Revista Planeo Nº13, Ciudad y Género, Noviembre 2013
Fuente Imagen: http://www.klaretexte.de/magazin/artikel/unfreundliche-wiener-und-ihr-geschlecht/
Resumen
En esta ocasión, la sección Prácticas de la revista Planeo en relación al tema de Ciudad y Género, presenta iniciativas y experiencias en intervenciones al espacio público que se ha gestionado en base a lineamientos y estrategias con perspectiva de género desde la planificación y gestión urbana. La perspectiva de género esta incursionando poco a poco en la forma de hacer ciudad, no sólo para incentivar la práctica de uso igualitario de la ciudad, sino a la identificación de conflictos que afectan a grupos sociales que generalmente permanecen ocultos en la planificación y en la gestión de la ciudad.
Palabras claves: Planificación y gestión urbana, espacio público, “gender mainstreaming”.
[Por María Rene Noguera. Instituto Estudios Urbanos UC. Santiago, Chile.]
En la actualidad, uno de los principales retos de la planificación urbana, es construir ciudades sostenibles desde el punto de vista ambiental y social, para esto resulta indispensable analizar y considerar las características específicas de los diferentes grupos sociales que conviven en las ciudades, de tal manera; que independientemente de su género, edad, etnia, religión o nivel económico, puedan satisfacer sus necesidades e intereses, y así acceder equitativamente a los bienes y servicios que el territorio ofrece. Asimismo, la práctica de la planificación en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, no permite a toda la ciudadanía, desde personas menores, jóvenes, mayores, con discapacidad o migrantes, a disfrutar y ejercer el derecho a la ciudad, este visto como el hecho de obtener las condiciones para su realización política, social y ecológica, sin discriminación alguna debido al sexo o la opción sexual, color, la edad, la lengua, la religión, nivel de ingresos o su origen.
Por otra lado, es necesario partir de la base de que en cualquier sociedad, mujeres y hombres viven la ciudad de manera diferente. Adaptan sus movimientos y tiempos a un modelo espacial determinado, por lo que la definición de los usos de suelo, la localización de equipamientos, el trazado de las rutas de transporte público o la situación de lugares de empleo puede facilitar o dificultar sus vidas sustancialmente (Rangil & Jager, 2013). Históricamente, las mujeres se han encargado de las tareas domésticas no remuneradas asociadas al hogar, mientras que los hombres se han hecho cargo del trabajo productivo remunerado. Aunque, las mujeres han incursionado en el mundo laboral, son ellas las que generalmente siguen asumiendo el trabajo reproductivo del hogar [1]. Muchas de estas actividades tienen como escenario diferentes espacios de la ciudad, que dependiendo de su diseño, localización, la conexión entre si y la seguridad de las rutas, llegan a influir considerablemente en la vida diaria de las mujeres.
En este contexto, los modelos de desarrollo implementados en muchos países, entre ellos Chile, generalmente se basan en criterios meramente económicos, que impiden la incorporación de las mujeres al mercado laboral, ya que muchas no pueden compatibilizar las tareas diarias con el trabajo remunerado, perpetuando los roles y las desigualdades de género (Rangil & Jager, 2013). Al momento de planificar el transporte y los espacios públicos por ejemplo, no se toma en cuenta la pluralidad de actividades de las personas con responsabilidad doméstica, se valora únicamente los desplazamientos de vivienda-trabajo, según el patrón masculino. A esto es importante agregar, el aumento de la violencia urbana y la percepción de miedo en la ciudad, como consecuencia de la segregación social que este nuevo modelo de desarrollo urbano ha generado, aumentando de esta manera las áreas con desigual acceso a recursos y a derechos sociales. Esta desigualdad por tanto, potencia la violencia en las ciudades (Falú, 2009) siendo los grupos sociales mas vulnerables las víctimas mas recurrentes de agresiones verbales, físicas y sexuales.
De esta manera, a nivel mundial se ha puesto en marcha proyectos cuyo objetivo ha sido mejorar la calidad de vida en el medio urbano, para que las ciudades sean mas seguras y fáciles de transitar y habitar para estos grupos sociales. Una de las iniciativas es la generada por “Ciudades mas Seguras” de ONU Hábitat, iniciativa global que se basa en la lucha contra la violencia con enfoque de género con el objetivo de fortalecer a las autoridades locales y las principales partes interesadas, para estar mejor equipadas a fin de ofrecer seguridad urbana a los grupos mas vulnerables en países en desarrollo y transición. Las estrategias incluyen el desarrollo de capacidades de los actores claves tanto a nivel local como nacional, generar sensibilización orientada a las políticas relacionadas con la seguridad, por ejemplo, mejorar las zonas donde se encuentra ubicados paraderos y terminales de transporte público, mercados y rutas escolares. Otra estrategia incluye programas orientados al empoderamiento de la mujer acerca de sus derechos legales y humanos y la integración de la perspectiva de género en los políticas y planes de desarrollo urbano. De esta manera en 1996 se pone en práctica 5 planes pilotos en el Cairo, Egipto; Kigali, Rwanda; Nueva Delhi, India; Quito, Ecuador; y Port Moresby, Nueva Guinea [2].
“Ciudades mas Seguras” esta inspirado por la iniciativa que nace en Viena en 1990 bajo el concepto “gender mainstreaming” (perspectiva de género). Desde esta época, este concepto ha estado presente transversalmente en las políticas públicas de la capital austriaca, en la práctica esto significa que los administradores de la ciudad crean las leyes, normas y reglamentos donde hombres y mujeres son beneficiados por igual, con el objetivo de facilitar la igualdad de acceso a los servicios y recursos de la ciudad. De esta manera, Viena ha adoptado la perspectiva de género en diversos ámbitos de la administración de la ciudad, entre ellos la educación y la política de atención de la salud; pero no ha tenido más impacto que en el campo de la planificación urbana, donde más de sesenta proyectos pilotos se han llevado a cabo, y a medida que la dimensión y la escala de estos proyectos aumentan, las estrategias urbanas con perspectiva de género se ha convertido en una fuerza que está transformando la ciudad.
Uno de los primeros en llevarse a cabo, fue un complejo de apartamentos que ha sido diseñado por y para mujeres. En 1993 se construye el complejo habitacional llamado Frauen-Werk-Stadt o Women-Work-City, este proyecto se construye en base a una encuesta realizada por la oficina de estadística nacional austriaca Statistik Austria[3], sobre el uso del tiempo en espacios públicos, donde estos mostraron que las mujeres pasaban mas tiempo en tareas del hogar y cuidado de los niños que los hombres. Pensando en esto, se levantan una serie de edificios de apartamentos rodeados de patios y áreas verdes circulares diseñados de tal manera que permiten que madres e hijos pasen tiempo al aire libre sin tener que ir muy lejos de casa. Además, el complejo cuenta con un jardín infantil, farmacia y consultorio médico, con acceso al transporte público para facilitar el traslado seguro a la escuela o al trabajo. La integración generada por estas iniciativas ha dejado marcas indelebles en la capital austriaca, donde el concepto de “gender mainstreaming” se ha convertido en un concepto más amplio, convirtiéndose en una forma de cambiar la estructura y el tejido de la ciudad para que los diferentes grupos de personas puedan coexistir y acceder a los mismos servicios y recursos.
Imagen: Vista de patios internos, proyecto Women-Work-City, Viena.
Fuente imagen: http://www.theatlanticcities.com/commute/2013/09/how-design-city-women/6739/
Actualmente, existen muchas iniciativas que se han ido desarrollando bajo los lineamientos de este concepto, entre ellos podemos mostrar las experiencias catalanas del Colectivo Punto 6, agrupación de profesionales de diferentes áreas que trabajan para repensar la ciudad, en pos de una ciudad que sea el reflejo de una sociedad diversa. El Colectivo Punto 6, considera la participación como instrumento indispensable en los proyectos y la sostenibilidad como criterio básico de desarrollo. Un ejemplo es su propuesta hecha para el concurso celebrado por la Diputación de Cádiz, enfocado en el entorno urbano con perspectiva de género, que tiene que ver con la generación de un “Punto Generador” de vida cotidiana. El objetivo principal, es dotar al espacio público de un elemento que propicie la diversidad de usos y actividades en el espacio público, facilitando la vida cotidiana y la corresponsabilidad social de las tareas reproductivas, contribuyendo al equilibrio de la vida laboral, familiar y personal de mujeres y hombres; y que al mismo tiempo sea adaptable y dinámico a las características del lugar y de las personas que habitan el lugar.
Imagen: Propuesta “Punto Generador” por Colectivo Punto 6 para espacios urbanos, Cádiz.
Fuente imagen: http://punt6.wordpress.com/about/
Después de revisar estas iniciativas y propuestas, se hace cada vez mas evidente la necesidad de reproducirlas a nivel latinoamericano. Es inevitable primero, hacer una revisión desde las políticas hasta los instrumentos de planificación urbana en los diferentes niveles de gobierno, para luego incluir desde una perspectiva de género parámetros que permitan diseñar una ciudad para todos y todas, adecuada a nuestras diferencias pero con igualdad de acceso a los servicios y recursos. Para ello existen algunas recomendaciones [4] que se han ido formulando en el proceso:
- Obtener datos desagregados por sexo y edad, como mínimo, en los estudios y análisis previos a la planificación.
- Promover la participación de la población en los procesos de diseño de intervenciones urbanas, facilitando espacios de encuentro en horarios oportunos y diversos.
- Garantizar pequeños equipamientos sanitarios, culturales, educativos y accesibles a pie en todos los barrios, destinando un porcentaje específico del total del área para uso no residencial.
- Establecer mezcla de usos para que personas diversas se sientan atraídas hacia determinados lugares por motivaciones diferentes y a horas distintas.
- Fomentar la inclusión de equipamientos para el cuidado de personas dependientes (niños y niñas, personas mayores, personas con discapacidad) en las áreas residenciales.
- Permitir la realización de actividades remuneradas en la vivienda.
- Incluir lugares de empleo en áreas residenciales.
- Promover diseños de viviendas con áreas comunes donde desarrollar el trabajo doméstico de manera compartida entre el vecindario.
- Desarrollar diferentes tipologías de vivienda en todos los barrios.
- Fijar un porcentaje máximo del espacio destinado a tránsito vehicular, priorizando el tránsito peatonal con criterios de accesibilidad.
- Asegurar que todos los grandes equipamientos sean accesibles mediante el transporte público.
- Revisar las frecuencias y las rutas del transporte público en función de la necesidad de la población a diferentes horas del día.
De esta manera, estas experiencias permiten ejemplificar nuevas formas de generar propuestas para crear espacialidades urbanas mas seguras, así como mejorar el acceso a los servicios y recurso que brinda la ciudad. Son ejemplo de como se ha mejorado la calidad de vida de todas y todos los ciudadanos, y esto se ha hecho desde la Transversalización de Género (“gender mainstreaming”) en la planificación y gestión urbana.
Links de interés:
Proyecto Frauen-Werk-Stadt o Women-Work-City: http://www.theatlanticcities.com/commute/2013/09/how-design-city-women/6739/
Colectivo Punto 6: http://punt6.wordpress.com/about/
Gobierno de Viena: http://www.wien.gv.at/english/administration/gendermainstreaming/campaign.html
Plataforma Ciudad y Género: http://ciudadygenero.wikispaces.com/Ciudad+y+G%C3%A9nero
Bibliografía
Rangil, T., & Jager, M. (2013). Diversidad, Género y Espacio Público. En ONU Hábitat, Activaciones Urbanas para la apropiación del espacio público (págs. 32-39). San José, Costa Rica.
Falú, A. (2009). Mujeres en la ciudad: de violencias y derechos. (R. M. Sur, Ed.) Santiago, Chile.