La toma de decisión y la organización de la comunidad fueron fundamentales en la ciudad de Tocopilla para crear prácticas que permitan en el territorio la reducción del riesgo de desastres y el aumento de la resiliencia. Prácticas presenta las diferentes acciones generadas por la comunidad, después del terremoto ocurrido en el año 2007.
Revista Planeo Nº17 Resiliencia Urbana, Julio 2014.
Fuente: Ilustre Municipalidad de Tocopilla
[Por Daniela Bahamondes. Ingeniera Agrónoma, Universidad de Tarapacá. Estudiante Magister de Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, PUC]
Resumen:
Con el tema de Resiliencia Urbana, la sección de Prácticas de la Revista Planeo presenta las diferentes acciones generadas por la comunidad de la ciudad de Tocopilla después del terremoto ocurrido en el año 2007, donde la toma de decisión y la organización fueron fundamentales para crear prácticas que permitan en el territorio la reducción del riesgo de desastres y el aumento de la resiliencia. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en el norte de Chile, que permitan mejorar la calidad de vida de las personas y a la vez que los diferentes actores sociales desarrollen la capacidad de adaptarse a momentos adversos.
Palabras claves: comunidad, terremoto, resiliencia.
En todo el mundo, las ciudades son los motores de crecimiento de un país con sistemas y capacidades de gobernanza dinámicos, factores como el clima extremo, terremotos y emergencias provocadas por el hombre, han logrado generar una presión en la población que permita la prosperidad de las ciudades. Chile siempre se ha caracterizado por ser un país sísmico; su variada geografía ha sido afectada por diferentes terremotos a lo largo del tiempo, debido a que se encuentra ubicado bajo las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana. La energía liberada por ambas placas cuando entran en contacto al deslizarse produce los llamados terremotos. Durante los últimos años, diferentes regiones del país se han visto afectada por sismos. En noviembre del año 2007, la región de Antofagasta fue afectada por un terremoto de 7,7 grados en la escala sismológica Richter. El epicentro fue entre Quillagua y la ciudad de Tocopilla en la cual, hasta el día de hoy, se puede observar el lento avance de por su recuperación y lo comprometido hace 7 años.
Fuente: ONEMI.
Desde el concepto de resiliencia[1], se realizaron diferentes prácticas ejecutadas por instituciones, públicas, privadas, organizaciones sin fines de lucro y voluntariado, los cuales fueron en directo beneficio para los más de 17.300 damnificados, además de los daños ocasionados en el ámbito de vivienda, edificios públicos, servicios básicos, cortes en rutas viales y daños estructurales en algunos colegios en la región de Antofagasta. En primera instancia, el gobierno central se organizó de tal forma que fueron enviadas viviendas de emergencia, mientras que las fuerzas armadas colaboraron en el orden de la ciudad de Tocopilla y la instalación de un hospital de campaña para atender a las personas que presentaban lesiones, ya que el hospital de esta ciudad sufrió serios daños estructurales después del terremoto.
A la vez, la comunidad en general, logró organizarse de tal forma, que en el momento que se empezaron a construir las viviendas, hacían turnos para cuidar los materiales de construcción para que no se realizaran robos. La junta de vecinos del sector La Patria, realizó a través de un proyecto, el diseño de lo que querían para su población, incluyendo también espacios recreativos como máquinas de ejercicios para adultos y niños. Además de los diferentes voluntariados organizados por instituciones públicas, que provenían de la Cruz Roja, bomberos, grupos scouts y ONG´s de diferentes partes de Chile que ayudaron a repartir agua potable y cajas con alimentos, se contó con el apoyo de profesionales de las universidades en el norte que colaboraron en el catastro del daño de viviendas. Por otra parte, desde el extranjero, algunos países como Argentina, Venezuela, España, Japón, Perú y Ecuador, ofrecieron una ayuda inmediata para los afectados del norte de Chile.
Sin embargo, hoy en día aún falta la reconstrucción de viviendas, mejoramiento de espacios públicos y de establecimientos educacionales, es lo solicitado por la comunidad de manera organizada, ellos tratan de reconocer y analizar nuevos riesgos que podrían suceder en el futuro, pero lo ven difícil ya que se necesita que todas las partes involucradas internalicen y comprendan los reales riesgos. Hasta ahora donde la comunidad sigue solicitando de manera organizada ayuda y exige los compromisos del gobierno para que se terminen los campamentos y mejorar la calidad de vida de la población de la ciudad de Tocopilla. Así, poder generar y aplicar medidas preparatorias, como construir estructuras para prevenir y mitigar los daños causados por desastres, además de desarrollar sistemas que permitan responder de una forma adecuada y puntual a los desastres, y al mismo tiempo capacitar a la comunidad en general. A pesar de que esto en la actualidad no existe y que los problemas en los habitantes sigue presente, se debe destacar que los cambios que se han generado en los últimos siete años, se debe al trabajo en conjunto que ha realizado la comunidad, donde constantemente tratan de generar acciones que permitan aumentar el grado de resiliencia y la reducción de riesgos a desastres que forman parte de las estrategias urbanas, que permiten en cierta medida mejorar la calidad de vida de las personas.
[1] La capacidad de absorber la presión o las fuerzas destructivas a través de la resistencia o adaptación, como también la capacidad para gestionar o mantener ciertas funciones y estructuras básicas durante contingencias. Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno del Reino Unido (2007).