Música y Ciudad

Diciembre 2016

«Casa de Jongo: Una práctica en proyecto»

Revista Planeo Nº 30  Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Marcos Favero. Dr. Arquitecto y urbanista graduado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de Río de Janeiro (FAU/UFRJ Brasil); profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), desde 2014 coordina el Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio.
Luciano Alvares. Arquitecto y urbanista graduado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Federal de Río de Janeiro (FAU/UFRJ Brasil). Magister en Design de la PUC-Rio. Profesor del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la PUC-Rio]
Resumen: Operando a partir de oportunidades reales y demandas específicas, prioritariamente de carácter social, la presente práctica consiste en una investigación aplicada en proyecto. Su enfoque es el proceso de enseñanza/aprendizaje basado tres marcos referenciales: el proyecto participativo, la inserción social y la cooperación académica interinstitucional, y utiliza como principal proceso la fabricación digital. Casa de Jongo fue un taller que tuvo como objetivo el desarrollo de una serie de “dispositivos de interacción” para la organización no gubernamental Grupo Cultural Jongo de la Serrinha. Como resultado, fueron materializados 5 “dispositivos” o proyectos a escala 1:1, cuya concepción se inspiró en el jongo, al Morro de la Serrinha – favela en Río de Janeiro, que es la cuna de esta manifestación cultural de música y danza de origen africana– y se basó en un proceso experimental caracterizado por la conjunción de diferentes técnicas: fabricación digital, técnicas manuales y la utilización de objetos de uso cotidiano, sometidos a una “estrategia ready made” o, en otras palabras, a una operación de resignificación.
Palabras clave: Proceso de proyecto, jongo, Madureira

im1Im1. Jongo en la casa de Tía María / Fuente. http://i2.wp.com/jongodaserrinha.org/wp-content/uploads/2014/04/untitled-416.jpg?resize=2048%2C1365

A partir de oportunidades reales y demandas específicas, prioritariamente de carácter social, el trabajo a describir se encuentra vinculado a la investigación Fabricación y Proyecto: Microinfraestructuras Urbanas al Laboratorio de Arquitectura, Infraestructura y Territorio del Programa de Posgrado en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PPGArq/PUC-Rio). En este marco se ha realizado una investigación aplicada cuyo enfoque es la enseñanza/aprendizaje en proyecto, y su operación se centra en los siguientes marcos: proyecto participativo, inserción social y cooperación académica interinstitucional,y utiliza como principal proceso la fabricación digital.

En este contexto, hasta el momento, fueron realizados dos proyectos en la ciudad de Río de Janeiro: Casa de Jongo (Morro de la Serrinha, 2014) y Escolinha Tia Percília (Morro Babilonia, 2016), ambos en conjunto con la Central Saint Martins (University of the Arts, Londres), congregando a profesores y estudiantes (posgrado y curso superior) de ambas instituciones[1].

Este trabajo presenta la experiencia realizada junto al Grupo Cultural Jongo de la Serrinha, organización no gubernamental creada en el año 2000, aunque su existencia se remonta a los años 1970. Ubicada en el Morro de la Serrinha[2], en el suburbio de Madureira, actualmente promueve acciones en diferentes campos: arte, educación, cultura y desarrollo económico (generación de ingresos y economía solidaria). Sin embargo, su mayor compromiso es preservar la historia y la cultura de jongo, declarado patrimonio inmaterial de Brasil por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) en 2005. En este sentido, Jongo de la Serrinha actúa principalmente por medio de dos iniciativas: la Escuela de Jongo y el Grupo Musical; cuyo trabajo es realizado de manera integrada buscando el desarrollo socioeconómico del Morro de la Serrinha y la preservación de jongo.

im2Im2. Morro de la Serrinha. Fuente. http://i1.wp.com/jongodaserrinha.org/wp-content/uploads/2013/10/image.jpg?resize=1024%2C800

El Jongo

El jongo es una manifestación cultural de matriz africana caracterizada principalmente por la música y la danza, que tiene su origen en la región de Congo-Angola. Llegó a Brasil en el periodo colonial con los esclavos Bantúes[3] traídos para trabajar en las haciendas del Valle de Paraíba (Río de Janeiro, San Pablo, y Minas Gerais) y posteriormente, a inicios del siglo XX, tuvo un papel decisivo en el nacimiento de la samba en Río de Janeiro.

Para algunos puede ser considerada una fiesta profana para el entretenimiento, no obstante, la celebración del jongo está impregnada de aspectos místicos, lo que ha influido a que su uso esté restringido a los ambientes familiares y al interior de las comunidades. Esta razón, asociada al hecho de que antiguamente sólo las personas mayores podían entrar a la rueda de jongo [4] -pues los jóvenes actuaban simplemente como observadores-, contribuyeron a su limitada divulgación y consecuentemente a su acelerado proceso de extinción, al contrario de lo que ocurrió con la samba que con el tiempo consiguió hegemonía a nivel nacional.

El Taller

El proyecto Casa de Jongo fue realizado por medio de un taller de dos semanas, cuyo objetivo fue el desarrollo de “dispositivos de interacción” en escalas 1:1. El taller estuvo marcado por la estrategia “inmersión 7 días por semana” y fue concebido como un proceso experimental caracterizado por la conjunción de técnicas, en el cual la fabricación digital – a partir de un único material: chapa de compensado fenólico de 220x160x18mm para corte en fresadora CNC – fue asociada a técnicas manuales y al uso de objetos cotidianos, los cuales fueron sometidos a la “estrategia ready made” , es decir, sometidos a una operación de resignificación, con el fin de estimular la creatividad y su bajo costo; su proceso de concepción se desarrolló, simultáneamente, entre diseños analógicos, diseños en software de modelaje tridimensional y modelos físicos en diversas escalas.

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Im3. Proceso de trabajo / Fuente: Raul Smith
Im4. Modelos físicos / Fuente: Raul Smith

Así, la primera semana fue dedicada al entendimiento de jongo, más específicamente a la relación entre esta cultura musical y el territorio que ésta ocupa en la ciudad, con el fin de reflexionar sobre las posibilidades del proyecto, por medio del brainstorming, o en otras palabras, de la exteriorización de preconcepciones del discurso oral y gráfico (croquis) a partir de dos inquietudes: ¿Cuáles “dispositivos” podrían contribuir para las interacciones interpersonales en el “espacio” de Jongo? ¿Cómo serían?

La semana contó con una serie de conferencias: Grupo Cultural Jongo de la Serrinha, Cultura Afro-Brasileña, Materiales Ready Made, Introducción a la idea de Storyboard y Proyecto de la Nueva Sede de Jongo; y con visitas a diferentes punto de interés de la cultura afro-brasileña en Río de Janeiro: Centro histórico de la Ciudad, Muelle de Valongo, Cementerio de los Pretos Novos y Madureira, principal barrio comercial de la zona norte de la ciudad -donde se encuentra el Morro de la Serrinha, el corazón de la cultura de jongo en la región- y también el Mercado de Madureira, gran mercado popular e icono de la cultura local, que fue la base para buscar objetos ready made.

Un momento fundamental para el proceso fue la visita a Jongo de la Serrinha, donde a lo largo del día, profesores y estudiantes pudieron vivenciar lo cotidiano del Grupo, “intercambiando experiencias” al conversar con la Tía María, la Tía Luiza y Gimar (jongueiros de antaño y responsables de la institución), al tocar y bailar con los niños que vinieron a las clases de percusión y cavaquiño,[5] y a lo largo del ajantarado [6], que consistió -nada más y nada menos- en una feijoada[7].

Gracias a esta experiencia se tuvo la oportunidad de comprender que los proyectos debían ser “dispositivos” que facilitaran las interacciones interpersonales, las apropiaciones diversas (y no imaginadas) y también estimular su uso por parte de los más jóvenes, sobre todo de los niños. De esto y del trabajo conjunto entre jongueiros, profesores y estudiantes, se destacaron una serie de palabras relacionadas a la cultura de jongo y a las actividades actuales y futuras de la ONG que ya que se están mudando a su nueva sede, su nueva casa.

Palabras que fueron “traducidas” a 15 “verbo-acciones” (conceptos), dentro de las cuales, cada uno de los 5 grupo de estudiantes después de una rueda de conversación seleccionó 3 palabras que debían servir, junto con todo lo que ya se había “presentado”, como motor para la exploración de usos, funciones, interacciones e hibridaciones:

  1. hacer, grabar, crecer;
  2. reunir, difundir, aprender;
  3. cocinar, descansar; realizar;
  4. coser, exponer, festejar;
  5. comer, bailar, orar.

El cierre de la primera semana fue decisivo para el desarrollo así como para el perfeccionamiento y verificación de las ideas. Cada grupo tuvo que defender su intención de proyecto, presentándolo para discutir aspectos como uso, función, construcción y materialidad, inclusive, considerando la inserción de “objetos ready made”.

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Im5. Conversadera. Grupo A: hacer, grabar, crecer / Fuente: Raul Smith
Im6. Aro (Bambolê). Grupo B: reunir, difundir, aprender / Fuente: Raul Smith

La segunda semana fue dedicada al ajuste de los proyectos, verificación de soluciones, sobre todo encajes, y a la construcción de los prototipos a escala 1:1, en los laboratorios de PUC-Río. Además de eso, cada grupo desarrolló un storyboard a fin de construir una narrativa sobre el proceso de conceptuación del proyecto, siempre presentando los “dispositivos de interacción” en el espacio de Jongo de la Serrinha. Un convite a la imaginación antes de que estos “dispositivos” habiten su nueva casa.

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Im7. Columpio (Gangorra). Grupo C: cocinar, descansar; realizar / Fuente: Raul SmithMesa “jongueira”
Im8. Grupo D: comer, bailar, orar / Fuente: Raul Smith

Proyectos como éste nos hacen una invitación a otras formas de enseñar y aprender Arquitectura. En esta vía, tenemos que proponer pedagogías de taller que establezcan otras práctica que imaginen ‘paisajes’ más igualitarios y que implementen estrategias que ayuden a dar forma al territorio de nuestros sueños.

im9im10Im9. Umbigada Facilitator. Grupo E: comer, bailar, orar / Fuente: Raul Smith
Im10. Storyboard

Notas:
[1] El grupo estaba compuesto por 6 profesores (PUC-Rio: Marcos Favero, Luciano Alvares, Raul Smith y Fernando Betim; CSA: David Chambers e Kevin Haley) y 27 estudiantes (14 brasileños y 13 ingleses).
[2] El Morro de la Serrinha es una comunidad urbana con aproximadamente 10.000 habitantes, en su mayoría negros. Con más de 100 años de existencia, la Serrinha es una de las primeras favelas del país, habiendo recibido a inicios del siglo pasado un enorme contingente de negros recién libertados que practicaron continuamente jongo, constituyéndose en un verdadero “quilombo” de la identidad negra carioca.
[3] Es importante observar que los esclavos de origen Bantú tuvieron un papel fundamental en la formación de la cultura brasileña
[4] El jongo se organiza en una rueda, así como otras danzas tradicionales, aunque contando siempre con la presencia, en su interior, de un bailarín solista, cuyo movimiento más notable es la “umbigada”, gesto con el que el bailarín apoya su ombligo en la persona que va a sustituirlo.
[5] Instrumento de cuerdas típicamente brasileño.
[6] Almuerzo, generalmente servido los domingos, feriados o en días festivos, más tarde de lo habitual, con la finalidad de suspender la cena.
[7] Prato típico brasileiro cuja origem remonta ao tempo das senzalas, da escravatura.