La ciudad en tránsito

Agosto 2015

“Emigrar para ser caboverdiano”

Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde tiene una de las más altas tazas de emigración del mundo. Se estima que dos tercios de su población viven “en la diáspora.
Revista Planeo Nº 23  La Ciudad en Tránsito, Agosto 2015.
[Por Laura Quezado, Arquitecta y Urbanista, UFPB (Brasil). Estudiante de Magíster Desarrollo Urbano, PUC (Chile)]
Título: “Emigrar para ser caboverdiano”
Enlace documental: http://www.publico.pt/multimedia/video/emigrar-para-ser-caboverdiano-20150703-175152
Por: Joana Gorjão Henriques e Frederico Batista
Año: 2015
Resumen: Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde es el quinto lugar en la lista de los países con altas taza de emigración, se estima que un millón de caboverdianos viven “en la diáspora”. Preguntar a un caboverdiano si alguien de su familia vive fuera, resulta gracioso, pues siempre contestan que es obvio que toda la gente tiene a algún familiar en esa condición.

Palabras clave:
Diáspora; Emigración; Cabo Verde

 

Diáspora, palabra de origen griega, es usada para designar la dispersión de un pueblo o comunidad humana por diversos lugares del mundo, en especial la de los judíos después de la destrucción del reino de Israel (siglo vi a. C.). Para los caboverdianos la palabra diáspora es cotidiana; está en el imaginario colectivo, en las canciones, en la literatura, es parte del carácter nacional. Con más habitantes fuera que dentro, Cabo Verde es el quinto en el topo de los países con altas taza de emigración – mientras la población residente el país se aproxima de los 500 mil habitantes, estimase que un millón de caboverdianos viven “en la diáspora”. Preguntar a un caboverdiano si hay alguien en su familia vive afuera, resulta chistoso, pues siempre lo contestan: es obvio que toda la gente lo tiene.

Im1_RESIm1. ‘Vista de la ciudad de Praia, capital de Cabo Verde’ / Fuente: publico.pt

El corto-metraje documental Emigrar para ser caboverdiano introduce, a partir de breve relatos de los que quedaran en el país, a la dimensión económica, social y cultural de la diáspora en Cabo Verde. La antropóloga Eufémia Vicente Rocha cuenta que su padre en los años 1960 se fue solo a vivir en la diáspora y apenas en los años 1970 convenció a su esposa a venir. Sin embargo, ella nunca se acostumbró a la vida de emigrante y durante muchos años estuvo en constante tránsito entre Portugal y Cabo Verde, “virando la vida”, trabajando con actividades de compra y venta intensa. Solo de esta forma su familia logró, en Cabo Verde, construir una casa y comprar un auto. Cuenta Eufémia, que a pesar del constante recuerdo de su madre de lo cuan había sufrido para “triunfar en la vida”, siempre tuvo en claro que todo no sería posible sin la emigración. Esa es la historia de muchos caboverdianos.

Im2_RESIm2. ‘‘En la casa de la antropóloga Eufémia Vicente Rocha’ / Fuente: publico.pt

Cabo Verde obtuvo independencia de Portugal en 5 de julio de 1975. Los principales movimientos independentistas en el país tuvieron un suporte significativo asegurado por la diáspora. Tanto por la diáspora caboverdiana residente en África, desde Senegal, como por la diáspora caboverdiana reside en Europa, desde Holanda y Francia, por ejemplo. Afuera del país se criaran comités de apoyo, lazos de solidaridad y lugares de reclutamiento determinantes para el éxito de la independencia.

Actualmente, estimase que las remesas provenientes de la diáspora correspondan a cerca de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de Cabo Verde. El país no tiene industrias, aposta casi que exclusivamente en servicios portuarios y aeroportuarios. En este contexto, la diáspora se constituye en la principal fuente de ingresos para el país – alrededor de 100 a 120 millones de euros son enviados de esta forma al país por año. La diáspora es tan importante para el país que el gobierno ha criado el Ministerio de las Comunidades dedicado exclusivamente a los emigrantes. Francisco Avelino Carvalho, Director General de las Comunidades, un profesional de las emigraciones como se auto- denomina, relata del momento en que se dio cuenta de que tenía entre sus contactos de celular más gente en la diáspora que dentro de Cabo Verde. “Yo soy el único de la familia que está acá”, cuenta Francisco.

Para Abraão Vicente, artista plástico y activista político, la diáspora es crucial y siempre estuvo presente en la cultura del país. Para él, la diáspora representa tanto “las personas que allá están”, como, sobre todo, la influencia que estas ejercen en el comportamiento de aquellos que siguen en Cabo Verde. Como relata el artista actualmente se consume mucho más de lo que viene de los Estados Unidos, principal destino de los caboverdianos, de lo que viene de Portugal o de Francia, países metrópolis de otrora. Abrãao cree que Cabo Verde tiene una cultura un poco “a la israelita”, reconoce como compatriota la segunda, cuarta, quinta generación de los nacidos fuera del país; desde que uno tenga un familiar caboverdiano, será siempre un caboverdiano. Esto acaba por aumentar la dimensión del propio país, un pequeño archipiélago con un poco más de 4.000 km² de extensión (seis veces el tamaño de la Región Metropolitana de Santiago). Para la Ministra de las Comunidades, Fernanda Fernandes, el aporte de la diáspora al desarrollo del país va mucho más allá de la dimensión económica. Hay otra cara del aporte que no es cuantificado: Cabo Verde era un país que “no estaba en el mapa” y se hizo conocido, precisamente, a partir de sus conterráneos dispersos por todo el mundo.

Im3_RESIm3. ‘‘Típico anuncio encontrado en la ciudad de Praia’ / Fuente: publico.pt

Incluso en la música popular caboverdiana es frecuente los temas de emigración y del sentimiento de separación. El ritmo morna (tibia, en castellano), una especie de blues caboverdiano, tiene como su temática principal el dolor de la separación y distancia de la tierra y de la gente. El dinero que es enviado al país no completa el vacío que el familiar emigrado deja en su hogar. Para el activista Jorge Andrade, la independencia del país debería haber sido la resolución para los problemas de económicos del país, pero la gran mayoría de la población no tiene otra opción de trabajo sino la emigración. Mismo independiente políticamente, Cabo Verde sigue dependiendo económicamente de otros países; “nuestra diáspora es el símbolo de la ineficacia en superar esa pobreza”, concluí Jorge.

Im4_RESIm3. ‘Publicidad encontrada en el aeropuerto de Cabo Verde’ / Fuente: publico.pt

La diáspora acaba por alargar la visión que uno tiene de la familia caboverdiana. Son inúmeras las configuraciones familiares consecuentes de la emigración. Hombres que parten y dejan a sus mujeres, o padres que deciden volver pero sus hijos optan por quedar. “Es mucho más que el modelo occidental de familia nuclear”; “Crecí viendo a mis padres construyeren un conjunto de estructuras no solo pensando en sus hijos, sino que en su familia ampliada que puede llegar a cualquier momento de otro país”, explica Eufémia.