Territorios y Paisajes

Septiembre 2018

El lado oscuro de los territorios de extracción en Chile

Revista Planeo Nº 37  Territorios y Paisajes, Septiembre 2018


[Por:

María Inés Ramírez Silva, Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Geografía en de la Universidad de Chile; Asistente de Investigación en CEDEUS; Asistente de Investigación en Proyecto Fondecyt 1160848

Javiera Crisóstomo López; Geógrafa de la Universidad de Chile; estudiante de Magíster en Intervención y Gestión Ambiental: Persona y Sociedad, otorgado conjuntamente por la Universidad de Barcelona y la Universidad Autónoma de Barcelona; Asistente de Investigación en CEDEUS

Sebastián Rodríguez Leiva; Geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile; MSc Gobernanza de Riesgos y Recursos Naturales, Ruprecht – Karls – Universität Heidelberg, Alemania; Consultor en Fundación Patrimonio Desierto de Atacama y Asistente de Investigación en CEDEUS]

Contaminación en lagunas del borde este del Salar de Atacama. Fuente: Sebastián Rodríguez.
Contaminación en lagunas del borde este del Salar de Atacama. Fuente: Sebastián Rodríguez.

Resumen

Las transformaciones económicas neoliberales en Chile cambiaron la matriz productiva hacia una de carácter extractivista. Es de conocimiento público el excelente rendimiento económico de la minería del cobre o la industria salmonera, las principales exportaciones que genera el país en la actualidad. No obstante, no se otorga el mismo énfasis a transformaciones a nivel local, como los cambios del paisaje o las dinámicas sociales, económicas o culturales de sus habitantes. En esta columna se realiza una lectura general sobre los efectos negativos de ambas actividades económicas en las macro-áreas donde se emplaza (norte y extremo sur del país, respectivamente), desde una mirada sobre las transformaciones territoriales, evidenciadas a través de cambios en el paisaje y las pautas socio-culturales de sus habitantes. Se concluye que, a través de un análisis territorial enfocado en la escala local, se observa la cara menos amigable de los territorios de exportación.

Palabras clave: Territorio, Minería, Salmonicultura

A lo largo de la historia, el desarrollo de Chile ha estado estrechamente relacionado con la extracción – exportación de recursos naturales. Dos sectores de gran relevancia no solo para el país, sino que también, para el contexto regional y local son la minería, en particular la minería del cobre en el norte; y, la acuicultura, específicamente la salmonicultura en el sur. A pesar de sus distintas características, distribución y medio de explotación, ambos sectores comparten los efectos que ejercen sobre el contexto local, desde la perspectiva de la modificación del paisaje, y la transformación en las pautas y dinámicas sociales de las comunidades locales.

Esto último representa el argumento central detrás de esta discusión. Más allá de los efectos positivos – principalmente económicos – de ambas actividades, lo cual ha sido ampliamente estudiado y discutido en el contexto nacional e internacional, se vuelve necesario cambiar de escala y de parámetro, desde lo nacional a lo local, y ver en qué medida los territorios de extracción han sufrido transformaciones, particularmente aquellas referidas a cambios físico – naturales, y socioculturales. Por ello, es que planteamos que dichas transformaciones representan el rostro menos “amigable”, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios de extracción.

La concepción de territorio juega un rol clave en esta discusión. Esto, ya que los territorios marcados por la extracción de recursos, representan espacios que se han ido construyendo y deconstruyendo en el tiempo, vinculado a la realidad físico – material como puede ser el paisaje natural existente y también, el carácter subjetivo, perceptivo y simbólico que las comunidades locales tienen de este espacio. Así, se plantea entonces, que el territorio es el resultado de la socialización del ser humano en un espacio, convirtiéndolo en un paisaje de significación que considera aspectos tangibles e intangibles (Bello, 2011).

Bajo esta mirada, los territorios de extracción, marcados no solo por instalaciones asociadas a la extracción minera y salmonera, sino que también, por la existencia de comunidades que habitan en estos espacios, se presentan como áreas sensibles, donde las múltiples dinámicas asociadas a dichas actividades han perturbado el paisaje próximo a los sitios de extracción, transformando las pautas sociales y culturales de las comunidades locales. Específicamente, desde la dimensión física del territorio, los impactos descritos se asocian, principalmente, con la transformación del paisaje y la perturbación de ecosistemas frágiles ambientalmente, la contaminación de los suelos, el aire y el fondo marino en el caso de la salmonicultura, daños en algunos casos irreversibles en la flora y fauna, entre muchos otros.

Desde la perspectiva sociocultural, al incidir un nuevo modelo económico sobre un territorio éste genera distintos tipos de impactos, unos cuantificables y otros subjetivos. Entre los primeros es posible encontrar incrementos de población no residente, desarrollando problemas sociales internos debido a diferencias de ingresos entre residentes y no residentes; sobrecarga de la infraestructura urbana, vivienda y servicios; y conflictos con población indígena, por mencionar algunos (Sincovich et al., 2018). Dentro de los segundos, se encuentran cambios en las relaciones comunitarias, así como impactos en los modos de vida que llevan al abandono de tradiciones antiguas del territorio (por ejemplo, en la zona salmonera de Chiloé), así como transformaciones en los símbolos e hitos espaciales, por ello en la percepción del territorio, entre otros. Estos cambios, más allá de ser entendidos como un escenario de devastación cultural, muestran cómo los paisajes se transforman, son dinámicos y están en constante construcción (Yañez, 2010), forzando la reinterpretación del territorio para sus habitantes.

En el norte del país, se puede apreciar cómo la actividad minera ha transformado el paisaje, impactando en las lagunas y vegas, en la flora y fauna, y en los suelos del Salar de Atacama, zona considerada frágil ambientalmente. Por su parte, los impactos en las comunidades indígenas que habitan la zona desde tiempos inmemoriales, han visto cómo la actividad minera ha modificado pautas sociales, referidas a actividades socioeconómicas como la recolección de recursos presentes en el Salar, y también culturales, asociadas a la transformación del territorio ancestral, donde sitios representativos de la identidad local y cargados de significado se han dañado con el tiempo y en algunos casos, hasta desaparecido, sin haber responsables de aquel perjuicio o transformación para los habitantes

 

Figura 1: Juego elaborado con restos de infraestructura de la industria salmonera en Isla Cailín, Quellón. Fuente: Francisca Caniguan Velarde.
Figura 1: Juego elaborado con restos de infraestructura de la industria salmonera en Isla Cailín, Quellón. Fuente: Francisca Caniguan Velarde.

La actividad salmonera, por su parte, es en sí misma un elemento disruptivo en términos de paisaje. En los fiordos entre Los Lagos y Magallanes abundan jaulas de cultivo y pontones, a los que se asocia contaminación de mares y playas. Los asentamientos también han sido transformados, producto del rápido crecimiento urbano asociado a migraciones intra e inter regional. Nuevos patrones de construcción, desarrollo de infraestructura vial y portuaria (Avilés, 2015), y problemas con la gestión de residuos acompañan este proceso. En términos culturales, labores asociadas al campo y la pesca han sido abandonados para desarrollar la salmonicultura, las estructuras tradicionales y roles en las familias cambiaron por la inserción laboral de la mujer, y el dinero ganó preponderancia como sistema de intercambio, producto del sistema de pago salmonero asalariado. Otras manifestaciones, como mingas chilotas, han sido relegadas en el proceso, y han aumentado problemas sociales, como el alcoholismo.

En definitiva, creemos que la perspectiva territorial permite comprender de mejor forma la relación entre actividad extractiva – exportadora y su medio, considerando aspectos tangibles relacionados con la modificación del paisaje natural, e intangibles, vinculados a transformaciones socioculturales en las comunidades locales. Finalmente, es en la escala local donde se plantea que, si bien las actividades extractivas han cumplido el rol de generar mayor dinamismo en las regiones donde se emplazan, muestra el rostro más crudo, en lo que denominamos el sacrificio de los territorios marcados por las actividades mineras en el norte y la salmonicultura en el sur. Ello invita a analizar el impacto de las dinámicas económicas de manera multi-escalar, con especial atención a los hechos que son invisibilizados por los grandes números que acompañan a estas actividades.

Referencias

Avilés, D. (2015). Construcción de una economía política híbrida: análisis comparativo de las inversiones públicas y privadas desde una perspectiva neoestructural. En Revolución Salmonera. Paradojas y transformaciones territoriales en Chiloé (p. 276). Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

Bello, Á. (2011). “Nampülkafe: El viaje de los mapuche de la Araucanía a las pampas argentinas”. Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco.

Sincovich,  A., Gregory, T., Wilson, A., Brinkman, S. (2018). The social impacts of mining on local communities in Australia, Rural Society, 27:1, 18-34

Yañez, R. (2010). “Transformaciones identitarias en el archipiélago de Chiloé: Una discusión en torno al concepto identidad y su relación con los procesos de cambio”. Tesis para optar al grado de Antropólogo Social. Universidad de Chile. Santiago, Chile.