Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por Vicente Inostroza]
Alexis Castillo es presidente de la Fundación EDRA Equipo de Defensa y Rescate Animal. Como fundación, han realizado varios cientos de jornadas de adopción, entregando sobre 4000 perros y gatos en adopción, tienen un refugio con 90 animales rescatados, y son denunciantes y querellantes en la causa contra el circo los Tachuelas (incautaron 25 animales: 15 monos, 8 tigres, 1 emú y 1 oso). También exportaron a «Chili Dog», el quiltro más afortunado del mundo, y montaron un refugio para vacas y caballos quemados durante los incendios del 2017. Además, Alexis es miembro del Comité de Bioética Animal de Chile, según ley 20.380 artículo 8 y 9, como representante de las organizaciones defensoras de animales de Chile y elegido por ellas.
«La Ley Cholito no es un avance, es un tremendo retroceso, … Hay que hacer una ley que ataque directamente el abandono; que persiga, encuentre y sancione el abandono»»
Se entiende que el proceso de urbanización no solo se ha extendido a zonas de uso animal en fauna, sino que en prácticas familiares de adoptar mascotas o en conflictos con estos mismos animales (por ejemplo, los perros). Es esto lo que denomina la ciudad animal, la convivencia de los habitantes urbanos con los animales que están en la ciudad. En general, ¿cómo se relaciona la fauna animal (especialmente las mascotas) en la ciudad tomando en relevancia la calidad de vida de la población Y los procesos de urbanización que ha tenido la ciudad?
R: Los animales siempre han estado presentes con las personas, sea como mascotas o como animales de granja. Pero, en términos de crecimiento y expansión de la ciudad, no lo hemos asumido bien. Ni los edificios ni las casas reconocen la existencia de los animales como parte de una familia. Si tú observas una casa, hoy día son todas hechas de forma estándar. No están pensadas para ver si la familia va o no tener animales, y lo mismo sucede con los edificios. Los edificios en general se entregan y los reglamentos de copropiedad son ambiguos o muy restrictivos en esta materia. Lo habitual es que las personas tendrán que acomodarse como puedan, y muchas veces se encontraran con sorpresas en el reglamento de copropiedad cuando ya están instalados.
En ese sentido, ¿qué críticas tiene no solo a la expansión de la ciudad, sino que al crecimiento en altura en relación con las mascotas y con los mismos animales?
R: El crecimiento en altura hoy en día está relacionado principalmente con la situación de vender metros cuadrados. Ese es el objetivo y no necesariamente mejorar la calidad de vida como lo hemos visto de manera más grosera en los guetos verticales que se han denunciado en la comuna de Estación Central, por ejemplo. O sea, si no están preocupados de la calidad de vida de los humanos, menos están preocupados de qué pasará con las mascotas. Cómo se va a relacionar la gente que tiene mascotas con la que no las tiene, los solucionar los conflictos que se generan en los espacios comunes, e incluso como solucionar los problemas entre espacios privados como son los ruidos o los gatos que puedan caminar de un departamento a otro.
¿Qué problema, específicamente, se genera en este crecimiento en altura con el mismo proceso de las mascotas, donde, en definitiva, ciertos dueños pueden tomar la decisión incluso de no tener los animales?
R: Hay varios problemas. Primero es el conflicto entre vecinos que tienen con los que no tienen mascotas o les molestan estas. Están los ladridos de mascotas que quedan solas todo el día en el departamento. Están los dueños de mascotas que creen que lo adecuado es encerrarlas todo el día en la terraza y ocasionan el malestar de otros vecinos ante un evidente maltrato animal. La instalación de mallas de seguridad en ventanas y terrazas para evitar caídas, no vienen pensadas de fábrica y cada cual debe solucionar su problema. Incluso hay gente que compra un departamento en verde sin conocer el futuro reglamento de copropiedad y cuando le entregan el departamento, se encuentran que este reglamento le pone problemas a la tenencia de las mascotas, y empiezan los conflictos porque son amenazados con multas, son hostigados por la administración, son hostigados por otros vecinos. Luego tenemos dos partes en conflicto dentro de la comunidad, o sea el edificio nace con un conflicto futuro. Es habitual que a nuestro correo nos lleguen preguntas de ese tipo, como: “oye, compré el departamento, pero resulta que ahora no puedo tener mascotas”.
Mira, te voy a dar un ejemplo. Cuando yo era chico en mi ciudad, Puerto Montt, crecí en un edificio que es de una arquitectura, creo que, del movimiento moderno, y en cada piso, hay un pequeño espacio ahí en medio del edificio, incluso en el último piso este espacio era más grande. En esos metros cuadrados jugábamos a la pelota, con autitos, construíamos “casas”, y eventualmente podíamos jugar con un perro. Eso es impensado en un departamento actual, porque el metro cuadrado es caro y lo que se busca es maximizar las utilidades. Entonces, ¿hay espacios en donde las mascotas puedan ser paseadas dentro del edificio? En general no las hay.
De cierta manera, hay ciertas visiones que abordan este problema que ocurre con la densificación y nuestra convivencia con las mascotas. Si quieres podemos profundizar con más detalle este tema, pero, en una siguiente pregunta, y especialmente referido a la ciudad de Santiago (u otras ciudades que han trabajado), ¿cuáles crees que son principales cambios o desafíos de nuestras ciudades en torno a la vida animal en las últimas décadas, tanto en la expansión de la ciudad en zonas donde hay mucha fauna, como también a las mascotas que no solo viven, sino que transitan por espacios urbanos?
R: El tema es tan amplio que lo separaría en áreas. Primero, hay un problema de la expansión urbana sin control y eso está empujado por la especulación inmobiliaria. Sabemos que todos los predios en el borde externo del límite urbano son comprados por inmobiliarias, por empresarios, incluso por políticos, que después pujan para que la ciudad se expanda y ese terreno multiplica su valor de inmediato por una decisión política. Entonces, en ese sentido, cada vez tenemos mayor intervención del ser humano a espacios que antes era rural. Eso es lo que hemos visto, por ejemplo, en Lo Barnechea, donde tenemos cóndores, pumas y quiques que están llegando a las casas, y en regiones está pasando lo mismo.
Tenemos también lo que es este resquicio legal de las parcelas de agrado que se supone que es campo, donde tenemos dos casas: una para el dueño de casa y otra para el supuesto cuidador, pero que en la práctica se transforman en dos casas de 250 metros cuadrados. Se hace “ciudad” disfrazada de campo, pero sin vacas, ni caballos, ni granjas. ¿Cuánto podría impactar en beneficio de la calidad de nosotros mismos como humanos si por ejemplo se exigiera que, por cada parcela de agrado, un 10% de esa superficie deba ser plantada de flora nativa? Y que además ese 10% colindara con el 10% de la parcela del lado y de atrás. Podemos generar pequeños espacios de 2000 metros cuadrados cada cuatro parcelas, de flora nativa. Por ejemplo, si hiciéramos ese cálculo podríamos impactar positivamente, continuando con las parcelas de agrado, pero, a la vez, potenciar lo que es la vegetación y la fauna nativa.
Otro cambio que pudiéramos pensar dentro de la ciudad… Hoy en día el MINVU y las inmobiliarias están constantemente inaugurando condominios y villas nuevas ¿Qué pasaría si se hiciera un catastro de toda la gente que va a llegar a esas casas y si se hicieran jornadas de adopción especialmente para ellos, priorizando dar en adopción los mismos animales que viven en la construcción? Porque cada vez que se instala una faena, llegan perros abandonados. Las constructoras se benefician de estos perros porque lo utilizan para cuidar en las noches, y el “pago” para los perros es algo de comida y cariño por parte de los trabajadores. Termina la construcción y los perros se transforman en un problema. O sea, al igual que en los edificios, las casas nacen con un conflicto futuro.
¿Qué pasaría si terminada la construcción, los perros se dan en adopción a las mismas personas que vienen a habitar las casas?
Otro problema habitual es cuando una inmobiliaria compra un terreno, y en este terreno viven animales. La inmobiliaria muchas veces (por no decir siempre) se desentienden de los animales y eso es algo súper habitual. Nosotros nos han llegado casos de colonias de gatos que viven en un terreno y como va a ser demolido, la constructora le da lo mismo porque el gato arranca a las casas vecinas. Por lo tanto, le genera un problema al barrio ¿Qué tal si las inmobiliarias tuvieran un plan de manejo de estas colonias para esterilizarlos y los que sean susceptibles de adoptar, se haga una jornada de adopción? Pero que aborden el tema como lo que es: una externalidad negativa de su negocio. Pero hoy malamente, lo que ocurre es que todos tratan de dejarle el problema a otro, sea buscando una fundación y ofrecerles un saquito de comida a cambio de llevarse los gatos, o simplemente que los gatos arranquen dónde los vecinos.
Entorno a otro cambio donde las ciudades la hacen los ciudadanos. En las últimas décadas, ¿cómo tú crees que (bueno, ustedes también son una organización de la sociedad civil)? pero ¿cómo tú crees que ha cambiado la mentalidad de la ciudadana con la tenencia responsables de animales o, en general, al tema animal? ¿Ha evolucionado o ha empeorado este asunto?
R: Yo creo que está en los dos extremos. Hay gente que sí efectivamente ha avanzado mucho. Hoy en día hay mucha gente que quiere adoptar. Hay mucha gente que incluso está dispuesta a adoptar perros y gatos adultos. Nosotros lo sabemos por experiencia. Pero también está el otro extremo. Mucha gente que no quiere adoptar… Yo creo el problema aquí no pasa por ellos. Aquí pasa por las autoridades. Nuestras autoridades en esta materia han sido absolutamente incompetentes y mediocres. Y te lo digo con conocimiento de causa. Llevo 10 años en esto y veo un nivel de tontera en la toma de decisiones, en la falta de planificación, en la falta de tomar conciencia del efecto que va a tener una decisión sobre una organización civil, por ejemplo, a nosotros cuando en el año 2014-2015 realizábamos jornadas de adopción en el Persa Biobío de forma masiva con autorización municipal. Entregábamos 120 a 160 animales mensuales con todo el sistema muy estructurado de protocolos, de entrevistas, contratos, muy bien organizado, con una recepción por parte de la ciudadanía maravillosa. Sin embargo, desde el municipio de Santiago (administración anterior) se nos puso solo dificultades y problemas, hasta el punto de expulsarnos de forma triste y vergonzosa ¿los beneficiados? La mafia de venta de perros en las calles, que recuperaron el espacio que nosotros le habíamos quitado. Entonces, a lo largo de los 10 años que llevo en este tema, he visto tantas decisiones erradas por la autoridad que ahí uno comprende por qué el país en temas del abandono animal no avanza. Sigue exactamente igual o peor.
Luego volveremos al tema de políticas públicas, en relación con las acciones que han ejercido desde Fundación EDRA, ¿cuál es su rol en la temática animal de las ciudades, desde el rescate de animales hasta la incidencia en políticas públicas que se ha promovido en este tema?
R: Nosotros en general hemos abordado varias áreas. Hemos dado miles de animales en adopción, en jornadas de forma sistemática y permanente, no como algo eventual, sino que transformarlo en algo habitual. Otra parte que tomamos muy fuerte es maltrato animal. Fuimos precursores en apoyar al Ministerio Público en la denuncia del maltrato animal y enseñar a que la gente entienda la labor que realizan. Hasta hoy seguimos haciendo charlas sobre eso creando material educativo. Y también con el tema de haber creado el refugio que estamos ahora, el rescate de animales de la calle ha sido bastante fuerte. No obstante, tener un refugio es siempre difícil, yo diría una de las cosas más difíciles que hay. Por la naturaleza de lo que hablamos, está lleno de animales abandonados y las autoridades en general no apoyan. Lo otro ha sido las situaciones de emergencia, de catástrofe, en donde montamos en una oportunidad un refugio para vacas y caballos quemados, y también en otras catástrofes hemos estado apoyando.
Respecto a la coordinación que han tenido ustedes como asociaciones defensoras de los animales, entre todas las organizaciones del sector civil, ¿han tenido posibilidad de coordinarse para incidir de mayor manera estos temas?
R: Dividiría el asunto en dos partes: el trabajo en terreno y el trabajo de lobby para influir en las decisiones políticas.
En terreno hay mucha colaboración entre organizaciones, sea en adopciones, prestándonos equipamiento, con datos, en actividades en conjunto, incluso entre distintas ciudades o regiones. En ese sentido hay más unidad de la que muchos creen. Pero lograr coordinar para influir en decisiones políticas es complejísimo. Creo que de forma deliberada los poderes políticos mantienen y generan división para mantener sus cargos y evitar competencia de nuevos liderazgos, más aún cuando el tema “animalista” genera tanto apoyo popular. Competir con políticos que tienen mucho poder y dinero, y que pueden influir sobre medios de comunicación para favorecer a una u otra persona, es muy difícil, agotador y desgastante.
En otra parte, hablando ya efectivamente de las políticas públicas y dos grandes noticias del mundo animal en la ciudad del último tiempo: fauna animal en sectores de altos ingresos de Santiago y Ley Cholito. Primero, ¿cómo consideras el avistamiento de estos animales como cóndores en estas zonas urbanas de altos ingresos como Lo Barnechea y cómo las políticas públicas deberían abordar este tema?
R: El problema somos nosotros, los humanos, los que nos hemos metido en el territorio de los animales. Pero aquí hay un tema que es súper delicado y súper triste que dice relación con el SAG, Servicio Agrícola y Ganadero, como institución encargada de nuestra fauna silvestre en general. ¿Qué tiene que ver con agricultura y ganadería un cóndor, un puma, un pudú, un tigre, un mono? ¿Por qué el SAG tiene que ver esa área? El SAG no tiene centros de rescate, no tiene centros de mantención, no tienen equipamiento (jaulas, mallas, dardos, trampas, etc.), básicamente no tienen capacidad de rescatar, rehabilitar ni mantener animales. Pero si revisas la prensa, verás muchos titulares que dicen “SAG rescata…” “SAG libera…”. Pero la realidad es más o menos así: un ciudadano de paseo encuentra una lechuza herida, llama a una ONG (por ejemplo, nosotros) que traslada a la lechuza al zoológico metropolitano dónde le dan tratamiento veterinario de primer nivel, luego se le lleva al CRAR (Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces) dónde la rehabilitan. Y cuando llega el momento de liberarla, el SAG la toma, llama a la prensa y la libera. ¿Qué dice el titular? “EL SAG LIBERA LECHUZA”. No pusieron ni un peso, y se llevan todos los laureles. Eso lo he visto docenas de veces en estos años, e incluso he visto cosas mucho peores. Dan vergüenza.
¿Qué papel debería tomar los actores del Estado?
R: El SAG debiera salir de la ecuación. El SAG es el Servicio Agrícola y Ganadero. No tiene nada que ver con una gaviota, no tiene nada que ver con un tigre. El SAG es el que le dio autorización al Circo Los Tachuelas para tener los animales que durante años sufrieron maltrato. Año a año le renovaban los permisos y los animales estaban en condiciones deplorables. Nosotros somos los denunciantes y querellantes del caso que llevamos dos años y medio, que, por ahora, concluyó con una pena ridícula de 2 UTM para el Tachuela Grande, pero recurriremos de nulidad ante la Ilustre Corte de Apelaciones. Pero ¿qué tiene que ver el SAG con un tigre? Nada. No hay una autoridad competente y proactiva para solucionar esto.
En relación con otro tema de La Ley Cholito, que también hay apariciones de la fundación en medio de comunicación respecto a esa ley también, sin embargo, la tramitación ha generado también polémica en muchos bandos, ¿en qué medida crees tú que estas políticas avanzan o no hacia una tenencia responsable de las mascotas?
R: Primero, la Ley Cholito no es un avance, es un tremendo retroceso. Nosotros fuimos detractores de la Ley Cholito porque está mal diseñada y su aprobación se consiguió en base a mentiras y a presiones indebidas en un año de elecciones parlamentarias.
Si dividimos a la gente en 3 grupos: los responsables con dinero, los responsables sin dinero y los irresponsables, veremos que la ley podrá ser cumplida principalmente por el primer grupo. En el segundo grupo caemos las organizaciones animalistas, que podemos ser multadas con hasta $3.000.000 en caso de reincidencia puesto que no tendremos como cumplir la ley, pero es fácil identificarnos. Pero la gente irresponsable, que es quienes generan el problema, no serán perseguidos porque no hay fiscalizadores ni voluntad para hacerlo.
A eso sumemos que el sistema de registro para el microchip es tremendamente deficiente y mediocre, con números de chip duplicados y triplicados, sin un sistema de trazabilidad y sin una base de datos única y confiable, sin una aplicación para el celular, sin diferenciar entre organizaciones animalistas y un particular. El chip es útil y necesario, pero requiere un sistema de registro eficiente.
Si tú me preguntas a mi, volviendo a lo que te decía anteriormente, en Chile las políticas públicas en esta materia dan vergüenza, el despilfarro de dinero es una brutalidad.
Y respecto a por ejemplo a las políticas o lo que falta pro hacer en torno de propuesta, respecto de los perros vagos, incluso hay criticasen el último tiempo que se señala a los perros vagos como un peligro latente para los habitantes urbanos, entonces, ¿cómo tú respondes a esas críticas, por un lado, pero también a lo que hay que hacer respecto a esas temáticas de los perros también mal llamados “perros vagos”?
R: Bien primero que todo no son perros vagos, son perros abandonados, la mayoría de los animales en la calle son todos con dueño, o tenían dueño. Ahora, de que son un problema, lo son, sería un disparate creer lo contrario. A mi me resulta molesto y doloroso escuchar a mucha gente que nos culpa a los animalistas por los perros en las calles. ¿acaso nosotros los abandonamos? ¿acaso nosotros los reproducimos? NO. Nosotros los rescatamos, los sanamos, los esterilizamos y los damos en adopción, la gran mayoría de las veces sin apoyo del estado, sin recursos de municipalidades, y muchas veces, a pesar del estado. Deberían darnos las gracias. Ahora, de que los perros en la calle son un problema lo son, pero aquí lo que tenemos que atacar es a la fuente, al origen. Si tuviéramos un barco, y está entrando agua nada sacamos con sacar y sacar agua si no tapamos el hoyo por el cual está entrando el agua, ese hoyo hoy se llama el abandono. Hoy en día, la gente que abandona un perro no tiene ninguna sanción real…
Por eso críticas que la Ley Cholito va más a los responsables que a los irresponsables. Y entorno a eso, ¿qué políticas públicas propones tú para solucionar este tema?
R: Exacto. Hay que hacer una ley que ataque directamente el abandono; que persiga, encuentre y sancione el abandono. Como punta de lanza de cualquier política pública que se haga en el país sobre cuidado de animales. Si tú no sancionas el abandono, nada más va a resultar, porque la gente irresponsable siempre va a optar por abandonar el animal, la gente irresponsable no va a ir a esterilizar, aunque sea gratis y le regalen un chocolate, siempre le será más fácil abandonar.
Por ejemplo, si tú haces una jornada de adopción y das 15 animales en adopción, corres el riesgo de volver con 20 ¿Por qué? Porque va una persona y te deja una caja con perritos, va otra y te deja una caja con gatos. Si una municipalidad tiene un centro de rescate canino, van y le dejan perros. Si una municipalidad está haciendo esterilizaciones, van y dejan al gato ahí. ¿has visto una organización animalista que publique su dirección? ¡¡No podemos!! Porque nos tiran animales por sobre la reja, nos dejan la perra preñada amarrada en la puerta, nos dejan el poodle toy pocket de bolsillo que creció y resulto ser un poodle-saurio (y se van a comprar otro “mini-toy). Y perseguir y sancionar a esa persona es tan engorroso y la sanción que tiene esa persona es tan vergonzosamente baja que al final no vale la pena. O sea, en nuestro refugio tenemos un vecino al frente que ya ha traído tres perros y dos gatos, y todos terminan en la calle y/o muertos. La ultima perra la tenemos nosotros, una perrita chica la compró, no la esterilizo (era gratis), pario 4 cachorros, la perrita andaba en la calle con los cachorros, uno murió atropellado (nos gastamos $110.000 tratando de salvarlo), los otros 3 los trajimos para acá, todos enfermos, uno murió a los días de haber llegado, y los otros dos recién ahora están sanos. Dime, ¿qué saco yo con denunciar a esa persona? Voy a perder tiempo, ir a la fiscalía, hacer la denuncia, presentar pruebas, además voy a tener problemas con el vecino y que sanción le van a dar, “dos palmadas en el poto y un chirlito”. Esa persona debería tener sanciones duras. El vecino de acá al lado, de la vulcanización, harto rato tuvo un perro cuidando el taller, hasta hace poco que compro un par de perros más finos, el perro empezó a aparecer en la calle, después ya no lo dejaron entrar más y hace dos semanas atrás el perro estaba muerto atropellado en la esquina. Entonces, si no castigamos a la gente que abandona, pero de forma real y contundente, cualquier política pública que hagamos en el país no va a tener efecto, porque siempre va a ser más fácil abandonar un animal que esterilizarlo, va a ser más fácil abandonar un animal que ponerle y chip y registrarlo, va a ser más fácil abandonar un animal que darlo en adopción, es porque la gente irresponsable siempre va a buscar lo más fácil, agarrar al perro y abandonarlo.
Hoy en día hay empresas controladoras de plaga que ofrecen retiro de perros, y las empresas los contratan. ¿Por qué? porque por un tema de buenas prácticas de manufactura no pueden tener perros en sus instalaciones ni gatos tampoco. He visto facturas y cobran entre 100 a 150 mil pesos por cada perro que retiren, y los protocolos son normalmente abandonar el perro a una distancia entre 5 a 10 kilómetros del punto de captura. Entonces, si este perro se pierde y llega una de estas empresas, la empresa llama a la controladora de plagas, lo atrapa, lo sube del auto y lo va a botar a 10 kilómetros: Cajón del Maipo, Maipú, Quilicura, a todas las comunas periféricas o al campo en regiones. Si es tu perro que se fue a meter allá, si se te escapó un día, mañana puede estar a 10 kilómetros de distancia. Entonces, haz la mejor campaña de estilización del mundo, pero la gente floja, mediocre e irresponsable va a seguir prefiriendo abandonarlo porque es más fácil y porque no tiene sanción.
Por último: ¿Qué papel deberían tener los actores desde diferentes ámbitos de la urbanización que convive con los animales? ya sea desde el mundo académico, el mundo político e incluso el mundo ciudadano. O ¿qué iniciativa debería tener? ¿Qué visión?
R: yo creo que tienen que atreverse, hoy en día estamos en una política en que es mejor no correr riesgos. Entonces, si viene una persona que les va a dar argumentos en contra, prefieren no invitarla. Invitan a la persona que cae bien, que es más simpatiquito y políticamente correcta. Si queremos cambiar esta problemática hay que hacer cosas nuevas. Las inmobiliarias, las constructoras que están planificando la ciudad que se den cuenta que aquí tienen una oportunidad de ser pionero que dentro de 10 años más va a ser una obligación. Yo creo que en 10 años van la situación no va a ser sostenible y aquellas empresas que hoy se atrevan van a cosechar los frutos. ¿Cuál es la lógica de hacer 10 veces lo mismo, esperando obtener un resultado distinto? Hay que innovar, hay que cambiar.
¿Y desde el mundo ciudadano?
R: que estudien, porque en realidad si la gente estudiara habrían leído la Ley Cholito y se habrían dado cuenta que era una mentira lo que les estaban diciendo. Por algo nos quitaron la educación cívica, nos quieren quitar la filosofía en los colegios para que la gente no entienda. No entiendan de leyes, no entiendan lo que leen, no entiendan de planificación urbana básica.
Bueno Alexis yo creo que, como una frase pequeña, si puedes dejar una invitación desde la fundación EDRA a participar de esta tenencia responsable de animales, no sé si quieres decir algunas palabras
R: Nos falta apoyo. Nos faltan recursos. Muchos creen que recibimos grandes donaciones por ser Fundación, por salir en la tele, por dar entrevistas, que nos financia el Estado o la Municipalidad. Mentira. La inmensa mayoría de las organizaciones animalistas batallamos el día a día, dependemos de la confianza y apoyo de gente anónima. Nuestra camioneta cumplió 100.000 Km transportando perros, gatos, chanchos, chivos, ovejas y hasta caballos. Y este es el 4° año que llevamos sin permiso de circulación. Al sistema no le importa si eres bueno, si tu labor es impecable. Solo le importa si tienes dinero.
Ayer rescatamos un perrito inválido, hoy un cachorrito a punto de morir. Y somos tan humanos como cada uno de los que lee esto. No esperen que otro lo haga, ayuden ustedes. Y nuestra realidad, es la misma que muchas organizaciones a lo largo de todo Chile. Recuerden siempre: no hay aportes pequeños, todo suma.