Revista Planeo Nº 50 Fragmentos Urbanos; Diciembre 2021
[Por: Francisca Moraga Núñez, Antropóloga Pontificia Universidad Católica de Chile, Estudiante Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente, IEUT – UC.]
Documental: El comienzo de la vida (2016) El Comienzo de la vida 2: La Naturaleza (2020)
Dirigido por: Estela Renner | Renata Terra
Producción: María Farinha Filmes, Estela Renner, Luana Lobo y Marcos Nisti | Ana Lúcia Villela, Estela Renner, Marcos Nisti y Luana Lobo
Trailers: https://www.youtube.com/watch?v=0OCT6rh3WQs https://www.youtube.com/watch?v=-DKMDrKA0TE
Disponible en Netflix
Im.1 Póster Documental | Fuente: Netflix, 2016.
Resumen.
Se presentan familias de diferentes países, culturas y niveles socioeconómicos, y diversos expertos, desde educadores a científicos, invitan a reflexionar sobre la importancia de considerar los primeros años de vida de los “pequeños humanos”. Las/os niñas/os prestan mucha atención y son sensibles a su entorno emocional, físico, social, y ambiental. A partir de la experimentación, ellos van tomando esa información para resolver patrones y ver lo que funciona en el mundo. En este contexto, como comunidad, debemos pensar y actuar para que los primeros años formativos de los pequeños humanos sean significativos, y así puedan ser ciudadanos conscientes.
Palabras Clave. Infancia, Medio Ambiente, Ciudad.
Im.2 Póster Documental | Fuente: Netflix, 2020.
Introducción.
Diversos avances científicos han relevado el papel central que tienen los primeros años de vida en la formación de futuros ciudadanos conscientes en todas sus dimensiones: social, política y ambientalmente. Bajo esta temática se centran los documentales de Maria Farinha Filmes El Comienzo de la Vida y El Comienzo de la Vida 2: La Naturaleza, estrenados en 2016 y 2020 respectivamente.
Se nos van mostrando familias de diferentes países, culturas y niveles socioeconómicos, y diversos expertos, desde educadores a científicos, quienes nos invitan a reflexionar sobre la importancia de considerar los primeros años de vida de los “pequeños humanos”. En este sentido, los documentales tienen como objetivo mostrar que las acciones que realizamos como sociedad durante las infancias tendrán grandes repercusiones positivas o negativas en el futuro de la humanidad.
Im.3 El Comienzo de La Vida 2 | Fuente: Netflix, 2020.
Cuando ponemos atención en el comienzo de una historia podemos cambiar todo para bien.
El Comienzo de la Vida inicia distintas madres en su proceso de parto, y continua con la potente frase de Vea Vecchi “cada niño que nace es una especie de sorpresa para la humanidad, y para mí ese es el espíritu con el que debemos darle la bienvenida a un niño”. Nos invita a eliminar la preconcepción adultocentristas en que las/os niñas/os son irracionales y egocéntricos, mostrándonos la espectacular capacidad de asombro que poseen los infantes, convirtiéndoles en los mejores científicos y alumnos en el universo.
En la segunda entrega El Comienzo de la Vida 2: La Naturaleza el tópico sigue siendo el mismo, sin embargo, a diferencia de la primera, esta prioriza las experiencias de las/os niñas/os. Específicamente, va explorando la importancia de la interacción temprana con la naturaleza para aprender a amarla, cuidarla y, sobre todo, para entender que somos parte de ella.
Las/os niñas/os prestan mucha atención y son sensibles a su entorno emocional, físico, social y ambiental, a partir de la experimentación ellos van tomando esa información para resolver patrones y ver lo que funciona en el mundo. Ambos documentales argumentan que las/os niñas/os no son contenedores vacíos que los adultos llenan de conocimientos, sino que desde el momento en que ellos nacen van recopilando distintas experiencias que les permiten ir generando conocimientos valiosos para la vida.
En las ciudades las/os niñas/os sufren una reducción de sus horizontes de infancia, es decir, que en la actualidad los niños en la vida cotidiana tienen menores libertades. Las lógicas de urbanización vertical y de zonificación de espacios, ha generado que las/os niñas/os no tengan donde jugar, pierden espacios de compartir con adultos y otras niñas/os. Ante ello, se deben ofrecer espacios en la ciudad a los pequeños humanos para que puedan experimentar su propia existencia, los adultos deben dejar que las/os niñas/os vayan y prueben cosas.
La naturaleza está llena de partes sueltas, ramas, hojas, hormigas, entre otros elementos, que ayudan a las/os niñas/os a moverse, tocar, sentir el planeta y jugar, crecer y percibir la naturaleza. Un infante que interactúa con la naturaleza tiene un entorno de juegos vivo y orgánico, aunque los espacios sean seminaturales como las plazas en la ciudad. La naturaleza le permite a las/os niñas/os experimentar una relación diversa, todas las cosas son de formas y sentidos que pueden explorar y sentir, desde una perspectiva naturalista, ética, moral, de belleza, y de los sentidos.
Im.4 El Comienzo de la Vida | Fuente: Netflix, 2016.
Conclusión. Se necesita una aldea para criar un niño.
Existen distintas experiencias de familias, de diversos países, culturas y nivel socioeconómico, van elocuentemente mostrando que el cuerpo del niño/a necesita estar en movimiento, y que sus madres, padres y cuidadores, deben permitir que ellos experimenten el entorno natural y artificial que los rodea.
Para criar a las/os niñas/os se necesitan tiempo y espacio, por lo que se debe des-institucionalizar la ciudad para que esta sea amigable con las infancias, por ello es necesario que toda la comunidad, niños, otros padres y otras personas apoyen en este proceso. Además, nos invitan a pensar desde la perspectiva de los niños, y a cuestionarnos la forma en que se está construyendo el entorno. Hay que preguntarse cómo hacemos para que la naturaleza y los espacios de la ciudad estén ahí, con sus propios lenguajes y colores, y para que las/os niñas/os puedan experimentarla, sentirla y visitarla diariamente.
Finalmente, nos invitan a reflexionar sobre las prioridades de la sociedad: invertimos en lazar cohetes al espacio, en explorar Marte, pero no invertimos en el principio de la vida. El entorno de las ciudades no está planificadas para que las/os niñas/os elijan, observen y experimenten. Como comunidad, debemos pensar y actuar para que los primeros años formativos de los pequeños humanos sean significativos, y así puedan ser ciudadanos conscientes.