por su cruda representación del conflicto entre la autoridad y las mafias en Detroit. La ciudad sobre la que se cimentó el crecimiento económico de Estados Unidos durante el siglo XX, representada por Verhoeven como un territorio dominado por la violencia y la pobreza. Y es tal vez en ese punto donde esta cinta, silenciosamente, revela su riqueza argumentativa: temas como la transformación de la gobernanza urbana, las dinámicas de la violencia en la ciudad y la decadencia de Detroit se ocultan tras las fuertes escenas de este filme de acción y ciencia ficción. Seguro encontrarán referencias sobre un reciente “remake” de 2014, alejado de la “debacle” de Detroit (incluso, no está filmada en dicha ciudad).
En primer lugar, “Robocop” pone en escena la discusión sobre la gobernanza urbana en la intensificación del sistema capitalista, representado en la empresa OmniCorp, principal (o única) interesada en llegar a un acuerdo con las autoridades de Detroit. Durante la película, podemos ver que la ciudad que impulsó el «American Dream» durante gran parte del siglo XX gracias a la industria del automóvil, ha entrado en una grave crisis económica e institucional que obliga a buscar soluciones con agentes que puedan asumir todo aquello que el gobierno no está en capacidad. El sector privado está en condiciones de sostener económicamente la prestación de ciertos servicios y revertir la crisis social y económica, siempre y cuando se le permita tener una mayor capacidad de acción sobre las políticas de desarrollo urbano. Aclaro que se trata de una parte de la historia, a pesar de sus similitudes con la situación actual de la «Motor City».
En segundo lugar, Robocop logra una interesante radiografía de la violencia urbana en la ciudad estadounidense, fundamentalmente por la relación que plantea entre el deterioro de la urbe y el aumento de la conflictividad entre diferentes actores. Desde la emboscada que deja en estado terminal al agente Murphy previo a su transformación en Robocop, hasta el uso de la violencia por parte de la corporación que asume las funciones de policía para legitimar su condición (e intereses), la película logra construir una posición sobre la tensión entre la violencia y el orden en la producción de la ciudad. Esto es, ante la crisis de las autoridades, la violencia se impone como medio para resolver conflictos y para asegurar el control del territorio. Una situación que se ha evidenciado en otras ciudades que, al igual que Detroit, se enfrentan a la disolución de los mecanismos que garantizan cierta estabilidad en el funcionamiento de la ciudad.
Robocop y Delta City, el proyecto inmobiliario impulsado para recuperar el “antiguo Detroit”.
Fuente: Olcayto (2013)
Por último, en “Robocop” se encuentra una fuerte crítica a la gentrificación, analizada desde una perspectiva muy negativa en el marco de la crisis que afecta a Detroit. La “destrucción creativa del capitalismo” asociada a los procesos de transformación urbana encuentra una profunda reflexión en el interés de OmniCorp para destruir el “antiguo Detroit” y desarrollar un nuevo centro, que ofrezca amenidades, oportunidades y un mejor “futuro para los niños”. Aunque se desarrolla más en las regulares secuelas de la cinta de 1986, “Delta City” es el eje central de las inversiones de la compañía en la ciudad, que a pesar de su visible deterioro y de los problemas que la aquejan, ofrece una oportunidad inmejorable para promocionar y desarrollar un complejo urbanístico alejado de las “malas prácticas” gubernamentales, de la violencia y del caos. Una oportunidad para revitalizar la centralidad, marginar aquellos factores antrópicos que causan el deterioro y generar calidad de vida para los ciudadanos. En ese sentido, ¿se trata de un recurso narrativo distópico, o una de esas realidades urbanas que forman parte de nuestra cotidianidad?
Detroit ha sido foco noticioso en los últimos años. Desde su sonada bancarrota hasta la propuesta de una estatua en honor a “Robocop” como símbolo de la ciudad (similar a la existente en la también afectada Philadelphia en honor a “Rocky”), y los trabajos fotográficos de distinta naturaleza sobre el abandono progresivo de la ciudad, hemos sido testigos de una de las tantas paradojas de la urbanización contemporánea: la población urbana crece, pero hay grandes ciudades abandonadas. 19 años antes, una simple película basada en un policía-robot nos había transportado y hecho sentir varios de los problemas que hoy hacen de Detroit algo alejado de nuestros ideales de ciudad. Espero haberlos motivado a verla, bajo otra perspectiva.
Referencias:
Kale, G. (2013, Octubre). “De Antonioni a Godard: sobre las emociones evocadas por el espacio como imagen fílmica”. En Bifurcaciones. Núm. 12. Disponible en: http://www.bifurcaciones.cl/2013/03/de-antonioni-a-godard/
Olcayto, R. (2013, Julio). “Robocop got Detroit about right”. En Architects Journal.Disponible en: http://www.architectsjournal.co.uk/comment/robocop-got-detroit-about-right/8651277.article
Ruisanchez, V. V. (2007). “La configuración de la ciudad en el cine contemporáneo. Una observación”. Disponible en: http://www.artyarqdigital.com/fileadmin/user_upload/PDF/Publicaciones_Jornada_II/7-_Jornadas_II._VirginiaRuisanchez.pdf
Entrevista a Vania Barraza: “Esta cinematografía ilustra cómo sus protagonistas femeninas no tienen cabida en una explosión inmobiliaria que afecta al país, la cual es producto de un celebrado crecimiento económico sostenido a lo largo de los últimos años”
VerEntrevista a Vania Barraza: “Esta cinematografía ilustra cómo sus protagonistas femeninas no tienen cabida en una explosión inmobiliaria que afecta al país, la cual es producto de un celebrado crecimiento económico sostenido a lo largo de los últimos años”
Vania Barraza estudió en la Universidad Austral de Valdivia, es maestra de la Universidad Católica de América y doctora de la Universidad de Arizona.Trabaja en la Universidad de Memphis e investiga sobre la representación de la mujer en el espacio urbano en el cine chileno.
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Vania Barraza cursó sus estudios en la Universidad Austral de Valdivia, luego realizó su maestría en la Universidad Católica de América, Washington DC, y posteriormente se doctoró en la Universidad de Arizona. Su trabajo está enfocado principalmente en la literatura y cultura latinoamericana con interés particular en estudios de género y cine. Tiene artículos publicados y ensayos en revistas académicas y revistas literarias, como la Revista Signos, M / MLA , Letras Femeninas y Hispanorama; y ha contribuido con la colaboración editorial en AJHCS , Revista Alfa y SLAPC.Actualmente se encuentra trabajando como docente del departamento de Lenguaje de la Universidad de Memphis y en una investigación sobre la representación de la mujer en el espacio urbano en el cine chileno.
Primero, me gustaría que nos expliques en qué consiste la investigación sobre la representación de la mujer en el espacio urbano en el cine chileno reciente.
Como parte de una nueva generación de realizadores, el cine de y sobre mujeres producido a partir del año 2005, ha desarrollado una importante renovación a nivel estético y temático. Dentro de este grupo –reducido y heterogéneo– existe una cierta coincidencia discursiva por aludir a los efectos del sistema neoliberal a través de la representación femenina en el espacio urbano. Si bien la construcción de una mirada disidente con respecto a un discurso patriarcal en la conformación del sujeto femenino y el cuestionamiento de las normativas sexo-genéricas constituyen dos temas esenciales en la reflexión crítica sobre la situación y condición de la mujer, esta investigación discute relaciones entre género, marginalidad y producción del espacio puesto que el acceso femenino a la ciudad constituye un tema urgente para comprender tanto problemáticas de la diferenciación sexual como los alcances del capitalismo tardío en la posdictadura chilena.
¿Cómo se relaciona el espacio urbano con las mujeres en esta investigación?
La ciudad siempre se ha constituido como un espacio hostil para las mujeres. El modelo histórico de la división de géneros entre las esferas pública y privada, reforzado mediante el concepto del contrato social del liberalismo que da origen a la ciudadanía moderna, relegó al sexo femenino al área doméstica; razón por la cual, la urbe nunca ha sido concebida para ser ocupada por la mujer. Lo público, asociado con la política y el Estado y lo privado, con el ámbito familiar y maternal, establecen una diferencia en el estatus jurídico de ambas partes. Ellos pasaron a ser reconocidos como ciudadanos con derechos para intervenir en la vida pública, mientras la esposa, la madre o la hija quedó circunscrita al terreno del hogar. Lo paradójico de esta segmentación es que la contraparte femenina no decidió, precisamente, quién habría de permanecer en cuál de los dos lugares.
Carole Pateman ha criticado esta separación de espacios por cuanto pareciera que la esfera privada transcurre en un terreno independiente de lo público. En efecto, precisa la autora, lo privado oculta la sujeción de las mujeres en el espacio familiar, dado que la separación entre esferas se establece como una división determinada dentro de la propia sociedad civil, dentro del mundo de los varones, según una estructura liberal-patriarcal. Al proyectar esta tesis en el mercado del trabajo, es posible advertir que dicha estratificación sexo-genérica se reproduce en la medida que buena parte de la fuerza laboral femenina desempeña actividades relacionadas con el espacio doméstico (el cuidado de niños, la atención de ancianos, los servicios de limpieza, la manipulación de alimentos, la educación preescolar, etc.). Por lo tanto, si bien la paulatina y constante incursión de la mujer en el mundo asalariado constituye una significa conquista llevada a cabo por las trabajadoras a lo largo del siglo XX, todavía es necesario revisar los territorios ocupacionales en los que ellas participan.
¿De qué forma se ve reflejado esto en las diferentes películas que has analizado?
Aunque esencialmente disímiles entre sí, una serie largometrajes exploran distintos lugares que ocupa la mujer en la esfera pública y privada: la crisis de pareja, en Metro cuadrado (2011), de Nayra Ilic, o personal, según se advierte en La nana (2009), de Sebastián Silva, permite examinarmodos de habitar el dominio de lo privado, junto con plantear interrogantes sobre el acceso de la mujer a la esfera laboral. A partir de esto último, realizaciones como Play (2004), de Alicia Scherson; Lucía (2010); de Niles Atalah o Perro muerto (2010), de Camilo Becerra propician reflexiones sobre el trabajo remunerado desde una perspectiva de género y, por extensión, acerca de la mujer como paseante por la ciudad (la flâneuse). A partir de los circuitos femeninos que cruzan la capital, Mami te amo (2008), de Elisa Eliash o Mitómana (2009), de Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda abordan la nueva geografía cultural de Santiago de Chile a través de desplazamientos que resultan en posiciones subjetivas y marginales con respecto a la producción contemporánea del espacio urbano. En conjunto, este corpus permite visualizar el punto de vista de la mujer como andante por la ciudad, experiencias poco exploradas aún por la cinematografía chilena, e ilustra cómo diversos sujetos femeninos no tienen cabida en una explosión inmobiliaria que afecta al país, la cual es el resultado de un celebrado crecimiento económico sostenido a lo largo de los últimos años.
En esta misma línea ¿Cómo el actual modo de producción capitalista se ve reflejado en el uso del espacio urbano de dichas películas?
Los largometrajes Perro muerto (2010), de Camilo Becerra y Lucía (2010), de Niles Atallah se preguntan por el espacio que ocupa la mujer en la nueva geografía urbana de Santiago de Chile. En particular, esta cinematografía ilustra cómo sus protagonistas femeninas no tienen cabida en una explosión inmobiliaria que afecta al país, la cual es producto de un celebrado crecimiento económico sostenido a lo largo de los últimos años. Esta expansión del capital activo en la esfera citadina retrata el proceso que el geógrafo David Harvey adopta de Schumpeter para describir la ‘destrucción creativa del espacio’, en tanto mecanismo económico que supone una devaluación y posterior reinversión en el paisaje urbano a fin de generar plusvalía y fetichismo espacial. En este sentido, las películas de Atallah y Becerra presentan los efectos de este engranaje capitalista sobre uno de los grupos más vulnerables dentro de la escala social, es decir, las mujeres marginadas de la especulación mercantil.
Excluidas del exitismo económico, insertas en un circuito laboral inestable y determinadas por su condición de clase y de género, las protagonistas de estos filmes se encuentran atrapadas en un limbo que les niega un espacio, una memoria y un futuro en la nueva ciudad. Ambas producciones permiten discutir en qué medida el crecimiento y la prosperidad económica de los gobiernos posdictatoriales no han conseguido ese mismo éxito en términos sociales, dado un sistema de libre mercado que funciona en base a la desigualdad. Debido a lo anterior, Perro muerto y Lucía evocan la reflexión crítica de Henri Lefèbvre, la cual postula que a partir el siglo XIX la ciudad pasa a ser percibida por la alta burguesía como producto de valor de cambio, en lugar de representar un valor de uso, tesis que se traduce en su propuesta de ‘el derecho a la ciudad’, en tanto poder colectivo de producción del espacio para configurar procesos de urbanización en la sociedad contemporánea. Ajenas a una posibilidad de injerencia espacial, las mujeres de estas producciones son testigos de la demolición de sus vecindarios por parte de los intereses de la empresa inmobiliaria.
¿Existen cambios en cuanto al uso del espacio urbano por parte de la mujer en las películas actuales?
En la (des)regulación del espacio en Perro muerto, Alejandra ofrece una experiencia transgresora sobre el rol de la mujer en la ciudad. Ella subvierte los límites institucionales de la dominación, la disciplina y el orden impuestos en la esfera pública ya que su actuar es, en términos de Michel de Certeau, una táctica que contraviene leyes espaciales. “El espacio de la táctica es el espacio del otro”, dice el filósofo, para describir una forma de indisciplina o resistencia a una institucionalización geográfico-social. Así, por medio de sus trayectos en búsqueda de vestuario en desuso, con la excusa de solicitarlo para una organización de caridad, o mediante pequeños hurtos que también le permiten conseguir ropa a fin de venderla en la calle, la protagonista de Perro muerto se libera de la órbita doméstica para, entonces, habitar el espacio público con independencia y resolución. De este modo, sus recorridos intentan nuevos itinerarios por la ciudad, contradiciendo las expectativas hegemónicas sobre la movilidad y el espectro habitable por la mujer. Sin embargo, como se discute a continuación, esta libertad también se encuentra determinada bajo ciertas limitantes.
En compañía de su hijo, de sus amigos o sola, la muchacha cruza en varias ocasiones un puente que marca una frontera entre su antiguo barrio de tipo pueblerino y lustrosos condominios recién asentados en la comuna de Quilicura. El puente constituye no solo un deslinde físico sino también la división social que pesa entre la muchacha y sus conocidos –afincados en los nuevos conjuntos residenciales– pues su falta de educación formal, su edad, su condición de madre adolescente o su estatus de clase son elementos que sitúan al personaje en los bordes, en el umbral de la marginalidad. Por esto, caracterizada como sujeto liminal, la protagonista de Perro muerto no termina de ser adolescente, tampoco busca un trabajo estable, ni asume del todo su rol maternal. En consecuencia, la película de Becerra logra retratar una suerte de experiencia limítrofe o periférica en escala, que se produce a nivel geográfico, afectivo y social.
Las cosas parecen marchar medianamente bien para esta madre soltera, dividida entre su propia adolescencia y su adultez, hasta que el abuelo del niño, aparte de privarla de su medio de producción (la máquina de coser), decide vender la antigua casa familiar donde la muchacha vivía con su hijo acompañando a la anciana fallecida. Forzada a abandonar el lugar, la chica inicia un vagabundeo entre los modernos conjuntos residenciales, albergada de manera provisoria por un par de amigos que viven mantenidos por sus respectivas familias. Esta situación de relegamiento o de desterritorialización de los sujetos también se distingue en Lucía, por lo que ambas cintas captan cómo la reciente expansión descontrolada del espacio físico en la capital chilena excluye a quienes no consiguen insertarse del todo en el modelo de la sociedad de consumo.
Por último, bajo la misma mirada de la producción capitalista, ¿se ha visto alguna forma de denuncia urbana por parte del cine?
El desorden urbanístico de la capital no es un fenómeno desregulado y aleatorio, sino más bien es el resultado de un juego mercantil que cede una cuestión social en manos de grandes capitales privados y que opera mediante una devaluación y especulación del terreno para disfrazarse bajo conceptos como renovación, rehabilitación, repoblamiento o crecimiento urbano.
Sobre esto, el documental Aquí se construye (2000), de Ignacio Agüero, es uno de los primeros testimonios recientes sobre la destrucción de barrios o vecindarios y sus efectos en la vida de las personas. Se trata de un agudo documento sobre la transformación de un barrio residencial en manos de la especulación inmobiliaria. En concordancia con dicha problemática, las películas seleccionadas en este análisis adoptan una mirada de género, más sugerente, tal vez, para retratar desde subjetividades marginales, evanescentes, el precio que significa destrozar la ciudad. Según lo discutido, en Perro muerto, Santiago de Chile crece en función de instalar un modelo de suburbio individualista y uniformador donde no hay cabida para otros modelos de familia o de maternidad, mientras, en Lucía la urbe se erige imponente sobre las ruinas de la memoria.
Planificación urbana hoy: un desafío profesional para Chile y la UC
VerPlanificación urbana hoy: un desafío profesional para Chile y la UC
Revista Planeo Nº 19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014
[Por Magdalena Vicuña, Arquitecto,UC. Master in Community Planning, University of Maryland, USA. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, PUC; Docente de Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales]
Fuente: Archivo de Magdalena Vicuña
Los problemas que inciden en el desarrollo de las ciudades y los desafíos que generan, son esencialmente resultado de procesos multidimensionales, en los cuales convergen aspectos de orden espacial, económico, social, político, jurídico, cultural y ambiental. Frente a una realidad tan compleja, las perspectivas tradicionales carecen de los enfoques y herramientas necesarias para funcionar eficientemente. Una respuesta a tal complejidad ha sido el reconocimiento de la planificación urbana como campo disciplinar y profesional que hace casi un siglo combina y se nutre de conceptos y métodos de distintas aproximaciones a lo urbano, como la arquitectura, geografía, sociología, economía, ingeniería, el derecho y las ciencias políticas, entre las más importantes.
La planificación urbana es una actividad que articula y media el complejo sistema de relaciones que se establecen entre las diversas disciplinas y múltiples actores que influyen en el diseño y configuración de las ciudades y asentamientos urbanos. Se ocupa de la ciudad en sus más diversas escalas y dimensiones, prospectando escenarios sobre los que se generarán las dinámicas y transformaciones urbanas. Son objeto de su quehacer la distribución espacial óptima de las actividades y su correcta integración con las infraestructuras y sistemas urbanos, así como con los temas asociados a la movilidad, la congestión y contaminación y los ámbitos económicos y sociales que se ven afectados por el desarrollo de las acciones dirigidas a la expresión física de las ciudades.
Por tratarse la ciudad de una realidad compleja, los problemas que ella presenta requieren ser abordados interdisciplinariamente, lo que puede lograrse desde el rol que cumple la planificación urbana como disciplina articuladora de otras profesiones estratégicas, a través de un proceso colaborativo. Para una tarea de tantas aristas, se requiere además el manejo de diversos enfoques que permitan comprender y analizar el medio físico, social y económico en que se insertan las ciudades, conocimientos que se adquieren desde disciplinas acordes y complementarias como la sociología, la demografía, el derecho y la economía, entre otras.
De esta manera, el planificador urbano es un profesional que elabora diagnósticos urbanos integrales y prospectivos, para luego convocar a expertos la proposición de intervenciones a través de planes y proyectos que favorezcan y faciliten la toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo. Con esta finalidad, articula capacidades, intereses y necesidades de los diversos actores sociales involucrados, ya sea comunidades y agentes privados y públicos, equilibrando principios de equidad, eficiencia y sustentabilidad. Consecuentemente, el planificador urbano se desempeña en el sector público, empresarial, académico y de investigación y, cada vez más recurrentemente, en la sociedad civil.
La inexistencia formal de la profesión en Chile no exime de la recurrente denuncia de falta de planificación y previsión sobre el desarrollo de nuestros asentamientos urbanos. Frente a diversas situaciones críticas, como escenarios de alta vulnerabilidad y segregación urbana, los desastres naturales de gran impacto en centros poblados, o ante la consulta a las comunidades respecto de la prioridad que tiene el contar con un proyecto de ciudad compartido; se evidencia una carencia socialmente reconocida y técnicamente invocada, como es la falta de planificación urbana. Ello no ocurre en países del primer mundo, donde esta profesión ocupa un lugar reconocido entre aquellos profesionales que desempeñan un papel clave en el desarrollo urbano.
Los desafíos de la gestión y planificación de la ciudad y su desarrollo prospectado a futuro, son enormes y crecientes en todas nuestras regiones, más allá de los grandes centros conurbados del país. La nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano en Chile (2013) ha asumido el desafío de una urbanización dinámica y creciente, a partir de una institucionalidad que avance hacia procesos integrados, planificados, descentralizados y participativos. En este contexto, la planificación urbana permite saldar una deuda histórica frente al requerimiento de profesionales preparados para garantizar el bien común y colaborar en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestras ciudades, en especial la de los más postergados. Se hace necesario asumir con rigor y capacidad de incidir, la creciente complejidad de las condiciones urbanas y los nuevos escenarios político-administrativos que el modelo de desarrollo adoptado por el país, impulsado principalmente por la acción del mercado, han perfilado para sus ciudades. Asimismo, se requiere abordar los nuevos desafíos que exigirán al país una estructura de ordenamiento territorial y urbano más sofisticada y compleja, que promueva el desarrollo económico con equilibrio ambiental, la cohesión social con participación ciudadana y el fortalecimiento de la identidad cultural de las ciudades y sus comunidades.
El Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) de la Pontificia Universidad Católica de Chile ha asumido estos desafíos mediante el plan de estudio conducente al Título Profesional de Planificador Urbano, el cual se basa en la articulación de las Licenciaturas Generales del College UC y sus programas de Magíster. Con ello no se hace más que reconocer la oportunidad de entregar la base disciplinar y profesional con la que resulta posible formar un profesional capaz de entender, interpretar y proponer respuestas apropiadas a los desafíos urbanos a distintas escalas con foco en la escala comunal, en pro de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y reforzar la identidad de sus comunidades.
La formación disciplinar que se exige a un planificador urbano se basa en la comprensión de las dinámicas e interacciones entre el espacio físico construido, los actores sociales, el medio natural y la institucionalidad, formal e informal, que gobierna y organiza los territorios; factores que determinan y explican las lógicas y racionalidad en el uso del suelo, e impactan directamente en la calidad de vida de la población urbana.
Las soluciones propuestas a través de aproximaciones multidisciplinarias como la señalada, pueden enfocarse en diversos contextos y escalas territoriales, desde una dimensión local a ámbitos metropolitanos o regionales; incluso pueden operar sobre la escala global, dando cuenta del impacto que las decisiones relativas a esos espacios generan sobre la vida de muchas personas y sus comunidades.
En este sentido, la formación del Planificador Urbano UC consiste en la identificación, análisis y diagnóstico de los problemas urbanos fundamentales en sus distintas escalas, para generar propuestas que favorezcan y faciliten la toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo. A su vez, en la articulación del complejo sistema de relaciones que se establecen entre los múltiples actores y agentes que interactúan sobre el desarrollo de las ciudades y su entorno; así como también en la apropiada interacción y liderazgo de equipos multidisciplinarios en función del logro de objetivos técnicos y políticos. Por último, la formación profesional del Planificador Urbano UC se sustenta en un compromiso social y ético en su actuar, considerando principios de equidad y eficiencia en el uso de los recursos disponibles y respetando los entornos naturales y comunidades afectadas por las transformaciones urbanas.
Fuente: Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales PUC
Más allá de los límites barriales y municipales. Estrategias de innovación política en la ciudad contemporánea.
VerMás allá de los límites barriales y municipales. Estrategias de innovación política en la ciudad contemporánea.
La necesidad de innovación de estrategias políticas y territoriales en la ciudad latinoamericana contemporánea, representados en una de las estrategias urbanísticas de moda requiere ser prioritario: el impulso a la bicicleta y la implementación de ciclovías como alternativa de movilidad.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014
Ciclovía en San Pedro.
Fuente: Municipio de San Pedro (2014).
[Por Javier Gómez. Arquitecto. Maestro en Diseño y Desarrollo de la Ciudad por el ITESM (México). Doctor (c) en Arquitectura y Asuntos Urbanos en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Actualmente hace una pasantia de investigación en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Palabras claves: barrio, proyecto urbano, movilidad
La sociedad actual, funciona como una serie de redes y nodos interconectados, incrementando así, la movilidad de personas. El hecho de que la ciudad ya no se organice en términos de centro y periferia, ha debilitado conceptos como “centro histórico”, “barrio”, o “municipio” y con ello, la identidad y sentido de pertenencia que ellos generaban. Así pues, esta nueva multipertenencia social, junto con la interacción multiespacial y multitemporal de la vida urbana, presentan el reto de pensar maneras diferentes de manejar un territorio urbano discontinuo y difuso, cada vez más complejo y heterogéneo, es decir, un desafío para el desarrollo urbano, que más que ser técnico, estético, o administrativo, es un desafío intelectual y político, un desafío de pensar más allá de los límites territoriales y administrativos de las regiones metropolitanas y de los partidos políticos que las gobiernan, es pensar en la manera de “hacer ciudad” mediante prácticas más democráticas, justas e integrales.
Jordi Borja (2013) afirma que construir la ciudad del siglo XXI implica tener un proyecto de ciudadanía y una gestión integral del territorio, y que esa nueva gobernabilidad exige una capacidad de innovación política que se ejecute más allá de los marcos institucionales tradicionales.
Es imperativo pues, ser creativos e innovar en los marcos, figuras y procesos actuales e introducir en ellos estrategias de coordinación multiescalar y multidisciplinar, flexibilidad, transparencia y eficacia para atender las demandas de la sociedad compleja y diversa en la que nos desenvolvemos.
A continuación se presentan dos casos en las ciudades de Monterrey, México y Santiago de Chile, para ejemplificar la necesidad de innovación de estrategias políticas y territoriales en la ciudad latinoamericana contemporánea, representados en una de las estrategias urbanísticas de moda: el impulso a la bicicleta y la implementación de ciclovías como alternativa de movilidad.
Monterrey es una metrópoli de 12 municipios y más de 4 millones de habitantes. A finales del 2013, el municipio de San Pedro Garza García de esta ciudad, anunció un proyecto de ciclovías que esperaba transformar el modo de transporte dominante en la ciudad: el automóvil. Al paso de un año, es evidente su fracaso, lo cual no es sorprendente ya que San Pedro cuenta con alrededor de 100 mil habitantes (ni siquiera el 5% de la población del área metropolitana), pero sin embargo, es un municipio donde se localizan hospitales, universidades, corporativos empresariales y grandes centros comerciales, lo que significa que los habitantes del área metropolitana diariamente se mueven hacia y dentro de dicho municipio, pero después de realizar sus actividades cotidianas, vuelven a salir de él hacia sus municipios de origen.
Así pues, implementar proyectos aislados como éste, pensados sólo dentro de los límites territoriales del municipio, como si fuese un fragmento separado, sin analizar la conexión e importancia que éste tiene con el resto del área metropolitana, provoca su fracaso inminente.
La falta de coordinación y visión metropolitana, pleitos entre partidos políticos, falta de organismos de planeación intermunicipal y coordinación entre ciudadanos, entre otros, impiden pensar el área metropolitana de Monterrey como una región que funciona a base de nodos y redes interconectadas de la cual todos los habitantes forman parte. A la fecha, los usuarios de las ciclovías mencionadas son casi nulos, lo cual es lógico, pues los habitantes del resto de la ciudad que se mueven en bicicleta no pueden llegar a este municipio si no es por medio de un automóvil.
En Santiago de Chile, con la implementación del sistema Transantiago, la utilización de la bicicleta se incrementa alrededor del 15% anual, lo que ha forzado la implementación de ciclovías. Durante años se han realizado estudios y hasta existe un plan maestro[1] que propone más de 1000 kilómetros de éstas a lo largo del área metropolitana, pero la realidad es otra: Por la falta de coordinación intermunicipal, o cuestiones político-administrativas, la red es de aproximadamente la mitad de los 1000 kilómetros propuestos, además de que está constituida por tramos discontinuos y desconectados, especialmente entre los límites de un municipio y otro, presentando sólo fragmentos que se terminan abruptamente, imposibilitando continuar con los trayectos deseados.
Terminación abrupta de ciclovía.
Fuente: Recicleta, 2014.
Sin embargo, a diferencia de Monterrey, en Santiago, debido a la problemática descrita en agosto de este año la Intendencia anunció la implementación de un sistema intermunicipal de bicicletas públicas[2], a partir del próximo año, que tiene la intención de dejar de realizar proyectos aislados, “rompiendo las barreras del límite municipal, con un esfuerzo de solidaridad que servirá como precedente para futuros proyectos”, según declaró la alcaldesa de Santiago[3]. El proyecto interconectará 11 municipios mediante la consolidación de ciclovías y la instalación de 140 estaciones de distribución, respectivamente.
Esta iniciativa marca un precedente de gestión intermunicipal y estrategias de innovación política que buscan derribar fronteras y consolidar una región más democrática. Sólo falta esperar a que el proyecto comience, para evaluar si cumple con las expectativas anunciadas, pero ya de entrada, nos muestra un ejemplo de que para “hacer ciudad” es necesario comprender las dinámicas de interconexión espacial de la sociedad contemporánea, y en base a eso, dirigir los esfuerzos y acciones de gestión urbana. En la medida en que se repliquen iniciativas como esta, avanzaremos hacia ciudades más democráticas con procesos y alcances integrales.
[3] Sistema público de bicicletas de Santiago, disponible en: http://www.intendenciametropolitana.gov.cl/n6369_14-08-2014.html
Referencias:
Borja, J. (2013). Revolución urbana y derechos ciudadanos. Madrid, Alianza.
Municipio de San Pedro. (2014). Proyecto Gran Vía. Recuperado en octubre de 2014. Disponible en: http://sanpedrogranvia.mx/
Recicleta. (2014). Ciclovías absurdas. Recuperado en octubre de 2014. Disponible en: http://www.recicleta.cl/content/view/751786/Ciclovias-absurdas-Double-Almeyda-o-jugando-a-las-escondidas.html
Desarticulación micro-barrial del macro-sistema urbano
VerDesarticulación micro-barrial del macro-sistema urbano
La vida ha dejado de ser barrial pasando a tener un rol más sistemático y funcional. Desde las modernas residencias que aíslan a las personas, como las amplias casas de la periferia o los “mini” departamentos , hasta los flexibles mercados laborales que limitan la interacción en las relaciones personales a los viajes diarios hogar-trabajo, el concepto de barrio se ha quedado simplemente en una división y visión territorial característica pero carente de identidad.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
Fuente: http://viajeschile.es/wp-content/uploads/2009/11/barrioparislondressantiagodechile01.jpg
[Por Daniel Moreno. Economista, Universidad Externado de Colombia. Estudiante Magíster en Desarrollo Urbano IEUT-Pontificia Universidad Católica de Chile. Ayudante de Investigación CEDEUS.]
La vida en la ciudad ha dejado de ser barrial y ha pasado a tener un rol más sistemático y funcional. Desde las modernas residencias que aíslan a las personas, como las amplias casas de la periferia o los “mini” departamentos centrales, hasta los flexibles mercados laborales que limitan la interacción en las relaciones personales a los viajes diarios hogar-trabajo, el concepto de barrio se ha quedado simplemente en una división y visión territorial característica pero carente de identidad.
En la actualidad la unidad física primordial de supervivencia, es decir la vivienda, ha dejado en un segundo plano las relaciones que se establecen con el entorno de ésta. Por relaciones no sólo se deben entender que éstas son exclusivas de los vínculos personales establecidos, sino con el mismo lugar próximo al “dormitorio”. Cuando se encasilla a uno o más individuos en un cubo abierto al mundo por las nuevas tecnologías de información, pero cerrado a su entorno inmediato, se rompe la riqueza y fortaleza que se mantiene marginalmente en algunos barrios de ingresos y densidades menores. Así mismo, es curioso cómo el establecimiento de lazos con el barrio aunque sea gratuito, no se aprovecha y lo que realmente tiene un costo y constante demanda, es el acceso a bienes y servicios que parecen suntuarios e innecesarios.
La periferia no escapa al señalamiento de pérdida de identidad, salvo algunas zonas que son rurales pero que no demoran en ser “fagocitadas” por la gran ciudad. Es correcto emplear ese término utilizado en la biología, ya que la acción del suelo urbano cuando absorbe, destruye las relaciones establecidas en los barrios rurales. La especulación derivada de la expansión urbana y el mercado del suelo, hace que se desarrollen conjuntos habitacionales similares a los ubicados en los suburbios norteamericanos, los cuales ya han sido bastante criticados por su ineficiencia. Cuando se añade la fragmentación social con esa ineficiencia, solo se puede esperar el surgimiento de externalidades negativas objetivas y abstractas. Objetivas porque se generan mayores tiempos de viajes, congestión y contaminación ante la necesidad del uso del automóvil, y abstractas porque no se establecen comunidades ni convergencias sociales.
En vez de establecer un modelo dual de desarrollo urbano, es decir, de expansión urbana horizontal y vertical, debe existir uno que unifique los conceptos adecuados y coherentes a la sostenibilidad del barrio en la ciudad. La densidad es un inconveniente-conveniente, en la medida que se ha sobreexplotado para maximizar la eficiencia del espacio y la infraestructura en las zonas centrales de la ciudad, generando al mismo tiempo la destrucción barrial tradicional. La solución podría estar en el diseño de un nuevo sistema habitacional que al menos articule y enfrente (de manera positiva) a las personas, obligándolas indirectamente al establecimiento de relaciones con su entorno.
De forma similar, se puede establecer un sistema que genere comunicación en los viajes diarios al trabajo. Esta idea puede alejarse del plano físico y consolidado del barrio como tal, pero al menos en el punto de partida de esos viajes, tanto de ida como de vuelta, se puede crear integración social. El comportamiento “antipático” se puede asociar al miedo o timidez típicos del ciudadano común, el cuestionamiento en esta parte es cómo romper la barrera invisible del trato humano hacia las personas desconocidas.
Sin embargo, antes de arrojarse al vacío por el establecimiento de prácticas y proyectos estratégicos y decisivos por la mantención de la escala barrial humana, se debe experimentar y vivir la micro-comunidad urbana. En este punto, se debe recoger la riqueza del argumento de Jane Jacobs (2011) que defiende la comprensión y entendimiento de la ciudad antes de realizar cualquier planificación y materializarla, ya que entender el funcionamiento de las ciudades en la vida real, permite conocer los principios que estimulan la vitalidad social y económica. A esta idea, se le debe añadir la importancia que tiene el barrio para los habitantes de la ciudad, porque dentro de él se encuentra la vitalidad social y la identidad comunitaria. Infortunadamente, el método para crear planeación y vivienda siempre ha estado encaminado hacia la expectativa de obtención de los mejores resultados: rentabilidad máxima o de minimización de costos.
Dentro del crecimiento horizontal y vertical de la ciudad, se debe pensar antes de actuar para asegurar los resultados que realmente se quieren materializar. Pero por resultados se debe considerar al barrio como un ente valioso y no sólo como un territorio definido. Las desatenciones de la planeación urbana se deben a sus escalas de intervención, donde la más desarticulada es la escala micro-barrial dentro de un desordenado macro-sistema urbano.
Referencias:
Jacobs, J. (2011). “Muerte y vida de las grandes ciudades”. Madrid, España: Capitán Swing, pp. 488.
Hacia la recuperación del espacio público como plataforma para la construcción social del Barrio
VerHacia la recuperación del espacio público como plataforma para la construcción social del Barrio
El espacio público actúa como un eje integrador de los distintos espacios privados que componen la ciudad, de modo que además de ejercer el rol de dar lugar a la generación de flujos, también se convierte en una plataforma integradora, a través de la cual los distintos colectivos sociales pueden interactuar y establecer relaciones de convivencia
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
Fuente: Elaboración propia. Plaza de la Virgen Blanca, Vitoria – Gasteiz, España. 2014.
[Por Uri Colodro Gotthelf. Estudiante Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile.]
Cada vez es más reconocido el rol que ejerce el espacio público en la administración de las ciudades (Delgado, 2011). Se trata de un espacio de representación, donde la sociedad se hace visible, al mismo tiempo en que el Estado despliega sus mecanismos normalizadores (Foucault, 1988). Actúa como un eje integrador de los distintos espacios privados que componen la ciudad, de modo que además de ejercer el rol de dar lugar a la generación de flujos, también se convierte en una plataforma integradora, a través de la cual los distintos colectivos sociales pueden interactuar y establecer relaciones de convivencia.
Resulta importante promover la actividad diurna y nocturna, así como los subcentros que se generan en las periferias de las ciudades. Estos espacios, actúan como fuerzas centrípetas que constituyen las nuevas centralidades, reemplazando funciones de los centros antiguos, que ante el crecimiento de la ciudad se encuentran a largas distancias. Es así como debe integrarse el tejido urbano con el tejido social, permitiendo la integración y la heterogeneidad cultural (Borja & Muxí, 2000).
La vitalidad del ambiente urbano permite la integración y la seguridad urbana a través de la presencia de gente en la calle. La vitalidad del espacio público, entonces, opera en los barrios residenciales como un mecanismo de seguridad. Es necesario un uso intensivo de las calles, plazas y lugares de encuentro, para que la ciudadanía ejerza un poder mediante la apropiación. Esta situación, además, permite reducir considerablemente el sentimiento de agorafobia urbana, tan propio en las sociedades latinoamericanas, y que se refiere al miedo hacia los espacios públicos de la ciudad (García, 2005). En este sentido, con la llegada de la ciudad difusa, la socialización se ha desplazado hacia los espacios de ocio y consumo, como lo son los centros comerciales. Estos territorios son denominados por Augé (1993) como “no lugares”, ya que se recrean como universos simbólicos, que son herencia de nuestro pasado, pero que representan una realidad artificial. Se trata de espacios comunes o colectivos, que en cierto sentido operan como públicos, pero que no lo son totalmente, dado que operan bajo una lógica de panoptización, y se orientan exclusivamente al consumo. Aquí, lo que se intenta es una representación privada del espacio público (Aliste, 2008).
La agorafobia urbana suele tener su fundamentación en la mala gestión existente en la ciudad cosmopolita y el natural encuentro entre extraños tan propio de los espacios públicos (Valera, 2008; Fernández-Ramírez, 1998).
En los barrios residenciales resulta esencial dejar a un lado este tipo de sentimientos. Es necesario, entonces, promover la interacción entre vecinos y fomentar la integración social a través de la construcción de relaciones de reciprocidad, comunitarismo y apoyo mutuo. En este sentido, el espacio público actúa como un vehículo que permite generar lazos y establecer vínculos de comunicación. Así, las administraciones locales deben encargarse de fomentar su uso, realizando actuaciones urbanísticas que permitan convertir estos espacios en una prolongación de la vivienda, donde puedan generarse actividades de diversa índole que afianzan el sentimiento de comunidad.
Resulta fundamental reconstruir las relaciones sociales a nivel local, las cuales se han desintegrado con el surgimiento de la ciudad difusa, de modo que debe entenderse el barrio como un módulo social y no sólo como una agrupación de viviendas (Lefebvre, 1971). Debe generarse arraigo, topophilia (amor al territorio), identidad y sentimiento de pertenencia, concibiéndose como un espacio con personalidad y singularidad, que el ciudadano puede vivir en su día a día.
En este sentido, el desplazamiento de la socialización hacia espacios de consumo privados, y la vivienda a comunidades cerradas donde no se genera interacción ni vida de barrio, son dos fenómenos que tienen que ver con cómo ha afectado el sentimiento de agorafobia urbana a las sociedades urbanas, las cuales operan de manera reactiva, generando rápidamente consecuencias que son posibles de detectar en el territorio.
Finalmente, es labor de los planificadores, de las administraciones locales y de la sociedad civil hacer especiales esfuerzos por volver a desplegar aquellos tejidos sólidos y líquidos, desde la perspectiva de un espacio que además de ser material, también tiene una dimensión social. Se trata de elementos que se han ido desdibujando a medida que la globalización irrumpe en los modos de vida locales, convirtiendo la ciudad en un espacio desprovisto de identidad y convirtiendo algunos barrios en no lugares, que no generan arraigo ni configuran un sentimiento de pertenencia y apego. Es así como debemos apuntar a concebir la ciudad como una gran unidad llena de dinamismo y realidades simultáneas, y no como el actual mosaico de retazos urbanos que operan como células que no interactúan demasiado entre sí, y no son más que el reflejo de una sociedad cada vez más segregada.
Referencias bibliográficas
Aliste, E. (2008). Huellas en la ciudad: territorio y espacio público como testimonio para una geografía socia. Segunda Escuela Chile – Francia, Universidad de Chile.
Augé, M. (1993). Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. GEDISA.
Borja, J. y Muxí, Z. (2000). El Espacio Público, ciudad y ciudadanía. Barcelona.
Delgado, M. (2011). El espacio público como ideología. Madrid: Catarata.
Fernández-Ramírez, B. et. al. (1998). Generalidad y especificidad en la explicación del miedo al delito y los lugares peligrosos. Apuntes de Psicología, 16 (1 y 2), pp. 173-186.
Foucault, M. (1988). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, Alianza Editorial, Madrid.
García, A. (2005) Miedo y privatización de los espacios públicos ¿Hacer o deshacer la ciudad? En Coloquio de Geografía Urbana VII. Barcelona.
Lefebvre, H. (1971). Barrio y vida de barrio. En: De lo rural a lo urbano. Barcelona: Ediciones Península.
Salcedo, R. (2002). El espacio público en el debate actual: una reflexión crítica sobre el urbanismo post-moderno. En EURE v.28, N°84, Santiago de Chile.
Valera, S. (2008). Conflicto y miedo ante un nuevo espacio público urbano. En Fernández-Ramirez, B. y Vidal, T. (eds.) Psicología de la Ciudad. Debate sobre el espacio urbano. Barcelona: Editorial UOC.
Antenas de celulares: ¿Los nuevos vecinos del barrio?
VerAntenas de celulares: ¿Los nuevos vecinos del barrio?
El uso de teléfonos móviles se ha convertido en un elemento central, ya que permite la conexión con distintos lugares. Las exigencias del mundo globalizado han propiciado que las ciudades tomen diversas medidas como la instalación e de estructuras que permitan la comunicación, como lo son las antenas de celulares. Infraestructuras que incide directa e indirectamente desde distintos ámbitos en los barrios.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
Fuente: http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2012/01/03/519931/camara-de-diputados-aprueba-proyecto-de-ley-de-antenas-celulares.html
[Por Camila Valenzuela. Geógrafa y Licenciada en Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.]
En la actualidad, el uso de teléfonos móviles se ha vuelto el foco de atención en las ciudades debido a que nos permite, entre otras cosas, mantenernos conectados con distintos lugares del planeta. Las exigencias del mundo globalizado y la carrera por no quedar out han propiciado que las ciudades tomen diversas medidas como, por ejemplo, la instalación e implementación de estructuras que permitan la comunicación como las antenas de celulares.
Cada cierto tiempo en los medios de comunicación se emiten reportajes sobre las problemáticas de las antenas de celulares, si bien no estamos exentos éstos, es importante destacar que se han tomado medidas al respecto como la denominada “Ley de Torres” (Ley N°20.599); que regula el uso de la infraestructura soporte de antenas de celulares en zonas urbanas y rurales, tomando en cuenta las exigencias urbanísticas y la participación ciudadana para la instalación de estas estructuras. Esta Ley considera las siguientes precauciones: proteger la salud de las personas, proteger los barrios y finalmente dar información a los vecinos cuando se autorice la instalación de antenas.
Evidentemente estas precauciones son consideradas porque son conocidos los efectos que causan en todo ámbito; con respecto a la primera de estas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que no existen efectos de las antenas sobre la salud de las personas, sin embargo, se consideran límites en la densidad de potencia de las ondas radioeléctricas[1].Respecto a los barrios, se puede apreciar a simple vista el deterioro del entorno puesto que la estructura de antena no es acorde a la escala ni al paisaje del barrio –las antenas pueden llegar a medir entre 12 y 50 metros de altura-[2]. Además, hoy en día muchas de las antenas de celulares existentes en Chile se encuentran “disfrazadas” o técnicamente como se les denomina “torre armonizada” de especies arbóreas como araucarias y palmeras, lo se supone permite minimizar el impacto visual siendo este acorde al entorno. En el año 2011, la compañía telefónica Entel en conjunto con un grupo de profesionales llevo a cabo el proyecto ARtenas, el que pretendía armonizar las antenas ya existentes con el fin de aminorar el impacto paisajístico de algunas comunas de Santiago. No parece casualidad que hayan sido disfrazadas las antenas de esta empresa, ya que en Chile, en el año 2012 se contabilizaron 6.254 antenas de celulares, de las cuales 2.917 pertenecen a la empresa de telefonía Entel[3]. Finalmente, informar a los vecinos cuando las antenas de celulares son autorizadas parece ser una medida poco justa desde la mirada del ciudadano, puesto que si las autoridades promueven la participación ciudadana debiese ser esta la instancia de información, no después de su instalación ya que poco se puede hacer una vez emplazada la estructura.
Si bien, la Ley especifica zonas sensibles como lo son: escuelas, salas cuna, jardines infantiles, hospitales, clínicas o consultorios y asilos de ancianos principalmente; también existen las zonas saturadas, donde la potencia supera los niveles permitidos (100 µW/cm2) en la normativa vigente desde el 2008 y zonas de protección donde se resguarda la biodiversidad. Por tanto, según los argumentos expuestos y respecto a la Ley N°20.599, surge el cuestionamiento ¿Por qué razón existe disconformidad por parte de los ciudadanos frente a las antenas de celulares?
Primero que todo, seguramente pocas personas se encuentran libres de la exposición a la radiación sea está en niveles bajos o altos, por otra parte disimular una antena con aspecto de árbol no disminuirá la contaminación visual, ya que se ve con un aspecto falso y posiblemente pudiese provocar efectos negativo en la fauna del sector. Asimismo de estos efectos negativos, pudiese provocar una desvalorización de los inmuebles y problemas de salud, de lo cual no discutiremos por ser un tema extenso y que da cabida a estudios más profundos.
Fuente: http://www.soychile.cl/Santiago/Espectaculos/2011/12/28/61322/Por-que-en-mi-jardin-abordara-la-invasion-de-las-antenas-celulares-en-Chile.aspx
Es casi imposible no relacionar el desarrollo económico con la planificación urbana, muchas veces la presión que ejercen las empresas es mucho mayor a la presión de los vecinos, determinando la instalación de este tipo de infraestructura. Por otra parte, los municipios deberían trabajar y solucionar conflictos barriales que se generen a raíz de la instalación de antenas, puesto que son la vía más directa hacia los ministerios, quienes pueden trabajar temáticas desconocidas hasta el momento.
Las ciudades de hoy son demandantes de estas estructuras, siendo estas prácticamente inevitables para la vida actual, donde casi todos tenemos celulares y cada día se necesitarán más antenas que cubran la demanda de usuarios.
En vista que los barrios son fuente de identidad, arraigo y cultura, se debería planificar de mejor manera la instalación de estas estructuras o de cualquier elemento que afecte tantos ámbitos como los señalados. Claramente no se puede tratar de pasar desapercibida una antena de celular con aspecto de árbol y tratar de convertirla en un objeto simbólico para una comunidad de un barrio determinado y a su vez ellos carguen de sentido y significados el espacio que habitan; es así como se deben buscar soluciones para que en un futuro tengamos barrios y ciudades que den a sus habitantes una mejor calidad de vida.
Si se pretende ordenar y racionalizar el despliegue de estas estructuras, se debiese contar con instrumentos que contabilicen la cantidad de antenas de celulares que hay en Chile y donde se distribuyen, solo así se podrían hacer mejoras y evitar posibles efectos negativos.
[1] Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL), portal informativo ciudadano “Ley de Torres”. Consultado: 13 de octubre de 2014.
[2] Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL), portal informativo ciudadano “Ley de Torres”. Consultado: 13 de octubre de 2014.
[3] Según el portal Terra. Infografía, ¿Cuántas antenas celulares hay en Chile? Estudio realizado el 12 Enero de 2012.
Recuerdos de Barrio, problemas de Ciudad
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Ante las actuales demandas por nuevos proyectos inmobiliarios el paisaje del barrio cambia, sin embargo, no se evidencian mejoras significativas en la infraestructura y capacidad instalada para atender la demanda de la población residente y flotante.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
Calles 145 A y 146: En los terrenos que ocupaban grandes casas de estilo campestre, se levantan hoy conjuntos cerrados de departamentos. La valorización del sector entra en conflicto con la capacidad instalada para proveer de servicios básicos a la ciudadanía.
Fuente: Archivo del autor
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
“Even the most urbane citizen does care about the atmosphere of the street and district where he lives, no matter how much choice he has of pursuits outside it; and the common run of city people do depend greatly on the neighborhoods for the kind of everyday lives they lead” (Jacobs, 1992: 117)
Hacía mucho tiempo no caminaba por la calle donde queda la casa en que viví por más de 18 años. Aun cuando queda a menos de 4 calles de mi actual residencia, no había caminado por ella, ni había notado cuanto había cambiado en los últimos años. Las viejas casas y conjuntos cerrados donde vivían mis amigos de infancia, así como la “tienda de la cuadra”, habían dado paso a edificios de más de 10 pisos (aún en proceso de construcción). Frente a ellos, y como testigos silenciosos del cambio de la ciudad, los viejos edificios de baja altura que durante años identificaron al barrio “Cedritos”, que se ha mantenido durante más de 30 años como uno de los lugares del norte de Bogotá con mayor demanda para desarrollar proyectos residenciales y comerciales. Paradójicamente, mientras el paisaje del barrio cambia por cuenta de nuevos proyectos inmobiliarios, no se evidencian mejoras significativas en la infraestructura y capacidad instalada para atender la demanda de la población residente y flotante.
Jacobs (1992) sostenía que los barrios son componentes esenciales de toda ciudad, por cuenta de las relaciones económicas y sociales que se establecen gracias a ellos, toda vez que la ciudad requiere de sus barrios para existir. En ese sentido, sostiene que un barrio que se pueda denominar “exitoso” es aquel lugar que no es destruido por sus problemas, a la vez que se puede considerar como una continuidad física, económica y social de pequeña escala, pero muy activa. En contraposición, un barrio “no exitoso” es aquel que no logra superar sus problemas, especialmente aquellos que la ciudad le genera y sobrepasan su capacidad instalada: una planeación inadecuada y políticas deliberadas sobre el uso y desarrollo del suelo pueden ser las causas principales del deterioro de un barrio o sector de la ciudad. Jacobs también señala las dificultades que hay para definir los límites de un barrio, bien por cuestiones gubernamentales que definen una idea técnica del mismo, o bien por los ciudadanos, que los extienden o acortan según su historia y su relación con el espacio que habitan.
“Posible mapa” de Cedritos: Tras revisar algunos mapas en línea, notas de prensa e información de portales inmobiliarios, parece que el sector – barrio “Cedritos” está conformado por el polígono mostrado en el mapa. Se advierte su proximidad a los Cerros Orientales y al sistema BRT “Transmilenio”, al poniente.
Fuente: elaboración propia en Google Earth.
Sin ser un barrio crítico, Cedritos ha dado muestras de los efectos negativos que se corren al optar por un modelo de ciudad, sin que esta tenga los atributos adecuados para garantizar la sostenibilidad de dicha decisión. Ante las limitaciones para desarrollar nuevos proyectos en el norte de la ciudad, la opción de densificar y verticalizar en zonas existentes con buena conectividad y ventajas de aglomeración cobró bastante importancia. En poco tiempo, los edificios con alturas superiores a los 10 pisos se han ido imponiendo en el paisaje de los barrios, ante una demanda significativa por vivienda en un sector de alta valorización del suelo. Los nuevos proyectos residenciales han favorecido el aumento de la población y los servicios en el sector, que son soportados por una infraestructura muy similar a la existente en sus orígenes. Al respecto, no ha habido claridad sobre las consideraciones que han tenido los curadores urbanos para adjudicar las licencias de construcción en el sector. El gobierno distrital ha reconocido que el proceso de densificación que se llevó a cabo en Cedritos fue inadecuado, y que la capacidad instalada no da cuenta de la demanda presente y futura.
Comercio de conveniencia (calle 140): A lo largo de la calle 140 se concentran las actividades comerciales y financieras del sector. Los centros comerciales tipo “strip center” han sido característicos de Cedritos desde su fundación, y se han visto beneficiados con el aumento poblacional.
Fuente: Archivo del autor
El aumento de la población residente y flotante ha dejado al descubierto problemas heredados de años de una planeación urbana insuficiente ante las dinámicas del crecimiento de la ciudad y las demandas de la ciudadanía. El caso más significativo se presentó con las redes de acueducto y alcantarillado, puesto que se demostró que el aumento en el número de solicitudes de conexión sobrepasó la capacidad existente en el sector, afectando la presión disponible para cada hogar y la evacuación de aguas residuales. La situación llevó a frenar temporalmente el desarrollo de proyectos y la asignación de permisos, puesto que el Acueducto no podía garantizar que conjuntos residenciales de 10 pisos (y más) tuvieran acceso a sus servicios. Por otra parte, la saturación de la infraestructura vial ha afectado los desplazamientos de la población, toda vez que hay evidencia de un aumento en las congestiones en sentidos norte-sur y sur-norte, asociados a un mayor número de vehículos movilizándose en las principales vías de acceso y salida del sector. Aun cuando se trata de un sector con varios atributos de conectividad (incluido el sistema BRT “Transmilenio”), resulta evidente que no satisfacen la demanda de la población, y no hay inversiones significativas en vías que puedan contribuir a agilizar los desplazamientos por medio de vehículos.
Intersección de la calle 151 con la carrera 15: Esta intersección da las limitaciones en infraestructura para movilidad y transporte en el sector. Vías con diferentes número de calzadas y sin continuidad, que generan embotellamientos en diferentes horas del día en una zona de uso mixto (residencial, comercial y servicios).
Fuente: Archivo del autor
No son problemas exclusivos de Cedritos. Son una tendencia general en una ciudad que alguna vez fue referente mundial del desarrollo urbano, y que hoy, en su conjunto, se ve sobrepasada por sus problemas y la capacidad real para atenderlos. La imagen de las calles de mi infancia son solo unas más en el cambiante panorama de este sector, urbanizado desde mediados del siglo XX a partir de un acueducto cerrado recientemente. Lo poco que he encontrado sobre su historia muestra que en algún momento, sus conjuntos cerrados y su comercio de conveniencia eran innovadores y atractivos para la clase media que siguió el patrón de migración hacia el norte iniciado por la clase alta. En un artículo de 1992 se leía lo siguiente: “Cerca están la montaña, los árboles y la quebrada Los Cedritos. Por eso allí se respira un aire tan puro, tan difícil de encontrar en Bogotá”. Muy posiblemente, esa visión romántica del sector puede ser discutida por los actores involucrados en su desarrollo. A lo mejor, la planeación y las políticas puedan hacer más por Cedritos para revertir sus problemas y lograr mejores condiciones de habitabilidad y movilidad, entre otros que devuelvan algo de los buenos recuerdos que guardan los vecinos.
“Y llegamos a la cuestión fundamental. Desde el día en que nací, nunca he dejado las casas, las calles y los barrios en los que he vivido”
(O. Pamuk, “Estambul: ciudad y recuerdos”)
Referencias:
Gottdiener, M., Budd, L. (2005). Key concepts in Urban Studies. London. Sage.
Jacobs, J. (1992). The death and life of great American cities. New York. Vintage.
Pamuk, O. (2006). Estambul: ciudad y recuerdos. Mondadori.
Prensa y medios audiovisuales
Aguilera Jimenez, L. (septiembre 15 de 2014). “Densificación de Cedritos se hizo en forma desordenada”. Diario El Tiempo. Disponible en: http://www.eltiempo.com/bogota/densificacion-en-cedritos-/14533708
El Tiempo (enero 25 de 1992). “Cedritos, un conjunto abierto de historias”. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-20777
Noticias Uno (septiembre 1 de 2012). “Redes de acueducto a punto de colapsar en Cedritos”. Disponible en: http://noticiasunolaredindependiente.com/2012/09/01/noticias/redes-de-acueducto-a-punto-de-colapsar-en-cedritos/
Los Barrios en tiempos de Ciudades Globales
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En el contexto de las ciudades globales, hace sentido promover el barrio como unidad espacial local que participa en las diversas dinámicas y que incita el compromiso cívico de sus integrantes con su entorno directo y con su ciudad. Hace sentido porque la escala barrial guarda una relación intrínseca e inexorable con la calidad de vida de las personas.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
Fuente: http://qz.com/237063/will-city-dwellers-actually-use-a-no-cellphones-lane-on-the-sidewalk/
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
Vivimos en una época netamente urbana. La mayoría de la población mundial reside actualmente en ciudades y las tendencias apuntan a un porcentual de concentración aún mayor para el futuro, para lo que se podría llamar de nuestro “futuro urbano”[1]. Pero además de urbana, esta también es una época de globalización e informatización. Una época en la cual lo “real” de nuestras ciudades disputa constantemente con lo “virtual”. Cada vez más, el trabajo está asociado al uso de tecnologías y computadoras, la socialización dependiente de aplicativos y plataformas conectados a redes. Tanto que hoy en día incluso se implementan, en larga medida en respuesta a demandas de la sociedad, dispositivos de distribución gratuita de internet en espacios públicos de varias ciudades alrededor del mundo. Esto es particularmente verdadero para el caso de las ciudades globales, en las cuales se busca infatigablemente – o se espera con vehemencia en el caso de algunas – lograr una hiperconexión veloz e ininterrumpida.
Fue ironizando un aspecto de este contexto de hiperconectividad, el de caminar mirando al celular, muchas veces de forma inoportuna y dificultando el flujo peatonal, que la National Geographic realizó un experimento social en la ciudad de Washington, D.C., señalizando en la vereda una segregación entre “sin celular” y “con celular”. El experimento behaviorista fue realizado con el permiso de la ciudad y es parte del desarrollo de un programa de tv que todavía no ha estrenado, razón por la cual todavía solo se puede especular sobre el enfoque específico que ellos darán a los resultados obtenidos. Sin embargo, de acuerdo a los reportajes sobre el experimento[2], la mayoría de las personas no se dieron cuenta de la intervención en el piso. Posiblemente por ir caminando ya engajadas con sus dispositivos electrónicos. Por otro lado, muchos de los que sí se dieron cuenta, sacaron fotos, con sus celulares. Muchos de estos probablemente lo compartieron en las redes sociales. Resultados similares a estos fueron observados en una intervención artística realizada en Nueva York, separando, también con tinta blanca, una sección de la vereda para los residentes de la ciudad y otra para los turistas[3], y logrando que varios de los paseantes sacaran fotos de la intervención y las publicaran y comentaran online.
Independiente de las variadas interpretaciones y conclusiones que uno puede derivar de estos experimentos, ellos sirven como un indicio de que, paulatinamente, nuestra forma de relacionarnos, tanto con la ciudad como entre nosotros mismos, está cambiando. Y en este proceso de cambio, la figura de los barrios, como espacios de copresencia y convivencia, en los cuáles se forman vínculos comunitarios y se construyen identidades locales, es puesta en cuestión. Esto porque, si bien se considera que “la mera territorialidad, es decir el mero convivir en un mismo espacio geográfico, no sería condición suficiente para constituir una identidad barrial y/o comunitaria” (Baleato apud Martinéz, 2004 – énfasis nuestro), se sobreentiende que ella es una condición necesaria.
La territorialidad es justamente el punto de partida para un barrio, sea desde una perspectiva gubernamental, de planificación y gestión urbana, sea desde una perspectiva más cercana a las ciencias sociales, histórica, sociológica o antropológica por ejemplo, sea desde una perspectiva de los propios pobladores de un barrio. El espacio físico es un denominador común a las definiciones de barrio, pero es, en larga medida, indiferente para la socialización llevada a cabo en el espacio digital. Basta estar en un lugar con acceso a internet, con un dispositivo que te permita conectarse, tener habilidades para hacerlo, y “listo”. Se podría decir que es un tema más bien logístico asociado a la conexión, ya que con los avances de las tecnologías de información y comunicación ya no existen las restricciones espacio-temporales de otrora, emergieron nuevas alternativas para relacionarse con los demás y con nuestro entorno. Uno puede, desde su casa, apoyar una causa ambiental en el polo norte. O seguir las protestas en Egipto. O participar en una video conferencia con una sucursal de la empresa que se encuentra en otro continente. O jugar en tiempo real con otros jugadores dispersos por todo el mundo. O incluso hacer todo esto. O algo completamente distinto. Las posibilidades de uso de estas tecnologías son varias y permiten – posiblemente también incentivan – la formación de comunidades virtuales desterritorializadas, articuladas, en larga medida, sin depender de la proximidad geográfica de sus integrantes. Son comunidades que pueden ser transnacionales, transfronterizas, “transbarriales”.
Pero este es un lado de la moneda. Dependiendo del uso dado a las tecnologías, más que desvincular las personas de las localidades que ellas habitan, es posible promover y fortalecer relaciones cara-a-cara en las ciudades, es posible salvaguardar y potencializar los barrios en esta época de ciudades globales altamente conectadas. Es posible vencer el antagonismo entre los ámbitos virtual y real, combinándoos sinérgicamente (utilizando, por ejemplo, plataformas de mapeo participativo para monitorear avances de una obra pública o el estado de conservación de áreas verdes). Y hay varios motivos para hacerlo. Para citar algunos ejemplos, se puede (i) garantizar mejor representación política a través de juntas de vecinos, (ii) mejor conservar el patrimonio arquitectónico y cultural, y (iii) generar mayor seguridad y cohesión social. Hay ciertos temas y problemas urbanos que son específicos de cada territorio, que afectan principalmente a las comunidades locales, que a su vez tienen mayores chances de defender sus intereses y demandas frente a presiones externas cuando poseen un fuerte sentido de identidad y presentan organización y cohesión social. En este sentido, no solamente hace sentido hablar de barrio en la ciudad global, especialmente en lo que se refiere a la necesidad de sociabilización no-exclusivamente-virtual (Baringo, 2013; Žižek, 2005)[4], hace sentido promover el barrio como unidad espacial local que participa en las diversas dinámicas de las ciudades globales y que incita el compromiso cívico de sus integrantes con su entorno directo y con su ciudad. Hace sentido porque la escala barrial guarda una relación intrínseca e inexorable con la calidad de vida de las personas. Hace sentido porque es una escala más palpable, más humana, que nos obliga a re-acercarnos a los espacios que experimentamos corpóreamente en nuestras vidas diarias.
[1] Término ampliamente utilizado hoy en día, pero que parece haber sido masificado después de la publicación del siguiente informe: The World Watch Institute, (2007) “The State of the World: Our Urban Future”. Disponible en: http://www.worldwatch.org/files/pdf/State%20of%20the%20World%202007.pdf
[2] Algunos ejemplos: https://www.yahoo.com/tech/cellphone-talkers-get-their-own-sidewalk-lane-in-d-c-92080566744.html , http://qz.com/237063/will-city-dwellers-actually-use-a-no-cellphones-lane-on-the-sidewalk/ y http://www.dailymail.co.uk/news/article-2696568/TV-puts-fast-slow-lanes-DC-sidewalk.html
[3] Más información disponible en: http://improveverywhere.com/2010/06/08/the-tourist-lane/
[4] Sobre los riesgos de solitud asociados a prácticas de sociabilización prioritariamente virtuales y sus consecuencias negativas, véase: http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/oct/14/age-of-loneliness-killing-us
Referencias:
Baringo, D. (2013). “¿Tiene sentido hablar de barrio en la ciudad global? Reflexiones en torno a la relación entre sociología, comunidad urbana y el lugar”. RES nº 19 (2013) pp. 49-66. ISSN: 1578-2824
Martinéz, G. (2004). “El Barrio, un Ser de Otro Planeta”, En bifurcaciones [online]. núm. 1, verano 2004. Disponible en: <www.bifurcaciones.cl/001/Martinez.htm>. ISSN 0718-1132
Žižek, S. (2005). “Bienvenidos al desierto de lo Real”, Editora AKAL, Madrid, España.
Barrios Sustentables
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Diferentes barrios en la ciudad de Santiago, han permitido generar instancias de prácticas sustentables y simples de realizar, donde la participación ciudadana se hace fundamental para obtener resultados conscientes con las problemáticas medio ambientales actuales.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014
Fuente: www.digap.cl
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
Diferentes barrios en la ciudad de Santiago, han permitido generar instancias de prácticas sustentables y simples de realizar, donde la participación ciudadana se hace fundamental para obtener resultados conscientes con las problemáticas medio ambientales actuales. Problemas como la cantidad de residuos domiciliarios o la falta de áreas verdes que permitan la biodiversidad, son temáticas que son atractivas para las comunidades que forman los barrios y que se hace necesario un constante apoyo desde actores que permitan coordinar o incentivar la conciencia medio ambiental en la escala barrial.
Palabras claves: residuos, sustentabilidad, conciencia ambiental.
El Ministerio del Medio Ambiente a través del Sistema de Certificación Ambiental Municipal (SCAM), permite que a lo largo del país se incorpore un sistema integral de carácter voluntario, que se basa en estándares internacionales como ISO 14.001 y el Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría, en las municipalidades. Dentro de este sistema de certificación, existe el Programa Barrios Sustentables, la cual busca implementar un modelo de gestión ambiental que se basa en el desarrollo y aplicación de conductas sustentables a nivel de barrio, donde el municipio actúa como gestor técnico, trabaja en la comunidad con directa relación con las Juntas de Vecinos y/u organizaciones comunitarias de carácter territorial. Cabe destacar, que este tipo de iniciativas se encuentra enfocado para municipios que posean una fase de certificación de excelencia dentro del SCAM, es decir, que mantienen un programa de sensibilización ciudadana y una comunidad organizada en comités ambientales locales (Ministerio del Medio Ambiente, 2012).
Las temáticas abordadas dentro del programa, es a través de la ejecución de talleres teóricos-prácticos con temáticas relacionadas a prácticas ambientales, como por ejemplo; uso eficientes del agua, energía renovables no convencionales, residuos, entre otros. En el caso de Santiago, específicamente la comuna de La Pintana, cuenta con certificación de Barrio Sustentable, en la cual, realizan diversas actividades a través de la Dirección de Gestión Ambiental (DIGA), esta dirección fue creada por el municipio en el año 1995 y desde en ese entonces, se encarga de realizar diferentes propuestas ambientales en cuatro áreas: operaciones ambientales, áreas verdes, salud ambiental y educación ambiental, las cuales permiten ejecutar diferentes prácticas sustentables dentro de los barrios de la comuna.
Como ejemplo, de algunas las prácticas específicas que han realizado son el Jardín Educativo, donde se preservan diferentes especies arbóreas, ornamentales y medicinales, con el fin de mantener acciones que permitan la biodiversidad urbana. También están las iniciativas de Compostaje Domiciliario, donde a través de la adjudicación de unos fondos concursables y con el apoyo de la comunidad y el municipio han logrado hacer reutilización de los residuos orgánicos para la elaboración de abono orgánico, para esto se instalaron 250 composteras canadienses en diferentes viviendas de los barrios de La Pintana, logrando reducir alrededor de un kilogramo de residuos por hogar.
Hoy en día los Barrios Sustentables siguen siendo un plan piloto, pero que desde su creación el año 2012, ha logrado a beneficiar barrios en comunas como Buin, La Pintana, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y La Araucanía.
Por otra parte, al considerar que en Chile se generan 16,9 millones de toneladas de residuos, de los cuales 6,5 millones son domiciliarios y de este, un 33% corresponde a residuos no orgánicos potencialmente valorizables, existen iniciativas como las implementadas en la comuna de Las Condes, donde llama la atención un emprendimiento social e innovador llamado Tricicla, este emprendimiento, interesado en el cuidado del medio ambiente y reducir la huella de carbono en barrios del sector oriente de Santiago, colabora a reciclar residuos domiciliares como por ejemplo; cartón, envases plásticos, latas, papel y vidrio en barrios que se encuentran dentro de las comunas de Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y La Reina.
Fuente: www.zancada.com
El sistema de trabajo es a través de un recorrido en diferentes sectores específicos de retiro, completando cuadrantes y pasando por varios barrios. Esta metodología colabora a que en los barrios se genere una conciencia medio ambiental, promueva la participación sostenida en el tiempo por los vecinos, que en conjunto con Tricicla logra una gestión ambiental y principalmente un fortalecimiento de buenos hábitos ambientales entre vecinos.
Finalmente las diferentes prácticas que se generan en algunos barrios de la región Metropolitana permiten contribuir al desarrollo de prácticas a través de una acción coordinada y cohesionada, muchas veces con planteamientos referentes a la educación ambiental, o simplemente una planificación, identificando y haciendo participé a todos los actores que componen un barrio en problemáticas ambientales urbanas, obteniendo como resultado un impacto permanente y sustentable en el tiempo en materia medio ambiental, reconociendo así, el valor del entorno, de su cultura y acción integral de la comunidad, lo cual, conlleva a un equilibrio entre la economía, los requerimientos sociales y culturales de la ciudadanía y un buen vivir.
Talleres Ambientales en Programa Recuperación de Barrios
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El Programa de Recuperación de Barrios del MINVU, en el Barrio Balmaceda de la ciudad de Arica, pretende generar a través del eje transversal de medio ambiente, una conciencia ambiental en el entorno de barrios vulnerables.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014
Fuente: Archivo de Daniela Bahamondes
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
El Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en el Barrio Balmaceda de la ciudad de Arica, pretende generar a través del eje transversal de medio ambiente, una conciencia ambiental en el entorno de barrios vulnerables. Así, la Agrupación Social, Cultural y del Medio Ambiente PALBAS, plantea prácticas en base a la educación ambiental, que permitan complementar el trabajo realizado en los diferentes ejes del Programa. Además, de instaurar vínculos permanentes entre pobladores, permitiendo fortalecer la identidad del barrio a través de prácticas asociadas al desarrollo sustentable y que permitan resolver la complejidad integral del territorio y promueva un Buen Vivir en la comunidad.
Palabras claves: barrio, educación ambiental, desarrollo sustentable.
La falta de conocimientos y conciencia acerca de nuestras relaciones de dependencia con el medio ambiente conduce a las personas a actuar como si no fuesen parte de él. Esta situación ha dado origen a los diversos problemas ambientales actuales como son la contaminación del aire, el agua y el suelo por basura doméstica, residuos industriales, gases de transporte vehicular, uso de agroquímicos, entre otros; los que a su vez incrementan los problemas ambientales globales, como por ejemplo, el cambio climático.
Frente a estas problemáticas, surge la necesidad de actuar de manera efectiva. Una alternativa es la educación ambiental, que se entiende como un proceso educativo continuo orientado a desarrollar una conciencia ambiental que comprenda valores, actitudes y participación favorables al ambiente, todo ello orientado al logro de un desarrollo sustentable. La comprensión y la inserción de los temas ambientales en la sociedad, se justifican, entre otros motivos, por la necesidad de relacionar las vivencias de los beneficiarios con sus experiencias y de incorporar temas que estén presentes en la sociedad y que por su importancia y trascendencia en el presente y el futuro requieran de una respuesta integral frente a su entorno.
El Programa Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, tiene como objetivo contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de barrios que presenten problemas de deterioro de los espacios públicos, de los bienes comunes en copropiedad, de los entornos urbanos y problemas de segregación y/o vulnerabilidad, a través de un proceso participativo, integral y sustentable de regeneración urbana. En este caso, ingresa al Programa, con una propuesta complementaria, la Agrupación Social, Cultural y del Medio Ambiente PALBAS, que brinda a niños, niñas y jóvenes, oportunidades de aprendizaje que vinculen la experiencia cognitiva con la vivencial, a través de talleres teóricos y prácticos de reflexión sobre el desarrollo sustentable que se puede generar en un barrio de la ciudad de Arica.
A través de esta agrupación ambiental, que se encuentra en un vínculo directo con el equipo del Programa y la Municipalidad de Arica, consigue que se adquieran mayores conocimientos y destrezas que den un sentido práctico a su voluntad y compromiso de protección y defensa del ambiente. Se propone promover valores de respeto a la diversidad cultural, la naturaleza y el trabajo solidario para favorecer una relación más estrecha y solidaria entre el mundo urbano y su entorno.
En este caso, se busca llevar adelante un trabajo concertado entre los diferentes actores sociales: la comunidad del barrio Balmaceda, entidades del gobierno local y la población en general. Esta práctica permite la constitución de las estrategias de atención integral del medio ambiente para que en la medida que pase el tiempo pueda ser incorporado en cada una de las viviendas y su grupo familiar.
Fuente: Archivo de Daniela Bahamondes
De manera general el sistema de trabajo, es a través de talleres semanales en la comunidad del barrio Balmaceda, los cuales se enfocan en problemáticas ambientales de la región y técnicas sustentables que permitan la elaboración de abonos orgánicos, reciclaje, mejoramiento e instauración de áreas verdes, huertos, entre otros. Todos los talleres son ejecutados por jóvenes profesionales de la Agrupación Social, Cultural y del Medio Ambiente PALBAS, la cual, aborda temáticas medio ambientales asociadas al trabajo en comunidades de poblaciones marginales en el extremo norte de Chile.
Finalmente PALBAS, fundamenta su trabajo en barrios, con el objetivo principal de la Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable, formando personas y ciudadanos capaces de asumir individual y colectivamente la responsabilidad de crear y disfrutar de una sociedad sustentable y contribuir al fortalecimiento de procesos educativos que permitan instalar y desarrollar valores, conceptos, habilidades, competencias y actitudes en la ciudadanía en su conjunto. Es decir, la principal herramienta para alcanzar esta meta es la educación. No sólo aporta conocimientos, sino que entrega competencias para que las personas puedan desarrollarse en plenitud y en armonía con el entorno.
Entrevista a María Luisa Méndez: “El espacio público es clave en contrarrestar procesos de exclusión social, de malestar y de reproducción de las desigualdades. Al espacio público se asiste y se participa como un igual”
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María Luisa Méndez es Socióloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile y se desempeña como directora de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales, además de trabajar en el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
María Luisa Méndez cursó estudios de Sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Posteriormente realizó postgrados de Magíster en Antropología y Desarrollo en la Universidad de Chile y Phd. en Sociología en la Universidad de Manchester.
Actualmente es Directora de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales, además de trabajar en el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), en el que investiga temas relacionados a la Geografía de los conflictos sociales. Ha participado en publicaciones de la CEPAL y revistas nacionales como internacionales.
Primero, hemos visto distintas definiciones de barrio. Nos gustaría que nos cuentes bajo qué concepto de barrio trabajas y cómo se establece quién pertenece a un barrio y quién no.
Efectivamente, hay muchas variantes sobre lo que constituye un barrio, pero dado que yo trabajo desde una sociología cultural, mi noción de barrio tiene que ver con una particular forma de apropiación y de identificación de un territorio a partir de quienes lo habitan (trabajan, residen, etc.) y también desde la perspectiva del exogrupo (quienes están fuera de esa escala). Desde ese punto de vista, se trata de una escala espacial con un particular contenido simbólico que orienta la definición de límites simbólicos y sociales sobre la pertenencia.
Lo que trabajo es lo que la literatura conoce como boundary work, (Lamont, 1992) es decir, el trabajo activo de parte de los actores por establecer diferencias entre un “nosotros” y un “ellos”. Este ejercicio es fundamental en los barrios que buscan ser vistos desde dentro y fuera con ciertos atributos que son también trasmitidos a sus residentes.
A grandes rasgos, cómo se podría diferenciar la identidad de un barrio vulnerable o de bajo estrato socio económico, de un barrio consolidado conformado por estratos medios y altos.
No hay grandes diferencias entre ambos procesos de construcción/producción de identidad: en ambos sectores hay actores interesados en instalar una forma de reconocimiento del barrio a partir de ciertos atributos, historia compartida, estilos de vida, hitos arquitectónicos, prácticas sociales, etc. En ambos sectores habrá historia, prácticas y discursos que se despliegan para la definición de una identidad barrial. Desafortunadamente, en los sectores menos privilegiados opera lo que Wacquant describe como estigmatización territorial, por lo que dichas identidades tienen a estar atribuidas desde fuera y cargadas de atributos negativos: falta de seguridad, por ejemplo.
En general, la literatura sociológica tiende a identificar la identidad de barrios vulnerables desde un punto de vista más esencialista, es decir, a partir de atributos que son relativamente propios de la comunidad que ahí habita, que se mantienen en el tiempo y que se reconocen desde fuera. Los habitantes tienden a ser vistos como individuos que están más bien fijos en dichos barrios, con pocas posibilidades de moverse y de proponer narrativas alternativas de identidad barrial. Por otro lado, la literatura sobre identidades de barrios de clases medias y altas, se muestra mucho más abierta a mostrar procesos creativos de producción de identidad (gentrification, elective/selective belonging, social preservationists, etc.) donde se muestra la capacidad de los agentes por disputar diversos registros identitarios. En el caso de los barrios vulnerables, creo yo, se tiende a instalar una noción más comunitaria en la comprensión de la identidad barrial, mientras que en los otros casos, parecen ser visiones que enfatizan las disputas, negociaciones, recursos creativos, etc. y los agentes parece estar menos fijos en el lugar, y con capacidades de moverse entre barrios afines con su clase social (habitus de clase, por ejemplo).
¿Qué papel juega el espacio público en la construcción de la identidad de estos barrios?
Para mí el espacio público cumple una función central en cuanto al reconocimiento como iguales del que carecen muchas veces los sectores menos privilegiados. El espacio público es clave en contrarrestar procesos de exclusión social, de malestar y de reproducción de las desigualdades. Al espacio público se asiste y se participa como un igual, cuestión que muchas veces no está disponible para las personas que habitan barrios vulnerables, que sufren de estigmatización, es decir, que no son tratados como iguales.
¿Adquiere el espacio privado mayor relevancia en la construcción de la identidad de barrios mientras mayores sean los ingresos de los vecinos?
En mi investigación, he encontrado que en el discurso sobre la seguridad y temor al otro se exacerba la protección del espacio privado de los sectores más acomodados, de la segregación, y el intento por recrear una comunidad protegida y aislada de los “males” de la vida urbana. En esa lógica el espacio de encuentro entre iguales no se logra.
Por último, cuánto pueden incidir las organizaciones barriales en la tomas de decisiones a nivel comunal ¿Existen hoy en día mecanismos para fortalecer la participación de estas organizaciones?
Podría comentarte sobre la primera parte de la pregunta: creo que las organizaciones barriales son una expresión de algo más grande, que es una demanda de reconocimiento y de un trato como un igual. En general mi investigación muestra que las demandas en torno a la pertenencia territorial y barrial, las organizaciones, las prácticas más cotidianas, los conflictos entre vecinos, etc. muestran que ese espacio es fundamental para la definición de la posición en el espacio social, y al mismo tiempo del reconocimiento de dicho lugar.
Entrevista a Catalina Justiniano: “Los barrios son espacios de socialización que otorgan a sus pobladores rasgos identitarios que los diferencian de otros habitantes de la ciudad”
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Catalina Justiniano es arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Chile y se desempeña como directora ejecutiva de Junto al Barrio, fundación dedicada a promover y fortalecer las organizaciones locales por medio de trabajo en conjunto con los vecinos.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Catalina Justiniano es arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Chile, cursó estudios posteriores de Magíster en Política y Planificación Urbana y Medio Ambiental en Tufts University, Massachusetts. Trabajó en el centro de Políticas Públicas de la PUC enfocada principalmente en proyectos y consultoría de vivienda y barrio. Actualmente se desempeña como directora ejecutiva de Junto al Barrio, fundación dedicada a promover y fortalecer las organizaciones locales por medio de trabajo en conjunto con los vecinos.
Primero, me gustaría que nos cuentes en qué consiste su fundación, cuál es su visión y misión.
Junto al Barrio es una fundación que busca aportar en la construcción de una sociedad que logre revertir los procesos de exclusión social y segregación urbana en Chile, donde todos podamos ser protagonistas del desarrollo de nuestros barrios y ciudades. Buscamos ser una organización que inspire, convoque y movilice a diversos actores a construir desde los barrios más vulnerables, una sociedad más justa, fraterna y democrática.
La misión de Junto al Barrio es promover el barrio y el protagonismo de sus vecinos en el desarrollo de ciudades más inclusivas, potenciando la organización vecinal, motivando la participación ciudadana y desarrollando procesos de colaboración público-privada en la materialización de proyectos sociales y urbanos que mejoren sosteniblemente la calidad de los barrios vulnerables.
Dada la condición un tanto difusa de lo que se puede entender por “barrio” ¿De qué forma la fundación define y delimita los barrios? Y cómo es el proceso de trabajo en los sectores elegidos.
Para definir un barrio hay que distinguir distintas aproximaciones. Por un lado está la delimitación administrativa del barrio, que muchas veces no se condice con el territorio, entendido como barrio por sus habitantes. Este está conformado, también, por los límites de sentido y las formas de apropiación y uso de los espacios comunitarios por parte de los vecinos. Cada barrio es distinto, pues tanto las características espaciales –viviendas, calles y plazas- como las culturales – las formas de habitar de sus pobladores- lo configuran como un todo. Sus fronteras se constituyen según las experiencias cotidianas de habitantes y su relación con el territorio.
Para nosotros, los barrios son espacios de socialización que otorgan a sus pobladores rasgos identitarios que los diferencian de otros habitantes de la ciudad. Es en este punto que nos detenemos como institución, pues son los barrios los que permiten un desarrollo positivo de las personas – con una alta calidad de vida comunitaria – o un contexto negativo, que estigmatiza y deja atrás elementos ricos en cultura y espacios de encuentro, que se observan en ciudades segregadas.
Los barrios en que nos insertamos son una oportunidad para re-construir capital social que fomente la cooperación grupal y genere una nueva estructura de oportunidades para la inclusión de los vecinos y vecinas. .
El proceso de trabajo en los barrios se ordena en un modelo de inserción que dura tres años. Comienza con un período de vinculación con las organizaciones sociales y sus vecinos, período en el que se levanta un diagnóstico participativo del ámbito social y urbano. En un segundo período se desarrollan programas sociales y urbanos con las organizaciones y sus vecinos, estos últimos apuntan a mejorar el entorno y la infraestructura comunitaria, partiendo siempre desde sus intereses, sin llegar con una batería de proyectos pre-concebidos. Durante este periodo se trabaja con los dirigentes en el fortalecimiento de competencias organizacionales La última fase apunta a la sostenibilidad de las organizaciones y los proyectos ejecutados, mediante un acompañamiento se prepara esta desvinculación, apostando al trabajo posterior en red con los dirigentes.
¿Qué rol cumplen los vecinos en la intervención que ustedes realizan?
Los vecinos son los protagonistas de todo nuestro trabajo. Es con ellos, que identificamos los derechos vulnerados del barrio y definimos estrategias para abordarlos. Con la información diagnóstica conocemos sus preocupaciones, sueños y la vocación del barrio- Desde ahí priorizamos juntos proyectos sociales y urbanos, para el barrio y para sus organizaciones. . Cada proyecto que se lleva a cabo requiere del liderazgo y participación de la comunidad, si esto no es así es difícil llevar adelante el proyecto, por lo que buscamos otras estrategias que promuevan participación. El equipo de profesionales JAB alcanza altos niveles de confianza con la comunidad y la acompaña en el proceso de desarrollo de un proyecto; diseño, planificación, gestión de recursos, alianzas, y seguimiento a la implementación, cruzando todo esto con el desarrollo de capacidades. Estamos convencidos que es la mejor manera para la validación y continuidad de las organizaciones y los proyectos futuros para el barrio. Desde que ingresamos a un barrio nos planteamos las acciones para no crear dependencia. . Creemos que rescatando la riqueza y el potencial que hay en la comunidad, del cual muchas veces no hay consciencia, logramos levantar liderazgos y fortalecer la organización comunitaria.
En qué momento dejan de trabajar en un barrio. ¿Existen indicadores de algún modo de consolidación de su intervención?
Nuestro modelo de intervención dura 3 años, al final de ese periodo tenemos definidos indicadores que nos darán cuenta del cambio en el barrio y en sus organizaciones, entre ellos: organizaciones sociales activas; nuevos liderazgos en el barrio; nuevas organizaciones; espacios públicos reutilizados, la superficie de equipamiento comunitario mejorado o nuevo, y en general los recursos movilizados para el barrio.
Siempre queda más por hacer, sobre todo cuando la organización va alcanzando metas. Para ello tenemos seis meses más de acompañamiento de menor frecuencia que permitirán asegurar la capacidad para buscar recursos, articularse con otras organizaciones y fortalecer el vínculo con el gobierno local, de manera de participar efectivamente en las decisiones que se toman en su territorio. El éxito del modelo se prueba precisamente cuando nos retiramos y vemos que ellos son capaces de seguir adelante trabajando por mejorar su entorno y la calidad de vida de sus comunidades.
¿Cuáles son los principales factores críticos que presentan los barrios en los que ustedes se han ubicado?
Los principales factores críticos tienen relación con la estigmatización que viven estos barrios, casi siempre calificados como delictivos y peligros, junto con esto la precariedad de la organización vecinal, y la participación vecinal. En muchos de los barrios más vulnerables hay una desconexión con el resto de la ciudad, desmotivación y pérdidas de confianza en la institucionalidad que los hacen sentirse chilenos olvidados.
Por último, me gustaría saber cómo evalúan sus resultados. Entiendo que tienen un área de estudios enfocada a mostrar los efectos de su trabajo.
En términos generales, contamos con un área de estudios que es responsable de coordinar investigación que contribuya al desarrollo de un mejor trabajo en los barrios donde nos insertamos, haciendo énfasis en los criterios de vulnerabilidad territorial y profundizando la caracterización de las comunidades con las que trabajamos.
Como parte de nuestro crecimiento institucional, buscamos optimizar nuestro modelo de trabajo, con el objetivo de fortalecer nuestra relación con las organizaciones sociales de cada barrio. Para esto estamos iniciando un proceso de evaluación en todos los barrios que concluyen su período intensivo en el barrio. Buscamos conocer cuáles son los efectos de nuestros programas en la participación comunitaria y el fortalecimiento organizacional, cuál es el impacto de nuestra intervención en la trayectoria de las organizaciones sociales y cuál es el efecto en la recuperación de espacios públicos que propiciamos.
Este modelo de evaluación que está comenzando, busca reconstruir de manera integral el impacto urbano y social de nuestro trabajo y analizar los indicadores que dan cuenta de nuestros objetivos institucionales, con especial énfasis en la percepción de las propias comunidades que nos reciben durante el periodo de tres años.
Fuente: Junto al Barrio
Documental “Barrio Yungay”
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El documental no sólo presenta las cualidades patrimoniales, tangibles e intangibles del barrio, sino también, da cuenta de un proceso de conservación y protección que nace desde la iniciativa ciudadana, como primer caso en que los vecinos organizados, lograron la declaración del Barrio Yungay como Zona típica de Santiago, en el cual se destaca no sólo las construcciones históricas, sino la vida de barrio que este lugar aún posee.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, noviembre 2014.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Autor Documental: Colectivo Barrio Yungay | http://www.barriopatrimonialyungay.cl/
Año: 2014
Link directo Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=mBmTHxma638
Bajo la pregunta, ¿Qué sabes de Yungay?; el pasado 28, 29 y 30 de Julio se lanzó la invitación a todos los vecinos y no vecinos, interesados, enamorados, curiosos y estudiosos del Barrio, al estreno del documental que hoy presentamos. La intención era justamente dejarlos a todos invitados a visitarlo y participar de un encuentro de reflexión sobre “¿Cómo articular identidad, participación ciudadana y turismo?, dentro del contexto de un Seminario – Taller realizado en el Barrio Yungay
La Plaza como lugar de encuentro, las costumbres, los “Cajones de Yungay”, la Peluquería francesa, la arquitectura, el patrimonio, arte, tradición, confianza, su gente; son algunos de los conceptos que circulan por las calles del barrio, entre sus vecinos y visitantes, y que dan cuenta de los valores que se conjugan en este particular espacio de Santiago poniente. Con una localización privilegiada para muchos barrios contemporáneos, ubicado en el centro de la ciudad, el barrio Yungay con sus 175 años, es la imagen tangible de un patrimonio vivo; nace siendo el primer barrio organizado de Santiago y representó los comienzos de la urbanización planificada capitalina, con un origen urbano que desborda su identidad y particularidad, y donde se aloja el mayor patrimonio arquitectónico de finales del sigo XIX en Chile.
Fuente: Calles del Barrio Yungay / Fuente: www.skyscrapercity.com.jpg
Estas características alcanzan su plenitud en la conjugación con las iniciativas ciudadanas, y la sociabilidad de la gente del barrio. Insertos en un mundo donde las velocidades y las prioridades de la vida urbana contemporánea han cambiado, donde pareciera que la cohesión social se diluye cada vez más entre las rutinas, las tecnologías y las distancias, el Barrio Yungay aún permea una condición que lo definió como tal, y es que la “vida de barrio” aún existe y mantiene viva la sociabilidad e integración de su gente.
El documental da cuenta justamente de esto último, y cuan importante es para su gente que perdure aún en estos tiempos, la condición de “barrio” entendido como un lugar con una escala humana, con confianzas, cercanías y encuentros entre sus vecinos, con una identidad propia y características, que lo hace atractivo incluso para nuevos vecinos extranjeros, que los locales destacan por otorgarle mayor interculturalidad a este territorio.
“Uno tiene la vida, que te hace pensar, que es la que todo el mundo debería tener”
(Vecina del barrio Yungay).
El Barrio cuenta con elementos culturales y patrimoniales tan importantes para la ciudad, como para esta zona típica, como son sus dos grandes plazas: Yungay y Brasil, la Quinta Normal, el Museo Nacional, Museo Infantil, Museo de la Memoria, entre otros; mientras algunos anteceden su declaración de ZT, otros la eligen como terreno para localizarse y ser parte de uno de los ejes culturales más importantes de Santiago poniente.
Estas acciones confirman su valor, y dan consistencia a la iniciativa colectiva del barrio (Vecinos por la defensa de Yungay), donde residentes, comités, vecinos, de la mano con el apoyo de arquitectos y otros profesionales, fueron los encargados de dar curso a una declaratoria que finalmente consiguió su aprobación el 19 de febrero del 2009.
Fuente: Ericsson.com
A pesar de haber logrado la declaratoria de barrio emblemático y Zona Típica, no ha sido suficiente para la conservación de todo el barrio, pues esta declaratoria, sólo cuenta con fondos para el mejoramiento de edificios públicos, por lo tanto, el 90% restante no tiene medios para ser recuperado y/o conservado[1].
Además, frente al aumento en el valor de dicho barrio, los vecinos han debido enfrentar las tensiones frente a las inmobiliarias que se han hecho presente en los terrenos abandonados y/o deteriorados, y ante lo cual, dicha declaratoria no ha sido suficiente.
Debido principalmente a que la ley que protege a los monumentos nacionales e inmuebles de conservación histórica, si protege los edificios emplazados en zonas protegidas, pero permite la utilización de los sitios eriazos para nuevas construcciones.
Esto ha puesto en tensión y acción las iniciativas del barrio por proteger el contexto en el cual se emplaza y su entorno, de manera de procurar, una continuidad y perdurabilidad de las condiciones tan características de este barrio.
[1] Disponible en: http://www.lanacion.cl/yungay-el-barrio-tipico-que-le-dio-la-pelea-a-los-edificios/noticias/2010-01-19/225007.html
“Barrios Cerrados en Santiago de Chile: entre la exclusión y la integración residencial”
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El libro “Barrios Cerrados en Santiago de Chile: entre la exclusión y la integración residencial» presentamos un interesante enfoque sobre los Barrios cerrados, analizado bajo el contexto de la exclusión social y la integración residencial en Santiago de Chile.
Revista Planeo Nº19 Barrio y Ciudad, noviembre 2014.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título: “Barrios Cerrados en Santiago de Chile: entre la exclusión y la integración residencial”
Editores: Gonzalo Cáceres y Francisco Sabatini
Lincoln institute of Land Policy, 2004.
Palabras clave: Segregación residencial; Santiago de Chile; Exclusión; Integración residencial; Barrios cerrados
El texto se encuentra encabezado por el artículo inicial de los editores, sobre “Los barrios cerrados y la ruptura del patrón tradicional de segregación en las ciudades latinoamericanas: El caso de Santiago de Chile”, el cual presenta la tesis que da el punta pie inicial para adentrarnos a los debates actuales sobre la segregación residencial en las ciudades de América Latina. La tesis se sostiene en la idea de que se ha puesto en marcha un cambio profundo y estructural en el patrón de segregación de las ciudades de la región, y en este sentido, “la multiplicación de barrios cerrados es parte importante de esa transformación” (pp.10).
Un punto importante a tener en cuenta es la perspectiva desde la cual se analizan estos fenómenos, considerando que la realidad espacial de las ciudades entrega una riqueza y giros que se desmarcan de los conceptos teóricos sobre los diversos fenómenos urbanos, haciendo cada vez más difícil de lograr la articulación entre las teorías entre lo “social y lo espacial”. Para estos efectos, la ciudad se vuelve un marco de estudio diverso, variable y complejo, que al ser el lugar donde las manifestaciones sociales se manifiestan, configura el marco donde la diversidad social y la complejidad funcional alcanzan su plenitud, en este sentido “la ciudad sería más abierta y modificable que su estructura material, hecha de piedra y permanencia” (pp.10).
A partir de esto último, el estudio sobre los barrios cerrados se vuelve un medio fundamental para adentrarse en las investigaciones y preguntas en torno a la segregación urbana en América Latina, entregando algunas pautas sobre la imbricación entre el aumento de la segregación y el incremento de las desigualdades en la región.
En este sentido, el texto hace mención al aumento de las desigualdades como un factor asociado a las reformas económicas realizadas por los gobiernos, y al desarrollo de la globalización en todos los aspectos de la sociedad.
Para adentrarnos en la temática del texto, resulta necesario comprender ciertos conceptos planteados en él, y en este sentido, entender la segregación residencial como “una cuestión de distancia física entre personas de distinta categoría social, y el aislamiento entre grupos a que esa distancia contribuye” (pp.11).
En torno a esto, los editores realizan una propuesta en base a cuatro aproximaciones empíricas que dan cuenta de los procesos que sustentan la tesis del cambio de patrón tradicional de segregación de nuestras ciudades, entregando un cuadro analítico sobre los cambios que están ocurriendo en estos temas, que conceptualizan el resto de los textos del libro.
La primera afirmación al respecto hace hincapié en la idea de que “la dispersión espacial de las elites es una tendencia contemporánea y una posibilidad estructural” (pp.14). La idea central responde al cambio en el patrón de asentamiento de las elites, que un comienzo tenía una tendencia hacia el cono de alta renta (que aún sigue siendo predominante), y que en la actualidad se han ido dispersando por otras zonas de la ciudad, dando cuenta que el aumento de las desigualdades sociales, no necesariamente lleva a mayor segregación física o residencial de los grupos sociales.
La segunda afirmación da cuenta que “la aproximación espacial de los pobres a las elites es una inclinación estructural” (pp. 24). Este punto reflexiona sobre el deseo de integración en torno a la geografía de oportunidades que ofrecen las elites a los demás grupos sociales. En este sentido, el hecho de buscar una localización próxima a grupos de mejor condición social, de modo de estar cerca de las actividades económicas que ahí se concentran, pareciera ser, en palabras de los autores, algo lógico.
La tercera afirmación reflexiona sobre la idea de que “la dispersión de barrios cerrados, y la reducción de escala de la segregación del que aquella forma parte, tiene tanto efectos positivos como negativos” (pp. 29). A pesar de la resistencia a los patrones de aislamiento, como muros y rejas, este punto da cuenta de los efectos positivos tales como la modernización del área, acceso a fuentes laborales y la integración social asociado a la ruptura de homogeneización de clases. Mientras que los efectos negativos suscitan procesos de gentrificación de los pobres, violencia, separación, irrupción de la trama urbana e impactos en los sistemas de transportes.
Por último, la cuarta afirmación plantea que “la segregación residencial es un fenómeno que puede ser modificado a través de la política pública” (pp.36), como un desafío para Chile y Latinoamérica, de sumarse a las tendencias de reducción de la escala de segregación y hacerse cargo de las tendencias negativas de los mercados de suelo que conducen a la ampliación de la segregación.
Con este marco, es posible adentrarse a los demás textos que presenta el libro, los cuales tienen en común el ver la segregación residencial como un “fenómeno de sabia propia, cambiante y complejo; como un punto de confluencia de los peores y mejores afanes humanos que van desde la exclusión social a la construcción de comunidades residuales… donde se juega, ni más ni menos, el atributo urbano por antonomasia: la vida en diversidad” (pp. 13)
La “alianza” entre ciudadanía y patrimonio en la producción del espacio: El caso del Barrio Yungay, Santiago de Chile.
VerLa “alianza” entre ciudadanía y patrimonio en la producción del espacio: El caso del Barrio Yungay, Santiago de Chile.
Revista Planeo Nº18, Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014
[Por Beatriz Rosso Á. Licenciada en Historia, Magister (C) en Desarrollo Urbano IEUT UC]
Resumen
Frente a la desaparición del Estado benefactor y la pérdida de su capacidad para regular las condiciones del mercado, los gobiernos han intentado “equilibrar” la realidad sociopolítica de los países que lideran, de manera de generar una impresión positiva a los inversores y potenciales inversores. Sin embargo, las decisiones han ido en desmedro de los intereses ciudadanos, situaciones que se tornarían aún más conflictivas porque los administradores del capital tienen percepciones contrarias y capacidades diametralmente diferentes a la ciudadanía en relación a la producción del espacio. Aun así, el presente artículo se propone demostrar que a pesar de verse limitada por estructuras que no pueden ser manejadas a nivel local, la ciudadanía ha sabido tomar tanto herramientas institucionales como no institucionales para apalear, en la medida de lo posible, la aplicación de medidas que atentan en contra de sus derechos urbanos. Para ejemplificar tales capacidades, tomaremos el caso de los vecinos del Barrio Yungay, quienes por medio de la gestión patrimonial, y amparados por la institucionalidad que el Estado ha configurado para ello, han logrado proteger una zona de la ciudad que se ve potencialmente amenazada por el boom inmobiliario en la comuna de Santiago.
Palabras clave: Patrimonio, Presión Inmobiliaria, Ciudadanía, Barrio Yungay
Abstract
Faced with the demise of the welfare state and the loss of its ability to regulate market conditions, governments have tried to «balance» the sociopolitical reality in countries they lead, in order to generate a positive impression to investors and potential investors. However, decisions have hampered citizen interests, situation that would become even more contentious because the managers of capital have diametrically opposed perceptions, and different capacities to citizenship in relation to the production of space. Even so, this article aims to show that despite being limited by structures that cannot be handled locally; the public has known to take both institutional and non-institutional tools to beat, as far as possible, the application of measures that threaten their urban rights. To illustrate these capabilities, we will take the case of the residents of Barrio Yungay, who through heritage management institutions and protected by which the state had configured; their organization has fulfilled the protection of an area in town that is potentially threatened by the boom property in the municipality of Santiago.
Keywords: Heritage, Development Pressure, Citizenship, Barrio Yungay
Más allá de Blade Runner “Control urbano; la ecología del miedo”
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El libro analiza las formas y la morfología de la ciudad de Los Ángeles relacionando diferentes variables para describir desde una mirada un tanto apocalíptica, la nueva configuración de una ciudad que se desarrolla en torno a las tecnologías de vigilancia y el miedo a los distintos escenarios de violencia.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
Portada del Libro
Más allá de Blade Runner. “Control urbano; la ecología del miedo”
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Autor: Mike Davis
Año: 2001
ISBN: 978-84-88455-89-5
Editorial Virus
Palabras clave: ecología del miedo, Tecnologías de vigilancia, edificios inteligentes, control social, simulación urbana
Retomando la idea de la Escuela de Chicago del siglo XX, Mike Davis, analiza las formas y la morfología de la ciudad de Los Ángeles relacionando los ingresos, valores de suelo, grupos socio económicos, diferencia de razas y el modo en que las familias se asientan en la ciudad, para describir desde una mirada un tanto apocalíptica, la nueva configuración de una ciudad que se desarrolla en torno a las tecnologías de vigilancia y el miedo a los distintos escenarios de violencia.
El libro comienza con una descripción de la nueva estructura urbana del centro financiero de Los Ángeles, que a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías en los sistemas de vigilancia de los edificios y la tendencia a la militarización del paisaje urbano, dieron curso a la nueva tendencia de la sociedad moderna, “el espacio vigilado”, como una obsesión de las clases altas de mantenerse seguro y aislado de las clases bajas.
Así presenta una crítica a las políticas públicas y por sobre todo, a la ausencia de una planificación estratégica que vinculara el desarrollo de la ciudad con nuevas formas de enfrentar los problemas de seguridad interna.
En este sentido, Davis señala que los actores relevantes de la toma de decisión fueron protagonistas del desarrollo de una ciudad de muros y límites simbólicos, basados en las tecnologías de seguridad como medio de defensa y protección de un grupo acotado.
“Al rechazar realizar cualquier inversión pública futura para remediar las condiciones sociales más necesitadas, lo que se está consiguiendo es obligar, en su lugar, a aumentar las inversiones privadas en seguridad física”… “persiste la retórica de la reforma urbana pero se ha extinguido su substancia: reconstruir Los Ángeles hoy simplemente significa cavar el búnker” (Davis, 2001; p:7).
Y es que por búnker, Davis viene a significar la nueva estructura urbana vigilada y arquitectónica de esta nueva forma de lo seguro, donde el edificio tecnológico se convierte en una parodia de las habilidades y capacidades de los humanos por defenderse, dándole mayor atribución a la tecnología en la toma de decisiones que procuren y aseguren seguridad de sus habitantes.
La exclusión formal de las clases bajas de los espacios vigilados o “barrios de control social” consolida una sinergia entre las clases altas y los distintos mecanismos de seguridad de la ciudad, que incluye a la policía. Esta nueva forma de protección, señala en si misma una segregación en cuanto a las posibilidades de acceder a estas tecnologías, por lo tanto, los barrios altos se van configurando como archipiélagos seguros y segregadores mientras que los de clases bajas, cada vez mas excluidas, deben inventarse el modo de protegerse.
La segregación basada en la condición social, ha presupuesto proyecciones de fantasías de las clases medias o personas conservadoras acerca de la naturaleza de las “clases peligrosas”, haciendo alusión a los sistemas de vigilancia satelital como medio de control social sumamente poderosos, que como señala el autor, con estas tecnologías de control, el confinamiento comunitario y el confinamiento de las comunidades acabarán por significar lo mismo.
A partir de esto, señala que “hoy la ciudad misma, o más bien su idealización, se ha convertido en sujeto de simulación” (Davis, 2001; p: 29); un ciberespacio urbano, que irá experimentando una ciudad cada vez más segregada y carente de un espacio público de calidad, integrador y realmente público, como era el caso de la ciudad edificada más tradicional.
En este sentido el autor declara que, la dialéctica socio-espacial de estos escenarios planificados en torno a una tecnología de vigilancia configurará una sociedad del miedo, aumentando la segregación y desigualdad de clases, que incluso plantea como el fin de la ciudad y la consolidación de la desintegración social.
Por último, plantea una serie de interrogantes; ¿Podrían las nuevas tecnologías de vigilancia y represión estabilizar las relaciones raciales y de clase, superando el abismo de las nuevas desigualdades?, ¿Se convertirá la ecología del miedo en el orden natural de la ciudad norteamericana del siglo XXI?; basada en un sistema de vigilancia como método de control, que representaría una nueva forma evolutiva de las megalópolis, compuesta por escenarios simulados y artificiales que erigirán gradualmente archipiélagos de burbujas bien vigilados, donde los turistas y las clases acomodadas puedan descansar del miedo.
Documental: "Networker Society: Thinking Cities"
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El documental da cuenta del proceso global de las ciudades, donde cada vez son más las personas que viven y llegan a vivir a las ciudades, lo cual ha generado un vertiginoso proceso de expansión urbana y sobrecarga de las capacidades propias que la ciudad es capaz de brindar actualmente
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, septiembre 2014.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Autor Documental: Ericsson
Año: 2001
Link directo:
https://www.youtube.com/watch?v=p4zM3C1gLrI&list=PL_IlIlrxhtPNNqlVN88n-JJAyHlTtxyH0#t=10
El documental Networked Society se desarrolla en cuatro grandes capítulos; Thinking Cities, On the brink, Shaping Ideas y The future of Learning. A continuación les presentamos la reseña del capítulo 1: “Thinking Cities” que da cuenta del proceso global de las ciudades en la era de hoy, donde cada vez son más las personas que viven y llegan a vivir a las ciudades, lo cual ha generado un vertiginoso proceso de expansión urbana y sobrecarga de las capacidades propias que la ciudad es capaz de brindarle al ser humano, y la que éste ejerce sobre el mismo planeta.
Hace pocos días se ha entregado un Informe de la Red Global de la Huella Ecológica, el cual estimó que los recursos naturales del planeta, para este año 2014 se agotaron el pasado 19 de Agosto, con un mes de anticipación que el año pasado, dando cuenta que el planeta no esta alcanzando una fase de regeneración de sus recursos.
Fuente: Ericsson.com
Desde la Revolución Industrial no hemos parado de construir ciudades, un proceso continuo que ha impulsado una constante migración de las personas hacia los entornos urbanos, que así como advierte la OCDE, para el año 2025 cerca del 90% de la población mundial vivirá en ciudades, lo cual ya ha sido superado por regiones como India, África, China y Latinoamérica.
Esta tendencia mundial, arroja datos impactantes, que de seguir así en 30 o 40 años, cerca de un millón de nuevas personas, se mudarán cada semana a las ciudades. Surge entonces la interrogante, sobre cómo pensamos, planificamos, diseñamos y usamos las ciudades para que atiendan a esa cantidad de población sin fracasar en el intento, consultando sobre nuevas metodologías que nos permitan hacerle frente a una realidad que parece cada vez más compleja.
En esta línea, la propuesta de las “Ciudades Inteligentes” (Smart Cities), presenta una forma de hacerle frente a las problemáticas urbanas y sociales, a partir de la utilización de Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC) para el desarrollo de las ciudades.
El concepto de “Smart City” fue introducido primeramente por William J. Mitchell (2003) y alude principalmente a la idea de ciudades más sustentables, ecológicas, habitables y sobre todo eficientes, a partir del uso de infraestructuras y herramientas tecnológicas.
En este sentido, toda disciplina podría ser parte del mundo “Smart”, donde por supuesto, el desarrollo urbano sustentable viene a consolidarse como uno de los pilares de esta metodología; entre otros se considera las NTIC en la gestión de la economía y servicios (Smart economy), espacios participativos e innovación (Smart governance) y ciudadanos más responsables (Smart citizens).
El documental presenta el Desarrollo Urbano de forma casi indisoluble con la Tecnología, planteando la idea de que por primera vez, las ciudades se están convirtiendo en protagonistas y/o colaboradores de las personas, para enfrentar el encuentro con la ciudad, facilitando incluso la toma de decisiones tales como salir de la casa si hay congestión vehicular, el clima, etc.
La capacidad y necesidad actual de las personas por estar continuamente conectados, entre ellas, con el país, con la región y el mundo, a través de las diferentes tecnologías de la comunicación, ha permitido generar un planeta integrado bajo la idea de “redes” decantado en el espacio urbano. En este sentido, la tecnología ha cambiado radicalmente la forma en que nos vamos relacionando con la ciudad, y en ella, cambiando los patrones de comportamiento de las personas, sus interacciones, en definitiva una modificación en la dialéctica socio-espacial.
Fuente: Ericsson.com
En este sentido, la ciudad de la mano con la tecnología ha modificado su patrón, pasando a ser de un elemento contenedor, a un actor fundamental en la vida de esta sociedad urbana. La ciudad ha comenzado a comunicarse y respondernos frente a inquietudes, y situaciones de la vida cotidiana, de la mano con diversos programas computacionales, aplicaciones de smartphones, etc, los ciudadanos podemos acceder cada vez más, y más rápido y en tiempo real a diversas situaciones urbanas de manera más fluida y dinámica.
El documental explora el concepto de la eficiencia y tecnología, dando cuenta que por medio de esta última, es posible mejorar los problemas urbanos; entonces cabe preguntarse si se ha vuelto la ciudad más inteligente, o se han transferido nuestras habilidades cognitivas y sociales a este nuevo escenario urbano-tecnológico, volviéndonos cada vez más dependientes de las tecnologías.
Las formas de expresión han incorporado nuevos canales, y la tecnología como plataforma de éstos, ha dado paso a una interacción, individual o colectiva, más compleja. Este nuevo patrón da cuenta de un fenómeno fundamental a considerar en la toma de decisiones de políticas públicas. Puesto que, esta transformación en las relaciones sociales, decanta en las diversas formas del territorio (Fainstein, 2010), dando curso a una transformación del espacio urbano.
En este sentido, el documental aborda la importancia de este escenario en los organismos gubernamentales, y como implementación de estas tecnologías, podría contribuir en la generación de comunidades más eficientes, más innovadoras, contribuyendo en la reconstrucción de las confianzas ente los gobiernos y la sociedad.
Fuente: Ericsson.com
Las nuevas tecnologías urbanas proponen un planteamiento distinto, y deja abierta la discusión sobre cuál es el verdadero rol de la tecnología y cómo debiera ser el modelo de diseño de las ciudades bajo este enfoque; cómo urbanizamos la tecnología para evitar que la ciudad se convierta en otro artefacto tecnológico, qué tan dependiente es el funcionamiento de estas tecnologías ante posibles catástrofes cibernéticas (ver documental: Web Warriors: https://www.youtube.com/watch?v=34cwMz3HZ8Q) y por supuesto, como eliminamos las brechas y desigualdades sociales ante mecanismos que parecieran dar respuesta y ser asequibles solo para un determinado grupo social.
Smart Cities: Ciudades de la mano con la tecnología
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La tecnología y su desarrollo se han transformado en una necesidad de la sociedad, no hablamos precisamente del internet o softwares, sino de herramientas que con el pasar del tiempo se han vuelto cotidianos e indispensables para el desarrollo sustentable y la planificación dentro de una ciudad.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014
Fuente: http://innovatingcities.org/innovatingcities/chile
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
Hoy en día, la tecnología y su desarrollo se han transformado en una necesidad de la sociedad, no hablamos precisamente del internet o sofisticados software, sino de herramientas que con el pasar del tiempo se han vuelto cotidianos y por ende indispensables para el desarrollo sustentable y la planificación dentro de una ciudad. En la edición N°18 de nuestra Revista Planeo haremos una aproximación al tema de “Tecnología y Ciudad” donde nos referiremos a las diferentes iniciativas prácticas de SmartCity que se desarrollan en Chile.
Palabras claves: desarrollo tecnológico, sustentabilidad, ciudadanía.
La ciudad inteligente, como muchos la llaman, surge a través del diseño y la creación de bienes y servicios que permitan satisfacer las necesidades de la sociedad y al mismo tiempo implementar estrategias sustentables en el entorno que se desarrollan. En otras palabras, hablamos de un cambio sustancial en la vida cotidiana de las personas, asociado a las nuevas capacidades tecnológicas que se pueden utilizar en la ciudad y en estrecha relación con el desarrollo urbano de ella.
Dentro de Chile, en ciudades como Santiago y Concepción se están desarrollando proyectos de Smart City, que se vinculan directamente a tecnologías sustentables y prácticas en armonía con el entorno y participación activa de la ciudadanía. Un claro ejemplo de esto, es el Smart City Gran Concepción, este proyecto, que recién se inició el presente año, es implementado por el Banco Mundial, el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones de Chile y financiado por el Fondo del Gobierno de España para el Desarrollo de América Latina y el Caribe, el cual, utiliza como parte fundamental el rol ciudadano asociado al uso e implementación de nuevas tecnologías y herramientas en las instituciones públicas locales, que permitan mejorar los servicios públicos de movilidad que se encuentran asociados a los diferentes actores (universidades, sector privado y sociedad civil) de la ciudad. En este caso, se utilizó la telefonía móvil, la que hoy en día genera una de las mayores conexiones entre personas en tiempo real. Para esto la ciudadanía juega un rol fundamental para determinar necesidades con respecto a la plataforma de las comunicaciones y que conllevan a planificar y co-crear aplicaciones móviles con una participación colaborativa de los diferentes instituciones públicas y privadas, que permitan generar soluciones en el transporte, como también herramientas como la hoja de ruta de movilidad de Concepción, entre otras.
Fuente: http://www.smartcitysantiago.cl/
Otra propuesta totalmente diferente, fue inaugurada en julio de este año en la ciudad de Santiago, específicamente en la Ciudad Empresarial, ubicada en la comuna de Huechuraba, donde a través de la modalidad de “smartcity”, se ha implementado por la empresa Chilectra, la entrega de electricidad, ya no desde la empresa, sino que a través de una red inteligente automatizadas y de operación remota, que asocia a las personas como parte del trabajo para generar el traspaso y disponer de energía a la comunidad, donde esta adquiere un rol fundamental durante todo el proceso, basado en la innovación, tecnología y sustentabilidad, que va en directo beneficio a la calidad de vida de las personas, a través de la utilización de energías renovables no convencionales en espacios públicos y privados, edificios verdes, entre otros. Por otra parte, también se contemplan espacios de recreación con wi-fi libre donde las personas hagan uso del servicio en forma gratuita, además de la implementación de circuitos y tecnologías que permitan facilitar el diario vivir de las personas con metodologías innovadoras que aportan a un equilibrio entre la sociedad, el ambiente y el desarrollo económico.
Finalmente, mediciones como la huella de carbono, demuestran que se necesitan iniciativas como las desarrolladas en Concepción y Santiago. Esto asociado a que hoy en día el uso de la tecnología va en directa relación a las necesidades y demandas de las personas, como también, de la utilización de herramientas que permitan un desarrollo sustentable en territorios que generalmente se ven cogestionados por diferentes factores urbanos y que en gran medida necesitan optimizar los recursos del entorno, como también mejorar la calidad de vida de las personas. Sin embargo, también es importante destacar que se debe crear una conciencia en la ciudadanía de los principales problemas que se generan en áreas urbanas y que en gran medida el mal uso o no valoración de alternativas como las energías renovables no convencionales y su aplicación en la ciudad, dado que generan brechas que muchas veces no permiten comprender las problemáticas que los afectan en perspectiva ni menos comprender la salida en base a la construcción de alternativas sustentables que aportan al mantenimiento dentro de los diferentes sistemas que componen una ciudad, siendo fundamental generar parámetros de desarrollo en armonía con el entorno y donde la asociación entre la vida de la sociedad moderna y la tecnología se hace cada vez más indispensable.
Uso de tecnologías en Trabun Mapu
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A través de técnicas y tecnologías simples, económicas y accesibles se genera el sentimiento de arraigo e identidad de la comunidad con su espacio circundante, participando activamente en su construcción y montaje, así se desarrolla un ambiente comunitario no tan solo recreativo sino también productivo y proactivo.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
Fuente: Orellana y Valenzuela, 2014.
[Por Josefina Valenzuela Rasmussen, Paulina Orellana Villarroel, Paula Quintriqueo Díaz. Universidad Católica de Valparaíso].
Resumen:
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Tecnología y Ciudad, presenta la implementación y creación de un espacio comunitario denominado “Balcón Productivo Trabun Mapu”, en un condominio social de Valparaíso. Se plantea cómo a través de técnicas y tecnologías simples, económicas y accesibles se genera el sentimiento de arraigo e identidad de la comunidad con la obra, quienes participaron desde el primer momento en su construcción y montaje, desarrollándose un ambiente comunitario no tan solo recreativo sino también productivo y proactivo.
Palabras claves: identidad barrial, espacio comunitario, diseño, técnicas y tecnologías.
“Balcón productivo Trabun Mapu” es un proyecto destinado a la comunidad “Los Pinos y Estrellita Naciente”, condominio social en el cual viven 30 familias, ubicado en la localidad de Playa Ancha en Valparaíso. El proyecto se realizó con una alianza entre el Programa de Autoconsumo FOSIS del Ministerio de Desarrollo Social y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, específicamente la carrera de Diseño Industrial. La iniciativa hace hincapié en lo comunitario, proyectando objetos que permitan desarrollar la vida en comunidad, con el fin de promover la identidad barrial y el sentido de pertenencia local con tecnologías y materiales al alcance de cualquier poblador o pobladora.
El proyecto se materializa en la habilitación de un espacio en desuso (a través del aprovechamiento de una quebrada), convirtiéndolo en un “balcón de encuentro” comunitario, productivo y recreativo. Es a partir del diseño y construcción de invernaderos microtúneles con cubierta retráctil, que se da vida a este lugar, al permitir el encuentro entre vecinos, resignificando lo que se entiende por espacio público al habilitar un terreno como invernadero en tanto espacio social y productivo, por sobre otras formas de construir el territorio social, como una plaza, por ejemplo. Esta nueva forma de concebir el espacio, que privilegia aspectos comunitarios, de vida sana, autoproducción y encuentro, es parte de una serie de modificaciones que se han venido realizando desde un tiempo a esta parte en importantes ciudades de diversos países, en los que se han implementado huertos urbanos, jardines comunitarios y otras aéreas verdes no convencionales, modificando la forma de concebir el territorio de la ciudad.
Fuente: Orellana y Valenzuela, 2014.
En cuanto a la materialidad y tecnologías utilizadas, se puede afirmar que la manejabilidad de la cubierta es simple; su condición de mesa genera ventajas tanto por permitir la participación de todos los grupos etarios, como el aerodinamismo que aporta su altura reducida (80 cm), permitiendo mayor resistencia del objeto a los vientos de zonas costeras de la comuna de Valparaíso y disminuyendo el costo en materialidad. Proporciona una mejor regulación de ventilación y facilita el trabajo en el huerto. Cada módulo-micro túnel tiene un largo total de 6 metros, generando un total de 18 metros (se instalaron 3 módulos). Se usan por tanto, tecnologías y materiales fáciles de conseguir, adaptar y utilizar, por lo que los propios vecinos podrían, eventualmente, modificar o reparar algún desperfecto, adaptando la construcción a sus propios objetivos o deseos.
Lo anterior posibilitó que la comunidad participara en la construcción y montaje del proyecto, generando arraigo entre los participantes y la obra misma, siendo coherente con lugar. Esto se potenció con distintos talleres que se realizaron con los vecinos; en los que se enseñó desde cómo curvar los arcos para producir los módulos hasta cómo cambiar y tensar el polietileno, facilitando su recambio bienal, generando sentido de pertinencia con el espacio.
Fuente: Orellana y Valenzuela, 2014.
Es la identidad de la comunidad que se materializa y convierte en obra, una obra que tiene lo esencial de los participantes del lugar y la puesta en práctica de sus capacidades y valores desde una nueva visión de espacio público, con el uso de tecnologías accesibles, económicas y fáciles de implementar. A partir de este diseño se genera una mejora sustancial en el tejido de esta comunidad, haciéndose visibles las nuevas relaciones entre los vecinos y una mayor motivación en la participación comunitaria.
Se logra con el objeto diseñado, un fomento a la vida sana y una autoproducción-autoconsumo, que posibilita a su vez, una conciencia de cuidado y enseñanza a través de la dimensión práctica, exigiendo una organización entre las personas. “Balcón Productivo” materializa cómo el diseño industrial es capaz de integrar factores que culminan en el desarrollo de un proyecto que logra mejorar algún aspecto de la vida de las comunidades, en este caso con el uso de técnicas y tecnologías simples que acercan el diseño a la escala barrial.
[1] Esta práctica se enmarca en una obra realizada en el Proyecto de Titulación “Proyecto Balcón Productivo. Cubierta Retráctil para Huertos Comunitarios”. Profesor Guía: Ricardo Lang Viacava, académico Escuela de Arquitectura y Diseño e[ad] PUCV. Institución Mandante: FOSIS y Ministerio de Desarrollo Social. Ubicación del Proyecto: Condominio “Los Pinos y Estrellita Naciente” V Sector Playa Ancha, Valparaíso.
Ciudades (¿pre?) visibles
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La mayor presencia de las tecnologías de comunicación e información posibilita la interrelación de los espacios reales con el ámbito virtual, lo que constituye un riesgo si se incorpora ingenuamente a nuestras prácticas y cotidianidad, sin reflexionar sobre sus ventajas y desventajas.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Augmented_GeoTravel
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
Es innegable que las tecnologías de comunicación e información están cada vez más presentes en nuestro día a día. Lo podemos observar caminando por las calles de los grandes centros urbanos. En las personas que caminan mirando al celular, enviando mensajes o usándolo para sacar fotos (y muy probablemente compartirlas en alguna red social). En las señaléticas indicando la existencia de redes wifi en cafés, bares, restaurantes, plazas públicas, museos y malls. En los códigos de lectura rápida (QRs) en afiches promocionales pegados en los muros o en las pantallas que difunden constantemente comerciales y propagandas. En los cajeros electrónicos. En los controles mecanizados para usufructo del transporte público. También lo podemos observar en los extensivos mecanismos de control, evidentes en las cameras de video instaladas para garantizar un monitoreo constante de algunos espacios.
Pero quizás una de las formas más increíbles de observar esta presencia ubicua de las tecnologías –que ha sido tomada con asombrosa naturalidad por muchos de nosotros, posiblemente por un creciente acostumbramiento con la diversidad y velocidad exponencial de los avances tecnológicos– es en la interrelación de los espacios reales con el ámbito virtual. Tal vez el mayor ejemplo de esta interrelación en la actualidad sea el Google Street View, que permite a sus usuarios recorrer varias ciudades del mundo, eligiendo en la malla digitalizada los trayectos a realizar en cada una de ellas. En efecto, en algunas de las localidades escaneadas y mapeadas por esta empresa, es posible salir de los trayectos recorridos por los vehículos (que fueron el principal medio para recolectar las imágenes panorámicas subidas al sistema) y adentrar a los edificios de museos o subirse a la vereda y acercarse a un mirador accesible a peatones. Bueno, a peatones y a internautas ahora.
Uno de los riesgos de percibir con naturalidad esta interrelación entre ciudades y virtualidades es el de incorporarla ingenuamente a nuestras prácticas y cotidianidad, sin reflexionar sobre sus ventajas y desventajas. Particularmente en el caso de la relación que cada uno mantiene con su entorno en las ciudades, si bien los recursos disponibles en la Internet pueden facilitar una serie de actividades, es importante tener en cuenta que ellos suelen homogenizar la experiencia urbana. Si uno consulta un mapa online interactivo sobre qué camino tomar para llegar del punto A al B, este mapa entregará la “respuesta” o “respuestas” de acuerdo a los datos e informaciones almacenados en su base de datos y su programación. En la actualidad, la mayoría de los sistemas de este tipo, entregan los mismos resultados, independientemente de quien hizo la consulta. Hay una tendencia a personalizar la experiencia en la red, trazando perfiles de usuarios y adecuando las respuestas a sus intereses. Indicios de este tipo de programación son bastante evidentes en las propagandas que aparecen cuando uno navega en la Internet. Una hipótesis sobre los avances de este tipo de programación fue trabajada de forma muy interesante en la película HER, en la cual personalización e inteligencia artificial moldean el desarrollo de los sistemas operativos.
Retomando el caso del Google Street View, si uno se fija en las imágenes que componen los panoramas, todas han sido tomadas durante el día. Es más, la avasalladora mayoría ha sido tomada en días soleados, de cielo azul, en horarios con poca sombra, sin congestión en las vías (aún que esta última característica sea más una consecuencia de la logística de captura de imágenes que un resultado de decisiones sobre cómo representar cada uno de los lugares). En este contexto, ayuda a hacer las ciudades más visibles, poniéndolas en el mapa y permitiendo recorridos virtuales a cualquiera con acceso a la red. Pero lo hace de una forma estandarizada. Pasteurizada. Es imposible, usando este tipo de herramienta, acceder a la experiencia de conocer a las “ciudades invisibles” que Marco Polo contaba a Kublai Kan[1]. Las ciudades visibles de Google son, en comparación, tácitamente indistinguibles. Recorrer y conocer una ciudad, sea como habitante o como viajero, siguiendo caminos predeterminados como yendo solamente a lugares recomendados por otros, es ser mucho más baudad que flâneur[2].
En este sentido, el riesgo de naturalizar la interrelación entre ciudades y tecnologías puede significar que uno deje de percibir las singularidades desde una perspectiva propia, que termine por abdicar, mismo que involuntariamente, la posibilidad de disfrutar de experiencias verdaderamente individuales. Siendo un riesgo tanto para nosotros como también para las ciudades, debido a que homogenizar la experiencia urbana significa perder pluralidad, diversidad e identidad. De todas formas, es importante subrayar que este riesgo no proviene de las tecnologías, sino que del uso que nosotros damos a ellas. Para lograr optimizar los beneficios generados por las tecnologías es importante mirarlas desde una perspectiva crítica, analizando cuando es conveniente buscar en el mapa una dirección y cuando es conveniente “perderse” por la ciudad. Es preciso equilibrar mejor el tiempo mirando virtualidades en pantallas y observando realidades en los entornos. Es de interés dejarnos sorprender por experiencias urbanas singulares e imprevisibles. En esta nota, para finalizar el argumento, dejo con un fragmento del cuento “El hombre de la multitud”, de Edgar Allan Poe:
Dicha calle es una de las principales avenidas de la ciudad, y durante todo el día había transitado por ella una densa multitud. Al acercarse la noche, la afluencia aumentó, y cuando se encendieron las lámparas pudo verse una doble y continua corriente de transeúntes pasando presurosos ante la puerta. Nunca me había hallado a esa hora en el café, y el tumultuoso mar de cabezas humanas me llenó de una emoción deliciosamente nueva (2002, pág. 133).
[1] Personajes del libro Ciudades Invisibles de Italo Calvino.
[2] Siguiendo la distinción propuesta por Víctor Fournel y posteriormente heredada por Walter Benjamin.
Referencias:
Allan Poe, E. (2002). El hombre de la multitud. En J. Cortázar (trad), Cuentos (pág. 578). Madrid: Alianza. Disponible en: http://www.ead.df.gob.mx/cultura/circulo_lectura/sesiones/edgar_allan_poe/files/edgar%20allan%20poe%20-%20cuentos%20completos.pdf
Urbanizar, tecnificar y vigilar
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El desarrollo de nuevas tecnologías amplió el catálogo de herramientas para responder a una de las principales demandas urbanas: la seguridad, avanzando hacia un modelo orientado por el uso de la información para prevenir y reaccionar ante las manifestaciones de violencia urbana.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
Cámara de domo en Bogotá (Colombia). La Alcaldía Mayor anunció recientemente la instalación de 500 nuevas cámaras en la ciudad, para apoyar la labor de la Policía Metropolitana.
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
El desarrollo de las ciudades ha estado asociado a la provisión de seguridad. La búsqueda de garantías para la vida (y la propiedad) hizo que, de acuerdo a los conocimientos y técnicas de la época, se utilizaran dispositivos para defender la ciudad: murallas y atalayas dieron paso a cámaras, sistemas de información georreferenciada y drones. Todo esto a la par de la consolidación de los cuerpos de policía que patrullarían y regularían las conductas de los urbanitas, apoyados cada vez más en nuevas herramientas que parecen indispensables para la vigilancia del espacio urbano. Presente en la literatura y la cinematografía, parece haber un gran interés (o una gran obsesión) sobre la observación y el control del espacio urbano. Así pues, ¿de qué manera está influyendo la tecnificación de la vigilancia sobre la producción de la ciudad? Quisiera plantear algunos puntos a su consideración, a propósito de la relación que pueda existir entre la urbanización y las nuevas formas de seguridad en la ciudad.
El desarrollo tecnológico es cada vez más acelerado, y necesariamente impacta en todas las esferas de acción de los seres humanos. Dicho avance, siguiendo a Castells (1999) está en la actualidad por el uso del conocimiento y de la información para reproducir cosas. En ese sentido, estamos en un momento en el cual la información para por diferentes procesos (generación, almacenamiento, recuperación, retransimisión) y que permiten su uso en la producción de nuevo conocimiento y, por consiguiente, nuevos artefactos. La expresión contemporánea de este fenómeno en las ciudades recae en el desarrollo de aplicaciones que ofrecen información a urbanitas y gobernantes para que tomen mejores decisiones. En su conjunto, el uso de estas aplicaciones ha dado origen a la discusión sobre las “Smart Cities” o “ciudades inteligentes”, o aquellas que logran mejorar su funcionamiento a partir del uso de nuevas tecnologías para la información (CISCO, 2012). No en vano, empresas como CISCO, Philips y Siemens (entre otras) han destinado recursos importantes para la conceptualización de este fenómeno y el desarrollo de nuevas tecnologías para la planificación urbana y una mejor gestión de las áreas urbanas. Esto implica, según Falconer y Mitchell (2012), que las nuevas tecnologías de la información y comunicación ayudarán a resolver los retos a los que se enfrentan los habitantes de las áreas urbanas, aun cuando existen profundas diferencias dentro de estas que relativizan la capacidad de la tecnología para atender las demandas ciudadanas. El acceso a la información y a las redes se presenta como uno de los numerosos obstáculos en ese proceso.
En ese sentido, el desarrollo de nuevas tecnologías amplió el catálogo de herramientas para responder a una de las principales demandas urbanas: la seguridad. Del modelo tradicional, donde primaba la labor de la autoridad policial contra el crimen en un modelo reactivo, se ha avanzado por medio de la tecnificación de la vigilancia hacia un modelo orientado por el uso de la información para prevenir (y reaccionar) ante las manifestaciones de violencia, atendiendo así la complejidad de las áreas urbanas. Para la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (2013), la falta de información afecta la capacidad de respuesta de autoridades que deben actuar con menos recursos. Así pues, y ante la necesidad de ser más eficientes, el uso de tecnologías de la información y la comunicación para la vigilancia amplía el conjunto de herramientas de las autoridades, por medio de una mayor recolección de información pertinente para garantizar la seguridad, o mejorar la interacción con los ciudadanos por medio de canales que transmiten información con menores costos. A este inventario debe sumarse el crecimiento de la “industria de la seguridad privada” (Button, 2002) quien sostiene que la fragmentación en la función policial ha llevado a que los ciudadanos adopten las medidas que estimen pertinentes para protegerse, como el aumento de los circuitos cerrados de televisión y el cerramiento de sus lugares de residencia y trabajo con sofisticados equipos que transmiten información para activar medidas reactivas contra la acción violenta.
Este último aspecto remite a las reflexiones que Bauman (2009) ha hecho sobre el rol del miedo y la inseguridad en la sociedad actual. La presencia de “otros” o “extraños” aumenta la percepción del miedo ante aquello que no se pueda llegar a controlar en el espacio, y en ese ámbito es que se enmarca el interés creciente por desarrollar mecanismos que reduzcan dicha incertidumbre. Todo dispositivo tecnológico dispuesto para apoyar tareas de vigilancia cumple su propósito cuando logra reducir los factores de riesgo para los flujos de personas y capital, o al proveer información adecuada para la acción oportuna de las autoridades en el territorio. No obstante, puede sugerirse que muchas de los dispositivos de vigilancia y seguridad están teniendo otros efectos sobre el espacio urbano, como su fragmentación y división en función de los miedos que tienen los ciudadanos con respecto a los otros, por la amenaza que representan.
Poster de “La Zona” (2007), película mexicana dirigida por Rodrigo Plá, y que presenta una interesante reflexión sobre la segregación socioespacial y la dicotomía entre las formas de vigilancia pública y privada en un barrio cerrado en el D.F. en México.
Resulta difícil, en las condiciones actuales, desvincular el desarrollo tecnológico del desarrollo urbano. Las aplicaciones de la tecnología en la producción de la ciudad han facilitado la comprensión del territorio para mejorar los procesos de planificación urbana, y conciliar la oferta gubernamental con la demanda ciudadana. En el ámbito de la seguridad, tanto el sector público como el sector privado han destinado importantes recursos para obtener tecnología que ayude a prestar un servicio adecuado y eficiente a las necesidades de los usuarios. El avance de la urbanización mantendrá un aumento sostenido por servicios como la vigilancia, cuestión que incidirá en la relación que establecen los ciudadanos con su entorno a partir de la sensación de vigilancia para la seguridad, y en la relación que establecen entre sí los ciudadanos de acuerdo a cuan segura resulta una interacción.
Referencias:
Bauman, Z. (2009). Confianza y temor en la ciudad. Arcadia.
Button, M. (2002). Private Policing. Willan Publishing. Portland.
Castells,M. (1999). http://www.frgp.utn.edu.ar/frgp/descargas/alumnos/ciencias_basicas/cs-sociales/ing-social/bibliografia/bibliografia-electrica/castells-m.-la-rev-de-la-tec-de-la-info.pdf Falconer y Mitchell (2012). Smart City Framework: A Systematic Process for Enabling Smart+Connected Communities Disponible en: http://www.cisco.com/web/about/ac79/docs/ps/motm/Smart-City-Framework.pdf
UNODC (2013). Manual de capacitación de vigilancia en el espacio urbano. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/UNODC_PolicingUrbanSpaces_ESP_LR_final_online_version.pdf
Entrevista a Javier Vergara Petrescu: “El mayor acceso a la información es un bien preciado para la planificación urbana, siempre y cuando este acceso sea equitativo y representativo de los todos grupos que conforman la sociedad"
VerEntrevista a Javier Vergara Petrescu: “El mayor acceso a la información es un bien preciado para la planificación urbana, siempre y cuando este acceso sea equitativo y representativo de los todos grupos que conforman la sociedad"
Javier Vergara es Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile y MSc City Design & Social Sciences de la London School of Economics. Es Co-fundador y Director Ejecutivo de Ciudad Emergente.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Javier Vergara es Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile y MSc City Design & Social Sciences de la London School of Economics. Actualmente se encuentra trabajando en proyectos sustentados en urbanismo ciudadano, el cual se centra principalmente en la participación ciudadana y tecnologías aplicadas a la ciudad.
Es también co-fundador de Plataforma Urbana y Plataforma Arquitectura, y se desempeña como profesor de Urbanismo Táctico en la Universidad Diego Portales y profesor del Magíster en Proyecto Urbano de la PUC.
Primero, me gustaría que nos contaras en qué consiste la organización, cuál es su misión y visión.
Ciudad Emergente es una ONG que se define como un laboratorio de tácticas y herramientas para el urbanismo ciudadano. Nuestra misión es mejorar la calidad de vida en ciudades a partir de procesos de innovación social de alto impacto y participación ciudadana. Para esto, CEM implementa una metodología de innovación y emprendimiento ágil consistente en la implementación de prototipos livianos, rápidos y baratos, también conocidos como tácticas urbanas de corto plazo que buscan generar cambios de largo plazo en la forma de habitar la ciudad, poniendo en el centro del desarrollo a las personas. Estos prototipos se despliegan a partir de un ciclo consistente en construir, medir y aprender, y cuyo fin último es lograr instalar capacidades en las personas para que estos logren llevar adelante el tipo de vida que valoran. Para lograr medir el impacto de estas acciones, CEM posee herramientas, tanto análogas como digitales, para lograr monitorear el desempeño de las intervenciones. Dicho de otro modo, lo que buscan las tácticas urbanas y las herramientas apropiables, es transformar a las personas en agentes activos de cambio en la ciudad en vez de meros actores pasivos receptores de beneficios. Esta visión está orientada fuertemente hacia la construcción de ciudades a escala humana.
Ustedes proponen funcionar como un puente entre las inquietudes ciudadanas y los actores encargados de la toma de decisiones en la ciudad. ¿Cómo es el proceso que se lleva a cabo para llevar las ideas ciudadanas hasta las instituciones encargadas de tomar decisiones?
Más que llevar las ideas de un sector hacia el otro, el objetivo de CEM es lograr articular ambos mundos, los cuales muchas veces se encuentran friccionados o faltos de herramientas para dialogar o bien encontrar concensos para orientar las políticas urbanas. La manera de articular a organizaciones de base y agencias de toma de decisión es a partir de la implementación de estás tácticas y herramientas que son de corto plazo pero que permiten orientar e informar decisiones de largo plazo para la planificación urbana. La articulación de actores requiere de pensar al mismo tiempo en integrar a las distintas partes dentro de un proceso de co-producción urbana, esto es, donde todos los actores tienen un espacio para actuar y empoderarse del proceso. Un ejemplo concreto, las tácticas urbanas llamadas Malones Urbanos, lo que buscan es poder articular “ciudadanos de a pie” con tomadores de decisiones, sentándolos a compartir una gran mesa para construir comunidad. En estas acciones se debaten aspectos de largo plazo, que son del interés de tanto de un grupo organizado de vecinos como de los tomadores de decisiones. Las conversaciones son facilitadas a partir de herramientas conocidas como árboles de ideas donde se agregan múltiples percepciones y de los participantes de un Malón, las que posteriormente son sistematizadas y analizadas en la forma de reportes fáciles de leer y fáciles de entender, entregados tanto a los tomadores de decisiones como a las mismas comunidades. Los procesos levantados a partir de estas acciones como Malones Urbanos no buscan en ningún caso reemplazadar los canales existentes de participación ciudadana, sino más bien, complementar los instrumentos de planificación territorial a partir de insumos muchas veces cualitativos difíciles de recabar.
¿Cómo ven ustedes el mayor acceso a la información y tecnología de las personas? ¿De qué manera puede verse reflejada en la ciudad y sus habitantes una “democratización” de la información y la tecnología?
El mayor acceso a la información es un bien preciado para la planificación urbana, siempre y cuando este acceso sea equitativo y representativo de los todos grupos que conforman la sociedad. Si bien en Chile existe una importante penetración de internet y una amplia cobertura de teléfonos móviles que supera el 200% de la población, no hay que pensar que esto se refleja directamente en un impacto en la ciudad o como estás pueden planificarse de manera justa e inclusiva aún. Existen todavía brechas importantes de acceso y cobertura para los grupos más desaventajados de la sociedad que calza directamente con los estratos de menores ingresos, donde al mismo tiempo existen los mayores déficits en cuanto a cobertura de equipamientos, educación, áreas verdes, acceso a un medioambiente libre de contaminación, entre muchos otros. Por lo mismo, el desafío de estas tecnologías “high-tech” que permiten acceder a mayor y mejor información, es lograr combinarse con herramientas análogas “low-tech” para permitir cubrir las brechas existentes. Creemos que este desafío está completamente abierto aún donde hay un campo enorme para explorar.
¿Creen que el aumento de las demandas por parte de la ciudadanía en los últimos años se ve reflejado en un debilitamiento del poder del Estado, de sus partidos políticos y el mercado frente a los ciudadanos? Y si es así, ¿qué puede significar esto?
Desde una perspectiva personal, las demandas de la ciudadanía son más bien reflejo directo de los desafíos que enfrenta el país hoy en cuanto a equidad e igualdad. Probablemente estos desafíos o deudas, en cuanto a equidad, que el país debe resolver de manera urgente, se han ido incubado a lo largo de las últimas décadas en políticas de estado y mercado que han tendido a agudizar las diferencias sociales más que a balancear o emparejar la cancha. Por otro lado, las demandas ciudadanas que se ven hoy en distintos ámbitos son reflejo de una sociedad más madura, más empoderada y más clara en lo que quiere, con mayor opinión, menos dispuesta a aceptar lo que venga y mas orientada a decidir por ellos mismos. Si bien esto es un paso muy importante para contar con una sociedad civil con mayor mejor capital social, aún queda un largo camino por delante. Esto, ya que al momento de tener que decidir muchas veces la ciudadanía organizada se queda solo en la protesta y se hace evidente la falta de herramientas para poder orientar las inquietudes hacia acciones que promuevan los cambios que la ciudadanía busca. En esa línea, resulta clave poder innovar y buscar espacios creativos para encontrar los canales y las herramientas adecuadas para que esta ciudadanía empoderada logre alcanzar los cambios por los cuales se organiza y moviliza.
En cuanto a la ciudad y cómo puede afectar el uso de nuevas tecnologías en la construcción y consolidación de la participación ciudadana, ¿qué ejemplos concretos existen en que la opinión ciudadana haya influido sobre alguna toma de decisión relacionada a la ciudad? Y cómo fue su desarrollo.
Las nuevas tecnologías han demostrado ser espacios atractivos para “depositar”, “compartir” o “socializar” las inquietudes, sentimientos y opiniones de la ciudadanía. Al mismo tiempo, han logrado captar la atención de las autoridades como herramientas de poderosas, tanto por el beneficio como por la amenazas que puede signficar para uno y otro grupo de poder. Lo que aún no está del todo resuelto es que tan efectivos son estos espacios que han generado las nuevas tecnologías para influir eficazmente la toma de decisiones. Ejemplos concretos del uso de estas tecnologías son por ejemplo las plataformas que permiten detectar problemas en la ciudad, a partir de los reportes de los ciudadanos en sus smartphones o sus computadores. En EEUU y America Latina se han implemetado diversas plataformas que hacen esto. Algunas aplicaciones como “Change By Us” o “Give A Minute” desarrolladas por Local Projects en Nueva York, Chicago, Menfis, y otras ciudades de EEUU, o aplicaciones como “Fix My City”, “Ziudad” o “10 mil ideas” han buscado conectar a la ciudadanía con los tomadores de decisiones. El ciudadano reporta el problema, la autoridad escucha. En teoría suena super bien, pero en la práctica se ha demostrado que muchas veces las mismas autoridades o los gobiernos locales no cuentan con las capacidades para lograr canalizar estas demandas, y finalmente, más que facilitar el trabajo, este se hace inabordable y los problemas no logran la solución. En esa línea, aún falta dar el paso para que estas tecnologías logren instalar capacidades en las personas no solo para apuntar con el dedo cuales son los problemas, sino lograr conducir los cambios a partir de la construcción de una “agencia ciudadana”. Esta agencia entendidad como la capacidad de las personas de ser agentes activos de cambio.
Finalmente, ¿cómo ha sido la respuesta de las organizaciones ciudadanas frente a su método de difusión y de qué forma evalúan los resultados obtenidos hasta ahora?
El trabajo de Ciudad Emergente está recién comenzando, y en esa línea, ha sido bastante satisfactorio trabajar con comunidades que ven un valor en el urbanismo táctico y en la idea de hacer urbanismo a la escala humana. A partir de los proyectos que hemos desarrollado nos hemos dado cuenta que hay una necesidad enorme por suplir las brechas de desigualdad que viven las ciudades de Chile, y que se requiere de un esfuerzo enorme por lograr instalar capacidades en las personas para crear líderes de barrios. En general, las organizaciones ciudadanas más convencionales agrupadas en institucionalidades conocidas como juntas de vecinos, aún están en una posición de beneficiarios de políticas o promesas de campaña, lejos aún de accionar a la comunidad en torno a los cambios que ellos mismos esperan. En ese sentido, hemos visto que convocar a las comunidades a trabajar en torno a cosas concretas, hechas por ellos mismos, es muy estimulante no solo para nosotros, sino para todos los que se hacen parte de las acciones de urbanismo ciudadano que impulsamos en conjunto. No han faltado los errores en el camino, pero lo que sacamos en limpio es que la ciudad permite ajustar los errores, esto ya que no vemos la ciudad y sus barrios como simples productos urbanos, sino mas bien como procesos de largo aliento que pueden ajustarse y re-programarse, y donde los principales protagonistas son las personas.
Fuente: www.flickr.com/photos/ciudademergente
Entrevista a Matías Stäger: “Los Rankings específicos de Ciudades Inteligentes no buscan alterar la identidad de la ciudad, sino más bien, crear una medida de eficiencia y de línea base para el diagnóstico oportuno de los problemas que enfrentan”
VerEntrevista a Matías Stäger: “Los Rankings específicos de Ciudades Inteligentes no buscan alterar la identidad de la ciudad, sino más bien, crear una medida de eficiencia y de línea base para el diagnóstico oportuno de los problemas que enfrentan”
Matías Stäger es ingeniero civil de la Universidad de Santiago de Chile y es jefe del área de estudios de Fundación País Digital, orientada al desarrollo y masificación de tecnologías en Chile.
Revista Planeo Nº18 Tecnología y Ciudad, Septiembre 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Matías Stäger es ingeniero civil de la Universidad de Santiago de Chile y actualmente es el jefe del área de estudios de Fundación País Digital, fundación orientada al desarrollo y masificación de tecnologías en Chile articulando acciones entre el sector público y privado. País Digital, por medio del proyecto Smart Cities, pretende transformas a las ciudades en localidades más eficientes en cuanto al uso de recursos, promoviendo así un desarrollo sustentable.
Primero, me gustaría que nos contaras en qué consiste el concepto y modelo de Smart Cities y también en qué marco de trabajo se encuentra.
El término Smart Cities o Ciudades Inteligentes es un concepto emergente, donde Chile está comenzando a incursionar en el tema y está impulsando varias iniciativas al respecto. Entre éstas, se encuentran: Agenda Digital 2020, Smart Cities Concepción, creación de la Mesa Institucional de Smart Cities y Mesa Técnica de Smart Cities, ambas organizadas por Fundación País Digital y CEPAL. A través de ellas, con el consenso de los entes involucrados, se logró definir a las Ciudades Inteligentes como:
“Son ciudades que, por medio de la aplicación de la tecnología en sus diferentes ámbitos, se transforman en localidades más eficientes en el uso de sus recursos, ahorrando energía, mejorando los servicios entregados y promoviendo un desarrollo sustentable, solucionando los principales problemas a los que se ven enfrentados los ciudadanos; logrando de esta forma, que las personas mejoren su calidad de vida”
La meta de las Smart Cities es solucionar los principales problemas a los que se ven enfrentados diariamente los ciudadanos, logrando de esta forma, que las personas mejoren su calidad de vida. En otras palabras, las ciudades inteligentes buscan modernizar la gestión de las ciudades, fomentando una mayor interacción entre las instituciones y los ciudadanos.
De qué forma se estructuran las Smart Cities, cuáles podrían ser las instituciones más relevantes que las componen y qué papel toma cada una de estas sobre la ciudad y sus habitantes.
La forma en que se organizan las ciudades en Chile es, probablemente, el desafío más grande. ¿Cómo ciudades en Chile, pueden ser inteligentes cuando oficialmente no están organizadas territorialmente como ciudades, sino como regiones, provincias y comunas? A pesar que sí existe algún nivel de gobernanza supra comuna, tales como el intendente y los GOREs, no hay alcaldías con recursos y peso político a nivel de ciudad, para generar estrategias e implementar proyectos a la escala de una ciudad. Hay evidencias, donde la falta de coordinación intercomunal, resulta en la falta de soluciones inteligentes e integradas. Por ejemplo, hasta hace algunos meses, en la Región Metropolitana había más de un sistema de bikesharing (bicicletas compartidas), pero no existe un sistema de ciclovías interconectado y, mucho menos, integrado. Esto resulta en una menor adopción de la población de este sistema de movilidad como una modalidad de tránsito.
Se ha hablado del concepto de Smart City como un slogan publicitario en el que las ciudades compiten por medio de rankings para atraer inversión económica a un territorio determinado. ¿Existe alguna relación entre la identidad de cada ciudad con la tecnología que se utiliza para levantar los rankings, o las aplicaciones tecnológicas se estudian en un marco globalizado independiente de las distintas realidades territoriales?
La utilización de tecnologías de información y comunicación en las ciudades busca crear ciudades eficientes, con mejores economías, menor impacto ambiente y, a la vez, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. A estos nuevos modelos de desarrollo de ciudades se les define como Ciudades Inteligentes.
Respecto a la identificación de las ciudades, estas pueden tener múltiples identidades y la mejor forma de establecerla, y a la vez de construirla, es con la participación ciudadana, la que es facilitada por la aplicación de tecnologías de información y comunicación. Las nuevas TICs permiten formas de participación que no se han observado en épocas pasadas, lo que sumado a la participación ciudadana y las redes sociales, permite construir una nueva masa colectiva capaz de co-crear ciudades.
Los Rankings específicos de Ciudades Inteligentes no buscan alterar la identidad de la ciudad, sino más bien, crear una medida de eficiencia y de línea base para el diagnóstico oportuno de los problemas que enfrentan. Esto servirá de soporte para apoyar avances, tales como: nuevas políticas públicas y estrategias a nivel país y de ciudad, a corto, mediano y largo plazo.
Con las mediciones de Smart Cities a distintos países y ciudades se busca definir una línea base que permita la aplicación extensiva e intensiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a los servicios públicos, a la gestión del suministro y consumo de energía o de agua, a la mejora del transporte y la movilidad, a la seguridad ciudadana y la protección civil, a la creación de un entorno favorable para los negocios y la actividad económica de alto valor añadido, al gobierno de la ciudad y a la transparencia y participación ciudadanas, puntos que constituyen la clave de la transformación de la ciudad tradicional en una Ciudad Inteligente.
Uno de los problemas de la comparación tecnológica entre ciudades es la percepción de pérdida de identidad tanto del territorio como de los habitantes al tratar de igualar distintas ciudades entre sí. ¿Existen aplicaciones tecnológicas que rescaten características propias de un lugar específico que se tomen en cuenta a la hora de generar los rankings competitivos?
Las ciudades inteligentes se crean en base a la identidad que estas posean, y que gracias a la colaboración de la ciudadanía, facilitada por las TICs, se busca fortalecer de mejor manera la esencia de las ciudades. Las iniciativas de gobierno abierto, como el portal gobiernoabierto.cl, portal de datos abiertos, portales de transparencia o el desarrollo de aplicaciones de integración ciudadana con la administración local y gobierno central, son parte ejemplificadora de este desarrollo.
¿Existe alguna aplicación práctica que se genere del trabajo que realizan? Si es así, ¿cómo funcionan y qué medios utilizan?
En Santiago, el Sistema Integrado de Bicicletas Públicas y Smartcity Santiago son iniciativas pioneras en Smart Cities. Sin embargo, una Ciudad Inteligente va más allá que acumular proyectos que llaman la atención de la prensa. Una Ciudad Inteligente implementa acciones que mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos.
Smart Cities Concepción es una de las propuestas más integrales en Ciudades Inteligentes realizadas en Chile. Esta iniciativa, financiada por el Fondo Español para Latinoamérica y El Caribe y ejecutado por el Banco Mundial, contempla introducir innovación abierta y uso de herramientas de tecnología de la información para la mejora de la prestación y planeamiento de servicios municipales y fomentar el desarrollo de ecosistemas de innovación local sostenibles que convoquen sinergias entre el sector público y privado, universidades y sociedad civil a nivel municipal o regional. Smart Cities concepción se encuentra en fase de desarrollo, donde en la última etapa se seleccionaron a los finalistas de la hackathon, en la cual se encuentran proyectos de seguridad urbana, bicicleteros inteligentes, incidentes de tránsito, entre otros.
Por último, me gustaría saber cómo ha sido la respuesta de las personas e instituciones frente al uso de las nuevas tecnologías en las que trabajan.
Cuando los proyectos disponen de mayores beneficios que costos para los usuarios finales, responden a curvas de adopción, que son adoptados en primer lugar por innovadores, seguidores primarios y mayorías precoz, con una posterior, mayoría tardía y rezagada. La puesta en marcha de estos proyectos gana adeptos rápidamente a medida que representa beneficios concretos, el ciclo de vida se puede extender para proyectos con mayores riesgos, en los cuales los usuarios más aventurados y pioneros serán los primeros beneficiarios.
Fuente: www.paisdigital.org
“Ciudades para un pequeño planeta”
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En el libro “Ciudades para un Pequeño Planeta”, Richard Rogers da cuenta del Mundo como un conjunto de ciudades y aldeas, que interactúan entre si generando un ilimitado crecimiento de lo urbano, que amenaza constantemente el medio ambiente y el ecosistema natural.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
Portada del Libro
Ciudades para un Pequeño Planeta
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Autor: Richard Rogers (+Philip Gumuchdjian)
Año 2001
ISBN: 978-84-252-1764-7
Editorial Gustavo Gilli
Palabras clave: planificación; arquitectura; países en desarrollo; desarrollo sustentable; urbanismo ecológico; políticas urbanas; resiliencia urbana
La evolución y crecimiento de las ciudades ha significado enormes externalidades para la convivencia entre lo urbano y el ecosistema natural. La tendencia señala que cada vez serán más las personas las que vivirán en las ciudades en un futuro; se estima que para el 2025, cerca de un 90% de la población mundial vivirá en los contextos urbanos (OCDE, 2013), una aproximación que ya es una realidad en muchas ciudades del globo.
En el libro “Ciudades para un Pequeño Planeta”, Richard Rogers da cuenta del Mundo como un conjunto de ciudades y aldeas, que interactúan entre si generando un ilimitado crecimiento de lo urbano, que amenaza constantemente el medio ambiente y el ecosistema natural. A pesar de este escenario global cada vez más negativo, Rogers plantea una perspectiva optimista, basado en propuestas sobre nuevas formas de gobernanza, de participación y de la economía, que de la mano con una Arquitectura y una Planificación consciente y sostenible, podrían sentar las bases para revertir los efectos que durante décadas hemos estado ejerciendo sobre el planeta.
Justamente este es uno de sus puntos más relevantes del análisis, pues el autor plantea que sólo a partir de una reformulación de las prácticas sobre la ciudad, es decir de una planificación y arquitectura sostenibles, es posible proteger los ecosistemas naturales del planeta, y los servicios ecosistémicos que éstos le brindan al bienestar humano presente y futuro. De esta manera el concepto de sustentabilidad cobra sentido, pues redefine los parámetros de las ciudades globales, y plantea la necesidad de hacernos cargo de las posibilidades que le entregamos a las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades y poder contar con las mismas posibilidades que tienen las generaciones actuales.
El libro va avanzando desde la cultura de las ciudades, y estrecha relación que tienen con el avance de las tecnologías, hasta las propuestas para el desarrollo urbano en este contexto globalizado.
El autor destaca que la aparición de los satélites sobrevolando este pequeño planeta, nos permitió la oportunidad de observarnos desde una perspectiva distinta, distante y profundamente esclarecedora, pues significó el comienzo de una consciencia global y de un cambio con respecto a nuestra relación con el Mundo. Esta nueva perspectiva global, vista desde el espacio, ha declarado la fragilidad de nuestro ecosistema planetario, y en este sentido, la estrecha relación que existe entre el crecimiento de las ciudades y los daños generados por el hombre en la naturaleza.
Los datos entregados por estas nuevas tecnologías son cruciales para entender donde estamos hoy, pues determina el grado de mutación geológica, el calentamiento global y el desgaste de la capa de ozono que ha generado el hombre en el planeta.
Poner el foco en las ciudades nos permite acercarnos hacia la médula de los problemas, y en este sentido, el rol de los arquitectos y urbanistas es clave. “Este crecimiento planetario de la población urbana y la precariedad de los modelos de habitabilidad están acelerando, al mismo tiempo, el grado de erosión y contaminación” (Rogers, p: 14).
El origen del optimismo de Rogers, se basa principalmente en tres factores: la difusión de la conciencia ecológica, la tecnología de las comunicaciones y la producción automatizada, proponiendo que la sostenibilidad medioambiental debería ser el principio rector de la proyección urbana moderna.
Este planteamiento que realiza el autor, da cuenta que así como los procesos urbanos han desencadenado profundas rupturas en el entorno natural, lo han hecho también con la estructura social, generando una peligrosa inestabilidad social. Esta dialéctica socio-territorial con la ecología planetaria supone el gran reto de las nuevas planificaciones urbanas sostenibles.
Si bien Rogers genera su análisis en torno a la ciudad de Londres, y su capacidad resiliente de regenerarse ante los diversos escenarios a los cuales se ha visto enfrentada, su planteamiento es más bien global, entendiendo que el Mundo es en si mismo, una gran ciudad global, que se divide en distintas aldeas interconectadas, gracias a las nuevas tecnologías de comunicación.
La ciudad global
http://www.arquine.com/blog/la-ciudad-global/
En el libro, el autor exhibe los diversos factores que han dado curso a la problemática ambiental mundial (expansión urbana desmedida, cultura del automóvil, estructura laboral, entre otros), poniendo principal énfasis a las características de la ciudad moderna, como creación de una estructura neoliberal, basada en el flujo y aglomeración de capitales financieros globales, y un sector público motivado por soluciones a corto plazo, que han influido determinantemente a la estructura de las ciudades, a sus dinámicas internas, que en su conjunto, han sido la causa directa de la contaminación, alineación y división social.
En este sentido, a lo largo del texto, el autor da cuenta de los impactos e influencia que tiene la sociedad en la resiliencia de las ciudades. Si bien el escenario global da cuenta de una tendencia negativa, asociado a las externalidades urbanas antes señaladas, las posibilidades de regenerarse y resistir ante los profundos cambios, es el cambio en la conducta social, que permita dar curso a una nueva “ciudadanía creativa”. Basado en la idea de la destrucción creativa, como forma de replantearse los impactos, y proponer nuevas formas de enfrentar el desarrollo urbano, más resilientes y conscientes.
“Es indudablemente cierto que sólo existen dos fuentes primordiales de riqueza disponibles: lo que extraemos de la propia tierra y lo que extraemos de nuestra imaginación creativa. A menos que empecemos a depender un poco menos de la primera y mucho más de la segunda, será inconcebible que podamos sostener a la creciente población mundial con estándares de vida dignos, civilizados y equitativos” (David Puttnam) (Rogers: p.147)
Rogers define el espacio urbano en dos modos; cerrado y abierto. El espacio cerrado, principalmente asociado a la lógica neoliberal de la estructura urbana, es decir, espacios aislados, que tienen una función específica, como los distritos financieros, condominios residenciales, túneles, malls, etc. Mientras que el espacio abierto los define como espacios multifuncionales, con variedad de usos, como las plazas, parques, mercados, etc. La propuesta que hace Rogers, es a redefinir el concepto espacial de las ciudades, hacerlas ciudades sustentables más compuestas, y con funciones abiertas, que permita concentrar ciertas actividades, pero teniendo siempre un equilibrio con los espacios públicos más multifuncionales y diversos.
Demuestra la influencia que ejercen la arquitectura y la planificación urbana en la vida cotidiana, y advierte sobre el potencial peligro que pueden generar las ciudades modernas sobre el medio ambiente. Rogers plantea que solo a través de una planificación sostenible de las ciudades es posible proteger la ecología del plante y cumplir ante las generaciones venideras.
La vulnerabilidad de las ciudades: desastres naturales y resiliencia social
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El libro “The vulnerability of cities” presenta un interesante enfoque sobre la vulnerabilidad de las ciudades, frente a diversos desastres naturales. Para ello resulta primordial definir los parámetros de qué es lo que entendemos por resiliencia y vulnerabilidad urbana.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Título Original: The Vulnerability of cities: natural disasters and social resilience
Autor: Mark Pelling
London ; Sterling, VA: Earthscan Publications, 2003.
Palabras clave: ecología urbana; desastres naturales; países en desarrollo; desarrollo sustentable; urbanismo ecológico; políticas urbanas; resiliencia urbana
El libro “The vulnerability of cities” presenta un interesante enfoque sobre la vulnerabilidad de las ciudades, frente a diversos desastres naturales. En tiempos donde la mayoría de la población mundial habita en las ciudades y se prevé que para el 2025 cerca de un 90% de la población viva en ellas (OCDE, 2013), es fundamental comprender cuales son los factores que hacen que algunos asentamientos urbanos sean menos vulnerables y más resilientes que otros. Para ello resulta primordial definir los parámetros de qué es lo que entendemos por resiliencia y vulnerabilidad urbana. Ambos son conceptos relacionados mayormente al estudio psicoanalítico de las personas, y a su capacidad de recuperarse o sobreponerse ante una crisis, o bien la capacidad de exponerse a situaciones de riesgo, respectivamente. Sin embargo, cuando estos conceptos se atribuyen a un contexto urbano cobran nuevos significados. Desde este punto de vista, resiliencia es aquella capacidad que tienen los ecosistemas urbanos de anticiparse ante afectos que afectarán su estructura y dinámica, ya sea eventos de carácter natural, como igualmente las implicaciones económicas, sociales o culturales que pudieran suceder. El grado de resiliencia de determinado sistema, le permitirá a éste responder ante estas adversidades que se puedan presentar en el proceso de gestión urbana, dependiendo de sus propias capacidades (Ultramari, Rezende, 2007).
El concepto de resiliencia asociado a los ecosistemas ecológicos y sociales fue introducido primeramente por C.S. Holling, quien en 1973 publicó “Resilience and stability of ecological system”, donde distingue dos propiedades fundamentales para comprender este fenómeno: por una parte la <estabilidad de los sistemas>, y su habilidad para retornar a un estado de equilibrio después de cierto evento, dependiendo de la rapidez en que el sistema retorne a su equilibrio, determina que tan estable es. La segunda propiedad, es la <Resiliencia>, o bien la habilidad de los ecosistemas para absorber cambios o disturbios generados por eventos aleatorios, que pudiera afectar de igual forma, a las relaciones entre poblaciones y variables relacionadas, presentes antes del fenómeno (Holling, 1973).
Este libro explora cuales son los factores que determinan la vulnerabilidad y la resiliencia de las ciudades, y lo importante que es considerarlo en las políticas públicas a nivel global, considerando que los efectos ante una catástrofe, puede ser mucho mas desastroso en un contexto urbano que en otros ecosistemas.
Para dar cuenta de este relato, el texto se divide en tres secciones:
1. En la primera sección, el autor realiza un análisis de los conceptos y el planteamiento en el que desarrolla su tesis, presentando diversos casos de estudio.
2. La segunda sección aborda las dinámicas políticas que afectan la capacidad de respuesta de un determinado ecosistema urbano.
3. En la última sección el autor sugiere tres cambios que podrían mejorar la resiliencia social frente a desastres naturales.
Fuente: www.insurancejournal.com
En el primer punto, el autor entrega una introducción sobre los conceptos de peligros, desastres, riesgos y vulnerabilidad. Desarrolla un estudio que da cuenta que el rápido crecimiento de la población en las ciudades, asociado al crecimiento urbano a nivel global, no son los únicos factores que han contribuido a la degradación ambiental y los desastres asociados a ésta. Para esto, señala que el tema central de la vulnerabilidad humana es sociopolítica, financiera y asociada a una estructura física de la sociedad.
A través de este planteamiento, Pelling presenta un análisis sobre las ciudades de Manila, Bogotá y Bangkok, para demostrar que la implementación de una planificación, que se realiza con medidas a corto plazo y sin un plan estratégico, en respuesta al rápido crecimiento urbano, ha contribuido y sostenido la construcción de bajo estándar, asentamientos e infraestructuras construidas en zonas muy propensas al riesgo, convirtiendo a estas ciudades en zonas vulnerables.
Pelling realiza una fuerte crítica argumentando que la importancia del contexto político y de gobernanza, en este sentido los procesos legislativos y normativos, tienen gran influencia en la creación de condiciones de riesgo.
La inestabilidad financiera de los gobiernos tanto locales como nacionales, ha sido uno de los mayores revés para lidiar con los desastres. Según plantea el autor, en ambos niveles, la falta de recursos de los gobiernos ha permitido que personas con gran influencia y situación económica tengan acceso a una indebida influencia en la decisión sobre los procesos de distribución de los recursos urbanos, como valor de suelo, zonas de expansión urbana, usos de suelo, etc,, como también en el manejo de los riesgos ambientales. Este comportamiento, restringe la estabilidad de los niveles de organización de las comunidades, tales como organizaciones no gubernamentales y otras instituciones del sector privado, que de otro modo podrían trabajar sobre la base del mejoramiento de la resiliencia social de las comunidades en riesgo.
En la segunda sección Pelling propone cinco claves para el estudio sobre políticas nacionales: alcance de las reglas democráticas, régimen postcolonial, escala urbana, extensión de la pobreza y dependencia urbana, y la ciudad.
Pelling analiza el potencial de adaptación de las movilizaciones públicas y las acciones para reducir la vulnerabilidad de las ciudades con contrastantes estructuras políticas y ajustes en su desarrollo. A través de estos estudios, el autor señala que las nuevas estructuras políticas en países postcoloniales, ha contribuido al fracaso en el abordaje de los temas centrales del libro. Esto responde no solo a una falta de recursos o aumento de la población, sino también a la falta de capital humano y social para generar mejor soporte.
Por último, en la sección final el autor sugiere tres cambios que podrían condicionar la mejora de la resiliencia social ante desastres:
a. Organizaciones formales e informales que se reconozcan en todos los niveles.
b. Trabajo interdisciplinario y conjunto entre ONG’s y gobiernos locales.
c. Reconocimiento por parte de la estructura política – institucional, de las acciones a nivel comunal – local, como medida para incrementar la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Los efectos producidos por el aumento de la población y expansión urbana, además de los estatus sociales, política y estabilidad financiera, son esenciales para determinar el grado de vulnerabilidad y resiliencia de una comunidad ante los impactos. Es importante, tanto como las técnicas de emergencia y su mitigación, considerar que los elementos sociales permiten a determinadas comunidades, poder resistir ante los desastres más eficientemente, y que esto también forma parte de estrategias de resiliencia en la estructura social urbana.
Entrevista a Paula Villagra: “La restauración emocional post-desastre no se da sólo con ir a este tipo de lugares después de un terremoto”.
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Paula es académica del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, donde realiza docencia, investigación y tiene alojado su Laboratorio de Paisaje y Resiliencia Urbana.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Paula Villagra cursó sus estudios de Arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó un Postítulo en Arquitectura del Paisaje en la misma universidad y obtuvo un Ph.D en Percepción del Paisaje de la Universidad de Melbourne, Australia.
Actualmente es académica del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, donde realiza docencia, investigación y tiene alojado su Laboratorio de Paisaje y Resiliencia Urbana. Recientemente terminó la investigación Fondecyt N.11110297 «Caracterización del Paisaje Urbano Resiliente: Percepción del espacio público de Valdivia y Concepción en el contexto de un terremoto», en la que analiza la capacidad de adaptación de ambas ciudades en el contexto de la resiliencia urbana post-desastre.
Primero, ¿cuál es el marco en el que ustedes definen el concepto de Resiliencia Urbana?
Nosotros nos ajustamos a la línea que viene de la ecología pero con un impulso también de la parte de la sicología, porque en general es básicamente la capacidad de un sistema, que para nosotros es la ciudad, de recuperarse y adaptarse frente a una perturbación extrema como puede ser un terremoto, un tsunami, erupción volcánica, etc. Pero sin que pierda su estructura y funcionamiento básico, por ejemplo dar agua, comida, trabajo, y también su aspecto identitario, que tiene que ver con aspectos socioculturales. Aquí entra también parte de la sicología porque por una parte está lo físico de la ciudad, que tiene que seguir funcionando, pero por otra parte hay un elemento emocional que también es importante. En este tema hemos empezado de a poco a desarrollar el concepto de resiliencia emocional, que tiene que ver con la capacidad del entorno de contribuir a sobreponerse a los efectos de una gran perturbación que causa estrés, a tal punto, de impedir desarrollar las actividades diarias. Sobre esto hay muchas teorías que explican las cualidades de la naturaleza para ayudar en el proceso de recuperación. A raíz de esto, hemos empezado a incorporar variables como los servicios ecosistémicos, que no sólo cumplen funciones de mitigación tras a un evento extremo, sino que también prestan servicios ecosistémicos culturales, como conmemoración y restauración.
Me gustaría que nos explicaras en qué consiste la investigación «Caracterización del Paisaje Urbano Resiliente: Percepción del espacio público de Valdivia y Concepción en el contexto de un terremoto».
Ese fue un proyecto Fondecyt de iniciación que me adjudiqué el año 2011 y que terminó el año pasado, en septiembre del 2013.
Fue una primera exploración formal del concepto de resiliencia, porque antes yo había realizado cursos al respecto en distintas universidades y profundizado en el tema en distintas conferencias. Básicamente consistió en explorar y comparar la capacidad de adaptación de Concepción y Valdivia luego de un terremoto, en función de las características y capacidades de sus respectivos sistemas de espacios abiertos: parques, plazas, calles, humedales, estacionamientos y cerros, entre otros. Todo lo que es espacio libre, pensando en que una gran perturbación haría que todo se destruya, todo el equipamiento construido, quedando sólo estos espacios.
Lo interesante que se ha visto en otras ciudades del mundo es que no son todas las plazas, todos los parques o todas las calles las que contribuyen a la adaptación post-desastre; son espacios con una distribución y características específicas. Entonces queríamos identificar cuáles son en el contexto chileno, cómo se conforman en sistemas urbanos, y por otro lado, cuáles son sus cualidades.
Entrevistamos a profesionales de organismos de emergencia como de la ONEMI, carabineros, bomberos, el ejército, el Gobierno Regional y Municipalidades locales, además de ONGs como el Hogar de Cristo, la Cruz Roja y Un techo para Chile, y la comunidad, por medio de las Juntas de Vecinos, e identificamos en Valdivia 198 lugares y en Concepción 154. Estos incluyen áreas libres, áreas verdes, cerros, cuerpos de agua, áreas con infraestructura de emergencia, patios y calles, que se pueden utilizar para reunión, evacuación, habitación temporal o permanente, para abastecimiento de agua, instalación de servicios y desecho de escombros y basuras.
¿Existen zonas o espacios en la ciudad que al ser reproducidos pueden incrementar la resiliencia luego de catástrofes?
Claro que sí. Primero, el sistema de espacios públicos útil post-desastre tiene que tener una distribución homogénea y redundante. En base a análisis en Sistema de Información Geográfica descubrimos que estos espacios están homogéneamente distribuidos en los distintos barrios de Concepción, no así en Valdivia. En Valdivia es heterogénea la distribución, ya que está casi todo a lo largo de la Avenida Picarte, donde se agrupan la mayoría de los lugares que son más utilizados en caso de un desastre. Esto sugiere que la comunidad tienen mejor accesibilidad a ellos en Concepción, lo cual también facilita la gobernanza post-desastre o la acción de los organismos de emergencia, para ayudar a la población.
Por otro lado, la diversidad de tamaños de estos espacios es también relevante, en ambas ciudades los espacios abiertos tienen mayor diversidad de tamaño en unidades vecinales de la periferia urbana, donde la forma urbana, o la organización de las calles y edificaciones es irregular. En estos casos, los tamaños de los lugares varían entre menos de 1000 m2, los cuales son útiles para reunión e información, a otros mayores a 10.000 m2, útiles para la instalación de por ejemplo, viviendas temporales y servicios médicos que requieren de mayor espacio. Por lo tanto, la periferia de la ciudad ofrece mayor diversidad de usos para sobrellevar la emergencia, sugiriendo dependencia entre el centro y la periferia. Esta diversidad de tamaños, es más frecuente en Concepción que en Valdivia ya que aproximadamente 1/3 de los lugares abiertos para la emergencia se ubican en unidades vecinales de la periferia de la ciudad. Por lo tanto, Concepción tiene mayor diversidad de usos asociados a los espacios abiertos, lo cual contribuye a la resiliencia urbana.
¿Esos espacios seguros afectan también la resiliencia emocional?
Si, aunque algunos más que otros. La calidad del diseño y el manejo de los lugares son aspectos importantes para sobrellevar y reponerse frente a la catástrofe, ya que las cualidades escénicas del paisaje tienen efectos en las personas, como estresores o restauradores, e influencian en el comportamiento tanto para ir a ciertos lugares o para evitarlos. Es bastante conocido que el contacto con la naturaleza tiene un efecto restaurador en las personas, o el proceso mediante el cual se recuperan recursos sociales y sicológicos perdidos tras una situación extrema. Pero no se sabe si produce el mismo efecto en un estado de emergencia post-desastre. Nuestros resultados indican que la presencia de la naturaleza luego de una catástrofe pasa a segundo plano, mientras que la presencia de mobiliario e infraestructura urbana, de vegetación y de agua, el color y las características del suelo como su rugosidad y topografía, determinan los usos del paisaje urbano para la emergencia y su capacidad restauradora. Por ejemplo, la presencia o ausencia de agua en un lugar determina si los lugares son útiles para abastecimiento de agua, o para reunión y albergues. En Valdivia por ejemplo, los lugares que más se correlacionaron con todas las variables que tienen que ver con la restauración emocional, (como la compatibilidad con las actividades diarias) tienen que ver con lugares que tienen cauces de agua pequeños y manejados en forma mínima, para asegurar su accesibilidad y uso cotidiano. Esto es muy importante ya que, la restauración emocional post-desastre no se da sólo con ir a este tipo de lugares después de un terremoto, sino que surge en base a lugares que la población constantemente visita en su vida cotidiana. Por lo mismo, vale la pena tenerlos identificados y cuidarlos ante intervenciones urbanas inadecuadas.
¿Hay diferencias significativas en la planificación de sistemas resilientes con otras ciudades del mundo de similares características?
Creo que en Chile, la respuesta frente a una catástrofe provocada por una perturbación natural, la aproximación sigue siendo bastante ingenieril. Es buscar un método o una solución, y hasta el 2010 enfocada nada más que en mejorar códigos de construcción, en vez de fijarnos en este mundo exterior que también nos ayuda en la recuperación.
El año pasado asistí al congreso de la International Geographic Union en Japón y visitamos toda la reconstrucción que se hizo en Kobe. Fue increíble observar como transformaron el espacio público en espacios que a la vez albergan agua para la seguridad, la recreación y para rescatar prácticas culturales locales. En Kobe, el principal problema que tuvieron después del terremoto fueron los incendios, ya que se quemaban las casas y no podían llegar los organismos de emergencia, debido a que ellos mismos sufrieron daños o las calles estaban bloqueadas. Atrás de la ciudad hay montañas con muchas quebradas que llegan al mar que está al otro lado de la ciudad, por lo que era muy contradictorio que teniendo tanta agua, no podían apagar los incendios. Entonces, el plan de reconstrucción post-desastre consistió, entre otras cosas, en reubicar y redirigir las aguas para que pasaran por la ciudad, haciéndolas parte de veredas y parques. Hoy día son un elemento más del espacio público y están ahí en caso de que se necesiten; también hay zonas subterráneas donde se acumula. Este tipo de soluciones, integrales, que involucran seguridad física tras una catástrofe y a la vez mejoras tangibles en la calidad del espacio urbano y sociocultural, son incipientes en el contexto chileno.
¿En Chile se ocupan estas investigaciones para la planificación de políticas públicas o se trabaja más como reacción frente a estas catástrofes?
Yo creo que todavía no se ocupan, si hay algunos indicios, son bastante incipientes en cuanto a su incorporación en las políticas públicas. Yo me he llevado una sorpresa al empezar a publicar los resultados de la investigación, porque te piden las distintas revistas internacionales que discutas los resultados en base a los planes de emergencia y las políticas locales que tienen las ciudades, y buscando, no hay. Por ejemplo, Concepción y Valdivia no tienen plan de emergencia. De los planes de emergencia que existen hoy en día, hay algunos asociados a las localidades costeras que se afectaron tras el 2010. Por otro lado, organismos como la ONEMI, con los cuales hemos trabajado en muy buena colaboración acá en la región,, recomiendan lo que se debe hacer como plan de emergencia y realizan bastantes actividades para contribuir a su desarrollo, pero lamentablemente sus recomendaciones no son normativas y la decisión la toma la municipalidad local. Entonces, más que una política, esto debería ser una ley para hacerlo obligatorio.
Y acá las comunas con menos recursos se ven totalmente desfavorecidas…
Claro, exactamente. Aunque más que de menos recursos, podríamos decir que menos famosas. Después de lo que ocurrió el 2010, hay lugares que fueron afectados que se les dio relevancia.
Por último, cómo evaluarías la resiliencia de las ciudades que se enmarcan en el estudio que trabajan.
Bueno, Concepción (comuna) se comporta mucho mejor en cuanto a su capacidad de adaptación post desastre porque tiene homogeneidad en la distribución del sistema de espacios abiertos y a la vez, mayor diversidad de tamaño de ellos.. Además tiene mejor calidad en diseño y manejo del espacio público que Valdivia, una variable bastante importante en relación a la resiliencia emocional. Por otro lado, Concepción tiene mejor posicionamiento en cuanto a accesibilidad, tiene una trama más regular de sus calles, a diferencia de Valdivia, que tiene una trama más irregular con una vía jerárquica, que es la principal vía de evacuación. Si esta vía colapsa, colapsa el sistema completo. Valdivia tiene también la condición de estar situada a ambos lados del río, lo cual dificulta la conectividad tras una catástrofe.
El estudio de la capacidad de ciudades para adaptarse tras una catástrofe lo hicimos en función de la estructura urbana de cada ciudad, para dar recomendaciones en la planificación y diseño urbano, por lo que elegimos ciudades afectadas por un disturbio similar, pero que discernían en su grilla o la configuración de la trama urbana, en densidad poblacional, calidad del espacio público y en aspectos socio-culturales. Todas estas características condicionan marcadamente los resultados, por lo que lo explicado, no es generalizable, sino que responde a un contexto específico en un tiempo de estudio determinado.
Entrevista a Claudia González: "Desde el punto de vista de la planificación urbana, nuestro sistema es reactivo"
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Claudia González Muzzio es arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó el Master in Science in Environment, Science and Society en University College London.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Claudia González Muzzio es arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó el Master in Science in Environment, Science and Society en University College London.
Actualmente se encuentra trabajando como consultora en estudios de planificación ambiental y territorial, enfocada en reducción de riesgos, medioambiente y participación comunitaria.
Hemos visto que el concepto de resiliencia urbana se presta para diferentes interpretaciones. Me gustaría saber cuál es tu visión frente al término.
El concepto de resiliencia da para mucho y ha sido ampliamente utilizado en Chile desde el terremoto de 2010, no siempre de manera adecuada. El término resiliencia en un contexto medioambiental proviene de la ecología, siendo acuñado por Holling durante la década de 1970, para referirse a la capacidad de los sistemas naturales de perdurar y reajustarse frente a perturbaciones o cambios en las condiciones de los ecosistemas, ya sea por causa natural o antrópica. Poco a poco el concepto fue aplicado a otras ciencias, incluidas las ciencias sociales, como la psicología y la geografía.
La resiliencia urbana se refiere a la capacidad del sistema urbano para prepararse, responder, adaptarse y sobreponerse a shocks o estreses provocados, entre otros, por la ocurrencia de desastres. La resiliencia urbana tiene diversos componentes, incluyendo las estructuras de organización social y política; la comunidad (sus características demográficas y socioeconómicas) y la sociedad civil organizada; las cadenas productivas y también el medioambiente construido (Resilience Alliance 2007). Para algunos autores (como Berkes, Holling y otros), se refiere también a la interacción del sistema social con los ecosistemas naturales, entendiendo la ciudad como un ecosistema de origen antrópico que funciona bajo las mismas reglas que los demás e interrelacionado con ellos.
¿Se ha considerado en algún momento el estudio de la resiliencia urbana como instrumento de análisis para la elaboración de políticas públicas?
No de manera sistemática hasta ahora. Los centros de estudio universitarios como el CIGIDEN (PUC) y el CIVDES (U. de Chile) están haciendo esfuerzos por incorporar la temática en el ámbito de la investigación académica, pero es un tema nuevo y la incorporación real en el ámbito de las políticas públicas – más allá del ámbito académico – tardará unos años.
El Marco de Acción de Hyogo, acordado por los Estados Parte de las Naciones Unidas en 2005, señala cinco tópicos sobre los cuales los estados y las comunidades debieran estar trabajando para mejorar la resiliencia de la población y las ciudades frente a futuros desastres, y hay esfuerzos en dicho sentido, pero aún sin muchos resultados visibles. Por ejemplo, la Política Nacional para la Reducción de Riesgos de Desastres se encuentra aún en estudio y ha habido poca participación de la sociedad civil en su formulación. En otros ámbitos hay más visibilidad, como es el caso de los códigos de construcción y particularmente la norma NCH433, que ha tenido cambios y mejoras tras los distintos eventos que hemos enfrentado como país.
También hay campañas a nivel urbano, como la impulsada por la UNISDR (la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres) llamada “Mi Ciudad se está Preparando”. Hay 27 comunas que se han sumado a la campaña, la mayoría de ellas afectadas por el terremoto de 2010 o por el del norte de este año. Se trata de iniciativas de los respectivos alcaldes o bien de ONGs que han apoyado el desarrollo local. Sería bueno que se sumaran otras y que las que ya están participen activamente en la identificación y reducción de sus riesgos, de forma que los esfuerzos no se queden únicamente en el papel.
Frente a las catástrofes que Chile ha sufrido este último año, cuál es el rol de los afectados frente a planes de relocalización o reconstrucción. ¿Se considera algún tipo de consulta ciudadana?
No hay mecanismos formales de consulta, sin embargo, sí se aprecia que en el caso del incendio en Valparaíso la comunidad ha estado más involucrada, principalmente por iniciativa propia y la presión que diversos grupos han ejercido hacia las autoridades de nivel local y nacional.
En el caso del norte la influencia e involucramiento de la comunidad ha sido menor, aunque hay grupos organizados de vecinos, algunos de los cuales existían previamente y otros que emergieron tras el terremoto, lo cual es común que ocurra luego de un desastre.
En mi opinión, esta menor participación o grado de influencia de los damnificados del norte respecto de los de Valparaíso tiene que ver por una parte con la dispersión territorial de los daños, mucho más concentrados en Valparaíso. También influye la visibilidad del desastre a los ojos de la comunidad en general, muy superior en Valparaíso – una de las principales ciudades del país – y por su cercanía a Santiago. El nivel de autogestión de los pobladores de Valparaíso es también importante, y desde ese punto podría decirse que son más resilientes… sin embargo, la resiliencia urbana también implica la reducción del nivel de riesgo al cual está expuesta la población, lo cual no ha sido visualizado integralmente, al menos por quienes han reconstruido por su cuenta, ocupando nuevamente las quebradas en algunos casos.
Bajo la estructura actual de las ciudades en Chile, ¿es necesaria la aparición de nuevos desastres para poder planificar ciudades más resilientes o hay forma de implementar medidas antes de que estos ocurran?
Siempre hay medidas que es posible tomar para aumentar la resiliencia urbana. Entre otras, poner atención en el desarrollo – e implementación – de estrategias de preparación; mecanismos y vías de evacuación; mecanismos de transferencia del riesgo como los seguros; el desarrollo de estudios de vulnerabilidad y capacidad; mayor incorporación de los riesgos en los instrumentos de planificación territorial y en el ordenamiento territorial en general; desarrollo de programas de educación; etc.
Lamentablemente tenemos mala memoria como sociedad, y sólo la recurrencia de los desastres nos recuerda de vez en cuando que somos un país altamente expuesto a diversas amenazas. No solo terremotos y tsunamis, sino también en varios casos inundaciones, sequías, incendios forestales, etc.
En este sentido, ya es hora de tomarse en serio la amenaza que significa el cambio climático para la sustentabilidad a nivel urbano. Los cambios en los patrones climáticos tanto de temperatura como de precipitaciones que ya se han identificado y que irán progresivamente en aumento, hacen necesario adoptar estrategias de adaptación que se relacionan directamente con el aumento de los niveles de resiliencia urbana. Por ejemplo, qué, cómo y dónde se cultiva; cuáles son los niveles de infiltración del suelo en las distintas áreas de una ciudad y su entorno; cuáles son las estrategias alternativas en cuanto a los medios de vida de la población en ciudades cuya base económica se restringe a pocas actividades y la relación entre el espacio urbano y rural, entre otros, son aspectos relevantes que también inciden en cómo podrán estos centros urbanos responder y recuperarse luego de un desastre. Una sequía o una nevazón intensa en lugares donde ello no ocurría ya no deben ser considerados como excepcionales, sino que hay que aprender a vivir con ellos y adaptar las ciudades y los medios de vida de la población para disminuir sus efectos negativos.
¿Existen casos en que se haya puesto a prueba elementos o espacios previamente planificados que mejoren la capacidad resiliente de una ciudad?
Un caso frecuente tiene que ver con el refuerzo de riberas de ríos para disminuir el riesgo de inundaciones o crecidas. Ello permite reducir el nivel de riesgo frente a la ocurrencia de algunos eventos y, principalmente, el grado de exposición de la población y los bienes respecto a dichos eventos. Lo que sucede es que dichos elementos, así como las barreras costeras, por ejemplo, se construyen considerando un determinado período de recurrencia. Es decir, contemplan un cierto rango posible de eventos. No siempre se construye considerando el “peor escenario” pues este es generalmente el menos frecuente y al mismo tiempo, el más caro. Un ejemplo de ello son las barreras costeras para mitigar los efectos de tsunami; las de Japón fueron diseñadas para un evento de magnitud menor a 9,0, por ello fueron sobrepasadas.
Un caso distinto ocurrió tras el terremoto de 2010. En varios los espacios públicos así como áreas naturales de acceso abierto a la comunidad fueron muy importantes tanto para la evacuación como para el uso de estos recursos durante el período de emergencia. Por ejemplo, el caso de varias lagunas en la región del Biobío, que fueron usadas para obtener agua para el baño e incluso para cocinar. Si bien estos espacios no estaban planificados para este fin, la posibilidad de acceder a ellos fue posteriormente valorada de forma tal que se está buscando la manera de protegerlos y limpiarlos, pues se reconocen ahora como “activos” en caso de un desastre.
Resulta importante contemplar estos y otros elementos en la planificación urbana, con el fin de mejorar la capacidad de respuesta y adaptación de la ciudad.
Para terminar, me gustaría saber tu opinión frente a los puntos altos y bajos de resiliencia urbana que poseen las ciudades Chilenas frente a catástrofes.
Diría que un punto alto se refiere a la calidad de la construcción, especialmente en las ciudades grandes. Sin embargo, al igual que respecto de otros temas urbanos, existe un nivel de vulnerabilidad diferenciado al interior del área urbana. Hay sectores donde predominan las construcciones antiguas, sin mantención, y otros donde hay mucha autoconstrucción no regulada. Coincide en muchos casos con áreas donde habita población vulnerable socialmente.
Respecto del sistema social y el capital humano, me parece que en las áreas que fueron afectadas por el terremoto de 2010 hay ahora una mayor preparación y la formación de grupos emergentes de vecinos, voluntarios y otros que aún siguen activos – algunos de los cuales incluso se han convertido en ONGs – implicaron un aumento del capital social que puede ser aprovechado para hacer frente a nuevos eventos.
Un punto bajo en muchas áreas urbanas tiene que ver con la preparación, así como la evaluación del nivel de vulnerabilidad y las capacidades del medio construido y de la población. La gente no es consciente de las amenazas y tampoco sabe qué hacer para enfrentarlas.
Desde el punto de vista de la planificación urbana, nuestro sistema es reactivo y efectivamente hay que hacer esfuerzos importantes por identificar elementos de la ciudad que posibilitarán una buena respuesta y posterior recuperación, y luego incorporar efectivamente dichos elementos a la planificación. Se requiere para ello cambios en la normativa y también – y de manera muy importante – cambiar la mentalidad reactiva por una preventiva, que incorpore la reducción del riesgo de desastres en los distintos ámbitos de la vida urbana.
Tocopilla ciudad resiliente
VerTocopilla ciudad resiliente
La toma de decisión y la organización de la comunidad fueron fundamentales en la ciudad de Tocopilla para crear prácticas que permitan en el territorio la reducción del riesgo de desastres y el aumento de la resiliencia. Prácticas presenta las diferentes acciones generadas por la comunidad, después del terremoto ocurrido en el año 2007.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
Fuente: Ilustre Municipalidad de Tocopilla
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
Con el tema de Resiliencia Urbana, la sección de Prácticas de la Revista Planeo presenta las diferentes acciones generadas por la comunidad de la ciudad de Tocopilla después del terremoto ocurrido en el año 2007, donde la toma de decisión y la organización fueron fundamentales para crear prácticas que permitan en el territorio la reducción del riesgo de desastres y el aumento de la resiliencia. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en el norte de Chile, que permitan mejorar la calidad de vida de las personas y a la vez que los diferentes actores sociales desarrollen la capacidad de adaptarse a momentos adversos.
Palabras claves: comunidad, terremoto, resiliencia.
En todo el mundo, las ciudades son los motores de crecimiento de un país con sistemas y capacidades de gobernanza dinámicos, factores como el clima extremo, terremotos y emergencias provocadas por el hombre, han logrado generar una presión en la población que permita la prosperidad de las ciudades. Chile siempre se ha caracterizado por ser un país sísmico; su variada geografía ha sido afectada por diferentes terremotos a lo largo del tiempo, debido a que se encuentra ubicado bajo las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana. La energía liberada por ambas placas cuando entran en contacto al deslizarse produce los llamados terremotos. Durante los últimos años, diferentes regiones del país se han visto afectada por sismos. En noviembre del año 2007, la región de Antofagasta fue afectada por un terremoto de 7,7 grados en la escala sismológica Richter. El epicentro fue entre Quillagua y la ciudad de Tocopilla en la cual, hasta el día de hoy, se puede observar el lento avance de por su recuperación y lo comprometido hace 7 años.
Fuente: ONEMI.
Desde el concepto de resiliencia[1], se realizaron diferentes prácticas ejecutadas por instituciones, públicas, privadas, organizaciones sin fines de lucro y voluntariado, los cuales fueron en directo beneficio para los más de 17.300 damnificados, además de los daños ocasionados en el ámbito de vivienda, edificios públicos, servicios básicos, cortes en rutas viales y daños estructurales en algunos colegios en la región de Antofagasta. En primera instancia, el gobierno central se organizó de tal forma que fueron enviadas viviendas de emergencia, mientras que las fuerzas armadas colaboraron en el orden de la ciudad de Tocopilla y la instalación de un hospital de campaña para atender a las personas que presentaban lesiones, ya que el hospital de esta ciudad sufrió serios daños estructurales después del terremoto.
A la vez, la comunidad en general, logró organizarse de tal forma, que en el momento que se empezaron a construir las viviendas, hacían turnos para cuidar los materiales de construcción para que no se realizaran robos. La junta de vecinos del sector La Patria, realizó a través de un proyecto, el diseño de lo que querían para su población, incluyendo también espacios recreativos como máquinas de ejercicios para adultos y niños. Además de los diferentes voluntariados organizados por instituciones públicas, que provenían de la Cruz Roja, bomberos, grupos scouts y ONG´s de diferentes partes de Chile que ayudaron a repartir agua potable y cajas con alimentos, se contó con el apoyo de profesionales de las universidades en el norte que colaboraron en el catastro del daño de viviendas. Por otra parte, desde el extranjero, algunos países como Argentina, Venezuela, España, Japón, Perú y Ecuador, ofrecieron una ayuda inmediata para los afectados del norte de Chile.
Sin embargo, hoy en día aún falta la reconstrucción de viviendas, mejoramiento de espacios públicos y de establecimientos educacionales, es lo solicitado por la comunidad de manera organizada, ellos tratan de reconocer y analizar nuevos riesgos que podrían suceder en el futuro, pero lo ven difícil ya que se necesita que todas las partes involucradas internalicen y comprendan los reales riesgos. Hasta ahora donde la comunidad sigue solicitando de manera organizada ayuda y exige los compromisos del gobierno para que se terminen los campamentos y mejorar la calidad de vida de la población de la ciudad de Tocopilla. Así, poder generar y aplicar medidas preparatorias, como construir estructuras para prevenir y mitigar los daños causados por desastres, además de desarrollar sistemas que permitan responder de una forma adecuada y puntual a los desastres, y al mismo tiempo capacitar a la comunidad en general. A pesar de que esto en la actualidad no existe y que los problemas en los habitantes sigue presente, se debe destacar que los cambios que se han generado en los últimos siete años, se debe al trabajo en conjunto que ha realizado la comunidad, donde constantemente tratan de generar acciones que permitan aumentar el grado de resiliencia y la reducción de riesgos a desastres que forman parte de las estrategias urbanas, que permiten en cierta medida mejorar la calidad de vida de las personas.
[1] La capacidad de absorber la presión o las fuerzas destructivas a través de la resistencia o adaptación, como también la capacidad para gestionar o mantener ciertas funciones y estructuras básicas durante contingencias. Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno del Reino Unido (2007).
La capacidad de adaptación de la academia: una respuesta frente a las catástrofes.
VerLa capacidad de adaptación de la academia: una respuesta frente a las catástrofes.
La capacidad de adaptación es una definición básica de resiliencia e implica un desafío personal importante. Si a esto se suman escalas de análisis e intervención, el desafío es aún mayor. Frente a la contingencia ¿tiene la academia la capacidad, la voluntad o el deber de adaptarse?
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC].
Resumen:
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Resiliencia Urbana, presenta las iniciativas creadas desde la academia con la comunidad en la ciudad de Valparaíso. Después del gran incendio ocurrido en abril de este año, la e[ad], Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, a través de sus talleres y actividades organizadas entre académicos y alumnos han desarrollado una serie de instancias de vinculación con la comunidad, en el reconocimiento presente de las necesidades que emergen luego de una catástrofe.
Palabras claves: Valparaíso, resiliencia, academia.
La capacidad de adaptación es una definición básica de resiliencia e implica un desafío personal importante. Si a esto se suman escalas de análisis e intervención, el desafío es aún mayor. Frente a la contingencia ¿tiene la academia la capacidad, la voluntad o el deber de adaptarse?
El voraz incendio forestal que comenzó el 12 de abril del presente año en la ciudad de Valparaíso, afectó a un número importante de personas, viviendas e infraestructura pública y de servicios. Hecho que plantea una serie de desafíos respecto a la planificación, la reconstrucción y la resiliencia de las ciudades, no sólo en esta en particular, sino también a nivel nacional. Cabe recordar que el 1° de abril –sólo once días antes del incendio- ocurrió un terremoto en la ciudad de Arica e Iquique de magnitud 8.2. Se suma de esta manera a la memoria del país dos nuevos acontecimientos relacionados a desastres naturales que Chile debe enfrentar cada cierto tiempo.
A consecuencia de lo anterior, la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV ha sido parte de una serie de acciones sociales, de gobierno y académicas que han debatido en torno a los efectos y las causas del incendio en Valparaíso y las posibles estrategias de reconstrucción. Asimismo, los distintos talleres de las disciplinas mencionadas adaptaron su planificación inicial a las necesidades surgidas a partir del incendio. El proceso formativo y el conocimiento aplicados a la, siempre escurridiza, vinculación con el medio por parte de las universidades.
Concentrándose en el Cerro La Merced[1], se trabajaron distintas propuestas: Montaje de una cocina en la Escuela Básica Federico Albert, donde se sirvieron más de 200 almuerzos diarios durante 45 días destinados a las familias damnificadas y voluntarios. Esta iniciativa se mantuvo hasta el mes de junio durante los 7 días de la semana y finalizó con el primer período de cierre académico. “Hacer visible lo invisible” fue la propuesta del taller de 3er año de Diseño Gráfico, que reconstruyó la microhistoria de una comunidad urbana sobre sus actividades, lugares de encuentro, oficios, juegos y tradiciones, a través de instrumentos gráficos propios de la disciplina (mapas, íconos, infografías), que pretenden recrear el paisaje y su legado patrimonial. Comedores para viviendas de emergencia, consistió en la construcción de 48 comedores, que nacen de las propuestas ideadas por los alumnos del taller y que tienen la característica de ser diseñados según la particularidad de cada vivienda y de las necesidades familiares; algunos de ellos cuentan con mobiliario plegable, cuidan aspectos de higiene y de guardado, considerando el espacio limitado de las viviendas. Además, existe el mérito que los mismos ejecutores lograron realizar las gestiones necesarias para que cada propuesta sea financiada y terminada a cabalidad. Sede comunitaria como un espacio que permita recuperar el tejido social, detonante de resiliencia para la restauración en el diálogo, fue la propuesta del taller de tercer año de arquitectura, que planteó como objetivo general que el estudiante sea capaz de proponer un vacío arquitectónico de carácter público.
Fuente: Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV.
Edificación de un baño seco, independiente de la red de alcantarillado en un momento en que aún las redes están reventadas como consecuencia del incendio. El baño seco, que posee tina, lavamanos y WC, es de una superficie de 4,5 m2 aprox., y está construido a base de una estructura de madera y elementos reciclados, como pallets, paja, botellas de vidrio, botellas de plástico, entre otros. Se utiliza una técnica de construcción a base de revestimiento de adobe y sistemas pasivos de climatización llamada Earthship. Señalética de emergencia para el cerro. Se crea un proyecto básico para producir un sistema de información vecinal, que actúa como un primer paso en la reconstrucción de la vida de barrio, fundamental para el largo proceso de recuperación. El proyecto propone un sistema de señalética que indica el nombre de las calles y luego nombres de las familias, en un espacio donde los mismos vecinos pueden ir añadiendo información.
Fuente: Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV.
Pero la academia no mira sólo la contingencia, también se pregunta por su devenir, es por eso que durante el mes de julio se realizará el Coloquio: La ciudad sus catástrofes y sus resiliencias. Actividad que vincula a la casa de estudios a la contingencia regional y nacional. Por medio de la exposición de destacados expertos en planificación, reconstrucción y resiliencia urbana en el país, el objetivo es reconocer distintas experiencias sobre catástrofes y recoger aquellas dimensiones fundamentales que permitan la reflexión del contexto local. Arquitectos y diseñadores aprenden a identificar las necesidades de otras personas y expresarlos en términos espaciales, gráficos, estéticos y técnicos, para la e[ad] se trata de un acto de colaboración con importantes implicancias cívicas.[2]
[1] Cambiaso, F. (2014) Un vuelco en el estudio: Escuela de Arquitectura y Diseño en el C° La Merced. Disponible en: http://www.ead.pucv.cl/2014/ead-en-cerro-la-merced/
[2] Agradecemos a la comunidad académica de la e[ad] Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso por facilitar la información a Planeo.
Resiliencia: más que una moda, una prioridad urbana
VerResiliencia: más que una moda, una prioridad urbana
Resiliencia urbana, como elemento de política, implica un exhaustivo levantamiento de información, un conocimiento adecuado de la ciudad y el territorio, y del desarrollo de capacidades gubernamentales y ciudadanas que favorezcan el desarrollo sostenible de las ciudades.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
Inundaciones en Bogotá (Colombia). Las intensas lluvias evidenciaron problemas en el alcantarillado de la ciudad, provocando inundaciones en diferentes sectores de la misma. Fuente: El Espectador (2011)
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
He tenido dos experiencias con el concepto “resiliencia”. La primera, durante mi primer año como profesor en un colegio ubicado a las afueras de Bogotá. Su uso resultaba nuevo para mí en ese contexto, y hacía referencia a la capacidad de los estudiantes para sobreponerse a circunstancias académicas y personales adversas. La segunda ocurrió en los cursos del Magíster, como parte de las discusiones sobre el desarrollo urbano sustentable, y cómo desde la planificación y gestión urbanas se puede lograr que las ciudades hagan frente a las múltiples amenazas bióticas y antrópicas que afectan su desarrollo. Estas discusiones reflejan una preocupación global sobre las condiciones del desarrollo urbano, toda vez que estamos ante lo que Koonings y Kruijt (2009) denominan la formación de “megaciudades”, o grandes áreas urbanas que por su población, tamaño y complejidad se vuelven ingobernables. Es entonces un problema global, y vale la pena preguntarse sobre las iniciativas que se están desarrollando por parte de organismos multilaterales, y que puedan ser útiles para los colegas interesados en este tema.
La comunidad internacional planteó la preocupación por la resiliencia en el Marco de Acción de Hyogo (Japón), suscrito por los integrantes de la Organización de Naciones Unidas en 2005. Este marco de acción buscaba reunir esfuerzos de los Estados, la sociedad civil, la academia y el sector privado en la búsqueda de soluciones a las amenazas y desastres naturales; así como promover la descentralización en la gestión y la asignación de recursos para promover la prevención de riesgos y desastres naturales desde el nivel local (UNISDR, 2011). Al respecto, el marco de Hyogo trazó 5 prioridades para la acción, tales como a) la construcción de capacidades institucionales, b) el conocimiento de los riesgos, c) sensibilizar y construir una cultura de seguridad, d) reducir riesgos y e) actuar (UNISDR, 2011).
Durante el 7° Foro Urbano Mundial (realizado en Medellín), se discutió ampliamente sobre la equidad como pilar del desarrollo de las ciudades. Se revisaban así los patrones de la urbanización contemporánea, que favorecieron la construcción de ciudades profundamente desiguales en todos los ámbitos de la vida humana, sustentados a partir de un uso irracional de los recursos naturales. En ese sentido, se propuso la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo urbano, que haga frente a los problemas actuales de la urbanización y que permita, por medio de una planificación sustentable, lograr ciudades más justas, ecológicas, seguras y resilientes.
Así como la Organización de Naciones Unidas ha trabajado en la definición de resiliencia urbana, para facilitar la operacionalización de las medidas adoptadas por los gobiernos y actores involucrados, se encuentra también un creciente interés por parte de entidades como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Además de su labor como organismos que financian el diseño e implementación de proyectos en países en desarrollo, sus unidades de desarrollo urbano parecen haber encontrado un nuevo nicho de mercado, en el que ofrecen sus recursos económicos y conocimiento para apoyar iniciativas orientadas a garantizar la capacidad de respuesta de las ciudades a las amenazas. El Banco Mundial viene trabajando desde el enfoque de “construcción de resiliencia”, midiendo los costos del cambio climático y los desastres naturales sobre la población, en el contexto de una urbanización intensificada. Por ello, parece que han enfocado su trabajo al apoyo de la urbanización sustentable, que de cuenta de una mayor eficiencia en el uso de los recursos y una gestión más capacitada para hacer frente a las amenazas bióticas y antrópicas sobre las ciudades. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo ha implementado la iniciativa “Ciudades emergentes y sustentables”, orientada a apoyar la planificación en ciudades intermedias (que muestran altas tasas de crecimiento geográfico y poblacional), y que requieren asistencia técnica en ciertos ámbitos de la planificación territorial. Asimismo, y a partir de los resultados del Foro Urbano Mundial, suscribieron con otras entidades multilaterales y fundaciones un compromiso por la resiliencia urbana, a partir de la experiencia ganada en el amplio conjunto de ciudades que asesoran alrededor del mundo. Con ello, se puede pensar en la armonización de información y de políticas que mejoren las capacidades técnicas y profesionales de los gobiernos involucrados en la atención de desastres, y dar cuenta de un discurso unificado sobre cómo atender los retos de la urbanización actual.
Sin ser las únicas, consideré importante destacar estas iniciativas, en especial para aquellos interesados en la gestión de desastres y fortalecimiento de capacidades locales para atender situaciones de emergencia, e invitarlos a estudiar en profundidad las metodologías de trabajo y los alcances de estas iniciativas. La resiliencia ya no es un término de moda para hacer referencia al desarrollo urbano sustentable: es una prioridad en las agendas de gobierno, en tanto que las amenazas son múltiples (y generalmente, poco predecibles). Los riesgos asociados a la urbanización contemporánea son variados, y si bien hay un énfasis en los que están asociados al cambio climático y las condiciones de la naturaleza, no podemos olvidar que fenómenos sociales como la violencia también genera situaciones que miden la capacidad de una ciudad y su población para sobreponerse a sus manifestaciones y consecuencias.
Como concepto, hay consenso sobre que implica la resiliencia en una ciudad. Como elemento de política, implica un exhaustivo levantamiento de información, un conocimiento adecuado de la ciudad y el territorio, y del desarrollo de capacidades gubernamentales y ciudadanas que favorezcan el desarrollo sostenible de las ciudades; aun cuando todo parezca en contra de ello. Es ahí donde parte la resiliencia.
Referencias:
Koonings, K., & Kruijt, D. (2009). Megacities: the politics of urban exclusion and violence in the global south. Zed books.
UNISDR (2011). How to make cities more resilient: a Handbook for local government leaders. United Nations.
Resiliencia urbana e interdisciplinariedad: no se puede alcanzar una sin la otra
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Utilizar el concepto de resiliencia para, por ejemplo, establecer la visión de futuro para una ciudad, es prácticamente una invitación a profesionales de diversas áreas del conocimiento para participar en la iniciativa.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
Resiliencia es un concepto utilizado por diversas disciplinas. En física, la resiliencia de un material tiene que ver con su capacidad de retornar a su estado inicial después de sufrir algún tipo de impacto. En psicología, la resiliencia es tenida como la capacidad de los individuos en superar eventos o períodos que infligen dolor emocional. En sociología, está asociada a la capacidad de recuperación de grupos sociales. Hay otros ejemplos, en ingeniería, ecología, derecho, etc. Cada núcleo disciplinar precisa el concepto de acuerdo a sus líneas de trabajo, pero ciertas características comunes se mantienen en todas las definiciones, como la capacidad de recuperarse y la comparación entre estados previos y posteriores a un evento específico que trastorna el equilibrio inicial. En este sentido, el término resiliencia puede ser entendido como un “objeto frontera”, que siguiendo la definición propuesta por Star y Griesemer, son objetos que se caracterizan por:
«ser a la vez plásticos lo suficiente para adaptarse a necesidades y limitantes locales de los diversos actores ocupándolos, y sin embargo robustos lo suficiente para mantener una identidad común entre sitios distintos. Están débilmente estructurados en el uso común, pero se vuelven fuertemente estructurados en el uso de sitios-individuales. Ellos pueden ser abstractos o concretos. Tienen significados distintos en mundos sociales distintos pero su estructura es común lo suficiente para más que uno de estos mundos para hacerlos reconocibles, como un modo de traducción. La creación y gestión de los objetos frontera es clave en el desarrollo y mantenimiento de coherencia en la intersección entre mundos sociales.» (apud Harvey, 2009, p.322 – traducción nuestra)
Esta simultanea plasticidad y robustez del término permite no solamente aplicarlo a diversos ámbitos, sino que también – y este quizás sea el aspecto central para la construcción del argumento aquí expuesto – propicia un punto de partida para esfuerzos de colaboración interdisciplinarios, esfuerzos que son imprescindibles para una planificación y gestión urbana responsable e integral, que promueva mayores niveles de sustentabilidad, equidad y calidad de vida, particularmente en el contexto actual de cambio global, en el cuál los eventos climáticos que pueden impactar negativamente sistemas urbanos son cada vez más frecuentes y extremos.
Utilizar el concepto de resiliencia para, por ejemplo, establecer la visión de futuro para una ciudad, es prácticamente una invitación a profesionales de diversas áreas del conocimiento para participar en la iniciativa. Esto porque, partiendo del entendimiento que las ciudades son sistemas socio-ecológicos complejos, promover la resiliencia urbana implica, necesariamente, en la aplicación de un enfoque interdisciplinario que sea capaz de articular simultánea y sinérgicamente proyectos urbanísticos, ingenieriles, económicos, comerciales, ambientales, entre otros. Esta condición se puede ver reflejada en los discursos de organismos internacionales, de los cuáles podemos destacar la agencia de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastre, particularmente por su programa “Making Cities Resilient: My City is Getting Ready”; y la UN HABITAT, responsable por la organización de los Foros Urbanos. En efecto, en el último foro, realizado en Abril de este año, en la ciudad de Medellín, Colombia, el tema de la resiliencia urbana fue incorporado en el programa como uno de los diálogos centrales, lo que se justifica justamente por el potencial del concepto para promover una mirada más integrada y, por ende, más interdisciplinaria. En este diálogo uno de los objetivos centrales era poner en evidencia que estrategias de resiliencia, en un marco considerablemente más amplio que el de gestión de riesgo, tienen un potencial inherente de contribuir para la equidad en las ciudades. Además, en la Agenda de Desarrollo Sostenible Post 2015, generar ciudades “incluyentes, productivas y resilientes” es una de las líneas prioritarias.
Se podría decir que a pesar de la falta de consenso acerca de que significa resiliencia en el contexto urbano, es un concepto que está de moda. Existen actualmente diversas instituciones especializadas en resiliencia, como es el caso del Torrens Resilience Institute, de Australia y del Stockholm Resilience Centre, de Suecia; centros de investigación que se dedican a trabajar en temáticas asociadas al concepto, como el ICLEI; y incluso rankings de ciudades más resilientes, como el de la fundación Rockefeller (http://www.rockefellerfoundation.org/blog/33-resilient-cities-announced-by). Queda en evidencia una apuesta en el concepto de resiliencia. Se van multiplicando las propuestas de cómo medir la resiliencia, como promoverla, como evaluarla y los argumentos acerca de la importancia de la resiliencia para las ciudades. Pero poco se habla acerca de cómo constituir equipos de trabajo que puedan traducir a logros reales para las ciudades las promesas asociadas al concepto. Como notó Mendéz:
«En tiempos como el actual, caracterizado por la multiplicación de metáforas para describir la evolución urbana mediante la traslación de términos procedentes de disciplinas donde a menudo tenían un significado distinto, conceptos como el aquí considerado suscitan la creciente atención de unos, pero también el escepticismo de otros sobre su aportación a una mejor descripción y comprensión de este tipo de procesos. Más allá de una posible moda pasajera, su uso sólo resultará de utilidad si se precisan los diversos significados que se le han dado hasta ahora y si incorpora un contenido teórico coherente, que pueda quedar enmarcado en los debates actuales sobre claves del desarrollo urbano y regional.» (2012:229)
En este sentido, si por un lado el concepto trae a la mesa profesionales de distintas disciplinas por sus características de “objeto-frontera”, es imprescindible que ellos logren trabajar de forma colaborativa, en un esquema verdaderamente interdisciplinar, y traducir el concepto a programas, proyectos y acciones que sean coherentes entre sí y capaces de abarcar las diversas complejidades de los sistemas urbanos. No basta hacer una especie de collage de las distintas perspectivas existentes, en el cuál cada disciplina intenta asumir cartesianamente ciertos segmentos o categorías. Para lograr incrementar la resiliencia urbana, entendida aquí en sentido amplio y siguiendo las proposiciones de la UN HABITAT, es clave un trabajo transversal, en donde más que compatibilizar miradas particulares, se interconecte y potencialice los conocimientos específicos de las diversas disciplinas que estudian, planifican y gestionan las ciudades.
Referencias Bibliográficas:
HARVEY, Fracis (2009). Of Boundary Objects and Boundaries: Local Stabilization of the Polish Cadastral Infrastructure. The Information Society, nº 25, pp. 315-327.
MÉNDEZ, Ricardo (2012). Ciudades y metáforas: sobre el concepto de resiliencia urbana. Ciudad y Territorio, 172, pp 215-231. Madrid, España.
Entrevista a Jorge Raedó, Director Amag, Revista online de arquitectura para niños.
VerEntrevista a Jorge Raedó, Director Amag, Revista online de arquitectura para niños.
“Incluir la perspectiva infantil en el proceso de diseño de la ciudad quiere decir respetar a los ciudadanos. Un gobierno que escucha a todos, en especial a los más débiles, es un gobierno de todos y para todos”.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, mayo 2014
Fuente: http://www.fronterad.com/?q=bitacoras/jorgeraedo/amag-revista-arquitectura-para-ninos
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Jorge Raedó estudió desde 1987 hasta 1993 en la Escola Tècnica Superior d´Arquitectura de Barcelona y en la Università di Architettura-La Sapienza de Roma. Entre los años 1995 y 1999 estudió dirección escénica y dramaturgia en el Institut del Teatre Barcelona. Ha sido académico invitado de Teatro Visual en el Institut del Teatre de Barcelona en 2006, y fue profesor invitado en el máster “Arquitectura, Arte y Espacio efímero” de la Escola Tècnica Superior d´Arquitectura de Barcelona. También ha impartido clases de arte a niños y adolescentes.
Actualmente es el director de la revista de arquitectura para niños Amag!, en la que incorpora actividades de juego exploratorias que incentiven la creatividad de niñas y niños por medio de la relación de Arquitectura y Arte.
“Incluir la perspectiva infantil en el proceso de diseño de la ciudad quiere decir respetar a los ciudadanos. Un gobierno que escucha a todos, en especial a los más débiles, es un gobierno de todos y para todos”.
¿Cómo surge Amag? ¿Cuál es su visión?
Desde hace años tenía la idea de hacer una revista de arquitectura para niños. En 2011 encontré a gente interesada en colaborar, principalmente los Maushaus de San Sebastián que desde el principio de Amag! hacen la website y el diseño gráfico. En enero de 2012 sacamos el primer artículo-juego.
El objetivo es aprender jugando con ejercicios de papel. Depende de los autores el tipo de juego y el cómo se “enseña” la arquitectura. Unos son juegos de cortar, doblar y construir; otros proponen acciones; algunos construyen lámparas o ciudades.
Los autores son profesionales o instituciones especializadas en la educación de arquitectura y diseño, generalmente para niños y jóvenes. Queremos que los mejores profesionales estén al alcance de todos los niños del mundo.
Entiendo que existe un programa educacional artístico-técnico dirigido a los niños. ¿Qué tipo de actividades son las que realizan? y cómo ha sido la respuesta de los niños frente a éstas actividades relacionadas a la arquitectura.
En 2012, 2013 y 2014 Amag! ofrece artículos-juegos en papel. El usuario descarga gratuitamente el pdf, lo imprime con papel A4 y juega. Cada pdf va acompañado de un texto y un vídeo que explican cómo jugar. El papel es un objeto casi bidimensional que mediante el juego se transforma en tres dimensiones. Depende de cada autor qué habilidades desarrolla el niño.
La web de Amag! está destinada a los profesores y padres que descargan los juegos y se los dan a los niños. Hemos recibido cartas y fotos de varias ciudades del mundo donde han jugado con Amag! Unos juegos triunfan más que otros. Lo importante es que usen Amag! como recurso educativo y les estimule.
Por otro lado, me gustaría que nos contaras cómo ha sido el proceso de incorporación de este tipo de actividades en América Latina y qué conclusiones o reflexiones puedes rescatar de ellas.
Amag! está empezando en Latino América. En 2013 el grupo Archizoom del Museo Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá creó un juego. En 2014 el colegio Cafam de Bogotá y dos grupos de Lima hacen artículos.
En Latino América hay decenas de proyectos interesantes sobre educación de arquitectura para niños. Los mejores son los que se adaptan a las necesidades locales. Europa tiene mucho que aprender de Latino América, que a su vez debería comunicar mejor en internet lo que hace.
Fuente: http://www.fronterad.com/?q=bitacoras/jorgeraedo/amag-revista-arquitectura-para-ninos
¿De qué manera puede influir en las decisiones políticas de una ciudad o de diseño urbano la incorporación de una perspectiva infantil?
Incluir la perspectiva infantil en el proceso de diseño de la ciudad quiere decir respetar a los ciudadanos. Un gobierno que escucha a todos, en especial a los más débiles, es un gobierno de todos y para todos.
El niño también es un usuario, y como tal sabe más de ciertas cosas que el diseñador o arquitecto. Si diseñas un colegio, escucha al niño. Si diseñas un parque, escucha al niño. Si diseñas un bloque de viviendas, escucha al niño.
¿Crees que se han perdido actividades creadoras e innovadoras en la ciudad, propias de una lógica de exploración infantil, que refleja de cierto modo una pérdida de libertad y espontaneidad urbana?
No creo que la ciudad sea ahora más o menos creadora que en el pasado. Sí hay ciudades donde el niño goza de mayor libertad de acción que en otras. Eso se debe principalmente a la seguridad o inseguridad de tal ciudad. Como en las ciudades nórdicas hay poca delincuencia y tráfico rodado escaso, los niños se mueven con libertad y sin vigilancia. La ciudad es y será siempre un espacio de leyes, normas y conductas regladas.
Algunas ciudades viven momentos históricos donde las nuevas ideas sí juegan y se construyen. Suelen ser años de cambios entre las formas (y estructuras económicas) pasadas y las nuevas que nacen. Si la sociedad en su conjunto participa en ese cambio se crean espacios de convivencia innovadores. La ciudad construida es la proyección de estados mentales y espirituales. No esperemos urbanismo amable, acogedor e inclusivo en un sistema social y político que no lo es.
Por último, me gustaría saber cómo ustedes evalúan los resultados obtenidos de sus actividades y ¿Cómo se ve reflejado el aprendizaje de los niños frente a esta novedosa forma de ver la arquitectura?
Con Amag! no vemos mucho el efecto que tiene sobre los niños porque los juegos son utilizados en los cinco continentes. Amag! es un estimulador, un incitador al juego y a la educación de arquitectura para niños.
En nuestros proyectos site-specific, por ejemplo los talleres de Maushaus en País Vasco o las óperas (con temas de arquitectura) que la asociación Rakennetaan kaupunki! hace en colegios de Finlandia, vemos el efecto sobre los niños. En las óperas trabajamos ocho meses con los mismos alumnos y profesores. Ahí se ven cambios.
Aprender arte requiere tiempo, pasión y paciencia. El verdadero fruto de nuestro trabajo se verá en el futuro, cuando los niños de ahora sean adultos y se hagan cargo de las ciudades y del mundo.
Forjadores Ambientales: Cuidan y Protegen el planeta Tierra.
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Los Forjadores Ambientales son en general, personas unidas por el cuidado y mejora del medio ambiente, en nuestra región corresponde a niños y niñas de la red de educación ambiental de la SEREMI del medio ambiente.
Revista Planeo Nº16, Infancia y Ciudad, Mayo – Junio 2014
Fuente: http://www.soychile.cl
[Por Daniela Bahamondes, Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC.]
Resumen:
Bajo el tema de Infancia y Ciudad, la revista Planeo presenta en esta ocasión una práctica realizadas a lo largo de todo Chile. Hablamos de diferentes grupos de niñas y niños que pertenecen a establecimientos educacionales, los cuales, se caracterizan por realizar acciones responsables en su entorno, hablamos específicamente de los Forjadores Ambientales; actores principales en el desarrollo sustentable del país, que se dedican a practicar una serie de actividades al aire libre y en aula, en conjunto con la comunidad de cada localidad de donde residen. Para comprender más a fondo este grupo de personas unidas por un mismo fin en armonía con el entorno, entrevistamos a Renato Briceño Espinoza, Seremi de Medio Ambiente de la región de Arica y Parinacota y Liz Maldonado Rojas, encargada de la Unidad de Educación Ambiental.
Palabras claves: establecimientos educacionales, desarrollo sustentable.
Planeo: Considerando la importancia que tienen estos clubes en los diferentes territorios del país ¿Desde cuándo se iniciaron, cuales son los objetivos y de qué manera se forman los Forjadores Ambientales en la región de Arica y Parinacota?
Seremi: Los Forjadores Ambientales son en general, personas unidas por el cuidado y mejora del medio ambiente, en nuestra región corresponde a niños y niñas de la red de educación ambiental de la SEREMI del medio ambiente. Sin embargo, si bien la creación del Ministerio es bastante joven, los encargados de estos clubs son docentes que comparten esta actitud y compromiso por el cuidado del medio en el que vivimos y eso se plasma en el trabajo que año a año desarrollan, en algunos casos desde hace más de 15 años, como es el caso de la señorita Jane Domínguez, de la Escuela Ricardo Silva Arriagada, el profesor Raúl Jiménez del Liceo Politécnico Arica o la señorita Susana Ruiz de la Escuela Humberto Valenzuela García, en todos los casos, establecimientos que cuentan con certificación ambiental y que son un eje clave en la formación de niños con compromiso ambiental.
Planeo: ¿Cuál es el trabajo con la comunidad que durante el último tiempo han realizado los Forjadores Ambientales en la ciudad de Arica?
Seremi: En la región cada Club, trabaja en la líneas de estratégicas de su establecimiento, entiéndase: Reciclaje, Cambio Climático, Conservación de Biodiversidad, entre otros, y desde ese aporte se relacionan la comunidad. Cabe destacar además, que durante el año se realizan actividades que permiten difundir el trabajo que desarrolla cada club, a través de exposiciones, seminarios, pasacalles, limpieza de playas y humedales, entre otros.
Fuente: Elaboración propia.
Planeo: Cuando hablamos de Desarrollo Sustentable ¿A través de qué metodologías se logra transmitir los lineamientos del Ministerio del Medio Ambiente a los profesores encargados, y desde ellos a los niños y niñas que conforman los Forjadores Ambientales?
Seremi: La gran mayoría de los clubs de Forjadores Ambientales, pertenecen a establecimientos certificados ambientalmente en la región, por lo cual, al establecimiento, docentes y alumnos, se les entrega durante el año material educativo ambiental que les permiten, según el perfil del material, implementar prácticas ambientales en su metodología de trabajo, para el caso de los docentes, o divertirse con material interactivo de concientización, en el caso de los alumnos. Lo anterior complementa el trabajo en terreno que se desarrolla. Sin embargo, para aquellos establecimientos que están iniciando sus trabajos en materia ambiental y que cuentan con un club de Forjadores, el Ministerio a través de su SEREMI asegura la distribución del material educativo y la participación de estos en actividades de concientización ambiental en trabajo conjunto con la comunidad, con la intensión de fomentar la co-responsabilidad ciudadana en la solución de los problemas ambientales.
Fuente: Elaboración propia.
Planeo: Al tener un constante vínculo con los Forjadores Ambientales ¿Qué tipo de enriquecimiento se genera al trabajar temáticas ambientales con niños y niñas de jardines infantiles?
Liz: La educación ambiental es un trabajo lento y que se debe desarrollar en conjunto, es decir, todos debemos ser parte de este cuidado por el planeta. Por ello, cuando la educación parte desde los niveles más pequeños, se transforma en una poderosa herramienta y esto no lo señalo desde la teoría, sino desde la práctica, desde la relación cara a cara con los Forjadores Ambientales y su discurso respecto al cuidado del medio que nos rodea y la responsabilidad que tenemos con él.
Creo profundamente, que el programa de Forjadores Ambientales, es la mejor manera de crear conciencia por el cuidado ambiental, toda vez que las actividades que en él se desarrollan apuntan a fortalecer el trabajo del aula. Conocer en terreno con lo que cuenta la región y el daño que la actividad humana genera es la mejor herramienta de concientización ambiental.
Fuente: http://www.utpana.blogspot.com/
Planeo: ¿En qué consisten las actividades durante el año 2014? ¿Cómo se proyectan la cantidad de Forjadores Ambientales para el próximo año?
Seremi: Actualmente, la región de Arica y Parinacota cuenta con un total de 16 Clubs de Forjadores Ambientales activos, lo que se traduce en un número aproximado de 400 niños y niñas comprometidos con el cuidado del medio ambiente.
Para este año, y como trabajo paralelo al desarrollado en la estrategia que lleva su establecimiento, se realizará la confección de ladrillos ecológicos, los que serán un aporte al proyecto medioambiental que se desarrollará en la comuna de Camarones.
Estrutura urbana e dinâmica populacional: Ensaio sobre as lógicas de mobilidade e imobilidade espacial
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Revista Planeo Nº16, Infancia y Ciudad, Mayo 2014.
[Por Érica Tavares, Professora Adjunta do Departamento de Ciências Sociais da Universidade Federal Fluminense (UFF/Campos); Pesquisadora do INCT Observatório das Metrópoles (IPPUR/UFRJ) e Doutora em Planejamento Urbano e Regional (IPPUR/UFRJ)]
Resumo
Este trabalho busca analisar a mobilidade espacial da população no espaco metropolitano, especialmente por sua relação com os elementos da estrutura urbana, como o acesso à moradia, ao mercado de trabalho e às condições de deslocamento no espaço. Através de análise de dados e da sistematização de estudos anteriores,apresenta-se algumas lógicas de mobilidade espacial, analisada a partir das migrações e dos movimentos pendulares metropolitanos.Os resultados mostram significativas diferenças na dinâmica da população a partir da divisão social do espaço metropolitano, indicam também a coexistência de lógicas para os movimentos populacionais intermunicipais que passam tanto pela clássica relação centro-periferia como por novos padrões de mobilidade. Portanto, foi possível sistematizar tais lógicas segundo a mobilidade e imobilidade espacial na metrópole sob as perspectivas de escolha ou constrangimento.
Palavras-chave: Metrópole, Mobilidade espacial, Migração, Movimento pendular
Abstract
This paper analyzes the spatial mobility of population in the metropolitan space, especially its relationship with the elements of urban infrastructure, such as access to housing, employment and conditions of movement in space. Through data analysis and systematization of previous studies, this paper presents some spatial mobility of logical, analyzed from metropolitan migration and commuting.The results show significant differences in the dynamics of the population according to the social division of metropolitan space, and also indicates the coexistence of different kinds of inter-cities population movements logics that goes from the classic center-periphery relationship to the new patterns of mobility as well. Therefore, it was possible to systematize such logics according to the spatial mobility and immobility in the metropolis from the perspectives of choice or constraint.
Keywords: Metropolis, Spatial Mobility, Migration, Commuting
Documental: “Camino escolar; un paso para la autonomía Infantil”
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El proyecto de “Camino escolar” nace de las necesidades e inquietudes de los propios niños por volver a usar la ciudad y ser parte de ella libremente, con la ayuda de un diseño y re estructuración de los entornos de los colegios.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, mayo 2014.
[Por Piera Medina. Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Autoras Documental: Marta Román Rivas e Isabel Salís Canosa
Fecha: Junio de 2010
Grupo Gea21 – Programa piloto de Movilidad sostenible en ámbitos urbanos metropolitanos.
Link directo: https://www.youtube.com/watch?v=wOxAFy-R1No
Este documental – guía presenta una nueva forma de desarrollo de las experiencias de movilidad sustentable – infantil en las ciudades.
El proyecto de “Camino escolar” nace de las necesidades e inquietudes de los propios niños por volver a usar la ciudad y ser parte de ella libremente, con la ayuda de un diseño y re estructuración de los entornos de los colegios.
A partir de la referencia del libro de Francesco Tonucci, comienza a implementarse un proyecto que no sólo cambió la vida de muchos niños de Madrid, sino también sus calles y espacios públicos de esta ciudad.
“Llego tarde por los tacos”
“Me subo al auto, me quedo dormido y no veo nada más”
“Mis padres no me dejan caminar ni jugar en la calle”
“Los coches como que no nos ven”
(Voces de los niños en el documental)
En prácticamente todas las ciudades, el viaje al colegio se ha convertido en un factor determinante en la congestión vehicular. Cada mañana miles de padres y alumnos de todas las edades, se dirigen a sus establecimientos, preferentemente en autos, determinando quizás sin querer una conducta de los niños frente a la ciudad.
Fuente: Camino Escolar Paso a Paso. Dirección general del tráfico, Ministerio del Interior de España
Un arquitecto y urbanista español llamado Josep Muntañola, enfocado en la comprensión de la Arquitectura como hecho urbano y de convivencia, interpreta la ciudad como un espacio colectivo (Raedo, 2014), en donde la intervención de los niños en ella es fundamental para la participación de los ciudadanos en el futuro.
A partir de esto y hace un tiempo atrás, llevó a cabo talleres con alumnos de distintos colegios y situación socioeconómica, que constituyó una “experimentación” en donde, a partir de diversos elementos, los niños debían construir la concepción de Ciudad que ellos percibían. El resultado determinó dos parámetros importantes. Por un lado, la forma de la Ciudad que desarrollaban y por ende su relación socio-espacial y por otro, cómo del uso del espacio público versus el automóvil, determina conductas individuales frente a la ciudad.
En el primer caso, el resultado determinó que aquellos que construían y diseñaban una ciudad de carácter mediterráneo (es decir, calles articuladas, plazas, edificios de baja altura, etc) tenían una buena cohesión y convivencia del grupo (o colegio), y también una relación a escala más humana con el entorno. Por el otro lado, aquellos que diseñaban una ciudad de tipo moderna o “americana” (es decir, con rascacielos dispersos, sin dialogo urbano, sin plazas, etc), daba cuenta que la cohesión y convivencia del grupo no era tan buena, así como la relación con el espacio exterior. (Raedo, 2014).
A partir de estos parámetros, Muntañola cae en la cuenta que aquellos niños que iban caminando al colegio (o en bici, bus) comprendían la ciudad de una forma mucho más acabada; sus relaciones internas, sus ritmos y dinámicas, incluso haciendo uso durante sus tiempos libres de ésta. Sin embargo, aquellos que se iban cada mañana en auto al establecimiento, presentaban en su mayoría una falta de entendimiento de los componentes urbanos, debido principalmente a que el auto ofrece un inicio y un fin de trayecto, sin intervalos y sin necesariamente tener que prestar atención sobre lo que sucede afuera.
Los niños a partir de los 7 años de edad, comienzan a incorporar elementos de mayor complejidad a medida que adquieren experiencia y mayores responsabilidades. En este sentido la comprensión del espacio y la experiencia en él les permite incorporar no solo una comprensión sobre el territorio sino que además, los ayuda a forjar una identidad dentro de determinado entorno. Esto debido en gran parte, porque los niños tienen pensamientos concretos, por lo tanto incorporan dentro de su desarrollo aquello que ven y experimentan.
Fuente: www.zaragozaprensa.com
En relación a esto, el ejemplo de España mencionado en este video, con un 70% de los escolares de primaria que nunca han ido solos al colegio, da cuenta de una realidad no tan distinta a la que vivimos en Chile, donde el uso del automóvil se ha incrementado enormemente con los años.
Esta realidad, completamente contemporánea, justificada en la comodidad y la sensación de inseguridad en las calles, ha desarrollado una ciudad en torno al automóvil que la ha hecho cada vez menos habitable para el peatón.
Si bien es cierto que la delincuencia ha incrementado sus cifras, y los espacios parecieran cada vez menos seguros, también es responsabilidad de todos hacernos cargo de los espacios urbanos, en vez de dejarlos a la suerte de nadie incrementando aún más esta sensación de inseguridad.
Otro factor importante, es la congestión y las elevadas cifras de contaminación producto del transporte privado. Por cada auto que conduce 2 kms. de distancia escolar, emite al año 100 kgs. de CO. Un enorme gasto de tiempo, dinero y energía que podría disminuirse mediante prácticas como las demostradas en este documental, las cuales han cobrado fuerza en otras ciudades de Europa y Latinoamérica (principalmente en Brasil y Colombia).
A través de este video, es posible conocer lo importante que es para los pequeños la experiencia de la ciudad y la importancia de recuperar la autonomía Infantil. Especialmente porque para los niños el desplazamiento no es sólo llegar al fin, sino que es un espacio para disfrutar, jugar, descubrir… aprender. Y es esta una de las principales diferencias con los adultos.
Con la ayuda de un grupo interdisciplinario y transversal compuesto por la Escuela, Padres, Municipio y un grupo de diseñadores, se lleva a cabo la propuesta.
Ésta tiene como punto de partida y detonante de los proyectos, la vinculación y participación de los mismos niños con el levantamiento de información, observación del espacio y alternativas de diseño urbano, que se llevan a cabo en forma de “Rutas seguras al colegio”, siendo ellos mismos los detonantes del cambio.
Llevar el tema de la Movilidad sostenible al aula es trasladar la ciudad a la sala de clases, incorporándola como metodología en todos los aspectos posibles.
Este proyecto generó grandes cambios en el espacio urbano, con diversas alternativas coordinadas, como por ejemplo itinerarios preferentes (Pedibus= bus a pie). consolidando el barrio como un camino seguro al Colegio.
Un proyecto clave para los desafíos que buscan generar cambios en el espacio físico y detonante de cambios en el entorno social. Disminuyendo los autos y aumentando la seguridad, es posible traer a la Infancia a las calles y lograr entornos más alegres, agradables y ciudades más habitables, enseñándole a los niños a tomar conciencia y ser más participativos con su ciudad desde pequeños.
Porque todos fueron niños. Los niños y el desarrollo urbano
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Las amenazas al derecho de los niños a ser parte activa de las dinámicas de la ciudad, como parte de su socialización y comprensión de su hábitat persisten. A su vez, la proliferación de espacios privados para el desarrollo cultural y la recreación de los niños muestra el temor a los espacios públicos, bien sea en calles, plazas o lugares.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, mayo 2014.
Imagen: Parque “Pies descalzos” en Medellín (Fuente: Trip Advisor, 2008)
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
¿Cuánto inciden los niños, realmente, en la producción de la ciudad? Buscando ideas para desarrollar esta columna, acudí a mis sobrinas. Para Sara, Bogotá le ofrece “todo lo que un niño quiere: parques, colegios, entretenimiento”. Para Manuela, y tras el desconcierto inicial de la pregunta (diferente a la planteada, desde luego), la respuesta dio el título: “Creo que a veces si, pero en muchas cosas no. Y no entiendo, porque todos fueron niños”. Como lo plantea J. Montaner (2011) los espacios que componen la ciudad inciden en la calidad de vida de sus habitantes y su sociabilidad, pero resulta evidente en muchas ciudades que su diseño respondió a otros intereses, y no se pensó en las demandas de niños, mujeres y ancianos. En ese sentido, y buscando una pregunta que aleje los vicios de la “futurología” urbana, ¿qué aspectos favorecen y limitan la relación de los niños y la ciudad en la que viven?
En su afamado (y discutido) trabajo “El triunfo de las ciudades” (2012) E. Glaeser hace una apología importante a la vida en la ciudad, en contraposición a la suburbanización que definió el desarrollo urbano y territorial de Estados Unidos durante el siglo XX. La ciudad reúne innumerables ventajas asociadas a la aglomeración de actividades económicas, el encuentro con otros, medios de transporte más eficientes; así como oportunidades superar la pobreza, acceder a mejores servicios públicos y construir entornos más seguros. No obstante, reconoce que a pesar de su convencimiento en las ventajas de la vida urbana, optó por una cómoda casa en un suburbio para vivir con su esposa e hijos. Las ciudades resultan atractivas para jóvenes y adultos, pero la configuración contemporánea no necesariamente atiende a las demandas de grupos que resultan vulnerados o excluidos, como lo sugería Montaner (2011).
¿Qué se puede destacar al respecto? En educación y cultura, considerando los proyectos desarrollados en Bogotá y Medellín, se evidencia una apuesta gubernamental por la construcción de espacios y equipamientos que garantizaran sus derechos. En Bogotá se evidenció esto por medio de las bibliotecas y parques en zonas periféricas de la ciudad; y más adelante en la construcción y remodelación de colegios públicos, que ayudaron a ampliar la cobertura educativa en sectores marginados. El caso de Medellín, por su contingencia, es ampliamente conocido, y vale la pena destacar la inversión pública en educación, cultura y tecnología en los últimos gobiernos. Esto permitió la construcción de bibliotecas, colegios y parques en el marco de Proyectos Urbanos Integrales, en zonas de la ciudad que habían sido controladas por el crimen organizado. En ese sentido, la provisión de espacios públicos adecuados a las necesidades de los niños y niñas genera oportunidades para su desarrollo, y nuevos principios para la producción del espacio urbano, como en su momento lo sugiriese F. Tonucci.
Imagen: Parque público vs parque privado en Bogotá (Fuente: Solórzano, 2014)
Tal como lo sostiene J. Montaner (2011), las lógicas de producción de la ciudad y lo urbano han favorecido históricamente a quienes detentan mayor poder; y la tendencia a la privatización de los espacios no favorece las iniciativas de mejoramiento de las condiciones de vida de los niños en la ciudad. El centro comercial, el club y el condominio ofrecen opciones de entretenimiento y socialización adecuadas a sus condiciones socioeconómicas, tal vez más seguras y cercanas a su imaginario sobre la ciudad. Parques temáticos como Divercity y Kidzania (ahora con operaciones en diferentes ciudades del mundo) acercan a los niños a un determinado modelo de ciudad y unos nuevos patrones de conducta para el comportamiento adecuado en los espacios públicos y privados. Una labor que resulta valiosa, aun cuando se pueda cuestionar quienes apoyan comercialmente dicha tarea, bajo que comprensión de lo urbano y que imaginario se construye en los niños sobre entornos diferentes, con personas diferentes a ellos. En últimas, que los espacios planteados por Tonucci (en Montaner, 2011) para la socialización y el contacto con lo urbano (la calle, la plaza y la escuela) están siendo desplazados por espacios que para los niños – y sus padres – resultan más atractivos y seguros.
Sin embargo, persisten las amenazas al derecho de los niños a ser parte activa de las dinámicas de la ciudad, como parte de su socialización y comprensión de su hábitat. La proliferación de espacios privados para el desarrollo cultural y la recreación de los niños muestra a su vez el temor a los espacios públicos, bien sea en calles, plazas o lugares. Por una parte se encuentra que la configuración de la ciudad no favorece la localización de los equipamientos para los niños en lugares adecuados, facilitando su abandono y desuso. Por otra parte, y asociado al incremento de la violencia en las áreas urbanas de la región, la lucha entre pandillas por el control territorial ha llevado a la muerte de niños, bien por “balas perdidas o balas locas”, o bien por su participación en dichos grupos, situación recurrente en ciudades latinoamericanas. Asimismo, dicha confrontación por el control territorial afecta el acceso a espacios públicos utilizados por los niños, tales como los parques o bibliotecas. Estas limitaciones refuerzan la vulnerabilidad de los niños y los espacios diseñados para ellos, y promueven la construcción de imaginarios negativos sobre diferentes escalas territoriales (barrio, comuna, ciudad), reforzados de acuerdo a sus condiciones socioeconómicas y las concepciones de sus familiares y amigos.
Los avances han sido significativos. De alguna manera, el legado de Van Eyck (con sus playgrounds en Amsterdam) y Tonucci generó alguna atención por los niños y su derecho a la ciudad; y en especial su condición como usuarios activos de la misma. La instalación de equipamientos educativos y recreacionales da cuenta de esta preocupación, y cómo hacer frente a las múltiples situaciones que afectan la relación de los niños con la ciudad, con ese entorno pensado y construido por adultos que olvidamos algo: nosotros también fuimos niños.
Referencias bibliográficas
Glaeser, E. (2012). The triumph of the city. Penguin Books.
Montaner, J. M. (2011). “El derecho al espacio público: principios y ejemplos”. En: Institut de Drets Humans de Catalunya. El derecho a la ciudad. Barcelona. Disponible en: http://www.idhc.org/esp/documents/Biblio/DHE_7_esp.pdf
¿Es la calle enemiga de los niños?
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Actualmente las calles de las grandes ciudades no son consideradas lugares para los niños. En el contexto latino americano específicamente ellas son percibidas como un espacio peligroso, pero para los niños son aún más.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, Mayo 2014.
Fuente: http://childfriendlycities.org/
[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile.]
Las calles son un elemento común y esencial a todas las ciudades. Más que solo conformar la trama urbana y viabilizar gran parte de nuestros desplazamientos, son un espacio de encuentro, un espacio público (casi que) por definición. A pesar de estas características, actualmente las calles de las grandes ciudades no son consideradas lugares para los niños. En el contexto latino americano específicamente ellas son percibidas como un espacio peligroso por lo general – debido particularmente a la gran cantidad de autos, motocicletas y ómnibus circulando y al riesgo de robos y asaltos – pero para los niños, a priori más vulnerables y más ingenuos, ellas son consideradas aún más peligrosas.
Tal como explicitado en la campaña contra la pedofilia de la UNICEF (cuyo video puede ser visualizado en este link http://www.youtube.com/watch?v=8wLIgztqCZs), los niños muchas veces no se dan cuenta de los peligros a los cuales están expuestos. Lo que genera más preocupación por parte de sus padres, que a su vez aumentan los niveles de vigilancia y constante supervisión de sus hijos, y simultáneamente, disminuyen el grado de libertad que ellos tienen para disfrutar del espacio público.
Esta preocupación por la seguridad de los hijos ayuda a explicar el movimiento de ostracismo voluntario que podemos observar en el desarrollo de condominios cerrados suburbanos, que cada vez más cuentan con una serie de servicios a su interior, minimizando la necesidad de salir de sus fronteras por parte de sus habitantes. Las calles de estos condominios si bien pueden ser utilizadas como un espacio lúdico ya no tienen el carácter público. La vida de los niños que son criados en estos barrios privados es una vida llena de privilegios, sin duda. Pero también es, en la mayoría de los casos, una vida con poca libertad. El miedo de la violencia urbana termina aprisionando no solamente a los infractores, sino que también a aquellos que pueden “darse el privilegio” de aislarse. Y muchos lo hacen de forma cada vez más hermética. En la película mexicana de drama-suspenso “La Zona” esta ambición de tener total control al interior de las fronteras del condominio es llevada al extremo y pone en evidencia los riesgos asociados a la mantención de este hermetismo.
En el otro extremo del espectro, están los niños “de la calle”. Mientras los niños de barrios cerrados casi no tienen contacto con el espacio público, los menores abandonados muchas veces solo conocen estos espacios. Les efectos psicológicos de no tener la protección del espacio privado, de no tener una casa que sea un verdadero hogar en la formación de una persona pueden ser perversos, particularmente en lo que se refiere a la generación de lazos afectivos. De acuerdo con Hannah Arendt, “siempre que este [el niño] es permanentemente expuesto al mundo sin la protección de la intimidad y de la seguridad, su calidad vital es destruida” (apud Ferreira, 2001:25 – traducción nuestra). Es el caso de muchos niños que trabajan en las calles o que incluso viven en ellas, expuestos casi que continuamente a ruidos, riesgos e imprevisibilidad. Niños sin derecho a la ciudad y sin derecho a la infancia.
Nuestras grandes ciudades, en su conformación y dinámica actual, no son ambientes propicios para la crianza de los niños. No son buenas para aquellos que viven en un aislamiento clausurado que sus padres intentan imponer frente a los espacios públicos, y peores aún para aquellos que viven constantemente expuestos a los riesgos e inseguridades en su día a día callejero. Existen, por ejemplo, relativamente pocas plazas con paisajismo y equipamiento adecuados para los niños y estas suelen estar distribuidas siguiendo padrones de segregación espacial que reflejan, a su vez, brechas socio-económicas. En este sentido, incluso niños que bajo la tutela de sus padres podrían disfrutar de espacios públicos de la ciudad, muchas veces terminan por no hacerlo, a veces porque la plaza “no tiene nada” y se asemeja más a un terreno baldío, otras veces porque el parque está muy lejos y virtualmente inaccesible, o porque es percibido como peligroso, o incluso porque es más fácil distraerse con una pantalla digital.
Nuestras ciudades operan cada vez más como espacios de producción e intercambio de productos y servicios que como espacios de encuentro. Cada vez más como espacios que promueven una forma individualizada y solitaria de compartir el espacio geográfico, arruinando varias posibilidades de socialización en el espacio público. Y considerando que procesos de socialización son claves para el desarrollo de los niños, tanto para la construcción de su carácter como para formación del espíritu cívico, impedir que ellos sean llevados a cabo plenamente es impedir el fortalecimiento del propio tejido social, lo que tiene serias consecuencias para las ciudades y sus habitantes.
De acuerdo a David y Jones “niños saludables son aquellos capaces de acceder y utilizar las calles urbanas para ejercitarse y jugar, de moverse en su área local con un grado razonable de independencia y seguridad […] y poseer algún sentido de apropiación.” (1996:367 – traducción nuestra). Siguiendo esta línea de raciocinio, es imprescindible generar e implementar programas y proyectos que vuelvan a tornar las calles de nuestras ciudades en espacios más amigables a los niños. La UNICEF lanzo un programa justamente con este foco, o llamado Ciudades Amigables para los Niños (o Child Friendly Cities, http://childfriendlycities.org/), en el cual se delinean algunas directrices para los gobiernos locales, se comparten buenas prácticas en lo que se refiere a la incorporación de los derechos de los niños en la política pública urbana y también herramientas para los tomadores de decisión. En el caso de Chile un buen ejemplo de iniciativa que también sigue esta línea es la de recuperación de plazas de la Fundación Mi Parque, que con el apoyo de voluntarios y la participación activa de los integrantes de las comunidades circundantes a los espacios intervenidos, promueve una renovación de áreas verdes y las rehabilita para que las personas puedan disfrutar de estos espacios, haciendo ejercicios, relajándose y jugando. En este video se puede ver el resultado de una de estas intervenciones, realizada en asociación con Coca-cola: http://www.youtube.com/watch?v=RJPu6HSlbq4
Nuestras ciudades necesitan de más iniciativas de este tipo. No basta difundir el discurso de la sustentabilidad y la preocupación con las generaciones futuras si esto no viene acompañado de un cambio en las prácticas cotidianas, de una responsabilidad compartida con la formación en el presente de nuestros niños y de una conciencia que la ciudad, con sus calles, plazas y parques, debe posibilitar y promover el usufructo de los espacios públicos por todos sus ciudadanos.
Referências bibliográficas
FERREIRA, Tânia (2001) “Os Meninos e a Rua: uma interpelação à psicanálise”. Editora Autêntica, Belo Horizonte.
DAVIS, Adrian; JONES, Linda (1996) “Environmental constraints on health: listening to children’s views”. Health Education Journal. December, vol. 55 no. 4 363-374.
MARTÍNEZ, Constanza (2014). «12 ideias para fazer das cidades lugares mais adequados para crianças» ArchDaily. Accessed 18 Mai 2014. http://www.archdaily.com.br/br/01-187743/12-ideias-para-fazer-das-cidades-lugares-mais-adequados-para-criancas
UNICEF (2004) Construyendo ciudades amigas de la infancia: Un Marco para la Acción. UNICEF, Centro de Investigación Innocenti, Secretariado Internacional para Ciudades Amigas de la Infancia. Florencia, Italia.
¿Dónde los niños pueden ser realmente niños?
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En una ciudad que crece a ritmos acelerados, adquiriendo día a día una mayor expansión urbana y una gran relevancia del automóvil, ¿dónde se encuentran estos espacios de integración, en los cuales el niño puede jugar, aprender y desenvolverse en la gran ciudad?.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, Mayo 2014.
[Por Ma. Nieves Hinojosa B. Arquitecta PUC]
Es un hecho que el desarrollo actual de nuestras ciudades se encuentran marcadas por la producción de suelo urbano, más que la producción de (mejor calidad de) vida urbana. Este mecanismo ha catalogado la ciudad como un conjunto de calles y edificios, pero no como un elemento vivo, hecha por y para sus habitantes, siendo los niños el sector de nuestra sociedad más perjudicado, ya que no encuentran en su ciudad los requisitos mínimos de un espacio que le permitan desarrollarse, es decir, un espacio que facilite su autonomía y desplazamiento, incentive su curiosidad y capacidad de asombro, promueva su creatividad y cultura, y le permita una interacción y socialización.
Los niños tienen un papel de gran importancia en el desarrollo armónico de una sociedad culta, la cual se ve influenciada en la integración que adquiere el niño en el espacio urbano, conociendo su ciudad y aprendiendo en constante comunicación con el medio. Pero en una ciudad que crece a ritmos acelerados, adquiriendo día a día una mayor expansión urbana y una gran relevancia del automóvil, ¿dónde se encuentran estos espacios de integración, en los cuales el niño puede jugar, aprender y desenvolverse en la gran ciudad?.
Hoy en día los niños, al igual que los ancianos, han pasado más bien a ser considerados como una carga social dentro de nuestra sociedad, tal como plantea Bisquert: “Se les considera seres pasivos, se les está negando su participación en la cultura viva; se manipula y se explota su imagen, de un modo sementaloide y peyorativo, simplemente se les traslada de un lugar a otro (de la casa al colegio, o al parque, etc.), o se les ubica indefinidamente; son tratados como seres “en espera”, unos esperan a hacerse mayores, otros a hacerse cadáveres”[1].
Los espacios públicos, o terrenos de juego destinados a ellos, se encuentran cada vez más reducidos a ser espacios residuales que “sobran” luego de ser trazada la red vial, a veces situados entre autopistas, o a veces resultando ser zonas umbrías o angostas, rellenándose de césped o colocando dos columpios y un resbalín. En estos espacios el adulto le sectoriza y le impone el terreno a los niños, creando espacios reducidos a una escala infantil, creyendo con eso satisfacer sus deseos. Pero estos espacios urbanos no son un espacio vividero, no están diseñados para el adulto ni para el anciano, ni mucho menos para el niño. Esa imposición de un espacio residual y reducido sin posibilidades, provoca que el niño no se sienta identificado con él y, al mismo tiempo, no le permite desarrollar sus capacidades espaciales.
Lo que los niños necesitan va más allá de estos espacios, ellos necesitan ver y oír a otras personas, buscando espacios de recreación donde hay una mayor actividad o donde hay mayor posibilidad de que pase algo. De esto nos habla Gehl: “Tanto en las zonas de viviendas unifamiliares como en los alrededores de los bloques de pisos, los niños tienden a jugar más en las calles, las zonas de aparcamiento y cerca de las entradas de las viviendas que en las zonas de juego diseñadas para ese fin pero localizadas en los patios traseros de las casas unifamiliares o en el lado soleado de los edificios de pisos, donde no hay circulación ni gente a la que mirar”[2].
Aún existiendo parques bien desarrollados, pero poco accesibles al estar localizados en puntos muy específicos de la ciudad, los niños de todas las edades pasan la mayor parte de su tiempo en las calles o junto a ellas. Sin embargo, hoy en día esta calle ha perdido su protagonismo como lugar de encuentro y de vida comunal, siendo un lugar de paso, un estacionamiento de autos y un peligro continuo para el peatón, y aún más para los niños, quienes cada día más encuentran en la calle un lugar que les rechaza, no pudiendo encontrar un espacio en el que puedan jugar y desarrollarse.
El juego tiene un papel importante en el desarrollo del niño, ya que le permite ejercitar su cuerpo, adquirir una mayor autonomía, promover su imaginación y socializar con otros, por lo cual la ciudad debe ofrecerles espacios donde puedan desarrollar estas capacidades de una forma equilibrada. El niño no necesita columpios ni toboganes, sino que el espacio urbano que necesita el niño no tiene por qué ser diferente de el del adulto ni el del anciano, pudiendo y debiendo acoger a todos ellos, necesitando el niño en su espacio una facilitación de su uso y una adaptación en aquello que lo necesite (mayor seguridad, rampas donde hay escaleras, mobiliario urbano a una altura razonable que el niño pueda alcanzar, etc.), posibilitando una interacción y desarrollo armónico con su ciudad. En este sentido, la calle debiese ser el espacio urbano mínimo que los niños debiesen tener acceso como elemento vivo y generador de vida, donde no sólo va a recoger la memoria colectiva de su historia y sus gentes, sino que además va a ir forjando una personalidad sobre la cual proyectar su futuro y vida cotidiana.
[1] Bisquert, Adriana. (1982). El Niño y la Ciudad. Constancia de un grito en la sorda vida urbana. Colegio de Arquitectos de Madrid, Madrid, España.
[2] Gehl, Jan. (2006). La Humanización del Espacio Urbano. La vida social entre los edificios. Reverté, Barcelona, España.
Entrevista a Amparo Gallegos, Proyecto “Geografiando tu escuela, desde el barrio a la ciudad”
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“Creemos importante escuchar la voz de quienes nos relatan su experiencia, la experiencia urbana de niños, niñas y adolescentes”
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, mayo 2014
[Por Pablo Wainer. Arquitecto y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Planificación, desarrollo y actividades urbanas desde una perspectiva infantil.
Es hora de que niñas y niños vuelvan a apropiarse de la ciudad.
Amparo Gallegos, Doctora (c) en Arquitectura y Urbanismo en la Pontificia Universidad Católica de Chile y académica de la carrera de Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, se encuentra realizando un proyecto basado en la experiencia de las niñas y niños en la ciudad, específicamente desde los barrios donde se encuentran sus escuelas hasta una comprensión total de la ciudad y sus características. Es de suma importancia comprender cómo niñas y niños han perdido autonomía en las ciudades y pueden volver a apropiarse del espacio público
“Creemos importante escuchar la voz de quienes nos relatan su experiencia, la experiencia urbana de niños, niñas y adolescentes”
RP: Me gustaría que nos explicaras brevemente en qué consiste el proyecto “Geografiando tu escuela, desde el barrio a la ciudad”.
AG: Es un proyecto financiado por EXPLORA-CONICYT para este año y es desarrollado por la Carrera de Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Esta iniciativa busca desarrollar una aventura científica en 10 colegios de la Región Metropolitana de Santiago, basada en la observación, interpretación e intervención del espacio geográfico escuela-barrio-ciudad. Para ello, se han planificado tres actividades centrales: EXPLORABARRIO, OBSERVATORIO URBANO ESCOLAR y OLIMPIADAS ESCOLARES DE GEOGRAFÍA. Estas actividades permitirán incorporar y apropiar actitudes, habilidades y conocimientos geográficos, a través de una experiencia urbana.
Se pretende transformar en objeto de estudio y área de interés científica, el espacio geográfico cercano de los estudiantes (escuela – barrio – ciudad), en una lógica multiescalar. Con ello, emprender una aventura educativa del espacio propio y contextualizado, un espacio que está en toda escuela y su entorno, para luego desde esa realidad espacial, mirar la ciudad. La propuesta parte de la premisa que todo espacio es fuente de investigación, creatividad e innovación, territorio en el cual están las más cercanas oportunidades investigativas y transformadoras de los estudiantes y de cada comunidad escolar, posibilitando una reflexión crítica de estos espacios.
RP: ¿Cómo nace la idea de incluir una perspectiva de niñas y niños para un análisis urbano?
AG: Nace de una reflexión que identifica a este grupo etareo, dentro de los actores invisibilizados de la sociedad y que, en las actuales condiciones de metropolización y globalización de las ciudades, ellos han ido cambiando sus prácticas respecto a la experiencia urbana. Hemos detectado, que la vida urbana de niños, niñas y adolescentes cada vez es más restrictiva, que se han ido perdiendo algunos derechos adquiridos en épocas pasadas, como por ejemplo, el derecho a la movilidad en el transporte público, el acceso gratuito a la cultura, el acceso a una educación pública de calidad en sus territorios, entre otros.
Creemos importante escuchar la voz de quienes nos relatan su experiencia, la experiencia urbana de niños, niñas y adolescentes, a través de una plataforma pública que hemos llamado Observatorio Urbano Escolar. Esta iniciativa nos permitirá adentrarnos y mostrar, desde una particular mirada, la problemática urbana.
RP: Bajo una mirada histórica de los barrios en la ciudad de Santiago, ¿crees que se ha perdido autonomía de movilidad de los niños dentro de la ciudad, o más bien se ha mantenido en el tiempo?
AG: Sin duda se ha restringido, la paranoia de la delincuencia e inseguridad se ha traducido en una condición de clausura de lo público y restricciones a la movilidad de niños, niñas y adolescentes.
RP: ¿Qué elementos pueden aportar los niños al momento de planificar las ciudades? Y ¿Es posible influir por medio de éstas en la toma de decisiones políticas y de diseño urbano?
AG: Creemos que en la planificación de la ciudad, los niños, niñas y adolescentes sólo aparecen en el centro del debate urbano, a la hora de pensar áreas verdes o espacios de recreación, los cuales se convierten en verdaderos enclaves desconectados del continuo urbano. Creemos que hay mucho más que debatir respecto a este grupo en particular y su integración al debate para propiciar una ciudad inclusiva y justa.
Por otra parte este grupo ha demostrado ser muy activo en cuanto a su crítica social, levantaron movilizaciones respecto a la educación, las cuales han sido el gatillo de procesos y cambios muy importantes para la sociedad chilena. Su condición de vulnerabilidad, hace que sean particularmente críticos respecto a su medio.
Siempre es posible incluir al debate, la voz de los subalternos, en este caso de niños, niñas y adolescentes, sobre sus necesidades y sobre sus derechos como ciudadanos…
RP: Por último me gustaría que nos explicaras, qué beneficios puede traer a la ciudad y al resto de los habitantes la incorporación de una perspectiva infantil.
Muchos beneficios, mientras más voces escuchemos de quienes habitan la ciudad, mucho mejor, se parte de la premisa de que los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos, con una experiencia urbana de gran interés para la investigación y la intervención urbana. Este segmento de la sociedad, a dado claras señales de su mirada crítica, basta recordar la revolución pingüina del 2006 y sus impactos, esta incluía la una demanda respecto a la TNE Tarjeta Nacional Escolar y sus reivindicaciones en este punto, eran básicamente por movilidad, no solamente por los viajes a la escuela, sino para moverse en la ciudad.
Por ello creemos que si se producen cambios y la voz de este grupo es considerada, la ciudad sería más justa, sin duda. Hay importantes necesidades insatisfechas, derechos vulnerados que no están en el debate de la ciudad. Como los derechos básicos y otros más particulares como el derecho a la exploración, al juego, a la movilidad, a ser parte de un ambiente limpio…
Los creadores de las futuras ciudades
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Participar de vivencias como el Festival Archikidz, durante una jornada y a través de actividades guiadas, provoca un estímulo a la participación, como también, los deseos de plasmar lo que piensan sobre la ciudad y cómo les gustaría que fuera a futuro.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, Mayo 2014
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Infancia y Ciudad, presenta la especial importancia que tiene para la sociedad y para sus niños la recreación y participación en instancias lúdicas, donde puedan disfrutar y expresar lo que sienten. En este sentido, participar de vivencias como el Festival Archikidz, durante una jornada y a través de actividades guiadas, provoca un estímulo a la participación, como también, los deseos de plasmar lo que piensan sobre la ciudad y cómo les gustaría que fuera a futuro. Por otra parte, también existen otras herramientas como el sitio web Archikids, que se enfoca en la arquitectura para niños, donde a través de diferentes secciones, promueve el desarrollo y adquisición de conocimiento técnico básico del área, provocando en los niños el uso de la imaginación en ejercicios de diseño, observación y artes.
Palabras claves: participación, diseño, entorno urbano.
ArchiKidz es una iniciativa que propone mediante actividades lúdicas y educativas, que los niños manifiesten sus ideas, expresándolas por medio de sus dibujos, manualidades, desplazamientos, etc. Esta alternativa de como visualizar la ciudad y/o el entorno de los niños, se puso en práctica hace 10 años atrás, cuando por primera vez se realizó el Festival de Arquitectura Infantil “Archikidz”, focalizado en niños de entre 6 y 12 años de edad. Desde ese tiempo en adelante se ha replicado de manera anual en varios países del mundo como Barcelona y Buenos Aires, buscando educar, integrar, investigar y extender el empoderamiento urbano de los niños como motor de cambio. El año 2013, el festival alcanzó Chile, realizando de manera gratuita sus actividades en la ciudad de Santiago. Durante toda una mañana, los niños tuvieron la oportunidad de pensar, explorar, imaginar, crear, resolver y construir sus ideas con respecto a tu entorno cotidiano, generando un acercamiento e identificación y en gran medida la comprensión del entorno y el ideal de la ciudad del mañana. Esto fue auspiciado por diferentes instituciones públicas y privadas, además de contar con el apoyo de monitores universitarios de carreras como: arquitectura, arte, diseño y otras vinculadas con el área, además de formar equipos guiados por arquitectos profesionales.
Fuente: http://www.uss.cl
A través de sus objetivos la iniciativa busca incentivar el interés por la comprensión de la ciudad y la responsabilidad que deben tener todas las personas con respecto a su entorno. Además propone fortalecer la construcción de mejores ciudades, involucrando tecnologías innovadoras y la participación de los niños, así como realizando difusión de los trabajos realizados por ellos. En particular la versión realizada en Chile consiguió generar un primer acercamiento a la identificación y comprensión de la arquitectura desde una mirada que usualmente no es considerada, y permitió a los niños crear e identificar formas y conceptos propios de la ciudad, generando como producto la idea de cómo les gustaría que fuera el lugar donde quieren vivir en el futuro.
Fuente: http://www.archikids.org.uk/index.html
Desde otra perspectiva y considerando que las actuales y nuevas generaciones de niños están mucho más sensibilizados con la tecnología, el sitio web de Reino Unido www.archikidz.org.uk desarrollo herramientas donde los niños pueden registrarse y hacer uso de esta plataforma, que se divide en tres secciones: Archigame, Archifacts, Architivities. La primera de estas secciones presenta juegos didácticos que permiten practicar e identificar alturas y formas de diferentes edificios, como también las simbologías ocupadas dentro de ellos. Dentro de la segunda sección que busca acercarlos al diseño, el niño puede crear y experimentar conociendo diversas formas, estructuras y materiales que se utilizados, así como formas de organización y representación del espacio a través de breves descripciones de lo que es una línea, un punto o un plano. La última sección llamada Architivities, permite la práctica e interacción del niño con su propio trabajo, incentivando a través de preguntas como ¿Qué vas hacer para que tu edificio sea único? ¿Qué materiales utilizarás?, para posteriormente difundir en el sitio el proyecto finalizado. También se crea incentivo para que los niños envíen fotografías de sus edificios favoritos (incluyendo sus casas) y puedan escribir un informe periódico sobre él o diseñar un plano que muestre las diferencias entre casas con diversas formas y reflejar los cambios en su entorno, incluso hacer el ejercicio de dibujar su casa y rediseñarla para que pueda estar en un lugar como la luna.
Es así como los niños pueden practicar con sus ideas y sueños a través de diferentes estrategias y facilitándoles herramientas de trabajo, que a la vez permiten un acercamiento didáctico a la arquitectura y al desarrollo de la ciudad, algo que cada día es más necesario de ser abordado. Más valor aún tiene la iniciativa al recoger experiencias vividas de manera voluntaria por los niños, fomentando el valor de la participación al considerar sus opiniones reconociendo el carácter individual y colectivo de ellas, y que de manera única consiguen relacionarse con el entorno.
Libro: "La Ciudad de los Niños; un nuevo modo de pensar la ciudad"
VerLibro: "La Ciudad de los Niños; un nuevo modo de pensar la ciudad"
El libro “La Ciudad de los Niños” presenta un compendio de observaciones en torno a la relación actual de la Infancia con sus ciudades, dando cuenta una realidad presente en todas las ciudades modernas.
Revista Planeo Nº16 Infancia y Ciudad, Mayo 2014.
[por: Piera Medina Ziller, Arquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]
Nombre Libro: “La Ciudad de los Niños; un nuevo modo de pensar la ciudad”
Autor: Francesco Tonnuci
Año: 1996
Editorial: FUND. GERMAN SANCHEZ RUIPEREZ
224 páginas
Las ciudades han cambiado, y con ellas ha cambiado el modo de ser de los niños.
El libro “La Ciudad de los Niños” presenta un compendio de observaciones en torno a la relación actual de la Infancia con sus ciudades, dando cuenta una realidad presente en todas las ciudades modernas, sobre la exclusión de los niños de la vida social urbana y del planteamiento de las ciudades.
Francesco Tonucci, pedagogo italiano, ha llevado a cabo su estudio sobre el pensamiento y comportamiento de la Infancia en el ambiente urbano; desde su disciplina comprende que la autonomía de los niños en la ciudad, es un indicador sustancial para determinar la calidad de ésta.
Descontento con la situación actual, donde los niños no han podido encontrar un lugar donde crecer, jugar y sobre todo desarrollarse libremente, Tonucci comienza su libro con una analogía para entender como han cambiado las cosas en la Infancia de hoy con respecto a la de hace sólo unas décadas atrás. “Una vez tuvimos miedo al bosque. Era el bosque del Lobo, del ogro, de la oscuridad en donde nos podíamos perder”, en esos tiempos, el lugar donde los niños se sentían seguros era entre las casas, en la ciudad y en sus barrios, experimentando libremente el juego con sus amigos. Hoy, la ciudad se ha vuelto ese bosque hostil, un lugar cada vez más inaccesible para los niños, volviéndolos totalmente dependientes de la vigilia de sus padres, temerosos de devolverles su autonomía, en ciudades determinadas en torno al automóvil.
La posibilidad de moverse en su propia ciudad, es justamente uno de los aspectos que según Tonucci han cambiado el modo de ser de los niños de antes con los de hoy. La movilidad urbana ha cambiado rápidamente y las autonomías de los adultos (por los automóviles) han crecido muchísimo, mientras que la de los niños se ha derrumbado.
Que los niños pierdan la posibilidad de jugar en la ciudad, es determinante para el desarrollo de las personas, pues en los primeros años inevitablemente crecen y se desarrollan jugando, construyendo cimientos fundamentales para su desarrollo en el futuro. El miedo a la ciudad, ha hecho que los padres inviertan en el juego comprando juguetes y manteniendo a los pequeños dentro de espacios controlados. Pero según Tonucci, el juego no se puede comprar ni tampoco acompañar porque es una experiencia enteramente individual.
Un niño que no se puede desarrollar libremente en el espacio tampoco puede desarrollar aptitudes espaciales, reglas como administrar el tiempo y el lugar, que lo va dando la experiencia (al ir acompañado se ahorra ese trabajo).
Esto se vuelve determinante cuando los niños crecen y no tienen capacidades espaciales desarrolladas, como por ejemplo manejar un vehículo o caminar por la ciudad.
La pregunta planteada en el libro es ¿Cuánto le cuesta a la ciudad no tener niños?.
En este sentido resulta interesante el análisis, porque determina una condicionante fundamental de la seguridad urbana. Pues una ciudad que se retranquea, pierde el dominio y apropio sobre el espacio público, cediendo espacio a las inseguridades y miedos.
Bajo el alero de esta hipótesis Tonucci plantea su crítica a las generaciones actuales, como las primeras que históricamente no se ha hecho cargo del bienestar de las generaciones que vienen después, lo que está invirtiendo la tendencia constante en la historia moderna, que cada generación vaya mejorando sus condiciones de vida. Un punto importante a reflexionar, si pensamos que al restarle autonomía y espacios a los niños en la ciudad, los estamos restringiendo al desarrollo de habilidades cognitivas sustanciales para su futuro, lo cual sin duda suscitará un entendimiento del mundo completamente diferente. Esto no solo visto desde la individualidad, sino incluso en la calidad de vida que los niños podrían experimentar en el futuro, sin una base autónoma sobre el espacio.
Que los niños “vuelvan a la calle” es una forma reactiva de devolverle la vida a los barrios, su calidad, belleza, seguridad, etc. que sin duda, determinará el comportamiento de sus habitantes. Y en esto Tonucci es determinante, pues sin una red que garantice la seguridad de los niños, la ciudad se seguirá vendiendo a más servicios especializados, que ofrezcan un “momento urbano”, como sucede con los malls, que han emulado la “experiencia urbana” entre muros y recorridos programados.
Los niños necesitan de su propia ciudad para que el espacio del juego crezca con ellos.
Libro “la Ciudad de los niños»
A partir de este análisis, Francesco Tonucci desarrolla una experiencia llamada “A la escuela vamos solos” en distintas ciudades de Italia, como un modo experimental y paulatino de volver a vincular a los niños con su ciudad. Esta experiencia permitió la creación de una Red de “Ciudades de los Niños”, con Roma como cabecera.
A partir de esto, realiza cuatro reflexiones en torno a la relación de la Infancia con la ciudad. Lo primero es que es algo que los niños necesitan, pues necesitan recuperar o construir una autonomía y experiencia urbana para su desarrollo cognitivo y espacial. Lo segundo es que estas acciones fortalecen la convivencia de los pequeños; al ofrecerles libertad para disponer del espacio y crear experiencias en torno al juego, se generan nuevos lazos de amistad y confianza entre pares. Además se fortalece la educación ambiental, ya no sólo desde la ecología, sino en sentirse parte de un ambiente, el cual podría ser el barrio, la plaza o el parque. La tercera reflexión es sobre la posibilidad de generar una educación vial, que no se refiere a educar a futuros automovilistas, sino a desarrollar el placer de moverse, cómo hacerlo y donde. En este sentido hay que ser objetivos, puesto que las ciudades han sido diseñadas para acceder a ellas mediante el auto. Con una educación en torno a la movilidad infantil, no solo se enseña a los niños a desplazarse para acceder a sus necesidades, sino también podría suscitar ciertos cambios estructurales en cómo se piensa y diseña la ciudad, pudiendo acercarlos más a ellos (y otros grupos más vulnerables) a la posibilidad de acceder libremente a todos lados.
Y por último, al bajar a los niños de los autos es posible desarrollar una educación más saludable, punto importante si se considera la alta taza de obesidad infantil en el mundo.
Este proyecto se consolida en la “Ciudad de los niños” con una red internacional de Italia, España y Argentina, que funciona como plataforma de expresión de los niños en la ciudad, y generadora de distintas iniciativas que permiten escuchar y considerar la voz de los niños en la toma de decisiones para la ciudad, principalmente a través de los Consejos de los Niños.
Este libro permite comprender la importancia latente de hacernos cargo de los niños en nuestras ciudades, determinando ciertos objetivos para comenzar un cambio en la manera en que las planificamos, considerando a los niños como elementos claves para re pensar sus interacciones. Pues “se trata de aceptar la diversidad intrínseca del niño como garantía de todas las diversidades”, ya que una ciudad apta para los niños es una ciudad apta para todas las personas.
Cambio de foco en políticas de subsidios habitacionales en Chile: Desde la calidad de vivienda hacia la localización.
VerCambio de foco en políticas de subsidios habitacionales en Chile: Desde la calidad de vivienda hacia la localización.
Revista Planeo Nº15, Deporte y Ciudad, Abril 2014
[Por Pablo Wainer Infante. Arquitecto Universidad Diego Portales, Magister (C) en Desarrollo Urbano IEUT UC]
Resumen
La perspectiva y prioridades de la política habitacional en Chile han sufrido una serie de cambios en el transcurso del tiempo desde la década del noventa hasta la fecha. La sociedad ha guiado estas políticas por medio de necesidades que surgen producto de los mismos cambios sufridos. Desde cubrir el déficit habitacional en primera instancia, calidad constructiva, la tecnología y diseño de la vivienda, han esclarecido y creado las necesidades para llegar a lo que hoy debiese mover las prácticas y objetivos políticas habitacionales: la localización.
La localización es el resultado de políticas que han logrado una mejoría en la calidad de la vivienda misma, pero que han sido incapaces de integrar vivienda social en barrios consolidados, permitiendo acceso a distintas oportunidades de desarrollo para los más necesitados.
Palabras clave: política habitacional, localización, vivienda.
Abstract
The focus and priorities of housing policies in Chile has undergone a series of changes from the 90’s to the present. These have been guided by civil society through needs that emerge as a result of these same changes. From meeting the housing deficit in first stance, to housing quality, technology and home design, they have defined and created the needs that led to what today should impulse the practices and objectives of housing policy: location.
Keywords: housing policies, location, housing.
Hacia el desarrollo sostenible de los barrios Patrimoniales de Santiago. La comunidad como Generadora de desarrollo en base al patrimonio cultural.
VerHacia el desarrollo sostenible de los barrios Patrimoniales de Santiago. La comunidad como Generadora de desarrollo en base al patrimonio cultural.
Revista Planeo Nº15, Deporte y Ciudad, Abril 2014
[Por Luis Rolando Rojas Morales. Arquitecto Universidad Central de Chile, Magister en Desarrollo Urbano IEUT UC y Postítulo en Gerencia Pública, Facultad de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile. Académico, colaborador en ONG y fundador de Metapoli.cl y Colectivo Rescata.]
Resumen
Desde la década de 1990, conflictos vinculados a la construcción de proyectos urbanos en barrios específicos de la ciudad de Santiago, gatillaron la formación de organizaciones ciudadanas que asumen un rol de oposición a estos proyectos. Dentro de sus estrategias han recurrido inicialmente a la solicitud de declaratoria de Zona Típica (Ley 17.288 MINEDUC), para luego abrir un horizonte de acción en torno a la difusión y recuperación del patrimonio tangible e intangible presente en estos barrios.
En la primera parte del artículo, se revisan los conflictos urbanos que dieron origen a estas entidades y los procesos de patrimonialización resultantes y en la segunda, se analizan sus acciones en el marco de una versión local del concepto de desarrollo sostenible vinculado al patrimonio cultural. Finalmente se establece su relevancia y proyecciones para el Área Metropolitana de Santiago.
Palabras clave: patrimonialización, patrimonio cultural, Zona Típica, organizaciones ciudadanas.
Abstract
Since the 1990s, conflicts related to the construction of projects in specific urban neighborhoods in the city of Santiago, generated the formation of citizen organizations against them. Among their strategies, initially they request the declaration of «Zona Típica» (Law 17.288 MINEDUC) and then, they took actions for the d and retrieval of the material and inmaterial heritage of this neighborhoods.
The first paragraph of the article deals with, urban conflicts that gave rise to these entities and patrimonialization processes resulting and second, their actions are analyzed in the context of a local version of the concept of sustainable development related to cultural heritage are reviewed. Finally relevance and projections for the metropolitan area of Santiago is set.
Keywords: patrimonialization, cultural heritage, Zona Típica, citizens, organizations.
Espacio público, público?
VerEspacio público, público?
Sin duda la sociedad Chilena ha evolucionado respecto a la practica del deporte y el ejercicio, quizás por que hemos entendido como parte de una tendencia global, que el cuerpo hay que cuidarlo, que es un instrumento que nos permite vivir una buena vida. Si en algún momento fueron las rutinas aeróbicas, las maquinas o las pesas…
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[Por Bárbara Aguirre. Arquitecto y Magister en Economía Energética. Docente Escuela de Arquitectura Universidad del Desarrollo]
Hace 20 años, jamás hubiésemos imaginado que una maratón como la que se corre cada Abril, alcanzaría una participación de los 25.500 inscritos este 2014. Este evento que logra apoderarse de la ciudad atravesando mas de 4 comunas a lo largo de las avenidas mas importantes de Santiago. Es fácil y difícil a la vez recordar la época de los 90, cuando era bien visto ser llamado trabajólico, porque la relación era, a más tiempo en la oficina, más exitoso eres, por lo tanto más feliz. Hoy casi 25 años después podemos decir que el paradigma de vida y el objetivo de alcanzar la preciada felicidad no es el mismo, los habitantes de las grandes ciudades y específicamente Santiago, buscan y valoran cada vez más las horas extras que quedan después de la jornada laboral, sea para reunirse en familia o simplemente esperando el momento en que liberan la mente y dejan escapar el estrés diario a través del ejercicios físico.
Sin duda la sociedad Chilena ha evolucionado respecto a la practica del deporte y el ejercicio, quizás por que hemos entendido como parte de una tendencia global, que el cuerpo hay que cuidarlo, que es un instrumento que nos permite vivir una buena vida. Si en algún momento fueron las rutinas aeróbicas, las maquinas o las pesas parte de la oferta de las grandes salas de gimnasio, hoy la tendencia son disciplinas que van desde el yoga, el running, hasta las mas nuevas como el bootkamp, una especie de entrenamiento militar extremo, o el cada vez mas famoso crossfit, practica que nació en 1996 en Estados Unidos y que busca a través de las coordinación física, la rapidez y la fuerza, poner en movimiento el cuerpo durante 20 muy eficientes minutos.
Pero si antes los entrenamientos se desarrollaban al interior de gimnasios, cual es la tónica hoy?, por qué cada vez aumenta más el número de corredores en las calles o pequeños grupos practicando en plazas y parques? Por qué aumentan las iniciativas de cierre de avenidas los fines de semana para promover el uso de la bicicleta y hacer deporte en familia? Es interesante a raíz de estos nuevos escenarios y comportamientos, analizar cómo la ciudad y su capacidad de generar infraestructura ha evolucionado propiciando estas actividades o cómo los ciudadanos se han tomado cada vez más la ciudad para hacer uso del codiciado espacio publico en búsqueda de un lugar para ejercitar.
Si bien es cierto que en este breve análisis podemos detectar la existencia de una infraestructura tradicional que cumple un rol específico para la práctica deportiva profesional, cabe mencionar que muchas veces el fomento a la construcción de estos espacios viene dado por la agenda de eventos masivos y de connotación internacional. En este caso, los últimos juegos sudamericanos celebrados en Santiago el mes de Marzo, dejaron un conjunto de construcciones, en lugares tan emblemáticos de la ciudad como parte del complejo del Estadio Nacional o en los terrenos de la ex toma de Peñalolén, hoy llamado Parque Peñalolén. Construcciones que esperamos cuenten con el apoyo administrativo y de autoridades para que logren mantenerse económicamente en el tiempo.
Sin embargo, estas instalaciones tradicionales asociadas al deporte son parte de un mundo bastante más grande de aficionados que practican o ejercitan tomando como infraestructura el espacio público de la ciudad. Este último grupo de deportistas no profesionales, es el que hoy de manera exponencial ha encontrado en los espacios colectivos de Santiago un lugar propicio para la práctica de innovadoras disciplinas, pero que a diferencia del deportista tradicional, buscan complementar la actividad con la vida al aire libre.
¿Es esta nueva tendencia de volcarse al exterior, la que hace del uso de la ciudad un factor atractivo, para hacer deporte? Sin duda esta es una de las motivaciones fundamentales. Lo relevante es cómo la ciudad se hace cargo de estos usuarios tan diversos que demandan condiciones específicas. Cómo es capaz el espacio publico de contener todas las acciones deportivas y no deportivas, para que exista coordinación y respeto entre ellas. Finalmente es aquí donde los parques y áreas verdes de Santiago se vislumbran como protagonistas de la respuesta a estas demandas colectivas y transversales que existen en todas las comunas.
Aquí no solo el factor espacial y condiciones del lugar son determinantes, también lo es el factor municipal y la gestión de estos espacios. Mas allá de la excelente iniciativa que significa la instalación de maquinas que nos permitan ejercitar bajo los arboles, o la programación de clases gratuitas para la comunidad, los municipios debiesen adoptar una postura mas gestora que permita promover estos espacios, bajo parámetros de lo permitido y no permitido, como parte del conocimiento colectivo de los que usamos la ciudad. Solo así seremos capaces de normar si un personal trainer que hace clases a un grupo de 5 personas puede cobrar por el uso del espacio publico como gimnasio al aire libre.
Finalmente y con el ánimo de destacar lo positivo que significa el uso de los parques y áreas verdes para la actividad física, solo resta motivar a los usuarios a que disfruten de los lugares colectivos, como parte de un todo que significa una ciudad y en pro del beneficio que significa complementar tantas y diversas actividades bajo el mismo espacio público.
Nuevos espacios y oportunidades para el deporte en Chile
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La actividad física y el deporte forman un elemento esencial dentro de nuestra sociedad. Los efectos positivos que estos generan son ampliamente reconocidos a nivel mundial, favoreciendo el desarrollo personal, social y psicológico de la población.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[Por Daniela Bahamondes, Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC.]
Resumen:
La sección de Prácticas de Revista Planeo, presenta en su número de Deporte y Ciudad un análisis respecto a los Juegos Sudamericanos (ODESUR) 2014, acontecidos hace pocas semanas atrás en Santiago. Este tipo de eventos deportivos, al igual que los Juegos Parasuramericanos -enfocados a personas con movilidad reducida-, ponen de manifiesto la importancia de incentivar la actividad deportiva en la ciudad, lo que se fomenta al mismo tiempo a través de la construcción de infraestructura adecuada para la realización de ésta. La herencia en infraestructura que han dejado los ODESUR en Chile, ha brindado espacio para la actividad física en recintos adecuados para la práctica de deportes de alto rendimiento, beneficiando y convirtiéndose en una herramienta para lograr una mayor integración en la sociedad.
Palabras claves: actividad física, deporte, infraestructura.
La actividad física y el deporte forman un elemento esencial dentro de nuestra sociedad. Los efectos positivos que estos generan son ampliamente reconocidos a nivel mundial, favoreciendo el desarrollo personal, social y psicológico de la población. Sin embargo, una de las condicionantes para obtener efectos positivos de esta actividad es considerar por ejemplo, las condicionantes físicas en las cuales se desarrolla el deporte, ya sea en términos de su seguridad como también respecto a la infraestructura adecuada para el desarrollo de cada disciplina.
Una vez que Chile se ratificó como sede para los Juegos Sudamericanos (ODESUR) 2014, el gobierno de turno implementó una serie de proyectos para la construcción y remodelación de recintos deportivos, con una alta inversión por parte del Estado, con apoyo técnico en diferentes áreas. En particular, con respecto a la infraestructura, se destacaron profesionales como el estadounidense Thomas Ritzenthaler, los arquitectos Judson & Olivos e Iglesis Prat Arquitectos, que permitieron cumplir con los estándares mínimos exigidos por la organización internacional.
Luego de terminar los ODESUR, los diferentes recintos fueron utilizados para los primeros Juegos Parasuramericanos, enfocados en disciplinas como la natación, atletismo, básquetbol y tenis, entre otras, para deportistas con distintas capacidades y movilidad reducida. En términos de desarrollo urbano, esto abre una nueva plataforma de integración e igualdad cuando se considera que el deporte es una actividad de carácter recreativo con un amplio sentido social, mediante diferentes prácticas físicas y características competitivas en las distintas disciplinas.
La adecuación de una disciplina deportiva para que su práctica por parte de personas con capacidades diferentes sea viable, representa una real importancia en el desarrollo personal y social del individuo. Uno de los principales beneficios a tener en cuenta es aquel de índole psicológico. Toda persona con alguna disminución de sus capacidades deberá enfrentar una sociedad construida sobre parámetros “normales”, siendo muchas veces estos parámetros las barreras que diariamente las personas con discapacidad deberán sortear. En este sentido, el deporte ayuda en un principio a dejar sortear los inconvenientes que esas barreras acarrean. Por otros lados, las personas desarrollan varias dimensiones de su personalidad: la afectividad, la emotividad, el control, la percepción y la cognición. Pero lo que es más importante es que el deporte crea un campo adecuado y sencillo para la auto-superación, ella busca establecer objetivos a alcanzar para mejorar cada día, generándose un círculo virtuoso. La auto-superación no sólo acarrea beneficios de índole psicológica sino también social.
Hoy existen diversas actividades en términos de infraestructura, que están siendo adaptadas con el objetivo de servir a personas con capacidades diferentes, lo que implica la mayoría de las veces un bien terapéutico, potenciando así nuevas opciones para realizar deportes, como por ejemplo, atletismo, levantamiento de pesas, natación, tenis de mesa, básquetbol, entre otras.
Por otra parte, luego de ver la satisfacción y logros de los diferentes países participantes en ambos eventos, queda un desafío aún mayor, que es el mantenimiento de las instalaciones deportivas legadas por estos juegos y que hoy por hoy son un foco de atención de cientos de deportistas que practican diferentes disciplinas de alto rendimiento. Se deben generar cuidados especializados y una atención permanente de las mismas, que permita que las infraestructuras creadas perduren a lo largo del tiempo y mantengan su objetivo principal, brindar un servicio de diversas actividades físicas, recreativas y deportivas, logrando así, revertir la escasez de logros y más aún mejorar la práctica del deporte a nivel nacional.
Nos vemos en el parque. Deporte y agenda urbana.
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¿Qué rol está jugando el deporte en la configuración de la agenda urbana y en el desarrollo de las ciudades? La diversidad de agentes de naturaleza pública y privada interesados brinda algunas luces sobre cómo el deporte está incidiendo en la producción de la ciudad; y quisiera plantear 4 elementos para la discusión.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
Fuente imagen: Estadio Green Point (Ciudad del Cabo, Sudáfrica). Fuente: CNN México (2010)
[Por Jaime Solorzano Pescador. Cientista Político, Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Estudiante Magíster en Desarrollo Urbano PUC.]
Al acudir a nuestros recuerdos de infancia y adolescencia, resulta ineludible hacer referencia a las mañanas y tardes que se disfrutaron en un parque o en un campo deportivo. Casi siempre, corriendo tras de un balón o rodando en una bicicleta en compañía de la familia, de los amigos o de desconocidos con quienes se compartía un gusto deportivo. También, y por cuenta de los grandes certámenes deportivos, se generan nuevas oportunidades de desarrollo de infraestructura y prácticas ciudadanas. En ese sentido, ¿qué rol está jugando el deporte en la configuración de la agenda urbana y en el desarrollo de las ciudades? La diversidad de agentes de naturaleza pública y privada interesados brinda algunas luces sobre cómo el deporte está incidiendo en la producción de la ciudad; y quisiera plantear 4 elementos para la discusión.
En primer lugar, no es una relación nueva. Los grandes eventos de la era contemporánea (tales como Juegos Olímpicos, Mundiales de fútbol o premios de Fórmula 1, por citar algunos casos) son una “versión ampliada y tecnificada” de los encuentros deportivos que llevaban a cabo los griegos en Atenas, durante el auge de su civilización. Por otra parte, y al indagar sobre la historia de los equipos de fútbol (sin reparar en su condición nobiliaria) se encuentra un origen vinculado a un barrio obrero, a una institución social o a una empresa; y cuya trayectoria puede orientarnos sobre el desarrollo de un territorio urbano y la sociedad que lo compone. Una revisión a los equipos londinenses y los imaginarios alrededor de sus confrontaciones, o las rivalidades entre equipos bonaerenses y paulistas serían, desde un enfoque culturalista, de mucha utilidad para comprender la diversidad de agentes asociados a la construcción de la ciudad en sus dimensiones física y socioeconómica.
En segundo lugar, y volviendo a ideas presentadas en la introducción, las prácticas deportivas facilitan el encuentro de los ciudadanos en el espacio público o en espacios adecuados para tal fin. Así como los parques y plazas reciben inversiones para canchas, pistas y equipos de gimnasia; también ha aumentado el número de gimnasios y centros de entrenamiento especializados. En principio, esto debería incentivar a los ciudadanos a practicar un deporte o ejercitarse para mejorar su salud o prevenir situaciones que pongan en peligro su vida.
En tercer lugar, los grandes certámenes deportivos sirven como ventana de oportunidad para promover inversiones en infraestructura y equipamientos urbanos. Basta ver la agenda de eventos deportivos de gran escala para indagar sobre los efectos que han tenido estos sobre los equipamientos, el entorno urbano y la ciudad en su conjunto: Mundial de fútbol sub-20 en Colombia (2014), Juegos Odesur en Santiago (2014), Mundial de Fútbol (2014) y Juegos Olímpicos (2016) en Brasil, son una pequeña muestra que sirve para estudiar con mayor detalle los efectos que tuvieron sobre las ciudades que albergaron dichos eventos. Al respecto, David Roberts, profesor de la Universidad de Toronto, sostenía en una entrevista que estos grandes certámenes favorecen la inversión pública y privada en sectores asociados; el marketing de la ciudad a escala global, que repercute en una mayor visibilización o en un aumento en el número de visitantes; e incluso para motivar iniciativas de intervención pública y privada que ayuden a revertir el deterioro de una ciudad o áreas de la misma. También, y como parece haber ocurrido en Barcelona tras los Juegos Olímpicos de 1992, a que los ciudadanos cambien su percepción sobre la condición de la urbe, motivando una transformación de valores que repercute en nuevas conductas y en un nuevo imaginario sobre la ciudad en cuestión.
No obstante, esta cuestión no está exenta de tensiones. Las experiencias recientes en ciudades brasileñas que albergarán juegos del Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi (Rusia) revelan que estos certámenes pueden generar o potenciar factores de conflicto entre autoridades, empresas y ciudadanos por las implicaciones de ser anfitrión. Roberts sostiene que un cambio en las prioridades de inversión de recursos, orientadas beneficiar la realización del evento, conllevará un profundo cuestionamiento en la sociedad sobre las decisiones de las autoridades al respecto. Asimismo, y aprovechando la atención regional y global en la ciudad por cuenta del evento, los actores políticos y sociales pueden ganar atención y apoyo en sus demandas. Muchas veces estas demandas y reclamos ganan legitimidad al contrastarse las condiciones en que viven millones de personas y la deficiente calidad en la prestación de servicios domiciliarios, frente a la inversión en equipamientos que responden únicamente al certamen de interés, como se evidenció en Beijing tras los Juegos Olímpicos, en algunas ciudades sudafricanas tras el Mundial. Incluso en ciudades con altos estándares de calidad de vida, como ocurrió en Valencia (España) con el malogrado circuito de Fórmula 1. La paradoja está presente: a pesar del gran valor que tiene el deporte para la sociedad, no siempre los medios para fomentar su desarrollo convocan la totalidad del apoyo para su realización en las ciudades que albergarán el certamen.
Por último, debe señalarse el papel que está jugando el deporte en la prevención de la violencia urbana y sus manifestaciones. El programa UN-Habitat viene desarrollando programas para jóvenes que viven en barrios marginados, usando el deporte como mecanismo de formación de capacidades y habilidades que minimicen la posibilidad de que los jóvenes se vinculen en pandillas y grupos ilegales; así como factor para el mejoramiento del espacio construido en los asentamientos. Asimismo, y como lo señala el Banco Mundial en un amplio estudio sobre violencia urbana, la construcción de parques y equipamientos deportivos ayuda a mejorar la calidad del espacio público disponible, el involucramiento de los jóvenes en actividades que promueven la cohesión social y la regulación de conductas.
Estos 4 puntos quieren señalar una guía para la discusión sobre el involucramiento del deporte como un factor a considerar en las políticas orientadas al desarrollo urbano. Lo que comenzó en alguna época como una sencilla invitación a jugar a la pelota con la familia y los amigos, es ahora parte activa de las agendas pública y privada en materia de inversión de recursos y producción de la ciudad.
Referencias
UN-Habitat (s.f.). “Sport for development and peace”. En línea, disponible en: http://www.un.org/wcm/content/site/sport/home/unplayers/fundsprogrammesagencies/unhabitat
World Bank (2011). Violence in the city. Washington. The World Bank.
Lewis, J. (2014). “Olympic games and other mega-events: what they mean for cities”. En línea, disponible en: http://www.news.utoronto.ca/olympic-games-and-other-mega-events-what-they-mean-cities?utm_campaign=UofTNews&utm_source=UofTHome&utm_medium=WebsiteBanner&utm_content=MegaEvents
“Imagina na copa” Algunas inquietudes sobre el mundial de fútbol en Brasil
Ver“Imagina na copa” Algunas inquietudes sobre el mundial de fútbol en Brasil
Grandes esfuerzos de planificación han sido emprendidos a fin de preparar las ciudades para el mundial y evitar posibles problemas relacionados a la movilidad entre las ciudades y en ellas. Es por eso que se idealizó una serie de reformas en el marco de los proyectos de preparación para el mega evento, que no se centraron únicamente en los estadios y alrededores.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
Fuente imagen: Diario Caracas[Por Juliana Carvalho. Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente PUC.]
La relación entre las ciudades y él futbol no se restringe a los 90 minutos en los que rueda la pelota. Y no solo por las conmemoraciones que muchas veces tienen lugar en las ciudades, con hinchas celebrando por las calles, exhibiendo orgullosamente banderas y escudo del equipo, cantando himnos, haciendo bocinazos esparcidos por todos los lados que en su conjunto parecen más una interminable y descoordinada banda en marcha, haciendo más que pública su pasión por el deporte. En proporción directa a la importancia – dada y percibida – de un partido, la relación entre la ciudad sede y el fútbol varía muchísimo.
En el caso de los partidos del mundial de fútbol de este año y las ciudades brasileñas que los reciben, se podría afirmar que existe una relación profunda e intrínseca que transciende la dinámica habitual de equipo-torcedores-patrocinadores. Desde el momento que se supo que Brasil sería el país del mundial de la FIFA, empezó una competencia entre algunas capitales para figurar entre las seleccionadas como sedes del circuito. Inicialmente serían 10 sedes, pero después de algunas negociaciones, la FIFA aceptó que fueran 12. Desde una perspectiva de marketing urbano y promoción del turismo en el país, fue un logro el incremento, que si bien añade complejidad para la logística del mega-evento, al mismo tiempo permite “poner en el mapa” – o destacar en “él” – más ciudades.
Siguiendo los criterios y patrones establecidos por la FIFA, una de las principales condiciones para ser sede del mundial es contar con un estadio, por así decirlo, al nivel del evento. En el caso de otros mundiales, hubo ciudades que tuvieron dos campos, como fue el caso de París y Buenos Aires[1]. Sin embargo, para el mundial de este año cada estadio se encuentra no solamente en una ciudad distinta, sino que además en estados federados distintos[2]. Como Brasil es un país de grandes proporciones territoriales, esta dispersión espacial de los estadios implica una necesidad de programar estratégica y cautelosamente los viajes, tanto por parte de los equipos, como por parte de aquellos apasionados por el deporte que tendrán que desplazarse por largas distancias para ir a partidos. Y no solamente largas distancias entre las ciudades, sino que también en las mismas ciudades.
En efecto, grandes esfuerzos de planificación han sido emprendidos a fin de preparar las ciudades para el mundial y evitar posibles problemas relacionados a la movilidad entre las ciudades y en ellas. Es por eso que se idealizó una serie de reformas en el marco de los proyectos de preparación para el mega evento, que no se centraron únicamente en los estadios y alrededores. Aeropuertos y sistemas de transporte urbanos también han sido asumidos como elementos importantes para preparar las ciudades sedes.
Ahora bien, a pesar de las ambiciones del “país del futbol” para el mundial, las noticias que circulan en los periódicos nacionales y locales levantan la siguiente cuestión: ¿se habrá intentado dar un paso mayor que las piernas?. La previsión de que los estadios estarían listos antes de la copa de las confederaciones, realizada tradicionalmente un año antes del mundial, como una especie de ensayo general del mismo, no solo no se cumplió sino que además hasta ahora hay estadios que no están listos. Es el caso de la Arena Corinthians, ubicada en la ciudad de São Paulo, que, según el último acuerdo, está prometida para el 15 de abril[3].
Además de los atrasos, desde 2009, los presupuestos relacionados a los preparativos han sido reajustados, siempre aumentando los valores estipulados para los gastos con el mundial. Estos aumentos fueron uno de los principales estopines para las movilizaciones y protestas realizadas en Brasil en año pasado, cuando se cuestionó de forma abierta e indignada los altísimos gastos con los preparativos, las sospechas de desvío de dinero, y también, aunque en menor medida, las violaciones a la soberanía nacional impuesta por la FIFA como prerrequisito para la realización del evento.
Como consecuencia, las expectativas de los brasileños sobre el mundial no son en su totalidad tan positivas como uno podría suponer. Muchos de los habitantes de las ciudades sedes están mas preocupados por el desorden que puede llegar a instaurarse que ansiosos por el inicio del tan adorado y esperado torneo. Una de las expresiones de este lado más aprensivo que ha ganado mayor visibilidad en la Internet fue la “imagina na copa?!” (en Brasil cuando se dice “copa” se subentiende que se habla del mundial de futbol de FIFA) Esta expresión se popularizó bastante a través de unos videos divulgados en Youtube que ironizaban, en base a situaciones del día-a-día de la ciudad de Rio de Janeiro, que si las cosas ya andan mal actualmente, durante el mundial, estarán aún peores[4]. La empresa AMBEV intentó revertir el significado tomado por la expresión para darle una connotación positiva, con el slogan “imagina a festa!”[5]. Luego después de promover su propaganda en los medios, surgió una versión editada, que preservaba algunas imágenes originales y la narración en la integra, pero mostraba imágenes que contradecían rotundamente el optimismo[6]. Más exitoso en el intento de apropiarse de la expresión y dotarla de una connotación más positiva fue un proyecto de movilización que se auto nombro “Imagina na copa”. A través de su plataforma virtual divulgan iniciativas de intervenciones urbanas promovidas por jóvenes y buscan incentivar un cambio de percepciones y actitudes, buscan incentivar a la acción[7].
Volviendo al tema de la preparación de las ciudades, ¿estará todo listo para el mundial? Probablemente no en los estándares esperados, lo que seguramente generará una serie de desafíos para la gestión del mega evento. Pero ahora ya estamos demasiado próximos al inicio del mundial. Ya se han agotado las entradas. Muchos extranjeros ya compraron sus billetes y reservaron sus acomodaciones. Ya queda muy poco tiempo y ya se han cristalizado muchas de las expectativas. El show tiene que continuar. Quizás solo nos quede alentar.
[1] Fuente: http://veja.abril.com.br/idade/exclusivo/perguntas_respostas/cidades-copa-2014/cidades-sede-copa-2014-estadios-capitais-fifa-cbf-abertura-final.shtml
[2] Se puede encontrar información oficial sobre cada una de las sedes en: http://www.copa2014.gov.br/es/sedes
[3] Fuente: http://esportes.terra.com.br/futebol/copa-2014/valcke-arena-corinthians-ficara-pronta-a-menos-de-um-mes-da-copa,b2d80eb051f74410VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html y http://globoesporte.globo.com/futebol/times/corinthians/noticia/2014/03/arena-corinthians-esta-988-pronta-numero-ignora-areas-essenciais.html
[4] Ejemplo de uno de estos videos: https://www.youtube.com/watch?v=pE444bnTzjg.
[5] Propaganda original: https://www.youtube.com/watch?v=MpQPKsWdeto
[6] Propaganda “trucada”: https://www.youtube.com/watch?v=lQNeWfHNBAU
[7] Página web de la iniciativa: http://imaginanacopa.com.br/sobre/
Juliana Carvalho
VerJuliana Carvalho
Analista de Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Durante el postgrado participó como ayudante en los cursos de Ecología Urbana, Sociología de las Grandes Ciudades, Imaginarios Urbanos, Taller de Planificación Integrado y Tópicos en Análisis Espacial. Su tesis de postgrado exploró las posibilidades de incorporación ciudadana en temas de planificación a través del uso de tecnologías de información geoespaciales, trabajando dialécticamente con una escala más general e internacional y una más acotada, enfocada en los observatorios urbanos sudamericanos. Sus intereses de investigación están enfocados en los ámbitos de (i) la participación ciudadana en la planificación, particularmente en el marco de la Sociedad de la Información, (ii) las formas de representación espaciales y visuales de los territorios habitados, (iii) la cooperación internacional y descentralizada entre ciudades, y (iv) régimen internacional de movilidad de personas.
Actualmente participa como asistente de investigación en el proyecto Anillos SOC1106 de CONICYT sobre calidad de vida urbana metropolitana del Núcleo de estudios Metropolitanos del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC y en el desarrollo de una plataforma interactiva para el soporte a la toma de decisiones en la agricultura de riego, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad frente a la variabilidad y el cambio climático, en el proyecto FONDEF d10i1051 del Centro de Cambio Global de la misma universidad.
Jaime Solorzano Pescador
VerJaime Solorzano Pescador
Jaime es Cientista Político de la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia). Actualmente es candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su línea de investigación en estudios urbanos se ha focalizado en los efectos sociales y espaciales de los instrumentos públicos y privados en seguridad ciudadana en áreas urbanas de América Latina.
Adicionalmente, ha escrito artículos sobre la urbanización y la descentralización político-territorial en Colombia, los movimientos sociales urbanos en Argentina y España y las políticas de seguridad ciudadana implementadas en Bogotá. Trabajó entre 2009 y 2012 trabajado como profesor y jefe del Departamento de Ciencias Sociales en el Colegio Hacienda Los Alcaparros (Colombia) y como consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el estudio y análisis de programas de emprendimiento para jóvenes en áreas urbanas y rurales de países en desarrollo. También se ha desempeñado como ayudante de profesor en los cursos “Estado, descentralización y desarrollo”, “Sociología de las grandes ciudades” y “Proyecto y gestión urbana”.
PARKOUR, la disciplina del movimiento corporal urbano
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“My Playground: a film about moving in the urban space”, es un excelente ejemplar para dar cuenta del “Parkour” y explorar el modo en que la disciplina está cambiando la percepción del espacio urbano. La película, basada en el “arte de desplazarse por la ciudad”, fue grabada principalmente en Copenhagen, usando locaciones de diversas características, principalmente de carácter urbano.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[por: Piera Medina Ziller, Arquitecta]
Palabras clave: Parkour / Desplazamiento / destreza / Ciudad
Kaspar Astrup Schöder / Duración: 50 min / Año: 2010 / Enlace trailer
El filme que presentamos en esta Reseña, “My Playground: a film about moving in the urban space”, es un excelente ejemplar para dar cuenta del “Parkour” y explorar el modo en que la disciplina está cambiando la percepción del espacio urbano.
La película, basada en el “arte de desplazarse por la ciudad”, fue grabada principalmente en Copenhagen, usando locaciones de diversas características, principalmente de carácter urbano. El relato incluye conversaciones en torno al urbanismo como escenario y contexto en el cual ocurren el flujo de desplazamientos, y el modo en que las obras de arquitectura, cobran sentido para dar cabida a uno de los parques urbanos más grandes (sino únicos) a nivel mundial, para el desarrollo del Parkour y el Freeruning.
Más de alguno, tendrá un recuerdo oculto de la infancia, donde quiso rememorar las extremas y ágiles acrobacias de Peter Parker, el conocido Hombre Araña. Trepar y saltar por los edificios de la ciudad quedaban entonces acotadas a poderes de superhéroes. Pero gracias a David Belle, fundador de esta disciplina, surge la oportunidad de que humanos comunes y corrientes, experimenten la aventura de hacer deporte con la ciudad, convirtiéndose en verdaderos gimnastas urbanos.
Parkour, palabra que proviene del francés “parcour” y que significa recorrido, es una disciplina donde el método es la generación continua de obstáculos urbanos, para un desplazamiento lo más fluido posible del cuerpo, a través de piruetas gimnásticas, saltos, etc.
Su fundador, David Belle da cuenta de los comienzos de este método, que atribuye a su padre Raymond Belle, un conocido ex militar francés que buscando formas para salvarse en la guerra de Vietnam, desarrolla un entrenamiento basado en la agilidad corporal, donde lo principal era la destreza del cuerpo para desplazarse sigilosamente. Una forma de sobrevivencia que luego, al regresar a Francia, le transmite a su hijo David, quien lo transforma en una forma de vida y de hacer deporte, que cambia el modo de ver la disciplina. (ver libro: PARKOUR de David Belle)
A principios del 2000 comienza a hacerse conocida y comienzan a regarse por todo el mundo videos que dan cuenta de las destrezas para desplazarse en cualquier entorno urbano, valiéndose únicamente del cuerpo y procurando ser siempre rápido, fluido y capaz de superar todos los obstáculos que se presenten en el recorrido.
Suena más fácil de lo que realmente es, y es que lo interesante de este deporte urbano es justamente la fluidez del cuerpo por todos los elementos que pueda ofrecer la ciudad; barandas, muros, cubiertas, escaleras, edificios etc, todo puede ser obstáculo y contenedor de las distintas acrobacias. Saltar, correr, trepar, rodar, escalar, sostenerse, elasticidad, agilidad, velocidad y por sobre todo confianza, son los modos libres en que estos “traceurs” (nombre de quienes realizan Parkour) van desplazándose por la ciudad. Y no solo el simple desplazamiento, lo interesante y particular del Parkour es el uso completo de los elementos que ofrece la ciudad. Aquí todo vale, incluso saltar de un edificio a otro, sin importar que tan alto éste pueda ser, o colgarse de un vano, de un muro, de una cubierta, etc. Todo esto es posible gracias al gran componente de esta disciplina: el dominio del cuerpo y mente, que logran que los “traceurs” sean capaces de tener una inteligencia espacial que les permita comprender las dimensiones del espacio en el cual se mueven. Interesante no?
El componente urbano es vital, porque además ofrece variaciones interminables en el campo de acción de estos “traceurs”. Para el fútbol su contexto es la cancha, para la gimnasia el tapete y los aparatos, sin embargo para el Parkour, el contexto es todo y cualquier elemento que conforme el entramado de la ciudad; “donde quieras puedes hacerlo, siempre y cuando exista ciudad”.
La estrecha relación entre la Ciudad, su Arquitectura y este deporte es ineludible. Tal como se muestra en este documental, lo interesante esta en ver como esta disciplina cambia la forma en que percibe la ciudad y como ésta cambia físicamente a través de los movimientos.
Por este motivo, la creación de un Parque, único en el Mundo, diseñado para el Parkour y el Freestyle, es una oportunidad muy interesante de vincular el diseño de la Arquitectura y la Ciudad como agentes del Cuerpo Urbano, con el Cuerpo Humano. Tal como se puede ver en el relato del Arquitecto Bjarke Ingels, encargado de diseñar el Parque, que supone un gran desafío; considerando que los “traceurs” van siempre en la búsqueda de espacios nuevos donde realizar sus destrezas y desplazamientos, esta vez, el arquitecto se antepone y diseña un espacio arquitectónico determinado para este deporte. ¿Podría ser que un diseño preconcebido para este deporte, permita sostener una disciplina que se basa en la experiencia de la ciudad? ¿Cómo un elemento inerte puede dar cabida entonces a un método que se fundamenta en el recorrido constante y fluido por diferentes elementos urbanos?
Justamente ahí está el desafío, e Ingels lo interpreta como tal, un enorme campo de experimentación de las formas urbanas para el desplazamiento del cuerpo, y señala lo siguiente: “La vida en la ciudad siempre evoluciona y nuestro trabajo como arquitectos es asegurarnos que las oportunidades de expresión sean ilimitadas, de modo que las ciudades logren la vida que queremos vivir”.
Les dejamos el tráiler de la Película “My Playground” que pueden ver y disfrutar en DVD u online. Además para quienes se interesen aún más por esta disciplina pueden revisar el libro de David Belle: Parkour.
“No dejas de jugar porque creciste,
creciste porque dejaste de jugar”
Cómo los holandeses consiguieron sus ciclovías
VerCómo los holandeses consiguieron sus ciclovías
Este documental de corta duración, da cuenta del proceso vital, que han vivido los holandeses para lograr el éxito en su gestión, por estimular una cultura urbana en torno a movilidades alternativas y la manera eficiente en que la ciudad se preparó para dar paso al uso masivo de las bicicletas como medio de transporte y símbolo de la calidad de vida de sus ciudades y habitantes, “creando una consciencia, que eventualmente cambió la forma de pensar sobre las políticas de transporte”.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[por: Piera Medina Ziller, Arquitecta]
Palabras clave: bicicletas / ciclovías / salud / deporte / cultura urbana
Los tiempos han cambiado y la movilidad cada vez cobra más relevancia para quienes habitan en las ciudades. No solo por el aumento en los valores de las bencinas, los tiempos de desplazamiento, ni la congestión, sino también porque el modo en el que lo hacemos define el estilo de vida e incluso prácticas saludables que queremos llevar.
Este documental de corta duración, da cuenta del proceso vital, que han vivido los holandeses para lograr el éxito en su gestión, por estimular una cultura urbana en torno a movilidades alternativas y la manera eficiente en que la ciudad se preparó para dar paso al uso masivo de las bicicletas como medio de transporte y símbolo de la calidad de vida de sus ciudades y habitantes, “creando una consciencia, que eventualmente cambió la forma de pensar sobre las políticas de transporte”. Esta experiencia impone un nuevo paradigma de Movilidad y una nueva forma de experimentar la cultura urbana a través del Deporte.
Cierto es que la llegada del automóvil fue el símbolo durante siglos, de una economía creciente, tanto a nivel nacional como individual. Tener un vehículo simbolizaba éxito y prosperidad económica. El automóvil se convirtió rápidamente en símbolo urbano y la ciudad se encargó entonces de darle el espacio que requería. Los peatones fueron relegados hacia veredas inhóspitas y los ciclistas quedaron situados en un limbo entre la velocidad lenta y pausada del peatón y por el otro lado, el automóvil, dueño absoluto de la calle, con una velocidad más acelerada. Sin embargo, durante muchos años, el automóvil ha ido encontrando opositores en su paso: peatones, economía, congestión, contaminación, calidad de vida, entre otros, pero sin duda la bicicleta se ha situado como garante de la lucha en su contra y su monopolio en las calles.
La cultura de la bicicleta en Chile, comienza a crecer aproximadamente hace tan solo 10 años, de manera lenta y asociado más a una cultura deportiva que de movilidad. Sin embargo, la ineficiencia de la locomoción colectiva y el aumento en los tiempos de viaje producto del aumento de la industria automotriz, comienza a gestar una necesidad de desplazamiento diferente.
Si bien el ejemplo de Holanda se inserta en un contexto de cultura cívica ejemplar, los procesos que debieron sortear los holandeses años atrás, son bastante similares a lo que experimentamos en las calles de Chile, hoy en día.
El documental da cuenta del proceso y como las políticas y planificación urbana, en conjunto con las demandas ciudadanas, logran una sinergia que detona una cultura colectiva en torno al uso de la bicicleta; una experiencia que supo hacerse de un lugar en el entramado urbano, logrando disminuir la relevancia y la velocidad del automóvil en la ciudad, brindándole a los habitantes de todas las edades, la posibilidad de estar en la ciudad con mayor libertad y seguridad.
El ejemplo de Holanda nos propone un reto, y es que para lograr aquello hace falta cultura, pero también de una infraestructura que lo sustente. Durante los últimos 40 años, en Holanda se han desarrollado enormes intervenciones urbanas en pos de consolidar la infraestructura para la bicicleta (17.000 kms de ciclovías), re-configurando las jerarquías y situando a la bicicleta como el principal motor de la movilidad del país.
Según la OMS, el ejercicio además de los componentes físicos, mejora la agilidad mental, concentración y enfermedades psicológicas, entre otros, por lo que se recomienda ejercitarse mínimo 20 min diarios. Si esto se traslada a un uso cotidiano de la bicicleta, esto ayudaría a disminuir el sedentarismo y a generar ciudadanos más felices y activos. A modo de dato, en terreno plano se puede recorrer 7 kms. en 30 minutos, 5 kms. en 20 minutos y 3 kms. en 12. El slogan haga ejercicio y ahorre dinero, no está tan lejos de la realidad.
Andar en bicicleta requiere de un esfuerzo físico, donde el motor no es más que el propio cuerpo. Por esta razón, la relación entre este sistema de transporte y la calidad de vida de sus usuarios se vuelve indivisible, y pone de manifiesto la idea de que moverse por la ciudad permitiría aumentar y mejorar el estado físico de las personas. Se disminuyen no solo los costos del transporte, sino también los costos en dinero y tiempo de ir a un gimnasio, por ejemplo, dándole mayor valor al tiempo de desplazamiento que permitiría realizar otras actividades.
Y es que la construcción de mejor Infraestructura de ciclovías no solo permite un medio de transporte alternativo, sino también realizar este deporte por todos los espacios que la ciudad así lo permita, pudiendo disfrutar de todos los elementos que construyen el contexto del ciclista urbano.
Sus impactos pueden ser de alto potencial, pudiendo beneficiar la calidad de vida de sus usuarios (salud, ahorro, ejercicio, bienestar) y de manera indirecta a la ciudad (disminución de ruidos y contaminantes, ritmo y ruido urbano, etc). Los medios de transporte no motorizados son elementos importantes para la movilidad de las ciudades de hoy, porque además ofrecen a la ciudad una posibilidad de re-pensarla en relación al paisaje urbano, que la velocidad del pie y la bicicleta pueden ofrecerle a sus habitantes.
La bicicleta es la expresión de la integración social, equidad, tolerancia y democracia, que se refleja principalmente en la relación que ha suscitado este medio con los espacios públicos y el deporte.
Los desafíos que tuvieron que sortear los holandeses son bastante similares a los que vivimos hoy en Chile, lo cual pone de manifiesto que una buena planificación del territorio, pensada desde la integración y la incorporación de todos los componentes de movilidad, permite construir una ciudad más libre e inclusiva. Donde el espacio urbano se convierte en el lugar de encuentro, que paradójicamente es el fundamento de la ciudad.
Daniela Bahamondes
Daniela Bahamondes
Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá
Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC
Durante su período de estudiante de pregrado fue parte de la Coordinación Regional Explora de CONICYT, en la región de Arica y Parinacota, conformando parte del Comité Asesor y a cargo de los diferentes talleres ambientales, a través de la educación no formal en establecimientos educacionales y organizaciones sin fines de lucro, interesados en el desarrollo sustentable.
Entre los años 2010 y 2013 se ha dedicado a realizar proyectos en temáticas medio ambientales, como también apoyo técnico en diferentes iniciativas del Instituto Nacional de la Juventud, Universidad de Tarapacá y el Fondo de Protección Ambiental, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, en la región de Arica y Parinacota. Además, fue Asesora Medio Ambiental, y encargada de la ejecución de proyectos ambientales en la Escuela Centenario de la ciudad de Arica.
En el primer semestre del año 2013, estuvo como profesional en el Programa Servicio País, de la Fundación Superación de la Pobreza, en el ámbito de trabajo, específicamente en la comuna de Camarones, donde mantuvo un constante desarrollo de trabajo con las comunidades de zonas rurales, focalizando iniciativas de producción agrícola y de energías renovables no convencionales.
En la actualidad es representante legal de la Agrupación Social, Cultural y del Medio Ambiente Palbas, en el cual, se encuentra a cargo de los talleres para los establecimientos educacionales con certificación básica, media y excelencia del Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE), del Ministerio del Medio Ambiente, en la ciudad de Arica.
Entrevista a Valentina Rozas Krause, Arquitecto proyectista Parque de la Ciudadanía, Estadio Nacional.
VerEntrevista a Valentina Rozas Krause, Arquitecto proyectista Parque de la Ciudadanía, Estadio Nacional.
Valentina pertenece al equipo de arquitectos desarrolladores del proyecto Parque de la Ciudadanía, Estadio Nacional. Paralelamente se desempeña como docente en la Universidad Diego Portales e investigadora sobre temas de intervención, propuestas y estudios urbanos, en Memópolis (www.memopolis.cl).
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[Por Pablo Weiner. Arquitecto y Estudiante Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Valentina cursó sus estudios de Arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad Técnica de Berlín, posteriormente realiza el Magíster en Desarrollo Urbano en el IEUT, de la misma universidad.
Actualmente pertenece al equipo de arquitectos desarrolladores del proyecto Parque de la Ciudadanía, Estadio Nacional. Paralelamente se desempeña como académica en la Universidad Diego Portales e investigadora sobre temas de intervención, propuestas y estudios urbanos, en Memópolis.cl y en el Laboratorio de Ciudad y Territorio UDP.
¿En qué consiste el plan de renovación del Parque del Estadio Nacional?
El Parque de la Ciudadanía es un proyecto de reordenamiento territorial de un terreno de 64 hectáreas que al momento de llamarse a concurso se encontraba fragmentado en su interior, subutilizado programáticamente y hermético frente a su entorno. Sin embargo esta visión contrasta fuertemente con la ambición del proyecto original para el predio, de 1937, que lo imaginaba como una gran infraestructura olímpica. El funcionalismo del diseño original, fue cediendo a través del tiempo para conceder su espacio a un mix de usos, que si bien proyectado, no ha sido consolidado aún. Asimismo se ha podido comprobar que los diagnósticos actuales de obsolescencia y degradación del recinto son más contemporáneos que pretéritos, ya que la evidencia acumulada permite sostener que los atributos urbanos asociados al Estadio Nacional -calidad del edificio, bondades de su equipamiento, área de esparcimiento- fueron captados positivamente por los agentes inmobiliarios que decidieron representarlo como un activo de Ñuñoa. En consecuencia, el proyecto para el Parque de la Ciudadanía sostiene la hipótesis de que la obsolescencia del campo deportivo es un desafío abordable por un urbanismo comprehensivo y anticipatorio, que incorpore nuevas dimensiones de uso público y cotidiano al predio. De esta forma, se propone transformar el espacio existente entre la infraestructura deportiva en un parque público. El parque se infiltra en el predio valorizando el suelo disponible, reorganizando las circulaciones, accesos y programas deportivos e incorporando áreas de bosques, jardines, prados, laguna, plazas duras y juegos de agua.
¿Cómo ha sido históricamente la relación del Estadio Nacional con su entorno?
Desde su inauguración en 1938, el Estadio Nacional ha sido mucho más que un estadio deportivo. Por una parte se trató de un proyecto estatal, inscrito en el campo de las reformas modernistas de los ‘30, que dedicó más de 60 hectáreas a usos deportivos, al mismo tiempo, se diseñó para servir de tribuna política, sede cultural y laboratorio cívico. Los discursos de sus creadores demuestran que no se trata solamente de un edificio, sino de un predio completo dedicado a educar al ‘hombre nuevo’ en términos de salud física, moral y civil. Es así como a lo largo de sus 73 años de existencia, el Nacional funcionó como refugio ciudadano, campo de prisión, tribuna deportiva, sala de conciertos, plaza cultural y centro de la política chilena.
Las 64 hectáreas del Estadio Nacional, ubicadas en el pericentro de la ciudad de Santiago, presentan una reserva única de suelo urbano, más aun teniendo en cuenta, que se trata de un predio estatal con destino de uso público. Inserto en la comuna de Ñuñoa, rodeado por distintos tipos de asentamientos: clases medias hacia el norte y hacia el oriente, clases medias y bajas hacia el poniente y el oriente, altamente conectado con el resto de la ciudad a través del transporte público terrestre como subterráneo, y vecino de establecimientos educacionales escolares y universitarios, el Estadio Nacional se presenta como el lugar ideal para consolidar un nuevo polo de desarrollo urbano. Asimismo fue durante los años ‘40, al concitar mediante su construcción, el desarrollo del barrio en el que se insertó, trazando el eje de Avenida Campo de Deportes, propiciando el desarrollo inmobiliario hacia el norte del predio, atrayendo la instalación del Instituto Bacteriológico, entre numerosos establecimientos educacionales y conjuntos de vivienda moderna.
¿Cuál fue la principal motivación por parte del sector público para fomentar un proyecto de transformación para el Estadio Nacional?
La iniciativa del Instituto Nacional de Deportes de llamar a concurso para el Parque de la Ciudadanía (2011), junto con las bases del propio concurso, permiten identificar que hay diversas motivaciones: el compartido diagnóstico de obsolescencia del predio, además de las demandas de la comuna de Ñuñoa por resolver los problemas de conectividad, estacionamiento, ruido y seguridad asociados a los usos masivos del recinto. En paralelo, proyectos como Estadio Seguro y la nueva estación de metro de la Línea 6, justificaban rediseñar los espacios de circulación interior del predio, así como de sus bordes. Por último, el Parque de la Ciudadanía aborda la escasez de áreas verdes de Santiago, sin necesidad de adquirir suelo, sino en un predio público, de este modo aumenta la rentabilidad social de la inversión existente por parte del Instituto Nacional de Deportes.
¿Cuál es la relación actual del Estadio con la ciudad y sus habitantes? ¿Cómo el nuevo diseño busca relacionarse con su entorno?
El Estadio Nacional es la infraestructura de mayores dimensiones de la comuna de Ñuñoa, aunque actualmente es considerada un mal vecino. El proyecto para el Parque de la Ciudadanía se propone revertir esta tendencia convirtiéndolo en un valorizador de los predios circundantes, así como de toda la comuna, otorgando servicios, vistas y áreas verdes para los habitantes de Ñuñoa.
Como se ha señalado, el Parque de la Ciudadanía concentra una enorme oportunidad de desarrollo urbano, que una vez consolidado, podrá valorizar toda el área de la ciudad en la que se inserta. Esta plusvalía en el área de influencia del Estadio Nacional, permitirá cambiar el uso del suelo del sector, valorizando las propiedades de los vecinos existentes y permitiendo que a través de un proceso sensible y acotado de densificación, más personas tengan la oportunidad de vivir cerca de uno de los parques más grandes de Santiago.
No obstante, no se trata sólo de una oportunidad de desarrollo urbano, sino también de desarrollo social. El abrir al uso público recreativo un parque de 63,5 hectáreas es la ambición mayor que supone el Parque de la Ciudadanía, ya que rentabilizará una inversión pública, que se ha mantenido por más de 70 años, para un grupo de ciudadanos exponencialmente mayor al actual.
La estrategia que utiliza el Parque de la Ciudadanía para aumentar la cantidad de usuarios del Estadio Nacional se basa en mantener y potenciar los usos deportivos a partir de las instalaciones deportivas existentes en un Campus Deportivo, sin embargo resulta necesario aumentar el peso de los programas recreativos que son capaces de atraer un tipo de público nuevo. Es así como la conversión del predio en un parque público contribuirá a aumentar la atracción de nuevos usuarios, la demanda de servicios y de programas complementarios.
De este modo, el proyecto plantea tres tipos de equipamientos nuevos a cada una de las escalas que abarca el Estadio Nacional:
- Barrial: Servicios públicos y comerciales de escala barrial asociados al uso del parque, entre los cuales se encuentran camarines, restaurantes, kioskos, cafés y pequeñas tiendas
- Comunal: Servicios comerciales asociados al ámbito deportivo, orientados a la práctica, así como compra y venta de artículos especializados, entre los cuales se encuentran gimnasios y tiendas de artículos y maquinaria deportiva.
- Metropolitano: Servicios comerciales masivos, destinados a incorporar nuevos usuarios al Estadio Nacional, estos programas son restaurantes, plazas para eventos masivos y la laguna.
En conjunto, el nuevo parque recreativo y el Campus Deportivo que consolida la propuesta, formarán un parque ciudadano capaz de atraer a deportistas de elite, deportistas esporádicos, ciudadanos comunes, familias y turistas. De este modo, a los usos masivos pero esporádicos que predominan hoy, como los partidos de fútbol y los conciertos, se sumará un uso constante durante todos los días de la semana, en un espectro horario ampliado.
¿Es replicable este plan en otros recintos deportivos de la ciudad?
Este plan no sólo es replicable en otros recintos deportivos de la ciudad, sino que tiene una potencial aplicación en otros casos de infraestructura pública subutilizada. Por ejemplo: los hospitales públicos en muchos casos a lo largo del país, poseen terrenos mayores que su superficie construida. Con un proyecto de gestión eficiente del suelo, que incorpore estacionamientos subterráneos y generación de espacio público en sus bordes, estos hospitales podrían ofrecer más que servicios de salud y convertirse en oportunidades de espacio público y áreas verdes. Lo mismo podría suceder con centros culturales, bibliotecas, comisarías, autopistas y ejes de transporte público. Cada proyecto de infraestructura pública llevado a cabo y gestionado por el Estado debiese explotar las oportunidades de construir espacios públicos de calidad y tener como premisa contribuir a la calidad de vida urbana.
Entrevista a Rodrigo Abarzúa, Director Ejecutivo de Fútbol Más
VerEntrevista a Rodrigo Abarzúa, Director Ejecutivo de Fútbol Más
Fútbol Más es una organización dedicada a la intervención de espacios públicos al interior de barrios vulnerables por medio de la actividad deportiva, aprovechando el fútbol para crear espacios seguros, fomentar lazos en la comunidad y finalmente ayudar a generar una identidad de Barrio. Debido a su éxito, actualmente el modelo está siendo aplicado en Ecuador y Haití.
Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto y Estudiante Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Rodrigo Abarzúa, Ingeniero Civil PUC, Director Ejecutivo de Fútbol Más desde enero del 2008, define el plan de Fútbol Más como un proyecto socialmente eficiente donde el fútbol funciona como el imán que atrae a los niños y niñas hacia la institución, para poder así, inculcar los valores que este deporte entrega. Fútbol Más se hace presente en distintos sectores vulnerables de la ciudad, utilizando el espacio de la cancha de baby fútbol del barrio y promoviendo el uso seguro del espacio público.
¿Cómo surge Fútbol Más y qué relación tiene con las comunidades en las que se inserta?
Fútbol Más nace como un modelo de intervención promocional que busca aprovechar la fuerza natural que tiene el fútbol en las niñas, niños y sus comunidades, utilizándola para formar personas íntegras, y generando a la vez, un espacio protegido para toda la comunidad, que fortalece el capital social comunitario. Nuestra misión es promover la resiliencia en niñas, niños y adolescentes, con el fin de potenciar sus recursos personales en beneficio de su felicidad y la de su entorno. Lo que nos inspira como organización es que las Personas sean más felices, promoviendo espacios de felicidad, conectándonos siempre desde lo positivo. El objetivo es irradiar felicidad, no “enseñar felicidad”.
¿De qué forma la actividad deportiva afecta la condición espacial y social de los espacios públicos al interior de barrios vulnerables?
La cantidad de factores de riesgo que existe en un barrio en situación de vulnerabilidad son bastante grandes. Eso hace muy difícil generar un cambio completo en todos sus espacios, sin embargo, lo que hace Fútbol Más es lograr que en la multicancha exista un espacio protegido, formativo y lleno de colores. Los vecinos saben que ahí pueden llevar a sus niños y que todos respetan ese lugar. Por el contrario, cuando existe el espacio deportivo y no el programa (actividades asociadas a ese espacio deportivo), las conductas no deseadas también forman parte de ese lugar, perdiendo el sentido para el que fue construido.
¿Cómo puede este tipo de iniciativas mejorar la capacidad organizacional de los habitantes de zonas vulnerables?
En la historia de los barrios de Chile y Latinoamérica siempre ha existido de forma natural cierta asociatividad en torno al fútbol. Existen muchísimos clubes deportivos de barrio que se han organizado para practicar este deporte. Esto no pasa con muchas cosas, ya que el fútbol mueve naturalmente a las personas. Nuestra intervención es muy simple pero muy estratégica a la vez porque aprovecha esta inercia natural y la potencia haciendo participar a la comunidad en la gestión de la liga Fútbol Más. Sin el apoyo de los apoderados y de los egresados del programa, la liga no funciona. Una vez que el programa comienza, existe un barrio completo que se organiza en función de los niños, creándose un sentido de pertenencia y comunidad que todos valoramos profundamente cuando lo empezamos a vivir. Lo importante de esto es que la Liga va a estar presente todos los años, ya que lo que va cambiando es la manera que el programa se transfiere a la comunidad, según quiénes van a ser los profesores de los barrios. Al principio Fútbol Más pone un profesor de educación física y un psicólogo cinco días a la semana, durante nueve meses del año. Luego del tercer año, son los propios egresados y apoderados quienes, como líderes en sus comunidades, hacen las clases a los niños, guiados por el equipo Fútbol Más y motivados por participar en la Liga.
¿Cómo evalúan ustedes los resultados obtenidos y cuáles son las diferencias que han percibido en los barrios después de haber realizado su programa?
Existen diferentes instrumentos:
- Encuesta de percepción de beneficiarios (papás y niños)
- Escala de resiliencia especialmente diseñada para el programa, que mide cómo los niños han desarrollado sus fortalezas internas y habilidades sociales, junto con su salud mental.
- Encuesta de Barrios y Familia que busca percibir cómo ha mejorado el entorno que protege a los niños
- Índice de masa corporal e índice cintura estatura que busca medir cómo el deporte y la vida sana previenen situaciones como la obesidad infantil que afectan la salud de los niños.
Hay resultados bien interesantes en diferentes mediciones, muy buena percepción de los beneficiarios, mejoras importantes en la salud mental de los niños, una valoración mucho mayor del barrio, entre otros.
¿Cómo ha sido la respuesta de los habitantes frente a este tipo de actividades?
Excelente. Existe una valoración muy profunda por el programa. Las familias entienden que esto es mucho más que fútbol, ven los cambios en los niños y niñas, valoran muchísimo conocer más a sus vecinos, por ejemplo. En los niños el cambio es evidente, sonríen más y se cuidan entre ellos y a su comunidad.
Pablo Wainer
VerPablo Wainer
[Arquitecto Universidad Diego Portales | Tesista Magister en Desarrollo Urbano PUC]
Su línea de investigación durante el curso del magíster se ha enfocado principalmente hacia estudios de políticas habitacionales, movilidad, gobernanza local y gobierno metropolitano. Todo esto relacionado a las grandes disparidades territoriales que se encuentran dentro de la ciudad.
Junto al curso de Magíster, ha desarrollado su experiencia profesional desde instituciones privadas dedicadas al diseño y consultoría urbana, proyectos independientes, y recientemente, realiza una ayudantía de Arquitectura en la Universidad Diego Portales.
En el sector público, ha participado en una práctica profesional en la Ilustre Municipalidad de Santiago, trabajando en la remodelación del Liceo de Aplicación durante el año 2009. Durante el año 2010 participó como voluntario trabajando en un catastro de estado de viviendas post-terremoto para esta misma Municipalidad.
Actualmente, miembro del equipo editor de nuestra revista, a cargo de la sección Actores y Entrevistas en Planeo.
contacto: plwainer@uc.cl
¿Inseguridad? El cierre de pasajes en el Parque Violeta Cousiño
Ver¿Inseguridad? El cierre de pasajes en el Parque Violeta Cousiño
Revista Planeo Nº14, Ciudad y Turismo, Febrero 2014
[Por Oscar Figueroa Soto. Colaborador Cedeus. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
El estudio expuesto en este artículo pretende dilucidar las razones que hay detrás de los cierres de pasajes, a través del análisis de los discursos en los que éstas se condensan. Dentro de este discurso, interesa principalmente identificar los elementos que hacen referencia a la inseguridad, a la diferenciación social, así como a las maneras en que estos fenómenos se relacionan. La exploración de los discursos en donde se esgrimen estas razones, exigen cuestionarnos si los cierres de pasajes responden única o mayoritariamente a una estrategia para combatir la inseguridad. Las particularidades de las narrativas sobre las que se respalda el cierre de estos pasajes pueden entenderse como un punto de partida para la comprensión de este fenómeno de manera más general. Los pasajes cerrados son, en sí mismo, atractivos para el estudio de la inseguridad, pues, a la vez que constituyen una práctica preventiva, son también los dispositivos que materializan las diferencias sociales en el espacio urbano. Así también muchas de estas prácticas, que se dicen preventivas, dividen territorialmente a la población, dejando de remitir exclusivamente al fenómeno de la inseguridad. Como dice Dammert, “el discurso securitario muchas veces parte por la diferenciación social, la identificación del enemigo que debe ser corregido, encarcelado o sanado y la propuesta de políticas públicas individualistas” (Dammert, 2011). Para ver cómo se relacionan discursivamente estos elementos, se realizó un estudio de caso en el condominio Parque Violeta Cousiño en la comuna de Peñalolén.
Palabras clave: Santiago / Seguridad / Cierre de Pasajes
Abstract
The study presented in this article aims to elucidate the reasons behind the closure of passages , through the analysis of discourse in which they are condensed. Within this discourse, it is interesting to identify the elements that mainly refer to insecurity, social differentiation, as well as the ways in which these phenomena are related. The exploration of discourses where these reasons are put forward, require questioning whether closures passages respond only or mainly a strategy to combat insecurity. The particularities of the narrative about the closure of these passages can be understood as supporting a starting point for understanding this phenomenon more generally. The passages are closed, in itself, attractive to the study of insecurity because, while constituting preventive practices are also devices that embody social differences in urban space. So too many of these practices, which are said preventive territorially divide the population, leaving only refer to the phenomenon of insecurity. As Dammert says, «security discussion often begins by social differentiation, identification of the enemy that must be corrected, healed and imprisoned or public policy proposal individualists» (Dammert, 2011). To see how these elements relate discursively, a case study was performed at the condo in Park Violet Cousino Peñalolén.
Keywords: Santiago / Security / Closed passages
Turismo, cultura y sustentabilidad en espacios urbanos
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El principal efecto espacial del turismo urbano es la producción de espacios petrificados, en los que no figura gente involucrada con labores manuales, que excluye la evidencia visible de la pobreza y que provee a la gente oportunidades de entretención y diversión sancionada. Este aspecto del turismo lo transforma en un blanco fácil de crítica.
[Por María Soledad Oviedo. Magister (c) en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente PUC]
En la actualidad, el mundo vive una época de globalización en la que el crecimiento económico genera una ávida competencia entre ciudades que han encontrado en el turismo una alternativa para atraer recursos e inversiones cada vez más sustanciales. En los últimos cincuenta años, el turismo se ha convertido en una industria capitalista de gran escala, central para la economía mundial y para las economías nacionales y urbanas. El mercado turístico internacional lleva creciendo más de medio siglo. A partir de 1950 hasta la década de los ochenta, el número de viajes internacionales en el ámbito mundial se duplicó aproximadamente cada diez años[1]. Este fenómeno ha llevado a que las ciudades se especialicen en la oferta de servicios, extensión de infraestructuras, producción de grandes espacios urbano-arquitectónicos, y en la conservación del patrimonio tangible e intangible en ellas existente para fomentar su dinamización. Sin embargo, la actividad turística no siempre se traduce en un modelo de desarrollo sustentable, sobre todo para los sectores de población más desfavorecidos, ya que generalmente esta dinámica los mantiene al margen del crecimiento (Cortés, 2013). El turismo de masas también ha provocado que en muchas ciudades se desvirtúen las características locales de las comunidades anfitrionas, comprometiendo el resguardo del patrimonio sociocultural que en un principio se busca conservar.
Para Judd y Fainstein (1999), a pesar de que cada vez las ciudades se parecen más, indudablemente se conservan ciertas diferencias, por ejemplo, en los locales turísticos atendidos por gente real que vive su cotidianeidad, y que conservan las características del lugar. Por lo tanto, la subjetividad no se puede reducir a los objetos de la mirada turística o a productos de la industria turística. Según los autores, cualquier intento de capturar la esencia del turismo urbano como consecuencia de la mezcla entre lo global y lo local, es dificultoso.
Por otra parte, Hess (2009) plantea que una forma de definir ‘lo local’ en una era de globalización, es verlo como un fenómeno que desaparece mientras el mundo se vuelve más transnacional, cosmopolita, desterritorializado y culturalmente homogéneo. Sin embargo, más que la mera absorción de lo local en lo global, para el autor, actualmente somos testigos de una relación renovada entre lo local y lo global. El término ‘glocal’, que ha sido usado para referirse a la producción de bienes estandarizados en cadenas de commodities globales que simultáneamente reproduce y altera las culturas locales a través de la diferenciación de productos, representa un intento de capturar las complejidades de las nuevas relaciones locales-globales. Frente a lo expuesto, se puede decir que una de las consecuencias de la globalización es la modelación de ciertos elementos asociados, como la cultura-sociedad-economía-capitalismo global, representación de la identidad, o la reafirmación del poder de lo local en un mundo que cada vez tiene menos fronteras, lo que obliga a ‘pensar globalmente’ para no perder todo lo nuevo e innovador que trae el mundo contemporáneo.
¿Es posible pensar en un turismo urbano sustentable en la era de la globalización?
Para la Organización Mundial del Turismo, es sustentable «el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas[2]”
Según Laka (2011), para construir un turismo sustentable, es decir, aquel turismo que responda a las necesidades tanto de las ciudades anfitrionas como de los visitantes, se debe articular una estrategia de turismo atractiva, singular, única, autogestionada, y protagonizada por la propia ciudadanía o sus agentes. Esta herramienta tendría el objetivo de distribuir de forma equitativa los beneficios de la actividad turística en el conjunto de la comunidad donde se efectúa, respetando a su vez los recursos naturales y culturales del entorno. “Esta estrategia tendría como resultado la generación de una experiencia única, diferente, endógena y sostenible de ciudad, que parta de los propios ciudadanos/as y que los ponga en primera línea como socios protagonistas de la promoción y el desarrollo equilibrado de la ciudad” (Laka, 2011).
Desde otra perspectiva, Watson y Kopachevsky (1994) plantean que los productores de la industria turística dominan de tal manera la relación entre servidores y consumidores en la era de la globalización, que causan una perversión de la cultura local, la alienación del turista, y una relación tensa entre anfitriones y visitantes. Concluyen que a menudo la no reconocida consecuencia de esta situación en una forma de dominación internalizada que preserva el capitalismo y su principal objetivo: “la comodificación[3] para la maximización del beneficio privado”.
Independientemente de cómo se evalúen las consecuencias sociales del turismo, podemos asumir que el principal efecto espacial del turismo urbano es la producción de espacios petrificados, en los que no figura gente involucrada con labores manuales, que excluye la evidencia visible de la pobreza y que provee a la gente oportunidades de entretención y diversión sancionada. Este aspecto del turismo lo transforma en un blanco fácil de crítica. Al evaluar el turismo y sus impactos, sin embargo, es particularmente importante el evitar un retroceso hacia la crítica basada en el prejuicio más que en el conocimiento (Judd y Fainstein, 1999). El impacto del turismo global a escala local, dependerá también de la naturaleza y escala de la actividad, de las distinciones culturales entre comunidades locales y turistas, de la capacidad de resiliencia de la comunidad, así como de la conducta de los turistas durante su visita (Sharpley, 2009).
Bibliografía:
Cortés, M. (2013). Desarrollo urbano y turismo sustentable. Potencial para revertir los grandes problemas de las ciudades medias y pequeñas. Revista Topofilia, Vol. IV, no. 1, enero. Centro de Estudios de América del Norte. El Colegio de Sonora.
Hess. D. (2009). Localist movements in a global economy: sustainability, justice, and urban development in the United States. Massachusetts Institute of Technology.
Judd, D. & Fainstein, S. (1999). The Tourist City. Yale University Press. 340 p.
Laka, E. (2011). Hacia una estrategia de Turismo Urbano Sostenible. (recuperado de http://turismo-sostenible.net/2011/11/21/algunos-apuntes-sobre-el-turismo-urbano-sostenible/ 21.12.2013).
Organización Mundial del Turismo (2008) Introducción al Turismo.
Sharpley, R. (2009). Tourism development and the environment: beyond sustainability? Earthscan, UK.
Watson, G. & Kopachevsky, J. (1994). Interpretations of tourism as commodity. Annals of Tourism Research 21 (3): 643-660.
[1] OMT, 2008.
[2] http://sdt.unwto.org/es/content/definicion
[3] La comodificación se refiere a la transformación de un bien o servicio en una relación de intercambio. La persona que produce el bien o servicio pierde el control de su trabajo, el comprador paga por éste de acuerdo al valor de mercado sin importar su valor de uso. El resultado de este proceso es la alienación (Fainstein y Judd, 1999).
¿Por que investigar el turismo?
Ver¿Por que investigar el turismo?
En la columna se pone en discusión el tratamiento analítico y reciente del tema del turismo desde la academia, presumiéndose este además como superficial y a priori de connotación negativa.
[Por Adriana Marín. Socióloga e investigadora]
El turismo ha tenido un significativo desarrollo en las economías desde la mitad del Siglo XX. Sin embargo el tratamiento analítico desde la academia es mucho más reciente, así mismo como objeto de investigación se presume como superficial y a priori de connotación negativa[i]. Aquí se pone en discusión lo interesante de este fenómeno.
Esta industria ha tenido un vertiginoso crecimiento en el mundo[ii], en el caso de Chile según Servicio Nacional de Turismo[iii] el país es un pequeño actor en comparación con el contexto mundial[iv], aún así, esta industria se ha transformado en el cuarto sector exportador del país, después de las industrias de minería, frutícola y de celulosa y papel, posicionándose por sobre las industrias vitivinícola, forestal y salmonera.
El turismo como actividad productiva tiene una relevancia tanto en los sistemas económicos nacionales como internacionales, interesante para plantear la discusión respecto a la viabilidad de su desarrollo e implicancias, sin duda es un fenómeno transversal en la mayoría de las regiones del continente y del mundo.
Es importante poner atención a esta industria por una serie de razones, en primer lugar, el turismo se desarrolla dentro de un determinado espacio geográfico, ya sea una pequeña o gran ciudad o áreas rurales. Cualquiera sea el caso, el turismo necesita de una serie de servicios para poder acoger a los visitantes, como mínimo alojamiento, alimentación y transporte sin contar con actividades complementarias como tours, paseos y deportes en general. Para el desarrollo y la puesta en marcha de la actividad turística, se puede observar lo que el cientista político David Perry[v]afirma como la «privatización del discurso de la infraestructura pública», crecientemente el sector privado participa en la inversión, la propiedad o en el manejo de la construcción y creación de espacios de servicios en estos territorios.
La finalidad de esta relación se basa en la esperanza que las empresas creen puestos de trabajo y la base fiscal necesaria que permita ser usada por los gobiernos locales para la mejora de los servicios básicos, así como la mantención y expansión de la infraestructura de los territorios[vi]. La suspicacia frente al hecho está en poner atención en el surgimiento de una estrategia de desarrollo local donde se adoptan agresivas formas de atraer, concentrar y retener la inversión empresarial.
En segundo lugar, el turismo no es una actividad que posea un lugar residual en la actual sociedad, en varias ocasiones esta actividad no está separada de la «vida cotidiana» o de los residentes originales de un territorio. Es por eso que se podría argumentar que el turismo no es un estado inusual, sino todo lo contrario, para un número importante de personas y lugares el turismo se ha convertido en una forma dominante de organización de la «vida cotidiana»[vii]; con un claro carácter transnacional, donde las ciudades compiten por capitales y por visitantes, se trata de un fenómeno que va de la mano con la globalización financiera.
La nueva agenda de los estudios en turismo necesita reflejar esta significativa importancia en términos económicos, sociales y también respecto a aspectos de carácter subjetivos como los procesos identitarios, la relación social e interacción con la naturaleza, la importancia cultural de los «soñadores» y la «mente del viajero» como herramienta de análisis para las actuales prácticas sociales[viii].
En tercer lugar y relacionado con el punto anterior, el turismo puede ser visto como una metáfora respecto a la forma en que subsiste la actual sociedad de consumo, “el turista” es una postura generalizada en el mundo que nos rodea.
En las sociedades occidentales contemporáneas el consumo como práctica social ocupa un rol fundamental en los procesos de producción y reproducción social[ix], paradójicamente, este ha tenido un lugar periférico en la discusión política contemporánea. El consumo como práctica tiene un doble sentido, por un lado una realidad objetiva y material, y por otra parte, una producción simbólica, que depende de los sentidos y valores que los grupos sociales dan a los objetos y actividades.
En el caso del turismo, en lo concreto es un tipo de práctica social vinculada objetivamente con un territorio, del que se hace uso y a su vez hay estilos de vida que dan sentido y valor para ciertos grupos sociales. El consumo se ha convertido en una fuente de bienestar público y privado, pero a su vez, produce riesgos individuales y colectivos en la materialización y ampliación de desigualdades sociales, catástrofes ambientales, impactos ecológicos, fraudes, malas prácticas de mercado, que dan cuenta de la necesidad del control, vigilancia social y política de los procesos de consumo, más allá de compra y venta de servicios.
El turismo como una práctica social va más allá de viajar y es más que una simple parte de la industria del entretenimiento. Se circunscribe dentro de los circuitos globales, que requieren de servicios especializados. En un contexto transformaciones económicas y sociales devenidas de la aplicación de políticas neoliberales, reflejado en la reducción de empleos estables y protegidos, la expansión del sector terciario en el que se ofrece empleo a aquellos con mayor nivel educativo, aumento de la contratación no regulada de mano de obra, transferencia de asalariados a los servicios privados, además de la convivencia de la economía informal, como el comercio ambulante, la economía del delito, como el tráfico de drogas, la venta de mercancías de procedencia ilícita, opciones ocupacionales para un amplio sector de trabajadores de baja calificación[x].
Es en estos espacios sociales de complejas características donde se desarrolla y convive la actividad turística y a los cuales se invita a poner en análisis y discusión.
[i] Franklin, A. (2003). Tourism. An Introduction. London, Ingland: Sage.
[ii] Ver: World Tourism Organization (2011). Compendium of Tourist Statistic. Madrid: Wold Tourism Organization.
[iii] Servicio Nacional de Turismo (2012). Estrategia Nacional de Turismo. Ministerio de Economía, Fomento y Turismo.
[iv] World Tourism Organization (2011). Compendium of Tourist Statistic. Madrid: Wold Tourism Organization.
[v] En Spirou, C. (2011). Urban tourism and urban change cities in a global economy. Nueva York, NY, EE.UU: Routledge.
[vi] Íbid.
[vii] Franklin, A. (2003). Tourism. An Introduction. London, Ingland: Sage.
[viii] Íbid.
[ix] Alonso, L. (2005). La era del consumo. Madrid, España: Siglo XXI.
[x] Ziccardi, A. (2008). Pobreza y exclusión social en las ciudades del Siglo XXI. CLACSO, Bogotá, Colombia.
Valentina Pozo Correa
VerValentina Pozo Correa
Socióloga, Universidad Alberto Hurtado
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Socióloga Área Social, Fundación Mi Parque.
Ha participado en varios proyectos de investigación académica y consultorías ligados a temas de participación ciudadana, políticas públicas urbanas, planificación estratégica y cultura urbana. Actualmente es Magíster de Desarrollo Urbano por el IEUT en el que investigó sobre el comportamiento socio-económico de la oferta inmobiliaria en altura en la comuna de San Miguel y sus efectos socio-espaciales. Trabaja en la Fundación Mi Parque en el área social desarrollando modelos de participación ciudadana en la construcción de áreas verdes, así como coordinando un estudio de evaluación de impacto.
Contacto: valpozo@gmail.com
Nicole Pumarino Orbeta
Nicole Pumarino Orbeta
Arquitecta PUC
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Arquitecta en POLIS Ltda.
Ha trabajado en el desarrollo de proyectos urbanos y como ayudante en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Interesada en investigación territorial, en gestión e implementación de proyectos urbanos con vocación pública, en trabajo con instrumentos de planificación y en diseño de políticas urbanas o de desarrollo local. Actualmente se encuentra trabajando en la consultor Polis, en la elaboración de Planes Reguladores Comunales en la zona norte del país.
Contacto: nicolepumarino@gmail.com
Twitter: @npumarino
María Renee Noguera Solis
María Renee Noguera Solis
Arquitecta
Magister en Desarrollo Urbano PUC
Asesora Urbana, SECPLA. Municipalidad de Recoleta.
Se ha desenvuelto en el ámbito público, privado y académico. En el sector público ha trabajado con instituciones, municipalidades, organizaciones sociales, junta de vecinos y comités de organizaciones comunales. Experiencia en investigación, gestión, coordinación de procesos de desarrollo urbano y social, diseño e implementación de proyectos.
• Enero 2013 a marzo 2014: Integrante de la sección Practicas del comité editorial de la revista Planeo del Instituto de Estudios Urbanos PUC, Santiago, Chile.
• Noviembre 2012 – Enero 2013: Arquitecta en Observatorio Social Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado, durante el proceso de trabajo de campo del proyecto “Catastro Condominios Sociales”, por encargo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Santiago, Chile.
• Febrero 2009 – Octubre 2010: Coordinadora del Departamento de Desarrollo y Control Urbano de la Municipalidad de Upala, Costa Rica.
En este cargo de jefatura desempeño trabajos de coordinación en los procesos de planificación urbana, gestión del territorio, y participación en el proceso de elaboración y formulación del Plan Regulador del catón de Upala, Costa Rica. Durante este cargo, se plantearon propuestas de diseño urbano, entre ellos ciclovías, paseos peatonales y mejoras en el espacio urbano. De igual forma se realizaron trabajos de coordinación con el acueducto municipal, aseo y ornato y control constructivo.
• 2005 – 2009: Coordinadora área de Diseño, Arquitectura Ambiental y Paisajismo. Arq. Alberto Negrini. San José, Costa Rica.
Se realizaron trabajos de diseño enfocando en la arquitectura ambiental, planes maestros, diseño urbano y paisajismo, en diferentes regiones de Costa Rica.
Contacto: reneenoguera04@gmail.com
Rosa Liliana De Simone
Rosa Liliana De Simone
Arquitecta PUC
Magister en Desarrollo Urbano UC
Docente investigador PUC
Liliana De Simone es investigadora y profesora en la Universidad Católica de Chile. Es arquitecta y obtuvo el grado de Magister en Desarrollo Urbano con su investigación sobre la construccion de espacios urbanos comerciales y su relación con los distintas esferas sociales de lo público y lo pseudo-públicolas ciudades latinoamércianas. Latin-American cities. Desde 2011, Liliana es docente de cursos sobre teoría urbana, historia y teoría de la sociología comercial, urbanismo comercial, consumo y cultura urbana, entre otros, en la Universidad Católica de Chile y la Universidad Diego Portales (Chile). Durante 2014 publicará “Metamall: los espacios del neoliberalismo en Chile 1973-2012”, y en los últimos años ha sido co-autora de varios volúmenes, tales como “Treinta años del Shopping Malls en Chile”, “Escenas de la Comida Callejera en Santiago de Chile”, “Las ciudades de George Simmel”. Sus investigaciones han sido publicadas en journals indexados, tales como Spaces And Flows Journal y revista Atenea, entre otros.
Liliana is co-fundadora de SudLab: Laboratorio de Ciudad y Arquitectura, y fundadora de Ciudad & Género | City and Gender ONG.
Contacto: rldesimo@uc.cl
Editorial PLANEO Nº14 Turismo y Ciudad
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La actividad turística en sus diferentes modalidades, se ha posicionado como una de las actividades económicas principales en muchas ciudades, en las que el proceso de globalización ha significado una intensa competencia en relación la atracción de visitantes y la generación de mayores ingresos. Sin embargo, del mismo modo en la mayoría de los países en desarrollo, el incremento de los índices de pobreza y desigualdad se ha revelado de manera más evidente en las grandes ciudades turísticas, reflejándose en términos de déficit de suelo, vivienda, infraestructura, servicios, inseguridad y deterioro de los espacios públicos.
En algunas de las ciudades europeas, la herencia arquitectónica y cultural única de los núcleos urbanos ha sido entendida como la principal atracción para los visitantes, por lo que en consecuencia, el desarrollo turístico ha apuntado a realzar el carácter de cada ciudad. El modelo actual de desarrollo de turismo en alguno de estos casos, ha sido resultado de procesos constantes de exclusión espacial (Lara, 2013), que a su vez ha desencadenado problemas de pobreza urbana manifestada en la dimensión espacial. Este modelo está relacionado con la creación de espacios turísticos como enclaves, diseñados para regular a sus habitantes a través del control de aspectos como el deseo, el consumo, el movimiento y el tiempo (Judd, 2003). Son diseñados de tal manera que facilitan el control autoritario del espacio urbano, modificando el consumo y reemplazando y suprimiendo la cultura local con “ambientes Disney” (Judd, 2003) que finalmente eliminan lo impredecible de la vida callejera cotidiana.
Afortunadamente, el modelo de turismo ha ido evolucionando hacia nuevas maneras de concebir el descubrimiento de las ciudades, naciendo un nuevo segmento de turistas que se han sentido atraídos por espacios que no han sido construidos ni dispuestos para turistas. Por otro lado, han surgido nuevas alternativas de turismo enfocado en lograr un equilibrio que permita el crecimiento económico en conjunto con el desarrollo de las comunidades locales.
Por otro lado, un desarrollo más equilibrado de la ciudad en términos de su actividad turística se ejemplifica en ciudades como Róterdam, Ámsterdam, Lisboa y Birmingham, donde la planificación y las políticas públicas sopesan los costos del turismo tomando en consideración las dinámicas de las actividades orientadas a los residentes, la gentrificación y las fricciones culturales (Judd, 2003). Este modelo acentúa el desarrollo armónico de la ciudad, más que la construcción de espacios turísticos segregados.
Un equilibrio de este tipo, entre las necesidades locales y los proyectos de desarrollo económico requieren una visión política de largo plazo y la incorporación de estos proyectos en políticas de estado vinculadas a la agenda socio-espacial de las ciudades. Es necesario considerar que estas actividades son promotoras de efectos positivos y negativos, tanto en la economía de una ciudad, como en sus aspectos sociales y ambientales.
En este sentido, es indispensable lograr la incorporación del turismo en el desarrollo urbano conforme a las experiencias exitosas que han aplicado criterios sustentables como la definición de actividades turísticas diversificadas (Lara, 2013), que pueden aportar a la construcción del espacio urbano si se considera a la planeación y el ordenamiento territorial como herramientas para su gestión y desarrollo.
Para esto se requiere de una planificación integral bien ejecutada de manera que el desarrollo urbano se logre con estándares de calidad, basándose en el equilibrio de las áreas turísticas y las necesidades de los sectores vulnerables de la población. El desafío es integrar al turismo como desencadenante del desarrollo, considerándolo como una aportación complementaria a las actividades preexistentes de la ciudad.
En términos de contenido, el presente número considera la revisión de la temática del turismo desde diversos enfoques.
La sección Prácticas presenta la iniciativa Ecoaldeas, proyectos que se han gestionado en base a una visión holística del territorio, incorporando el turismo ecológico en sus lineamientos y estrategias para reforzar el desarrollo local de las comunidades.
En Actores, entrevistamos al diseñador Sergio Ramírez, quien ha participado en proyectos de diseño de información como Transantiago, Metro, Sernatur y más recientemente en la marca Santiago.
En la sección de Reseñas, presentamos El turismo y sus imágenes de Marc Augé, libro de fácil lectura, con detalles objetivos matizados con gran empeño desde su introducción, en el que el autor arma un relato fascinante capaz de envolvernos como parte del escenario construido.
En Columnas, Andrea Ortega propone en su columna «Marca ciudad: entre la autenticidad y el artificio», una revisión del potencial “auténtico” del patrimonio de una ciudad, contrastado con “artificio” del marketing, planteada desde la conceptualización y las vivencias de la forma urbana.
….. ..Beatriz Mella María Renee Noguera
Editora General Revista Planeo Editora ’13 y miembro Comité Revisor Externo ’14 Revista Planeo
*Judd, D. R. (Septiembre de 2003). El turismo y le geografía de la ciudad. EURE , 51-62. Lara, M. C. (2013). Desarrollo urbano y turismo sustentable. Potencial para revertir los grandes problemas . Revista de Arquitectura, Urbanismo y Ciencias Sociales , IV, 155-171.
Red Global de Ecoaldeas, turimo ecológico como opción para el desarrollo local
VerRed Global de Ecoaldeas, turimo ecológico como opción para el desarrollo local
Revista Planeo Nº14, Ciudad y Turismo, Febrero 2013
Fuente: http://www.ecocentro.org/
Resumen:
La actividad turística en sus diferente modalidades, se ha posicionado como una de las actividades económicas principales en muchos países. Por otro lado, muchos turistas se han sentido atraídos por espacios que no son frecuentemente visitados con esta finalidad, pero que sin embargo son atractivos precisamente por que no han sido construidos o intervenidos con estos fines. Entre estas atracciones se encuentran iniciativas que han sabido relacionar el turismo con una visión mas integral y holística del territorio, surgiendo de esta manera espacios alternativos, como las Ecovillages o Ecoaldeas, en una traducción literal al español.
La sección Práctica presenta en el número de Ciudad y Turismo la iniciativa Ecoaldeas, proyectos que se han gestionado en base a una visión holística del territorio, incorporando el turismo ecológico en sus lineamientos y estrategias para reforzar el desarrollo local de las comunidades.
Palabras claves: turismo sustentable, desarrollo local, ecoaldeas.
[Por María Rene Noguera y Mairelys Dominguez. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
Las Ecoaldeas son comunidades intencionales o tradicionales en el uso de procesos participativos locales con el objetivo de crear sinergias entre las dimensiones ecológicas, económicas, sociales y culturales de la sostenibilidad, y de esa forma regenerar el entorno social y natural (Fuente: http://gen.ecovillage.org/). Lo que motiva a las Ecoaldeas, es la elección y el compromiso de revertir la desintegración gradual de las estructuras sociales o culturales de apoyo y el recrudecimiento de las prácticas ambientales destructivas. En el año 1998, las ecoaldeas fueron nombradas oficialmente en la lista de las 100 mejores prácticas de las Naciones Unidas, como excelentes modelos de vida sostenible (Fuente: http://gen.ecovillage.org/).
Fuente: http://www.ecocentro.org/
Una de las redes más reconocidas a nivel mundial es Global Ecovillage Network (GEN) o Red Global de Ecoaldeas, que sirve como organización coordinadora para las ecoaldeas, comunidades intencionales y las personas de orientación ecológica en todo el mundo. En los últimos años, los miembros del GEN han acuñado la frase Turismo de Ecoaldeas, para referirse a un nuevo tipo de ruta turística. La ruta consiste en la visita de personas a comunidades ecológicas alrededor del mundo, con el objetivo de experimentar un estilo de vida de bajo impacto. Por lo regular, las ecoaldeas tienen en común paisajes naturales muy atractivos, arquitectura ecológica y inclusión de los visitantes en las actividades de la comunidad residente. Con los años, las ecoaldeas han recibido un número creciente de visitantes, a los que se prestan servicios y actividades que van desde proyectos de voluntariado a cursos especializados de gran variedad (Fuente: http://gen.ecovillage.org/).
Esta práctica es una alternativa sustentable que integra a todas las personas involucradas en la dinámica de funcionamiento, el turista y el residente. A lo largo de todo el continente americano se pueden encontrar Ecoaldeas como The Farm en Estados Unidos, El instituto de Permacultura y ecoaldeas cerrado (IPEC) en Brasil, La Ecovilla Gaia en Argentina, La Marquina Ecoaldeas en Bolivia.
Fuente: http://www.ecocentro.org/
De la misma forma, en las ecoaldeas se puede conocer sobre soluciones prácticas basadas en la ecología y los sistemas de energías renovables. En este sentido, las personas tanto visitantes como residentes, disfruta de la interacción diaria con el suelo, el agua, el viento, las plantas y los animales. Además de esto, se aprende a proveer las necesidades diarias como comida, ropa, refugio respetando los ciclos de la naturaleza (Fuente: http://gen.ecovillage.org/).
Fuente: http://www.ecocentro.org/
De esta manera, si nos basamos en estos ejemplos de turismo alternativos, podemos afirmar que, desde una visión holística y mas integral del territorio, se pueden crear instrumentos de planificación que reconozcan el territorio como un sistema complejo, con intensiones de integrar unidades funcionales al territorio, equilibrando las actividades productivas, incluida la turística y generando formas de configuración ordenadas. Para lo cual la participación social es un mecanismo de equilibrio entre las presiones globales y la capacidad nacional de la actividad turística, así como la del territorio y sus comunidades locales.
Ciudades souvenir. Turismo y Ciudad. Aportaciones desde Sostenibilidad Urbana y Territorial y el Paisaje.
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Revista Planeo Nº14 , Turismo y Ciudad, Enero 2014.
[Por Francisco Fernando Beltrán Valcárcel. Arquitecto y Máster Universitario en Ciudad y Arquitectura Sostenibles. Universidad de Sevilla (España)]
Palabras clave: Ciudad / Turismo / Sostenibilidad
Resumen:
“Turismo” y “Ciudad” son conceptos vinculados, que es necesario abordar de manera simultánea desde el paradigma de la Sostenibilidad y un enfoque sistémico y holístico. Si bien existe una relación bidireccional entre el turismo y lo urbano, hoy podemos constatar un importante desfase entre ambas funciones. Los procesos que ha desencadenado el turismo de masas global está generando nuevas espacialidades urbanas y territoriales a velocidades muy superiores a las que nuestras ciudades y territorios pueden soportar, homogeneizando los paisajes. Como ejemplos paradigmáticos de este fenómeno tendríamos el espacio litoral, sometido a una progresiva ocupación, urbanización y transformación, y los centros de las ciudades históricas, en los que se ha venido produciendo la museización, tematización y especialización de su paisaje urbano. En este sentido, los procesos que el turismo de masas genera sobre la ciudad y el territorio a distintas escalas pueden suponer una grave amenaza en todos los niveles (ambiental, económico, social y cultural). Solamente es posible revertir esta dinámica desde un enfoque alternativo basado en el nuevo paradigma de la Sostenibilidad y en los conceptos de Paisaje y Patrimonio, que se constituyen en un recurso endógeno presente en el territorio y un activo para un turismo respetuoso y sostenible.
Keywords: City / Tourism / Sustainability
Abstract:
«Tourism» and «City» are related concepts that need to be analyzed simultaneously from the paradigm of Sustainability and from a systemic and holistic approach. While there is a bidirectional relationship between tourism and urban, today we can see a significant gap between the two functions. The processes that triggered the global mass tourism, is generating new urban and territorial spatialities at much higher speeds at which our cities and territories can support, homogenizing the landscape. Paradigmatic examples of this phenomenon would have on coastal areas, subject to a progressive occupation, development and transformation, and the centers of historic cities, which has been producing the musealization, theming and specialization of its urban landscape. In this sense, the processes that generate mass tourism the city and the territory at different scales to present a serious threat at all (environmental, economic, social and cultural) levels. You can only reverse this dynamic from an alternative approach based on the new paradigm of Sustainability and the concepts of Landscape and Heritage, which constitute an endogenous resource present in the territory and an asset to a respectful and sustainable tourism.
Marca ciudad: entre la autenticidad y el artificio
VerMarca ciudad: entre la autenticidad y el artificio
Cada ciudad posee atributos, materiales e inmateriales, que la hacen única e identificable. Desde la perspectiva del marketing de ciudades, este carácter urbano se comprende como un “valor”, desde el cual es posible generar una “estrategia de marca” que permita “el desarrollo de sus atributos a partir de las ventajas comparativas que posee con el resto de ciudades similares” (Troll, 2013)
Revista Planeo Nº14 , Turismo y Ciudad, Enero 2014.
[Por Andrea Ortega. Arquitecta y Magister en Desarrollo Urbano PUC]
Palabras clave: patrimonio, turismo y marketing urbano.
Cada ciudad posee atributos, materiales e inmateriales, que la hacen única e identificable. Desde la perspectiva del marketing de ciudades, este carácter urbano se comprende como un “valor”, desde el cual es posible generar una “estrategia de marca” que permita “el desarrollo de sus atributos a partir de las ventajas comparativas que posee con el resto de ciudades similares” (Troll, 2013). A partir de esta estrategia de marketing, que surge desde características y elementos valiosos de una ciudad, el turista contemporáneo decide viajar, motivado por encontrar lugares y experiencias únicas en ese destino.
En este contexto, surge una tensa relación entre patrimonio, turismo y marketing. Actualmente no es posible resguardar la autenticidad e integridad del patrimonio cultural y, al mismo tiempo, pretender difundir estos valores sin el desarrollo de estrategias de gestión turística. En la medida que un sector más amplio de la sociedad descubre los valores patrimoniales que contiene una ciudad, “generará una atracción en otros que motivará un viaje para apreciarlo, para vivirlo, para sentirlo, para contarlo” (Cabezas, 2013). Tanto como diversidad de personas, es la diversidad de turistas y, en el caso particular del “turista del patrimonio”, éste busca una experiencia auténtica, pero desde una “nueva creación” que precisa de alguna condición pasada, “que genera un sentimiento de nostalgia hacia un pasado real o imaginario” (Guzman y García, 2010; MacCannell, 1976).
¿Es posible potenciar lo “auténtico” del patrimonio de una ciudad desde el “artificio” del marketing? Desde esta reflexión surge la propuesta de “marca ciudad” planteada Puig (2009), la cual propone sea conceptualizada de forma consecuente con sus vivencias. Esta “marca” crea una “ciudad de valor” impulsada por un equipo público y “con el consenso entusiasta de los ciudadanos y sus organizaciones plurales” define el estilo con que se quiere vivir y convivir (ibid: 5). Es decir, para Puig este valor no se refiere al mero crecimiento económico que busca el marketing, sino se trata de una apuesta por avanzar hacia un futuro colectivo. Desde esta “marca” es posible el “rediseño” de la ciudad y la ciudadanía asume un liderazgo activo. Este es el “marketing de la mutua confianza donde los ciudadanos son el sustento para avanzar corresponsablemente” (ibid:19).
Desde este concepto, la marca ciudad es creada y recreada a partir de hechos históricos y “lugares de memoria” (Nora, 1993) que sobreviven a pesar del paso del tiempo, los cuales sirven a la demanda turística contemporánea (Chhabra, Healy y Sills, 2003) (Imagen 1 y 2). En este contexto, es necesario precisar que “el concepto de autenticidad no puede estar objetivamente definido, dado que se asocia a percepciones y experiencias de un individuo respecto a un atributo de un lugar específico, es decir, la autenticidad es una experiencia subjetiva” (Apostolakis, 2003; Jewell y Crotts, 2001; Guzman y Garcia, 2010).
Mercadillos de comercio local hacia la periferia del mercado turístico en torno a Jamma el-Fna en la ciudad de Marrakech. Fuente: Ortega, 2013.
Por otro lado, la experiencia de lo auténtico en los espacios turísticos en una ciudad está siempre condicionado a estrategias de control del espacio público. Estas estrategias pueden ser visibles o invisibles, tanto para el turista como para el habitante común, por lo que “lo auténtico” de una ciudad está condicionado no sólo por el marketing turístico, sino también por las medidas de seguridad y orden público que buscan facilitar el consumo del turista. De esta manera, ciertos espacios turísticos “facilitan el control autoritario del espacio urbano, modificando el consumo y reemplazando y suprimiendo la cultura local con ‘ambientes Disney’” (Judd, 2003: 51).
Finalmente, es necesario reflexionar sobre cómo se concibe la marca ciudad, a quiénes identifica y busca identificar. Si surge desde la autenticidad de su patrimonio cultural, está concebida como resultado de un proceso de construcción social (Dormaels, 2011) que surge desde los propios habitantes. De lo contrario, es un mero artificio que busca simplemente capitalizar negocios privados en la ciudad.
BIBILIOGRAFIA:
- Puig, T. (2009). Marca Ciudad/City Mark: cómo rediseñarla para asegurar un futuro espléndido para todos. Ediciones Paidós Ibérica S.A. Madrid, España.
- Cabeza, A. (2013) ”Editorial Revista América Patrimonio N°4”. (en linea). Disponible es: http://www.revistaamericapatrimonio.org/editorial_4.pdf
- Troll, C. (2013) . “Un nuevo reto, un nuevo evento: Marca Ciudad en Chile. Monday Marketing News” (en linea). Disponible en: http://www.mondaymarketing.net/portada/2014/01/07/un-nuevo-reto-un-nuevo-evento-marca-ciudad-santiago
- Chhabra, D.; et. al. (2003). “Staged authenticity and heritage tourism”. In Annals of Tourism Research. Vol.30, No.3, Great Britain, pp. 702-719.
- Apostolakis, A. (2003). “The Convergent Process in Heritage Tourism”. In Annals of Tourism,Vol.30, No.4, Great Britain, 2003, pp.795-812
- Maccannell, D. The tourims: A New Theory of the Leisure Class. Los Angeles:
- California Press, 1976.
- Nora, P.(1993). Les lieux de mémoire. Paris, Francia: Editorial Gallimard.
- Dormaels, M.(2011). “Patrimonio, patrimonialización e identidad. Hacia una hermenéutica del patrimonio”. Revista Herencia Vol. 24 (1 y 2), 7-14, 2011.
- Guzmán, V.y Garcia, G.(2010). “Fundamentos teóricos para una gestión turística del patrimonio cultural desde la perspectiva de la autenticidad”. Biblioteca Virtual de las Ciencias Econónimas y Juridicas (en linea). Disponible en: www.eumed.net/libros/2010f/854/
- Judd , D. (2003). El turismo urbano y la geografía de la ciudad [versión electrónica]. Eure, 29 (87), 51-62.
Entrevista a Sergio Baeriswyl, Premio Nacional de Urbanismo
VerEntrevista a Sergio Baeriswyl, Premio Nacional de Urbanismo
El año 2012 tuvimos la oportunidad de entrevistar a Sergio Baeriswyl, Arquitecto de la Universidad Católica de Valparaíso y Doctor en Urbanismo de la Universidad de Karlsruhe en Alemania, quien recientemente ganó la VI versión del Premio Nacional de Urbanismo. Este premio, entregado desde 1971 por el Ministerio de Vivienda, tiene el fin de reconocer la obra de profesionales que han realizado importantes contribuciones en el ámbito del urbanismo, afectando positivamente la calidad de vida y las ciudades de nuestro país.
Sergio Baeriswyl, en el área de planificación y desarrollo urbano, ha trabajado como docente tanto como asesor y director de instituciones. Desde 1994 es profesor de Urbanismo y Planificación en la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bio Bio, de la cual es Director desde 2009. Desde 1997 oficia como Secretario Ejecutivo del Directorio Urbano de la Ciudad de Concepción.
Puedes ir a la entrevista original haciendo click acá.
El viaje imposible. El turismo y sus imágenes
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El turismo y sus imágenes es un libro para almas aventureras, de fácil lectura, con detalles objetivos matizados con gran empeño desde su introducción. El autor se encarga de armar un relato fascinante capaz de envolvernos como parte del escenario construido.
Revista Planeo Nº14, Ciudad y Turismo, Noviembre 2013
Titulo original en francés: L´Impossible Voyage
Autor: Marc Augé
Año: 1997
Editorial Gedisa /Barcelona España
ISBN 84-7432-682-6
[Por Mairelys Domínguez]
“Tal vez una de nuestras tareas más urgentes sea volver a aprender a viajar, en todo caso, a las regiones más cercanas a nosotros, a fin de aprender nuevamente a ver”.
Marc Augé
A quien no le ha pasado que al mirar fotos de algunos lugares se enamora, ya sea por medio de la publicidad, por un amigo que lo visitó antes, por las redes sociales, o por cualquier otro medio visual. Imaginemos ahora que logramos visitar ese lugar soñado y que estando allí buscamos la forma de hacer las mismas fotos en espacios hiperconocidos. En ese preciso instante pueden pasar dos cosas, la primera es una tremenda decepción o segundo, llevarnos una agradable sorpresa. Para quienes han tenido esta sensación, este libro viene a ser una magnífica oportunidad para volver a conectar con la esencia del viaje, pero sobre todo con las imágenes que tendremos del mismo.
El viaje imposible: El turismo y sus imágenes es un libro para almas aventureras, de fácil lectura, con detalles objetivos matizados con gran empeño desde su introducción. El autor se encarga de armar un relato fascinante capaz de envolvernos como parte del escenario construido. Podría decirse que este libro es una apuesta al descubrimiento, más allá de los parámetros establecidos de quienes han convertido el viaje en un objeto comercial.
Lo que ha motivado su creación es un juego de imágenes reales y ficticias, el punto está en encontrar dentro de ese rompecabezas las propias. Significa que al viajar un conglomerado de experiencias vividas o no empiezan a interactuar con imágenes que delimitan una realidad. Es probable que aparezca el propio descubrimiento, el genuino, ese que Augé se empeña en resaltar en cada párrafo con cierto dejo de nostalgia.
Si se toma en cuenta la fecha de publicación del libro (finales de la década de los 90´s) podemos encontrar ciertos elementos como cámaras fotográficas, de vídeo, la televisión, apuntes y revistas. Esta referencia nos lleva a pensar en un libro visionario, ya que al colocar esas mismas impresiones en el presente, desde Disneylandia hasta los castillos de Luis II, podemos ver como la presión visual se ha maximizado con medios como el internet.
En la actualidad las imágenes construidas se han multiplicado dejando menos espacio para una exploración espontánea. En este punto no se pueden dejar de mencionar programas televisivos especializados en viajes a distintos rincones del planeta, que si bien contribuyen a tener una idea aproximada de realidades ajenas a nuestro entendimiento, nos generan expectativas mayores. Que se puede esperar en el futuro de esta situación cuando los objetivos ya no se circunscriben a la faz de la tierra, sino que a todo el universo.
El patrón por excelencia de las interacciones son los símbolos o insignias impresas como una especie de marca icónica que en la mayoría de los casos ponen distancias más amplias a las existentes. El cine, la literatura y la fotografía van imprimiendo lo que el autor llama una persecución de vivencias repetidas ya codificadas por la ficción. Es así como se alejan o se acercan ciertos lugares, algunos más famosos que otros, algunos más auténticos a fin de cuentas todos lugares, todos espacios o simplemente partes de una fantasía.
Quizá la enseñanza básica de este libro está mucho más alejada de estas perspectivas, como bien dice el autor: “Vivimos en una época que pone la historia en escena, que hace de ella un espectáculo y, en ese sentido, desrealiza la realidad, ya se trate de la guerra del Golfo, de los castillos del Loira o de las cataratas del Niágara”. Es probable que en nuestro afán de repetir imágenes icónicas del mundo, nos olvidemos de que a pocos metros de distancia podemos ser turistas y descubrir otros mundos.
Entrevista al diseñador Sergio Ramírez: Turismo, ciudad y el desarrollo de una marca para Santiago.
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Sergio estudió Diseño en la PUC y actualmente es académico e investigador de en el mismo lugar. Es miembro del Grupo de Estudios Tipográficos y Diseño de Información (DET) y ha participado en proyectos de diseño de información como Transantiago, Metro, Sernatur y la marca Santiago.
Revista Planeo Nº14 , Turismo y Ciudad, Enero 2014.
[Por Antonio Vega.Licenciado en Historia y Estudiante Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Sergio estudió Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Chile y actualmente es académico e investigador de la Escuela de Diseño UC. Además es miembro del Grupo de Estudios Tipográficos y Diseño de Información (DET) de la misma universidad. Ha participado en proyectos de diseño de información como Transantiago, Metro, Sernatur y la marca Santiago. Participa como diseñador independiente en la oficina PICTA donde se ha especializado en el diseño de mapas e infografías.
Como pregunta introductoria: ¿Qué se entiende por logo en términos conceptuales?
Es muy difícil definir qué es un logo, pero creo que se puede comprender en relación a las funciones que estos tienen. En turismo sobre todo, el “logo” tiene casi como exclusiva función, generar recuerdos y memorabilidad. Es decir, que puedas recordar lo que viste, por ejemplo, en una revista hace un año y asociarlo con cosas positivas, generando un vínculo emocional más que racional. Creo que en el ámbito del mercado eso también se ha traspasado, la empatía y los vínculos emocionales priman en una campaña publicitaria hoy en día.
En el caso de la ciudad de Santiago, entendiendo que existieron limitantes propias del concurso: ¿Cómo se construye un logo para la ciudad? ¿Cómo es ese proceso creativo?
El hecho de proponerse una definición para una ciudad como Santiago, es muy ambicioso y a veces ineficiente. El hecho de tener un escudo de la ciudad, definido en el periodo colonial, representa que por ahora no existe una necesidad particular de hacer un logo. Sin embargo, sí está la necesidad de enfrentarse a una identidad visual más bien dispersa, sobre todo en una ciudad segmentada como Santiago. Lo conversaba anteriormente con un periodista y probablemente muchos estemos de acuerdo con algunos de los elementos que componen la identidad de la ciudad, pero que sin embargo, no todos tenemos las mismas referencias geográficas o apreciaciones ideológicas. Creo que en las metrópolis debe ocurrir algo similar, por ello los logos generalmente son bastante básicos, no dicen mucho, pero insinúan bastante.
Las divisiones comunales van generando “micro-identidades” dentro de la propia ciudad, impulsan a diferenciarse unas de otras…
Sí, es cierto, para el santiaguino eso es importante… es divertida esta situación, porque cuando recibimos el encargo, las autoridades hicieron énfasis en que a ojos de los turistas extranjeros las comunas no existían. La indicación “esto queda en Providencia” o “soy de La Florida” no es tan clara para el turista y pasa a ser relevante sólo para los santiaguinos.
Ya sabemos que el logo de ustedes fue el ganador del concurso: ¿Qué se intenta representar y qué atributos tangibles e intangibles pudieron identificar o quisieron incluir?
Hemos estado trabajando posteriormente a los resultados del concurso e intentamos potenciar las cosas que no se habían comprendido. Una de ellas era que, el logo al ser elemental, es decir, dice lo que tiene que decir: “Santiago de Chile” y va acompañado en un segundo plano de las líneas de colores, no quisimos complejizarlo más. Pero sí buscamos que la aplicación de éste refleje la diversidad y la amabilidad, dos conceptos que ahora los podemos nombrar y que se presentan con mayor claridad. Nos dimos cuenta que el logo ganó probablemente porque era amable, le “cayó” bien a quienes votaron. Y personalmente, algo que me ha preocupado e interesado de Santiago es la diversidad. La idea del logo debía funcionar entre el texto, los colores y una serie de iconos que representaran gran parte de las actividades que se pueden realizar en la ciudad. Al hablar del logo entonces o la marca Santiago, para mí son todos esos elementos que lo componen y no sólo la estampilla que se mostró en el concurso. Yo creo que la diferenciación que quiere la Corporación de Santiago frente a otras ciudades similares como Quito, Bogotá o Sao Paulo, debe tener como estrategia mostrar la multiplicidad de actividades que ofrece Santiago, por ejemplo, esquiar en la mañana y estar tomando un vino al almuerzo en una de las viñas que se encuentran en la capital. Esa “flexibilidad”, si se puede llamar así, es lo que se pretende mostrar con el uso de la marca, acompañada de imágenes que muestran esas actividades o contextos. El logo por sí sólo no tiene un uso, no es un fin en si mismo, es difícil que se utilice en abstracto, siempre va a estar aplicado a una campaña, a un video, etc. Se supone que próximamente va a ser lanzada públicamente y nosotros pretendemos que se impulse la marca y las posibilidades que ofrece para hacer campañas turísticas.
En relación a la letra utilizada, que se entiende como un dibujo más que como una tipografía: ¿Existe un trabajo de investigación histórica o de referentes para poder desarrollarla?
Hubo una intensión muy marcada desde el principio que Santiago se escribiera de una manera en la que no se había escrito antes. Llegamos primero a formas muy gestuales, que obviamente no iban a funcionar, a finalmente hacer un dibujo que hiciera referencia a lo que se suele hacer en Santiago, de manera muy sintética, que es escribir a mano en la pizarra, en La Vega por ejemplo, que es un código basado en pseudo logos, que duran en el tiempo, esa sería la primera referencia. También ha sido un trabajo mío en paralelo por desarrollar referencias tipográficas propias para después establecer una tipografía efectivamente de Santiago, pero eso toma mucho más tiempo y no es parte del concurso.
Mencionaste en una columna que la importancia de un logo es su consistencia en el tiempo. ¿Se puede hablar entonces de una identidad en la marca Santiago o en cualquier otro logo de ciudad? Porque si uno observa ejemplos de trascendencia y funcionalidad como I love New York o I Amsterdam no queda muy claro si identificaron en su momento a sus ciudades, de allí la importancia de la trascendencia y la paciencia de las autoridades.
Claro, me encantaría saber qué pasará con el logo de Santiago en al menos cinco años más. Yo creo que ahí recién podemos establecer el éxito del proyecto, porque ahora está muy ligado a la voluntad de quien lo tiene que aplicar, pero cuando trascienda a esas cosas y se transforme ya en un objeto público, ahí uno puede concluir si funcionaba o no.
El mismo problema ocurre, por ejemplo, con el logo del Gobierno, todos sabemos que se va acabar en marzo, y eso me parece un error, porque han habido ganancias, funciona bastante bien, en aplicaciones en blanco y negro y en pequeños tamaños, pero esos elementos positivos no logran traspasar las barreras políticas o administrativas, debiendo partir de cero cada cuatro años.
Si el logo de Santiago logra traspasar esa barrera, en diez años más va a ser la manera obvia en que se muestra o escribe Santiago. Sin embargo, lograr eso es muy difícil, sobre todo en el ámbito del turismo, el que es muy cambiante, las administraciones correspondientes pueden modificar absolutamente todo sin mucha reflexión, por ejemplo, si disminuyeron las visitas de turistas se puede pensar que la marca ciudad no es atractiva. Asimismo, los enfoques o qué es lo que se quiere ofrecer en la ciudad pueden cambiar.
¿Desde tu experiencia crees que es necesaria la realización de una marca ciudad para potenciar el turismo en Santiago? ¿Es un elemento fundamental?
Nosotros cuando participamos en el concurso junto a la oficina Otros Pérez, no teníamos mucha experiencia en turismo, algo en marca, pero no sabíamos en qué nos estábamos metiendo. De todas formas a ambos nos llamaba la atención Santiago y esta identidad dispersa. Sin embargo, ganar el concurso, no nos convierte en expertos, en absoluto. La verdad es que cada vez que veo un manual o una campaña nueva siento que hay que aprender mucho. Sí creo que es necesaria una suerte de ancla, que es lo que para lo que sirven generalmente estos concursos, definen una mirada, un lenguaje común. Es algo que focaliza, porque existe una multiplicidad de actores, está la Municipalidad, el sector privado y el Sernatur. Hay muchos interesados que hablan diferentes lenguajes y anclarse o focalizarse a través de este punto de partida es muy necesario. Además destaco el valor que se haya desarrollado de forma pública, a pesar de los problemas o críticas que surgieron.
Al revisar los procesos de desarrollo de marca en otras ciudades, se observa que finalmente estas deben definirse en algunos conceptos o ideas. ¿Qué riesgos se corren en este proceso identitario? Lo pregunto porque pareciera que se forzaran las imágenes de ciudad, intentando diferenciarse unas de otras.
Yo creo que el turismo es bien loco, porque me pasó que al analizar ciertas referencias, llegué a Bogotá que tenía la frase: “Una ciudad de altura”. De hecho el logo tiene una especie de montaña o volcán. La pregunta que me hice es si es que me dicen eso me incentiva visitar Bogotá y la respuesta probablemente sea no. La oferta es tan grande que finalmente tienes que poner un apellido, por muy duro que sea el turismo este se maneja así. Probablemente haya que segmentar y no todo el mundo identifica el café con Colombia o a Brasil con el fútbol, pero son elementos reconocibles. Hice el ejercicio al revés y me pregunté qué iría a ver en Santiago, y me hizo sentido el hacer muchas cosas en poco tiempo, lo que no se puede hacer en otras partes. Sao Paulo por ejemplo, no apela mucho a la diversidad, si bien es una ciudad cosmopolita no tiene diversidad en el paisaje, es una ciudad extensa lo que dificulta el traslado. Como usuario o potencial turista yo diría que Santiago ofrece una diversidad de actividades que no hay en otras ciudades y además se pueden realizar en poco tiempo. Pero estoy de acuerdo contigo en que es súper arriesgado lanzar las fichas en una sola cosa. Cuando nos hicieron el brief, nos mostraron el estudio que se había realizado y Santiago no aparecía en el mapa del turismo chileno. Chile son las Torres del Paine, Valparaíso, San Pedro de Atacama, etc. En un contexto global, Chile tiene esa categoría, pero Santiago no aparece.
*Las imágenes de la marca Santiago fueron entregadas por el entrevistado Sergio Ramírez.
Escudo de Armas Santiago: http://goo.gl/7o51YQ
I amsterdam: http://goo.gl/5X3ADj
Logo Bogotá: http://goo.gl/4sL1Sb
Elecciones residenciales de inmigrantes latinoamericanas en Santiago
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Un lugar donde caerse muerto
Revista Planeo Nº13, Género y Ciudad, Diciembre 2013
[Por: Verónica Correa Pereira. Socióloga Universidad Católica de Chile. Doctorante en Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales París y Universidad de Chile]
El tropismo del centro
[1]Las transformaciones observadas en el modo y las condiciones de vida a lo largo del recorrido migratorio de la extranjera latinoamericana que reside en Santiago desde los años 1990, en dimensiones como la familia o el trabajo[2], no parecen traducirse de manera significativa en su comportamiento residencial durante ese mismo período. Los datos estadísticos recopilados por el Centro Integrado de Atención al Migrante (CIAMI)[3], han demostrado que las zonas que se constituyen inicialmente como la “puerta de entrada” para las inmigrantes en la capital, siguen siendo su lugar de habitación al pasar los años.
Como se demuestra en el siguiente cuadro, después de uno, tres y hasta doce años de estadía en el país, las comunas céntricas[4] de la ciudad, continúan siendo el lugar de residencia de las extranjeras. Estas zonas se ubican relativamente cerca de los hogares de las familias santiaguinas más acomodadas (triángulo nororiente de la capital), entre los cuales se encuentran las viviendas de sus empleadores. A pesar de las ventajas de localización y acceso a transportes y servicios, el alto valor del suelo por metro cuadrado de dichas zonas, los obliga a habitar en pequeños cuartos o piezas, que arriendan a propietarios chilenos de grandes casonas antiguas típicas del sector. En algunos casos, se generan formas de habitabilidad bajo allegamientocon altos niveles de hacinamiento, lo cual repercute fuertemente sobre la calidad de vida de estas personas.
Cuadro N1: Comunas de localización de las inmigrantes, desde el año de inscripción al CIAMI.
Fuente: Realización propia, en base a datos de CIAMI (2004 a 2010).
El mito del eterno retorno.
¿Por qué razones podrían seguir optando por esta forma de vida? Distintas explicaciones podrían darse a este fenómeno[6]. Primero, que el proceso migratorio es todavía muy temprano como para que exista un cambio en el comportamiento residencial a escala de ciudad. Segundo, que las inmigrantes privilegian la localización de sus viviendas, que se sitúan cerca de sus trabajos, versus el tamaño y calidad de éstas. Tercero, la existencia de redes de apoyo generadas en las zonas en que habitan, las cuales son fundamentales para ellas. Además de estas razones, que probablemente se refuerzan de forma recíproca, quisiera insistir en otro posible elemento, centrado en el famoso “sueño de la casa propia”.
En términos generales, dos podrían ser las trayectorias «tipo» de esta población. Por un lado, se identifica una mujer que corresponde al estereotipo de la extranjera en Santiago, la mujer peruana, madre y esposa de familia que deja a sus hijos para ir a trabajar a Chile. Es una extranjera que se inscribe en el objetivo migratorio de partir, trabajar, enviar remesas, ahorrar y regresar. Desde este tipo de inmigración provisoria, situada en la espera del retorno, lógicamente resulta impensable la posibilidad de comprar una vivienda en el extranjero. En cambio, lo más cómodo para ella es que en un “mientras tanto” (que puede durar años y años), siga arrendando una pequeña pieza en el centro de Santiago.
Pero, por otro lado, se identifica a una mujer que comienza poco a poco proyectarse en este nuevo país. Luego de vivir un período difícil de adaptación a la cerrada sociedad santiaguina, ella ha logrado una cierta estabilidad económica y familiar, junto a sus hijos (a quienes después de mucho esfuerzo logra traer), pasando a concebir su paso por Chile como un período indefinido. No obstante, pese a encontrarnos frente a una inmigración más duradera, se ha observado en este tipo de mujeres que, a la hora de tener que realizar una inversión inmobiliaria en una vivienda propia[7], optará por hacerlo en su tierra originaria. Es interesante destacar que esta decisión, la vincularán a la idea de lo fijo y de lo no movible (como el nombre “inmueble” lo indica), a un “echar raíces”. Es por medio de esta opción donde verdaderamente se pondrán a prueba las expectativas de residencia de esta población: en el momento de pensar en un largo plazo, en un lugar “dónde caerse muerto”, ellas optarán por su zona natal.
Desde esta mirada, las inmigrantes estarían respondiendo al “mito del eterno retorno”, planteado por el académico Alejandro Garcés[8] al analizar esta noción filosófica desde la realidad del inmigrante peruano que habita en Santiago. Con independencia de su realización efectiva, la idea del retorno a su tierra de origen es una “potencia simbólica”, un referente o un sueño para un futuro lejano que transforma y construye la experiencia diaria del extranjero.
[1] Esta columna está basada en los argumentos planteados en el artículo Correa, Verónica, Raynal, Jean-Claude y Musset, Alain. 2013. Una dimensión espacio-temporal de la espera: El patrón residencial de las inmigrantes latinoamericanas en la última década en Santiago de Chile. En: Geografías de la espera: Migrar, habitar en Santiago, Chile. Correa, Verónica; Bortolotto, Idenilso; Alain, Musset, Eds. Santiago, Uqbar.
[2] En el ámbito familiar, por ejemplo, en la medida que pasan los años son menos las extranjeras que viven separadas de sus hijos, a quienes debieron abandonar tras su partida. O en sus preferencias de formas de trabajo doméstico, se observa que las que llevan menos de dos años de residencia optan por un trabajo “puertas adentro”, en cambio las que superan este período, se acercan a CIAMI bajo el deseo de encontrar un contrato “puertas afuera”.
[3] El CIAMI es una institución católica orientada a la ayuda de esta población en áreas como hospedaje, alimentación y trabajo. Estas estadísticas nacen de la aplicación de una ficha de inscripción a CIAMI a 20.755 mujeres inmigrantes, las cuales no fueron escogidas de manera aleatoria, por lo que no es representativa de la población total extranjera. Sin embargo, si se considera el número total de casos de CIAMI respecto a los datos del CENSO 2002, teniendo en cuenta las limitaciones vinculadas a la brecha temporal de ambas bases y de aleatoriedad de la primera, se tiene que el total de extranjeras inscritas formaría parte de un 35,6% del total de mujeres inmigrantes que residen en la Región Metropolitana, lo cual es un porcentaje muy alto., 557 mujeres inmigrantes.i aitegrado de Atenci
[4] Todas las mencionadas forman parte de las comunas centrales y peri-centrales según la clasificación de Kabisch, Heinrichs, Krellenberg, Welz, Rodríguez, Sabatini and Rasse. 2001. Socio-Spatial Differentiation: Drivers, Risks and Opportunities. En: Risk HabitatMegacity. The case of Santiago de Chile. Dirk Heinrichs, Kerstin Krellenberg, Bernd Hansjürgens, Francisco Martínez, Eds. Dordrecht, Springer.
[5] Ñuñoa no es una comuna típica de residencia de esta población. No obstante, aparece como una de las más habitadas producto a que el CIAMI se encuentra ubicado en esta zona, y las inmigrantes en un comienzo, cuando no cuentan con un domicilio, entregan la dirección de la institución.
[6] Estas observaciones surgen de un trabajo cualitativo – etnografía y una treintena de entrevistas en profundidad realizadas a mujeres que acoge el CIAMI -, en el contexto de mi tesis de doctorado (EHESS Paris-UChile).
[7] Desde “su bolsillo” y no desde el del Estado chileno mediante un subsidio habitacional, porque en este caso las prioridades cambian, ya que “a caballo regalado no se le miran los dientes”
[8] Alejandro, Garcés. 2005. El retorno como mito en la experiencia migrante. CEME –Archivo Chile.
Jaime Enrique Solórzano Pescador
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Jaime es Cientista Político de la Universidad Javeriana en Colombia. Actualmente es candidato a Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su interés académico se encuentra enfocado en gestión urbana y fortalecimiento institucional, gobernabilidad y descentralización territorial, así como violencia urbana y seguridad ciudadana, sobre los cuales ha publicado artículos en Colombia. Asimismo, se ha desempeñado como profesor en educación media y asistente de proyectos en educación política.
Mujeres en la ciudad: De violencia y derechos
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Revista Planeo Nº13, Ciudad y Género, Diciembre 2013
Fuente: Macduff Everton© Corbis, 2001
“Mujeres en la ciudad: De violencia y derechos” es un libro editado por Ana Falu el año 2009 con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la mujer en el cono sur UNIFEM y la Agencia Española de Cooperación Internacional AECID . El libro es un compendio de artículos que relaciona la ciudad con la violencia de género y el espacio público con la convivencia.
ISBN 978-956-208-085-9
[Por Ximena Galdo]
“Violencias y discriminaciones en la ciudad”
Los artículos que componen el libro fueron el resultado de la interacción de los actores sociales a partir del programa regional “Ciudades sin violencia hacia las mujeres, ciudades seguras para todos”. Este programa plantea que las ciudades globalizadas son los escenarios en los que las desigualdades, la criminalidad y la violencia dan como resultado una vivencia de la ciudad poco homogénea, donde la violencia hacia las mujeres es central y más visible. Por ello, su propuesta es incluir los derechos de las mujeres en las políticas de seguridad ciudadana, la perspectiva de género en la planificación de las ciudades y la promoción del derecho de las mujeres en la ciudad. El programa plantea construir ciudades más inclusivas para todos comprometiéndose en la erradicación de la violencia hacia la mujer como factor central. Las reflexiones directrices del programa regional nos llaman a la reflexión sobre: ¿cuáles son los desafíos para construir ciudades sin violencia de género?, ¿Qué lecciones se tienen de la formulación de las primeras propuestas destinadas a fortalecer los derechos de las mujeres en las ciudades?
La primera parte del libro aborda cinco artículos sobre la ciudad y la violencia de género. En esta reseña se resalta el artículo “Violencias y discriminaciones en la ciudad” escrito por la editora, debido a que este artículo desarrolla el tema de la violencia de género a través del espacio público y las nuevas territorialidades urbanas en la ciudad globalizada. Estos temas aportan a una reflexión crítica sobre la planificación urbana y la inclusión de la visión de género en la misma, siendo que esta visión de género parte del imaginario urbano particular del espacio mismo se convierte en un reto y condición de diseño.
El tema transversal del artículo es la violencia urbana que impacta de manera distinta a las mujeres, ya que limita su vida en el espacio público urbano. Siendo que “el espacio urbano es el soporte físico y cultural” (Falú,2009: 16) donde se vive la violencia urbana, la perspectiva de género debe incluirse en la planificación urbana. Por ello el artículo se desarrolla en tres secciones que abordan: las transformaciones urbanas en el marco de los procesos globales reconociendo los impactos de estos procesos en el territorio y los nuevos problemas que emergen; la violencia en las ciudades con sus diferentes formas de expresión, impacto, sensibilidad y diferenciación entre hombre y mujer; y finalmente una perspectiva crítica de los temas nodales de la violencia. Así mismo esta reseña desarrolla los temas en el mismo orden.
El año 2007 a partir del informe de la UNEPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) se reconoce que más del 50% de la población es urbana. Este crecimiento de habitantes en las ciudades hizo que las mismas se densificaran, complejizaran, fragmentaran y segregaran social y económicamente hablando. Las ciudades Latinoamericanas urbanas actuales han modificado sus comportamientos sociales, el uso del tiempo, la movilidad y la comunicación. Hoy es evidente el contraste entre el atraso y la modernidad que se expresa en la revolución de la comunicación, la tecnología y el mercado.
La forma de crecimiento de la ciudad latinoamericana actual es segregativa. “El resultado de esa segregación pone en tensión la calidad de vida urbana y los derechos de la ciudadanía” (Falú, 2009: 19). Las políticas urbanas actuales que tratan la movilidad y el uso del suelo contribuyen también a la polarización social, la violencia y la desigualdad.
La violencia en las ciudades con sus diferentes formas de expresión, impacto, sensibilidad y diferenciación entre hombre y mujer es el segundo tema que aborda el artículo de Falú. Desde el reconocimiento de que la violencia se ejerce más sobre las mujeres tanto en el ámbito privado como en el público (Viena, 1993; Beijing, 1995), se ha avanzado en la instalación de la violencia de género como una cuestión pública y política.
En lo que concierne al urbanismo es importante observar como el espacio público culturalmente se considera masculino y por ello está vedado a las mujeres. Pero, ¿Por qué se encuentra vedado a las mujeres? El espacio público a partir de determinada hora pierde la vitalidad potenciadora de las inter- relaciones, de la socialización, del tejido social y del ejercicio de la ciudadanía como parte coyuntural. Por otra parte y sumada a la anterior idea, las construcciones sociales hacen que las mujeres se sientan inseguras y responsables por cualquier riesgo que puedan sufrir por transitar a horas consideradas inapropiadas en estos espacios estigmatizados. Siendo que la inseguridad cambia lo cotidiano y es un límite a la libertad. Actualmente hay dos respuestas a este temor por el espacio urbano: la creación de estrategias colectivas para no mermar la propia libertad o el retraimiento y abandono del espacio urbano.
Por ello unas reflexiones generales sobre el espacio público importantes serían: ¿Cómo se conciben los espacios públicos?, ¿Son proyectados como espacios de libertad? Según Foucault los espacios son expresiones de poder que imitan las antiguas ciudades griegas, en las que el espacio público era propicio para ejercer un “poder disciplinario”. En contraposición Habermas desarrolla la esfera pública que expresa la construcción de la ciudadanía en los espacios públicos, ya que en estos lugares se construiría teóricamente el diálogo, la democracia y hasta la confrontación. Segovia y Descal plantean que el espacio público es una construcción social y que el abandono y el retraimiento hacia áreas protegidas son procesos circulares y acumulativos que el temor refuerza.
Fuente: John Stanmeyer/VII Corbis, 2012
Finalmente el artículo nos da una perspectiva crítica de los temas nodales de la violencia urbana. Una estigmatización se refiere a la vinculación de la pobreza con la violencia, en la cual no hay una correlación clara que se constata con el ejemplo de que los países más pobres no tienen los índices más grandes de violencia. Otro nodo es la baja credibilidad en la legalidad, la transparencia y la justicia que experimentan los habitantes de la ciudad, en los que se incluye a los pobres. Los jóvenes son sujetos de sospecha y en cierta manera de estigmatización, este factor ligado con otros de pobreza, domicilio, opción sexual raza o etnia se agrava en el contexto. Los medio de comunicación ejercen influencias en los imaginarios urbanos (Silva, 1999 en Falú, 2009; 31), así también incrementa la tendencia a ver la violencia como una falta individual y no como una construcción social.
En síntesis la visión de género en las políticas públicas que ordenan y planifican la ciudad se encuentra recién construyéndose, sobre este tema existen muchas interrogantes y retos que comienzan por darnos la oportunidad para “reconstruir y repensar” el conjunto de acciones para luchar contra la violencia desde la agenda urbana en tres dimensiones: espacio público, seguridad ciudadana y género.
Referencias:
Silva, A. 1992. Imaginarios urbanos: cultura y comunicación urbana. Bogotá: Tercer Mundo Editores.
Falú A. 2009. Mujeres en la ciudad “De violencias y derechos”, LOM Ediciones. Chile.
Migrantas: visualización de la persona migrante en el espacio urbano
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En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Ciudad y Género, presenta iniciativas y experiencias que se ha gestionado en base a lineamientos y estrategias con perspectiva de género, esta vez enfocado en la población migrante.
Revista Planeo Nº13, Ciudad y Género, Diciembre 2013
Fuente Imagen: http://www.migrantas.org
Resumen:
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Ciudad y Género, presenta iniciativas y experiencias que se ha gestionado en base a lineamientos y estrategias con perspectiva de género, esta vez enfocado en la población migrante. Presentaremos como desde la intervención urbana por medio de pictogramas creados por personas migrantes, se puede contribuir a la sensibilización de la ciudadanía sobre el hecho de vivir en un país extranjero, dándole relevancia a la riqueza que dejan los proceso migratorios, en donde el principal escenario es la ciudad.
Palabras claves: Planificación urbana, perspectiva de género, migrantes.
[Por María Rene Noguera. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
En la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la práctica de la planificación urbana no ha permitido a toda la ciudadanía, desde personas menores, jóvenes, mayores, con discapacidad o migrantes, a disfrutar y ejercer el derecho a la ciudad. Este visto como el hecho de obtener las condiciones para su realización política, social y ecológica, sin discriminación alguna debido al sexo o la opción sexual, color, la edad, la lengua, la religión, nivel de ingresos o su origen.
Los nuevos procesos ligados a la globalización de los flujos económicos y de comunicación, nos llevan a un escenario que obliga a cambiar el enfoque de las migraciones, si bien la conexión de globalización y migración no es un fenómeno reciente, este ha adquirido características mas profundas y dinámicas en relación a los diferentes flujos migratorios que precisamente son derivados del fenómeno de la globalización (Polloni & Matus, 2011). El proceso global de la migración repercute en el espacio “translocal” de la sociedad de recepción, en donde la ciudad se convierte en el escenario de estas nuevas interacciones y dinámicas. La ciudad entonces constituye ese escenario de la vida social en el cual se expresan los fenómenos sociales, económicos, políticos y culturales relacionados con la migración.
Ahora bien, el vínculo que se genera de las mujeres y hombres con la ciudad, se expresa de manera diferente, determinado por los roles que asumen, mediados principalmente por las diferencias en su capacidad de acceso a las decisiones, del poder y al control de los recursos (Falú, 2009). En este sentido, para el hombre y para la mujer migrante la ciudad no es un espacio neutro, en donde cada uno vive la ciudad de manera diferente. De ahí que entender la migración en relación con los procesos urbanos, exige comprender la ciudad como una estructura condicionada también por las relaciones de género y trabajo (remunerado o no), analizando la interdependencia que existe entre las obligaciones domésticas en la esfera privada y las posibilidades o limitaciones de acceso a la esfera pública, según la disponibilidad y localización de la vivienda, los servicios, equipamiento y fuentes de empleo (CEPAL, 2006).
La persona migrante entonces, se inserta activamente en circuitos urbanos no sólo a través de sus trayectos por la ciudad, sino desde sus espacios de vida cotidiana, sociabilidad y dispersión. Y los datos apunta a que estos circuitos están conformados la mayoría por mujeres, en donde , a “escala de la ciudad y en el espacio urbano concreto de la ciudad global, se dan elementos dinámicos que revelan las posibilidades emergentes de una política de ciudadanía a la vez localizada y transnacional” (Sassen, 2003), lo que Sassen (2003) llama la contrageografías de la globalización.
En este sentido, no se entiende las migraciones desde la perspectiva de emigración e inmigración entre países de emisión y de recepción, sino que este proceso comprende las relaciones simbólicas más amplias, no solo entre el trato entre los distintos actores, sino que también entre la comunicación simbólica que ocurre en todo ámbito social y en el cual el marco es la ciudad. La migración es por excelencia una relación de diálogo a todo nivel entre ciudades de origen y ciudades de destino en donde los propios migrantes son portadores de su propia realidad sociocultural ineludible al nuevo contexto, lo que implica una convivencia de comunicación intercultural entre ciudadanos, relación que sin duda no solo los modificará a “ellos” sino también a “nosotros” (Polloni & Matus, 2011).
Pero el urbanismo actual en la ciudades latinoamericanas como Santiago, el cual se enfoca en el desarrollo económico, no facilita el desarrollo de una red de relaciones sociales de ayuda y de apoyo, una red de vecindad, amistades o familiares que permita disponer de ayuda práctica y de apoyo (Polloni & Matus, 2011). Y es precisamente el espacio público inmediato que posibilita la interacción espontánea, base para el desarrollo de esta redes. Por lo tanto, existe la necesidad de nuevas formas de gestión y de participación de las personas migrantes en los procesos de hacer ciudad, partiendo por el reconocimiento de las diferencias de género.
Existe actualmente iniciativas europeas que nacen con la idea de contribuir a sensibilizar sobre la relevancia y riqueza que dejan estos proceso migratorios. Uno de ellos vinculados con acciones urbanas, es la propuesta de Migrantas (http://www.migrantas.org). Esta propuesta es iniciada por personas migrantes en Alemania, que intenta hacer visible en el espacio urbano a través de sus diversos proyectos, reflexiones y sentimientos vinculados a la vida en un nuevo país, teniendo claro que la movilidad, la migración y la transculturalidad han dejado de ser excepciones y son cada vez más un fenómeno central de nuestro tiempo. Sin embargo, las experiencias de las y los migrantes suelen permanecer invisibles para el resto de la sociedad, por eso el equipo de Migrantas, se enfoca en la migración, identidad y diálogo intercultural, en donde sus proyectos reúnen herramientas del arte, el diseño y las ciencias sociales. Las integrantes del equipo, conciben su trabajo con otros migrantes mediante un diálogo horizontal [1].
En el año 2002, Marula Di Como y Florencia Young inician en Berlín el «Proyecto Ausländer», que trata sobre las experiencias de ser extranjero. Entre diciembre de 2003 y enero de 2004, una primera serie de pictogramas se muestran en carteles luminosos en el centro de Buenos Aires, Argentina. En 2004 invitan a Estela Schindel, socióloga, para abordar el fenómeno de la migración en Berlín, y extender la invitación a cientos de mujeres de diferentes orígenes, culturas y estatus social. En el año 2005 comienza Kollektiv Migrantas. En 2006 Irma Leinauer, urbanista, se une al colectivo, al igual que Alejandra López periodista, en 2007.
Imagen: Proceso creativo, pictogramas
Fuente: http://www.migrantas.org/
El proceso que realiza Migrantas para llegar al pictograma urbano es el siguiente [2] :
1. Talleres – Expresión gráfica de la propia historia: Migrantas se encuentra con otras mujeres migrantes para reflexionar colectivamente en talleres acerca de su condición. Los encuentros tienen lugar en sus propias organizaciones, instituciones y asociaciones, donde mujeres de diferentes orígenes nacionales, sociales, culturales y estatus legal, intercambian sus experiencias y las expresan en dibujos simples.
2. Desarrollo – Del dibujo al pictograma: después de un cuidadoso análisis de los dibujos surgidos en los diversos talleres y respetando la intención de los mismos, Migrantas identifica elementos claves, temáticas constantes y los traduce en pictogramas. Así surge un lenguaje visual y accesible para todos.
3. Pictogramas – Simplicidad y expresión: los pictogramas son el lenguaje visual de migrantas, son imágenes simples que combinan síntesis con alta capacidad de expresión, cuyo diseño transmite una multiplicidad de emociones. Las personas de identidades y procedencias diversas, pueden reconocerse en los pictogramas o, a partir de ellos, modificar sus propias perspectivas.
4. Resultados – Reconocimiento y visibilidad: los proyectos de Migrantas concluyen con una exposición que brinda un espacio de intercambio. Al ver sus dibujos expuestos, las participantes de los talleres se ven legitimadas y reconocidas, a la vez, los visitantes tienen la oportunidad de acercarse a dichas experiencias y reflexiones.
5. Acciones urbanas – ser parte del paisaje de la ciudad: la inserción de los pictogramas en el espacio público es un aspecto decisivo, ya sea a través de afiches publicitarios, animaciones digitales, la distribución de postales, o la impresión de bolsas para las compras. El objetivo es siempre integrar la subjetividad del migrante al paisaje urbano.
Imagen: Pictogramas en el espacio urbano
Fuente: http://www.migrantas.org/
De esta manera, Migrantas nos da un ejemplo de cómo desde una perspectiva de género enfocado en las personas migrantes, se puede intervenir el espacio público por medio de estas acciones que invita a los transeúntes y les proponen un estimulo para la reflexión. Esto puede significar un primer paso para generar nuevas formas de gestión y de participación de los migrantes en los procesos de hacer ciudad, partiendo por el reconocimiento de las diferencias de género. Por lo tanto, un enfoque de urbanismo con perspectiva de género establecería primero, cuales son las diferencias que se manifiestan en un espacio público determinado, para después encontrar la manera de modificar las interacciones entre la persona y el espacio urbano construido, para luego generar estrategias locales que permitan mejorar el contexto de las minorías, que en este caso son las mujeres y hombres migrantes.
Bibliografía
CEPAL. (2006). Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en America Latina y el Caribe. Síntesis y conclusiones.
Falú, A. (2009). Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos. (R. M. Sur, Ed.) Santiago, Chile.
Polloni, E., & Matus, C. (2011). Somos Migrantes. Santiago, Chile: Fundación Ideas, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Sassen, S. (2003). Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. Madrid, España: Queimada Gráfica.
[1] Fuente: http://www.migrantas.org/web_migrantas_spanish.html
[2] Fuente: http://www.migrantas.org/web_migrantas_spanish.html
Editorial Planeo Nº13 Género y Ciudad
VerEditorial Planeo Nº13 Género y Ciudad
No ha sido sino hasta finales de siglo XX y principios de siglo XXI, que un nuevo movimiento social articulado, ha puesto de manifiesto que los derechos humanos secundarios y terciarios (aquellos que abogan por el derecho al acceso a un trabajo digno, derecho a las oportunidades, derecho a un ambiente seguro y derecho a la ciudad, entre otros), siguen siendo una deuda generalizada pero que se vuelve dramática cuando observamos bajo un enfoque de género.
Desde la perspectiva del género en relación a la mujer, en las últimas décadas se han hecho evidentes las derrotas prácticas de los movimientos feministas: a pesar de los enormes avances teóricos y discursivos, no se ha logrado la equidad en el acceso de mujeres y otros grupos no hegemónicos, en los procesos que moldean nuestra sociedad y el modo en el que vivimos. El movimiento LGTB y sus reivindicaciones por la igualdad de derechos, ha develado que aún hay mucho trabajo por hacer en cuanto a la relación entre el espacio construido y los procesos heteronormativos.
¿Cual es la relación entre los estudios de género y los estudios urbanos? Los cruces académicos entre estos campos de estudio han quedado relegados a los datos demográficos que intervienen en los planes urbanos. Pero adoptar un enfoque de género en planes y proyectos es un objetivo global imperante. Desde la ONU, la FAO, la OEA y otras entidades globales de reflexión crítica, se ha puesto sobre la mesa la urgencia de incluir un enfoque transversal, pluralista e integrador en la manera como se piensa y moldea el territorio. Basados en modelos que abogan por las generalidades y no por las diferencias de los usuarios objetivos, la planificación de nuestras ciudades y políticas urbanas replica ad infinitum la desigualdad que nuestro modelo cultural lleva implícita.
El número 13 de Revista Planeo nos invita a reflexionar sobre el resultado de la planificación de las ciudades en función de una norma basada en el cuerpo masculino al estilo del “modulor corbuseriano”, siendo en la mayoría de los casos indiferente a los otros cuerpos que no comparten la norma. Bajo esta mirada, hemos puesto el énfasis en esos otros, sin importar la sexualidad de sus cuerpos, sino mas bien poniendo foco en las posibles e infinitas identidades de género, que moldean la relación de esos cuerpos con el espacio.
Las ciudades que construimos en base a las necesidades del ciudadano estándar (generalmente pensadas en función de hombres jóvenes de movilidad estándar, no reparan en otras maneras distintas de “ser” en el espacio: ser mujer, ser anciana/o, ser niña/o, ser inmigrante, ser gay, ser trans, etc. Es por esto que un enfoque de género en la planificación urbana nos permite develar no sólo las diferencias donde residen los derechos humanos, sino que también otros modos de discriminación socio-espacial implícitos.
El enfoque de género que proponemos, no busca exaltar la diferencia entre hombres y mujeres ni “sexualizar” el estudio de la ciudad, sino que busca entender las maneras en las cuales podemos intervenir el espacio para equiparar el acceso a oportunidades para todos y todas.
Para relevar este tema, como Comité Editorial nos hemos hecho asesorar en la generación de contenidos del presente número, por el colectivo Género y Ciudad, plataforma que se propone reunir, investigar, formular y aplicar políticas y planes de urbanismo género consciente en contexto urbanos de Latinoamérica, de modo de cambiar la relación entre el entorno construido y las distintas identidades de género que habitan la ciudad. Esta alianza ha permitido elaborar un número de Revista Planeo que integre distintas visiones respecto al estudio del género vinculado a los estudios urbanos y la planificación, considerando la importancia de planificar desde la diferencia y para los otros.
En función de esto, hemos distribuido los contenidos de noviembre, de la siguiente forma:
La sección Prácticas, presenta iniciativas y experiencias en intervenciones al espacio público que se ha gestionado en base a lineamientos y estrategias con perspectiva de género desde la planificación y gestión urbana.
En la sección Columnas, Mag Melara nos presenta “La cotidianidad de la mujer en la ciudad”, haciendo hincapié en la desventaja existente para la mujer en los espacios físicos y construidos, respecto al desafío diario de compatibilizar los roles de crianza y trabajo, siendo inclusive en muchos casos la fuente primaria de ingreso en sus hogares.
También en la sección Columnas, Daniel Muñoz presenta “Cuerpos vulnerables y excluidos en el transporte público de Santiago”, haciendo alusión a la vulnerabilidad de la mujer en contextos del transporte y movilidad en la ciudad, que finalmente la somete a desafíos proxémicos alteran las posibilidades que los viajeros masculinos pueden mantener.
En la sección Actores, entrevistamos a Liliana de Simone, Directora Ejecutiva de Ciudad y Género, para conversar acerca de su vinculación al estudio del urbanismo género consciente y sus nuevas perspectivas respecto a este tema en nuestro país y en el contexto latinoamericano.
En este número, reseñamos el libro “Contrageografías de la globalización: Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos”, de Saskia Sassen, que aporta estudios que mejoran y complementan la investigación realizada hasta el momento acerca del rol de la mujer en la sociedad.
….. ..Beatriz Mella Liliana de Simone
Editora General Revista Planeo Directora Ejecutiva de Ciudad y Género
Arturo Orellana
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Revista Planeo Nº13, Género y ciudad, Noviembre – Diciembre 2013
Luiz Cesar de Queiroz Ribeiro_ Las Metrópolis y sus desafíos
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
La cotidianidad de la mujer en la ciudad
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Revista Planeo Nº13 , Género y Ciudad, Noviembre 2013.
[Por: Mag Melara. Estudiante Magíster (c) Desarrollo Urbano, IEUT, UC.]
Desde tiempos antiguos, la mujer, sin importar su latitud de origen se encarga del trabajo doméstico, y de manera protagónica y simultánea, el rol de la crianza de los hijos. En palabras de Perrot (1997:9), desde tiempos remotos se consolida la idea que la mujer ¨está hecha para la familia y la vida doméstica. Su vocación es la de madre cuidadora de la casa ¨, y su escenario de acción es lo privado, de manera que esta exclusión de lo público implica una asociación de la mujer al ámbito doméstico.
Sin embargo en el devenir de la historia esta situación ha cambiado drásticamente; la mujer ahora trabaja fuera de casa y además establece dinámicas relaciones con el exterior, es decir; fuera del hogar ¿limitadas a lo laboral?, Es un hecho que no. La mujer mantiene de forma simultánea bajo su cargo, los haberes relacionados a la integración familiar a través de: la crianza de los críos, la atención afectiva ,y desde luego, el trabajo doméstico.
Esta situación corre el riesgo de pasar desapercibida por su condición ¨típica¨ en sí misma, que sin duda implica faenas muy espesas para la mujer, con variaciones dependiendo de las condiciones económicas y socio-espaciales inherentes a cada situación. Si se establece un escenario general; la mujer en la actualidad busca compatibilizar el rol de crianza con el de trabajo, pero… ¿Qué es inmediatamente importante en función de esta compatibilidad? Algunas respuestas pueden ser; el uso del tiempo, las condiciones de movilidad, el lugar de habitación en relación a las zonas de trabajos, infraestructuras, redes de apoyo, entre muchas otras. Estas posibles respuestas sugieren de manera sobresaliente canalizar la atención a través de un enfoque socio-espacial; haciendo foco en la ciudad, indiscutible escenario de la cotidianidad humana.
La ciudad ha sido organizada a partir de la división de roles según sexo, estableciendo las actividades productivas al hombre y reproductivas a la mujer (Karsten et al, 1991), conjuntamente ¨diversos autores consideran a las mujeres como un grupo históricamente relegado de la esfera pública, y de las decisiones que se toman en torno a ella¨ (Izard, 1995, Perrot, 1997 y Valcárcel, 2008 en Cortés et al. 2012). La planificación urbana o regional responde a lo sectorial sin partir de la cotidianidad humana; materializando serias contradicciones entre la cotidianidad femenina y el entorno urbano, donde la zonificación de usos sigue siendo coherente a la ideología de la ¨domesticidad¨, a pesar que la participación de la mujer en el trabajo remunerado fuera del hogar es irrefutable y además, tiende al alza (Karsten et al, 1991).
Han sido ya muchísimos años de diseño de las ciudades con una organización basada no sólo en la antigua forma de distribución de actividades, sino que también se ha visto afectada por los cambios generados por la globalización, lo que ha generado la transformación de las dinámicas de organización y funcionamiento de las ciudades derivando en nuevas formas territoriales (De Mattos, 2010; Harvey, 2004; Fernández Durán, 2007). Es así como las ciudades consolidan en el tiempo situaciones territoriales nada favorables ni para hombres ni para mujeres. Esta condición desfavorable involucra segregación socio-espacial, una mala geografía de oportunidades, entre otros aspectos que describen una ciudad inequitativa.
De lo anterior, si hacemos un acercamiento sobre América Latina, son cada vez mayores los desafíos: ¨remontar la desigualdad social y fortalecer las democracias, ámbitos donde los logros y fracasos impactan directa y diferencialmente la calidad de vida de hombres y mujeres (…) la región ostenta los mayores índices de desigualdad y nichos de pobreza, que conforman fenómenos como la ¨urbanización de la pobreza¨ y, dentro de ella, la ¨feminización de la pobreza ¨ (Falú, 2009: 21).
En coherencia con lo anterior, en Chile, la jefatura de hogar femenina asciende de forma considerable por año. Según los resultados de la Encuesta Casen 2011, los hogares con jefatura femenina en Chile, han sufrido un incremento: de un 20% en 1990, a un 39% en 2011. Además existe una situación particular para este 39 por ciento, hay una considerable proporción perteneciente a la categorización de pobreza (51%) y pobreza extrema (55%).
Hay cifras que complementan y destacan las dificultades femeninas de estos tiempos, no en vano la tasa de natalidad chilena es una de las más bajas de la región. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ¨Chile es ahora el único otro país de la región, además de Cuba, que tiene niveles inferiores a los necesarios para mantener su población¨ (recuperado de http://www.latercera.com, 2013).
La situación descrita es una alerta.
La mujer se ve en desventaja para enfrentarse diariamente a la realidad haciendo compatibles los roles de crianza y trabajo, inclusive en muchos casos es fuente primaria (y a veces única), del sustento y provisión de sus hogares. Y no es menor que al trabajar, ocupa una posición inferior a la del hombre dónde además de sufrir la explotación de clase, que comparte con el hombre, las mujeres tienen empleos peor pagados, y esto puede corresponder a discriminación o también a jornadas de trabajo reducidas (FEMP 1996).
¨La renta, ligada al género, hace que las mujeres se distribuyan en las áreas no privilegiadas de la ciudad. La dedicación de las mujeres al trabajo remunerado además de a la resolución del bienestar cotidiano de la familia, le obliga a tránsitos entre mercados, tiendas, centros de salud, colegios, el lugar de trabajo, áreas de recreo y la vivienda. Las excesivas distancias desde la vivienda a todos los servicios, y los múltiples trayectos, complican la resolución de problemas que surgen en el transcurso del día. El tiempo se consume rápidamente, a lo largo de una jornada de actividades múltiples y variadas, cuyo motor principal es el confort de los miembros de la familia¨ (FEMP 1996, p: 28).
Actualmente, ciudad, cotidianidad y mujer son piezas de la realidad que no que encajan.
Bibliografía
CORTÉS, A. & FIGUEROA, C. (2012), Movilidad Femenina en asentamientos de escasos recursos en Santiago de Chile: estrategias de movilidad en la búsqueda de eficiencia y seguridad.
DE MATTOS, C. (2010) Globalización y metamorfosis urbana en América Latina. De la ciudad a lourbanogeneralizado [En CD].
FALÚ, A. (2009), Mujeres en la Ciudad. De violencias y derechos Ediciones Sur
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS – FEMP (1996). Mujer y Urbanismo: Una recreación del espacio. Claves para pensar en la ciudad y el urbanismo desde una perspectiva de género.
FERNÁNDEZ DURÁN, R. (2007) – “El tsunami urbanizador español y mundial”. Disponible en: www.ecologistasenaccion.org/article.php3?id_article=4824
HARVEY, D (2004). Mundos urbanos posibles. En Ramos, A. M. (Ed.) Lo urbano en 20 autores contemporáneo. Barcelona, Ediciones UPC
IZARD, M. (1985). Marginados, fronterizos, rebeldes y oprimidos (1a Ed.) Madrid, España, Serbal
KARSTEN L; MEERTENS. (1991) La geografía del género: sobre visibilidad, identidad y poder. Docments d´Analisi Geográfica 19-20, pp 181 -193)
MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL (2011). Encuestas Casen 2011. Disponible en: http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/casen/publicaciones/2011/CASEN_Mujeres_pobreza_y_Trabajo.pdf
PERROT, M. (1997). Mujeres en la Ciudad (1a Ed.). Santiago de Chile, Andrés Bello
VALCÁRCEL, A & QUIRÓS, B. (2008). La Política de las mujeres (4a Ed.). Madrid, España: Cátedra De Mattos, C. (2010) Globalización y metamorfosis urbana en América Latina. De la ciudad a lo urbano generalizado [En CD].
Cuerpos vulnerables y excluidos en el transporte público de Santiago
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Revista Planeo Nº13 , Género y Ciudad, Noviembre 2013.
Los estudios de movilidad en auge han favorecido explorar la experiencia del trayecto urbano desde múltiples perspectivas. La mirada de género también ha marcado una cierta presencia, centrándose tanto en necesidades diversas (Díaz y Jiménez, 2002) como en diferentes resultados a la hora de viajar por la ciudad (Jirón, 2007).
Se ha planteado en reiteradas ocasiones cómo la experiencia y necesidades de viaje cambian fuertemente según género, particularmente en ciudades latinoamericanas donde prevalecen diferenciaciones funcionales marcadas. Así, mientras que los hombres poseen una experiencia cotidiana de viaje pendular (principalmente entre su hogar y su trabajo), las mujeres pueden presentar un abanico de posibilidades de movilidad mucho más diverso, que tiende a tomar la forma de una red conformada por múltiples desplazamientos.
Estas diferencias articuladas en torno al género, cuyos matices sólo comienzan a ser explorados, han sido enfrentadas de muy diversas maneras a nivel internacional. En países como Japón, Egipto, México y Brasil se han implementado vagones segregados en el metro, sean permanentes o habilitados sólo en horario punta. La ciudad de Viena, por su parte, ha desarrollado de modo pionero el interesante principio de planificación gender mainstreaming, que busca visibilizar y valorizar la mirada de género en la tarea de proyectar políticas públicas inclusivas.
Una de las dimensiones más significativas a nivel de género, y que menos lecturas ha recibido en el ámbito de la movilidad cotidiana en transporte público, corresponde a la del cuerpo. Pese a la poca atención de la que ha gozado, resulta fácil advertir las múltiples formas en que el cuerpo se convierte en el protagonista de nuestros viajes cotidianos por la ciudad. Se trata de un elemento que se ve exigido como pocos, a la vez que restringido por normas y expectativas implícitas en el funcionamiento del servicio (Ureta, 2012). Esto es especialmente cierto en el caso del sistema Transantiago, que conllevó fuertes transformaciones en la cotidianeidad de los usuarios tras su implementación en 2005 y que generó ya conocidas imágenes de atochamientos y congestión.
En el caso de Santiago, acceder a su transporte público equivale a acoplarse a él, frecuentemente con costos que se inscriben en el cuerpo, y que nos obligan a enfrentarnos a nuestros propios límites y diferencias. El viaje en transporte público nos interpela sensorialmente, exponiéndonos a sonidos, tactos y aromas que no nos son propios y pueden resultar desagradables. La cercanía de los cuerpos diversos plantea un escenario complejo de miradas de extraños, conversaciones ajenas y roces inesperados, que acaban por perfilar una experiencia en la que el cuerpo busca recogerse, resguardar un mínimo de espacio íntimo. Así es como salen a flote un sinnúmero de tácticas que posibilitan un bloqueo sensorial. Los audífonos, celulares, libros y bolsos bloquean los manoseos, las miradas escrutadoras, la música que no queremos oír.
En el mundo de la sensorialidad todos parecemos vivir una experiencia semejante. Pero también los ritmos marcan la pauta sobre el cuerpo, y ya en este punto parecen haber algunos que se adaptan mejor que otros. La necesaria discusión sobre accesibilidad universal recién comienza a tomar forma en la esfera pública, y la vida cotidiana en el sistema Transantiago continúa siendo, de facto, un espacio de fuertes segmentaciones e inclusiones implícitas. El flujo de las masas que buscan subir a la micro o entrar al vagón de metro despliega un ritmo que no todos pueden seguir, y los espacios sofocantes del vehículo atestado de personas no admiten la presencia de ancianos, niños, embarazadas o personas con discapacidad. Estos cuerpos frágiles suelen ser evocados en la propaganda conciliadora de propuestas de vocación modernizante como Transantiago, pero en la práctica no resultan admisibles ni a nivel sistémico ni infraestructural.
La mujer, como cuerpo, es un individuo que puede tener menos libertad de acción para viajar que un hombre. Al amparo del horario nocturno o en el escenario del vagón repleto, ella se comprende como un cuerpo vulnerable, que ha vivido o teme vivir atropellos de diversa índole y gravedad. La mantención de la femineidad en un contexto de contacto inevitable con extraños plantea desafíos proxémicos que despojan a las mujeres de posibilidades que los viajeros masculinos pueden mantener. Así, Susana, que viaja todos los días desde Puente Alto hasta La Reina para trabajar como nana, considera que debe evitar algunas micros que le sirven porque en ellas viajarían obreros en grupos numerosos, lo que le resulta intimidante[1]. Paola Jirón (2008) destaca el caso de Ana, para quien no resulta indiferente el horario en que se escoja viajar. De un margen de quince minutos depende si sus compañeros de viaje serán predominantemente hombres o mujeres.
El espectro de posibilidades puede buscar ser ampliado, pero se repartirá desigualmente. El servicio puede extender sus horarios, ampliar sus recorridos y mejorar su infraestructura, pero los cuerpos no son todos iguales. ¿De qué sirve buscar incluir a los ancianos, a las personas con discapacidad y a las mujeres, si sus cuerpos no encajan con el sistema de transporte público?
Mirar el problema desde una perspectiva de género en clave corporal nos entrega una doble posibilidad. Por un lado, nos ayuda a percatarnos que detrás del diseño de nuestros sistemas de transporte público se encuentra, camuflada, la muy específica figura de un viajero funcional: Un hombre sano, ágil y joven. Por otro lado, nos provee de una herramienta que permite avanzar en la conceptualización de un acceso verdaderamente universal. No se trata de pensar la movilidad para hombres o para mujeres, como en las soluciones segregadoras citadas más arriba. Pensemos más bien la movilidad para cuerpos (diversos, sexuados, cargados de cultura tanto como de materialidad), y estaremos ampliando nuestra mirada en la búsqueda de una ciudad más inclusiva e igualitaria. El cuerpo, podríamos decir, es el espacio de las diferencias pero también el de las semejanzas. Al fin y al cabo, todos tenemos uno.
Obras citadas:
Díaz, M. A., y Jiménez, F. J. (2007). Transportes y movilidad: ¿necesidades diferenciales según género?. Terr@ Plural, 1(1), 91-101.
Jirón, P. (2008). Mobility on the move: Examining urban daily mobility practices in Santiago de Chile. (Tesis doctoral sin publicar, London School of Economics and Political Science).
_______(2007). Implicancias de género en las experiencias de movilidad cotidiana urbana en Santiago de Chile. Revista Venezolana de Estudios de la Mujer,12(29), 173-197.
Ureta, S. (2012). Waiting for the barbarians: disciplinary devices on metro de santiago.
[1] El caso de Susana (nombre ficticio) es extraído de la tesis de magíster “Imaginarios en movimiento: Análisis de tramas de sentido en el transporte público de Santiago de Chile”.
Entrevista a Liliana De Simone: Directora Ejecutiva de Ciudad y Género.
VerEntrevista a Liliana De Simone: Directora Ejecutiva de Ciudad y Género.
Revista Planeo Nº13 , Género y Ciudad, Noviembre 2013.
[Por Antonio Vega. Licenciado en Historia y Estudiante Magister en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Rosa Liliana De Simone es arquitecto, investigadora y planificadora urbana de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es docente de la Facultad de Comunicaciones de la misma universidad y de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad Diego Portales. También es investigadora y docente adjunta del Instituto de Estudios Urbanos UC. Ha impartido cursos en áreas de teoría urbana, historia y teoría de la arquitectura, estudios de consumo, metodologías del urbanismo género consciente, entre otros. Sus principal área de investigación son los procesos de construcción reciente de espacios públicos y pseudo-públicos en la ciudades latinoamericanas, sus interpretaciones y sus horizontes de planificación y desarrollo.
Actualmente está publicando “Metamall: los espacios del neoliberalismo en Chile: 1973-2012”, y es co-autora de numerosos libros, tales como «Treinta años del Mall en Chile», «Escenas de Comida Callejera en Santiago de Chile» y «Las Ciudades de George Simmel».
Liliana es co-fundadora de SudLab: Laboratorio de Ciudad y Estudios Urbanos, y es fundadora y Directora Ejecutiva de Ciudad y Género | City & Gender, colectivo interdisciplinario de reflexión y acción en torno al urbanismo género consciente en Latinoamérica.
@lldesimone
@generoyciudad
ciudadygenerocl@gmail.com
¿Cómo surge Ciudad y Género? ¿En qué consiste?
Ciudad y Género surge como una iniciativa personal dentro de mi tesis de postgrado, por descubrir ciertos cruces de información relacionados a la concepción de la ciudad desde los enfoques de género. Nace como una iniciativa personal, pero se ha ido concretando en un colectivo de investigadores y académicos, principalmente ligados a los estudios urbanos, quienes tenemos interés en buscar maneras de aplicación de metodologías y planes que, desde la sensibilidad de género, permitan incidir en la planificación de nuestras ciudades chilenas y latinoamericanas.
¿Cómo podrías definir el urbanismo género-consciente?
El urbanismo género-consciente surge desde una tendencia que lleva más de una década en Europa, a través del concepto conocido como gender mainstreaming el cual participa en todos los proceso de hacer ciudad. El gender mainstreaming tiene que ver con los pasos que implican incorporar un concepto de transversalidad y horizontalidad, tanto en la conceptualización de proyectos urbanos o en la idea de ciudad, pero también en la formulación y aplicación de hacer y pensar la ciudad. En ese sentido, para nosotros el urbanismo género-consciente se centra en la pregunta: ¿cómo construimos ciudades justas para todos y para todas? Esta interrogante surge del concepto del “derecho a la ciudad” de Henri Lefebvre, pero que se alimenta de otras teorías como la de Judith Butler y la “otredad” quien reconoce que las maneras como nosotros construimos ciudades y hacemos las estructuras y los constructos sociales surgen de una manera más bien binaria de concebir el cuerpo, que lo considera como un cuerpo heteronormativo, es decir, que puede ser sólo hombre o sólo mujer. Lo anterior se justifica ya que nuestra historia social de la civilización se ha construido en base al cuerpo masculino y ha dejado a todas las otras diferentes formas del cuerpo, de alguna manera relegadas como minorías. Por lo tanto, lo que intentaría ser cualquier tipo de enfoque de urbanismo género-consciente es, primero, estudiar cuáles son estas diferencias que se manifiestan en los distintos usos y accesos de la ciudad hacia los usuarios. Luego, buscar las maneras de poder contrastar, modificar, alterar, este tipo de interacciones entre el cuerpo y el espacio y finalmente generar ciertas fórmulas locales de urbanismo género-consciente que permitan mejorar el contexto de las minorías sub-representadas, que en este caso son las mujeres, pero existen muchos otros grupos que también participan de la ciudad de forma desigual.
¿Nos puedes describir cuál ha sido el desarrollo de este tema en nuestro país y en el contexto latinoamericano?
A nivel latinoamericano el tema de un urbanismo género-consciente es bien incipiente. No sólo porque no existen suficientes fondos para investigar y para hacer programas locales sino que también porque ha sido necesaria una traducción teórica, que en Género y Ciudad lo consideramos una de nuestras principales tareas. Se requiere de una traducción teórica de las diferentes maneras y conceptualizaciones de lo que significa el género ejercitado en el espacio. Y esto tiene que ver con que el género es un constructo social, es una idea de diferenciación y de las identidades que está construyendo según las contextualizaciones culturales del momento. Por lo tanto, las teorías de género que existen en Europa no nos sirven a nosotros y tampoco sus soluciones, para poder pensar en ciudades más justas y más tolerantes para todos. Por lo mismo, es una tarea pendiente tanto a nivel local como regional, generar este corpus teórico que interprete cuáles son las reales diferencias y desventajas que se ejercitan todos los días en nuestros espacios. Nosotros tenemos conocimiento y hemos construido una red amplia de las distintas experiencias en Latinoamérica. Actualmente estamos en contacto con la Secretaría de las Mujeres en Medellín, uno de los grupos sociales que más impacto ha generado a través de la implementación de distintas políticas públicas en la ciudad de Medellín y que a través de la aplicación de un enfoque género-consciente ha tenido una incidencia muy grande en las conceptualizaciones de feminidad, masculinidad y la manera cómo estas se ejecutan en el espacio. Respecto a nuestro país, ha habido grandes avances en la teorización de la violencia urbana, que es un tema sin duda fundamental y uno de los grandes tópicos de los estudios de género, pero que desde nuestro punto de vista no cubre todos los grandes conflictos de poder en el espacio. Entonces, existe la experiencia de Sur, a través de Olga Segovia y Alfredo Rodríguez, quienes han tenido avances importantísimos en la evaluación de la violencia urbana y cómo se manifiesta. Han desarrollado una teoría y un rastreo frente a este tema hace varios años, que sin duda es un referente directo para nuestras conceptualizaciones y trabajos sobre seguridad en la ciudad. Sin embargo, también es necesario decir que Ciudad y Género propone ir más allá, desde una propuesta proyectual sin duda, en el sentido de generar alianzas con distintas entidades locales de modo de poder probar, ejercitar y proyectar ciertos equipos, baterías de políticas públicas, planes y proyectos urbanos, que puedan incluir tanto la teoría generada a nivel local como su diagnóstico, junto a respuestas que puedan generar para un futuro desarrollo económico como cultural género-consciente.
Mencionaste anteriormente la necesidad de generar un corpus conceptual: ¿Cuál vendría a ser el rol de la academia en este tema, tanto en los estudios urbanos como en la propia arquitectura?
Eso sin duda es una tarea pendiente tanto de nosotros como de las entidades académicas, porque como Género y Ciudad nos proponemos generar una concientización de lo importante que es investigar sobre estos temas y creemos que es nuestra responsabilidad como colectivo académico, crear las instancias dentro de la academia para encontrar los espacios que permitan este ambiente de teorización y de comprensión de una realidad que todavía ha sido poco abordada. Por lo mismo creemos que es necesario que en la academia y en los institutos de urbanismo, políticas públicas, arquitectura, sociología urbana, entre otros, se generen instancias de investigación para conocer la situación actual de la construcción de género en nuestros espacios y ciudades y así poder evaluar en un trabajo interdisciplinario ciertas maneras para incidir en estos procesos. Sin duda que la academia juega un rol fundamental y es necesario que se comprometan tanto fondos como espacios para implementar estas ideas innovadoras. También es necesario participar en los debates que actualmente se realizan, por ejemplo, el de UN-HABITAT en la ciudad de Medellín, que tiene como principal pilar el género y el ambiente construido o revisar lo que se ha hecho en las ciudades europeas a través de sus programas conjuntos de gender mainstreaming que buscan colaborar y compartir programas género conscientes entre distintas ciudades. Por lo tanto, la academia tiene un rol importantísimo como un actor social que puede poner este tema en el tapete, pero también tiene la capacidad de independizarse de ciertos procesos que pueden ser más políticos, más burocráticos y que puede evaluar desde un punto de vista más holístico, si se puede decir, el problema a nivel sociocultural y en el tiempo.
¿Fijar el foco en la categoría de género sería el primer paso para dar a luz las diferencias o desigualdades que tienen las ciudades, por ejemplo con los niños y adultos mayores?
Sin duda, porque el enfoque de género permite exponer un enfoque desde los derechos humanos en cualquier tópico. Porque, virar hacia un enfoque de género implica sacar a luz las desigualdades en el cumplimiento de los derechos humanos en distintos grupos sub-representados. No es una excusa, enfocarnos en las mujeres, grupo que ha sido sub-representado históricamente en la toma de decisiones y procesos culturales de producción de capital y de espacios, permite también revelar todas las otras diferencias que han sido mantenidas en el tiempo. En ese sentido, cuando hacemos un enfoque en la discriminación directa e indirecta que se produce hacia los derechos humanos de las mujeres, nos empezamos a dar cuenta que otros derechos humanos surgen de manera inmediata, como el de los inmigrantes, niños, ancianos, entre otros. El enfoque de género funciona como un catalizador, porque permite superar una visión heteronormativa, hombre-mujer, idealización lecorbusiana de un cuerpo modulor, que es perfecto, de 30 años, con sus 2 pies y manos. Este enfoque nos permite superar esa abstracción del ciudadano para darnos cuenta y tener una visión en las diferencias más que en las generalidades y así cuestionarse cómo generar ciudades para estas diferencias.
¿Nos puedes ejemplificar algunas desigualdades de la ciudad?
Al estudiar en mi tesis de magister temas de consumo y sus trayectorias realizadas en los bordes del paradero 14 de La Florida, me encontré en los trabajos de campo que no tenían que ver con actividades comerciales sino que habían muchas mujeres jóvenes y ancianas que utilizaban estos espacios, el mall Plaza Vespucio, no como un lugar de compras o recreación sino como un lugar que les permitía pasar de un punto A un punto B en un marco de seguridad. Me llamó la atención que muchas mujeres utilizaran el mall para cruzar de una manera directa y segura, un espacio que si lo hubieran tenido que bordear, era más peligroso. Eso me abrió muchas puertas de cómo la ciudad funcionaba sobre estas percepciones de seguridad, que venían determinadas desde el género, desde la identidad de género. Con otros compañeros nos preguntamos cuáles eran esas maneras de entender las ciudades, sus conflictos y desigualdades, que se explicaban o tenían respuesta a través del enfoque de género, cómo los espacios públicos y privados tienen un impacto directo en las percepciones de seguridad, de ciertos grupos, explícitamente de mujeres jóvenes y mayores. Y también nos dimos cuenta que desde ese punto de vista se podían hacer múltiples cruces, por ejemplo, el género y el transporte, y la manera como hoy en día se piensa la movilidad inclusiva y se planifican las grandes infraestructuras de transporte público. El uso del transporte público es muy distinto según un género u otro o según las edades. Por ejemplo en el Transantiago, una gran parte sino la mayoría de los usuarios diarios son mujeres, porque el auto familiar (si es que se tiene), es utilizado por el jefe de hogar para una trayectoria A-B-A. En cambio, la mujer utiliza el Metro y el Transantiago para hacer trayectorias mucho más complejas, que tienen que ver con las maneras como se subdivide el trabajo de manera sexual en nuestras sociedades, que tienen que ver con que las mujeres están ligadas a labores reproductivas, no sólo con tener hijos sino que tener un cierto funcionamiento administrativo del núcleo familiar y que implica que sus transportes diarios en la ciudad sean muchos más complejos. El enfoque de género revela las grandes desigualdades e injusticias que existen en la planificación del transporte. Y así podríamos ir con varios ejemplos, uno de de los más comunes a nivel internacional tienen que ver con la planificación de espacios públicos, con estrategias de inclusión en el diseño, pero también con estrategias género-conscientes en cuanto a los procesos de validación ciudadana, implementación y también de la construcción de espacios públicos que sean más seguros y transversales, que piensen en distintas edades, en distintos tipos de personas.
Por último el género y cambio climático también es un tema relevante, que tiene que ver con los efectos del inminente cambio climático sobre el trabajo de las mujeres. Recientemente en nuestro país se produjeron fuertes heladas, las que afectaron las producciones de frutas y verduras. Esto tiene como consecuencia que se van a generar grandes números de desempleo femenino durante el verano. Entonces existe un enfoque de género, existe una dimensión de género implícita en todos los efectos del cambio climático que puede tener en los escenarios productivos. Y por lo mismo es importante considerarlos en el momento de investigar y normar.
Finalmente, ¿cuáles son los desafíos de Género y Ciudad?
Es importante destacar que Género y Ciudad no pretende hacer ciudades para mujeres. Lo que se propone como misión es incorporar una mirada de género para el desarrollo urbano, que es más que aspirar a cualquier imposición a prácticas de uso igualitario o prácticas de diseño igualitario sino que están más bien orientada a la identificación de conflictos que afectan a un panorama o crisol de grupos que generalmente pertenecen ocultos al momento de decidir para quién se planifica y para quién se gestionan las ciudades. Este enfoque busca ser un catalizador de estrategias y un detonador de cambios hacia una inclusión y una transversalidad que puedan garantizar la equidad de los géneros más que la igualdad. Porque ésta última abstrae las diferencias y eso no nos interesa. Todo lo contrario, es destacar las diferencias y diseñar para esos distintos cuerpos en el espacio y eso se llama equidad y no igualdad.
Como desafío básicamente ahora estamos buscando sensibilizar distintas entidades de investigación académica y también consolidar un equipo de investigadores, por lo mismo estamos muy abiertos en recibir personas interesadas en estos temas y fomentar la investigación, todos los que sientan identificados o interesados pueden contactarnos por mail.
Contrageografías de la globalización: Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos de Saskia Sassen.
VerContrageografías de la globalización: Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos de Saskia Sassen.
Revista Planeo Nº 13, Ciudad y Género, Noviembre 2013
Fuente: Uri Colodro Gotthelf
Palabras claves: Contrageografías, Género, Ciudad.
Titulo del libro: Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circuitos transfonterizos
Autora: Saskia Sassen
ISBN: 84-932982-0-4
Año: 2003
[Por Uri Colodro Gotthelf. Estudiante Geografía, P.Universidad Católica de Chile.]
Desde los orígenes de las relaciones sociales la mujer ha tenido un rol esencial que ha logrado mantener a pesar de los cambios. Sobre esto, es muy poco lo que se ha estudiado, siendo un ejemplo, los actuales circuitos derivados del proceso de globalización, en donde el género es más importante de lo que podría pensarse. Es en virtud de esto que la autora Saskia Sassen, en su libro Contrageografías de la globalización: Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos, aporta estudios que mejoran y complementan la investigación realizada hasta el momento.
En esta ocasión se puntualiza en el segundo capítulo del libro, por abordar el concepto denominado contrageografías de la globalización. En este capitulo, la autora explica la existencia de tres fases referidas al rol de la mujer en el continuo proceso en el que todos estamos inmersos. La primera fase se refiere a aquellos tiempos en los que se instaura la agricultura de mercado, en la cual el hombre pasa a ser el gran protagonista, al tiempo que la mujer adopta el papel de subsidiar este trabajo mediante la mantención de la agricultura de subsistencia. La segunda fase tiene que ver con la internacionalización de la industria manufacturera, un proceso que se desarrolla en los países del tercer mundo, siendo este contexto donde ocurre la más importante feminización del proletariado, existiendo numerosos ejemplos de grandes factorías en economías orientales.
En la tercera fase, se pone énfasis en lo que ocurre en la actualidad, resultando esencial hacer un análisis crítico que permite la toma de consciencia y acciones directas. Esta etapa se refiere al rol de las mujeres en la economía global, donde se destaca el surgimiento de ciudades como lugares estratégicos, en los que aparecen servicios especializados y procesos económicos globales. Es así como a estos sistemas formales se incorporan mujeres inmigrantes en busca de la supervivencia, derivada del desempleo en sus países de origen y la austeridad presupuestaria de las empresas. A raíz de todo esto, adquieren importancia diversos modos que aseguran la supervivencia doméstica, como la producción alimenticia, el trabajo informal, la emigración, e incluso, la prostitución.
Estos procesos se ven fuertemente incrementados por la globalización económica, que en palabras de la autora, «ha contribuido a la consolidación de una infraestructura institucional para la movilidad de capitales a través de las fronteras y mercados globales» (Sassen, 2003: pág. 52). A lo anterior, además se sumaría la fuerte dependencia de los países pobres, que se han dedicado a pagar sus deudas y transferir recursos directamente a países del Norte.
Entre los circuitos alternativos de supervivencia, se destaca el tráfico de mujeres y las remesas de dinero. El primer caso, se trata de una violación de los derechos humanos, que muchas veces está unido a la industria del sexo, de la cual es posible sacar grandes beneficios. Es así como mujeres procedentes de países con un alto desempleo, emigran a países que tienen una industria del sexo fuertemente desarrollada, constituyéndose a su vez en un gran motor económico del turismo que beneficia a los gobiernos.
El segundo caso refiere a las remesas de dinero, las cuales son una importante fuente de ingresos para los países receptores. Sobre este caso se destacan algunos ejemplos en contextos como Corea del Sur o Filipinas, donde han surgido verdaderas políticas de exportación de ciudadanos «como modo de solventar el desempleo y asegurar las reservas de moneda extranjera» (Sassen, 2003: pág. 62). Sumado a lo anterior, el dinero proviene muchas veces de actividades ilegales como la prostitución o la industria del sexo. En este sentido, los gobiernos parten de recibir dinero, disminuyen las cifras de desempleo y ahorran en el gasto social destinado a las personas que abandonaron el país. Es así como surgen los matrimonios con extranjeros, lo que les permite a las mujeres regularizar su situación de inmigrantes rápidamente, y conseguir un empleo en espacios que se encuentran con un déficit de trabajadoras agrícolas o domésticas.
Finalmente, este capítulo aborda las dinámicas inherentes al proceso de globalización que los estados más pobres han aprovechado para hacerse más competitivos y salir de las crisis, viéndose beneficiados de las remesas de dinero, la disminución del desempleo y la disminución en gastos sociales. Esta es la razón de que se hayan denominado como contrageografías, por el hecho de estar asociadas a programas centrales y que, asimismo, no se consideren como circuitos que forman parte de la globalización, proceso que no sólo ha incrementado las injusticias sociales, sino que ha logrado que éstas traspasen barreras geográficas anteriormente impenetrables.
BIBLIOGRAFÍA
Sassen, Saskia (2003). «Contrageografías de la globalización: Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos». Queimada Gráficas, Madrid.
Uri Colodro Gotthelf
VerUri Colodro Gotthelf
Estudiante de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha avocado su carrera al estudio del espacio público, la planificación de áreas verdes y temas urbanos en general, sobre los cuales también ha dictado algunos cursos. Actualmente se encuentra realizando su tesis de grado, sobre áreas verdes metropolitanas, instrumentos de planificación territorial e injusticia ambiental. Además, ha incursionado en el mundo de la literatura, publicando su primera novela en 2011, titulada Maite Zaitut.
Planificación y gestión con Perspectiva de Género
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Revista Planeo Nº13, Ciudad y Género, Noviembre 2013
Fuente Imagen: http://www.klaretexte.de/magazin/artikel/unfreundliche-wiener-und-ihr-geschlecht/
Resumen
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Ciudad y Género, presenta iniciativas y experiencias en intervenciones al espacio público que se ha gestionado en base a lineamientos y estrategias con perspectiva de género desde la planificación y gestión urbana. La perspectiva de género esta incursionando poco a poco en la forma de hacer ciudad, no sólo para incentivar la práctica de uso igualitario de la ciudad, sino a la identificación de conflictos que afectan a grupos sociales que generalmente permanecen ocultos en la planificación y en la gestión de la ciudad.
Palabras claves: Planificación y gestión urbana, espacio público, “gender mainstreaming”.
[Por María Rene Noguera. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
En la actualidad, uno de los principales retos de la planificación urbana, es construir ciudades sostenibles desde el punto de vista ambiental y social, para esto resulta indispensable analizar y considerar las características específicas de los diferentes grupos sociales que conviven en las ciudades, de tal manera; que independientemente de su género, edad, etnia, religión o nivel económico, puedan satisfacer sus necesidades e intereses, y así acceder equitativamente a los bienes y servicios que el territorio ofrece. Asimismo, la práctica de la planificación en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, no permite a toda la ciudadanía, desde personas menores, jóvenes, mayores, con discapacidad o migrantes, a disfrutar y ejercer el derecho a la ciudad, este visto como el hecho de obtener las condiciones para su realización política, social y ecológica, sin discriminación alguna debido al sexo o la opción sexual, color, la edad, la lengua, la religión, nivel de ingresos o su origen.
Por otra lado, es necesario partir de la base de que en cualquier sociedad, mujeres y hombres viven la ciudad de manera diferente. Adaptan sus movimientos y tiempos a un modelo espacial determinado, por lo que la definición de los usos de suelo, la localización de equipamientos, el trazado de las rutas de transporte público o la situación de lugares de empleo puede facilitar o dificultar sus vidas sustancialmente (Rangil & Jager, 2013). Históricamente, las mujeres se han encargado de las tareas domésticas no remuneradas asociadas al hogar, mientras que los hombres se han hecho cargo del trabajo productivo remunerado. Aunque, las mujeres han incursionado en el mundo laboral, son ellas las que generalmente siguen asumiendo el trabajo reproductivo del hogar [1]. Muchas de estas actividades tienen como escenario diferentes espacios de la ciudad, que dependiendo de su diseño, localización, la conexión entre si y la seguridad de las rutas, llegan a influir considerablemente en la vida diaria de las mujeres.
En este contexto, los modelos de desarrollo implementados en muchos países, entre ellos Chile, generalmente se basan en criterios meramente económicos, que impiden la incorporación de las mujeres al mercado laboral, ya que muchas no pueden compatibilizar las tareas diarias con el trabajo remunerado, perpetuando los roles y las desigualdades de género (Rangil & Jager, 2013). Al momento de planificar el transporte y los espacios públicos por ejemplo, no se toma en cuenta la pluralidad de actividades de las personas con responsabilidad doméstica, se valora únicamente los desplazamientos de vivienda-trabajo, según el patrón masculino. A esto es importante agregar, el aumento de la violencia urbana y la percepción de miedo en la ciudad, como consecuencia de la segregación social que este nuevo modelo de desarrollo urbano ha generado, aumentando de esta manera las áreas con desigual acceso a recursos y a derechos sociales. Esta desigualdad por tanto, potencia la violencia en las ciudades (Falú, 2009) siendo los grupos sociales mas vulnerables las víctimas mas recurrentes de agresiones verbales, físicas y sexuales.
De esta manera, a nivel mundial se ha puesto en marcha proyectos cuyo objetivo ha sido mejorar la calidad de vida en el medio urbano, para que las ciudades sean mas seguras y fáciles de transitar y habitar para estos grupos sociales. Una de las iniciativas es la generada por “Ciudades mas Seguras” de ONU Hábitat, iniciativa global que se basa en la lucha contra la violencia con enfoque de género con el objetivo de fortalecer a las autoridades locales y las principales partes interesadas, para estar mejor equipadas a fin de ofrecer seguridad urbana a los grupos mas vulnerables en países en desarrollo y transición. Las estrategias incluyen el desarrollo de capacidades de los actores claves tanto a nivel local como nacional, generar sensibilización orientada a las políticas relacionadas con la seguridad, por ejemplo, mejorar las zonas donde se encuentra ubicados paraderos y terminales de transporte público, mercados y rutas escolares. Otra estrategia incluye programas orientados al empoderamiento de la mujer acerca de sus derechos legales y humanos y la integración de la perspectiva de género en los políticas y planes de desarrollo urbano. De esta manera en 1996 se pone en práctica 5 planes pilotos en el Cairo, Egipto; Kigali, Rwanda; Nueva Delhi, India; Quito, Ecuador; y Port Moresby, Nueva Guinea [2].
“Ciudades mas Seguras” esta inspirado por la iniciativa que nace en Viena en 1990 bajo el concepto “gender mainstreaming” (perspectiva de género). Desde esta época, este concepto ha estado presente transversalmente en las políticas públicas de la capital austriaca, en la práctica esto significa que los administradores de la ciudad crean las leyes, normas y reglamentos donde hombres y mujeres son beneficiados por igual, con el objetivo de facilitar la igualdad de acceso a los servicios y recursos de la ciudad. De esta manera, Viena ha adoptado la perspectiva de género en diversos ámbitos de la administración de la ciudad, entre ellos la educación y la política de atención de la salud; pero no ha tenido más impacto que en el campo de la planificación urbana, donde más de sesenta proyectos pilotos se han llevado a cabo, y a medida que la dimensión y la escala de estos proyectos aumentan, las estrategias urbanas con perspectiva de género se ha convertido en una fuerza que está transformando la ciudad.
Uno de los primeros en llevarse a cabo, fue un complejo de apartamentos que ha sido diseñado por y para mujeres. En 1993 se construye el complejo habitacional llamado Frauen-Werk-Stadt o Women-Work-City, este proyecto se construye en base a una encuesta realizada por la oficina de estadística nacional austriaca Statistik Austria[3], sobre el uso del tiempo en espacios públicos, donde estos mostraron que las mujeres pasaban mas tiempo en tareas del hogar y cuidado de los niños que los hombres. Pensando en esto, se levantan una serie de edificios de apartamentos rodeados de patios y áreas verdes circulares diseñados de tal manera que permiten que madres e hijos pasen tiempo al aire libre sin tener que ir muy lejos de casa. Además, el complejo cuenta con un jardín infantil, farmacia y consultorio médico, con acceso al transporte público para facilitar el traslado seguro a la escuela o al trabajo. La integración generada por estas iniciativas ha dejado marcas indelebles en la capital austriaca, donde el concepto de “gender mainstreaming” se ha convertido en un concepto más amplio, convirtiéndose en una forma de cambiar la estructura y el tejido de la ciudad para que los diferentes grupos de personas puedan coexistir y acceder a los mismos servicios y recursos.
Imagen: Vista de patios internos, proyecto Women-Work-City, Viena.
Fuente imagen: http://www.theatlanticcities.com/commute/2013/09/how-design-city-women/6739/
Actualmente, existen muchas iniciativas que se han ido desarrollando bajo los lineamientos de este concepto, entre ellos podemos mostrar las experiencias catalanas del Colectivo Punto 6, agrupación de profesionales de diferentes áreas que trabajan para repensar la ciudad, en pos de una ciudad que sea el reflejo de una sociedad diversa. El Colectivo Punto 6, considera la participación como instrumento indispensable en los proyectos y la sostenibilidad como criterio básico de desarrollo. Un ejemplo es su propuesta hecha para el concurso celebrado por la Diputación de Cádiz, enfocado en el entorno urbano con perspectiva de género, que tiene que ver con la generación de un “Punto Generador” de vida cotidiana. El objetivo principal, es dotar al espacio público de un elemento que propicie la diversidad de usos y actividades en el espacio público, facilitando la vida cotidiana y la corresponsabilidad social de las tareas reproductivas, contribuyendo al equilibrio de la vida laboral, familiar y personal de mujeres y hombres; y que al mismo tiempo sea adaptable y dinámico a las características del lugar y de las personas que habitan el lugar.
Imagen: Propuesta “Punto Generador” por Colectivo Punto 6 para espacios urbanos, Cádiz.
Fuente imagen: http://punt6.wordpress.com/about/
Después de revisar estas iniciativas y propuestas, se hace cada vez mas evidente la necesidad de reproducirlas a nivel latinoamericano. Es inevitable primero, hacer una revisión desde las políticas hasta los instrumentos de planificación urbana en los diferentes niveles de gobierno, para luego incluir desde una perspectiva de género parámetros que permitan diseñar una ciudad para todos y todas, adecuada a nuestras diferencias pero con igualdad de acceso a los servicios y recursos. Para ello existen algunas recomendaciones [4] que se han ido formulando en el proceso:
- Obtener datos desagregados por sexo y edad, como mínimo, en los estudios y análisis previos a la planificación.
- Promover la participación de la población en los procesos de diseño de intervenciones urbanas, facilitando espacios de encuentro en horarios oportunos y diversos.
- Garantizar pequeños equipamientos sanitarios, culturales, educativos y accesibles a pie en todos los barrios, destinando un porcentaje específico del total del área para uso no residencial.
- Establecer mezcla de usos para que personas diversas se sientan atraídas hacia determinados lugares por motivaciones diferentes y a horas distintas.
- Fomentar la inclusión de equipamientos para el cuidado de personas dependientes (niños y niñas, personas mayores, personas con discapacidad) en las áreas residenciales.
- Permitir la realización de actividades remuneradas en la vivienda.
- Incluir lugares de empleo en áreas residenciales.
- Promover diseños de viviendas con áreas comunes donde desarrollar el trabajo doméstico de manera compartida entre el vecindario.
- Desarrollar diferentes tipologías de vivienda en todos los barrios.
- Fijar un porcentaje máximo del espacio destinado a tránsito vehicular, priorizando el tránsito peatonal con criterios de accesibilidad.
- Asegurar que todos los grandes equipamientos sean accesibles mediante el transporte público.
- Revisar las frecuencias y las rutas del transporte público en función de la necesidad de la población a diferentes horas del día.
De esta manera, estas experiencias permiten ejemplificar nuevas formas de generar propuestas para crear espacialidades urbanas mas seguras, así como mejorar el acceso a los servicios y recurso que brinda la ciudad. Son ejemplo de como se ha mejorado la calidad de vida de todas y todos los ciudadanos, y esto se ha hecho desde la Transversalización de Género (“gender mainstreaming”) en la planificación y gestión urbana.
Links de interés:
Proyecto Frauen-Werk-Stadt o Women-Work-City: http://www.theatlanticcities.com/commute/2013/09/how-design-city-women/6739/
Colectivo Punto 6: http://punt6.wordpress.com/about/
Gobierno de Viena: http://www.wien.gv.at/english/administration/gendermainstreaming/campaign.html
Plataforma Ciudad y Género: http://ciudadygenero.wikispaces.com/Ciudad+y+G%C3%A9nero
Bibliografía
Rangil, T., & Jager, M. (2013). Diversidad, Género y Espacio Público. En ONU Hábitat, Activaciones Urbanas para la apropiación del espacio público (págs. 32-39). San José, Costa Rica.
Falú, A. (2009). Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos. (R. M. Sur, Ed.) Santiago, Chile.
Incorporación Revista PLANEO en el Directorio y Catálogo LATINDEX
VerIncorporación Revista PLANEO en el Directorio y Catálogo LATINDEX
Revista PLANEO fue aceptada en el DIRECTORIO y CATÁLOGO del sistema regional de información en línea para revistas científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (LATINDEX), luego de un proceso de evaluación de diferentes aspectos editoriales y de contenido.
La incorporación de la revista se puede revisar en:
http://www.latindex.unam.mx/buscador/ficRev.html?opcion=1&folio=22436
Este es un paso importante para la consolidación académica de PLANEO, sin perder su orientación al debate y la contingencia en temas urbanos y territoriales.
Como siempre, esperamos su participación en las diferentes secciones de la revista y especialmente ahora en la sección artículos. Las normas de publicación están en: https://revistaplaneo.cl/archivo-planeo/normas-de-publicacion-de-articulos-en-planeo/ y pueden enviar sus contribuciones a: planeo@uc.cl
Entrevista a Carme Miralles-Guasch: la movilidad y los derechos urbanos.
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Revista Planeo Nº12 , Derechos Urbanos, Octubre 2013.
Carme Miralles-Guasch es Doctora en Geografía (1996), es profesora titular de Geografía humana en la Universidad Autónoma de Barcelona y participa como docente en programas de doctorado y en post-grados en distintas universidades españolas y extranjeras. Ha dirigido numerosos proyectos relacionados con la movilidad y el transporte en ámbitos urbanos y metropolitanos. Entre 2004-2008 ha sido la directora del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB).
Ha publicado artículos en revistas de reconocimiento internacional y libros especializados, entre los que destaca Ciudad y transporte. El binomio imperfecto, publicado por Ariel y galardonado con el premio Joan Sardà que otorga la Revista Económica de Cataluña. Forma parte de diferentes grupos de expertos entre los que destaca el Consejo de la Movilidad de Cataluña, el Pacto para la Movilidad de Barcelona, el grupo de expertos del Libro blanco de la vivienda de Barcelona, entre otros. Formó parte en el año 2006 del jurado del Premio Nacional de Urbanismo que otorga el Ministerio de la Vivienda. Ha sido diputada (2000-2004), Viceportavoz de la Comisión de infraestructuras del Congreso de Diputados.
Hace algunas semanas la profesora Carme Miralles-Guasch visitó el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales para dictar el curso «Movilidad urbana sostenible». Con gran cordialidad nos recibió para conversar sobre movilidad y derechos urbanos.
¿Qué se entiende por movilidad? ¿Cómo se ha dado este cambio de paradigma desde el concepto del transporte al de movilidad?
La movilidad es una suma de desplazamientos que realizamos las personas. Por tanto, esta significa que hemos cambiado el sujeto de análisis. Hemos pasado de ver sólo a los transportes a ver los transportes como instrumentos que nos permiten ir a más velocidad, pero quienes vamos en los transportes somos las personas que nos desplazamos. Cambia el sujeto de análisis cuando hablamos de movilidad y el transporte como instrumentos que permiten movernos.
¿Qué rol juegan los motivos de las personas al estudiar la movilidad?
Los motivos de desplazamiento tienen un papel central en los estudios de movilidad porque los desplazamientos o la movilidad es una actividad intermedia entre dos actividades, es una actividad secundaria entre dos actividades principales. Por lo tanto, el motivo que genera el desplazamiento es esa actividad principal que nosotros queremos alcanzar cuando nos desplazamos. Lo que da sentido al desplazamiento no es el desplazamiento en sí ni el medio de transporte que utilicemos, sino que es esa actividad que queremos alcanzar, el lugar al que queremos llegar después de realizar un desplazamiento. Un segundo elemento es que en la definición de desplazamiento se están utilizando los motivos como las variables que nos definen un desplazamiento, porque estos son actividades cuantitativas en el sentido que tenemos que saber sumar y restar, y por lo tanto tenemos que tener un concepto único que nos permita utilizarlo en distintas ciudades y países para poder comparar esos desplazamientos en esos lugares. Entonces, esa definición de desplazamiento es motivo, un motivo es un desplazamiento, da igual si implica medios de transportes mecánicos, distancia, etc. Porque lo importante es el motivo, éste define el desplazamiento, y al definirlo lo iguala, equipara todos los desplazamientos, los cuantifica y hace que el fenómeno sea comparable.
En relación a los derechos urbanos: ¿Usted cree que existe un derecho a la movilidad?
Yo creo que existe un derecho a la movilidad en la medida que la movilidad permite hacer eso que la ciudad nos ofrece. Es una forma de tener derecho a la ciudad. ¿Cómo no vamos a tener derecho a la ciudad si no se nos permite movernos? El derecho a la ciudad es también el derecho a participar de todas esas actividades que nos ofrece la ciudad. ¿Cómo podemos participar si se nos niega el derecho a acceder a esos lugares? Por tanto, el derecho a la ciudad también es un derecho a la movilidad. Lo que pasa es que la movilidad la tenemos que entender también utilizando esos desplazamientos más sostenibles. Derecho a la movilidad no significa derecho al transporte privado. Esto porque se coloca el foco en los sujetos y no en los objetos, nosotros tenemos que garantizar al sujeto, a la persona que pueda llegar, y no a los autos a que puedan estacionar, que son cosas distintas.
En ese sentido ¿se puede exigir un derecho a la accesibilidad?
Claro, hay un derecho a la accesibilidad. Cada individuo tiene unas condiciones concretas, de renta, de género, de edad, etc. Y cada individuo tiene unas características en relación al grupo que pertenece y por tanto tenemos características colectivas. Esas distintas características no tienen que ir en contra de nuestra accesibilidad. Las mujeres tienen el derecho de desplazarse de forma segura por las ciudades igual que los hombres. Porque si no estamos negamos a la mitad de nuestro ciudadanos el derecho a llegar. Las ciudades deben programarse para garantizar esa seguridad.
¿Cómo conviven los conceptos de movilidad y sostenibilidad, principalmente desde la perspectiva de las ciudades Latinoamericanas que se caracterizan por su extensión?
La dimensión de la ciudad no va aparejada a los transportes menos sostenibles. Por ejemplo, comparemos Tokio y D.F, que tienen un número de habitantes similar, pero los de transporte son muy distintos. Unos han apostado por transporte público de gran capacidad, colectivo y otros no han apostado tanto por esa movilidad. Por lo tanto, no es la cantidad de personas concentradas en una ciudad o megalópolis sino cómo organizamos esa concentración de personas. Eso es un elemento, un segundo elemento es que las grandes ciudades no se organizan como unidades únicas, sino que las grandes ciudades se organizan a piezas. Uno no vive en una ciudad de 20 millones de habitantes, la escala para uno es menor, porque es lo otro es imposible. Con lo cual, uno es la ciudad y lo otro es cómo organizamos nuestros desplazamientos cotidianos. Entonces, no es el fenómeno de megalópolis sino cómo hemos organizado nuestros desplazamientos.
Para finalizar, ¿qué desafíos enfrenta la movilidad respecto a los derechos urbanos?
Los desafíos son entender que los desplazamientos forman parte de la ciudad y cuando digo desplazamientos también me refiero a los transportes, porque los desplazamientos los podemos considerar una demanda y los transportes la oferta. Sea desde la demanda o la oferta son parte de la ciudad. Tenemos que organizar esas ciudades desde esas dos perspectivas, integrándolas. Un segundo desafío es cómo hacemos o cómo organizamos ese sistema de ciudad en la cual incluimos los transportes garantizando las mismas accesibilidades, por tanto el mismo derecho a la ciudad para todos, sin que los costos sociales, medioambientales y económicos sean muy grandes.
Derecho a la participación ciudadana en la construcción de la ciudad: el caso del proyecto ferroviario “Rancagua Express”.
VerDerecho a la participación ciudadana en la construcción de la ciudad: el caso del proyecto ferroviario “Rancagua Express”.
Revista Planeo Nº12, Derechos Urbanos, Octubre2013
Fuente Imagen: Captadas del Reportaje Canal T13, “Mi vecino, El Tren”.
Resumen
Con el tema de Derechos Urbanos, la sección de Prácticas de la Revista Planeo presenta una vez mas, una reflexión sobre los movimientos ciudadanos que reclaman derechos dentro de la dimensión territorial, en esta ocasión el derecho a ser tomados en cuenta en las decisiones que involucren transformaciones en su territorio. De esta forma, presentaremos el caso de los diferentes movimientos ciudadanos locales que ha surgido en contra de la propuesta actual del proyecto ferroviario “Rancagua Express”, el cual se encuentra en la etapa de implementación, a pesar de la resistencia de los ciudadanos de las comunas que cruza el proyecto.
Palabras claves: Derechos urbanos, participación ciudadana, movimiento social.
[Por María Rene Noguera y Andrea Ortega. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
La práctica de la planificación urbana tiene sus orígenes en la necesidad de resolver conflictos diversos creados por la urbanización y la concentración de actividades. En esta materia, la acción pública del Estado chileno ha sido fuertemente cuestionada por su carácter centralizado y desigual en la distribución de los costos y beneficios de inversiones urbanas de gran escala. En la actualidad, esto se refleja en los crecientes casos de comunidades urbanas que resisten ante intervenciones de gran escala. Todas estas agrupaciones, que se concentran de forma reactiva, tienen como objetivo final resolver o mitigar los impactos negativos que estos megaproyectos puedan ocasionar en su contexto inmediato. Estos hechos se presentan desde un comienzo por la falta de participación de la comunidad en el desarrollo y aprobación de las propuestas. Particularmente en la ciudad de Santiago, esta resistencia ciudadana se ha expresado mayormente en contra de modificaciones a Planes Reguladores Comunales que buscan aumentar densidades a través zonas de renovación urbana en sectores con valor patrimonial, o bien, en sectores residenciales consolidados que se manifiestan en contra de proyectos de infraestructura de gran escala.
Tal es el caso del proyecto de tren rápido Rancagua Express, de la Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE). En enero de 2012 fue anunciado por el ministro de Transportes y el presidente del directorio de EFE, el proyecto Rancagua Express, con el objetivo de mejorar el servicio ferroviario Santiago-Nos-Rancagua, acortar los tiempos de desplazamiento desde y hacia las comunas del sector sur de la capital y, de paso, revitalizar dicha compañía del Estado. El proyecto contempla duplicar las vías férreas desde Estación Alameda, en Estación Central, hasta la estación Nos, en San Bernardo, lo que significara para las comunidades de 6 comunas [1] del Área Metropolitana de Santiago, tener a escasos metros de su casa un tren de alto trafico.
EFE desarrolló un proyecto de gran escala e impacto sin involucrar de manera directa en el proceso de formulación, desarrollo e implementación a los habitantes del entorno inmediato. En al Área Metropolitana de Santiago este proyecto parte desde las comunas de Santiago y Estación Central, e impacta de manera directa a las comunas de Pedro Aguirre Cerda (PAC), Lo Espejo, El Bosque y San Bernardo. Para graficar claramente cómo EFE no tomó en cuenta el contexto inmediato desde un comienzo, en el video de promoción publicado en YouTube [2] se ve claramente que el entorno urbano no está modelado según la realidad. En estas imágenes se ve un paisaje campestre, con viviendas alejadas de la vía férrea del tipo parcelas de agrado, pero la realidad es otra. La vía férrea se encuentra colindando una gran densidad de viviendas sociales emblemáticas que se encuentran entre PAC y Lo Espejo. Por otra parte, en San Bernardo se omitió por completo la sectores residenciales patrimoniales del torno a la Estación y ex Maestranza de San Bernardo. Además de esta invención virtual del contexto del proyecto, cabe notar cómo el confinamiento total de la vía, es decir, la segregación de un lado y otro de la vía, es mostrado como uno de los valores del proyecto.
En el caso de PAC y Lo Espejo, se ha visto en diversos medios de comunicación cómo los pobladores se han organizado hacia la resistencia del proyecto, con apoyo de sus alcaldes, Claudina Núñez y Miguel Bruna, para exigir un tren subterráneo [3]. De esta manera surgen movimiento ciudadanos en reacción al proyecto, donde el que más visibilidad ha tenido es el “Frente Amplio de Defensa Ciudadana Lo Espejo”. Por otra parte, la alcaldesa de PAC a mediados del presente año, presentó los resultados de una consulta ciudadana que se efectuó en esta comuna, en la que el 98,1% de los casi 8 mil vecinos consultados se manifestó a favor de la construcción de un túnel subterráneo para el proyecto Rancagua Express[4]. Asimismo, la alcaldesa señaló que la intransigencia de EFE sólo obedece a criterios económicos y no al bienestar de los pobladores. Siguiendo la misma línea, el diputado por el distrito 28 de Lo Espejo, PAC y San Miguel, Pedro Brown, señaló con respecto a este tema, que “la ciudad no puede segregar, la ciudad no puede generar estas divisiones y estas heridas tan profundas en las comunas, sobre todo en los sectores más vulnerables…”.
Pero en San Bernardo la historia ha sido distinta. Los habitantes se enteran de los impactos de l proyecto sólo en el momento cuando EFE inicia las obras. Específicamente, cuando EFE trasladó el cierre perimetral de la vía férrea hacia la acera de oriente de Avenida Portales, dejando dentro de su espacio terrenos de uso público y centenarios castaños y plátanos orientales, arboleda considerada como paisaje importante del patrimonio de la comuna. A partir de este momento en San Bernardo surge el denominado “Movimiento de Acción Ciudadana por San Bernardo”, el cual se encuentra reclamando el derecho de ser partícipes en los proyectos que afectan directamente en la escala local. Las externalidades negativas que este movimiento atribuye al proyecto ferroviario tiene que ver, en primer lugar, con la segregación espacial y aislamiento que se generará el confinamiento total de la vía férrea, ya que dividirá la comuna en dos; disminución de los pasos peatonales y el hecho que los pasos propuestos no cumplen los parámetros de diseño de acceso universal; deterioro en la calidad de vida por la falta de espacios públicos; inequidad territorial; daño ambiental y daño al patrimonio cultural, por la intervención a la arboleda de Avenida Portales y el contexto del Pórtico de la ex Maestranza de San Bernardo, declarado Monumento Histórico en 2010 (Ortega, 2013). En este caso es importante mencionar que la alcaldesa de San Bernardo, Nora Cuevas, fue la única de todos los alcaldes que aprobó el proyecto sin observaciones, de manera unilateral y sin participación ciudadana. Con este visto, fue otorgada la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) el 25 abril 2013, aprobando la “Declaratoria de Impacto Ambiental” (DIA) que le presentó EFE. Luego, el malestar se acentuó cuando se hizo pública la aprobación por parte de la Alcaldía de San Bernardo, y el 8 de junio inician las movilizaciones masivas [5].
Fuente imagen: http://www.adnradio.cl/noticias/nacional/alcaldesa-de-pac-acuso-segregacion-social-y-discriminacion-en-trazado-de-rancagua-express/20130104/nota/1867863.aspx
A pesar de que cada movimiento ciudadano surgió desde la escala local por sus propias demandas y necesidades, en los últimos meses se han unido en una causa común. Todas estas agrupaciones apoyan el mejoramiento de la conectividad – ya que todas estas comunas poseen un pésimo sistema de transporte público- y la modernización de EFE. Pero los movimientos ciudadanos son conscientes de que no van a transar su calidad de vida en la escala local y seguirán luchando por garantizar la seguridad de los vecinos y la integración de las comunas [6]. En esto todos concuerdan que es fundamental detener el actual proyecto y replantear uno totalmente nuevo en base a un “Estudio de Impacto Ambiental” ante el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) por la magnitud del proyecto y de los efectos adversos al medio ambiente y la calidad de vida de la población [7]. Se identifica entonces una verdadera intención de la ciudadanía y sus líderes locales, por reclamar el derecho a participar en la construcción de sus ciudades, que es evidente que desde la formulación del proyecto ese derecho fue quebrantado, ya que no existe evidencia que se haya realizado alguna convocatoria por parte de EFE o del gobierno central, para que representantes de las comunas involucradas estuvieran presentes para definir el proyecto con las verdaderas necesidades de la población. Como consecuencia, actualmente, se está tramitando un recurso en la Superintendencia del Medio Ambiente, que obligaría a EFE a presentar un Estudio de Impacto Ambiental, procedimiento mucho más riguroso que la actual Declaración de Impacto Ambiental, que sólo incluye una descripción general del plan. Además, en San Bernardo ya existen dos recursos de protección (133-2013 [8] y 141-2013 [9]), cuyas Orden de No innovar fueron concedidas. Existe un recurso de protección en Lo Espejo, por parte de FIMA (Fiscalía del Medio Ambiente) (Ximena Cazola y Otros) (SEIA 31177-2013). Además los abogados de PAC y Lo Espejo se han hecho parte de los procesos judiciales en cada comuna.
De esta manera, si se realiza un nuevo proceso de formulación y diseño del proyecto con participación ciudadana, tal y como lo demandan estos movimientos, se entregará a los gestores públicos herramientas que contribuirán a propuestas de mayor calidad y fortaleza, favoreciendo a que el proyecto sea implementado con éxito, y con ello lograr ciudades más sustentables y justas. Pero ¿qué se necesita para lograr esto?. Primero, es necesario que los gestores públicos comprendan la importancia de la participación ciudadana en la formulación e implementación de los proyectos urbanos de gran escala, ya que un “buen proyecto” es aquel que es capaz de representar y equilibrar de mejor manera las demandas específicas de una comunidad, es decir utilizar la participación para el mejoramiento e implementación efectiva de los proyectos y planes urbanos, para la creación de consensos urbanos y resolución de conflictos y para la formación del capital social [10].
Asimismo, deben existir las condiciones sociales y políticas acordes para que la participación llegue a buen termino. Por parte de los agentes gubernamentales, la experiencia muestra que el éxito de los procesos participativos reside en una visión de largo plazo, en el cual es posible comprender las debilidades y fortalezas del territorio y proyectarlo en función del bien colectivo (Velásquez, 2006). En resumen, se trata de agentes gubernamentales cocientes de la importancia de que la gestión pública debe incorporarse la voz ciudadana y, en consecuencia, comprometidos con su defensa y promoción. Por otro lado, la ciudadanía representada por sus líderes y representantes deben basarse en valores de cooperación, de confianza y de solidaridad para atender retos comunes. Quienes se involucren en los espacios públicos tiene que contar con la motivación necesaria que les permita equilibrar la búsqueda de beneficios particulares y del interés común, “para lo cual es preciso que la participación emerja de las conciencias individuales como una energía social con la cual la colectividad perdería unidad y razón de ser” (Velásquez, 2006, p. 201).
La mayor razón para la participación ciudadana, se vincula a la importancia de lograr principios democráticos en las políticas urbanas, que incluyen conceptos básicos de justicia, equidad y el derecho de los individuos a ser informados, consultados y a expresar sus visiones frente al Estado (Belil & Serra); en donde la articulación mas importante es la que pueda darse entre iniciativas gubernamentales y movilización social, y esto se logra en la medida que los diferentes actores de la participación dispongan de una serie de escenarios de encuentro (Velásquez, 2006) en los cuales puedan deliberar, acordar reglas de juego, estipular y definir estrategias de acción común.
Bibliografía
Belil, M., & Serra, A. La estrategia de la ciudadanía, un ejemplo de promoción de la construcción de proyectos colectivos. Barcelona.
Ortega, Andrea. Entrevista realizada el 24 de septiembre del 2013 en la ciudad de Santiago. entrevistadora: María Rene Noguera.
Velásquez, F. E. (2006). Desarrollo Local y partipación ciudadana: notas sobre el caso colombiano. Los conflictos del urbanismo , 187-204.
Links de interés:
- Reportaje “Mi vecino, El Tren”, disponible en : http://www.13.cl/t13/reporteros/mi-vecino-el-tren
- Declaración de Impacto Ambiental de EFE, disponible en : http://infofirma.sea.gob.cl/DocumentosSEA/MostrarDocumento?docId=0d/5e/9898b846b191acbb945dd9c26d028f3b2084
Andrea Ortega
Andrea Ortega
Arquitecta y Magíster en Desarollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha trabajado en diversos proyectos de diseño y planificación urbana en Observatorio de Ciudades UC (OCUC), en el Laboratorio de investigación Aplicada del IEUT UC (XLAB) y ha desarrollado investigaciones sobre patrimonio urbano para la Ilustre Municipalidad de Santiago y para el Archivo Histórico de San Bernardo. Fue becaria del Programa Formación de Capital Humano Avanzado CONICYT, asesora del proyecto FONDART 2013 «Barrio Obrero y Ferroviario: Iniciativa de Gestión Cultural Comunitaria» y asistente de investigación del proyecto FONDECYT Anillos de Investigación sobre Calidad de Vida Urbana en Áreas Metropolitanas (ICVU). Actualmente es la encargada de admisión y captación de alumnos del IEUT UC y profesional de apoyo en el Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN).
Contacto: anortega@uc.cl
Elección de Consejeros Regionales y la Búsqueda de una Ciudad Más Justa
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Revista Planeo N°12, Octubre 2013
[Por: Ignacio Lira. Arquitecto UC, Subdirector Fundación Mi Parque.]
En un par de meses, los chilenos deberemos elegir a quienes serán las autoridades que dirigirán el país durante los próximos años. Pero en esta oportunidad hay una gran novedad, por primera vez votaremos por quienes queramos que sean nuestros consejeros regionales. Hasta el día de hoy su función es bastante desconocida, pero no por eso menos importante: deben representar los intereses de la comunidad en la toma de decisiones que inciden en la administración de la región. Una labor que se manifiesta sobre todo en la elección de los proyectos a los cuales se destinarán los recursos provenientes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional y otros programas de inversiones, así como en la aprobación de los planes regionales de desarrollo urbano, planes metropolitanos, intercomunales y comunales.
Estas autoridades tienen un marcado carácter local y territorial, por lo tanto, un criterio importante que se debería usar para discernir en esta elección, es la visión de región y ciudad que ellos presenten. Lamentablemente esta elección se ve opacada -por decir lo menos- por las elecciones presidenciales y parlamentarias que se realizarán en la misma instancia. Poco he escuchado sobre planes, ideas y propuestas de los candidatos a consejeros regionales. Incluso me atrevo a decir que muy pocos ciudadanos están informados sobre quiénes son los representantes de su región y cuáles son las funciones de estos.
Al mismo tiempo, a nivel social hay una mayor demanda por participación y búsqueda de nuevas formas para hacerla válida (o rescate de antiguas fórmulas como cabildos y consultas ciudadanas). Si bien esta elección de cores es a través de un mecanismo tradicional, de todos modos nos entrega una nueva instancia de participación en las decisiones que se toman con respecto al desarrollo de nuestras ciudades. Chile tiene altas tazas de urbanidad donde más del 86% de los chilenos vive en ciudades. Por lo tanto, lo que hagamos en ellas afectará de manera directa, positiva o negativamente, en la calidad de vida de la gran mayoría del país. Es de esperar que como fruto de esta elección, el tema de la ciudad se instale cada vez con mayor fuerza en la opinión pública y nos permita pensar en cómo podemos lograr ciudades más desarrolladas, justas y sustentables que llenen de orgullo a sus habitantes.
Este sentimiento de orgullo es lo que busca generar Fundación Mi Parque en los sectores donde trabaja. Soñamos y queremos que nadie se avergüence del lugar donde vive como ocurre en la mayoría de los barrios marginales de nuestras ciudades. Este orgullo nace de la participación, en compromisos y logros. Nadie se siente orgulloso de algo que no ha hecho, sino que tiene que ver con un compromiso personal y con una sociedad comprometida. Estas elecciones, si las sabemos aprovechar, nos permiten avanzar un paso más en esta línea.
Desde el punto de vista de las áreas verdes y el espacio público, es de esperar que se avance en la concepción de estas como “infraestructura social”, entendiéndolas no sólo en términos físicos o desde una mirada sectorial, sino que desde su complejidad y potencialidad. El trabajo en esta materia debería tener como prioridad el disminuir la desigualdad y la carencia de espacios públicos dignos y de calidad existentes en nuestras ciudades. Al mismo tiempo, se deberían definir criterios y estándares básicos que deberían cumplir: desde variables físicas, ambientales y de uso. En esta materia se ha avanzado, pero también hay que trabajar en el sentido contrario, en definir criterios locales para la conformación del espacio público en las distintas zonas del país. Cada región y sus respectivas localidades deben pensarse desde su contexto local. Tampoco se puede medir o comparar a todas las ciudades con las mismas normas y reglas. Tenemos que pensar en cómo hacemos más habitables los lugares donde vivimos, reconstruyendo la relación de nuestras ciudades con sus entornos. No me deja de sorprender que actualmente, en ciudades como Calama y Antofagasta las áreas verdes son regadas a través de la red urbana de agua potable o que en muchas ciudades del sur el arbolado urbano es pobre y en constante amenaza por la poda municipal.
Nada sacamos si al proyectar estos espacios verdes para nuestras ciudades, no pensamos a largo plazo en la conservación. En promedio, luego de siete años de mantención de un parque, se han gastado los mismos recursos que se destinaron a la construcción de este. A nivel de decisiones -y en esto tienen mucho que ver los consejeros regionales que aprueban los FNDR- no podemos dedicarnos a construir nuevos parques si no tenemos considerados como los mantendremos. Esta responsabilidad, tampoco puede ser simplemente entregada a las municipalidades, ya que muchas de ellas no cuentan con los recursos ni con las capacidades para hacerlo correctamente.
Si a esto le sumamos la participación, en lo cual la elección de los consejeros es un aporte, y la llevamos a una participación más directa, vinculante, en donde se tome un rol activo en la toma de decisiones avanzaremos hacia una mejor ciudad y sociedad. El ser partícipe de los procesos de cambios urbanos tiende a generar apropiación positiva y empoderamiento por parte de las comunidades, lo cual es muy importante para la sustentabilidad del espacio público sobre todo en contextos vulnerables.
Espero que el cargo de consejero regional adquiera cada vez más relevancia y sean garantes de una imagen de ciudad justa, en desarrollo y sustentable, en la cuales todos tengamos acceso a espacios públicos digno y de calidad. Ciudades en las cuales nos sintamos orgullosos de vivir, porque hemos participado y trabajado para que ellas sean mejor.
El rol del espacio público en el movimiento estudiantil de 2011
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Revista Planeo N°12, Octubre 2013
[Por: Josefina Jaureguiberry]
Entender el espacio urbano público como un ámbito de contestación en donde los ciudadanos intentan visibilizar cierta exclusión es fundamental para analizar los movimientos sociales actuales. El espacio público se constituye como escenario material y simbólico para el cambio social, en otras palabras, es un termómetro de la calidad democrática de una sociedad que debe ser capaz de afrontar el conflicto urbano.
Esto se ha visto reflejado en las protestas que han tenido lugar alrededor del mundo durante los últimos años. La apropiación de este espacio y el uso de los medios sociales para promover y hacer visibles los actos de resistencia sugieren que en las sociedades de hoy en día estos soportes son claves para los movimientos sociales urbanos. Es a través de ellos que logran hacerse visibles ante los gobiernos, los medios y la comunidad internacional. A pesar de que el reconocimiento no necesariamente genera cambios sustantivos en el status quo, los espacios públicos disputados pueden constituirse en aperturas retóricas y operacionales (Lubin, 2012). Es así como se apela a la idea de que nuevas relaciones sociales necesitan de nuevos espacios públicos, es decir, la búsqueda de un cambio social obligatoriamente se enmarca en un espacio físico específico en el cual se desafía la función original para la que estaba destinado (Dhaliwal, 2012). Ejemplos de esto son la ocupación de la Puerta del Sol en Madrid, España, del parque Taksim Gezi en Estambul, Turquía, las diferentes performance realizadas por el movimiento estudiantil en Chile, entre muchos otros.
Los movimientos sociales han articulado dentro de su repertorio de acción una “política espacial”, disputando los usos dominantes de los espacios públicos, los han dotado de un significado totalmente distinto del provisto por sus creadores. A pesar de que estas prácticas muchas veces no perduraron en el tiempo, fueron una estrategia clave para intentar alcanzar sus metas y pueden ser el origen de una disputa más amplia.
Por otro lado, hoy en día, un factor importante que cualifica al espacio público son los soportes de comunicación que posibilitan la difusión masiva de algún contenido, es decir, está directamente relacionado con el ámbito de la divulgación. Una opinión o demanda se manifiesta en el espacio público cuando es capaz de acceder a un público amplio a través de los medios de comunicación (Berroeta & Vidal, 2012). En este contexto los movimientos sociales tienden a buscar nuevos repertorios de acción que les permitan alcanzar los medios de comunicación.
El movimiento estudiantil chileno de 2011
El movimiento estudiantil de 2011 fue un caso notable de movilización de reclamos, es decir, las tensiones o problemas objetivos que aumentan el nivel de agitación y llevan a las personas a movilizarse. Las familias chilenas han experimentado en sus vidas diarias las desventajas del sistema, en especial la correlación entre el acceso a la universidad y la calidad con los recursos socioeconómicos. Además, las barreras financieras y el riesgo con el que se enfrentan la clase media y baja son muy altas debido al sistema educacional altamente privatizado, caro y poco regulado.
En segundo lugar y con respecto a la estructura del movimiento, ningún otro actor en la sociedad chilena tuvo el poder discursivo que las organizaciones estudiantiles tuvieron para estructurar un asunto problemático que apelara a las experiencias de gran parte de la población. Los estudiantes llevaron a cabo dos procesos centrales; la problematización de ciertos temas y la atribución de responsabilidades. A las “demandas históricas” de equidad en el acceso, más fondos para la educación pública y democratización universitaria, los estudiantes añadieron nuevas demandas a su discurso; educación superior gratuita, mejor calidad y la noción de que una reforma educacional no era un beneficio para un grupo de interés específico, sino que para todo el país.
El movimiento estudiantil tomó ventaja del contexto político local, generando oportunidades políticas inesperadas. La ascensión de Sebastián Piñera como el primer presidente del ala de derecha electo después de la dictadura, proveyó una oportunidad discursiva porque instaló la reforma a la educación superior en la agenda pública. Esto generó una serie de estrategias erráticas incapaces de responder a las demandas del movimiento estudiantil y la imposibilidad de contener las protestas y el empoderamiento del movimiento. El gobierno fue ineficiente y represivo en su tratamiento para con el movimiento, pero también fue incapaz de sortear los desafíos que le propuso la opinión pública y los actores internacionales involucrados.
Estos elementos convergieron en lo que Salinas y Eraser (2012) denominan una estructura maestra, en torno a la cual los diferentes reclamos se ordenaron de tal manera de generar una demanda por una reforma estructural de la educación. Los estudiante fueron capaces de re-significar el estado de las cosas como injusto, creando un escenario de “nosotros”, los chilenos exigiendo el derecho básico a la educación, y “ellos”, el gobierno denegando esos derechos.
La “estructura maestra” se articuló y comunicó a través de diversos repertorios de acción, siendo los más comunes las tradicionales protestas nacionales masivas, pero no las únicas. Otros repertorios incluyeron tomas de instituciones, paros masivos de estudiantes, huelgas de hambres, ocupación de edificios públicos, cacerolazos, performances colectivas en las calles y lugares públicos simbólicos, etc. Algunas de estas actividades nunca antes habían sido usadas en contextos de movilización y se convirtieron en estrategias innovadoras, como las “1800 horas por la educación”, donde estudiantes corrieron durante 1800 horas alrededor de la Moneda en referencia al $1.8 billón de dólares necesarios para generar educación gratuita, la performance masiva de thriller de Michael Jackson frente al mismo edificio, el “suicidio colectivo” donde durante 15 minutos los estudiantes simularon en el Paseo Ahumada su suicidio para denunciar la falta de futuro que experimentan ante el sistema educativo. Estos solo por dar algunos ejemplos de las diversas actividades que se realizaron.
Todos estos repertorios de acción tienen en común que se llevaron a cabo en contextos urbanos y públicos. A pesar de que muchas de ellas contaban con la autorización del gobierno y por lo tanto, de alguna manera estaban regladas y delimitadas desde el poder central, fueron innovadoras y lograron dotar al espacio utilizado, durante un espacio de tiempo específico, un nuevo uso. A las ya comunes marchas se añadieron repertorios de acción nunca antes vistos que no solo llamaron la atención de la ciudadanía en su junto y el establishment político, sino también de la comunidad internacional. Este fenómeno fue facilitado por el uso de redes sociales, principalmente facebook y twitter. Asimismo, luego de acontecidos, estos mismos soportes permitieron subir videos, fotos y relatos muy relevantes en algunos casos para contrariar el discurso de los medios de comunicación oficiales.
Pareciera ser que estos repertorios de acción son característicos de una nueva forma de movilización ciudadana que se da alrededor del mundo. Los movimientos sociales contemporáneos han buscado nuevas formas de hacer visibles sus demandas y por tanto se hace necesario estudiar y entender tales estrategias. Muchas de estas performances pueden ser vistas como las nuevas formas de contención cultural contemporánea; con un fuerte contenido visual y simbólico que utiliza de manera estratégica los nuevos recursos tecnológicos y comunicacionales.
En el caso chileno, el estudiante movilizado tiene un carácter fuertemente urbano y por tanto tiene una relación especial con los espacios urbanos públicos, la apropiación de estos lugares es un fenómeno que llama a replantearse el uso que los ciudadanos esperan e imaginan de ellos. El espacio público en cuanto es entendido como un fenómeno que se encuentra en constante emergencia, puede ser alterado a través de los usos y significados que se le atribuyan. Como lo demostró el movimiento estudiantil chileno, las movilizaciones sociales son capaces de utilizar los espacios públicos a través de repertorios de acción innovadores para los cuales el espacio público no ha sido concebido. El espacio vivido no necesariamente va de la mano con las concepciones hegemónicas de cómo se debe utilizar el espacio y esto depende en gran medida de la capacidad de los ciudadanos para auto-gestionar sus intereses.
Referencias bibliográficas
Berroeta, H., & Vidal, T. (2012). La noción de espacio público y la configuración de la ciudad: fundamentos para los relatos de pérdida, civilidad y disputa. Polis, 31.
Dhaliwal, P. (2012). Public squares and resistance: the politics of space in the Indignados movement. a journal for and about social movements, 4, 251–273.
Lubin, J. (2012). The “Occupy” Movement: Emerging Protest Forms and Contested Urban Spaces. Berkeley Planning Journal, 25, 184–197.
Salinas, D., & Fraser, P. (2012). Educational Opportunity and Contentious Politics: The 2011 Chilean Student Movement. Berkeley Review of Education, 3, 17–47.
“#Indignados: el documental sobre el movimiento #15M”
Ver“#Indignados: el documental sobre el movimiento #15M”
Revista Planeo Nº12, Derechos urbanos, Septiembre 2013.
Dirección: Antoni Verdaguer
Camelo Colectivo/Nao Cinematográfica/21 de Noviembre PA.
Duración: 78 min.
[Por Jaime Enrique Solórzano Pescador]
“(…) en todos los países, podemos ver aumentar el número, la dimensión y la intensidad de esas movilizaciones populares referentes al marco de la vida, a las formas y los ritmos de la vida cotidiana (…) nos encontramos frente al surgimiento de una nueva forma de conflicto social directamente ligada a la organización colectiva del modo de vida” (Castells, 1980:2-3)
En Santiago, estudiantes universitarios y de secundaria salen a las calles para demandar educación gratuita y de calidad. En Estambul, la ciudadanía se moviliza en contra del gobierno nacional para protestar ante la destrucción de la plaza Taksim (símbolo de la república) y dar paso a un mal. En Sao Paulo, los estudiantes se organizan y se toman las calles para protestar por el aumento en el tiquete de bus. En Nueva York, jóvenes y personas afectadas por la crisis económica se toman los edificios de las principales compañías financieras. En Túnez, jóvenes clamando por un régimen democrático llevan al derrocamiento del gobierno y a una serie de movilizaciones sociales en algunos países del norte de África.
La lista de movilizaciones podría seguir, y sólo se ha llamado la atención sobre las que recientemente han captado mayor atención en medios de comunicación. No son las primeras movilizaciones de ciudadanos indignados por los efectos de la estructura económica y política; luego, ¿qué las hace diferentes? Una serie de respuestas se pueden encontrar en “#Indignados: el documental sobre el movimiento #15M”, que tiene como objeto de estudio las movilizaciones realizadas a partir del 15 de mayo de 2011 en Madrid y Barcelona. Ese documental analiza el desarrollo de estas protestas ciudadanas como una sumatoria de hechos nacionales e internacionales que causaron indignación y rechazo en los ciudadanos, indignados ante las injusticias de un sistema económico y político que favorecía a empresarios y políticos, vulnerando los derechos de los ciudadanos.
En primer lugar, el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) hizo de la indignación de los jóvenes españoles afectados por la crisis económica (derivada de la burbuja inmobiliaria) y la incapacidad de los líderes políticos para atender las demandas de la población, los factores de movilización más poderosos para hacer frente a un régimen político debilitado. De acuerdo con el argumento expuesto en el documental, la indignación en contra de la aprobación de una ley sobre códigos de libre acceso a información llevó a un efecto “bola de nieve”, que arrastró el malestar ciudadano ante decisiones que favorecían a algunos, sin considerar al resto de la sociedad. Según algunos entrevistados, la posibilidad de difundir información sencilla en tiempo real permitió una mayor movilización de personas a escala local, nacional y global. Si bien el control de las autoridades aparecía como una amenaza para el flujo de datos, la velocidad con la que se transmite la información hace que este control o censura sea limitado. En cuestión de instantes, y sin mayor organización, la ciudadanía indignada salía a la calle y se tomaba plazas, en una clara demostración del descontento ante la truncada relación que gobernantes y representantes de la voluntad popular se habían encargado de construir durante años. La convocatoria a la movilización el 15 de mayo se convierte en el #15M, logra una dimensión espacial en la toma de la Puerta del Sol en Madrid, y encuentra su primer momento de tensión ante la reacción policial a la toma. Los entrevistados llaman la atención sobre la sorprendente capacidad de autoorganización de los movilizados que toman la Puerta del Sol, en tanto que definen comités de trabajo en áreas estratégicas, tales como difusión en redes sociales y alimentación; así como a promover la autogestión y el rol de los barrios en la construcción de la ciudad. Estas “acampadas” en espacios públicos importantes fueron vistas como reivindicaciones de prácticas propias a una democracia directa, y que facilitaron el acercamiento de los jóvenes con generaciones precedentes.
En segundo lugar, se llama la atención sobre las características y acciones de los movilizados el 15 de mayo. La Universidad de Castilla – La Mancha realizó una encuesta para conocer el perfil de los indignados movilizados. Se estableció que la mayoría eran jóvenes entre los 25 a 34 años, con trabajo precario o sin empleo, algún grado de formación académica, participantes en una o más redes sociales y afines a ideas políticas de izquierda y centro – izquierda. El documental no profundiza mucho en sus acciones ni en la proyección que estos tienen sobre la movilización, y se destaca que los jóvenes buscan la construcción de un programa político alternativo, responder a la crisis económica y cuestionar las medidas que favorecen a los empresarios, y revalorizar conceptos y acciones políticas que fortalezcan la democracia y la relación entre gobernantes y ciudadanos.
En tercer lugar, y como se había mencionado anteriormente, la violencia ocupa un rol central en la crítica que los indignados del 15M realizan sobre la respuesta recibida por el gobierno al cual estaban cuestionando. Los documentalistas se concentran en el desalojo de la Plaza de Cataluña en Barcelona, marcada por una fuerte presencia policial y de infiltrados, quienes en opinión de los movilizados fueron responsables de los disturbios. Según los defensores de la movilización, la represión policial fue desproporcionada y favoreció a quienes cuestionaban la legitimidad de las autoridades, así como su capacidad para canalizar y atender las demandas de una ciudadanía afectada por las decisiones gubernamentales.
En cuarto lugar, se encuentra una crítica a los desahucios, y los procedimientos de las autoridades en contra de las personas que eran obligadas a entregar sus inmuebles. El documental plantea una paradoja interesante: el gobierno salvó a los bancos con recursos públicos, y los bancos remataban los bienes de los ciudadanos que con sus impuestos habían contribuido al salvamento. Los documentalistas llaman la atención sobre el problema de la vivienda, y cómo garantizar que en un contexto complejo e incierto pueda garantizarse a las personas el derecho a una vivienda digna. Esto es, siguiendo a Borja (1975), una auténtica demanda urbana, motivo de la acción colectiva por parte de ciudadanos que ven perjudicadas sus condiciones de vida en la ciudad.
El movimiento de indignados cuestiona las consecuencias de una política sometida a los intereses económicos, y la extensión de un modo de vida urbano que no está garantizando condiciones de vida dignas a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables a las fluctuaciones económicas y políticas, e incluso a los desastres naturales. Sin embargo, y como bien se advierte en algunas reflexiones finales por parte de algunos entrevistados, la movilización no cobró la fuerza esperada, tal vez por ese mismo rechazo a la organización y la acción política, clave para incidir en la decisiones: ¿quién lidera?, ¿cuál es la estructura operativa?, ¿cuál es el objetivo de la movilización?. La indignación no se ha concretado en acciones alternativas contundentes, que reivindiquen los valores que guiaron la movilización. Se hace referencia a un “decálogo” de acciones, que no revelan algo nuevo con respecto a otros grupos sociales u otros actores políticos. ¿Son los indignados un movimiento social enfocado a hacer efectivas las demandas de quienes han sido afectados por las crisis? Una pregunta que aún está abierta, sin respuesta, y sin evidencia de acción. Más allá del legítimo malestar, ¿cuál es la opción?
Referencias bibliográficas
Borja, J. (1975). Movimientos sociales urbanos. México. Siglo XXI.
Castells, M. (1980). Movimientos sociales urbanos. México. Siglo XXI
El Ciudadano (2013). El 15M prepara un mayo de protestas para celebrar su segundo aniversario.
Disponible en: http://www.elciudadano.cl/2013/05/02/67438/el-15m-prepara-un-mayo-de-protestas-para-celebrar-su-segundo-aniversario/
Editorial Revista Planeo Nº12
VerEditorial Revista Planeo Nº12
Decidimos dedicar el Nº12 de Revista PLANEO a los Derechos Urbanos, abarcando el tema de la ciudad como un espacio contenedor de demandas y reivindicaciones urbanas respecto a problemáticas de movilidad, educación, espacio público, entre otras, expresadas de manera cada vez más recurrente en distintas sociedades.
Dentro las motivaciones que nos inspiraron para la realización de este número, se encuentran en primera instancia las manifestaciones en Brasil, donde los ciudadanos de Río de Janeiro y Sao Paulo llenaron espontáneamente las calles en protesta a las alzas del valor del pasaje en el transporte público, mientras que desde las arcas estatales se producía un gran volumen de gasto público en función de la Copa FIFA Confederaciones 2013, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y la Copa Mundial de Fútbol 2014. Otro ejemplo, es el de las manifestaciones en Turquía que se produjeron en mayo de este año en contra de la construcción de un centro comercial que destruiría el Parque Taksim Gezi, una de las últimas zonas verdes de la ciudad de Estambul.
Estos casos son sólo algunos ejemplos de manifestaciones ciudadanas demandando cambios en la estructura de sus ciudades, convirtiéndose en reflejo de la necesidad de participación, reivindicación de espacios públicos al interior de la ciudad, transporte digno y accesible para todos.
Desde el año 2008, más del 50% de la población total alrededor del mundo vive en ciudades, cifra que alcanzará el 75% en treinta años más, por lo que estos hechos recientes demuestran la necesidad de actuación conjunta entre autoridades y ciudadanos, que permitan avanzar en función de un desarrollo acorde a las nuevas demandas de los tiempos recientes.
En esta primera publicación de contenidos, podrás encontrar columnas, entrevistas y reseñas que se relacionan con el tema de los Derechos Ciudadanos:
En ACTORES, entrevistamos a Pablo Arriagada, vocero de la agrupación Happyciclistas, una de las diversas organizaciones existentes que hace uso de la bicicleta como una herramienta para poder intervenir creativa y transversalmente en distintos ámbitos de desarrollo y felicidad humana.
En PRÁCTICAS, presentamos “Los derechos humanos en la dimensión territorial” una reflexión sobre los movimientos sociales que reclaman derechos dentro de la dimensión territorial, analizando el caso de Mapocho Pedaleable, proyecto que busca rehabilitar la caja del río Mapocho como un corredor urbano para medios de transporte no motorizados.
En RESEÑAS, presentamos el libro “Ciudades para tod@s”, una publicación sustanciosa que aborda el tema del derecho a la ciudad, desde distintas perspectivas y abriendo el debate respecto a las dudas y certezas sobre el derecho a la ciudad como herramienta en función de las ciudades.
En COLUMNAS, “El derecho a la ciudad en clave menor”, una columna que apuesta por la diversificación del pragmatismo en la ciudad, apuntando hacia una mayor democratización de las realidades urbanas en nuestras ciudades, por Leonardo Valenzuela.
También en COLUMNAS, presentamos “La ley Monsantos en el Senado”, por Iván Santandreu, que recoge el tema del derecho ciudadano desde la necesidad de proteger el patrimonio común de las semillas y la tradición ancestral de indígenas y de campesinos en su intercambio.
Comité editorial
Revista Planeo
El derecho a la ciudad en clave menor
VerEl derecho a la ciudad en clave menor
Revista Planeo N°12, Septiembre 2013
[Por Leonardo Valenzuela]
Aterrizar la idea del derecho a la ciudad una y otra vez en una lista de supermercado no le hace ninguna justicia a Lefebvre, mientras que quedarse en la recitación penitente de conceptos demasiado amplios y bien intencionados tampoco hace mucho para darle lugar a la potencialidad creativa de su proyecto. Centrar la discusión en torno al derecho a la ciudad en el acceso a recursos u otras variables de esa índole corre el riesgo de quedarse en lo que Isabelle Stengers (2010) denomina la “clave mayor”, colonizando todo el sentido de lo que significa vivir en la ciudad y transformarse transformándola.
El derecho a la ciudad desde la perspectiva de la planificación en lo que, siguiendo a Stengers (2010), denominaré “clave menor” es más bien un asunto enfocado en posibilitar. El pensamiento minoritario se instala en el advenimiento de lo imprevisto, tan propio de una política de la convivencia. Un ejemplo de esto es la comprensión de la discapacidad como una condición adquirida en relación con las posibilidades del hábitat (Moser, 2006). La clave mayor hace de la discapacidad un problema de individuos anormales a los cuales es necesario asistir, planificar para la minoría. La perspectiva menor desplaza el problema de la normalidad hacia la eliminación de las brechas que fundan las condiciones anormales, planificando como minoría. De este modo, con el diseño y la tecnología adecuada los baches que interrumpen el desplazamiento de personas en silla de ruedas pueden ser eliminados, suprimiendo pragmáticamente la discapacidad.
Pensar el derecho a la ciudad en clave menor necesariamente nos lleva a poner al cuerpo al centro de nuestras preocupaciones, entendiendo sus propensiones afectivas y la transversalidad que lo enreda con otros cuerpos. Bruno Latour (2004) define al cuerpo como una interfaz que deviene cada vez más describible en la medida que aprende a ser afectada por más y más elementos, lo que involucra un rol fundamental del hábitat en el enriquecimiento de los cuerpos que lo habitan. En consonancia con lo anterior, se encuentra el pensamiento urbano de Jan Gehl (2010), preocupado por la vida como elemento básico para entender la ciudad y centrándose en enriquecer la experiencia urbana a partir de la comprensión de los ritmos y capacidades del cuerpo humano. Esto representa nuevamente una comprensión minoritaria, ya que establece un método que busca dar curso a las capacidades sin quedarse en un mapeado pre existente de lo posible. Tal vez se podría objetar que la copenaguenización propuesta por Gehl reviste una excesiva tendencia a la domesticación, aunque a mi juicio eso no siempre resulta necesariamente negativo.
Por otro lado, la transversalidad, y siguiendo la formulación de Guattari (1965), plantea una forma de entender el derecho a la ciudad con distancia de la formulación liberal individualista del concepto de derechos. La transversalidad es el reconocimiento de la múltiples conexiones afectivas que desarrollamos en nuestras vidas cotidianas con una heterogénea variedad de entidades humanas y no-humanas, una forma de devenir que cuestiona la figura de la autonomía individual. Una forma minoritaria de entender el derecho a la ciudad en este ámbito implica que la habitabilidad urbana no es sólo el resultado de asociaciones entre seres humanos, sino también los vínculos que se establecen por ejemplo con animales transformando la habitación en co-habitación (Hinchliffe & Whatmore, 2006). De esta co-habitación se derivan obligaciones de cuidado relacionadas con tener que compartir el mismo espacio y al mismo tiempo es generativa en términos de posibilitar formas novedosas de disfrutar el derecho a la ciudad.
Finalmente, el problema del derecho a la ciudad nos enfrenta con el problema de que la formulación de derechos es una práctica que en su veta tradicional se funda en conceptos con pretensiones universales, tal ambición es una comprensión en “clave mayor”. La visión menor apunta a la necesidad de reconocer el mundo específico desde el cual emanan los derechos, en este caso significaría que cada ciudad potencialmente requeriría de modos diferenciados del derecho a la ciudad. Esto representa un desafío para quienes reclaman expertise en asuntos urbanos en tanto es necesario darle profundidad a la comprensión de las ciudades de interés más allá de las bases de datos o los modelos generales, esto significa un renovado interés por las experiencias y sensaciones cotidianas y una renuncia al control y la instrumentalización por parte de quienes tienen pretensiones excesivamente gerenciales respecto a la administración urbana.
La resistencia a la singularización de la ciudad y las experiencias urbanas sigue siendo hoy una preocupación tan relevante como lo era para Lefebvre en 1968. La performatividad de los rankings y los indicadores de políticas urbanas, ambas expresiones de urbanismo en “clave mayor”, amenazan con formas aún más profundas de mercantilización y desensibilización en torno a las realidades urbanas particulares. El urbanismo en “clave menor” es una apuesta por la diversificación de lo que cuenta a la hora de hacer ciudad en términos pragmáticos, es un impulso a la democratización y una alerta a los escrúpulos en términos de las obligaciones morales que nos imponen las realidades urbanas contemporáneas en nuestras ciudades.
Gehl, Jan. (2010). Cities for People. Washington DC: Island Press.
Guattari, Félix. (1965). La transversalité. Revue de psychothérapie institutionnelle(1), 91-106.
Hinchliffe, Steve, & Whatmore, Sarah J. (2006). Living cities: Towards a politics of conviviality. Science as Culture, 15(2), 123-138.
Latour, Bruno. (2004). How to Talk About the Body? the Normative Dimension of Science Studies. Body & Society, 10(2-3), 205/229.
Moser, Ingunn. (2006). Disability and the promises of technology: Technology, subjectivity and embodiment within an order of the normal. Information, Communication and Society, 9(3), 373-395.
Stengers, Isabelle. (2010). Including Nonhumans in Political Theory: Opening Pandora’s Box? In B. Braun & S. J. Whatmore (Eds.), Political Matter: Technoscience, Democracy and Public Life (pp. 3-34). Minneapolis, MN: The University of Minnesota Press.
La Ley Monsanto en el Senado
VerLa Ley Monsanto en el Senado
Revista Planeo Nº12, Derechos Urbanos, Septiembre 2013.
[Por Iván Santandreu. Director Revista Mundo Nuevo. Santiago, Chile.]
La semilla es el símbolo y la fuente universal de la vida. En ella, están contenidas todas las fuerzas para desarrollar tanto un árbol milenario como los alimentos que consumimos a diario.
La semilla, por milenios, ha sido patrimonio común de la humanidad, mejorada pacientemente por los pueblos originarios y campesinos y guardada generosamente por mujeres guardadoras de semillas.
Parte de la tradición ancestral de indígenas y de campesinos es el intercambio de semillas. Trafkintu significa trueque en mapudungun y es una tradición propia de la cultura mapuche, en la cual se intercambian semillas, plantas y demás productos agrícolas para la subsistencia.
Estos productos se ofrecen a Dios, para obtener así los frutos de la naturaleza que ellos entregan. La idea es enriquecerse como comunidad, valorando el aporte de los otros y reivindicando la generosidad, con el fin de alcanzar la sabiduría de esta manera.
Esta cosmovisión y las tradiciones ancestrales en proceso de extinción enfrentan una nueva amenaza que nos atañe a todos.
En virtud de la aprobación del convenio UPOV 91, el Gobierno busca derogar la actual ley de semillas, con el propósito de fomentar más aún la agricultura a escala industrial de carácter monopólico y facilitar la concentración de la propiedad de las semillas en pocas empresas, normalmente multinacionales.
La propuesta legal del Ejecutivo amplía los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas pertenecientes a grandes corporaciones y convierte en ilegal para los agricultores el guardar e intercambiar su propia semilla. Todo esto está amparado en derechos exclusivos garantizados por los derechos de propiedad intelectual. En palabras de Vandana Shiva: “la semilla no es un invento; la vida no es un invento.”
La apropiación del saber ancestral acumulado por parte de grandes empresas al amparo legal de la nueva ley de obtentores vegetales no es innovación, es simplemente biopiratería: es un robo.
Además, la propuesta legal del Gobierno permite la posibilidad de registrar semillas transgénicas, un tipo de tecnología fracasada en el mundo, que conduce a un uso mayor de agrotóxicos. Este hecho sólo beneficia a las empresas que las producen al vender un paquete tecnológico y monopolizar el mercado con semillas de propiedad exclusiva, normalmente más caras y de menor productividad.
Que nadie se equivoque: esta iniciativa legal es del Gobierno de Michelle Bachelet y el Presidente Piñera le ha puesto carácter de urgencia en el Senado. Como se aprecia es un problema tranvesal de los partidos políticos tradicionales.
Es deber de todos nosotros evitar que este cuerpo legal –la ley que regula los derechos de las obtenciones vegetales- salga a la luz.
La práctica de los derechos ciudadanos en la dimensión territorial
VerLa práctica de los derechos ciudadanos en la dimensión territorial
Revista Planeo Nº12, Derechos Urbanos, Septiembre 2013
[Por María Rene Noguera. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
Resumen
Con el tema de Derechos Urbanos, la sección de Prácticas de la Revista Planeo presenta en esta ocasión una reflexión sobre los movimientos sociales que reclaman derechos dentro de la dimensión territorial, en relación con la movilidad en la ciudad y el acceso a espacios urbanos que han sido excluidos o abandonados, pero que por su potencial e importancia dentro de la malla urbana, es reclamado por ciertos grupos sociales. Un ejemplo de estos movimientos sociales esta ligado a rehabilitar la ribera del río Mapocho como espacio de circulación libre para peatones y ciclistas, con el fin de mejorar la calidad de vida urbana dentro de una ciudad que se ha dedicado a planificar en base a la movilidad del automóvil, excluyendo otros medios de transporte.
Palabras claves: derecho a la ciudad, derechos urbanos, movilidad, accesibilidad, río Mapocho.
Cuando se habla de derechos urbanos, es importante en primera instancia volver la mirada a los Derechos Humanos, en donde se le entrega a todos los seres humanos sus derechos relacionados con diferentes temas, entre ellos salud y educación. ¿Pero que sucede en la práctica con la aplicación de estos derechos humanos dentro de la dimensión territorial?
En el libro “Ciudades para tod@s”, se genera un debate de ideas en torno el derecho a la ciudad, y éste como bandera de lucha contra las consecuencias del neoliberalismo en las ciudades, los autores en general se refieren a los efectos ocasionados por el neoliberalismo que sufren los habitantes en su cotidianidad, por ejemplo, en el no acceso a la tierra y los servicios, la inseguridad de la tenencia, los desalojos; todo estos generados por: las privatizaciones, la especulación inmobiliaria, los mega-proyectos y mega-eventos, los abusos y trafico de poder, la desregulación del espacio público, la planificación urbana para los intereses de unos pocos (p.14). De esta forma plantean la idea de apropiarse del derecho a la ciudad y de los derechos urbanos como propuesta política de cambio y alternativa a las condiciones de vida urbana creadas por las políticas capitalistas, hoy neoliberales. Todas estas ideas se entienden como una reformulación de la vida urbana con mayor equidad, logrando la redistribución de los beneficios que la ciudad genera. Así, en esta tarea de reinventar la ciudad, es imprescindible no pensar en incluir estrategias, en donde los movimientos sociales, como dijo Harvey, juegan en eso un importante papel a través de sus luchas cotidianas por una sociedad mas igualitaria y una ciudad más justa.
Los estudiantes chilenos han salido a la calle a reclamar lo que ellos consideran un derecho, educación pública y de calidad, ¿pero, qué sucede con los movimientos sociales relacionados con el tema territorial y de ciudad?. En la actualidad existen pocas iniciativas que reclaman por los derechos urbanos, algunos ligados con las iniciativas de mejorar los espacios públicos y vivienda; pero también se pueden identificar movimientos ciudadanos que reclaman uno de los derechos humanos fundamentales pensados desde la dimensión territorial, que es en el derecho que toda persona tiene de circular libremente. La definición de derecho a la ciudad o derechos urbanos, lleva a valorar el concepto de acceso por si mismo, “la vida urbana exige sobre todo la supresión de las fronteras, distancias y discriminaciones con el fin de garantizar el acceso a todos los espacios de la ciudad” (p.47).
La ciudad de Santiago le ha entregado al automóvil el mayor derecho de circulación, y ha basado su planificación urbana en pro de mejorar la accesibilidad a diferentes zonas de la ciudad a través de la construcción de grandes y modernas infraestructuras de transporte. Y de esta manera, toda la configuración urbana se ha ido adaptando a esta línea, el automóvil se convierte en el elemento articulador de las dinámicas urbanas con tal de garantizar este acceso; pero al mismo tiempo los medios de transporte motorizados expulsan la caminata y la bicicleta, discriminando otras opciones de circular por la ciudad, y por ende limitando el derecho a circular libremente.
Es así que la construcción de grandes infraestructuras de transporte se permite el acceso a ciertos espacios de la ciudad, pero al mismo tiempo, esta acción agrede a los habitantes y el medio ambiente, reprimiendo otras opciones de movilidad para poder acceder a otros espacio urbanos considerados importantes dentro de la cotidianidad de la vida urbana. De esta manera esta libertad de acceso y movilidad se establece como un derecho ciudadano, derecho que muchos defienden y reclaman, ha sido el caso de algunos movimientos ciudadanos que consideran el espacio donde corre el río Mapocho, como un lugar de libre acceso y espacio de transporte alternativo. Este río es la columna vertebral de la ciudad de Santiago, y como tal, fuente de discusiones e intervenciones urbanas, pero mas allá de la carga simbólica de este río, está su incuestionable protagonismo como escenario físico de la ciudad, convirtiéndose en la actualidad en el espacio para demandar derechos urbanos concernidos con los temas de movilidad y accesibilidad.
Fuente imagen: Mapocho Pedaleable
Con la consigna de retomar la ribera del río Mapocho y en base a la propuesta de un sistema de transporte alternativo, nace la iniciativa de “Mapocho Pedaleable”. Este proyecto busca rehabilitar la caja del río Mapocho como un corredor urbano para medios de transporte no motorizados. El objetivo es además de recuperar un lugar abandonado como espacio público ciudadano, busca proveer a la ciudad de un corredor para peatones y ciclistas de alto estándar [1]. Para este grupo de arquitectos, el rehabilitar este espacio que por mucho tiempo ha pasado prácticamente en abandono [2] a pesar de su importancia dentro de la trama urbana santiaguina, es una forma de dignificar al peatón y ofrecer a los ciclistas un espacio apropiado para circular por la ciudad, que no sea necesariamente en auto, y con el fin único de mejorar la calidad de vida urbana por medio de la obtención al derecho a la movilidad y accesibilidad. Poco a poco esta propuesta ha tomado fuerza por medio de la unión con otros grupos ciudadanos interesado en demandar este mismo derecho, entendieron que tenían que hacerse escuchar y de esta manera decidieron ocupar la ribera del río Mapocho con sus bicicletas, convirtiéndose el Mapocho una vez mas en escenario legitimo de demandas ciudadanas. En la actualidad este proyecto es impulsado por diferentes movimientos sociales y los gobiernos municipales de Santiago y Providencia.
La construcción del derecho a la ciudad y de los derechos urbanos, es un tema de ciudadanía, es decir es el conjunto de derechos y deberes que cada ciudadano hace valer en sus acciones, y en estos tiempos en donde la planificación de las ciudades ha tomado caminos en pro de la construcción de una ciudad basada en las dinámicas del mercado, ¿como se llega a construir una ciudad diseñada para todos y todas, que no nos discrimine ni nos excluya de ciertos derechos? Según Jordi Borja (p.16), el desarrollo y legitimación de los derechos ciudadanos dependerá de un triple proceso: 1) cultural, de hegemonía de los valores que están en la base de estos derechos y explicitación de los mismos, 2) social, de movilización ciudadana para conseguir su legalización y la creación de mecanismos y procedimientos que los hagan efectivos, 3) político- institucional para formalizarlos, consolidarlos y desarrollar las políticas para hacerlos efectivos. De esta forma se entiende que la construcción de las ciudades dependerá entonces del poder en la calle, para luego formular los derechos entre las organizaciones sociales y luego establecer los instrumentos legales para que la realización de políticas publicas nos permita reconstruir una ciudad para todos y todas.
Las citas están tomadas del libro «Ciudad para tod@s» por Habitat International Coalition HIC.
Happyciclistas y la ciudad como escenario.
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Revista Planeo Nº12 , Derechos Urbanos, Septiembre 2013.
Una serie de demandas ciudadanas se han visto el último tiempo expresadas en nuestras ciudades, espacio que ha permitido visibilizar las inquietudes de los estudiantes, trabajadores, enfermos, entre otros grupos. Los usuarios de la bicicleta en la ciudad también lo han hecho, ya sea reuniéndose todos los primeros martes de cada mes, día en que se realiza una cicletada masiva que ha crecido exponencialmente. A esto se suman una serie de actividades que buscan instalar el uso y su educación en la discusión pública.
Happyciclistas es una de las diversas organizaciones existentes que hace uso de la bicicleta como una herramienta para poder intervenir creativa y transversalmente en distintos ámbitos de desarrollo y felicidad humana.
Pablo Arriagada es Antropólogo de profesión y en la organización Happyciclistas cumple el rol de vocero y gestor cultural.
¿Nos puedes explicar brevemente cómo surge Happyciclistas? ¿Cuál es su misión y visión?
Happyciclistas es una organización que promueve el uso de la bicicleta considerándola como una herramienta de transformación social orientada hacia el desarrollo y la felicidad humana. Esa sería la definición de la organización. Somos un colectivo que más que trabajar por la bicicleta en sí y sólo por la bicicleta, lo que se hace es utilizar a la bicicleta como herramienta para trabajar otro tipo de temáticas. Si bien, la principal es la movilidad urbana a través del uso de la bicicleta, también la entendemos como una herramienta para conseguir más cosas para la <<ciudad buena>>, ya sea espacio público, encuentros ciudadanos, ciudadanía, integración social, etc. Como organización tenemos ya 4 años, somos un grupo que surgió a partir del contexto creciente del uso de la bicicleta, en el que vimos que existía la necesidad de potenciar aún más esa energía desde una perspectiva más inclusiva y amable. Y esa perspectiva tenía que ver con eso, en el fondo es invitar a pedalear, pero con una reflexión detrás de esa actividad entretenida.
¿Qué relación tienen ustedes con las otras organizaciones existentes? ¿Existe un eje de trabajo común?
Uno podría decir que hay un abanico bien grande de organizaciones. Todas nos encontramos en uno u otro momento. Está Movimiento Furiosos Ciclistas, Recicleta que es un colectivo específico, las Macleta que tiene un trabajo de género, está Pedalea por la calle, que surge quizás como un discurso ya de segunda generación, ya que si bien antes se pedían ciclovías ahora se entiende que la bicicleta debe circular por la calle. Yo creo que hay una comunidad de intereses que cada cierto tiempo coincidimos y podemos congeniar para realizar actividades conjuntas y que todas están finalmente apelando a lo mismo, a la necesidad de mayores facilidades para el ciclista, políticas públicas sostenidas en el tiempo y también participación ciudadana activa. Quienes toman las decisiones a nivel de infraestructura deben considerar este ejercicio ciudadano. En ese sentido, desde mi punto de vista, los especialistas en el tema se encuentran en las organizaciones ciudadanas más que en la academia.
Si entendemos a la ciudad como escenario, ¿Qué rol juega esta para ustedes como organización? ¿Se busca colocar a la bicicleta en la agenda pública a través de las diversas actividades?
Nosotros tenemos una serie de actividades que desarrollamos durante el año y que están orientadas a distintos elementos que tienen que ver con la práctica del ciclismo urbano. Pero cada una de esas actividades en el fondo, nosotros las planteamos y las hacemos operar a modo de metáfora sobre la ciudad. Por ejemplo, una vez al año hacemos el Pedaleo a la luna, que es un pedaleo nocturno masivo al cerro San Cristóbal con actividades culturales incorporadas. Este año nos hicimos parte de manera activa en la gestión cultural de El Mapocho Pedaleable. Tenemos de manera regular las bici-clínicas, que son talleres de mecánica básica en donde se les enseña a ciclistas que están empezando a reparar sus <<panas>> básicas de sus bicicletas y además a pedalear de manera segura por la ciudad. También hacemos bici-malones que son encuentros en diferentes parques de la ciudad para poner o visibilizar parques urbanos que no se conocen regularmente. Pero, la gracia de cada una de las actividades -relacionado con el tema de la ciudad- es que actúan como metáfora dentro del escenario urbano. Por ejemplo en el caso de Pedaleo a la luna, un ejercicio fantasioso en el que podíamos llegar a la luna, en el fondo era mostrarle a la gente que se podía llegar mucho más lejos con el ejercicio de la bicicleta. Con la mecánica, si bien, el tema concreto es que la gente aprenda mecánica básica, lo que estamos haciendo ahí es mecánica de las relaciones de la ciudad. Ahí hacemos un juego de palabras que es: <<ajustamos cambios, pero también estamos ajustando relaciones urbanas>>. Por ejemplo, a las bici-clínicas llegan personas de distintas edades, diferentes clases sociales, de distintos puntos de la ciudad, gente que quizás nunca se hubiera encontrado en un espacio público. Además, la mayoría no está acostumbrada a relaciones gratuitas, muchas veces preguntan ¿Cuánto vale esta actividad? ¿Cuánto cuesta esta reparación? De allí que para nosotros esa es la ciudad, es una ciudad considerada como escenario, pero un escenario que hay que transformar. Y esa transformación pasa por todo este tipo de cosas que te entrega la bicicleta como herramienta.
Que van sumando finalmente….
Exacto, por ejemplo la movilidad urbana, es moverse a otra velocidad, es poder encontrarte con el otro, es ponerte en el lugar del otro, es una ciudad a otro ritmo, más integrada. Hay un montón de elementos que pueden trabajarse a través de las actividades y principalmente a través de la bicicleta.
¿Creen ustedes que es necesario seguir realizando estas actividades para instalar a la bicicleta en el discurso político?
Estamos dentro de un contexto cultural, histórico, en que la gente se está volviendo a encontrar. La gente se había acostumbrado a vivir de manera aislada, a solucionar sus problemas de manera aislada. Creo que en la medida en que el desarrollo urbano ha demostrado que hay cuestiones que el desarrollo privado de la ciudad no va a lograr solucionar, los ciudadanos han empezado a organizarse en función de ciertas peticiones. Y en ese escenario yo creo que los movimientos o las organizaciones vinculadas a la bicicleta, han logrado hacerse presente, hacerse visible. El paso que estaría faltando ahora es lograr dar un paso quizás ver cómo estas acciones, que son metafóricas, se transformen en propuestas más efectivas, más allá de lo que hemos logrado hasta ahora, que es motivar a que mucha más gente se suba a la bicicleta, pero es necesario también que existan programas de educación vial y ciudadana planteados desde la autoridad. Surge la necesidad de politizar otros temas que van más allá de la propia infraestructura. Por ejemplo, siempre me llama la atención cuando se hacen foros temáticos, yo tuve la posibilidad de participar en Santiago 2041, y gran parte de la conversación se basaba en infraestructura. Estuvo el Ministerio de Transporte, el de Obras Públicas, pero me llamó la atención que no estuviera el Ministerio de Educación. Entonces, en el fondo lo que falta de parte de las organizaciones, que ya estamos haciendo un trabajo político, es lograr quizás conducir esto a un nivel de negociación con el Estado, en que podamos posicionarnos como una contra parte técnica en el tema.
Algunos dicen que las ciclovías ya son un tema del pasado. Sin embargo y pese a que no cumplen con los estándares, han logrado que mucha gente se suba a la bicicleta. Además hay que mirar desde otro punto de vista la infraestructura, la ciudad ya está hecha para la bicicleta, las calles ya existen y por lo tanto se debe trabajar por la infraestructura, pero también por el aspecto cultural y la educación vial. Asimismo, estamos trabajando sobre un par de proyectos de diálogos intermodales, es decir, cómo logramos vivir de manera empática con el entorno, no sólo entre los Happyciclistas sino que entre todos, que exista una comunicación con los taxistas, vehículos particulares y micreros, vincularse de manera empática con el entorno, y para eso debemos desmarcarnos de la bicicleta en sí y eso también tiene que ver con la política.
Fuente imagen: www.happyciclistas.cl
Ciudades para tod@s: Por el derecho a la ciudad, propuestas y experiencias
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Revista Planeo Nº12, Derechos urbanos, Septiembre 2013.
Palabras claves: Ciudades, Derecho a la ciudad.
[Por Mairelys Domínguez. Instituto de Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile]
Edición: Ana Sugranyes y Charlotte Mathivet – Habitat International Coalition (HIC)
Año: 2010
ISBN: 978-956-208-090-3
Ciudades para todos es una publicación sustanciosa que aborda el tema del derecho a la ciudad, desde distintas perspectivas. Cabe destacar, que este es uno de los fenómenos más potentes que se ha podido percibir en las sociedades actuales y en este sentido, se ha procurado crear un marco eficaz de referencia sobre el tema, generando distintas visiones que van más allá de los planteamientos teóricos o de las simples opiniones. En esta ocasión la información se complementa con casos puntuales ayudando a reforzar los argumentos expuestos por los autores de la primera parte.
Este libro forma parte de la organización Habitat International Coalition (HIC), una red global de movimientos sociales, organizaciones y personas a nivel internacional, que procura la lucha por la aplicación del derecho a un lugar donde vivir con dignidad. El enfoque de esta organización es el enlace entre el hábitat humano, los derechos humanos y la dignidad humana, con el correspondiente reconocimiento de las reivindicaciones de los pueblos y de sus capacidades, así como sus aspiraciones de libertad y solidaridad.
Tal y como lo indican sus editoras, este libro más que un estudio científico sobre el derecho a la ciudad como lo hizo el reconocido autor francés Lefebvre y otros autores, es la apertura a un espacio de debate, confrontación de ideas, ilustración de experiencias, formulación de dudas y certezas sobre la fortaleza del derecho a la ciudad como herramienta para las ciudades. En esencia esta publicación plantea la idea de apropiarse del derecho a la ciudad como propuesta política de cambio y alternativa a las condiciones de vida urbana creadas por las políticas capitalistas, hoy neoliberales.
Algunos de los temas que se pueden encontrar en su primer capítulo estructurado como el fundamento teórico están: La democracia en busca de la ciudad futura; Contra el derecho a la ciudad accesible; El proceso de construcción por el derecho a la ciudad: avances y desafíos. Entre los autores que participan de este contenido tenemos a Jordi Borja, Yves Jouffe, Giuseppe Caruso y otros profesionales reconocidos.
La segunda parte es una muestra de las experiencias de la ciudad, con una selección de lugares bastante heterogénea alrededor del mundo, entre ellas tenemos a Sudáfrica, India, Chile, Japón, China, Argentina, Egipto, República Dominicana y Ecuador. Las ciudades que sirven de ejemplo son New York, Caracas, Cochabamba, Toronto y Ciudad de México. Dicha selección se ha hecho con la intención de mostrar las distintas facetas de estas experiencias, construidas en torno a cuatro enfoques correspondientes a distintas estrategias: Las luchas populares contra la marginalización y los desalojos; las iniciativas populares de empoderamiento; la implementación del derecho a la ciudad a través del marco legal y por último la planificación y políticas públicas.
En relación a su contenido son usuales los términos reivindicación y cambio, frente a las consecuencias de las ciudades actuales en que vivimos. Se puede decir que de todas las secciones de este libro, una de las más innovadoras es la referida a la planificación y las políticas públicas, demostrando que estas herramientas pueden ser contrarias al derecho a la ciudad y al buen vivir, acelerando y profundizando los efectos negativos de la globalización mercantil y que al mismo tiempo pueden ser instrumentos que generen procesos de cambios, revirtiendo situaciones de desigualdad e injusticia (Sugranyes y Mathivet, 2010).
Referencia bibliográfica de la publicación:
Sugranyes y Mathivet, 2010. Ciudades para tod@s: Por el derecho a la ciudad, propuestas y experiencias. Primera edición-Santiago de Chile, 2010.
Puedes descargar el libro aquí.
Puedes ir la entrevista que hicimos a Ana Sugranyes en Revista Planeo, aquí.
Datos de realidad
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Revista Planeo Nº11, Residencias Urbanas, Junio 2013
[Por: Felipe Link. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.]
Palabras clave: instrumentos de planificación, instrumentos de medición, datos cuantitativos, políticas públicas, estudios urbanos, confianza, validez.
“El Instituto Nacional de Estadísticas suspenderá el sitio web www.censo.cl, hasta que concluya la auditoría interna al proyecto Censo 2012 solicitada por la Dirección”. Con esta frase se recibe aún a quienes intentan conocer los resultados del último censo de población y vivienda realizado en Chile durante el año pasado. Es decir, por el momento no hay resultados oficiales y no existe una fecha clara para su publicación y liberación desagregada, a pesar de que en los últimos días se adelantara la fecha del informe de revisión para el próximo 07 de agosto[1]. Por otra parte, la última encuesta de caracterización socioeconómica nacional (CASEN) de 2011 fue cuestionada fuertemente al momento de su publicación, por modificaciones en la fórmula de cálculo de la pobreza, a través de la inclusión de la famosa pregunta “y11” que bajó el porcentaje de pobreza de un 15% a un 14,4%. Desde el Ministerio de Desarrollo Social se argumentó técnicamente para fundamentar la inclusión de dicha pregunta, concluyendo que:
“…la inclusión de la nueva variable, y11a, no implica la inclusión de nuevos ingresos y, por el contrario, su exclusión lleva, necesariamente, a la exclusión de ciertos ingresos que, para el año 2009, se entendían parte integrante del ingreso autónomo del hogar. En este sentido, es la exclusión de la variable y11a la que genera problemas de comparabilidad y no su inclusión. Más aún, en términos de consistencia metodológica vemos que excluir la variable y11a es una excepción a los criterios anteriormente utilizados para resolver estos casos.”[2]
En ambos casos, Censo y CASEN, hubo un escándalo técnico político cubierto por diferentes medios de prensa internacionales como The Economist[3] o Financial Times[4], que resultó finalmente en la renuncia del director del INE, a propósito del censo y en la salida de CEPAL como garante del procesamiento de la información de la encuesta CASEN.
Además, hace algunos días se declaró desierta la licitación para el trabajo de campo de la versión 2013 de la misma encuesta CASEN, al no existir oferentes para llevar a cabo el proceso[5]. En paralelo, existieron cuestionamientos a la fórmula de cálculo del IPC por parte del INE y a ciertos procedimientos irregulares en el Servicio de Impuestos (SII).
Por último, sin irregularidades, pero con cierta arbitrariedad, también hubo modificaciones a las preguntas en los instrumentos de recolección de datos, generando dudas en el ámbito académico sobre la pertinencia de nuevas preguntas en la papeleta censal y peor aún, sobre la eliminación de preguntas importantes, como fue, por ejemplo, la eliminación de la pregunta sobre categoría ocupacional, tradicionalmente codificada según los criterios de la Clasificación Internacional Industrial Uniforme (CIIU), que permitía comparar la realidad ocupacional de Chile con el resto del mundo[6].
Ante este escenario, cabe preguntarse sobre la importancia de los datos estadísticos oficiales y las consecuencias que su cuestionamiento tiene para la investigación académica en general y específicamente para la investigación en estudios urbanos. Asimismo, cabe preguntarse también sobre las consecuencias de mediano plazo para las políticas públicas urbanas, basadas muchas veces en este tipo de información.
Mucho de lo que sabemos sobre nuestras ciudades se basa en información cuantitativa, generalizable a la población según criterios estadísticos y a la ley de probabilidades. Mucho de lo que profundizamos en el estudio de lo urbano, a través de investigación cualitativa, corresponde a preguntas no resueltas motivadas desde una primera aproximación general, basada en esta información. La gran disponibilidad de datos en Chile, con un máximo nivel de desagregación territorial, avalados por una larga tradición de rigurosidad técnica y metodológica y recientemente de libre acceso, gracias a la ley Nº20.285 de transparencia y acceso a la información pública, se ha visto cuestionada en el escenario de los últimos acontecimientos. Por lo tanto, no sólo se trata del número más o menos exacto de habitantes del país, sino, de que lo que sabemos sobre calidad de vida urbana, competitividad metropolitana, segregación residencial o vulnerabilidad urbana, entre otros temas, depende muchas veces y en gran medida de los instrumentos que se utilizan para la observación científica y de los datos generados en este proceso. El cuestionamiento a esta “objetividad” del dato, afecta a una cadena mucho más larga y compleja de interpretación de la realidad social que es necesario cuidar.
En este sentido, en la investigación existen dos conceptos clave para “aceptar” conclusiones basadas en información empírica de este tipo. Estos son “confianza” y “validez”. Confianza, como la certeza de una variabilidad conocida en la recolección de información, y validez, como la mínima distorsión de sentido en el proceso. En otras palabras, que cada vez que se aplica un mismo instrumento de recolección de datos a una población similar, los resultados sean coherentes y que la información recolectada responda en gran medida al sentido de lo que se pretendió recoger. La producción de datos, cualquiera sea su carácter, evidentemente tiene múltiples limitaciones, tanto en su generación como en su interpretación. La comunicación nunca es perfecta, en el sentido de que todos entendamos lo mismo por lo mismo y en este escenario, ni la encuesta, ni otro procedimiento puede pretender asegurar su carácter inmaculado y objetivo. El dato duro, en su generación como interpretación, no pretende liberarse de este desequilibrio, al contrario, lo reconoce, lo declara e intenta minimizarlo dentro de sus posibilidades. Reconocer márgenes de error y niveles de significancia, así como declarar puntos de corte y clasificación de tipologías estadísticas, declarar coeficientes de fiabilidad y consistencia, entre otros procedimientos, supone precisamente la transparencia frente a la complejidad de la producción del dato. El error se estandariza, se eliminan los extremos y se trabaja en función de una cierta normalidad, justamente, dada la imperfección del dato y la complejidad de la realidad. Sin embargo y aquí está el problema, la relación entre la realidad social – urbana y su representación parece estar más nublada por la intencionalidad, que por la forma y metodología de acceso y es ahí donde cabe apelar a una matriz y lógica común de la investigación social urbana, que en definitiva remite a las viejas nociones de confianza y validez, lo que en última instancia tiene que ver con la técnica y ética de los procedimientos. Por mientras, seguimos esperando.
[1] http://www.latercera.com/noticia/negocios/2013/08/655-535964-9-comision-externa-revisora-del-censo-2012-adelanta-entrega-de-informe-final.shtml
[2] Ver minuta completa en: http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/casen/publicaciones/2011/Inclusion_de_la_Variable_y11.pdf
El diputado Patricio Hales y la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
VerEl diputado Patricio Hales y la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Agosto 2013
Arquitecto de la Universidad de Chile y diputado del PPD por el distrito N°19 (Independencia y Recoleta). Participó desde abril del 2012 en la Comisión Asesora presidencial para el desarrollo de la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Actualmente participa de las comisiones permanentes de Vivienda-Desarrollo Urbano y Defensa Nacional. También ha sido llamado a participar de la coordinación del programa de gobierno de la candidata Michelle Bachelet en las áreas de Ciudad y Territorio.
¿Cuál fue su rol al interior de la comisión asesora?
Yo aprecio que el presidente de la República me haya invitado en abril del año 2012 a esta atractiva iniciativa en mi rol de diputado (PPD) y miembro actual de la comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano. Allí trabajamos para discutir el futuro de las ciudades nacionales, haciendo hincapié en problemáticas como la segregación. Asimismo, me reuní con otros actores que no estaban considerados en la Comisión para ampliar la discusión respecto al desarrollo de las ciudades nacionales, trabajo que se resume en un texto de 21 páginas titulado: “Una política nacional de ciudades justas y sustentables”.
¿A su juicio cuáles son las diferencias entre la Política Nacional de Desarrollo Urbano y los otros intentos que la anteceden?
Lo que existía anteriormente no tuvo tal relevancia en el territorio como se pretende en la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Es decir, los primeros intentos bajo el gobierno de Ibáñez del Campo respondieron a los desastres producidos por el terremoto de Talca, concretado en la Ley de Construcciones y Urbanización y la Ordenanza General. Hasta entonces no ha existido lo que podríamos llamar una política de desarrollo urbano propiamente tal sino que sólo reglamentos de ordenamiento de las ciudades tanto en lo constructivo como en territorial o usos de suelo. Posteriormente bajo la dictadura hubo otros intentos de generar una “Política”, sin embargo, nunca fue una “hoja de ruta” para el desarrollo de las ciudades en nuestro país. Ya en el año 2001 y 2009 se presentaron nuevas propuestas y reformas, pero que no se concretaron como políticas. Una de las cosas que debo destacar de la Política Nacional de Desarrollo Urbano es que considera estos avances o intentos por discutir el desarrollo urbano en nuestro país.
¿Qué pasos cree usted que se deben seguir para la materialización de una política como esta?
Esto es un aporte muy valioso para el país, el que debe ser aprovechado. En ese sentido, esta es una matriz doctrinaria que establece principios fundantes para los instrumentos de planificación, para las normas, para proyectos de ley e incluso para posibles transformaciones institucionales. Si lo observamos desde otra perspectiva, lo que se publicó recientemente no tiene aplicación si no existe un seguimiento, iniciativas de ley o acciones normativas por parte del Gobierno. La Política Nacional de Desarrollo Urbano no es una ley que manda prohíbe o permite sino que esto es un vector de desarrollo, pero no es una ley que tiene imperio. De allí que es necesario que esto se traduzca en proyectos de ley, que sean discutidos en el Congreso y que el Gobierno comience a enviar sus medidas.
¿Cree usted que es momento de discutir en el período eleccionario que se avecina los problemas urbanos? ¿Qué rol jugaría la Política Nacional de Desarrollo Urbano?
Yo he aceptado el encargo de la ex presidenta Bachelet para ser el coordinador de las temáticas de Ciudad y Territorio para su programa junto a Pablo Navarrete. Entiendo que hay que cumplir de aquí hasta octubre con un programa, el que justamente debe recoger las grandes inquietudes, preocupaciones y dramas del 90% de chilenos que viven en ciudad. Por lo tanto, lo considero una tarea extremadamente motivadora, es la candidata quien me ha hecho esta encomienda y es ella quien parte de la base de que es necesario mejorar la calidad de las ciudades. En ese sentido, me alegro que en el desarrollo de la Política Nacional de Desarrollo Urbano algunas miembros de la comisión -quienes éramos minoría- entre los que estaban Leopoldo Prat, Bresciani padre y Mathias Klotz. Fuimos unos luchadores incansables para establecer allí materias fundamentales como la equidad en la ciudad, batallar para que temas como la integración social, segregación, políticas de suelo, hayan influido de una manera clara y enfática. Logramos establecer los principios para corregir los abusos tributarios, principalmente a través de los terrenos dedicados a la “engorda”, los que terminan dañando o generando ausencia de terrenos para la vivienda social y finalmente expulsando a los pobres a la periferia. Me siento contento por esos resultados, prolongamos el debate algunos meses hasta que finalmente logramos que la Cámara de la Construcción colocara una nota al pie con sus discrepancias hacia algunos puntos del documento. De allí que cueste tanto legislar o generar políticas urbanas, porque no son un simple tema de académicos sino que el debate normativo de ciudad expresa tremendas contradicciones con gigantescos intereses económicos. Esto ocurre hoy, en el año 1931, en la España colonial, en el Imperio Romano, es decir, desde que existen asentamientos urbanos organizados. La normativa de ciudad expresa contradicciones de intereses que se juegan en el espacio.
Fuente imagen: http://goo.gl/HCy85X
De la política a la práctica: la transformación de Medellín
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Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Agosto 2013
Resumen
En el presente número, Revista Planeo presenta dentro de su sección Prácticas, cómo desde las políticas púbicas se ha logrado disminuir la violencia y pobreza en las ciudades por medio de una transformación urbana profunda. En esta ocasión presentaremos el caso de la ciudad colombiana de Medellín, y su transformación desde ser una de las ciudades mas violentas de Latinoamérica, a ser una de la más visitadas y reconocidas por los efectos de sus políticas públicas.
Desde el 2004 Medellín inició un proceso de transformación, donde decide invertir la mayor cantidad de recursos en las zonas mas vulnerables de la ciudad, bajo este principio revolucionario, el modelo de esta ciudad ha impulsado planes y programas integrales bajo el concepto de urbanismo social, y de esta forma avanza en su transformación espacial, mejora sus indicadores de calidad de vida y disminuye la violencia.
Palabras claves: política pública, transformación urbana, gestión pública.
[Por María Rene Noguera. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
Inmersa en el corazón de la Cordillera Central Andina, Medellín capital del departamento de Antioquía de Colombia, se caracterizaba en los años ochenta y noventa por concentrar problemas sociales relacionados con el narcotráfico y fenómenos asociados con grupos paramilitares de extrema derecha. La inequidad social, concentración de riqueza, crecimiento de pobreza y desempleo y la ausencia de un Estado eficiente, fueron los elementos claves que llevaron a este escenario urbano desigual y violento, los dos mayores problemas de esta joven urbe latinoamericana en ese entonces.
Las principales claves de transformación se deben básicamente, a que a partir del 2004 el nuevo poder político logra convocar y canalizar las iniciativas ciudadanas antes dispersas, y establecer alianzas entre la sociedad y el Gobierno municipal con el objetivo común de recuperar Medellín y construir conjuntamente una nueva ciudad, logrando además la continuidad de este proyecto para 2008-2011. Los otros factores claves de transformación se relaciona con la intervención integral con la máxima calidad en los territorios y la educación pública y cultura como elementos de inclusión y de equidad.
Uno de sus primeros hechos políticos que se identifican en este proceso, es el establecimiento de “Los 14 principios de la gestión pública”, axiomas éticos que sustentaron la participación corresponsable de la sociedad en el objetivo de transformación social Plan de Desarrollo 2004–2007 Medellín compromiso de toda la Ciudadanía. Página 16.:
- Los dineros públicos son sagrados.
- La gestión de lo público es transparente. La Administración rinde cuentas de todo lo que hace, con quién lo hace, cuándo lo hace, cómo lo hace y con cuánto lo hace.
- No aceptamos transacciones de poder político por intereses burocráticos o económicos.
- No utilizamos el poder del Estado para comprar conciencias y acallar opiniones diferentes a las nuestras.
- El ejemplo de las autoridades es la principal herramienta pedagógica de transformación cívica.
- Planeación sin improvisación.
- Eficiencia, economía y eficacia en los programas y proyectos.
- Las relaciones con la comunidad son abiertas y claras, y se desarrollan a través de los espacios de participación ciudadana.
- El interés público prevalece sobre los intereses particulares.
- Las personas que trabajan en la Administración Municipal son honestas, capaces y comprometidas con el proyecto de ciudad.
- El desarrollo de la ciudad es un compromiso entre la Administración local y toda la ciudadanía.
- La solidaridad y la cooperación son la base de las relaciones de la ciudad con la región, el departamento, la nación y la comunidad internacional.
- La confianza entre las personas que dirigen la Administración es esencial para garantizar la legitimidad del Estado.
- La vida es valor máximo y no hay una sola idea ni propósito que ameriten el uso de la violencia para alcanzarlos.
Bajo estos principios de gestión pública, se desarrolla el modelo “Medellín, la mas educada”, que ubica a la educación como eje principal de la política y motor de transformación social para enfrentar estos problemas de desigualdad y violencia. Este modelo impulsa programas integrales articulados en torno al concepto de urbanismo social como herramienta de inclusión, invirtiendo la mayor cantidad de recursos en las zonas mas pobres y violentas de la ciudad.
Imagen: Metodología de un Proyecto Urbano Integral (PUI)
Fuente imagen: http://urbanismosocialmedellin.universia.net.co/galerias/familia3c1_0.jsp
“Quienes dicen que un edificio bonito no mejora la calidad de la educación, no entienden un asunto crítico. Tenemos que construir los edificios más hermosos en los lugares donde la presencia del Estado ha sido mínima. El primer paso hacia la calidad de la educación es la dignidad del espacio. Cuando el niño más pobre de Medellín llega al mejor “salón de clases” de la ciudad, enviamos un poderoso mensaje de inclusión social. Ese niño tiene una autoestima renovada, aprende más fácilmente, y seguramente no soñará en convertirse en delincuente cuando sea adulto. Es un mensaje profundo de transformación social. Esa es nuestra revolución” (Alcaldía de Medellín, 2007) comenta Sergio Fajardo, Alcalde de Medellín 2004-2007, quien desarrolló a partir de la idea de “urbanismo social” este proceso de transformación.
Imagen: Proyecto Urbano integral Nororiental
Fuente imagen: Alcaldía de Medellín, disponible en : http://www.medellin.gov.co/irj/portal/medellin
Así, la política pública tras de esta transformación se basó en la planeación del espacio como medio para fomentar la transformación social y cultura, estableciendo de esta manera las siguientes estrategias (Alcaldía de Medellín, 2007):
- Altos estándares de diseño y construcción.
- Proyectos urbanos integrales (PUI), para promover la inclusión social y la igualdad.
- Programa de la parques-biblioteca y Colegios de Calidad, para fomentar la educación y la cultura.
- Programa de vivienda social y MIB, para reducir la vulnerabilidad de la comunidad localizada en zonas de riesgo.
- Programa de paseos urbanos y calles emblemáticas, para restaurar el espacio público como lugar de intercambio social.
- Transporte urbano y movilidad, como una clave para la competitividad y la integración social.
- Seguridad y la convivencia, para recuperar la gobernabilidad.
Estas obras están reescribiendo la ciudad, lugares que antes tenían una connotación de repudio adquieren un nuevo sentido, se levantan los Parques Bibliotecas y Equipamientos Educativos para dignificar los barrios, se convierten en lugares de encuentro que ofrecen espacios de lectura, música, arte, galerías para artistas locales, auditorios, salón de juegos, cafeterías y locales comerciales. Se construyen Proyectos Urbanos Integrales (PUI), instrumentos de intervención urbana que abarcan la dimensión espacial, lo social y lo institucional, con el objetivo de resolver problemáticas específicas sobre un territorio definido, donde se haya presentado una ausencia generalizada del Estado. Se desarrollan los programas de Vivienda Social para poblaciones en zonas de riesgo, Plan de Paseos, Calles Emblemáticas y Parques Lineales, estos últimos buscan recuperar la calidad urbana en las calles, Paseos y Parques Lineales de la ciudad y los barrios.
Fuente imagen: http://urbanismosocialmedellin.universia.net.co/galerias/familia3c1_0.jsp
Para el arquitecto Alejandro Echeverri, director de proyectos urbanísticos de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), la construcción de obras en sectores tradicionalmente deprimidos como la Comuna 13 y Santo Domingo Savio, permitió a la gente recuperar la confianza y apropiarse de espacios que le había arrebatado la violencia. Ese, aseguró, es uno de los grandes logros del alcalde Sergio Fajardo (2004-2007). «A través de la política se hizo una transformación física de la ciudad. Ahora contamos con nuevos lugares de encuentro como los parques biblioteca y el pasaje peatonal de Carabobo. Estos referentes urbanos muestran un cambio en la calidad de vida» [1].
Posiblemente Medellin tenga que enfrentar nuevos problemas urbanos y seguir trabajando para lograr bajar mas los indices de violencia e inseguridad, pero hay reconocer que Medellín, se ha convertido en una ciudad que a través de sus políticas urbanas inicia un proceso de metamorfosis que en menos de 6 años empieza a cambiar la piel de la ciudad y mejorar la convivencia mediante intervenciones estratégicas del espacio público, donde las obras de arquitectura, urbanismo y las políticas públicas van de la mano con los cambios sociales y culturales, convirtiéndose en un ejemplo a seguir para toda Latinoamérica.
Links de interés:
- Alcaldía de Medellín: www.medellin.gov.co
- Empresa de Desarrollo Urbano: www.edu.gov.co
- Alcalde de Medellín 2004-2007: www.sergiofajardo.com
- La transformación de Medellín, Urbanismo social: http://urbanismosocialmedellin.universia.net.co
Bibliografía
Alcaldía de Medellín. (2007). Del miedo a la esperanza. Medellín, Colombia.
[1] Fuente:
http://www.elcolombiano.com.co/BancoConocimiento/E/el_urbanismo_una_forma_de_crear_confianza_en_los_barrios/el_urbanismo_una_forma_de_crear_confianza_en_los_barrios.asp?CodSeccion=1
Patricio Hales D.
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Arquitecto de la Universidad de Chile y diputado del PPD por el distrito N°19 (Independencia y Recoleta). Participó desde abril del 2012 en la Comisión Asesora presidencial para el desarrollo de la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Actualmente participa de las comisiones permanentes de Vivienda-Desarrollo Urbano y Defensa Nacional. También ha sido llamado a participar de la coordinación del programa de gobierno de la candidata Michelle Bachelet en las áreas de Ciudad y Territorio.
Fuente: www.camara.cl
Fuente imagen: http://goo.gl/HCy85X
Ximena Galdo Rosso
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Graduada en arquitectura de la universidad Mayor de San Andres (La Paz- Bolivia) tiene diplomados en historia de la arquitectura y las artes del siglo XX y educación superior en la misma universidad. Profesionalmente se ha desempañado como docente del ITBS (Instituto Teconlógico Boliviano Suizo) y ha trabajado en planificación urbana para el GAMLP (Gobierno Autónomo Municipal de La Paz). Actualmente se encuentra concluyendo el magister del MHM en el IEUT de la Universidad católica de Chile.
Participación en PLANEO:
Urbanized
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Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Agosto 2013
Titulo: Urbanized*
Autor:Gary Hustwit
Año: 2011
[Por Ximena Galdo y Mairelys Domínguez]
“…hablamos realmente del hábitat Urbano del Homo Sapiens. Es el mismo Homo Sapiens en todo el mundo. Distintas circunstancias culturales; distintas circunstancias económicas; distintas circunstancias climáticas, pero básicamente somos el mismo animalito caminante”.
Jan Gehl
Las ciudades son entes complejos que permiten configurar un entramado de circunstancias, vivencias y sensaciones. Los protagonistas de esta configuración son esencialmente los seres humanos quienes crean redes sociales con elementos físicos del entorno. El documental Urbanized aborda el tema del diseño de las ciudades, enfocando problemas y estrategias detrás de esta labor. El desarrollo de la problemática se da a través de la exposición de proyectos urbanos y opiniones de arquitectos, planificadores, ingenieros, legisladores, artistas y pensadores que plantean los nuevos desafíos del diseño urbano desde una perspectiva más humana.
La presentación de los escenarios se da a través de diferentes perspectivas como microcosmos, organismos vivos, hábitats del homo sapiens y por sobre todo, como la manifestación física de las fuerzas económicas, sociales y ambientales. Bajo esta óptica, el diseño urbano es el verdadero lenguaje de las ciudades, ya que son las ideas las que las mueven y construyen.
Las ideas del diseño se plasman en proyectos urbanos, que dan especial énfasis al rol del ser humano dentro de los distintos tipos de sociedades. Es así como se crea una trama que se pasea por el mundo contemporáneo, dando muestras de varias experiencias de tipo social, ambiental y económico. Por citar algunos ejemplos están las experiencias de Santiago y la vivienda social, Brasilia y su urbanismo modernista, Bogotá y su transformación de transporte, Rio de Janeiro y su protección tecnológica, Khayelitsha y la prevención de la violencia mediante el diseño urbano.
El contraste de experiencias y de formas de hacer está presente y acompañado por las opiniones de arquitectos renombrados como Foster, Koolhaas, Gehl, Niemeyer y Aravena, por citar unos pocos, que dan cuenta de una realidad construida a través de la intención. Estas opiniones son contrastadas con opiniones de algunos especialistas quienes permiten crear juicios por parte del propio espectador.
Actualmente la intención del diseño está siendo influenciada por el usuario, el ser humano y sus diferentes perspectivas y formas de vida mostrando los contrastes entre las ciudades en vías de desarrollo y las desarrolladas. A pesar de esta gran diferencia de visiones, el diseño se ha vuelto participativo ya que parte de abajo hacia arriba para transformar las formas de vivir en la ciudad. La nueva perspectiva más humana del diseño urbano es la perspectiva de la armonía entre el espacio físico y lo social que combina la visión de expertos y las diferentes motivaciones de la población para crear el nuevo entorno del ser humano.
La trama de este documental es un paseo por diferentes realidades del diseño urbano que están construyendo las ciudades, así como las influencias históricas que han dado lugar a los patrones actuales. En ella se muestra la existencia de diversas preocupaciones en donde los temas ambientales y sociales son las directrices más evidentes actualmente. Sin embargo muestra el peso del diseño más humano o con participación de los usuarios como una alternativa más acertada, haciendo evidente la idea de que los cambios o transformaciones que pueda tener una ciudad dependen precisamente de las conductas del ser humano en comunidad. La misma es un claro ejemplo de cómo nuestras sociedades son un tejido complejo en donde los nuevos retos tendrán que ver con manejar la demografía y hacer que las estructuras se conjuguen con la movilidad para crear un ambiente humano a través del urbanismo. Esto último ha sido mencionado como un reto netamente crucial, que amerita el entendimiento de todos aquellos que participan en los escenarios conocidos como ciudades.
*Imagenes extraídas del documental
La cuestión local: la Política Nacional de Desarrollo Urbano y el gobierno de las ciudades
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Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
[Por Jaime Enrique Solórzano Pescador. Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.]
Palabras clave: PNDU, gobiernos locales, gobernanza urbana.
El pasado mes de mayo se presentó a la Presidencia de la República el documento elaborado por un comité de técnicos y expertos en materia urbana, que plantea los ámbitos de acción del Estado chileno frente al desarrollo de sus centros urbanos. Este documento, denominado “Política Nacional de Desarrollo Urbano” (PNDU), ha generado desde su expedición diferentes discusiones sobre los alcances que pueda tener la PNDU en el presente y futuro de las ciudades del país, y los instrumentos que plantea para alcanzar los objetivos señalados. En ese sentido, uno de los ámbitos más complejos radica en el diseño de nuevas instituciones de gobierno territorial, que mejoren la capacidad de gestión del desarrollo urbano en Chile. A continuación se presentan algunos planteamientos sobre la relevancia de avanzar en las directrices establecidas en la PNDU, orientadas a fortalecer las competencias gubernamentales de las áreas urbanas para alcanzar los estándares de calidad de vida y sustentabilidad esperados. La PNDU no es un manual de implementación de planes, programas y proyectos orientados al desarrollo de las ciudades. En tanto política establece un marco de principios a partir de los cuales los agentes involucrados en el desarrollo urbano (autoridades gubernamentales, sociedad civil, empresarios, entre otros) y una serie de herramientas orientadas a mejorar las condiciones de vida de una ciudad. La definición de una política implica una comprensión integral del objeto de intervención, así como un proceso de toma de decisiones por parte de las autoridades que lleva a priorizar unas dimensiones sobre otras, para articular nuevas dimensiones conforme se implementa y evalúan los instrumentos de la política pública.
La PNDU definió objetivos y prioridades de acción, pero aún genera dudas sobre las características de los instrumentos que permitan el cumplimiento de las metas planteadas sobre desarrollo urbano. El objetivo central de lograr ciudades con una mejor calidad de vida (en correspondencia al nivel de desarrollo que está alcanzando el país) y la sustentabilidad de las generaciones presentes y futuras facilitan, en cierta medida, la definición de los ámbitos de acción por parte de agentes públicos y privados. La integración social, el desarrollo económico, el equilibrio ambiental y la protección del patrimonio histórico-arquitectónico son los ámbitos sobre los cuales se articulará la acción del Estado chileno para construir mejores ciudades. Según la comisión a cargo de elaborar la PNDU, son áreas prioritarias en la construcción de mejores centros urbanos, que garanticen condiciones de vida óptimas para el desarrollo de sus habitantes. Para esto, es prioritario contar con un régimen territorial que acerque la toma de decisiones gubernamentales a los ciudadanos, permitiendo procesos de planificación urbana y regional más legítimos y afines a las demandas reales de la población. No es una tarea fácil ni de corta duración, pero la ausencia de autoridades e instrumentos que se puedan en la PNDU son esenciales para el diseño de instrumentos jurídicos, programas y planes de acción que ayuden al cumplimiento de las metas propuestas. Esto implica una discusión más compleja en términos del régimen político y territorial que existe en el país, y cuya transformación está planteada en la PNDU como factor determinante para avanzar en su implementación. Asimismo, la PNDU plantea la descentralización como una alternativa para la planificación del desarrollo urbano y regional chileno.
Vale la pena llamar la atención sobre dos procesos institucionales planteados por la PNDU: la creación de un Ministerio de Ciudades, Vivienda y Desarrollo Territorial como agente central en la planificación urbana y regional y la descentralización de la toma de decisiones y la formulación de políticas. Aún cuando la PNDU cuestiona el modelo centralista y sectorial de la acción gubernamental y advierte sobre la necesidad de reconocer las particularidades locales y regionales en la construcción de los centros urbanos del país, se crearía una institución en el nivel central que articule y guíe los procesos de planificación en las escalas subnacionales. En ese sentido, que se plantee la transformación de un régimen territorial centralista hacia un modelo descentralizado en el marco de una política de Estado (aspecto que no queda tan claro aún) abre un nuevo espacio de discusión para formular una nueva institucionalidad en que dirija el desarrollo territorial. La descentralización implica una delegación de poder y un reacomodamiento de los actores del sistema político en las diferentes escalas territoriales. Como sucedió en los países que llevaron a cabo esta reforma del Estado, la descentralización política permitió que los ciudadanos eligieran a sus gobernantes y representantes, que generaron nuevas relaciones entre Estado y ciudadanía en el marco del desarrollo territorial. Junto a esto, una revisión de los instrumentos de planificación territorial, en consideración de sus limitaciones intra e intercomunales, que han afectado la articulación de las municipalidades en la formulación de planes y políticas en ámbitos de interés común. Este cambio de régimen territorial, el diseño de reglas e instrumentos para fortalecer la descentralización en otros ámbitos (fiscal y económica) dependerán del interés y capacidad de las instancias competentes para realizar las reformas adecuadas para implementar este componente de la PNDU y asumir los costos políticos asociados a esta decisión.
La PNDU es el primer componente de un largo proceso de diseño institucional guiado por principios y directrices consensuados para el desarrollo urbano. La implementación de la misma tendrá efectos en la comprensión del territorio y las relaciones entre el Estado, la ciudadanía y el mercado; en aras de alcanzar los objetivos propuestos sobre calidad de vida y sustentabilidad. Con esto, la PNDU es precisa en lo que pretende, ambiciosa en los instrumentos que considera para lograr dichas metas, pero aún incipiente en términos de gobernanza para avanzar sistemáticamente en su implementación como política de Estado. Es decir, se encuentra un conjunto de acciones coherentes a sus principios orientadores; pero falta definir a los agentes que estarán a cargo de hacer realidad esta política de desarrollo urbano y territorial.
Jaime Enrique Solórzano Pescador
VerJaime Enrique Solórzano Pescador
Cientista político (Universidad Javeriana, Bogotá), estudiante de magíster en Desarrollo Urbano (UC). Agradezco a Daniel Moreno, Héctor Gómez, Sebastián Monroy y Marcela de Castro por sus aportes y comentarios.
Un nuevo contexto político-social, las disciplinas del urbanismo y el experimentalismo democrático.
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Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
Fuente imagen: Piensa Providencia
Palabras clave: movilizaciones sociales, democracia participativa, cabildos ciudadanos
[Por: Nicolás Valenzuela Levi]
El año 2011 fue un momento de grandes movilizaciones, no solo en Chile sino también en el mundo. El movimiento estudiantil chileno explotó en expresiones ciudadanas y popularidad al mismo tiempo que los Indignados, la Primavera Árabe y el Occupy Movement. En estos momentos, a dos años de ese momento clave de nuestra vida social y política, las movilizaciones en Brasil van añadiendo elementos a un contexto que apunta a una crisis de nuestros mecanismos democráticos formales, emparejado de un inédito empoderamiento ciudadano.
Esta energía ha tenido distintas formas de canalizarse. En Argentina se habla de momentos inéditos de activación política de los jóvenes que ingresan en caudales generosos a las filas del kirchnerismo. En Chile, organizaciones ciudadanas locales y otras fuerzas emergentes salidas del despertar ciudadano del 2011 apuntaron sus dardos contra una figura emblemática de la herencia de la dictadura de Augusto Pinochet. La victoria de la independiente Josefa Errázuriz sobre Cristián Labbé en la alcaldía de Providencia, y la participación de Revolución Democrática – movimiento que hoy busca llevar a Giorgio Jackson, uno de los principales voceros de los universitarios el 2011, al parlamento chileno – tanto en la campaña como en el gobierno comunal, ha sido el principal hito de un cambio que apunta derechamente hacia una demanda por más participación y democracia directa. Existen nuevos actores, con una nueva idea de cómo organizar nuestra sociedad.
Los conceptos de democracia directa y democracia participativa se están transformando en un enfoque útil para estos nuevos tiempos. En su libro titulado “El Estado de Ciudadanía”, investigadores del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han apuntado a ofrecer una alternativa para la demanda por más participación, transparencia y legitimidad de los representantes, incluyendo la crítica radical a la desigualdad en la distribución del ingreso en América Latina. Para ello han introducido el concepto de ciudadanía social y política, como un horizonte al cual la organización del Estado debe apuntar para transformarse en un elemento cohesionador de la sociedad, dotado de legitimidad suficiente.
¿Qué tiene que ver esto con las ciudades? Como bien señala el arquitecto urbanista Jaime Márquez, la tradición de los demiurgos o técnicos que desde el comienzo mezclaban el hacer con el pensar, siempre ha implicado un trabajo desde un lugar que intermedia entre quienes ostentan el poder y el pueblo: los ciudadanos. La ciudad es hoy tanto espacio de expresión de las tensiones de nuestros tiempos, como el lugar donde deben desplegarse las formas de gobierno más cercanas a los ciudadanos y sus espacios de pertenencia y de experiencia colectiva. Norbert Lechner planteaba que las tensiones de nuestro tiempo provienen de la contradicción entre la promesa de la subjetivación individual con la naturalización del orden social: a las personas se les promete la auto-determinación individual, pero hoy no cuentan con herramientas político-democráticas para definir las condiciones materiales de su existencia. Experiencias como la del gobierno local de Providencia, que expresan una fuerza proveniente del despertar ciudadano general del 2011, parecen ser claves en este sentido.
Los desafíos que enfrenta este espacio local tienen que ver con la situación de materializar un experimento de democracia participativa en un centro de servicios metropolitanos, espacio público para toda una metrópolis que excede por mucho sus límites territoriales administrativos. La segregación residencial que exhibe el Área Metropolitana de Santiago y otros fenómenos regionales son inseparables de la concentración, a nivel local, de mercados de trabajo y la desigualdad en la inversión en los distintos modos de transporte que las personas utilizan para desplazarse por una ciudad inequitativa en todas las dimensiones posibles. Providencia es un nodo de esas desigualdades y experiencias cotidianas.
¿Qué papel tienen los urbanistas en el desafío político de gobernar la ciudad en un momento histórico donde lo que se demanda es la materialización de un régimen de democracia participativa? Se trata de un desafío técnico fundamental. No es posible responder de manera pertinente a las necesidades sociales que justifican la existencia de la planificación urbana, sino atendiendo a los fenómenos contemporáneos de producción, conexión, comunicación, acción, estrategia y táctica basadas en el entendimiento de las desigualdades y de las proyecciones que la ciudadanía ha encontrado en nuevos soportes tecnológicos. No debemos olvidar que en gran medida lo que las personas reclaman es la recuperación de la posibilidad de planificar su futuro. Hoy debemos planificar participativamente, pero sobre todo tener la posibilidad de responder a las expectativas generadas. El proceso participativo Piensa Providencia (www.piensaprovidencia.cl) para el Plan de Desarrollo Comunal 2013-2021 es un esfuerzo en este sentido. Más de 24 cabildos territoriales, varias mesas ciudadanas, un encuentro ciudadano de Movilidad Urbana y una consulta comunal presencial y vía internet, han sido parte de los mecanismos buscados. El desafío más grande, sin embargo, ha sido la capacidad de articular a todos los equipos municipales para asegurar la solvencia técnica del análisis de las propuestas de los vecinos que han participado. Estamos básicamente experimentando nuevas maneras de relacionar las competencias técnicas con la legitimidad del gobierno.
Como bien decía Richard Buckminster Fuller: «Cada vez que el hombre realiza un experimento, aprende más. Es imposible que aprenda menos». El brasileño Roberto Mangabeira Unger llama a emprender ejercicios de “experimentalismo democrático”, para innovar en las formas en que nos organizamos colectivamente. Las disciplinas ligadas a la planificación urbana tienen la oportunidad – si es que no la obligación – de constituirse en la fuente de producción y reproducción de conocimiento para la actualización de la tecnología que denominamos democracia. El urbanismo debiese asumir el desafío que la sociedad está planteando fuertemente en las calles.
La desigualdad desde la segregación educacional y residencial: algunos elementos para el debate.
VerLa desigualdad desde la segregación educacional y residencial: algunos elementos para el debate.
Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
Palabras clave: desigualdad, segregación educacional, segregación residencial
[Por: Esteban Villalobos. Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales. Santiago, Chile.]
Durante los últimos años hemos asistido a un importante debate nacional respecto a la desigualdad y las formas en que esta es motivada y reforzada mediante los modos en que los sistemas sociales (salud, educación, previsión social, etc.) operan en base a criterios de mercado. Así la discusión en torno de dos de los principales mecanismos de reproducción y movilidad social que poseemos, a saber educación y vivienda, ha motivado cambios en las agendas y los contenidos tanto de la discusión de la política pública, como también en la discusión académica.
De dicha manera, por una parte en el campo educacional se ha instalado una importante discusión respecto a la naturaleza eminentemente segregadora y potenciadora de los mecanismos de construcción y reproducción de la desigualdad que dicho sistema posee. Por otra parte, desde la acera del desarrollo residencial si bien existe un relativo consenso respecto a las tendencias segregadoras que establece el sistema inmobiliario tanto en el acceso a la vivienda según capacidades de pago, como también en el aseguramiento de rentabilidades del suelo a través del desarrollo de grandes operaciones inmobiliarias, no es menos cierto que la evidencia académica señala una reducción de la escala y de las características o naturaleza de los patrones de la segregación residencial en distintas ciudades chilenas, mientras que en otras (como Iquique) las características de la segregación residencial se han ido recrudeciendo. De este modo, ha emergido un nuevo foco de discusión relativo a la vinculación entre segregación y educación o respecto a la segregación educacional.
En el caso chileno dicho fenómeno encuentra dos fuentes principales de realización. Por una parte la desigualdad en el acceso a las escuelas y que resulta inherente al sistema educacional, se refuerza en las pautas de segregación residencial a través de condiciones socioeconómicas propias que posee cada comuna y su población, y que permiten que ciertos territorios posean más recursos a la hora de poder enfrentar sus responsabilidades educacionales. Por otra, en la medida que los espacios residenciales y las grandes operaciones inmobiliarias que los generan procuran asegurar criterios de realización del capital invertido, la llegada de residentes de mejor nivel socioeconómico y educativo a barrios y comunas con menores capacidades económicas no termina de asegurar formas de mixtura social apropiadas en el sistema educativo, en la medida que los nuevos vecinos siguen optando por colegios de mejor calidad que se alojan en comunas más distantes y que responden, en cierta medida, a criterios de reproducción de clase y, en algún grado, de movilidad social.
Con lo anterior, se abre una puerta para discutir nuevas formas de cambio tanto en las tendencias de la segregación educacional como en las tendencias de la segregación residencial socioeconómica, a través de la vinculación entre estructuras de tributación propias del zoning y los mecanismos mediante los cuales la educación en sus distintos niveles no sólo encuentra fuentes de financiamiento, sino también formas de acceso igualitario y menos segregado desde una perspectiva política basada en la justicia social. En este sentido, resultaría interesante mejorar los mecanismos de cohesión y reducción potencial de la distancia social que anida en el espacio educacional escolar, a través de instrumentos de planificación en que, por una parte, se recondujeran los impuestos prediales hacia el gasto educacional y, por otra, se asegure que quienes prefieran vivir en complejos residenciales socialmente homogéneos, deban pagar una cantidad de impuestos suficientes que permitan reducir la deseabilidad del barrio homogéneo frente a uno más mixto en términos sociales.
Ahora resulta válido preguntarse respecto a la posibilidad de conducir sistemas como el mencionado en cualquier tipo de ciudad y por qué no, en un sistema de gobiernos regionales y urbanos como los existentes actualmente en el país. De este modo, posiblemente ciudades de tamaño medio o pequeñas podrían presentar mejores condiciones para la realización de este tipo de transformaciones, en la medida que sus estructuras urbanas son más pequeñas y resultan más manejables las fuerzas y aspectos de su zonificación. A su vez existen limitantes de tipo político administrativas en cuanto a la alta centralización de las decisiones y atribuciones que el ejecutivo posee restringe las posibilidades para que los gobiernos locales puedan desarrollar reformas como la señalada.
Por otra parte, al observar la experiencia internacional, el caso de Estados Unidos permite visualizar de manera muy apropiada cómo mecanismos como el anterior utilizados de buena manera pueden tener interesantes resultados en términos de integración social, reducción de la segregación y aseguramiento futuro de esta, a través de la mixtura social en el espacio escolar, aumentando las condiciones de creación de una sociedad más cohesionada. Sin embargo lo anterior, malas decisiones respecto a cómo vincular el zoning residencial con la educación pueden derivar en un aumento y aseguramiento de las brechas educacionales, aumentando las condiciones de aislamiento de los grupos más desposeídos, junto con el desarrollo de bajas expectativas académicas, entre otros.
En un contexto como el actual cabe preguntarse por la posibilidad de comenzar a generar propuestas de política multisectoriales como la señalada que permitan enfrentar los desafíos que la alta desigualdad que el sistema de desarrollo social y económico chileno posee y, actualmente utiliza y promueve activamente.
Avanzar entonces hacia una política de zonificación residencial que favorezca la mixtura social a través de impuestos territoriales que limiten la gestación de grandes proyectos residenciales socialmente homogéneos y que favorezca al mismo tiempo el encuentro en el espacio educacional escolar podría ser una opción necesaria de revisar para reducir los niveles de polarización social y la reproducción de una ética que desde la política pública favorece la desigualdad y la injusticia social.
Alberto Etchegaray y su participación en la Política Nacional de Desarrollo Urbano
VerAlberto Etchegaray y su participación en la Política Nacional de Desarrollo Urbano
Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
Alberto Etchegaray Aubry nació el 5 de abril de 1945. Estudió Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile y fue Ministro de Vivienda entre 1990 y 1994 durante el gobierno de Patricio Aylwin. Ha participado en diferentes empresas y en la Cámara Chilena de la Construcción. Durante los últimos catorce meses participó en la comisión asesora para conformar la Política Nacional de Desarrollo Urbano, impulsada por el actual gobierno.
«Quizá lo más interesante de un documento como este es hacer un esfuerzo de socialización en la base, esto tiene que llegar a las juntas de vecinos y a todas las agrupaciones locales, porque creo que el documento apuesta a que ellos tengan un protagonismo importante».
Como pregunta introductoria respecto a la Política Nacional de Desarrollo Urbano: ¿Cuál fue su rol al interior de la comisión?
Nosotros fuimos parte de los convocados por el presidente de la República inicialmente para aportar desde nuestras áreas, en la que participamos más de un año. Al interior de esta se crearon subcomisiones en las cuales cada uno de los integrantes de la comisión matriz intentó participar según su rubro de especialización. En ellas se llegó a rápidos consensos respecto a los temas abordados. Por lo tanto hubo doble trabajo, participar en las subcomisiones y en las comisiones plenarias.
¿En qué consiste el borrador o documento entregado recientemente al presidente de la República? ¿Qué se pretende con ello?
El documento busca o intenta -yo creo que en buena medida se ha logrado- responder a una inquietud creciente que se ha instalado en los últimos años en Chile, respecto a que no ha sido suficiente responder a las demandas o déficit de vivienda social -que ha sido lo que fundamentalmente ha movido nuestro accionar público y privado- sino que es necesario generar una mirada mucho más integral de lo que significa el desarrollo urbano, observar por sobre los instrumentos de planificación o las normas y ordenanzas que lo rigen. Entonces, era necesario permitirse discutir y debatir con toda la información que hoy se dispone en el mundo, revisar la literatura, las legislaciones, las experiencias internacionales –que fueron muy interesantes- y ver qué políticas de desarrollo urbano se merece un país como este, con casi 20 mil dólares per cápita y 17 millones de habitantes. Eso fue lo que principalmente se planteó y en ese sentido no tuvo límites, la única limitante era la fecha de entrega, debía estar listo antes que terminara este gobierno.
Si bien se reconoce la riqueza de los contenidos en la propuesta entregada al presidente: ¿qué opinión tiene usted como ex ministro de vivienda, respecto a la materialización de de la Política Nacional de Desarrollo Urbano?
Mire, de lo que uno puede ver, Chile es uno de los países de Latinoamérica que tiene la más larga historia de reflexión en políticas de vivienda y no la tiene de la misma densidad o del mismo grado de compromiso en el tema del desarrollo urbano. Esto, a pesar de que el ministerio que la cobija es el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, porque siempre ha sido más débil el compromiso con el desarrollo urbano que con el de la vivienda. La persistencia y el compromiso que se ha tenido a lo largo de los años con el tema de la vivienda -que no sólo es de un período presidencial- tengo el optimismo razonable que en el ámbito del desarrollo urbano se va a repetir, porque se logró un acuerdo transversal, existiendo una representación muy amplia, lo que finalmente puede traducirse en políticas públicas, legislaciones o decisiones institucionales. Es demasiado serio lo que se tiene entre manos, el tema del territorio y su uso desde todas sus perspectivas: patrimonial, integración social, legislación, medio ambiente. El tema es muy serio para que no se tome en consideración. Además, se tuvo el buen tino de recoger todo lo que se había estado reflexionando en los últimos años, porque esto no partió de cero. Allí destaco particularmente el rol de la presidenta de la comisión Antonio Lehmann y su equipo, quienes pusieron al frente todos los documentos en los que se estaba reflexionando sobre este tema. Esto nos da una buena señal, porque cuando uno viene muy “fundacional” no se genera una continuidad, porque quien sigue también empezará de cero, perdiéndose los avances.
Ahora, que existen dificultades, claro que las hay, y por lo tanto falta hacer muchas cosas. Esta instancia ha sido un buen motivo de aglutinamiento, un buen motivo para tener una política pública integrada, con buena participación y con alto grado de consenso, es un buen pretexto.
Como usted lo mencionó, la comisión ha sido bastante transversal y eso es positivo…
Claro, cuando uno está en un determinado tema en este país, se cree que ése es el más importante de todos, por ejemplo: lo laboral, el financiero, la educación, la salud, etc. Sin embargo, hay fundadas razones para decir que si uno está debatiendo lo que significa el gobierno de las ciudades, también se está discutiendo sobre integración social, territorial, temas educacionales y económicos. Hoy además el tema de ciudades ha pasado a tener mucha relevancia, muchos de los países compiten con sus ciudades y en ese sentido son ciudades con todos los aditamentos que este documento trata de poner al frente, las posibilidades van a ser mejores para ellas mismas y sus habitantes.
En ese sentido también se propone un Ministerio de Ciudades, Vivienda y desarrollo territorial. ¿Qué opinión tiene usted?
Yo fui parte de los que desde el primer día propuse que aquí había que abordar seriamente el tema institucional, considerando de igual forma que los 4 grandes temas que presenta el documento son importantes. Sin embargo, hay que decir que existe un elemento que conspira en contra de la mirada integradora de la ciudad y sus potencialidades, que es la dispersión institucional. Es decir, las competencias están demasiado repartidas, por lo que había que pensar cuál es la institución necesaria. De allí que aflora el hecho de tener un doble juego, el primero, una difícil liada institucional que indique que todos los temas que importan dentro del manejo de la ciudad y el territorio van a estar bajo la misma mano, y no solamente sujetos a un grupo de coordinación sino que con un responsable de las áreas centrales que esta tiene. Estamos hablando de procedimientos, urbanismo, transporte y todo lo que tiene que ver con la inversión pública que hace el MOP en ciudades. Por otro lado se requiere una descentralización efectiva que signifique que el mayor número de decisiones puedan ser tomadas a nivel local. Entonces, eso es lo que se debe lograr, por una parte, dar visibilidad de que existe un ministerio más fuerte, más potente, no para que lo resuelva todo, pero sí para que tenga una mirada integradora y con poder de decisión completa y al mismo tiempo una centralización a nivel regional, de centralización a nivel comunal y dentro de la comuna a nivel local. Para que los instrumentos y la toma de decisiones, las acciones concretas, coexistan entre centralización y descentralización. Pero para ello hay que concentrar y conferir competencias, centrar desde el punto de vista de los temas, hay que transferir desde el punto de vista de los niveles, hay niveles que en los que perfectamente debe decidir el municipio, hay niveles en que deben decidir los vecinos o por lo menos tener voz y voto fuerte. Por último, debe existir un nivel regional, aunque agrupemos regiones, porque finalmente estas cosas no se pueden implementar de la noche a la mañana en las 15 regiones, pero pueden agruparse las regiones en centro-norte y centro-sur, eso se puede manejar. Pero lo que no es presentable hoy en día, es que decisiones del nivel central no tengan ninguna correlación con que lo que ocurre en la región, igualmente ocurre en los ministerios, en los que hay decisiones en políticas de transporte que no están alineadas con lo que significa la integración o la inclusión social, la densificación, el patrimonio, entre otras. Es decir, 3 ministerios interviniendo, cada uno por su lado, además está el Ministerio del Interior y su Subsecretaria de Desarrollo Regional. Por ejemplo, en un borde de lago, participan 8 o 9 ministerios que toman decisiones, economía, agricultura, vivienda, urbanismo, interior, obras públicas, energía, y entonces, ¡pobre borde! También los instrumentos de planificación hay que “agionarlos” a través de los 4 temas que plantea el documento: institucionalidad, integración social, planificación y patrimonio. Son temas muy importantes y esto por supuesto, no es la panacea ni tampoco lo va a resolver, pero por lo menos se pone algo al frente.
Así es… llega en su momento, es decir, la ciudad se ha puesto como tema, en la agenda.
Si, es muy oportuno, y uno ve experiencias como la australiana, la inglesa, la francesa, la brasilera, la mexicana, la colombiana, entre otras, quienes han tenido muy buenos avances, no necesariamente resultados estratosféricos, pero sí avances que han logrado modificar el rostro y la manera de entender el tema de la ciudad. En nuestro país las ciudades se han construido, un poco, por la invasión inicialmente y por la decisión bastante autónoma de un montón de entes públicos y privados que no corresponden a ninguna concertación de voluntad ni con propósitos que apunten a algo. En un país que habla tanto de integración y no exclusión, abordar este tema es crucial. En necesario coordinar las políticas de vivienda entonces a este propósito y no al revés. Las políticas de viviendas en nuestro país van adelante y la ciudad se va haciendo atrás como se puede.
Es un poco lo que vivió usted al interior del ministerio…
Es interesante para uno, teniendo la posibilidad de haber participado durante 4 años, entre el 1990 y el 1994, cómo es posible que cuando yo asumí el ministerio, Chile tenía un per cápita de $US 3.500, entonces cuando uno tiene 6 veces ese per cápita 23 años después, se pueden abordar cosas que con la precariedad y la contingencia de esa época era imposible. Nosotros tuvimos una comisión de desarrollo urbano, incluso entregamos un documento en el salón de honor, hicimos sesionar 4 o 5 meses, con mucha dedicación y mucha gente, participaron arquitectos, parlamentarios, similar a lo de ahora, pero uno lee eso ahora y se da cuenta de la precariedad de medios que se tenían, el que entonces se pensaba que era muy sofisticado. Decir que uno iba a destinar cierto porcentaje del presupuesto del ministerio para hacer pavimentación urbana, era decir que no se iban a construir casas para el millón de allegados que se tenían, había que decirle a muchísima gente que no tenían casa, que uno se iba a demorar un poco más porque se estaba invirtiendo un poco en ciudad, entonces ahí era absolutamente ir contra la corriente. Quiero destacar que cuando nosotros asumimos no había obligatoriedades de hacer pavimentaciones en todos los conjuntos sociales ni de plantar árboles, ni hacer soleras, hoy día eso no tiene discusión. La gente que vivía en las casas más modestas tenía una peor ciudad. Eso era una demostración inequitativa de ciudades distintas. Pasamos mucho tiempo haciendo pavimentos participativos, equilibrando esa ciudad que se había construido para los pobres, que era distinta de aquellos que tenían más dinero. El concepto de factibilidad vial, que hoy aparece como absolutamente obvio, no se exigía por ejemplo. Entonces esto se puede abordar de mejor forma porque hay más medios, ahora hay más recursos para tener una mejor ciudad, nos la merecemos, ¿por qué no?
Usted es positivo entonces respecto a la que se está planteando…
Soy un optimista razonable, ya veremos. Se va a ser un esfuerzo de sociabilización de este documento con todas las candidaturas presidenciales…
No se ha hablado mucho del tema…
No, porque creo que se está esperando definir a los candidatos. Después del 30 de junio, con los candidatos definidos, se les entregará el documento. Que no sólo va a ser el único grupo que lo va a hacer sino que también la gente preocupada de la pobreza, la cultura, la transparencia, es decir todo el mundo ya ha entendido que hay algunos momentos en la historia del país, que son justamente en los cambios de gobierno, que hay que entregar todas estas reflexiones en muy diferentes ámbitos porque son muy útiles. Cuando se trata de hacer gobierno, hay un camino avanzado, la persona que llegue a ser ministro de Vivienda y Urbanismo, con un documento como este, tiene bastantes insumos para proponer políticas públicas que se sabe que van a tener amplio consenso. Aquí, están representadas las principales universidades de Chile, que dejaron claramente establecidos los decanos que ellos habían armado grupos dentro de sus propias universidades, están los colegios profesionales, el de ingenieros y arquitectos, hay personas del mundo político, se hizo un esfuerzo de socialización en las regiones, etc. Nunca nada es perfecto, pero sí se hizo un esfuerzo porque este documento tuviera todas las miradas y todos los aportes.
Para cerrar la entrevista, lo invito a decirnos algunas palabras…
Yo lo que siento es que la gente que participó se demoró muy poco tiempo en despejar si acaso representan o no representan o si estaban todos los que debían estar, y ese tema lo despejamos rápido en el sentido es que nunca un grupo será lo representativo que se quiere o necesita. Quizás lo más interesante de un documento como este es hacer un esfuerzo de socialización en la base, esto tiene que llegar a las juntas de vecinos y a todas las agrupaciones locales, porque creo que el documento apuesta a que ellos tengan un protagonismo importante. Entonces que no sean manipulados o accedan a información parcial. Si nos reconocemos como una sociedad de derechos, este es un documento que habla mucho de los derechos de las personas, de los derechos ciudadanos y es positivo que los ciudadanos sepan que existe un documento que está peleando por sus derechos. Debe existir un esfuerzo fuerte de socialización, de difusión y que esto finalmente pueda ser cobrado a alguien. Este documento está firmado y por lo tanto a futuro alguien puede decir: “esto que dice aquí dónde está, ¿cómo puedo participar?”, de allí la importancia de su difusión.
Reseña sobre la Política Nacional de Desarrollo Urbano
VerReseña sobre la Política Nacional de Desarrollo Urbano
Revista Planeo N° 11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
Fuente imagen: Juan Raul Liriano Guzmán
Palabras claves: Políticas Públicas, Desarrollo Urbano, Ciudades.
Keywords: Public Policy, Urban Development, Cities.
[por Mairelys Domínguez]
La representación de las ciudades, como parte del desarrollo de los países es cada vez más estrecha, esto lo demuestra el alto porcentaje de la población mundial que se ha concentrado en ellas, con un incremento sustancial a través de los años. Este crecimiento se nutre de distintos factores y se hace más amplio por la convergencia de ámbitos, sociales, económicos y medioambientales. En relación a esto, las ciudades chilenas no son la excepción, de ahí la relevancia de una Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) para generar el equilibrio en cada uno de los ámbitos del quehacer nacional. La innovación ha sido considerar como principio general el desarrollo sustentable, dentro de un sistema que tiene precisamente una visión inversa.
Uno de los conceptos que resulta imprescindible señalar es la integración, frente al alcance territorial, temporal, institucional y legal que adquiere la misma, tal y como lo han indicado expertos del quehacer urbano nacional, esta política viene a ser un consenso social y político respecto a una imagen objetivo del urbanismo y la gestión de ciudades del país. Pero en realidad, la PNDU, no parte de cero, ya que posteriormente se habían establecido medidas en relación a los temas urbanos, independiente de los momentos políticos que ha vivido Chile. Por ejemplo, recientemente en el Foro Universidad, Política y Urbanismo[1], realizado con los principales actores que dieron vida a esta política, se dio a conocer por parte del diputado Patricio Hales, que la primera PNDU data del año 1979 y la segunda del año 1985. La última de ellas fue derogada en el año 2000. Así mismo, la primera Ley General de Urbanismo y Construcciones fue promulgada el año 1931, en el primer periodo del general Carlos Ibáñez del Campo, luego fue modificado el año 1953, en el segundo gobierno de Ibáñez, con una última modificación en el año 1975, durante el mandato de Augusto Pinochet.
Quiere decir, que los intentos por generar o reflotar la cuestión urbana, se había visto mermada por una infinidad de conflictos, que solo propiciaron que las mismas fueran archivadas en las maletas del olvido. Por lo tanto, la actual PNDU, representa una nueva oportunidad para reivindicar la importancia de las ciudades, pero sobre todo elevar la calidad de vida de las personas que en ellas habitan.
Para tener una idea de lo que estamos hablando, el diagnóstico de la PNDU, da cuenta de que el 87% de los chilenos viven en áreas urbanas, dejando consecuencias positivas y negativas en un país con gran centralismo en términos territoriales. A esto se suman otros movimientos acotados como la migración extranjera o traslados de población entre ciudades, impulsados por el auge económico de algunas regiones, especialmente las ligadas a la minería (PNDU, 2013).
En realidad, esta política reconoce la existencia de un sistema caracterizado por las decisiones fragmentadas, reactivas, centralistas y con medios deficientes de participación. Que sea concebida en otra órbita de pensamiento es la oportunidad perfecta para reagrupar, organizar y renovar el carácter urbano de las ciudades, al tiempo que se consideran no solo ciudades o regiones metropolitanas, en esta ocasión se consideran además los asentamientos humanos.
Las probabilidades de que esta política trascienda los límites de intereses particulares, tendrá que ver con el empoderamiento de aquellas personas que entiendan el peso racional y estratégico que representa para el estado actual de un país que avanza rápidamente hacia el desarrollo.
Todos estos argumentos, no hacen más que mostrar una PNDU coherente, lo cual se hace más que evidente a lo largo de todo su discurso, en un hilo conductor que admite una problemática que será abordada desde 5 ámbitos temáticos, puntuales y necesarios. Estos son, la integración social, desarrollo económico, equilibrio ambiental e identidad y patrimonio. Para los efectos de esta Política se entiende que el desarrollo urbano es parte del desarrollo humano.
De todos modos, el hecho de que sea coherente, no significa que no sea en exceso ambiciosa, introduciendo temas como la competitividad y complementariedad. Lo segundo es la generación de una instancia de “gobierno ciudad”, lo que implicara un giro estructural de la división administrativa actual. Con esto me refiero a la creación de una unidad intermedia entre las regiones y las comunas, lo que era antes considerado como Provincias.
Por su parte, la propuesta de crear un Ministerio de Ciudades, Vivienda y Desarrollo, es todo un reto, sobre el cual deben quedar bien claras sus funciones y competencias, ya que las mismas rondan por acciones vinculadas a la coordinación. No cabe duda, de que este es precisamente el desafío mayor de la PNDU, lograr una coordinación sectorial compatible con los alcances multiescalares a los que apunta y además que pueda ser ejecutada por medio de las reformas institucionales y de gobernanza que ella misma plantea.
Referencias:
PNDU. (2013). Política Nacional de Desarrollo Urbano. Ciudades Sustentables y Calidad de Vida. Santiago de Chile, 6 de mayo de 2013
[1] Foro: Universidad, Política y Urbanismo. Hablan los actores participantes en la Política Nacional de Desarrollo Urbano (2012-2013). Celebrado el 27 de Junio del 2013 en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad de Chile.
Nicolás Valenzuela Levi
VerNicolás Valenzuela Levi
Arquitecto y Magister en Desarrollo Urbano PUC, Secretario Comunal de Planificación de la Municipalidad de Providencia.
De la Política Pública a la Práctica: Proyectos de Integración Social (PIS)
VerDe la Política Pública a la Práctica: Proyectos de Integración Social (PIS)
Revista Planeo Nº11, Política Pública y Ciudad, Julio 2013
Resumen
Referido a la temática del número actual sobre Política Pública y Ciudad, Revista Planeo presenta dentro de su sección de Prácticas la temática de la integración social urbana y cómo se ha querido revertir desde las políticas de suelo, la tendencia a la segregación de los sectores mas vulnerables que habitan las ciudades de Chile.
Con el objetivo de mitigar la segregación urbana existente en las ciudades chilenas, generada en gran medida como consecuencia de anteriores políticas habitacionales, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), está impulsando una nueva forma de gestionar el desarrollo de proyectos habitacionales a través de los llamados Subsidios de Integración Social (SIS), destinados precisamente al desarrollo de Proyectos de Integración Social (PIS).
Palabras claves: política pública, vivienda, integración social.
Como uno de sus objetivos, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) en el año 2006, estableció la promoción de la integración residencial, con la idea de revertir la tendencia de segregación en la ciudad[1]. Para esto, inicia la implementación de un conjunto de instrumentos y programas que garantizan suelo para vivienda social en zonas bien equipadas e integradas, con la idea de fomentar la integración social. Se han dado cuenta que ya no basta con entregar el acceso a una vivienda de calidad, sino que el entorno donde esta se inserta también tiene importancia. De esta manera surge el Subsidio de Integración Social (SIS), destinados al desarrollo de Proyectos de Integración Social (PIS). Los PIS consisten, en entregar un subsidio de 100 UF a familias de clase media o media baja que aceptan convivir dentro de un mismo conjunto habitacional con familias de menor condición social, y con al menos 30% de viviendas destinadas al estrato mas vulnerable. Actualmente, este subsidio de integración social, se rige por dos decretos, el D.S.49, que establece los parámetros y requerimientos técnicos dirigidos al Fondo Solidario de Vivienda I (clase baja); y el D.S.1 que incluye parámetros para el Fondo Solidario de Vivienda II (clase media baja) y el subsidio a la clase media, el cual anteriormente se establecía en el D.S.40.
La experiencia tras el establecimiento de los PIS es interesante desde varias perspectivas, por un lado, resulta importante que inmobiliarias se estén abriendo al impulso de proyectos integrados sin renunciar al negocio, cuando estas generalmente se inclinan a proyectos residenciales masivos, homogéneos y dirigidos a grupos vulnerables. Esto muestra de alguna manera que el negocio e inclusión social si son compatibles. Resulta de igual forma primordial la experiencia en términos de convivencia entre vecinos de distinto nivel económico, lo que suceda al interior de estos proyectos puede entregar la pauta para mejorar las estrategias y lineamientos dirigidos a la integración residencial a futuro.
De esta manera nace el interés por conocer algunos logros y dificultades que enfrentan los proyectos inmobiliarios que promueven la mezcla social de familias de distinto ingresos. Asimismo, nos pareció interesante conocer el PIS de San Alberto de Casas Viejas en Puente Alto, el cual fue desarrollado por la inmobiliaria El Bosque y GEVENCO[2]. En el V Ciclo de workshops realizado por el programa ProUrbana del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, los representantes de esta empresa privada cuentan sus experiencias dentro de esta nueva propuesta inmobiliaria, que mostró buenos resultados a nivel de las utilidades obtenidas por sus promotores, esto se explica por las distintas innovaciones introducidas a nivel de gestión, diseño habitacional y urbano.
Fuente imagen: María Rene Noguera
Con respecto a las innovaciones a nivel de gestión, se organizó la demanda en base a redes familiares y laborales, por ejemplo, buscaron a las personas en su lugar de trabajo, la empresa se acercó a la municipalidad, a la Corporación de Educación, a la Corporación de Salud, al Hospital Sótero del Río, a la empresa Subus, a las empresas de retail y a Carabineros de Chile; y a partir de esa construcción de redes, se empezó a reflejar la familia completa dentro del proyecto, logrando poco a poco que el proyecto llegara a ser conformado por un 92% de familias del mismo Puente Alto (Centro de Políticas Públicas UC- Programa Pro Urbana-Lincoln Institute of Land Policy, 2010).
En relación al diseño urbano y habitacional, en el barrio de la segunda etapa hicieron una apuesta, en la que optaron por una distribución que el MINVU llamo “distribución pimienta”, la que considera un conjunto de vivienda lo mas diverso posible, de esta forma lograron que personas que ganan $150.000 hasta $700.000 pesos chilenos, se ubicaran en el mismo grupo de casas. Las áreas verdes confinadas entre casas, que no son condominios los transformaron en plazas interiores, logrando colocar todo el equipamiento posible. Para unificar el conjunto, utilizaron las mismas rejas del antejardín, los segundos pisos en fachadas son pintados del mismo color, solo cambian los colores del primer piso y no están asociados al valor de la casa, la única diferencia es el material del techo, además el diseño y ubicación de la vivienda permite que esta se pueda modificar en el tiempo; solamente variaban en tamaño y calidad de terminaciones. Es importante destacar que los espacios comunes, áreas verdes, calles y avenidas, han funcionado en San Alberto de Casas Viejas, como un elemento común que iguala la calidad del entorno, entregando soporte aún mas a la mixtura social que se busca con este tipo de proyectos.
Fuente imagen: María Rene Noguera
Sin embargo, algo que podría significar un desincentivo para el futuro, es el alto desgaste de sus gestores, aspecto relacionado a problemas con los instrumentos ligados a los PIS. Como se explicó anteriormente, este subsidio se rige actualmente por dos decretos, esto genera dificultades a la hora de tomar decisiones, ya que cada instrumento establece normativas distintas para cada programa; un ejemplo de esta dificultad, esta ligado con los requerimientos técnicos de las viviendas, donde los desarrolladores se encontraron en la constante necesidad de resolver casos con la autoridad correspondiente, problemas derivados de tener que construir el proyecto bajo dos normativas distintas, lo que indica la necesidad de simplificar y mejorar el instrumento en términos de su administración.
El aprendizaje que se puede extraer a partir de las experiencias de estos proyectos debe valorarse, y sobre todo, reconocer el hecho de poder replicar este tipo de iniciativas, siendo obvia la crisis que vive el sector como consecuencia de las tendencias de producción de vivienda social en Chile y posiblemente en el resto de Latinoamérica. Frente a este escenario, la reflexión se enfoca en instalar una administración del territorio en el que el Estado pueda tener una mayor incidencia, estableciendo de esta manera un proyecto de ciudad que permita atraer a diferentes actores para planificar la ciudad y entregar un territorio menos desigual.
Bibliografía
Centro de Politicas Publicas UC- Programa Pro Urbana-Lincoln Institute of Land Policy. (2010). Logro y dificultades que enfrentan los proyectos inmobiliarios que promueven la mezcla social de familias de distintos ingresos. Santiago, Chile.
Ana Sugranyes: el derecho a la ciudad y las políticas en vivienda social.
VerAna Sugranyes: el derecho a la ciudad y las políticas en vivienda social.
Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
Chilena, catalana y ciudadana del mundo. Arquitecta de la ETS Friburgo, Suiza. Doctora por la TU-Delft en los Países Bajos. Desde 2004, Secretaria General de Hábitat International Coalition (HIC). Especializada en temas habitacionales urbanos, por más de 35 años de investigación y de asesorías a movimientos y organizaciones sociales, así como a programas y políticas de vivienda social en América Latina, especialmente en Guatemala y en Chile. Larga trayectoria de cooperación internacional apoyando intercambios, denuncias, defensas y propuestas en materia de desarrollo local y producción social del hábitat, en los años 70 y 80 desde la agencia Cebemo de los Países Bajos; de 1991 a 1998 por haber dirigido un proyecto de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica, GTZ, en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile.
Desde el primer momento en que nos contactamos con Ana Sugranyes, tuvo total disposición para ser entrevistada. En un día lluvioso y acompañados de un té de jengibre, nos recibió cordialmente en las oficinas de HIC para conversar distendidamente sobre las políticas habitacionales y el derecho a la ciudad.
¿Qué entienden ustedes como organización respecto al “derecho a la ciudad”?
La ciudad es un proceso de cambio, en el cual la ciudadanía tiene el derecho de recuperar la ganancia que produce la ciudad. El “derecho a la ciudad” es entonces una bandera de lucha por la redistribución de los bienes comunes; es un tema de ciudadanía, de hacer ciudades que correspondan al “buen vivir”. Para más antecedentes, puedes consultar nuestro libro “Ciudades para todos: por el derecho a la ciudad, propuestas y experiencias”.
La primera persona que formuló el concepto de “derecho a la ciudad” fue Henry Lefebvre en el contexto francés del 68´.
Desde finales de los años ‘80, desde HIC (Habitat International Coalition) –una red de 300 organizaciones de la sociedad civil en 120 países luchando por los derechos al hábitat y la justicia social– lo hemos venido trabajando, sobre todo con contribuciones de Brasil.
Allí había una lucha muy amplia en la que coincidían pobladores, sindicatos, la Iglesia con un papel muy importante, el Partido de los Trabajadores (PT), que era de oposición en ese entonces. Se retomó la idea de pensar la ciudad en función de los derechos económicos, sociales y culturales, DESC, entre los cuales está el derecho a la vivienda. Estos derechos son indivisibles e interdependientes: el derecho a la vivienda cruza el derecho a la educación, a la salud, al empleo, a la movilidad; hablamos entonces de los derechos de todas y todos de hacer ciudad.
La lucha por el derecho a la ciudad en Brasil, entre los años 80´y 90´, logró la aprobación de un conjunto de leyes, el Estatuto de la Ciudad, donde entre muchos aspectos, sobresale la participación ciudadana, con mecanismos de participación vinculante de la población en las decisiones de la ciudad; un desafío, del cual distamos mucho aquí en Chile.
Posteriormente, en el marco del Foro Social Mundial, formulamos la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, basada en la función democrática de la ciudad, la función social de la propiedad y del suelo –tema complejo en Chile–, el reconocimiento de la participación ciudadana vinculante –tema ausente en Chile–t y otros aspectos relacionados a los derechos humanos colectivos del “buen vivir” en el territorio.
¿Cómo se aplica hoy el concepto de “derecho a la ciudad”?
En la práctica, se ha logrado colocar esta dimensión territorial de derechos humanos la formulación de las Constituciones de Ecuador y Bolivia; también existe ahora la Carta por el Derecho a la Ciudad en el D.F. de México y sus veinte millones de habitantes.
Un geógrafo connotado, David Harvey, dos veces nos lo ha venido a explicar aquí en Santiago. De las enseñanzas de Harvey, hemos aprendido que, a final de cuenta, la construcción del derecho a la ciudad es un tema de ciudadanía; llegar a los instrumentos legales que garanticen el derecho a la ciudad es un proceso largo que depende, ante todo, del poder en la calle.
En Chile, el tema del derecho a la ciudad es un discurso más, que está usado por unos y otras. Los primeros en considerarlo fueron los de Ciudad Viva, y lo llamaron los “derechos urbanos.”
Es una lucha de largo aliento, porque estamos enfrentados a una falacia: las políticas públicas y especialmente las que tienen una connotación territorial no tienen en cuenta el enfoque de los derechos humanos. Creo que en materia de salud, con el Auge, algo está pasando; en materia de educación, con los estudiantes en la calle, también pasa algo.
Sin embargo, en los temas de vivienda, territorio y ciudad, no pasa nada. La consagración total de la propiedad privada como eje constitucional se contradice a todo enfoque de derechos humanos colectivos. Pero vamos avanzando. Es así como ya por segunda vez estamos realizando estudios para el Instituto Nacional de Derechos Humanos en el que se precisa el alcance y estándar del derecho a la vivienda en Chile. Primero se hizo un estudio para entender dónde la normativa cruza, o no cruza, la especificidad del derecho a la vivienda adecuada; ahora, con la Corporación SUR, otro estudio para caracterizar los sectores vulnerables al derecho a la vivienda en Chile. Estos son pasos; hay otros, sociales, políticos y técnicos en los que vamos avanzando en distintos frentes.
Desde hace años ya, hemos puesto el tema en el tapete: consideramos que el concepto subsidiario de la supuesta “política habitacional” responde a criterios de de una política de financiamiento para el acceso individual a la vivienda, pero no guarda relación alguna con todos los elementos necesarios de una política habitacional: el territorio, la sociedad, las condiciones de vida de las colectividades en el territorio.
Las políticas de vivienda han sido definidas por el subsidio habitacional desde hace 35 años ya, en tiempos de la dictadura con los primeros ensayos de la erradicación de los campamentos, no siendo ésta una política de vivienda sino que de ciudad: a principios de los 80´, el Estado definió la ciudad que conocemos hoy, esta ciudad segregada, ya sea en términos políticos, de gobernanza y de calidad de vida de cada habitante.
Además algunos de esos sitios tenían alto valor…
Así es, los terrenos con potencial para el negocio inmobiliario se liberaron y se limpiaron; y los terrenos de poco valor en la periferia recibieron a los pobres erradicados y, más tarde, con el voucher del subsidio en la mano. Este plan de erradicación corresponde a principios geopolíticos, porque no se trasladaron los campamentos de Santiago, Providencia o Las Condes a La Pintana o Renca, sino que se dividieron a las familias, a las organizaciones y a los dirigentes para así reinar y dominar; sumado a esto la división administrativa de la ciudad, para así hacerla claramente segregada, gobernando a los pobres y ricos de forma bien separada.
¿Y qué ocurre desde los 90´en adelante? ¿Hay una evolución?
Lo descrito anteriormente ocurre en tiempos de la dictadura, que definió el mecanismo del subsidio, el llamado “círculo virtuoso” con financiamiento compartido entre la banca, el Estado y la familia. Las viviendas que se hicieron en los años 80´ son un desastre, pero si veo las que se hicieron, al lado de las anteriores, en los años 90´, pues son peores, por la mayor cantidad, por las grandes concentraciones de pobreza homogénea y por la mala calidad. En los años de la transición democrática, se mantuvieron los mecanismos y políticas públicas ensayadas por los neoliberales. Hubo una transición de derechos cívicos y políticos, pero los derechos económicos, sociales y culturales quedaron atrás.
De alguna forma se dice que “lo estamos haciendo bien” porque se produjo un incremento en la cobertura…
Así es. Con los gobiernos de la Concertación y ahora con este último gobierno pareciera que todo se explica con los números, que no explican ni la realidad social ni la realidad territorial. Verdad que en los años 90´, el déficit de vivienda era enorme. Había que encontrar una salida al déficit, pero los problemas surgieron delegando todo el proceso de producción a los privados, inclusive la localización de la vivienda en un contexto de desregulación.
En términos de responsabilidad del Estado, es un gran problema que vemos, ahora también, en la reconstrucción post-terremoto: no se puede dejar al interés privado de las élites la elección del lugar de residencia de los pobres.
Para el futuro del “buen vivir” en Chile, los costos sociales de esta segregación espacial serán muy graves.
En los años 70´y 80´ nos preguntábamos si era posible que el Estado diera respuesta a la demanda de vivienda, por tratarse de una política muy cara. Y la respuesta es que sí, se puede; se pueden movilizar los recursos necesarios y Chile lo ha demostrado, pero no se puede dejar toda la definición de la calidad de la vivienda, del barrio y de la ciudad en manos de los privados.
¿En ese sentido ha “involucionado” la política habitacional en Chile?
Depende. Si nos centramos en la cantidad, definitivamente en los últimos años se ha construido mucho menos que en años anteriores para los pobres. La promesa de 750.000 mil viviendas en los cuatro años de este gobierno se cumplirá para la estadística de subsidios entregados. Es que los números presentados por el Minvu confunden: las cifras se pierden entre soluciones entregadas y en proceso de producción.
Más de trescientas mil familias se quedarán con el voucher en la mano sin solución concreta.
Y en relación a la calidad del barrio y las políticas de vivienda ¿qué opinión tienen ustedes?
Durante diez años, con Alfredo Rodríguez en torno al libro “Los Con Techo: un desafío para la política de vivienda social”, hemos estado luchando para que se retome el tema de la calidad. Sí, existen avances, las viviendas ya no son de 28 metros cuadrados, la construcción ha mejorado gracias a los avances en la tecnología. Sin embargo, hay dudas, viendo las obras de la reconstrucción en las cuales hay muchos problemas de calidad.
En los años 80´ y 90´ un grupo de unas pocas empresas se especializaron en el rubro de la vivienda social. Este interés se ha perdido, porque ya no es atractivo, no es rentable; entonces se están atendiendo otros sectores de mayores ingresos. Eso se puede ver en la construcción masiva de de viviendas de 40 metros cuadrados en Santiago centro.
Es un desplazamiento del nicho de los “Bajos de Mena” a los “Bajos de Santiago”, repitiendo la misma lógica, con un estándar mayor, sí, pero a sabiendas que la próxima fase de mayor precariedad de vivienda será en los “Bajos de Santiago”. El hacer construcción en altura sin ninguna participación de la gente, sin pensar en el entorno, es la repetición de un mismo problema. La lógica de los nichos de gran rentabilidad, posiblemente se desplazará hacia nuevas áreas urbanas, como en Lo Prado, que tiene muchas estaciones de Metro, o Cerro Navia, a menos que realmente logremos cambiar algo.
Para cambiar algo, el desafío se centra en un tema Constitucional. Desde la Constitución, debemos repensar la función social de suelo, no sólo en función de expropiaciones para vías de alta velocidad o situaciones de emergencias –como ahora se entiende–, sino que en función de los derechos de la ciudadanía. En esto estamos trabajando desde el año pasado, por ejemplo en la Bienal de Arquitectura, donde analizamos la responsabilidad del gremio en colocar los temas del territorio y de la ciudad en nuestra nueva Constitución.
En ese sentido los desafíos futuros de las políticas habitacionales estarían relacionados a esas modificaciones constitucionales…
Constitucional y después todas las leyes necesarias; sino, no va a ocurrir nada…
¿Qué opinión tiene usted sobre el Programa Segunda Oportunidad? ¿Significa un cambio en las políticas habitacionales?
De momento, este Programa, y en función de lo que está ocurriendo en los Bajos de Mena, donde acompañamos a las organizaciones poblacionales pareciera más hecho para la televisión y no para la gente. No es la primera vez que hay que destruir conjuntos de viviendas sociales. Pensemos en lo que ocurrió en Temuco, en la Villa Los Cóndores; pasó lo mismo: llega el Serviu y ofrece un voucher; con esto divide una vez más; con 15 millones de pesos, no se resuelve el acceso a la vivienda en la ciudad.
En respuesta a las dudas de los pobladores afectados, el Minvu anuncia ofertas de viviendas en Paine, Buin o Lampa; es decir, la misma historia, lejos en la nueva periferia. Similar situación ocurrió en Temuco. De las 900 familias, 800 se fueron donde pudieron y 100 pelearon y se quedaron. Entonces es una historia que se repite y que no responde a una alternativa de respeto a la dignidad de los pobladores. Los problemas de los Bajos de Mena no están en un proyecto, como él de Coloane que están destruyendo ahora; el meollo está en todo el sector en donde durante veinte años se sumaron decenas proyectos separados –siempre con un número de viviendas inferior a las quinientas unidades, para evadir la evaluación de impacto ambiental– sin posibilidad de interrelación entre la gente u otros proyectos, sin vida posible de barrio.
Las posibilidades de una “segunda oportunidad” pasan por el empoderamiento de los pobladores, un largo proceso de construcción de confianza e identidad; hacer del habitante el protagonista de la recuperación de su espacio, de sus identidades y de su calidad de vida.
Pero si entras ahí con la televisión y retroexcavadoras no se vas a llegar a ninguna solución real.
Pensemos más bien en construir centros cívicos, transformar esta “ciudad dormitorio” en barrios dignos; salir de la lógica de “la vivienda que me tocó”, del “vivo aquí como en una cárcel”, el “debo dejar a los niños encerrados”.
No es una “segunda oportunidad”; es una oportunidad de limpieza y creación de nuevos negocios porque estos terrenos han subido de valor. Una segunda oportunidad se construye con la gente; no con retroexcavadoras.
Y esto nos lleva al meollo del tema del Minvu, tan convencido de la privatización, que ha perdido toda autoridad moral-técnica para hacer ciudad. El Minvu de los años 90´, con Etchegaray, hablaba con los allegados e intentaba hacerles partícipe del proceso del subsidio habitacional. En cierta forma, el Serviu mantenía algún rol en la asignación de faenas y en la supervisión; pero ahora ya nada.
Las Egis (Entidad de Gestión Inmobiliaria Social) se han transformado en una mano más de las empresas para organizar la demanda. Reconozco que existen Egis que trabajan bien, pero son una minoría. Un ejemplo es la Egis de MPL (Movimiento de Pobladores en Lucha) que muestra una forma de autogestión para pensar la vivienda y el barrio. Durante el gobierno de Piñera se intentó negociar algunos elementos de autogestión en los decretos de vivienda social, pero sólo fue una ilusión política.
Y respecto al suelo, ¿existe escasez para la vivienda social?
Es el cuento de siempre. Me acuerdo, en el Minvu a mediados de los 90´, los asesores del Ministro ya venían con la frase tajante: “el suelo de Santiago no resiste una inversión menor a 800 UF”. Es el cuento que corresponde al concepto de ciudad y vivienda determinado únicamente por el valor del suelo.
Bien sabemos que en cualquier parte del mundo, la calidad de vida en la ciudad se hace en función de políticas de suelo, de bancos de terreno, de cobrar la plusvalía, de facilitar permutas, de pensar el hábitat en toda su complejidad y no sólo en función de la rentabilidad de la inversión por metro cuadrado de terreno.
Decir que hay escasez de suelo es otra falacia; lo que hay es escasez de voluntad política para producir territorios y viviendas dignas para todas y todos, ricos y pobres.
Y para terminar, qué nos podría decir….
Quiero dejar puertas abiertas, en el sentido que, en los últimos seis años, sí ha habido una rearticulación paulatina de los movimientos poblacionales en Chile, con disputas, avances y retrocesos, pero se está avanzando. La lucha por la vivienda digna con enfoque de derechos humanos está avanzando. Hemos aprendido de los estudiantes. Con una diferencia: la educación es socialmente transversal, mientras que el hábitat afecta a los pobres. Es difícil articular fuerzas desde la realidad del territorio segregado.
En este año de elecciones, veamos qué proponen los y las candidato-a-s. De momento, no hay muchas propuestas basadas en un enfoque de pleno respecto a los derechos ciudadanos. Como lo aprendimos: los derechos se construyen en la calle, se formulan entre las organizaciones sociales y luego viene la tercera etapa de los instrumentos legales para que la realización de políticas públicas nos permita (re)construir una ciudad para todos y todas.
Otro ejemplo: Periódicamente, el Estado debe reportar su apreciación de cumplimiento de los derechos humanos; ahora en el 2013, es el turno de Chile. En un informe paralelo, con HIC, organización con estatuto consultativo de las Naciones Unidas, vamos a señalar la ausencia de enfoque de derechos humanos en materia de vivienda.
Son desafíos a largo plazo, más allá de cuatro años de un gobierno. Sigamos en la lucha.
"Mind the Gap"o el Abismo Público-Privado en el Desarrollo Inmobiliario.
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
[Por Valentina Pozo. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. Santiago, Chile]
Palabras clave: Desarrollo inmobiliario en altura, gestión público-privada, San Miguel.
En 1969 se inventó esta expresión en el metro de Londres para alertar a los pasajeros del peligroso hueco o vacío que queda entre el andén y el tren subterráneo al momento de abordar o descender de éste. Su traducción podría ser «Preocúpate por el Vacío» o «Preocúpate por la Brecha».
Esta gráfica imagen de desfase podría ser utilizada como analogía de lo que, a mi parecer, acontece entre el mundo privado y público en la gestión del vertiginoso desarrollo inmobiliario en altura que ha acontecido en la capital santiaguina.
¿Dónde se ha localizado dicho desarrollo? Cattaneo (2011)[1] demuestra empíricamente cómo los fondos de inversión inmobiliaria se ubican preferentemente según un alto grado de selectividad geográfica, así como con un fuerte sesgo metropolitano. Así en la Región Metropolitana el 75% de los bienes producidos por inversionistas inmobiliarios se concentran en cinco comunas: Santiago, Ñuñoa, Las Condes, San Miguel e Independencia. Esto se podría explicar por atributos como la peri-centralidad, la rápida salida de los productos y por una demanda compuesta preferentemente por clases medias, en que una oferta importante de departamentos ha sido de dimensiones pequeñas, destinados al acceso a la propiedad de hogares unipersonales, de jóvenes profesionales o técnicos o bien parejas que recién comienzan su vida en conjunto.
A su vez desde la esfera pública durante la década de los noventa el Ministerio de Vivienda creó el ya conocido Subsidio de Renovación Urbana (SRU) como estrategia de repoblamiento y recuperación de áreas centrales y peri-centrales de la capital que habían padecido una obsolescencia urbana producto de la continua emigración de sus habitantes hacia otras zonas de la ciudad.
Ortiz (2008)[2] describe la renovación urbana como la suposición de que la ciudad «crece sobre ella misma”. En este ejercicio debe enfrentar conflictos de adaptación entre el pasado, lo que había (barrios residenciales de baja altura) y el presente (fuerte verticalización) y una extensa lista de solvencia de efectos socio-espaciales, como capacidad y sustentabilidad en el tiempo de infraestructura, servicios, vías expeditas, transporte eficiente, áreas verdes, relaciones de sociabilidad cercanas y seguridad para recibir de buena manera a los nuevos habitantes.
A esto se le suma una constante tensión en la interacción que ocurre entre los distintos actores involucrados -públicos, privados y ciudadanos- cuyos intereses en relación al mismo espacio son de distinta naturaleza y por tanto, no sólo persiguen distintos valores urbanos o sostienen distintos discursos sino que también cuentan con lógicas, prácticas y tiempos de acción que en el caso del vínculo público-privado no solo son diferentes sino que incluso indiferentes el uno hacia el otro.
Si tomamos a San Miguel como caso de estudio[3], podemos notar que a una escala menor ha seguido la pauta de Santiago Centro en su crecimiento inmobiliario. Solo una foto en el tiempo: en el año 2009[4] la venta de departamentos nuevos en San Miguel fue de 1.130, siendo la 5ta comuna con mayor oferta de toda la Región Metropolitana, luego de Santiago (7.366), Ñuñoa (3.032), Providencia (1.903) y Las Condes (1.738). Espacialmente la oferta inmobiliaria se ha aglomerado en torno al eje de Gran Avenida, fundamentalmente en torno a las cincos estaciones de Metro que atraviesan la comuna en dirección norte-sur. La primera -y más reconocida- zona que experimentó un fuerte boom inmobiliario fue la del Llano Subercaseaux. Luego, dicho fenómeno se fue esparciendo hacia el sur, generando nuevos y apetecidos polos de desarrollo (como Salesianos, Departamental, Ciudad del Niño).
Los atributos urbanos que más valora la industria inmobiliaria son la excelente localización marcada por una alta conectividad, presencia de barrios consolidados con equipamientos, servicios, infraestructura, áreas verdes, vida de barrio y una fuerte identidad y arraigo al lugar, lo que genera que una porción importante de demanda es sanmiguelina.
Frente a ésta sostenida aparición de edificios, uno de los elementos que ha recibido mayor crítica es el Plan Regulador, el cual ha resultado ser demasiado permisivo, flexible y genérico en sus reglas. Por ejemplo, permite en toda la comuna altura libre según rasante, es decir, la altura queda definida exclusivamente por el tamaño del predio. A su vez la división predial autorizada es mucho mayor (2500m2) que en otras comunas del sector sur del Gran Santiago. El uso de suelo mayoritario corresponde a uso residencial de renovación, generando las mismas condiciones de edificación en toda la comuna.
Desde la Municipalidad se reconoce la necesidad de contar con una normativa que no trate al territorio de manera homogénea sino que rinda justicia a su heterogeneidad. No sólo hay distintos tipos de barrios entre el norte y el sur (el Llano p.e más desarrollado y asociado a una clase más alta) sino que también distintos estadios de desarrollo: al alejarse del Eje de Gran Avenida hacia el Oriente se puede notar que la inversión inmobiliaria no es visible, desencadenando procesos de desigualdad comunal.
La planificación es abiertamente reconocida como desordenada, carente de una imagen comuna, sin priorización de altura, de avenidas, o resguardos de ciertos barrios residenciales. Así la industria inmobiliaria aparece como un actor con un amplio radio de acción y decisión sobre el territorio. En la práctica los privados operan de manera muy eficiente, con tiempos más rápidos, con generación de conocimientos en posibles nichos de desarrollo, en lo que la demanda necesita desde el punto de vista habitacional, en innovaciones en el diseño arquitectónico, los cuáles terminan cristalizándose en la aparición de edificios que aunque -sin planificarlo- configuran la manera de habitar la comuna. Por otro lado, es realmente muy poco lo que realizan más allá de los límites físicos de su proyecto inmobiliario, es decir, no hay un mayor intervención en el espacio público circundante y mucho menos una imagen comunal que pudiera ser pensada en conjunto.
Así, a mi parecer, entre las operaciones del mundo público y privado en San Miguel media un abismo bastante profundo, un vacío, «the gap». Algo falta entre ellos que logre sintonizarlos. Ya es claro que el Plan Regulador no es suficiente enlace y si bien éste se encuentra en proceso de actualización, hay una clara tensión entre los tiempos y características en que se mueve lo público y lo privado. El primero más lento, atrapado en burocracias, con presupuestos restringidos, capacidades limitadas y con el venerable fin de velar por el bienestar de toda la comuna. El segundo más rápido, dinámico, con capitales mayores, y con objetivos tanto más individuales relacionados a la rentabilidad y éxito de su negocio particular. El andén y el tren. Y ese peligroso vacío de por medio. Es complejo dar con la solución mágica, aunque tal vez algo se avanzaría con generar un modelo de gestión que incorporase un nuevo organismo mediador, capaz de comunicar fluidamente las intenciones, necesidades y requisitos de cualquier actor interesado en intervenir en el desarrollo urbano de la comuna. Así se podrían transparentar las intenciones y producir negociaciones concretas entre actores privados y públicos, y tal vez, dejar de generar, por un lado, desarrollos privados sin sentido de barrio y por el otro, mejoramiento de espacios públicos para hacerse cargo de impactos no deseados, y más bien generar acciones coordinadas, producto de una comunicación y planificación comprometida entre ambos. Tal vez este diálogo encontraría un correlato espacial y generaría una comuna con una imagen y forma de habitar más equilibrada.
[1] CATTANEO, R. (2011) Los fondos de inversión inmobiliaria y la producción privada de vivienda en Santiago de Chile: ¿Un nuevo paso hacia la financiarización de la ciudad?. Eure, 37 (112), 5-12.
[2] ORTIZ, V. (2008). Identidad y renovación de áreas centrales, componentes del proyecto urbano: el caso del barrio El Llano Subercaseaux, San Miguel. Tesis para optar al título de Arquitectura y Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile.
[3] El caso de estudio está siendo desarrollado en mi tesis de magister titulada La ciudad privada: Sobre el comportamiento, prácticas y efectos socio-espaciales del mercado inmobiliario residencial en altura de San Miguel.
[4] Collect Gfk.
El edificio residencial, un gigante egoísta.
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
[Por Nicole Pumarino. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. Santiago, Chile]
Palabras clave: edificios residenciales, barrios, espacio público – privado, renovación, regulación.
La proliferación de edificios en altura en la ciudad no ha pasado desapercibida en los últimos años. Muchos corresponden a oficina pero muchos otros son exclusivamente residenciales. Éstos últimos se ubican principalmente en áreas centrales de Santiago, sus residentes renuncian al jardín con piscina y terraza a cambio de la vida peatonal, en un barrio tranquilo, bien conectado y cercano a comercio y servicios. Suena bastante lógico que densifiquemos las mejores áreas de la ciudad para que mayor cantidad de gente pueda disfrutar de los beneficios que éstas tienen. Así es como antiguos barrios residenciales de baja altura y densidad, pero con irremplazables condiciones urbanas, han comenzado a experimentar la llegada de edificios en altura y con esto, de nuevos residentes. Poco a poco, las mismas casas que le daban el carácter residencial al barrio han comenzado a ser reemplazadas por edificios o por nuevos usos que abastecen a los nuevos y antiguos residentes de sus necesidades urbanas.
Sin embargo, ¿en qué contribuyen los nuevos edificios residenciales a estos barrios únicos en la ciudad?
Las condiciones espaciales de los edificios no pasan desapercibidas, la mayoría equivalen a tres de los antiguos predios promedio de casas que han sido fusionados, el promedio supera los 2500 m2 de tamaño predial con lo cual podríamos estar hablando de un conjunto armónico, figura legal que debe su creación en parte al reconocimiento que predios de esta envergadura tienen un impacto en la ciudad por el cual es necesario tener normas especiales. Este aumento de tamaño significa también una pérdida de las proporciones espaciales en relación al barrio original. Las áreas de estacionamiento equivalen al menos a un predio completo de una de las casas preexistentes, el ancho de sus rejas supera el ancho de dos autos, los antejardines se extienden a lo largo de media manzana, las áreas de recreación y esparcimiento son privatizadas con muros que se extienden en el máximo ancho permitido, el hall de entrada tiene la altura de una casa de dos pisos y la altura total del edificio lo hace inconfundible ante cualquier peatón del barrio. En los edificios que se desarrollan actualmente, prácticamente no hay cesión de terreno al espacio público, en muy pocos casos se pone comercio en el primer piso y aquellos espacios visibles desde la calle hacia el interior son en la mayoría de los casos espacios residuales o funcionales en donde pocas veces es posible ver a algún residente utilizándolo. La consecuencia de estas lógicas espaciales de diseño, tiene como consecuencia fachadas o zonas de contacto entre el espacio público y el espacio privado completamente inactivas en donde no se promueve la vida urbana existente en éstos barrios[1]. El problema de todo esto, no pasa por un tema estético sino de pensar en el aporte o potencial aporte que proyectos de esta envergadura podrían entregar a barrios como los descritos, en la capacidad de generar nuevas condiciones urbanas que complementen el barrio en el que se ubican. Los edificios en sus características espaciales no contribuyen a activar el espacio de la calle ni visualmente, ni espacialmente, ni funcionalmente en barrios que, debido a sus condiciones urbanas, promueven la vida peatonal de sus vecinos.
La gran mayoría de los atributos urbanos de los barrios que se renuevan, son estructurales y podrían considerarse de manera independiente a características espaciales del espacio privado; son parques, es la cercanía al metro, a algún eje comercio, la existencia de colegios u otro tipo de servicios y equipamiento, etc. Sin embargo no es posible pensar el espacio público sin el espacio privado que lo contiene y no solo eso, también lo promueve a través de su uso de suelo y condiciones espaciales que activen la vida hacia la calle. La tipología de casa por ejemplo, si bien no contribuye con un nuevo espacio público, genera espacios de escala humana, que pueden ser personalizados y en algunos casos utilizados por sus propios habitantes contribuyendo de manera perceptual hacia el ámbito público del barrio y que van en favor de esa experiencia peatonal urbana de los mismos residentes del barrio. El edificio en cambio, se construye bajo la lógica del gigante egoísta, aprovecha los atributos del territorio donde se localiza, maximiza la rentabilidad y diseña y distribuye los espacios pensándolo desde el interior sin considerar en ningún momento las posibles o mínimas contribuciones que se podían realizar al barrio. Teniendo como resultado espacios que se salen de la escala del barrio y del peatón, que no promueven actividad en el ámbito público y que no generan nuevas condiciones urbanas.
Entonces, ¿Quién es el responsable de esta forma de renovación? La falta de regulaciones e incentivos por parte de los instrumentos de planificación permiten que el desarrollador urbano construya de manera completamente libre e individual, respetando un mínimo de normas generales, que además en muchos casos, limitas nuevas y mejores alternativas para el ámbito público. Quien quisiera contribuir a la generación de un mejor espacio público o barrio, no tiene más opción que hacerlo de forma individual, la inexistencia de un proyecto de renovación urbana por barrios no permite una acción coordinada ni un cambio de enfoque en la manera en que hoy se construyen edificios residenciales obligando que proyectos de esta envergadura dejen de ser gigantes egoístas.
[1] Las afirmaciones de estos párrafos corresponden a características espaciales estudiadas en la tesis de magister en desarrollo “Gigante egoísta: estudio sobre las formas de la verticalización en zonas centrales de la ciudad de Santiago 2000-2012”. El análisis se realizó en tres barrios de las comunas de Ñuñoa, San Miguel y Providencia. En la investigación se puede ver el análisis completo y la metodología utilizada.
Santiago de Chile: Una ciudad atractiva para un país competitivo
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Revista Planeo N° 10, Residencias Urbana, Junio 2013
EditoresCarlos de Mattos
Pedro Bannen
Luis Fuentes
Colección
Estudios Urbanos UC
Año de publicación:
Septiembre del 2012 ISBN No. 978-956-35I-325-7
Esta publicación del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT), plantea y desarrolla una investigación sobre la competitividad urbana, tomando como punto de partida el escenario internacional, la globalización y la informacionalización, especialmente en los aspectos relativos a la competitividad como un aspecto ineludible del crecimiento económico y parte indispensable de los enfoques de gestión pública, sobre todo la gobernanza urbana.
El objetivo principal de este libro es difundir valiosas investigaciones realizadas durante los últimos años en el IEUT, y que las mismas sirvan como insumo para las nuevas investigaciones, ya sea en su ampliación, profundización o actualización.
Es una selección de los trabajos realizados durante la investigación sobre el tema de la competitividad urbana en el caso de Santiago. El marco general que lo soporta, tiene que ver con la transformación de la vida económica, social, y política chilena y Santiaguina, como expresión de una nueva fase de modernización capitalista, considerándose hasta refundacional. En total son 7 capítulos que culminan con una discusión final y un análisis FODA.
A continuación, una breve descripción de cada capítulo:
El capítulo 1, nos habla de la sistematización y el análisis de los principales enfoques teóricos sobre la competitividad nacional y la competitividad urbana. En esta parte se dio especial preferencia a la literatura que considera la competitividad urbana como un elemento básico de toda la estrategia urbana, para impulsar el crecimiento económico de las ciudades respectivas, bajo el supuesto de que este sería el camino idóneo para las mejoras en las condiciones de vida de la población urbana. Por lo que viene a ser la base conceptual de todo el proceso de investigación.
El capítulo 2, se hace tomando en cuenta la relevancia del contexto nacional en la nueva dimensión económica, para eso se hizo una recopilación y análisis de los principales rankings internacionales de competitividad, para identificar y sistematizar los atributos, factores o propiedades más destacados que se supone que condicionan la competitividad.
El capítulo 3 es un examen de la situación y evolución de Santiago en algunas de las más importantes evaluaciones de competitividad urbana que se realizara en forma regular y cobertura global. Esto se ha hecho utilizando aspectos diferentes pero complementarios. Los rankings seleccionados para este análisis fueron de MasterCard y Mercer Human Resource Consulting.
El capítulo 4 muestra la proliferación de los rankings y evaluaciones de competitividad, han influenciado a las administraciones urbanas a inclinarse por la adopción de estrategias de crecimiento, en donde se le ha asignado un papel central a la competitividad urbana.
El capítulo 5 presenta resultados de una encuesta realizada a distintos académicos y expertos de las principales ciudades de América Latina, con el fin de identificar los componentes de respectivos paisajes urbano que a su juicio tuviesen una mayor incidencia en la valorización de la imagen urbana de su residencia y por lo tanto en su competitividad urbana.
El capítulo 6 muestra los resultados de una encuesta sobre Santiago, realizada en el 2010, como réplica de una realizada 10 años antes. En estas encuestas comparadas salen a relucir cambios significativos en diversos ámbitos como la infraestructura, el paisaje, el transporte, el equipamiento, el sistema educativo, el medio ambiente, la integración social, el empleo, las actividades económicas, la planificación urbana y otras tantas.
La última parte es un análisis FODA con el objetivo de identificar las principales áreas de actuación en favor de un mejoramiento en la atractividad de Santiago.
Los responsables de la elaboración de los capítulos de este libro son: Carlos de Mattos, Luis Fuentes, Pedro Bannen, Francisca Zegers, Vanessa Prado, Constanza Abusleme y Daniela González y Andrea Vásquez. Ha contado con la colaboración de otros importantes académicos y jóvenes investigadores del EIUT.
Si quieres conocer más de esta publicación, visita el siguiente enlace:
Vía Cordillera, el desarrollo urbano sustentable al alcance de unos pocos
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
Resumen
Bajo el tema de Residencias Urbanas, la revista Planeo presenta en esta ocasión el proyecto Vía Cordillera en la ciudad de Monterrey, México, siguiendo con la idea de dar a conocer modelos de planificación y gestión urbana que se viene realizando en otros países de Latinoamérica.
En este caso, el tema de Residencias Urbanas se entrelaza con conceptos de Sustentabilidad y Smart Cities, en donde el concepto de Sustentabilidad es utilizado por las grandes inmobiliarias para atraer nuevos clientes en busca de nuevas viviendas, enfocados principalmente en el aspecto económico del proyecto, dejando por un lado aspectos ecológicos y sociales que giran entorno a estos proyectos de importancia.
Palabras Clave: Residencias Urbanas, Sustentabilidad y Smart Cities.
Summary:
By the theme of Urban Residential, Planeo magazine presents on this occasion the «Via Cordillera project» in Monterrey, Mexico, presenting models of urban planning and management along with the idea that has been done in other Latin American countries.
In this case, the Urban Residence topic is associated with concepts of Sustainability and Smart Cities, where the concept of Sustainability is used by the real estate to attract new customers in search of new homes, primarily focused in the economics of the project, leaving aside ecological and social aspects that should be taken into account in the process.
Keywords: Urban Residential, Sustainability and Smart Cities.
[Por Adrián Lucio]
En los últimos 5 años la ciudad de Monterrey y su zona metropolitana (ZMM) han experimentado un boom en la construcción de proyectos de vivienda urbana de gran envergadura. Catalogada como la más competitiva de México, la pujante ciudad “industrial” (nombre que recibe por su vocación histórica y económica) se ha convertido en foco de atención para los grandes inversionistas del país quienes han encontrado el clima propicio para la inversión y desarrollo inmobiliario.
Bajo la idea de ofrecer nuevos estilos de vida y abogar por el medio ambiente, las inmobiliarias y sus arquitectos plantean un urbanismo sustentable, o como algunos de ellos le llaman, desarrollos urbanos integrales. Los cuales, por medio del uso de tecnologías de alta eficiencia, edificaciones de uso mixto (comercio, vivienda, servicios y plazas) y localización privilegiada, prometen ser solución y mitigación de varios de los abundantes problemas urbanos que la ciudad presenta en la actualidad.
Analizando la situación de la ciudad desde lo urbano y bajo el marco del desarrollo sustentable y el concepto de Smart City nos preguntamos: ¿realmente necesitamos más de estos desarrollos para la ciudad?
El Proyecto
Vía Cordillera es uno de los 5 proyectos urbanos de gran magnitud que se desarrollan actualmente en la ciudad[1]. Con una inversión privada de 3.100 millones de pesos mexicanos (aproximadamente 250 millones de dólares) la desarrolladora Delta comenzó en junio del 2011 la construcción de 51 edificios de usos mixtos ubicados en el sector más exclusivo del municipio de Santa Catarina (municipio conurbado y perteneciente a la ZMM). En una zona relativamente periférica de la ciudad, el proyecto se desarrolla sobre lo que antes eran 14 hectáreas de tierras vírgenes (Ver mapa 1).
Mapa 1: Ciudad de Monterrey y Ubicación del proyecto Vía Cordillera.
Fuente Imagen: http://cedem.mty.itesm.mx/Observatorio.htm
Su cercanía con el Parque Ecológico la Huasteca[2] y el rápido acceso hacia el centro urbano del municipio de San Pedro Garza García (segundo puesto del país en el Índice de Desarrollo Humano[3]), le dan el carácter de localización privilegiada por poseer una gran conectividad con el resto de la ciudad sin perder el contacto con la naturaleza.
Según los desarrolladores del conjunto, el diseño se llevó a cabo a partir de las ideas más innovadoras y actuales del urbanismo sustentable, combinando la alta densidad y la multiplicidad de usos, dando prioridad a los espacios públicos y áreas verdes, así como a los peatones (El Norte, 2011). Tal y como lo expone en su página oficial de internet, Vía Cordillera pretende ser:
“…el centro de una nueva ciudad, en donde los recursos naturales son aprovechados al máximo. Aquí reutilizamos el agua de lluvia, ahorramos energía y logramos brindar comodidad a los residentes y también a los visitantes”. Vía Cordillera no es un complejo de viviendas, es el centro de una nueva ciudad. No es ecológica, es sustentable. No es un lujo, es pensar a futuro. Vía Cordillera es Urbanismo Inteligente.”
Por otra parte, el gobierno del estado de Nuevo León manifestó su apoyo y reconocimiento al grupo empresarial Delta por medio del Secretario de Obras Públicas Marroquín Salazar, afirmando que el proyecto impacta positivamente en la calidad de vida de las personas y la generación de empleos:
“Pese a esta situación (de violencia) no dejaremos de mantener e impulsar los programas en la parte económica con todo lo que ello implica, para nosotros significa la confianza en el futuro de Nuevo León, significa que Santa Catarina y todo el Estado se han convertido definitivamente en una metrópoli intermedia de calidad mundial”, expresó el funcionario estatal.” (Prensa del estado de NL, 2011).
Fuente Imagen: http://viacordillera.com/
Sustentabilidad y Smart Cities
La sustentabilidad, un término muy recurrido, es utilizada a menudo como una táctica de mercado para atraer clientes, sin embargo, pocas veces es aplicada de manera correcta.
Si recordamos la definición dada en 1987 por la Comisión Brutland: “Un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.”, y los tres pilares de la sustentabilidad dados en el World Summit en el 2005 que establecen el desarrollo como un equilibrio entre lo social, ambiental y económico, obtenemos la idea de que sustentabilidad nos habla de equidad, derecho y calidad de vida, entre la sociedad actual y la que está por venir. Por lo tanto, un desarrollo sustentable se basa en la idea de una economía que no sobrepasa la capacidad de carga de los sistemas naturales y asegura el desarrollo de la sociedad a futuro.
Al respecto Konrad Ott (2003) destaca que el termino desarrollo sustentable se ha prestado a malas interpretaciones, pues al utilizar la palabra ‘desarrollo’ se puede entender como ‘crecimiento’. De alguna manera este concepto se relaciona más a las cuestiones económicas y regularmente olvida la parte ecológica y social. Apoyando la idea, Wakernagel nos aclara que: “el crecimiento significa llegar a ser más grande mientras el desarrollo significa llegar a ser mejor.” (Wakernagel y Rees, 1996:52).
En el ámbito de desarrollo urbano sustentable, el buen funcionamiento de las ciudades no solo depende de la infraestructura física de la ciudad (capital físico), sino también de la disponibilidad y calidad de la comunicación del conocimiento y la infraestructura social (capital humano y social) (Caragliu et al, 2009). Según el reciente concepto de Smart City, las ciudades no solo necesitan de tecnología y capital económico, sino también de su capacidad para enfrentar y resolver problemas por medio de su infraestructura social. Una Smart City destaca por su cultura creativa y redes de conocimiento, por la inclusión social en la toma de decisiones públicas para promover el desarrollo urbano equitativo, y una comunidad que ha aprendido a aprender, adaptarse e innovar. Todo esto asegurando la sostenibilidad social y ambiental (Caragliu et al, 2009).
La ciudad y sus retos urbanos
Aunque en el año 2011 fue evaluada como una de las 10 ciudades más atractivas de Latinoamérica para la inversión por la Universidad de Rosario de Colombia, y tan solo el año pasado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMACO) la posicionó como las más competitiva de México debido a la combinación de un buen clima de negocios producto de una fuerza laboral educada y el desarrollo de industrias de alto valor agregado e intensivas en innovación y creatividad (CNN, 2012), la ciudad de Monterrey presenta serios problemas sociales y ambientales que ponen en jaque su sostenibilidad.
En los últimos 20 años la población de Monterrey ha pasado de 2,3 a 3,9 millones de habitantes viéndose casi duplicada. Para el año 2010 el 86.3% de la población del estado vive en la ciudad y se estima que aumente al 87% para el 2015. (Programa Sectorial, 2010) Al mismo tiempo, según datos de la INEGI (2011), la densidad de la Zona Metropolitana de Monterrey ha ido rápidamente en decremento, de 95 Hab/Ha en 1970 a 47 Hab/Ha para el 2005, indicando un claro síntoma de atomización e ineficiencia urbana. Estas tendencias pueden ser explicadas por el abandono del centro de la ciudad y un claro despoblamiento de sus zonas rurales. Así mismo, estas representan la urbanización de nuevas tierras para la creación de más dispersas y alejadas construcciones para vivienda, equipamiento y servicios, deteriorando la naturaleza, degradando el suelo, afectando la biodiversidad y limitando los recursos, comprometiendo así la sostenibilidad de los sistemas naturales y antrópicos.
Un punto crítico que enfrenta la ciudad es la movilidad. El estudio de Generación de Alternativas Integrales para Mejorar la Movilidad Urbana del Área Metropolitana de Monterrey 2007, mostró que del año 1999 al 2007 el parque vehicular en la ciudad aumentó en un orden de 7,5%, duplicándose en solo 8 años y que la tendencia sigue en aumento. La infraestructura vial en cuanto a su capacidad es muy limitada, tanto los proyectos de movilidad alterna como los tradicionales han sido imposibles de alcanzar. Prácticamente no existe infraestructura adecuada para bicicletas o los peatones o discapacitados. “Los nuevos esquemas de transporte no motorizado, que son una alternativa importante e internacionalmente probada ya en varios países, no tienen cabida en la cara de nuestra infraestructura urbana y vial.” (Programa Sectorial, 2010:22)
También es importante destacar que la ciudad Monterrey ha sido recientemente catalogada como la ciudad con el aire más contaminado de Latinoamérica por el Clean Air Institute. La Investigación calidad de Aire en América Latina: Una Visión Panorámica 2013 llevado acabo con datos del 2011 por dicha institución detecto que la ciudad cuenta con el mayor número de partículas PM10 (partículas suspendidas menores a 10 micras) en el aire.
Discusión
Sin duda alguna que los desarrollos que contemplan la densificación y utilización de usos mixtos para contrarrestar la dispersión de la ciudad, y el uso de la tecnología, como la recolección de agua, uso de energías alternativas y de bajo consumo, son algo positivo en la contribución del desarrollo sustentable de una ciudad. Sin embrago, hablar de sustentabilidad va más allá.
Vía Cordillera es un buen ejemplo de un caso lleno de contrastes de lo que un desarrollo sustentable supone. Por una parte, la ubicación en una de las zonas de alta renta y con mayor proyección de la ZMM, determinan el público objetivo. Si a esto se le agrega los costos de pre-renta ya establecidos por la inmobiliaria (en vivienda, van desde los 89m2 hasta los 208m2 en un rango de precios de 9.980 a 23.090 pesos mexicanos, 774, 5 a 1.807 dlls aproximadamente), la exclusión se vuelve más evidente. Por otra parte, la creación de un nuevo centro en un área periférica y cerca de una reserva de la biosfera es preocupante. Anteriormente ya se ha intentado la construcción de varios proyectos inmobiliarios dentro del parque y hasta permisos ilegales se han otorgado, sin embargo, la organización de las comunidades los ha hecho fracasar. La idea de crear una nueva ciudad podría ocasionar un alza en los precios del suelo y por ello mayores presiones sobre el límite urbano que amenazan cada vez más la integridad de los sistemas ecológicos del parque.
En cuanto a movilidad se refiere, si es cierto que esta zona está bien conectada por medio de dos principales avenidas que facilitan la transportación en auto, en cuanto a transporte público y otros medios alternos se refiere, está prácticamente desconectada, pues la falta de infraestructura o distancia a recorrer la aíslan del resto de la ciudad. Así mismo, si pensamos que no toda la gente que vivirá en este desarrollo trabajará allí y que no todos los que trabajarán allí, vivirán allí, la cantidad de flujos de transporte hacia el resto de la ciudad se incrementará, comprometiendo el sistema vial y aumentando las emisiones de CO2.
Cuando hablamos de sustentabilidad no siempre que se plantea un desarrollo urbano de estas características significa que la ciudad, sus habitantes y el medioambiente se ven beneficiados, por el contrario, los efectos de trade off son muy recurrentes y la palabra ‘desarrollo’ es comúnmente sustituida por ‘crecimiento’. En cambio, cuando el verdadero objetivo es hacer ciudad sustentable, no se trata solo de usar tecnología, de llevar los conjuntos a la naturaleza u obtener un beneficio económico, sino de velar por la inclusión, la participación ciudadana, la igualdad y el cuidado ambiental. Cuando el objetivo es hacer ciudad sustentable nos preguntamos ¿realmente necesitamos más de estos desarrollos para la ciudad?.
Bibliografía
Clean Air Institute (2013) La Investigación la calidad de Aire en América Latina: Una Visión Panorámica. Disponible en: http://www.cleanairinstitute.org/calidaddelaireamericalatina/
CNN (2012) Monterrey, la ciudad más competitiva: Disponible en: http://www.cnnexpansion.com/economia/2012/08/14/monterrey-la-ciudad-mas-competitiva
Craragliu; A., Del Bo, C.; Nijkamp, P. (2009) Smart cities in Europe, Disponible en: http://ideas.repec.org/p/dgr/vuarem/2009-48.html
El Norte (2011) Inicia Vía Cordillera Preventa. Disponible en: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1459744
Ott, K. (2003) The Case of Strong Sustainibility. Disponible en: http://23dd.fr/images/stories/Documents/DD/Strong-sustainability-Konrad-Ott.pdf
Prensa del estado NL (2011) Llega a Nuevo León inversión privada por más de 3 mil 100 millones de pesos en Proyecto comercial y de servicios. Disponible en: http://www.nl.gob.mx/?P=leerarticulo&ArtOrder=ReadArt&Article=70074
Programa sectorial (2010) Desarrollo Sustentable y Funcionalidad Urbana: Plan Estatal de Desarrollo 2010-2015. Gobierno del Estado de Nuevo León, Monterrey.
Wackernagel, M. y Rees, W. (1996) Nuestra Huella ecológica. Reduciendo el impacto humano sobre la tierra. New Society Publishers, Gabriole Island, Canada.
Link de interés:
http://viacordillera.com/#/via-cordillera-en-valle-poniente/
[1] Los demás proyectos corresponden a: Centrika, Nuevo Sur, Arboleda, Saqqara.
[2] El Parque Ecológico la Huasteca es un parque destinado para usos recreativos, deportivos y culturales. En el 2006 fue declarado como reserva dela biosfera por la UNESCO por contener un significativo número de especies endémicas.
[3]Índice realizado por PNUD 2012. Disponible en: http://www.americalatinagenera.org/main/index.php?option=com_content&task=view&id=118&Itemid=176&country=M%C3%A9xico
Autor:
Adrian Lucio: Arquitecto del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey /Monterrey, México. Actualmente cursa Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente en el IEUT, PUC
Entrevista a Yasna Contreras: el Plan de Repoblamiento en Santiago y los desafíos futuros.
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Junio 2013
«Más allá de los cambios ocurridos en el centro lo que debemos pensar hoy son nuevas políticas urbanas y habitacionales que promuevan por ejemplo el arriendo en el centro de Santiago, que aseguren el acceso a la vivienda formal y digna a personas de menores recursos».Yasna* nos recibió cordialmente en su oficina del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, lugar en que pudimos conversar respecto al Plan de Repoblamiento de Santiago y la situación residencial actual de la comuna.
Para comenzar, ¿Nos puedes explicar el Plan de Repoblamiento en la comuna de Santiago?
El Plan de Repoblamiento era una estrategia planteada por el gobierno local, por el Municipio de Santiago y la Corporación de Desarrollo de Santiago (Cordesan) que se formó en el año 1985 para devolverle la imagen residencial a la comuna de Santiago. La función residencial se había perdido con fuerza desde finales de la década del 60´, principalmente por el movimiento de las clases medias altas y altas hacia el sector oriente de altas rentas.
El Plan de Repoblamiento, en su origen, surgió como una alternativa residencial heterogénea. El sentido tras del plan era entregar ofertas residenciales tanto a vecinos de la comuna, como así también, se buscaba generar una demanda de residentes de diferentes ingresos socioeconómicos y orígenes residenciales. Con el tiempo se fueron incorporando otras iniciativas, que fueron muy interesantes, como la recuperación de fachadas, mejoramiento de viviendas en el interior, entre otras, aunque todo reveló ser “fachadismo”, más que una estrategia integral de recuperación urbana y de promoción de la integración socioresidencial.
El Plan de Repoblamiento redundó en lo que David Harvey denominada “destrucción creativa”, aunque a mi juicio el Repoblamiento redundó en una creación destructiva, ya que se destruyeron y demolieron algunas residencias de los barrios Yungay, Brasil y Lira-Almagro para la construcción de edificios en altura que no generaron barrio, no dialogaron con el entorno no aportaron a la ciudad. De ahí que apelo a la creación destructiva, sin sentido y sin poner en valor que detrás de las viviendas residen familias que buscan “resistir al hábitat” en un proceso dinámico y escalar de gentrificación.
Hasta ahora lo que vemos es la construcción de más de 120 mil nuevas unidades, con más de 600 proyectos residenciales que si bien atraen a dinks o jóvenes profesionales y técnicos sin hijos, generan una oferta residencial que es cortoplacista y que es reduccionista desde el punto de vista de la aspiración residencial de permanencia en la centralidad.
Otro elemento interesante de destacar, es que más allá de la cantidad de viviendas construidas, lo significativo es que el centro se repuebla, se dinamiza, y no pierde jerarquía urbana. Esto último, rompe con todas las visiones de algunos investigadores urbanos que escribían sobre un centro de Santiago que se moría y agonizaba. Muy por el contrario, se dinamiza, se generan nuevas ofertas comerciales y culturales, nuevas redes de metros, entre otras iniciativas que incitan al “relleno urbano” y no al despoblamiento a la tesis infundada de un Santiago súper suburbano.
En su origen el Repoblamiento fue una interesante e inédita estrategia y acción pública y privada, el riesgo actual, es que municipios como Quinta Normal, Estación Central, Recoleta, entre otros, llevaron a cabo una verticalización que repitió las deseconomías del Plan de Repoblamiento y no avanzó hacia la promoción de ciudades más justas y mejor conectadas. Más bien, se fracturaron antiguos barrios residenciales donde algunos de sus moradores tienen riesgos de ser desplazados voluntaria o involuntariamente, de ahí que vuelva a sostener la tesis de una gentrificación, aunque a ratos generalizada.
¿Qué rol tuvieron las inmobiliarias en éste plan? ¿Qué tipologías ofertaron en aquel momento?
El tema de la oferta inmobiliaria fue bien interesante, porque también tiene que ver con los períodos alcaldicios, se fue Ravinet, quien encauzó un poco el Plan, lo lideró y luego fueron llegando otros alcaldes cuyo objetivos no estaban enfocados ni en la recuperación urbana ni en repoblar sino que más contenían en la seguridad, en hacer del centro un espacio seguro o mejor dicho un espacio vigilado donde se reproducía el miedo urbano más que la seguridad anhelada.
El mercado inmobiliario lo único que hizo fue capturar la renta potencial o el rent gap desde Neil Smith (1979), es decir, comprar sitios baldíos, obsoletos de bajo precio pero bien conectados y accesibles. Operó la lógica de rentabilidad, ya que las condiciones urbanas y normativas estaban instaladas para el capital inmobiliario y comercial retornara a los espacios centrales y pericentrales.
Este producto inmobiliario, no aporta para la generación de una ciudad, no dialoga con ésta, no aporta en la recuperación del centro, no ofrece veredas amplias, áreas verdes, sólo la preocupación se centra en el edificio y su interior. El producto inmobiliario se comenzó a reducir desde 1998 en adelante y con mayor fuerza desde el 2003, cuando la comuna de Santiago lidera el ranking de la oferta inmobiliaria. A mí juicio, fundamentalmente por el rent gap, por el criterio de rentabilidad, lo que dominó hasta que los vecinos, por ejemplo, de barrio Yungay se movilizaron a fines de la década de los 90´, haciendo un llamado de atención a las autoridades y a las inmobiliarias para detener los edificios en altura, que no dialogaban con el espacio residencial. Ha sido el movimiento ciudadano de la comuna de Santiago el que ha exigido a sus autoridades locales pensar el centro como un lugar de vida, y dejar la promoción del centro como un lugar de paso, de tránsito. En el centro de Santiago hay mercados populares que luchan y desean la permanencia. ¿A quién le sale rentable llevarse la Vega o el mercado central a la suburbia?, a nadie más que al mercado.
¿Cuáles son las características de estos nuevos habitantes?
La propuesta que he hecho, después de haber realizado 340 encuestas y más de 64 entrevistas en profundidad, llegué a definir un tipo de habitante en el centro, que no se puede clonar a cualquier lugar, pero es un primer ejercicio teórico y empírico. De allí que identifiqué 4 tipos: el dominante-transitorio, transitorio porque está en una etapa del ciclo de vida, está pasando por el centro o sueña pasar por el centro, pero entre el sueño y su proyección residencial futura, puede haber una amplitud-imagen bastante grande, porque ellos, los transitorios o “aves de paso” de las que habla Duncan Tim, son jóvenes, son profesionales técnicos, la primera generación universitaria. Para mí, representan las nuevas clases medias en Chile, las que acceden a la propiedad de la vivienda mucho más temprano. Ellos se están especializando, porque de alguna manera quieren destacarse sobre sus padres, porque están insertos en una movilidad social ascendente. Un 60% de los que he entrevistado les gustaría vivir en la parcela, como sueño residencial, aunque algunos de ellos ni si quiera quieren tener familia siendo poco sustentable ese sueño. Y el porcentaje restante desea la permanencia, pero tiene conflictos con el tamaño del producto ofertado.
Después están los gentries, que yo los sub-clasifico en dos grupos: los pioneros y los sucesores. Los pioneros son los que llegan a diferentes barrios del centro, en etapa de deterioro después del terremoto de 1985 abriendo fronteras. Ellos llegan al lugar donde la renta potencial es altísima, cuesta muy barato acceder a una propiedad antigua, reciclarla, pero van abriendo fronteras para que otros vengan a vivir al barrio. Este grupo se localiza principalmente en los edificios aledaños al Parque Forestal, el barrio Lastarria, barrio Brasil, entre otros. Ellos provienen de la suburbia, regresan, algunos de sus padres vivieron alguna vez en el centro, entonces tienen una memoria histórica ligada al centro, agregándole valor al barrio. Y luego están los sucesores, que tienen el mismo capital cultural, pero que no necesariamente son de la elite, porque los pioneros sí lo son. Los gentries sucesores siguen a los pioneros en espacios próximos, pero no tienen ingresos para comprar un inmueble de doscientos o trescientos metros cuadrados sino que acceden a un parque residencial más pequeño, reciclado, recreado, lo que podemos calificarlos como “lofts recreados”. Estos inmuebles utilizan el concepto loft, como los que se encuentran frente a la plaza Brasil, pero no son loft originales. Este es un grupo muy interesante desde el punto de vista del apego y anclaje que tiene hacia el barrio.
Luego vienen los que para mí son los más interesantes y que hoy estoy trabajando, que son los nuevos precarios urbanos, donde están los decadentes urbanos, quienes vivían en los conos de alta renta, clases medias, medias altas y que por una fractura, una dificultad familiar descienden geográficamente y se van a vivir a una parte del centro que es la que les da continuidad a su condición o estatus social. Algunos están anclados al barrio, apegados y otros prefieren mantener sus prácticas espaciales en el cono de alta renta y aspiran o sueñan con retornar. Esto fue un hallazgo, los gentries me los esperaba, los transitorios también, pero los decadentes no, porque estos viven en productos inmobiliarios que no piensas que son de “pobres”, piensas que son gentries. Sin embargo, estos no tienen el capital cultural o acceden a lugares diferentes del barrio que un gentrie. A veces son mucho más viejos o están fracturados económicamente, no pueden vivir como un gentrie, pero su movilidad está muy anclada al cono de de alta renta.
Y el otro grupo que yo reagrupé son los precarizados urbanos, los nuevos pobres urbanos, que son de clases bajas, muy bajas, los que acceden a una propiedad de la vivienda central, pero informal, viviendo en condiciones de hacinamiento y allegamiento. De mis entrevistados más del 68% está representado en el migrante latinoamericano y el resto son santiaguinos que vivían en la periferia y que afectados también por el Transantiago y por su dificultad de moverse dentro de la ciudad, optaron por buscar un lugar en la centralidad que les asegurara movilidad, dejando a veces de lado la propiedad de una vivienda por el arrendamiento. Estos son mis desafíos, trabajar sobre los nuevos pobres urbanos que le están dando un nuevo sentido a la centralidad y que es bien interesante porque, sobre todo los precarizados urbanos, ocupan los sitios donde antiguamente llegó el migrante del campo a la ciudad en la década del 30´.
De cierta forma se vuelve a repetir el fenómeno…
Si porque los centros en la ciudad son cíclicos, son dinámicos, lo que hoy se vea como deterioro para mí en un tiempo más puede ser renovación…y así sucesivamente.
¿Identificas otras zonas de Santiago o del país en que exista un fenómeno de repoblamiento?
Lo que ocurre es que en el caso de la comuna de Santiago, cuando se comenzaron a colocar los sistemas en altura, lo que hizo la oferta inmobiliaria fue desplazarse hacia otras zonas de la comuna donde existía mayor laissez faire o flexibilidad. Durante el 2010, e incluso antes se ponen en cuestión las alturas, se reestudia el plan regulador de Santiago, por lo que algunas comunas como Recoleta e Independencia fueron pioneras en tomar el repoblamiento, tal vez, ni si quiera como una acción público-privada, sino que muy pública, muy local y esto redundó en edificios en altura, que de alguna manera van -según David Harvey- produciendo una “destrucción creativa”, destruyen para crear algo, que en el fondo es verticalidad, densificación. Hoy se ha ampliado hacia Quinta Normal, San Miguel, San Joaquín. En el fondo, las inmobiliarias están capturando la renta potencial, sitios de bajos precios, no sé si todos tienen buena conexión como el centro de Santiago, pero capturan y rentan con los lugares. Este mismo fenómeno yo lo he ido captando en el centro de Iquique, Antofagasta y en algunas zonas de Valparaíso. Para mí lo interesante hoy – y que se puede extrapolar para algunas de las áreas centrales latinoamericanas- es que están coexistiendo distintos fenómenos. La renovación o tugurización no pelean sino que están coexistiendo por distintas razones.
Por último, ¿se puede decir que las residencias que surgen de este plan de repoblamiento mejoran la calidad de vida de este “nuevo habitante”? ¿Qué influye, la mejora de la vivienda o su ubicación?
Depende, cada familia o habitante, según lo que dice Óscar Figueroa, cada uno maximiza un determinado beneficio. Es decir, por ejemplo, algunos transitorios ponderan el factor tiempo, entonces asumen que van a vivir en un producto más acotado, pero lo tienen impregnado, quizás porque son solos, con su pareja o minorías sexuales, pero no tienen familia. En cambio otros no, los gentries pioneros no acceden a un tamaño de 40 metros cuadrados, sobre 100 metros cuadrados, el sucesor sobre los 50 metros cuadrados, busca mayor confort tanto al interior del cuerpo edificado como hacia el exterior. En cambio el transitorio no, porque para un grupo de ellos, el departamento es utilitario porque tienen como imaginario que no van a vivir toda la vida allí. Pero una cosa es lo que sueñan y otra es la realidad. De allí que se contradicen los discursos porque se pondera el tiempo y luego dice que se va a vivir a la montaña, y eso es totalmente contradictorio al tiempo que se valora. Pero en términos reales, creo que los sitios que van quedando en el centro de Santiago o en el pericentro, en las zonas industriales, deberían pensarse mejores proyectos, que generen espacios de encuentro en el interior, conversen con la ciudad, con veredas amplias y no sólo la torre ya que esta no genera ningún aporte a la ciudad.
Más allá de los cambios ocurridos en el centro lo que debemos pensar hoy son nuevas políticas urbanas y habitacionales que promuevan por ejemplo el arriendo en el centro de Santiago, que aseguren el acceso a la vivienda formal y digna a personas de menores recursos. Hay que pensar hoy en los migrantes latinoamericanos, existen fundamentos que explican por qué escogen vivir en barrios del centro, están teniendo un rol significativo en la transformación de espacios públicos y de inmuebles. Hay a su vez, una disputa socioespacial entre antiguos y nuevos residentes, todos ellos fenómenos que están ocultos detrás de la fachada, detrás de una casona antigua que se desmorona, detrás de los edificios en altura que no nos permiten evidenciar que el centro es un sitio de cambio, y que también es un espejo de todos los problemas sociales que ocurren en la ciudad.
*Geógrafo, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile y Docteur Sciences du temps et de l´Espace. Université de Poitiers, Francia, 2012.
Trabaja como docente e investigadora en el Departamento de Geografía, Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) Universidad de Chile. Se ha especializado en el estudio de las áreas centrales, gentrificación y en la movilidad residencial de los habitantes que prefieren las áreas centrales.
Es investigador principal del proyecto Fondecyt de Iniciación “Mercado de arriendo y trayectorias residenciales de los precarios urbanos de los centros de Santiago e Iquique”. Participa como co-investigadora del Fondecyt de Jorge Ortiz « Efectos socioespaciales, funcionales y territoriales de la fragmentación del espacio urbano en ciudades del norte, centro y sur del país : Antofagasta, Santiago y Puerto Montt ». A su vez, es investigadora del Ecos-Conycit. “Reconfigurations territoriales, mobilités, politiques publiques et inégalités sociales . Edita actualmente, el libro “Gentrificación en ciudades latinoamericanas” en conjunto con Thierry Lulle y Oscar Figueroa.
Nueva Cinchona: Plan de Reasentamiento post terremoto, Costa Rica.
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Revista Planeo Nº10, Residencias Urbanas, Mayo 2013
[Por María Rene Noguera. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. Santiago, Chile]
Resumen
En este numero de Planeo, destinado a Residencias Urbanas, hemos querido dar a conocer modelos de planificación y gestión urbana que se desarrollan en otros países, en esta caso hablaremos del Plan de Reasentamiento post terremoto de Cinchona en Costa Rica, Centroamérica.
Se ha considerado esta experiencia urbana, por reunir ciertos atributos que permiten visualizar, de una manera critica las lecciones aprendidas en el proceso de diseño del plan. En este caso, se le da especial valor al modelo participativo, siendo su principal objetivo, cubrir las demandas de sus habitantes para la creación de nuevas viviendas y nuevos espacios públicos.
Presentación y análisis del proyecto
El 08 de enero del 2009, un fuerte sismo sacudió la región norte del Valle Central de Costa Rica, propiamente a unos 40 km al norte de la ciudad capital San José, en el limite de las provincias de Heredia y Alajuela, con una profundidad de 7.1 km y una magnitud de 6,2 grados. Numerosas familias se vieron afectadas por el sismo, una de las comunidades seriamente dañadas fue Cinchona, en donde hubo gran cantidad de deslizamientos, casi el 90% de destrucción de la infraestructura incluyendo vivienda, industria y comercio (UCR-ICE, Red Sismologica Nacional, 2009).
A raíz de los hechos ocurridos, se establece una comisión denominada Comisión de Recuperación, liderada por el ministro de gobierno de ese momento Marco Vargas Díaz, la cual fue la encargada de identificar el terreno para la reubicación de la comunidad de Cinchona, la finca escogida se ubica en el sector de Cariblanco, a unos 20 km de San Miguel de Sarapiquí. Paralelamente, el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos, con siglas MIVAH, conforma un equipo técnico de funcionarios de la Dirección de Vivienda y Asentamientos Humanos para que, junto con el Comité auxiliar de Vivienda de Cinchona, elaboren una estrategia de reubicación de dicha comunidad (Ministerio de Vivienda y Asentamietos Humanos, 2009).
Con referencia a lo anterior, la reubicación de la población afectada por el terremoto del 8 de enero, es un ejemplo de un proceso participativo, en el cual las instituciones del Estado costarricense y los afectados, trabajaron en la ubicación del terreno y diseño urbano, dando como resultado como primer proceso, el documento de Lineamientos generales para el diseño del Reasentamiento de la Nueva Cinchona (Ministerio de Vivienda y Asentamietos Humanos, 2009). Posterior a esto, por solicitud del Gobierno de la República y el Fideicomiso Central de Radio-Repretel, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, con siglas CFIA, adquiere el compromiso de elaborar el anteproyecto de la Nueva Cinchona, basado en estos lineamientos.
El proyecto de reasentamiento de la comunidad de Nueva Cinchona, involucra una serie de aspectos socio-espaciales, analizados para la integración de las comunidades afectadas tanto de Cariblanco, Ujarráz como de la Nueva Cinchona. Para esto, el CFIA en conjunto con entidades estatales, principalmente el MIVAH, realizó diversas actividades y talleres participativos para conocer las percepciones de las capacidades existentes, la prospección del desarrollo local con base en el nuevo grupo humano en el área geográfica (CFIA, 2009). De acuerdo a los parámetros y necesidades obtenidas por parte del CFIA, se delimitó un área de trabajo de 120 000 m², con una proyección de crecimiento futuro de 30 000 m². La propuesta arquitectónica de anteproyecto comprende:
- Área de vivienda para 93 familias
- Centro urbano integrado (servicios)
- Comercio
- Áreas de recreación (parques, zonas de juego infantiles)
- Zonas de amortiguamiento
- Vías vehiculares y sendas peatonales.
Es importante destacar que los integrantes de los núcleos familiares analizaron los planos urbanísticos, primero presentados por el CFIA, pero luego modificados por la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencia, con siglas CNE [2]. Posterior a esta modificación, mediante una metodología diseñada por el Ministerio de Salud, participaron en la distribución de las viviendas y el tipo de fachadas. El hecho de que el primer diseño del plan general, fuera cambiado por CNE, miembro de la unidad ejecutora del proyecto, sin tener la aceptación del CFIA, integrante también de esta unidad, podría representar un quiebre en este proceso de gestión y ejecución del plan.
Por otro lado, uno de los grandes problemas de la vivienda social en Costa Rica, además de su calidad, es su localización, la inadecuada localización que se debe en gran parte a la política de vivienda social de los últimos gobiernos, en donde se ha priorizado cantidad por sobre calidad o localización. En el caso del proyecto de reasentamiento de Nueva Cinchona, aunque las viviendas propuestas no están dentro de los parámetros de vivienda social (tienen mas de 42m2 de construcción), el proyecto fue gestionado y construido por instituciones y fondos del estado, y su localización fue establecida dentro de esta línea de política de vivienda. Y como bien decíamos la política de vivienda del MIVHA desde su creación en el año 1979, en ese entonces INVU (Instituto Nacional de Urbanismo [3]), ha sido la de construir la mayor cantidad de viviendas necesarias al menor costo posible, y si consideramos que los estándares de calidad y diseño son similares para todas las viviendas sociales que entrega el Estado costarricense, la variación de su costo se relaciona directamente con su localización, y como dijmos anteriormente las viviendas de la Nueva Cinchona no escapa de este fenómeno.
Asimismo, la eficacia con que se usan los recursos del Estado costarricense destinados a vivienda es generalmente baja, los problemas propios de la burocracia pública, entre los que destacan el sistema de alicientes con los que operan los funcionarios y los complicados sistemas de contratación, llevan a que generalmente se construyan viviendas caras y de baja calidad (Rojas, 2009). Hay que considerar que frente a este tipo de catástrofes de proporciones considerables, el proceso de reasentamiento o reconstrucción se constituye a partir del diseño, la gestión y la ejecución de un plan de desarrollo territorial que debe buscar además de reconstruir, revertir procesos preexistentes de obsolescencia, deterioro, abandono o estancamiento urbano. Se trata también de la gestión y ejecución de políticas de urbanización y mejoramiento urbano, entre las que la política de vivienda habitacional es la que obtiene mayor relevancia.
Mas allá de los constantes reportes que se han realizado sobre la manera de actuar del Estado costarricense frente a la emergencia post terremoto en Cinchona, y frente al diseño y ejecución del Plan de Reasentamiento post terremoto, la reflexión que se hace, son referidos a como se debiera reunir las experiencias llevadas a cabo durante los cuatro años desde que aconteció la catástrofe, revelando algunas buenas y malas prácticas, pero sobre todo las estrategias para lograr transformar el desastre en una oportunidad de cambio y desarrollo que permita no sólo devolver las condiciones de normalidad a los territorios afectados, sino que además detonar nuevos procesos de desarrollo territorial, con nuevas políticas integrales y coordinadas, incluyendo las políticas de vivienda.
Links de videos relacionados:
Declaraciones de los beneficiarios
Bibliografía
Ministerio de Vivienda y Asentamietos Humanos. (2009). Linemientos generales para el diseño del reasentamiento de la Nueva Cinchina. San José, San José, Costa Rica.
UCR-ICE, Red Sismologica Nacional. (2009). El terremoto de Cinchona del 8 de enero de 2009. Universidad de Costa Rica – Instituto Costarricense de Electricidad, San Jose.
CFIA. (2009). Proyecto Nueva Cinchina. CFIA, San José.
Rojas, E. (2009). Construir ciudades: Mejoramiento de Barrios y calidad de vida urbana. Washington, Estados Unidos: BID.
[1]Enlace: http://www.nacion.com/2012-01-09/ElPais/Vecinos-de-Nueva-Cinchona-se-sienten–comodos-y-felices–en-su-hogar-a-tres-anos-del-terremoto.aspx
[2]Los cambios hechos al anteproyecto preliminar preparado por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos son : cambios en cantidades y ubicaciones de lotes (integrar un bloque de 8 viviendas que había quedado separado del resto del conjunto; lote para la Fuerza Pública, lote para la ASADA en el ingreso al proyecto, ubicación del CEN según normativa del Ministerio de Salud, habilitación de previsión para el crecimiento poblacional); cambios en calles y aceras (derecho de vía para aceras con ancho que cumple la Ley 7600, mejora en la rotonda principal y en la calle G para evitar conflicto de giros); cambios producto del estudio de suelos (reubicación de la planta de tratamiento para evitar bombeo); cambios en lotes (uniformidad y regularidad de dimensiones y geometría, unificación de zona comercial), y cambios en zona externa al proyecto, ya que la mejora vial no fue contemplada en el anteproyecto del CFIA y es un aspecto que el MOPT exige en todos los proyectos de esta índole. Fuente de informe: CNE, enlace: http://www.cne.go.cr/cinchona/index.php?option=com_content&view=article&id=84:informe&catid=1:latest-news.
[3]Fuente: http://www.mivah.go.cr/Nosotros_Historia.shtml
Pía Mora
VerPía Mora
Socióloga de la Universidad Católica de Chile (UC). Ha participado en investigaciones sobre educación en Asesorías para el Desarrollo y el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile. Actualmente se desempeña como coordinadora del Programa ProUrbana, del Centro de Políticas Públicas UC, donde ha participado en estudios en temas de mercado de suelo, participación ciudadana, segregación e integración social en la ciudad. El pasado 2012 coordinó investigaciones vinculadas al proceso de reconstrucción, la factibilidad de desarrollar una política de arrendamiento para sectores vulnerables y la evaluación de los efectos del subsidio de integración social, entre otras.
Más allá de la focalización sobre las personas: políticas de apoyo a lugares. Reflexiones a partir de los subsidios a la localización e integración social.
VerMás allá de la focalización sobre las personas: políticas de apoyo a lugares. Reflexiones a partir de los subsidios a la localización e integración social.
[por Pía Mora]
Desde hace algunos años es posible presenciar un cambio de paradigma en el Ministerio de Vivienda, el cual debería ir adquiriendo mayor peso de concretarse la Política Nacional de Desarrollo Urbano: el paso desde un esquema de reducción del déficit cuantitativo de vivienda a uno que pone el acento en su entorno, es decir, por fin se abre la posibilidad de tener una reflexión y adoptar decisiones de política habitacional vinculándola a consideraciones urbanas.
Mientras las políticas centradas en la vivienda tienen como fin principal el garantizar el acceso de hogares de bajos ingresos a una solución habitacional de calidad, bajo esquemas de formalidad (pre-condición para el debate sobre el entorno), las de integración se proponen explícitamente permitirle a hogares vulnerables acceder a o mantenerse en proyectos o barrios que presentan:
– un estándar mínimo de equipamiento e infraestructura urbana (integración funcional)
– un nivel mínimo de mixtura social (integración social)
Tanto las primeras como las segundas pueden aplicarse bajo distintos criterios de focalización, a saber: apoyo a personas o apoyo a lugares. Asimismo, estas políticas pueden actuar tanto sobre el stock existente de vivienda social (como el Programa Quiero Mi Barrio), como también incidir sobre la configuración urbana de los nuevos desarrollos urbanos (como la exigencia de cuotas de vivienda social a los nuevos desarrollos en extensión).
Aunque las políticas de integración funcional tienen el potencial de facilitar la integración social en un segundo momento (por ejemplo, si invierto en dotar de áreas verdes y servicios a un área aumento las probabilidades de que ésta se gentrifique en el mediano o largo plazo), son las políticas de integración social la forma privilegiada y más inmediata de promoción de la reducción de la segregación residencial[1].
El MINVU ha generado diversos instrumentos asociados a cada una de estas dos dimensiones de la integración. Entre ellos, para atacar la dimensión funcional se creó el subsidio a la localización (SL), consistente en hasta 200 UF para hogares vulnerables, las que debían ser destinadas a pagar por suelos que cumplieran condiciones mínimas de accesibilidad y servicios (como centros educacionales y de salud). Apuntando a la otra dimensión del fenómeno se estableció el subsidio de integración (SI): un aporte de 100 UF para grupos medios que acepten convivir en un mismo proyecto residencial con familias de menor condición social. ProUrbana evaluó ambos instrumentos con apoyo del Lincoln Institute of Land Policy (LILP), obteniendo lo siguiente[2]:
Respecto al SL:
- Los requisitos para el otorgamiento del subsidio eran tan básicos, que desde un inicio prácticamente cualquier localización urbana los cumplía (es decir, no discriminaba entre buenas o malas localizaciones).
- Con el tiempo, el uso del subsidio se fue generalizando (es decir, la gran mayoría de los postulantes usó el subsidio), con independencia de la calidad de la localización del proyecto habitacional al que optaran.
- Los que usaron el subsidio en general no quedaron mejor localizados que los que no lo usaron.
- Como efecto no esperado, los precios del suelo tendieron a elevarse artificialmente.
Respecto al SI, en base al estudio de dos conjuntos (San Alberto de Casas Viejas en Puente Alto y Juvencio Valle en San Bernardo)[3], se estableció que:
- A nivel de oferta, la integración social no implica renunciar al negocio inmobiliario: Ambos proyectos obtuvieron utilidades ‘de mercado’; es más, en el caso de San Alberto se aumentó la velocidad de venta y disminuyeron los costos de marketing comparando con un proyecto tradicional no integrado gracias a innovaciones introducidas, por ejemplo, a nivel de la organización de la demanda en base a redes familiares y laborales.
- A nivel de demanda, la integración social parece posible: Si bien se detectaron problemas de convivencia entre vecinos, estos no fueron superiores a los de un conjunto residencial no integrado. Asimismo, la mayor proporción de los vecinos que allí residen consideran que estos conflictos no son graves.
- No obstante los auspiciosos resultados anteriores, el subsidio por sí solo no logrará resolver el problema fundamental enfrentado por la vivienda social, que es lograr penetrar a buenas localizaciones dentro de la ciudad. Para ello se requiere, por ejemplo, gestión de suelo por parte del Estado.
Pese a los escasos efectos del subsidio a la localización, y a la necesidad de complementar el subsidio a la integración con otros instrumentos, ambos presentan un rasgo innovador a nivel de enfoque, que es el incorporar –aunque aún no del todo desarrollada- la noción de apoyo a lugares. Los dos subsidios, si bien son otorgados a sujetos (la demanda), establecen condiciones espaciales a nivel de proyecto o a nivel urbano (es decir de la oferta) que deben seguirse para poder aplicar un beneficio estatal. Asimismo, en el caso del SI, estas exigencias tienen consecuencias sobre el espacio que se configura tras la aplicación del instrumento, es decir, tienen consecuencias urbanas que son intencionadas desde la política (en este caso, producir espacios más mixtos).
La opción más radical o avanzada de apoyo a lugares implica priorizar directamente a los territorios a intervenir considerando tanto variables sociales como otras de carácter urbano, aún a riesgo de ‘desfocalizar’ (es decir, de beneficiar a algunos hogares que no son del todo vulnerables). Ello porque la focalización social sobre los hogares la que ha tenido como correlato espacial la formación de áreas perfectamente homogéneas en términos de pobreza. Si bien el MINVU ha avanzado en este punto estableciendo áreas vulnerables y zonas prioritarias donde implementar su política de barrios, queda espacio para mejorar el diálogo entre los instrumentos de la política habitacional y aquellos de carácter urbano, los que aún parecen avanzar por carriles paralelos. Para graficar este punto utilizando el caso de los subsidios habitacionales estudiados, una alternativa es definir ciudades y polígonos dentro de ellas donde tenga más sentido aplicar este tipo de beneficios, considerando criterios relevantes tales como los niveles de segregación presentes, los precios del suelo, o la dotación de infraestructura y equipamiento, entre otros.
Para finalizar, cabe destacar que instrumentos como el SL y el SI (que apuntan fundamentalmente a los nuevos desarrollos) deben ser complementados con otros dirigidos a la recuperación del stock existente, como por ejemplo, programas integrales e intersectoriales para rehabilitación de guetos. Aquí, se requiere la incorporación de criterios de focalización territorial, así como inversión estatal e incentivos que vayan más allá de los meros subsidios a la demanda.
[1] De todas formas, debe destacarse que, en general, lugares más mixtos en términos sociales van aparejados de mejores condiciones urbanas en el plano funcional.
[2] El estudio sobre el SL se realizó entre 2009 y 2010, mientras que la evaluación de los efectos del SI transcurrió entre 2010-2011.
[3] Se utilizó además como ‘grupo de control’ un conjunto de vivienda no integrado de Isla de Maipo.
Óscar Figueroa Soto
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Pastelero a tus pasteles: experticias, modalidades de tecnificación y controversias urbanas en Santiago de Chile.
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La primera interrogante a la que nos expone la lectura de este texto es encontrar el sentido preciso de su titular. La frase pastelero a tus pasteles encierra una serie de problemáticas que escapan de los problemas urbanos y territoriales de los vecinos de Santiago, tal como ejemplifica Tironi, sino que se enmarca en una discusión teórico- epistémica respecto al papel que juegan y deben jugar, tanto el conocimiento experto, como el ciudadano en los debates (controversias) técnico-políticos de esta época. Dicha discusión se sitúa en torno a la planificación urbana de Santiago, entendida como una forma de enmarcar el conocimiento técnico y además, funciona como un mecanismo de definición del ciudadano. De esta manera se determina el rol de ambos, ciudadano y experto en las controversias políticas sobre la vida en la ciudad.
A partir de lo anterior, y en base a los ejemplos históricos de la influencia de organizaciones ciudadanas en las decisiones de planificación urbana de Santiago, es que aparece la pregunta de cómo estas organizaciones de vecinos logran modificar, así como impedir, ciertos proyectos urbanos. La primera respuesta posible es que se utiliza una oposición ciudadana práctica y política que impide la continuidad de estos proyectos por los obstáculos de facto que los vecinos utilizan.
De esta manera se presenta un conflicto en el que se enfrentan dos posiciones epistémicas diferentes, donde los artilugios prácticos de los ciudadanos logran sobreponerse a la racionalidad de los diseñadores de estos proyectos por distintas razones, entre las que están las experiencias cotidianas, calidad de vida, acceso, movilidad urbana, etc. Para Tironi, esta forma de pensar las controversias urbanas, presenta ciertas falencias y limitaciones que busca solucionar. Con el objetivo de defender un argumento distinto, se utiliza una investigación a 17 organizaciones ciudadanas de la Región Metropolitana que se han conformado por u/o a partir de estas controversias urbanas en los últimos años, con el objetivo de analizar los discursos, prácticas y su organización. Con ello se pretende mostrar que la mirada del conflicto entre un conocimiento experto versus un conocimiento no experto limita el problema de este tipo de controversias y de la realidad de las organizaciones sociales.
Entonces no se trata de“identificar cómo los no-expertos triunfan sobre los expertos (o viceversa), sino cómo la experticia se construye en situaciones controversiales y mediante qué mecanismos los actores dibujan sus contornos epistémicos” (Tironi, 2012). Se mostrará, en base al trabajo de campo, que en la mayoría de las organizaciones estudiadas no es posible establecer una demarcación clara entre los técnicos y los ciudadanos (legos) que participan en las organizaciones. De esta manera, no siempre las organizaciones ciudadanas utilizan argumentos no expertos o de contra-experticia para entrar en el debate sobre los problemas de sustentabilidad urbana. Por el contrario, se propone que las organizaciones ciudadanas de cierta manera replican el modo de proceder del conocimiento experto o técnico. Con ello también se demuestra, que en los manuales de participación ciudadana de tipo gubernamental, se define tanto el rol de los ciudadanos en estos problemas, así como quienes son, tanto los expertos como los no expertos. En respuesta ello, se asoman ciertas organizaciones que, con la experiencia en este tipo de debates, se trasforman ellas mismas en referentes de evaluación y cálculo técnico frente a la urbanización de la ciudad. Esto nos retrocede a la pregunta principal del artículo que refiere a la redefinición de la ciudadanía y de la experticia en las controversias socio-urbanas.
Tras la revisión delManual Guía para la Participación Ciudadana en la Elaboración de la Estrategia Regional de Desarrollo (MGPC) hecho por la SUBDERE en 2010 (Citado en Tironi, 2012) el autor limita lo que “oficialmente” entendemos por participación ciudadana. Lo que sugiere una primera entrada, es verlo como un espacio de contacto entre el ciudadano y el Estado, una forma en que los ciudadanos toman parte en temas de interés público gestionados por distintos organismos que son del propio Estado. Una segunda manera de entenderlo, es la participación ciudadana como una manera de coproducción de tiempos, mecanismos y espacios entre los involucrados. Aquí se puede constatar que los ciudadanos, son definidos como tales, por las mismas entidades gubernamentales que hacen de contraparte en lo que conocemos como el diálogo participativo. Es decir, quienes entregan las reglas del juego, son participantes del mismo, lo que a priori establece una jerarquía de poder en la decisión, ya sea ésta política o técnica. Por lo tanto, para Tironi (…) los ciudadanos no sólo se encuentran con un dispositivo de participación ya definido; además se encuentran con que su propia condición de “ciudadanos” ha sido establecida por un grupo técnico-gubernamental que además modelará sus dichos, temores, pasiones y expectativas (…) (Tironi, 2012)
Siguiendo a Lezaun y Soneryd (Lezaun & Soneryd, 2007 en Tironi, 2012)es posible establecer que se idiotiza al ciudadano, quitándole desde su auto-concepto como ciudadano, hasta, su agencia total en asuntos técnicos. Ojo que esto no significa que, para el caso de las controversias tratadas en Chile y específicamente en el objeto de estudio de este texto, las organizaciones sociales no tengan la posibilidad de poner en agenda, evaluar y decidir en cuestiones prácticas vinculadas con los proyectos territoriales que se llevan a cabo en el Gran Santiago.
Por ello, se establece que el ciudadano, en base al Manual ya citado, se caracteriza por ser un beneficiario de las prestaciones del Estado, en una relación jerarquizada. También es definido por como un cliente al que debe cuidársele, pues por su carácter de idiota, debe atraerlo la propuesta de debate público y político para interesarse en esos temas. Aquí cabe el comentario, que una vez interesado, tal como un cliente “a la chilena”, no siempre tiene la razón al exigir las condiciones eficientes en las que debe funcionar su producto. Los ejes básicos que definen al ciudadano entonces y su participación; son el aislamiento, la complementariedad y la emocionalidad. El aislamiento por su carácter de ser disgregado de un colectivo, que no opera en conjunto con otros agentes. Por otro lado es un agente que complementa los conocimientos expertos con su experiencia, otorgándole una agencia de menor importancia frente al saber técnico. Y finalmente es emocional, pues lo que comparte con el conocimiento experto, son sus experiencias y aspiraciones, siendo blanco por ello de estrategias políticas en torno a estos y otros problemas.
Fruto de la información entregada por las OC´s[1] se establecieron modos en que estas organizaciones se transforman en referentes técnicos y negocian significados con quienes, en un comienzo detentaban el conocimiento experto, en un proceso interesante de mostrar. Así se puede identificar, en un principio, una tecnificación “organizacional” por parte de las organizaciones ciudadanas, es decir, sus estructuras operacionales se aprecian tan complejas como las de conocimiento experto, presentando en la mayoría tres o cuatro niveles organizativos. Esto no significa que el conocimiento técnico sea capital de estos grupos en su totalidad, sino que tienen la capacidad de funcionar de forma similar a su contraparte, operacionalmente, muchas veces asesorándose de agentes externos (profesionales, técnicos, otras OC´s, etc.)
Una segunda manera de tecnificación de las organizaciones ciudadanas es la “colaborativa”, que se hace parte de organizaciones que no poseen un nivel de capital humano adecuado. En este caso, se ayudan de otras organizaciones que traten problemas similares pero en otras realidades. Así también surgen organizaciones que buscan apoyar el surgimiento de iniciativas de los ciudadanos. Un ejemplo de ello es la Organización En Marcha que para Santiago funciona como una Potenciadora de Organizaciones Sociales en la comuna de Cerro Navia, Pedro Aguirre Cerda y Maipú (SUBDERE, 2012). De esta manera se genera una red compleja y cooperativa de organizaciones sociales.
Finalmente se establece un mecanismo de tecnificación de orden “epistémico”, que se constata con la revisión de distintas cartas publicadas por las organizaciones ciudadanas, donde se aprecia que en ellas no se entra en disputa sobre la naturaleza de la discusión y la diferencia de saberes, sino que más bien se discute metodológicamente sobre el problema. Utilizando los términos, reglas, conocimientos y prácticas de orden técnico, a través de las cuales se comunican ambos sectores, dejando de lado las racionalidades distintas entre estos sectores (no expertos y técnicos). Estas organizaciones se vuelven expertas al aceptar las reglas del juego, al (…) absorber las lógicas epistémicas de sus contrincantes y contra-argumentar técnicamente las posturas de los actores oficiales (…) (Tironi, 2012)
Un último mecanismo de tecnificación, que aparece de la discusión sobre las organizaciones sociales, está estrechamente asociado a una característica de las mismas. La “tematización” de problemas. Sabemos que, además de aprovechar un espacio en la agenda pública, o el alzamiento de estas organizaciones contra la institucionalidad, también se demuestra, para el caso chileno, que las organizaciones sociales, por el hecho de encarar un proceso de mutación epistémica, visibilizan ciertos problemas, y transforman al lenguaje oficial sus críticas. Esto les permite tematizar sobre sus experiencias particulares
A modo de conclusión, podemos acotar que las organizaciones sociales no deben presentarse como un simple contendor del discurso oficial, ya sea de gobierno o privado, sino que son, para los casos en que se obtienen resultados, un agente influyente, tanto política, como técnicamente, en la controversia. Por lo tanto, podemos decir que sólo existe una pugna real en un ámbito epistémico específico. Si bien ambos actores, son de conocimiento expertos finalmente, es la definición oficial “desde arriba” sobre quiénes son los expertos y los ciudadanos, la que se enfrenta con las autodefiniciones de ambos grupos. Ésta última es auto-propuesta, y el acople a ella es lo que particulariza a cada una de las organizaciones sociales y a las cooperativas de expertos, funcionando como una ética a la que siguen como parte de su identidad como organización. Por ejemplo, para el caso de las organizaciones ciudadanas, Tironi establece mecanismos de tecnificación en base a los cuales entran en juego los significados de las organizaciones ciudadanas. Por un segundo espacio se encuentra, en el centro, el discurso del propio Manual de Gestión en la Participación que define a ambos “oficialmente”. Finalmente se encuentra el espacio específico de los expertos a priori, quienes pueden autodefinirse tanto colaboradores del discurso oficial, como portadores y defensores de los problemas ciudadanos. Dicho esto, es que el artículo presentado colabora con la discusión sobre los beneficios y perjuicios de esta forma de definición de la ciudadanía y la experticia, así como la posibilidad de salir de ella, a través de la controversia en conflictos urbanos. Sin embargo, debe considerarse que esta “salida”, en las organizaciones estudiadas, busca ajustarse a lógicas reconocidas. Quizás con resultados eficaces, más no políticamente participativos.
Referencias
Tironi, M. (2012). “Pastelero a tus pasteles: experticias, modalidades de tecnificación y controversias urbanas en Santiago de Chile”, en Ariztía, T. (ed.), Produciendo lo social: usos y transformaciones de las ciencias sociales en el Chile actual, Santiago: Ediciones UDP.
SUBDERE (2009) “Buenas Prácticas para el Desarrollo de los Territorios.Experiencias Ganadoras y Destacadas Primer Ciclo – Concurso 2008”. Departamento de Estudios y Evaluación, División de Políticas y Estudios. SUBDERE.
[1] Abreviación de Organizaciones Ciudadanas utilizada en el artículo reseñado
Entrevista Ivo Gasic. No es que el Estado esté ausente o retraído; está generando nichos para el capital privado
VerEntrevista Ivo Gasic. No es que el Estado esté ausente o retraído; está generando nichos para el capital privado
Revista Planeo Nº9, Urbanismo desde las bases, Marzo 2013
En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile nos reunimos con Ivo Gasic, geógrafo de la misma universidad, y miembro del Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL). Con él hablamos para conocer más de la biografía del movimiento y su potente discurso en torno al trabajo desde las bases. Nos referimos también a la Secretaría Popular de Planificación Territorial (SEPPLAT), unidad del movimiento que busca articular su visión urbana desde un fundamento asentado sobre los intereses de los pobladores.
Para comenzar, nos gustaría saber qué es el MPL ¿Cómo nace?
Justo Pastor Mellado: identidad local y la actividad cultural en los cerros de Valparaíso.
VerJusto Pastor Mellado: identidad local y la actividad cultural en los cerros de Valparaíso.
Revista Planeo Nº9, Urbanismo desde las bases, Marzo 2013
¿Cuáles son los desafíos que presenta la identidad local para el trabajo del Parque Cultural?
No es nuestro campo el ámbito de la identidad local. Muy por el contrario, es esta identidad la que está presente frente a una solicitud de la industria turística local, en relación a convertir el Cerro La Loma en un polo turístico. Curiosamente, lo primero que dicen los agentes sociales más relevantes del cerro es decir “no nos interesa”. O sea, el polo turístico no puede pasar por encima del polo vecinal. Hablan de “distancia”, “discreción” y “lo principal son los vecinos”. Los vecinos tenemos ciertos tipos de problemas, que no hemos resuelto. Esos problemas se enfrentan con la Municipalidad o con el poder político local. Problemas relativos a pavimentación, conectividad ¡cosas muy concretas!
Entonces uno diría: “Perdón, ¿qué problema de identidad hay en La Loma?”. Tenemos el Club Estrella Roja, tenemos la Junta de Vecinos, está la Escuela Municipal de Bellas Artes, está el Hostal Camila 109, está la Quinta de Los Ñuñez, que es un lugar de expresión máxima de la cultura popular urbana…
En ese contexto, no nos aparecemos como articuladores de comunidades vulneradas. Por el contrario, se trata de comunidades fuertemente constituidas.
Ustedes llegan a insertarse a algo que ya existe…
Ya existe, y no es que lleguemos a insertarnos, sino que la sola decisión del Estado de poner en pie un equipamiento cultural de esta complejidad y de esta monumentalidad para Valparaíso, sienta de por sí un antecedente arbitrario, moderno y de gran violencia simbólica, como toda la modernidad arquitectónica.
¿Cómo hacerse cargo de esa certeza, desde dentro del Parque?
En esto consiste el trabajo comunitario que hacemos. No es hacer que las comunidades adquieran su identidad, sino al contrario; es interrelacionarnos con identidades totalmente operativas y dinámicas.
Por otro lado, un complejo cultural como éste no se justifica -de acuerdo a ciertos parámetros que es dable esperar de las unidades culturales- como un “colmador de demandas”. Por lo tanto, no tengo yo que hacer un catastro de las demandas de mis vecinos. Las demandas sociales son algo mucho más complejo. Yo no debo caer en el burocratismo institucional de definir cuáles son las demandas que le conviene a la institución relevar. Entendiendo que las demandas son un constructo, una ficción de la clase política y de la clase sociológica. Más bien espero trabajar en una dinámica “deseante”, para hablar “guattarianamente”.
Estamos conscientes de todo esto, y por lo tanto somos más bien un dispositivo de interconexión de complejidades y contradicciones urbanas. Esto es lo que yo llamo el frente comunitario. Otro frente es el de los artistas, y otro frente es que se construye en la relación con los públicos más generales. Los artistas son nuestro primer público específico, respecto del cual tenemos una política de trabajo específica, destinada a fortalecer la escena artística local.
¿Son líneas de trabajo muy diferentes?
Totalmente diferentes. Una cosa es trabajo comunitario, que tiene su lógica; otra cosa son las prácticas artísticas; y otra cosa son los públicos cooperantes más amplios. Los artistas son un público específico de primera magnitud. Yo no trabajo con la noción de formación de audiencias, que corresponde a una invención sociológica de la ideología culturalista americana setentera que ha calado muy bien en cierto tipo de autoridades culturales de Chile. Pero eso no es mi problema. Es decir, es mi problema. (Risas).
Yo entiendo el trabajo como un trabajo de construcción de públicos. Y debo entender que existen públicos muy diferenciados, que se distinguen por estratos en función de la definición de sus prácticas. Los vecinos tienen prácticas vecinales. ¿Cómo las identificamos? ¡Ese es otro problema! Pero nosotros no le vamos a ir a “dar identidad”. Sería una soberbia institucional de marca mayor. Más bien somos undispositivo barato de etnografía.
Nuestro trabajo requiere, de todas maneras, de herramientas etnográficas implícitas para desarrollar una interlocución en el terreno de la máxima criticidad posible. Criticidad tanto desde el modo en que se construyen las demandas, las respuestas, y los intereses de un equipamiento cultural como éste.
Respecto de la construcción de este equipamiento cultural; de este artefacto que emerge en parte, pero también se vincula con algo que ya estaba. Nos referimos a la cárcel como infraestructura. ¿Cómo ocurrió eso?
Es que la cárcel, como infraestructura, es lo más des-infraestructurado que hay. Porque es una cárcel desafectada. Por lo tanto no es la cárcel.
Se le sigue llamando así…
Eso es un problema de denominación de grupos específicos, que ven en esa mantención un interés determinado. Pasó a llamarse “Ex-Cárcel”. Qué curioso. Es chistoso, tiene que ver con las luchas léxicas en Chile. Esto es un momento muy interesante de las batallas de re-significación de los lugares.
La historia es fantástica. Cuando se des-afecta la cárcel, el predio pasa del Ministerio de Justicia al Ministerio de Bienes Nacionales. Podríamos decir que Bienes Nacionales impide que agentes de la clase política, vinculada a intereses inmobiliarios importantes en la región, logren enajenar este predio de manera inmediata. Porque una vez desafectado, había que demolerlo y convertirlo en un gran condominio, edificios…esa era la lógica. De manera que Bienes Nacionales, y algunos de sus más astutos y preclaros funcionarios, encabezan la conversión del predio en un lugar cultural. De hecho el primer proyecto en el período de des-afectación inmediata se llama “La cárcel, un lugar para la cultura”. No dice “Ex-Cárcel”.
Eso ocurre inmediatamente cuando se desafecta. Incluso la Secretaría General de Gobierno destina recursos para reparar cosas. Cuando Gendarmería salió de aquí se llevó todo. Hasta el techo. De modo que la primera iniciativa de la gente de Bienes Nacionales, en ese momento, es impedir la tugurización del sitio. El Consejo Nacional de la Cultura toma cartas en el asunto e instala las escuelas de rock. Esto demuestra que existe un proceso de instalación estatal, que comparte la ocupación del sitio con agrupaciones culturales. Esto es una toma de terrenos tolerada, promovida y cuidada por el Estado. ¿No parece curioso? Esa es una de las cosas interesantes de todo este proceso. Me atrevería a sostener que las decisiones del aparato Estado van por delante de las iniciativas de las organizaciones. Pero hay dirigentes de ese entonces que están convencidos de que el Parque es el efecto directo de las presiones de un movimiento cultural y social organizado bajo su conducción. No dudo que de su contribución, pero estos procesos son mucho más complejos; sobre todo, porque hay que tomar en consideración otras variables, como la calculada desidia –aparente- del Estado en relación a diversas estrategias de uso del suelo, que efectivamente, terminaron mal para ellos. En ese punto, la acción de los movimientos sociales fue fundamental para conseguir el destino cultural de este predio.
¿No hubo algún tipo de resistencia de parte de las organizaciones frente a ese proceso?
¿Por qué habría que pensar en la palabra resistencia, si te estaban abriendo la casa? Te estaban ofreciendo dónde operar en condiciones de gratuidad. Esa es una historia atravesada por el ideologismo de la “alternativa cultural anticapitalista”. El GORE pagaba la luz y el agua. Claro, a nadie le gusta ser vigilado y el discurso de algunas organizaciones es heroico y modifica los hechos históricos en provecho de una interpretación tribal del origen. De todo esto hay que debatir, pero con rigor. A mi entender, este es el típico caso de manejo estatal inconsciente de las energías deseantes de una comunidad organizada. En el fondo, es una historia muy interesante de ficción orgánica y de impostura, porque al final, quienes pagan el costo de toda esta ilusión “movimientista” son las propias organizaciones políticas reconvertidas en organizaciones culturales, fragilizadas por el modelo de trato que define el Estado con una nueva legislación cultural.
¿Qué costos son esos?
El Estado mantiene el predio gracias al esfuerzo de las comunidades. Esto es un fenómeno de una gran perversión. Promueve un uso cultural esperando qué hacer en términos inmobiliarios, sin pensar que la comunidad se va a levantar contra esa forma de voracidad gentrificante. Es entonces que aparece la coyuntura del Bicentenario. Pero no hay que desestimar en este análisis lo que significó el Plan de Lagos, en esa pre-coyuntura. Y todo esto ocurre en el cauce imaginario en que la ciudad acoge la instalación de la sede del Consejo Nacional de la Cultura.
Entonces, tenemos que la ocupación de la cárcel es anterior a la fundación del Consejo de Cultura. Mira como se distribuyen las cosas. El Consejo representa la oficialidad de la cultura, la ocupación del predio de la cárcel representa la cultura no-oficial. La reducción ya está planteada. Lo cual significa que el Estado se hace partícipe de una política de “doble poder” tolerado, proporcionando legitimidad a organizaciones que reproducen el gesto de las viejas luchas urbanas de los años sesenta. Ocupar, permanecer, hacer soberanía, negociar, juridizar su permanencia y negociar buenas condiciones de abandono del sitio. Al aparato del estado le encanta acoger estos gestos, porque los domina a la perfección, ya que él mismo los inventó, les dio forma…
Precisamente por eso preguntábamos si no hubo algún tipo de resistencia, quizás no expresada…
No, no hubo resistencia, ¿sabes por qué? Porque en Chile se inventó un modo de diluir inmediatamente toda resistencia posible. Esa manera se llama “mesa de trabajo”. ¿Cuál es el objeto retórico de la mesa de trabajo? Cansarte. Desalentarte. Y si algunos actores se ponen pesados, “bueno…les damos un poquito”, hasta cansarlos de nuevo. Lo que más teme la autoridad –de siempre- es que hagan escándalo en la calle, en la prensa. Entonces, aparecen formas de relación calculadamente extorsivas, entre el Estado y los residuos perversos-polimorfos del movimiento social. Este es un fenómeno de características ya anunciadas. Los movimientos sociales desaparecen con el arribo de la transición democrática interminable. Lo que queda de esos movimientos sociales, es ingresar al campo de la lógica del movimiento político, o pasar a ser marginales que se estacionan en el campo cultural, como último recurso. ¿Y adónde van los marginales? A lugares como éstos.
Entonces, luego de la des-afectación de la cárcel, este es el lugar de confinamiento de unas energías que si bien estaban en situación de disolución, seguían operando de manera eficaz, incluso desde antes de la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad. . Esos son diez años de gran complejidad y contradicciones que son dignas de estudiar como situación de naufragio simbólico específico. Ahora, entremedio, hubo tres o cuatro grandes combates que adquirieron el estatuto de emblema. Esto es un capítulo de la historia del control y manejo de poblaciones que el Estado de Chile realiza con extraordinaria eficacia, mediante una lograda su política de territorialización.
Ya que estamos hablando de territorio, esto sería un dispositivo de manejo que operó con total eficacia. La eficacia del Estado es que se pudo construir un parque. Es que se pudo hacer un concurso. No necesitó poner la cara, porque los ciudadanos le hicieron el trabajo duro, haciendo caer el proyecto de Niemeyer; que era percibido como un acto de violencia simbólica extraordinaria por parte de la intelectualidad y de las agrupaciones culturales locales. El proyecto de Niemeyer significaba arrasar con el polvorín y con la cárcel. El Estado, con un sentido de la economía simbólica extraordinario, le entrega a los ciudadanos la defensa de uno de sus más importantes patrimonios; un lugar de memoria. Si lo hubiese pensado no le habría resultado. Esto corresponde al ejercicio de un inconsciente estatal operando con toda su eficacia simbólica.
Lo haces sonar como un éxito y una derrota simultáneamente.
Pero si, es un éxito y una derrota, ¿para quién? Para todos. La derrota es un éxito. La derrota del movimiento social es el éxito del Estado de Chile, porque produce la atomización del movimiento político.
¿No existe una alternativa de reconfiguración estratégica dentro del artefacto?
Bueno, claro, el artefacto se reconfigura. Esto es muy dinámico. En ese sentido yo pienso que el Parque salva al Parque. La arquitectura salva al proyecto. Eso nadie lo había pensado.
Porque en dos hectáreas y media, esto se convierte en un lugar de memoria de la ciudad. Aquí tienes concentrados doscientos años de historia de poblamiento: un polvorín en 1806; una cárcel en 1917; un complejo cultural en 2010. Perfecto.
No se suele dar, en un terreno tan restringido, tres edades que corresponden a tres modelos de desarrollo de la ciudad. Eso es ejemplar. Resultó así. Además, con un diseño arquitectónico que califico de corte brutalista brasilero –es una broma-, que cumple con todas las normas de contemporaneidad adecuadas. ¡Estamos en el mainstream de la arquitectura con esto! Por lo tanto, y paradojalmente, pasa a ser patrimonio contemporáneo. Esto no habría podido quedar mejor.
Todos están pensando aquí en un modelo de plan director de gestión de patrimonio que no contempla un edificio como éste en dicho plan. No estamos en el casco histórico. Por lo tanto, estamos en una zona de amortiguación, ¡que me parece genial! O sea, nosotros estamos para amortiguar el rebalse social de “los bárbaros”, para que no lleguen al plan. ¿No te parece que el Estado habla demasiado a través de sus enunciados edificatorios? Dejémonos de cosas: este es el modelo de trato que todo Estado mantiene con la cultura; amortiguación de riesgo social.
¿Y qué es lo especial del Parque, entonces?
Ah, lo especial del Parque es que tratamos de hacer que ese proceso de amortiguación sea lo más eficaz posible. Lo cual implica trabajar sobre esta distinción jocosa entre “civilización” y “barbarie”. La primera está en los cerros gentrificados, la segunda, en el resto de la ciudad, en la ciudad como resto. Eso no lo inventé yo. Es el dato mayor de la causa.
¿Y cómo se hace eso?
El Parque se instala como dispositivo de contra-gentrificación.
El Estado pone en mis manos un dispositivo con el que se puede implementar -¡vaya palabra!- una política cultural de veras. Porque, en el fondo, puedo trabajar para producir una inversión de la noción de patrimonio. Para mí, en esta zona, el patrimonio no son los edificios ¡si yo ya estoy en un edificio de patrimonio contemporáneo! Mi trabajo de desplazamiento del patrimonio va hacia considerar que los cuerpos de los habitantes de la ciudad son el patrimonio de Valparaíso.
¡Eso me permite un desplazamiento analítico extraordinario! Eso se lo tengo que agradecer al Estado, ¿te fijas? Esa es la pequeña etnografía que habilita la burocracia. Y sobre todo, la burocracia del MOP. Que en este caso es el Ministerio de Obras Públicas, pero que cada vez que leo la sigla pienso en los residuos mi vieja memoria y me digo “Movimiento Obrero y Popular”. Me refiero a una burocracia altamente responsable –la del MOP-, porque quiere decir que entiende cuáles son las zonas donde hay que poner la pausa. Eso es grandioso.
Entonces un equipamiento complejo implica diseñar pausas. Eso implica, a su vez, reconfigurar lo que podemos entender por calidad en la vida barrial y cotidiana. Al mismo tiempo, redefinir la calidad de las prácticas artísticas locales, con el propósito de fortalecer la escena artística local. Son dos objetivos diferentes.
Y que no se tocan.
Yo espero que no se toquen, para no promover el populismo de parte del sector arte, y tampoco el clientelismo. Esos dos elementos contra los cuales hay que combatir. De manera que, en el terreno de contacto con los artistas, la única lógica es la disputa formal.
No es un problema de contenido; es un problema formal. Teatro de calidad, danza de calidad. Pero porque son una danza, un teatro y unas prácticas musicales que se articulan con los elementos más elaborados de la cultura popular urbana. Ese es el trabajo del Parque. Ponerlos en relación.
Esas formas de articulación pueden tomar el formato del teatro, y nosotros armamos una cartelera donde incluimos los elementos más preclaros de esa cultura popular urbana musical. Por ejemplo Los Chuchos, Los Paleteados del Puerto, El Sentimiento Negro del Perú, en fin. Tienen que ver con tres modos de manifestación de la resistencia corporal porteña: el bolero, la cueca urbana, el tango. Son tres prácticas culturales urbanas populares que se dan en espacios regulados: clubes, clubes de adulto mayor. Donde, a través de baile, ocurre la reproducción de un ceremonial social que en otros terrenos se ha perdido.
El ciclo Sentimental ha sido eso. La perspectiva de trabajo que tenemos para este año, con Movimiento Sur, con la Fundación Siemens, con el Goethe Institut, etcétera, es armar movimiento más allá del movimiento, que son experiencias de arte contemporáneo que permitan revalorizar esa articulación. Es del mayor interés establecer estos vínculos formales productivos entre la cultura popular urbana y la danza contemporánea.
Por otra parte, Sentimental nos condujo a hacer un elaborado trabajo de historia local. Al mismo tiempo de trabajar en esta reivindicación de cultura popular urbana, la historia local tenía que ver con el propio desarrollo musical. Para nosotros fue una gran cosa realizar un conversatorio sobre la influencia afroperuana en la música porteña. O sea, tener aquí en el Parque a unos tipos virtuosos de la guitarra peruana e introductores de la guitarra percutida, con los tipos que trajeron los primeros cajones peruanos a Valparaíso, ha sido un privilegio ¡Perdón! Nada más que trabajando en ese terreno, hemos aprendido una enormidad, porque nos hemos convertido en un eje de reconstrucción de historiales locales.
La historia local te lleva también a la cárcel. Esto es un lugar de memoria. No podíamos estar al margen de la historia carcelaria y de la represión política que tuvo lugar en la cárcel. Por eso llevamos ya dos exposiciones de presos políticos que estuvieron detenidos acá.
Porque hubo varias generaciones de presos políticos. Están los jóvenes contestatarios de los ’85, que fueron acusados por transgredir la Ley de Control de Armas; están los presos marinos que estuvieron en el Consejo de Guerra antes del ’73; están los presos que cayeron el ’73…o sea, ¡hay! Y además hay una gran historia carcelaria muy potente. Tiene que ver con el rol que esta cárcel tenía en el barrio y las relaciones que sostenía con él. Por lo que hemos descubierto, eran bastante fraternas. Incluso hay gente que está un poco sentida porque le damos demasiada importancia a los presos políticos y descuidamos la historia de los presos comunes. No deja de ser una declaración significativa. Hay una historia carcelaria muy pesada, muy densa, que no hemos abordado con toda la erudición que se requiere.
La gente que estaba aquí era gente que sufría. Los relatos del último motín, antes del traslado, es muy conmovedor. ¿Quién da la alerta y quién protesta? Los vecinos. Ellos se percatan de lo que está pasando y de la violencia que ocurre en el interior. Te puedo hablar de los recuerdos de la gente acerca del el universo sonoro que implica los sábados y domingos en las calles próximas a la cárcel. Recados desgarrados, diálogos a viva voz, de los cuales se entera todo el barrio, porque el viento se lleva el eco de las voces. Pero al mismo tiempo vienen las familias a gritar. Mucho grito, mucho mensaje de cárcel de película italiana.
Y si uno tuviera que buscar esa práctica hoy con el Parque, ¿ocurre de manera tan parecida?
No, no, porque no es una cárcel.
A eso me refiero, por esa transformación…
No es una cárcel. Aquí hubo un estallido del espacio. Imagínate lo que significa cortar parte importante del muro perimetral, rellenar, readecuar, demoler todas las construcciones de tabiquería que había fuera del edificio histórico, que la había, y dejar este vacío abierto en medio de los cerros de una ciudad en donde no se abre ningún parque en un siglo. Por eso sostengo que el proyecto arquitectónico sobredetermina al proyecto cultural, porque nadie queda indiferente ante esta manifestación de vacío. Además el proyecto de arquitectura implica que es un parque y que es una plaza que tiene un recorrido circular, que tiene dos accesos protegidos, que hay unos baños impecables, que hay descanso efectivo…
¿A qué ritmo puede trabajar este artefacto como este con las dimensiones que tiene y también con la flexibilidad que tú al menos nos has mostrado?
Al ritmo de la disposición presupuestaria. (Risas).
Al ritmo también de la comprensión, por parte de la clase política local, y al ritmo de la comprensión de las exigencias del espacio artístico. La relación con las instituciones locales, es un problema político que a mí me sobrepasa. No es que me intente lavar las manos, sino que realmente me sobrepasa.
¿Y sobrepasa a cualquiera?
Sobrepasa a cualquiera, en el sentido que hay cosas que no dependen de mí, a eso me refiero. Pero, hay cosas que dependen de mí, entonces trato de hacer todo el trabajo en lo que a mí me concierne, y excederme, ir un poco más adelante, analíticamente, conceptualmente, culturalmente. Porque en este tipo de trabajo, si tú no te excedes, en un mínimo, tampoco entras en relación. Pr eso digo que cuando uno habla de “la” clase política, en verdad estamos hablando de una abstracción. Hay estratos, grupos diferenciados, grupos de interés, presiones implícitas, amenazas, malestares no explicitados, bronca porque no nos convertimos en correa de transmisión, etc. Son cosas muy concretas, dinámicas, que se verifican en las relaciones con los movimientos sociales, en las relaciones con los movimientos políticos, en las relaciones con…esta palabra fetiche de hoy, “ciudadanía”. ¿No les parece extraño, en la batalla del léxico, que hay una clave en donde todo es “ciudadano y participativo”?, Cada vez que escucho hablar de eso me da una especie de…”incomodidad analítica”. Hay falta de rigor porque se sigue operando con unas nociones que ya no son siquiera conceptos prácticos, sino unas nociones sobrecargadas de ideología, destinadas a alterar con mucha “mala leche” la pensabilidad de las luchas urbanas de hoy.
¿No resultan operativas para referirse también al arribo del artefacto Parque?
No, no, no, porque esto tiene que ver con el modo en que ciertos procesos globales pasan a concebir la existencia de estos equipamientos culturales, de gran envergadura, que sitúa el debate sobre su propia existencia en otro plano, en el curso del cual debo enfrentar el discurso de aquellos que no deseaban el Parque, ya que su construcción modifica su correlación de fuerza en la ciudad. Para muchos, esto no puede sino ser percibido como un “elefante blanco”; justamente, porque el equipamiento es de una monumentalidad inaprehensible para lo que sus prácticas sostienen. Aquí hay, entonces, asociado, un problema d escala en el ejercicio de manejo y en las proyecciones. Entonces, mi respuesta para ellos es la siguiente: el Parque no es solo para Valparaíso, sino que está en Valparaíso y es poner a Valparaíso en el mundo. Pensar así parece una ambición desmedida. Se invierte en un equipamiento para poner a Valparaíso en un contexto, en un concierto planetario. Hay que ir más allá para poder también asegurar la vanidad local. Eso significa fortalecer la escena artística, entre otras cosas. Pero fortalecer la escena artística no en relación a Santiago, que es un hoyo negro, ¡no!, sino en relación al mundo, a la región. Hoy día, justamente, hay cuatro pintores de Valparaíso que exponen en Lima ¿De dónde cuatro porteños en Lima? Eso es. ¿Por qué? Porque pasaron por el Parque. Porque el Parque les colaboró en el montaje de una plataforma internacional. Hoy día los grabadores del centro de Grabado de Valparaíso itineran su muestra por el país, a partir de una iniciativa compartida desde el Parque. Son dos pequeños ejemplos.
Desde ese punto de vista entiendo muy bien la separación que tú hiciste entre esa línea de trabajo que es por los artistas y población artística y lo que tiene que ver con el barrio, porque pareciera que son de escalas diferentes.
Lo que pasa es que son escalas diferentes, son espacios diferentes, pero que al final del día o al final del año, en el círculo, se tienen que cerrar.
¿Y cómo?
Es que esa es la construcción, ese es el trabajo en el Parque, porque no se cierran de manera diplomática. Por ejemplo acabamos de inaugurar el invernadero.
El invernadero tiene un sentido metafórico y práctico. Y como sentido metafórico tiene varios objetivos políticos conectados. El principal objetivo político es que el invernadero es una casa. Entonces cuando tú en un Parque como este, complejo, instalas una imagen de casa, lo que haces es una escultura. Además una escultura transparente, no es la casa de vidrio (risas), es una escultura transparente. Al interior de la cual van a ocurrir cosas que todavía no sabemos muy bien qué, prevemos, ¡sí!, pero lo que ocurre en un invernadero es que cambia la temperatura interior. Yo quisiera que el Parque Cultural le cambiara la temperatura cultural a la ciudad. Entonces el invernadero pasa a ser casi un emblema y un modelo de enunciación.
Es un eslabón…
Es un eslabón porque tiene un efecto práctico. ¿Quiénes van al invernadero? Los adultos mayores vinculados al barrio, al parque, en fin. ¿Cuál es el objetivo? Preparar la tierra y semillas, almácigos, para huertas comunitarias. Entonces mi idea de invernadero está conectada con un objetivo final que se llama “cultura de quebrada”. Nosotros quisiéramos incidir en la revalorización de la cultura de quebrada. Pero eso es largo, mientras tanto vamos a hablar, tenemos que traer conceptualmente la cultura de quebrada al invernadero, para anticipar. Y por otro lado promover efectivamente ¿por qué no? el cultivo de huertos comunitarios. Pero eso, en una perspectiva lúdica, como diversión muy seria. El hecho es que se juntan unos viejos; el hecho es que hay una dinámica que partió, que no sé muy bien dónde va a terminar, pero que tengo el deseo y todos estamos trabajando para que eso se vaya encauzando hacia lo que te planteo, o sea cultura de quebrada, huertos orgánicos, huertos verticales…. Y para todo eso se necesita plata, vamos a ir levantándola. Pero si logramos instalar en el Parque diez o doce pedazos de huerto efectivo, que permitan demostrar que eso es posible y que a lo mejor son replicables bajo ciertas condiciones, en otros lugares cercanos, ¡perfecto!
¿Qué es lo que se viene para el Parque? ¿El 2013?
Yo ya estoy pensando en el 2014. La política de reciprocidad con el Perú. Hay que traer artistas peruanos a exponer en el Parque, ya que van chilenos a Lima.
Estoy pensado en una gran exposición, de un gran artista español conceptual que se llama Pepe Espaliú, para enero, febrero del próximo año a lo mejor. Y ahí está, eso es.
¿Puedes contarnos un poco cómo funciona? (organigrama pizarra)
Eso es el asunto. Funciona así. Este año el eje es “ciudad y territorio”. Por eso tenemos la exposición de Ciudad Abierta. Pero ahora vamos a inaugurar Bridges and Borders, una exposición internacional con obras de intervención bastante cuidadas y enigmáticas en el espacio. Tiene que ser un desafío de arte contemporáneo en una ciudad tan espeluznante como Valparaíso. Luego tenemos en esa coordenada horizontal un coloquio sobre viviendas sociales, pero en el fondo es sobre algo específico, es entre historia del diseño de Estado; o sea la historia del bloque 1010-1020.
Y en términos de las memorias locales….hay dos héroes locales importantísimos en la construcción de un mito dinámico contemporáneo: El gitano Rodríguez y Francisco Rivera. La obra de Francisco Rivera es completamente desconocida, y sin embargo es un tipo clave en la persistencia de una abstracción más conceptualista que tiene sus puntos de referencia entre lo que podría plantear su hermano Hugo y la poesía de Juan Luis Martínez. Nadie ha hecho una exposición de este carácter. Nosotros las vamos a hacer.
Y así nos vamos. Y por otro lado está la producción de archivos. Por eso, vamos a hacer una segunda exposición de Nebreda, de su colección de fotografía. Y continuar con la estrategia de los laboratorios culinarios. Ahí hay dos formatos: popular cuisine y vecinal, en las que hemos considerado las prácticas culinarias como un eje central de nuestro trabajo con comunidades.
Se hizo una cena con los vecinos. La idea era que a una chef de acá invitara a tres señoras y un señor para diseñar una cena; pero una cena normal, de casa porteña. Ellas no tienen restaurant ni son chef; son señoras que cocinan en su casa, cocina hogareña; por eso se llamó Vecinal. Yo he comido la mejor “Palta Reina” de mi vida, aquí, en Vecinal. En las sesiones de cocina porteña, estuvieron Ritta Lara, Úrsula Franco, Manuel Subercaseaux, Cristián Álvarez, todos ellos magníficos chefs locales. El objeto era reconocer un corpus culinario que provenía de la cultura popular urbana. El otro día, don Sergio Vuskovich, ex alcalde de Valparaíso, uno de nuestros héroes locales más significativos, con quien estamos trabajando junto a Carlos Carroza, flamante director de la Biblioteca Severin, en una entrevistas sobre su trayectoria intelectual y política, me dijo: “nunca he comido un Ossobuco más rico en mi vida que el que hizo Ritta Lara”.(Risas). Este es el tipo de cosas que ocurre en nuestro Laboratorio Culinario, como parte de nuestra estrategia de mediación.
*Nacionalidad: chilena.
Formación: Licenciado en Filosofía. (PUC)
Diplome D´Etudes Approfondies Université de Provence.
Maitrise en Philosophie Université de Provence.
Organizaciones asociadas: Parque Cultural de Valparaíso.
Plan Cerro: Redes que están incidiendo en la revitalización del territorio
VerPlan Cerro: Redes que están incidiendo en la revitalización del territorio
Revista Planeo Nº9, Urbanismo desde las bases, Marzo 2013
Entrevista a Gonzalo Undurraga. Miembro de la agrupación Plan Cerro.
Resumen
En esta oportunidad la sección Prácticas presenta la experiencia desarrollada por la agrupación de oficinas de arquitectura Plan Cerro de la ciudad de Valparaíso, a modo de dar a conocer acciones y aportes concretos que están realizando este tipo de iniciativas en el desarrollo urbano.
Esta apuesta privada nos muestra la relevancia que tienen estas nuevas formas de intervención urbana en Valparaíso, ciudad que ha venido afrontando diversos reestructuraciones en pos de recuperar su línea de costa y conservar su valor patrimonial.
[Por María Rene Noguera y Ana Rojas]
El artículo anterior de nuestra sección presentó la experiencia de la organización “Ciudadano por Valparaíso”. En esta misma línea se presenta en esta oportunidad la iniciativa privada de “Plan Cerro”, también desarrollada en la ciudad de Valparaíso. A pesar de ser parte de distinto sectores, ambas prácticas comparten la idea de buscar canales que logren resguardar y dar potenciación al patrimonio genuino de la ciudad. Asimismo ambas actúan por medio de redes, es decir en base a la articulación de diversos actores, a modo de utilizar plataformas compartidas que les permitan ganar tamaño y posicionamiento en las decisiones que se están tomando frente al desarrollo urbano de la ciudad.
Estas conformaciones hacen mucho sentido cuando existe la competencia de grandes inmobiliarias o perspectivas de desarrollo de conceptos ajenos y de escalas inadecuadas para ciudades de las características de Valparaíso, como lo ha sido el Mall Barón, El terminal Portuario, grandes centros comerciales y proyectos inmobiliarios que están en discusión. De alguna manera estas alianzas son estratégicas, van juntando fuerza e intercambiando aprendizajes, buscando influir en las políticas públicas y en definitiva, generando un control ciudadano frente a las decisiones que se están tomando en nuestros territorios.
Lo interesante de estas nuevas formas organizacionales, está en la apuesta que se tiene sobre la valoración y el sentido de recuperación de los espacios públicos, generando propuestas, espacios de participación colectiva que buscan canales para revitalizar el territorio. En esta diversidad de ciudadanos, actores y profesionales, se están compartiendo objetivos comunes y un enfoque de trabajo que surge desde reconocer la potenciación de la ciudad, desde la escala del habitante, y desde el barrio, sin perder de vista el entramado global que constituye a Valparaíso.
En este contexto, Plan Cerro está desarrollando una propuesta de trabajo que es interesante de conocer. Asimismo su estrategia de articulación busca ampliar la red desde la participación e inclusión de actores pertenecientes a la institucionalidad pública, como también de los mismos habitantes de los territorios, quienes son los que constituyen y tienen mayor conocimiento de las dinámicas locales que dan vida al puerto.
Estas experiencias nos muestran que este tipo de iniciativas se están multiplicando y están siendo un canal de expresión y de posible participación en el desarrollo urbano.
PRESENTACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN
Plan Cerro es una agrupación de oficinas de arquitectura que diseñan, gestionan y construyen proyectos de rehabilitación y renovación urbana en la ciudad de Valparaíso, con el fin de poner en valor y rescatar espacios en desuso.. Sus intervenciones buscan volver a densificar Valparaíso, a través de proyectos que se inserten en terrenos eriazos y viviendas abandonadas de la ciudad, buscando lograr en este proceso una mayor participación ciudadana. El modelo de negocio inmobiliario de esta agrupación se basa en un patrón de diseño arquitectónico asociado al Patrimonio, el cual busca compatibilizar y equilibrar la rentabilidad de los proyectos con el respeto a los barrios y al contexto urbano donde se insertan. Plan Cerro apuesta por el desarrollo de nuevos proyectos a escala amable, ya que son pilar fundamental para su desarrollo social y económico, es decir, fomentan la construcción de obras de carácter habitacional y turístico de pequeño y mediano tamaño que potencien las economías locales y aumentan la reactivación y plusvalía de los barrios donde se desarrollan, intentando la compatibilización con el tejido urbano y social existente.
En resumen Plan Cerro entiende su intervención en Valparaíso como un aporte a la “revalorización” de su arquitectura, de sus barrios y cerros. Creen en el emprendimiento y la autogestión de capitales para la inversión. Buscan mejorar los niveles de inversión de Valparaíso a partir obras de arquitectura y aportes en el desarrollo de espacios públicos obsoletos o en desuso. Entienden el valor de Valparaíso como una ciudad integral, construyendo proyectos no sólo en la zona típica sino también en el área del anfiteatro y plan de la ciudad.
Su misión consiste en fomentar e influir sobre una mejor economía territorial a través de la construcción del habitar patrimonial contemporáneo de Valparaíso. Plan cerro busca conectar sus obras con su entorno, dinamizando y agregando valor al contexto donde éstas se producen y desarrollan. Comparten sus experiencias en las fórmulas de intervención empresarial, donde lo esencial, es el aprendizaje colectivo.
Las oficinas que integran la plana fundacional de Plan Cerro son las siguientes:
Bahía Patrimonial Nuevo Puerto Quiao
Rearquitectura
S+S Swinburn Arquitectos
ENTREVISTA
Gonzalo Undurraga inicia la conversación comentando el estado actual de la ciudad de Valparaíso desde su perspectiva.
GU: El escenario en general es incierto, sino negativo, hay una sobrecarga de uso de todo tipo y la ciudad no ha sido capaz de reaccionar, y lo que está pasando es que se esta segregando el puerto de la ciudad patrimonial. La relación ciudad puerto nació como un solo elemento y de alguna manera se empezó a conformar una barrera, conformada por dos plataformas que de pronto entraron en un estado de inamovilidad, y en donde por muchas décadas no pasó nada en términos de planificación urbano – portuaria. Pero desde hace poco más de una década hubo un cambio, todo comenzó a pasar en conjunto, tanto en el puerto como en la ciudad, ahora patrimonio de la humanidad. Comenzó a haber más demandas de uso, de carga portuaria, de autos, de gente, y claro, el puerto tuvo una capacidad de reacción más rápida, autónoma y eficiente que la ciudad, y es así como este proceso de cambio tiende a la segregación del Valparaíso original.
Planeo: ¿Qué busca la agrupación Plan Cerro por medio de sus intervenciones urbanas en la ciudad de Valparaíso?
GU: La primera idea de esto fue juntar fuerzas para poder influir de alguna manera en las política públicas, y tener algún peso en las decisiones de tipo territorial, comunitaria y barriales. En ese momento estábamos todos los integrantes actuales de Plan C con encargos por la zona de conservación histórica y de reactivación patrimonial, ligados al turismo y además con inversiones inmobiliarias de baja escala, y con un mercado insipiente. Y en este escenario nace la idea original, que fue hacer un libro entre dos o tres de las cinco oficinas con diferentes obras nuevas. Durante este proceso nos dimos cuenta que se había hecho mas fácil para nosotros plantear obras nuevas en Valparaíso, que recuperar edificios antiguos. Es así como desarrollamos la idea de sacar adelante obras nuevas en terrenos eriazos, o intervenir en lugares en donde las edificaciones existentes ya no tienen vuelta. Llegamos a la conclusión que intervenir un barrio o reactivar un barrio con una obra nueva, es tanto o más válido que recuperar una casona antigua.
Con respecto al tema patrimonial, ligado a la protección que tienen los edificios, desde el punto de vista del Consejo Nacional de Monumentos, cuando plantea normativas relativas a la tipología arquitectónica historicista, la confección de seccionales para normar la intervención de fachadas de tal o cual estilo, finalmente esto en relación a las problemáticas de recuperación del tejido urbano, no tiene mucho sentido. Lo que tiene sentido es recuperar el espacio público y ahí tiene que ver con que tipo de programa que se le puede dar a un edificio, como se gestiona la llegada de nuevos actores y en ese aspecto es mucho mas flexible una obra nueva que recuperar un edificio antiguo. Esa conversación se mezcló con el tema de las industrias creativas. Nos dimos cuenta que las asociaciones o las redes que montan los diseñadores, los que hacen joyas, o diseñan ropa por ejemplo, utilizan una serie de plataformas comunes, que les permiten ganar cierta presencia, pensamos que también el arquitecto puede hacerlo, en vez de pensar en competir, sobre todo en un mercado tan insignificante como este y en un territorio tan compacto mejor juntarse. Hicimos una convocatoria y quedamos los que estamos hoy día en Plan C°.
Planeo: ¿Cómo nace la idea de desarrollar este modelo de negocio inmobiliario?, en donde ustedes lo explican, el patrón de acción es el diseño arquitectónico asociado al patrimonio, con la intención de lograr el rescate de espacios en desusos.
GU: Existe un ala de Plan C° que pretende hacerle peso a las grandes inmobiliarias, por ejemplo se realizara una feria en Barcelona relacionado al tema, hemos sido invitados a participar, juntar proyectos de las distintas oficinas desde la plataforma Plan C° a presentarlos allá para conseguir inversionistas. Ahora bien, las circunstancias te van derivando a otros temas anteriores a esta gestión, como pretender hacernos parte en la exploración del espacio público y el patrimonio vivo de esta ciudad como primera prioridad en el trabajo en conjunto y eso ocurrió cuando nos planteamos postular a un fondo del Consejo de la Cultura lo que derivó en formar una figura jurídica. Así se armó la Organización Comunitaria Funcional Plan Cerro. Y entonces postulamos al Fondo de Fortalecimiento de Agrupaciones Culturales del CNCA en base a una idea o concepto que se llamó Senda Plan Cerro, postulando que nuestras obras, sea cual sea el uso o destino, debiesen ser un punto de reactivación del nervio central del tejido urbano en el que se insertan, al modo de la “acupuntura urbana” planteada por el arquitecto y político brasileño Jaime Lerner.
Una de las razones que nos hizo juntarnos desde el principio fue que no éramos oficinas concentradas en competir por levantar proyectos en el cerro Alegre, esa era la particularidad, que comenzamos a mirar de forma colectiva otros lugares sabiendo que la cualidad de Valparaíso está en todo el anfiteatro. Cuando llegamos a juntar más de 20 obras entre las 5 oficinas repartidas en el anfiteatro, desde el Cerro Artillería hasta el Cerro La Cruz, se estableció un territorio a estudiar bastante extenso e interesante, a partir de la experiencia compartida entre las oficinas. Pensamos que si cada una de esas obras pretende ser un punto que reactiva un barrio, se nos ocurrió que esta reactivación se puede convertir en un hilo conductor que llevara de una a otra obra o que cada una de estas obras señalara a la otra, como modo de encarar nuevos proyectos. Pero no es solamente un proceso auto referente, el tema es que a lo largo de estos trayectos vayamos rescatando obras antiguas, plazas, espacios públicos, barrios y logremos construir junto a la comunidad el relato asociado al contexto. Nos lanzamos a hacer un recorrido, cada uno también hizo los suyos por su lado, algunos como yo tenemos varios años de vivir aquí, por lo tanto pudimos identificar lugares de interés.
Nos reunimos por mucho tiempo, pasamos por varios talleres de trabajo para ver como se podía hacer esta senda y finalmente la trazamos. Terminamos con un circuito de 9 kilómetros, bastante inabarcable. Decidimos desarrollar el proyecto en el año 2012 con dos tramos de los 15 posibles por hacer entre obra y obra.
Paralelamente, habíamos otros miembros del Plan C°, con otras inquietudes que ya no eran solo las obras de arquitectura o esta exploración en los cerros, si no era el tema de la unidad, por así decir el “downtown” de la ciudad, que es el plan, que tiene otra característica y que tiene otro diagnóstico, bastante diferente. Dentro de eso, el tema más latente, como te decía al principio, han sido las proyecciones del puerto y de todo el borde costero, que de alguna manera comienzan a escapar de esta realidad de ciudad antigua, patrimonial, de grano fino, con requerimientos tan específicos, frente a proyectos de gran impacto. El mall, el hecho de querer hacer un terminal gigante de contenedores para modernizar las estructura portuaria frente a la Zona Típica, es decir, nos dimos cuenta que había una incapacidad, una miopía por parte del Estado de Chile, respecto a la oportunidad en juego que tienen esas intervenciones en el borde costero en relación a la realidad de la ciudad, que a su vez si no la estás monitoreando, estudiando, disfrutando o padeciendo, no la conoces.
Es así como empezamos a hacernos cargo de un montón de temas a la vez, lo cual ha sido una experiencia increíble, porque insisto, esta ciudad es pequeña y compacta. Entonces rápidamente las autoridades nos reconocieron y en mayor o menor medida comenzamos a tener un diálogo con la autoridad local, con el municipio, con la autoridad y operadores portuarios.
Hicimos un documental con un arquitecto porteño para la Bienal de Arquitectura 2012 de Santiago, con el interés de mostrar Valparaíso. Se realizaron en conjunto de entrevistas y un fotomontaje en donde se hace referencias a la parte más brutal del Plan Maestro de la empresa portuaria, el terminal de los contenedores, y este ha sido el tema a gran escala que hemos desarrollado porque levantó un debate que creemos puede ser muy oportuno.
El tema de la senda que se desarrollo el año pasado nos permitió conocer una parte de la realidad socio histórica, trabajar con comunidades, con barrios, haciendo registro de memoria barrial, conociendo gente, lideres y viendo como se puede empezar a trabajar en una zona que tiene características tradicionales de barrio, ya que los cerros tienen esta conformación atípica y estando protegidos, como zona de conservación histórica con límite de altura, son barrios que ahora tienen la posibilidad de trascender y proyectarse, ahí la gente se conoce de siempre, se junta rápidamente y por lo tanto es más fácil organizar y trabajar en la conformación de equipos multidisciplinarios para desarrollar iniciativas públicas o público – privadas de recuperación de espacios.
En ese sentido tuvimos algunos talleres bastante buenos, y poco a poco fuimos girando hacia el Parque Cultural de Valparaíso en la ex cárcel, así que esa experiencia nos ayudo para ir acotando este tramo de la senda y de paso ocuparnos del cementerio adyacente del cerro Panteón. Ahí postulamos al Consejo de Monumentos un anteproyecto para recuperar un tramo del muro perimetral original que tiene este cementerio el que se aprobó hace algunas semanas, así que tenemos eso ahora en carpeta, con un diseño para hacer una nueva entrada al cementerio que lo haga parte del recorrido, en acuerdo con la administración del cementerio y con la junta de vecinos que recién se formo del cerro Panteón. Después, empezamos a mirar el estanque que hay al frente, en cerro cárcel, una estructura construida por bomberos que tiene 20 metros de diámetro y 12 de hondo, en un terreno de 2000 metros, y finalmente nos ganamos un Fondart para diseñar las bases de un concurso de ideas para recuperar este lugar, entonces se han ido dando las cosas y se ha ido incorporando gente también, así que ha sido un proceso bastante vertiginoso ya que la arquitectura tiene esa capacidad de captar recursos o trabajar con comunidades a nivel multi escalar, pero al final todo tiene que ver con comunidades de las cuales algún miembro de la organización por lo general es parte.
Planeo: Uno de sus puntos clave es lograr la mayor participación ciudadana posible en el proceso de consolidación de los proyectos, ¿cuáles son los mecanismos o instrumentos que utilizan para incluir a la comunidad en los proyectos del Plan Cerro?
GU: De partida la gracia es que nosotros vivimos acá, los que hemos participado en estas actividades nos acercamos a conversar con las personas que conocemos, conocemos a la gente del taller, del almacén, del restorán, el comercio local, acá todavía existe ese tipo de actividades y claro, esa condición nos ha ayudado a crear una red de contacto que ha sido súper eficiente. Las juntas de vecinos son más complicadas, tienen sus estamentos que complican un poco mas las cosas; pero tuvimos un caso en específico, en donde recién se formo una junta y fue más fácil lograr una coordinación con ellos. También se trabajó con la junta de vecinos del cerro Cordillera que es el ejemplo a seguir, por que han sido súper activos. Y también se ha tratado de estar vinculado con Santiago para conocer otras experiencias, como la de barrio Yungay o barrio Italia.
Gracias al proyecto Senda Plan Cerro se han podido crear estos vínculos y al mismo tiempo compartir la experiencia, y así hemos ido aprendiendo de otros, pero también la idea es rescatar la particularidad de Valparaíso, que no es igual a barrio Yungay. Ahora bien, hay un tema importante de mencionar, que es el concepto de gentrificación, es importante mencionarlo porque para nosotros no necesariamente va ocurrir con nuestra propuesta lo que pasó en cerro Concepción, donde todos los vecinos se fueron finalmente. En el cerro Concepción hay un tipo de casona particular y una inercia y especulación a la vez que permitió el desarrollo turístico muy rápido en un territorio pequeño. Pero al mismo tiempo, hay tanto territorio donde explotar todavía iniciativas bien pensadas, están llegando agentes innovadores de fuera y la mayoría estamos con proyectos en donde todos tenemos una lectura distinta de la que teníamos antes de entrar en Plan C°. Entonces puedo decir que esto ha sido un proceso bueno en ese sentido, siempre con el espíritu emprendedor, cada uno de nosotros tenemos nuestras pequeñas inmobiliarias, todos tenemos proyectos avanzados, terminados, por vender, por construir. Y al mismo tiempo hemos querido desarrollar estrategias para vincular lo público con lo privado, tema complejo por cierto.
Y es ahí donde nos queda mucho que trabajar, se trata de como podemos insertar estas obras o como desarrollar una metodología para que las obras que se insertan en Valparaíso, hayan pasado por un proceso de participación ciudadana efectivo y donde se sepa como hacer esta manera de incluir a la comunidad. Es muy complejo, por que hablamos de un desarrollo inmobiliario más o menos pequeño o mediano, pero que igual impacta en espacios que han estado como una foto durante 70 o 100 años. En lo personal me ha tocado desarrollar un proyecto que suma prácticamente 4000m2. Puede parecer algo demasiado grande para un cerro. Pero es similar al conjunto Favero, a los pies del cerro Florida, construido a principios del siglo pasado, que junto a otros de tamaño similar comparten una serie de elementos característicos, como los pasajes interiores semi públicos, por ejemplo. Hemos tratado de aplicar elementos arquitectónicos típicos relacionados a la topografía, como estos. Si uno encuentra la manera de relatar estos elementos básicos, de enseñar o de alguna manera de cultivar el concepto de identidad arquitectónica con el objetivo que la gente entienda el valor agregado a la vida de barrio, en el momento de exponer un proyecto nuevo a la comunidad, que la gente retroalimente el proyecto con su percepción o que genere inquietudes traspasables para el siguiente proyecto, sería un gran aporte. El asunto es saber ecualizar los intereses legítimos del inversionista y los de la comunidad, de modo de encontrar el momento adecuado para la participación y concebir todo proyecto como fruto del esfuerzo común de gestores urbanos y sociedad civil. Asumiendo que claramente la transformación de la ciudad solo será posible y rápida si es, además, negocio para el sector privado.
Planeo: Durante este proceso, ¿cómo ha sido la relación con el municipio? Y desde tu perspectiva, ¿cómo ha sido la experiencia en la triada, sociedad civil, empresa y municipio?
GU: Esta ciudad tiene muchas capas en el tiempo, que nosotros los que estamos dedicados a esto lo entendemos, pero alguien que viene de afuera es difícil o incluso un porteño subtreinta no entiende nada, por que la ciudad va cambiando y esas capas van quedando ahí. Y en el municipio no entienden estas capas porque están mirándolas desde abajo. En consecuencia no existe capacidad de liderazgo por parte de esta institución. Entonces el aporte de las organizaciones ciudadanas ha sido clave para generar un mejoramiento en la gestión municipal. En el caso del proyecto del estanque que es un recinto municipal, fue clave tener la confianza de la administración local, presentarnos con este proyecto y que tuvieran la confianza para pensar que la propuesta tenia sentido. Nuestras expectativas son la recuperación del estanque y luego del sector, del barrio, que se integre al Parque Cultural, al sistema de escaleras y pasajes atrayendo inversión pública y privada, con la participación de los vecinos.
Asimismo, ha ocurrido algo muy insólito, muchas veces a Plan C° llegan personajes de afuera vinculados a alguno de nosotros, uno de ellos planteo un proyecto de intervenciones de artistas contemporáneos, la plataforma de Plan Cerro sirvió de alguna manera para pedir al municipio la intervención en el estanque y en un ascensor por otro lado. Al Municipio le interesa que exista una organización que proponga activar espacios, supliendo la carencia de recursos que ellos tienen para hacerlo, porque el municipio se relaciona con muchas organizaciones pero están todas muy anquilosadas, hay mucho de protocolo, de actos, pero realmente no hay un traspaso de información donde el municipio pueda ver alguna luz en el fondo del túnel. Entonces ha sido bueno en ese sentido. Comienza a haber un atrevimiento basado en una relación de confianza, basada en una manera de actuar del grupo que es más de hacer que de discutir.
El problema es que hasta ahora ningún alcalde ha tenido la capacidad de manejar este “tremendo buque”, seria genial que el alcalde directamente nos pudiera dar más apoyo, hasta ahora son los asesores los que ven la oportunidad de trabajar con nosotros. Esta ciudad necesita un alcalde que este a la altura del problema, y es ahí donde yo creo que estamos mal, el actual alcalde está recién reelecto y no necesita ganar electores, es decir que no necesita correr riesgos y da la impresión que está cumpliendo compromisos, dada la súbita oleada de obras de mediana y gran escala que se están empezando a concretar en lugares que nadie sabe por qué están ahí, todos en norma quizás, pero sin legitimidad política, del punto de vista urbanístico. Se nos llena el plan de supermercados y pareciera ser que el argumento es que “solo el tiempo dirá si fue bueno para la ciudad”.
Planeo: Para terminar, desde tu punto de vista, ¿cuáles ha sido los resultados de esta experiencia? ¿ cuales ha sido los aportes del Plan C a la ciudad de Valparaíso?
GU: En concreto, con la deformación que nos caracteriza como arquitectos antes que todo, que queremos ver obras, todavía nada. Hay mucha carpeta lista, hay muchos planes, también existen propuestas de borde costero en que hemos participado, el documental, es decir que hay material. Pero este proyecto puede tomar 15 años como para empezar a ver cosas en concreto. Estamos en una etapa de exploración de ponernos a nosotros mismos a encontrar la manera de asimilar nuestra manera de trabajar, hay muchas miradas de gente de afuera que están llegando a colaborar, y si lográramos materializar este concurso de arquitectura en el estanque, por ejemplo, sería una obra para la ciudad y eso seria genial. Finalmente en Valparaíso no han habido obras que reactiven sectores ciudad, hay muchas obras como de reparación de calles, mejorar fachadas, hay muchas iniciativas que si se juntan todas junto con la plata del BID, podrías decir si esta bien, al cerro Alegre le cambiaron los adoquines y existe gran oferta gastronómica, es decir son avances, pero no ha habido grandes intervenciones, como el mercado puerto por ejemplo, o remodelar toda la avenida Argentina o hacer un borde costero. Lo único que se ha hecho, en mi opinión, que de alguna manera ha generado una dinámica distinta y renovadora, es el Parque Cultural de la ex cárcel, que también esta muy vinculado con el proceso de gentrificación, ya que entran muchas dudas si al final a la comunidad local le está quedando algo o no, cosa que es difícil saber porque está en un estado fundacional.
Esta difícil porque la contienda es desigual, estamos en una ciudad que había sido intocada, en un país que lleva un par de décadas transformando sus ciudades, por eso nosotros vimos la oportunidad, de igual forma nos dimos cuenta que se vino como una oleada súper agresiva, y hay algunos que no están tan molestos con esto, hay visiones disimiles, unos mas conservadores, otros mas liberales, en fin como todas las organizaciones. Pero claramente todos queremos que exista una autoridad y un líder municipal que nos pueda ayudar a que lo ayudemos en este proceso.
Recursos hídricos urbanos ¿Hay seguridad de contar con agua potable en emergencias?
VerRecursos hídricos urbanos ¿Hay seguridad de contar con agua potable en emergencias?
Por Antonio Lamas
No poder contar con agua, una de las peores situaciones que podemos experimentar, es lo que se vive hoy 22 de enero de 2013 en gran parte de la capital de Chile. Supuestamente un alud de barro ocurrido ayer lunes 21 de enero, habría afectado la turbiedad del agua del río Maipo (dicho fenómeno se habría producido debido a una lluvia cálida en la zona cordillerana del río).
La empresa habría colapsado debido a que los filtros de las plantas de agua potable que abastecen a la ciudad (Aguas Andinas S.A.) habrían sido incapaces de contener la carga del material particulado del recurso hídrico.
Lo sucedido invita a preguntarse:
a) ¿Los filtros de la empresa están al día con la tecnología actual, en cuanto a eficacia de remoción del material particulado, en consideración a que en invierno la turbiedad es mucho más alta?
b) ¿La mantención de los filtros será la adecuada?
c) ¿Habría en bodega de la planta, los insumos necesarios para recuperar la eficacia del proceso de filtración de agua?
Es de de esperar que la Superintendencia de Servicios Sanitarios realice un sumario a Aguas Andinas S.A. para que se corrijan estos y otros problemas.
Me parece que la empresa debería contar con un sistema de cierre automático de bocatomas, como lo hacen todas las plantas de agua potable en el mundo. De hecho, la bocatoma de Tabancura está coordinada con la Minera “La Escondida” y cuando se arrojan accidentalmente residuos líquidos al río Mapocho, ésta se cierra inmediatamente. ¿Porqué no se hizo lo mismo frente al alud que originó el problema?
Lo expuesto hace pensar que es fundamental un aseguramiento operacional de las plantas en condiciones de emergencia, certificando la Gestión Ambiental de la operación.
Un sistema de gestión ambiental aplicado a las plantas permitiría: a) controlar e identificar situaciones de riesgo que pueden causar daño al medio ambiente donde se desarrolla el proyecto, facilitando de esta forma la toma de medidas para evitar situaciones de riesgo y contaminación durante la operación de la planta; b) un mejor funcionamiento que asegure la calidad de las aguas tratadas por la planta; c) además de asegurar que los procedimientos que se realizan para cumplir con esto sean ambientalmente amigables con el entorno físico y social.
Mediante el sistema de gestión ambiental y territorial, la administración de la planta debe elaborar un plan para enfrentar contingencias y emergencias, además de cumplir con las exigencias establecidas en las normativas ambientales utilizadas para el proceso de limpieza de las aguas, para que éstas sean devueltas sin contaminar al afluente natural.
Por lo señalado, tal como se ha aplicado en los sectores alimentos, turismo, capacitación y otros rubros, sería altamente beneficioso para que no se repitan situaciones como las de hoy, que por parte de la Autoridad Territorial y/o Sanitaria se exija una calificación y acreditación de la calidad, no sólo del producto, sino a todos los procesos (incluyendo las emergencias) a las plantas de agua potable en Chile.
Sin Estadio Nacional: a diez años de su demolición imaginada
VerSin Estadio Nacional: a diez años de su demolición imaginada
[Por Gonzalo Cáceres]
Im 1. Conferencia de prensa, marzo 2003.
Fuente: http://www.nunoa.cl/noticias/detalle.tpl?id=26032003141814
Que un municipio anuncie una rueda de prensa para un día hábil de la última semana de marzo, puede ser un desafío al buen sentido. A menos que se busque informar un beneficio -la ampliación en el pago de los derechos de circulación, por ejemplo-, la convocatoria parece desaconsejable.
Hace casi una década, sin embargo, la acera sur de Avenida Grecia a la altura del #2100 alojó un acontecimiento. Como suele ocurrir con los sucesos, sus protagonistas no imaginaron todas las consecuencias que acarrearían sus dichos. Con Ñuñoa como marco, el Estadio Nacional como foco y el alcalde Pedro Sabat como protagonista, el episodio por analizar deflagró en todas direcciones aunque su importancia haya sido soslayada. El análisis que sigue, busca explorar tanto la forma como el contenido de una de las primeras propuestas para, previo derribo del Estadio Nacional, proceder a una transformación radical del conjunto.
A espaldas del Nacional
Hacia el mediodía del miércoles 26 de marzo del 2003 (26M), una sencilla mesa cubierta con un mantel, un micrófono provisto de amplificación, un lienzo y dos a tres pendones, anunciaban la inminencia de una actividad oficial. Pese a su sobriedad, el modesto despliegue sobresalía en medio de una acera especialmente amplia.
Aunque la ambientación era mínima, la modestia de la instalación distaba de ser ineficaz. Con criterio escenográfico, los organizadores dispusieron la mesa que oficiaba de testera, equidistante de la calzada y del Estadio Nacional, que en su principal cara exhibe una línea de isomorfismos verticales. Especialmente recordables, son las dos columnas que franquean el acceso al recinto deportivo y cuyas reminiscencias art deco evidencian la inspiración moderna del conjunto. Ingreso habitual a lo que algunos soñaron sería un complejo olímpico, el acceso sigue demostrando toda su funcionalidad cuando cientos de personas se forman en filas perpendiculares a la Avenida Grecia.
Más de alguno de los participantes de la actividad, debió haber recordado la emoción de muchos de los espectadores que acuden al Nacional. Aunque se trata de una sensación que parece estar asociada a las multitudes más que a los recintos, multiplica la ansiedad de los asistentes cuando enfrentan los anillos con que la policía regula a los espectadores rebajados a la condición de flujo. Nada de eso ocurría el 26M.
Visto a cierta distancia, el amarillo de los distintivos asociados a la conferencia de prensa, permitía suponer que se trataba de una actividad de la Municipalidad de Ñuñoa. El deambular de algunos de las autoridades participantes, ratificaba tal impresión. Flanqueado por dos diputados y cuatro concejales, Pedro Sabat había citado a los periodistas a la generosa superficie donde se cruzan Campos de Deportes con Grecia. Que a la cita acudieran la totalidad de los parlamentarios de la circunscripción, permitía adivinar la contundencia de lo que sobrevendría. Parte del mensaje que la conferencia buscaba transmitir, comenzó a quedar al descubierto cuando los convocantes tomaron asiento: las cuatro mujeres y los dos hombres que secundaban al alcalde, se ubicaron de espaldas al Estadio (Figura 1).
¿Todo lo sólido se desvanece en el aire?
Esa mañana de inicios de otoño, el rostro amostazado de los integrantes de la testera reflejaba más irritación que nerviosismo. De entrada, el edil ñuñoíno cortó el silencio con una frase punzante: el Nacional debía ser demolido. Convertido en una amenaza ineludible, el edificio que se recortaba por encima de sus hombros, era un peligro público y su desplome inminente. Pero, ¿quiénes podrían sufrir las consecuencias de un colapso tenido por perentorio? Por lo pronto, los asistentes que confiadamente concurrían a los espectáculos deportivos o musicales o que a cada tanto acudían a él para participar de una competencia atlética.
Quizás porque no pertenecía a su vocabulario habitual, el jefe comunal dulcificó su intervención con la expresión desarrollo. En su visión, el terreno merecía otro desarrollo. ¿Cuál? Uno proyectado por los artífices del más reciente y visible ciclo de verticalización de Ñuñoa: los gestores inmobiliarios. Que la operación substitutiva fuera digitada por agentes privados, no ruborizó al edil. Sintonizado con un modelo empresarialista de gestión urbana, el jefe municipal recomendó, primero la subasta y luego la concesión de las hectáreas fiscales liberadas.
Que Sabat estuviera acompañado para su pequeño 26M, no es irrelevante. En rigor, la comparecencia de los convocantes era una respuesta a una retahíla de episodios de violencia que tenían al Estadio como marco. Soñando con los ojos abiertos, el edil suponía que con la demolición del Estadio el lugar dejaría de ser un foco de molestias para sus vecinos y volvería a mejorar la focalización del gasto municipal. Efectivamente, la violencia extradeportiva que ejecutaban con regularidad dominical las barras de los principales equipos de fútbol, distraía personal y recursos municipales para sanitizar, ex post, un paisaje desarreglado.
Espoleado por las imágenes del último enfrentamiento callejero entre barristas de Colo-Colo y Universidad de Chile, Sabat todavía tenía más para decir. Fugado por completo hacia adelante, el edil respondió por el después de su destrucción creativa.
Frente a la pregunta, dónde construir el nuevo Estadio, justificó la conveniencia de una localización excéntrica. La experiencia internacional, contestó con voz experta, confirmaba la conveniencia de levantar equipamientos deportivos en la post-periferia. Además, derrochando ingenio, no podía haber mejor proyecto para festejar el Bicentenario.
El edil se cuidó de blandir la palabra desaparición. Sin ser una persona prudente, prefirió subrayar la conveniencia de un reemplazo total. Presos de un silencio aprobatorio, ninguno de los convocantes aludieron a la anterior condición de Centro de Detención, Tortura y Exterminio que El Nacional conoció por casi 60 días durante 1973. El escaqueo de los representantes frente a una memoria reactualizada por el multipremiado documental Estadio Nacional (Parot, 2002), fue evidente.
Una versión local del teorema de Thomas
Fiel a su guion, el edil exageró lo suficiente como para convertir un complejo sin plan ni gestión integrada en un recinto amenazante. Vocero de vecinos fastidiados, el jefe municipal había manifestado en otras oportunidades su crítica respecto a la violencia que el Estadio parecía imantar. Ofuscado por la pasividad del Estado central, su rechazo a las consecuencias residenciales de los partidos de alta convocatoria, incluía una indisposición a los recitales de sonido industrial que a veces tomaban el Velódromo o el Estadio Atlético como epicentro. En cualquier caso, sería muy equivocado tildar a Sabat de tradicionalista como la caricatura suele representarlo. No hay que olvidar su interés –como Alcalde designado por Pinochet- por alojar música rock en el gimnasio Manuel Plaza.
Tampoco sería correcto suponer que Sabat pensó la conferencia de prensa como parte de un diseño metodológico mayor. Al respecto, es poco probable que su sentido del servicio público lo orientara a inventar una conflictividad artificial con los directivos de la repartición estatal responsable del predio (primero Digeder, luego Chile deportes y, más tarde, el Instituto Nacional del Deporte). La evidencia indica lo contrario. Revisado el historial, el Estadio Nacional hacia fines de la década de los noventa, figura como un recinto habitual para la realización de muchas actividades municipales de toda índole. La intensidad de la relación Municipio-Chiledeportes, con seguridad pavimentó la concesión para usos deportivos de una porción desatendida del predio (una fracción del costado sur-occidente).
La cesión de parte del recinto para realizar la celebración anual y comunal de las fiestas patrias, es otro signo de la colaboración existente. El que se haya convertido en uno de los proyectos estrella del Alcalde, testimonia el interés por utilizar de otra manera un activo desactivado. Como se sabe, la celebración dieciochera incluyó la construcción de una medialuna muy cerca del Estadio Olímpico. Cerró el cuadro seudo-ruralizante, el funcionamiento de una granja emplazada al costado Oeste de la medialuna. Ambas instalaciones, como era presumible esperar, siguen bajo responsabilidad municipal.
El llamado a demoler provocó múltiples reacciones entre los responsables del complejo deportivo, pero también entre los funcionarios públicos del nivel central. En cualquier caso, la tesis del desplome no era tan peregrina. Preocupado por algunas señales, el propio Chiledeportes había encargado un estudio técnico cuyas conclusiones no se habían dado a conocer y que descartaba la posibilidad de un derrumbe no sin señalar problemas en la mantención del edificio. Con el informe en ristre, el director de Chiledeportes, Ernesto Velasco, fue el encargado de responderle al alcalde Sabat.
En paralelo al contrapunto de declaraciones, una corriente de indignación despertó a un variopinto elenco de ciudadanos. Mientras los deportistas rechazaron la propuesta por irrespetar tradiciones consagradas -demoler el edificio donde se había jugado el mundial de fútbol de 1962 parecía una exageración-, otros pusieron el foco en la condición del edificio como testigo, pero también escenario de gravísimas violaciones a los Derechos Humanos.
Creíble por vehemente, la destrucción creativa que Sabat impulsaba, animó a los emprendedores de memoria que articularon una línea de defensa hacia un recinto cuya vejez no caducaba su significación. Un dato adicional coronaba la urgencia: Sabat, Cubillos y Burgos habían propuesto la demolición el mismo año en que se cumplirían 30 del Golpe de Estado[1]. La respuesta institucional frente a un riesgo inminente, permutó rápidamente en un acto solemne: el Estadio obtuvo el mismo año del Estado el reconocimiento de Monumento Histórico. La idea de una demolición perentoria recibía una clausura definitiva.
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Representado al modo de un uso indeseado del suelo, el Nacional padeció un proceso de estigmatización durante la primera década del nuevo siglo, pese a la evidente contribución de sus instalaciones a toda la metrópolis. En una coyuntura que ahora entenderíamos disonante, el menoscabo se constituyó en una amenaza real para deportistas y emprendedores de memoria. Las consecuencias asociadas a la difusión de la idea, despertaron a la sociedad civil, pero también al gobierno
A tan solo un lustro de distancia del 23M de Sabat, el Estadio se aprestaba a vivir una remodelación de su coliseo. Diez años más tarde, una intervención en todo el predio, pero de nuevo en el edificio principal, promete renovar mucho más que el aspecto de conjunto clave para el desarrollo de una Ñuñoa, pero también de una ciudad más democrática.
[1] La conmemoración de un evento singular puede llegar a convertirse en una recordación fundamental. Carolina Aguilera me hizo ver la importancia asociada a los “trigésimos aniversarios”.
De la teoría a la práctica. Rescatando al Barrio San Eugenio: Iniciativa de gestión del patrimonio urbano.
VerDe la teoría a la práctica. Rescatando al Barrio San Eugenio: Iniciativa de gestión del patrimonio urbano.
Por Marco Bustos, María de Los Angeles Carvajal, Andrea Ortega y Luis Rojas.
Las principales ciudades del mundo han vivido profundos e incesantes procesos de expansión y transformación, dejando en su interior sectores materializados como sedimentos de ciertos períodos históricos. En el caso de la ciudad de Santiago, el sector sur poniente de la comuna de Santiago es un vivo ejemplo de este fenómeno, conocido hoy como Barrio San Eugenio. Se trata de un intersticio temporal y espacial ubicado en el actual pericentro de la capital, cuyo origen se remonta a fines del siglo XIX tras la construcción de la Maestranza San Eugenio, ubicada en la entonces periferia sur poniente de la ciudad de Santiago, donde el Ferrocarril de Circunvalación definió los límites de la ciudad. La conectividad proveída por la infraestructura ferroviaria determinó la instalación de una serie de industrias que transportaban sus materias primas y elaboradas, reflejo de la modernización del país. A partir de estos polos laborales, el Estado y las mismas fábricas construyen como consecuencia diversos conjuntos residenciales para sus trabajadores, conocidas como poblaciones obreras, origen de la vivienda social.
Su imagen urbana es única. Existen un sinnúmero de estudios que avalan lo valioso que es el patrimonio arquitectónico industrial y residencial del sector en conjunto. Pero ¿existe algún valor detrás de lo material? ¿Qué piensan sus habitantes sobre su propio barrio y su patrimonio cultural? Estas preguntas dieron origen al Colectivo Rescata[1], un grupo interdisciplinario de profesionales que ha guiado la gestión del patrimonio urbano del Barrio San Eugenio desde el año 2011. A partir de motivaciones académicas, que surgieron individualmente desde pregrado y proyectos título[2], por parte de sus primeros integrantes, nació el interés de seguir investigando temas vinculados en sus tesis de postgrado y, paralelamente, llevando a la práctica una gestión sostenible para el patrimonio cultural del barrio.
El comprender como elemento central la relación del territorio y sus habitantes, donde la asociatividad fue clave para llevar a cabo la gestión. Colectivo Rescata buscó sumar esfuerzos y compartir ideas a través del vínculo con organizaciones presentes en el barrio, así como habitantes representativos, con el fin de desarrollar una respuesta colectiva frente a los desafíos para la puesta en valor del barrio. De esta forma, a inicios de 2012 nace la “ONG de Desarrollo por la Puesta en Valor del Barrio San Eugenio”, quienes junto al Colectivo Rescata constituyen dos saberes complementarios para el desarrollo del proceso de patrimonialización a través de la vía jurídica. Es así como se conjugaron el cuerpo ciudadano, los habitantes interesados en la conservación del patrimonio, y el cuerpo técnico que busca una gestión sostenible. Ambos han desarrollado acciones en distintos frentes, las cuales complementadas, han logrado visibilizar y concientizar sobre la existencia de los valores patrimoniales a los demás vecinos del barrio y a un sector más amplio de la sociedad.
El trabajo conjunto de ambas organizaciones dio como fruto el desarrollo de Rutas Patrimoniales en el marco la celebración del Día del Patrimonio Cultural 2013 (3 de Junio y 2 de Septiembre de 2012), las cuales buscaron difundir los atributos patrimoniales del barrio. Estas rutas fueron muy relevantes en varios sentidos. En primer lugar, los recorridos se definieron en conjunto, trazando límites y puntos significativos en un plano que, posteriormente, se transformó en indicador de proyectos para su futura declaración como Monumentos Históricos y área de Zona Típica. En segundo lugar, Colectivo Rescata durante las rutas entregó información histórica del barrio en base a sus investigaciones sumando a ellas la información que entregaron los habitantes a partir de sus propias experiencias. Esto ha ayudado a enriquecer las fuentes y la comprensión de la historia urbana del barrio. Y en tercer lugar, las rutas se complementaron con actividades artísticas gestionadas por los mismos vecinos en las plazas que articularon el recorrido, logrando así una reactivación de los espacios públicos del barrio en torno a la cultura local.
Imagen 1: Ruta Patrimonial Día del Patrimonio Cultural 3 de Junio de 2012 “Barrio San Eugenio: Obrero y Ferroviario” en Plaza Yarur. Fuente: © Luis Parraguez Bravo, fotógrafo del barrio.
Como parte de una agenda vinculada a la promoción del valor cultural del sector, a fines de 2012 fue posible adjudicarse un proyecto FONDART 2013 en la Línea Desarrollo Cultural Regional, área Asociatividad Artística o Cultural “Barrio Obrero y Ferroviario: Iniciativa de Gestión Cultural Comunitaria”. El proyecto involucra tres meses de actividades planificadas para el desarrollo de la puesta en valor del barrio, contado con el patrocinio del Instituto de Estudios Urbanos UC y la Universidad Alberto Hurtado. Considera una labor interdisciplinaria que generará empleos para los habitantes del sector durante su desarrollo y actividades participativas con la comunidad que fomentarán el empoderamiento de los vecinos en la gestión.
Si bien el trabajo conjunto entre el Colectivo y la ONG no tiene como objetivo único y central la declaratoria de Zona Típica, es importante reconocer que el trabajo de difusión patrimonial ha permitido entender la patrimonialización como un proceso de desarrollo social que ha fortalecido la identidad colectiva y su noción como ciudadanos. Esto ha abierto la posibilidad de obtener beneficios a partir del manejo del patrimonio cultural presente, fijando como norte el mejoramiento de la calidad de vida de las personas que lo habitan, aproximándose a la idea de desarrollo sostenible desde una visión participativa. En este punto es necesario destacar que al igual que otros procesos de patrimonialización desarrollados en barrios de Santiago, éste no ha estado exento de dificultades. La desinformación, temores y mitos que involucra una posible declaratoria de Zona Típica han estado presentes desde el comienzo, orientación que ha tropezado con intereses individuales y grupales de vecinos que no se sienten políticamente representados por la ONG. Este desafío ha traído como consecuencia que las acciones del Colectivo Rescata vayan más allá de la difusión de los valores patrimoniales del barrio, incorporando estrategias para la concientización de los habitantes sobre los reales beneficios y perjuicios que tendría un posible reconocimiento formal por parte del Consejo de Monumentos Nacionales.
La mayoría de las declaratorias de Zona Típica en Santiago gestionadas desde los habitantes han surgido como una ciega respuesta a un demoledor conflicto urbano, pero en el Barrio San Eugenio ocurrió lo contrario. Para ejemplificar este hecho, durante la Segunda Ruta Patrimonial el importante hito social y deportivo de los antiguos trabajadores ferroviarios del Estadio San Eugenio fue foco de discusión entre los habitantes. Se dio a conocer su inminente demolición, lo que generó una aguda discusión. Días después, el Estadio fue demolido y los habitantes informados, fueron capaces de transmitir los valores simbólicos de este hito a la opinión pública a través de diversos medios de comunicación, más allá de un simple “defendamos”. De esta forma, aunque no logramos detener al bulldozer, creemos que nuestra gestión está logrando el objetivo final de entregarles herramientas sólidas a los habitantes, para que puedan hacer frente de manera activa, informada y conjunta a las renovaciones que se avecinan en el sector.
Imagen 2: Segunda Ruta Patrimonial Día del Patrimonio Cultural 2 de Septiembre de 2012 “Barrio San Eugenio: Obrero y Ferroviario” en Estadio San Eugenio, antes de su demolición. Fuente: © Luis Parraguez Bravo, fotógrafo del barrio.
Mayor información sobre Colectivo Rescata y sus actividades en:
www.industrialyferroviaria.blogspot.com
www.facebook.com/obrerayferroviaria
Correo de contacto: colectivorescata@gmail.com
[1] Colectivo Rescata hoy está integrado por Marco Bustos Cerda [Sociólogo UNAP, Magíster (c) en Desarrollo Urbano IEUT UC] María de los Ángeles Carvajal [Licenciada en Historia UAH, Magíster (c) en Desarrollo Urbano IEUT UC] Andrea Ortega Esquivel [Arquitecta UC, Magíster (c) en Desarrollo Urbano IEUT UC] y Luis Rojas Morales [Arquitecto UCEN, Magíster (c) en Desarrollo Urbano IEUT UC]
[2] Ortega, Andrea (2010). Escena San Eugenio: de la Industria Obrera, un nuevo Espacio Creativo. Tesis presentada a la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al título profesional de Arquitecto. Santiago de Chile: Facultad de Arquitectura Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Rojas, Luis (2009). Centro deportivo y comunitario San Eugenio. Tesis presentada a la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Chile para optar al título profesional de Arquitecto. Santiago de Chile: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y paisaje Universidad Central de Chile.
Demandas de tierra mapuche: una lección para comprender los conceptos de propiedad y desarrollo en la sociedad chilena
VerDemandas de tierra mapuche: una lección para comprender los conceptos de propiedad y desarrollo en la sociedad chilena
[por Piergiorgio Di Giminiani]
Los últimos acontecimientos violentos en la Araucania que ha resultado en la condenable y lamentable muerte de la pareja Luchsinger-Mackay han causado gran consternación e interés. Como nunca en la historia reciente del país, muchos chilenos han intercambiado sus opiniones sobre las posibles raíces del llamado conflicto Mapuche en los medio de comunicaciones como en sus casas. Algunas de la tesis más comúnmente enunciadas son la recién infiltración de subversivos anárquicos-izquierdistas en la sociedad mapuche rural y la condescendencia del Estado chileno desde el 1993 en entregar terreno a las comunidades mapuche. El problema principal de estas tesis es que ignoran la amplia trayectoria histórica de la expropiación de tierra mapuche, que vio su zenit en la invasión del ejército chileno al final del 1800 y la subsiguiente relocalización de la población mapuche en los espacios circunscritos de las reducciones. Sin embargo, estas tesis no dejan de ser interesantes para el análisis antropológico, en tanto nos permiten comprender las premisas culturales que fundan las críticas contra las demandas de tierra mapuche en la sociedad chilena contemporánea.
Como parte de mi trayectoria de investigador, he tenido la posibilidad de seguir algunas demandas de tierras en el sur de chile que involucraban comunidades mapuche, dueños de los terrenos antiguamente expropiados, a la población mapuche local y el Estado chileno, que mediante la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) tomaba el rol formal de mediador. Seria profundamente arrogante e irrealista, sobre todo por mi condición de winka (no-Mapuche) afirmar de tener una palabra definitiva sobre los conceptos mapuche de tierra y propiedad. Sin embargo, lo que mi experiencia de investigación me ha permitido observar las mediaciones entre los distintos actores por las cuales se iban materializando de forma contrastante y dinámica conceptos claves como tierra, propiedad y desarrollo. Hace varias décadas, la antropología ha adoptado una aproximación relacional en el estudio de todos tipos de sociedades. Tal aproximación consiste en abandonar la idea de la existencia de una cultura (cualquier sea) con bordes claros y definibles en favor de un enfoque hacia aquellas relaciones sociales, políticas, y económicas que permiten la constante reconfiguracion de alteridades. En última instancia, las relaciones sociales son las que permiten la invención de la cultura, término elaborado por el antropólogo Roy Wagner.
En el caso de las negociaciones de tierra, los conceptos mapuche y winka de tierra y propiedad son puestos en relación y en definición mutua. Las diferencias entre los dos polos son considerables y a la vez sutiles. Por ejemplo, no podemos abandonarnos a la fácil conclusión que apunta al carácter colectivo de la propiedad de tierra en la sociedad mapuche. Tampoco se puede hablar de una sacralización de la tierra, según la cual la tierra no constituye un sustento económico. Estas ideas parecen más bien idealizaciones de las sociedades no industrializadas. Sin embargo, existe una valoración de la tierra ancestral, que se manifiestan tanto en experiencias cotidianas como en la filosofía mapuche. Este es el caso del tuwün, un concepto central que se refiere a la importancia de lugar de origen para cada individuo mapuche. Tener un lugar de origen es una condición compartida entre todos los mapuches, un etnónimo traducible como gente de la tierra, y a la vez, es la fuente de diferenciación entre miembros de distintos sectores mapuche. A pesar del reconocido valor económico de la tierra, esta última tiene una significancia cultural fundamental en tanto permite la auto-determinación del individuo mediante su relación con el entorno físico y otros individuos.
Las demandas de tierra mapuche evidencian un contraste profundo con las premisas conceptuales del sistema legal de propiedad en el sur de Chile. Aunque la misma ley indígena reconoce el valor cultural de la tierra para los pueblos originarios, la tierra es tratada exclusivamente como recurso económico para disminuir los efectos de restricciones económicas existentes en sectores rurales mapuche. Desde el 1994, numerosas comunidades que demandaban la restitución de sus terrenos ancestrales han sido compensadas con “predios alternativos”. El efecto de estas compensaciones ha sido la división de muchas comunidades y la relocalización de muchas familias lejos de sus parientes y de su lugar de origen.
La defensa estrenua de la propiedad latifundista en el centro-Sur no se manifiesta simplemente mediante el aparato legal, sino que se encuentra cementada en discursos de tipo desarrollistas comunes en muchos sectores de la sociedad chilena. Véase por ejemplo un comentario común en las redes sociales y blog en estas últimas semanas. “¿Para qué dar tierra si dejan los campos botados?” Una respuesta a esta pregunta es que efectivamente hay muchos casos de alta productividad en los nuevos terrenos mapuche y que los casos de bajo rendimiento se deben principalmente a falta de recursos y maquinarias para la producción agrícola. Sin embargo, lo interesante de este tipo de razonamiento no es su objetividad sino las premisas culturales que lo fundan. En particular, se evidencia una lógica exquisitamente lockeana respeto a la justificación de la propiedad privada: el desarrollo y la expansión de la producción sanciona la legitimidad de la propiedad. Esta aserción deja algunas preguntas abiertas: ¿A quien sirve la expansión constante de la producción? ¿El latifundio con sus campos cuidados es fuente de desarrollo? ¿Es una propiedad más valiosa que las pequeñas parcelas que se encuentran en todas las comunidades mapuche?
Estas preguntas, tan valiosas y desafiantes, tal vez no habrían surgidos sin la reflexión promovida por las mismas demandas territoriales mapuche y las negociaciones de ellas. Esto porque en mi opinión, los mismos procesos sociales y políticos nos invitan a suspender nuestro juicio sobre conceptos que nos parecen naturales, primordiales y sagrados, como la propiedad de tierra, y que al contrario son caracterizados por una profunda variabilidad histórica e cultural. En última instancia, el análisis de las relaciones mapuche-chilena en el marco de las demandas territoriales indígenas nos invita a cuestionar y así empezar a comprender las complejas bases culturales que justifican y elevan ciertos tipos de acceso a la tierra respecto a otros en la sociedad chilena contemporánea. Es esta en mi opinión, la lección fundamental y a la vez la menos discutida, que podemos traer del debate que ha seguido los últimos acontecimientos en la Araucanía.
Piergiorgio Di Giminiani
VerPiergiorgio Di Giminiani
Profesor Instituto de Sociología, Programa de Antropología, Pontificia Universidad Católica de Chile
Investigador Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas (ICIIS)
Participación en PLANEO:
Integracion y participacion comunitaria en la recuperacion del espacio publico: efectos sobre la seguridad urbana.
VerIntegracion y participacion comunitaria en la recuperacion del espacio publico: efectos sobre la seguridad urbana.
Título: Integración y participación comunitaria en la recuperación del espacio público: efectos sobre la seguridad urbana. Autor: Guillerno Fernández Lores Año: 2006 Tipo Tesis: Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano Profesores Guía: María Elena Ducci Relevancia del Tema:
En los últimos años, la población chilena ha experimentado niveles de inseguridad notablemente altos, lo que se ha materializado en conductas preventivas por parte de la población, que han significado un progresivo abandono de los espacios públicos. Sin embargo, una de las claves para revertir este proceso se encuentra justamente en la ocupación de los espacios públicos por parte de los miembros de la comunidad, de manera de avanzar respecto a los temas de seguridad en el espacio público. Por una parte, produce cambios positivos en la percepción de inseguridad y por otra, contribuye a la integración y al empoderamiento de la comunidad, así como también favorece la identificación de los vecinos con el territorio en el que habitan. La presente investigación, vincula los conceptos de seguridad urbana con la apropiación de la comunidad, proponiendo una participación más activa en la seguridad de sus barrios.
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(Viene de la Introducción)
El espacio público enfrenta en la actualidad una serie de procesos que estarían provocando el abandono de este tipo de áreas. Dentro de estos fenómenos destaca fuertemente la inseguridad urbana, la cual se ha convertido en una de las principales características de la vida urbana moderna.
Esta creciente inseguridad que se vive actualmente en las grandes ciudades, está fuertemente asociada a los espacios públicos. Ante ello, se produce un retraimiento de las personas a los espacios privados –considerados como seguros-, y el espacio público comienza a ser evitado por la población.
(…) En los últimos años, la población chilena ha experimentado niveles de inseguridad notablemente altos, los cuales han ido en aumento y están muy por encima de los niveles de criminalidad existentes en el país. Existe entonces, una falta de correspondencia entre lo objetivo y subjetivo.
(…) En lo que se refiere al espacio público, la inseguridad se materializa en una serie de conductas preventivas por parte de la población, las cuales comprenden, en mayor o menor medida, un abandono de este tipo de espacios o la autoimposición de ciertas restricciones temporales o espaciales a su uso. Esto se hace aún más evidente en los espacios públicos de pequeña escala de los sectores que viven procesos de exclusión.
(…) La apropiación exclusiva del espacio público (por grupos dominantes), no influye solamente en la percepción de inseguridad de los residentes de un sector, sino también en la desintensificación de los espacios colectivos. Los individuos no se identifican con mayormente con sus lugares de residencia, principalmente debido a que no los sienten propios.
Lo anterior sucede porque la seguridad no se refiere solamente a la existencia o no de hechos delictuales o violentos, sino que está referida a una serie de elementos comunitarios. Así, al perderse los espacios de interacción social y los lugares donde se construye la identidad colectiva –en un contexto de individualización y de construcción social de la inseguridad- se estaría perdiendo la solidaridad y el interés hacia los otros, lo que aumenta la inseguridad ya que el territorio colectivo pierde precisamente esa característica.
Es por eso que resulta sumamente importante desplegar iniciativas de recuperación del espacio público. Sin embargo, esta recuperación no debe responder a algo meramente físico sino que debe estar incorporada la comunidad en cada una de las etapas, al punto que, la forma en que ésta sea involucrada en el diseño e implementación de estas intervenciones, determinará en gran medida los resultados que se obtengan.
(…) La presente investigación ha sido desarrollada en base al estudio de 3 proyectos de recuperación de espacios públicos que, enmarcados en el Programa Comuna Segura –promovido y financiado por el Ministerio del Interior-, son ejecutados en la Ciudad de Santiago, específicamente en la Comuna de San Ramón.
(…) Los proyectos elegidos responden a espacios públicos de pequeña escala, de carácter vecinal, ubicados en las denominadas “poblaciones históricas”, aquellas que surgieron como “Operaciones sitio”. Ello fue motivado por la importancia que reviste la participación comunitaria en esta investigación, unido al reconocimiento e identificación de estos sectores como reductos de participación, al menos en un pasado cercano. Por esta misma razón, fueron dejados de lado aquellos espacios públicos correspondientes a la vivienda social edificada en los últimos años.
Dos de estos proyectos corresponden básicamente a la remodelación de espacios públicos (una plaza y una serie de patios interiores de una villa de departamentos) mientras que el tercero responde a un proyecto de animación itinerante de espacios colectivos. Sin embargo, la animación es también uno de los propósitos de los proyectos de remodelación señalados.
Por otra parte, en los tres casos de estudio se constata la ocupación del espacio por ciertos grupos no deseados (destacándose en ello el consumo de drogas) así como también los deseos de expulsar a estos individuos y así recuperar el espacio para el libre uso de la comunidad. También habría consenso en que la solución es que la comunidad utilice mayormente el espacio público, pues ante ello, los ocupantes no deseados se replegarán.
Sin embargo, esta recuperación responde a un mayor número de elementos que la sola seguridad, entre los que destacan la integración comunitaria y, especialmente, la participación.
(Viene de las conclusiones)
Desde el punto de vista formal, la lógica preventiva de los impulsores de los proyectos estudiados, incorpora el elemento del uso comunitario del espacio público como una estrategia de prevención del temor. Ellos constatan la presencia de un proceso de apropiación, inseguridad y abandono en las áreas que desean intervenir, y aspiran a recuperar estos territorios colectivos a través de la reapropiación que de ellos haga la propia comunidad.
De este modo, los ejecutores ven en la reapropiación comunitaria, la oportunidad de revertir aquella tendencia de apropiaciones no deseadas que llevan al abandono, forzando con la misma lógica –pero en forma inversa-, procesos de ocupación que lleven a la expulsión de estos grupos y por tanto, al aumento de la seguridad asociada a ellos. Para esto, es fundamental la organización y participación comunitaria, pues solamente a través de una comunidad activa, podrán ser expulsados aquellos individuos que se han apropiado de los espacios colectivos.
Este razonamiento coincide con la “pedagogía de la alteridad” señalada por Borja (2003) y con la mayoría de los postulados de las otras investigaciones a las que hemos hecho referencia en este estudio, especialmente en lo relativo a que ciertas pautas de apropiación del espacio público se relacionarían directamente con los altos niveles de inseguridad existentes en ellos. (Saravi, 2004; Ducci, 2000; Carrión 2004; Dammert, Karmy y Manzano, 2004; entre otros),
(…) La inseguridad asociada a los espacios colectivos, no es la única falencia detectada. Junto a ellos, los ejecutores perciben un bajo nivel de participación, la comunidad se encuentra desintegrada, y no existe una buena convivencia entre los vecinos, lo que también contribuye en el proceso de abandono y subutilización de estas áreas.
De esta manera, el fortalecimiento de la participación comunitaria se transforma en un elemento clave en este tipo de intervenciones. Si lo que se quiere es disminuir la sensación de inseguridad asociada a los espacios públicos a través de la participación, debe realizarse un trabajo previo: reconstruir el tejido social e integrar a la comunidad.
Este objetivo de la integración comunitaria está presente en la formulación de los proyectos estudiados, y es el que mayores efectos o beneficios ha reportado. Esto se relaciona en primer lugar, con el hecho de que para la comunidad, este elemento resulta más perceptible que la disminución de la sensación del temor, y en segundo término, con que genera más expectativas en cuanto a los resultados esperados, pues para la comunidad es más factible integrar que lograr una sustancial disminución del temor o bien que mejore la seguridad de sus respectivos sectores.
(…) Al ser la participación un elemento central en las materias de seguridad ciudadana, estos proyectos consiguen el objetivo de disminuir el temor, porque así como la participación sirve para que la comunidad se reúna y conozca, y de esta manera se integre, ésta mayor integración se materializa en el espacio físico e incide fuertemente en la disminución de la sensación de inseguridad de los vecinos al facilitar el proceso de ocupación de los espacios colectivos y, especialmente, al colaborar en el desarrollo de los procesos de asociatividad y del empoderamiento comunitarios. Con ello, aumenta la autopercepción de los vecinos como sujetos activos de la sociedad.
De este modo, la comunidad toma la seguridad como una tarea que también les compete comenzando a tener una participación más activa en la seguridad de sus barrios.
(…) La participación se presenta entonces como elemento clave en este tipo de intervenciones, porque sin ella no se podrá integrar a la comunidad y sin integración será difícil recuperar el espacio. Así, se busca la participación de la comunidad con el objetivo de que dejen sus espacios privados, se integren y ocupen el espacio público integrándose y participando.
(…) De este modo, quedan validadas las hipótesis que señalan que la ocupación de los espacios públicos por parte de los miembros de la comunidad, por una parte, produce cambios positivos en la percepción de inseguridad y por otra, contribuye a la integración y al empoderamiento de la comunidad, así como también favorece la identificación de los vecinos con el territorio en el que habitan.
NYDesigns: The community of likeminded friends and supporters within shouting distance is also an attractive proposition
VerNYDesigns: The community of likeminded friends and supporters within shouting distance is also an attractive proposition
[por Nepal Asatthawasi]
NYDesigns is an economic development program embedded within the City University of New York (CUNY), the largest publicly-funded urban university system in the United States, with 23 institutions spread across the city’s five boroughs. NYDesigns was founded in 2004 to support the economic competitiveness of design and creative businesses in New York through research, counseling, education, and technical assistance. We are not an academic or degree-granting body despite our university affiliation; we mobilize our resources towards making New York a great business environment and resource for the creative industries.
Since its inception, NYDesigns has served over 9,000 design entrepreneurs and professionals in the greater New York City area. Our headquarters are located in Long island City, Queens, historically an industrial zone situated across the East River from midtown Manhattan. Long Island City is currently home to the city’s highest concentration of manufacturing activity, but the area itself is diverse. Manufacturing zones intersects with districts of high-rise residential properties; cultural amenities such as the globally-recognized PS 1 Contemporary Art Museum (an outpost of the Museum of Modern Art), the Sculpture Center, and 5Pointz (a warehouse and commercial loft building that is the world’s foremost pilgrimage site for graffiti, New York City’s homegrown art form); film and television production facilities such as Silvercup Studios, the fantasy abode of shows such as the Sopranos and Sex and the City; and a density of artist studios and specialty manufacturing. Long Island City has also been designated a high-technology growth zone by the city through its proximity to Roosevelt Island, a floating sliver of land in the East River that will be the new home for Cornell University’s new technology campus. The City expects the Cornell development to shift the density of technology and technology-related companies to this region of Queens. It is in this milieu in which NYDesigns operates.
There are approximately 1,400 business incubation programs in 2011, up from around 1,100 in 2006. NYDesigns, like the majority of these programs, follows the traditional incubation model, operating as a nonprofit agency that has job creation and other economic-development goals as its core missions. NYDesigns is the only program on the East Coast of the US to prioritize design and creative entrepreneurship in its mission.
We currently run four primary initiatives out of NYDesigns. The first is also our longest-running and most visible product – the NYDesigns Residency Program. Residency comes with a partially subsidized studio space within NYDesigns headquarters, a converted loft in a former 19th century biscuit factory attached to one of the CUNY campuses. In addition to the studios, residents have access to meeting spaces without additional charge; priority booking with our rotating cast of consultants; optional discounted membership to our fabrication workshop; and regular strategy meetings with a team of in-house business development adviser. The community of likeminded friends and supporters within shouting distance is also an attractive proposition. NYDesigns greenlights an application based on studio availability; the strength and viability of the business plan; realistic financials; the design discipline’s over- or under-representation within the program; and a demonstrated need for assistance in order to advance the business. Companies successful with the application are accommodated at NYDesigns for up to three years. We do not take an equity share in our resident companies.
Residents have priority access to NYDesigns’ corps of expert consultants, but their services through NYDesigns are offered to any design entrepreneur. Our consultants maintain their own practices and include lawyers, financial planners, accountants, marketeers, social media strategists, microlenders and others who are experienced with small business issues and familiar with a creative sector audience. Every other week a rotation of consultants comes to NYDesigns to give free “office hours.” Residents and community members who desire to work with them beyond these hours are extended a sliding-scale discount off regular consulting rates. This program, entitled as Pro(s) Bono at NYDesigns, is free of charge and extends NYDesigns’ small business assistance services to a community wider than the cohort of residents.
Shared fabrication facilities are at a premium in New York: the square footage necessary to comfortably house large equipment inflates a bill that must also include the cost of equipment, permitting and conversion expenses to meet minimum use standards. NYDesigns’ fabrication workshop, located onsite, is open to residents and a select membership of non-resident users. It has a full range of tools and equipment standard to a full-service wood shop as well as digital fabrication technologies such as a large-format laser cutter and a 3D printer. A focus on fabrication is significant because it allows designers to be agile in their ideation and experimentation process. Available facilities enable creatively while saving considerable time and expense. The NYDesigns fabrication workshop is also plugged into the dense networks of small-manufacturing expertise in Long Island City.
A calendar of events, seminars and conferences round out our program offerings to creative businesses. They range from informal networking gatherings to events with more structured agendas targeting urgent issues in sustainability for design or the representation of different communities within the NYC design ecosystem.
In addition to the services NYDesigns provides to businesses, the office also conducts research into various developments relevant to NYC’s design economy at the request or backing of city agencies, politicians and community groups. We partner with other institutions to overlay the priorities of the creative industries on their distinct missions and agendas. In the recent past, we have launched an entirely separate workforce development program to prepare unemployed and underemployed New Yorkers to join the growing “Green Jobs” employment sector, in which a substantial number of positions are allied with the architecture, construction, building maintenance and landscaping industries.
The profile of NYDesigns’ creative business audience has undergone a gradual transformation since the early days. In the beginning, the majority of the resident firms were practice-based – the company principals are “consultants” proffering a distinct set of skills and expertise that were contracted out on a project-by-project basis. Companies operating by this model include architecture, product design, graphic design, web design or production design studios. They were joined eventually by product-centric companies that develop, market and distribute branded products or services. The business model for these companies revolved around a single or set of branded products. Technology companies, most of which follow this pattern, began to be considered for the residency program as they engaged in design, development and execution of branded products or experiences; had a strong prototyping component in their development process; and recruited heavily in the design disciplines.
While the profile of design jobs has shifted in New York over the past decade due to the emergence and growing dominance of new industries such as technology, the opportunities for designers and design entrepreneurs continue to grow. As long as this remains true, NYDesigns’ programs to enhance the entrepreneurial climate of design and creative businesses in New York will always respond to demand.
Nepal Asatthawasi
VerNepal Asatthawasi
Antropóloga de Columbia University in the City of New York, MSc en Urban Policy and Design de la London School of Economics and Political Science, y MA, Urban Design and Architecture de la Architectural Association School of Architecture.
Director Asistente y Director de Desarrollo de Negocios en NYDesigns, The City University of New York.
Anteriormente se desempeñó en Gestión de Estudio y Desarrollo de Negocio en Studio Dror y Coordinador en The Paul Rudolph Foundation.
Participación en PLANEO:
Gerardo Mora Rivera
VerGerardo Mora Rivera
Antropólogo Social (Universidad de Chile) dedicado a labores de docencia e investigación sobre memoria, música y devoción en el Norte Grande de Chile. Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente (IEUT, PUC) con interés en la relación entre agua y seres humanos.
Participación en PLANEO:
– Bosque Panul, de la protección infactible a la proyección explícita
Bosque Panul, de la protección infactible a la proyección explícita
VerBosque Panul, de la protección infactible a la proyección explícita
Para empezar debo hacer explícito un supuesto, una intención, un deseo: bosques y ciudades pueden beneficiarse al ser vecinos. Así, los bosques no son meros obstáculos para el crecimiento de las ciudades, ni estas son perniciosas amenazas para la existencia de los primeros. A la luz de este sentimiento la situación actual del bosque Panul me conmueve profundamente, pues crecí en La Florida de los ochenta (sí, como la serie, pero en otro paraje), por eso me animo a escribir estas líneas, a ratos imprecisas e inacabadas, que buscan dar a conocer y propiciar la discusión.
En respuesta a un gran proyecto inmobiliario en el bosque Panul se ha levantado la Red por la Defensa de la Cordillera cuyo emblema inicial gritaba “¡Bosque o muerte!”. Hoy canta “el bosque no se quema, el bosque no se tala, Panul parque público y comunitario”. Para comprender tales emplazamientos cabe entregar algunos antecedentes sobre el bosque.
El Panul es un bosque esclerófilo nativo, pletórico de quillayes, maitenes, guayacanes, litres y espinos, alojado a la sombra del cerro Minillas (2.450 msnm), parte de la sierra de San Ramón, y ubicado bajo la cota mil en la comuna de La Florida, hacia el extremo oriente de la calle Rojas Magallanes.
Hasta el año 1988 dicho bosque hacía parte de un terreno fiscal a cargo del Instituto Bacteriológico de la Universidad de Chile. Entonces fue adquirido en remate, a un precio bastante bajo, por Vicente Navarrete, amigo del entonces presidente Augusto Pinochet y prominente empresario.
Hace algunos años, Gesterra, inmobiliaria parte del grupo empresarial liderado por Mauricio Navarrete, busca levantar el proyecto Panul, que contempla la construcción de aproximadamente 1400 casas. Para ello, habría de talar 60 hectáreas de bosque, restringiendo sus funciones ecosistémicas, las cuales son claves para el desenvolvimiento de la ciudad de Santiago. Esto último cobra especial valor a la luz del aluvión de 1993 acaecido en la quebrada de Macul.
El año 2005, un grupo de estudiantes universitarios, Juntas de Vecinos y organizaciones sociales deciden hacer del Panul su causa común y crean la Red por la Defensa de la Cordillera. Una organización cuyo objetivo es la protección del ecosistema desde la gestión comunitaria, que surge en respuesta al proyecto inmobiliario y ha centrado su estrategia en la creación y difusión de información, tanto dentro como fuera de La Florida.
Así pude experienciar el Panul, en uno de los tantos paseos guiados que ellos han organizado. Junto a estas caminatas donde enseñan sobre la flora, la fauna y el conflicto del bosque al tiempo que lo limpian de basura, también hacen actividades callejeras junto a difusión en diversos medios. Además realizan estudios sobre el bosque y ejercen presión sobre las autoridades locales para alcanzar sus metas: detener proyectos de construcción en la precordillera, modificar el Plan Regulador Comunal, la recuperación estatal del Panul, implementar un parque público en la precordillera de la Florida y Puente Alto, desarrollar un proyecto educacional desde el Parque Panul con los habitantes más afectados por la mala política de planificación urbana, generar un proyecto político de comuna y de país, que permita ocupar el municipio y las demás instituciones siempre en beneficio del ser humano. En síntesis, buscan la disolución de desigualdades generadas, en parte, por el desarrollo urbano.
Si bien los crímenes cometidos contra la humanidad componen el más desgarrador legado de la Dictadura de Pinochet, hacen más nefasta su herencia la liberalización del suelo y la privatización de la vida, puestas en práctica con la repartición de bienes y posibilidades entre amigos y parientes de quienes gobernaban el país. En este caso, un bosque y todas sus implicancias para los habitantes del sector.
En tal sentido, ¡Bosque o muerte!, antigua divisa de la Red por la Defensa de la Cordillera recuerda la voz de Ernesto Guevara en la ONU, el año 1964, ¡Patria o muerte!. Por ello, el Panul podría entenderse como un nuevo escenario para una lucha antigua entre dos proyectos de mundo: el poder para el pueblo (en sus diversas conceptualizaciones) versus el poder para una elite (en sus diferentes manifestaciones) ¿Quién decide sobre el presente y futuro del bosque? ¿Sólo la existencia del bosque está en juego?
En diciembre del año pasado, dos incendios acaecidos al interior del bosque, en espacios pretendidos por el proyecto inmobiliario, provocados por manos humanas según las pericias correspondientes, han generado nuevas preocupaciones. Consecuentes con su estrategia informativa realizaron talleres para el manejo de incendios forestales, con el objetivo de formar una brigada de voluntarios capaces de vigilar y proteger al bosque de esta amenaza.
La expresión “Bosque o muerte” carecía de una visión de futuro, ofrecía dos posibilidades infactibles, dado su carácter absoluto: el bosque sigue impertérrito o llegará la muerte absoluta. Si consideramos al fuego como una nueva herramienta inmobiliaria, esta produjo cambios en las tácticas ciudadanas: “el bosque no se quema, el bosque no se tala, Panul parque público y comunitario”, en pocas palabras, protección y proyección. Sin duda, ambas existías desde un comienzo en el espíritu de la organización, pero su lexicalización da cuenta de un giro en su acción.
De manera sensata y audaz, buscan aliados y alianzas para su causa, pero por sobre todo buscan un futuro para el Panul y para la ciudad. Porque el Panul no sólo está presente (en espacio y tiempo) dentro de La Florida y Santiago, sino que es parte de su devenir (en espacio y tiempo). Afortunadamente, todavía queda por hacer.
JAB: Un vecino más de la población que busca la transformación del barrio
VerJAB: Un vecino más de la población que busca la transformación del barrio
[Por Nicolás Cruz]
Fundación Junto al Barrio nace el año 2009; para irse consolidando como un trabajo efectivo de promoción social y mejoramiento urbano en las poblaciones más vulneradas y excluidas en Chile. Durante este tiempo, la Fundación ha trabajado en 14 comunas a lo largo del país, en más de 50 comunidades, afectando a más de 28.000 personas.
Esta iniciativa es el resultado de la experiencia que elegí vivir, gracias al acercamiento temprano con el mundo de los trabajadores. Desde ahí y cada vez con más fuerza, fui tomando conciencia del quiebre y el fracaso cultural de nuestra sociedad, que excluye y margina a miles de familias en Chile, abandonadas a nuestra indiferencia; abandonadas y excluidas al desarrollo social, económico, cultural y político de nuestro país.
Ya en los años de estudiante de arquitectura, esta realidad se convierte en un deseo profundo de transformación. Luego de haber participado en varias actividades de voluntariado y acción social, apuesto por vincularme de manera más radical a las poblaciones, para entender desde adentro su realidad. Para ello me traslado el año 2002 a vivir al Barrio Los Nogales, para desarrollar mi carrera desde la población.
Durante dos años de residencia, pude reconocer toda la riqueza de estos barrios, experimentando la fuerza, organización y colaboración entre los vecinos. Fui testigo de la acción coordinada de instituciones, Juntas de Vecinos, grupos culturales y políticos para trabajar en conjunto y levantar la población. Esa experiencia marcó mi vida, comprendiendo el valor cultural y social que hay en estas poblaciones, reconociendo toda la riqueza que hay en la organización popular, estigmatizada y excluida del modelo de desarrollo individualista y materialista que se intenta instalar.
Arquitectos al servicio
Ese mismo año mientras desarrollaba un proyecto de taller en la localidad de Monte Patria, vi una niña de unos 11 años con su abuela, que apoyada en el mesón de la Dirección de Obra preguntaba qué debía hacer su abuelita para poder ampliar su casa e instalar un local para vender completos a la salida del liceo. Todavía recuerdo la cara de abandono de esa misma niña, cuando la esperanza se transformó en tristeza, al darse cuenta del abismo burocrático y la escases de profesionales, la separaba del mundo de las oportunidades.
Desde ese momento, sabía que debíamos crear una organización de profesionales sociales y arquitectos al servicio de las comunidades, para colaborar en la materialización de iniciativas, promoviendo el emprendimiento y la organización popular en obras concretas, significativas para la comunidad, considerando en todo momento su participación y protagonismo.
A partir de ese día, he dedicado mi vida y trabajo a transformar estos territorios, invitando a profesionales a trabajar en estos contextos, para el empoderamiento, organización e inclusión social de estas comunidades.
Así fue como hace un poco más de 3 años, cuando comenzamos a construir la Fundación Junto al Barrio, jamás hubiéramos imaginado que aquellos sueños, como el de la niña de Monte Patria se hacían realidad en las poblaciones más estigmatizadas, excluidas y vulneradas de Chile.
Propuesta
Hoy desarrollamos el “Modo JAB” más de 30 profesionales dispuestos a trabajar desde adentro los barrios. Junto a los vecinos, hemos materializado sueños y proyectos concretos, que sin el empuje de las comunidades, jamás se hubiesen materializado.
Hoy somos, junto a los pobladores, parte y protagonistas de una causa que nace de las bases y que puede transformar toda nuestra sociedad, reconociendo todas las riquezas del pueblo, articulando oportunidades para miles de familias que aún viven vulneradas y excluidas.
Nuestra propuesta se inicia cuando diagnosticamos el grado de vulnerabilidad de los barrios por comuna, escogiendo aquellos más excluidos, para iniciar un proceso de inserción y vinculo con las familias, organizaciones sociales e instituciones; mediante un encuentro horizontal que promueve la colaboración y la generación de confianzas.
Mediante esta vinculación, facilitamos que nuestros profesionales y voluntarios acompañen a los vecinos en sus iniciativas, por medio de una labor de diagnóstico y seguimiento, promoviendo acciones y programas que incrementen el desarrollo social y urbano de la población.
Desde ahí, toma forma un modelo de articulación centrado en la participación y el protagonismo de los pobladores en procesos de corresponsabilidad. Se construyen redes de inversión pública y colaboración privada donde personas, fundaciones, empresas e instituciones se suman articuladamente al barrio, para impulsar con los vecinos sus ideas y proyectos.
Paralelamente, sistematizamos y evaluamos, con el fin de promover cambios estructurales y visibles que incrementen el capital social y el mejoramiento urbano de las comunidades.
Creemos que la relación a largo plazo entre la organización del barrio y una constante y elaborada inversión social, mejora la convivencia, habitabilidad y el tejido social; además de facilitar el acceso a nuevas y mejores oportunidades.
Logros
Luego de todo este proceso, podemos decir que a la fecha esta treintena de profesionales ha vinculado a 134 estudiantes en tareas de investigación. Hemos realizado diagnósticos participativos y levantamientos urbanos para el trabajo comunitario, en todos los barrios donde hemos trabajado. Se han levantado más de 100 acciones y programas en barrios y aldeas; trabajando coordinadamente con 122 organizaciones sociales y articulando a 61 instituciones como: ONGs, Empresas e instituciones de Estado. Por último, hemos beneficiado a más de 7.000 familias, movilizando mas de $1.250 millones en recursos.
Nicolás Cruz
VerNicolás Cruz
Participación en PLANEO:
– JAB: Un vecino más de la población que busca la transformación del barrio
Ciudadanos por Valparaíso: “trabajando por la potenciación de los recursos culturales auténticos”.
VerCiudadanos por Valparaíso: “trabajando por la potenciación de los recursos culturales auténticos”.
Revista Planeo Nº9, Urbanismo desde las bases, Enero, Febrero, Marzo, 2013
Entrevista a Paz Undurraga. Arquitecta y Vicepresidenta de Ciudadanos por Valparaíso.
[Por Ana Rojas Muñoz]
Resumen
En esta oportunidad nuestra sección presenta la experiencia desarrollada por la Organización Ciudadanos por Valparaíso, a modo de dar a conocer acciones y aportes concretos que están realizando las organizaciones de base en el desarrollo urbano.
Esta iniciativa ciudadana, nos muestra la relevancia que tiene la experticia técnica, la autogestión y la asociatividad para lograr posicionar demandas en la esfera pública y ser partícipes en el desarrollo de la ciudad.
Introducción
Estos últimos años se ha observado un despertar de organizaciones y movimientos ciudadanos, los cuales a partir de distintas estrategias de acción se han ido empoderando y generando una nueva lectura del territorio, donde elementos como la calidad de vida y el espacio público pasan a ser el centro del debate.
Lo interesante ha sido que desde esta revaloración de lo público, se están generando nuevas configuraciones ciudadanas que se han ido fortaleciendo en base a la articulación con diversas organizaciones y actores locales que están desarrollando experticia técnica, y nuevas iniciativas públicas para ser partícipes de las decisiones que se están tomando en sus barrios, ciudades y regiones en torno al desarrollo urbano.
Estas movilizaciones y conformaciones asociativas se han ido acentuando en respuesta a proyectos e intervenciones que valorizan la ciudad en términos de la rentabilidad del suelo, dejando de lado el valor de la vida barrial y las dinámicas genuinas que constituyen a los territorios.
Bajo esta perspectiva, ciudades como Valparaíso, se han visto vulneradas por múltiples intereses turísticos y económicos que han promovido intervenciones poco adecuadas, las cuales en repetidas ocasiones han impactado el tejido social de los barrios, fragilizando su valor cultural y con ello, colocando en riesgo la identidad, la equidad social y la sustentabilidad de los bienes patrimoniales que constituyen a la ciudad.
En este contexto, Paz Undurraga, señala que los modelos de la ciudad “aparecen de pronto, impuestos por una visión de una ciudad vacía que hay que revitalizar como si no estuviese viva y reinventarla para alcanzar un estado patrimonial ajeno y convertirla en un producto turístico”[1]
En este escenario, la sección de “Prácticas” de la revista Planeo ha querido entrevistar a la Vicepresidenta de “Ciudadanos por Valparaíso” para conocer cuáles han sido las acciones ciudadanas que ha llevado a cabo la organización como forma de control y trabajo de revaloración de la ciudad.
Presentación de la organización
Ciudadanos por Valparaíso es una organización comunitaria funcional que surge en año 1997 en la ciudad de Valparaíso, la cual se ha ido articulando con diversas agrupaciones para realizar un trabajo colectivo orientado a dar valor y cuidado al patrimonio de la ciudad.
Su perspectiva territorial se sostiene de la base de cuatro aspectos: dar reconocimiento y potenciación a los recursos locales genuinos; respeto a su condición de anfiteatro; promover un desarrollo integral sustentable y dar certidumbre legal frente a inversiones.
Su metodología de trabajo se puede sintetizar en seis líneas de acción:
- Organización y participación de seminarios y encuentros como medios de difusión e información.
- Fiscalización, consulta y denuncias a través de presentaciones formales ante organismos públicos, técnicos e instituciones gremiales. Estas han sido realizadas con el fin de lograr certidumbre legal y generar una vía de control ciudadano frente al desarrollo urbano que se está llevando a cabo en la ciudad.
- Pronunciamientos públicos a través de campañas y marchas, donde se entrega información, se colocan afiches y se reúnen firmas. Esta línea de acción ha tenido como objetivo promover una reflexión responsable sobre la importancia de reconocer los recursos que brinda la ciudad.
- Asociatividad y colaboración con otras agrupaciones ciudadanas de la ciudad y otras regiones, cuyo objetivo es articularse para lograr incidencia en las política públicas.
- Proyectos e investigaciones propias, principalmente catastrales.
- Colaboraciones con otras instituciones: universidades, municipalidad, Centro de Estudios DUC.
Entrevista
Planeo: A tu parecer ¿qué es lo nuevo que están aportando las organizaciones ciudadanas que están surgiendo este último tiempo?
Paz: Lo nuevo está en su forma de conducir la agenda pública, y en su invitación a practicar una metodología de co-responsabilidad. Con respecto a la forma de organización en agrupaciones pienso que no es sólo una tendencia de las organizaciones ciudadanas, sino también de empresarios, la academia. De alguna manera se está reaccionando frente a los modelos de desarrollo estandarizados promovidos por los intereses políticos y económicos. En este contexto, los que habitamos, disfrutamos y padecemos estos territorios estamos reaccionando frente a esta forma de hacer ciudad. Pienso que el aporte de nuestras organizaciones está en el grado de incidencia que están teniendo en la agenda pública. Los movimientos estamos logrando instalar temas, debates, como también identificar y denunciar vicios en los procedimientos administrativos en relación al desarrollo urbano. Un ejemplo es el caso del Mall de Chiloé, un dictamen muy similar al que obtuvimos en Valparaíso con la demolición del edificio de la Ex Compañía Chilena de Tabacos para dar paso a la construcción de 2 torres de 26 pisos cada una. Aquí se puede ver una seguidilla de prácticas inadecuadas, corruptas de alguna manera, donde finalmente un derecho adquirido por terceros deja un permiso inamovible. Esta situación es muy delicada, ya que nuestro sistema jurídico o la Contraloría se limita a identificar fallas en los procedimientos administrativos, haciéndose difícil muchas veces revertir los resultados alcanzados por esas malas prácticas.
Planeo: Volviendo la mirada a Ciudadanos por Valparaíso, ¿cuál es el objetivo fundamental que orienta su trabajo en el territorio?
Paz: Un primer objetivo es la valoración que hacemos de la ciudad, basada en ciertas escalas de atributos, dinámicas culturales y sociales. Desde esta base hemos orientado nuestro quehacer. Estos atributos tienen que ver por un lado con dimensiones de sentido común y por otro, dimensiones más vivenciales.
Es importante entender que cuando hablamos de las características del valor patrimonial nos estamos refiriendo a atributos, bienes capitales, los cuales pueden ser urbanos, arquitectónicos y constructivos, sociales, culturales y económicos.
Los atributos urbanos dan cuenta de la ciudad como un anfiteatro, esta característica geográfica conforma un territorio compartido, donde todos tenemos acceso visual al mar y al paisaje circundante. Asimismo, cada cerro está constituido por múltiples espacios públicos como pasajes, escaleras, miradores y plazas que lo van conectando y generando una interacción particular entre barrios y vecinos.
Los atributos arquitectónicos y constructivos, son las tipologías arquitectónicas, el sistema de agrupamiento continuo y escalonado que se da entre quebradas y laderas. En estos atributos también se encuentran los sistemas de transporte como los funiculares, troleys y la infraestructura del puerto.
Los atributos sociales y culturales están constituidos por la riqueza de la escala, la vida de barrio, sus dinámicas cotidianas de encuentro y la convivencia acordada.
Los atributos económicos, se refieren a los recursos que la ciudad ha ido acumulando y que dan su singular calidad de vida, capital paisajístico, control social entre vecinos, dispersión de equipamientos, incluyendo los atributos anteriormente mencionados.
Nosotros creemos que hay una cantidad de potenciales con que cuenta la ciudad, que son recursos económicos, culturales, capitales en definitiva. Nuestro trabajo apunta a la potenciación de esos recursos, a trabajar a partir de ellos.
Un segundo objetivo consiste en levantar, solicitar y distribuir información. Practicamos y promovemos una estrategia de planificar y decidir con conocimiento basados en información fehaciente, medible; porque nos dimos cuenta que las miradas y las decisiones muchas veces conocen una parte del problema, simplificando las soluciones. Además, la planificación muchas veces responde a necesidades de un privado que tiene un proyecto y en ese contexto se hace muy necesario investigar y distribuir la información para una toma de decisiones con responsabilidad.
Planeo: ¿Cuáles han sido los aspectos claves que les ha permitido a ustedes posicionarse como organización ciudadana?
Paz: Yo creo que las campañas que hemos llevado a cabo. Una de las campañas iniciales es la del “Control del Marco Normativo”, donde se han realizado una serie de denuncia de irregularidades en intervenciones, aplicaciones e interpretaciones del marco normativo vigente ligado a temas patrimoniales, de desarrollo urbano y procedimientos administrativos. El objetivo de estas campañas está en transparentar y corregir los reiterados incumplimientos normativos. Estas acciones se han estado realizando hasta el día de hoy.
Una segunda campaña tiene que ver con la potenciación del comercio tradicional local, la cual surge en medio de la discusión que vivía Valparaíso entorno a la compra de un inmueble por parte de la empresa Santa Isabel, el cual se destinaría para construir un supermercado en pleno casco histórico entre el atrio de la iglesia la Matriz y Plaza Echaurren.
En este inmueble funcionaban siete locales comerciales, varios tradicionales que se hallaban activos. Lo preocupante no era sólo el impacto estético de este equipamiento, sino también el impacto social y comercial que generaría la instalación. Así el año 2001 se comenzó la discusión sobre la demolición de edificio existente, siendo demolido en su totalidad el año 2005, dos años antes que se regularizara la demolición, éste comenzó su funcionamiento. A pesar de que el supermercado se construyó se logró generar un debate público que reconoció el rol urbano del comercio a escala local y el aporte de la labor de los comerciantes de la ciudad como nuevas dimensiones pertenecientes al patrimonio, distintas a las habituales ligadas a las edificaciones y rutas turísticas.
En este contexto, el año 2001 surge la campaña “lugar valioso”. Su objetivo es identificar, distinguir y difundir los atributos patrimoniales del comercio local y tradicional, los cuales tienen la cualidad de dinamizar los barrios y otorgar una identidad local genuina. Estos lugares preservan y respetan a la ciudad. El reconocimiento de estos lugares se concretaba por medio de la colocación de un distintivo autoadhesivo en espacios donde se da el comercio local tradicional, oficios y manifestaciones locales, las cuales tienen la característica de otorgar una relación social, cultural y urbana particular.
En el año 2003, se inició una campaña de difusión de estos lugares y se realizó una guía de promoción del uso de lugares valiosos, como una forma de promover la adquisición de productos y de dar a conocer los servicios locales.
Otra campaña importante es “Que nadie nos tape la vista”en el año 2002, apoyadapor una red de vecinos de la ciudad. Mediante esta acción se declaró el valor patrimonial del anfiteatro natural de la ciudad de Valparaíso y la importancia de resguardar las vistas generadas por esta situación. Entendiendo que la vista al mar y cerros constituye un capital colectivo, pero también uno individual.
El año 2003 se inició un trabajo en conjunto con el municipio para definir el área de protección de la vista. El empoderamiento de la campaña logró modificar el plan regulador comunal de la ciudad, lo que ha generado una conciencia entre vecinos y nuevos inversionistas que llegan a Valparaíso. Durante el año 2005 y 2007 esta idea se fue extendiendo a otros sectores, logrando de esta manera un control de las alturas de las edificaciones como también de proteccióndelos barrios.
Entre las últimas campañas que hemos realizado están “No al mall, si al puerto” donde se han realizado intervenciones públicas, colocación de afiches, entrega de información a la ciudadanía. También hemos dado apoyo al trabajo que se está realizando para mejorar el funcionamiento de los ascensores que tiene Valparaíso.
Otra acción paralela, importante de destacar, ha sido el aporte del Centro de Estudio para un Desarrollo Urbano Contemporáneo (DUC).El cual ha permitido generar un seguimiento de las transformaciones de la ciudad. El DUC se propuso apoyar activamente las orientaciones de la UNESCO para los sitios patrimonio de la humanidad, enfocándose en hacer un registro y análisis de las condiciones de autenticidad de los bienes patrimoniales. Este archivo documental de inmuebles y espacio público permite contar con una base verídica de antecedentes para mostrar el devenir de los bienes patrimoniales en el tiempo, reconociendo las etapas históricas como también las intervenciones contemporáneas que se están realizando, a modo de generar un monitoreo de las áreas protegidas.
Planeo: Con respecto al modelo de gestión de la organización, ¿Cuáles han sido los aspectos claves para dar sostenibilidad al trabajo que realizan en el territorio?
Paz: Un aspecto clave ha sido la articulación con otras agrupaciones ciudadanas, con las cuales desarrollamos una política de retroalimentación colaborativa. A propósito de un tema nos coordinamos y aportamos cada uno desde su experiencia, experticia. Un ejemplo de esto es lo que se ha realizado con el mall Barón. En este caso nosotros trabajamos con la Asociación de Agentes de Naves de Chile, con trabajadores portuarios, los camioneros, con vecinos, con diputados, concejales que nos han acompañado en este proceso y que abrieron ciertos espacios de discusión. En este sentido, la articulación con otros movimientos, organizaciones, academia es vital para abrir nuevos espacios de incidencia. Otro aspecto a considerar es la forma de trabajo, aquí prima el auto-encargo, la autogestión, en definitiva la proactividad de cada uno de los integrantes de la red.
Planeo: ¿El trabajo se sostiene principalmente de voluntariado?
Paz: Si, pero mucho tiene que ver con la posibilidad de retribuirle a la ciudad de otra maneracon lo que ella entrega. La ciudad también es calidad de vida, entonces uno puede aportar a partir de retroalimentarlas decisiones que se toman.
Nosotros no tenemos límite para la interlocución. Participamos de diversas mesas técnicas, podemos trabajar junto al municipio, pero también tenemos un nivel de autonomía bastante valioso que nos permite transparentar o denunciar en el momento oportuno si se están pasando a llevar ciertas normativas o principios básicos que pongan en riesgo el patrimonio o el desarrollo de la ciudad. No tenemos un sesgo en los niveles de participación, tampoco con quiénes nos encontramos, ni el tipo de acción que vamos a emprender.
Planeo: En relación a lo anterior, ¿Esta forma de trabajo logra generar instancias de negociación con el sector público?
Paz:Yo te diría que sí, en alguna medida lo hemos logrado.Nosotros estamos constituidos como una organización comunitaria funcional, tenemos personalidad jurídica vigente y siempre hay un equipo que trabaja permanentemente, siempre nos estamos asociando con otros grupos, iniciativas, siempre hay una renovación.Esto nos ha ayudado a tener un nivel de incidencia, aunque no hemos logrado todo lo que hemos querido; el Santa Isabel está construido, está el proyecto del Mall Barón, La Chilena de Tabacos ya se demolió y se van a construir las torres a pesar de tanto seguimiento, consulta y respuesta; te vas dando cuenta de la cantidad de vicios que puede tener un proceso administrativo en función de validar un proyecto. Sin embargo, yo creo que actualmente existe una conciencia mayor, se ha instalado en el ambiente que la toma de decisiones debe ser responsable, debe considerar muchos cuidados, las ciudades ameritan protección y especial cuidado cuando se intervienen.
Planeo: ¿Bajo qué canales han logrado incidir en el desarrollo urbano de la ciudad?
Paz: Lo primero, hemos logrado incidir desde la perseverancia, estar ahí presente todo el tiempocon un nivel técnico. Este aspecto ha sido relevante, el desarrollar un nivel técnico a partir de la auto-capacitación, esto nos ha permitido posicionar ciertos temas en la esfera pública. También las campañas han sido interesantes, luego de la campaña “Que nadie nos tape la vista” logramos generar una discusión que finalmente modificó el plan regulador de la comuna.
Nosotros no nos restringimos a los espacios de participación institucionales, intentamos abrir, buscar e involucrarnos en más y nuevos espacios. Hacemos consulta, denuncia, debates, participamos en todos los seminarios, mesas de trabajo que somos invitados, nos articulamos con diversas instancias. En el caso mío personal, lo práctico en la universidad, en mi estudio de consultor, en mi tesis de magister, la idea es tratar de hacer converger las cosas.
Es cierto que los procesos de participación para la modificación de plan regulador están establecidos, pero nadie nos ha dicho que no puede ser mucho más que eso, por ejemplo participar tempranamente de las reuniones es clave. Nosotros solicitamos ser partícipes de distintas instancias, no nos quedamos con el formato preestablecido, ya que estos son más bien instrumentales. Por esto las campañas públicas, salir a marchar a la calle se constituyen como una forma de incidencia. Estamos constantemente diversificando los mecanismos de participación.
Lo último que estamos realizando es un trabajo en conjunto con la ONG Local Territorio Sur y la Red Chilena de Territorios Ciudadanos. Hemos levantado un monitoreo participativo, donde se ha invitado a la comunidad, vecinos, universidades, empresarios, diversos actores locales a talleres, seminarios, grupos temáticos para realizar una identificación de elementos críticos que afectan la calidad de vida en el territorio, con el fin de definir una serie de indicadores para llevar a cabo un diagnóstico y seguimiento de estos temas en la ciudad. Los indicadores están asociados a temas de desigualdad, trabajo, pobreza, descentralización presupuestaria y transparencia de la información pública. Hoy la ciudadanía cuenta con información oficial, ordenada y amigablemente presentada, que permite entender su percepción de la calidad de vida (para más información ver www.nuestrovalparaiso.cl).
Planeo: A tu parecer ¿cuál es la visión ciudadana que está emergiendo sobre la ciudad que se quiere proyectar?¿Hacia dónde debería estar orientado el foco del trabajo para revitalizar a la ciudad?
Paz: Cuidar la cuidad significa entender que ésta tiene una escala determinada, los territorios tienen una escala de tratamiento que exige un cuidado puntual. Valparaíso tiene presente una escala local, de barrio, donde no existe una segregación social gracias a su condición de anfiteatro. Este valor exige un modelo urbano de prácticas distintas a las que tradicionalmente se utilizan. Mucha gente vive en Valparaíso por opción, ya sea por su condición espacial como por tener sus redes de vecindad, estas son aspectos que ponen en valor a la ciudad. La ciudad ya no es el lugar donde solo se hacen negocios, mirarla de esa manera es un mal negocio, es “farrearse” la ciudad con una mirada a corto plazo.
Es importante pensar la ciudad a largo plazo, desde una perspectiva sustentable, validando y potenciando los atributos tanto culturales y sociales como los urbanos, arquitectónicos y económicos. Para ello es vital ponderar la presencia y participación de los habitantes, fortaleciendo las dinámicas de uso y valorando la identidad genuina de la ciudad.
[1]Citado en “Riesgos y desafíos de la intervención patrimonial, importancia de la potenciación de recursos culturales auténticos. El caso de Valparaíso Chile”, Paz Undurraga, 2009.
Urbanismo desde las bases: ¿qué temas movilizan a la ciudadanía?
VerUrbanismo desde las bases: ¿qué temas movilizan a la ciudadanía?
Revista Planeo Nº9, Urbanismo desde las bases, Enero, Febrero, Marzo, 2013
[Ilustración: Fabián Todorovic]
[por Felipe Link y Carmen Gloria Troncoso]
El noveno número de Revista PLANEO se aboca a analizar el fenómeno de creciente proliferación de iniciativas urbanas que surgen desde la ciudadanía, lo que hemos llamado “Urbanismo desde las bases”.
Por organizaciones de base se entienden generalmente, las que promueven un tipo de participación fuertemente vinculada a la ciudadanía. Es decir, que en la distinción Estado – Mercado – Sociedad Civil, funcionan desde y para los intereses de la sociedad civil.
Otra forma de entender la idea de organización “de base” tiene que ver con la relación marxista entre base y superestructura, donde la base corresponde a las relaciones sociales de producción, propias del modo de producción capitalista. Desde el marxismo clásico, las relaciones sociales de base, se entienden exclusivamente en el contexto de la producción industrial. Sin embargo, ya desde F. Engels y más tarde H. Lefebvre, la noción de base se amplía al ámbito de la reproducción social, incluyendo cada vez con mayor fuerza, las contradicciones surgidas en el espacio urbano. “El conflicto de clase adquiere otro matiz en la organización social urbana, además de la vida de fábrica, en el alojamiento” (Lefebvre, 1968), donde la gran ciudad favorecería la difusión de la solidaridad y la acción política. Así, tanto M. Castells en “La cuestión urbana”, como H. Lefevbre en “El derecho a la ciudad”, señalan la importancia del rol de este tercer actor en la producción y transformación del espacio urbano. En palabras de Castells (1974), los movimientos sociales urbanos tenderían a provocar una transformación estructural del sistema urbano, apuntando a una nueva relación entre sociedad civil y Estado. Luego, el objetivo general que podría resumir a las llamadas “organizaciones de base”, tiene que ver con la idea original de Lefebvre de concretar el dominio de la libertad y la afirmación de un nuevo humanismo, un nuevo tipo de hombre para el cual y por el cual la ciudad y su propia vida cotidiana en la ciudad se convierten en obra, apropiación y valor de uso, contraponiéndose muchas veces a la dinámica estructural de la producción del espacio urbano.
Así, aunque no estamos ante un fenómeno nuevo, de un tiempo a esta parte se observa un creciente interés de la ciudadanía por manifestar su voluntad para intervenir procesos urbanos, generando iniciativas en pos de conseguir sus objetivos y donde la política institucional, como espacio tradicional de participación pública, ha perdido protagonismo. En este escenario, los “nuevos movimientos sociales” amplían los límites de injerencia política y cuestionan las formas de participación y las alianzas tradicionales (Offe, 1996). La solidaridad de los movimientos sociales contemporáneos (Melucci, 1998), estaría dada por una suerte de convergencia en un contexto de individualización y subpolitización, lo que algunos autores entienden como “la política al margen y más allá de las instituciones representativas del sistema político de los estados-nación. (…) La subpolítica quiere decir política directa, es decir, la participación individual (y colectiva) en las decisiones (…) En otras palabras, subpolítica quiere decir, configurar la sociedad desde abajo”. (Beck, 2002: 58).
¿Qué temas movilizan a las bases?
En este contexto hemos querido revisar los aspectos coyunturales que están moviendo a la ciudadanía a organizarse. Para ello, realizamos un primer catastro de organizaciones ciudadanas con presencia en internet[1], analizando lo que cada una declara como misión, visión y/o objetivos, entendiendo que, en general, prácticamente todas apuntan al sistema de decisiones que rige la ciudad en diferentes dimensiones. Así, cada organización aparece como una formalización de diferentes expresiones ciudadanas, motivadas originalmente en torno a algún conflicto urbano o territorial.
La diversidad de conflictos urbanos, tanto en actores, objetivos, como permanencia en el tiempo, ha sido monitoreada entre otros, por la corporación SUR[2], a través del “Mapa de conflictos urbanos en Santiago”, definidos como “acciones colectivas que manifiestan públicamente los problemas y tensiones subyacentes al modelo vigente de producción de ciudad […] donde (1) existen actores que se movilizan frente a una determinada problemática que los afecta y que los sitúa frente a otros actores o intereses antagónicos, y (2) el contenido de su problemática es primariamente respecto a la ciudad, respecto al uso y apropiación del espacio urbano”. Si bien, no todo conflicto se traduce en un movimiento, y no todo movimiento termina en una organización de base, podemos observar cierta correspondencia entre los conflictos y las organizaciones surgidas desde la ciudadanía.
Este ejercicio ha permitido identificar tres tipos de enfoques en el universo de organizaciones catastradas: propositivo, defensivo y fiscalizador (ver Tabla n°1), principalmente, en torno a problemas de Crecimiento urbano, Uso y apropiación de espacios urbanos, Medio ambiente, Vivienda y Daños post terremoto (SUR, 2012). No obstante, a pesar de esta distinción existen cruces entre ellas y ámbitos de acción que superan la sola promoción, defensa o fiscalización.
Tabla n°1_ Organizaciones de base según Tipo de Enfoque
TIPO |
Cantidad |
% |
Promoción |
31 |
65% |
Defensa |
13 |
27% |
Fiscalización |
4 |
8% |
Las organizaciones promotoras de iniciativas dominan el panorama, evidenciando que es una voluntad principalmente constructiva – no reactiva – la que mueve a la ciudadanía, por ejemplo, aquellas que promueven modos de transporte sustentables o iniciativas de mejoramiento de barrios. En segundo lugar se observa una relevante presencia de organizaciones de tipo defensivo, las que se caracterizan por perseguir objetivos que buscan mantener las características propias en su área de interés. Ejemplo de ello son aquellas organizaciones de conservación patrimonial. Finalmente, de manera relevante también aparecen iniciativas de tipo fiscalizador, cuyo rol es monitorear el actuar de las autoridades para asegurar el respeto de los intereses de las comunidades.
Adicionalmente se detecta la existencia de tres ámbitos de acción principales en los que se desarrolla la labor de las organizaciones analizadas (ver Tabla n°2): físico, social y político-institucional.
Tabla n°2_ Organizaciones de base según Ámbito de Acción
ÁMBITO |
Cantidad |
% |
Físico |
32 |
67% |
Social |
10 |
21% |
Político – Institucional |
6 |
13% |
La gran mayoría de las iniciativas ciudadanas se enfocan en el ámbito físico, persiguiendo objetivos con una directa consecuencia espacial, sea ésta de tipo ambiental, barrial, patrimonial o modal. Entre ellas predomina un enfoque promotor-propositivo (ver Tabla n°3), que trabaja por construir desde cero – sin necesariamente mediar un conflicto de por medio – procesos de desarrollo urbano fundados en una visión ideal de construcción de realidad orientada al bien común.
Otra fracción persigue objetivos vinculados al ámbito social, con foco en los individuos y comunidades. Aquí se inscriben las organizaciones que promueven la participación ciudadana, la labor de ciertos sectores productivos o la defensa de derechos ciudadanos. Entre éstas el enfoque defensivo cobra fuerza hasta equipararse al propositivo, predominando demandas por mayor integración y respeto hacia los ciudadanos menos favorecidos.
Finalmente, una fracción no menor se desenvuelve en la esfera público – institucional, buscando incidir en la generación de políticas públicas y la gestión urbana. Entre ellas predomina fuertemente el tipo fiscalizador, buscando operar como “contraloría” ciudadana del accionar de los estamentos de poder.
Tabla n°3_ Organizaciones de base según Tipo y Ámbito
TIPO |
AMBITO |
||
FÍSICO |
SOCIAL |
POLÍTICO-INSTITUCIONAL |
|
PROMOCIÓN |
24 |
5 |
1 |
DEFENSA |
8 |
5 |
0 |
FISCALIZACIÓN |
0 |
0 |
5 |
De lo anterior podemos concluir que son los fenómenos asociados al medio ambiente urbano los que principalmente movilizan a la ciudadanía, evidenciando tanto la relevancia que las condiciones físico espaciales adquieren en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades, como el espíritu propositivo y reivindicativo que motiva la acción de los ciudadanos.
Conclusiones
La opinión general muchas veces plantea que la ciudadanía se organiza sólo de manera reactiva y ante conflictos urbanos que la afectan directamente. Sin embargo, se observa un giro hacia demandas colectivas que apuntan a una forma diferente de concebir la ciudad. En palabras de O. Mongin (2007), se trataría de la materialización, cada vez con mayor fuerza, de un imperativo político de recuperación del lugar, es decir, de la recuperación de la ciudad como una experiencia polifónica, como un lugar finito que permite prácticas infinitas.
Referencias
Beck, U. (2002). La sociedad del riesgo global. Siglo XXI, Madrid.
Castells, M. (2004 [1974]). La cuestión urbana. Siglo XXI, Madrid.
Lefebvre, H. (1968). El derecho a la ciudad. Ediciones Península, Barcelona.
Melucci, A. (1998). Las teorías de los movimientos sociales, en Cohen, Jean; Touraine, Alain; Melucci, Alberto y Jenkins, Craig. Teoría de los Movimientos Sociales. Cuadernos de Ciencias Sociales nº17. San José de Costa Rica: FLACSO.
Mongin, O. (2007). La condición urbana. La ciudad a la hora de la mundialización. Paidós, Colección Espacios del Saber 58. Buenos Aires.
Offe, C. (1996). Los nuevos movimientos sociales cuestionan los límites de la política institucional. En Offe, C. “Partidos Políticos y nuevos movimientos sociales”. Editorial Sistema. Madrid, España, 1996. Páginas 163-239.
SUR Corporación de estudios sociales y educación (2012). Mapa de los conflictos urbanos en Santiago. http://mapadeconflictos.sitiosur.cl/index1.php
[1] Las conclusiones de este artículo se construyeron en base a la información de las siguientes organizaciones: Andha Chile a Luchar, Arriba e’ la chancha, Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, Automovilistas Unidos de Chile, Barrio Italia, Barrio Matta Sur, Barrio Viel, Bicicultura, Chao Pescao, Chiloé cómo vamos, Ciclismo Urbano, Ciclistas Furiosos, Ciclorecreos, Ciudad Emergente, Ciudad Viva, Ciudadanos por Valparaíso, Colectivo BLA!, Comuna Activa Conchalí, Coordinadora de Pobladores y Allegados de Arica, Corporación de Dirigentes También somos Chilenos, Corporación La Matriz, Cultura Mapocho, Fundación Casa de la Paz, Fundación Decide, Fundación Defendamos la ciudad, Fundación Mi Parque, Futbol más, Futuro de Curacautín, Happy ciclistas, Hecho en Casa, Inclusivo, Junto al Barrio, Mapocho 42k, Movimiento de Defensa del Medio Ambiente de La Higuera, Movimiento Nacional de Recicladores de Chile, Movimiento Pobladores en lucha, Movimiento Sur de Pobladores, Mujeres arriba de la cleta, Museo a Cielo Abierto San Miguel, Nueva Región cómo vamos, Plan Cerro, Recicleta, Red ciudadana de Villarrica, Red de Territorios Ciudadanos, Santiago como vamos, Urbankit, Vecinos Barrio San Eugenio, Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.
Nuevas formas de participación ciudadana en la construcción de ciudad
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Imagen vía Cibercorresponsales
Título: Nuevas formas de participación ciudadana en la construcción de ciudad.
Autor: Camila Ronderos Bernal
Año: 2008
Tipo Tesis: Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano
Profesores Guía: María Elena Ducci
Relevancia del Tema:
Hoy existe de parte de la ciudadanía, un interés creciente por los temas que se vinculan al desarrollo de las ciudades. Los canales de información y las posibilidades de expresión de opiniones favorables y adversas en diversos temas, han facilitado la ampliación del campo de acción de los proyectos urbanos y de sus actores participantes.
En este sentido, es interesante evaluar el rol de la participación ciudadana en cuanto a la planificación urbana, su estado actual y las necesidades de reformulación de conceptos, procesos y metodologías participativas.
(Viene de la Introducción)
El interés por la temática de la participación surge de una observación de fenómenos sociales cada vez más recurrentes como son las marchas y las protestas asociadas a la construcción e implementación de infraestructuras y políticas en la ciudad. Se hacía cada vez más evidente la falta de mecanismos que recogieran esas demandas y las procesaran de una forma eficiente y real, por lo que planteé indagar formas novedosas de recoger las opiniones de ciudadanos e incluirlas en los proyectos finales. (…) La ciudadanía está cambiando, por lo que estos cambios deben ser integrados en las políticas públicas que deciden la ciudad. La segunda hipótesis es que la planificación participativa abre un camino para enriquecer y mejorar los sistemas tradicionales de participación y por consiguiente las formas de decidir en al ciudad.
La investigación busca analizar la participación ciudadana en la planificación urbana, su estado actual y las necesidades de cambio que plantean tanto los teóricos como los ciudadanos. Inicia el análisis haciendo un trazado histórico del concepto de planificación y las grandes tendencias que han marcado los espacios que se le dan al ciudadano para ejercer su derecho a participar. Luego analiza las formas de participación en los procesos urbanos en las leyes chilenas de planificación urbana.
A continuación estudia modelos de participación ciudadana novedosos que han sido planteados en las últimas décadas en Estados Unidos e Inglaterra, básicamente la “Charrette” y “Planificando para la realidad” respectivamente. Este análisis incluye la evaluación de la efectividad y los resultados que se han obtenido con la aplicación de estas metodologías. La selección de los dos modelos de estudio está asociada a la búsqueda de modelos de participación innovadores y que presentaran una participación activa y directa en los planes y proyectos para los ciudadanos.
(Viene de la Conclusión)
Hoy en día se evidencia una fuerte crisis en la democracia representativa, lo que se refleja en los nuevos y cada día más fuertes movimientos en oposición a diversos proyectos y políticas implementados tanto por el sector público como privado. La ciudadanía siente la necesidad de participar activamente en la toma de decisiones que le competen y surgen espacios de protesta cada día más visibles, por ejemplo en los medios de comunicación. Es claro, entonces, que los procedimientos formales de participación como las audiencias públicas, las encuestas y la exhibición de los proyectos, no representan espacios aceptables para la ciudadanía.
(…) Hoy en día los planes y proyectos no pasan fácilmente desapercibidos y los ciudadanos se sienten con mayores facultades para intervenir (…) sin embargo todos estos movimientos han surgido ex post a la implementación de una política o proyecto y por consiguiente, como una reacción contraria ya que no ha habido una consulta anterior o porque los espacios precedentes a la implementación no permitieron un verdadero diálogo entre las autoridades y la ciudadanía.
Los espacios como la charrette generan una colaboración entre la comunidad, el sector privado y los gobiernos locales, lo que permite conocer a cabalidad la realidad que viven los ciudadanos y tomar en cuenta sus inquietudes y propuestas al mismo tiempo.
Los instrumentos de representatividad planteados hasta el momento a través de la legislación presentan una efectividad muy baja que contrasta radicalmente con las innovaciones en temas de participación que se han llevado a cabo, aunque precariamente, en algunas comunas. Los presupuestos participativos , modalidad que está siendo ahora utilizada en varias ciudades latinoamericanas, demuestran igualmente los beneficios que surgen de procesos con una participación más amplia y transparente. En este caso se ha logrado una mayor y mejor focalización de los recursos y una clara disminución en la corrupción puesto que los ciudadanos participan y controlan activamente el uso y el fin de los recursos municipales (Klisberg, 2000).
(…) Otro gran beneficio de la planificación participativa asociada al aumento de la efectividad y aceptación de las políticas y proyectos, es la reducción de costos de mitigación que han experimentado los proyectos que la han incluido.
(…) Los modelos tradicionales de planificación y sus espacios de participación han representado siempre costos menores para los municipios que aquellos modelos novedosos planteados en esta investigación. Sin embargo, el surgimiento de movimientos ciudadanos que demandan mayores niveles de participación, han aumentado los costos normales debido a las medidas de mitigación que están teniendo que implementar tanto los municipios como el sector privado. Por consiguiente, en este nuevo orden social se puede plantear que una apertura de la participación tradicional puede ser rentable económicamente al eliminar la necesidad de discusión y readecuación de proyectos ya establecidos. Por otro lado si estos procesos de participación ciudadana no sólo entregan poder en el momento de decisión sino que logran crear un sentido de apropiación de su barrio. Los costos de mantenimiento de varios proyectos pueden ser reducidos, como se plantea en Planning for Real, donde las capacidades de cada miembro de la comunidad son puestas a disposición de todos.
(…) Al ampliar la participación a procesos donde se le da a la ciudadanía un rol proactivo y no solamente reactivo como hasta el momento, ellos mismos entran a jugar parte de este rol negociados y pueden llegar a entender las dificultades que este mismo plantea. Los ciudadanos asumen entonces un rol más responsable frente a las decisiones que se toman y las políticas que se implementan pues son cogestores de las mismas.
(…) La implementación de nuevas formas de participación ciudadana con mayor representatividad está basada en voluntades políticas. Sin embargo considero que aún subsisten fuertes obstáculos para lograrla. Primero las autoridades y la empresa privada tienen un gran temor a la participación ciudadana y al “caos” que puede crear.
La legislación chilena, y en general la de los países latinoamericanos, presenta espacios de participación básicos que no contemplan metodologías innovativas como las presentadas en la investigación. La implementación de éstas en el territorio se ha logrado únicamente en casos esporádicos por voluntad de los alcaldes locales o de algunas organizaciones sociales.
Espacios institucionales de participación y actores políticos comunales.
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Coordinadores:
Cristóbal Cortes
Rafael Crisosto
Editores:
Malik Fercovic
Francisco Salinas
Investigadores:
Natalia Alderete
Jorge Bernal
Matías González
Rodrigo Silva
[Por Fundación DECIDE]
Mapeo exploratorio de la participación ciudadana en seis comunas de la Región Metropolitana.
“La emergencia de múltiples aunque desconocidas experiencias vinculadas a procesos participativos en contextos urbanos, al alero de la proliferación de diversas organizaciones sociales con funcionamiento y anclaje local, permite estudiar empíricamente las modalidades y mecanismos concretos que adopta la participación ciudadana en un contexto de gobierno municipal. Al mismo tiempo, abre la oportunidad de generar una discusión más amplia en torno a las formas de democracia directa y participativa, así como de sus instrumentos de acción política”.
El estudio que a continuación presentamos, desarrollado durante el primer semestre del 2012, con el apoyo de la Fundación Heinrich Boll y del Centro de Estudios de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (CEFECH), utiliza un marco metodológico inicial que permite estudiar la relación entre implementación (institucional) y apropiación (de las organizaciones sociales) de la Ley de Participación Ciudadana (Ley 20.500) en 6 comunas de Santiago.
Nuestro enfoque parte de la base que la participación ciudadana a escala comunal no es un fenómeno estático, sino que su carácter se define, en último término, por las relaciones de fuerza que se expresan en el plano comunal. Esto supone desbordar los parámetros y categorías de análisis dominantes sobre la democracia, la cual, entendida ya sea bajo su forma legal o administrativa, no es por sí sola suficiente para generar y consolidar procesos democratizadores. Este paso implica, entonces, reconocer una multiplicidad de actores sociales y políticos legítimos que pueden participar en la construcción de lo público, es decir, de actores sociales que no sólo cumplen la función de delegar poder en los representantes políticos elegidos, sino que también participan en la construcción efectiva de los espacios urbanos en los que se desenvuelven.
De este modo, el presente libro se encamina en la búsqueda de las herramientas conceptuales y prácticas que permiten identificar sus reales alcances y potencialidades. En un primer momento, el libro aborda teóricamente la relación existente entre Sociedad Civil y Estado, problematizando la visión liberal tradicional y proponiendo un marco conceptual alternativo para su comprensión. Enseguida, se analiza este problema tanto desde la mirada del contexto institucional como desde las organizaciones sociales presentes en la comuna, identificando las modalidades prácticas que ésta puede adquirir y, con ello, delimitando un marco de observación que fue ocupado para el análisis empírico de las comunas estudiadas: La Florida, La Reina, Ñuñoa, Peñalolén, Renca, y Santiago.
Luego, se presentan los resultados arrojados por esta investigación, tanto a un nivel descriptivo, ahondando brevemente en el caso de cada una de las comunas, como a un nivel comparativo, el que da cuenta de las tendencias y orientaciones políticas de la participación ciudadana en estas comunas, al tiempo que permite mapear las en torno a las características que antes hemos enunciado. Finalmente, daremos cuenta de las implicancias académicas, programáticas y políticas derivadas de estos resultados. Tanto con los límites y perspectivas de un estudio de esta naturaleza, como también con propuestas y recomendaciones programáticas a distintos niveles, a la luz de las implicancias políticas de estos resultados.
Nos parece que la presente investigación otorga ciertas luces que podrían ser de especial interés para las fuerzas sociales que se propongan disputar el modelo de democracia comunal actualmente existente. Esperamos que el esfuerzo, que hoy ponemos a disposición del público, sirva de insumo en la discusión sobre los estrechos márgenes de nuestro sistema democrático y que, a su vez, los resultados de la investigación, puedan ser apropiados por la intelectualidad crítica y las organizaciones sociales vinculadas a las luchas democráticas a escala municipal.
¿Qué es la Fundación DECIDE?
Para mayor información: www.fundaciondecide.cl
Making Sense of Place - Phoenix: The Urban Desert
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Año: 2003
Producción: Northern Light Production & Lincoln Institute of Land Policy
País: EEUU
Este documental aborda la extrema expansión urbana de Phoenix, ciudad norteamericana con una tasa de crecimiento de 45% en los últimos 10 años, que ha llegado a ser la 6ta mayor ciudad de EEUU al año 2003[1], con una superficie de 4.558 km2 para una población de 3,3 millones de habitantes.
Localizada en el desierto de Arizona, el surgimiento de esta ciudad fue de la mano de la conquista del medio oeste, la que fue posible gracias a las grandes obras hidráulicas que permitieron controlar el agua y, con ello, regar el desierto. Pero lo que fuera un pequeño pueblo en medio del desierto, en apenas 50 años se ha convertido en una de las mayores metrópolis del país a causa de un fenómeno de hipercrecimiento en expansión.
Todo parte en 1960, cuando las buenas condiciones climáticas de esta soleada ciudad comienzan a atraer a personas de la tercera edad que eligen este lugar para pasar su jubilación. El mercado inmobiliario hace eco de esta demanda a través del proyecto «Suncity», primer desarrollo habitacional de gran escala dirigido a ese público en particular, cuya principal particularidad no fue el simple ofrecimiento de una nueva oferta de viviendas, sino un nuevo concepto de estilo de vida e identidad asociado a ellas, en una comunidad autosuficiente que remplazaba la experiencia de vida en la ciudad, creando un nuevo sentido de lugar.
Este modelo de ciudad se ha replicado incesantemente desde ese entonces, llevando a la metrópolis a expandirse de manera explosiva, con baja densidad (724 hab/km2) y graves consecuencias urbanas: altísima congestión, enormes costos de extensión de redes de servicios, acelerado consumo del paisaje natural, deterioro de las áreas centrales de la ciudad, etc.
Mediante entrevistas a distintos actores, el documental busca reflexionar sobre lo que llama la paradoja del desarrollo urbano americano, donde la decisión de satisfacer los deseos individuales no necesariamente lleva a alcanzar las aspiraciones de la comunidad. A partir de esta dialéctica entre el derecho de los individuos y las necesidades comunitarias se busca reflexionar sobre las tensiones del desarrollo y crecimiento urbano en relación a la equidad social, oportunidad económica y calidad ambiental.
Este documental forma parte de la serie Making Sense of Place, proyecto fílmico que forma parte de un programa de difusión educacional desarrollado por el Lincoln Institute of Land Policy, con el objeto de incentivar la conciencia y participación ciudadana en los procesos de desarrollo urbano en ciudades norteamericanas[2].
Entrevista Alejandro Gutierrez. Nuestros territorios se han complejizado, pero nuestra gobernanza se ha mantenido como era hace treinta o cuarenta años.
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Revista Planeo Nº8, Crecimiento Urbano. Diciembre 2012
Para empezar, nos gustaría que nos cuentes un poco cómo llegaste a trabajar en temas de sustentabilidad y diseño urbano. ¿Fue siempre un interés tuyo?
Para mí, el tema surgió cuando me fui a estudiar a Inglaterra, en el ’98. Ahí apareció el tema de sostenibilidad ambiental como una componente fundamental de la construcción de la ciudad. Eso, a partir de un curso que tomé en la London School of Economics de Enviromental Economics. Eso de alguna manera me abrió los ojos a ese tópico en general.
De vuelta en Chile, cuando estuve a cargo del área de urbanismo de la Escuela de Arquitectura, empezamos a armar un currículum que estuviese asociado con esos temas. Para mí eso fue un desafío, hubo que hacer varios cambios e incorporar contenido distinto a la malla.
En Arup, a partir del 2002, aparecieron oportunidades bien concretas en relación a proyectos específicos donde poder desarrollar esta temática.
Cuéntanos un poco más de la línea de trabajo en general de Arup, y tu papel en específico dentro de la consultora.
Yo llegué a trabajar a Arup porque hice mi magíster en Londres, y siendo una empresa que tiene ahí su casa matriz, se volvió posible acercarse allá.
Si uno la compara con una oficina de arquitectura, o un estudio de urbanismo, son relativamente pequeños, comparados con Arup; y son monotemáticos. Tocan un solo tema; o arquitectura o urbanismo, o ambas juntas. Por otro lado, la cultura de trabajo está siempre asociada a una lógica del socio principal/fundador/dueño, que desde mi perspectiva limita las posibilidades de crecimiento. No sólo personal, sino que también de explorar nuevos horizontes.
Arup era al revés. Tiene una estructura casi de cooperativa desde el punto de vista de su organización propietaria. Hubo un fundador, Ove Arup, en 1946, pero cuando él se retiró de la empresa y murió, decidió traspasar la propiedad de la empresa no a los socios principales o más antiguos, sino a todo el personal de la empresa, profesional y no profesional. Eso me atrajo mucho; creo que es una manera de entender el mundo muy distinta y muy interesante.
Finalmente, la complejidad y diversidad de especialidades al interior de la empresa. Arup va desde las infraestructuras duras y puras, como hacer un túnel para una mina, hasta un rascacielos o el Estadio de Beijing para las Olimpíadas, o un plan de desarrollo urbano para un barrio de una ciudad. Ante esa batería de diversidad, me pareció muy atractivo incorporarme a un equipo muy numeroso y complejo.
En un plano más conceptual, ¿cómo defines tú el desarrollo urbano sustentable, llevándolo a las posibilidades de la realidad nacional?
[…]
Yo creo que en Chile hay varias cosas que están empezando a pasar. Chile tiene una característica única, que es un país que está como “a mitad de camino”, algo que se ve en los sentidos económico, cultural, sociodemográfico, etc. Lo que a mí me llama la atención es que hay un cierto nivel de masa crítica, de gente muy preparada, que está en Chile o volvió a Chile, relativamente joven, que está en posiciones de influencia. Eso está generando alguna sensación de “enjambre” que genera una cierta energía sinérgica. Eso es ausipicioso.
Eso sí, veo muchas recetas, así como discursos aprendidos. Esto puede caer mal, pero tengo la sensación de que la gente se va a estudiar afuera y vuelve con el discurso, pero no sabe mucho de qué está hablando. Una cosa es leer y estudiar cómo alguien hizo algo, y otra cosa es hacerlo […],operando con un territorio, aprobando proyectos, entrando en negociaciones con clientes, viviendo la realidad concreta de la planificación de la ciudad donde fuere en el mundo. […]
El otro tema que me llama la atención es que sigamos siendo tan buenos para mirarnos el ombligo. Seguimos siendo un país de periferia, donde creemos que aquí empieza y termina todo. Cuando hay un problema, pensamos que nadie más lo ha hecho, y tenemos nosotros que inventar la rueda. Eso es súper desgastante. […]Es importante mirar hacia fuera no para copiar, sino para no tener que reinventar la rueda. Particularmente en el ámbito de planificación, diseño urbano, arquitectura, nos cuesta mirar afuera.
Poniendo un ejemplo bien concreto, yo creo que la discusión que hay en Chile respecto de la gestión de áreas urbanas grandes, como Santiago, Valparaíso-Viña, Gran Concepción…Se cuestionan por la idea de un Alcalde Mayor ¡Para mí esa es una discusión que ya está agotada y resuelta en todas partes del mundo! […]Yo insisto, y esto lo digo desde siempre, que un alcalde metropolitano debe ser electo. No puede ser designado por el Presidente de la República. Menos en un país que es de la OCDE y que pretende ser una luminaria dentro de ese grupo. […]
En términos más de prácticas concretas ¿qué es para ti una ciudad sustentable? ¿Existen características generales que se aplican en cualquier lado, o son distintas de país en país?
Aquí está el tema de no mirarse el ombligo. Hay muchas características en común. Los humanos somos más o menos iguales en todas partes del mundo. Obviamente que los niveles de educación, de acceso a la riqueza y de infraestructura son distintos, pero claramente tenemos problemas comunes. Y eso se refleja en las ciudades. […]Las ciudades siguen siendo, hasta el día de hoy, sistemas lineales. Que son muy poco eficientes. Los sistemas circulares, que uno los ve en toda la naturaleza, son mucho más eficientes en el uso de los recursos.
Ahí uno tiene temas que son comunes a todas las ciudades del mundo: cómo nos movemos, cómo producimos energía, cómo usamos los recursos materiales. Respecto de esto, me gustaría dar un ejemplo concreto. La ciudad de Antofagasta, con la que estoy vinculado como secretario ejecutivo del Plan de Antofagasta, hoy es capaz de desalinizar 800 litros de agua por segundo, todos los días del año. […] Esto sigue siendo, sin embargo, desde una óptica lineal. Porque se bombean 800 litros por segundo para uso, y luego se botan al mar 800 litros por segundo. Esa misma agua podría ser reutilizada, como en Singapur o California, quizás no para tomar, pero para miles de otros usos que permitirían un uso más eficiente de ese recurso escaso.
Uno de los proyectos más emblemáticos, que has trabajado en Arup, es el del diseño de la ciudad de Dongtan en China. Es un proyecto bastante único, en tanto contempla la planificación de una ciudad desde cero. ¿Qué opinas de las críticas al gobierno chino, en cuanto al marketing que recibió este proyecto? ¿Y qué lecciones pueden sacarse para otras ciudades, a partir de la experiencia de Dongtan?
El caso de Dongtan es bien interesante, desde muchas perspectivas. Lo más notable para nosotros es que fue un muy buen ejercicio profesional; que tenía lógicas económicas, ambientales y sociales potentes. Por razones políticas, se paró. El promotor principal era el alcalde de Shanghai, y en el minuto que aprobamos el proyecto a nivel municipal –por ponerlo en términos chilenos-, el alcalde deja el cargo, por supuesta corrupción. Así que hasta el día de hoy no se ha construido. Eso es algo que no podíamos controlar mucho, pero nos pasa a todos los que estamos involucrados en urbanismo. […]Yo diría que esa fue una lección dolorosa, pero importante. Tener una sensibilidad y agudeza política en relación a estos proyectos es fundamental.
Otra cosa fundamental es que fue el primer proyecto del mundo “no académico” que puso sobre la mesa una proposición ecológica completa a escala ciudad. Eso fue lo que capturó la imaginación de muchos medios, agencias, universidades, desarrolladores inmobiliarios y alcaldes. En esa lógica, lo más interesante fue que nosotros pudimos volver más concreta una idea que estaba “en el aire”. Creo que eso fue muy valorado, y generó ruido positivo.
Con respecto al gobierno chino, yo diría que ese es un animal de muchas cabezas. […]Si tú piensas que China instaló en 2008 una política de subsidio a las energías renovables, cuando el 95% de los países todavía no lo hace, eso es loable. ¡Claro que al mismo tiempo está haciendo centrales termoelécticas a carbón! Pero China está haciendo muchas cosas, y no por casualidad. Allá efectivamente las cosas no suceden por casualidad, sino que son muy top-down, muy planificadas.
O sea, en el ámbito ambiental es un animal de muchas cabezas, pero en el ámbito particular de tecnologías de edificación asociadas a sostenibilidad, la verdad es que para el nivel de ingreso per cápita que tiene, y para el nivel de sofisticación de su aparato público, China nos lleva la delantera al 95% de los países. […]
¿Cuáles son las problemáticas más pertinentes para las ciudades chilenas para lograr mayores niveles de sustentabilidad?
Son demasiados, pero eso es para todas las ciudades del mundo. Estamos todos empezando en esto. Sin duda hay ciudades que han avanzado más, pero si tú miras de lejos, nadie ha avanzado mucho. O sea, hoy todo el mundo trompetea a Barcelona porque los edificios públicos tienen un 10% o 15% de energía solar. ¿So what? ¡Eso no es nada! Eso quiere decir que no hay nadie está haciendo mucho más que eso.
Yo creo que Chile ha crecido mucho en lo económico. Eso ha generado inversiones físicas en el territorio (minería, carreteras, tendidos eléctricos, tratamiento de aguas servidas), que les quedan un poco grandes al sistema de gobierno territorial que tenemos. Por lo tanto, respondemos como por “espasmos”. Nuestros territorios se han complejizado –para bien- y nuestra gobernanza se ha mantenido como era hace treinta o cuarenta años. Y necesitamos gobernanza más sofisticada para territorios más complejos. Eso es lo que no tenemos hoy día. […]
Un segundo punto es nuestra relación con la inequidad manifestada en el territorio, que es algo brutal. Creo que todo el mundo lo sabe, pero es como el elefante blanco arriba de la mesa. […] Es una bomba de tiempo en el largo plazo, y todo el mundo lo dice en el ámbito especializado nuestro.
Sin duda ha habido esfuerzos de parte del MINVU, de este gobierno y del anterior, de programas de mejoramiento de barrios. Creo que esa es una buena intención, pero para meterse en esos temas hay que entrar con un nivel de sofisticación y recursos muy superior. El problema es tan complejo, que tratar de resolverlo “con pocas lucas” puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. […]
Finalmente, un tema que aplica a todas las ciudades chilenas, es el de la contaminación. Hoy día nos parece natural que, en invierno, niños mueran por razones que dependen absolutamente de nosotros. Y eso es impresentable. En Santiago, en particular, la cosa se aborda como si fuera un tema que no se puede resolver. “Que nos tocó vivir en un valle”, “que nos tocó vivir en una zona desértica”, que “qué mala suerte”. Ese discurso es fatal. Yo creo que hay soluciones complejas, que requieren acuerdos e inversiones importantes, pero sí que se puede resolver.
Uno de los temas más polémicos y recientes en la Región Metropolitana tiene que ver con el PRMS-100, que fija nuevos límites urbanos. ¿Qué opinas tú respecto del crecimiento urbano expansivo,versus uno que busca mayor densificación, en el caso de Santiago?
Creo que los territorios urbanos son, de alguna manera, una invención. Los límites urbanos, por consecuencia, también. Si uno mira a los sistemas que soportan las ciudades y a las ciudades mismas como una sola cosa, la verdad es que importa bien poco dónde está el límite urbano. Lo que importa es cómo funciona el sistema.
No estoy hablando del sistema de transporte o el del agua. Estoy hablando del sistema ecológico, social, económico y de infraestructura que está asociado a un territorio. Cuando se nos habla del “límite urbano”, me parece que es una discusión un poco mezquina, muy pequeña. Creo que es mucho más importante hablar de la capacidad de carga de la cuenca de Santiago completa. Ese sistema no es urbano, es de relaciones entre el mundo geográfico, natural, y el “urbano”, por decirlo simplemente. Ese sistema tiene que ser óptimo.
Lo que a mí me preocupa no es dónde está la línea entre el Santiago urbano y su sistema agrícola asociado. Lo que me importa es que ese sistema agrícola, que hoy parcialmente soporta Santiago, mantenga esa capacidad en el tiempo. Si necesitamos que esa capacidad sea mayor o menor, lo veremos en su minuto. Me preocupa más que haya relaciones positivas, inteligentes y eficientes.
El problema del límite urbano está pensado desde la ciudad hacia afuera, como si hubiera un abismo más allá de ese límite, donde no hay nada más. Cuando la verdad es que nosotros estamos sentados sobre ese territorio, y dependemos de ese territorio. Si no hay agua, no es irrelevante. Lo mismo si no hay alimentos, o si cuestan mucho porque están muy lejos. Entonces yo miraría más la cuenca de Santiago como un sistema, donde más que definir problemas de límites yo definiría de manera más articulada zonas con desarrollo urbano condicionado. Algo que se planteó hace quince años, pero que sean actuables y con una institucionalidad detrás que les permitan operar.
¿Qué soluciones has visto tú en otras partes del mundo para enfrentar el problema de las “ciudades dormitorio”? Entendiendo esto como lugares con difícil accesibilidad, producto de la expansión de la ciudad.
Hay una cosa muy obvia, que es que tiene que haber una relación de coordinación total entre usos de suelo y, como mínimo, movilidad. Si el Ministerio de Transporte y el de Obras Públicas y el de Vivienda son entidades separadas, y para tomar decisiones lo hacen de manera no coordinada, eso es fatal.
Usos de suelo y transporte son dos elementos que no pueden estar separados. Cuando yo hago desarrollo urbano, tengo que hacer desarrollo de movilidad. […]La relación de transporte, accesibilidad y desarrollo inmobiliario está muy abordada. Hoy en Chile están las condiciones para que hayan combinaciones más sofisticadas entre público y privado, para desarrollos más efectivos del territorio.
Por último, si tú pudieras proponer un proyecto para el mejoramiento de una ciudad chilena cualquiera. ¿Cuál sería y por qué?
Bueno, estoy obligado a decir Antofagasta, pero diría que sí (risas). Yo estoy trabajando ahí, por lo tanto tengo una mirada parcial. […] Por las características geográficas en que está, por su buen nivel de irradiación solar, por su clima espectacular, por su nivel de dinamismo económico…no le queda otra que hacer un muy buen proyecto de borde costero de estándar internacional. Que sea una buena demostración de la calidad de vida que queremos para las ciudades chilenas, y que ojalá sea replicable pronto.
Crecimiento urbano de las principales conurbaciones del país
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El Laboratorio de Planificación Urbana Aplicada del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, X.lab, nos presentan un primer adelanto de una investigación en curso sobre el crecimiento de las principales conurbaciones del país -Gran Santiago, Gran Valparaíso, Coquimbo-La Serena y Gran Concepción- en los últimos cuarenta años.
El estudio cruza la comparación de fotografías aéreas con los datos censales de los años 1970, 1982, 1992, 2002 y 2012, logrando ilustrar uno de los aspectos sobre la forma en que se ha dado el crecimiento de estas ciudades: la expansión de su mancha urbana.
El crecimiento urbano y los fenómenos naturales peligrosos. El caso del Huracán Sandy en la Región Caribeña
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[por Mairelys Domínguez Pichardo]
A mediados de Octubre del 2012, el huracán Sandy protagonizó los principales titulares noticiosos de varios países, convirtiéndose en uno de los fenómenos hidrometeorológicos más destacados, después de Katrina en el año 2005. La razón de este gran revuelo, es el impacto que había causado el Huracán en varios Estados Norteamericanos, pero especialmente en la llamada capital del mundo, Nueva York.
Si bien es cierto, que los estragos ocasionados por Sandy en Estados Unidos han sido de gran envergadura, no se puede olvidar que días antes, estuvo azotando a la Región Caribeña. Esta región es reconocida por sus atractivos turísticos, pero también por alojar varios países subdesarrollados. Precisando en este asunto, lo que llama a la atención de Sandy, es que haya afectado distintos tipos de países adquiriendo en cada caso, connotaciones diferentes.
El punto de interés para este tipo de fenómenos, debería estar puesto en los países subdesarrollados, pues son ellos los que no logran adaptarse y mucho menos conseguir resiliencia. El problema es mayor, cuando lo llevamos a la escala local, pues al interior de estos Pequeños Estados Insulares, como suelen llamarse también, existen importantes ciudades ubicadas a no más de 2km de la costa (Winchester, 2008). Estas ciudades se ven afectadas de manera directa por el crecimiento del nivel del mar y los impactos climáticos en las zonas costeras.
En el Caribe insular, específicamente de las Antillas Mayores, existen ciudades que sobrepasan a los 200,000 habitantes y se determinan bajo dos perfiles; el primero orientado hacia el sector turístico y el segundo que concentra los grandes centros de producción y servicios.
Lo que ocurrió con Sandy en ciudades como Santiago de Cuba (segunda ciudad más poblada de después de La Habana) y Kingston (Capital de Jamaica) tiene que ver con una manifestación clara de la vulnerabilidad en las diversas escalas. Esta vulnerabilidad no es la misma que se aprecia en ciudades Norteamericanas; en el Caribe encontramos vulnerabilidades de tipo social, económico e institucional, las cuales enfatizan los impactos ocasionados por cualquier fenómeno acontecido. Todos los efectos antes mencionados traen como consecuencia un desaceleramiento del ritmo de producción, pérdidas humanas y materiales considerables.
Ahora bien, retomando la escala nacional, sin olvidarnos de la condición isleña de los países del Caribe, vemos como estos son afectados diversos sectores, que son claramente sensibles. Estos sectores son los recursos hídricos, la salud humana, la infraestructura física, la biodiversidad, la seguridad alimentaria. En relación a la escasez de alimentos, vemos el caso de Haití, un país que aún no se recupera del terremoto del año 2010 y de la tormenta Isaac.
En Santiago de Cuba los daños directos fueron a las infraestructuras físicas, sufriendo además, graves inundaciones y deslaves que destruyeron cosechas e interrumpieron la electricidad, al tiempo que fueron dañados varios edificios (BBC, 2012). Otros daños de menor rango, pero de igual magnitud se registraron en República Dominicana, donde resultaron afectadas viviendas en distintas ciudades del país, pero especialmente en la Provincia de Santo Domingo, que tiene cerca de 3 millones de habitantes.
Uno de los casos más especiales es Jamaica, donde la economía se encuentra bastante vulnerable y no habían recibido los impactos directos de un Huracán desde los años 80. El país tuvo pérdidas en sus cosechas, incluidas las de café y bananas, lo que representaría crisis en el sector de alimentación (BBC, 2012).
De acuerdo a todo lo anterior, habrá que esperar las nuevas cifras en pérdidas humanas y materiales arrojadas por Sandy, ya que durante una de las más grandes temporadas de desastres registradas en la Región Caribeña, en el año 2004 el impacto económico total ascendió a 7.559 millones de dólares; y en la temporada de 2005, a 5.409 millones de dólares (Winchester, 2008).
El panorama se puede ir esclareciendo, si tenemos en cuenta que cada año la Región Caribeña tiene una temporada de huracanes que dura 6 meses. Este hecho es el que precisamente nos permite hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué pasará con los países del Caribe para los años subsiguientes, si quedó demostrado que ni siquiera una ciudad como Nueva York, se escapa de las amenazas que representan los fenómenos naturales peligrosos?, y más claro aún, ¿Están sus autoridades generando mecanismos serios sobre Gestión de Riesgos a Desastres, Adaptación al Cambio Climático y Resiliencia?
Responder a cada uno de estas preguntas, nos permitirían vislumbrar el futuro de estos países y entender estos mecanismos como oportunidades para disminuir la vulnerabilidad y avanzar hacia el anhelado desarrollo.
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Ver más imágenes de las consecuencias urbanas de Sandy en el hemisferio norte.
Lineamientos de diseño y gestión para el desarrollo de proyectos residenciales de integración social
VerLineamientos de diseño y gestión para el desarrollo de proyectos residenciales de integración social
Título: Lineamientos de diseño y gestión para el desarrollo de proyectos residenciales de integración social.
Autor: Pauline Stockins Larenas
Año: 2009
Tipo Tesis: Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano
Profesores Guía: Iván Poduje, Francisco Sabatini
Relevancia del Tema:
Uno de los efectos de la expansión de las ciudades es el fenómeno de la segregación espacial que enfrentan las comunas y sectores periféricos. La presente tesis analiza la periferia a través del estudio de los proyectos residenciales para clases medias y altas, cuestionándose acerca de la posibilidad de generar barrios integrados. El postulado obedece a la convicción de que a través del diseño urbano y con medidas de gestión y políticas, se pueden lograr cambios en las ciudades.
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(Viene de la formulación de la tesis proyectual)
En la periferia residencial de Santiago se observan en la actualidad importantes procesos de segregación social y fragmentación espacial.
Por un lado las políticas habitacionales han mantenido la segregación socioeconómica a gran escala característica de esta ciudad, desarrollando grandes proyectos habitacionales de viviendas sociales homogéneos, alejados de la mancha urbana, y emplazados en territorios carentes de equipamiento y comercio. Estas soluciones han sido construidas para reducir el déficit habitacional de los grupos más pobres, pero han terminado por producir, paradójicamente, una disminución generalizada de la calidad de vida de sus habitantes, que sufren sentimientos de exclusión y desarraigo territorial, ven disminuidas sus oportunidades laborales y deben asumir además un aumento de los costos y tiempos de viaje (Sabatini, 2001; Rodriguez, 2001; Marcuse, 2000).
Por otro lado, el mercado inmobiliario ha tendido a disminuir la escala de la segregación, construyendo proyectos destinados a clases altas y medias altas, en zonas antes ocupadas por estratos bajos. La disminución de la escala de segregación trae consigo beneficios para los grupos más pobres que se ven favorecidos con la llegada de equipamiento y servicios tendientes a satisfacer a la demanda más pudiente, viendo también acrecentadas sus oportunidades laborales. A pesar de ellos, este acercamiento se ha dado a costa de una creciente privatización de los espacios públicos y a una multiplicación de las barreras urbanas, siendo facilitado por el surgimiento de una nueva forma de construcción de la ciudad caracterizada por la fragmentación espacial del territorio.
(Viene de Base conceptual: Las tres dimensiones de la integración urbana)
En la actualidad no existe un consenso acerca del significado de “integración urbana”, siendo el término muchas veces utilizado sin especificidad, haciendo alusión a diferentes condiciones sociales, funcionales o espaciales propias de la ciudad clásica. En términos generales, se han identificado en la actualidad tres perspectivas desde donde se aborda la integración urbana:
En su dimensión social, la integración suele asimilarse a cohesión social, una cualidad que tiene que ver con el acceso por parte de la totalidad de la población al conjunto de oportunidades de la sociedad: la educación, la salud y el mercado laboral (CEPAL, 2007; M.Garnier, 2007).
(…) Desde una perspectiva socioespacial, y especialmente desde el punto de vista de la geografía urbana, la integración se considera la condición opuesta de la segregación social. La segregación social se define como el “grado de proximidad espacial o de aglomeración territorial de las familias pertenecientes a un mismo grupo social”. Particularmente la “segregación residencial” corresponde a un tipo particular de segregación, referida a la separación o acercamiento espacial entre viviendas de familias pertenecientes a un mismo grupo social (Sabatini, 2011).
(…) La integración social apela a la creación de zonas urbanas en donde habiten en cercanía grupos sociales diversos, pudiendo los grupos menos favorecidos, gozar de los beneficios urbanos que se encuentran presentes en el área.
(Viene de Problema de Investigación)
En nuestro país escasean aún políticas explícitas o directas destinadas a generar barrios integrados, y las acciones se han centrado más bien en satisfacer las necesidades básicas insatisfechas de barrios marginales, ya sea mediante políticas de saneamiento, programas integrales de infraestructura, regularización de servicios básicos, o programas de movilidad social (Arriagada y Rodriguez 2003). A pesar de ello durante los últimos años se han formulado por parte del Ministerio de Vivienda y Urbanismo iniciativas puntuales de barrios mixtos y la integración urbana se ha propuesto como uno de los principales objetivos del gobierno en curso.
Un tema fundamental, pero escasamente incorporado en las políticas públicas, lo constituyen estrategias espaciales que faciliten la generación de proyectos residenciales más integrados. Es por ello que la tesis se propone indagar en estrategias espaciales que permitan que la integración se genere mediante la multiplicación de los espacios de integración social, y no mediante la multiplicación de barreras urbanas.
(Viene de Conclusiones)
El suburbio residencial es desde su origen y concepción anglosajona un fragmento socialmente integrado y espacialmente fragmentado. Se distancia de la ciudad, utiliza muros y accesos controlados, y se vuelca hacia el interior, dando la espalda a su entorno y organizándose en torno a un parque de uso exclusivo para los miembros de la comunidad.
(…) En la ciudad de Santiago no se encontraron antecedentes que demuestren la existencia de barrios cerrados, a pesar de que en el sector oriente de la ciudad se caracterizaba por una alta heterogeneidad social y funcional. Los desarrollos residenciales llevados a cabo durante el siglo XX en la ciudad de Santiago se presentan más abiertos y tolerantes con el entorno, se apoyan en una estructura basada en la calle, existiendo incluso intenciones por parte de sus creadores, de contribuir a la estructura urbana de la ciudad.
(…) Existen factores que se relacionan con las preferencias de la demanda y la lógica de la oferta que han contribuido a la propagación de este “modelo urbano”. La disposición de las viviendas en torno a un pasaje sin salida o cul-de-sac, facilita el cerramiento y genera un espacio protegido del tráfico vehicular, características valoradas por la demanda que opta por este tipo de proyectos. Esta estructura funciona además como una pieza ideal para los intereses del promotor.
(…) El acceso a normas de zonificación flexible, acceso a subsidios estatales y facilidades en los trámites de aprobación constituyen los principales factores de motivación para desarrollar barrios más integrados. Por lo tanto, para que un sistema de ZI sea viable, es necesario establecer incentivos para el privado, para contrarrestar las restricciones que imponen al inmobiliario los valores de suelo. Por otro lado, para evitar la gentrificación se hace imprescindible la utilización de sistemas de control de precios de las viviendas, u otro tipo de mecanismos, cuidando que esto no conlleve a un aumento generalizado del valor de las viviendas del sector.
Gestión del recurso hídrico urbano en emergencias
VerGestión del recurso hídrico urbano en emergencias
[por Antonio Lamas]
No poder contar con agua, es una de las peores situaciones que podemos vivir. En efecto el agua es un elemento vital para mantenerse en buen estado, así como para sobrevivir. En los días posteriores al terremoto y tsunami del 27 de Febrero del 2010, dentro de los múltiples amargos acontecimientos que produjo la catástrofe, se hace hincapié en la carencia de agua en prácticamente todas las zonas costeras de la VIII Región. Las plantas de Tratamiento de ESSBIO que surten de agua a Concepción sufrieron daños que duraron hasta dos meses, que obligaron a la población a utilizar las lagunas y vertientes de Concepción y Talcahuano como fuente del preciado recurso. Respecto a las plantas de tratamiento de residuos líquidos, hasta la fecha no se han restablecido totalmente.
Lo expuesto hace pensar que es fundamental un aseguramiento operacional de las plantas en condiciones de emergencia, certificando la Gestión Ambiental de la operación de las plantas de tratamiento de Residuos Líquidos (RILes).
Un sistema de gestión ambiental, se podría definir como el conjunto de metodologías, técnicas y actitudes humanas desarrolladas por una institución, con el fin de optimizar el uso de todos los recursos de que dispone o puede disponer para mejorar, en forma continua, su desempeño ambiental. La aplicación de un Modelo de Gestión Ambiental, sobre la base de la NCh-ISO 14001, y apoyándose con la NCh-ISO 14004, en la operación y mantenimiento de las Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas en Chile, sería una forma de avanzar en la protección de los recursos hídricos. No basta con controlar lo que ocurre en la descarga, es necesario efectuar controles operacionales, llevar registros que permitan llevar una mejora continua en las plantas de RILES.
Un sistema de gestión ambiental aplicado a las plantas de tratamiento de Residuos Líquidos (RILes) permitiría:
a) controlar e identificar situaciones de riesgo que pueden causar daño al medio ambiente donde se desarrolla el proyecto, facilitando de esta forma la toma de medidas para evitar situaciones de riesgo y contaminación durante la operación de la planta;
b) un mejor funcionamiento y asegura la calidad de las aguas tratadas por la planta;
c) asegurar que los procedimientos que se realizan para cumplir con esto sean ambientalmente amigables con el entorno físico y social.
Mediante el sistema de gestión ambiental y territorial, la administración de la planta debe elaborar un plan para enfrentar contingencias y emergencias, además de cumplir con las exigencias establecidas en las normativas ambientales utilizadas para el proceso de limpieza de las aguas, para que sean devueltas de esta forma a su cauce natural.
Por lo señalado, tal como se ha aplicado en los Sectores Alimentos, Turismo, Capacitación y otros rubros, sería altamente beneficioso (para que no se repitan situaciones como las del 27 F), que se exija, por parte de la Autoridad Territorial y/o Sanitaria, una calificación a las fuentes de agua potable en Chile.
Blocks en Chile
VerBlocks en Chile
[por Jaime Varas]
La falta de una planificación territorial estratégica, prospectiva y holística del territorio ha generado una estratificación social en la región metropolitana y también en el resto del país, provocando una homogeneidad del territorio socioeconómico y que ha guetizado la ciudad. Evidencia de esto son los blocks, sistema que actualmente alberga más de un millón de chilenos.
La vivienda social más destacada del pasado siglo a la hora de solucionar el drama de la cobertura posee una historia iniciada con un gran desperfecto: no se pensó desde lo urbano. El diseño preliminar no tomaba en cuenta que en el largo plazo uno de los mayores problemas sería el hacinamiento y el allegamiento, punto de partida para generar verdaderos guetos dentro de las ciudades que potencian un sin fin de condenas motivadas por el simple hecho de “tratar de mejorar la calidad de vida”, lamentablemente sólo se quedaron en las ganas al considerar una sola variable, techo para vivir. Esto recae en una total despreocupación del resto de la matriz de intervención y en cada momento la voracidad de la expansión urbana carcome las posibilidades de la gente que habita una triste realidad, los blocks.
Los lugares donde estos conjuntos de viviendas han sido emplazados fueron elegidos principalmente por los bajos precios del terreno, desplazando sectores de alta potencia agrícola y quitando la posibilidad de estética a la ciudad de forma sistemática (no sólo los blocks entran en esta categoría), pensando la solución sólo en términos de vivienda sin considerar el acceso a servicios, conectividad y cercanía con la fuente de trabajo, dejando a un territorio desprovisto de una gobernanza efectiva y con nula percepción de seguridad. Estas viviendas son un arma segregadora que al combinarlas con una mala calidad educativa pasan a ser la principal navaja que asesina las oportunidades de miles de compatriotas.
Los terrenos donde se han construido gran parte de los blocks en su minuto eran consideradas zonas periurbanas, casi rurales, donde se creía que la vida era más barata, pero muchas de estas zonas estaban habitadas principalmente por personas de clase media alta que vivían en domicilios o condominios privados y por lo tanto el precio de la vida y los servicios no estaban al alcance de los bolsillos de los nuevos habitantes. Los «nuevos vecinos», soportando el látigo de la famosa «mano invisible», no tuvieron otra opción que el encierro e ir por el único camino hacia la salvación: el gueto.
La realización de estos complejos habitacionales, en su mayoría ubicados en la periferia de la ciudad, carecía de planificación estratégica, asumiendo que el territorio de por sí sería acogedor (otra vez la mano invisible haciéndose cargo). Esto se visualiza en aspectos tan cruciales y básicos como la falta de servicios básicos: salud, transporte, educación, acceso a áreas verdes.
Por lo tanto, la capacidad de acogida de la zona periurbana es un territorio difuso, donde el uso de suelo es muy cambiante y muchas veces los agricultores son los guardianes del paisaje rural y las inmobiliarias unas colonizadoras de la “modernización”, que frente a la falta de limitaciones claras de estas zonas de transición, siempre lo rural se verá desplazado simplemente porque no logran una competencia pareja que vele por un óptimo paretiano entre los distintos actores de una localidad o comuna. El drama es que los agricultores son perjudicados y los nuevos habitantes caen en una tela de araña en donde sucumben por un Estado que se dedica a suplir necesidades que no son reales y no se encarga de densificar las ciudades de una manera planificada. Entonces cada día hay menos ruralidad y más…
Si queremos solucionar el problema de los blocks es necesario optimizar la ocupación del territorio asignando usos múltiples, en donde las funciones cognitivas, estéticas, deónticas e indiciales del territorio sean conservadas para que pasen a ser un derecho en donde el Estado se haga cargo, ya que en la medida que se intensifique la ocupación de áreas de mayor riesgo, mayores serán las probabilidades de desestabilizar el sistema y de causar daños. Aunque quizás lo más sano sería partir por arreglar algunos blocks y que el Estado haga uso de su poder para solucionar el actual problema de más de un millón de chilenos. Esta planificación debe mirar de una manera holística a la ciudad, no solo considerando el territorio, sino que también considerando la dimensión social, política y económica de todas las acciones a realizar.
Jaime Varas Reus
VerJaime Varas Reus
Estudiante de 4to año de Agronomía (Gestión Ambiental) PUC, diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable USACH, ex-Consejero Territorial FEUC de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal 2012.
Actualmente participa del proyecto Chile Va! del programa EXPLORA-CONICYT y de la cátedra UNESCO en Acceso e Inclusión a la Educación Superior.
Participación en PLANEO:
Macarena Pérez García
VerMacarena Pérez García
Actualmente desempeña su trabajo en la Fundación Sendero de Chile, orientando su labor a la puesta en valor del patrimonio natural y cultural de Chile a través de la interpretación y la educación ambiental.
Realiza actividades de docencia en el Instituto de Geografía de la PUC y la Academia de Humanismo Cristiano, en temáticas relacionadas con el análisis territorial y la gestión ambiental.
Participación en PLANEO:
COMPRAR, TIRAR, COMPRAR, La historia secreta de la obsolescencia programada.
COMPRAR, TIRAR, COMPRAR, La historia secreta de la obsolescencia programada.
VerCOMPRAR, TIRAR, COMPRAR, La historia secreta de la obsolescencia programada.
[Por Macarena Pérez]
SOBRE LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA Y OTRAS COSAS
Año: 2011
Director: Cosima Dannoritzer
País: España
He pensando muchas veces, lo poco rentable que resulta, la insistencia de algunas personas por mandar a arreglar sus artefactos eléctricos a los cada vez más escasos talleres de barrio. Siempre pensé que era mucho más económico comprar uno nuevo. Es igual que decidir hacer tu propia ropa o creerse pastelero en el hogar…pero para que si resulta más corto y barato adquirir esos productos.
Eso creía hasta que alguien me recomendó ver un documental denominado “Comprar, tirar, comprar”. No sólo conocí las afirmaciones que nos hacen pensar en que todos nuestros artefactos eléctricos están destinados a morir, así como las ampolletas al momento de su creación en 1.811 duraban 1.500 horas y una agrupación de productores decidió en 1.924 que todas tendrían una vida útil de 1.000 horas.
En ese momento vino a mi memoria la cantidad de veces que recuerdo a mi padre decir que antes las cosas duraban más, de hecho, para él votar algún artefacto es casi impensable, por supuesto sin perder de vista lo difícil que era conseguir algunos bienes en el Chile de sus años de juventud. Por otro lado y sin dejar de pensar en los males del mercado actual, existen productos a bajos precios y mayor variedad, situación que para muchos ha derivado en un consumismo sin límites, en que las personas caen en endeudamientos por sobre sus capacidades de pago con tal de considerarse parte de una sociedad.
Esto sin duda, es un símbolo de la sociedad actual, pero será que el tema real es el siguiente: ¿nuestros artefactos no están hechos para durar mucho?, porque no es negocio rentable para las empresas que los fabrican que los mantengamos por 20 o 30 años.
El documental aborda específicamente esta pregunta, con situaciones que dan cuenta de esta “poca duración programada”. Uno de los afectados es un usuario de Ipod y debo reconocer que me sentí bastante identificada, sobre todo porque efectivamente las baterías dan la impresión de durar cada vez meno. El hecho de no llevar el cargador durante el día implica quedar incomunicada en la tarde, probablemente porque los aparatos como el celular desempeñan muchas funciones más que solo ser un medio de comunicación. Sin duda, en el caso del documental queda comprobado que las baterías tienen una duración determinada, por lo tanto todos estamos destinados a adquirir tarde o temprano un nuevo aparato, sin darnos cuenta pasamos a ser parte de una destinación no planteada al momento de la compra.
Las consecuencias de la obsolescencia programada son muy relevantes, quizás la más evidente, es la cantidad de residuos que se generan al desechar artefactos. Es cierto que cada vez más se ven lugares en que se pueden reciclar celulares, o iniciativas en que uno puede donar su antiguo celular, hace poco una amiga me contó sobre una iniciativa en el tema. (Ver http://www.janegoodall.es/es/movilizateporlaselva.html).
Sin embargo, en este documental se muestra adonde van los artefactos obsoletos de los países del primer Mundo. Cientos de cargamentos llegan a países de África con restos de la basura de países que se consideran desarrollados, que se atribuyen el derecho de contaminar en un lugar alejado de su hogar, lo que me recuerda lo visto en algún momento al analizar conflictos ambientales y otras actividades no deseadas: mientras no lo vea o sienta no existe.
En definitiva, este documental invita a pensar antes de votar nuestros artefactos, pero en un aspecto más de fondo a preguntarse si es realmente necesario adquirir tantas cosas. ¿Qué es lo que nos lleva a necesitar más? O es simplemente que no tenemos conciencia de lo que implica deshacernos de nuestra basura.
Una invitación a buscar alternativas: reciclar, quizás vender, regalar o simplemente como plantea una de las voces del documental, el economista francés Serge Latouche, emprender la “revolución del decrecimiento”, que se oponga a los tres pilares de la sociedad del crecimiento: la publicidad, la obsolescencia programada y el crédito. El decrecimiento es una posibilidad de atreverse a pensar un mundo diferente y “salir de la economía”.
Reconstrucción post terremoto y tsunami 2010 en Chile
VerReconstrucción post terremoto y tsunami 2010 en Chile
Revista Planeo Nº8, Crecimiento Urbano, Diciembre 2012
Marco institucional, instrumentos y mecanismos para la recuperación[1]
[Por Gerson Mac Lean R.]
RESUMEN:
En el marco de la reconstrucción post 27F como manera de crecimiento de la ciudad y desarrollo urbano, el autor presenta aspectos de la investigación en la que colabora centrándose principalmente primero en cuál ha sido el marco institucional de la reconstrucción y, luego, en los instrumentos y mecanismos de respuesta utilizados para iniciar este proceso. Todo lo anterior lo conduce a sacar conclusiones sobre cómo realizar procesos de desarrollo urbano y recuperación sobre todo en circunstancias sin catástrofe, o sea en los habituales “tiempos de paz”.
[1] El artículo corresponde a una síntesis del capítulo “Análisis del proceso de reconstrucción desde la óptica del desarrollo territorial y la implementación de políticas públicas dirigidas al territorio” del proyecto de investigación “Reconstrucción de asentamientos humanos producto de catástrofes naturales. Una aproximación al rol de la gestión territorial y la política comunicacional a escala local, en el marco de la sociedad del riesgo. El caso del plan de reconstrucción de los municipios de Talca y Constitución en la VII región del Maule”, financiado por el Fondo de Financiamiento a la Investigación de la Vicerrectoría Académica de la Universidad Central de Chile, 2011 – 2012, realizado por el autor junto a Marco Valencia, Carlos Durán, Axel Torres y Juan Carlos Troncoso.
INTRODUCCIÓN
Más allá de los permanentes reportes, análisis y evaluaciones que se vienen realizando sobre la manera de actuar del Estado chileno frente a la emergencia post catástrofe del llamado “27F”, y por sobretodo, frente al diseño y ejecución de un supuesto Plan de Reconstrucción, la reflexión que desde hace algún tiempo comienza a tomar fuerza en diversos ámbitos de estudio y opinión está referida, más bien, a cómo se debiese capitalizar la experiencia llevada a cabo durante los casi tres años desde que aconteció la catástrofe, relevando y sistematizando las buenas prácticas, ajustando o modificando nuestra institucionalidad y nuestras leyes, o transformando el desastre en una oportunidad de cambio y desarrollo que permita no sólo devolver las condiciones de normalidad a los territorios afectados, sino que además detonar nuevos procesos de desarrollo territorial. En dicho sentido, frente a una catástrofe de proporciones considerables, que expone cifras emblemáticas con las que se dimensiona el largo alcance temporal y financiero que significaría un proceso de reconstrucción, cabe considerar y centrar el análisis en un aspecto relevante: que, ante todo, el proceso de reconstrucción se constituye a partir del diseño, la gestión y la ejecución de un gran plan de desarrollo territorial que busca revertir, entre otras tendencias, procesos preexistentes de obsolescencia, deterioro, abandono o estancamiento urbano. Se trata, también, de la gestión y ejecución de políticas de urbanización y mejoramiento urbano, entre las que, ciertamente, la Política Habitacional es la que ha cobrado mayor relevancia dadas las cifras sobre viviendas destruidas, inhabitables o dañadas (370.000 en total)[2].
Al respecto, más allá de las cifras sobre metas, logros, avances o gasto público ejecutado hasta la fecha en el marco de la actual reconstrucción, cabe preguntarse qué tan preparado se encuentra el Estado chileno para enfrentar no sólo eventuales nuevos procesos de reconstrucción post catástrofe, sino que además procesos de desarrollo territorial complejos que progresivamente deberán incorporar a la ciudadanía en la toma de decisiones. Por el momento, se ha actuado desde los principios que rigen el rol subsidiario del Estado, a través de lo que existe en nuestra institucionalidad. Los cambios o ajustes que se han realizado han dado cuenta, más bien, de la necesidad inmediata y puntual de flexibilizar algunas variables que afectan al proceso de manera de dinamizarlo.
MARCO INSTITUCIONAL DE LA RECONSTRUCCIÓN EN CHILE
Posterior a la catástrofe del 27F y a la consecuente activación de todos los mecanismos existentes para enfrentar la emergencia y la normalización inmediata de las zonas afectadas, se inicia un proceso de reconstrucción que reconoce a la vivienda como principal foco de inversión. El proceso se conforma y se planifica a partir de la base institucional ya existente en el país, a través de la cual se llevan a cabo los procesos regulares de urbanización y mejoramiento urbano. En este sentido, se ha relevado, por parte de diversos actores, el valor de contar en Chile con un diseño político institucional que define roles, funciones y objetivos claros para cada actor público: un diseño que establece la organización de sus instituciones, los mecanismos e instrumentos posibles de utilizar y el marco jurídico con el que se implementa y ejecuta la inversión sectorial. Finalmente, dicha organización institucional es la que ha permitido identificar, de manera expedita, las iniciativas de inversión necesarias para llevar a cabo la reconstrucción de ciudades, pueblos y localidades, facilitando, de esta manera, la identificación de sus fuentes de financiamiento.
Con el objetivo de realizar las iniciativas de inversión de cada ministerio de manera coordinada e integral, el Presidente Sebastián Piñera conformó el llamado “Comité de Infraestructura y Reconstrucción”, liderado porla Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE, dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública) y compuesto por los ministerios que ejecutan, administran o facilitan la inversión territorial, los ministerios encargados de ejecutar los equipamientos de Salud, Educación, Cultura y Patrimonio, y los encargados de dinamizar la economía, el empleo y la inversión regional. Concebido como instancia de coordinación intersectorial, toma como base la organización de la anterior Comisión de Ciudad y Territorio (COMICYT, liderada en su momento por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo).
Por su parte, y a nivel de organización institucional regional, se crean los “Comités Ejecutivos de Reconstrucción”, símil del anterior pero con un quehacer operativo que busca coordinar la inversión sectorial de cada ministerio a través de sus secretarías y servicios regionales, además de generar el vínculo entre los ministerios y los Gobiernos locales. En este marco, y más allá de la operatividad y el quehacer de cada uno de estos comités, cobra relevancia y se retoma la figura y el rol, pocas veces asumidos, del Intendente y del Gobierno Regional como actores que lideran procesos de desarrollo territorial complejos, en los que se integran tanto la inversión pública como la privada, y en los que se deben concertar diversos actores públicos, privados y ciudadanos.
Al respecto, cabe relevar que el proceso de reconstrucción ha permitido, al mismo tiempo, la generación y la articulación de instancias de coordinación técnica y multisectorial necesarias para gestionar, coordinar y monitorear no sólo procesos de reconstrucción en sí, sino que además intervenciones territoriales de escala regional, intercomunal, comunal y barrial, incluidos los llamados “proyectos urbanos”. Se delinea así un potencial modelo de organización institucional para enfrentar procesos o planes de desarrollo territorial complejos. Apuntando hacia dicho objetivo, y como una manera de fortalecer y consolidar los roles y las funciones que ya se le han asignado a Intendentes y Gobiernos Regionales, se encuentra en trámite parlamentario un Proyecto de Ley que busca profundizar la “Descentralización Administrativa en el Gobierno Regional” (Gobierno de Chile, 2011)[3], otorgándole mayores atribuciones a éstos en materia de inversión territorial y definiendo instrumentos que garanticen su ejecución integrada.
Por su parte, y respondiendo a las necesidades urgentes de las comunidades afectadas, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) adquiere un rol preponderante que traduce en la creación del llamado “Comité de Reconstrucción MINVU”, cuya función principal ha sido articular la inversión en vivienda, vialidad urbana y espacios públicos, además de conducir las modificaciones y/o ajustes normativos necesarios de incorporar a los Instrumentos de Planificación Territorial; esto último a propósito de la identificación de nuevas zonas de riesgo para asentamientos humanos. En el marco de la gestión integral de la inversión urbana, el MINVU se ha encargado además de gestionar y monitorear la elaboración de los planes maestros de reconstrucción para ciudades y pueblos emplazados en las “Zonas Afectadas por Catástrofe”.
Con respecto a los gobiernos locales, si bien tanto la Ley como la organización institucional y el diseño de vínculo entre actores los posiciona como responsables directos del proceso – además del esfuerzo de constituirlos como “puente” entre el Gobierno Central, el Gobierno Regional y la ciudadanía – en la práctica éstos han manifestado debilidades en las estructuras y en los soportes técnicos necesarios para liderar y conducir procesos complejos de intervención urbana. En respuesta a esto, algunos planes de reconstrucción incorporaron, incluso más allá de la identificación de iniciativas de inversión, propuestas de conformación de entidades municipales autónomas, como “Corporaciones de Desarrollo” o “Agencias de Reconstrucción”, que se hiciesen cargo del proceso a nivel comunal y se coordinasen con las respectivas instancias a nivel regional.
Por lo tanto, la organización institucional predefinida con la que se enfrenta el proceso de reconstrucción ha operado desde sus funciones preestablecidas, definiendo sus objetivos y modos de operar a partir de la definición previa de misión – visión de cada institución pública. En este marco, el proceso que gatilla la necesidad de reconstruir ciudades y pueblos a partir de la reconstrucción de sus viviendas, equipamientos e infraestructura urbana determinó utilizar e implementar una serie de instrumentos y mecanismos que permitiesen viabilizar iniciativas de inversión, reconocibles e identificadas presupuestariamente por cada actor institucional.
INSTRUMENTOS Y MECANISMOS DE RESPUESTA UTILIZADOS PARA INICIAR EL PROCESO DE RECONSTRUCCIÓN URBANA
Para llevar a cabo un proceso de reconstrucción urbana de las zonas afectadas, la sólida institucionalidad señalada ha debido operar y dar curso a la inversión sectorial a partir de un marco jurídico – predefinido, creado o ajustado – que ha hecho posible viabilizar la gestión y la focalización de los recursos, a partir de líneas de inversión sectorial definidas por marcos presupuestarios identificables. De esta manera, la definición de “Zonas Afectadas por Catástrofe” se conforma como primera acción operativa de reconstrucción, otorgándole un marco jurídico al territorio en el que se focaliza la inversión y definiendo al Intendente como “autoridad responsable de la coordinación y ejecución de los programas de recuperación que el Supremo Gobierno ha determinado para las Regiones afectadas”[4]. Por otra parte, se han modificado leyes y artículos con el objetivo de acelerar los procesos de ajuste normativo (de manera de reconocer el riesgo en los Instrumentos de Planificación Territorial) y el otorgamiento de permisos de demolición o edificación para aquellos casos en los que se ha hecho necesaria una solución expedita.
Por su parte, reconociendo la situación de emergencia y necesidad prioritaria, la Política Habitacionaldel MINVU ha permitido dar respuesta a las familias damnificadas a partir de una serie de programas y subsidios regulares existentes, ajustados o creados; todo en el marco del llamado “Sistema de Atención Habitacional para Situaciones de Emergencia”, el que ha permitido movilizar de manera flexible y expedita los recursos presupuestarios y las líneas de atención habitacional en situaciones de emergencia y en territorios declarados como zonas afectadas por catástrofe[5].
En este marco, asumiendo que los problemas, el déficit y las demandas generados por la catástrofe son de una amplia diversidad territorial y cultural, se crearon nuevos tipos de subsidios y mecanismos de mejoramiento habitacional, uno enfocado en la reconstrucción de la vivienda en el mismo predio en el que estaba edificada la vivienda destruida y otro enfocado en la reconstrucción residencial del predio a partir de la inserción armónica del volumen edificado en su contexto urbano. El primero, denominado Subsidio en Sitio Residente, busca reducir o maximizar los costos de la nueva vivienda (dado que no se costea el valor del suelo) y permitir mantener su lugar histórico de residencia a las familias damnificadas; el segundo, denominado Subsidio de Densificación, busca reconstruir no sólo viviendas sino que además el paisaje urbano de los centros históricos de ciudades y pueblos afectados por la destrucción masiva de sus manzanas. En este último caso, la experiencia, sumada a todas aquellas iniciativas de mejoramiento urbano (sobretodo las referidas al espacio público), se debiesen constituir en referentes y bases para diseñar e implementar nuevas políticas de regeneración urbana que vayan más allá del Subsidio de Renovación Urbana, la protección restrictiva de áreas definidas normativamente o el incentivo a la restauración patrimonial.
En el caso particular de las ciudades y pueblos costeros, se ha complementado la ejecución del proceso de reconstrucción con la incorporación de medidas de mitigación de impactos causados por eventuales nuevos tsunamis. De esta manera, con el objetivo de actualizar los Instrumentos de Planificación Territorial vigentes en función del riesgo, se han definido, por una parte, áreas de riesgo (derivadas de los Estudios de Riesgo) zonificadas o diferenciadas según el nivel de impacto de las eventuales olas y, por otra parte, y de manera complementaria, se han incorporado nuevas tipologías de vivienda (las llamadas viviendas “tsunami resilientes”) con las que se busca habilitar áreas residenciales en zonas inundables de bajo impacto y en las que se permita activar mecanismos de alerta temprana.
En dicho contexto de respuesta a la emergencia inmediata, de activación de mecanismos necesarios para la reconstrucción urbana y por sobretodo, de respuesta masiva a las necesidades individuales de cada familia afectada, emerge la elaboración de los denominados “Planes Maestros de Reconstrucción” como metodología para la definición y la gestión integral de iniciativas de inversión pública y privada. El instrumento, si bien no es vinculante y no forma parte de nuestros Instrumentos de Planificación Territorial, en opinión de diversos actores, se ha constituido en una “hoja de ruta” o “carta de navegación” para el proceso de reconstrucción de cada ciudad y pueblo afectado, lo que, ciertamente, determinará la factibilidad de utilizarlos para futuros procesos de intervención urbana en otras ciudades del país. Entre las ventajas que conlleva la utilización de este tipo de instrumento están:
– Generar una cartera de proyectos, priorizada y validada;
– Facilitar la discusión y el debate entre actores técnicos y ciudadanos;
– Transformarse en un instrumento de comunicación estratégica que facilita la búsqueda de acuerdos;
– Favorecer la ejecución coordinada y armónica de las diversas iniciativas de inversión.
Razones por las cuales los planes maestros se fueron constituyendo, además, en una guía para la difusión, la sensibilización, la discusión y la toma de decisiones compartidas respecto a iniciativas y proyectos de inversión (MINVU, 2012); han permitido, además, otorgarle un marco – o contexto – al debate en torno a la ciudad que sus habitantes quieren ver reconstruida, gatillando, de esta manera, incipientes manifestaciones de participación ciudadana e instancias pedagógicas sobre hábitat e identidad urbana.
CONCLUSIONES PRELIMINARES
Más allá de la catástrofe, las iniciativas llevadas a cabo para abordar la reconstrucción urbana de ciudades y pueblos de las zonas afectadas se han conformado como una oportunidad para focalizar la inversión pública en territorios que vivían procesos de deterioro y obsolescencia, pérdida de población y de capital social, o que se encontraban en estado de paralización de sus actividades económicas. En esta línea, la reconstrucción se ha transformado, a la vez, en un proceso de rehabilitación de centros urbanos deteriorados, de regeneración de centros históricos fundacionales o en la estrategia de desarrollo para centros urbanos estancados.
Sin embargo, el marco institucional chileno se limita, principalmente, a la urbanización residencial del suelo, relevándose por ejemplo el carácter subsidiario y “viviendista” del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y la permanente medición de indicadores de avance del proceso en función del otorgamiento de subsidios habitacionales y de la ejecución presupuestaria en vivienda. En ese sentido, el valor de la integralidad de las iniciativas de inversión y la coordinación concertada de los diversos actores gestores y ejecutores carece de un marco formal o jurídico que lo defina desde sus bases y principios. Los diversos tipos y metodologías de elaboración de los planes maestros así lo manifiestan como también la aplicación de diversas metodologías de inclusión de las comunidades en la toma de decisiones (la denominada “participación ciudadana”).
Por otra parte, respecto al rol que juegan los municipios dentro del proceso, más allá de las legítimas intenciones de empoderarlos en el proceso de incorporar sobretodo la opinión de sus actores técnicos y la de las comunidades con las que interactúan (muchas veces concentradas en grupos cautivos de dirigentes vecinales), el proceso de reconstrucción urbana de muchas ciudades y pueblos ha dejado en evidencia el débil soporte institucional y técnico con el que cuentan los municipios, sobretodo los de mayor carácter rural.
Con respeto a la utilización de planes maestros para la reconstrucción, si bien se transforman en verdaderas “hojas de ruta” que definen, priorizan y coordinan iniciativas de inversión, su concepción como instrumentos de planificación urbana resulta limitada y artificial si no se hace vinculante a través de acuerdos formales y legales como convenios entre actores o contratos urbanos[6].
Por otra parte, a la utilidad que brinda el plan maestro como instrumento de gestión y comunicación de un proyecto urbano, en algunos casos, se ha transformado también en un medio de instalación de mensajes para “positivar” el territorio y brindarle oportunidades de desarrollo y cambio, transformando incluso los procesos y las obras en una plataforma de “venta” del significado simbólico de la ciudad como atributo de competencia urbana. Más allá aún, en los casos en los que su elaboración estuvo asociada al patrocinio del grupo económico que financió su elaboración (como la empresa de celulosa Arauco en Constitución), dicha transmisión e instalación de mensaje consideró estrategias de marketing utilizadas comúnmente por la empresa privada para instalar marcas comerciales entre los clientes o para valorizar y positivar su imagen corporativa frente a la de su competencia.
Es aquí donde el rol asumido y el sello que le brinda el Estado a los procesos de reconstrucción cobran relevancia, desde el momento en que éste debe cautelar el interés público, la inclusión igualitaria de todos los actores ciudadanos y, finalmente, que dichos procesos no deriven en desarrollos territoriales dispares determinados por la competencia exacerbada entre los diferentes centros urbanos de una misma unidad geográfica; es decir, en dicho aspecto, cobra relevancia, una vez más, la mirada integral de la reconstrucción desde el territorio local y entre las diversas unidades que conforman el sistema urbano de una comuna, provincia o región.
[2] Gobierno de Chile, 2010.
[3] Para mayor información ver www.gob.cl.
[4] Decreto 150, del 02 de marzo de 2010. Ministerio del Interior, Subsecretaría del Interior.
[5] Decreto Supremo N°332 (V. y U.), de 2000.
[6] Ver el caso de los llamados “Contratos de Barrio”, incorporados por el Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, con los que dicho Ministerio, en conjunto con el respectivo municipio y la comunidad organizada firman un acuerdo formal de compromisos a llevar a cabo en un plazo estimado, a través de recursos financieros definidos. Para mayor información ver www.minvu.cl.
Entrevista Darío Oyarzún. El MINVU no sólo debe poner a disposición el suelo que tiene, sino que comprar suelo.
VerEntrevista Darío Oyarzún. El MINVU no sólo debe poner a disposición el suelo que tiene, sino que comprar suelo.
Revista Planeo Nº8, Crecimiento Urbano, Noviembre 2012
Temprano en la mañana nos reunimos en el Drugstore de Providencia con Darío Oyarzún, Director Nacional de Arquitectura de Vivienda Definitiva de la organización TECHO (ex Un Techo Para Chile). Compartiendo un café y dándonos ejemplos de distintas ciudades de Chile, él nos cuenta sus impresiones sobre el papel que juega la vivienda social sobre el crecimiento de las ciudades.
Cuéntanos un poco del papel de TECHO para el crecimiento urbano. ¿Se trata de cumplir con la política de vivienda establecida, o más bien de llenar un vacío frente a la demanda de vivienda?
Nosotros tenemos una demanda “cautiva”. TECHO es una ONG que trabaja con familias de campamento, que están interesadas en que el proyecto se realice. Es distinto al caso de las inmobiliarias, donde se desarrolla un proyecto y luego se busca a la demanda. No generamos proyectos habitacionales sin una demanda ya establecida. En ese sentido, venimos a cubrir un déficit habitacional mediante nuestra gestión inmobiliaria.
En el momento en que tú desarrollas un proyecto de vivienda tienes que ir a buscar un terreno, y hoy esos terrenos son en muchos casos los de la periferia. Eso de que “no hay suelo para vivienda social” no es tan así. Lo que no hay es un suelo con un valor que se pueda financiar con el subsidio actual. Esa es la figura más exacta.
El papel nuestro en el desarrollo urbano es también a nivel local; nuestros proyectos no son grandes urbanizaciones. Estamos hablando de proyectos de hasta 150 viviendas, que es lo que permite la política habitacional chilena. En algunos casos juntamos dos o tres proyectos, y ahí el más grande es de 415 viviendas. Eso en La Pincoya, un sector consolidado.
Entonces nuestro impacto es más bien local. No te diría que nuestros proyectos se caracterizan por influir de manera determinante en el crecimiento de la ciudad.
En el caso de Santiago, muchas veces se ha observado que la construcción de viviendas sociales impulsa la expansión de los límites urbanos de la ciudad. En tu experiencia, este patrón de crecimiento ¿se da también en otras ciudades del país?
Nosotros trabajamos en distintas ciudades, desde Iquique a Valdivia. Estamos también en otras ciudades, de otras características, no metropolitanas. Y nuestra experiencia es bastante distinta, dependiendo de la ciudad.
Al norte, la situación es mucho más desfavorable que al sur. En cuanto al crecimiento y a la capacidad de generar proyectos de vivienda social bien localizados. Esto, principalmente por los costos de vida y de suelo de ciudades mineras como Iquique, Antofagasta, Copiapó. La minera ha traído un impulso importantísimo a estos lugares, y lamentablemente no hay suelo bien localizado disponible para vivienda social.
El caso más dramático es el de Copiapó. Es la ciudad que más ha crecido en el último tiempo en Chile, con un costo de vida muy elevado. Ahí tenemos un proyecto social que estamos a punto de entregar. Está en el pericentro de Copiapó. Los espacios de gestión de terrenos hoy en esa ciudad son bastante limitados. No hemos podido encontrar más suelos con características de conectividad a las redes de transporte, salud, educación, etcétera. El suelo disponible está a un precio que no es factible de financiar.
En el caso de Concepción y Valdivia, ¿se dan proyectos en la periferia de la ciudad?
No, el proyecto de Concepción está muy bien localizado. Está a quince cuadras de la Plaza de Armas. Pero su particularidad es que nosotros gestionamos recursos adicionales para financiar ese proyecto. Con el subsidio no alcanzaba. Aparte es un proyecto de reconstrucción, no vinculado al subsidio normal.
La realidad pre-terremoto era distinta en cuanto a los valores de suelo. Se generó un pequeño salto en los valores. No sé si es real, o tiene que ver con la especulación.
Describe, según tu experiencia, las diferentes problemáticas y desafíos de crecimiento que existen en las distintas áreas metropolitanas donde opera TECHO, a lo largo del país.
Ahí hay una cuestión ideológica. Yo no estoy en contra del crecimiento urbano de por sí. Tampoco estoy en contra de la edificación en altura. Creo que se pueden hacer buenos proyectos de mediana altura para vivienda social. Probablemente tendrá que ser así, si quieres tener un proyecto bien localizado.
Eso también uno trata de transmitirlo a las familias. Como la demanda está cautiva, el desarrollo del proyecto se hará junto con esa demanda. Muchas veces tenemos distintas opciones de terreno, y junto a las familias tenemos que decidir.
Volviendo a los desafíos, yo diría que tienen que ver con estándares de espacio público, con conectividad, con equipamientos. Hoy en día, la política habitacional asegura, en cierta medida, que los proyectos tengan un estándar superior al que había desde el año 1986 al 2004.
Una experiencia que trató de cubrir el déficit de espacios públicos, equipamiento y conectividad fue el Quiero Mi Barrio. Pero creemos que debería haber una inyección más decidida de recursos a las comunas en las que trabajamos. El subsidio de vivienda tenía un subsidio complementario, que era de localización. Uno para comprar el terreno, otro para habilitar el terreno. Los requisitos eran estar a una cierta distancia de un establecimiento educacional, de un centro de salud, de un paradero de transporte público, y que el 60% de las personas fueran de la misma comuna donde se construya.
El tema es que ese subsidio, en la realidad, no tuvo impacto. Un estudio de ProUrbana indicaba que el 90% aproximadamente del suelo disponible en Santiago era factible para esas condiciones. Pero ¿qué entendemos por localización? ¿Es que las familias mantengan las redes y tengan un estándar mínimo de equipamiento? ¿O mejorar sustantivamente las características de localización de esa familia?
Me parece que es un poco de ambas. Mejorar la localización no tiene que ver con agarrar las familias y llevarlas a otro sitio “mejor”. El equilibrio está en mantener las redes pero mejorar el entorno en el que viven.
Isabel Brain con Francisco Sabatini sacaron un paper que dice que los campamentos están mucho mejor localizados que las viviendas sociales. Ahí hay que tener una visión crítica; muchas veces en los proyectos de vivienda social les das un estándar de habitabilidad mínima, pero la localización la estás empeorando. Creo que hay que tener una visión más íntegra del problema. Proyectos que incluyan nuevas viviendas, pero también inversión en el lugar donde se están emplazando esas nuevas viviendas.
¿Hay alguna estrategia establecida para ustedes, para determinar el diseño y la ubicación de los proyectos?
El año 2008 hicimos un trabajo de barrido de terreno a nivel nacional. Se hizo un sondeo de terrenos disponibles en la Región Metropolitana, en Antofagasta, en Copiapó, etc. Esto lo hicieron unos geógrafos, que estuvieron un año viendo terrenos disponibles. Con esa base de datos trabajamos, y levantamos muchos proyectos.
Estamos buscando en el día a día. Lamentablemente no tenemos un equipo dedicado a esto, como las inmobiliarias. Muchas ya tienen sus terrenos. En muchos casos ya tienen grandes paños esperando que cambie el plan regulador, o programando construcción por etapas. Nosotros tenemos proyectos más focalizados, tratamos de enfocarnos junto a las familias, y somos un poco más artesanales al respecto.
¿Qué pasa con la dinámica inmobiliaria privada? ¿Es un actor con el que ustedes se suelan topar?
Nuestra experiencia, respecto de la gestión de proyectos, nos ha demostrado que son negocios que funcionan de manera bastante paralela. Hasta el momento no hemos tenido grandes conflictos con inmobiliarias. No somos una competencia, por los montos que manejamos.
Nosotros nos hemos dado cuenta de esto porque al momento de hablar con las empresas constructoras, muchas dicen “menos de 120 casas, yo no construyo”. No es rentable.
Pero en general no hemos tenido conflicto con las inmobiliarias. Incluso, en algunos casos, hay inmobiliarias que han trabajado a la par con nosotros en la gestión de proyectos. Ha ocurrido que terrenos nuestros colindan con terrenos de inmobiliarias importantes, y éstas han colaborado con las gestiones municipales y puesto su equipo profesional a disposición.
Muchas veces proyectos nuestros están ubicados en suelos muy bien localizados. Y ahí viene una pregunta: Si esos suelos están tan bien localizados, ¿por qué nadie ha hecho un proyecto ahí? Y es que muchas veces estos terrenos tienen problemas de gestión, que la inmobiliaria, por el objetivo de negocio que tiene, no está dispuesta a asumir.
Nosotros hemos tenido casos en que hay que hacer subdivisión, fusión, cambio de uso de suelo, y abajo pasa un acueducto, y una mecánica de suelo que es muy mala, y además el dueño del terreno es una sucesión de quince hermanos. Una inmobiliaria, frente a eso, te va a decir que no. Nosotros no, creemos que si ese terreno está tan bien localizado, merece la pena los esfuerzos para hacer ciudad ahí. Muchas veces son los mismos terrenos donde están ubicados los campamentos.
Muchos de estos terrenos también son de Bienes Nacionales, y nunca había pensado usarlos para eso. Tampoco es labor del Ministerio de Bienes Nacionales hacer proyectos de vivienda social, entonces en esos casos nuestra misión no es sólo desarrollar los proyectos, sino palanquear a todas las instituciones involucradas para que un proyecto sea factible también. Eso implica mucha gestión ministerial, municipal, de la intendencia…Ahí nos aprovechamos un poco de la “marca TECHO”, que abre puertas.
Se habla mucho de la importancia de la accesibilidad a la ciudad, en cuanto a la ubicación de los proyectos. Sin embargo, muchas veces no es posible tener una vivienda social céntrica, y es necesario empujar un poco los límites de la ciudad. ¿Qué es lo que se requiere para lograr un proyecto exitoso de vivienda social cuando no es posible dar ubicación con buena accesibilidad?
A mí me parece que el éxito de un proyecto de vivienda social, primero, tiene que ser desarrollado en conjunto con la comunidad. La participación es fundamental. El decreto 174 lo exige, y en base a eso nos proponemos hacer más que el mínimo. Los procesos de habilitación social que hemos logrado desarrollar han sido determinantes.
Tiene que ver con que las familias sean conscientes del terreno en el cual se va a emplazar su proyecto. Que tengan una visión de ciudad al respecto; donde puedan saber los pro y los contra de ese terreno. Que sepan los criterios con los que se diseñó su vivienda, y cómo ésta tiene que funcionar.
El segundo punto tiene que ver con la inversión. La inversión no tiene que ser sólo en el proyecto de vivienda social, sino que en el territorio. Los casos nuestros que han tenido un gran apoyo municipal, han sido muy exitosos. El municipio es un ente clave, porque mantiene las áreas verdes en muchos casos, los equipamientos muchas veces también son municipales.
Y en tu experiencia, ¿qué tipo de proyectos es más exitoso? ¿Los que se ubican en un lugar más céntrico, o los que están en los límites de la ciudad?
Proyectos periféricos, así como donde tú empujas el límite urbano, no tenemos. Tenemos proyectos en desarrollo que tienen esas condiciones. Entonces no te puedo decir todavía qué tan exitosos son. Ahora, lo que nos llevó a tomar la decisión de instalar un proyecto ahí, fue que no había otro suelo disponible.
Hay otros proyectos que están más alejados, pero no te podría decir que son proyectos negativos. Me parece que se han logrado mantener bien. Ahí lamentablemente falta hacer, posteriormente, investigaciones respecto a la calidad de vida de las familias. Esa es una tarea pendiente que tenemos. Empezamos a hacerlo en Antofagasta, y ahora lo estamos haciendo en Santiago.
Ya mencionabas algunos de los desafíos respecto de la localización. ¿Qué otros desafíos futuros ves tú que sean importantes para el crecimiento de las ciudades en cuanto a las viviendas sociales? ¿Qué se requiere para un desarrollo urbano más justo?
Hay tres elementos que son importantes. Primero, que yo valoro harto de la gestión ministerial actual, tiene que ver con atacar el déficit cualitativo de viviendas. Hoy día en Chile hay aproximadamente un millón de familias que viven en blocks de viviendas. De esas familias, el 70% no quiere vivir ahí, tienen altos índices de violencia intrafamiliar, de drogadicción, etc. Y se ha hecho bien en atacar eso.
Eso, sin dejar de lado el déficit cuantitativo. La apuesta tiene que ser cuantitativa, cualitativa y territorial. Instalar proyectos de vivienda social atendiendo al entorno, y darle las posibilidades a las entidades de gestión.
Lo otro es que el Estado no tiene la capacidad de generar las instancias de participación ciudadana necesarias para que los proyectos sean exitosos. Tampoco es una tarea del Estado. Éste tiene que generar las condiciones y el marco regulatorio para que esas instancias de participación se den. Son las entidades intermediarias, como las ONG, las que logran establecer actividades de participación que aseguren éxito.
Segundo, debe haber una apuesta financiera importante por parte del Estado. No sólo en montos, sino que también en recursos estatales y, principalmente, suelo. Nos parece que el Ministerio de Vivienda, a través de SERVIU, debería tener un rol mucho más activo en la gestión de suelo. No sólo poner a disposición el suelo que se tiene, sino que comprar suelo. Expropiar suelo. Meterse en la gestión del suelo.
Los montos que el Estado destina a construir hábitat urbano son la mayor inversión que hace en una familia a lo largo de su vida. Por lo tanto, el Estado tiene que asegurarse de que esa inversión va a generar plusvalía. La manera que se tiene para asegurar eso es que esa vivienda esté bien localizada, bien conectada.
Lo último tiene que ver con la coordinación entre los entes estatales. Hay muchas trabas hoy para poder generar proyectos de vivienda social de manera más eficiente. Tienes muchos entes involucrados. No sólo para la gestión del terreno sino también para la revisión de los mismos proyectos.
Los proyectos de vivienda social pasan por muchos filtros. Primero, la Dirección de Obras. Luego lo revisa SERVIU, después la SEREMI, cuando hay que hacer un cambio de uso de suelo. También el Ministerio de Agricultura. Se deberían dar las condiciones para agilizar las revisiones. Me parece, de hecho que las condiciones están. Basta con que el Ministerio, mediante decreto, de las facultades a la Dirección de Obras para decir que el proyecto cumple con las condiciones necesarias.
* Nombre: Darío Oyarzún Hermosilla
Nacionalidad: Chileno
Formación: Arquitecto Universidad de Chile con Diplomado en Políticas Públicas y Gestión Social de Barrios.
Organizaciones asociadas: TECHO (Un Techo Para Chile)
¿Qué cambió en los habitantes del Área Metropolitana de Santiago en los últimos 10 años? Crecimiento demográfico 2002-2012: segmentos de población y comportamiento inmobiliario
Ver¿Qué cambió en los habitantes del Área Metropolitana de Santiago en los últimos 10 años? Crecimiento demográfico 2002-2012: segmentos de población y comportamiento inmobiliario
[por Andrea Vásquez]
El crecimiento de población que tuvo Chile entre 2002 y 2012 quedó por debajo de las proyecciones estimadas por el INE en aproximadamente un millón de habitantes. Por su parte, el Área Metropolitana de Santiago (AMS) incrementó su número de habitantes, aunque en una tasa menor que entre 1992 y 2002, alcanzando los 6,6 millones de habitantes (INE, 2012).
En ese sentido, el censo se puede entender como una fotografía del estado de la población actual (2012) a diez años del censo precedente y de esta manera, llama la atención sobre las dinámicas demográficas que hay detrás de este cambio estructural (distribución de la población, edad y sexo, en términos sintéticos).
Es curioso que frente a una disminución de población, la distribución de esta misma ponga en jaque la tendencia de crecimiento de la ciudad de Santiago hacia la periferia y permita en cierta medida, matizar las comunas que captan el crecimiento poblacional que hubo (un 10, 6% respecto al año 2002, según cifras entregadas por el INE).
En cuanto a las dinámicas demográficas, aun habiendo crecido menos que los 10 años anteriores, pareciera que los segmentos de población divididos por edad tienden a tener una conducta inmobiliaria que ha permitido canalizar y ampliar la oferta a nuevos grupos de mercado.
Estos nuevos grupos de mercado se refieren a lo que las inmobiliarias han podido captar en la venta de sus nuevos productos inmobiliarios, que han tenido una demanda solvente asociada a los cambios en estilo de vida de las personas y la incorporación de un nuevo grupo de clientes: profesionales jóvenes independientes (Collect, 2011).
En términos de oferta inmobiliaria, entre los años 2000 y 2011 la oferta se triplicó en cuanto al número de proyectos, siendo precedido por una oferta que se había duplicado entre 1990 y 2000.
In situ de esta oferta que aumentó considerablemente en la última década, los años con mayor crecimiento se sitúan entre 2004-2005 y 2008-2009 (de acuerdo a los permisos de edificación aprobados para esas fechas), primando los departamentos sobre las casas (Collect, 2011).
Al respecto, la oferta de departamentos se concentró en comunas centrales y pericentrales (Santiago, Providencia, Ñuñoa). Por su parte, la de casas se concentró en comunas periféricas, como Lampa, San Bernardo, Puente Alto, alcanzando un peak entre los años 2007-2009 (Collect, 2011).
Esto permite concluir la importancia de la promoción inmobiliaria para distintos segmentos en diferentes comunas y microlocalizaciones (esquinas, barrios determinados) en la ciudad. Es curioso también que la concentración de la oferta y, una vez vendida la totalidad de los productos, de la demanda (creada en algunos casos a posteriori, como efecto marketing de la promoción inmobiliaria, sumada, sin perjuicio de que sea en mayor o menor medida, a los factores de localización que favorecen al lugar) varía entre unidades de 20-40 m2 y 80-100 m2, concentrándose entre los 40-60 m2.
Al mismo tiempo, y sumado a lo anterior, los tramos en que se concentró la oferta en la última década están entre las 1500-2000 UF (34-45 millones de pesos aproximadamente, según valor UF 31 de octubre de 2012), para ser seguida por las viviendas de 2000-2500 UF y finalmente, entre las 1000-1500 UF (Collect, 2011).
Si a lo anterior se le agrega la renta diferenciada del suelo, esto es, un precio de UF/m2 diferenciado según localización (y por qué no, en ocasiones en una función derivada de los atributos de localización), el segmento de población socioeconómica al que apuntan 1500 UF en 80 m2 es distinto al de 2000 UF en 20 m2.
El inmobiliario está apuntando fuertemente a los jóvenes profesionales independientes, que tienen dinero para invertir (e inmovilizar) en la compra de un departamento, lo que también se ha visto potenciado por la demanda de una clase media que permite que la oferta se concentre entre 1500 y 2000 UF y entre los 40-60 m2. Pero también existe un factor que puede ser determinante al momento de atribuir un precio a la localización: el incremento en la conectividad que se ha producido en la última década en el AMS.
Estos tres factores, sumados a otros que siguen revelando las dinámicas inmobiliarias (conductas inmobiliarias) dan cuenta de la importancia de la emergencia de estos nuevos segmentos, nuevos estilos de vida, en donde existe una vivienda que en los casos de muchos jóvenes profesionales es adquirida luego de la casa de los padres, a veces antes de la vida en pareja y antes además, de la vida en la familia nuclear que formen en un futuro, en caso de que así sea.
Lo anterior da cuenta también de la correspondencia que podría existir entre estos nuevos segmentos, que los inmobiliarios han captado con agudeza, y el trasfondo de la demografía que se mueve dentro de la ciudad, que se mueve a un ritmo que no es el de 20-10 años antes. Los que se mueven hoy, los que cambian de comuna hoy pueden no ser los mismos de ayer. Los jóvenes de hoy, son los adolescentes de hace 10 años y los jóvenes del 2002 hoy son adultos y sus patrones de asentamiento dentro de la ciudad se han visto imbuidos por factores culturales que la mayoría de las veces no son replicables en el tiempo.
Es por ese motivo que, sin desconocer el crecimiento que ha tenido la población y su distribución en la ciudad, cabe preguntarse si el censo de 2012 recogió los 2-3 años que vivieron en otras comunas, en otros metros cuadrados los que hoy tienen 30-35 años. Y aventurándose más en los segmentos que sigan y las conductas inmobiliarias transicionales que emerjan en los años venideros, si un censo 2020 no nos aportará con una fotografía única con ansias de fotografías secuenciales dentro de esos 10 años.
Referencias bibliográficas
Instituto Nacional de Estadística, INE (2012).
Collect GFK (2011). Análisis de oferta y ventas de viviendas nuevas en el Gran Santiago 3° trimestre 2011.
Paula Kapstein López
VerPaula Kapstein López
Arquitecta de la Universidad de Valparaíso.
Realizó estudios de doctorado en el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, de la Universidad Politécnica (UPM), donde leyó su tesis en diciembre de 2009.
Actualmente está realizando una investigación posdoctoral en Lima, becada por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). La investigación tiene por título: “Las periferias interiores de Lima. Origen, delimitación y estructura actual”, se desarrolla en el Instituto de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Participación en PLANEO:
– Lima: Crecimiento y barreras urbanas
Lima: Crecimiento y barreras urbanas
VerLima: Crecimiento y barreras urbanas
[por Paula Kapstein López]
Durante el siglo veinte la ciudad de Lima ha crecido intensamente. Según Matos Mar (2004) el momento en que comenzó este rápido aumento poblacional se remonta al año 1930. Fue entonces cuando se iniciaron las migraciones hacia Lima, dadas principalmente desde distintos pueblos de la Sierra peruana debido a los grandes niveles de pobreza que tenían; sin embargo, las migraciones se intensificaron a partir de 1940, favorecidas por la ampliación de la red viaria y otros hechos (comenzaba a manifestarse el problema de la enorme desigualdad en agro peruano que llevaría a la crisis agraria). Los datos poblacionales que reflejan este crecimiento explosivo han quedado registrados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INEI) en las encuestas de los siguientes años: en 1940 había en Lima y el Callao la cantidad de 711.000 habitantes, en 1961 se registró a 1.957.267 habitantes, en 1972 había 3.554.367 personas, en 1981 el total era de 4.983.357, en 1993 de 6.818.052 y en el año 2007 había 9.152.700 habitantes. Las mayores tasas de crecimiento poblacional en dichos periodos intercensales se dieron entre 1961 y 1972 y entre los años 1972 y 1981. A partir del año 1993 el crecimiento poblacional vuelve a ser de un 1,6% anual (cifra similar a la que había antes del año 1930), comenzándose un periodo de transición demográfica.
Las principales características de este crecimiento explosivo son su alta informalidad (en la vivienda y en relación a los mercados de urbanizadores clandestinos formados alrededor de ella) y la configuración de una ciudad metropolitana de nueve millones de habitantes que concentra a un tercio de los habitantes del Perú y que se compone de barreras de diverso tipo que la fragmentan a un nivel urbano pero también en lo social. Estas barreras o límites internos impiden muchas veces el encuentro de las personas entre barrios vecinos. Ésta, la segunda de las características, es la que se comenta en este texto.
El rápido aumento de tamaño (que no se acompañó siempre de instrumentos de planificación efectivos) condujo a que los espacios centrales de Lima quedaran en una situación de vulnerabilidad extrema, víctimas de la congestión vehicular, del abandono de sus residentes y de la tugurización de los inmuebles. De este modo, en el centro de Lima se ha podido localizar un sistema de periferias interiores (Kapstein, 2010); durante el crecimiento explosivo de la ciudad antiguas zonas periféricas quedaron ubicadas en una posición céntrica. Esto se dio aproximadamente desde mediados de los sesenta y hasta fines de la década de los ochenta, sin que algún instrumento de planificación urbana o normativa hiciese algo por recuperar estas áreas interiores fuertemente degradadas. Dichas zonas, después de quedar internalizadas, siguen manifestando los mismos problemas físicos, medioambientales y sociales que tenían desde que eran áreas situadas en los márgenes de la ciudad (incluso, si cabe, éstos aumentaron como indican los índices de delincuencia de estas zonas).
Una de las zonas que puede considerarse una Periferia Interior es la Margen Izquierda del Río Rímac (MIRR); se trata de una zona con una degradación ambiental importante. El punto de mayor contaminación corresponde a “El Montón”, un cerro de basuras acumuladas por años que ha ido poblándose en sus laderas. Muy cerca de este cerro, las viviendas situadas en los márgenes del Rímac cuelgan con peligro inminente de desmoronarse hacia el cauce, como ha pasado en múltiples ocasiones (estas viviendas ya comienzan a ser erradicadas por el proyecto “Línea Amarilla” de ampliación de la red del Metropolitano).
La MIRR comenzó a poblarse en las décadas de los cuarenta y cincuenta para acoger a la población que llegaba a Lima a trabajar en el puerto, en la construcción o en la zona industrial adyacente a la Av. Argentina, que entonces empezaba a formarse. Era, en aquellos años, una barriada surgida al margen de cualquier normativa y hoy, aunque con una mayor consolidación dada principalmente por su alta densidad y su ubicación céntrica, sigue siendo un barrio que comparte características con las de una barriada: falta de títulos en las viviendas, deterioro de los espacios públicos y problemas sociales provocados por los altos índices de pobreza. Este panorama se ha intensificado al ser ignorado por las políticas imperantes, las cuales niegan la ciudad en su dimensión compleja y pretenden subsanar problemas parciales; como dar solución al tráfico (con proyectos como el que muestra la foto: una autopista hundida bajo el curso del río Rímac que incrementará el tráfico general, a pesar de lo que anuncian los regidores actuales. Este proyecto está contenido dentro de la iniciativa de la Municipalidad Metropolitana de Lima: “Vía Parque Rímac”), o una ampliación de la Línea Amarilla (que pasará por la calle Morales Duárez, adyacente al curso del río Rímac en la MIRR, generando posiblemente una barrera más al interior de este barrio como ocurre en Barranco y en otros tantos barrios de Lima por donde discurre el Metropolitano, la red metropolitana de transporte público en superficie).
Considerar la ciudad en su múltiples dimensiones que son urbanas, medioambientales pero, sobre todo, sociales, implica un trabajo de largo alcance (sin embargo, hay profesionales capaces de realizarlo en Perú). Este trabajo debería partir, entre otras medidas, por reconocer a las comunidades andinas que viven hoy en Lima, las cuales han traspasado sus valores culturales (incluida su concepción espacial en la configuración de sus barrios y entornos) a la gran ciudad de Lima que los mira con indiferencia, a pesar de ser ellos y ella, la ciudad donde están, parte de lo mismo. E. Aranda (2007: 109) se refiere a este sincretismo de culturas al mencionar que “Lima ofrece hoy la imagen de varias ciudades en su interior”; y la misma autora reconoce que entre estas “ciudades” se da una fragmentación sociocultural expresada en distintas formas de sociabilidad.
La inversión en grandes infraestructuras es importante, pero ella debe ir acompañada de políticas integrales que mejoren la movilidad (vehicular y también peatonal) y, al mismo tiempo, contribuyan a la regeneración de periferias interiores. Además, la inversión urgente en las ciudades peruanas debería tender a propiciar herramientas culturales que faciliten el que los ciudadanos se apropien de sus derechos y deberes, pudiendo así gestionar el cuidado de su ciudad con una nueva consciencia. El desastre ocurrido hace pocos días en Lima, en el mercado mayorista “La Parada”, es un ejemplo notable de esta carencia. Problemas como éste seguirán ocurriendo mientras los ciudadanos no sepan ni puedan canalizar sus requerimientos.
Bibliografía
ARANDA DIOSES, Edith: “Las cambiantes formas de sociabilidad y de construcción de identidades en Lima metropolitana”, en Debates en Sociología, Nº 32. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, año 2007.
KAPSTEIN LÓPEZ, Paula: Vulnerabilidad y Periferia Interior. Cuadernos de investigación urbanística del Instituto Juan de Herrera, Nº 71. Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid ETSAM, Julio/ agosto 2010. http://www.aq.upm.es/Departamentos/Urbanismo/publicaciones/ciur71.html
MATOS MAR, José: Desborde Popular y Crisis del Estado veinte años después. Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima, 2010 (Primera edición: 2004).
MATOS MAR, José: Perú: Estado desbordado y Sociedad Nacional Emergente. Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma, Lima, 2011.
Expansión urbana en suelo rural: el Decreto N° 3.516/80 y el Artículo 55°
VerExpansión urbana en suelo rural: el Decreto N° 3.516/80 y el Artículo 55°
Revista Planeo Nº 8 Crecimiento Urbano, Noviembre – Diciembre 2012.
[Por Magdalena Vicuña, Arquitecto, Docente de Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales]
Im1. Parcelas de agrado en Colina / Fuente: Google Earth
Cuando hablamos de expansión urbana en Chile, es importante despejar algunos conceptos en relación al rol efectivo del límite urbano como herramienta de planificación. De acuerdo a nuestra legislación urbana e instrumentos de planificación territorial, la expansión de las ciudades estaría regulada por el límite urbano, “línea imaginaria que delimita las áreas urbanas y de extensión urbana que conforman los centros poblados”.[1] El límite urbano divide el área urbana del área rural; fuera de éste, no es posible la urbanización.
En la práctica, aun cuando los municipios trazan el límite correspondiente a la zona urbana, existen estamentos legales de jerarquía superior al plan regulador comunal que permite obviar dicho límite y extender la ciudad mediante un proceso de urbanización, hacia el territorio rural. Son dos los principales mecanismos de expansión en territorio rural: el Decreto de Ley N° 3.516/80 y al Artículo 55° de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC).
El Decreto N°3.516 de 1980, referido a la subdivisión de predios rústicos, fue aprobado en 1980 por el Ministerio de Agricultura. Aplica a predios rurales, esto es, “inmuebles de aptitud agrícola, ganadera o forestal ubicados fuera de los límites urbanos de los planes reguladores intercomunales de Santiago y Valparaíso y del Plan Regulador Metropolitano de Concepción, los cuales pueden ser subdivididos libremente, siempre que los lotes resultantes tengan una superficie no inferior a 0,5 has”.[2] A pesar de que el Decreto prohíbe expresamente el cambio de destino de estos predios (e incluso sanciona gravemente la implementación de condominios, comunidades o arrendamientos), esta norma ha dado pie a la transformación de grandes fundos agrícolas en loteos o urbanizaciones más conocidas como “parcelas de agrado”. Estos loteos, muchas veces implementados como condominios cerrados, responden a la creciente movilidad que otorgan las autopistas urbanas y están destinados a grupos de altos ingresos que buscan un estilo de vida alejado de las centralidades urbanas.
Como consecuencia de la práctica extendida de la aplicación del Decreto N° 3.516, la ciudad de Santiago se ha extendido a partir de un patrón denominado como “ciudad infiltrada” (Naranjo, 2009), “ciudad informal dispersa” (Greene-Soler, 2002) o “ciudad invisible” (Valdés, 1996), la cual implica la transformación de las áreas rurales del periurbano en zonas residenciales de muy baja densidad (2-4 viviendas/hectárea). Más aún, la implementación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS, 1994) motivó un auge en la utilización de esta norma en el período previo a su aprobación, ya que el territorio normado por el Plan queda fuera del ámbito de aplicación del Decreto N°3.516. Así, el Decreto se aplicó en la Provincia de Chacabuco hasta 1997 (año en que se incorpora la Provincia al PRMS) y cuando el 2006 se incorpora toda la Región Metropolitana al PRMS, el Decreto deja de aplicarse en todo territorio regional.
Hasta antes de 1980 la subdivisión predial mínima del suelo rural era de 8 has. Según ha documentado Claudia Fuentes (2010), el objetivo inicial del Decreto consistió en permitir la entrega en dominio a los trabajadores agrícolas de la vivienda y su terreno de chacra adyacente, estimando que dicho espacio correspondía aproximadamente a terrenos de 5000 m2. La investigación realizada por Fuentes, permite visualizar el impacto del Decreto N°3.516 en la Comuna de Calera de Tango: aproximadamente un 65% del territorio comunal (3.635 has) se ha subdividido en parcelas aprobadas a través del Decreto, de las cuales sólo un 38% se encuentra consolidadas (podríamos suponer que este porcentaje se subdividió con fines especulativos). Fuentes señala que sólo en el año 1994 se aprobaron cerca de 1.615 has en la comuna, lo que se contradice con la zonificación del PRMS, la cual establece que un 85% del territorio comunal corresponde a zona silvoagropecuaria exclusiva y cuya subdivisión predial mínima es de 4 has.
Por su parte, las investigaciones de Gloria Naranjo (2009) evidencian que en la provincia de Chacabuco se subdividió el 60,13% de la superficie mediante el Decreto, esto es, 122.542 hectáreas. En el caso de la comuna de Til Til, hasta el año 1994 no se había aplicado el Decreto Nº 3.516. Sin embargo, entre los años 1994 y 1997 se subdividieron 26.639 hectáreas (41% de la superficie comunal), producto de la aplicación del Decreto. En el caso de Colina, 837 predios agrícolas dieron paso a 48.641 lotes. Naranjo señala también que un 30,7% de la superficie de Paine y un 45.7% de la superficie de El Monte fueron acogidas al Decreto N° 3.516.
El Decreto permite la construcción de hasta dos viviendas por predio, y las subdivisiones no requieren de la autorización del MINVU ni del Municipio respectivo (se tramitan directamente en el Servicio Agrícola y Ganadero). Las consecuencias de esta extensa expansión de la ciudad son conocidas. Los municipios no cuentan con las herramientas para exigir estándares de urbanización en suelo rural, por tanto estos loteos o condominios no se definen según zonificación o vialidad estructurante y se encuentran, por lo general, fuera de las áreas de servicios de infraestructura sanitaria.
La Modificación de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, en trámite desde el 2007, propone cambiar el Decreto, con la finalidad de “terminar con la suburbanización rural al margen de la planificación”,[3] a partir de una subdivisión mínima del territorio rural de 2 has.
Por otro lado, el Articulo 55°, incorporado en la LGUC en 1975, originalmente planteaba que fuera de los límites urbanos establecidos en los Planes Reguladores no estaba permitido abrir calles, subdividir para formar poblaciones, ni levantar construcciones, salvo aquellas que fueren necesarias para la explotación agrícola o para las viviendas del propietario del mismo y sus trabajadores. En el año 2003, con la finalidad explícita de liberar suelo rural para la construcción de vivienda social, se agrega la posibilidad de aplicar esta excepción “para la construcción de conjuntos habitacionales de viviendas sociales o de viviendas de hasta un valor de 1.000 unidades de fomento, que cuenten con los requisitos para obtener el subsidio del Estado”.
Para algunos, estos mecanismos legales de mayor jerarquía que los instrumentos de planificación locales e intercomunales, evidencian la necesidad de revisión de la legitimidad del límite urbano como herramienta de planificación. Para otros, son reflejo de la escasa efectividad de los instrumentos de planificación territorial en Chile frente a las presiones del mercado. No obstante, el desarrollo de ciudades sustentables requiere urgentemente de la coordinación de los mecanismos de planificación territorial con los estamentos legales superiores, de manera de asegurar su capacidad para orientar y guiar el crecimiento urbano y su relación armónica con el territorio.
Referencias:
– FUENTES, Claudia. Periurbano santiaguino: planificación regional versus desarrollo local: la transformación territorial de Calera de Tango desde los años 90 en adelante. Tesis Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. Santiago, Chile, 2010.
– MENSAJE Nº 866-355, Mensaje de S.E. la Presidenta de la República con el que inicia un proyecto de Ley que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones en materia de Planificación Urbana. Santiago, Chile. 09 de diciembre, 2007. 41 p.
– NARANJO, Gloria. El rol de la ciudad infiltrada en la reconfiguración de la periferia metropolitana de Santiago de Chile. Estudios Geográficos. LXX (266): 205-229, enero-junio 2009. ISSN: 0014-1496. doi: 10.3989/estgeogr.0448.
– NARANJO, Gloria. Efectos de un instrumento de planificación en el periurbano de Santiago. Caso de Estudio: Comuna de Til Til. Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 9(194) (38). Universidad de Barcelona. 2005. ISSN: 1138-9788.
Desarrollo minero y crecimiento desigual de la ciudad de Antofagasta
VerDesarrollo minero y crecimiento desigual de la ciudad de Antofagasta
[por Armando Aguilera]
En los últimos 50 años Antofagasta se ha consolidado como una de las ciudades ancla del proceso minero del país y a nivel latinoamericano. La apertura de la economía a nivel mundial y el ingreso de las multinacionales han influido en el actual desarrollo de la ciudad a partir del aporte de capitales extranjeros a la gran minería del cobre, que sin lugar a dudas marca una sociedad abierta al mundo globalizado, pero, con una serie de desafíos que resolver.
Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, Antofagasta crece en la planicie litoral con sus funciones portuarias, comerciales y administrativas ocupando una superficie de suelo vinculada al área del puerto y barrios del ferrocarril; todo esto en pleno auge del Salitre. (Años 1866 al 1920). En la segunda mitad del siglo XX, Antofagasta absorbe la caída del Salitre y comienza a obtener recursos del Cobre, reconfigurándose la sociedad surgiendo barrios periféricos y expandiéndose al norte principalmente con barrios destinados a acoger la masa obrera de la minería. A fines de la década del 70´Antofagasta ya operaba con el mapa actual de segregación social, evidenciándose en la ocupación de los faldeos de los cerros y por otra parte se consolidaron las poblaciones de trabajadores de clases medias.
Durante los cambios institucionales de los años 70, Chile pasa de un modelo de Estado benefactor a uno abierto a las dinámicas del mercado global, impulsando y motivando el ingreso de capitales extranjeros para invertir en la economía nacional. Con la promulgación del Decreto Ley 600 “Estatuto de la Inversión Extranjera” Chile da paso a una nueva “geografía económica” con la cual permite el ingreso de capitales extranjeros con leyes orientadas a una liberación económica, desplazando definitivamente el “Modelo Industrial Desarrollista” de los años anteriores. Sin embargo, solo a fines de los años 80´y principalmente en los 90´los capitales extranjeros comienzan a invertir fuertemente, principalmente en el mercado de la minería producto de pujante precio del metal rojo y de la estabilidad política del país. Según el Comité de Inversiones Extranjeras a su vez estas inversiones tuvieron su destino principalmente en la Minería y en la Segunda Región de Chile siguiendo a la Metropolitana.
Este contexto reformuló el crecimiento de la ciudad con cambios que afectaron su organización, funcionamiento, morfología y medio ambiente en que se desarrolla, posicionándola en el sistema global del mercado del cobre y articulando una red de flujos globales del mineral.
Recientemente, Antofagasta ha recibido una importante calificación en el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU, IEUT) manifestada principalmente por sus actividades de servicios e infraestructura. Acompañado a esto la ciudad en los últimos años ha experimentado un fuerte crecimiento en su población y expansión urbana.
Ambos fenómenos han estado dirigidos por una nueva geografía económica, que ha posicionado a la ciudad en la red global provocando las transformaciones urbano – territoriales propias del capitalismo global. Desde esta perspectiva, Antofagasta ha entrado en un acelerado proceso de cambio respondiendo a los capitales y sus inversiones, debiendo adaptarse al fenómeno global y exigiendo cada vez más a sus habitantes y a sus recursos naturales.
La posición estratégica de la ciudad de Antofagasta la ha llevado a posicionarse como una ciudad que va asumiendo las formas propias de las ciudades centrales, con un fuerte incremento en la actividad financiera surgiendo barrios y edificios de negocios, que albergaran tanto a las grandes empresas como a los medianos empresarios que se alinea a las motivaciones globalizadas del mercado. Sin embargo, también sigue estando presente la dualidad de la “Ciudad Miseria”, que queda completamente desconectada del avance de la economía de los centros comerciales, vialidades y conexiones nacionales. Es preciso mencionar a su vez que en la ciudad – región de Antofagasta residen y se concentran gran parte de la riqueza del país, un gran número de habitantes concentrado en la ciudad (98 % población urbana, INE 2002) y recibe un importante aporte de la infraestructura de transporte por parte de iniciativa del Estado.
El proceso de desarrollo de la ciudad ha sido deliberadamente manejado en los últimos años por los aportes privados de las inmobiliarias y las grandes multinacionales que están detrás de ellas. A pesar de los Planes y Lineamientos de la autoridad, la ciudad crece en su diseño y en su práctica por la decisión de los inversionistas que ven el suelo como un negocio. El estado ha perdido el poder de la localización de las expectativas ciudadanas, la que a su vez se ve bombardeada por publicidad de mejores expectativas de vida en “lugares” únicos para vivir. Los sectores más desposeídos y clases medias se ven destinadas a una desigualdad competitiva, por ejemplo, ante los sueldos de la minería, que puede acceder al financiamiento de tales bienes de carácter global.
Por otra parte, Antofagasta cada vez se ha especializado más en su oferta de servicios, asociado a la diversión y la minería. Esta especialización ha generado en la ciudad nodos de carácter global que reconfiguran los espacios apareciendo Hoteles, Casino, Mall, Arriendo de Vehículos, así como servicios inmobiliarios y universidades privadas, que no es más que la homogenización de la ciudad global y en algunos casos representa la dimensión territorial del sistema de redes globales.
Mirando esta realidad, también surge la otra ciudad que gatilla procesos desiguales de desarrollo. Por una parte el mercado del cobre atrae el capital generando procesos de acumulación de oportunidades incrementándose la riqueza y el poder (para un sector), y por otra parte, ese mismo mercado de capitales es el que genera desigualdades y marginalidad, con nuevas clases obras y nuevos habitantes de la ciudad, provocando problemas sociales, de inmigraciones, delincuencia, drogas, prostitución y/o rupturas familiares.
Antofagasta parece ser una ciudad equitativa. Al recorrerla desde el aeropuerto a los nodos de servicios y las nuevas urbanizaciones da la imagen de una ciudad pujante, tal como lo respalda el primer lugar del ICVU. Sin embargo dentro de esta hay distintos territorios producto de su proceso económico minero y la posición en la red global. Desde la perspectiva social sin lugar a dudas la ciudad tiene “ganadores” y de “rezagados”, los ganadores descansan en los beneficios de las ganancias de la minería y las inversiones extranjeras, el resto, se amparan en los lugares que deja esta transformación de posicionamiento social y estructural de la sociedad.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por desarrollar planes y programas de redistribución de los capitales (que emanan en su mayoría del estado, y muy pocas veces por aportes de la industria de la minería), y mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos, aun hay cierto descontento y falta de oportunidades para una gran porción de los habitantes de la ciudad. Muchos de los capitales no son redistribuidos lo que evidencia una falta de poder estatal y una política clara que mantenga un relato directo de superación de la marginalidad y la superación de las desigualdades sociales.
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Huracán Sandy: imágenes de las consecuencias urbanas del fenómeno
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El pasado 30 de octubre el Huracán Sandy “tocó tierra” a ocho kilómetros de Atlantic City, New Jersey, EE.UU. Con el record de ser el huracán atlántico más grande (por extensión de su diámetro) que se ha registrado.
A su paso, Sandy ha causado grandes estragos en distintas ciudades de la región del Caribe, particularmente en los países de Jamaica, República Dominicana, Haití, Cuba, Bahamas y en 22 Estados de Estados Unidos; pérdidas de vidas humanas, inundaciones, cortes de energía y daños por miles de dólares.
A continuación presentamos un resumen de distintas imágenes de Sandy, recopiladas en medios de comunicación y por nuestros lectores, las cuales nos enfrentan a una gran gama de problemáticas sobre el crecimiento urbano, los riesgos relacionados al cambio climático, la sustentabilidad y la resilencia de nuestras ciudades.
Invitamos a nuestros lectores a seguir enviando imágenes y sus comentarios sobre el paso de Sandy.
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Gabriela Ulloa Contador
VerGabriela Ulloa Contador
Cursando 4to año de Licenciatura en Geografía, en la Pontifica Universidad Católica. Este año dedicó un semestre de estudios al programa de grado en Geografía y ordenación del territorio, en la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente terminando el certificado académico en Economía, en la PUC.
Participación en PLANEO:
Crecimiento de la población de Santiago entre 2002 y 2012: ¿compactación o expansión? Una falsa disyuntiva
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Revista Planeo Nº8, Crecimiento Urbano, Noviembre 2012
[por Carlos de Mattos y Luis Fuentes]
Hace pocas semanas, el Instituto Nacional de Estadísticas dio a conocer los resultados preliminares a nivel de comunas del Censo realizado en 2012 y el primer desafío que nos plantean estas cifras es interpretarlas para realizar una correcta lectura de las principales tendencias de crecimiento de las áreas urbanas, sobre todo, considerando que en estos momentos se está discutiendo en nuestro país la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
Al mismo tiempo, también en otros países latinoamericanos han comenzado a difundirse los resultados de los censos nacionales de población correspondientes a la primera década de la del siglo XXI y ya han comenzado a publicarse algunos estudios sobre las tendencias en lo que respecta a los procesos de transformación en las principales aglomeraciones urbanas de los países respectivos.
En general los resultados de esos estudios confirman la persistencia de la tendencia hacia la expansión/dispersión del crecimiento urbano, en algunos casos complementadas con un aumento de población de algunos distritos centrales, que ya se había comprobado para la década anterior. Con estos antecedentes, en estas notas se presentan algunos elementos de juicio sobre las principales conclusiones de diversas investigaciones relacionadas con esta materia en diversas partes del mundo, seguidas por las conclusiones de algunos estudios recientes sobre las principales tendencias identificadas para los casos de las urbes principales de Brasil, Argentina y México; finalmente, sobre esa base, se exponen las conclusiones que se pueden extraer en base al análisis preliminar de los datos del Censo para el caso de Santiago, que ha permitido comprobar un crecimiento simultáneo de comunas ubicadas tanto en áreas centrales como en la corona exterior del área urbana y del periurbano expandido, lo que indica la continuidad de la tendencia a la expansión/dispersión como la tendencia aún predominante.
Metamorfosis urbana
El punto de partida de este análisis, es que el proceso de urbanización no puede ser separado del contexto en el cual se desarrolla y en el caso de Chile y muchos otros países, se ha desplegado durante los últimos treinta y cinco años bajo una fase de modernización capitalista impulsada por los procesos de ajuste estructural impulsados desde las últimas décadas del siglo pasado. Al respecto, se considera que, como plantea el geógrafo norteamericano Edward Soja, cada fase de desarrollo del capitalismo moldea una nueva forma de ciudad, lo que trae consigo importantes transformaciones de la estructura urbana, con lo cual durante en la fase actual, se habría iniciado “una nueva ronda de metamorfosis urbana”.
Por el alcance de esta transformación, podríamos considerar los planteamientos hechos por el filósofo francés Henri Lefebvre en varios trabajos publicados entre 1970 y 1972, en los que anticipó que una nueva revolución urbana comportaría una transición desde lo que habitualmente se ha considerado como “ciudad”, hacia una sociedad urbana, como expresión de la trayectoria hacia una urbanización completa de la sociedad. El tiempo parece estarle dando la razón, ya que en Latinoamérica el grado de urbanización en 1950 alcanzaba menos del 42% de la población y solo a principios de los años 2000 esta ya se situaba en torno al 75% como promedio. En Chile a pesar de la disminución en la tasa de crecimiento de la población, hoy prácticamente un 90% de la población puede ser considerada como urbana.
Los diversos análisis realizados sobre las transformaciones de las grandes áreas urbanas, coinciden en la importancia jugada por algunos factores de carácter estructural, asociados a los cambios económicos; tal es el caso, por ejemplo, de la intensificación de la conectividad y movilidad generada por la difusión y masificación de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información y el aumento de los medios motorizados y el desarrollo de la infraestructura de transporte. Esto ha generado lo que David Harvey ha caracterizado con la expresión “compresión tiempo–espacio”, lo cual juega un rol fundamental en el alcance territorial de la expansión urbana y la difusión del fenómeno urbano sobre el territorio.
Otro de los factores fundamentales de estos cambios en la forma urbana tiene que ver con los nuevos arreglos institucionales impulsados por la nueva gobernanza neoliberal, donde el mercado juega un rol central y el espacio urbano se encuentra altamente mercantilizado.
Lo urbano emergente de estos procesos, que presenta diferencias sustantivas con la forma urbana de la ciudad industrial, ha recibido diversas denominaciones (ciudad difusa, ciudad de ciudades, postmetrópolis, metápolis, ciudad región, región urbana, ciudad de baja densidad, archipiélago metropolitano, etc., etc.), las que han sido propuestas justamente con el objetivo de mostrar que se trata de una forma urbana distinta y nueva. Desde que este tipo de configuración urbana comenzó a manifestarse, en la literatura especializada sobre esta materia se ha planteado la discusión acerca de si la misma podía seguir siendo considerada como una “ciudad” o si debíamos reconocer que nos encontrábamos frente a un fenómeno de otra naturaleza.
La generalización y la magnitud de este fenómeno de la difusión y generalización de la sociedad urbana planteado diversos problemas para medir y determinar los límites urbanos, en su mayor parte todavía sin respuesta satisfactoria. A este respecto, se han difundido propuestas de distinta naturaleza y alcance por parte de organismos especializados nacionales e internacionales, entre los que cabe destacar trabajos recientes de la Unión Europea (Damon, 2012) y de la OECD (2012), que han propuesto nuevos criterios y metodologías para hacer frente a este complejo problema. En América Latina, esta tarea ha sido encarada por diversos organismos gubernamentales, que han comenzado a realizar estudios para la delimitación de sus regiones urbanas, como el caso del Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística.
¿Qué está pasando en las grandes áreas metropolitanas latinoamericanas en los últimos años?
Los últimos censos de población realizados en varios países latinoamericanos han aportado elementos de juicio adicionales sobre cómo ha continuado manifestándose la tendencia de urbanización en diferentes países de la región durante la última década.
Esta tendencia ha sido ampliamente comprobada para el caso de Brasil. A este respecto, se menciona a continuación un testimonio donde se describe y explica este fenómeno, realizado en el Observatorio das Metropoles, del IPPUR de la Universidade Federal de Rio de Janeiro:
“Observando el cuadro de la distribución actual poblacional en el país a partir, incluso, de los datos del Censo 2010, aún permanece la concentración demográfica en las ciudades primadas, con el surgimiento de nuevos aglomerados urbanos metropolitanos, o sea, hay una difusión del fenómeno de la metropolización. En estos espacios, al analizar la dinámica de la estructura productiva, mercado de trabajo y población, se observan procesos que a veces parece complementarse, a veces parecen contraponerse. Tales procesos se refieren a la propia organización interna de los espacios metropolitanos. Por ejemplo, al mismo tiempo en que las periferias metropolitanas presentan ritmos de crecimiento mayores e emigración venida del núcleo bastante considerable, esos mismos núcleos presentan un incremento poblacional aún muy considerable, además de concentrar también buena parte de los empleos y de las empresas que comandan la economía, lo que pone en evidencia, en primer lugar, que aún tenemos una relativa presión poblacional sobre las áreas centrales que ocurre simultáneamente con una dispersión poblacional hacia las periferias, con tendencia a la formación de tejidos urbanos cada vez más expandidos y, en segundo, que los núcleos mantienen la tendencia a la concentración del poder económico” (Ribeiro, Rodrigues & Silva, 2012)
Los análisis realizados a partir de las cifras preliminares del Censo 2010 para el Distrito Federal (DF) y la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), también confirman la tendencia a la expansión y no muestran indicios de que se esté produciendo una recentralización urbana. A este respecto, un amplio y detallado estudio sobre la evolución y los cambios en este enorme aglomerado urbano realizado por la Red de Observatorios, señala:
“Hay que hacer notar que aunque el componente Distrito Federal de la ZMVM tiene tasas de crecimiento social negativas, estas se compensan en parte debido a que muchos de los que salen del DF, como lo muestran los datos, en realidad emigran a los municipios conurbados del estado de México y, a su vez, siguen llegando tanto de esta entidad como de otras entidades del país, flujos importantes de inmigrantes al DF. Para el DF, la tasa neta de migración (o crecimiento social) ha sido negativa en esta primera década del siglo XXI en aproximadamente -8.6 por mil anual. Es necesario precisar, como ya se mencionó más arriba, que las migraciones del Distrito Federal hacia los municipios conurbados del Estado de México forman parte de un proceso de desconcentración de población, del centro a la periferia, en la ZMVM, motivado principalmente por el elevado costo del suelo en las delegaciones centrales, en particular de las cuatro delegaciones centrales: Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza; las cuales hasta 1970 constituyeron lo que se conocía como la Ciudad de México, y en general en el Distrito Federal; así como el cambio de uso predominante del suelo en dicha región central, el cual se ha orientado casi exclusivamente hacia los sectores comercio y servicios, en especial los de tipo financiero” (Red de Observatorios, 2011: 14):
Esta misma tendencia a la reafirmación y fortalecimiento de la metropolización expandida se ha comprobado para el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) donde las áreas externas tuvieron mucho mayor crecimiento que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). A este respecto, un estudio realizado en base a los datos preliminares del Censo del 2010, concluye que:
“El crecimiento de la RMBA se debe a las altas tasas de los partidos de la periferia (segundo cordón) que más que duplican y hasta cuadruplican la tasa total de la Región y compensan la pérdida de población de la CABA y de los partidos más cercanos (primer cordón). Uno de los que se destacan es La Matanza que además de ser el más poblado del área y del país, concentra más de la mitad del crecimiento del área. Esto le hizo ganar casi 400.000 habitantes de población redistribuida al interior de la Región. Si ampliamos el área considerada, incorporando aquellos seis partidos que limitan con los 24 del GBA y en los que más del noventa por ciento de su población vive en el aglomerado del GBA (Región Metropolitana) encontramos que en estos el crecimiento es alto, con un comportamiento similar al segundo cordón. […] La Región Metropolitana con un nivel de crecimiento que acompaña al del país, lo hace por su periferia y con ritmos muy diferentes a los del núcleo originario en el que se observa pérdida de población” (Alonso, 2011: 72).
En general, los resultados de los censos correspondientes a la primera década del siglo XXI publicados hasta ahora confirman la persistencia de la tendencia a la expansión/dispersión del crecimiento metropolitano, aún cuando en algunos casos esto ocurre al mismo tiempo que se produce una recuperación del crecimiento demográfico de algunas áreas centrales, como veremos del Área Metropolitana de Santiago (AMS). En cualquier caso, esto no se presenta como un proceso de crecimiento alternativo, sino como un proceso complementario a la tendencia a la urbanización generalizada que cristaliza en la formación de regiones urbanas.
Y qué ha pasado en Santiago ¿compactación o expansión?
Los análisis realizados con los datos preliminares del Censo realizado durante el año 2012 nos permiten concluir que al mismo tiempo que se ha producido un retorno al centro, se ha mantenido la tendencia al crecimiento territorial disperso en el marco de una región urbana que ha continuado expandiéndose. En este sentido, las cifras entregadas por el INE muestran que las comunas del sistema urbano que más crecieron en el período 2002-2012, con la excepción de Santiago y Ñuñoa se encuentran localizadas en la corona externa al Gran Santiago y en la parte no conurbada del Sistema Urbano Metropolitano de Santiago[1] (SUMS).
Por otro lado las 10 comunas que perdieron más población en este período, son mayoritariamente comunas interiores del área urbana (ocho de ellas ubicadas al interior del anillo Américo Vespucio y solo dos fuera del mismo), vale decir en su mayoría componentes del núcleo urbano tradicional.
Si se analiza en un período más largo, la distribución de la población del SUMS entre 1992 y 2012 teniendo como referencia el anillo Américo Vespucio y los límites del área urbana contigua, es posible observar el progresivo vaciamiento de la población del interior del anillo, la cual disminuye en más de 12 puntos porcentuales, mientras que la localizada fuera del mismo aumenta en más de 9%. La población ubicada fuera de los límites del área urbana consolidada pasa de 7,5% a 10,5%. Es posible observar que si bien el desplazamiento de la población hacia fuera del anillo de circunvalación se mantiene durante todo el período, es más fuerte en el primer período (1992–2002) que en el segundo (2002–2012). Sin embargo, al mismo tiempo que esta tendencia se suaviza, también se puede observar que el desplazamiento hacia fuera de la mancha contigua se intensifica. Si sumamos el total de población fuera del anillo en 1992 se comprueba que el mismo representaba el 50% del SUMS y que la misma aumenta a 62% en 2012.
Habida cuenta de estas tendencias, se puede concluir, sin duda alguna, que la tendencia dominante de crecimiento de la población y del área urbana del SUMS continúa siendo hacia la expansión y dispersión territorial metropolitana, en una dinámica que desborda las comunas y territorios tradicionalmente reconocidos como parte del denominado Gran Santiago o AMS. Esto indica que las formas de vida y los comportamientos propiamente urbanos continúan imponiéndose en un territorio cada vez más extenso, en concordancia con la persistencia del proceso de urbanización de la economía.
La re-densificación de algunas comunas centrales del AMS, como es el caso del significativo aumento del crecimiento de la población de la Comuna de Santiago, así como en menor medida de las comunas de Ñuñoa y San Miguel, no es contradictoria con su coexistencia con un fuerte crecimiento de diversas comunas ubicadas tanto en la corona externa como en el periurbano conurbado y no conurbado, con lo cual la metáfora “mancha de aceite” ha ido perdiendo pertinencia.
Compactación y dispersión aparecen así como tendencias complementarias en el contexto de un proceso de urbanización difusa y reticular, en el cual se expresan al mismo tiempo las consecuencias de la diversificación de la composición de los núcleos familiares metropolitanos, en los que conviven desde personas solas o parejas que prefieren la localización central aun cuando con alta rotación, hasta grupos familiares nucleares que optan por la casa individual con jardín o por los barrios jardín suburbanos, lo cual aparece como una tendencia que afecta a todos los estratos socio-económicos y en todo el perímetro metropolitano habitable.
[1] Para nuestra investigación se ha considerado como referencia básica la configuración urbana que en este trabajo se denomina como el “Sistema Urbano Metropolitano de Santiago” (SUMS), compuesto por 47 comunas de la Región Metropolitana, incluyendo las 34 del Área Metropolitana de Santiago (AMS) que constituyen su núcleo urbano (Provincia de Santiago más San Bernardo y Puente Alto), más 13 comunas del entorno regional, que aquí denominamos periurbano expandido. Estas comunas han sido consideradas como parte del SUMS, en virtud de que en el 2002 cumplen con el criterio establecido por la OECD (2012), de que el 15% o más de su población económicamente activa trabaja en el ÁMS.
La aglomeración urbana transfronteriza de Foz do Iguaçu (BR)
VerLa aglomeración urbana transfronteriza de Foz do Iguaçu (BR)
La aglomeración urbana transfronteriza de Foz do Iguaçu (BR),
Ciudad del Este (PY) y Puerto Iguazú (AR).
Rosa Moura
[Por María Renée Noguera Solís]
Este artículo fué publicado como parte de las memorias del IV Seminario Internacional de Gestión Urbana “¿Más estado o más mercado?”, realizado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en México en el año 2010. En esta publicación, la destacada geógrafa Rosa Moura analiza la aglomeración urbana de Foz de Iguaçu (Brasil), Ciudad de Este (Paraguay) Puerto Iguazú (Argentina), destacando la difícil tarea de su gestión urbana y de lo compleja que se vuelve por su ubicación fronteriza.
La autora empieza el trabajo con una discusión sobre conceptos de frontera y límites, para proseguir con una descripción de las aglomeraciones fronterizas, discutiendo sobre los variados factores que afectan a estos espacios peculiares, tales como las relaciones locales, regionales y globales. Destaca la importancia ambiental, la diversidad cultural y la presencia del “otro” como condición que cambia material y simbólicamente el espacio.
Analiza de igual forma, la posición de la frontera inmersa en una institucionalidad que se contradice en sus múltiples esferas de acción, y que al mismo tiempo defiende los intereses de cada país, no siendo capaz de contemplar las especificidades del espacio común. De esta manera Moura plantea conceptos clásicos para establecer contrastes que contribuyen a la discusión y a la compresión de la dinámica de estas territorialidades singulares; pero al mismo tiempo como ella lo menciona, son territorios similares entre sí por la inserción de sus actores en la discusión social del trabajo, por su inequidad socioespacial y por sus dinámicas socioeconómicas.
Una de las características principales de las fronteras, según Moura es que está orientada “hacia afuera”, pudiendo esto ser un factor de integración por constituirse en una zona de interpretación, mientras el concepto de límite, se orientan “hacia adentro”. Esto quiere decir que la frontera puede representar intereses locales distintos a los del gobierno central, el límite jurídico del Estado es creado y demarcado por él funcionando como: “factor de separación, por separar unidades políticas soberanas que permanece como un obstáculo fijo, sin importar la presencia de ciertos factores comunes, físico-geográficos y culturales” [1] , como lo plantea Machado citado por Moura (2010).
En un siguiente punto, la autora describe en detalle la aglomeración suramericana, introduciendo al lector una imagen de estos escenarios, y en general lo caracteriza como “heterogéneo, diverso y asimétrico, como punto de pasaje, llegada y partida de las más variados flujos de personas y mercancías, cuyas procedencias y destino son indefinidos” (Moura, 2007). Planteando que dicha configuración compone un espacio de múltiples fronteras, dada la cantidad de actores, intereses, pactos formales e informales, pero al mismo tiempo, hace que “por tratarse de un espacio de todos, parezca no pertenecer a nadie” (Moura, 2007:427).
Siguiendo la lectura, describe el comercio transfronterizo y sus implicaciones locales, explicando las dinámicas económicas particulares, en donde se acentúan por el libre tránsito de productos de todo tipo, lícito y lo ilícito, con la desigualdad económica, las dificultades sociales y los impactos ambientales. Al hablar del aspecto ambiental, puntualiza la riqueza natural de las Cataratas de Iguaçu y el potencial energético de los grandes cursos de agua, y como los intereses externos como el interés por la explotación de este recurso, chocan con los intereses de grupos locales que defienden su preservación o uso.
Al final del trabajo, Moura recuerda el reto que representa la gestión del espacio transfronterizo, la gestión de las aglomeraciones urbanas es un proceso de difícil articulación, ya que ellas se constituyen en ciudades localizadas sobre muchas unidades político administrativas. Entonces, el reto mayor a romper sera de orden escalar, ya que por ejemplo en Brasil, las mayoría de las aglomeraciones urbanas enfrentan las dificultades creadas por la autonomía municipal, que llegan a fragmentar las decisiones que deberían ser tomadas en conjunto. Pero también hay dificultades que resultan en la sobreposición de otras escalas, plantea Moura.
Después de desarrollar conceptos que giran entorno a territorios fronterizos y de describir el caso y sus dinámicas, Moura concluye que las ciudades de Foz do Iguaçu (BR), Ciudad del Este (PY) y Puerto Iguazú (AR), demandan que se discuta la viabilidad de la integración del planeamiento y gestión, “ya que la presencia física de los límites territoriales se encuentran cada vez mas intermitente: desaparece en relación al hecho urbano, persistiendo solamente por la imposición político administrativa”.
Este artículo ayudará a obtener conceptos generales sobre las fronteras y límites, muchas de las dinámicas socioeconómicas que actúan sobre este tipo de espacios se repiten en otros fronteras de Latinoamérica, así como también se ven reflejadas en ellas muchos otros factores que debilitan la interacción y dinámicas que mantiene a estas aglomeraciones, como por ejemplo la débil institucionalidad de cada uno de los Estados centrales y locales.
Referencia
Moura, R. (2010). La Aglomeracion urbana transfronteriza de foz do Iguaçu (BR), ciudad del este (PY) y Puerto de Iguazú (AR). Ciudad Juárez, México: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
[1] El texto original se encontraba originalmente en portugués. Traducción propia.
The end of Suburbia
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Director: Greg Greene
Agotamiento del Petróleo y el colapso de El sueño americano (2006)
[Oil Depletion and The Collapse of The American Dream]
Duración: 78 minutos
[Por Gabriela Ulloa Contador]
El documental “The end of Suburbia” dirigido por Greg Greene trata acerca de la creciente expansión urbana hacia las afueras de las ciudades como reacción a una percepción negativa de las ciudades industriales de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos. La expansión urbana a las afueras prometía mucho más espacio, más vida familiar, aire limpio y fácil movilidad a los lugares de trabajo en la ciudad. A medida que la vida en los suburbios se transformaba en el “sueño americano” y en la “manera americana de vivir”, le van siguiendo cada vez más los comercios y servicios de la ciudad, que concebían la vida en las afueras como una vía cada vez más cómoda y dentro del presupuesto para ejercer y perpetrar sus negocios.
Sin embargo, las afueras, aún cuando comenzaron como una buena idea y con excelentes intenciones, fueron creciendo exponencialmente; arrasando con los campos y llenando cada vez más de casas y residencias las áreas rurales, peri urbanizando los asentamientos sin tomar en cuenta el peligro futuro de tal gigantesca expansión. Si bien esta realidad no fue vista como algo negativo en un comienzo, más tarde se vislumbró la verdadera historia detrás de la vida en los suburbios, anexando los peligros de la dependencia al automóvil, el decantamiento de las ciudades, y el aprovechamiento de una buena etapa económica para la implementación de un proyecto urbano que se basó en una planificación territorial irresponsable y para nada sustentable en el tiempo.
La principal premisa que destaca “The end of Suburbia” es el peligro de la expansión urbana al momento en el que se entiende el significado de la palabra “escaso” al lado de la palabra “petróleo”. A comienzos del siglo XXI surgen las correspondientes preocupaciones acerca del agotamiento del petróleo y del efecto que provocaría en la expansión urbana hacia las afueras, comprendiendo que la sociedad americana, consumista como ella sola, ya no puede vivir sin las comodidades que le otorgan no tan solo el automóvil, el petróleo y el gas natural, sino que también las comodidades que conllevan todo el estilo de vida basado en el consumo de productos que ya ni siquiera se fabrican dentro de los Estados Unidos. Por lo mismo, el ideal de sociedad americana consumista y ajena a las problemáticas se verá destruido una vez que el petróleo comience su período de agotamiento (ya en el 2015), atacando primeramente, la vida en los suburbios.
Se atisba el final del sueño americano en conjunto con el período de demanda global por combustibles fósiles que pronto no darán abasto y terminarán por agotarse. De hecho, la producción “peak” de petróleo ya está sucediendo y, desde allí, no le queda más que entrar en un período de declive. Y cuando esto ocurra y los costes de energía se eleven súbitamente en los próximos años, nos encontraremos con la peor pesadilla de la sociedad americana, que se verá acorralada en las afueras, sin acceso, movilidad, y en un futuro no tan lejano, sin abastecimiento. ¿En que se convertirán? O más bien ¿qué medidas se pueden implementar para evitar el derrumbe de los suburbios? Eso, se verá a continuación.
Periferias de Chile
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El crecimiento de las ciudades suele asociarse a buenos indicadores, como crecimiento económico, mayor desarrollo del país e incluso mejores índices en la calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo cuando se observa cómo y dónde se materializa este crecimiento se perciben las profundas desigualdades que éste encierra. Las periferias de nuestras ciudades son tal vez los lugares que de manera más cruda nos revelan los problemas inherente a nuestro modelo de desarrollo, junto a los enormes desafíos que éstos conllevan para quienes se abocan al estudio, planificación y gestión de nuestras ciudades.
Se invita a todos nuestros lectores a enviar imágenes de la periferias de las ciudades de Chile y otros países que den cuanta de las distintas realidades que se materializan en éstas.
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Fundación Mi Parque _ Construyendo y recuperando áreas verdes en conjunto con la comunidad
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Revista Planeo Nº8, Crecimiento Urbano, Noviembre 2012
Entrevista a Andrea Gómez, directora ejecutiva de la Fundación Mi Parque.
Resumen:
En este número de Planeo, destinado a crecimiento urbano, hemos querido dar a conocer la iniciativa que está desarrollando la Fundación Mi Parque en distintas comuna de nuestro país.
Hemos dado especial valor al modelo participativo y experiencia que ha desarrollado la fundación para lograr recuperar, construir y transformar áreas verdes, generando nuevos espacios públicos al interior de la ciudad. Estas pequeñas –pero múltiples- intervenciones urbanas son un ejemplo de revitalización social y espacial dentro del territorio, las cuales permiten constituir entornos sustentables en el amplio sentido.
Esta práctica muestra la relevancia de aspectos como la administración de los espacios públicos, la participación de la comunidad en el diseño y ejecución de las obras, los cuales deberían ser considerados dentro de un modo de gestión y política pública.
Es especialmente destacable un proceso en el que la metodología se ha ido construyendo sobre la base de la experiencia real de muchos proyectos ya realizados.
[Por Pablo Contrucci y Ana Rojas]
Planeo: Para ir contextualizándonos en el tema, cuéntanos ¿Cuál es la misión y visión de la Fundación Mi Parque?
Andrea: soñamos con una comunidad empoderada de sus áreas verdes. En la cual todas las personas sientan que el espacio público es propio, donde puedan hacer acciones para cuidarlo, mejorarlo y proponer nuevas cosas, y de esta manera superar esta desigualdad que tenemos hoy en día en la calidad del espacio público en las distintas comunas.
Tenemos comunas como Vitacura donde hay una superficie de 18 m2 de áreas verdes por habitante: Por donde uno camine hay pasto, árboles a los lados. En cambio, en otras comunas como San Bernardo, Puente Alto, Pudahuel no se encuentra una plaza consolidada, un espacio verde, un árbol, salvo en algunos puntos muy específicos, sumando una superficie entre 1 a 3 m2 de área verde por habitante. Por lo tanto es muy bajo el acceso que tienen esas personas a las áreas verdes, sumado a ello que son familias de escasos recursos y que viven en casas o departamentos pequeños sin patios. En este contexto, es aún más necesario contar con lugares de recreación en la ciudad.
Esta visión se concreta en recuperar áreas verdes en conjunto con las comunidades. Para nosotros no es una tarea solamente ambiental sino que también es social, estas acciones van de la mano. No nos basta con construir áreas verdes, si no que lo tenemos que hacer participando con las personas. Esto es de suma importancia, ya que en esta acción, los futuros usuarios comienzan a dar valor a estos espacios como también se dan cuenta que son capaces de recuperar su entorno.
Planeo: Las áreas verdes no tienen solo un aporte de biomasa, sino que también como espacio público. Es decir un árbol aporta la sombra constituyendo un espacio público que promueve la actividad social. Estas dos visiones son muy específicas y valiosas. Cómo surge esta visión?
Andrea: lo que pasa es que creemos que hemos ido construyendo una ciudad que es súper gris, densa y muy tensa, esto ha generado que la gente esté descontenta en las ciudades. Muchas veces nos preguntamos ¿porqué tantas destrucciones, grupos que reclaman que no les gusta nada y este ánimo general de descontento en la sociedad? Entendemos que una de las causas es que la gente está viviendo en un lugar que no le es agradable y eso va afectando en el día a día. Por eso creemos que las áreas verdes son una vía que puede aportar a solucionar esta problemática, y de esta manera construir una ciudad con una mejor calidad de vida.
Planeo: Desde tu punto de vista ¿con qué tipo de proyectos han logrado revertir esta situación?
Andrea: Estamos recuperando terrenos que son sitios eriazos y plazas abandonadas, transformándolas en nuevas plazas. Este trabajo se ha focalizado en barrios de escasos recursos, vulnerables, donde muchos de los espacios públicos han sido tomados por el narcotráfico, pasando a ser muchas veces campos de batalla, focos de micro basurales y delincuencia en general. Nuestro propósito es que estos lugares vuelvan a ser espacios públicos para la familia, de juegos para los niños, para la señora que sale con el perro, viejitos, los vecinos.
También hemos analizado el tema de la conducta de los jóvenes hacia los espacios públicos, que muchas veces es muy violenta. Se acostumbra ver a jóvenes que van y rompen las cosas, otro fenómeno reiterativo es que las mamás intentan que sus hijos no salgan a la calle, mientras son pequeños los pueden mantener dentro de la casa, viendo tele. Se comparte el pensamiento “el niño que no es de calle es un buen niño”, de lo contario se le asocia a la pandilla o a algo negativo. Desde esta convicción, la madre le enseña a creer al niños que salir a la calle es malo. Cuando son adolescentes ya no los pueden retener en la casa y salen a la calle, demostrando una conducta hacia el espacio público de destrucción, porque “no es un lugar bueno”“el espacio público es un espacio negativo”, hay un estigma. Creemos que ésta es una condicionante, hemos revisado literatura y estudios al respecto que corroboran el tema.
En este escenario hemos tenido que romper algunos mitos que tenían los vecinos, como “nono hagamos una plaza sino se van a ir a tomar”, entonces le explicamos: “no será así, porque si usted sale a la plaza, estos jóvenes se van a ir a otro lado”. Hay que demostrarle y hacerles entender a los vecinos que ellos son los mejores vigilantes.
Planeo: ¿Ustedes han podido corroborar que efectivamente en un espacio público que antes estaba deteriorado y apropiado por actores sociales negativos, una vez que es recuperado y construido se transforman en un espacio positivo?
Andrea: en la mayoría de estos proyectos los comentarios que nos llegan de los vecinos son esos. Hay tres proyectos que fueron estudiados, donde se hicieron encuestas, pre y post la construcción, y los resultados demostraron que 60% de los vecinos creía que después de la construcción de la plaza, el barrio era más seguro, además de los comentarios generales: “ahora usamos la plaza”, “vamos todos”, “salimos con los niños”. Por ejemplo, en una plaza que hicimos en Colina, una señora nos decía que antes de la intervención de “mi parque” ella pensaba que en el barrio no existían niños, una vez construida la plaza aparecieron un montón de niños, salieron de todos lados. Efectivamente estaban los niños limitados a estar en sus casas.
Planeo: Cuéntanos ¿Cuál es la estrategia de trabajo, los lugares están identificados por la Fundación o también hay municipalidades que se acercan a ustedes? ¿Cómo se consolida un proyecto y cómo en este proceso integran a la comunidad?
Andrea: Tenemos un modelo de trabajo participativo en el cual participan tres actores fundamentales. Los vecinos del sector diseñan y construyen las plazas junto a nosotros. Las empresas que financian los proyectos a través de RSE y que también participan junto a los vecinos en la construcción. La municipalidad, que se compromete con la mantención posterior de las plazas.
Este proceso consiste: en primer lugar se elige un lugar, en esta etapa los vecinos pueden postular las plazas de sus barrios a través de la página web, al igual las municipalidades y así también salimos a buscar terrenos, están estas tres opciones. Después no cercioramos que la municipalidad pueda mantener estas áreas verdes. Y posteriormente, buscamos aportes de las empresas. Comenzamos a trabajar con los vecinos cuando ya sabemos con certeza que se va a financiar la plaza y así, no generar falsas expectativas.
Planeo: ¿Cuál es la duración de este proceso de diseño participativo?
Andrea: mínimo un mes, máximo dos. En general este proceso completo es de dos a tres meses.
Planeo: ¿Tienen problemas con el financiamiento de la municipalidad?¿Éstas son proclives a aceptar este planteamiento o les dificulta porque después no tienen recurso para mantener las áreas verdes?
Andrea: Ese es el problema, hay municipalidades que no quieren ampliar su contrato de mantención de áreas verdes, porque no tienen más recursos para hacerlo. Este es uno de los puntos que debería tratarse no solo desde el gobierno local, sino que debiese abordarse desde el gobierno central o gobierno regional, ya que no puede ser que la municipalidades que reciban menos recursos, las más pobres por lo demás, sean las que no tengan posibilidades de mantener sus áreas verdes por la falta de recursos, siendo que son los lugares donde más se necesitan.
Planeo: ahí hay un punto bien clave referido al financiamiento, ya que las municipalidades reciben recursos de la SUBDERE, recursos definidos en términos generales, pero no dirigidos a espacio público ni área verde. En este contexto, es donde existe la necesidad de que haya una política a nivel central, que asegure una parte de los recursos a áreas verdes.
Andrea: incluso se podría ir más allá. Por ejemplo, las municipalidades que demuestren que son eficientes en el uso de este recurso, que no desperdicien agua, que tienen un buen contrato de mantención con alguna empresa, sean premiadas y puedan ampliar al año siguiente su fondo de mantención para áreas verdes.
Planeo: Entonces el problema es con la mantención y construcción del área verde. ¿Tienen dificultades también con la disponibilidad de superficies para construir áreas verdes?
Andrea: hay algunas comunas que tienen problema en superficie, en especial las más antiguas, cercanas al casco histórico. En esos casos hemos visto la posibilidad de arborizar calles y platabandas, las cuales también se pueden transformar en pequeño huertos, en lugares de estar, ya que el área verde no se refiere solamente a plazas.
Planeo: volviendo al esquema de operación que ustedes tienen, constituido por vecinos, empresa y el municipio. ¿Cuál es el rol de la empresa? ¿Cómo captan a las empresas para que aporten a los proyectos y ejecución?
Andrea: Estas son las auspiciadoras, financian el diseño y la construcción, y también son participantes del proceso constructivo junto con sus trabajadores. Este modelo les parece atractivo a las empresas, ya que les permite hacer participar a todo su equipo de trabajo mediante una actividad totalmente distinta en un día. Nos dividimos en cuadrillas. Cada una tiene un trabajo específico. Llegamos en la mañana y encontrando un sitio eriazo, y luego, después de almuerzo dejamos una plaza verde, con niños jugando, todo funcionando. Cualquier voluntario puede darse cuenta ahí mismo del trabajo que realizó.
Este aporte la empresa lo hace bajo el sistema de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Podemos entregar certificado de donaciones en algunos de nuestros proyectos, o más bien en su mayoría, ya que ellos están certificados por el Ministerio de Desarrollo Social. En este proceso le presentamos los proyectos al Ministerio, y de esta manera las empresas reciben el certificado de donaciones bajo la ley 19.885 con fines sociales, pudiendo descontar entre un 35 y un 50% de la donación.
Hasta el momento han trabajado con nosotros alrededor de 40 empresas y alrededor de 20 de ellas están repitiendo el proyecto año a año. Tenemos empresas que ya han hecho 3 a 5 plazas.
Planeo: ¿Cuántos proyectos y superficies lleva construida la fundación?
Andrea: más de 65 proyectos en una superficie de 100.000 mt2 de plaza. El 2007 obtuvimos la personalidad jurídica y así el año 2009 hicimos la primera plaza.
Planeo: ¿Quienes financian la fundación, como partió este proyecto?
Andrea: nadie, esto nació a pulso, con la donación del tiempo de todos los que trabajamos hasta que logramos conseguir el primer financiamiento para un proyecto. Nunca hubo un capital semilla. Cada proyecto aporta una mínima parte a la administración, ya que hay que considerar que todo es en base a donaciones, solo 14 personas de la fundación son pagadas. El equipo está formado por un área de proyectos, comunidades, administración, marketing y la dirección ejecutiva.
Planeo: ¿La metodología de trabajo participativa surge de otros proyectos o ha sido desarrollada en el proceso de trabajo con la comunidad?
Andrea: sí, creo que del proceso de trabajo con los vecinos, esto ha sido en base a prueba y error. La forma de trabajo se sostiene de una relación arquitecto / cliente. La idea es entender cuáles son las necesidades de los vecinos, donde muchas veces hay que explicarle que lo que está pensando no es lo más correcto, pero con respeto, y dando argumentos se llega a acuerdos.
El proceso de trabajo considera cuatro reuniones, cada una de ellas tiene una finalidad. La primera da a conocer la fundación, el proyecto y busca derribar el mito de que “estas cosas no funcionan”, mostrando otros proyectos exitosos. En una segunda reunión, se realiza un diagnóstico del lugar con impresiones proyectuales y con lo que se puede hacer. En el tercer encuentro, hacemos una propuesta en maqueta. En la cuarta reunión ya mostramos el proyecto acabado y organizamos la construcción.
Planeo: En cuanto al diseño, ¿han ido ustedes descubriendo ciertos claves para que el proyecto sea sustentable y querido por sus vecinos? Ya que en temas de espacio público siempre se genera un impacto en las personas. ¿Han estudiado este tipo de temas?
Andrea: bueno ahí hay hartos temas, no hay una receta, se han hecho varias veces manuales del diseño del espacio público, pero yo creo que la receta no es tan estricta, ni general. Hay temas complejos como por ejemplo, los autos, generalmente cuando logramos ponernos de acuerdo con la mayoría de los vecinos, y si estos están en contra que estacionen los autos en la plaza, ahí se determina colocar barreras para mantener los autos afuera. Otro tema relevante es la vegetación, esta no debe superar alturas libres de vistas. Son una serie de detalles, pero finalmente todo está en ponerse de acuerdo en la configuración de la plaza. Ver si en la plaza se juega fútbol o si una vez al año se hace un festival de música, estas actividades son relevantes a la hora de considerar el diseño. Este tipo de determinaciones son fundamental.
Planeo: ¿ustedes creen que debería haber una normativa de espacio público? Desde tu experiencia ¿qué elementos te ocuparías que tuviera esta normativa? ¿Qué tú crees que debe trascender a normativa?
Andrea: trabajamos con los conjuntos de vivienda social, hay una normativa referida a porcentaje de áreas verdes. Antes se hacían conjuntos sin espacio de plaza, que era gravísimo, ahora está el espacio disponible, lo que es un avance, pero el problema está en que estos espacios no se materializan. En general, en el espacio público hemos visto que los problemas son más de administración que de normativa. Esta situación no pasa solo con las plazas, también sucede con las sedes sociales, un estadio, cualquier espacio de uso público. Por esta razón, más que normativa se necesita que estos espacios de uso público tengan asociado un modo de gestión.
Por ejemplo, en el caso de las plazas y parques, yo creo que son los municipios quienes deben administrar. El gobierno central debería buscar un mecanismo para transferirle recursos a los municipios, uno específico de mantención de áreas verdes, no creo que lo correcto sea que el Ministerio de Vivienda y de Urbanismo u otra entidad debiera preocuparse de las áreas verdes de manera externa, ya que cuando el municipio pierde control de sus funciones o de algunas de sus funciones, lo único que se está haciendo es debilitarlo, por lo que hay que potenciar el municipio para que tenga esa función.
Planeo: pero ¿qué sucede con respecto a la evaluación de recursos?, estos llegan desde el nivel central al municipio, el consejo hace la evaluación final para destinar los recursos, donde en la mayoría de los casos las áreas verdes no son una prioridad para la municipalidad. Si existiera una evaluación social desde nivel central que pueda determinar el valor social que aporta la mantención de las áreas verdes, ahí se podrían asegurar los recursos a esta área específica.
Andrea: hoy en día está clarísimo cuantos mt2 de área verde tiene cada comuna por habitante y también cuanto gastan en mantención en esos m2, pero el problema está en que actualmente no existe una metodología que muestre el impacto social que generan las áreas verdes.
Estamos haciendo una investigación que busca generar este tipo de datos. El instituto de estudios JPAL y la fundación IMTRUST están evaluando el impacto de 30 de nuestros proyectos, antes y post su construcción, además existe un grupo control de otros 30 proyectos que tienen características similares. Esto partió a raíz de que queríamos buscar algún número del impacto social que tienen las áreas verdes. Se analizó todo tipo de paper e investigaciones al respecto y no se encontró información, por lo que decidimos hacerla.
Planeo: Con respecto a otro tema, Santiago tiene poca superficie de áreas verdes para plazas, pero al parecer tiene mucho para realizar arborización lineal en las calles comparado con otras ciudades ¿Es así? Si es así ¿Qué aporte generaría esta arborización lineal? ¿Tienen proyectos de este tipo?
Andrea: no hemos trabajado en muchos proyectos de arborización. Realizamos uno en algunas calles de Coronel en el sur, y también lo hemos hecho en Santiago en algunas comunas. En este tema hay un aspecto que se podría revisar en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción. Actualmente se están dejando en las veredas platabandas (secciones de tierra) que son muy angosta, de 50 cm, y en ese ancho cuesta mucho plantar, no es bueno, ya que después el árbol al crecer va a termina rompiendo las soleras de la vereda, pero estamos de acuerdo que el potencial de arborizar calles es gigante, es cosa de comparar la avenida Ricardo Lyon con avenida Santa Rosa.
Planeo: ¿Han realizado alianzas con servicios públicos?
Andrea: Hemos trabajado en algunos proyectos específicos con el servicio público, actualmente estamos postulando a un proyecto de FOSIS. También realizamos un proyecto para el programa de Barrio en Paz con el Ministerio del Interior, pero no tenemos alianza permanente con un programa. Generalmente nos hemos financiado a través de los aportes del sector privado, donde el sistema de trabajo ha sido muy eficiente.
Planeo: Cuéntanos cómo funciona el tema del voluntariado en la Fundación.
Andrea: contamos con un grupo de voluntarios que van a construir con nosotros. Ellos tienen el rol de jefes en las cuadrillas en el proceso de construcción, guían a voluntarios que van por primera vez, como a los vecinos y personal de las empresas. Nos dividimos en cuadrillas, Por ejemplo la cuadrilla de plantar pasto, árboles, de juegos. Captamos a los voluntarios en ferias universitarias, también está en la página web siempre un ícono disponible para voluntarios. Es bien sencillo, la gente se inscribe, le contamos de qué se tratan los proyectos, y así participan en los proyectos y cuadrilla que son de su interés. Además de esta vía, tenemos alumnos en práctica, que es un sistema paralelo al de voluntariado y que también participan de las construcciones de la misma manera.
Planeo: ¿hay algún proyecto emblemático que sea interesante de contar?
Andrea: el proyecto de la villa de San Luis en Renca. Esta villa está dentro de los 80 barrios tomados por el narcotráfico en Santiago. En esta villa los vecinos estaban peleados los de un lado con el otro, la plaza que los separaba era un campo de batalla. La municipalidad había construido la plaza en dos ocasiones, primero cuando se construyeron las casas, y en una segunda oportunidad la volvieron a recuperar, pero de igual modo ésta fue objeto de destrozos.
Se trabajó con los vecinos diseñando la nueva plaza, la municipalidad nos decía “no pierdan el tiempo, si la rompieron los mismos vecinos”. Después del proceso de un mes de diseño participativo, se construyó la plaza. La cual ha sido un éxito rotundo, actualmente se hacen campeonatos de pin pon, se utiliza la cancha de fútbol, están todos los árboles perfectos, intactos y la plaza funciona. Este es un caso en que la comunidad se volvió a vincular entorno a la plaza y así esta situación se va repitiendo en varios lugares. Se logra cambiar esa concepción de la gente teñida de pesimismo, que cree que no va a funcionar, que no se puede.
Con respecto a esta idea de poder integrar algunos lineamientos de esta experiencia a políticas públicas, está el tema de la participación y es muy sencillo de hacer. La participación de los vecinos en la construcción funciona actualmente de la siguiente manera: la municipalidad postula a un proyecto al Fondo del Gobierno Regional, se gana los recursos, se llama a licitación, llega una constructora y en un par de semanas a los vecinos les aparece una plaza en el barrio. Generalmente no participan ni siquiera del diseño, en algunos casos específicos se han incluido en la participación del diseño, esto ya es una mejora, pero falta todavía que ellos puedan participar plantando los árboles, lo cual es muy sencillo. Participar en la construcción, es un tema de coordinación, a largo plazo esto disminuye los costos, ya que una inversión que le costó a la municipalidad 100 millones de pesos no se destruye en un par de meses. Se trata de poner una exigencia de participación ciudadana mínima, no solo en el diseño, sino también en la ejecución misma. De esta manera los vecinos van despertando un sentido de apropiamiento con el lugar.
Planificación Estratégica de Ciudades
VerPlanificación Estratégica de Ciudades
[Por Mairelys Domínguez]
Título: Planificación Estratégica de Ciudades.
Idioma: Español
ISBN: 978-84-291-2110-0
Año: 2006
Hablar de planificación, nos invita a consultar una de las publicaciones más vinculadas con este tema, nos referimos a “Planificación Estratégica de Ciudades” de José Miguel Fernández Güell. Este autor difunde por primera vez este libro, hace ya quince años, con un contenido segmentado en dos partes: El Marco Conceptual y La Metodología para la Planificación Estratégica de Ciudades. En el 2006, lanza una nueva edición revisada y aumentada, de la cual haremos un repaso, específicamente del Marco Conceptual. Esta primera sección consta de tres capítulos que se detallan a continuación:
1) El contexto de la planificación urbana contemporánea
Que habla del origen de los planes reguladores de ciudades y sobre sus objetivos principales. Es acertada la explicación sobre las etapas de la planificación urbana, que va desde el 1880 hasta mediados de la década pasada. El autor construye un marco temporal con las transformaciones que ha tenido la planificación urbana, instalando en este las etapas, que prosperan con el nacimiento, despegue, desarrollo, madurez, crisis y por último el estancamiento.
Se justifican además las razones que dificultan la planificación urbana en la actualidad, encontrando unas intrínsecas, como la complejidad, la diversidad y la incertidumbre de los procesos urbanos. En tanto, otros factores internos y externos, entran en juego para alimentar el actual estado de la planificación. Todos ellos en conjunto, indican que el dinamismo de los cambios actuales hace que los paradigmas históricos hayan quedado obsoletos.
Otro punto interesante de este capitulo es la referencia a los dos tipos de pensamientos predominantes en la actualidad: el desarrollo competitivo y el desarrollo sostenible. Resaltando además que ambos han sido enriquecidos con los temas de la exclusión social y de la gobernabilidad.
Ahora bien, esta claro que la balanza entre el desarrollo competitivo y sostenible, bajo la definición planteada sobre Planificación Estratégica de Ciudades, se inclina un poco más por el pensamiento sostenible, a pesar de que siempre se hace alusión al mismo en un sentido ecológico. La afirmación anterior se relaciona con la inserción del concepto de gobernanza o gobernabilidad, al proponerla como un desafío para conseguir el equilibrio entre los vectores equidad, competitividad y sostenibilidad logrando así, la integralidad de los mismos.
2) Origen y Fundamentos de la planificación estratégica
Este capitulo sigue conservando su esencia, a pesar de haber cambiado de orden en el índice, en comparación con la primera edición. En él se muestra el concepto de estrategia y sus orígenes en los antecedentes militares y posteriormente empresariales. Las estrategias militares inspiraron la planificación estratégica de las empresas y del sector público, basándose en un rescate adoptivo de sus principios.
En cuanto a la planificación estratégica en el sector público, un detalle a resaltar es que no se ignora la naturaleza política del proceso de la toma de decisiones, por lo tanto, no se interpone un modelo racional de planificación sobre un modelo de racionalidad política.
3) Traslación de la planificación estratégica a las ciudades
En esta parte, se presenta el paralelismo que tiene la planificación estratégica, entre la empresa y la ciudad. Iniciando con el éxito de San Francisco a principios de los 80´s, hasta la aceptación que tuvo en toda Europa, especialmente en España. Se resaltan además, los fundamentos de un plan estratégico, como un proyecto común de toda la comunidad, que sobrevive a lo largo de varias legislaturas independientemente de los avatares políticos. Esto la supone como una verdadera movilización de la sociedad hacia unos objetivos compartidos por todos. Lo esencial aquí, es que la planificación estratégica presenta cierta capacidad para regenerar la planificación urbana.
Bajo estos criterios, se expone la ciudad como un sistema complejo de elementos o partes conectadas, donde las actividades humanas están enlazadas por comunicaciones que interactúan, en tanto el sistema evoluciona dinámicamente (Fernández, 1997). De esta forma se persigue, el enfoque sistémico, al tratar de resolver grandes desequilibrios generados por el proceso de urbanización en los sistemas de actividades urbanas, la conservación y gestión de los recursos naturales y la mejora de la calidad de vida.
A sabiendas de que todos los procesos que se llevan a cabo en una ciudad, son vistos desde distintas perspectivas por parte de un amplio espectro de profesionales del área, el autor aclara que el proceso de cambio de una ciudad debe ser gradual. Para esto, toma en cuenta que los procesos no son secuenciales (una cosa afecta directamente la otra), sino más bien simultáneos (muchas cosas ocurren al mismo tiempo). Por esta razón, se inclina hacía una teoría hibrida, que se adapta mejor a las características de diversos métodos contrastados con éxito. Y es precisamente en esta hibridez, que se basa la segunda parte del libro, sobre los métodos e instrumentos, complementando un trabajo que unifica la teoría con herramientas practicas en favor de los elementos que componen un sistema urbano.
Referencias
Fernández Güell, J. (1997). Planificación estratégica de ciudades. Barcelona: Gustavo Gili.S.A. 240 pág. ISBN: 84-252-1469-6
Ordenanza de Planes Reguladores Comunales ¿instrumento suficiente para la renovación de barrios residenciales?
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[por Nicole Pumarino]
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La renovación urbana de barrios residenciales de baja altura y densidad de zonas céntricas de la ciudad se ha dado principalmente en el formato de grandes torres de gran altura que han sido altamente cuestionadas en la relación que estas tienen con el barrio y el impacto que causan en ellos. Considerando que esta manera de renovación es un fenómeno prácticamente ineludible, incluso necesario para la vigencia de estos barrios, podemos preguntarnos por ciertas características espaciales de los nuevos edificios que podrían impactar en mayor o menor medida, en la relación con el entorno donde se construyen.
Sobre esto, las Ordenanzas de los Planos Reguladores Comunales parecen ser de los instrumentos con más capacidad de control y regulación sobre la manera que se proyectan y construyen los edificios, ya que pueden manejar varios aspectos que influyen en la relación de edificio-barrio. Considerándola como una herramienta que permite generar una imagen de ciudad, tanto del espacio público como del privado, establecen un patrón de urbanización que puede ser considerado lo más cercano a una imagen objetivo de lo que se busca para la comuna o barrio en el aspecto urbano y con la cual se podría compatibilizar de mejor manera la renovación urbana de edificios en zonas residenciales. Sin embargo, en la práctica esto no sucede en todas las comunas. La competencia entre comunas por generar la mayor atracción de proyectos inmobiliarios ha conducido a normativas más permisiva en constructibilidad y menos específica en las regulaciones espaciales del predio que apunta a la rentabilidad de nuevos proyectos.
Entonces, ¿cómo regula la norma? ¿Qué aspectos puede regular y cuáles no? ¿Cuál es el resultado de su aplicación? ¿Es realmente determinante en la forma en que se construye la ciudad?
En primer lugar, la norma depende de cada comuna y eso determina si ésta tiene un enfoque más permisivo-liberal, como sucede por ejemplo en la comuna de San Miguel, la cual se enfoca en atraer nuevos proyectos a la comuna, o más reguladora, en donde el objetivo de la norma va más bien en materializar una imagen urbana buscada que ocurre en comunas como Providencia y en menos medida en Ñuñoa.
La diferencia entre la normativa permisiva y la reguladora pueden verse en dos aspectos principales que define la norma, primero, (i) los aspectos normativos que definen la rentabilidad y forma de ocupar el terreno, que están determinados por el índice de constructibilidad, de ocupación de suelo, la altura máxima, y en segundo lugar (ii) por los aspectos más morfológicos que regula principalmente la relación del edificio con su espacio público cercano como pueden ser los cierros, antejardines, entradas de autos, etc.
Al hacer un análisis del primer aspecto (i) en la normativa en las tres comunas antes mencionadas (específicamente en sectores residenciales de vivienda que están bajo dinámicas de renovación urbana a través de edificios) se puede ver que si bien presentan diferencias en la cantidad de metros cuadrados posibles a construir, estos no necesariamente deberían significar una gran diferencia en el resultado que se produce entre comunas o impacto demasiado alto en el barrio en el que se emplazan, las diferencias comienzan a manifestarse cuando al combinar las variables constructibilidad, ocupación de suelo (superficie construible en el primer piso) y altura máxima.
A modo de ejemplo, se analizan estas tres variables en un terreno de 2000 m2 emplazado en una esquina, dejando como constante la constructibilidad total de cada zona que es lo que siempre buscará el gestor inmobiliario en el momento de proyectar un edificio. Para cada una de las comunas se consideró la ocupación de suelo permitida, el ancho de antejardín mínimo, altura máxima o rasantes y porcentajes de ocupación de suelo permitido (estacionamiento y área libre esparcimiento).
En el cuadro [ver cuadro comparación normativas, arriba] se grafican los dos extremos de posibilidades constructivas de cada comuna, una utilizando la máxima ocupación de suelo, y otra utilizando la altura máxima. En las dos primeras comunas (Providencia y Ñuñoa) la variación entre ambas maneras de construir no es demasiada ya que la altura máxima que han puesto como límite es bastante restrictiva, sin embargo en el caso de San Miguel, la altura regulada por la rasante permite grandes alturas que producen mayor impacto para los vecinos y el barrio, pero también al ocupar la máxima altura, se libera mucho suelo sin un uso determinado que es comúnmente se utiliza como estacionamiento. Esto es importante para el resto del barrio ya que este tipo de uso puede afectar la relación con el barrio si se producen en el borde del predio o si son visibles desde la calle. Si a esto además se considera la dimensión, el área de estacionamiento de un edificio puede ser equivalente a 2 o tres predios de antiguas casas. [ver fotografía de estacionamiento, arriba]
Ahí es cuando entran en juego los aspectos más morfológicos (ii) que norman desde la forma de ocupar el suelo libre de lo construido hasta los cierros, elementos que pueden ser determinantes en la relación del espacio público con el privado. Por ejemplo, en Providencia las playas de estacionamiento están prohibidas, lo que quiere decir que el espacio libre solo puede destinarse a jardines y espacios de recreación pudiendo ubicarse en ese espacio solo los estacionamientos de visitas.
Algo similar sucede con los cierros y antejardines, Providencia y Ñuñoa son las más reguladoras en cuanto a temáticas que abarca la norma y que pueden determinar no solo el ancho sino que la calidad espacial del antejardín que es el espacio que está en directa relación con la calle y el resto del barrio. Providencia establece que los edificios no deben tener cierros y en caso de tenerlos deben ser 100% transparentes y pone énfasis en el contenido vegetal y tipo de pavimento que pestos deben tener. Ñuñoa permite cierros hasta en un 70% transparente, pone énfasis en un ancho de 8 metros de antejardín para edificios de más de 4 pisos y regula especialmente las entradas y salidas de autos al igual que la ubicación de las rampas de acceso subterráneo para autos. San Miguel por otro lado, prácticamente no tiene regulaciones más que las mínimas establecidas por la OGUC, esto principalmente porque el objetivo al hacer el cambio en el PRC era de incentivar la construcción para repoblar la comuna sin establecer prácticamente ninguna limitante y sin que detrás de la norma hubiera un imagen urbana para la comuna que pudiera regularse a través de la norma.
Sin embargo, ¿son estos aspectos suficientes? A pesar de las detalladas regulaciones de Providencia, aún es posible encontrar casos puntuales de edificios que podrían estar en cualquier parte de Santiago. Los resultados son de todo tipo en una misma comuna pueden encontrarse casos que reflejan mayor influencia de la norma o mayor respeto por el entorno, y otros en donde pareciera ser que su valor está en saber interpretarla de manera astuta para poder llegar a un resultado tipologizado. O más aun, hay edificios que aun respetando la normativa de la comuna continúan sin tener ninguna relación con el barrio. Esto indica, que la Ordenanza de los Planes Reguladores Comunales como único instrumento en la regulación espacial entre espacios públicos y privados, no es suficiente para la planificación urbana en la renovación de barrios que originalmente fueron pensados como residenciales, de baja altura y densidad. [ver fotografía resultado normativa en Providencia, arriba]
Gobernanza Ambiental: integración de lo social en la Línea de Base Ambiental Chilena ¿Una preocupación gubernamental pendiente?
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[por Francisca Garay]
La Gobernanza tiene relación con “la existencia de un proceso de dirección de la sociedad que ya no es equivalente a la sola acción directiva del gobierno y en el que toman parte otros actores: un proceso directivo post-gubernamental más que antigubernamental” (Aguilar, 2007: 7). La gobernanza ambiental se vuelve una forma de articular a los diferentes actores que confluyen en las temáticas ambientales, forjándose un vínculo que tiene como fin la coordinación sustentable entre los diferentes intereses involucrados.
El concepto de gobernanza ambiental, tiene que ver con la toma de decisiones en las normativas que regirán a las empresas, las que luego afectarán de alguna forma a la sociedad y al ambiente, tal como lo señala Piñeiro en la siguiente expresión:
“(…) cómo se toman las decisiones, que a su vez depende de quienes son invitados a expresarse y como se construye un marco apropiado para que puedan hacerlo. Ella tiene mucho que ver con las políticas económicas en la medida en que éstas fijan el marco en que se desenvuelven las empresas privadas y por lo tanto afectan las decisiones empresariales que luego repercuten en la sociedad y el ambiente” (Piñeiro, 2004: 10).
Es así como “la idea fundamental en una estrategia de gobernanza ambiental, es que todos los actores participen y tomen decisiones informados y conscientes de las consecuencias ambientales, económicas y sociales” (Delgado, Bachmann & Oñate, 2007: 71).
A partir de lo anterior, el desarrollo sostenible “se basa en la descentralización efectiva del poder, y en la implementación de políticas regionales de desarrollo basadas en la sustentabilidad y en la participación ciudadana” (Delgado, Bachmann & Oñate, 2007: 71).
El primer principio que forja la gobernanza ambiental es la participación de todos los actores involucrados. Es decir que:
“(…) todos aquellos interesados o afectados por las decisiones ambientales expresando sus opiniones en forma previa a la toma de decisiones, asegura que todos los puntos de vista sean considerados, que los representantes del gobierno comprendan y sean ilustrados por posiciones que antes podrían no haber estado contemplados, que a su vez éstos tengan la oportunidad de explicar la posición del gobierno sobre los puntos en debate, y que las decisiones finales que se tomen tengan un mayor grado de legitimidad y por lo tanto de posibilidades de ser obedecidas, minimizando las situaciones de conflicto“ (Piñeiro,2004: 10-11).
Un segundo principio vincula la gobernanza ambiental con “la capacidad de la sociedad civil para hacer responsables de sus actos a los que toman las decisiones tanto en el ámbito público como en el ámbito privado (accountability)” (Piñeiro, 2004: 11). Este principio se vincula a la capacidad que tienen los sujetos que se sientan perjudicados por organismos públicos o privados, accionando contra ellos y recibiendo una reparación (en lo ideal). Esto está vinculado fundamentalmente a la información sobre quienes toman las decisiones en temáticas ambientales, qué decisiones, cómo y por qué las toman (Piñeiro, 2004).
Y el tercer principio tiene relación con la proporcionada forma de considerar el problema ambiental, donde se debe tomar el nivel adecuado a la escala del problema que está siendo analizado (Piñeiro, 2004).
En el contexto anteriormente expuesto se presenta el instrumento legal que protagoniza y media las tensiones que rigen nuestra actual legislación ambiental, a partir de la Línea de Base Ambiental chilena (Ley N°19.300). Éste instrumento permite configurar el proceso de evaluación ambiental de los proyectos, permitiendo introducir la dimensión ambiental en el diseño y la ejecución de los proyectos y actividades que se realizan en el país. A través de él se evalúa y certifica que las iniciativas, tanto del sector público como del sector privado, se encuentran en condiciones de cumplir con los requisitos ambientales que les son aplicables.
La línea de base consiste en la descripción detallada del área de influencia de un proyecto o actividad, en forma previa a su ejecución. Constituye, además, uno de los contenidos mínimos exigidos por la Ley N° 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, para la elaboración de Estudios de Impacto Ambiental, lo cual permite evaluar los impactos que pudiesen generarse o presentarse sobre los elementos del medio ambiente.
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) tiene como función principal administrar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), instrumento que evalúa ambientalmente los proyectos de inversión o actividades que se pretenden desarrollar en el país, según lo establecido en la normativa ambiental vigente. De acuerdo al artículo 81 de la Ley N°20.417, sus principales objetivos son:
a) La administración del Sistema de Evaluación de D.O. 26.01.2010 Impacto Ambiental.
b) Administrar un sistema de información sobre permisos y autorizaciones de contenido ambiental, el que deberá estar abierto al público en el sitio web del Servicio.
c) Administrar un sistema de información de líneas de bases de los proyectos sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, de acceso público y georeferenciado.
d) Uniformar los criterios, requisitos, condiciones, antecedentes, certificados, trámites, exigencias técnicas y procedimientos de carácter ambiental que establezcan los ministerios y demás organismos del Estado competentes, mediante el establecimiento, entre otros, de guías trámite.
e) Proponer la simplificación de trámites para los procesos de evaluación o autorizaciones ambientales.
f) Administrar un registro público de consultores certificados para la realización de Declaraciones o Estudios de Impacto Ambiental, el que deberá contener a lo menos el nombre o razón social, en caso de tratarse de personas jurídicas su representante legal, domicilio e información relativa a sus áreas de especialidad. Dicho registro será de carácter informativo y el reglamento definirá su forma de administración.
g) Interpretar administrativamente las Resoluciones de Calificación Ambiental, previo informe del o los organismos con competencia en la materia específica que participaron de la evaluación, del Ministerio y la Superintendencia del Medio Ambiente, según corresponda. Cuando el instrumento señalado en el inciso anterior contuviese aspectos normados sometidos a las facultades de interpretación administrativa del organismo sectorial respectivo, el informe solicitado tendrá el carácter de vinculante para el Ministerio en relación a esa materia.
h) Fomentar y facilitar la participación ciudadana en la evaluación de proyectos, de conformidad a lo señalado en la ley.
En este contexto legal, se plantea la necesidad de evaluar sistemática e inclusivamente la manera de llevar a cabo dichos procesos requeridos por la ley ambiental chilena y cómo esto lo observan los principales afectados u actores involucrados, apuntando a hacer una propuesta que integre no tan solo los impactos en la dimensión ambiental sino también el que se incluya el ámbito social y sus impactos, con el fin de hacer una protección más íntegra, preventiva y completa frente a los grandes proyectos que pretenden emplazarse en determinadas localidades focos de una serie de vulneraciones explícitas e implícitas, las que van configurando de alguna forma la identidad territorial de cada localidad.
La forma de mejorar esta situación es hacer descender el diálogo político institucional de las políticas públicas, a través de un flujo oportuno y eficiente de dichas herramientas institucionales, para así resolver los problemas que la sociedad plantea (Tomassini, 1996). En definitiva, “la naturaleza ya no puede ser pensada sin la sociedad, y la sociedad ya no puede ser pensada sin la naturaleza” (Beck, 1998: 89).
Entonces, ¿una preocupación gubernamental pendiente?…
Referencias Bibliográficas:
- Aguilar, L. (2007). El aporte de la Política Pública y de la Nueva Gestión Pública a la gobernanza. Revista Reforma y Democracia (CLAD). No. 39. Recuperado en: http://www.ccee.edu.uy/ensenian/catadmdes/Material/aguilar-gobernanza.pdf
- Beck, U. (1998). La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidós.
- Delgado L, Bachmann P & Oñate B. (2007).Gobernanza ambiental: una estrategia orientada al desarrollo sustentable local a través de la participación ciudadana. Revista Ambiente y Desarrollo 23 (3): 68 – 73, Santiago de Chile. Recuperado en: http://ecosistemas.uchile.cl/antar/wp-content/uploads/2008/05/Delgado_etal_2007.pdf
- Piñeiro, D. (2004). Movimientos sociales, gobernanza ambiental y desarrollo territorial rural. Montevideo: Rimisp.
- Tomassini, L. (1996). Gobernabilidad y Políticas públicas en América Latina. Washington: BID. Recuperado en: http://cgpp.app.jalisco.gob.mx/images/gobernabilidadpp.pdf
- LEY N°20.417.Crea El Ministerio, El Servicio de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente. Publicado en el Diario Oficial de la República de Chile el 26-01-2010.
La Narrativa Urbana en Chile (1991-2007)
VerLa Narrativa Urbana en Chile (1991-2007)
[por Gloria Favi Cortés]
XIII Congreso Internacional de Humanidades, Palabra y Cultura en América latina: Herencias y desafíos. Facultad de Historia, Geografía y Letras. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago de Chile. 20, 21 y 22 de octubre, 2010.
Estas líneas se proponen dar cuenta de los nuevos modos de representación de la ciudad de Santiago de Chile en los inicios del Siglo XXI, a través de las propuestas narrativas de las más recientes generaciones de novelistas, poetas y cronistas chilenos nacidos entre los años 1950 a 1975. Las nuevas sensibilidades urbanas que proponen sus textos, como lo demostraremos, cumplen un rol fundamental en la construcción de roles y ritos identitarios para quienes habitan en estos espacios imaginarios.
Desde el punto de vista teórico de la Semiótica de la Cultura (Lotman,1996), las ciudades imaginadas representadas en los textos artísticos, conservarían los recuerdos de los contextos socio-históricos en una época determinada, éstos corresponderían a una memoria creadora que transmite, conserva, elabora y proyecta en el futuro, nuevas informaciones sobre esos espacios culturales De esta forma, los textos literarios que proponemos, recuperarían parcialmente la memoria y representarían los vestigios – actualizados en los inicios del siglo XXI -de la ciudad de Santiago, cuya memoria y espacios públicos están siendo expoliados y expropiados por la concepción arquitectónica y paisajística (des)regulada que introduce el Estado, y, por la producción simbólica de Internet y Televisión, paradojas integradoras que proponen individualismo y soledad con la navegación en los dispersos fragmentos migratorios de las autopistas virtuales, lugares donde sólo se realizarían trayectos individuales, parcelados y subjetivos. Sabemos que los espacios habituales (PNUD, 2002) el barrio, la familia, la empresa y la escuela ya no serían lugares de integración e identificación porque han sido reemplazados por no-lugares corporizados en centros comerciales, autopistas, supermercados y ciudades satélites, espacios que han sido creados para uniformar los consumos pero no han generado, en forma espontánea, lazos afectivos y de cohesión social.
Las crónicas urbanas de Pedro Lemebel: La esquina es mi corazón (1995), Loco Afán, crónicas de sidario (1996), Zanjón de la Aguada (2003), recuperarían la mirada nostálgica y los trayectos de la ciudad escondida que nadie ve o quiere ver y que está representada virtualmente por una sintaxis incorrecta que incluye neologismos, términos populares y vulgares para marcar un cuerpo social corroído y corrupto, metáforas que ocultarían la exclusión social disfrazada o travestida en identidades glamorosas mediadas por el cine y las canciones populares. Una nueva sensibilidad urbana oponen Cuentos con walkman (Fuguet, 1993), Sobredosis (1990); sus transeúntes hablan desde no-lugares, espacios de nadie y de cualquier ciudad en los sueños de la sociedad de consumo y la ausencia de crítica política y social. Bonsái (2005) y La vida privada de los árboles (2009) de Alejandro Zambra (1975) configuran el espacio minimalista de una ciudad que desaparece, sus personajes maquetas están en Chile o en cualquier parte y sólo los referentes literarios dibujan su mundo cotidiano discutieron, como todos los diletantes del mundo han discutido alguna vez, los primeros capítulos de Madame Bovary. Clasificaron a sus amigos y conocidos según fueran como Charles o como Ema (p.35).
Las preocupaciones de los nuevos narradores chilenos, habitantes de las simuladas ciudades posmodernas y que a la vez se auto-construyen como ciudadanos universales, marcan la ausencia conceptual de un discurso político localista y en su reemplazo la influencia ideológica del discurso cinematográfico y televisivo como agentes de cambio social. En Llamadas Telefónicas (1997) publicada en Chile y Premio Municipal de Santiago (1998) Roberto Bolaños, ciudadano universal, construye gestos desolados y localizados en no-lugares específicos, sólo espacios de abatimiento situados en cualquier lugar del planeta para referir el dolor del exilio, la locura, el sin sentido y la muerte.
Intentamos reflexionar sobre las nuevas sensibilidades urbanas que han generado y configurado relatos en los inicios del siglo XXI a través de algunos textos literarios; Lemebel (1995), Fuguet (1992) Bolaños (1997) y Alejandro Zambra (2005). “No hay sociedad sin relato de sí misma. Las identidades colectivas son una forma de narrar y de dar cuenta de lo que es y quiere ser una sociedad” (Informe del PNUD, 2002: 48). Éste informe (Nosotros los chilenos, un desafío cultural, 2002) circunscribe al ámbito de la crisis cultural los efectos que han provocado transformaciones en la sociabilidad chilena y basa sus resultados en estudios empíricos y en una cartografía de actividades culturales que intentan responder ¿Qué nos pasa? ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos? A la vez, en el curso de nuestra investigación, nos preguntaremos, ¿cuáles son los relatos que han elaborado sobre sí mismos los escritores citados? ¿En qué forma estamos incluidos y representados en ellos?
Demostraremos que en la mirada ácida y los márgenes responsivos de la ciudad segregada, que en los desplazamientos compulsivo de los consumistas, que en los nolugares fantasmales de los supermercados, aeropuertos y autopistas nos encontramos como un todo fragmentado que intenta comprender las profundas transformaciones de la subjetividad en la llamada sociedad global.
En nuestra investigación serán fundamentales los estudios de Norbert Lechner (2004) (Las sombras del mañana: la dimensión subjetiva de la política, 2002) “Los estudios de la sociedad global y de su gobernabilidad suelen enfatizar los elementos estructurales: los flujos (des)regulados de capitales e información, los circuitos productivos y tecnológicos, las migraciones y las comunicaciones. Sin embargo, dichos análisis no contemplan las profundas transformaciones de la subjetividad” (Lechner, 2004: 52). En sus escritos teóricos, Lechner afirma que el discurso político ha perdido la capacidad de dotar de sentido a los cambios sociales porque no ha considerado la subjetividad y la experiencia cotidiana como parte de la vida en sociedad. De esta forma, nuestra investigación, desde las interacciones subjetivas del lenguaje literario y la cotidianidad representada en los mundos de la ficción, intentará validar alguna respuesta para intentar comprender nuestra diversidad disociada, la indiferencia y exclusión ciudadana que nos ofrece el Estado Moderno en Chile.
Francisca Márquez (2004) señala las identidades generadas por la segregación urbana, como producto del debilitamiento de un modelo urbano asentado en la heterogeneidad social y que ha concebido la nueva ciudad como una comunidad privada cuyo valor territorial y servicios públicos están supeditados a los avatares y fluctuaciones del Mercado; así se han creado identidades de fronteras internas en la propia ciudad con la construcción de amurallados condominios privados en el interior de comunas tradicionalmente pobres, de esta forma, ser de Peñalolén Alto y Peñalolén Bajo, Pudahuel Alto, Pudahuel Bajo, marcan la diferencia; “Los Paltos”, comunidad de iguales creada en Huechuraba y separada por un cordón montañoso de la población La Pincoya, ha necesitado crear un barrio y un cierto imaginario, no necesariamente un país o una ciudad, pero sí la identidad abstracta representada por una Inmobiliaria, quién ha reemplazado la institucionalidad del Estado para remitirse a un ideal de vida donde “los otros” no tienen cabida.
El hacinamiento y la esquina, el lugar de la “pobla”, son los territorios imaginarios que construyen las voces de “los otros”, “los bárbaros” ubicados en los límites, en las fronteras del imperio; las crónicas urbanas de Pedro Lemebel, (La esquina es mi corazón o los New Kids del bloque,1995) muestran la vida y sus espacios asociados con la carga emocional que iluminan el anclaje sobre la marginalidad ciudadana, lugares creados con las voces de la memoria y ajenos al patrimonio urbano institucional que integra la gran ciudad.
Nos parece importante citar las teorías de los imaginarios urbanos desarrollada por Armando Silva (2003) cuyo objetivo es retomar la voz de los ciudadanos para explorar las condiciones perceptivas y cognitivas que caracterizan la vida urbana en las sociedades contemporáneas; “Es una teoría de la cultura desde una dimensión estética que intenta comprender cómo se configura socialmente la realidad urbana, es decir que analiza la ciudad que está directamente relacionada con el avance de las tecnologías digitales y las infraestructuras comunicativas”; precisa Armando Silva (entrevista realizada en el marco del Congreso de Semiótica: Imaginarios Urbanos. Maracaibo-Venezuela; 2005). Desde este punto de vista, los avances tecnológicos nos obligarían a repensar las definiciones de conceptos como espacio público, ciudadanía e identidades urbanas, y que se han propuesto desde disciplinas modernas como la antropología, sociología y urbanismo, para reconocer a los nuevos ciudadanos sin ciudad cuyo espacio público está constituido por los chats y foros ahora convertidos en nuevas plazas públicas en la sociedad red. Silva afirma, en la entrevista ya citada: “en nuestra época no hace falta habitar en el interior de un casco citadino para vivir, percibir y relacionarse como sujetos plenamente urbanos”. Confirmamos, de esta forma, la efectividad de la narración Llamadas Telefónicas (1997) de Roberto Bolaños, como las voces espectrales de un narrador ficticio dirigidas a sus interlocutores fantasmas localizados en cualquier ciudad del planeta, no-lugares para conectar sin tiempo, el vacío, el dolor y la muerte.
En conclusión, nos proponemos rastrear vestigios y señales de las nuevas sensibilidades urbanas representadas en crónicas, novelas, poesía y cuentos de jóvenes narradores chilenos, para señalar las complejidades y transformaciones del imaginario social en nuestra difusa, cambiante y simulada ciudad posmoderna, cuyos centros reguladores, en la urbe, estarían representados por las autopistas, supermercados, centros comerciales, ciudades satélites; espacios que generarían un urbanismo sin ciudad y sin memoria y que se constituirían además como modelos paradigmáticos para agrupar y a la vez separar a pequeñas ciudades, cuyos espacios públicos no están siendo regulados por la institucionalidad del Estado chileno, quién ha reemplazado su rol en tanto estructurador de la forma urbana, por la legalidad territorial que ha concedido al Mercado Inmobiliario.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Bolaño, Roberto. 2000: “Nocturno de Chile”, Angrama. Barcelona, España.
- Bolaño, Roberto. 1997: “Llamadas Telefónicas”, Anagrama. España.
- Bolaño, Roberto. 2001: “Putas Asesinas”, Anagrama. Barcelona, España.
- Fuguet, Alberto. 1990: “Sobredosis”, Planeta. Santiago, Chile.
- Fuguet, Alberto. 1993: “Cuentos con Walkman”, Planeta. Santiago, Chile.
- Fuguet, Alberto. 1998: “Mala Onda”, Alfaguara. Santiago, Chile.
- Lemebel, Pedro. 1997: “Loco Afán, Crónicas de Sidario”, Lom: Santiago, Chile.
- Lemebel, Pedro. 2003: “Zanjón de la Aguada”, Seix Barral: Santiago, Chile.
- Zambra, Alejandro. 2006: “Bonsai”, Anagrama: Barcelona, España.
- Zambra, Alejandro. 2007: “La vida privada de los árboles”, Anagrama: Santiago, Chile.
- Lechner, Norbert. 2004: “Estado, Derecho y Gobierno en la Sociedad Global”.
- Francisca Márquez (Identidad y Fronteras urbanas en Santiago de Chile; 2004)
- Armando Silva (Imaginarios Urbanos: 2003)
Gloria Favi Cortés
VerGloria Favi Cortés
Doctora en Literatura Hispanoamericana, Universidad de Chile. Corporación de Desarrollo de las Ciencias Sociales.
Participación en PLANEO:
Rodrigo Caimanque
VerRodrigo Caimanque
Arquitecto, Universidad de Chile
MSc Spatial Planning, University College London
Académico Departamento de Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.
Con especialización en planificación estratégica y regeneración urbana. Actualmente desarrollando la modificación integral del plan regulador de San Miguel, además del proyecto de reconversión del campamento Vista Hermosa, comuna de Lo Espejo.
Experiencia en el Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Participación en PLANEO:
– Hacia una planificación estratégica efectiva y la “espacialización” de políticas públicas
Hacia una planificación estratégica efectiva y la “espacialización” de políticas públicas
VerHacia una planificación estratégica efectiva y la “espacialización” de políticas públicas
[por Rodrigo Caimanque]
Los instrumentos de planificación urbana son esencialmente herramientas del Estado, y como tales, están estrechamente vinculadas al terreno político y sus diferentes espacios y escalas de decisiones. En Chile, donde el debate público evidencia la necesidad de cambios estructurales y de fondo que apunten a revertir los altos niveles de desigualdad e injusticia social, la perspectiva territorial no puede estar disociada de dicho contexto. Nuestra sociedad demanda de espacios inclusivos y participativos en las definiciones sobre la ciudad, comuna o barrio, hacia un proceso más abierto y democrático de gobernanza.
En un escenario complejo y cambiante, pareciera ser que nuestro sistema de planificación por zonificación y uso de suelo, no ha sido suficiente como respuesta a los desafíos que estamos enfrentando como sociedad. Son instrumentos pasivos y estáticos donde los posibles cambios se producen prácticamente en base a las definiciones del sector privado y su intención de invertir, generando serias inequidades territoriales, con claros ganadores y perdedores.
El gran objetivo de la integración entre las políticas públicas, tales como salud o trabajo, y un proceso de “espacialización” coherente a través de instrumentos pertinentes, relevan el rol (y necesidad) de la planificación estratégica, como una herramienta dinámica que intenta vincular coordinadamente las dimensiones sociales, económicas o culturales, y su interacción con el territorio, como mecanismo que permita aproximarse y responder de mejor manera a la realidad antes mencionada.
La definición anglosajona de spatial planning, entrega una serie de elementos a considerar al momento de desarrollar el carácter de los instrumentos. Conceptualmente se puede entender como un “gran paraguas” cuyo objetivo es integrar estrategias, políticas y sus actores involucrados (Allmendinger & Tewdwr-Jones, 2006), dándole un giro al proceso de gobernanza, hacia una perspectiva de relaciones urbanas y territoriales (Healey, 2007) en la toma de decisiones.
Sin embargo, para que un instrumento estratégico sea efectivo debe ser proactivo, en sentido de ir más allá del mero establecimiento de un marco indicativo, como una herramienta que debiese fomentar la gestión de futuras inversiones y seguimiento de los cambios puedan generar. También requiere ser participativo, hacia la búsqueda de espacios más democráticos y socialmente justos. Otro factor clave pasa por su énfasis en la entrega de infraestructura, que asociados a planes sociales y económicos ayuden a producir equilibrios territoriales: relaciones residencia-puestos de trabajo, mejoramiento del sistema y redes de transporte, seguridad, etc. Finalmente debe ser vinculante, si bien Chile tiene instrumentos de carácter indicativo, estos no generan obligatoriedad respecto a los planes reguladores tradicionales, quedando solamente como un “marco referencial” que pueden ser considerados o no por el instrumento normativo.
Los desafíos que involucran la construcción de una política de planificación territorial robusta y dinámica demandan procesos complejos con intensión de transformación. En relación a la planificación estratégica podemos mencionar:
- Repensar la estructura de toma de decisiones, Chile tiene un sistema altamente centralizado que minimiza el peso relativo de instancias regionales, locales o barriales. El carácter estratégico de ciudades y territorios pasa también por ser multiescalar.
- Integración de actores involucrados, si bien los agentes públicos tienen la responsabilidad fundamental para establecer los principales lineamientos y políticas sobre el territorio, hay más actores que inciden en las decisiones. Sin embargo, es necesario equilibrar la alta influencia que ejercen en estos procesos sectores como el inmobiliario.
- Profundización de la participación ciudadana, no solo a partir de instancias formales gestadas desde la autoridad representativa, sino que a través de espacios que sean ganados por organizaciones y movimientos ciudadanos, posicionando un foco de “abajo hacia arriba” en las decisiones urbanas.
- Fomento de la multisectorialidad institucional, lo que implica lograr relaciones e interacciones sectoriales reales y no solo instrumentales, en función de obtener mayores consensos hacia una política más articulada del territorio.
- Perspectiva de sustentabilidad, con una postura clara por balancear el evidente peso económico en la toma de decisiones, relevando aspectos de justicia social y ambiental.
Abordar los desafíos que implica el pensamiento estratégico en la planificación requiere de un profundo proceso reflexivo desde el mundo académico, político y también ciudadano. Es finalmente la co-construcción de un instrumento integral y coordinado a largo plazo que sea dinámico y a la vez acorde con la realidad nacional y sus diferentes escalas, aprendiendo de experiencias externas, pero sin caer en importaciones literales.
Estamos frente a un momento que en términos de políticas territoriales presenta interesantes oportunidades de reflexión y acción. Discusiones como la definición alcaldes mayores a nivel de metrópolis o la elaboración de una Política Nacional de Desarrollo Urbano son instancias que ofrecen la posibilidad de abrir un debate serio hacia futuros cambios estructurales en la forma de entender la planificación urbana y territorial chilena. Sus potenciales resultados dependerán del grado de compromiso y voluntad política de los actores involucrados en la toma de decisiones, el mismo grado que están requiriendo las problemáticas actuales de nuestra sociedad.
Referencias
Allmendinger P. & Tewdwr-Jones M. (2006) ‘Territory, identity and spatial planning’ en Allmendinger P. & Tewdwr-Jones M. (2006), Territory, Identity and Spatial Planning: Spatial Governance in a fragmented nation, London: Routledge, pp 3-21.
Healey P. (2007), Urban Complexity and Spatial strategies: Towards a relational planning for our times, Routledge: Abingdon.
¿Para qué sirve el PLADECO?
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[por Gonzalo Valdivieso]
El Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO) es un instrumento indicativo que cada municipio debe tener según la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades y debe orientar el desarrollo de la comuna. Tiene una duración mínima de cuatro años y debe ser aprobado por el concejo municipal. Hasta ahí muy claro, pero la pregunta que todo el mundo se hace es para qué sirven.
Si uno hiciera una encuesta con personas con conocimiento de las dinámicas municipales en Chile, me atrevo a presagiar que la mayoría respondería “para nada” o si fuera un poco más formal “para cumplir con la ley que dice que hay que tener un PLADECO vigente”, o en la visión más mercantilista “para dar trabajo a las consultoras”.
El año 2011 desde el Centro de Desarrollo Local, Educación e Interculturalidad UC (CEDEL) iniciamos un trabajo de apoyo a la municipalidad de Villarrica para actualizar su Plan de Desarrollo Comunal, que había sido construido el 2005 por la misma universidad. El equipo de trabajo se conformó por profesionales y académicos UC y funcionarios municipales de distintas áreas, principalmente de la unidad de desarrollo local (UDEL), Secretaría de Planificación Comunal (SECPLAC), Organizaciones Comunitarias y el Programa de Desarrollo Rural (PRODER).
Durante el trabajo se realizaron más de 25 talleres con distintos grupos de la población y se entrevistó a cerca de 40 personalidades destacadas de los ámbitos políticos, sociales y económicos de la comuna. El Plan resultó en una división de la comuna en 11 territorios subcomunales con características particulares, seis ejes de intervención, 20 subplanes y muchos proyectos.
El plan se validó en una asamblea ciudadana desarrollada en el gimnasio de la universidad y se ajustó finalmente en dos reuniones con el concejo municipal, siendo aprobado por la unanimidad de los concejales.
La pregunta es todo esto para qué sirvió. A primera vista el ejercicio académico parece interesante, permite a la universidad como actor local ponerse más en sintonía con los desafíos que la ciudadanía expresa y visualizar posible ámbitos de colaboración y desarrollo, pero ese claramente no es el objetivo del PLADECO. Adicionalmente esta actividad permitió incorporar variables que no habían sido consideradas anteriormente en la elaboración de los planes para la comuna, como la interculturalidad y una división territorial basada en aspectos históricos sociales y censales que permitieran realizar el seguimiento. Así mismo, la discusión de cada iniciativa se realizó en el marco de las acciones posibles con los instrumentos que actualmente posee el municipio, buscando incorporar las fuentes de financiamiento y el tipo de acción que se debe desarrollar desde la institucionalidad local, en el entendido que no es sólo la municipalidad quien debe resolver todos los temas planteados desde la ciudadanía, sino que también debe incorporar acciones conjuntas y lideradas por otros actores.
En otro plano, el ejercicio de construcción sirvió para explicar con claridad y transparencia los alcances del plan y también de alguna forma el accionar del municipio en el desarrollo comunal, considerando que existen limitantes estructurales que superan las buenas intenciones. Sin embargo, se pudo percibir que el proceso también genera un “cansancio” en la ciudadanía al realizar preguntas repetidas sobre sueños para su barrio, localidad o comuna que pueden o no ser considerados en la toma de decisiones futuras. En este sentido cabe destacar que la pregunta más frecuente que recibimos en los primeros talleres fue sobre lo que había pasado con el ejercicio anterior, porque no querían ser convocados cada cuatro años para dar su opinión y después no saber más del tema.
Lamentablemente el ejercicio ciudadano de levantar las demandas puede ser la forma más efectiva de disminuir la capacidad de las organizaciones sociales y de la ciudadanía en general para participar, de lo que muchos nos quejamos después.
Si el Plan elaborado en estas condiciones no cumple con el seguimiento mínimo que se requiere, la frustración será grande para todos los involucrados en la planificación. En este ejercicio se incorporó en el mismo documento una propuesta de seguimiento y evaluación, aprobado en el mismo plan, pero que a un año de aprobado debemos comentar con decepción que sería lo mismo haberlo o no incorporado.
Entonces volviendo a la pregunta original, para qué sirve el PLADECO, creo que es necesario precisar que en las condiciones actuales sólo sirve para declarar buenas intenciones y cumplir con una legislación que sigue centrándose más en la formalidad (tener un Plan actualizado) que en el fondo, lo que sería seguir, aunque fuera en una forma parcial, avanzar en las propuestas, ejes, planes y programas propuestos en el instrumento.
Ahora bien, cual es el rol que debemos asumir en este contexto como actores del territorio, sobre todo cuando el nombre de la universidad, que en conjunto con el municipio convocó a la ciudadanía para cada una de las etapas de elaboración, es la pregunta en la que estamos reflexionando en estos días.
El desafío del seguimiento debe también involucrar a una ciudadanía activa y en eso el CEDEL puede jugar un rol destacado. Pensamos que es necesario convocar las veces que sea necesario a las autoridades para incitarlos a asumir los compromisos pero también generar y, quizás liderar, alianzas estratégicas fuertes con las organizaciones para que el ejercicio realizado no quede en la formalidad del cumplimiento.
Hoy las redes sociales, los mecanismos de construcción colectiva y la tecnología posibilitan una acción de seguimiento múltiple, con diversidad de nodos que están levantando y procesando información al mismo tiempo. Esa es una oportunidad muy importante para seguir jugando un rol preponderante en el territorio en el que estamos insertos. Desde esta perspectiva, el PLADECO debe servir para alentar una ciudadanía más activa y conectada con los proyectos que se desarrollan en el territorio, con un monitoreo comunitario que nos permitan avanzar hacia los procesos de rendición de cuentas, control ciudadano o control social que tanta falta hacen en nuestro país.
Gonzalo Valdivieso
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Director Centro de Desarrollo Local UC, Sede Villarrica.
Participación en PLANEO:
Entrevista Luis Eduardo Bresciani. Creo que decir que aquí hay intereses inmobiliarios es el argumento simplista.
VerEntrevista Luis Eduardo Bresciani. Creo que decir que aquí hay intereses inmobiliarios es el argumento simplista.
Revista Planeo Nº7, Políticas e Instrumentos, Octubre 2012.
En el patio de los naranjos del Campus Lo Contador pudimos reunirnos unos minutos con Luis Eduardo Bresciani Lecannelier. Demostrando el gran dominio que tiene del tema, fue capaz de darnos su opinión respecto del PRMS 100 desde un gran número de perspectivas. Hizo énfasis en sus ventajas, pero no dejó de mencionar también sus puntos débiles.
Nos gustaría partir pidiendo que describa en sus propias palabras ¿qué es el PRMS como instrumento de planificación? ¿Qué papel juega en el desarrollo de la ciudad?
En Chile, dada la legislación vigente, los instrumentos de planificación del Estado son aún limitados para responder a las actuales demandas. De los pocos que tenemos, dada su larga tradición y poder normativo, los que tienen mayor efectividad en la materia, son los planes reguladores. A escala intercomunal existen sólo tres Planes Reguladores Metropolitanos (Concepción, Valparaíso y Santiago), los cuales a pesar de sus limitaciones son instrumentos con un enorme poder para regular la urbanización y la edificación.
Sus limitaciones derivan de que aunque pueden regula los usos de suelo y los procesos de edificación con gran efectividad, no disponen de facultades para abordar directamente aspectos como el transporte, la protección ambiental o la provisión de infraestructuras. A pesar de ello, hay que destacar que el PRMS sigue siendo un instrumento de regulación que ha permitido por años guiar la ocupación de territorio metropolitano, evitando fenómenos de dispersión y construcción informal común en otros países de la región.
¿Cuáles son los alcances y límites del PRMS?
Se trata de un instrumento intercomunal esencialmente orientado a la zonificación de usos de suelo. Aborda elementos de desarrollo urbano intermunicipal, por lo tanto no tiene efecto directo sobre materias locales (como la densidad de construcción o los usos de suelo más detallados). Sí se hace cargo de aspectos como los trazados de vialidad estructurante, las zonas de industria molesta y fundamentalmente, uno de los aspectos de mayor impacto territorial, el límite urbano. Es decir, la distinción entre las áreas de crecimiento urbano versus las áreas rurales protegidas.
¿Qué opinión tienes del procedimiento para las modificaciones del PRMS?
Quizás uno de los defectos de los planes intercomunales, si uno los compara con los planes reguladores comunales, es que los procedimientos de participación o de aprobación para los primeros son bastante más reducidos y menos públicos.
Los planes comunales requieren permanentes sistemas de presentación a la comunidad y de audiencias. Aunque tienen debilidades, son de los pocos instrumentos de planificación urbana en Chile que establecen por ley algún nivel de participación, comparados con otros instrumentos de planificación que no lo tienen como en la planificación de transportes o de infraestructuras.
Otro de los aspectos destacables de los planes intercomunales o metropolitanos en Chile, es que son jerárquicos respecto a los planes comunales, lo que facilita la coordinación entre municipalidades. En muchos países, aún existen ciertos grados de autonomía de los municipios para regular el suelo, lo cual tiene siempre a debilitar al ordenamiento territorial. En todo caso, debemos admitir que los planes intercomunales no gozan de la misma legitimidad que los comunales, desde mi punto de vista. Porque aunque pueden ser técnicamente bien elaborados por las Seremis de Vivienda y Urbanismo y pueden ser correctamente aprobados por los órganos regionales, los niveles de participación ciudadana –y por lo tanto de involucramiento y legitimación democrática de esas normas- son mucho más débiles.
¿En qué consiste la versión 100 del PRMS? ¿Cuáles son los principales ajustes y modificaciones? ¿Qué tan necesarias eran?
Probablemente uno de los errores del debate es haber presentado a la Modificación 100 como una modificación de carácter integral, que iba a tener un efecto sobre todo Santiago.
La modificación 100 en realidad es mucho más simple y limitada que eso. Es sencillamente una revisión y actualización de los límites urbanos, después de quince años de aprobados en el PRMS del ’94. La idea era volver evaluar los efectos y debilidades de esos límites urbanos en algunos sectores muy específicos de la ciudad y ajustar, donde fuese estrictamente necesario, la disponibilidad de suelo urbanizable.
A partir de estudios del MINVU, se llegó a la conclusión de que en algunas comunas (no en todas), se requerían actualizaciones de ese límite. Es decir, pasados quince años de creados los límites del 1994, tanto las tendencias de desarrollo como las demandas de vivienda en algunas de esas comunas requerían ajustes parciales. Por lo tanto, ese era el objetivo central de la modificación. Actualizar, en forma muy acotada y coordinada, necesidades de crecimiento en algunas comunas que lo venían solicitando en forma individual. Se le trató de dar una visión coordinada a todos estos ajustes. Por eso es limitada respecto de los instrumentos que maneja; por eso es que no aborda materias respecto de la densificación o al crecimiento interior, que ya estaban siendo abordadas por otros instrumentos y programas públicos.
Sin embargo, uno de los aprendizajes de los últimos quince años es que no basta con actualizar el límite urbano en algunos sectores. Se requería integrar a este plan, dentro de las limitaciones propias de nuestra ley de urbanismo, aspectos asociados a transporte, áreas verdes, equipamientos e integración social, como factores claves que garanticen calidad urbana. De ahí que esta modificación replica de alguna forma los consensos generados a través de otros instrumentos creados en los últimos diez años, como los Desarrollos Condicionados.
Es decir, se aprendió que el tipo de crecimiento urbano generado por la norma del ’94 era completamente insuficiente para manejar las tendencias de crecimiento y algunos efectos adversos. Esto requería esencialmente tres cosas: Uno, un mayor grado de internalización de los costos o externalidades negativas en infraestructura y transporte. Dos, una provisión de un mayor estándar de equipamiento y áreas verdes que el mínimo que establece hoy la ley. Tres, cuotas de vivienda social que garantizaran barrios integrados. Éste último era un tema sólo abordado por Proyectos de Desarrollo Urbano Condicionado y no dentro de los límites urbanos del PRMS, lo que generaba procesos de segregación cada vez que la ciudad crecía.
¿Cuáles son los puntos más conflictivos de esta modificación? ¿Cuáles son las distintas perspectivas, grupos de interés o entidades involucradas en el debate?
Sintetizando, uno podría decir que hay a lo menos cinco puntos de conflicto. Evidentemente, esto no es culpa del diseño del instrumento, sino que de las deficiencias de la institucionalidad chilena, y de una falta de actualización de la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
El primer conflicto tiene que ver con la legitimación de las decisiones técnicas. Aunque existan estudios y un respaldo técnico bien fundamentado, estos procesos requieren también mayores niveles de participación. Al no existir éstos, los cuestionamientos y dudas son evidentes, pues no hay espacio para consensos y acuerdos.
El segundo factor de conflictividad tiene que ver la percepción, que yo no comparto, de que hay una transferencia de riqueza excesiva a los propietarios de las zonas normadas. Esto efectivamente ocurre cuando las modificaciones son formuladas como se hacía tradicionalmente, como en el año 94. Es decir, cuando uno entrega normativa o derechos de construcción a los propietarios sin ningún tipo de exigencia o contraprestación.
La modificación 100, tanto como los Desarrollos Condicionados, busca resolver en parte ese problema, generando una captura de plusvalías a través de inversiones privadas en bienes públicos. De hecho, si uno analiza los costos de obras y mitigaciones que se le exigen a los Desarrollos Condicionados, al menos un 50% de la potencial plusvalía se captura en exigencias de vialidad, de vivienda social, equipamiento y parques urbanos. Pero este tema sigue siendo conflictivo, porque sólo se verifica cuando se construyen los proyectos y no en la norma misma, lo que genera una duda respecto a quiénes son los beneficiarios de la norma. Mientras no exista un buen sistema de aportes o tributos territoriales, transparente y absolutamente consensuado, va seguir existiendo este conflicto de visiones.
El tercer nivel de conflicto tiene que ver con un tema más teórico, que es la pregunta por si la ciudad debe o no debe crecer. Mientras haya falta de consenso, siempre existirá un alto grado de conflictividad respecto del impacto territorial que genera el hecho de que la ciudad crezca. Desde mi punto de vista, creo que es absolutamente legítimo y necesario que la ciudad crezca, pero debo reconocer que los instrumentos vigentes son todavía débiles para garantizar que los procesos de expansión y densificación sean sustentables ambiental y socialmente. Sin embargo, en este caso particular, creo que el impacto es reducido porque estamos hablando de una modificación menor; de no más del 5% de lo que está hoy regulado en el PRMS como urbano y que en muchos casos constituyen intersticios rurales que ya habían sido absorbidos por la ciudad y no cumplían con una función agrícola.
Ahora, debo reconocer que el PRMS100 tiene una debilidad que no tienen los PDUC. Personalmente, me parece que la norma de los Proyectos de Desarrollo Condicionado sigue teniendo muchas virtudes, porque es mucho más exigente. Por ejemplo, la norma de los PDUC establece como obligación que por cada metro cuadrado de suelo urbanizado generado, se deba recuperar suelos en 1,5 veces en alguna zona degrada de la región. La modificación 100 no tiene esto, y eso es una debilidad.
El cuarto punto de conflicto tiene que ver con los actores privados. A diferencia de los PDUC, la modificación 100, como cualquier norma que beneficia a unos propietarios y no a otros, genera algún nivel de desigualdad normativa. Hay un cierto grado de discrecionalidad en la aplicación del límite urbano cuando uno entrega normativa de desarrollo a algunos propietarios y excluye a otros. Esto genera faltas de equidad y conflicto incluso al interior del sector privado.
Estos cuatro niveles de conflicto son aquellos que todavía generan cuestionamiento del mecanismo, más allá de que se requiera hacerlo igualmente.
Hay un quinto conflicto, pero que no tiene que ver con el plan en sí mismo sino que con la opción tomada de abordar sólo las zonas de expansión. Muchos esperarían que si se planifica el crecimiento, se planifique de manera simultánea el desarrollo hacia el interior. Pero este es un instrumento de actualización de un plan general ya existente. No es un instrumento global ni integral; no es un plan nuevo para Santiago.
En su opinión, ¿cuáles son las principales problemáticas y desafíos de planificación para Santiago? ¿Cuáles son los desafíos para el futuro?
Santiago tiene un desafío por generar un desarrollo más sostenido y más consensuado para enfrentar los ajustes en la ciudad. En muchas de las buenas ciudades del mundo no se está reformulando el plan completo a cada rato. Lo que se hace es un buen plan, y con procesos transparentes de actualización y evaluación.
Faltan planes que tengan sistemas de evaluación permanente, y que por lo tanto puedan detectar cuándo se requieren ajustes o cambios. Con mejores sistemas de transparencia y discusión, que den legitimidad a los cambios, y procesos legales de inclusión de los gobiernos locales en esta discusión.
Es frecuente escuchar hablar de la necesidad de contar con una nueva modalidad de planificación estratégica para la ciudad de Santiago, con políticas, instrumentos, organismos y incluso entidades políticas nuevas y más aptas para guiar el desarrollo de la ciudad. A su juicio, ¿qué grado de utilidad tiene el PRMS hacia el futuro, respecto a las necesidades y características futuras de Santiago? ¿Es un instrumento útil para una planificación estratégica?
Es un consenso que el instrumento Plan Regulador Metropolitano tiene muchas limitaciones. De hecho, la aparición de innovaciones en el PRMS, como los Desarrollos Condicionados es un reconocimiento de sus propias debilidades y un intento por corregirlas.
Se reconoce que éste es un instrumento que fue originalmente diseñado para zonificar suelos, y no integra elementos de infraestructura, de integración social, de protección medioambiental o provisión de equipamientos. El PRMS ha tratado de hacerlo, a través de las mitigaciones, pero sigue siendo metodológicamente débil. Por lo tanto el desafío de los futuros instrumentos metropolitanos es que a partir de los aprendizajes de los últimos diez años se introduzcan los cambios legales que permitan instrumentos más integrados y poderosos de integración social; regulación de suelos, planificación de infraestructura de transporte y de protección ambiental. Pero esto, reitero, requiere reformas de ley.
Las debilidades del PRMS100 no están en su diseño, sino que en las limitaciones de la ley misma.
Una de las críticas más comunes del PRMS es que responde desproporcionadamente a los intereses inmobiliarios para una continua expansión urbana, sin hacerse cargo de los problemáticas y desafíos que esto genera. A su juicio, ¿son fundadas estas críticas?
No comparto del todo esa crítica. Decir que aquí hay intereses inmobiliarios es el argumento simplista.
En cualquier norma: en la regeneración urbana; en la densificación…siempre, va a haber actividad inmobiliaria. Ahora, si se va a suponer que la razón de modificar el límite urbano responde a intereses inmobiliarios, la respuesta es no. La razón responde a una actualización medida y controlada del límite urbano. Pero tampoco es la forma de resolver todos los problemas de Santiago. Es un instrumento absolutamente parcial y limitado.
La razón por la cual se empezó a estudiar esta modificación del límite urbano no surgió del sector inmobiliario. Obviamente el sector inmobiliario terminó involucrándose, porque los límites urbanos generan efectos sobre el mercado de suelos.
El origen, sin embargo, surgió de una decisión técnica del MINVU en el año 2005, en que se tomó la decisión de concentrar recursos en la revisión del PRMS del ’94. Se licitaron estudios, y los datos encontrados sugerían esto. También había demandas municipales. Desde comunas como Maipú, Quilicura, Colina, Calera de Tango o San Bernardo se comenzó a plantear al nivel central que se requería en algunos sectores expandir el límite urbano de sus Planes Reguladores. Al final los datos, los estudios y las demandas locales coincidieron en la planificación de algunos sectores específicos.
¿Pero hay intereses inmobiliarios en la planificación urbana? Por supuesto que los hay. ¿Cómo se corrigen? Creo que una de las formas que tenemos por ahora a mano para corregir la transferencia de valor que se genera con las normas, es equilibrar con mayores obligaciones en infraestructura, en áreas verdes, en integración social. Si logramos que esos propietarios se hagan cargo responsablemente de responder a los impactos que generan en las zonas planificadas por el Estado, no veo conflicto.
Otra pregunta es si ese crecimiento planificado en la ciudad está asociado a obligaciones de desarrollo y mitigaciones suficientes. El dilema no es si hay intereses inmobiliarios o no –mientras existan propietarios siempre los van a haber-, sino que si las obligaciones de los propietarios realmente compensan los impactos sobre la ciudad en su conjunto, al punto de incentivar un desarrollo urbano más sostenible o desincentivar procesos inadecuados. Por eso, que insisto en la urgencia de legislar en la materia.
Ahí puede haber debilidades. Las mitigaciones no pueden quedar sólo dentro de la zona de expansión, sino que también en las contiguas. Ahí falla la ley.
*Nombre: Luis Eduardo Bresciani Lecannelier
Nacionalidad: Chileno
Formación: Master in Urban Design, Harvard University. Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile
Organizaciones asociadas: Pontificia Universidad Católica de Chile
Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master in Urban Design (MAUD) de la Universidad de Harvard. Entre los años 2000 y marzo del 2010 ejerció cargos en Ministerio de Vivienda y Urbanismo, como Secretario Regional de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana, y desde el 2003 como Jefe de la División de Desarrollo Urbano del mismo Ministerio, responsable del área regulatoria en materia de urbanismo y construcción, así como de la dirección de los programas nacionales de proyectos y planes de infraestructura urbana y de recuperación de barrio. Previo a asumir cargos públicos, ejerció como consultor en Chile y los Estados Unidos a cargo de variados proyectos y planes urbanos en ciudades como Valparaíso, Santiago, Chicago, Philadelphia y Washington D.C. Desde 1998 es profesor de planificación y diseño urbano de la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica. Ha publicado decenas de artículos sobre planificación, diseño y desarrollo urbano en libros, revistas y medios nacionales e internacionales, y dictado más de un centenar de conferencias sobre estas materias en Chile y el extranjero. En 2009 el Colegio de Arquitectos le otorgó el Premio Alfredo Johnson, al arquitecto nacional más destacado por sus aportes al sector público.
La movilización colectiva como política pública: las empresas de transporte de pasajeros del Estado en Santiago, 1941-1981.
VerLa movilización colectiva como política pública: las empresas de transporte de pasajeros del Estado en Santiago, 1941-1981.
[por Marcelo Mardones]
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La controversia generada por las políticas en materia de transporte público urbano tras la irrupción de Transantiago ha levantado múltiples polémicas hacia los circuitos técnicos y políticos encargados de su diseño e implementación, sin mencionar además los reclamos de los usuarios encargados de sufrirlas. Comúnmente, estos debates han derivado más en recriminaciones sectoriales que en intentos por comprender en profundidad los fenómenos que han afectado al servicio en el largo plazo, y que involucran aspectos que cruzan desde decisiones técnicas a criterios ideológicos.
En tal sentido, una revisión histórica de las políticas relativas a la movilización colectiva en Santiago durante el Nacional Desarrollismo (1938-1973) puede otorgar una mayor comprensión sobre su evolución y características. Proyecto marcado por la fuerte participación del Estado en la actividad económica, especialmente en aquellas consideradas como estratégicas para la industrialización a través de iniciativas como la creación de la Corporación para el Fomento de la Producción (CORFO) durante el primer Gobierno del Frente Popular, buscaba como objetivo una menor dependencia de la economía nacional a los mercados externos. Sin embargo, fenómenos como el crecimiento demográfico en las principales ciudades del país acompañaron a un desarrollo industrial concentrado en los polos urbanos: paradigmática fue la expansión de Santiago, que entre 1920 y 1960 pasó de los 330.000 a los 1.907.378 según los censos, a un ritmo de crecimiento del 3.2 % anual. Este crecimiento explosivo acentuó los problemas urbanos al punto de convertirlos en el centro de las políticas públicas de la época, como lo demuestran las iniciativas en vivienda social caracterizadas por la creación de CORVI.
Mucho menos conocida fue la acción durante el periodo para enfrentar el problema del transporte público en la capital, que ya asomaba como crisis durante la década de 1930. Tras los desastrosos efectos de la Gran Depresión, el discurso del nacionalismo económico tomó fuerza ante el creciente consumo por parte de la población urbana de servicios como la electricidad y los tranvías, controlados en Santiago por la South American Power Co., empresa de capitales norteamericanos propietaria de la Compañía Chilena de Electricidad y la Compañía de Tracción de Santiago (CTE). Ésta última se caracterizó por diversos problemas, como la mala calidad de su material rodante, costos de operación crecientes y conflictos laborales con sus trabajadores, los que la tuvieron en el centro del debate ante una opinión pública sensible a los acuerdos adoptados por la Municipalidad de Santiago – la entidad encargada de administrar el transporte público- con la compañía frente a cuestiones como el aumento de tarifas, la previsión de energía, entre otros.
A comienzos de la década de 1940, la conmoción provocada por la Segunda Guerra Mundial agudizó la crisis de la movilización colectiva: las restricciones al acceso de combustibles, repuestos y otros insumos impuestos al país por el escenario bélico hizo que los servicios tranviarios y de autobuses limitaran aún más sus prestaciones, sumiendo a la capital en un contexto que exigía. En mayo de 1941, una huelga general de los trabajadores del transporte impulsó al Gobierno a intervenir la CTE a través de una administración fiscal a la empresa, lo que fue un anticipo de la discusión en torno a un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo al Congreso en 1942. La propuesta del Gobierno buscaba en líneas generales la nacionalización de los servicios eléctricos como el control sobre la movilización colectiva en el país, para lo cual el Fisco debía adquirir tanto bienes y derechos de propiedad en manos de los capitales norteamericanos, criterio compartido por la Comisión Mixta bicameral encargada de estudiar el tema. En el plano específico del transporte público, el proyecto contemplaba el establecimiento de una Dirección de Tránsito encargada de velar por los diversos aspectos que involucraban a la actividad (vialidad, abastecimiento de insumos, administración de líneas, etc.), junto a la creación de una empresa estatal que monopolizaría el transporte público urbano e interprovincial.
Sin embargo, el impulso a la iniciativa perdió fuerza, influido por las presiones de los particulares que veían una merma en sus intereses como también de los municipios, que la consideraban una pérdida a las facultades que les concedía la ley. Frente a este contexto, el Gobierno repuso sólo dos años después un nuevo proyecto, impulsado esta vez por la firma de diversos convenios con la South American y en los cuales se establecía la adquisición estatal de la CTE, pero sin tomar el control del negocio eléctrico; además, los empresarios particulares aseguraron su parcela en el negocio al impedir que el Estado tuviera el monopolio total como el privilegio en ciertas áreas o líneas que circulaban por la ciudad. Pese a la oposición de algunos miembros del Senado, el proyecto terminó siendo aprobado con algunas modificaciones, pasando a convertirse en la Ley N° 8132, del 17 de julio de 1945.
La principal medida contemplada por la ley era la creación de la Empresa Nacional de Transportes Colectivos (ENT), compañía mixta donde el Fisco era accionista mayoritario, con el Ministerio de Hacienda como controlador, pero que además contaba con la participación de la CORFO y la Empresa Chilena de Electricidad. La nueva empresa impulsó un plan de modernización que contempló la renovación del material rodante, retirando gradualmente del servicio los tranvías y substituyéndolos por trolebuses y nuevos modelos de autobuses. Sin embargo, aspectos que habían agudizado la crisis de los tranvías como la competencia con las líneas de autobuses particulares, así como malos manejos administrativos y escándalos de corrupción en su funcionamiento conllevaron su continuo desfinanciamiento, lo que obligó al Ejecutivo a solicitar recurrentes inyecciones de capital mediante leyes de financiamiento especial en el Congreso ante el riesgo de quiebra.
La incapacidad de resolver estos problemas provocó que el Gobierno de Ibáñez del Campo promulgara el 24 de abril de 1953 el Decreto con Fuerza de Ley N° 54, cuyo eje era la toma del control absoluto por parte del Estado de los bienes de la ENT, así como su reestructuración jurídica y administrativa. La nueva empresa, denominada Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETCE), continuó con los planes de modernización iniciados por su antecesora, introduciendo más autobuses al parque capitalino y retirando de circulación sus últimos tranvías en 1959. Pese a ello, el servicio continuó mostrando deficiencias: el parque vehicular de la ETCE a mediados de la década de 1950 alcanzaba sólo un tercio del total de máquinas que circulaban por la capital, y con un servicio mucho más limitado por los frecuentes problemas mecánicos que en momentos afectaban a la mitad de ellas. Además, la mantención de un fuerte contingente burocrático, sumado a la continua competencia con los privados hizo que la ETCE, antes que entregar un servicio eficiente para la población derivara en una maquinaria de prebendas para los funcionarios estatales. Esto intento ser modificado bajo el Gobierno de Jorge Alessandri, que en 1960 dictó una nueva ley administrativa para reducir su número de trabajadores, modificar la ambigüedad jurídica en que estos se encontraban al convertirlos en empleados fiscales –obligando con ello a la disolución de sus sindicatos- y otras iniciativas en pos de aligerar las arcas del Estado.
Pese a ello, estas medidas no lograron revertir los malos resultados de sus finanzas ni proporcionar un servicio adecuado a las demandas de una ciudad en expansión continua como Santiago. Ante ello, no resulta casual que la administración Frei Montalva adoptara como política central de transporte público la construcción de un tren subterráneo, proyecto que venía generando propuestas técnicas desde mediados de la década de 1940, pero que solamente obtuvo apoyo estatal veinte años después. El Metro de Santiago se convirtió así en paradigma de la modernización del transporte público, pero en el intertanto la movilización colectiva de superficie fue postergada en las políticas urbanas. El Gobierno de la Unidad Popular no propuso nuevos rumbos en la materia, y su trágico final marcó también el fin del proyecto estatal en el transporte colectivo de superficie: desde 1975, la ETCE vio reducir su número de recorridos en la ciudad, las que fueron siendo entregadas a empresas particulares; su material fue retirado de servicio (como los trolebuses) o vendido a privados, hasta que por fin el Régimen Militar decretó el cierre de la empresa a través del DFL 3659 de 1981.
¿Qué lecciones dejan la observación de 40 años de políticas públicas sobre el transporte público en Santiago? Ante todo, la dificultad de cohesionar los intereses diversos que conviven en la actividad con un sentido de problema público central, que merece políticas públicas coordinadas entre todos los actores para asegurar el funcionamiento de la ciudad. En segundo plano, si bien el paso de una administración municipal hacia una gestionada por el Gobierno Central fue el reconocimiento a la necesidad de generar medidas más acordes a la escala de una ciudad en expansión como Santiago, fracasó en la construcción de un sistema de transporte colectivo, con los diferentes medios integrados en una red de tránsito subterráneo y de superficie eficiente. El fuerte peso de los privados en la actividad, apoyados por diversos sectores políticos en la defensa de sus privilegios, impulsó al Estado en una lógica de mercado, cuestión que favorecía un mejor servicio en las áreas de la ciudad donde la demanda era más alta. Así, con periferias en expansión cuya cobertura de movilidad era precaria, se estableció una desigualdad estructural en el acceso a un buen servicio, que sólo fue compensado con la expansión de la red producto de la liberalización de los servicio impulsada por la Dictadura, pero cuyos costos por la congestión, contaminación, precariedad laboral y accidentes de tránsito representaron para la población, una vez más, que política pública sobre la movilización colectiva capitalina descartara la dignidad como variable.
La Movilidad como eje de Políticas de Desarrollo Urbano
VerLa Movilidad como eje de Políticas de Desarrollo Urbano
[Por Martín Urrutia Urrejola]
Los casos internacionales de políticas urbanas exitosas tienen una coincidencia: plantean la movilidad como eje central de la planificación. A estas alturas son ampliamente conocidos los ejemplos paradigmáticos al respecto (Curitiba, Singapur, Londres, Bogotá, Medellín, etc.)
En Chile, la movilidad no ha sido una variable real de decisión en la planificación urbana. Se ha considerado como un problema a resolver y no como un elemento ordenador, ni mucho menos como generador de sinergias o facilitador de oportunidades.
Es usual que a la hora de justificar la necesidad de la generación de una nueva política, plan o proyecto relacionado al desarrollo urbano, o la implementación de alguna iniciativa con impacto en su entorno, la principal línea argumental diga relación con aspectos como la vialidad y el aumento inevitable y sostenido del parque automotriz, así como una serie de conceptos generales de interés, como la contaminación, espacio público y calidad de vida.
Asimismo, es común plantear la necesidad de incorporar a las políticas de planificación territorial, temáticas como la integración social, la igualdad de acceso a las oportunidades de la ciudad y la participación ciudadana. Se releva la necesidad de potenciar proyectos que respeten la escala humana, las ciclovías y distancias caminables, incentivar el transporte público (y desincentivar el uso del automóvil) necesidad de mas líneas de Metro, etc. Todo esto, sumado a anhelos de importar referentes de sistemas de movilidad existentes en países desarrollados, que potencien el marketing urbano como tranvías, teleféricos y funiculares con alto estándar.
Luego, a la hora del desarrollo técnico de las mencionadas iniciativas, los aspectos relacionados con la movilidad son nuevamente encasillados y subordinados, es decir, se establecen como un capítulo más a desarrollar por especialistas de la materia. Nuevamente, los sectores involucrados en la infraestructura urbana establecerán sus políticas en un marco de acción ya definido en función de criterios de otra naturaleza.
El resto es historia conocida, o al menos predecible.
Los proyectos e iniciativas de gestión para la movilidad quedan entonces inconexos, a merced de iniciativas privadas o sectoriales aisladas que no generan sinergia entre sí y de decisiones no comprendidas por la ciudadanía respecto a prioridades en la ejecución de grandes obras.
Uno de los grandes desafíos de una planificación como la que aquí se plantea, es que sea coherente con la escala que se aborda, sistémica, integral y eficiente, llevando consigo objetivos y prioridades que hoy se ven lejanos sobre la forma de planificar, debido a la manera desintegrada y atomizada de la toma de decisiones, ya que las atribuciones y competencias se encuentran dispersas entre actores que buscan objetivos distintos y que, naturalmente, no siempre actúan entre sí con la coordinación y coherencia necesarias.
La concentración de actividades en territorios urbanos de cada vez mayor tamaño va generando crecientes niveles de congestión y contaminación, y los sistemas de transporte y de movilidad por lo general no son capaces de sobreponerse adecuadamente a ello. Finalmente terminan adaptándose tardíamente a la estructura urbana cambiante, con todas las imperfecciones y externalidades que eso conlleva.
Es necesario visualizar la capacidad de organizar un ordenamiento territorial multisectorial, donde el transporte y la conectividad sean no solamente parte de otros sistemas, sino que se establezcan como el soporte estructurante de los subsistemas de asentamientos humanos y de actividades económicas (encadenamientos productivos y comercialización), entendiendo así entonces el modelo territorial como una estructura unitaria (o sistémica) compuesto por las múltiples componentes del territorio y sus actividades.
Por otra parte, los instrumentos existentes en materias de planificación y gestión urbana en Chile, especialmente las relativas a la movilidad, responden a políticas diseñadas para ciudades con dinámicas muy distintas a las actuales. Estos, hoy no aseguran debidamente las condiciones para la adecuada provisión de la oferta de transporte, significando en la mayoría de los casos, engorrosos procesos administrativos de ajuste y conflictos con la comunidad, con su consiguiente deterioro en la calidad de vida de los habitantes y aumento de los costos de inversión que, finalmente, termina asumiendo el Estado.
Lamentablemente, hoy no están dadas las condiciones para generar los instrumentos que permitan actuar sobre la demanda de la movilidad, ya que mecanismos como tarificación vial, gestión de vías o diferenciación horaria de actividades deben tener su correspondencia, en cuanto a herramientas de gestión territorial, con las políticas declaradas.
Para implementar transformaciones urbanas coordinadas, o al ejecutar las intervenciones que las ciudades requieren para responder a las necesidades actualizadas de sus habitantes, los instrumentos de gestión a utilizar deberían responder a las Políticas declaradas en ese sentido, que a su vez sean consecuentes con visiones de ciudad validadas en la comunidad. En vez de esto, en las últimas décadas en nuestro país se han llevado a cabo políticas urbanas en función de los instrumentos disponibles, o de las interpretaciones de estos que ha sido posible extraer.
¿Será la PNDU que está ahora en elaboración, la instancia que permita comenzar a cambiar esta situación en nuestro país? Por cierto que debe serlo, al menos como punto de partida dando señales del camino a seguir.
De los conceptos aquí descritos, se desprende la evidente necesidad de que exista coherencia entre las políticas nacionales que establezcan los ministerios que intervienen en la infraestructura urbana, relevando y priorizando la movilidad como eje estructurante. Esto no significa que la solución sea, al menos por el momento, una modificación en las funciones de algunos ministerios, como se ha planteado mediante propuestas de eventuales fusiones sectoriales. La experiencia reciente en la materia, y que podemos dar fé quienes hemos vivido de cerca las consecuencias de las dificultades detalladas en esta columna, indica que esto duplicaría algunas funciones, descuidaría otras y centralizaría aún más la toma de decisiones.
Para finalizar, es importante señalar que hoy existen las atribuciones para establecer las políticas de manera integral. Para esto, la primera línea a explorar dice relación con los mecanismos posibles para empoderar a la autoridad regional y que ésta aplique las mencionadas políticas e instrumentos que se están ahora actualizando, mediante la priorización y coordinación de los distintos sectores involucrados, en pos de implementar la visión que cada región genere para su territorio.
Martín Urrutia Urrejola
VerMartín Urrutia Urrejola
Arquitecto, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.
Máster en Tecnologías Avanzadas en Construcción Arquitectónica con Especialidad en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, ETSAM, Universidad Politécnica de Madrid, España.
Diplomado en Economía Urbana, Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Magíster en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Experiencia en implementación de políticas públicas en ámbitos de alta contingencia relacionadas al desarrollo urbano, espacio público e infraestructura estratégica para la movilidad.
Actualmente se desempeña en el Consorcio consultor a cargo del desarrollo del Plan Maestro y Proyecto Referencial de la Ampliación del Aeropuerto Internacional de Santiago, Arturo Merino Benítez.
Entre 2006 y 2011 estuvo a cargo de los aspectos urbanos del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones. En dicho período fue responsable de la creación de las áreas de Gestión Urbana y de Transporte Sustentable y Urbanismo.
Participación en PLANEO:
Gerson Mac Lean Ramírez
VerGerson Mac Lean Ramírez
Arquitecto Universidad La República, Máster en Ciencias Aplicadas Orientación en Urbanismo y Desarrollo Territorial Universidad Católica de Lovaina.
Encargado de Proyectos Programa de Recuperación de Barrios SEREMI Metropolitana de Vivienda y Urbanismo, consultor en Tendencias de Desarrollo Urbano y Potencial Inmobiliario en MACRO Arquitectura y Gestión Urbana.
Profesor del curso de Ordenamiento Territorial y Urbano en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana, expositor en diversos seminarios y cursos.
Participación en PLANEO:
– Santa Adriana, Lo Espejo (Región Metropolitana): experiencia de proyecto urbano inclusivo en el contexto de implementación del programa recuperación de barrios
Santa Adriana, Lo Espejo (Región Metropolitana): experiencia de proyecto urbano inclusivo en el contexto de implementación del programa recuperación de barrios
VerSanta Adriana, Lo Espejo (Región Metropolitana): experiencia de proyecto urbano inclusivo en el contexto de implementación del programa recuperación de barrios
Revista Planeo Nº7, Políticas e Instrumentos, Octubre 2012
[por Gerson Mac Lean Ramírez]
Resumen:
Dentro del Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, se presenta la experiencia de intervención en la población Santa Adriana, barrio emblemático de identidad reconocible en el Gran Santiago y deteriorado básicamente por fenómenos de desarticulación social, abandono de los espacios públicos, prácticas de violencia y narcotráfico. Se explica cómo el proceso ha sido siempre inclusivo desde el inicio con el diagnóstico, pasando por el Contrato de Barrio hasta llegar a las obras físicas que procuran siempre vincularse con las obras sociales. En particular se destaca cómo el proyecto “Mejoramiento de Espacios Públicos” se constituyó en este proceso no solo como un proyecto urbano compartido con los actores vecinales y municipales, si no que, además, como un ámbito de colaboración entre varias unidades del SERVIU Metropolitano asesoradas porla Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (CONASET) y coordinadas por la SEREMI Metropolitana de Vivienda y Urbanismo. A la luz de esta experiencia se concluye sobre la necesidad de realizar procesos de Regeneración Urbana Integral “colectivizando” los espacios públicos y equipamientos, y fomentando fenómenos de “re-residencialización” para regenerar el tejido urbano.
INTRODUCCIÓN: CONTEXTO INSTITUCIONAL
En un contexto en el que la discusión sobre planificación y desarrollo urbano se centraba en la expansión urbana periférica y en la dotación de infraestructura para el transporte, el Programa emerge a partir de los nuevos desafíos que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) se plantea abordar como Política Pública: Desarrollo versus Calidad de vida; políticas urbanas y habitacionales de escala barrial; fomento a la integración y a la reducción de la desigualdad. Con respecto a la mirada sobre el habitante se comienza a reconocer su incipiente rol de ciudadano activo en la escala del barrio, reconociéndola como la escala territorial que permite el vínculo social, el diálogo entre el Estado y sus habitantes, y en la que éste se transforma en actor político.
De esta manera, el Programa de Recuperación de Barrios (PRB), llamado inicialmente también Quiero mi Barrio, busca “contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de barrios que presentan problemas de deterioro urbano, segregación y vulnerabilidad social, a través de un proceso participativo de recuperación de los espacios públicos y de los entornos urbanos”[1], actuando, de manera concertada, junto a los respectivos municipios y a los vecinos de cada barrio, quienes, a su vez, son representados por un Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD). Con el objetivo de acordar y comprometer las iniciativas propuestas para cada barrio, dichos actores firman un Contrato de Barrio, instrumento que define una cartera de proyectos priorizados (Plan de Gestión de Obras), enmarcados en un plan maestro, e iniciativas de dinamización y articulación social (Plan de Gestión Social), enmarcadas en ámbitos de trabajo. En consecuencia, el Contrato de Barrio, además de hacer actuar de manera integrada iniciativas físicas y sociales, se constituye en una herramienta de debate y toma de decisiones.
En particular, el caso de la llamada “Población Santa Adriana”, localizada en el límite nororiente de la comuna de Lo Espejo, se caracteriza por ser un barrio reconocible, cuya urbanización se originó en el contexto de tomas de terreno y ejecución de operaciones habitacionales llevadas a cabo por el Estado en la década de los años 1960; historia fundacional que vincula al habitante con su territorio, otorgándole un alto contenido simbólico, histórico e identitario a su habitar. Tanto las variables de diseño del barrio (perfiles viales, centralidades reconocibles, morfología de las manzanas, dotación de suelo con destino área verde) como la unidad de vivienda (tamaño del lote, calidad de la vivienda) se conforman, además, como características que favorecen el apego de los habitantes hacia su entorno, conformando un hábitat residencial consolidado.
Sin embargo, el barrio ha manifestado en su territorio los fenómenos y conflictos sociales suscitados en las últimas décadas: desarticulación social, abandono de los espacios públicos, prácticas de violencia, narcotráfico y disputa territorial. En respuesta a dicho proceso de deterioro físico y degradación urbana, a partir del año 2006 el Programa de Recuperación de Barrios ha comenzado a llevar a cabo una serie de iniciativas de mejoramiento urbano y articulación comunitaria en el barrio, las que, progresivamente, han comenzado a determinar el mejoramiento de su imagen urbana y el cambio en las prácticas de sus residentes. Se ha iniciado, por lo tanto, la recuperación de las condiciones a partir de las cuales el habitante se colectiviza y comienza a reutilizar los espacios públicos y comunitarios, con el objetivo inicial de favorecer el mejoramiento de la calidad de vida de sus residentes y el quehacer organizacional, de revertir el proceso de deterioro y obsolescencia, y de contrarrestar la alta estigmatización negativa que poseía el barrio.
PUESTA EN PRÁCTICA DE LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN URBANA
La implementación del PRB en la Población Santa Adriana se inicia en un contexto de “imaginario de barrio” en el que prevalece la imagen de deterioro físico y social manifestada, principalmente, por hechos de violencia y permanente disputa entre grupos delictivos acontecidos en el espacio público, los que comenzaron a determinar, paulatinamente, la estigmatización del territorio y de sus habitantes.
Por otra parte, considerando sus variables de localización, sobre todo su buena accesibilidad hacia el transporte público y centralidades metropolitanas, se comienza a entender que, respecto a su déficit urbano, se debían abordar, más bien, aquellas variables territoriales que detonaran procesos de desarrollo barrial desde el interior de su trama urbana, articulándola con su entorno inmediato. Al respecto, se reconoce, además, un territorio claramente segmentado, en el que la identidad barrial y la pertenencia hacia el territorio se debilita por su clara división en cuatro “sectores”, cada uno con su respectiva Junta de Vecinos, incipiente organización y asociatividad diferenciadas, y quehaceres y realidades disímiles.
Sin embargo, se ha reconocido como uno de sus valores y fortalezas más relevantes la composición de su tejido urbano referido a la organización de sus centralidades, su estructura vial y el diseño de su trama urbana residencial (manzanas y lotes), elementos que otorgan potencial de mejoramiento y re-estructuración del espacio urbano en vista a su regeneración física. Complementariamente, desde el punto de vista de su tejido social, el barrio cuenta con incipientes manifestaciones de articulación socio-comunitaria y con una base identitaria generada por su origen e historia, la que favorece la pertenencia al territorio y la cohesión social.
Diagnóstico (técnico y participativo)
Como estrategia de lectura, análisis y comprensión del barrio, definida por el PRB como modelo de intervención, se realiza un diagnóstico permanente que, además de la definición de criterios técnicos de análisis, involucra directamente a la comunidad y al municipio. Con respecto a la comunidad, se realizaron una serie de instancias de “diagnóstico participativo” o “autodiagnóstico”, en las que en cada sector se convocó a la comunidad organizada y no organizada para que se debatiera sobre los principales problemas, necesidades y fortalezas presentes en el barrio y en cada sector específico. El debate, con el objetivo de enmarcar las expectativas sobre la intervención, se focalizó en el estado de los espacios públicos y los equipamientos, en vista a conformar un Plan de Gestión de Obras (PGO), y en el estado de las organizaciones, las prácticas vecinales en el espacio público y los sentidos de pertenencia y apropiación al barrio, en vista a conformar un Plan de Gestión de Social (PGS). Posteriormente, se realizaron instancias de “devolución de diagnóstico”, en las que los vecinos(as) pudieron confirmar las líneas de diagnóstico abordadas y en las que se comenzó a conformar una imagen preliminar de intervención.
Complementariamente, se trabajaron instancias más específicas de “diagnóstico compartido” con los integrantes del Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD), actores barriales claves y actores municipales, técnicos y políticos. En este contexto, se ha hecho relevante la habilitación y la permanencia en terreno de un equipo técnico de profesionales, el que ha hecho posible la interlocución inclusiva y permanente con los vecinos(as) y ha diversificado los espacios de intercambio de información (calle, almacén, equipamientos comunitarios, encuentros organizacionales, escuelas, etc.).
Por su parte, el diagnóstico técnico se abordó desde la óptica de la “lectura del territorio” desde sus diversas dimensiones:
– Conformación del tejido urbano;
– Estado de los espacios públicos, de las áreas verdes y de los equipamientos;
– Estatus de propiedad y usos del suelo;
– Flujos peatonales y servicios de transporte público;
– Conflictos medioambientales;
– Condiciones físico-espaciales de seguridad.
Adicionalmente, simultáneo al proceso de ajuste al Contrato de Barrio, y por encargo de la Secretaría Regional Ministerial Metropolitana de Vivienda y Urbanismo, se contrata un “Estudio de Caracterización social y física-territorial” para la Población Santa Adriana[2]. Con éste se consolidan las líneas de diagnóstico arrojadas por el “diagnóstico compartido”, otorgando datos relevantes y cuantificados sobre prácticas vecinales presentes en el barrio, tales como la ocupación de los espacios públicos y de los equipamientos, la percepción de seguridad, la imagen que tienen los residentes sobre su barrio, la participación en organizaciones, las redes sociales y de apoyo, etc.
Finalmente, se definieron las siguientes líneas de diagnóstico:
a) Infraestructura Vial
– Deterioro y mal estado de pavimentación de las veredas y calzadas de vías; al respecto, el 32,2% de la población menciona el mejoramiento de los pavimentos como primera prioridad de proyectos necesarios para el barrio, seguido por el mejoramiento del alumbrado público (15,5%).
– Inundación y acumulación de aguas lluvia en pasajes y calles.
b) Tránsito y permanencia peatonal
– Discontinuidad en circuitos peatonales y ausencia de criterios de accesibilidad universal.
– Exceso de velocidad vehicular en pasajes de mayor longitud, determinando ausencia de actividades o repliegue de los tránsitos peatonales hacia los bordes.
c) Espacios de encuentro, áreas verdes y/o recreativas
– Presencia de sitios eriazos o áreas “café” sin bordes configurados y deterioro en potenciales espacios de encuentro. Dicho deterioro determinaba, entre otras variables, que tan solo el 4,9% de la población frecuentara (o concibiera) la calle, el pasaje o la esquina como espacio público o que tan solo el 2,4% dedicara su tiempo a pasear.
– Deterioro físico en espacios asociados a equipamientos comerciales, educacionales o comunitarios; espacios potenciales de encuentro y dinamización vecinal.
– Déficit de áreas recreativas y falta de cuidado en las áreas verdes existentes. Tan solo el 3,3% menciona a las plazas como espacios públicos más frecuentados, sobrepasando solo a las multicanchas (2,3%) y a las sedes comunitarias (1,1%).
d) Conflictos medioambientales
– Deterioro ambiental y acumulación de basura en diversos puntos del barrio, sobretodo en espacios de poco uso.
– Percepción de insalubridad en algunos espacios públicos.
– Ocupación vehicular del espacio público peatonal, sobretodo en calles con aceras anchas y en puntos asociados a usos comerciales.
e) Percepción de inseguridad
– Presencia de condiciones físicas que favorecen la percepción de inseguridad y prácticas delictivas (cierros opacos y largos, espacios deteriorados, espacios asociados a usos de ocupación diurna, sitios eriazos, espacios amplios con relaciones visuales fragmentadas). El 23,1% de los habitantes consideran el barrio como “inseguro”.
– Percepción de iluminación deficitaria e iluminación existente orientada al espacio vial de la calle.
– Sensación de inseguridad ante la ocurrencia de delitos o hechos de violencia (tiroteos, riñas, consumo de alcohol y drogas). El 56% de los habitantes manifestaba que “nunca” o “casi nunca” se sienten seguros estando en la calle.
– Presencia de venta y consumo permanente de droga en espacios y sectores puntuales.
f) Equipamiento comunitario
– Reducido espacio y/o deterioro físico en sedes comunitarias existentes, o ausencia de sede comunitaria.
– Deterioro o malas prácticas en los equipamientos deportivos.
g) Principales fortalezas físicas
– Nivel de satisfacción de los habitantes con la vivienda, sus condiciones físicas y las dimensiones del terreno en el que se emplaza, generando un 93,4% de “alta” o “media-alta” satisfacción.
– Nivel moderado de sentido de pertenencia y arraigo al barrio; el 51,1% de la población no manifiesta interés por cambiarse de barrio o no lo había pensado antes.
– Trama vial de calles principales con aceras anchas, de pasajes jerárquicos, de pasajes residenciales de 8 metros de ancho, y de centralidades reconocibles y accesibles. En este aspecto, los pasajes cobran especial relevancia, dado que el 64,8% de las viviendas se localizan en pasajes y que para casi el 81% de los jefes de hogar, los vecinos con los que más conversa y con los que constituye una red de apoyo habitan en su mismo pasaje.
Se reconocen, por lo tanto, variables de diagnóstico que nacen desde “lo perceptual”:
– Espacio público como espacio de conflicto y amenaza.
– Espacio público como espacio solo para el tránsito.
– La calle, los pasajes y las esquinas no se conciben como potenciales espacios de encuentro.
Y desde “lo evidente”:
– El exceso de velocidad de los vehículos es una condicionante del mayor uso peatonal de los pasajes.
– El deterioro del pavimento de pasajes y veredas se constituye en una dificultad para el desplazamiento e imagen negativa del entorno.
– El deterioro ambiental se constituye en una condición de estigmatización de los espacios públicos, del barrio y de sus habitantes.
A partir de las cuales se definieron las siguientes claves de diagnóstico:
– La calidad de los espacios públicos (accesibles, confortables y seguros) determinan su mayor uso y apropiación.
– Un mayor uso y apropiación de los espacios públicos son determinantes para su cuidado y limpieza.
– Un mayor uso y apropiación de los espacios públicos es determinante para la percepción de seguridad.
Sobre dicha base, se planteó la revalorización de los espacios de vida cotidiana, sobre todo los utilizados para el tránsito peatonal; la generación de ámbitos de permanencia en el espacio público, concibiendo calles, pasajes y esquinas como espacios potenciales de encuentro vecinal; y la (re)habilitación de los equipamientos destinados al encuentro comunitario, a partir del mejoramiento de las condiciones físicas que hacen posible el quehacer de las organizaciones. Con dichas claves de intervención se procedió a la elaboración del proyecto urbano estratégico conformado por el Plan de Gestión de Obras, suscrito en un Contrato de Barrio y materializado en un “plan maestro” de iniciativas físicas.
Propuesta de proyecto urbano integral
La propuesta de intervención urbana integral que se planteó en Santa Adriana ha buscado, principalmente, mejorar las condiciones de su hábitat residencial, a través de la revalorización de su trama urbana, de manera de mejorar la convivencia vecinal, fortalecer el sentido de pertenencia, activar el quehacer organizacional y favorecer los procesos de debate ciudadano. Se plantea la revalorización de la trama urbana a partir de:
– La construcción de espacios públicos confortables, accesibles y seguros, orientados al bienestar del habitante, a facilitar la permanencia y a favorecer el encuentro y la integración social.
– La construcción, reparación y/o habilitación de la red de espacios comunitarios, de manera de acompañar los procesos de rearticulación social.
Se ha propuesto, por lo tanto, conformar un plan maestro que revalorice la estructura espacial del barrio (centralidades, bordes y eje estructurante), la trama vial jerárquica y de pasajes menores, y los equipamientos comunitarios y sus entornos, a partir de proyectos suscritos en el Contrato de Barrio y vinculados territorialmente de manera sistémica.
Como parte de la estrategia de intervención urbana del barrio, se propuso la ejecución del proyecto “Mejoramiento de Espacios Públicos” (MEP) como proyecto “detonante” que materializara el consenso y los acuerdos entre vecinos, Municipio y Ministerio, favoreciendo, de esta forma, un vínculo de mayor confianza con la institucionalidad. Con dicho proyecto se agruparon todos aquellos proyectos referidos al mejoramiento de la infraestructura vial, el mejoramiento ambiental de espacios asociados a equipamientos, el tránsito peatonal seguro (nocturno y frente al automóvil) y el mejoramiento ambiental de espacios deteriorados, siendo ejecutados simultáneamente en un solo proyecto consolidado.
Implementación
La gestión, diseño y ejecución del proyecto “Mejoramiento de Espacios Públicos” se constituyó no solo como un proyecto urbano compartido en el que participaron los actores vecinales y municipales, si no que, además, en el que se concertaron diversas unidades del SERVIU Metropolitano, asesorados porla ComisiónNacionalde Seguridad del Tránsito (CONASET), y coordinados porla SEREMIMetropolitanade Vivienda y Urbanismo, a partir de los siguientes principios de diseño:
– Devolverle la vocación peatonal a los pasajes y habilitar circuitos peatonales continuos y accesibles;
– Incorporar criterios para la prevención situacional, la sostenibilidad, la flexibilidad, la innovación y la accesibilidad a cada espacio y sector barrial;
– Incorporar principios de diseño aplicados a casos exitosos de regeneración urbana de diversos países, como son el “placemaking”, o transformar un espacio de tránsito en un espacio de permanencia, y el “traffic calming”, o resolver los conflictos entre peatón y automóvil restringiendo el tráfico vehicular de paso.
Principios de diseño que se aplicaron a través de las siguientes líneas de inversión:
– Repavimentación y re-nivelación de pasajes;
– Transformación de pasajes de mayor longitud en paseos peatonales, los que conectan, a su vez, sectores y subsectores del barrio;
– Ensanche de veredas e instalación de iluminación peatonal en calles;
– Transformación de esquinas, cruces peatonales y entornos de equipamientos relevantes en espacios de encuentro vecinal;
– Construcción de un colector secundario, que actúa de manera sistémica con los escurrimientos superficiales de aguas lluvia de los pasajes.
Posteriormente a la definición de objetivos y de los principios de diseño, se procedió a la difusión, sensibilización y concertación de los diversos actores pertinentes, a través de la generación de una “visión compartida de proyecto” o idea de base, la que se logra instalar progresivamente durante el proceso a través de instancias de “mesas técnicas”. Simultáneamente, la propuesta se ajusta y se valida permanentemente con el CVD y la comunidad organizada y no organizada. Dicho proceso fue reforzado por una “campaña” de comunicación estratégica del proyecto, orientada, sobre todo, a la comprensión y a la apropiación de éste por parte de los vecinos(as), en sus etapas de gestión, diseño y ejecución. Se utilizaron diversos mecanismos de difusión y sensibilización: folletería, eventos y actividades en el espacio público, profesionales en terreno, exposiciones, feria expositiva de proyectos, seminario de reflexión, instalación de paneles explicativos y pasacalles en diversos puntos del barrio. Finalmente, durante la etapa de ejecución, el proyecto pudo seguir siendo ajustado en función de necesidades puntuales, conflictos suscitados o la detección de oportunidades de consolidación de los principios de diseño iniciales.
ESTADO ACTUAL Y DESAFÍOS PARA LA CONSOLIDACIÓN DE UN PROCESO DE REGENERACIÓN URBANA INTEGRAL
La mirada integral de la intervención en el barrio, dentro del marco de acción que otorga el PRB, se ve hoy en lo práctico del habitar sus espacios colectivos (y re-colectivizados), en cómo se integran los imaginarios vecinales de los entornos coproducidos (a través de modelos e instancias de participación comunitaria) y en la transformación física y funcional del barrio en vista a lograr una mejor calidad de vida para sus habitantes. En este sentido, la implementación del PRB en Santa Adriana se ha entendido como parte de un proceso mayor e histórico de desarrollo territorial barrial, en el que se ha apelado al valor de la historia colectiva e institucional construida, revalorizando, también, la acción del Estado sobre la ciudad al intervenir el territorio desde “lo urbano”.
En este sentido, y en vista a consolidar un proceso inicial de regeneración barrial, cabe relevar la necesidad de integrar el mejoramiento funcional del espacio con la incorporación de una estrategia de colectivización que se complemente con el sistema urbano de espacios públicos y equipamientos, reduciendo y revirtiendo los procesos de deterioro u obsolescencia de la economía barrial, los patrones culturales vecinales y los espacios de recreación, ocio y colectivización que apuntan más allá del espacio edificado.
Por otra parte, en una mirada de mediano y largo plazo, se hace necesario abordar aquellos factores a partir de los cuales puedan detonarse procesos mayores de desarrollo social y económico, a partir de la incorporación del mejoramiento integral del ámbito de la vivienda, consolidando de esta manera los espacios de vida del hábitat residencial y el patrimonio económico familiar. En dicho marco, y en vista de lograr una regeneración urbana más integral, cabe destacar la necesidad de iniciar y favorecer procesos de “re-residencialización” que regeneren el tejido urbano y social a partir, por ejemplo, de políticas focalizadas en la integración social (p.ej. Comunidades de Ingresos Diversos) o en la revalorización económica de sus entornos comunales e intercomunales.
Finalmente, siguiendo las líneas de acción definidas por el Programa, se hace necesario articular la intervención sectorial que realiza el MINVU con otras iniciativas públicas de inversión sectorial e intersectorial y fomentar la gestión de iniciativas de inversión privada de manera de consolidar una intervención que fomente el desarrollo económico local, inserte al barrio en las dinámicas del desarrollo metropolitano y favorezca el uso sustentable del suelo. Es decir, hacer ciudad sobre la ciudad.
[1] Decreto Supremo N°14 (V. y U.) de 2007, reglamenta Programa Recuperación de Barrios.
[2] Observatorio Social de la Universidad Alberto Hurtado (2007), ““Estudio de Caracterización social y física-territorial de tres barrios críticos de la Región Metropolitana. Tercer Informe Santa Adriana”, noviembre.
Javier Aguayo Villablanca
VerJavier Aguayo Villablanca
Administrador Público, Universidad de Santiago de Chile, Diplomado en Gestión y Gobernabilidad territorial IEU+T y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales.
Líneas de interés: Planificación regional y local, políticas de descentralización, desarrollo económico regional, Gobernabilidad local.
Participación en PLANEO:
Una nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano
VerUna nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano
Revista Planeo Nº 7 Políticas e Instrumentos, Septiembre – Octubre 2012.
[Por Magdalena Vicuña, Arquitecto, Docente de Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales]
La nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano plantea múltiples desafíos para la futura planificación y producción de ciudades sustentables y equitativas. Uno de ellos es el empoderamiento efectivo de los municipios y los ciudadanos en la planificación de su territorio, especialmente aquellos que cuentan con menores recursos y que presentan mayores niveles de inversión en vivienda social. Sabemos que, según la legislación urbana chilena, todo centro poblado de más de 7.000 habitantes debe contar con un Plan Regulador Comunal, el cual, en teoría, debiera reflejar la visión que los ciudadanos tienen de su territorio. Sin embargo, tanto la Ley como la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones cuentan con una serie de “normas de excepción”, mecanismos que permiten prescindir de las normas del Plan Regulador, cuando se trata de la implementación de grandes proyectos de densificación o de conjuntos de vivienda económica y social.
En el primer caso, son conocidas las consecuencias de la norma de Conjunto Armónico, por ejemplo, cuyas consecuencias han sido ampliamente debatidas. Por su parte, las normas de excepción para la construcción de vivienda social son menos conocidas, no obstante han tenido un impacto incluso mayor en el desarrollo urbano, especialmente en el Gran Santiago. Estas normas que se imponen sobre las herramientas de planificación local son reflejo de un modelo de planificación que sigue siendo excesivamente centralista y jerárquico.
Por ejemplo, la Ley General, en su Artículo 55º, determina la prohibición de la localización de viviendas fuera del límite urbano. Sin embargo, plantea una excepción: las viviendas de un valor de hasta 1.000 UF que cuenten con los requisitos para obtener el subsidio habitacional. Dado que estos conjuntos de vivienda se localizan en territorio no planificado, es la Ordenanza General la que establece unas condiciones mínimas de urbanización. La implementación de esta norma plantea una grave contradicción, ya que también señala que corresponde a la autoridad regional de vivienda cautelar que las subdivisiones y construcciones en suelo rural no originen nuevos núcleos urbanos al margen de la planificación urbano-regional. Ejemplo de ello es la zona de Alerce en Puerto Montt, una de las grandes agrupaciones de vivienda social en la zona sur del país, la cual fue posible de desarrollar bajo el amparo de esta norma y que, una vez desarrollada, se incorporó al Plan Regulador de la ciudad.
La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones también cuenta con normas que debilitan la capacidad de los Municipios para planificar su territorio. Por ejemplo, en el reglamento de viviendas económicas se plantea que cuando se trata de conjuntos de hasta 4 pisos de altura, no es necesario ceñirse a las normas de constructibilidad y ocupación de suelo establecidas en los planes reguladores y la densidad puede aumentar en 25%.
Lo mismo ocurre a nivel de la planificación intercomunal. En el caso del Gran Santiago, el PRMS permite el aumento de las densidades en las zonas rurales, ya sea a partir de los mecanismos de desarrollo condicionado, como a través de la aplicación del Artículo 8.3.2, el cual plantea que es posible emplazar conjuntos de viviendas sociales en suelo rural, siempre que lo solicite el Municipio y sean viviendas para campesinos en terrenos de hasta 100 m2.
Una vez construidas, estas nuevas áreas residenciales se incorporan al límite urbano. Así, estas excepciones son las que han permitido que en el “hinterland” de ciudades como Santiago o Puerto Montt se localicen grandes conjuntos monofuncionales de vivienda social, muchas veces asociados a localidades rurales, los cuales dependen directamente de la ciudad central para acceder tanto a fuentes laborales como a equipamientos de todo orden. Así, estas normas jerárquicas refuerzan la segregación espacial y la discontinuidad entre la ciudad existente y los nuevos conjuntos de vivienda social. Un agravante es la aplicación del Artículo 59º de la Ley General, el cual determina la caducidad de la vialidad estructurante y áreas verdes propuestos por los Municipios en sus planes reguladores, si es que ésta no se ha implementado en los plazos establecidos por la Ley.
Es urgente replantear una coordinación entre las herramientas del “urbanismo reglamentario” y las del “urbanismo operacional”, especialmente a nivel local, de manera que los municipios tengan capacidad para proyectar el crecimiento y desarrollo de su territorio, de una manera armónica y mediante una comunidad empoderada y comprometida.
En este sentido, la nueva Política de Desarrollo Urbano debiera acelerar la modificación a la Ley General, en trámite desde el 2007. Esta modificación propone herramientas que otorgarán a municipios y comunidades un rol más activo y en diálogo con el sector privado y el gobierno central. Algunos de los lineamientos más relevantes que establece la modificación son la participación ciudadana en la formulación de planes; mecanismos de diseño urbano y actualización oportuna de los planes reguladores; incorporación de condicionamientos al desarrollo urbano en planes reguladores; mecanismos de compensación y distribución equitativa de derechos de construcción y planes de recuperación de barrios y sectores. Se requiere un cambio de paradigma en la planificación urbana, el cual recoja los modos de vida y aspiraciones de los habitantes del territorio: un paradigma bottom-up, desde el usuario de la ciudad, a la política pública.
Magdalena Vicuña
VerMagdalena Vicuña
Arquitecta Pontificia Universidad Católica de Chile
Master of Community Planning, University of Maryland, Estados Unidos
Docente e Investigadora de las Escuelas de Arquitectura y Diseño y del Magíster en Proyecto Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Áreas de interés: Planificación y proyecto urbano, Normativa Urbana y espacio público.
Se ha desempeñado como arquitecta consultora en el análisis y elaboración de planes reguladores y seccionales y en el diseño de espacios públicos. Entre el 2008 y 2010 se desempeñó como Subdirectora de Desarrollo y Extensión de la Escuela de Diseño de la PUC.
Actualmente es co-investigadora en el proyecto FONDECYT “Santiago 1890: la calle como soporte y tránsito hacia la modernidad. Transcripción y montaje planimétrico del catastro de calles de Alejandro Bertrand”
Participación en PLANEO:
– Una nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano
– Expansión urbana en suelo rural: el Decreto N° 3.516/80 y el Artículo 55°
Seminario “Nueva Política Urbana para Chile”, amenazas y oportunidades del futuro desarrollo urbano de la Región de Antofagasta
VerSeminario “Nueva Política Urbana para Chile”, amenazas y oportunidades del futuro desarrollo urbano de la Región de Antofagasta
[por Gino Pérez Lancellotti]
Introducción
A fines del mes de Mayo se realizó en la ciudad de Antofagasta, el Seminario “Nueva Política Urbana para Chile”, actividad que se está llevando a cabo en varias ciudades del país dentro de un trabajo en conjunto entre el PNUD, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y las Secretarias Ministeriales del MINVU de todas las Regiones. El Gobierno se propone generar un nuevo marco legal en materias de ciudad, considerando que la Política de Desarrollo Urbano en Chile fue derogada el año 2000[1].
Uno de los objetivos que persiguió este Seminario específicamente, fue dar a conocer algunos estudios estadísticos urbanos sobre al crecimiento y desarrollo de nuestras ciudades, sus proyecciones y desafíos para el futuro y recoger las opiniones de la comunidad para posteriormente poder elaborar un documento con un diagnóstico por región para la formulación de una Nueva Política Urbana para Chile. En este mismo sentido, interesaba sobre todo recoger las opiniones en una primera etapa y hacer converger las actuaciones de los diversos organismos públicos y actores privados que intervienen en la planificación y desarrollo del territorio y nuestras ciudades para lograr a futuro una mejor planificación, compatibilizando los diversos usos con una administración eficiente del territorio.
El territorio de la región de Antofagasta
Algunas de las temáticas que se expusieron y discutieron fueron, en primer lugar, la necesidad de reconocer las diferencias existentes en todo el territorio de nuestro país y especialmente en la macro zona norte, y resaltar la importancia que tienen los Oasis, los cuales son fundamentales para los asentamientos humanos emplazados en uno de los desiertos más áridos del mundo y de esta manera incorporar y asumir también la variable riesgo que el territorio le imprime a estos asentamientos tanto en la costa como en el interior.
En segundo lugar, se impone generar nuevos instrumentos de planificación territorial más eficiente flexible y estratégicos. Sin duda que el proceso de aprobación de nuestros Instrumentos de Planificación territorial (IPTs) no van a la misma velocidad que la trasformación de nuestras ciudades. Junto con lo anterior, y una vez aprobados, los IPTs suelen quedar inmediatamente obsoletos y carentes de mecanismos de gestión para su implementación. Ejemplo de esto es la imposibilidad de urbanizar suelos fiscales en áreas de extensión urbana que den cabida no solo a los programas habitacionales, sino a todo el crecimiento urbano.
En tercer lugar, las áreas rurales de la región de Antofagasta son administradas en su gran mayoría por el Estado a través de Bienes Nacionales. Son vastas áreas desérticas con enclaves de industrias de extracción minera metálica y no metálica en tensión con áreas de Oasis y Ayllus, acuíferos, salares, sitios arqueológicos, zonas protegidas y asentamientos humanos de los pueblos originarios. Una de las preguntas que surge es ¿cómo poder compatibilizar estos usos tan diferentes en un mismo territorio?
Sobre la planificación urbana
Dentro del tema ciudad, uno de los aspectos que se dieron a conocer por parte de la Seremi Minvu de Antofagasta, es la desproporción existente entre la gran cantidad de hectáreas incorporadas a los planes reguladores como zonas de expansión urbana versus las áreas efectivas que se encuentran dentro del área operacional de la empresa sanitaria en la región con factibilidad de agua potable. Otro aspecto no menor, y que afecta sobre todo a las ciudades de Calama y Antofagasta, es el problema de la movilidad por el aumento del parque automotriz. Se suma a lo anterior el incremento de nuevos proyectos habitacionales en base a torres de departamentos que se van desarrollando en forma parcializada, con lo cual se evitan los estudios de impacto vial. Esto a la larga, y a medida que se van terminando y ocupando estos conjuntos habitacionales, producen una presión adicional y saturan las ya congestionadas vías expresas existentes en la ciudad. Un último aspecto que revelan los estudios presentados en este Seminario, apuntan sobretodo a la segregación socio espacial que ya no se caracteriza por la típica polarización norte sur, sino que se observa más mezclada en las áreas urbanas más centrales de nuestras principales ciudades de la región.
Los temas pendientes
Quedan aún temas pendientes por discutir, como las grandes inversiones para los próximos 10 años en proyectos mineros que sin duda impactarán en el desarrollo y el crecimiento de las principales ciudades de la región. También queda por discutir la puesta en valor tanto del patrimonio arquitectónico existente como de los valores paisajísticos y arqueológicos, así como la incorporación en la ley de normativas medio ambientales incorporadas a nuestros IPTs.
[1] “La legislación en materia urbana, contenida en la Ley General de Urbanismo y Construcciones promulgada en 1975, incluyó en sus disposiciones la obligación para el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de dictar una política nacional de desarrollo urbano. En cumplimiento de ello, en Chile se han dictado dos “Políticas Nacionales de Desarrollo Urbano”. La primera de ellas en 1979 y la segunda, que remplazó la anterior, en 1985. Esta última Política Nacional fue derogada en noviembre de 2000. Desde esa fecha, Chile no cuenta con una Política Nacional de Desarrollo Urbano”
Pseudo-liberalismo urbano: Políticas urbanas en Chile 1979-1985
VerPseudo-liberalismo urbano: Políticas urbanas en Chile 1979-1985
[por Antonio Daher]
Presentación de Antonio Daher, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, realizada en el marco del ciclo de seminarios “Hacia una política urbana para Chile”, desarrollado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en el marco de la elaboración de la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
La exposición abordó los planteamientos fundantes de las dos únicas políticas de desarrollo urbano de nuestro país, de 1979 y 1985, repasando las tendencias –neoliberal una, pseudo-liberal la siguiente, en palabras del autor – que inspiran ambas políticas y cómo cada una de ellas afectó la consideración sobre la escasez del suelo urbano.
Puedes acceder al documento completo de la presentación en el siguiente link:
Cristián Villagrán
VerCristián Villagrán
Estudiante de Licenciatura en Geografía, cursa certificado académico en Estudio Urbanos Regionales, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Plan Regional de Desarrollo Territorial (PROT), un esfuerzo de planificación territorial integral para la región de Aysen.
VerPlan Regional de Desarrollo Territorial (PROT), un esfuerzo de planificación territorial integral para la región de Aysen.
Por Javier Aguayo
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La Región de Aysén, distante a 1.863 kilómetros del centro político, cultural y económico de Chile, a veces, pareciera estar aún más lejos de la capital del país. Su realidad contrasta enormemente con el Gran Santiago, donde una sola comuna de la capital puede albergar a toda la población de la región. Son 103 mil habitantes[1] repartidos caprichosamente por un espacio territorial de 108.494 kilómetros cuadrados, lo cual representa un territorio 169 veces más grande que Santiago.
En este particular territorio, los habitantes de Aysén deben compartir íntimamente con los lugares, parajes y espacios geográficos que entrega la región, lugares muchas veces adversos, pero de infinita belleza y donde el pensar en el desarrollo regional choca con intenciones fundadas de proteccionismo y conservación de este rico espacio territorial.
El aislamiento relativo de la región, es un factor que ha generado una suerte de autonomía territorial, que se grafica desde el cómo se pobló la región a través de esfuerzos colectivos de los colonos venidos de Chiloé, Bélgica y Argentina, hasta en temas cotidianos, adaptando la vida diaria a la geografía de la región.
Y es en este contexto, en donde surge la idea de pensar en una planificación territorial desde la región, creando un instrumento que permita adaptarse una vez más a la geografía de la región y que pueda resolver una serie de vacíos que instrumentos creados a nivel central y desde otras latitudes, venían arrastrando hace años. Con esta iniciativa, se crea un instrumento de ordenamiento territorial que permita por un lado aunar criterios y proyectos de los ministerios sectoriales, con las ideas y sueños de progresos y desarrollo de los actores civiles y privados de la región, teniendo en cuenta como elemento principal, la sustentabilidad de este desarrollo.
Esta idea, finalmente se materializa en un instrumento de gestión territorial indicativo, que lleva por el nombre Plan de Regional de Desarrollo Territorial (PROT) y que busca ser la forma espacializada de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD), instrumento de planificación programático e indicativo, que plantea las directrices de desarrollo regional a mediano plazo (10 años). Es aquí la importancia del PROT, definido por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE), como un método que posibilita la espacialización de los objetivos económicos, sociales, culturales y ecológicos de la sociedad, todos los cuales están contenidos en las Estrategias de Desarrollo Regional (EDR).
Como lo ratifica la SUBDERE, hasta el momento, no existe una herramienta que articule al mismo tiempo y de manera sistémica, elementos físico-geográfico-espaciales del territorio, con elementos socioculturales y económicos. Y el PROT busca llenar este vacío, haciendo así que la gestión de los territorios regionales sea mucho más integral.
Como objetivo, PROT busca, según el departamento de políticas de descentralización de la SUBDERE, que se pueda integrar las visiones sectoriales del Estado, tanto las de organismos a nivel regional, como a nivel central, buscando lograr una visión general de los distintos componentes de análisis que tienen impactos sobre el territorio regional, como lo son el componente de análisis rural, el componente de análisis urbano; el componente de análisis costero; y el componente de análisis de cuencas hidrográficas–, y los diferentes niveles de gobierno que comparten responsabilidades sobre el mismo.
Hay un elemento esencial tras el PROT, que tiene relación con el perfil participativo del instrumento, que busca incorporar la participación pública y privada, tanto en la definición de un modelo de ordenamiento acorde a sus lineamientos de desarrollo, como a los procesos de gestión territorial y los proyectos surgidos de esta planificación.
No cabe duda que la participación ciudadana hoy en día, debe ser un elemento fundamental en todo proceso de planificación, donde vemos ciudadanía cada vez más empoderada y que a nivel regional, esta puede transformase en un importante motor de desarrollo, en cuanto pueda establecer, junto al sector privado y las autoridades regionales, una gobernanza regional que permita a todos los actores regionales establecer acuerdos que permitan garantizar que pese a los distintos procesos políticos y cambios de autoridades regionales que puedan surgir, lo planificado, lo coordinado y lo proyectado sobre el territorio, se materializará, transformando los esfuerzos planificadores del PROT y de la ERD, en verdaderos instrumentos de desarrollo regional y no en carteras de proyectos de acupuntura territorial.
Para que esto realmente suceda, la participación ciudadana debe estar presente más que en un nivel informativo o consultivo, en un nivel que apunte a generar planes asociativos con la ciudadanía y el sector privado, generando acuerdos sólidos que sean la base para la planificación territorial, que busque integral todas las visiones de desarrollo posibles para una región, buscando la sustentabilidad medioambiental y representatividad social de estas planificaciones, de lo contrario, estos instrumentos fracasarán en su intento de avanzar en el desarrollo regional del territorio.
Actualmente, regiones como la de Aysén, de Valparaíso y Coquimbo cuentan con su Plan Regional de Ordenamiento Territorial, y solo las evaluaciones en los años que vendrá, nos dirán de la efectividad de este instrumento, sin embargo, desde ya, es un avance hacia una planificación territorial integrada y lo que es tanto o más valioso, un aporte al desarrollo regional, desde las regiones.
Referencias.
“Plan Regional De Ordenamiento Territorial: Contenidos y procedimientos”. División de políticas y estudios, departamento de políticas de descentralización, Subsecretaría de Desarrollo Regional, Santiago 2010.
“Plan Regional De Ordenamiento Territorial: Región de Aysén”. Gobierno regional de Aysén, Coyhaique 2005.
[1] Estimación INE 2011.
Entrevista Mario Ubilla. Es importante que el MOP entienda que cumple un rol tan importante como el MINVU, y Bienes Nacionales entienda que cumple un rol tan importante como el MOP.
VerEntrevista Mario Ubilla. Es importante que el MOP entienda que cumple un rol tan importante como el MINVU, y Bienes Nacionales entienda que cumple un rol tan importante como el MOP.
Revista Planeo Nº7, Políticas e Instrumentos, Septiembre 2012
En su oficina en el campus Lo Contador de la Universidad Católica, el Decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos nos concede un espacio para conversar, y conocer un poco más en detalle el funcionamiento de la comisión asesora para la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano. Su énfasis está sobre los principios que guían la política, pero también se da el tiempo de reflexionar sobre experiencias particulares y proyectos en específico, como el de Mapocho 42k.
Quisiéramos partir, en el marco de su participación en la comisión asesora de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), pidiéndole que describa los objetivos, propósitos y alcances que se persiguen con la formación de esta comisión.
La comisión tiene una doble función. Primero, de asesoría y luego de ayuda en la formulación de la política. Hago la diferencia porque cuando uno dice “asesoría” está entregando una serie de conocimientos –de expertos en el tema- que se focalizan en subcomisiones, cuyos aportes son sistematizados en una estructura ampliada, que es la comisión misma. Pasan de ser elementos temáticos de asesoría a las bases de la política.
Por eso es tan importante que en estas subcomisiones hayan expertos y se traten materias técnicas profundas que luego pasen a transformarse en principios más bien genéricos, que son parte de la política. En ese traspaso a los principios hay que ser muy cauteloso en que quede pregnado ese fundamento técnico.
En ese sentido el rol del Instituto de Estudios Urbanos es muy importante, porque éste trabaja en una estructura de subcomisiones que tenemos en la Facultad, y que nutre de contenido técnico a las comisiones que están trabajando en el gobierno. Esto, en el sentido de que son capaces de llevar también todos los estudios, todos los datos que tiene el IEUT hacia la política.
Así, empiezan a salir algunos requerimientos, a la luz de estos argumentos técnicos, que son muy importantes. Por ejemplo, reflexiones en torno al gobierno de las ciudades. Aparece el tema del Alcalde Mayor como posibilidad, respecto de este personaje que unifica los problemas de la ciudad y al mismo tiempo es capaz de tomar decisiones mucho más concertadas y apropiadas, equilibrando calidad y necesidad.
¿Quiénes integran la comisión asesora?
La comisión está integrada por decanos de universidades chilenas (Católica, de Chile y Diego Portales); por expertos en estudios urbanos que han trabajado en el medio público como profesional; representantes de la Sociedad de Ingenieros de Transporte de Chile; presidentes de colegios profesionales –del Colegio de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros-; el representante del Ministro de Transportes; representante de diputados. Al mismo tiempo, están permanentemente participando los SEREMIS de Vivienda.
Como jefe asesor de la mesa está José Ramón Ugarte, y como presidenta de la mesa la arquitecta Antonia Lehmann. Además participa el exinistro de Vivienda Alberto Etchegaray como parte estable de la comisión.
Hay una importante cantidad de funcionarios que actúan en representación de otros ministerios, pero lo más importante de lo que se pretende con esta estructura es no sólo generar una mirada multidisciplinar, sino que también traer a presencia las necesidades y articulaciones que hay que tener con los otros estamentos de los que depende la buena planificación de la ciudad.
En ese sentido creemos importante que acuda gente de Transporte, del MOP, y de Bienes Nacionales además de Vivienda.
En ese sentido, ¿puede identificar usted distintos sectores, perspectivas e intereses que estén representados en la comisión?
Está también la Cámara Chilena de la Construcción, por lo que están también representados los que se vinculan no sólo con el tema de las inmobiliarias, sino que también las sociedades constructoras y de inversión. Ellos presentan claramente un sector.
Está presente también el sector de los arquitectos. Están representados los ingenieros desde su posición de gestión, pero también desde las políticas que se han implementado a partir de la ingeniería.
Pero me interesa destacar que hay una representación que, más que por el perfil profesional que puedan tener los miembros específicos, es por la incidencia que tiene cada una de sus disciplinas en el desarrollo de las políticas urbanas y públicas en este país. Es muy interesante escuchar las experiencias anteriores, y cómo éstas han determinado, en lo bueno y en lo malo, los problemas urbanos que tenemos ahora. Es decir, hay experiencia en la mesa. Es bueno que participe gente que tomó decisiones en la década de los ’90, por ejemplo. Esto nos provee con un marco evolutivo de lo que son las problemáticas urbanas.
Esta diversidad, que tiene los elementos positivos que usted destaca, ¿acarrean también dificultades? La diversidad habla también de múltiples perspectivas que no siempre están en concordancia.
Yo creo que lo que falta es hacer el esfuerzo por bajar a la sistematización y a la generación de los principios básicos de la política. Creo que hemos ya conversado bastante; más allá de las distintas posiciones, yo veo que el trabajo ha sido serio y bien realizado. Sobre todo en que se va a lograr llegar a los acuerdos necesarios.
Pero como digo, tenemos ahora que empezar a pensar en los principios de la política y no tanto en las reivindicaciones o en las opiniones particulares. Que si bien fueron necesarias en un momento, no creo que sea la actitud que hay que tener ahora. Es muy expectante la situación en la que estamos, porque justamente entramos la próxima semana a un trabajo de consolidación.
¿Cuáles son los alcances que se proyectan para la PNDU?
Como la comisión se nutre de estas subcomisiones, de las cuales emanan los temas relevantes –patrimonio, segregación residencial-, allí se hace el esfuerzo de sistematizar estos inputs, y se logra poner los énfasis en los temas.
Así como en el tema institucional o patrimonial existen propuestas específicas, existen también principios básicos que estamos comenzando a generar.
Se ha hablado mucho de este problema general en la gestión urbana, de que no hay coordinación entre las distintas instituciones. Siempre ha faltado un poco de cooperación intersectorial. Al parecer aquí existe un intento por enfrentar eso.
Sí, yo encuentro injusto que se diga que no se ha logrado. Lo que pasa es que como todavía no se ha llegado a transformar todo ese contenido, no lo hemos “bajado” todavía a principios generales, a lineamientos estructurales…claro, se podría decir todavía que ha sido muy diverso, muy heterogéneo. Pero a mí me parece que es lo normal.
Piensa que si hay una comisión con expertos en patrimonio y hay otra comisión que trabaja la institucionalidad, es normal que se den no solamente al interior de esas comisiones puntos de vista distintos, sino que después lo que dice una puede estar en contraposición con lo que dice la otra. Pero va a ser tarea de la comisión superior organizar, priorizar, enfatizar. A mí me parece normal.
¿Se considera llegar a cambiar los instrumentos o mecanismos de planificación urbana? ¿Por ejemplo los PROT, los Planes Reguladores Regionales o Comunales?
En las subcomisiones sí. En la comisión principal yo todavía no veo esas demandas objetivas. Se van a revisar todos los temas, pero lo más probable es que no se llegue a hilar tan fino en estas comisiones temáticas.
Hay que hacer ciertas reflexiones que tienen que ver más bien con cómo nos imaginamos; cómo pensamos las ciudades del futuro. Esto, en base a ejes que son mucho más estructurales que incluso las decisiones específicas para cada ciudad. Lo que busca la comisión asesora es una cierta inteligencia asociada a entender la estructura de la ciudad desde conceptos mucho más ampliados, que sean capaces de incorporar en sí mismos distintas áreas del desarrollo de una ciudad, y al mismo tiempo que desde ahí se generen soluciones transversales, y no acotadas o puntuales.
Si tú me preguntas si estamos estudiando determinado plan regulador en sus características particulares, yo te diría que eso no se conversa así. El trasfondo es mucho más estructural.
Por ejemplo, se nos presentó la visión que tiene la Sociedad de Ingenieros en Transporte. Uno se da cuenta ahí de que las propuestas tienen un tono apropiado, en tanto está bien cuidado lo que es genérico. Se colocan principios sobre la mesa que son tremendamente transversales, donde lo coyuntural está en el hecho urbano. La promoción alternativa al uso del automóvil significa no solamente poner en valor el espacio público, sino que una serie de otros elementos que están como “subtemas”. Desde la bicicleta a las vías segregadas.
En su opinión, ¿cuáles son los principales desafíos, que deben ser abordados por la discusión de la comisión?
Hablando desde mi opinión, puedo mencionar “macro-temas” y “micro- temas”. Voy a partir por lo micro. Creo que hay cosas que se pueden hacer con acciones muy precisas. Por ejemplo, ¿qué hacemos con los terrenos fiscales?
Existen varios paños de terrenos fiscales en ciudades chilenas; portuarias, en la zona centro poniente…¿cómo reflexionar acerca del uso de esos terrenos? Muchas veces quedan en lugares bastante ventajosos, en términos de conectividad, de planificación de vivienda, etc. Eso significa pedirle una reflexión a Bienes Nacionales, a los Municipios, y otros más.
Por otro lado, está el tema de los comités. Los políticos generalmente se acercan a los comités de vivienda, donde la relación de necesidad es evidente. ¿Pero los comités de mejoramiento? Si nosotros nos hacemos cargo del “stock” de vivienda social en Chile, ¿por qué no pasar a los comités de mejoramiento de vivienda? Esa persona, así, se hace cargo desde lo que él conoce, dando el salto hacia el barrio. Fortaleciendo ese comité, el mismo propietario es el que va a determinar los requerimientos de su entorno próximo. Hay que entregarle el “derecho de autoría” a esa persona que habita en un sector vulnerable.
Esas dos cuestiones a mi juicio son básicas y revisten oportunidades: los terrenos fiscales y los comités de mejoramiento. Si llevamos esos aspectos que son “micro” a lo “macro”, uno empieza a ver que hay necesidades de diálogo interministerial. Esas son ya visiones que pertenecen a la filosofía del principio. Pero es cierto que esos principios deberían estar tomados desde cuestiones tan de base como esto.
Aprovecho de hacer una reflexión que no se hace mucho. Cuando se habla de interdisciplina a veces se olvidan algunas ramas. Por ejemplo el equipamiento de las ciudades. Es hora de que concurran a la discusión los temas concretos que tienen que ver el equipamiento desde problemáticas aún más específicas.
Conversábamos con gente del ámbito de la energía, pero desde el punto de vista de la iluminación de la ciudad. Es importante que pensemos en que la iluminación contribuya a ciertas actividades urbanas que son importantes: el uso de la vereda, de la calzada y la iluminación de la fachada de la vivienda. Con tres operaciones, te entrega una serie de elementos que pasan desde la seguridad residencial a la vial. Esto se conversa en las subcomisiones, pero me interesa recalcarlas porque son vitales para la formulación de principios.
Entonces, usted siente que estas problemáticas están siendo abordadas.
Uno siempre querría que fueran muchos más los tiempos, y muchas más las subcomisiones temáticas.
Uno necesita en esto que la participación tenga un rol fundamental. Esto muchas veces está asociado a una cierta voluntad. Llevándolo a un tema técnico, es importante que haya sensibilidad de que esto es una cuestión coordinada entre ministerios (y tienen que estar LOS ministerios, y no EL ministerio), pero también tiene que haber coordinación entre las personas que inciden en la reflexión.
Si tenemos un experto en segregación residencial, y otro experto en planificación, necesitamos que el diálogo entre ellos no necesariamente se haga en una reunión. Ese diálogo tiene que hacerse en base a una visión de proyecto de ciudad. Que más allá de diagnosticar, existan propuestas objetivas de qué hacer. Si tú me preguntas si eso podría ser mayor, yo reconozco que sí. A mí me gustaría al menos que fuera algo más nítido. No digo que no se haga, porque quiero ser justo, pero insisto en que esos gestos necesitan de voluntad.
La única manera de hacer de esto algo realmente tangible radica en los proyectos. Por ejemplo, a mí me interesa mucho que se hable del proyecto Mapocho 42k. Porque ese sí es un esfuerzo multi e interdisciplinario por abordar la ciudad, que literal y conceptualmente la atraviesa. Aquí también hay que tener una vocación interdisciplinar fundamental, como la ha tenido ese proyecto. Y demasiadas veces hay más vocación por diagnosticar y observar, que por la interdisciplina proyectual en los temas de ciudad. No pueden los actores marginarse de esto.
Por eso es tan importante que el MOP entienda que cumple un rol tan importante como el MINVU, y Bienes Nacionales entienda que cumple un rol tan importante como el MOP.
¿Cómo se vincula la incorporación de todas las voces en la problemática urbana con el nivel de diversidad al interior de la comisión?
Eso se hace, a mi juicio, desde una convicción de que esto tiene que implementarse con cierta audacia. Eso no quiere decir que sea irresponsable, pero con la ciudad hay que tomar ciertos riesgos en una política urbana. Eso aúna.
Si tú tienes una diversidad de opiniones, que es muy legítima, con todas sus discrepancias, entonces juguémonos por algo en lo que sí podamos creer, en lo que sí tenemos un punto de encuentro. Y la osadía es necesaria para radicalizar ese punto.
La decisión que tú tengas con respecto a las cosas es una forma de convocar y unificar los distintos puntos de vista. Por ejemplo, si nos vamos a jugar por el transporte público, hay que entender que eso va a requerir de cierta radicalidad. Si tenemos que hacer vías segregadas para que la persona deje el auto en la casa, y realmente se pueda tomar una micro y llegue en un tiempo equivalente, todos tenemos que tener una cierta voluntad radical. Eso es lo que esta política debiera fomentar.
Uno de los desafíos de cualquier política nacional es tomar en cuenta las diversas características de las distintas zonas de Chile. ¿Existe alguna incongruencia entre el logro de este objetivo y el hecho de que la comisión está compuesta en gran parte por profesionales arquitectos radicados en Santiago y cuya experiencia es mayormente con la Región Metropolitana?
Una de las experiencias más notables de participar en la comisión es escuchar a los SEREMI de regiones. Hemos escuchado prácticamente a todos. Y creo que eso cautela que esto no se transforme en algo centralizado.
Creo que también en esto hay que tener confianza, porque yo creo que nadie puede negar la importancia de sentar las bases de esta nueva política. Más aún con estas experiencias regionales que de alguna manera incorporan temas nuevos.
Si estamos reflexionando en torno a problemas que no necesariamente están en Santiago, creo que esa política se hace con la transversalidad que mencionas. No es banal haber escuchado a los SEREMI, también porque ocurren problemas que son muy comunes a todos, a pesar de las geografías y contextos distintos. Entonces podemos sacar conclusiones acerca de los elementos que nos son comunes, y tenemos la virtuosidad de poder escuchar las peculiaridades específicas de cada región. Eso yo lo valoro muchísimo, y encuentro que ha sido una de las cuestiones más potentes de la comisión.
En todas las sesiones, el secretario de la comisión, José Ramón Ugarte, lee un resumen –que debe ser de una media hora- de todas las otras subcomisiones, donde ya existe el esfuerzo por transformarlo en un relato, que es como un extracto único y unánime de esa diversidad de opiniones. Esa es una cuestión que celebro porque es un primer esfuerzo por hacer una sistematización coherente de un problema que tiene tantas aristas.
Nos mostraron casos de ciudades extranjeras, en distintos continentes y economías. Lo primero que uno observa ahí es lo exigentes que son consigo mismos en el conocimiento de sus propios territorios. El tiempo que invierten en ese conocimiento nosotros también tenemos que dedicarlo.
Para terminar, ¿qué impacto cree que tendría una PNDU sobre las instituciones, proceso e instrumentos de planificación urbana en Chile?
Bueno, si la pega se hace bien, y logramos sacar principios sólidos, debería haber un gran impacto. Esto requiere, insisto, de una voluntad por parte de todos los estamentos, incorporando la idea de cambio urgente y radical.
Ojalá que a nivel de barrio, municipio, ciudad, intendencia, ministerio se pueda tener la sensibilidad de que las decisiones, bien fundamentadas, requieren esa voluntad de radicalidad transversal, donde en ninguno de esos estamentos se interrumpa el esfuerzo, o “les aparezca la letra chica” de la política.
De la gestión al empresarialismo: la transformación de la gobernanza urbana en el capitalismo tardío
VerDe la gestión al empresarialismo: la transformación de la gobernanza urbana en el capitalismo tardío
Titulo original: From Managerialism to Entrepreneurialism: The Transformation in Urban Governance in Late Capitalism
Autor: David Harvey
Año: 1989
[Por Mairelys Dominguez]
Publicado por primera vez en el año 1989 en la revista Geograsfika Annaler[1], el artículo del destacado geógrafo inglés David Harvey, nos presenta un conjunto de elementos teóricos y conceptuales potentes, relacionados con la transformación de la gobernanza urbana. Los conceptos planteados por el autor son capaces de demostrar, relaciones entre la urbanización en el cambio social y especialmente las condiciones de acumulación y relaciones sociales capitalistas.
A pesar de que estos planteamientos fueron concebidos hace un poco más de dos décadas, los mismos demuestran un espíritu visionario para la actualidad, derivándose en el desarrollo presente del capitalismo tardío. De esta forma, el papel de la urbanización en la dinámica social, es sostenido en base al planteamiento de que el capitalismo produce una geografía histórica específica donde se ponen restricciones a futuras sendas de desarrollo. Esto quiere decir que las transformaciones se van entrelazando con el desarrollo de estos procesos sociales desde las revoluciones de la tecnología, las relaciones espaciales, sociales y los estilos de la vida, hasta coincidir con el proceso urbano.
Los planteamientos de Harvey, se apoyan en distintos autores, para reforzar las bases de sus razonamientos, pero tan pronto se empieza a hablar del cambio al empresarialismo en la gobernanza urbana, surgen ciertas preguntas cruciales a partir de líneas de acción abiertas a los gobiernos urbanos. Una de las más importantes y que marca un punto de quiebre, tiene que ver con el consenso de los gobiernos urbanos para ser mucho más innovadores y emprendedores. En este sentido, sucede que nunca se establece cual es el modo de lograrlo, pues por una parte ¿Son ellos realmente los encargados de apoyar estas innovaciones? o lo más obvio: ¿Cómo pasar a que las cosas sean posibles?
Para responder esto, se toma en consideración el enfoque “gestor” de la década de los 60, permitiendo esclarecer la adopción de la actitud empresarial respecto al desarrollo económico. Es así como se ven enfrentadas las posturas de dos sectores, uno público y otro privado, en un pulso debatible, pero al mismo tiempo necesario. Es así, como la ciudad empieza a ser vista como el objeto y la urbanización como el alma, esta última, por tener la base espacial en donde se interrelacionan los actores del territorio con objetivos y visiones totalmente distintas. De acuerdo a esta concepción de la urbanización como espíritu, se entiende que esta tiene la capacidad de crear las formas construidas, los espacios producidos y sistemas de recursos de cualidades específicas, organizados en una configuración espacial específica. Pero no solo eso, también de ser capaz de crear ciertos sistemas sociales, políticos y administrativos.
Vemos también que la fragmentación social urbana es una ruptura de las barreras físicas para el funcionamiento de las ciudades, en diversas escalas, quedando expuesto que la gobernanza es mucho más que un gobierno urbano, en donde el sector público asume el riesgo y el privado obtiene los beneficios. Por lo tanto, el empresarialismo esta más cerca de la economía política del lugar, no del territorio.
En cuanto a las alternativas de gobernanza urbana se plantean cuatro posibilidades; la primera que tienen que ver con la competitividad internacional, su calidad, cantidad y el coste de la oferta del trabajo local. El segundo, que rescata el mejoramiento de la posición competitiva, respecto del consumo, poniendo como ejemplo la utilización de mecanismos culturales. El tercero que habla sobre las funciones de control y mando que poseen las altas finanzas, el gobierno o la recopilación y el procesado de información y el cuarto que tiene que ver con el filo competitivo y las altas tecnologías.
Estas cuatro alternativas conllevan a un estado que Harvey define como “buen clima empresarial” para la gobernanza urbana, desde donde se crean los atractivos para el capital. Y es aquí donde se aprecia el rol de la gobernanza como un mecanismo de atracción de flujos de capital, hacia el lugar. La utilización de la metáfora del espiral ascendente y descendente, evidencia entonces las condiciones a las que esta sujeto el empresarialismo urbano y la competencia interurbana. Esto se debe a que las estrategias de localización, permiten aumentar la flexibilidad geográfica y por otro lado, los cambios de políticas urbanas para dar paso al empresarialismo es lo que da la transición de los sistemas de producción fordistas respaldados por el Estado del bienestar Keynesiano.
A fin de cuentas el rol explicito del empresarialismo urbano es aumentar las disparidades de riqueza y renta en una firme representación del modelo capitalista. El empresarialismo urbano solo se interesa en la ciudad para abrir la gama de control social. En este caso se ejemplifica o se dan las primeras luces de las alternativas de gobernanza urbana, como atracción para el desarrollo.
Al final toda esta transformación, se mezcla con identidad local y abre una gama de mecanismos de control social. Pues como expresa el autor, para casos reconocidos en Estados Unidos, donde la transformación, ha traído como resultado la inestabilidad del sistema urbano, el empresarialismo es el triunfo de la imagen por sobre la sustancia. Los desafíos planteados en ese sentido tienen que ver con la creación de una estrategia geopolítica que mitigue la competencia interurbana y aleje los horizontes políticos de la localidad para acercarlos a un desafío más generalizable al desarrollo capitalista desigual.
[1] Geografiska Annaler. Series B, Human Geography, Vol. 71, No. 1, The Roots of Geographical Change: 1973 to the Present. (1989), pp. 3-17.
Región Central de Chile: Perspectivas de desarrollo en la época de la planificación
VerRegión Central de Chile: Perspectivas de desarrollo en la época de la planificación
[Por Cristián Villagrán]
Si bien la centralización de Chile puede ser considerada como una constante a lo largo de su historia, donde factores políticos, económicos y geográficos han obstaculizado la conectividad y desarrollo económico equilibrado a nivel nacional. Resulta interesante observar en perspectiva las distintas formas en que se ha hecho frente a la centralización en diferentes épocas y periodos políticos.
El estudio realizado por el CIDU (1972) realiza una identificación de los principales problemas y factores claves del desarrollo en la Macro-Zona Central[1] para analizar la factibilidad de una descentralización de Santiago mediante la creación y puesta en marcha de una nueva política de localización. El planteamiento del problema señala la tendencia a la concentración y primacía de Santiago con respecto al resto del país en cuanto a población[2] y actividades. Debido a su mayor dinamismo económico, la capital se transforma en un polo de atracción de los flujos migratorios que triplican su población entre 1940 y 1970 generando una economía de aglomeración por el acelerado crecimiento urbano y desarrollándose deseconomías por el aumento del tamaño de la ciudad, los costes de inversión y operación, así como el deterioro del medio ambiente urbano (contaminación y segregación). Ya en los años 70 se menciona la necesidad de una entidad metropolitana que pudiera enfrentar de forma centralizada estas deseconomías.
En base a lo anterior, la política de localización se fundamentaba principalmente en el rol clave que cumpliría sector industrial como base del crecimiento económico. En ese entonces, los autores señalan que no se podía basar el desarrollo exclusivamente en la dinamización del sector primario (con reforma agraria en curso) o terciario. Se esperaba que la matriz de empleos fuese mayoritariamente industrial. De este modo se buscaba reorientar la dirección de los recursos para la inversión de éste sector y así cambiar la localización de estos, desarrollándose un margen de acción que potenciaría lugares centrales de otras ciudades en la macro zona central.
Para poder potenciar los otros lugares, se debía desarrollar una política de crecimiento mínimo para Santiago y así acelerar substancialmente el desarrollo del resto de la región central y el resto de Chile. Pudiendo así emplear la política de locación que ejercía limitaciones selectivas del crecimiento industrial de la capital para redistribuirlo a los otros lugares centrales propuestos.
Las ciudades de Valparaíso y Rancagua fueron consideradas óptimas para esta desconcentración con respecto a la capital. Por un lado, Valparaíso ya tenía un gran potencial determinado por el tamaño ya alcanzado, su localización, presencia de puertos, recursos humanos y centros de educación superior. Por el otro, la conurbación Rancagua/Machalí ya se encontraba industrializada y equipada con servicios siendo el lugar central más importante entre las ciudades media de la macro-zona central principalmente por la actividad minera ya existente en su zona de influencia.
El desarrollo de las restantes áreas de la Región Central, estaba ligada a la explotación de sus recursos locales principalmente ligados a la agroindustria debido sus excelentes condiciones para cultivos de alta productividad como el caso de la microrregión del Valle de Aconcagua. También resulta interesante el caso del área metropolitana que pretendía limitar la expansión urbana para el aprovechamiento del suelo para el desarrollo de la agricultura. Más aun, el hecho que la agroindustria acentuaría la calidad de lugares centrales en las ciudades menores dotándolas de una mayor cobertura de servicios.
Consolidados los núcleos de desarrollo industrial, debían aumentar las vinculaciones con los subsistemas (ciudades menores) localizados dentro de su área de influencia. Esto significaba mejorar accesibilidad por medios de la ampliación de los ejes viales y aprovechamiento de las capacidades disponibles como el ferrocarril. Esta mayor interacción y vinculación actuarían como atenuantes de la dependencia con respecto a Santiago.
Es así como ya en los 70’ se pretendía planificar el desarrollo urbano de la macro-zona central para las próximas décadas, la teoría de los lugares centrales desarrollada por Walter Christaller (1933) era el presupuesto teórico de tal acción donde se buscaba redistribuir las concentraciones de población y actividades humanas de Santiago, se potenciaban núcleos urbanos periféricos y de diferentes magnitudes con respecto a lugares centrales. Se establecían límites a su crecimiento para establecer la posibilidad de desconcentrar tanto hacia el resto de la región central como hacia el resto de Chile, de tal forma de dotar de mayor dinámica el territorio nacional y desviar flujos migratorios.
Cabe poner en valor entonces que se entendía que la capital continuaría un ritmo acentuado de crecimiento, dando paso a una sola “gran ciudad” o “campo urbano”, pero que se desconocían las externalidades negativas posibles de una desregulación urbana que acontecería durante el gobierno militar, generándose grandes deseconomías que afectarían el ambiente urbano, particularmente de la actual Región Metropolitana, la progresiva expansión de la ciudad y la ocupación de los paños urbanos colindantes (antes de uso agrícola) para la construcción de viviendas sociales y proyectos inmobiliarios. Estas nuevas tipologías de expansión, llamadas precariópolis y privatópolis[3] (Hidalgo, Borsdorf, Zunino, & Álvarez, 2008) cubrirían el valle central, generando un crecimiento horizontal de la capital que obstaculizaría la interacción social, conectividad y distribución homogénea de servicios. El enfoque de quienes desarrollan el estudio de la Región Central de Chile muestran éste contraste existente en el modo de la planificación urbana de ayer y hoy que permiten identificar los quiebres de un paradigma por causa del Gobierno Militar y la consiguiente liberalización del mercado de suelos.
[1] Correspondiente a las regiones V, VI y Metropolitana.
[2] Entre 1940 y 1970 Santiago triplica su población de 1 a 3 millones de habitantes.
[3] Privatopolis: espacios residenciales cerrados o condominios que son construidos por un promotor inmobiliario privado, el cual busca una rápida rentabilidad mediante el uso de suelo, ofreciendo recursos paisajísticos, seguridad, accesibilidad e infraestructura.
Precariópolis: espacios monofuncionales caracterizados por la presencia de servicios de electricidad, agua potable, luz eléctrica y a veces calles pavimentadas, asociadas conjuntos de viviendas sociales posicionadas en un terreno con bajo valor por unidad de superficie.
Fuentes consultadas:
CIDU, E. (1972). Síntesis del estudio “Región Central de Chile: perspectivas de desarrollo. Eure , 9-30.
Hidalgo, R., Borsdorf, A., Zunino, H., & Álvarez, L. (2008). Tipologías de expansión metropolitana en Santiago de Chile: precariópolis estatal y privatópolis inmobiliaria. Actas del X Coloquio Internacional de Geocrítica. Barcelona.
La Competencia desleal del PRMS 100
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Revista Planeo Nº7, Políticas e Instrumentos, Agosto 2012
Entrevista a Pablo Contrucci
Resumen:
Luego de haber sido Director ejecutivo de la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN), Pablo Contrucci pasa al sector privado para desempeñarse como Gerente del Proyecto de Desarrollo Urbano Condicionado (PDUC) Urbanya para Inmobiliaria Las Lilas desde 2000, hasta 2012. Actualmente es asesor del Directorio del proyecto. Urbanya es un desarrollo urbano mixto de 700 ha concebido para 17.300 habitantes situado en la comuna de Pudahuel en la periferia de la ciudad de Santiago de Chile. Además es docente, investigador, panelista, consultor nacional e internacional y ha participado en la elaboración de políticas públicas.
Desde la perspectiva de sus distintas labores, Pablo Contrucci expone aquí su visión sobre los distintos tipos de Desarrollo Urbano Condicionado en Santiago y cómo la PRMS 100 constituye una competencia desleal a los PDUC, ambos instrumentos promovidos por el Estado. Primero lo consultamos acerca de la introducción en Chile del concepto de Desarrollo Urbano Condicionado para planificar las extensiones urbanas; luego sobre el avance que significó la introducción de los Proyectos Urbanos Condicionados (PDUC) del 2003 con respecto a las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (ZODUC) de 1997. Y por último, nos explica por qué la PRMS 100 es un retroceso en cuanto a integralidad en la planificación urbana chilena. Se trata de su visión como profesional y no necesariamente representa el pensamiento de Urbanya como proyecto inmobiliario.
Planeo (P): Para empezar, nos interesa tu opinión sobre planificación: ¿es necesario hoy planificar el desarrollo urbano?
Pablo Contrucci (PC): Sí, es esencial. Con mayor razón en ciudades de crecimiento económico sostenido como Santiago, producto del aumento en el desarrollo de Chil
e. No tiene sentido pensar que las ciudades no van a crecer, y la negación del crecimiento urbano que tenemos muchos de los profesionales del área es muy nefasta porque pilla a la ciudad desprevenida ante el crecimiento. Por lo tanto, la planificación, y anteponerse a ese crecimiento es muy importante. En el caso de Santiago, que lleva varias décadas en un proceso de crecimiento económico sostenido, que genera necesariamente un desarrollo urbano importante, se tiene que traducir en renovación urbana, reconversión y regeneración, pero también en extensión. Esta última requiere mecanismos de planificación de escalas que antes nunca tuvimos.
Tradicionalmente la ciudad crecía muy de a poco, con impactos que nadie era capaz de medir porque no existía la tecnología. El resultado que tenemos, esta percepción tan negativa respecto al crecimiento en extensión urbana, es producto de su crecimiento por agregación sin una planificación ordenada. Entonces, la oportunidad que hoy tenemos, ya que sabemos que la ciudad necesita desarrollarse y a veces crecer por extensión, es planificarla ordenadamente y con anticipación. Desde esta reflexión nace la lógica del Desarrollo Urbano Condicionado que es la que se está instalando en Chile.
P: ¿En qué consiste el Desarrollo Urbano Condicionado? ¿Se trata de un condicionamiento a qué?
PC: Primero, en el Desarrollo Urbano Condicionado se mantiene el criterio que siempre existió – y que no siempre fue respetado – de que la ciudad no tiene que crecer en extensión. Esto es lo fundamental. Pero si la ciudad va a crecer porque hay una economía bullante, porque cambian los patrones de instalación en el territorio, porque se abren nuevas vialidades etc., si va a crecer, hay que hacerlo mitigando los impactos. De manera que si alguien quiere desarrollar fuera del límite urbano lo puede hacer, pero
presentando los estudios que midan los impactos, y realizando aquellos proyectos necesarios para mitigarlos. Esto es un cambio sustancial: antes el límite urbano se corría, se incluía más superficie dentro del área urbana, pero nadie mitigaba. Tenía que venir luego el Estado o sea todos los chilenos a pagar con sus impuestos el alcantarillado y las aguas lluvias, poner los semáforos que hacen falta o poner policías a los barrios periféricos.
El criterio que se instala a partir de la modificación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) de 1997, cuando aparecen las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (ZODUC), es que quien quiera desarrollar fuera del límite urbano, lo puede hacer en ciertas zonas y bajo ciertas condiciones, siempre que mitigue. Y ese es un cambio radical en la planificación de la periferia.
Desde 1997, han habido aprendizajes sucesivos en esto. Actualmente hay tres generaciones de normas sobre condicionamientos para la extensión urbana a pesar de que sólo una de estas ha sido aprobada y aplicada: las ZODUC a partir de 1997. Ese año, las ZODUC se pusieron en marcha cuando se incorporó la provincia de Chacabuco al PRMS. Ahí, en vez de generar nuevas áreas urbanas, se establecen dos nuevos tipos de áreas posibles de transformación urbana: unas, las Áreas Urbanas de Desarrollo Prioritario (AUDP), extensiones urbanas de núcleos consolidados pre-existentes, o sea el borde de Colina, de Lampa etc.; otras, las ZODUC que son autónomas, independientes en el territorio, separadas de los núcleos consolidados. Sin embargo en ambos casos la lógica es la misma: si se van a desarrollar nuevas áreas hay que aprobar una serie de estudios que evalúen los impactos y proponer los proyectos para mitigar esos impactos y finalmente financiar esas obras de mitigación.
A partir de ese momento, hay cambios fundamentales en planificación urbana: primero se inaugura la evaluación del impacto de la extensión y se establece que el que desarrolla paga. En segundo término, la iniciativa de desarrollar el área fuera del límite urbano se le traspasa al sector privado, lo que también es novedoso. Pero, sobre todo, complementariamente a esto, la pr
opuesta de extensión se aprueba colegiadamente por muchos organismos, lo que es bien distinto a lo que se hizo siempre en la extensión del límite urbano por agregación, que era casi una misión exclusiva del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) que después se empezó a complejizar, se le agregaron aprobaciones de agricultura, de las municipalidades, del Gobierno Regional (GORE), pero básicamente seguía siendo una iniciativa pública, de aprobación pública. En el modelo condicionado se trata de una iniciativa privada, de aprobación colegiada, y eso es un cambio sustancial y positivo porque democratiza y transparenta el mecanismo de crecimiento: lo inter-sectorializa, cruza distintas lógicas, por ejemplo de transporte con educación, con salud, con impacto ambiental, etc. Lo complicado es que se pone todo mucho más engorroso, se entorpece, es mucho más lento, no hay una unidad de criterio de los distintos actores del Estado frente a esto. Seguramente le falta madurez al mecanismo, le falta ingeniería de burocracia para que funcione, pero en principio es un avance positivo.
Por lo mismo es importante a mi juicio analizar el proceso de maduración del concepto de Desarrollo Urbano Condicionado. El primer caso chileno fue el de las ZODUC donde se formalizaron iniciativas de desarrollo que ya existían. O sea, había inmobiliarias que habían tomado posición en terrenos de la Provincia de Chacabuco, el MINVU se enfrenta con una presión gigantesca por desarrollo urbano donde no se podía todavía, o se podía a medias con permisos precarios. Entonces, el M
INVU pragmáticamente reúne a todos los inmobiliarios y los formaliza a través del mecanismo AUDP – ZODUC, donde pasa a decir algo así como: “bueno, ustedes pueden urbanizar pero con condiciones”. A mi juicio, esto ya es un avance. Pero como primer mecanismo se cometieron muchos errores. Entonces, coincidió con la crisis asiática de fines de los años 1990. Se aprobaron los ZODUC, y con la crisis y la desaceleración inmobiliaria se produce el tiempo para madurar la evaluación de esta normativa. Por lo tanto, no alcanzan a arrancar los ZODUC antes que aparezca la necesidad de modificar la norma. Se empiezan así a promover la segunda generación de instrumentos por condiciones: los Proyectos de Desarrollo Urbano Condicionado (PDUC).
Recordemos que los ZODUC se aplican solamente en la provincia de Chacabuco y están delimitados en el PRMS, con usos de suelo establecidos en el PRMS, donde el promotor debe cumplir con ciertas condiciones para poder pasarlos a suelo urbano.
En diciembre del 2003 se aprueban los PDUC en el PRMS. Y esta nueva norma establece que los PDUC son aplicables en toda la Región Metropolitana y no solamente en la provincia de Chacabuco. Además, los PDUC no tienen una predefinición territorial, sino que involucran a toda el área de Interés Silvo agropecuario Mixto (ISAM) en el PRMS. Estas pasan a ser potencialmente transformables en PDUC, si es que cumplen con las condiciones. Es por esto que se llamaron coloquialmente al principio las “ZODUC flotantes” ya que no estaban dibujadas en planos sino que había espacio donde se podría plantear un PDUC. Este cambio le agrega flexibilidad y equidad al mecanismo ya que potencialmente todos los terrenos ISAM pueden ser PDUC. En cambio, en el mecanismo de los ZODUC, sólo los que están dibujados lo son, los demás no. Estos diferentes mecanismos, ZODUC y PDUC conviven. Así hoy los terrenos que están entre ZODUC en la provincia de Chacabuco y que son ISAM, también se pueden desarrollar como PDUC.
Plano del Gran Santiago con expansión discontinua de los ZODUC y PDUC
Fuente: Equipo IVM, en base a datos OCUC-PUC
ZODUC: ni una sola Vivienda Social construida a la fecha
A este primer cambio de zonas “flotantes”, se le agrega el segundo en que se mejora el procedimiento de aprobación para asegurarse que las mitigaciones se construyan en la medida que avanza el desarrollo del proyecto. Los ZODUC exigen mitigaciones, por ejemplo destinaciones de superficies a usos específicos, como gravamen, pero gravado en el proyecto de plan maestro en general y no en el tiempo. Por ejemplo, en el caso de la Vivienda Social en las ZODUC se exige que haya una cierta superficie que cumpla una cierta densidad habitacional, lo que es un eufemismo para planificar la zonificación de vivienda social. Pero no se indica cuándo deben ser construidas las obras de mitigación. Resultado: todos los ZODUC consideran vivienda social en sus planos normativos, pero no se ha construido ni una sola vivienda social, porque no se exige en el tiempo.
PDUC: mitigación etapa a etapa
Este es un problema que se corrigió en los PDUC, el plan maestro se aprueba en términos generales completo para luego ir autorizando etapas sucesivas de las cuales cada una está obligada a cumplir sus mitigaciones en sí misma. Por ejemplo, sigamos con el ejemplo la Vivienda Social: si se trata de una ZODUC, la vivienda social está dibujada en el plan maestro, pero va a ser exigible el último día, mientras tanto el promotor puede construir y vender las otras viviendas y otras actividades sin construir viviendas sociales. En cambio en los PDUC, en la primera etapa, antes de pasar a la primera casa de la segunda etapa, se debe cumplir con las viviendas sociales de la primera etapa. Esto asegura que las mitigaciones PDUC se vayan proveyendo pari passu con lo que genera la demanda. Lo mismo sucede con todas las mitigaciones de las PDUC. Ahí hay un cambio importante de mejoramiento de la norma entre los ZODUC y los PDUC.
Tabla de reglamento PDUC que indica qué equipamientos es necesario construir según el avance del proyecto expresado en cantidad de habitantes por módulo (o etapa)
Tabla de reglamento PDUC que indica qué equipamiento es necesario construir según el avance del proyecto según área, tipología, tamaño (expresado en terreno según habitantes y edificación según habitantes)
Tabla de ejemplo de desarrollo de PDUC: indica qué equipamiento es necesario construir según el avance del proyecto según cantidad de habitantes que alcanza el total del proyecto por etapas. Por ejemplo, para 500 habitantes no es necesario construir ningún equipamiento de educación. Pero cuando en total el proyecto alcanza 3.000 habitantes (al añadirse una etapa de 500 habitantes por ejemplo) es preciso construir una Escuela Básica.
PDUC: planificación y modelación vial estratégica integral
Otra diferencia importante es que en las ZODUC no se piden estudios viales mayores, hay vías que están preestablecidas en el PRMS y se solicita aprobar Estudios de Impacto al Sistema de Transporte Urbano (EISTU) por proyectos, sin considerar un desarrollo integral. Así se calcula el costo de esas vías planificadas y se estima cuánto de esas vías favorece o soluciona el impacto de las ZODUC. Se les adjudica una cifra de mitigación en Unidades de Fomento (UF) por vivienda a cada proyecto de las ZODUC. Y esa es la cifra que paga cada ZODUC por cada vivienda que construye. En cambio, en el caso de los PDUC, a partir del 2003 se establece la obligación de hacer una planificación urbana vial, de planificar una malla integral, modelarla estratégicamente. Esto nunca se había hecho, ¡ni para el Transantiago!
Tabla de los estudios viales sucesivos solicitados por PDUC y por sus sucesivos loteos
P: ¿Cómo se realiza la planificación y modelación vial estratégica integral?
PC: Los tres PDUC de Pudahuel, los únicos que se han planificado hasta la fecha, son considerados junto a un área importante de la metrópolis santiaguina desde el transporte a través de modelaciones computacionales en una visión a 35 años plazo. Sobre los datos que dicha modelación arroja, se planifica estratégicamente una vialidad que cumpla en todo momento con la capacidad vial para satisfacer la demanda de todos los PDUC juntos, y de cada uno por separado. Y eso se valida ante muchos organismos del Estado. O sea, se le traspasa la planificación al privado para que haga sus propuestas las que son aprobadas por muchos organismos del Estado, entre los cuales no hay una unidad de pensamiento ni una política común.
P: ¿Está considerado también el transporte colectivo dentro de eso?
PC: Claro, porque los modelos de simulación que se usan lo consideran. Dependiendo del valor de las viviendas de los PDUC se incorporan tasas de generación de viajes privados y en transporte colectivo diversos. Una vivienda de menor valor tiene una mayor demanda de transporte público que en vehículos privados. En una de mayor valor, la relación es inversamente proporcional. Por eso la modelación de transporte incorpora al transporte colectivo y arroja la necesidad de contar con recorridos troncales de transporte público donde la demanda lo exige. Sin embargo, esto resulta en que los PDUC tienen que aprobar un estudio estratégico que se comenzó el 2004 y todavía no se aprueba por desacuerdos metodológicos, falta de visión unitaria entre diversos organismos del Estado y falta de voluntad política.
Tabla Aprobaciones de PDUC en el PRMS según procedimientos por instituciones públicas
P: ¿En qué están hoy esos estudios y respectivos trámites?
PC: El estudio estratégico de transporte está diseñado en tres etapas, las dos primeras ya fueron aprobadas, y la tercera todavía no a casi 10 años de haber comenzado la tramitación.
P: ¿Tú crees que está próxima a aprobarse?
PC: Hay avances esperanzadores en las últimas semanas en el MINVU. Sin embargo, han habido muchos momentos en que también ha habido avances y finalmente no hay aprobaciones.
La diferencia principal entre los PDUC y los ZODUC está en la proporcionalidad de las mitigaciones, en la visión estratégica de las mismas, y en que las mitigaciones son reales y no se trata solo de una destinación de suelo, ya que cada etapa debe tener construidas una cierta cantidad de viviendas sociales, colegios, etc. y el resto de las mitigaciones de diversa índole, sobre todo viales. No se puede pasar a la etapa siguiente si no se cumplió con la construcción de todo lo que requiere la etapa anterior. Hay también diferencia en la visión estratégica de transporte que es un gran avance entre un modelo y otro desde el punto de vista técnico, porque asegura que las capacidades viales realmente se estudian, se miden y se proveen.
Pero hay otra diferencia importante entre las ZODUC y los PDUC, ya que las ZODUC son una planificación de uso de suelo expresada como polígonos en los planos del PRMS. En cambio en los PDUC se solicita aprobar un estudio estratégico ante muchos organismos que no están necesariamente de acuerdo. Lo que más ha costado no ha sido la parte técnica sino que poner de acuerdo a los organismos públicos y vencer la desconfianza de éstos respecto de la iniciativa privada por malas experiencias históricas.
P: ¿Nos podrías dar un ejemplo de eso?
PC: El estudio de transporte sirve de ejemplo: hay asuntos que involucran tiempos políticos. Nosotros iniciamos la tramitación del estudio estratégico de transportes casi coincidente con la puesta en marcha del Transantiago. Llegamos con un proyecto de extensión urbana a una SEREMI de Transporte Metropolitana que estaba muy estresada y nos dijeron: “No. Nosotros no queremos más extensión urbana ni complicarnos la vida con ideas del MINVU”. El MINVU había desarrollado la política y mecanismo de extensión urbana de los PDUC. O sea, hubo un Ministerio con visión de que la ciudad tiene que crecer de cierta manera y otro que no quiere que crezca. El Ministerio de Obras Públicas tenía una tercera opinión distinta. Así ha costado mucho que todos tengan una visión unitaria, con sentido de realidad, considerando que la ciudad tiene que crecer de esta manera y los desarrolladores deben mitigar de tal manera, etc. Además, desde algunos organismos se ha dicho que los PDUC tienen que pagar el déficit previo de la ciudad, lo que no corresponde bajo ningún concepto. El MINVU ha sido mucho más coherente con esta posición lo que genera a veces una lucha entre los ministerios. Se descubre así que hay distintas lógicas dentro del Estado y a veces en los mismos gobiernos.
Los Desarrollos Urbanos Condicionados son un mecanismo de planificación urbana que nace en el MINVU y a los otros ministerios les llega la “pega” de evaluar y aprobar, lo que no es bien recibido. No se trata de una política que haya nacido coordinada con los otros ministerios.
P: ¿Y quién corresponde que coordine finalmente esto?
PC: La ventanilla única formalmente la lleva la SEREMI Metropolitana de Vivienda y Urbanismo (SEREMI RM MINVU). Pero no hay jerarquía entre los ministerios frente a este proyecto. La SEREMI RM MINVU no tiene poder sobre la SEREMI de Transportes, así nadie puede tomar decisiones. Es necesario que el mecanismo mejore, la institucionalidad también. Hay un problema de origen en el mecanismo y es que no fue consensuado dentro del Estado. Así, al momento de evaluarse un proyecto, hay distintos criterios con respecto a éste.
Principalmente la demora en esta tramitación hizo que el proyecto ENEA se “cayera” en 2011: ya no es considerado como PDUC.
La modificación nº100 al PRMS o PRMS 100: el nacimiento de la 3ª generación de Desarrollo Urbano Condicionado
Tanto es así, que, como se puso muy engorroso el mecanismo de aprobación, empezó en ciertos ambientes a validarse la necesidad de simplificarlo. Por otro lado estaban las iniciativas de mucho antes, de modificaciones del PRMS parciales, a la manera antigua, para agregar extensiones urbanas promovidas por los propietarios e inmobiliarios de suelos periféricos. Alrededor del año 2007 ó 2008, el MINVU refundió todas las modificaciones parciales del PRMS que no eran PDUC todavía, en una sola que es la que hoy día se llama PRMS 100, o la modificación nº100 al PRMS. Y ahí nace la tercera generación de normas de extensión urbana condicionada: las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (ZUC) que aún no se aprueban. Así, en la práctica están conviviendo las ZODUC de 1997, las PDUC del 2003 y las ZUC del PRMS 100 que todavía no se aprueban.
La PRMS 100 tiene dos características centrales. La primera es que busca simplificar el mecanismo, lo cual me parece adecuado y necesario. La segunda es que se reducen las exigencias por mitigación vial, dada la fuerte presión desde el mundo inmobiliario para contar con suelo para su actividad, y que coincide con la urgencia de los gobiernos ante la supuesta escasez de suelo urbano y del alza de sus precios que impide construir vivienda social. Es por eso que resulta muy funcional y políticamente correcto para los gobiernos darle salida a un mecanismo aparentemente más rápido. Esto le quita prioridad y fuerza a la tramitación de los PDUC, percibidos como engorrosos.
Plano del PRMS 100 y zonas de ampliación en 10.000 ha aproximadamente
Fuente: Memoria PRMS 100, MINVU
PRMS 100: una norma mejorada para el desarrollar inmobiliario en desmedro de la calidad de la ciudad resultante
P: ¿Quieres decir que la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) no estaba muy contenta con los PDUC?
PC: La CChC nunca ha tomado la bandera de los PDUC. Los tres PDUC son proyectos que no representan la parte central de la Cámara, a pesar de que los dueños del PDUC Urbanya por ejemplo son socios de la CChC. Sin embargo, no somos lobistas por intermedio de la CChC. La CChC nunca ha promocionado los PDUC como mecanismos de expansión urbana, al revés, cuando se diseñaba la norma en 2003, la CChC la objetaba argumentando que se trataba de un mecanismo muy restrictivo, muy grabador, y encontraba que había una visión expropiatoria y muy estadista, lo que no es entendible. En cambio la modificación PRMS 100 ha sido su alternativa porque dicen se promueve como un mecanismo mucho más sencillo, que va mucho más de acuerdo con el mercado, y sería más rápido de tramitar. Esa presión es muy tentadora para los gobiernos de turno. Así, los dos últimos Gobiernos respectivamente de Bachelet y de Piñera le han quitado fuerza a los PDUC para conferírsela a la PRMS100. Este cambio de lógica nace durante el último gobierno de la Concertación: a mi juicio no se trata de un cambio de lógica política sino que de táctica del MINVU.
Lo lamentable es que la secuencia que venía de las ZODUC a las PDUC, que trata de mejorar la norma, se interrumpe entre PDUC y PRMS100, para dar pasos atrás. Así, no es que la PRMS 100 sea una norma mejorada desde el punto del resultado urbano respecto de las PDUC, sino que es una norma mejorada exclusivamente para el desarrollador inmobiliario.
Las ZUC de la PRMS 100 no tienen estudio estratégico de transporte, sino que el Estado a través del ministerio realiza un estudio de capacidad vial muy general, estableciendo vías como una planificación tipo PRMS tradicional, a la cual las ZUC tienen que contribuir proporcionalmente, igual que las ZODUC. Es decir, se volvió a la lógica de las ZODUC sin una planificación vial estratégica con miras a 35 años de desarrollo. Así, por un lado, se busca simplificar lo que había probado ser muy engorroso con los PDUC, pero de alguna manera se “emparejó para abajo”. Resultan una planificación vial muy débil y unas mitigaciones mucho más baratas para los desarrolladores. Por eso, los proyectos que surjan de las ZUC van a mitigar mucho menos que los PDUC. La diferencia de costos de mitigación es importante, pero lo más importante es que no se van a demorar 8 años en un estudio estratégico de transportes, que es un costo financiero enorme.
PRMS 100: argumentación engañosa de que se trata de un mecanismo para proveer Vivienda Social rápidamente
La segunda diferencia sobre Vivienda Social es grave a mi juicio porque tiene componentes políticos. Se argumenta que el PRMS 100 es una solución para proveer de suelo para Vivienda Social. Todos los Intendentes de la Región Metropolitana y los Secretarios Regionales Ministeriales de Vivienda y Urbanismo lo utilizan como principal argumento para presionar por la aprobación del PRMS100: “se requiere urgente suelo para vivienda social”, dicen. Pero resulta que justamente en el tema de la Vivienda Social se vuelve hacia atrás, de nuevo a la lógica de los ZODUC en que se planifica una destinación de suelo para vivienda social pero no su construcción real en cada una de las etapas. En el PRMS 100 se vuelve a la lógica de que en el plan maestro tiene que destinar suelo para vivienda social y punto. Nadie se lo exige nunca a estos desarrollos inmobiliarios hasta el último día y eso es muy grave porque además se está argumentando engañosamente: el Ministerio de Vivienda y Urbanismo sabe, no es que no se hayan dado cuenta. Sin embargo, se sigue utilizando como principal argumento. A mi juicio, esto es inaceptable, sobretodo porque tuvimos la experiencia de los ZODUC en que, por tratarse de una norma nueva, es más entendible que no sea perfecta y que no haya producido Vivienda Social. Pero ya se aprendió de eso, se corrigió en la norma PDUC, y actualmente con la PRMS 100 se “desaprende”. Esto es muy grave además porque desacredita la expansión urbana y la credibilidad de la industria inmobiliaria.
PRMS 100 y dotación exigible de áreas verdes
Sin embargo, hay que reconocer en el sentido contrario otra diferencia que le sube la exigencia de entrada a los ZUC de los PRMS100 respecto de los PDUC ya aprobados: se trata de la destinación de áreas verdes. En los PDUC, la superficie que se tiene que destinar a área verde es el resultado de una fórmula que se aplica en la que se suman plazas vecinales más parques y el total está asociado a la densidad que elija el PDUC, resultando en una destinación de algo así como 11 m2 de área verde pública por habitante (11 m2 / hab) lo cual es un muy buen estándar. En las ZUC de la PRMS 100, aparte de esa exigencia, se le agrega una adicional que es aportar proporcionalmente a una red de áreas verdes que están fuera de los ZUC. Son áreas verdes metropolitanas, que están diseñadas al borde del río Mapocho y en varias otras partes a las cuales el ZUC tiene que aportar en forma proporcional. Es un gravamen adicional de áreas verdes que no va a beneficiar directamente a la ZUC, sino que a la ciudad en general. De alguna manera uno lo podría entender como un impuesto para recuperar déficit en áreas verdes que tiene la ciudad. Esto es cuestionable desde el punto de vista jurídico. Hay que reconocer que este sería un cambio que favorecería a la ciudad, porque aumenta la entrega de áreas verdes en lugares que no son necesariamente del desarrollador inmobiliario. En la Contraloría General de la República se observó que el mecanismo no está muy claro acerca de cómo se van a proveer estas áreas verdes, cómo se planifican, cómo se pagan y cómo se mantienen.
P: La mantención de las áreas verdes al menos en la aprobación de pasada fue lo más objetado por los consejeros regionales.
PC: Claro, porque las municipalidades no quieren hacerse cargo de esas áreas verdes, todo el mecanismo del PDUC y del ZUC le pide al desarrollador inmobiliario que se haga cargo de cada área verde que entregue por cinco años.
P: ¿Y después de los 5 años de mantención?
PC: Después de los 5 años pasa a ser administración a cargo de la municipalidad. En el caso de los PDUC, la municipalidad de Pudahuel, que es la única que tiene PDUC por ahora, le agregó otros 5 años adicionales a los desarrolladores para que se hagan cargo de las áreas verdes, pasando a 10 años de mantención en total: 5 años exigidos en el mecanismo PDUC y 5 años exigidos por la municipalidad. Con eso se pasa el período más crítico de mantención de áreas verdes, costo que después de 10 años baja mucho. Se soluciona de alguna manera el costo que le recae luego a la municipalidad. Porque la municipalidad se hará cargo del área verde al tener ingresos por derechos de edificación, patentes, contribuciones, etc. Entonces, en este sentido, creo que las temáticas de áreas verdes son afinables, no son graves. Sólo en este caso son a favor de los PDUC y no de los ZUC.
PRMS 100 no es una solución menos engorrosa que los PDUC para tramitar proyectos concretos
PC: Pero la falacia más importante es que se promueve a la PRMS 100 como algo que está listo ya y que es capaz de solucionar la necesidad de construcción urgente en Vivienda Social. Se sigue considerando que los PDUC son lentos y trabados. Esto también es una mentira argumentativa de parte las autoridades porque los que de verdad están listos ya son justamente los PDUC, y son estos los que solucionan realmente la provisión de suelo para Vivienda Social.
Hay que advertir que tampoco la PRMS100 va a ser la solución al día siguiente de que esté operando, porque de todas maneras después de la aprobación de la norma del PRMS100 los proyectos se aprueban en su mérito propio. Van a tener un proceso tan engorroso como las PDUC. No es que al día siguiente vamos a tener nueva oferta de ciudad, ni mucho menos de vivienda social, ¡para qué decir! Es un espejismo para los gobiernos.
Lo que sí va a suceder es que los terrenos van a tener una calidad jurídica distinta, y se van a valorizar, y eso es muy importante para sus propietarios. Con la PRMS 100 tendremos una norma que provocará efecto en el valor del suelo pero no en la oferta de ciudad real. Y comparativamente, los PDUC tienen mucho invertido, es cosa de ir a ver. Hay obras de mitigación vial, social, ambiental, ya hechas por los PDUC.
Además, desde un punto de vista más político, diría que hay una diferencia sustancial que es que el PRMS 100 ha tenido mucho apoyo de los dos últimos gobiernos, apoyo directo y discutible: muy discutible porque se está contradiciendo con un mecanismo que el mismo Estado desarrolló de los PDUC. Grandes proyectos como los PDUC necesitan reglas claras y estables en el tiempo, sin boicoteos. Esto permite por ejemplo que en el PDUC Urbanya se hayan invertido a la fecha grandes montos en estudios y mitigaciones ya ejecutadas, sin hablar del costo financiero de tener un terreno sin posibilidad de desarrollo por tanto tiempo.
P: ¿Nos puedes dar ejemplos de algunas obras de mitigación ya ejecutadas por Urbanya?
PC: Sí: el camino Lo Boza por ejemplo, que lo financió parcialmente Urbanya y muchas otras obras ya ejecutadas y aprobadas; pavimentación de caminos que eran de barro; mitigaciones ambientales ya hechas, como mantención de una laguna de 18 hectáreas; 8000 árboles plantados y mantenidos con riego; estudios sociales. Urbanya ya construyó un proyecto de vivienda social de 284 viviendas, Conjunto Campo Alegre, con un permiso anterior, en prueba de la voluntad real de construir vivienda social. También aportó terreno para una escuela pública de 1,6 hectáreas que se llama Arturo Merino Benítez.
PC: Como conclusión insisto en que es el mismo Estado quien establece la competencia desleal entre instrumentos. Y es desleal por lo que acabamos de revisar al tener menos mitigaciones un instrumento nuevo que otro anterior. En esto hay una incoherencia estatal grave.
Imagen aérea del Conjunto de Vivienda Social Campo Alegre construido en PDUC Urbanya
“El Edificio” [The Building]
Ver“El Edificio” [The Building]
Autor: Will Eisner.
Año: 1987
Colección: El Muro, Norma Editorial, Colección Estudios Urbanos UC, Barcelona, España. 80 páginas.
ISBN 84-86595-99-1
[Por Daniel Muñoz]
“Durante más de 80 años, el edificio se alzó en la intersección de dos grandes avenidas (…) Con el tiempo, una acumulación invisible de dramas rodeó su base”.
Así comienza una de las novelas gráficas más emblemáticas del prolífico y reconocido historietista estadounidense Will Eisner (1917-2005).
Nacido en Brooklyn, Eisner es reconocido como uno de los principales desarrolladores del medio. Su talento artístico era tan relevante como sus reflexiones sobre las posibilidades que el “arte secuencial” ofrecía para contar historias. Una de ellas es “El Edificio”, narración publicada por primera vez en 1987, centrada sobre los aconteceres urbanos que atestigua un viejo inmueble.
Sea una alusión velada a la arquitectura de Sullivan y Adler, o un tributo al popular Flatiron Building, lo cierto es que el edificio que da nombre a la historia podría estar situado en cualquiera de las grandes ciudades norteamericanas influenciadas por este tipo de arquitectura. Centrando la mirada sobre una ciudad que parece una combinación de los aspectos más cabizbajos de New York y Chicago, la historia que Eisner desarrolla en 80 páginas es de una emotividad potente, que no por eso adolece de un diagnóstico urbano tan claro como la línea del dibujo. La novela cuenta cuatro historias, cada una correspondiente a la vida de un personaje diferente (un solitario hombre obsesionado con la muerte de un niño; una mujer enamorada de un poeta pobre; un músico e inmigrante italiano; y un viejo empresario venido a menos). Cada relato más entrañable y desgarrador que el anterior, diversos como los habitantes de la ciudad en la que se enmarcan las historias.
Las vidas (y muertes) de estos personajes se cruzan en la esquina donde se encuentra el edificio. El inmueble se convierte en testigo y depositario de las vivencias y sentimientos profundamente humanos de los personajes. La idea del entorno urbano como escenario de la vida humana se desarrolla aquí de manera magistral. El edificio es, también, un personaje realista y complejo, que simboliza a la vez la permanencia y el cambio propio del devenir de las ciudades occidentales.
El edificio es demolido y sobre el terreno se construye otro más moderno. Las experiencias y los relatos, sin embargo, permanecen. Eisner se interesa por cómo las vivencias de los habitantes de la ciudad pueden dejar una impronta sobre el espacio. Tal como Maurice Halbwachs lo expresaba ya en los años cincuenta, la memoria se vale de las formas espaciales para cincelar sobre nuestra cotidianeidad un recuerdo.
Eisner desarrolla recursos narrativos que luego se tornarán en clásicos del cómic. Sin embargo, también es capaz de innovar sobre ellos y otorgarles un nuevo cariz. Sin abandonar el fino detalle de su trabajo con la tinta, el autor convierte cada página no en una sucesión de viñetas, sino que en un edificio donde cada panel parece una ventana al fondo de la narración.
Los personajes envejecen, se inspiran, se amparan o se obsesionan con el edificio. Finalmente acaban por convertirse en fantasmas; espectros urbanos que permanecen vinculados a la esquina donde se halla el inmueble.
Eisner toma por las astas el imaginario moderno norteamericano y lo subvierte. En lugar de mostrar al hombre inmortalizándose a través de un acto epopéyico, como podría ser la construcción de un edificio, nos habla de cuatro personajes cuyas vidas resultan ser tan insustanciales y perecederas como la fachada de una construcción antigua en una ciudad desregulada, gobernada por los apetitos inmobiliarios.
El rostro de la ciudad cambia, los antiguos edificios son recordados, pero la vida de los habitantes de la ciudad se diluye en el devenir urbano, ahogadas sus vivencias en la multitud incesante que pasa todos los días por fuera del edificio.
Política Nacional de Planificación Urbana en Chile: principios y lecciones a partir de la experiencia de EE.UU.
VerPolítica Nacional de Planificación Urbana en Chile: principios y lecciones a partir de la experiencia de EE.UU.
Revista Planeo Nº7, Políticas e Instrumentos, Agosto 2012
[por Jeffrey Soule]
* Descarga la columna en idioma original aquíChile, al igual que todos los países de América Latina, se enfrenta a mayores presiones de urbanización en los próximos años. Cómo el país responda a estos desafíos tendrá un gran impacto en su desarrollo económico, social y bienestar físico. Chile tendrá que decidir su propio camino y sistema para asegurar el éxito de la planificación como una herramienta clave hacia comunidades exitosas y saludables. En los Estados Unidos nos enfrentamos a presiones similares y al desafío de equilibrar los intereses públicos y privados, los niveles de gobernabilidad e impactos del desarrollo en los últimos 100 años, desde que nuestra población se hizo predominantemente urbana. A través de esa experiencia, hemos aprendido mucho sobre estas relaciones y cómo una buena planificación es esencial para el buen gobierno. En este artículo compartiré algunas de nuestras lecciones – buenas y malas. La búsqueda y discusión colectiva de una Política Nacional de Desarrollo Urbano significativa es en sí misma una parte de la solución para Chile.
El propósito de la Planificación
Desde mi perspectiva, la planificación debe entenderse como un proceso integral que hace frente a la intersección de las cuestiones económicas, sociales y físicas con la ayuda de profesionales con las competencias analíticas, interpretativas e integradoras específicas de esta disciplina compleja. Si bien la disposición de los edificios y espacios públicos es un elemento importante de la planificación, es esencial que ésta se vea como una profesión sistemática que revisa datos, identifica opciones y las comparte con una amplia variedad de actores interesados. Cualquier sistema debe ser diseñado para promover la colaboración entre diferentes organismos, intereses públicos y privados, instituciones e individuos. La planificación tiene como primer objetivo mejorar la calidad de vida del mayor número de ciudadanos. Es importante que ellos participen con regularidad para determinar lo que consideran esencial para su calidad de vida, en lugar de imponerles una visión política o personal. La planificación también debe tomar en cuenta el patrimonio histórico y cultural. Valparaíso, por ejemplo, ofrece un recurso único para demostrar cómo la urbanización del siglo 21 puede aprender del pasado y crear un lugar vibrante para el futuro.
Recientemente, el presidente Obama creó una alianza específica entre los Departamentos de Vivienda y Desarrollo Urbano, Transporte y la Agencia de Protección del Medio Ambiente, para desarrollar programas conjuntos orientados a la sustentabilidad, incluyendo subvenciones a los gobiernos locales para apoyar los aspectos holísticos de planificación comunitaria. En este sentido, abordar la necesidad de planificar a través de los diferentes organismos sectoriales y niveles de gobierno debe ser un elemento importante de la Política Nacional de Desarrollo Urbano chilena. (Ver http://www.sustainablecommunities.gov/).
La estructura de la Planificación
En la experiencia norteamericana existe una amplia variedad de modelos de planificación. En general, el gobierno federal aporta recursos a los gobiernos locales a través de fórmulas de distribución de dinero en efectivo, como los Subsidios de Desarrollo Comunitario (CDBG, por sus siglas en inglés), o a través de fondos concursables. En paralelo, el gobierno federal guía elementos importantes de la planificación mediante el establecimiento de normas de calidad del aire y agua, transporte e infraestructura de mitigación de riesgos, aunque los gobiernos locales son libres de cumplir estas normas a su manera. Esto demuestra uno de los aspectos filosóficos clave del sistema federal: equilibrar las directrices y los requisitos generales con la flexibilidad y las prioridades locales. Como regla, nuestras agencias federales no se involucran en actividades de planificación específicas ni regulan los planes locales o procesos de planificación más allá de las directrices generales o a través de requisitos para su financiamiento. Del mismo modo, cada estado tiene sus propios estatutos de planificación, algunos más actualizados y detallados que otros. Al igual que el gobierno federal, los estados no suelen tener un papel específico en la planificación local más allá de la provisión de recursos y la definición de la legislación básica propicia para la planificación.
Mientras que la alianza intersectorial para la sustentabilidad creada por el Presidente demuestra algunos avances en la colaboración federal, la mayor parte de la coordinación y la interpretación de los recursos y estatutos federales y estatales es llevada a cabo por los planificadores locales que trabajan en el ámbito municipal. La planificación local en los EE.UU. es, con mucho, el indicador más fuerte de la variedad de instrumentos de planificación, técnicas y resultados. Aunque la funcionalidad de la planificación en los EE.UU. tiene una amplia gama de ejemplos, una institución común es la Comisión de Planificación. A principios del siglo 20, el movimiento del «Buen Gobierno» surgió como respuesta a un período de corrupción en los gobiernos municipales. La Asociación Americana de Planificación remonta su fundación a 1909 con el objeto de aportar a la creación de modelos de buen gobierno. La planificación sirve a este objetivo mediante la creación de un medio transparente para determinar las prioridades y medir los resultados, siendo uno de sus éxitos institucionales principales la creación de las Comisiones de Planificación local.
La Comisión de Planificación proporciona un cuerpo independiente de ciudadanos designados para supervisar un equipo de planificadores profesionales en tres tareas principales: la elaboración de un nuevo plan integral, proponer las modificaciones significativas al plan y revisar las propuestas de desarrollo. La selección y definición de la Comisión varía, pero por lo general se compone de 9 a 15 miembros que representan al alcalde, ayuntamiento, los barrios y las principales instituciones locales, como el consejo escolar y las asociaciones empresariales. Se reúnen una vez al mes con el personal de servicio principalmente a examinar las propuestas de desarrollo y hacer recomendaciones a la Comisión.
La función de planificación en el gobierno municipal es un componente de política similar a la definición de presupuestos, que ejerce revisión objetiva e independiente sobre los organismos sectoriales, como vivienda, transporte, obras públicas, salud, parques y recreación, etc., para integrar sus actividades en el plan integral. Otro aspecto importante de los planes exitosos de los Estados Unidos es contar con fuerza de ley. Existe precedente judicial en relación al papel y la importancia de los planes reguladores como documentos legales que son base de regulaciones tales como la zonificación, directrices de diseño y otros. La continuidad a largo plazo de los planes se asegura a través de su estatus legal como origen y orientación de las regulaciones con que el gobierno da forma a la ciudad. En los EE.UU., realizar modificaciones a un plan o cambios de la normativa es relativamente difícil de hacer por una persona u organismo. Este sistema está diseñado para proteger el plan y su soporte regulatorio de estar demasiado estrechamente ligado a agendas individuales, representado un equilibrio entre cuestiones políticas de corto plazo y la continuidad de la planificación en el tiempo.
Adicionalmente, es importante que la Comisión de Planificación y el equipo de planificadores tengan bajo su responsabilidad la gestión del Plan de Mejoras de Capital (CIP, por sus siglas en inglés). Este plan provee al municipio con un informe claro y guía de los destinos del dinero público dirigido a mejoras a la infraestructura física de tránsito, caminos, parques, edificios públicos, centros de recreación, etc. Este plan debe tener como mínimo un horizonte de tiempo de cinco años, con la asignación específica de fondos para que exista transparencia al público sobre dónde se realizarán las inversiones públicas.
El CIP se convierte en una herramienta importante para el compromiso público significativo, pero más importante aún, para conectar la planificación de la ciudad a la realidad presupuestaria. En las ciudades de los EE.UU., los estados y el gobierno federal tienen sus propias fuentes de financiamiento, asociadas a sus roles y responsabilidades. De ello, se recomienda que la Política Nacional de Desarrollo Urbano chilena considere la clara e importante relación entre el plan, su condición de documento legal y su financiamiento.
Planificación regional y metropolitana
Los Estados Unidos representan una gama igualmente amplia de modelos y esfuerzos de planificación regional. Por muchas razones, la planificación más allá del nivel municipal no tiene normas generalizadas ni éxito uniforme. Si bien parece evidente la necesidad de considerar el desarrollo económico, la calidad ambiental y el transporte desde una perspectiva regional, a menudo la planificación regional de largo plazo es contraria a las aspiraciones políticas de corto plazo y a los ciclos de inversión y ganancias privadas. Durante mi reciente visita a Chile, pude ver que la relación entre la planificación nacional, regional y local es claramente uno de los temas más discutidos. Con Santiago conteniendo 34 unidades de gobierno local, se hace necesaria una discusión acerca de cómo poder efectivamente planificar, presupuestar y colaborar entre ellas.
La planificación del transporte en los EE.UU. representa en ejemplo de razonable éxito en el esfuerzo de atar las necesidades locales a las prioridades y presupuestos regionales e, incluso, nacionales. Hace más de 20 años, el senador Daniel Patrick Moynihan guió la tramitación en el Congreso del Intermodal Surface Transportation Efficiency Act (ISTEA). Esta legislación creó un medio para involucrar las prioridades de transporte de los ciudadanos, mantener un sistema transparente de vínculo entre la planificación y su financiamiento, y subrayar el carácter regional de la toma de decisiones en materia de transporte. Estos elementos básicos de ISTEA se han reforzado a través de una sucesión de administraciones, engendrando a nivel regional una conversación en otros temas como el desarrollo económico y el medio ambiente, a pesar de estar originalmente centrada sólo en transporte (ver http://ntl.bts.gov/DOCS/ste.html).
Además de gestionar el proceso de ISTEA, una serie de entidades regionales y metropolitanas también existen para llevar a cabo otras tareas a nivel metropolitano. Una de las formas más comunes que estos cuerpos han tomado es el de modelo de Consejo de Gobiernos (COG). En virtud de un COG, cada municipio de una región envía representantes a reuniones mensuales regulares, apoyados por un equipo de profesionales, para compartir y abordar temas que cruzan las fronteras municipales.
En algunos casos, estos consejos han tenido éxito en el establecimiento de reglamentos, directrices e incentivos regionales a través de la planificación. En San Diego, por ejemplo, la Asociación de Gobierno de San Diego (San Diego Association of Government, SANDAG) ha tenido una amplia gama de éxitos, particularmente en la elaboración de Acuerdos de Desarrollo que ofrecen a los promotores privados incentivos a la construcción a cambio de la protección de áreas ambientalmente sensibles (ver http://www.sandag.org/).
Otro buen ejemplo se da en el área de la gestión del transporte metropolitano. El metro de Los Angeles fue creado hace 20 años para abordar la planificación, financiamiento y construcción de las instalaciones de transporte de una región con 83 unidades de gobierno local. El metro de Los Angeles representa el modelo de una autoridad pública especial que tiene la capacidad para planificar, desarrollar proyectos y recaudar fondos para su ejecución. Si se considerara el transporte como un elemento clave en la Política Nacional de Desarrollo Urbano chilena, este puede ser un ejemplo útil tener a en cuenta en su discusión (ver http://www.metro.net/about/agency/mission/).
Conclusión
La planificación sirve al interés público para crear comunidades de valor duradero. Al considerar el futuro de Chile y la elaboración de la estructura y las instituciones de gestión y promoción de la buena planificación, EE.UU. tiene muchas lecciones – buenas y malas – que revisar. Una buena planificación proporciona medios para que una variedad de actores y ciudadanos se comprometan con sus gobiernos en la toma de decisiones significativas sobre su futuro. La planificación debe ser transparente, estrechamente vinculada al financiamiento e integral en su ámbito de aplicación. El sistema de planificación más eficaz encontrará un equilibrio entre los intereses nacionales, regionales y locales, así como entre los intereses públicos y privados.
En el corto tiempo que estuve en Chile, he visto muchos éxitos en una amplia gama de áreas que pueden ser examinados en busca de pistas para el inagotable esfuerzo de mejorar la forma de planificar, regular, construir y aprender unos de otros. Este artículo sólo ha tocado temas que se han debatido y escrito durante décadas en los EE.UU. Espero que podamos continuar un debate robusto e interesante como colegas y socios en los próximos meses.
Jeffrey Soule
VerJeffrey Soule
Director de Difusión y Programas Internacionales de la American Planning Association (APA). En dicho rol es responsable de la administración de asuntos gubernamentales y de la información pública y comunicación de los 44 mil miembros de la entidad. En 2007, asumió la dirección de las asociaciones y actividades internacionales. Previamente se desempeñó en el Departamento de Agricultura de los EE.UU.; fue director adjunto del Programa de Diseño de la Fundación Nacional para las Artes (National Endowment for the Arts); y fue director del Centro Rural de Pensilvania. También administró el Instituto Alcaldicio de Diseño Urbano y colaboró en la reconstrucción del Programa del Fondo Nacional para la Preservación de la Calle Principal (National Trust for Historic Preservation’s Main Street Program).
Sus áreas de trabajo están relacionadas a planificación urbana, análisis económico regional, posicionamiento estratégico, preservación y conservación cultural.
Ha dictado conferencias a nivel internacional en Cambridge, el Imperial College y la Universidad de Beijing, entre otros, y ha escrito una gran variedad de artículos en periódicos internacionales sobre el manejo de recursos paisajísticos, naturales y culturales.
Participación en PLANEO:
Karen Andersen Cirera
Ver¿Cuáles son los desafíos de una planificación sustentable?
Ver¿Cuáles son los desafíos de una planificación sustentable?
[por Karen Andersen C.]
La forma de planificar ciudades en Chile ha sido preferentemente a través de la creación de una serie de regulaciones que limitan la construcción de los suelos urbanos. Si por planificación entendemos la creación de los instrumentos adecuados para el mejoramiento de las condiciones urbanas, la planificación no tiene razón de fijar esta imagen-objetivo a la que la ciudad debe ajustarse a través de los años. La idea de imagen-objetivo, bien expandida dentro de la práctica urbana, considera la ciudad como un objeto a planificar, sin tomar en cuenta que este objeto ciudad es también una ciudad-sujeto.[1] Bajo un enfoque fenomenológico esta afirmación quiere decir que la ciudad es percibida, experimentada, vivenciada. Así la ciudad actúa, modificando las relaciones del hombre con su entorno. Es en este punto que basamos nuestra argumentaciones sobre los desafíos de la planificación “sustentable”.
La palabra “sustentable” ha sido un adjetivo extensamente utilizado las ultimas décadas en el dominio de la arquitectura y de la planificación urbana. Cuando esto ocurre es preciso detenerse y observar las implicancias de su uso. La noción de “desarrollo sustentable” a partir de los años 80’ adquiere una popularidad dentro de las disciplinas que trabajan con el territorio. Esta noción combina una dimensión ecológica, económica y social. Nos interesamos en este artículo en esta tercera dimensión, ya que a diferencia de las otras dos que comprenden la ciudad más bien como un objeto, ésta lo comprende como ciudad-sujeto e implica una dimensión cualitativa de la ciudad. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo promueve los establecimientos humanos sustentables condicionándolos a la participación de los habitantes y a la cooperación de los poderes locales[2]. La participación de los diversos actores dentro de los planes sustentables no es nuevo. La pregunta es, cuál es el objetivo de esta participación y qué rol tiene la ciudad como sujeto vivencial y perceptible dentro de la participación en una planificación que se pretende sustentable.
Varios autores han estudiado el desfase entre la ciudad creada por arquitectos y urbanistas, y la ciudad narrada por las prácticas cotidianas de los habitantes. Este desfase es producto de una planificación que se basa en una representación de la realidad distinta a las representaciones de los habitantes. Los habitantes movilizan una serie de competencias y experiencias sensibles para construir sus representaciones que son obviadas en la práctica profesional. Decir “sensible” parece distante del campo de la regulación urbana, sin embargo la ciudad planificada será calificada y cualificada en la relación del habitante con su cotidiano. Nos referimos por ejemplo a su relación con los ruidos, con los vecinos, con su vivienda, con los diversos servicios o según como él viva y perciba su trayecto de la casa al trabajo y viceversa. La experiencia sensible de la ciudad implica la capacidad de percibir y de sentir el espacio, por lo que ella recurre a las cualidades sensibles del espacio en tanto materialidad y a las cualidades sociales en tanto que interacción propia de la vida urbana. En consecuencia, podemos distinguir, a partir de la experiencia del espacio, la interacción de tres dimensiones sensibles : una sensorial, una práctica y una afectiva. Sansot da una definición de lo sensible :: « Lo sensible, (…) es siempre eso que nos afecta y resuena en nosotros. »[3] Y agrega la imposibilidad de separar, en el análisis de lo sensible, lo real de lo imaginario.
En la práctica del urbanismo, los conflictos producto del descuido de estos aspectos por su carácter íintimo y ordinario, son evidentes cuando aparecen los productos de la planificación. Sobre esta distinción, Lefebvre[4] advierte cómo la planificación puede ser utilizada como un instrumento de poder, aumentando el desfase entre el espacio real que comprende el espacio de la práctica social y la representación del espacio que comprende el plan de urbanismo. Para superar esta diferencia, los habitantes realizan a través de sus prácticas cotidianas una rectificación o “recomposición social” [5] sobre el espacio planificado. Incluso, si pensamos que esta rectificación es inevitable, el objetivo de sustentabilidad no es cumplido si los espacios generados por la planificación deben ser objeto de una ardua tarea de rectificación y reparación en el cotidiano de los habitantes. Entender la experiencia del cuerpo y de los sentidos en el momento de planificar los espacios urbanos nos aporta también un saber local que permite recrear la cultura ordinaria, protegiendo las identidades diversas de ciudades y barrios.
Es por eso necesario entonces que una planificación sustentable disponga de instrumentos eficaces de planificación a nivel local que tomen en cuenta las prácticas de los habitantes e integre metodologías de implicación de los habitantes en las decisiones, apelando a sus competencias propias y no como un simple mecanismo de legitimación ciudadana del plan. Una planificación sustentable debiera comprender la mutabilidad de la realidad urbana como sujeto y disponer de instrumentos con una capacidad de adaptación a ésta.
[1] La ciudad objeto y la ciudad sujeto. (Mongin, O. (2005). La condition urbaine. La ville a l’heure de la mondialisation]. Paris, France: La Couleur des Idées/Seuil.)
[2] Capitulo séptimo y capitulo veintiocho del informe “Agenda 21” de la CNUED
[3] SANSOT, P., Les formes sensibles de la vie sociale. Éditions Presses Universitaires de France / Collection La Politique éclaté, 1986, P- 38.
[4] LEFEBVRE, H., La production de l’espace, Éditions Anthropos /Collection Ethnosociologies, 2000.
[5] SEMMOUD, N., La réception sociale de l’urbanisme, L’Harmattan, 2007.
Hacia una planificación sustentable en las Zonas Metropolitanas de Latinoamérica
VerHacia una planificación sustentable en las Zonas Metropolitanas de Latinoamérica
[Por María Rossana Cuéllar]
A partir del siglo XIX Latinoamérica y el mundo enfrentaron uno de los más grandes retos en la planificación de sus territorios con el surgimiento de las zonas metropolitanas, ya que estos territorios representan el mayor desafío para quienes los gobiernan, gestionamos y vivimos. Estos territorios de gran “escala local dan forma y contenido al proceso de globalización” (SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL & INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA Y GEOGRAFIA, 2007), ejemplo de ello México y Santiago de Chile en pleno siglo XXI aun se encuentran en la búsqueda de una planificación y más aun una planificación sustentable que encare a un mejor futuro económico, político, social, cultural, tecnológico y urbano.
Las zonas metropolitanas se originan por que las ciudades rebasan el límite del municipio que originalmente las contuvo y se extienden sobre las circunscripciones vecinas cuya extensión y funcionamiento involucran dos o más circunscripciones político – administrativas. Es decir, las zonas metropolitanas corresponden al desarrollo económico, social y tecnológico alcanzado por las sociedades por un periodo determinado y conforman una estructura territorial compleja que comprende distintos componentes: la concentración demográfica, la especialización económico-funcional y la expansión física de dos o mas unidades político – administrativas (SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL & INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA Y GEOGRAFIA, 2007).
Por lo tanto, las zonas metropolitanas representan una gran oportunidad para propagar el desarrollo económico y social más allá de sus límites territoriales, ya que fungen como centros de actividad económica y de prestación de servicios a nivel regional, nacional y global.
En el caso de México, el territorio y la población son puntos de interés del gobierno federal, estatal y local por su crecimiento poblacional y, en consecuencia, del territorio urbano y rural, y se encuentran en la lucha por encontrar soluciones efectivas a corto, mediano y largo plazo.
El territorio mexicano cuenta con ventajas y desventajas a nivel nacional y, por lo tanto, la distribución geográfica de la población se ve aglomerada en las distintas ciudades. México se divide en 30 estados y un Distrito Federal, en el cual se generan las 55 zonas metropolitanas con un total de 57.878.905 habitantes, lo que equivale al 55% del total de la población del país y generan el 75% del PIB. (INSTITUTO DE ESTADISTICA Y GEOGRAFIA, 2012). Esto reta al país a impulsar a un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles en cada región, para poder generar oportunidades de desarrollo y elevar la calidad de vida de sus habitantes.
El gran desafío a enfrentar hoy día en las zonas metropolitanas del país es hacer de la planificación sustentable un reto más. Lo que lleva a hacer conciencia de trabajar con la concurrencia de dos o más gobiernos municipales y/o estatales dependerá del caso de la zona metropolitana con sus respectivas autoridades, quienes no siempre coinciden en los planes, proyectos y toma de decisiones para el beneficio de las zonas metropolitanas y de sus ciudadanos ya que la falta de acuerdos, las diferencias normativas, las disposiciones administrativas, la ausencia de mecanismos eficaces de coordinación, la escaza participación ciudadana, la especulación inmobiliaria, representan serios inconvenientes para el adecuado crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las zonas metropolitanas de México (SECRETARIA DE DESARROLLO SOCIAL & INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA Y GEOGRAFIA, 2007), dejando ver la gran problemática que se tiene frente y que no se ha podido resolver. Y quienes pierden ante este fenómeno son las ciudades, sus habitantes y el país entero.
Ejemplo de esto es el Estado de Veracruz, el que contiene nueve de las zonas metropolitanas del país, entre ellas la zona metropolitana de Veracruz, conformada por la ciudad y puerto mexicano de Veracruz y los municipios de Boca del Río – Medellín –Alvarado. Hasta el 2010, según datos de INEGI, contó con 801,122 habitantes. Y, al igual que el área metropolitana del Gran Santiago, busca nuevas visiones de planificación sustentable para sus zonas metropolitanas.
Hoy día diversos tratadistas mexicanos[1] buscan dar respuestas, soluciones, alternativas, pero muchas no son las más adecuadas para la realidad político – administrativas del país y se quedan en la mesa de trabajo o en publicaciones que no logran alcanzar la meta que se debe cumplir, que es el ordenamiento y regulación de las zonas metropolitanas. Ejemplo de ello es el cambio de las Direcciones en cuanto a nombre, personal, etc., como ocurrió con el fallido IMPLAVER que desde el año pasado no llegó a más, o la mala interpretación y aplicación de los Planes de Ordenamiento Urbano para la ZONAVER[2].
Si se sigue tratando así al país y el territorio, lo único que se logrará será empeorar cada vez más la calidad de vida de sus habitantes.
[1] Pedro Vásquez Colmenares G. Director de Prestaciones Económicas, Sociales y Culturales del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado: pvasquezc@gmail.com, Profesora-investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México: menegret@colmex.mx.
[2] Zona Metropolitana de Veracruz, México.
Germán Alonso Damián Restrepo
VerGermán Alonso Damián Restrepo
Administrador de Empresas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, especialista en Ingeniería Financiera.
Experiencia laboral en el sector público con 12 años de servicio.
Candidato al título de magíster en Desarrollo Regional y Planificación Territorial de la Universidad Autónoma de Manizales.
Participación en PLANEO:
– Kilómetro 41 ¿Polo de desarrollo de la subregión centro sur del Departamento de Caldas?
María del Socorro Zuluaga Restrepo
VerMaría del Socorro Zuluaga Restrepo
Abogada de la Universidad de Caldas, con especialización en derecho administrativo.
Experiencia laboral en el sector público, con 16 años de servicio.
Candidata al título de magíster en Desarrollo Regional y Planificación Territorial, de la Universidad Autónoma de Manizales.
Participación en PLANEO:
– Kilómetro 41 ¿Polo de desarrollo de la subregión centro sur del Departamento de Caldas?
Kilómetro 41 ¿Polo de desarrollo de la subregión centro sur del Departamento de Caldas?
VerKilómetro 41 ¿Polo de desarrollo de la subregión centro sur del Departamento de Caldas?
[por María del Socorro Zuluaga y Germán Alonso Damián]
1. Resumen
El territorio denominado Kilómetro 41 se ubica al Nor-occidente del municipio de Manizales, en el departamento de Caldas, Colombia. Las circunstancias que a través del tiempo han visionado este sector como un epicentro del desarrollo, con base en las propuestas elaboradas en los últimos cuarenta años, han llevado a los autores de este artículo a realizar una investigación de tesis de Maestría para proponer lineamientos que direccionen este espacio geográfico como un epicentro que dinamice el desarrollo de la región.
Los resultados de la investigación, reiteran la posición geográfica privilegiada del sector, la necesidad de avanzar en la culminación de obras que consoliden el sistema estructurante de movilidad que garantice la conectividad con el resto del país, la consolidación de usos en los puntos donde convergen directamente los municipios de Neira, Anserma y Manizales, haciéndolo propicio para generar dinámicas de integración regional.
2. El espacio geográfico como epicentro de la promoción del desarrollo.
El fenómeno de la globalización de los espacios locales en buena medida evidencia grados de articulación o desarticulación al interior de un territorio, región o país, en términos de estructuras sociales en las relaciones de autonomía-dependencia para llegar a la consolidación de acuerdos comerciales, fin primordial de una expansión económica, brindando espacios para avanzar en la consolidación del desarrollo.
Esta dinámica, ha abierto un sin número de interrogantes frente a las nuevas tendencias del desarrollo y el protagonismo que en ellas pueda ocupar la transformación del ámbito político-económico, el papel de las instituciones, y el espacio geográfico como epicentro de promoción, dejando al descubierto las fortalezas y oportunidades que se tienen, ya sean para alcanzar mercados próximos, encadenamiento, aglomeración de actividades, economías de escala, articulación territorial, etc.
3. De los hallazgos del trabajo de investigación
De la evaluación hecha por el grupo encuestado, se obtuvo una base de los actores y promotores –personas- que desde su papel a nivel de instituciones, entidades, gremios o rol en las instancias de gobierno –Nacional, Departamental o Municipal- y sectores del poder, deben adquirir el compromiso y la responsabilidad de liderar y direccionar las acciones para el desarrollo del área de estudio “Kilómetro 41”.
En la medición respecto a las variables – interés e importancia- que tienen los actores -de un inventario preestablecido- se obtuvieron los siguientes resultados:
La gráfica refleja que, para el primer subconjunto de actores, se asoció alta calificación de “importancia” -línea azul-, en la dirección de los procesos de integración regional, donde un puntaje de 1 – o que se acerque- representa el mayor nivel del criterio evaluado.
Adyacentemente se relacionó el criterio de “interés” percibido por los encuestados en la dirección de acciones conjuntas que se han generado en las administraciones actuales, (línea verde) arrojando puntuaciones bajas, determinando ausencia y carencia de compromiso por la alta dirección.
En otro subconjunto de actores y constituidos por las organizaciones de la sociedad civil a través de las cuales se enriquecen las propuestas de consolidación de la iniciativa, se alcanzaron resultados así:
Se concluye que, contrario al bajo reconocimiento en el criterio de –importancia- que les ha adjudicado a varias, otras han logrado reconocimiento al interés que presentan gracias a que han jalonado muchas de las propuestas formuladas desde otras instancias.
El último aspecto de la encuesta planteó la necesidad de identificar los procesos, instrumentos, iniciativas que deben ser fortalecidos, retomados y encaminados para que, sobre hechos tangibles, se entre a consolidar el “Kilómetro 41”, obteniendo un número razonable de acciones a ejecutar, las cuales se visualizan así:
5. Otras consideraciones para avanzar en la promoción del Kilómetro 41
Los entrevistados coincidieron en afirmar que el kilómetro 41 goza de posición estratégica, infraestructura importante para la conectividad con ciudades importantes del país y con los proyectos viales, permitiendo la integración con Bogotá, La Costa Atlántica y Pacífica.
Se pudieron establecer una serie de instrumentos que es posible utilizar desde el punto de vista del desarrollo regional y la planificación del territorio:
- La Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (1454 de 2011) tiene como referente los Esquemas Asociativos Territoriales, cuyo objetivo es promover alianzas estratégicas que impulsen el desarrollo de las comunidades.
- El Plan Nacional de Desarrollo (Ley 1450 de 2011), estableció un capítulo denominado “Convergencia y fortalecimiento del Desarrollo Regional” a través de instrumentos encaminados a la disminución de la pobreza en nuestro país, siendo entre ellos, los Sistemas Nacionales de Coordinación integrados por autoridades nacionales y territoriales que quieran encaminar en sus planes de desarrollo el cumplimiento de las metas del milenio.
En este marco, se debe propiciar la conformación de la unión regional, impulsada por el mandatario departamental o local, de los municipios que colindan con el área de estudio y sus municipios vecinos.
BIBLIOGRAFIA:
- Comisión tripartita, (2006) Acuerdo de Voluntades Gestión y Promoción del Desarrollo Regional en Antioquía.
- Ley 1454 de 2011 Por la cual se dictan normas orgánicas sobre ordenamiento territorial y se modifican otras disposiciones. www.secretariasenado.gov.co/
- Plan de Acción 2007 – 2011. Corporación Autónoma Regional de Caldas, Octubre de 2009.
- Plan Básico de Ordenamiento de Anserma Acuerdo 207 de 2001.
- Plan Básico de Ordenamiento Territorial Municipio de Neira Caldas, Decreto numero 026 de agosto 16 de 2000.
- Plan de Desarrollo del Municipio de Neira “Todos por Neira” Para el Periodo 2008 – 2011. Acuerdo nro. 012.
- Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Manizales. Acuerdo 508 de octubre 12 de 2001, Acuerdo 573 de 2003 y 663 de 2007.
- Ley 1450 de 2011 Por el cual se expide el Plan de Desarrollo Nacional 2010-2014 www.secretariasenado.gov.co/
Francisca Garay Retamal
VerFrancisca Garay Retamal
Socióloga de la Universidad de Valparaíso.
Con experiencia en el estudio de conflictos socio-ambientales locales.
También se ha vinculado con la formulación de proyectos sociales de docencia en pre-grado en Sociología.
Participación en PLANEO:
– Ordenamiento territorial y sustentabilidad: el caso de Puchuncaví, Región de Valparaíso
Ordenamiento territorial y sustentabilidad: el caso de Puchuncaví, Región de Valparaíso
VerOrdenamiento territorial y sustentabilidad: el caso de Puchuncaví, Región de Valparaíso
[por Francisca Garay R.]
La comuna de Puchuncaví, se encuentra inserta en el sistema geográfico – urbano costero norte de la Región de Valparaíso. En ella se presenta un desarrollo industrial que se remonta hace cincuenta años atrás, con el cordón industrial de la Bahía Quintero-Puchuncaví, el que se ha ido desarrollando históricamente en la zona, lo cual permite un desarrollo económico para la región y para el país. No obstante, según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) del año 2006, la comuna presenta los índices más altos de pobreza a nivel provincial de Valparaíso, lo que, sumado a la contaminación producto de la actividad industrial y al impactado tanto al ecosistema, como a la calidad de vida de los asentamientos humanos presentes, han hecho de Puchuncaví un territorio interesante de observar, analizar y reflexionar en torno a la planificación territorial.
En este territorio se presentan grandes tensiones, tanto en lo ambiental como en lo social, es por esto que es necesario plantear en la esfera de lo público la dinámica que se engrana entre el ordenamiento territorial, los ecosistemas y el desarrollo sustentable en este territorio.
El territorio se vuelve un ente fundamental a la hora hablar de conflictos socio-ambientales, ya que éstos se producen a partir de una disputa frente a las externalidades y al uso o concepción del territorio. Mientras para unos es visto como un uso económico de extracción, a partir de mega proyectos carboníferos, para otros es visto como un lugar donde habitan y se forja su forma de vida, que apunta a una calidad de vida óptima, tanto en lo social como en lo ambiental.
En esta disputa emerge el tema del ordenamiento territorial, transformándose en un área muy necesaria de replantearse, a propósito del análisis económico productivo que se ha ido generando con el transcurso del tiempo, el cual ha modificado y rearticulado las dinámicas de los territorios según las necesidades que imperan e impone la globalización de los mercados.
En un contexto donde el desarrollo económico y social va modificando la ocupación geográfica de los territorios, se vuelve menester organizarlo e ir adaptándose a los nuevos patrones de comportamientos y ocupaciones territoriales.
Se podría considerar por ejemplo, destinar zonas exclusivamente para este tipo de proyectos, haciéndose cargo de las comunidades- por supuesto-, pero a partir de un ordenamiento territorial que facilite el desarrollo económico que propicie la actividad industrial, pero no en desmedro de la comunidad y de su propio sistema socio-económico local.
Se plantea la necesidad a nivel gubernamental de hacerse cargo y de controlar dichas temáticas con el fin de evitar conflictos socio-ambientales y territoriales, para propiciar el bienestar de la población y su calidad de vida.
La calidad de vida está necesariamente conectada con la calidad del ambiente, y la satisfacción de las necesidades básicas con la incorporación de un conjunto de normas ambientales para lograr un desarrollo equilibrado y sostenido (la conservación del potencial productivo del ecosistemas, la prevención frente a desastres naturales, la valoración y preservación de la base de recursos naturales, sustentabilidad ecológica del hábitat), pero también de formas inéditas de identidad, de cooperación, de solidaridad, de participación y de realización, así como de satisfacción de necesidades y aspiraciones a través de nuevos procesos de trabajo (Leff, 1994: 62).
Es un hecho que hoy en Chile se presenta la necesidad de planificar los territorios, pero de manera eficiente y efectiva, que se traduzca en un ordenamiento, buscado y deseado por las partes involucradas. En este punto se hace necesario, para que el proceso sea completo, la participación real e informada de la sociedad o comunidades locales. Permitiendo que se pueda configurar mecanismos preventivos en materia de daños sociales, ambientales y económicos de un territorio.
En este sentido, la participación pública puede llevarse a cabo mediante tres formas: organizaciones sociales territoriales, que presentan una estructura burocrática, jerarquizada (…). Organizaciones sociales funcionales, que pueden ser jerarquizadas o no, que se estructuran en torno a un fin común (…). Otras organizaciones sociales en el territorio no reconocidas formalmente, bajo ninguna tipología por el municipio (Oviedo & Abogabir, 2000: 26).
Es así como la participación se vuelve parte de los derechos ciudadanos, donde se pueden visualizar tres formas de conceptualizarlo. En primer lugar, desde el derecho a ser informado, pasando por el derecho a opinar, hasta el derecho a opinar con respecto a temáticas que preocupen (Oviedo & Abogabir, 2000). El último es el más importante, ya que, constituye una reivindicación del ciudadano común para incidir en los asuntos que afectan su existencia cotidiana (Oviedo & Abogabir, 2000: 29). Entonces ¿cómo debiesen interactuar el ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable?
Bibliografía
•Leff, E. (1994). Sociología y ambiente: formación socioeconómica, racionalidad ambiental y transformaciones del conocimiento. En: Leff, E. (Comp.). Ciencias Sociales y formación ambiental. Barcelona: Gedisa.
•Oviedo, E. & Abogabir, X. (2000) “Participación ciudadana y espacio público”. En: Segovia, O; Dascal, G. (editores). Espacio público, participación y ciudadanía. (1ª edición), Santiago de Chile: Ediciones SUR.
Desafíos para una urbanización sustentable
VerDesafíos para una urbanización sustentable
[por Carlos Letelier]
Para la creación de ciudades que comprometan el desarrollo sustentable, se han de planear su arquitectura, territorio y construcción en base a tres fundamentos que se mueven en sinergia, como son el ámbito social, económico y ambiental.
Cuando hablamos de integración social en nuestras comunidades, ya sea en las ciudades, comunas o lo íntimo de nuestros barrios, debemos desarrollar estrategias de urbanización que cumplan con la idea de participación, reunión y recreación, aportando funcionalidad arquitectónica que permita el desenvolvimiento dentro de los espacios locales, por ejemplo, aumentando el uso de energías renovables que logren generar un aporte al alumbrado del sector o bien aprovechar al máximo la luminosidad natural del sol dentro de las casas.
Los espacios de habitación y reunión social se han hecho lamentablemente más reducidos en las grandes metrópolis, agravándose el hacinamiento en sectores que son menos adinerados o marginales y, por contradicción, se observa una gran expansión territorial y el aislamiento en las comunidades con mayor poder adquisitivo. En ambas situaciones vemos un desmedro de la necesaria integración social local de sus habitantes. Lo anterior conlleva a que las personas busquen su desarrollo social alejado de su lugar de vivienda y en concentración en una capital central mayor, perdiéndose la identidad local y el afecto social entre los vecinos. Por estos motivos, el primer desafío será generar barrios donde el desenvolvimiento social pueda desarrollarse, lo que incluye mejores niveles de conectividad dentro de los barrios junto con parques y plazas confluyentes a un centro local, llámese una plaza de armas, que permita integrar el comercio local en las actividades propias de cada sector.
El desarrollo sustentable además incluye aspectos económicos, que al momento de planificar los barrios deben estar insertos como entes de referencia social y reunión comunal. Por este motivo debe descentralizarse el comercio y los servicios desde las grandes ciudades, a fin de que los nuevos barrios tengan su propio poder económico y fomenten las pequeñas empresas con la idea de lograr una microeconomía sustentable dentro de los barrios o localidades, sin necesidad de acudir a las grandes urbes comerciales y poder tener todos los servicios que requieran sus necesidades, con el solo hecho de caminar hasta el centro cívico de su barrio.
Por último, a nivel de medio ambiente, es propicio lograr afianzar los sectores económicos y sociales, a fin de obtener un medio ambiente saludable. Construyendo espacios de agricultura comunitaria y arborización renovable de parques y plazas, desarrollo de jardines sin rejas, control de la basura y permitir el reciclaje local, además de generar espacios donde la comunidad pueda realizar deportes e integre a las mascotas que hoy representan un nuevo referente de las familias chilenas e insertarlos de manera armónica con el barrio.
Otro punto en la planificación sustentable de las ciudades será repensar las industrias en términos del metabolismo social, lo que significa lo que estas empresas, al igual que individuos vivos, “Ingieren” para sostener sus actividades y luego “Metabolizan” para obtener sus productos y servicios, que posteriormente devuelven a la naturaleza después de su uso o consumo. Por esto debemos reorganizar los centros industriales, de manera de unirlos en sectores, para que trabajen juntos el tratamiento de sus desechos e inviertan en mejoras tecnológicas como barrio industrial, a fin de conseguir que se hagan cargo de los productos de su metabolismo.
Siempre que hablamos de planificación, nos referimos a un plan metódicamente organizado para obtener un objetivo determinado, y si además le agregamos sustentabilidad, este plan debe enfocar su método de manera transdiciplinaria, logrando en cada objetivo la sinergia de lo social, lo económico y lo ambiental, utilizando para esto profesionales que integren en su conocimiento la unión de estos tres fundamentos. Es aquí donde caemos nuevamente en la nunca bien ponderada educación chilena, que es sin lugar a dudas la base de cualquier proyecto planificador que pretenda un desarrollo sustentable, puesto que si no logramos que estos profesionales salgan de sus ámbitos competentes e ingresen en materias de la transdiciplinaridad, no podrán llegar a acuerdo cuando de planificación de ciudades se trate.
Carlos Letelier
VerCarlos Letelier
Carlos A. Letelier Torres es Medico Veterinario aprobado con distinción de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología y tiene un Pos-titulo en Gestión Socioambiental y Sustentabilidad en la Universidad de Chile.
Desde el inicio de sus estudios universitarios es que a estado interesado en el medio ambiente, motivo por el cual siempre a participado en seminarios y charlas organizadas por CONANA (hoy ministerio del medio ambiente) y universidades que las impartían.
Esto lo llevo a proponer su propio tema investigación de grado en relación al desarrollo sustentable y al medio ambiente, un novedoso y desconocido tema para su ámbito científico, el cual apoyado por su profesor guía logro llevar a termino satisfactoriamente.
Gracias a su investigación socioambiental, le permitió actuar como cofundador del departamento de ecología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología, donde se a desempeñado como docente auxiliar.
Recientemente obtiene su Post titulo de especialidad y su principal desafió en investigación es el aprendizaje socioambiental y su aplicación en la relación entre ciencias y políticas publicas.
Actualmente trabaja de manera independiente y colabora para la Agrupación ceba.
Su canal de comunicación es http://twitter.com/carlosleteliert
Participación en PLANEO:
Entrevista Dieter Linneberg. Es mucho más rentable para las empresas que apliquen políticas de sustentabilidad en su producción
VerEntrevista Dieter Linneberg. Es mucho más rentable para las empresas que apliquen políticas de sustentabilidad en su producción
Revista Planeo Nº6, Sustentabilidad y Planificación, Agosto 2012.
En las oficinas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Dieter Linneberg nos recibe y cuenta acerca de CLG Chile (Líderes Empresariales para el Cambio Climático). Siendo director de la iniciativa, Dieter puede comentarnos respecto de los desafíos en Chile para el desarrollo sustentable, siempre desde la mirada del sector privado.
Para empezar, cuéntanos un poco qué es CLG, cuál es su fundamento, su origen…
Nosotros tenemos el Centro de Líderes Empresariales contra el Cambio Climático, que se hizo hace ya 3 o 4 años, coincidiendo con la visita del Príncipe Carlos de Inglaterra. Hicimos varias reuniones con destacados empresarios chilenos, y en esa oportunidad él nos aconsejó replicar lo que él tenía con su fundación Prince of Wales en Inglaterra, con la Universidad de Cambridge.
Había un conjunto de empresarios, respaldado por esta universidad, organizado para discutir y desarrollar políticas públicas que conduzcan a cuidar el medio ambiente, a hacerse responsable del cambio climático que está sucediendo. Hay que convenir por supuesto en que hay un cambio climático, debido principalmente a un efecto antropogénico, que son las emisiones de gases de efecto invernadero.
Partimos de la base de que el cambio climático es un fenómeno que se está dando. Dan lo mismo las causas, pero el hecho es que hay que tratar el planeta con una mirada distinta. Es por eso que los empresarios deben responder a este llamado, de parte de todas las comunidades; los “stakeholders”, como llamamos nosotros a todas las personas que tienen interés en la manera de producir bienes y servicios.
Se busca con esta iniciativa replicar la experiencia del Reino Unido acá en Chile como un ejemplo para la región también. Este centro también existe en Brasil, que fue fundado simultáneamente. Formamos parte de una red internacional de centros de sustentabilidad contra el cambio climático. Así hemos podido irnos transmitiendo las buenas prácticas, las políticas públicas que se están haciendo en otros países.
Somos entonces una suerte de centro en que tenemos la opinión de las empresas más importantes del país, más el apoyo de la Universidad de Chile y de sus académicos para desarrollar investigación en los temas de políticas públicas que el gobierno está impulsando, y que puede tener una respuesta de parte del sector privado antes de hacer leyes o normativas.
Ése es un tema relevante, porque hace referencia a los actores involucrados en este proceso. Hay, por ejemplo, empresas nacionales, pero hay también centros en otras partes del mundo. ¿Dónde están esos centros, cómo se dan sus comunicaciones?
Partimos con el centro que está liderado por la Universidad de Cambridge, el Corporate Leaders Group for Climate Change, en Inglaterra. Se había fundado también en la Comunidad Económica Europea un CLG en Bruselas. Hay un centro también en Alemania, en China, en Singapur, en Sudáfrica, en Irlanda. Aquí en Latinoamérica está Brasil, que tiene un centro muy potente con la Universidad Getulio Vargas, y en Chile nuestro centro está asociado con la Cámara Chileno Británica, con la Universidad de Chile, y con 15 empresas que representan a cada sector económico. Son las más importantes.
¿Eso se decide por un asunto de tamaño?
Sí, por importancia en su sector económico y por su grado de avance en cuanto a la sustentabilidad que generan sus empresas. Son grandes, importantes en el sector, pero demuestran una preocupación por el cambio climático y la sustentabilidad en general. Son empresas comprometidas con el problema.
¿Suele coincidir el gran tamaño de las empresas con una gran responsabilidad sustentable, o no necesariamente?
Generalmente las empresas más grandes son las que les preocupa de mayor manera estos temas. Tiene que ver con la gran complejidad de estas empresas, y por lo tanto tienen preocupaciones también más complejas, como son estos temas.
Estamos haciendo un estudio en este momento de por qué las empresas pyme no evalúan su huella de carbono, no tienen gestión de sus emisiones, o no tanto como las grandes. Queremos saber por qué: ¿cuáles son las trabas? ¿cuáles son los beneficios que se podrían dar desde el gobierno como política pública para fomentar esto?
Este estudio coincide con el diagnóstico de que las empresas grandes, con más recursos, pueden destinarlos a estudiar estos temas. Además, para ellos resulta un riesgo no manejar sus desechos, no manejar sus emisiones, no manejar la huella del agua.
Hay una nueva concepción acá en Chile. Hemos visto que en el resto del mundo, el ser “verde”, ser sustentable, es un buen negocio. Es ahí donde queremos hacer el hincapié en el rol de la sustentabilidad en las empresas. Ya pasó en el resto del mundo, y comienza también a pasar en Chile, la noción de que ser sustentable es un tema ético. “Las ganancias que tengo son tan grandes, que éticamente tengo que devolverle algo a la sociedad”. Nosotros estamos en contra de ese planteamiento. Creemos que el ser sustentable hoy en día es un buen negocio para las empresas.
Es así dado que la sustentabilidad, primero que nada, disminuye tus riesgos. Por ejemplo el caso de Freirina. Hubo una inversión millonaria por parte de la productora más grande de cerdos del país, que se estaba instalando en esta provincia, Huasco, que tenía alto desempleo, por lo que la inversión era muy bienvenida. Todos los stakeholders estaban a favor de esta inversión. Por un mal manejo en términos de sustentabilidad, Agrosuper ha perdido millones y millones de dólares en inversión. Lo mismo ha pasado con otras empresas.
Lo que queremos recalcar es que la sustentabilidad es rentable porque toma en cuenta a todos los interesados en ese bien o servicio. Desde el comienzo incorpora, por ejemplo, todas las susceptibilidades de las comunidades, de las comunidades mapuches en el sur, los pueblos en el norte cuando se hace una gran actividad extractiva. Se toma en cuenta cuáles van a ser los beneficios, los costos. Ver bien con ellos cómo se puede armar un proyecto de esta magnitud, sin tener en contra a todo este grupo de gente que vive alrededor de un proyecto. Hay miles de políticas que una empresa puede empezar a hacer antes de realizar una inversión. Entonces ahí ya tienes un riesgo que se aminora, y la rentabilidad para la empresa mejora.
Por otro lado están todas las innovaciones que pueden hacer las empresas. Si la empresa incorpora a toda su gente, sus trabajadores, no es una cosa que se diga para la publicidad nada más. Es una sustentabilidad que está incrustada en el corazón de la empresa.
Por ejemplo, los que piensan un nuevo producto, y lo piensan de manera sustentable, pueden lograr un producto que nunca se imaginaron. Hay ejemplos de grandes empresas en Estados Unidos. En Walmart, por ejemplo, generaron innovaciones en su transporte, particularmente respecto de la contaminación que generaban sus camiones. Este estudio, de varios millones de dólares, fue recuperado como inversión en un año y medio, porque hicieron a sus camiones un 25% más eficientes.
Otro ejemplo es el de una empresa estadounidense que usa máquinas para lavar pisos. Es una gran complicación administrar los detergentes para pisos, que dejan residuos, etc. Tenant inventó una máquina que no necesitaba ningún químico para lavar los pisos. El agua pasa por un proceso eléctrico, y limpia tan bien como un agua con detergentes. Se trata de una innovación disruptiva, no menor ni aislada, sino que totalmente radical. Esta manera de pensar, distinta, es la que provoca la innovación en las empresas.
¿Y el público premia ese tipo de iniciativas, o se recupera la inversión sólo por un tema de ahorro?
El ahorro, para la empresa, es importantísimo. Pero el valor de las acciones de Tenant, por ejemplo, luego de la realización de este invento, subió inmensamente. Los accionistas valoran esto, y creo también que la gente lo valora de igual manera.
Hemos hablado hasta ahora de varias iniciativas concretas, pero van todas unidas por una mirada común, que es lo que podría entenderse como un desarrollo sustentable. ¿Cómo definirían ese concepto, ese paradigma?
El desarrollo sustentable, para nosotros, es la creación de valor en el tiempo. No es un tema medioambiental, no es un tema ético, sino que es un desafío por cómo agregarle valor a toda la sociedad en el largo plazo.
Si una empresa no se comporta sustentablemente, es muy probable que su iniciativa falle, y quiebre. Porque va a tener muchos opositores a su negocio. Ya sea porque contamina a otras comunidades, emite malos olores, contamina las aguas de río que son utilizadas, etc.
Ahora, con Internet, con los medios de comunicación, con lo que los norteamericanos llaman “awareness”; las expectativas que tienen las personas son mucho mayores que antes. Ahora la gente se manifiesta mucho más.
Por ejemplo, hay una empresa en China donde se produce mezclilla para pantalones. Esta fábrica, según lo que muestra una foto satelital, está tiñendo de azul todo un río y el resto de la bahía. Cualquier blue-jean que esté utilizando la tela de esa fábrica, te lo puedo asegurar, va a disminuir sus ventas en miles de millones de dólares. Eso se convierte en uno de los criterios de compra de las personas, porque es muy fácil ahora buscar esa información. Antes era imposible.
Ahora, con el Internet, la empresa que se comporta mal no es sustentable en el tiempo. Lo mismo pasó con Nike, acuérdense de cuando ocupaba mano de obra infantil. Decían: “Nosotros le compramos productos a muchos proveedores; no sabemos cómo los producen”. Bueno, más vale que se preocupen de cómo producen los insumos para sus zapatillas, porque nadie les va a comprar ninguna zapatilla más con esas condiciones.
¿Y la conciencia sustentable de la empresa, es una preocupación previa, o es más bien una reacción frente a la sociedad?
Bueno, primero se da el aumento de las expectativas de las personas. Éstas son mucho mayores, las personas saben que se pueden juntar, protestar contra una represa en la Patagonia, por ejemplo.
En segundo lugar, los recursos están en franca declinación. Hay muchos recursos que ya no existen; animales que han desaparecido de la tierra; el aire en Santiago es radicalmente escaso. El aire limpio es un bien escaso.
Entonces, se combina el aumento de las expectativas de las personas con la escasez de los recursos. Además, el Internet ha logrado una transparencia radical en la manera de organizar las empresas. Este nuevo mundo obliga al mercado a adaptarse.
No sé qué habrá venido primero, pero las empresas que no perciben estos cambios no podrán competir, ni adaptarse a este nuevo modo de pensar.
Si quieren seguir ganando plata, y aumentando sus utilidades, tienen que empezar a pensar distinto. A pensar en sustentabilidad, pero no en la imagen de la sustentabilidad, sino que en imbuir el mecanismo de la sustentabilidad dentro de la empresa. No se saca nada ya con hacer responsabilidad social empresarial (aunque está bien, no estoy en contra de eso), pero si se hace porque es éticamente correcto, lo vemos como un mal negocio. No están haciendo un negocio que esté creando valor en el largo plazo.
Por ejemplo, en el caso de Enersis, Endesa. Tú me dirás, ¿qué tiene que ver un tema financiero con la sustentabilidad? Es el caso de un aumento de capital, el más grande que ha ocurrido en la historia de Chile. Más de ocho mil millones de dólares en un aumento de capital para una empresa chilena, que tiene controladores extranjeros. Quieren hacer un aumento de capital de ese tamaño, aportando empresas que Endesa tiene repartidas en el resto de Latinoamérica, consolidando esos activos en Enersis.
Los inversionistas en general tienen que aportar alrededor de tres mil millones de dólares para mantener su participación en la empresa y no diluirse. Ese aumento de capital no se hizo pensando en cómo los stakeholders se iban a ver beneficiados o perjudicados. Esa planificación se hizo muy mal, porque hay un conflicto de interés muy fuerte cuando el que aporta esos bienes los valoriza él mismo. Si esa valorización está sobreestimada, perjudica a todo el resto de stakeholders.
Particularmente en ese caso, para incrustar en la conducta de la empresa los principios de sustentabilidad, parece fundamental poder coordinarse con otros actores. Considerar a los stakeholders, considerar a otras empresas, pero hay un actor del que no hemos hablado suficiente todavía, que es el Estado. ¿Cómo ven ustedes la relación que se da entre el sector privado y el público, buscando el desarrollo sustentable?
Eso es súper importante, y nuestra misión es apoyar al sector público para hacer buenas políticas sustentables. Eso se logra no encerrado en cuatro paredes, sino que en una discusión fructífera, que ojalá puede contar con el input del sector privado, particularmente de las empresas que son líderes en estos temas.
Si hay alguna política pública que se pueda generar sin la participación del empresariado, es difícil que esa política pública cumpla, o bien probable que se quede corta.
¿Y cómo ha sido la experiencia, hasta el momento, en ese desafío? ¿Han encontrado muchas barreras, o más bien buenas experiencias?
Hemos desarrollado una construcción de confianzas en el tiempo. Hace 3 o 4 años que estamos construyendo esta relación de confianzas, con distintos gobiernos. La idea es reforzar estos puentes para poder dar opiniones, poder contribuir a mejorar las políticas públicas, a empujar al gobierno a que sea más activo en términos de sustentabilidad. Que vea que tiene un rol importantísimo para orientar al mercado y a la sociedad.
Existiría también el desafío de incorporar más empresas a esta nueva mirada. Las empresas que de antes ya habían iniciado prácticas sustentables eran aquellas más complejas y, como dices tú, requerían de estas prácticas para seguir siendo rentables. ¿Pero qué pasa con las pymes, por ejemplo? En general no perciben este escenario de manera tan compleja y quizás no tienen tantos incentivos para incorporar prácticas sustentables. ¿Cómo se ve ese desafío?
Es una buena pregunta. Se habla mucho de las pymes, y la verdad es que voy a tener respuestas mucho más asertivas cuando terminemos un estudio que estamos realizando.
Tenemos la impresión de que las empresas chicas y medianas están preocupadas de temas más de subsistencia que de sustentabilidad. Estos temas no les son tan importantes como para atraer su atención y desviar recursos hacia eso.
Este estudio se pregunta precisamente por qué no ha tenido suficiente respaldo, de parte de las empresas pequeñas y medianas, un manejo más sustentable. No obstante hay muchos casos que son la excepción, pero la excepción confirma la regla.
Entonces la pregunta es cómo podemos colaborar en que el gobierno ayude a estas empresas, fomentando una producción más sustentable. Por lo demás, son las empresas que emplean la mayor cantidad de trabajadores.
Entonces ustedes ven como una misión del Estado la responsabilidad de fomentar o incentivar estas prácticas.
Exactamente. Creemos que es la única manera de ayudar a las empresas a ir por este camino. También creemos que va a ser mucho más rentable para ellas que apliquen estas políticas de sustentabilidad en su producción.
Estamos viendo también cómo las empresas grandes apoyan a sus proveedores, que son empresas chicas, para que modifiquen sus prácticas. La empresa de limpieza de los suelos que les contaba, por ejemplo, era muy chiquitita. Luego de esta innovación fue que creció tanto.
Nos gustaría preguntarte por el caso concreto de Chile. ¿Qué hace falta en Chile para ir logrando que los privados implementen cada vez más prácticas sustentables? ¿Qué escenario necesitamos?
Lo que pasa es que con la crisis económica internacional, estos temas han ido decayendo de alguna manera. La misma emisión de gases de efecto invernadero, en el contexto internacional, donde hay países como España que bordea desempleos históricos, pasa a ocupar un segundo lugar después de estos grandes problemas.
Hemos visto que el tema, a nivel internacional, ha decaído. Entonces, la preocupación en Chile también. Es un poco como “Ah, ya no va a haber tanta regulación”. Pero eso no es así. Una vez pasados estos problemas, van a venir regulaciones bastante fuertes. Por lo tanto hay que estar preparados, lo que exige un trabajo de mucho tiempo. Hablamos de políticas de adaptación y mitigación que son de diez a veinte años plazo.
Entonces el gobierno tiene un rol de seguir con estos temas, como lo ha venido haciendo. El Ministerio del Medioambiente, con la nueva institucionalidad, fiscalizando mucho más. El empresario se tiene que dar cuenta de los beneficios de esto, por un lado, y de los riesgos de no cumplir, por otro.
No sólo se trata de cumplir con normativas formales, sino que también de la necesidad de enfrentarse al castigo de los consumidores.
Sin embargo, mientras mantengamos el liderazgo que hemos tenido en otras políticas públicas y empresariales, no me cabe la menor duda de que Chile puede seguir siendo un ejemplo en este tema también. Por lo tanto, es un desafío de no bajar los brazos. Hay que mantener esta proactividad, para lograr liderazgo también en temas de sustentabilidad.
Otros países nos están copiando en otras políticas económicas, y si no mantenemos el liderazgo en estas políticas sustentables, que son de tercera generación, perderemos la ventaja competitiva que tenemos con los demás. Hay que seguir avanzando en estos temas que son de un país más desarrollado.
No sólo el tema del medioambiente, sino que el de la salud, la educación, nos convierten en un país más sustentable. Se trata de una cadena de valor que va generando riqueza para toda la sociedad. No sólo a la empresa y sus accionistas, que era la regla de antes. Ahora la pregunta es cómo esa empresa genera valor para toda la sociedad, y cómo el gobierno genera por su parte propuestas para mantener el país sustentable.
Lo mismo que hemos hablado para una empresa se puede pensar para el Estado. Si el gobierno piensa de manera sustentable, de cómo generar mayor valor como país, para toda la sociedad, las instituciones van quizás a funcionar distinto. Las innovaciones que se van a dar en el Estado van a ser otras. Cambiaría la forma de interactuar con los gobiernos regionales, por ejemplo. Si se piensa de manera sustentable, se pueden hacer políticas disruptivas respecto de las anteriores. No cambios pequeños, sino que unos que puedan adelantarnos hacia otro nivel.
Las mismas políticas de innovación estatales, de Corfo, por ejemplo, pueden buscar cómo dar saltos disruptivos y no “de a poquito”.
Agendas urbanas como herramienta de adaptación al cambio climático en Chile
VerAgendas urbanas como herramienta de adaptación al cambio climático en Chile
[por Pablo Fuentes Flores]
En el presente documento se recogen los principales temas propuestos en las distintas agendas o políticas urbanas elaboradas en el país durante las últimas décadas, y a partir de ellas, se identifican los puntos de coincidencia, de complementación y de aplicabilidad relacionados al concepto de desarrollo sustentable. Las agendas o políticas consideradas son las siguientes:
- Política Nacional de Desarrollo Urbano (1979)
- Ajustes a la Política Nacional de Desarrollo Urbano (1985)
- La otra agenda urbana. Joan Mac Donald (2005)
- Agenda Ciudades 2006-2010 MINVU
- MPRMS 100 (2008)
- Programa de Gobierno Sebastián Piñera (2009)
De ellas, es posible desprender una serie de enunciados estratégicos tales como:
1) La ciudad como herramienta para reducir la pobreza y como medio para lograr la sustentabilidad.
2) Las áreas verdes como una forma de reducir las inequidades territoriales.
3) La disponibilidad de suelo, requiere de reformas normativas que permitan la generación de proyectos que respondan a las demandas habitacionales. No obstante, se requiere de mecanismos de control de la extensión urbana, protegiendo de esta forma los suelos de valor agrícola.
4) La planificación por condiciones es una manera de asegurar barrios que cuenten con todas las características de una ciudad equipada.
5) Existe una deuda pendiente con la periferia de las grandes ciudades, respecto a la dotación de equipamiento y servicios públicos.
6) Hay otra deuda pendiente respecto a la calidad de las soluciones habitacionales construidas durante las últimas tres décadas en el país.
7) Se requiere un cambio de paradigma, respecto al rol del Estado –y especialmente del MINVU- en la participación del mercado inmobiliario. Un Estado protagonista, podrá llegar a aquellos grupos de la población donde el Mercado no llega.
8) Existe una demanda creciente de empoderamiento de la sociedad organizada, respecto a las decisiones ligadas al desarrollo de sus territorios.
9) La competitividad urbana es un motor de desarrollo de las personas que habitan en ella. Asimismo, es necesario considerar políticas de fomento productivo asociadas a los instrumentos de planificación urbana.
Para cada enunciado, se proponen las siguientes acciones que pueden servir de insumo para una agenda urbana sustentable para las ciudades chilenas:
a) Cambiar el paradigma respecto a la ciudad. Se requiere equilibrar la importancia de la dimensión social y ambiental, respecto a la económica, quitando poder a los ministerios y entregando mayores competencias a los gobiernos regionales, que poseen una visión integral y no sectorial del territorio.
b) Elaborar un catastro actualizado de las áreas verdes de carácter metropolitano, identificando aquellas zonas de menor cobertura y con mayor potencial de ejecución.
c) Establecer un Plan de ejecución y mantención de Áreas Verdes para las ciudades que concentren déficit de espacios públicos y que tengan niveles superiores de contaminación ambiental.
d) Iniciar la formulación de un instrumento de ordenamiento territorial, de escala regional, que funcione como marco de acción para el resto de los instrumentos de planificación sectorial (PPDA, PRMS, Transantiago y otros).
e) Modificar la Ley General de Urbanismo y Construcciones incorporando y mejorando el mecanismo de planificación por condiciones.
f) Elaborar un catastro actualizado de cobertura de equipamientos y servicios públicos y establecer un plan de inversiones públicas y privadas con un horizonte al 2020.
g) Mejorar la calidad de las viviendas de interés público, a través de la optimización de los programas de vivienda vigentes.
h) Crear las Corporaciones de Desarrollo Urbano y Territorial, dependientes de los Gobiernos Regionales, que tengan un rol más activo como un actor inmobiliario social. Es decir, que participe de la compra y venta de bienes raíces, que cuente con patrimonio propio y que habilite suelos bien localizados.
i) Crear los comités regionales de desarrollo urbano – territorial (CRDUT), que lideren los procesos de actualización de sus instrumentos de planificación y que además, a modo de “consejos territoriales” tomen acuerdos y resuelvan respecto a las problemáticas que irán surgiendo durante el tiempo.
j) Generar alianzas interregionales, con el objeto de mejorar la imagen de los territorios en el concierto internacional. Por ejemplo, la creación de una macrorregión central (Valparaíso, Santiago y O’Higgins) permitirá competir con otras ciudades del mundo, aprovechando las bondades de una ciudad patrimonial, un centro de negocios y un fecundo valle vitivinícola.
Como conclusión, se considera que la incorporación del concepto de sustentabilidad en las políticas urbano – territoriales en el país, requiere al menos de:
- Un instrumento de Ordenamiento Territorial de carácter integral y no sectorial.
- Un Estado protagonista en el desarrollo de sus ciudades.
- Una ciudadanía potenciada y con espacios de decisión respecto al desarrollo de sus territorios.
- La actualización del marco normativo vigente.
Pablo Fuentes Flores
VerPablo Fuentes Flores
Arquitecto y Magíster de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Arquitecto y Magíster de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se ha desempeñado en temáticas relacionadas a Desarrollo Urbano (MINVU) y Planificación Regional en el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago (GORE RMS). En el último período, destaca su trabajo como asesor de las comisiones de Ordenamiento Territorial, Vivienda y Cooperación Internacional del Consejo Regional Metropolitano y como Jefe del Departamento de Planificación Regional, siendo responsable de la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Regional y de políticas públicas regionales. Desde marzo de 2012, es académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana.
Participación en PLANEO:
– Las agendas urbanas como herramienta de adaptación al cambio climático en Chile
Sostener el Plan
VerSostener el Plan
[por Luis Miguel Valenzuela Montes]
La planificación es capaz de adoptar muchos adjetivos, pudiendo ser de ámbito, territorial, urbano, regional, sectorial, ambiental, incluso conteniendo atributos como, metabólica, eficiente, participativa…sin embargo, los sesgos ideológicos, los énfasis profesionales, los objetivos y las escalas de las diversas planificaciones podrían converger quizás en la alquimia insuperable de la “planificación sustentable“´, aquí estarían integradas todas las partes de manera que el todo sería de otra dimensión. Planificación Sustentable -o sostenible, así decimos allá-, que pensándolo bien vendría a ser una redundancia o un epíteto de sí misma, ya que muchos de sus propósitos se corresponden con los valores de la sostenibilidad: autosuficiencia, largo plazo, cohesión social, equilibrio regional, entre otros rasgos “hagiográficos” que han estado en la base fundacional y el desarrollo del Urbanismo, el Regionalismo, la Agenda Local 21, la Escuela Territorialista. A este respecto, otro ejemplo de pretensiones sustentables sería un hito historiográfico latinoamericano de hace ya más de medio siglo, como el de la Conferencia de Punta de Este de 1961, que en el primer punto del capítulo “Requisitos básicos para el desarrollo” de la Carta de Punta del Este, establece: «Que se ejecuten, de acuerdo con los principios democráticos, programas nacionales de desarrollo económico y social, amplios y bien concebidos, encaminados a lograr un crecimiento autosuficiente” (De Mattos, 1979).
Por tanto, más que generar y aplicar una planificación sustentable, ¿no habría que sostener el plan? Si planificar es anticipar el futuro mediante las decisiones del ahora, respondiendo a los objetivos sociales, ambientales y económicos que contribuyan a mejorar la calidad de la sociedad y el territorio a corto, medio y largo plazo; pues está bien claro que esta disciplina estaría ya muy cerca -teóricamente- de alcanzar la sustentabilidad. Aunque todos sabemos que esto es en teoría, y es que, ¿cuántos planes son sustentables? ¿Cuántos planes conjugan corto y largo plazo? ¿Cuántos planes priorizan en ciertos temas la calidad ambiental frente al crecimiento económico? ¿Cuántos planes disponen de los recursos ambientales necesarios para los crecimientos urbanos que proponen? ¿Cuántos planes se plantean una contabilidad “real” de sus “trade-offs” más allá de su ámbito municipal? ¿Cuántos planes hacen balance de sus resultados como vínculo para la siguiente etapa o plan? Desde luego, en mi experiencia esto sucede en muy pocos planes, y creo que sería extrapolable a bastantes ámbitos, en cualquier caso el balance de todo esto sería muy desigual y bastante limitado.
Si el mejor camino para poner en práctica la sustentabilidad urbana y territorial es reforzar el plan, éste se tiene que enfrentar a tres cuestiones esenciales: la incertidumbre, la transparencia y la formación. Empezando por el último aspecto, son muchos los países de Iberoamérica en los que no existe la carrera de “urbanista” o de “planner”, y aunque en algunos casos se da, son muy escasas las Facultades o Escuelas que dan esta formación. Existen generalmente programas de posgrado para “urbanistas” (más arquitectónicos ó más administrativos) o también de “ordenamiento territorial”, pero en muchos casos sesgados, por ejemplo, por el análisis geográfico-territorial; y en realidad poco adaptados a la interdisciplianariedad, debido al origen de los diferentes profesores y estudiantes así como también a que la meta curricular de la “planificación” no es el verdadero catalizador de todo el programa.
Es una formación que no profundiza, y voy con la segunda de las cuestiones a enfrentar, la transparencia, o sea, la comunicación que junto al sentido común son los dos activos principales de un planner (véanse John Friedmann ó Ernest R. Alexander, entre otros). La sostenibilidad exige indicadores que hagan balance de los objetivos del plan (accountability) lo que vincula indefectiblemente al plan con la comunicación como principio, método y técnica para conectar información y participación. Hay que plantearse si reciben formación los geógrafos, economistas, arquitectos, urbanistas, etc., sobre ¿cómo comunicar el plan para que haya un acceso generalizado a la información que posibiliten diversos grados y modelos participación decisoria? Me parece que no está esto ni en la cultura ni en el diseño curricular de las Facultades o Escuelas que enseñan a hacer planes, ni en el grado ni en el posgrado.
Por último, y como monstruo de mil cabezas al que podemos cortarle una pero siempre vuelve a resurgir, está la incertidumbre, proyectar a largo plazo puede ser tan impredecible como hacerlo a corto plazo, porque los hechos urbanos y territoriales son de naturaleza compleja ya que son multitud de factores, intereses y actores los que hay que conciliar. Pero esto mismo también debe hacernos pensar que si bien el objeto de la planificación es incierto, muchas veces esto es así porque nosotros –los que hacemos os participamos en los planes- somos inciertos. Inciertos porque no hay transparencia en la información, inciertos porque no hay escenarios consistentes –cuando no ausentes- sobre los que flexibilizar el plan o enriquecer las decisiones, inciertos porque prevalecen intereses espontáneos y puntales sobre derechos globales y estratégicos.
En definitiva, “sostener el plan” o lo que sería su “alter ego”, la planificación sustentable, necesitan “táctica y estrategia”, para abordar la formación, la comunicación y la incertidumbre que afectan al proceso de planificación con tesón y audacia metodológica. La planificación y la sustentabilidad no son opciones sino necesidades, que sólo pueden tener algún éxito si se abordan desde la convicción personal, incluso desde la pasión, para combinar, como nos propone Mario Benedetti (“Táctica y estrategia, 1984): la táctica (formación y transparencia), “hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible”; con la estrategia (incertidumbre) “más profunda y más simple (…), que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites”.
Luis Miguel Valenzuela Montes
VerLuis Miguel Valenzuela Montes
Profesor del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio.
Coordinador del Laboratorio de Planificación Ambiental (LABPLAM).
Universidad de Granada.
Licenciado en Geografía (1991) y Dr. Geógrafo (2000), por la Universidad de Granada; Diplomas de Postgrado en Ordenación del Territorio y Medio Ambiente (Universidad Politécnica de Valencia, 1992); y en Transportes (Universidad Complutense de Madrid, 1994). Estancias como Investigador y/o Profesor Invitado en Planificación y Desarrollo Territorial en las siguientes Universidades: Urban Research of Utrecht, Holanda (2005); Universitá IUAV di Venezia, Italia (2003 y 2008); Autónoma del Estado de México, Toluca (2011 y 2012) y Pontificia Universidad Católica de Chile (2012).
Participación en PLANEO:
Planificando para un desarrollo más sustentable. Lecciones de veinte años de un paradigma nebuloso
VerPlanificando para un desarrollo más sustentable. Lecciones de veinte años de un paradigma nebuloso
Revista Planeo Nº6, Sustentabilidad y Planificación, Agosto 2012
[por Jonathan R. Barton]
La celebración de la cumbre de Rio+20 en Junio 2012 fue un hito en el desarrollo del paradigma que ha tratado de reorientar las políticas públicas, planificación y prácticas privadas durante los últimos veinte años. La meta fue clara: reorientar el modelo de crecimiento urbano-industrial, energizado por materiales fósiles, hacia un modelo que desacoplaba el aumento en la calidad de vida, en forma más equitativa, con el consumo de recursos y la contaminación asociada.
El informe Brundtland de 1987 hablaba de la tarea de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las capacidades de futuras generaciones en satisfacer sus propias necesidades. Sin embargo, tal vez las partes más importante del informe fueron justamente observaciones que son poco discutidas y que han sido minimizadas en los años posteriores. Aquí argumento que las debilidades del paradigma son consecuencia de este proceso de minimización selectiva, tomando como referente el acuerdo de la reunión Rio+20 (El futuro que queremos) y el insumo especifico de UN-Habitat.
La primera debilidad tiene relación a la inseparabilidad de los conceptos de medio ambiente y desarrollo. La introducción del informe Brundtland anota sencillamente que: “el ‘medio ambiente’ es donde vivimos; y ‘desarrollo’ es lo que hacemos para mejorar nuestra situación en ese lugar”. Estos elementos son indivisibles, en contraste con la común ‘triangulización’ del concepto de desarrollo sustentable en términos de conservación ambiental, equidad social y crecimiento económico, donde no existe claridad entre los nexos y el funcionamiento de las sinapsis de esta triada. La Comisión enfatizaba que sería un gran error enfocarse en temas ambientales ya que el medio ambiente no existe como esfera separada de lo humano. También comentaba sobre la connotación de ingenuidad asociada con el término ambiental en ámbitos políticos, cuando ésta era tratada en forma aislada. En referencia al concepto de ‘desarrollo’, criticaba el reduccionismo de la lógica de “lo que los países pobres deben hacer para ser ricos”, o simplemente “asistencia de desarrollo”.
La sección siguiente a la definición de desarrollo sustentable abarca el tema de equidad e interés común, y concluye (WCED, 1987, Artículo 26): “…nuestra incapacidad de promover el interés común en el desarrollo sustentable es a menudo un producto de la negligencia relativa a la justicia económica y social dentro y entre las naciones”; por eso el titulo del informe: ‘Nuestro Futuro Común’.
Estos dos temas – de construcción conceptual y de equidad – son claves para entender las ideas base del desarrollo sustentable. Sin embargo, la cumbre de Rio+20 eligió como tema marco, o bandera, ‘la economía verde’. Es precisamente este enfoque el que ha dominado la interpretación del informe Brundtland y las Declaraciones de Río 1992 y de Johannesburgo 2002; en este sentido, aparte del lema, existe una fuerte continuidad asociada al modelo de desarrollo neoliberal imperante desde los años 1980s. Para mostrar la relevancia del concepto de desarrollo sustentable en su momento, el Banco Mundial en su reporte anual de 1992 dedicó el contenido al tema de desarrollo y medio ambiente, hasta observar que una separación ‘desarrollo’ y ‘medio ambiente’ involucraba “una falsa dicotomía.” El Banco Mundial argumentó favorablemente para la integración de desarrollo y medio ambiente para superar el concepto de ‘trade-offs’ entre los dos. Sin embargo, para hacer eso, tomó una posición conceptual – de Arthur Moll y otros – que puede ser interpretada como una ‘modernización ecológica débil’. La modernización ecológica busca mejorar eco-eficiencias en términos de la relación entre insumos, emisiones y descargas, y la producción (‘desarrollo’) misma. El informe (1992, 25) enfatiza que los países: “…pueden elegir políticas e inversiones que motivan el uso eficiente de recursos, la sustitución de recursos escasos y la adopción de tecnologías y prácticas que generar menos daño ambiental.”
En sus nueve capítulos, no hay discusión sobre el significado de equidad, y es evidente que la conceptualización dominante de desarrollo es crecimiento económico, solamente con algunas políticas ambientales agregadas a esta noción. En el resumen del informe (1992, 2), un sub-título transmite claramente esta idea de continuidad: ‘Policies for Sustained Development’, y no Policies for Sustainable Development. Desde una perspectiva pos-estructuralista, la terminología y su adaptación no es menor en este proceso. En redefinir los conceptos y la orientación en este informe y otros parecidos – ej. los principios del World Business Council for Sustainable Development –, el concepto de eco-eficiencia dentro del modelo imperante, toma fuerza. Los temas de equidad y nociones sistémicas que cuestionan diversas formas de capitalismo contemporáneo, y patrones de consumo y producción asociada, son minimizados. En contraste con la posición reformista adoptada por organizaciones adherentes a la modernización ecológica débil como guía, emerge la posición radical que cuestiona precisamente si un desarrollo más sustentable puede surgir desde sistemas de acumulación capitalista (o comunista), según los parámetros de crecimiento actuales que no distingue entre tipos de crecimiento (el PIB, por ejemplo, no se refiere a la composición del consumo).
En 2012, el documento de acuerdo El futuro que queremos, se inicia con los valores base que se pueden ver en el informe Brundtland y consideraciones parecidas en las Declaraciones de Río y Johannesburgo. Allí (Secciones I y II) se encuentra énfasis en equidad, participación y principios base. No obstante, cuando se acercan las acciones para conseguir los objetivos del desarrollo sustentable se plantea que ‘la economía verde’ es el vehículo principal. En artículo 56, explica que la economía verde “debería contribuir a la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico sostenible (sic), aumentando la inclusión social, mejorando el bienestar humano y creando oportunidades de empleo y trabajo decente para todos, manteniendo al mismo tiempo el funcionamiento saludable de los ecosistemas de la Tierra.”
En esencia, el concepto de desarrollo sustentable se realiza con ‘la economía verde’. Pero, si uno quisiera averiguar sobre qué es la economía verde, esto no aparece en el acuerdo. Para más información uno debe referirse a los documentos preparatorios de la cumbre, ej. UNDESA (2011) Transition to a Green Economy: Benefits, Challenges and Risks from a Sustainable Development Perspective (Nueva York, UN). Este informe enfatiza que no existe una definición única de la economía verde pero que el concepto destaca las dimensiones económicas de la sustentabilidad. Además, subraya que (2011,4) “hay un reconocimiento que alcanzar la sustentabilidad depende casi exclusivamente en arreglando la economía” (´getting the economy right`).
Una vez más se puede detectar el reduccionismo economicista que indica que hay que adaptar la economía neoliberal para acomodar mejor los aspectos ambientales y reducir la pobreza, pero no hay indicios de que quizás la esencia del modelo está en cuestión. Se agrega que (2011,7): “…la transición hacia una economía verde involucra nada menos que una revolución tecnológica.” El discurso de la modernización ecológica débil prevalece. Cualquier discusión sobre equidad está reducida a una tasa de descuento para la equidad inter-generacional: una ‘solución’ económica que se ha mostrado ineficaz en frenar la degradación de recursos naturales durante los últimos veinte años.
El optimismo asociado con la economía neoliberal y su capacidad de integrar consideraciones socio-ecológicas en su complejidad temporal y espacial carece de sustento. Los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (1990, 1995, 2001, 2007), la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005), y los avances hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015 apuntan a tendencias poco alentadoras en temas de recursos, pobreza y equidad. Mientras que las cifras del ‘Banco de Datos de Pobreza y Equidad’ del Banco Mundial indican que las personas viviendo con menos de $1,25 por día bajó desde 1,909 (1990) a 1,289 (2008), es importante considerar que las tasas de mortalidad siguen altas en muchas partes del mundo: un tercio de los países en África mantienen tasas de longevidad de menos de 50 años. Los problemas de distribución intra- e internacionalmente persisten a pesar de – o por consecuencia de – la liberalización comercial de la OMC. Todos los datos apuntan a una priorización del crecimiento económico y la reducción de la pobreza (entendida como sobrevivencia, no calidad de vida), con poca consideración de factores de distribución: de ingresos, servicios y recursos. Tal vez el llamado para construir Metas de Desarrollo Sustentable en Rio+20, después de 2015 cuando cierra el proceso de las Metas del Milenio, será una nueva oportunidad de aterrizar los conceptos claves para juzgar los procesos de desarrollo actual y las políticas públicas que los orientan.
La experiencia de la planificación urbana dentro de la conceptualización de la economía verde (UN Habitat, 2011) también indica las carencias conceptuales y en términos de consideraciones de equidad. Equidad casi no figura en las siete prioridades para oficiales locales (la palabra ‘crecimiento’ aparece 23 veces, en particular la idea que la economía verde es ‘pro-crecimiento’; ‘equidad’ solamente aparece 3 veces). Una planificación urbana para el desarrollo sustentable, es la ciudad compacta con (2011, 1): “la promoción de clusters de industrias y empleos verdes (sic).” Son planteamientos válidos, que construyen por sobre las ideas iniciales de Agenda 21 (capitulo 7 sobre asentamientos humanos), y otras iniciativas internacionales, tales como los acuerdos de Santa Cruz de la Sierra para América Latina (1996, 2006) y los principios de Melbourne para la sustentabilidad urbana. No obstante, la planificación urbana ha sido dominada por otro paradigma, con la consideración de desarrollo sustentable escondida dentro de una noción limitada de eco-eficiencia.
El desarrollo sustentable es un paradigma nebuloso porque ha sido construido así. La posición dominante, a pesar de las consideraciones éticas con que se inician las declaraciones en 1992, 2002 y 2012, es eco-eficiencia y minimización de la pobreza, pero también una minimización de las preocupaciones de equidad y de las criticas del modelo neoliberal. Es una minimización intencionada, no casual. El desarrollo sustentable en su esencia conceptual y equidad, es un paradigma potente que amenaza los fundamentos del paradigma hegemónico construido durante los 1980s por el Consenso de Washington, y Reaganite y Thatcherite economics: neoliberalismo. Son antagónicos, no compatibles. La única forma de asegurar una pantalla de compatibilidad es a través de la modernización ecológica débil con su énfasis en la eco-eficiencia. Sin embargo, durante veinte años esta posición reformista del desarrollo sustentable ha fallado. Muy parecido a las conferencias internacionales sobre comercio (OMC y la ronda de Doha) y sobre cambio climático (los COP), la inercia evidente en Rio+20 revela una ‘dicotomía falsa’, pero no la dicotomía identificada por el Banco Mundial en 1992, sino la relación entre un modelo de acumulación que ha definido el desarrollo global desde los inicios de los 1980s y la condición socio-ecológica de diversos sistemas panárquícos que evidencian mayor fragilidad.
Marlene Anchante
VerMarlene Anchante
Psicóloga y Directora Adjunta del Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Magíster en Psicología y Doctoranda en Antropología por la PUCP.
Hace trece años se dedica a la prevención y gestión de conflictos. Ha conducido diversas evaluaciones y monitoreo de conflictos relacionados con proyectos de inversión (minería, hidrocarburos y centrales hidroeléctricas). Ha participado en procesos de negociación y mediación entre comunidades campesinas y nativas, empresas y gobierno. Diseñó e implementó y actualmente es la coordinadora académica de las diplomaturas de especialización en análisis, gestión y prevención de conflictos del CARC-PUCP. Asimismo, ha realizado diversos programas de sensibilización a comunidades y funcionarios públicos. Ha sido Vicepresidenta del Consejo Directivo de la Defensoría para el Proyecto de Gas Natural Camisea (DPC). Entre el 2008 y el 2009 tuvo a su cargo la coordinación general de la DPC en las actividades realizadas en costa, sierra y selva peruana (sistemas de atención de quejas, facilitaciones de dialogo, mediaciones, fortalecimiento de capacidades, entre otros dirigidos a: comunidades campesinas de Ayacucho y Huancavelica, comunidades nativas del alto y bajo Urubamba, y gremios de pescadores de Chincha, Ica y Cañete así como las empresas del consorcio Camisea. Docente a nivel de pregrado y postgrado en la PUCP y otras universidades privadas. Expositora en seminarios y congresos relacionados con el conflicto, desarrollo y gobernabilidad.
Participación en PLANEO:
Jonathan R. Barton
VerJonathan R. Barton
Geógrafo, Universidad del País de Gales, 1987. Master en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Liverpool, 1989. Ph.D Historia Económica, Depto. de Historia Económica/Instituto de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Liverpool, 1994.
Su labor como investigador y profesor se concentra en temas de políticas medio ambientales, en particular las relaciones con las regulaciones, la producción y el comercio; desarrollo urbano sustentable; y economía política de Chile.
Ha sido profesor e investigador en la Universidad de East Anglia (1996-2004) y la London School of Economics (1993-96). Sus publicaciones incluyen libros sobre democracia en América Latina (con Laura Tedesco, Routledge 2004), globalización y regulaciones ambientales (con Rhys Jenkins y otros, Elgar 2002) y geografía política en América Latina (Routledge 1997), también artículos en revistas tales como Revista de la CEPAL, EURE, Comercio Exterior, Estudios Públicos, Geoforum, Area, Journal of Latin American Studies y Bulletin of Latin American Research.
Participación en PLANEO:
– Planificando para un desarrollo más sustentable. Lecciones de veinte años de un paradigma nebuloso
El Proyecto Conga. ¿Va o no va?
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[por Marlene Anchante R.]
Hacia fines del año pasado estalló una protesta social en el Perú por el Proyecto Conga. Se trata de un proyecto minero de cobre, oro y plata que está localizado en la región de Cajamarca a 585 km de Lima. El titular del Proyecto Conga es Minera Yanacocha, teniendo como principales participantes a la Compañía de Minas Buenaventura, Newmont Mining Corporation y la Corporación Financiera Internacional. Los yacimientos de Perol y Chailhuagón objetivo del Proyecto fueron descubiertos hacia el año 1991. En el 2004 se iniciaron las actividades de exploración del Proyecto, para luego entre el 2005 y 2007 realizarse los estudios de línea base ambiental. De forma tal que, el EIA fue aprobado en el 2010 y un año después el Directorio de Newmont aprobó el financiamiento y ejecución del Proyecto.
No obstante, la viabilidad económica del Proyecto Conga parte de la población de Cajamarca se opone a su desarrollo. ¿Quiénes y por qué se oponen a este proyecto minero?. Si bien ha existido una tendencia a homogeneizar a los opositores, lo real es que existen múltiples actores que a su vez representan diversos intereses. El gobierno se ha negado a dialogar con los “grupos radicales” cuyas motivaciones son percibidas como ideológicas y políticas. Si bien líderes de ONG´s, Frentes de Defensa Ambiental y otros liderazgos locales no son representativos en términos electorales, han mostrado tener una gran capacidad para movilizar a la población aprovechando la gran desconfianza en la autoridad. De modo que, el gobierno central ha terminado dando una respuesta represiva a pobladores que sienten desconfianza y temen legítimamente que se dañe sus tierras, agua, animales y plantas, entre otros.
Como resultado de esta dinámica que busca cambios a la fuerza, dos gabinetes de ministros han salido por causa del Proyecto Conga. A ello se suma que el Presidente Regional de Cajamarca protagoniza abiertamente un enfrentamiento frente al gobierno nacional y al Presidente Humala en particular. Pero las situaciones de crisis, donde la dimensión política del conflicto, cobra protagonismo por momentos, no deben llevarnos a olvidar las otras dimensiones de un conflicto y sus diversas causas. Entre las cuales se encuentran por ejemplo, la falta de credibilidad que tienen los Estudios de Impacto Ambiental, las altas expectativas por cupos de trabajo en las poblaciones del área de influencia, los pasivos ambientales, los incumplimientos de compromisos entre empresas y comunidades; así como las dificultades para ejecutar los recursos del canon y concretar beneficios para las poblaciones del área de influencia.
Todo esto forma parte de un conjunto mayor de causas que generan conflictos sociales que se encuentran en un nivel más estructural, y que están relacionadas con la desigualdad social. Cabe señalar que a ello se añade la ausencia de estrategias integrales, procedimientos y políticas para hacer frente a los conflictos sociales. El conflicto Conga, es una muestra de esfuerzos parciales e inconsistentes de solución. Así por ejemplo, a inicios del 2012 se privilegió una lectura del conflicto como un “asunto técnico” frente a los temores de afectación en la calidad y cantidad del agua. En tal sentido, el gobierno central puso todos sus esfuerzos en llevar adelante un peritaje internacional, cuyos resultados no permitieron retomar el diálogo.
Recientemente, se ha convocado a la Iglesia Católica como mediadora en el conflicto, luego de una escalada de violencia en Cajamarca, y el consecuente estado de emergencia. El momento actual como señala el sociólogo Julio Cotler enfrenta al Presidente Humala a un dilema: por un lado, dicho proyecto puede significar el futuro de las inversiones en el Perú; y de otro lado, el ceder a las presiones anti Conga podría traer una denuncia al Estado Peruano ante el CIADI. La situación actual es de incertidumbre no se sabe si Conga ¿va o no va?. Está pendiente una estrategia de intervención integral y coherente que parta por analizar el conflicto asumiendo toda su complejidad, sus múltiples dimensiones y sus distintos niveles de causalidad.
La ciudad y su entorno: un solo elemento
VerLa ciudad y su entorno: un solo elemento
[Por Claudio Tapia Balboa]
Es posible apreciar que en Chile cada vez que se habla de la ciudad, a ésta se la considera un elemento aislado de su territorio. Llega a parecer que la consideración de los espacios que la rodean, como lo son sectores rurales y áreas silvestres, no existen al momento de abrir debates y generar estudios asociados. El creer que la ciudad es una serie de engranajes aislados funcionando por su propio peso es tan ridículo como la distribución de áreas verdes en que vemos hoy nuestra capital.
El error de planificar la ciudad de manera aislada, sin entender que está compuesta por una serie de elementos que la integran, alimentan y dan funcionamiento, es un hecho que desentiende la complejidad casi indescriptible que es parte de su esencia. Ahora la pregunta es si existe algún grado de conciencia o sensibilidad respecto a las conexiones entre los distintos territorios.
Es muy común levantarse en las mañanas, prepararse el desayuno y disfrutar de un buen pan, pero lo más probable es que uno no comprenda la historia que hay detrás de este típico alimento. El pan está hecho de trigo producido en algún campo del sur de nuestro país, pasando por cosechas, molinos y viajes para llegar a nuestra mesa, trayendo consigo una parte de la fertilidad del suelo, agua de los ríos y trabajo de la gente. Tras esto, ¿podemos decir que la ciudad y el resto del territorio son cosas inconexas? ¿Hasta dónde llega realmente una ciudad? Está claro que todo esto es algo variable según la percepción de cada individuo, pero lo que sí es seguro es que su complejidad es abrumadora.
Durante el foro de Sustentabilidad y Territorio[1] realizado en Julio, se mencionaron los glaciares que posee la Cordillera de los Andes frente al Gran Santiago, ellos son el agua que nosotros bebemos día a día. Su importancia es inmensa y a pesar de ello no existen suficientes estudios e información que los describan con la profundidad que se requiere. Esto deja en evidencia la inconexión que muestra la urbe con sus recursos naturales, recalcando el escaso sentido de pertenencia y desarticulación de las personas con el territorio.
Por otra parte, muchas veces la problemática radica en la actuación, ya que ésta debe integrar la articulación del territorio en su totalidad, entendiendo que los recursos naturales se encuentran en sectores rurales o silvestres. Así, para una planificación desarrollada, con una armonía y ritmo apropiados, se debe entender como la naturaleza ha pasado por procesos de artificialización debido a la expansión antrópica, creando identidades y estilos únicos de adaptación y gobernanza del territorio, traducidos en lugares, pueblos y ciudades con un sello característico.
En el caso de las ciudades, el ritmo que poseen se encuentra muy por fuera del calibre natural, donde la sustentabilidad es un concepto que debe ser moldeado hasta quedar torcido para que posea coherencia alguna. Sustentabilidad, palabra que permanentemente es balbuceada como imagen de empresas y campañas políticas, logrando descalificar la real importancia y significado que hay detrás este concepto. Me tocó estar en el tercer foro Santiago 2041, y mientras comentaban temas energéticos me percaté que estos destacados consideran como verdad absoluta que la calidad de vida está ligada directamente a la demanda energética, me da la impresión que para las empresas la única solución se vislumbra conteniendo una mayor producción de electricidad, negocio redondo para el monopolio energético y quizás no tanto para nuestro territorio.
De la misma forma, aparece el Gobierno indicando que el país crece un 4% anualmente, pero ¿es ese valor realmente acertado? ¿Esto se acerca a la renombrada sustentabilidad? Si crecemos a costo de generar explotación del territorio, extrayendo nuestro patrimonio para ser exportado, en vez de vincularlo con su gente para generar beneficios en el mismo lugar.
El desafío consiste en integrar al territorio, comprendiendo la urbe, lo rural y lo natural como un sólo concepto donde se interrelacionan todos los ámbitos. Considerando que se genera un flujo entre sectores, otorgando servicios económicos, sociales o ecosistémicos en distinto grado, siendo siempre fundamental que se logre un equilibrio entre los flujos. Estos son conceptos clave para el desarrollo regional descentralizado y sustentabilidad aplicada de los asentamientos humanos, siendo la cuenca geográfica la unidad básica funcional y operacional. De este modo, la sustentabilidad comienza con la concepción holística del territorio, integrando todas las escalas de actuación, desde los sectores silvestres hasta el corazón de las metrópolis.
Dicho lo anterior, la planificación significa sentarse a pensar bien antes de ejecutar las cosas, contemplar aspectos de funcionalidad, estética, ecología y ocio para tomar decisiones. Siendo categórico, Santiago ha carecido de esto, formándose comunas muy precarias en distintos ámbitos, sin áreas verdes, sectores recreativos o propuestas de comercio; siendo exactamente todo lo contrario a la tan mencionada sustentabilidad.
Lo positivo es que existen comunas que están planteado una planificación bien articulada, como lo es el caso de La Pintana, fundada el año 1985 para alojar al sector pobre que fue erradicado de comunas como Providencia, La Reina y Las Condes; una década después nace el DIGAP (Dirección General Ambiental de La Pintana) incorporando estrategias como el manejo de residuos, compostaje y educación ambiental de forma interactiva, logrando un aumento significativo en las áreas verdes e impulsando la participación ciudadana. Hoy por hoy La Pintana es un ejemplo para todas las comunas del país, logrando grandes resultados con uno de los presupuestos más bajos de Chile.
Entonces, ¿la planificación sustentable es un desafío imposible? Lo anterior demuestra que se debe comenzar con buenas ideas que consideren y articulen todas las partes involucradas, para así lograr comprender y aplicar una justicia ecológica que sea armónica tanto para los actores como también para el entorno.
[1] Foro desarrollado por la Universidad de Chile (sede), Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad Diego Portales.
Claudio Tapia Balboa
VerClaudio Tapia Balboa
Ingeniero Agrónomo UC, mención Ciencias Vegetales, Minor en Geografía del Ambiente, 2012.
Dedicado al ordenamiento y planificación territorial enfocados al ámbito medioambiental. Su tesis refiere al desarrollo de un sistema de caracterización de estilos de agricultura, buscando la integración de aspectos sociales para un desarrollo apropiado del espacio rural.
Actualmente trabaja en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, en el proyecto “Huella de Carbono del archipiélago Juan Fernández”.
Participación en PLANEO:
La sustentabilidad de los Espacios Urbanos: desigualdad y fragmentación
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Reseña al artículo Tipologías de expansión metropolitana en Santiago de Chile: precariópolis estatal y privatópolis inmobiliaria*
[Por Karen Helmer]
En Chile, durante la época del gobierno militar, se buscaba reducir la intervención del Estado en la política económica. Para lograr esto se implementaron políticas neoliberales, que conllevaron la formación de un mercado capitalista en diversas áreas a nivel país. Así la producción, distribución y precios de los distintos bienes y servicios, se determinan según el libre equilibrio que exista entre la oferta y demanda de productores y consumidores. Esto lleva a que ejes propios de una ciudad, como seguridad y espacios, sean determinados según una oferta y demanda, involucrando la capacidad de pago de los distintos actores.
La ciudad se construye bajo una tensión social entre quienes tienen y quienes no tienen capacidad de pago, infiriendo en la construcción de los espacios de los propios habitantes, produciendo una segregación espacial, que Alvarez, Borsdorf, Hidalgo y Zunino (2008) denominan privatópolis inmobiliaria y precariópolis estatal. Con lo primero se refieren a aquellos espacios residenciales cerrados o condominios que son construidos por un promotor inmobiliario privado, el cual busca una rápida rentabilidad mediante el uso de suelo, ofreciendo recursos paisajísticos, seguridad, accesibilidad e infraestructura. Por otro lado, la precariópolis estatal se relaciona a espacios monofuncionales caracterizados por la presencia de servicios de electricidad, agua potable, luz eléctrica y a veces calles pavimentadas, pero que se encuentran en suelos de bajo valor y carecen de servicios y equipamientos que resultan indispensables para el desarrollo de la vida urbana.
La precariópolis estatal se asocia a una vivienda social posicionada en un terreno con bajo valor por unidad de superficie, que generalmente se localiza en la periferia de la ciudad y cada vez más en espacios que limitan con el área metropolitana para el caso de Santiago. Así las zonas periurbanas comienzan a caracterizarse por habitantes con menores recursos económicos, por ende, provocan una disminución de la condición socioeconómica del lugar, incentivando un cambio regresivo de los espacios (Hidalgo et al, 2008). Así, antes que la población interactúe y se mezcle, las políticas neoliberales han llevado a una segregación espacio-social que no incentiva el aumento del capital social y cultural mezclado a nivel país, sino más bien a una separación de la sociedad que se observa en los altos beneficios que acaparan los habitantes de la privantópolis inmobiliaria.
La privantópolis inmobiliaria son conjuntos residenciales que tienden a aumentar el capital social y económico del lugar, ya que las integran personas que, debido al capital económico que poseen, han podido manifestar y llevar a cabo su demanda por un lugar con las características que realmente ellos desean. Así, la oferta para éstos es muchísimo más amplia. Generalmente, estos actores son de sectores medio y medios altos, que buscan una vivienda de mayor tamaño predial y construido en un lugar transicional entre lo rural y lo urbano donde desarrollar actividades de ocio inmersas en la naturaleza y lo rural (Hidalgo et al, 2008).
Lo anterior, en término algo irónico, podría llevar a decir que al menos una de las partes de la población vive en un lugar ameno y con las características que ellos desean. Sin embargo, y sin considerar que la población de mayores ingresos es minoritaria en comparación con la población de menor ingreso, esta segregación produce una nueva desigualdad referente a la planificación urbana.
La planificación urbana orienta y regula el desarrollo de los centros urbanos en función de una política de desarrollo socioeconómico, para lo cual, bajo la autoridad de la SEREMI de Vivienda y municipios, en cada comuna existe un plan regulador comunal que desarrolla un plan estratégico delimitando los distintos usos de suelos existentes. Sin embargo, esto queda algo a la deriva al existir grupos que, bajo los términos de oferta y demanda, controlan de cierta forma el mercado de suelo al localizarse residencialmente en el lugar que ellos prefieran y puedan pagar, desarrollando los servicios y las funciones que éstos necesiten. Buscando, y según gustos propios dichos anteriormente, áreas intermedias entre lo rural y urbano que provocan una expansión del límite residencial, ampliando informalmente estos planos reguladores, por ejemplo, bajo las parcelas de agrado, donde estos lugares destinados a lo agrario son usados como residenciales y/o ocio, “su construcción no depende de una normativa de construcción urbana sino de la factibilidad de las empresas que otorgan el servicio” (Hidalgo et al, 2008). Así el mercado continúa la regulación de los lugares, dejando a un lado la ordenación territorial de la legislación urbana, dominado por las relaciones de poder entre los actores involucrados. Esto puede conllevar serios problemas sociales, donde las relaciones de poder se vuelvan peligrosamente corruptas y la población con menores recursos se vea aún más desfavorecida.
Claramente no se puede negar el auge y gran crecimiento económico que ha experimentado el país luego de la implantación del modelo neoliberal. Sin embargo, muchas veces queda en el olvido sectores sociales bajos que no tienen las mismas herramientas o capacidades para competir en el mercado. Por ello, las políticas públicas debiesen implementarse teniendo el debido cuidado de no perjudicar a este sector. A pesar que la precariópolis estatal obtiene su vivienda y espacio donde vivir, esto no debiese traspasar la seguridad y la justicia de un país.
*Hidalgo, R., Borsdorf, A., Zunino, H., y Álvarez, L. (2008). Tipologías de expansión metropolitana en Santiago de Chile: precariópolis estatal y privatópolis inmobiliaria. En Diez años de cambios en el Mundo, en la Geografía y en las Ciencias Sociales, 1999- 2008. Actas del X Coloquio Internacional de Geocrítica, Barcelona. Disponible de http://www.ub.es/geocrit/-xcol/434.htm
Karen Helmer
VerKaren Helmer
Bachiller en Ciencias Sociales y Humanidades, cursando el último semestre de Sociología y realizando el certificado académico en Estudio Urbanos Regionales en la Universidad Católica de Chile.
Participación en PLANEO:
– La sustentabilidad de los Espacios Urbanos: desigualdad y fragmentación
Hacia la sostenibilidad en las zonas urbanas_Conceptos básicos e iniciativas para el necesario cambio de modelo
VerHacia la sostenibilidad en las zonas urbanas_Conceptos básicos e iniciativas para el necesario cambio de modelo
Revista Planeo Nº6, Sustentabilidad y Planificación, Agosto 2012
Práctica: El Consejo Colombiano de Construcción Sostenible
Resumen: A propósito del tema “Sustentabilidad y planificación” en esta oportunidad daremos a conocer la visión del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible frente al desarrollo urbano, el cual lo plantea como un proceso que depende de un balance del sistema urbano-regional en su dimensión económica, social y ambiental. Bajo esta lógica, este artículo coloca en valor los principios de sostenibilidad y resiliencia como base para guiar la gestión integral del territorio.
El Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), es una red de personas, empresas y entidades, cuyo objetivo es promover la transformación de la industria de construcción para lograr un entorno responsable con el ambiente y el bienestar de los habitantes colombianos. Su trabajo se desarrolla bajo cuatro líneas estratégicas: educación, gestión técnica, apoyo en la formulación de política pública y comunicación y mercado en red.
[Por Cristina Gamboa, Directora Ejecutiva del CCCS.]
Los conceptos de ciudad sostenible y construcción sostenible han venido recibiendo gran atención como propuestas viables ante el rol esencial de las urbes, con creciente número de habitantes, en la economía mundial del Siglo XXI y las necesidades de uso eficiente de los recursos y de mitigación y adaptación al cambio climático. En efecto, el entorno edificado, por sus actuales características de habitabilidad, es responsable de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero (IPCC 2004) y ha sido identificado como el área con el mayor potencial de mitigar esas emisiones (PNUMA 2011). Así mismo, el entorno edificado es responsable en promedio en el mundo del 20% del consumo de agua potable, 25% del consumo de la madera cultivada, 30-40% del uso de la energía y 40-50% del uso de las materias primas.
Ante estos significativos impactos, los distintos actores de la cadena de valor de la construcción, hoy reconocen que sólo hay una respuesta lógica ante los retos ambientales, sociales y de productividad que enfrentamos en nuestros tiempos. Esa respuesta es la adopción de prácticas de desarrollo sostenible aplicadas a nivel urbano y para la construcción y regeneración urbana.
En este artículo para PLANEO elaboraremos sobre estas temáticas para lograr avances tangibles hacia la sostenibilidad en las zonas urbanas. Por supuesto, la ciudad es por definición un sistema complejo. Sin embargo, desde el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) consideramos que esta condición no es una barrera para la inacción y estamos a tiempo para adoptar una serie de instrumentos adaptados a nuestros tiempos, con soluciones simples y apropiadas a la gestión y circunstancias locales en pro del desarrollo sostenible.
Dinámicas urbanas y la sostenibilidad
Vivimos en un mundo cada vez más urbanizado y Colombia no escapa a esta dinámica, pues se proyecta para 2020 que el 80% de su población será urbana. Ante este crecimiento, que tiene consecuencias sociales, económicas y ambientales, las ciudades responden con instrumentos que buscan un balance urbano y fiscal. En este marco se busca atender, por ejemplo, las necesidades físicas de provisión de vivienda, servicios públicos, centros educativos, de salud y policiales, redes viales y demás infraestructura urbana.
Pero las políticas públicas actuales están siendo ineficaces en cuanto a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El deterioro es evidente, como resultado de lo anterior: la contaminación crece, la construcción de vivienda informal persiste (con graves problemas de salubridad por falta de servicios públicos), la crisis de movilidad es incuestionable y la vulnerabilidad de los centros urbanos ante los desastres naturales -cada vez más frecuentes e impredecibles producto del cambio climático-, va en aumento.
Es importante subrayar que en el proceso de crecimiento urbano se impactan los municipios rurales vecinos, los cuales también dependen de la ciudad. En estas dinámicas urbano-regionales existe una noción de desequilibrio y falta de conciencia sobre la corresponsabilidad. Las realidades urbanas traspasan sus perímetros e impactan el territorio del cual dependen para su funcionamiento y que determinan el nivel de su calidad de vida, tales como servicios públicos, energía, alimentos y servicios ecosistémicos, entre otros.
Ante estas realidades, queremos destacar las posibilidades de actuación frente a la situación de las ciudades colombianas. Sin duda, siempre hay oportunidades frente los grandes desafíos y los pequeños pasos que se han dado a la fecha hacia la sostenibilidad pueden comenzar a replicarse y vigorizarse con alianzas público privadas y articulación interinstitucional.
La ciudad sostenible y resilente
En las ciudades sostenibles hay dos conceptos muy importantes que van de la mano: sostenibilidad y resiliencia. Por un lado, el término sostenibilidad se refiere a las prácticas de producción y consumo responsable, que tienen en cuenta el límite de disponibilidad de recursos –tanto para nuestra generación como para las futuras- y que propenden por una mayor eficiencia en su utilización.
El concepto de desarrollo sostenible aplicado a las zonas urbanas puede dársele también la siguiente interpretación práctica, dada por el Consejo Internacional de Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI, 1994): “El desarrollo sostenible es aquel que ofrece servicios ambientales, sociales y económicos básicos a todos los miembros de una comunidad, sin poner en peligro la viabilidad de los sistemas naturales, construidos y sociales de los que dependen la oferta de esos servicios”.
Por lo tanto, el concepto de ciudad sostenible es un proceso y no un fin, y el desarrollo urbano y regional sostenible no es un obstáculo del crecimiento económico ni de la rentabilidad de la industria. Sencillamente el desarrollo urbano sostenible propende por un balance en el sistema urbano-regional en sus dimensiones económica, social y ambiental, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y sin poner en entredicho la disponibilidad de recursos para las generaciones futuras.
El concepto menos conocido de resiliencia, por otro lado, es de igual o mayor relevancia en nuestros tiempos. En términos de los sistemas naturales, la resiliencia se refiere a la capacidad que tienen estos sistemas para recuperarse con ocasión de acontecimientos fuera de lo común.
Un ejemplo concreto de estos sucesos no ordinarios a nivel del territorio y de las ciudades, fueron los efectos posteriores a las dos pasadas oleadas invernales, que derivaron en una emergencia generalizada con sucesos tales como inundaciones, deslizamientos, pérdida total de cultivos y población desplazada. En este contexto, las infraestructuras de servicios públicos domiciliarios tienen un papel muy importante para lograr entornos urbanos adaptados y capaces de recuperarse ante eventos poco predecibles. Para este objetivo es fundamental contar con sistemas de prevención y gestión de riesgos, pues no es suficiente tener capacidad de respuesta ante las amenazas del cambio climático. Es urgente prevenir tragedias con una planeación a largo plazo.
Ahora bien, las ciudades sostenibles son más que una colección o sumatoria de edificaciones sostenibles (ver recuadro para una definición de construcción sostenible). Conceptualmente, estos centros urbanos se componen de barrios y distritos verdes con infraestructura eficiente que replica los procesos y ciclos naturales, por lo cual se reducen los impactos en los sistemas receptores.
En el centro de esta visión de ciudad están las comunidades sostenibles que se basan en la promoción del desarrollo de usos mixtos, mezcla de estratos y densificación responsable, ojalá en suelo ya urbanizado con plena provisión de servicios de agua, electricidad, saneamiento y movilidad. Las unidades de vivienda pueden incorporar soluciones de construcción sostenible, con una buena implantación en el territorio, diseño bioclimático, y soluciones prácticas para la eficiencia en el consumo energético y de agua para derivar en un mayor ingreso familiar disponible para atender otras necesidades del hogar.
Este modelo de ciudad permite consolidar comunidades inclusivas y prósperas a largo plazo, sostenibles en el tiempo, las cuales pueden vivir y encontrar empleo en la misma zona. Además de estos procesos virtuosos, la mezcla de usos, servicios y equipamientos locales, también ahorran tiempo y dinero a los habitantes, y a la vez minimizan los impactos en la movilidad en la ciudad.
Movilidad, energía, desperdicios y agua
Además de los ya mencionados usos del suelo y la promoción de distritos verdes o comunidades sostenibles, hay otra serie de iniciativas que son de la mayor relevancia para el funcionamiento de un sistema urbano como un sistema natural, donde el equilibrio se alcanza y mantiene mediante la gestión ecológica y económica de los flujos. Como principio esencial la idea es propender por la integración del cierre de los ciclos de recursos, energía y residuos. Algunas de las iniciativas que aportan en la dirección de este concepto tienen relación con movilidad, energía, desperdicios y agua.
La iniciativa de movilidad sostenible se refiere a sistemas de transporte que minimizan su gasto energético y su consecuente impacto en la contaminación. La caminata, la bicicleta y el transporte público limpio y de alta calidad, deben ser los ejes fundamentales para reducir la dependencia del carro particular (o motos) como medio principal de transporte. El impulso local a culturas de movilidad sostenible es esencial y para su logro se requieren de incentivos (no prohibición), pues en Colombia la mayor parte de la contaminación del aire proviene de las fuentes móviles de transporte.
El área de energía sostenible hace referencia a la necesidad de mejorar la eficiencia en el uso de la energía y mejorar el manejo de las cuencas donde se ubican las hidroeléctricas. Esta iniciativa también contempla tópicos como la renovación de las plantas térmicas, la promoción de los biocombustibles y del uso de energía renovable, tanto a nivel industrial como en los sistemas de movilidad y residencial. Para las zonas no conectadas, las soluciones de energía solar o eólica vienen probando su potencial para transformar comunidades y generar oportunidades de inclusión económica y social.
En cuanto a la generación de desechos, la industria de la construcción tiene mucho por hacer para maximizar su reciclaje en obra. Más allá de la responsabilidad sectorial, la ciudad debe adoptar un manejo avanzado de los desechos, impulsar la cultura del consumo responsable y buscar condiciones para que el reciclaje y la minimización de los desperdicios sean la norma y no la excepción entre la ciudadanía.
Una iniciativa fundamental para la ciudad sostenible tiene relación con el agua, en la cual es de la mayor importancia fomentar asociaciones entre los sectores público y privado para lograr políticas de planeación y utilización eficiente y responsable de este servicio vital para los centros urbanos. En nuestra opinión, las alianzas y políticas públicas deben reconocer la importancia de lograr una gestión integral del recurso hídrico, desde la protección y aseguramiento de la cuenca hasta la provisión de agua potable, servicios de alcantarillado y manejo integrado de las aguas lluvias. En esta planeación deben incorporarse sistemas de identificación de las zonas de riesgo del país y fomentar un desarrollo urbano-regional armónico, que coopere con las necesidades de producción formal de soluciones habitacionales para la población.
Quizá podría afirmarse que la premisa dominante en Colombia ha sido la de sacar el agua de la ciudad en el menor tiempo posible, por lo cual el actual entorno urbano es lo más impermeable posible y con grandes estructuras recolectoras de agua para conducir las aguas lluvias a los ríos (muchas veces sin descontaminar las aguas servidas) para su disposición final. Pero los nuevos regímenes de lluvias, asociadas con el cambio climático, evidenciaron que el modelo debe cambiar y la premisa debe ser otra: debemos retardar al máximo la llegada de esas aguas al colector final y motivar el cierre de los ciclos del agua a nivel de la edificación. En otras palabras, debemos re-aprender a pensar simple, a menor escala, para ir los creciendo y retomar los principios de sistemas urbanos cerrados para minimizar las escorrentías y la contaminación.
Es el momento para decantar la amplia normativa existente en Colombia en cuanto al manejo del recurso hídrico para incluir incentivos para fomentar su manejo integrado en las ciudades colombianas. En un país con la riqueza hídrica de Colombia, consideramos que nuestras ciudades deben reconocer en los ciclos hídricos un factor fundamental de ordenamiento territorial, de diseño urbano y de gestión integral del riesgo. La naturaleza nos brinda las claves que necesitamos para optimizar el uso de los recursos para lograr urbanismos que funcionen con la hidrología natural, sobre todo en climas tropicales en donde la hidráulica es tan exigente.
Las empresas de servicios públicos de acueducto y alcantarillado, están llamadas a trabajar de la mano del sector privado y la comunidad para dar un manejo integrado y sostenible al recurso hídrico. La regulación que gobierna a las empresas de servicios públicos podría avanzar en resolver la contradicción aparente entre conservación de los recursos y el comercio del servicio, para que la conservación y uso eficiente sea fuente de beneficios. Cabe mencionar que un paso en la dirección correcta es la reglamentación contenida en el nuevo Conpes[1] de Espacio Público expedido en enero de 2012, el cual reconoce el gran potencial del espacio público como infraestructura verde y su rol esencial en el manejo integrado del agua.
Desde el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) seguiremos trabajando por una regulación adecuada en numerosos ámbitos, con el decidido concurso de todos ustedes: sector privado, gobierno nacional, entidades territoriales y academia. Nuestro objetivo es lograr ciudades más sostenibles, socialmente incluyentes, responsables en sus hábitos de producción y consumo y, sobre todo, entornos que brinden una mejor calidad de vida para todos.
Qué es la sostenibilidad en la construcción
La construcción sostenible es un factor de innovación, competitividad y crecimiento de la industria en el mundo, la región y en el mercado colombiano. Existe una tendencia de alta penetración de la construcción sostenible en el mercado local y el CCCS está comprometido con la profundización del proceso de masificación de su conocimiento y aplicaciones.
El concepto de construcción sostenible incluye:
– Mejores prácticas durante todo el ciclo de vida de las edificaciones (diseño, construcción y operación)
- Minimizar el impacto del sector en el cambio climático, el consumo de recursos y la pérdida de biodiversidad
– Objetivo común: la reducción de su impacto en el ambiente y un mayor bienestar de sus usuarios
– Algunos elementos clave:
- Gestión del ciclo de vida
- Relación estrecha de edificación con el entorno
- Uso eficiente y racional de la energía
- Conservación, ahorro y reutilización del agua
- Utilización de recursos reciclables y renovables
- Selección de insumos y materiales derivados de procesos de extracción y producción limpia
- Mayor eficiencia en técnicas de construcción
- Cambios en hábitos de personas y comunidades
Sobre el CCCS
El Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) es una organización privada sin ánimo de lucro fundada en febrero de 2008, que promueve la transformación de la industria de la construcción para lograr un entorno responsable con el ambiente y el bienestar de los colombianos. Actualmente el CCCS cuenta en su red con la participación de más de 170 entidades, entre las cuales están empresas, colegios, universidades, organizaciones no gubernamentales y gremios.
Como miembro pleno del Consejo Mundial de Construcción Sostenible (www.worldgbc.org), el CCCS cuenta con un reconocimiento internacional por su aporte a la promoción de mejores prácticas en la construcción. Sus acciones se concentran en fortalecer el conocimiento sobre construcción y urbanismo sostenible, fomentar la utilización de sistemas de certificación y normalización de mercados verdes en la construcción y colaborar con el gobierno nacional y los gobiernos locales para gestionar y apoyar la formulación de políticas de producción y consumo responsable para el sector.
Para mayor información ver www.cccs.org.co
[1] El Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) es un organismo técnico asesor del gobierno colombiano y la máxima autoridad nacional de planeación en el país. Para coordinar y orientar a los organismos del gobierno encargados de la dirección económica y social y definir las líneas de política, el Conpes realiza el estudio y aprobación de documentos que son presentados en sus reuniones. Los documentos Conpes, son el instrumento técnico de apoyo y coordinación en la formulación de las políticas.
Wall-E. Ser sustentables ¿decir o hacer?
VerWall-E. Ser sustentables ¿decir o hacer?
[por Mairelys Domínguez]
La ciencia ficción tiene la particularidad de mostrarnos mundos alternativos, con visiones diferentes del planeta que habitamos. Cuando esta visión se dirige hacia un público juvenil, a través de los dibujos animados, se crea una especie de encuentro intergeneracional más efectivo. Este es el caso de la película Wall-E, la cual nos presenta un panorama hostil de la tierra y una dependencia casi total de la tecnología. Wall-E nos transporta al año 2805, hacia los vestigios de una ciudad totalmente despoblada y repleta de desechos. Esta ciudad tóxica, no es más que el producto de la degradación hecha por la especie humana en años anteriores.
Esta situación lleva a que una empresa privada lance una serie de robots para realizar los trabajos de limpieza necesarios y transformar nuevamente la tierra en un lugar habitable. Pese a todas las expectativas, los robots fallan en sus primeros 5 años de vida útil, quedando como único sobreviviente Wall-E, quien se encarga de recoger los distintos objetos que la especie humana utilizó. En todo este tiempo, Wall-E se ha convertido en una especie de reciclador, técnica que le ha permitido sobrevivir, pues ha recogido las piezas de los demás robots defectuosos. Lo interesante es que junto a estas técnicas de supervivencia, él también ha adquirido emociones y sentidos humanos.
La empresa que puso en marcha a los robots, en compensación por los fallos, crea una nave o axioma para llevar a las personas al espacio, mientras que la tierra es restablecida, en una espera que se vuelve casi indefinida. Cierto día, es enviada EVA, una robot tipo sonda, que tiene como fin, encontrar alguna señal de vida en la tierra, para así regresar y volver a comenzar de nuevo. EVA, se encuentra con Wall-E, creándose una combinación, entre el hallazgo de una planta en un zapato (planta que Wall-E estimaba colocar en su colección personal) y diversas situaciones que involucran a ambos robots. La aventura, concluye con esta planta como una nueva fuente de vida, en demostración de que la tierra tiene esperanza.
Centrándonos ahora en su contenido, tenemos que la película fue intencionada, desde su diseño y realización, lo que nos permite hacer una especie de comparación con nuestra vida en la actualidad. En palabras de su propio creador, Andrew Stanton[1]:
«Me di cuenta de que esto es una metáfora perfecta de la vida real. Todos caemos en nuestros hábitos, nuestras rutinas y nuestros surcos, consciente o inconscientemente, para evitar vivir; para evitar tener que hacer la parte sucia; para evitar tener relaciones con otras personas. Es por eso que todos podemos tenernos en nuestros teléfonos celulares y no tener que tratarnos unos con otros”.
Si consideramos que “El Axioma” es la misma cápsula en la que nos encontramos a diario, donde somos casi dependientes de la tecnología, los robots antiguos como Wall-E, son parecidos a los artefactos que guardamos en nuestras bodegas o almacenes. Es allí donde están los equipos que ya no nos sirven. Esto se ha vuelto muy común, compramos un artefacto nuevo y lo remplazamos inmediatamente. Aquel antiguo instrumento que tanto nos servía, ahora no es más que basura. Pero sin recriminarnos, la verdad es que estamos buscando alternativas que nos permitan vivir de manera confortable, siendo esta una de las ventajas de este último tiempo.
La mayoría de los habitantes de las ciudades somos igual de dependientes que las personas que van montadas en el Axioma de Wall-E, pero en un grado diferente. Por ejemplo: nuestra vida no funcionaría igual si nos levantáramos a las 7:30 a.m., vamos a tomar una ducha y nos encontramos con el terrible episodio de que no hay agua. Para complicar más las cosas, vamos al refrigerador y descubrimos que se ha cortado la energía eléctrica. Como podemos notar, no solo los tripulantes de la nave dependen de la tecnología, nosotros también. Este caso no se aplica a lo rural, ni a muchos países subdesarrollados, ya que en estos dos contextos las dos situaciones antes mencionadas suelen ser cosas de la vida normal.
Nos encontramos en un mundo cambiante, de eso tenemos la certeza, y lo sabemos al leer sobre calentamiento global, sobre crisis alimentaria y estrés hídrico. Estos temas están plasmados en imágenes, pero no lo experimentamos o al menos eso creemos. Ciertamente es admirable ver como otros reciclan, como algunos publican sus fotos en África y dejan expuestas sus intenciones de cambiar el ritmo de consumo que llevamos. Sin lugar a dudas, todo eso lo estamos disfrutando desde hace años.
Este boom ecológico, a través del arte y de los diversos medios, nos llama poderosamente la atención, pero en nuestro interior no sabemos si la conversión es real. En mi caso particular, cada vez que voy a tomar una ducha o me dispongo a deshacerme de la basura, me siento culpable porque a pesar del conocimiento que he adquirido sobre el respeto por el medio ambiente, no soy una persona sustentable. Esta es una acusación seria, pues como parte de un sistema socio-ecológico, sé que en algunos aspectos si lo soy, pero en otros no. A raíz de esto, pienso que el camino hacia la no culpabilidad se trata de la unificación de criterios individuales en donde primen las convicciones y, por qué no, el sacrificio.
Es difícil aceptar que estamos pasando más tiempo disfrutando ser sustentables como un ideal y no como una realidad. A qué me refiero con realidad, pues básicamente, a que algunas personas en el mundo sobreviven como Wall-E de los desechos. Diremos que esa no es la meta a la que pretendemos llegar, nadie quiere ser pobre. Todos aspiramos a ser ricos y otros a serlo aún más. Pero en esta autocrítica que nos concierne a todos, no pondremos condicionantes sociales. Por el momento me gustaría afirmar que quiero ser por un instante como una niña de Moradabad, un estado indio de Uttar Pradesh. Estos niños de Oriente, pertenecen a una comunidad de 500 familias, originarias de Bangladesh, y sobreviven nada más y nada menos que rebuscando entre desechos o tirando de los «rickshaw».
Si queremos saber qué siente un robot con emociones humanas, pues ellos serían el mejor ejemplo. Por mi parte y practicando con mi símil de Wall-E, lo que puedo hacer es dejar de ver los paisajes en la pantalla del computador o en alguna red social. Reutilizar todo lo que pueda y sobrevivir con lo que tengo. La práctica constante quizás pueda ser la clave del cambio. Y es que ser sustentable es algo que nace de manera intrínseca, es una conciencia que va más allá de las simples definiciones teóricas, es una conciencia que me repite cada mañana: no gastes tanta agua, en África la necesitan más que tú.
Francisco Sabatini
VerFrancisco Sabatini
Sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile 1977, Magíster en Planificación del desarrollo urbano de la misma universidad, 1982 y Ph.D. en Planificación Urbana de la Universidad de California, Los Angeles 1993. Trabaja en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales como profesor e investigador.
Se ha especializado en segregación residencial, conflictos ambientales, planificación urbana y participación ciudadana. Actualmente es investigador principal del proyecto “Cultura de Integración y Cohesión Social en las Ciudades Chilenas” del Programa Bicentenario en Ciencias y Tecnología de CONICYT-Chile; y es Director del Programa de Fomento de las Políticas Urbanas y de Suelo en Chile, ProUrbana, del Centro de Políticas Públicas UC. Es profesor invitado de varias universidades latinoamericanas, entre las que están la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) de México, la Universidad de Campinas en Brasil y la Universidad Nacional de Colombia.
Participación en PLANEO:
– Puchuncaví, o una radiografía al Chile centralista e insustentable
Área metropolitana de Lima-Callao: gestión pública y vulnerabilidad
VerÁrea metropolitana de Lima-Callao: gestión pública y vulnerabilidad
[por Jean Paul Kaiser]
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La costa Peruana, ubicada en la vertiente del Pacífico, concentra un 65% de la población nacional y aporta 80.4% al Producto Bruto Interno – PBI–, pero sólo recibe un 2% de los recursos hídricos nacionales. A su vez, el área metropolitana de Lima y Callao concentra casi la mitad de la población costera y casi una tercera parte de la población nacional (Miranda, 2011), además de una gran concentración de infraestructura estratégica (industrial, portuaria y aeroportuaria). En términos simples, las zonas del país que concentran la mayor población y capacidad productiva son las que se verán más afectadas en términos de stress hídrico (además de inundaciones costeras) producto del cambio climático.
Las áreas urbanas con gran concentración de población, industrias e infraestructura son susceptibles a recibir los impactos más severos del cambio climático (UN Hábitat, 2011). El área metropolitana de Lima-Callao (AMLC) constituye una urbe fragmentada, difusa y policéntrica que concentra el 52% de la pobreza urbana del Perú, además de aportar con el 45% del PBI (Producto Bruto Interno), el 56% del PBI Industrial y el 60% de los servicios nacionales (Miranda, 2011). La pobreza urbana está localizada principalmente en las zonas periféricas o conos producto de las migraciones campesinas iniciadas en la década del 40, y en gran medida poseen una alta vulnerabilidad debido su ubicación en zonas de riesgo y su falta de acceso a servicios básicos.
De acuerdo al reporte ambiental de Lima y Callao (Grupo GEA, 2010):
Los impactos del cambio climático en Lima y Callao están relacionados con la disponibilidad del recurso agua, la producción de alimentos y los desastres naturales asociados a fenómenos meteorológicos extremos o inesperados. Aún no existe un estudio específico de los impactos potenciales en la ciudad: se presume que las consecuencias serán más fuertes que en otros espacios, por la gran concentración de población, por su ubicación en el contexto de la red de comunicaciones del país, por la dependencia de productos y energía proveniente de ciudades vecinas y por el rol productivo de la capital.
Según Hornee et al. (2011), la construcción de resiliencia y capacidad adaptativa en las ciudades requiere de un enfoque sistémico e integral que son producto en primera instancia de una robustez en la toma de decisiones. El capital social, según UN-Hábitat (2011), es el factor clave de entre los cuales se determina la capacidad adaptativa.
Según Næss et al. (2005), el factor institucional es crucial para la adaptación al cambio climático ya que las instituciones afectan la distribución de la vulnerabilidad así como la capacidad de la sociedad para adaptarse. En el caso del área metropolitana de Lima-Callao, se constituye un hábitat que presenta altos niveles de fragmentación y segregación tanto por procesos históricos como por el modelo de gestión utilizado (Alva et al, 2009).
Existe una falta de articulación institucional dentro del área metropolitana, tanto a escala interdistrital como a raíz de los regímenes especiales atribuidos tanto a la ciudad de Lima como a la provincia constitucional del Callao. Según Alva et al. (2009), es necesaria la articulación (de Lima) con el Callao y su planificación urbana conjunta. Además acusa la gestión dispersa que se ha dado en los 43 distritos de Lima de manera histórica, lo cual imposibilita un enfoque integral del desarrollo de la metrópoli e incrementa las disparidades que se encuentran en el territorio, derivando en vulnerabilidad localizada de los sectores con menores recursos y peso político.
Lima, tanto a nivel regional como metropolitano, sufre de una gestión pobre y desarticulada (Miranda, 2011) que se ve limitada en parte por la gran cantidad de actores involucrados.
Según UN-Hábitat, las ciudades de mayor crecimiento son las menos preparadas y/o equipadas para hacer frente a las amenazas del cambio climático ya que suelen tener un profundo déficit en gobernanza, infraestructura y equidad socioeconómica.
El área metropolitana de Lima-Callao posee las condiciones de desarticulación institucional y déficit de gobernanza que tensionan una vulnerabilidad frente a los impactos del cambio climático y acotan una distancia a recorrer hacia una administración pública y/o una planificación sustentable.
Quizás uno de los mayores retos que enfrenta la gestión pública en el área metropolitana de Lima y Callao es la de alinear y coordinar una gestión pública bicéfala. El área metropolitana de Lima-Callao es una urbe resultante de la conurbación entre la Lima Metropolitana y la provincia constitucional del Callao, sin embargo manteniendo, cada una, su autonomía como ciudad, provincia y región en sí mismas. Este fenómeno urbano-administrativo genera el reto en cuestión que arroja la pregunta de ¿cómo alinear y coordinar la gestión pública entre Lima metropolitana y la provincia constitucional del Callao, dado que conforman un solo tejido urbano continuo?
Se puede inferir que, en alguna medida, esta fragmentación del territorio entre dos núcleos administrativos, junto con la dispersión a escala distrital mencionada por Alva et al. (2009) y la pobreza urbana, conjugan una vulnerabilidad que se puede ver exacerbada por el cambio climático y sus impactos sobre el territorio.
Así mismo, para poder apuntar a prácticas que se acerquen a un desarrollo urbano sustentable, deben introducirse de manera medular conceptos como gobernanza, resiliencia y capacidad adaptativa. Estos conceptos suponen un enfoque sistémico que obliga a un manejo integral de todos los componentes del sistema urbano (autoridades públicas, sociedad civil y privados) así como un cambio de enfoque desde “Lima metropolitana y la provincia constitucional del Callao” hacia un “área o región metropolitana de Lima-Callao”.
Blibliografía:
Alva, T. C., & Sofía Hidalgo Jaime Joseph. (2009). Lima no es el Perú: Reflexiones sobre una primacía sin ciudad. Retrieved from http://www.alter.org.pe/portal/publicaciones/Lima_noeselPeru.pdf
Liliana Miranda, R. T. (2011). Gobernanza del agua y Cambio Climático en Lima y Callao: Pasos para concertar escenarios. Presented at the Taller “Hacia una Agenda de Adaptación al Cambio Climático para la Ciudad de Lima, Lima, Perú. Retrieved from http://www.lima-water.de/documents/mirandatorres_mml2011.pdf
Grupo GEA, U. C. del S. (2010). Reporte Ambiental de Lima y Callao, 2010: Reportes de avances a 5 años del informe GEO. Retrieved from http://web.grupogea.org.pe/facipub/upload/cont/1418//files/reporte_ambiental_2010.pdf
Hornee, D., Bhada, P., Freire, M., Trejos, C., & Rutu, D. (2010). Cities and Climate Change: An Urgent Agenda. Retrieved from http://wbi.worldbank.org/wbi/Data/wbi/wbicms/files/drupal-acquia/wbi/CitiesandClimateChange.An%20Urgent%20Agenda..Pdf
Næss, L. O., Bang, G., Eriksen, S., & Vevatne, J. (2005). Institutional adaptation to climate change: Flood responses at the municipal level in Norway. Global Environmental Change, 15(2), 125–138. doi:10.1016/j.gloenvcha.2004.10.003
UN-HABITAT. (2011). Cities and Climate Change: Global Report on Human Settlements 2011. Retrieved from http://www.unhabitat.org/pmss/listItemDetails.aspx?publicationID=3086
Puchuncaví, o una radiografía al Chile centralista e insustentable
VerPuchuncaví, o una radiografía al Chile centralista e insustentable
[por, Claudia Pool y Francisco Sabatini, julio 2012.]
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Imponer a comunidades locales su sacrificio en aras de los intereses superiores del país, es un hecho recurrente en un país marcadamente centralista como Chile.
La experiencia de décadas de los agricultores y pescadores de la comuna de Puchuncaví, repartidos en sus localidades rurales y en la urbana Puchuncaví, así lo atestigua. Numerosas plantas industriales han degradado el medio ambiente y socavado la calidad de vida, teniendo a la estatal fundición y refinería de ENAMI, ahora de CODELCO, como el puntal histórico de esta masiva y sostenida agresión ambiental sobre un grupo de trabajadores chilenos y sus familias.
Condimentados por diferencias y singularidades sociales y culturales, estos recurrentes conflictos entre localidades y “globalidades” se nos presentan como aquellos entre los sueños de los lugareños y las políticas y ambiciones de los grupos dirigentes. Culturalmente, Chile centralista desatiende y resta valor a las peculiaridades y notas divergentes que se abigarran en su variada y loca geografía.
Puchuncaví muestra desnuda su precariedad material y social –hoy, su devastación ambiental–, al mismo tiempo que esconde, como si se tratara del tesoro que permite sostener las esperanzas y ejercer autonomía a sus habitantes, su pasado campesino y de esclavos negros, su religiosidad sincrética de bailes “chinos” practicada en pequeñas localidades de la comuna y proyectada hasta el presente, y su malestar profundo con los ricos y los políticos de Santiago.
Gerardo, pescador, dirigente de una cooperativa y activo integrante de los bailes “chinos” nos explicaba a fines de los años 90: “No pedimos a la Virgen por lo de los humos porque esas cosas no son de fe. Sólo se piden al señor y a la Virgen las cosas de fe, lo que usted cree que puede conseguir”. Por su parte Ernesto, campesino nacido en Puchuncaví, como su padre y su abuelo, recordaba: “Hicimos rogativas porque terminaran los humos, pero eso fue mucho tiempo atrás. Se hablaba de que iban a ponerle filtros; había esperanza. No voy a decir que la Virgen se ha puesto sorda, pero en realidad harto hemos hecho por terminar con la contaminación y no sacamos nada. Nosotros nos aburrimos ya. No se saca nada. Todo esfuerzo es inútil. Ahora todo depende de los grandes políticos, de los de arriba”. Y Gerardo abrochaba con pesimismo: “Con estas empresas nadie puede hacer nada; nadie, nadie. Aunque ellos vean que están matando a la gente, a ellos no les interesa. Sólo se interesan por ellos mismos. Uno nunca aparece bien parado ante esta gente, porque el rico ama el dinero y no al Señor”. [1]
En estos pliegues de nuestra geografía y en esos escondrijos de nuestro tiempo largo hay muchos Puchuncaví a lo largo y ancho de Chile para ser descubiertos y valorados. No somos ni profundamente conservadores ni tan homogéneos culturalmente como los grupos dirigentes y el Estado y sus instituciones nos han tratado de convencer. El “roto chileno”, modesto, apatronado y conservador, postulado como arquetipo de la chilenidad, no representa el alma de nuestro pueblo, que posee más recovecos, aguas profundas y secretos que los que podemos enumerar.
La pasividad no está en nuestros genes, como nos quieren hacer creer, sino que la gatilla la convicción realista de que se nos impondrán las decisiones y los proyectos “desde arriba”. ¿Para qué formar comités e iniciar acciones si nada se sacará? Pero cuando la esperanza se recupera, aunque sea provisoriamente, asistimos al despliegue de iniciativas organizadas, aún en medio de la precariedad y la falta de apoyo externo. La comunidad de Puchuncaví es un vivo ejemplo y un testimonio histórico de esa riqueza, también política, que existe en nuestras localidades.
La industrialización impuesta a Puchuncaví desde los años cincuenta del siglo pasado por el Estado chileno en concomitancia con las corporaciones económicas privadas, ha sido un presente griego. En esta historia jalonada de engaños y promesas, de agresiones y silencio, se fue acumulando una “deuda histórica” que el establishment chileno no ha estado dispuesto a pagar y que probablemente no pague jamás, mientras siguen apareciendo inversiones en plantas contaminantes complementados con nuevas contorsiones legales destinadas a aprobar o blanquear esos proyectos de parte de las autoridades nacionales comprometidas con los contaminadores.
Pero esa anquilosada práctica de imponer a las localidades por la razón y la fuerza lo que conviene a los intereses globales, enfrenta un futuro que se va cerrando. La economía que vivimos, el capitalismo liberal, sólo se mantiene vigorosa si crece a ritmos acelerados –tasas de 10 por ciento de incremento del producto parecen ideales para los especialistas– mientras vamos experimentando cada vez más claramente los límites ambientales de un planeta que es fijo y único.
Por eso es que el conservadurismo ambiental que han enarbolado desde su precariedad y por décadas los habitantes de Puchuncaví, representa una fuerza revolucionaria de futuro, quizás la más importante entre las que podemos avizorar. La defensa de la calidad de vida y la protección del medio ambiente son banderas conservadoras en el sentido estricto del término ya que su afán no es otro que el de mantener lo que existe. Pero su potencia es grande, ya que tales afanes conservadores irán forzando la transformación de la economía voraz y expansiva que hoy agrede al planeta y a los seres humanos.
Los sencillos habitantes del valle de Puchuncaví tienen un tesoro que mostrarnos y que compartir con nosotros, más allá de las miserias, inequidad e iniquidades al que el Chile oficial los ha condenado.
[1] Sabatini, Francisco y Mena, Francisco (1995). “Las chimeneas y los bailes chinos de Puchuncaví”, en Ambiente y Desarrollo 11(3).
Mall Costanera Center y sus conflictos urbanos
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Revista Planeo Nº5, Costanera Center, Julio 2012
[Por Rocío Ramírez B.]
“La Torre Eiffel de Paulmann” es una columna de Cristián Warnken publicada el jueves 26 de abril de este año. Ésta hace un análisis múltiple sobre la construcción del controversial Costanera Center yendo desde críticas éticas hasta prácticas y estéticas. Dicha columna se origina no sólo como una crítica a la gigantesca construcción de Avenida Andrés Bello con Tajamar, que rompe con toda la armonía y viabilidad del sector, sino también por la “comparación desmesurada” entre la Torre Eiffel de Paris y la polémica construcción Santiaguina. Paulmann, la gran cabeza tras este proyecto, asegura que sucederá lo mismo que en Francia: el rechazo a esta mega estructura se transformará en orgullo y un símbolo de representación nacional. La centralidad de esta columna recae en la crítica a la responsabilidad de las élites actuales frente al desarrollo económico y cultural del país, por sobre el beneficio propio. Warnken denuncia esta corrupción de las clases más poderosas del país al ver y conocer los efectos urbanos del Costanera Center; la falta de estudios de impacto vial, falta de estética armónica, construcción inapropiada para las necesidades e implicancias del sector, entre otras. En otras palabras, denuncia el descaro de construir dicho mall en las condiciones que fue construido.
A raíz de esto, se desprende el tema de los conflictos urbanos en los espacios de consumo. Warnken claramente apunta a esto cuando dice
“(…) un empresario que llega al sitial de él no puede irrumpir en el espacio público con un mall proyectado sin consideraciones ni cuidado, ni la mínima atención ni afecto por el lugar donde se instala.”
A pesar de que el Costanera Center es el mall más grande e innovador de Chile, que reformará el concepto de “mall” en este país, con innumerables tiendas y marcas que llegan a imponer nuevas tendencias y abrir un campo de consumo que más bien estaba reservado para sectores más exclusivos, será a la vez, una bomba de tiempo para la zona; a medida que se vaya popularizando y masificando, tendrá múltiples efectos adversos. Se podría decir que se formará una dualidad, una contradicción entre el interior del mall y lo que sucede afuera: mientras al interior se vive un clima sofisticado, innovador y cómodo, el entorno se verá afectado, tanto en sus tiendas y locales comerciales más pequeños como en su viabilidad. Sin embargo, no es necesario esperar esto, ya que en todo su proceso de construcción ha sido posible ver el impacto ambiental (en cuanto a contaminación visual) de la comuna de Providencia, una comuna conocida por su aspecto “bohemio”, con privilegiadas áreas verdes y casas antiguas consideradas un legado histórico del sector. Ahora, las casas de la zona sur-poniente del mall son castigadas con la luz del sol y tranquilidad.
Una gran construcción implica una gran masa de consumidores, y por tanto, un gran flujo de vehículos. Sin embargo, los atochamientos automovilísticos en las calles contiguas a la construcción ya estaban presentes antes de la construcción. De ésta manera se podría seguir ejemplificando empíricamente los conflictos urbanos vividos en los espacios de consumo.
Robert D. Sack, en el texto “The Consumer´s World: Place as Context”, retrata la estructura del consumo y resalta la importancia del ambiente o lugar. Con la popularización de los malls en el mundo y la expansión del sistema capitalista, todo se vuelve mercancía, por lo que todo puede ser visto como un producto en esta sociedad contemporánea del consumo. De este modo, incluso los lugares o el ambiente que nos rodea pueden ser considerados un producto, que altera la manera en que establecemos relaciones sociales y atribuimos significados a distintas cosas. En este marco, Sack afirma que el ambiente es dinámico, es decir, se construye y reconstruye y se le da significado. Por lo tanto, el espacio en el que habitamos y consumimos es modificable, y a la vez, este nos afecta, por lo que se establece una relación reflexiva entre el espacio y las personas, todo en un marco de cultura global de consumo. Dado que el espacio tiene estas características, este converge tensiones y paradojas a partir de los significados que los consumidores otorgan, es el lugar donde se encuentra el mundo de la naturaleza, el mundo social y el mundo de los significados. Por lo anterior, los espacios funcionan como publicidad, ya que comunican lo que se quiere que sea comunicado, por esto, los espacios se diseñan, me convierten, se crean y destruyen y vuelven a convertirse. Dado lo anterior, el mall es capaz de modificar las prácticas de las personas, tanto aquellos que circulan cerca, como los que no, cambiando recorridos, rutinas, consumos y preferencias, estableciéndose un conflicto urbano en cuanto se modifica todo lo anterior a nivel de masas, colapsando vías de circulación, tanto calles como pasillos (y pasarelas).
Es así como los espacios son elementos complejos, ya que, en primer lugar, se vuelven un producto comercializable. En segundo lugar, son manipulados para construir y comunicar contextos. En tercer lugar, en una cultura de consumo globalizada, estos espacios son modificados como productos estándar, es decir, que pueden ser encontrados en muchas partes del mundo simultáneamente y comunican lo mismo, en función de potenciar este consumo generalizado, poniendo en juego el valor simbólico del consumo.
Otra de las tensiones encontradas en el espacio o naturaleza, según Sack, es entre la segmentación territorial y la integración espacial. Es decir, la naturaleza, en este sistema de consumo, converge la necesidad de diferenciarse, de establecer un límite entre, en este caso, el mall y todo lo demás que lo rodea, y por otro lado, la necesidad de encajar social y físicamente en el lugar. De esta manera, es posible encontrar una explicación al conflicto urbano que genera el mall como espacio de consumo. Cumpliendo con los 3 ámbitos explicados anteriormente, el mall es un producto comercial, por lo que el espacio que lo rodea (incluso su fachada) es construido de tal manera que comunique las características propias de este nuevo espacio de consumo, innovador, de gran tamaño, con gran variedad y espacio a su interior. Sin embargo, este proyecto de mall no es tan nuevo si se le mira desde una perspectiva de consumo global, ya que replica símbolos que comunican un valor asociado a un tipo de consumo que puede repetirse en cualquier otro lugar del mundo. Asimismo, el Costanera Center se diferencia de su alrededor para comunicar algo distinto, pero de homogeniza con otros espacios de consumo. Por esto, los conflictos urbanos son subestimados por sobre el valor simbólico que genera el espacio construido. Por otro lado, John E. Mertes, establece en su texto “The Shopping Center: A New Trend in Retail” que con el desarrollo del automóvil alrededor de 1920 se contribuyó a que hubiera un mayor acceso a espacios de consumo, y por lo tanto, se masificara. Es decir, el consumo en este tipo de espacios está estrechamente relacionado con el consumo de automóviles, por lo que constituye un elemento fundamental al momento de crear un proyecto como el Costanera Center, cuya magnitud atraerá a grandes masas de personas, por el lugar en donde está inserto y por su tamaño. Por lo tanto, el flujo automovilístico y vías apropiadas para éste constituyen un conflicto urbano, estando actualmente en tensión en el caso del Costanera Center.
Además, este autor explica que un “shopping center” que satisfaga necesidades básicas de consumo cuenta con un mayor éxito, más aún con “shopping centers” en los suburbios, descentralizando a la población. Asimismo, destaca que estos espacios de consumo tienen el propósito de satisfacer y estar al servicio del consumidor. A pesar de que el Costanera Center no se encuentra en un suburbio a las afueras de la ciudad, sino en un nodo comercial del sector oriente de Santiago, éste cuenta con una distribución interna de manera que facilita la experiencia del consumidor y la hace más ordenada. Por esto, existe otro conflicto urbano que es el desincentivo hacia los comerciantes que rodean este mall. Por ser un concepto globalizado y estandarizado de consumo, atrae a más consumidores, por las facilidades que entrega en cuanto a la experiencia de consumo, por lo que los locales más pequeños e independientes ven disminuida su demanda por no contar con esta misma cantidad de servicios que entrega un solo complejo.
Lo anterior también es respaldado por Carlos García Vasquez en su texto “Sociabilización Y Metrópoli A Finales Del Siglo XIX: Los Espacios Para El Consumo De Masas. El Caso De Los Almacenes Wertheim En Berlín”, donde hace una completa revisión del diseño, construcción, ampliaciones y consecuencias de grandes almacenes, los almacenes Wertheim, para el entorno donde estaba localizado:
“La aparición del gran almacén estaba estrechamente relacionada con el espectacular aumento de la actividad comercial que produjo la industrialización, con el desarrollo de los medios de transporte, y con los nuevos comportamientos de los consumidores; fenómenos todos ellos que acabaron con los pequeños establecimientos comerciales característicos del capitalismo del laissez-faire. El recién nacido gran almacén expandía los principios del mercado y los acompasaba a la nueva escala del capitalismo monopolista y de la metrópoli moderna en general” (García Vasquez, 1998).
Asimismo, Mertes distingue tipos de “shopping centers”, entre no controlados y controlados. Los controlados son aquellos que son impulsados por privados, por lo que nace un nuevo ámbito de conflictos urbanos, al tener que combinar el beneficio social con el beneficio privado (de los dueños del proyecto), es decir, las ganancias del proyecto versus las exigencias de la municipalidad y los vecinos del mall. Dependiendo del beneficio del privado el dueño del proyecto considerará más o menos los aspectos sociales, como la viabilidad, contaminación y seguridad.
Por otro lado, Gabriel Salazar describe el origen de las ferias libres, por lo que se remonta al ágora: espacio público, abierto, donde las personas podían expresarse libremente y asistir en familia o tribus. En contraste con el mall contemporáneo, éste ya no es abierto, y la calidad de “espacio público” tiene límites impuestos por los dueños del espacio. Así, ya no se cuenta con una sociedad urbana heterogénea en su interior, ya que el mall está orientado a un sector específico de la sociedad, donde la expresión cara a cara en masa es cambiada por la expresión individualista a través del consumo, como diría Mary Douglas. Las relaciones sociales cambian como cambia la configuración del espacio, siendo ahora interacciones más personales que masivas. De este modo, nace un nuevo conflicto urbano al existir una ambigüedad en las prácticas que se pueden llevar a cabo en un espacio público como el mall y en la configuración de personas que participan en éste.
Salazar, en este mismo texto, “Ferias Libres: espacio residual de soberanía ciudadana”, refiere a la modificación física y simbólica de espacios públicos a causa de la consolidación de autoridades como el Estado y la Iglesia, pudiendo hacer un paralelo con los malls contemporáneos en cuanto las autoridades más poderosas modifican de la misma manera los espacios públicos a su conveniencia e intereses, presentándose nuevamente el conflicto urbano del equilibrio de beneficios privados y sociales.
Jon Goss vuelve a tocar el tema explicado anteriormente sobre el mall como producto, el espacio como producto de consumo mismo, refiriéndose a un caso especifico: “The Mall of America”. Describe, a partir de una cita de Foucault, que los arquetipos espacio-temporales producen contextos idealizados de consumo, es decir, los modelos globales de espacios de consumo se construyen en función a un ideal o “utopía”, creando una ilusión de un mundo (mall) que se distingue del exterior. M. Foucault (1986), citado en este texto, aborda el concepto de “heterotopías de la compensación”, siendo estas reflejo de múltiples imágenes ideales de lugares y momentos que se combinan para crear una ilusión de un mundo “allá afuera”, el mall en contraste con todo lo que lo rodea. La idea de Foucault continúa explicando que el mall expresa una unidad espacial y estabilidad temporal contrastable con la realidad dinámica, discontinua y fragmentada que se encuentra más allá de las fronteras del mall. Por lo tanto, la cultura del consumo construye esta imagen ideal, que relaciona valores, sensaciones y experiencias referentes al mall como estrategia publicitaria que provoca la emocionalidad de los consumidores.
Nuevamente relacionado al factor “glocal” del concepto de mall, Goss resalta la importancia que ha adquirido el turismo en el siglo XIX, por lo que los malls, si bien se adaptan a las necesidades locales, también deben contar con elementos globales como tiendas y símbolos que no sólo atraigan a los consumidores locales, sino también a los que vienen a conocer, turistas. Así, se puede seguir desarrollando el conflicto urbano sobre el valor simbólico que está en juego entre los consumidores locales, ya que este no sólo está orientado a ellos, sino también a turistas, tanto nacionales como internacionales, por lo que el diseño y construcción de un mall de la envergadura del Costanera Center debe conjugar los elementos que desea comunicar para un público más heterogéneo, implicando conflictos urbanos por la modificación de los espacios.
Este autor explica que el mall evoca urbanidad auténtica a través de la reproducción de formas espaciales ideales, en cuanto al desarrollo del espacio público, locales comerciales y espacios festivos.
Además, establece que la modernidad ha llevado a perder genuinidad en las interacciones públicas, transacciones y festividad bajo la privatización, comercialización y racionalización de la vida urbana, especialmente considerando un contexto mundial capitalista, donde el sector privado se ha empoderado a costa de la sociedad, controlando cada vez más los espacios según intereses personales y maximización de beneficios, tal como el Costanera Center, cuya construcción ha aprovechado cada centímetro del terreno para sacar provecho de la mayor y mejor manera.
A modo de síntesis, la argumentación anterior expone distintas aristas teóricas para el análisis de las consecuencias y conflictos urbanos dirigido al recién inaugurado y polémico Mall Costanera Center. La centralidad radica en la descripción de dualidades presentes en esta construcción, las que son el origen de estos conflictos urbanos que se van desarrollando y tomando distintas formas. La principal dualidad es la oposición entre el sector privado y el público, o más bien, la sociedad consumidora, puesto que es aquí donde se gestan los problemas de interés que convergen en conflictos urbanos. Por lo tanto, todos estos encontrarían su justificación en esta principal oposición.
En primer lugar, las vías de circulación peatonales constituyen un conflicto urbano dada la relación reflexiva entre el espacio y los consumidores, donde, terminada la construcción de éste mall, se generará un nuevo foco de consumo masivo, pensado para la experiencia del consumidor, que alterará las prácticas existentes y colapsará, en determinados momentos, las vías de circulación como pasarelas, ingresos y veredas.
En segundo lugar, la segmentación territorial e integración espacial constituyen un conflicto urbano puesto que la construcción del mall y su desarrollo debe lidiar con ambas necesidades, primando una por sobre la otra, teniendo consecuencias sobre la modificación de espacios según intereses privados y, asimismo, la manera en como las personas perciben su entorno.
Siendo el automóvil un importante elemento considerado al momento de generar y evaluar un proyecto de un espacio de consumo, un tercer conflicto urbano sería la transformación, a veces inapropiada, de las calles y principales vías para la circulación de vehículos, determinadas por los intereses y recursos invertidos, produciendo, en horarios claves, largos atochamientos.
La localización de una mega estructura como el Costanera Center, un foco de innumerables tiendas, provocaría un desincentivo del consumo en locales comerciales más pequeños a las afueras del mall, disminuyendo las ganancias de éstos y provocando un efecto de centralización del comercio, algo así como una concentración comercial del sector, provocando un nuevo conflicto urbano.
El mall materializaría una utopía, una imagen ideal de un mundo cómodo, dedicado al servicio, bienestar y grata experiencia del consumidor, por lo que se generaría un conflicto urbano al usar los elementos simbólicos de lo que se quiere comunicar para modificar los espacios, a veces desarticulando la construcción misma de su entorno con el fin de expresar esta imagen ideal e incentivar su consumo. Asimismo, se genera un problema estético y desarmonía del entorno.
Relacionado con el anterior, existe un enfrentamiento entre el valor simbólico local y el global. Dada la importancia del turismo en estos grandes proyectos de consumo, la imagen proyectada por la construcción debe manejar la dialéctica entre ambos simbolismos, influyendo de una mayor manera sobre la estética del mall mismo y si integración (o desintegración) con el espacio en que está situado.
Finalmente, el control privado, también un elemento transversal en los anteriores conflictos urbanos, constituye uno en si mismo, ya que la privatización de los espacios “públicos” genera una pérdida de genuinidad en las interacciones sociales y urbanas, siendo mediadas por los intereses capitalistas de los dueños de los espacios.
Tras esta revisión más sintética, es posible observar la estrecha relación entre el ámbito simbólico y urbano, dado que en todos los conflictos surge su interacción, uno estando determinado por el otro de manera reflexiva. Por lo tanto, un importante eje de lo urbano es el valor simbólico del espacio, ya que se desarrollan distintos usos dependiendo de las percepciones de las personas, en este caso, los consumidores.
A modo de conclusión, es posible establecer, tras la anterior revisión, que efectivamente el Mall Costanera Center constituye un punto conflictivo, el cual se irá desarrollando en proporciones cada vez más importantes una vez que el mall se masifique y popularice, afectando cada vez con mayor intensidad los conflictos urbanos detallados anteriormente. El espacio es un lugar de constante construcción y reconstrucción, por lo que los intereses privados, en una constante dialéctica entre el urbanismo y el valor simbólico, modificará los espacios, primando a veces el beneficio privado por sobre el social, desarticulando la construcción al entorno donde está situado y contextualizado, y así, generar una imagen de Mall Costanera Center como un foco de desarrollo regional y nacional, atrayendo a todo tipo de público para vivir una experiencia nueva, innovadora, pero a la vez, conflictiva. Sin embargo, no se puede dejar de lado a la agencia de la comunidad en cuanto a capacidad de organización y derecho a expresarse en este marco, existiendo la importante posibilidad de la sociedad de generar cambios y hacerse escuchar, retomando el concepto de reflexividad en la construcción de los espacios. Así, es posible hacer a la comunidad partícipe de las transformaciones urbanas que no sólo se han vivido, sino que también las que se vivirán.
Bibliografía
- García Vázquez, C (1998). Sociabilización Y Metrópoli A Finales Del Siglo Xix: Los Espacios Para El Consumo De Masas. El Caso De Los Almacenes Wertheim En Berlín. Scripta Nova, 28.
- Goss, J. (1999). Once-Upon-a-Time in the Commodity World: An Unofficial Guide to Mall of America. Annals of the Association of American Geographers, 89 (1), 45 -75.
- Mertes, J. (1949). The Shopping Center: A New Trend in Retailing. American Marketing Association Journal of Marketing, 13 (3), 374-379.
- Sack, R.(1998). The consumer´s world: Place as context. Annals of the Association of American Geographers, 78 (4), 642-664.
- Salazar V., G. (2003). “Ferias Libres: espacio residual de soberanía ciudadana”. Sur, Santiago
- Warnken, C (2012, Jueves 26 de Abril). La Torre Eiffel de Paulmann. El Mercurio. Recuperado de http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/04/26/la-torre-eiffel-de-paulmann.asp
Rocío Ramírez Baudet
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Estudiante de tercer año de Sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Cursando actualmente el Certificado Académico en Estudios Urbanos y Regionales. Atleta del Club Deportivo Universidad Católica.
Participación en PLANEO:
La Gran Torre Santiago esta ahí y llego para quedarse
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[Por Rossana Cuellar]
En el siglo XX, los Estados Unidos de América fue el gran precursor en la construcción de los edificios más altos, “rascacielos o skyscraper”, reflejando el poder que van adquiriendo los países, las ciudades, sus habitantes y quienes los diseñan, teniendo como meta el reconocimiento de las diversas culturas a nivel global y local. Así, hoy día lo han continuado Asia y Europa, compitiendo entre ellos, y Latinoamérica no es la excepción.
En Latinoamérica esta competencia entre países y ciudades crece día a día, queriendo alcanzar la calidad de vida para sus habitantes, como lo han logrado Bogotá, Medellín, Panamá, el Distrito Federal entre otros.
Santiago de Chile se suma a esta tendencia expresando a nivel global y local su crecimiento y desarrollo con la Gran Torre Santiago [Proyecto Costanera Center], con 64 plantas y una altura de 300 m., desarrollado por ABWB Arquitectos. Éste será el edificio más alto de Latinoamérica, desbancando hoy por día al Trump Ocean Club Internacional Hotel & Tower, con 70 plantas y 284 metros de altura (Panamá, Panamá. 2011).
México también se encaminó en este fenómeno el año 2003 con “La Torre Mayor”, que fuera el edificio más alto de Latinoamérica por ocho años. Con un diseño contemporáneo de calidad internacional, fue proyectado por el Canadiense Paul Reichmann con una altura de 225 m de altura y 59 plantas. Este proyecto inmobiliario de gran escala también tuvo sus inconvenientes y problemas urbanos, como hoy los presenta la Gran Torre de Santiago, ya que su construcción fue interrumpida por cuatro años debido a la crisis económica de los noventas que presentó México. Del mismo modo, en el proceso de construcción existieron problemas ambientales urbanos, como violaciones en el cambio del uso del suelo, ruido y vibraciones, daño en las áreas verdes, falta de calidad en el transporte urbano, ya que la Ciudad de México es la más poblada de México.
A pesar de los diversos problemas urbanos que atrajo La Torre Mayor, hoy día representa el desarrollo y crecimiento que tiene la Ciudad de México en el país y ante el mundo, lo que permite prever que México no tardará en volver a entrar a la competencia del edificio más alto de Latinoamérica, como lo ha hecho hoy Santiago de Chile.
Por su parte, el megaproyecto Costanera Center refleja la evolución de la ciudad de Santiago en diferentes aspectos, como son los cambios sociales, económicos, tecnológicos y culturales. Pero ¿a qué precio se conseguirá el logro de liderar con el edificio más alto de Latinoamérica? ¿Qué consecuencias traerá al territorio y para quienes lo habitamos?
El tiempo lo dirá y la sociedad chilena se adaptará a convivir con él. Tal vez consiga que Santiago logre ser por mucho más tiempo una ciudad con alternativas, siempre de la mano con pequeñas vulnerabilidades, como toda ciudad. Pero ayudará principalmente a ciudadanos, gestores urbanos y al gobierno a comprender que, trabajando juntos en una participación tripartita, se puede trabajar de manera cordial y comprometida en el crecimiento y desarrollo local y global de Santiago de Chile ante Latinoamérica y el mundo, y no dejar que la especulación inmobiliaria gane en la batalla de lograr ciudades con calidad de vida para la sociedad chilena.
María Rossana Cuellar
VerMaría Rossana Cuellar
Arquitecto y Licenciada en Derecho por la Universidad Veracruzana, México.
Candidata a Dr. en Arquitectura y Master en Vivienda Colectiva por la Universidad Politécnica de Madrid, España.
Maestro en Derecho Fiscal por la Universidad de Xalapa, México.
Actualmente cursa el tercer semestre en la Maestría en Arquitectura. Facultad de Arquitectura. Universidad Veracruzana y se encuentra realizando en Santiago de Chile, en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, una Estancia de Investigación sobre el tema de tesis “Contradicciones en el desarrollo de las Políticas públicas para el desarrollo urbano regional de Veracruz”, Caso de Estudio: Zona Metropolitana de Veracruz (1988 – 2010), bajo la tutela del Profesor Asistente Arquitecto y Magister Roberto Moris Iturrieta y Dirección del Docente Académico de Carrera T.C. Titular “C” Base, Arquitecto y Abogado y Dr. en Arquitectura y Urbanismo Dr. Daniel R. Martí Capitanachi (México).
En el ámbito profesional es Asociante de Cumaro Construcciones, A en P. en Xalapa, Veracruz, México. Profesora por horas en la Universidad Metropolitana Xalapa y ha participado en diversos programas en colaboración para el Estado de Veracruz.
Participación en PLANEO:
– La Gran Torre Santiago esta ahí y llego para quedarse
Isabel Serra
VerIsabel Serra
Arquitecta UC, Magíster en Gestión y Políticas Públicas, DII-UCH, 2011.
Se ha desempeñado en la gestión y provisión de infraestructura pública y en materia de implementación y diseño de políticas públicas en diversos organismos del Estado.
Su tesis magistral abordó aspectos relacionados con el proceso de elaboración y aprobación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago y en el contexto del Magíster de Paisaje y Territorio de la UDP realiza actualmente su tesis de investigación en relación a la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
Actualmente trabaja en el Laboratorio de Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, dirigiendo el estudio “Sistematización del Programa de Vivienda en Zonas Aisladas” de la Fundación Superación de la Pobreza – MINVU y forma parte del Consorcio Ciudadano Santiago ¿Cómo Vamos?
Participación en PLANEO:
– La construcción de ciudad como un proceso de toma de decisiones
La construcción de ciudad como un proceso de toma de decisiones
VerLa construcción de ciudad como un proceso de toma de decisiones
[Por Isabel Serra]
La construcción de la ciudad es el resultado de la interacción de diversas visiones que no siempre confluyen en una misma dirección. Sectores divergentes entran en pugna para imponer su postura: intereses públicos, privados, y ciudadanos establecen un juego de poder durante la negociación urbana. Esta transacción es finalmente el resultado de un proceso de toma de decisión que define una posición ideológica y una lógica económica que determina su modelo de crecimiento.
El objetivo de las políticas públicas de ciudad, es dar gobierno a estos intereses y orientar la discusión en un marco regulatorio transparente que dé garantías de igualdad de condiciones en un juego que no siempre es equilibrado. En nuestro país la falta de una Política Nacional de Desarrollo Urbano que enmarque este proceso ha dificultado esta discusión y por ende, el desarrollo armónico y sustentable de nuestras ciudades. La ausencia de política ha generado a través del tiempo instrumentos de planificación obsoletos, una institucionalidad debilitada, autoridades poco idóneas que establecen negociaciones discrecionales y que finalmente dan como resultado la construcción del polémico proyecto Costanera Center.
En primer lugar, este proyecto revela la obsolescencia del instrumento que debió prever esta situación. El Plan Regulador Metropolitano de Santiago no fue capaz de establecer que este predio tenía un carácter metropolitano, que era un lugar estratégico para la ciudad y una oportunidad única de construir un proyecto urbano de calidad. A su vez, no logró definir que esta era una zona saturada que debía ser planificada con mayor detención. El instrumento público fue incapaz de hacer frente a la fuerza del proyecto de inversión privado, que con una mirada de corto plazo, respondió únicamente a intereses económicos e inmobiliarios, el Estado abandonó su rol regulador y le confirió al mercado las decisiones urbanas sin cuestionarlas.
Estableciendo que el PRMS no logró responder a los requerimientos de una ciudad en constante crecimiento, el principal problema que plantea este proyecto, es la pertinencia del lugar donde se toman las decisiones urbanas, en este caso, la decisión de escala metropolitana fue resuelta a escala local. Esta pieza estratégica de gran magnitud y que se emplaza en el vértice de tres importantes comunas de Santiago se aprobó en la Municipalidad de Providencia casi sin ninguna coordinación intersectorial o intercomunal que regulara su condición de proyecto metropolitano y velara por la mitigación de sus externalidades en un contexto mayor a su radio inmediato. A esto se suma que la negociación se realizó de manera disgregada en el tiempo y en el espacio lo que impidió obtener una mirada integral del proyecto y su impacto.
Claramente la disociación en la toma de decisión fortaleció los enormes beneficios privados y consolidó los altos costos públicos que género su construcción. El órgano local no tuvo las herramientas suficientes para enfrentar la complejidad del proyecto y a su vez, los esfuerzos desde el gobierno central que se hicieron para abordar esta problemática resultaron infructuosos frente a la fuerza del proyecto privado. La descoordinación, la multiplicidad de esfuerzos desconcentrados y finalmente la falta de voluntad política impidieron la realización de una negociación óptima para la ciudad.
Esta fragilidad institucional se consolida con la inexistencia de una autoridad central que coordine los asuntos de ciudad. Actualmente las autoridades que tomas las decisiones urbanas carecen de legitimidad técnica y política. Estos representantes no poseen las competencias suficientes para tomar decisiones de largo plazo en materia de inversiones urbanas y tampoco responden a mecanismos de accountability que incentiven la ejecución eficiente y eficaz de los proyectos. Las negociaciones que establecen carecen de la transparencia necesaria para establecer un monitoreo lo que permite un alto grado de discrecionalidad en la transacción con el privado. Es una realidad que nuestras autoridades juegan un rol poco tranparente que no responde al bien común, sino a una relación de compromiso con una industria que al mismo tiempo regula.
Este proyecto nunca consideró al tercer sector durante los años de negociación, lo que es un grave error. Los procesos de toma de decisión pública en materias urbanas que no consideran la participación ciudadana en igualdad de condiciones, no permiten conseguir la legitimidad del proyecto ni el consenso de una visión de ciudad. En este sentido, es de vital importancia que la discusión que se está llevando en estos momentos sobre la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano PNDU, incluya la participación activa, informada y vinculante de la ciudadanía en los procesos de negociación. Finalmente, los ciudadanos son los que gozan y padecen estos proyectos de gran envergadura que se elaboran y deciden de manera poco transparente a manos de expertos, pero que luego de este resultado, pareciera ser que no lo son tanto.
Leyendo al Costanera Center en clave “edificio inteligente”
VerLeyendo al Costanera Center en clave “edificio inteligente”
[Por Gonzalo Cáceres Q.]
¿La versión criolla del edificio inteligente habría llegado a su eclipse? Es una pregunta admisible visto el mercado de las palabras vigentes. En rigor, la expresión ya cotizaba a la baja antes del terremoto del 2010. Si nos atenemos al microcosmos de anuncios pagados por la publicidad inmobiliaria, el vocablo dejó de circular antes del último otoño fundiario-financiero internacional. Pero la ausencia de un obituario conocido también nos permite dudar. Con fracciones de Santiago a la vista, sostendremos que la dilución del término no significó la mortalidad del fenómeno.
Antes de asociar el proyecto urbano denominado Costanera Center con la versión “nativa” del edificio inteligente, es necesario ensayar una caracterización. Forzado a convertirlo en una fisonomía reconocible, la publicidad del edificio inteligente enfatizó la autonomía como credo. De este modo, la independencia del tipo edificado se justificó más en los materiales y diseño escogidos que en la ciudad donde debía encajar.
Auto-erigido en novedad afirmativa, el edificio inteligente se presentaba como el mejor domicilio laboral para los nuevos tomadores de decisión. “Yuppi-dependiente”, sus promotores apostaron a que su solipsista reproducción haría olvidar la acongojada austeridad de la torre racionalista.
Más allá de su continente, el edificio inteligente acunaba credenciales introvertidas. ¿Cuáles? Su funcionalidad se presentaba como un antídoto frente a la amenaza delictiva que algunos medios azuzaron sin disimulo. Diseñado para ser monitoreado con arreglo a dispositivos electrónicos, sus secciones fueron bañadas por una oferta lumínica inusual. Una excepcional proliferación de cámaras provocó que la vigilancia interna/externa se convirtiera en un registro cotidiano. Cerraba el polígono de amenidades, la superposición de sistemas automatizados para detectar humo, girar estructuras, propiciar riego, insonorizar ambientes, aislar térmicamente y reducir oscilaciones sísmicas. A no dudar, los edificios inteligentes se presentaron como la versión arquitectónica del modelo de crecimiento económico.
Durante la década de los noventa y la siguiente, la publicitada presencia del edificio inteligente se hizo fuerte en el cono de alta renta. Su estilizada figura se recortó en varias Avenidas E-O, del otro lado del San Cristóbal y, en mucha menor medida, sobre la lonja norte del triángulo decimonónico. Sin embargo, de todos los núcleos acreditables, el más conocido agrupamiento de corporativos ocurrió en el barrio El Golf.
Epicentro espacial de la concentración empresarial bajo postdictadura, El Golf se densificó con cargo a una intensa verticalización. Departamentos, primero, y oficinas, después, se desplegaron a horcajadas del emprendimiento privado. Mientras la arquitectura pública se convertía en una reserva de calidad (solo para la Avenida Matucana, cabe reconocer la Biblioteca de Santiago, Matucana 100 y el Museo de la Memoria), El Golf sufrió una implosión que flirteó con la descualificación. Con menos urbanismo del necesario, El Golf experimentó una inédita hiperverticalización, en especial en su privatizado costado ribereño. Como era presumible esperar, Sanhattan pareció una voz cada más auténtica.
Pero mientras los anuncios, siempre bombásticos, dibujaban torres superiores a los 200 metros, la vigencia del edificio inteligente fue substituida por la del proyecto eco-sustentable. Otro concepto, otra forma, otra realidad, más acorde con la crisis en ciernes, se instaló de la mano de un intento, al menos aparente, por controlar el gasto.
Costanera Center, interpretada con arreglo a la matriz antes descrita, resulta más previsible que sorprendente. Sin lugar a dudas, el problema no es que el cruce entre economía y arquitectura sea determinístico. Al contrario, notables intervenciones pueblan muchas ciudades del planeta con formas verticalizadas y mezcla de usos. Pero para que la virtud formal derrame sus atributos por el espacio se necesitan mínimos necesarios. Costanera Center, con su propensión maximalista, aplastó muchos de ellos.
Gonzalo Cáceres
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Historiador y Planificador Urbano.
Licenciado en Historia, 1995 y Magíster en Desarrollo Urbano en la Pontificia Universidad Católica de Chile, 2003.
Actualmente es académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Entre los años 2004-2008 ejerció como Profesor, Subdirector y Director Adjunto de la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ha publicado sobre modernizaciones autoritarias, suburbanización, segregación, malls, espacio público, memorializaciones postautoritarias y violencia urbana. Algunos libros en coautoría son: Las primeras democratizaciones en América Latina (1997), Barrios cerrados en Santiago de Chile: entre la integración y la exclusión social (2004) y Tendencias de la Segregación en las Principales Ciudades Chilenas. Análisis censal 1982-2002 (2010).
Participación en PLANEO:
– Leyendo al Costanera Center en clave “edificio inteligente”
– Sin Estadio Nacional: a diez años de su demolición imaginada
Malls en Santiago: Centros urbanos, nuevos espacios públicos
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Imagen vía Flickr por Mool Magazine
Título: Malls en Santiago: Centros urbanos, nuevos espacios públicos
Autor: Jose Calixto Riesco Urrejola
Año: 2007
Tipo Tesis: Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano
Profesores Guía: José Rosas V. / Iván Poduje C.
Relevancia del Tema:
El desarrollo reciente de la ciudad de Santiago, entre 1982 y 2006, está asociado a nuevas formas de organización urbana, tanto en el ámbito físico como el social y el cultural. Dentro de estas nuevas formas de organización, han surgido piezas urbanas que construyen y componen la ciudad actual que asociamos al proceso de modernización del país. Estas piezas son agentes configuradores de una nueva estructuración, tanto desde el punto de vista morfológico como de las tipologías de vida urbana y la calidad de ésta; y al mismo tiempo son elementos detonantes de nuevas centralidades urbanas. No cabe duda que los mega recintos dedicados al retail y especialmente los mall regionales, sobresalen por su importancia individual y escala
(Viene del Capítulo 1. Objeto de Investigación)
Construidos con capital privado según áreas de mercado, en un proceso continuo de crecimiento y mutación, se han transformado en un fenómeno decisivo en la configuración de trozos de ciudad y en la consolidación de nuevas realidades urbanas. En efecto, el mall, que entre sus comienzos era netamente un espacio comercial, ha ido transformándose en un centro social, cultural, de servicios y de esparcimiento. El que además marca la imagen, funcionamiento y organización de la ciudad, potenciando la estructuración policéntrica, afectando decisivamente la forma y la calidad de vida de sus habitantes.
Estratégicamente, con la incorporación de nuevos programas y espacios, los planificadores privados han transformado los mall regionales en centros urbanos espacios de encuentro, identidad y pertenencia, conceptualmente espacios públicos.
Como es conocido, el Estado a través del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) de 1960 y de 1004 intentó, en dos momentos diferentes, crear subcentros de servicios en la periferia, actualmente zonas periurbanas, con propósitos y ubicaciones similares a donde hoy existen mall regionales. Sin embargo, sólo lo logró con el Paradero 14 de la Florida, siendo esta la gestión privada más innovadora y exitosa que la gestión del Estado haya provocado.
Sobre esta base, surge la inquietud de estudiar el rol de los mega recintos del ratail, incluyendo mall regionales, comunales, big-boxes y sus combinaciones intermedias como piezas fundamentales de la configuración de Santiago de fines del siglo XX y principios del siglo XXI. El estudio pondrá atención a las componentes urbanas y arquitectónicas en juego, buscando entender las lógicas y procesos sufridos por estas piezas, así como de las ideas y criterios que las respaldan. Al mismo tiempo se busca a través de este estudio, develar los conflictos y problemas de relación de estos con su contexto inmediato y secundario.
Así como proporcionar elementos de juicio significativo para un mejor entendimiento del actual estado de nuestra ciudad, y proponer criterios válidos de desarrollo futuro.
Desde el punto de vista disciplinar, el estudio está enfocado en aprovechar el potencial de los malls intercomunales en la planificación y gestión de nuevas centralidades urbanas. Utilizando sus ventajas y solucionando sus problemas, redefiniendo su arquitectura y espacios públicos. La idea es que incorporen tanto los objetos reales de los inversionistas privados y márgenes de utilidad, así como los de los entes estatales y beneficios sociales.
(Viene del Capítulo 1. Objeto de Hipótesis)
Las nuevas centralidades en el Área Metropolitana de Santiago están decisivamente marcadas por el proceso de expansión y el crecimiento producido a partir de la implantación y repetición de grandes piezas urbanas (mall regionales) concebidas de un modo privado y con un importante grado de autonomía en su relación con el contexto inmediato.
Paradójicamente, los mall, pensados con una lógica totalmente comercial y privada, han logrado consolidar una estructura policéntrica, planteada conceptualmente en el esquema de organización del PRMS de 1960, aportando con infraestructura u equipamiento; y mejorando además la calidad de vida en la zonas donde se ha localizado.
El modelo tradicional de mall (importado desde el extranjero) se ha adaptado a las condiciones y posibilidades nacionales, comprendiendo y explotando tanto una idea de ciudad, como determinados valores culturales y sociales.
Es posible asumir que los nuevos espacios públicos en Santiago se están definiendo desde una lógica comercial. Sin embrago, son los privados quienes están definiendo el significado, concepción y forma de gran parte de estos espacios públicos.
A través de la articulación de las ventajas de los malls regionales y un diseño arquitectónico delicado, que los integre con su contexto, puede mejorarse la cualidad de estos nuevos centros urbanos. Beneficiando tanto el futuro desarrollo del área en que se emplazan, como su carácter de espacios públicos, aumentando sus beneficios tanto económicos como sociales.
(Viene del Capítulo 4. Propuesta Proyectual)
A partir del análisis de las isócronas de los principales equipamientos comerciales, a escala regional, intercomunal y vecinal, sumado al estudio de metros cuadrados comerciales por comunas, se observa la estructura de abastecimiento comercial de la metrópolis. Su organización refleja la distribución de la población, densidad, movilidad e ingreso, pero esencialmente refleja la nueva estructuración policéntrica asimétrica desarrollada en los últimos 20 años.
Basándonos en el desarrollo histórico de la ciudad, partiendo con un centro abastecedor (Santiago Centro), pasando por la consolidación de ejes viales (50-70), hasta la actual configuración de centros en el anillo Américo Vespucio y antiguos poblados ya absorbidos por la metrópolis. Cabe preguntarse cómo debería seguir estructurándose este patrón, considerando la escala metropolitana o regional que ha alcanzado Santiago.
Como solución teórica se propone la estructuración de los centros en anillos orbitales de distancia-tiempo a partir del centro histórico, de entre 7,5 a 10 km. o 15 y 20 minutos. Cercanos a las conjunciones de las principales infraestructuras radiocéntricas y lineales de transporte a escala metropolitana e interregional planteada por el PTUS.
Debe considerarse y corregir las asimetrías existentes, previendo y fomentando el desarrollo de nodos de concentración en las áreas desprovistas actualmente o en las futuras áreas de desarrollo. En primera instancia, apuntando a completar y consolidar el segundo anillo orbital (Américo Vespucio), y el eje Norte-Sur con los centros de abastecimiento.
En una segunda instancia, se debe planificar la existencia de nuevos centros en el tercer anillo orbital planificado en el programa estratégico de infraestructuras para la AMS, elaborado por Marcial Echeñique y MECSA en 1995, en conjunto con las infraestructuras de transporte a escala regional.
Desde el punto de vista estratégico, debieran plantearse estos centros en lugares con existencia o futura creación de infraestructuras de transporte público, como el Metro o el metrotren, los que permiten una fácil accesibilidad tanto en las áreas cercanas como desde poblados fuera del área Metropolitana de Santiago. Desincentivando el uso del automóvil y permitiendo la fácil accesibilidad de segmentos con menores recursos. Al mismo tiempo, se debería aprovechar estas zonas para la instalación o consolidación de grandes áreas verdes, como también de equipamientos públicos a escala intercomunal.
Claramente, este plan presupone una planificación a macroescala, metropolitana o regional, definiendo zonas o sectores primordiales de intervención a escala metropolitana, que aseguren ventajas comparativas, tanto físicas como normativas y tributarias, que aseguren mayor rentabilidad tanto en la inversión privada como en la social.
Al mismo tiempo, se propone una planificación estratégica de este tipo de pieza urbana, apostando a un desarrollo integral del total de ésta. Como elemento detonante debería primarse la instalación de grandes superficies comerciales, mall regionales, como atractores primarios tanto de flujos como de inversión, sumado a una normativa flexible para el área secundaria, que permita un mix de usos variados y el desarrollo de proyectos inmobiliarios que aumenten la densidad residencial.
Entrevista Yves Besançon. Yo siempre he dicho que éste es un mall peatonal y de transporte público.
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Revista Planeo Nº5, Costanera Center, Julio 2012.
En las oficinas de ABWB Arquitectos, Yves Besançon nos recibe para relatarnos su experiencia y los detalles del recientemente inaugurado proyecto Costanera Center. Con gran manejo de los detalles y los conceptos subyacentes, el arquitecto entreteje los datos técnicos con las anécdotas interesantes. Nos habló de Costanera Center tanto como de sus impresiones acerca de Santiago, y las formas en que crece la ciudad.
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Ver galería de imágenes del proceso de desarrollo de Costanera Center.
Quisiéramos hablar primero del proceso en el que se gestó el proyecto del Costanera Center. ¿Cuáles han sido los aciertos y desaciertos de este largo proceso?
Bueno, el proceso es larguísimo. Es el más largo en el que me ha tocado participar nunca en mi vida. Participar y un poco liderar también.
La primera vez que se acerca nuestro cliente, que es Horst Paulmann, fue en el año 1988. A fines de este año vamos a cumplir 24 años trabajando en este proyecto. Es un proceso largo en el que ha habido como tú dices aciertos y desaciertos. Muchos desaciertos se han corregido, y con otros no ha sido fácil hacerlo, porque tenemos que poner el edificio en su contexto.
Este proyecto parte con el mismo terreno que hay en este momento. Es un terreno que termina teniendo 47.000 metros cuadrados. Parte con 57.000, pero ha habido cesiones de uso público que son de unos 10.000 metros cuadrados (…)
Por lo tanto, este proyecto que duró tanto tiempo, partió en un contexto muy diferente. Chile es un país que ha cambiado mucho en 24 años. Han cambiado las ordenanzas; la cantidad de habitantes; de vehículos; se han abierto carreteras y avenidas; se creó Transantiago; llegó una segunda línea de metro que no existía cuando partió el proyecto; va a llegar una tercera en unos años más…Por lo tanto, éste es un proyecto que ha tenido que ir cambiando a medida que el contexto ha ido cambiando, así como las nuevas ordenanzas.
Si uno se centra en cómo hacemos los edificios en Chile, por lo general, no hay mucha planificación urbana. Por no decir cero. Hay mucha regulación, pero poca planificación. De hecho, yo sostengo que nosotros los arquitectos que ejercemos la profesión libremente construimos donde podemos; no donde queremos (…)
Este proyecto, como ustedes saben, no es un negocio inmobiliario. Es un negocio de arriendo. El propietario sigue siendo dueño porque nada se vende sino que se arrienda. Por lo tanto, cuando a mí la gente me dice que va a haber un caos…la palabra “caos” se ha usado tanto, y en vialidad el caos vial no existe; todo se arregla. Pero digamos “saturación”. Yo tengo la más plena confianza en que no habrá más saturación que la que había hasta antes de la apertura, porque al que más le interesa que eso funcione es a él; al dueño. Si las cosas no le funcionan, se le van los arrendatarios. Ése es su negocio y se ha ido demostrando que en el sector se ha producido un alivio al tráfico (…)
Y con respecto a las autoridades, tanto nacionales, regionales y municipales ¿cómo se ha dado la relación?
Todos sabemos que acá en Chile el sistema es muy legalista. Por lo general no existen las cosas por debajo de la mesa. Aquí todo tiene que cumplir los procesos legales y normales. Nosotros hemos tenido, en este proyecto, con todo lo que ha cambiado, que adaptarnos a nuevos marcos legales.
Nuestra relación es de arquitectos profesionales con las autoridades, permanentemente. Nosotros en el Municipio nos relacionamos directamente con el Director de Obras y con el Asesor Urbanista. A nivel de los ministerios, generalmente con la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda (…)
Pero en general las relaciones con los organismos han sido fluidas, bien rápidas y ágiles. Es que afortunadamente Providencia es una Municipalidad en que se trabaja de manera muy eficiente, y muy profesional. Muy distinta a otras, que no voy a nombrar, que son realmente un tedio; un infierno. Nosotros tenemos un dicho en la Asociación de Arquitectos; que hay muchos proyectos en tal y tal comuna, que se han demorado más en aprobarse que en construirse. Muchas veces el inversionista se aburre y se va.
Nos gustaría que profundizara en los impactos del proyecto, tanto positivos como negativos.
Primero te voy a hablar de los impactos que produce el proyecto, que no son positivos ni negativos. Un proyecto que tiene 5.700 estacionamientos produce impactos en la red vial y yo siempre he sostenido que todo inversionista cuyo proyecto produce impactos de cualquier tipo en la ciudadanía, la población, el entorno cercano o el ambiente, tiene que mitigar esos impactos a su costo. Es decir, el empresario debe pagar el costo de la mitigación de ese impacto, para que se anule o disminuya al máximo.
En el caso nuestro, los impactos ambientales fueron evaluados en el estudio de impacto ambiental. Los impactos durante la construcción fueron evaluados y controlados semanalmente por la COREMA, cada semana teníamos que tener un informe con las mediciones de polvo, ruido, regadío de los camiones. Tuvimos que poner en el mismo terreno una planta hormigonera para evitar el tráfico de los camiones trompo por la ciudad, porque era tal la cantidad de metros cúbicos de hormigón que había que llevar a la obra que la cola de camiones habría sido terrible. En este caso lo fabricamos dentro de la misma obra y traíamos camiones con ripio, arena y cemento, que podían entrar a cualquier hora, sin tener que esperar. Esa fue una gran medida de mitigación que cumplimos.
También hay otras medidas relacionadas con el funcionamiento del edificio. Pero los otros impactos producidos por este proyecto eran los impactos viales, el famoso EISTU, Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano. Éste se presenta en una ventanilla única en la que actúan alrededor de 17 o 20 organismos distintos, que tienen que ponerse de acuerdo para pedirnos las medidas de mitigación que tenemos que realizar. Eso duró aproximadamente un año y medio, con reuniones todos los meses, en una sala con 25 o 26 personas, con los asesores del MOP, la UOCT, la Dirección del Tránsito de Providencia, etc. Es algo muy complejo de llevar adelante (…)
A mí me molesta mucho cuando de repente dicen ahora que el impacto vial ha funcionado perfecto, pero no se preocuparon del impacto peatonal. Es el único proyecto en el que a mí me ha tocado participar en el que el impacto peatonal ha sido plenamente considerado. Esta pasarela precisamente lo considera para que la gente no tenga que bloquear. Si cruza por abajo, los tiempos de todos los semáforos de ese nudo, que es bien complicado (Holanda, Vitacura, Tajamar y Tobalaba), mientras más tiempo de detención le saques a los vehículos, menos taco produces. Se cambiaron y mejoraron las salidas de las escaleras mecánicas de la estación de metro Tobalaba, que estaba muy atochada y aproblemada, para que la gente pudiera salir más rápido, sin quedar agolpada. Se hizo toda la parquización del entorno, veredas de 5m se ensancharon a 12m, entre otras cosas. El peatón también se consideró al desnivelar los accesos a los estacionamientos (…)
Otra manera es prohibir los estacionamientos y que a todos los edificios del centro de la ciudad la gente tenga que llegar en transporte público, pero para eso tienen que mejorarlo primero. Piensa tú que todos los edificios en Chile tienen que cumplir con un mínimo de estacionamientos. Nosotros aquí en Costanera Center no teníamos esa exigencia, afortunadamente. Piensen que el centro comercial que se abrió tiene un 40% más de superficie que el Alto las Condes arrendable, y tiene la mitad de los estacionamientos. Nosotros tenemos 3.000 estacionamientos, que nunca se han llenado, ni con 200.000 personas el sábado siguiente de la apertura, lo cual demuestra lo que yo siempre he dicho, que éste es un mall peatonal y de transporte público. La mayoría de la gente llega a pie y nunca están completos los estacionamientos. En cambio en el Alto las Condes hay momentos en que tienes cola en Avenida Kennedy. El sábado, día del padre, había 200.000 personas dentro del mall y sólo 1.600 estacionamientos ocupados, nosotros lo medimos. En el Alto las Condes había 130.000 personas adentro y 6.000 autos en el edificio, porque todo el mundo se mueve en auto. Los malls de carretera son todos de automóvil, no son de transporte público.
Así que esos son los impactos que producía el proyecto y que sigue produciendo, los que nosotros hemos disminuido con todas estas obras.
Sin embargo hay otros impactos: está la gente que le gusta y que no le gusta el proyecto. No me voy a referir al mall de Castro, porque esa votación que hicieron para mí no tiene nada que ver con si ese proyecto es bueno o malo o si está bien o mal hecho ahí. Por eso es que me opongo a la participación ciudadana de ese tipo, la participación ciudadana debe ser de otra manera. Un caso extremo es el de Vitacura, en que 84% votó en contra de unas normas absolutamente lógicas que tenía que hacer el alcalde, pero los habitantes votaron de una forma muy egoísta: yo soy excluyente, no quiero que venga más gente a mi comuna, quiero que se vayan todos a vivir a otro lado. Eso es lo mismo que hemos hecho con las viviendas de subsidio, tenemos toda la ciudad rodeada con cordones de pobreza, con una bomba de tiempo que en cualquier momento va a explotar, a lo que habría que ponerle mucha plata para mejorar esos barrios o para demolerlos y volver a hacerlos para disminuir la densidad que tienen y llenarlos de servicios y áreas verdes. Vivir ahí debe ser un verdadero infierno. Yo creo que es culpa nuestra, de los arquitectos, de los políticos y los arquitectos. Y en este sentido, la votación del mall de Castro dice: oiga, yo estoy feliz con mi mall, no quiero ir a Puerto Montt a comprar y me encanta esta cuestión que me están haciendo. 94% de aprobación. Pero eso no me dice nada.
Pero sí me voy a referir al impacto que ha producido este proyecto acá, que ha producido impresiones mucho más buenas que malas, de expertos y no expertos. Por ejemplo, me impactó mucho la opinión de Patricio Herman, en Mega, al día siguiente de la apertura, en que él negó haber dicho que iba a haber un impacto negativo y un caos, que eso lo habían dicho otros expertos, que jamás ha creído eso, porque está convencido de que éste es un mall peatonal. Me llamó muchísimo la atención porque no es muy partidario del proyecto y sin embargo emitió una buena opinión, cosa que me parece muy bien (…)
¿Y han surgido dificultades a partir de la relación con el mandante?
No te puedo decir que dificultades, pero ha sido una relación tensa. No tomen tenso como malo, es como cuando uno habla de una crítica, la gente siempre cree que una crítica siempre es mala, siendo que hay críticas buenas y malas. Hay tensiones que son buenas y tensiones que son malas. La mejor tensión del mundo es la que tienen los violines, pero si uno lo tensa mucho, se corta la cuerda, y si uno lo deja muy flojo, la cuerda no sirve. Hemos mantenido con Horst Paulmann una tensión como la de un violín.
Hacer que esto suene bien no ha sido fácil, porque él es un hombre muy ocupado, está haciendo 30, 35 proyectos al mismo tiempo en Sudamérica, tiene un poder, un cerebro que piensa en tres dimensiones, cosa que es muy rara en un cliente. Cuando tú me preguntas cómo definiría yo a un arquitecto, es una persona que piensa en tres dimensiones. Somos casi los únicos profesionales que pensamos en tres dimensiones. Él piensa en 3D, se conoce todos los niveles de todos sus proyectos, cada número, cada medida, cada viga. Todo él lo sabe porque lo ha conocido proyectando estos 20 años con nosotros, en una mesa como ésta, en que yo llego con mis planos, él estira un papel transparente encima y rayamos el proyecto entero todos juntos. Así, yo poseo la mayor colección de Paulmanns del mundo, así como otros tienen colecciones de Van Gogh, yo tengo Paulmanns guardados ahí, en los que él ha estampado su opinión.
Eso tiene ventajas y desventajas. Si un arquitecto hace un proyecto que al cliente no le gusta o no le sirve, es un mal proyecto, aunque te lo publiquen todas las mejores revistas de arquitectura del mundo. Si un proyecto sí lo satisface y tú trataste de hacer lo mejor posible porque eres un profesional, es un mejor proyecto (…)
Ese es otro factor súper importante en esto proyectos que producen impactos; que el propietario, que es un privado, tiene una reacción muy rápida y que él es el dueño hasta siempre (no es un proyecto inmobiliario en que yo me lavo las manos y me voy, “qué me importa a mi si las cosas funcionan o no”), en este caso él tiene una muy rápida reacción para corregir errores, o para mejorar situaciones, y es de una rapidez obsesiva. Yo mañana tengo una reunión con él después de almuerzo en el que vamos a ver el problema de la cubierta verde del mall (que tiene 25.000 metros cuadrados de techo verde) en que él quiere participar, él quiere saber qué plantan, qué especie, de qué colores, cómo lo van a hacer, donde podemos poner un restaurante para poder funcionar mejor, si le ponemos una pista de trote…Participaen todo…es bien exigente. Pero él participaen todo, y quiere entender todo. Me manda emails en alemán…yo no sé alemán. Entonces me dice, “tu no eres internacional”. Le contesto en francés, y de allí él llama a su ayudante y me contesta en francés. Es una persona con quién yo he trabajado mucho, y he aprendido muchas cosas, y creo que él es un hombre quién además ha ido adquiriendo mucho conocimiento del mundo inmobiliario. De repente me decía cuando estábamos haciendo las torres, “para que me meto a hacer torres si eso nunca ha sido mi negocio…siempre nuestro negocio ha sido el retail, los supermercados, el Easy, los centros comerciales, los estacionamientos”. Bueno, pero Horst, hay que hacerlo por primera vez. “Si,” me dijo, “hay que hacerlo por primera vez, pero pucha que es difícil”.
¿Era obligatorio realizar las medidas de mitigación del impacto vial?
El impacto vial es tan obligatorio que si yo no termino todas y cada una de las obras de impacto vial, de cada una de las etapas, no tengo la recepción final. Lo que pasa es que la ventanilla única comprende muchos organismos, entre los que está la Dirección de Obras, y el sistema chileno funciona de modo que yo no puedo presentar un expediente de permiso si no tengo el impacto vial aprobado. Este proceso duró un año y medio, significó que no podíamos presentar el expediente de cambios. Tuvimos que ingresar un primer y un segundo EISTU; lo expresado en estos EISTU debe estar terminado y construido para pedir recepción. Dentro del EISTU estaba el compromiso de que el Estado haría las obras viales necesarias a partir del año 2007, y que estarían inaugurados en el año 2011: la Rotonda Pérez Zujovic, Costanera Sur, Vespucio Oriente. Ninguna de las tres se empezó, ni se ha empezado todavía. Se van a empezar, porque se dieron cuenta de que el taco no lo produce Costanera Center, el taco lo produce la Pérez Zujovic…¡es allí donde está el taco! No sacamos nada con hacer el túnel bajo Andres Bello mientras no se resuelva el nudo de la Pérez Zujovic, porque se va a llenar el túnel de vehículos atascados.
¿En su opinión, el marco normativo chileno es suficiente para acoger a un proyecto de esta envergadura?
No, no es suficiente, y es muy malo. Primero que nada, voy a hablar de algo injusto. Casi todos los edificios que están del Costanera Center para arriba no hicieron este impacto vial, porque no existía la norma. Pero todos los proyectos que ahora existen y que se aprueban, y que tienen (si son de vivienda) menos de 250 autos, cero impacto vial. ¿Ustedes me van a decir que 239 o 249 autos no impactan? Sí impactan, porque yo hago 1, 2, 3, 4 edificios separados por distintas propiedades, lo cuál además es nefasto porque significa que hay panderetas…lo que pasó allí en Sanhattan. Y al inversionistaque hace una gran fusión y hace un estupendo desarrollo inmobiliario, por tener más de 250 autos le exigen el pago de este famoso EISTU. Primera injusticia: si son de oficinas con menos de 150 autos, si son de vivienda con menos de 250 autos, cero EISTU. Esa injusticia es muy mala y se está corrigiendo por parte del Ministro de Vivienda que estudia una modificación al respecto para que todos paguen por igual.
Lo otro que es muy malo es que no existe una normativa vinculante a todos los municipios que los obligue a respetar la vialidadque realiza el Estado y las obras y las normas de transporte público. Cada municipalidad hace lo que se le ocurre. Si quiero pongo un Transantiago, si no quiero no lo pongo, lo corro para allá; la calle del señor alcalde abajo que viene con 4 pistas y con bandejón central y palmeras, yo acá no lo quiero con palmeras, no quiero bandejón central…o sea esa autoridad, esa norma vinculante no existe.
Cada municipio hace sus propias normas, aunque sean vecinos. Y lo otro que noes algo inédito, ni algo muy nuevo es que tiene que haber una autoridad máxima por sobre las otras que sea un paraguas para todos los municipios, y que tuviera unaautoridad vinculante y que los obligara a respetar lo que él y su equipo dijera. Muchos dicen “alcalde mayor” o “intendente mayor”, yo digo que nada de alcalde ni intendente. Arquitecto Mayor. Tiene que ser arquitecto. Una ciudad no puede ser dirigida por una economista, salvo que el economista sea un experto urbano como Edward Glaeser, por ejemplo, quién es especialista en esto, y quién sería un gran gestor de planificación urbana.
¿Qué lecciones puede sacar el sector público de la experiencia con este proyecto?
Nunca he querido culpar a ningún gobierno por las obras viales que no se han hecho, los gobiernos tienen otras prioridades, y los contextos son distintos en el momento en que se hacen las cosas. Pero yo creo que los compromisos deben cumplirse, y cuando alguien dice “yo voy a ejecutar tal y tal obra”, debe hacerse, y la excusa de que no hay plata es mentira. Somos un país rico, tenemos 16.000 dólares per cápita de ingreso, no me vengan con cuentos de que no tenemos plata para hacer el Puente de Chacao, no me vengan que no podemos hacer la Rotonda Pérez Zujovic, no me digan que no podemos hacer la Vespucio Oriente, subterránea para respetar el parque que está encima. Tenemos plata para hacer eso. Y en este momento un país que ya esta demoliendo vivienda de subsidio por mala, porque hay viviendas de hace 15 años hay que demolerlas ahora, porque son undesastre. Antes fueron una buena solución; yo no critico lo que se hizo hace 15 años, pero ahora no sirven, hay que demolerlas.
Bueno, ¿y quién va a tener que hacer esas casas? Las va a tener que hacer el Estado, la gente que tienen esas casas no tiene plata para poder rehacer su casa. Yo creo que obviamente no hay que hacerlas en 25 metros cuadrados, sino que entre 60 y 80 metros cuadrados, hacia eso tenemos que ir. Yo creo que eso es una lección importante: el Estado tiene que cumplir su rol de ejecutor y gestor de todo lo que es el urbanismo y las ciudades…ojala hacer las ciudades bellas como decía Ricardo Lagos, el único Presidente al que he escuchado decir eso. El único, en su primer mensaje del 21 de mayo, dijo que él iba preocupar en su gobierno de hacer ciudades bellas.
¿En esta búsqueda por una ciudad bella y armónica, que rol tendría dentro de esa idea un proyecto como el Costanera Center?
No me gusta hablar individualmente del Costanera Center. Hay dos tendencias: densificar extendiendo la ciudad o densificar en el mismo territorioque tenemos. Yo soy de los que piensa que tenemos que densificar en el territorio que tenemos, soy contrario a crecer. Y a lo mejor estoy diciendo algo que para muchos expertos es una aberración. Muchosme dirán, bueno, a lo mejor es una combinación de las dos cosas. A mi me da la impresión, después de recorrer Santiago, que en Santiago existen amplios sectores territoriales que están absolutamente sub-utilizados. Por lo tanto la renovación urbana yo la veo dentro del territorio urbano (yo no estoy hablando de densificar con rascacielos, no he llegado todavía a ese tema), pero si en vez de tener galpones con arreglo de bicicleta, o una vivienda de dos pisos, tener lugares en los que…paséense por la AlamedaBernardo O´Higgins, desde General Velásquez hasta Las Rejas, es como Vietnam. Es increíble: la principal avenida de la ciudad no tiene edificios…de repente destaca un hospital, que creo que es de los profesores. Pero lo demás es toda pura paja molida. Yo sostengo que de allí deberíamos llegar a unos 6, 7, 8 pisos de densidad, con áreas verdes respetables y con buenos servicios, que podrían mejorar la calidad de vida enormemente a la gente, por un lado. Y por el otro lado creo que siempre debería haber distintos centros dentro de la ciudad (…)
¿Si pudiera hacer el proyecto del Costanera Center de nuevo, haría algo distinto?
Claro que me habría gustado hacer otras cosas en el proyecto. ¿Qué cosas me hubieran gustado? Me hubiera gustado por ejemplo que el proyecto hubiera sido atravesado por algún espacio abierto que fuera integrado para la ciudad, como un lugar peatonal, como un boulevard pero dentro del mismo proyecto, lleno de tiendas y comercio, pero que hubiera tenido la virtud de que el aire entrara dentro del edificio. Eso es algo que a mi me…si lo hiciera de nuevo, creo que eso es algo que trataría de convencer a mi cliente a hacerlo así, el problema que no siempre es posible hacer este tipo de cosas porque hay que compatibilizar su factibilidad con las ideas de todos.
* Nombre: Yves Besançon Prats
Nacionalidad: Chileno
Formación: Arquitecto, Universidad de Chile
Organizaciones asociadas: Asociado a la oficina ABWB Arquitectos
Estudios de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile 1969 – 1975. Título de Arquitecto. Ingresa a la Oficina en 1974. Asociado a la Oficina en 1977. Diversos viajes de estudio y trabajo a Europa y Latinoamérica.
Participación en todas las obras de la oficina desde su ingreso a la sociedad. Idiomas, Español, Francés e Inglés. Presidente de la Fundación Educacional Alianza Francesa de Santiago desde 1992. Profesor de Taller de Diseño Arquitectónico de 5° Año–Universidad UNIACC. (1998 a la fecha).
Director Escuela de Arquitectura -Universidad UNIACC. (año 2002) Decano de la Facultad de Bellas Artes, Arquitectura y Diseño de la Universidad UNIACC (desde el año 2003 a la fecha). En el año 2003 recibe el Grado de “Chevalier dans l’Ordre des Palmes Académiques” de parte del Gobierno francés. Es Director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos AOA desde el año 2007, Profesor de Título de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Vice presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile AG (AOA).
Información extraída de www.alempartebarreda.cl
Repaso a la historia del Seccional CCU, germen del Costanera Center
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[por Carmen Gloria Troncoso]
Imagen: Anexo E_ Album fotográfico del proyecto, Declaración de Impacto Ambiental Costanera Center
Es sabido que la planificación de las ciudades se asemeja más a las carreras de fondo que a las de velocidad. Tal como en las maratones, todo proyecto urbano de envergadura requiere voluntad, paciencia y decisión para lograr conseguir el objetivo, porque son muchos los contratiempos que pueden surgir en el transcurso. Sobre todo si el camino a seguir requiere 32 años para ser recorrido.
La singularidad de las condiciones normativas del terreno donde se emplaza el Costanera Center empezaron a configurarse el año 1980, cuando el 03 de noviembre se publica el Decreto Supremo N°308/1980 que modifica el Plan Intercomunal de Santiago (PIS 1960), estableciendo condiciones de uso de suelo, edificación y vialidad para el sector comprendido entre las Avenidas Costanera Andrés Bello, Presidente Riesco, Vitacura y Nueva Los Leones (…) en conformidad a lo graficado en el plano RM-PIS-02/80 «Seccional C.C.U».
En él se establecen los usos de suelo permitidos, la vialidad exigida a los proyectos de edificación y/o urbanización y las condiciones de edificación: agrupamiento, rasantes y distanciamientos, y capacidad máxima de edificación.
5 años después, el Decreto Supremo N°158/1985 vuelve a modificar el Plan Intercomunal de Santiago, estableciendo nuevas líneas oficiales y de edificación, y que «los proyectos de urbanización y/o edificación en terrenos que enfrenten la Avda. Costanera Andrés Bello, deberán resolver los accesos y salidas desde y hacia dicha avenida, mediante vías caleteras de servicio». Además, establece la desafectación de bienes nacionales de uso público, sujeto a la recepción de nuevas vías:
- Nuevo trazado para la Avda. Costanera Andrés Bello, desde la Av. Los Leones hasta el Puente Los Saldes, incluyendo la vía de empalme con la Rotonda Edmundo Pérez Zujovic.
- Trazado propuesto como prolongación de Avda. Isidora Goyenechea, desde Avda. Vitacura hasta empalmar con el nuevo trazado de la Avda. Costanera Andrés Bello.
- Trazado propuesto como prolongación de calle Tajamar, desde Avda. Vitacura hasta empalmar con el nuevo trazado de la Avda. Costanera Andrés Bello.
Luego se publica el Decreto Supremo N°124/1986, que agrega un inciso al D.S.308/80 sobre «Vialidad Especial», el que indica la obligación de ejecución a costa del urbanizador de las obras de defensa y servicios al terreno para su adecuada conexión con la vialidad circundante.
La última modificación sufrida por este seccional se produjo el año 1988, cuando se publica el Decreto Supremo N°232/1988, el que modifica las líneas oficiales del predio, deroga el artículo sobre Vialidad Especial del D.S. N°124/86 y deja sin efecto todos los artículos relacionados a la desafectación de bienes nacionales de uso público y sus condiciones de uso del D.S. N°158/85. Éstas son las condiciones vigentes hasta la actualidad.
PLANO
Finalmente, el instrumento que recoge estas normas y las ha materializado es el Plan Regulador Comunal de Providencia, el que indica:
El presente Plan Regulador Comunal de Providencia, en adelante PRCP, viene a derogar y reemplazar el vigente, aprobado el 21 de Noviembre de 1975, mediante Decreto Nº 424 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y publicado en el Diario Oficial el 24 de Enero de 1976; así como sus posteriores modificaciones y Seccionales aprobados, excepto el Seccional CCU, RM-PIS-88/19, D.S. MINVU Nº 232, de 14/12/1988 que, por corresponder a una modificación al Plan Intercomunal de Santiago, se incorpora con la denominación de “Zona Especial Ex CCU”.
ART. 4.3.16 Zona Especial Ex-CCU.
El siguiente artículo define las normas y condiciones para la edificación, en el terreno de la Ex – CCU, no siendo aplicables en el resto del territorio comunal.
Esta Zona Especial, así definida y graficada en los planos PRCP 2007 L 2/4, L 3/4 y L 4/4, contempla:
a) Agrupamiento: Las edificaciones serán aisladas y deberán cumplir con las normas sobre rasante y distanciamiento establecidas en la OGUC. No obstante lo anterior, se aceptarán edificaciones continuas de hasta 10,00 m de altura en el 100% de los deslindes.
b) Capacidad máxima de edificación: La capacidad máxima de edificación quedará regulada por la estricta aplicación de las normas sobre agrupamiento de los edificios, distanciamientos, rasantes, superficie mínima de patios, establecidas por el presente artículo y por la OGUC, en aquellos aspectos que este, no contempla.
c) Rasante y Distanciamientos: Se aplicarán las normas contenidas en la OGUC. No obstante, con el propósito de resguardar las actuales condiciones de privacidad y asoleamiento de los edificios existentes dentro del área regulada por este Seccional, las nuevas edificaciones que se construyan dentro de los terrenos colindantes a estos, deberán quedar inscritos bajo rasante de 60º, levantada en el eje del deslinde común sobre el terreno natural, sin perjuicio de los adosamientos permitidos según normas de la OGUC. De existir entre los propietarios vecinos una expresa y mutua autorización, se podrá aplicar a ambos terrenos, las disposiciones sobre agrupamiento contenidas en el presente artículo. De no lograrse dicho acuerdo, las nuevas construcciones por ampliación, remodelación o renovación de los edificios existentes, deberán a su vez, quedar inscritas dentro de rasantes a 60º, trazadas en el deslinde común a nivel de terreno natural.
d) Otras disposiciones: En todos los demás aspectos, se aplicarán las normas de edificación vigentes, contenidas en la citada OGUC.
Fuente documentos: Observatorio Urbano MINVU
Liliana de Simone
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Arquitecta UC, Magíster en Desarrollo Urbano en el Instituto de Estudios Urbanos UC, 2011. Se ha desempeñado como investigadora en el Instituto de Estudios Urbanos UC en temas relacionados con el impacto de las geografías de consumo en ciudades. Su tesis magistral abordó aspectos relacionados con evolución latinoamericana de las infraestructuras de consumo urbano y sus significancias culturales, enfocando el estudio a espacios comerciales tipo malls y galerías.
Ha publicado artículos sobre nuevas concepciones de espacio público y su relación con fenómenos urbanos como la comida callejera, las re-significaciones sociales de espacios privados como malls y supermercados, y la evolución de la crítica académica sobre espacios de consumo. También a participado de investigaciones relacionadas con planificación urbana y gestión, memorialización postautoritaria y suburbanización en Chile.
Actualmente desarrolla una investigación sobre percepciones de seguridad en mujeres de barrios vulnerables y su relación con las geografías de consumo en la ciudad de Santiago de Chile.
Participación en PLANEO:
Costanera Center y los Mallestares urbanos: La urgencia de un Urbanismo Comercial en la planificación de las estructuras de consumo en la ciudad
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[Por Liliana de Simone]
La inauguración del bullado proyecto del Holding Cencosud en los terrenos que alguna vez pertenecieran a la CCU ha puesto de manifiesto una serie de conflictos que, hasta hace pocos años, no eran de menester público fuera de la academia y los organismos técnicos especializados.
Alimentado por la prensa, el proyecto se edificó tanto en su altura imponente, como en su discurso articulado por postales y símbolos. Con más de 30 metros de un zócalo grisáceo, desde donde se yergue el rascacielos más alto de la región, el proyecto del Costanera Center tramita entre la imagen del progreso económico nacional –o dicho de otro modo, el necesario monumento al Jaguar de Latinoamérica— y la exaltación al emprendimiento empresarial individual, en lo que vendría a ser un proyecto personal de más de 25 años de gestación, y que Horst Paulmann habría concebido como una obra cúlmine, como un mausoleo de su inquisidora labor.
En cuanto a su carácter alegórico, la instalación de un mega centro comercial al borde del rio Mapocho viene a confirmar las representaciones tradicionales del cono de alta renta. Como un reloj solar, la torre parece indicar el lugar exacto, el cero geométrico, desde donde se cimienta, a la sombra del capital, la organización socio-espacial de los más acomodados. Y es que la localización de Costanera funge de manera estratégica con los discursos neoliberales sobre la ciudad. A modo de ícono, representa tanto en planta como en fachada, los ideales de la ciudad construida para el capital, pensada para el goce y la multiplicación de ‘lo privado’ por sobre lo público. Como centro de intercambio comercial y social, el mall cumple con las expectativas en su interior, otorgando pasillos y food courts que satisfarán las necesidades de los usuarios, y la eventual resignificación de sus pasillos en espacios pseudo-públicos.
Sin embargo, el proyecto parece haber olvidado que su implantación ocurre en una de las zonas tradicionalmente peatonales de la ciudad de Santiago. Olvidó que su localización estratégica se constituye como el remate oriente de uno de los proyectos urbanos más emblemáticos de la historia urbana reciente (Línea 1 del Metro y la peatonalización para-comercial de las “Dos Providencias”); y donde el paseo fluvial al norte, adornado por uno de los parques lineales más extensos de la capital (hacia el Oriente: Parque Los Reyes, Parque Forestal, Parque Balmaceda, Parque de la Aviación, Parque Uruguay, y más allá Parque Bicentenario), y que se constituye en la red de espacios públicos intercomunales más extensa de la región.
Enfrentándose al Cerro San Cristóbal y su nuevo rol en la conectividad capitalina desde su reciente horadación transversal (Túnel San Cristóbal), al Costanera Center parece habérsele olvidado que los lugares más atractivos para la inversión en comercio, cuando estos están adentro de la ciudad, coinciden y no paradojalmente, con los núcleos de mayor intensidad peatonal, y por lo tanto de acumulación creciente de significados culturales y sus contradicciones . La comprobación de la existencia de este error conceptual es simple: el proyecto del mall Costanera es un proyecto de mall introvertido, suburbanita, ajeno de veredas y despojado de espacios de transición. Cual bunker de los cincuentas, alude a una etapa en la construcción de malls que rememora la Guerra Fría y su terror por la lluvia nuclear, en la que se veía a los shopping centers, frutos de la expansión suburbana y la motorización, como los necesarios centros de reunión entre WASP’s (White Anglo-Saxon Protestant). Protegidos del clima exterior (climatización mecánica y ausencia de ventanas), la llegada en auto eludía la confrontación directa con cualquier otra realidad que no fuera el recreado interior urbano del mall. Ubicados en el cruce de autopistas, los malls suburbanos de altos muros, sin ventanas ni vistas al exterior, se olvidaban de un contexto territorial donde no habían mas que carreteras y casas prefabricadas.
Ese modelo, atemporal a la realidad santiaguina, es aquel rememorado en Costanera Center, donde las grandes fachadas cerradas por vidrios polarizados promueven como acceso principal a una pasarela levantada 6 metros del nivel de la ciudad. O donde las rampas de acceso automovilístico generan un foso que separa la vereda –mínima por lo demás—peatonal de lo que sería un acceso directo y a nivel al mall.
¿Pero de que se esconde Costanera Center? ¿No hay acaso allí afuera una ciudad latente a la que asomarse, con la que conversar, a la que honrar? ¿No hay una vista a la geografía que vender como experiencia, un peatón que convertir en cliente, una terraza externa que colonizar por cafés y tiendas? Incluso a la luz de las nuevas tendencias en la construcción de espacios de retail abiertos, Costanera parece haber obviado todas las oportunidades de mercado que su situación urbana le ofrecía. Y por que no, haber generado un boulevard o una terraza, recursos tan trillados por su competencia, y que, sean del gusto arquitectónico o no del lector, ofrecen una experiencia urbana remozada en aquellos malls donde se construyen. Una negociación era necesaria, un diálogo, aunque mínimo, es requerido aun, una propuesta de apertura, será esperada.
Sin embargo, hay un aspecto que debemos agradecer a Costanera Center. Su mediatizada construcción, fruto de los espaldarazos políticos (Ricardo Lagos puso la primera piedra, Michelle Bachelet lo convirtió en el ícono de la reactivación) y la psicosis colectiva fomentada por la prensa amarillista ante un eventual colapso metropolitano, puso en la mesa de discusión la manera como se toman las decisiones urbanas en la ciudad. La masa crítica generada en torno a la expectación del Costanera provocó discusiones tan relevantes como la pertinencia de una nueva figura administrativa metropolitana, que pueda velar por un proyecto de ciudad coherente entre las diversas unidades comunales.
No obstante el foco mediático, la conflictiva instalación del mall en Providencia, cargada de irregularidades, mitigaciones no realizadas, concesiones poco claras, puede volver a repetirse en muchos casos venideros. La ausencia de una planificación urbana que no solo regule la instalación de inversiones inmobiliarias de estas magnitudes, sino que por lo demás, pueda orientar los modos más favorables bajo los cuales tanto empresarios como ciudadanos puedan beneficiarse mutuamente, es aun un pendiente preocupante.
Dejemos algo claro: no es productivo demonizar al inversionista Paulmann, pues eso no impide que en el futuro, las decisiones privadas de otros empresarios puedan conllevar a un resultado igualmente insatisfactorio desde el punto de vista de la ciudad, pero muy rentable desde el negocio mismo. Es menester de los organismos públicos y académicos generar la necesaria densidad de conocimientos técnicos y teóricos que puedan alimentar las inversiones privadas de maneras concretas, de modo de no solo evitar los conflictos, sino incluso mejorar las ventas futuras. Las cooperaciones público privadas, orientadas bajo un eventual plan metropolitano de urbanismo comercial, podrían aprovechar las inmensas inversiones privadas, en oportunidades cuyos externalidades positivas también sean vertidas en los espacios públicos colindantes. Una política económica de ese tipo podría medir –como ya se hace en muchas ciudades españolas—las cuotas de participación de los negocios locales por tipo de producto, y como éstas se verían afectadas por la llegada de un mall. Así, los organismos administrativos podrían orientar el tenant mix más adecuado para la estructura mayor, o fomentar la especialización de las estructuras menores. Un plan de ordenamiento comercial podría, por otro lado, orientar la instalación de las mega estructuras en la ciudad, sus conexiones con el contexto, los formatos de sus fachadas y accesos más adecuados, buscando así favorecer tanto el negocio del retail, como su relación con la ciudad. Incluso, un urbanismo comercial puede usar proyectos de financiamiento privado como detonantes de reactivaciones urbanas en zonas obsoletas, pensando integralmente la planificación, la gestión y la construcción de la ciudad.
Hay esperanza. Si revisamos la genealogía del mall en Chile, notaremos de inmediato que en nada se parecen los primeros malls a lo que devinieron 20 o 30 años después. Parque Arauco, con su hermética caja de ladrillo, se convirtió en treinta años en un proyecto de formas irregulares y horadaciones continuas, incluso colonizó su vasta área de estacionamientos que lo alejaba de la vereda norte, donde hoy construye un amplio paseo peatonal. Y plaza Vespucio, cuya impenetrable estética metálica de principios de los noventas evolucionó, a punta de pruebas y errores, en un animal polimórfico que propone e incentiva usos diversos en un radio de influencia difícil de delimitar.
Costanera Center tendrá que hacer lo mismo, sus clientes, acostumbrados a los cappuccinos al sol del boulevard de moda, le exigirán usos más abiertos. Pasarán años, pero desde hoy debemos considerar al Costanera como una oportunidad antes que una derrota. Ayer no lo hicimos, hoy es necesario; y pensar en como planificar los casos venideros, inexcusable.
* Fotografía emol.com
Costanera Center: corrigiendo el gran error
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[por Roberto Moris]
La discusión sobre los impactos del Costanera Center ha puesto en evidencia las deficiencias del sistema de ordenamiento territorial vigente y las debilidades de los mecanismos de evaluación de proyectos. Parece ser que la larga tradición de promoción de proyectos inmobiliarios sin mayor sensibilidad respecto a sus externalidades se encuentra en crisis.
Como un aporte a este debate, propongo la revisión de tres casos de sociedades avanzadas que están remediando los errores del modelo de desarrollo. Experiencias en Inglaterra, Canadá y Estados Unidos dan cuenta de acciones de corrección a pecados de sociedades que durante décadas han puesto a los automóviles por sobre las personas. Como buenos seguidores rezagados, en Chile aún denominamos plan de mitigación vial a un conjunto de obras de promoción del uso del automóvil, como son las anunciadas para el sector centro oriente.
La ciudad de Calgary en Canadá está replanteando su modelo de crecimiento de “ciudad dispersa” debido a los resultados de las proyecciones de crecimiento y gasto para el año 2020. Se ha optado por contener la expansión urbana en baja densidad para disminuir en dos tercios el gasto en infraestructura respecto del escenario tendencial. Es decir, el modelo de dependencia total del automóvil está siendo replanteado, invitando a la comunidad a “adaptarse” a las nuevas condiciones.
El plan de movilidad de la ciudad de Nueva York se ha enfocado en el mejoramiento de los espacios públicos. El plan ha significado ampliar veredas de áreas céntricas como Broadway Avenue y Time Square, tomando el espacio ocupado anteriormente por los autos. El sistema de ciclovías se ha fortalecido y el uso de las bicicletas se ha duplicado entre 2007 y 2011, proyectando su aumento al triple para 2017.
En 2010 el Santa Mónica Place shopping center de Los Ángeles fue reabierto luego de una profunda transformación que mejoró su interacción con el entorno. La construcción de 1980 diseñada por Frank Gehry como referente de los suburbanos indoor centers, fue transformada por Jerde Partnership en un open-air center que promueve la capilaridad con el barrio que lo acoge.
A la luz de estas experiencias, cabe preguntarse: ¿Cuánto es el costo social de seguir construyendo obras de infraestructura que promueven el uso del automóvil? ¿El plan de mitigaciones anunciado asegura que los automovilistas internalicen todos los impactos a través del pago de tarifas? ¿Cuándo se priorizarán proyectos pensados para los peatones y que promuevan el uso de bicicletas y transporte público? ¿Cuántos años deberán pasar para que el Costanera Center pueda ser transformado y se mejore su relación con la ciudad?
El Costanera Center desde mi ventana, ¿un nuevo hito urbano?
VerCómo el Costanera Center desafía nuestra planificación urbana
VerCómo el Costanera Center desafía nuestra planificación urbana
Revista Planeo Nº5, Costanera Center, Julio 2012
[Ilustración: Fabián Todorovic]
[Por Comité Editorial PLANEO]
Considerando lo polémica y “vibrante” que ha resultado ser la entrada en funcionamiento del proyecto Costanera Center, el Comité Editorial ha querido que el artículo central de este número busque representar el amplio y diverso espectro de visiones respecto a este fenómeno.
Por ello, hemos decidido iniciar este número especial de PLANEO presentando un trabajo colaborativo desarrollado por académicos y estudiantes del Instituto de Estudios de Urbanos y Territoriales, dando respuesta a la siguiente interrogante:
A la luz del Costanera Center, ¿qué desafíos se presentan para la planificación urbana?
A continuación, las respuestas de nuestros colaboradores:
Felipe Link: la integración de los habitantes del barrio
Uno de los desafíos para la planificación urbana detonado por el proyecto Costanera Center tiene que ver con la forma de integración de sus ocupantes al barrio. Es decir, que el proyecto no sólo tiene impactos sobre la vialidad, el transporte y el paisaje, sino que también generará un flujo de personas y un aumento de actividades cotidianas en el entorno inmediato, proporcional a su tamaño. La planificación debiera ocurrir en todo el radio de influencia del Costanera Center y la gran cantidad de proyectos complementarios, considerando la transformación funcional del barrio Suecia, la construcción de las torres Titanium en Santa Rosa y nuevos edificios de oficinas a lo largo de la avenida Andrés Bello, La Concepción, entre otras. En este escenario, serán miles de personas, de diferentes ocupaciones, arrojadas democráticamente a las calles de Providencia, por ejemplo, en el horario del almuerzo. Esto representa una oportunidad para mejorar espacios públicos, innovar en sistemas de transporte y ampliar la oferta de servicios a estos nuevos habitantes. El parque Uruguay, el parque de las esculturas o incluso el lecho del Mapocho podrían ser objeto de transformación y uso intensivo, asociado a las nuevas dinámicas urbanas del sector. Un tren de superficie, a la manera de los strassen-bahn alemanes, podría recoger a los trabajadores y llevarlos a lo largo de la costanera y la alameda. La peatonalización de algunas calles entre Andrés Bello y Providencia, podría generar pasajes y nuevas plazas, etc. Probablemente el mall absorberá buena parte de este flujo, sin embargo, la demanda estará siempre puesta en el aire de la ciudad.
Bernardita McPhee: la incapacidad de predicción del impacto.
Es ya una potente evidencia instalada en una de las zonas más valoradas o con más valor de la ciudad. Su considerable extensión, altura y forma peculiar ha modificado el paisaje urbano, o como se ha señalado en los medios, la cara de la ciudad. Tanto la primera Declaración de Impacto Ambiental del año 2001, que dio paso a su construcción, como la posterior Declaración de Impacto Ambiental que otorgó la autorización de las modificaciones al proyecto original, hicieron posible la creación de esta nueva realidad citadina. Ambos documentos, fruto de investigaciones supuestamente bien realizadas, de carácter predictivo, consideraron el impacto que tendría esta construcción en diferentes aspectos. Sólo su concreción real ha hecho posible la constatación del impacto: visión dominante desde todos los puntos de una ciudad fragmentada; centro de atracción de una población heterogénea proveniente de comunas cercanas y lejanas; disminución considerable del comercio aledaño; ruina de numerosas pymes.
Durante años se habló del impacto vial proponiéndose soluciones, especialmente en relación a ingreso y egreso de automóviles al sector afectado. Se eludieron las otras consecuencias. Todo se centró en posibilitar el éxito del mega proyecto levantado en uno de los subcentros principales de la ciudad, dominándolo todo, visual y comercialmente, como una metáfora del poder económico – financiero de quienes lo hicieron posible. Metáfora política del poder que todos contemplamos admirados o indignados, pero que está por encima de nosotros sin que podamos hacerlo desaparecer.
Uno de los desafíos de la planificación urbana en Chile es superar la excesiva preeminencia que tienen los gobiernos municipales en los procesos de toma de decisión que tienen un alcance metropolitano. Las transformaciones territoriales que se generan por el desarrollo de grandes proyectos urbanos como el Costanera Center deben ser evaluadas a partir de su complejidad, tomando en cuenta y previendo las sinergias que se pueden generar entre los efectos de un conjunto de fenómenos que hoy acontecen en las ciudades. El tema del colapso vial, no menor, es solo uno de los problemas que representa este proyecto, que por cierto no solo afecta a la comuna de Providencia, sino que también, al menos, a las comunas de Vitacura y Las Condes. Sin embargo, hay una serie de aspectos desconocidos o invisibilizados y, por tanto, no evaluados en los procesos formales, que sin duda transcienden el ámbito comunal y que nos enfrentan a la necesidad pensar la ciudad y el área metropolitana en su conjunto.
Pedro Bannen: El proyecto Costanera Center como cuerpo cierto
Al igual que todo proyecto, al ser exitosa su gestación y su gestión, un día son realidad. Es el caso del Costanera Center con su mall abierto en un cincuenta por ciento de capacidad y dos de las cuatro torres que lo completan en un grado de avance considerable.
La planificación es el gran ausente de esta nueva realidad urbana, donde la iniciativa y el emprendimiento privado han jugado todas las cartas a su riesgo y a su propio favor. Los actores públicos sólo facilitaron y dilataron condiciones para satisfacer todas las demandas del primero. Los actores ciudadanos acompañaron el proceso reaccionando en proporción directa a la medida que éste mutaba de proyecto a realidad material. Los expertos urbanos proponían ideas complementarias que alimentaban eventualmente sus propios intereses, técnicos y monetarios, a la manera de los privados.
Todo ello es la más pura práctica de construcción de la ciudad por el mercado, o dicho de otro modo, es la ausencia absoluta de una planificación dinámica y articuladora entre intereses privados, públicos, profesionales y ciudadanos, que trabaja tras el logro común y colectivo de la mejor ciudad.
La ciudad se construye de infinitas maneras y por infinitas formas, la ciudad del Costanera Center trae a Santiago una nueva escala urbana con dimensión de mall de autopistas en un nudo vial clave, tal vez la articulación metropolitana más importante generada la última década en la ciudad capital. La concurrencia de medio millón de visitantes la primera semana al centro comercial y el “banderazo” de anuncio de la marcha de estudiantes del miércoles 27 de junio, lo consagran como un nuevo referente urbano y metropolitano. Falta invitar a la planificación para que, más vale tarde que nunca, se haga cargo desde ahora de intentar construir en el lugar la buena ciudad.
¿Por qué el Costanera Center apareció representado en el afiche del Día del Patrimonio realizado en mayo pasado? La reflexión sobre el patrimonio es muy amplia pero, sin duda, este afiche dejó en evidencia al menos dos inquietudes. La primera permite interrogar si será este edificio en algún momento lo que fue la torre Entel a partir de mediados de los años setenta la que, con sus casi 130 metros de altura, fue imagen del desarrollo de las telecomunicaciones en el país, se mantuvo como el edificio más alto por algún tiempo y, luego, pasó a ser un hito de la ciudad? La segunda, y tal vez más sugerente inquietud que representa la aparición de este edificio en el afiche sugiere que los problemas del patrimonio se inscriben en las decisiones que se toman respecto al desarrollo urbano. El patrimonio es un elemento más a considerar de esta compleja problemática. Hechos como la creciente desaparición de nuestra cordillera y de los cerros de la ciudad por los edificios en altura implican más que una preocupación por parte de quienes se encargan del patrimonio de la ciudad pues refleja las complejas relaciones que existen en torno a las acciones que surgen de la planificación urbana.
Roberto Moris: desafíos de la planificación ente el Costanera Center
La generación y fortalecimiento de centralidades metropolitanas debe ser producto de una planificación y gestión urbana que busque y garantice los equilibrios urbanos. Desarrollos de mayor escala como Costanera Center requieren evaluaciones que superen las actuales declaraciones de impacto ambiental y estudios de impacto al sistema de transporte urbano.
En términos específicos, un desafío relevante sería aumentar, en este tipo de centralidades, la capacidad de integración de medios de transporte, promoviendo la caminata y la bicicleta. El fortalecimiento intensivo de la red de ciclovías a través de sendas pintadas en calles, disminuyendo superficie destinada para vehículos y no la destinada para las personas.
Las bicicletas deben compartir de manera civilizada las áreas de movilidad con automóviles y transporte público. Por lo tanto, se debe evitar disminuir veredas y áreas verdes.
Esto implica un diseño de espacios pensados para el desplazamiento de las personas y no del de los vehículos. En el caso del sector del Costanera Center, a pesar de la existencia cercana de ciclovías, éstas se encuentran difícilmente conectadas. Aunque obviamente esta revolución de la brocha debe venir acompañada de la revolución de cultura cívica que las respete.
Arturo Almandoz: inquietud de turista frecuente
Más allá de las obras de mitigación contempladas por la municipalidad de Providencia – las más de ellas referidas al impacto a corto plazo del Costanera Center sobre tránsito vehicular y peatonal, según entiendo – dos desafíos que me intrigan se refieren a la dinámica peatonal y comercial al por menor o detalle (retail) percibibles a mediano y largo plazo. Si bien el control de tal impacto escapa de la planificación urbana, creo que tendrán que ser asumidos por la municipalidad en cuanto a zonificación y tipologías comerciales permitidas en sectores aledaños, especialmente en el corredor paralelo de Providencia, que funciona principalmente como «high street».
Gonzalo Salazar: Redescubriendo al Verdadero Apu
Tal como se ha manifestado desde diversos ámbitos académicos y públicos, el Costanera Center implica desafíos complejos en términos de transporte, obras públicas, comercio y morfología de la ciudad. Pero darle primacía a estos aspectos funcionales es seguir confundiendo el verdadero desafío que tenemos en términos de planificación urbana.
Durante milenios y desde todas las perspectivas posibles, se ha podido apreciar la inmensa montaña que da vida al valle del Mapocho. A lo lejos, allá donde nace el río, se lavanta el Cerro el Plomo, moderando y cuidando los ciclos vitales del valle en que se emplaza. No por nada el pueblo Inca entendió este cerro como un Apu, que significa Guardián del Valle. Pero esos son tiempos remotos. Pareciera que hemos perdido el conocimiento necesario para co-habitar en este valle, y hemos olvidado cuál es su verdadero Apu.
Desde hace pocos meses, y también desde casi todos las perspectivas posibles, se puede apreciar la Gran Torre Santiago sobrepasando parte de la cima del cerro San Cristóbal. En un acto vertiginoso, esta nueva torre se levanta con imponencia, como queriendo trascender a la montaña y arrebatarle su más importante rol — el de Apu. El Costanera Center es el fenómeno emergente de una forma de habitar nuestro valle basado en la arrogancia y el individualismo — socialmente injusto, ecologicamente analfabeto.
Pero es justamente en este fenómeno sistémico donde se puede dar un giro de forma, para preguntarnos cómo debemos cohabitar en este valle, cómo podemos reaprender el lenguaje del verdadero Apu y generar un diálogo con nosotros mismos, con el otro y con la montaña, respetando sus propias autenticidades. El gran desafío – la gran pregunta – de la planificación urbana no es tecnológica, ni vial, ni constructiva, ni comercial, ni morfológica, si no más bien ética. El desafío es darnos el tiempo para hacernos estas preguntas y, sobretodo, ponerlas como centro fundacional de una política de planificación urbana estratégica, más social y más ecológica.
Carmen Gloria Troncoso: el futuro de Providencia
La reciente apertura de Costanera Center ha encendido el debate respecto a la débil capacidad de previsión de los conflictos de nuestra planificación urbana, concentrando la discusión casi exclusivamente en los impactos viales que producirá el proyecto. Este imponente faro que se yergue en el vértice de la zona más rica de la ciudad ha traído luz sobre las fricciones que el desarrollo urbano en densidad puede generar si no se toman las precauciones necesarias para organizar un aumento explosivo de la presión sobre el espacio público. Pero, al tiempo que ha iluminado este particular debate público, su cono ha ensombrecido el devenir de una de las principales arterias comerciales de la ciudad, Av. Providencia. Poco se ha debatido respecto al impacto funcional que este megaproyecto comercial generará en la actividad de esta importante arteria, con excepción de los lúgubres augurios de los locatarios[1][2][3]. Evidentemente, este nuevo escenario representa un serio desafío a la planificación local del sector, de modo de evitar su muerte. Sin embargo, es en su inherente condición de barrio comercial donde reside la clave que le permitirá defenderse de la sombra del coloso. Porque por mucha demanda y atención que un centro comercial genere, éstos nunca alcanzarán el atractivo que tiene el recorrer un espacio público activo y vibrante, lo que se constituye en la principal fortaleza de Providencia. Ya lo demuestra el vuelco hacia el exterior que están viviendo los principales malls de la ciudad: el comprar y el pasear van de la mano, y nada acompaña mejor la experiencia como hacerlo al aire libre. Para salir airosa y fortalecida, Providencia debe potenciar el uso de sus veredas y la calidad de su oferta para consolidarse como el boulevard comercial más atractivo de Santiago, diferenciándose del complejo en aquello que aquel simplemente negó: experiencia de ciudad.
Arturo Orellana:
La planificación urbana en Chile actualmente no existe, particularmente para las áreas metropolitanas, ya que desde el punto de vista de la gobernabilidad las ciudades estas tienen una institucionalidad que está atomizada, la planificación normativa e indicativa (o estratégica si la hay) no dialogan y carecen de mirada prospectiva, y además porque la capacidad de gestión urbana está supeditada esencialmente al poder económico sobre los territorios. Por lo tanto, el desafío es reponer en la agenda pública la importancia de la planificación urbana como instrumento prioritario para orientar y articular las acciones públicas y privadas sobre los centros urbanos, con el objeto de corregir importantes desequilibrios en materia de integración social, competitividad económica, sostenibilidad ambiental, preservación del patrimonio cultural y generar una mayor capacidad de gobierno local y metropolitano. Para tales propósitos, se debe conjugar un mayor nivel de descentralización política y administrativa desde el nivel central con una distribución de competencias y atribuciones adecuadas a escala local y regional (si no hay gobierno metropolitano) a nivel de la DIPLADE, para que proyectos como el Costanera Center no se evalúen sólo desde el cumplimiento de la legislación vigente por un municipio, sino también desde el punto de vista de sus impactos socioterritoriales y su compatibilidad con la visión prospectiva de ciudad que debe sostenerse en una política urbana hoy ausente.
Documental "Malls R Us"
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DVD: Klodawsky, Helene: Malls R US, Icarus Film, 78 min, Canadá, Francia, 2010.
[Por Rodrigo González Lagos]
Los malls están con nosotros, por más que algunos los eviten, critiquen o traten de evadirlos, no hay vuelta atrás, son tan contemporáneos como nuestra existencia y por lo mismo hay que aprender a convivir con estos sitios.
Helene Klodawsky entiende esta nueva convivencia entre lo urbano y los colosos centros comerciales, paseándonos desde diversas aristas con el fin de entregarnos nuevos antecedentes para quererlos u odiarlos. Narrado con un tinte nostálgico y elegante Mall R US muestra como han ido penetrando en el cotidiano cultural las formas que los centros comerciales crean dentro de las ciudades.
La monumentalidad arquitectónica de las grandes catedrales, a veces parece estar al servicio de los nuevos proyectos que el mundo exige para rendir culto al consumo. Desde el punto de vista de la arquitectura, el urbanismo, la economía, la sociología, la política e incluso la teología, Klodawsky va relatando la influencia que han ido dejando en nuestras culturas esas moles centrípetas.
A modo de preparación del terreno, parafraseando a De Mattos[1] se presenta la irrupción de nuevos “artefactos urbanos” por los confines del planeta, desde Estados Unidos pasando por Canadá, Francia, Polonia, Emiratos Árabes Unidos, India y Japón. Cada uno con sus similitudes y diferencias arquitectónicas que, como si se tratara de ser distinto a sus predecesores, van moldeando la misma idea de un nuevo modo con diversas dosis de monumentalidad en los proyectos.
La construcción de la historia comienza desde las “excavaciones” históricas que reflejan como los centros comerciales fueron incorporándose en las vidas de las sociedades estadounidenses de la segunda posguerra mundial. La idea del sueño americano fue materializada por el arquitecto austriaco Victor Gruen dentro de los espacios cerrados que condensarían los anhelos de la nueva sociedad que se estaba forjando. Ahora John Jerde, otro arquitecto parece seguir los pasos en el diseño de las nuevas utopías urbanas que el mundo del consumo le exige. Es curioso -en lo que el propio arquitecto cuenta- como un niño de infancia solitaria como él, actualmente esculpe grandes espacios artificiales de congregación de personas.
Pero el aglutinamiento de almas en un solo lugar concentrado también llama la atención del teólogo Jon Pahl, que compara los símbolos que están presentes en cada centro comercial moderno con los conceptos que se buscan dentro de los lugares sagrados. Al igual que en las grandes iglesias y catedrales, las rotondas parecen imitar las cúpulas a modo de altares, la presencia de la luz sobre los grandes techos hace que los que se internen en ellos se inyecten de la energía que emana desde las alturas. Del mismo modo la especial función que cumple el agua en fuentes, piscinas reflectantes o cascadas; emula lugares bautismal, el sonido y su forma van generando el bálsamo purificador que trata de disimular la artificialidad.
Como los estandartes del desarrollo de las ciudades los centros comerciales se van convirtiendo en el orgullo, pero también en capricho de millonarios que desean donar en vida la inmortalidad de sus legados en los paisajes urbanos. De esos grandes proyectos el arquitecto Eric Kuhne, ha sido uno de los grandes ideólogos de conceptos en Europa y los países árabes, como el Bluewather park de Londres y el Bur Juman Gardens de Dubai. Caminando por la multimillonaria ciudad árabe Kunhe no se asusta de la velocidad y voracidad del desarrollo inmobiliario que están viviendo algunas ciudades. A su juicio en el mundo hostil e incomprensible de hoy la gente necesita personalizar sus vidas en un mercado minorista.
Mientras tanto en otra arista del continente asiático, los movimientos sociales en Delhi protestan por la construcción del Mall of India. La activista india Amarjeet Kaur relata que sobran los motivos para el rechazo a la construcción del centro comercial; desde la irrupción de occidente, la pérdida de identidad, la subcontratación de personas, el declive del comercio establecido y la exclusión social que produce un espacio común en un país de grandes diferencias sociales hacen que diversos sectores de la sociedad india no sean partidarias de este estilo de comercio.
Pero los grandes almacenes no tienen asegurada la inmortalidad, en el caso de Estados Unidos varios Malls van paulatinamente decayendo hasta convertirse en lugares fantasmas. Pete Blackbirds comenzó a documentar en éste fenómeno en el sitio www.deadmalls.com, que mira con nostalgia imágenes de los momentos de apogeo de los centros comerciales y sus visiones actuales en despoblado. Mientras al otro lado de la frontera el desarrollador inmobiliario Rubin Stahl, muestra como su nuevo proyecto “ecológico” de centro comercial en medio de un bosque el “green retail destination” de Lac Mirabel de Quebec, pretende conciliar el impacto en el ambiente que producen las grandes estructuras urbanas dentro del ambiente natural.
Se puede diferir en la concepción de lo que un centro comercial significa para el desarrollo urbano de una ciudad, pero en lo que si hay cierta convicción de que en occidente estamos carentes de espiritualidad, tal vez por eso muchos terminan en los nuevos templos, obnubilados de la grandeza del vidrio, el agua y las vitrinas que los centros comerciales entregan. Reduciendo parques, bulevares, juegos, cines y teatros a un mismo lugar, como si estuviéramos en una ciudad resort en la que se va transformando la noción que por generaciones hemos tenido de comunidad, espacio público y vida urbana.
Klodawsky logra fundir las imágenes, el relato, las experiencias y el moderno sonido de lo antiguo en la banda sonora que el grupo francés AIR nos regala, en un interesante documental que nos da luces para tratar de comprender el momento actual de las nuevas deidades que el siglo XXI levanta. Ahora que el skyline de Santiago de Chile ha cambiado con la protuberancia de una torre que desde el oriente se visualiza a diversos lugares de la ciudad, debemos aceptar que los Malls están entre nosotros.
[1] De Mattos , C. (1999). Santiago de Chile, globalización y expansión metropolitana: lo que existía sigue existiendo [versión electrónica]. Eure, 25 (76), 29-56.
Rodrigo González Lagos
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Geógrafo, Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Profesional de la Comisión de Estudios Urbano Habitacionales (CEHU) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Encargado de cartografía y análisis territorial en el Observatorio Habitacional. Docente en la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
Participación en PLANEO:
Nuevas perspectivas para construir centros comerciales: Santa Mónica Place / Nambas Parks
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Revista Planeo Nº5, Costanera Center, Julio 2012
Autores: Jerde Partnership
Casos: Santa Mónica Place, Los Angeles, Californica, EE.UU. / Nambas Parks, Osaka, Japón
Resumen:
Como práctica relevante a propósito de las últimas contingencias que vive Santiago de Chile ante la reciente inauguración del Costanera Center, damos a conocer la visión que plantea Jerde Partnership para abordar la remodelación y construcción de dos centros comerciales que integran demandas comerciales con nuevas espacialidades de uso público y que se articulan al tejido urbano de las ciudades. Ambos casos relevan el contexto urbano donde se emplazan, su forma arquitectónica, sus circulaciones peatonales como también aspectos sociales, económicos y culturales que son importantes de considerar para constituir espacios en armonía con lo existente.
Jerde Partnership es un estudio de arquitectura y de planificación urbana fundado en 1977 por Jon Jerde y orientado al concepto de “placemaking y arquitectura de experiencia”. El estudio está conformado por un equipo interdisciplinario y tiene sede en Los Ángeles (EE.UU.) así como filiales en Hong Kong, Shanghái, Seúl y Berlín.
[Por Ana Rojas y Jaime Pujol]
La mirada de Jerde se enfoca en integrar la vida del habitante a los espacios públicos, tiendas, parques, restaurantes, entretenimiento, vivienda y naturaleza. En este sentido, el construir o transformar un centro comercial significa integrar el paisaje económico y social propio de los barrios, ciudades y regiones. Para lograr revitalizar la ciudad en un sentido socio espacial, Jerde sostiene que es necesario generar espacios que permitan diversas actividades en una simultaneidad, es decir trabajar, comer, hospedarse, comprar, jugar, pasear y descansar en un mismo lugar.
Así, Jerde plantea como idea central construir entornos de experiencia urbana, la que se ha ido perdiendo en consecuencia del enfoque de la planificación moderna según esta firma. Sostiene que existe una tendencia a olvidar el rol de los espacios públicos, como la calle, la plaza y el mercado, espacios que naturalmente presentan la condición de ser centros comerciales y sociales. Son estos espacios particulares los que presentan la riqueza espacial en su mezcla de usos.
Esta espacialidad ha sido impactada por el uso excesivo del automóvil, generando consecuencias importantes en los patrones naturales de convivencia. La cultura del automóvil ha originado nuevos principios de planificación urbana, generando divisiones marcadas en los usos de los espacios, perdiendo la riqueza de los usos simultáneos dada principalmente por la experiencia de habitar la ciudad como peatón. Este enfoque segmentado está generando ciudades de espacios fragmentados, perdiendo la vitalidad y el hábitat urbano que les han otorgado la identidad.
De esta manera el “placemarket” realizado por del estudio Jerde busca recrear la experiencia peatonal transformando centros urbanos en diversas ciudades del mundo a partir de nuevas arquitecturas, como también en los espacios entre arquitecturas con el objetivo de que las personas se puedan encontrar y compartir así una experiencia urbana colectiva.
En este sentido, Jerde postula generar proyectos de uso mixto, es decir integrar espacios residenciales, comerciales y de uso público que tengan la capacidad de articularse con su entorno. Este uso público se consolida a partir de formas arquitectónicas que generan circulaciones fluidas, que invitan al habitante a estos espacios, desde las calles y pasajes circundantes. El generar espacios permeables ha permitido generar una conectividad con los usos populares que rodean a estos centros comerciales.
DOS PROPUESTAS DE CENTROS COMERCIALES
Los siguientes centros comerciales comparten varios propósitos: aportan nuevas formas de construir habitabilidad pública mediante la mezcla de usos, generan conexiones a centros de tránsitos de masas, e integran parques y diversos espacios abiertos con un sentido público.
Santa Monica Place, Santa Monica, California, Estados Unidos.
Santa Monica Place es la remodelación de un centro comercial cerrado de carácter suburbano, proyectado el año 1980 por el arquitecto Frank Gehry en la ciudad de Santa Mónica, próxima a Los Ángeles, California. El proyecto original presentaba varias deficiencias, entre ellas la desconexión con el paisaje y entorno, quedando descontextualizado del lugar. Por lo tanto su remodelación se orienta a generar un centro comercial al aire libre que se integre al entorno urbano articulando el paisaje de la ciudad con la escala peatonal a través de espacios de uso mixto. Considera un programa que cuenta de especialidades minoristas, tiendas, terrazas, comedor, plaza y espacios abiertos.
Las modificaciones más relevantes se centraron en eliminar el techo, reconfigurar su interior y fachadas, constituyendo generosos espacios abiertos. El proyecto se extiende a la vitalidad de la calle, se conecta con pasajes peatonales existentes y a nuevas plazas públicas propuestas.
En cuanto a sus fachadas, todas toman contacto con su entorno, intencionándolas de manera particular según su orientación. Es así, como su lado oeste caracterizado por un espacio abierto, se inspira en formas y colores asociados al muelle y al mar; su fachada sur toma contacto con el centro cívico y corredor urbanos que se conecta con los restaurantes y residencias contiguas.
En su remodelación la materialidad cobra gran importancia, utilizando entre ellas piedra, ladrillo y elementos de acero inoxidable, integrándolos con los patrones característicos del lugar.
Uno de los aspectos más relevantes de esta remodelación son sus senderos peatonales que vinculan el exterior hacia una plaza pública, ubicada en la planta principal del centro comercial, la que tiene por objetivo conformar un centro de experiencias comunitarias, donde se realizan exposiciones y espectáculos. Su forma elíptica, junto con la orientación de los pisos superiores de tiendas y restaurantes, maximizan la luz del sol en todos sus niveles. El último piso cuenta con árboles y un espacio público para que las personas puedan permanecer y disfrutar de las vistas de la costa hacia las montañas. Dentro de las prioridades de Jerde está el sentido público de las espacialidades, como lo presenta este caso donde se privilegia una terraza abierta antes de destinar a privatizar esta ubicación.
Así, Santa Mónica Place introduce importantes características sostenibles, entre ellas su configuración espacial, la cual se reestructura a partir de un espacio cerrado y se transforma en uno abierto al aire libre, optimizando su eficiencia energética con paneles solares. En la cubierta considera materiales reflectantes que aportan en la reducción del efecto de isla de calor. Asimismo, incorpora un uso eficiente de agua para sus jardines. En el proceso constructivo la remodelación consideró la reutilización del 92% de los materiales.
Dentro de los elementos a destacar del proyecto está su voluntad de potenciar el comercio minorista y de almacén pequeño como también generar conectividad con las calles peatonales hacia el exterior del centro comercial. Ambos aspectos han jugado un rol relevante en la reactivación del comercio a pequeña escala existente con su entorno.
Namba Parks,Osaka, Japón
Este segundo caso es un desarrollo de 3,7 hectáreas conformado por un conjunto de torres de oficinas de 20 pisos, una torre residencial de 46 pisos más un centro comercial con un parque sobre la cubierta que se extiende por varias cuadras a medida que va ascendiendo hasta el 8vo nivel sobre la calle. Se ubica en el distrito comercial de la ciudad de Osaka a un costado de la estación de trenes de Namba terminada de construir el año 2003.
Este distrito se transforma así en un gran parque dentro de una ciudad muy urbanizada y con escasa vegetación. La pendiente del parque se conecta con la calle, invitando a los peatones que transitan en sus proximidades a acceder, generando un patrón de circulación principal que se conecta con la naturaleza a través de arboledas, rocas, acantilados, cursos de agua. Jerde lo considera una nueva experiencia natural para Osaka donde se celebran las interacciones entre personas, cultura y recreación. Además del parque, el conjunto cuenta con una serie de plazas con juegos de agua: en el centro del conjunto se ubica la gran plaza, vacío constituido por 3 pisos, rodeado de frondosidad vegetal.
El uso mixto en esta obra se constata en el desarrollo económico promovido por la zona comercial que se interrelaciona de forma armónica con el parque, invitando al habitante a una experiencia con la naturaleza en un espacio público y en el corazón urbano de la ciudad.
ALGUNOS ELEMENTOS CLAVES PARA GENERAR NUEVAS ESPACIALIDADES DE USO MIXTO
Desde un punto de vista espacial, se destacan cuatro principios centrales en los dos casos expuestos representativos de un nuevo enfoque de construir centros comerciales. En primer lugar, el generar una sintonía y estructura que articule estos centros comerciales con el paisaje y su entorno urbano, ya sea natural, residencial, comercial y/o financiero. Segundo, muy ligado al anterior, el diseño de su forma y las circulaciones que se proponen. Este tránsito constituye la experiencia urbana como señala Jerde: una red de plazas, calles, caminos y pasajes que permiten reconectar la experiencia de hábitat urbano entre arquitecturas. El Tercer principio es generar espacios con una naturaleza interior que incorpore zonas verdes vivas que sean parte del recorrido y de los espacios públicos. Esto significa generar condiciones de luz natural y zonas al aire libre. Cuarto principio, arquitectura y materialidad: El diálogo entre ambos aspectos permite consolidar la naturaleza interior, como también su articulación con el entorno de manera armónica.
La experiencia urbana promovida por Jerde sugiere considerar ciertos elementos base para generar centros comerciales orgánicos, no sólo desde su forma, sino también desde las realidades sociales y culturales propias de cada lugar. Así todos los actores involucrados pueden “ganar” con de las transformaciones que se realizan en la ciudad, tanto las nuevas apuestas comerciales como también los habitantes y locatarios previamente existentes.
Ambos centros comerciales aquí expuestos presentan soluciones muy distintas a las tradicionales. Es relevante la propuesta de Jerde de potenciar el comercio a menor escala como mecanismo de revitalización económica para el nuevo proyecto que se construye, como también para los almacenes o negocios ya existentes en el barrio. Este propósito se puede potenciar a partir de generar redes de circulación peatonal desde las calles, pasajes del barrio hacia el interior del edificio a una escala próxima a la del habitante.
Por último, relevamos también la incorporación de la idea de remodelar estos espacios como una segunda oportunidad de vitalización comercial y de nuevas espacialidades públicas que integren diversidad de usos a escala peatonal, constituyendo nuevos escenarios de experiencias colectivas para la ciudad.
Declaración de Impacto Ambiental Costanera Center
VerDeclaración de Impacto Ambiental Costanera Center
[por Bernardita Mc Phee]
DIA Costanera Center
La presente reseña tiene como propósito motivar un ejercicio de lectura crítica de la última Declaración de Impacto Ambiental del proyecto Costanera Center, a la luz de las discusiones y debates que se han generado en el último tiempo. La invitación no tiene que ver solo con cuestionarse este proyecto en particular, sino que además, con la necesidad de reflexionar sobre el instrumento en sí y los procesos institucionales asociados. ¿El proceso de evaluación ambiental actual, posibilita miradas sistémicas que permitan abordar la complejidad asociada a las transformaciones territoriales generadas por proyectos de esta envergadura?
Como antecedente y punto de partida, cabe señalar que en el año 2001 se presentó el primer informe sobre los impactos ambientales del proyecto Costanera Center, siendo aprobado mediante la Resolución de Calificación Ambiental Nº 537/2001. Posteriormente se han presentado una serie de Declaraciones de Impacto Ambiental a las cuales la autoridad ambiental les ha hecho múltiples reparos por lo que la empresa ha tenido que elaborar, por una parte, Adendas que den cuenta de los elementos deficientes del proyecto, proponiendo soluciones o medidas de mitigación, y por otra, nuevos apartados con las modificaciones que se le han hecho al proyecto en estos 11 años.
Por lo tanto, la Declaración de Impacto Ambiental comentada no incorpora, y por tanto, no nos entrega, una mirada integral del proyecto, sino que exclusivamente hace referencia a las modificaciones que se le han realizado a éste en los últimos años. Entre ellos: 1. Aumento de la superficie total construida; 2. Aumento de la altura de los edificios contemplados; 3. Disminución del número de estacionamientos y cambios en cuanto a su distribución (subterráneos o en superficie) y en cuanto a los accesos a éstos. 4. Cambios en las zonas de carga y descarga; 5, Modificaciones de la localización de equipos y sistemas; 6. Napas subterráneas; 7. Incorporación de una planta de hormigón: y 8. Modificación de los sistemas de ventilación. Todo esto está explicado brevemente en el documento.
De estas modificaciones existen 4 que no fueron evaluadas en el documento del año 2001. Estas son:
- Napas subterráneas: se realizó un estudio hidrogeológico para evaluar si las infiltraciones del proyecto provocarían efectos negativos en el acuífero.
- Sistemas de ventilación: se incorporaron tomas de aire en los niveles subterráneos del proyecto y ventiladores con el propósito de prevenir altas concentraciones de monóxido que puedan ser dañinas para salud de las personas.
- Planta de hormigón etapa de construcción: se instaló una planta de hormigón en el recinto con una producción estimada de 500 m3 por día.
- Vialidad: si bien en etapas anteriores se realizaron estudios de impacto vial, en las múltiples Adendas que se le han realizado al proyecto se han ido incorporando obras viales necesarias para mitigar los potenciales efectos del proyecto en este ámbito.
Adicionalmente, se incorporan medidas de mitigación en componente ambiental aire, asociadas a las emisiones a la atmósfera, ruido generado en las etapas del proyecto y residuos del mismo.
Uno de los aspectos que no se menciona en el documento, y que ha sido uno de los elementos invisibilizados en este proceso, son los potenciales efectos sociales o socioeconómicos que puede generar el proyecto. Específicamente, el potencial impacto que tendrá este mall, y particularmente su operación, en el comercio aledaño, por lo tanto, sobre pequeños comerciantes. Al respecto, en la Declaración de 2001, el único impacto que se identifica se valora como positivo, argumentando en la línea de que el proyecto tendrá un impacto positivo sobre el sistema socioeconómico del país porque generará empleos.
Elementos para el análisis:
Ausencia de la noción de efectos acumulativos: si bien el reglamento ambiental menciona este tipo de impactos, los proyectos no están obligados a evaluar cómo sus propios efectos interactuarán con los efectos de otros proyectos. Al respecto es importante recordar la cantidad de proyectos y obras que se han realizado y que se están realizando en ese sector de la ciudad que ha sido denominado como Sanhattan: la torre Millenium, Parque Titanium, entre otros.
En este punto, son de especial interés los efectos acumulativos en el sistema vial, puesto que este subcentro de la ciudad ya se caracteriza por la alta congestión vehicular y sin duda cuando el Costanera Center esté completamente en funcionamiento aumentará la afluencia de personas, lo que tenderá a agudizarse en la medida que todos los proyectos del área estén operativos.
Preeminencia de administración comunal en la metrópolis: gran parte de la argumentación de la Declaración se articula en función de la zonificación propuesta por el Plan Regulador de la comuna de Providencia, no considerando ni dando cuenta de lo que significa un proyecto de estas características en la metrópolis. Asimismo, muchas de las decisiones que han debido tomarse respecto al proyecto han quedado en manos de la administración de dicha comuna.
Sin duda que la fragmentación institucional y la excesiva influencia de la administración municipal en la metrópolis ponen en jaque la sustentabilidad de la misma. Punto que se suma a la vieja pero actual discusión sobre el gobierno de la ciudad de Santiago.
Smartphones vs. atochamiento vial
VerSmartphones vs. atochamiento vial
[Por Rodrigo Culagovski]
En julio de 2011, en Los Ángeles, California, anunciaron el cierre, por 53 horas, de una carretera urbana que lleva 281.000 autos al día. Este atochamiento pre-anunciado hizo que más de 200.000 angelinos descargaran una aplicación llamada ‘Waze’ (www.waze.com) en sus smartphones, que permite ver el estado de tránsito en una ciudad, e incluso calcula, en forma automática, las rutas más expeditas para ir de donde uno esté a cualquier otra punto.
Lo que diferencia a Waze de otras aplicaciones similares es que toma la información de tránsito directamente de sus usuarios, que al recorrer las calles con el programa activo están constantemente mandando información de su posición y velocidad y generando un modelo en tiempo real del transito. Los usuarios incluso pueden mandar informes de la ubicación de accidentes, policías, atochamientos, cámaras de tránsito, errores en el mapa y calles nuevas.
La otra diferencia es que funciona. Un viaje en hora peak que normalmente duraría una hora puede bajar a media hora, si uno está dispuesto a confiar en el programa y seguir sus indicaciones a veces anti-intuitivas. Tiene errores y en particular no incorpora el cambio de sentido de tránsito de vías variables, pero en general, si uno tienen un conocimiento básico del sector por donde se desplaza, implica un cambio fundamental en la velocidad y facilidad de manejo. Cambia además la percepción que el conductor tiene de la ciudad, de un sistema jerárquico basado en unos pocos recorridos ‘estructurantes’ conocidos, pero lentos, y otras rutas alternativas inciertas. Elimina el aspecto de adivinanza de saber si hoy habrá atochamiento en este cruce o el siguiente, y transforma el viaje entre la casa y el trabajo (o estudio) en un problema resuelto, casi trivial. Y lo hace en base a información generada por sus mismos usuarios (‘crowdsourcing’, en la jerga de la industria), no por un organismo estatal o una corporación.[1]
La aparición de un atochamiento es un evento emergente en un sistema básicamente caótico, donde algo tan simple como la baja de velocidad momentánea de un sólo automovil puede ocasionar una demora que dure varios kilometros. El problema básico es que los automovilistas toman decisiones en base a información local, que no abarca más de algunas decenas de metros alrededor suyo, pero que, por el efecto de red y el encadenamiento de miles de acciones, tienen un impacto en el movimiento global dentro de la ciudad. Ésto porque los conductores son agentes inteligentes, que reaccionan a las condiciones percibidas en su entorno y a sus suposiciones acerca de las condiciones globales, y que interactuan con miles de otros agentes similares (lo que explica el fracaso de modelos que intentan representar el tránsito en base a modelos meramente físicos, como si los automóviles fueran moléculas de gas).
Waze tiene el potencial de agregar una capa de percepción ampliada y racional al problema de los atochamientos. Se ha llamado ‘realidad aumentada’ a la creación de capas de información superpuestas sobre la percepción directa del entorno, lo que se ha visualizado como imágenes proyectadas directamente sobre la retina o en anteojos especiales. De forma más simple, aplicaciones como Waze cumplen el objetivo de agregar una información adicional a la percepción directa, de cambiar nuestro entendimiento de un sistema tan complejo como el movimiento de millones de automóviles en una ciudad atestatada.
Las urbes, particularmente las más grandes y especialmente las áreas de mayor densidad de éstas, son espacios de encuentros fortuitos, de creación y reforzamiento constante de redes sociales gestadas en torno a categorías y necesidades diversas, de relaciones orgánicas (entre personas distintas) más que mecánicas (entre iguales). Simon Kuper, en la versión online del Financial Times[2], dice que la adopción masiva de los smartphones ‘perfeccionó’ la ciudad, al actuar como catalizadores de estas relaciones, acelerando y potenciándolas.
Aplicaciones como Foursquare hacen que los datos de nuevos restoranes se comuniquen en tiempo real. Otras aplicaciones ayudan a encontrar personas con quienes compartir viajes de automóviles, o donde dormir en una ciudad nueva. Los más nocturnos organizan sus salidas, en grupo o pareja, a través del chat y los SMS, adaptándose en forma instantánea a los panoramas nuevos, excitantes o aburridos. De forma similar, Waze y su competencia permiten ampliar la información disponible para los conductores, para tomar decisiones que incluyan la totalidad de sus viajes y no basándose necesariamente en su experiencia ni sus intuiciones.
Estos pequeños computadores que llevamos en nuestros bolsillos, con teléfono, GPS, brújula y conexión instantánea a 1021 bytes, cambian la forma de relacionarnos con la información de la ciudad generada por sus mismos habitantes, de movernos por ella y de llegar a nuestros destinos. Al contar con información actualizada en tiempo real y que abarque algo más que lo que alcanzamos a ver con nuestros ojos nos transformamos en agentes más racionales y eficientes, y, lo más importante, que llegan a sus casas en 15 ó 30 minutos en vez de 1 ó 2 horas.
[1] Un adagio en internet dice que, si no estás pagando por un servicio, no eres el cliente sino el producto. La compañía detrás de Waze, aplicación gratuita, no ha escondido su intención de vender la información generada por su aplicación y de incorporar publicidad locacional dirigida a sus usuarios. ¿Cuanto vale el registro de los hábitos de desplazamiento de los más de 12 millones de personas que han descargado el programa en el mundo?
[2] http://www.ft.com/cms/s/2/36eaf488-b5b4-11e1-ab92-00144feabdc0.html#axzz1y3694QL8
Rodrigo Culagovski
VerRodrigo Culagovski
Arquitecto y Magíster en Arquitectura UC.
Director AreaWeb, agencia web experta en estrategia, diseño y desarrollos digitales. Combina la experiencia y conocimiento de profesionales, para apoyar la innovación en comunicaciones web.
Investigador de Parametria, grupo de diseño digital.
Profesor de la Escuela de Arquitectura UC.
Participación en PLANEO:
Exclusión y Desigualdad Espacial: Retrato desde la movilidad cotidiana
VerExclusión y Desigualdad Espacial: Retrato desde la movilidad cotidiana
Paola Jirón M, Carlos Lange V, María Bertrand S. Revista Invi Nº 68, mayo 2010. Volumen Nº 25: pp. 15 – 57.
[Por Bernardita Mc Phee]
Inherente al tema de la expansión urbana y de las consecuencias sociales, económicas y ambientales que tienen los procesos de crecimiento y transformación de las ciudades, uno de los fenómenos que ha despertado el interés de los teóricos de la ciudad es el de la movilidad urbana. Existiendo distintos abordajes a esta problemática, es interesante destacar el trabajo de Paola Jirón, quien enfatiza en la dimensión antropológica de este fenómeno, es decir, en la experiencia de movilidad cotidiana urbana, con el propósito de abrir una discusión sobre la exclusión social en la ciudad.
Para articular y fundamentar la problematización de la exclusión social urbana desde la perspectiva de la movilidad cotidiana urbana, se realiza una discusión teórica sobre los conceptos en cuestión, proponiéndose que, por una parte, la movilidad cotidiana urbana corresponde a “una práctica social de desplazamiento diario a través del tiempo y espacio urbano que permite el acceso a actividades, personas y lugares”, y que por lo tanto, la discusión sobre ésta en el campo de la planificación urbana debería trascender al tema del transporte o de la eficiencia en la conexión, en la medida que movilidad es más que movimiento.
A la vez, se levanta como un elemento central en la reflexión la necesidad de comprender las situaciones de movilidad antes que la finalidad de ésta, en un análisis que incorpore la experiencia de los involucrados en el viaje y las relaciones que existen entre ésta y procesos sociales más complejos.
Por otra parte, se hace una distinción entre los conceptos de desigualdad y de exclusión social, sosteniéndose que la desigualdad refiere a posiciones en relación a los bienes y también servicios, mientras que la exclusión al acceso a estos bienes y servicios. Por tanto, a las limitaciones de acceso a dichos recursos. Así conceptualizada, la exclusión es vista como un fenómeno que no necesariamente es estático ni delimitado espacialmente; antes bien, como una experiencia de inaccesibilidad, y de ahí su vínculo con la movilidad urbana, la que en algunos contextos puede ser la consecuencia, en otros la causa, o simplemente la manifestación de desigualdades presentes en la vida urbana; y que, a la vez, se articula como una entrada metodológica que posibilita una aproximación a la exclusión social a partir de cuestiones subjetivas que cualifiquen dicho fenómeno.
Uno de los conceptos empleados para generar observaciones de la relación entre movilidad y exclusión social es el de accesibilidad, entendida como una capacidad o “habilidad de negociar el tiempo y espacio para cumplir con las prácticas diarias, mantener relaciones y generar lugares que las personas requieren para su participación social”, atendiendo a las barreras existentes que tienen que enfrentar los habitantes de la ciudad para acceder a prácticas, lugares y relaciones.
El método seleccionado por lo autores es la etnografía y el viaje constituye el centro de las observaciones. En éste se va identificando los distintos tipos de barreras: financieras (costo de distintos tipos de transporte), físicas (veredas, paraderos, etc.), habilidades (capacidades para moverse de maneras específicas), entre otras.
El trabajo reseñado, se presenta como una propuesta epistemológica en la que se cuestionan, por una parte, las concepciones estáticas del espacio urbano, y en la que se consideran las experiencias de exclusión social a partir de la observación de las situaciones de movilidad cotidiana. Por lo tanto, constituye una apuesta por las subjetividades a la hora de hablar de fenómenos urbanos, y a la vez, una revalorización de este tipo de aproximaciones a la hora de hablar de planificación urbana. Es una propuesta para pensar el espacio a partir de la experiencia.
José Astaburuaga
VerJosé Astaburuaga
Ingeniero Civil Industrial Universidad de Chile
Actualmente, socio de la Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS) GEVECON Gestora de Viviendas Económicas (www.gevecon.cl) desde 2007.
Consultor en el ámbito de la gestación y control de proyectos de vivienda, ex Gerente de Administración y Finanzas y de Desarrollo de la Corporación Habitacional de la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC), destacado profesor y expositor en cursos de postgrado, ejecutivo y consultor de empresas con especialización en mercado inmobiliario y consultor del INE, Banco Central de Chile, Serviu Metropolitano, Inmobiliaria Aconcagua, Constructora Bio Bio y El Bosque S.A, entre otras entidades.
Participación en PLANEO:
Mario Grandón
VerMario Grandón
Arquitecto Universidad de Chile.
Socio de la Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS) GEVECON Gestora de Viviendas Económicas (www.gevecon.cl) desde 2007.
Se especializa en la generación y operación de proyectos de viviendas económicas y sociales. Ex Gerente Comercial y de Desarrollo de la Corporación Habitacional de la CCHC y destacado profesor y expositor en cursos de postgrado.
Ex Director del Servicio de Vivienda y Urbanización de la Región de los Lagos.
Participación en PLANEO:
Propuesta sobre política de suelo para el Gran Santiago
VerPropuesta sobre política de suelo para el Gran Santiago
[José Astaburuaga y Mario Grandón]
Menos de 2.000 hectáreas de suelo para construir conjuntos habitacionales le quedan al Gran Santiago, esto según un estudio solicitado por la Cámara Chilena de la Construcción a la Universidad Católica (Observatorio de Ciudades), investigación que además arrojó qué ya no se cuenta con terrenos que cumplan con las condiciones para la construcción de viviendas para los grupos más vulnerables.
El informe «Disponibilidad de Suelo en el Gran Santiago» abarcó la conurbación de 34 comunas definidas por el Instituto Nacional de Estadísticas -Provincia de Santiago más Puente Alto y San Bernardo- y contempló la revisión de todos los terrenos que en un análisis similar de 2007 fueron catalogados como disponibles, así como la identificación de nuevo suelo urbanizable.
Para efectos de este estudio -que busca identificar terrenos para el desarrollo de conjuntos habitacionales- se considera suelo «disponible» el que se ubica dentro del límite de extensión urbana, es eriazo o con uso agrícola, tiene una superficie mayor a dos hectáreas, un uso residencial o mixto, una densidad igual o superior a 150 habitantes por hectárea (37,5 viviendas/ha) y no está emplazado en áreas de riesgo o pendientes.
Al actualizar los resultados obtenidos en 2007, se observa que de las 2.850 hectáreas disponibles en ese entonces, sólo 1.823 hectáreas siguen en esa condición, a las que se suman poco más de 69 nuevas hectáreas identificadas en esta oportunidad. En consecuencia, en el Gran Santiago existe un total de 1.893 hectáreas disponibles.
Luego, de acuerdo con este estudio se puede concluir que el consumo de suelo en estos 5 años fue de 1.027 hectáreas (2.850-1.823), es decir, 205 hectáreas anuales y que el saldo restante (1.893 hectáreas) alcanzaría para un lapso de 9 años y 3 meses, de mantenerse el nivel de consumo registrado en el período 2007-2012.
El informe también analizó la disponibilidad de suelo para viviendas destinadas a los grupos más vulnerables, para lo cual se consideraron dos nuevos parámetros: que el precio del suelo fluctúe en torno a 1 UF el metro cuadrado y que tenga una densidad máxima permitida igual o superior a 200 habitantes/ha (50 viviendas/ha). La conclusión es que ya no existen hectáreas dentro del radio urbano del Gran Santiago para desarrollar proyectos para los sectores de menores ingresos.
De acuerdo a nuestros cálculos, la relación entre el precio del suelo (UF/m2) y el precio promedio de las viviendas (UF/vivienda) en proyectos de viviendas económicas y sociales es el que se muestra a continuación:
PRECIOS DE SUELO RAZONABLES PARA DESARROLLAR PROYECTOS EN EL GRAN SANTIAGO (UF/m2) |
||
Precio Promedio Viviendas (UF) |
En Extensión (UF/m2) |
En Altura; 4 a 5 pisos (UF/m2) |
700 |
0,66 |
1,73 |
800 |
0,75 |
1,97 |
900 |
0,84 |
2,22 |
1.000 |
0,94 |
2,47 |
1.100 |
1,01 |
2,65 |
1.200 |
1,08 |
2,80 |
Por lo tanto, dentro del Gran Santiago no existirían terrenos aptos para construir un proyecto habitacional que contemple viviendas económicas y sociales de un precio promedio inferior a 1.100 UF (70% de la demanda habitacional). Es decir, no sería posible construir un proyecto de integración social que abarque viviendas en el rango comprendido desde 700 UF (FSV) hasta 1.500 UF (Título 2 del DS1) para atender a los cuatro primeros quintiles socioeconómicos de la población del Gran Santiago (Sectores pobres, emergentes y medios).
Según la Cámara Chilena de la Construcción, «las políticas públicas debieran promover que las ciudades se desarrollen tanto por extensión como por densificación y renovación. Una estrategia adecuada sería avanzar hacia un modelo de planificación por condiciones, en que el suelo se pueda desarrollar siempre que el interesado cumpla ciertos requisitos e internalice los costos de sus decisiones de localización». Sin embargo, estos instrumentos de planificación urbana ya existen, y son los Proyectos de Desarrollo Urbano Condicionado (PDUC, con aproximadamente 2.000 hectáreas por desarrollar en el sector norponiente del Gran Santiago), y que reglamentariamente deben mitigar los impactos urbanos que generen en su entorno y a su vez disponer de un mínimo de un 30% de las unidades a construir para ser destinadas a viviendas económicas y sociales de los diferentes programas de subsidio habitacional del MINVU, contrastando este porcentaje con el que se exige a los nuevos terrenos que se incorporen en el PRMS 100, donde solo se obliga al 8% de la superficie del proyecto destinado a uso residencial para viviendas sociales, teniendo presente además que el carácter de vivienda social se determinará a partir del procedimiento definido en al Artículo 6.1.4 de la Ordenanza y en cuyo caso tendremos “viviendas sociales” de precio de venta de hasta 1.500 UF.
Mientras estas políticas públicas no se implementen, la Cámara Chilena de la Construcción estima necesario que se apruebe la modificación al Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS 100), actualmente en tramitación, «ya que la fijación de límites urbanos es uno de los responsables de que se produzca escasez de terrenos urbanizables”.
Por otra parte, esta entidad gremial promueve que para la edificación de viviendas destinadas a los segmentos más vulnerables se perfeccione y aplique nuevamente el Artículo 55 de la LGUC -que permite ejecutar fuera del radio urbano conjuntos de viviendas de un valor máximo de 1.000 UF- y que se evalúe la factibilidad de construir edificios de mayor altura para viviendas sociales.
Nosotros no creemos que la escasez de suelo urbanizable a precio razonable para construir viviendas bajo las 1.100 UF sea sólo producto de la fijación de los límites urbanos y como no es posible obligar a los actuales propietarios de estas 1.893 hectáreas (la mayoría Inmobiliarias) a vender a un precio no superior a 1 UF/m2, para futuras expansiones de los límites urbanos, el Estado debiera condicionar los usos de suelo para la construcción de viviendas que atiendan a los segmentos donde se concentra la demanda habitacional y promoviendo la integración social.
Los proyectos de construcción de las 10.262 hectáreas que contempla el PRMS 100 (con las modificaciones introducidas por el Minvu), deberían cumplir con la factibilidad territorial del terreno y las siguientes condiciones de desarrollo:
1. El terreno debe comprender, en un solo paño, una superficie de al menos 60 hectáreas.
2. Contar proporcionalmente con las áreas verdes materializadas o garantizadas, incluyendo su mantención por un plazo mínimo de 5 años.
3. Contar con la vialidad materializada o garantizada que sirva al terreno, incluyendo las conexiones con la vialidad existente.
4. Contar con al menos un 6% de la superficie total del terreno del proyecto destinado a uso de suelo equipamiento.
5. Contar con al menos un 8% de la superficie del proyecto destinada a uso residencial para viviendas sociales.
Con respecto a lo estipulado en este último punto, si bien es cierto que los terrenos destinados a estos fines deberán ser informados al SERVIU para aplicar los programas disponibles para viviendas sociales destinados al primer quintil de la población, la tasación de las viviendas se calculará según el procedimiento definido en el Artículo 6.1.4 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones. Sin embargo, este método de cálculo permite en la actualidad que califiquen como ‘viviendas sociales’ a inmuebles de un precio de mercado de hasta 1.500 UF, es decir, de un precio muy superior a las 750 UF, el monto máximo permitido al Fondo Solidario de Vivienda que es el programa habitacional del MINVU destinado al quintil más pobre de la población.
Además, este plan no contempla una asignación obligatoria para viviendas destinadas a sectores medios emergentes (de hasta 1.000 UF y atendidas por el título 1 del DS1 del MINVU) que en la actualidad tampoco cuentan con terrenos adecuados a un precio inferior a 1 UF/m2.
Por otra parte, que en estos terrenos de al menos 60 hectáreas, si se aplica sólo el 8% (4,8 hectáreas) de viviendas sociales (según artículo 6.1.4 de la OGUC), no permitirían desarrollar los proyectos de integración social definidos por el MINVU, ya que éstos requieren de al menos un 30% de auténticas viviendas sociales (Fondo Solidario de Vivienda) y de al menos otro 30% de viviendas del DS1 destinadas a sectores emergentes y medios. Aún si se construyen viviendas del FSV como parte es este 8%, esta Resolución incentiva que en la peor parte estos terrenos de 60 hectáreas (y separadas del resto) se emplacen las viviendas sociales, generando guetos de viviendas de bajo monto.
Si se aprueba el PRMS 100 en las actuales condiciones, no se asegurará la disponibilidad de suelo para atender a los sectores socioeconómicos que conforman el déficit habitacional actual, sólo se agregarán a las 1.893 hectáreas disponibles, otras 10.262 hectáreas adicionales para futuras viviendas destinadas a los segmentos de mayor ingreso de la población y que al ritmo actual se consumirían en casi 60 años, por lo tanto, los nuevos terrenos pasarán mayoritariamente a “engorda” y como ya ha sucedido en expansiones anteriormente aprobadas por el Estado, el precio del suelo no bajará.
Lo notable de este problema es que la solución está en manos del propio Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que define las políticas de vivienda y que aprueba los instrumentos de planificación urbana, lo que falta es una verdadera visión de Estado que apunte a resolver con medidas estructurales el enorme déficit habitacional (allegamiento sostenido y creciente) acumulado en los sectores de menores ingresos, emergentes y medios, que representan el 70% de la demanda habitacional de los grandes centros urbanos.
Juan Francisco Cox
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Fundador de PuenteV Docuvisuales
Se encuentra por un año estudiando en Londres un Máster en Documentary Filmmaking en la Royal Holloway University of London.
Participación en PLANEO:
Logro subterráneo / desafío en la superficie
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Hace un par de meses me enteré del premio que recibió el Metro de Santiago como el mejor de América. Ojo, EEUU y Canadá incluidos. A pesar del orgullo atávico por nuestro Metro, cuando vemos a Chile figurar en una escala así, aflora el chauvinismo más salvaje. Es esa desesperada sensación por sobresalir que nos da cuando Alexis le hace un gol al Real Madrid o cuando alguien de un lejano país te habla de las Torres del Paine o del Desierto de Atacama. No conozco tantos sistemas de transporte subterráneo del mundo como para establecer un parámetro válido, pero supongo que los jueces sí. Al menos a mí, entre lo que he visto, me parece bien merecido.
Si la novedad de los trenes, la limpieza y la aceptable frecuencia es un plus para nuestro metro – lo que llamaríamos “calidad”-, acá en Londres el foco está puesto en la “cantidad”, entendida como la extraordinaria red de líneas con underground a casi todos los rincones de la ciudad, incluido el aeropuerto internacional más importante de Londres, que a mi juicio es un gran desafío para una ciudad moderna. Está bien, los trenes son bastante antiguos, pocas estaciones tienen ascensor y en plena era 3G no hay cobertura de celular bajo tierra, pero creo que se resuelve el tema más importante: la conectividad. La ciudad, para estos efectos se divide en anillos, siendo las zonas 1 y 2 las más centrales. Los precios del metro varían según las zonas recorridas, pero en una ciudad poco segmentada en su distribución social como Londres, ese no es gran problema, como sí lo sería en Santiago. Eso sí, el ticket hay que comprarlo con casco puesto, ya que un viaje en horario punta supera los 2 mil pesos y no sirve para combinarlo con la micro.
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Arriba, en la superficie, las singulares micros rojas de dos pisos que todos conocemos como postal en un día nublado, dominan las calles. Dos pisos, sí. Inteligente medida para ahorrar espacio en las calles, pero claro, acá en Londres prácticamente no hay cables ni postes; Santiago pasaría con la luz cortada. A propósito de esto, en el año 2001 se introdujeron en Londres las famosas micros articuladas -las mismas del Transantiago- pero terminaron sucumbiendo ante las quejas de la gente por su viraje demasiado amplio y por ser inseguras para pasajeros, transeúntes y ciclistas.
La combinación de la micro con GPS (que funciona) y un Smartphone, hace maravillas. Google Maps es la brújula digital del usuario del transporte hiperconectado. Más allá de la filosofía existencial, preguntarse “dónde estoy y hacia dónde voy” basta para que todas las indicaciones, horarios y trasbordos aparezcan ahí en la mano. También está el servicio de una simple aplicación que indica en cuántos minutos más pasará la siguiente micro ingresando el nombre del paradero en el que estás. Un lujo, pero es necesario planificar el viaje y contar con, al menos, una hora para ir a cualquier lugar. La micro es lenta.
Para los padres y madres que cargan guaguas con coche, el respeto es irrestricto. La secuencia es así: la micro para, la madre pide que le abran la puerta de bajada, alguien le ayuda y el lugar indicado para coches y sillas de ruedas al interior de la micro es sagrado. ¿La diferencia? Una cultura que respeta al que tiene alguna dificultad de movimiento. ¿Cuántas veces vemos en Chile gente haciéndose la lesa para no dar el asiento a un anciano?
Pese a que las micros nocturnas tienen una enorme diferencia en frecuencia, al menos pasan toda la noche. Pero en algunas ocasiones resuena por los parlantes una arbitraria indicación con una voz femenina grabada: “this bus terminates here…”. En otras palabras, quiere decir, “señor usuario: por alguna razón que no tiene explicación, este bus terminará acá y ojalá tenga suerte en encontrar otro que lo lleve a su destino dentro de la próxima media hora”. En invierno, con -5 grados celsius y a las tres de la mañana, a nadie le hace mucha gracia.
La queja generalizada por estos lados apunta al clima, los precios estratosféricos de los arriendos de departamento y al costo de la movilización. Para las dos primeras, no hay mucho que patalear, pero para lo último, la mejor solución está en la bicicleta. Al contrario de lo que me había imaginado, Londres no se destaca por ser una ciudad llena de ciclovías. Tiene algunas bastante buenas, pero en general las bicicletas circulan por las calles y son respetadas como un auto más. Se ha logrado ese entendimiento envidiable, donde el micrero espera en la parada que lo sobrepase la bicicleta, donde la rotonda no es ese infierno que hay que atravesar con los dientes apretados… Y el ciclista, por cierto, debe cumplir con ciertas normas mínimas, como no pasar semáforos en rojo.
Al igual que con el tema de los padres/madres con coche, aparece la dualidad cultura versus infraestructura. Si no se puede tener las dos juntas, al menos podríamos pretender la más barata. Está bueno ya de echarles la culpa a los alcaldes en Santiago por no construir las ciclovías que muchos demandan. Si no hay plata, al menos se puede empezar por cambiar hacia una actitud que está ahí, intangible, lista para ser aprendida y gratis. ¿Por qué pudimos hacerlo con nuestro Metro y en la superficie no?
Imágenes: Juan Francisco Cox
Entrevista Gerardo Fercovic. El Costanera Center nos enseña que la forma en que esto se ha abordado, por parte del Estado chileno, tiene carencias.
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Revista Planeo Nº4, La movilidad en crisis, Junio 2012.
En los patios de la Municipalidad de Providencia nos reunimos con Gerardo Fercovic, Jefe del Departamento de Ingeniería de Tránsito de la comuna. Abierto y amable, nos comentó sobre sus expectativas y aprehensiones respecto de la actualidad y futuro de la movilidad en Providencia y en Santiago. Su meta es acercarse cada vez más a un modelo de movilidad sustentable, con todas las dificultades que eso significa. Con él pudimos conocer algunas de estas problemáticas, y discutimos sobre las grandes exigencias que se enfrentan a partir de la instalación del proyecto Costanera Center en la comuna.
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Es sabido que Providencia es una de las comunas con mayor tasa de motorización en Santiago, y también con mayor cantidad de población flotante, durante la semana hábil ¿Cómo describiría usted la política que Providencia tiene para hacerse cargo de la movilidad de la comuna? Concretamente pensando en las personas que no se desplazan en vehículos motorizados privados.
Éste es un tema absolutamente en desarrollo. Las cosas no están cien por ciento definidas, ni siquiera a nivel estratégico. Yo quisiera tener otro discurso, y decirte «esto está planificado completamente», pero eso no es exacto. Lo que ha habido es un «olfato» para darle un rol que se merece a la movilidad peatonal y ciclista. Y ese movimiento ya lleva bastante tiempo.
El objetivo es contribuir a que la gente cambie su forma de viajar. Es un objetivo absolutamente manifiesto. El disponer de bicicletas públicas es un mecanismo, entendemos, para avanzar hacia ese objetivo. Pero el objetivo final es el cambio de la partición modal. Las bicicletas no son un objetivo en sí. Son un medio.
Respecto de la red de ciclovías, y concretamente, su articulación con el sistema de bicicletas públicas, ¿cómo ven ustedes que se ha percibido ese servicio?
Hay varias encuestas que se han realizado. Una de ellas es la encuesta Adimark, y otra es una consulta digital propia que hizo el Municipio. En amabas el servicio de bicicletas públicas aparece con una alta valoración. Aspectos negativos se constituyen por la baja cobertura de la red de estaciones. Eso es explícitamente cuestionado por el público, que considera que todavía tenemos una irrigación carente. Por lo tanto, tenemos que crecer.
Es interesanto que uno de los momentos de mayor demanda sea en la mañana. O sea, estas bicicletas no se ocupan necesariamente para pasear, dino que para ir al trabajo.
O sea, no hay ni la más remota duda de que eso no se usa por razones recreacionales o deportivas. Es tanto así, que durante el primer contrato que tuvimos, las bicicletas se usaban todos los días. Sábado, domingo y festivos. La demanda registrada en esos días de feriado era tan pequeña, que en el segundo contrato se terminó eso y se dejó solamente día hábil y día sábado en la mañana. Es decir, se reconoció un hecho medible, que es que la demanda se concentra en los momentos en que la gente viaja por razones de estudio, trabajo, y gestiones.
¿Se sabe de otras comunas interesadas en implementar proyectos parecidos? ¿Se han visualizado alianzas en ese sentido?
Hay una iniciativa totalmente manifiesta de Las Condes para extender el servicio de bicicletas públlicas de Providencia hacia Las Condes. Esa es la propuesta de ellos, muy concreta. Además, la comuna de Santiago ha estado trabajando bastante este tema.
Se identificó un área de la ciudad que ellos denominan una «tripa central», que va desde Las Condes hasta Estación Central, tomando todas las comunas que están entre medio. Además definen dos comunas «isla», que son Maipú y La Florida, que ellos consideran que es completamente factible implementar desde ya servicios de bicicletas públicas.
En ese estudio, ¿se considera la interconectividad con el transporte público?
Efectivamente la definición de las estaciones siempre se consideró en relación a los centros atractores y generadores de viajes, como el barrio universitario, y las estaciones intermodales, como es por ejemplo el sector de la estación de metro Manuel Montt.
¿Cómo maneja la Municipalidad el tema de los ciclistas que utilizan las bicicletas públicas sin adherir a las normas de seguridad?
Si tú amarras rígidamente el préstamo de la bicicleta al uso del caso, por ejemplo, probablemente vas a renunciar a tres cuartas partes de la demanda. Es decir, no vas a lograr, a través de esa imposición, modificar la cultura de los usuarios. Entonces el Municipio, en 2008, dijo «soltemos las cosas». Que cada usuario se comprometa por su seguridad a través de un contrato, pero si el tipo no quiere usar el casco nosotros igual le vamos a pasar la bicicleta.
¿Cómo se enfrenta en el Municipio el encuentro entre el ciclista y el vehículo motorizado?
Ese es uno de los resultados más impresionantes y alentadores, porque en tres año y medio hemos tenido entre 6 y 8 accidentes. El más grave es una fractura de tobillo. Por cierto que es grave, para nosotros lo es. Pero si tú miras que tienes 800 viajes al día, en tres años y medios, una fractura de tobillo, aunque suene brutal decirlo, es poca cosa.
Entonces, el Municipio dice «conforme, las nuevas ciclovías no cometerán este error». El proyecto de Ricardo Lyon parte en el límite comunal y llega hasta Coyancura en que el ciclista no experimenta absolutamente ningún cambio en su eje de desplazamiento. Ninguno. Entonces, con eso le damos una jerarquía a la movilidad ciclista, que es la que se merece.
¿Hay alguna ciudad o país, europeo o lationamericno, que ustedes vean como un buen referente para la comuna?
Sí, claro. Justamente tuvimos la posibilidad de viajar a Copenhague al año pasado. Hace cinco años atrás la Intendencia Metropolitana estableció un convenio con la cooperación holandesa, para la ciclo inclusión en Chile. De ahí tomamos muchas experiencias.
Respecto del transporte público, posiblemente en la comuna existe un uso muy intensivo. Son sistemas que han tenido crisis, que se han visto muy desafiados. ¿Cómo se ha vivido eso en Providencia? ¿Cuáles han sido los principales desafíos?
En Providencia no ha habido, hasta la fecha y a mi juicio, una línea estratégica clara en relación a promovier de manera efectiva el uso del transporte público motorizado. No ha habido una política manifiesta.
El nuevo paradigma, de lo que se puede hacer desde la perspectiva comunal para generar un sistema de transporte colectivo óptimo, es algo en lo que nos falta mucho camino por recorrer […] No digo que no haya habido una concepción espacial de la comuna; sí la ha habido. Pero no ha habido una línea estratégica única en la que estemos todos alineados, y en la que le demos a Transantiago el rol que merece.
Uno de los proyectos más polémicos y conocidos en Santiago actualmente es el de Costanera Center. Concretamente, uno de los principales temores que levanta es el que tiene que ver con los impactos que el complejo tendrá sobre la movilidad cotidiana de las personas en Providencia. ¿Son infundados estos temores? ¿Qué impactos estiman que existirán sobre la movilidad de las personas, y qué medidas se han tomado o se tomarán para enfrentarlos?
Yo te diría que las aprehensiones son fundadas. Porque hay cuestiones objetivas, que tienen que ver con la dimensión del edificio. Y esa dimensión está asociada a una demanda. Y resulta que la capacidad de la accesibilidad es limitada. Por lo tanto, hay ciertas variables bastante objetivas que justifican una cierta aprehensión.
¿Las medidas están diseñadas para la mitigación de los impactos más bien para los automovilistas, o para los viajeros que no andan en auto?
Ambas cosas. El proyecto contempla una ciclovía para llegar al mall, por un lado. Además, ellos están pidiendo que el Municipio materialice una estación de bicicletas públicas en el entorno del mall, cosa que no estaba establecida en un origen. Después tiene el dimensionamiento de las veredas, que será generoso porque se espera una gran demanda peatonal.
Pero esto está en un contexto, de todas formas, en que la movilidad motorizada privada juega un rol crítico, y hay efectivamente una preocupación especial en ese sentido.
Y a su juicio, ¿quién debería tener la responsabilidad de responder por los problemas viales de peatones y ciclistas generados por el proyecto?
Todos. Por cierto que tiene que ser compartido. Pero creo que este proyecto nos enseña que la forma en que esto se ha abordado, por parte del Estado chileno, tiene carencias. Eso tiene que movilizar un cambio.
Respecto de esta coyuntura que se nos viene encima, yo creo que puede constituir un golpe, un remezón muy grande, que permita re-pensar todo. Yo lo veo en términos positivos en ese sentido […] Que cambien las reglas del juego para todo Chile, de manera de poder impedir que esto vuelva a ocurrir en estos términos.
* Nombre: Gerardo Fercovic Musre
Nacionalidad: Chileno
Formación: Ingeniero Civil Estructural, Universidad de Chile
Organizaciones asociadas: Municipalidad de Providencia
Gerardo Fercovic Musre, entre 1987 y 1995, se desempeñó exclusivamente en el campo de la ingeniería estructural. Luego de esto optó por entrar de lleno en el área de tránsito y accidentalidad. Desde 1995 trabaja en el Departamento de Ingeniería de Transito de la Municipalidad de Providencia.
En este período ha desempeñado las siguientes labores principales:
– Responsable de la formulación del proyecto de pasos peatonales reforzados en diversos lugares de la Comuna. Conceptualización, Identificación de medidas, Proyecto y Supervisión de Obra.
– Responsable de los proyectos de semáforos nuevos de la Comuna.
– Responsable de la aplicación de medidas de mitigación en puntos críticos de seguridad vial.
– Responsable de la elaboración de los Términos de Referencia para la Licitación del Servicio de Bicicletas Públicas de Providencia y administrador del contrato desde su puesta en marcha en 2008 hasta la fecha.
– Miembro del Comité de Revisión del capítulo 6 del Manual de Señalización de Tránsito. 2003.
La muerte a cinco metros de altura
VerLa muerte a cinco metros de altura
[Por Rodrigo Díaz]
[Ilustración Fabián Todorovic]
Ciudad de pobres peatones
De acuerdo a la encuesta origen destino del año 2007 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el reparto modal de la Zona Metropolitana de la ciudad de México se descompone de la siguiente manera: 72.1 por ciento de los viajes se realizan en transporte público (que en esa fecha incluía once líneas de Metro, una de BRT, una de tren ligero, diez de trolebuses, y unas cuantas decenas de miles de microbuses, minibuses y combis), tan sólo un 20.7 por ciento en automóvil particular, 6.2 por ciento en taxi, y un magro 1 por ciento en bicicleta. ¿Viajes peatonales? Por más que se busque no aparecen, ya que se considera que estos sólo existen como medio de acercamiento a otro modo, es decir, en su mayoría estarían incluidos en el poco más del 72 por ciento de viajes en transporte público. Curioso, sobre todo si se toma en cuenta que en una ciudad relativamente normal –por grande que sea- alrededor de un 25 por ciento de los traslados se realiza exclusivamente a pie.
La omisión no es menor, toda vez que aquello que no existe en las bases de datos oficiales generalmente tiene dificultades para introducirse en las políticas públicas de un país y una ciudad. La realidad confirma esta impresión. A pesar de que la mayoría de los viajes urbanos se realizan en transporte público, en bicicleta o a pie, tres de cada cuatro pesos que México destina a transporte se utilizan para construir infraestructura orientada al uso del automóvil particular. Respecto a los peatones, no existe una cifra confiable que indique qué parte de los recursos públicos destinados a infraestructura urbana se destina a satisfacer sus necesidades, pero un breve recorrido por la ciudad de México puede darnos a entender que esta partida presupuestaria debiera ser más bien modesta. Basta una corta caminata por cualquier lugar de la capital para darse cuenta que desde hace un buen rato el peatón es considerado más como un estorbo que como el verdadero protagonista de la experiencia urbana. A su paso, el caminante encontrará aceras discontinuas, en mal estado, llenas de baches, repletas de todo tipo de obstáculos, invadidas permanentemente por comerciantes ambulantes (que de ambulantes tienen poco), o de automóviles que las consideran sitio natural de estacionamiento. En muchos casos la acera ni siquiera existe. Poca inversión, pero alto costo: según datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (CONAPRA), cada año son alrededor de 2.800 las personas que fallecen a causa de accidentes de tránsito en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. El 51.7 por ciento de las víctimas son peatones, que mueren no sólo por su imprudencia o la de los automovilistas, sino también por el hecho de estar obligados a desplazarse en un espacio que no cumple con las más mínimas condiciones de seguridad.
¿Morir atropellado o acuchillado?
Calzada de Tlalpan, cualquier día de la semana, 11 de la noche. Alguien quiere cruzar la ancha avenida. Entre ambos bordes media una vía con cinco carriles por lado y una barrera infranqueable llamada línea 2 del Metro, construida a nivel de la calzada vehicular para abaratar costos. Para atravesar esos 50 metros el peatón nocturno tiene dos opciones. La primera es cruzar a través de las estaciones de Metro que hay a lo largo de la avenida. Son lugares iluminados, llenos de gente, vigilados por guardias, y que cuentan con escaleras mecánicas para comodidad del usuario. El único problema es que para entrar a ellas hay que pagar el importe de un pasaje, 3 pesos, equivalentes a poco más de 20 centavos de dólar (el Metro está extremadamente subsidiado en el DF). La segunda opción es gratis, pero implica subir cinco metros a pie para caminar un puente peatonal oscuro y solitario. No son pocos los que prefieren pagar los tres pesos.
La situación se repite en gran parte de la ciudad, aunque sin estaciones de Metro que ofrezcan una opción. Los ríos que alguna vez surcaron la capital desaparecieron o fueron entubados, pero la ciudad de México tiene mucho más puentes que Venecia (alrededor de 650 en el DF, más de mil en toda la zona metropolitana), construidos para que el peatón salve caudales no de agua, sino de pavimento sobre el cual fluyen torrentes de vehículos o trenes. Estructuras típicas de carreteras interurbanas, en México abundan en todo tipo de barrios, incluidos los más residenciales. Se supone que se construyeron para proteger al caminante, pero en la práctica no han hecho más que aumentar los niveles de inseguridad que éste vive cuando se desplaza por las calles de la ciudad. Incómodos, oscuros, mal mantenidos, los puentes peatonales obligan al peatón a subir y exponerse a la soledad que sólo se encuentra a cinco metros de altura, el sitio más propicio para ser víctima de todo tipo de agresiones. Si a eso sumamos el hecho que menos del diez por ciento de ellos cuenta con rampas o ascensores, no debiera extrañarnos entonces que muchos ciudadanos hagan todo lo posible por evitarlos. Ya sea por miedo, desidia o incapacidad, son varios los que prefieren correr el riesgo de cruzar la calle en un lugar no habilitado antes de subirse a estructuras antes pensadas para satisfacer las necesidades de los automóviles que de las personas.
Los números no hacen más que reafirmar los nefastos resultados. Una investigación del profesor de la UNAM Héctor Daniel Reséndiz determinó que el 26.5 por ciento de los atropellos en el Distrito Federal ocurre a menos de 300 metros de un puente peatonal. A menos de 100 metros de estos puentes ocurre el 10 por ciento de este tipo de accidentes. La interpretación que dan las autoridades a este fenómeno es una sola: la culpa es de los peatones, que no ocupan la infraestructura construida para su seguridad. Así, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del DF no se hace mayor problema al señalar que el 85 por ciento de los capitalinos no respeta las normas básicas de conducta vial, que entre otras cosas incluye el ocupar los puentes elevados que están a su disposición. El mismo gobierno del DF reparte en las calles un Decálogo del Peatón que en su punto primero señala explícitamente “usa el paso y puente peatonal”. Los políticos los prometen, la ciudadanía los pide. Aunque nos dé miedo cruzarlos. Aunque generen zonas de sombras y se acumule basura bajo ellos. Aunque no puedan ser utilizados por personas con discapacidad. Aunque su experiencia sea un suplicio para embarazadas, personas mayores o que acarrean niños. Versión barata del Futurama de la General Motors, Brasilia en versión souvenir, en la ciudad de México se convierten en símbolo del progreso urbano, el elemento que nos permite avanzar rápido –la primera de las ficciones- y caminar seguros- la segunda.
Se culpa de la altísima tasa de accidentes a los peatones que se niegan a subir, pero nadie pone sus ojos en el que proyectó y construyó una estructura que jamás estuvo pensada a escala humana. La inmensa mayoría de los cruces peatonales se puede resolver a nivel de la calle, pero esto es visto como un atentado contra la rapidez que infructuosamente busca esta ciudad. Antes un puente que un buen paso de cebra. El sesenta por ciento de los hogares no posee automóvil, pero todos pensamos como automovilistas, y por lo tanto nos parece normal que sean los peatones quienes tengan que adaptarse a las necesidades del auto. Ahí está el gran drama de las ciudades mexicanas: el creer que hay sólo una manera de construirlas, y que esta manera excluye sistemáticamente la experiencia de vivir la ciudad a pie.
El ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa decía que la acera debiera pertenecer al mismo grupo de los parques y plazas, espacios que contemplan diversidad de usos peatonales que van más allá del mero acto de desplazarse. En esta concepción de la ciudad no tienen cabida los puentes peatonales elevados, símbolos patentes del fracaso de ciudades que jamás entendieron que la movilidad en la ciudad debe tener, antes que nada, una profunda dimensión humana. Y es que la creación de una cultura del peatón es también una manera de promover la integración social, la creación de espacios de igualdad en ciudades cada vez más segregadas. Que cada espacio público sea de acceso universal es un asunto de derechos fundamentales que deben ser respetados en cualquier ser humano. Salvar la brecha existente, que discrimina y castiga sistemáticamente a vastos sectores de la población, resulta entonces una labor prioritaria en las ciudades del mañana, más abiertas e inclusivas.
Rodrigo Díaz
VerRodrigo Díaz
Arquitecto de la Universidad Católica de Chile.
Master in City Planning de MIT.
En la actualidad está a cargo del programa de política pública del Centro de Transporte Sustentable EMBARQ México.
Usuario del transporte público y peatón por convicción, escribe sobre temas urbanos en distintos medios chilenos y mexicanos y en su blog Pedestre.
Participación en PLANEO:
Waldo Vila
VerWaldo Vila
Licenciado y Magíster en Historia por la Universidad de Chile.
Actualmente desarrolla su tesis doctoral sobre la expansión urbana hacia la zona sur de la comuna de Santiago en el período (1900-1930), en el Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la PUC.
Participación en PLANEO:
La Imagen Urbana del Desarrollismo: fotografía y transporte público en Santiago, 1938-1973.
Simón Castillo Fernández
VerSimón Castillo Fernández
Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile
Magíster en Historia de la Universidad de Chile.
Profesor ayudante del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile y docente en la Escuela de Historia en la Universidad Alberto Hurtado.
Se encuentra finalizando su tesis doctoral sobre el río Mapocho y sus riberas como espacio público y objeto de intervención urbana entre 1885 y 1918, en el Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la PUC.
Participación en PLANEO:
Marcelo Mardones Peñaloza
VerMarcelo Mardones Peñaloza
Licenciado en Historia, Universidad por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Magíster en Historia, Universidad por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Actualmente se encuentra realizando su tesis doctoral sobre los trabajadores de transporte público de la ciudad de Santiago durante su proceso de estatización (1941-1960), en el Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la PUC.
Participación en PLANEO:
– La Imagen Urbana del Desarrollismo: fotografía y transporte público en Santiago, 1938-1973.
Oscar Figueroa
VerOscar Figueroa
Licenciado en Ciencias Económicas, Universidad de Chile.
Ingeniero Comercial, Universidad de Chile.
Doctor en Urbanismo, Universidad de Paris XII.
Se desempeña como profesor del Instituto de Estudios Urbanos desde 1989.
Se ha especializado en la línea de transporte urbano e infraestructura y cuenta con numerosas publicaciones sobre el tema además de colaboraciones en otros trabajos.
Participación en Planeo:
Margarita Troncoso
VerSer Peatón en Santiago: una alternativa frente al creciente colapso vial
VerSer Peatón en Santiago: una alternativa frente al creciente colapso vial
[Por Margarita Troncoso]
Cualquiera podría pensar que moverse por Santiago como peatón es complicado; es una ciudad enorme, llena de tráfico y con grandes distancias por recorrer. Sin embargo cada día existen más facilidades para los que nos movemos a pie.
Hoy es posible llegar a casi todos los puntos neurálgicos de la ciudad a través del Metro, éste dejó de ser un medio de transporte de uso exclusivo para quienes vivían en las proximidades al centro histórico de la ciudad, se democratizó y hoy podemos viajar desde la Plaza de Puente Alto hacia la Plaza de Maipú en un lapso de tiempo muchísimo menor que hace un par de años.
A la gran cobertura del metro de Santiago, se suma el Transantiago, sistema mayoritariamente criticado, pero que a la hora de ser necesario para los peatones, funciona, y para mí ha funcionado bien en la mayoría de las ocasiones. Por primera vez un sistema de micros respeta velocidades máximas, informa de los recorridos a través de un sistema amigable por Internet y ofrece una gran cobertura de recorridos que permite llegar a todos los rincones de nuestra gran capital. Aunque en ocasiones este sistema tiene problema con la frecuencia de recorridos, lo que a su vez genera viajes más congestionados e incómodos. Falta perfeccionar estos temas, pero si decidimos no movernos tan acelerados, debemos reconocer que este sistema nos ha facilitado la movilidad hacia muchos sectores alejados.
Para mí fue fácil notar los atributos del sistema de transporte público de Santiago luego de vivir en Viña del Mar, donde los choferes superan en todas las ocasiones la máxima velocidad permitida, poniendo en riesgo la vida de los usuarios. No se respeta al estudiante, no hay paraderos definidos y se reconoce que el apuro de los micreros radica en que su sueldo depende de la cantidad de pasajeros que transporten al día. Además, el sistema de metro de la región de Valparaíso no es utilitario para viñamarinos ni porteños, por lo que no ha otorgado grandes mejoras a dichos usuarios. No obstante, sí ha significado acercar a las comunas del interior al puerto y ha otorgado a estas ciudades un sistema de transporte digno de países desarrollados, el cual debería potenciarse en las dos ciudades más grandes de la región.
Junto a los beneficios que conlleva el uso del transporte público en Santiago, es importante destacar los pro de ser peatón frente a los contra de ser automovilista. Pese a que los automóviles tienen acceso a las autopistas y pueden llegar con mayor rapidez a sus destinos en los horarios de bajo tráfico, siempre sufrirán en los horarios “pic”. Los “tacos” invaden estas carreteras de alta velocidad, a lo que se suma que a medida que los autos se acercan a su destino deben sumergirse en las congestiones habituales de las pequeñas calles que son alimentadas por las grandes carreteras. El peatón también debe sobrevivir a los horarios “punta”, pero al acercarse a su destino se libra del medio de transporte y puede valerse sólo de sus pies para llegar al destino deseado, el nivel de stress que debe vivir el automovilista sin duda es mayor que el del peatón.
Además de la relación de los peatones con vehículos motorizados, también debemos lidiar en las veredas con los ciclistas, grupo que cada día crece más, pero que debe enfrentarse a una ciudad bastante agresiva para ellos: hay pocas ciclovías, lo que genera que deban moverse por las veredas o por las calles. ¿Qué genera esto? Ciclistas que no respetan las señalizaciones que corresponden a peatones y automovilistas porque el sistema no está pensado para acogerlos. Frente a eso salta la duda de por qué el alcalde Labbé instauró un sistema de bicicletas públicas si no generó ciclovías para que dichos ciclistas se muevan tranquilos en la ciudad y puedan regirse bajo las reglas que correspondan netamente a ellos.
Santiago se ha adaptado crecientemente a los peatones y automóviles y ha hecho un intento teatral de adaptarse a los ciclistas, sin que esta integración sea hoy una realidad. Lo primero beneficia a un alto porcentaje de ciudadanos que no cuentan con vehículo y ha permitido acercar e integrar a los sectores más vulnerables a la ciudad.
Lo segundo ha generado un creciente aumento de automóviles en la ciudad, lo que ha llegado a un punto crítico de colapso, en que pareciera que lo mejor sería limitar el ingreso de automóviles al país por un tiempo o cambiar radicalmente los hábitos de movilización de los santiaguinos. De a poco, se han ido abriendo paso los ciclistas, que han decidido dejar el auto y moverse en bicicleta. Para aumentar el uso de la bicicleta y convertirlo en un hábito, es necesaria una política pública que apunte a planificar y ejecutar nuevas ciclovías seguras. Con esto se reduciría el uso de automóviles, se descongestionarían las calles y se reduciría la tasa de contaminación de nuestra capital. Así, peatones, automovilistas y ciclistas convivirían de mejor forma y ayudarían a hacer de Santiago una ciudad más amigable.
La Imagen Urbana del Desarrollismo: fotografía y transporte público en Santiago, 1938-1973.
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[por: Marcelo Mardones, Simón Castillo, Waldo Vila]
La evolución del transporte público en Santiago, desde la instauración del servicio de tranvías a sangre en 1857, estuvo marcada por problemáticas asociadas al crecimiento demográfico y la expansión urbana. El paso hacia una ciudad de pretensiones modernas, trajo consigo intervenciones públicas ligadas a un nuevo rol del Estado; sin embargo, estas transformaciones mostraron límites en cuanto a aspectos como la cobertura y calidad del servicio, los que marcaron una continuidad de las experiencias urbanas asociadas al transporte público.
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Con una población urbana en continuo crecimiento, hacia la década de 1930 la actividad estaba en el debate de una agenda urbana estratégica y al mismo tiempo conflictiva. La incorporación a la actividad de pequeños empresarios, dueños de vehículos improvisados con carrocerías de madera montadas sobre chasis de camiones y automóviles, representó tanto una competencia para las empresas de tranvías como también una mayor congestión vial, característica de una nueva vida urbana. La pugna por pasajeros entre servicios contribuyó a una tensión que se acrecentaría tras la Gran Depresión; las dificultades del periodo llevaron a una serie de roces entre los capitales externos dueños del negocio y las autoridades de la época, las que se mostraron incapaces de dar respuesta eficaz al choque de intereses públicos y privados, especialmente en aspectos como las tarifas y la calidad del servicio.
Estos problemas se vieron además acentuados por la inmigración que llevó a Santiago a superar el umbral de los 700 mil habitantes en 1930, lo que presionó la necesidad de servicios básicos. Las imágenes urbanas reflejaban un paisaje saturado de vehículos en sectores de mayor tránsito de personas como la Estación Mapocho y Alameda, lugares donde las líneas de tranvías y góndolas se prolongaban hacia la periferia, receptora de las nuevas masas migratorias y por tanto con mayor demanda de servicios de movilidad pública.
Bajo este contexto de alta demanda, las fotografías de pasajeros intentando abordar góndolas y tranvías tanto en pisaderas como ventanas, capós, tapabarros y parachoques de las máquinas se convirtieron en algo común; a inicios de la década de 1940, la prensa local reproducía masivamente estas imágenes. Éstas mostraban una ciudad donde la presencia de nuevos vehículos, edificios, publicidad y vestuario no lograba consolidar una real modernización, lo que daba una idea de progreso truncado. Refiriéndose a la actividad, el escritor Manuel Rojas acusaba la deshumanización que campeaba en los vehículos de la locomoción colectiva y que suponía una crítica percepción del ritmo de vida moderno: “la movilización mecánica ha creado en la gente que usa de ella una especie de histerismo, de irritabilidad casi canina. Este histerismo y esta irritabilidad son, pues, un fruto del progreso. ¡Cuánto hemos progresado!, dice la gente. Sí, hemos progresado mucho, pero sólo en el sentido mecánico. En otros sentidos hemos retrogradado.”
El agravamiento de las malas condiciones del servicio se agudizó tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Con el ingreso de Estados Unidos al conflicto en 1941 , Chile vio limitada sus importaciones de combustibles e insumos básicos para la mantención de los servicios de tranvías y autobuses. Los efectos sobre las compañías de transporte público, sumados a conflicto con sus trabajadores, terminaron por empujar la crisis de la movilización colectiva hacia un punto sin retorno, lo que obligó a las autoridades de Gobierno a asumir el control de la filial tranviaria de la Compañía Chilena de Electricidad.
En mayo de 1941, una huelga general de trabajadores del transporte público paralizó prácticamente a la ciudad de Santiago. Aunque las demandas de conductores, mecánicos y cobradores se originaron en reivindicaciones laborales, el Gobierno central vio en esto una excusa para intervenir en forma directa sobre el problema, alegando que los hechos se constituían como problema público. Para hacerse cargo de esta situación, el Estado optó por intervenir en forma directa sobre la empresa tranviaria, que continuaba siendo la empresa que transportaba el mayor número de pasajeros por la ciudad.
El rol asumido por el Estado abrió un nuevo debate sobre quien debía ser el encargado de un servicio vital para el funcionamiento de la ciudad. Si la locomoción colectiva era una cuestión pública, aunque administrada por privados desde mediados del siglo XIX, era deber del Estado intervenir en la actividad. Este discurso se correspondía con el plan económico de los gobiernos del Frente Popular, que desde su llegada al poder en 1938 habían promovido una mayor presencia estatal en las áreas consideradas estratégicas para el desarrollo.
Hasta mediados de la década de 1940 se puede observar una serie de discusiones por parte de las autoridades para mejorar el transporte público en Santiago: desde la creación de una corporación de locomoción colectiva controlada absolutamente por el Estado hasta la creación de un tren subterráneo; todas propuestas que obedecen a una nueva lógica de intervención urbana. Cuando en julio de 1945 la ley 8132 decretó el nacimiento de la Empresa Nacional de Transportes (ENT), surgida de la nacionalización de la compañía de tranvías, se vino a consolidar esta nueva propuesta. La ENT nació como una empresa de carácter mixto, donde el Estado compartía la propiedad con la Compañía Chilena de Electricidad, controlada por capitales norteamericanos desde 1929. Aunque el proyecto original buscaba poner bajo control estatal tanto la generación de energía como los medios de transporte público ligadas a esta -los tranvías-, sólo se llegó a un acuerdo sobre los últimos.
La empresa llevó a cabo un plan de mejoras en el transporte público de Santiago mediante la adquisición de nuevos vehículos para el servicio. En 1946 se encargaron desde Estados Unidos nuevos autobuses de mayor capacidad que las góndolas particulares, como los modelos REO y Twin Coach que entraron en servicio en 1947. Pero la gran innovación de la ENT fue incorporar los trolebuses Pullman de origen norteamericano y los Vetra franceses, los que comenzaron a substituir los tranvías heredados por la empresa. En 1947 se inauguró la primera línea de trolebuses, que iba entre calle Mac Iver y El Golf; este hecho daba cuenta como áreas de mayor plusvalía eran privilegiadas con las mejoras tecnológicas en transporte público, lo que también resaltaba la creciente segregación de la capital.
Pero los esfuerzos por mejorar la movilización colectiva mediante la intervención del Estado a través de la ENT implicaron que los costos operativos de la empresa se transformaran en una pesada carga para el fisco. A comienzos de la década de 1950, su situación financiera era tan compleja que muchos apostaban por su quiebra, cuestión ampliamente difundida por los empresarios particulares del transporte, que veían en ella una competencia desleal. Sin embargo, la discusión sobre el rol estatal en el transporte público era tan relevante para una metrópolis como Santiago que al asumir la presidencia en 1952, Carlos Ibáñez del Campo se comprometió a estatizar en forma completa la ENT, adquiriendo las acciones que aún estaban en poder de la Compañía Chilena de Electricidad. Así, en mayo de 1953, el DFL 54 proclamó la creación de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETCE).
La ETCE buscó acelerar las transformaciones en materia de locomoción colectiva iniciadas por la ENT, por lo cual decretó el cierre del servicio de tranvías en la capital. Los tranvías operados por el Estado circularon por última vez en 1959. El fin de los tranvías santiaguinos trajo consigo el predominio de los autobuses, que superaban ampliamente el número de trolebuses en servicio por parte de la ETCE. Los vehículos utilizados por la empresa estatal -que había seguido adquiriendo nuevos modelos como los Mitsubishi Fuso-, si bien tenían mayores capacidades que los autobuses particulares, no lograban satisfacer las necesidades de una población que se acrecentaba en sus periferias. Frente a esto, los microbuses utilizados por los empresarios privados –que continuaban siendo mayoritariamente vehículos adaptados sobre motores de camión con la potencia suficiente para transportar al mayor número de pasajeros posibles-, tenían menos costos operativos debido a la menor infraestructura de servicios asociados en relación a sus contrapartes fiscales y podían extenderse hacia aquellas áreas donde la demanda así lo requería.
Pero más allá de las transformaciones experimentadas por el transporte público, los problemas arrastrados desde las décadas anteriores continuaron siendo parte del cotidiano de los santiaguinos. Las fricciones por los precios, la calidad de los vehículos, la frecuencia de los servicios y otros similares se repetían de manera frecuente, lo que generó explosiones sociales periódicas: por ejemplo, las jornadas de la huelga de la chaucha en agosto de 1949 o los sucesos del 2 y 3 de abril de 1957, cuando aumentos de tarifas impulsadas por empresarios particulares y validadas por las autoridades culminaron en violentas manifestaciones por parte de los santiaguinos, que terminaron con fallecidos, daños materiales y ataques hacia los vehículos de la locomoción colectiva, símbolos de los reclamos.
Estos problemas se acentuaron con el crecimiento demográfico de Santiago: el cerca de un millón de personas que habitaba la ciudad en 1940 aumentó al doble hacia 1960. Esta explosión demográfica resaltó más aún los procesos aledaños como la expansión urbana, obligando con ello a una continua demanda de nuevas líneas y vehículos para el servicio de transporte público. Junto a ello, problemas como la congestión se tornaron cada vez más críticos, mientras otros anteriormente no percibidos como la contaminación ambiental –smog y ruido- provocada por el aumento del parque vehicular se tornaron dificultades cotidianas.
Los cambios políticos acentuados desde la década de 1960, caracterizados por las nuevas expectativas sobre proyectos como los postulados por los gobiernos de Eduardo Frei y Salvador Allende, representaron el último aliento estatal para enfrentar las problemáticas nacionales, resaltando entre ellas las cada vez más acuciantes cuestiones urbanas. Las iniciativas generadas en este ámbito buscaban mejorar la calidad de vida de los santiaguinos: grandes proyectos de vivienda social como la Unidad Vecinal Portales o la Remodelación San Borja o los inicios de la construcción del Metro fueron hitos de una transformación del paisaje urbano capitalino consonante con los cambios de los discursos políticos.
Sin embargo, esta dinámica de innovaciones no contempló cambios profundos al transporte público de superficie. La ETCE, reestructurada administrativamente en 1960 para hacerla más eficiente y aligerar las arcas fiscales, continuó con la política de competencia frente la movilización colectiva particular, lo cual redundó en su déficit económico estructural. Por otra parte, su carácter de empresa pública la condujo a seguir las directrices ideológicas del gobierno de turno: por ejemplo, durante la Unidad Popular (1970-73), se instauraron buses de la ETCE para el transporte gratuito de los escolares, decisión de evidentes repercusiones políticas considerando los conflictos producidos anteriormente a causa de la tarifa escolar.
La tensión política que acompañó a la UP reflejó activamente en las calles de Santiago, por lo cual vehículos rayados con consignas o la obstaculización de los servicios se hicieron imágenes habituales para la época. Además, algunas protestas contra el Gobierno, como la gran paralización de octubre de 1972, fueron apoyadas por sectores de los empresarios privados de la movilización colectiva contrarios a las políticas estatales. Aunque el accionar de estos grupos no fue determinante para la caída del Gobierno con el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, el fin del sistema democrático sí trajo consecuencias para los actores involucrados en el transporte público capitalino. El giro económico implementado por la Dictadura llevó a que en 1981 se decretara el fin de la ETCE y la liberalización absoluta del transporte público. Esto generó una creciente competencia entre los empresarios privados -muchos de ellos dueños sólo de una o dos máquinas- por ocupar las principales calles, lo que evidentemente agudizó los problemas de congestión, tarifas, alto consumo de combustible y polución. La competencia por pasajeros, que generaba disputas entre vehículos debido a una política salarial para los conductores basada en un porcentaje de los ingresos diarios de cada máquina, aumentó la inseguridad vial. La liberalización tampoco reflejó una rebaja de las tarifas, puesto que el mayor número de microbuses mermó las ganancias de los empresarios, quienes traspasaron las pérdidas a los pasajeros mediante alzas de precios.
De esta forma damos cuenta sobre un periodo marcado por el surgimiento y la crisis de un proyecto de intervención estatal en el transporte público de superficie de Santiago. Si bien el empresariado privado siempre fue un actor relevante, durante los años referidos fue el Estado quien jugó el rol trascendental tanto en la implementación, modernización y desarme de este proyecto. Históricamente, este periodo destaca como el único donde el aparato público ha intervenido directamente sobre la movilización colectiva.
A diferencia de otras políticas de servicios urbanos elaboradas desde el Estado, el transporte público se vio obligado a competir por la entrega del servicio con los privados. Está política de convivencia, más que estimular racionalmente la actividad en el ámbito urbano, sólo significó cubrir las necesidades de movilidad de forma eficiente en contados sectores de la ciudad, donde la demanda aseguraba rentabilidad económica y no necesariamente rentabilidad social: sin duda, esto conllevó a problemas de congestión críticos en ciertas zonas y a la ausencia de servicios en otra. Vemos también en este proceso una de las razones del porque Santiago actualmente sea una ciudad altamente segregada, continuidad histórica que da cuenta de una crisis estructural en la oferta de movilidad entregada por el transporte colectivo, especialmente hacia las periferias urbanas. En este sentido, el actual modelo de transporte acusa la permanencia de aspectos como un actuar vacilante del Estado, incapaz de asumir responsabilidades públicas, entregando los problemas urbanos a las soluciones privadas, con el riesgo de que las lógicas economicistas se sobrepongan a las necesidades sociales. Las actuales fotografías sobre Transantiago nos enseñan que, a 70 años de las primeras políticas estatales relevantes sobre la actividad, parece no existir un cambio de rumbo más allá de las modernizaciones cosméticas.
IMAGENES: MICROPOLIS Historia Visual del Transporte Público de Superficie en Santiago, 1857-2007.
¿Cómo citar? Mardones, Castillo, Vila (2011) Micrópolis. Historia visual del transporte público de superficie en Santiago, 1857-2007. LOM, Santiago de Chile.
Across Latitudes and Cultures - Bus Rapid Transit (ALC-BRT)
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Revista Planeo Nº4, La movilidad en crisis, Junio 2013
UNA INICIATIVA DE TRANSPORTE URBANO COLECTIVO MUNDIAL COORDINADA DESDE SANTIAGO DE CHILE
Resumen: En el contexto actual de la crisis de la movilidad en nuestro país y particularmente en nuestra ciudad de Santiago de Chile, nos interesamos por conocer la actividad que desarrolla el centro de investigación Across Latitudes and Cultures – Bus Rapid Transit (ALC-BRT, www.brt.cl) que estudia y asesora sobre cómo y cuándo emplear un uso intensivo del bus como modo de transporte en el mundo entero. Este centro es el único con sede en Latinoamérica de los ocho que financia la Volvo Research and Educational Foundations (www.vref.se) mundialmente. Es dirigido desde Chile por el profesor Juan Carlos Muñoz, a quien entrevistamos. Nos recibe donde opera ALC-BRT: el Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística en el Campus San Joaquín de la Universidad Católica.
[Por Jaime Pujol]
Planeo (P): Antes de abordar aspectos propios del centro que diriges, empecemos con una breve contextualización de las problemáticas de Transporte ligadas particularmente a los países en vías de desarrollo como el nuestro para poder entender mejor la labor del centro ALC-BRT. Mi primera pregunta sobre la contingencia capitalina es si opinas que Costanera Center es un hito o símbolo de la crisis en la movilidad santiaguina.
Juan Carlos Muñoz (JCM): Creo que con respecto a este tema es necesario pensar en dos planos. Más importante que lo que va a pasar cuando se abra el complejo de Costanera Center, me preocupa qué va a pasar después, cómo se va a adaptar la ciudad en función de ese tipo de estímulos.
En el corto plazo las perspectivas son muy poco alentadoras. Costanera Center no es un lugar aislado: hay varios desarrollos inmobiliarios adicionales alrededor que serán atractores y generadores importantes de nuevos viajes. Por lo tanto es claro que el sector va a tener una congestión mayor. Si actualmente hay horas en que hay complicaciones severas, si ahora las personas se demoran 30 minutos en salir de sus edificios, cuando esto se inaugure uno puede estimar que podrían demorarse bastante más. Esta es una mala noticia no sólo para esas personas, también para la ciudad que se vuelve menos efectiva en términos del uso de sus recursos como combustible y tiempo, y que ve aumentar significativamente impactos nocivos como la contaminación. En ese contexto esta es una muy mala noticia y hace pensar que este sector requeriría una reingeniería mayor, muy distinta a los ajustes que se han planteado hasta aquí. Y es que hasta aquí la ciudad ha reaccionado ante este tipo de proyectos sin cuestionar la propuesta urbana que las iniciativas privadas proponen. Y es claro que, en una ciudad, la superposición de lo que a cada persona le conviene puede resultar en un pésimo resultado global debido a que nuestras acciones tienen impactos en los demás que no asumimos al tomar nuestras decisiones, a menos que nos fuercen. Si bien el automóvil es un excelente medio de transporte para muchísimos viajes, en el caso de viajes urbanos por zonas y momentos de muy alta congestión, el auto es la peor forma de moverse colectivamente. Por lo tanto, en esos casos debiéramos desfavorecerlo tal como se realiza de distintas formas en muchas ciudades del mundo mediante diversos mecanismos como tarificación vial, escasez y alto costo de estacionamientos, o limitando el número de licencias de permisos para poseer automóviles (que no es una buena política). Desgraciadamente, en el caso de los proyectos en este sector de la ciudad la autoridad ha hecho exactamente lo opuesto. Por una parte sigue habilitando a los autos con una enorme cantidad de estacionamientos que obviamente fomentan su uso. Y por otra, determina medidas de mitigación que casi exclusivamente apuntan a que los automovilistas puedan acceder más fluidamente a este polo generador de tacos. Es decir, la señal de largo plazo que la autoridad da, es que aspira a que quienes acudan a este punto de gran atractivo lo hagan en automóvil.
Y lo complicado es que el usuario de automóvil probablemente es racional al elegirlo. Pero desde un punto de vista colectivo, es una pésima decisión. Por esto se requiere que la autoridad intervenga, para conseguir que los decisiones individuales conduzcan a un óptimo colectivo.
Así, en mi opinión, en este caso las señales que se han dado son muy graves. Se debe dar señales para que los usuarios actuales de auto empiecen a considerar modos alternativos para evitar y no complicar aún más la congestión que ya ellos experimentan individualmente. ¿Y cuáles son esos modos alternativos? Primero, claramente el transporte público: bus y metro. Pero uno también podría pensar en modos que combinen automóvil y transporte público. El problema aquí no es el uso del automóvil en sí. Sino que su uso en las zonas y a las horas donde hay alta congestión. Entonces, se podría pensar en una combinación en que el usuario llega en automóvil a un punto en que hace trasbordo. En ese sentido, parece inexplicable que estaciones de Metro que están en el corazón de zonas de alta tasa de motorización, como es el caso de la Estación de Metro Los Domínicos (Línea 1 en Las Condes), no cuenten con esta posibilidad. Uno se pregunta en qué estaban pensando las autoridades que descartaron estos estacionamientos?.
P: ¿Por qué? ¿Es porque no está en las políticas de transporte colectivo urbano?
JCM: Yo percibo que los alcaldes de la zona oriente no consideran al transporte público como un tema prioritario de su gestión. Seguramente ven que su gente usa poco el transporte público y por lo tanto lo ven como una necesidad de la gente de otras comunas – que no votan en su comuna – que los visita: estoy pensando en Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea, La Reina y, especialmente, en Providencia. Me da la impresión que el transporte público es un problema relativamente ajeno para estos alcaldes. Así, me parece que han cumplido un rol muy pobre, pues los automovilistas que exigen más y más espacio urbano para sus viajes en hora punta, provienen mayoritariamente de sus comunas. Hay una mirada bastante miope en el sentido de pretender que la solución de movilidad para los viajes de este grupo durante el periodo punta, se siga sosteniendo en base a más y más infraestructura vial. Los alcaldes debieran entender que sus comunas son parte de un sistema que tiene que funcionar bien y que la única forma de que la ciudad funcione de forma adecuada es que muchos de los actuales automovilistas se pasen al transporte público. Los alcaldes son una bisagra enorme para lograr el objetivo que señalé antes, sobre todo en una ciudad que no cuenta con un alcalde mayor o una autoridad, como la que ejerce Transport for London (TfL), en el caso de Londres. Al carecer de esta institucionalidad tenemos una ciudad completamente fragmentada en términos de las decisiones urbanas. El rol que han jugado algunos de estos “reyezuelos de parcelas aisladas” es, sin duda, muy dañino.
EL MODELO DE TRANSPORT FOR LONDON
P: ¿Entonces cómo nos organizamos institucionalmente en transportes en Chile? ¿Preconizarías un modelo como el de Transport for London (TfL) para las grandes ciudades chilenas?
JCM: TfL no sólo está a cargo del Transporte público sino que también de los automóviles, la carga, las ciclovías, los peatones, o sea sobre todo el transporte de la ciudad. Esta institución es quien gestiona el metro, los buses, decide si hay o no tarificación vial, y por qué monto y en qué condiciones: es una misma cabeza que está mirando y regulando todos los modos de transporte, reconociendo que se trata de un único sistema. Porque si no, tú podrías privilegiar a un modo perjudicando a otros y con ello al sistema. Y de esa forma se generan antagonismos que no tienen sentido: lo que se necesita es que el sistema total funcione de la mejor forma posible.
P: Quizás no es necesario tener un alcalde mayor: se podrían gestionar algunos temas de forma metropolitana sin una autoridad mayor, dado lo polémico que resulta políticamente tener una autoridad mayor.
JCM: En el caso de Londres hay un alcalde mayor, y una de sus responsabilidades es gestionar TfL. Por ejemplo, la tarificación vial la ejecuta TfL pero la iniciativa fue de Ken Livingstone, el alcalde mayor de Londres hasta 2008. Me parece que las decisiones que se deben tomar requieren de la credibilidad de una autoridad escogida democráticamente por la ciudad. De otro modo es difícil para los afectados aceptar decisiones que podrían perjudicar su situación particular en pos de un bien común difícil de visualizar. Pero además se requiere que esta persona tenga un visión clara del problema y seas un líder positivo, un “champion” de la causa (como también lo fue, por ejemplo, Enrique Peñalosa en Bogotá).
P: Pero Londres es una ciudad de unos 14 millones de habitantes en un país que cuenta con 60 millones: la proporción es de 1 a 4. Chile cuenta con unos 16 millones de habitantes y Santiago reúne a poco menos de la mitad de esa población con sus alrededor de 7 millones de habitantes. O sea la proporción en comparación es aquí de casi 1 a 2. La elección de un alcalde mayor para esa proporción de la población nacional tendría enormes incidencias políticas.
JCM: Seguramente muchos políticos verían, efectivamente, en este cargo una plataforma política para dirigir posteriormente no ya a una metrópolis sino que al país. En Bogotá, por ejemplo, no es raro que su alcalde considere ser después presidente de Colombia. Pero pensémoslo al revés: ¿qué sentido tiene que nosotros, que tenemos una ciudad como Santiago que es la mitad de Londres en cantidad de habitantes, tengamos 34 alcaldes con decisiones fragmentadas, muchas veces incoherentes, velando sólo por lo que ocurre en su pequeña parcela? Es a todas luces una tontería. O sea, si tuviéramos un alcalde mayor, no tendríamos al alcalde de Providencia diciéndonos: “no me ponga los paraderos aquí porque no me gustan”. Se exigiría coherencia en las decisiones. Hoy el alcalde da el visto bueno a Costanera Center posiblemente porque significa grandes recursos para su comuna, pero cuestiona elementos fundamentales para el sistema de transporte público que lo alimenta, como son paraderos de buses suficientemente grandes y bien diseñados, o teñir de color rojo las pistas de buses, como sucede en el resto de la ciudad, porque opina que no le gusta el color rojo … Y la autoridad de transporte le responde que necesita estructurar el transporte en toda la ciudad de manera uniforme y coherente.
P: En nuestro país, hay varias instituciones dedicadas a planificar y regular el Transporte. Las dos más importantes parecen ser el Ministerio de Transportes y SECTRA.
JCM: Este gobierno se llevó a SECTRA al Ministerio de Transportes, lo que no me parece una decisión acertada. Me parecía preferible que la planificación y evaluación de los proyectos estuviera separada de quienes implementan estas políticas.
Pero hay más actores que también son relevantes: CONAMA, el MINVU, los Gobiernos Regionales, las comunas, etc. O sea hay demasiadas instituciones involucradas con el tema y se tienen que tocar demasiadas puertas para poder llevar adelante un proyecto. De muestra un botón: alguna vez escuché al alcalde de Santiago decir que lo había llamado el Ministro de Transporte de turno para pedirle que corriera un paradero de buses. ¿Cómo es posible? ¿Ese es el nivel de protagonismo que necesitamos de parte de la autoridad para poder generar la coordinación? El caso es extremo pero hace pensar: ¿Los mandos medios no son capaces de resolver decisiones intermedias? En cuanto a los temas de transporte del Costanera Center sucedió algo similar: las decisiones están tan fragmentadas que finalmente se vuelven inoperantes. Los únicos que “cortan el queque” son las autoridades máximas, pero suelen tener poco interés en ponerse de acuerdo porque sus objetivos son muy distintos.
P: Entonces quién debiera de estar a cargo del Transporte Urbano en las grandes ciudades chilenas.
JCM: A mí me gusta el modelo de Transport for London. Yo creo que nosotros debiéramos elegir una autoridad única para los temas de transporte por metrópolis y ciudad importante.
P: ¿Y si esa competencia estuviera en los Gobiernos Regionales por ejemplo?
JCM: Podría ser. Habría que darle prioridad a la autoridad donde quiera que esté. No solamente basta con crear la figura. Entre otras cosas habría que decirles: “señores alcaldes, ahora Uds. no deciden solos”. Finalmente el órgano gestor es aquel que vela por la ciudad completa.
UN SLOGAN UNIVERSAL PARA CULTURAS MUY DISTINTAS
P: Hablemos ahora del centro que diriges: Across Latitudes and Cultures – Bus Rapid Transit (ALC-BRT): llama la atención el slogan, parece haber una intención de trabajar con diversas latitudes y culturas: culturas institucionales también. Los países que están asociados al centro son todos muy distintos entre sí: Portugal, Australia, EE.UU., Chile. Seguramente el nuestro es aquel con el Estado más pequeño y con políticas más liberales económicamente, con la menor cantidad de herramientas probablemente para intervenir en temas de transporte públicamente.
JCM: En Chile, provenimos efectivamente de una política de laisser faire o dejar hacer muy grande. Desde el punto de vista del transporte público, en la década de 1980 fuimos un experimento extremo de libre mercado, con libre tarifa, sin condicionantes para los servicios de transporte. Así tenemos una herencia de poco intervenir, de poco regular. Incluso, hoy se ridiculiza a la gente que opina que se necesita un transporte público estatal: se piensa inmediatamente en algo muy ineficiente. Y, sin embargo, el Metro de Santiago es una empresa estatal que funciona muy bien. Si uno volviese atrás, pensar en este mismo modelo para Transantiago desde un comienzo no parece descabellado.
Volviendo a nuestro Centro de investigación, nuestro objetivo es diseñar y pensar sistemas basados en buses que respondan a las distintas necesidades locales, sean estas de país desarrollado o en vías de desarrollo, sean éstas de una megápolis o una ciudad de tamaño intermedio, etc. O sea, la idea no es diseñar soluciones para cualquier espacio sino que considerando el contexto local, aspectos específicos que son necesarios de comprender para diseñar adecuadamente los servicios. Es importante destacar que nuestro Centro no es una agencia pro-BRT: recibimos financiamiento para poder estudiar los BRT y recomendarlos cuando parezca conveniente, pero también descartarlos cuando no lo sean. También estudiamos y asesoramos cuáles son las formas en que uno podría implementar un BRT de forma adecuada.
Lo que uno sí observa en muchas partes, es que los buses se tienden a implementar de un modo poco efectivo en que no se explota su potencial de operación. Vale decir, tanto el diseño como su operación dejan mucho que desear en muchas partes del mundo. Y lo que también se observa, crecientemente, es que en ciudades que le dan mayor espacio y una mayor prioridad a los BRT, se alcanzan niveles de servicio atractivos, a un costo muy eficiente.
De esta forma, cuando nos preguntamos ¿es posible mover la misma cantidad de personas en metro que en buses?, la respuesta es: sí, y basta visitar Bogotá o algunas ciudades brasileñas. ¿Es posible, además, que exista un nivel de servicio adecuado, que los trasbordos no sean tantos y que la congestión no sea alta, como la que ocurre en Bogotá? Sí, por ejemplo basta visitar Guangzhou en China. Y así, suma y sigue. Esto quiere decir que, en la medida que se diseñe en forma apropiada un sistema de buses, con prioridades adecuadas y con capacidades correctas, es posible obtener un servicio razonable a un costo mucho menor que el que tiene Metro.
Y eso a pesar de que en Santiago de Chile, el precio de construcción del Metro es relativamente barato, alrededor de US$ 60 millones por kilómetro. Esto ocurre porque la institucionalidad de Metro funciona bien y el Metro lleva muchos años construyendo en forma casi continua, sin detenerse. Esta continuidad permite, además, ganar experiencia y dar estabilidad a los equipos de trabajo. Hay otras razones: los suelos de Santiago no presentan grandes “sorpresas” ni por sus características de composición ni por ser ricos en patrimonio arqueológico, como sucede en Ciudad de México por ejemplo; además, prácticamente no hay corrupción; el Metro como empresa cuenta con una autonomía que no se tiene al construir corredores de buses. Para hacer estos corredores en Santiago se deben consultar muchos organismos; mientras que para hacer un metro, una vez definido el trazado y las estaciones, sólo hay que “hacer la pega”: prácticamente no hay que preguntarle a nadie.
Así, se podría tener corredores de buses en Santiago con capacidades equivalentes a las de Metro a un quinto del precio. La pregunta entonces es: ¿por qué no? Sobre todo pensando en lugares donde la demanda no es tan alta como la que se requiere para justificar un metro. Pero los corredores exigen destinar espacio vial actualmente capturado por los automovilistas que le dan un uso bastante más ineficiente que los buses durante los periodos punta. Es decir, optar por invertir en corredores de buses exige enfrentar un potencial conflicto con los automovilistas que las autoridades parecen querer evitar.
Tenemos ya algunos corredores funcionando bastante bien en Santiago como Av. Pajaritos, Av. Santa Rosa, Av. Vicuña Mackenna, pero es posible mejorarlos bastante aún para que provean un mayor nivel de servicio. Una de las claves aquí es reducir los tiempos de ciclo de los buses, ya que esto reduce los tiempos de viaje y aumenta la capacidad del sistema. Por eso, es fundamental acelerar las subidas y bajadas en los paraderos de alta demanda, y para esto es crucial invertir en más y mejores (sobre todo más dignas) “zonas pagas”, esto es, estaciones con mejor diseño y con mejor información al usuario. Asimismo, se puede trabajar en coordinar los servicios de buses con los semáforos, a fin de otorgar prioridad al transporte colectivo que se mueve por esos ejes versus el transporte privado. También se debe diseñar adecuados retornos de los buses en las cabeceras de cada servicio, de modo que el bus no pierda mucho tiempo en estas maniobras.
MÁS BARATO, IGUALMENTE EFICIENTE PERO MENOS SEXY QUE EL METRO
P: A pesar de no ser una agencia pro-BRT, en el centro realizan bastante investigación aplicada. Y así Uds. pueden asesorar a las autoridades.
JCM: Sí, yo mismo fui asesor del Ministerio de Transportes cuando se estaba diseñando Transantiago entre los años 2003 y 2004. Este plan se implementó entre fines de 2005 y principios de 2007. Hoy día tengo una buena relación con la autoridad pero no un vínculo formal.
Nuestra inquietud nació de darnos cuenta que el BRT es un excelente modo de transporte, que tiene beneficios, que desde un punto de vista de los recursos para un país como Chile, que tiene recursos limitados, parece una muy buena decisión empujar para que los problemas de movilidad se resuelvan con corredores de buses efectivos con buena capacidad, para que la gente llegue rápido a sus destinos, y que sean confiables. No obstante, también creo que existe espacio para líneas de Metro en corredores de muy alta demanda, y que en corredores de muy baja demanda implementar un BRT completo sería un exceso.
Nosotros estudiamos este tema y estamos convencidos que, dentro de las alternativas que disponibles para resolver los problemas de movilidad, el BRT es una posibilidad importante, que tiende a ser postergada porque a los ojos de la autoridad y de los usuarios, es menos atractiva que un metro o un tranvía, es menos sexy. Pero no podemos olvidar que las alternativas ferroviarias urbanas cuestan cinco o más veces lo que cuesta un BRT y son mucho menos flexibles que un BRT.
Sin embargo, parece ineludible preguntarse: ¿Qué pasa con los servicios de buses que no logran ese cariño asociado a los modos de transporte sobre riel? Eso, es parte de las cosas que estamos tratando de entender. Quizás porque se mueven a petróleo. Quizás porque a los buses tradicionalmente se les entremezcla con los autos, lo que es muy distinto de un tranvía. No te imaginas al tranvía en medio de un taco, porque si no pierde todo su glamour. En cambio al bus cuesta verlo fuera del taco.
Entonces, por qué no pensar en un bus con vías exclusivas que permita una inversión mucho menor para obtener el mismo nivel de servicio que el tranvía y con mucha más flexibilidad?. Pueden ser buses eléctricos, con mayores niveles de giro, con más facilidades para los recurrentes acomodos de flota, con acceso a los barrios locales, etc. Desde varios puntos de vista, es más conveniente pensar en buses … pero necesitas pensarlo con las mismas prioridades que cuando piensas en tranvías.
QUIÉNES SOMOS Y CUÁL ES NUESTRA VISIÓN
JCM: ALC-BRT está conformado por cinco instituciones en distintos países:
- La base está en el Departmento de Ingeniería de Transporte y Logística de la Pontificia Universidad Católica de Chile
- Instituto Superior Técnico de la Universidad Técnica de Lisboa (Portugal)
- Institute of Transport and Logistics Studies de la University of Sydney (Australia)
- Massachusetts Institute of Technology (EE.UU.)
- EMBARQ Network del World Resources Institute Centre for Sustainable Transport (Washington D.C., EE.UU.)
En particular, EMBARQ tiene como misión promover iniciativas sustentables de movilidad a través de sus numerosas oficinas en el mundo. Eso nos permite un excelente contacto con las ciudades.
Nos ganamos un concurso en 2010 organizado por la Volvo Research and Educational Foundations (VREF, www.vref.se). A la VREF le interesaba tener un centro dedicado a la investigación en BRT, y nuestra propuesta resultó la ganadora entre 20 propuestas provenientes de todo el planeta. Pienso que nos favoreció que de los siete Centros financiados anteriormente, ninguno estaba en Latinoamérica y también que el tema BRT es muy latinoamericano (basta pensar en Curitiba o Bogotá). Así y todo fue una competencia muy reñida, pero logramos convertimos en el octavo centro de estudio del transporte de VREF.
Obtuvimos fondos para cinco años (2010 – 2015) y pasamos a ser parte de esta extraordinaria comunidad. Durante estos cinco años contaremos con US$ 3,5 millones, lo que es muy atractivo para emprender nuestro plan de trabajo. Nosotros aspiramos a que el Centro trascienda estos cinco años de financiamiento inicial. Lo que se aspira con estos centros es que después de terminado este período, sigan funcionando con recursos propios y/o un financiamiento de VREF bastante más reducido.
Entre las cinco instituciones que forman nuestro Centro el dinero se diluye bastante. Pero lo bueno es que los fondos permiten apalancar la obtención de recursos adicionales: por ejemplo, te permiten llegar a un concurso por nuevos fondos de investigación, y comprometer parte de los recursos que ya contamos para conseguir fondos que complementen o extiendan el trabajo que ya estamos realizando. O sea si lo haces bien, debieras poder multiplicar esos 3,5 millones de dólares a través de fondos concursables (como FONDEF, FONDECYT, o el FONDAP que presentamos recientemente sobre Desarrollo Sustentable junto al Instituto de Estudios Urbanos UC).
Nuestra visión consiste en reconocer que los BRT constituyen un elemento clave en el desarrollo de un transporte urbano sustentable pues tienen cuatro ventajas. Son: (1) convenientes en costo; (2) Flexibles y adaptables; (3) Rápidos de implementar; y (4) potencialmente tan atractivos al usuario como alternativas sobre rieles.
Esto último es quizás lo más difícil porque es necesario convencer al usuario y a la autoridad. Sabemos que es mucho más atractivo para una autoridad inaugurar una nueva línea de metro que un corredor de buses.
P: En los medios de comunicación chilenos tienes a gente como Louis de Grange que lo único que promueve es el Metro para Santiago, y no ve otras alternativas. Y en general la opinión pública chilena comparte esa visión: si no es el Metro es el auto.
JCM: Sí, y a mi juicio es un error: conozco bien a Louis porque es ex-alumno de nuestro Departamento y además trabajamos juntos en varios proyectos. La gente dice: qué difícil es bajar a un automovilista para subirlo al bus que está detrás del automóvil en el mismo taco, versus subirlo a un Metro que está segregado, bajo tierra o elevado, y que se desplaza a una velocidad más similar a la del auto. Bueno, si el bus fuera al lado, en un corredor segregado, eso sería distinto. La pregunta es, ¿por qué no se asigna una faja dedicada a los buses así como se le asigna a un metro o a un tranvía?
P: Porque se la estás quitando al auto.
JCM: Eso, en mi opinión, no es un problema, pues en horario punta debemos desincentivar el uso del automóvil. Recordemos que la infraestructura vial es más que suficiente para el resto del día, por lo que quitar al automóvil – un modo extraordinariamente ineficiente en términos comparativos -lo que en el resto del día no le es imprescindible, me parece sensato.
P: Vuelvo a hacer una pregunta de contexto: a finales de la década de 1990, con Ricardo Lagos como presidente y Carlos Cruz como Ministro de Obras Públicas se lanzaron al mismo tiempo Autopistas urbanas y Transantiago. A mi parecer fue confuso como señal haber lanzado simultáneamente ambas iniciativas. ¿Ese doble estímulo, considerando el traspié inicial de Transantiago, produjo la prioridad por el auto y las fuertes tasas de motorización que conocemos hoy en la capital?
JCM: Concuerdo con que esa doble señal fue muy confusa. Y a ese efecto en las tasas de motorización, hay que sumar el incremento del ingreso y la reducción del costo de los automóviles. Estos últimos son dos fenómenos exógenos imposibles de controlar. Pero también está el tema, que indicas, de la oferta vial. Entonces la pregunta es: “¿hay que tener infraestructura suficiente para que la gente se mueva como quiera en los momentos que quiera?” La infraestructura que ofrecemos está diseñada para los momentos de máximo uso, es decir, en el caso urbano la hora punta por lo que durante todo el resto del día la infraestructura está sobredimensionada. En ese sentido, cuando se opta por agregar infraestructura es necesario considerar su efecto marginal, es decir cuando tú decides no hacer esa tercera pista para los automóviles y decides dejarla para los buses, durante el resto del día los autos no la van a extrañar. Los automovilistas sólo echarán de menos esa pista en la hora punta. Y en la hora punta, ¿qué es lo que tú quieres? Lo que yo quiero es que la gente se mueva en los modos más efectivos posibles, o sea no en auto si no que en modos de transporte colectivo.
A mí me parece que a esta discusión, respecto de cómo asignar la infraestructura vial entre autos y buses, hay que incluir la dimensión ”tiempo”. O sea, que cuando digo que voy a quitar una pista a los autos para dedicarla a transporte público, al automovilista sólo le duele durante la hora punta. Porque en horas fuera de punta, los autos no necesitan esa pista adicional.
P: Los santiaguinos y chilenos tenemos muy radicado dentro de nuestra cultura nuestros desarrollos personales en función de vivir en casa con jardín – aunque sea pequeño – y eso vinculado a desplazamientos en autos particulares privados, uno o más por hogar. Esto es muy norteamericano, pero también está profundamente radicado en nuestra cultura. O sea, es mucho más fácil bajar a alguien del auto en las pequeñas ciudades europeas que a alguien de Santiago de Chile, por mencionar casos de diferentes culturas como los que busca el centro. Te lo pregunto por el slogan del centro: Across Latitudes and Cultures (a través de latitudes y culturas). ¿Cómo se logra cambiar esa cultura? Y esto está muy vinculado con la cultura que tienen las autoridades que toman las decisiones (ya veíamos antes el ejemplo del alcalde de Las Condes y el Metro).
JCM: Sí, pareciera que se hace verdad la torpe frase de Margaret Thatcher: “muéstreme un hombre en un bus y yo le mostraré a un hombre fracasado[1]”. Y el mensaje que necesitamos transmitir es justamente el opuesto: necesitamos que la gente esté contenta prefiriendo el transporte público, debemos darle dignidad a este modo de viajar para que la decisión no sólo sea buena para el sistema, sino que también sea la mejor elección individual. Efectivamente ahí hay un tema grande.
Cuando se mira por ejemplo a Londres hoy día, a pesar de que allí también los autos son más baratos y los ingresos más altos que hace 15 años atrás, actualmente entran menos autos a Londres gracias a la tarificación vial y a que los recursos capturados por esa vía se han invertido en mejorar el transporte colectivo. Esto es, se ha abordado correctamente el problema a través de restringir y desestimular el uso del modo más ineficiente. Cuando tú vas a Fantasilandia[2] y te quieres subir en la montaña rusa de a una persona por carro, te dicen que no, que se debe ingresar de a cuatro por carro, porque así la demora colectiva es menor. En el espacio urbano ocurre lo mismo: cuando existe alta congestión, debiéramos dar señales equivalentes: “no hay dónde estacionarse señor” o “Ud. tiene que pagar muy caro para andar frente a Costanera Center a las 8:00 de la mañana.” Incluso es más: “esta franja de acá, ahora la dejamos peatonal, para ciclovías o exclusiva para los buses”.
Sin embargo creo que esto puede cambiar, incluso en Santiago: hace poco me tocó ir a la casa de un colega joven que vive muy cerca de Costanera Center al otro lado del río, en un edificio de cuatro pisos, en que prácticamente todos tienen bicicleta. Ellos probablemente gozan de una vida muy parecida a la que uno experimenta en París, en que los viajes en automóvil son limitados a horas de baja congestión. Las autoridades debieran dar señales claras para favorecer este tipo de comportamientos.
Yo creo que no es tan difícil ir cambiando la tendencia en esa dirección. Es necesario tener claro que esto no ocurre espontáneamente, para que suceda se deben tener regulaciones adecuadas, que motiven e incentiven ese tipo de desarrollo. Lo más complicado en Chile es que la autoridad tiene una tendencia fuerte a no intervenir, incluso en circunstancias en que el beneficio social es claro. Si no se regula, si no se ofrecen incentivos correctos, si no se subsidian los comportamientos que son beneficiosos socialmente, mantendremos esta tendencia al deterioro en los tiempos y costos de viaje, y al incremento de la contaminación producto de nuestros viajes. Por otro lado, si se interviene adecuadamente, los beneficios para la sociedad son enormes.
No debemos ir tan lejos para encontrar ejemplos para esto. Miremos por ejemplo el Metro Regional de Valparaíso (Merval), que ya lleva funcionando siete años muy bien y es motivo de orgullo para la ciudad. Pues bien, a pesar de ser una empresa tremendamente austera y sobria, requiere ponerle fondos de subsidios todos los años para financiar su operación. ¿Vale la pena? Por cierto que vale la pena. Los beneficios sociales que genera son enormes. Es fácil imaginar cómo se deterioraría la calidad de vida en Valparaíso y Viña, si Merval desapareciese. Seguramente la ciudad sería más dispersa y con un nivel de congestión mayor. Merval ha permitido un desarrollo urbano distinto, que se concentra en torno al eje del tren. Los importantes desarrollos urbanos que han surgido en torno al eje Viana-Álvarez, que no cuadran con el modelo norteamericano que tú describías, resultan evidentes. Esto se ha logrado a través de ofrecer alternativas de gran movilidad, pero también se puede conseguir a través de restringir el uso del automóvil. Es importante que los espacios comunes y servicios urbanos en estas zonas de alta densidad sean de calidad. Sólo eso hace atractiva la oferta. En Santiago debiéramos pensar en desarrollos similares, que desincentiven vivir en la periferia y desplazarse diariamente hacia el centro en automóvil. Es un modelo muy costoso socialmente que debemos evitar.
P: El recientemente fallecido economista, sociólogo y urbanista francés François Ascher creó en el año 2000 y dirigió el Instituto para la Ciudad en Movimiento (www.ville-en-mouvement.com) cuyo objetivo declarado es contribuir a la emergencia de soluciones innovadoras para la movilidad urbana. Y este centro se financia básicamente por aportes de PSA Peugeot – Citroën, empresa dedicada a la fabricación de automóviles. Esto fue muy criticado desde la creación del instituto por el evidente vínculo que hacía presumir del conflicto de intereses en sus investigaciones que se acusan de tendenciosas. El centro de estudios ALC-BRT que diriges está financiado por la Volvo Research and Educational Foundations (VREF). Y sabemos que Volvo es un gran fabricante de buses en el mundo, entre otras cosas. Te lo pregunto directamente: ¿no hay aquí un conflicto de intereses entre las investigaciones y recomendaciones del centro y sus fuentes de financiamiento?
JCM: Me parece buena la pregunta, y yo también se la hice a Volvo en su momento. Ahora, aclaremos que este centro no es financiado directamente por Volvo, sino que por una fundación sin fines de lucro: VREF. En ese momento les pregunté: “¿cuál es mi compromiso con Volvo aquí? No hay ninguno”, me respondieron. Como yo quería ser claro en mi completa independencia respecto a Volvo, pregunté si podía solicitar auspicios a la competencia de Volvo para organizar una conferencia. Se me indicó que no había inconvenientes y con eso quedé tranquilo. Porque si bien yo creo que el transporte en bus es importante para la ciudad, no tengo preferencia respecto de la marca de esos buses. Me siento totalmente independiente.
P: ¿Volvo tiene sólo desarrollo en buses que funcionan en base a petróleo o energías fósiles?
JCM: No lo sé. Sé que desarrolla tecnologías híbridas en buses (eléctricos y diesel) pero no sé si tienen buses 100% eléctricos. Y la tecnología híbrida hoy es viable, aun cuando es más cara, porque la ingeniería es más compleja y exige dos motores. Han tenido un buen desempeño. Por otra parte, estas nuevas tecnologías están avanzando en forma importante. Por ejemplo en Lima, el último corredor es con buses a gas natural. Hace unos 10 años, cuando se diseñaba el Transantiago, se descartaron los buses híbridos y a gas por ser tecnologías nacientes que representaban un riesgo. En ese entonces, se debía comprar más de 1.000 buses para Transantiago. Era riesgoso dejarlos, por bases de licitación, amarrados a una tecnología que no se sabía cómo iba a evolucionar en desempeño y costo. Así, se dejó solamente para el alimentador de la zona céntrica de Santiago, pero no se recibió ofertas. O sea, nadie estuvo dispuesto a traer buses a gas o híbridos en ese minuto.
ROL, OBJETIVOS, CUATRO ÁREAS DE ACCIÓN Y PROYECTOS
JCM: Termino de explicar ALC-BRT. Nuestro rol no es el de ser un agencia pro-BRT. Buscamos orientar decisiones respecto de cuándo y cómo los proyectos de BRT pueden aumentar la movilidad en forma efectiva y satisfacer las necesidades de accesibilidad en ciudades.
Nuestros objetivos son desarrollar un nuevo marco para la planificación, el diseño, el financiamiento, la implementación, la operación y el control de sistemas BRT. Vale decir, estamos en todos los ámbitos, desde lo más estratégico a lo más operacional.
Y las personas que participamos en el proyecto nos vinculamos con estas áreas de distintos modos. Por ejemplo en mi caso, yo participo mucho en el control, la operación, y un poco en el diseño, pero la planificación y el financiamiento no son realmente lo mío, a pesar de que puedo participar en una discusión. No soy un Urban Planner, sólo un modesto Ingeniero de Transporte. Uno de nuestros objetivos es entender qué circunstancias son adecuadas para implementar corredores BRT y cuáles no. Y también colaborar en el diseño e implementación de sistemas integrados y corredores BRT al nivel estratégico, táctico y operacional.
O sea, parte de nuestros objetivos nos obligan salir del paper y pasar a la calle. Así, no solamente queremos ser un actor que propone soluciones y buenas ideas, sino que además queremos acompañar a las ciudades en la implementación de estas acciones. Y esta conversación no la tenemos sólo en Chile: por ejemplo, estuve esta semana, entre martes y miércoles, en Sao Paulo (Brasil) para colaborar en la implementación de un BRT en Rio de Janeiro. Y me reuní allá con la empresa consultora que está haciendo el diseño del corredor, con el fin de identificar los temas de colaboración en que podríamos ayudar a que las decisiones se tomen un poco mejor.
En otro caso, hace tres semanas, estuve con la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados y BRT (www.sibrtonline.org).en León (México). Nuestro Centro es el brazo técnico de esta asociación. En esta reunión se busca identificar problemas o necesidades en las que el centro puede ayudar a las agencias que están coordinando estos desarrollos a que tomen mejores decisiones. A estos seminarios asisten tomadores de decisiones, operadores, etc. Y nosotros, como centro de excelencia, usualmente jugamos un rol en que exponemos avances, desarrollos y presentamos buenas prácticas o lecciones aprendidas. La próxima reunión de la asociación va a ser aquí en Santiago en julio próximo.
Para volver a ALC-BRT, trabajamos en cuatro áreas (esto es parte de la postulación con que obtuvimos los fondos para el funcionamiento del centro):
1. Un observatorio para recoger, interpretar y presentar datos de sistemas BRT; para eso creamos otra página www.brtdata.org. Se trata de una plataforma que reúne información de cerca de 150 corredores de BRT en el mundo. Para cada corredor se ofrecen múltiples indicadores de muy variados tipos: largo total, costo por kilómetro, velocidad comercial, cantidad de depósitos de buses, si tiene sistema de control o no, con cuántas pistas cuentan, etc. Es una fuente de comparación y benchmark para todos los BRT del mundo y lo interesante es que una vez que se lanzó, la gente espontáneamente, como una suerte de Wikipedia, empezó a proveer más información para convertirlo en algo más robusto.
2. Un Laboratorio para desarrollar un conocimiento profundo sobre los factores y relaciones que inciden en el desempeño de un sistema, desarrollando y mejorando métodos analíticos y sus instrumentos de apoyo; el laboratorio no es físico, sino que una comunidad de personas realizando investigación en sus propias universidades y que estamos dedicados a contestar preguntas y a pensar en cómo todo esto puede funcionar mejor. Ejemplos de preguntas: ¿Cuáles son las mejores formas de financiamiento? ¿Cuáles son las tarifas socialmente óptimas? ¿Cómo controlo los buses para que no se junten? ¿Cómo debieran de ser los contratos?
Tenemos una agenda de investigación para los cinco años de financiamiento del centro que es bastante precisa, pero también flexible de modo de incluir nuevos temas.
3. Un Programa educacional para utilizar el conocimiento adquirido en el centro para enseñanza universitaria y programas de capacitación profesional. Aquí generamos cursos y también herramientas educativas, por ejemplo, basadas en juegos.
4. Un Apoyo a implementaciones para proveer asistencia a distintas ciudades en sus procesos de modernización. Nos gustaría mucho acompañar al menos a una ciudad en todo el proceso. Nos interesa mucho estar cerca de estas agencias en la implementación de un BRT.
También tenemos varios Proyectos en curso. Ya te comenté que contamos con una agenda precisa durante estos primeros cinco años. Algunos ejemplos son:
- En el Observatorio
– Recolección de información a nivel de corredores
– Programa de benchmarking
- En el Laboratorio
– Control de regularidad
– Diseño de servicios expresos
- En el Programa Educacional
– Levantamiento de necesidades y oferta
– Propuesta de nuevos cursos
Además, este próximo jueves, vamos a tener un seminario internacional bien potente: http://www.ieut.cl/2012/05/workshop-internacionaltransantiago-y-metrobus-%c2%bfcomo-lograr-la-sostenibilidad-social/, donde vamos a comparar Transantiago con Metrobús del D.F. mexicano en temas sociales como son la inclusión de los operadores y los procesos de participación ciudadana.
Estamos seguros que este tipo de reflexiones son un aporte necesario e importante para nuestro medio latinoamericano.
[1] La frase que comúnmente se le atribuye a Thatcher es: “A man who, beyond the age of 26, finds himself on a bus can count himself as a failure”
[2] Parque de diversiones santiaguino ubicado en el Parque O’Higgins
Conectividad y revitalización del espacio público en la ciudad de Nueva York
VerConectividad y revitalización del espacio público en la ciudad de Nueva York
Revista Planeo Nº4, La movilidad en crisis, Junio 2012.
Proyecto: Espacio público y estrategia para la bicicleta_ Nueva York 2007-2009.
Autores: Gehl Arquitectos.
Resumen: A través de acciones sencillas, el grupo de arquitectos daneses Gehl Architects (www.gehlarchitects.com) logra cambios significativos en el proceso de transformación de la ciudad de Nueva York a partir de los lineamientos planteados por el plan estratégico (plaNYC).
El valor de la experiencia que se quiere relevar, hace referencia a la posibilidad de reconfigurar una ciudad de la envergadura de Nueva York, afectada por la aglomeración y congestión de flujos vehiculares, a una que propone nuevas conectividades en base a la peatonalización, el uso de la bicicleta y la generación de nuevos espacios públicos insertos en los centros urbanos.
CONECTIVIDAD Y REVITALIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO
Espacio público y estrategia para la bicicleta_ Nueva York 2007-2009.
[Por Ana Rojas Muñoz]
El año 2006 es impulsado el Plan Estratégico de Nueva York (PlaNYC), el cual proyecta una visión de 30 años que apunta a la sostenibilidad integral de la ciudad. Este plan va a generará una nueva configuración urbana, transformando calles y espacios públicos bajo una estrategia peatonal. En este contexto, el año 2007 la oficina danesa Gehl arquitectos fue contratada por el departamento de Transporte para asesorar en los proyectos a corto y largo plazo para la ciudad de Nueva York.
El PlaNYC aspira a recuperar la imagen de centro metropolitano de la ciudad, junto con resolver problemas como la congestión vehicular, el deterioro de infraestructura y hacer frente al cambio climático, anticipándose a las consecuencias que traerá el continuo crecimiento de la aglomeración neoyorkina. Los objetivos cuantitativos que se plantean al 2030, se orientan a reducir el 30% de emisiones de CO2, a generar una plantación de un millón de árboles, la construcción de 300 km de ciclovías, asegurar que todos los ciudadanos se encuentren a 10 minutos caminando de un espacio público abierto y por último, se enfoca en reducir los accidentes relacionados con el tráfico vehicular.
LA VISIÓN DE JAN GEHL Y LA ESTRATEGIA DE APROXIMACIÓN A LAS NECESIDADES DE LA CIUDAD
Jan Gehl, ha participado de la transformación de entornos urbanos de distintas ciudades del mundo desde la perspectiva de cómo las personas utilizan o podrían utilizar los espacios donde se vive y se trabaja. Su visión apunta a entender la planificación centrada en las personas, creando o recreando los paisajes urbanos a escala humana, incorporando los cambios demográficos y las realidades de las dinámicas de vida cambiantes de la ciudad contemporánea.
En segundo lugar, se observa una insuficiencia de lugares para que la gente se pueda sentar y descansar. Existe una desproporción entre la cantidad de estacionamientos vehiculares y espacios públicos abiertos, desapareciendo la posibilidad de avistar el paisaje urbano de la ciudad.
Tercero, los espacios públicos no interactúan con calles y edificios del entorno. Las plazas están visual y físicamente separadas del flujo peatonal de las aceras.
Este diagnóstico sobre los usos del espacio público y peatonal fue de suma relevancia para reformular la mayor parte de la ciudad. Asimismo, estos antecedentes se utilizaron como orientación para proyectar los programas públicos de revitalización de los espacios entre edificios llevados a cabo por el departamento de Transporte.
NUEVAS PROPUESTAS PARA LA CIUDAD DE NUEVA YORK
El análisis de los resultados del estudio permitió generar una visión estratégica para reconfigurar la ciudad. Se propuso ampliar el uso de la bicicleta de una manera segura y eficiente, fomentando el uso de este medio de transporte. Para ello, se crearon nuevas vías protegidas para bicicletas a través de carriles a lo largo de las calles principales. Desde el año 2007 al 2009 la ciudad logró duplicar la cantidad de carriles, llegando a 725 km en total. Esta iniciativa se apoyó mediante una política y campañas de sensibilización para lograr el objetivo de duplicar el uso de este medio de transporte.
En líneas generales, los criterios que consideran necesarios para generar ciudades sostenibles se basan en los siguientes lineamientos: devolver a las calles su función básica de acceso equitativo, reintegrando al peatón y al ciclista al espacio vial; generar espacio públicos abiertos que brinden servicios culturales y una alta calidad de vida; aportar amplias calles peatonales, que propicien una movilidad más lenta, donde las aceras sean continuas, sombrías y bien iluminadas; la configuración del espacio urbano debe generar la integración de la diversidad de peatones, ya sean niños, adultos, ancianos y/o personas con movilidad reducida, asegurando la accesibilidad para todos los habitantes; y promover ambientes adecuados para el uso de la bicicleta, como una alternativa de transporte saludable y sustentable, generando redes de movilidad seguras, donde el ciclista pueda viajar rápido a cualquier destino.
Su visión con respecto a la sostenibilidad global no intenta aceptar la culpa o responsabilidad por el calentamiento global, sino que se orienta a constituir ciudades más habitables, reduciendo las emisiones de gases efectos invernadero mediante los cambios de estilos de vida.
Estos lineamientos sentaron las bases del trabajo que realizó Gehl en Nueva York, en conjunto con la oficina del alcalde Bloomberg, el departamento de Transporte, actores empresariales y comunidad.
Su primera labor consistió en realizar un diagnóstico de la ciudad, bajo una encuesta de espacio y vida pública. El objetivo fue generar una recolección de datos cuantitativos y cualitativos, para entender cómo las personas utilizan los diversos espacios de la ciudad, ya sea como actividad rutinaria o recreativa, considerando también realizar un registro de la calidad y condiciones de los espacios públicos al aire libre.
Para comprender la actividad peatonal de la ciudad, el estudio se llevó a cabo a lo largo de los corredores principales de Brooklyn, el Bronx, Manhattan y Queens.
Dentro de los hallazgos más llamativos registrados se señalan algunas calles principales de Queens y el Bronx, las cuales presentan un mayor número de peatones que los centros de las principales ciudades europeas. Por ejemplo, los volúmenes de peatones en algunas calles son un 70% más alto que en sectores del centro de Londres.
Los principales problemas identificados dicen relación a la competencia que existe por el espacio público entre las personas que caminan y los que esperan en la parada de bus, sumando a ello el exceso de elementos físicos en los accesos a las aceras. Este hacinamiento tiene implicancias negativas para el comercio, ya que las personas no se pueden detener para mirar; así también para la seguridad de los peatones que optan caminar más rápido por las calles, para las personas con movilidad reducida, niños y ancianos. Los registros muestran que solo un 10% de los peatones son niños o adultos mayores.
Nueva York posee dos grandes parques reconocidos internacionalmente, el Central Park y el Prospect Park, pero la ciudad en su interior no cuenta con espacios públicos urbanos para permanecer, por lo que la propuesta se orientó a constituir espacios públicos complementarios a los parques.
Así mismo se consideró proveer a la ciudad de mejores vías y accesibilidad para peatones, entregando distintas posibilidades para movilizarse a través de la ciudad. Desde esta perspectiva, se buscó dar cabida a peatones, ciclistas, al transporte público, vías exclusivas para buses, para luego integrar estas nuevas formas de transporte a las redes existentes como el metro. La idea era dar la opción de caminar o usar la bicicleta como medio de desplazamiento a través de vías seguras y separadas del vehículo. En este circuito se propuso la instalación de equipamiento urbano adecuado para estacionar bicicletas, dando la posibilidad de generar en ciertos puntos de la ciudad zonas de intercambio modal.
Otro aspecto al que se le dio relevancia fue generar una integración de la vida residencial, comercial, de trabajo y entretenimiento, por medio de actividades propuestas por los programas públicos, orientados al apropiamiento del espacio público urbano.
LA TRANSFORMACIÓN DEL BOULEVARD DE BROADWAY: DE UN ESPACIO PARA AUTOS A OTRO PARA PERSONAS
En el año 2009, en el Boulevard de Broadway se realizó un proyecto de reformulación del espacio público con nuevas zonas peatonales y espacios para la bicicleta. Estas transformaciones se localizaron en Columbus Circle cerca del Central Park y en Time Square. Se concentraron ahí diversas actividades para permanecer como cafés, conciertos, exposiciones de arte, clases de yoga, entre otras. Estas intervenciones también se realizaron en Herald Greebly, Madison Square Park, Union Square. En su conjunto, estos proyectos lograron recuperar para peatones y ciclistas alrededor de 500.000 m2 de espacio público vehicular. Y a pesar de la disminución de superficie para los automóviles, la congestión disminuyó en la mayoría de las avenidas circundantes.
Las superficies peatonales permitieron generar nuevos espacios para negocios locales, activando las economías de pequeñas escalas, bastante deprimidas por la crisis económica de ese período.
Las mejoras para los peatones y la promoción de un equilibrio entre los medios de transporte, incluyendo los nuevos espacios públicos y la realización de una red de carriles para bicicleta permitieron generar una mejor conectividad entre los barrios contiguos.
Del diagnóstico y trabajo realizado por Gehl en los cinco barrios de la ciudad, se elaboró el informe de “World Class street”, el cual da las directrices para generar calles sostenibles por medio de un manual de diseño para calles de la ciudad de Nueva York. Este documento describe los últimos proyectos que enmarcan el nuevo enfoque del departamento de transporte y sienta las bases para la ejecución de proyectos similares para los distintos barrios.
El manual señala los lineamientos a considerar para el reacomodo de vías peatonales y de ciclistas, de paradas del transporte público, además de un conjunto de nuevos estándares de materiales para calles, de diseño para mobiliario urbano y programas de arte público.
El estudio de calles, expuso la necesidad de complementar el plan de creación de espacios públicos mediante un conjunto de programas que impulsaran el uso de estas nuevas zonas urbanas. Entre ellos se encuentran:
Proyectos de Broadway Boulevard, a través de una serie de espacios públicos en las áreas de Times Square y Herald Square (ya mencionado).
Calles completas “proyectos y normas de diseño”, considera una ciclovía separada de la novena avenida de Manhattan con la finalidad de proteger a los ciclistas y reducir los tiempos de cruce para los peatones.
Calles seguras para jubilados y estudiantes, estudios del departamento de transporte han demostrado la necesidad de mejorar la seguridad peatonal entorno a escuelas primarias y secundarias, como también la importancia de establecer ciertos criterios para asegurar el uso de calles para adultos mayores.
Programa de arte público, creación e instalación de exhibiciones temporales de arte en diversos espacios.
Coordinación de mobiliario urbano, se busca generar nuevos equipamientos urbanos para estacionar bicicletas, promoviendo la creación de elementos con ciertos criterios de diseño y de funcionalidad.
Fin de semanas de calles peatonales y de bicicletas, un ejemplo de este programa es el “Summer Streets”, el cual abre 7 millas sin uso vehicular desde el puente de Brooklyn al Central Park a ciclistas y peatones algunos fines de semanas del verano.
RELEVANCIAS DEL APORTE REALIZADO POR GEHL
El trabajo y las perspectivas aportadas por la oficina de Gehl arquitectos han sido vitales para llevar a la práctica las líneas propuestas por el Plan estratégico de Nueva York. Lo interesante de esta experiencia es su capacidad de reconfigurar una ciudad de carácter metropolitano, de gran congestión y volumen vehicular a uno de uso peatonal, proponiendo nuevas formas de utilización, desplazamiento y de permanencia en los espacios públicos.
El generar un equilibrio entre la disponibilidad de medios de transporte para desplazarse ha permitido reconectar a los barrios de la ciudad, aproximando y otorgando un hábitat a escala humana. Esta experiencia permite ejemplificar nuevas formas de generar espacialidades más seguras, sostenibles y atractivas, propiciando una igualdad de oportunidades de uso para peatones, ciclistas y transporte motorizados.
La metodología de diagnóstico propuesta por Gehl, aplicada desde el punto de vista del usuario, como también la forma de elaborar las propuestas realizando un trabajo coordinado con los diversos actores involucrados en el plan, fue clave para entender el funcionamiento de la orgánica urbana y dar una respuesta desde la ciudad, permitiendo sentar las bases para las futuras intervenciones.
Por último, la reconfiguración urbana reciente de Nueva York se ha conseguido bajo el esfuerzo de un equipo de profesionales de distintos sectores. Pero anterior a ello, es necesario relevar lo importante que fue generar un plan urbano integrado, impulsado desde la institucionalidad pública, para abrir paso a la discusión de la visión de ciudad que se pretende construir durante estos 30 años.
Las Autopistas, Los Desplazamientos y la Movilidad: Santiago de Chile
VerLas Autopistas, Los Desplazamientos y la Movilidad: Santiago de Chile
Revista Planeo Nº4. La movilidad en crisis. Junio 2012.
[por Oscar Figueroa]
La movilidad es un concepto polisémico que revela muchas cuestiones diferentes; se despliega entre el concepto de viajes y de accesibilidad. Por esta misma razón, los problemas y soluciones a que se enfrenta son a veces dicotómicos. Ello se visualiza en que en muchos casos las ganancias de un actor de la movilidad se consiguen a expensas de las pérdidas de otro. Las autopistas urbanas de Santiago son precisamente un buen ejemplo para apreciar esta situación contrastada, donde el beneficio que perciben algunos viajeros se trastoca en pérdidas para otros.
A través de un ambicioso plan, que respondía claramente a necesidades reales de la ciudad, Santiago se dotó en la primera década del siglo de una red de más de 250 kilómetros de autopistas urbanas y de accesos urbanos, implementados bajo la modalidad de concesión a operadores privados a financiarse con el cobro de peajes.
Las autopistas respondían a una urgencia impuesta al sistema de circulación de la ciudad, consistente en un agudo crecimiento del uso del automóvil en el contexto de una alta tasa de motorización privada. Esta situación era provocada por factores exógenos al sector, entre ellas, las facilidades para comprar automóviles, expresadas en incrementos de los ingresos familiares, reducción relativa de precios de los vehículos y facilidades crediticias para su compra. Todo ello se insertaba en una situación de expansión importante de la mancha urbana, a la cual también el uso del automóvil y las futuras autopistas habrían de contribuir.
Más allá de la discusión respecto de las contradicciones entre el uso del transporte privado y del transporte público, cuyas causas provienen más del sistema económico en general y del concepto de los negocios urbanos, que son cuestiones ajenas a las capacidades de decisión y de planificación del sector del transporte, la implantación de las autopistas evidencian otros aspectos, algunos positivos y otros negativos, para la vida de los ciudadanos.
La idea de financiar autopistas bajo el régimen de concesiones privadas tiene la virtud de eximir de pago a las personas de menores recursos como sucedería si tales emprendimientos se realizaran con fondos públicos. El financiamiento a través de la recaudación con peajes asegura que sólo contribuyen a ellas los usuarios efectivos de las autopistas y no todos los contribuyentes de la ciudad y del país.
Sin embargo, a pesar de esta consideración sobre la equidad, otros aspectos no pueden leerse del mismo modo. El despliegue de las autopistas en el territorio urbano tiene fuertes implicaciones en el desarrollo y funcionamiento de una red que se ve repentinamente modificada por la introducción de tramos de una capacidad inédita hasta entonces para el sistema. Estos tramos requieren de conexiones con el resto de la red, bajo las condiciones de asegurar un todo fluido y armónico.
Sin embargo, estas conexiones han revelado una cantidad de problemas que han afectado de distinta manera la movilidad y la accesibilidad de los ciudadanos, sean estos peatones o automovilistas.
Una rápida clasificación permite observar el conjunto de situaciones que se deben enfrentar desde que dichas autopistas se han puesto en funcionamiento. En primer lugar, están las situaciones de conexión entre autopistas, sometidas cada una a un régimen de gestión específico; en segundo lugar, están las conexiones entre las autopistas y el resto de la vialidad; por último, están las relaciones de las autopistas con el espacio público y el ámbito peatonal específico.
En el primer caso, hay experiencias notables como la extremadamente deficiente conexión entre la Costanera Norte y la Autopista Central, que ha generado problemas adicionales tan solo por no existir una regulación sobre las conexiones entre los segmentos de la red de autopistas entregadas a diferentes concesionarios. Otro caso consiste en la conexión entre Vespucio Sur y la Autopista Central, donde en rigor, la conexión no existe y los vehículos deben acceder de una a otra a través de la vialidad banal.
El segundo caso es más grave, pues representa sencillamente una condición en que la ganancia de eficiencia de la autopista (alta capacidad, alta velocidad) se hace a costa de generar externalidades negativas al resto de los vehículos. Los ejemplos más notorios de este tipo se encuentran a lo largo de Vespucio Sur, en el enlace del túnel El Salto-Kennedy con Los Conquistadores, en el enlace de la Costanera Norte con la calle La Concepción, en la rotonda Pérez Zujovic y su continuación al sur, y en el ingreso a la comuna de San Bernardo por el oriente de la Autopista Central.
La tercera condición es prácticamente ignorada como problema, pues la circulación automotriz raramente se vincula con la circulación y la accesibilidad peatonal. El paradigma de las autopistas es que su diseño en superficie o en trinchera se verifica allí donde la conexión con la vialidad banal y sus residentes es de poca importancia, es decir, en las zonas de bajos ingresos. Agudos son los problemas de los residentes de la orilla norte del Mapocho en el poniente de la ciudad, para acceder, por ejemplo, al Hospital Félix Bulnes. Conocido ha sido el conflicto, largo y frustrante, de los residentes de las comunas de La Granja y La Pintana, fuertemente afectados por la construcción y la operación del Acceso Sur. Es igualmente alto el nivel de accidentes con peatones en la Autopista Central, al estar los residentes de su entorno obligados a asumir altos riesgos cruzando irregularmente la autopista por la insuficiencia de pasos a desnivel que han provocado un quiebre el interior de sus territorios.
Cuando se analizan las autopistas, se habla de dos fenómenos que típicamente afectan a los residentes de los bordes de ellas, en especial cuando están van en superficie y la demanda de los residentes no constituye una parte importante de la demanda por su uso.
El efecto barrera describe precisamente el impacto sobre la desintegración del territorio al ser interrumpido por la autopista, rompiendo lazos sociales, actividades cotidianas e incluso, acceso al trabajo. El segundo efecto es el efecto túnel, que consiste en la ignorancia de los habitantes del borde, por su poca trascendencia para la demanda de la autopista.
Ambos efectos sumados explican la trascendencia y persistencia de los problemas que aquí se identifican.
* Imagen: chilepass.clDocumental "Lagos Wide and Close, an Interactive Journey into an Exploding City"
VerDocumental "Lagos Wide and Close, an Interactive Journey into an Exploding City"
DVD
Van der Haak, Bregtje: Lagos Wide and Close, an Interactive Journey into an Exploding City. Holanda, 2002.
[Por Carmen Gloria Troncoso]
Cada hora, más de 50 personas inician una nueva vida en Lagos, el centro comercial y principal puerto de Nigeria. Se estima que en ella viven actualmente alrededor de 15 millones de habitantes, pero el explosivo crecimiento que está viviendo esta ciudad hace prever que al 2020 será la tercera ciudad más grande del mundo, a pesar de los múltiples problemas que enfrenta diariamente: delincuencia, congestión vehicular, cortes en el suministro de agua y electricidad, etc.
¿Cómo y porqué continúa creciendo a tal magnitud una ciudad con tantos problemas?
Esta pregunta origina la reflexión que el arquitecto Rem Koolhaas desarrolla en este documental, tratando de entender la lógica oculta que hace que una ciudad “disfuncional” como Lagos funcione. Pregunta que sirve de puntapié inicial a una investigación desarrollada durante 5 años por el Harvard Project on the City.
En el transcurso, Koolhaas descubre y se maravilla ante una población que, a pesar de los obstáculos, logra sobrevivir gracias a su extraordinaria capacidad de improvisar, formar redes y asumir riesgos. Los residentes de Lagos han logrado equipar su ciudad con una fina malla de eficientes redes de organización autónoma – en torno al reciclaje de basura, la venta de electrónicos, el transporte de madera por el río – , sin mediar una institucionalidad formal.
Esta investigación queda plasmada en un registro audiovisual desarrollado por la documentalista holandesa Bregtje van der Haak (1966), que muestra imágenes inéditas de Lagos, ciudad escasamente documentada debido a la prohibición de filmar que existe en Nigeria.
El registro muestra la ciudad desde dos perspectivas: una distante – WIDE – y otra íntima – CLOSE -, permitiendo al espectador saltar de una a otra interactivamente para acercarlo a la realidad de vivir y trabajar en Lagos, dando la posibilidad de entender las reglas y posibilidades de la vida cotidiana de ese lugar.
Desde una posición distante, el video hace un repaso visual y auditivo por la ciudad que da cuenta de su saturación espacial, la multiplicidad de actividades que allí conviven, las estrategias de sobrevivencia de sus habitantes, las fricciones entre una sociedad que se adapta a toda velocidad a las transformaciones que la ciudad sufre bajo la presión de los tiempos, a los diferentes modos de apropiación funcional y doméstica del espacio urbano. En el otro extremo, la narración visual acompaña el devenir cotidiano de 8 habitantes de la ciudad que representan las múltiples realidades que confluyen en Lagos.
Este registro audiovisual se complementa con las opiniones vertidas por Rem Koolhaas en tres entrevistas, dos realizadas en medios comunicacionales de Nigeria y una con la documentalista, donde repasa sus reflexiones respecto al crecimiento de las ciudades al alero del modelo económico de libre mercado imperante en el mundo, del cual Lagos no es indiferente a pesar de su informalidad aparente. Koolhaas se interesa en cómo la modernidad se manifiesta en estas máquinas urbanas y cómo Lagos, contrariamente a su improvisación, es un ejemplo extremo de ello.
Lagos se manifiesta como un misterio que se intensifica: a raíz del petróleo, la ciudad es un lugar muy rico, pero en ella todo el mundo es muy pobre. A pesar de la enorme pobreza de Nigeria, donde el ingreso promedio ha disminuido sistemáticamente desde la década de los 60’, y del permanente estado de crisis y fricción de la ciudad, Lagos se moderniza no sólo con carreteras y puentes, sino también a través del desarrollo económico. Koolhaas observa que desde su primera visita, el año 1998, sin mediar planificación centralizada relevante, la ciudad ha evolucionado reduciendo su dramatismo y caos gracias a su enorme capacidad de adaptación y flexibilidad. Es un ejemplo sobresaliente de cómo, a la par de la debilidad del sector público, las iniciativas privadas son capaces de proliferar y organizar la sociedad, dando pie al surgimiento de organizaciones productivas espontáneas y autónomas que organizan y sistematizan el espacio de manera funcional a su actividad, apropiándose del entorno urbano disponible y adaptándose a él.
Koolhaas observa que el explosivo crecimiento de Lagos podría conducir la ciudad a un completo desastre en los próximos 10 años, a menos que logre organizarse: una ciudad de 24 millones de habitantes sin un concepto o plan. Pero también nos demuestra que el éxito y la libertad pueden coexistir en una situación que no ha sido rigurosamente organizada y permanece flexible. De que la definición de lo que “funciona” puede ser estirada hasta incluir la informalidad y superponerla a lo formal, para que en vez de existir un solo modelo perfecto, lograr una graduación de diferentes condiciones que coexisten en la ciudad y se alimentan una de la otra.
Interesante ejercicio de reflexión respecto al rol y alcances de la planificación urbana en sociedades en desarrollo donde, junto a las deslumbrantes manifestaciones de la globalización y modernidad, aún cohabitan manifestaciones urbanas y formas de hacer ciudad locales.
*Imágenes extraídas del DVD.How Cities can Learn to Ride Bikes
VerHow Cities can Learn to Ride Bikes
Autor: Jay Walljasper
Publicado el 8 de mayo de 2012 en www.commondreams.org
Bernardita Mc Phee
Extracto: “The Dutch are not somehow exceptional people when it comes to bicycling. Everything we see here is the result of deliberate decisions. Even little things, like paint on the street, add up”.
Si bien, el tema de las ciclovías y, en general, el de fomentar el uso de medios de transporte alternativos al automóvil privado pareciera no ser prioritario en las agendas de muchos de los gobiernos actuales en el mundo -hecho que se refleja en que en gran parte del mundo cada día se intensifica más el uso del automóvil y en que se opta por la construcción de autopistas exclusivas para este tipo de medios de transporte como solución al problema de la congestión vehicular en las ciudades-, existen algunas iniciativas alentadoras que muestran alternativas y acciones concretas para fomentar el uso de la bicicleta y posicionar a ésta como una parte integral de los sistemas de transporte urbanos.
En “How Cities can Learn to Ride Bikes” se nos presenta una práctica de aprendizaje entre ciudades a partir de la idea de que experiencias positivas en algunas ciudades del mundo pueden ser replicadas en otras; avanzando no solo en el “qué hacer” sino que también en el “cómo hacerlo”, por lo tanto, posicionando el tema en el ámbito de las políticas públicas y en el de la toma de decisiones.
Para tal propósito, líderes en transporte de la zona de la Bahía de San Francisco, entre ellos ingenieros en transporte y líderes comunitarios, viajaron a los Países Bajos para investigar cómo han logrado, por una parte, que más de un cuarto de todos los viajes se realicen en bicicleta, y por otra, duplicar la tasa de ciclismo desde 1980 hasta el presente. Para esto, la delegación recorrió en bicicleta durante una semana distintas ciudades que conforman la conurbación de Randstad.
La gira fue financiada por la Fundación Bikes Belong, la que es patrocinada por la industria de bicicletas de Estados Unidos y cuyo propósito es fomentar el uso de la bicicleta a partir de cuatro ejes o áreas de trabajo:
1. Política Federal y financiamiento
2. Alianzas nacionales
3. Subvenciones a la comunidad
4. Promover el ciclismo.
El consenso general entre los participantes de esta novedosa iniciativa fue que más que el diseño de infraestructuras eficientes para bicicletas, lo central es que se logren formular y operativizar políticas públicas que fomenten deliberadamente el transporte en bicicleta, considerando proporcionar la seguridad adecuada a los ciclistas.
A casi un año de la gira, los encargados y expertos en transporte de la Bahía de San Francisco, así como líderes locales y otros miembros de la comunidad evalúan los cambios que se han generado a partir de esta experiencia, señalando que se han realizado acciones concretas para promover el uso de la bicicleta, enfatizando en que lo principal es que se ha comprendido que esto no tiene solo que ver con el transporte urbano sino que con el mejoramiento de las ciudades en general.
Sin duda que esta experiencia de aprendizaje entre ciudades es una iniciativa que debe ser difundida y replicada en otras ciudades del mundo, en tanto que el uso de la bicicleta no sólo contribuye a la descongestión de nuestras ciudades, sino que también incide en ámbitos como la calidad de vida de las personas, la salud pública, el medio ambiente, entre otros.
Terremoto en el centro-sur de Chile 27-F, colaboraciones de nuestros lectores
VerTerremoto en el centro-sur de Chile 27-F, colaboraciones de nuestros lectores
A continuación les presentamos las distintas colaboraciones que hemos recibido de nuestros lectores durante el mes de Mayo. Las distintas fotografías que hemos recibido dan cuenta de la magnitud del terremoto y el desafío que aún presenta la reconstrucción en distintas ciudades y pueblos del centro y sur del país.
Agradecemos a quienes colaboraron:
– Gabriela Nash
– Magdalena Besoni
– Mario Pezoa
– Ricardo López
– Roberto Moris
– Macarena Pérez
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Damnificados nuestros de cada día
VerDamnificados nuestros de cada día
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y reconstrucción. Mayo 2012.
[Por Alejandro Linayo]
El tratamiento de la problemática de los damnificados, entendida como la atención coyuntural que se le debe prestar a las personas que pierden su vivienda y sus bienes producto de un desastre socio-natural, debería de caracterizarse, al menos en teoría, por ser un tratamiento intensivo y de corto plazo. Penosamente las noticias nos demuestran a diario que estos principios cada vez parecieran estar más lejos de cumplirse y que en la medida que el tiempo pasa, el problema de los damnificados tiende a transformarse en una condición crónica tanto de Venezuela como de la mayoría de los países latinoamericanos.
Particularmente en nuestro continente nos hemos acostumbrado tanto a la existencia permanente de damnificados, como a sus distintas formas de protesta reclamando al Estado la solución inmediata de su problema, solución que conviene aclarar, no es otra que el dotarlos de alguna forma de solución habitacional.
Compartiendo roles en el escenario descrito, también hemos visto a nuestros Estados, en particular durante los últimos años, haciendo esfuerzos de diverso tipo a fin de atender una problemática que, lejos de disminuir, cada vez pareciera hacerse más grande, más grave y más compleja, y si bien es cierto que el modo como han sido concebidas y/o implementadas las soluciones que se han dado a esta problemática pudieran ser objeto de alabanzas o de críticas, es poco sensato alegar que el tema no ha dejado de ser un punto de agenda permanente de los actores de gobierno durante los últimos años.
Penosamente, cuando consideramos el volumen de la población que en nuestro continente vive en condiciones inaceptables de riesgo, es inevitable pensar que lo verdaderamente grave de este asunto no está en lidiar con los damnificados que tenemos hoy sino con los que con toda certeza se nos vendrán encima en el futuro. Y este es un reto que demanda con urgencia de nuestros gobiernos el entender y obrar en función de las condiciones “de fondo“ que propician estos escenarios.
Desde luego que son múltiples y complejas las referidas condiciones de fondo mencionadas, y con seguridad las mismas ameritan un análisis mucho más serio y minucioso que el que pudiéramos hacer acá, sin embargo nos atreveremos a esbozar someramente dos elementos que socavan buena parte de los esfuerzos que desde los gobiernos se hacen a fin de lidiar con la problemática de los damnificados y que son el tratar de instrumentar soluciones desde organismos impregnados por “actores institucionales picaros”, para atender a unos damnificados también infiltrados por muchos “actores sociales picaros”.
Poco podemos decir de los primeros que no se halla dicho ya. Es ridículo pensar que la corrupción, los niveles de ineficacia institucional y la excesiva burocratización que atentan hoy contra las iniciativas que se toman en favor de los damnificados constituyen problemas aislados de uno u otro gobierno. El carácter de “condición crónica” que en muchos casos presenta este problema constituye una realidad triste y difícil, sin soluciones mágicas, y que condiciona el éxito de lo que sea que se trate de implementar en cualquier tema, y esto algo que “los actores buenos” del gobierno conocen y padecen y “los actores malos” del gobierno conocen y disfrutan.
Ahora bien, sobre los “actores sociales picaros” si vale la pena hacer algunas consideraciones que no resultan tan obvias, tan comunes, ni tan notorias. Nos referimos acá a esas manifestaciones de “viveza criolla” que en ocasiones se manifiesta en algunos actores sociales a fin de aprovechar indebidamente la condición de damnificado. En este rubro se incluye la del damnificado que recibe la solución habitacional, la vende y vuelve a ocupar las mismas áreas de riesgo de las que fue desalojado; la del damnificado que, una vez que su vivienda ha sido clasificada de alto riesgo y objeto de un programa de reubicación (por sustitución o compra), procede a vender “cupos” en su casa a una o dos familias adicionales a fin de que estas sean también beneficiadas; la del ciudadano que de manera premeditada, conciente y alevosa ocupa espacios de altísimo riesgo, desatendiendo recomendaciones institucionales, a la espera de que durante la próxima temporada de lluvias se logre materializar su condición de damnificado, etc.
El hecho es que pareciera que debemos comenzar a comprender que detrás de la necesidad genuina de muchos, se esconden también verdaderas mafias que alquilan, venden, transan y negocian a las sombra de los programas de reconstrucción y acceso a viviendas y que suelen hacer que nuevamente acá “no sean todos los que están”, ni “ni estén todos los que son”, y esto en el fondo no es más que una manifestación adicional de la misma descomposición ética y moral que aqueja al aparato institucional, pero irradiada al plano de los actores sociales.
Desde luego que este escenario exige un profundo y detallado proceso de diagnóstico y de diseño de soluciones, sin embargo, en una primera aproximación, pareciera pertinente sugerir al Estado la necesidad de considerar la posibilidad de discriminar y categorizar la condición de damnificado a las circunstancias en las que la misma se adquiere y actuar en consecuencia. En este sentido se deberían discriminar al menos tres tipos de escenarios potenciales ante los cuales el Estado debería responder de manera diferenciada. En primer lugar se debe considerar el caso en que se perdiesen viviendas que, obviando recomendaciones técnicas, hubiesen sido permisadas y/o construidas POR EL MISMO ESTADO en zonas de reconocida amenaza. Se trata de una situación que ha pesar de lo insensata e inmoral, ha sido y aún es una práctica común en nuestra región. Ante estos casos el compromiso no puede ser otro que el de reponer a los afectados la casa perdida con una vivienda nueva y equipada. Es lo menos que debe hacerse en función de resarcir males causados por culpa de la irresponsabilidad y la poca capacidad institucional a la hora de respetar condiciones previamente conocidas de ocupación que imponía el territorio donde se instrumentaron esas obras en su momento.
En segundo lugar debe considerarse el caso de la respuesta que debe darse ante viviendas destruidas por eventos ubicados en espacios de los que no se tuviesen adecuados estudios previos y donde lo ocurrido representase una situación desconocida y sin antecedentes tanto para el Estado como para los habitantes afectados. En estos casos es fundamental entender que ni uno ni otro son intrínsicamente culpables de lo ocurrido, por el contrario ambos se convierten, por desconocimiento, en victimas de una situación no deseada y ambos, afectados y gobierno, deberían compartir en alguna medida las cargas de lo ocurrido. Es en casos como estos donde soluciones asociadas a créditos blandos para la reconstrucción o reubicación de afectados o programas de apoyo a la autoconstrucción en zonas seguras parecieran soluciones apropiadas.
Finalmente el tercer escenario que debe considerarse es la respuesta ante aquellos damnificados que desatendiendo abiertamente las advertencias de equipos técnicos institucionales, invadieron espacios con altos niveles de amenaza y construyeron en ellos viviendas. En estos casos el Estado y sus instituciones deben replantearse su papel y considerar si tiene sentido que, en respuesta a la no obediencia de las normas y disposiciones por parte de estos habitantes, es correcto premiarlos con una vivienda una vez que ocurre lo que, además de inevitable, había sido advertido. Desde luego que el costo político de una postura menos complaciente ante estos ciudadanos deberá valorarse y en todo caso afrontarse, sin embargo es difícil pensar en mecanismos distintos que permitan evitar que estas conductas se sigan repitiendo.
Lógicamente que la aplicación de políticas de este tipo exigen importantes retos al aparato institucional, retos que, entre otras tareas, exigirán ampliar la cobertura y transferencia de los estudios de microzonificación de amenazas (particularmente la de los principales centros urbanos y sus potenciales áreas de expansión), fortalecer técnicamente a las instituciones regionales del sistema de protección civil y bomberos y mejorar los mecanismos y las formas de coordinación que en la actualidad existen entre estos entes y los organismos encargados de la vivienda. En cualquiera de los casos no existen salidas mágicas a la problemática y, sean o no las aquí propuestas, decisiones igualmente difíciles tendrán que ser tomadas cuando sea que se decida su abordaje en serio. Mientras tanto seguiremos presenciando los esfuerzos denodados de unos Estados bien intencionados que se empeñan en extinguir un incendio con gasolina.
Gino Perez Lancellotti
VerGino Perez Lancellotti
Magíster en Proyección Urbanística, Universidad Politécnica de Catalunya, España.
Entre los años 1995 y 1997 se desempeña como arquitecto del departamento de Estudios y Diseños de la Ilustre Municipalidad de Antofagasta en Chile, donde participa junto a un equipo de jóvenes arquitectos en la re formulación del diseño de equipamientos vecinales y parques urbanos de la ciudad. También en ese mismo periodo, se desempeña como arquitecto encargado de la etapa inicial de la actualización del Plan Regulador de la ciudad de Antofagasta en el Departamento de Planificación.
Entre los años 1998 y 2000 realiza estudios de postgrado en Barcelona, donde obtiene el grado de Máster en Proyectación Urbanística de la Universidad Politécnica de Cataluña y donde participa junto a sus compañeros de estudio en varios proyectos urbanos y territoriales encargados por los Ayuntamientos en convenios con la Universidad.
Entre los años 2001 y 2006, se desempeña como arquitecto encargado de la Dirección de Proyectos Urbanos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo con sede en la ciudad de Antofagasta en la elaboración implementación y gestión de Planes y Proyectos Urbanos Integrales.
En ese mismo periodo, trabaja como académico de media jornada en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, como profesor adjunto del Taller de Arquitectura Urbana y como profesor titular de las asignatura “Estructura y Ciudad” hasta enero del 2004.
Entre los años 2004 y 2006, realiza estudios de post grado en el MBA de la Universidad Católica del Norte, donde obtiene el Título de Magíster en Dirección de Empresas con la tesis “Generación de Bonos de Carbono, una oportunidad de negocios”.
En el año 2007, se desempeña como Encargado de la Dirección de Proyectos Urbanos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo con base en la ciudad de la Serena, en la implementación y gestión de Planes Maestros de Gestión Urbana
En forma paralela, colabora en diversos proyectos urbanos para varias oficinas de arquitectos y también ejerce la docencia como profesor de la cátedra “Ciudad Territorio y Medio Ambiente 1” de la escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad del Mar sede La Serena.
Ha publicado en diversas revistas y asistido como expositor a varios Congresos y Seminarios Nacionales e internacionales, en temas de urbanismo, Arquitectura y cultura urbana.
Desde el año 2007, se encuentra realizando labores de Docencia en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, y como asesor externo de diversos proyectos urbanos.
Participación en Planeo:
– Plan Maestro Integrado Antofagasta Sostenible, una oportunidad para la segunda Renovación Urbana.
Plan Maestro Integrado Antofagasta Sostenible, una oportunidad para la segunda Renovación Urbana.
VerPlan Maestro Integrado Antofagasta Sostenible, una oportunidad para la segunda Renovación Urbana.
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y reconstrucción. Mayo 2012.
[Por Gino Pérez Lancellotti]
Imagen: Costanera Central de Antofagasta, elaboración propia, mayo del 2012.
Durante el mes de Abril del año en curso, se presentó a la comunidad la propuesta denominada “Plan Maestro integrado, Antofagasta Sostenible”, una iniciativa liderara por el Gobierno Regional conjuntamente con el Municipio de la ciudad. Se trata de una iniciativa que se venía ya elaborando desde hace unos meses atrás, y que se inserta dentro de los compromisos adquiridos por nuestro país al integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE.
En dicha ocasión, se dio a conocer la Secretaria Ejecutiva liderada por el arquitecto Alejandro Gutiérrez, quién se encargará específicamente, junto con varios colaboradores más, de la gestión y la ejecución del Plan Maestro Integrado para la ciudad.
Este trabajo está encabezado por un Comité Público Privado liderado por el Intendente y la Alcaldesa de la ciudad, que trabajarán con un grupo de asesores directos a un nivel estratégico, conformado en un principio por los Ministerios Públicos, las Universidades y las empresas privadas más importantes de la región. Luego hay un siguiente nivel denominado Comité Ejecutivo integrado también por un grupo de personas que apoyarán las decisiones a nivel técnico y por último, está el comité de expertos liderados por la Secretaria Ejecutiva del Plan.
Los objetivos del Plan Maestro Integrado
Dentro de los objetivos que se propone este trabajo es la elaboración de un plan integral para la ciudad de Antofagasta, apostando por un desarrollo sostenible incluyendo mejores servicios e infraestructuras urbanas, y hacer converger todas las iniciativas que están en desarrollo hoy en la ciudad hacia una única visión aprovechando la oportunidad que se presentará en la región en los próximos diez años debido principalmente al crecimiento de las inversiones en el área de la minería, lo cual generará sin duda una gran presión por demandas habitacionales, de servicios y áreas de esparcimiento, sobre las áreas urbanas y consolidadas y de expansión urbana.
¿Por qué es tan necesario contar con un Plan Maestro para el desarrollo de la ciudad?
El Municipio está liderando la idea de la implementación de un Tranvía para la ciudad cuyo estudio a nivel de pre factibilidad fue realizado por una consultora Francesa de mucha experiencia en este tipo de proyectos. Por otra parte, el Ministerio de Transporte y telecomunicaciones está elaborando un “Plan de Trasporte Urbano” para la ciudad y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en un programa de Desarrollo urbano. Complementariamente existe un proyecto denominado “Región fértil”, que a través de la empresa trasnacional IBM ha desarrollado un diagnóstico del consumo de agua en las áreas verdes de la ciudad. Todas estas iniciativas públicas y otras privadas son una excelente oportunidad para mejorar la calidad de vida de la ciudad. Sin embargo, estas iniciativas requieren de una profunda articulación entorno a un Plan integral de ciudad
La primera gran renovación urbana de la ciudad
Esta idea de implementar un Plan Maestro para la ciudad no es nueva, ya a finales de los años 90 cuando se realizó por primera vez la primera gran Renovación Urbana del centro de la ciudad y su área portuaria, se elaboró por parte del MOP el llamado “Plan Gubbins”, un estudio de diagnóstico y de propuestas vertidas en un Plan Maestro que elaboró una imagen objetivo en tres dimensiones mediante una maqueta y vistas perspectivadas y que posteriormente dieron origen a los proyectos Bicentenarios que le cambiaron el rostro a una parte importante de la ciudad, logrando implementar la costanera central, costanera norte, los paseos peatonales, las playas artificiales y la construcción de un gran centro comercial con una plaza pública en la zona portuaria.
Es cierto que muchos de estos proyectos ya se encontraban en carpeta en distintas instituciones públicas, entonces la importancia del Plan fue la de hacer converger en un solo gran proyecto todas esas iniciativas, generando sinergias positivas, logrando que la ciudad de Antofagasta finalizara sus obras Bicentenarios con dos años de anticipación. Un tema pendiente y que se desprende de esa experiencia, fue la necesidad de incorporar el concepto de mantención del nuevo espacio público que se generó con la ejecución de los nuevos proyectos urbanos en la ciudad.
En este sentido, urge contar a la brevedad con un Plan Maestro Integral sobre todo de mejora del espacio público no solo del borde costero sino que de toda la ciudad, un Plan Maestro Urbano que sea consensuado con la comunidad, estratégico que ponga énfasis en lo más urgente, flexible en el sentido de acomodarse a los escenarios cambiantes, y sostenible tanto en el sentido económico como ambiental que incorpore el reciclaje y las energías alternativas.
A la luz de las excelentes proyecciones de crecimiento para la región y por ende para la ciudad, es tiempo de generar ya la segunda Gran Renovación Urbana.
Reconstrucción, relocalización y reactivación económica post-desastre.
VerReconstrucción, relocalización y reactivación económica post-desastre.
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y reconstrucción. Mayo 2012.
[por Claudia González]
Imagen: prensa.cl
La literatura coincide en señalar que la relocalización debe ser la última alternativa en los procesos de recuperación y reconstrucción post-desastre. Ello debido a que, en el largo plazo, la comunidad se ve fuertemente afectada, se deshacen los vínculos sociales, tiene generalmente un alto costo, es un proceso lento, etc. (GFDRR 2011).
Sin embargo, en algunas ocasiones es preferible relocalizar que reconstruir. La recurrencia de los fenómenos potencialmente desastrosos es un factor a considerar, como lo son los recursos económicos y humanos disponibles. Pero en Chile, probablemente un factor mucho más relevante es la tenencia de la tierra y los derechos de propiedad. Estos pueden ser considerados como un obstáculo para la toma de decisiones por parte del Estado, en su afán por obrar en pos del bien común.
La propiedad, cautelada por la Constitución, se ha instalado intrínsecamente ligada al modelo socioeconómico, siendo funcional a éste. Aunque el derecho de propiedad puede ser restringido en algunos casos apelando a su función social, como en el caso de Catástrofes Naturales, la expropiación a propietarios y/o el traslado de éstos a terrenos más seguros no siempre es posible, no sólo por una cuestión de oferta de suelo a precios razonables o de la disponibilidad de acceder a terrenos fiscales, sino porque a veces no hay zonas cercanas que sean efectivamente más seguras.
Luego de la erupción del volcán Chaitén, por ejemplo, relocalizar la ciudad homónima fue considerado como primera prioridad. Sin embargo, dicha opción no se implementó a tiempo. Cuatro años después del desastre, esta alternativa ha perdido el apoyo tanto político como económico, ello a pesar de la existencia de propiedad fiscal en el entorno.
Después del terremoto del 27 de Febrero de 2010, en la Región del Maule, por el contrario, los estudios de riesgo elaborados (IEUT UC 2010, INFRACON 2011) han sido una fuente importante en la toma de decisiones en materia de reubicación o de reconstrucción, buscándose que la relocalización ocurra sólo en caso estrictamente necesario a partir de un análisis de la gravedad de los peligros. No obstante, se debe considerar que en gran parte del país, la tierra menos riesgosa y más productiva está en manos privadas, lo que hace más costosa cualquier alternativa de relocalización.
Por supuesto la relocalización no es una medida popular. Incluso los habitantes afectados por el tsunami han insistido en reconstruir en el lugar, por lo que se ha requerido de un proceso de negociación que ha durado dos años. A lo anterior, se debe agregar que los chilenos tenemos una memoria de corto plazo y olvidamos fácilmente cuán recurrentes son lo eventos potencialmente desastrosos y particularmente los sismos.
La recuperación temprana de las actividades económicas en una comunidad es crucial en la resiliencia del sistema urbano. Sin embargo, este proceso ha sido muy lento en el caso de Chaitén, donde ha sido liderado desde el Estado. Cabe señalar que la mayor parte de la población en dicha ciudad estaba empleada en actividades relacionadas con el sector público, de forma tal que si no es el Estado quien las reactiva, difícilmente la población podrá volver a “la normalidad”.
Por el contrario, las regiones afectadas por el terremoto de 2010 son altamente productivas y la población económicamente activa se distribuía en diversas actividades y en empresas de todos los tamaños. La necesidad del sector privado de reactivar la economía se ha convertido en este caso en motor de la reconstrucción. A diferencia de Chaitén, luego del terremoto y maremoto de 2010, una parte importante del proceso de reconstrucción ha sido liderado principalmente por el sector privado, en alianza con el Estado, pero también de manera independiente. No sólo empresas de las regiones afectadas han contribuido, sino también otras, que han desarrollado proyectos en el marco de la Responsabilidad Social Empresarial, descontando además impuestos producto de las donaciones efectuadas.
Aunque la estrategia de trabajo público-privada puede ser más eficiente que la reconstrucción desarrollada desde los tiempos y la burocracia estatal, es necesario poner atención en términos de quiénes son finalmente los que definen la agenda de la reconstrucción y quién establece las prioridades. ¿Es la sociedad civil, es el Estado o es la empresa privada? Cada actor velará por sus intereses, todos válidos, pero a menudo están en confrontación entre sí.
Es cierto que los procedimientos burocráticos de aprobación de los instrumentos de planificación territorial, así como los requerimientos establecidos en los permisos de edificación pueden obstaculizar la rápida recuperación y la reconstrucción de las comunidades y la economía después de ocurrido un desastre. Sin embargo, el desarrollo urbano no puede estar sujeto únicamente a las fuerzas del mercado y la inversión de las empresas privadas.
Los riesgos deben ser incorporados en las estrategias de planificación territorial antes, durante y después de un desastre siempre en busca de reducir la vulnerabilidad de la población y las actividades urbanas frente a la ocurrencia de un evento potencialmente peligroso, pues su inclusión inadecuada o una inapropiada valoración del riesgo pueden finalmente verse reflejada en los daños generados por un desastre (CEPAL 2010).
Referencias.
- CEPAL (2010) Recomendaciones para una Estrategia de Reconstrucción y Recuperación del Terremoto de Chile del 27 de Febrero de 2010, Borrador Para Discusión, 17 De Mayo De 2010, Santiago: CEPAL
- GFDRR (2011) Earthquake Reconstruction, Washington: The World Bank – Global Facility of Disaster Risk Reduction
- IEUT OCUC (2010) Estudio de riesgo de sismos y maremoto para comunas costeras de las regiones de O’Higgins y del Maule. Informe final de síntesis y recomendaciones. Estudio para Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, Ministerio del Interior, Chile.
- INFRACON (2011) Estudio de Riesgo de Sismos, Volcanismo, Remoción en Masa, Inundación por Desborde de Cauces y Canales y Maremotos para Ocho Localidades de la Comuna de Chaitén. Etapa 2: Diagnóstico y Modelación, Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, Noviembre 2011.
Claudia González Muzzio
VerClaudia González Muzzio
Arquitecta UC
Master in Science in Environment, Science and Society, University College London.
Consultora en estudios de planificación urbana y territorial, con experiencia en problemáticas de riesgos, mediambiente, patrimonio.
Participación en Planeo:
– Reconstrucción, relocalización y reactivación económica post-desastre.
William Siembieda
VerWilliam Siembieda
Economista urbano de la Universidad de California, Berkeley, EEUU y Doctor en Planificación Urbana de la Universidad de California, Los Ángeles, EEUU. Actualmente es profesor titular del Departamento de Planificación Urbana y Regional, y de Diseño Ambiental. Además, es Director del Instituto de Planificación, Diseño y Construcción, de la Facultad de Arquitectura y Diseño Ambiental, Universidad Politécnica del Estado de California- San Luis Obispo, EEUU.
Con vasta experiencia profesional y académica en temas de arquitectura, planificación y políticas urbanas, así como en desarrollo comunitario y participación social, tanto en organismos estatales como privados. Especialista de la Comisión Fulbright en planes de mitigación y estrategias de resiliencia post terremotos u otros desastres naturales, motivo por el cual visita a Chile (PRES de Pulluhue).
Entre sus recientes publicaciones, destacan:
- «Chile’s 2010 M8.8 Earthquake and Tsunami: Initial Observations on Resilience.» 2010. Second author with Guillermo Franco. Journal of Disaster Research, Volume 5, N°5.
- «Toward an Enhanced Concept of Disaster Resilience.» 2010. Editorial Section. Journal of Disaster Research, Volume 5, N°5. Co-Editor of Special Issue.
- «Building Local Capacity for Long-term Disaster Resilience – Toward Disaster Resilient Communities.» 2010. Special Issue Guest Editors Kenneth C. Topping, Haruo Hayashi, William Siembieda and Michael Boswell, Journal of Disaster Research, Volume 5, N°2.
Participación en Planeo:
Claudio Pulgar
VerClaudio Pulgar
Arquitecto Universidad de Chile, Académico INVI Instituto de la
Vivienda Facultad Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile FAU
UCH, Master© MSSc EHESS École des hautes études en sciences sociales
de Paris, Coordinador del Observatorio de la Reconstrucción de la
Universidad de Chile y del Consultorio de Arquitectura Participativa
FAU.
Participación en Planeo:
– A dos años del 27F: réplicas de un movimiento telúrico y social
THE ROAD TO RECOVERY: HOW JAPAN, NEW ZEALAND AND CHILE MEET THEIR DISASTER CHALLENGES
VerTHE ROAD TO RECOVERY: HOW JAPAN, NEW ZEALAND AND CHILE MEET THEIR DISASTER CHALLENGES
William Siembieda[1]
Director, Planning, Design and Construction Institute Professor of City and Regional Planning California Polytechnic State University, San Luis Obispo, USA
Summary
Common elements exist in the recovery paths chosen by these countries. All utilize the ability of central government ministries for recovery implementation, with New Zealand being the most centralized. Local government is needed to address specific land use issues and citizen input. Disaster reduction is now considered to be a central reconstruction planning principle, with Japan being the leader in its implementation.
Recovery from a large disaster event is a complex process. It involves helping victims get new shelter, return to work and to make many personal adjustments. It a process of life recovery, where what was the past no longer exists and what is the future depends on many decisions made by people. In this way recovery becomes a partnership, however unequal between the survivors (people and small businesses) and government.
This article examines the ways these three countries have chosen their path to recovery. The countries are Japan, Chile and New Zealand. What they have in common is that they have suffered their largest disaster event in modern history during the years 2010-2011 starting with an earthquake.
Causes and Impacts
What caused the disaster and what was its impact? Table 1 provides comparative information on the three countries directly related to the event. The administrative recovery organization is shown in Table 2.
Table 1. Comparison Chart of Japan, Chile, New Zealand, Earthquakes
Country/date of event | Types of Hazard | Causalities (Deaths and Missing) | Major cause of Deaths | Housing Damaged (Destroyed-Heavy Damage) | Damaged Cities and Larger DistrictsImpacted | Total Estimated Economic Cost ($US billions) | Major Disaster Characteristics |
JAPAN, 3.11.11 | Earthquake – Tsunami & Nuclear Accident | 19,294 | Tsunami 95% | 330,000 | 38 cities, 3 prefectures | $US235 | Nuclear accident, most death and damage due to tsunami |
CHILE, 2.27.10 | Earthquake – Tsunami | 541 | Building Collapse 66% | 190,358 | 52 cities, 4 regions. ** | $US30 | Extensive coastal damage |
NEW ZEALAND, 2.22.2011* | Earthquake* | 185 | Building Collapse 78% | 10,000 | 3 cities, 1 district | $US15 | Most damage due to soils failure, 10,000 aftershocks |
*Multiple quakes over nine months, with the Feb 22, 2011, 6.3 event causing loss of life.
** An additional 900 rural villages and communities suffered damages.
Japan with its nuclear accident faces the most difficult challenge as it will take at least two generations before the task of decommissioning the plants and decontamination of the surrounding areas are completed. There has been a 20-kilometer “restricted zone established around the damaged plants. Most housing loss is due to tsunami, thus causing a need to decide where and how to relocate in safer areas in the region.
New Zealand faces a dual challenge. The Canterbury district experienced a series of earthquakes of large size and thousands of aftershocks over a nine-month period. The accumulation of quakes kept damaging more buildings and caused extensive soil deformation (liquefaction and lateral spread) over large areas of the central city and its eastern suburbs. This has resulted in half of all the buildings in the central business district of Christchurch (the nation’s second largest city) to be demolished, and the city’s landmark building; the Christchurch Anglican Cathedral scheduled to be torn down. Outside the city’s central business district the soil deformation is so extensive that over 7,000 houses have been declared non-repairable and will be purchased by the central government.
Chile faces a challenge of reconstruction of many cities along its coast and also in the interior. In the interior the challenges are replacement of the thousands of abode buildings and finding enough land that can be supplied with infrastructure services. The third challenge is restoration of the many historic buildings. Chile also faces a challenge in rebuilding 220,000 destroyed and damages houses and resettling the survivors living in temporary villages (known as Aldeas).
In all these countries an assessment of what did work well is clear. Overall, when built to modern codes, mid-rise buildings have performed well against earthquakes, with a few notable exceptions in Christ Church NZ and Concepción, Chile. New Zealand uses a performance code where a building needs to be above the 34% structural standard to remain in use.
The Dialogue
This is the period where a discussion of who does the recovery planning occurs. It includes issues of what to do, how to do it, who pays, what standards need to be applied, what are the principles of recovery, and who benefits from it.
The question does the planning is tied to some fundamental relationship between the central government and the local community (the survivors and their local governments). In multi-locational events that include many cities and towns this can be a complex discussion. The comparative data in Table 2 speaks to this point in terms of the very large number of impacted cities Chile and Japan.
Table 2 Administrative and Plan Comparisons
Country | Main Entity in Charge of Recovery and Reconstruction | Headquarters Location of Main Entity | Months to Issue Initial Recovery Plan or Strategy | Estimated Years for Recovery | Assistance for Local Recovery Plans | Damaged Cities and Larger DistrictsImpacted | Population (millions) |
JAPAN | Recovery Agency of Central Government | Toyko (with 3 regional offices) | 9 | 10 (1st five years concentrated effort) | Local government with volunteer professionals, and consultants | 38 cities, 3 prefectures | 128 |
CHILE | Ministry of Housing and Urban Development, Central Government | Santiago | 6 | 10 | Consultants with local government | 52 cities, 4 regions | 18 |
NEW ZEALAND | Canterbury Earthquake Recovery Agency | Christ Church | 7* | 10 | Recovery Entity | 3 cities, 1 district | 4.5 |
Chile and Japan used community plans as a step for initial dialogue with cities. The Chilean government provided funds and consulting support for two regional effort to create municipal recovery plans. One effort was in the BioBio region where the regional governor facilitated the design of 18 master plans for cities. These plans, developed under the guidance of regional staff and consultants worked with the local people to create a vision for reconstruction and identified the most important projects and areas that needed to be addressed. The plans however are not legal or binding documents. The second Chilean plan effort provided funding for 27 recovery plans to cities in O’Higgins and Maule conducted with the assistance of a multidisciplinary team from the Pontificia Universidad Catolica de Chile. (PUC). Coastal plans and inland plans were developed along with extensive analysis of the communities geo-tecnical status.
In Japan, all cities in the impacted Miyagi and Iwate prefectures, along with other prefectures developed their own plans within 6 months of 3/11. There was no central government oversight in the plan making process. The prefecture of Fukushima where the nuclear accident occurred completed it plan 9 month after 3/11 and some of the cities in the prefecture have no plans (these are mostly located within the 20 mile restricted zone around the nuclear plants). The central governments Basic Guidelines for Recovery issued 4 months after 3/11support a model that places the project planning at the municipal level and the project funding at the ministerial level. Overall the plans call for: ensuring safety, rebuilding lives, and expansion of technology and natural resource based industry. Some basic land use proposals are proposed, and these are built around which risk avoidance strategy is chosen.
In New Zealand, the dialogue has taken a different form. The central government created the Canterbury Earthquake Recovery Agency (CERA) with extensive powers to conduct the recovery planning for the district. The authority is located and operates from Christchurch. Christchurch, the main city government, was tasked with developing only a Center Business District (CBD) Recovery Plan. The city of Christchurch ran an extensive plan making process for the central city plan, employing an urban design consultant from Europe (Gehl Architects), and a complete series of community workshops and input sessions that yielded 104,000 suggestions. This plan was not adopted by the Christchurch City Council, but was sent to the central government earthquake minister for review.
The Action
Plans become reality when they are implemented. What has happened in Japan and New Zealand after 1 year and after two years in Chile?
Among the actions taken in Chile are: rapid establishment of recovery funding, the housing subsidy program, the planning efforts, and assistance to the fishing areas. The model used for housing reconstruction involves subsidies to low and modest income people who lost homes, with the construction being done by the private sector. Local government is charged with being the gatekeeper for where to build, and also is the entity responsive for determining if the site is safe and can obtain needed infrastructure services. At the end of the first year 128,000 subsidies had been given, and by the end of the year two, nearly all were awarded.
During the one year since 3/11 Japan has been faced with stabilizing a nuclear accident (a continuing task), building 70,000 units of temporary houses, making new estimates of its earthquake predication and tsunami models, and committing to US$135 billion of recovery aid. The first round of funding to municipalities was completed. The major areas included 45% going to housing related projects, 17% to land relation project, and 11% to economic revitalization.
New Zealand established a recovery agency, and the national insurance commission repaired 3,000 homes, decided to buy 7,000 houses in soil deformed areas, lost half of all buildings in the central business district to demolition and created a central city recovery plan. The nearly universal seismic insurance program operated by the central government addresses most housing need and infrastructure reconstruction plans are almost complete.
[1] Professor Siembieda conducted actually field research in each of these countries and interviewed survivors and government officials and planners. In Japan he was a Research Professor at Kyoto University; in New Zealand , a Research Scholar at Massey University, and in Chile a Research Associate at the Pontifical Catholic University of Chile.
El camino hacia la recuperación: cómo Japón, Nueva Zelanda y Chile enfrentan sus desafíos de desastres
VerEl camino hacia la recuperación: cómo Japón, Nueva Zelanda y Chile enfrentan sus desafíos de desastres
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y Reconstrucción, Mayo 2012.
[Por William Siembieda*]
[Ilustración Fabián Todorovic]
Resumen
Existen elementos comunes en las rutas de recuperación elegidas por estos países. Todos utilizan la capacidad de los ministerios del gobierno central para la aplicación de la recuperación, donde Nueva Zelanda es el más centralizado. El gobierno local es necesario para abordar cuestiones específicas de usos de suelo y participación ciudadana. La reducción de desastres es ahora considerada como un principio central de la planificación de la reconstrucción, con Japón siendo líder en su implementación.
La recuperación de un desastre de gran escala es un proceso complejo. Se trata de ayudar a las víctimas a obtener albergue, volver a trabajar y hacer muchos ajustes personales. Es un proceso de recuperación de la vida, en lo que fue el pasado que ya no existe y lo que es el future, depende de muchas decisiones tomadas por la gente. De este modo, la recuperación se convierte en una asociación, aunque esta asociación es desigual entre los sobrevivientes (personas y pequeños negocios) y el gobierno.
Este artículo examina las maneras en que tres países han elegido su camino hacia la recuperación. Los países son Japón, Chile y Nueva Zelanda. Lo que tienen en común es que han sufrido las mayores catástrofes en la historia moderna durante los años 2010-2011 a partir de un terremoto.
*Versión en inglés de este artículo
Causas e Impactos
¿Qué causó el desastre y cuál fue su impacto? La Tabla 1 proporciona información comparativa sobre los tres países directamente relacionados con el evento. El organización de recuperación administrativa se muestra en la tabla 2.
Table 1. Comparación de los terremotos de Japón, Chile y Nueva Zelanda
*Multiples terremotos en los últimos 9 meses, con el cas0 del 22 de febrero de 2001, de 6,3º causando pérdidas humanas.
** Un adicional de 990 aldeas y comunidades rurales sue sufrieron daños.
Japón con su accidente nuclear se enfrenta al reto más difícil, ya que tendrá al menos dos generaciones antes de que la tarea de desmantelamiento de las plantas y la descontaminación de las áreas circundantes se han completada. Se ha generado una «zona restringida” de de 20 kilómetros de radio establecida en torno a las plantas dañadas. La mayor pérdida de viviendas se debió al tsunami, lo que provocó la necesidad de decidir dónde y cómo reubicar las viviendas en zonas más seguras de la región.
Japan 2 3 Story Fire Station_Author
Nueva Zelanda se enfrenta a un doble desafío. El distrito de Canterbury, experimentó una serie de terremotos de gran tamaño y miles de réplicas durante un período de nueve meses. La acumulación de sismos generó daños en edificios y causó la extensiva deformación del suelo (licuefacción y propagación lateral) en grandes áreas de la ciudad central y los suburbios del este. Esto ha resultado que la mitad de los edificios en el distrito central de negocios de Christchurch (la segunda ciudad del país) deban ser demolidos, y si edificio emblemático. la Catedral Anglicana de Christchurch está programada para ser demolida. Fuera del distrito central de negocios la deformación del suelo es tan extensa que más de 7.000 casas han sido declaradas no-reparables y serán adquiridas por el gobierno central.
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Chile enfrenta un desafío de la reconstrucción de muchas ciudades a lo largo de su costa y también en el interior. En esta parte, los desafíos son la sustitución de los miles de viviendas y la búsqueda de tierras suficientes que pueden ser cubiertas por los servicios de infraestructura. El tercer desafío es la restauración de los edificios históricos. Chile también se enfrenta a un desafío en la reconstrucción de 220.000 casas destruidas y daños y perjuicios y el reasentamiento de los sobrevivientes que viven en asentamientos temporales (conocidas como Aldeas).
Talcahuano Master Plan_ Author
En todos estos países la evaluación de que se hizo un buen trabajo es muy clara. En general, cuando se construyó con códigos modernos, edificios de mediana altura se han comportado bien en los terremotos, con unas pocas excepciones notables en la Iglesia de Cristo de Nueva Zelanda y en Concepción, Chile. Nueva Zelanda utiliza un código de funcionamiento, cuando un edificio tiene que estar por encima del 34% de la norma estructural para permanecer en uso.
El Diálogo
Este es el periodo en el que una discusión sobre quién debe hacer la planificación de la recuperación se produce. Incluye temas de qué hacer, cómo hacerlo, ¿quién paga, qué normas deben aplicarse?, cuáles son los principios de recuperación, y quién se beneficia de ella.
La pregunta de la planificación está ligada a algún tipo de relación fundamental entre el gobierno central y la comunidad local (los sobrevivientes y sus gobiernos locales). En eventos de localizaciones múltiples que incluyen muchas ciudades y pueblos, esto puede significar una compleja discusión. Los datos comparativos de la Tabla 2 hablan sobre este punto en términos del gran número de ciudades impactadas Chile y Japón.
Table 2 Comparación de los planes y la administración
Chile y Japón utilizan planes comunitarios como un paso para el diálogo inicial con la ciudad. El gobierno chileno ha provisto fondos y apoyo de consultoría para dos esfuerzos regionales para crear planes municipales de recuperación. Uno de estos esfuerzos fue la Región del Biobío, donde la Intendenta regional solicitó el diseño de 18 planes maestros para las ciudades. Estos planes, desarrollados bajo la orientación de personal regional y consultores que trabajaron con la población local, crearon una visión para la reconstrucción e identificaron los proyectos más importantes y las áreas que necesitaban ser abordadas. Los planes sin embargo, no son documentos legales ni vinculantse. El Segundo, esfuerzo destacable proporcionó financiamiento para 27 planes de recuperación en las ciudades de O’Higgins y del Maule llevadas a cabo con la ayuda de un equipo multidisciplinario de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (PUC). Planes costeros y los planes interiores fueron desarrolladas junto con un extenso análisis del estado geo-técnico de las comunidades.
En Japón, todas las ciudades afectadas de las prefecturas de Miyagi e Iwate, junto con otras prefecturas desarrollaron sus propios planes dentro de los 6 meses después del 3/11. No hubo supervisión del gobierno central en el plan de decisiones. La prefectura de Fukushima, donde ocurrió el accidente nuclear, complete un plan 9 meses después del 3/11 y algunas de las ciudades en la prefectura no tienen planes (éstas se encuentran principalmente en la zona de 32 kms. restringida alrededor de las plantas nucleares). Las Guías Básicas de Reconstrucción del gobierno central, publicadas 4 meses después del 3/11 proporcionan un modelo que coloca a la planificación de proyectos a nivel municipal y la financiación de proyectos a nivel ministerial. En general, los planes son para: garantizar la seguridad, la reconstrucción de vidas, y la expansión de la tecnología y la industria basada en recursos naturales. Algunas propuestas básicas de usos de suelo han sido propuestas y una estrategia de construcción en zonas alejadas de los riesgos ha sido elegida.
En Nueva Zelanda, el diálogo ha tomado una forma diferente. El gobierno central creó la Agencia de Recuperación de Terremotos de Canterbury (CERA), con amplios poderes para llevar a cabo la planificación de la recuperación del distrito. La autoridad está localizada y opera desde Christchurch. Christchurch, la principal ciudad del gobierno, fue encargada de desarrollar un Plan de Recuperación del Distrito Central de Negocios (CBD). La ciudad de Christchurch, está implementando un extenso plan de participación para el plan de la ciudad, empleando a un consultor de diseño urbano (Gehl Architects de Dinamarca), y toda una serie de talleres comunitarios y sesiones de discusión que produjeron 104.000 sugerencias. Este plan no fue aprobado por el Consejo de la ciudad de Christchurch, pero fue enviado al ministro del gobierno del terremoto central para su revisión.
La Acción
Los planes se hacen realidad cuando son implementados. ¿Qué ha ocurrido en Japón y Nueva Zelanda después de 1 año y después de dos años en Chile?
Entre las acciones realizadas en Chile son: el rápido establecimiento de fondos para la recuperación, el programa de subsidios a la vivienda, los esfuerzos de planificación y la asistencia a las zonas de pesca. El modelo utilizado para la reconstrucción de viviendas consiste en subsidios a las personas de ingresos bajos y modestos que perdieron sus hogares, donde la construcción es realizada por el sector privado. El gobierno local es el responsable de dónde construir, y también es quien debe determinar si el sitio es seguro y puede obtener los servicios de infraestructura necesarios. Al final del primer año 128.000 subsidios habían sido entregados, y al final del segundo año, casi su totalidad han sido otorgados.
Durante el primer año desde el 3/11 Japón se ha enfrentado con la estabilización de un accidente nuclear (una tarea continua), la construcción de 70.000 unidades de viviendas temporales, nuevas estimaciones de su predicción de terremotos y modelos de tsunami, y comprometiendo $135 mill millones de dólares de ayuda en recuperación. La primera ronda de financiación a los municipios se ha completado. Las principales áreas incluyen el 45% en proyectos relacionados con la vivienda, el 17% en proyectos relaciones a los suelos, y el 11% a la revitalización económica.
Nueva Zelanda estableció una agencia de recuperación, y la Comisión Nacional de Seguros ha reparado 3.000 viviendas, decidió comprar 7.000 viviendas en las zonas de suelo deformado, perdió la mitad de todos los edificios en el distrito central de negocios de la demolición y creó un plan de recuperación de la ciudad central. El practicamente universal programa de seguro sísmico operado por el gobierno central se dirige a la mayoría de las necesidades de vivienda y los planes de reconstrucción de infraestructura están casi terminados.
*Director, Planning, Design and Construction Institute
Professor of City and Regional Planning
California Polytechnic State University, San Luis Obispo, USA
Profesor Siembieda llevó a cabo investigación de campo en cada uno de estos países y entrevistó a sobrevivientes y funcionarios de gobierno y planificadores. En Japón fue profesor investigador en la Universidad de Kyoto, en Nueva Zelanda, un investigador en la Universidad de Massey, y en Chile, Investigador invitado en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Proyecto piloto de viviendas _ Plan de Reconstrucción Estratégico Talca
VerProyecto piloto de viviendas _ Plan de Reconstrucción Estratégico Talca
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y Reconstrucción, Mayo 2012.
Autores: Julio Poblete, Constanza Sateler, Valeria Flores e Ignacio Oyanedel[1]
Resumen: El Proyecto Piloto de Reconstrucción de Viviendas en el marco del PRE Talca logró concebir y construir viviendas con valor patrimonial y urbano, todo esto en el marco de un plan de reconstrucción. En la entrevista a uno de sus protagonistas develamos cómo fue el proceso para lograrlo y qué aprendizajes se obtienen de esta experiencia para el urbanismo chileno.
[Entrevista a Constanza Sateler, por Jaime Pujol y Ana Rojas]
PROYECTO PILOTO DE VIVIENDAS
Plan de Reconstrucción Estratégico TALCA (PRE Talca)
Nos interesó conocer de cerca la práctica del Plan de Reconstrucción Estratégico de Talca – PRE Talca – como un caso señero en el contexto de la reciente reconstrucción chilena post terremoto por cuanto se trata de uno de los pocos planes de reconstrucción urbanos que realizó obras en viviendas – seguramente lo más apremiante a abordar para los afectados después de una catástrofe como el 27/F – compatibilizando urgencia con reconstrucción patrimonial urbana. Para conocer esta práctica, entrevistamos a la arquitecto Constanza Sateler, quien junto al también arquitecto y urbanista Julio Poblete lideraron el equipo urbano que desarrolló el plan de recuperación urbana de Talca. Ambos, junto a los arquitectos Valeria Flores e Ignacio Oyanedel diseñaron el proyecto piloto de viviendas en fachada continua para el casco antiguo de la ciudad[2].
El PRE Talca institucionalmente
PLANEO (P): El trabajo desarrollado por Julio Poblete y por ti junto a Valeria Flores e Ignacio Oyanedel contempla desde planteamientos urbanos a escala de toda la ciudad de Talca, pasando por propuestas barriales específicas y culmina abordando el diseño, la gestión y la construcción de viviendas, seguramente lo más urgente para los residentes de Talca afectados por el terremoto. A nuestro juicio, esta experiencia es interesante justamente porque ustedes lograron hilar todo ese “camino”, estas distintas escalas de actuación, pasando de planteamientos generales e indicativos a algo tan concreto como el diseño y construcción misma de viviendas. Por eso nos interesa que nos relates este proceso: ¿cómo se fueron desarrollando las sucesivas escalas de intervención hasta llegar a la materialización de viviendas?
Constanza Sateler (CS): Lo primero, a nosotros nos invitó a participar el grupo empresarial Hurtado Vicuña cuyos directivos tienen un fuerte vínculo emocional, más que de negocios, con la ciudad de Talca y en general con la Región del Maule. Así, el grupo Hurtado Vicuña quiso regalarle a la ciudad un Plan maestro de reconstrucción mediante un convenio con la Intendencia regional como aporte post terremoto y se nos invitó a nosotros a desarrollarlo. Este aporte convocó a la Intendencia y a la Municipalidad de Talca. Al menos en un principio, el nivel central del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) no formó parte del convenio. Eso sí, nos tocó tratar directamente con la SEREMI MINVU y SERVIU regional. Así, partimos trabajando nosotros como equipo consultor teniendo como contraparte a un Comité Consultivo constituido por la Intendencia (Gobierno Regional) y la Municipalidad (o Gobierno local) tanto a nivel político, representada por su Alcalde, como por su nivel técnico, representado por su SECPLAN, su Dirección de Obras Municipales y su Asesor Urbanista.
P: Hicieron esto con un Plan Regulador Comunal (PRC) en pleno proceso de cambio. ¿Cómo fue el vinculo entre Plan de Reconstrucción y PRC?
CS: La Municipalidad había formulado un plan regulador, pero éste había sido rechazado por Contraloría, por inconsistencias con la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones la cual fue modificada durante el proceso de tramitación del PRC. Así mismo, el municipio tuvo que abstenerse de aceptar estudios financiados en parte por la Cámara Chilena de la Construcción. La Contraloría General de la República ya había rechazado otros planes con aportes de este tipo. Estas dos circunstancias hicieron que el plan quedara entrampado.
Desde nuestro punto de vista tenía aspectos objetables, como por ejemplo la excesiva ampliación de la superficie edificable (límite urbano). Sin perjuicio de ello, la norma combinada no permitía la constructibilidad declarada. Planteamos nuestras observaciones que no sólo corregían inconsistencias, sino aportaban factbilidad a nuestro Plan de Reconstrucción. Pocas de ellas fueron finalmente incluidas.[3]
A la par con el equipo consultivo y en este escenario normativo (plan regulador nuevo en veremos y el plan regulador vigente, extremadamente permisivo), empezamos a avanzar sobre el Plan de Reconstrucción de Talca.
Depresión anterior al terremoto: hay que atacar ahí
CS: Rápidamente nos percatamos de que el proceso de reconstrucción no se podía llevar adelante sólo en base a subsidios, era imposible e ingenuo. Talca es una ciudad que incluso antes del 27-F estaba un poco deprimida desde el punto de vista urbano. Partiendo de esa base, pensamos que teníamos que atacar ahí, gatillar procesos de regeneración urbana que permitieses recuperar la economía del lugar y, a partir de ahí, iniciar la reconstrucción.
Con el terremoto “se cayeron las casas”, pero luego entraron las maquinas a sacar los escombros, se destruyeron las veredas, se desconfiguró el espacio de las calles y, en definitiva, tanto el tejido urbano como el espacio público se vieron severamente afectados. Todo esto trae muchos problemas sociales, la gente adquiere temor de salir a las calles, especialmente los ancianos que abundan en este centro porque temen caerse al caminar. Finalmente, hay muchos temas de seguridad ya que “el espacio público bien contenido que había pasó a ser un espacio lleno de perforaciones, donde se produce una toma, donde hay problemas sanitarios, donde se esconden los ladrones… O sea, desde muchos puntos de vista, no se trata sólo de un problema con las construcciones sino que con la vida misma en el espacio público, afectando mucho a las dinámicas sociales preexistentes.
A partir de la premisa de generar un proceso de renovación, que procediera desde lo económico, nos preocupamos no sólo de “resolver el frente de vivienda” sino que también otros como la recuperación del centro histórico, o sea el núcleo fundacional de la ciudad de 24 manzanas aproximadamente (6×4), donde por ejemplo se encuentra el mercado de Talca, el edificio más emblemático de la ciudad. Sabiendo que los espacios se habían deteriorado especialmente en el centro de Talca, nosotros dijimos: “tenemos que recuperar la forma urbana para volver a caminar de forma segura”. Además, desde el punto de vista del Transporte, la ciudad es desordenada y eso lo tenían presente las autoridades municipales y regionales (que venían a esa altura llegando al Gobierno). La ciudad tiene serios problemas con los colectivos que saturan sus avenidas principales. Por otro lado, la línea del tren que atraviesa la ciudad como también la carretera Panamericana dividen Talca en dos, dejando la “zona antigua” más deteriorada desvinculada de la zona más pujante, ubicada hacia el Oriente. Así el plan abordó también las temáticas de movilidad y accesibilidad.
“Cuestión de buena voluntad”
P: Si entendemos bien, esto se asemeja mucho a un auto-encargo, en la medida de que hubo ausencia de encargo concreto previo y, en un principio al menos, Uds. no tuvieron una contraparte muy fuerte a nivel regional ni en el MINVU. Estaba sobre todo presente la Municipalidad.
CS: Nos dijimos “esta ciudad requiere un plan de reconstrucción”, se produjo esta donación y nosotros nos encontramos con un equipo político y técnico municipal que llevaba un poco más de tiempo que el Gobierno Regional, que todavía no había entrado cuando se produjo el terremoto. Esto finalmente era una cuestión de buena voluntad: al principio nosotros escuchamos mucho, y luego el Gobierno Regional y la Municipalidad adquirieron una postura de “escuchar a los expertos” e ir ajustando el plan que elaborábamos con los conocimientos que ellos tenían del lugar y sus dinámicas. Así, semanalmente, fuimos armando y ajustando en conjunto el plan: nosotros planteamos lo que para nosotros era una prioridad y/o una oportunidad y ellos nos indicaban “sabes, por aquí no va, o toda la razón o en realidad hay que abordar estos temas”. Al final el objetivo fue terminar en un consenso por parte de este Consejo Consultivo.
Realmente, los 3 a 4 meses de tiempo que tuvimos para hacer el plan fueron “de locos”, o sea, si consideras la envergadura del encargo, hasta podría parecer profesionalmente irresponsable hacerlo, sin embargo, la ocasión requería y demandaba el esfuerzo. A nosotros como equipo nos significó un gran desgaste y un enorme compromiso. Íbamos todas las semanas 2 ó 3 días, arrendamos casa allá, dos arquitectos del equipo se fueron a vivir a Talca y nos instalamos mientras elaboramos el Plan en la ciudad. Esto fue casi como un apostolado, con un compromiso gigantesco y la mejor disposición para aunar voluntades.
Cuatro proyectos detonantes, uno de ellos en vivienda
CS: De este plan se generaron cuatro proyectos detonantes, para “aterrizar” en algo concreto los temas generales: se concretó uno, el de vivienda, y el resto queda a modo indicativo para futuro. Los procesos de la trama urbana de esta ciudad no se van a llevar a cabo ni en uno ni cuatro años más, entonces nuestra intención fue que a la Municipalidad le quedara un buen respaldo teórico y de proyecto. La idea es que esto funcione como plan maestro bien pensado y de forma integral.
El primer proyecto detonante es de un par de vías preferentemente peatonales y con circulaciones vehiculares menores. La idea fue dar un lugar al peatón para que pudiera volver a recorrer la ciudad de norte a sur, en complemento a la Avenida Alameda que posibilita recorrer la ciudad de oriente a poniente. Ambas vías articularían una cruceta peatonal que relaciona el casco antiguo con las zonas más periféricas, de un tejido distinto al damero tradicional.
El segundo proyecto detonante es la recuperación del borde del río Claro donde los talquinos cuentan con un espacio público urbano que tradicionalmente se utiliza en verano como balneario, donde se pueden tomar barquitos, pero que también está muy venido a menos. Talca hoy en día es una ciudad que atrae gente profesional, joven, pero sucede que esta gente no tiene dónde recrearse, no existe mucha oferta turística ni de esparcimiento público. Así se propone recuperar este borde y habilitar los terrenos que hoy en día están baldíos entre el río y una nueva vialidad que estaba recién inaugurada cuando nosotros hacíamos el plan. Entonces ese suelo aumentaría considerablemente su valor.
Desde un punto de vista de la gestión, sugerimos que se vendiera parte de los terrenos al borde del río, que son mayoritariamente fiscales y de tuición de Bienes Nacionales, para poder financiar las obras de recuperación del río y darle así a la ciudad un atractivo importante. De modo tal que, esta ciudad que se encuentra volcada absolutamente para adentro se diera vuelta hacia su gran espacio público natural en el borde del río Claro. Para elaborar este proyecto detonante se trabajó muy estrechamente con el Ministerio de Bienes Nacionales.
Un tercer proyecto detonante es el sector del Terminal de Buses al Oriente, que está inmediatamente detrás de la línea de trenes y que se encuentra separado por ésta del centro de la ciudad. Este sector se encuentra muy deteriorado en términos de uso y de la calidad de las edificaciones. Además se encuentra en una de las zonas que más sufrió con el terremoto, donde más se pueden observar edificaciones en el suelo.
P: ¿Hay mucho adobe en este sector? ¿Se trata de estructuras de madera con tabiquería de adobe o de edificios de estructura de adobe?
CS: Yo diría que en general se trata de estructuras de adobe, y no de lo que se conoce como quincha. En términos generales el PRE Talca terminó cubriendo la zona del casco antiguo con mayor presencia de adobe, porque en el resto de la ciudad, especialmente en la periferia, había construcciones de albañilería reforzada que no sufrieron mayormente. Así, naturalmente, este Plan de reconstrucción de Talca se acotó al casco antiguo de la ciudad.
En la zona del terminal de Buses hay un tramo de 800 metros de longitud que está bloqueado, donde propusimos hacer una estación intermodal. Hay que notar que la población flotante de Talca alcanza el 25% del total. Su gran mayoría son estudiantes que llegan a la ciudad. Pensemos que Talca se encuentra prácticamente equidistante de dos polos atractores como son Santiago y Concepción: Talca está al medio y tiene buenas universidades como la Universidad Católica del Maule, la Universidad de Talca, y algunas universidades privadas. Grandes cantidades de la población de esta zona que se encuentra entre Santiago y Concepción estudia en Talca. Y esto empieza a nivel de educación secundaria, ya que en los pueblos hay colegios hasta Octavo básico, pero los buenos colegios y liceos públicos están en Talca. Esto explica la gran cantidad de población flotante que llega a Talca en bus o en tren. Así destacamos y propusimos un proyecto que aunara a la Estación de Trenes, el Terminal de buses y el comercio, que naturalmente está en torno pero que hoy no tiene muy buenas características. La idea es hacer una intervención que permita renovar lo que sucede alrededor de estos grandes terminales de transporte.
CS: Finalmente, el cuarto proyecto detonante es un trabajo en el área de vivienda a nivel de sitios residentes, es el proyecto que se construyó y que también creo yo era uno de los grandes desafíos de este Plan. Para realizarlo se firmó otro convenio de tres meses más entre el Grupo Hurtado Vicuña, el Gobierno Regional y el MINVU.
Inicialmente habían dos formas bajo las cuales se daría la reconstrucción de viviendas en Talca: por una parte se encontraban todas las inmobiliarias que tienen reservas de terrenos en la periferia, lo que constituye el grueso del negocio inmobiliario de la ciudad. Y por otra parte, estaban las viviendas tipo expuestas en la feria Fital para reconstrucción, la mayoría de las cuales no consideran las características tipológicas de un centro como el de Talca. En este escenario tú salías pensando “si se reconstruye de esta manera, el valor arquitectónico y urbano del centro de esta ciudad se va a perder irremediablemente”. A modo de ejemplo, la casa de la oferta de vivienda tipo es una casa de 45 mt2, en siding, apoyada sobre polines. Varias de estas casas se construyeron en el centro de Talca (ver imagen): imagínate esta casa, especialmente en una esquina, donde hacia un lado tiene un cierre bulldog con ventanas a un metro del mismo, y hacia el otro una reja, con un antejardín donde nunca lo hubo. Dicho sea de paso, muchas de estas viviendas no cumplen con lo exigido por la ordenanza local, y si no fuera por la urgencia, nunca debieron de haberse construido.
Frente a esta situación dijimos “tenemos que hacernos cargo de esto”, entendiendo que los caminos posibles y sensatos eran básicamente dos: por un lado tenemos el desafío del sitio residente, y por otro, el desafío de pensar en una densificación acotada del centro urbano y ceñida a la morfología típica del lugar.
Como parte de este primer camino, propusimos viviendas básicas en sitio residente que recogieran los rasgos propios del centro histórico de Talca, y, en el caso de las edificaciones, guiar mediante indicaciones, en un marco normativo mayor muy permisivo dado por el Plan Regulador Comunal vigente en ese momento. Para llevar adelante estas ideas, estudiamos la forma de conseguir algún subsidio adicional.
P: ¿Cómo lograron eso? ¿Por qué necesitaban un subsidio adicional?
CS: Lo logramos con gestión y buena voluntad, gracias principalmente a la SEREMI MINVU que fue muy ejecutora. También tuvimos el apoyo del Intendente, jefe del Gobierno Regional, y del Coordinador Nacional de Reconstrucción de Viviendas, Pablo Ivelic, dependiente del nivel central del MINVU. Nosotros dijimos “si no hacemos algo, olvídense de Talca; si ya está deteriorada, de esta manera va a terminar por desaparecer, lo rasgos propios de su arquitectura de fachada continua, del espacio público contenido, todo esto va a desaparecer”. Y propusimos llevar a cabo un proceso de construcción que reconociera los valores de este centro histórico, y eso tiene un valor. La idea no fue sólo construir una casa que satisficiera la necesidad de techo, aquí había que recuperar ciudad.
P: Además, como se aprecia en los planos, los predios del centro de Talca son grandes pero “complicados”: con mucho fondo y poco frente en calle. ¿Es un predio recurrente en el centro de Talca?
CS: Había de todo, pero efectivamente hay muchos terrenos muy profundos y angostos, o sea con una morfología complicada para intervenir.
Así las cosas, nosotros promovimos este proyecto no sólo desde la casa sino que desde la manzana de la ciudad, que ya habíamos analizado por el resto de los proyectos detonantes. Y con este argumento nos acercamos al Encargado Nacional de Reconstrucción del MINVU y a las autoridades. Además desde un punto de vista económico, a los terrenos que estaban cerca de Talca, que puedan aspirar a un valor de suelo mayor dada la normativa que tienen, era complicado darles una solución, porque no teníamos la posibilidad de realizar una casa acorde a lo que tenían antes: la mayoría de los residentes previos al terremoto no son pobres, tenían casas de entre 300 y 400 m2, buenas casas de adobe. Muchos de estos residentes habían heredado sus propiedades. Y sobre todo había rasgos patrimoniales a considerar. Y obviamente pensamos prioritariamente en las personas: alguien que vivió cómodamente en estas casas antiguas, con buenas cualidades acústicas y térmicas, era difícil que se adaptara ahora a vivir en una casa pequeña y de siding.
Así gestionamos en el MINVU un polígono en el centro de Talca al que se le asignaran 100 UF más de subsidio por consideraciones patrimoniales (ver plano). Y obtuvimos entonces 380 UF iniciales más las 100 UF de este subsidio adicional, y otras 75 UF más para la habilitación del sitio (demolición, extracción de escombros, reconexión a los servicios básicos).
Cuatro tipos de viviendas a partir de un estudio de la subdivisión predial
CS: A partir de un estudio de subdivisión predial se hicieron 4 tipos de viviendas en función del ancho de cada predio. Nosotros necesitábamos construir en fachada continua para a su vez volver a contener el espacio público. Necesitábamos casas angostas que maximizasen el ancho versus el fondo. Y desarrollamos casas que según lo que se podía hacer por norma, según el Fondo Solidario de Vivienda (FSV) vigente en ese momento, eran casas de hasta 45 m2 y con una ampliación. Y eso mismo hicimos: casas de 51 m2 con una ampliación proyectada. Así, el día siguiente de construida la casa, tú podías estar postulando al subsidio de ampliación.
Las ampliaciones se proyectaron para otro dormitorio hacia atrás y/o hacia el lado. Todos los muros proyectados son sólidos a excepción de los tabiques interiores que se pueden trasladar para la ampliación, el living comedor es el que se agranda hacia el lado. Así se logra quedar contiguo al vecino y reconstituir la fachada continua. Esta continuidad puede hacerse con un muro o con un techo, permitiendo la opción de utilizarlo también como entrada vehicular. De este modo garantizamos la fachada continua.
Desde el punto de vista de la arquitectura, para reconocer los rasgos del lugar de manera sencilla, se consideró hacer una casa alta (de piso a cornisa con 3 metros mínimo), con una pendiente de techo de entre 40 a 50%, ventanas y rasgos verticales propios de casas tradicionales. Nos preocupamos de detalles pequeños, como el que no se viera el ondulado de la plancha de zinc del techo ni la canal de agua plástica.
También incorporamos tecnología, materiales que tuvieran un mejor comportamiento térmico y acústico, y que a la vez facilitaran el proceso de reconstrucción. Para eso se ocuparon planchas de ferrocemento, lo que permitió asegurar problemas como robos en el acopio de material a la hora de la construcción (el acopio se realizó muchas veces en contacto directo con el espacio público, sin medidas de seguridad dada la precariedad de las condiciones post terremoto), esto significó eficiencia de recursos, y ahorro de problemas sociales.
El proceso de construcción de las casas fue caso a caso, hubo mucho trabajo de gestión a cargo de la Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS) Fundación Gestión Vivienda[4], tanto con el sector público para lograr los subsidios, como también con el sector privado en la coordinación de provisión de placas de ferrocemento que este proceso de construcción iba a requerir.
Se lograron construir en total 117 casas. Este proyecto se replicó en otras localidades de la región del Maule, como en Teno, pero, a pesar de nuestras recomendaciones, se modificaron los materiales por ladrillos, lo que es lamentable ya que nosotros lo habíamos dejado estipulado por convenio que tanto el material como las líneas de diseño, alturas, proporciones y disposición de vanos, debían respetarse.
P: ¿Cuánto demoró el proceso de construcción de cada casa?
CS: El proceso de construcción de cada casa en forma individual estuvo pensado para realizarse en 20 días, pero finalmente el tiempo de construcción final de los prototipos alcanzó los dos meses en promedio. Ninguna casa se logró construir en dicha meta, porque ni la mano de obra ni la inspección fueron las más adecuadas y la dificultad de construir en sitio residente es muy grande.
P: ¿Cómo fue el trabajo con los propietarios para incorporarlos en este proceso?
CS: Empezamos a difundir esta idea en el marco del plan maestro, al principio. En el proceso de participación ciudadana hablamos de los cuatro proyectos detonantes y uno de estos eran las casas. Así la gente se empezó a enterar. Después, cuando se suscribió el segundo convenio específico para el proyecto de vivienda, armamos pequeños trabajos de comisiones con los representantes de los distintos barrios y allí discutíamos los casos. En esta instancia participó Fundación Gestión Vivienda. La fundación iba organizando la demanda para lograr levantar las 117 casas, y así fuimos ajustando los parámetros y el tipo de vivienda que le correspondía a cada predio. Esto fue un trabajo caso a caso que se realizó con ayuda de la EGIS.
Finalmente, de alguna manera nosotros fuimos un puente de negociación y ajuste de los distintos aspectos del proyecto piloto de viviendas, es decir, la coordinación con la EGIS, el MINVU, la Intendencia, Cementos Bío Bío para la provisión de las placas, en fin.
Con respecto a la segunda parte del convenio de vivienda: las Guías de diseño, éstas quedaron en términos generales, no de construcción. Se entregaron y pensamos que no se habían considerado mayormente, sin embargo, un año después, o sea durante 2011, el MINVU nos comentó que las iba a lanzar como un llamado de construcción para distintas ciudades de la región del Maule. Se trataba de un llamado para construir según estas guías de diseño, para inmobiliarias y constructoras donde ellos llevaban un paño de terreno, los proyectos listos, y si este proyecto cumplía con lo que recomendaban los guías de diseño, el proyecto se visaba en el MINVU y se le otorgaba el subsidio adicional. Entonces el gancho para las mobiliarias era: “yo no voy por cantidad, voy por calidad”. En marzo del 2011 nos enteramos de que estaba este llamado con guías de diseño con subsidio adicional.
P: ¿Esto se les había ocurrido a ustedes y había sido convenido con el Encargado Nacional de Reconstrucción de Viviendas del MINVU?
CS: El diseño fue nuestra iniciativa, pero luego el MINVU creó la figura de que empresas e inmobiliarias incluyeran un paño de terreno con un proyecto listo.
En paralelo a este proceso, ProUrbana invitó a Julio Poblete a desarrollar en conjunto otros casos de barrio, de reajuste de tierras, donde ProUrbana hacía la relación con los propietarios, y nosotros, siguiendo estas guías de diseño, armábamos una imagen objetivo preliminar para acercarse a los propietarios de los terrenos y seducirlos para armar un proyecto. Este trabajo se hizo, pero finalmente no se lograron acuerdos con los propietarios.
Aprendizajes para la recuperación urbana
P: El Proyecto Piloto de reconstrucción de Viviendas del PRE Talca es un procedimiento ejemplar en muchos aspectos, en el sentido que busca replicabilidad, que se basa en tipos constructivos asociados a tipos de predios, que va más allá del marco propio de la reconstrucción. Se podría considerar que podría servir para la recuperación de muchas ciudades de Chile, no necesariamente para reconstruir después de una catástrofe natural. ¿Cómo lo pensaron en ese momento?
CS: Específicamente con respecto a la vivienda, a nuestro juicio esto fue una forma razonable y adecuada de enfrentar la reconstrucción en sitios residentes. De hecho se llama Proyecto Piloto de Reconstrucción. Yo veo que este proyecto sentó un precedente, y no necesariamente aplica para otro contexto de reconstrucción, pero puede ser una buena idea para lugares con características similares al centro de Talca. Uno podría concebir un modelo de vivienda que considera proyectos hermanos, que claramente son 4 edificaciones que pretenden ser un modelo muy flexible, capaz de adaptarse no solamente al terreno, sino con sus techos y muros. Yo siento que este fue un proyecto muy apropiado, cuya principal virtud fue que nació de una observación de ciudad. Esto venía de una mirada mucho mayor en términos físicos: “desde mi casa, desde mi predio, desde la manzana”. Y en términos temporales también, cómo hacerse cargo de un pasado, y dado que estoy en un momento crucial, si yo no hago esto, es como que se te vaya el “agua entre los dedos”. Entonces esa mirada en lo físico y temporal fue la premisa con que se realizó el proyecto y que le dio coherencia desde el principio hasta el final, desde la escala macro hasta el detalle más preciso.
Yo siento que el contexto del terremoto generó un escenario apropiado, porque de verdad la gente quería colaborar, por lo menos eso se veía con quienes nos tocó trabajar: era toda gente bien dispuesta. Veías a estos pobres residentes durmiendo en una media agua y decías: esto hay que hacerlo, uno no puede dejar esperando eternamente a los talquinos. Las condiciones de buena voluntad no se encuentran siempre, por eso el escenario post terremoto fue un buen escenario para lograr un buen resultado.
P: ¿Tú crees que el acierto de haber llegado a este tipo de vivienda derivó de haber hecho un estudio global de la ciudad anteriormente?
CS: Haber realizado el plan significó estudiar la ciudad hasta conocerla muy bien y si a este conocimiento le agregas las vivencias de las personas, el espacio se empieza a cargar de sentido, se entiende lo importante de volver a construir, no es por mero ”capricho arquitectónico”.
Otro punto importante que la reconstrucción hizo visible, es la desconexión que existe entre la planificación urbana y los planes maestros de ciudades junto a sus proyectos gatillantes. Esa relación no está formalizada siendo que debiera ser posible y evidente, pues los planes de reconstrucción (PRES, PRU, etc.) son el camino escogido por la autoridad para afrontar el proceso de la reconstrucción y requieren de una sintonía fina con la planificación para poder realizarse.
P: ¿Cuáles son los desafíos que tiene la ciudad de Talca para lograr implementar la perspectiva que ustedes plantearon en el Plan Maestro?
CS: Creo que es fundamental una buena coordinación entre actores. En el fondo este plan ya existe, las cosas están dichas y están bien engranadas las piezas. Creo que ahora es cuestión de voluntad, coordinación, proceder y avanzar.
[1] En el momento de desarrollo del PRE Talca (2010), los arquitectos Julio Poblete (socio), Constanza Sateler, Valeria Flores e Ignacio Oyanedel eran parte de la oficina Polis. Actualmente, Poblete y Sateler son socios de Dupla_Diseño Urbano y Planificación, y Flores y Oyanedel forman parte del equipo de profesionales de esta última oficina.
[2] Idem.
[3] El nuevo Plan Regulador Comunal entró en vigencia durante 2011.
[4] Fundación Gestión Vivienda es una fundación sin fines de lucro y está inscrita como EGIS en el MINVU.
A dos años del 27F: réplicas de un movimiento telúrico y social
VerA dos años del 27F: réplicas de un movimiento telúrico y social
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y reconstrucción. Mayo 2012.
[Por Claudio Pulgar Pinaud*]
Partamos de la hipótesis de que el terremoto y maremoto del 27F aceleraron los procesos sociales en un Chile que parecía dormido y desde hace 2 años la ciudadanía ha despertado. Este doble movimiento telúrico y social que comenzó el 2010 no ha hecho más que acelerarse cada día, primero fue la solidaridad frente a la catástrofe y luego ha sido la toma de conciencia de la realidad que vivimos a diario. El terremoto y maremoto pusieron en evidencia las escandalosas desigualdades de la sociedad chilena y al mismo tiempo lograron que la gente se reencontrara y comenzara a organizarse.
Así como los terremotos se producen por una invisible, constante y subterránea acumulación de fuerzas telúricas que en algún momento explosionan y nos recuerdan que somos parte y no dueños de la tierra, los procesos sociales hacen lo mismo. Años de acumulación de frustraciones, desigualdades y exclusiones terminan por explotar como un terremoto social que sacude hoy el país con sus demandas por mayor igualdad y por derechos.
La cosmovisión mapuche y el relato de «Tren Tren y Kai Kai» entienden que terremotos, maremotos y otros fenómenos naturales afectan cíclicamente nuestro territorio y debemos aprender a convivir con ellos. Nuestra sociedad debiera estar preparada para las catástrofes que no son naturales, sino que sociales, como dicen muchos estudiosos del tema, porque no golpean por igual a todos, además de que se pueden prevenir y mitigar.
En Chile es necesaria una nueva institucionalidad, y no solamente para las emergencias como ha sido anunciada, sino que para prevenir y planificar lo que pasa antes y sobretodo después de la emergencia. Se necesita de una política y una institucionalidad intersectorial, un Ministerio de Gestión de Desastres y una Agencia de Reconstrucción como las tiene Japón (desde 2011). Una política de planificación territorial participativa como la tiene Nueva Zelanda (desde 2011) o un programa de reconstrucción integral y descentralizado como lo hizo Colombia (1999). Todas políticas que se adoptaron luego de catástrofes tan o más graves que la que vivimos el 27F del 2010 en Chile. Un Ministerio de las Ciudades y los territorios como tienen Brasil o Francia no nos vendría nada mal, para superar políticas sectoriales y reduccionistas. En nuestra historia luego de otras catástrofes se creó la CORFO, se crearon políticas de planificación urbana y nueva legislación para la construcción. En este último proceso entre 2010 y 2012 se ha replicado la misma política subsidiaria de los últimos 30 años y seguimos con el «viviendismo».
Ya en 2010 advertimos desde el INVI que «un Plan de Reconstrucción no es (sólo) un programa de construcción de unidades de vivienda» y vemos que lamentablemente nos quedamos con eso y la discusión pública también se ha reducido a eso, lo que replican los medios de comunicación y las peleas chicas entre Gobierno y Concertación. Se han quedado en la política chica, mezquina y binominal en que unos le echan la culpa a los otros. Lamentamos que no se hable de la Política con mayúsculas, de la Política que hacen los ciudadanos que informados participan de las Políticas Públicas, y porque no de desenmascarar la ideología que hay detrás de la actual reconstrucción, que se ha basado sobre todo el replicar los programas subsidiarios existentes y ha partido de la premisa liberal de que la mejor política es la no política.
Pueden ser varias las consecuencias y problemas de una reconstrucción cuantitativa a la rápida y sin participación real de los habitantes. Es decir, que se sigan replicando las políticas subsidiarias de vivienda que ya estaban en crisis antes del terremoto, dicho de otro modo el problema conocido como el de los «con techo» que proliferan por las periferias de nuestras ciudades neoliberales. A largo plazo podemos tener deficiencias en la calidad de las viviendas y barrios; problemas con la localización, así como la expulsión de los habitantes desde los centro históricos y los bordes costeros; la aparición de procesos de especulación al no existir una política de suelo, entre otros. Si replicamos los mismos errores de los últimos 30 años profundizaremos las desigualdades en nuestras ciudades. Tenemos que entender que la reconstrucción no es sólo construir objetos-viviendas, sino que es reconstruir proyectos de vida, es construir hábitat en todas sus dimensiones y escalas.
¿Porqué los subsidios de arriendos para damnificados no empezaron en 2010 antes de construir las aldeas? Su aparición ahora es por la mal entendida rapidez de la reconstrucción por la presión política. Lamentablemente llega tarde este programa paliativo ya que muchos damnificados llevan 2 años instalados en campamentos y el hecho de trasladarse será un nuevo trauma. Para que hablar del programa «váyase a vivir con un familiar», que es lo que ya hacen por obligación muchos allegados (y no sólo damnificados del terremoto) y es prácticamente imposible que ahora se les den recursos por eso como prometió el Presidente.
El gobierno ha prometido metas imposibles de cumplir jugando con las expectativas de la gente y en los balances se han mezclado «peras con manzanas», poniendo en el mismo saco entrega de subsidios (papeles), con reparaciones de viviendas (obras mínimas) y con construcción de viviendas nuevas, ahí está gran parte el error político del gobierno y la oposición (como en la desperdiciada interpelación a la Ex Ministra Matte), las expectativas creadas y las cifras poco claras.
Es importante destacar el rol de los movimientos sociales en el proceso de reconstrucción, hace justo un año dijimos que reconstrucción es sociedad civil y participación. Ellos han instalado los temas de participación y de derecho a la vivienda y a la ciudad . Han sido capaces de organizarse a nivel nacional, a pesar de que no han tenido como interlocutor al gobierno que los ha dejado de lado luego de tardías mesas de trabajo inconclusas e inconducentes. Por un lado tenemos al Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa (MNRJ) que ha sido capaz de agrupar a los damnificados de muchas de las localidades afectadas entre Santiago y Talcahuano desde principios de 2011. Por otro lado la Federación Nacional de Pobladores (FENAPO) que nace justo después del terremoto para ir en ayuda directa de los damnificados y que agrupa principalmente a deudores y allegados, pero también a damnificados, con presencia en todo el país. Ambos son movimientos de movimientos, es decir, agrupan a nivel nacional a movimientos con base local. Este 27 de febrero de 2012 a dos años del terremoto ambos MNRJ y FENAPO se han unido y han realizado un congreso de pobladores en la localidad de Dichato, y ya prometen convertirse en una nuevo actor social durante 2012.
Ambos movimientos quieren participar en la producción social de la ciudad y tienen una mirada crítica a la institucionalidad y las políticas urbanas, de vivienda y reconstrucción. Demandan el derecho a la ciudad; a transformar las políticas de medición de la pobreza (Ficha CAS /protección Social FPS); a generar espacios para la autogestión de proyectos habitacionales y herramientas para controlar la especulación con el suelo urbano así como participar de la planificación urbana, entre otras medidas que van más allá del objeto-vivienda, eso que despectivamente llamamos «viviendismo». Sus demandas a diferencia de los programas vigentes si tienen que ver con construir proyectos de vida cuando dicen por ejemplo que «su sueño es más grande que la casa» y se vinculan a luchas por otros derechos sociales.
Si volvemos a la hipótesis del primer párrafo podemos conectar las demandas de los pobladores organizados del MNRJ y la FENAPO con los procesos «telúrico-sociales» que emergen en regiones como Magallanes , en Calama y hoy en Aysén, ninguna afectada por terremoto o maremoto, pero que despertaron quizás gracias a ese remezón del 2010 y demandan descentralización y una nueva institucionalidad. Lo mismo con el movimiento estudiantil que despertó el 2011 y que en esencia lo que demanda son derechos sociales y hace una crítica a la mercantilización de éstos. Todos coinciden en la crítica al agotado modelo socio-económico y político y en la necesidad de uno nuevo basado en una democracia participativa y en derechos sociales.
Esperamos estar a la altura los desafíos que nos plantea este movimiento telúrico y social que nos sigue sacudiendo y que estas réplicas sociales sirvan para (re)construir verdaderamente nuestra sociedad con mayor igualdad y justicia social. Desde ya tenemos la oportunidad de comenzar a participar en la Consulta Ciudadana de la Reconstrucción hasta el 4 de marzo de 2012 para aproximarnos desde la democracia participativa a un balance ciudadano del proceso de reconstrucción 2010-2012.
* Columna publicada con anterioridad en INVI OPINA.
Entrevista Sergio Baeriswyl. Crear equipos locales, robustos, con capacidad de decisión, que sean capaces de interactuar con el sector público, es la mejor forma de actuar y de llegar a buenos resultados.
VerEntrevista Sergio Baeriswyl. Crear equipos locales, robustos, con capacidad de decisión, que sean capaces de interactuar con el sector público, es la mejor forma de actuar y de llegar a buenos resultados.
Revista Planeo Nº3, Terremotos, tsunamis y reconstrucción, Mayo 2012.
Nos gustaría que nos describas un poco el proceso de desarrollo y diseño del Plan de Reconstrucción del borde costero de la región del Bío Bío, en cuanto a los objetivos que tenían planteados…
La historia, desde el punto de vista del desarrollo fue que después del terremoto y maremoto, quedó en evidencia que todo el borde costero de la región del Bío Bío, que es un borde bastante urbanizado, presentaba un nivel de vulnerabilidad muy elevado. La reconstrucción, en cuanto a daños, por darte algunos datos, correspondió a más de once mil entidades construidas; me refiero a edificaciones.
Fueron dieciocho localidades urbanas que fueron afectadas, más de dos mil cuatrocientas hectáreas de suelo urbano que fueron inundadas, entre ellos muchos equipamientos críticos, como colegios…equipamientos de seguridad, como cuarteles de bomberos, carabineros, hospitales que quedaron en zonas críticas…De manera que quedó en evidencia que el modelo de reconstrucción que había que aplicar en el borde costero era diametralmente distinto al que había que aplicar en el resto del país, y en aquellas ciudades sobre todo que tenían cierta característica mediterránea, es decir que no habían vivido el efecto del maremoto.
Eso planteó la primera distinción respecto de la reconstrucción; aquí no se trataba de una reconstrucción de reposición de los activos, o de los bienes perdidos, sino que había que hacer un proceso más complejo que involucrara un rediseño, una reflexión previa sobre la ciudad.
Yo creo que ese es uno de los valores más notables de este proceso de reconstrucción. Hubo tiempo, con costos políticos muy altos, pero hubo tiempo para reflexionar sobre eso. Es decir, políticamente podría haber sido mucho más sencillo haber dado curso a un proceso de reposición rápido, de las viviendas y de los inmuebles destruidos. Pero técnicamente y éticamente era absolutamente cuestionable, desde el punto de vista de que la vulnerabilidad del borde costero no es una cosa tan infrecuente como uno podría decir, que ocurre cada ciento cincuenta años, sino que son mucho más frecuentes. Tanto es así que el 11 de marzo, con el maremoto y terremoto en Dichato, se inundó prácticamente un tercio de su superficie, casi veinticinco hectáreas volvieron a inundarse después de trece meses del primer maremoto.
Con eso se confirmó una hipótesis que fue muy importante, que en realidad la reconstrucción del borde costero necesitaba un replanteamiento desde el punto de vista urbano, y eso llevó por cierto a desarrollar herramientas de planificación que no eran conocidas hasta este minuto en Chile. Era definitivamente incorporar todos los conceptos de resiliencia en las decisiones de reconstrucción.
Eso fue interesante porque abrió una línea de trabajo, desde el punto de vista de la teoría urbana, completamente nuevo. Hubo que empezar a importar conocimiento que no había en Chile, desde el punto de vista de las experiencias en otros lugares del mundo, o acogerse a ciertos protocolos internacionales de seguridad, que en definitiva se plasmaron en una herramienta que yo defiendo mucho, a pesar de que en algunos casos ha sido criticada. Se trató de crear estos Planes Maestros.
En el caso nuestro fueron dieciocho Planes Maestros, porque fueron dieciocho localidades urbanas que fueron afectadas. Implicó asumir la condición de vulnerabilidad de estas localidades, y plantear cuáles eran las medidas de mitigación, o aquellas medidas generales de diseño urbano que mejoraran la resiliencia de la ciudad. Nunca pensando en riesgo cero, porque eso no hay en ninguna parte del planeta, pero sí minimizar la vulnerabilidad.
Esto se plasmó a través de una metodología que es largo de explicar, pero lo interesante de los Planes Maestros es que muy tempranamente, es decir a los seis meses de ocurrido el siniestro, ya estaban elaborados. Eso permitió que entre todos los actores del Estado, que en general cuando actúan sobre la ciudad actúan muy desordenadamente, y con los alcaldes y otros actores, mediante acuerdos protocolizados, definir una idea de reconstrucción. Y se plasmó en el fondo “un dibujo”. Pero un dibujo complejo, porque en el fondo es una propuesta urbana, que establece las áreas de vulnerabilidad, la nueva zonificación para los usos de suelo, mejoramiento de la accesibilidad, medidas de mitigación, en algunos casos tan rigurosas como construir defensas costeras. En algunos casos, incluso, acondicionamiento de las propias edificaciones para que tengan una mayor capacidad de resiliencia post-inundación.
Y todo ese abanico de herramientas se fue conjugando en estos instrumentos que después, gracias a que se reconoció su valor como herramienta para orientar las políticas públicas, permitieron definir 223 proyectos que son de reconstrucción urbana (no incluye a la vivienda), y que alinearon tanto a los ministerios como a las municipalidades para que trabajen en una sola línea.
Ayer recién me tocó exponer en el Consejo Regional del Bío Bío, porque los consejeros se preguntaban qué ha pasado con el borde costero. Yo creo que lo más notable era que ellos constataban que todos los servicios siguen trabajando en la línea de los 223 proyectos que forman parte de la cartera. Hoy día hay setenta y dos que están en ejecución.
Pasando del proceso del diseño a la implementación, ¿cómo fue este proceso, de implementar una estructura de trabajo regional? ¿Hubo que hacer adaptaciones de la estructura pensada para la escala nacional?
Nosotros tenemos la percepción de que el caso de la octava región fue muy distinto, porque se creó un equipo, que no se creó en la Región del Maule, ni en O’Higgins, ni en ninguna otra región. Se trató de un equipo regional encargado de la planificación e implementación de los proyectos urbanos.
De manera que nosotros tuvimos una muy buena sintonía con el Ministerio de la Vivienda, que tenía una estructura centralizada, y que a mi juicio actuó mucho más centralizadamente en las otras regiones. En la región nuestra nos dejó plena libertad de trabajo; incluso retroalimentamos las visiones y las decisiones. Yo creo que eso fue bastante atípico, de acuerdo a la estructura tradicional de administración del país, sobre todo en desarrollo urbano.
Eso fue así principalmente porque la Región del Bío Bío tiene, yo diría, un capital social bastante avanzado sobre todo en investigación, en universidades, y que rápidamente se congregó en torno a un equipo técnico que armó la ex intendenta del Bío Bío, y que mandató con mucha fuerza y liderazgo para que dirigiera el desarrollo y la implementación de este proyecto. De manera que cuando llegó el MINVU, a través de Pablo Allard, se encontró que en la región ya estábamos nosotros funcionando. Coincidimos plenamente con los diagnósticos, con la lógica, con las políticas, y por cierto que nos retroalimentamos.
De manera que nunca existió la necesidad de invertir energía para convertir algunas políticas centralizadas, nacionalizadas, a una visión más regional. Siempre, por cierto, hay diferencias, y hubo muchísimas. En algún minuto tuvimos diferencias fuertes, pero eso no fue un obstáculo, en el proceso de implementación de las ideas, que a mi juicio sigue siendo lo más importante.
De manera comparativa, ¿cómo compararía el éxito que describe en la implementación del plan regional para el Bío Bío, con los otros planes nacionales, que se implementaron en otras regiones?
Yo tengo mi opinión, pero no me gustaría darla, porque puede parecer una comparación subjetiva. Pero yo creo que la reconstrucción, por sus hechos, por sus obras, va a mostrar la respuesta por sí misma.
Yo creo que si alguien hoy día va a Dichato o a Constitución, puede hacerse rápidamente una idea de la implementación de las decisiones urbanas, y en qué estado de avance están. Yo no soy quién para hacer la comparación, pero invito a cualquiera a que la haga, y de hecho la historia la va a hacer igual.
Creo que hay no diferencias de contenido; pero sí diferencias en las velocidades, digamos. Y esas diferencias tienen que ver con el nivel de autonomía con que se actuó en las regiones. En la Región del Bío Bío se actuó con mucha autonomía, autonomía responsable, muy coordinada, pero en otras regiones no se crearon los equipos regionales. Yo creo que ahí hay mucho para analizar y sacar conclusiones. Yo soy parte comprometida, así que no soy quién para juzgar sobre una u otra opción. Pero que a dos años del terremoto, en el caso de Dichato, por ejemplo, se estén construyendo las defensas costeras, se esté haciendo el parque de mitigación, se está ejecutando la costanera, se ejecutó el boulevard ya…son reflejos de que efectivamente el sistema funcionó. No por cierto con las velocidades con que la gente evalúa la velocidad del Estado, pero esa es otra cosa.
Yo creo que desde el punto de vista urbano, al igual que el caso de Talcahuano, que es como la otra zona cero de la Región del Bío Bío, la reconstrucción urbana, en el contexto de esta lógica de la resiliencia, está en plena ejecución. O sea se puede ir a mirar y observar.
Ahora, esto como anécdota, el otro día una persona que no es del mundo de la arquitectura ni del urbanismo, fue a Dichato. Y yo le pregunté “¿cómo está Dichato?” un poco para recibir una respuesta de impresión positiva, y me dijo “Muy mal; no hay ninguna casa”. Yo dije “tiene razón”, efectivamente. Y cuando le he preguntado a otros, que son arquitectos, y están sensibilizados por el tema, me dicen “Estamos impresionados, está lleno de maquinaria, están haciendo la defensa costera, se ve ya la costanera, el boulevard está terminado…” Entonces por cierto que todo depende de cómo uno mire la reconstrucción.
Las viviendas efectivamente en Dichato todavía no se construyen, y es prudente que no se hagan hasta que las medidas de mitigación no estén concluidas. Pero lo que ve la persona común y corriente, y que es entendible, es que no hay nada en Dichato. Se están haciendo pavimento, hay defensas costeras, aparecen avenidas que no había antes, pero no hay casas, no hay vida, no hay lo que efectivamente le da el alma a un espacio urbano.
Mencionó en un momento la importancia de contar en la Región del Bío Bío con universidades, un trabajo académico, estudios e investigación. ¿Considera que fue de utilidad esta reflexión académica sobre el borde costero, que ya existía, previa al terremoto?
Yo creo que todo el capital humano que hay en las universidades de allá, de alguna u otra forma logró converger en el proceso. Los estudios de riesgo se hicieron de hecho con universidades locales. Con resultados positivos, que se traspasaron posteriormente a las decisiones públicas en el perfeccionamiento de los planes maestros.
De manera que uno puede decir “Sí, cumplieron la prueba”. Yo, personalmente, muy a mi pesar, creo que el protagonismo de las universidades fue fugaz, digamos. Muy intenso en una primera fase, pero rápidamente, a los seis o siete meses se entibió y ya cada académico, universidad o instituto estaba haciendo sus propios estudios. Muchas veces muy alejados de la realidad que se había vivido desde el punto de vista urbano, social, económico.
Eso, a mí me dejó una cierta sensación de frustración. Porque uno habría pensado que el dramatismo de lo ocurrido dejó una herencia inmensa, que tiene que ser una oportunidad para generar líneas de investigación nuevas, generar una cierta continuidad en la preocupación del mundo académico sobre la realidad y sobre el entorno. Era el minuto oportuno para que las universidades se pudieran relacionar con el medio. Estaban dadas todas las condiciones, pero curiosamente la inercia interna de cada una de las universidades hizo definitivamente que ya al año la mayoría de las universidades estuviera concentrada en sus propios problemas, y dejara al sector público seguir funcionando y resolviendo los problemas de la ciudad.
Eso es una percepción que tengo porque me tocó en muchas ocasiones invitar a las universidades a participar en distintas instancias. Como decía, en los seis primeros meses fue de una generosidad inmensa, muy positivo, valorado y agradecido. Pero se entibió muy rápidamente. Hoy día, a mí me gustaría ver cuántas de las universidades locales están efectivamente desarrollando líneas de investigación que tengan alguna relación con los desafíos que tienen las ciudades del borde costero. Yo me atrevería a decir que son muy poquitas las investigaciones o proyectos que se están desarrollando en ese ámbito.
¿Y cómo ve usted la participación del sector privado? ¿Cuál es el papel de ese sector en la ejecución del plan de reconstrucción? ¿se tuvieron que realizar adaptaciones?
En la experiencia nuestra, el sector privado apoyó las decisiones desde el punto de vista político, pero tuvo escasa participación en las actuaciones propias de la reconstrucción. No porque no hayan estado interesados, o porque no haya sensibilidad con el accionar del sector público, sino que el espacio en el cual se desarrolló el proceso de reconstrucción comprometía prácticamente en un 99% recursos públicos. Salvo por la vía de las donaciones, que tienen una naturaleza diferente, el sector privado prácticamente no participó si no es como mandante ejecutor de obras.
Pero que hubiese habido alguna interacción, como ve uno hoy día en la gestión urbana o en el desarrollo de proyectos urbanos, yo diría que no. Ahí yo diría que en nuestra experiencia pasó algo muy extraño, y que es comprensible. El nivel de sensibilidad social que había hacia la reconstrucción era tan elevado, por el drama que vivían y siguen viviendo las familias, que hacía que se exigiera que todos los procesos de reconstrucción pasaran por el filtro ético de actuación del Estado. En algunos casos, cuando tuvimos la oportunidad de asociar proyectos privados a decisiones públicas, se generaron conflictos políticos muy complicados, que enlodaban las decisiones públicas bajo la sospecha de que había intereses de particulares en las decisiones que se estaban desarrollando. Entonces “se está expropiando para venderle a los privados, para que vengan las inmobiliarias, o se está haciendo tal calle para favorecer a tal inmobiliario”…
Era una permanente sospecha que estaba puesta, a veces con mala intención, por ciertos grupos que querían exponer o llevar a situaciones de conflicto las decisiones que había que tomar. En algún momento nosotros como equipo tomamos la decisión de que no podíamos recibir a los inmobiliarios. Aun cuando venían con muy buenas intenciones, o querían sumarse a acciones adecuadas desde el punto de vista de la inversión. La sombra de participación del privado era tan grande, que hacía que nuestras decisiones se vieran en la necesidad de estar justificando cosas tan sencillas como que se estaba expropiando para hacer un parque, que no iba a aparecer ningún hotel, etc.
Este discurso amenazante de participación privada, sospechosa, coludida con el Estado, nos persiguió permanentemente. De manera que tuvimos que ser súper rigurosos en no dar ningún gesto ni señal de interacción con los privados, porque ponía en riesgo la claridad o la transparencia de la decisión pública.
¿Cómo se dio entonces el proceso de inclusión? Parte de los objetivos del plan estaban muy basados en la participación, en la inclusión de las comunidades locales en la implementación del plan…
Nosotros usamos un modelo que desarrollamos en forma espontánea. Porque claro, cuando uno dice “quiero hacer participación” uno puede traer el mejor de los modelos, pero es impracticable cuando uno tiene dieciocho localidades, con muchos grupos humanos distintos, con diferencias ideológicas entre ellos, con situaciones económicas distintas, etc.
De manera que nosotros implementamos un modelo que yo diría que fue exitoso, porque permitió aprobar los Planes Maestros. Trabajamos inicialmente con encuestas; es decir encuestamos a todas las familias que habían sido afectadas. Se les preguntaban cosas tan sencillas como si volvería a vivir donde vivía antes, hasta preguntas tan complejas como cómo se imaginaban ellos el futuro de su localidad en un proceso de reconstrucción.
Todas esas encuestas, que fueron unas 1800, se procesaron y establecieron de alguna manera dónde estaban los focos de interés. Eso lo llevamos a un trabajo de focus group, en cada una de las localidades, en donde se convocaba a las personas más representativas de cada grupo, con las cuales se fue madurando este universo de necesidades en ideas concretas. Se armaron los Planes Maestros con estos insumos, y después se llevaron a las asambleas.
En las asambleas, en el caso de Dichato, llegamos a un record de más de 40 asambleas para poder presentar el plan a distintos actores. A veces siempre los mismos, pero a veces con alguien nuevo, que había que volver a explicarle, que no estaba de acuerdo, que había que hacer un trabajo nuevamente…
Finalmente, logramos lo que era más importante; que los alcaldes entendieran que esos Planes Maestros eran la ruta de reconstrucción. Algunos accedieron con mayor rapidez, otros se demoraron bastante, pero logramos ya en Octubre del año 2010 suscribir los protocolos.
Después de eso siguieron habiendo muchos “incendios”. Hay gente que hasta el día de hoy se rebela a las expropiaciones, que ha generado movimientos, redes…Es completamente legítimo, nosotros sabíamos que eso iba a ser así, y está bien que lo hagan.
Pero no ha cambiado la trayectoria de los instrumentos que se fijaron, como los Planes Maestros, que en este minuto están todavía en la etapa final de traspasarse a los Planes Reguladores. Porque el Plan Maestro permite que los distintos entes del Estado puedan actuar concertadamente en función del plan, pero si viene un privado y quiere construir una escuela en un área vulnerable, y no está normado por el Plan Regulador, nadie se lo puede impedir. Esa es la fase que todavía está en proceso. Hay algunos Planes Reguladores que ya se aprobaron, son dos, pero en total son nueve.
Hay siete Planes Reguladores que todavía no pueden aprobarse, un poco por la complicación administrativa que tiene el propio MINVU para aprobar los instrumentos. Ahí derechamente hay una debilidad inmensa por parte de la institucionalidad, que ha hecho que después de dos años, todavía los Planes Reguladores no pueden internalizar las variables de riesgo en algunas localidades. Y eso si uno lo dice públicamente, en realidad es bastante feo, pero es así.
¿Qué aprendizajes del proceso de reconstrucción del Bío Bío podrían servir de experiencia para otros lugares en Chile? ¿Cuáles serían sus recomendaciones, a partir de su experiencia local, para lo nacional e internacional?
Yo creo, sin querer ser pretencioso, que hay una cosa que sin duda un activo o patrimonio de este proceso, y es la acción descentralizada en la planificación. Eso es la clave absolutamente de todo. O sea, crear equipos locales, robustos, con capacidad de decisión, que sean capaces de interactuar con el sector público, es la mejor forma de actuar y de llegar a buenos resultados.
Yo creo que eso tiene que ver también con una política nacional que a mi juicio está mal concebida, y es que todavía el Estado actúa muy paternalistamente y además centralizadamente. Esto ha impedido que las regiones puedan desarrollar su capital humano, porque no tienen campo para poder aplicarlo. O sea ¿de qué sirve que uno a los alumnos les enseñe sobre planificación urbana si al final es una persona en Santiago la que decide si le parece bien ese cambio de uso de suelo o no?
Entonces hay un paternalismo perverso, destructivo, y que yo soy pesimista ante la perspectiva de que no se cambie el actual modelo. Incluso la reciente comisión que se creó para discutir la política nacional de desarrollo urbano no tiene presencia de ningún representante de las regiones. Entonces uno dice “bueno, van a exportar el modelo de Santiago”. Y hay muchos que creemos que el modelo de Santiago está mal. No creo ser el único.
Lo otro que espero, ojalá, es que la política nacional de desarrollo urbano permita crear políticas regionales de desarrollo urbano. Es decir que las propias regiones sean capaces, como pasa en Europa, en que cada región tiene las posibilidades de generar sus propias políticas, generar capital humano, conocen las realidades, los problemas, en consecuencia pueden actuar. Pero cuando tenemos que en las regiones se aplican herramientas que fueron diseñadas para resolver problemas de Santiago, uno siente no sólo una frustración, sino que ve que va caminando directo al abismo. Porque ese modelo está fracasado.
Toda la experiencia internacional lo dice, pero curiosamente el discurso no termina de convencer a quienes tiene que tomar las decisiones. Yo espero que la comisión que se creó ahora efectivamente entienda que tiene que regionalizar la política de desarrollo urbano; que las realidades son completamente distintas; que la decisión de regionalización permite que las regiones asuman su realidad; y que pueden así construir su identidad. Cosa que hoy resulta extraordinariamente difícil con el modelo centralizado que hay. Y como te decía, lo más vergonzoso es que en esa comisión las regiones no están representadas.
Yo te puedo asegurar que los resultados de ese modelo van a llevar a una situación con política peor que la actual, donde no hay política. Hoy no hay política y por lo menos nos podemos mover con cierta libertad en las regiones. Pero cuando exista un modelo nacional, ahí vamos a estar obligados a someternos a la doctrina que la comisión nacional, en Santiago, con gente de Santiago, decidió para el resto del país.
¿Existen autocríticas al proceso? En la eventualidad de una nueva catástrofe, ¿qué no debiera hacerse, o haberse hecho distinto?
Por ejemplo, el tema de la participación, a mí me habría gustado muchísimo haber aplicado modelos de trabajo mucho más intensos con la gente. Haber generado procesos de toma de decisiones mucho más comprometidos con las comunidades locales. Cosa que fue muy difícil de hacer, por un tema única y exclusivamente de velocidad.
Había que tomar rápidamente decisiones, y piensen ustedes que en Septiembre de 2010 debía estar ya la cartera de proyectos para poder ejecutarla en 2011, y de Febrero a Septiembre teníamos que tener el Plan Maestro hecho, ya debía la comunidad estar de acuerdo con los proyectos…O sea, teníamos una agenda que conspiraba contra cualquier acción más delicada desde el punto de vista de la participación.
La otra autocrítica que nos hacemos es que la difusión fue muy mala. Que tiene que ver con la participación. Una participación buena no necesita difusión. Pero el problema fue que como no teníamos un espacio para desarrollar un modelo de participación más consistente, más sensible, deberíamos haber trabajado con medios de difusión mucho más inteligentes. Y eso no fuimos tampoco capaces de hacerlo. A lo más logramos habilitar en una página web del gobierno regional un espacio donde estaban todos los Planes Maestros, pero era un espacio bastante sordo, porque tú podías leer pero no había interacción. Todo eso es el arrastre de una participación apresurada, incompleta. Cuando hay una mala difusión la gente no está informada y habla equivocadamente de cosas que no corresponden. A nosotros nos tocó salir al paso muchas veces a explicar cosas como las que yo te comentaban, los rumos de para quién eran las expropiaciones, etc.
Creo que en lo técnico…claro, todo se puede hacer siempre mejor, pero yo creo que el modelo fue bastante consecuente y riguroso. En general por ese lado yo diría que la crítica es la velocidad más que nada.
* Nombre: Sergio Baeriswyl Rada
Nacionalidad: Chileno
Formación: Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso. Doctorado en Urbanismo de la Universidad de Karlsruhe (TH), Alemania.
Sergio Baeriswyl, en el área de planificación y desarrollo urbano, ha trabajado como docente tanto como asesor y director de instituciones.
Entre 1986 y 1991 realizó sus estudios de doctorado en la Universität Karlsruhe, becado por el gobierno alemán. Desde 1994 es profesor de Urbanismo y Planificación en la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bio Bio, de la cual es Director desde 2009. Desde 1997 oficia como Secretario Ejecutivo del Directorio Urbano de la Ciudad de Concepción.
Entre 1997 y 2010 fue consultor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y hasta 2011 fue Asesor de Gestión Urbana del Municipio de Concepción. Entre 2010 y 2012 ofició como Coordinador General del Plan de Reconstrucción Urbana del Borde Costero de la Región del Bio Bio. En él, fue encargado de diseñar y coordinar los planes maestros de recuperación urbana de 18 localidades costeras, afectadas por el terremoto y tsunami del 27F en la Región del Bio Bio. Las localidades objeto de este plan de recuperación urbana fueron: Tirua, Isla Mocha, Quidico, Lebu, Tubul, Llico, Lo Rojas, Isla Santa María, Talcahuano, Tumbes, Penco, Cocholgue, Dichato, Coliumo, El Morro, Caleta del Medio, Perales y Cobquecura. Los planes se encuentran en la actualidad en distintas fase de implementación y corresponde a 223 iniciativas de inversión urbana.
Institucionalidad nacional y la catástrofe de Chillán. La Corporación de Reconstrucción y Auxilio en la reconstrucción de Chillán (1939)
VerInstitucionalidad nacional y la catástrofe de Chillán. La Corporación de Reconstrucción y Auxilio en la reconstrucción de Chillán (1939)
Título: Institucionalidad nacional y la catástrofe de Chillán. La Corporación de Reconstrucción y Auxilio en la reconstrucción de Chillán (1939)
Autor: David Ignacio Carvajal Hausdorf
Año: 2011
Tipo Tesis: Tesis para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, PUC.
Profesor Guía: Rodrigo Hidalgo Dattwyler
(Viene de Capítulo I: Desastres, Reconstrucción y Política)
Las ciudades del mundo a lo largo de la historia han experimentado desastres, como saqueos, inundaciones, incendios, bombardeos, ser privadas de alimento, abandonadas, e incluso envenenadas. Basta con echar una mirada sobre la historia urbana de la ciudad de Chillán para percatarnos de su triste record de ser una de las ciudades chilenas que más veces ha sufrido destrucciones totales, como también desplazamientos. Sin embargo, salvo en casos muy puntuales las urbes se levantan una y otra vez. Tomando aquello en consideración, el desastre o la catástrofe se sitúan como fenómenos inherentes a nuestra realidad territorial. En función de ello, es de relevancia definir ciertos conceptos para adentrarnos en la compresión de los desastres, ante lo cual el principio de riesgo se vislumbra como un tópico de importancia. De hecho, se sitúa antes que la catástrofe, pues es distinto a ella. El riesgo es una situación que implica peligro, y que ocasionalmente puede tener desenlaces catastróficos. Tales condiciones van desde las que son estrictamente naturales, pasando por situaciones mixtas, hasta ser generadas exclusivamente por acciones humanas en el espacio. El riesgo es un conjunto de acontecimientos que incorporan la cualidad de peligro al territorio y la sociedad que lo habita, tanto por sus propias características espaciales como las que le prestan las condiciones de la sociedad que los padece. Con mayor dificultad para establecer diferenciaciones, surge otro término ligado al desastre, el que alude a la vulnerabilidad, que por lo demás mucha de la literatura ligada a las catástrofes suele confundir con la idea del riesgo. Generalmente quienes logran separarlos, tienden a atribuirle a la vulnerabilidad una suerte de definición más pasiva, pues los riesgos son asumidos como algo que puede tomarse. En este sentido, pareciera adecuado, tal como se liga al riesgo con el peligro, relacionar la vulnerabilidad con la susceptibilidad de sufrir daño.
(Viene de Capítulo I: Desastres, Reconstrucción y Política)
En primer lugar, un útil flanco de entrada para comprender la catástrofe es en función de la destrucción que pueden causar, la que puede ir desde sólo un recinto pequeño hasta una ciudad entera (o potencialmente un área incluso más grande). Segundo, estos desastres pueden ser vistos en términos de su costo humano, medido por el número de muertes y heridos. En tercer lugar, estos actos destructivos pueden ser conceptualizados en función de su presunta causa, siendo en gran medida resultado de fuerzas incontrolables de la naturaleza, tales como terremotos, maremotos, o tornados, otros a partir de combinación es de las fuerzas naturales y la acción humana, como los incendios. A su vez, están los producidos puramente por el hombre lo que implica cierta cuota de voluntad, como el caso de las consecuencias de acciones de ejércitos conquistadores, de bombardeos enemigos, o actos terroristas. Por último están los desastres más ligados a causalidades económicas, ejemplo, producto de la pérdida de ventajas comparativas en un rubro esencial para una ciudad, o por cambios demográficos. No obstante al hecho que la recuperación socioeconómica sea un asunto transversal frente a cualquier desastre. Los desastres pueden variar en gran medida por la escala, y no hay significativas diferencias dentro de estas categorías. Empero, algunos de los desastres a gran escala pueden causar daño masivo en las edificaciones, sin que ello involucre grandes pérdidas humanas, por ejemplo, en saqueos de ciudades previamente evacuadas, o en disturbios sociales. Por otra parte, a veces deliberadamente se ha optado por blanco áreas densamente pobladas lo que puede producir bajas masivas, dejando zonas edificadas físicamente intactas. Todo esto puede ir ligado a las posibilidades existentes de destrucción ante agentes biológicos, químicos o nucleares que pueden matar poblaciones enteras sin afectar directamente al entorno construido. Sea cual sea el escenario, el impacto de la destrucción urbana no se condice con la magnitud que tiene para quienes lo experimentan. El impacto porta significado para los supervivientes, incluso para los que viven a cierta distancia del epicentro de la destrucción física. En este sentido, el trauma persiste mucho después de los impactos físicos de un desastre. Ciertamente, muchas personas pueden sufrir efectos psicológicos a largo plazo luego de la catástrofe, pero también se puede considerar a las urbes como traumatizadas. En ellas perdura no sólo el daño físico y las dificultades económicas, sino también daños a su imagen. En este sentido, cobra relevancia los asuntos pertinentes a determinar las consecuencias de un desastre, es decir, el modo de lograr una cuantificación de los daños causados y las pérdidas. Frente a tal disyuntiva pareciera ser mucho más sombrío el asunto en lo referente a las secuelas en individuos y grupos sociales, donde sus impactos inclusive pueden durar a lo largo de la vida de las personas o transcender por generaciones, sobre todo si sumamos los impactos psicológicos de las catástrofes.(Viene de Capítulo II El desastre de Chillán de 1939: Consecuencias y primeras políticas de emergencia)
El terremoto más destructivo de la zona centro-sur de Chile en siglo XX ocurrió el día martes 24 de enero de 1939 a las 23:32 hora oficial chilena. Este evento afectó a siete provincias ubicadas entre los 35° y 38° de latitud sur, que englobaba: Talca, Linares, Cauquenes, Ñuble, Concepción, Bío-Bío y Malleco. No obstante, la zona de sensibilidad abarcó mucho más territorio, extendiéndose en dirección norte-sur desde Arica hasta la Isla de Chiloé, y en los alrededor de Puerto Aysén. Así, en el sentido este-oeste este sismo se sintió con mucha fuerza en Mendoza, llegando a percibirse en Buenos Aires, lo cual hizo saltar las agujas del Observatorio de la Plata, claro que en esta segunda ciudad sólo se percibió una ondulación suave. En lo que refiere al oeste se sintió hasta la costa de Chile. El área de daño se extendió desde Curicó hasta la ciudad de Temuco, en una longitud cercana a los 400 Km.(Viene de Capítulo II: El desastre de Chillán de 1939: Consecuencia y primeras políticas de emergencia)
…las construcciones en buen estado sólo representaron un 3% de todas las edificaciones de Chillán, mientras que las deterioradas representaron un 41% del total de las construcciones. Las semidestruidas fueron un 9% del total, y las derrumbadas un 47% de todas las edificaciones en Chillán. Por otro lado, el catastro también develó que la gran mayoría de las casas estaban construidas de adobe y ladrillo, hecho que se transformó en una condición de vulnerabilidad material enorme frente al movimiento sísmico. El 67 % de las casas de adobe quedó inutilizada, mientras que las de ladrillos en un 57%. A su vez, las casas reforzadas con pilares y cadenas de hormigón armado, poco más de la mitad quedó sin daños. Aunque el 31% terminó deteriorada, y un 16% quedaron inutilizadas. Como se vio en casos analizados anteriormente por el mismo informe, se debió a errores de cálculo en diseño como en la ejecución de la construcción.(Viene de Capítulo III Estado y desarrollo nacional en las primeras décadas del siglo XX, la Ley N° 6.334 y la Corporación de Reconstrucción y Auxilio)
Las prácticas y leyes que facultaban al Estado de poder intervenir en la economía y en las políticas sociales ahora compartían sitial con la creación de instituciones capaces de establecerse como emblemas y garantes de esta posición de la institucionalidad pública. Fijando el elemento faltante durante toda la década de 1930, es decir, planes de desarrollo a largo plazo, y con ello proyecciones e ideas fuerza sobre el camino que debía tomar la nación para generar progreso. Se cimentaba así la imagen de un Estado benefactor e industrial, y el institucionalizarlo en gran parte se debía a la presión catalizada por el desastre de Chillán.(Viene de Capítulo VII. Conclusión: Balances, proyecciones y reflexiones finales)
…la planificación de la ciudad de Chillán terminó siendo el reflejo de los tópicos tratados con anterioridad. Una planificación que se inicia con perspectivas de realizar una organización y racionalización del territorio a escalas regionales, pero que rápidamente al presentarse como una imagen utópica poco realizable, e irresponsable para muchos contemporáneos, terminó por redireccionarse hacia un trabajo específico de las unidades urbanas, como casos aislados. Aquel instante develó las enormes dificultades que habría que sortear para planificar el desarrollo económico y social de la nación, expresado en sus ciudades, como Chillán. …Si bien, la planificación urbana no pudo llevar su acometido cabalmente, como muchos imaginaron cuando la ciudad estaba en el suelo, si es verdad que muchas cosas cambiaron en la ciudad. El establecimiento de reglamentos, formalidades, metodologías diseños arquitectónicos en la construcción, transformaron parte importante del paisaje urbano de Chillán. Haciendo de esta ciudad uno de los referentes en la introducción de las formas modernas de arquitectura en nuestro país, junto también en la elaboración de obras urbanas de gran envergadura en otras ciudades, como la Diagonal Universitaria de Concepción711. Asegurando una resiliencia que garantizaría menor vulnerabilidad a la población frente a futuros desastres, gracias al aporte de requerimientos técnicos en las construcciones. Un nuevo sistema de relación entre ciudadanía y Estado, con sus dificultades, límites y precariedades, establecía a la institucionalidad pública como rectora y planificadora del desarrollo económico y social de la nación. Todo aquello a través de la elaboración de una burocracia encargada de normar, imponer códigos y pautas de comportamiento. Un nuevo periodo que seguramente se hubiese instaurado a largo plazo y de forma más pausada, pero que debido al terremoto logró catalizar procesos de transformación que venían moldeándose por décadas. Imponiéndose con fuerza una nueva experiencia de desarrollo, colmando de esperanzas y certezas que aseguraban que Chile con el paso del tiempo sería un país moderno, y que haría que chilenos vivieran mejor. Siendo las planificaciones e intervenciones urbanas realizadas en Chillán, o simplemente ideadas, expresión de ese anhelo.3:34: ¿Puesta en narración de un trauma o entretenimiento superficial?
Ver3:34: ¿Puesta en narración de un trauma o entretenimiento superficial?
Dirección: Juan Pablo Ternicier, 2011
[Constanza Mujica Holley]
3:34, la película de ficción sobre el terremoto del 27 de febrero de 2010, es un poco un ejercicio de sanidad para enfrentar culturalmente el trauma de la catástrofe y otro tanto un entretenimiento superficial teñido de cliché.
Sicoanalistas, siquiatras y críticos culturales expertos en eventos traumáticos visualizan el trauma como una no-memoria, como “una ruptura en la experiencia mental del tiempo, del sí mismo (self) y del mundo —no es, como una herida en el cuerpo, un evento simple y curable, sino un evento que (…) es experimentado demasiado pronto, demasiado sorpresivamente, para ser completamente conocido y no está, por lo tanto, disponible a la consciencia hasta que se impone nuevamente, repetidamente, en pesadillas y acciones repetitivas del sobreviviente” (Caruth 4 [CM]). La voz del trauma se resiste a la narración porque todavía no es accesible a la conciencia. Es un recuerdo que escapa a la narración y que, por lo tanto, es difícil comunicar a otros.
La relación de los chilenos con los sismos parece bastante ajustada a esta definición. Pese a que nos definimos como un país de terremotos, la producción audiovisual contemporánea muestra escasas referencias a ellos. La película “La Frontera” hace referencia al terremoto de 1960, pero fuera de eso, poco más. Esa misma ausencia, pese a que al preguntárseles por los eventos históricos más importantes de sus vidas los chilenos suelen mencionar algún terremoto, sugiere un conflicto no resuelto.
En ese sentido, la insistencia de sus creadores en producir esta película y estrenarla a un año del 27-F, sugiere un intento de poner nuestra relación con los terremotos en perspectiva, integrarla en una memoria sanadora. El público puede ser un espectador de su propio trauma para hacerlo narrable.
La cinta narra cuatro historias que se cruzan a causa de la catástrofe. Un padre separado pasa los últimos días de vacaciones con sus hijos en Dichato, una familia residente en el edificio Alto Río de Concepción prepara el cumpleaños de su nieta, un recluso de Chillán recibe a un malévolo nuevo compañero de celda y un grupo de amigos cierra sus vacaciones en Constitución. Esta normalidad es rota por el terremoto, dolorosamente interrumpida.
La reproducción perfeccionista y detallada del momento del terremoto apoya la percepción de que la película pretende ser una reinstalación narrativa de esa ruptura. La oscuridad de la sala de cine parece un espejo de la oscuridad de la noche del sismo. La cinta propicia la contemplación patética al mostrar distintos relojes que marcan las 3:33, haciendo que los espectadores anticipen ansiosamente el horror de lo que sucederá un minuto después.
Sin embargo, este saludable ejercicio se ve temperado porque el tránsito de los personajes es guiado por un cliché: la catástrofe saca lo mejor y lo peor de cada persona. Ellos no viven esta experiencia desde los matices éticos de toda persona: son o totalmente heroicos o totalmente mezquinos.
Ese antagonismo es especialmente evidente en la historia de los reclusos, pero también es evidente en la de los jóvenes en Constitución que saquean un supermercado. Tras el sismo, la cárcel ha caído y los reclusos escapan, pero mientras el primero lo hace para asegurarse de que sus familiares están bien, el segundo, roba, intenta violar y asesinar a una mujer, en su camino para vengarse de quién lo delató y mandó a la cárcel. En el caso del “buen ladrón” su búsqueda es premiada con el rescate de su familia, aunque tenga que permanecer anónimo. La lucha del “mal ladrón” es resuelta con un deus-ex-machina que linda en el ridículo.
“3:34” puede ser definida, entonces, como una película importante en sus intenciones, aunque moderadamente exitosa en su resultado final. Logra poner en escena uno de nuestros grandes temores, pero en términos narrativos es una película poco memorable.
Constanza Mujica Holley
Profesora Escuela de Periodismo
Facultad de Comunicaciones
Pontificia Universidad Católica de Chile
Terremoto de Haití
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El 20 de enero del 2010, siendo casi las 17:00 hrs. Haití fue sacudido por el terremoto más grande de su historia independiente. Con epicentro a 15 km de Puerto Príncipe y a 10 km de profundidad la magnitud del sismo tuvo una escala de 7.0 grados de magnitud.
En las siguientes imágenes el fotógrafo dominicano Alex Otero nos entrega su mirada sobre la destrucción provocada por el este evento natural y la tragedia para el pueblo Haitiano.
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27/F en Constitución
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El fotógrafo chileno Tomás Munita tras el terremoto y tsunami del 27 de febrero del 2010 recorrió las principales zonas afectadas por el desastre entre la VI y VII región del país.
Aquí presentamos una selección de algunas de sus imágenes tomadas en la ciudad de Constitución, donde da cuenta de la magnitud del desastre, tanto para la ciudad, como para sus habitantes.
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Prácticas y conocimientos territoriales, determinantes de la sobrevivencia ante situaciones de riesgo en la Caleta El Morro de Talcahuano
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Título: Prácticas y conocimientos territoriales, determinantes de la sobrevivencia ante situaciones de riesgo en la Caleta El Morro de Talcahuano.
Mathilde Moussard (2011). Memoria de Título para optar al Título Profesional de Antropólogo, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción. disponible en www.huellasterritoriales.cl
[por Bernardita McPhee]
Fragmento: “En el intertanto se escuchaban los megáfonos de bomberos y carabineros pidiendo a la población que retornara a sus casas y mantuviera la calma pues no había alerta oficial de tsunami. Los morrinos, desde arriba del cerro no les prestaron atención pues para ellos era una realidad indesmentible que el mar se saldría y que generaría una gran destrucción” (Moussard, 2011: 60)
El último terremoto y maremoto en el país, también conocido como 27F, en alusión a la fecha en que ocurrió, además de generar discusiones en torno a los planes de reconstrucción, da inicio a una serie de investigaciones desde distintas disciplinas. Es el caso de la investigación “Prácticas y conocimientos territoriales, determinantes de la sobrevivencia ante situaciones de riesgo en la Caleta El Morro de Talcahuano”; la que corresponde a una Memoria de Título para optar al Título Profesional de Antropólogo, de la Universidad de Concepción. A su vez, es de interés mencionar que dicha Memoria de Título está enmarcada en el Proyecto Fondecyt “Huellas y Dinámicas Territoriales: imaginarios del desarrollo y prácticas de transformación del ambiente en el Gran Concepción”, cuyo investigador responsable es Enrique Aliste Almuna, docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
El hecho que motiva este estudio es la constatación de que en algunos sectores afectados por el maremoto, entre ellos la Caleta El Morro de Talcahuano, no hubo muertos ni desaparecidos, ante lo que surge la pregunta de “¿Cómo se articularon los mecanismos locales que permitieron la sobrevivencia de las más de 600 personas que componen la comunidad?” (Moussard, 2011: 1)
De este modo, a través de conceptos como el del saber local o conocimientos tradicionales y el de prácticas territoriales se indaga en los mecanismos de sobrevivencia autónomos presentes en los habitantes de la Caleta El Morro, y en definitiva en qué elementos influyeron, por una parte, en que los habitantes de la Caleta mencionada decidieran escapar, pese a las indicaciones de los carabineros y bomberos; y por otra, en cómo hacerlo.
A través del método etnográfico, la autora aplica una serie de técnicas para el proceso de recolección de información, tales como observación participante, entrevistas semi-estructuradas, relatos de vida, talleres de discusión, entre otras. De este modo, va reconstruyendo los hechos del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010, y profundizando sobre los aspectos que fueron determinantes a la hora de reaccionar ante dicho evento.
Es así como se concluye que en la Caleta El Morro se puede hablar de una cultura del riesgo, la que habría permitido a sus habitantes saber qué hacer para sobrevivir. En ésta son elementos importantes, entre otros, la memoria colectiva y el conocimiento traspasado de generación en generación, ya que a partir de éstos habría sido posible identificar la amenaza y activar una reacción adecuada. Asimismo, se consigna que el hecho de que gran parte de los hombres de la localidad sean pescadores, influyó en la respuesta eficiente que se generó ante el terremoto y maremoto. En palabras de la autora: “A través de los años, los miembros de esta comunidad han aprendido a reconocer las características del territorio que habitan y lo que sigue a la ocurrencia de un terremoto como también hacia dónde y por dónde evacuar. La práctica de la pesca capacita a los hombres para identificar las variaciones en el nivel del mar y detectar cualquier tipo de anomalía en el ambiente. Estos dos factores: el conocimiento empírico y el transmitido respecto a la configuración territorial y a la ocurrencia de fenómenos naturales amenazantes como inundaciones y tsunamis facilitan la supervivencia de quienes habitan el sector del Morro” (Moussard, 2011: 98)
Como sabemos, esta situación no es exclusiva de la Caleta El Morro, ya que en otros asentamientos humanos costeros, fueron precisamente turistas quienes murieron y no la población local, lo que sin duda nos habla de un conocimiento del espacio habitado por parte de sus habitantes.
Como señala la autora, es posible entonces preguntarnos por qué este tipo de conocimiento o saber local no es incorporado en planes de ordenamiento territorial o en sistemas de gestión de riesgo para ciudades de borde costero. No es meollo de este estudio responderla, pero sin duda que es un aporte significativo para abrir la discusión.
La recuperación del espacio público a través de prácticas ciudadanas
VerLa recuperación del espacio público a través de prácticas ciudadanas
Revista Planeo Nº2, La participación en disputa. Abril 2012.
[Por Loreto Rojas Symmes*]
Recientemente hemos sido testigos de una serie de prácticas ciudadanas en el espacio público, manifestaciones con un nuevo sentido y objetivos claros. Acciones que surgen desde la ciudadanía, propositivas, novedosas, con amplia convocatoria y con la convicción de la importancia del aporte de los ciudadanos en la gestión de su ciudad. Ejemplos recientes son los carnavales de Ñuñoa y los malones urbanos del Barrio Bellavista.
El Carnaval de Ñuñoa es definido como un despertar social inédito, que muestra la decisión de la ciudadanía de poner en práctica la participación y el trabajo comunitario. El escenario son las calles, la plaza, la estrategia es un carnaval, el trasfondo es el encuentro de la comunidad “puertas afuera”, haciendo uso del espacio público, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de su territorio.
El Malón urbano de Bellavista por su parte, es una táctica urbana, una acción de corto plazo, que busca gatillar un cambio de largo plazo en la forma de habitar el barrio. El escenario de esta acción es la calle, el barrio, la estrategia es la colaboración centrada en compartir (algo para comer en mesas en la calle) y donde el real sentido es dialogar sobre lo que se quiere conservar, proteger y resguardar del barrio, todo ello dentro de un propósito más amplio: la declaración de Zona Típicade Bellavista.
Estas acciones nos ponen frente a ciudadanos que intervienen en la construcción y gestión de la ciudad, que revalorizan el espacio público como escenario natural para la participación, trayendo a la discusión pública temas claves para la ciudad y sus habitantes: patrimonio; sustentabilidad ambiental; movilidad y tantos otros que nos hablan de la necesidad de un urbanismo más inclusivo temáticamente.
La emergencia de estas nuevas prácticas ciudadanas cobra mayor sentido en un escenario de ciudad donde el espacio público está cada vez más debilitado, donde no es fácil definir los territorios cotidianos, el esquema de barrio, la identificación con el espacio residencial, esto producto de una forma de hacer ciudad donde lo privado predomina sobre lo público, los flujos sobre los lugares y la homogeneidad sobre la diversidad.
Nuestra legislación urbana evidencia el sentido limitado que se entrega al espacio público. La Ordenanza General de Urbanismo y Construcción define espacio público como un “bien nacional de uso público, destinado a circulación y esparcimiento entre otros”. Esto no solo muestra una definición que se limita a un concepto jurídico, dejando fuera su dimensión socio-cultural (lugar de relación, de contacto entre las personas, de identificación, de expresión de ciudadanía), sino que además da cuenta de la funcionalidad del concepto, al asignarle principalmente usos específico (por ejemplo, vialidad), sin considerar otras dimensiones claves para las personas que habitan la ciudad.
Ampliar la definición de espacio público, significa reconocer la gran variedad de funciones que éste aporta a la ciudad y a las personas, nos lleva a identificar su valor en la recreación, en lo social, cultural y ambiental. Nos hace reconocer que así como el espacio público puede otorgar un escenario natural para la participación, como señala Jordi Borja “la dinámica propia de la ciudad y los comportamientos de sus gentes pueden crear espacios públicos que jurídicamente no lo son, o que no están previstos como tales (…) ya que lo que define el espacio público es el uso y no el estatuto jurídico”.
Ejemplos como los carnavales de Ñuñoa, los malones urbanos de Bellavista y tantos otros que suceden en nuestra ciudad, relevan el valor del espacio público en su definición más amplia, pero principalmente, en palabras de Borja, nos recuerda que la calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mixturante de grupos y comportamientos y por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración cultural.
Sin duda faltan más carnavales, más malones, más expresiones culturales en las calles, más prácticas ciudadanas, en fin, más gestión de los espacios públicos. Tal vez éstas son las mejores herramientas complementarias a la dotación de infraestructura y equipamiento, de manera de lograr espacios públicos en su definición más amplia. En esta tarea la participación ciudadana puede ser un gran aporte, vale la pena abrir la puerta a esta posibilidad.
*Urbanista y Directora de la ONG Ciudad Viva **Imágenes: Ciudad Emergente
Loreto Rojas Symmes
Loreto Rojas Symmes
Directora ONG Ciudad Viva.
Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesora y Urbanista, en el ámbito universitario, ha sido investigadora y docente en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica y del Centro Iberoamericano de Estudios Públicos y Empresariales. Su especialización en Desarrollo Económico Local la obtuvo en Venice International University-Italy, Universitat Autónoma de Barcelona- Spain y Ludwig Maximilian Universitat- Germany. Su formación considera además diplomados en Sistemas de Información Geográfica y en Tasación Inmobiliaria y Dinámicas de Ciudad, ambos en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Forma parte del Registro de Consultores de Responsabilidad Social Empresarial de Acción RSE..
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Participación en Planeo:
– La recuperación del espacio público a través de prácticas ciudadanas
Calama PLUS y el nuevo sueño para la ciudad
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Revista Planeo Nº2. La participación en disputa. Abril 2012.
[por Roberto Moris]
Un nuevo plan está siendo desarrollado para la ciudad de Calama. En momentos de revuelo para el país y la ciudad, se presenta una nueva oportunidad para la ciudad y su gente. Bien vale la pena revisar el historia de planes, aquí una breve reflexión.
A mediados de 2011 revista Qué Pasa publicó una nota que anunciaba que la alianza Tironi – Elemental se haría cargo de un plan para la ciudad de Calama por encargo de CODELCO. En la misma nota, se indicaba como antecedente el desarrollo del PRES Constitución (Plan de Reconstrucción Estratégico Sustentable de Constitución) realizado por el mismo equipo. Este plan había tenido a la empresa ARAUCO, del grupo Angelini, como financista.
Este domingo 8 de abril de 2012, el diario La Tercera publica un artículo denominado “La Calama que sueña Aravena”. El reportaje muestra al arquitecto en su visita a la ciudad, dando cuenta del proceso de generación del plan, un plan “con los vecinos como protagonistas”. Además de traer buenas noticias, donde ideas de iniciativas como torres icónicas y tranvías han dado espacio a proyectos con mayor arraigo en la comunidad.
A la luz de este reportaje quisiera hacer algunas reflexiones respecto a tres términos utilizados en el artículo: la ciudad soñada, los vecinos como protagonistas y el inédito plan.
La ciudad soñada y la construcción colectiva como herramienta
La imagen de un arquitecto chileno de clase mundial recorriendo e ideando la ciudad, trae a la memoria la serie de instancias en que planificar y gestionar una ciudad son presentadas como algo que se sueña en vez de construirse. Esto sigue ocurriendo a pesar de nuestra experiencia del Bicentenario que, desde su lanzamiento en Calama en 2001, recurrió a este concepto durante una década. Frases como “preparándonos para el Bicentenario” y alusiones a soñar con el futuro de las ciudades, de alguna manera sugería algo que ocurriría en el futuro y no en el momento presente.
Las ciudades requieren de una visión estratégica que puede ser interpretada como un sueño, pero esto debiera ser la derivación de una construcción colectiva en que el planificador, arquitecto en el caso de Calama, asume el rol de mensajero o facilitador. Los sueños colectivos deben ser construidos por la propia comunidad, por los propios actores políticos que la constituyen.
Asumiendo que la prensa puede ayudar a que los proyectos tengan mayor apalancamiento, parece ser que hoy la promoción es un proyecto en sí mismo. Esto hace recordar a Sir Peter Hall que plantea que los planificadores han pasado de ser “guardabosques” (del capital) a “cazadores furtivos”. Aquí cabe preguntarse hasta dónde la autoridad local participó en la generación del encargo y qué conocimiento tuvieron los organismos públicos pertinentes y la comunidad. El reportaje muestra cómo el plan se ha ido ajustando según las actividades de participación, pero también se indica la desconfianza de la comunidad ante un plan diseñado por consultores contratados por CODELCO, trabajando en Santiago.
Los vecinos como protagonistas y la responsabilidad institucional
La generación de un plan financiado por CODELCO, la misma empresa con la cual el destino de la ciudad ha estado vinculado por décadas, obliga a preguntarse si existe una nueva actitud. Asumiendo que todo aporte a la planificación de las ciudades, y en especial de Calama, es positivo, la nueva era de aportes privados (o empresariales en este caso) requiere ser estudiado. Particularmente cuando el marketing urbano puede generar suspicacias en cuanto a su objetivo final.
¿No es el objetivo del marketing urbano precisamente aminorar las suspicacias al dar cuenta de las ventajas de una determinada ciudad?.
En este sentido, es importante recordar que la planificación de las ciudades debe tener como fin último el bien común y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. En la legislación chilena estos objetivos deben ser resguardados por las entidades públicas y sus autoridades. Por lo tanto, los planes deberían ser de responsabilidad pública y colectiva, lo que implica encontrar la manera adecuada de incorporar los aportes del sector privado.
Es destacable el propio caso de Constitución donde el plan y gran parte de los diseños de proyectos han sido financiados privadamente para luego ser financiada su construcción con recursos públicos. Esto le ha permitido estar en mejores condiciones para la postulación de los proyectos, lo cual claramente no ha ocurrido con otras ciudades que deben postular a los mismos recursos. Es decir, se pueden generar distorsiones en el sistema, favoreciendo a aquellos que tienen estos aportes extraordinarios. Potencialmente una inequidad de acceso provocada sin intención.
¿Por qué no orientar los recursos privados hacia las obras y su mantención, al mismo tiempo que gestionar ágilmente los diseños de planes y proyectos con recursos públicos? El Estado puede ver con buenos ojos estos aportes, pero no debe distraerse de su responsabilidad. Bienvenidos los aportes privados a la comunidad, pero en obras y mejor aún en recursos para programas o fondos de inversión urbana.
Planes inéditos: ¿Y la experiencia como patrimonio?
Lo inédito tiende a estar presente recurrentemente en nuestra realidad. Muchas veces un nuevo paso es presentado o interpretado como innovación, donde la reinvención de la rueda es vista como algo positivo, a pesar de tener origen en la arrogancia de la ignorancia.
Sabiendo que la ciudad física es un palimpsesto, las gestiones, planes, proyectos e intentos también lo son y condicionan el futuro. La historia está llena de intenciones, buenas y malas ideas, siendo necesario al menos conocer el camino recorrido por cuestionable que pueda parecer. En el caso de Calama podría mencionarse algunas experiencias que han condicionado la situación actual, generando expectativas y constituyendo el patrimonio de la ciudad.
Por ejemplo, la actualización del Plan de Regulador de Calama, que pretendía responder a la necesidad de suelo urbano para acoger el traslado del campamento minero de Chuquicamata iniciado en 2004. Éste consideraba nuevas áreas verdes al interior y en el perímetro de la ciudad, buscando proteger y mejorar la relación con el Oasis del Río Loa, que es donde está emplazada la ciudad. Es decir, la ciudad ya está o es un oasis, el que no ha sido suficientemente protegido.
El plan regulador consideraba áreas de renovación urbana y áreas de expansión como el Seccional Topater, al oriente de la ciudad, en que el Oasis se visualizaba como una especie de Central Park. El Seccional Topater, con 547,8 hectáreas de terrenos públicos, fue diseñado como proyecto urbano para acoger a gran parte de la demanda generada por el traslado. Esta oportunidad de recibir de una vez una gran cantidad de recursos y reconstruirse como ciudad no fue aprovechada, a pesar de tener detrás a la mayor empresa pública del país. Es decir, CODELCO tuvo en sus manos la posibilidad de detonar un cambio relevante en la ciudad, pero por diversos motivos, la riqueza de la ex Chuquicamata quedó subsumida en barrios cerrados dispersos.
En esa época, iniciativas como el Plan Estratégico de Desarrollo Urbano de Calama PEDUC y el Proyecto de Integración Nueva Calama PINC, con el que CODELCO abordaría el traslado, se cargaron de incumplidas esperanzas de renovación. Hoy nuevamente el precio del cobre se encumbra por los aires y existen más recursos, pero también corren nuevos vientos. El 27F del 2010, los cambios sociales del 2011, lo ocurrido en Aysén y los recientes acuerdos del gobierno con la comunidad de Calama permiten creer que algo puede ocurrir para mejor.
El nuevo plan CALAMA PLUS se vislumbra como una buena oportunidad para capitalizar estos años de prueba y error. Sin embargo, se requiere un verdadero compromiso del Estado con Calama y el resto de las ciudades chilenas. Una buena señal dada por el gobierno actual es la generación de planes urbanos estratégicos que, si bien están pensados inicialmente para inversiones urbanas MINVU, debieran abrir paso al desarrollo de planes estratégicos integrales con recursos multisectoriales y amplia participación local.
Luis Fuentes
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Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Magister en Desarrollo Urbano. Geógrafo. Pontificia Universidad Católica de Chile.
En el ámbito profesional ha participado en estudios sobre planificación territorial y desarrollo urbano, entre los cuales destacan planes reguladores comunales, planes de desarrollo comunal y estrategias de desarrollo regional. En el ámbito académico ha participado en investigaciones sobre globalización, competitividad urbana, gestión territorial, mercado inmobiliario y mercados del trabajo, entre otros.
lfuentes@uc.cl
Gonzalo Salazar
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Diseñador de la Pontificia Universidad Católica de Chile; PhD sobre Ecología Humana y Diseño Ecológico, Centre fortheStudy of Natural Design, University of Dundee, Reino Unido, 2011.
Sus intereses como investigador y docente se centran en el entendimiento de las bases sistémicas y filosóficas de la ecología humana; la ética ambiental; los fundamentos epistemológicos, conceptuales y metodológicos del diseño ecológico; la sustentabilidad local; la emergencia y conservación de ecosistemas humanos más sustentables; y la educación ambiental. Ha desarrollado investigaciones sobre sustentabilidad local y diseño ecológico en diversas comunidades de Reino Unido, Finlandia, Alemania y Dinamarca. Actualmente es profesor e investigador del IEUT.
gesalaza@uc.cl
La reconstrucción de los movimientos sociales urbanos
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Imagen vía flickr por talcahuanofotos
Título: La reconstrucción de los movimientos sociales urbanos. Aprendizajes a partir de caso de la Coordinadora de Pobladores José María Caro en Santiago de Chile
Autor: Leslie Parraguez Sánchez
Año: 2008
Tipo Tesis: Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano
Profesor Guía: María Elena Ducci
(Viene de la Introducción)
La investigación pretende realizar dos ejercicios indagatorios concatenados. Por un lado, busca aportar a la discusión teórica en torno a la reconstrucción de lo colectivo en el actual campo de historicidad, es decir, en el proceso global de urbanización capitalista. Por otro, busca profundizar los hallazgos de la indagación teórica a través del estudio de una acción colectiva emblemática en la historia contemporánea de la ciudad de Santiago de Chile.
Con todo, se pretende comprobar que la actual proliferación de “conflictos urbanos” en la ciudad corresponde a la emergencia de nuevos movimientos sociales y no solo a explosiones aisladas y fugaces de descontento, como suele describírseles. Ello, a través del estudio de la relación dialéctica entre la transformación de “lo colectivo” y las transformaciones urbanas que se gestan a partir de los cambios en la arquitectura productiva global.
Desde la discusión bibliográfica se definen los términos para abordar –pero no predeterminar-, el caso de estudio, que corresponde a uno de los conflictos urbanos más reconocidos que se han desencadenado en la ciudad en el último período, protagonizado por la Coordinadora de Pobladores José María Caro, en la comuna de Lo Espejo. Como varias otras agrupaciones de Santiago de Chile, se organizan para cuestionar el proceso de actualización del Plan Regulador Comunal, por haber sido gestado sin la participación amplia de los vecinos; imponiendo un modelo de desarrollo urbano que no sólo implicaría la transformación radical del estilo de vida barrial, sino también la paulatina expulsión de los habitantes de esta histórica población.
(Viene de la Fundamentación)
Esta investigación responde a un interés profundo por el debate académico y político en torno al tema de la “muerte de lo colectivo” y el “triunfo del individualismo negativo” en el actual contexto social. En este sentido, se está de acuerdo con quienes defienden la idea de dictámenes. Una de las señales, a la cual esta investigación busca otorgar visibilidad, es la proliferación de “conflictos urbanos” en la ciudad de Santiago de Chile: reacciones colectivas que se oponen a aquellas intervenciones urbanas –públicas y privadas-, que, según sus protagonistas, trastocan arbitrariamente sus entornos locales de vida.
Esta publicación, permite, además, deducir una importancia creciente del fenómeno para la opinión pública, al menos aquella interesada por las tendencias contemporáneas de lo urbano hoy. Pero, más importante, podría significar un avance para estas luchas, al dejar de ser interpretadas como situaciones aisladas, sino como una “cuestión urbana”. El sencillo acto de examinar los nombres de estas agrupaciones ciudadanas permite obtener pistas en este sentido, ya que todas estas acciones colectivas para sintetizar su interés de lucha hacen uso de conceptos muy cercanos en términos de significado: “defensa”, “no”, “salvemos” o “rechazo”.
Ahora, más que buscar regularidades, esta investigación se propone mirar con nuevos ojos estas manifestaciones colectivas, en un esfuerzo por evidenciar las consecuencias que tiene para los sujetos que no se preste atención en forma crítica a sus transformaciones. Detrás de esta acción, de acuerdo con Matus (2006), hay todo un nuevo mapa de preguntas que hacer emerger. La primera, seguramente, debería proponerse dilucidar si la situación descrita más arriba responde a una simple coincidencia o, más bien, se está ante una clara señal de que, más allá de las especificidades de cada una de estas movilizaciones ciudadanas, algo nuevo ocurre en la ciudad. Más concretamente, ¿es posible afirmar que estamos ante la emergencia de nuevos movimientos sociales en la ciudad de Santiago de Chile?
(Viene de Pregunta de Investigación)
A partir de la discusión bibliográfica, fue posible definir los términos para abordar el fenómeno de estudio. En paralelo, se eligió el cas de estudio que corresponde a uno de los conflictos urbanos más relevantes que se han desencadenado en la ciudad en el último período: la Coordinadora de Pobladores José María Caro, conformada por habitantes de la población del mismo nombre situada en la comuna de Lo Espejo. Como varias otras agrupaciones en la ciudad de Santiago de Chile, se organiza para cuestionar el proceso de actualización del Plan Regulador Comunal, por haber sido gestado sin la participación amplia de los vecinos, imponiendo un modelo de desarrollo urbano que implicaría la paulatina expulsión de población y transformación radical del estilo de vida de esta histórica población.
(Viene de Hipótesis de Trabajo)
El elemento constitutivo específico de la Coordinadora es la identidad espacial que defiende. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se identifica también con una reivindicación contraofensiva, específicamente, la lucha por el derecho a la ciudad.
La Coordinadora se constituye como un movimiento social urbano emergente ya que resuelve la tensión entre sus intereses defensivo y contraofensivo, al fundar su acción en valores modernos y, desde ello, al integrarse en redes de agrupaciones con conflictos similares en Santiago, a través de mecanismos de información y comunicación innovadores, sin renunciar por ello a su lucha específica.
(Viene de la Metodología)
Para cumplir con los objetivos de esta investigación, se optó por un estudio de caso paradigmático, desarrollado a través de técnicas cualitativas. La selección de dicho caso (la Coordinadora de Pobladores José María Caro) se realizó de modo intencionado, de acuerdo a dos criterios: la visibilidad pública de la agrupación y su nivel de convocatoria y éxito, que al momento de su ceración (2005) era inédito todavía a nivel de ciudad, especialmente para los sectores de bajos recursos.
La unidad de análisis de este estudio es el discurso –y acciones asociadas- desarrollado por la Coordinadora. Para reconstruirla se consultaron distintas fuentes primarias y secundarias de información.
(Viene de Conclusiones)
A partir de la cartografía construida, se abren las siguientes cuestiones: ¿es posible seguir estudiando a los movimientos sociales sólo desde su tensión fundamental general? Más bien, ¿puede seguir considerándose que la tensión fundamental específica de los movimientos sociales emergentes es sólo una precisión de la tensión general? ¿O debe ser considerada como una nueva dimensión de este fenómeno?
En este sentido, se propone que la emergencia de movimientos sociales en Santiago de Chile responde más bien a una doble tensión: la superposición de la tensión fundamental general o temporal (pasado-futuro) y la tensión fundamental específica o espacial (dentro – afuera). Por un lado, la tensión fundamental general ahora es denominada como temporal, ya que plantea a los MSE el desafío de la transformación, es decir, de conquistar el futuro de la ciudad, a partir de la inclusión de la identidad espacial –construida con el presente y su pasado- como criterio para el desarrollo urbano. Por otro lado, la tensión fundamental específica es ahora señalada como espacial, ya que plantea a los MSE el desafío de ver más allá de su propia forma espacial de desarrollo geográfico desigual, es decir, mirar hacia afuera y desbordar su lucha hacia otras escalas.
Así, se concluye que la Coordinadora de Pobladores José María Caro no se constituye como un movimiento social al no resolver la tensión temporal, que continúa siendo el elemento clave para su consolidación, no por rigidez teórica, sino porque para los propios sujetos continúa siendo un desafío en construcción. Por lo tanto, más importante es entender cuáles son las circunstancias del ejercicio político en el cual se involucra, que sólo le permiten alcanzar la legitimación de sus argumentos en la toma de decisiones a nivel local.
En este sentido, se identifican algunos factores internos, como sus estrategias de gestión confrontacionales y su rigidez propositiva, muy relacionados con la desconfianza profunda de os habitantes de la población hacia las estructuras de poder político y económico. Porque la Coordinadora no sólo debe convencer a las autoridades sobre la validez de sus argumentos, sino que también debe convencer a sus representados sobre la validez de los procedimientos.
Si bien esta investigación no pretende desestimar el daño profundo de las desconfianzas en los sectores más excluidos de la ciudad, representados por los pobladores del sector F de la José María Caro, es posible concluir que aún existen materiales disponibles para la reconfiguración de lo colectivo, como el espacio de vida, que para e caso estudiado representa aquello que los transforma en sujetos emancipados y, por lo tanto, debe ser defendido. Defensa que no se configura aisladamente, sino de modo relacional, específicamente, desde la comparación con otros.
Se debe recordar que la reconstrucción de lo colectivo es un proceso socioespacial inserto en un proceso global de urbanización capitalista, caracterizado por un desarrollo geográfico desigual, donde los atributos del espacio que inauguran y sostienen la acción colectiva (calidad social, funcional y simbólica) no están distribuidos equitativamente en la ciudad, ayudando a entender por qué muchos son excluidos del ejercicio político de reapropiación de la ciudad que anuncian las agrupaciones urbanas. De ahí la importancia de la superación del encierro comunitario y la inclusión de la perspectiva urbana en la argumentación de estas luchas, ya que sin ello difícilmente pueden pretender un impacto global, mejorando las oportunidades concretas para acceder a la reconstrucción de lo colectivo y al debate sobre cómo queremos vivir hoy desde la diversidad socioespacial de la ciudad.
La participación en disputa
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Revista Planeo Nº2, La participación en disputa, Abril 2012.
[Ilustración: Fabián Todorovic]
[Por Alejandra Rasse]
La participación ciudadana se ha vuelto, hoy en día, parte obligada del discurso respecto a la toma de decisiones. Tomar decisiones desde lo público, sin participación ciudadana, parece actualmente impensable, y cada vez que se anuncia un nuevo programa o intervención, se hace referencia a que ésta se realizará de forma participativa e inclusiva.
La fuerza que ha tomado la noción de participación ciudadana nos remite casi de inmediato a la importancia de tomar en cuenta el bien común al momento de pensar la ciudad: poner en primer plano lo que es bueno para la ciudad en general, independiente de los intereses particulares o las circunstancias del momento. Hoy es extendida la idea de que la ciudad no puede ser pensada desde arriba, por unos pocos, o peor aún, que quienes diseñan los espacios no estén conectados con los intereses e ideas de los que los habitan en la práctica.
Sin embargo, la ampliación del uso discursivo de la noción de participación ciudadana también ha llevado a una instrumentalización de la misma. Hablar de participación ya no es necesariamente hablar de bien común. Por una parte, desde lo público muchas veces se entiende la participación simplemente como una forma de legitimar la toma de decisiones y así evitar conflictos posteriores. Esto lleva al sinsentido de someter decisiones que incluyen elementos de definición de zonas de riesgo y amenazas naturales al resultado de procesos de participación ciudadana (como la reciente consulta ciudadana en Peñalolén, que dentro del paquete sometido a consulta incluía aspectos de definición de áreas de riesgo). Así como las decisiones no son 100% justificables en base a lo técnico, tampoco es posible justificar totalmente una decisión en la opinión ciudadana, en especial, cuando ésta se expresa simplemente como un voto, y no como fruto del debate y trabajo conjunto en comités, mesas de trabajo multiactorales, u otros espacios deliberativos.
En esta misma línea, también es posible apreciar cómo algunos instrumentos de participación alcanzan mayor popularidad y son utilizados sin considerar si son efectivamente la mejor forma de poner en común los intereses de los involucrados. Ejemplo de ello es el plebiscito, instrumento en que una materia se decide por mayoría simple entre escasas posibilidades predeterminadas y que se ha popularizado como LA herramienta de participación ciudadana. Adicionalmente, a través de este instrumento muchas veces se fuerza a la ciudadanía a inclinarse por un conjunto de medidas que se presenta como un todo, en lugar de poder pronunciarse por aspectos más específicos de las propuestas, y hacer modificaciones. Pero olvidamos que existen alternativas de participación más dialogantes, en las que se abre espacio al desarrollo de propuestas desde la ciudadanía, se trabaja por co-construir una visión común sobre un tema, se puede negociar diferencias y en torno a ello tomar decisiones. La metodología de Charrette puede entenderse como un ejemplo de esto último.
Por otra parte, participar muchas veces aparece como poco atractivo para la ciudadanía: si no me afecta directamente, no es mi problema participar. Trabajar por el bien común, cuando éste no se asocia directa y claramente al bien individual, parece no tener mucho sentido. Esto último se vio especialmente reflejado en el escaso público que pasó por las oficinas de los PRES (Plan de Reconstrucción Estratégico Sustentable), especialmente diseñadas para acoger todo tipo de participación ciudadana vinculada a la reconstrucción de las ciudades post terremoto 2010. La participación por el bien común es vista por la ciudadanía como algo optativo, no como un deber, mientras reclamar por el bien individual aparece claramente como un derecho.
Este retraimiento ciudadano respecto de las decisiones por el bien común ocurre en paralelo al surgimiento de numerosas organizaciones ciudadanas en defensa de algunos barrios y sectores de la ciudad específicos. Muchas de ellas surgidas como reacción de los vecinos frente a intervenciones que cambiaban la forma de habitar de su propio barrio, con el tiempo se han ido extendiendo y formando redes de organizaciones ciudadanas en temas de ciudad que se apoyan y colaboran técnicamente entre sí, buscando desarrollar una visión ciudadana sobre la ciudad y las intervenciones urbanas. Si bien estas organizaciones hacen un enorme aporte a la discusión sobre el futuro de los barrios y de la ciudad en general, no debe perderse de vista que los ciudadanos que éstas organizan y representan son sustancialmente menos que los ciudadanos que optan por no tomar parte de la discusión y que pueden o no compartir la agenda e intereses de las organizaciones ciudadanas. Es la opinión de todos la que construye el bien común, no sólo la de los empoderados, ni tampoco la de los mismos de siempre.
Esto también llama la atención sobre los convocados a participar, a tomar una decisión sobre las intervenciones que se realizarán en un territorio. Si bien en principio es evidente que quienes habitan el lugar deben hacerse parte del proceso, también es importante asegurar que se vele por los intereses de los potenciales habitantes del barrio y los ciudadanos en general. Dejar de lado este punto puede llevar a la creación de normas o intervenciones exclusionarias, que impidan la llegada de otros grupos sociales con el mismo derecho a habitar la ciudad y disfrutar de los bienes urbanos. La idea de incluir participación ciudadana en el desarrollo urbano es abrir espacios de inclusión, no la creación de barreras de exclusión.
En este sentido, la oposición entre los poderes públicos y las organizaciones ciudadanas, con las instancias (o falta de instancias) de participación como un escenario de disputa, sólo esconde la pobreza del debate respecto al futuro de nuestras ciudades y la forma en que se quiere construir la ciudad. No se trata ni de abrir un espacio para la legitimación de las decisiones ni de proponer una agenda única de discusión, por más interesante que ésta sea. Sólo al incorporar la diversidad de miradas sobre cada tema, incluyendo a los que se quedan en casa, a los propietarios, no propietarios, inmobiliarios (sí, inmobiliarios), vecinos nuevos, vecinos antiguos y potenciales vecinos futuros, usos deseados e indeseados, es que se podrá siquiera comenzar a hablar sobre bien común.
Si esto suena complejo en el papel, lo es aún más en la práctica. Pero no debemos desanimarnos. Hay un importante número de proyectos que han logrado incluir la participación desde una perspectiva inclusiva y de construcción colectiva del bien común, como son los proyectos Paris Rive Gauche, Coin Street (Londres), o el Metrocable de Medellín, y experiencias nacionales como la de Ribera Norte en Concepción, el nudo vial Estoril, el diseño participativo para la recuperación de los humedales como parques urbanos en Valdivia, o las cartografías participativas que se han estado realizando en Maipú, entre otros. Muchos de estos proyectos no estuvieron exentos de problemas, conflictos e incluso errores en el proceso. Un caso claro es el de Paris Rive Gauche, en que ante el surgimiento de conflicto las autoridades del proyecto reconocen su error en no incluir instancias de participación ciudadana, y generan un nuevo plan, que incorpora la perspectiva de la sociedad civil y los privados; ocurre lo mismo en el caso del nudo vial Estoril, en donde es el propio conflicto el que lleva a ampliar las instancias de participación, y a generar un diseño consensuado de la intervención. En este sentido, si bien la participación, como cualquier proceso de comunicación y negociación entre personas, toma su tiempo y conlleva tensiones y conflictos, es la única vía para llegar a decisiones más informadas, legítimas y validadas.
[Imagen: Flickr]
Entrevista Josefa Errázuriz. Los estudiantes el año pasado nos enseñaron algo super importante, que era que había que poner las demandas en la calle.
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Revista Planeo Nº2, La participación en disputa, Abril 2012.
¿Cuáles son las modalidades de participación ciudadana más utilizadas en Chile hoy en día?
Difícil pregunta. El concepto de participación ciudadana en Chile, país, es un concepto que nosotros como Ciudad Viva no compartimos. Porque participación ciudadana es como dar información a la ciudadanía, o la segunda es, ok, participación ciudadana es consultar a la ciudadanía. Para nosotros desde Ciudad Viva hay un concepto que hemos acuñado hace ya dos años, nosotros lo que estamos haciendo es fomentar una ciudadanía activa cuya participación sea ser parte de los procesos. Este ser parte de los procesos es un ser co-resposable de los procesos. Para nosotros es super importante estar desde el inicio. Ser parte, no ser consultado porque consulta yo puedo venir y decirte: ¿cómo te gusta este proyecto? ¿te gusta que la pared la pinte rosada? Y tú me dices sí o me dices no y ya hiciste consulta ciudadana, ya hiciste participación. No es eso, nosotros queremos ser parte en los diseños de todo aquello que diga relación con nosotros. Yo creo que hay una frase que nos interpreta absolutamente y que no es original nuestra, que dijeron los pobladores de Dichato en el momento del terremoto, hace 2 años, en lo cual ellos decían: nada para nosotros, sin nosotros. Yo creo que los ciudadanos en Chile, la participación es todo lo que tenga que ver con nosotros, queremos ser parte desde el inicio. Y esa es la participación que nosotros propiciamos, esa participación obliga a que la ciudadanía se organice, en distintas formas, con distintos componentes, pero se organice, y en eso estamos.
Podrías profundizar un poco en cuanto a lo que tu consideras las deficiencias más importantes en cuanto a la participación ciudadana hoy en día?
Pongámoslo desde 2 ámbitos. El primero es desde la autoridad, desde los espacios de participación. De partida la participación vinculante en Chile es casi inexistente, para muestra un botón, en la ley de participación ciudadana, Ley 20.500 que se promulgó en Febrero de 2011, se bajaba el porcentaje de firmas que era necesario para hacer un plebiscito vinculante del 10% del padrón electoral, al 5%. Bueno, pues ahora nos encontramos que en Diciembre o enero se aprobó el proyecto de ley que estipula la elección de los consejeros regionales, y en un artículo pr ahí abajo, en la letra chica, se vuelve a aumentar el porcentaje al 10%. Es decir, lo que te dieron con la mano, lo borran con el codo la clase política. Es un ejemplo. NO tenemos formalmente los espacios para una participación vinculante. Por lo tanto, lo que nosotros decimos es ok, a lo mejor en el momento de consulta nuestra opinión no va a ser valorada, entonces queremos ser parte del proceso donde se analicen las cosas, no para siempre ganar, si no para dar nuestra opinión. Y por otra parte, está la ciudadanía misma. Porque efectivamente con esto de que no exista una participación vinculante, tú a veces dices, y para qué yo me molesto y doy mi opinión y mi trabajo, si después finalmente puede no ser tomada en consideración. Y yo ahí digo, no, todo espacio donde tú puedas opinar tiene que ser un espacio donde tu ganes que quieres participar y opinar desde antes. Por lo tanto es un llamado ferviente a la ciudadanía a no desmotivarnos, no bajar los brazos y seguir en esto que es para nosotros. Porque nosotros tenemos opinión, sabemos lo que queremos, y en eso queremos estar.
En su opinión, ¿a qué se debe la inconsistencia entre la política vigente en términos de la participación – hay una nueva ley de participación ciudadana – , y la resistencia por parte del gobierno en habilitar espacios e instancias efectivas para la participación? ¿ por qué se da esta inconsistencia entre una ley que se supone que debería fomentar más participación, y la realidad en que se ve que no se ha hecho mucho?
Punto uno, es una ley que parte sin financiamiento. La Ley 20.500 existe, se decretó por ley instalar los concejos de la sociedad civil en todos los municipios, pero eso no traía consigo algún financiamiento. Ergo, hay municipios que te dicen que yo no lo puedo hacer porque no tengo financiamiento. Y aparte de eso, hoy día, esta ley lleva un año de su promulgación (Febrero 2011), y no hay una evaluación por parte de las autoridades, cosas que la ciudadanía no ha empezado a decir tenemos que hacer, de cuántos consejos de la sociedad civil efectivamente están constituidos, cuántos efectivamente están constituidos y funcionando y cuántos faltan por constituir, y por qué no ha habido una sanción por falta administrativa a aquellos alcaldes que no lo hicieron. Ahora, las leyes surgen sin financiamiento, y aún más, yo te diría que en Chile no cumplir con la ley no tiene una sanción importante. Las autoridades se mantienen en su puesto y pudiendo ser reelegidos. Entonces, cuál es el castigo a los que no cumplieron con la ley, por ejemplo, en los temas de participación.
¿Cuál diría es el papel de las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de participación? Por ejemplo, cómo llega una organización como Ciudad Viva a mejor representar los deseos y preferencias de la ciudadanía en general.
Yo creo que el papel de las organizaciones ciudadanas es, junto con la ciudadanía, o sea, no entre cuatro paredes que lo decida una ONG cualquiera o una corporación, si no, junto con la ciudadanía poder decir, esto es lo que queremos. Y eso es un trabajo que hemos venido desarrollando de Ciudad Viva con la Agenda Ciudadana sobre la ciudad que queremos. Ahí tenemos 50 medidas concretas que a nosotros nos permiten decir estos son los estándares mínimos de la ciudad que quisiéramos, es lo ideal. Ahora, eso no puede ser solo, o sea, yo no puedo instalar agendas, porque estoy cometiendo el mismo error del gobierno, en que me ponen un tema y yo tengo que discutir solo sobre ese tema y a lo mejor no es el tema que a mí más me importa como ciudadano. Es recoger el sentir de los ciudadanos y con ese sentir ir a golpear las distintas puertas y decir, mire, los ciudadanos tenemos propuestas. Acá está la Agenda Ciudadana y esto es lo que yo quisiera. Ahora, junto con eso hay que sacar la foto de lo que tenemos e incidir, porque yo creo que ahí está nuestro rol, incidir con los distintos actores que dicen relación con las políticas públicas para ver cómo acorto la brecha entre lo que efectivamente los ciudadanos decimos “me representaría, lo quiero” y lo que efectivamente hay, porque si tomamos todos los puntos es imposible. Es cómo acortamos la brecha y eso se hace sólo con participación, no se puede de otra manera hacer. Por eso estamos apelando a la corresponsabilidad en los proyectos, a la corresponsabilidad en el territorio. Esta ciudad que es mía, tuya y de todos, y quienes habitamos en ella somos efectivamente los dueños, no los servidores públicos que nos dicen representar, nosotros somos los dueños. Bueno nosotros tenemos que tener una opinión de lo que queremos, esa opinión es lo que hay que hacer valer, decirle a la autoridad aquí está mi propuesta, la foto está acá, esto es lo que tenemos, cómo aportamos, cómo trabajamos juntos para eso. Porque yo solo con alegar y protestar no llegamos a ninguna parte.
¿Para qué tipo de decisiones debiera ser obligatorio entregar participación ciudadana? O, en otras palabras, existen decisiones, o procesos, o escalas, para los cuales no sería necesario contar con participación ciudadana?
No, no. Yo creo que los mejores proyectos sin duda son los que son elaborados en conjunto con la ciudadanía. La participación no hace mal, da susto, las autoridades se asustan. Todavía la autoridad está en una etapa en que piensa que si te dan la posibilidad de participar va a ser co-gobierno. Nosotros no queremos co-gobierno, queremos la co-responsabilidad. Cómo no va a ser más fácil si yo quiero pintar la ciudad de rojo, y es la ciudadanía la que está conmigo en esa decisión y la cuida después de pintarla. No hay ninguna instancia en que no corresponda tener participación ciudadana.
¿Podría nombrar algún ejemplo en que Ciudad Viva tenga una impresión positiva de lo que se hizo en términos de participación ciudadana?
Pío Nono. El arreglo de la calle Pio Nono. Efectivamente no es que todo lo que quizo Ciudad Viva se hizo. Pero Ciudad Viva dice hagamos un Pío Nono distinto. Se hicieron charretes en su momento, se hicieron muchas actividades de calle con el Pío Nono a tracción humana. Hicimos Pío Nono debería tener veredas más amplias, era la calle que era el mirador al cerro, han pasado problemas, como tener la universidad San Sebastián que nos limita – o sea, yo no veo el cerro, veo la universidad – una ciclovía, lugares para sentarse, y eso se hizo en conjunto con los dos municipios. Ahora, efectivamente se logró una modificación de Pío Nono, pero hoy día nos encontramos con que ha habido modificaciones a ese Pío Nono que fueron absolutamente inconsultas. Y tenemos estos lugares, las esquinas con topes de concreto para poner plantas, y no todos tienen plantas porque claro, no fue lo que nosotros dijimos. Los bancos fueron más bien incómodos y puestos de una determinada manera. Pero lo que se hizo muy bien y se trabajó y ahí había trabajos sobre la velocidad de los autos que queríamos, el flujo vehicular, las ciclovías, se olvidó y no se respeta. O sea, los ciudadanos pasamos pidiendo por favor mira esto, que se hizo entre todos, y eso da lo mismo. Además que tenemos dos administraciones municipales que representan dos regímenes de gobiernos locales que son muy distintos entre sí. Pero eso fue un ejemplo interesante. Cuando se trabajo en base al barrio que queremos, como el barrio Bellavista, fundamentalmente Bellavista – Providencia y se pudo llegar al Plan Regulador, se pudo decir este es el tipo de altura que queremos, el tipo de velocidad que queremos, las calles interiores con ciertas dinámicas en el transporte, el tema de las patentes de alcoholes, y eso ha sido en cierta medida respetado por el Plan Regulador con propuestas interesantes, que después se van olvidando porque pasan otras cosas.
Describe algunos proyectos o experiencias (tanto positivos como negativos) de la Ciudad Viva en materia de participación ciudadana. ¿A que se debe el éxito u el fracaso de las experiencias?
Un resultado negativo que también hay que destacar es el barrio Bellavista. Si tú hoy día vienes a Bellavista es un barrio que va en franco deterioro. Si me preguntas a mi, una opinión muy personal, por un número indiscriminado de patentes de alcoholes, que permiten que haya una gran variedad de distintos tipos de negocios, bares, prostíbulos clandestinos, que van en deterioro del barrio, y por otra parte, los planes reguladores no nos permiten haber frenado una construcción como la universidad San Sebastián y ahí yo creo que nosotros estuvimos laxos, el control ciudadano no fue importante y vino la San Sebastián y nos encontramos con la San Sebastián montada. Que hoy día hay un movimiento y hay una demanda en la municipalidad de Recoleta, pero el edificio está.
¿Se atribuiría una laxitud a la ciudadanía en ese caso?
Sí, porque al final quienes vigilamos todo el día el barrio es la ciudadanía. Yo creo que nosotros nos relajamos un poco ahí, y por lo mismo Ciudad Viva dice: no, este es mi territorio y yo lo tengo que tomar con mucha fuerza y por eso el año 2012 es el año de Bellavista, que hemos planteado. La recuperación de la zona típica de aquí, que es un tema que podemos discutir mucho, porque las zonas típicas los vecinos las usamos contra las inmobiliarias y estoy de acuerdo, lo acepto, pero es la manera de defendernos, si no tenemos otro mecanismo. Y ahí yo creo que nosotros tenemos que recoger el cañón y decir… yo creo que es correcta tu pregunta al decir que la laxitud es de la ciudadanía, yo tengo que asumir mi rol co-responsable y yo te diría sí, yo me dormí, pero también yo hubiera esperado que las autoridades no nos pasaran el gol, pero sí, yo me dormí. Ahora, otro ejemplo interesante es la agenda ciudadana que yo les acabo de regalar, las 50 medidas, que es una agenda que interpreta el sentir de muchos y muchas ciudadanas, no sólo de Santiago, se trabajó con Valparaíso y con Tomé, y ahí está reflejado el sentir de muchas comunidades en no todos los temas que podíamos tomar, sino en los 4 ejes que Ciudad Viva fomenta, que son Transporte, Vida Verde y reciclaje, por supuesto la participación ciudadana como un eje transversal, patrimonio e identidad y el plan de gestión barrial o la gestión de nuestro territorio en forma más democrática. Yo creo que en esos cuatro ejes hay propuestas super concretas que no fueron levantadas solo por… sino que fueron en un gran trabajo ciudadano de distintas formas y que terminamos con una escuela de capacitación que iba apuntando hacia el fomento de la participación, la importancia de tener la información y cómo lo íbamos a medir, y yo creo que eso es un instrumento indiscutible, que fue entregado modestamente por esta ciudadanía a la autoridad que dice relación con la ciudad: la Asociación Chilena de Municipalidades y su presidente. Que fue entregada hacia la academia, representada por una Universidad que acaba de crear un laboratorio de Ciudad y Territorio, la Universidad Diego Portales, y que fue entregado a la clase política – y lamentablemente digo “clase política” porque creo que se han distanciado de la ciudadanía, porque los políticos son ciudadanos, pero se han diferenciado de nosotros – se le entrega y se le dice: mira, aquí hay un sentir ciudadano, trabajémoslo juntos. Y eso te lleva a que tú en cualquier mesa te sientas y tienes tus propuestas. Y eso es importante.
¿Cuáles son los cambios que se requiere, tanto desde el sector público como entre la ciudadanía, para aumentar la cantidad y la calidad de las instancias de participación ciudadana en las decisiones públicas y políticas, y crear una cultural más participativa?
Voy a partir por la autocrítica. Yo creo que los ciudadanos nos debemos convencer de que la única forma es organizados. Segundo, debe haber una gran generosidad en esto de la participación, a lo mejor yo ando buscando, porque hay una cierta desconfianza, como de qué partido debes ser tú, cuál es tu color político. Yo creo que eso no hay que mirarlo, yo creo que hay que sumar en aquello que nos une, o sea, esta misma red de territorio ciudadano es un ejemplo nuestro en que nosotros decimos nos unen dos temas: regionalización y contraloría ciudadana. Esos dos temas los trabajamos juntos. Ahora, cómo yo miro la ciudad y cómo yo hago el trabajo, eso lo vemos cada una de las organizaciones, pero nos convoca entes comunes. Y lo otro que yo veo es que hay que evitar los protagonismos. Yo creo que hoy día Aysén nos demuestra una cosa preciosa, como un dirigente con un lenguaje muy simple, muy directo y muy de sentimiento, de guatita, de piel, él dice: mira, aquí tenemos que privilegiar la región, estamos juntos, y logra tener una gran hegemonía sobre su propio territorio y una gran empatía para poder conversar con las autoridades y una gran generosidad. Yo creo que eso, Iván Fuentes, es una escuela que hay que aprender. Y yo además creo que aquí tiene que haber una gran generosidad y no buscar protagonismos propios si no buscar lo que queremos, calidad de vida.
Ahora, desde las autoridades, algún espacio donde la participación sea vinculante, y que nos den señales claras, yo pido voluntad política. O sea, cómo voy a justificar yo ante la ciudadanía, ante mí misma, que en Febrero de 2011 nos dan algo que es super importante, los plebiscitos vinculantes, y que a menos de 10 meses lo cambien a un porcentaje mayor. Cuando tú les consultas sólo te dicen: no nos dimos cuenta. Eso no puede ser. Los servidores públicos deben estar conscientes. Ahora, yo ahí creo ser un poco autoflagelante, creo que la ciudadanía tenemos el deber, tenemos la obligación de tener a nuestra clase política informada. O sea, ok, sabes que esto puede venir. Nosotros hemos ido a la clase política, a los senadores y decirles: mira, hay una Política Nacional de Desarrollo Urbano que se comenta, ojo, porque puede pasar lo que pasó ahora, que en un artículo muy chico de otra ley resulta que borraron una medida muy importante para la ciudadanía en términos de participación. Entonces creo que no hay que tener susto, o sea, trabajar con la ciudadanía en aquellos temas.
En su opinión, ¿Cuáles son los métodos de participación más efectiva para involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones? ¿Como difieren los métodos preferibles para distintas escalas y distintos tipos de decisiones?
Yo creo que los métodos son diferentes porque cada territorio es diferente, cada comunidad es diferente y cada barrio es diferente. Ahora, yo creo que hay un factor común que es fundamental en toda participación, que es la capacitación. Tú tienes que capacitar de las formas más variadas posibles, todos aprendemos de todos, todos lo hacemos juntos, para que esa ciudadanía pueda – me carga la palabra empoderarse, pero en realidad… – la ciudadanía tenga la información y tenga la capacidad para sistematizar sus necesidades y las formas de cómo concientizar esas necesidades en su medio que son todas muy importantes. Yo creo que aquí es válido todas las formas de lucha son importantes, yo creo que aquí es válido todas las formas de participación son importantes. Pero creo que hay otro factor común que no debe olvidarse nunca, que hay que pasarlo bien. O sea, yo necesito tener formas de participación lúdica, en la cual yo convoco no sólo a grandes talleres y a conversar todos los días cosas densas de poder participar, sino hacerlo en forma lúdica. Y eso hemos aprendido en Bellavista, por ejemplo con este retomar del barrio que te hemos dicho, nosotros queremos hacer malones donde los ciudadanos digan efectivamente lo pasemos bien en una gran mesa larga nos tomemos la calle que tiene todo un significado, pero seamos escuchados y digamos, a través de juegos, qué es lo que yo quiero para mi barrio. Porque no nos olvidemos nunca que los ciudadanos somos dueños de los territorios y es a ellos a los que tenemos que convocar.
¿Cuáles son los distintos actores o grupos que deben estar involucrados en los procesos de participación ciudadana y cómo se puede tomar consideración y lidiar con las diferenciales de poder en tales procesos?
Eso hay, en todos los tipos yo creo que hay gente que está buscando a veces razón de vida, otras veces poder, otras veces protagonismo. Yo creo que hay que lidiar de la siguiente forma. Primero buscando factores comunes. Segundo, yo creo que en los temas de participación hay que sumar y por lo tanto hay que buscar aquello que nos une y no tiene tanta diferencia, porque normalmente aquello que nos une es muchísimo mayor que lo que nos puede diferenciar y eso no hay que considerarlo en los momentos de buscar los conglomerados y las alianzas estratégicas para la participación. Y lo otro es enredarnos, o sea, los ciudadanos no tenemos la posibilidad de tener federaciones, como los estudiantes, las cuales nos llamen y nos agrupen y yo voluntariamente acceda, pero tengo un ente que es una federación que me llama en un momento determinado, por lo tanto hay un grupo de dirigentes que fueron elegidos y que me convocan, o los sindicatos en los cuales convocan a los trabajadores en términos de éstas son mis demandas que necesito. Los ciudadanos nos tenemos que enredar, y hacer redes y redes y más redes, y en esas redes hay que ir buscando cuáles son los temas que nos convocan, que nos agrupan en ese momento y de ahí ir creando distintas instancias para poder aumentar la participación en torno a esas distintas realidades. Entonces, a la vez se da que los ciudadanos participamos no de una, sino de varias redes, pero se hace.
Ahora, sí yo creo que hay que educar de nuevo para que lo que te convoque no sean los egos, no sea los poderes individuales sino que surja el yo colectivo.
Me interesaba que nos refiriéramos a casos, entonces fue bueno hablar del barrio.
Yo privilegié el barrio porque creo que es un deber que tenemos nosotros, además porque soy una convencida de que cualquier corporación sin fines de lucro o ONG, como finalmente eres una organización no gubernamental, si no tienes la pata en el barro, en el territorio, te pierdes, y terminas en lo que negamos y detectamos: creo una agenda solo y la impongo, no es una agenda colectiva que yo sistematizo o lidero el proceso, sino termino poniendo yo los temas que son relevantes y no escuchando.
Respecto a lo que hablamos de que la ciudadanía se puede dormir o relajar, ¿qué tan cerca o lejos estamos de otras realidades en las que sí hay una cultura más de participación o en la que la gente tiene históricamente una costumbre más arraigada de demandar ser escuchada, de tener una opinión crítica respecto a las decisiones que se toman? ¿Qué tan preparado está Chile en ese sentido, y si está preparado por igual o quizás en Santiago es más fuerte esa sensación?
Mira, si tú lo comparas con la experiencia argentina para ir a un país vecino, estamos muy distantes, a años luz creo yo. Y yo también creo que en Chile es muy distinto, y no sólo en Santiago. Hay cosas de regiones que son super importantes, y no digo solamente los movimientos recientes de Aysén, Calama, sino que creo que hay demandas que se dieron en Punta Arenas, hay demandas que se han dado en ciudades más chicas, como Talca en el proceso de reconstrucción, o Curicó. Además son invisibilizadas, la prensa no está con nosotros, o sea piensen en eso, que nosotros a la vez es super importante este tam tam ciudadano en que tú vas contando lo que va pasando y todo tipo de medio ciudadano en que podemos difundir lo que hacemos, porque obviamente en los grandes medios, las noticias ciudadanas no son noticia. Yo creo que Chile se ha ido cambiando, yo creo que esta ciudadanía cambió. La ciudadanía de la protesta es una ciudadanía que dice ok, lo sé hacer súper bien, pero yo estoy en la propuesta. Y yo creo que eso hace la gran diferencia, porque cuando tú ya descubres que lo tuyo es la propuesta, de ahí al paso siguiente de decir: yo quiero que mi propuesta sea considerada, empiezas a romper distinto. Además, los actores políticos, los ciudadanos hoy día en Chile, viste. O sea, los estudiantes el año pasado nos enseñaron algo super importante, que era que había que poner las demandas en la calle. Ahora, también nos hicieron un flaco favor, porque cuando tú no tenías 200 mil personas en al calle te decían: bueno, ¿y? esto no es tan importante, no tienes 200 mil. Pero cuando tú dices, sabes qué, aquí está mi propuesta, sobre esto discutamos, los desarticulas y la autoridad lo que normalmente dice es: tú lo único que haces es alegar y no traerme lo que quieres. Cuándo tú partes al revés y le dices: aquí está lo que yo quiero, o sabes que yo me opongo al mall de Castro, pero aquí está lo que yo quiero para acá. Entonces ese cambio de paradigma, de poner la importancia, el énfasis, en la propuesta, nos hace pensar que estamos en un país muy distinto.
Siempre se dice que en general en Chile la ciudadanía ha sido muy reactiva en vez de más propositiva, ¿vez que ahora está cambiando ese switch?
Yo siento que cambió ese switch, yo siento que ese switch es un cambio cultural, que no es fácil, pero yo entiendo que vamos por la senda adecuada de decir yo voy hacia la propuesta, yo quiero anticiparme. Por eso te digo que a mí me duele la San Sebastián con toda mi alma, porque siento que allí nosotros, habiendo estado, estábamos preocupado de la ciudad y nuestro propio barrio se nos fue por el lado. Entonces siento un gran dolor y un gran compromiso hacia donde está mi territorio. Ahora eso también te lleva a que tú tienes que estar siempre como yo digo, nosotros tenemos una orejita para adelante y una orejita para atrás. La orejita para adelante es saber escuchar lo que va a venir y ser más visionario, pero también la oreja para atrás diciendo a ver, ojo, mientras yo me preocupo para acá, me vayan a asaltar por acá, entonces tienes que estar todo el tiempo, es un trabajo muy difícil ser un ciudadano activo.
No es un simple cambio cultural, sino que hay muchas fuerzas detrás de ese cambio.
Si, pero es un cambio cultural también, porque tú tienes que acostumbrarte a que vas a ir a decir no lo quiero, pero aquí está lo que quiero, y eso es fundamental. Además, va a ser la manera de que los consejos de la sociedad civil, tanto comunales como de nivel central, se nos escuche. Cuando la ciudadanía diga: sí, yo sobre la ciudad sé lo que quiero, y aquí está. No si yo voy a ir y decir: me opongo, no lo quiero, pero es un cambio cultura. Pero todos los cambios duelen, pero son lindos. Aquí llegó otro momento y yo creo que el cambio es súper necesario. Además cuando tú dices, bueno la ciudadanía, las marchas del año pasado, la ciudadanía marchó sin partido y estábamos acostumbrados a que los partidos nos dieran las líneas muchas veces. Bueno, yo creo que sin partidos no se puede funcionar, pero yo creo que los vas a imponer a una conversa distinta, a una postura distinta, y eso hace la participación un elemento súper importante.
* Nombre: María Josefa Errázuriz Guilisasti
Nacionalidad: Chileno
Formación: Sociología, Universidad de Chile; estudios de Administración de Empresa, Universidad Mariscal Sucre, Santiago de Chile.
Organizaciones asociadas: Ciudad Viva (Presidenta 2011-2013)
El gran interés de Josefa Errázuriz por la calidad de vida la lleva a ser miembro activo de su Junta de Vecinos desde 1988 y a ser miembro del directorio de la Junta de Vecinos N° 7 “Los Estanques” desde 2002. Hoy se desempeña como Secretaria de dicha Junta de Vecinos.
En su constante preocupación vecinal fue Presidenta del Comité de Defensa de las Áreas Verdes de Providencia 2002- 2005, miembro del Directorio del Comité Calidad de Vida de Providencia 2004-2006, Asesora de la Unión Comunal de las Juntas de Vecinos de la Comuna de Providencia 2006-2008.
Candidata a Concejal Independiente (fuera de todo pacto) por la Comuna de Providencia 2008. Presidenta Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Providencia, desde 2009. Su mayor interés es el servicio público y la participación ciudadana. Funcionaria del Programa de las Naciones Unidas en Chile 1974-2007, fecha en la cual se jubila anticipadamente. En este Organismo desempeñó diversos cargos, siendo su última responsabilidad la de Gerente de Operaciones.
CIUDAD VIVA. Participar es Crecer Juntos.
Ciudad Viva es un Centro de Urbanismo Ciudadano fundado el 2000, por 25 organizaciones ciudadanas, que integraban la Coordinadora No a la Costanera Norte. Su compromiso fue tomar el conocimiento adquirido después de esa batalla ciudadana y ponerlo a disposición de las comunidades urbanas en conflicto o buscando jugar un rol activo en la planificación y construcción de ciudades más justas, sustentables e inclusivas. Se trata de una institución ciudadana que busca apoyar y nutrir a movimientos sociales en todo su ciclo de vida, para mejorar la calidad y la efectividad de la sociedad civil del país.
TAC Cordillera_ Valparaíso.
VerTAC Cordillera_ Valparaíso.
Autora : Ana Rojas, Arquitecta.
Resumen: Durante el desarrollo del curso de Planificación y Participación Ciudadana impartido el primer semestre del 2011 en el Instituto de Estudios Urbanos por la arquitecta Geraldine Herrmann, se realizó un estudio de casos internacionales y nacionales, en el cual se analizaron programas, organizaciones, proyectos, plebiscitos y presupuestos asociados a planificación participativa. En este contexto surgió la iniciativa del Taller de Acción Comunitaria (TAC), como caso de investigación, el cual será presentado en esta ocasión a propósito de la temática “Sociedad civil y ciudad” designado en este número.de abril.
El artículo está enfocado en dar a conocer el sentido de la acción de esta organización en el territorio, sintetizado en cinco ideas fundamentales: encuentro de actores, oportunidad de participación, acción concreta, nuevas prácticas en el territorio y fortalecimiento de vínculos comunitarios y sentidos colectivos. Cuyos efectos generan cambios en las relaciones, reapropiación de espacios, visibilización de capacidades colectivas, valor del espacio cotidiano generando transformaciones materiales, de sentido y densificación de la sociedad civil desde lo local.
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TAC CORDILLERA, LA EXPERIENCIA DEL TALLER DE ACCIÓN COMUNITARIA EN EL CERRO CORDILLERA – VALPARAÍSO.
[Por Ana Rojas Muñoz]
Desde hace un tiempo en el país se ha visto un resurgimiento de movimientos sociales, a los cuales se han ido sumando diversos actores y organizaciones más allá de los límites territoriales de los sectores afectados, motivados por dar a conocer su inconformidad ante ciertas estructuras y decisiones del estado, donde se ven priorizados criterios que ponen al mercado sobre la sociedad civil.
Esta forma de expresión masiva y mediática puede ser el inicio de una conciencia colectiva que se está despertando sobre lo que llamamos nuestros “derechos” y “responsabilidades” cívicas referente a nuestro territorio.
Desde la perspectiva del sector público, la participación ciudadana, pareciera ser entendida en la mayoría de sus casos como un conducto regular sin mayor relevancia, quedando limitada a una participación instrumentalizada a nivel de información y/o consulta.
En esta ausencia de canales efectivos de participación para la sociedad civil, el empoderamiento y dominio de nuestro territorio va quedando cada vez más definido por los criterios de mercado. En este escenario surge la necesidad de reconstruir espacios donde la ciudadanía vuelva a ser legitimada, adquiriendo un rol proactivo y empoderado que logre tener incidencia en la toma de decisiones sobre la ciudad de la cual somos parte.
En este contexto, nuestra sección “Prácticas” del segundo número de Planeo dedicado a “sociedad civil y ciudadanía”, quiere dar a conocer la experiencia del Taller de Acción Comunitaria (TAC), una iniciativa impulsada por la sociedad civil que lleva 22 años trabajando a partir de una metodología construida al ritmo de los procesos y desafíos locales, donde queremos poner en valor su vigencia y permanencia en el tiempo, ya que cuando hablamos de empoderamiento y de los efectos concretos que esta organización ha generado, se está reconociendo un proceso de construcción colectivo, en el cual se pueden ver reflejados los alcances que este tipo de iniciativas pueden tener para lograr recuperar y revitalizar el territorio.
El TAC es una organización comunitaria funcional que surge el año 1989 en el cerro Cordillera, Valparaíso. Su objetivo principal es promover el desarrollo comunitario, a partir de la generación de nuevas prácticas en el territorio que contribuyan a mejorar las condiciones del entorno barrial como las relaciones entre las personas que lo habitan. Su modelo de intervención parte de la base de la educación, capacitación formal o informal, y su trabajo está dirigido a niños, jóvenes, mujeres, adultos, tercera edad, vecinos, organizaciones, instituciones funcionales y/o territoriales.
Sus líneas de acción están constituidas en primer lugar, por la articulación de la red local y comunal a través de generar relaciones asociativas entre distintas organizaciones, ampliando la visión del territorio a partir de compartir e intercambiar aprendizajes.
En segundo lugar, el trabajo concreto se realiza en un espacio educativo complementario al formal, focalizado principalmente en niños y jóvenes por medio de talleres estables que se constituyen en sesiones semanales de trabajo con cursos de diversos establecimientos escolares. Estos talleres se enmarcan en las siguientes temáticas:
- Prevención en niños y jóvenes por medio de talleres que promueven el buen uso del tiempo libre en acciones concretas de mejoramiento y recuperación del entorno físico y social.
- Educación y mejoramiento ambiental, donde niños y jóvenes se constituyen como agentes en el proceso de recuperación y transformación de espacios desde una metodología de educación en la acción.
- Acción cultural, articulando a través de murales los espacios de expresión y difusión de cultura en los cerros.
- Rescate de la identidad local, se trabaja desde talleres orientados a rescatar y valorar el patrimonio tangible e intangible, fortaleciendo y reconociendo la construcción de la historia que los constituye.
- Recuperación y mejoramiento de espacios públicos.
- Biblioteca comunitaria, promoción del uso del tiempo libre en espacios orientados a la cultura y tecnología.
- Fortalecimiento de la acción voluntaria, a través del ejercicio ciudadano basado en el desarrollo local, autogestión y la responsabilidad cívica. Actualmente se conforma una red de voluntarios provenientes de la misma localidad, universidades y extranjeros.
- Extensión, espacio que promueve el intercambio de aprendizajes y experiencias con otras iniciativas mediante ferias, pasantías, seminarios, foros y visitas educativas a nivel local, comunal, regional, nacional e internacional.
En una primera etapa el trabajo del TAC en el cerro Cordillera se orientó al desarrollo de un autodiagnóstico, donde participaron dirigentes, pobladores y organizaciones de base para identificar las fortalezas y debilidades del barrio. Los problemas identificados por la localidad en sus inicios tenían relación principalmente con el deterioro e inexistencia de espacios públicos, la presencia de basurales en quebradas con un alto déficit sanitario y de infecciones. Dentro de los aspectos sociales, existía baja participación y desconfianzas en los líderes existentes. Las prioridades destacadas a trabajar por la comunidad hacen referencia a la necesidad de generar condiciones que faciliten el encuentro y participación en el proceso de desarrollo, demostrar en acciones concretas en el territorio posibilidades de transformación, de reconocimiento y valoración del espacio local.
En el año 1990 la organización se emplaza en una quebrada de Cordillera convertida en basural por más de 40 años, se inician jornadas de limpiezas donde se invita a participar a la comunidad. Una vez recuperada, se consolida la primera plaza y se realizan los primeros murales inspirados en la historia local. Este período fue básico para generar confianzas mutuas entre la organización, dirigentes vecinales y organismos locales. Desde este momento la organización comienza a sostenerse en la asociatividad y participación local, destacándose la labor y participación del equipo fundador de la iniciativa, de esta manera el TAC se sustenta a través de la acción voluntaria y proyectos puntuales, esta forma de funcionamiento sienta las bases que le han dado sostenibilidad en el tiempo.
“Su trabajo se sustenta a través de la acción voluntaria y proyectos puntuales, esta forma de funcionamiento son la base que le han dado sostenibilidad en el tiempo”
La estrategia de trabajo es coordinarse con los actores en torno al territorio, recuperando los espacios físicos a través de reuniones de planificación y conocimiento mutuo. El fortalecimiento del sentido comunitario, toma un rol central a partir de la articulación de las organizaciones de base del sector, establecimientos educacionales y consultorio de salud. Este proceso va consolidando la proyección del TAC.
A finales de esta etapa se termina de construir el anfiteatro en la quebrada recuperada, consolidando un espacio colectivo y local para la cultura capaz de albergar a 630 personas, participan más de 1000 personas de forma voluntaria en su construcción.
El período que va del año 1999 al 2001, se reconoce como la etapa donde ya existe una legitimación del modelo intervención. La organización se preocupa de la construcción de medios de difusión y material educativo, se desarrollan pasantías y encuentros con distintos actores del territorio. A finales de este ciclo se realiza la escuela de verano número 31, donde la mayoría de jóvenes de cordillera, antiguos niños pasan a ser monitores de los talleres, este hito es importante de mencionar, ya que estos jóvenes son los que comienzan a organizarse y generar cambios significativos en el territorio posteriormente.
“Su modelo de intervención está basado en una estructura asociativa a través de la Red Cordillera, conformada por distintas organizaciones de base de la localidad”
Estructura de organización
La sostenibilidad de esta experiencia está dada por su modelo de intervención basado en una estructura asociativa a través de la Red Cordillera, conformada por distintas organizaciones que representan distintos ámbitos del territorio.
Una vez que el TAC se asienta en Cordillera impulsa la articulación y coordinación de estas organizaciones ya existentes. Esta plataforma ha sido estratégica para el empoderamiento local, vinculación de actores y retroalimentación con el entorno, guiando el quehacer hacia la visión de un desarrollo comunitario diseñado y concretado en conjunto.
La estructura de la red se puede entender desde distintas esferas de participación. En su centro se identifica al TAC como agente vinculador de la red, articulándose en una primera esfera de participación local, constituida por organizaciones más activas dentro de la planificación y toma de decisiones en el territorio, entre ellas se encuentra la Población Obrera de la Unión, la Cruz Roja, voluntarios locales, consultorio, parroquia y 12 escuelas públicas. Incorporando también a organizaciones periféricas como los clubes deportivos, carabineros, centro de madres y las distintas juntas de vecinos.
En una segunda esfera de participación se identifica a los actores extralocales constituidos por las empresas colaboradoras, voluntarios, servicios públicos y universidades asociadas.
“Su metodología de acción local ha estado impulsada desde tres perspectivas de trabajo en el territorio: asociatividad, participación local y trabajo voluntario”
Metodología de toma de decisiones e interacciones públicas
Para colocar en contexto los mecanismos utilizados en la toma de decisiones promovidas por la visión del TAC, es importante exponer la metodología de acción local que ha desarrollado en estos 22 años la organización y que ha estado impulsada desde tres perspectivas de trabajo en el territorio.
En primer lugar la Asociatividad, mediante el intercambio de experiencias, horizontalidad, flexibilidad y permanencia en el tiempo de la red Cordillera. Los vínculos asociativos entre las distintas organizaciones han permitido movilizar recursos locales (físicos y humanos principalmente).
Segundo, la participación local de las distintas organizaciones y voluntarios construyen de manera conjunta las estrategias, planes, proyectos y acciones. Esto ha permitido en el tiempo una fuerte apropiación de los espacios ganados, fortaleciendo los lazos comunitarios y relaciones de sociabilidad con actores externos a la comunidad.
En este escenario se reconoce un tipo de participación en el nivel de asociaciones de co-gestión o más bien de co-construcción, ya que esta iniciativa ha fortalecido los vínculos y el capital social de la localidad, constituyendo nuevos líderes y nuevas formas de organización.
“El estilo de dirección del TAC promueve un liderazgo democrático, transformacional y participativo generando sentido de pertenencia y vínculos humanos”.
La interacción entre los participantes y la toma de decisiones es deliberativa, es decir el modo de comunicación es a través del intercambio de visiones, información y aprendizajes, se busca llegar a acuerdo basado en argumentaciones y consensuados mediante una participación colectiva.
Los espacios de participación se han ido consolidando en el tiempo, a través de asambleas, mesas de trabajo, talleres, donde los actores protagonistas son ciudadanos en general, autoridades públicas, líderes comunitarios, voluntarios, niños y jóvenes.
En términos generales, es posible identificar un proceso de toma de decisiones que contempla diferentes fases, denominado por la organización como “reflexión en la acción”. Esta metodología se estructura en esta secuencia: convocatoria de diversos actores de la localidad para participar de diagnósticos participativos, identificación de problemas, oportunidades y desafíos de trabajo, con este material se elaboran de manera conjunta las propuestas. La segunda fase se constituye por la gestión de recursos locales para implementar las acciones propuestas, que en la mayoría de los casos es a partir de la autogestión, posteriormente se implementan las acciones y por último, se evalúa el proceso y sentido de la experiencia.
La interacción pública se da en espacios de diálogo incluso más allá de lo local, a través de seminarios, pasantías, ferias, donde el TAC es representado a través de sus voluntarios según las temáticas que contemplan dicho encuentro. En éstas participan distintos actores de la sociedad civil, organizaciones y autoridades públicas. Otra forma de interacción pública ha resultado ser el reconocimiento de la experiencia, a través de los premios que ha obtenido tanto a nivel local, nacional e internacional. Entre los más destacados se encuentra el primer lugar regional en Medio Ambiente por la Comisión Nacional del Medio Ambiente de Chile; reconocimiento Buenas Prácticas Urbanas 2002 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo Chile, premio a la Innovación en el área ambiental 2002 por la Fundación Ford Internacional, entre otros.
“Dentro de los resultados más relevantes realizado por el TAC en el territorio se identifica la continuidad, permanencia y densificación de su trabajo en red, promoviendo la participación comunitaria en todos los procesos de intervención y una sociedad civil proactiva”
Resultados y efectos en el territorio
Dentro de los resultados más relevantes generados por el TAC en el territorio se identifica la continuidad, permanencia y densificación de su trabajo en red, promoviendo la participación comunitaria en todos los procesos de intervención y una sociedad civil proactiva, actualmente esta red es constituida por más de 40 organizaciones.
El trabajo asociativo y de planificación ha permitido recuperar, transformar y crear ocho espacios de encuentro y recreación, plazas y juegos dentro del cerro Cordillera. Entre los de mayor envergadura se encuentra el anfiteatro emplazado sobre una antigua quebrada basural, el cual tiene una capacidad de 630 personas y es un hito dentro de la trayectoria de transformación del territorio.
La sostenibilidad de la experiencia en el tiempo ha sido principalmente en base al trabajo y participación activa de 200 voluntarios y 1300 niños al año aproximadamente, impulsando nuevos desafíos y proyecciones para la organización. Actualmente a este espacio se han incorporado 7 universidades de Valparaíso para participar del desarrollo de prácticas profesionales, específicamente en el área de pedagogías y educación diferencial, en esta asociación se han sumado 140 jóvenes universitarios.
En el desarrollo del trabajo de revalorización y apropiamiento del territorio se han realizado más de 50 murales y diseños en mosaicos, construyendo una red física que dan cuenta de la identidad del cerro Cordillera y Valparaíso. Así también se han conformado una serie de huertos comunitarios y un invernadero para plantas, y reproducción de árboles nativos, generando una conciencia ambiental desde el trabajo realizado en la acción.
Otro aspecto relevante de la experiencia, es su modelo de intervención, el cual es legitimado no solo por la comunidad, sino también a nivel educativo, académico y gubernamental, siendo reconocido y premiado a nivel regional, nacional e internacional. Este empoderamiento ha iniciado nuevas trayectorias de participación y desarrollo de relaciones de confianza entre organismos públicos y comunitarios.
Dentro de los efectos concretos que ha irradiado está experiencia se encuentra la iniciativa de la rehabilitación integral y participativa de la Población Obrera, liderada por jóvenes residentes del edificio, los cuales crecieron participando del trabajo que ha realizado el TAC en el territorio.
“Dentro de los efectos concretos que ha irradiado está experiencia se encuentra la iniciativa de la rehabilitación integral y participativa de la Población Obrera, liderada por jóvenes de la misma localidad”
Este edificio es parte de la historia colectiva e identidad del cerro, fue construido en 1870, y corresponde a la primera vivienda social construida en Chile. Desde sus inicios sus habitantes fueron familias de obreros portuarios, cuyos descendientes aún viven ahí. En el año 2005 recibió el sello Bicentenario, formalizando su condición de edificio patrimonial.
Esta iniciativa se remonta al año 1998, cuando los jóvenes residentes del edificio deciden liderar la directiva de la población obrera, conformándose como organización comunitaria con el objetivo de iniciar un trabajo de recuperación del edificio impulsado desde la autogestión. La primera intervención se realizó a partir de fondos propios generados por actividades promovidas por la misma comunidad, en una segunda instancia se coordinan con el programa Proempleo (Programa Municipal de generación de Empleo Local), donde logran contratar a los mismos vecinos para iniciar la recuperación del edificio.
En el año 2003, por iniciativa del TAC se crea una “mesa técnica” donde se invita a participar a vecinos, líderes barriales, y organismos públicos, para abordar el desafío de la recuperación del edificio. Este hito inicia un proceso de formalización del trabajo desde la misma organización comunitaria, regularizando y saneando los títulos de propiedad que se venía llevando a cabo desde hace décadas, tarea importante de resolver para acceder a fondos públicos. En este período se conforman como entidad organizadora y de asistencia técnica para poder postular al Fondo Solidario de Vivienda con el objetivo de llevar a cabo la rehabilitación formal del edificio. Un año más tarde obtienen los subsidios de vivienda.
La población obrera fue protagonista en el desarrollo del proyecto de principio a fin, la directiva fue la encargada de elegir a los arquitectos y constructoras.
El edificio conserva su diseño original, sus modificaciones son al interior de éste, en cuanto a restablecer la subdivisión de departamentos para las 34 familias residentes, donde se consideraron baño y cocina independiente para cada uno de ellos, a diferencia de su diseño inicial en el cual compartían servicio en el patio central, lo que generó un cambio sustancial en la forma de vida de las familias. El promedio de superficies de departamentos es entre 55 y 90 mts2 lo que supera los estándares mínimos de vivienda social que actualmente se construyen en el país.
Este proyecto recibió financiamiento del MINVU, y fondos generados a partir de la autogestión de la organización a través de la Junta de Andalucía, PRDUV y propietarios.
Actualmente los jóvenes que lideraron este proceso, se organizan como corporación junto a una red de organizaciones para recuperar la Capilla Santa Ana y posteriormente el ascensor Cordillera. Su visión es demostrar que el trabajo a partir de la articulación de actores y mesas técnicas es un medio para recuperar nuestro territorio, como menciona Cristián Amarales, líder y uno de los gestores de la iniciativa “…el desafío es construir un nuevo modelo de política pública, replicable para otras experiencias…”.
Esta forma de hacer desarrollo local es un aprendizaje aprehendido en la experiencia vivida en el TAC.
“La visión de los jóvenes dirigentes es demostrar que el trabajo a partir de la articulación de actores y mesas técnicas son un medio para recuperar el territorio, el cual puede proponer un nuevo modelo de política de gobierno”
Con respecto al análisis de la experiencia, una estrategia clave para lograr la reconstrucción del tejido social del territorio fue la Asociatividad promovida por el TAC, a partir de la articulación de las organizaciones existentes en la localidad, conformando la “Red Cordillera”, como plataforma de acción y agente de transformación. Los vínculos asociativos permiten reunir diversidad de miradas, aprendizajes, capacidades, esfuerzos y recursos para alcanzar los objetivos comunes propuestos.
Se reconoce que uno de los principales logros de la organización está vinculado a la pertinencia del proyecto. El TAC surge desde la identificación de necesidades y problemas diagnosticados por sus propios habitantes y se ha ido construyendo al ritmo de los procesos locales, las propuestas de mejoramiento han sido realizadas por sus propios actores, a partir de la construcción de espacios de participación colectiva que han ido fortaleciendo las confianzas y capacidades locales.
La metodología de trabajo del TAC a instaurado nuevas prácticas sociales que se han ido replicando en otras organizaciones, entre ellas la asociatividad, la autogestión local, y la forma de tomar decisiones participativas y darle sentido a la acción conjunta a partir de “reflexionar en la acción”.
Desde esta perspectiva la sostenibilidad de la experiencia va más allá de lo límites de la organización, es decir que los aprendizajes pasan a ser un conocimiento colectivo, que pueden ser aplicables a otras iniciativas de diferentes escalas.
Un valor central de la experiencia es su capacidad para generar espacios y contextos de integración social en el amplio sentido (diversidad de oficios, profesiones, culturas, lugar de origen) impactando más allá de la escala local, constituyéndose en una iniciativa transformadora del territorio, personas y de prácticas sociales a través de la experiencia de sumarse y ser parte con otros en un proyecto colectivo que concreta sueños comunitarios… En palabras del TAC “Un espacio de realidades y sueños” donde “Juntos se construye una vida mejor”.
Jean Paul Kaiser
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Arquitecto, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Actualmente cursando Magíster en Asentamientos Humanos, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC.
Participación en Planeo:
– P1 – Lima: Planos 1613-1983
– P6 – Área metropolitana de Lima-Callao: Gestión Pública y vulnerabilidad
Nicole Pumarino
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Licenciada en Arquitectura y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano del Insituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC.
Participación en Planeo:
Valentina Salgado
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Licenciada en Arquitectura y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales.
Participación en Planeo:
– Potosí
Imágenes de Potosí
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[Imagenes tomadas en enero 2012, enviadas por Alejandra Parrague y Valentina Salgado]
Las contradicciones de María Elena
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[Nicole Pumarino]
Ubicada en la región de Antofagasta, María Elena fue fundada bajo el nombre de Coya Norte en los últimos años de la era del salitre como un asentamiento modelo de un nuevo sistema de extracción (Sistema Guggenheim), más competitivo que el anterior. Esto no solo significó la vanguardia de un proceso productivo sino que también de un modelo de ciudad que trajo consigo un equipamiento urbano moderno, dejando atrás los precarios campamentos salitreros implementados a comienzos de este período.
De esta manera, María Elena fue trazada y construida en 1926, con un modelo de Company town traído directamente de Estados Unidos, lugar de origen de sus dueños. Su forma es octogonal, con una plaza principal en el centro de la cual se desprenden cuatro avenidas que conectan las viviendas con los principales edificios de equipamiento público que la rodean, todos ellos declarados monumento histórico. El pueblo, como conjunto, fue declarado zona típica el año 2008.
A pesar de sus cuarenta y dos grados en verano y de la aparente ciudad fantasma con que nos podemos encontrar entre las dos y las cinco de la tarde, María Elena es el único asentamiento salitrero que se mantiene en funcionamiento. La ciudad es atravesable en veinte minutos de caminata, en este trayecto se pueden encontrar más animitas y perros callejeros (ocupando cualquier mínima sombra) que personas fuera de sus casas.
Recién a las seis de la tarde comienzan a aparecer las primeras personas que, sentadas en una banca bajo el sombreadero que antecede su casa, conversan con la vecina. La plaza es prácticamente el único espacio verde y arbolado, es también el lugar de encuentro de taxistas, grupos de hip-hop y niños que combinan el uso de los juegos antiguos con los nuevos mientras que las parejas se pelean los asientos sombreados de la plaza. Los principales edificios que la rodean, han comenzado a adquirir nuevos usos, la pulpería es el supermercado y panadería, que a las siete de la tarde (hora de salida de los trabajadores), vende sopaipillas y pan recién salido del horno lo cual constituye un evento social para la ciudad. El edificio de los antiguos baños públicos es el gimnasio y el centro de internet, la antigua administración es el banco y la iglesia es lo único que se mantiene fiel a su construcción original.
La empresa Minera SQM es la actual propietaria de la ciudad y administradora del territorio a pesar de que el lugar cuenta con la presencia de un municipio. Al igual que en sus inicios, la subsistencia del asentamiento salitrero depende directamente de la empresa económica que lo sostiene, el 90% de los habitantes trabajan para SQM y el 40% de la superficie corresponde a usos de la empresa. A pesar de que el formato en la teoría sigue igual que antes y que muchos de sus actuales habitantes siguen siendo las mismas familias salitreras, la ciudad ha cambiado. Su estilo de vida caracterizado por el aislamiento y el funcionamiento autónomo, dependiente únicamente de un gran dueño que provee servicios -cultura, educación, deporte- para todo el pueblo, se quebró con el fin de la era del salitre y desde ahí el lugar ha comenzado a modificarse. La introducción de nuevos habitantes ajenos a la vida de la pampa, nuevas formas de comercio y nuevas dinámicas externas de ciudad, no han sido compatibles con el antiguo modelo de ciudad.
Suceden cosas contradictorias, el antiguo modelo de vivienda es incompatible con las familias que viven en el lugar y la respuesta a esto ha sido la aparición de múltiples formas de ampliación informal que dan una imagen más de campamento que de ciudad patrimonial. Muchas de ellas están vacías ya que la mayoría de los trabajadores van a María Elena bajo el formato de “trabajadores solteros”, es decir que solamente van a trabajar al lugar durante su turno (3×4 o 7×7) dejando a sus familias en su ciudad de origen y alojándose en las residenciales puestas por la propia empresa y que funcionan completamente independientes del resto de la ciudad. Estas residenciales son una especie de “hoteles de containers”, en donde cada trabajador tiene su habitación con baño y televisión. El lugar cuenta aire acondicionado en todas sus dependencias, piscina, cancha de futbol, gimnasio, sala de pool, sala de estar, un estacionamiento lleno de camionetas que van a la planta industrial y un casino en donde Central de Restaurantes provee desayuno, almuerzo y comida de forma industrializada. A este lugar se debe entrar con el vestuario de seguridad que incluye jeans, camisa, chaleco reflectante y zapatos de seguridad.
Este formato de trabajo, abarata costos pero ha terminado por destruir el estilo de vida que se daba en el pueblo debido a que la mayor parte de esta población flotante no tiene ningún contacto con el resto de la ciudad. La mayoría de los antiguos edificios hoy se encuentran en desuso o subutilizados, restándole parte de su valor patrimonial. Al mismo tiempo, el crecimiento de la ciudad se ha dado sin mucha intención de preservar su estilo original, el mismo municipio acaba de construir su edificio administrativo de dos pisos, con un estilo totalmente moderno y que choca con el existente.
Es así como existen dos María Elena, no hay ninguna relación de una con otra salvo la cercanía que hay entre ellos, pues ningún trabajador de las residenciales tiene necesidad de salir de ellas y la entrada a estos lugares está completamente regulada (nuevamente con el carnet de identidad).
Varanasi, sus gaths y el Ganges
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[Imágenes tomadas por María Angélica Illanes O.]
Los Gaths de Varanasi
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[María Angélica Illanes]
Varanasi es tal vez una de las ciudades más impresionantes de la India, al menos para el visitante occidental, sobre todo si ésta es su primera experiencia con culturas distintas a la greco-romana. En cierta forma en ella se encuentra contenido todo lo que simboliza India, sus laberínticas calles, atiborradas de prácticamente todo: millones de personas (vestidas de las más variadas formas y colores), vacas, motos, rickshaw, puestos con comidas callejera (increíblemente condimentada y picante), bazares en los que se vende de todo, imágenes y templos por todas partes de distintos dioses que dan cuentan de las la diversidad religiones que aquí coexisten y miles de turistas tratando de comprender y moverse en este caótico ambiente llevando siempre bajo el brazo una guía turística.
Bajar del tren y enfrentarse a esta lógica tan distinta no es fácil es una experiencia intimidadora y bastante estresante, pero una vez que ya se está en medio de toda esta vorágine se empieza a agarrar el ritmo y Varanasi comienza a mostrar su lado más amable, sobre todo cuando se llega al borde del rio Ganges y al fin se comprende por qué esta ciudad atrae a tanta gente de tantas partes de India y del mundo.
La ciudad se extiende a lo largo de la ribera occidental del Ganges, siendo éste una suerte de frontera para su expansión. En la ribera opuesta se pueden apreciar una zona inundable despejada y con algunas tierras verdes, probablemente hay algunos cultivos y un poblado menor. Contrario a lo que se podría esperar, esta condición de límite natural no ha hecho que la ciudad le de la espalda al río, sino todo lo contrario, el centro de la vida de Varanasi acontece justamente en donde se produce este encuentro de la ciudad con el río, los gaths de Varanasi.
La traducción de gaths sería algo así como escaleras o peldaños y precisamente eso son, grandes escalones que se hunden en la profundidad del río que sirven como una suerte de muelles inundables para que, sin importar el nivel de las aguas, las personas siempre puedan acceder a las sagradas aguas del Ganges. De esta forma la ciudad se encuentra verdaderamente enraizada en las aguas del río, así como los árboles en los manglares. La vida de la ciudad parte y finaliza en las orillas del río, al igual que la vida de muchos hinduistas.
A las 6:00 am ya es posible apreciar el movimiento (no hay guía turística que no ordene estar despierto para asistir al espectáculo, y por lo demás los primeros rezos se pueden escuchar desde las 3:00 am por los altoparlantes de los distintos templos de la ciudad, por lo que no hay riesgo de quedarse dormido), con las primeras hogueras que empiezan a prenderse, y es que servir como crematorio es una de las principales funciones de los Gaths. Varanasi es considerada una ciudad santa para los hindúes, según la mitología, una de las cabezas de Brahma logró descansar sobre ella. Este “toque de la divinidad” hace que quien muera en Varanasi o en un radio de pocos kilómetros sea liberado del ciclo de reencarnaciones, por lo que mucha gente viene a morir aquí o al menos trata que sus cenizas sean tiradas en estas sagradas aguas. Los crematorios se organizan según castas y zonas de las Indias, los ritos fúnebres también varían según la casta y la condición social, los más acaudalados pueden costear pilas fúnebres de madera de sándalo, mientras que los con menos recursos son cremados en hornos a gas, pero a fin de cuentas las cenizas de todos terminan en el fondo del río, con la salvedad de los cuerpos de los niños y de las mujeres embarazadas, que no requieren pasar por este rito de purificación por encontrarse en un estado de gracia.
La imagen de los crematorios es de las cosas que más impactan al visitante, no sólo porque es un enfrentamiento a la muerte sin tapujos, sino por lo diferente que es “todo”: el llanto aquí no es el protagonista del rito, los familiares (sólo hombres casi sin excepción) aguardaban con calma a que el cadáver fuera consumido por las llamas, sin molestarle que hubieran turistas observando y personas haciendo sus rutinas cotidianas alrededor: bañándose, lavando ropa, refrescando a los animales y comerciando.
Es una manera de comprender la vida, la muerte y el mundo en general diametralmente opuesta a la nuestra. Prácticamente todos nuestros tabúes, desde los más triviales como el baño hasta los momentos trascendentales como la muerte, tienen lugar en el espacio público. Es una vivencia que cuesta digerir, un enfrentamiento con una cultura milenaria que en nada se asemeja a la nuestra, pero que hace que venir a India y conocer los Gaths de Varanasi sea una experiencia única.
El Mal: el modelo K y la Barrick Gold. Amos y servidores en el saqueo de la Argentina
VerEl Mal: el modelo K y la Barrick Gold. Amos y servidores en el saqueo de la Argentina
Miguel Bonasso, 2011, 494 páginas. Editorial Planeta, Argentina.
[Bernardita McPhee]
Imposible no impresionarse con este libro de casi quinientas páginas que aborda un tema muy vigente. Llama la atención la escasez de comentarios en Chile, ya pasados seis meses desde su lanzamiento; en tanto que en Argentina ha generado cierta polémica.
Miguel Bonasso es un prominente escritor y periodista de investigación argentino, diputado de la nación durante dos períodos, hasta diciembre pasado. En su calidad de diputado presidió la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, desde la cual impulsó proyectos como la Ley de Bosques y reinstalación de la Ley de Glaciares, vetada con anterioridad por la Presidenta Cristina Fernández.
El texto aborda una confabulación manejada por la Barrick Gold, empresa minera transnacional, y cuyo objetivo es llevar a cabo el proyecto de explotación minera llamado Pascua Lama. Las vinculaciones inimaginables de esta empresa, su poder y las acciones que impunemente ha realizado, de acuerdo a la investigación realizada, llevan al autor a connotar todo esto con la idea de “El Mal”. Las argumentaciones y los antecedentes bien fundamentados, hacen que se produzca en el lector la convicción de que se trata de una oscura realidad aterrante que se nos ha ocultado en los medios de comunicación.
En lo fundamental, este libro apunta a determinar los lazos y compromisos entre el poder político y el mundo de las empresas, las que por su poder en las finanzas y en la economía de los países, pueden llegar a definir políticas públicas en gobiernos de diferentes orientaciones. En el texto se mencionan los gobiernos de los Kirchner, en Argentina, y los gobiernos de Frei, Lagos y Bachelet en Chile. Sin embargo, por ser Bonasso un diputado argentino allegado y luego alejado del peronismo y de los Kirchner, la mayor parte de las referencias tienen que ver con estos. Los presidentes chilenos son aludidos principalmente en relación al Tratado Binacional Argentino- Chileno, destinado a favorecer las operaciones de la Barrick Gold, detrás de la cual se encontraba la influyente figura de George Bush.
El largo proceso de tramitación, aprobación, veto presidencial y posterior reposición de la Ley de Bosques y la Ley de Glaciares en Argentina, ocupan gran parte del libro, y es en este proceso donde se advierte el complejo manejo político de los diferentes organismos de opinión pública existentes y que ejercen influencia en la toma de decisiones. Están, por una parte, las organizaciones ecologistas de alcance internacional que ideológicamente analizan situaciones y adoptan posiciones consistentemente congruentes con sus planteamientos, cuando se trata de proyectos que, según estas posturas, atentan contra el medio ambiente. Es entonces que se producen las contradicciones y, muy frecuentemente, los conflictos con las empresas que los propician en función de sus intereses económicos y de desarrollo. Es lo que regularmente sucede entre estas organizaciones y las empresas predominantemente transnacionales. Sin embargo, es con otro tipo de organizaciones donde se produce algo preocupante, y el libro lo plantea, aunque no es su meollo. Se trata de las organizaciones de carácter local, cuyos intereses particulares, originados en situaciones precarias de desarrollo, son manipuladas por los poderes políticos y económicos para llevar a cabo sus propósitos. Todo esto sucede en un contexto aparentemente democrático, donde “las instituciones funcionan”, en un proceso de toma de decisiones que considera la diversidad. Esto está largamente descrito y relatado por Bonasso en el proceso producido en relación a las leyes aludidas.
De este modo, las comunidades locales, acuciadas por necesidades urgentes, sienten que estos proyectos son la solución a sus problemas, los mismos que, según el paradigma de la sustentabilidad, constituyen una amenaza. Valiéndose de esto, es que los líderes políticos locales, con visiones políticas de corto plazo, adoptan decisiones a favor de estos proyectos, haciendo valer el respaldo que obtienen de sus representados. Esto es la culminación de un falseamiento de un ideal declarado de participación ciudadana.
En los intentos de la Barrick Gold por llevar a cabo este mega proyecto de extracción de oro, en detrimento de las grandes reservas de agua que contienen los glaciares andinos, se ha intentado utilizar los poderes locales con objetivos inmediatos, para tomar decisiones que afectan a todo el planeta. Es el último eslabón de “El Mal”.
El libro de Bonasso entrega muchas dimensiones de lo que denomina “el mal”. La fundamentación con respecto a lo expuesto y la variedad de relatos de hechos relacionados con esta realidad, hacen que este libro sirva para una profunda reflexión sobre las características del mundo actual.
Ordinary Places, Extraordinary Events. Citizenship, Democracy and Public Space in Latin America.
VerOrdinary Places, Extraordinary Events. Citizenship, Democracy and Public Space in Latin America.
Clara Irazábal (ed.), 2008, 254 páginas. ISBN 0-415-35452-8. Publicado por Routledge, Londres, Nueva York. Hardcover. (*)(**)
[Por Arturo Almandoz]
Entre el “gran rechazo” posneoliberal y la concertación nacional en América Latina.
Una nueva publicación en inglés sobre Latinoamérica siempre es bienvenida, especialmente si está estructurada desde una perspectiva comparativa. De manera que la cuidadosa edición preparada por Clara Irazábal – actual profesora Asistente de la Universidad de Columbia – debe ser primeramente celebrada por enriquecer la escasa bibliografía sobre estudios urbanos en la academia anglo-americana. Tal contribución ha sido posible, valga reconocer, gracias a otro esfuerzo de la serie sobre Planeamiento, Historia y Ambiente de Routledge. Pero el libro de Irazábal tiene, en segundo lugar, el mérito de introducir una actualizada e interdisciplinaria agenda que entreteje, en un vibrante y preciso estilo de escritura, la arquitectura y el urbanismo con los estudios políticos y sociales.
Tanto en el prólogo como en el sólido capítulo de introducción, Irazábal despliega un marco teórico y referencial aplicable a la mayor parte de un continente que, habiendo padecido el malestar causado por los paquetes económicos adoptados después de la “década perdida” de los ochenta, ha experimentado después un “gran rechazo” al neoliberalismo y la globalización, según el uso que la autora hace de la noción de Alain Touraine. Aunque no sea atributo exclusivo del siglo XX, Irazábal afirma que la ciudad latinoamericana ha devenido “el sitio de la ciudadanía insurgente” (p. 18) a lo largo de este interesante proceso del último entre siglos. A diferencia de muchos otros volúmenes colectivos donde el editor sólo resume, en escasas páginas, los contenidos de las contribuciones, la introducción que hace Irazábal provee los más de los ingredientes teóricos requeridos por los procesos descritos en los capítulos, tales como las nociones de ciudadanía y democracia, esfera pública y espacio público, entre otros, haciendo para ello uso de una literatura profusa, interdisciplinaria y actualizada.
Esta penetrante revisión permite a la editora concluir su introducción con una suerte de hipótesis que suena excitante para los casos de estudio y la región en su conjunto: “Los capítulos de este libro reafirman la vitalidad y efervescencia de la política del espacio público en Latinoamérica, dentro de un mundo que experimenta un significativo descenso en las oportunidades para la expresión en el espacio público. América Latina es así un sitio promisorio para un ‘gran rechazo’ que frena la marcha del neoliberalismo global y afirma modos de vida concertados localmente” (p. 26). No obstante lo esperanzado del planteamiento, es lamentable que los sucesos ocurridos en algunas de las capitales latinoamericanas, especialmente después de la publicación del libro en 2008, han probado que esta supuesta concertación local tampoco ha tenido lugar.
No sólo se observa una buena articulación entre la plataforma teórica de la editora y los capítulos de los colaboradores, sino que también algunos de éstos proveen conceptos más específicos y literatura adicional, al tiempo que la perspectiva histórica requerida por los casos de estudio se alcanza en la mayoría de las contribuciones. Una excepción en este sentido es la “Apropiación política del espacio público: eventos extraordinarios en el Zócalo de Ciudad de México”, donde los autores parecen más preocupados por la crítica tanto de las “visiones culturalistas” de la vida cotidiana como de las “visiones políticas que desplazan esas prácticas culturales que ocurren a través de la apropiación del espacio físico” (p. 53).
Pero otros capítulos sí logran el balance a través revisiones históricas de largo plazo que permiten al lector extranjero entender mejor los cambiantes significados y funciones de los espacios públicos dentro de las estructuras metropolitanas y sus imaginarios. Tales son los casos de “Reinventando el vacío: el Museo de Arte de Sâo Paulo y la vida pública a lo largo de la avenida Paulista”; “Un espacio público memorable: la plaza de la Estación Central en Santiago de Chile”; “La plaza de Bolívar en Bogotá: singularidad de espacio, multiplicidad de eventos”; y “El centro histórico de Lima: viejos lugares conformando nuevos arreglos sociales”. Este último capítulo aporta una útil lección sobre cómo, después de la invasión de vendedores ambulantes y mercachifles desde los años 1970 – los más de ellos inmigrantes de la provincia peruana que no pudieron ser absorbidos por la industrialización y las actividades productivas insuficientes – la “sinergia” entre el gobierno municipal y los grupos económicos y sociales hizo posible la recuperación del centro desde mediados de los noventa. Pero lejos de una gentrification de ese distrito central, esta renovación urbana vigorizó el significado político de la plaza Mayor y sus manzanas circundantes, tal como fue demostrado durante las protestas que llevaron al derrocamiento del régimen de Alberto Fujimori después de 2000.
Desde una perspectiva tan histórica como contemporánea, el capítulo escrito por Irazábal con el difunto John Foley – “Espacio, revolución y resistencia: lugares ordinarios y eventos extraordinarios en Caracas” – es, debido a la controversia internacional sobre el actual régimen venezolano, uno de los platos fuertes del libro. Quizás mucho ha sido escrito e idealizado sobre la sedicente revolución liderada por Chávez desde 1999, sobre todo por quienes teorizan desde el exterior y no han vivido el día a día del turbulento proceso; pero los autores adoptan una posición inédita, argumentando que “la localización urbana y el contexto de edificios y espacios particulares, su accesibilidad a diferentes grupos desde varios sectores de la ciudad, y su valor simbólico relativo, han sido todos decisivos en la sucesión de eventos políticos”, especialmente los de abril de 2002, cuando el Presidente fue separado brevemente y después reinstaurado en el poder. Los autores logran ciertamente “espacializar” su análisis político, elaborando de manera brillante la literatura sobre Venezuela en tanto “cresta referencial” del posneoliberalismo y sobre Caracas en tanto “ciudad insurgente” y nueva “meca de la izquierda” (pp. 161-162). Un tipo similar de análisis espacial de una protesta de larga duración, en particular de las “madres de la plaza de Mayo”, es lograda por Susana Kaiser en “La lucha por territorios urbanos: activistas de derechos humanos en Buenos Aires”. Los capítulos finales, dedicados a ciudades medianas como La Habana y Santo Domingo, regresan a reconstrucciones de varios lugares públicos, especialmente en el sugerente discurso desplegado por el arquitecto Roberto Segre sobre la capital cubana.
El volumen colectivo editado por Irazábal provee una valiosa y actualizada aproximación a la agenda urbana latinoamericana de la era posneoliberal y posglobal. Es lamentable que, allende el alcance del brillante análisis y del horizonte temporal, algunos de los regímenes retratados en el libro como promotores de nuevas formas de ciudadanía – especialmente el de Chávez en Venezuela – han confirmado su naturaleza totalitaria al clausurar canales de televisión en 2007 y emisoras de radio en 2009, mientras se ha criminalizado la protesta opositora y se han forzado reformas constitucionales para perpetuar al Presidente en el poder. Al menos en Venezuela, todos estos atropellos han atizado la reacción de estudiantes y de otros sectores de la sociedad civil que han sido excluidos de la supuesta concertación local, aducida por el libro como logro de estos regímenes del “gran rechazo” posneoliberal. Esperemos que la imprevisible dinámica de la Venezuela roja y otras naciones latinoamericanas provea a Irazábal de material adicional para otro provocativo libro que, como Ordinary Places, Extraordinary Events, será muy bienvenido.
(*) Clara Irazábal es Directora de Latin Lab: The Latin American and Caribbean Laboratory, Columbia University.
(**) Dos versiones en inglés de esta reseña fueron publicadas en Built Environment, Vol. 35, No. 2, 2009, pp. 278-79; Planning Perspectives, Vol 24, No. 4, octubre 2009, pp.553-555.
Arturo Orellana
VerArturo Orellana
Docente Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales.
Ingeniero Comercial 1994 y Licenciado en Economía, Universidad de Chile 1990, Magíster en Desarrollo Urbano, Universidad Católica de Chile 2000, y Doctor en Geografía Humana, Universidad de Barcelona 2006. Como docente, se ha desempeñado como investigador y consultor, trabajando en materias de gestión y planificación territorial y estratégica (regional, metropolitana y local), diseño de instrumentos y políticas públicas, fomento productivo y desarrollo local, gobernabilidad e institucionalidad territorial.
Coordinador de La Red de Investigación sobre Áreas Metropolitanas de Europa y América Latina (RIDEAL), ex -investigador del Institut d’Estudis Territorials de Barcelona y Coordinador del Diplomado de Gobernabilidad y Gestión Territorial (DGGT). Desde octubre del 2010 se desempeña como Coordinador del Núcleo de Investigación Laboratorio de Estudios Metropolitanos (LEM).
Cuenta con una amplia experiencia en el sector público, como asesor del gabinete de Mideplan 1997-2004, Jefe de Estudio de Transantiago 2004-2005 y desde septiembre 2006 a la fecha como Asesor Urbanista del Ministerio de Defensa Nacional y desde diciembre de 2008 hasta 2010 asesor del Intendente de la Región Metropolitana de Santiago, Igor Garafulic Olivares.
LÍNEA INVESTIGACIÓN
Gobernabilidad y Gestión Territorial
Participación en Planeo:
¿Qué nos pasó con Aysén?
Ver¿Qué nos pasó con Aysén?
Revista Planeo Nº1 , Chile sin política, Santiago sin plan, Marzo 2012.
Imagen: moputradopol (Flickr)
[Por Arturo Orellana. Ingeniero Comercial Universidad de Chile. Magíster en Desarrollo Urbano, Universidad Católica de Chile. Docente Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales]
Ya ha pasado un mes de iniciado el conflicto en Puerto Aysén, un conflicto que luego se extendió a otras ciudades y centros poblados de la región. Éste no sólo no se logra resolver, sino que sigue entrampando y castigando en las encuestas el accionar del gobierno y cuestionando a la clase política de este país, básicamente por su incapacidad de tener respuestas legislativas adecuadas para avanzar en un país con mayor equidad interregional y subregional.
La principal diferencia e importancia en relación con el conflicto ocurrido hace poco más de un año en su vecina Región de Magallanes y la Antártida Chilena, tiene que ver con el hecho de que no se origina en respuesta a una decisión de política pública o de una empresa del Estado (ENAP en el caso de dicha región), sino que es el resultado de un proceso de acumulación de frustraciones, sensaciones de abandono, desprotección e inequidad fruto de un estado y modelo económico que no les permite alcanzar una calidad de vida acorde con el estándar de desarrollo del país.
Atendiendo los antecedentes de que se dispone sobre el conflicto, así como lo ocurrido en otras regiones y ciudades del país, resulta posible levantar un conjunto de hipótesis que, sin pretender arrojarme su exclusividad en su autoría, me parece que sintetizan adecuadamente las tesis que expliquen donde radican los desafíos de orden legislativo y administrativo que deben abordarse en el afán de construir un país menos centralista y metropolitano. Las hipótesis que se proponen son:
• La doctrina de un estado unitario y centralista en Chile hoy más que nunca está en cuestionamiento a la luz de los desequilibrios inter e intra regionales acumulados y acentuados por décadas.
• El proceso de privatización de los recursos naturales en Chile ha venido de la mano de un mayor crecimiento económico del país, pero al mismo tiempo ha engendrado en los territoriales a escala regional y local más desigual en términos económicos, sociales y ambientales.
• Las estructuras políticas formales que han gobernado por décadas este país han evadido las reivindicaciones de mayor autonomía territorial en Chile, las cuales, aún debilitadas y cada vez más ajenas al interés ciudadano, tienden a centralizar sus modus operandi.
• La incapacidad de este gobierno y de los anteriores para enfrentar estas demandas, radica en que cualquier reforma sustantiva en pro de una mayor descentralización política y administrativa obliga a repensar el Estado y, por ende, también el modelo económico de desarrollo hoy mayoritariamente respaldado por la clase política y los gremios empresariales del país.
• La clase política de este país y los grupos económicos han estrechado de manera importante sus lazos en las últimas décadas, por lo cual mantener la centralización ayuda a viabilizar lo que en otras circunstancias sería más complejo de resolver particularmente en relación a megaproyectos o grandes emprendimientos empresariales.
A riesgo de adelantar los resultados de las tesis que podrían dar o no validez a las hipótesis planteadas, parece posible aventurarse también a plantear algunas lecciones que esta situación nos dejará y que, probablemente, se reafirmen con nuevos focos de conflicto que puedan surgir los próximos meses, como señalando la importancia de entender que:
• Santiago no es Chile, por lo tanto, resulta aconsejable que las instituciones públicas y sus autoridades dejen de actuar bajo este predicamento o de forma paternalista, ya que las respuestas a las demandas que hoy están en la mesa sólo temporalmente aplacarán las molestias si no son resueltas e implementadas de forma descentralizada.
• Los partidos políticos tienen la oportunidad histórica de reinventarse para dar cabida en su agenda y en su orgánica a las reivindicaciones regionalistas, para lo cual deben estar dispuestos a descentralizar también su poder y dejar de gobernar desde Santiago.
• Debe revisarse la actual legislación que rige los derechos de propiedad sobre los recursos naturales en Chile, porque sus externalidades de mediano y largo plazo son mayores a sus beneficios de corto plazo, tal como lo demuestra el hecho que las regiones donde la base económica productiva es fundamentalmente primaria y/o monoproductora es donde la inequidad intrarregional se expresa con mayor fuerza, por ejemplo: la producción forestal en la Región del Bío Bío y la de la Araucanía y la minería en la Región Atacama.
• Y, por último, se requiere desarrollar en Chile una cultura ciudadana que permee toda la estructura de poder formal de este país, donde no se confunda el necesario resguardo del orden público con el sometimiento a los dictámenes de conducta de la autoridad para facilitar y garantizar los acuerdos. Ver en el conflicto una oportunidad para revisar el tipo de sociedad que hemos construido.
¿Qué nos pasó con Aysén? Es muy posible que sea el mejor llamado de atención que hayamos tenido como país en las dos últimas décadas, porque nos interpela como sociedad en términos de la urgente necesidad de pensar y definir qué debemos hacer. Lo anterior, sólo por un fin superior que no es más que garantizar que en cualquier lugar de Chile las personas puedan aspirar a una calidad de vida acorde con el desarrollo promedio que los indicadores internacionales mañosamente nos contentan.
Lima_Santiago. Reestructuración y Cambio Metropolitano
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Carlos de Mattos, Wiley Ludeña y Luis Fuentes (editores), 2011, 410 páginas. Colección Estudios Urbanos UC, Santiago de Chile.
ISBN: 978-956-345-327-0.
[Bernardita Mc Phee]
A partir de la idea de generar una reflexión teórica sobre la ciudad latinoamericana, ya no como una suma de estudios desarticulados entre sí sino que desde una perspectiva comparativa, surge el presente libro, perteneciente a la Colección de Estudios Urbanos de la Pontifica Universidad Católica de Chile. Reúne trece ponencias de un segundo encuentro realizado en Santiago de Chile, inserto en el Seminario Lima/Santiago – Santiago/Lima, desarrollado a partir de junio del 2006, en el cual han participado sistemáticamente profesores y estudiantes de postgrado de la Pontificia Universidad Católica de Perú y de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Este Seminario surgió como una respuesta a la “falta de estudios comparativos entre las distintas metrópolis del sistema urbano latinoamericano”, reconociéndose la ausencia de una reflexión teórica propia, es decir, desde Latinoamérica, ya que este ejercicio sí ha sido realizado por investigadores europeos y norteamericanos dedicados a estudiar la cuestión urbana en nuestros países.
Las trece ponencias aparecen organizadas en cuatro capítulos. En el primero de ellos “Procesos Metropolitanos: Permanencias y Transformaciones”, se incluyen dos artículos sobre Lima y dos sobre Santiago, en los que se analiza, entre otros elementos, la relación entre el modelo neoliberal y los cambios tanto en la estructura espacial, como en las dinámicas de ocupación de los espacios públicos y privados. En este capítulo, es interesante destacar la perspectiva histórica incorporada en algunos de los artículos, como un insumo fundamental para la comprensión de la ciudad actual.
En el segundo capítulo denominado, “Reestructuración Económica y Nuevas Dinámicas Metropolitanas”, aparece como relevante el análisis de las reformas y políticas que han impulsado las transformaciones urbanas en un contexto de globalización y de dominancia de la tendencia neoliberal de los últimos años. Siendo distinto el ritmo de los procesos de crecimiento y desarrollo que enmarcan las transformaciones en ambas ciudades.
El tercer capítulo, sobre “Desigualdades, pobreza, segregación y gestión urbana”, incluye cuatro artículos, dos sobre la ciudad de Lima y dos sobre Santiago, examinando temáticas de diversa índole como los cambios en los barrios periféricos de la ciudad de Lima producto de, entre otras variables, la movilidad espacial generada por la modernización de la ciudad; la creciente heterogeneidad sociocultural e identitaria entre los grupos populares en la ciudad de Santiago; la desarticulación entre el desarrollo de las centralidades económicas en la ciudad de Lima y la gestión de la movilidad urbana; y la relación existente entre, por una parte el perfil socioterritorial de los habitantes de una comuna determinada y la gestión municipal, y por otra, entre el concepto de gestión y de gobernabilidad.
Por último, en el cuarto capítulo, denominado “Crecimiento metropolitano y sustentabilidad ambiental”, se analizan las consecuencias ambientales derivadas del crecimiento urbano, enfatizando, en el artículo sobre la ciudad de Lima, en la situación de los recursos hídricos con los que cuenta la ciudad, tanto en términos de cantidad o disponibilidad como de calidad. Asimismo, se incorpora la noción de ecosistema urbano, a partir de la cual la ciudad es analizada en función de los flujos de entrada (energía y materiales) y de salida (residuos), y entonces del metabolismo por unidad de área. En el artículo de Santiago, los autores advierten que el crecimiento en superficie de la ciudad sin duda tiene consecuencias ambientales importantes poniendo en jaque la sustentabilidad de la ciudad. De este modo, se analiza la importancia de los instrumentos de planificación y la necesidad de ir fortaleciendo las capacidades regulatorias en materia urbana.
La gran diversidad de miradas que abordan las diferentes temáticas referidas al crecimiento y las transformaciones de ambas ciudades, hacen difícil una síntesis precisa. Sin embargo, se puede concluir que el conjunto de los trabajos apuntan al fenómeno de las transformaciones ocurridas en ambas ciudades en su relación con los procesos económicos y sociales. Asimismo, se incorpora el análisis de las políticas que han motivado dichas transformaciones en un contexto de globalización. Siendo distinto el ritmo de los procesos de crecimiento y desarrollo que enmarcan las transformaciones en ambas ciudades, las ponencias de esta publicación corroboran tendencias que señalan semejanzas, toda vez que los contextos en que se han enmarcado son, en cierta medida, coincidentes.
Finalmente, podemos destacar que en la médula de la realización de estos estudios, se aprecia un anhelo de cooperación, teniendo como base el conocimiento de las diferentes realidades, con el noble fin del acercamiento entre Perú y Chile, cuya historia común ha estado atravesada por compleja controversia. Este libro constituye pues, una valiosa contribución científicamente concebida, para una comprensión mutua, compartida en una relación que debe continuar.
América Latina y su aporte a la gestión urbana
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Revista Planeo Nº1, Chile sin política, Santiago sin Plan. Marzo 2012
Ensayos de curso Proyecto y Gestión Urbana 2ºsem 2011
1.1 ENSAYO DE DANIEL MUÑOZ
El siglo XXI ya ha comenzado, y con él, fuertes cambios se viven a nivel global. Este año, según se calcula, la población mundial alcanzará los 7000 millones de habitantes. Las Naciones Unidas presentaron el 26 de octubre un informe al respecto, y realizaron un llamado a buscar una “inmigración ordenada” (La Nación, 2011) de la cual todas las sociedades (desarrolladas o no) pueden beneficiarse. Así, las Naciones Unidas llaman a ver como una oportunidad a un fenómeno que en la tradición global es percibido como una fuente de serios problemas.
El crecimiento de la población mundial tiene implicancias directas sobre movimientos demográficos importantes a nivel global. El aumento de las migraciones es una de las principales preocupaciones para las naciones desarrolladas, que se convierten en el objetivo de personas que no encuentran trabajo en sus países de origen. En los países desarrollados europeos la población crece no por altas tasas de natalidad (de hecho, ésta ha descendido por debajo de la línea de reposición de 2,2 hijos por mujer), sino por el aumento paulatino de la expectativa de vida de las personas.
Así, estamos frente a un escenario polarizado. Mientras en Europa la población envejece, en sociedades aun no desarrolladas (como las africanas) existen todavía altas tasas de natalidad que, sumadas a los fuertes índices de pobreza, llevan al desempleo, la desnutrición, y la segregación espacial:
Las grandes ciudades latinoamericanas hubieron de pagar para conciliar las altas tasas de incremento de su población con los bajos niveles de productividad de su estructura económica (…) En Sao Paulo, Belo Horizonte y Río de Janeiro, el 25% de la población carecía de auténtica vivienda en 1950. En Venezuela, pudo estimarse que en 1958 el 50% de la población ocupaba viviendas muy deficientes o no tenía viviendas, y que el 75% del déficit poblacional se encontraba en las zonas urbanas (CEPAL, 1963, P. 69).
La experiencia histórica de enfrentarse a la precariedad convierte a los países latinoamericanos en fuente de enseñanzas (tanto positivas como negativas) para sociedades desarrolladas y no desarrolladas por igual. Y es en las ciudades donde los cambios demográficos presentarán el desafío más duro.
En el siglo XX, las migraciones campo-ciudad propias de la acelerada industrialización en Latinoamérica obligaron a las sociedades de este continente a enfrentarse de manera radical y muy temprana a los asentamientos irregulares asociados a migrantes. El problema de la vivienda informal es una llaga abierta de la que América Latina todavía no puede liberarse, y sus experiencias más valiosas en términos de planificación y gestión urbana se cuentan hoy en esta materia. Hoy, tanto en África como en Europa se viven o vivirán pronto situaciones de apremiante importancia en este respecto. Según Rojas (2009, p. 1): “Tres décadas de experiencia regional en la eliminación de los problemas de los asentamientos irregulares proveen múltiples lecciones a quienes están interesados en este tipo de programas, tanto en la región como fuera de ella”.
Sudáfrica vive potentes condiciones de informalidad y precariedad en la zona sudoeste de Johannesburgo (Soweto); asentamientos marginales conocidos como towns o shantytowns. Europa, por su parte, ha tendido a hacerse cargo de manera muy dura del problema de la inmigración, generando segregación en términos estructurales, y discriminación en los aspectos culturales. Sin embargo, las transformaciones demográficas por las que el mundo está pasando hoy obligan al viejo continente a ser más receptivos con la llegada de personas extranjeras. Constituyen una fuerza laboral que su envejecida población nativa necesita. Sin No obstante, la integración al sistema económico debe darse a la par con la integración al sistema simbólico de arraigo; son dos grandes desafíos en los que en América Latina se ha comenzado a incursionar.
El caso de Sudáfrica tiene muchos puntos de encuentro con la experiencia latinoamericana. En ambas sociedades se viven problemas relacionados con “el acceso al suelo urbano, a terrenos con los servicios básicos y con facilidades para llegar a los centros de trabajo” (BID, 2010).
En Sudáfrica, según Findley y Ogbu (2011), las iniciativas de integración urbana post-apartheid han tenido distintos grados de éxito. Frente a la poco alentadora recepción de la población ante proyectos de renovación de espacios públicos, las autoras aluden a una “falta de tradición histórica de espacios públicos”. ¿Se trata realmente de culpar a la población por no saber utilizar espacios de cuya construcción no participaron?
Refiriéndose a Walter Silulu Square, situada en Kliptown, las autoras destacan la lentitud con que este nuevo espacio ha ido siendo utilizado por los habitantes del lugar, “as residentes figure out how to use the huge space for trade and tourism” (Findley y Ogbu, 2011). ¿Son ellos los que deben adaptarse a las disposiciones de la planificación, o debería ésta incluir las voces locales en la planificación y gestión de los espacios? Experiencias como éstas son las que relevan la importancia de la planificación participativa como un desafío de gestión, más allá del voluntarismo político.
“Los programas [latinoamericanos] actuales buscan organizar a la comunidad, hacerla participar en las decisiones, aprovechar al máximo lo invertido por los ocupantes en los asentamientos y en sus viviendas, asegurar su cooperación en la ejecución, la operación y el mantenimiento de las obras, y atender a sus necesidades de servicios sociales más urgentes” (Rojas, 2009, p. 16). Más allá de lo políticamente correcto que pueda ser la participación como base estratégica, también se convierte en una fuente de ahorro en el corto y largo plazo. En el corto, permite aprovechar las dinámicas e inversiones locales ya existentes, y en el largo, previene el fracaso de apropiación que se vivió, por ejemplo, en los casos sudafricanos ya citados.
Para el caso europeo la participación también resulta un desafío relevante. No sólo colaboraría ésta en un mejor despliegue de diseño, sino que aseguraría también un arraigo que es especialmente relevante para la realidad migrante. Aunque los nuevos habitantes de una ciudad se posiciones en viviendas de alta calidad (como sería capaz de proveer una política habitacional de nivel europeo), el insertarse realmente al sistema laboral pasa también por la generación de sentidos de pertenencia y el fortalecimiento de capital social, que puede detonarse a partir de la integración a un sistema competente de planificación participativa (BID, 2010).
Rosero-Bixby (2006, p. 79) estableció que “los asentamientos urbanos pueden entrañar la pérdida de capital social”. Siendo el capital social la principal arma que los grupos vulnerables tienen para integrarse al sistema económico, es importante que este elemento sea incentivado ya desde la llegada de grupos migrantes a un nuevo territorio. Hoy más que nunca, y sobre todo en las ciudades, el desafío está orientado hacia la integración en todo sentido.
Bibliografía
– BID 2010. Las ciudades del mañana. Gestión del suelo urbano en Colombia. Introducción, capítulo 3, capítulo 5 y conclusiones.
– CEPAL. (1963). El desarrollo social de américa latina en la postguerra. Mar del Plata: Comisión Económica para América Latina.
– Findley, Lisa & Ogbu, Liz. 2011. South Africa: From Township to Town. Ensayo en The Design Observer Group.
– La Nación, La población llega a 7000 millones . (2011, Octubre 27). La Nación. Retrieved from http://www.lanacion.com.ar/1418064-la-poblacion-llega-a-7000-millones
– Rojas, Eduardo Editor. 2009. Construir ciudades. Mejoramiento de barrios y calidad de vida urbana. BID. Introducción y capítulos 1, 5 y 7.
– Rosero-Bixby, L. (2006). Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico en américa latina. Notas de población, (81), 73-98.
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1.2 ENSAYO DE DAVID AVILES
I. La gestión urbana: Operación desde la estrategia y la táctica.
La complejidad de la planificación urbana, alcanzada -o quizás impulsada- por el crecimiento de la población mundial y el aumento de las tasas de urbanización, ha puesto de manifiesto la necesidad de lograr una gestión urbana integrada que actúe desde dos ámbitos, pero no separadamente: la estrategia y la táctica. En este sentido, Moris (2009), plantea que “la gestión urbana opera desde lo táctico, pero bajo un permanente chequeo del cumplimiento de los objetivos estratégicos.”
Así, por una parte, la estrategia debiera responder a la pregunta sobre qué hacer en una determinada situación o para alcanzar los objetivos y, por otra parte, la táctica debiera contestar a la pregunta del cómo se lleva a cabo el o los planes diseñados en la estrategia; ambos conceptos requieren de una retroalimentación constante, es decir, evaluaciones cruzadas que permitan la corrección, mejora y/o ratificación de las respuestas a ambas preguntas, en una lógica de complementariedad.
En consecuencia, se seleccionan dos experiencias extensibles que actúan desde la estrategia y la táctica. Una de ellas concebida como un resultado positivo y la otra como un resultado que debe ser mejorado, para finalmente reflexionar en torno al papel que cumplen los gobiernos locales en la ejecución de los programas o planes.
I.i. Gestión del Suelo elevado a la categoría de Política Pública.
La gestión del suelo ha resultado fundamental para la consecución del éxito de los distintos programas latinoamericanos, especialmente en el caso de Colombia, desde una lógica de asociatividad con el sector privado, de manera de hacer coincidir las acciones, aunque busquen objetivos distintos (Ej: el privado busca un maximización de las utilidades económicas y el sector público una maximización de las “utilidades” sociales), de esta forma sería posible lograr una corresponsabilidad en la construcción de lo público que beneficie a los diferentes actores involucrados. Lo anterior, debe ir respaldado por una institucionalidad adecuada que asegure, en primer lugar, el funcionamiento en el marco de normas establecidas, entendidas como catalizadores de las oportunidades para los actores y, en segundo lugar, se debieran entender como instrumentos de gestión.
La gestión del suelo, desde la estrategia se refiera a su “elevación” a la categoría de política pública, debido a que es fundamental comprenderla como un eje central para lograr la construcción de una ciudad más justa. Así, desde el punto de vista de la táctica, se refiere al diseño de los instrumentos de gestión que, bajo un marco jurídico adecuado, permitan una prevalencia del interés público por sobre el privado y, por lo tanto, establecen cómo conseguir una ciudad más justa. Un ejemplo de ello es lo señalado por Torres (2010), en relación a los instrumentos de gestión en la ciudad y operación en dos niveles, los que es posible entender como la estrategia y la táctica:
“(…)Tal gestión del suelo posee dos niveles de aplicación: por una parte, la generación de políticas generales sobre el suelo en consonancia con el ordenamiento territorial y, por otra, la aplicación práctica de instrumentos de gestión que resuelvan cada una de las problemáticas asociadas a este proceso.”
En relación al primer ámbito, Torres (2010) plantea que temas como la captación de plusvalías o la generación de sistemas integrales de reparto de cargas y beneficios son los temas más urgentes de las administraciones de los gobiernos locales. En relación al segundo, plantea que se traduce en el desarrollo de herramientas tendientes a: prever la elevación de los precios del suelo, crear diferentes formas de adquisición de predios por parte del Estado, reconocer compensaciones, etc.
Finalmente, es posible plantear que la estrategia se encuentra muy relacionada con la “visión” que se quiere construir con el plan, mientras que la táctica actúa en el terreno de las acciones posibles de realizar para alcanzar esa visión.
I.ii. La cuestión de la escala.
Para Rojas (2010), uno de los principales desafíos de los programas de mejoramiento de barrios es la escala. Aunque parece lógico el camino seguido, debido a que primeramente se ataca la carencia de vivienda y posteriormente se busca “corregir” los problemas de los barrios, esto a derivado en la valoración de un indicador –si se quiere- cuantitativo (superar déficits habitacionales) en desmedro de uno cualitativo (referido a las interacciones que ocurren entre los habitantes de esas viviendas). Su lógica es puesta en duda, debido a la carencia de una visión multiescalar traducida en una estrategia para abordar la aparición de problemas asociados al ataque de un sólo ámbito, considerando la temporalidad de los procesos urbanos y, consecuentemente, la falta de tácticas que permitan contrarrestar estos problemas resulta en una combinación perjudicial que no permite prevenir la proliferación de asentamientos irregulares o regulares con déficits. Este problema es visible en Sudáfrica, en una deficiente acción de corrección de las políticas del apartheid, que no se traduce en “un paisaje que refleje mejor las aspiraciones de la nación multirracial” (Findley & Ogbu 2011).
Al no considerar la cuestión de la escala desde la estrategia y la táctica, ni tampoco desde una perspectiva espacial y temporal, se puede caer fácilmente en un círculo vicioso en donde, desde la perspectiva espacial se producen mejoras en barrios específicos que posteriormente evidencian nuevas necesidades de los barrios adyacentes, Rojas (2010) lo lleva a un plano que abarca desde el diagnóstico al resultado, plantea que “No se ha superado la escala del barrio como foco de diagnóstico y de la solución de los problemas del hábitat informal”, vinculándolo con la perspectiva temporal propuesta, en donde no se considera la posibilidad de mejora en las condiciones de vida de los habitantes, que puedan traer consigo nuevas aspiraciones de vivienda o barrios, entendiendo la completitud del desarrollo del hábitat de los ciudadanos. Así, para Rojas (2010):
“(…)las acciones territorialmente localizadas en los barrios, si bien mejoran la calidad de vida de los beneficiarios, no logran resolver el problema del hábitat. Su erradicación no se consigue solo mediante el mejoramiento de los asentamientos informales (hacer más de lo mismo) sino que requiere un nuevo enfoque que diagnostique los problemas y los aborde en la escala adecuada: nacional o regional para las dimensiones económicas; de ciudad o región metropolitana para las dimensiones sociales, y de barrio o ciudad para las dimensiones espaciales. En otras palabras, para ganar escala en la solución de los asentamientos informales es necesario cambiar la escala del análisis y de la ejecución de las soluciones.”
II. El gobierno local como pieza clave.
Su cercanía con el territorio y con sus habitantes debieran posicionarlo como una agente clave en la planificación y ejecución de los planes y programas. Así el gobierno local debiera transformarse en el principal facilitador que permita, por una parte, realizar diagnósticos adecuados y estrategias acordes a los desafíos de la habitantes, y por otra, llevar a la práctica las tácticas definidas en la estrategia. En un esfuerzo general (desdel el gobierno central al local) de generar instancias de cooperación y asociatividad, que cuente con instrumentos que promuevan la integración multiescalar e intersectorial (Moris, 2009)
Referencias
-Findley, Lisa & Ogbu, Liz. (2011). South Africa: From Township to Town. Disponible en: http://places.designobserver.com/feature/south-africa-afterapartheid-from-township-to-town/31148/.
-Moris, Roberto. (2009). Las tuyas, las mías y las nuestras: Ideas para una gestión urbana integrada sustentable. En: Revista CA N° 141. Colegio de Arquitectos de Chile. Santiago, Chile.
-Rojas, Eduardo Ed. (2009). Introducción. En: Construir ciudades, Mejoramiento de barrios y calidad de vida urbana. BID. -Torres, Patricia. (2010). Introducción. En: Torres, Patricia & García, María. Las ciudades del mañana. Gestión del suelo urbano en Colombia. BID.
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1.3 ENSAYO DE ALMA TORRES
La revisión de literatura da cuenta de los importantes avances que ha tenido América Latina en cuanto a la Gestión Urbana y Planificación Territorial. Estos procesos no han estado exentos de problemas, trabas e inconvenientes. Sin embargo, se pueden sacar lecciones y convertirse en referentes para otras regiones y países si son aplicadas en cada uno de los contextos, teniendo como objeto mejorar sus prácticas, herramientas, y principalmente los impactos que puedan generarse en el territorio a partir de la gestión del suelo.
En un contexto mundial de crisis política, económica y social es importante ampliar la mirada y buscar referentes que puedan ser tomados y contextualizados para cada país como un elemento de enfrentar la crisis y que permita un desarrollo sostenido en el tiempo.
La noticia que da cuenta del hito de 7.000 millones de habitantes en el planeta no hace más que señalar que la planificación es fundamental para la contribución de un desarrollo que logre ciudades prosperas y sostenibles en el tiempo y eso tiene directa relación con los modos de inversión.
«Si se planifica correctamente y se efectúan las debidas inversiones en las personas, el mundo de 7000 millones puede tener ciudades prósperas y sostenibles; fuerzas laborales productivas; poblaciones de jóvenes que contribuyan al bienestar de las economías y sociedades, y una generación de ancianos saludables, explicó Osotimehin”. Noticia La Población llega a 7.000 millones.
En este sentido y a través de las lecturas y en mi opinión personal creo que hay dos grandes referentes que pueden tomarse en cuenta para ser transferidos a países desarrollados. Por una parte, los Mecanismos de Financiamiento Público-Privado, y por otra la Escala de intervención.
Actualmente, el debate en Europa está centrado en políticas de reducción de los beneficios sociales que se han ganado a lo largo de su historia. La discusión debe estar enfocada en la gestión de los recursos y cómo estos se invierten socialmente. En este contexto, es que América Latina puede levantarse como un referente, ya que la región siempre ha tenido recursos escasos para la gran cantidad de necesidades múltiples. Ella ha tenido que ajustarse a la escasez de recursos por lo que se han creado mecanismos de gestión interesantes, independiente del grado de éxito que ha tenido un país de otro.
Las lecturas dan cuanta que – y en mi opinión personal – que hay dos grandes referentes que pueden considerarse para ser transferidos a países desarrollados. Por una parte, los Mecanismos de Financiamiento Público-Privado, y por otra la Escala de intervención. El primero ha logrado que importantes proyectos urbanos y de planificación territorial sean, no solo costeados por el Estado de cada país, sino que también reciba importantes capitales privados que hacen sostenible los proyectos. De este modo, el Estado no es el único responsable de construir ciudades, sino que también los ciudadanos y también el capital privado. Para ello se ha tenido que demostrar que la opción de invertir en la ciudad es un beneficio social y generalizado. Ejemplos como ello son las inversiones mixtas con un interés público, el cual el Estado recupera plusvalías del suelo, regenerando un sector, aumenta el precio del suelo y así el tipo de operaciones de nivel central se hacen más viables. Existen incentivos y capacidad financiera para atraer el capital privado (por ejemplo Colombia y Chile).
“La participación del sector privado constituye otro elemento básico para el desarrollo del tema que nos ocupa. Este es el aliado principal para que la gestión del suelo y sus instrumentos prosperen en la región, y esto sólo puede suceder en la medida en que se entiendan los beneficios individuales y comunes que su aplicación conlleva. La ciudad es una creación colectiva. Una ciudad segura, ambientalmente sostenible y competitiva sólo surge de la calidad y de las oportunidades que pueda ofrecer, lo cual se logra únicamente con el aporte de todos sus miembros. La correcta utilización de los instrumentos de la gestión del suelo es una forma de alcanzar el equilibrio, objetivo al que sólo se llega si se obtiene un balance entre las cargas y los beneficios derivados de su desarrollo. El Estado genera beneficios mediante su actuación, capta parte de ellos y los reinvierte en la misma ciudad, mientras que el sector privado se beneficia de estas medidas, capta ganancias y le retribuye a la sociedad y a la ciudad. Si se cumple este ciclo, la región podrá contar con ciudades de calidad en las que todos queramos y podamos convivir”. (BID, 2010, p. 279).
Los mecanismos de financiamiento deben provenir de la transversalidad de actores y no solo del Estado. Éste no puede ser el único que sostenga el crecimiento de las ciudades cuando los beneficiarios son todos. En América Latina –el caso de Chile, Colombia, entre otros-las alternativas de gestión de proyectos son público privados y este tipo de mecanismos deben ser exportados a países desarrollos en que por lo general el Estado cumple un rol protector y de financista, casi en su totalidad, de un gran número de intervenciones urbanas.
La Escala también puede ser un referente a seguir. Un ejemplo, es el caso del Plan de Ashford, localidad beneficiada por insertarse como una ciudad competitiva y global, pero la escala local queda a un lado y se debilita su vocación de pequeña comunidad.
“La tesis de este libro es que para ampliar el alcance y la escala de las intervenciones y lograr soluciones definitivas y con mayor impacto en los problemas que genera el hábitat informal se requiere un cambio de enfoque en la forma de definir el problema y concebir y ejecutar las soluciones. Esta nueva perspectiva debe centrarse en la escala territorial en la que se manifiestan los problemas y trabajar en su solución en esa escala. Para muchos de los problemas, esta escala no es la del barrio”. (Rojas, 2009, pág. 21).
Las intervenciones en Colombia, surgen principalmente desde una escala local, representado por los municipios. Las transformaciones urbanas se hacen desde la propia identidad local y con ello es más plausible la consolidación y el éxito de estas intervenciones.
En cuanto a lecciones que podrían considerarse para países en vías de desarrollo, considero dos, tanto Políticas Urbanas como los Modelos de Gestión.
“Uno de los resultados de la difusión de estos programas es su consolidación como un instrumento reconocido de política pública urbana con altos retornos sociales y económicos”. (Rojas, 2009, pág. 161).
En este sentido, es que los Instrumentos de Planificación Territorial (IPT) deben tener la capacidad de capitalizar las necesidades y tendencias que desarrolla el territorio. En consecuencia, como base de la intervención y gestión urbana es contar con políticas que tengan coherencia con ello. En este sentido, América Latina ha vivido su propia lucha. Chile, por ejemplo contaba con una política de Desarrollo Urbano pero que en los años 2000 fue derogada por su poca capacidad de acción, sin embargo, se han realizado planes, programas, etc que van en esa dirección. Por otra parte Colombia, tiene una política consolidada –independiente que se aplique o no-. Ambos casos, dan cuenta que intentos hay y éstos deben ser mejorados en cada uno de los países y exportados en su contexto hacia países en vías de desarrollo que están en la búsqueda de desarrollar su territorio. La vía debe ser a través de políticas urbanas claras, definidas y coherentes con las expectativas de ciudades que se quiere ser.
Otra enseñanza para este tipo de países son los Modelos de Gestión. Éstos han tenido la capacidad de innovar y generar condiciones particulares en su contexto para el desarrollo de la Gestión. Cada país ha intentado traducir su normativa y aplicarla para el beneficio de los territorios. Es una necesidad contar con modelos de gestión que conjuguen una voluntad política, un análisis económico ex ante y post, marco normativo e indicativo, inversión público-privada, que permita rentabilizar y darle viabilidad a estos procesos y llevarlos a cabo como modelos particulares en cada intervención.
“En este sentido, lo que Colombia ha tratado de generar en la última década es un proceso que integra dos aspectos necesarios para el desarrollo territorial: la planificación para el ordenamiento y la gestión del mismo, tanto para los agentes públicos como para los agentes privados, reconociendo que el éxito del ordenamiento —con el cumplimiento de sus metas ambientales, sociales y económicas— se encuentra en aquellos aspectos asociados al recurso “suelo” y a su concurrencia con lo planificado. Tal gestión del suelo posee dos niveles de aplicación: por una parte, la generación de políticas generales sobre el suelo en consonancia con el ordenamiento territorial y, por otra, la aplicación práctica de instrumentos de gestión que resuelvan cada una de las problemáticas asociadas a este proceso”. (BID, 2010, p. 11).
Finalmente, cabe destacar que “No se gobierna sin conocimiento, No se perdura sin previsión, No se avanza sin convicción” (Moris, 2011), como principios de la planificación, ya que revaloriza el diagnóstico de los territorios y reivindica la planificación, con lo cual valoriza el rol fundamental de la acción de planificar para construir ciudades desarrolladas en que la población mundial habite ciudades sostenibles, prósperas y equitativas.
Entrevista Dominique Petermüller. Para poner en marcha un proyecto de centro de ciudad, la primera diferencia es conservar esta Vega.
VerEntrevista Dominique Petermüller. Para poner en marcha un proyecto de centro de ciudad, la primera diferencia es conservar esta Vega.
Revista Planeo Nº2, La participación en disputa, Marzo 2012.
Como una de las personas expertas que asesoran el Plan de Regeneración del Barrio Mapocho – La Chimba, y habiendo estado en Chile muchas veces vinculada a proyectos urbanos, Dominique habla con la voz de alguien que conoce la realidad local y puede compararla con la de otros sitios. Haciéndose un momento para nosotros en su agenda, pudimos conversar de sus impresiones respecto del proyecto y de las lecciones que de él pueden extraerse para Chile y Francia.
Nos interesaría saber tu opinión acerca de qué, a partir del caso de La Chimba, ¿qué elementos ves tú que son interesantes de conocer? De la manera de hacer ese tipo de proyectos en Francia ¿qué sería interesante traer a Chile? Y viceversa, ¿qué elementos hay en Chile que son quizás distintos a lo que se hace allá, y que pueden tener un cierto valor? De manera de tener en perspectiva lo que tenemos que resguardar.
Sí, la pregunta en La Chimba es sobre la regeneración de un barrio central en un contexto de aglomeración. Central, porque es frente al centro de Santiago y se va hacia el norte, hacia el cementerio.
Es geográficamente central, pero no respecto de la organización de la ciudad. Tiene el cementerio, y otros servicios urbanos que usualmente se ubican más lejos del centro. Así, tiene un status ambiguo, de centralidad geográfica pero no de rol.
Tampoco esa centralidad se ilustra por el metro. Finalmente, tiene calidades muy distintas…cerros, cementerio, espacios abiertos muy grandes, y una de las principales funciones, el hospital. Por otro lado, tiene estas piezas muy largas, de los mercados, con sus alrededores, que también son mercado, pero de ropa, de tela, etc. Es como el gran mercado del centro de la ciudad. Con vivienda de alto valor patrimonial y, diría yo, muy degradada.
Para poner en valor un barrio así, en Francia, lo primero a considerar es su situación geográfica. La presencia del metro, la presencia de estos grandes parques que son San Cristóbal y Cerro Blanco. Se buscaría generar un movimiento habitacional, residencial, por un lado, y actividades más densas del centro por otro.
La diferencia que vemos así con la realidad chilena, y santiaguina más que chilena, es que la supervivencia del mercado y su adaptación, se da en su cambio de mercado mayorista a un mercado finalmente minorista y de clase media. En la tarde, cuando fuimos, las señoras no eran precisamente pobres. Eran de clase media y media alta.
Para nosotros es algo raro querer tomar a la clase media y hacerla ir a un barrio que está desvalorizado. Desarrollamos actividades artísticas, ponemos un equipamiento público de alta calidad, y acá yo pensé que se debía hacer lo mismo. Pero la gente ya conoce [el lugar], porque va a comprar para allá. La atracción se hace desde este mercado por toda la ciudad y todas las clases sociales, o casi todas.
Así, el lugar es conocido y no se requiere algo nuevo en términos de equipamiento. Lo que dijo la gente de La Vega es que en Francia mataron las vegas. Esa sería la diferencia. Para poner en marcha un proyecto de centro de ciudad, la primera diferencia es conservar esta Vega, pero controlar de mejor manera sus impactos negativos alrededor –ese es un proyecto de gestión-, y quizás en el tiempo un proyecto de cambio de comercio, con gestión de limpieza, y de espacio público pero adaptado al uso de los camiones de abastecimiento, no con vereditas y florecitas, pero que podría ser muy simpático de todas formas.
Un ejemplo de otras ciudades, si pensamos en Nueva York, es con el mercado de la carne. Éste se transformó, en algunas partes, en el barrio de moda. Es como una mezcla hoy día de carne y de moda, y con lugar muy caros. Restaurantes caros, hoteles, etc. Este cambio existía de antes, pero lo que le dio este desarrollo fue la Highline, el hotel que se construyó arriba. Así se desarrolló más, porque el desarrollo ya había empezado desde antes.
Yo diría que no tenemos acá una “highline”; no es la misma escala de ciudad, no son las mismas mentalidades, y los cambios que vimos en Santiago, como el mejoramiento de los espacios públicos, la atracción de la función residencial, la protección del patrimonio –que no existía quince años atrás, quizás veinte-, con mantención de la densidad residencial; transformó el centro, o más bien el pericentro.
Me parece que una manera más suave, así, de cuidar el entorno, podría ser algo que ampliaría esta frecuentación del centro más hacia el Mercado. Hacia el norte tenemos algo más clásico como situación. Cerro, espacio abierto, hospitales…la diferencia yo diría entre nuestros dos países, quizás, aunque ya no más, es que ahora los hospitales se abren a la ciudad, y la gente los quiere. Este es un muy buen punto para desarrollar vivienda cerca del cerro. Esa es una situación más clásica.
La diferencia quizás en el desarrollo de vivienda es que en Francia tenemos un vínculo quizás demasiado grande hacia el patrimonio, demasiado central. Al revés de acá. Se pone en valor el norte, se botan las maravillosas casas que existen…es una diferencia que tenemos, que ustedes necesitan cuidar, porque da una escala, si se abren los hospitales, se mejoran los espacios públicos, se atraen inversiones de vivienda, se necesita una gestión cuidadosa de apertura de las vistas hacia los cerros y de cuidado al patrimonio, sin impedir la construcción nueva.
Ustedes tienen una fuerza bastante grande, una energía de transformación de la ciudad, desde cada actor. Vimos que La Vega se adapta, negocia, discute con el Transantiago, los hospitales se abren…ustedes tienen actores activos, que quieren desarrollar algo. Quizás es por un lado una fuerza muy grande, y por otro lado conduce a los responsables del territorio –las alcaldías- a dejarlos, a hacer sin una coordinación.
La diferencia con Francia sería que cuando se toma la decisión de poner en valor 200 hectáreas de la ciudad, se arma un ente que tiene un rol de coordinación, pero también un rol de proposición. Lo que veo de útil en estas entidades es que depende de y representa a las alcaldías. Así, mantiene un diálogo permanente con ellos, en un sentido de coordinación. Porque sería una lástima que al norte se desarrolle algo, y que en el sur, por falta de diálogo –o de presión-, no se limpie, no se hagan los espacios públicos, y finalmente se divida el sector.
Involucrar una Vega a la que todos van a comprar, pero que genera molestia, va a empeorar su relación con el entorno. Yo diría que es mejor involucrarlos, y que vean bien cómo se desarrolla el norte, qué beneficio hay para ellos, qué tipo de adaptación, etc. Yo diría que una de las diferencias es que la fuerza que ustedes tienen en la acción fuerte de los actores, es que eso mimos les dificulta coordinarlos.
Y respecto del comercio particular de las Vegas, hubo un proceso de evolución. Ya que te señalaron a ti que en Francia mataron La Vega –se referían a LEAL, porque sacaron el mercado- ¿qué riesgo ves tú que en un proceso de recuperación de estos barrios, de valorización, de puesta en valor, incluso de aumento del precio del suelo, en que esa actividad se vea amenazada por expulsión?
La amenaza podría ser de dos maneras. Una amenaza de cambio de actividad comercial –que no sé si es una amenaza, porque podrían cambiarse de la alimentación hasta no sé qué, diseño, galerías de arte-, pero eso depende de las mentalidades santiaguinas, porque las galerías de esta ciudad suelen estar en el oriente.
No sé dónde está en Santiago el barrio donde se pueden abrir lugares bohemios. En París, que está consolidada, no puedes salir más en la noche tranquilo, hacer las fiestas a las seis, porque los vecinos se enojan, porque es una ciudad tan cara y los vecinos son de avanzada edad…y en otras ciudades tienes los barrios que se transforman, y van los artistas, y van las galerías, y van los jóvenes, salen en la noche, hacen ruido, nadie se enoja, porque nadie duerme allá…y poco a poco se desarrolla un barrio de jóvenes y poco a poco llegan los inversionistas, porque saben que tienen clientela.
Acá no lo vi nunca. Finalmente, es un funcionamiento diferente. Si tomamos como ejemplo el barrio universitario de Santiago, finalmente es uno de los actores con la municipalidad, con una muy fuerte orientación de la municipalidad por la preservación del patrimonio, del barrio, negociación con un sector de la actividad que es la educación, y tomaron otra forma de funcionamiento. Más allá de decir “tenemos actores involucrados en su propio proyecto”, sería también buscar y encontrar muy rápido la idea compartida por todos. El objetivo común.
¿Qué sería lo mejor para los hospitales, los inmobiliarios y La Vega? Para traerlos a un proyecto común.
¿Algunas lecciones para Francia de todo esto? Actualmente Francia conoce una crisis severa, más bien de carácter estructural; no es una crisis liviana. ¿Cuáles son las lecciones, si es que las hay, de una realidad como la chilena para una realidad como aquella? ¿Cuál sería el diálogo posible a la luz de este proyecto o de otros?
Para Francia, quizás, apoyarse más en las energías, porque sabe coordinar, pero por el momento tiene mucho involucramiento del financiamiento público. Quizás apoyarse más sobre energías privadas, y coordinarlas. Pero de coordinación sabe Francia.
Coordinar energías privadas finalmente, con objetivos de interés público, que son viviendas de buena calidad, buena calidad ambiental, menos segregación en la ciudad, y por cada proyecto una idea que lo hace existir dentro de la ciudad, porque siempre te van a preguntar ¿qué hay de nuevo? ¿qué va a aportar?
* Nombre: Dominique Petermüller
Nacionalidad: Francesa
Disciplina: Arquitectura
Dominique Petermüller es arquitecta francesa especialista en proyecto urbano y paisajismo, y académica en el área. Ha desarrollado su actividad profesional tanto en Francia como en varios países en Europa, Medio Oriente, China y América Latina. Es así como entre 1985 y 2001 se desempeña en el Atelier parisien d’urbanisme (APUR, Agencia de urbanismo del Municipio de París), y en ese contexto desarrolla varias colaboraciones internacionales. Entre otros realiza una intensa colaboración con la Municipalidad de Santiago, participando en el concurso de la Plaza de Armas (1998) y en el Estudio de desarrollo urbano y patrimonio de Santiago Poniente (1999-2000).
Entre 2001 y 2004 dirige el equipo de Taller de Proyecto Urbano en la Agencia de urbanismo de la Municipalidad de Bordeaux. Entre 2004 y 2008 se asocia con el arquitecto-urbanista Philippe Panerai (Premio de Urbanismo francés 1999). Y a partir de 2008 funda su propia oficina, ATelier Petermüller (ATP) dedicada al Urbanismo y Paisajismo. Como conocedora privilegiada del contexto urbano chileno y particularmente de Santiago de Chile, Dominique Petermüller es asesora del Estudio para la Elaboración del Plan Maestro de regeneración del sector Mapocho La Chimba entre 2011 y 2012. Es en ese contexto que ofrece la presente entrevista a principios de marzo de 2012, su particular visión y puesta en perspectiva de esta actuación con respecto al desarrollo urbano nacional en el actual escenario internacional del urbanismo.
Rehabilitación Residencial por la Junta de Andalucía
VerRehabilitación Residencial por la Junta de Andalucía
Revista Planeo Nº1, Chile sin política, Santiago sin Plan
[Por Lina Llorente Sánchez]
Título: La Rehabilitación Residencial en los procesos de recuperación de centros históricos, la experiencia de La Junta de Andalucía.
Resumen: Para alimentar la reflexión sobre la elaboración para el Plan de Regeneración para el Barrio Mapocho – La Chimba que desarrolla un equipo de profesionales UC entre 2011 y 2012, Lina Llorente realiza una presentación el 28 de octubre de 2011 (ver video) en el Instituto de Estudios Urbanos UC sobre la experiencia de la Junta de Andalucía en Rehabilitación Residencial en los procesos de recuperación de Centros Históricos. Este artículo recoge y sistematiza las prácticas presentadas.
La presentación de las prácticas de Rehabilitación Residencial se organiza en cinco partes según se trate de:
- Programas de Rehabilitación genérica como la Rehabilitación Autonómica Andaluza y el Programa de Rehabilitación de Cités y Pasajes en Chile;
- las Actuaciones singulares tanto en Andalucía como en el caso de la Unión Obrera de Valparaíso, Chile;
- las Delimitaciones de áreas de intervención y la definición de Proyectos de intervención integral como las Áreas de rehabilitación Concertadas de Andalucía o la Ley de mejora de barrios, áreas urbanas y villas de Cataluña;
- las Empresas Públicas de Gestión y
- una serie de siete Propuestas de intervención en casos chilenos como el del Barrio Mapocho – La Chimba referidos tanto a los
- Programas de ayudas a la mejora de espacios comunes de edificios plurifamiliares
- como el Programa de ayudas para la mejora del interior de viviendas,
- la Rehabilitación singular,
- la Masovería urbana,
- el Derecho de tanteo y retracto y valor máximo de los inmueble,
- la Línea de créditos preferentes
- y el Programa especial para propietarios residentes mayores de 70 años.
Mantener la función residencial de los centros históricos es fundamental para mantener sus señas de identidad, para fijar la población y para mantener la pluralidad de usos que constituye la principal riqueza de estos conjuntos. Los principales objetivos de esta rehabilitación se pueden resumir en:
- Mejorar las condiciones de vida de la población residente, propiciando su integración social y evitando procesos de gentrificación.
- Atraer población joven y nuevas familias que mejoren el espectro social y que devuelvan al centro su dinamismo.
- Recuperar el patrimonio urbano residencial y potenciar la arquitectura con valores tipológicos frente a los Monumentos Nacionales.
- Mejorar las condiciones de cualificación laboral de los habitantes más desfavorecidos.
- Concienciar a la población sobre las virtudes de la arquitectura patrimonial residencial, fomentando así, la autoestima y el arraigo.
- Delimitar un marco legal, financiero e institucional para las actuaciones.
Este artículo expone algunas maneras de intervenir que se desarrollan en España, en América Latina y especialmente en Chile. Dichas experiencias se han desarrollado durante los últimos 20 años como fruto de la política de rehabilitación de la Junta de Andalucía en su propio territorio, y del Programa de Cooperación que esta Administración desarrolla en Latinoamérica y Marruecos. Así mismo, se exponen las políticas de otras administraciones como la Generalitat de Cataluña y Programas de Recuperación de Centros Históricos financiados por el Banco Iberoamericano de Desarrollo en varias ciudades, como Quito o Valparaíso.
Se propone ordenar la exposición en función del tipo de práctica presentada y su síntesis. Las partes de esta exposición son:
- Programas de Rehabilitación genérica.
- Actuaciones Singulares.
- Delimitación de áreas de intervención y la definición de Proyectos de intervención integral.
- Empresas Públicas de Gestión.
- Propuestas de intervención.
1. Programas de Rehabilitación genérica.
Los programas de rehabilitación habitacional genérica normalmente corresponden a políticas de intervención generales a nivel nacional o regional. Su funcionamiento se recoge en leyes o decretos como el Plan Andaluz de la vivienda.
Uno de los más sencillos fue el denominado “Rehabilitación Autonómica” que alcanzó grandes resultados en Andalucía ya que, desde su origen en el año 1985, se han intervenido unas ciento ochenta mil viviendas en toda la Región. Se trataba de rehabilitar, dotando de seguridad constructiva y condiciones de habitabilidad, a viviendas unifamiliares en los llamados “cascos antiguos”. Los proyectos eran encargados y financiados por la Administración, sin cargo para los propietarios, que una vez redactados debían mostrar su conformidad. La Junta de Andalucía subvencionaba el 50% del coste de la actuación, hasta una cantidad máxima, y el coste de la dirección de obra. Las operaciones se desarrollaban en colaboración con los Ayuntamientos que se encargaban de la gestión económica global de las operaciones y de elegir a los beneficiarios. El propietario debía buscar a la empresa constructora y con mucha frecuencia participaba en las obras, por el protagonismo que los propietarios-usuarios tenían, el programa también ha sido denominado como de “auto-rehabilitación”. El control técnico por parte de los equipos de arquitectos y aparejadores contratados por la Junta, constituyó una garantía y de alguna forma contribuyó a romper con prácticas poco escrupulosas en lo constructivo y en lo tipológico.
En otro aspecto, contribuyó poderosamente a “socializar” el concepto de Rehabilitación, que pasó para miles de usuarios, a constituir una opción real frente a la sustitución o la intervención destructivas. Implicó además una importante acción de animación económica y generó ocupación de forma masiva.
En opinión general de los expertos, este programa contribuyó poderosamente a la puesta en marcha, por toda Andalucía, de una auténtica “marea rehabilitadora”, posiblemente responsable de la puesta en valor arquitectónico y urbanístico de muchos pueblos y ciudades. El programa ha sido después aplicado, en el marco de la Cooperación Internacional, en ciudades como Montevideo en el barrio Sur y barrio Reus, en Quito con el programa “Pon a punto tu casa” o en Potosí en el barrio de San Pedro.
En Chile se aplicaron estos criterios en varias intervenciones, como las realizadas en Población Centenario o en el programa de recuperación de Cites y Pasajes en Santiago Poniente. Para desarrollar estas actuaciones se suscribió un convenio con la Corporación para el Desarrollo de Santiago.
Población Centenario, es un conjunto de viviendas construido para Carabineros de Chile a principios del siglo XX, contiene aproximadamente 250 viviendas, agrupadas en 11 pequeñas manzanas de un piso. Son construcciones de fachada continua, conforman una interesante morfología urbana de escala doméstica y alta densidad.
Los términos establecidos para este programa fueron que la Junta de Andalucía aportara la mitad del costo de las obras de reparación y los propietarios abonaran la diferencia a través de un ahorro previo o suscribiendo un crédito bancario. Se programó una primera etapa de 50 intervenciones y una segunda etapa de otras 50. La Corporación aportó la gestión y la asesoría técnica necesaria para los proyectos y la supervisión de las obras. Los tipos de mejoramientos fueron de carácter básico, como cambio y reparación de techumbre, mejoramiento de fachadas, de las instalaciones sanitarias, eléctricas, de gas, ampliaciones menores, reparación de muros y mejora de baños.
Programa de Rehabilitación de Cites y Pasajes:
Esta tipología edificatoria tiene su origen a fines del siglo XIX y son construidas hasta 1940 aproximadamente, son edificaciones destinadas a albergar a la población obrera procedente del campo. Un aspecto importante de esta tipología, es que sin modificar la cuadrícula original de la trama urbana, la densifica manteniendo la estructura de fachada continua de la cuadra en la que se insertaban, resaltando únicamente los pórticos de acceso al conjunto.
En la ciudad se catalogan unos 520 conjuntos de esta tipología, cada uno de ellos en distinto estado de mantenimiento, pero que suponen un importante patrimonio urbano y social y cuya conservación era prioritaria para la Municipalidad. Como experiencia piloto, se propuso intervenir en 6 de estos conjuntos. La meta planteada para el Programa fue la restauración integral de los espacios comunes y el mejoramiento interior de unas 120 viviendas.
En cuanto a las intervenciones del espacio común el compromiso fue por parte de la Junta de Andalucía financiar el 75 % del costo total de las obras y el 25 % restante fue financiado por la Corporación.
Para financiar las obras del interior de las viviendas, la Junta de Andalucía aportó la mitad del costo de las obras de reparación y los propietarios abonaron la otra mitad a través del ahorro previo o solicitando un crédito. La Corporación aportó la gestión y la asesoría técnica necesaria para la redacción de los proyectos y la supervisión de las obras.
2. Rehabilitación Singular.
Se trata de intervenciones de Rehabilitación Integral efectuadas sobre inmuebles de interés arquitectónico, que habían perdido su uso original y eran susceptibles de ser destinados para el uso residencial. A veces también se actuaba sobre solares vacíos situados en el centro de las ciudades.
El objetivo era siempre la producción de viviendas sociales en alquiler para familias necesitadas del municipio, que residieran anteriormente en el mismo sector. Era, por tanto Promoción Pública. Los inmuebles o solares eran obtenidos por compra o cesión de los ayuntamientos, incluso en algunos casos se llegaron a obtener mediante expropiación.
Gracias a este programa se recuperaron cientos de edificios como corrales y casas de vecinos, antiguos palacios, cuarteles, conventos, escuelas sin uso y antiguos centros productivos. A través de estas actuaciones se obtuvieron alrededor de tres mil viviendas en toda Andalucía.
El programa hubo de superar una objeción inicial: según algunas voces, era un peligro entregar edificios de gran valor arquitectónico al uso de familias con bajo niveles de ingresos, ya que causarían, sin duda, un notable deterioro. Pasados ya muchos años de la ocupación el deterioro anunciado no se produjo, los cambios no han sido diferentes de los que capas sociales de “mayor nivel” han introducido en actuaciones similares ejecutadas después por la iniciativa privada.
El programa constituyó un pilar básico de las actuaciones que se desarrollaron, en el marco de la Cooperación Internacional, en Marruecos y en numerosos países de América Latina, ejemplos relevantes podrían ser la casa de los siete patios en Quito, la manzana de San Francisco en Buenos Aires o la rehabilitación del edificio de la Unión Obrera en Valparaíso.
VALPARAÍSO.
La ciudad de Valparaíso, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, posee un centro histórico y una situación topográfica de gran singularidad. La ciudad ha recibido un importante plan de inversiones de distintas instituciones destinado a la recuperación y puesta en valor del patrimonio. En este sentido cabe destacar el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso que se financia a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo y es gestionado por la SUBDERE (Subsecretaría de Desarrollo Regional) en colaboración con la Municipalidad.
Rehabilitación del edificio de viviendas denominado Unión Obrera.
La “Población Obrera de la Unión” es un edificio de vivienda ubicado en el Cerro Cordillera de Valparaíso. Fue fundado en beneficio de la Unión Social del Orden y el Trabajo por Juana de Ross de Edwards e inaugurado el 09 de enero de 1889. El edificio representa un excepcional ejemplo de la vivienda social en Chile de fines de siglo XIX.
Sus cualidades arquitectónicas están intrínsecamente vinculadas a la respuesta social y espacial que reciben las clases obreras de su época, adquiriendo un rol no sólo como vivienda, sino también como documento testimonial vivo de una arquitectura ligada a las condicionantes de su entorno.
El edificio de tres pisos se articula en torno a un patio. Posee una estructura perimetral de gruesos muros exteriores de albañilería. La estructura interior es mucho más frágil, de madera y adobillo, que presentaba un avanzado estado de deterioro al inicio de la intervención. A nivel estructural, se detectaron una gran cantidad de daños y fallas, producidas por la antigüedad del inmueble y los efectos sísmicos reiterados (terremotos de 1906, 1971 y 1985), esto sumado al insuficiente mantenimiento periódico, causó una situación de riesgo a los habitantes y a la integridad física del inmueble.
El proyecto de arquitectura se planteó como un diseño participativo, en que finalmente quedaron reflejadas las necesidades de las familias en cada una de las viviendas, todas ellas distintas entre sí.
El proceso de rehabilitación del edificio supuso un esfuerzo de gestión considerable para la comunidad de vecinos que se mostró muy activa desde el inicio y para todas las administraciones participantes. La SEREMI de Vivienda y Urbanismo se encargó de las gestiones necesarias para poner en marcha la operación. El primer problema que surgió fue la propiedad del inmueble, había que regularizar la titularidad y otorgársela a los ocupantes del edificio. Para ello se contó con la colaboración del Ministerio de Bienes Nacionales. Finalmente se constituyó una copropiedad y se regularizaron los títulos de dominio, requisito necesario, además, para poder otorgar los subsidios del Fondo Solidario con los que se abordaría el costo de la operación. Usar este tipo de subsidios para una obra de rehabilitación fue una gran innovación en un momento en el que no existía ningún subsidio en el MINVU destinado a este tipo de obras. La viabilidad económica de la operación se consiguió gracias a la colaboración de distintas instituciones. La participación de la Junta de Andalucía consistió en financiar el proyecto de arquitectura y una parte del coste de la obra, a las aportaciones ya mencionadas se sumaron los esfuerzos del programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso.
El edificio actualmente contiene 34 viviendas y dos locales, uno destinado a la administración y otro que funciona como sede de grupos deportivos. Entre las 34 viviendas, hay tres tipologías, con departamentos de uno, dos y tres dormitorios. En el tercer nivel del inmueble hay 17 dúplex de 90 metros cuadrados. Las soluciones habitaciones se adaptan a las necesidades de las familias y tienen módulos diferentes. En el último nivel del edificio, se ha construido una gran terraza con vistas sobre la bahía que se ha convertido en el espacio de encuentro de la comunidad.
El proceso culminó en Julio de 2008 con la inauguración del edificio que estuvo presidida por la presidenta Michelle Bachelet.
3. Delimitación de áreas de intervención.
Hasta ahora hemos visto programas que se desarrollan en un territorio nacional amplio o intervenciones puntuales en edificios significativos. Una evolución necesaria en los programas de rehabilitación fue la necesidad de abordar la problemática de los centros históricos de manera integral. Para ello se crearon herramientas de gestión vinculadas al planeamiento urbano y que se localizaban dentro de ámbitos definidos mediantes criterios de continuidad morfológica y evolución histórica. Así se crearon las áreas de rehabilitación Concertadas de Andalucía.
Áreas de rehabilitación Concertadas de Andalucía.
Este programa se regula en el Plan de Vivienda y Suelo 2008-2012, que tiene rango de ley autonómica.
En las Áreas de Rehabilitación pueden aplicarse los distintos Programas y subsidios previstos en el Plan de Vivienda, con una mayor flexibilidad en cuanto a las exigencias generales de cada uno de ellos en lo relativo a niveles de ingresos familiares, antigüedad de los edificios o superficies de las viviendas.
También se aplican Programas de financiación municipal, autonómicos, estatales y de la Unión Europea que resulten coherentes con los objetivos de recuperación marcados, incluso podrán definirse otros con carácter exclusivo o complementario a los existentes, que se estimen necesarios para conseguir la recuperación urbana, residencial, social y económica de los ámbitos en los que se lleve a cabo cada actuación concreta.
La coordinación entre las distintas Administraciones Públicas actuantes y entre las distintas Consejerías de la Junta de Andalucía es esencial para el desarrollo de estas actuaciones, así como la imprescindible presencia en el proceso de los colectivos vecinales afectados.
La delimitación de los ámbitos de actuación se realiza en colaboración con los ayuntamientos atendiendo a criterios morfológicos e históricos.
Una vez delimitada el área, la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) se encarga de la redacción del Programa de Actuación, donde se definen los objetivos en cada campo de actuación (vivienda, infraestructuras, equipamiento, espacio público, comercio, integración social y empleo). También se definen las distintas actuaciones, el presupuesto, los compromisos de los distintos agentes, la participación ciudadana y la programación temporal.
Para el desarrollo de la actuación es fundamental la creación de la Oficina Técnica de Gestión, que la Empresa Pública de Suelo de Andalucía instala en cada área y que actúa ante los vecinos como ventanilla única.
Estas Oficinas tienen una composición multidisciplinar, atendiendo las diferentes necesidades que se presentan en este tipo de intervenciones integradas, combinando para ello labores urbanísticas, arquitectónicas y de trabajo social, procurando la participación y coordinación permanente con el movimiento vecinal, fundamental para garantizar el éxito de la actuación en su conjunto.
Las Áreas fueron pensadas para Centros Históricos pero también se han aplicado a barrios periféricos. En el momento actual existen más de 40 Áreas declaradas en todas las capitales de provincia y municipios de relevante valor patrimonial. El horizonte temporal para la comprobación de los cambios introducidos se establece en diez-doce años.
Otro modelo de gestión interesante es el que se deriva de la aplicación de la ley de mejora de barrios, áreas urbanas y villas de Cataluña.
Ley de mejora de barrios, áreas urbanas y villas de Cataluña.
La Ley establece la creación de un Fondo de fomento como instrumento de colaboración institucional y financiera de la Generalitat con los ayuntamientos.
Se trata de un fondo concursable al que los municipios tienen que postular presentando un Proyecto de Intervención Integral con los contenidos establecidos en la ley, que son los siguientes:
- La delimitación del área en qué se quiere intervenir, que debe tener un carácter homogéneo y continuidad geográfica.
- La descripción de su:
- Situación urbanística es decir, del régimen jurídico del suelo, la clasificación urbanística de los terrenos y el estado de ejecución del planeamiento vigente.
- Situación social actual, con una descripción de las desigualdades sociales, de género y edad y su repercusión en el acceso a la renta y a los servicios.
- La propuesta de actuación, incluyendo la estrategia, las prioridades y la forma de gestión.
- La justificación de la necesidad de la actuación, el sistema de revisión de los resultados mediante indicadores y los requerimientos de continuidad y mantenimiento una vez completada la ejecución.
- El calendario de despliegue.
- Los recursos previstos, con la aportación que se propone de cada administración.
- El marco institucional y de participación ciudadana.
- Descripción de otras intervenciones públicas en curso o proyectadas en el mismo ámbito.
- Delimitación, si fuera necesario, de áreas para el ejercicio de los derechos de tanteo y retracto.
Los proyectos de intervención integral que se presenten deben incluir intervenciones en todos los campos siguientes:
- La mejora del espacio público y la dotación de espacios verdes.
- La rehabilitación y mejora de la accesibilidad de los edificios residenciales
- La provisión de equipamientos para el uso colectivo.
- La incorporación de las tecnologías de la información en los edificios.
- El fomento de la sostenibilidad del desarrollo urbano, especialmente con respecto a la eficiencia energética, el ahorro en el consumo de agua, y el reciclaje de residuos.
- La equidad de género en el uso del espacio urbano y de los equipamientos.
- El desarrollo de programas que comporten una mejora social, urbanística y económica del barrio.
- El mejoramiento de la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas.
Los proyectos son cofinanciados por la administración local y por la Generalitat de Cataluña. Para la ejecución del Plan se instala una Oficina de Gestión Técnica en el sector con funciones idénticas a las ya descritas.
En el componente residencial se ejecutan programas de mejora de los elementos comunes de los edificios residenciales, entendiéndose por tal la cubierta, fachadas, patios de luces, acceso y escaleras y redes de suministro de agua, electricidad, gas y saneamiento. Así mismo se ofrecen ayudas para la instalación de ascensores y rampas que mejoren la accesibilidad a los edificios. Desde las Oficinas Técnicas de Gestión se tramitan las ayudas que otorga la Generalitat, y se ofrecen subvenciones extraordinarias que se suman a esta ayudas. El modo de operar se diferencia del modelo andaluz.
En primer lugar un técnico de la Oficina de Gestión visita el edificio y emite un Informe de Inspección Técnica (ITE) describiendo el estado de mantenimiento del edificio, enumerando los elementos que necesitan ser reparados y estableciendo distintos grados de urgencia. Posteriormente la Comunidad de propietarios encarga un proyecto a un arquitecto. El proyecto debe considerar la reparación de todas las anomalías registradas en el ITE. Con este documento y la licencia de obra se presenta la solicitud de ayuda. Una vez concedida la subvención se ejecutan las obras y finalmente, previa justificación con las facturas y la documentación técnica que acredite el final de la obra se efectúa el pago de la ayuda otorgada.
4. Entes gestores.
Para la ejecución de todas las actuaciones se necesita una institución ágil, con recursos propios y con capacidad técnica, que se instale en el ámbito para facilitar el acceso a la información a los vecinos y ofrezca servicios de ventanilla única. Así mismo debe depender institucionalmente de las administraciones que tengan competencias sobre los campos a tratar establecidos en el Programa de Intervención. Con frecuencia son empresas públicas encabezadas por administraciones municipales y con representación de instancias regionales, y de los ministerios competentes. Tienen que poseer una naturaleza jurídica y administrativa que le permita la compra-venta de inmuebles, la gestión financiera de posibles promociones inmobiliarias y la capacidad de generar recursos propios.
5. Propuestas
Finalmente, y a modo de síntesis podríamos enumerar una variedad de fórmulas de intervención, extraídas de las experiencias que hemos mostrado:
Programa de Ayudas a la mejora de los espacios comunes de edificios plurifamiliares. Sería el caso de edificios con una comunidad de vecinos establecida, que presenten problemas puntuales pero que su distribución y uso cumplan las condiciones de habitabilidad requeridas. Las ayudas irían destinadas a mejorar los elementos comunes de los edificios, estructura, fachada, acceso, patios, cubiertas e instalaciones de agua potable, electricidad, gas, saneamiento y comunicaciones. El programa financiaría el proyecto y la dirección facultativa. La subvención cubriría un porcentaje del presupuesto de ejecución material de la obra y se podría facilitar un crédito a la comunidad de propietarios para financiar el resto del valor de la intervención. En este caso la ayuda iría destinada a la comunidad de propietarios. El reparto de dicha ayuda sería objeto de un acuerdo de la comunidad. Se podría establecer un fondo solidario para ayudar a las familias más necesitadas a cubrir la cuota que les correspondería. Se podría requerir un ahorro previo por familia. Para financiar estas intervenciones se buscarían además, programas actualmente vigentes dentro del panorama nacional y regional, como los subsidios de condominios sociales y de protección del patrimonio familiar otorgados por el MINVU.
Programa de Ayudas para la mejora del interior de viviendas. En estos casos se operaría de una forma similar. El programa financiaría el proyecto y la dirección facultativa. La subvención cubrirá un porcentaje del presupuesto de ejecución material de la obra y se podría facilitar un crédito para financiar el resto del valor de la intervención. En este caso las ayudas y créditos suscritos serían destinados a los propietarios de cada vivienda. Para que las personas con ingresos irregulares pudieran acceder al crédito se podría constituir un fondo de garantía.
Rehabilitación singular. El ente gestor podría adquirir el inmueble, rehabilitarlo y poner en el mercado las unidades obtenidas a través de la venta o el alquiler. Los beneficios obtenidos y el capital invertido que se recuperara se destinarían a nuevas operaciones.
En esta modalidad el ente gestor operaría como un promotor que se encargaría de todo el proceso, incluido la adjudicación y gestión de los alquileres de las viviendas y los locales comerciales. En el caso de que se optara por la modalidad del alquiler, el ente gestor constituiría un patrimonio de bienes inmuebles que debería gestionar con el fin de autofinanciarse.
Masoveria urbana. En edificios que sean de un solo propietario se podría proceder del siguiente modo: El personal técnico municipal realizaría un proyecto de rehabilitación y un presupuesto. Por otra parte se evaluaría el valor del inmueble en el estado actual y el valor que tendría una vez rehabilitado. Se calcularía la diferencia entre ambos y se asociaría ese valor al uso de una parte o del total del inmueble. El programa aportaría el valor del presupuesto de rehabilitación y a cambio, el propietario cedería el uso de una o varias viviendas en las que quedara subdividido el inmueble una vez realizadas las obras. Si hubiera inquilinos, el propietario se comprometería a mantenerlos con un valor de las rentas acordado en el convenio suscrito para la ejecución de las obras. Esta fórmula podría tener una buena acogida entre propietarios que no dispongan de capital para acometer las obras, pero que no quieran perder la propiedad.
Derecho de tanteo y retracto y valor máximo de los inmuebles. Uno de los efectos menos deseables de las políticas de rehabilitación es la subida del precio de los inmuebles situados en el ámbito de intervención. Para controlar este efecto se podría constituir sobre los edificios intervenidos el derecho de tanteo y retracto, es decir, reservar al Ente Gestor el derecho de adquirir cualquier vivienda del inmueble que se ponga a la venta en el edificio. Así mismo se puede limitar el valor máximo de los edificios susceptibles de ser intervenidos, es decir, establecer un precio máximo de compra por m2 para la adquisición de edificios que se vayan a rehabilitar. También, se puede imponer un valor máximo de venta o alquiler de las viviendas y locales obtenidos en las intervenciones de promoción pública y en las de promoción privada subsidiadas.
Línea de créditos preferentes. Con el objetivo de implicar al sector privado en el proceso de rehabilitación se podría ofrecer, en colaboración con las entidades bancarias, una línea de créditos preferente destinado a los propietarios de las viviendas, a promotores y constructores privados. Estos créditos podrían destinarse tanto a la compra de inmuebles como a las obras de rehabilitación o construcción. Las entidades resultantes tendrían un precio límite de venta o alquiler, al igual que las viviendas sociales.
Programa especial para propietarios residentes mayores de 70 años. En muchos casos los propietarios de las viviendas son personas de avanzada edad que no pueden hacer frente a los gastos ocasionados por las obras. El objetivo es que estas personas no sean expulsadas de sus viviendas por el proceso rehabilitador. Para conseguir esto, se podría montar un sistema de financiación especial en el que el programa sufragara todos los gastos de la rehabilitación de la vivienda. A cambio se produciría un gravamen en el título de propiedad que indicara que, una vez fallecido el propietario beneficiario de la ayuda, la municipalidad podría disponer de la vivienda por un tiempo estipulado en el convenio de intervención previamente establecido, o bien, los herederos tendrían que devolver la cantidad abonada por el programa.
Entrevista Hugo Romero y su opinión sobre planificación de desarrollo regional
VerEntrevista Hugo Romero y su opinión sobre planificación de desarrollo regional
Revista Planeo Nº1. Chile sin política, Santiago sin Plan. Marzo 2012.
Ya en su forma de expresarse se nota la veta académica de Hugo Romero. Dándonos una gran cantidad de información en cada frase y demostrando a todas luces su espíritu crítico, se refirió a las grandes posibilidades de desarrollo que Chile posee.
Instalados en los patios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, nos habló de la necesidad de profundización en la visión regional del país; de la incorporación de un debate claro y constante como desafío; y de la necesidad de prestar más atención a las necesidades ambientales.
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¿Cuáles son los problemas y desafíos actuales que son más importantes respecto a la planificación urbana y regional en Chile?
Yo pienso que en el país se han ido acumulando muchísimos problemas, tanto a nivel regional como urbano, que muestran que no es conveniente de ninguna manera persistir en una omisión sistemática de la planificación del desarrollo […]
[…] Hay una suerte de sensación que se va apreciando en todas partes, de «espontaneísmo», de voluntarismo, de una actitud más bien reactiva frente a los problemas, y de una acumulación de problemas muy importantes, y que no sólo no se resuelven sino que van adquiriendo características cada vez más graves […]
[…] Entonces las visiones son sectoriales, son parciales, son descoordinadas, no tienen visión de largo plazo ni aspectos multidisciplinarios en su enfoque…En definitiva, vamos experimentando una suerte de sorpresa paso a paso. Nos vamos enterando gradualmente de las dificultades que se generan, pero sin que se perciba una capacidad de respuesta sólida, global, institucionalmente válida […]
Los problemas son asociados a esta intervención liberal sin restricciones, regulaciones claras, sin una discusión permanente ni una política pública definida, se vuelven cada vez más graves. El problema principal es que, cuando se termina la ecuación, lo que se vislumbra finalmente es que con este sistema no es posible conseguir el desarrollo tan ansiado por el país.
Si tú reproduces eso ahora a nivel de la ciudad, haciendo el respectivo cambio de escala, te vas encontrando con el mismo problema. O sea, suponer que una ciudad solamente el crecimiento económico va a conducir, por acumulación, al desarrollo económico, no considera que podría ser al revés, y a conducir al no desarrollo.
Sin embargo, esto requiere una visión prospectiva, analítica, estratégica, de mucha persistencia y crítica de lo que está ocurriendo. Esto, con participación relevante de los actores sociales: los académicos, las comunidades locales, los agentes productivos, los habitantes de la ciudad. Que todos ellos estén participando activamente en ese proceso de construcción, de clarificación de los costos y beneficios asociados. Mientras eso no ocurra, como dije antes, vivimos una suma de sorpresas. Muchas veces sorpresas que son totalmente contrarias al desarrollo […]
A su juicio, ¿cuál debería ser el papel del Estado, en la regulación y formación de las ciudades?
Pienso que hay muchos roles que le corresponden a las políticas públicas, y que el Estado necesariamente tiene que asumir como parte fundamental de sus tareas. Existe una trilogía fundamental: por un lado los empresarios optando y maximizando sus rentabilidades económicas; por otro lado, la sociedad intentando maximizar la formación de capital social y humano; y por otro, el Estado armonizando estos puntos de vista, generando estos debates, facilitando la participación ciudadana […]
Yo entiendo que cuando hablamos de Estado, hablamos de una institución que es capaz de reproducir esas aspiraciones y necesidades sociales. Por ejemplo, la equidad. Se trata de un bien fundamental, porque tiene que ver con la estabilidad política, social, con las oportunidades de desarrollo, con la seguridad, con la calidad de vida. Y no se puede suponer que todas esas cuestiones se pueden construir individualmente, sino que se requiere de acciones colectivas. Alguien tiene que promoverlas, alguien tiene que estimularlas, premiarlas y establecerlas […]
Porque de lo que estamos hablando no es de un esfuerzo que corresponde hacerlo en los siguientes dos años, sino que uno implica tareas intergeneracionales y permanentes ¿Cómo le entregamos coherencia a esto? Tiene que haber una institucionalidad pública sólida, que es muy responsable, muy transparente y autónoma, muy comunicativa, y esencialmente muy participativa. No se trata de cederle a la comunidad algún espacio de opinión para no hacerle caso nunca. Porque eso significa destruir la credibilidad social […]
Creo entonces que hay problemas que el Estado debe asumir como prioritarios y fundamentales. Y me parece que casi todos ellos hoy día tienen que ver con la generación de un marco institucional apropiado para facilitar la participación. O sea, yo no le estaría pidiendo al Estado ninguna solución mágica a los problemas que se han ido acumulando durante décadas, o en algunos casos probablemente centurias. Lo que le pido es una apertura mental, conceptual, intelectual frente a los problemas. Nadie puede tener la razón por sí solo, pero entonces ¿cómo generamos el diálogo democrático para conseguir el avance sistemático y unas negociaciones adecuadas? […]
¿Qué visión propone usted para el desarrollo de una política integral de desarrollo urbano nacional?
El desarrollo urbano no puede estar al margen del desarrollo económico, social y sustentable del país. Seguir pensando fragmentariamente nos resta de una visión territorial.
Seguir pensando en forma diferente el crecimiento económico, que la equidad social, o ambos aspectos de la política educacional, parece también un error. La política educacional, que hoy está tan cuestionada en el país, tiene una dimensión territorial y urbana innegable […]
Y lo mismo cabría esperar respecto al desarrollo del transporte público; o del comercio en la ciudad; o las renovaciones urbanas que emprendamos; o la presencia de áreas verdes…son todos factores que tienen que ser vistos en su integralidad. Lo peor que podría ocurrir es que unos se estén contraponiendo con los otros.
Y la sensación que uno tiene es que cada vez que se aprueba (o reprueba, ahora) un Plan Regulador, es que no se está considerando debidamente la sinergia, los efectos relacionados, que constituyen un proyecto de desarrollo integral.
¿Y qué pasaría con la segregación o la participación que existe también a la hora de gestionar? ¿De los organismos que tienen que involucrarse en la generación de procesos, de proyectos? ¿Cómo ve usted lo que se ha criticado tantas veces; este sectorialismo en los organismos públicos?
No puede haber desarrollo urbano, sustentable, con la actual fragmentada institucional, y más que nada, con la falta absoluta de coordinación entre las instituciones que participan. Y esto es un tema que cuestiona fuertemente al gobierno de la ciudad por un lado y la gobernabilidad por otro lado […]
Hay que generar una gobernabilidad y un gobierno de ciudad que sean totalmente distintos a los que hoy día tenemos.
¿Cuál debería ser entonces, según usted, el papel del Intendente y el gobierno regional?
No, yo pienso que el país no resiste más de una visión centralista como la que tenemos. O sea, la concentración del PIB en Chile se da casi en un 50% en Santiago. ¡Y eso que éste es el resultado de 35 años de «regionalización»! ¡Cómo hubiese sido si no se hubiese siquiera formulado su retórica! […]
Una región como Aysén, que es capaz de producir el 0,5% del producto nacional, ¿cómo va a constituir un mercado atractivo para nadie? ¡Y qué podemos decir del altiplano andino, en el que prácticamente ya no vive nadie! Entonces hay que hacer una distribución muy importante del país.
Para eso, me atrevería a plantear que es muy importante que el país avance hacia el federalismo. […] Entonces un Intendente nombrado por el presidente, que obedece a los intereses del sistema central, con financiamientos que no son propios, con la riqueza que se produce en las regiones es drenada hacia el centro o hacia otros países…no, con ese esquema me temo que no hay ninguna posibilidad de desarrollo regional.
¿Cuál es su visión para el futuro desarrollo de Santiago, de aquí a 50 años?
Yo creo que Santiago tiene que compatibilizar su rol de ciudad global, con la necesidad de revertir fuertemente esta absoluta y única concentración de casi todas las actividades en torno a la ciudad […]
Dicho eso, creo que la ciudad está experimentando un proceso que veo equivocado, y creo que va a ser cada día más difícil de revertir. Por ejemplo, no creo que sea pertinente para la ciudad vanagloriarse en que es capaz de implementar su parte automotriz en 200.000 unidades por año.
Las ciudades que están aspirando hacia la sustentabilidad, como Berlín, como Dresden, y como muchas otras en Europa y en el mundo, no están apostando por el mantenimiento de las tasas altas de crecimiento de transporte privado, sino que están apostando decididamente por el crecimiento de transporte público […]
Me parece también que hay que resolver el tema ambiental. No es aceptable una ciudad que tenga los niveles de contaminación atmosférica que Santiago tiene. Por mucho que se diga que hayan mejorado en algo los índices de concentración de micropartículas, sabemos que las partículas finas no han disminuido sino que han aumentado, y también sabemos que la contaminación atmosférica evidentemente va a seguir aumentando si aumenta la fuente […]
Ahora, esos niveles de contaminación en gran medida son mitigados por un extraordinario crecimiento de las áreas verdes ¡Aquí hay que reverdecer todo lo que sea posible! Y en eso estamos tremendamente atrasados. Hoy día, una ciudad que no tenga un quinto de su superficie por lo menos como áreas verdes, no es sustentable. Y aquí estamos muy lejos de esa cifra. Y con una distribución interna absolutamente discriminatoria e injusta de esas áreas verdes […]
Luego, otro tema importante que no debemos dejar de considerar es el envejecimiento de la población. La propia prensa nos advierte que vamos a tener muchos jubilados pobres. Entonces el futuro de la ciudad tiene que considerar necesariamente a gente que va a tener escasas posibilidades de movilidad privada, y que no justifica la suburbanización ilimitada […]
Entonces suponer que estas cifras de crecimiento del parque automotriz contribuyen a la sustentabilidad de la ciudad, es contradictorio. Y estas son las discusiones que se requiere tener, con las cifras en la mano. Creo que todo esto señala la conveniencia, por un lado, de limitar el crecimiento de la ciudad, de proteger las áreas verdes y agrícolas; pero por otro lado generar por un fin un sistema urbano de redes estructurado por transporte público y que oferte territorio sano, con mayor integración social.
Como última pregunta ¿qué ventajas y desventajas ve en los Planes Reguladores Regionales y en las Estrategias Regionales de Desarrollo?
A mí me parece que ambos instrumentos son totalmente ineficientes. Yo tengo la impresión, y lo he dicho en otras ocasiones, que más bien se trata de construir mapas de colores. Se trata de un discurso absolutamente incomprensible para la población.
Si a eso sumamos estas Estrategias de Desarrollo Regional, que son verdaderos campeonatos de buenos deseos…en algún momento se hicieron en estadios y teatros, en los cuales la gente votaba finalmente por sus deseos. A mí me parece muy bien que tengamos alguna instancia de expresión de nuestras aspiraciones, pero otra cosa muy distinta es una Estrategia de Desarrollo Regional, en la cual estos deseos tienen que ser tamizados, ponderados, priorizados, y lo que es más importante ¡tienen que ser financiados!
Tienen que identificarse cabalmente los responsables del sector público, y en el caso chileno muy especialmente los responsables del sector privado. Un país en que la mayor parte de su economía está privatizada, en que sus recursos naturales, su medio ambiente, su territorio están privatizados; no puede formular una estrategia de desarrollo sin participación de los agentes privados […]
Entonces estas Estrategias de Desarrollo Regional, creo yo, han sido inútiles. Y los Planes Reguladores…es como poner un instrumento fijo versus un proceso dinámico. Va a quedar corto a la primera instancia. Entonces creo que hay que mejorar esos planes incorporando la resiliencia como un concepto muy importante. Tiene que ser un proyecto que obedezca a unos objetivos claros de sustentabilidad y desarrollo. Y que no sea un acuerdo entre especialistas respecto a cómo armonizan mejor ese mapa de colores. Eso no es suficiente ni conveniente.
Por lo demás, creo que hay que agregar muchos instrumentos nuevos. A mí me parece que la participación social tiene que tener sus propios instrumentos de consecución de objetivos. Hay que generar las instituciones de gestión y prácticas respecto de esos niveles específicos.
* Nombre: Hugo Romero Aravena
Nacionalidad: Chileno
Formación: Profesor de Historia y Geografía, Universidad de Chile, Master of Science, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
Organizaciones asociadas: Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Entrevista Sergio Galilea: Desde el año 79 que tenemos una “no política” de desarrollo urbano.
VerEntrevista Sergio Galilea: Desde el año 79 que tenemos una “no política” de desarrollo urbano.
Revista Planeo Nº1. Chile sin política, Santiago sin Plan. Marzo 2012.
Sergio Galilea es todo un personaje. Nos recibió en su oficina en el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, y luego de ofrecer amablemente un café, se hizo dueño por completo de la entrevista. Habló de todo y supo enlazarlo bien. Con mucho histrionismo y buen humor, abarcó desde la segregación a la mirada particular de los problemas latinoamericanos, pasando por el Transantiago, el desarrollo de barrios y las necesidades de transformar la figura del Intendente Regional, cargo que ha ocupado dos veces.
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¿Cuáles son los problemas y desafíos actuales que son más importantes respecto a la planificación urbana y regional en Chile?
Hay ciertos temas que cruzan los problemas del país; que son recurrentes. La desigualdad es probablemente el problema más grave que tiene la sociedad chilena. El tema de la desigualdad tiene connotaciones segregativas territoriales que son evidentes. Eso es más claro en las ciudades, pero también es relativamente evidente cuando tú comparas la calidad de vida de las metrópolis, de las ciudades intermedias, y de las localidades menores del mundo rural.
Nosotros seguimos siendo, desde un punto de vista urbano,
hijos del ’79. Es el minuto en el que se definió la política de
desarrollo del desarrollo urbano que yo siempre he llamado
“la no política”. Es decir, la política de desarrollo urbano en
que el mercado iba a resolver el conjunto de los problemas.
Entonces yo creo que hay un sello, un problema que es propio de la sociedad chilena, que es la desigualdad. El país tiene que resolver sus temas de una mínima equidad, de una distribución más razonable de las oportunidades y de la riqueza, entre otras cosas para conseguir desarrollo.
Del mismo modo el país tiene un enorme déficit en la descentralización institucional y económica. Yo creo que nuestro país debería priorizar en nuestra área algunos temas cruciales como la lucha contra la segregación. Esto significa acciones directas en barrios informales, más degradados, renovación urbana de determinados sectores, políticas públicas que busquen mezclar socialmente.
Por otra parte, desde el punto de vista institucional, en Chile seguimos teniendo un país muy poco regional, siendo un país muy regional. Nosotros tenemos un territorio maravilloso, extraordinariamente variable desde el punto de vista de sus climas, del de sus vocaciones productivas, etc. Por lo tanto, Chile debería ser un país más regional de lo que es en la práctica. Y no lo ha sido porque seguimos manteniendo una estructura institucional altamente centralista.
En definitiva, se abortan las posibilidades de desarrollo productivo, de emprendimientos locales y regionales. Eso, apoyado además en nuestra ancestral cultura organizativa del Estado, que es centralizadora, que establece una desconfianza respecto de las transferencias de competencia a las actividades locales, te da una combinación muy compleja.
…se necesita una política que yo siempre he llamado “de desarrollo hacia dentro” de Santiago.
Santiago no puede seguir expandiéndose en todas direcciones, tiene que densificarse,
tiene que recuperar barrios históricos. El desafío es recuperar lo que tú tienes.
Te estoy hablando del centro de Santiago, o del peri-centro de Santiago, que es el Santiago
en el que puedes andar. Es el Santiago con una dimensión peatonal.
La lucha por la equidad, sobre todo territorial, y la lucha por la descentralización, son las dos tareas marco que yo diría que deben abordarse. Eso tiene expresiones en lo urbano, en lo medioambiental, y en la distribución territorial del país, que son evidentes.
Desgraciadamente los problemas de inequidad y segregación territorial son grandes, más la ausencia de una voluntad política descentralizadora. Uno podría decir que en el régimen militar era natural que así fuera, pero nosotros como Concertación, tenemos una deuda tremenda con los procesos descentralizadores y con los temas de la equidad. Por lo tanto, ésta también es una tarea pendiente que hay que ver muy auto-críticamente.
Una de las críticas más comunes de la planificación urbana en Chile está relacionada con el papel del Estado en la definición de políticas y regulaciones de desarrollo urbano, siendo relegado más bien a garantizar una libre competencia en el mercado de suelos en vez de tomar una posición más proactiva y reguladora. En su opinión ¿cuál debería ser el papel del Estado chileno en la planificación y desarrollo de las ciudades?
Nosotros seguimos siendo, desde un punto de vista urbano, hijos del ’79. Es el minuto en el que se definió la política de desarrollo del desarrollo urbano que yo siempre he llamado “la no política”. Es decir, la política de desarrollo urbano en que el mercado iba a resolver el conjunto de los problemas.
Y las intervenciones públicas eran piedras en el zapato para los inmobiliarios. Eran lomos de toro, regulaciones que “permitían soluciones discriminatorias a favor de grupos de poder”. En ese entonces se tomó una decisión extremadamente radical. Y eso rebota urbanamente muchas décadas en adelante. Se produjo una concentración de propiedad del suelo que no existía. Se perdieron los mecanismos de regulación más elementales, ¡y se generó un laisezz-faire urbano que no ha existido en un ningún país del mundo!
En una sola década, la del ’80, Santiago prácticamente duplicó su superficie urbana. Misma década en la cual la ciudad no creció más de un 20% agregadamente en términos de su capacidad productiva. En la década de los ’90, cuando nosotros iniciábamos una influencia sobre las actividades gubernamentales, hubo políticas de mayor control, por lo menos para evitar esta expansión desorbitada. Urbanamente tenemos muchos defectos.
Estos defectos que se acarrean desde el ’79, ¿cómo se manifiestan hoy día, qué desafíos plantean hoy día para la planificación?
Plantean muchos desafíos que, en mi opinión, no han sido enteramente asumidos en estos años.
Por ejemplo, se necesita una política que yo siempre he llamado “de desarrollo hacia dentro” de Santiago. Santiago no puede seguir expandiéndose en todas direcciones, tiene que densificarse, tiene que recuperar barrios históricos. El desafío es recuperar lo que tú tienes. Te estoy hablando del centro de Santiago, o del peri-centro de Santiago, que es el Santiago en el que puedes andar. Es el Santiago con una dimensión peatonal.
Nosotros, me refiero al trabajo que hicimos en los gobiernos de la Concertación, recuperamos mucho el centro de Santiago. Pusimos el metro en el centro de la dinámica urbana. Hay que decir también que dejamos la embarrada en materia del Transantiago. Ése fue un error urbano tremendo.
Nosotros, me refiero al trabajo que hicimos en los gobiernos de la Concertación,
recuperamos mucho el centro de Santiago. Pusimos el metro en el centro de la dinámica urbana.
Hay que decir también que dejamos la embarrada en materia del Transantiago.
Ése fue un error urbano tremendo.
¿Cuál sería su visión para el futuro desarrollo de Santiago, de aquí a los próximos cincuenta años?
Yo tengo la obsesión con el desarrollo hacia adentro. […] Estamos derrochando un conjunto de activos urbanos que son de tremenda importancia. Al mismo tiempo, estamos despreciando el barrio, y al hacer esto, despreciamos un elemento de identidad territorial que tiene que ver con el equipamiento, la convivencia, y particularmente con la seguridad. La seguridad ciudadana se ha convertido en el tema más grave de los últimos años.
En Santiago es también absolutamente urgente un control del uso del automóvil. Eso es vital. Este año el parque automotriz de Santiago creció en un 20%. Eso es cuatro veces el nivel de crecimiento esperado ¡Esa cuestión es terrible! Terrible.
Se necesita generar una modificación cultural para que la gente apueste por el metro, o por el transporte público en general.
Eso acarrea una serie de desafíos de gestión, en lo que hay que hacer un esfuerzo muy grande. Respecto de eso, Chile llora un gobierno metropolitano. Yo estuve en la Intendencia de Santiago, y te lo digo en una sola frase: Chile necesita tener cuatro regiones y un área metropolitana, nada más. El norte, el centro, el sur y el sur austral. Eso son los cuatro Chile, y tiene que haber un régimen especial para el área metropolitana de Santiago. Ésas hoy se llaman “las macro regiones”, y además ser del norte, del centro, del sur o austral es verdadero; no es “ser de la sexta” o “de la novena”.
Chile es el país con la menor identidad territorial de América Latina. Estamos absolutamente acostumbrados a que lo principal, lo secundario y lo menor se resuelva en Santiago. Hay que hacer un esfuerzo con mucho coraje en esa perspectiva.
Con esa frase, “Chile sin política, Santiago sin plan”, parece como que seguimos en el ’79.
Seguiríamos en el mercado, en que las decisiones individuales de cada cual
son lo que determinan la lógica urbana. Desgraciadamente,
es así todavía en un porcentaje importante. Pero hemos tenido algunas políticas públicas
inteligentes y adecuadas que hacen que tú puedas pensar en un futuro algo más optimista.
En ese contexto, ¿cuál debería ser el papel del Intendente?
No, los Intendentes tienen que morir. Hoy se tienen regiones institucionales que en mi opinión también hay que modificar. Son muy pequeñas, y muy poco importantes. Se celebró como un éxito pasar de trece a quince regiones, como si eso significara que habrá más descentralización. No; significó que en vez de haber trece supuestos poderes regionales, hay quince, siempre supuestos.
¿Qué opinión tiene sobre los planes reguladores?
A mí me parece que el Intercomunal de Santiago fue un instrumento bastante adecuado. Consolidó situaciones…no fue pro-expansión, por lo menos.
Con posterioridad a eso, se producen algunas modificaciones al Plan Regulador que son suis generis. Son estas áreas de desarrollo condicionado. O sea, yo no le voy a dar permiso a alguien para que se instale en los extramuros de la ciudad, sino sobre la base de decirle a ese señor “si usted quiere instalarse allá, tiene que hacer una ciudad completa”. Estableces así una suerte de impuesto territorial. Con los años, se ha mostrado que esa política fue inteligente.
Que la ciudad se siguiera expandiendo, para después apostar en la conducta especulativa, por lo menos los instrumentos de planificación han contribuido a evitarlo. Ha habido una discusión hoy día sobre si tú expandes o no determinada cantidad; yo sería partidario, en principio, de no expandir nada. O sea, si alguien quiere hacer algo afuera, tiene que demostrar que lo financia todo. Y todo es todo. Santo remedio; ese es el único principio. Y es una lógica que se aplica en todas las ciudades.
Para terminar, nos gustaría que se refiera al título de nuestro primer número. ¿Chile sin política, Santiago sin plan?
Con esa frase, “Chile sin política, Santiago sin plan”, parece como que seguimos en el ’79. Seguiríamos en el mercado, en que las decisiones individuales de cada cual son lo que determinan la lógica urbana. Desgraciadamente, es así todavía en un porcentaje importante. Pero hemos tenido algunas políticas públicas inteligentes y adecuadas que hacen que tú puedas pensar en un futuro algo más optimista.
Y ese futuro tiene que estar centrado en un rol mucho más importante de la planificación urbana, en un papel mucho más significativo del gobierno nacional, eventualmente del área metropolitana, y los gobiernos locales. Naturalmente, yo soy confiado de que éste sea un país que pueda enfrentar los problemas de inequidad, desigualdad y segregación de un modo mucho más radical.
* Nombre: Sergio Galilea Ocón
Nacionalidad: Chileno
Formación: Ingeniero industrial, Universidad de Chile, Magíster en Planificación del Desarrollo Urbano y Regional del CIDU de la Universidad Católica de Chile
Organizaciones asociadas: Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica.
Sergio Galilea Ocón, ingeniero industrial de la Universidad de Chile y militante del Partido por la Democracia, ha conocido un sinnúmero de cargos relevantes en materia urbana y territorial a lo largo de su vida.
Ha sido consultor, en temas de planificación urbana, regional y social, de distintos organismos internacionales, entre los que se cuenta a la CEPAL, ILPES, HABITAT, OEA, el Banco Mundial y la UNICEF.
Entre 1980 y 1982, fue presidente de la Sociedad Interamericana de Planificación (SIAP). Entre 2003 y 2005 fue miembro del Directorio del Metro de Santiago.
En cuanto a su trayectoria gubernamental, entre 1990 y 1994 se desempeñó como Director de la División de Desarrollo Regional del Ministerio del interior, a cargo del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y de los programas de Mejoramiento de Barrios y de Mejoramiento Urbano.
Desde agosto de 1999 hasta marzo de 2000 fue Ministro de Bienes Nacionales. Inmediatamente después pasa a desempeñar el cargo de Intendente de la Región Metropolitana, donde define las primeras vías segregadas de Santiago.
Entre 2003 y 2005, oficia como Director Nacional de Vialidad, del Ministerio de Obras Públicas. Desde 2008 hasta 2010, fue Intendente de la Región de Los Lagos, donde se vio enfrentado a la crisis de la erupción del volcán Chaitén.
En el área proyectual, destaca su trabajo, entre 2006 y 2008, como Gerente del Proyecto Ciudad Parque Bicentenario de Santiago, macro urbanización en una superficie de 240 hectáreas donde funcionó el ex Aeropuerto de Cerrillos.
Académicamente, Sergio Galilea destaca como profesor del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica, y en la Universidad de Los Lagos.
Comentario al libro “Lima_Santiago: Reestructuración y Cambio Metropolitano”
VerComentario al libro “Lima_Santiago: Reestructuración y Cambio Metropolitano”
Revista Planeo Nº1, Chile sin política, Santiago sin plan, Marzo 2012.
[Por Sergio Bitar]
El día 15 de diciembre se llevó a cabo el lanzamiento del libro “Lima_Santiago: Reestructuración y Cambio Metropolitano”,editado por Carlos de Mattos, Wiley Ludeña y Luis Fuentes.
La actividad contó con la presencia de Sergio Bitar, quien comentó el contexto en el que se publica el libro y la implicancia de la investigación comparada en Latinoamérica.
Sergio Bitar es ingeniero civil y economista. Senador de la República (1994-2002), Ministro de Educación (2003 – 2005), Ministro de Obras Públicas (2008 – 2010), y autor del libro recientemente editado “Un futuro común Chile, Bolivia, Perú”.
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Puedes acceder al video completo en http://www.ieut.cl/2012/01/descargar-videos-lanzamiento-libro-lima_santiago/ (vía ieut.cl)
Gonzalo Olavarría
Gonzalo Olavarría
Pedro Bannen
VerPedro Bannen
Arquitecto (1980) y Magíster en Desarrollo Urbano (1992) de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Profesor de la Facultad de Arquitectura, su trabajo académico se ha focalizado en la docencia de talleres y la investigación, teniendo como preocupación central el tema de la ciudad y, en particular, el caso de Santiago, asumiendo su estudio desde la relación del cuerpo edificado y la forma de habitarla.
Se ha dedicado al estudio de aquellos aspectos que configuran la competitividad de las ciudades a partir de la calidad de vida que ofrecen a sus habitantes. Ha participado como docente en programas académicos relativos al tema en universidades de Argentina (San Juan) y España (Barcelona). [Más…]
Pablo Contrucci
VerPablo Contrucci
Arquitecto de la P. Universidad Católica de Chile 1985 y se ha dedicado especialmente a los temas urbanos y gestión de proyectos.
Trabajó por 10 años en la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN), en donde ocupó el cargo de subdirector ejecutivo y luego entre 1997 y 2000 ejerció la dirección ejecutiva. Ha sido miembro del Directorio del Colegio de Arquitectos de Chile en donde ocupó el cargo de Secretario General entre 1996 y 2000 y Vicepresidente de Asuntos Internos de 2000 a 2002. Desde 2000 es Gerente de Proyecto Urbanya para la Inmobiliaria Las Lilas de Pudahuel.
En el campo académico, ha hdictado clases de urbanismo y gestión urbana en la P. Universidad Católica de Chile y otras universidades chilenas y actualmente se desempeña como Profesor Coordinador de Arquitectura para el Magíster de Administración de la construcción (MAC) en la misma casa de estudios, en coordinación con la Cámara Chilena de la Construcción. [Más…]
Macarena Ibarra
VerMacarena Ibarra
Licenciada en historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, M.A. en la Universidad de Leeds, Reino Unido y Ph.D en historia urbana en la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Actualmente está a cargo de la línea de investigación Patrimonio urbano: nuevos desafíos para la ciudad del siglo XXI. Santiago entre 1870 y 1970 proyecto cofinanciado con Conicyt. Además, participa como co- ejecutora del proyecto: Propuesta de elaboración de Instructivo de Intervención para la zona típica “Sector delimitado por las calles Viel-Matta-San Ignacio-Rondizzoni” en la comuna de Santiago, FONDART, Septiembre 2010- Febrero 2011. [Más…]
Justine Graham
Justine Graham
Jaime Pujol
VerJaime Pujol
Arquitecto UC y Máster en Urbanismo, Instituto de Estudios Políticos (Sciences-Po), París.
Profesionalmente se ha desempeñado principalmente en planes y proyectos de Regeneración Urbana tanto desde el sector público como desde el privado en Francia y en Chile. Es también académico en estas materias. Actualmente coordina junto a Pablo Contrucci el equipo que elabora el Plan de Regeneración del Barrio Mapocho – La Chimba; entre 2009 y 2011 es coordinador del área urbana de los Barrios Críticos en el Programa de Recuperación de Barrios “Quiero mi Barrio” en la SEREMI Metropolitana de Vivienda y Urbanismo; entre 2005 y 2008 es Jefe de Proyectos en Atelier JAM (París) del Proyecto de Renovación Urbana Social de Les Mureaux, (en Yvelines, Región parisina), Francia, y dirige Ekat City, Proyecto de Renovación Urbana Central en Ekaterimburgo (Rusia) en desde Valode & Pistre architectes (París); desde 2009 es coordinador del Diplomado en Planificación y Gestión Urbana Integrada del IEUT UC y profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Diego Portales.
Ernesto López
Ernesto López
Daniel Muñoz
Daniel Muñoz
Sociólogo PUC
Actualmente cursando el Magíster en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC.
Ha participado en investigaciones enfocadas en cultura urbana y de la integración. Sus intereses giran en torno a teoría y cultura urbana, investigación cualitativa y estudios de la vida cotidiana.
Bernardita Mc Phee
Bernardita Mc Phee
María Angélica Illanes Orellana
VerMaría Angélica Illanes Orellana
Ha colaborado en el desarrollo de investigación vinculada a temas de Patrimonio.
Tamara Salinas
Tamara Salinas
Roberto Moris
VerRoberto Moris
Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1999. Master en Diseño de Ciudades y Ciencias Sociales, London School of Economics, 2004.
Experto en planificación y gestión urbana, con experiencia profesional en el desarrollo de estudios y proyectos de arquitectura, diseño urbano y planificación. También destaca su experiencia profesional en el sector público y en el ámbito académico.
En relación a la experiencia profesional se puede destacar su experiencia como consultor en el desarrollo de instrumentos de planificación territorial. Uno de los principales focos de trabajo ha sido la exploración de instrumentos que apoyen los procesos de toma de decisión que mejoren la interacción de los instrumentos de planificación tradicionales y la programación de inversiones urbanas. Ha realizado actividades profesionales en Suecia, Argentina, Uruguay y Brasil. [Mas…]
http://factorurbano.wordpress.com/
http://forociudad2014.ieut.cl/
http://gestionintegrada.ieut.cl/
http://prespelluhue.wordpress.com/
Documental “El Síndrome del Espino”, 2010
VerDocumental “El Síndrome del Espino”, 2010
Documental dirigido por Percy Matas. Estrenado en el año 2010.
«La hisoria de una comunidad que encontró otra manera de hacer ciudad»
[Bernardita Mc Phee]
El documental nos introduce en la historia de la Comunidad Ecológica de Peñalolén, penetrando en sus sueños, nostalgias, dificultades, como también, en la inquietante incertidumbre acerca de su futuro.
En el inicio se nos presentan las opiniones de vecinos que manifiestan su respeto, su admiración o las sospechas que les provoca esta peculiar comunidad. Son los de afuera, los comunes y corrientes pobladores de los alrededores que los ven vivir una vida que ellos no tienen, atiborrados como están por el diario afán en la agitada y bulliciosa ciudad.
De pronto el documental nos muestra cómo se abren las puertas del predio cordillerano. La cámara nos encamina por agrestes senderos arbolados, circundados por casas poco visibles y con un silencio campestre que se adivina.
La conocida figura de la actriz María Izquierdo aparece en medio de una construcción abandonada y semi destruida. “Éstas son las ruinas de nuestra sede comunitaria de los primeros tiempos”, nos dice. La visión de niños bailando en una fiesta, mostrados en un video antiguo, nos traslada a un pasado de esforzados pioneros, en cuyo lugar construido por ellos, se producía el encuentro.
El documental, a continuación, nos pasea por la nostalgia que produce, desde un incierto presente, esta historia que ya incluye a tres generaciones. Vivencias de gran significado, son mostradas mediante los testimonios de los fundadores, de sus hijos y de los que, sólo de oídas, la conocieron.
La comunidad nace en los inicios de los ochenta, en plena dictadura, cuando la necesidad de respirar aire puro no sólo era una necesidad física. Nació por el deseo de crear lazos en un lugar donde se pudiera vivir con sencillez, creando vínculos afectivos con las personas y con la tierra. Se fueron convocando uno a uno, hasta formar un grupo diverso de personajes que se fueron sumando al proyecto. Las primeras construcciones fueron de barro “chicoteado”, peculiares y austeras, con agregados paulatinos, sin pretensiones. Los elementos constructivos buenos no eran los que tenían mucho valor comercial sino los que habían sido probados como útiles en el pasado. El grupo creció hasta formarse subgrupos diferentes, pero afines: los de los eucaliptus, más “locos” y los de los espinos. Juntos tuvieron que sobrellevar todas las dificultades que fueron apareciendo: problemas con la escasez de agua, falta de electricidad y de conectividad. Todo se solucionaba con la colaboración.
El documental da cuenta de la extraordinaria variedad de personajes allegados al proyecto, tanto desde sus inicios, como con posterioridad: artistas de diferente cuño: actores y actrices, músicos, escritores, pintores, diseñadores, artesanos diversos. También se multiplicaron los creadores de pequeñas empresas: mueblerías, de spa, de aprovechamiento de material reciclado, de restoranes. También se construyó un teatro a iniciativa del conocido actor Héctor Noguera, uno de los que da testimonio en este documental, y quién declara que la diversidad ha enriquecido a la comunidad y que por esto ha llegado a ser una comunidad madura.
Sin embargo, durante todo el documental queda de manifiesto la constante amenaza que se cierne sobre ella. El crecimiento de la ciudad, las autoridades locales con concepciones diferentes y la disminución de la fuerza inicial de los fundadores, han creado una sensación de incertidumbre sobre su futuro. La última amenaza se presentó con la propuesta de un nuevo plan regulador de la comuna que alteraría todo el espacio colindante y parte del mismo.
El nombre de este documental “El síndrome del espino” apunta al afincado deseo de los comuneros, de no moverse de ese lugar el que sienten que les pertenece y en el que se han arraigado profundamente, al igual que los espinos precordilleranos que tienen permanentemente a su lado, desde los inicios.
El documental deja en suspenso una frase que puede ser una afirmación enfática y certera:
-“¡Otra ciudad es posible!” O también puede convertirse en una pregunta inquietante:
-“Otra ciudad ¿es posible?
Lina Llorente
VerLina Llorente
Arquitecta española especialista en urbanismo. Ha desarrollado su actividad profesional en diversas comunidades de España como en Chile y otros países de Sudamérica. Es coordinadora del Programa de Cooperación que la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Andalucía realiza en Chile desde 1996. Actualmente es socia de ERV Arquitectes Assocciats en el desarrollo de consultoría para entidades de crédito internacional como el Banco Iberoamericano de Desarrollo, Banco Mundial y para administraciones públicas catalanas y de Sudamérica. Académicamente, es docente en el máster de la Fundación de la Universidad Politécnica de Cataluña denominado «Desarrollo urbano y Territorial; gestión y transformación de las ciudades en países en desarrollo» (www.linallorente.es)
linallorente@erv-arquitectes.com
Participación en Planeo:
Chile sin política, Santiago sin plan
VerChile sin política, Santiago sin plan
Revista Planeo Nº1, Chile sin política, Santiago sin Plan.
[Por Roberto Moris]
Mucho se ha dicho sobre la impresionante transformación de Santiago que inició don Benjamín Vicuña Mackenna a fines del siglo XIX y de las condiciones singulares en que se dio, dado su poder político, riqueza y liderazgo. Sin embargo, en su libro «Transformación de Santiago» da cuenta de las restricciones presupuestarias, políticas y ambientales con que debió lidiar para promover el desarrollo de proyectos como el Camino de Cintura. Su visión política y su capacidad para trabajar con los principales actores de la época y manejar sus variables de interés en la promoción fueron clave para que sus ideas se concretaran. Su comprensión de la cruda realidad fue capaz de equilibrarla con la visión de desarrollo que proponía para la ciudad. Este horizonte claramente no fue alcanzado en el transcurso de su vida, pero es indudable que sentó las bases del Santiago de hoy, y probablemente, del Santiago que más nos gusta.
Esta necesidad de integración entre visión y pragmatismo también puede ser verificada en las actuales tendencias de planificación participativa. Un ejemplo de ello, es la experiencia de los cincos años de desarrollo del Plan Estratégico de la ciudad de Santa Mónica en Los Ángeles, California. En la opinión de Peter James, Senior Urban Designer de la ciudad, los últimos años de inestabilidad económica y política, han fortalecido a la planificación estratégica. A mayor inseguridad, mayor necesidad de disminuir los riesgos y asegurarse de que los recursos públicos estén siendo bien dispuestos. En este sentido, el plan ha requerido que los responsables conozcan los intereses y opiniones de cada vecino. “No podemos dejar que esto falle porque no se involucró a la gente”, indica.
Entonces esta relación entre más planificación y debilidad económica, debería llevarnos a prestar aún más atención a la actual crisis económica internacional que tiene a Europa y Estados Unidos como protagonistas. En especial cuando parte de los especialistas han indicado que por sus características, esta crisis se extendería entre 7 y 10 años. Esto se semejaría a lo ocurrido con la “crisis de la deuda” que dejó a Latinoamérica constreñida durante la década de los ochenta. El actual escenario podría significar oportunidades para el reposicionamiento de esta última en su relación con el primer mundo, pero también podría tratarse solo de un desfase en los niveles de impacto de la crisis.
Por nuestro lado, los últimos dos años han sido especialmente particulares y difíciles para el país. A pesar de haber sido aceptado como miembro de la OECD, existe cierto consenso de que esto ha venido a confirmar lo que nos falta para ser un país desarrollado. Más allá del prestigio, esta nueva condición nos ha obligado a compararnos con países que en casi todo muestran mejores indicadores. Esta necesidad de nivelarnos hacia arriba también ha debido convivir con el cuestionamiento al modelo que nos dejó en esta misma posición. De alguna manera estamos viviendo una inflexión en el desarrollo del país, todo esto cargado de incertidumbre y ansiedad por ver que estos cambios sean beneficiosos y duraderos.
En este contexto, la ciudad ha comenzado ha ser habitada de una forma distinta, con mayor presencia en las calles y mayor presión sobre la manera en que está siendo pensada, planificada y gestionada. Toda esta nueva efervescencia por la educación y las temáticas ambientales, sin dudas irá perneando en otros ámbitos como la salud y las pensiones. A quienes seguimos el desarrollo de las ciudades nos parece evidente que esta nueva sociedad que busca nuevos equilibrios de poder debería poner el foco en las ciudades. Foco en el territorio donde se dan todas estas transformaciones.
A pesar de lo anterior, pareciera que las ciudades chilenas y en particular la capital, están siguiendo una inercia de evolución. Está claro que no hemos tenido la capacidad de plantearnos con decisión si nuestras ciudades pudieran ser las bases de culturización y desarrollo de calidad de vida, más allá del soporte del desarrollo económico. En estos momentos, se vislumbra la generación de una nueva estrategia de desarrollo regional, del Plan Regional de Ordenamiento Territorial, del Plan Regional de Desarrollo Urbano, y la probable restitución de la modificación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago. Si bien se pueden encontrar diversas opiniones respecto de los contenidos y pertinencia de cada uno de los instrumentos, de algo podemos estar seguros: en las condiciones actuales ninguno de ellos pueden ser entendidos como un Plan Estratégico para la ciudad y menos para una “ciudad OECD”. Los lineamientos estratégicos del primero, sin una adecuada correlación con los siguientes, probablemente dejarán a la ciudad con el mismo modelo que se ha venido implementando.
Como sabemos los principales instrumentos que marcan el desarrollo urbano en Chile han sido la Ley y la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, junto con los distintos tipos de planes reguladores. Esta estructura ha sido muy conveniente para la promoción del desarrollo inmobiliario y el cumplimiento de metas de producción, empleo y soluciones habitacionales, pero cabe preguntarse si es suficiente. Durante décadas el principal instrumento de planificación de la capital ha sido el Plan Regulador Metropolitano, el cual como su nombre lo indica, está principalmente orientado a regular. Tomando distancia de la evaluación de los resultados que ha dejado, no podemos pedirle al instrumento más de lo que es. Aún podemos trabajar muchísimo en su perfeccionamiento, a pesar de las limitaciones que lo definen como tal. Esto implica preguntarse si una «ciudad OECD» de 7 millones de habitantes que ha vivido y sufrido masivas transformaciones, en especial, en los últimos 20 años, debería contar solo con un plan de estas características. Además del consabido déficit de gobernabilidad metropolitana, claramente hace falta un plan estratégico que defina las principales directrices del desarrollo a corto, mediano y largo plazo.
Por otro lado e intrínsecamente relacionado a lo anterior, este “país OECD” ha sufrido de la ya permanente falta de una Política Nacional de Desarrollo Urbano. En el año 2000 por orden del Presidente de la República, el Ministro de Vivienda y Urbanismo derogó la política que había estado vigente desde 1985. Esto con el objeto de abrir el camino de una de las siete reformas del Bicentenario que nos llevarían a ser un país desarrollado: la Reforma Urbana. Lamentablemente, esta iniciativa orientada a lograr ciudades más bellas, menos contaminadas, más expeditas, dignas, amables y cultas, no logró que contáramos con una política en la primera década del siglo. Al parecer, desde los inicios de la democracia ha sido más fuerte el interés por consultar y discutir una política que finalmente formalizarla e implementarla. Experiencias potentes como la generada en los gobiernos de los presidentes Aylwin y Frei, no lograron ver la luz, como tampoco el anuncio de política devenido en Agenda durante el gobierno de la presidenta Bachelet.
En momentos en que el gobierno ha dado señales de que se prepara para dar inicio a un nuevo proceso de consulta, cabe preguntarse si tendremos una nueva expresión de “El día de la Marmota”, donde todo vuelve a comenzar para volver a comenzar. Es difícil pensar que este nuevo país que se está perfilando en un contexto internacional cada vez más complejo, pueda seguir proyectándose sin asumir la necesidad de planificar su territorio estratégicamente. Hasta el momento, aquí estamos: Chile sin política, Santiago sin plan.
Planos y Mapas [Lima]
VerPlanos de Lima 1613-1983, II
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Referencia: Planos de Lima, 1613-1983. Selección, introducción y notas, Juan Gunther Doering. (1983) Municipalidad de Lima Metropolitana, Petróleos del Perú, Industrial Gráfica S. A. Lima.
Relvados por:
Jean Paul Kaiser
Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Lima
Magister en Asentamientos Humanos, Instituto de Estudios Urbanos UC (Cursando).
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Politics and Urban Growth in Santiago, Chile, 1891-1941
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Richard J. Walter, 2005, 319 páginas. ISBN 0-8047-4982-5. Publicado por Stanford University Press, Stanford, California, EEUU.
[Ernesto López]
Justo al comienzo del intenso período de industrialización que revolucionaría Chile durante los tres primeros cuartos del siglo 20, la “Ley de Comuna Autónoma” (Ley de Municipios Autónomos), promulgada en 1891, significó una transformación profunda de la administración urbana de Santiago. El presente libro comienza con este periodo para analizar, en profundidad y críticamente hasta 1941, el devenir histórico de las formas políticas y administrativas que caracterizaron la regulación urbana de esta ciudad capital nacional.
La ciudad de Santiago pasó a partir de ese momento a convertirse progresivamente en una “metrópolis moderna” con mejor infraestructura y oportunidades de trabajo cada vez más especializadas. Sin embargo, el proceso provocó también un incremento en la gran migración rural-urbana que a su vez generó nuevos problemas (expansión, sobre-densificación, atascos vehiculares, contaminación del aire) y empeoró otros ya existentes (proliferación de asentamientos precarios o “callampas” y pobreza extendida).
El período 1891 a 1910 fue crucial para el gobierno municipal de Santiago, ya que se intentó proporcionar servicios urbanos tecnificados, como los tranvías, el suministro de agua y saneamiento. Entre 1910 y 1920, las capacidades técnicas municipales habían mejorado ostensiblemente con el fin de hacer frente a la rápida proliferación de asentamientos precarios (callampas) en la periferia urbana. Sin embargo, durante 1920-1924, el municipio también experimentaría un número de luchas políticas intestinas y, más tarde, los varios gobiernos nacionales de corta duración durante el período llamado de «la anarquía nacional» (1924-1927) inocularían aún mayor inestabilidad política en la dirección del municipio.
En la década de 1920, debido al intenso proceso de industrialización y la inmigración aparejada, sumados a una aún débil regulación pública del hábitat, el déficit de vivienda social llegaba a niveles dramáticos. Sin embargo, la creación de los Tribunales de Vivienda, compuesto por el gobierno, municipales y representantes de los inquilinos fue un gran avance político hacia el establecimiento de un plan de vivienda social más humano, ayudando a controlar prácticas especulativas escandalosas, desarrolladas hasta entonces por los inescrupulosos dueños de conventillos.
Poco después, la dictadura del general Ibáñez (1927-31) promovería radicalmente grandes intervenciones a escala urbana (el Barrio Cívico que rodea Palacio de La Moneda es probablemente el más emblemático de éstos). Este régimen pudo también mejorar ostensiblemente las competencias técnicas del Estado sobre materias urbanas, así como inaugurar un sistema de planificación urbana metropolitana. El urbanista austriaco K. Brunner, contratado desde 1929 hasta 1934 por el gobierno chileno, elaboró un plan detallado para la zona metropolitana del Gran Santiago, considerando integralmente aspectos tales como la imagen de vivienda, transporte, infraestructura urbana. Brunner también presentó la idea de crear una red de metro que se materializó sólo cuarenta años después. Más tarde, en 1935, vuelve la democracia al país, junto con la elección de Graciela Contreras, la primera alcaldesa socialista y mujer en la historia de Santiago. A partir de este momento, la democracia reinaría ininterrumpidamente en el país y gobierno urbano de Santiago, hasta el golpe militar de Estado de 1973.
Exhaustivo en los detalles y prolijo en el análisis, el presente libro analiza cinco décadas de difíciles las prácticas gubernamentales, irregularidades, períodos de anarquía y autoritarismo, así como también importantes mejoras en las capacidades políticas y técnicas del Estado sobre materias urbanas. En conjunto, tales procesos reflejan la transición de Santiago de ser una ciudad provincial a la metrópolis moderna del siglo 20.
Planning and Decentralization: contested spaces for public action
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Título publicación: Planning and Decentralization: contested spaces for public action in the global south
Victoria A. Beard, Faranak Miraftab and Christopher Silver (editores), 2008, 233 páginas, ISBN: 978-0-415-41498-2. Publicado por Routledge, Londres-Nueva York.
[Ernesto López]
A nivel global, en las últimas dos décadas, diversas formas de descentralización han sido promovidas activamente por organismos internacionales tan poderosos como el Banco Mundial, Naciones Unidas, así como varias otras agencias de desarrollo bilateral. Sin embargo, en contextos del sur global, poco se sabe hasta ahora de la dramática transformación que implican el traspaso de responsabilidades estatales al nivel local y las reestructuraciones de gobierno implicadas, por lo general, en ausencia de capacidades de liderazgo político y social, y de un poder necesario para la toma de decisiones o un manejo efectivo y transparente de los recursos. De hecho, es común visualizar que muchos gobiernos locales descentralizados, tratando de manejar sus nuevas responsabilidades adquiridas, generalmente se desprenden de la potencia política transferida por la descentralización, adoptando en su lugar, a-críticamente, principios del mercado, creando multitud de implicaciones tanto para los planificadores locales como los gestores urbanos, y teniendo que redefinir sus roles y relaciones con el sector privado y actores no estatales.
El presente libro reúne una serie de estudios de caso, de diversos autores, centrados en la planificación de procesos de descentralización en el sur global, y se organiza en tres grandes temas. La Sección 1 discute precisamente el concepto de descentralización y plantea cómo, en diferentes contextos políticos, administrativos y fiscales, el proceso puede conducir a resultados diametralmente diferentes. Por ejemplo, en Sudáfrica y Argentina, los autores observan que el denominador común de la estructura financiera y política nacional obliga a los gobiernos locales, en lugar de promover la inclusión social y espacial, a facilitar el aumento de la desigualdad y la privatización. En la experiencia de Ciudad del Cabo, un municipio descentralizado carente de capacidad financiera y administrativa suficiente para abordar sus responsabilidades, optó por desarrollar estrategias de alianza municipal-empresarial que, si bien innovadoras, generaron un desequilibrio social mayor en el desarrollo local. En este caso, la necesidad de atraer inversión privada socavó una agenda integracionista. Por el contrario, el caso singular de Bolivia muestra cómo los movimientos sociales organizados pueden ocupar los espacios abiertos por la descentralización para lograr un cambio social positivo.
La sección 2 examina un cambio de paradigma de desarrollo económico y la descentralización fiscal como componentes básicos del cambio político y administrativo. En las últimas décadas, organismos financieros y de ayuda internacional han presionado para gestionar el traspaso de competencias de planificación e implementación de servicios locales desde el gobierno central a los gobiernos locales. Los casos de Uganda, Vietnam y Chile son ejemplos de esto. En el caso de Chile, la autora Rivera-Ottenberger afirma una clara correlación entre mayores niveles de participación ciudadana y resultados positivos logrados por los municipios, en la década de 1990 post-Pinochet. Mientras que en el caso de la comuna de El Bosque, se observó un fuerte apoyo del alcalde para el empoderamiento de los grupos clave de la comunidad, lo que demuestra que el éxito en la gestión municipal a través de la descentralización no necesariamente impide la aplicación de la política social progresista, en el caso del municipio de Peñalolén, la organización ciudadana no se articuló propiamente con los responsables locales, sino más bien existió una aproximación clientelista como plataforma de apoyo al gobierno local. Como resultado, las necesidades de algunos vecinos principales fueron sistemáticamente ignoradas.
La sección 3 se centra en la importancia fundamental de las organizaciones de la sociedad civil, organizaciones comunitarias y residentes en el logro de objetivos de descentralización. Sin embargo, tres supuestos se han dado por sentado (probablemente en exceso) en los ámbitos de desarrollo en las últimas décadas. En primer lugar, con la participación del sector privado y organizaciones sin fines de lucro, aparentemente se logran resultados más rentables, debido a que se evitan las aparentemente burocráticas y a veces corruptas estructuras centralizadas del Estado. Segundo, la descentralización se piensa que es un vehículo apto para la incorporación de las necesidades de los grupos desfavorecidos (mujeres, pobres, ocupantes ilegales) a causa de la proximidad geográfica y la comprensión del contexto local por parte de la autoridad. En tercer lugar, el proceso de descentralización apunta a capacitar los segmentos marginados de la sociedad, salvaguardando la conducción de la descentralización por parte de las elites económicas. Los capítulos de esta sección se centran en casos de Indonesia, India, Tailandia y Filipinas, corroborando cómo la compleja dinámica de la descentralización puede desarrollarse en la realidad concreta, lo que subraya la necesidad de otorgar mayor complejidad a la operacionalización de los supuestos antes mencionados y, finalmente, a la relación siempre controvertida entre actores estatales y no estatales.
Planificación territorial y crecimiento urbano en Santiago Metropolitano
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Título publicación: Planificación territorial y crecimiento urbano: desarticulaciones y desafíos de la sostenibilidad urbano-regional en Santiago Metropolitano
Marcelo Cooper y Cristián Henríquez, 2010. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-788. Depósito Legal: B. 21.741-98 Vol. XIV, núm. 331 (14)
[por Bernardita Mc Phee]
“La opción por la expansión ha carecido de una mirada comprensiva respecto de los efectos de mayor alcance. Estas desarticulaciones en la planificación de Santiago, sumadas a la fragmentación institucional y a la excesiva influencia de la retícula administrativa de nivel comunal en la metrópolis, tendrán como resultado consecuencias fundamentales para el desarrollo sostenible de la ciudad-región en las próximas décadas”
A partir de la premisa de que en Chile los instrumentos de planificación territorial de carácter normativo no han sido capaces de garantizar un crecimiento urbano sostenible, los autores exploran sobre distintos aspectos relevantes dentro de la complejidad de los procesos de expansión y transformación urbana, siendo de especial interés los juegos de poder que se dan entre los distintos actores que hoy inciden en la transformación de las ciudades.
De este modo, la ciudad de Santiago, aparece como un campo de batalla, en el que múltiples actores públicos, privados y de la sociedad civil intervienen buscando modificarla de acuerdo a sus propios intereses, o bien buscando resguardar lo que se considera como propio; y en este contexto, se enfatiza en las consecuencias de estas dinámicas para lograr que el desarrollo de la ciudad de Santiago sea sostenible.
Al respecto, se plantea como problemática central la falta de coordinación entre la planificación a escala comunal y regional, lo que es atribuido a la fragmentación institucional y, en palabras de los autores, a la excesiva influencia de la retícula administrativa de nivel comunal en la metrópolis.
En el ámbito comunal, se presentan elementos para el análisis en función de ejemplos contemporáneos que evidencian la búsqueda de participación en la toma de decisiones respecto al destino de la ciudad, la que ya no solo se estructura a partir de movilizaciones ciudadanas, sino que también a partir de sistemas de participación formal como plebiscitos y consultas públicas. De este modo, se menciona el plebiscito de la comuna de Vitacura, en el que los vecinos lograron impedir la modificación del Plan Regulador, y con ello evitar la construcción en altura y la densificación en algunos sectores de la comuna; y la movilización ciudadana en la comuna de Lo Espejo durante el proceso de actualización del PRC en los años 2005-2006, motivada por la necesidad de impedir que se construyera en altura, ya que con ello se daría paso a los agentes inmobiliarios y a nuevos vecinos de estratos sociales más altos, desplazando a sus habitantes tradicionales, como los residentes de la población José María Caro.
Lo anterior permite interpretar y proponer que estamos en presencia de una nueva fase en la planificación urbano-territorial, caracterizada por la utilización de estrategias para incidir directamente en los instrumentos de planificación territorial de carácter normativo, es decir, Planes Reguladores Comunales fundamentalmente.
A juicio de los autores, este fenómeno es socialmente transversal, sin embargo, sería preciso incorporar en el análisis que los plebiscitos y consultas públicas, entendidos como procesos formales de participación, hasta la fecha se han dado exclusivamente en las comunas que están comprendidas dentro del cono de alta renta de la ciudad de Santiago, siendo una excepción el plebiscito de la comuna de Peñalolén realizado en diciembre el presente año (2011). Dicha situación abre un debate en términos de la desigualdad que existe entre los municipios que conforman la ciudad de Santiago o el Gran Santiago, no solo en un sentido socio-económico, sino que también en cuanto a la gobernabilidad con la que cuenta cada municipio. Será preciso analizar en el futuro si esta nueva fase de la planificación urbana, caracterizada por la posibilidad de participar formalmente en la formulación de los planes reguladores se extiende hacia otras comunas de la metrópolis.
A escala metropolitana, se analiza el proceso de actualización del PRMS de 1994, enfatizando en la incorporación del concepto de desarrollo condicionado, el que, de acuerdo a los autores, no hace más que asignarle parte de la responsabilidad del crecimiento urbano a actores privados, o concretamente a las inmobiliarias. Por lo tanto, en esta escala también es posible hablar de nuevas estrategias de planificación (o tal vez de no-planificación), caracterizada por los autores como el paso desde un enfoque de regulación a un enfoque de condicionamiento, advirtiéndonos que dicho cambio de enfoque ha sido incorporado gradualmente a partir de sucesivas modificaciones al instrumento de planificación mencionado.
En función del proceso de modificación del PRMS de 1994, se plantea que en la planificación de la ciudad de Santiago, ha estado ausente una reflexión respecto a las posibilidades de densificar la ciudad ya consolidada, lo que estaría estrechamente relacionado a la inexistencia de una institucionalidad capaz de concentrar e integrar las decisiones locales o comunales en materia de planificación.
De este modo, se concluye que los procesos de planificación y de toma de decisiones sobre el destino de la ciudad siguen un camino caracterizado por la participación de organizaciones sociales, lo que hablaría de un escenario de fortalecimiento del capital social, aspecto que se considera como positivo. Sin embargo, agregan que el éxito de la participación, también ha ido configurando un escenario en el que se hace muy difícil densificar comunas por el rechazo a la llegada de nuevos vecinos, lo que ha derivado en la opción por la expansión.
Disponible en: www.ub.edu
Periurbano Santiaguino: desarrollo local v/s planificación regional
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Título: Periurbano Santiaguino: planificación regional versus desarrollo local. La transformación territorial de Calera de Tango desde los años 90 en adelante.
Autor: Claudia Fuentes Tapia
Año: 2010 (año defensa)
Tipo tesis: Tesis presentada al IEUT de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al Grado de Magister en Desarrollo Urbano
Profesor guía: Arturo Orellana Ossandón
Relevancia del tema: Esta tesis examina la transformación territorial de Calera de Tango tras su incorporación al Plan Regulador del Área Metropolitana de Santiago a través de su Plan Regulador Comunal. El estudio destaca la planificación como objetivo central dentro del desarrollo local y atribuye importancia a la planificación territorial consensuada y al rol de la participación ciudadana.
(Viene de Introducción)
La planificación del territorio es un objetivo fundamental para el desarrollo social y económico de las localidades. Es así, como la planificación regional contiene los principios y vocaciones de una región para su desarrollo sustentable, considerando dentro de lo anterior, las fortalezas y aptitudes locales que permitan entonces que ésta, logre los objetivos planteados.
La presente investigación busca mostrar la transformación territorial de Calera de Tango, comuna que fue incorporada en el año 1994 dentro de la Planificación Regional del Área Metropolitana de Santiago a través del Plan Regulador Intercomunal. Esta comuna pertenece a la periferia santiaguina, ubicada aproximadamente 30 km. del centro de la ciudad. Su territorio fue definido en el PRMS, casi en su totalidad, como áreas de interés silvoagropecuario exclusivo, más dos áreas de preservación y rehabilitación ecológica con una pequeña área urbana, ya consolidada, cercana al 1% del total del territorio comunal, asignándole un uso habitacional mixto.
Con el rumor creciente de esta nueva normativa para la comuna, y bajo el alero del decreto de Ley 3.516 de predios rústicos, se produce antes de la entrada en vigencia del Plan, una rápida subdivisión del territorio en unidades de 5.000 m2, las que atraen a nuevos habitantes de la zona producto de las bondades del entorno, el valor del suelo y la cercanía de Santiago.
Es así entonces, como el desarrollo local toma un nuevo sentido, producto de las demandas de estos nuevos habitantes, generando la necesidad de implementar al uso residencial que han dado al suelo, equipamientos complementarios tales como colegios, supermercados y otros afines que buscan instalarse en la comuna, sin embrago la normativa implementada en el Plan Regulador Metropolitano no va por el mismo camino, generando un roce entre la planificación regional y el desarrollo local actual.
(Viene de Reflexiones finales)
Como objetivo central de esta investigación, se busca conocer la transformación territorial de la comuna de Calera de Tango, en los últimos 15 años, producto de la llegada de nuevos habitantes a las denominadas parcelas de agrado producto de la Ley 3.516 y cómo esta transformación logra preservar el uso agrícola productivo de la comuna el que fue impuesto a través de la implementación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago, a partir del año 1994.
Calera de Tango es una comuna rural muy cercana a Santiago, que fue inserta en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, sin embargo y como se ha mencionado, también ha sido afectado su territorio a través de la aplicación de la Ley 3.516 de predios rústicos, encontrándose de acuerdo a esta investigación, su territorio subdividido alrededor del 65% en parcelas de 5.000 m2. Además, fue una de las comunas de la Región Metropolitana que más incrementó su población, alcanzando un valor cercano al 54%, de acuerdo a resultados arrojados por el CENSO 2002, logrando el más alto índice de crecimiento a nivel nacional. Por otra parte, la normativa impuesta a través del Plan Regulador Metropolitano de Santiago, sólo busca preservar su vocación y calidad agrícola, sin embargo, la dinámica presente en el territorio no se condice con esa normativa, ni el instrumento de planificación territorial es capaz de prever ni menos detener.
La especulación inmobiliaria y nula capacidad o “voluntad” de multar a aquellos que vulneran el “sentido” de la Ley 3.516, priman sobre normativas que no logran preservar el uso de suelo definido para este.
Entonces, una de las preguntas que plantea la investigación, es ¿cómo se ha transformado el uso del suelo en la comuna desde lo rural hacia lo residencial?
Este crecimiento en el área rural comunal no va acompañado de la planificación territorial adecuada, quedando exenta de regulaciones municipales, tales como niveles mínimos de urbanización para calles interiores, sistemas particulares de agua potable y alcantarillados en base a pozos y fosas, nula conectividad interna comunal, lo que congestiona las vías locales sobrecargando el sistema vial actual. Adicionalmente, esta dispersión, encarece el retiro de los residuos sólidos domiciliarios, la iluminación pública, la seguridad y la vigilancia comunal, pues los ingresos del municipio por concepto de contribuciones o patentes vehiculares, no son significativos frente a una baja densidad que aportan las parcelas de agrado.
Por otra parte, el municipio no cuenta con las atribuciones para exigir niveles de urbanización mínima a cada parcelación, resultando con esto una diversidad de ofertas en este sentido, encontrándose desde parcelaciones con caminos interiores en tierra, con precaria iluminación interna, sin portones o guardias que comienzan a demandar atención por parte del municipio, hasta parcelaciones de lujo, con veredas, calles pavimentadas, áreas verdes comunes, cableado subterráneo, porterías, guardias y cercos eléctricos.
Calera de Tango ha ido perdiendo su vocación agrícola, orientándose fuertemente a una de tipo residencial de baja densidad y de entorno rural, la alta subdivisión presente en su territorio, la que sumada a su accesibilidad, cercanía del centro del Santiago, valores de suelo razonables, y presencia de algunos servicios, no hace más que confirmar esta afirmación.
Para esta investigación se presentó la siguiente hipótesis:
La implementación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago genera efectos en el territorio de la periferia santiaguina. La especulación en los valores del suelo producto de lo anterior, genera movimientos en sus propietarios a quienes a través del eso del Decreto de Ley N° 3.516/80 para la subdivisión de los territorios rurales y en vista de una normativa restringida, generan nuevos usos de suelo residenciales urbanizando el territorio, lo que finalmente se traduce en la pérdida de la preservación agrícola que perseguía el instrumento territorial para Calera de Tango.
Una vez analizados todos los antecedentes disponibles y contestadas las preguntas asociadas, es posible afirmar que la implementación de normas superiores de órdenes restringidos e inflexibles como la aplicada a la comuna de Calera de Tango, provocan en el territorio una suerte de movimientos territoriales, especulaciones en el valor del uso del suelo y la búsqueda de “subterfugios” por parte de los grandes propietarios, que finalmente logran desviar la intención de planificación superior provocando con ello un roce entre el nuevo desarrollo local que se va conformando y el regional que se había proyectado.
(Viene de Comentarios finales)
Se puede afirmar que las transformaciones en el territorio, en el ámbito comunal, pueden ser representadas mediante un importante número de indicadores que muestran la complejidad que reviste la gobernabilidad territorial para los municipios, ubicando a Calera de Tango dentro de un índice de complejidad media de acuerdo a su entorno comunal (Allard, Orellana, 2007).
En esta línea, como uno de los parámetros a considerar para la gobernabilidad se encuentra la denominada autonomía territorial que puede definirse como “la mayor capacidad para normar y regular a través de herramientas de planeación sobre los usos del suelo en el ámbito urbano”, lo que se traduce en un “factor de mayor capacidad de gobernabilidad y gestión territorial”. Por otra parte nos encontramos con que “con un mayor porcentaje del territorio local regulado por instrumentos de nivel metropolitano, como el PRMS determina un menor nivel de autonomía territorial por parte del municipio” (Orellana, Fuentes, 2007).
Sobre esta base, Calera de Tango se presenta con una autonomía extremadamente limitada, con un instrumento regional superior que le impide desarrollarse adecuadamente, con una realidad local de orientación residencial y que se mantiene constante en el tiempo, logrando que la gobernabilidad del territorio quede en manos de privados que buscan su propia conveniencia e impidiéndole hacer cumplir la preservación agrícola que se buscó para ella.
Mientras siga esta situación actual, con una rigidez extrema del PRMS, sin autonomía local, seguirán encontrándose nuevos subterfugios de parte de privados, los que finalmente lograrán que Calera de Tango siga navegando sin rumbo propio.
La búsqueda de una mejor calidad de vida de parte de los nuevos habitantes, comenzará a desmotivarse hacia la zona, el aumento en los tiempos de viaje producto de la alta congestión de la Av. Calera de Tango y el camino a Lonquén, el desorden apreciable en locales comerciales a lo largo de este, la falta de mejores servicios comunales y de un lugar reconocible que represente a la comuna, la inseguridad que comienza a aflorar, lograrán desviar el interés de inversión en Calera de Tango hacia nuevos territorios que cumplan las expectativas de sus habitantes.
La importancia de una planificación territorial comunal consensuada, con una importante participación ciudadana, parece tomar fuerza en este caso. La iniciativa municipal de modificación al PRMS, debiese convertirse en la herramienta de consenso entre el nivel regional y el local. Para ello falta camino por recorrer aún. Sin embargo, se prevé como la única forma de salvar a una comuna que lucha por defenderse y finalmente encontrar una identidad propia que la identifique.
Hanga Roa
VerHanga Roa
Ubicación: Rapa Nui/Isla de Pascua (Chile)
Capital de la provincia de Isla de Pascua, V región de Valparaíso.
3.304 habitantes (CENSO 2002)
Gentilicio: Pascuenses, Rapa Nui
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