Revista Planeo Nº 44 Ciudades ante las enfermedades, Julio 2020
[Por: Diego Irizarri, Geógrafo (U. de Chile), editor revista PLANEO y estudiante de Magíster en Asentamientos Humanos y Medioambiente (U. Católica de Chile)]
Resumen:
La crisis por Covid-19 es un desafío global que ha visto emerger una enorme diversidad de iniciativas y acciones de carácter colectivo a nivel de barrios como respuesta ciudadana ante las problemáticas sociales y económicas que esta situación ha impuesto sobre los grupos más vulnerables. En este contexto, Solivid es un proyecto colaborativo que busca registrar y mapear a escala global aquellas iniciativas solidarias de carácter altruista, colectivo y que satisfagan necesidades colectivas como producto de la crisis actual. Con el apoyo de diversos grupos y de estudios y organizaciones de 10 países, la plataforma ha iniciado en abril la construcción de un mapa y un repositorio de recursos que permita visibilizar y conectar a las distintas iniciativas, y disponer de una base de datos abierta que sirva para conocer cómo surgen y se movilizan las iniciativas colectivas y ciudadanas frente a la crisis.
Palabras clave: Covid-19, Solidaridad, Mapa Global
Los momentos de crisis económica y social suelen ser puntos de inflexión en los que las capacidades y valores tanto de las instituciones como de la sociedad son puestas a prueba, y se manifiestan como caldo de cultivo para el desarrollo de iniciativas y movimientos de base para hacer frente a las diversas necesidades y problemáticas que deben ser enfrentadas por la población. En ese sentido, la actual crisis sanitaria, social y económica por el virus del Covid-19 ha visto emerger no cientos, si no miles de iniciativas de solidaridad a lo largo del globo, desde pequeños grupos que espontáneamente han buscado dar solución a los problemas más inmediatos de una comunidad o un barrio, hasta organizaciones que, ya existiendo previamente, han volcado sus esfuerzos a resolver necesidades clave ante una situación que ha mantenido durante meses a muchas personas en situación de incertidumbre frente a su futuro económico y su salud.
En este contexto, SOLIVID[1] se conformó como una red global de personas e instituciones que busca registrar y mapear las distintas expresiones de solidaridad que han emergido en este tiempo como respuesta a la pandemia como un desafío que va más allá de cada país, y que se sitúa como un fenómeno global que podemos visualizar desde la perspectiva de las acciones que las personas, barrios y ciudades han construido para resolver problemáticas de distinta índole: salud, apoyo a colectivos vulnerables, alimentación, violencia de género, insumos y material sanitario, educación, infancia y adolescencia, vivienda, entre otros desafíos.
Im 1. Inicio de la Plataforma Solivid (www.solivid.org)
El origen de esta iniciativa se encuentra en la Universidad Autónoma de Barcelona, específicamente en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP), el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERM), y el Grupo de Estudios sobre Energía Territorio y Sociedad (GURB), quienes ya contaban con el antecedente de “Barrios y Crisis”, una investigación que se había interrogado sobre los efectos de la crisis económica de 2008 en Catalunya y la emergencia de iniciativas y acciones de carácter local y barrial como expresión de la innovación social. Una “geografía de la solidaridad” que puede ser rastreada esta vez a partir de la pandemia global. Desde este punto de partida, Solivid se planteó como un proyecto colectivo para la construcción de un mapa y un banco de recursos en línea para todo tipo de iniciativas solidarias contra el Covid-19, a partir de un llamado a la recogida de información que considera como criterios esenciales aquellas iniciativas de carácter altruista, colectivo, y que satisfagan necesidades colectivas como producto de la crisis del coronavirus.
Si bien la plataforma se inicia en Barcelona, rápidamente fueron sumándose instituciones y centros de estudios de distintos países de Europa y Latinoamérica, contando hoy con 30 grupos de 10 países que aportan constantemente a la actualización del mapa global. A partir de los aportes de diversas organizaciones, hoy el mapa de iniciativas solidarias cuenta con un acervo de información relevante, con una base de datos abierta a cualquier persona, y que permite la consolidación de al menos dos grandes objetivos. Por una parte, servir de plataforma de visibilización e intercambio de experiencias entre grupos y colectivos de distintas regiones y países y, por otra parte, servir de insumos para el estudio de las respuestas locales y ciudadanas ante situaciones de crisis, relevando la innovación social y la capacidad de acción de las organizaciones de base. Además, se plantea la posibilidad de generar alianzas que impulsen la creación de políticas transformativas ante un escenario global en el que hoy más que nunca se necesitan alternativas capaces de dar respuesta a las urgencias sociales, políticas, ambientales y económicas en un contexto donde la acción ciudadana parece superar la inacción institucional en muchos países.
Im 2. Mapa global de iniciativas solidarias
La plataforma Solivid supone un reto no menor al integrar y coordinar a instituciones y personas de diversas regiones del mundo, donde la comunicación virtual – que hoy ha corrido sus fronteras y se ha normalizado como una vía excepcionalmente importante para mantener en marcha todo tipo de procesos y proyectos – ha sido un recurso clave para poblar de manera progresiva los contenidos de la misma. Otra característica de la plataforma es el Banco de Recursos, una sección dedicada visibilizar la gran cantidad de plataformas que hoy se plantean el mismo propósito que Solivid. De esta forma, la “ofensiva solidaria” puede ser rastreada y estudiada, mientras se hacen visibles las diversas redes que emergen a distintas escalas y con distintos focos de acción. En Chile, la recopilación de iniciativas se ha anclado en el Núcleo de Investigación en Gobernanza y Ordenamiento Territorial del IEUT, desde donde se han recopilado experiencias que apuntan sobre todo a la emergencia de ollas comunes y asambleas territoriales populares, que han venido consolidándose desde el estallido social de octubre. Estas experiencias, enraizadas en las comunidades locales, demuestran cómo los colectivos más vulnerables son capaces de levantar iniciativas potentes para la resolución de los problemas más cotidianos de las desigualdades que se muestran con fuerza en el contexto del país: el hambre, la falta de recursos y empleo, y el difícil acceso a la salud.
En un escenario en el que el mundo ya estaba viendo cambios geopolíticos y socioambientales relevantes, la crisis del coronavirus pareciera venir a reforzar el hecho de que nos encontramos ante una disyuntiva global acerca de los caminos a seguir, y la solidaridad que emerge desde las ciudadanías como forma alternativa de organización es una fuente de saberes territorialmente situados y políticamente posicionados, que deben ser promovidos y valorados para la construcción de vínculos sociales más fuertes y participativos, tomando así la crisis actual como una oportunidad.
*Agradecemos especialmente a Oriol Nel·lo, profesor de la UAB y uno de los gestores de Solivid, por su disposición a contarnos acerca de esta experiencia.
[1] www.solivid.org