Los eventos festivos tradicionales se han convertido en un objeto de fascinación para la gestión urbana, sobre todo como una forma de regeneración económica de ciudades. El capital simbólico y la cultura son fundamentales para este efecto, por cuanto tienen a favor el interés turístico. Sin embargo, el impacto en la densidad de una ciudad generado por un evento masivo conlleva prácticas locales de apropiación del espacio urbano para dotar de servicios temporales a la ciudad de manera informal, que por lo general no se incluyen en el discurso de estas formas de gestión urbana. El caso de la ciudad de Oruro, en Bolivia, y su carnaval es sin duda representativo de una tendencia de planificación orientada a la espectacularización de la ciudad. En esta dirección, las estrategias de intervención asociadas a intereses de tipo económico, social y cultural se traducen en proyectos de promoción turística y monumentalización del capital simbólico. En este artículo se postula que esta tendencia no es sustentable en una ciudad cuyo único momento turístico es el carnaval, pues produce, por el contrario, infraestructuras predestinadas a la obsolescencia y un importante ejemplo de control del espacio urbano.
Palabras clave: espectacularización, eventos urbanos, Carnaval de Oruro