Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad

SEPTIEMBRE 2024

Volver, a pesar del peligro | «Vecinos del volcán» (2014)

Revista PLANEO N°60 | Asentamientos multiamenazas Vol. 3: Erupciones volcánicas y habitabilidad | Septiembre 2024


[Por: Diego Álvarez Arancibia. Periodista]

Título: Vecinos del volcán
Formato: Documental
Director: Iván Tziboulka
Año: 2014
Duración: 1 h 46 min.
Disponible en: OndaMedia

Imagen 1: Portada de «Vecinos del volcán».
Fuente: Miradoc.

Madrugada del 2 de mayo de 2008. El volcán Chaitén, tras 700 años de tranquilidad, anunció su despertar con una violenta erupción, levantando una nube de cenizas que rápidamente cubrió el cielo del pueblo del mismo nombre. Los chaiteninos nunca se imaginaron que esto ocurriría, o que sus vidas desde ese momento ya no serían las mismas.

Ante el riesgo de más erupciones y flujos piroclásticos que amenazaban con sepultar completamente al pueblo, el gobierno ordenó la evacuación forzosa de sus más de 7 mil habitantes, reubicándolos en otras localidades dentro de la Región de Los Lagos. Así comenzó una diáspora que marcaría para siempre a la comunidad chaitenina y que el documental Vecinos del volcán (2014), dirigido por Iván Tziboulka, retrata.

La erupción no solo transformó físicamente al territorio, desviando el cauce del río Blanco y dividiendo al pueblo en dos. También afectó profundamente las vidas de familias acostumbradas a vivir en comunidad, forzadas a abandonar sus casas, costumbres, historias e identidad profundamente arraigadas a Chaitén. Buscando explorar la insistencia por parte de los chaiteninos de volver a un lugar inhabitable, Tziboulka sigue a tres familias que enfrentan de maneras distintas este desplazamiento: la del locutor radial y concejal Bernardo Riquelme y su esposa (también concejala) Jenny Barrientos; la del pescador Luis Cárdenas y su esposa María Fernández; y la de José Ascencio y Carmen Barrientos.

Entre segmentos que siguen a las tres familias mientras enfrentan esta nueva vida, el documental también aborda las tensiones entre los habitantes relocalizados y el Gobierno de Chile que, tras declarar la zona como inhabitable, decidió levantar el pueblo en una nueva ubicación a diez kilómetros de su sitio original. Oponiéndose a la idea, varios de ellos comienzan a repoblar la zona y reconstruir, una acción de rebeldía que eventualmente termina favoreciéndolos; con el cambio de gobierno se declara a la zona norte del pueblo como habitable, y se les permite volver.

Cuando Iván visita el pueblo tres años después de la catástrofe, Chaitén parece haber vuelto a la normalidad. Pero como señala en un segmento uno de los residentes, la normalidad solo se dará cuando vuelva toda la familia, encapsulando así el desarraigo persistente enfrentado por aquellos cuyos lazos familiares han quedado dispersos entre Chaitén y las ciudades donde fueron reubicados. Y las familias Riquelme y Ascencio tristemente ejemplifican este fenómeno. Mientras Bernardo y Carmen permanecen en Chaitén, impulsados por su apego al pueblo y las responsabilidades laborales que tienen con él, el resto de sus familias ya se han adaptado a su nueva vida en las ciudades donde fueron relocalizados. Esta separación física y emocional, otra consecuencia de la erupción, culmina en el distanciamiento definitivo: al cierre del documental, ambos matrimonios se encuentran separados.

Vecinos del volcán cumple el propósito del director de explorar las razones por las cuales las personas vuelven a zonas inhabitables, pero la mayor fortaleza del documental yace en su capacidad para adentrarse en las consecuencias más íntimas de la tragedia: las fracturas emocionales, familiares y comunitarias que provocó.