Marcelo Morales es periodista de la Universidad de Chile y master en Estudios de Teatro y Cine Latinoamericano y argentino en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Ha trabajado para La Tercera, en el programa Radiópolis de la Radio Universidad de Chile y en las revistas Ipop, Filmonauta y 33 Cines..
Revista Planeo Nº 20 Cine y Ciudad, Enero 2015.
[Por Pablo Wainer. Arquitecto UDP y Magister (c) en Desarrollo Urbano, IEUT, UC]
Marcelo Morales es periodista de la Universidad de Chile y cursó una maestría en Estudios de Teatro y Cine Latinoamericano y argentino en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Ha realizado también, seminarios de cine en Expresiones de la Sociedad Contemporánea en la Universidad del Desarrollo. Ha trabajado como periodista para la sección de Cultura y crítica de cine de La Tercera y en el programa Radiópolis de la Radio Universidad de Chile. Junto con esto, ha colaborado como crítico de cine en la Revista Ipop, Revista Filmonauta y en la revista uruguaya 33 Cines.
Primero, me gustaría que nos cuentes cuál es tu visión respecto a la representación de la ciudad en el cine y qué elementos destacan en esta.
Creo que a partir de ciertos estudios históricos que han levantado al cine (tanto de ficción, como documental) como un material que sirve como un documento histórico tan valioso como cualquier otro, la observación de cómo el cine refleja el estado de una ciudad se ha convertido en un elemento a observar con más atención. Sobre todo, lo valioso que nos entrega el cine es no sólo el retrato que se puede hacer un período de una ciudad, un lugar o un edificio, sino también, las relaciones que se construyen en esa ciudad, o con ese lugar o edificio. En resumen, cómo la arquitectura va relacionándose con la sociedad.
Considerando constantes cambios culturales y sociales en la historia de Chile ¿De qué forma ha cambiado en el tiempo la visión y representación de la ciudad en el cine?
La representación de la ciudad en el cine chileno responde, por un lado, a cierto interés de mostrarse física o estéticamente de alguna forma, pero también a cómo el mismo cine, como arte y lenguaje, ha evolucionado. En primer término, es clara la intención de mostrarse como un país moderno, o en vías de serlo, en los primeros documentales (o vistas, como se decía en aquel tiempo). Esto explota totalmente en las celebraciones del centenario de la república, donde se realizan variados trabajos en esta línea. Posterior a esto, el desarrollo del país (o la apariencia de desarrollo que el cine busca instalar), esquiva la ciudad y se dirige a registrar el avance de la minería, del campo, etc. En la ficción, esto no se aprecia mucho, ya que la mayoría de las películas, hasta fines de los años 40, se realizan en gran parte en estudio. Es acá donde entra la relación entre la ciudad y la evolución del cine, ya que con la influencia del neorrealismo, el cine sale a la calle. El cine chileno también comienza a hacerlo y la ciudad ahora aparece más clara. Es destacable acá el rol de películas como Uno que ha sido marino, donde ya se ve una ciudad más acelerada y más convulsionada que en las películas de los años 20. Después, en películas que comienzan a tener una mirada social más marcada, la ciudad aparece como el contenedor de ciertas desigualdades que conviven. Acá, filmes como Largo Viaje y Tres tristes tigres, son muy esclarecedores de los años 60, por ejemplo.
En esta misma línea, ¿cómo ha Influido el actual modelo económico capitalista en la construcción de la ciudad en el cine, existen elementos propios de cada época?
Esta respuesta da para un análisis más extenso y serio, pero es evidente que el capitalismo ha influido no sólo en la construcción de la ciudad en el cine, sino en la misma evolución del cine. De hecho, la misma invención del cine nace de una cierta aspiración capitalista de dominar la naturaleza, de capturarla y manipularla. En este sentido, la evolución del capitalismo y del cine, va demostrando en cada época ciertos elementos. En los años 20, una ciudad que parece no tener fin y que trae ciertas ideas oscuras sobre el futuro (como en Metrópolis de Fritz Lang o en Amanecer de Murnau). La Segunda Guerra, trajo la fragilidad de esa ciudad, una ciudad destruida que reflejaba casi un fin de la civilización. Ya, lo que viene después, son ciudades fragmentadas y que contienen a un hombre más ensimismado y confundido, que se pierde en esa ciudad.
¿En qué medida puede tomarse el cine como herramienta y fuente para la construcción de la historia urbana?
Como respondí anteriormente, creo que el cine se puede usar como una fuente totalmente válida para ver la construcción de la historia urbana, y no sólo con el documental, sino también fuertemente a través de la ficción. ¿Qué mejor reflejo de las aspiraciones burguesas en el período entre guerras que aquella ensoñación de la vida en familia que tiene Chaplin en Tiempos Modernos?
Por último, nos imaginamos que a la hora de construir y representar la ciudad, tanto física como socialmente, la integración de distintas disciplinas de trabajo es fundamental. Qué relevancia tiene esta integración de técnicas para obtener un ambiente creíble, sea real o ficticio.
Creo que esa integración es interesante y fructífera, aunque se da sobre todo en grandes producciones. De todas maneras, para la creación de un ambiente creíble no sólo es necesaria una integración o una investigación asociada a expertos. También es vital la capacidad del director-autor de construir una verosimilitud en su trabajo, sobre todo si establece una relación entre lo que narra y el espacio en el cual se narra. De eso también depende la identificación que el espectador vaya a tener con lo que ve. En este sentido, el cine, y su efectividad, es algo más allá de cierta perfección técnica.
Poster película Metropolis (1927)
Poster película chilena Uno que ha sido marino (1951)