[por Antonio Lamas]
No poder contar con agua, es una de las peores situaciones que podemos vivir. En efecto el agua es un elemento vital para mantenerse en buen estado, así como para sobrevivir. En los días posteriores al terremoto y tsunami del 27 de Febrero del 2010, dentro de los múltiples amargos acontecimientos que produjo la catástrofe, se hace hincapié en la carencia de agua en prácticamente todas las zonas costeras de la VIII Región. Las plantas de Tratamiento de ESSBIO que surten de agua a Concepción sufrieron daños que duraron hasta dos meses, que obligaron a la población a utilizar las lagunas y vertientes de Concepción y Talcahuano como fuente del preciado recurso. Respecto a las plantas de tratamiento de residuos líquidos, hasta la fecha no se han restablecido totalmente.
Lo expuesto hace pensar que es fundamental un aseguramiento operacional de las plantas en condiciones de emergencia, certificando la Gestión Ambiental de la operación de las plantas de tratamiento de Residuos Líquidos (RILes).
Un sistema de gestión ambiental, se podría definir como el conjunto de metodologías, técnicas y actitudes humanas desarrolladas por una institución, con el fin de optimizar el uso de todos los recursos de que dispone o puede disponer para mejorar, en forma continua, su desempeño ambiental. La aplicación de un Modelo de Gestión Ambiental, sobre la base de la NCh-ISO 14001, y apoyándose con la NCh-ISO 14004, en la operación y mantenimiento de las Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas en Chile, sería una forma de avanzar en la protección de los recursos hídricos. No basta con controlar lo que ocurre en la descarga, es necesario efectuar controles operacionales, llevar registros que permitan llevar una mejora continua en las plantas de RILES.
Un sistema de gestión ambiental aplicado a las plantas de tratamiento de Residuos Líquidos (RILes) permitiría:
a) controlar e identificar situaciones de riesgo que pueden causar daño al medio ambiente donde se desarrolla el proyecto, facilitando de esta forma la toma de medidas para evitar situaciones de riesgo y contaminación durante la operación de la planta;
b) un mejor funcionamiento y asegura la calidad de las aguas tratadas por la planta;
c) asegurar que los procedimientos que se realizan para cumplir con esto sean ambientalmente amigables con el entorno físico y social.
Mediante el sistema de gestión ambiental y territorial, la administración de la planta debe elaborar un plan para enfrentar contingencias y emergencias, además de cumplir con las exigencias establecidas en las normativas ambientales utilizadas para el proceso de limpieza de las aguas, para que sean devueltas de esta forma a su cauce natural.
Por lo señalado, tal como se ha aplicado en los Sectores Alimentos, Turismo, Capacitación y otros rubros, sería altamente beneficioso (para que no se repitan situaciones como las del 27 F), que se exija, por parte de la Autoridad Territorial y/o Sanitaria, una calificación a las fuentes de agua potable en Chile.