El patrimonio edificado en un contexto de mediatización de la experiencia, se presenta como una realidad con la que cual se ha vuelto difícil vincularse a través de otros sentidos que escapen a la predominancia de lo visual. Como consecuencia, la interacción con los bienes culturales se diversifica favoreciendo su protección en algunos casos y desentendiéndose su cuidado, en otros. El presente trabajo propone analizar el vínculo patrimonio-memoria-sentidos y la construcción que se genera entre ellos, a partir de la experiencia espacial de personas con discapacidad visual. Al no poder establecer persona-edificio una relación visual, se indaga qué sucede con aquellos cuyo campo perceptivo es diferente y tensionan la relación memoria- hecho edificado. Dicha experiencia permite establecer una reflexión que busque recuperar otras dinámicas de conservación patrimonial, evidenciando cuales son las posibilidades de relación mediante otros sentidos a partir de la(s) discapacidad(es) visual(es), y qué memorias emergen/se activan e imprimen en el patrimonio a través de dichas experiencias que van más allá del orden ocular. El enfoque desarrollado para el patrimonio edificado en este trabajo, recupera la idea/práctica de conservación activa, señalando su importancia para el enriquecimiento de la memoria colectiva, el reconocimiento de su autenticidad y carácter variable de su valor, así como también la importancia en la apropiación por parte de toda la comunidad.
Palabras clave: patrimonio edificado, memoria, conservación activa