Revista Planeo Nº 31 Desarrollo Local, Marzo 2017
[Por Nicolás Aguirre. Sociólogo Pontificia Universidad Católica de Chile, Fundación Decide
Patricio Escobar. Arquitecto Pontificia Universidad Católica de Chile, Fundación Decide]
RESUMEN
El Acuerdo de Chena, firmado en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, plantea un listado de terrenos en que el Ejército solicita la enajenación de 49 propiedades fiscales y a su vez, pone a disposición del Ministerio de Bienes Nacionales 14 inmuebles, declarando entre sus fines el “desarrollo urbano” (Acta de Chena, 2004). Los terrenos del Regimiento Pudeto, en la ciudad de Punta Arenas, forman parte de este listado de terrenos, los que, dada su ubicación, conectividad y tamaño, representa una oportunidad única para la ciudad de obtener paños urbanos. Las consecuencias y efectos de los destinos que se realizarán en Pudeto tendrán un impacto a una escala metropolitana, tornándose imprescindible un proceso de participación ciudadana local y abierto, que incorpore y permita el encuentro de todos los grupos sociales e individuos que tendrán que convivir y adaptarse a lo que definitivamente se realice en los predios. El Estado chileno cuenta con un positivo escenario de posibilidades otorgado por el Acuerdo de Chena; es un buen momento para implementar nuevos paradigmas de desarrollo, y permitir que sea la Ciudadanía quien decida.
Palabras clave: Acuerdo de Chena, Regimiento Pudeto, Participación ciudadana
Hoy en día es sumamente difícil que las comunidades locales puedan obtener terrenos urbanos para su desarrollo, esto debido principalmente a la presión inmobiliaria que ejercen los poderes económicos. El Acuerdo de Chena es una oportunidad concreta para que diversos paños dentro de los cascos urbanos de varias ciudades de Chile sean utilizados para nuevas concepciones de desarrollo. Este acuerdo, firmado en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, plantea un listado de terrenos en que el Ejército de Chile solicita la enajenación de 49 propiedades fiscales y a su vez pone a disposición del Ministerio de Bienes Nacionales 14 inmuebles, esto “con el fin de contribuir a un uso más eficiente de la administración del patrimonio fiscal” (Acta de Chena, 2004). Pasados 13 años de firmada el Acta, no ha sido claro el uso que se les ha dado o se les puedan dar a estos terrenos, pudiendo ser traspasados para fines privados, o bien, siendo una valiosa oportunidad para las comunidades locales.
Im 1. Ubicación de Regimiento Pudeto en Punta Arenas y subdivisión predial hecha por el Ejército / Fuente: Fundación Decide (2001). Ubicación y loteo de terrenos del Regimiento Pudeto,[Planimetría] información extraída de Plano N°12101-562-CU confeccionado por CINCE-Ejercito. Agosto 2012. Informe CYV 1 Fundación Decide.
Los terrenos del Regimiento Pudeto son un importante paño urbano que es parte del listado de inmuebles que el Ejército pone a disposición en el Acuerdo de Chena. Dada su ubicación (Imagen 1), a cuadras del centro histórico de Punta Arenas, su extensión, de potenciales 25,8 ha, y su conectividad, colindante con 2 de la principales vías estructurantes de la ciudad, representa una oportunidad única para la ciudad de recuperar suelo urbano. Recientemente, las presiones ciudadanas y mediáticas sobre el futuro de estos terrenos, han decantado en una cesión por parte del Ejército de 3 de los lotes que la entidad castrense solicitó subdividir en el año 2016 (Imagen 1). El primero de estos lotes corresponde a un área de 3,54 ha que ocupa la laguna existente (identificado con el número 4 en la imagen 1) y que históricamente ha sido ocupada como espacio público (Imagen 2), los otros 2 lotes que suman 1, 44 ha (identificados con el número 5 en imagen 1) son cedidos a vialidad para la prolongación de calles que den mayor conectividad a la ciudad. Aunque este proceso ha sido un claro avance en pos de recuperar espacio público para la comunidad, no ha dado cabida a la participación como tampoco ha clarificado el uso que se le dará a los lotes restantes que suman 20.77 ha (identificados con los números 1, 2 y 3 en la imagen 1), pudiendo, de no mediar una participación activa de la ciudadanía, ser enajenados y puestos en licitación para fines privados. Esta deficiencia en la información y participación sobre el futuro de los predios, es replicable a gran parte de los terrenos citados en el Acuerdo que en total suman 125.000 ha a lo largo del territorio nacional.
Imagen 2, Fotografía en donde se observa cómo la laguna era ocupada como espacio público a mediados del siglo XX / Fuente: Desconocido, recopilado por “La Perla del Estrecho” (desconocido, mediados del siglo XX). Registro de la Laguna del Regimiento Pudeto ocupada como espacio público [Fotografía]. Recuperado de http://laprensaaustral.cl/vida-social/alla-por-los-anos-tiempos-de-trineos/ 2016.
Si el Acuerdo tiene entre sus fines declarados el “desarrollo urbano” (Acta de Chena, 2004), es la caracterización que se le dé a este desarrollo la que definirá el futuro de importantes áreas dentro de los cascos urbanos de variadas ciudades de Chile, pudiendo actuar de acuerdo a la visión neoliberal de desarrollo económico o a concepciones de desarrollo y urbanismo alternativos; como por ejemplo, aquellas que incorporan lógicas participativas que nacen desde lo “local” y por quienes lo habitan, en donde voces minoritarias o tradicionalmente excluidas, encuentren medios o canales de comunicación en los procesos y decisiones locales, enriqueciéndose de este modo la discusión o debate público y evitando las tendencias homogeneizantes de la cultura neoliberal global (Boisier, 2001).
La lógica neoliberal y su intervención global en los procesos locales ha sido exitosa en imponer sus tiempos, homogeneizando el desarrollo temporal de las sociedades modernas en un ritmo acelerado que obliga y presiona a tomar decisiones en forma inmediata. La Ciudadanía, en tanto agente abstracto, difuso y de múltiples identidades, opera en una escala temporal distinta a la de las instituciones modernas por excelencia, empresas, municipalidades, agencias gubernamentales, etc., las cuales, por su estructura organizacional están dotados de una capacidad de decisión que permite responder y actuar en forma inmediata a los estímulos del entorno. Las comunidades urbanas, por su parte, se comunican e interactúan, crecen y se desarrollan, transforman y renuevan sus componentes, alteran sus prioridades y necesidades, de acuerdo a su relación con el entorno, en un movimiento temporal-progresivo que no comprende metas ni destinos finales, más que el de continuar desarrollándose en el tiempo.
El proyecto neoliberal no sólo impone un ritmo adecuado a sus intereses de distribuir y generar recursos financieros, sino también genera un quiebre profundo con la historia de las comunidades. El desarrollo neoliberal y la “destrucción creativa” (Brenner, 2013) que éste impulsa, promueve un desligarse del pasado histórico de los pueblos, creando proyectos urbanos que responden a una imaginería del futuro global des-localizado, más idóneos o aptos para responder a las nuevas tendencias económicas globales. No cabe duda que este será el futuro de los terrenos del Acuerdo de Chena y de los terrenos de Pudeto en específico, si se opta por esta visión de desarrollo, en especial si se opta por entregar estos terrenos a intereses inmobiliarios.
Las consecuencias y efectos del proyecto que se realizará en Pudeto actuarán a una escala metropolitana, tornándose imprescindible un proceso de participación ciudadana local y abierto, que incorpore y permita el encuentro de todos los grupos sociales e individuos que tendrán que convivir y adaptarse a lo que definitivamente se realice en los terrenos. El Estado chileno cuenta con un positivo escenario de posibilidades otorgado por el Acuerdo de Chena. Es un buen momento para implementar nuevos paradigmas de desarrollo, y permitir que sea la Ciudadanía quien decida. Si no se favorece un paradigma de decisiones políticas distinto, el “desfase temporal” que existe entre ciudadanía e instituciones y organizaciones modernas, determinará que la situación decante en favor de los intereses financieros y/o políticos gubernamentales. Actualmente observamos cómo se toman decisiones, se firman contratos y se ejecutan obras, sin dar tiempo a que la Ciudadanía logre formar una opinión y, menos aún, organizar un encuentro social que formule demandas específicas en torno a sus problemáticas.
Para que los proyectos que surjan del Acuerdo de Chena sean informados, legitimados y construidos por la Ciudadanía, debe existir un proceso de participación ciudadana que incorpore objetivos y métodos de trabajo adecuados, formulados específicamente para la situación social, histórica y urbana en que se encuentran los terrenos. Sin embargo, quizás aún más importante, es que el proceso de participación ciudadana debe permitir o favorecer la construcción de un momentum político-social que establezca dinámicas comunicacionales y estrategias organizacionales propias de la cultura local, en este caso magallánica, en donde surjan visiones de la ciudad ligadas a los deseos y motivaciones de sus habitantes, los cuales sólo pueden manifestarse en un lugar y en un momento. Como plantea Merrifield (2011), al revisar la “política del encuentro” de Henri Lefebvre, “El momento es una oportunidad política para aprovecharla e inventarla, algo metafórico y práctico, palpable e impalpable, algo intenso pero también fugaz, la sensación delirante de puro sentir, de pura inmediatez, de estar allí y solo allí” (p. 108). El escenario actual brinda la posibilidad de crear “momentos” en donde la Ciudadanía se encuentre y cree algo nuevo, original y de alcances aún más amplios que el destino de los terrenos del Regimiento Pudeto y de otros terrenos contenidos en el Acuerdo de Chena.