Territorios Ferroviarios

Abril 2023

Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario

Revista Planeo Nº 55 | Territorios Ferroviarios| Abril 2023


Vías verdes para la recuperación del patrimonio ferroviario

[Por: Diego García Guerra. Arquitecto. Máster en Arquitectura avanzada, paisaje, urbanismo y diseño y Máster universitario en transporte territorio y urbanismo por la Universidad Politécnica de Valencia. Laboratorio Ciudad y Territorio, Universidad Diego Portales]

Im 1. Propuesta de recuperación Estación Pelicana, Ramal Elqui-La Serena. Fuente: Proyecto Elqui Pedaleable, Corporación Pedaleable @2016

Resumen

La presente columna propone una reinterpretación del patrimonio ferroviario a través de la categoría de hechos territoriales a fin de reconocer su potencial propulsor para el desarrollo local. Se hace hincapié en el rol estructurador de los componentes ferroviarios desde una perspectiva multi-escalar, focalizando en la vitalidad de sus permanencias. En este sentido, se reivindica el rol central de la participación continua de la comunidad en las diversas acciones de revalorización de estos bienes comunes, fortaleciendo la sostenibilidad local.

Palabras clave: Hechos territoriales, sistema ferroviario, patrimonio


El medio natural siempre ha sido un factor que ha condicionado los asentamientos humanos, las actividades económicas, los movimientos migratorios o la creación de vías de comunicación. Por lo tanto, para analizar la difusión del ferrocarril en las diferentes regiones es necesario tener en cuenta el papel que jugó el medio físico en este proceso.

Territorio desde el punto de vista de la sostenibilidad

Analizar el territorio supone evaluar los procesos que en él tienen lugar e implica aproximarse a las distintas culturas territoriales, así como profundizar en los procesos que conservan, modifican o transforman el territorio. Considerando que el territorio no es un espacio en blanco, sino un complejo físico con numerosos elementos que lo conforman, ya sean naturales y artificiales. Es decir, se trata de un espacio construido, resultado de una práctica proyectiva realizada por el hombre. El territorio evidencia las diversas formas de organización del espacio en relación con la utilización y explotación de la naturaleza, y su grado de desarrollo social y técnico siempre es reflejo de la sociedad que lo ha construido y diseñado.

La multitud de elementos que lo componen (caminos, carreteras, puentes, viaductos, túneles, canales, acueductos, presas, puertos, etc.) es un legado territorial de carácter histórico, en el que podemos contemplar las actividades de la sociedad en los distintos periodos históricos, siendo, por tanto, una fuente histórica sobre la sociedad del pasado donde se reflejan las condiciones sociales y económicas.

El ferrocarril, el primer medio de transporte de la era del vapor y emblema del progreso y modernidad durante el siglo XIX y XX, ha sido desde entonces el medio que más ha transformado el territorio, estructurándolo, creando nuevas vías de comunicación, incentivando el comercio y el intercambio. El ferrocarril y el territorio son dos elementos absolutamente indisociables. Las exigencias de pendientes de un trazado ferroviario obligan, en terrenos quebrados, a desarrollar grandes movimientos de tierra o singulares obras de fábrica.

Sobre este escenario fueron disponiéndose los trazados y construyéndose estaciones sujetas a un programa concesional en el que la iniciativa privada y los intereses económicos regionales forzaban el modo en cómo se iban tendiendo. En este sentido, hay que tener en cuenta que en la época inicial del ferrocarril la mayoría de los trazados ferroviarios utilizaron, para salvar los obstáculos que oponía el relieve de su trazado, aquellos pasos que ofrecían menor dificultad para rentabilizar los gastos de construcción. Aunque, anteponiéndose la función comercial y de negocio a la función social. De esta manera, la orografía, los desniveles, la capacidad económica, etc. fueron, entre otros, elementos que decidirían el trazado futuro del ferrocarril y crearían jerarquías.

El concepto de recuperar. Reciclaje y sostenibilidad

La sostenibilidad territorial se perfila como un planteamiento avanzado para gestionar racionalmente la riqueza patrimonial, el capital natural y el acervo de las culturas locales, a fin de permitir que cada comunidad y cada lugar puedan aprovechar los recursos y las capacidades endógenas, preservar su identidad y seguir beneficiándose de los bienes y servicios de los ecosistemas de forma racional y perdurable.

Efectivamente, se parte de la premisa de que el desarrollo sostenible se basa en la identificación, la incorporación y la valoración de las culturas locales en la planificación y la gestión territorial. La integración de estas manifestaciones patrimoniales en la planificación territorial supone un avance hacia una nueva concepción de la cultura del territorio. Además, el conocimiento y puesta en valor del patrimonio natural, cultural y paisajístico es una necesidad de nuestra sociedad para poder alcanzar un desarrollo sostenible.

La recuperación de vías de comunicación en general, y vías de ferrocarril en concreto, supone recuperar la identidad de un territorio, su esencia y el paisaje que lo caracteriza. Así, las vías o estaciones, con su materialización y técnicas constructivas, reflejan un momento histórico de desarrollo tecnológico, de nuevas tipologías arquitectónicas e industriales y de nuevas formas de comunicación sobre un territorio transformado. Se trata de llevar a cabo, por tanto, no un inventario de elementos, sino una valoración del conjunto de unos recursos determinados para que, mediante su reutilización, se conviertan en productos que aporten beneficios sociales, ambientales y económicos.

 Patrimonio ferroviario arquitectónico

A lo largo de su historia, las vías férreas han necesitado no sólo de elementos similares a los caminos o canales como los puentes, los viaductos, los almacenes, talleres, sino que han desarrollado nuevos tipos de edificios como las estaciones, los apeaderos, las rotondas de locomotoras, etc.

El patrimonio es, sin duda, un instrumento y un recurso importante en la planificación, la ordenación y la gestión territorial. La noción de patrimonio ha variado mucho en las últimas décadas. Desde el sentido estricto que designaba los vestigios más monumentales de las culturas, se ha pasado a una ampliación del concepto con la incorporación de nuevas categorías procedentes, en muchos casos, de sectores no artísticos, como el patrimonio industrial. Además, también ha sido modificado para poder dar cuenta de la diversidad de las formas culturales y, sobre todo, de aquellas en las que se muestra la relación del hombre con el medio. Naturaleza y cultura aparecen íntimamente ligadas en la formulación de la noción de paisaje cultural.

El patrimonio ferroviario es uno de los más valorados dentro del patrimonio industrial. Su valor es de gran variedad y riqueza, constituyendo un auténtico legado cultural e histórico de nuestra civilización. No sólo como sistema de transporte, sino también por la importancia de los elementos de ingeniería, de arquitectura o tecnológicos que ha generado a lo largo de estos dos siglos. A la gran variedad de sus elementos, tales como, puentes, viaductos, túneles, estaciones, material rodante y artefactos técnicos, hay que sumarle la variedad de sus materiales, los diferentes sistemas constructivos, las soluciones técnicas para su adaptación al medio y a la geografía del lugar, etc. Es decir, todo un legado técnico y científico que hay que conocer y valorar.

La recuperación de estas estaciones y puentes abandonados supone una revalorización de un patrimonio industrial y arquitectónico único. Los nuevos usos, acordes con las actividades de las vías verdes, suponen un impulso y un reconocimiento al patrimonio industrial y arquitectónico. Además, las estaciones, al ser puertas de entrada a las poblaciones, suponían el límite y a la vez la conexión de las vías con el ámbito urbano, por lo que un reciclaje de éstas supondría un impulso al uso de las vías verdes, así como una revalorización del paisaje urbano y periurbano. Su posición estratégica no hace más que sumar valor y posibilidades de futuro al nuevo uso que allí se albergue. Por otro lado, los puentes y viaductos se convierten en excelentes miradores sobre el territorio, así como una muestra del desarrollo ingenieril de la época.