Revista Planeo Nº 39 Ciudad Animal, Marzo 2019
[Por: Vicente Inostroza Sánchez, Cientista Político UDP y estudiante de Magíster en Desarrollo Urbano PUC]
Resumen:
En un contexto chileno de mayor urbanización y desafíos a las ciudades, este proceso ha ido acompañado de cambios en los modos de vida, tales como la tenencia y convivencia de animales (como las mascotas) en la ciudad, y el aumento de las TIC con la democratización del smartphone. Esto decanta en la constante irrupción de las ciudades inteligentes, con iniciativas que utilizan tecnologías en la ciudad para mejorar la calidad de vida de las personas y, en este caso, también de los animales. Una práctica urbana que relevar es Wolkie, iniciativa creada por realizadores chilenos que gestiona el paseo de mascotas a través de la aplicación, donde el paseador de perros va directo a tu casa y puedes visualizar el paseo de manera georreferenciada. Existen experiencias internacionales que permiten comparar el funcionamiento de estas aplicaciones en el paseo de mascotas en la ciudad. Si bien existen ciertas críticas al fenómeno (no directamente a la app) como la “uberización” de servicios en la ciudad y el realce de las desigualdades socio-urbanas que existen con estas prácticas inteligentes, esto avanza hacia la solidificación conceptual de la Smart City que podría considerarse en la calidad de vida animal y en la agenda pública que está realizando el Estado chileno en esta materia.
Palabras clave: Smart Cities, mascotas, paseadores de perros, ciudad animal inteligente

Chile es uno de los países con más porcentaje de población en zonas urbanas dentro de América Latina, donde también este continente posee una alta población urbana en comparación con otras regiones. Con este dato base, surgen muchos desafíos en las mismas ciudades y ciudadanías en la convivencia socio-urbana a medida que los modos de vida vayan mutando. Un modo de vida a destacar es la tenencia y convivencia de mascotas en la ciudad. Según un estudio de Adimark, un 64% de los hogares declara tener al menos una mascota dentro de su casa, donde la tenencia de mascotas es mayor en el nivel socioeconómico D (69%). No obstante, con datos de la CASEN 2017, son más las personas en zonas urbanas que han presenciado perros abandonados y plagas en comparación en los habitantes rurales, con un 22,8% y 19,4% respectivamente.
Otro fenómeno en la ciudad es el aumento de la tecnología en nuestra cotidianeidad como una suerte de democratización del smartphone e internet, donde el 82% de los chilenos usan su teléfono para navegar por internet, superando ampliamente a la cifra mundial del 50% (Google Consumer Barometer). Esto último, sumado con el desarrollo de las TIC (tecnologías de la información y comunicación), ha generado la irrupción creciente de las Smart Cities que “coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de la Información y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana” (Bouskela et al, 2016, p.16). Es tanto el impulso de este concepto que recientemente el CNDU (Consejo Nacional de Desarrollo Urbano) lo ha identificado como tema emergente para estudiar su incorporación a la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
¿Cómo se materializa estos dos modos de vida en la ciudad a través de una práctica urbana en el contexto de la ciudad animal y la Smart City? Una práctica urbana que se desarrolla en Santiago de Chile se relaciona a la aplicación Wolkie que ofrece paseadores de perros para las mascotas desde la puerta de tu casa. En el año 2017, desarrolladores chilenos lanzaron esta aplicación como iniciativa de paseo de perros en un uso smart, con paseadores certificados por las empresas, paseos geolocalizados en tiempo real y diversos métodos de pagos del servicio. Como señalan en su vídeo promocional, los pasos para pedir el servicio son: iniciar sesión en la app; encontrar un paseador cercano al hogar; agendar el paseo con la fecha, hora y precio; el paseador debe aceptar la solicitud; monitorear el paseo de la mascota con varios indicadores; y el paseador deja el animal en su hogar donde se debe pagar con el método de pago seleccionado.
Aunque esta iniciativa es novedosa en Chile desarrollado por creadores nacionales, existen experiencias internacionales anteriores que permiten diagnosticar de mejor manera estas prácticas, tales como Wag!, Petsitter, Care o Swifto. Estos casos comparados de “ciudad animal inteligente” ofrecen múltiples lecciones para los emprendimientos en Chile, como paseadores de perros que varían según razas, preparación de futuros paseadores en la aplicación, servicios complementarios para las mascotas (como peluquería o cuidadores), inclusión de paseo de otros animales como los gatos (aunque son más difíciles de pasear) e interacción fluida con otros amantes de los animales en la misma aplicación del celular. Además, hay otras experiencias de innovación en esta ciudad animal, incluida la implementación de chips a las mascotas para múltiples usos relacionado con la tecnología (como el big data) con la nueva “Ley Cholito”.
En conclusión, este aumento de la urbanización y el uso de la tecnología se traslada a distintos modos de vida de los habitantes urbanos, incluyendo a las mascotas que conviven en la ciudad. Esto se demuestra en la práctica con la aplicación Wolkie que “uberiza” el paseo de perros en la ciudad, donde un cuidador acreditado va al domicilio del usuario para pasear su mascota de manera inteligente desde su smart phone. Si bien esta práctica no busca criticar esta novedad implementada por desarrolladores nacionales, se pueden hacer apreciaciones críticas a este fenómeno. Por un lado, existe una creciente “uberización” de servicios o prácticas urbanas desde estas aplicaciones. Estas no son prácticas inocuas en el desarrollo urbano, sino que desafían a la planificación de las ciudades y a su desarrollo social en múltiples aspectos, como la informalidad en el empleo. Por otro lado, estas iniciativas revelan aún más las desigualdades socio-urbanas que existen en Santiago debido al perímetro exclusivo que operan estos servicios ubicados en las comunas con mayores recursos económicos, situación que contradice con el dato de Adimark que, a menor nivel socioeconómico, mayor es la tenencia de mascotas.
De todas maneras, esto avanza en cierta medida no solo a la calidad de vida, sino que al de las mismas mascotas en la ciudad, considerándose en la calidad de vida urbana. También ayuda a complementar y solidificar el concepto de las smart cities. De ahí emano una recomendación para las iniciativas estatales (como al nuevo Plan Nacional de Ciudades Inteligentes de la CORFO) en considerar de mayor manera a los animales en la ciudad dentro de la agenda de ciudades inteligentes. En una ciudad que crece en expansión y altura, las mascotas deben ser consideradas en su diseño y convivencia, inclusive en la perspectiva de una ciudad inteligente ¡A pasear nuestras mascotas con Wolkie!