Clara Irazábal (ed.), 2008, 254 páginas. ISBN 0-415-35452-8. Publicado por Routledge, Londres, Nueva York. Hardcover. (*)(**)
[Por Arturo Almandoz]
Entre el “gran rechazo” posneoliberal y la concertación nacional en América Latina.
Una nueva publicación en inglés sobre Latinoamérica siempre es bienvenida, especialmente si está estructurada desde una perspectiva comparativa. De manera que la cuidadosa edición preparada por Clara Irazábal – actual profesora Asistente de la Universidad de Columbia – debe ser primeramente celebrada por enriquecer la escasa bibliografía sobre estudios urbanos en la academia anglo-americana. Tal contribución ha sido posible, valga reconocer, gracias a otro esfuerzo de la serie sobre Planeamiento, Historia y Ambiente de Routledge. Pero el libro de Irazábal tiene, en segundo lugar, el mérito de introducir una actualizada e interdisciplinaria agenda que entreteje, en un vibrante y preciso estilo de escritura, la arquitectura y el urbanismo con los estudios políticos y sociales.
Tanto en el prólogo como en el sólido capítulo de introducción, Irazábal despliega un marco teórico y referencial aplicable a la mayor parte de un continente que, habiendo padecido el malestar causado por los paquetes económicos adoptados después de la “década perdida” de los ochenta, ha experimentado después un “gran rechazo” al neoliberalismo y la globalización, según el uso que la autora hace de la noción de Alain Touraine. Aunque no sea atributo exclusivo del siglo XX, Irazábal afirma que la ciudad latinoamericana ha devenido “el sitio de la ciudadanía insurgente” (p. 18) a lo largo de este interesante proceso del último entre siglos. A diferencia de muchos otros volúmenes colectivos donde el editor sólo resume, en escasas páginas, los contenidos de las contribuciones, la introducción que hace Irazábal provee los más de los ingredientes teóricos requeridos por los procesos descritos en los capítulos, tales como las nociones de ciudadanía y democracia, esfera pública y espacio público, entre otros, haciendo para ello uso de una literatura profusa, interdisciplinaria y actualizada.
Esta penetrante revisión permite a la editora concluir su introducción con una suerte de hipótesis que suena excitante para los casos de estudio y la región en su conjunto: “Los capítulos de este libro reafirman la vitalidad y efervescencia de la política del espacio público en Latinoamérica, dentro de un mundo que experimenta un significativo descenso en las oportunidades para la expresión en el espacio público. América Latina es así un sitio promisorio para un ‘gran rechazo’ que frena la marcha del neoliberalismo global y afirma modos de vida concertados localmente” (p. 26). No obstante lo esperanzado del planteamiento, es lamentable que los sucesos ocurridos en algunas de las capitales latinoamericanas, especialmente después de la publicación del libro en 2008, han probado que esta supuesta concertación local tampoco ha tenido lugar.
No sólo se observa una buena articulación entre la plataforma teórica de la editora y los capítulos de los colaboradores, sino que también algunos de éstos proveen conceptos más específicos y literatura adicional, al tiempo que la perspectiva histórica requerida por los casos de estudio se alcanza en la mayoría de las contribuciones. Una excepción en este sentido es la “Apropiación política del espacio público: eventos extraordinarios en el Zócalo de Ciudad de México”, donde los autores parecen más preocupados por la crítica tanto de las “visiones culturalistas” de la vida cotidiana como de las “visiones políticas que desplazan esas prácticas culturales que ocurren a través de la apropiación del espacio físico” (p. 53).
Pero otros capítulos sí logran el balance a través revisiones históricas de largo plazo que permiten al lector extranjero entender mejor los cambiantes significados y funciones de los espacios públicos dentro de las estructuras metropolitanas y sus imaginarios. Tales son los casos de “Reinventando el vacío: el Museo de Arte de Sâo Paulo y la vida pública a lo largo de la avenida Paulista”; “Un espacio público memorable: la plaza de la Estación Central en Santiago de Chile”; “La plaza de Bolívar en Bogotá: singularidad de espacio, multiplicidad de eventos”; y “El centro histórico de Lima: viejos lugares conformando nuevos arreglos sociales”. Este último capítulo aporta una útil lección sobre cómo, después de la invasión de vendedores ambulantes y mercachifles desde los años 1970 – los más de ellos inmigrantes de la provincia peruana que no pudieron ser absorbidos por la industrialización y las actividades productivas insuficientes – la “sinergia” entre el gobierno municipal y los grupos económicos y sociales hizo posible la recuperación del centro desde mediados de los noventa. Pero lejos de una gentrification de ese distrito central, esta renovación urbana vigorizó el significado político de la plaza Mayor y sus manzanas circundantes, tal como fue demostrado durante las protestas que llevaron al derrocamiento del régimen de Alberto Fujimori después de 2000.
Desde una perspectiva tan histórica como contemporánea, el capítulo escrito por Irazábal con el difunto John Foley – “Espacio, revolución y resistencia: lugares ordinarios y eventos extraordinarios en Caracas” – es, debido a la controversia internacional sobre el actual régimen venezolano, uno de los platos fuertes del libro. Quizás mucho ha sido escrito e idealizado sobre la sedicente revolución liderada por Chávez desde 1999, sobre todo por quienes teorizan desde el exterior y no han vivido el día a día del turbulento proceso; pero los autores adoptan una posición inédita, argumentando que “la localización urbana y el contexto de edificios y espacios particulares, su accesibilidad a diferentes grupos desde varios sectores de la ciudad, y su valor simbólico relativo, han sido todos decisivos en la sucesión de eventos políticos”, especialmente los de abril de 2002, cuando el Presidente fue separado brevemente y después reinstaurado en el poder. Los autores logran ciertamente “espacializar” su análisis político, elaborando de manera brillante la literatura sobre Venezuela en tanto “cresta referencial” del posneoliberalismo y sobre Caracas en tanto “ciudad insurgente” y nueva “meca de la izquierda” (pp. 161-162). Un tipo similar de análisis espacial de una protesta de larga duración, en particular de las “madres de la plaza de Mayo”, es lograda por Susana Kaiser en “La lucha por territorios urbanos: activistas de derechos humanos en Buenos Aires”. Los capítulos finales, dedicados a ciudades medianas como La Habana y Santo Domingo, regresan a reconstrucciones de varios lugares públicos, especialmente en el sugerente discurso desplegado por el arquitecto Roberto Segre sobre la capital cubana.
El volumen colectivo editado por Irazábal provee una valiosa y actualizada aproximación a la agenda urbana latinoamericana de la era posneoliberal y posglobal. Es lamentable que, allende el alcance del brillante análisis y del horizonte temporal, algunos de los regímenes retratados en el libro como promotores de nuevas formas de ciudadanía – especialmente el de Chávez en Venezuela – han confirmado su naturaleza totalitaria al clausurar canales de televisión en 2007 y emisoras de radio en 2009, mientras se ha criminalizado la protesta opositora y se han forzado reformas constitucionales para perpetuar al Presidente en el poder. Al menos en Venezuela, todos estos atropellos han atizado la reacción de estudiantes y de otros sectores de la sociedad civil que han sido excluidos de la supuesta concertación local, aducida por el libro como logro de estos regímenes del “gran rechazo” posneoliberal. Esperemos que la imprevisible dinámica de la Venezuela roja y otras naciones latinoamericanas provea a Irazábal de material adicional para otro provocativo libro que, como Ordinary Places, Extraordinary Events, será muy bienvenido.
(*) Clara Irazábal es Directora de Latin Lab: The Latin American and Caribbean Laboratory, Columbia University.
(**) Dos versiones en inglés de esta reseña fueron publicadas en Built Environment, Vol. 35, No. 2, 2009, pp. 278-79; Planning Perspectives, Vol 24, No. 4, octubre 2009, pp.553-555.