Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Pía Acevedo Méndez. Doctoranda en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigadora Instituto de Estudios Patrimoniales (IEP)]
Título del Libro: Historia Material de Potrerillos. Minería, Industria y Vida Cotidiana en un complejo minero-industrial (1916-1959)
Autor: Pablo González Castillo
Edición: Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), región de Atacama, 2015; 147 páginas
RESUMEN
Potrerillos fue un campamento cuprífero instalado en la zona cordillerana de la actual región de Atacama durante la primera mitad del siglo XX cesó sus actividades a fines de la década de 1990 producto de problemas ambientales. El cierre y erradicación de sus habitantes gatilló una serie de procesos sociales orientados a proteger, conservar e impedir que el campamento que albergó a hombres, mujeres y niños del cobre por casi un siglo desapareciera para siempre. Asimismo, en el último tiempo se han desarrollado una serie de trabajos e investigaciones que han aportado valiosa información sobre el campamento y que han servido para que la comunidad organizada de ex potrerillanos la incorpore dentro de sus acciones en pos de la defensa y protección patrimonial del ex campamento, intentado con estos antecedentes y con diferentes acciones de difusión sobre este caso lograr la anhelada declaración de Potrerillos como Monumento Nacional, categoría que ya poseen otras dos ciudades del cobre chilenas.
Palabras Clave: campamento cuprífero, Potrerillos, patrimonio industrial
Im 1: Portada del libro
En plena cordillera de Los Andes a 2800 m.s.n.m. se construyó el campamento Potrerillos (1920), constituyéndose como la tercera de las denominadas Ciudades del Cobre en Chile, después de Sewell (1906) y Chuquicamata (1915) (Garcés, 2009). El proceso de explotación de cobre a gran escala significó una importante transformación territorial de la región de Atacama desde cordillera a mar, en parte por la dependencia de la actividad de una línea férrea que conectó Potrerillos con Chañaral y posteriormente con el puerto de Barquito, pero también por la existencia de líneas de transmisión eléctrica, la construcción de viviendas e equipamiento para los trabajadores y sus familias y el levantamiento de infraestructura mecánica e industrial que estuviera al servicio de la producción (Baros, 2006).
Lo anterior se llevó a cabo a de la mano de las compañías mineras Potrerillos Railways Company y Andes Copper Mining Company, las que comenzaron el proceso de construcción del primer gran enclave minero industrial de la zona de Atacama (Baros, 2006) adaptando el proyecto original a la topografía del lugar, rellenando algunas quebradas para levantar viviendas y el sector industrial, además de sortear el complejo proceso de construcción del equipamiento social en un terreno irregular. Dentro de este equipamiento destacan la escuela, la pulpería, el teatro y el mercado público. Por otro lado, las necesidades de los extranjeros que ostentaban cargos más altos dentro de la producción se vieron satisfechas con el levantamiento del barrio americano en el que se construyó un colegio y un club de golf para su esparcimiento, entre otros (Gárces, 2009). Con todo, la trasformación y el desarrollo económico que se gestó en esta zona del país producto del cobre no dejó indiferente a los habitantes que vivían en las cercanías de este nuevo campamento, ni menos a los que llegarían desde diferentes lugares del país a integrarse en las faenas cupríferas y a constituirse como trabajadores de la gran minería del cobre.
Todas estas particularidades de Potrerillos han sido revisadas, mayoritariamente, por Eugenio Garcés (2009) y María Celia Baros (2006), resultando aún escasos los estudios orientados a conocer de manera profunda y en la voz de sus protagonistas las lógicas urbanas, los rasgos sociales y los ribetes identitarios que se desarrollaron a lo largo de la vida útil de Potrerillos y cuáles son las permanencias en la actualidad. En relación a esto, es que la obra de González (2015) se perfila como un significativo aporte a la historiografía atacameña, toda vez que revisa la historia de Potrerillos entre 1916 y 1959, abarcando gran parte del devenir de este campamento. Utilizando fuentes primarias como los semanarios distribuidos en el campamento, imágenes y entrevistas, además de fuentes secundarias, el autor da cuenta de la configuración de este espacio y de las relaciones sociales que se desarrollaron al interior de éste y que dieron origen a una comunidad minera.
Así, en cuatro capítulos González se esmera por describir los aspectos materiales de este enclave minero industrial, sus particularidades y qué significaron para la comunidad que los habitó. En este sentido, se aborda con especial atención la evolución de los espacios que configuraron Potrerillos y se revela información sobre la materialidad de las viviendas y de los espacios sociales, además de las condiciones sanitarias y su situación demográfica.
Vinculado a lo anterior, el autor define tempranamente al sujeto minero, identificando los tipos de operarios que trabajaron en este campamento, así como también repasa los problemas de seguridad y salud que tuvieron que enfrentar los mineros al interior de las faenas. Asimismo González (2015) entrega información significativa sobre Potrerillos, como por ejemplo lo que sucedía con la fuerza de trabajo y la población de este campamento, ya que suele relacionarse la minería con la masculinidad, sin embargo para este caso las mujeres no resultaron una facción menor y hacia 1952 representaron el 46,2% del total de la población del campamento (González, 2014, pp: 44). Lo interesante de todo esto es que el autor construye esta información gracias a la revisión de La Usina y de La Voz de Potrerillos y a la realización de entrevistas a ex trabajadores de este campamento, lo que permitió interiorizarse en la configuración de la identidad potrerillana que surgió, en gran medida, a partir de fenómenos como los clubes sociales, el deporte, el teatro, el mundo laboral y la vida sindical, entre otros aspectos.
Si bien el trabajo de González (2015) se desarrolla hasta 1959, resulta interesante dar cuenta que el cierre definitivo de este campamento y el cese de sus actividades se produjo en 1999 a raíz de que se le declaró como zona saturada de contaminación, situación que obligó a la erradicación de sus habitantes a diferentes lugares de la región de Atacama. A pesar de lo complejo del traslado, sus ex habitantes se organizaron a través de la comunidad “Potrerillos amigos siempre” y han reclamado por la protección de este campamento y por el resguardo de los edificios que aún quedan en pie, los que se perfilan como soportes de la memoria y de la identidad potrerillana. Así, entre algunos avances en pos de su reconocimiento se registra la elección de este ex campamento como Hito Bicentenario 2010, sin embargo el mayor logro para esta comunidad guarda relación con conseguir la declaración de este ex campamento como Monumento Nacional para que se garantice la preservación y puesta en valor la historia y el patrimonio potrerillano.
Con todo, el trabajo de González (2015) permite conocer aquellos elementos materiales que le dan sentido a la lucha que han llevado a acabo los ex habitantes de este campamento que, ante todo, buscan impedir que Potrerillos desaparezca y con ello no quede registro de lo que significó habitar en una de las cuatro ciudades del cobre construidas en Chile. Finalmente, el anhelo del resguardo patrimonial a este espacio le ha dado sentido a una comunidad que, a pesar de no compartir un espacio como lo era Potrerillos comparten recuerdos, costumbres, anécdotas y formas de vivir que los mantiene unidos, proporcionándoles un grado de pertenencia y otorgándoles sentido a su devenir cotidiano.