Deporte y Ciudad

Marzo-Abril 2014

Cómo los holandeses consiguieron sus ciclovías

Este documental de corta duración, da cuenta del proceso vital, que han vivido los holandeses para lograr el éxito en su gestión, por estimular una cultura urbana en torno a movilidades alternativas y la manera eficiente en que la ciudad se preparó para dar paso al uso masivo de las bicicletas como medio de transporte y símbolo de la calidad de vida de sus ciudades y habitantes, “creando una consciencia, que eventualmente cambió la forma de pensar sobre las políticas de transporte”.

Revista Planeo Nº15 , Deporte y Ciudad, Abril 2014.

holand

[por: Piera Medina Ziller, Arquitecta]

Palabras clave: bicicletas / ciclovías / salud / deporte / cultura urbana

Los tiempos han cambiado y la movilidad cada vez cobra más relevancia para quienes habitan en las ciudades. No solo por el aumento en los valores de las bencinas, los tiempos de desplazamiento, ni la congestión, sino también porque el modo en el que lo hacemos define el estilo de vida e incluso prácticas saludables que queremos llevar.

Este documental de corta duración, da cuenta del proceso vital, que han vivido los holandeses para lograr el éxito en su gestión, por estimular una cultura urbana en torno a movilidades alternativas y la manera eficiente en que la ciudad se preparó para dar paso al uso masivo de las bicicletas como medio de transporte y símbolo de la calidad de vida de sus ciudades y habitantes, “creando una consciencia, que eventualmente cambió la forma de pensar sobre las políticas de transporte”. Esta experiencia impone un nuevo paradigma de Movilidad y una nueva forma de experimentar la cultura urbana a través del Deporte.

Cierto es que la llegada del automóvil fue el símbolo durante siglos, de una economía creciente, tanto a nivel nacional como individual. Tener un vehículo simbolizaba éxito y prosperidad económica. El automóvil se convirtió rápidamente en símbolo urbano y la ciudad se encargó entonces de darle el espacio que requería. Los peatones fueron relegados hacia veredas inhóspitas y los ciclistas quedaron situados en un limbo entre la velocidad lenta y pausada del peatón y por el otro lado, el automóvil, dueño absoluto de la calle, con una velocidad más acelerada. Sin embargo, durante muchos años, el automóvil ha ido encontrando opositores en su paso: peatones, economía, congestión, contaminación, calidad de vida, entre otros, pero sin duda la bicicleta se ha situado como garante de la lucha en su contra y su monopolio en las calles.

La cultura de la bicicleta en Chile, comienza a crecer aproximadamente hace tan solo 10 años, de manera lenta y asociado más a una cultura deportiva que de movilidad. Sin embargo, la ineficiencia de la locomoción colectiva y el aumento en los tiempos de viaje producto del aumento de la industria automotriz, comienza a gestar una necesidad de desplazamiento diferente.

Si bien el ejemplo de Holanda se inserta en un contexto de cultura cívica ejemplar, los procesos que debieron sortear los holandeses años atrás, son bastante similares a lo que experimentamos en las calles de Chile, hoy en día.

El documental da cuenta del proceso y como las políticas y planificación urbana, en conjunto con las demandas ciudadanas, logran una sinergia que detona una cultura colectiva en torno al uso de la bicicleta; una experiencia que supo hacerse de un lugar en el entramado urbano, logrando disminuir la relevancia y la velocidad del automóvil en la ciudad, brindándole a los habitantes de todas las edades, la posibilidad de estar en la ciudad con mayor libertad y seguridad.

El ejemplo de Holanda nos propone un reto, y es que para lograr aquello hace falta cultura, pero también de una infraestructura que lo sustente. Durante los últimos 40 años, en Holanda se han desarrollado enormes intervenciones urbanas en pos de consolidar la infraestructura para la bicicleta (17.000 kms de ciclovías), re-configurando las jerarquías y situando a la bicicleta como el principal motor de la movilidad del país.

Según la OMS, el ejercicio además de los componentes físicos, mejora la agilidad mental, concentración y enfermedades psicológicas, entre otros, por lo que se recomienda ejercitarse mínimo 20 min diarios. Si esto se traslada a un uso cotidiano de la bicicleta, esto ayudaría a disminuir el sedentarismo y a generar ciudadanos más felices y activos. A modo de dato, en terreno plano se puede recorrer 7 kms. en 30 minutos, 5 kms. en 20 minutos y 3 kms. en 12. El slogan haga ejercicio y ahorre dinero, no está tan lejos de la realidad.

Andar en bicicleta requiere de un esfuerzo físico, donde el motor no es más que el propio cuerpo. Por esta razón, la relación entre este sistema de transporte y la calidad de vida de sus usuarios se vuelve indivisible, y pone de manifiesto la idea de que moverse por la ciudad permitiría aumentar y mejorar el estado físico de las personas. Se disminuyen no solo los costos del transporte, sino también los costos en dinero y tiempo de ir a un gimnasio, por ejemplo, dándole mayor valor al tiempo de desplazamiento que permitiría realizar otras actividades.

Y es que la construcción de mejor Infraestructura de ciclovías no solo permite un medio de transporte alternativo, sino también realizar este deporte por todos los espacios que la ciudad así lo permita, pudiendo disfrutar de todos los elementos que construyen el contexto del ciclista urbano.

Sus impactos pueden ser de alto potencial, pudiendo beneficiar la calidad de vida de sus usuarios (salud, ahorro, ejercicio, bienestar) y de manera indirecta a la ciudad (disminución de ruidos y contaminantes, ritmo y ruido urbano, etc). Los medios de transporte no motorizados son elementos importantes para la movilidad de las ciudades de hoy, porque además ofrecen a la ciudad una posibilidad de re-pensarla en relación al paisaje urbano, que la velocidad del pie y la bicicleta pueden ofrecerle a sus habitantes.

La bicicleta es la expresión de la integración social, equidad, tolerancia y democracia, que se refleja principalmente en la relación que ha suscitado este medio con los espacios públicos y el deporte.

Los desafíos que tuvieron que sortear los holandeses son bastante similares a los que vivimos hoy en Chile, lo cual pone de manifiesto que una buena planificación del territorio, pensada desde la integración y la incorporación de todos los componentes de movilidad, permite construir una ciudad más libre e inclusiva. Donde el espacio urbano se convierte en el lugar de encuentro, que paradójicamente es el fundamento de la ciudad.