Carolina Rojas Quezada
Carolina Rojas Quezada
Profesora Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Postdoctorado, MC Master University, Canadá, 2015; Doctora en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2008; Master, Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2006; Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2002; y Licenciada en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2001.
Actualmente se desempeña como docente e investigadora en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, participando como investigadora principal en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS. Su formación académica de pre y post grado se suman un Diplomado en Docencia Universitaria (2021) y su reciente Diplomado en Género y Políticas Públicas (2024), ambos por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Su carrera se ha centrado en la investigación de aspectos fundamentales de la sustentabilidad de las ciudades y la movilidad urbana sustentable, poniendo especial atención en la interacción entre las personas, la urbanización y los ecosistemas naturales, sobre todo en lo que respecta a los humedales urbanos. Su enfoque incluye la mejora de la accesibilidad de las personas a espacios abiertos y verdes, así como investigación del impacto ambiental de las ciudades (huella de carbono) y las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación de las ciudades al cambio climático.
Valentina Cortés Arancibia
Valentina Cortés Arancibia
Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2018; Diplomada en Estudios Socioambientales, Universidad de Chile, 2015; Licenciada en Historia, Universidad de Chile, 2015.
Desde el año 2020 se desempeña como editora asistente de la Revista EURE, la Colección de Libros Estudios Urbanos UC – RIL Editores y las Series de Documentos publicadas por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT). En 2024 asume como Encargada de Publicaciones del IEUT y Editora General de la Revista PLANEO.
Natalia Aravena Solís
Natalia Aravena Solís
Estudiante de Doctorado en Geografía, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Geógrafa, Universidad de Concepción, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la geografía humana, la planificación urbana y territorial, las ciencias regionales, y los estudios de género y academia.
Macarena Cabrera Román
Macarena Cabrera Román
Diseñadora, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Sus principales áreas de investigación incluyen el patrimonio cultural, la artesanía y las humanidades digitales.
Jaime Vargas Villafuerte
Jaime Vargas Villafuerte
Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Comunicador, Universidad de Lima, Perú.
Sus principales líneas de investigación son la estigmatización territorial, la gentrificación y el espacio público.
Juan Jara Ortega
Juan Jara Ortega
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Sociólogo, Universidad Andrés Bello, Chile.
Comprometido con el estudio de la movilidad urbana, la vivienda, la periferia y la marginalidad.
Javier Miramontes Figueroa
Javier Miramontes Figueroa
Estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecto, Tecnológico de Monterrey, México.
Sus principales líneas de investigación son la planificación urbana, la normativa y los desastres socio-naturales.
Ignacia Zurita Contreras
Ignacia Zurita Contreras
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Arquitecta, Universidad del Bío-Bío, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la accesibilidad a la vivienda y el mercado inmobiliario.
Fabián Todorovic Karmelic
Fabián Todorovic Karmelic
Ilustrador, Dibujante de historietas, Arquitecto y Magíster en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Autor de las novelas gráficas “Mecha Selknam Sorren”, ganadora en los premios International Latino Book Awards, y “Santiago Desierto”, ganadora del premio Medalla Colibrí 2019 Ibby Chile como mejor cómic y novela gráfica. Finalista de los Premios Festival Internacional del Cómic Santiago 2019 y 2020. Ganador del Urban Design Competition de UN-HÁBITAT, 2015.
Ha colaborado en el campo editorial con Ediciones Origo y Editorial ZigZag, ilustrando libros y novelas.
Paula Bravo Marchant
Paula Bravo Marchant
Magíster en Diseño Avanzado, Pontificia Universidad Católica de Chile; Diseñadora gráfica, École Professionnelle Supérieure d’Art Graphiques et Architecture (EPSAA), Francia.
Especialista en diseño editorial y comunicación visual.
Inundaciones, desastres y deudas: ¿quién paga en Honduras?
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Ixchel Ayes Rivera. Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente (IEUT UC). Docente del Departamento de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)]
Imagen 1: Inundación en el Valle de Sula tras el paso de Eta e Iota en 2020.
Fuente: Primicia Honduras.
A inicios de noviembre de 2020, en plena crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, Honduras recibió el impacto de las Tormentas Tropicales Eta e Iota, principalmente en la zona noroccidental del país. Según el Banco Mundial (2021), 99 personas perdieron la vida y más de un millón fueron evacuadas, más de 4.5 millones de personas se vieron afectadas por la interrupción de servicios básicos y daños a la infraestructura y, en términos económicos, las pérdidas se estimaron en USD 1.900 millones.
El sector productivo fue el que sufrió el 68% de los daños y las pérdidas económicas, principalmente el subsector del comercio y la industria (78% del total de este sector), seguido de la agricultura. En el sector social, el subsector vivienda concentró el 74% de los daños (BID & CEPAL, 2021). Honduras fue el país centroamericano más afectado durante los desastres derivados de estos eventos. Lo mismo sucedió años atrás, cuando en 1998, el huracán Mitch desató un desastre al encontrarse con una sociedad altamente vulnerable (dos tercios de los daños en la región se concentraron en Honduras); 5,657 personas murieron y 8,052 desaparecieron y, para mayo de 1999, se calculó el monto de pérdidas en USD 3.794 millones, equivalentes al 81.6% del PIB. El total de pérdidas económicas representaba un 343.9% de la inversión bruta que se hacía en el país y también el 94.1% de la deuda externa de aquel momento (D’Ans, 2008). Adicionalmente, a finales de 1998 la pobreza aumentó en al menos 5.5 puntos porcentuales (PNUD Honduras, 2013).
Además de estos grandes eventos que han sido hitos históricos para el país, entre 1980 y 2014, con un estimado de 39 desastres socio-naturales contabilizados, 17.79 personas por cada mil habitantes se vieron afectadas de manera directa, sumando la pérdida de 15,539 vidas humanas, incluyendo las antes mencionadas durante el paso del Mitch (UNICEF Honduras, 2016). Es pertinente cuestionar si pudimos estar mejor preparados para responder ante la amenaza y disminuir el desastre de 2020. Según la plataforma desinventar.net, en un análisis con datos de todo un siglo en relación con los impactos de los desastres desatados por amenazas naturales en todo el territorio nacional, incluyendo sequías, tormentas tropicales, huracanes, deslizamientos, lluvias e inundaciones, sólo estas últimas causaron el 68% de muertes, el 62% de damnificados y el 77% de las viviendas destruidas y afectadas. ¿Por qué siguen persistiendo las afectaciones directas de las inundaciones en poblaciones humanas?
Según los datos del Índice de Exposición al Cambio Climático de 2018, entre 1997 y 2007 Honduras fue el segundo país más afectado por desastres de origen climático, sólo por debajo de Haití (Eckstein et al., 2018). A pesar de ello, nuestros asentamientos humanos siguen estando expuestos, permaneciendo incluso en planicies de inundación de ríos de alto caudal. El Valle de Sula, ubicado en la zona noroccidental del país, presenta “de forma masiva” un alto grado de susceptibilidad a inundaciones. Las zonas de alta susceptibilidad a la inundación se entienden como aquellas “con pendientes inferiores o iguales al 2% y situadas hasta 3 m de altura por encima del cauce de los ríos” (IHCIT, 2020). Seis municipios del Valle concentraron el 95% de viviendas afectadas por la inundación (BID, 2024).
El Valle de Sula fue la región del país donde hubo mayor población afectada en 1998, junto con el sur del país, concretamente el departamento de Choluteca (PNUD Honduras, 2013). Este valle tiene un área aproximada de 2,500 km2 y es irrigado por el río Ulúa y el río Chamelecón. Esta es una de las regiones que ha sido de las más fértiles y productivas a lo largo de la historia del país. Actualmente se le conoce como la Capital Industrial, siendo el “principal centro de desarrollo económico del país” (BID, 2024). Esta condición es uno de los motivos por el cual la inversión económica para rehabilitar la infraestructura que permita reactivar rápidamente la economía del país se prioriza en esta región. Pero, ¿qué sucede con sectores minoritarios de la economía y sectores vulnerados de la población?
Entre 1993 y 2009, a nivel nacional, fue posible cubrir las pérdidas en infraestructura en un 86%, mientras que el sector agrícola “apenas pudo recuperar un 10% de los daños causados a su capital productivo” (Díaz, 2021). Posterior al Mitch, no existieron estrategias bien definidas e integrales que garantizaran la recuperación económica de la población afectada, especialmente de los productores agrícolas, y se generó una percepción (no oficial) entre la población hondureña de que el Estado no tuvo la fuerza para liderar y coordinar con una visión clara los procesos de reconstrucción y transformación: el control fue asumido por organizaciones no gubernamentales y “tuvo más énfasis en la reconstrucción que en la transformación” (PNUD Honduras, 2013).
En 2012, el Estado de Honduras asumió un crédito de USD 30 millones para llevar a cabo el “Proyecto de Gestión de Riesgo de Desastres”, focalizado en 20 municipios del Valle de Sula (Banco Mundial, 2012). El proyecto finalizó en 2019 con una serie de insumos técnicos para comprender el comportamiento de las cuencas del río Ulúa y Chamelecón. Sin embargo, un año después, Eta e Iota dejaron en evidencia la alta exposición en la que se encontraban muchos barrios y colonias de estos municipios, y lo poco preparados que estamos para gestionar el riesgo. El mismo Banco Mundial estimó las pérdidas y daños de estas tormentas en USD 1.900 millones. Para ese entonces, y sólo durante 2020, en el contexto de la pandemia COVID-19, el Banco Mundial ya había prestado al Estado hondureño USD 139 millones, más otros USD 145 millones para inversión en los servicios de agua en municipios urbanos, municipios rurales del Corredor Seco Centroamericano, y para adaptar los servicios de educación preescolar (Banco Mundial, 2020).
En relación con el Cambio Climático, sólo en el período entre 2003 y 2016, Honduras recibió el 33% (USD 70.2 millones, aproximadamente) de todos los fondos climáticos aprobados desde los organismos internacionales para toda Centroamérica. Esto representa más del doble de lo recibido por El Salvador y más de cuatro veces de lo recibido por Guatemala (Fraga, 2020). A pesar de todo esto, para 2020 todo el Valle de Sula se vio afectado: las zonas más expuestas, y además con la población más vulnerable, se vieron con su infraestructura completamente sumergida, obligando a las personas a resguardarse por días en los techos, siendo la única superficie de sus viviendas donde podían mantenerse fuera del agua.
Recién en 2022, el Estado, ahora bajo una nueva administración, recibió dos préstamos para proyectos relacionados con el mejoramiento de la prestación de servicios de salud (con enfoque en las mujeres e infancias) y, de nuevo, para “consolidar su marco para gestionar desastres y riesgos relacionados con el clima”, todo ello por un monto de USD 185 millones (Banco Mundial, 2022). Ahora, en 2024, el BID también ha prestado USD 20 millones para incrementar la resiliencia ante inundaciones, concretamente en el Valle de Sula.
Nuestra historia está marcada por inundaciones, pero si vemos todo el dinero que ha tenido disponible el Estado, podemos asegurar que la vulnerabilidad no es un problema de dinero, pero sí de cómo se administra: un problema de transparencia, de planificación, de ordenamiento territorial y también de gobernanza y participación. ¿Tiene la institucionalidad hondureña las capacidades para hacer un uso eficiente de dichos presupuestos? ¿Cuánto es el impacto fiscal de las deudas asumidas a 25 y 30 años para los diferentes sectores de la sociedad? ¿Cuáles son los costos y los efectos secundarios de seguir creyendo que para generar desarrollo requerimos de dinero y para obtenerlos debemos asumir deudas que pagarán las próximas generaciones?
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Referencias bibliográficas
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) & Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2021). Evaluación de los efectos e impactos de la tormenta tropical Eta y el huracán Iota en Honduras. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/91034cc8-b36b-4dd0-aeda-ddf90e655d15/content
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (2024). Programa para incrementar la resiliencia ante inundaciones del Valle de Sula en Honduras: propuesta de préstamo. https://ewsdata.rightsindevelopment.org/files/documents/44/IADB-HO-L1244.pdf
Banco Mundial. (2012, diciembre 13). Honduras: gestión del riesgo de desastres. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/loans-credits/2012/12/13/honduras-disaster-risk-management
Banco Mundial. (2020, diciembre 18). El Banco Mundial apoya la respuesta de emergencia y los esfuerzos de reconstrucción en Honduras tras los huracanes Eta e Iota. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2020/12/18/banco-mundial-respuesta-emergencia-reconstruccion-huracanes-eta-iota-honduras
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Banco Mundial. (2022, junio 17). El Banco Mundial apoya a Honduras a fortalecer la preparación para emergencias de salud y reducir la vulnerabilidad. World Bank. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2022/06/17/el-banco-mundial-apoya-a-honduras-a-fortalecer-la-preparacion-para-emergencias-de-salud-y-reducir-la-vulnerabilidad
D’Ans, A.-M. (2008). Honduras después del Mitch: ecología política de un desastre (primera edición). Centro de Documentación de Honduras.
Díaz, W. (2021, mayo). Notas económicas regionales. Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, No. 120. https://www.secmca.org/wp-content/uploads/2021/05/Los-fen%C3%B3menos-climatol%C3%B3gicos-y-la-paradoja-del-crecimiento-econ%C3%B3mico-en-Honduras.pdf
Eckstein, D., Künzel, V. & Schäfer, L. (2018). Global Climate Risk Index 2018. https://www.germanwatch.org/sites/default/files/publication/20432.pdf
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) Honduras. (2016). El Cambio Climático en Honduras: la infancia en peligro. https://www.unicef.org/honduras/media/501/file/El-Cambio-clim%C3%A1tico-en-Honduras-estudio-2016.pdf
Fraga, F. (2020). Corredor Seco Centroamericano: una visión exploratoria sobre el contexto, las razones y el potencial de una estrategia de creación de empleo en Guatemala y Honduras (Strengthen – Documento de trabajo No. 23). Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT). (2020, noviembre). Boletín especial: exposición a inundaciones y movimientos en masa para Honduras. https://www.unah.edu.hn/dmsdocument/10500-boletin-especial-sobre-inundaciones-y-movimientos-de-masa-en-honduras-pdf
Unidad de Medio Ambiente y Gestión de Riesgo, PNUD Honduras. (2013). Construyendo resiliencia en Honduras: transformación de las capacidades en Honduras para lograr mayor resiliencia frente a los desastres. PNUD. https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/migration/hn/Construyendo-Resilencia-en-Honduras-2.pdf
Soluciones Basadas en la Naturaleza para la planificación de ciudades resilientes a las inundaciones
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Carolina Rojas Quezada. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) y Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), UC.
Teresita Eggers. Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT), UC]
Las ciudades chilenas enfrentan crecientes desafíos debido a la rápida urbanización en áreas de riesgo, la desigualdad, el cambio climático y la impermeabilización del suelo, lo que aumenta significativamente el riesgo de inundaciones. En este contexto, las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) han surgido como una estrategia innovadora y eficaz para la planificación urbana más resiliente, ofreciendo múltiples beneficios ambientales, sociales y económicos a la vez (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023; Rojas et al., 2023), además se caracterizan por ser soluciones multifuncionales en contraste con la infraestructura gris o tradicional que es de carácter monofuncional (Vásquez, 2016). Estas soluciones protegen, gestionan y restauran ecosistemas naturales o modificados, abordando desafíos urbanos de manera efectiva y adaptativa, proporcionando beneficios tanto para el bienestar humano como para la biodiversidad (IUCN, 2017).
Uno de los principales beneficios de las SbN es su capacidad para gestionar el agua de manera sostenible. Los humedales urbanos, por ejemplo, actúan como esponjas naturales, absorbiendo el exceso de agua durante eventos de lluvias intensas y liberándola lentamente, reduciendo así el riesgo de inundaciones. Además, estos humedales mejoran la calidad del agua al filtrar contaminantes y proporcionar hábitats para la vida silvestre (Dodman et al., 2022). Los parques inundables son otra forma efectiva de SbN. Si bien aun hay pocos en Chile, estas áreas verdes están diseñadas para retener el agua durante las precipitaciones intensas y liberarla gradualmente, mitigando así las inundaciones. Además de su función principal, estos parques también ofrecen espacios recreativos para la comunidad, mejorando la calidad de vida y fomentando la cohesión social. Además, la vegetación en estos parques ayuda a reducir el efecto de isla de calor urbano, contribuye a la purificación del aire y proporciona sombra, creando microclimas más agradables y saludables (Faivre et al., 2017).
Las SbN no solo abordan las inundaciones, sino que también contribuyen a la resiliencia urbana frente al cambio climático. Estas soluciones también fomentan la biodiversidad, creando corredores ecológicos que conectan diferentes especies vegetacionales y permiten el movimiento de especies (Raymond et al., 2017). Las ciudades chilenas por sus diferencias geográficas son particularmente vulnerables a las inundaciones debido a la alta concentración de personas, la desigualdad socioeconómica, la falta de infraestructura y las actividades económicas dependientes del clima, como la agricultura. Las SbN ofrecen una forma de mitigar estos riesgos mediante la incorporación de elementos naturales que puedan ayudar con los impactos de eventos climáticos extremos. Por ejemplo, las soluciones basadas en el suelo, como los jardines de lluvia, pueden ayudar a manejar el exceso de agua (Kabisch, Frantzeskaki & Hansen, 2022).
Para que las SbN sean efectivas, es crucial la participación activa de la comunidad y una gobernanza inclusiva y adaptativa. Involucrar a los ciudadanos en el diseño y mantenimiento de estas soluciones aumenta la conciencia ambiental y el sentido de pertenencia, asegurando que las SbN sean sostenibles a largo plazo (IUCN, 2017). Además, una gobernanza inclusiva que considere múltiples sectores y disciplinas es esencial para integrar las SbN en la planificación urbana de manera efectiva. La participación comunitaria no solo fortalece la implementación de las SbN, sino que también garantiza que estas soluciones respondan a las necesidades y preferencias locales. La inclusión de diversos actores en el proceso de planificación y decisión puede llevar a soluciones más equitativas y efectivas (Faivre et al., 2017).
Para invertir en Soluciones basadas en la Naturaleza en ciudades chilenas, es fundamental considerar las evidencias internacionales que indican que la efectividad de las SbN puede variar significativamente según el contexto urbano específico. Por ejemplo, en áreas densamente pobladas, donde el espacio es limitado, soluciones como techos verdes y jardines en terrazas de edificios pueden ser particularmente efectivas para gestionar el agua. En ciudades costeras, estimaciones del WRI et al. (2018) señalan que las pérdidas mundiales por inundaciones podrían alcanzar los US$52 billones anuales en promedio para 2050. Además, en estas ciudades, las SbN proporcionan hábitats críticos para la vida marina y ayudan a proteger la biodiversidad costera (Dodman et al., 2022). Las SbN orientadas a la restauración de humedales y dunas actúan como barreras naturales contra las precipitaciones intensas y el aumento del nivel del mar, estabilizando las costas y atenuando las olas para reducir los impactos por inundación y erosión. Estas soluciones pueden ser hasta cinco veces más económicas que construir infraestructura gris, como rompeolas. En este contexto, la pérdida de ecosistemas implica la pérdida de beneficios cruciales. En Chile, una de las pocas evidencias disponibles señala que, debido a la pérdida de superficie del Humedal Rocuant-Andalién en Concepción, se estima que para un periodo de retorno extremo (500 años), el volumen de agua almacenada por el humedal disminuiría en más del 38% y el área inundada del humedal en un 30%, incrementando así las inundaciones y la vulnerabilidad del área urbana (Rojas et al., 2022).
A pesar de sus numerosos beneficios, la implementación de SbN no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la falta de financiamiento y recursos, especialmente en Latinoamérica. Las SbN a menudo requieren una inversión inicial significativa, y los beneficios pueden no ser inmediatamente evidentes, lo que puede dificultar la obtención de apoyo financiero y político. Otro desafío es la necesidad de conocimientos técnicos y científicos específicos para diseñar y mantener efectivamente las SbN. Esto puede requerir capacitación adicional y la colaboración entre diferentes disciplinas y sectores. Además, la planificación y gestión de SbN deben ser adaptativas y flexibles para responder a los cambios en las condiciones ambientales y sociales (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023). Las SbN también deben ser equitativas y justas. Es importante asegurarse de que los beneficios de estas soluciones se distribuyan de manera equitativa y que no perpetúen o exacerben las desigualdades existentes. La participación inclusiva y la consideración de diversos valores y perspectivas son cruciales para lograr este objetivo (IUCN, 2017).
Por ejemplo, para el diseño de parques en humedales urbanos, que son potenciales SbN, es fundamental considerar criterios que favorezcan la biodiversidad, como la cobertura vegetal y su composición, la superficie, la proporción y cercanía de las intervenciones, y la capacidad de carga de estos ecosistemas en cuanto al número de visitantes y las actividades que se lleven a cabo (Eggers, 2024). La investigación científica respalda la idea de que un diseño cuidadoso puede mejorar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que estos parques proporcionan. Además, es crucial que el diseño de estos parques incorpore principios de sostenibilidad y resiliencia, asegurando que las intervenciones no solo sean beneficiosas a corto plazo, sino que también contribuyan a la salud y viabilidad a largo plazo de los ecosistemas de humedales urbanos (Eggers, 2024).
Las Soluciones Basadas en la Naturaleza representan una oportunidad única para transformar nuestras ciudades en espacios más resilientes, sostenibles y habitables. Integrar estas soluciones en la planificación urbana, puede aportar a resolver múltiples problemas a la vez, pues no solo mitigamos los riesgos de inundaciones, sino que también mejoramos la calidad de vida de los habitantes y promovemos la conservación de la biodiversidad, entre otros. Es hora de que las ciudades adopten un enfoque más ecológico y colaborativo, utilizando la naturaleza como aliada en la construcción de un futuro urbano resiliente (McPhearson, Kabisch & Frantzeskaki, 2023). Las SbN, al incorporar elementos naturales en el entorno urbano, ofrecen una forma eficaz de abordar los desafíos ambientales y sociales. Sin embargo, su implementación requiere una planificación cuidadosa, recursos adecuados y una participación comunitaria activa. Con el apoyo y la colaboración adecuados, las SbN pueden contribuir significativamente a la creación de ciudades resilientes y sostenibles, preparadas para enfrentar los desafíos como las inundaciones.
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Referencias bibliográficas
Dodman, D., Hayward, B., Pelling, M., Castan Broto, V., Chow, W., Chu, E. et al. (2022). Cities, settlements and key infrastructure. En Climate Change 2022: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press.
Eggers, T. (2024). Biodiversidad y Diseño: Relaciones para favorecer la biodiversidad en Parques en Humedales Urbanos. Tesis Magíster Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Faivre, N., Fritz, M., Freitas, T., de Boissezon, B., & Vandewoestijne, S. (2017). Nature-based solutions in the EU: Innovating with nature to address social, economic and environmental challenges. Environmental Research, 159, 509-518.
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Kabisch, N., Frantzeskaki, N., & Hansen, R. (2022). Principles for urban nature-based solutions. Ambio, 51, 1388-1401.
McPhearson, T., Kabisch, N., & Frantzeskaki, N. (2023). Nature-Based Solutions for Cities. Edward Elgar Publishing.
Raymond, C. M., Frantzeskaki, N., Kabisch, N., Berry, P., Breil, M., Nita, M. R., Geneletti, D., & Calfapietra, C. (2017). A framework for assessing and implementing the co-benefits of nature-based solutions in urban areas. Environmental Science and Policy, 77, 15-24.
Rojas, C., Rojas, O., Munizaga, J., Jorquera, F., & Novoa, V. (2023). Soluciones basadas en la Naturaleza para la mitigación de inundaciones. Documento PP CEDEUS.
Rojas, O., Soto, E., Rojas, C., & López, J. (2022). Assessment of the flood mitigation ecosystem service in a coastal wetland and potential impact of future urban development in Chile. Habitat International, 123, 102554.
Vásquez, A. E. (2016). Infraestructura verde, servicios ecosistémicos y sus aportes para enfrentar el cambio climático en ciudades: el caso del corredor ribereño del río Mapocho en Santiago de Chile. Revista de Geografía Norte Grande, (63), 63-86.
WRI, Ozment, S., Ellison, G., & Jongman, B. (2018). Nature-based Solutions for Disaster Risk Management. World Bank Group.
La red de pluviómetros comunitaria de Honduras y su rol en la gestión del riesgo agroclimático en redes de innovación agrícola
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Acción Climática, de la Alliance Bioversity International-Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Honduras]
Imagen 1: Instalación de pluviómetro comunitario en InnovaHub de Occidente, Honduras.
Fuente: Fotografía de Jaime Leal.
Introducción
El proyecto Sistemas de Innovación Agroalimentaria Resilientes en América Latina y el Caribe (AgriLAC Resiliente) es una iniciativa regional del CGIAR (Consultative Group for International Agricultural Research, por sus siglas en inglés). En Honduras, específicamente, un modelo de innovación agrícola desarrollado en México por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha sido adaptado al contexto local, en apoyo a la Alliance Bioversity International-Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). A través del proyecto AgriLAC Resiliente, dos Innovahubs han sido apoyados en su formación, uno en el oriente (departamento de El Paraíso) y otro en occidente (Copán, Lempira y Santa Bárbara), con el propósito de conectar personas e instituciones del sector agroalimentario que estén interesadas en generar y compartir conocimientos, experiencias, innovaciones y también interrogantes. Una de estas innovaciones es el instrumento de medición de la lluvia, un pluviómetro en finca que permite a las personas medir y comprender su clima local, pero principalmente interiorizar los pronósticos meteorológicos y estacionales que el servicio meteorológico nacional genera, para con esto mejorar la adaptación a corto y mediano plazo. Democratizar la información meteorológica y ampliar la cadena de servicios climáticos en Honduras es un reto, pero tiene el potencial de apalancar acciones de adaptación.
Contexto
Uno de los países latinoamericanos catalogado como de alta vulnerabilidad ante el cambio climático, Honduras, depende fuertemente de su sector agrícola de secano. Este tipo de agricultura, al no contar con sistema de riego y ser principalmente para el autoconsumo y mercado local, es susceptible a la propia variabilidad climática natural, variabilidad que, de acuerdo con algunos estudios, se está modificando en toda Centro América (Hidalgo et al., 2023). Generar información, comunicarla y gestionar opciones para enfrentar los cambios en el sector agrícola requiere, entonces, de un cambio de paradigma y de cambios en cómo percibimos las innovaciones. En una época en que la tecnología digital y la inteligencia artificial está marcando el paso, una herramienta de medición de plástico está innovando en ciertas regiones de Honduras.
La innovación, como lo define la Real Academia Española, es una acción o efecto de innovar. De ahí que un pluviómetro que ha sido ampliamente utilizado en la meteorología, puesto en las manos de las personas que trabajan la tierra, donde nunca ha estado, tiene el potencial de generar cambios y, por tanto, de innovar. Estos cambios pueden ir desde lo personal –al generar conocimientos del clima de su territorio y entender que la finca y los medios de vida en ella no solo dependen del tipo de suelo, su pendiente y su disponibilidad hídrica, sino también de su variabilidad climática– a lo comunitario –al conectar grupos de personas, como son las juntas de aguas locales y los comités de emergencia locales, generando mayor cohesión en el tejido social–, también a lo regional –al proveer información para monitorear los pronósticos estacionales que se generan en el servicio meteorológico nacional (Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos [CENAOS], de la Secretaría de Gestión de Riesgo de Honduras) a través de las Mesas Agroclimáticas Participativas [MAP] (CCAFS, s.f.)– y, finalmente, a lo nacional –al dar un ejemplo de intercambio de información meteorológica para la toma de decisiones, diseñadas a las necesidades diferenciadas de los usuarios sectoriales–.
El ejercicio de medición de pluviómetros comunitarios surgió como una práctica académica para que las personas en comunidades del denominado corredor seco de Honduras comenzaran a interpretar pronósticos y boletines de alerta del CENAOS y tomar decisiones en base a dicha información. Sin embargo, a dos años de haber iniciado este ejercicio en un proyecto de desarrollo que ya finalizó, muchas personas siguen compartiendo sus datos a grupos de WhatsApp y haciendo comparaciones con años anteriores. Un ejemplo de ello es el de Ingrid, en la comunidad de Huatales del departamento de El Corpus, quien el 6 de junio de este año en dicho grupo de WhatsApp comentó: “En mayo de este año (2024) llovió 189 mm, así es que las lluvias este año son pocas, en comparación al 2023 que llovió 373 mm”. En Honduras la época lluviosa inicia a finales de abril/inicios de mayo en la región del Pacífico, donde se ubica El Corpus, extendiéndose a mediados de mayo hacia el resto del país. Sin embargo, no fue hasta la última quincena de mayo que se tuvieron las precipitaciones de inicio de época lluviosa, con lo que en muchas regiones del país la siembra se retrasó para el ciclo de primera de 2024.
Debido al interés y al voluntariado de personas como Ingrid, corporaciones municipales como las de Yauyupe, Liure y Trojes, en el departamento de El Paraíso, continúan con el monitoreo. En el caso de Yauyupe, se ha incorporado la lectura de los pluviómetros en centros básicos de educación y esta información, a su vez, se ha integrando a la información municipal de monitoreo. Lo anterior es un ejemplo de ciencia ciudadana y un ejercicio de democratizar la información meteorológica: como ha expuesto la señora Victoria de la comunidad de Linaca en Choluteca, “puede venir cualquier persona de cualquier institución a consultar los datos de nuestro pluviómetro y con gusto compartimos”.
Imagen 2: Estudiantes del Centro Básico Adán Canales del municipio de Yauyupe, El Paraíso.
Fuente: Fotografía de Ángel Rubio (vicealcalde).
El modelo del Innovahub es un método de trabajo para mejorar la gestión del conocimiento en forma de buenas prácticas y tecnologías agrícolas en el campo, de forma participativa, que a su vez generen alianzas de co-creación e innovación (CIMMYT, 2023). En los departamentos del occidente del país, específicamente en Copán, Lempira y Santa Bárbara, y en El Paraíso en el oriente del país, dos hubs se han apoyado a formar. Se tomaron como base, en algunos casos, las redes de actores de las MAPs. Estas iniciativas han sido clave para conectar innovaciones al sector agroalimentario de ambas regiones, tomando en consideración aspectos de medición de la lluvia y distintos pronósticos y boletines de alerta.
Uno de los mayores desafíos que hemos visto es mantener la motivación para continuar con las mediciones. En el momento en que las personas interiorizan y se dan cuentan que más allá de ser un dato para compartir, es un dato que les permite a ellos tomar decisiones locales, ahí es cuando una de las metas se ha logrado. Como bien lo decía un señor en el municipio de El Corpus, «es información que nos puede servir para dar alertas de crecida de la quebrada por donde cruzan nuestros niños para ir a la escuela».
El otro gran desafío es dar sostenibilidad ante cambios en los proyectos que apoyan y financian este tipo de iniciativas, por lo cual hemos tratado de escalar las acciones con otros socios locales y nacionales. ONGs que trabajan en temas de gestión de riesgo y están apoyando actualmente redes de monitoreo y sistemas de alerta temprana multiamenazas en distintas regiones del país, son clave para conectar la red actual. Tocar puertas en las universidades nacionales también puede permitir gestionar la base de datos que se genere, para analizar espacialmente la información y proveerla para la misma academia e investigación.
Si quieres saber más sobre AgriLAC, la Alliance-CIAT y el CIMMYT, te invitamos a visitar sus páginas en internet: https://www.cgiar.org/initiative/agrilac-resiliente-espanol/ – https://alliancebioversityciat.org/ – https://www.cimmyt.org/
Y si quieres saber de un ejemplo en Chile, los pluviómetros ciudadanos en Santiago, iniciativa del departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, son un buen ejemplo: http://pluviometros.dgf.uchile.cl/
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Referencias bibliográficas
CYMMYT. (2023). Innovación y resiliencia. Una mirada al impacto de los Hubs en México. https://repository.cimmyt.org/server/api/core/bitstreams/81e31cf6-a9b1-40c1-b730-b74abf11be98/content
CCAFS. (s.f.). Mesas Técnicas Agroclimáticas. https://ccafs.cgiar.org/es/mesas-tecnicas-agroclimaticas-mta
Hidalgo, H. G., Amador, J. A., Alfaro, E. J., Calderón, B., & Mora, N. (2023). Central America. En P. Bissolli, C. Ganter, A. Mekonnen, A. Sánchez-Lugo & Z. Zhu (Eds.), State of the Climate in 2022. Regional climates [Bulletin of the American Meteorological Society, 104(9)], S382–S384. https://doi.org/10.1175/2023BAMSStateoftheClimate_Chapter7.1
Parques inundables: espacios públicos que recolectan y conectan
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Vania Reyes Muñoz. Equipo editorial PLANEO, geógrafa, Santiago de Chile]
Imagen 1: Construcción de obras Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara – ex Parque La Aguada.
Fuente: Arrigoni Ingeniería y Construcción. https://arrigoniconstruccion.cl
Introducción
Un parque inundable es una infraestructura verde diseñada específicamente para manejar el exceso de agua durante eventos de lluvia intensa que derivan en inundaciones o crecidas de ríos, combinando funciones de recreación y conservación ambiental con la gestión sostenible del agua (en su versión ideal). Estos parques se caracterizan por la capacidad para almacenar y retrasar el escurrimiento de aguas pluviales, reducir la carga en los sistemas de drenaje urbano y minimizar el riesgo de inundaciones en áreas urbanas.
Actualmente, las características principales de estos parques tienen que ver con su diseño y cuánto contribuyen a generar espacios de recreación y esparcimiento para la ciudadanía, incorporando el almacenamiento temporal de aguas lluvias, aumentando la infiltración y la permeabilidad del suelo y, por supuesto, reduciendo el escurrimiento superficial o encausándolo a través de senderos y áreas verdes. También algunos diseños consideran adaptabilidad al cambio climático, al reducir los efetos de islas de calor urbano, la recuperación −post inundación− y elementos de conservación de biodiversidad en sectores con mayor fragilidad ambiental.
En los próximos párrafos revisaremos algunos ejemplos de este tipo de obras que tienen reconocimiento internacional. Les invitamos a imaginar prácticas que puedan hacer que estos tipos de espacios públicos, que proveen infraestructura y paisajismo, denominados parques inundables, tengan mayor impacto y visibilidad en la ciudadanía.
Parques inundables
El Parque Aguas de Zaragoza, España, es un parque de escala metropolitana con una extensión aproximada de 120 hectáreas en un meandro del río Ebro, en un sector que colinda con el recinto donde se celebró la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008, tema “Agua y Desarrollo Sostenible”. Tiene cuencas de retención de agua, lagos y estanques, incluyendo un sistema de drenaje natural para filtrar aguas lluvias. Cuenta con áreas verdes y plantaciones de árboles y vegetación nativa que contribuyen a la biodiversidad local y a la mitigación del efecto de isla de calor, además de jardines botánicos, senderos y zonas de picnic e instalaciones para actividades deportivas al aire libre, como canchas de tenis y fútbol. También se usa para eventos culturales, exposiciones y actividades educativas enfocadas en la sostenibilidad y el medio ambiente. [Ver imagen 2].
Imagen 2: Vista Parque Aguas de Zaragoza.
Fuente: https://www.turismodearagon.com/2015/04/30/el-parque-del-agua-luis-bunuel-proyecto-modelo-en-eeuu/
Bishan-Ang Mo Kio Park, República de Singapur, se localiza en los barrios de Bishan y Ang Mo Kio en el centro de Singapur (ciudad-Estado) y cuenta con una superficie aproximada de 62 hectáreas. El parque fue inaugurado en 2012 como parte del programa Active, Beautiful, Clean (ABC) Waters de la Junta de Utilidades Públicas de Singapur (PUB). Es una obra que reconvirtió un canal de concreto a un río natural, con prados de inundación, zanjas de infiltración y zonas de retención para manejar y filtrar aguas lluvias. El parque tiene extensas áreas verdes y rutas transitables (peatonales, de correr y bicicleta), junto con zonas de juegos, picnic, instalaciones deportivas al aire libre e incluso pesca recreativa. Las técnicas utilizadas de biofiltración y los sistemas de drenaje sustentable en la obra mejoran la calidad del agua antes de que esta ingrese al río Kallang y a los cuerpos de agua adyacentes, generando con ello un incremento en la biodiversidad (¡se pasa de un canal de concreto a un hábitat natural!). [Ver imagen 3].
Imagen 3: Bishan-Ang Mo Kio Park.
Fuente: https://www.dreiseitlconsulting.com/bishan-ang-mo-kio-park
El Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara – ex Parque Inundable La Aguada, Chile, se extiende por las comunas de San Joaquín, San Miguel, Santiago y Pedro Aguirre Cerda, alcanza los 4,7 km y cuenta con más de 40 hectáreas de superficie. Es una obra de ingeniería y paisajismo mandatada por la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas que busca conducir las aguas lluvias al Zanjón de la Aguada. Una obra que a más de 10 años de su creación ha mostrado el uso de la ciudadanía. El parque cuenta con áreas verdes, juegos infantiles, equipamiento para realizar actividades deportivas al aire libre y mobiliario urbano para la recreación, además de senderos peatonales y ciclovía. También cuenta con un cierre perimetral para regular el ingreso y uso del parque en horario nocturno. [Ver imagen 4].
Imagen 4: Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara.
Fuente: Fundación Víctor Jara.
Parques, espacio público y ciudadanía
Los parques y plazas en general se entienden como espacios públicos abiertos y de libre acceso, lugares de encuentro y socialización en una versión ideal –también y gracias al trabajo de geógrafas y arquitectas feministas, sabemos que envuelven y reflejan jerarquías de uso y de cuerpos en su diseño–. En el caso de los parques inundables, se trata de espacios que, abiertos y de libre acceso, han incorporado en su diseño medidas que contribuyen a solucionar problemas de infraestructura pública. El aumento de precipitaciones y las potenciales inundaciones derivadas tanto de las formas de urbanización como el cambio climático, pueden ser mitigadas por parques inundables que encaucen, absorban y retengan las aguas, constituyendo esta gestión del agua un aspecto adicional al parque como dimensión social de encuentro y socialización. No obstante, ¿cómo podríamos actuar para que este tipo de infraestructura fuese cada vez más recurrente en el diseño urbano y más utilizada por la ciudadanía (en su amplio sentido)?, ¿cuáles otros elementos podemos demandar para un diseño más integral que considere diferencias de género, raza, discapacidad, edad, entre otras?
Cierre
Los parques inundables son fundamentales en términos de infraestructura púbica y podrían dar soluciones integrales a los desafíos urbanos contemporáneos, combinando la gestión eficaz del agua con espacios recreativos, de sociabilidad y de conservación ambiental. Estos parques no solo mitigan los riesgos de inundación y mejoran la calidad del agua (en algunos proyectos), sino que también proporcionan áreas verdes esenciales para el bienestar de las comunidades urbanas.
La participación ciudadana en el diseño y cuidado de estos parques es crucial, ya que asegura que las necesidades y los deseos de la comunidad se reflejen en el proyecto, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida. Involucrar a la ciudadanía en estos procesos no solo enriquece el diseño y funcionalidad de los parques, sino que también fortalece la cohesión social y la educación ambiental, creando un entorno urbano más resiliente y sostenible para futuras generaciones.
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Referencias bibliográficas
Ahern, J. (2011). From fail-safe to safe-to-fail: Sustainability and resilience in the new urban world. Landscape and Urban Planning, 100(4), 341-343.
Mell, I. C. (2016). Green infrastructure: reflections on past, present, and future praxis. Landscape Research, 41(8), 701-706.
Sitios web
https://arrigoniconstruccion.cl
Aprendizajes en torno a la vulnerabilidad socioambiental por riesgo de desastre | "La gran inundación (Wielka woda)" (2022)
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: José Miguel Fuentes Zuleta. Sociólogo, estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago]
Título: La gran inundación (Wielka woda)
Formato: Serie
Director: Jan Holoubek
Año: 2022
Disponible en: Netflix
Imagen 1: Portada de «La gran inundación (Wielka woda)».
Fuente: Netflix.
Introducción
«La gran inundación (Wielka woda)» es una serie polaca, que ocurre mayormente en la ciudad de Breslavia (Wrocław por su nombre original en polaco), basada en un hecho histórico ocurrido en el año 1997, conocido como la inundación de Europa Central de 1997 o la inundación del Oder de 1997, cuando el río Oder (Odar por su nombre en polaco) se desbordó debido a las altas precipitaciones ocurridas durante el mes de julio de ese año, inundando varias localidades en Alemania, Polonia y República Checa, afectando considerablemente a estos dos últimos, donde los daños se estimaron en unos 3.300 millones de dólares, muriendo 56 personas en Polonia y 54 en República Checa. Además, se estima que cerca de 40.000 personas lo perdieron todo, siendo así la inundación del Oder el mayor desastre ocurrido en Polonia desde la Segunda Guerra Mundial.
Contexto histórico-geográfico
El río Oder nace en República Checa y es el segundo río más grande de Polonia, fungiendo como frontera sureste entre Alemania y Polonia durante 187 km, desembocando finalmente en la laguna de Szczecin.
Imagen 2: Cuenca del río Oder.
Fuente: Wikipedia.
Durante julio de 1997 se experimentaron dos periodos de grandes lluvias, el primero entre el 3 y el 10 de julio, y el segundo entre el 17 y el 22 de julio, afectando la zona suroeste de Polonia y el norte de República Checa (Kundzewicz, 2007). El 5 de julio en República Checa y el 6 de julio en Polonia, comenzaron las inundaciones, donde los niveles de agua se elevaron de 2 a 3 metros por encima del promedio en temporada de lluvia.
En la segunda etapa de la inundación, debido al agua acumulada por la lluvia, una ola producto de la crecida del agua bajó por el río Oder desde República Checa, sumergiendo a su paso sucesivas ciudades de la zona (Szamalek, 2000). Estas inundaciones comenzaron el 10 de julio hasta llegar finalmente a Breslavia el 12 de julio, inundando completamente la ciudad junto con las ciudades de Rybnik y Głogów.
Cronología de una tragedia
La serie comienza con una reunión del consejo de expertos para evaluar cómo controlar una eventual mega inundación, presentándose una discusión entre dos expertos. Por un lado, el profesor Jan Nowak cree que el agua no se va a desbordar, ya que en la zona es frecuente que haya inundaciones cada una década, lo que considera como normal. Por otro lado, la protagonista de la serie, la doctora en hidrología Jaśmina Tremer, señala que deben liberar el agua de la presa y crear un corredor para que el río se libere, ya que los diques aumentan el nivel del agua, por lo que sólo sirven para inundaciones menores, pero no para una gran inundación como la que podría ocurrir.
En esta primera discusión dentro de la serie se puede observar un problema al momento de plantear algún plan de mitigación o adaptación ante un riesgo de desastre. Mientras que para el profesor Nowak no era necesario hacer nada, ya que la inundación sería, dentro de los estándares, normal, para la doctora Tremer sí era necesario realizar y activar un protocolo de control de inundaciones. Dentro de esta tensión también ocurre que desde la municipalidad mienten con la información de la inundación –con la intención de evitar que se desate una ola de miedo generalizada en la población—, señalando que la ciudad no se inundará, sino que habrá solamente pequeñas inundaciones locales y algunos apagones.
Finalmente, se accede a la propuesta de la doctora Tremer, sin embargo, ocurren dos problemas. Primero, debido a que los mapas hidrográficos estaban desactualizados, se realiza una detonación en un sitio incorrecto que no altera en nada el curso de la inundación. Segundo, una vez que se esclarece cuál es el lugar apropiado para realizar la detonación, ocurre una ola de protestas en un pueblo aledaño a este sitio, el pueblo de Kęty, que no quiere que se detone el dique, ya que esto podría inundar el pueblo.
Conclusión
La serie nos presenta algunos desafíos claves en la gestión de riesgos de desastres. Primero, la falta de información actualizada puede ser perjudicial a la hora de evaluar posibles medidas. Segundo, las opiniones diferentes entre distintos expertos pueden desencadenar una catástrofe. Tercero, la manipulación de la información y la no entrega clara de esta puede producir riesgos mayores, ya que como ocurrió en la serie, al no ser claros con el peligro que implicaba la inundación, no se pudo realizar una evacuación adecuada hasta que fue demasiado tarde. Cuarto, la planificación urbana es una arista importante, ya que como se ve en la serie, el hospital, que debería funcionar como un centro de refugio en caso de desastre, fue uno de los primeros edificios en inundarse debido a que este estaba cercano al río. Por último, también nos enseña la importancia de la participación ciudadana al momento de elaborar una estrategia de mitigación, ya que uno de los momentos más álgidos que ocurre en la serie es cuando quieren detonar el canal aledaño a Kęty, pero la población local no quiere que esto ocurra, señalando que no se les avisó ni consultó antes sobre esta acción, empezando así un enfrentamiento con las autoridades y la policía.
Imagen 3: Registro real de la inundación en Breslavia, 1997.
Fuente: Wikipedia.
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Referencias bibliográficas
Kundzewicz, Z. (2007). Summer 1997 Flood in Poland in Perspective. En O. F. Vasiliev, P. H. A. J. M. van Gelder, E. J. Plate & M. V. Bolgov (Eds.), Extreme Hydrological Events: New Concepts for Security (pp. 97-110). Springer Science & Business Media.
Szamalek, K. (2000). The Great Flood of 1997 in Poland: The Truth and Myth. En J. Marsalek, W. E. Watt, E. Zeman & F. Sieker (Eds.), Flood Issues in Contemporary Water Management (pp. 67-74). Springer Netherlands.
Licantén bajo el agua: Testimonios de resistencia | "Río arriba, pueblo abajo" (2023)
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Revista PLANEO N°59 | Asentamientos multiamenazas Vol. 2: Inundaciones y cambio climático | Junio 2024
[Por: Juan Jara Ortega. Sociólogo, estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago]
Título: Río arriba, pueblo abajo
Formato: Documental
Autor: Liceo Bicentenario Augusto Santelices Valenzuela de Licantén
Año: 2023
Duración: 30 min.
Lugar de publicación: Licantén, Chile
Disponible en: https://youtu.be/hk1r8RiHMhM?si=xk9y8lSDJn7NWFSd
Imagen 1: Portada de «Río arriba, pueblo abajo».
Fuente: @liceo_asv (Instagram).
El documental «Río arriba, pueblo abajo», realizado por el Liceo Bicentenario Augusto Santelices Valenzuela de Licantén, es un conmovedor testimonio de la capacidad de resistencia y la determinación de una comunidad frente a las adversidades naturales. Este proyecto, cuya misión es salvaguardar la historia local, ofrece una visión profunda y emotiva de los desafíos enfrentados por los habitantes de Licantén debido a las recurrentes inundaciones, agravadas por el cambio climático y la falta de instrumentos de planificación que aborden las emergencias.
Desde el inicio, el documental sitúa a los espectadores en el contexto de un problema de larga data: las inundaciones que, a pesar de su frecuencia y severidad, nunca han sido abordadas adecuadamente mediante un plan regulador efectivo. A través de relatos de los residentes, se destaca cómo estas catástrofes han marcado la vida de varias generaciones.
A lo largo del documental, se presentan una serie de testimonios impactantes de personas mayores que han vivido múltiples inundaciones en Licantén. Estos relatos recurrentes revelan recuerdos de su niñez, donde sus padres luchaban por proteger sus hogares del agua. Durante los años 80, la situación se agravó, con el agua entrando en las casas y causando estragos. Estas experiencias no solo ilustran la magnitud de las inundaciones, sino también la fortaleza de la comunidad para enfrentarlas.
La narración del documental avanza hasta 2008, cuando la comunidad de Licantén enfrentó nuevamente la amenaza de una inundación. A través de imágenes y grabaciones de la época, se documenta la inquietud y los esfuerzos del Comité de Emergencia Comunal para prepararse ante la posible crecida del río Mataquito. Las cifras presentadas durante la reunión municipal, como el alarmante aumento del caudal del río, subraya la gravedad de la situación.
El documental destaca cómo la comunidad se preparó para lo peor: se establecieron albergues temporales, y se aconsejó a los residentes de las zonas más expuestas al riesgo que elevaran sus pertenencias. Sin embargo, la llegada de inundaciones en junio de 2023 mostró que la naturaleza podía ser implacable. Las imágenes de casas inundadas, personas navegando en botes por las calles y los esfuerzos de los equipos de emergencia reflejan la devastación y el caos causado por la crecida del río.
Uno de los momentos más emotivos del documental es el testimonio de una estudiante del mismo liceo que produjo el documental. Ella relata cómo la comunidad trató de salvar sus pertenencias, muchas personas se refugiaron en segundos pisos y la desesperación se apoderó de aquellos que no estaban preparados para la magnitud del desastre. Las palabras de la estudiante, acompañadas de imágenes de rescates, capturan la angustia y solidaridad que caracterizaron esos días difíciles.
El documental no solo se centra en los eventos catastróficos, sino que también en las secuelas en las inundaciones. Se muestra cómo familias tuvieron que enfrentar la dolorosa tarea de desechar las pertenencias destruidas, y cómo muchas familias se vieron obligadas a separarse. Las escenas de calles llenas de barro y basura, junto con los esfuerzos comunitarios por limpiar y reconstruir, subrayan la resiliencia y determinación de Licantén.
En agosto de 2023 fueron golpeados nuevamente por las inundaciones, las cuales superaron en severidad a las de junio, poniendo a prueba una vez más la capacidad de recuperación de los licanteninos. Las imágenes del río avanzando por las calles y las protestas de los habitantes, exigiendo un plan de emergencia y mayor apoyo del Estado, revelan una comunidad que, aunque desamparada, no pierde la esperanza ni la voluntad de luchar por su futuro.
El documental concluye con una reflexión sobre el futuro incierto de Licantén. A pesar de la adversidad, la mayoría de los residentes siguen arraigados a su tierra, viendo en el río no solo una fuente de destrucción, sino que también parte integral de su identidad y cultura. La capacidad de resistencia de los licanteninos, aunque puesta a prueba una y otra vez, sigue siendo un testimonio de su fortaleza.
Gestión del paisaje: el mejor recurso para el combate de incendios forestales extremos
VerGestión del paisaje: el mejor recurso para el combate de incendios forestales extremos
Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol. 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Jorge Ignacio Faúndez Pinilla. Ingeniero Forestal. Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza y Magíster (c) en Geomática, Teledetección y Modelos Espaciales Aplicados a la Gestión Forestal. Jefe de Sección de Análisis y Predicción de Incendios Forestales. Gerencia de Protección Contra Incendios Forestales. Corporación Nacional Forestal]
Resumen:
La ocurrencia de incendios forestales extremos ha sido más frecuente en el mundo y el caso de Chile no se encuentra ajeno a esta realidad. Este tipo de fenómenos provoca daños y efectos significativos en el patrimonio natural, en la población y otras consecuencias ambientales y económicas. El tamaño de las llamas, la intensidad, la rápida e impredecible propagación son manifestaciones de este tipo de eventos extremos y que generan un escenario donde los medios de extinción no tienen efectos de supresión efectivos. En este escenario, la forma de controlar estos incendios no pasa por la incorporación de más medios de combate, y es aquí donde la gestión del paisaje juega un rol fundamental. Algunas acciones involucradas para alcanzar un territorio mejor preparado deben apuntar a interrumpir la continuidad de grandes extensiones cubiertas por masas forestales, al manejo de la carga del combustible y a la intervención de zonas urbanas inmersas en áreas cubiertas por vegetación. Las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios probablemente se mantendrán en el futuro, por ello es clave estar preparados de la mejor manera para enfrentarlos y entender que son catástrofes que nos tienen que encontrar lo suficientemente bien preparados para evitar pérdidas irremediables.
Palabras clave: incendios forestales extremos, capacidad de extinción, gestión del paisaje.
“Todo apunta a que en los próximos años en el mundo y en lo particular en nuestro país, las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios se puedan mantener o incluso incrementarse, sobre todo en lo asociado a la presencia de fenómenos meteorológicos extremos y en la mayor predisposición de la vegetación a la ignición”.
Figura 1. Longitud de llama superior a los 50 metros al interior de un incendio forestal. Imagen térmica y visible capturada por avión de observación de CONAF. Fuente: CONAF.
En el mundo, día a día, ha sido más frecuente la ocurrencia de incendios forestales extremos con daños y efectos significativos en el patrimonio natural, en la población y otras consecuencias ambientales y económicas en las zonas afectadas. Australia, Estados Unidos, Grecia, Portugal, Canadá, entre otros países, durante los últimos años, han sido escenarios de incendios forestales extremos con importantes pérdidas (bosques, viviendas, vidas humanas, infraestructura crítica, entre otras). Este tipo de fenómenos y su aumento se atribuye en parte a las variaciones en el clima que ha sufrido el planeta en los últimos años.
Nuestro país no se encuentra ajeno a esta realidad y este tipo de eventos extremos han aparecido con mayor frecuencia en el último periodo. Algunos casos relevantes son el megaincendio forestal las Máquinas en la Región del Maule, con más de 150.000 hectáreas afectadas, en el año 2017; el megaincendio Santa Ana-Butaco 3-Quillota (Región del Biobío y Región de la Araucanía), en el año 2023, que afectó una superficie total de 95.963 hectáreas; y en el año 2024, el incendio Complejo Las Tablas-Reserva Lago Peñuelas, con más de 8.500 hectáreas afectadas. En este contexto, y con el objeto de aclarar cómo ocurren estos fenómenos, es importante revisar cuáles son las condiciones que tienen que existir para que ocurra un evento de incendio forestal extremo, comprender qué es lo que define un evento de incendio extremo, entender cuál es la forma más eficiente para abordar este tipo de eventos y cuál es el rol del paisaje para enfrentarse ante la presencia de este tipo de eventos. A continuación, se revisarán algunos antecedentes que aportarán a comprender de mejor forma este tipo de fenómenos y el camino para enfrentarlos.
En términos simples, al analizar los eventos de incendios forestales extremos en Chile, se han observado una serie de condiciones que han aportado en el desarrollo de estos fenómenos. Estas condiciones principalmente responden a características de la vegetación, que son favorables para el inicio y la propagación del fuego, a la presencia de eventos meteorológicos extremos, y a las condiciones topográficas del área afectada. Al ahondar en las características de la vegetación (o combustible, en este contexto), tres son las variables que tienen mayor efecto y que pueden contribuir al comportamiento extremo del fuego. Estas son: la alta continuidad de la vegetación (cercanía entre los combustibles), la alta carga del combustible (cantidad de combustible en un espacio determinado) y la condición de estrés del combustible. Respecto a la alta continuidad y carga del combustible, muchas áreas del territorio nacional presentan estas características que son inherentes a nuestro país, dada la gran superficie cubierta por bosque nativo y plantaciones (cerca del 24% del territorio nacional). En el caso del bosque nativo, árboles de gran diámetro, la presencia de diferentes estratos en una misma área (pastos, matorrales, árboles, etc.) son ejemplos de sectores con alta carga. Mientras que el caso de las plantaciones, densidades altas de individuos por unidad de superficie, son uno de los factores que aportan al aumento de esta variable. En relación con la condición del combustible, esta se asocia a una respuesta de la vegetación ante condiciones desfavorables que impiden que esta mantenga sus condiciones óptimas. Efectos acumulados en el tiempo dado esencialmente por el cambio en el régimen de precipitaciones, como las sequías prolongadas, conllevan a una reducción del aporte hídrico en diferentes ecosistemas, lo cual tiene un efecto significativo en el estado de la vegetación. Estas condiciones generan un deterioro en las plantas, lo cual se manifiesta a través de la pérdida de vigor (menor contenido de humedad y pérdida de clorofila) y se traduce en una mayor disponibilidad de la vegetación a la ignición.
En relación a los eventos meteorológicos extremos, condiciones extremas en las variables meteorológicas que tienen relación directa con el comportamiento del fuego (viento, humedad relativa y temperatura del aire), estas aportan significativamente a la propagación de este tipo de incendios, como las olas de calor. Por último, las condiciones topográficas son otro de los factores relevantes que aportan al desarrollo de este tipo de eventos. Zonas montañosas, presencia de quebradas, valles estrechos, laderas con pendientes pronunciadas, son características que promueven el avance del fuego.
Eventos bajo el escenario mencionado anteriormente pueden terminar siendo un incendio forestal con un comportamiento extremo. Características como altas tasas de expansión (superficie afectada por unidad de tiempo), altas tasas de propagación (distancia que avanza un incendio por unidad de tiempo), generación de múltiples pavesas y/o pavesas[1] con una amplia distancia recorrida (ambas con capacidad de generar otro foco de incendio lejos del frente de avance principal del fuego), longitudes de llama sobre los 10 metros (Figura 1), altos niveles de energía liberados por el fuego (intensidad del incendio), entre otros factores, forman parte de los parámetros y manifestaciones de este tipo de fenómenos[2].
Estas manifestaciones de un incendio con comportamiento extremo hacen que durante los periodos de mayor actividad del fuego se generen las condiciones para que este tipo de incendios se encuentre fuera de capacidad de extinción. Este último concepto es importante de entender y tener claridad en sus implicancias. En palabras simples, encontrarse fuera de la capacidad de extinción de un incendio es cuando el tamaño de las llamas, la intensidad del fuego, la rápida e impredecible propagación generada por las múltiples pavesas y focos secundarios generan un escenario donde los medios de extinción (medios de combate terrestres y medios de combate aéreos) no tienen efectos de supresión efectivos y a su vez no permiten que el personal de combate pueda trabajar en algunas zonas del incendio dado el riesgo que conlleva para la seguridad de los combatientes.
Es habitual la tendencia a pensar que el mejor camino para enfrentar este tipo de eventos va por aumentar los recursos en medios de extinción para intentar apagar el incendio, más brigadistas o más “súper aeronaves” con amplias capacidades de descarga de agua o retardante. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, ante este tipo de eventos extremos los medios de combate no tienen mucha efectividad para poder controlar estos eventos extremos. Es aquí donde la gestión del paisaje juega un rol fundamental e integrar los incendios como parte de la ordenación del territorio debe ser considerado como una prioridad.
La gestión del paisaje como herramienta para estar mejor preparados contra los incendios forestales conlleva múltiples acciones y, a su vez, la participación de múltiples actores de diferentes sectores. No es el objetivo de esta columna indicar con detalle las acciones a seguir y tampoco quienes son los actores responsables e involucrados en ejecutar estas acciones, sino más bien comenzar a integrar esta idea y los cambios asociados a ella. Algunas de las acciones involucradas para alcanzar un territorio mejor preparado y reducir la vulnerabilidad del país ante incendios forestales extremos deben apuntar a interrumpir la continuidad de grandes extensiones cubiertas por masas forestales (por ejemplo, grandes extensiones exclusivamente con presencia de plantaciones forestales). Para lograr este objetivo existen muchas opciones, y estas se basan esencialmente en buscar una mayor diversidad estructural en el paisaje. A modo de ejemplo, amplias extensiones de viñedos u otros cultivos agrícolas pueden ser áreas que interrumpen la continuidad de zonas boscosas y que contribuyen a la desaceleración del avance de un gran incendio. Por otra parte, el manejo de la vegetación que permita reducir la carga del combustible es una acción preventiva para prepararse de mejor manera ante el desarrollo de un gran incendio. Esto apunta a la aplicación de silvicultura preventiva, específicamente gestionar la vegetación (viva y/o muerta) a través de tratamientos prescritos (i.e. quemas prescritas, podas, entre otras) que permitan reducir la carga y la continuidad horizontal y vertical de los combustibles. En consecuencia, al aplicar estas medidas preventivas es posible disminuir la intensidad del comportamiento del fuego y la severidad (efectos) de la propagación en grandes extensiones. Otro factor importante para reducir la vulnerabilidad ante los incendios forestales y que forma parte del paisaje está asociado a las zonas urbanas cercanas o inmersas en áreas cubiertas por vegetación (Figura 2). Este factor es abordable desde diferentes áreas, que van desde la construcción de viviendas preparadas y más resilientes al paso del fuego (materiales de construcción más resistentes al fuego), hasta la prohibición de edificar en zonas de alto riesgo de incendios forestales.
Figura 2. Incendio cercano a zonas urbanas inmersas en áreas cubiertas por vegetación. Imagen visible capturada por avión de observación de CONAF. Fuente: CONAF.
Finalmente, todo apunta a que en los próximos años en el mundo, y en lo particular en nuestro país, las condiciones para que puedan desarrollarse este tipo de incendios se mantendrán o incluso podrían incrementarse, sobre todo en lo asociado a la presencia de fenómenos meteorológicos extremos y en la mayor predisposición de la vegetación a la ignición. Por ello es clave estar preparados de la mejor manera para enfrentarlos y entender que son catástrofes que nos tienen que encontrar lo suficientemente bien preparados para evitar pérdidas irremediables.
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Referencias bibliográficas
Tedim, F., Leone, V., Amraoui, M., Bouillon, C., Coughlan, M. R., Delogu, G. M., Fernandes, P. M., Ferreira, C., McCaffrey, S., McGee, T. K., Parente, J., Paton, D., Pereira, M. G., Ribeiro, L. M., Viegas, D. X., & Xanthopoulos, G. (2018). Defining Extreme Wildfire Events: Difficulties, Challenges, and Impacts. Fire, 1(1), 9. https://doi.org/10.3390/fire1010009
[1] Material combustible incandescente que vuela y es transportado al interior de una columna de humo en un incendio en conjunto con el efecto del viento que promueve la dispersión de estos objetos.
[2] Para más antecedentes de eventos extremos de incendios, ver Tedim et al., 2018.
Entrevista a Xavier Úbeda: “Nos enfrentamos a un escenario de cambio climático y social muy importante, y esta conjunción a nivel incendio, lo que hace es elevar el riesgo”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos
Presentación entrevistado
Licenciado en Geografía (1990) y Doctor en Geografía Física (1998) por la Universidad de Barcelona (UB). En la actualidad Catedrático de Geografía en el Departamento de Geografía de la UB. Especializado en el estudio de la dinámica de los incendios forestales y sus efectos en el suelo, la vegetación y las aguas, ha investigado sobre la aplicación de las quemas prescritas como herramienta de gestión forestal y en la actualidad trabaja en un proyecto (Holisoils) sobre la gestión forestal postincendio para la conservación del suelo. Coordina el grupo de investigación GRAM (Grupo de Investigación Ambiental Mediterráneo) www.ub.edu/gram.
Palabras clave: cambio climático, incendios, gestión, interfaces urbano-rural
Im 1. Xavier Úbeda / Fuente: Facilitada por la entrevistado
“Hay que demandar a la sociedad que sea corresponsable, y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante la situación de los múltiples incendios forestales”
P (PLANEO): Desde tu formación inicial en Geografía ¿Cómo te interesaste y especializaste en el fenómeno de los incendios?
XU: Soy geógrafo de formación y profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona. Me dedico a dar una asignatura que se llama “Hidrología y Suelos”, y luego me encargo del Laboratorio. En el Master doy la asignatura de “planificación territorial y gestión ambiental” y de “planificación y gestión forestal”. Acá en el Mediterráneo, el tema de los incendios no se puede obviar, pues es imposible no hablar de bosques y microclimas, sin tener en cuenta los incendios.
Yo empecé en los años 90 con mi tesis trabajando sobre incendios, dedicándome a ver los efectos de los incendios en el suelo, en el agua, en procesos erosivos. Pero con el cambio de siglo, con los incendios devastadores de los 90, se hablaba de los “incendios de alta intensidad”. Se trata de fenómenos que los propios bomberos y gente del territorio no conocía, y donde era necesario invertir en prevención. No solo en extinción, porque está comprobado que los incendios pasan la capacidad de extinción.
Entonces, a partir de los años 2000, empecé a trabajar con bomberos que hacían gestión del territorio, con quemas prescritas o controladas[1], lo que era muy revolucionario en ese entonces. Nosotros creemos que siempre va a ver incendios, que siempre va a ver una chispa que lo inicie, y eso es controlable hasta un cierto punto. Con educación, prevención, comunicación, se puede minorizar, pero siempre va a ver una chispa. Y ahí nosotros, desde la academia, y bomberos sobre todo, lo que tenemos que intentar es que no haya ese connato, y que su evolución no sea de un gran incendio forestal.
Acá en Cataluña, tenemos una sequía de más de 4 años, pero no podemos controlar los inicios de los incendios, aunque si podemos controlar lo que se está quemando, la gran cantidad de combustible. Eso si lo podemos hacer, y eso es gestión.
Por eso te digo que ahora mismo no nos dedicamos a ver los efectos, sino que también a decidir qué tipo de gestión es mejor para el bosque y cada lugar; comprobar los índices de riesgo y la capacidad del gran incendio
P (PLANEO): ¿Como se pueden explicar los incendios desde una perspectiva global de crisis climática? ¿Cómo se conjuga aquí la relación critica entre naturaleza y sociedad?
XU: Nosotros creemos que los incendios son naturales, y que el fuego siempre ha existido y existirá. Es un factor ecológico de muchos tipos de ecosistemas y tipos de vegetación, que asimismo, tienen estrategias propias para sobrevivir y reproducirse después de variados tipos de siniestros.
Si esto es así, no podemos pensar en eliminar el fuego del ecosistema. Eso es a nivel global, porque ya no hablamos de cambio climático, hablamos de cambio global, de los cambios rápidos de la sociedad y de las formas de habitar. La manera en que se vivía desde unas décadas hasta ahora con la mirada en lo rural, ha cambiado muchísimo. Con toda la información que tenemos de lo que es rural, que aún es muy poca, y desde las ciudades más todavía.
Entonces pensamos que tiene que haber un cambio en lo que es la percepción de lo que es natural, rural y forestal, desde las ciudades. Porque realmente donde vive concentrada la gente es en la ciudad, y eso pasa en todos los lugares. No es un hecho que pase en un lugar concreto. Si no fuese así no estaríamos hablando de un tema que nos afecta a todos. Creemos que la soluciones pueden ser aplicadas globalmente, con sus distinciones, pero en lugares como Chile o Europa, el problema es el mismo respecto a los incendios
Nos enfrentamos a un escenario de cambio climático y social muy importante, y esta conjunción a nivel incendio, lo que hace es elevar el riesgo.
P (PLANEO): ¿Cuáles podrían las particularidades y principales problemáticas que se establecen en los incendios de territorios rurales?
XU: Los incendios forestales son un problema socio-económico y ambiental cuando se pierden hectáreas de bosque, porque estamos perdiendo muchísimo valor, servicios ecosistémicos, que luego perjudicarán a otras variables como el suelo y el agua.
Pero cuando mediáticamente hablan de incendios es cuando afecta a la sociedad y a las personas, principalmente a zonas de interface urbano-rural, lo que es el gran problema. Chile ha tenido la desgracia de lo ocurrido en Viña del Mar donde ha muerto mucha gente: ese es un problema social.
El incendio es el causante material de que se hayan quemado las viviendas y de que las personas se hayan visto afectadas, pero evidentemente ese es un problema que podemos solucionar, seguramente a largo plazo, planificando y gestionando.
Cuando hubo el gran incendio de Torres del Paine del 2003, aquí no nos enteramos de nada. ¿Porque no llegaba la noticia?: Porque no se había afectado a nadie y no había víctimas, y eso pasa en todos los lugares. De que fue una desgracia ecológica lo de Torres del Paine, hasta cierto punto, porque seguramente se recuperó la vegetación, lo que no es drástico como cuando muere gente.
El problema del gran incendio forestal es cuando afecta zonas urbanas. Así que si se van a poner recursos económicos debería ser para solucionar este problema. Acá lo que nos encontramos en países como el nuestro, es la pregunta por ¿dónde acaba lo rural y donde empieza lo urbano? ¿dónde acaba el bosque?.
Cuando estuve en Concepción, la ciudad está metida en el bosque o el bosque en la ciudad, o sea, en el campus Universitario de la Universidad de Concepción, miras por la ciudad y está el bosque, o más bien, plantaciones que nos hacen pensar en la variable económica. Luego, yendo más al sur de Chile, pasamos por terrenos quemados, y todo eso eran plantaciones que se habían quemado. Visualizar eso muy duro. Pero el problema en Concepción es cuando el incendia llega a la ciudad: el problema es ese límite, la interface. Lo mismo en Valparaíso, Barcelona y en muchos lugares. Es un tema que es difícil de gestionar.
P (PLANEO): ¿Como se previene o gestiona este riesgo más allá del saber experto? ¿Cómo se pueden emplazar esos saberes científicos en el territorio y su cotidianidad?
XU: Para evitar incendios de interfaz urbana como los cerros de Valparaíso y lugares muy peligrosos, desde la Universidad, siendo frio, te diría que en esos cerros no pueden haber viviendas. Nunca en la historia se había vivido en lugares donde se está viviendo. Los pueblos y las ciudades vivían en lugares estratégicos donde tenían los recursos del agua, campos de cultivo, etc. Ahora eso está desorbitado, y evidentemente ahí hay un problema social.
Pero lo que yo no te puedo decir, es que para solucionar el tema de los incendios y de la sociedad, haya que erradicar a las personas que viven en esos lugares, porque además ocurre que las personas más afectadas con este tipo de incendios, es la gente más vulnerable; que seguramente viviría en otro lugar, pero no puede. Entonces es un problema.
Cuando estuve en Chile pude hablar con mucha gente y me decían que donde tu vives, es tu “ombligo del mundo”. Seguramente mucha gente está bien viviendo donde vive, incluso algunos me decían, que lo que ocurrió ya había ocurrido y volvería a pasar, que eso lo sabía todo el mundo. Ahora de la manera que ha ocurrido y tan grave, no.
Incluso algunos me decían, que cuando habían tenido problemas al día siguiente estaban reconstruyendo la casa con los vecinos. La resiliencia de la gente es muy grande en Chile, pero los que se han muerto se han muerto, y como sociedad debemos pensar en esas personas también.
Tenemos que informar a toda la gente que está viviendo en estos lugares, de que están viviendo en una zona de riesgo. Se debe ser conscientes de eso, como quien vive en una llanura fluvial, que tiene que saber de qué si el rio crece, se va a llevar su casa por delante.
En vuestro caso con los tsunamis, la gente es consciente de esto, y tienen una serie de estrategias más desarrolladas. El tema de incendios es lo mismo, que la gente sea consciente de que vive en una zona de riesgos, y luego dotar a las comunidades de herramientas para reaccionar en caso de incendios. Lo que no puede ocurrir, es asumir de que el bombero vendrá y hará el rescate. Entonces a la gente se le debe dotar de prevención en una zona de riesgo, y también enseñar que hacer en caso de incendio.
A veces se escucha que la gente no quiere salir de su vivienda, porque si estás ahí no va a pasar nada, y no es así, eso es un riesgo muy grande. También hay que dotarlos de un tipo de infraestructuras, que pueda minimizar los casos de incendios, y el que este se desarrolle.
Está comprobado de que cuando los incendios llegan a una zona urbana, son las viviendas las que hacen continúan el fuego: ya no es la vegetación. El caso por ejemplo de este verano cuando yo estaba en Chile, y lo ocurrido desde Agosto en el archipiélago de Hawái, el incendio empezó en el bosque y entró a la ciudad, y ahí no había nadie preparado; el turista nunca piensa de que puede estar en una zona de riesgo.
En paralelo y en corto termino eso se puede implementar ya. A largo termino, se trata de evitar que la zona de interfaz aumente; que la gente que vive en estas zonas pueda reubicarse. Esto se ha hecho en otros lugares, por ejemplo acá en Barcelona hay barrios enteros que desaparecieron, para hacer otro tipo nuevo de infraestructura. Evidentemente eso es problemático, y para el gobierno de turno que le toque será impopular, porque estas tocando las viviendas de las personas. Pero a veces hace falta replanificar, y ordenar el territorio porque llevamos muchos años de caos.
Nosotros desde la Fundación Pau Costa[2] hicimos una declaración sobre los incendios forestales, y son 15 puntos, y el primero, que es aplicable a cualquier lugar dice: es necesario que la sociedad sea consciente de que los servicios de extinción no pueden hacer frente ellos solos a los grandes incendios forestales que muchas veces se sitúan fuera de la capacidad de extinción.
Hay que demandar a la sociedad que sea corresponsable, y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante situación de los múltiples incendios forestales. Tenemos nosotros que hacer llegar este mensaje, que yo creo que es clave.
En paralelo, concientizar a la gente de que cada uno de nosotros es un foco de incendio. Respecto a las zonas no habitadas de bosque y matorral, las quebradas que estén lo más despejadas, limpias. Si hay un problema de residuos, hay que mantenerlo sin combustible que pueda quemar. Ahí tenemos que participar todos.
P (PLANEO): Por ultimo (y tomando el caso de Chile si es posible): ¿cómo vislumbra el fenómeno de los incendios? ¿Qué alternativas y precauciones reales tenemos como sociedad para sobrellevar esto?
XU: Creo que hay acciones que se pueden hacer a corto plazo, que serían las más inmediatas, es decir, que llegue la información a la gente, que sean conscientes de las zonas de riesgos donde se habita, dotarles herramientas, saber que hacer en caso de incendios; alertas por celular, que todo el mundo esté conectado, que se sepa que hacer en cada momento, y luego, tener despejado.
Aquí por ejemplo, lo ves y dices, esto es imposible, hay casas en medios del bosque con un jardín con muchos árboles, lo que es bonito pero no es sostenible de ninguna manera. Hay que ser conscientes de que en climas como los que tenemos, hay que plantear de que no podemos tener tanta vegetación como hemos tenido hasta ahora. Esto es muy grave de decir pero tenemos que hacer simulaciones de nuestros suelos, que están estresadísimos de agua, ver qué capacidad tienen nuestros suelos para poder soportar la vegetación, que estes sanos, porque si estos están secos y enfermos, esto es un problemas adicional.
Quizás ya no podremos tener tanta vegetación como teníamos hasta ahora. Aquí hay que hacer gestión forestal y bajar la densidad. Te aseguro que los árboles que nosotros decidamos que se queden lo van a agradecer, van a estar más vigorosos, pero esto es algo que tenemos que hacer con el tiempo. Evidentemente no podemos gestionarlo todo.
En Chile la gran cantidad de plantaciones es un problema de tipo económico, pero no podemos decir que vamos a sustituir todas las plantaciones por bosque nativo. Eso es irreal porque hay una economía detrás, hay mucha gente que ahí trabaja. Ahora, limitarlo quizás sí. Luego de eso limitar y reducir la densidad de las plantaciones, porque además estas son de eucaliptus y de pino, que son dos especies que conviven con el fuego fantásticamente. Hay que reducir y cuando estas plantaciones estén llegando cerca de la ciudad, quizás hacer mosaico, es decir, que no llegue justo la plantación a la ventana de los vecinos. Esto yo lo he visto en Valparaíso y es importante proyectar a largo termino todo esto. El que esté gobernando y se enfrente a todo esto, tendrá una “patata caliente”, pero debería ser así.
[1] Quemar combustible de forma controlada, para gestionar distintos puntos estratégicos.
Fondo Común: regenerar y restaurar los ecosistemas
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Fundación Lepe, Chile
Resumen:
Fundación Lepe fue fundada en 2006 en el Valle del Aconcagua por Roberto Lepe, con el objetivo inicial de mejorar el desarrollo social y comunitario de Curimón. En 2022, la Fundación evolucionó en su enfoque para abordar la crisis climática y ambiental, adoptando el desarrollo regenerativo como su nuevo propósito. Sus programas principales son Vivo Curimón, que promueve el desarrollo regenerativo en el Valle del Aconcagua y Fondo Común, un fondo concursable que apoya prácticas comunitarias vinculadas al desarrollo regenerativo a nivel nacional.
Palabras clave: desarrollo regenerativo, apoyo técnico, soluciones basadas en la naturaleza
“Se trabaja con un enfoque teórico práctico para acelerar e implementar acciones comunitarias de desarrollo regenerativo que permitan enfrentar y adaptarse a los desafíos derivados de la crisis climática”.
Im1. Rebrota, proyecto que fomenta la salud mental a través del contacto con la naturaleza. 2022 / Fuente: Fundación Lepe.
Introducción
Fundación Lepe nace en 2006 en el Valle del Aconcagua, región de Valparaíso gracias a Roberto Lepe, empresario que destinó gran parte de su patrimonio a construir la Fundación. En sus inicios, la Fundación tuvo como objetivo aportar al desarrollo social y comunitario de la localidad de Curimón, a través de proyectos que contribuyeran a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Es a partir de 2022 y de un profundo análisis de la realidad del país, cuando Fundación Lepe decide enfocar sus esfuerzos en hacer frente a la crisis climática y ambiental que está afectando a las comunidades más vulnerables del territorio nacional. De este modo, acoge el concepto de desarrollo regenerativo como enfoque teórico y práctico y se construye su nuevo propósito: “Acelerar e implementar acciones comunitarias de desarrollo regenerativo que permitan enfrentar y adaptarse a los desafíos derivados de la crisis climática”.
Contexto
Fundación Lepe recoge demandas de organizaciones afectadas por eventos socio naturales de diversa índole, de ahí su presencia en 10 regiones y 25 localidades en Chile, a través de sus dos programas. En cada región, se puede observar cómo las consecuencias de la crisis ambiental y climática se hacen presente y afectan a las comunidades rurales y urbanas del país. En Coquimbo, por ejemplo, la crisis hídrica ha afectado la agricultura, así como también el acceso al agua potable en escuelas y viviendas; lo que se repite en Chiloé, donde en los meses de verano, cada municipalidad debe abastecer de agua a través de camiones aljibes a las comunidades rurales. Los incendios, indudable y tristemente, están cada vez más presentes en territorios rurales o de interfaz urbana-rural, como es el caso de la región de Valparaíso este año o de la región del Biobío el 2022.
Im 2. Proyecto Restaurando aguas y bosques del Lavkenmapu. 2022. Imagen de Fundación Lepe.
Método
La Fundación realiza su labor a través de dos programas principales: Vivo Curimón y Fondo Común. Vivo Curimón promueve el modelo de desarrollo regenerativo en el Valle del Aconcagua diseñando y desarrollando acciones colaborativas en las áreas del turismo responsable y sustentable, educación del patrimonio biocultural y restauración ecosistémica.
Fondo Común, por su parte, es un fondo concursable abierto a las organizaciones sociales a nivel nacional cuyo objetivo es consolidar, ampliar o replicar buenas prácticas comunitarias y colaborativas vinculadas al desarrollo regenerativo que contribuyan a mejorar la calidad de vida de diversas comunidades y los ecosistemas con los que se relacionan.
A través de ambos programas, Fundación Lepe busca consolidar y visibilizar experiencias comunitarias y colaborativas que estén dando respuestas a los desafíos ambientales que tenemos como país.
Para lograr esto, trabaja en apoyar económica, técnica y comunicacionalmente a distintas organizaciones sociales que están implementando proyectos en sus territorios vinculados a temáticas de agua, seguridad alimentaria, patrimonio biocultural, economía circular, soluciones basadas en la naturaleza y turismo responsable y sustentable.
Im 3. Proyecto Restaurando aguas y bosques del Lavkenmapu. 2022.Imagen de Fundación Lepe.
Cierre
El trabajo que ha desarrollado Fundación Lepe en apoyo a distintas iniciativas locales nos han enseñado sobre importantes diferencias en el territorio nacional, pero también sobre lugares y desafíos comunes. Estas experiencias son faros que iluminan el camino, inspirando a otras organizaciones sociales y demostrando que, frente a la crisis climática, no estamos solos y sí podemos tomar acción. El reto ahora es tejer una red sólida que permita multiplicar estas experiencias y proyectos a lo largo de Chile y más allá. Juntos, podemos hacer la diferencia.
Si quieres saber más sobre Fundación Lepe, te invitamos a visitar su web: https://www.fundacionlepe.cl/ y @fundacionlepe en Instagram.
Entrevista a Myriam Mellado: "En Chile, se puede no tener incendios, pero para eso necesitamos asumir un rol”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Presentación entrevistado
Myriam Mellado, Jefa de Vinculación y Comunicación de la Red de Prevención Comunitaria, con amplia trayectoria en temas de sostenibilidad. De profesión periodista ha trabajado en medios de comunicación como editora y en distintas empresas ejerciendo roles de comunicación y vinculación con el medio. En esta entrevista da cuenta de cómo a través de la sociedad civil se puede lograr un cambio cultural en prevención y disminuir la ocurrencia de incendios en Chile.
Palabras clave: Prevencion comunitaria, incendios, actores sociales
Myrian Mellado. Fuente: Facilitada por la entrevistada
“Para la Red de Prevención Comunitaria los incendios se apagan en invierno. O sea, durante todo el año preparamos a las comunidades para que lleguen a un verano más seguro”
P (PLANEO): ¿En qué consiste la labor de la Red de Prevención Comunitaria cuyo objetivo es reducir los incendios forestales? ¿Cuáles son las principales estrategias y acciones que desarrollan?
MM: Nacimos en 2017 después del primer megaincendio que tuvo Chile en la comuna de Santa Olga. De hecho, fue la primera “tormenta de fuego” que vivío el país. En ese contexto varios “cerebros” se juntaron para preguntarse ¿qué podemos hacer para evitar este tipo de tragedias en Chile? Se conocieron programas de prevención de otros países, se analizaron cerca de 400 zonas de interfaz en el centro sur del país, y, tras varios análisis, nació la Red de Prevención Comunitaria.
El objetivo de la Red es que los vecinos desarrollen la capacidad para prevenir incendios; que sepan lo que tienen que hacer, y no solo reacciona; sino que, lo más importante: sepan cómo evitarlos.
De ahí empieza a crecer este modelo, que nace en primera instancia con dos empresas forestales como patrocinadoras. Hoy ya son cuatro: Arauco, CMPC, Forestal Vista Hermosa y Comaco. Queremos que otros muchos más se sumen y no sólo forestales. Nos encantaría, eléctricas, agrícolas, vitivinícolas, etc.
¿Y por qué las forestales patrocinan? Porque este modelo nace en las zonas de interfaz urbano-rural, donde hay patrimonio forestal, agrícola, bosque nativo.
Es un modelo de trabajo pionero en Chile que se creó con metodología aplicada en otros países, y que se amoldó para el caso de Chile. Se trata de una prevención comunitaria en donde empoderas a los vecinos en acciones de prevención de incendios, y después generas y aplicas esta metodología de manera permanente y por todo el año. Esto tiene ciertos hitos, en Marzo-Abril comienza el análisis de las causas ¿qué pasó?, ¿llegó o no el incendio?, ¿nació de ahí? Luego de esto empezamos a levantar en conjunto los riesgos que existen en el territorio y un trabajo permanente.
Aquí lo importante es ver con otros ojos tu entorno, y eso ha significado un cambio en la forma de aprender del territorio. Los vecinos cuentan que ahora andan viendo riesgos, o sea, van caminando y ven que el tendido está en riesgo por alguna vegetación. Aprendieron a mirar de una forma distinta los riesgos y aprendieron a gestionarlos. Esto significa que si el vecino ve que hay un poste con vegetacion, anota el número de poste y llama a la eléctrica que le corresponde para que haga limpieza. Si necesita que se haga un cortafuego tiene que ubicar a la forestal de la zona para que haga uno si corresponde. Si hay un “microbasural” debe contactar al municipio. Entonces, lo que hacemos es que los actores del territorio conversen y trabajen por bajar la ocurrencia de incendios.
Esa es básicamente la forma de trabajar. Durante el año el vecino ve sus riesgos, levanta un plan de prevención y con eso va haciendo check. Para esto, se arma un comité de prevención que reúne a las juntas de vecinos, a las empresas del sector, gobierno local, etc. Cada uno con un rol y responsabilidad y la mayoría de las medidas a mejorar son implementadas por los vecinos y el mismo se encarga de coordinar con los demás actores del territorio.
Para este 2024 estamos trabajando con 455 comités de prevención y un mínimo de 6.000 vecinos en seis regiones del país, 89 comunas y 15 provincias. Las comunidades levantan su plan local, con los riesgos el entorno, y empiezan a gestionar. Nosotros como Red orientamos, acompañamos y ayudamos. Si tiene que redactar una carta lo ayudamos. Lo que nos importa es que genere esa capacidad ante el riesgo, que vea como mitigarlo.
En este proceso es clave el involucramiento del municipio. El gobierno local debe sumarse con fuerza a la prevención para que todo fluya. Trabajamos harto con los alcaldes. Hacemos presentaciones, vamos informando cómo va la gestión, las medidas de mejora que se han levantado, etc.
Las empresas también tienen un rol para implementar mejoras en el paisaje y entorno. Este 2024 se levantaron 5.872 medidas en los 455 comités, y ya llevamos un cumplimiento del 79%. La mayoría de esas medidas las hace el comité de prevencion, es decir la hace el vecino. Luego vamos viendo cuantas le corresponden a las forestales, eléctricas, al municipio, etc. ahí nosotros vamos haciendo seguimiento de eso, y si están entrampados, buscamos solución. Esa es la forma de trabajar: empoderar al vecino para que gestione sus riesgos.
P (PLANEO): ¿Cómo despliegan su trabajo en relación a los territorios rurales en el país?
MM: Lo que vemos es que el vecino está muy solo. La ruralidad en Chile no tiene rostro. Cuando llegas a un lugar y ves a los vecinos hay anonimato. A muchas comunidades les toma años convencer a autoridades para que, por ejemplo, haga un camino. Y lamentablemente nos acordamos de lo rural cuando vemos una emergencia, cuando hay una inundación o un incendio grave, como fue el año pasado en Santa Juana.
Cuando formamos un comité, vamos entregando conocimiento al vecino. Respecto a la ocurrencia de incendios ellos aprenden mucho con charlas y talleres sobre incendios, de cómo se generan y cómo se detienen. Luego ellos se empoderan y logran mitigar el riesgo en su entorno.
La mayoría de nuestros comités están en zonas apartadas. El año pasado empezamos a trabajar en 6 nuevas comunas de La Araucanía (Lumaco, Vilcún, Toltén, Renaico, Traiguén, Lautaro). En Ercilla años atrás hubo un vertedero que tuvo que haberse cerrado hace tiempo, pero nunca se hizo y la comunidad ya no daba más. Nosotros la ayudamos, fueron al Municipio y al día siguiente llegaron con retroexcavadora a limpiar. Entonces tú dices ¿habrá incidido la organización que mostró la comunidad? ¿al no verlos solos el Municipio actuó?
Otro ejemplo en sector Camán, Paillaco, justo al límite con el Municipio de Valdivia, rodeados de plantaciones, hay distintas empresas. Los vecinos hicieron su comité de prevención y solicitaron tener una piscina para el combate de incendios. Tras un año de trabajo se construyó una piscina de 365.000 litros y eso fue porque insistieron, hablaron con municipios de Valdivia y Paillaco, y donde el gestor de la Red fue clave para aunar actores, lograron hacer esa piscina, la primera de la Región de Los Ríos. Una empresa hizo la piscina, otra hizo el cierre, el Municipio entregó en comodato el terreno, por lo tanto, hubo voluntades. Cuando se visibiliza el requerimiento se pueden lograr interesantes resultados.
Hoy, como Red de Prevención más del 50% de nuestros comités no ha tenido incendios, siendo que todos estos nacieron en comunas con mucha ocurrencia de siniestros. Y el 80% tiene 3 o menos incendios.
P (PLANEO):¿Como se conjuga reconstrucción o restauración de los asentamientos dañados por incendios y la prevención de los mismos? ¿Cómo se puede realizar esto de manera multisectorial?
MM: Cuando se entra a un territorio donde ha habido incendios, es mayor el interés de los vecinos por participar y aprender. Obviamente, no quieren que vuelva a suceder otra tragedia.
La empatía con los incendios no se vive hasta que tu estás en la desgracia. Eso lo hemos visto harto. El municipio de Los Ángeles está liderando un cambio importante. Su alcalde decidió replicar el modelo de la Red porque ha dado buenos resultados. Crearon 14 comités de prevención en zonas donde no está la Red, y el resultado ha sido muy interesante. Los vecinos que son más urbanos se sumaron a los comités de la Red. Así que se ve diferencia cuando la gente vive el riesgo, porque se suma con mucha fuerza.
De esta forma, el modelo de la Red funciona si se involucra el gobierno local; ellos son clave en los resultados de la Red. Además, es un aporte para su plan de emergencia, porque nosotros trabajamos con el vecino para que sepa lo que tiene que hacer, y ya con ese conocimiento puede mitigar. Y si hay una emergencia también los apoyamos para que reaccionen; les preparamos protocolos, cartografías para que vean las zonas vulnerables, las personas discapacitadas, los puntos de agua.
En este Plan Local de Prevención que crea cada comunidad hay tres grandes áreas de trabajo: 1) Silvicultura preventiva. Todo lo que sea el manejo del combustible, lo tenemos que mitigar, hacemos cortafuegos, construcción de líneas, etc. 2) Educación. Esto lo hacemos con los vecinos para que sepan que hacer, realizan cursos; trabajamos también con niños. 3) Reacción coordinada. En caso de una emergencia ¿qué tenemos que hacer? Ahí preparamos el territorio.
Para la Red de Prevención Comunitaria los incendios se apagan en invierno. O sea, durante todo el año preparamos a las comunidades para que lleguen a un verano más seguro.
También realizamos actividades de fortalecimiento entre vecinos y los otros actores, haciendo mateadas, trekking, etc. El viernes, por ejemplo, estuve en un sector que se llama el Pino, que queda a la salida de Concepción, camino a Cabrero. Ahí el año pasado no tenían incendios, y hoy tienen 19. Entonces hay una persona que está provocando incendios, y llegaron personas de los distintos comités, y lo más lindo fue que se conocieron, y quedaron coordinados para mitigar emergencias. Tenían que hacer más patrullaje y empezaron a hacerlo, porque tenemos que buscar fórmulas para frenar incendios. Ahora el siguiente paso es lograr que estos comités, que son más bien atomizados, tengan una mirada territorial, lo que es un paso mayor, que se puede lograr en la medida que los comités vayan teniendo menos incendios.
P (PLANEO): Por último: ¿Cómo se observa el futuro de los incendios en el Chile rural? ¿Cómo se puede prevenir o gestionar estos riesgos de forma efectiva?
MM: Hoy día la gente sabe que estamos en riesgo, o sea que independiente de que vivas en una zona muy urbana el incendio es un caos. Lo que vivimos en Valparaíso fue tan impactante, que yo creo que a mucha gente le llegó, y ahora piensa que hay que prepararse.
Entonces, hoy estamos ante un contexto que fortalece el trabajo en prevención. Los Municipios, tienen que armar su plan de emergencia y su plan de riesgo y desastre que les solicita SENAPRED. En la medida que los Municipios cuenten con estos planes van a ir levantando los riesgos que tiene el entorno. Esa es una oportunidad para que los vecinos y la autoridad que corresponda empiece a gestionar sus riesgos. Porque a veces nos pasa de que el vecino mantiene limpio su entorno, pero el que está al lado es un privado que no quiere hacer nada. Y si él no limpia, no va a tener impacto hacerlo solo.
La autoridad tiene que estar preparada y viene la “Ley de Incendios” que también va a ser una oportunidad, porque va a obligar a los pequeños propietarios que no se suman a la prevención a que lo hagan manejando su entorno, teniendo cortafuego.
Si la persona conoce su entorno y sabe cómo gestionar sus riesgos, podrá no tener incendios. En Chile, se puede no tener incendios, pero para eso necesitamos asumir un rol. La prevención es un cambio de conducta, en donde yo no voy a ir a un camping y hacer fuego, sabiendo que hay un viento gigante. Si yo aprendo eso, voy a tener menos incendios, y no voy a ser causante negligente de un incendio. Aún falta mucho más, para ir al meollo del asunto, es decir, de cómo cambiamos nuestra conducta, de cómo logramos que la persona que no ve los riesgos de un entorno los vea y, luego, gestione.
Hay harto que hacer y en Chile están dadas las oportunidades para liderar un cambio cultural en materia de prevención.
Incendios forestales en la Chiquitanía boliviana: Explorando la relación entre el tipo de aprovechamiento forestal y la resiliencia del ecosistema frente al fuego
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Tamara Araujo Justiniano. Ingeniera Ambiental de la Universidad Católica Boliviana San Pablo. Cochabamba, Bolivia]
Resumen:
La Chiquitanía en Bolivia enfrenta una creciente amenaza de incendios forestales, impulsados por cambios climáticos y alteraciones en el uso del suelo para ganadería y cultivos. En una investigación del año 2022 comparé suelos quemados en bosques chiquitanos y chaparrales, revelando una sorprendente mayor conservación en los primeros debido a su menor historial de quemas. A pesar de sus diferencias históricas y ecológicas, ambos ecosistemas sufren incendios indiscriminados. Estos hallazgos resaltan cómo las decisiones históricas modelan la respuesta del ecosistema al fuego. La reflexión final enfatiza la responsabilidad colectiva hacia la tierra y plantea interrogantes sobre el equilibrio entre desarrollo económico y preservación ambiental.
Palabras clave: incendios forestales, aprovechamiento forestal, Chiquitanía boliviana
“Al adentrarnos en la complejidad de los incendios forestales en la Chiquitanía, no sólo observamos las consecuencias directas de la transformación del uso del suelo, sino también cómo las decisiones históricas moldean el comportamiento de los ecosistemas frente al fuego”.
Im 1. Fuente: Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (2019)
Contexto y problema
En los últimos años, el Estado Plurinacional de Bolivia se ha convertido en uno de los países con mayor incidencia de incendios forestales en el mundo, de gran magnitud y localizados predominantemente en la Chiquitanía, departamento de Santa Cruz (IPCC, 2019). A pesar de ser una región naturalmente adaptada al fuego, las condiciones sociopolíticas actuales y las condiciones climáticas de sequías acentuadas están ocasionando incendios forestales de mayor intensidad y magnitud (Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, 2020).
En la Chiquitanía boliviana, históricamente y desde el siglo XVII al menos, se practicaba la ganadería extensiva de ramoneo en el monte. Sin embargo, ahora el mayor problema radica en el cambio de uso de suelo donde poco a poco se están transformando los diferentes ecosistemas nativos hacia pastizales con especies de gramíneas exóticas, destinados a la ganadería semi-intensiva a gran escala o bien a cultivos comerciales introducidos. Las principales presiones resultantes de este cambio en el aprovechamiento y uso de suelo son la combinación de deforestación y desmonte acompañados de incendios para su posterior ocupación destinada a la actividad ganadera (Villaseñor, 2012).
¿La respuesta del ecosistema frente a los incendios varía según el aprovechamiento que se le haya dado?
Esta fue una de las preguntas que pretendí explorar en una investigación llevada a cabo el año 2022. Para ello comparé el grado de perturbación de diferentes suelos quemados, pertenecientes a los dos tipos de ecosistemas nativos de mayor extensión en la región, respecto a su estado original (Araujo y Navarro, 2023).
En uno de ellos, al que nos referiremos como “Bosque chiquitano”, el aprovechamiento a lo largo de la historia ha sido principalmente de extracción forestal (Gobierno Municipal de Concepción, 2000; Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, 2020), por lo que tradicionalmente se fomentaba el desarrollo de la vegetación y la posterior extracción de recursos maderables.
En cambio, el otro ecosistema, que llamaremos “Chaparral”, está ecológicamente adaptado al fuego, lo necesita para preservar la dinámica del hábitat y estratégicamente la población ha optimizado su aprovechamiento forrajero a lo largo de los años (Osorio, 2019). La vegetación de los chaparrales es útil para la alimentación de ganado por ramoneo, es decir, que se alimentan de las hojas, ramas y brotes tiernos, por lo que, desde la introducción de las misiones jesuitas, las quemas controladas han permitido sabanizar estos ecosistemas para renovar nutrientes y obtener los brotes de interés (Gobierno Municipal de Concepción, 2000).
Evidentemente los bosques y chaparrales cuentan con importantes diferencias, tanto históricas como ecológicas, pero a pesar de ello ambos están sufriendo incendios considerables de manera indistinta.
Analizando los resultados de la investigación, pude concluir que los suelos quemados pertenecientes a bosques chiquitanos se encontraban mejor conservados que los suelos quemados de chaparrales. La explicación más probable se basaría en que, históricamente los bosques se han quemado menos que los chaparrales a lo largo de los años. Debido a su tipo de aprovechamiento, no sólo era inconveniente quemarlos en lugar de permitir su desarrollo, sino que además la vegetación, al estar menos expuesta al fuego, ha desarrollado una menor capacidad de recuperación (Osorio, 2019).
Por su parte, los chaparrales han sufrido incendios desde mucho antes y probablemente la perturbación en los suelos ha ido escalonando, por lo que el grado de conservación respecto a su estado original es menor; sin embargo, al estar la vegetación más expuesta y adaptada al fuego, tiene una capacidad de recuperación mucho mayor (Mostacedo et al., 2022).
De esta manera, al adentrarnos en la complejidad de los incendios forestales en la Chiquitanía, no sólo observamos las consecuencias directas de la transformación del uso del suelo, sino también cómo las decisiones históricas moldean el comportamiento de los ecosistemas frente al fuego. La historia de aprovechamiento de los bosques chiquitanos, preservando su integridad, contrasta con la adaptación de los chaparrales, cuya resiliencia se ha forjado a través de generaciones de exposición al fuego controlado.
Reflexiones finales
Considero importante invitar a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva que tenemos hacia nuestra tierra y sus habitantes. ¿Cómo podemos equilibrar la necesidad de desarrollo económico con la preservación de ecosistemas cruciales? Las respuestas no son sencillas, pero la comprensión de la historia y la ecología de estos lugares nos proporciona valiosas y necesarias lecciones.
En la encrucijada de los incendios forestales, la gestión sostenible, respaldada por la ciencia y el respeto a la historia local, se presenta como la clave para construir un futuro donde la coexistencia entre la ruralidad y la preservación ambiental sea armoniosa.
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Referencias bibliográficas
Araujo, T. y Navarro, G. (2023). Impacto de los incendios forestales en el estado natural de suelos afectados en la Chiquitanía (Santa Cruz, Bolivia) y propuesta de índices para su evaluación. Acta Nova, 11(1), p. 51-64. [https://n9.cl/wmvyh]
Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. (2020). Plan de recuperación de zonas afectadas por incendios en el departamento de Santa Cruz. Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia. Santa Cruz, Bolivia. [https://n9.cl/mkebn]
Gobierno Municipal de Concepción. (2000). Plan de Desarrollo Municipal 2000 – 2004. Viceministerio de Planificación Estratégica y Participación Popular. Santa Cruz, Bolivia.
IPCC: Instituto Privado sobre Cambio Climático. (2019). Boletín Informativo: Los incendios en la Amazonía en 2019. Año 9, No. 3. El Salvador.
Mostacedo, B., Viruez, A., Varon, Y., Paz-Roca, A., Parada, V. y Veliz, V. (2022). Tree survival and resprouting after wildfire in tropical dry and subhumid ecosystems of Chiquitania, Bolivia. Trees, Forests and People. Vol. 10. 100327. [https://doi.org/10.1016/j.tfp.2022.100327]
Osorio, D. (2019). Causas que amenazan a la Ecoregión de la Chiquitanía, Santa Cruz, Bolivia. Universidad Tecnológica Boliviana. La Paz, Bolivia.
Villaseñor, V. (2012). El clima cambia, cambia tú también: opciones de adaptación al cambio climático y mitigación desde la perspectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales en función a la diversidad biológica. Estudio de caso. Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano. Santa Cruz, Bolivia. [https://n9.cl/0twj9].
Entre los intereses comprometidos y el desarrollismo: ley de incendios lista, pero incompleta
VerEntre los intereses comprometidos y el desarrollismo: ley de incendios lista, pero incompleta
Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [José Miguel Fuentes Zuleta: Sociólogo de la Universidad Diego Portales, Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente UC].
Resumen:
La columna discute sobre las razones detrás del rechazo del apartado que impedía los cambios de uso de suelo en zonas afectadas por incendios forestales, señalando que entre estas razones estarían los intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios, como también un discurso que promueve el desarrollo económico por sobre la protección de zonas críticas de incendio.
Palabras clave: Incendios, desarrollismo, inmobiliaria
“En una posición típica de la derecha, se prioriza el desarrollo económico por sobre la regeneración de vegetación e instalación de cortafuegos que ayudarían a evitar eventuales incendios”.
Figura 1. Vista de casas en Viña del Mar afectada por el incendio. Fuente: El país (2024)
A comienzos del mes de marzo del presente año fue aprobada en la Cámara de Diputados la Ley de Incendios presentada e impulsada por el ejecutivo en octubre del año 2023. En términos concretos, el objetivo principal de la ley mencionada es fortalecer la prevención de incendios, tanto forestales como rurales (con especial énfasis en aquellas áreas con un nivel de amenaza de incendio alto o crítico), a través de dos grandes medidas: una mejor planificación territorial –poniendo así el foco en los municipios y las condiciones locales—y de un fortalecimiento de la regulación a la actividad forestal en materia de incendios, proponiendo un enfoque preventivo y coordinado entre los distintos actores.
De esta manera, la normativa establece la obligatoriedad de hacer cortafuegos y de establecer zonas de interfaz urbano-rural, además de otorgar facultades a los Planes Reguladores Comunales (PRC) e Intercomunales (PRI) para poder reestablecer normas para adecuarse a lo anteriormente mencionado.
Si bien esta medida resulta fundamental para prevenir el riesgo de incendio, hubo un apartado de la ley que no fue aprobado y que hace alusión a la limitación al cambio de uso de suelos afectados por incendios, el cual buscaba evitar que privados, particularmente la industria inmobiliaria, pudiera construir en los terrenos siniestrados, para en cambio promover la recuperación y restauración de la cobertura vegetal y arbórea[1].
Rechazado en su mayoría por votos de la derecha, este rechazo deja entrever la presencia de intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios, a la vez que surge un discurso que promueve una suerte de desarrollismo que, para la derecha, pareciera ser más importante que la creación de cortafuegos o iniciativas de regeneración y restauración.
El discurso del desarrollo a la orden del día
El relato que se repitió a menudo por parte de la derecha tenía una clara incongruencia: por un lado, se planteaba que el proyecto era insuficiente para enfrentar los incendios, pero, por otro lado, estaban en contra del que quizás era el punto más importante: el que impedía a inmobiliarias construir en zonas siniestradas. Las opiniones en contra hacían referencia a que este impedimento afectaría el desarrollo de industrias como la inmobiliaria o la forestal.
La diputada por la región de la Araucanía, Gloria Naveillán del Partido Republicano, aseguraba que la legislación “mata la industria forestal y las prácticas agrícolas” (El Desconcierto, 2024). En una línea similar, el también diputado por la Araucanía, Andrés Jouannet de Amarillos, señalaba que el proyecto de ley tiene “muchos ripios que distorsionan el sentido necesario de una discusión que integre la protección del bosque con el desarrollo y prevención de incendios”, agregando que “no entrega suficientes elementos para la articulación público-privada para la recuperación del bosque, ni fomento productivo para las pequeñas y medianas empresas forestales clave para el desarrollo del territorio” (El Desconcierto, 2024).
Por último, el senador por la Región del Bio Bio, Enrique Van Rysselberghe, también señaló que “la prohibición total de uso de un terreno puede afectar no sólo a sus dueños, sino que el desarrollo de una serie de oportunidades de desarrollo productivo como la agricultura, la ganadería u otras actividades, que son propias de la Región donde ocurra el incendio” (Diario Concepción, 2024).
En el discurso de estos tres parlamentarios podemos observar un punto en común: que la restricción en el cambio de uso de suelo podría afectar al desarrollo de distintas actividades fundamentales para el territorio. En una posición típica de la derecha, se prioriza el desarrollo económico por sobre la regeneración de vegetación e instalación de cortafuegos que ayudarían a evitar eventuales incendios.
No obstante, detrás de ese discurso típico de la derecha, que Alarcón (2016) define como la ideología de los recursos naturales, también hay intereses comprometidos por parte de algunos parlamentarios. Como sostiene Pablo Parra (2023), presidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), utilizar incendios forestales como herramienta de planificación indirecta se suele dar cuando la normativa es muy restrictiva en cuanto a la protección ambiental de especies de carácter nativo, como también a los altos costos que implica el despeje de suelo o las medidas compensatorias por corte de vegetación.
Lo anterior se evidencia en la investigación de Jonathan Caviedes (2017), donde por medio de imágenes satelitales se logra observar que existe una correlación casi perfecta entre la ocurrencia de incendios forestales con la posterior aparición de zonas urbanizadas.
Como señala Alarcón (2016), el modelo chileno ve a los ecosistemas como algo accesorio, como un espacio destinado a explotar y sacar provecho de él, fomentando los proyectos de inversión de distintos sectores productivos.
Ley aprobada, pero insuficiente ¿ahora qué?
El caso de la Villa Botania de Quilpué es ejemplificador cuando se trata de mostrar la importancia de los cortafuegos para evitar la propagación de incendios hacia zonas residenciales. La medida implementada por la villa consistió en capacitaciones a la comunidad, promoviendo la gestión territorial y participativa para la reducción del riesgo de incendios.
Este caso nos enseña que, para evitar o al menos reducir su impacto, es necesario medidas multiescalares, poniendo el foco en el ordenamiento territorial, pero también en la educación comunitaria, otorgándole a las habitantes de los territorios las herramientas para que puedan enfrentar por ellos mismos los riesgos de desastre. Además, resulta importante añadir la producción forestal, es decir, el qué se va a producir y qué no, ya que esto también determina la propagación o no de los incendios.
Retomando el rol de los privados, que abunda en el discurso de la derecha, es importante que estos asuman compromisos en función de la gestión en post de la prevención de incendios forestales. Sectores como el agrícola tienen una gran responsabilidad en la perdida de ecosistema nativo. Es necesario que los ordenamientos territoriales que se modificarán a partir de esta ley logren promover un desarrollo armónico, pensando no sólo en el bienestar económico, sino en el bienestar futuro del territorio y las personas que habitan en él.
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Referencias bibliográficas
Alarcón, C. (2018). Conflictividad social-ecológica, ecología política del capitalismo neoliberal e ideología de los recursos naturales en Chile. PROPUESTAS DESDE LA ECONOMÍA, 133.
Diario Concepción (9 de marzo 2024). La importancia de una buena ley de incendios. https://www.diarioconcepcion.cl/editorial/2024/03/09/la-importancia-de-una-buena-ley-de-incendios.html
El Desconcierto (6 de marzo 2024). Ok ley de incendios con pero de derecha: Inmobiliarias podrían construir en zonas incendiadas. https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2024/03/06/ok-ley-de-incendios-con-pero-de-derecha-inmobiliarias-podrian-construir-en-zonas-incendiadas.html
El país (4 de febrero 2024). Viña del Mar tras los incendios que han arrasado 3.000 casas, en imágenes. https://elpais.com/chile/2024-02-04/vina-del-mar-tras-los-incendios-que-han-arrasado-3-mil-casas-en-imagenes.html
Parra Soto, Pablo (12 de enero 2023). Ley de prohibición de cambio de uso de suelo. Un paso importante para la regulación del territorio. El mostrador. https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2023/01/12/ley-de-prohibicion-de-cambio-de-uso-de-suelo-un-paso-importante-para-la-regulacion-del-territorio/
[1] Resulta importante destacar que no existen normativas respecto a cómo se debe realizar la reconversión del suelo en terrenos afectados por incendios forestales, lo que deja camino libre a que los proyectos de restauración sean elegidos por presiones políticas o económicos, más que por criterios técnicos.
Prevención y adaptación: claves para enfrentar los incendios en la interfaz urbano-forestal chilena
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
Por: [Carolina Ojeda Leal: Profesora de Historia y Geografía, Universidad de Concepción. Magíster en Desarrollo Regional y Medio Ambiente, Universidad de Valparaíso. Doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile].
Resumen:
Los últimos años han marcado un punto de inflexión en la percepción y el impacto de los incendios forestales en Chile, particularmente en las áreas donde la urbanización se encuentra con la naturaleza. Este fenómeno, lejos de ser episódico, es el resultado de una compleja interacción entre el cambio climático, la expansión urbana desenfrenada y una transformación del uso del suelo que ignora principios socioecológicos fundamentales. La región central de Chile, un área destacada por su rica biodiversidad y su papel crucial en la agricultura, ahora se enfrenta a un futuro marcado por sequías extendidas y una creciente vulnerabilidad a los desastres naturales. Esta columna analiza cómo la ausencia de una cultura de prevención y adaptación está creando un escenario donde los incendios forestales se vuelven más frecuentes y destructivos, subrayando la urgencia de replantear nuestras estrategias hacia una gestión más sostenible del territorio.
Palabras clave: Prevención, Adaptación, Incendios Forestales
“La prevención y adaptación emergen como pilares fundamentales para mitigar el riesgo de incendios. Estrategias como la gestión adecuada del uso del suelo, la creación de zonas de amortiguamiento entre áreas forestales y urbanas, así como la implementación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles pueden reducir significativamente la vulnerabilidad de estas zonas ante el fuego”.
Fuente: Archivo personal de autor
En los últimos años, Chile ha sido testigo de un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, particularmente, en las zonas de interfaz urbano-forestal (Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 2020). Esta tendencia, lejos de ser un fenómeno aislado, refleja una realidad compleja en la que convergen el cambio climático, la rápida urbanización y la transformación del uso del suelo. Este país, conocido por su biodiversidad y su importancia agrícola, enfrenta ahora un futuro incierto, marcado por sequías prolongadas y una vulnerabilidad creciente a desastres. En este contexto, la presente columna examina cómo la falta de conciencia sobre la prevención y adaptación está configurando un escenario en el que los incendios forestales se vuelven cada vez más comunes y peligrosos.
Los incendios de interfaz urbano-forestal, aquellos que ocurren en la zona de transición entre áreas rurales y urbanas, presentan desafíos únicos, debido a la proximidad de asentamientos humanos y recursos naturales valiosos. Estos eventos no solo resultan en pérdidas económicas significativas y daños ambientales irreparables, sino que también ponen en riesgo vidas humanas.
La creciente incidencia de estos incendios en Chile puede atribuirse, en parte, a la expansión urbana descontrolada y a la transformación del uso del suelo sin considerar criterios socioecológicos. La conversión de terrenos forestales en áreas para el desarrollo urbano o la agricultura intensiva altera el equilibrio natural y reduce la capacidad del ecosistema para resistir y recuperarse de los incendios. Entonces, la urbanización acelera el cambio de usos tradicionales de la tierra hacia modelos no sostenibles en donde se aprecia un aumento en el abandono del campo, el éxodo rural hacia las ciudades que ha dejado numerosas tierras en desuso y fomenta la creación de interfaces urbano-forestal sin un control real del uso de suelo.
En ese sentido, los vicios que presentan muchos planes de desarrollo actuales que se realizan en Chile se dan porque quienes planifican utilizan “estrategias de copiar y pegar”, las cuales se importan o exportan a otras localidades sin considerar un hecho relevante, porque las metas a lograr son completamente diferentes para cada zona del planeta. Muchas veces los/as planificadores/as urbanos/as o arquitectos/as pasan por alto que la visión de futuro o vocación territorial que tienen las ciudades del sur no es la misma que las de otros lugares del mundo. Como lo expresa David Wong (2014) de la revista online Cracked, existe una diferencia sustancial entre lo que tratamos de decir con la palabra “quiero”:
- Una intencionada acción, por ejemplo, “Quiero llegar a mi casa antes de que llueva y me moje.”
- Una preferencia general o particular a futuro, por ejemplo, “Quiero tener una casa para vivir feliz junto a mi familia.”
Paralelamente, el cambio climático está exacerbando este problema (Ministerio del Medio Ambiente, 2016). La zona central de Chile ha experimentado sequías más frecuentes y prolongadas, la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas agravan la desecación de la vegetación, incrementando la cantidad de material combustible disponible aumentando la vulnerabilidad creando condiciones ideales para la propagación de incendios (Barton y Irarrázaval, 2016).
En ese sentido, una forma en que las regiones del sur están desarrollando su distribución territorial y que afecta la forma en que se debe planificar ciudades o territorios al crear intencionadamente interfaces urbano-forestales es el conflicto que se genera entre la creación de áreas de conservación de biodiversidad con fondos privados y las parcelas de agrado. Por ejemplo, en Chile, las áreas protegidas públicas cubrían en 2015 alrededor 14.2 millones de hectáreas en donde las áreas protegidas privadas adicionaban a esta cifra 325.000 hectáreas (Sin considerar el parque privado Pumalín que cubría otras 300.000 hectáreas). Al 2023, se cuenta con alrededor de 18 millones hectáreas en áreas protegidas públicas (Fundación Terram, 2024).
Frente a este panorama, la prevención y adaptación emergen como pilares fundamentales para mitigar el riesgo de incendios. Estrategias como la gestión adecuada del uso del suelo considerando las proyecciones del cambio climático (Barton y Irarrázaval, 2016), la creación de zonas de amortiguamiento entre áreas forestales y urbanas, y la implementación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles pueden reducir significativamente la vulnerabilidad de estas zonas ante el fuego.
La educación y concienciación de la población también juegan un rol crucial. Es imperativo que las comunidades locales comprendan los riesgos asociados a los incendios forestales y participen activamente en la prevención de los mismos. Esto incluye desde la adopción de buenas prácticas en la gestión de residuos hasta la participación en programas de reforestación y conservación de ecosistemas.
La creciente amenaza de los incendios forestales en la interfaz urbano-forestal de Chile es un recordatorio urgente de la necesidad de adoptar un enfoque más holístico y sostenible en la gestión del territorio. La prevención y adaptación no solo requieren de políticas públicas efectivas y de la implementación de prácticas de gestión de riesgos, sino también de un cambio en la conciencia colectiva sobre nuestra relación con el medio ambiente.
Es fundamental reconocer que el bienestar de nuestras comunidades y la preservación de nuestros ecosistemas están intrínsecamente ligados (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 2022). Solo a través de una acción colectiva y coordinada, basada en el respeto por la naturaleza y en la adopción de prácticas sostenibles, podremos enfrentar los desafíos que los incendios forestales presentan para la sociedad chilena. En última instancia, la capacidad de Chile para adaptarse y mitigar los efectos de estos desastres naturales dependerá de nuestra voluntad para actuar.
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Referencias
Barton, Jonathan R, y Irarrázaval, Felipe. (2016). Adaptación al cambio climático y gestión de riesgos naturales: buscando síntesis en la planificación urbana. Revista de geografía Norte Grande, (63), 87-110. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34022016000100006
Fundación Terram (19/01/2024). Chile sumó 240.000 hectáreas de parques nacionales en 2023 pero denuncian falta de presupuesto https://www.terram.cl/2024/01/chile-sumo-240-000-hectareas-de-parques-nacionales-en-2023-pero-denuncian-falta-de-presupuesto/#:~:text=“Este%20insignificante%20aumento%20no%20se,una%20superficie%20de%20242.360%20hectáreas.
Instituto Nacional de Estadísticas (INE). (2020). Reporte de incendios forestales en Chile. https://www.ine.gob.cl/sala-de-prensa/prensa/general/noticia/2022/12/28/informe-anual-de-medioambiente-superficie-dañada-por-incendios-forestales-aumentó-en-temporada-2021-2022
Ministerio del Medio Ambiente. (2019). Plan de Acción Nacional de Cambio climático 2017-2022. https://estrategia-aves.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2023/03/MMA-2017-Plan-de-Accion-Nacional-de-Cambio-Climatico-2017-2022.pdf
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2022). El estado de los bosques del mundo 2022: Las vías forestales hacia el desarrollo sostenible. https://www.fao.org/publications/home/fao-flagship-publications/the-state-of-the-worlds-forests/2022/es
Wong, David (August 11, 2014), “5 Ways you’re Sabotaging Your Own Life (Without Knowing It)”, Cracked Magazine, New York. Available at http://www.cracked.com/blog/5-ways-youre-sabotaging-your-own-life-without-knowing-it/#ixzz3B9KbNtNp
El imaginario del fuego en "Fahrenheit 451": sobre la combustión de libros, asentamientos y predios | “Fahrenheit 451 (1953)”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
[Por B. Salvador Álvarez Osorio. Estudiante de Pregrado en Sociología, Universidad de la Frontera, Temuco]
Libro: Fahrenheit 451
Autor: Ray Bradbury
Año: 1953
Resumen. «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury es una distopía que se desenvuelve en una sociedad futurista donde los libros son prohibidos y quemados por bomberos, como Montag, el protagonista. La narrativa de la obra sigue su transformación, inicialmente un servidor complaciente, pero que pronto comienza a cuestionar su realidad y buscar un significado más profundo en la vida. En este camino conoce a Clarisse, una joven que desafía las normas establecidas y que lo mueve a unirse a un grupo de rebeldes que memorizan libros para preservar su contenido. La novela explora temas de censura, alienación y la pérdida de la individualidad, culminando en una guerra que destruye la ciudad. Juega con los conceptos de tecnologías futuristas como las grandes pantallas interactivas o sabuesos mecánicos y también con el concepto de fuego como un elemento de doble significancia; en su carácter utilitario, como instrumento de dominación; y en su sentido simbólico, como posibilidad del renacimiento y esperanza de reconstruir una sociedad basada en el conocimiento y la libertad intelectual.
Palabras Clave. Incendios, estandarización urbana, políticas públicas.
Im1. Portada del libro | Fuente: Editorial Editorial DEBOLSILLO.
Introducción.
En «Fahrenheit 451» el fuego es el control sobre la información y la manipulación de la verdad ejecutado por políticas de censura e hipervigilancia. Así, el fuego se convierte en un medio para ejercer autoridad y limitar la libertad de pensamiento, manteniendo a la población ocupada bajo un continuum de estímulos sensoriales producidos por mega pantallas y “familiares” virtuales interactivos. La quema de libros representa la supresión de ideas divergentes, heterogéneas, diversas y su contraparte la imposición de una narrativa única, es decir de la estandarización del conocimiento en sus formas comunicativas, tanto que la misma escritura está prohibida en este modelo de sociedad. La dicotomía propuesta en esta reseña en cuestión tiene que ver con el equilibrio entre estos dos conceptos de diversidad y estandarización.
Imaginario del fuego como artefacto de homogenización.
Creo que es relevante partir con la premisa de la obra de Bradbury de que en esta sociedad se ha alcanzado a desarrollar y masificar la construcción incombustible, una materialidad estandarizada, pero también estéticamente homogénea, como podemos visualizar en algunas de las adaptaciones homónimas al libro.
Esta distopía nos sumerge en un mundo donde el fuego proyecta su sombra sobre los cimientos de la sociedad y sus estructuras materiales. Exploraremos cómo el imaginario del fuego se manifiesta de facto como un principio de homogenización urbana.
En dicho contexto planteamos la analogía con los asentamientos recientemente afectados, en Valparaíso y sus alrededores, los cuales basan su identidad territorial en aquella anatomía material diversa, fragmentada y que son producto de un levantamiento no planificado, de la auto construcción y el crecimiento orgánico de lo conurbano. El espacio es hostil, no está preparado para el fácil acceso de bomberos o la rápida acción preventiva, sumado a una distribución de las construcciones diseñada por una arquitectura sin arquitectos: Funcionales, pero menos eficientes; Prácticos, pero frágiles frente a la catástrofe. En ese contexto las construcciones livianas imitarían al papel, combustionando tan rápido como lo haría una pila de libros. Así la diversidad de formas, colores y materialidad que le rodea también se rinde ante la flama, reduciéndose al estado de cenizas, provocando inevitablemente la inmolación de la diferencia, la heterogeneidad sacrificada.
Así nos encontramos con dos políticas públicas completamente antitéticas, por un lado, la normativa de control absoluto y por otra, una política pública más bien reactiva. Ambos conducirían a un eventual acontecimiento catastrófico, sea este previsible o no, planificado o accidental.
Estos accidentes llevan consigo la capacidad de remodelar la realidad física-social de una comunidad. Así la reconstrucción posterior a los incendios ofrece la oportunidad de imponer una visión uniforme – prediseñada – del espacio eliminando la diversidad social y cultural que le sostenía en favor de una estructura que refleje los intereses normativos establecidos por la política regulativa, o en el caso de los cambios de uso de suelo, por el interés particular de quien lo patrocina. Surgen las preguntas ¿cómo afecta esta futura posibilidad de estandarización a la identidad barrial originaria?, ¿La uniformidad en el diseño urbano afecta la identidad distintiva de sus comunidades?
Resiliencia a largo plazo, la resistencia urbanística.
Si en el libro de Bradbury se nos presenta la alienación y dependencia a las pantallas como un factor des-vinculante de los acontecimientos reales de muerte, sacrificio y catástrofe ¿Cómo se resiste nuestra sociedad a la morbosidad en los medios de comunicación masivos?, ¿cómo escapa de la contemplación vacía? Esto, asumo, es posible mediante la acción directa o coordinada de la ciudadanía, es decir en su capacidad de resiliencia y cooperación.
Para integrar los términos de resiliencia, gobernanza y políticas públicas en este análisis sobre la quema de asentamientos urbanos, podemos considerar los siguientes puntos en debate y abrir interrogantes como: ¿Cómo se adaptan y se recuperan las comunidades después de la destrucción? La resiliencia pro social y la capacidad de la gobernanza urbana para implementar políticas públicas efectivas son fundamentales para esta cuestión. La prevención de incendios, la gestión de crisis y la participación ciudadana se erigen como elementos determinantes para construir ciudades que no solo resisten las llamas, sino que resisten la adversidad. Esta triada de elementos bien diseñados pueden desempeñar un papel fundamental en la re-construcción de comunidades urbanas más fuertes y diversas. Este enfoque permitirá una comprensión más completa de cómo estas dimensiones interaccionan en el contexto de la planificación y reconstrucción urbana.
Conclusión.
En «Fahrenheit 451», el fuego actúa como un agente de homogenización. Al trasladar este imaginario a la realidad urbana contemporánea, vemos cómo los incendios de asentamientos y predios informales reflejan este principio. La gobernanza efectiva y las políticas públicas bien diseñadas se perfilan como contrapesos esenciales para contrarrestar la tendencia a homogeneizar el tejido social y urbano. La integración de «Fahrenheit 451» en este debate no solo enriquece la discusión, sino que también plantea preguntas críticas sobre la naturaleza misma de la estandarización en nuestras ciudades, incitando a una reflexión más profunda sobre cómo diseñamos y vivimos nuestros entornos.
La estandarización puede contribuir a una estética más cohesiva y a la creación de una identidad urbana más fuerte. Las ciudades con una apariencia más uniforme a menudo se perciben como resultado del orden y la modernidad. Además, una estructura urbana estandarizada facilita la seguridad y el control, ya que permite una mejor vigilancia y respuesta a emergencias. Por otro lado, la diversidad permite la flexibilidad y la adaptabilidad frente a desafíos económicos, sociales y ambientales, promueven el desarrollo identitario y cultural de las comunidades que le habitan. Este debate es esencial para la reconstrucción de asentamientos a futuro. En última instancia, encontrar el equilibrio adecuado entre la estandarización y la diversidad urbana es esencial para crear entornos urbanos vibrantes, sostenibles e inclusivos ¿Cómo podemos garantizar la preservación y promoción de la diversidad de ideas en el diseño urbano?, ¿Es posible encontrar un equilibrio entre la eficiencia que proporciona la estandarización y la riqueza cultural que emerge de la diversidad urbana?, ¿Cómo podemos diseñar ciudades que sean eficientes sin sacrificar la esencia única de cada comunidad?
Lo que queda entre las cenizas: consecuencias de los monocultivos forestales en la zona centro sur del país | “Llamas del despojo (2022)”
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Revista PLANEO N°58 | Asentamientos multiamenazas Vol 1: Incendios forestales y ruralidad | Marzo 2024
[Por Catalina Elizabeth Tropa Ramírez. Socióloga, Universidad de Chile, Santiago]
Documental: Llamas del despojo: incendios del negocio forestal
Autores: Ojo de Treile & Resumen
Año: 2022
Disponible en: https://youtu.be/1-kVhdavxDw?si=33VYQepbf6OU46MU
Resumen. El documental aborda las diferentes repercusiones que los incendios forestales de monocultivos han tenido sobre las comunidades y ecosistemas de la zona centro sur de Chile y Wallmapu. Para ello se recopilan testimonios de habitantes de las localidades colindantes y diferentes especialistas en el tema. Se revisa en un primer momento los factores de riesgo asociados a la presencia de monocultivos para la flora, fauna y comunidades que habitan el sector. Posteriormente, se sitúa históricamente esta problemática a través del proceso de ocupación del territorio desarrollado por parte del régimen militar durante la década de los 70’s y se da cuenta de las repercusiones actuales de este para la población. Finalmente, se revisan las medidas propuestas por parte de los actores participantes en el cortometraje.
Palabras Clave. Conflictos ambientales, biodiversidad, empoderamiento territorial.
Im1. Portada del documental | Fuente: Ojo de Treile & Resumen, 2022.
“Lo que sí tiene que haber un cambio de paradigma. Un cambio de sistema (…) centrado en el medio ambiente y en las personas como eje fundamental” (Ariana Bertín, Bióloga Molecular y Celular)
El documental profundiza en la visión que los actores de la región guardan sobre la presencia de monocultivos en la zona. A partir de sus discursos, es posible reconocer una serie de factores que causan que los monocultivos comprendan un riesgo para la población, flora y fauna colindante colindante. Las especies utilizadas para los monocultivos (pinos provenientes de Norteamérica y eucaliptos provenientes de Australia) son altamente inflamables debido a las resinas que los componen. Asimismo, la gran extensión de áreas destinadas a su desarrollo presenta mayoritariamente una distribución uniforme, lo cual facilita su propagación durante los incendios. Finalmente, a ello se suma la alta absorción de agua que los cultivos de pinos y eucaliptos ejercen sobre los suelos, lo cual disminuye su disponibilidad. La baja cantidad de agua no únicamente dificulta el combate de los incendios, sino que hace a los territorios proclives a estos. Debido a ello, su presencia se considera un peligroso catalizador de incendios.
De esta forma, la masificación de las áreas destinadas al monocultivo dentro de la zona durante los últimos 50 años ha propiciado un aumento sostenido de los incendios forestales durante las últimas décadas. Ello ha repercutido gravemente en la reducción drástica de la biodiversidad, pérdida de suelos y erosión de la zona. La magnitud de esta problemática ha llegado a tal extremo que se ha acuñado el término de mega incendios para referirse a aquellos que superan las 10.000 hectáreas. La dimensión de estos es tan considerable que puede llegar a afectar las condiciones meteorológicas de la zona. Y, junto a los claros efectos sobre la población, flora y fauna nativa, también liberan grandes cantidades de gases invernadero, lo cual aumenta enormemente la contaminación de las áreas afectadas. Entre 2010 y 2018 se han registrado 16 mega incendios que han arrasado con 444.000 hectáreas. Actualmente se considera que no existen sistemas ni protocolos de acción que puedan garantizar su combate efectivo.
Llegado a este punto, es posible evidenciar claramente los factores de riesgo que se presentan en relación al desarrollo de plantaciones de monocultivos. Sin embargo, el alcance de esta problemática se magnifica cuando se toma en consideración el contexto histórico bajo el cual esta tuvo lugar.
Este corresponde al desplazamiento forzado de las comunidades campesinas y mapuches por parte del régimen militar durante la década de los 70’s. En el caso de estas últimas, ello representó su expulsión de territorios con una ocupación de carácter ancestral. Lo anterior fue precedido por la tala masiva y posterior quema de bosque nativo por parte de las empresas forestales CMCP y Arauco. Empresas subsidiadas por parte del Estado durante aquel período mediante el Decreto Ley 701, que mantuvo vigencia hasta el año 2015.
En la actualidad, los campesinos no pueden regar sus plantaciones debido a la baja cantidad de agua disponible. Asimismo, la destrucción de zonas de cultivo y bosque nativo ha repercutido gravemente sobre la actividad agrícola y recolección de las comunidades. Lo cual incide potencialmente en un aumento de la pobreza.
Sin embargo, esta no corresponde a la única implicancia negativa para las comunidades. Ya que la presencia de los monocultivos ejerce un desafío central a nivel habitacional. No únicamente como un peligro para las comunidades locales, sino como un límite directo de las áreas destinadas a la habitabilidad debido al gran porcentaje de la zona ocupado por parte de monocultivos. Ante ello, organizaciones de recuperación territorial surgen como consecuencia directa de este proceso, como corresponde al caso de la recuperación territorial campesina Mundo Nuevo de Curanilahue.
Por parte del sector forestal se hace hincapié en el rol que desempeñan las acciones de vandalismo y la presencia de condiciones climáticas proclives en la propagación de incendios. Y, a partir de esto, se alude a la inversión en infraestructura y equipamientos destinados a la prevención y combate de los incendios forestales. Dentro de lo cual se considera la presencia de aeronaves destinadas al control de incendios y la creación de “cinturones” o “anillos” de protección destinados a interrumpir el avance de las llamas a través de la eliminación de vegetación o deshechos en zonas claves. En conjunto con la labor de monitoreo por parte de Fuerzas Armadas. Sin embargo, se desconocen los hechos asociados a la ocupación forzada declarada por parte de las comunidades de la zona. En su lugar, se alude a la presencia de problemáticas con respecto a la propiedad de los territorios previamente al inicio de actividades de explotación forestal en la zona.
De esta manera, el Estado y las empresas forestales focalizan su discurso en relación a la responsabilidad individual y la criminalización. En desmedro de la consideración del rol de los monocultivos forestales. A lo cual se han sumado casos de colusión por parte de algunas de las empresas destinadas al combate de estos incendios, a través de la generación de focos intencionados por parte de brigadistas.
Ante esto, la postura tomada por parte de los sectores afectados para la mitigación de esta problemática se aborda a través de una serie de medidas. En primer lugar, se alude a la defensa de los marcos legales que regulan la actividad forestal por parte de las empresas. Y, junto a ello, al fortalecimiento integral de los marcos regulatorios que apunten a garantizar que la actividad forestal no afecte negativamente ni comprenda un riesgo para las comunidades y ecosistemas adyacentes. Finalmente, se enfatiza la importancia de la restauración de la flora y fauna nativas de la zona como mecanismo de restauración de los asentamientos hídricos. Estas medidas convergen en la institución de un paradigma que posea como eje central al medio ambiente y las personas por encima de la maximización de la productividad económica. Y que posibilite el desarrollo de una industria forestal compatible con la biodiversidad, la conservación y el desarrollo territorial de las comunidades autóctonas.
Im2. Monocultivo vs Bosque nativo | Fuente: Ojo de Treile & Resumen, 2022.
VULNERABILIDAD URBANA A PARTIR DE UN ANÁLISIS SISTÉMICO: EL CASO DE LA UNIDAD HABITACIONAL AMALUCAN, PUEBLA, MÉXICO
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Revista Planeo Nº53| Escasez hídrica y comunidades | Septiembre 2022
Por: Sergio Luis García Jaramillo; Profesor investigador, Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México.
Norma Leticia Ramírez Rosete; Profesora investigadora, Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México]
Recibido en agosto del 2022, publicado el 18 de marzo de 2024.
DOI: 10.7764/plan.053.122
Resumen
La vulnerabilidad urbana es un concepto que se refiere a las condiciones de vida en las ciudades que no son propiamente identificadas como marginación o pobreza, pero que afectan a un gran número de personas que habitan, por ejemplo, unidades habitacionales en México. Por ende, este trabajo introduce el concepto de vulnerabilidad urbana y su construcción teórica desde una perspectiva sistémica, identificando los componentes o dimensiones del sistema, así como sus riesgos y mecanismos de adaptación para comprender la interacción entre el espacio y la sociedad en la unidad habitacional Amalucan. Para ello, se propone un análisis cualitativo y cuantitativo que identifique variables relacionadas con las dimensiones que componen la vulnerabilidad urbana dentro de la unidad habitacional: vulnerabilidad sociodemográfica, socioeconómica, residencial y subjetiva. Se utilizarán datos obtenidos de los censos poblacionales realizados por INEGI en las primeras décadas del siglo XXI, además de visitas de campo y entrevistas a los habitantes. Asimismo, se analizarán posibles riesgos (sociodemográficos y socioeconómicos) como parte del estudio sistémico de la vulnerabilidad.
Palabras clave: vulnerabilidad urbana, vulnerabilidad socioeconómica, análisis territorial.
Abstract
Urban vulnerability is a concept that pertains to living conditions in cities which are not specifically identified as marginalization or poverty but affect a significant number of people residing in, for instance, housing units in Mexico. Therefore, this paper introduces the concept of urban vulnerability and its theoretical construction from a systemic perspective, identifying the components or dimensions of the system, as well as its risks and adaptation mechanisms to understand the interaction between space and society in the Amalucan housing unit. To achieve this, a qualitative and quantitative analysis is proposed, identifying variables aligning with the dimensions composing urban vulnerability within the housing unit: sociodemographic, socioeconomic, residential, and subjective vulnerability, using data obtained from population censuses conducted by INEGI in the early decades of the 21st century, alongside field visits and interviews with residents. Additionally, potential risks (sociodemographic and socioeconomic) are analyzed as part of the systemic study of vulnerability.
Keywords: Urban vulnerability, socioeconomic vulnerability, territorial analysis.
Cartografías colectivas por el Derecho a la ciudad
VerCartografías colectivas por el Derecho a la ciudad
Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
Por: Magdalena Moreno [geógrafa, académica, Esp. Prof. UNTREF (Universidad de Tres de Febrero), Provincia de Buenos Aires, Argentina. Email: magdalena.moreno@uab.cat]
Resumen
El texto recoge la experiencia de dos talleres de cartografía colectiva llevados a cabo en la Provincia de Buenos Aires, Argentina El primer taller fue organizado en el marco del curso bimodal titulado “Ciudades para todas y todos: construir espacios urbanos inclusivos”, que se desarrolló en la ciudad de La Plata y fue convocado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La segunda experiencia se enmarca dentro del Seminario “Geografía y género” del Departamento de Geografía de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), también ubicada en la Provincia de Buenos Aires.
Para ambos casos se comenzó presentando posibles modos de abordar los espacios urbanos desde las sexualidades a través del análisis de casos en los que se vulneraba el derecho a la ciudad por motivos de clase social, de identidad de género, de orientación sexual, de discapacidad, entre otros. Esta actividad se realizó con el objetivo de ir sensibilizando la mirada sobre el acceso a los servicios urbanos, así como las características del sujeto para el cual está pensado la ciudad.
Palabras claves: geografía feminista; derecho a la ciudad; cartografía colectiva
Introducción
“Un Mapamundi que no incluye utopía,
no vale la pena mirarlo siquiera” (Oscar Wilde)
Este escrito presenta una reflexión acerca de dos talleres de cartografía colectiva llevados a cabo en la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Ambos se organizaron en torno a la enseñanza del concepto de “derecho a la ciudad” desde la perspectiva de las Geografías de género y de las sexualidades. Este campo de la ciencia geográfica viene desarrollándose desde la década de 1970 en países de habla anglosajona y desde 1980 en países hispanohablantes. La propuesta central de estas geografías es considerar las relaciones de género en los análisis espaciales y territoriales. Es decir, se buscan explicar los fenómenos geográficos desde una perspectiva que incluya al sistema de sexo-género como una variable analítica fundamental. Además, a partir de la incorporación de los aportes de la interseccionalidad, las Geografías de género y de las sexualidades han complejizado su perspectiva integrando nuevas variables que permiten explicar las realidades espaciales y territoriales de los diferentes actores sociales involucrados en los conflictos estudiados.
Para las dos experiencias se ha propuesto la concepción del espacio geográfico de Doreen Massey (2011), quien lo conceptualiza como un producto de las interrelaciones sociales, una posibilidad para la existencia de la multiplicidad, la heterogeneidad y la pluralidad. El espacio, al entenderse como constituido por las relaciones sociales, no es un producto acabado, sino que siempre está haciéndose por los actores que componen a la sociedad.
Por su parte, estudiar los espacios urbanos es un proceso que puede desarrollarse a través de enfocar el análisis en diferentes aristas como pueden ser los simbolismos de género en las ciudades; los imaginarios urbanos que las sociedades construyen sobre cada lugar de la ciudad a partir de las vivencias que han tenido en esos espacios; o los actos de resistencias y estrategias colectivas de ocupación y transformación de las ciudades (por ejemplo, las masivas manifestaciones que se han vivido en diferentes partes del mundo, pero mayoritariamente en América Latina, para reclamar la sanción de leyes que garanticen derechos vinculados a los movimientos feministas y de disidencia sexual).
Método
Desde estas perspectivas se han desarrollado dos encuentros de elaboración de cartografías colectivas para visibilizar las diversas reivindicaciones que puede contener el concepto de “derecho a la ciudad”. La elección de la metodología se fundamenta en la posibilidad de crear un espacio de diálogo sobre las vivencias espaciales cotidianas que experimentan las personas que participaron de los talleres. Además, “la construcción de un mapa constituye una manera de elaborar relatos colectivos en torno a lo común, monta una plataforma que visibiliza ciertos encuentros y consensos sin aplanar las diversidades, pues también quedan plasmada.” (Iconoclasistas, 2013: 8).
El primer taller fue organizado en el marco del curso bimodal titulado “Ciudades para todas y todos: construir espacios urbanos inclusivos”, que se desarrolló en la ciudad de La Plata y fue convocado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La segunda experiencia se enmarca dentro del Seminario “Geografía y género” del Departamento de Geografía de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), también ubicada en la Provincia de Buenos Aires.
Para ambos casos se comenzó presentando posibles modos de abordar los espacios urbanos desde las sexualidades a través del análisis de casos en los que se vulneraba el derecho a la ciudad por motivos de clase social, de identidad de género, de orientación sexual, de discapacidad, entre otros. Esta actividad se realizó con el objetivo de ir sensibilizando la mirada sobre el acceso a los servicios urbanos, así como las características del sujeto para el cual está pensado la ciudad. A continuación, se han mostrado algunas cartografías tradicionales y otras innovadoras para inspirar la creatividad al realizar la cartografía colectiva. En el taller brindado de manera bimodal se trabajó con una plataforma virtual que permitió recuperar las ideas de las personas participantes acerca de qué compone al espacio urbano (imagen 1).
Imagen 1: nube de palabras sobre el espacio urbano según habitantes de La Plata / Elaborado por la autora.
Al momento de elaborar la cartografía colectiva, se brindaron consignas amplias que permitieran la libertad de elección del contenido del mapa y de los materiales a utilizar. Se preguntó acerca de los recorridos cotidianos que cada apersona hacía por la ciudad y se pidió que se reconocieran los motivos de esos recorridos, los obstáculos y sus posibles soluciones, las personas con las que se cruzaban, los lugares de disfrute y los sentimientos que les generaban.
Desarrollo
El grupo de la ciudad de La Plata ha elaborado una cartografía colectiva que se centró en identificar los diversos inconvenientes con los que se encontraba cotidianamente ya sea por la dificultad en el acceso para personas con visibilidad reducida, por zonas que percibían como inseguras para transitar por la noche o por la insuficiente frecuencia del transporte público. Es interesante recuperar que el grupo pudo identificar con facilidad los diferentes obstáculos que encuentran en la ciudad (señalizados en el mapa con diferentes texturas), pero no identificó los lugares de placer o recreación del espacio urbano como pueden ser las plazas, que sí habían sido mencionadas en el ejercicio anterior. Es decir, el derecho a la ciudad para este grupo se evidenciaba en la intención de poder modificar las situaciones de malestar a través de la intervención colectiva y de la reivindicación de una ciudad para todas y todos.
Imagen 2: cartografía colectiva elaboradora por un grupo de habitantes de La Plata / Elaboradora por un grupo de habitantes de La Plata
Por su parte, el grupo de la UNTREF decidió cartografiar la sede la facultad en la que estudian Geografía y sus alrededores. En este caso también utilizaron diferentes texturas para marcar los obstáculos (como son las vías del tren señalizadas por una línea negra de la parte superior de la imagen 3) y los espacios de placer (las dos sedes de la universidad marcados con algodón blanco). La reflexión colectiva de este grupo y la elaboración de la cartografía permitió la identificación de sensaciones compartidas que antes no habían sido percibidas como comunes: el apuro por llegar a horario a las clases de la universidad (marcado por un reloj) y los sentimientos de placer y aprendizaje dentro de la misma. Además, el diálogo posterior a la realización de la cartografía logró que las personas que la hicieron pudieran reconocer la posibilidad de accionar colectivamente para modificar aquello que les impedía sentir como propia a la ciudad.
Imagen 3: cartografía colectiva elaboradora por estudiantes de Geografía de la UNTREF / Elaboradora por estudiantes de Geografía de la UNTREF
Conclusiones – cierre
Por una cuestión de espacio no se han podido recuperar todos los debates que se han generado a partir de estas dos experiencias. Sin embargo y a modo de cierre, interesa destacar que el proceso colectivo de construcción de cada cartografía ha permitido evidenciar la capacidad de toma de decisión sobre los espacios urbanos cotidianos. Esto ha posibilitado vivenciar la potencia del derecho a la ciudad para proponer, diseñar y producir espacios plurales para todas las personas, con sus multiplicidades.
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Bibliografía
Butler, J. (1990). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona, España: Paidós.
Crenshaw, K. W. (1991) Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color. Stanford Law Review, 43 (6), pp. 1.241-1.299. Traducido por: Raquel (Lucas) Platero y Javier Sáez
de Craene, V. (2017) Geographies of sexualities: bodies, spatial encounters and emotions. Division of Geography and Tourism, Department of Earth and Environmental Sciences, University of Leuven, Celestijnenlaan 200E bus 2409, 3001 Leuven, Belgium.
Massey, Doreen (2011) For Space. Los Angeles: SAGE.
Grandes centros comerciales en núcleos patrimoniales | “Los grandes centros comerciales y el porvenir de nuestras ciudades (2022)”
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Pedro Bannen Lanata. Arquitecto. Doctor en Urbanística, UGR. Profesor Titular FADEU UC.]
Libro: Los grandes centros comerciales y el porvenir de nuestras ciudades.
Autor: José Luis Gómez, David Cabrera, Luis Moya, Fernando Osuna, José María González.
Año: 2022
Páginas: 160.
Im1. Portada del libro | Fuente: Editorial Universidad de Granada.
Resumen. La experiencia urbana de implantación de un gran centro comercial en el casco urbano de la ciudad de Granada se constituye en oportunidad de debate y reflexión de que implica la instalación de estos cuerpos edificados de gran escala y programa para el funcionamiento de la urbe y los comportamientos de sus ciudadanos. Una secuencia de ensayos breves y registros de imágenes que pone en evidencia los efectos de estas instalaciones del consumo inserta en un núcleo patrimonial. Una mirada que recoge visiones sobre el pasado, presente y posibles futuros, tanto de la propia ciudad como del nuevo cuerpo edificado anexado.
Palabras Clave. Granada, Centros comerciales, Impactos urbanos.
Introducción
En oportunidades la realidad compleja y siempre pronta a escabullirse se puede ver atrapada por la clara y limpia forma de un procedimiento de laboratorio. El libro en cuestión condensa en 160 páginas un hecho urbano recurrente en tantas ciudades del planeta y en tantas expresiones de la globalización y la sociedad de consumo como probablemente nunca se ha dado con tal nitidez y crudeza, tanto el fenómeno expuesto como el discurso que lo pone en evidencia.
Un cuerpo de cuatro académicos y un fotógrafo plasman en una serie de textos breves y una serie fotográfica la experiencia de la implantación de un gran centro comercial en el casco urbano de la ciudad de Granada. Uno de aquellos recurrentes artefactos símbolo de un modelo económico y de sociedad expandido por todo el mundo irrumpe en la realidad urbana de una ciudad que, en su tamaño, su configuración y su implantación protege y da testimonio de lo esencial de un cuerpo urbano rico y complejo a pesar de su pequeña escala en el despliegue de las grandes conurbaciones metropolitanas o los grandes polos de atracción del turismo masivo mundial.
Un texto que, a la manera de una disección anatómica sobre el espacio y el tiempo de Granada, dan cuenta de la gestación e implantación de un cuerpo extraño que la viene a poner a prueba, a contaminar, a riesgo de desfigurar. Desde el primer momento en el prólogo, los autores declaran su abierta preocupación y oposición hacia la llegada de este cuerpo extraño al lugar. Luego, paso a paso, irán uno tras otro asumiendo y engrosando los argumentos que el tiempo ha depositado en la ciudad de Granada para demostrar que la iniciativa del nuevo equipamiento nace equivocada, mal concebida y peor implementada en su ejecución definitiva.
Ensayos de la ciudad y los centros comerciales
José Luis Gómez-Ordóñez en un ensayo breve pero contundente acopia los mejores argumentos de la expresión más trascendental de la condición urbana de la ciudad granadina existente, desde su propio origen hasta la cristalización en su realidad de algunas de las mejores expresiones de lo urbano lenta y trabajosamente acopiado por la cultura occidental europea en el conjunto de sus variados núcleos y exquisitas esencias urbanas totales.
David Cabrera Manzano se interna en un preciso análisis de las condiciones que proyecto y ciudad ponen en juego al momento de concebirse la propuesta del nuevo centro comercial, el que sin duda estuvo más incitado por la inversión y la ambición económica que por su posible impacto urbano. Los argumentos expuestos irán dando cuenta de esa renuncia magnífica que traerá como consecuencia el resultado obtenido y constituido hoy en día como nueva realidad.
Luis Moya González, en el texto más breve, concentra su argumento cual punción sobre el cuerpo extraño en la escala y localidad de los cuerpos de los centros comerciales. Unos programas y unas localizaciones que desbaratan el orden urbano urdido por siglos para con su aparición poner a dura y arriesgada prueba todo lo ocurrido con anterioridad en las ciudades afectadas.
Nuevamente Gómez-Ordóñez, en otro ensayo medido gira la mirada hacia el tiempo futuro, delineando horizontes posibles para dar sentido y lugar en el buen discurso de la historia urbana de Granada al nuevo cuerpo recientemente incorporado. De la mano de expresiones como la destrucción creativa hasta la desamortización ambiental, se da paso a la voluntad proyectual de definir y declarar la oportunidad abierta de creación de una nueva puerta para la ciudad.
Fernando Osuna Pérez levanta la vista del caso en estudio y sale a explorar experiencias en el mundo y en numerosas ciudades donde los cuerpos de los grandes centros comerciales ya van dando señales no sólo de envejecimiento sino de evidente deterioro y colapso. Tomas de posición y estrategias necesarias para asumir la nueva etapa se hacen tan necesarias como urgentes.
José María González López en lo que titula Serie Fotográfica, captura en una secuencia de imágenes sensibles y cargadas de contenido un discurso que se deja tanto atrapar por el encanto abrasador de la sociedad de consumo en las expresiones del centro comercial como por la delicada realidad patrimonial, viva y vigente, de las calles y plazas, sombras y reflejos del centro de la ciudad histórica. De alguna forma nos coloca en ese difícil trance de elegir, que tan bien atrapa Italo Calvino en su relato de Maurilia (en Las ciudades invisibles) cuando el visitante de la ciudad se ve conminado a escoger, entre la ciudad que tiene delante o la capturada en las viejas postales que le presentan.
El trabajo del cuerpo de autores del texto da cuenta de una crónica que se inicia mucho antes de la aparición del nuevo cuerpo edificado. Ellos participan directamente en etapas de desarrollo del proyecto dando visiones y advertencias de su futuro impacto, en instancias judiciales que tensionan el proceso de implementación y cuestionan la aplicación normativa del mismo, en instancias académicas donde se debate el sentido y la oportunidad de un proyecto de esa escala y su gravitación sobre el comportamiento general del cuerpo de la ciudad como totalidad.
Conclusión
El libro se constituye en una bitácora que recoge y sintetiza un proceso urbano repetido y reiterado en múltiples ciudades con resultados diferentes, con percepciones diferentes, con impactos diferentes pero todos unidos en esa sensación incómoda y amarga de una oportunidad pérdida para cada una de aquellas ciudades de hacer algo mejor, que en cambio han debido acoger estos cuerpos extraños en el transcurso de las últimas décadas. Una ciudad como Granada rica en su patrimonio urbano acumulado por siglos y un cuerpo de personas atentas, reflexivas y actuantes ante el proceso desencadenado en su realidad cotidiana, queda plasmado en este registro breve pero intenso, que captura pasado, presente y futuro en una mirada integradora que da aire y esperanza a los convulsos y confusos momentos que viven nuestras propias ciudades en tan distintas latitudes y derroteros históricos y culturales.
El libro se constituye en un hecho político en el sentido más primigenio y original del término, es decir, un libro que da cuenta de la preocupación y ocupación de velar por el buen gobierno de la ciudad, en manos de sus propios habitantes.
Entrevista a Miguel Almeyda: "Frente a la situación de pobreza que enfrentamos, nos organizamos con el fin de resolver nuestras carencias, donde cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones"
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Gianfranco Borjas Cordero: Arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en Lima – Perú. Cursando el Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile
[Retatro] Miguel Almeyda Morales. Fotografía de Rafael Virhuez.
Miguel Almeyda Morales es actor, director, dramaturgo, escritor y docente, formado en la Escuela de Teatro y la Facultad de educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Ha trabajado con importantes grupos de artes escénicas como: Yuyachkani, Vichama, CIJAC, Teatre Parminou de Quebec, Odin teatret de Dinamarca y el elenco de la PUCP. Colaboró con el área social del Cirque du Soleil, en Montreal, Canadá. Ha sido miembro de la UNEQ, Unión de Escritores de Quebec, Canadá.
Creador del método MAO (Motivación Activa Orgánica) Enseña teatro para el desarrollo humano a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en varias ciudades del país. Actualmente es director de la Escuela Itinerante de Teatro y participa en CIJAC, Casa infantil Juvenil de Arte y Cultura de Villa el Salvador como director creativo.
Ha publicado dieciocho libros en español y dos en francés: obras de teatro, cuentos, metodología, poemas, novelas sociales y policiales. Su literatura tiene como móvil las injusticias sociales del Perú, el racismo, la violencia política, la pobreza y la desesperanza de vivir en un estado continuo de crisis, donde los pobres son los mas afectados.
«Uno de los fenómenos presentes en la formación de Villa El Salvador, es la interculturalidad, generado por la presencia de personas provenientes de distintas partes del país, esto hizo que la situación de pobreza que enfrentamos, nos organice con el fin de resolver nuestras carencias, cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones.»
Palabras clave: Villa, Salvador, pueblo, joven, interculturalidad, identidad, organización, demanda.
PLANEO (P): Habiendo formado parte de la creación de Villa El Salvador y conocer de cerca su demanda social por el derecho a la vivienda ¿Podrías contarnos el contexto en que se gestó este movimiento social y su importancia para la historia del Perú?
Miguel Almeyda: Consideró que es necesario entender el contexto en el que se dio el origen de Villa El Salvador, en su primer momento llamado pueblo joven, nombre característico de los asentamientos informales que aparecían en Lima. Matos Mara menciona la historia de migración del interior del país hacia Lima, entre los años 50 ‘s y 60’ s, en gran parte por la centralización de los bienes, servicios, instituciones políticas, empleabilidad y la cultura que se encontraba en Lima. Por otro lado, a finales del año 1970 el gran terremoto en Huaraz ocasionó muchas pérdidas de vidas y materiales, en este contexto se agudiza el fenómeno de migración hacia la capital.
Durante ese momento el Centro de Lima se encontraba tugurizado, habían muchas familias ocupando los cerros de San Cosme en el distrito de El Agustino, en general Lima afrontaba un déficit habitacional que se agudizaba y que generaba más informalidad. En el año 1968 se da el golpe militar por el General Velazco Alvarado, un momento histórico para el Perú ya que se instaura en el estado un sentido político nacionalista, en busqueda de construir una nueva nación con ideas afines a las políticas yugoslavas y cubanas. Considero que en ese momento nace un nuevo movimiento político de izquierda, que desarrolla y ejecuta políticas con el fin de reformar la manera en que el estado había venido administrando las actividades de agricultura, educación, acceso a la vivienda y otras demandas sociales.
En ese momento, mi familia y yo vivíamos en una casa de madera, muy pequeña y precaria, construida en la azotea de una vivienda en el distrito de Jesus María, por esto nos encontrábamos en búsqueda de una vivienda digna. En el año 1971, se dio una reunión entre traficantes de terreno y las asociaciones de personas en búsqueda de vivienda, yo pude conversar con Epifanio Perez Llarasca, él era un organizador de la asociación de personas en búsqueda de vivienda y tenían un objetivo, tomar posesión de terrenos que pertenecían al estado para ocuparlos como residencia. En este caso se tomaron terrenos frente a la urbanización de Monterrico, cerca a la universidad Ricardo Palma.
En ese conflicto, se genera una lucha por retirar a las personas que tomaron estos terrenos y se da la muerte de Edilberto Ramos. A partir de esa muerte cambia la actitud del gobierno frente a nuestras demandas y se detienen los intentos por retirarnos. La iglesia católica y sus representantes, muestran apoyo por la muerte de este joven y realizan actividades litúrgicas en apoyo a la familias y personas cercanas por la pérdida de Edilberto. Creo que este acto simbólico de reunión entre la sociedad civil y la iglesia, hizo que el gobierno del General Alvarado muestre interés en nuestras demandas, como personas en búsqueda de vivienda. Así el gobierno crea el plan de traslado de estas personas hacia el desierto de Lurín, lugar que posteriormente se conforma como Villa El Salvador.
P: Mencionas el derecho a la vivienda como la principal demanda y motivo de lucha de la comunidad de Villa El Salvador, ¿Cómo se resuelve esta demanda social en los primeros años habitando esta comunidad?
Como toda América Latina, para los peruanos, el derecho a la vivienda siempre estuvo relacionado con la necesidad de una vivienda digna, ordenada, segura y con servicios básicos. Frente a esto, el proyecto de reubicación del gobierno, consistió en entregar lotes habitacionales de 160 m2, con un sistema de planificación que organizaba las manzanas con 24 lotes y cada 16 manzanas conformaban un grupo residencial; además, el equipamiento para cada grupo residencial consiste en: un local comunal, un local para niños y espacios deportivos como canchas de fútbol. Este modelo de planificación tuvo mucho reconocimiento e interés por más personas que se encontraban en búsqueda de vivienda, haciendo que la comunidad crezca rápidamente, expandiéndose y repitiendo el modelo de organización inicial.
Inicialmente Villa el Salvador no contaba con agua potable, servicios de transporte público, infraestructura vial y seguridad ciudadana, pasaron 5 años antes de contar con estos servicios. En un segundo momento, viene el tema de la organización comunitaria; Villa El Salvador alberga personas de distintas partes del país y mucha diversidad cultural, sobre eso se sostuvo el Sistema de Modelo de Organización Social, buscando la representatividad de los habitantes, eligiendo secretarios por manzanas para representar necesidades sobre temas como el deporte, cultura y seguridad. Esto les permitía organizarse con otras manzanas y así en escalas más grandes, esta organización desde la autogestión mejoraba la resolución de conflictos que afectan a toda la comunidad.
Este modelo de ciudad y organización social se volvió la perla del gobierno de Velazco Alvarado, siendo el primer asentamiento de gran escala y con proyección en el sur de Lima, así fue hasta el año 1975 donde ingresó a la presidencia Morales Bermudes y sus intereses respecto a Villa El Salvador cambiaron.
Lamentablemente a la fecha no existe una política de vivienda verdadera y los intentos que los gobiernos han ejecutado, poco o nada representan frente al déficit habitacional nacional, menos aún en calidad sobre la ciudad que habitamos.
P: ¿En qué crees que radica el éxito de la planificación de Villa El Salvador durante esos primeros años?
«Creo que el arte y la cultura han sido elementos unificadores en Villa El Salvador, el proyecto de una ciudad con una planificación de carácter socialista, hizo que se formen líderes y discusión en torno a la utopía del socialismo»
Uno de los fenómenos presentes en la formación de Villa El Salvador, es la interculturalidad, generado por la presencia de personas provenientes de distintas partes del país, haciendo que debido a la situación de pobreza que enfrentamos, nos organizamos con el fin de resolver nuestras carencias, donde cada uno colocaba lo suyo en igualdad de condiciones. Creo que, a diferencia de los guetos en Lima que delimitan los territorios, en Villa el Salvador las personas aportan su riqueza cultural y la intercambian; por ejemplo: se heredó la minka y la reciprocidad, herencia de la cultura andina, gracias a esto se pudieron establecer jornadas para que los vecinos participen en la construcción de espacios comunales o ayudando en la construcción de otras viviendas. Creo que en la historia de formación de Villa El Salvador, todos pusimos nuestra cultura al servicio colectivo, en contraste con lo que pasa ahora con las manifestaciones de las comunidades del sur del país que vienen a Lima y no reciben apoyo.
En el año de 1983 lo que era un barrio popular, un pueblo joven, se convirtió en un distrito, el gobierno reconoce que por su tamaño y población requiere ser convertido en distrito y aunque el primer alcalde es de una postura política de izquierda, la organización comunal pierde fuerza con la aparición del municipio como ente regulador y administrador del distrito. Por otro lado, el ingreso del grupo terrorista Sendero Luminoso en el año 1983 penetra las sociedades y organizaciones comunitarias para poder ganar su guerra. Esos dos aspectos cambian la organización comunitaria y participación activa de los habitantes, sin embargo, se mantienen movimientos y espacios culturales para el arte.
P: Mencionas a la “interculturalidad” como una de las características importantes en la historia de creación de Villa El Salvador, desde tu rol de artista ¿Crees que los artistas y su arte son una forma de preservar esa historia?
Creo que el arte y la cultura han sido elementos unificadores en Villa El Salvador, el proyecto de una ciudad con una planificación de carácter socialista, hizo que se formen líderes y discusión en torno a la utopía del socialismo, ahí se gestaron grupos de personas que apoyaban la lucha contra la dictadura del presidente Morales Bermudez, recuerdo mucha educación en torno a la política y las revoluciones del mundo. En ese contexto iniciamos creando música de protesta contra la dictadura y en el año 1983 se crea el primer grupo profesional de teatro de Villa El Salvador, como parte del Centro de Comunicación Popular. En el año 1985 se estrena la primera obra de la historia del nacimiento de Villa El Salvador, “Diálogo entre zorros”, marcado por una historia política sobre el socialismo, esta obra hace 700 funciones en todo el país.
Considero que el origen de este lugar, bajo la utopía del socialismo, nos dio a todos y todas una identidad de lucha y activismo social, destacando el rol de la mujeres, de los niños y los jóvenes. A pesar de, las derrotas políticas de los grupos de izquierda en democracia, los grupos culturales se mantuvieron vigentes al no estar politizados y por no pretender tomar el poder del gobierno, sus objetivos eran generar memoria, generar espacios de reflexión y sentimiento de ciudadanía, esos objetivos se mantienen aún en el presente y dan lugar a la formación de nuevos grupos de teatro, como una acción en cadena de experiencias en torno al canto, danza y música. Villa ha tenido ese fenómeno sobre la cultura que ha generado liderazgo, ahora muchos de los líderes que iniciaron en la cultura, son líderes en otras áreas importante para la organización y planificación de la ciudad, ellos vienen ejerciendo cargos políticos y de representatividad de los ciudadanos, creo que el fenómeno cultural ha generado un fin también político.
Yo decidí estudiar teatro en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica del Perú, al finalizar mis estudios volví al barrio y formé un grupo de teatro con jóvenes, los cuales ahora han dado origen a otros grupos de teatro, como un efecto en cadena. Creo que los artistas deben conservar la memoria de las comunidades, a partir de la danza, la música, los murales y todos los productos culturales. Frente a esto creo que los artistas de Villa vienen haciendo todo por conservar su historia, memoria e identidad, pero también imaginando el futuro de Villa El Salvador.
P: ¿Crees que la historia y tus vivencias en Villa El Salvador han determinado parte de tu identidad?
Para mi la experiencia de haber crecido aquí me dio 3 cosas: 1) memoria, ser parte de la historia me ha brindando una memoria imborrable sobre la comunidad; 2) identidad, yo jamás he dicho: “soy de Lima”, siempre he dicho que soy de Villa el Salvador, para mi Lima es una ciudad que está a 20 km de Villa, esa identidad está relacionado con las formas de solidaridad de cómo se organiza y entiendo la ciudad, con los comedores populares, organizaciones de jóvenes trabajadores, de artistas comunitarios o con la parroquia, siempre he estado en algún nivel de organización comunitaria, eso me ha permitido creer en la democracia de la organización comunal; 3) solidaridad, para mi es un tema de supervivencia, la solidaridad de lo que no tengo, por eso debo organizarme con los demás para ver qué es lo que me falta, para mi la solidaridad es un modelo de, sin ningún principio cristiano, simplemente creo que si alguien no tiene, se debe compartir y yo soy solidario perse; 4) ciudadanía, cuando tienes un proyecto colectivo con miras de una ciudad justa para todos, creo que la ciudadanía resuelve los derechos y también las responsabilidades.
P: Hacia dónde crees que va el futuro de Villa El Salvador ¿Cuáles crees que son las nuevas demandas sociales?
Tenemos muchas tareas ahora, la recuperación de la historia de la comunidad, una nueva propuesta política, la economía solidaria, la ecología, la creación de huertos comunitarios y el tema de recuperar nuestra participación política en el Perú, considerando que, actualmente las personas no creen en la representatividad de la política.
Yo he escrito una trilogia de libros que hablan de Villa El Salvador, del asesinato de Maria Elena Moyano por el terrorismo, temas muy duros hasta hoy sobre el conflicto armado interno y creo que han servido para recuperar y preservar nuestra identidad. Ahora otra vez estoy escribiendo obras de teatro sobre el barrio y mi experiencia de cómo me hacía sentir, esperando las nuevas generaciones puedan leerlas, interpretarlas y volver a vivir la historia. Tenemos a un cineasta que ha recuperado testimonios de líderes que participaron en la formación del barrio. Una de las cosas más importantes que Villa ha dejado en sus habitantes, es la memoria sobre su historia y los artistas nos hemos ocupado de conservar y preservar.
Actualmente, aún hay jóvenes que reconocen la historia de Villa y buscan preservarla, de igual manera los líderes comunitarios, escritores, grupos musicales y artistas plásticos, todos ellos son importantes porque la memoria de la ciudad se mantiene viva y se renueva con las nuevas generaciones, ahora tenemos chicos con los que he trabajado y que se están formando en carreras profesionales relacionadas al arte, la sociología, la antropología y comunicaciones. Confío firmemente que esas nuevas generaciones van a mantener la memoria de esta ciudad que apareció en un desierto y que siempre estuvo ligada a la organización social y comunitaria.
Resistencia y lucha en la Población La Victoria: Explorando la dinámica social durante la dictadura militar en Chile | Cabros de Mierda (2017)
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Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Juan Jara Ortega: Sociólogo, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile]
Resumen:
La película chilena «Cabros de mierda» (2017) de Gonzalo Justiniano cuenta la historia de Samuel Thompson, un joven misionero estadounidense que llega a la casa de Gladys en la Población La Victoria de Santiago en 1983, durante la dictadura de Pinochet. La película explora temas como la resistencia colectiva, la desconfianza y la lucha por sobrevivir en un entorno represivo. La película sugiere que la resistencia colectiva es posible incluso en las circunstancias más difíciles. Los residentes de La Victoria, a pesar de las adversidades, encontraron formas de unirse en su lucha contra la dictadura.
Palabras clave: Población La Victoria, Dictadura Militar, Confianza
Introducción
“Cabros de mierda” es una película chilena del director Gonzalo Justiniano que se estrenó durante el año 2017. El filme se desarrolla durante la dictadura militar de Pinochet en el año 1983, donde un misionero estadounidense llamado Samuel Thompson llega a la Población La Victoria, un barrio popular de Santiago.
Samuel experimenta el choque cultural de convivir con una familia chilena liderada por Gladys, mientras intenta llevar la palabra de dios a la comunidad. En el barrio se encuentra con la dura realidad de la marginalidad y la represión, donde se exploran temas como la lucha colectiva por liberarse del régimen dictatorial y la desconfianza en el espacio público. A medida avanza la historia, se muestra la resistencia y la lucha de algunas personas contra la dictadura, a través de pinturas en las calles con consignas políticas en contra del régimen. En este contexto se hace presente la represión ejercida por la CNI y los militares, la aparición en las calles de personajes sospechosos para los protagonistas y situaciones de persecución.
La película retrata la vida cotidiana en un barrio marginal de Chile durante un periodo oscuro de la historia del país. A través de los ojos de Samuel y la interacción con la familia de Gladys, se exploran las dificultades, el miedo y la esperanza de las personas que vivían bajo la opresión de la dictadura. “Cabros de mierda” es un retrato íntimo y conmovedor de la lucha colectiva y la resistencia.
Contexto histórico
La toma La Victoria, surge desde la migración campo-ciudad en Santiago, donde la promesa de la industrialización les dio la esperanza de tener una vida mejor. Llegaron a la ciudad y se encontraron con desempleo y una crisis de vivienda sin precedentes en la historia de este país, razón por la que decidieron crear un asentamiento informal en la chacra La Feria durante el año 1957, como una solución a los problemas habitacionales que vivían. Aquí surgió el primer movimiento de pobladores en Chile que luchaban por obtener una casa propia, propósito que lograron (medianamente) cuando les otorgaron los títulos de propiedad en el año 1965 de los terrenos que se habían tomado. Los pobladores decidieron distribuir los terrenos a la mayor cantidad de familias posibles, por lo que el espacio público se vio disminuido.
La llegada de la dictadura de Pinochet en el año 1973 afectó profundamente en el movimiento de pobladores. Las fuerzas militares concentraron su represión en La Victoria, dando muerte y desaparición a dirigentes, haciendo detenciones masivas, invasión a la propiedad privada, entre otros crímenes contra los derechos humanos. Esto provocó que el movimiento se desarticulara, debido a que las personas preferían buscar soluciones individuales en lugar de colectivas. Fue recién a principios de la década de los 80, donde el descontento por la represión de los habitantes del sector generó algunos puntos de resistencia (Cortés, 2014).
Un vistazo dentro de “Cabros de Mierda”
El filme muestra la configuración espacial de la población La Victoria durante la dictadura, como un lugar que se caracterizaba por una serie de particularidades que reflejaban las condiciones precarias en las que vivían sus habitantes. El tejido urbano estaba conformado principalmente por casas autoconstruidas, evidenciando la falta de recursos y apoyo del estado en la planificación de la comunidad. Estas viviendas, muchas veces construidas con materiales improvisados, se distribuían en un entorno marcado por la escasez de áreas verdes, la presencia de basurales en las calles y en general, la falta de espacios públicos para la reunión de sus vecinos. Este paisaje urbano reflejaba la informalidad y la marginalidad en la que se encontraban los residentes de La Victoria, quienes se enfrentaban diariamente a condiciones adversas que influían en su calidad de vida y en la configuración de sus relaciones sociales.
En la película se evidencia que las redes personales desempeñan un papel fundamental en la población La Victoria durante la dictadura militar. Las redes personales implican vínculos más cercanos y profundos entre individuos, como familiares y amigos cercanos. Esto significó que el espacio público perdió importancia para las personas de la población, por la falta de espacios comunes y por el contexto represivo en el que se encuentran, lo que induce a la desconfianza en los otros desconocidos (y no tan desconocidos). En la imagen 3 se presenta una escena reveladora que ilustra la desconfianza y la fragilidad de los lazos con los desconocidos en el barrio. Gladys, uno de los personajes principales, recibe una llamada telefónica desde el almacén del barrio alertándole sobre la detención de algunos de sus amigos. Mientras ella habla, el locatario del almacén la observa en silencio, generando en ella una sensación de inseguridad y desconfianza. Esta escena encapsula una dinámica donde la comunicación y las interacciones cotidianas están sometidas a la sospecha y el miedo en un contexto represivo. El acto de recibir una llamada telefónica se convierte en una situación potencialmente peligrosa, donde la presencia de un observador desconocido amenaza la seguridad y la confianza en los lazos sociales existentes.
Por el contrario, se observa que las relaciones familiares, amistosas y las redes vecinales se desarrollan predominantemente en espacios privados, es decir, dentro de las casas de los habitantes del barrio. La intimidad del hogar se convierte en un refugio de lo que está sucediendo afuera, lo que consolida las redes personales y la vivienda como un lugar de encuentro. En la imagen 4 se puede observar la organización de las mujeres en la población La Victoria. Estas mujeres se encontraban reunidas por motivo de las ollas comunes, una iniciativa comunitaria para enfrentar la escasez de alimentos y las difíciles condiciones de vida impuestas por el régimen. En el patio de una casa, se les ve cocinando, compartiendo los recursos disponibles y asegurando la alimentación de sus familiares y vecinos, mientras dentro de la vivienda otro grupo de mujeres se dedicaban al cuidado compartido de sus hijos. Todo esto sucediendo en la clandestinidad. Estas formas de organización reflejan la cooperación y el apoyo mutuo en tiempos de crisis, donde las mujeres encontraron en la unión y la colaboración una forma de resistencia y solidaridad.
Cabros de Mierda también revela la lucha colectiva por recuperar un barrio que les fue arrebatado. Es por ello que Gladys y Samuel, junto con otros vecinos, se organizan para expresar sus ideales y resistir la opresión a través de la pintura de consignas políticas en las paredes del barrio (ver imagen 5). Esta acción no solo representa una manifestación pública, sino que también un intento de reconstruir la comunidad perdida en el barrio, recuperar el sentido de pertenencia y la identidad comunitaria que fueron afectadas por las políticas represivas.
Conclusión
En la película, las limitaciones de la población La Victoria en cuanto a su configuración espacial y el contexto represivo, reforzaron en cierta medida la sensación de marginalidad y dificultaron la construcción de lazos de confianza entre los vecinos. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, la comunidad encontró formas de solidaridad y apoyo mutuo en su lucha contra la dictadura. El constante temor a la represión estatal obliga a los personajes a adaptarse y encontrar formas creativas de resistencia. De este modo, “Cabros de mierda” destaca que la lucha colectiva puede surgir incluso en entornos desfavorables con apoyo de las redes personales en el barrio.
La (des)confianza es parte fundamental para comprender la película. Por un lado, se observa una desconfianza generalizada en el espacio público entre los habitantes de La Victoria, mientras que por otro, se muestra que la comunidad logra construir lazos de confianza entre sus miembros a través de las redes personales, donde generan solidaridad y apoyo mutuo.
Las lecciones que la dictadura ha dejado deben ser aprendidas y recordadas. En este sentido, es crucial preservar la memoria histórica, en la cual películas como «Cabros de mierda» contribuyen a que las futuras generaciones comprendan lo que sucedió en aquel tiempo en la historia de Chile. Solo así, se puede asegurar que esta nunca se repita.
Referencias
Cortés, A. (2014). El movimiento de pobladores chilenos y la población La Victoria: ejemplaridad, movimientos sociales y el derecho a la ciudad. Revista EURE, 40(119), pp. 239-260.
Justiniano, G. (2017). Cabros de Mierda. Sahara Films. Recuperado de: https://ondamedia.cl/show/cabros-de-mierda
Montaje y ciudad en la dictadura uruguaya | Mentiras Armadas (2021)
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Revista PLANEO N°57 | Territorios y ciudades en transición a la paz y la justicia | Octubre 2023
[Por: Juan Jara Ortega: Sociólogo, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile]
Resumen:
El documental “Mentiras Armadas” se centra en la dictadura uruguaya que comenzó en 1973 y su colaboración con la dictadura argentina en 1976. Ambos regímenes propagaron una retórica antimarxista que generó miedo y represión en la sociedad uruguaya. El documental aborda el caso de 24 uruguayos que fueron secuestrados y torturados en Buenos Aires y Montevideo, y luego obligados a participar en un montaje propagandístico elaborado por los militares para justificar la represión en el país. Este oscuro episodio dejó una profunda huella en la historia uruguaya.
Palabras clave: Montaje, prensa, dictadura uruguaya
Introducción
El 27 de junio de 1973 quedó marcado en la historia de Uruguay como el punto de partida de la dictadura militar de aquel país, un periodo de represión y violencia que se extendió durante 12 años. Este año 2023, al igual que en Chile, ha transcurrido medio siglo desde que ambos países cayeron bajo el yugo de regímenes autoritarios, los cuales hasta entonces habían sido considerados como sociedades con una larga tradición democrática, pero que también tenían problemas de desigualdad y represión política.
En este contexto histórico tan complejo, el documental “Mentiras armadas” se centra en el año 1976, un momento crucial para la dictadura uruguaya. En este periodo se fortaleció considerablemente gracias al apoyo brindado por la incipiente dictadura argentina. Esta colaboración no solo consolidó el régimen uruguayo en términos políticos e institucionales, sino que también influyo de manera significativa en la cultura de la época. Se propagó una retórica que identificaba la subversión y al marxismo como los enemigos públicos de la patria, perpetuando así una atmósfera de miedo y represión que afectó profundamente a la sociedad uruguaya.
Secuestro y tortura
El documental comienza con un crudo relato sobre la relación de la ciudad de Buenos Aires y Uruguay. En las playas del país aparecieron cadáveres humanos sin vida, hinchados por el paso del tiempo. Al principio, se pensó que eran asiáticos procedentes de barcos pesqueros que operaban en la zona, sin embargo, a medida que aparecieron más cuerpos, comenzaron a circular rumores que señalaban a las fuerzas represivas de Buenos Aires como posibles responsables.
Antes del inicio de la dictadura en Argentina en 1976, la resistencia al régimen autoritario uruguayo operaba desde la Ciudad de Buenos Aires. Durante julio de ese mismo año, 24 uruguayos fueron secuestrados por los poderes coercitivos de Argentina y Uruguay, llevados a instalaciones clandestinas en Buenos Aires y torturados cruelmente. Muchos de ellos fueron llevados al borde de la muerte.
En el documental hay testimonios de las víctimas de la dictadura uruguaya, que incluyen descripciones vívidas y detalladas de las torturas que sufrieron. Narran cómo fueron trasladadas a Montevideo a un centro de detención y tortura conocido como “Infierno Chico”. Al llegar, los militares les dijeron que las habían “salvado” de los argentinos, quienes las querían matar, pero no pasó mucho tiempo para que la tortura regresara.
Montaje
Al inicio de la dictadura uruguaya, los medios de comunicación fueron cerrados y la prensa sometida a censura. El objetivo de estas medidas era crear un discurso único, antimarxista y optimista sobre el presente y el futuro del país.
En agosto de 1976, las víctimas fueron trasladadas a las celdas colectivas del Servicio de Información y Defensa (SID) en Montevideo. Allí, los militares las obligaron a participar en un montaje propagandístico cuyo fin era presentar a Uruguay como un país que estaba amenazado por la guerrilla. El montaje consistió en decir que los secuestrados llegaron en barcazas desde Buenos Aires a Río Negro, para reunirse en el “Chalet Susy” y conspirar contra la dictadura. Entonces, mientras estuvieran reunidos, un gran operativo de fuerzas especiales los detendría.
El operativo fue diseñado para que lo viera un gran número de personas. Una vez realizado, se llevó a muchos periodistas en un ómnibus al “Chalet Susy”. Allí, se mostraron las armas que supuestamente habían ocultado bajo la chimenea. Luego, se hizo salir a las víctimas de secuestro una por una para que fueran grabadas por la prensa. Posteriormente, fueron juzgadas por los tribunales y sentenciadas a prisión.
Conclusión
Enrique Rodríguez Larreta, un periodista uruguayo que había sido secuestrado y torturado por la dictadura militar de Uruguay, presentó en 1977 una denuncia que exponía los crímenes y mentiras del régimen, entre ellas, el montaje del “Chalet Susy”.
Con este documental, se puede observar la manera en que las ciudades fueron apropiadas por parte de las fuerzas represivas de Argentina y Uruguay, poniendo su infraestructura al servicio del secuestro, la tortura y el montaje de falsos eventos propagandísticos. A medida que se avanza en la narración de los hechos, es evidente que la colaboración entre las dictaduras argentinas y uruguayas no se limitaron solo a la represión directa, sino que también se extendió al terreno de la manipulación mediática.
La historia que cuenta “Mentiras armadas” es un recordatorio doloroso de cómo los regímenes autoritarios distorsionaron la realidad de las ciudades y de sus habitantes, con el único fin de utilizarla para su beneficio. Es una visión cruda y necesaria de una época marcada por la represión, la violencia y la manipulación, una lección de la historia que nunca se debe olvidar.
Desplazamiento forzado en Colombia: impactos territoriales y (re)producción de desigualdades
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Revista PLANEO N°57 |Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia| octubre 2023
[Por:Javier Eduardo Serrano Besil: Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, magíster en Estudios Sociales Latinoamericanos de la misma universidad e historiador de la Universidad Industrial de Santander. Becario postdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales-UBA]
Resumen:
Un análisis sobre las ciudades colombianas no puede estar exento de una reflexión sobre los impactos territoriales de la violencia. Por un lado, la población urbana creció aceleradamente, en buena medida, como resultado de las migraciones forzadas. Las condiciones dramáticas en las que se realizan estos desplazamientos dificultan el acceso al hábitat. Las periferias crecieron a través de la autoproducción de asentamientos de origen informal. Por otro lado, se observó la autosegregación en espacios fragmentados a pequeña escala. La aparición de los conjuntos residenciales como tipología de vivienda característica de las clases medias en las ciudades colombianas es la imagen visible de la lógica del mercado en la producción inmobiliaria. Estas formas urbanas contradictorias conviven en una ciudad cuarteada en la cual se (re)producen nuevas desigualdades socioespaciales. La transición a la paz y la justicia requiere de reflexiones frente a estos procesos para posibilitar una mejor distribución de la estructura de oportunidades a través de la estructura urbana.
Palabras clave: Desplazamiento forzado, urbanización, violencia
Uno de los fenómenos más devastadores de la violencia en Colombia lo han producido los desplazamientos forzados. En 2016, el país ocupaba el segundo lugar a nivel mundial con aproximadamente seis millones de personas que habían sido obligados a abandonar sus hogares. La incidencia sobre el total se incrementa entre la población indígena y afrodescendiente de las cuales el 10% y el 15% respectivamente han sido expulsadas de sus territorios por el conflicto armado (CNMH, 2020). Estos desplazamientos, a diferencia de las migraciones, se dan en un contexto de urgencia y, por tanto, están exentos del cálculo y la previsión que influyen en la decisión de migrar (Arango, 2003).
Las condiciones dramáticas en las que se da el desplazamiento empobrecen a la población y acentúan sus necesidades habitacionales. Se observan dificultades de inserción en los mercados de trabajo, lo que magnifica la presión sobre las políticas públicas de las ciudades receptoras. Las ciudades intermedias han sido el destino del éxodo rural que generó la violencia en el país. El movimiento inicial es, como consecuencia de la emergencia y el carácter familiar en el que se desarrolla, de corta distancia, hacia ciudades cercanas. Sin embargo, en muchos casos, después de la estabilización se evidencia un movimiento posterior hacia las ciudades capitales de los departamentos o la capital nacional en busca de mejores oportunidades (Torres, 2009). En consecuencia, el crecimiento urbano del país no se concentró solo en Bogotá, Medellín y Cali, pues algunas ciudades intermedias crecieron más rápidamente que los principales centros metropolitanos (Buchnell, 2017, p.419).
La continua llegada de población desplazada y empobrecida por el conflicto armado ha generado dificultades enormes para las ciudades receptoras incapaces de satisfacer, a través de la acción pública, sus necesidades profundizando la (re)producción de desigualdades. La pobreza y la violencia son dos realidades que acompañan el proceso de urbanización en el país (UNFPA, 2008) De tal manera, un análisis del crecimiento urbano y la urbanización en Colombia da cuenta de la relevancia que adquiere la violencia como factor de transformación de las ciudades desde la segunda mitad del siglo XX. Se destacan dos formas en las que este fenómeno ha dejado una huella permanente en el territorio. En primer lugar, el desplazamiento forzado llevó a que gran parte del tejido residencial urbano en la actualidad esté constituido por asentamientos auto producidos de origen informal; y, en segundo lugar, por la presencia de conjuntos cerrados (Torres, 2009).
La población desplazada se localizó principalmente en las periferias de las ciudades mediante la toma de tierras y la autoconstrucción. Estas zonas fueron generando espacios con enormes problemas de calidad. Si bien estas formas de acceso, en las que la lógica de la necesidad se sobrepone o articula a la lógica del mercado son preponderantes en América Latina (Abramo, 2009), en el caso colombiano el fenómeno se recrudece como consecuencia de las décadas de violencia y el carácter forzado y urgente de los movimientos rural-urbanos. En la contracara de este proceso, las clases medias han protagonizado procesos de autosegregación sin trasladarse necesariamente a la periferia a través de otras tipologías de vivienda. La aparición de los conjuntos cerrados como forma de vivienda cercada perimetralmente con seguridad en sus accesos y zonas comunes se ha complementado con el auge de los centros comerciales de grandes superficies (Lulle y Paquette, 2006). Estos rasgos urbanísticos impuestos por la lógica privada producen nuevos espacios que han llevado las formas de consumo y sociabilización hacia adentro de sus límites y, por tanto, alejadas de la inseguridad que representan los espacios públicos.
Como resultado de estas formas particulares y contradictorias de producción del espacio urbano, la traza de las ciudades se ha fragmentado en pequeñas escalas dando lugar a un espacio cuarteado y, al mismo tiempo, muy segregado. Estas características espaciales reproducen, profundizan y generan nuevas desigualdades porque la estructura urbana influye directamente en la distribución de oportunidades. El tipo de hábitat y su localización establecen formas de acceso diferenciado al suelo, los servicios y equipamientos urbanos de uso colectivo. Estos están en relación, además, con las posibilidades de circulación e interacción a través del sistema de transporte urbano (Di Virgilio y Perelman, 2014).
Por lo tanto, uno de los retos significativos de Colombia en la transición a la paz es disminuir las inequidades socioespaciales a través de la integración de sus ciudades posibilitando una equitativa distribución de la estructura de oportunidades. No solo es necesario ejecutar políticas de mejoramiento de las viviendas y barrios, sino buscar la integración de la estructura urbana a través de la inversión en los equipamientos urbanos y la prestación de servicios públicos. Si la ciudad capitalista es una máquina de generar desigualdades (Soja, 2008), la transición hacia la paz en Colombia no puede darse sin la intervención urbana. Esta debe ejecutarse con el objetivo de disminuir, a través de las prácticas territoriales, la (re)producción de las desigualdades sobre las que se sustentan las distintas formas de violencia en el país.
Referencias bibliográficas
Abramo, P (2009). La producción de las ciudades Latinoamericanas: mercado inmobiliario y estructura urbana. OLACCHI.
Arango, J. (2003). La explicación teórica de las migraciones: luz y sombra. Migración y desarrollo, 1: 1-30.
Buchnell, D. (2017). Colombia, una nación a pesar de sí misma. Ariel
Calderón, J. (1998). Los mercados ilegales e informales de tierra urbana en América Latina. Estado de la cuestión. Debates en Sociología, n.° 23-24.
Comisión Nacional de Memoria Histórica, CNMH (2015). Una Nación desplazada. Informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia. CNMH.
Di Virgilio, M. y Perelman, M. (2014). Ciudades latinoamericanas. Desigualdad, segregación y tolerancia. CLACSO.
Lulle, T. y Paquette, C. (2006). Los grandes centros comerciales y la planificación urbana. Un análisis comparativo de dos metrópolis latinoamericanas. Estudios Demográficos y Urbanos, 22(2): 337-361.
Radio Nacional de Colombia (2023). Desplazamiento masivo en Segovia: más de 300 personas víctimas de la violencia. Disponible en: https://www.radionacional.co/actualidad/paz/desplazamiento-en-segovia-crisis-humanitaria-afecta-mas-de-300-personas
Ruiz, N. (2011). El desplazamiento forzado en Colombia: una revisión histórica y demográfica. Estudios demográficos y urbanos, 26(1): 141-177.
Soja, E. (2008). Postmetrópolis. Estudios críticos sobre las ciudades y las regiones. Traficantes de sueños
Torres, C. (2009). Ciudad informal colombiana. Barrios construidos por la gente. UNAL.
UNFPA (2008). Ciudad, espacio y población: el proceso de urbanización en Colombia. Universidad Externado de Colombia, Bogotá.
Repensar la integración local a partir de las estrategias de autogestión comunitaria: las mujeres, sus resistencias y luchas como aporte central
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Revista PLANEO N°57 |Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia| octubre 2023
[Por: Nataly Giraldo: Trabajadora social, especialista en política pública y justicia de género del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y magister en Desarrollo Humano de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Argentina. Docente de cátedra de la Universidad de Antioquia, del pregrado de Ciencia Política]
Resumen:
Las estrategias de autogestión comunitaria, especialmente las construidas con las diferentes formas de resistencia y lucha lideradas por las mujeres, agregan nuevos significados a la categoría de integración local y permiten asociarla a perspectivas como el derecho a la ciudad y a escenarios de transición hacia la paz, problematizando su carácter político y territorial. De esta manera se propone trascender su definición como una solución duradera del desplazamiento forzado, un lugar común de enunciación del marco internacional y nacional de protección de la población desplazada y refugiada, que en las experiencias cotidianas de organización y movilización comunitaria se amplía y redefine permanentemente. En el contexto colombiano, las mujeres han venido siendo el rostro más visible y protagónico en los procesos integración y de paz territorial en los lugares de acogida o recepción. En consecuencia, el objetivo de esta columna es proponer como línea de reflexión la revisión de la categoría de integración local a partir de su asociación con procesos de autogestión comunitaria y de paz territorial, en los que las mujeres, sus formas de resistencia y lucha, representan un aporte central.
Palabras clave: autogestión comunitaria, integración local, paz territorial
Reflexión inicial
En Colombia, las demandas de inclusión de la población que se asienta mayoritariamente en las laderas de los centros urbanos de las ciudades capitales e intermedias como producto de desplazamientos forzados internos y de población proveniente de Venezuela, obligan a repensar la integración local desde otras perspectivas que profundicen en su contenido y alcance político y territorial. Las organizaciones de base comunitaria, y especialmente las mujeres como actor clave, han ensayado y apropiado diferentes experiencias de autogestión y organización comunitaria que enfatizan el sentido político de estos procesos.
De esta manera, con sus experiencias organizativas de memoria, resistencia y planeación participativa territorial agregan nuevos contenidos que trascienden la definición de la integración local como una solución duradera para la población desplazada que, por diferentes razones, no puede retornar a sus lugares de procedencia y para quienes la única alternativa es reconstruir sus proyectos de vida en los lugares de recepción, enfrentando condiciones de vida adversas y diferentes formas de exclusión y discriminación (Bello, 2001). Por esta vía, aportan a la construcción de ciudad (Giraldo, 2022), especialmente cuando hacen visible, exigen y proponen a diferentes actores (sociales, institucionales, académicos y privados) otras necesidades y alternativas de inclusión y reconocimiento.
Sumado a esto, en el contexto colombiano, los estrategias y alternativas que vienen promoviendo las comunidades para consolidar iniciativas de paz territorial en escenarios urbanos también reafirman la necesidad de ampliar y profundizar el carácter político y territorial de la integración local y su necesaria vinculación con la concreción de los escenarios de transición hacia la paz. Especialmente, las mujeres víctimas de desplazamiento forzado interno han promovido diferentes acciones de resistencia a la violencia armada y han promovido escenarios de diálogo y acciones colectivas en sus comunidades para denunciar y disminuir la ocurrencia de graves violaciones a los derechos humanos y, de esta manera, evitar que sean revictimizadas.
La autogestión comunitaria
Las experiencias de autogestión comunitaria se soportan en estrategias autónomas que surgen, muchas veces de manera espontánea, en medio de los procesos de poblamiento urbano y como respuesta a las necesidades básicas insatisfechas. Esto como producto de una fuerte desagregación territorial, profundizada por experiencias previas de desarraigo, afectaciones de todo orden y graves afectaciones y restricciones al ejercicio de derechos. Esta realidad la comparten la población desplazada internamente, migrante o en situación de refugio que se ve obligada a migrar y a asentarse mayoritariamente en sectores urbanos marginados.
La autonomía, así como el trabajo colaborativo y solidario, aparecen valores comunes de enunciación en los procesos de autogestión comunitaria. En el caso de las mujeres, las iniciativas de memoria, de cuidado, memoria y de reparación simbólica son elementos integradores que interpelan y dotan de otro sentido y contenido la construcción de ciudad. La lucha por permanecer en la ciudad y la resistencia a todas las formas de negación de este derecho se encuentra en la base de las agendas de las comunidades. En materia de paz, las mujeres han apelado a acciones colectivas soportadas en actos de denuncia pública y de resistencia mediante el arte y la movilización social. También se han involucrado activamente en los procesos de autoconstrucción de barrios.
Asimismo, las estrategias de autogestión comunitaria han incluido acciones de visibilidad de los saberes y prácticas culturales como una forma de mitigar los actos de discriminación y xenofobia; puesto la persona desplazada, refugiada y migrante se ha asociado históricamente con un factor desestabilizador del “orden” de la ciudad o como una suerte de competencia por los servicios que debe garantizar el Estado.
Nuevos lugares de comprensión de la integración local
Estas formas de autogestión comunitaria están mediadas y atravesadas por disputas y tensiones, puesto que interpelan y entran en discusión con otras visiones y políticas de ciudad y, sumado a esto, confrontan los intereses de actores armados ilegales que perviven en los territorios y que terminan incidiendo en la cotidianidad de las comunidades. Por tanto, la integración local bajo la perspectiva del derecho a la ciudad es una conquista permanente que no es ajeno a las dinámicas y expresiones del poder armado ni a la imposición de otros intereses y perspectivas de ciudad. No puede entenderse como la demanda “ciudadana por el acceso a bienes y servicios urbanos básicos” (Giraldo, 2023, p.11), sino como un derecho vinculado al ejercicio de ciudadanía (Borja, 2013).
Las estrategias de autogestión comunitaria también enseñan que la integración local no es un proceso de adaptación y aceptación de la realidad actual, cualquiera que sea esta. De allí la importancia que adquieren los procesos de participación social y política, en tanto ponen agendas alternas por medio de las cuales se problematizan y visibilizan otras realidades y propuestas de transformación que exigen replantear políticas e incluso construir nuevos marcos institucionales y políticos.
En el caso de ciudades como Medellín, los procesos organizativos fueron liderados por la población desplazada, mayoritariamente constituidos por mujeres, que sentaron las bases para que se crearan políticas y una institucionalidad local para canalizar las necesidades de atención y reparación que demandaban a la ciudad. Ahora, tras las oleadas masivas migratorias de población de proveniente de Venezuela que iniciaron aproximadamente en el 2015, las ciudades capitales del país que pasaron a convertirse en las principales receptoras también se han visto en la necesidad de adecuar y crear mecanismos para dar respuesta no solo en términos humanitarios.
Para concluir, la integración local no es un proceso político y territorializado que no pueda generalizarse. Ocurre y responde a un contexto territorial e histórico determinado y las diferentes agendas que se derivan de los procesos de autogestión comunitaria. Tampoco es ajeno a las relaciones de género, dado que hombres y mujeres encuentran posibilidades, oportunidades y formas diferentes de integrarse en los lugares de asentamiento.
El camino que sigue es profundizar en esta línea de reflexión, máxime en el contexto actual colombiano en el que cobra relevancia repensar la integración local de cara a los retos que supone la persistencia del desplazamiento forzado interno, sumada al arribo constante y en crecimiento de la población proveniente de Venezuela, y los esfuerzos de diferentes sectores (institucionales y no institucionales) por transitar hacia la paz territorial. Tal reflexión no podrá dejar por fuera, las experiencias de las mujeres, sus demandas de integración y sus invaluables aportes.
Referencias bibliográficas
Bello, N. (2001). Desplazamiento forzado y reconstrucción de identidades. Ministerio de Educación Nacional e Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior.
Borja, J. (2013). Revolución urbana y derechos ciudadanos. Alianza Editorial S.A.
Giraldo, V. N. (2023). Imaginar y construir ciudad desde las estrategias de las mujeres víctimas de desplazamiento forzado interno. Política y Cultura, 59, pp. 83-104.
Prácticas de resistencia y construcción de memoria feminista en el Ex Centro de Detención Venda Sexy.
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Revista PLANEO 57°|Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Francisca Molinos Moyano, Planificadora Urbana y Magíster en Desarrollo Urbano Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen
Las prácticas generadas por los colectivos de Venda Sexy surgen como una respuesta ante las lógicas de una ciudad neoliberal que impide la recuperación de todos los sitios de memoria. Ante la disputa, las comunidades del sitio de memoria Venda Sexy han generado formas de construir memoria desde el territorio, desde lo individual a lo colectivo y de lo privado a lo público, reflejado en las diferentes conmemoraciones que realizan a las afueras del inmueble. Por otro lado, estas construcciones están enfocadas en crear una memoria de futuro, para las próximas generaciones, para mujeres, por lo que fomentan un diálogo intergeneracional y feminista en todas sus conmemoraciones, trasmitiendo sus memorias y generando una posmemoria en las nuevas generaciones.
Palabras claves: Sitios de memoria, Feminismo, Resistencia, Patrimonio
Introducción
El Ex Centro de Detención Venda Sexy ubicado en Macul, fue declarado Monumento Histórico el año 2016. Dentro de las principales razones por la cual fue declarada es debido a que “es un testimonio de la discriminación de género aplicado en las torturas sexuales por parte de los agentes de Estado” (CMN, 2016). Quienes lideraron el proceso de declaratoria fueron la Asociación de Memoria y Derechos Humanos de Macul y el Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, fundamentando como principal demanda la recuperación del inmueble como un acto de justicia reparatoria hacía las mujeres frente a la violencia política sexual ejercida de manera sistemática durante la dictadura cívico – militar (Facebook CMSSR 12 de mayo 2016). Así, también plantean la necesidad de que el sitio de memoria debiese ser entregado a las mujeres, considerando que el sitio una vez comprado por el Ministerio de Bienes Nacionales debe ser asignado a una organización para que haga cargo de la gestión. Esta demanda nunca se concretó debido a que el propietario del inmueble no es el Estado, si no que un privado quien rechazó la oferta propuesta, por lo que hoy sigue viviendo con su familia en Venda Sexy, dándole un uso meramente residencial.
Legalmente, no existen facultades para darle otro uso al espacio. Ante esto, Bienes Nacionales busca comprar el inmueble, pero el propietario se niega y finalmente no se logra concretar una venta. Sin embargo, en el año 2019 el sitio de memoria es vendido a una inmobiliaria perteneciente al mismo dueño del inmueble por una cantidad mucho menor (Reyes, 2019), pese a que de acuerdo a la ley, los denominados sitios de memoria no pueden ser alterados o modificados sin la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. Finalmente, lo que se produce es una especulación inmobiliaria con el patrimonio, en específico un sitio de memoria, donde al ponerle valor a la memoria, generó que los colectivos de Mujeres Sobrevivientes y Memorias de Rebeldías Feministas ya no quisieran recuperar la casa.
La disputa entonces va más allá del inmueble y de sus características. Los colectivos buscan un espacio donde se pueda materializar la memoria y poder contar con un espacio de memoria físico que permita crear memoria tanto para los colectivos, como sobrevivientes, en conmemoración por las víctimas y sus familiares y para las generaciones futuras.
Construir memoria desde el territorio
Memorias de Rebeldías Feministas y Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes son los colectivos que han resistido ante la venta de Venda Sexy, conformado tanto por mujeres sobrevivientes a la dictadura, como por mujeres feministas que apoyan la causa. Estos colectivos, en conjunto con agrupaciones feministas implementan diferentes estrategias para visibilizar la memoria histórica del país, generando una construcción de memoria en las ciudades neoliberales a través de diversas conmemoraciones y resistencias en el espacio público.
El año 2011 fue la primera instalación de la placa conmemorativa a las afueras de Venda Sexy. Sin embargo, esa sería una de las 3 instalaciones, dado que cada cierto tiempo es destrozada por grupos anónimos. Ante esto, se han producido actividades y conmemoraciones fuera del inmueble como una forma de resistencia por parte de los colectivos para mantener activa la memoria. Además, en cada fecha conmemorativa como el día internacional de la mujer el 8 de marzo o la conmemoración del golpe militar el 11 de septiembre, son fechas en que se reúnen a las afueras del inmueble ubicado en Irán #3037, como forma de resistencia y que en palabras de los colectivos es “Volver a hacer propio el ejercicio de memoria como forma de contar nuestras historias de lucha y así hacer frente al olvido selectivo” (Facebook CMSSR 3 de septiembre de 2018).
Los colectivos generan patrimonio más allá de la materialidad, sino desde las prácticas y conmemoraciones, en ese sentido el espacio público cobra vital importancia, donde este ha sido un lugar de encuentro de las diferentes conmemoraciones que se han realizado en el recinto, donde se han dado a conocer y han podido establecer lazos con los transeúntes y con los mismos vecinos.
Ante la imposibilidad de recuperar el sitio, los colectivos proponen la construcción de un memorial en la Plaza Arabia (ubicada a metros del recinto), por tanto, el memorial es la nueva construcción del discurso patrimonial por parte de los colectivos de Venda Sexy, siendo la forma de dejar una huella material en el espacio urbano ante una disputa con el inmueble, situando una memoria desde lo público, una construcción de memoria con el barrio y con las diferentes generaciones de la sociedad.
Memoria intergeneracional y feminista
La memoria hoy en día no pertenece solamente a las y los sobrevivientes de la dictadura militar, si no que mediante la recuperación de los centros de detención se ha desarrollado una memoria de carácter intergeneracional: una posmemoria, lo que Hirsh (2012) define como “la relación con las experiencias que recuerdan a través de los relatos, imágenes y comportamientos en medio de los que crecieron. Pero estas experiencias les fueron transmitidas tan profunda y afectivamente que parece construir sus propios recuerdos” (p.19). En ese sentido, las juventudes se han apropiado de la lucha de recuperar los centros de detención, tal como ocurre en Venda Sexy, donde se ha vuelto una lucha colectiva, feminista e intergeneracional.
Una de las principales luchas de los colectivos, corresponde a la visibilización de la violencia político sexual como una práctica de tortura que ocurrió en el inmueble y que es hoy es parte de la historia y de la memoria de las mujeres, de su historia de mujeres luchadoras y sobrevivientes de una dictadura que incorporó de manera sistemática una violencia de género, por lo que han fomentado ese diálogo desde el feminismo, formando alianzas con organizaciones de derechos humanos y feministas. Las mujeres de los colectivos de Venda Sexy le dan una importancia al diálogo entre mujeres de distintas generaciones, plantean una memoria que no sea para ellas, si no que para las mujeres del futuro.
Referencias Bibliográficas
Brodsky, C. (2012). Memoria y Monumento El memorial en la recuperación de la historia de la represión 1973- 1990 en Chile. Universidad de Chile. Facultad de Artes.
Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes (12 de mayo, 2016). “Venda Sexy: Sitio de Memoria con énfasis especial en género”. Facebook. https://web.facebook.com/profile.php?id=100064911961705
Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes (3 de septiembre, 2018) “Volver a hacer propio el ejercicio de memoria como forma de contar nuestras historias de lucha”. Facebook. https://web.facebook.com/profile.php?id=100064911961705
Decreto 277 (2016). Consejo de Monumentos Nacionales.
Elgueta, G. (2018) Institucionalización y patrimonialización de sitios de memoria en Chile. Una lectura desde la experiencia de Londres 38. Aletheia, 16, 1-17.
Hirsch, M. (2012). The generation of Postmemory. Writing and Visual Culture After the Holocaust. New York: Columbia UnivErsity Press.
Maceira, L. (2017). Género y memoria en las ciudades. Polítiques de memòria, gènere i ciutat, 105-157.
Quílez, L. (2014). Hacia una teoría de la posmemoria. Reflexiones en torno a las representaciones de la memoria generacional/Towards a Theory of Postmemory. Reflections on the Representations of Generational Memory. Historiografías, 57-75.
Reyes, R. (2019, 11 septiembre). La venta de Venda Sexy: La pelea por construir una Memoria Feminista. The Clinic – Reportajes, columnas, entrevistas y humor. https://www.theclinic.cl/2019/09/10/la-venta-de-venda-sexy-la-pelea-por-construir-una-memoria-feminista/
Simao, K. (2023, 22 agosto). Nancy Guzmán por venta de monumento histórico ex venda sexy: “El Estado tiene que protegerlo”. El Mostrador. https://www.elmostrador.cl/braga/2023/08/22/nancy-guzman-por-venta-de-monumento-historico-ex-venda-sexy-el-estado-tiene-que-protegerlo/
Memorias, ciudad y planificación: una exploración urbana de Santiago a cincuenta años del Golpe Militar
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Revista PLANEO 57°|Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Giovanni Vecchio, planificador urbano, Doctor en Planificación Urbana, Políticas y Diseño, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Christian Paulo Matus Madrid, antropólogo social, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Se presentan reflexiones y aprendizajes generados en una clase abierta realizada en el marco del curso de Exploraciones Urbanas, titulada “Memorias urbanas para el futuro: una exploración de Santiago en el contexto de los cincuenta años”. La clase constituye una práctica pensada para llegar a un público amplio, a través de una exploración urbana que tiene como objetivo recuperar la memoria de diferentes momentos de la historia del urbanismo y la planificación de Santiago. Estos momentos son rescatados en un contexto de reflexión que permite problematizar la ciudad actual reconociendo cómo se construye a partir de diferentes capas de sentido que se contraponen, producto de la disputa de diferentes actores y visiones de ciudad. Se abordan en el recorrido la memoria de las transformaciones que se han generado en los espacios de la ciudad, y cómo influyen en las formas que la vida ciudadana adquiere en el espacio urbano, teniendo consecuencias permanentes en las formas de comprender la vida en común.
Palabras clave: Exploraciones urbanas, Memorias, Planificación, Ciudad
Introducción
El contexto de la conmemoración en 2023 de 50 años del Golpe Militar nos plantea a las y los urbanistas el desafío de entender cómo las memorias se plasman materialmente en huellas que se pierden en el contexto del desarrollo cotidiano de la ciudad como “máquina de crecimiento” (Molotch, 1976). En el marco de la discusión más amplia que coloca la memoria en el centro de la agenda pública, surge nuestra inquietud como docentes de aportar a la discusión desde un cruce interdisciplinar entre historia, estudios urbanos y planificación. La idea motor es reflexionar sobre cómo los espacios de la ciudad llevan las marcas de los cambios que se han sucedido en diferentes momentos históricos. Como demuestran algunos lugares emblemáticos del casco histórico de Santiago, los edificios, las calles, las fachadas y los espacios públicos nunca se quedan iguales, sino que en ellos se superponen diferentes usos y además diferentes visiones de lo que debería ser la ciudad y sus espacios. De esta manera, podemos observar cómo los mismos lugares van cambiando de función e identidad, y se pone de manifiesto cómo fue, cómo es, cómo podría haber sido y cómo será la ciudad que habitamos.
En ese contexto nace la idea de desarrollar un recorrido por el centro de la ciudad que articule en una exploración urbana la recuperación de memorias de diferentes momentos del urbanismo y la planificación. Es así como en el marco del curso de Exploraciones Urbanas, curso de formación general de la Pontificia Universidad Católica de Chile abierto a estudiantes de todas las carreras de la universidad, se organiza una clase abierta titulada “Memorias urbanas para el futuro: una exploración de Santiago en el contexto de los cincuenta años”. Se coloca el acento en elaborar como dupla docente el rescate de las memorias urbanas no como un objeto de contemplación nostálgica del pasado como lo ya acontecido, sino como herramienta activa de futuro que permite problematizar la ciudad actual reconociendo cómo se construye a partir de diferentes capas de sentido que se contraponen, configurando un Santiago Actual, que es siempre producto de la disputa de diferentes actores y visiones de ciudad.
La clase abierta se realiza en terreno, con un recorrido que se desarrolla en el centro de Santiago, en un acotado sector a lo largo de la Alameda. Las finalidades son múltiples. En primer lugar, visualizar en los espacios de la ciudad las consecuencias de diferentes visiones de la sociedad y la ciudadanía. Desde sus orígenes, la planificación urbana ha estado vinculada al ejercicio del poder, ya que “la planificación espacial como técnica y el gobierno del territorio como práctica de gobierno nacen de una necesidad general de orden social y espacial que se transfiere y satisface en el orden del espacio” (Mazza, 20145, p. 9). En segundo lugar, incluir en la memoria también las transformaciones que se han generado en los espacios de la ciudad, influyendo a distancia de décadas en las formas que la vida ciudadana adquiere en el espacio urbano y teniendo consecuencias sutiles pero permanentes en las maneras de vivir en común. A esto se suma también la necesidad de analizar las ciudades desde la mirada de la ecología integral, ya que el curso tributa al área de formación general en Ecología Integral y Sustentabilidad, permitiendo así reconocer las interconexiones entre diferentes fenómenos – no solo ambientales, sino también sociales y políticos – que dan forma a los espacios que habitamos y a cómo enfrentamos los desafíos comunes vinculados a ciudades y territorios. Y finalmente, rescatar las diferentes visiones que, en el tiempo, han contribuido a moldear la identidad de Santiago y de Chile: visiones a menudo olvidadas y hasta escondidas, con un olvido “que niega las enormidades de nuestra historia, y que entierra juntos los aluviones violentos del pasado y las defensas construidas para atajarlos” (Franz, 2001, p. 17).
La salida a terreno como método
El curso de Exploraciones Urbanas ha sido tradicionalmente dedicado a entender la ciudad y comprender el territorio a través de la experiencia urbana (Bergamini et al., 2022). Por esto, la exploración quiere promover el aprendizaje basado en terreno, vinculando cada etapa del recorrido a específicas memorias de la ciudad.
Plaza Benjamín Vicuña Mackenna (entorno de la Biblioteca Nacional) Se eligió como punto de partida esta plaza, ubicada a un costado del cerro Santa Lucía y frente a la Biblioteca Nacional, por ser un lugar escondido y olvidado, que refleja el permanente cambio de usos de la ciudad y vincula la memoria de la Ciudad Colonial con la primera Ciudad de la República post Independencia. Construida en 1901 en honor a Benjamín Vicuña Mackenna configura un lugar sujeto a múltiples procesos de transformación: terreno de propiedad de Rodrigo de Quiroga, en el siglo XV pasa a ser un lugar de descanso para carretas, en 1608 acoge una hermita en honor a San Saturnino, en el siglo XVIII una “casa de acogida” de la Iglesia Católica, y finalmente un banco de sangre y un cuartel de artillería a comienzos del siglo XIX. En el terreno de la plaza acontece el Motín de Urriola efectuado el 20 de abril de 1851, un levantamiento contra el gobierno conservador de Manuel Bulnes y la candidatura de Manuel Montt como su sucesor, primera revuelta urbana de la época republicana protagonizada por parte de los miembros de la Sociedad de la Igualdad y jóvenes liberales. En ese levantamiento participó también el joven Benjamín Vicuña Mackenna, que luego en 1908 volverá al mismo espacio ya no como protagonista sino como objeto de homenaje y monumento público. La plaza adquiere nueva visibilidad al ser remodelada en 2012 junto a la calle Miraflores como parte del «Plan de Recuperación del Casco Histórico de Santiago».
Sitio de Memoria Ex Clínica Santa Lucía. El sitio de memoria da cuenta de un espacio que, a pesar de no ser objeto de profundas transformaciones físicas, ve cambiar su uso y significado de manera radical. La que aparece como una vivienda más al lado del Cerro Santa Lucía es construida con fines residenciales en el 1934, pasa a ser sede del MAPU – Movimiento de Acción Popular Unitaria en 1972, y es utilizada como lugar de detención y tortura por la DINA – Dirección de Inteligencia Nacional entre 1974 y 1977. En 2016 es declarada como monumento nacional y termina siendo la sede de la Comisión Chilena de Derechos Humanos. Además de mostrar las diferentes funciones que un espacio puede alojar a pesar de mantener intacta su apariencia, el sitio de memoria muestra cómo lo extraordinario puede encontrarse también en lo ordinario: un edificio aparentemente anónimo, parecido a muchas otras casas patrimoniales de la misma época, un estado de excepción (en la definición de Giorgio Agamben) es llevado hasta sus extremas consecuencias. Mientras el espacio físico no es alterado, su función y el significado que reviste para la colectividad cambia radicalmente en un periodo de tiempo limitado.
Barrio Lastarria. Este espacio de la ciudad configura, junto con Yungay, uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Su estructura inicial es definida por sus particulares condiciones históricas y geográficas, determinadas por los límites naturales del Santiago Fundacional (1541): el cauce del río Mapocho, un afluente de este, La Cañada (hoy Alameda Bernardo O’Higgins) y el cerro Santa Lucía. Se trata de un espacio configurado inicialmente por chacras y solares localizados al oriente del Santa Lucía, donde los primeros colonos españoles producían vino y otros productos agrícolas. Es a partir de la subdivisión de dichos predios y la construcción de un conjunto de primeras casas, junto con la edificación de la iglesia de la Veracruz (1857), que Lastarria constituyó uno de los primeros barrios de Santiago. Con la declaratoria patrimonial como Zona Típica de la parte central de Lastarria (1996) y del entorno del Parque Forestal (1997), el barrio empieza a adquirir una nueva visibilidad, asociada a un atributo cultural crecientemente valorado en tanto elemento de distinción, como es el patrimonio. Para la puesta en valor del barrio, ha sido fundamental la valoración del rico patrimonio material acumulado en su arquitectura desde su constitución a fines del siglo XIX. La obra ecléctica de Kulczewski , y la presencia de los denominados ‘edificios modernistas’ construidos a ambos costados del eje José Miguel de la Barra y en calle Ismael Valdés Vergara frente al Parque Forestal, consolidan y proyectan el carácter del barrio, expresando cómo la llegada de la modernidad a la arquitectura chilena se refleja en la identidad arquitectónica de Lastarria y Bellas Artes (Matus, 2017).
Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). El GAM muestra cómo diferentes visiones de la sociedad puedan manifestarse en un mismo espacio, involucrando directamente también al espacio público. Después de un rápido proceso de construcción en la que participa también la ciudadanía, el GAM se inaugura en el 1972 para albergar a la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD III); después de la cumbre, se transforma en un espacio cultural intitulado a Gabriela Mistral, con arte público y espacios de encuentro. Solo un año después, la Junta Militar lo transforma en la sede del Poder Ejecutivo y Legislativo, denominándolo Edificio Diego Portales. Después de la dictadura, el lugar alberga congresos y encuentros, para finalmente ser reinaugurado como centro cultural y ser nuevamente dedicado a Gabriela Mistral en 2010. En el GAM no se observa solo la disputa por un mismo espacio emblemático, que va cambiando de nombre y funciones, sino también quedan en evidencia diferentes maneras de concebir el espacio público: es un espacio inicialmente pensado como lugar de encuentro y disfrute de la cultura para toda la sociedad, que vuelve a su destinación original después de haber sido el lugar del ejercicio del poder y de la represión.
Remodelación San Borja. La remodelación es una intervención urbana que muestra la “ciudad que habría podido ser”. Se trata de una intervención de renovación urbana promovida por la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), con la finalidad de proveer un sector céntrico de Santiago con viviendas y equipamientos. La remodelación se puede considerar como el primer intento de realizar una nueva ciudad, desde la perspectiva social y espacial: por un lado se ofrecen viviendas accesibles y bien equipadas en un sector urbano central, y por el otro se adoptan todos los postulados del Movimiento Moderno, realizando viviendas en altura (con 10 torres residenciales), utilizando los terrenos liberados por las viviendas para diferentes espacios públicos (incluso un parque) y separando los flujos peatonales y automovilísticos (gracias a una red de recorridos elevados) (Pérez de Arce, 2016). La remodelación muestra una manera de intervenir en la ciudad que asumen la integración (de los habitantes y los espacios) como principio guía y entrega además un rol protagónico a un sujeto público, con una postura profundamente diferente respecto al desarrollo urbano orientado al mercado que se habría consolidado durante la Dictadura.
El rescate de las memorias urbanas como propuesta innovadora para la enseñanza abierta de la historia de la ciudad y su planificación
La exploración urbana dedicada a las “memorias urbanas” es solo una de las múltiples actividades desarrolladas, también en el ámbito universitario, en el marco de los cincuenta años del Golpe de Estado. Afortunadamente, a lo largo del 2023 han sido muchas las ocasiones de reflexión acerca de los temas de la memoria, el patrimonio y los derechos humanos, incluyendo visitas a lugares emblemáticos como diferentes sitios de memoria. Sin embargo, la actividad aquí descrita se toma del aniversario para proponer una reflexión más amplia sobre la memoria y la historia urbana, con la intención de leer superposiciones, permanencias y remociones de diferentes visiones de ciudad. Se trata de una iniciativa pensada intencionalmente para un público amplio, con la intención de presentar conceptos e hitos fundamentales en un ámbito acotado de la ciudad. Al tratarse de una clase abierta, la actividad ha sido pensada no solo para los estudiantes de pregrado del curso Exploraciones Urbanas – que están cursando diferentes carreras, normalmente no vinculadas a temas urbanos – sino también para un público más amplio. En la actividad han participado estudiantes de otros cursos y personas externas a la universidad, mientras que en todas las etapas del recorrido algunos transeúntes se han acercado para escuchar las explicaciones de los lugares visitados. Por esto, la exploración urbana es una actividad fácilmente replicable a futuro, también lejos de aniversarios emblemáticos, y es posible involucrar en ella públicos diferentes por procedencia, formación y nivel de conocimiento de las temáticas urbanas.
Después de realizar la exploración urbana, quedan algunos elementos de reflexión acerca de su eficacia y replicabilidad. Los y las estudiantes valoran las salidas a terreno, como demuestran sus comentarios en vivo como también en las evaluaciones del curso; lo mismo se puede hipotetizar acerca del público externo que participó en la instancia. La exploración urbana constituye una herramienta importante para el aprendizaje basado en terreno, metodología en la que salir de la sala de clase permite conocer y analizar determinados fenómenos y problemas directamente en los espacios en los que se manifiestan, además de ofrecer a cada estudiante la oportunidad de tener una experiencia en primera persona que no sea mediada exclusivamente por el docente. En este caso, la exploración urbana permite detectar reflejos de la teoría y la historia de la planificación en los espacios de la ciudad, ofreciendo una lectura compleja de los contextos urbanos y entregando una dimensión experiencial a contenidos que normalmente son abordados solo a través de clases lectivas. Las exploraciones urbanas son entonces un método activo de enseñanza que podría ser adaptado también a otros elementos propios de la planificación y los estudios urbanos. Si bien se trata de iniciativas cuya continuidad en el tiempo depende del compromiso de las personas encargadas de desarrollarse, el aporte a la enseñanza y la replicabilidad hacen que las exploraciones urbanas sean una importante herramienta para la docencia y no solo, gracias a la posibilidad de vincular los espacios de la ciudad a los fenómenos y las ideas que históricamente han contribuido a su formación y transformación.
Referencias
Bergamini, K., Vicuña, M., Moris, R., Ojeda, C., Araya, M.J. (2022). Exploraciones Urbanas: territorio sustentable. Manual para la enseñanza de Sustentabilidad Urbana como Formación General en Educación Superior mediante estrategias de aprendizaje activo. Santiago: Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC
Franz, C. (2001). La muralla enterrada. Santiago: Planeta
Matus, Christian. (2017). Estilos de vida e imaginarios urbanos en nuevos residentes de Lastarria y Bellas Artes: el barrio patrimonial como escenario de diversidad, distinción y movilidad. EURE (Santiago), 43(129), 165-186. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612017000200008
Mazza, L. (2015). Spazio e cittadinanza. Roma: Donzelli
Molotch, H. (1976). The city as a growth machine: Toward a political economy of place. American journal of sociology, 82(2), 309-332.
Pérez de Arce, R. (2016). El jardín de los senderos entrecruzados: La remodelación San Borja y las escuelas de arquitectura. ARQ (Santiago), (92), 50-67.
Entrevista a Carolina Aguilera, Académica e investigadora sobre sitios de memoria en Chile
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PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Carolina Aguilera es Licenciada en Ciencias con mención en Matemáticas y Socióloga por la Universidad de Chile y Doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Realizó un posdoctorado en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales y la Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como asesora en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para la Conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, y es académica part-time de la Escuela de Sociología UDP y profesora del Magíster de Patrimonio Cultural de la Universidad Católica de Chile. Ha investigado y trabajado en torno a los sitios de memoria marcados por el terrorismo de Estado, publicando sus resultados en las revistas Political Geography, Space and Culture, y Memory Studies, entre otros. Junto a co-autoras y co-autoreas, ha publicado en los volúmenes colectivos «DECOMMEMORATION. Making Sense of Contemporary Calls for Tearing Down Statues and Renaming Places», editado por Sarah Gensburger y Jenny Wüstenberg; y en el «Handbook on Memory Activism», de Routledge, editado por Yifat Gutman y Jenny Wüstenberg; entre otros.
PLANEO(P): ¿Cómo empezaste a abordar la relación entre ciudad y memoria? ¿Cuáles fueron esos acontecimientos, enfoques o lineamientos que te estimularon a observar la ciudad pos-dictatorial?
Carolina Aguilera (CA): Mi trabajo en este tema comenzó de manera indirecta, a través de la invitación que nos llegó cuando trabajaba en FLACSO, para investigar sobre memoria de la Dictadura. Desde el Ministerio de Bienes Nacionales nos pidieron, al Programa en el que me desempeñaba como investigadora, un catastro de todos los memoriales que estaban ubicados en el espacio público. De ese trabajo salió un libro muy lindo con fotografías de Álvaro Hoppe y un documento de trabajo. A continuación, nos pidieron un estudio de públicos para el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que en ese momento estaba en construcción. Todo esto por ahí por el 2007-2008. En ese contexto, con las colegas que trabajábamos en ese entonces Daniela Jara, Manuela Badilla y Mireya Dávila, nos dimos cuenta de que el tema de la memoria de la Dictadura en Chile era un tema muy profundo, en el sentido que marcaba mucho a la sociedad chilena, pero al cual en ese momento no se le daba gran importancia. Las Ciencias Sociales en esos años se dedicaban a estudiar estratificación social, clases sociales, y las clases medias eran un tema central, porque -se suponía- que ya habíamos salido de la pobreza. También estaban emergiendo otros temas, como las desigualdades, y en el PNUD por ejemplo ya se estaba comenzando a estudiar el tema del conflicto, porque se veía que la sociedad tenía una “olla a presión”, o los temas de género, o migraciones, que de a poco también estaban entrando. Pero el tema de la Dictadura estaba completamente ausente, era como si nunca hubiésemos vivido una; y nosotras nos dimos cuenta de que la sociedad chilena estaba muy marcada por ese periodo, los crímenes, el silencio y el conflicto político, y que era un gran tema que había que investigarlo. Así me quedé en ese tema hasta el día de hoy.
Parte de este trabajo en FLACSO también implicó dirigir la Mesa de Trabajo para el traspaso del inmueble de Londres 38 desde el Ministerio de Bienes Nacionales a la organización que hoy está a cargo. Esa fue mi primera aproximación a la pregunta por el espacio y por los lugares en términos muy concretos. ¿Qué se hace con un lugar que fue un centro de torturas y desaparición? ¿Cómo este se transforma en un espacio que sirva a la democratización del país? Preguntas gigantes que había que responder.
Luego de esa experiencia en FLACSO salió la posibilidad de trabajar en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, dirigiendo un proyecto para desarrollar un Museo en este espacio. La Corporación a cargo quería hacer un Museo al lado del parque, para lo que consiguieron un fondo importante de la Unión Europea y de la Fundación Böell, y necesitaban un/una jefe de proyecto para que desarrollara un programa museológico que fuera participativo, e hicieron un concurso donde salí seleccionada.
En el desarrollo del proyecto participaron personas desde distintas disciplinas. Loreto López, quién es ese momento estaba a cargo de la coordinación de proyectos en la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, ya había invitado a arquitectos y urbanistas de la Universidad de Chile y la Católica, para que ayudaran a pensar en esta idea de museo; un equipo del IEUT, con Gonzalo Cáceres, Valentina Rozas, Pía Montealegre, Gonzalo Millán, entre otros, por un lado. Y en el INVI estaba Claudio Pulgar y Walter Imilan. Entonces empezamos a ver esto desde un punto de vista más urbano e hicimos dos seminarios internacionales, gracias a la Fundación Heinrich Böll. En ese contexto invitamos a un académico de la Universidad de Bauhaus, quien era a su vez chileno exiliado en Alemania, Max Welch, quien para mi formuló la clave del asunto: el museo ya estaba ahí, ya existía, ¿porque querían hacer uno?, si el sitio era el museo, solo faltaba darle un giro a la gestión del espacio. Brillante. Tan simple. Entonces me di cuenta de dos cosas: En primer lugar, de que todo el desarrollo sobre sitios de memoria (hasta ese momento), estaba en general articulado a partir de testimonios, de lo narrativo, en torno a las representaciones culturales de los sobrevivientes, pero se elaboraba muy poco el tema a partir de la pregunta por el espacio desde un punto de vista más arquitectónico/urbanístico, donde se piense el espacio desde la importancia que tiene para el visitante, para la ciudad, para el entorno. Desde ahí surge mi interés por estudiar el vínculo entre memoria y espacio, memoria y ciudad, memoria y memoriales. Una vuelta larga, como vez.
P: ¿Qué elementos y continuidades, a nivel urbano-territorial, se observan desde la Dictadura al presente? Y en medio de esto: ¿Cuál es el papel o rol de los monumentos en la memoria de la ciudad?
CA: Tal como lo han investigado urbanistas en Chile y otras partes, la ciudad de Santiago y otras del país, quedaron marcadas por el desarrollo neoliberal de la Dictadura. La desregulación urbana que se impulsó, más las políticas de erradicaciones, implicaron que el dónde vive cada uno/a estuviese marcado por una trayectoria de clase que lleva a que la ciudad está segregada socioeconómicamente. Una división social que se fue acentuando con las políticas de la dictadura, y que no resolvió desde los años 90 en adelante, sino que quedó en su devenir, igual. Y eso no tiene que ver con la memoria, sino que, con el mercado del suelo, en dónde quienes pueden pagar pueden definir dónde vivir, y así también se ubican en general las viviendas sociales. Esta segregación no tiene que ver con las representaciones sino con cómo se ubican las distintas clases sociales en la ciudad. De ahí que la ciudad quedó arrojada al mercado y con muy poca intervención.
Sin embargo, esto sí se vincula finalmente con la memoria. En mi trabajo de Doctorado[1] pude comprobar que la memoria de la violencia política de los años 1970 y la Dictadura, sigue esa misma ruta, porque no se ven memoriales de víctimas de la dictadura en el llamado “cono de alta renta”, salvo dos excepciones desde el 2016 en adelante. Como se pudo ver en un estudio que salió recientemente publicado en el diario la Tercera[2], esto no tiene que ver con que en ese lugar no hayan existido hechos de violaciones a los DDHH, porque la represión se distribuyó más o menos homogéneamente en la ciudad (salvo en algunos sectores como las poblaciones en que hubo allanamientos masivos). Al contrario, la “memorialización” tiene que ver con cómo los diferentes grupos han elaborado representaciones sobre la violencia en el espacio público. Eso fue lo que intenté comprender en mi trabajo de Doctorado y luego de Posdoctorado.
Las prácticas conmemorativas y la construcción de monumentos no son homogéneas, se interrelacionan con otras dinámicas urbanas de la ciudad, como son las relaciones de clase y las distintas capacidades que tienen los grupos sociales para incidir en el diseño urbano de su entorno. Esto no es propio de la memoria, pensemos en otro ejemplo, como son las autopistas urbanas, ¿dónde se construyen y dónde no? Volviendo al tema de la memoria, de lo que he podido investigar, hay comunidades que habitan la ciudad considerando lo sucedido en Dictadura o la Unidad Popular, y movilizan prácticas conmemorativas para marcar el espacio, para significarlo con estas narrativas, con murales, animitas, placas, memoriales, monumentos, etc. Así, en los sectores de la periferia de los años 1960s y 1970s, se pueden encontrar memoriales colectivos a víctimas de dichos territorios que están marcados por las luchas de pobladores esa época; como estudié en mi Doctorado. Sin embargo, otros grupos, no necesariamente van a participar de la ciudad de esa forma y ello no depende del nivel de politización de estos. Son formas diferentes de vivir o hacer ciudad. Por el contrario, en el cono de alta renta pareciera que se ha privilegiado un habitar que evita hacer pública la memoria de las víctimas de la dictadura, y esquivar así un supuesto conflicto que ello podría traer, al menos así lo pude observar en los estudios que he realizado. Sin embargo, es en este sector, donde se ubican los monumentos a las otras víctimas del periodo 1970 – 1991 como son los monumentos a Carol Urzúa, Jaime Guzmán y Edmundo Pérez Zujovic. Se observa entonces, que la segregación socioespacial de Santiago se espeja en términos de la memoria. En ese sentido uno podría pensar incluso que hay muchas ciudades en un mismo espacio.
Por otro lado, está la pregunta sobre si la existencia de memoriales en si misma va a transformar las posiciones frente al pasado que tienen las personas, o si estos elementos ayudan a que esta memoria se perpetúe en el tiempo y se transmita. A mi entender si, aunque ello no es necesario ni suficiente. De hecho, existe una larga discusión en el campo de la arquitectura y de los estudios urbanos al respecto, sobre qué tanto impacto tienen o no los monumentos públicos. Ya es un cliché a esta altura citar a Robert Musil o Louis Mumford quienes dijeron respectivamente que “No hay nada en este mundo tan invisible como un monumento.” y “… si es un monumento no es moderno, y si es moderno no puede ser un monumento”. En general, desde la arquitectura moderna pareciera que aún se dice que la ciudad no necesita de monumentos, pero la sociedad se ha encargado de decir que la ciudad si los necesita, o al menos éstos no le son indiferentes. En mi tesis Doctoral lo que argumenté era que más allá de que los arquitectos modernistas habían dado por muerto el monumento, en la sociedad contemporánea sí recurrimos a ellos y les asignamos un valor a lo hora de abordar ciertos temas, como la violencia política.
Un buen ejemplo de la significancia de los monumentos políticos lo pudimos ver en el “estallido social” del 2019. Este movimiento demostró que teníamos más memoria de lo que pensábamos, a nivel urbano y de marcas, de monumentos. En Santiago se vio que muchas personas sabían quién era el personaje a caballo en Plaza Italia, y el que no sabía se enteró y le importó. Ese fenómeno lo estudiamos con una colega para las ciudades de Valdivia y Concepción, mostrando que lo que sucede con los monumentos en las ciudades varía, y depende de cómo los grupos que construyen las ciudades, generalmente las élites, imaginan los relatos que le dan una identidad urbana a estas[3].
Entonces, hay un debate en torno hasta qué punto los monumentos impactan o no el entorno, quién los mira, quién no, si sirven o no, pero al menos en los momentos de crisis políticas estos sí importan.
P: ¿Cómo pensar la ciudad chilena a 50 años del Golpe? ¿Podemos pensar un futuro en común en la ciudad, más allá del fantasma de la dictadura?
CA: Son muchas preguntas, y yo lo pondría así, ¿Qué hacer con el conflicto en torno a la memoria en el espacio a 50 años del Golpe de Estado? En un trabajo reciente[4] nos hicimos está pregunta y voy a responder siguiendo esas claves.
Por un lado, ya la misma pregunta da cuenta que somos una sociedad bastante memoriosa, aunque esta afirmación no genera mucho acuerdo; pero si nos comparamos con otras sociedades, incluyendo a la Uruguaya, estamos dentro de las sociedades más memoriosas del mundo occidental, junto con Alemania y Argentina. Y no sólo a nivel de representaciones culturales; como sociedad y país hemos sido capaces de juzgar a criminales de lesa humanidad, meter gente a la cárcel, aunque sea tarde, 50 años después. Pero en la mayoría de los países no se ha hecho justicia nunca. Tenemos sitios de memoria, aunque se considera que aún son insuficientes.
A mi entender, pareciera entonces que somos una sociedad bastante dada a la recordación. Y para entenderlo, es importante considerar que se trata de formas de generar identidad colectiva. Diversos estudios han mostrado que la memoria de los caídos en Dictadura remite a una memoria más larga: se está recordando una lucha social que parte en el siglo XIX -luchas que el Estado una y otra vez ha aplastado- pero que ha vuelto a resurgir de diferentes formas. Entonces, al estudiar las memorias puestas en el espacio por parte de los grupos sociales que movilizan estas narrativas, uno se da cuenta que no se trata de memorias de un pasado acotado al 1973-1990, sino que hay una narrativa de memoria de muy larga duración. Esto se puede observar en cosas concretas, como en la importancia que tiene el “Canto General” de Pablo Neruda, como fuente de relato para los proyectos de memoria de la izquierda en Chile. Los versos del “Canto General” se usan mucho para memoriales, como es: “aunque los pasos toquen mil años este sitio, no borrarán la sangre de los que aquí cayeron”. Ese es un verso que se suele encontrar en memoriales dedicados a los caídos en dictadura, pero refiere a la masacre de Plaza Bulnes de 1946, en que fue asesinada Ramona Parra, joven comunista que se volverá un símbolo de la represión. Esta idea la he tomado siguiendo planteamientos de Elizabeth Lira. De tal modo que pareciera que en términos de identidad colectiva la memoria es de más larga duración, y eso puede explicar también la durabilidad del conflicto en torno a la memoria.
Volviendo entonces la Conmemoración de los 50 años del Golpe. Hemos visto que se ha revivido una gran conflictividad, pero frente a ello, pienso que tal como plantea nuestro artículo, no debiésemos aspirar a esa reconciliación que se anheló en los años 90, que postulaba que había que dejar de pelear por esto. Más bien, siguiendo el desafío que planteaban Chantal Mouffe y Ernesto Laclau -quienes sitúan la comprensión de los conflictos políticos en vinculación con las identidades colectivas- más allá de asumir que sí son crímenes de lesa humanidad que todos/as deberíamos condenar, vamos a tener que aprender a vivir en este conflicto en torno al pasado. Este es un gran desafío ya que como ha mostrado esta Conmemoración pareciera que estos consensos mínimos -que pensábamos ya que habíamos alcanzado-, no eran tales.
[1] Aguilera, Carolina “El retorno del monumento : forma urbana y espacio vívido de la memoria pública de la violencia política en ciudades posconflicto : el caso de Santiago de Chile”, tesis para obtener el título de Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. 2016. https://repositorio.uc.cl/handle/11534/21394
[2] https://chilevisualizado.latercera.com
[3] Badilla, M., & Aguilera, C. (2021). The 2019–2020 Chilean anti-neoliberal uprising: A catalyst for decolonial de-monumentalization. Memory Studies, 14(6), 1226-1240. https://doi.org/10.1177/17506980211054305
[4] Aguilera, C. & Badilla Rajevic, M. (2022). Human rights memorials in turmoil: Antagonistic memories in contemporary Chile, Political Geography, 98, https://doi.org/10.1016/j.polgeo.2022.102731.
Entrevista a Cristián Correa, abogado especializado en justicia transicional
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PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos]
Cristián Correa es un experto en justicia transicional y en políticas de reparación a violaciones masivas a los derechos humanos. Es asesor sénior del Global Survivors Fund en temas de reparación a y con sobrevivientes de violencia sexual en conflictos armados. Previamente, se desempeñó en el Centro Internacional para la Justicia Transicional y, antes, en la Comisión Valech y en la implementación de políticas de reparación a violaciones de los derechos humanos en Chile. Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tiene un magíster en Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame, EE.UU.
PLANEO (P): ¿Cómo llegaste a ser abogado de víctimas de violaciones a los derechos humanos? ¿Qué experiencias o procesos marcaron tu entrada a este campo?
Cristián Correa (CC): Estudié Derecho porque crecí durante la Dictadura y las violaciones a derechos humanos era algo que me impactaba, y sentía que necesitaba involucrarme en su defensa. En esos años el activismo de Derechos Humanos y de lucha por la Democracia, me llevó al “Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo”, donde denunciamos estas prácticas, en tanto crímenes que reflejaban la naturaleza opresora de la Dictadura. Pero no es fácil encontrar trabajo en estos temas, y luego de estudiar un Magíster en Estados Unidos, regresé a trabajar en otra dimensión de los derechos humanos; la pobreza y el acceso de los pobres a la justicia. Trabajaba en una parroquia dando asistencia jurídica y ahí te das cuenta de la tremenda barrera, de lo ineficiente y poco accesible que son los tribunales para los pobres. El recurso teórico de la igualdad ante la justicia en verdad no existe para ellos. Trabajé 10 años en acceso a la justicia, intentando resolver conflictos mediante mediación y promoviendo soluciones alternativas a los tribunales. Un problema común que encontrabamos era que, ante la dificultad de obtener la posesión efectiva de la herencia, muchas propiedades quedaban sin titulación, generando conflictos familiares. Propusimos una ley que simplificara eso y, a pesar de la resistencia del Colegio de Abogados, fue aprobada y ahora puedes obtener la posesión efectiva de la herencia ante el registro civil, sin necesidad de abogados o jueces.
Cuando el Presidente Lagos creó la comisión Valech postulé y asumí el cargo de secretario de la comisión, siendo esta mi entrada desde lo profesional a las violaciones a DDHH. Ahora, no creo que soy abogado de víctimas, tal como dice la pregunta, porque jamás he llevado un caso en tribunales, pero en cierta parte sí lo soy, pues intento encontrar soluciones en diversos paises para que las víctimas de violaciones a los derechos humanos accedan a justicia y reparación. Se trata de contribuir a desarrollar formas de reparación que sean efectivas y que realmente se puedan cumplir. En el caso de la Comision Valech, cuando hablabamos de números masivos de víctimas (28 mil), 30 años después de sufrir torturas y violaciones con métodos sistemáticos: ¿Cómo llegas a cada una de esas personas? ¿Qué puede hacer un gobierno responsable para reparar, cuando el daño es devastador y cuando los 30 años de silencio son quizás más devastadores que las sesiones de tortura?
Cuando tú asumes ese desafío desde el gobierno es muy fuerte, porque te sientes responsable, porque eres Estado. Y te preguntas ¿cómo cumplir lo que es justo?, cuando las condiciones son imposibles, y cuando los estándares que dicen lo que tengo que hacer en derecho nacional e internacional, son imposibles de cumplir. Cuando hay gente que ni siquiera puede hablar de lo que le pasó por el miedo y el trauma, o por miedo a la estigmatización, que en materia sexual es aún mayor. ¿Cómo evaluar la magnitud de la tortura y de la violencia sexual?. Es complejo, pues no se limita sólo a actos de indescriptible violencia, sino que va seguido de desempleo y estigmatización al estar en las listas negras y no tener trabajo o no poder darle educación a tus hijos. Entonces, ¿qué se debe hacer para reparar tanto sufrimiento? El Estado, después de esto, está en deuda de por vida con esos compatriotas y no es posible reparar. Pero debes hacer algo que reconozca el daño causado; debes asumir y expresar la responsabilidad por ello, e implementar una serie de medidas que expresen ese reconocimiento y mejoren en algún aspecto algunas condiciones de vida, como el acceso a la salud o a la educación. Y eso fue lo que tratamos de hacer en la comisión Valech, pero sé que quedamos cortos. Así es como entro a justicia transicional.
P: En el caso de Chile: ¿Cómo se repara o reconcilia desde la institución jurídica o desde el poder judicial ?
CC: En materia de reparación no basta con proveer de medidas materiales. Aquí el reconocimiento es fundamental. Por eso la negativa de las fuerzas armadas de reconocer y a colaborar con plenitud, después de 30 años, es un gran obstáculo. Los discursos negacionistas que han surgido recientemente también son una gran dificultad. Pero a pesar de ello, existiendo reparación material, es difícil que las víctimas se sientan reparadas si no hay justicia. Tú puedes decir que vamos a investigar hasta donde más podamos; vamos a usar interpretaciones del derecho que nos permitan determinar la responsabilidad de quienes ordenaron o controlaron la operación, o de quienes fueron cómplices o encubridores. Pero tú no puedes asegurar que vas a encontrar esas personas, juzgarlas y condenarlas, porque eso va a depender de la evidencia que puedas encontrar, además el tiempo transcurrido afecta la capacidad de la justicia. La obligación de hacer justicia es de medios, no de fines, de hacer el máximo esfuerzo posible. Pero no puedes garantizar que la justicia llegue, siempre va a ser insuficiente reparar con las personas que fueron víctimas. ¿Cómo orientas la política? Primero, reconociendo que vas a quedar corto. Segundo, escuchando a las víctimas y abriendo espacios de participación. Ello puede ayudar a hacer que un proceso sea lo más reparatorio posible, pues mientras más se escuche y reconozca la dignidad, la participación; más posibilidades tienes de que las víctimas se sientan reconocidas en su dignidad. Se habla de que la reparación puede ser material o simbólica, pero todas las formas de reparación son, a la vez, materiales y simbólicas. La forma en como yo te escucho y entrego reparación, es tan importante como la beca o la atención en salud que se entrega.
P: ¿Cómo pensar o practicar la justicia transicional en la actualidad? ¿Cómo pensar la violencia más allá de las dictaduras, para abordarlas también desde sus conexiones con el presente?
CC: Una dimensión importante en justicia transicional es la mirada hacia al futuro. Aquí examinamos el pasado para aprender de él y para evitar la repetición de las violaciones cometidas. No hay mejor lección que la que nuestro propio pasado nos ofrece, respecto a lo que nos llevó a usar la violencia como método de acción política, o lo que nos llevó a justificar la represión. Se trata de considerar un elemento fundamental de la reparación en derechos humanos: La “garantía de no repetición” y la necesidad de interrumpir ciclos de violencia. Esto es muy marcado en países en conflicto armado. En Etiopía, por ejemplo, es posible identificar un continuo de opresión estatal. Cuando un grupo está en el poder ejerce el poder estatal para reprimir a los miembros de otros grupos étnicos, y cuando cambia el Gobierno el nuevo grupo “hace justicia”, y termina cometiendo los mismos abusos. La pregunta que surge allá es ¿cómo buscar un sistema de justicia transicional que reconozca las violaciones sufridas por los distintos grupos étnicos y cometidas por los distintos gobiernos? ¿Cómo incluir y dar reconocimiento en su dignidad e interrumpir los ciclos de violencia a víctimas de diferentes posiciones politicas, y de diferentes grupos etnicos?. ¿Cómo reparas o reconoces sin pensar en que no importa que grupo sea?.
Por eso es muy destacable que en el Museo de la Memoria haya una sección donde muestran a Carol Urzúa, Intendente asesinado por un comando del MIR. Esto no significa hacer equivalente un asesinato político y una ejecución sumaria por organismos del Estado, pero sí reconocer la común dignidad de quién es víctima. Hay una diferente responsabilidad cuando hay un grupo armado que cuando eres Estado, pero hay una común dignidad ¿Cómo llegas a eso?. Bueno, en la comisión Valech nos encontramos con el mismo desafío. ¿Qué hacemos con gente que fue detenida y torturada, pero que luego se convirtieron en agentes, delatadores o torturadores de sus antiguos compañeros?. Y la respuesta de la comisión fue que estas personas fueron víctimas de prisión política y tortura, y fueron reconocidas como tales. Porque los derechos humanos son inalienables, es decir, lo que hiciste antes o después de la tortura es irrelevante, a la hora de ser reconocida como víctima de violaciones de derechos humanos.
Otro dilema complejo es: ¿qué hacemos con las continuidades de violaciones del pasado que surgen con posterioridad, o que se proyectan en el presente?. Por ejemplo, en Perú, la violencia del Estado, las limitaciones de la participación política centralizada en Lima y en una clase, y la represión policial de los últimos años, de cierta forma, fueron advertidas por la Comisión de la Verdad hace 20 años. Dicha Comisión concluyó que no era casual que la violencia de los ‘80 se haya generado en la sierra, en las comunidades indígenas. Después viene un tipo como el Presidente Castillo, que representa el malestar de la exclusión social y política, y que es forzado a renunciar. La Comisión identificó este problema y denunció la exclusión social, racial y geográfica, pero el país hizo muy poco por hacerse cargo de ella. Entonces estamos volviendo a lo mismo. En Colombia se han repetido ciclos de lo mismo, cuando un grupo se desarma y luego sus miembros se recomponen en otro, ya sea de carácter político o criminal, de tráfico de drogas o de extorsión violenta. Otro ejemplo de actitudes reaccionarias ante el reconocimiento de responsabilidades por violaciones a derechos humanos, es representado por Bolsonaro y su negacionismo en Brasil, ¿qué paso con la comisión de la verdad ahí? ¿Qué pasa en Chile o Argentina ahora?. Después de dos comisiones de verdad y un Museo de la Memoria, y de monumentos a las víctimas por todo el país, hay que hacerse esas preguntas ¿cuáles son esas continuidades de las violencias y de esos negacionismos?
En Chile, la derecha ha intentado utilizar argumentos humanitarios para obtener reducción de sentencias o condenas menos lesivas en contra de responsables de torturas, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas. Esto me hace recordar un artículo que leí que decía que en la izquierda y el progresismo siempre han estado por el no punitivismo, cuestionando el punitivismo del Estado y exigiendo abordar el crimen de forma alternativa, buscando formas no retributivas, justicia restaurativa, acuerdos de reparación, y políticas sociales de prevención. Pero cuando se cometen violaciones a los DDHH, la tendencia es de extremo punitivismo de parte de aquellos que defienden los DDHH. Y por otra parte tenemos a una derecha que históricamente ha tenido un discurso muy punitivista, planteando de que si hay crimen hay que aumentar las penas. Pero cuando se trata de violaciones a los DDHH, se oponen a la justicia retributiva y plantean que hay que tener misericordia, de que hay que entender el contexto general que dió lugar a la práctica de tortura. Quizás aquí hay una oportunidad para buscar acuerdos que rescaten lo positivo de las necesidades de uno y otro lado, detrás de sus posturas por punitivismo y por justicia restaurativa. Aquí podemos explorar bajo qué condiciones es necesaria la sanción, y como ella puede ser definida de forma que de espacio al reconocimiento, a unas disculpas sinceras y la ayuda para encontrar desaparecidos o clarificar hechos, así como reconocimiento de aquellas situaciones en la que se actuó con limitada capacidad de discernir, y aplicar esos principios también a la criminalidad común.
Pero no todo es respuesta penal, sino que se requiere abrir espacios de diálogo en torno al reconocimiento de las violaciones, pero también, el reconocimiento de un contexto que no se justifica, pero que permite comprender ciertas acciones individuales y dar espacios para que perpetradores reconozcan responsabilidades. No deja de ser interesante lo que está intentando la Jurisdicción Especial de Paz, en Colombia, donde se generan espacios de justicia restaurativa, incluso para crímenes atroces. En ese sentido el concepto de “reconciliación” puede llevar a confusiones y a resistencias, porque pareciera forzar a desconocer las violaciones y el dolor causado o deslegitimar la demanda de justicia y sanción, en aquellos casos en que ella es necesaria. Me parece que el énfasis debe estar, en dejarnos confrontar por nuestras propias responsabilidades como sector político. Dicho reconocimiento debiera estar basado en ciertos principios, como lo es la común dignidad del ser humano y el rechazo a la violencia, ya sea como método de acción política, como medio de protesta, o como medio de represión, aunque sin por ello afirmar la existencia de equivalencias entre ellas.
En el caso de Chile, las protestas de Octubre de 2019 nos ofrecen una oportunidad para examinar las continuidades de las exclusiones y el malestar social que estaba presente en la lucha política en los 60’s, la violencia política y la represión que la siguió, y que dió origen a un período de represión sin precedentes en la historia del país, que deja deudas pendientes de inclusión social y política, a pesar de 30 años de democracia. Implica, en definitiva, tomarnos en serio los derechos que proclamamos en los instrumentos internacionales que firmamos y ratificamos, incluídos el derecho a la vida y a la protección judicial, como tambien el derecho a la vivienda, educación, salud, y a vivir en una ciudad amable, saludable, segura, con espacios de encuentro ciudadano y recreación.
P(PLANEO): ¿Cómo has visualizado el vínculo entre derechos humanos y ciudad?
CC: Cuando entregamos el informe Valech, nos enteramos de que el Ministerio de Vivienda, por su cuenta, estaba dando puntaje adicional a quienes habían sido víctimas. Esto fue una acción espontánea de un sector del Gobierno que no tiene responsabilidad directa en políticas de reparación, pero que tomó una iniciativa a partir de una recomendación de la Comision. En materia de ciudad tiene que ver con el programa de monumentos y memoriales que por muchos años se trabajó, desde el programa de derechos humanos del Ministerio del Interior, y que ahora está en Justicia. Aquí la pregunta es ¿Cómo intervenir el espacio público para que haya un reconocimiento?. Si haces un mapa de estos memoriales en la ciudad o en el país, te das cuenta de que es bastante extenso. Ese programa incorporaba la visión de víctimas, la comunidad y de artistas. Quizás el más hermoso es el de Paine, que es un bosque de postes, 70 ausencias que son los desaparecidos de Paine. Ahí la comunidad de víctimas podía hacer un mosaico en donde podía representar algo, pero las familias se reunían y conversaban en como representar al que desapareció. Villa Grimaldi también es significativo, al ser administrado por la asociación. Necesitamos algo visual tangible de algo tan intangible como la desaparición forzada. De ahí que es muy importante el cómo intervenir los espacios públicos, con procesos participativos entre víctimas y comunidad. Sobre esto, recomiendo un libro magnífico que trata el tema de espacios públicos como parte del fomento de emociones políticas democráticas e inclusivas, titulado: “Political Emotions: Why love matters for justice”, de Martha Nussbaum. En esa relación y en el encuentro en la diversidad, que nos permite reconocernos, se puede hacer ciudad.
Por ultimo, creo que uno de los legados mas nefastos de la dictadura y su enfoque economicista relativo a la ciudad es la segregacion social y las erradicaciones. La politica de erradicaciones fue un extremo de la poltica economicista y la sobrevaloracion de ciertos terrenos. Esto no sólo impuso el desarraigo de comunidades pobres que vivían y trabajaban en barrios de clase alta, sino que impuso una segregacion que tiene nefastas consecuencias en el presente. Creo que es indispensable buscar formas de hacerse cargo de esas consecuencias. Eso pasa por el reconocimiento de las erradicaciones como algo nefasto, por garantizar su no repeticion, y por asegurar una inversión extraordinaria para crear ciudad en los barrios perifericos, lo que implica cambios en la forma en como se distribuyen los recursos a nivel municipal, así como políticas regionales de inversión en infraestructura social y recreativa. Tratar eso como una exigencia de justicia a una violación del pasado puede ayudar al reconocimiento, pero tambien a vincular los derechos del presente con las violencias del pasado.
P: De acuerdo a tu trabajo y lo conversado ¿Que reflexiones te generan estos años conmemorativos de golpes de estado y vueltas a la democracia en L.A? ¿Cómo abordar el trabajo hacia el futuro?
CC: Así como lo peor que hay es el negacionismo, lo peor que puede haber ahora es el silencio, es decir, necesitamos ese debate de ideas, examinar de nuevo los informes de verdad, que aquellos que se resisten a reconocer los revisen, y a partir de ahí, sostener un diálogo abierto y no enjuiciador con los mismos. El informe de la Comisión Rettig lo escribió en buena parte Gonzalo Vial. En ese momento hubo una reflexión seria y no partidista sobre los temas. La reflexión de la comisión Valech también fue seria. La identificación de 1200 lugares de detención en el país nos llevó a concluir que existió tal masividad en la práctica de detenciones arbitrarias y de tortura que, refleja un involucramiento institucional a todo nivel. El examen de la reacción del poder judicial, nos permitió concluir también que había un involucramiento institucional, el que fue rechazado por la Corte Suprema, pero que, luego de una década, fue reconocido, y es más profundo. El tratamiento dado a la tortura por la prensa de la época también refleja cierto nivel de aceptación, al menos tácita. El titular de la Segunda “Se matan como ratas” cuando la operación Colombo informó sobre los 119 detenidos desaparecidos que se habrían matado entre ellos en Argentina y en Brasil, es muy elocuente sobre el trato dado por la prensa a las violaciones a los derechos humanos. Tenemos una responsabilidad como sociedad. No es que estemos divididos entre los buenos y los malos, las víctimas y los cómplices. La discusión no puede ser binaria, sino debe enfocarse en reconocernos unos a otros como seres humanos, que nos equivocamos pero que podemos superar nuestros errores.
Esa discusión hay que tenerla con la altura de miras también en Perú, Brasil, Argentina, así como en Venezuela. No es revisionismo histórico, sino reexaminar los hechos con perspectiva de tiempo, reconocer las responsabilidades que pudiesen ser menos amenazantes, como lo hizo la Asociación de Magistrados del Poder Judicial, en relación con la responsabilidad de ese sector. Debemos preguntarnos ¿qué nos dice el informe Retting 30 años después?, ¿Cuál es el ámbito que no podemos seguir negando? y también ¿en que quedó corto?, ¿Qué tipo de violaciones no fueron reconocidas?.
Lo que quisiera es que esas conversaciones sean serias, y que se actualicen con otros temas, por ejemplo, con el conflicto mapuche y la demanda por autonomía, o el tema de los migrantes o la dimensión de la pobreza. No podemos hablar de derechos civiles si no hablamos de derechos económicos y sociales, o de derechos culturales. Hay una noción de rescatar los derechos humanos, como derechos inalienables de todos, y de destrabar la noción de derechos humanos como discurso de izquierda solamente.
Por ultimo, he visto los debates sobre Punta Peuco, y creo que el problema no es ese recinto, sino las condiciones de indignidad de las demás cárceles. Creo que el problema no es tanto bajar las condiciones que ofrece una cárcel sino subir las demás, o darles cierta paridad. El problema es ¿Cómo tratamos a los demás presos?. En fin, creo que necesitamos examinarnos y reconocer responsabilidades para comenzar a tratarnos unos a otros como seres humanos con igual dignidad y derechos, sin manipular estas nociones o aplicarlas solo a un sector. Esa creo que es la invitación y el desafío.
La última entrevista a Miguel Eyquem Astorga. Arquitecto responsable del plan de la Ex Villa San Luis
VerLa última entrevista a Miguel Eyquem Astorga. Arquitecto responsable del plan de la Ex Villa San Luis
PLANEO 57 | Territorios y Ciudades en transición a la paz y la justicia | octubre 2023
[Por: Paulo Álvarez Bravo: Historiador. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos ]
Un día de junio de 2019 en su departamento ubicado en Cerro Castillo, en Viña del Mar, entrevisté a Miguel Eyquem Astorga. Era el inicio de mi investigación doctoral, razón por la cual la temática giro en torno a un exclusivo contenido: la Villa San Luis de Las Condes. Antes de dar inició a la conversación prefirió que tomara apuntes y declaro que no quería hablar más allá del golpe civil-militar de 1973 porque le generaba hondo dolor. De esa manera, mientras él iba relatando, transcribí hasta que me dieron las fuerzas, procurando no extraviar el sentido eco de sus reflexiones y recuerdos, incluido los guiños a la actualidad.
Miguel Eyquem Astorga falleció casi dos años después de realizada está entrevista, el 21 de marzo de 2021. En su trayectoria destaca haber recibido el premio nacional de urbanismo en 1971. Tiempo antes, participó de la fundación de Ciudad Abierta de Ritoque donde se desempeñó como profesor del Instituto de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Hizo de la arquitectura, del diseño aeronáutico y del urbanismo su oficio. Quizá fue desde el aire, como el aviador apasionado que era, en donde se enamoró del espacio y en donde a no dudar, tal como aquí lo refiere, imaginó “el gran San Luis»
Agradezco a Teani Cortés Lizama por revisar la redacción de está entrevista y a Claudio Leiva por la fotografía de Miguel Eyquem.
PLANEO (P): ¿Qué es la Villa San Luis de Las Condes (VSL) para usted?
Miguel Eyquem (ME): Es un trozo del urbanismo chileno. Sin darme cuenta de cómo sucedió, preví que se trataba de un proyecto de urbanismo muy grande para albergar a miles de personas. Sucedió por un concurso, un cruce de caminos entre Allende y el golpe militar.
P: Pero viene desde antes.
Claro, el proyecto proviene del gobierno de Frei Montalva. En el momento en que la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) comienza a funcionar, me invitan a participar. Su primer director o vicepresidente fue Gastón Saint Jean. Bueno, a mí me invitaron a participar como urbanista. En ese tiempo la CORMU tenía sus talleres de trabajo en Pedro de Valdivia norte, en una sala de exposiciones que regaló el gobierno de México a Chile, con el nombre de México. A ese lugar me llevo mi amigo Jaime Villalta, al borde del cerro, y me dijo ¿ves para allá? Sí respondí, qué linda vista. Bien me dijo ¿ahora ves ese paño verde que se ve allá? (me indicaba el oriente) Si contesté. Bien, ahora son tuyos, la CORMU los compró. Y entonces comencé. Luego, bajo el gobierno de Allende Goosens, tuve la suerte de que el director ejecutivo de dicha entidad fuera Miguel Lawner.
P: ¿Por qué dice que tuvo suerte de que Miguel Lawner fuera el director de CORMU?
ME: Es una historia larga, proviene del tiempo en que vivíamos entre Matta-Portugal, cuando Avenida Matta era la cintura sur del límite de Santiago y la calle República era el extremo poniente. Él sostuvo que yo tenía que seguir ahí, haciéndome cargo del trabajo más grande, desde el punto de vista urbano, que había en Chile en ese momento. Al sur de Matta comenzaba el campo, con grandes casas, donde había una gran huerta, ahí había una viña que se llamaba Viña San Miguel, que era de mi abuelo de origen francés. La situación era muy bonita, ahí nací yo. Mi abuelo, achilenado, hizo una casa con dos corredores, norte y sur, ¡Un corredor! ¿qué hace un francés viviendo bajo esa tipología? Delante de la casa que da hacia la avenida, se hacía un gran jardín. Al centro tenía un gran chorro de agua, a mi entender simbolizado con una palma chilena preciosa, lisa. Todavía existe rodeada por un estacionamiento de autos.
Yo nací y crecí entre diez tíos franceses que nunca quisieron achilenizarse, en cierto modo retirado de la ciudad. Cuando nací ya había muerto el abuelo y habían loteado la viña. Miguel Lawner provenía de una familia de origen judía pobre, llegó a la casa de mi tío Alberto. Para Lawner yo era un viejo conocido en quien confiar y para mí ese hombre, militante comunista, era mi amigo. A mi entender lo que CORMU tenía en sus manos era más grande que ellos. Lawner resistió las quejas de que yo no fuera un político y me ratificó en la conducción del proyecto de San Luis.
P (PLANEO): Entonces hablemos del proyecto de Villa San Luis. De lo que era y de vuestra propuesta.
ME: Lo que tenía en mis manos eran dos kilómetros de Avenida Kennedy, setenta hectáreas. Son cosas que pasan solo en Chile. Tierra sin cultivar para que se produjeran canchas de futbol, o sea, para que produjera polvo. Sé que partió por un grupo de médicos ¿Cómo llego a ser un terreno tan grande? No tengo ni la menor idea, una dimensión como esa no se puede lotear. Es interesante que no tenga que hacerse un plano, hay que trazar no más: las grandes avenidas, Manquehue y Presidente Riesco. Era importante entonces el terreno, el terreno mismo estaba jugado, entonces había que prolongarlo. Yo no me preocupé de eso, pero debí haberlo hecho porque hacer la primera autopista urbana de Avenida Kennedy que choca con Vespucio y a través de Tabancura se une con Las Condes, otra avenida no era menor. En ese lugar, Avenida Las Condes va caracoleándose ¿sabes por qué? Porque va siguiendo un canal del río Mapocho.
El inmenso paño se regaba con aguas del Mapocho, Avenida Kennedy estaba justo en el eje del Plomo, pura coincidencia. Los que la trazaron no pensaron ni una cosa de éstas. Para mí, que tengo una visión aérea, era fundamental entonces que las vías debían ser una suerte de paralelas a Kennedy. Eso tiene como eje al [cerro] Plomo a la vista, se trataba de que la arquitectura preservara el valle de Santiago. Ahora, en otro sentido, terminaba en la virgen del cerro San Cristóbal, lo que me indujo a ir a la virgen y me dije “yo no sé si los rascacielos lo permitirían”. Teniendo todo eso en cuenta tracé las principales ideas.
P: ¿Cuáles fueron esas principales ideas?
ME: Creo que las imaginé desde el aire. Yo vuelo en planeador, desde ahí considere cardinalmente el espacio del San Luis. Primero tomé en consideración que mirando hacia el sur está la calle San Diego que es una avenida que llega a San Bernardo, prácticamente una sola recta. Ahí está el parque Subercaseaux, formando una línea verde. Luego, mirando un poco al oeste, estaba la pista aérea de Cerrillos que entonces funcionaba comercialmente y también la Internacional, una gran hoja pasa por encima de la virgen y aterrizas en otro punto verde, la aproximación pasa por el Club Hípico y el parque O’Higgins, más allá el Matadero. Después, un poco más al poniente aun, camino a Pajaritos, orientado a esa cumbre del cerro que termina en el santuario de la Virgen. Ahí, sobre el santuario, recomiendo la vista que ofrece Santiago, una vista preciosa, estoy hablando hace muchísimos años, la altura ha cambiado. Entonces el gran San Luis se conectaba con los jardines del cerro y el borde del río, actualmente camino de Vitacura. A continuación, estaba el Club de Golf y luego comenzaba propiamente el terreno del San Luis. Al norte, Kennedy ofrecía una zona despejada como para hacer un parque o una primera gran franja, en consideración a que proyectaba que en esa zona hubiera edificios altos, de altura indefinida, de hecho, lo conversamos con la Municipalidad de Las Condes, por eso es por lo que está ahí el Marriot. Hacía el este, San Luis formaba parte del eje que iba directo al Plomo. Pasaba una cosa muy linda, el Plomo pertenece a una cadena de cerros llamada Esmeralda. La Villa San Luis debía quedar mirando el valle que presidia Santiago de Chile, el Plomo con sus cinco mil metros, era el Montt Blanc. Corresponde a la altura de los cerros de frontera, el Plomo se salía hacía el valle. Cuando vuelo en planeador paso por ahí, por el cerro Juncal y voy por el San Ramón para seguir hacía el Maipo, el Plomo se ve que se escapó de la cadena principal que está en el límite. Son cosas del azar muy especiales, que hacen que el valle de Santiago sea privilegiado, maravilloso, entonces no hay problemas técnicos que resolver, sino que simplemente cuidar el espacio para que no desaparezca el valle.
El proyecto de conjunto lo visualicé en tres franjas. El sector de Kennedy respondiendo con edificios residenciales altos a los ya altos edificios ubicados al frente. Propuse bloques que al interior tuvieran una cosa especial: a cierto nivel bajaban en ángulo al centro del terreno para asegurar la pendiente, había entonces una rasante para asegurar el horizonte de tres franjas. En la zona mediterránea debían alojarse los servicios generales, incluido los servicios municipales, estaría el centro cívico del barrio oriente, una plaza que tendría servicios fiscales, oficinas de abogados y de profesionales, un museo, un auditorio, un cine, cosas del centro de una ciudad y a continuación una proposición del verdadero mall que debería tener Chile, un mall a tajo abierto y edificios que se escalonaban, todo eso tendría un eje interior periférico para que no tuviera más tráfico en el interior hasta Bilbao, que se encontraba en el centro deportivo -creo que era el Country Club- y por el otro terminaban en el Mapocho, frente al cerro. La tercera franja era de edificios residenciales de cuatro pisos, para que no tuvieran ascensor y fuera barato, pero los edificios por fuera eran iguales, se integra la casa eso era bonito.
P: Todo lo que describe asemeja la ciudadela a gran escala con la que se ha definido el proyecto San Luis y la idea de ser un punto de fuga en el oriente de la capital
ME: Solo en la franja media, aparte de lo ya mencionado, había presupuestado una plaza de tres cuadras de trescientos metros, un nivel de estacionamiento de mil autos arriba, veredas, paseos con centros comerciales. Por el interior podía comunicarse entre pisos, podría haber una tienda inmensa. Yo había hablado con las tiendas que estaban en el Faro de Apoquindo, con Falabella y París, ellos estaban dispuestos a instalarse, de modo que éste verdadero mall pudiera hacer circular continuamente a la gente con cafés en medio y estacionamientos. En el patio, donde el auto participaría, había árboles, que desde abajo atravesaban para arriba. Se hizo una maqueta de madera y acrílico y con esa misma maqueta el Comité Olímpico chileno (manejado por el PDC) partió a Ecuador donde se iban a decidir la sede de los juegos Panamericanos. “ustedes tienen todo listo” les dijeron, no hablamos más[1]. Esa fue una jugada que conseguí, porque de esa manera, lográbamos pavimentar la Avenida Manquehue en la franja central, tenía cierto hundimiento porque arriba de ella, iba a pasar el centro cívico. Todo eso era una manera de hacer partir en Chile, somos campeones, pero ninguno es iniciador. Entre el equipamiento había diseñado un centro ecuménico, es decir un centro donde había un templo para todas las religiones. Hacia el sur comenzaría el barrio, el jardín que soportaba muy bien los cuatro pisos, de los edificios residenciales, no los ofendía ni les daba sombra. Esto tenía importantes espacios verdes, los jardines de una urbanización son más caros que un edificio, son de un costo horrible. Cuando yo trabajaba en el Ministerio les dije a los abogados que estudiaran organizar la creación de una cooperativa para que administre aquello ¿Qué es lo que sucedería? Se acabarían las pistas del golf que gastaban el agua potable, esa era una idea que viene de los vuelos que yo tenía. Y en vez de eso proyectamos unos campos largos con todo tipo de cultivo en permanente trabajo, huertos, a modo que el jardín no gastara, sino que produjera ganancias que la gente aprovechara y que ayudara a solventar los gastos comunes a pesar de que eran bajos. Era bonito que el propio suelo se trabajara. La acera de peatones tendría una fila de nogales, es oro, con eso financiábamos el jardín entero. Las nueces son duras como la piedra, la orden era que antes de que cayeran al suelo las sacaran.
P: Un proyecto multiescalar, integrado e integrador.
ME: ¡Todo lo que se pensó con el gran San Luis buscaba unir el todo! Por supuesto dentro de la Villa había un cuadrado grande de canchas. Invité a la Universidad de Chile[2] ofreciendo que la construcción de la terraza tuviera una pista de entrenamiento, aunque no olímpica, sino que, con una piscina olímpica, que estaría orientada por el cerro Manquehue, de modo que la gente veía la imagen. Se hizo la piscina inclinada con cincuenta metros. En la Municipalidad de Las Condes en tanto se aprobó una especie de plan regulador, se estaba previendo todo lo que se necesitaba y se comenzaron a abrir las calles y ponerles nombres. Por ejemplo, se hizo la calle que llamé Cerro el Plomo. Desde el oriente vendrían también otras calles como Cerro Altar o Cerro Colorado, calle Presidente Riesco.
Desde el inicio del proyecto, como buen ingeniero que soy, me fui a los campos, al campo del San Luis. Quería conocer su dimensión, pero también a la gente e integrar. Eran terrenos muy peligrosos porque se los podían tomar en cualquier momento. Así, fui haciendo camino con los futuros pobladores. Fui directamente a conocer sus condiciones de vida, gente de la ribera del río Mapocho. Algunas familias habían conseguido, con mucho esfuerzo, hacer mejoras. Había familias que tenían un pequeño parrón, un gallinero, un chancho, una gruta con una virgen. O sea que, en sus terrenos, donde estaban votados de la ciudad, en el río, tenían un pequeño parque. Les dije a los pobladores que tendrían una sola obligación: hacer funcionar el campo, mantener su campo verde. Eso fue porque en ese tiempo a mí me tocó vivir en los Domínicos, en la segunda casa. Como dueño de fundo me sentía, me iba recorriendo, bajando por Las Condes, preocupado de cuánta agua caía. Todo constructor, lo primero que hacía, era tapar las aguas y me hice pasar por inspector municipal para defender el agua con el objetivo que llegara a mis tierras (San Luis). Fue muy bonito, una cosa surrealista, de locos.
P (PLANEO): Era un proyecto increíble para Santiago de inicios de los setenta ¿Qué sucedió con el proyecto de conjunto?
ME: Como la economía estaba en el suelo consideramos partir por la zona residencial sur. La más económica pero también la más urgente. A Miguel Lawner se le ocurrió una idea brillante, realizó un sistema de concurso-oferta donde las empresas constructoras proponían ejecutar el trabajo con diferentes formas de producción. El concurso fue un éxito, pero para mi gusto hubo un pecado mayúsculo, responsabilidad de la arquitectura. La mayoría de los proyectos fueron realizados por malos arquitectos, creyendo que la economía consistía en que la arquitectura debía achicarse. Paralelo a eso, Luego de entregados los primeros departamentos los fui a ver y muchas de esas familias estaban llenas de cosas que no tenían dónde poner: el baño era un guardadero, no tenían dónde guardar sus cosas, era una infamia. Me dio una pena terrible. Sentí que les fallamos, me equivoqué. Yo esperaba mucho de amigos que estaban trabajando en la ejecución de las obras, trabajaban con técnica de hormigón, en moldaje en altura, hicieron unos departamentos con esta idea, pero el resultado fue el más miserable de todos. Yo responsabilizo de eso directamente a los arquitectos.
Yo estaba a cargo del trabajo urbano más grande que había en Chile en ese momento. Descubrí cosas horrendas, como por ejemplo que los estudiantes de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Santiago que hicieron su practica en San Luis realizaron bloques de cemento muy pocos estudiados, tan malos que después los transformé en otra cosa. Descubrí que los estudiantes no se interesaron jamás por lo que habían hecho, no estudiaban ni iban a terreno. Entonces hice, con la ayuda de Víctor Rivera, un calculista, un edificio de bloque, es el que está hoy al oriente de Manquehue. El proyecto con la PUC fue un fracaso, los estudiantes deberían haber estado en la obra misma, pero como siempre hay quienes se transformaron en administrativos y funcionarios que se transformaron en arquitectos. En la franja centro, el parque Araucano está muy mal ubicado, pegado a Américo Vespucio, que es una circulación periférica que junta los suburbios. El parque actual fue hecho por exalumnos nuestros, no es un proyecto de ingeniería para hacer andar Chile. El parque Arauco y Alto Las Condes y otro centro más deberían estar en lo que imaginé como centro cívico, lo que le daría una densidad de gran ciudad, inaudita, para más de un millón de habitantes. En cuanto al centro ecuménico, me comuniqué con el arquitecto que había levantado uno similar en Suiza, le envié un anteproyecto dibujado por mi propia mano, él estaba feliz, pero tampoco se construyó. En cuanto al parque, no tenía nada que ver con lo que yo pensaba debía tener un parque; el equipamiento, la piscina que no se si la destruyeron, una brutalidad increíble, que una cosa hecha, lograda, no se les ocurra darle curso, una piscina es un tesoro en este país. El gran San Luis era un lugar donde los pobladores podían ver la cordillera, pero con la ayuda de la arquitectura se perdió completamente.
P: ¿Qué pasó después del golpe civil-militar de septiembre de 1973 con usted y con el proyecto del San Luis?
ME: Seguí trabajando en la CORMU después de 1973. Colocaron como director de la institución a un cuidador de cementerios, que no ayudó en nada a la continuidad del proyecto. Los militares, pero también los funcionarios civiles, estaban sospechosos de todo. Un día invité a Pérez Yoma, que tenía una gran empresa constructora a conversar sobre el tema y me preguntó con incredulidad ¿alguna vez van a edificar lo que te propones? Mira, le contesté, mi proyecto es la capital de América, aislado y de grandes proporciones. “Eres un iluso” me dijo. Esa respuesta demuestra la pobreza del empresario chileno. «¿Te das cuenta -le dije- que a mí no me cabe que tengas la cabeza tan achicada?»
P: Usted conoce el aciago destino de casi mil familias pobladoras despojadas de sus departamentos en la Villa San Luis entre 1976 y 1980.¹
ME: Evidentemente y hasta el día de hoy me genera un dolor terrible, me es difícil hablar de aquello. Lo que hubo ahí, lo que realmente paso fue un robo de parte del ejército. Durante el gobierno militar la CORMU no hizo nada, ellos estaban sospechosos de todo, esperando a los “chicago boys”. Estuvo todo paralizado por mucho tiempo, las empresas habitacionales sin iniciativa; el crédito, el mercado, los bancos, las hipotecas, todo. Aquí hay un problema humano profundo. Era evidente que los vecinos del barrio, viendo a estos “primitivos” que les ponían al frente, no les iba a gustar nada. Pero lo que destruyo esto, en definitiva, fue otra cosa; fue el negociado. Cuando se dieron cuenta del tremendo espacio, centro de la comuna, el ejército con los “chicago boys” mostraran el horizonte en el que ellos confiarían.
P (PLANEO): El año 2017 un pequeño pedazo que contiene dos edificios semi derruidos, dentro del lote 18, fue declarado Monumento Nacional ¿Cuál es el destino que a su parecer debiera tener?
ME: Justamente es la lucha por aquellos quienes quieren derrumbar y quienes quieren conservar. Lo que sé es que no quiero ir a verlos porque me da mucha pena. No creo que resulte preservarlos tal como están porque es como conservar lo triste. Hoy está todo carcomido por el negocio inmobiliario que es el más grande de los negocios, es el más grande robo. Villa San Luis a pesar de los errores que tuvo y de mis equivocaciones era una de las arquitecturas buenas que había, sin embargo, la destruyeron sin contemplaciones. A las familias que llegaron, pobladores que conocí, se les otorgó los departamentos para que fueran propietarios, eso no lo soportaron, tampoco creo que soporten la memoria de lo que realmente ahí sucedió.
[1] La Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) designo en Ecuador a Santiago de Chile como el país anfitrión de los juegos Panamericanos a realizarse en 1975.
[2] Se refiere al club deportivo.
Ley de Ordenamiento Territorial y uso de suelo de la Provincia de Buenos Aires. Efectos en aspectos territoriales vinculados al desarrollo
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Revista Planeo Nº52| Vivienda en la Ciudad | Junio 2022
Por: [Solange Yesica Lemarchand. Departamento de Ingeniería, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina]
Resumen
La normativa de ordenamiento territorial y uso del suelo es un instrumento de la política pública que permite orientar el proceso de producción del espacio, cuya finalidad es organizar y planificar la ocupación de este en función del modelo de ciudad que se pretende alcanzar. Esta investigación pretende analizar los efectos que produce la implementación de la normativa de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelo de la Provincia de Buenos Aires, en los aspectos territoriales vinculados al desarrollo, considerándolo como el incremento del bienestar y disminución de la desigualdad, relacionado con el acceso a la tierra, la vivienda y un hábitat justo, que son algunas de las principales necesidades sociales.
El trabajo comienza con el concepto de desarrollo y territorio utilizados, y la importancia de la política pública en materia de ordenamiento territorial y uso de suelo. Se presenta la normativa existente a nivel nacional y la correspondiente a la Provincia de Buenos Aires, en cuanto a dimensiones mínimas de parcelas e infraestructura. Finalmente, se pone de manifiesto las desigualdades entre los barrios cerrados y los barrios de vivienda social. Como resultados, se pueden mencionar la falta de cumplimiento del objetivo de ciudad compacta y aumento de la segregación socioespacial.
Palabras clave: Política Pública, Segregación residencial, Desigualdad, Subdivisión del suelo
Abstract: Land use and territorial planning regulations are an instrument of public policy that guides the process of spatial production. Its purpose is to organize and plan the occupation of space according to the city model to be achieved. The objective of this paper is to analyze the effects produced by the implementation of the Land Use and Land Use Planning regulations of the Province of Buenos Aires in the territorial aspects related to development, considering it as the increase of welfare and the decrease of inequality, related to the access to land, housing and habitat, one of the main social needs. The paper begins with the concept of development and territory used and the importance of public policy on land use and land use planning. It explains The existing regulations at the national level and those corresponding to the Province of Buenos Aires, in relation to the minimum dimensions of piece of ground and infrastructure. Finally, the inequalities between gated communities and social housing neighborhoods are highlighted. As results, the lack of compliance with the objective of a compact city and the increase in socio-spatial segregation can be mentioned.
Keywords: Public Policy, Residential segregation, Inequality, Land subdivision
Atributos del modo de habitar mapuche en conjuntos de viviendas con pertenencia indígena de las principales Áreas Metropolitanas de Chile.
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Revista Planeo Nº52| Vivienda en la Ciudad | Junio 2022
Por: [Catalina de Cortillas Torres . Arquitecta y Magíster en Proyecto Urbano, PUC – Chile. Depto. de Asesoría Urbana, Municipalidad de Providencia, Chile]
Resumen
En el siglo XIX tardío, el pueblo mapuche migró masivamente a las ciudades debido a la reestructuración económica regional y conflictos de tierras con el Estado chileno (Carmona, 2017). Aunque la literatura explora el problema de la vivienda mapuche, se centra en la arquitectura de viviendas tradicionales – espacios urbanos creados por poblaciones mapuche (Fontana & Caulkins, 2016). Surge la pregunta ¿qué atributos del modo de habitar tradicional se mantienen en las viviendas mapuche de Áreas Metropolitanas en Chile?
Este artículo busca destacar similitudes entre los atributos del modo de habitar mapuche y viviendas construidos en 2007 bajo un convenio MINVU- CONADI en las Áreas Metropolitanas de Santiago y Gran Valparaíso, en cuatro dimensiones: (i) orientación de las edificaciones, (ii) espacios de encuentro, (iii) límites entre lo público y privado y (iv) la condición urbana del conjunto residencial. El análisis muestra que el cumplimiento de atributos que refuerzan el modo de habitar mapuche no es absoluto en ninguna Área Metropolitana de Chile.
Es urgente conocer el estado de los pueblos originarios en las ciudades chilenas y que el ámbito académico y estatal continúe investigando las necesidades de los pueblos originarios en la cultura, arquitectura y ciudad contemporánea del siglo XXI.
Palabras clave: Mapuche urbano, Vivienda indígena, Áreas Metropolitanas
Abstract
During last half of 19th century, people of mapuche culture began to experience a migration to big cities, mainly due to the reconversion of the regional rural economy and land conflicts with Chilean State (Carmona, 2017). Although problem of mapuche housing and its geographical quantification in Metropolitan Areas are topics widely explored in literature, most of the researches focuses either on architecture of traditional housing, or on spaces produced by mapuche population that have been organized in the urban form (Fontana & Caulkins, 2016). Given this affirmations, the question arises to what attributes of traditional way of living are found in houses with mapuche belonging in Metropolitan Areas of Chile?
The objective of this article aims to highlight the main coincidences between attributes of mapuche way of living and six residential complex built under a MINVU-CONADI agreement in 2007 in the Metropolitan Areas of Santiago and Gran Valparaíso, according to four dimensions raised by literature: (i) orientation of buildings, (ii) presence of a meeting place, (iii) limits between public and private, and finally (iv) urban condition of residential complex.
Keywords: Urban mapuche, Indigenous housing, Metopolitan Areas
Entrevista a Anaclaudia Rossbach, Directora para América Latina y el caribe en el Lincoln Institute of Land Policy
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos UC]
Anaclaudia Rossbach trabajó en proyectos como el diseño de uno de los principales programas de mejoramiento de asentamientos precarios a nivel de ciudad, liderado por la Ciudad de São Paulo. Fundadora y directora de una ONG que desarrolló proyectos de alto impacto en comunidades en Brasil y Bolivia. Trabajó como especialista senior en vivienda para el Banco Mundial, BID y otras organizaciones internacionales tanto en Brasil como en otros países, como Filipinas, China, India, Sudáfrica, Nigeria, Mozambique, Perú, entre otros. Como consultora de alto nivel ofreció asistencia técnica para el desarrollo e implementación de la política brasileña de subsidio a viviendas y asentamientos informales, programas de alto impacto como el “PAC Favelas” y el programa de vivienda, Minha Casa, Minha Vida.
Fue Gerente Regional para América Latina y Caribe y del Programa Global de Informalidad Urbana junto a Cities Alliance, actuando en el fomento de plataformas de conocimiento, asistencia técnica por demanda y comunidades de práctica con enfoque en la región de América Latina y Caribe, y países de otras regiones como Sudáfrica e India. Actualmente, como Directora para América Latina y el Caribe en el Lincoln Institute of Land Policy, está a cargo de las actividades de capacitación, investigación y asistencia técnica en la región.
PlANEO (P): Desde tu formación inicial en el campo de la economía ¿Cómo podrías describir tu acercamiento al ámbito de la ciudad y sus injusticias? ¿Qué claves críticas y políticas nos podría entregar la economía para observar la ciudad contemporánea?
Anaclaudia Rossbach (AR): Creo que hay tres aspectos relevantes. En primer lugar, tiene que ver con la “economía espacial urbana”, es decir, con el desarrollo de los mercados de suelos que tienen un impacto muy importante en la ciudad, ya sea a nivel formal o informal. Si no hay procesos de planificación urbana, de establecimiento de estrategias de futuro y diseños de instrumentos de regulación urbanística y gestión de suelo en la ciudad, los mercados se van desarrollando de manera caótica, bajo a una tendencia a la segregación y exclusión, apalancando la informalidad. La intensidad de los procesos de exclusión va a depender del grado de inequidad y pobreza que tenga tu país o ciudad, o bien, bajo al panorama macroeconómico que puede intensificar las brechas estructurales en un determinado período de tiempo. Vale resaltar que simplemente tener procesos de planificación y regulación urbana no garantiza la promoción de equidad ya que, en América Latina, hemos replicado muchos modelos que no son nuestros. Replicamos modelos de Alemania, Francia, España y Norteamérica, con regulaciones urbanísticas que siguen parámetros inalcanzables para nuestras realidades; explayamiento de la ciudad con desarrollos inmobiliarios suburbanos tipo condominios cerrados para los hogares de altos ingresos, acompañados de la autoproducción o proyectos habitacionales públicos para los segmentos de más bajos ingresos. En este escenario, la óptica de la planificación urbana más técnica ha sido muy en función del aspecto productivo o económico de la ciudad, y no necesariamente centrado en actuar (desde la inclusión o derechos) en torno a las brechas sociales y de infraestructura, así como la segregación espacial que enfrentamos. Pensamos mucho en crear empleos y oportunidades económicas, pero poco en inclusión y calidad de vida, lo que también tendría un efecto positivo en los mercados de suelo e inmuebles, con el desarrollo de nuevas centralidades y oportunidades de negocios
El segundo aspecto, tiene que ver con el impacto indirecto del propio contexto macroeconómico del país, que orienta los niveles de empleo e informalidad laboral, y por lo tanto del acceso a la vivienda o la exclusión de esta, lo que también trae consecuencia en la expansión de situaciones de irregularidad e informalidad. Dicho de otra forma, el contexto macroeconómico aliado a las condiciones socioeconómicas de la población va a permitir o no, la entrada de determinadas familias al mercado inmobiliario formal, que en realidad es muchísimo limitado en la región. Lo mismo pasa en políticas públicas, que muchas veces para llevar a cabo sus proyectos, requieren de un cierto grado de ahorro y de contribución por parte de las personas. Ahora, si no hay una planificación estratégica para la periférica, que es donde el suelo está más accesible, se excluye a muchas familias del mercado formal, experimentándose ocupaciones informales en áreas centrales ociosas, o bien, una expansión informal en la periferia. Es por esta razón que, hay un tema de contexto macroeconómico y condiciones socioeconómicas estructurales que tiene impacto directamente en el territorio.
El tercer aspecto, es el tema fiscal de las finanzas públicas y la inversión en el territorio (Latinoamericano), es decir, de cómo están orientadas o como llegan las inversiones de infraestructuras y subsidios en el territorio, en términos de la plusvalía generada en el suelo. Las decisiones o la capacidad de inversión nacional es muy importante, puesto que las ciudades dependen mucho de este tipo de inversiones para las grandes transformaciones urbanas. Sin embargo, hay una asimetría de información desde la toma de decisión de una gran infraestructura en una ciudad, y los actores/gobiernos locales que no tienen toda la información disponible. Entonces es muy difícil planificar para capturar también los beneficios de estas inversiones nacionales, lo que tiene un impacto gigante en el territorio, ya sea en el valor del suelo, o en la propia dinámica de expansión de la ciudad. En resumen, son esos tres aspectos en que yo me centraría: el aspecto de la economía espacial urbana, la planificación urbana orientada al desarrollo económico, y las finanzas e inversiones públicas.
(P): Desde tu experiencia investigativa y profesional: ¿Cuáles han sido los casos más significativos y complejos que te ha tocado trabajar? ¿Cuáles han sido las claves y posicionamientos para hacer converger epistemologías, territorios y actores divergentes?
AR: Desde mi experiencia personal y profesional, lo más significativo fue apoyar la política nacional de vivienda en Brasil. Esta fue una política de mejoramiento de asentamientos precarios a escala nacional combinada a una política de subsidios para nuevas viviendas. Participé del proceso de elaboración del programa “Minha Casa, Minha Vida”, en donde se generaron casi 5 millones de viviendas en todo el territorio nacional. El programa de mejoramiento de asentamientos precarios – PAC Favelas -. En general se trataba, en un territorio tan diverso como Brasil, de intentar manejar la regularización de suelos, mejorar la infraestructura y hacer un tratamiento de áreas de riesgo de asentamientos informales. El modelo fue muy adecuado, porque fue muy abierto en un contexto donde no hay muchas directrices nacionales. Se trataba en particular, de fondos que se pasan a municipios y que se pueden aplicar siguiendo directrices mínimas, aprovechando la expertise, la cultura y los procesos de participación locales. Esto es muy complejo, porque se trata de coordinar ciertos servicios y conexiones de infraestructura, agua, etc., con aspectos culturales, de educación, salud, integración y movilidad a la ciudad. Esta coordinación se da de forma holística, planificada e integrada a la ciudad de forma participativa. Pero hay una dicotomía en esto, y que se da no sólo por el desface entre los procesos de participación y la velocidad de los proyectos y la financiación pública, sino porque siempre hay una tensión muy fuerte entre empresas, consultores contratados, tiempos políticos del gobierno nacional, y los territorios locales. Tener todo esto compatibilizado con un resultado positivo en el territorio es muy complejo, y obviamente el resultado es bien diversificado, tiene pocas evaluaciones, y en realidad conocemos muy poco del resultado de este programa. “Minha casa, Minha Vida” es un programa con fondos del presupuesto público nacional y de fondos de ahorro de los trabajadores, financiados o intermediados (en muchos casos el subsidio llega a 95% del costo de la vivienda) por la banca pública nacional, con empresas u organizaciones sociales que pueden operar en todo el territorio, pero con un rol necesario del municipio de articular la integración con la planificación urbana, y ejecutar finalmente esos servicios. Hay muchas críticas con relación a la localización periférica en donde se implementó en algunas ciudades, de la falta de integración con la propia ciudad y servicios, es decir de la dificultad en el acceso al derecho a la ciudad. Pero por otro lado creo que en algunos territorios se logró tener proyectos de vivienda más sostenidos e integrados, lo que nos ayudó a romper la tradición de segregación y fragmentación que tenemos. Creo que, tanto en el programa de mejoramiento, como en el programa de vivienda, no logramos romper la inercia de la segregación en la ciudad, lo que es una tensión que enfrenta Chile y todos los países de América Latina, pero también todo el Sur Global diría yo. Las brechas de infraestructura que tenemos en nuestra ciudad son muy significativas, tenemos los precios, grandes brechas de ingreso, así como precios de suelos tan divergentes y altos. Por otro lado, las dificultades culturales de promover la integración socioeconómica de los pobladores de la ciudad es un fenómeno muy prevalente, y ahí creo que estamos hablando de un fenómeno global, porque realmente la población no quiere mixturas. Entonces yo creo que, al volver a mi experiencia, hay dos aspectos muy interesantes a observar: Por una parte, creo que se generó una mejora de vida para millones de personas en Brasil, pero, por otro lado, una frustración por la ineficiencia de estos programas a ayudarnos a superar brechas estructurales de nuestras ciudades.
P: Respecto al tema del difícil habitacional en Latinoamérica: ¿Cómo se debe abordar esta compleja crisis? ¿Cómo pensar, desde la política institucional o de otra forma, un “derecho a la ciudad” que no solo se limite al acceso a la vivienda, sino que lo piense desde sus múltiples entradas?
AR: Siempre hay que buscar innovación y solución a la política habitacional y en los programas, porque claramente el modelo de vivienda en Latinoamérica está obsoleto. Si bien esta producción de vivienda subsidiada por el gobierno, solucionó la vida de muchas personas en la periferia, también generó segregación, pero si no fuera por esas políticas, tendríamos muchas más personas viviendo en situación precaria. Es por esto que, no hay que tirar estas políticas en la basura, ya que funcionaron para millones de personas, pero llegó a una obsolescencia, porque no podemos seguir expandiendo la ciudad así en la periferia; tenemos que preservar los entornos naturales, ya que la crisis climática nos presiona a todos. De hecho, la parte más representativa del déficit habitacional es cualitativa y no cuantitativa. En un foro que ocurrió el año pasado en el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) se presentó y validó esto: En los últimos años el 90% de las inversiones han sido para el déficit cuantitativo, en razón de que este déficit representa sólo el 6% del déficit, a diferencia del 94% del déficit que es cualitativo. Tenemos que hacer ese cambio, salir de la producción de solamente vivienda nueva, del mejoramiento del stock y/o trabajar los espacios vacíos ociosos de los centros urbanos. No podemos seguir con el ritmo de expansión urbana que hemos seguido, sea impulsado por la informalidad o por vivienda social, pública o por viviendas de altos ingresos, los condominios cerrados, etc. Tenemos que cerrar ese movimiento de expansión urbana desordenada, y preservar los entornos naturales y rurales, para pensar el abastecimiento de la población, garantizar vínculos urbanos rurales que sean sostenibles, y que al mismo tiempo ofrezcan el derecho a las ciudades para poblaciones rurales. Pero más que cambiar el modelo, yo creo que la gran transformación o solución, va a ser en el ¿cómo vamos a hacerlo? ¿qué procesos van a estar en curso? Esto porque hasta ahora los procesos de toma de decisión han sido muy “arriba/abajo”, lo que estimula a crear esquemas de gobernanzas participativas, multinivel, con procesos colectivos de co-creación, donde los actores puedan tomar decisiones activas, y que sean parte del proceso de las decisiones sobre las políticas nacionales. Eso nos va a posibilitar el rediseño del modelo que hoy tenemos de vivienda social, y poder repensar nuevos modelos de políticas del programa de vivienda, más conectados con el Derecho a la ciudad. Esto implica, ser parte de la ciudad, tener acceso, disfrutar de todas las oportunidades, sean culturales, de ocio, educación o salud. Se trata de disfrutar de todas las oportunidades de la ciudad de una manera equitativa, pero creo que eso es solamente posible en sistemas donde muchos son parte del proceso de decisión.
Un reconocimiento más pleno del derecho a la ciudad traería efectos en 1): cómo la política nacional va a impactar el territorio, y 2) como el territorio de la ciudad se va a desarrollar hacia el futuro, desde una visión de ciudad que funcione a todos. La intersección de estos dos puntos es lo que hace la diferencia. Pero ¿qué dicen los ciudadanos? ¿qué dice la sociedad? ¿cómo puede la sociedad ser parte de un modelo que funcione para todas y todos? Yo creo que se trata de cambiar el paradigma de producción de la vivienda periférica, lo que requiere transformaciones estructurales en la manera por la cual manejamos el suelo en las ciudades; igualmente repensar los grandes modelos de urbanización y aprovechamiento de los territorios construidos de manera más informal porque los grandes programas de asentamientos precarios, holísticos o integrales son muy complejos, requieren mucha coordinación y mucha inversión fiscal. Hay que pensar todo eso, pero la real transformación va a ser en cómo pensamos e involucramos a los actores locales de una manera estratégica, sean gobiernos como sociedad civil, porque desde ahí podemos realmente identificar soluciones, ir co-creando modelos que viabilicen el reconocimiento de la función social y ecológica del suelo, un derecho a una ciudad que funcione para todos y todas.
Creo que la gobernanza participativa es todo, porque permite abrir espacios para el diálogo a nivel de comunidades y la ciudad, y así pensar las políticas públicas nacionales. Pero si no abrimos esto es muy difícil, porque las políticas de planificación siguen siendo enseñadas por pequeños grupos técnicos sin conexión con las múltiples expresiones y desigualdades de la ciudad. Necesitamos espacios públicos para jóvenes, niñez y adultos mayores, pero si esta perspectiva que es múltiple no está comprendida, el límite de la acción técnica es muy corto y acotado. Entonces para extender esta acción e innovación técnica a la altura de toda esa perspectiva rica, multidimensional y multiactor en la ciudad, es necesario tener espacios de gobernanzas participativas en donde se genere un diálogo real con las comunidades.
P: Respecto al derecho a la ciudad y lo jurídico: ¿Es posible pensar el derecho a la ciudad desde una perspectiva universalista? ¿es posible operacionalizar visiones y tecnologías jurídicas de realidades tan antagónicas como sucede con el norte y el sur global?
AR: El derecho a la ciudad estuvo muy presente en el debate de la nueva agenda urbana, (2016, en Quito). Fue uno de los temas más escuchados y fue muy interesante acompañar esos debates, porque iban desde la comprensión del derecho a la ciudad como derecho colectivo y difuso, al derecho del patrimonio cultural, medioambiente versus su comprensión base a derechos individuales. Hubo también una discusión entre el derecho de la población rural vis a vis con el derecho a la población urbana, como si fuera una competencia entre los habitantes de la ciudad contra lo rural; en realidad no es este el tema, sino más bien de ¿qué es lo que la ciudad puede ofrecer a toda la población del planeta? Esto porque hay cosas que solamente la ciudad puede ofrecer dada la concentración de escala, y por las posibilidades que hay ahí, porque, por ejemplo, la riqueza cultural y patrimonial que hay en las ciudades que no se repite en las áreas rurales. Toda la oferta de servicios de salud o educación sofisticada, o de alto nivel, no se replica en todas partes, aunque se podría dispersar geográficamente la presencia de las universidades, centros de salud, etc. A pesar de todas las dificultades que enfrentan las mujeres en las áreas urbanas, principalmente las más empobrecidas y migrantes, estar en un territorio cerca de oportunidades o con conexión a transporte público, es muy transformador y empoderador. Entonces hay cosas proporcionadas por la ciudad, que deben ser en beneficio de todos y todas las que viven ahí y fuera de estas, a los que la habitan de forma temporal o de manera definitiva. Muchas de esas discusiones seguidas después de la conferencia Hábitat III, generaron masa crítica y un poco más de consenso, principalmente a partir de un trabajo importante desde la Plataforma Global para el Derecho a la Ciudad. Mientras yo no sabría contestar a tu pregunta, pienso que un elemento fundamental al derecho a la ciudad, es el reconocimiento de la función social del suelo, y en ese aspecto yo veo un avance importante en América Latina, porque tenemos muchos países que incorporaron la función social del suelo, otros incluso la función ecológica del suelo en sus marcos legales nacionales. El ejemplo más reciente es la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) de Perú que se aprobó el 2021, pero también la actualización a la Ley de Asentamientos Humanos de México, que reconoce el derecho a la ciudad y su función social. La LOTUS en Ecuador, con la constitución de ese país que reconoce la función social y ecológica del suelo. Entonces si hay en América Latina una tendencia que empieza a fines de los 80´, 90´principalmente con Colombia y Brasil y que se ha ido replicando en otros países inspirados obviamente en Lefebvre, Francia. Pero si hay algo que se podría replicar y reconocer en todos los países del sur global, sería reconocer la función social como algo relevante para promover el acceso igualitario al suelo, y de esa forma tener un acceso equitativo a la vivienda, reconociendo además los asentamientos informales que ahí están, y que conforman gran parte de nuestras ciudades. Esto también es muy relevante desde el punto de vista económico-social de las ciudades, pues tener ese reconocimiento es fundamental para garantizar acceso a servicios, procesos y dinámicas de mejoramiento integral de esos espacios. Además, sirve para maximizar y aprovechar inmuebles ociosos y espacios vacíos en la ciudad, atendiendo así a las necesidades sociales, de vivienda social, pero también de espacios públicos, equipamientos de servicios, infraestructura, etc. Entonces por el nivel de segregación, pobreza e informalidad que tenemos en América Latina, tener este elemento de la función social es muy relevante para que los municipios puedan diseñar ciudades con modelos de planificación y gestión del suelo, y en ese sentido ayudarnos a superar la desigualdad de los territorios que tenemos.
P: Para cerrar, si pudieses dar una reflexión que sintetice lo conversado y que tenga una proyección de futuro sobre el derecho a la ciudad en América Latina.
AR: Yo creo que estamos llegando a un consenso en la región de América latina, del punto de vista de políticas públicas como de percepción social, en torno hacia dónde queremos ir, porque al menos sabemos que no podemos vivir en esta situación de segregación en la ciudad. Ahora, lo que nos falta es ampliar la manera en cómo se están haciendo las cosas, con procesos o modelos de gobernanzas más incluyentes, multinivel, reconociendo el protagonismo local, fortaleciendo la capacidad y el poder de los municipios y diferentes actores locales. Cambiar esto presupone un gran cambio cultural, pues implica además entender de que, si no cambiamos esto, no logramos desarrollarnos mucho como sociedad. Si pensamos en ciudades que sean diferentes, más justas, ecológicas, accesibles y equitativas para todos y todas, tenemos que cambiar un poco la manera en cómo hacemos las cosas a nivel técnico, incluyendo activamente las voces sociales, y por otro lado revisar el aspecto cultural en donde aún tenemos que caminar un poquito más como sociedad, ya que hoy estamos muy polarizados.
Trenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario.
VerTrenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario.
Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Trenzando: plataforma de colaboración territorial basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario
[Por: Daniela Gutiérrez Crocco, arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Directora de Trenzando;
Pablo Alvarado, sociólogo de la Universidad de Chile, Magíster en Biología-Cultural de la Escuela Matríztica y Universidad Mayor, Profesional colaborador de Trenzando
Fotografías: Josefina Astorga Ugarte]
Resumen.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el desarrollo del sistema ferroviario en Chile fue una política de Estado no sólo vinculada al progreso, también fue parte del acto fundacional de muchas localidades no metropolitana cuyas comunidades forjaron su identidad en torno al tren. Así, la red ferroviaria no es sólo la infraestructura de rieles, trenes y carros, involucra también a múltiples comunidades que han visto en el desuso y deterioro de sus estaciones una fuga de oportunidades y la demostración de un centralismo excesivo que no las considera.
A partir de estas premisas, hace casi una década, nace Trenzando: una plataforma de colaboración territorial, basada en la puesta en valor del patrimonio ferroviario, que busca mejorar las oportunidades de desarrollo en localidades no metropolitanas. A través de una infraestructura itinerante que circula por las líneas del tren y la implementación de múltiples actividades, diseñadas en conjunto con las comunidades, Trenzando vuelve a vincular a las localidades que son parte de esta red, para promover el intercambio de experiencia y conocimientos, e impulsar la rehabilitación de las estaciones en desuso, como espacios para el desarrollo cultura y comunitario.
Palabras Clave: Trenes, plataformas colaborativas, estaciones ferroviarias
Entrevista a Luis Enrique Longhi Traverso, Arquitecto, Escenógrafo y Museógrafo peruano
Entrevista a Luis Enrique Longhi Traverso, Arquitecto, Escenógrafo y Museógrafo peruano
Revista PLANEO N°56 | La Ciudad como Derecho | Julio 2023
[Por: Gianfranco Borjas Cordero: Arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en Lima – Perú. Cursando el Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile.]
Longhi Traverso es arquitecto egresado de la Universidad Ricardo Palma en 1980, Escultor, Escenógrafo y Museógrafo. Ha cursado en simultáneo las maestrías Diseño Arquitectónico y Bellas Artes mención en Escultura de la University of Pennsylvania en 1984, Diplomado Animación por Computadora aplicado al diseño Arquitectónico y Paisajista GSD Harvard 1991. Como estudiante conoció a BV Doshi quien lo invitó a trabajar en su estudio de Amhedabad, India, donde pasó seis meses diseñando sistemas de alojamiento y visitando los proyectos en que Doshi colaboró con Le Corbusier y Louis Khan. En el año 2010, el Colegio de Arquitectos del Perú le entregó el Hexágono de Oro. Actualmente es Catedrático en las facultades de arquitectura de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Universidad de Ciencias y Artes de América Latina. La entrevista se ha desarrollado en la actual vivienda del Arq. Luis Longhi, en el Valle de Pachacamac – Lurín – Lima – Perú.
PLANEO (P): Considerando que llevas casi 5 años viviendo fuera de Lima, en tu casa de Pachacamac, rodeado del valle y desde donde nos encontramos haciendo esta entrevista. ¿Qué podrías comentar de tu experiencia de habitar fuera de la ciudad? Considerando además que este número de la revista se ha titulado “La Ciudad como derecho”
Luis Longhi (LL): Creo que los derechos en la ciudad son una batalla perdida, pienso en la naturaleza que se ha visto afectada por la ocupación de las ciudades y su gestión sobre los territorios, la naturaleza humana sobre todo; por esta razón ahora vivo aquí, en Pachacamac, lugar que escogí para huir de todos los conflictos presentes en Lima (ciudad), y que actualmente a pesar de estar lejos de la ciudad empiezan a aparecer. Ahora el pueblo tiene problemas de tráfico, densificación, especulación del valor del suelo, etc., en gran parte por la extensión e influencia de la ciudad y el sistema económico que ejerce.
Considero que en la dicotomía urbano – rural los seres humanos deberían tratar de no tener ningún derecho a la ciudad, las ciudades nos han robado el derecho a la naturaleza y por el contrario nos hacen participes de un sistema mucho más grande que ofrece calidad de vida a partir de indicadores que no representan los intereses de todos y se muestran para compensar ese derecho que nos robaron. Además, el poder que ejercen las ciudades y los sistemas urbanos sobre las personas y los territorios que la rodean es abrumador, actualmente el pueblo que habito se ha convertido en una extensión de la ciudad, los que viven en la ciudad no están contentos con la ciudad, los que vivimos en el campo tampoco estamos felices con el campo.
Pero, como me gustan los extremos, tengo una respuesta mucho más positiva respecto a la ciudad y sus habitantes, yo espero que los sistemas urbanos empiecen a humanizarse y se hagan las cosas con amor, en todo sentido, que se entienda a las personas y su esencia como parte de la naturaleza para recuperar ese derecho que se nos arrebató. Siempre pienso: ¿Cuánto de la naturaleza original se va a recuperar con tu presencia en la ciudad?, yo espero que ese acto de recuperación sea para bien, solo que, al contrastar con mis experiencias al volver a Lima, empiezan a aparecer problemas que hacen insostenible mi permanencia ahí.
P: Mencionas la idea de “vivir bien” como un derecho y hacer las cosas con amor como un fundamento que podría resolver los conflictos presentes en la ciudad, ¿Cómo se traduce esto en la idea de habitar fuera de la ciudad?
LL: La pandemia del Covid-19 paralizó los sistemas urbanos y en esa circunstancia de vida uno toma las opciones que ofrece el mundo para vivir, frente a esto yo decidí por mi derecho de vivir bien y para mí el derecho de vivir bien estaba aquí, habitando mi casa del valle, cultivando la esencia de Dios que nos ha creado para vivir bien y alejarnos de aquello nos dificulta ese bienestar, sobre todo frente a los problemas que se agudizaron en la ciudad por la pandemia.
Salvador Rueda habla de las tres crisis del mundo, la crisis demográfica, social y climática, considero la primera como responsable de los problemas sociales en los territorios, siendo relacionadas con la superpoblación y las crisis demográficas, generando desplazamientos de población en distintos niveles, pero sobre todo reconociendo que no todos los sistemas urbanos pueden contener a las personas o por lo menos no garantiza un bienestar para todos y todas, de ahí se desprenden fenómenos regionales y de escala mucho más complejos como la migración y la crisis de desabastecimiento.
Frente a estas crisis de ciudad, creo que los arquitectos, los urbanistas, los planificadores y políticos se han alejado de ese acto de amor por el vivir bien, estoy convencido que, si hubiese amor para concebir el planeta sería distinto. Yo soy un extremista y creo que, lo que controla las ciudades es la falta de amor en las intervenciones de la naturaleza, desde mi esencialismo, la falta de amor en la política que pretende organizar el territorio, esa falta de amor en la concepción de las intervenciones. Alguna vez dije mi famosa frase sobre “hacer el amor al entorno”, refiriéndome al ejercicio de una intervención con amor, en contraposición y como crítica a la labor que guía actualmente a los arquitectos y el ejercicio de la profesión que se ha delimitado por el dinero, generando una prostitución del oficio. Las obligaciones del día a día han hecho que se pierda la esencia del oficio, cuando se trabaja por amor se trabaja desde otro nivel, en una condición de lo justo y necesario, cada quien tiene su propio sueño y lo más peligroso es soñar sueños ajenos.
P: ¿Hacia dónde crees que va el futuro de las ciudades? Habiendo mencionado que las ciudades no solo afectan a sus habitantes, sino ejercen poder incluso sobre aquellos que no la habitan.
LL: Después de haber vivido en el campo durante casi 5 años, me doy cuenta de que los problemas de la ciudad también empiezan a aparecer en este pueblo, el tráfico en horas punta, la falta de un orden y respeto por los demás, la sobrepoblación en un territorio, la delincuencia que parece ocupar todos los espacios habitables, me vuelven a enfrentar a los problemas que yo creí se habían quedado en la ciudad. Frente a esto pienso en ideas, por ejemplo, como la arquitectura verde se ha posicionado como una postura necesaria y presente, pero que, considero son solo paliativas frente a crisis y conflictos mucho más complejos por resolver. También reflexiono en quienes ejercen el poder en las grandes ciudades como Lima, cuestionando el rol de los arquitectos, la policía y los políticos como parte de una solución, siendo esta también el problema por la corrupción como el mayor responsable de haber destruido este sistema, cuando se hace lo que sea con el fin de cumplir objetivos fuera del sentido más humanista.
Considero que la llegada de la Inteligencia artificial acelerará la idea de cerrar un ciclo y empezar uno nuevo en el mundo, frente a nuestra situación actual me pregunto ¿Qué está aprendiendo esta IA?, esta sensación de confusión muy presente en la ciudad, sobre todo post pandemia, donde la sanidad mental viene representando todos los conflictos no resueltos de los ciudadanos, me hace pensar que el final es pronto.
En mi caso y desde una visión más soñadora, creo que actualmente encuentro en Pachacamac el recuerdo de la ciudad como una situación de cobijo, como cuando yo era niño y viví en Puno, recuerdo el espacio público, sin disputa sobre a quién le pertenece, la multiculturalidad emergente, los usos diversos sin juicios éticos y dinámicas de ocupación sin planificación, todo muy naif desde su emergencia, creo que actualmente esta sensación le suma valor a mi experiencia de habitar este territorio y es el punto donde conecto con su valor.
P: Finalmente, ¿Tienes alguna propuesta sobre la forma en que venimos haciendo ciudad o frente a la manera en que ocupamos los territorios?
LL: En contraposición con este contexto sobre el futuro de las ciudades, yo también he propuesto el diseño de ciudades, basadas en las cosas que invento y pienso en mi esencialidad, creo que la arquitectura debería estar formado por tres naturalezas: 1)la naturaleza original, en su estado más primitivo; 2)la naturaleza que está hecha por el hombre, como el resultado de las necesidades del habitar, las ciudades por ejemplo; y la 3)naturaleza que vuelve a su estado original, esta con el fin de mantenerse neutra y sana de cualquier intervención que haga el hombre.
Mis propuestas de ciudades crean un sistema de ocupación del territorio donde hasta las ciudades son naturaleza, un poco en respuesta a las predicciones de lo que podría pasar con Lima y las zonas que se verían devastadas frente a un terremoto, las consecuencias que traería para la ciudad y sus edificaciones, pienso en esas zonas, los restos de esa ciudad y los métodos que aplicaríamos para enfrentar esta situación. A diferencia del mundo prehispánico, donde se asumían los ciclos de la vida y la muerte como parte del ciclo natural y se construían estos espacios para la muerte, creo que la modernidad ha dejado de lado estas ideas que podrían ayudarnos a resolver los conflictos de la ciudad. Actualmente la academia y su ventaja intelectual sacan provecho de cosas que probablemente no entiende en su esencia, dejando este conocimiento en la museografía o como escenografía para crear nuevas propuestas que no responden a la realidad de cada territorio.
Entrevista a Alexis Cortés, Sociólogo, miembro de la comisión experta del proceso constitucional de Chile
Entrevista a Alexis Cortés, Sociólogo, miembro de la comisión experta del proceso constitucional de Chile
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Diego Carvajal Hicks: Sociólogo. Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos UC]
Alexis Cortés es profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado desde 2014, fue director del Magíster en Sociología y vice-presidente del Colegio de Sociólogos y Sociólogas de Chile (A.G.). Es doctor en sociología por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (IESP-UERJ), máster en sociología (IUPERJ-Brasil) y sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente dirige el proyecto FONDECYT: “Radiografía del pensamiento crítico latinoamericano: Las antologías de CLACSO como aproximación a un canon regional”. Es autor de: 2018. Favelados e pobladores nas ciências sociais: A construçao teórica de um movimiento social. EdUERJ, Rio de Janeiro.
PLANEO(P): Para partir quisiera consultarte ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo, corrientes o epistemologías que te han estimulado desde la sociología o las ciencias sociales, a pensar a nivel teórico/metodológico y/o ideológico, las desigualdades e injusticias de la ciudad actual?
Alexis Cortés (AC): Las principales corrientes que he abordado y que me han influido para abordar una perspectiva de desigualdades urbanas, las fui adquiriendo en mi formación de pregrado con los cursos que hice en el Instituto de Estudios Urbanos con Francisco Sabatini, Gonzalo Cáceres, Carlos Sierralta, donde el estudio de la “segregación socio-espacial” me permitió fortalecer un interés en la cuestión urbana. Esto me hizo extender un puente entre estos objetivos de investigación, y mi propia biografía como alguien que se crio en poblaciones emblemáticas de Santiago como la Victoria, La Legua, La Santa Adriana, la Villa O’Higgins, donde la que más me marcó fue la población la Victoria. Entonces, fue en estos cursos que yo hice de mi propio barrio un objeto de estudio, lo que me llevó a postular a un Magister, y ahí dedicarle a la identidad territorial de la población la Victoria, mi tesis de Maestría. En eso también fue importante el trabajo de Francisca Márquez, con quien tuve la oportunidad de ser asistente de investigación. También fui asistente en un proyecto Anillos 2, donde estaba Sabatini, Rodrigo Salcedo, Guillermo Wormald y Alejandra Rasse. Luego estando en Brasil, en mi tesis de Doctorado realice un análisis comparativo del movimiento de pobladores en Santiago, y el movimiento de favelados en Río de Janeiro, en donde los trabajos del CIDU fueron muy importantes, a pesar de que de todas esas perspectivas, siempre traté de hacer un abordaje crítico, pero sin duda los trabajos de Manuel Castells, Franz Vandershuerren y de Eder Sader, entre otros, fueron importantes. En el caso de Brasil la lectura de la “geografía crítica”, sobre todo la escuela de Niterói en la Universidad Nacional Fluminense, con Milton Santos como referente, fueron significativas. Y de São Paulo, hay una corriente que tiene un abordaje marxista, que para mí sigue siendo sugerente para comprender las desigualdades sociales o las desigualdades urbanas. Ahí está Lucio Kowaric que habla de la “espoliación urbana”, que es un concepto que sigue siendo provechoso para entender como hay expresiones específicas de la explotación, a partir de la externalización de lógicas de mantención de la condición de reproducción de la vida de las trabajadores, que se dan por medio de lógicas de acumulación, y donde se ocupa la idea de “acumulación por desposesión”, pensando en una idea marxista más clásica que ha fortalecido David Harvey. Por último, tengo que mencionar a mi propio profesor guía, Luiz Antonio Machado Da Silva, que es uno de los fundadores en estudios sobre favelas en Río de Janeiro, que con su perspectiva pragmática, desde la perspectiva de los actores, en este caso, de los favelados, marcó bastante mi formación y mi modo de aproximarme a las ciudades y a los actores que, dentro de ella, van produciéndola.
P: Desde tu experiencia investigativa o política: ¿Cuáles crees que son las principales características de los movimientos sociales de pobladores en Chile?. ¿Cómo crees que convive una perspectiva de clase (revolucionaria, si así fuese), con una lógica de acuerdos, concreciones y funcionalidades políticas a corto plazo? ¿Qué discordancias, rupturas o conflictos ves ahí?
AC: Diría que el movimiento de pobladores es un movimiento que se define por el papel que juega dentro de la ciudad, y que se puede combinar desde dos definiciones. Por un lado, que es lo que M. Castells moviliza, aunque excluyendo esta idea de “contradicción secundaria”, es la definición de movimiento de poblador basado en una contradicción de consumo, pero que por las dinámicas de poder está enfrentado a las lógicas del Estado. Pero, lo que sí es provechoso del abordaje que él tenía, es la definición de la “cuestión urbana” y de los actores que son productores de la ciudad, donde por un lado están los “actores públicos”, siendo el Estado fundamental, pero también, en segundo lugar, el mercado, los actores inmobiliarios, y un tercer factor, que son los “movimientos sociales urbanos”, que es la definición que sigue siendo provechosa, porque los pobladores se definen, más que por la lucha del techo, por el papel que juegan en la construcción de una ciudad más democrática. Por eso rescato esta idea de Castells, pero también creo que son importantes las definiciones espaciales de los pobladores que en los años 80 en Chile se empiezan a producir. Ahí destaco el trabajo de Bernardita Gallardo, en FLACSO, pero también de Francisco Sabatini, porque creo que lo que define a los pobladores, es que este es indisociable de la territorialidad que va produciendo. El movimiento de pobladores no se reduce a la casa, “es una lucha más grande que una casa” dicen los pobladores del MIR en los años 70, tanto es que buena parte de los pobladores de los años 80, protagonizan una página muy significativa en la historia de Chile en la resistencia a la dictadura. La población la Victoria, La Legua, la Bandera, que se destacaron durante las jornadas de movilización popular contra la Dictadura, eran gente que ya habían conquistado su casa, pero que seguía demandando en un sentido amplio, un “Derecho a la ciudad”, que tenía un componente ciudadano y de soberanía bien potente en el espacio urbano, movilizando la idea de Justicia Social ligada a ese propio accionar.
Entonces diría que es eso lo que a grandes rasgos define al movimiento de pobladores, que tiene un repertorio de acción colectiva en donde la lucha por la vivienda juega un rol central, porque la toma de terrenos en su momento fue su rasgo más distintivo, pero es un movimiento que está en constante metamorfosis, y ya no es sólo la toma de terrenos lo que lo define, sino más bien la interacción con otros actores urbanos, sobre todo con el Estado y el mercado. Y eso creo que es la experiencia que movilizan movimientos como el de “pobladores en lucha” (MPL) o Ukamau, al proponer nuevas formas de gestión urbana que aprovechen los intersticios entre lo público y lo privado, para producir alternativas de habitación y barriales que permiten cierta reconquista de esta soberanía territorial que los pobladores pueden ejercer. El último elemento que yo mencionaría, es esta tensión entre Estado y acción de los pobladores, que las Ciencias Sociales han tendido harto a problematizarlo de un modo que no ha sido atento a la propia práctica del movimiento, que si lo tiene más claro y asumido. De hecho el movimiento de pobladores en lucha (MPL) rescata la idea del “con, contra y por fuera del Estado”, donde el Estado es un aliado, pero es alguien que hay que demandar, porque es la contraparte, por eso es contra y también -dada su ineficiencia o insensibilidad ante demandas- por fuera de ese espacio, afirmando así su propia autonomía.
P: Desde tu opinión ¿Cómo pasamos desde esa potencia destituyente del estallido social a una propuesta de constitución? ¿crees tú que los movimientos de pobladores emancipados siguieron automáticamente esa línea de salida institucional, o eso mismo vehiculizó nuevas perspectivas críticas de lucha o sospecha en torno al proceso?
AC: El “estallido social” abre la ventana a lo que en mi libro yo denominaba, siguiendo un concepto de Jaime Gajardo Falcón, de “ruptura constituyente”. Aquí se llevó a cabo el proceso de cambio constitucional, porque hubo un “estallido”, de lo contrario esa puerta hubiese seguido cerrada. Por otro lado, es cierto de que en la derecha hay una reivindicación, por ejemplo de la propuesta de Michelle Bachelet de constitución, pero esa fue una propuesta que en su momento fue desahuciada con entusiasmo por la propia derecha, por el ex Ministro de Interior, Hernán Chadwick, cuestión que permitió que el problema constitucional siguiera presente. Ahora, es claro que la movilización que propicia el estallido tiene motivaciones múltiples, hay causas que son inmediatas que tiene este efecto gatillador de la movilización, pero que terminan moviendo una narrativa que es mucho más integral en lo que problematiza o cuestiona. Esto incluye parte del modelo y funcionamiento económico, las deficiencias del sistema democrático, y donde el tema constitucional nunca es visto como la solución de los problemas. Pero, la constitución sí era vista como uno de los problemas, probablemente uno que condiciona posibles soluciones a los problemas con los que nos enfrentamos, y donde hay cierta “pedagogía constitucional” ante el hecho que el texto vigente ha sido un impedimento para que las mayorías democráticas puedan implementar reformas sociales, que den respuesta a algunas de las grandes deudas que tiene el país en temas sociales. Entonces, si bien la constitución no soluciona mágicamente las cosas, no puede ser problema o impedimento para el funcionamiento de la democracia, cosa que fue patente como la mejor salida institucional posible, es decir, la de abrir un nuevo proceso institucional.
Es cierto de que hubo desconfianza y escepticismo por parte de los movimientos respecto del “Acuerdo por la paz y una Nueva Constitución” (2019). Sin embargo, ello no fue impedimento para que estos movimientos después fueran parte de este proceso constitucional que llevó a que en la convención se eligieran una mayoría de independientes y de convencionales ligados a los movimientos sociales en sus distintas expresiones y de otros actores como los del Colegio de Arquitectos, lo que quedó plasmado en la propuesta de la Convención de forma muy bien lograda en materia de vivienda adecuada. Ahora, si bien técnicamente estaba muy bien hecho el texto, el trabajo colectivo de los movimientos y de los profesionales ligados a los temas urbanos, fue justamente uno de los blancos que se utilizó para desvirtuar la propuesta constitucional, y contribuir a su rechazo con el mito de que la propuesta constitucional iba a permitir la expropiación de la vivienda de modo arbitrario e indiscriminado. Algo que no se podía desprender de ninguna manera del texto, pero que, sin embargo tuvo un efecto, que aún no sobemos cómo cuantificar, pero que fue claro. Con el nuevo proceso constitucional que se abre por el “acuerdo por Chile” (2022), se permite que se mantenga abierta la posibilidad de tener un texto hecho en democracia, pero el escepticismo es aún mayor que en el proceso anterior, al punto que muchos grupos han visto con distancia este proceso, no sintiéndose convocados por él, estando a días de que se cierre el proceso de firmas. Una de las normas que más ha concitado apoyo y que podría asociarse al mundo progresista, es la iniciativa al tema de vivienda. Esto nos habla de que el déficit habitacional sigue siendo uno de los temas que tiene el país, dada la lógica de mercantilización de los derechos sociales, que implica que el principal modulador urbano es la especulación, produciendo ciudades fuertemente segregadas, donde la posibilidad de que las personas accedan y disfruten de los beneficios de la vida colectiva en concentraciones urbanas, no se dan de acuerdo a cómo se establece en tratados internaciones en esta materia.
P: Con respecto a lo mismo: ¿qué pudiste reflexionar en torno a la constitución fallida y lo que proponía en derecho a la ciudad? ¿piensas que la experimentación y puesta en marcha de este intento, es parte de un proceso histórico que en algún momento decantará, o es el triunfo de las viejas oligarquías que defendieron y actualizaron su racionalidad de gobierno? ¿Cómo lo ves?
AC: Yo creo que abordarlo desde una perspectiva histórica, supone pensar en ciclos más amplios, y eso quiere decir que no hay que circunscribirlo a coyunturas electorales específicas. Hoy estamos en una coyuntura que ha sido favorable para los sectores conservadores y para la derecha, pero eso no es algo permanente. Estamos en un proceso de ajuste de tendencias que todavía no son del todo claras, pero que están marcadas por el hecho de que hubo un estallido social que moduló ciertos aspectos de la política, porque que haya un gobierno de las características como el de Gabriel Boric, se explica porque hubo un estallido, así como dos procesos constitucionales. Ambos momentos han actualizado la demanda por cambios sociales y la demanda por estabilidad y por orden. Y la manera de intersectar ambas demandas, es la construcción de un orden justo, y sobre todo en eso creo que hay un ajuste de la izquierda y de la derecha, siendo la izquierda la que propone cambios y la derecha la que propone orden.
En estos vaivenes se refuerza la idea del paso de un imaginario instituyente -que moviliza nuevas ideas, expectativas, deseos y demandas, nuevas coordenadas de derechos – que es difícil que pase a un imaginario instituido, que se calcifique en acuerdos más permanentes, o sea que logre una expresión institucional. La constitución era una manera de lograrlo, pero no se pudo, y ahí las explicaciones son muchas y múltiples. La clave que más se ha reforzado últimamente, a propósito del nuevo proceso, es que la propuesta de la convención si bien recogió demandas históricas de movimientos sociales, demandas sentidas por la población, entre ellos los temas de vivienda, cuidado del medio ambiente y la naturaleza, la demanda por paridad por ejemplo, no se incorporó a un sector de la sociedad que sigue siendo relevante, y que por la circunstancia coyuntural que llevó a la conformación de la convención, quedó en una posición muy minoritaria, me refiero a la derecha.
Por otro lado, creo que si bien yo no comparto esta idea de que los movimientos sociales debieron haberse inhibido de proponer sus demandas en la convención, con lo que sí estoy de acuerdo, y de hecho los propios movimientos han hecho la autocrítica, es que no se logró pasar de la agregación de demandas a la elaboración de un relato integrador de ellas, lo que dificultó las posibilidades de aprobación del texto porque no se logró conectar la propuesta con el sentido común de ese momento. Se trata de una población que si bien quiere cambios, estaba fatigada en términos de sus expectativas biográficas, por la tensión producida por el estallido y sobre todo por la pandemia. A todos nos pasaba que nos éramos capaces de organizar nuestra vida de aquí a un mes o dos, se vivía muy a corto plazo y había una demanda en el mundo en general de poder recuperar esa capacidad de estabilizar expectativas, lo que también dificultó la posibilidad de aprobación del texto. También hubo influencia de las fake news, de las distorsiones, de las lecturas mañosas del texto, lo que afecto la propuesta en términos de vivienda. Se trataba desde el punto de vista técnico, de una redacción muy bien lograda y legitimada por los movimientos, pero en donde lo técnico-racional no fue capaz de lidiar con la posición más emocional basada en el miedo de que te quitaran lo poco de lo conquistado de las personas, entre ellas, su vivienda. Ese salto le quitó la posibilidad de que el texto fuera exitoso.
P: Por último, si pudieras hacer una síntesis de lo conversado e intentar proyectar esto hacia un futuro deseable o crítico en términos del derecho a la ciudad ¿Cuál es tu horizonte de sentido en estos temas?
AC: Ahí podría hacer mención al proceso actual, porque estamos en un proceso que si bien ha sido visto con indiferencia, y hasta con reluctancia por parte de la sociedad, en particular por los movimientos que fueron muy activos en el proceso anterior. Creo que, por un lado, se ha permitido mantener abierta la posibilidad de tener un texto hecho en democracia, porque Chile necesita una constitución democrática. Y en ese largo proceso constituyente, que incluye no solo la convención, sino el proceso de Bachelet, pero también a los cuestionamientos que surgen casi de inmediato, con la imposición del texto vigente en plena dictadura, hay conquistas que llegaron para quedarse, y una de ellas y la principal es el estado social y democrático de derechos, que es un giro en las lógicas estatales que han permitido la mercantilización de los derechos sociales. En ese marco, el anteproyecto constitucional elaborado por la comisión de expertos que me toco participar, creo que tiene varios avances y entre ellos está la consagración de la vivienda adecuada, que está en el Art. 16 en el número 28. Esto es importante porque si uno lo compara con el texto de la convención, se podrá decir que es inferior a él, pero en realidad el parámetro de comparación es el texto vigente, y ahí no hay mención a la vivienda a lo largo de él, lo que es bastante deficiente en términos comparativos, porque el derecho a la vivienda está en los pactos internacionales de derechos humanos. En esta propuesta se consagra el derecho a la vivienda adecuada y, aunque si bien no profundiza en que lo que es, se tiene que leer a la luz de los tratados internacionales, ya que la propia jurisprudencia asume los tratados internacionales a nivel suprainstitucional.
Además, en la propuesta del anteproyecto, se propone que se debe leer a la luz de los tratados internacionales, siempre buscando el mayor beneficio para las personas, en cuanto a tenencia, asequibilidad, accesibilidad, entre otras cosas. Es importante porque establece que el estado promoverá, desde entidades públicas y privadas, acciones que tiendan a la satisfacción de este derecho, con preferencia de la vivienda propia de conformidad a la ley. Aquí hay una respuesta a las interpretaciones torcidas que se instalaron en la convención respecto de la expropiación y de que nadie iba a tener vivienda propia, pero sin comprometer la posibilidad por parte del estado, en políticas públicas que no se limiten únicamente a la tenencia en propiedad. Es decir, esta norma es habilitante, promueve la seguridad de que la vivienda propia va a ser una prioridad por parte del Estado, pero no impide que el Estado establezca otras políticas. Y en la letra b, lo anterior era la a, el Estado se orientará a generar un acceso equitativo de servicios básicos, bienes y espacios públicos, movilidad segura y sustentable, conectividad y seguridad social. Estos elementos pueden ser leídos como un embrión de lo que en la teoría se conoce como derecho a la ciudad, a saber, la posibilidad del usufructo de toda la sociedad de los beneficios de la vida urbana, con justicia y participación. Desde esta perspectiva, las problemáticas que vivimos, como la segregación socio-espacial, deben ser abordadas desde la gestión de lo urbano, y a la luz de un Estado social y democrático de derecho, que dialogue con otros componentes de la propuesta como el derecho al medio ambiente sano y libre de contaminación, la protección del medioambiente y la biodiversidad, donde además hay un componente de justicia ambiental y desarrollo sustentable. Es así como el anteproyecto habilita la posibilidad de que podamos construir un ordenamiento territorial distinto que favorezca el ejercicio pleno de los derechos. También esto hay que leerlo a la luz del capítulo sobre descentralización, que es un apartado que quedó por sobre las expectativas que yo tenía en esta materia. Este capítulo contó con la unanimidad de quienes participaron de la comisión de expertos, tanto de la derecha como la izquierda, porque establecieron esto como una cuestión prioritaria para la gestión y consolidación de gobiernos locales, a nivel de toma de decisiones más cercanas a los ciudadanos, con un punto de vista territorial y heterogéneo, además con la necesidad de transferencia de recursos y atribuciones para que los gobiernos puedan efectivamente ser gobiernos, y no solo administradores de recursos. Por lo tanto, uno podría asumir que esta propuesta de anteproyecto que ahora va a estar en proceso de revisión, de complementación y enriquecimiento, pero también de elementos que se pueden sacar por parte del consejo constitucional, es una propuesta habilitante para que se pueda imaginar una ciudad más democrática e integrada, donde el derecho a la ciudad no sea una cuestión de unos pocos, sino que efectivamente algo que la sociedad pueda ejercer. Eso es lo que rescataría de ese proceso, que a pesar de que hay escepticismo y distancia desde los movimientos, ha habido un consenso que ha permitido que en este texto se consagre el derecho a la vivienda adecuada, y un embrión de lo que podríamos llamar como derecho a la ciudad. Con todo, sin la labor que han jugado los movimientos durante todos estos años, esto no hubiera sido posible.
Aproximación a las geografías feministas a partir del derecho a la ciudad. Talleres en las asociaciones vecinales de Valladolid (España)
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
Por: [Eva Consuelo Cano Plaza: Geógrafa, profesora asociada de la Universidad de Valladolid (España) y técnica de animación sociocultural de la Federación Vecinal Antonio Machado de Valladolid]
Resumen:
El proyecto ¡La igualdad una tarea en común! financiado por el Ayuntamiento de Valladolid (España) en 2022, comprende diferentes actividades, entre las que se encuentra el desarrollo de 7 talleres por el Derecho a la Ciudad en clave feminista, por parte de la Federación Vecinal Antonio Machado. Los talleres se realizaron el último trimestre del año pasado con la intención de reforzar la democratización ciudadana, abordando el activismo, la participación y toma de decisiones desde los barrios, atendiendo al visionado del espacio urbano con perspectiva de género y considerando la situación de cambio climático en la que nos encontramos.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, feminismo, asociaciones vecinales, cambio climático
Ubicación y contexto expositivo.
La experiencia de los talleres por el Derecho a la Ciudad realizados por la Federación Vecinal Antonio Machado y financiados por el Ayuntamiento, han tenido lugar durante el último trimestre del 2022 en Valladolid. Dicha ciudad está ubicada en el cuadrante noroeste de la península Ibérica. Es capital de su homónima provincia y de la comunidad autónoma de Castilla y León. Se encuentra a 690 msnm y dispone de una superficie de 197,91 km2. Su clima mediterráneo continentalizado y seco, estima una precipitación anual es de 433 mm durante los equinoccios, con una fuerte oscilación térmica que deriva en una temperatura media anual de 12,7ºC.
Según el Instituto de Nacional de Estadística de España (INE) y bajo sesgos binarios, Valladolid (2022) registra 157.212 mujeres y 138.417 hombres con una densidad de 1.514, 4 hab./km². La ciudad comprende 12 distritos que se distribuyen a ambos lados del río Pisuerga, como límite natural, y a las lindes antrópicas de la vía del ferrocarril. Esta disposición urbana es relevante en el diseño del proyecto ¡La igualdad una tarea en común!
La Federación Vecinal Antonio Machado presentó el proyecto mencionado a la convocatoria del Ayuntamiento de Valladolid (2022), y de su aprobación emergió la realización de 7 talleres vecinales por el Derecho a la Ciudad en clave feminista, durante el último trimestre del año pasado, a fin de elaborar cartografías colaborativas desde los distintos barrios.
La metodología empleada comprendió un procedimiento híbrido entre lo digital y lo analógico, sobre la plantilla del “Mapa del Miedo”[1] bajo tres premisas:
Ubicación- determinada por la distribución de los barrios según su proximidad, para reunir a los mismos en torno a la actividad a realizar. La estrategia de agrupación pretendía fortalecer los lazos con los distritos más próximos al propio, y también ampliar el visionado de la acción cotidiana vecinal con el entorno.
Etaria- que responde a la composición demográfica actual de la ciudad [2], a la media de edad de quienes integran las asociaciones vecinales, 55 años[3], y a la consideración de brecha digital. Una de las mayores preocupaciones de las agrupaciones barriales es su continuo envejecimiento sin relevo generacional.
Feminista- La utilización de las plantillas del “Mapa del Miedo” en los talleres pretendía justificar la imperiosa necesidad de perspectiva del género en los espacios públicos bajo este enfoque, frenando el androcentrismo urbano y promoviendo una ciudad más inclusiva.
A efectos participativos, colaboraron 17 asociaciones vecinales con la siguiente secuencia distrital:
- 1º sesión: Barrio Rondilla , barrio España, barrio San pedro y barrio del Hospital
- 2º sesión: Barrio Delicias, barrio de Pajarillos, barrio Belén y barrio Pilarica
- 3º sesión: Zona centro, Vadillos, San Juan, Circular, San Andrés, Ribera de Curtidores y Paseo Zorrilla
- 4º sesión: Barrio de Parquesol
- 5º sesión: Barrio de La Overuela
- 6º sesión: Barrio de La Victoria, barrio Girón, barrio Huerta del Rey y Villa del Prado
- 7º sesión: Barrio de La Rubia, Covaresa, Arturo Eyries, 4 de Marzo, La Farola y zona Sur
La cuestión y aspectos etarios mencionados han marcado la utilización de los materiales, procurando el empleo de herramientas analógicas combinada con proyecciones digitales que permitieran la participación intergeneracional.
También se procuró que el espacio elegido para desarrollar las actividades fuera lo más accesible posible, y es por lo que se propusieron equipamientos sociales de gestión municipal, ubicados en distintos barrios: Centros Cívicos, Centros de Iniciativas Vecinales, el Centro Municipal de Igualad y el local de la Federación Vecinal.
La participación[4] resultante fue de un 66% de mujeres frente a un 33% de hombres.
Además de las cartografías impresas en DIN A3, se utilizaron dispositivos electrónicos (computadoras conectadas a red Wifi y un proyector) y materiales fungibles como gomets (adhesivos) y rotuladores de colores para la señalización y creación de los “Mapas por el Derecho a la Ciudad”.
Los talleres comprendían una duración de 2 horas por sesión con una parte inicial dinámica, seguida de un bloque teórico a modo de conversatorio crítico, y finalmente una parte íntegramente práctica y participativa. El guión de actuación fue:
- Dinámica de presentación de grupo (10 minutos)
- Vulnerabilidades, emociones y derecho a la ciudad (15 minutos).
- Urbanismo feminista (15 minutos)
- Valorar el Miedo de Valladolid de 2018 desde lo cotidiano.(15 minutos)
- Pautas de creación del mapa actualizado en clave cotidiana y de cuidados (10 minutos)
- Construcción colectiva del mapa por barrios (40 minutos)
- Tras lo realizado: propuesta de intervención desde el Ayuntamiento (15 minutos)
Tras la parte teórica y expositiva, que partía de las consideraciones del Derecho a la Ciudad de Henri Lefevbre, se hizo una contraréplica a partir de las emociones, la resiliencia, el empoderamiento y la puesta en valor de las vulnerabilidades como parte del ciclo vital de las personas y en los espacios urbanos. En este sentido, posteriormente las personas participantes construyen e identifican colectivamente las detecciones que perciben en sus barrios, elaborando un primer diagnóstico de la ciudad, con materiales identificativos (gomets) a través de siguiente leyenda:
Conclusiones, resultados y perspectivas
El abordaje del Derecho a la Ciudad en los talleres hizo emerger en los grupos participantes los conceptos de cuidados y la interdependencia (Herrero, Y., 2021) como la hoja de ruta de la regeneración urbana ecofeminista, con propuestas de acción resilientes, instrumentándose de mapas colaborativos como una herramienta democrática para crear otras maneras de vivir la ciudad, mediante códigos de seguridad, sororidad y alianzas colectivas.
En este sentido también se evidenció que los espacios públicos urbanos deben reforzar y facilitar lo comunitario y, en parelelo, el desarrollo personal, acrecentando los espacios de placer como vínculos para el empoderamiento de población en situación de desigualdad. En esto último, los talleres también subrayaron la relevancia de los espacios públicos como favorecedores del intercambio de miradas, perspectivas, metodologías y acciones para el bienestar ciudadano, poniendo en valor el autocuidado (Col-ectiu Punt 6, 2019 :96) e interpelando a la administración pública a implicarse con los mecanismos de actuación política con perspectiva feministas e interseccionalidad, para incrementar la calidad de vida de la población, en toda su diversidad y etapas vitales.
También los grupos apuntaron los puntos vulnerables que emergen de nuestras vidas cotidianas en el marco del Derecho a la Ciudad, en tándem con las geografías feministas, reclamando la necesidad de espacios públicos de descanso, zonas con baños públicos, acceso al suministro de agua potable, zonas de disfrute sin aire contaminado ni ruidos, áreas de diversión intergeneracional (sin necesidad de consumo económico alguno), tramos de resguardo frente a la lluvia, espacios de actividades de encuentro y actividades vecinales, etc.
También se subrayó la imperiosa necesidad de adaptación de los espacios públicos a los efectos del cambio climático en las ciudades, mostrando la necesidad de más zonas verdes, ajardinadas y carriles- bici que contrarresten la polución. A su vez, se propuso aumentar los puntos de agua potable en la ciudad, ante las inclemencias climáticas que ocasionan las altas temperaturas y, también la creación de espacios públicos sotechados a modo de refugio, ante las acuciantes lluvias que se presentan de forma repentina.
Las sesiones dejaron de manifiesto que el Derecho a la Ciudad, desde el activismo, propicia el ejercicio democrático de la ciudadanía como agentes de cambio: poniendo en valor su capacidad de observación en clave de ciudad cuidadora.
En la actualidad, la Federación Vecinal de Valladolid está pendiente de las apreciaciones percibidas desde el Consistorio, tras la entrega de los materiales cartográficos elaborados por las agrupaciones vecinales.
Referencias
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https://www.cccb.org/es/multimedia/videos/espacio-lugar-y-politica-en-el-momento-actual/211471
Crenshaw, Kimberlé W. (1991). Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color. Stanford Law Review, 43 (6), pp. 1.241-1.299. Traducido por: Raquel (Lucas) Platero y Javier Sáez
https://www.uncuyo.edu.ar/transparencia/upload/crenshaw-kimberle-cartografiando-los-margenes-1.pdf
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https://www.viruseditorial.net/paginas/pdf.php?pdf=urbanismo-feminista.pdf
El Mundo de Valladolid. (22 sept. 2019). Las asociaciones vecinales llaman a los jóvenes a involucrarse en sus barrios.
https://diariodevalladolid.elmundo.es/articulo/valladolid/asociaciones-vecinales-llaman-jovenes-involucrarse-barrios/20190922093400292596.html
Federación Vecinal “Antonio Machado” de Valladolid
https://www.vecinosvalladolid.org/la-federacion/directorio/
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https://www.researchgate.net/publication/238619511_The_Right_to_the_Gendered_City_Different_Formations_of_Belonging_in_Everyday_Life
Gómez Hernández, V. (2020) “Cuidados y vida cotidiana: aportes para pensar la dignidad de los barrios desde una perspectiva feminista”, TIF de Ciencias Políticas, Universidad Nacional del Rosario
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Gonzalo Morell, Constantino (2013). Democracia y barrio: el movimiento vecinal en Valladolid (1964-1986), Universidad de Valladolid
Herrero, Y. (2021) “Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible”, Revista de Economía Crítica, 2(16), pp. 278–307.
https://revistaeconomiacritica.org/index.php/rec/article/view/334
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https://monoskop.org/images/3/3c/Lefebvre_Henri_El_derecho_a_la_ciudad.pdf
Little, J., Peake, L. y Richardson, P., (1988) Women in cities: Geography and gender in the urban environment, Palgrave Macmillan
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https://onuhabitat.org.mx/index.php/la-nueva-agenda-urbana-en-espanol
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Valdivia, B. (2018). Del urbanismo androcéntrico a la ciudad cuidadora. Hábitat y Sociedad, 11, 65-84.
http://dx.doi.org/10.12795/HabitatySociedad.2018.i11.05
Zaragocin, S. (2020) Geografía feminista descolonial, Geopauta, Vitória da Conquista,
ISSN: 2594-5033, V. 4, n.4, 2020, p.(18-30)
https://orcid.org/0000-0002-0190-1439
http://periodicos2.uesb.br/index.php/geo
[1] El Patio Herreriano presenta el “Mapa del miedo. Repensando el espacio público desde una perspectiva de género | Portal Web del Ayuntamiento de Valladolid: https://www.valladolid.es/es/actualidad/valladolid-7b/patio-herreriano-presenta-mapa-miedo-repensando-espacio-pub
[2] La población vallisoletana dibuja una pirámide Regresiva o de Bulbo, caracterizada por una cúspide más ancha en comparación con su base, debido al descenso abrupto de la natalidad y el contínuco envejecimiento de la población, con una alta esperanza de vida, siendo el porcentaje de ancianos mayor que el de nacimientos (tendencia de los paises con un sistema de bienestar desarrollado).
[3] Datos contemplados de la justificación de la actividad “Generar un mapeo inicial por el Derecho a la Ciudad a partir de las vivencias cotidianas”
[4] No se manifestó ninguna identidad no binaria.
Recuperación de la memoria urbana feminista: Plaza de bolsillo Aurora Feminista
Recuperación de la memoria urbana feminista: Plaza de bolsillo Aurora Feminista
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho| Julio 2023
Por: [Valentina Saavedra Meléndez. Arquitecta y Magíster en Urbanismo de la Universidad de Chile. Doctoranda de Geografía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Académica Instituto de la Vivienda, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Integrante de Vértice Urbano.
Luciana Pastor Martínez. Diseñadora de la Universidad de Chile y Magíster en Estéticas Americanas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Académica del Departamento de Diseño, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Integrante de Vértice Urbano.
María Paz Rodríguez Parada. Arquitecta y Diplomada en Derecho a la Ciudad y al Territorio con Perspectiva de Género de la Universidad de Chile. Revisora de Proyectos, SERVIU Metropolitano. Integrante de Vértice Urbano]
Resumen
Esta práctica presenta un ejercicio de memoria urbana desde una perspectiva feminista, aplicada en un proyecto convocado por el Gobierno Regional de Santiago para la primera Plaza de Bolsillo con enfoque de género, que tiene como objetivo la generación de actividades de emprendimiento y recreación de baja escala. Esto a través de una estrategia de reutilización de espacios centrales de la ciudad – base de urbanismo feminista -, mediante el uso de mobiliario urbano desmontable y administración de mujeres.
En el marco de una investigación llevada a cabo por Vértice Urbano y financiada a través de FONDART Nacional del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, se espera contribuir a la reparación de los momentos y lugares olvidados de la memoria feminista. Así, esta Plaza de Bolsillo viene a relevar, a través de sus estrategias de diseño, la sede del periódico “Aurora Feminista”, uno de los lugares donde agrupaciones feministas difundieron publicaciones a favor de los derechos educacionales y laborales de las mujeres a principios del siglo XX.
En algunos meses, en el número 63 de la calle San Diego, se inaugurará la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género que llevará por nombre “Aurora Feminista”.
Palabras clave: Plaza de Bolsillo, Memoria Urbana, Urbanismo Feminista, Santiago de Chile
Introducción
Las ciudades no son espacios neutros, reproducen los sesgos, beneficios y discriminaciones de la sociedad, frente a lo cual el urbanismo feminista ha manifestado la importancia de (re)pensar el espacio urbano desde una óptica feminista (Massey, 1998; Falú, 2009; Valdivia, 2018). Es decir, poner en valor las necesidades, intereses y contribuciones de las diversas realidades que habitan las ciudades, con énfasis en las mujeres, que a pesar de conformar más de la mitad de la sociedad, se nos sigue invisibilizando.
Esta invisibilización afecta la vida cotidiana desde incomodidades por las dimensiones de los espacios y mobiliarios pensados generalmente para un prototipo de hombre europeo sin responsabilidades de cuidados, hasta las sensaciones de inseguridad por la generación de zonas monofuncionales en la ciudad dedicadas a actividades masculinizadas (Kern, 2021).
A continuación, presentaremos un proyecto en el que participamos como Vértice Urbano, donde se vinculan dos ámbitos de la ciudad en que las mujeres son escasamente consideradas: la memoria urbana y los espacios laborales.
Memoria Urbana Feminista
La memoria urbana es un proceso de reconstrucción del pasado vivido por un determinado grupo que se estructura por un marco temporal y uno espacial, asociando un momento, fechas y periodos a lugares, objetos y construcciones donde aconteció un hito histórico. Este permite evocar el recuerdo de lo que sucedió en un determinado espacio (Halbwachs, 2002). Ahora bien, en nuestra sociedad existe una memoria oficial que sostiene una versión selectiva de la historia, por ejemplo, a través de símbolos o monumentos patrios, mayoritariamente masculinos y bélicos en las ciudades (Pollack, 2006), frente a lo cual se encuentran las “contramemorias”, que hacen reaparecer aquello que se ha intentado borrar (Calveiro, 2006).
Para los estudios de género y feministas, la práctica de recordar y visibilizar es una tarea central que busca construir relatos silenciados, debido a que el poder ha despojado a las mujeres de sus propias memorias (Troncoso y Piper, 2015). Según lo señalado por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (2021), tan solo el 4,8% de los monumentos públicos de la Región Metropolitana son dedicados a mujeres. En cuanto a las de calles, estaciones de metro, hospitales y aeropuertos con nombres de personas, como Vértice Urbano detectamos que sólo el 17% son femeninos. Cabe destacar que los escasos reconocimientos que existen a mujeres en el espacio urbano se centran en historias individuales, encontrando en reiteradas ocasiones la conmemoración, por ejemplo, a Violeta Parra y Gabriela Mistral, no así a momentos relevantes de la historia política y colectiva de las mujeres en Chile.
A partir de estos antecedentes, como Vértice Urbano estamos realizando el proyecto de investigación “Memoria urbana feminista: Espacios simbólicos de la conquista de ciudadanía de las mujeres en Santiago de Chile durante el siglo XX”[1], que tiene como objetivo estudiar los espacios urbanos que cobran relevancia para la conquista de derechos de las mujeres, de manera de contribuir a la construcción de una memoria urbano-espacial que reivindique los derechos de las mujeres como avances fundamentales de nuestra historia. Para ello, realizamos un catastro de aproximadamente 230 momentos históricos que geolocalizamos. Estos van desde los espacios de reunión de las mujeres del movimientos obrero y sufragista a inicios de siglo, hasta lugares intervenidos por las agrupaciones feministas en favor de los derechos humanos y de las mujeres en la década de los 80’.
Los resultados de esta investigación aún están en proceso, sin embargo, hemos identificado que uno de estos lugares se ubica casualmente a sólo tres cuadras del sitio baldío que la Gobernación de Santiago ha querido recuperar con la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género.
Aurora Feminista: la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género
La distribución de los espacios laborales en la ciudad ha significado una dificultad para la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo formal. La responsabilidad social de los cuidados muchas veces imposibilita acudir a centros laborales ubicados a grandes distancias o desarrollar emprendimientos por situarse en espacios poco aptos para la infancia o personas mayores. Esto genera una limitante para la autonomía económica o la adopción de formas informales e inestables de ingreso.
A partir de lo anterior el Gobierno Regional de Santiago convocó a proyectos para una Plaza de bolsillo a construirse en calle San Diego N°63 que pusiera en el centro la autonomía económica y oportunidades laborales para las mujeres[2].
La estrategia de Plazas de Bolsillos es una activación de predios en desuso que son cedidos temporalmente a la administración pública para la generación de actividades de baja escala con mobiliario urbano desmontable y trasladable “en el bolsillo”. Esta tipología de plazas se ha expandido por la Región Metropolitana desde el año 2016, aportando notablemente a la recuperación de pequeños espacios en deterioro (GORE Metropolitano y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2018).
Esta estrategia se condice con una de las bases del urbanismo feminista: la reutilización de los espacios centrales de la ciudad. Es decir, que sin derribar edificios para volver a construirlos se aprovecha el espacio de la ciudad para mejorar la vida cotidiana (Col Lectiu Punt 6, 2021).
La primera Plaza de Bolsillo con enfoque de género está a cargo de la oficina Ciudad de Bolsillo [3] , Arquitectura Más Studio, Otra Ciudad y Antropología UC y recibió la asesoría de género de Vértice Urbano y recibió la asesoría de género de Vértice Urbano. La plaza se basa en la compatibilización de espacios laborales con zonas de cuidados que permitan a las mujeres tanto activarse económicamente, como descansar. Esta contempla un área de cuidados con un tratamiento de suelo para evitar que niñas y niños se dañen al jugar, un área de lactancia y un muro de juegos que evita la generación de espacios ciegos. Además, la plaza contempla un Huerto Urbano pensado también en la generación de alimentación de proximidad y administración de las mujeres del barrio, además de stands de emprendimientos y camiones de comida (Foodtrucks).
Recuperación de espacios a través de la memoria
Uno de los hallazgos de nuestra investigación da cuenta que en el número 364 de la calle San Diego, a principios del siglo XX se ubicaba la sede del primer periódico feminista de la Región Metropolitana, “La Aurora Feminista”. Este defendió los derechos de las mujeres desde 1904, principalmente derechos educacionales y laborales, como herramientas de autonomía de las mujeres (Memoria Chilena, 2023). A partir de esto, en algunos meses en el número 63 de la misma calle, se inaugurará la Primera Plaza de Bolsillo con Enfoque de Género “Aurora Feminista”.
En miras de aportar a la reconstrucción de la memoria colectiva de las mujeres en el espacio público, como Vértice Urbano hemos propuesto la realización de un mural de mujeres literatas y medios literarios feministas del siglo XX, que han sido fundamentales para la conquista de derechos de todas las mujeres de Chile.
Bibliografía
Calveiro, P. (2006). La memoria como futuro. Actuel Marx/ Intervenciones, 3, 61-76.
Col Lectiu Punt 6 (2021) Urbanismo Feminista: por una transformación radical de los espacios de vida. Barcelona: Virus
Consejo de Monumentos de Chile. (2021). Estudio de monumentos públicos de mujeres. Santiago de Chile: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Falú, A. (2009). Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos. Santiago de Chile: Ediciones SUR
GORE Metropolitano y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (2018). Plazas públicas de bolsillo. Nuevas experiencias en generación de espacios públicos. Santiago de Chile: Intendencia Región Metropolitana de Santiago. Disponible en https://www.gobiernosantiago.cl/wp-content/uploads/2018/03/GUIA-PLAZAS-PUBLICAS-DE-BOLSILLO.pdf
Halbwachs, M. (2002). Fragmentos de la memoria colectiva. Athenea Digital, 2, 1-11.
Kern, L. (2021). Ciudad Feminista: La lucha por el espacio en un mundo diseñado por hombres. Manresa: Bellaterra Edicions.
Massey, D. (1998). Espacio, lugar y género. Debate Feminista, 17, 39-46.
Memoria Chilena (2023) La Aurora Feminista (1904). www.memoriachilena.cl, consultado el 11 de julio de 2023 en http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-97167.html
Pollak, M. (2006). Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. La Plata: Al margen.
Troncoso, L. y Piper, I. (2015). Género y memoria: articulaciones críticas y feministas. Athenea Digital, 15(1), 65-90.
Valdivia, B. (2018). Del urbanismo androcéntrico a la ciudad cuidadora. Hábitat y Sociedad, (11), 65-84
[1] Proyecto FONDART Nacional, Línea Arquitectura, Modalidad Investigación, Folio Nº636701 (Convocatoria 2022).
[2] https://corporacionrm.cl/wp-content/uploads/2022/08/BASES-POSTULACION-DISEN%C5%BDO-PRIMERA-PLAZA-ENFOQUE-GENERO.pdf
[3] https://www.ciudaddebolsillo.com/
Transformación urbana y humana de la ciudad inglesa de Sheffield bajo el relato de la película Full Monty | “Full Monty (1997)”
VerTransformación urbana y humana de la ciudad inglesa de Sheffield bajo el relato de la película Full Monty | “Full Monty (1997)”
Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Soledad Bravo Salgado. Socióloga, Universidad de Chile. Mgs. En Ciencias del Trabajo, Universidad estatal de Milano. Lic. En análisis económico, Universidad estatal de Roma III. Docente y Directora de Proyecto Fundación Clotario Blest]
Resumen
Esta reseña analiza brevemente sobre la recualificación de los espacios urbanos ante la necesidad humana en las posibilidades de sobrevivencia, en situaciones de crisis económica. Esto no sólo despliega un cambio en los usos urbanos, sino que también implica una resignificación en el sentido de la vida, los valores y de los roles que se dan en la reproducción social y material de la existencia.
Palabras Clave: Transformación urbana, crisis económica, roles de género.
Introducción.
Este relato se desarrolla en la ciudad de Sheffield, norte de Inglaterra, región de Yorkshire. Escenario de una ciudad en proceso de transformación que fue protagonista, desde 1960, de un periodo de prosperidad económica debido a la pujante actividad industrial metalúrgica, lo que se provocó niveles de bienestar en la economía local inglesa y, en particular, europea antes de la relocalización industrial asiática. La película Full Monty representa los eventos de necesaria recalificación laboral de una serie de protagonistas que se encuentran ante el desafío de crisis económica local, replanteando sus trayectorias de vida a nuevos espacios de sentido y sobrevivencia.
En esta circunstancia, como suele ocurrir en los asentamientos urbanos colindantes a importantes actividades económicas con dedicación exclusiva, exigen cierta planificación urbana que se traduce enteramente a constituir una comunidad cómoda, en torno a una jornada laboral que acomode los horarios domésticos con aquellos públicos y laborales.
Se identifican así barrios unificados, territorial y estéticamente bajo el signo del ladrillo, en grupos habitacionales uniformes, que acogían espacios unifamiliares y discretos. Un ordenamiento vial que dirigía los cuerpos ordenadamente entre tiempos de labor y descanso. En ejemplos como estos se reconocen espacios comunitarios de ocio como estadios, cines, teatros, plazas con una fuerte identidad barrial y local. Ejemplos de este tipo de ordenamiento también lo tenemos en Chile, tanto en Chuquicamata como en Tomé, así como en barrios cercanos a las actividades ferroviarias en Santiago.
Declive urbano y resiliencia en Sheffield.
El relato fundamental de la película descansa precisamente en la circunstancia histórica y social posterior al periodo de pujanza económica, donde se representa el declive urbano, que se observa en el degrado, en la subutilización de los espacios de sus usos originales, tanto por el abandono, como por falta de un nuevo sentido. En el caso de Sheffield, esto responde a la circunstancia histórica de la liberalización económica, la supresión industrial local por su relocalización territorial y por el desempleo que empiezan a sufrir gran cantidad de ciudades inglesas. Este periodo de decadencia industrial, llevado a cabo por el gobierno conservador de Margaret Thatcher, se observa -de modo paralelo- una práctica y defensa de organizaciones sindicales, fuertemente debilitadas. Es en esta circunstancia que el paisaje de unificación de comunidad económica empieza a vaciarse, a fragmentarse. Donde antiguamente había un barrio ahora se perfila un campo de golf (como ocurre con los basureros en China).
Otro ejemplo visivo es la refuncionalidad del cine de barrio, donde se produce el estreno de la “nueva actividad” de los protagonistas. El cine degradado de su original función se presta para nuevas actividades de múltiples nuevos desocupados que se recalifican en nuevos oficios. Proliferan las bandas, los comediantes y diversos varietés, como expresión de nuevas formas de sobrevivencia. Todo esto en un espacio recalificado, en un necesario y nuevo estilo de ocio, el cual adquiere un carácter fundamental ante un ambiente que requiere de resiliencia y ante un sentimiento generalizado de angustia y alienación por la desocupación generalizada.
Aquí también hay un pequeño relato que se dirige a nuevas posiciones del género. El empleo masculino, a contrato fijo, con una jornada determinada que reconfigura una identidad masculina se ve un poco perdido de sentido cuando la estabilidad en la provisión queda al sustento femenino. Las mujeres protagonistas (casi todas empleadas en oficios de servicios. Situación tradicionalmente femenina hasta ahora) conservan sus empleos, y se replantean como figuras de la provisión material. Esta identidad masculina queda un poco a la deriva y se observa en la situación de vida de los diferentes protagonistas masculinos. Ahora es la evaluación (por lo tanto, una posición de poder) queda ante la mirada femenina. La exposición del cuerpo desnudo de los hombres delante de la mirada femenina, en su expresión más extrema (ancianos, delgados, gordos y gays) ante una “eventual” mirada de deseo femenino. Reconfigura toda la tradicional situación de los tiempos de la industrialización en un nuevo espacio, desde un cine (un espacio prefabricado) a un escenario (un espacio a la improvisación), delante de una nueva mirada, la femenina.
Otro ejemplo de recalificación es el lugar de ensayo de los protagonistas, una ex fabrica desocupada: vacía y sin incumbente ocupación ante tan vergonzosa y arriesgada actividad para tan circunstanciales personajes. Las escenas del transporte público también explicitan la situación social, el degrado, la desocupación la incumbente nueva pobreza. La observación urbana ante la nueva situación social tiene múltiples expresiones.
Conclusiones.
Hay testimonio de eso, no sólo en la utilización del suelo sino en la expresión cultural, sobre todo en la expresión de la escena musical de la época como el nacimiento y evolución del Punk y el pop industrial (como nostalgia) presente en la película como banda sonora.
Es así que se reconfiguran los espacios, lo que vuelve a ser tratado en la actual “serie”, secuela de la película reseñada que explicita espacios de gentrificación que en la película reseñada se presentan como degradados. En la serie, se infieren nuevos actores como por ejemplo. “El Estado” que se encarga de recrear escuelas públicas, modernas e integradoras, en escenarios que anteriormente se presentaron como degradados.
Esta es una obra que se representa no sólo por el viaje interior de sus protagonistas, sino además se refleja en las representaciones urbanas y públicas de un escenario local que transita desde el capitalismo industrial a aquel financiero y especulativo que necesariamente explicita nuevos actores como el Estado.
Referencias.
Cattaneo, P. (1997). Full Monty. 20th Century Fox.
Travesías en las paradas de buses en Chile: Migración, luchas y encuentros en la ciudad | “Un Viaje Espacial" (2019)
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, IEUT – UC.]
Resumen. “Un viaje espacial: Conversaciones bajo un mismo techo” es un documental dirigido por Carlos Araya y retrata la diversidad de personas que viven en Chile y las experiencias de espera que comparten. El documental se enfoca en los paraderos de buses en distintos lugares de chile, donde las personas de todas las edades, orígenes y estatus socioeconómicos se reúnen para esperar el transporte público, ahondando en las tensiones que se producen, pero también en las posibilidades de sociabilidad que entregan los paraderos.
Palabras Clave. Derecho a la ciudad, vida Cotidiana, migración.
Introducción.
El documental muestra cómo los paraderos son lugares de encuentro donde convergen personas migrantes y nativas. Aquí las personas pueden socializar, compartir historias y aprender sobre la cultura de los demás. Sin embargo, también muestra cómo los paraderos pueden ser lugares de tensión, donde las personas pueden ser objeto de discriminación o violencia.
De esta forma, se convierte en un llamado a la acción para que todas las personas trabajen juntas para construir una ciudad que sea justa y equitativa para todos, sirviendo de recordatorio de que los paraderos son más que solo lugares donde las personas esperan el autobús. Los paraderos son lugares donde las personas pueden construir comunidad, luchar por sus derechos y crear un futuro mejor para la ciudad.
Sin poder llegar a casa.
El documental se desarrolla en diferentes paraderos a lo largo de todo Chile, cada uno con su propia historia y dinámica. En uno de ellos se presenta un caso conmovedor de un hombre de nacionalidad haitiana, quién se encuentra perdido con su guitarra en la ciudad de Santiago. Este hombre desorientado y sin dominar el idioma español, se ve enfrentado a un desafío al intentar regresar a su hogar en la comuna de Pudahuel. Ante esta situación, decide esperar en un paradero de buses, buscando la ayuda y la orientación de quienes pasan por allí.
Con miradas de incertidumbre, algunas personas se acercan al hombre para tratar de entender su situación, sin embargo, la barrera del idioma y la falta de conocimiento específico sobre la ruta que lleva a Pudahuel dificultaban la comunicación y la ayuda que se le podía brindar.
En otra escena, un grupo de jóvenes se acerca a él para intentar ofrecerle ayuda. Los jóvenes le hacen preguntas sobre cómo se llama el sector donde vive, nombres de calles y le muestran un mapa, sin embargo, el hombre no conoce las respuestas a estas preguntas y no puede ubicarse a través de un mapa. Luego le preguntan si tiene algún familiar o conocido al que pueda llamar para obtener ayuda, pero desafortunadamente las personas con las que vive no cuentan con un teléfono. En ese momento, le aconsejan que no se vaya, ya que es tarde y puede resultar peligroso. El hombre argumenta que ya lo sabe, expresando su miedo en respuesta a este consejo.
Tratando de brindarle apoyo, le sugieren que no tenga miedo y le preguntan si tiene algún lugar donde pueda quedarse. Lamentablemente, el hombre tampoco tiene un lugar seguro donde acudir. Los jóvenes le indican la dirección de un restaurante de McDonald’s cercano y le informan que está abierto toda la noche, ofreciéndole la posibilidad de pasar la noche allí.
En este momento, se destaca una escena en la que le animan a tocar su guitarra. A través de esta invitación, se intenta crear un ambiente de calidez y conexión, permitiéndole expresarse de una manera que va más allá de las barreras del idioma.
Este caso es representativo de lo que quiere retratar el documental, trayendo a la luz la complejidad de la experiencia migratoria y las dificultades que enfrentan aquellos que se encuentran en un entorno que les parece ajeno. Esta historia particular en el paradero de buses es solo una de muchas que se presentan en el documental “Un viaje espacial”. A medida que la narrativa se desarrolla, se revelan más experiencias de migrantes y personas que se encuentran en situaciones similares, compartiendo un sentimiento de vulnerabilidad y la lucha por ser comprendidos encontrar un lugar en la ciudad.
Conclusión.
El paradero se convierte en un microcosmos de la ciudad, reflejando la diversidad, la cultura y las experiencias de quienes lo habitan. A través de este retrato, el documental pone de relieve la importancia del derecho a la ciudad. Las historias presentadas ejemplifican las dificultades que enfrentan muchas personas migrantes y vulnerables al tratar de incorporarse a las dinámicas de la ciudad. La falta de acceso a la información, las barreras del idioma y la falta de redes de apoyo pueden convertirse en obstáculos para la plena participación en la vida urbana. Además, el miedo y la incertidumbre se suman a las dificultades, generando una sensación de vulnerabilidad y exclusión. En conclusión, el documental invita a reflexionar sobre el derecho a la ciudad y la importancia de construir una ciudad más inclusiva, promoviendo que todas las personas puedan encontrar un lugar y sentirse parte de ella.
Referencias.
Araya, C. (2019). Un viaje espacial: Conversaciones bajo un mismo techo. María Una Vez.
Más allá derecho de la ciudad: hacia la vida buena y la defensa de la comunidad
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Carla Carabaca Videla. Licenciada en Sociología (Universidad Nacional de Cuyo). Diplomada en Estudios Agrarios Latinoamericanos (Universidad de la República del Uruguay). Diplomada en Jóvenes y Ruralidad (Corporación Claretiana Norman Pérez Bello). Maestranda en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en Sociología (Universidad Nacional de Quilmes). Investigadora del SIIP-UNCuyo. Docente de nivel secundario (Dirección General de Escuelas). Profesional Técnica, Oficina de Ordenamiento Territorial (Municipalidad de Lavalle, Gobierno de Mendoza, Argentina). También se ha desempeñado como profesora de las cátedras Procesos Sociales Contemporáneos y Mendoza: territorio, población, estructura y conflicto (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo).
Roberto Ignacio Lobos Villaseca. Profesor de Filosofía en la Universidad Santander en la Línea de Arte, Cultura y Humanidad e investigador en la Universidad Nacional de Cuyo. Encargado del departamento de Estudios de Fundación Plebeya y Miembro de la Asociación de Filosofía y Liberación]
Resumen:
El derecho a la ciudad tuvo la potencialidad de transformar de manera profunda la forma de producir el espacio. Hoy es indispensable que estas apreciaciones sean problematizadas con la intención de ir más allá de lo planteado por Lefebvre. Si desplazamos la idea de ciudad y nos centramos en su teoría de la espacialidad y la categoría de “utopía concreta”, heredada de Ernst Bloch, podemos trazar nuevas líneas desde otro locus enunciativo. Hay una serie de saberes nuestroamericanos propios que se han desarrollado en la búsqueda de una alternativa al capitalismo neoliberal. El Buen Vivir de los pueblos originarios ha sido retomado por las fuerzas mestizas como un nuevo horizonte utópico para el continente. Así, quizás sea posible un “espacio diferencial” para una geocultura propia el punto de encuentro entre la utopía concreta de Lefebvre y el derecho a la ciudad con las perspectivas comunitarias de un vivir transmoderno, descolonial y anticapitalista neoliberal de los movimientos comunitarios, sea esta “ciudad” o no.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, vida buena, comunidad
Introducción
La noción “derecho a la ciudad” en su momento fue planteada como la posibilidad de construir una ciudad en la que se pueda vivir de forma digna, para la buena vida de todos y todas. Sin embargo, creemos que “pensar la ciudad” retomando la herencia de Henri Lefebvre implica trascender las discusiones que se reducen solamente al reconocimiento jurídico (y, por lo tanto, formal) del derecho a la vivienda, el hábitat, el ambiente y la centralidad residencial.
En el siguiente artículo pretendemos plasmar algunas ideas fuerza producto de un diálogo sostenido en los últimos tres años en torno al habitar. La pregunta que nos ordena es la siguiente, ¿Es acaso la ciudad centro neurálgico del capitalismo la solución para una forma de vida distinta? Los retos de construcción de una forma de vida, más allá de la modernidad y desde una crítica descolonial y anticapitalista, han aparecido como alternativa a la crisis sistémica en los momentos en la que el mundo comienza a agonizar tras la depredación del capitalismo sobre la naturaleza y el ambiente. Sin dudas, el colapso ambiental ha puesto la problemática del territorio y del espacio en el centro del debate.
I
Como afirman Carrión y Dammert-Guardi (2019), generalmente se plantea el derecho a la ciudad de forma abstracta, sin hacer referencia a los modos de producción y de reproducción de un tipo particular de ciudad: la ciudad capitalista, que es una máquina productora de exclusión, diferenciación y desigualdad. Esto hace de esta noción una categoría que es simultáneamente de comprensión de una realidad urbana específica (analítica) y de reivindicación de lo que se aspira: un proyecto urbanístico distinto (utopía). De este modo se plantea como una categoría política, no jurídica, aunque sí de legitimidad.
En su origen, tal como lo planteó Lefebvre (1969), el derecho a la ciudad es más que una necesidad social insatisfecha. Lefebvre entendía el derecho a la ciudad como el derecho de los habitantes urbanos a construir, decidir y crear la ciudad, espacio privilegiado en su concepción para la lucha contra el capitalismo. En las últimas décadas, esta categoría ocupó un lugar en el centro del debate político y su popularización ha hecho necesario disputar la precisión conceptual del concepto ante su uso oportunista. No obstante, la popularidad del concepto no ha venido acompañada de mayor precisión conceptual, sino todo lo contrario, de una banalización del término constituyéndose en un eslogan general y una categoría polisémica (Gnecco Quintero, 2020) profundizada por el “consumismo intelectual y académico” (Borja, 2017, p. 26). Se habla de construir ciudad y se da por hecho de que se busca un solo tipo de ciudad equivocadamente.
Nuñez (2013) sostiene que la banalización del término proviene de una apropiación de posicionamientos disímiles. El vaciado del término habilita un uso propagandístico, un formalismo sin materia, al punto de poder escuchar a sectores neoliberales hablar de la necesidad del derecho a la ciudad, como si se tratara de más y mejores espacios verdes. Además, la autora sostiene que la incomprensión del corpus total y complejo de la propuesta de Lefebvre se convierte en un obstáculo epistémico, bloquea el campo de posibilidades del concepto y su dimensión política, pero también estratégica, dejando fuera la propuesta político-revolucionaria del intelectual francés (Nuñez, 2013).
El término derecho a la ciudad apareció en 1968, cuando Lefebvre escribió su obra de título homónimo tomando en cuenta el impacto negativo sufrido por las ciudades en los países capitalistas, con la conversión de la ciudad en una mercancía al servicio exclusivo de los intereses de la acumulación del capital. Como contrapropuesta a este fenómeno, Lefebvre (1969) construye un planteamiento político para reivindicar la posibilidad de que las y los trabajadores puedan adueñarse de la ciudad. Frente a los efectos causados por el neoliberalismo, se propone esta perspectiva política como una respuesta posible.
Conforme al mismo marco teórico con el que abordó en términos generales el tema de la producción social del espacio, Lefebvre (1970, p. 36) analizó la producción del espacio urbano al proponer que cada modo de producción produce un tipo de ciudad que “lo expresa” de manera inmediata (visible y legible sobre el terreno) al tornar sensibles a las relaciones sociales más abstractas -jurídicas, políticas e ideológicas. Además, por un lado, analizó cómo a lo largo de la historia los cambios en el modo de producción dominante generaron una secuencia de producción del espacio urbano que se expresó, sucesivamente, en la ciudad política, la ciudad comercial, la ciudad industrial, para culminar en la fase “neocapitalista” en la sociedad urbana. Y, por el otro, destacó cómo en esta secuencia es posible identificar los cambios que se produjeron en las respectivas funciones, formas y estructuras urbanas, los cuales son los que establecieron las diferencias entre uno y otro tipo de ciudad a lo largo de la historia.
Sobre esta base, Lefebvre (1970) sostuvo que la realidad urbana modifica las relaciones de producción sin llegar a transformarlas. Se convierte en fuerza productiva, como ocurre con la ciencia. El espacio y la política del espacio “expresan” las relaciones sociales, al tiempo que inciden sobre ellas (Lefebvre, 1970, p. 25). Este constituye uno de los aspectos claves de la explicación lefebvriana, desde que muestra que el espacio cumple un papel instrumental crucial en la reproducción de las relaciones sociales capitalistas, donde la ciudad, no es un lugar pasivo de la producción o de la concentración de los capitales, sino que ‘lo urbano’ interviene como tal en los medios de producción.
Al centrar su atención en los efectos de la industrialización, Lefebvre concluyó que el crecimiento y expansión de la industria incidió en el desencadenamiento de una revolución urbana, que ha estado generando un tipo de espacio urbano que se diferencia, cada día en mayor grado, de los tipos de ciudad que existieron en el pasado: con la industria, la extensión del mercado, el mundo de la mercancía, con la importancia de lo económico y el capitalismo, la ciudad histórica, atacada de todas partes deja lugar a otra cosa (Lefebvre, 1974). En otras palabras, la interrelación entre industrialización y urbanización intensificó y aceleró la transición desde “la ciudad” (tal como había sido concebida hasta entonces), hacía un fenómeno diferente que se manifiesta a través de la “urbanización completa de la sociedad” a escala planetaria; esto es, la “urbanización consumada”. Ésta prolonga la tendencia fundamental del presente a través y al seno de la ‘sociedad burocrática de consumo dirigido’ (Lefebvre, 1970, p. 11; citado por Mattos, 2015, p. 7). La sociedad urbana está en gestación.
II
El derecho a la ciudad tuvo en su momento la potencialidad de transformar de manera profunda la forma de producir el espacio y, además, trae consigo la constitución de un sujeto social colectivo productor de la espacialidad. Hoy es indispensable que estas apreciaciones sean problematizadas con la intención de ir más allá de lo planteado por Lefebvre, teniendo presente que el autor desarrolló sus ideas antes de la caída de los socialismos reales. Sin embargo, si desplazamos la idea de ciudad y nos centramos en su teoría de la espacialidad y la categoría de “utopía concreta” –heredada de Ernst Bloch–, podemos trazar nuevas líneas desde otro locus enunciativo.
Más allá de Lefebvre, hay una serie de saberes nuestroamericanos propios que han ido desarrollándose en la búsqueda de una alternativa al capitalismo neoliberal. Estas proposiciones parten primeramente del reconocimiento de nuestro continente como el punto de inicio del desarrollo del capitalismo global, así como de la modernidad y la colonialidad que configuraron las formas y los ritmos de un mundo urbanizado.
Desde la teoría de la dependencia, la teología de la liberación, la filosofía de la liberación, la pedagogía del oprimido, el pensamiento descolonial, etc., se han articulado una serie de conocimientos autóctonos posibles de articular con la propuesta lefebvriana de ciudad y espacio diferencial. Los movimientos sociales del siglo XXI han ido en búsqueda de una utopía concreta, ya no centrada en la productividad cientificista a la que fue reducido el comunismo europeo, sino a una posibilidad de transformación que apela a un comunalismo local y las experiencias históricas de una geocultura propia. El punto de encuentro con el comunismo marxista se encuentra más cercano al Marx de los cuadernos Kovalevsky y las cartas con Vera Zasúlich que la experiencia histórica real.
El Buen Vivir de los pueblos originarios ha sido retomado por las fuerzas mestizas como un nuevo horizonte utópico para el continente y los movimientos comunitarios en defensa de la Madre Tierra nos han señalado otra forma de comprender el territorio y el espacio. La utopía concreta de Lefebvre puede articularse a su vez con la “utopía posible” de Franz Hinkelammert para pensar desde la vida el problema nuestro americano junto a la concepción del Buen Vivir, pero con el hincapié en la factibilidad. A la par, el filósofo Enrique Dussel también nos ha marcado un horizonte preguntándose ¿cómo aplicar la vida buena en la ciudad para el hommo urbanus? (Dussel, 2018), indicando que no hay aún una asimilación del Buen Vivir para la ciudad urbanizada, neoliberal, excluyente y desigual. Quizás sea posible un “espacio diferencial” para una geocultura propia el punto de encuentro entre la utopía concreta de Lefebvre y el derecho a la ciudad con las perspectivas comunitarias de un vivir transmoderno, descolonial y anticapitalista neoliberal de los movimientos comunitarios, sea esta “ciudad” o no. La vida buena como espacio diferencial es una posibilidad concreta, real, geo-culturalmente situada y con tradición histórica de las y los vencidos locales.
Referencias bibliográficas
Alvarado-Alegría, N. (2014). El derecho a la ciudad como derecho humano emergente. DigitalCiencia@UAQRO. https://www.uaq.mx/investigacion/revista_ciencia@uaq/ArchivosPDF/v7-n1/07Articulo.pdf
Borja, J. (2017). Contra la injusticia espacial, por los derechos ciudadanos, la igualdad y la sostenibilidad. Folios (32), 4-21.
Carrión, F. y Dammert-Guardia, M. (et al.) (2019). Derecho a la ciudad: una evocación de las transformaciones urbanas en América Latina. CLACSO, Flacso-Ecuador, IFEA.
Dussel, E. (2018, mayo 31). Enrique Dussel-Buen Vivir. [Archivo de video]. https://www.youtube.com/watch?v=DLIEm_6Smds
Gnecco Quintero, C. (2020). El derecho a la ciudad. La ciudad hacia el derecho: una mirada desde las actuaciones urbanísticas de la Bogotá humana (Tesis doctoral). Universidad Libre de Colombia https://repository.unilibre.edu.co/handle/10901/17933
Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Barcelona: Península.
Lefebvre, H. (1970). La revolution urbaine. Éditions Gallimard.
Lefebvre, H. (1974). La producción del espacio. Papers. Revista de Sociología (3).
Mattos, C. (2015). Lefebvre, producción del espacio, revolución urbana y urbanización planetaria. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Pontificia Universidad Católica de Chile. https://www.researchgate.net/publication/292978596_Lefebvre_produccion_del_espacio_revolucion_urbana_y_urbanizacion_planetaria
Nuñez, A. (2013). Del derecho a la ciudad, al derecho al espacio diferencial. VII Jornadas Santiago Wallace de investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas.
Autoconstrucción como bien común
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Sasha Chumpitaz Martínez [1]. Arquitecta y urbanista. Candidata a Magister en Ciudad y Urbanismo por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Arquitecta de la Dirección de Ordenamiento e Integración de Centros Poblados – Ministerio de Vivienda y Construcción (MVCS) Perú]
Resumen:
Durante las últimas décadas, diversas ciudades latinoamericanas han apostado por resolver los déficits de vivienda, a través de un enfoque economicista, priorizando la construcción masiva de proyectos habitacionales que posteriormente serán adquiridos mediante créditos hipotecarios. A consecuencia de ello, el déficit cualitativo (calidad de la vivienda) no forma parte sustancial de las políticas públicas de vivienda. Por ello, en función a una lógica de necesidad, los sectores con ingresos medios y bajos sostienen procesos de autoconstrucción para conseguir el “sueño de la casa propia”. Esto sin tomar en cuenta criterios respecto al contexto urbano territorial. En respuesta a ello, en el año 2021 se aprobó la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo (MVCS, 2021) en Perú, que reconoce como principal problema público a la habitabilidad de la población, refiriéndose a las características físicas (internas) de la vivienda y las características externas a ella, como las del entorno urbano. Frente a ello, la presente columna recoge los debates iniciales e investigaciones parciales acerca de la autoconstrucción como bien común y el ejercicio del derecho a la ciudad, en el marco del desarrollo del Trabajo Final del Máster en Ciudad y Urbanismo de la autora.
Palabras clave: Autoconstrucción, bien común, política pública
El debate académico, técnico y político ha confirmado el fracaso de la regulación de tierras como única política de vivienda para los sectores con menores ingresos. Desde la aprobación de la Ley N°13517 Ley de Barriadas, el pacto urbano social que se institucionalizó en el Perú se tradujo en una separación de la regulación legal del suelo (titulación) y la regulación para el mejoramiento urbanístico de los barrios, entiéndase calidad de la vivienda y del entorno urbano donde se ubiquen. Riofrío (2009), certeramente, lo resumió en la frase: “Yo te doy suelo, y tú no me pides vivienda”. Con ello, la población asumió enteramente la producción masiva de viviendas, poniendo en marcha un conjunto de agencias, prácticas y expresiones que surgen desde la lógica de la necesidad (Abramo, 2011). Esto se constituyó en el proceso de autoconstrucción.
En esa línea, la modalidad autónoma que posibilita construir los espacios donde se habita se ha convertido en la principal alternativa de acceso a una vivienda; al mismo tiempo, en la forma de consolidación de los barrios autoproducidos. Turner (2018) afirmó que los procesos de autoconstrucción forman parte del desarrollo progresivo del hábitat popular, el cual se caracteriza por la capacidad colectiva de construir barrios y comunidades. En tanto, dichos procesos permiten usar, gestionar y producir la ciudad de manera autónoma, pero colectiva a su vez. Así se reconoce una complejidad relacional (Borch y Kornberger, 2015) que es el punto de partida para entender la autoconstrucción como bien común.
Riofrío y Driant (1987) señalaron que la autoconstrucción y la autourbanización son modalidades que permitieron construir un sistema popular que admitió que el capitalismo continúe produciendo viviendas. Lo que trajo consigo la dificultad de constituir un sistema nacional productor de viviendas populares con apoyo del Estado para institucionalizar o en su defecto masificar las prácticas y agencias comunes alrededor de la autoconstrucción. Contrariamente, el Estado se concentró en intentar acortar las brechas que genera el déficit cuantitativo de la vivienda, priorizando la construcción de viviendas nuevas en suelo nuevo.
Todo ello acrecentó el porcentaje de unidades habitacionales que presentan un déficit cualitativo y promovió indirectamente la precariedad de las condiciones físico-espaciales del hábitat popular. Esto debido a que al contener viviendas construidas sin asistencia técnica no se garantiza adecuadas condiciones de habitabilidad [2] y además se presenta mayor riesgo frente a eventos climáticos, sísmicos y/o sanitarios. En concordancia a la realidad, la reciente Política Nacional de Vivienda y Urbanismo de Perú (MVCS, 2021) reconoce como problema público nacional, las inadecuadas condiciones de habitabilidad de la población, refiriéndose a las características físicas (internas) de la vivienda y las características externas a ella, como las del barrio o entorno urbano donde se ubique.
En ese marco, se establece el Servicio N°24 (S24) que lleva por denominación “Fortalecimiento de capacidades para la construcción asistida y construcción de viviendas progresivas”. Dicho servicio pretende fortalecer las capacidades de profesionales y trabajadores de la industria de la construcción. De tal manera, estos últimos se encargarán de realizar el seguimiento y brindar la asistencia técnica de los procesos arquitectónicos, constructivos y estructurales de las viviendas que son materia de construcción asistida y construcción progresiva (PNVU, 2021).
Para hacer operativa la implementación del S24, se propone concebir la ciudad y los procesos de autoconstrucción como bienes comunes. Ello permitiría validar el conocimiento colectivo que se aplica en el territorio producido por diversos agentes comunitarios, sociales y económicos. De los cuales resaltan los maestros de obra, albañiles y operarios que se han convertido en agentes de lo común en la ciudad. Si bien la aplicación de sus conocimientos en el proceso de autoconstrucción no proviene de facultades de arquitectura o ingeniería, sí se distingue un acumulado de prácticas, experiencias y voluntades que han permitido sostener procesos socioculturales alrededor del parque habitacional popular y son la expresión casi totalitaria del ejercicio del derecho a la ciudad. Para Harvey (2012), estas dinámicas permiten transformar el espacio a partir de nuestros anhelos más profundos.
A este respecto, se requiere superar las metodologías tradicionales para el diseño de las políticas públicas de vivienda. Esto se sustenta en la necesidad de cambiar los paradigmas de la focalización de beneficiarios y los requisitos de acceso a un programa de vivienda que tenga por objetivo el mejoramiento de la habitabilidad. Por ello, se debe tomar como base los procesos actuales de autoconstrucción que deberán ser asistidos técnicamente para garantizar mejores condiciones de vida de la población.
En tal sentido, se propone incluir, desde un enfoque territorial, una diversidad multidimensional de criterios urbanos, culturales, sociales, ambientales y económicos que nos acerque a la inclusión residencial. Por lo que, no bastará preguntarnos: ¿quiénes serán los beneficiarios prioritarios?, sino que complementariamente se deberá responder a la pregunta: ¿Dónde se ubican las zonas de intervención prioritarias?
- Focalización poblacional
- Criterio socioeconómico
- Criterio de vulnerabilidad
- Focalización territorial
- Criterio habitacional del espacio edificado
- Criterio habitacional de las condiciones del entorno
- Criterio social organizativo
Cabe resaltar que, de acuerdo con la aplicación del criterio social organizativo, se han identificado los principales agentes de lo común en los procesos de autoconstrucción; así como, las estrategias de cogobernanza habitacional que posibilitan el ejercicio del derecho a la ciudad. Entre ellos resaltan: hogares autoconstructores, agentes sociales autoconstructores, agentes técnicos y académicos, agentes institucionales, agentes económicos locales y agentes financieros. Estos últimos son los que tradicionalmente ejercen poder sobre los territorios.
A modo de cierre, pero con la clara intención de iniciar un debate amplio acerca del cambio de paradigma en el diseño de las políticas públicas, se señala la necesidad de validar la autoconstrucción como modalidad de acceso a la vivienda y como una gran caja de herramientas que permita disputar las lógicas “correctas y regulares” de construir el hábitat popular. De tal manera, se podrá dar paso a las agencias y prácticas colectivas que transforman -bien o mal- la ciudad, entendiéndola como resultado de los deseos y anhelos colectivos y particulares de la ciudadanía. En tal sentido, la ciudad como derecho debe reconocer los procesos de autoconstrucción como bienes comunes.
Referencias bibliográficas
Abramo, P. (2011). La producción de las ciudades latinoamericanas. Mercado inmobiliario y estructura urbana. OLACCHI.
Driant, J. C, & Riofrío, G.. (ed.). (1987). ¿Qué vivienda han construido? Nuevos problemas en viejas barriadas. Institut français d’études andines.
Cubillos, R., Trujillo, J., Cortés, O., Rodríguez A. y Villar, M. (2014). La habitabilidad como variable de diseño de edificaciones orientadas a la sostenibilidad. Revista de Arquitectura, 16, 114-125. https://www.redalyc.org/pdf/1251/125138774013.pdf
Riofrío, G. (2020). Polistic Urban Lab – Civitic Estudios Urbanos (2020, 14 de octubre) Entrevista Gustavo Riofrío sobre producción social del hábitat y asentamientos informales. [vídeo en línea]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=WUs2GyBNAg0
Turner, J. (2018). Autoconstrucción. Por una autonomía del habitar. Pepitas de calabaza.
Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Decreto Supremo N° 012-2021-VIVIENDA que aprueba la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo, con horizonte temporal al 2030, 15 de julio. Boletín del El Diario Oficial El Peruano (2021).
Harvey, D. (2012). Ciudades rebeldes. Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Akal
Borch C. & Kornberger M. (2015). Urban Commons: Rethinking the City. Routledge. https://zajednicko.org/mreznabibliografija/wp-content/uploads/sites/2/2018/04/Urban-Commons-Rethinking-the-City.pdf
[1] Esta columna es parte del desarrollo del Trabajo Final de Máster (Ciudad y Urbanismo, UOC): “Autoconstrucción como bien común”
[2] Se entiende el concepto de “habitabilidad” como la capacidad que tienen los espacios construidos o autoconstruidos, como las viviendas, para garantizar condiciones mínimas de confort y salubridad a sus habitantes (Cortés, 2014). Por tanto, se refiere a la calidad físico, estructural, espacial, funcional de la vivienda y los servicios básicos con los que esta cuenta: agua, desagüe, energía, internet, gas domiciliario.
El derecho a la ciudad justa y resiliente
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: José Miguel Fuentes Zuleta. Sociólogo por la Universidad Diego Portales, Estudiante del Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile]
Resumen:
Actualmente, la ciudad sufre una serie de problemas causados por la desigualdad, la sobrepoblación, la segregación, el cambio climático, entre otros. Estos problemas nos hacen pensar en que es necesario transformar la ciudad hacia una que sea más justa y contemple los derechos de sus habitantes; que considere la participación ciudadana y que el Estado tenga un real compromiso con este proceso y que sea un proyecto-ciudad con resiliencia socio-ecológica. Para lograr esta transformación es necesario primer preguntarnos cómo, para quién y qué ciudad queremos construir, especialmente considerando los desafíos globales que implica el Capitaloceno[1] y sus consecuencias en el medio ambiente
Palabras clave: Derecho a la ciudad, ciudad justa, resiliencia.
¿Hacia una nueva ciudad?
Debido a la situación por la que pasa el mundo en el siglo XXI, a saber, mayor frecuencia e intensidad de eventos naturales asociados a la crisis climática y los problemas sociales propios del modelo capitalista, han surgido agendas que plantean formas de adaptarse y enfrentar estos problemas propios del presente siglo.
Desde la conferencia de Estocolmo de 1972 hasta el Acuerdo de Paris de 2015, se ha levantado un discurso que señala la urgencia y necesidad de cambiar el modelo de producción y consumo insostenible que existe actualmente, el cual destruye el hábitat natural, agota los recursos y genera desigualdades. Sin embargo, en un periodo de casi cincuenta años no ha habido mejoras sustantivas respecto al cambio climático. La temperatura sigue en aumento y los gobiernos, incluidos el chileno, no se han atrevido a tomar medidas drásticas para mitigar el cambio climático. Los cambios estructurales han estado enfocados principalmente en el transporte y la energía, pero no en los sistemas económicos ni tampoco en los modelos de producción y consumo, que son las causas de base de la crisis.
En estas agendas se plantean objetivos enmarcados principalmente en una sustentabilidad débil o superficial; es decir, que busca combatir la contaminación y el agotamiento de los recursos, “pero no se hace cargo de las causas políticas, sociales, económicas y culturales de la crisis ambiental (Elizalde, 2009, p. 58). Si bien estos objetivos son importantes para lograr una ciudad más resiliente con la crisis climática, no representan un cambio real en el modelo imperante que ya ha demostrado que es insostenible con el medio ambiente. Resulta complicado enfrentar problemas como la sequía y las inundaciones mientras se sigan incentivando actividades productivas que consumen grandes litros de agua o mientras se siga construyendo en las riberas de ríos o cerca de humedales.
El derecho a la ciudad justa como respuesta al capitaloceno
A partir de estos problemas, propongo que una forma de lograr esta transformación de la sociedad es mediante el derecho a la ciudad justa.
El derecho a la ciudad y la ciudad justa son dos conceptos distintos, pero que lejos de divergir, convergen (Conolly y Stein, 2009). Como propuso Lefebvre (1969) hace ya poco más de medio siglo, el derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya está, a la ciudad tradicional, sino el derecho a una ciudad renovada. Respecto a la ciudad justa, este concepto acuñado por Susan Fainstein (2013) remarca la importancia de la justicia social en la planificación de las ciudades.
Prefiero hablar de derecho a la ciudad justa en lugar de ciudad justa a secas, entendiendo que se incorporan los principios del derecho a la ciudad en la búsqueda de esta nueva ciudad, poniendo énfasis en que la transformación urbana juega un rol central en la lucha por redefinir derechos y libertades y reconfigurar los procesos sociales que ocurren en la ciudad.
La inequidad y la injusticia social –que son dos aspectos por los que lucha la ciudad justa—, y la crisis climática están intrínsecamente relacionados, ya que ambos tienen un impacto significativo en la vida de las personas y en la sostenibilidad de las ciudades. Por un lado, el cambio climático no afecta a todos por igual, sino que afecta de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables de la sociedad. Por otro lado, la ciudad justa plantea un enfoque basado en los derechos humanos, poniendo sobre la mesa, en este caso, la justicia climática como un elemento fundamental a considerar en la planificación de la ciudad.
El derecho a la ciudad justa promueve la equidad, la participación ciudadana y el acceso a servicios básicos, mientras que el cambio climático exige la adopción de medidas para reducir las emisiones, adaptarse a los impactos y proteger a los grupos más vulnerables. Ambos conceptos convergen en la construcción de un futuro urbano más sostenible y habitable.
¿Podrán sobrevivir nuestras ciudades?
El célebre geógrafo catalán Jordi Borja abrió la pregunta sobre si “¿La ciudad puede ser el medio de la transformación política y en consecuencia la socio-económica, cultural y ambiental?” (2019, p.57). A partir de lo plasmado en este escrito la respuesta podría ser afirmativa o negativa, dependiendo completamente de qué tipo de ciudad y bajo que modelo la queremos construir.
La ciudad no sólo depende de los planificadores urbanos, sino que depende de la cooperación de diversos actores económicos políticos y sociales. A fin de cuentas, es el urbanismo el que determina las condiciones de vida de la ciudadanía y como tal debiese incorporar a todos los actores relevantes. Se necesita no solo un Estado o municipio comprometido con el cambio, sino también a la comunidad que habita en el territorio.
Se necesita una planificación que tenga en consideración que los procesos sociales, económicos, tecnológicos y culturales son globales, pero que la ciudad es local y como tal tiene sus propias especificidades políticas, jurídicas, culturales, ambientales y sociales. “Pensar global, actuar local” como reza la proclama.
Se necesita una ciudad sostenible y resiliente que vaya más allá del capitalismo verde y de las soluciones antropocénicas. La esencia de la nueva ciudad, por un lado, será su capacidad de adaptación al sistema socio-ecológico ante las nuevas situaciones propias de la crisis ambiental actual; su capacidad de poder adaptarse al riesgo, aprender de su historia y estar más preparados ante futuros escenarios de desastres; y su capacidad de estar estrechamente imbricada con su territorio, buscando el equilibrio territorial entre la ciudad y la naturaleza.
Referencias bibliográficas
Borja, J. (2019). Ciudadanía, derecho a la ciudad y clases sociales. O la Democracia versus el Derecho. Derecho a la ciudad, una evocación de las transformaciones urbanas en América Latina, 25-59.
Conolly, J. y Steil, J. (2009). Introduction. Finding justice in the city en P. Marcuse, Connolly, J., Novy, J., Olivo, I., Potter, C. & Steiil, J. (ed) Searching for the Just City. Debates in urban theory and practices. Routledge.
Elizalde, A. (2009). ¿Qué desarrollo puede llamarse sostenible en el siglo XXI?: la cuestión de los límites y las necesidades humanas. Revista de educación.
Fainstein, S. (2013). Planificación, justicia y ciudad/Planning, justice and the city. Urban, (06), 7-20.
Lefebvre, H. (1969). El derecho a la ciudad. Península.
Torunczyk, D. (2019). Anthropocene or Capitalocene? Nature, History and the Crisis of Capitalism. Utopía y Praxis Latinoamericana, 24 (84), 125-129
[1] Escojo el concepto de Capitaloceno en lugar de Antropoceno para referirme a este periodo socioambiental; ya que, como señala Jason Moore, el Antropoceno refiere más bien a un proceso geológico, no sociohistórico, por lo que no permite explicar las múltiples relaciones sociales e históricas que nos han llevado a la crisis planetaria actual (Torunczyk, 2019). De esta manera, al hablar de Capitaloceno, se excluye la idea de que la actual crisis es un problema exclusivamente tecno-político para, en cambio, establecer que la acumulación de capital y la racionalidad capitalista son los causantes de la crisis, no la actividad humana per se.
Educación y derecho a la ciudad: una propuesta de formación ciudadana
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Marcelo Mardones Peñaloza. Licenciado y Magister en Historia, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Escuela de Historia Universidad Diego Portales]
Resumen:
¿Cómo y para qué promover el derecho a la ciudad en las comunidades educativas? A partir de la revisión de algunas experiencias recientes realizadas en diversos establecimientos del Área Metropolitana de Santiago, Chile, el autor reflexiona sobre la necesidad y las posibilidades que los ejercicios sobre memoria e historia local ofrecen para la comprensión de hacia qué apuntamos cuando discutimos sobre la promoción de un derecho de nueva generación. A pesar que este se entrelaza a varias de las luchas, las comunidades locales la han dado por cuestiones como la vivienda y el habitar desde el siglo XX. Se propone así una observación sobre las posibilidades que ofrece la academia para extender sus discusiones y análisis hacia la ciudadanía mediante la auto comprensión de la experiencia en la ciudad y sus posibilidades.
Palabras clave: Educación; historia local; derecho a la Ciudad
Creo necesario partir esta reflexión con una pregunta: ¿Quiénes tienen derecho a la ciudad? Durante el mes de mayo recién pasado, tuve la oportunidad de realizar una serie de talleres sobre Historia Local y Patrimonio para estudiantes de octavo básico en distintos establecimientos educacionales pertenecientes a la red de la Sociedad de Instrucción Primaria. Ubicados en distintos puntos de Santiago, la actividad buscaba conectar a las comunidades escolares con su entorno en un ejercicio que permitiera conocer el desarrollo histórico de los barrios donde se encontraban los establecimientos. Además, se buscaba promover la reflexión respecto a las carencias y problemáticas que los afectaban. Había en ello un desafío mayor; ya que, si bien algunos colegios se encontraban en áreas donde se podían identificar elementos arquitectónicos y urbanísticos de carácter patrimonial que reforzaban el discurso más tradicional respecto al valor histórico y la conservación de la ciudad, otros parecían alejarse en forma radical de estos criterios.
El caso donde esta cuestión se hizo más notorio fue en un establecimiento ubicado en la población José María Caro de la comuna de Lo Espejo, uno de los municipios con menos recursos y más desigualdades urbanas de la capital chilena. El establecimiento mostró inicialmente dudas respecto al valor de una actividad en un sector que, según algunos de sus docentes, “no tenía nada que mostrar”. En la comunidad escolar parecía prevalecer el paradigma de la seguridad, donde su principal opuesto era el espacio público: identificado como agreste, peligroso y de poco interés para el aprendizaje de las y los estudiantes. Estos últimos realizaban sus actividades hacia el mundo contenido en el perímetro del establecimiento. Es imposible negar que muchas de estas impresiones se apoyaban en la presencia de grupos delictuales y hechos de violencia que ocurren en diversos sectores periféricos de Santiago. Estos reforzados por los medios de comunicación y sus discursos que amplifican los temores de la población.
Sin embargo, tras algunas conversaciones con directivos y docentes respecto a la actividad, logramos coincidir en un hecho: si la propuesta buscaba reforzar la relación del estudiantado con el territorio y darle una relectura a la noción de patrimonio, no limitándola a las áreas primadas de la ciudad ni a hitos arquitectónicos ajenos a la realidad local, debíamos realizarla en el entorno inmediato al colegio. La actividad debía constar de dos instancias. La primera era un taller donde el expositor daría cuenta de la evolución urbana del sector ligándola a los grandes procesos de transformación urbana que experimentó Santiago desde la década de 1930. En ella hablamos de algunos elementos que habían determinado el crecimiento urbano en la zona, como el aeropuerto de Cerrillos o la feria de Lo Valledor, un poco más al norte. Además, se habló de la conformación de la misma población José María Caro, hito de la ciudad popular como uno de los mayores proyectos de vivienda social construidos a inicios de la década del sesenta.
Acá surgió una cuestión de relevancia para la reflexión que nos convoca: ¿Es posible educar respecto al derecho a la ciudad sin una memoria histórica de la misma? La pregunta no es menor cuando observamos que un grupo importante del estudiantado en barrios populares de Santiago son de origen migrante que necesitan profundizar los lazos con el entorno urbano que los acoge, como también para sus pobladores históricos. Según la experiencia de los talleres de Lo Espejo y otros sectores de Santiago, como en San Bernardo[1], la integración de las comunidades migrantes, la contención de conflictos sociales, la discusión de los problemas del territorio y el levantamiento de propuestas para una mejor calidad de vida local surgían de la memoria territorial. Tanto la metodología aplicada en San Bernardo como la experiencia de Rosa Elvira de Matte permitió conectar la experiencia de distintos grupos etarios respecto a las problemáticas observadas, uniendo a estudiantes, docentes y apoderados en una discusión común sobre los conflictos urbanos y el valor de la identidad local.
Esto se hizo notorio al desarrollar la segunda actividad en Lo Espejo. Mediante un recorrido por el entorno del colegio donde, además de identificar puntos de interés y sentido para la comunidad, se discutieron cuestiones como el aislamiento respecto a infraestructuras de transporte como el metro y las fronteras que representaban otras (autopistas urbanas, líneas férreas), la ausencia o limitaciones de acceso a áreas verdes y de la gestión de residuos. La memoria de los apoderados respecto a sus experiencias durante la dictadura, o cuando se convivía con un cercano paisaje rural, se combinaba a la observación de niños y niñas que asumían una mirada crítica con respecto a donde crecían. A mi juicio, la consolidación del derecho a la ciudad como horizonte común y vital para una sociedad donde la población urbana, según estimaciones del INE, debería bordear el 90% al final de la década, debe necesariamente partir de una reflexión de base a las cuales pueden contribuir estas experiencias.
El riesgo de no desarrollar estrategias de este tipo extiende la posibilidad de separar a las comunidades de los discursos teóricos que los pretenden representar en la materia. En tal sentido, no puedo ignorar en este cierre una mirada a la cuestión del derecho a la ciudad y el habitar presentados en el fallido proyecto constitucional plebiscitado el 2022. Empantanados en una discusión sobre la vivienda mediatizada, las interesantes propuestas sobre la ciudad contenidas en el artículo 52 no lograron congregar el interés para la ciudadanía. Personalmente, creo que esta ausencia de conexión entre las discusiones teóricas y el interés de la población demostrado en este episodio puede ser contrarrestado mediante una labor donde memoria, historia y ciudad, así como una relectura a la noción de patrimonio, puedan ser entendidas como herramientas para el desarrollo social de las comunidades urbanas.
[1] Se desarrollaron cartografías colectivas durante el año 2021 en el colegio Carlos Condell de San Bernardo, ubicado en uno de los mayores conjuntos de vivienda social de los años noventa y hoy caracterizado por la vulnerabilidad social y urbana.
El derecho a la ciudad frente a la segregación socioespacial. Una reflexión sobre la accesibilidad económica en los centros históricos
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Ximena Salazar-Guamán. Arquitecta con un Máster en Ordenamiento Territorial. Candidata al Doctorado en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible por la Universidad Nacional del Cuyo, Mendoza, Argentina. Docente Investigadora de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo e integrante del Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca.
Bernarda Patricia Martínez Reyes. Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca.
Karen Elizabeth Chica Cobos, Grupo de Investigación Territorium de la Universidad de Cuenca]
Resumen:
La visión integrada de conceptos como el derecho a la ciudad, la segregación socioespacial y el desarrollo de actividades económicas en los centros históricos presenta un panorama complejo. El derecho a la ciudad, un concepto acuñado por Henri Lefebvre, promueve la equidad en el uso y producción del espacio urbano. Sin embargo, en muchas ciudades latinoamericanas, este derecho se ve amenazado por la segregación socioespacial, un fenómeno que intensifica la desigualdad social. Los centros históricos, espacios de integración y encuentro, han sufrido una revalorización económica que ha excluido a ciertos grupos socioeconómicos. Además, la proliferación de ciertas actividades económicas como restaurantes y bares, ha limitado aún más el acceso a estos espacios. En conclusión, es imperativo resistir estos procesos de segregación y trabajar hacia la creación de ciudades que sean inclusivas y equitativas, en línea con el espíritu del derecho a la ciudad.
Palabras clave: Derecho a la ciudad, segregación socioespacial, centros históricos
El derecho a la ciudad y la segregación socioespacial en centros históricos
El derecho a la ciudad, un término acuñado por Henri Lefebvre (Lefebvre, 2016), se ha convertido en un pilar fundamental en las discusiones sobre planificación y política urbana. Este derecho defiende la posibilidad de los habitantes de la ciudad, tanto presentes como futuros, de utilizar, ocupar y producir espacio urbano de manera justa y equitativa. No obstante, en muchas ciudades de América Latina se ve amenazado por procesos que intensifican la fragmentación y desigualdad entre diferentes estratos sociales, conocidos como segregación socioespacial (Linares & Lan, 2007).
La segregación socioespacial, un fenómeno que alude a las disparidades sociales dentro de un grupo poblacional y a la separación en categorías con un grado de distinción jerárquica o valorativa, se manifiesta en el espacio en el que se desarrollan (Linares & Lan, 2007). En el contexto latinoamericano, los procesos de producción y apropiación del espacio urbano han exacerbado estas disparidades, dando lugar a una mayor fragmentación socioespacial. Este fenómeno, consecuencia intrínseca de los modelos de producción capitalista, se manifiesta principalmente como expresión espacial de las diferentes clases sociales según el tipo de actividad económica que realicen (Linares, 2009).
En este escenario, los centros históricos, espacios simbióticos caracterizados por ser lugares de integración, articulación, encuentro y conectividad, adquieren un significado especial en la vida colectiva (Carrión, 2005). Sin embargo, en los últimos años se ha experimentado una revalorización del espacio urbano, como las centralidades históricas (Escamilla Galindo et al., 2022). Este cambio en el uso del suelo, reflejo de la producción capitalista del espacio, ha llevado a la exclusión de ciertos grupos de la población, especialmente aquellos con menos recursos económicos, limitando su acceso a estos espacios y su capacidad de participar en su producción y gestión. En este contexto, a continuación, se esbozan algunas reflexiones sobre cómo la segregación socioespacial y la revalorización económica de los centros históricos pueden limitar el derecho a la ciudad.
Segregación, derecho a la ciudad y economía en entornos patrimoniales
La relación entre segregación, derecho a la ciudad y entornos patrimoniales ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, desde la sociología urbana hasta la planificación y gestión del patrimonio (Fainstein, 2014; Marcuse, 2009; Smith, 2017). Se ha observado que la segregación socioespacial puede limitar el derecho a la ciudad, especialmente en los centros históricos revalorizados económicamente (Atkinson & Bridge, 2005; Lees, 2008).
Además de la vivienda, otros estudios han examinado la segregación en relación con diversas actividades económicas, incluyendo los servicios de alimentos y bebidas. Así, Zukin (1996) y Lloyd (2010) han analizado cómo la gentrificación y la revalorización de los centros históricos han llevado a la proliferación de restaurantes y bares de alta gama, lo que puede excluir a los residentes de bajos ingresos, limitando su derecho a la ciudad. Empero, a pesar de la creciente atención a este tema, aún existen brechas en nuestra comprensión de cómo estos procesos interactúan y pueden ser abordados para promover una mayor justicia espacial. Además, se ha dado menor atención a como los entornos patrimoniales -centros históricos-, pueden utilizarse para resistir la segregación y promover el derecho a la ciudad (Graham, 2002; Zukin, 2011).
El derecho a la ciudad y el desarrollo de actividades económicas en los centros históricos
El derecho a la ciudad, según Lefebvre (2016) y como lo define David Harvey (Harvey, 2013), no es el simple derecho a acceder a lo que han decidido los especuladores de la propiedad y funcionarios estatales, sino el derecho activo a hacer una ciudad diferente, adecuarla según nuestros anhelos y rehacernos también nosotros de acuerdo a una imagen diferente.
Las actividades económicas se refieren a los procesos mediante los cuales las personas producen bienes y prestan servicios para satisfacer necesidades poblacionales en función de las lógicas del mercado y ser recompensados financieramente (Banco Central de Reserva de El Salvador, 2017). Los usos de suelo considerados como “más rentables” se refieren a aquellos destinados a la prestación de un servicio, los cuales se han ubicado en el centro histórico debido al aumento de la actividad turística en la zona. Como resultado, se ha incrementado la cantidad de hoteles y restaurantes en este espacio (Astudillo et al., 2017).
En este sentido, el patrimonio ha sido absorbido por el mercado, las inversiones realizadas en los centros históricos han provocado cambios significativos en distintos ámbitos, como el económico, urbano, cultural y social, lo que ha llevado a una revalorización de su base material: los precios del suelo, los alquileres y la propiedad inmobiliaria (Carrión, 2011). Además, las políticas que actualmente se implementan para conservar estos lugares no solo buscan mantener o mejorar su aspecto urbano, sino también se enfocan en transformarlos en zonas altamente productivas donde priman los intereses económicos y privados de un grupo de la población (Escamilla Galindo et al., 2022). Esto mediante el cambio de usos de suelo hacia actividades rentables, aprovechando el patrimonio para fines de reproducción del capital (Pauta, 2019).
Por consiguiente, la interrogante radica en hasta qué punto las nuevas actividades económicas en los centros históricos constituyen un limitante para que la ciudad sea un espacio para satisfacer necesidades humanas, ya que los costos de estos servicios, específicamente restaurantes, representan barreras reales para poder acceder a estos espacios.Principio del formulario
Efectivamente, en los centros históricos se evidencia una fuerte tendencia al aumento del número de servicios asociados a restaurantes, bares, etc., en general a la prestación de servicios de alimentos. Esto para aprovechar su estratégica localización, así como su entorno patrimonial para elevar su categoría, lo que lleva consigo un incremento de los costos de dichos servicios a los usuarios. Estos altos costos de acceso constituyen un desafío para el derecho a la ciudad, ya que estas barreras limitan la capacidad de las personas para participar plenamente en la vida de la ciudad y acceder a sus beneficios de manera equitativa. En este sentido, el derecho a la ciudad no es simplemente un derecho legal o formal, sino es un derecho que se realiza y se lucha en la práctica. Por ello, su realización requiere no sólo cambios en las políticas y prácticas de planificación y gestión urbana, sino también la construcción de movimientos sociales y políticos que luchen por la justicia espacial y la democratización del espacio urbano.
El análisis de la segregación socioespacial y el derecho a la ciudad en los centros históricos nos lleva a reflexionar sobre la complejidad y los desafíos inherentes a la urbanización contemporánea. La revalorización económica de estos espacios, impulsada por la lógica del mercado, ha exacerbado las desigualdades existentes, limitando el acceso y la participación de ciertos grupos en la vida urbana; sin embargo, el derecho a la ciudad, entendido como una expresión social cambiante y variable que busca satisfacer las necesidades humanas fundamentales y mejorar la calidad de vida, nos ofrece una perspectiva esperanzadora. Este derecho nos recuerda que las ciudades son, en última instancia, construcciones sociales y que todos los habitantes tienen el derecho a influir en su forma y función (Peñafiel-Mora et al., 2020). Por lo tanto, es imperativo que busquemos formas de resistir y contrarrestar los procesos de segregación, trabajando hacia la creación de ciudades que sean inclusivas, justas y equitativas. En síntesis, en búsqueda del bien común.
Referencias bibliográficas
Astudillo, S., Siguencia, M. E., Forero, J., Auquilla Zambrano, S., & Rey Pérez, J. (2017). Paisaje urbano histórico: La aplicación de la recomendación sobre el paisaje urbano histórico (PUH) en cuenca (Ecuador). Una nueva aproximación al patrimonio cultural y natural. Universidad de Cuenca. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=719767
Banco Central de Reserva de El Salvador. (2017). Glosario de términos técnicos y conceptos económicos. https://www.bcr.gob.sv/documental/Inicio/vista/Glosario_terminos_tecnicos_y_Conceptos_economicos1.pdf
Carrión, F. (2005). El centro histórico como proyecto y objeto de deseo. EURE (Santiago), 31(93), 89–100. https://doi.org/10.4067/S0250-71612005009300006
Carrión, F. (2011). El laberinto de las centralidades históricas en América Latina: El centro histórico como objeto del deseo. Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Escamilla Galindo, L. O., Díaz Núñez, V. L., Napoles Franco, D., Guevara Zárraga, M. E., Garcia Ramirez, B. E., Atencio Atencio, M. M., Madrigal Figueroa, G. G., Navarro Serrano, J. A., Acosta Pérez, E., Chong Garduño, M. C., Velázquez Ruiz, A., Meneses Sánchez, C. L., Mercado Villalobos, A., Arroyo Rojas, L., Zazueta Hernández, M. G., Paredes Avilés, F. L., Flor Granda, M. V., Godoy Carrera, I. M., & León Torres Guisella, A. Z. (2022). Efectos socio espaciales en centros históricos y barrios consolidados. Universidad de Guadalajara.
Fainstein, S. (2014). The just city. International Journal of Urban Sciences, 18(1), 1–18. https://doi.org/10.1080/12265934.2013.834643
Graham, B. (2002). Heritage as Knowledge: Capital or Culture? Urban Studies, 39(5/6), 1003–1017. https://doi.org/10.1080/00420980220128426
Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes: Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Ediciones AKAL.
Lefebvre, H. (2016). El derecho a la ciudad. Capitán Swing Libros.
Linares, S. (2009). Espacio urbano y segregación socioespacial: Aportes teóricos para el debate [Congreso]. Universidad Nacional de La Pampa, La Pampa, Argentina.
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Lloyd, R. (2010). Neo-Bohemia: Art and Commerce in the Postindustrial City.
Marcuse, P. (2009). From critical urban theory to the right to the city. City, 13(2–3), 185–197. https://doi.org/10.1080/13604810902982177
Pauta, F. (2019). La vivienda y la renovación urbana en los centros históricos. Un estudio de caso sobre Cuenca (Ecuador). Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, 8(15), 197–228. https://doi.org/10.18537/est.v008.n015.a10
Peñafiel-Mora, M., Peralta-Peñaloza, C., & Salazar-Guamána, X. (2020). Lectura espacial del derecho a la ciudad. El Caso de Cuenca, Ecuador. Bitácora Urbano Territorial, 30(1), 61–74. https://doi.org/10.15446/bitacora.v30n1.82583
Smith, N. (2002). New globalism, new urbanism: gentrification as global urban strategy. Antipode, 34(3), 427-450.
Zukin, S. (1996). The Cultures of Cities.
Zukin, S. (2011). Naked City: The Death and Life of Authentic Urban Places.
Derecho a espacios públicos de calidad | “La humanización del espacio urbano: La vida social entre los edificios (2022)”
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
[Por: Tomás Artaza Covarrubias. Licenciado en Sociología, Universidad de Concepción]
Resumen
Existe una gran relación entre la calidad de los espacios públicos y la cantidad, duración y tipos de actividades sociales que en ellos se puedan desarrollar. Influyen diferentes componentes en la disposición física que fomentan o inhiben el contacto asociado principalmente a los sentidos de la visión y audición. El libro invita a reflexionar principalmente sobre la escala y forma en que se diseña y construye la ciudad. La presente reseña indica brevemente la estructura del libro para luego detenerse en dos elementos que agrupan el mensaje central del autor: la importancia de un entorno físico de calidad, es decir, un espacio público que reúna las condiciones para el desarrollo de las interacciones y actividades sociales; y también la especial atención que le presta a los sentidos y como entendiendo éstos desde su funcionamiento, es que diversas disposiciones físicas pueden facilitar la comunicación y las actividades sociales en sus distintos niveles. Se concluye estableciendo el nexo entre la “humanización del espacio urbano” y el derecho a la ciudad, en donde es pensar y proyectar la ciudad a escala humana una vía para que vuelva a consolidarse la cohesión social y con ello la seguridad, participación ciudadana y política, entre otras.
Palabras Clave: Espacio público, actividades sociales, derecho a la ciudad
Introducción
Se propone una relación entre el Derecho a la Ciudad y el libro presentado por Jan Gehl (1936), quien analiza cómo se deteriora la calidad de vida en la ciudad a partir de las nuevas formas de pensar y diseñar la urbe orientada a los grandes edificios y el uso del automóvil, como los espacios públicos pierden su capacidad de ser un punto que favorezca las actividades e interacciones sociales. El libro se compone de diecinueve capítulos repartidos entre cuatro partes: I. La vida entre los edificios, II. Requisitos para proyectar, III. Agrupar o dispersar: proyectos de ciudad y de conjuntos y IV: Espacios para caminar, lugares para estar: proyectos de detalle. La presente reseña se centra en dos elementos que aúnan gran parte de su mensaje respecto a la relación de la configuración del espacio urbano con el comportamiento social, concluyendo luego de manera breve su complementariedad con el derecho a la ciudad.
Espacio público de calidad
La ciudad en su complejidad cumple diversas funciones, una de ellas es la dimensión socializante en donde toma relevancia sobre todo el diseño del espacio público para que favorezca la aparición de la vida social en la ciudad. Identifica tres tipos de actividades exteriores: las necesarias, ligadas a un mayor grado de obligatoriedad como traslados a lugar de trabajo o estudio; las opcionales, según deseo o disposición de tiempo y lugar; y las sociales o actividades resultantes, dependen de las dos anteriores. Existe una “estrecha relación entre la calidad de los espacios y las actividades exteriores” (Gehl, 2022, p.45), la que es determinante sobre todo en las actividades opcionales y, por consiguiente, en las sociales.
La calidad del entorno físico urbano influye también en la cantidad de personas que hacen uso de ese espacio, en la duración de cada actividad y cuáles son los tipos de actividades que puedan ser llevadas a cabo. Esto es clave ya que esas mismas personas y sus interacciones propician el desarrollo de nuevas actividades, como señala Gehl (2022), “la gente se siente atraída por la gente. Se juntan y deambulan con otras personas y tratan de situarse cerca de ellas. Las nuevas actividades empiezan en las proximidades de lo que ya está sucediendo” (p.31). Actividades en las que varía el grado de intensidad, desde lo más alto con personas íntimas, amigos cercanos o familiares, contactos casuales, hasta los contactos pasivos (de ver y oír) que sería la intensidad más baja. Es importante tener en cuenta incluso aquellas actividades de intensidad más baja, el estar cerca de otras personas “es al parecer más gratificante y está más solicitada que la mayoría de las otras atracciones que se ofrecen en los espacios públicos de las ciudades y los barrios residenciales” (Gehl, 2022, p. 37).
Ciudad desde los sentidos.
La experiencia, percepción de la ciudad y sobre todo las posibilidades de contacto y desarrollo de interacciones de calidad entre las personas es tremendamente sensorial (nuestra visión es considerablemente más amplia en un sentido horizontal que vertical), en donde la altura de los edificios y la ciudad pensada para el transporte en automóvil son factores claves en desmedro de las posibilidades de contacto, como era señalado recientemente, incluso aquellas de baja intensidad cumplen un rol en el sentirse parte de la ciudad y su comunidad. El conjunto de maneras en que se fomenta el contacto (en función de la visión y audición) indica que para el desarrollo de actividades sociales significativas, experiencias intensas, las conversaciones e incluso caricias se requiere estar de pie, sentados, tumbados o caminando, requiere cierta calma, proximidad y orientación. En palabras de Gehl (2022), “solo a “pie” puede funcionar una situación como oportunidad significativa para el contacto y la información, en la que el individuo se sienta a gusto y pueda tomarse su tiempo para experimentar, parar o participar” (p.82).
Conclusiones
Pensar la ciudad desde un enfoque humano (comprendiendo la escala en la que actúan sus sentidos) y desde una perspectiva como es el derecho a la ciudad presentan diversas conexiones, las más estrechas en temas de seguridad y calidad del entorno físico. El sexto componente del derecho a la ciudad establece que “una ciudad/asentamiento humano con espacios y servicios públicos de calidad que mejoren las interacciones sociales y la participación política, promuevan las expresiones socioculturales, abracen la diversidad y fomenten la cohesión social” (PGCD, 2019, p.9). El autor por su parte a lo largo de todo el texto plantea diversas características que debe tener un espacio público para que propicie el desarrollo de actividades sociales, que realmente invite a la mayor cantidad de gente primero a asistir o transitar por determinado lugar, que luego pueda permanecer por más tiempo y que la disposición física entre otros factores permitan una amplia gama de actividades e interacciones sociales. “Cuando todos los factores tienen la posibilidad de actuar conjuntamente (…), el resultado es una sensación de bienestar físico y psicológico: la sensación de que un espacio es, en todos los aspectos, un lugar agradable para estar” (Gehl, 2022, p.195).
Por el contrario, aquellos espacios públicos que no resultan en un lugar agradable, concentran una menor cantidad de personas, las estancias son más cortas y las actividades opcionales y sociales se ven disminuidas casi por completo. El hecho de que haya menos gente y actividades en ese espacio, no invita a que nuevas personas se acerquen, generando un proceso de auto refuerzo negativo.
En definitiva, indica Gehl (2022) que “los edificios bajos situados a lo largo de una calle están en armonía con el modo en que la gente se desplaza y con la manera en que funcionan los sentidos” (p.111), en contraparte, “los conjuntos edificatorios con espacios grandes, calles anchas y edificios altos se consideran a menudo fríos e impersonales” (p.79).
Referencias.
Gehl, J. (2022). La humanización del espacio urbano, la vida social entre los edificios. Editorial Reverté, 2da. Reimpresión, Barcelona Esp. ISBN: 978-84-291-2109-4
PGDC. (2019). Agenda del derecho a la ciudad. Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad. Recuperado de: https://www.right2city.org/wp-content/uploads/2019/09/A6.1_Agenda-del-derecho-a-la-ciudad.pdf
La desregulación de la norma urbana: el último bastión del urbanismo neoliberal en Chile. El caso de la comuna de Ñuñoa en Santiago
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Revista PLANEO N°56 | La ciudad como derecho | Julio 2023
Por: [Aarón Jiménez Quezada. Arquitecto PUCV y Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente. Secretaría de Planificación de la comuna de Ñuñoa]
Resumen
La desregulación de la norma urbana tiene un efecto inmediato en cómo se van configurando las ciudades, donde la densidad es un factor determinante al momento de analizar los impactos y su entorno. La comuna de Ñuñoa es un ejemplo de cómo los procesos con hiper densificación residencial y verticalización del espacio urbano han generado proyectos fuera de escala de barrio, generando nuevas cargas sobre la infraestructura urbana existente, lo que traerá como consecuencia efectos negativos en la habitabilidad urbana y residencial, en desmedro de la calidad de vida de los vecinos del sector.
Palabras claves: Desregulación, Urbanismo Neoliberal, Norma urbana
Introducción
La desregulación de la norma urbana y la producción de edificios fuera de la escala de barrio: un análisis de la comuna de Ñuñoa y su antiguo PRC.
A partir de la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979, donde se relega el rol del Estado en la planificación de la ciudad para entregar mayor libertad a la inversión privada (De Mattos, 2008), en Chile existieron reformas que fueron configurando la ciudad con un enfoque proempresarial que marcaría el desarrollo urbano y la producción del espacio de las siguientes décadas. El urbanismo neoliberal encontraba en la desregulación y la mercantilización del desarrollo urbano una oportunidad para expandir la ciudad más allá de los límites urbanos, transformando la rentabilidad de los privados en el motor de desarrollo de las ciudades por sobre el bien común y los propios problemas sociales (Vergara-Perucich et al., 2020, pp. 85-86).
Dentro de estas cuatro décadas de políticas de desarrollo neoliberal se hace necesario identificar etapas de acuerdo con las particularidades dadas por los escenarios políticos, económicos y geográficos (Brenner y Theodore 2002). Dentro de estas etapas, se destaca el denominado periodo de desmantelamiento, periodo en el cual vemos cómo a partir del 2010 las políticas urbanas neoliberales se han intensificado de la mano de desregulaciones en pro de incrementar la eficiencia del mercado a favor de los privados (Navarrete-Hernandez & Toro, 2019, pp. 18-19).
Dentro de este proceso de transformación de las ciudades a través de estas políticas proempresariales, los municipios tienen un rol relevante a través de sus funciones privativas ligadas al ámbito del ordenamiento territorial[1]. A una escala comunal, los gobiernos locales en Chile tienen por ley un importante rol dentro del desarrollo urbano de las ciudades, ya que son los encargados de planificar y regular las comunas a través de distintos instrumentos de planificación territorial como son los Planes Reguladores Comunales (PRC), de carácter vinculante y normativo; Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO), instrumento de carácter referencial y no normativo. Dentro de estos Instrumentos el PRC es el que más cobra importancia dentro de un contexto de políticas de desarrollo neoliberales, donde se ha relegado la participación del Estado en los procesos de desarrollo urbano. Debido a su característica de vinculantes y normativos dentro del territorio, estos pueden constituir un elemento de resistencia al modelo actual de mercantilización del desarrollo urbano, ya que permite a los municipios estar mejor preparados ante dinámicas de inversión privadas (Orellana et al., 2017, pp.16).
De esta forma, los Planes Reguladores Comunales cumplen una labor importante al momento de planificar la ciudad, ya que logran materializar decisiones de actores estructuralmente posicionados, mediante disposiciones referidas a zonificaciones, usos de suelos y normas urbanas. Estas últimas son importantes ya que van configurando el tejido urbano al regular los volúmenes teóricos[2] de cada manzana o predio. Por ejemplo, dentro de un uso de suelo habitacional pueden dar forma a los edificios a través de un conjunto de indicadores como densidades, Índices de ocupación de suelo o construcción, rasantes, distanciamientos, alturas, entre otras.
De estas disposiciones, la densidad, entendida como la cantidad de vivienda por unidad de superficie, es uno de los índices más evidentes de la inversión de capitales financieros en suelo y vivienda dentro de la ciudad (De Mattos 2016); debido a que, por ejemplo, procesos como la densificación residencial o verticalización hacen posible la atracción, anclaje y movilidad de capital privado invertido en la renovación urbana (López-Morales et al., 2012). Por otro lado, es importante destacar que existen distintos estudios con respecto a los efectos que tienen los proceso de verticalización del espacio urbano y de hiper densificación residencial intensiva en el tejido social de los barrios: por ejemplo, generar espacios urbanos sin vida alterando el sentido de identidad y pertenencia de los barrios densificados (Scussel & Sattler, 2010); afectando de forma negativa la capacidad de socialización (Jacobs, 1961); dando espacios a los “no barrios” donde no prevalece el sentido de pertenencia con el territorio ni los vínculos comunitarios, predominando una concepción del barrio como un espacio meramente funcional (Señoret, 2018).
Análisis del tejido urbano
En este contexto de desregulación en las políticas de desarrollo urbano, el texto busca identificar a través del análisis de una porción de tejido urbano dentro de la comuna de Ñuñoa los efectos de la desregulación de la norma urbana en proyectos habitacionales en altura. Se analizará la comuna de Ñuñoa, dado que la modificación 16 de su PRC cuenta con zonas con índices de norma urbana “libres”, esenciales a la hora de configurar los volúmenes teóricos de los proyectos dentro de la trama urbana, como es la Densidad (Viv/ Ha.), Altura (Metros) y Constructibilidad (M). Esta porción de tejido urbano, de 150 mts. de radio, será el sector de Américo Vespucio con Irarrázaval, límite con la comuna de La Reina, dentro de este radio podemos destacar 4 proyectos habitacionales en altura que se encuentran aprobados actualmente por la Dirección de Obras de la Municipalidad de Ñuñoa y que aún no inician obras, o que se encuentran en proceso de construcción. Estos representan nuevas cargas sobre la infraestructura urbana existente, lo que impactará en la habitabilidad urbana y residencial. Este análisis tiene un carácter cuantitativo ya que se revisarán fuentes como Planes Reguladores Comunales y los respectivos Permisos de Obras generados en la Dirección de Obras de la comuna.
Proyecto | Dirección | Zona | Número de unidades | Metros cuadrados construidos | Altura edificación | Densidad |
Proyecto A PE: 246 del 11/09/ 2019 |
Irarrazaval N° 5567 – 5587 |
Z-1 | 147 Deptos. | 11.652,06 m2 | 15 pisos | 2.809,91 Hab/ha |
Proyecto B PE: 104 del 21/04/ 2017 | Irarrazaval N° 5455 | Z-1A / Z- 3B | 492 Deptos. | 41.546,26 m2 | 26 pisos | 4.556 Hab/Ha |
Proyecto C PE: 242 del 10/12/2021 | Irarrazaval N° 5497 | Z-1A / Z-3B | 1008 Deptos. | 67.913,86 m2 | 28 pisos | 5.737 Hab/ha |
Proyecto D PE: 296 del 12/10/2018 | Irarrazaval 5631 – 5651 | Z-1A / Z-2A / Z-3A | 1928 Deptos. | 178.801,94 m2 | 32 pisos | 4619,02 Hab/ha |
Tabla 1. Análisis de norma urbana, densidad, altura y constructibilidad, a partir de Permisos de Obras de la Dirección de Obras de Ñuñoa. Elaboración Propia
Actualmente en el sector Sur Poniente de Américo Vespucio con Irarrázaval (Fig. 1) se encuentran aprobados distintos proyectos inmobiliarios que generarán una transformación sustancial en el tejido urbano, caracterizado por una hiper densificación residencial y verticalización del espacio urbano. Estos proyectos sumados constituyen un aumento de 3.399 unidades de viviendas o departamentos, lo que se traduce en un aumento de 13.596[3] habitantes en un sector acotado de la comuna, de la mano con torres que superan los 25 pisos en un barrio donde el promedio de pisos era de tan solo dos pisos. Por otro lado, cuando se comparan las densidades de los 4 proyectos analizados, se destaca como los ubicados dentro de la zona Z1A, la cual tiene densidad “libre»[4], tienen índices que superan los 4.500 Viv/há.; números similares a los encontrados en de Villa Israel en Comuna de Estación Central, donde las torres residenciales pueden superar los 30 pisos y las 4.000 Viv/há, las cuales se produjeron en un contexto de desregulación, ya que la comuna no contaba con Plan Regulador Comunal (Vicuña, 2021). Por último, se destaca el índice de constructibilidad en la Zona Z1A los que superan los 40.000 m2 construidos, cuando el promedio de una torre de 25 pisos son 10.000 – 15.000 m2, como es en la zona Z-1.
Hiper densificación, rompiendo la escala del barrio.
De los permisos analizados y sus respectivas normas urbanas se puede concluir que cuando se liberan índices como la altura, densidad y constructibilidad dentro de los instrumentos de planificación territorial, como los planes reguladores comunales, esto logra generar una maximización en el aprovechamiento de los metros cuadrados construidos, así como en las unidades de departamento proyectadas, rompiendo con toda escala barrial preexistente. Por otro lado, cabe destacar que los índices de densidad resultantes de los proyectos analizados en la comuna de Ñuñoa, aun teniendo un PRC, son similares a los analizados en comunas como Estación Central donde no existía un PRC vigente.
Es importante destacar que la desregulación se puede dar aun existiendo un Instrumento de Planificación ya que son los índices de norma urbana los cuales pueden liberarse. Esta forma de desregulación en los PRC es un repliegue por parte de los municipios en sus funciones privativas ante la inversión privada, mercantilizando el desarrollo urbano, yendo en desmedro de principios básicos como es generar una planificación participativa, integrada y sostenible.
Bibliografía
Brenner, N. y Teodore, N. (2002). Cities and the Geographies of “Actually Existing
Neoliberalism”. Antipode, 34(3), 349-379. http://dx.doi.org/10.1111/1467-8330.00246
De Mattos, C. A. (2008). Globalización, negocios inmobiliarios y mercantilización del desa-
rrollo urbano. En: P. Pereira y R. Hidalgo (eds.), Producción inmobiliaria y reestructuración metro-politana en América Latina (pp. 23-40). Santiago: Pontifcia Universidad Católica de Chile.
De Mattos, C. (2016). Financiarización, valorización inmobiliaria del capital y mercantilización de la metamorfosis urbana. Sociologías, 18(41), 24–52. https://doi.org/10.1590/15174522–018004202
Jacobs, J. (1961). The death and life of great American cities. Nueva York: Modern Library.
López-Morales, E., Klett, I. R. G., & Corvalán, D. M. (2012). Urbanismo pro-empresarial en Chile: políticas y planificación de la producción residencial en altura en el pericentro del Gran Santiago. Revista Invi, 27(76), 75–114. https://doi.org/10.4067/s0718-83582012000300003
Navarrete-Hernandez, P., & Toro, F. (2019). Urban Sistems of Accumulation: Half a Century of Chilean Neoliberal Urban Policies. Antipode, Vol 0(No. 0), pp. 1-28.
Orellana, A., Vicuña, M., & Moris, R. (2017, Mayo 12). Planificación urbana y calidad de vida: aproximación al estado de la planificación local en Chile. Cuadernos de vivienda y urbanismo, Vol. 10(N° 19), pp. 106.
Scussel, M. & Sattler, M. (2010). Cities in (trans) formation: The impact of verticalization and densification on the quality of residential space. Ambiente Construido, 10(3), 137-150.
Señoret, A. (2018). La vida entre grandes edificios Densificación urbana, espacio público y vida cotidiana en el centro de Santiago. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales Pontificia Universidad Católica de Chile. https://estudiosurbanos.uc.cl/exalumnos/la-vida-entre-grandes-edificios-densificacion-urbana-espacio-publico-y-vida-cotidiana-en-el-centro-de-santiago/
Vergara-Perucich, F., Aguirre, C., Encinas, F., & Truffello, R. (2020). Contribución a la economía Política de la vivienda en Chile. RIL editores.
Vicuña, M. (2021). Impacto de la densificación residencial intensiva en la re-Estructuración espacial de la ciudad neoliberal: Morfología y normativa urbana en el área Metropolitana de Santiago. FONDECYT, 11170501.
[1] Art. 3 Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades establecido en el Ley N° 18.695
[2] Art. 1.1.2 Ordenanza General de Urbanismo y Construcción. “volumen teórico”: volumen o envolvente máxima, expresado en metros cúbicos, resultante de la aplicación de las disposiciones sobre superficies de rasante, distanciamientos, antejardines y alturas máximas, cuando las hubiere, en un terreno determinado.
[3] La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) define que por cada unidad habitacional se debe considerar cuatro habitantes.
[4] Conforme el art. 2.1.22. de la OGUC solo tienen existencia y validez, las referencias a densidad bruta y densidad neta. Adreucci & Torrejón, Informe Actualización Inmobiliario N° 4.598 (2023)
El fenómeno migratorio en campamentos: Desafíos para las políticas públicas urbanas en Chile
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Revista Planeo Nº51| Espacios y trayectorias migratorias | marzo 2022
Por: [Ray Anderson; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Paula Dastres; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Florencia Vergara; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Ignacio Silva; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda
Paz María Zúñiga Pérez; Analista en el equipo de suelos DDU – MINVU
Pía Palacios; Centro de Estudios Socio-Territoriales (CES) TECHO-Chile y Fundación Vivienda ]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
El número de familias viviendo en campamentos ha aumentado significativamente entre los años 2018 y 2020. A su vez, la migración se ha convertido en un tema relevante en la discusión pública, ya que muchas familias llegan anualmente a Chile en busca de nuevas oportunidades. Esta investigación de carácter interdisciplinario, que combina un análisis de políticas públicas con un modelo Probit, sostiene que el actual Programa de Asentamientos Precarios no ha intervenido de manera exitosa en los campamentos que tienen mayor probabilidad de recibir a familias migrantes. El estudio concluye que estas familias tienden a establecerse en campamentos que presentan características opuestas a aquellos asentamientos que el Programa ha logrado gestionar de forma satisfactoria.
Palabras clave: Campamentos, Migración, Políticas Públicas Urbanas
Abstract
The number of families living in slums has increased significantly between 2018 and 2020. In parallel, migration has become a relevant issue in public discussion because thousands of families come to Chile in search of new opportunities every year. By means of an interdisciplinary work that combines a public policy analysis with a Probit model regression analysis, the document argues that the current Slum Settlement Program has not successfully intervened in slums most likely to receive migrant families. The study concludes that migrant families tend to settle in camps with opposite characteristics to those satisfactorily intervened by the Program.
Keywords: slums, migration, urban policy
La percepción de gestores municipales brasileños sobre el uso de la bicicleta como transporte post Política de Movilidad Urbana
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Revista Planeo Nº49| Elites y ciudad | Septiembre 2021
Por: [Cristiane Silva de Carvalho; Centro de estudios de los recursos energéticos | Universidad de Magallanes (CERE-UMAG)
Eriane Fialho Carvalho; Faculdade de Engenharia e Ciências | Campus guaratinguetá UNESP
Milithza Rodriguez Rivera; Comunidades Portal de las áreas protegidas Patagonia Chilena
Inti Gonzalez Ruiz; Centro Regional Fundación CEQUA
Mauricio César Delamaro; Faculdade de Engenharia e Ciências | Campus guaratinguetá UNESP]
Recibido el 6 de agosto de 2021, publicado el 21 de junio de 2023
Resumen
Motivados por la Política Nacional de Movilidad Urbana, los municipios brasileños inician un proceso de implementación de medidas que faciliten el uso de la bicicleta como transporte en sus territorios. Es de gran relevancia caracterizar las condiciones del uso de este medio de transporte y, a la vez, evaluar cómo los municipios afrontan el desafío planteado a nivel federal para la movilidad urbana. Este trabajo discute las capacidades municipales destinadas a la planificación y gestión de la bicicleta como transporte. Para esto, se analizaron documentos oficiales y se entrevistaron a los responsables de transporte de 11 municipios de la Región Metropolitana do Vale do Paraíba e Litoral Norte. Los resultados muestran que la política y sus directrices han logrado permear en la gestión y planificación municipal resaltando la importancia de la bicicleta como medio de transporte. Sin embargo, sigue siendo la capacidad institucional municipal la brecha a subsanar en la implementación de medidas
Palabras clave: Movilidad, Política urbana, Planificación urbana
Abstract
Motivated by the National Urban Mobility Policy, Brazilian municipalities begin a process of implementing measures to facilitate the use of bicycle as a transport in their territories. Characterizing the conditions of use of this mode and assessing how municipalities face the challenge posed by federal level in relation to urban mobility, become a matter of great relevance. This article discusses the capacities of municipalities to plan and manage the bicycle as a transport. To do so, a document analysis and semi structured interviews have been carried out to municipal public servants in charge of transport from 11 cities of Vale do Paraíba e Litoral Norte Metropolitan Region. Results show that the policy and its guidelines have succeeded in permeating into municipal management and planning, giving importance to bicycles as a means of transport. Nonetheless, municipal institutional capacities continue being a gap to overcome for implementing measures.
Keywords: Mobility, urban policy, urban planning
Piura, Tacna e Iquique. Experiencias de adaptación en los espacios públicos vecinales en tiempos del Covid-19
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Revista Planeo Nº48 | Cuidados, crisis y ciudad | julio 2021
Por: [Stella Schroeder; Universidad de Piura
Elizabeth Abanto; Sánchez Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Geotecnia
Alberto Prado Diaz; Facultad de Ingeniería y Arquitectura, Universidad Arturo Prat. Chile
Keili Medina Bejar; Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Geotecnia, Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Tacna, Peru
Edsmilda Martinez Hidalgo; Escuela de Arquitectura Facultad de ingeniería Universidad de Piura, Perú
Isabella Paredes Fuentes; Facultad de Ingeniería y Arquitectura Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile]
Recibido el 11 de mayo de 2021, publicado el 21 de junio de 2023
Resumen
Las ciudades están experimentado un importante proceso de transformación socio-espacial, que se ha acrecentado durante la pandemia COVID-19. Un fenómeno global, que está afectando la forma en que vivimos y cómo nuestros espacios públicos están atendiendo las necesidades únicas de nuestras comunidades. A tal efecto, tres preguntas principales orientan el objetivo del trabajo: ¿Cómo ha cambiado el uso del espacio público en los vecindarios? ¿Hay cosas que estamos haciendo ahora que se convertirán en parte de la “nueva normalidad”? ¿Qué podemos aprender del uso de los espacios públicos durante la crisis para un mejor futuro urbano? La metodología del trabajo se basó en datos empíricos de estudios de casos, recopilando información mediante cuestionarios y observaciones in-situ en los vecindarios de estudio de tres ciudades: Piura, Tacna e Iquique. Los resultados evidenciaron similitudes y particularidades, tanto en términos de la vida pública cotidiana durante el tiempo de cuarentana por covid-19, así como en aspectos espaciales dependiendo de las condiciones socio-economicas en los lugares de estudio. En ese sentido, reflexionar las transformaciones de la vida cotidiana en los espacios públicos de las ciudades, considerando los activos sociales de los habitantes, puede dar respuestas adecuadas para la reconfiguración del vecindario post pandemia.
Palabras clave: COVID-19, Estrategias de adaptación, Espacio público
Abstract
Cities are experiencing an important socio-spatial transformation process, which has increased during the COVID-19 pandemic. A global phenomenon, which is affecting the way we live and how our public spaces are serving the unique needs of our communities. Three main questions guide the objective of the work: How has the use of public space in neighborhoods changed? Are there things we are doing now that will become part of the «new normal»? What can we learn from the use of public spaces during the crisis for a better urban future? The work methodology was based on empirical data from case studies, collecting information through questionnaires and in-situ observations in the study neighborhoods of three cities: Piura, Tacna and Iquique. The results show similarities and particularities, both in terms of daily public life during the quarantine due to covid-19, as well as in spatial aspects depending on the socio-economic conditions of the study places. In this sense, reflecting the transformations of daily life in the public spaces of the different cities, considering the social assets of the inhabitants, can provide adequate responses for the reconfiguration of the post-pandemic neighborhood.
Keywords: COVID-19, Adaptation strategies, Public space
La transición energética justa y la pobreza energética en Argentina: ¿Qué rol juega el territorio?
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Revista Planeo Nº47 | Transiciones energéticas | abril 2021
Por: [María Florencia Zabaloy; Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina
María María Ibañez; Martín Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina
Carina Guzowski; Departamento de Economía Universidad Nacional del Sur (UNS) – Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) (UNS-CONICET). Bahía Blanca, Argentina]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
Los debates actuales sobre la política energética giran en torno al fenómeno de la transición energética, impulsados principalmente por la preocupación por el cambio climático. Sin embargo, el impacto de la transición energética sobre la equidad social y el territorio es menos discutido. En este contexto, el objetivo del presente trabajo es indagar preliminarmente cuál ha sido la consideración de los pobres energéticos en las transiciones energéticas de Argentina a partir del año 2000, como también evaluar si estos procesos han reducido la desigualdad territorial que la pobreza energética evidencia en el país. A partir del análisis exploratorio basado en datos secundarios se encuentra que en Argentina, a pesar de contar con indicadores de acceso energético relativamente buenos, aún existe un gran problema vinculado a la existencia de pobreza energética, con un efecto desigual sobre el territorio nacional. Estos hallazgos implicarían que la transición energética en Argentina no necesariamente es justa y que la política energética debería incorporar objetivos de equidad social en el corto plazo.
Palabras clave: transición energética, pobreza energética, territorio
Abstract
Current debates on energy policy revolve around the phenomenon of the energy transition, driven mainly by concerns about climate change. However, the impact of the energy transition on social equity and the territory is not always debated. In this context, the aim of this research is to analyze preliminarily what has been the consideration of the energy poor in the energy transitions of Argentina since 2000, as well as to evaluate if these processes have reduce the territorial inequality of energy poverty in the country. From the exploratory analysis based on secondary data, it is evident that in the country, despite having relatively good energy access indicators, still exists a severe problem linked to the existence of energy poverty, which is not distributed equally in the national territory. This would imply that the energy transition in Argentina is not necessarily just and that energy policy should incorporate social equity objectives in the short term.
Keywords: energy transition, energy poverty, territory
Envejecer con el lugar. Adecuaciones conceptuales y herramientas metodológicas para el análisis espacial de residir en un lugar deteriorado en la edad mayor
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Revista Planeo Nº46 | Ciudad Constituyente | enero 2021
Por: [Georgina Cárdenas Pérez Universidad Autónoma de Yucatán, Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi Unidad de Ciencias Sociales.]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
La investigación sobre el tópico de envejecimiento poblacional inició hace más de cien años, pero los estudios urbanos tienen una participación más joven, data de las tres últimas décadas, y se diferencia por regiones. En países desarrollados existe vasta literatura sobre el concepto “Aging in Place”, para estudiar la relación que establece la persona mayor y el lugar en que habita. El presente artículo, busca discutir la pertinencia del uso del concepto en el contexto de Latinoamérica y El Caribe, considerando estudios que han documentado el gradual deterioro de los inmuebles y barrios al tiempo que avanza el ciclo de vida, generando una suerte de envejecimiento paralelo, el primero biológico, el segundo, debido a la imposibilidad de costear el mantenimiento y reparaciones continuas de espacios deteriorados, y a la falta de políticas públicas para atender esta problemática emergente. Por lo cual se propone un abordaje conceptual y metodológico a partir de la categoría “Envejecer con el lugar” para el análisis de la relación que establecen personas mayores al residir en un lugar con deterioro físico o social, ello con el interés de sumar a la reflexión sobre los retos del Urbanismo Gerontológico en nuestro contexto.
Palabras clave: Envejecer en el lugar, Envejecer con el lugar, análisis espacial de barrios deteriorados
Abstract
Research on the topic of population aging began more than a hundred years ago, but urban studies have a younger participation, dating from the last three decades, and differing by region. In developed countries there is vast literature on the concept of «Aging in Place», to study the relationship established by the elderly person and the place where they live. This article seeks to discuss the relevance of the use of the concept in the context of Latin America and the Caribbean, considering studies that have documented the gradual deterioration of buildings and neighborhoods as the life cycle progresses, generating a kind of parallel aging, the first biological, the second, the deterioration of properties due to the inability to pay for maintenance, and the lack of public policies to address this emerging problem. Therefore, a conceptual and methodological approach is proposed from the category «Aging with the place» for the analysis of the relationship that older people establish when residing in a place with physical or social deterioration, this with the interest of adding to the reflection on the challenges of Gerontological Urbanism in our context.
GOBERNANZA DEL AGUA: HETEROGENEIDAD Y PODER EN TERRITORIOS EN CONFLICTO EN EL SUR DE CHILE
VerGOBERNANZA DEL AGUA: HETEROGENEIDAD Y PODER EN TERRITORIOS EN CONFLICTO EN EL SUR DE CHILE
Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Johanna Höhl Heidelberg, Center Latin America, Heidelberg University, Santiago, Chile
Sebastián Igor Rodríguez Leiva, Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht – Karls – Universität Heidelberg, Alemania
Jo Siemon Heidelberg, Center Latin America, Heidelberg University, Santiago, Chile.
Angélica Videla; Laboratorio de Estudios Territoriales, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
A nivel mundial, los problemas relacionados con la gestión y organización de los recursos hídricos configuran escenarios territoriales complejos. En el sur de Chile, la construcción de pequeñas centrales hidroeléctricas en territorios indígenas ha tensado las relaciones Estado – comunidades mapuche – empresas del sector hidroeléctrico. Este trabajo analiza dichas relaciones en el proceso de consulta indígena, para ver en qué medida, la institucionalidad del Estado, y el marco en el que se desarrollan las relaciones, son un factor que permite o no acciones colectivas. En base a una metodología de carácter cualitativo basada en el estudio de caso, los resultados permiten identificar retos para la gobernanza, relacionados con el grado de heterogeneidad de las comunidades, las relaciones de poder en el proceso, y el contexto histórico-territorial, aspectos que dan forma a estructuras formales e informales y procesos de toma de decisiones en torno al agua.
Palabras clave: gobernanza, consulta indígena, agua
Abstract
Globally, problems related to water resource management and organization shape complex territorial scenarios. In southern Chile, the construction of small hydroelectric plants in indigenous territories has strained state relations – Mapuche communities – companies in the hydroelectric sector. This work analyses these relationships in the Indigenous consultation process to see to what extent, the regulations of the State, and the framework in which relations develop, are a factor that allows or does not allow collective actions. Based on a qualitative methodology using a case study, the results allow to identify challenges for governance, related to the degree of heterogeneity of communities, power relations in the process, and the historical and territorial context, aspects that shape formal and informal structures and decision-making processes around water.
Keywords: indigenous consultation process, water, governance
EL AGUA Y LA PRIVATIZACIÓN EN LATINOAMÉRICA: EL CONTEXTO POLÍTICO-NORMATIVO Y LAS PERSPECTIVAS PARA BRASIL, CHILE Y MÉXICO
VerEL AGUA Y LA PRIVATIZACIÓN EN LATINOAMÉRICA: EL CONTEXTO POLÍTICO-NORMATIVO Y LAS PERSPECTIVAS PARA BRASIL, CHILE Y MÉXICO
Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Andrea Bianca Chong Ribeiro; Urbanista de la Universidad del Estado de Bahía. Especialista en Administración Pública Municipal de la Universidad del Estado de Bahía. Magíster en Desarrollo Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctoranda en Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Rebeca Moreno; Ingeniera Bioquímica del Instituto Tecnológico de Tijuana. Magíster de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Especialista en Gestión Ambiental por la Universidad Autónoma de Baja California, México.
Arturo Orellana Ossandón; Profesor Asociado, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctor en Geografía Humana de la Universidad de Barcelona. Magíster en Desarrollo Urbano de la Universidad Católica de Chile. Ingeniero Comercial y Licenciado en Economía de la Universidad de Chile ]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 29 diciembre 2022
Resumen
Dada la problemática del agua en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas en 2012 promulga el derecho humano al agua, con prioridad al acceso seguro salubre y asequible. Por un lado la literatura apunta que los servicios del agua deben ser considerados una política pública que recae como responsabilidad del Estado, por tratarse de un bien público, por otro lado, algunos estudios valoran positivamente los procesos de privatización de este vital elemento. Este trabajo busca entender los cambios en el marco político-institucional de Brasil, Chile y México, a partir del impulso de la privatización de los servicios de agua potable y alcantarillados en las grandes ciudades. Para tal propósito, se analiza el rol de los principales actores, las posibles mudanzas en sus relaciones dentro del sistema correspondiente, a través del mapeo y medición de la incidencia de los stakeholders antes y después del proceso de privatización en cada caso. El rol del Estado en la gestión y planificación del servicio de agua se ve fragmentado por el proceso de privatización en ciernes en Brasil y México, mientras en el caso chileno, el estado ha reducido su papel solo a fiscalizar y regular el funcionamiento del mercado del agua.
Palabras clave: servicios de agua, privatización, gobernanza
Abstract
Given the problem of water in the world, the United Nations Organization in 2012 promulgated the human right to water, with priority to safe, healthy and affordable access. If, on the one hand, the literature points out that water services should be considered a public policy that falls under the responsibility of the State, since it is a public good, on the other hand, some studies positively assess the privatization processes of this vital element. In this sense, this work tries to understand the changes in the political-institutional framework of Brazil, Chile and Mexico, from the impulse of the privatization of drinking water and sewerage services in large cities. For this purpose, the role of the main actors is analyzed, the possible changes in their relationships within the corresponding system, through the mapping and measurement of the incidence of the stakeholders before and after the privatization process in each case. The role of the State in the management and planning of the water service is fragmented by the privatization process in the making in Brazil and Mexico, while in the Chilean case, the state has reduced its role only to supervising and regulating the operation of the water market.
Keywords: watr services, privatization, governance
Sociedades vinculadas a su entorno Conocimientos técnicos locales para la gestión sustentable del agua
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Rosa Chandia-Jaure; Universidad Tecnológica Metropolitana]
Recibido en octubre del 2020, publicado el 29 de diciembre de 2022
Resumen
Chile enfrenta un escenario de escasez hídrica, provocado por el cambio climático y la gestión poco eficiente de los recursos hídricos. Los asentamientos urbanos se encuentran vulnerables y deben adaptarse para garantizar la disponibilidad hídrica futura para sus habitantes y para los ecosistemas cercanos. En la búsqueda de posibles mecanismos de adaptación para enfrentar este desafío, se reflexiona sobre los aportes provenientes del conocimiento técnico heredado de antiguas sociedades sobre la gestión del agua. Se observa en estas sociedades, el reconocimiento de la cuenca hidrográfica como unidad territorial determinante de las intervenciones. El uso de materiales locales y el reconocimiento del entorno, posibilitó la construcción de un paisaje y la gestión eficiente del agua disponible, permitiendo la estabilidad de las sociedades por extensos periodos de tiempo.
El conocimiento técnico ancestral, ya sea el que desarrollaron grandes civilizaciones, como también el de comunidades indígenas que aún hoy se mantienen vigentes, constituye un cuerpo integral de saberes de bajo impacto en el medio ambiente y de alta resiliencia frente a los cambios. Constituye un modelo para reorientar las estrategias para el reconocimiento del entorno y la gestión sustentable del agua, desde la gestión local de los recursos disponibles.
Palabras clave: Cultura hídrica, hidráulica tradicional, agua y paisaje
Abstract:
Chile faces a scenario of water scarcity, caused by climate change and inefficient management of water resources. Urban settlements are vulnerable and must adapt to ensure future water availability for their inhabitants and for nearby ecosystems. In a search for possible ways to face this challenge, the contributions of old societies on water management are presented. In these societies, the recognition of the hydrographic basin as a determining territorial unit of the interventions, the use of local materials and the recognition of the environment, made possible the construction of a landscape together with the efficient management of available water. All this allowed the stability of these societies for long periods of time.
Ancestral technical knowledge -developed by great civilizations, as well as that developed by indigenous communities still in force- constitutes a comprehensive body of knowledge about low impact on the environment and high resilience in the face of changes. This knowledge constitutes a model to reorient the strategies for the recognition of the environment and the sustainable management of water from the local management of the available resources.
Keywords: Water culture, traditional hydraulic systems, water landscape
PLANIFICACIÓN URBANA Y CAPITAL NATURAL: REVISIÓN Y REFLEXIÓN SOBRE MOMENTOS HISTÓRICOS Y PROCESOS URBANOS PARA LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA DEL RÍO RÍMAC
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Jean Paul Kaiser; Universidad San Ignacio de Loyola]
Recibido en octubre del 2020, publicado el 29 de diciembre de 2022
Resumen
El Río Rímac como principal fuente hidrológica de la triple cuenca sobre la cual se asienta la ciudad de Lima es, al mismo tiempo, la más degradada por la actividad humana. La intención del artículo es ofrecer una reflexión inicial sobre las oportunidades de restaurar el Capital Natural (CN) del Río Rímac. Para ello se desarrollará el concepto de Capital Natural en función del bienestar humano estableciendo la importancia y oportunidades de su restauración en las zonas ribereñas urbanas. Estos conceptos se aprovecharán para filtrar la discusión sobre las oportunidades de restaurar el CN en el Río Rímac tomando en consideración sus etapas o momentos históricos así mismo como la manera en que los diferentes planes y proyectos que han intentado ordenar el crecimiento de la ciudad de Lima a partir del siglo XX abordan el río.
Palabras clave: ríos urbanos, capital natural, restauración ecológica
Abstract
Rimac River as the main hidrological source in the triple basin where the city of Lima sits is, at the same time, by far the most degradated by human activity. The intention behind this article lies in offering an initial relflexion on the oportunities which come from the restoration of Rimac River’s Natural Capital. For this, the concept of Natural Capital concerning human wellfare will be developed also estabishing it’s importance in urban riverside areas. These concepts will be used tu discuss the oportunities of restoring Rimac River’s Natural Capital considering it’s historical moments as well as how the different plans and projects which have been developed for the city of Lima during the 20th century approach the river.
Keywords: urban rivers; natural capital; ecological restoration
LAS BASES MATERIALES DE LA DESIGUALDAD. CARACTERIZACIÓN SOCIO-ESPACIAL DE LAS REDES DE SERVICIOS URBANOS BÁSICOS EN LA ZMVM
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Revista Planeo Nº45: Agua y Territorios, Octubre 2020
Por: [Celia Elizabeth Caracheo Miguel: Urbanista, Maestra y Dra. en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) | Sergio Armando Flores Peña: Programa de doctorado en Urbanismo de la UNAM]
Recibido el 28 de septiembre de 2020, publicado el 01 de septiembre de 2021
Resumen
El punto de partida de este trabajo es la noción de que la vida en las ciudades es en esencia una condición socio-técnica, entendida como la forma en que los elementos tecnológicos condicionan la vida humana. Planteamos que las redes de servicios públicos particularmente de agua potable y saneamiento son el soporte fundamental de las actividades urbanas y que de ellos dependen, en buena medida, el vigor de los intercambios, flujos e interacciones de todos los órdenes, que distinguen, en intensidad y sentido, la vida urbana en diferentes lugares. El objetivo por tanto es, identificar los arreglos institucionales que se gestan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) para mejorar la cobertura de los servicios urbanos básicos y qué relación tienen con la satisfacción de los usuarios.
Se revelan diferencias sustanciales de cobertura y calidad, entre la Ciudad de México, el Estado de México e Hidalgo, que dan cuenta de la poca efectividad de la supuesta administración metropolitana. Se plantea como indispensable modificar la arquitectura institucional de los entes locales como condición básica para propiciar una mejor prestación de los servicios, y modificar los mecanismos de coordinación en el ámbito metropolitano.
Palabras clave: Gestión metropolitana, Servicios urbanos, Desempeño gubernamental
Abstract
In this research the starting point is that the life in the cities depends of a socio technical condition, this term is the way that technological elements are conditioning the human life. In this particular case we are refering to the basic municipal urban services: drinking water and sanitary drainage. We propose that public services are the fundamental support of urban activities and that they depend, the exchanges and interactions in the urban life in different places. The objective in that way is to identify the institutional arrangements that are developed in The Metropolitan Zone of the Valley of Mexico to improve the coverage of basic urban services and how they are relating to user satisfaction.
The conclusion is that there are substantial differences in coverage and quality between Mexico City, the State of Mexico and Hidalgo, as a result of the ineffectiveness of the alleged metropolitan administration. It is proposed that is essential to promote better provision of services, It modify the institutional architecture of local authorities and the coordination mechanisms in the metropolitan area.
Keywords: metropolitan management, urban services, government performance
REFLEXIONES SOBRE EL IMPULSO DE LA MOVILIDAD INFANTIL A PIE Y EN BICICLETA COMO RESPUESTA A LA EMERGENCIA SANITARIA, EL CASO DE LOS NIÑOS DE LA ZONA CENTRO DE SAN ANDRÉS CHOLULA PUEBLA
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Revista Planeo Nº44: Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: René Cuautle Gregorio; Becario CONACYT en el Doctorado en Procesos Territoriales, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Porfirio Eduardo Lugo Laguna; Profesor Investigador, Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
María Lourdes Guevara Romero; Profesora Investigadora y Secretaria de Investigación y Estudios de Posgrado de la Facultad de Arquitectura en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México]
Recibido el 5 de agosto de 2020, publicado en diciembre de 2022
Resumen
Este artículo tiene como objetivo determinar la importancia de una planificación urbana que considere una movilidad activa de los niños a pie y en bicicleta. Tal planificación urbana debe tomar en cuenta las necesidades de recreación y actividad física saludable de los niños, que pueden tener incidencia directa en problemas como mantener un peso saludable. Los patrones de movilidad sostenible son necesarios ahora más que nunca para los niños que asisten a la escuela todos los días en un mundo que enfrentará nuevos y crecientes desafíos de salud pública. El estudio de caso para este artículo son los estudiantes de la Escuela Primaria Abraham Sánchez, quienes participaron en una investigación realizada en 2018 y que ahora, debido a las medidas sociales requeridas para contener la pandemia, adquieren una nueva relevancia y ponen en evidencia la necesidad de fomentar estos medios de movilidad y de replicarlos en otros entornos urbanos como un mecanismo de bajo riesgo para prevenir el contagio en circunstancias como la crisis recientemente experimentada.
Palabras clave: Infancia, salud, movilidad
Abstract
This paper aims to determining the importance of an urban planning which accounts for children’s active mobility by walking and bike riding. Such urban planning should consider children’s needs for recreation and healthy physical activity that can have direct incidence in issues like staying on a healthy weight. Sustainable mobility patterns are necessary now more than ever for children attending school daily in a world that will face new and increasing public health challenges. The case study for this paper are the students of Abraham Sánchez Elementary who were participants in research done in 2018 and that now, due to the social measures required to contain the pandemics, acquire new relevance and make a case for fostering such means of mobility and replicating them in other urban environments as a low risk mechanism for preventing contagion under circumstances like the recently experienced crisis.
Keywords: Childhood, health, mobility
Plataforma 9 ¾: tren desde King Cross, Londres, al mundo mágico de J.K. Rowling | Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Plataforma 9 ¾: tren desde King Cross, Londres, al mundo mágico de J.K. Rowling | Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
[Por Nicolás Gonzáles Peña, Geógrafo, Universidad de Chile & Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano IEUT – UC]
Película: Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)
Dirigido por: Chris Columbus
Duración: 152 minutos
Elenco: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, John Cleese, Robbie Coltrane, Warwick Davis, Richard Griffiths, Richard Harris, Ian Hart, John Hurt, Alan Rickman, Fiona Shaw, Dame Maggie Smith, Julie Walters
Disponible en HBOmax – https://www.hbomax.com/cl/es/feature/urn:hbo:feature:GYY7NkAImuJzDwgEAAAAL?countryRedirect=1
Resumen.
En esta reseña se presenta la película «Harry Potter y la Piedra Filosofal», que cuenta la historia de un joven huérfano llamado Harry Potter quien descubre su verdadera identidad como mago y comienza su educación en la prestigiosa Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts. La trama se centra en la experiencia de Harry descubriendo el mundo mágico al abordar el icónico Expreso de Hogwarts, así como su amistad con Ron y Hermione y la manera en que juntos enfrentan los desafíos de su primer año en la escuela. Se destaca el simbolismo del Expreso de Hogwarts como una conexión vital entre el mundo muggle y el mundo mágico, lo que agrega profundidad a la trama y refleja la complejidad del universo de Harry Potter.
Palabras Clave. Trenes, revolución industrial, imaginarios ferroviarios.
Introducción.
En noviembre del 2021 por motivo de su vigésimo aniversario se reestrenó en los cines chilenos Harry Potter y la Piedra Filosofal. La película fue dirigida por Chris Columbus basada en la novela de fantasía creada por la escritora británica J.K. Rowling durante los años 90’. Desde su estreno niños, niñas y adolescentes embarcaron un viaje al mundo mágico que duró 10 años tras la distribución de otras 7 secuelas por la productora Warner Bross. El fin del viaje llegaría en 2011 con el estreno de la segunda parte del último libro de Harry Potter escrito por la autora del universo mágico.
La historia sigue a Harry Potter (Daniel Radcliffe), un niño huérfano que descubre que es un mago y se matricula en la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts. La trama comienza con la infancia de Harry, que ha vivido con sus crueles tíos y su primo malcriado durante toda su vida. La vida de Harry como un niño muggle (sin magia) fue muy triste y gris. Desde que sus padres murieron en manos del temido mago oscuro, Voldemort, Harry ha sido obligado a vivir con sus tíos, que lo trataban como un sirviente en su propia casa. Los tíos de Harry, Vernon (Richard Griffiths) y Petunia Dursley (Fiona Shaw), despreciaban todo lo relacionado con la magia y lo mantenían alejado de todo lo que pudiera ser considerado como «diferente».
Cuando Harry recibió su carta de invitación a Hogwarts, estaba muy emocionado. Por fin había descubierto que existía un mundo mágico lleno de maravillas y aventuras. Una vez en Hogwarts, Harry se sorprendió gratamente al descubrir que era famoso en el mundo mágico debido a que había sobrevivido a un ataque mortal de Lord Voldemort. A medida que pasaba el tiempo en Hogwarts, Harry se sumergió en su aprendizaje de la magia y se enamoró del ambiente mágico que lo rodeaba. Con la ayuda de sus nuevos amigos, Hermione (Ema Watson) y Ron (Rupert Grint), Harry enfrentó las pruebas y tribulaciones de su primer año en la escuela, incluyendo la búsqueda de la Piedra Filosofal, un objeto mágico que otorga la vida eterna.
Pero el momento más significativo para Harry en su transición del mundo muggle al mundo mágico, fue cuando abordó el Expreso de Hogwarts. Este tren mágico no solo lo llevó a su nueva escuela, sino que también simbolizó un quiebre entre su vida anterior llena de tristeza y su nueva vida llena de maravillas. Así, el Expreso de Hogwarts se convirtió en un vínculo crucial entre el mundo muggle y el mundo mágico, y en un símbolo del comienzo de una nueva vida para Harry y para todos los magos y brujas que se unen a la comunidad mágica. Con el Expreso de Hogwarts como su puerta de entrada, Harry estaba a punto de comenzar una aventura mágica como ninguna otra.
Viaje al mundo mágico.
La trama de «Harry Potter y la Piedra Filosofal» es cautivadora y mágica, y Rowling crea un mundo convincente lleno de personajes memorables y lugares fascinantes. La trama es absorbente y los escenarios son ricos en detalles, lo que permite a la audiencia ubicarse fácilmente el mundo mágico.
Los personajes principales son encantadores y bien desarrollados, y es fácil sentir empatía por Harry y sus amigos en su búsqueda para proteger la Piedra Filosofal de Lord Voldemort. La relación de amistad entre Harry, Ron y Hermione es particularmente conmovedora y es una de las razones por las que la serie ha sido tan popular entre los espectadores.
Un aspecto relevante por considerar es que el Expreso de Hogwarts va más allá del mundo mágico, ya que también refleja los imaginarios sociales de los territorios ferroviarios. La conexión se debe, en gran parte, a la presencia de la estación de King’s Cross de Londres, donde Harry debe tomar el tren a Hogwarts. La estación de King’s Cross es una de las más antiguas y emblemáticas de Londres, por lo que su elección como punto de partida para el viaje de Harry a Hogwarts puede ser vista como una forma de conectar la historia de Harry Potter con la rica historia del ferrocarril en Gran Bretaña.
Harry es llevado a la plataforma 9 ¾ en la estación King’s Cross. Esta plataforma, en la que solo pueden ingresar magos y brujas, está ubicada entre las plataformas 9 y 10, y es uno de los lugares más emblemáticos de la película. Los espectadores pueden observar fácilmente el choque cultural que experimenta Harry al descubrir un mundo mágico oculto detrás de la estación de trenes que ha conocido toda su vida.
A bordo del tren expreso a Hogwarts, Harry conoce a su amigo Ron Weasley y Hermione Granger. Juntos, los tres se aventuran a través del tren y se encuentran con varios personajes interesantes. Los detalles del tren y su ambiente, así como los encuentros en su interior, son elementos que agregan emoción a la trama y que transportan al público a bordo de la locomotora. El tren que lleva a Harry es una locomotora a vapor clásica, que se asemeja a los trenes que solían ser comunes en la era dorada de los ferrocarriles en el Reino Unido entre el siglo XIX y XX.
Después de un largo y emocionante viaje en el Expreso de Hogwarts, Harry llega finalmente a la estación de tren Hogsmeade. Allí es recibido por Hagrid (Robbie Coltrane), el guardián de las llaves y las criaturas mágicas de Hogwarts. Hagrid lleva a Harry en un bote por el río hasta el castillo de Hogwarts, que se eleva majestuoso en lo alto de una colina. Harry se queda maravillado ante la vista del castillo, con sus torres altas y su impresionante arquitectura gótica. Una vez dentro, Hagrid lo lleva a través de los pasillos del castillo, mostrándole los salones comunes, la Gran Sala y los dormitorios. Harry queda asombrado ante la belleza y la magnificencia de la escuela de magia y hechicería. Desde ese momento, Harry sabe que su vida nunca volverá a ser igual. Ahora tiene la oportunidad de aprender la magia, de explorar el mundo mágico y de hacer amigos para toda la vida.
Conclusiones.
El tren Expreso de Hogwarts en Harry Potter no solo es un medio de transporte hacia el mundo mágico, sino que también simboliza el avance y el progreso tecnológico que significó la locomotora durante la Revolución Industrial. El quiebre que experimenta Harry al descubrir el mundo mágico detrás de la estación de tren King’s Cross, también puede ser comparado con el quiebre que muchas personas experimentaron durante la Revolución Industrial cuando la tecnología cambió drásticamente la forma en que vivían y trabajaban.
Además, estos elementos se han convertido en parte fundamental de la cultura popular de Londres y el mundo. Sin ir más lejos, en la actualidad es posible encontrarse con la plataforma 9 ¾, en King’s Cross, donde los fans pueden tomarse fotos empujando un carrito de equipaje que parece estar atravesando la pared hacia el mundo mágico, lo que ha consolidado dicha estación como un destino turístico. Esto demuestra el impacto que pueden tener las películas y libros sobre el espacio y la cultura. En este sentido, desde la plataforma 9 ¾ hasta el tren expreso a Hogwarts, pasando por Hogsmeade y Hogwarts, J.K. Rowling crea un mundo vivo y emocionante que es fácilmente imaginable. Los espectadores se encontrarán transportados a un mundo maravilloso de magia y aventuras a través de estos territorios ferroviarios imaginados.
Referencias.
Columbus, C. (2001). Harry Potter y la piedra filosofal. Warner Bros. Disponible en: https://www.hbomax.com/cl/es/feature/urn:hbo:feature:GYY7NkAImuJzDwgEAAAAL?countryRedirect=1
Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia. Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Carolina Rojas Quezada
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Profesora Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Postdoctorado, MC Master University, Canadá, 2015; Doctora en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2008; Master, Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Cartografía, Sistemas de Información Geográfica y Teledetección, Universidad de Alcalá, España, 2006; Geógrafa, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2002; y Licenciada en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 2001.
Actualmente se desempeña como docente e investigadora en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, participando como investigadora principal en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS. Su formación académica de pre y post grado se suman un Diplomado en Docencia Universitaria (2021) y su reciente Diplomado en Género y Políticas Públicas (2024), ambos por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Su carrera se ha centrado en la investigación de aspectos fundamentales de la sustentabilidad de las ciudades y la movilidad urbana sustentable, poniendo especial atención en la interacción entre las personas, la urbanización y los ecosistemas naturales, sobre todo en lo que respecta a los humedales urbanos. Su enfoque incluye la mejora de la accesibilidad de las personas a espacios abiertos y verdes, así como investigación del impacto ambiental de las ciudades (huella de carbono) y las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación de las ciudades al cambio climático.
Valentina Cortés Arancibia
VerValentina Cortés Arancibia
Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2018; Diplomada en Estudios Socioambientales, Universidad de Chile, 2015; Licenciada en Historia, Universidad de Chile, 2015.
Desde el año 2020 se desempeña como editora asistente de la Revista EURE, la Colección de Libros Estudios Urbanos UC – RIL Editores y las Series de Documentos publicadas por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT). En 2024 asume como Encargada de Publicaciones del IEUT y Editora General de la Revista PLANEO.
Natalia Aravena Solís
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Estudiante de Doctorado en Geografía, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, Pontificia Universidad Católica de Chile; Geógrafa, Universidad de Concepción, Chile.
Sus principales líneas de investigación son la geografía humana, la planificación urbana y territorial, las ciencias regionales, y los estudios de género y academia.
Macarena Cabrera Román
VerMacarena Cabrera Román
Diseñadora, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Sus principales áreas de investigación incluyen el patrimonio cultural, la artesanía y las humanidades digitales.
Jaime Vargas Villafuerte
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Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Comunicador, Universidad de Lima, Perú.
Sus principales líneas de investigación son la estigmatización territorial, la gentrificación y el espacio público.
Dossier Rondônia: una actualización
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Bruno Bins; Colaborador en el Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio (LAIT) vinculado al Programa de Posgrado en Arquitectura (PPGArq) de la PUC-Rio
Marcos Favero; Docente de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) ]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
Con el 80% de su área original deforestada, ocupando el segundo lugar en el ranking de conflictos agrarios del país, Rondônia, estado considerado un gran “laboratorio territorial”, se encuentra al borde de una catarsis. Realidad que moviliza esta investigación: una (re)interpretación de este territorio metamórfico, que tiene como punto de partida la investigación de Hervé Théry, “Rondônia: Mutações de um Território Federal na Amazônia Brasileira”, que analiza la producción y uso del territorio de Rondônia en la década de 1970. Itinerario marcado, en nuestros días, por la emergencia de protociudades, al parecer el dispositivo espacio-temporal más reciente y nebuloso, configurando el frente más avanzado de lo que se caracteriza, según Bertha Becker en “Geopolítica da Amazônia”, como una selva urbanizada.
Palabras clave: Rondônia, Selva urbanizada, Hinterland
Abstract
With its original área being 80% deforested, occupying second place in agrarian conflicts ranking in the country, Rondônia, considered the great “territorial laboratory is at the brink of catharsis. This is the reality which triggers this investigation: a (re)interpretation of this metamorphic territory that has as its starting point the research of Hervé Théry, “Rondônia: Mutations of a Federal Territory in the Brazilian Amazon” in which the production and the use of the territory of Rondônia in the 1970s is analyzed. An itinerary marked, nowadays, by the emergence of proto cities, seemingly, the most recent and nebulous spatiotemporal device which configures the most advanced front, as characterized by Bertha Becker in “Amazon Geopolitics”, of an urbanized forest.
Keywords: Rondônia, Urbanized forest, Hinterland e
Derecho a la ciudad y redes comunitarias: El caso del cerro de Las Tres Cruces en San Miguel de Allende, México.
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Francisco Mota Cervantes; Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ]
Recibido el 7 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
En este artículo se presenta el caso del cerro de Las Tres Cruces en la ciudad de San Miguel de Allende. En esta localidad mexicana, un reciente boom turístico alimenta una expansión urbana sin precedentes: mega desarrollos turísticos e inmobiliarios de lujo consumen territorios cargados de connotaciones simbólicas para las comunidades que los habitan. En este contexto, se articulan redes comunitarias que reclaman la capacidad de decisión colectiva sobre el territorio. Estas vislumbran formas de reclamar activamente y ejercer una agencia colectiva frente a procesos de despojo y privatización del espacio común.
Palabras clave: Territorio, Derecho a la ciudad, Redes comunitarias, Comunalidad
Abstract
The agency of capitals in the production of the urban space takes particular tones in cities of tourism such as San Miguel de Allende, where it is visible that cultural heritage is used to obtain economic benefits for the real estate-touristic industry by bending the local authorities.Thus, emerge urban reactions that point to a citizen network that exercises the Right to the city based on the defense and appropiation of the places that forge a sense of community.
Keywords: tourism, territory, cultural heritage, right to the city
La (des)caracterización del espacio público: residualidad urbana y estigmatización socio-espacial en São Gonçalo, Rio de Janeiro
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Fernando Espósito Galarce; Dr. docente e investigador del Programa de Pos graduación en Arquitectura (PPGArq), del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio
Vanessa Galvão; Becaria de Iniciación Cientifica. Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio (graduanda)]
Recibido el 6 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
Este artículo activa los conceptos de residualidad y estigmatización socioespacial, observados en dos plazas públicas de la ciudad de São Gonçalo, en el Estado de Río de Janeiro: la plaza Leonel de Moura Brizola y la plaza Chico Mendes. A la luz de la discusión, estas plazas pueden ser interpretadas como “espacios residuales” al no cumplir su función social urbana, y al serles atribuidas características negativas que impiden su vivencia plena. A partir de un análisis cualitativo desde la perspectiva de la residualidad urbana y la estigmatización socioespacial, de la recopilación de datos con entrevistas, cuestionarios y artículos periodísticos, es posible afirmar que estos espacios públicos evidencian el descuido administrativo del poder público, espacial y especialmente social con las personas vulnerables que en ellos habitan, principalmente personas en situación de calle y dependientes químicos. Estas dos plazas observadas pasaron por reformas mal estructuradas que, sumadas a la inseguridad y a la omisión de la administración municipal, las dejaron en una condición de degradación y abandono. Este articulo también observa la importancia de los espacios públicos, principalmente durante el período de pandemia, debido a la necesidad de lugares que posibiliten actividades colectivas al aire libre de manera segura y saludable.
Palabras clave: Espacios residuales, Estigmatización, Espacio público
Abstract
This article mobilizes the concepts of residuality and socio-spatial stigmatization, observing these concepts in two squares in the city of São Gonçalo, State of Rio de Janeiro: Leonel de Moura Brizola Square and Chico Mendes Square. These squares can be characterized as “residual spaces” by not fulfilling their social function, being attributed negative characteristics that distance and/or divert the full experience of these places due to the presence of stigmatized elements. Based on a qualitative analysis and data collection, such as interviews, forms and journalistic articles, from the aforementioned public squares that underwent poorly structured and decontextualized revitalization works, together to the common characteristics between them, such as insecurity and the omission of municipal management, it is possible to affirm that these factors implied the depletion and deterioration of these public spaces, evidencing the neglect of people in socio-spatial vulnerability. In addition, due to the moment when the city’s collective spaces are crossing, mostly degraded and emptied, it was possible to discuss the importance of public squares and their democratic values, highlighting, especially in the pandemic period, the need to offer public spaces that support collective activities, outdoors, in a safe way
Keywords: Residual Spaces, Stigmatization, Public Space
¿Es el sonido una materia del espacio arquitectónico? El caso de la estimulación auditiva en la infancia.
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Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Enrique Rivadeneira Barrios; Escuela de Arquitectura Universidad de Valparaíso , Valparaíso, Chile ]
Recibido el 4 de diciembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
El presente artículo aborda la posibilidad de considerar el sonido como materia que forma parte del espacio arquitectónico. Esto significa no sólo reconocer su presencia en el espacio, sino que su diseño incluye darle forma al sonido y su aparición. Esto se realiza mediante un caso de estudio, la participación en el diseño conjunto de un espacio lúdico de estimulación para la infancia temprana. La propuesta para este espacio es una intervención sonora, que pueda contribuir en la estimulación auditiva temprana, evaluada desde tres condiciones. Los resultados muestran que la interacción con elementos sonoros contribuye no sólo a la estimulación auditiva, sino que se inserta con las componentes motora y socio-emocional, avanzando hacia una estimulación integral. Por último, la naturalización del sonido como elemento de juego permite suponer una inclusión de éste como parte constituyente del espacio, ampliando las posibilidades de juego para los niños y contribuyendo de manera positiva a la consideración formal del sonido como parte del espacio arquitectónico.
Palabras clave: Vacío lúdico, Estimulación auditiva, Primera infancia
Abstract
This article addresses the possibility of considering sound as a matter that is part of the architectural space. This means not only recognizing its presence in space, but its design includes shaping the sound and its appearance. This is done through a case study, the design of a playful stimulation void for early childhood. The proposal for this space is a sound stimulation module, whose design process fundamentally requires including sound as a core part of living. The results show that this is a complex process in which the architecture profession does not have many skills. The role of sound within architecture is reconsidered, establishing points of contact with other trades that could contribute positively to the formal consideration of sound as part of the architectural space
Keywords: Playful void, Acoustic stimulation, Early childhood
Degradación y olvido: Cementerio Patrimonial N°2 del Cerro Panteón de Valparaíso y la problemática de su conservación.
VerDegradación y olvido: Cementerio Patrimonial N°2 del Cerro Panteón de Valparaíso y la problemática de su conservación.
Revista Planeo Nº50| Fragmentos urbanos (10 años de PLANEO) | diciembre 2021
Por: [Montserrat Rojas del Río; Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile ]
Recibido el 25 de noviembre de 2021, publicado el 30 de junio de 2023
Resumen
En una meseta a 30 metros a nivel del mar, coexisten en la actualidad los tres cementerios patrimoniales más antiguos de Valparaíso, declarados Monumentos Históricos por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile en el año 2005. Los dos primeros fueron fundados en 1825 y el tercero en 1845, junto con la cárcel que se ubicó en el cerro contiguo.
Con el paso del tiempo los Cerros Panteón y Cárcel, que solían estar en la periferia, quedaron insertos en medio de la ciudad, por lo que han debido reinventarse y revitalizarse mediante nuevos usos e infraestructuras, como por ejemplo el caso del Parque Cultural de Valparaíso ubicado en los terrenos de la ex Cárcel Pública: el edificio de una antigua cárcel puede pasar a tener otras funciones, pero un cementerio no. Estos sitios son parte de un circuito urbano al cual ya no pertenecen, y se encuentran sumidos en una desvaloración patrimonial que se traduce en el abandono, deterioro y vandalización de sus sepulturas e infraestructuras en general. Este artículo analiza tres variables que explican el porqué de este espiral de degradación, sin salida aparente, enfocándose en particular en los Cementerios Municipales N°1 y N°2.
Palabras clave: Cementerio Patrimonial, Conservación, Valparaíso, Ruina, Fragmento Urbano
Abstract
The three oldest heritage cemeteries in Valparaíso currently coexist on a plateau 30 meters above sea level, declared Historical Monuments by the Council of National Monuments of Chile in 2005. Two of them were founded in 1825, and the third in 1846 along with the jail that was located on the adjacent hill.
Over the years, the Panteón and Cárcel Hill that used to be in the periphery, got trapped in the middle of the city, with which, they have had to reinvent and revitalize themselves through new uses and infrastructures, among them, the Valparaíso Cultural Park located in the grounds of the former Prison. The building of an old prison may become something else, but not a cemetery. These sites are part of an urban circuit to which they no longer belong, and have been submerged into a heritage devaluation that results in the abandonment, deterioration and also the vandalization of their graves and structures in general. This article analyzes three variables that explain the reason for this spiral of degradation with no apparent exit, focusing on the particular case of Municipal Cemetery No. 2.
Keywords: Heritage Cemetery, Conservation, Valparaíso., Heritage Cemetery, Conservation, Valparaíso
Juan Jara Ortega
VerJuan Jara Ortega
Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Sociólogo, Universidad Andrés Bello, Chile.
Comprometido con el estudio de la movilidad urbana, la vivienda, la periferia y la marginalidad.
Paisajes de Sequía. Respuesta Municipal a contracorriente
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Revista Planeo Nº 53 | Escasez Hídrica y comunidades | Septiembre 2022
Paisajes de Sequía. Respuesta Municipal a contracorriente
[Por: Rodrigo Aynol Gallardo, Cientista Político UAH, Mg. en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente IEUT- UC
Cecilia Osorio Gonnet, Académica Facultad de Gobierno UCHILE, Dra. Ciencias Políticas y Sociales, Universitat Pompeu Fabra. MSc Social Policy and Planning in Developing Countries LSE, Cientista Política UC, Licenciada en Historia UC
Antoine Maillet,Profesor Asociado Facultad de Gobierno UCHILE, Dr. Ciencia Política, Sciences Po-París – UC Chile, MSc Investigación Política Comparada, Especialidad Latinoamérica, Sciences Po-París. Master Profesional Carrières Internationales, Sciences Po-París]
Resumen.
El régimen jurídico en Chile instala un mercado de aguas caracterizado por una desigual distribución del elemento. En Petorca, el auge de la industria de la palta ha ocasionado una acumulación y acaparamiento del “recurso hídrico” para solventar los flujos de exportación a mercados globales, dejando a las comunidades locales con un acceso restringido al agua.
La situación de la crisis en las comunidades se ha evidenciado en algunos casos, por ejemplo, a través de prácticas de abastecimiento mediante camiones aljibe, lo que manifiesta explícitamente la magnitud de esta crisis.
Las empresas han mantenido sus negocios principalmente en torno a la exportación de palta gracias a un marco normativo e institucional que favorece sus intereses económicos. Por otra parte, las municipalidades, particularmente la de Petorca, enfrentan un escenario altamente complejo para sobrellevar los impactos de la escasez hídrica. Sin embargo, en el año 2016 se generó una respuesta municipal a esta crisis: la creación de la Oficina de Asuntos Hídricos.
A través de este ensayo visual, exponemos y problematizamos sobre las asimetrías de la escasez hídrica en Petorca. Mostramos el contraste entre los inmensos paisajes secos de Petorca y la respuesta municipal a la crisis, materializada en un contenedor.
Palabras Clave: Petorca, crisis hídrica, asimetría.
Entrevista a Claudia Soto: "La actual Constitución tiene una ausencia del concepto de lo rural y del medio ambiente con su complejidad como sustento de vida, de toda actividad económica y de las relaciones humanas entre las personas y su entorno"
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Revista Planeo Nº 53; Crisis hídrica y comunidades, Septiembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Claudia Soto Acuña, Geógrafa, Mg en Planificación Territorial Rural, Integrante de la actual Directiva de Geógrafas Chile; fue asesora de la ex Convencional Constituyente Gloria Alvarado Jorquera.
Im1. Claudia Soto
Es importante la configuración del país como Estado regional, con un fuerte énfasis en el desarrollo y en la incorporación del concepto de cuencas que proporcionan el recurso hídrico, para que se puedan generar actividades económicas diversas y la vida misma. Esto implica pensar y respetar el ciclo hidrológico que existe y que depende de otros factores.
1. De acuerdo a tu formación inicial en geografía ¿Cómo surge el interés por trabajar en torno a tópicos o líneas de acción como la ruralidad, medioambiente y el ordenamiento territorial?
Primero que todo, muchas gracias de parte de Geógrafas Chile por invitarnos a esta entrevista. Nosotras trabajamos por ejes temáticos y hay un eje de ruralidades, del que formó parte, y otro de medio ambiente, que podríamos decir actualmente son los más activos.
En el eje de ruralidades más que situarse en una línea teórica de la geografía, ha sido la experiencia, en eso coincidimos muchas y a mí también me pasa porque mi experiencia de vida al final está relacionada con que soy de una zona rural y me tocó ir a estudiar a Santiago. En ese contexto, me tocó ver muchos conflictos socio ambientales, desde afuera, problemáticas territoriales, hasta que en un momento siendo estudiante de geografía tuve que ser protagonista porque en mi territorio se quiso instalar una termoeléctrica, y ahí fui parte activa del movimiento de defensa de mi localidad (Pataguas Cerro), ante esta amenaza y logramos que no se instalara.
Después fui profesional Servicio país, entonces mi experiencia me ha llevado a estar más ligada a las comunidades, a los territorios. En Geógrafas Chile, particularmente en el eje de ruralidades, con las compañeras compartimos experiencias de vida, lo que ha sido una gran motivación e interés para trabajar en estos temas, los que podríamos asociar a la geografía rural, cultural, porque hay geografía para todo.
2. Nos podrías contar, desde tu experiencia, cómo observas la realidad del mundo rural respecto al conflicto actual de la escasez hídrica. ¿Qué estrategias existen o se están pensando para sobrellevar esta situación? ¿Hay algún caso o experiencia que te llame la atención?
Desde mi experiencia, soy de un territorio afectado por el monocultivo de paltos y olivos. Nuestra estrategia, luego de visibilizar el conflicto a través de redes sociales y algunos medios que se interesaron por nuestra problemática, tuvo que ver con lograr incidir en el proceso constituyente; que alguien de nuestro territorio y que conociera nuestra problemática, pudiese llegar a representarnos en ese espacio, y fue así que logramos que Gloria Alvarado llegara a integrar la Convención, porque creemos que el problema se tiene que resolver de manera mucho más estructural.
Nuestra localidad todavía tiene agua, entonces ha sido difícil visibilizar el tema, hemos intentado a través de la vía judicial, con la institucionalidad local y convocando también a otras organizaciones, para que el movimiento se amplíe. Así la comunidad en conjunto con el municipio, presentaron en el año 2021 un recurso de protección y la Corte Suprema falló a favor de la comunidad, mandatando paralizar todas las obras de todas las empresas señaladas en el recurso de protección, mandatándoles además ingresar una consulta de pertinencia al servicio de evaluación de impacto ambiental, lo que podríamos calificar como un avance, pues los monocultivos agrícolas actualmente no ingresan a evaluación de impacto ambiental.
Con esto se va generando jurisprudencia y los monocultivos se están analizando ahora desde un punto de vista ambiental, aunque la ley de bases del medio ambiente no los considera como tipología susceptible de causar impacto ambiental. Súper bien lo logrado, pero queda en evidencia la carencia y dificultad para las comunidades de realizar estas gestiones y además estar atentos a que se cumpla lo mandatado por el fallo, y que efectivamente estas empresas no sigan deforestando. Entonces, conociendo la experiencia de Pichidegua Unidos por el agua y de otras causas, se hace necesario contar desde lo institucional con una defensoría de la naturaleza y de apoyo a procesos de defensa, porque todo el trabajo de las comunidades es muchas veces voluntario, faltan recursos y conocimientos técnicos. En esto el proceso constituyente, más allá del resultado, abrió una puerta y desde Geógrafas Chile buscamos contribuir visibilizando estas problemáticas y posicionándonos como un actor relevante con opinión en el debate público.
3. Desde tu rol como activista de la sociedad civil en estas temáticas, y en particular respecto a tu apoyo técnico a la propuesta de nueva constitución: ¿Qué es lo que hay en la actual constitución que vehiculiza un deterioro socioambiental del territorio rural? Y quizás en respuesta a eso: ¿Cómo podemos retratar y describir el horizonte de sentido y transformación de los artículos que apoyaste?
La actual Constitución tiene una ausencia del concepto de lo rural y del medio ambiente con su complejidad como sustento de vida, de toda actividad económica y de las relaciones humanas entre las personas y su entorno. Relacionado con los espacios rurales, con el medio ambiente y la naturaleza, hay ausencia del ordenamiento territorial, y esta fue una de las principales normas en las que trabajamos como Geógrafas Chile (a través de la constituyente Gloria Alvarado). Esto porque en la actual Constitución se establece una visión “antropocéntrica” del medio ambiente en cuanto a la no afectación de la salud de las personas por contaminación. Pero más allá de eso, la salud de las personas y cautelar que no exista contaminación, es insuficiente. Y lo es porque el medio ambiente lo componen las personas en la naturaleza, las relaciones humanas, la cultura, la identidad, que es mucho más amplio que considerar que la contaminación es lo único que puede afectar el medio.
En ese sentido, creo que la propuesta de Constitución instauraba totalmente otro paradigma que parte su discusión declarando que nos encontramos en una emergencia climática y ecológica. Este enfoque se extiende en el desarrollo de todo el texto constitucional. Materializar todo esto es un gran desafío, y de largo plazo también, porque el ordenamiento territorial en la Constitución actual se nombra, pero no lo mandata con la fuerza necesaria para que se implemente desde los gobiernos regionales. El paradigma actual entiende el ordenamiento territorial desde el punto de vista de la urbanización más que del territorio en su conjunto, con la diversidad y particularidad que hay. Por ende, como planificador no te puedes inmiscuir en zonas que estén sometidas a la planificación urbanística, y eso ya excluye muchas zonas, por ejemplo la región de O’Higgins que tiene 33 comunas, y alrededor de 18 están sometidas a un instrumento de planificación urbanística plan regulador intercomunal. Hay como 10 en proceso, entonces de las 33 tengo 28, o sea no se puede implementar un ordenamiento territorial en esta región. Por lo tanto, el enfoque que ofrece la nueva Constitución y desde el Estado Regional, es que se debe implementar en todo el territorio nacional, o sea, no solamente en las zonas urbanas. Se incluyen las partes altas de las cuencas y el establecimiento de condiciones adecuadas de localización de los asentamientos humanos y de las actividades económicas, con criterios regionales.
Además de eso se intentaba constitucionalizar la existencia de la ruralidad desde su diversidad, de la importancia para la soberanía alimentaria, la producción de alimentos, con la protección también de las pequeñas actividades que muchas veces se ven afectadas por actividades de mayor escala que finalmente las van «arrinconando». Es por esto que la propuesta de constitución, intentaba cautelar que exista equilibrio entre usos y actividades. Lo otro relevante, y relacionándolo con la pregunta anterior, es que se establecía para el ordenamiento territorial un criterio hídrico en donde se considere la disponibilidad del recurso. Eso no existe hoy en día.
4. De acuerdo a las diversas identidades del mundo rural: ¿Cómo interpretaste la recepción de las comunidades rurales respecto a la propuesta de nueva constitución? ¿Cómo conviven las recepciones de grupos tradicionales, y las visiones más contemporáneas o en resistencia? ¿Es fundamental la variable de edad y de género para pensar es esta propuesta, y adherir o no?
De acuerdo a la realidad que conozco la variable género no era tan importante a la hora de adherir o rechazar esta nueva propuesta. Pero sí, como te podrás imaginar, las posturas son bien diversas y los temas de género obviamente le interesan a los más jóvenes. Hay más adhesión ahí, sobre todo en los temas de derechos sexuales y reproductivos, el reconocimiento al trabajo doméstico y de cuidados, educación sexual integral. Pero hay otro sector más apegado a las tradiciones, por decirlo así, a la que prácticamente lo único que les preocupaba era el rodeo, por diversos motivos. Entonces, ahí no ha habido mucha posibilidad de diálogo, porque por muchos derechos fundamentales y sociales que se puedan garantizar, o la protección a la naturaleza para que estos mismos animales tengan agua y alimentos, para ellos tiene mucha más relevancia lo otro (rodeo), que se siente como una amenaza directa a la identidad o a su actividad económica, entendiendo y haciendo la salvedad que la Constitución no decía que el rodeo va a desaparecer. La propuesta de nueva Constitución no estaba prohibiendo nada, no quitaba tradiciones, sino más bien, abría la puerta a un debate que se va a tener que seguir dándose en el Parlamento y que de hecho, ya se empezó con la ley de tenencia responsable de animales domésticos, “la ley cholito”.
Por otro lado, también hay mucha gente adulta y agricultores de muchas localidades que tienen su origen en la reforma agraria, que tienen un componente identitario y de amor a la tierra súper fuerte. Con respecto al tema del agua, también hay un sector importante de pequeños agricultores que saben que no serán sujetos de redistribución, pero también hay otros que esto les genera demasiada incertidumbre y nosotros, desde el equipo de la constituyente Alvarado, hemos señalado que la mejor certeza es contar con agua y por ello la redistribución, esto implica que el agua deje de ser un bien de mercado y que sea un bien común natural inapropiable. Entonces es muy diverso también porque las ruralidades son complejas, son diversas y se habita de distintas maneras y diferentes intereses. También ha sido importante ver que mucha gente sí está interesada, que apoyaban el texto, entendiendo que es en beneficio finalmente de nuestras propias comunidades.
Anamuri por ejemplo, fue muy activa en el proceso de elaboración de las normas de la ruralidad. También desde el equipo de Gloria Alvarado, compartimos en el proceso el articulado propuesto con pequeños agricultores y tuvo súper buena acogida. Es súper necesario bajar la información y discutirla, porque hay mucha información falsa dando vueltas; era importante difundir que la nueva Constitución establece los circuitos cortos de producción, el fomento de las ferias libres locales, porque son los que generan los alimentos para la mesa nacional.
La recepción ha sido bien diversa y responde mucho sí, a género, edad, pero también a podríamos decir, a ocupación o estrato socioeconómico, nivel educacional.
5. Por último, si pudieses hacer una breve síntesis de la conversación que tuvimos.
Este es un proceso que no termina, se termina una etapa en 4 de septiembre y parte otra que no sabemos cuál va a ser. Pero me parece súper relevante que podamos abrir los caminos para mayor participación y tener incidencia en las decisiones que se toman en los territorios, y que la naturaleza y el medio ambiente tengan un espacio fundamental, de lo contrario no hay vida ni economía que se sustente. Además, creo que es importante la configuración del país como Estado regional, con un fuerte énfasis en el desarrollo y en la incorporación del concepto de cuencas que proporcionan el recurso hídrico, para que se puedan generar actividades económicas diversas y la vida misma. Esto implica pensar y respetar el ciclo hidrológico que existe y que depende de otros factores. Entonces que eso estuviera en el texto a mí me parece una posibilidad única de hacernos cargo de avanzar en una línea que vaya en sintonía también con la crisis climática y ecológica global, y así aminorar ciertos impactos y afectaciones que la población más vulnerable generalmente es la que sufre.
Me parece muy importante también relevar las normas rurales; la protección a la gestión comunitaria del agua potable rural «el Estado deberá promover y proteger la gestión comunitaria del agua potable rural y saneamiento, especialmente en áreas de territorios rurales y extremos, en conformidad a la ley», para que el Estado garantice condiciones justas y dignas en el trabajo de temporada, que estén presentes sus derechos laborales y de seguridad social, la violencia a la que muchas veces se encuentran sometidas las niñas y mujeres rurales, entre otros.
Me llena de orgullo que muchos temas que estaban en la propuesta de Constitución fueron impulsados por mujeres, porque la paridad posibilitó también visibilizar temas como los trabajos domésticos y de cuidado e incluirlos en el sistema de seguridad social, cuestión también revolucionaria porque es una cosa que no existe y prácticamente no se valora. La descentralización, profundizarla con este nuevo texto me parece muy bien, porque implica un proceso de fortalecimiento real de las regiones; todavía tenemos un delegado presidencial, todavía tenemos decisiones que se toman a nivel central que no necesariamente tienen que ver con la realidad regional. También me parece importante la diversidad de miradas, expresado con la presencia de los pueblos originarios, la diversidad de actores que componen nuestra sociedad; niños, niñas, adultos mayores, mujeres, grupos históricamente excluidos, lo que implica construir a través de esta nueva constitución una sociedad y territorios mucho más amorosos y conscientes.
Colombia sobre rieles: Una historia de cultura, conflicto y memoria | Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia (2020)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Colombia sobre rieles: Una historia de cultura, conflicto y memoria | Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia (2020)
[Por Juan Jara Ortega, Sociólogo UNAB, Estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano IEUT – UC]
Podcast: Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia.
Autor: Radio Nacional de Colombia
Año: 2020
Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Resumen.
«Caminos de Hierro» es un programa de diez capítulos de la Radio Nacional de Colombia emitido durante el año 2020, que ofrece un recorrido por la historia y la cultura de las regiones del país que fueron atravesadas por el ferrocarril. Se entrevistan a expertos, investigadores, artistas y habitantes de las zonas ferroviarias, y se acompañan sus relatos con música, sonidos y testimonios que recrean el ambiente y la memoria de los trenes. «Caminos de hierro» es un programa que rescata el valor patrimonial, social y económico del ferrocarril en Colombia, invitando a los oyentes a conocer, apreciar la diversidad y la riqueza del país a través de sus vías férreas.
Palabras Clave: Ferrocarril, cultura, memoria.
Introducción: La construcción del tren en Colombia.
A pesar de que el tren ya no es una forma de transporte común en Colombia, su legado y su importancia histórica siguen vigentes. Antes de la llegada del tren, los ríos eran la principal vía de transporte. En Neiva, un tipo de bote llamado «champán», el cual era tripulado por 12 personas, fue utilizado para conectar el pueblo con otras regiones del país. El tren fue construido en muchos lugares de Colombia para mejorar la conectividad y llegar a lugares a los que no se podía acceder por río. Su construcción fue todo un desafío para los ingenieros, debido a la geografía colombiana, fragmentada por montañas y ríos. A modo de ejemplo, la infraestructura férrea de Medellín es muy particular debido a su topografía. Por un lado, la construcción de la línea de tren comenzó en el río Magdalena, mientras que por otro, se inició desde Botero. Entre los dos puntos se encontraba una montaña, lo que dificultó la unión de las líneas de inmediato. Para resolver este problema, se construyó un túnel, que fue una de las primeras grandes obras de ingeniería de Colombia.
El ferrocarril se instala en Colombia.
La llegada del tren marcó un hito en la historia de Colombia, al permitir la conexión entre distintas localidades y el surgimiento de pequeños comerciantes que dieron vida a muchas ciudades del país. No obstante, la construcción del ferrocarril estuvo impulsada por la necesidad de industrializar la producción bananera, cafetera y de caña de azúcar, acelerando la entrada y salida de mercancías y abriendo Colombia hacia el mundo. Este rápido desarrollo económico no estuvo exento de conflictos, como el descarrilamiento de un tren en Cisneros, considerado una masacre, y la matanza de obreros ligados a la industria bananera en la estación de La Ciénaga. En la actualidad, existe un monumento en memoria de los trabajadores fallecidos en este trágico episodio. En la región de La Guajira, el tren es considerado un elemento extraño que contrasta con la ruralidad del lugar. Para los Guayu, población indígena que habita en la zona, el ferrocarril ha representado una interrupción en sus actividades cotidianas de pastoreo y ha tenido consecuencias negativas para su ganado. El sentido de territorio de los Guayu está profundamente ligado a la movilidad de sus animales, la cual se ha visto afectado por la presencia del tren en la zona.
“El tren llega como historia y melancolía, trae el desarrollo comercial, trae la inversión, trae el penoso progreso tecnológico, llegan los capitales, e infortunadamente, como ha pasado siempre en este país, se termina con la corrupción” (Radio Nacional de Colombia, 2020)
Culturas ferroviarias: El legado del tren.
El tren ha sido un elemento fundamental en el intercambio cultural en Colombia, ya que su capacidad de conectar las localidades con los centros permitió la difusión de diversas expresiones artísticas. La música es un ejemplo claro de esto: en San Juan del César, el vallenato, que tiene sus raíces en la tradición oral de la región, se popularizó gracias al tren. De manera similar, en Medellín la trova ha sido una influencia importante en la cultura local. Estas expresiones artísticas han trascendido el ámbito musical y han dejado una huella profunda en la literatura, que ha incorporado elementos y temáticas de estas tradiciones populares, contribuyendo a la riqueza cultural del país. La intención de hacer universal lo cotidiano de la oralidad y la literatura se impone, tal como el tren conectó lo local con lo global.
En los lugares donde hoy en día ya no existe el tren, hay distintos modos de apropiación. Algunas estaciones se han convertido en centros culturales, han sido consideradas patrimonio nacional o son casas, mientras que otras han sido transformadas en terminales de buses. Las antiguas líneas férreas han sido robadas, convertidas en calles o reutilizadas por los habitantes con nuevos usos. Ejemplos de ello son las motobrujas en Buenaventura, los motorrodillos en Medellín o el ferrobús en Barrancabermeja, los cuales han dado vida a las líneas después del tren.
Conclusión.
El legado del tren en Colombia ha sido relevante en la conectividad entre localidades y el surgimiento de pequeños comerciantes. Sin embargo, también ha sido objeto de conflictos y ha tenido consecuencias negativas en algunas poblaciones indígenas. «Caminos de Hierro» es una invitación a reflexionar sobre el impacto que tienen las decisiones en la cultura, la economía y la sociedad en general, así como a valorar el papel que juega el patrimonio ferroviario. Este programa rescata la historia del ferrocarril en Colombia y, a través de sus relatos y testimonios, muestra cómo el tren ha sido un elemento clave en la conformación de la identidad colombiana, ya sea a través de la música, la literatura o la reutilización de sus antiguas líneas.
El legado ferroviario es una parte valiosa de la historia de Colombia y debe ser preservado para las generaciones presentes y futuras. Este patrimonio cultural representa la diversidad del país, y su conservación en los imaginarios es fundamental para comprender sus conexiones con el pasado, el presente y el futuro.
Referencias.
Radio Nacional de Colombia (2020). Caminos de Hierro: Una expedición literaria por los ferrocarriles de Colombia. Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/caminos-de-hierro
Chiloé, mar interior
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Chiloé, mar interior | Y de pronto el amanecer (2017)
[Por María José Águila Díaz, Geógrafa UdeC, Diploma Superior en Ambiente y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Analista en Institut Cerdà]
Película: Y de pronto el amanecer (2017)
Dirigido por: Silvio Caiozzi
Premios: Mejor Película (2017) Festival des Films du Monde de Montréal. Festival de Sao Paulo, premio del público, FIC Viña, mejor música, Festival Patagonia, mejor largometraje.
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=JCiU5BZxivY
Disponible en Ondamedia [www.ondamedia.cl]
Resumen.
La película trata sobre el presente de Pancho -personaje principal- y los constantes recuerdos que revive al regresar a Chiloé después de 45 años sin visitar su tierra natal. A medida que va visitando viejos lugares conocidos, los recuerdos van apareciendo en orden cronológico, pasando por su infancia y adolescencia chilota. Rememora la historia de amor que se da con Rosa, quien es novia de un militar que al momento del Golpe de Estado en Chile (1973) se encarga de desplegar las fuerzas armadas en la localidad rural donde se ambienta la historia. En este contexto, Pancho se ve obligado a huir lejos de aquello que él conocía como su hogar, y ahora regresa para encontrar inspiración para su próxima crónica.
Palabras Claves. Chiloé, memoria, ruralidad, infancia, huilliche.
Introducción.
Francisco (Pancho), poeta y escritor, regresa a visitar Chiloé después de estar 45 años fuera. Las imágenes de la película parten por transmitir el contraste urbano de Santiago, caracterizado con la autopista y el sol que se filtra en el aeropuerto, desde donde Pancho emprende rumbo a su viejo hogar en el lluvioso sur del país. Al llegar, se traslada a su pueblo -un espacio rural y con influencia huilliche aún presente- en donde inmediatamente comienza a recordar su niñez, y la magia tan característica de Chiloé, donde los mitos son parte del imaginario colectivo que alimenta las infancias de todo quien habite este territorio.
Los recuerdos van avanzando en el tiempo a medida que Pancho, o Pingüino como le dicen sus amigos, va visitando los diversos espacios que frecuentaba en su juventud. La película va intercalando estas memorias mientras Pancho avanza en su reencuentro con antiguas amistades y viejas experiencias, siendo el Golpe de Estado el punto de inflexión que modifica las relaciones y dinámicas del pueblo, y con ello también los anhelos y deseos de los personajes. La película está marcada por los cantos al lado de las estufas de leña, los paseos en lancha, la comida típica chilota, la arquitectura y decorado de tejuelas, los bosques de helechos y árboles endémicos que se muestran en las escenas, y que con ello caracterizan las vivencias de los personajes en un fiel retrato de una parte del cotidiano chilote.
Habitar el maritorio.
Silvio Caiozzi y su equipo aciertan en enfocar la importancia del elemento “mar” dentro de la película. Ciertamente sería inevitable ignorarlo, pero el viaje de Pancho a un islote alejado, los recuerdos del abuelo huilliche en el bote, entre otras escenas, marcan este elemento como uno importante dentro del habitar chilote. El concepto maritorio, entendido como “aquel espacio marítimo que a lo largo del tiempo ha sido habitado, confiriéndole la condición cultural donde algo tiene lugar o puede tenerlo” (Sannazzaro et.al, 2017) es coherente con aquello que se presenta en el desarrollo de la película. Los orígenes de la sociedad chilota actual tienen sus raíces primeramente en los pueblos huilliches y chonos, quienes navegaban las aguas del archipiélago, raíces que aún persisten a pesar del proceso colonizador de España y otros países europeos como Holanda. La cultura chilota proviene entonces de la constante interacción de su pueblo mestizo con el mar y la tierra, identificando en las costumbres y tradiciones como la minga, la gastronomía rica en recursos marinos, y los oficios como la carpintería de ribera, junto con el uso de los canales y del mar como fuente de estas acciones.
La memoria que no muere.
El viaje de Pancho a Chiloé es un viaje de memoria y reencuentro, es volver al pasado a redescubrir emociones y orígenes. En la película el sacerdote católico del pueblo descubre el talento de Pancho por la escritura, razón por la que lo recluta para escribir los epitafios de las cruces de las tumbas, llegando a ser conocido en el pueblo como “el poeta de los muertos”. Pancho, con una sensibilidad especial por su territorio, menciona en el funeral de don Oledario que aquello que persiste en el corazón mientras ahí se quede no morirá, haciendo alusión al ejercicio de memoria que debería ser llevado por los y las habitantes. A pesar del gran lapso de tiempo fuera del archipiélago, la identidad y arraigo de Pancho seguía en Chiloé, siendo este territorio esencial para su existencia. El regreso a su antiguo hogar representa también el paso del tiempo y los cambios que tanto él cómo el poblado sufrió de manera natural, pero donde aún existen vestigios de lo que fueron y de lo que sigue identificando de manera única al archipiélago, donde el constante rescate del pasado es esencial para la sobrevivencia de la identidad.
Conclusión.
“Y de pronto el amanecer” representa de manera sincera las vivencias y dinámicas propias y genéricas de los pueblos chilotes que habitan el mar interior. Si bien cada comuna y territorio tiene sus particularidades, las acciones y relaciones que se expresan en el guion y la escenografía, así como la dirección creativa de la película, evidencian características únicas de esta tierra, resaltando la cooperatividad, lo local, el pasado, e influencia y presencia del pueblo huilliche. La historia de amor de Pancho y Rosa en medio de la dictadura, fluye a la par en trama e importancia con la relevancia que se le da a la naturaleza y los misterios que habitan en ella, entrelazando los vínculos humanos de los personajes, con el determinismo geográfico que de manera inexorable influencia a quienes nacen en Chiloé.
Referencias.
Sannazzaro, J., Campos, M., Mondaca, E., Gajardo, P., & Santibáñez, P. (2017). El proyecto de electrificación de las islas interiores del archipiélago de Chiloé y la desechada autonomía energética. CESCH, Sur Territorio: Archipiélago de Chiloé.
Melbourne Central: proyecto de reutilización adaptativa del patrimonio industrial y ferroviario
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Melbourne Central: proyecto de reutilización adaptativa del patrimonio industrial y ferroviario
[Por: Andrea Ortega. Doctora Ph.D. en Patrimonio y Conservación por la University of Melbourne. Arquitecta y Magíster en Desarrollo Urbano por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). Académica de la Escuela de Arquitectura, Universidad Diego Portales (UDP)]
Resumen
Melbourne Central es una estación ferroviaria que se articula como un nodo multifuncional en la ciudad, al albergar actividades comerciales y turísticas que operan en conjunto con la red ferroviaria subterránea. La estación Melbourne Central es un proyecto arquitectónico y urbano que valora el patrimonio ferroviario y lo adapta al crecimiento, necesidades y desarrollo de la ciudad.
Palabras Clave: Melbourne, Ferrocarril, Patrimonio Industrial, reutilización adaptativa
Melbourne Central es una estación ferroviaria, centro comercial y turístico en la actual red ferroviaria electrificada subterránea en pleno corazón de la ciudad de Melbourne, Estado de Victoria, Australia. Es una de las tres estaciones subterráneas del City Loop, o ferrocarril de circunvalación, que recorre el norte y el este del centro de Melbourne (Central Business District – CBD). El proyecto del Melbourne Central fue diseñado por el arquitecto japonés Kisho Kurokawa y fue inaugurado en 1991. El complejo incluye el Melbourne Central Shopping Centre, que fue proyectado en 2005 por los arquitectos ARM Architecture; Estación de tren Melbourne Central (parte del tren subterráneo City Loop y anteriormente llamada Museum Station); y la Torre de la Oficina Central de Melbourne de 211 metros (692 pies) de altura con su distintivo par de mástiles de comunicaciones. El centro comercial cuenta con un gran cono de vidrio, que alberga en su interior el edificio de la Torre Coop’s Shot (Coop’s Shot Tower), catalogada como patrimonio por el estado de Victoria (Heritage Council Victoria, 2008).
El proyecto del ferrocarril de circunvalación subterráneo de Melbourne (originalmente llamado Melbourne Underground Rail Loop o MURL) se planificó en la década de 1920 y comenzó a construirse hasta la década de 1960. The Loop incluye tres estaciones de metro: Flagstaff, Melbourne Central (anteriormente Museum) y Parliament. Se conecta con las dos estaciones más concurridas de Melbourne, Flinders Street y Southern Cross, y junto con el viaducto de Flinders Street forma un anillo de cuatro vías individuales alrededor del CBD. El proyecto ferroviario subterráneo de Melbourne de 1970 finalizó el diseño y estableció una autoridad para supervisar su construcción. Los trabajos de túneles comenzaron en 1972 y el Loop comenzó a operar en 1981 con la apertura de la estación Museum, ahora Melbourne Central. El bucle se completó en 1985 con la apertura de la estación Flagstaff (Bowen, 2021). Museum Station fue establecido en honor al Museo Nacional de Victoria y al Museo de Ciencias de Victoria adyacentes, en el complejo de la Biblioteca Estatal de Victoria en el lado opuesto de Swanston Street. Fue la primera estación en abrir en el City Loop.
La Torre Coop’s Shot y el edificio flanqueante fueron construidas entre 1889-1890. Consisten en una estructura de ladrillo de dos pisos y una torre de cincuenta metros de altura. La torre se utilizó para la fabricación de perdigones de plomo hasta su cierre en 1960. Permaneció desocupada hasta que se incorporó al centro comercial Melbourne Central a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990. La Torre fue uno de los edificios más altos de Melbourne durante muchos años y siguió siendo un hito importante de Melbourne mucho después de su cierre. El edificio está cuidadosamente construido con su torre central de estilo campanile sobre la fábrica de dos pisos con finas aberturas arqueadas (Heritage Council Victoria, 2008). Estas estructuras son evidencia de un proceso industrial temprano, lo que refleja lo que fue el paisaje construido en la ciudad del siglo XIX, en la que los usos residenciales, comerciales e industriales existían en estrecha proximidad (Heritage Council Victoria, 2008).
A partir de la década de 1970, el desarrollo en el área que rodeaba la Torre Coop’s Shot congeló mientras el ayuntamiento exploraba el potencial del sitio. La torre fue catalogada como patrimonio en la década de 1970, reconocida como «un hito único y peculiar», por lo que cuando la City Loop Authority requirió el sitio, sabían que tenían que excavar con cuidado alrededor y debajo de la imponente estructura (Melbourne Central, 2014). La remodelación a gran escala de la manzana delimitada por las calles Lonsdale, Swanston, La Trobe y Elizabeth se desarrolló con cierto detalle durante las décadas de 1960 y 1970, y estuvo estrechamente relacionada con el ferrocarril subterráneo City Loop. Este proyecto refleja la integración y reutilización adaptativa del patrimonio ferroviario activo para el transporte de pasajeros, la conservación del patrimonio industrial y nuevos usos asociados al centro de negocios, incluyendo una constante actividad cultural y turística (Wilkinson, 2012). El nuevo edificio del arquitecto japonés Kisho Kurokawa es de estilo posmoderno y posee la estructura de vidrio más grande de su tipo en el mundo. El Glass Cone tiene 924 cristales y se limpian mediante un sistema mecánico especialmente diseñado. Tras la apertura del centro, se lo denominó «Cono Mágico» (Magic Cone). Este espacio que integra la protección interior del patrimonio industrial y ferroviario alberga a su vez una serie de usos culturales y turísticos itinerantes, reflejando la activa vida urbana y multicultural de la ciudad de Melbourne.
Referencias:
Heritage Council Victoria (2008). Coops Shot Tower And Flanking Building. Recuperado de https://vhd.heritagecouncil.vic.gov.au/places/768
Melbourne Central: A Case Study in Post-Modern Urbanization (1995). Recuperado de https://web.archive.org/web/20110928082127/http://users.tce.rmit.edu.au/e03159/IndST/Ind1_1.htm
Wilkinson, S. (2012) Back to the future: Heritage buildings, adaptation and sustainability in the Melbourne central business district. Historic Environment, 24(2), 7–13. Recuperado de https://search.informit.org/doi/abs/10.3316/ielapa.127440707040695
Heritage trains and trams https://www.visitmelbourne.com/see-and-do/art-and-culture/history-and-heritage/heritage-trains
Melbourne Central (2014) Melbourne Central’s Heritage The Coop’s Shot Tower In 1889. Recuperado de https://www.melbournecentral.com.au/visitor-info/our-heritage
Bowen, D. (2021) 40 years of the City Loop. Recuperado de https://danielbowen.com/2021/01/24/city-loop-forty-years/
Enfoque integrado en el diseño participativo de plazoletas de captación de aguas. El proyecto Jardín Central, Renca
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Enfoque integrado en el diseño participativo de plazoletas de captación de aguas. El proyecto Jardín Central, Renca
Rosa Chandia-Jaure, Andrés Cataldo-Cunich, Nora Donoso-Valenzuela
Resumen
El escenario hídrico actual para la zona central de Chile impone desafíos para el diseño urbano desde la necesidad de adoptar nuevos criterios para la toma de decisiones, que permitan resguardar la calidad de vida urbana para las personas, optimizando los recursos hídricos disponibles y valorando la realidad local para la inclusión. El artículo presenta uno de los casos de estudio donde se han implementado experiencias de investigación aplicada para integración de la comunidad barrial con los organismos técnicos y la academia, en un diálogo que permite la toma consensuada de decisiones desde la premisa básica de reducir los consumos hídricos y recuperar los excedentes de aguas lluvias para favorecer la recarga de acuíferos. El resultado fue materialización de un piloto construido que permitió evidenciar los alcances de cada etapa de todo el proceso, que culmina en un espacio público de pequeña escala y bajo costo que aporta beneficios multidimensionales a la comunidad beneficiaria.
Palabras clave: Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, Diseño participativo, Diseño urbano sensible al agua.
Introducción
La tendencia al incremento de episodios de olas de calor y la reducción de las precipitaciones anuales, junto a los problemas de ineficiencia en la gestión hídrica y el incremento en la demanda de agua, han propiciado un escenario de vulnerabilidad socioambiental en la Región Metropolitana. En el caso de la Cuenca del Río Maipo, resulta especialmente significativo el hecho de que el 83% de los problemas que enfrenta la gestión hídrica en esta zona tienen un origen antrópico (EH2030, 2022). En este contexto, constituye un enorme desafío definir sistemas de gobernanza, estrategias y soluciones de diseño urbano que faciliten la adaptación de las ciudades y los barrios, a los efectos del cambio climático en la calidad de vida urbana y a la eficiencia hídrica local.
En este sentido, el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (UNEP) ha estado impulsando iniciativas que implementan el enfoque integrado para barrios sostenibles en la planificación urbana, diseño y gestión, a través de un sistema que permite aplicaciones en contextos locales, del diseño e integración comunitaria (Gallego Gamazo, 2015). El enfoque integrado, multi-escalar y multisectorial, pone en valor la escala del vecindario para la toma de decisiones sobre el diseño y la planificación de los barrios. Esto implica dar importancia al reconocimiento de las cualidades locales propias de cada lugar, sean físicas, espaciales, sociales o culturales a través de distintos procesos de vinculación con los diversos actores del territorio y mecanismos de progresiva incidencia en la toma de decisiones. Al reconocerse estas particularidades locales, el diseño del espacio es más eficiente, ya que da respuesta efectiva a las propias necesidades y se acerca a los imaginarios propios de sus habitantes. Además, la integración de miradas entre los distintos actores públicos, privados y el diálogo entre equipos técnicos y la comunidad local, buscan nuevos mecanismos para obtener mayor coherencia, transparencia y accesibilidad a la participación de la comunidad en las decisiones del diseño de los espacios públicos (Salat, 2021).
En el año 2021, se materializó un convenio de colaboración con Ilustre Municipalidad de Renca y Universidad Tecnológica Metropolitana, para el pilotaje de iniciativas desde una perspectiva integral de barrio en la comuna según las directrices de UNEP, a través del proyecto “Construcción de Área Verde Resiliente al Agua con Enfoque Participativo”, el cual exploró estrategias metodológicas para la inclusión y la participación barrial, desarrollando mecanismos para el diálogo con unidades técnicas municipales, vecinos y la academia, en torno al diseño del espacio público desde una nueva perspectiva, integrando Soluciones Basadas en la Naturaleza y Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), para la adaptación a la escasez hídrica, considerando la experiencia previa desarrollada en el proyecto FIC-R Aguas de Barrio (GORE RM, 2018-2020). Tras un proceso de participación barrial, que incluyó actividades formativas en torno a la gestión sustentable del agua lluvia urbana, definición de consensos sobre posibles lugares de intervención que permitieran mejorar la resiliencia hídrica, validación de ideas de proyectos, seguimiento del proceso constructivo especialmente en la implantación de SUDS y plantación colaborativa de especies vegetales, se obtuvo como resultado, dos proyectos de pequeña escala que transforman platabandas subutilizadas en espacios públicos multifuncionales: que recuperan el agua lluvia, dotan de espacios para el encuentro vecinal, crean ambientes climáticos favorables, y propician el cultivo de especies nativas de bajo requerimiento hídrico.
Imagen 1 Difusión de las distintas etapas del proceso participativo. (2021)
El proyecto Jardín Central
El lugar de intervención fue inicialmente propuesto por el municipio como parte de un plan de renovación del eje Balmaceda. Como primer punto de acercamiento a la comunidad participante, se realizó un diagnóstico urbano espacial, hidrológico, hidráulico y de suelos, junto con una evaluación social sobre el uso del espacio.
A partir del diagnóstico se plantea como desafío dotar de un diseño innovador y adaptado, que permita usos diversos, creando espacios para la gente, enriqueciendo el entorno construido preexistente y que trabaje con el paisaje mezclando usos y formas, en concordancia con las Directrices del Diseño de UNEP Barrios Sostenibles. Esto lleva a la búsqueda de elementos y materiales que fuesen capaces de construir un diálogo entre lo innovador y lo funcional, mientras que, al mismo tiempo, tuviese estándares de calidad y resistencia necesaria para implementarse en el espacio público.
La comunidad participa en el proceso, validando los lugares de posible intervención y aportando con criterios de diseño complementarios a la implementación SUDS como premisa inicial de intervención. Del mismo modo, la comunidad define la paleta vegetal, priorizando el bajo requerimiento hídrico y la valoración de la flora nativa. Estos criterios constituyen insumos para que el equipo de estudiantes de arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana, participante del proyecto, genere propuestas de diseño del espacio público.
El equipo desarrolló tres posibles alternativas de intervención en el mismo emplazamiento, las cuales fueron expuestas a la comunidad en distintas instancias para su validación y posterior selección de alternativas de construcción. Hubo una valoración positiva de las tres alternativas, optando finalmente por aquella que, desde el conocimiento local, pudiese ser más duradera en el tiempo, considerando aspectos propios del uso del espacio público que la experiencia de vida local reconocía para este lugar. Tras esta definición de la propuesta, el proyecto avanza en el desarrollo de expedientes técnicos y planos ejecutivos, teniendo en consideración numerosas variables técnicas y ajustes para llegar a consensos entre los equipos técnicos municipales, la comunidad barrial y otros criterios, como materialidad, costos y complejidad de la obra. (Gráfico 1)
Gráfico 1 Diagrama del proceso de desarrollo del proyecto Jardín Central, Renca.
La implementación de SUDS en el espacio público.
Los estudios técnicos relativos a propiedades hidráulicas y de suelos, permitieron definir los tipos de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible adecuados a las condiciones del proyecto, cuya implementación permitiera captar, filtrar, e infiltrar las aguas pluviales.
Se resolvió la implementación de un sistema que actúa por acción de la gravedad para que el agua lluvia pueda ser captada en las jardineras, filtrada a través de las especies vegetales y las capas de áridos que actúan como filtro, conducidas hacia una franja filtrante para unirse en el punto más bajo del sistema, donde se construye un pozo de infiltración de 3,2 mt de profundidad, el cual se rellena con áridos de distinta granulometría y con celdas filtrantes para crear un sistema que permita la infiltración de las aguas y recarga del freático. La capa superficial es rellenada con bolón de piedra de canto rodado, para evidenciar las posibilidades que la piedra como material de bajo costo puede permitirse en el uso del espacio público naturalizando la intervención.
Imagen 2 El proceso de montaje de las celdas drenantes en el pozo de infiltración. (2021)
Elementos del paisaje natural y paisaje construido.
La incorporación de flora nativa seleccionada en el proceso participativo permite experimentar en la factibilidad sobre el uso de especies nativas de bajo requerimiento hídrico, tanto en cubre-suelos, hierbas, árboles y arbustos. La propuesta incorpora piedra de canto rodado como elemento preexistente en el paisaje, componente esencial del lecho y del paisaje fluvial de la cuenca del Río Mapocho; construyendo de manera implícita un diálogo en el área de intervención, trayendo la presencia de una cuenca, los conocimientos ancestrales y visibilizando el agua y su acción gravitacional, la escorrentía y el drenaje a través del uso de bolones de piedra a la vista para las zanjas filtrantes.
Imagen 3 Montaje de Zanja filtrante con bolón de piedra de canto rodado, que conecta jardineras filtrantes con pozo de infiltración. (2021)
Por su parte, el desafío del diseño innovador de bajo costo implicó la exploración modular de materiales y formatos que permitieran obtener espacios de rápida fabricación, de múltiples usos, de imagen innovadora y dialogante en una lógica modular. Una de las respuestas fue la construcción de nuevas terrazas multiuso que pudieran contener los elementos obsoletos del mobiliario preexistente resignificándolos como parte de un sistema integral mayor.
Imagen 4 Proceso de construcción de jardineras en terrazas (2021)
El elemento constructivo seleccionado para las terrazas fue la solera prefabricada de hormigón tipo A1, elemento de bajo costo, alta resistencia y durabilidad; originalmente diseñado para construir los bordes de calzadas, canalizar las escorrentías superficiales y demarcar el espacio peatonal del vehicular. A pesar de que las soleras tipo A1 tienen alta demanda, siguen siendo empleadas en la manera tradicional. Es por esto que el diseño propone cambiar su distribución tradicional y montarlas en aparejo, para construir un paisaje urbano nuevo con estas piezas prefabricadas, que es capaz de aprovechar las aguas pluviales desde la lógica de la gestión local de la escorrentía.
Imagen 5 Las jardineras que integran soleras A1 montadas en aparejo, y conteniendo al mobiliario obsoleto (2021)
En la propuesta de intervención del espacio definido en el eje Balmaceda se pone a prueba el éxito de las metodologías utilizadas y de las decisiones de diseño consensuadas a través de procesos participativos que recogen en la materialización del proyecto, las necesidades, usos, cultura y clima local, poniendo en el centro de la discusión la mejora de los entornos construidos, y con ellos de la calidad de vida de sus habitantes desde la escala barrial.
Esta experiencia permite abrir posibilidades para utilizar de modo no convencional otros materiales existentes, desechados o de ámbitos lejanos a la construcción y al espacio público. De esta manera, se multiplican los servicios en el entorno en dónde se emplazan, sumándose al catálogo de experiencias en la búsqueda de soluciones que permitan crear espacios públicos adaptados al cambio climático, de usos diversos, sensibles al agua, de bajo costo y replicables. La experiencia piloto realizada permite caminos de exploración futura, cuestionando cómo se puede medir y cuantificar la efectividad de la plazoleta como dispositivo urbano multifuncional, con un enfoque multidisciplinar que permita valorar ámbitos sociales, culturales, materiales, ecológicos y urbanos.
Imagen 6 Plantación comunitaria. (2021)
Ficha Técnica:
Proyecto Jardín Central
Encargo. Ilustre Municipalidad de Renca
Financiamiento: ONU
Ejecución : Universidad Tecnológica Metropolitana.
Ideas de proyecto: Benjamín Laura y Carlos Bustamante Espina.
Diseño de Paisaje: Mario Villagrán Escobar y Francisca Fernández Cano.
Construcción: Vanessa Acevedo, Nathalie Miño, Edder Castillo, Francisco Cabello, Diego Medina, Bryan Lobos, Jhannelly Huamán y Sussy Valenzuela.
Estudios Hidráulicos: Boris Zúñiga Lucero.
Estudios de Suelo: Enzo Ramírez y CENIM-UTEM.
Apoyo en gestión: Claudia Jara Durán.
Modelo Participativo: Nora Donoso Valenzuela.
Coordinación: Andrés Cataldo Cunich
Dirección general: Rosa Chandia-Jaure.
Superficie: 136 m2
Año, 2021
Ubicación: Av. José Miguel Balmaceda, esquina Ignacio Carrera Pinto, Renca
Bibliografía
EH2030. (2022). Cuencas regenerativas, de la crisis a la seguridad hídrica. Hoja de ruta Maipo y Maule. https://escenarioshidricos.cl
Gallego Gamazo, C. (2015). EL ENFOQUE INTEGRADO EN LOS PROGRAMAS DE REGENERACIÓN URBANA DE BARRIOS DESFAVORECIDOS: UNA VISIÓN RELACIONAL [Universidad Politécnica de Madrid]. http://oa.upm.es/39311/1/CRISTINA_GALLEGO_GAMAZO.pdf
Salat, S. (2021, July). Integrated Guidelines for Sustainable Neighbourhood Design. United Nations Environment Programme. https://www.neighbourhoodguidelines.org/green-and-resilient-areas-renca
DATOS DE AUTORES:
Rosa Chandia-Jaure. Arquitecta, Doctora y Magíster en Arquitectura, energía y Medio Ambiente, Universidad Politécnica de Cataluña. Directora Programa Innovación y Transferencia en Arquitectura y Territorio. Académica Universidad Tecnológica Metropolitana
Andrés Cataldo Cunich. Arquitecto, Magíster en Intervención Sostenible del Medio Construido. Universidad Politécnica de Cataluña. Director Ciudad Sostenible. Docente Universidad Tecnológica Metropolitana.
Nora Donoso Valenzuela: Trabajadora Social, Magíster en Investigación Participativa y Desarrollo Local Universidad Complutense de Madrid. Candidata a Doctora en Educación. Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Docente en Universidad Tecnológica Metropolitana, Flacso-Chile, y Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Entrevista a Cristóbal Pineda: "El tren genera mucha expectativas en la ciudadanía"
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
[Por: Diego Carvajal]
Cristobal Pineda, Ingeniero Civil en Transporte de la Universidad de Chile y Master en Planificación Urbana de la University College London (Reino Unido). Cuenta con nueve años de experiencia en el ámbito de la planificación del transporte, desempeñándose tanto en instituciones públicas como en el sector de consultoría. Hasta marzo del 2023, fue Subsecretario de Transportes del gobierno del presidente Gabriel Boric. Además, cuenta con publicaciones académicas en las temáticas de modelación del transporte, y en la satisfacción y bienestar subjetivo
Desde tus estudios en Ingeniería civil en transporte y planificación urbana, ¿Cuál ha sido el campo específico de interés dentro del amplio espectro (entre estudios o prácticas) entre movilidad y el transporte?
En el año 2007 estaba toda la discusión sobre el Transantiago. Justo entré en la Universidad de Chile al plan común de ingeniería, pues yo quería ser ingeniero civil estructural, y no sabía que existía esta carrera de ingeniería civil en transporte. Me llamó la atención este campo porque es muy interdisciplinar: además de la ingeniería, está presente la economía, sociología, psicología, arquitectura, entre otras disciplinas. Así que fue algo bien fortuito, no muy planeado, pero me fui encantando con esta temática, así que tome la decisión de cambiarme de mención dentro del mismo departamento. Ahí empecé a desarrollar el lado más urbano del transporte, porque la ingeniería de transporte que se enseña en la Universidad de Chile tiene que mucho que ver con esto. En transporte todos somos usuarios en algún momento del día, ya sea caminando, en transporte público, etc. Es por eso que las voces aquí son bien diversas, porque todo el mundo tiene una opinión respecto al transporte, es por eso vale la pena estudiarlo y generar conocimiento.
Cuando egresé de la Universidad hice el Magister en Ingeniería del Transporte, que me dio más herramientas en ese ámbito. Sin embargo, cuando empecé a trabajar en Metro de Santiago, también vi que aparte de la ingeniería, hay un campo interdisciplinar que vincula el transporte con la planificación urbana. Desde la ingeniería, siempre hemos dicho que los mejores sistemas de transporte parten por una buena planificación del sistema de actividades, que haga reducir las distancias de viaje y la necesidad de viajar. Por eso después terminé desarrollándome a nivel profesional y académico en el ámbito de la planificación urbana, que viene de una corriente más cercana a las ciencias sociales, lo que fue un buen complemento para ver lo que había aprendido en ingeniería, pero yéndome a las raíces de lo que es hacer planificación en la ciudad, y como esto también apalanca un buen sistema de transporte.
Así que fue un buen complemento el Master que hice en Londres en a planificación urbana, que me dio una mirada desde ciencias sociales y también de arquitectura, lo que se constituyó como una perspectiva complementaria, en ningún caso algo contradictorio, ya que todos apuntamos a tener ciudades amables, inclusivas, eficientes, sustentables, ya por la planificación o por la ingeniería del transporte.
Basándose en lo anterior y a propósito de tu pasada experiencia en el gobierno de Gabriel Boric: ¿Cuáles fueron los principales nudos críticos o mayores necesidades que observaste e intentaste abordar en tu cargo como subsecretario de Transporte? y ¿cuáles son los principales desafíos y pendientes que se pueden abordar desde las políticas públicas, en relación a movilidad y transporte en Chile?
El Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT) es bien amplio, porque usualmente se conoce de la planificación de los sistemas de transporte público, pero se hacen muchas más cosas, como la gestión de tránsito a través de la UOCT, la planificación de infraestructura de transporte por medio de SECTRA, temas de logística portuaria y terrestre, entre otros. Ahora, las mayores necesidades están en el transporte público, y uno de los mandatos que nos dio el Presidente en marzo del 2022 fue el de mejorar los sistemas de transporte público en regiones. Hoy en día tenemos una brecha bastante grande, dado que por una parte tenemos el sistema Red en Santiago, que más allá de sus problemas de frecuencia, cobertura, o de tarifas, que como vimos desencadenó el estallido social, es un sistema suficientemente maduro, y eso es sumamente relevante para una ciudad que tiene casi 6, 5 millones de habitantes. Porque si uno lo compara con otros sistemas en el contexto latinoamericano, Santiago es un referente para otras ciudades, y otros países vienen a aprender de nosotros, tanto de los aciertos como de los errores. Tampoco hay que perder de vista que el 2007, cuando se implementa el Transantiago, hubo un problema tremendo, en donde quedó esa marca casi impregnada negativamente, que ha marcado la percepción que tienen las personas con respecto al transporte público. Es cierto que esos primeros días hubo caos, las personas no conocían los servicios, no conocían la integración tarifaria en donde podían saltar del bus al metro. Todo eso marcó el devenir del sistema de transporte antiguo, ahora Red.
Pero si uno mira objetivamente lo que está ocurriendo ahora, el 2023, es un sistema maduro y que funciona, y que hay que seguir mejorándolo, no solamente en los buses sino también en la parte del Metro y trenes, que son una parte fundamental del sistema. Pero en general, lo que tenemos hoy es un buen sistema de transporte público. En cambio, si nos vamos a regiones, eso no pasa, ya que no hay algo parecido a lo que tenemos en Santiago. Mas bien lo que tenemos fuera de la capital son sistemas que se parecen al de las micros amarillas, que son altamente precarizados, donde los conductores no tienen contratos de trabajo, usualmente son dueños de sus propias máquinas y la tecnología es muy poca. Recientemente, el MTT ha estado en un plan de implementación de GPS a los buses, para generar información que pueda serles útiles a las personas y también es útil para fiscalizar en línea, pero en cuanto a tecnología e infraestructura es muy básico lo que se tiene. Hay algunas ciudades que tienen ciertos planes de infraestructura dedicada para el transporte público, como en Concepción, y ahora el MTT lo está haciendo en el caso de Valparaíso, pero a nivel general, lo que existe en regiones es una brecha bastante grande con respecto a Santiago.
Cuando trabajamos en el programa en transporte del presidente Gabriel Boric, lo planteamos justamente de esa manera, en el sentido de ir reduciendo las brechas existentes entre Santiago y regiones. Y yo creo que gran parte de eso tiene que ver con el financiamiento, ya que el transporte necesita de subsidios, y esto es algo que no lo decimos nosotros, sino que lo hemos aprendido en el caso de Transantiago, pero también existe un consenso a nivel mundial. No hay sistemas de transporte público que no requieran de subsidios, salvo en Asia por los volúmenes de pasajeros que transporta, pero en el resto del mundo se necesitan subsidios. Hoy en día lo que tenemos en Chile es un problema de financiamiento, donde solo Santiago se lleva casi US$900 millones, que suena como una cifra bastante grande. Pero si vemos cual es el tamaño del sistema de Santiago y lo comparamos con otras ciudades del mundo, no son cifras muy exageradas que se arranquen del promedio mundial en cuanto a sistemas complejos. Sin embargo, los sistemas en regiones en su conjunto equivalen a unas 3 veces el parque vehicular de buses que tenemos en Santiago, y tenemos un financiamiento que es un tercio a lo que se gasta en la capital, alrededor de US$300 millones. Esto constituye un problema basal, y mientras no cambie esta brecha de financiamiento, es difícil tener mejores sistemas de transporte público en regiones. Por eso lo que hicimos nosotros en el MTT fue enfocarnos en ciertas ciudades y en hitos específicos, de tal manera de empezar a mostrar cual es el estándar al que queremos apuntar en materia de transporte público. Y ahí habían casos quizás pequeños, como el caso de Ovalle o de Angol, que fueron algunos de los proyectos que anunciamos el año pasado, pero también sistemas muchos más grandes como el caso de Valparaíso, que es el segundo sistema más grande que tenemos en Chile, que iniciará operaciones con un nuevo estándar hacia fines del 2025. Si logramos mostrar buenos sistemas de transporte público en regiones, teniendo a Santiago como referente, yo creo que vamos a lograr también esa transversalidad en cuanto a la necesidad que tenemos de financiamiento al transporte público.
El segundo desafío tiene que ver con movilidad activa, mediante el uso de la bicicleta y la caminata. Tenemos que tener infraestructura adecuada para estos pequeños e importantes viajes, que son los más cotidianos. La caminata a nivel nacional ocupa casi un tercio de los viajes del transporte urbano, aunque son viajes que son bastante invisibilizados. En eso creo que estamos bastante al debe, ya que hoy en día vemos condiciones que no son las mejores: históricamente se le ha entregado más espacio a los automóviles en desmedro de los peatones, y por ejemplo, vemos que se han desarrollado barrios con aceras muy angostas que no tienen más de un metro de ancho.
Los nuevos proyectos de desarrollo urbano ya lo tienen internalizado, donde la caminata necesita de veredas más anchas para albergar, por ejemplo, sombra y mobiliario urbano, pero cuesta que este lineamiento se aplique en zonas más antiguas o consolidadas. Desde el punto de vista local siempre hay presiones y reticencias a hacer cambios. Ahí es donde entran ciertos planes que está generando el MTT para generar circuitos peatonales de alto estándar.
También se apunta a un mayor uso de la bicicleta, que dependiendo de la ciudad, va entre un 1% a un 5% en ciudades que son ciclistas, lo que sigue siendo un porcentaje bajo, pero no por eso menos importante, y lo que es mucho más relevante aún, existe potencial para que las personas utilicen en bicicleta mucho más. Cuando vemos la distribución de los viajes en vehículos motorizados, casi la mitad de los viajes son menores a cinco kilómetros, que es una distancia que se puede recorrer perfectamente en bicicleta, y no en automóvil. Se trata de fomentar los viajes locales en bicicleta mediante mejor infraestructura, pero no solo en términos de ciclovías. No es necesario tener todas las calles con una ciclovía al lado, sino que se trata de segregar o compartir la calle cuando según sea necesario. Lo que interesa es que los ciclistas tengan la seguridad de que van a poder moverse en el espacio público sin temor a ser atropellados o perder la vida, es decir, que se sientan seguros en el espacio público. Aquí el programa de gobierno era bastante ambicioso, proponía 2000 kilómetros de ciclovías nuevos en 4 años. Espero que el Ministerio lo pueda hacer en estos tres años que quedan.
El tercer gran desafío era la seguridad vial. Hoy tenemos casi 1700 muertes al año por siniestros viales, lo que nos pone en una situación no tan buena, ya que cualquier perdida de vida no es justificable, y si lo vemos a nivel internacional, no estamos en una buena posición respecto a la cantidad de población que tenemos. Por ejemplo, España nos triplica en población y tiene menos de 1000 muertes al año, y eso solo se logra con medidas de seguridad vial, logrando disminuir la velocidad en zonas urbanas y con más fiscalización. Celebro que se haya promulgado la ley CATI (Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones) que es una ley que se estuvo discutiendo 9 años en el congreso, y que es muy distinto a los fotorradares que se conocieron años atrás, porque esto tiene por lógica salvaguardar la vida de las personas que circulan por el espacio público. La idea es que las personas respeten la Ley del Tránsito y las velocidades máximas, y no llenar de multas a los usuarios. Después de 9 años logramos aprobar esta ley desde el Congreso, así que es una tremenda noticia para la seguridad vial. La implementación va a tardar un par de años probablemente, pero yo espero ver una caída en las muertes anuales en el mediano plazo.
El cuarto desafío es ampliar la red ferroviaria de trenes, porque sabemos que el tren es parte del desarrollo de movilidad sustentable, ya que tiene bajas emisiones, tiene eficiencia para moverse, y tiene mucha credibilidad desde el punto de vista de los usuarios, ya que genera certidumbre en los tiempos de viaje. Hay un tremendo desafío para este gobierno en el desarrollo de trenes de pasajeros y también de carga, ya que ambos van aparejados.
Con respecto a la discusión actual sobre la expansión de la red ferroviaria como clave para el desarrollo y la cohesión social: ¿cuáles han sido las principales tensiones o facilitadores para abordar y concretar nuevas rutas o trazos a nivel nacional/regional?
En primer lugar, cabe indicar que no hay grandes tensiones en torno a los trenes, ya que nadie va a oponerse a contar con un tren en su ciudad, o cerca de su vivienda. El tren genera mucha expectativas en la ciudadanía, así que grandes trabas en términos políticos o sociales no hay ese sentido. Lo que si existe es una falta de facilitadores para que eso ocurra. Lo primero que debemos concordar bien es hacia donde llevar el desarrollo de los trenes y el financiamiento respectivo, porque de por si son infraestructuras caras, de gran inversión y que necesitan de subsidios para la operación. Por ello, hay que analizar muy bien que la expansión de la red ferroviaria sea sustentable desde el punto de vista económico. Soy defensor de ampliar y consolidar la red ferroviaria apuntando principalmente a los viajes de cercanías en una primera instancia, porque hay necesidades que son cotidianas, pensando en la gente que se mueve todos días para trabajar o estudiar. Si pensamos por ejemplo en la RM, hay comunas o localidades que tienen relación estrecha con el Gran Santiago, tales como Buin, Paine, Colina, Batuco, etc. En esos casos, la solución pasa por contar con trenes como el de Alameda-Nos, el Alameda-Batuco o el Alameda-Melipilla, que estará en operación al 2027. En la región de Valparaíso se está pensando en extender el metro desde Limache a Quillota, y luego hacia Los Andes y San Felipe. Es decir, con estos proyectos de cercanías se comienzan a formar redes de alcance regional, apuntando a otro nicho distinto al transporte urbano, pero que siguen siendo viajes cotidianos. La cartera de proyectos de EFE está enfocada de esa manera, dado que son trenes de uso diario y no de largo alcance, así que el beneficio es más directo. En etapas posteriores, es posible pensar en interconectar estas redes regionales entre sí para generar servicios interregionales o de más largo alcance, tal cual fue la lógica detrás del anuncio del tren Santiago-Valparaíso. Creo que la estrategia que está tomando EFE es la más asertiva, porque hace crecer la red ferroviaria de manera sustentable y no de manera tan inorgánica, como fue hace un par de décadas atrás.
Por último, ¿Cuáles son tus expectativas respecto del futuro de las movilidades ferroviarias en Chile?
Me gustaría que tratáramos los temas ferroviarios como políticas de Estado. El Metro es un buen referente, ya que cuando se anuncia una línea nueva, los gobiernos que vienen posteriormente toman los proyectos y los siguen desarrollando, aún cuando sabes que muchas veces no te va a tocar el corte de cinta. Eso en materia de trenes no ha pasado hasta aquí: usualmente ha ocurrido que un gobierno anuncia una cartera de proyectos, y luego viene el siguiente gobierno y la reformula en otra lógica. Eso es lo que no nos pude pasar con este tipo de iniciativas, ya que son proyectos de largo aliento. Por tanto el gobierno que venga ojalá tome la cartera de proyectos que está vigente actualmente y la siga desarrollando, para llegar al 2030 o el 2035 con estos proyectos ya implementados. Deben crearse las capacidades para desarrollar estos proyectos de manera continua en el tiempo, que es algo que no había pasado hasta ahora. Hoy si está ocurriendo: EFE está conformando buenos equipos, y han tenido una capacidad altamente profesional para abordar esta cartera de proyectos. Creo que las empresas del Estado lo hacen bien cuando hay un claro y transversal respaldo político detrás y eso es lo que tenemos que cuidar.
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Álvaro Román: Profesor Asociado del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas de la Universidad de Los Lagos. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente y Sociólogo. Su investigación aborda los sistemas de gobernanza territorial en contextos de aislamiento y de reestructuración espacial. En particular, analiza las relaciones de poder que dan paso a formas de habitar el territorio, a fin de identificar las estructuras que inciden en los procesos de desarrollo. Es secretario Académico en el Doctorado de Ciencias Sociales en Estudios Territoriales de la Universidad de Los Lagos. Editor General de Revista LIDER, orientada a promover discusiones teóricas y metodológicas sobre el desarrollo regional.
Aquí tienes una barrera muy clara que implica una comprensión del mundo, marca biográficamente a las personas de un modo tal que establecen un sentido de pertenencia que se vuelve más desafiante, sobre todo para quien viene desde afuera
Desde su formación en sociología y luego especializándose en estudios territoriales ¿Cómo describiría el interés o estímulo por el estudio en territorios insulares? ¿Cuál sería la potencialidad o especificidad de estudiar de estudiar estos territorios en el escenario (académico/político) actual?
Vengo de una isla, por lo tanto, cuando entre a estudiar mi carrera, tenía muy claro que quería también conocer mejor y eventualmente contribuir a los procesos de desarrollo del lugar de donde venía. Estudié una carrera sin comprender mucho, yo no tenía antecedentes de ciencias sociales cuando entré a la universidad, no sabía que era ser un sociólogo, realmente, y no tenía idea que la geografía era una carrera que se estudiaba aparte. Por lo tanto, cuando entro a estudiar de manera bien torpe, digamos, tratando de identificar cómo podía conocer un poco mejor mi lugar de origen. Ahí comencé a hacer todos mis trabajos de la universidad sobre este lugar, convencí a mis grupos de trabajo para que trabajáramos sobre este lugar y de algún modo funcionaba. Y cuando llegó el momento de hacer mi tesis, después comprendí que estaba haciendo una tesis muy geográfica y en la carrera con justa razón me dijeron: aquí no te podemos guiar eso, busca otro tema, por lo tanto, la carrera de sociología no fue un espacio donde yo desarrolle una visión territorial, ambiental o como quieras verlo. Me entregó un montón de fortalezas metodológicas y teóricas, eso sí, pero ahí comprendí que el magister tenía que ser ese espacio, por lo tanto me fui a estudiar este magister en asentamiento humanos y medioambiente en la Universidad Católica y ahí se abrió un mundo, ósea ahí tenía gente de enfoques más físicos con los que nunca había estado familiarizado, gente que estaba reflexionando sobre planificación u ordenamiento territorial y las categorías más geográficas, de la geografía económica, la geografía cultural.
Por lo tanto, en ese momento se comienza a producir esta noción de que había un campo de estudios que estaba asociado al territorio y ahí también, con torpeza, comencé a identificar qué es lo que me interesaba, ¿Me interesaba más bien una investigación anecdótica? En el sentido de recoger mucha información de un lugar específico, y aquí viene la fortaleza teórica que tuve en mi formación, o: ¿Apostaba a crear generalizaciones analíticas? Me gustó más ese segundo camino, por lo tanto, en los años siguientes tuve una vuelta larga para volver a las islas, ósea del magíster y el doctorado no lo hice solamente de esta isla de dónde venía, sino que lo empecé a extender a otros sectores económicos, a otros territorios donde fortalecí, nuevamente, la parte conceptual. Luego cuando comienza el momento de postular proyectos estuve siempre pensando en proyectos de desarrollo propiamente tal, más bien en cómo generar espacios para que visiones de desarrollo diferentes a la de la zona central tuvieran cabida, y en mi segundo proyecto, recién ahí noté que llevaba mucho tiempo investigando islas y le estaba haciendo el quite al concepto de “islas” porque quería evitar el determinismo geográfico, pero ya a esas alturas siento que tenía alguna herramientas que tenía para poder abordar ese eventual cuestionamiento, de que tú estás haciendo determinismo geográfico, no estás haciendo investigación geográfica.
Bueno, una vez que tenía más resuelto ese punto me lance a estudiar islas de manera abierta tratando de reconocer qué es lo que se ha hecho en otros países y sobre todo tratando de identificar cómo es la experiencia que tenemos en Chile y particularmente en el sur de Chile, donde casi el 20 % de la población viven en islas, dialogando con investigación sobre insularidad asociada a la polinesia con micro estados, asociada a otros fenómenos insulares como el de países que son islas y también con otros fenómenos que aquí tampoco se dan que son los de colonialismo propiamente tal. En ese cruce se fueron generando debates que me han mantenido entretenidísimo hasta ahora y la potencialidad que veo de esto pasa, porque en las islas vamos a encontrar varios elementos que son diferentes de otros territorios, sin caer en el determinismo geográfico, esto tiene que ver con una trayectoria histórica, tiene que ver con un abordaje que se ha hecho de las islas como territorios que son “menos capaces” que los continentales por distintas razones, tienes menos capital humano, menos personas, por lo tanto es posible que en un momento dado no tengas suficiente gente para gobernar estos territorios, o bien que teniendo gente allí no tengan suficientes competencias y herramientas para gobernar un territorio. Esta idea de centralismo que involucra un desdén o falta de consideración, por los planteamientos que se hacen desde estos territorios, donde están los elementos geográficos, que aquí sí que es esta barrera natural que es el mar, que no la puedes obviar, no es una cosa subjetiva, no es que después de esta curva esta zona cambia; aquí tienes una barrera muy clara que implica una comprensión del mundo, marca biográficamente a las personas de un modo tal que establecen un sentido de pertenencia que se vuelve más desafiante, sobre todo para quien viene desde afuera.
Y luego tenemos en Chile una característica que atiende al último punto que habías planteado, o sea porqué estudiar islas en vez de territorios urbanos, la verdad es que las islas son super urbanas, alguien me puede decir “no son urbanas”, aquí tenemos localidades de 800 personas, de mil personas, de dos mil personas, son urbanas no porque tengan un plan regulador, son urbanas porque son territorios tan complejos de habitar que la gente que allí habita lo hace a través de la especialización. Tu viviendo en Santiago tienes un trabajo específico que te impide tener un huerto, por ejemplo, bueno en las islas pasa exactamente lo mismo, un pescador que tiene un trabajo super especifico, super demandante que no le permite dedicarse a otras actividades. No pensemos en la isla como un lugar donde la gente vive del monte y del mar necesariamente, eso puede pasar en alguna medida, pero la mayoría de los territorios insulares en Chile vamos a encontrar altísima especialización y en definitiva una necesidad de agrupación de gente, concentraciones de personas que no van a tener 7 millones de habitantes, pero que van a tener habitantes que tienen todas las características de una pequeña ciudad.
¿Cómo podrías definir las principales tensiones y problemáticas producto de la relación (discordante o asimétrica) entre la lógica del habitante e institucionalidad en torno a estos territorios? ¿Qué ejemplos le llaman la atención?
A mí me encanta la aproximación que hace Tuan cuando habla de visitantes y habitantes, en una entrevista una persona le pregunta ¿Qué significa para usted este lugar?, y se queda pensando, porque no se había hecho esa pregunta y dice “este lugar es mi vida” …. Bajo esta conceptualización vamos a encontrar esta idea de que para el habitante el territorio que habita es sumamente evocativo, no puedo separar este lugar en distintos fragmentos, no puedo describirlo con claridad, porque involucra un pasado y un futuro. En cambio, para el visitante, se enfrenta con la experiencia de conocer un nuevo lugar, distinguiéndolo a través de las anécdotas y de la diferencia, por lo tanto, yo puedo llegar a un lugar nuevo y en pocos minutos establecer dos o tres conceptos que hacen este lugar diferente, único, especial. El habitante no puede hacer eso, entonces cuando tenemos la relación de centralismo, la relación de una verticalidad en la toma de decisiones, se vuelve casi performativo esto de que el visitante es aquel que tiene el conocimiento experto del que tiene la autoridad, y por tanto puede de manera muchos más rápida y expedita ofrecer soluciones y dar respuestas, el habitante no tiene soluciones porque no puedo descomprimirlo, y ¿Cuál es la dificultad cuando estamos hablando de territorios insulares? Que la experiencia cotidiana de habitar estos lugares es muy diferente, por ejemplo el acceso a la salud, es complejo, tú puedes decir no hay problema esta isla está a dos horas del hospital de alta complejidad más cercano, claro, pero si tengo mal tiempo esas dos horas se pueden convertir en tres días, tenemos problemas de abastecimiento, tú puedes decir ahora se puede comprar todo a medida que llega, perfecto, pero si en mi isla no tengo un muelle y hay mal tiempo, mis productos pueden estar a días de distancia estando frente a mi costa. Están las dificultades cotidianas por ejemplo de educación, de nacimientos y este es un dato que no solo involucra a las islas, pero en las islas se vuelve especialmente notorio, porque se asocia a muchos otros problemas del servicio de salud, pero que las familias y las mujeres en particular tienen que irse de su lugar habitual de residencia para esperar el nacimiento en los últimos dos meses en otro lado y ese tipo de cuestiones son vistas como algo que se puede hacer, porque son pocas personas y están en un lugar lejos. Esto suena como un justificativo para dar soluciones que son injustas, porque son arbitrariamente diferentes de las que se le da a un habitante de una gran concentración urbana.
Y una segunda tensión que también encuentro muy atractiva para entender esto tiene que ver con la injusticia hermenéutica de Miranda Fricker, que plantea que generamos condiciones de exclusión y de arbitrariedad cuando no damos espacio para que se expresen voces divergentes, ni siquiera disidentes, sino una voz que está diciendo algo que yo no comprendo porque yo no vivo, como no vivo ese espacio no tengo acceso a ese conocimiento y además tampoco tengo noción que estoy generando esas arbitrariedades, esa exclusión por lo tanto se genera un bucle de exclusión que impide el mínimo posible de comunicación, impidiendo que se expresen puntos de vistas que podrían alimentar un debate sobre política pública, sobre desarrollo, sobre institucionalidad.
Desde esa perspectiva: ¿Es posible pensar una relación entre maritorio y política pública? ¿Existen políticas o formas de gobierno que excedan la regionalidad o los límites administrativos, y piensen este tipo de territorio?
Chile, país centralizado creó hace varios años una ley de zonas contiguas que buscaba bypasear una ley anterior, ley de pesca del año 1991, planteó que los pescadores solo pueden pescar en la región donde ellos viven, donde ellos están registrados, pero algunos productos del mar se mueven no saben que hay un límite regional. Los pescadores de peces han hecho este reclamo habitualmente, hay otros recursos que no tienen esa misma capacidad de movilización, pero durante la década del 2000 hubo varios conflictos relacionados con pesca de bentónicos en la región de Aysén, por parte de pescadores de la región de los Lagos. Y aquí quiero plantear un punto interesante sobre esta noción de regionalidad que podría verse superada por la realidad; entonces se crea en Chile una ley para todo el país, pero que rige solamente a una zona contigua en Chile que es este espacio donde se permite una excepción a la ley de pesca, donde los pescadores de los Lagos pueden cruzar a la región de Aysén, no viceversa, básicamente porque no hay más recursos en la región de Los Lagos. Esta zona contigua tiene varias cosas interesantes, una es una dimensión histórica, porque fue un espacio de encuentro de intercambio entre pescadores de ambas regiones, pero también tiene que ver con lo arbitrario del establecimiento de regiones, por ejemplo, el norte de la región de Aysén, donde está la comuna de Guaitecas que era un poblamiento fundamentalmente chilote, pero quedo al otro lado de la región, y el habitante de Guaitecas está a cinco horas de la ciudad más cercana de la región de Los Lagos, y está a 26 horas de su capital regional, pero los problemas de salud, los problemas de educación, etc, etc., los tiene que resolver su capital regional, entonces aquí nos vamos a encontrar con varias características que hacen que pensar desde esta lógica centralista y compartimentada.
En Chile tenemos este esquema anidado de una comuna que está dentro de una provincia que está en una región, y que no se comunica con otra región, sino que ahí rinde cuenta directamente al nivel central, lo que hace que territorios como estos, extremos difíciles de habitar, con problemas de conectividad, se vuelvan más difíciles de habitar todavía, incluso la toma de decisiones se vuelve compleja. De ahí que una cosa que me ha sorprendido es la medición de la pobreza de esos lugares; en algún momento me puse a recabar los datos de pobreza de algunas comunas insulares y tenía el dato, pero al final de la ficha aparecía un asterisco que decía “esta comuna debido a su dificultad de acceso ha sido calculada usando datos de comunas similares para construir un dato”. Entonces me pongo a buscar cuáles eran esas comunas similares y todas las comunas tenían la misma nota y al final te das cuenta de que todas las comunas insulares su pobreza es calculada desde tres comunas y las comunas insulares son muy diferentes unas de otras. Hay una tendencia a agrupar estos territorios, por ejemplo, en los años 90 cuando se intentó analizar sobre zonas aisladas en Chile, se construyó sistemas indicadores y la intención de generar un índice para comprender el aislamiento de Collahue, de Puerto Williams, de Rapanui, pero finalmente las dimensiones son subjetivas más que objetivas en muchos casos, estas tienen problemas de objetividad, pero probablemente eso lo vas a encontrar en todo el territorio nacional.
Los problemas que dificultan el habitar estos territorios son mucho más específicos, por tanto más complejos y esto también pone en jaque esta idea de generar aproximaciones institucionales, porque termina siendo, y esto hay que reconocerlo, super costoso abordar la insularidad o la lejanía cuando tienes que comenzar a comprender caso a caso, solo para poner un ejemplo: dos comunas insulares que están en zonas extremas del país que son de una población similar, pero que tienen diferencias enormes entre ellas, Cabo de Hornos y Guaitecas. Cabo de hornos tiene 2063 habitantes según el último CENSO, Guaitecas tiene 1800, 200 personas de diferencia, una de esas comunas, ambas comunas son muy dependientes de la pesca, pero una de estas comunas tiene la mitad de su población como parte de la armada, por lo tanto, son habitantes que no pueden estar más de cinco años ahí. Por lo tanto la noción de desarrollo que puedan tener estas personas probablemente es diferente al de alguien que vive permanentemente en ese lugar, tienen además una población indígena que es importante, tienen además una cabecera provincial, por lo tanto tienen muchos servicios públicos, pero Guaitecas una comuna que depende principalmente de la pesca, crecientemente está dependiendo de la salmo cultura, pero a través de la prestación de servicios, no a razón de mano de obra directa, entonces te das cuenta que las formas de ordenar el territorio, las formas de propiedad de la tierra, las formas de dinamizar las economías de estos lugares se vuelven super diferentes, teniendo dos comunas con habitantes más o menos similares, ambos localizados en lo que se denomina como Chile zonas extremas, ósea son dos lugares que suena muy tentador agruparlos, son dos comunas insulares, por lo tanto las podemos tratar del mismo modo, pero cuando comienzas a comprender cuales son las particularidades de aislamiento, de condiciones atmosféricas, de poblamiento, te das cuenta que las soluciones que puedes ofrecer a cada una de ellas pueden ser bien diferentes.
Asimismo: ¿Es posible pensar y ordenar el territorio, más allá de la clásica lógica del aislamiento y la marginalidad insular? ¿Es posible hacerlo desde la complejidad multiescalar e intersectorial de este tipo de territorios?
Yo creo que no hay muchas sorpresas respecto a otros campos de estudio, como por ejemplo la ruralidad; yo llegue a Osorno hace unos tres años, después de vivir muchos años en Santiago y en un paseo un fin de semana, vi una imagen que me dejó marcando ocupado un buen rato, en una cuesta del camino que va de la costa de Osorno, había un camino de ripio lateral y junto al camino de ripio por la carretera, habían tres niños jugando con un skate y estaban ahí esperando a que los autos pasen para poder andar en skate en la carretera con autos a 100 km por hora y en ese momento pensaba, claro tenemos nociones de desarrollo rural que están asociadas a que estos niños cuando crezcan se queden trabajando en el campo, pero no estamos pensando en cómo esta gente va a trabajar en la ciudad, que tengan buen transporte público, en que tengan parques, en seguridad, etc, etc., Entonces por qué razón cuando muchas veces se piensa en estos territorios, ¿Un skate park queda fuera de la discusión? ¿Por qué un cine queda fuera de discusión, por qué un mall queda fuera de discusión? ¿Por qué no podemos pensar en el desarrollo de estos territorios orientado a personas que quieren desarrollar un proyecto de vida?, en donde a lo mejor un mall no es un mejor modelo de desarrollo, pero tampoco lo sabemos.
En estos territorios se tiende a dar por sentado que sabemos lo que las personas quieren y ahí creo que tenemos que considerar elementos estructurales más importantes, como por ejemplo que en Chile particularmente nos hemos creído al pie de la letra que el único modo de movilidad social es la educación universitaria, el trabajo de oficina, pero en muchos de estos territorios vamos a encontrar gente que trabaja un montón, que gana bien, pero que no está asociada a un estilo de vida urbano. Pensemos que, en la Universidad Católica que fue bien vapuleada, aunque creo que hicieron su merecida autocritica, con el ejemplo de Santa Barbara cuando ocurre lo del volcán Chaitén donde se intenta crear un modelo de sociedad sostenible que no tenía nada que ver con la forma de habitar de estas personas; era un modelo de ciudad que probablemente era muy atractivo para un profesor universitario, pero no tenía mucho que ver con lo que estas personas esperaban de su propio territorio, entonces el primer paso necesario para poder pensar en desarrollo territorial es reconocer que no hay una sola forma de desarrollo.
Hay carencias básicas que es necesario abordar, por ejemplo, el agua potable y electricidad, porque las actividades productivas en las zonas aisladas, a diferencia de Santiago que, si yo quiero poner un restaurant, simplemente saco mis permisos y funciono, en zonas aisladas tiene que correr de tu propio bolsillo el poner alcantarillado, pues con la politización del agua, debes comprar un generador de luz para que tengas electricidad las 24 horas del día. Pero al margen de eso, cabe la pregunta: ¿Toda zona lejana de Chile debiera de aspirar a convertirse en Santiago?, o podemos reconocer que hay formas de habitar el territorio, que hay expectativas de vida que pueden ser diferentes a las que tiene un habitante urbano. De hecho, yo creo que podemos coincidir que incluso en Santiago las políticas públicas no consideran al habitante normal, sino que están pensadas por gente del ministerio que viven en zonas de la ciudad muy cómodas con expectativas de desarrollo social muy específicas.
Por último, si pudiese hacer una síntesis de la conversación que tuvimos e intentar proyectarla hacia un futuro posible.
Creo que hay un escenario muy favorable en Chile en particular, para investigar con una perspectiva critica los problemas de desarrollo. No estoy hablando de centralismo, ni de economía, si no de cómo permitimos que en cada territorio una personas pueda emprender su propio proyecto personal, y ahí probablemente la dimensión individual ha sido muchas veces olvidada, omitida o comprendida como algo que se puede agrupar, pero a mí me gusta pensar que el desarrollo lo debiésemos evaluar a nivel individual, si una persona no está teniendo las posibilidades de desarrollarse, significa que alguien más se está desarrollando a costa de esa persona y eso involucra ponernos más críticos, sobre cuáles van a ser nuestras unidades de medidas para decir: ¿Estamos alcanzando bienestar para la gente?, ¿La gente está siendo feliz?.
En términos conceptuales creo que el abordaje de zonas aisladas también ha tenido cambios y ahí pienso inmediatamente en los casos, por ejemplo, de Andrés Núñez y en general de ese equipo que en la última década hizo un esfuerzo por comprender el aislamiento no como algo negativo sino como una circunstancia. Entonces ahí empiezas a valorar que el aislamiento es incluso deseable, permite cosas, ralentiza procesos, da visibilidad a otras formas de desarrollo, pero además creo que es importante ser más críticos también sobre cuál es el rol que le vamos a dar a la particularidad peri-rural, es decir si solamente pensamos en números, en estrategias de desarrollo, insisto con esto, pensadas desde el centro, claramente no vamos a ser capaces de comprender las expectativas de las personas en estos lugares y se genera un fenómeno bien perjudicial, y es que cuando comenzamos a cargar de expectativas centralistas a las zonas aisladas, lo más probable es que les estemos poniendo una mochila que no van a poder cargar.
Por lo tanto, después de cualquier evaluación vamos a decir: estos territorios lejanos insulares efectivamente no se la pueden, no son capaces de desarrollarse por sí solos, no tienen habilidades para gobernarse a sí mismos, no tienen competencias. Eso es producto de imponer estrategias de desarrollo que no tienen mucho que ver con lo que la gente quiere, y con lo que el territorio puede dar en si también. Entonces yo veo que en los últimos años ese tipo de aproximación está validado, está siendo utilizado; me ha tocado leer tesis, por ejemplo de pregrado y esto ya es un tema que se discute abiertamente, hace 15 años una tesis de pregrado podía tener perfectamente por título “ Por qué está zona lejana no se desarrolla”, hoy en día el título que podría tener “ Las expectativas que tiene este territorio para desarrollarse”, ósea ahí ha imperado un cambio de paradigma que está permeando en todos los niveles de producción de conocimiento, y probablemente va a tardar un poco más en llegar a los tomadores de decisión, pues hoy día mismo tenemos un gabinete super santiaguino, por mucho que digan que vienen de regiones fuera de la metropolitana, pero llevan 20 años viviendo en Santiago, por lo tanto son santiaguinos. Sin embargo, yo creo que a través de la tecnología, a través de un cambio generacional que permite que haya mayor expresión de variedad y disidencia en zonas lejanas, se va a operar esta transformación más crítica y que eventualmente permite recoger otras visiones de desarrollo.
El ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro.
VerEl ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro.
Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
El ferrocarril: tres siglos de transformación territorial en Latinoamérica. Reflexiones sobre el pasado, presente y futuro
[Por: Melina Yuln. Doctora en Arquitectura y Urbanismo. Instituto de Desarrollo Sostenible, Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA)]
Resumen:
La columna plantea la relación entre la infraestructura territorial y la gestión de los recursos patrimoniales, especialmente los ferroviarios. Se destaca, por un lado, la relevancia de una planificación estratégica del territorio para proteger y promover estos recursos y, por el otro, menciona la necesidad de un abordaje multidisciplinar, así como la incorporación de procesos participativos. Además, se argumenta el rol del ferrocarril en los territorios y su papel en la conectividad y el desarrollo sostenible de las regiones que atraviesa.
Palabras clave: Territorio, patrimonio, ferrocarril
Las infraestructuras territoriales son esenciales para mejorar la conectividad y el acceso a servicios básicos y a oportunidades económicas en una región. También tienen incidencia en el desarrollo sostenible y la competitividad territorial. Estas infraestructuras incluyen carreteras, aeropuertos, puertos, ferrocarriles, líneas de transmisión de energía, sistemas de agua potable y alcantarillado, entre otros. Los recursos patrimoniales, por otro lado, son recursos naturales y culturales que se encuentran en una determinada región geográfica. El uso y la gestión de estos recursos reportan al desarrollo económico y social de una región y pueden tener implicaciones ambientales y culturales significativas.
En el caso de los ferrocarriles, pueden ser vistos tanto como infraestructura territorial y recurso patrimonial. Los ferrocarriles han desempeñado un papel central en el desarrollo económico y social de muchas regiones al mejorar la conectividad y el acceso a los mercados. Al mismo tiempo, muchas líneas ferroviarias tienen valor histórico y cultural; ya que, representan una parte importante del patrimonio de una región (Yuln, 2022). El desafío es encontrar formas de preservar este patrimonio, mientras se moderniza y mejora la infraestructura ferroviaria para satisfacer las necesidades actuales.
El ferrocarril ha desempeñado un papel fundamental en la sociedad y la economía al facilitar el transporte de pasajeros y carga, contribuir al asentamiento y dinamización productiva del vasto territorio nacional y fomentar el crecimiento demográfico. La llegada de trenes a diferentes partes de la región trajo cambios en las vidas y perspectivas de las comunidades, permitiendo la expansión de mercados, la explotación y provisión de materias primas a menor costo y el aumento de construcciones e infraestructura. El crecimiento de las rutas y el desarrollo del conglomerado ferroviario requería de construcciones, equipamientos e instalaciones que contribuyan al correcto funcionamiento del sistema. Las estaciones eran la cara visible de esta red, pero junto con esta tipología característica se construían instalaciones de apoyo y otras edificaciones que completaban el entramado ferroviario. Además, estos puntos de detención obligatoria experimentaron un crecimiento y desarrollo, debido al flujo de bienes y personas generado por la estación, lo que dio lugar al surgimiento de nuevos pueblos.
Desde el punto de vista histórico-cultural, la infraestructura ferroviaria constituye un acervo del patrimonio industrial que merece ser valorado y conservado. Claro que esta infraestructura se ha renovado y actualizado durante su uso como tal, aunque siempre conservando atributos técnicos originales como la trocha (el ancho entre rieles). Incluso, la energía que genera la locomoción ha introducido técnicas y artefactos que fueron modificando la infraestructura ferroviaria y la cultura ligada a la movilidad: la propulsión a vapor, la electrificación, el motor diesel y la utilización de energías renovables. Además, los pueblos y urbanizaciones crecieron con su paso o desaparecieron con su cierre, abandono o desmantelamiento. Es decir, el ferrocarril reescribió su propio palimpsesto a lo largo de los años, en un lapso que ya abarca tres siglos. En cada reescritura transforma los territorios involucrados y deja huellas, restos, ruinas, de lo que alguna vez fue y significó para su zona de influencia.
En esa tensión, entre el desarrollo y la revalorización patrimonial, se encuentra la infraestructura ferroviaria en América Latina. En el camino entre ambos extremos coexisten diversos matices[1]. Por un lado, el estado del sistema ferroviario en cada país y de las conexiones internacionales que los vinculan. En este sentido, el panorama histórico es aproximadamente similar, con sus inicios a mediados o finales del siglo XIX, su apogeo durante el primer tercio del siglo XX y su declive o desaparición, acentuada desde el último tercio del siglo XX, así como los anuncios de reactivación en lo que va del siglo XXI. Por otro lado, está la cuestión del patrimonio ferroviario, en clave de activo cultural, cumplido un ciclo de aproximadamente 150 años desde la implantación de las primeras vías férreas en Latinoamérica. Esta valorización del patrimonio se basa en acciones aisladas, no sistematizadas, de abajo-arriba, motivadas por el abandono de edificios, vías y material rodante, por degradación o procesos de desterritorialización, en donde se ha optado por proyectos museísticos, turísticos o de re-funcionalización[2]. Ya se dijo que el panorama tiene matices, aunque en líneas generales es compartido por todos los países de la región.
Una forma de abordar este tema es considerar las infraestructuras territoriales como recursos patrimoniales en busca de soluciones sociotécnicas. Esta idea permite un enfoque más holístico en la planificación y gestión de estas infraestructuras, considerando tanto sus aspectos técnicos como sus implicaciones culturales, históricas y ambientales. La combinación de disciplinas como arquitectura, planificación territorial, desarrollo regional, gestión cultural, sostenibilidad y cambio climático puede proporcionar un enfoque multidisciplinario para el desarrollo de soluciones orientadas a infraestructuras territoriales. Asimismo, el enfoque puede ayudar a fomentar una mayor conciencia y apreciación por parte de la comunidad sobre la importancia de preservar y cuidar estos recursos. Esto puede contribuir a una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones.
En síntesis, América Latina cuenta con una rica historia ferroviaria que ha dejado un importante patrimonio cultural y arquitectónico. Sin embargo, la preservación de este patrimonio ha sido un tema controversial en muchos países, debido a tensiones entre la necesidad de desarrollar infraestructuras modernas y la importancia de proteger la historia y el patrimonio cultural. Además, muchos de estos edificios y estructuras ferroviarias han sufrido un deterioro significativo y requieren de inversiones importantes para su restauración y mantenimiento. A pesar de esto, algunos países han implementado políticas de protección y restauración del patrimonio ferroviario, reconociendo su valor cultural y turístico. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para asegurar la preservación y el uso sostenible de este importante legado histórico.
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Evidencias sobre el potencial de la Camanchaca como recurso hídrico en la Caleta de Camarones.
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Evidencias sobre el potencial de la Camanchaca como recurso hídrico en la Caleta de Camarones.
Diego Rivera, Constanza Vargas, Francisco Abarca[1][2][3]
Resumen
La Caleta de Camarones corresponde a una comunidad de alrededor de 30 familias, ubicada en la desembocadura del Río Camarones, al sur de la Región de Arica y Parinacota, con condiciones de vida altamente precarias producto de la escasa disponibilidad de agua potable. La localidad se emplaza en un área geográfica excepcionalmente favorable para la cosecha de agua de niebla. El texto describe la proyección del uso de atrapanieblas para proveer agua potable a la comunidad de Caleta Camarones. Los rendimientos preliminares calculados para el mes de Julio de 2022 bordean los 4,3 litros 𝑚2/ día. Se estima que un parque compuesto por 50 atrapanieblas de 16 𝑚2 cada uno, podría suplir gran parte del déficit de agua en esta localidad. Finalmente, se plantean algunas consideraciones en torno a la relevancia de la comunidad en la implementación de este tipo de soluciones, en base a las experiencias observadas en Peña Blanca y la Caleta Chungungo.
Palabras clave
Niebla – Camanchaca – Atrapaniebla – Escasez de agua
Introducción
La Comuna de Camarones se ubica al sur de la Región de Arica y Parinacota entre los -18,6º y -19,2º N y los -70,2º y -69,1º E en uno de los climas más áridos y secos del planeta (McKay, et al., 2003). Posee una población de 1.255 habitantes (INE 2017), que se distribuyen en múltiples asentamientos humanos ubicados a lo largo de las terrazas fluviales del Río Camarones. La ocupación de estos territorios es datada a partir de las momificaciones humanas más antiguas encontradas por el hombre hasta la fecha y que corresponden a los años 5050 aC. atribuidas a los pueblos Chinchorros (Aufderheide, et al., 1993), alcanzando la categoría de Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO en el año 2021.
[1] Centro del Desierto de Atacama (CDA).
[2] Estudiantes del programa de doctorado en Geografía UC.
[3] Financiado por: Proyecto Ciencia Pública Ayün Uma (CP21-E031): “Agua. Un recurso Finito”. Financiado por la
División Ciencia y Sociedad del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación / FONDECYT N°
11200789 / FONDECYT N.o 1201786
El curso hidrográfico que en gran parte da paso a la vida en este valle, nace de la confluencia de los ríos Caritaya y Ajatama en los 2900 m.s.n.m. y es alimentado principalmente por las precipitaciones de orden estival conocidas comúnmente como invierno altiplánico. Desde el año 1935 con la construcción del Tranque Caritaya, el Río Camarones suministra agua de regadío suficiente como para que la agricultura sea la actividad económica predominante en la comuna con 700 ha. de tierras cultivadas (Díaz y Melendez, 1957), pero que permanecen en constante disminución (Municipalidad de Camarones, 2012).
Sin embargo, el agua del Río presenta elevadas concentraciones de Arsénico y Boro (MOP, 2016), que son lixiviados desde depósitos geológicos naturales presentes en la zona altiplánica y que son acumulados en cuerpos de agua tributarios como la Laguna Roja, Laguna Verde y Laguna Amarilla, altamente tóxicos para el ser humano y que imposibilitan su uso doméstico. Inclusive se han encontrado parte de estos contaminantes en los tejidos de momias chinchorro (Figueroa, et al., 1988), demostrando que la contaminación natural del agua de escorrentía ha sido un problema permanente para la ocupación de estos territorios (Véase Figura 1).
Figura 1 Área de estudio
Localización de la Comuna de Camarones y sus múltiples asentamientos humanos a lo largo de la quebrada del Río Camarones. Fuente: Elaboración propia.
En la zona suroeste y precisamente en la desembocadura del Río Camarones se encuentra la Caleta Camarones, cuya población alcanza unas 80 personas, distribuidas en aproximadamente 30 familias, que hasta el día de hoy mantienen condiciones de vida precarias. Cuentan con luz eléctrica de forma intermitente, generada a partir de un motor a combustible gestionado de forma comunitaria, y el agua potable es suministrada por un camión aljibe que debe recorrer más de 100 km desde Arica a Camarones para llegar con únicamente 10.000 litros, dos a tres veces por semana, según los antecedentes proporcionados por los propios pobladores, contando a la fecha con únicamente 45 litros promedio de agua por persona diaria, muy por debajo de los umbrales mínimos de bienestar.
Desde la óptica de la geografía, las condiciones geomorfológicas donde se emplaza la Caleta congregan una serie de prometedoras particularidades que podrían dar solución al problema del agua. Estas características fueron utilizadas ancestralmente por los primeros habitantes del desierto, prevaleciendo en el tiempo como etnónimos de los habitantes de estos territorios conocidos como Camanchacos (Escobar y García, 2017), existiendo antecedentes de que estos pueblos la colectaron mediante cuero de animales y grandes rocas que facilitaban su precipitación, para ser almacenadas en vasijas de cerámica (Larraín, et al., 2004). En efecto y considerando un enfoque práctico, este artículo pretende dilucidar, de forma preliminar, el potencial de abastecimiento de agua de niebla a esta localidad.
La Camanchaca
La niebla corresponde a una nube de baja altura formada por pequeñas gotas de agua (típicamente con un diámetro de 1 a 40 μm) las que al ser tan livianas no precipitan, sino que se mantienen suspendidas en la atmósfera en constante contacto con el suelo (Klemm et al., 2012). La Camanchaca corresponde a un tipo de niebla de origen oceánico que cubre desde el sur de Ecuador hasta el centro-sur de Chile y que por efecto de la capa de inversión térmica toma contacto con la superficie terrestre mediante la fuerza advectiva del viento (Véase Figura 2). Hoy existe una gran variedad de precedentes que describen las contribuciones de la niebla a los ecosistemas (Cereceda, P., et al., 1999, Latorre, et al., 2011; Koch, et al., 2022) y a las personas que viven en zonas de extrema aridez (Bruijnzeel, 2005; Morichi, et al., 2018). La cosecha de agua de la niebla se ha estudiado en más de 20 países de los seis continentes (Rivera, 2011; Carvajal, et al. 2022; Klemm, et al. 2012; Tu, et al., 2018) y suele darse en zonas que cumplen con condiciones geográficas y meteorológicas específicas que permiten la formación de niebla (Abdul-Wahab y Lea, 2008).
Figura 2 Diagrama ilustrativo de la Camanchaca
Ilustración del proceso de interrelación entre la nube estratocúmulo baja y la superficie terrestre como proceso formador de la Camanchaca. Fuente: Elaboración propia.
En efecto, la niebla no es un fenómeno climático constante y continuo (Wanner y Kunz, 1983). La niebla tiene un comportamiento altamente dinámico, su ciclo diario presenta una tendencia basada en la ocurrencia de eventos con un horario esencialmente nocturno y matinal, disipándose al mediodía producto del aumento de la temperatura ambiental y radiación solar (Weston y Temimi, 2020; Farias, et al., 2005), además, su magnitud tiene un amplio rango de variabilidad (Gandhidasan, et. al, 2018). La mayoría de las veces que se dispone de estadísticas detalladas sobre la niebla, incluida la información sobre el momento y la duración, ocurre para los lugares provistos de estaciones meteorológicas de alta especificidad, como es el caso de los aeropuertos, pero raramente en el de las estaciones meteorológicas rutinarias (Bruijnzeel, 2005). Esto provoca una falta de datos sistemáticos, continuos y espacialmente distribuidos sobre la niebla que permitan describir adecuadamente su aporte de agua (Walmsley, et al., 1996), por lo cual, su potencial real como recurso permanece aún desconocido.
La colecta de niebla
En Chile la historia de la captación de agua de niebla tiene su inicio en el año 1956 donde se realizaron los primeros ensayos con redes de mosquito (Acosta, 2003). Posteriormente, en el año 1980 el Instituto de Geografía de la Universidad Católica de Chile inició estudios sobre la niebla en la Región de Coquimbo, específicamente en el cerro El Tofo y en Caleta Chungungo. Ya en el año 1987 el Centro Internacional de Investigaciones de Canadá (CIID) financió la construcción de 100 atrapanieblas en la comunidad de Chungungo con el objetivo de dotar a 90 casas con grifos abastecidos de agua de niebla (Cereceda, et al., 2014). Los atrapanieblas fueron instalados a una altura de 780 m.s.n.m. en el Cerro El Tofo logrando abastecer a la comunidad durante 10 años con aproximadamente 14.000 litros de agua diaria, cuando el sistema de captación funcionaba de forma óptima; otorgando 420 𝑚3 de agua mensuales (Cereceda, et al., 2000). Con el pasar de los años, producto de la carencia de financiamiento para el mantenimiento del sistema de colecta, la ausencia de proyectos estatales de financiación y la falta de vinculación con la comunidad, el parque de atrapanieblas desapareció y solo algunos vestigios permanecen aún en pie.
En la actualidad existen proyectos comunitarios asociados a la niebla como recurso hídrico, un caso emblemático es el proyecto “Atrapanieblas Comuneros” en la comunidad de Peña Blanca, Región de Coquimbo, que desde el año 2005 con diversas fuentes de financiamiento han logrado abastecer a la comunidad, que incluye a 85 familias (Angel, 2014; Dall’ Osteria, 2018; Un alto en el desierto, 2018). Una de las características fundamentales de este proyecto es la estrecha vinculación que tienen con sus pobladores, lo que da cuenta de la importancia de que este tipo de proyectos se desarrollen con la comunidad y no solo para ella.
La Camanchaca en Camarones
La Caleta de Camarones se emplaza precisamente en el pie del farellón costero, el cual alcanza hasta los 1200 m.s.n.m. aprox. Esta zona está en constante contacto con la Camanchaca de acuerdo con los habitantes del sector, lo que se condice con el rango de oscilación altitudinal descrito (800-1100 m.s.n.m.) en la Región de Tarapacá (Osses, et al., 2016; Del Río, et al., 2021). Adicionalmente, dada la cercanía entre el Farellón, el océano y la comunidad, la Caleta presenta condiciones aparentemente ideales para el desarrollo de un parque de atrapanieblas. Sin embargo, actualmente no se sabe con certeza cuales son los rendimientos de colecta, únicamente gracias al proyecto “Agua, un recurso finito” financiado por Ciencia Pública (CP21-E031) para el desarrollo de espacios públicos regionales de divulgación y socialización del conocimiento 2021 y desarrollado por el Instituto de Alta Investigación (IAI) de la Universidad de Tarapacá en colaboración con el Centro Desierto de Atacama (CDA) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se ha logrado instalar la primera estación de monitoreo de agua de niebla “Ayün Uma” en el sector, sobre el farellón costero a los 911 m s.n.m. La estación se encuentra operativa desde el 16 de junio de 2022 mostrando desde entonces rendimientos de colecta que alcanzan los 4,3 litros diarios según la medición estándar realizada con un Standard Fog Collector (Schemenauer y Cereceda, 1994) compuesto por una malla raschel de 1m cuadrado de superficie y a una altura de 2 m. (Véase Figura 3).
Figura 3 Estación Ayün UMA
Instrumental meteorológico de la estación Ayün UMA financiada por el proyecto de Ciencia Pública CP21-E031 con una vista panorámica de la Caleta de Camarones. Fuente: Elaboración propia.
Si bien este promedio para un único mes de medición es insuficiente para generar una estimación adecuada de los rendimientos de colecta en el sector, se puede al menos evidenciar que el potencial existe, y raudamente, se podría asumir que para abastecer a las 80 personas que habitan la caleta durante pasado mes de julio de 2022, se pudieron utilizar 50 atrapanieblas de 4m x 4m para reemplazar la provisión de los camiones aljibe (Véase Figura 4).
Aún muchas preguntas siguen latentes en esta investigación, obtener mayor consistencia estadística a lo largo del año y conocer los rangos altitudinales donde la niebla se presenta con mayor frecuencia, son solo algunas de las cuestiones necesarias para avanzar en un diseño preliminar de un eventual parque de atrapanieblas. Así mismo, la experiencia de proyectos anteriores nos muestra que no solo las condiciones físicas son necesarias, sino que la importancia de generar vínculos comunitarios fuertes y duraderos en el tiempo, es la base para asegurar el funcionamiento de este tipo de proyectos que requieren de cuidados y mantenimientos de baja complejidad.
Figura 4 Diagrama ilustrativo del parque de atrapanieblas para la Caleta Camarones
Diagrama ilustrativo de las condiciones geomorfológicas donde se podría emplazar un eventual parque de atrapanieblas. Fuente: Elaboración propia.
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Tras bambalinas Ferroviario del Disco “Barrio Estación” de Los Bunkers | Barrio Estación (2008)
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Tras bambalinas Ferroviario del Disco “Barrio Estación” de Los Bunkers | Barrio Estación (2008)
[Por Ignacia Mc-Lean Wolleter, Arquitecta Universidad del Bío-Bío, Máster MBArch – especialidad Urbanismo, Universitat Politècnica de Catalunya, Consultora urbana independiente]
Disco: Barrio Estación (2008)
Autor: Los Bunkers.
Sello: Universal Music Group, México.
Resumen.
La banda emblemática Los Bunkers por medio de su álbum Barrio Estación hace tributo al emblemático barrio bohemio que lleva el mismo nombre del disco. El tras bambalinas, revaloriza el lugar de sus inicios musicales y abre camino a conocer un fragmento de la ciudad que ha sufrido un proceso de recuperación urbana de Concepción.
Palabras Clave: Los Bunkers, Barrio Estación, Recuperación Urbana, Concepción.
El disco Barrio Estación es el quinto álbum de la banda penquista Los Bunkers. Compuesto por 13 temas musicales, los cuales fueron lanzados en dos hitos, el 19 de junio de 2008 en México y en agosto del mismo año en Chile. Las canciones de este disco vislumbran a los oyentes parajes del habitar juvenil de Concepción, además para aquellos conocedores del mítico y bohemio barrio estación, un sello conmemorativo para la ciudad dentro del proceso de recuperación del barrio.
El barrio estación, disco, historia y recuperación urbana.
El nombre del disco posee gran carga cultural para la ciudad de Concepción, asociada a ser la cuna del rock Chileno e identidad territorial de la banda (Imagen 1). Sobre las 13 canciones que posee el álbum, una de ellas lleva por nombre “Andén” un nombre sugerente al contexto del disco.
A la vez habla del barrio estación, uno de los antiguos límites de la ciudad perteneciente al territorio ferroviario y una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad mediante el tren. La estación Central de Trenes de Concepción fue construida en 1874, siendo uno de los símbolos de progreso y desarrollo de la ciudad en términos económicos y urbanos creando un polo comercial, de vivienda y hoteles. El terremoto de 1939 abatió la estación llevándose a cabo la nueva construcción de la estación a 1941, la cual funcionó activamente hasta que en la década del noventa comenzó su declive y cerró sus puertas en 2002 del emblemático edificio modernista.
El barrio sufrió un proceso de transformación desde su icónica estación de tren a un barrio bohemio, habitado por clubes de ocio nocturno a modo de escenario para la música de la ciudad emplazándose en las antiguas construcciones de hoteles y locales comerciales. En el año 2008 la bohemia en barrio aún mantenía su auge cuando fue lanzado el disco, sin embargo, en paralelo desde el año 1995 se dio inicio oficial al Programa de Recuperación Urbana Ribera Norte (PRURN) (Baeriswyl y Salinas, 2017). Uno de los objetos urbanísticos de acción del programa apuntaba a las edificaciones públicas a modo de incentivadores para la valorización del área, de este modo se plantea el Barrio cívico de la ciudad. Fruto de lo anterior, se planteó el cambio de uso de aquella estación de tren icónica del lugar que actualmente alberga el edificio de la Gobernación Regional del Biobío (Imagen 2) y la estación se reubicó en el mismo barrio en un nuevo recinto. Sumado al proceso de recuperación, es dable señalar que el terremoto del año 2010 derribó y acabó con varios locales bohemio del barrio, lo cual bajó la dinamización de la vida nocturna del sector.
Desde el imaginario social el disco Barrio Estación está marcado del sonido del rock penquista y la identidad territorial del grupo, plasmaron en la carátula un sello ferroviario. En la gráfica del disco predomina el amarillo de fondo y el negro con matices de blanco. Estos colores no son coincidencia en Barrio Estación, más bien se inspiran en los colores del equipo de fútbol de marcada tradición e historia del gremio ferroviario de Concepción “Arturo Fernández Vial”, del cual uno de los integrantes Mauricio Basualto, baterista, es hincha y señala al disco como “Vialino” (Almanaque Bunkero, 2022, 26m45s).
Conclusiones.
Los barrios poseen identidades y funciones diversas dentro de la ciudad, que a lo largo de los años sufren transformaciones urbanas que van construyendo, aportando historia, constituyendo relatos urbanos, vivencias y dinamizaciones diversas para sus habitantes. Barrio Estación ubicado en Concepción, Chile, tiene diferentes significados para sus habitantes. Para el grupo musical Los Bunkers es la puesta en valor del lugar de origen de la banda, realza sus raíces e inicios musicales y un patrimonio bohemio. Para los habitantes de la ciudad una marcada historia de transformación de la dinámicas sociales y territoriales, movilidad urbana, una recuperación de un espacio que intenta poner énfasis en el cambio de la ciudad. Barrio Estación vive en la memoria de la escena musical de los músicos y penquistas, y para la ciudad una transformación en proceso del lugar ferroviario.
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Entrevista a Alejandra Lazo: "Es un territorio formado por mar y tierra, un maritorio"
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Alejandra Lazo Corvalán. Antropóloga social, Universidad de Chile. Magister en Antropología e Historia, École des Hautes études en Sciences Sociales. Doctora en Geografía y Planificación Territorial, L’Université Toulouse II Le Mirail, Francia. Investigadora y docente de la Carrera de Antropología de la Universidad de los Lagos
«Son también movilidades que se dan en diversos soportes, aquí no es solo el bus y el automóvil, se requiere también de lanchas, animales y también de objetos que van posibilitando los desplazamientos y su organización»
Desde tu formación inicial en antropología y luego especializándote en geografía ¿Cómo describirías el interés por el estudio de las movilidades en territorios insulares?
El interés por estudiar las movilidades en territorios insulares se relaciona con mi trayectoria académica e investigativa, dado que yo había hecho una tesis de doctorado en Francia que tenía como foco las movilidades metropolitanas, específicamente la relación entre movilidad y proximidad en tres barrios de Santiago de Chile. Luego, a partir de conversaciones y encuentros con investigadores del sur de Chile, específicamente con la Universidad de los Lagos, surge la posibilidad de postular a un proyecto Fondecyt Posdoctorado y enfocar mis temas en un contexto archipelágico e insular. En este escenario, la idea era poder trasladar lo que había hecho en Santiago al archipiélago de Chiloé, en particular en las islas de Quinchao. Esto fue en la época del Transantiago, donde la movilidad y el transporte estaban en la palestra de la opinión publica. La idea de este proyecto fue ver como los subsidios de transporte que venían de contextos metropolitanos se aplicaban en zonas remotas e insulares y como esto podría impactar positiva o negativamente en estas realidades. A partir de esto, surge el interés por conocer las movilidades en contextos no metropolitanos, insulares y archipelágicos, y desde ahí nacen otros proyectos que he venido ejecutando como el proyecto FONDEF ID18I10284 GEMOVI donde se diseñó un modelo de gestión para la movilidad cotidiana archipelágica en la Comuna de Quinchao, y actualmente el proyecto Fondecyt Regular 1220762 “Movilidades Adaptativas”, el cual aborda la movilidad desde una perspectiva interdisciplinaria en 4 sistemas archipelágicos.
Desde tu experiencia investigativa en el territorio ¿Cuáles serían las particularidades de las movilidades insulares, que las diferencian de las movilidades en ciudades metropolitanas?
Creo que la movilidad insular tiene semejanzas con lo metropolitano, pero también tiene sus diferencias y particularidades que la hacen única y distinta a lo que se conoce que ocurre en las ciudades y metrópolis. Se trata de territorios diversos y fragmentados, donde el territorio no es un continuo, sino que es un territorio formado por mar y tierra, un “maritorio”, y aquí las movilidades juegan (y han jugado) un rol muy relevante para sobrepasar las barreras y fricciones de la insularidad.
Son también territorios donde existe una permeabilidad entre el mundo rural y lo urbano, así mismo son territorios que tienen una historia e identidad particular, donde cada isla y archipiélago tiene una forma de moverse histórica, lo que además repercute en las movilidades del presente.
Son también movilidades que se dan en diversos soportes, aquí no es solo el bus y el automóvil, se requiere también de lanchas, animales y también de objetos que van posibilitando los desplazamientos y su organización. Por lo mismo, se trata de prácticas multimodales, donde los cambios de medios de transporte son importantes para acceder a los servicios, muchas veces dispersos en el territorio. Se trata además de movilidades que se dan en territorios y espacios muy extensos que traspasan la escala del pueblo de origen o la ciudad, y que ocurren entre comunas, regiones y también entre países vecinos. Por último, otro elemento característico es el conocimiento práctico, el “saber moverse” o “savoir-faire” que se observa en cosas tan cotidianas como el saber subirse a una lancha, saber cuándo el mar está bueno o las mareas no permiten, por ejemplo viajar. Todo esto, construye un saber del territorio único que termina condicionando, programando y posibilitando estas movilidades.
¿Cuáles serían los principales problemas de las movilidades en este tipo de territorios? Y si ¿crees que estas experiencias cotidianas pueden dar luces para mejorar planificaciones territoriales?
Creo que los problemas tienen que ver con el territorio mismo, con su disposición y característica fragmentada, por lo tanto resolver o gestionar los problemas de la movilidad de una manera más optima requiere abordar aspectos territoriales, funcionales y también de distribución de oferta de servicios. El tema de los recursos económicos es sin duda otro elemento importante dentro de la gestión de los municipios que gobiernan estos territorios.
Por otro lado, las condiciones climáticas juegan un papel fundamental para que se efectúe o no una determinada movilidad, y es difícil cambiar este factor, pero si se pueden cambiar o modificar algunas condicionantes que pudiesen influir o actuar como barreras en la movilidad. Un ejemplo podria ser la movilidad por motivos de salud, donde el servicio de salud y sus profesionales son los que puedan llegar a los territorios o implememtar telemedicina, etc., y no que sean los habitantes quienes deban desplazarse largas distancias
para sus atenciones. Es importante generar mejoras con pertinencia territorial a la hora de resolver los diversos y multifactoriales problemas relacionados con los desplazamientos.
Asi mismo, cuando se requieren hacer mejoras en estos territorios no solamente son importantes los tiempos de viajes, los costos, las distancias, etc., sino también los factores subjetivos y cualitativos relacionados con cómo los /las habitantes experimentan su propia movilidad, lo que también arroja luces para implementar políticas públicas con rostro humano.
Por ejemplo en el caso de habitantes de territorios insulares, los tiempos de espera es algo que tienen incorporado en su cotidianidad, sin embargo saber que cuentan con transporte disponible, o con recursos para poder acceder a ciertos servicios, es también importante para ellos y para la valoración que tienen del servicio de transporte. En este sentido, se requiere de políticas públicas que se piensen desde y con los territorios y sus habitantes.
Entrevista a Hernán Riquelme: "El Ferrocarril es un medio de cohesión social"
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
[Por: Diego Carvajal]
Hernán Riquelme Brevis es sociólogo, máster en Dinámicas de Cambio en las Sociedades Modernas Avanzadas y doctor en Ciencias Sociales. Actualmente se desempeña como académico de la Universidad Autónoma de Chile. Es director del magíster en Patrimonio y Turismo (UA) e investigador del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (UA). Sus intereses de investigación son Movilidad cotidiana, Patrimonio ferroviario y Exclusión socioespacial
Desde tu formación inicial en el ámbito de las Ciencias Sociales ¿Cómo describes tu interés (a nivel personal, teórico o metodológico, etc.) por el estudio de las movilidades cotidianas, y en particular con las prácticas y experiencias sociales que se dan en ferrocarriles?
Yo estaba cursando el doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de General Sarmiento en Buenos Aires, que lo dicta con el IDES (Instituto de Desarrollo Económico y Social), y a mí siempre me interesaron los temas urbanos, desde el pregrado, cuando leíamos a Simmel y Lefebvre en el marco de los estudios urbanos. Entonces, cuando estaba haciendo mi plan de tesis conocí al profesor Ramiro Segura, que es un antropólogo argentino que investiga la movilidad cotidiana, y tras algunas conversaciones, y viendo el escenario nacional, me llamó la atención la relación entre la movilidad cotidiana y dispositivos de transporte que tienen una condición patrimonial, en este caso el ferrocarril, que es entendido como un objeto de investigación interesante para analizar las prácticas de movilidad de las personas en tiempos actuales. Así me interesé por cómo los usuarios viven sus experiencias cotidianas, cómo se mueven en las ciudades, pero sumándole este factor que es muy particular que tiene que ver con el papel del ferrocarril, que permite la conexión de habitantes de pequeñas ciudades y localidades, con ciudades intermedia, o incluso metropolitanas.
Así surge en mi tesis el interés por este tema. Hice mi trabajo de campo en la Araucanía con el tren que une Temuco y Victoria, ahí estuve viajando en el tren por años, entrevistando, haciendo acompañamientos, mapas mentales, lo que me permitió entender la movilidad cotidiana e interurbana desde la visión de los usuarios. Así que ahí inicia mi interés por las movilidades cotidianas y por dispositivos de transporte como el ferrocarril.
Desde tu experiencia investigativa, y desde el contexto territorial que más te haya llamado la atención: ¿Cuáles son las principales características de las prácticas de movilidad que podemos observar en o desde los ferrocarriles, y que las distinguen de otras experiencias de viaje?
Esa pregunta es interesante porque nos abre a pensar en el ferrocarril, y a recuperar y revitalizar el ferrocarril en la historia nacional. Cuando pensamos en la movilidad cotidiana, cuando revisamos los estudios, generalmente, las infraestructuras de transporte que más se trabajan son aquellas que nos hablan del transporte público en metrópolis, por ejemplo, los autobuses, el transporte particular, los desplazamientos pedestres o la bicicleta. El ferrocarril en el escenario nacional empieza lentamente a parecer en los estudios de la movilidad como enfoque u objeto de investigación, pero no tan evidente desde ciudades medianas o pequeñas. De hecho, si hacemos un poco de historia, nos encontramos con tres momentos que son claves para pensar la historia del ferrocarril en Chile: El auge, que es de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, donde el ferrocarril tiene un papel importante en la movilidad de personas, de objetos y de materiales mineros. Después empieza la privatización del servicio en la década de los 80 cuando en plena Dictadura, el servicio es desmantelado y queda cada vez menos injerencia del Estado en lo ferroviario. El tercer periodo que yo lo veo más claro en los 2000, cuando quedan muy pocos servicios de pasajeros operativos a nivel nacional, la red ferroviaria se ve muy afectada, en donde prácticamente el ferrocarril se ha venido perdiendo, en donde ya casi para algunas personas es un hito más folclórico que real o material.
Los servicios como de Temuco a Victoria, o el Ramal de Talca a Constitución, que es mucho más histórico, son los que más me han interesado, también en el Biobío o en la Región Metropolitana hay otros servicios, que son representativos de este tipo de movilidad, y ahí entonces pensamos este factor patrimonial, o patrimonio ferroviario en movimiento, en función de cómo se vive este viaje en tren.
Y yo he detectado que el viaje en tren tiene otro ritmo, entrega otras experiencias, formas y espacios de socialización que son muy particulares en relación con otros medios de transporte público convencionales. Tenemos elementos como el paisaje visual de estas movilidades interurbanas, que también desdibujan lo que son las distinciones entre lo urbano y lo rural. En los viajes ferroviarios se pierden un poco esas distinciones entre los pasajeros. También el ferrocarril es un medio de cohesión social y de inclusión de personas que están aisladas del transporte público, por vivir en pequeñas localidades y que viven alejadas de este “progreso urbano”, por decirlo de alguna forma.
Entonces, ahí está la relevancia de los estudios del patrimonio ferroviario en movimiento, donde calza perfecto la categoría de la movilidad cotidiana e interurbana. Cuando viajamos en tren y hacemos este ejercicio metodológico de carácter etnográfico, nos damos cuenta que las personas tienen otra disposición al viaje, otros ritmos y tiempos, otras formas de entender el movimiento que va muy de la mano con los territorios. Creo que esta riqueza que hay para pensar en estas movilidades ferroviarias aporta innovadoramente a los “métodos móviles”, pues se torna un desafío para el desarrollo metodológico con otros ritmos de viaje y otras necesidades, que no necesariamente dialogan con las experiencias de movilidad en las grandes ciudades. Ello invita a pensar la reorganización espacio-temporal de los mismos territorios, en función de un elemento clave a nivel nacional, en términos económicos y culturales, como lo es el ferrocarril. Por ahí se puede ir pensando esta relación entre movilidad y el ferrocarril.
¿Cómo conviven la escala de las experiencias más sutiles del viaje, como infraestructuras, materialidades o normatividades (tiempos, seguridades, etc.)?
Yo creo que ahí hay una tensión por la necesidad de moverse rápido, de llegar rápido al destino bajo el imperativo de la inmediatez, como una forma de vida, de querer todo ahora, lo que influye en una forma de moverse por las ciudades o los territorios, y por otro lado tenemos estos ferrocarriles que son más lentos, que están un poco más “atados al tiempo”, si es que lo vemos de esa perspectiva.
Evidentemente entra en el juego la disposición para viajar en tren que tienen sus usuarios, yo creo que parte por la necesidad del pasajero, y ahí hay que hacer la distinción entre una movilidad que es turística, es decir, cuando me subo a estos trenes para pasear y voy con esa carga del descubrir y conocer, de autorrealizarme con esa práctica de viaje, o cuando yo tengo la necesidad de ocupar el tren para llegar a mi trabajo, para llegar al hospital o al colegio.
Si pensamos en la primera, en la de ocupar el tren como practica de esparcimiento y de ocio, claramente la disposición del pasajero estará abierta a estas temporalidades más lentas, que son distintas al espacio de vida habitual. Pero si lo pensamos desde una perspectiva más crítica, en torno a una persona que vive en una pequeña localidad, que necesita llegar a la ciudad intermedia para ir al hospital, ahí el tren como el único medio de transporte a disposición, tiene una carga emocional negativa.
Estar dos o tres horas viajando para llegar a un lugar, es complejo y habla de la precariedad del sistema de transporte en Chile, porque tenemos trenes que pueden ser turísticos y que rememoran el viaje, pero también trenes más acordes a los nuevos tiempos y necesidades, que requieren de cierta inmediatez para llegar a servicios con urgencia.
Entonces, hacer calzar el tren con la inmediatez o con algo conmemorativo, es donde creo que está esa tensión, porque las pequeñas localidades también necesitan transporte publico eficiente, efectivo y asequible en un Chile desigual.
Chile tiene la necesidad, por su geografía, de contar con un servicio de trenes que sea trascendental, pero también está al debe en la actualización de incorporar elementos tecnológicos, en incluir a las personas de las pequeñas localidades hacia las nuevas ciudades en una red de transportes eficientes, ahí el tren tiene un espacio muy grande. Entonces está ese matiz y desafío que yo observo, que también he escuchado de personas que viajan en tren, que les gusta pero que también quisieran que fuese más eficaz.
¿Cómo se podría definir y caracterizar los territorios que cuentan con movilidades con ferrocarriles? ¿Cómo influyen aquí variables económicas, políticas, culturales o de género?
Durante los últimos diez años he investigado en La Araucanía y en el Maule, en el Ramal Talca/Constitución, que es el único Ramal activo en Chile, que es monumento histórico nacional desde el 2007 y el tren Victoria-Temuco.
Yo he viajado en estos dos servicios con fines investigativos, lo que me ha permitido pensar en estas movilidades ferroviarias, y en función a tu pregunta creo que son varios elementos. Se puede pensar o caracterizar estos territorios a partir de estas movilidades ferroviarias. Yo creo que en la zona centro Sur de Chile se instala el ferrocarril, y cuando se instala los fines eran en el marco de la soberanía, la vigilancia y el control territorial, pues se trata de un territorio de frontera, complejo, en donde se necesitaba el tren que venía de norte a sur para generar esta soberanía nacional. Hoy el escenario es otro.
Hay un libro interesante de Verniory, ingeniero belga que ayuda en esa época a construir esta red ferroviaria, y leerlo es un poco ver cómo la Región de la Araucanía es muy influenciada por el tren, creándose asentamientos humanos, comercio, ciudades alrededor del tren, formándose este nuevo Chile. Y estas ciudades que se van instaurando poseen mucha carga simbólica, cultural y también económica a partir del tren.
Entonces, Chile, un país joven que tiene poco más de 200 años, nos hace pensar que el tren sigue muy vigente en la memoria de las personas. Cuando pensamos en ciudades como Victoria o Lautaro, el tren está muy presente, hay algún abuelo, bisabuelo, amigo o alguien que trabajo en alguna estación en la memoria de sus habitantes, lo que hace que ese relato sea muy interesante porque permite conocer el pasado, el presente y un posible futuro de la región respecto al papel que cumple el ferrocarril. Se crean oficios espacios artísticos y políticos en función del tren. De ahí que la región y estos territorios se pueden caracterizar en función de la movilidad ferroviaria, por cuestiones como la memoria histórica y el paisaje visual. Entonces el tren tiene una carácter multifactorial, que creo que lo hace único, porque no es solo el transporte, sino que también configura las ciudades y da vida social, cultural y económica.
Viajar en tren no es solo desplazarse de un punto a otro, sino que es importante analizar qué ocurre en la estación o en el espacio circundante, qué oficios, prácticas, actividades o elementos emergen en estos viajes. De ahí que estas movilidades influyen en la identidad y en el desarrollo territorial de las regiones.
Con respecto al tema de género es interesante porque con las personas que he podido conversar, se puede observar que las mujeres hacen más viajes en tren para cuestiones vinculadas al espacio doméstico, reproductivo, pero también hay un número importante que lo usa para trabajar, para ir a la universidad. Entonces es interesante ver esa lógica.
Lo que también llama la atención, es cómo la mujer percibe y le da importancia al espacio público, cuando hace el recorrido para llegar al tren o cuando se baja de la estación. Al preguntarle ese tipo de cosas ellas identifican lugares más inseguros en relación con los hombres, zonas más peligrosas, a diferencia de los hombres que más se preocupan por el tiempo, por llegar, por estar, por acceder a estos servicios.
Y en relación a esto, en un estudio que hicimos el año 2019-20 en la Araucanía, las personas creen que el servicio que ofrece el tren es excelente, con un 62% del total. Otro dato que es relevante, es que las personas demandan ampliar el recorrido ferroviario. Un 60% de las personas quiere que el ferrocarril tenga más recorrido, y dentro de las fortalezas que destacan es la comodidad del servicio, que es un servicio económico que está subsidiado por el Estado, y también dentro de las debilidades son los destinos que creen que son muy pocos, que se podría ampliar la red de ferrocarriles. Este punto creo que también es importante, y me voy a detener un poco acá, para recalcar, a propósito de las 200 personas que encuestamos, los factores patrimoniales que ellos más observan en el tren, por ejemplo, lo que más destaca como tema material son las estaciones, con un 38% de respuesta. Le sigue después el paisaje visual, porque cuando se viaja en tren también se observa el paisaje y el entorno, que es distinto a cuando se viaja en buses interurbanos o en automóvil particular. Otros elementos patrimoniales son los recuerdos, las ciudades, las familias y la publicidad.
Ahora, un poco para cerrar la pregunta y volver a las cuestiones de género, el viaje en tren, que además es un espacio más amplio que otras infraestructuras, hace que no haya tanto contacto corporal y los viajeros y viajeras no están tan “apretados” viajando, lo que termina siendo un factor positivo en mujeres, porque se sienten más resguardadas corporalmente en el tren. Lo que ellas identifican en las entrevistas que hicimos es que en los alrededores a la estación existe cierta inseguridad, especialmente cuando la hora de llegada calza con la noche, lo que implica cuidarse en el espacio público.
Por último y pensando hacia el futuro: ¿Es posible pensar en unas movilidades en ferrocarril a nivel nacional? ¿Esa es una escala posible? ¿o habría que pensar en movilidades regionales con más énfasis en conmutaciones y en las diferentes intermodalidades?
Comparto también esta idea de que hay un “nuevo aire” en la última década en la agenda política nacional para pensar el papel del ferrocarril. Con la idea de los “trenes para Chile” aparecen cosas interesantes que pueden ser una oportunidad, claramente.
Ahora, yendo a lo más preciso, el ferrocarril es un agente histórico indiscutible, a nivel cultural y económico, que implicó en la segunda parte del siglo XIX y comienzos del XX la generación de localidades y desarrollo territorial, dejando un legado inconmensurable y muy potente en la vida cotidiana hasta el día de hoy, con oficios, expansión urbana, lenguajes, artes, un montón de prácticas que se generan desde el tren. Pero sí siento que hay una especie de contradicción porque en países occidentales muy cercanos al nuestro, el tren si es un medio de transporte fundamental, porque tiene un montón de cualidades que hacen que las movilidades y los desplazamientos sean efectivos. Pensando en la geografía de un país largo y angosto, soy un convencido de que se requiere de los trenes como medio de transporte fundamental.
Ahora, más allá de la folclorización que pueda tener el tren y sus sentimientos de nostalgia, sí debemos pensar al tren como un medio de transporte que se debe de revitalizar y que se tiene que recuperar, porque no es solamente el tren como te decía al principio, es el tren y lo que este construye a partir del viaje. Y ahí tenemos un elemento muy particular respecto a otro medio de transporte que no tienen esa cualidad.
No es solamente el viaje, sino este y sus posibilidades económico-culturales que ofrece. Si entramos en la perspectiva de los usuarios que hemos entrevistado o acompañado en sus viajes, se argumenta que si es un viaje placentero, pero que si se puede mejorar. Es decir, lo que hay suma pero también se debe mejorar, por ejemplo, insertar nuevos servicios, que sean sustentables, acordes a las necesidades de las personas, y que estén en directo dialogo con las necesidades de las personas y también con cómo las ciudades necesitan de este tren. Un servicio que dialogue con la ciudad y que no solo sea visto como un medio de transporte. Es complejo porque hay un montón de cuestiones económicas y trabas políticas que hacen que el tren siga siendo un transporte secundario en la agenda política nacional, pero insisto, este nuevo aire y los tiempos actuales hacen que el tren cada vez tenga más protagonismo.
Para cerrar la idea y revisando PLADECO, los planes de Desarrollo Sostenible y la Agenda Urbana, coinciden en mejorar la calidad de vida, y ahí el tren parece que es un elemento perfecto y que se acopla con esta idea de equidad, incluyendo a las personas que viven en territorios no metropolitanos y rurales, porque incide en mejorar la movilidad, haciéndola un derecho más latente, y también porque mejora la calidad de vida de la población.
Con todos estos elementos estamos en un buen momento para pensar el tren como un agente que requiere revitalizarse y recuperarse, y que también va a permitir mayor desarrollo tecnológico y mayor conectividad, en definitiva, el acceso de todos y todas a los lugares de frecuentación cotidiana desde una mirada sostenible e inclusiva.
Entrevista a Mayarí Castillo y Consuelo Biskupovic: "La desigualdad en términos de distribución del uso y usufructo del agua en Chile es importante, alrededor del 70% del volumen de agua es usada para la agricultura, y dentro de este sistema, el 1% de los titulares de agua concentra el 79% del volumen total del agua"
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Revista Planeo Nº 53; Crisis hídrica y comunidades, Septiembre 2022
[Por: Diego Carvajal]
Mayarí Castillo es académica del Centro de Economía y Políticas Sociales, Universidad Mayor, Chile. Es Master en Ciencias Sociales por la Facultad de Estudios Latinoamericanos (FLACSO – México) y Doctora en Sociología por la Freie Universität Berlin. Sus áreas de conocimiento son desigualdad y pobreza, conflictos urbanos/ambientales y justicia ambiental, pueblos indígenas y metodologías cualitativas. Es también investigadora del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), fellow en The Maria Sibylla Merian Center for Advanced Latin American Studies (CALAS) e investigadora asociada al Observatory for Socioeconomic Studies Max Planck. Actualmente se desempeña también como Directora de Doctorados de la Universidad Mayor.
Consuelo Biskupovic es Socióloga y Antropóloga, Université París X, Nanterre. Master en Ciencias Sociales, mención Sociología, Ecole Normale Supérieure. PhD en Antropología, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales y Universidad de Chile. Desde el 2006 sus investigaciones se centran en las relaciones entre sociedad civil y medio ambiente. Actualmente, investiga sobre participación y cambio climático. También se interesa por la escritura etnográfica y metodologías cualitativas. Es profesora asistente del Centro de Economía y Políticas Sociales de la Universidad Mayor, investigadora de la Línea 4 del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres e investigadora responsable del Proyecto Fondecyt Iniciación Nº11200545 y del Proyecto ECOS-ANID C20H01. También es co-investigadora del Fondecyt Regular Nº1210858.
Mayarí Castillo
Las cuencas en donde hay crisis y conflictos, como sucede en el norte, son territorios extractivizados y, por ende, están muy presionados, afectando a las comunidades, por ejemplo, atacameñas en el norte, con la explotación del litio de la gran minería, y perjudicando practicas prehispánicas, como las labores de los pequeños agricultores y regantes
¿Cómo se manifiesta el interés por investigar desde la antropología los “recursos naturales”, y en especial los hídricos?
Consuelo: No estamos tan de acuerdo con el concepto de “recursos naturales”, porque esto implica seguir viendo la naturaleza como un recurso que sirve a los humanos. Nos gusta pensar, en tanto investigadoras, en las relaciones humanas con sus entornos, las que transcurren un mismo plano, incluyendo distintas entidades. Desde un enfoque antropológico, pensamos entonces lo hídrico en relación con lo social, y los “hidropoderes”.
En el proyecto FONDECYT regular en el que estamos, trabajamos con una conceptualización que incluye la perspectiva social, lo “sociohídrico” o “hidro social”, que justamente da cuenta de esta relación entre los distintos elementos en relación con la naturaleza e interacciones humanas. De ahí que los enfoques teóricos con los que estamos trabajando son de carácter interdisciplinar. Al trabajar sobre manejo de agua en riego y escasez, necesitamos un enfoque como este que incluya a la vez distintas perspectivas, desde lo comunitario, hasta las ingenierías. También nos gusta pensar la importancia de la dimensión comunitaria y de cómo las labores que se realizan desde ahí son sumamente importantes para el cuidado del agua y la mantención de ella.
Pensando en el agua como entidad explotable, pero también como fuente de interacción social en comunidades rurales, por ejemplo. ¿Cómo se van transformando las prácticas comunitarias y el territorio en zonas de escasez?
Mayarí: Hay una transformación del mundo comunitario y en los territorios de larga data, en la cual la escasez es uno de los elementos en un contexto de cambios productivos y sociales a nivel general. La escasez en Chile tiene que ver, por un lado, con falta de precipitaciones, pero también con estas transformaciones en la matriz productiva desde hace un tiempo ya largo, que han empujado usos más intensivos del agua, una mayor concentración de la tierra y una concentración de los derechos de agua. Y en ese marco podemos ver dos tipos de transformaciones comunitarias frente a la escasez. Por otro lado, vemos una un fortalecimiento de la red comunitaria en torno a la administración de cuenca y fuentes de agua. Hay casos que son bien emblemáticos de eso, como la cuarta región Petorca, Chiloé, Aconcagua, donde las situaciones críticas han empujado, en el fondo, a una mayor red organizacional y una respuesta comunitaria importante frente a la crisis.
En otros lados lo que hemos podido observar es un aumento de la conflictividad de los actores, porque evidentemente cuando hay menos agua hay también un mayor conflicto entre ellos, gatillados en algunos casos por ciertas conductas ilegales o poco éticas por parte de ciertos actores del sistema, como lo que han sido los robos de agua que han sido documentados en varias cuencas, y que evidentemente tensionan la convivencia. Pero en ambos escenarios, creemos que podemos resumir los cambios de más larga data en la forma de producir, en la importancia que tiene la agricultura en el ingreso familiar, pero también en la mayor importancia que algunos elementos culturales y organizacionales en torno al agua comienzan a adquirir, como pueden ser la limpieza comunitaria de canales o las comunidades de regantes, que hoy en día frente a la crisis son claves para asegurar el manejo de la poca agua que queda.
¿Cómo se pueden describir las desigualdades y tensiones sociales que se dan en contextos de alta explotación y de precariedad por acceso? ¿Existen recepciones críticas y/o resistencias en las zonas de crisis hídrica?
Mayarí: Antes de hablar de las resistencias, es bueno plantear el escenario de donde estas nacen. La desigualdad en términos de distribución del uso y usufructo del agua en Chile es importante, alrededor del 70% del volumen de agua es usada para la agricultura, y dentro de este sistema, el 1% de los titulares de agua concentra el 79% del volumen total del agua. Eso quiere decir que estamos observando una desigualdad por dos lados, por una parte, el agua se concentra en un cierto sector, que en este caso tiene que ver con la agricultura intensiva y extensiva para la exportación, primordialmente. Por otro lado, se concentra también en ciertos usuarios de este sistema de producción agrícola que son los grandes productores. Esta concentración del agua impacta, no solo en términos del acceso que tienen las comunidades al agua, sino también en desigualdades de acceso de poder y de influencia en la toma de decisiones respecto a qué es lo que se va a hacer con el agua. Eso creemos es súper relevante: los diferenciales de poder de los actores. Esto se ha observado también en tanto en las discusiones de la reforma del Código de agua, como en las discusiones de la reforma de la ley de riego, en donde hemos visto actores que tienen una visibilidad mucho mayor, un poder de lobby y un acceso a los tomadores de decisiones, que es bien distinto de lo que tienen otros actores.
Consuelo: Para complementar, un punto importante es que las cuencas en donde hay crisis y conflictos, como sucede en el norte, son territorios extractivizados y, por ende, están muy presionados, afectando a las comunidades, por ejemplo, atacameñas en el norte, con la explotación del litio de la gran minería, y perjudicando practicas prehispánicas, como las labores de los pequeños agricultores y regantes. Entonces, la misma cuenca que abastece a la pequeña agricultura, con huertos familiares, hoy provee mayoritariamente de agua a la explotación del litio. Entonces ahí está la desigual distribución del agua, en un contexto de extrema fragilidad, además.
Mayarí: Respecto al tema de la organización y la resistencia, creemos que lo que estamos observando es que cada vez hay comunidades más organizadas en torno al uso del agua, proceso que va aparejado de un nivel de conflictividad importante que se manifiesta en la última década. Chile es uno de los países que tiene mayor cantidad de conflictos socio ambientales según EJAtlas, y eso tiene mucho que ver con esta presión extractiva sobre agua, la tierra, los bosques, las zonas costeras. El caso del agua ha sido bien emblemático porque precisamente esta conflictividad se hizo evidente en el espacio público el 18 de octubre, en donde pudimos ver que una de las cosas que se levantó con fuerza en ese ciclo de protestas, fue la demanda por el agua. Esto se vio también en el proceso constituyente, en donde independiente del resultado, la cantidad de firmas que obtuvieron durante el proceso constituyente las iniciativas que tenían que ver con el derecho al agua, siendo de las más votadas y luego consagradas en varias secciones del escrito. Esto fue producto de un trabajo importante que se hizo a nivel comunitario para tratar de incidir en espacios de toma de decisiones.
¿Existen alternativas o estrategias para sobrellevar esto desde los diferentes actores involucrados? ¿hay sinergias entre entidades institucionales, comunitarias o académicas?
Mayarí: Justamente el proyecto que tenemos es sobre la “interfaz” entre política pública y los distintos actores en relación con la escasez. La principal herramienta del Estado hasta ahora se ha concentrado en aumentar el acceso riego tecnificado o revestimiento de canales para enfrentar la crisis. Sin embargo, eso sabemos que no ha beneficiado de igual manera la pequeña agricultura y a la agricultura indígena. Para tratar de aumentar la cobertura de la pequeña agricultura, y protegerla frente a los efectos de la escasez, hay algunas iniciativas exitosas de coordinación entre INDAP; CONADI y CNR en la novena, cuarta y séptima región. También hay experiencias bien importantes de colaboración entre actores comunitarios, estatales y actores de otros tipos, en torno a los programas de agua potable rural, que finalmente es ahí donde nosotros podemos ver también comunidades organizadas con instituciones estatales para mejorar el acceso y ahí hay casos r en todo el país. En términos del acceso de agua potable rural este es un programa que, si bien no tiene tanto “bombo”, por así decirlo, es súper exitoso en términos de la colaboración frente a las problemáticas de la escasez y los problemas en el acceso al agua.
Finalmente, pudimos ver en el proyecto, que también hay otras instituciones que tienen coordinaciones con organizaciones de la IV región, donde también se han intentado estos manejos utilizando ciertas instituciones a nivel estatal, pero a nivel municipal, donde hay un apoyo decidido de ciertas autoridades municipales en realizar acciones que protejan a población frente a la amenaza de la escasez, que en esta zona en particular es bien grave. En la región de la Araucanía y también del Maule, también hemos visto una gestión de distintos actores de distintas escalas de producción que también participan o que son parte de las “Asociaciones de Canalistas”, que son muchas organizaciones de usuarios del agua, donde todos tienen una participación diferente obviamente, pero les permite de alguna manera tener acceso al agua en momentos de crisis.
¿Cuál es la incidencia y el rol de las políticas públicas en Chile en contextos de escasez hídrica? ¿existen lógicas o trabajos intersectoriales en materias tan transversales?
Mayarí: Lo que sucede con el Estado es que en Chile hay poco trabajo para enfrentar la escasez hídrica como un tema que llegó para quedarse, y donde también hay poco trabajo de prevención frente a los efectos que esto tiene en las comunidades. Más allá de los subsidios de riego y los decretos de escasez, no existen planes orientados a esto. Eso es un problema porque finalmente lo que esto implica es que no existen hoy día políticas públicas orientadas a pensar en temas de agua en miras de los cambios que vamos a observar en la próxima década en relación con el cambio climático. Creemos que aquí hay un diagnóstico y una acción que viene tardía, por ejemplo, el año pasado, que fue uno de los años más graves de sequía y que fue muy crítico en las zonas que hemos documentado, se hizo un plan que se llamó el “plan sequía”, que básicamente consistía en fortalecer las asignaciones de riego y algunas formas de revestimiento temporal de canales. Pero esto llega tarde a las comunidades que ya está con problemas de escasez declarada.
Consuelo: Por otro lado, una falta de precipitación sostenida, no se soluciona necesariamente solo con el “riego tecnificado”. Entonces, quizás falta una política a nivel estatal con capacidad de mirar la matriz productiva y agrícola que tenemos y ver cuáles son las posibilidades reales de “producir”, de intervenir los territorios. Necesitamos una política más comprensiva orientada a la adaptación a una escasez sostenida. Quizás ahí podemos destacar el hecho que el Estado ha tenido un rol también importante en producir y reproducir ciertas situaciones de injusticia hídrica porque en las instituciones domina “la mirada ingenieril”, donde básicamente se hacen los proyectos más baratos y de menor costo, no pensando el problema de base que se da en la experiencia y gestión comunitaria del agua. La “mirada ingenieril” predomina hacia producir un riego tecnificado y macro-intervenciones, siendo la lógica que ha dominado las políticas públicas.
Para cerrar si pudieran hacer una síntesis de lo conversado y pensar en cómo proyectan estos temas hacia el futuro
Consuelo: Lo primero, lo fundamental, es cambiar la Constitución, para que el agua deje de ser un “recurso” privado, y sea un derecho el acceso al agua, y que, en el fondo, en la gestión del agua pueda intervenir el Estado, pero desde una perspectiva diferente a la que hemos hablado respecto a la gestión hídrica, que se focaliza en el riego. Apuntar también a conciliar y revertir mejor el diagnóstico que ya existe, y que están viviendo hace varios años las comunidades. No podemos hacer que llueva más, pero si podemos pensar en la articulación de los distintos actores que están en el territorio y en particular apuntando a una mirada hacia él, sobre todo, en los contextos de mayor tensión, como el contexto minero, forestal, agrícola. Es ahí donde hay que apuntar y poner más apoyo desde las políticas públicas.
Mayarí: Hay que observar en qué estamos usando el agua, y sí es que realmente queremos seguirla usando en lo que la estamos usando, porque básicamente casi toda el agua que tenemos hoy día la estamos dedicando a la agricultura intensiva y de agroexportación, lo que nos plantea una pregunta que va más allá del uso del agua ¿cuál es el modelo de desarrollo que queremos instalar? ¿cuál es el tipo de agricultura que queremos? Porque hay una arista que también estaba súper vinculada a los temas de agua, y que tiene que ver con la producción de alimentos. Por eso es que es importante pensar en que tipo de agricultura queremos, porque el agua hoy en día no se está usando ni para ducharnos en menos de tres minutos, ni para ni para regar el pasto, sino que para esto.
Esa maraña también tiene que ver con que los actores del sistema hoy se encuentran en una situación muy asimétrica en términos de poder. Entonces es difícil pensar una redistribución de usos del agua en un contexto de crisis, sino modificas dos aspectos fundamentales: por un lado, el modelo de desarrollo, es decir, para qué quieres usar el agua y, por otro, la legislación que tenemos. Sobre el segundo punto, la reforma al código de aguas ayudó, pero sigue siendo el agua un bien que se vende en un mercado y eso implica que, cuando tú tengas muy poca agua, vas a tener que decidir a quién tienes que entregársela y mientras exista un derecho de propiedad inviolable sobre ella, es difícil que tú puedas redistribuir a quien más lo necesita. De manera adicional, código de agua no es una reforma retroactiva, por lo que aplica sobre alrededor de un 6% que tú todavía puedes entregar.
Otro de los desafíos es comprender rol que tiene el agua, no solo en temas productivos, sino también en temas culturales y en temas ecosistémicos, como ha quedado referido en los artículos del borrador de la nueva Constitución que están específicamente pensados en como garantizar no solo el agua para el uso humano, sino también el para el uso los ecosistemas. Creemos que eso es clave, porque finalmente eso tiene que ver con los efectos que esto va a tener en la población que vive en estos ecosistemas. Sin duda que el cambio constitucional es, no sé si es la solución definitiva al tema de escasez, pero son los primeros pasos decididos a hacer eso posible, porque yo creo que todos sabemos que esto no va a pasar de un día para otro, pero finalmente son los primeros pasos que se deben tomar, antes que esto empiece a afectar el acceso de agua potable a la población de manera grave.
Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario
[Por: Diego García Guerra. Arquitecto. Máster en Arquitectura avanzada, paisaje, urbanismo y diseño y Máster universitario en transporte territorio y urbanismo por la Universidad Politécnica de Valencia. Laboratorio Ciudad y Territorio, Universidad Diego Portales]
Resumen
La presente columna propone una reinterpretación del patrimonio ferroviario a través de la categoría de hechos territoriales a fin de reconocer su potencial propulsor para el desarrollo local. Se hace hincapié en el rol estructurador de los componentes ferroviarios desde una perspectiva multi-escalar, focalizando en la vitalidad de sus permanencias. En este sentido, se reivindica el rol central de la participación continua de la comunidad en las diversas acciones de revalorización de estos bienes comunes, fortaleciendo la sostenibilidad local.
Palabras clave: Hechos territoriales, sistema ferroviario, patrimonio
El medio natural siempre ha sido un factor que ha condicionado los asentamientos humanos, las actividades económicas, los movimientos migratorios o la creación de vías de comunicación. Por lo tanto, para analizar la difusión del ferrocarril en las diferentes regiones es necesario tener en cuenta el papel que jugó el medio físico en este proceso.
Territorio desde el punto de vista de la sostenibilidad
Analizar el territorio supone evaluar los procesos que en él tienen lugar e implica aproximarse a las distintas culturas territoriales, así como profundizar en los procesos que conservan, modifican o transforman el territorio. Considerando que el territorio no es un espacio en blanco, sino un complejo físico con numerosos elementos que lo conforman, ya sean naturales y artificiales. Es decir, se trata de un espacio construido, resultado de una práctica proyectiva realizada por el hombre. El territorio evidencia las diversas formas de organización del espacio en relación con la utilización y explotación de la naturaleza, y su grado de desarrollo social y técnico siempre es reflejo de la sociedad que lo ha construido y diseñado.
La multitud de elementos que lo componen (caminos, carreteras, puentes, viaductos, túneles, canales, acueductos, presas, puertos, etc.) es un legado territorial de carácter histórico, en el que podemos contemplar las actividades de la sociedad en los distintos periodos históricos, siendo, por tanto, una fuente histórica sobre la sociedad del pasado donde se reflejan las condiciones sociales y económicas.
El ferrocarril, el primer medio de transporte de la era del vapor y emblema del progreso y modernidad durante el siglo XIX y XX, ha sido desde entonces el medio que más ha transformado el territorio, estructurándolo, creando nuevas vías de comunicación, incentivando el comercio y el intercambio. El ferrocarril y el territorio son dos elementos absolutamente indisociables. Las exigencias de pendientes de un trazado ferroviario obligan, en terrenos quebrados, a desarrollar grandes movimientos de tierra o singulares obras de fábrica.
Sobre este escenario fueron disponiéndose los trazados y construyéndose estaciones sujetas a un programa concesional en el que la iniciativa privada y los intereses económicos regionales forzaban el modo en cómo se iban tendiendo. En este sentido, hay que tener en cuenta que en la época inicial del ferrocarril la mayoría de los trazados ferroviarios utilizaron, para salvar los obstáculos que oponía el relieve de su trazado, aquellos pasos que ofrecían menor dificultad para rentabilizar los gastos de construcción. Aunque, anteponiéndose la función comercial y de negocio a la función social. De esta manera, la orografía, los desniveles, la capacidad económica, etc. fueron, entre otros, elementos que decidirían el trazado futuro del ferrocarril y crearían jerarquías.
El concepto de recuperar. Reciclaje y sostenibilidad
La sostenibilidad territorial se perfila como un planteamiento avanzado para gestionar racionalmente la riqueza patrimonial, el capital natural y el acervo de las culturas locales, a fin de permitir que cada comunidad y cada lugar puedan aprovechar los recursos y las capacidades endógenas, preservar su identidad y seguir beneficiándose de los bienes y servicios de los ecosistemas de forma racional y perdurable.
Efectivamente, se parte de la premisa de que el desarrollo sostenible se basa en la identificación, la incorporación y la valoración de las culturas locales en la planificación y la gestión territorial. La integración de estas manifestaciones patrimoniales en la planificación territorial supone un avance hacia una nueva concepción de la cultura del territorio. Además, el conocimiento y puesta en valor del patrimonio natural, cultural y paisajístico es una necesidad de nuestra sociedad para poder alcanzar un desarrollo sostenible.
La recuperación de vías de comunicación en general, y vías de ferrocarril en concreto, supone recuperar la identidad de un territorio, su esencia y el paisaje que lo caracteriza. Así, las vías o estaciones, con su materialización y técnicas constructivas, reflejan un momento histórico de desarrollo tecnológico, de nuevas tipologías arquitectónicas e industriales y de nuevas formas de comunicación sobre un territorio transformado. Se trata de llevar a cabo, por tanto, no un inventario de elementos, sino una valoración del conjunto de unos recursos determinados para que, mediante su reutilización, se conviertan en productos que aporten beneficios sociales, ambientales y económicos.
Patrimonio ferroviario arquitectónico
A lo largo de su historia, las vías férreas han necesitado no sólo de elementos similares a los caminos o canales como los puentes, los viaductos, los almacenes, talleres, sino que han desarrollado nuevos tipos de edificios como las estaciones, los apeaderos, las rotondas de locomotoras, etc.
El patrimonio es, sin duda, un instrumento y un recurso importante en la planificación, la ordenación y la gestión territorial. La noción de patrimonio ha variado mucho en las últimas décadas. Desde el sentido estricto que designaba los vestigios más monumentales de las culturas, se ha pasado a una ampliación del concepto con la incorporación de nuevas categorías procedentes, en muchos casos, de sectores no artísticos, como el patrimonio industrial. Además, también ha sido modificado para poder dar cuenta de la diversidad de las formas culturales y, sobre todo, de aquellas en las que se muestra la relación del hombre con el medio. Naturaleza y cultura aparecen íntimamente ligadas en la formulación de la noción de paisaje cultural.
El patrimonio ferroviario es uno de los más valorados dentro del patrimonio industrial. Su valor es de gran variedad y riqueza, constituyendo un auténtico legado cultural e histórico de nuestra civilización. No sólo como sistema de transporte, sino también por la importancia de los elementos de ingeniería, de arquitectura o tecnológicos que ha generado a lo largo de estos dos siglos. A la gran variedad de sus elementos, tales como, puentes, viaductos, túneles, estaciones, material rodante y artefactos técnicos, hay que sumarle la variedad de sus materiales, los diferentes sistemas constructivos, las soluciones técnicas para su adaptación al medio y a la geografía del lugar, etc. Es decir, todo un legado técnico y científico que hay que conocer y valorar.
La recuperación de estas estaciones y puentes abandonados supone una revalorización de un patrimonio industrial y arquitectónico único. Los nuevos usos, acordes con las actividades de las vías verdes, suponen un impulso y un reconocimiento al patrimonio industrial y arquitectónico. Además, las estaciones, al ser puertas de entrada a las poblaciones, suponían el límite y a la vez la conexión de las vías con el ámbito urbano, por lo que un reciclaje de éstas supondría un impulso al uso de las vías verdes, así como una revalorización del paisaje urbano y periurbano. Su posición estratégica no hace más que sumar valor y posibilidades de futuro al nuevo uso que allí se albergue. Por otro lado, los puentes y viaductos se convierten en excelentes miradores sobre el territorio, así como una muestra del desarrollo ingenieril de la época.
Encontrar la sal, habitar la sal.
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Revista Planeo Nº 54 | Habitar junto al mar | Diciembre 2022
[Por: Cristian Morales Pérez. Antropólogo. Docente de la carrera de Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano]
Resumen
El presente artículo expone brevemente sobre la historia y la cultura de la sal de mar en el mundo humano, desde lo general a lo particular. Se presentan hitos de la historia universal asociados a los usos de la sal, así como datos históricos de la implementación de la producción salinera en Chile, con acento en las comunidades salineras del Chile central, portadoras de una tradición invaluable, habitantes de y con el mar
Palabras Clave: Salinas, Antropología, historia
Encontrar la sal, habitar la sal. La sal nos habita, es parte fundamental de nuestro organismo, sin ella, falla el sistema nervioso, el organismo completo se deteriora y colapsa. (Dastre, 1903; Bloch, 1963; Lemonier, 1996).El más temprano asentamiento humano asociado a la sal se remonta al 6000 A. C. en Zigong, China, incluso antes de la dinastía Han ya se extraía sal en esta ciudad, y se sigue haciendo. Ya hacia el 3000 A.C podemos hablar de cultura material y rutas de la sal. En torno a su uso para la conservación de cuerpos, humanos y no humanos, se data de 2000 A.C y se asocia a Egipto. (Kurlansky. 2003: 13)
Harlan Gilmore describe cómo sociedades enteras han decidido “salir de lo local” para obtener sal. Un recurso que ha abierto y ampliado los límites de muchas culturas, pero a su vez esto ha derivado, enfatiza el autor, en sociedades enteras adictas a esta roca (Gilmore, 1955:1004)
Históricamente han existido sociedades más cercanas a la sal que otras, Dastre en un estudio de 1903, titulado “Salt and its physiological uses”, explica cómo las sociedades con una dieta más cercana a la carne, a la leche, y a los pescados no tienden a salar sus alimentos, por otro lado las sociedades agrícolas tienden a depender mucho más de la sal. (Dastre, 1903:22834)
En América los imperios, azteca e Inca, producían sal. Particularmente el imperio Inca reconocía entre sus categorías censales trabajadores de salinas (Murra, 1984:65). Entre los mapuche, según las crónicas de Rosales, existe la voz chadi (‘sal’), aun así, según el cronista – explica José Toribio Medina (1882:184)- la sal, no era tan consumida por los mapuche como por los Incas. Además es muy probable que el consumo mapuche se viera influenciado producto de la relación con el Inca, nótese la similitud entre los vocablos quechua “Kachi» también “chachi” y el término mapuche “chadi”. Moulian et al (2015), dan otros ejemplos similares en las relaciones lingüísticas Quechua y Mapuche.
La primera crónica sobre Chile, de Jerónimo de Vivar, publicada en 1558, relata cómo la conquista del territorio estuvo en entredicho, producto de las mermas de sal en las tropas invasoras. Al alcanzar la zona central de Chile, los españoles habían agotado la sal recolectada en la zona norte, por lo cual se ven obligados -no sin su cuota de miedo- a buscarla en tierras inexploradas, hacia el mar, un lugar que llamaban Topocalma, donde según le informan sus guías indígenas, hay lagunas cercanas al mar donde se extrae la sal.
“Así los españoles iban temerosos que no la hallarían […] viendo que era invierno y que le parecía ser imposible haber sal, caminaron todos juntos, puesto que la duda iba oculta, aunque iba repartida entre todos, porque cada uno llevaba su parte”. (Vivar, 1966: 74-75)
Culmina el episodio con la descripción de un método que realizan los indígenas, de extracción de sal a mano, y la celebración del español ante la «suerte de hallar la sal». La sociedad europea a estas alturas dependía de un alto consumo de sal, siguiendo la retórica de Gilmore, una sociedad adicta a la sal[1]. Prontamente se implementaron salinas en toda la costa central, la distribución de estas salinas fue cambiando en el tiempo, pero nunca han dejado de existir.
Las últimas salinas de la costa central funcionando, se encuentran en las actuales regiones de O’Higgins y El Maule. En las localidades de Cáhuil, Barrancas y la Villa (Pichilemu). Lo Valdivia (Paredones). Y Yoncavén (Vichuqen). Entre la desembocadura de la laguna Cáhuil y la desembocadura del estero San Pedro de Alcántara, Boyeruca. Constituyen un territorio común; están relativamente cerca, con un paisaje similar, emparentados familiarmente y con una misma tradición. No tan lejos de Topocalma.
Un paisaje cautivador, como de otro planeta, el blanco radiante de la sal acumulada contrasta con el rojo de los cerros, la disposición geométrica de las piscinas salineras, y las herramientas de madera, anuncian la presencia humana, y evidencian un conocimiento transmitido por generaciones. (Sarovic, 2002: 48. Morales, 2019:07).
El sistema de piscinas y las herramientas son de origen europeo, (Quiroz, et al. 1986:118). Aún es posible encontrar en España y Francia sistemas de piscinas muy similares y herramientas casi idénticas. Todas estas, son salineras de tradición romana (Morére, 1994:235. Di Fraia, 2011:31). Ahora bien, todo indica que la población indígena local ya manejaba espacialmente los mejores sectores para implementar la extracción de sal, por eso el reconocimiento de Topocalma como un sector de sal, y producto de su relación fronteriza con el Inca, muy probablemente con conocimientos en torno a la producción salinera y sin duda en conocimiento del valor de la sal. Esto explicaría la pronta identificación de los beneficios del sistema romano y finalmente la adopción de este a su favor. Las poblaciones indígenas adoptan prontamente la técnica de evaporación por piscinas y las herramientas salineras, porque ya extraían sal antes. Cabe mencionar que parte de la comunidad salinera actual se identifica con esta población indígena que apropia inteligentemente una tecnología foránea en su beneficio. (Morales, 2019:21).
Hay una herramienta, que según nuestra consideración, cristaliza las condiciones históricas y culturales específicas en que se implementó el actual sistema de extracción salinera, durante el siglo XVI en el territorio. Hablamos de la Angarilla, herramienta de madera para trasladar sal, que aún se ocupa esporádicamente y que hasta hace una década, se ocupaba aún de forma extensa. La voz angarilla es de un castellano en desuso, cuya primera acepción es ‘camilla para transportar a pulso enfermos, heridos o cadáveres’ (RAE. 1.f. angarilla). Se asocia a una camilla simple e improvisada. (cf. Léxico Oxford; Diccionario Collins). Esto nos hace pensar, sobre la razón detrás de no ocupar simplemente carros para trasladar la sal y ocupar en su lugar camillas. Bueno, creemos que esto se explica por el contexto bélico de la conquista, un entorno en donde era mucho más probable encontrar camillas que carros. Hoy la Angarilla se ocupa muy poco, ha sido reemplazada por la carretilla, pero es sorprendente la cantidad de tiempo que se ocupó de forma sistemática, tomando en cuenta la variedad de opciones tecnológicas para resolver el traslado de sal. Según nuestra observación, esto en parte se explica por el alto apego que tiene el salinero por su trabajo y sus herramientas. (Morales, 2019: 21) Las familias de salineros y salineras del Chile central en algunos casos habitan frente al mar, en otros no, pero siempre cerca, siempre con el mar. Son portadores de una tradición invaluable, asociada a los albores de la historia en el territorio, y que continúa hasta nuestros días. Hoy esa continuidad está en entredicho, las condiciones económicas de salineras y salineros son complejas, año a año muchos deben acumular su sal a la espera de un precio justo de venta. Esto afecta en el recambio generacional salinero, los jóvenes miembros de familias salineras aprecian su actividad tradicional, pero les preocupa sus condiciones actuales y sienten incertidumbre por las futuras.
Bibliografía
Bloch, M. (1963). The social influence of salt. Scientific American, 209(1).
Dastre, M. A. (1903). Salt and its physiological uses. Scientific American Supplement, (1425).
De Augusta, F. (1916). Diccionario araucano-español y español-araucano. Santiago: Imprenta Universitaria.
Di Fraia, T. (2011). Salt production and consumption. En A. Vianello (ed.), Exótica in the prehistoric Mediterranean (pp. 26-32). Oxford: Oxbow Books.
Gilmore, H. (1955). Cultural diffusion via salt. American Anthropologist, New Series, 57(5), 1011-1015.
Kurlansky, M. (2003). Salt: A world history. Nueva York: Penguin.
Lemonier, P. (1996). Sal. En P. Bonte y M. Izard (eds.), Diccionario de etnología y antropología. Madrid: Akal.
Marius-Tiberiu, A. (2015). Anthropology of salt: Challenges of a new discipline. First International Congress on the Anthropology of Salt, 20-24 August, 2015. University of Iași, Rumania.
Medina, J. T. (1882). Los aborígenes de Chile. Santiago: Imprenta Gutenberg.
Mella, J. (1996). Historia urbana de Pichilemu: Origen y crecimiento. Pichilemu: Bogavantes..
Morales, C. (2019). Sal y salinas en Pichilemu. De la sal como materia a la cultura material de la sal. Bajo la Lupa, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Morére, N. (1994). La sal en la Península Ibérica. Los testimonios literarios antiguos. Hispania Antiqua, XVIII, 235-250.
Moulian, R., Catrileo, M. y Landeo, P. (2015). Afines quechua en el vocabulario mapuche de Luis de Valdivia. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 53(2), 73-96.
Murra, J. (1984). Andean societies before 1532. En L. Bethell (ed.), The Cambridge history of Latin America. Volume I: Colonial Latin America. Cambridge: Cambridge University Press.
Quiroz, D. (2010). Los salineros de las costas del Chile Central. Historia, sistema productivo y herramientas. Santiago: CDBP.
Quiroz, D., Poblete, P. y Olivares, J. (1986). Los salineros en la costa de Chile Central. Revista Chilena de Antropología, (5), 103-120.
Sarovic, M. (2002). Los trazados de la sal. Lugar y paisaje: Transformaciones culturales, Cáhuil, VI Región. ARQ, (50), 46-49.
Vivar, J. de. (1996). Crónica y relación copiosa y verdadera de los reynos de Chile. Santiago: Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina.
[1] El tratado sobre la sal “Commentariorum de sale, libri quinque” escrito en 1579 por Bernardino Gómez Miedes, ensalza sus usos económicos, sus usos en la medicina, asi como atribuciones magico-religiosas.(Marius-Tiberio, 2015, p. 1)
Puesta en valor del ferrocarril Antofagasta Bolivia: Visión Patrimonial de FCAB
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Puesta en valor del ferrocarril Antofagasta Bolivia
Visión Patrimonial de FCAB
[Por: Jaime Henríquez Valenzuela. Gerente de Sustentabilidad y Desarrollo Territorial de FCAB. Abogado de la Universidad de Chile y Magíster en Desarrollo Urbano y Gestión Ambiental, en donde desempeñó su tesis en Patrimonio Ferroviario. Postítulo en Antropología Jurídica y Derecho Indígena]
Resumen
FCAB busca activar y valorar los recursos patrimoniales ferroviarios a partir de una gestión participativa y colaborativa, con el fin de integrarlo a la vida urbana a través de un uso permanente y cotidiano, en las 5 comunas de la Región de Antofagasta en las que opera la compañía.
Palabras clave: Desarrollo, Legado, Historia, Patrimonio material, Patrimonio inmaterial, Ferrocarril.
El Patrimonio ya no es considerado solo como símbolo de conservación de los vestigios del pasado. Hoy se alza como una herramienta poderosa de redes integradas. Ya no es suficiente solo resguardarlo, se requiere vivirlo, activarlo y regenerarlo a través de su uso cotidiano y ciudadano, lo que requiere una gestión participativa y colaborativa de sus protagonistas.
El Ferrocarril de Antofagasta constituye un testimonio de los elementos patrimoniales con que cuenta la región y la dimensión internacional que caracterizó a la industria del salitre en el norte del país. En la actualidad, aún existen barrios e inmuebles que dan cuenta de la vida que transcurría en aquellos tiempos del salitre y luego con la industria del cobre.
Con orgullo, FCAB cuenta con una de las estaciones mejor conservadas del patrimonio ferroviario chileno, y eso es lo que deseamos para el resto de las instalaciones patrimoniales de la región. Por lo anterior estamos trabajando basándonos en la Estrategia de Patrimonio de FCAB, que busca activar y valorar los recursos patrimoniales ferroviarios a partir de una gestión participativa y colaborativa, con el fin de integrarlo a la vida urbana a través de un uso permanente y cotidiano, en las 5 comunas en las que operamos. Esto lo hacemos a través de tres ejes estratégicos:
- Activos Ferroviarios: Busca desarrollar planes de activación, revitalización y rescate de inmuebles patrimoniales. (material rodante, edificios y estaciones) (Ej. Ex hospital inglés)
- Patrimonio y territorio: Plantea rescatar y proyectar los valores ferroviarios (compromiso con la sustentabilidad), que forjaron a las ciudades e identidades barriales de los territorios donde somos parte.
- Educación y fomento cultural: Posicionar a FCAB como un actor regional que apalanca la formación escolar, los desafíos sociales, culturales, productivos y tecnológicos de la Región de Antofagasta.
La historia de la Región de Antofagasta está profundamente conectada con FCAB y sus 134 años de trayectoria. El tren nace como medio de transporte y es parte de la cadena logística para el desarrollo económico de la región, la industria necesitaba un medio para sacar su producción y las ciudades se formaron y crecieron en torno a las instalaciones ferroviarias.
El crecimiento de la actividad ferroviaria y portuaria trajo consigo el desarrollo que necesitaba las ciudades para erigirse como capital minera de Chile. El paso del tren acarreó consigo no solo la riqueza del mineral, sino que también se transformó en un motor de construcción social, que llenó de vida a la zona.
Este desarrollo se transformó no solo en la cara de las ciudades, sino también es parte de cada una de las vivencias de los hombres y mujeres que, con su esfuerzo, construyeron el ferrocarril que es hoy, dejando un gran legado en la identidad en cada uno de los territorios en donde operamos.
Para el Ferrocarril el patrimonio es la huella que ha dejado en el territorio y en las personas que han sido parte del crecimiento de nuestra región. Un legado que se ha traspasado de generación en generación.
Para quienes vivimos en la Región de Antofagasta es común encontrarnos con variados elementos físicos que son parte de la historia y que se asocian a la actividad propia del ferrocarril, como lo son las estaciones de trenes, maestranzas, talleres mecánicos, grúas, cocheras, parrillas de líneas férreas, acueductos e inmuebles patrimoniales.
Algunos ejemplos de ello:
- La Estación de FCAB: Construida entre 1885 y 1887, ubicada en calle Bolívar, fue Declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto Supremo N° 74, el 12 de enero de 1981. El edificio tiene con un balcón corrido que permite comunicar sus distintas dependencias, en donde actualmente funcionan las oficinas administrativas. Lo rodean casas de estilo inglés y conforman el edificio del FCAB.
- Coche histórico N°48: Fue reacondicionado por FCAB e instalado en la comuna de Sierra Gorda. Entre 1907 y 1940, el FCAB contaba con vagones destinados a transportar pasajeros de primera clase, que luego pasaron a ser parte del patrimonio ferroviario.
- Locomotora 34: Del año 1927 (restaurada el 2004), diseñada en Mejillones por los ingenieros británicos Hilary Hood y Eduard Gerrard. El año 1927 la fabricó North British Locomotive & Co LTDA en Glasgow, Escocia. Prestó servicios desde los años 1927 a 1962 entre Antofagasta y las fronteras con Bolivia y Argentina. Finalmente, el año 2004 fue reparada y puesta en servicio para viajes especiales. La cual hoy se encuentra en un nuevo proceso de reacondicionamiento.
- Ex Edificio Patiño: El edificio ubicado en la calle Washington 490, colindante al ex Banco Mercantil de Bolivia, forma parte del Barrio Histórico de Antofagasta y es reflejo de lo que fuera la época de auge experimentado por la ciudad, en el marco de la economía salitrera. Aunque no existen datos concretos sobre su edificación, se estima que data de la década de 1920, coincidente con las obras del edificio del ex Banco Mercantil de Bolivia. Fue declarado Monumento Histórico en 1991 por sus méritos arquitectónicos y por conformar, junto al edificio del Ex Banco Mercantil de Bolivia, una perfecta unidad estructural que enriquece el patrimonio cultural del Barrio Histórico.
- El Paseo Estación en Calama: Ubicado en pleno centro de Calama, constituye un espacio de encuentro para la comunidad, integra rieles, durmientes, una tornamesa, un mini museo y coches restaurados y habilitados para que emprendedores de la zona puedan dar muestra de sus creaciones.
- Viaducto de Conchi: Se encuentra ubicado aproximadamente a 66 kilómetros de la ciudad de Calama, a una altura de 3.048 metros sobre el nivel del mar, y fue construido entre los años 1886 y 1888 por la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. La construcción de este bien se enmarca en el desarrollo de la minería en la Región de Antofagasta, que desde mediados del siglo XIX generó un crecimiento económico sin precedentes para el país apoyado necesariamente por un sistema de transporte como el ferrocarril, que permitía desplazar grandes cantidades de material desde su lugar de extracción a las plantas de refinerías y “oficinas” y desde allí a los puertos en donde se embarcaba para ser distribuido al resto del mundo. Fue declarado Monumento Histórico a través del Decreto N.º 156 en el año 2015.
- Ex – Hospital Inglés: Conocido como Ex colegio inglés o Ex Colegio Antofagasta, fue inaugurado en 1907, su servicio médico iba dirigido inicialmente a los funcionarios de la compañía ferroviaria, siendo el primer hospital “moderno” con el que contó la ciudad, a partir de ese momento y fue conocido en aquel entonces como el Hospital Inglés de Antofagasta. En 1926, los niveles superiores fueron reacondicionados y convertidos en las dependencias educativas del Antofagasta British School, el célebre Colegio Inglés de la ciudad, disponiendo sus salas para los hijos de los ejecutivos de la Compañía de Ferrocarriles y algunos de la colonia británica en la ciudad. Actualmente, a través de un trabajo colaborativo, se entregó a la Sexta compañía de Bomberos, Bomba Ferrocarril, en una asociación pública-privada que busca volver a dar vida al edificio a través de la habilitación de un nuevo cuartel para la compañía y espacios de uso público.
Para FCAB el trabajo mancomunado con la comunidad, trabajadoras y trabajadores, es clave, pues son el espíritu de todas las iniciativas que tengan como objetivo reactivar y poner en valor los espacios patrimoniales.
Con ellos seguiremos construyendo valor, porque tenemos un testimonio vivo, que es nuestro patrimonio material e inmaterial, y que habita en el norte de Chile. Es el propio territorio y nuestra gente quienes narran cómo fue la vida a la usanza de las salitreras y el nacimiento de las localidades adyacentes a la línea del tren.
Somos pueblo, somos agua
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Somos pueblo, somos agua | Secas, el río sueña (2021)
[Por Natalia Aravena Solís, Geógrafa UdeC, Mg. en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente – IEUT, Estudiante Doctorado en Geografía UC]
Documental: Secas, el río sueña (2021)
Dirigido por: Galut Alarcón
Participación en Festivales: 28º Festival Internacional de Cine de Valdivia; 15º Festival Internacional de Cine Polo Sur Latinoamericano
Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=RqLbjS_f7D0
Disponible en CineChile – https://cinechile.cl/pelicula/el-rio-suena/
Im.1 Póster Documental | Fuente: CineChile
Resumen.
Constituyendo una de las partes de una trilogía de documentales titulados “Secas”, el documental El río sueña aborda la escasez hídrica en comunidades rurales, desde la cordillera hasta el valle, en la zona central de Chile. Personifica a los ríos, glaciares y lagunas, entregando su relato a través de sus comunidades defensoras, y relacionando la escasez de agua no sólo a la sequía, sino que a diferentes actividades extractivas como la minería, la generación energética, la agricultura de exportación y el turismo intervencionista. Ofrece una mirada desde la cosmología diaguita sobre la capacidad del río para soñar, anunciando que vendrá escorrentía, y asimismo hace referencia directa a la necesidad urgente de un cambio constitucional que permita un nuevo Código de Aguas y el fin de la privatización del recurso hídrico.
Palabras Clave. Agua, explotación, sequía.
Introducción.
De acuerdo con su guionista y director, Galut Alarcón, El río sueña surge a partir de conversaciones con comunidades del río Choapa (Chile) y su conocimiento ancestral acerca del agua y del comportamiento del río. La vinculación de la vida y el agua es directa, es por eso que su disponibilidad y acceso es fundamental para dichas comunidades, lo que justificaría la lucha que perdura para asegurar el agua a las próximas generaciones.
El documental hace un recorrido por diversas comunidades en la zona central de Chile: en el Cajón del Maipo, Panguecillo, Quelén, Cabildo, Salamanca, Pirque, Paine, la Laguna de Aculeo y Cuncumén. El agua en sus diferentes formas geográficas (glaciar, río y laguna) resulta personificado por las comunidades vinculadas a ella, reconociendo sus formas, sus espacios, su sonido, y la falta de ellos como respuesta a la intervención de actividades económicas extractivistas.
Sagrada Cordillera.
Se expone la Cordillera de los Andes, y en ella el glaciar Mesón Alto en el Cajón del Maipo, para ejemplificar cómo la Cordillera es fuente y soporte del agua que se debe proteger. El agua es fundamental para ecosistemas sanos, y la construcción de Alto Maipo se plantea como una amenaza para la disponibilidad de agua, ya que fracturó el glaciar callando la voz del agua que alimenta al río Maipo. Este tipo de intervenciones en un espacio sagrado como lo es la Cordillera, son los que ponen en peligro la vida en toda la cuenca, y podrían silenciar la voz de los ríos.
Im.2 Glaciar Mesón Alto | Fuente: CineChile
Silencio y el río.
En otro caso se presenta el convento de Carmelitas Descalzas, a las que una empresa que planeaba desarrollar un proyecto de generación eléctrica intentó de convencer para que cedieran parte de su terreno para encausar el río en tuberías subterráneas. Sin embargo, las religiosas reconocen que antes escuchaban solo el sonido del silencio y el sonido del río, y eso les generaba un espacio de paz y reflexión. Pero luego llegaron los camiones, y el río empezó a silenciarse, y con ello se acabó la paz.
Luego de negarse al proyecto de la hidroeléctrica, las Carmelitas Descalzas tuvieron que reponerse a incendios en sus terrenos y desde su creencia piensan que es obra de la Virgen del Carmen, madre y reina de las montañas y de las aguas, quien las protege y protege la tierra para que no pase nada malo.
Im.3 Carmelitas Descalzas | Fuente: CineChile
Recuperar el agua, recuperar la memoria.
Un último caso, y uno de los ejemplos más impactantes a nivel nacional de los efectos del uso y explotación del agua, sumado a la extensa sequía que ha padecido la zona central del país, es la Laguna de Aculeo. Este cuerpo de agua se muestra completamente seco, incluyendo el inexistente caudal de sus afluentes, y resulta de acuerdo con el documental tanto un espacio que debe ser recuperado para la comunidad, como un espacio de memoria por la recuperación del agua.
Sumado a ello, se muestra la explotación del suelo de lo que era la Laguna de Aculeo mediante una actividad de extracción de áridos que mantiene el modelo de explotación de recursos naturales que permite la Constitución vigente en Chile, por lo que se indica la necesidad de un nuevo modelo de justicia hídrica que prohíba la privatización de este recurso.
Im.4 Laguna Aculeo | Fuente: CineChile
Conclusión.
El documental El río sueña ofrece una visión general de cómo la escasez hídrica afecta a comunidades rurales en la zona central del país, y cómo estas comprenden desde sus propias creencias su relación con el agua, lo que de cierta forma le da sustento a su lucha contra la explotación, para poder acceder al agua que sostiene la vida y su supervivencia como comunidad.
Lo que tienen en común, es que todas quieren que el río vuelva a soñar, para escuchar ese sonido que augura buenas noticias: que viene agua, agua que es parte de la tierra, que permite ecosistemas sanos, y que necesitamos que fluya libre por la tierra.
Patrimonio ferroviario: Reinterpretar las permanencias de los hechos territoriales
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Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023
Patrimonio ferroviario: Reinterpretar las permanencias de los hechos territoriales
[Por: Cecilia Inés Galimberti. Doctora en Arquitectura, Investigadora Adjunta del Centro Universitario Rosario de Investigaciones Urbanas y Regionales (CURDIUR) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)]
Resumen
La presente columna propone una reinterpretación del patrimonio ferroviario a través de la categoría de hechos territoriales a fin de reconocer su potencial propulsor para el desarrollo local. Se hace hincapié en el rol estructurador de los componentes ferroviarios desde una perspectiva multi-escalar, focalizando en la vitalidad de sus permanencias. En este sentido, se reivindica el rol central de la participación continua de la comunidad en las diversas acciones de revalorización de estos bienes comunes, fortaleciendo la sostenibilidad local.
Palabras clave: Hechos territoriales, sistema ferroviario, patrimonio
Los componentes ferroviarios resultan estructuradores del proceso de territorialización y se configuran en marcas que condicionan las diversas variables y dinámicas posteriores a su constitución, incluso a pesar de su desafectación o cambio de uso. El ferrocarril ha sido clave tanto en la organización territorial, como en la reestructuración de las redes de las ciudades, obteniendo protagonismo y grandes impactos en su crecimiento y desarrollo (Capel, 2007). Especialmente en América Latina, el proceso de infraestructuración ferroviaria, que toma lugar mayormente entre la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, transforma radicalmente no solo las ciudades preexistentes, sino también resulta motor de generación de poblados y es causante de nuevas lógicas territoriales. Gran cantidad de urbanizaciones surgen alrededor de las estaciones ferroviarias, así como se establecen nuevas divisiones catastrales tanto urbanas como rurales en torno al sistema férreo.
En las últimas décadas, se reconoce el valor del patrimonio ferroviario como clave de identidad local, por lo cual, se realizan numerosas refuncionalizaciones en diversas ciudades del mundo. No obstante, si bien frecuentemente se registran intervenciones y restauraciones de componentes a escala urbana o piezas arquitectónicas aisladas, resulta fundamental comprender el rol multiescalar de los territorios ferroviarios. Esto implica comprender no solo su rol urbano, sino la conexión posibilitante entre distintas regiones, territorios y lugares que le confiere una identidad común, con diferencias y particularidades, pero mancomunadas en una misma historia y un gran potencial de revalorización conjunto respondiendo a las demandas contemporáneas.
La permanencia vital de los hechos territoriales
Aldo Rossi en su famoso libro “La Arquitectura de la ciudad”, al analizar la estructura de la ciudad, focaliza en los hechos urbanos, en su forma, en el rol de la permanencia, la historia, la memoria: “muchas veces estos hechos permanecen, están dotados de vitalidad continua, y a veces se destruyen; queda entonces la permanencia de las formas, los signos físicos del locus” (Rossi, 2010, p. 99). Pero la permanencia de dichos elementos puede darse de dos variantes, dado que pueden ser elementos patológicos o, de lo contrario, elementos propulsores. La diferencia refiere a la forma en que experimentamos el pasado. En el primer caso, estos hechos tienden a quedar aislados de las dinámicas contemporáneas de la ciudad, que no se puede modificar; mientras que, en el segundo, el pasado se experimenta de una manera diferente, en la cual puede cambiar su función, pero continúa presentando esa asociación indisoluble con el lugar.
Bajo ese espíritu, proponemos el concepto de hechos territoriales, entendidos en su escala ampliada, que abarca diversas jurisdicciones y distintos usos del suelo. El ferrocarril, en muchos casos, resulta un factor infraestructural antecesor a los desarrollos urbanos, cuya presencia introduce un factor territorial especial, dado que irá marcando la vocación de diversos sectores espaciales (Fernández de Luco, 1987). Es así como, a pesar de que se modifique su función (siendo desafectados y/o reutilizados sus componentes para otros usos), dichos elementos continúan permaneciendo tanto en su forma, condicionando otras dinámicas, como también en la memoria de los habitantes, en la imagen, el paisaje territorial. De ello deriva el potencial propulsor de estos hechos, entendiéndolo como un sistema capaz de crear relaciones territoriales (Eizaguirre & Grijalba, 2020). En este sentido, cobra particular interés la perspectiva de abordar el territorio como patrimonio, a través de la reinterpretación y de las reapropiaciones de las huellas territoriales, a fin de conservar sus caracteres identitarios, pero reactualizados en el presente (Galimberti, 2015).
Hacia la revalorización de los territorios ferroviarios
Son numerosos los componentes ferroviarios en distintas partes del mundo que han sido restaurados y refuncionalizados para nuevas actividades. Si bien mayormente estas intervenciones suelen realizarse sectorialmente en obras de arquitectura, como estaciones, galpones, talleres, entre otros, el potencial es mucho mayor cuando se aborda desde una estrategia multiescalar de los hechos territoriales. Por un lado, nos referimos sobre la relevancia de la revalorización de las identidades territoriales, mediante acciones integrales que respeten las particularidades de cada lugar, de su memoria colectiva. Siguiendo a Magnaghi (2011), el patrimonio territorial es un sistema vivo de alta complejidad y debe ser tratado como recurso para producir riqueza. Esto significa atribuirles nuevos alcances a través de la producción de nuevos actos territorializantes, pero sin destruir su valor de existencia. Es decir, debe ser entendido como bien común, como recurso para las generaciones futuras, pero dicho legado no significa convertirlo en un patrimonio intacto, inmutable, sino enriquecido con funciones y nuevos valores para la comunidad (Carta, 2004).
Por ello, estas iniciativas deben surgir y contar con el apoyo y la participación plena de la propia sociedad. Es decir, que ésta sea protagonista de sus reapropiaciones y que posibilite su legado en el tiempo. Si dichas acciones resultan ajenas a la comunidad local y responden a intereses exógenos, como la simple atracción de turistas o su uso para visitantes o consumidores externos, tienden a resultar meras escenografías carentes de valores cualitativos en sintonía con el locus. En cambio, como plantean Dematteis y Magnaghi (2018), el “retorno al territorio” implica el crecimiento de la conciencia del lugar, que conduce tanto al conocimiento profundo de sus componentes ambientales, paisajísticos, culturales y sociales. Así, atendiendo a los sujetos socioeconómicos locales y resultando insumo para producir bienes orientados al bienestar de las comunidades locales.
Referencias bibliográficas
Capel, H. (2007). Ferrocarril, territorios y ciudades. Revista bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XII, 717. http://www.ub.es/geocrit/b3w-717.htm
Carta, M. (2004). Strutture territoriali e strategie culturali per lo sviluppo locale. Economia della Cultura, 1, pp. 39-56. DOI: 10.1446/12382
Dematteis, G. & Magnaghi, A. (2018). Patrimonio territoriale e coralità produttiva: nuove frontiere per i sistemi economici locali. Scienze del territorio, 6, 12-25.
Eizaguirre-Iribar, A. & Grijalba, O. (2020). A methodological proposal for the analysis of disused railway lines as territorial structuring elements: The case study of the Vasco-Navarro railway. Land Use Policy, 91, 104406. https://doi.org/10.1016/j.landusepol.2019.104406
Fernández de Luco, M. (1987). El Plan Director como estrategia de acción. En Municipalidad de Rosario (Ed.) Jornadas de divulgación sobre ordenamiento urbano y aspectos ferroportuarios de la ciudad de Rosario, pp. 24-48.
Galimberti, C. (2015). El patrimonio territorial como mirada integrada del ambiente. Análisis del frente fluvial metropolitano de Rosario. Revista Apuntes, 28 (2), 56-67, doi:10.11144/Javeriana.apc28-2.ptmi
Magnaghi, A. (2011). El proyecto local: Hacia una conciencia del Lugar. Barcelona: Universitat Politécnica de Catalunya.
Rossi, A. (2010). La arquitectura de la ciudad. Barcelona: Gustavo Gili.