Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Piera Medina Ziller; Editora General Revista Planeo; Arquitecta PUCV; Magister en Desarrollo Urbano UC, Diplomado en Arquitectura Sustentable UC ]
Película: Vecinos Invasores (Over the Edge)
Año: 2006
Director: Tim Johnson, Karey Kirkpatrick
Productora: DreamWorks Animation / Pacific Data Images (PDI)
Género: Animación infantil, comedia
Resumen:
La película que se presenta entrega una reveladora perspectiva sobre la coexistencia entre animales y humanos en la ciudad. Una comedia de animación infantil que da cuenta de la tensión entre el espacio animal y el rápido y explosivo crecimiento urbano. Esta problemática se presenta a partir de la búsqueda de alimento para la sobrevivencia animal, quienes al ver disminuido su entorno, se ven en la obligación de atravesar los límites impuestos por la urbanización para recolectar la comida ‘chatarra’ de consumo humano. Sus protagonistas, una familia animal compuesta por una tortuga, una ardilla, un zorrillo, y una familia de puerco espines, engañados por un astuto mapache, cruzan el muro construido para ir en búsqueda de alimento, sorteando los peligros que la vida humana les presenta, intolerante a la coexistencia con los habitantes originales de esas tierras.
Palabras clave: crecimiento urbano; sobrevivencia animal; invasión territorial
Las ciudades que hoy conocemos han sido, desde sus inicios, territorios de dominio animal. Los animales fueron quienes dieron forma y sentido a los lugares, ocupando los espacios y las bondades que la naturaleza les provee para configurar su hábitat. Porque al igual que los humanos, nuestros hermanos menores han sido desde siempre expertos en la construcción de sus hogares y refugios, teniendo como referencia territorial el alcance de sus alimentos y la capacidad de sobrevivir y defenderse frente a la presencia de otros clanes, depredadores, o incluso de quienes buscan quitarles el territorio ganado.
Con la llegada de la civilización y el afán de crecimiento urbano, las ciudades, el gran logro de la humanidad, se han expandido a ritmo acelerado desdibujando los límites entre el espacio humano y el espacio animal, quedando aquellos territorios de dominio animal disminuidos frente a la llegada del concreto y acotados a espacios simbólicos dentro de la trama urbana, como parques y plazas. Así lo hemos podido observar en los últimos meses, como Cóndores propios de los aires andinos y Pumas que históricamente se han ocultado del ojo humano, han ‘bajado’ a la ciudad buscando en ella alimento que en el acotado espacio disponible para su recolección, ya no encuentran. Quienes han sobrevivido a la llegada del ser humano, hoy deben ajustar sus prácticas a las demandas y al ritmo que la vida en la ciudad exige. Los demás ya emigraron, buscando nuevos lugares para vivir.
La película animada “Vecinos Invasores” presenta esta problemática de forma muy lúdica, evidenciando una realidad latente en las formas humanas de hacer lugar, quienes hemos arrasado con todo los territorios existentes sin respeto de la vida y los ecosistemas que habitan en ellos. Nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como invasores humanos, quienes hemos desarrollado un modo de vida prácticamente desarraigado del origen de esos territorios y el respeto a sus habitantes locales, los animales. La película se basa en el argumento de una familia de animales liderados por una tortuga llamada Verne, que al despertar de su hibernación ven como un gran muro ha acotado su espacio de recolección de alimentos para el próximo invierno; lo que antiguamente conocían como el bosque, ahora corresponde a un pequeño parque emplazado en el centro de un nuevo suburbio urbano de construcción simultánea.
La llegada de una astuta ardilla, ya acostumbrada a las prácticas humanas y a los alimentos ‘chatarra’ que los humanos consumen, los lleva a atravesar el límite impuesto para recolectar y robar el alimento a sus vecinos. La película transcurre en esta ambivalencia de dominio espacial, ¿quiénes son realmente los invasores?, ¿cuál es la plaga real? ¿a quién le corresponde el dominio de estos lugares?. En efecto, los humanos plantean que la presencia de esta ‘plaga animal’ afecta en el plusvalía de las viviendas, y por lo tanto se deben exterminar. Mientras los animales se defienden, encuentran las formas de sobrevivir a esta ‘inhumana’ forma de coexistencia. Pareciera ser que al final, la naturaleza siempre encuentra las formas de recuperar su lugar.