Al entender el espacio como producto social y la ciudad como un vehículo que permite la integración, resulta imposible dejar de lado las migraciones internacionales, las cuales son uno de los muchos resultados que ha ido construyendo el proceso de globalización económica y cultural. A nivel mundial, se estima que una de cada cincuenta personas vive fuera de su país de origen, ya sea en condición de refugiado o migranteu calidad de vida.
Revista Planeo Nº 23 La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Jonathan Uri Colodro Gotthelf. Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile]
Im1.Segunda jornada de la Consulta Migrante de Quilicura. 24 de mayo de 2015
Fuente: Elaboración propia.
Al entender el espacio como producto social y la ciudad como un vehículo que permite la integración, resulta imposible dejar de lado las migraciones internacionales, las cuales son uno de los muchos resultados que ha ido construyendo el proceso de globalización económica y cultural. A nivel mundial, se estima que una de cada cincuenta personas vive fuera de su país de origen, ya sea en condición de refugiado o migrante (Taran, 2001). En el contexto regional, son unos 25 millones de latinoamericanos quienes tienen esta condición (IOM, 2009).
Gracias al progreso económico desde el punto de vista de las macro-cifras y la estabilidad política que ha caracterizado a Chile en los últimos años, es que el país se ha ido convirtiendo lentamente en un espacio atractivo para personas que buscan desarrollar sus vidas en otros países, por motivos que pueden ser personales, políticos, laborales, o en búsqueda de mayor seguridad (Taran, 2001). Se trata, entonces, de las denominadas “migraciones sur-sur”, las cuales están cambiando la fisonomía reciente de los movimientos migratorios, trayendo un nuevo contexto que los Estados deberán afrontar con la altura de su complejidad, y apoyados en organismos internacionales (OIM, 2013).
Primero, se vio una gran oleada de migración peruana, acaecida a partir de la década de los 90 (Torres, 2010); sin embargo, desde hace ya un tiempo que el origen de la población migrante establecida en Chile ha variado profundamente. Ya no vienen sólo de Perú, sino que el espectro abarca las más variadas nacionalidades, predominando aquellas provenientes de Latinoamérica, por la cercanía geográfica y cultural. Además de lo anterior, también aparecen contingentes de migrantes de países más lejanos como Haití, donde la lengua se convierte en una barrera no menor a la hora de pensar en su integración a la sociedad chilena.
Tras el fracaso del Censo de Población y Vivienda realizado el año 2012, es que ha surgido un gran vacío en términos de la cantidad, calidad y detalle de la información que se tiene sobre la población migrante. Se sabe, a priori, que ha aumentado y que ha habido cambios no sólo en su procedencia, sino que también en sus patrones de asentamiento, condiciones de vida, uso del espacio cotidiano, rubros profesionales y forma de entender y vivir la ciudad, variando las lógicas espaciales del territorio urbano. En este sentido, a la fecha ha sido difícil elaborar políticas adecuadas que permitan integrar al colectivo migrante no sólo en la planificación urbana, sino que también en otros aspectos que abarcan las variadas dimensiones de la vida cotidiana, teniendo en cuenta la diversidad de lenguas, dinámicas demográficas, prácticas culturales y otros aspectos que finalmente se cristalizan en el territorio y que las personas migrantes demandan de la misma forma que cualquier otro ciudadano.
La comuna de Quilicura, ubicada en la Región Metropolitana de Santiago, tiene su asentamiento urbano principal conurbado con el Gran Santiago. Se trata de un espacio que recientemente fue periurbano, y que desde hace no más de una década que se ha integrado a la trama urbana y a las lógicas funcionales de la Capital. Si bien, siempre ha habido una tendencia a que la población migrante busque residencia dentro del anillo pericentral de Santiago (Torres, 2010), hoy esos patrones de asentamiento han cambiado, convirtiéndose, también Quilicura, en uno de los grandes focos de residencia de la población extranjera. Esto se explica por numerosos motivos, entre los que destaca su vocación industrial. Ante esta situación de inexistencia de información, y con el objetivo de fomentar políticas públicas que favorezcan la integración, es que el municipio creó la Oficina de Atención Municipal a personas Migrantes y Refugiadas. A pesar de que su aporte ha sido notable, al punto de que otros municipios también hayan decidido abrir oficinas con el mismo rol, seguía habiendo un vacío en cuanto a la sistematización de información referida a la población migrante. Es por ello, que con la asistencia técnica de la Organización Internacional para las Migraciones, y el aporte de académicos de las universidades de Chile, Católica, USACH y Central, se elabora un instrumento de caracterización demográfica y socio-económica de la población migrante y refugiada residente en Quilicura [1]. Los días 17 y 24 de mayo del 2015 se llevó a cabo la Primera Consulta Migrante, siendo un proceso inédito realizado en el país. Se completaron más de 1000 encuestas, las cuales se encuentran en un proceso de análisis de sus resultados.
El ejercicio realizado en Quilicura, es sin duda un procedimiento de gran valor en todo sentido. Al analizarlo desde la Geografía Urbana, se está buscando dejar atrás la invisibilización de un fenómeno cada vez más común, tanto en la Academia y como en la esfera de la administración pública. La migración está cambiando la fisonomía social de las ciudades chilenas, incorporando riqueza cultural y diversidad a los espacios urbanos. Es por ello que resulta esencial conocer en detalle a esta población migrante, con el fin de poder proporcionarles herramientas que les permitan desarrollarse de la mejor manera posible en el país, integrándose a una sociedad distinta a la propia, pero que está en constante cambio y evolución. Es necesario, también, incorporar políticas públicas que tengan en consideración a los migrantes y sus necesidades, con el objetivo de garantizarles no sólo el derecho a la ciudad, sino que también el cumplimiento de sus derechos fundamentales.
El urbanismo y la planificación urbana ejercen un rol fundamental en este proceso. Al minuto de pensar en las ciudades hay que tener en consideración a todos los colectivos que coexisten en su interior, teniendo en cuenta la presencia de reproducciones de experiencias espaciales líquidas foráneas, que finalmente se integrarán a la trama urbana de forma sólida. Esta situación puede generar muchas veces una mala reacción por parte de la población receptora, motivo por el cual se requiere de un espacial cuidado en la toma de decisiones, buscando la generación de políticas que integren la idea de la diversidad como una riqueza de la sociedad y no como una amenaza.
Finalmente, el ejemplo de la Consulta Migrante pretende constituir la primera piedra de una serie de procesos que el país deberá afrontar para que las cada vez más comunes migraciones internacionales, tengan un final exitoso para las personas que se arriesgan a abandonar su país y adoptar uno nuevo para desarrollar sus vidas. Todavía está en deuda la redacción de una Ley de Migraciones, y la necesidad de ejecutar adecuadamente el Censo de Población y Vivienda. Sin duda, todos estos procesos importantes, así también como pequeños aportes como el de Quilicura, ayudarán a construir un Chile más justo y equitativo, con visión de futuro.
NOTAS AL PIE
[1] El instrumento nace como idea original de la Municipalidad de Quilicura a través de la Oficina de Migrantes y Refugiados, siendo gestora y organizadora de la Mesa Metropolitana de Universidades y Migración. Quienes elaboran este instrumento son los académicos Dra. Caterine Galaz y Dra María Antonieta Urquieta de la Universidad de Chile; Mg. Raúl Zarzuri del Centro de estudios socioculturales (CESC), Mg. Carolina Jorquera de la Universidad de Santiago, Dra Fabiola Cortez-Monroy de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Dra. Daisy Margarit de la Universidad Central. Dicho proceso y elaboración fue acompañado por Paulina Aldana Gárate, Antropóloga Social y profesional OIM Chile. OIM y ACNUR, como organismos internacionales expertos, participan y validan este instrumento como herramienta para desarrollar catastros comunales de población migrante y refugiada.
BIBLIOGRAFÍA
-ELIZALDE, A.; THAYER, L.E. y CÓRDOVA, M.G. (2013). Migraciones sur-sur: paradojas globales y promesas locales. En Polis N°35 [en línea]. Fecha de consulta: 10 de julio de 2015.
-ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2009). Políticas Públicas sobre Migración Laboral: Herramientas y buenas prácticas. Organización Internacional para las Migraciones Misión México: México.
-ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (2013). La migración sur-sur: asociarse de manera estratégica en pos del desarrollo. En: Diálogo Internacional sobre la Migración en 2014 Movilidad humana y desarrollo: Tendencias emergentes y nuevas oportunidades para establecer alianzas. Documento de antecedentes.
-TARAN, P. (2001). Human Rights for Migrants: Challenges of the New Decade. En APPLEYARD, R. The Human Rights of Migrants. International Organization for Migration and United Nations: Switzerland.
-TORRES, A e HIDALGO, R. (2009). Los peruanos en Santiago de Chile: transformaciones urbanas y percepción de inmigrantes. Polis Vol. 8, N°22. Santiago de Chile.