Violencia Urbana

Marzo 2018

«(In)Seguridad Pública»

Revista Planeo Nº 35  Violencia Urbana, Marzo 2018


[Por Fernando Narváez Rodríguez; Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Chile]

Libro o publicación: The Urban Fabric of Crime and Fear
Autor: Vania Ceccato (Ed.)
Año: 2012
Editorial: Springer

Resumen

La seguridad es un factor que influye directamente en la calidad de vida de las personas. Actualmente una ciudad no puede ser vivible ni socialmente sustentable si la seguridad de los ciudadanos no es considerada como prioritaria. El libro The Urban Factory of Crime and Fear contextualiza al lector en el problema de la seguridad en las distintas escalas urbanas y muestra el escenario de algunas ciudades alrededor del mundo. Ante ello, cabe preguntarse: ¿cuáles son los factores para tener ciudades inseguras? Y ¿cómo podemos mejorar nuestras ciudades desde la perspectiva de seguridad?

Palabras clave: Seguridad, miedo, crimen

The urban factory of fear_PortadaIm. Portada del libro

Las ciudades se han transformado en enormes núcleos que son contenedores de las actividades sociales de las personas. Por sus dimensiones y densidad poblacional se ha vuelto complejo “controlar” todo lo que pasa dentro de ellas. Uno de los temas que más difícil se ha vuelto su control y que ha surgido recientemente en las agendas públicas es la seguridad, debido a que es un factor que influye directamente en la calidad de vida de las personas. Según un estudio del BID (2015), las personas están dispuestas a gastar más en transporte privado con tal de sentirse seguras y cómodas, por lo tanto, una ciudad no puede ser vivible ni socialmente sustentable si la seguridad de los ciudadanos no es considerada como prioritaria.

El libro The Urban Fabric of Crime and Fear está orientado a profundizar en el tema de seguridad dentro de los núcleos urbanos. Éste documento desarrolla los conceptos “urban factory”, crimen y miedo para contextualizar al lector sobre el crimen y miedo dentro del contexto urbano. Además, muestra algunos estudios realizados en algunos barrios de Londres y Suecia sobre la relación de estos conceptos con el territorio y todo lo que conlleva. Se descataca que no solo existe un problema con los “agredidos” que sufren por asaltos o crímenes, sino que también hay otra mirada, por ejemplo la estigmatización de ciertas poblaciones, situación la cual podría moldear de una manera negativa a los jóvenes que ahí habitan.

Según la editora Ceccato, el crimen se concentra en las ciudades, pero no de una manera homogénea, esto se debe a que el crimen ocurre en distintos espacios y temporalidades. Pero cabría preguntarse: ¿cuáles son los factores que propician la actividad criminal o la inseguridad? Lo planteado en el libro es que los agresores aprenden de la experiencia y deciden cuales son los mejores lugares para delinquir: “Los crímenes ocurren donde el ambiente hace sentir seguro al agresor” (p. 13). Por ejemplo, los sistemas de transporte colectivos actualmente reúnen a una gran cantidad de personas en un solo punto, por lo cual se vuelven más propensas al crimen. Otro tipo de espacios son los lugares que se diseñan enclaustrados, que son obscuros y con pocas salidas ya que no permiten una visibilidad clara del entorno y por ende promueven estrés y una sensación de miedo.

Por lo tanto, el diseño del sistema de transporte, de las vialidades y de la ciudad en sí misma determina fuertemente el nivel de seguridad de las personas. El miedo y la violencia urbana han tenido externalidades que repercuten en la configuración de la ciudad. Una de las estrategias más habitual por la que han optado las personas para sentirse “seguras”, es la de aislarse en los barrios cerrados. Dicha situación ha generado una fragmentación de la ciudad porque este tipo de barrios funcionan como si fueran islas urbanas que no se relacionan con el entorno.

La sección II del libro Micro-Urban Environments of Crime and Fear se centra precisamente en este punto: la importancia del ambiente construido. De acuerdo con lo planteado en esta sección, múltiples factores afectan la percepción de miedo e inseguridad y pueden ser sociopsicológicos, sociodemográficos o el ambiente construido. Pero el factor que rescato como el más importante es ambiente construido, ya que el espacio puede generar limitaciones para poder sentirse cómodo en el entorno. Incluso el libro muestra una comparación entre dos barrios estigmatizados de Reino Unido y Brasil (P.16), el resultado que arrojó es que ambos barrios tenían un mal diseño, una mala imagen urbana derivada del poco mantenimiento, intersticios urbanos y de la escasez de espacio público de calidad.

El libro ofrece un marco conceptual robusto permitiendo una mejor comprensión de la problemática. Por otro lado, se esfuerza en mostrar el contexto del crimen y miedo en distintas ciudades a través de varios estudios, destacando el estudio realizado con jóvenes en un barrio estigmatizado de Newcastle. Dicho lo anterior porque afirman que los jóvenes son expertos en resistir los discursos estigmatizadores sobre el miedo, mientras que a la misma vez intentan apoyarse unos a otros y a la comunidad en general. Finalmente, el libro concluye con una parte de acciones para crear ambientes urbanos seguros, entre las cuales destacan las relacionadas con el transporte colectivo (planificación de sistemas de movilidad integrales “viaje completo” y no verlos como segregados), las de mejoramiento de la imagen urbana y la inclusión de grupos vulnerables en la planificación.

A manera de conclusión, se considera que el diseño de los espacios urbanos es gran parte del trabajo que se tiene que hacer para mejorar la sensación seguridad; es cierto que hay otros factores como los sociales y culturales que influyen en la seguridad urbana, pero sí el diseño apoya creando espacios abiertos, amigables y vivibles la tarea será menor: “Las ciudades solamente pueden ser llamadas vivibles cuando se pueda asegurar un ambiente de calidad para todos los que viven ahí, y esta calidad incluye seguridad” (p. 22) Como planificadores urbanos, las acciones deben plantearse desde una perspectiva de seguridad, debemos tener la convicción de que las estrategias, planes y proyectos tienen la finalidad de crear un ambiente seguro para todas las personas, solo así se podrán tener ciudades seguras, inclusivas y justas.

Referencia

Mojica, C. (2015). ¿Cuánto vale mi comodidad? Moviliblog. BID.