Música y Ciudad

Diciembre 2016

«¿Qué nos inspiran los barrios de hoy?. Inspiración desde el barrio y sus elementos»

Revista Planeo Nº 30  Música y Ciudad, Diciembre 2016.
[Por Diego Riveros Di Ruzza; Estudiante de Arquitectura, Universidad de Chile]
Resumen: 1979, San Miguel, Santiago de Chile. Jorge, Miguel y Claudio están a punto de dar paso a la revolución musical de la década de los 80 sin siquiera saberlo. Esta reseña, intenta mostrar como San Miguel, comuna peri-central de Santiago, y sus elementos urbanos, fueron una fuente de inspiración para 3 jóvenes músicos logrando constituir el escenario perfecto para expulsar estruendos desde sus corazones rebeldes frente a una sociedad enceguecida, a la cual estaban decididos quitarle la venda de los ojos. Estruendos que se materializaron a través de una guitarra eléctrica mal afinada, parlantes con acoples y bombos con eco. Todo esto se ve reflejado en Sudamerican Rockers, una serie biográfica que, a modo de testimonio, da cuenta de las injusticias sociales de esa época, la carencia programática en el barrio, la falta de espacio público y de como a partir de la observación del entorno, fueron capaces de crear los himnos de toda una generación, realizar sus primeras grabaciones, vivir sus primeros amores y evidenciar las luchas de egos que terminaron por romper las relaciones que los llevaron en un principio a formar la banda de punk rock más influyente de Chile.
Palabras clave: Inspiración musical, esencia barrial, hitos de barrio

Titulo: Sudamerican Rockers
Dirección: Jordi Bachs
Año: 2014

“En la ciudad, no solamente somos testigos de las situaciones, sino también protagonistas y parte de muchas de ellas. No es fácil quedarse fuera y, en algunos casos, por mucho que nos esforcemos por permanecer en un segundo plano, acabaremos hablando con los protagonistas de nuestras instantáneas o participando de las actividades que nos han impactado en un momento dado y queramos inmortalizar”.

Manuel Arenas, 08, Agosto 2016, “Tecnología de tú a tú”, El corte ingles.

im1_resIm1. Afiche promocional de la serie Fuente: http://www.nacionrock.com/sudamerican-rockers-la-serie-de-los-prisioneros-la-nueva-mentalidad-televisiva/

El ritmo, la armonía, los tiempos, la métrica, sensaciones como el descontento, la tensión y la alegría, son elementos reconocibles tanto en la música, como en la realidad de cualquier ciudad del mundo.

Los acentos de un rasgueo o de un bombo, se condicen con los hitos sobresalientes de una trama urbana, así como también la tensión de un espacio se percibe en el ambiente político social de un determinado tiempo. Con estas ideas surge Sudamerican Rockers, una serie que reúne episodios de la vida cotidiana que se unieron por causas naturales y al borde de las coincidencias. Lo que no fue coincidencia fueron las ganas que tenían los tres protagonistas de hacer música desde sus corazones y así dar forma a letras de canciones capaces de marcar pautas utilizadas hasta el día de hoy. Por otro lado refleja el significado de la cultura sudaca, a veces propuesta peyorativamente y otras como muestra de multiculturalidad y orgullo continental (Paredes, 2014).

Los prisioneros, el grupo de Jorge, Miguel y Claudio, se formó en el liceo 6 de San Miguel, bajo el alero de una actividad política importante, pero a su vez de una generación de jóvenes que no necesariamente estaba al tanto de lo que sucedía en Chile. En esos años, las vanguardias artísticas eran el foco de la juventud adinerada, donde figuras transgresoras como las de Jorge eran vistas como iconos sublimes que terminaban por cautivar a esa parte de la sociedad. Pero Jorge buscaba hacerlos despertar de cualquier estupor en el que se encontraran y para ello, la banda utilizó recursos que se encontraban en su diario vivir como inspiración y la ironía de conceptos culturales como por ejemplo el hecho de pertenecer a un país sudamericano y todo lo que eso conllevaba. Dichos recursos constituían la perfecta definición de un barrio Santiaguino de la década de los 80, es decir, con evidentes diferencias sociales, marcados por límites claros y población de clase trabajadora.

San Miguel, el lugar de los acontecimientos, ha sido históricamente una comuna industrial, por lo que los galpones y su espacialidad desolada e inmensa fueron túneles interminables de ideas y tensiones musicales, a partir de lo que estos representan tanto para la ciudad como para la sociedad trabajadora. Por otro lado, los elementos de la vida barrial como los kioscos de dulces, el afilador de cuchillos y el organillero, sumados a los cassetes y vinilos de los Los Beatles, Kiss o Raphael, daban matices a una rutina que los condenaba a seguir pateando piedras toda su vida. Afortunadamente se encontraron de frente con su corazón rebelde y fueron capaces de ver más allá de los problemas de su barrio y su entorno, pudiendo externalizarlos a través de la música.

Los espacios urbanos tratados en la serie como plazas y peladeros sirven como lugar de ensayo muchas veces, acusando carencias programáticas dentro del barrio en esa época, que los obligaban a patear piedras y levantar polvo mientras caminaban de vuelta a sus casas. La horizontalidad y amplitud de dichos lugares, logran enmarcar tres siluetas que trataban de darle sentido a sus vidas a través de la música y los recursos que esta les ofrecía.

Otros elementos urbanos como paraderos de autobuses (incluso los mismos autobuses), constituyen un micro espacio en la ciudad que en la serie se refleja como un espacio de intimidad entre los muchachos y sus conquistas amorosas, sirviendo de inspiración para canciones dolidas, pero no por eso menos valientes. Es así como “Muevan las industrias”, “El baile de los que sobran” y “Paramar” son la evidencia de la mezcla perfecta entre la conexión física con nuestro entorno y con nosotros mismos. Alma y ciudad, sirvieron para crear pautas a seguir hasta el día de hoy, lo cual se transformó en el real sentido de su música. Pautas para afrontar lo que se aproximaba en el país, para marcar límites entre el pueblo y sus autoridades y por sobre todo para dejar testimonio de una sociedad adormecida que despertó gracias a ellos.

De esta forma Sudamerican Rockers, rinde un homenaje cargado de nostalgia a aquellos barrios donde yacían los ideales de una población, pero por sobre todo rinde tributo al corazón rebelde de tres jóvenes que realmente fueron capaces de expresar su día a día en el pulso de un tambor y líricas profundas.

Dichas reflexiones nos llevan a discutir sobre qué tipo de inspiración podemos obtener en la ciudad de hoy. ¿Qué nos ofrecen los barrios actuales? ¿Existen dichos barrios? Si tuviéramos que escribir una canción mirando nuestro alrededor y nuestra rutina, ¿cómo sonaría? Creo que la pieza musical que define la ciudad actual, por lo menos Santiago, está compuesta de solos musicales incapaces de generar armonía y homogeneidad, donde cada uno busca sonar más fuerte que el otro, sin raíces ni un son determinado. No diría lo mismo de sus habitantes, ya que cada uno posee un anhelo de raíces y memoria que se les está arrebatando, pero que al igual que en la década de los 80, debemos tomar el discurso expuesto por la banda y adaptarlo a nuestra protesta, con el fin de generar barrios donde no los hay, espacios públicos en los peladeros y sobretodo conciencia. Conciencia de esencia barrial.

im2_resIm2. Los Prisioneros en su contexto / Fuente: http://sudamericanseries.blogspot.cl/2015/04/sudamerican-rockers-los-ultimos-jovenes.html

Referencias: