Cine y Ciudad

Enero-Febrero 2015

Documental “ByeBye Barcelona; un documental sobre la masificación turística”

El documental “ByeBye Barcelona” plantea una discusión en torno a la relación entre el desarrollo urbano, la vida cotidiana y la consolidación de Barcelona como destino turístico de masas. Su foco se encuentra en los efectos de estos procesos en términos socio-territoriales, relacionados con el desarrollo de la ciudad, los conflictos en la convivencia entre los habitantes y los turistas, así como también la consiguiente transformación de la vida cotidiana y calidad de vida de quienes residen en estos enclaves turísticos.
Revista Planeo Nº20 Cine y Ciudad, Enero 2015.

[Por Piera MedinaArquitecta PUCV. Estudiante Magister Desarrollo Urbano, PUC]

Director: Eduardo Chivás

Eduardo Chivás Producciones audiovisuales

Año: 2014

Link directo Trailer y documental:

www.byebyebarcelona.com

Reseña 2.1

Fuente: www.byebyebarcelona.com

Durante las últimas décadas, la ciudad de Barcelona en España, ha sido testigo de una creciente y cada vez más masiva actividad turística, que la ha definido como uno de los principales destinos de este rubro del continente europeo. Una ciudad con una trama urbana concentrada y densa, ha visto como progresivamente, la llegada masiva de turistas ha ido transformando lo que los catalanes conocían como barrios llenos de vida e identidad, y que hoy temen que se convierta en un parque temático enfocado al turismo, por sobre la vida cotidiana de sus residentes.

Tras una intensa campaña de marketing urbano, desarrollada a partir de los Juegos Olímpicos del año 1992, la ciudad comienza a darse a conocer, de la mano con el desarrollo de proyectos urbanos de gran escala que definen sin duda alguna, el destino y modo de ser de la vida urbana al interior de ella, que hoy conocemos. En torno a este proyecto y modelo de ciudad, Barcelona ha consolidado su imagen en torno al Turismo, como un elemento clave y estratégico para la economía de la ciudad, especialmente considerando que el 12% del PIB de Cataluña corresponde a la actividad económica vinculada a este sector, y la masificación genera cerca de 20 millones de euros diarios.

La gestión implacable de un modelo urbano pensado en torno a esta actividad, ha significado un sin número de transformaciones y externalidades, asociados a un Plan de Usos de suelos, la especulación inmobiliaria, desplazamiento de residentes, atomización de zonas residenciales, nuevas formas de vida urbana, masificación turismo, seguridad urbana, deterioro del patrimonio tangible e intangible, conflictos de movilidad, aumento costos de vida, etc. La suma de estos factores ha significado una constante lucha en la convivencia entre los turistas y los residentes de los barrios catalanes, quienes reclaman y exponen a través de este documental, el contrapunto de la idea del turismo como revitalizador de la economía local (especialmente en tiempos de crisis), sino, aquello que se pierde y deteriora frente a una realidad urbana de turismo de masas.

Reseña 2.2

Fuente: www.elperiodico.com

En torno a esto último, el documental que presentamos, es también un manifiesto sobre una tendencia que se da en muchas ciudades del globo, en donde el turismo ha delineado y modificado las formas de hacer ciudad, y por sobre todo, deja abierta la pregunta para quién diseñamos, gestionamos y definimos estos territorios, especialmente cuando esta realidad ha significado una pérdida de la ciudad en beneficio de una población flotante cada vez más masiva. Y cuestionarnos sobre cuáles son los valores que convierten a un destino en un atractivo turístico y que deben ser gestionados de tal manera, que éstos sean perpetuados en el tiempo sin actuar en desmedro de los mismos.

Frente a esto, el documento da cuenta de la reiteración de hábitos turísticos, que cada vez se van alejando más de la esencia, y cambiando el concepto de idiosincrasia de la ciudad, y por sobre todo, de un modelo que trabaja para consolidar una infraestructura que ha permitido masificar el turismo de forma cada vez más creciente. La apertura de las fronteras globales, y los esfuerzos por situar este lugar como enclave turístico europeo ha significado un aumento de 1,7 millones de turistas al año 1990, a 8 millones para el año 2013, donde por ejemplo en lugares emblemáticos como la Rambla, hoy cerca de 8 de 10 personas que transitan en ellas son turistas, lo cual ha implicado sustituir las actividades locales que se llevaban a cabo, para sobreponer una nueva capa asociada al turismo. Esto ha significado un retiro de los propios barceloneses de lugares que contribuían al desarrollo de una identidad local, y el consiguiente deterioro de la vida de barrio de estas zonas.

Los conflictos asociados a un turismo masificado como es el caso de Barcelona ponen de manifiesto nuevos desafíos para la gestión de las ciudades, donde se debe resolver de qué manera es posible potenciar y convertir en algo estimulante, algo que aglutine sus atributos para el que viene, los mantenga y proteja para el que reside, pero a la vez, cómo evitar que esas acciones, se conviertan en un retorno negativo para la ciudad y sus ciudadanos. La planificación de ciudades de estas características debe enfocar los esfuerzos en la forma en que se piensa Barcelona como destino turístico, en cómo se focaliza la atención de los turistas sin desmerecer el desarrollo local de los barrios, en los repartos equilibrados de los ingresos por esta actividad, etc., que sin duda debe ir articulado al fortalecimiento del alma de los barrios que le han otorgado sus atributos, y no a la pérdida de éstos.

Reseña 2.3

Fuente: www.barcelona-photo.blogspot.com.es

Sin duda, no es el turismo el problema, sino la gestión que ha permitido que éste se desarrolle como un “monocultivo” que ha deteriorado todo a su alrededor, que pone como desafío el desarrollo de una política local innovadora que potencie los atributos tanto para los turistas, como para residentes, y vuelva a poner como directriz la calidad de vida urbana. Esto permitiría no solo pensar una ciudad para el turista de agencia de viajes, sino también para aquellos viajeros que buscan encontrarse con los valores auténticos y experiencias genuinas de las ciudades, que chocan con los destinos masificados, y que por lo tanto podría significar una oportunidad para generar un nuevo modelo, que permita revalorizar los atributos y la forma en que se desarrolla una ciudad tan particular y bella como Barcelona.