Revista Planeo Nº 19 Barrio y Ciudad, Noviembre 2014
[Por Magdalena Vicuña, Arquitecto,UC. Master in Community Planning, University of Maryland, USA. Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, PUC; Docente de Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales]
Fuente: Archivo de Magdalena Vicuña
Los problemas que inciden en el desarrollo de las ciudades y los desafíos que generan, son esencialmente resultado de procesos multidimensionales, en los cuales convergen aspectos de orden espacial, económico, social, político, jurídico, cultural y ambiental. Frente a una realidad tan compleja, las perspectivas tradicionales carecen de los enfoques y herramientas necesarias para funcionar eficientemente. Una respuesta a tal complejidad ha sido el reconocimiento de la planificación urbana como campo disciplinar y profesional que hace casi un siglo combina y se nutre de conceptos y métodos de distintas aproximaciones a lo urbano, como la arquitectura, geografía, sociología, economía, ingeniería, el derecho y las ciencias políticas, entre las más importantes.
La planificación urbana es una actividad que articula y media el complejo sistema de relaciones que se establecen entre las diversas disciplinas y múltiples actores que influyen en el diseño y configuración de las ciudades y asentamientos urbanos. Se ocupa de la ciudad en sus más diversas escalas y dimensiones, prospectando escenarios sobre los que se generarán las dinámicas y transformaciones urbanas. Son objeto de su quehacer la distribución espacial óptima de las actividades y su correcta integración con las infraestructuras y sistemas urbanos, así como con los temas asociados a la movilidad, la congestión y contaminación y los ámbitos económicos y sociales que se ven afectados por el desarrollo de las acciones dirigidas a la expresión física de las ciudades.
Por tratarse la ciudad de una realidad compleja, los problemas que ella presenta requieren ser abordados interdisciplinariamente, lo que puede lograrse desde el rol que cumple la planificación urbana como disciplina articuladora de otras profesiones estratégicas, a través de un proceso colaborativo. Para una tarea de tantas aristas, se requiere además el manejo de diversos enfoques que permitan comprender y analizar el medio físico, social y económico en que se insertan las ciudades, conocimientos que se adquieren desde disciplinas acordes y complementarias como la sociología, la demografía, el derecho y la economía, entre otras.
De esta manera, el planificador urbano es un profesional que elabora diagnósticos urbanos integrales y prospectivos, para luego convocar a expertos la proposición de intervenciones a través de planes y proyectos que favorezcan y faciliten la toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo. Con esta finalidad, articula capacidades, intereses y necesidades de los diversos actores sociales involucrados, ya sea comunidades y agentes privados y públicos, equilibrando principios de equidad, eficiencia y sustentabilidad. Consecuentemente, el planificador urbano se desempeña en el sector público, empresarial, académico y de investigación y, cada vez más recurrentemente, en la sociedad civil.
La inexistencia formal de la profesión en Chile no exime de la recurrente denuncia de falta de planificación y previsión sobre el desarrollo de nuestros asentamientos urbanos. Frente a diversas situaciones críticas, como escenarios de alta vulnerabilidad y segregación urbana, los desastres naturales de gran impacto en centros poblados, o ante la consulta a las comunidades respecto de la prioridad que tiene el contar con un proyecto de ciudad compartido; se evidencia una carencia socialmente reconocida y técnicamente invocada, como es la falta de planificación urbana. Ello no ocurre en países del primer mundo, donde esta profesión ocupa un lugar reconocido entre aquellos profesionales que desempeñan un papel clave en el desarrollo urbano.
Los desafíos de la gestión y planificación de la ciudad y su desarrollo prospectado a futuro, son enormes y crecientes en todas nuestras regiones, más allá de los grandes centros conurbados del país. La nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano en Chile (2013) ha asumido el desafío de una urbanización dinámica y creciente, a partir de una institucionalidad que avance hacia procesos integrados, planificados, descentralizados y participativos. En este contexto, la planificación urbana permite saldar una deuda histórica frente al requerimiento de profesionales preparados para garantizar el bien común y colaborar en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestras ciudades, en especial la de los más postergados. Se hace necesario asumir con rigor y capacidad de incidir, la creciente complejidad de las condiciones urbanas y los nuevos escenarios político-administrativos que el modelo de desarrollo adoptado por el país, impulsado principalmente por la acción del mercado, han perfilado para sus ciudades. Asimismo, se requiere abordar los nuevos desafíos que exigirán al país una estructura de ordenamiento territorial y urbano más sofisticada y compleja, que promueva el desarrollo económico con equilibrio ambiental, la cohesión social con participación ciudadana y el fortalecimiento de la identidad cultural de las ciudades y sus comunidades.
El Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales (IEUT) de la Pontificia Universidad Católica de Chile ha asumido estos desafíos mediante el plan de estudio conducente al Título Profesional de Planificador Urbano, el cual se basa en la articulación de las Licenciaturas Generales del College UC y sus programas de Magíster. Con ello no se hace más que reconocer la oportunidad de entregar la base disciplinar y profesional con la que resulta posible formar un profesional capaz de entender, interpretar y proponer respuestas apropiadas a los desafíos urbanos a distintas escalas con foco en la escala comunal, en pro de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y reforzar la identidad de sus comunidades.
La formación disciplinar que se exige a un planificador urbano se basa en la comprensión de las dinámicas e interacciones entre el espacio físico construido, los actores sociales, el medio natural y la institucionalidad, formal e informal, que gobierna y organiza los territorios; factores que determinan y explican las lógicas y racionalidad en el uso del suelo, e impactan directamente en la calidad de vida de la población urbana.
Las soluciones propuestas a través de aproximaciones multidisciplinarias como la señalada, pueden enfocarse en diversos contextos y escalas territoriales, desde una dimensión local a ámbitos metropolitanos o regionales; incluso pueden operar sobre la escala global, dando cuenta del impacto que las decisiones relativas a esos espacios generan sobre la vida de muchas personas y sus comunidades.
En este sentido, la formación del Planificador Urbano UC consiste en la identificación, análisis y diagnóstico de los problemas urbanos fundamentales en sus distintas escalas, para generar propuestas que favorezcan y faciliten la toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo. A su vez, en la articulación del complejo sistema de relaciones que se establecen entre los múltiples actores y agentes que interactúan sobre el desarrollo de las ciudades y su entorno; así como también en la apropiada interacción y liderazgo de equipos multidisciplinarios en función del logro de objetivos técnicos y políticos. Por último, la formación profesional del Planificador Urbano UC se sustenta en un compromiso social y ético en su actuar, considerando principios de equidad y eficiencia en el uso de los recursos disponibles y respetando los entornos naturales y comunidades afectadas por las transformaciones urbanas.
Fuente: Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales PUC